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Toma de Decisiones
Toma de Decisiones
1: ESTRATEGIAS DE GESTIÓN
LA TOMA DE DECISIONES
1. Introducción.
2. La participación como proceso
1. INTRODUCCIÓN
Podríamos comenzar el tema entablando un debate sobre si la participación es un fín o
un medio. Pero no es el objetivo del mismo siendo la cuestión a tratar el cómo construir un
buen “edificio” organizativo con la mayor participación, esto es, cómo ser eficaces
participativamente.
Pero ¿por qué participar?. Sencillamente porque tal y como funciona hoy la sociedad
no está respondiendo a los intereses y aspiraciones de la mayoría de la población.
Evidentemente, el que no quiera que esto cambie, no tiene que participar en nada, sino dejar
que las cosas sigan como están. Eso sí, participando con su complicidad en que las cosas no
cambien a mejor.
También hay otra razón importante de por qué participar: participando en la mejora de
la calidad de la vida y en la solución de los problemas para el bien de todos, desarrollamos
nuestras capacidades, crecemos como personas; participando desarrollamos nuestra capacidad
de responsabilizarnos, de dialogar, de escuchar, planificar, evaluar, corregir, aprender, etc., y
algo clave: aprendemos a hacer algo en común, a trabajar en equipo, a ser pluralistas y
unitarios al mismo tiempo.
Participamos para que nuestros asuntos funcionen mejor de acuerdo con los intereses
y necesidades de todos y no sólo de una minoría económica, que condiciona los asuntos de
todos, para acabar con las desigualdades de bienestar, para acabar con la desigualdad de
oportunidades en la educación, para orientar más las inversiones públicas y presionar a las
privadas, para orientar la estructura de la atención primaria, ... La lista en definitiva de los
para qué participar se deberá poner en función de los intereses de la población, lo cual es
enorme e imposible de detallar.
Se deduce por tanto que la participación está ligada con el desarrollo y la educación.
De cualquier forma que se produzca un desarrollo, la participación estará presente, aunque sí
debemos diferenciar qué modelo de desarrollo se está produciendo: horizontal, balístico o
galáctico.
1. Toma de decisiones 1
exclusiva por uno o varios
directivos no elegidos
2. Toma de decisiones
exclusiva por uno o varios 2
directivos elegidos
3. Toma de decisiones
exclusiva por uno o varios 3
directivos elegidos, que
previamente han pedido
y/o recibido información
de los miembros de la
organización
4. Toma de decisiones 4
exclusiva por uno o varios
directivos elegidos, que
previamente han pedido
y/o recibido información
y/u opinión de los
miembros de la
organización
5. Toma de decisiones
compartida por todos los 5
miembros de la
organización
6. Toma de decisiones y
ejecución compartida por
todos los miembros de la
6
organización
Ver la participación como un proceso nos permite una visión más amplia y gradualista
que facilita la participación de más personas y va a permitir un funcionamiento más estable y
técnico de los grupos. Es más, esta perspectiva de la participación como proceso gradual
puede servir de indicador sobre cuánto de participación es más conveniente que tengan los
actores o sujetos del grupo en cada tema y en cada momento. También se tiene en cuenta
especialmente la problemática y las posibilidades de participación de los nuevos miembros
integrantes o de los que todavía no lo son, y qué se puede hacer para acrecentar el grado de
participación de las personas que ya están colaborando de forma habitual en algunos aspectos
concretos.
Nos interesa ver ahora cómo se puede acrecentar la participación a más personas en
más temas. El proceso por el que toda persona pasa para alcanzar un acto de participación
pasa por la información que ésta disponga, la opinión que se formula, la decisión que adopte y
la posterior puesta en acción (información-opinión-decisión-acción). De estos cuatro aspectos
intentaremos profundizar, pues del nivel de conocimiento que de ello tengamos, nos permitirá
diseñar estrategias de trabajo adaptadas a la situación de partida de cada persona o grupo.
La información
Estamos inundados de información en tal medida que ya no sabemos ni podemos
distinguir entre lo realmente importante y lo que no lo es.
Ésta puede llegar a constituir una tarea concreta, difícil y duradera, cuando tiene
características de investigación de un problema o de la realidad, debiéndose dedicar tiempo y
técnica para conocer cuáles son realmente las necesidades que se quieren resolver, se trata en
esta caso de informar sobre la realidad social o de las necesidades sociales.
En tercer lugar también hay que romper con la idea de que los ciudadanos tienen que ir
a buscar la información en los lugares apropiados, la información tiene que salir de los
despachos y de los locales especializados para acercarse a los ciudadanos allí donde de
manera natural y normal ellos acuden, por lo que es necesario conocer bien las dinámicas
normales comunitarias y los lugares de encuentro de la gente.
Es por tanto necesario que desde los servicios y las instituciones se abran canales de
información bidireccionales e informar también desde los ciudadanos hacia las instituciones.
La opinión
La distinción entre un dato y una opinión no es siempre tajante y clara (por ejemplo si
hablamos de la fuerza o belleza de una persona). En muchos casos, aunque la distinción no
sea nítida, ayuda a analizar mejor el tema, viene a ser la fase de análisis de un problema o
situación antecedente a la decisión.
Ya sea oral o escrita la expresión de una opinión, conviene distinguir desde que
enfoque se realiza. Es importante que queda claro si, el que escribe o habla, lo hace desde un
enfoque de “lo que es”, “lo que debe ser” o “lo que quiere que sea”.
Todos tenemos preferencias en muchos temas y ellas nos inclinan a “que se quiere”
que las cosas, actividades o soluciones sean de una forma y no de otra; por ello en muchas
ocasiones parece imposible el entendimiento entre los miembros de un grupo, por lo que
conviene que todos se pongan las mismas preferencias al mismo tiempo (relacionar con el
proceso de la comunicación: codificación, obstáculos, etc.).
La toma de decisiones
El tomar parte o no en la adopción de decisiones es el indicador más importante y
riguroso para conocer el grado de participación. Como nuestra perspectiva es participativa,
nos debe importar considerar en la “toma de decisiones” dos aspectos: el proceso lógico que
lleva a la misma, y las formas de adoptar una solución por un conjunto de personas.
Para buscar alternativas, esto es el siguiente paso, generar alternativas, ayuda hacerse
la pregunta ¿y por qué?, a cada una de las seis preguntas que anteriormente hemos citado para
el análisis del problema –qué, quién, dónde, cuándo, cuánto y cómo-, ya que esta pregunta
ayuda a la mente a buscar ideas nuevas capaces de dar solución a un problema.
También se pueden buscar remedios copiando, examinar lo que otros hacen en otros
lugares o han hecho en el pasado, modificando en función de nuestra situación local o de
tiempo presente.
Una vez propuestas las alternativas, hay que seleccionar la mejor, esto es elegir la
actividad o proceso de acción que se considera más eficaz para conseguir objetivo deseado.
Para ello se puede hacer uso de varios métodos: ordenar por prioridades en función a unos
criterios; comparar, examinando la calidad de los resultados de las distintas soluciones.
PREFERENCIA
Acuerdo Desacuerdo
Acuerdo 1 3
OPINIONES
Desacuerdo 2 4
Si no se pude lograr una solución por consenso, porque el tema objeto de debate no lo
permite materialmente, debemos procurar, al menos la mayoría reforzar su respeto hacia la
minoría y llevar a cabo la ejecución con la menor prepotencia posible.
Cuando nos encontramos en el caso 4, esto es que hay desacuerdo en las opiniones y
preferencias, el grupo está desorientado y no tiene pericia para resolver el problema, la
solución puede pasar por el carisma de un líder. La decisión puede llegar a ser adoptada por la
habilidad persuasiva de algún participante más inspirado, en realidad ha sido una solución de
líder y no de grupo. Ahora bien, en esa situación también cabe que el grupo reconozca su
incapacidad actual para resolver la cuestión y que por ello o se tome más tiempo o pida ayuda
al exterior. El tomarse más tiempo para decidir no consiste en un simple aplazamiento de la
resolución, ya que puede volver a repetirse la situación en la reunión siguiente. Convendrá
generalmente que se designe un comité para que estudie aparte el problema y presente una
alternativa, o bien pedir asesoramiento técnico exterior.
o Tomar pocas decisiones, pues una dirección eficaz no toma muchas decisiones
o Saber escuchar todas las opiniones
o Es necesario descubrir el problema, la peor decisión es una decisión tomada sobre un
falso problema
o No intentemos resolver todo a la vez, difícilmente se pueden resolver dos problemas
con una sola decisión
o Primero busquemos la verdad, después tomemos el acuerdo, cuando se comienza
estando de acuerdo es porque se ha empezado mal
Una vez que las personas están informadas, han propuesto alternativas y han tomado
decisiones, es el momento de pasar a la acción.
La acción
Si la acción es una tarea puntual y sencilla no requiere proyecto.
López de Ceballos, P. (1987). Un método para la investigación acción participativa. Popular. Madrid.
Sánchez Alonso, M (1991). La participación. Metodología y práctica. Popular. Madrid