La familia de Martín se compone de varios miembros cuyas edades y actividades diarias
son muy particulares y distintas entre sí. Susana, la madre de Martín, es una mujer de 58 años que ejerce su profesión de arquitecta desde hace ya algunos años. A ella le encanta diseñar y llevar a cabo proyectos en diferentes lugares del país. Ella apela a su creatividad, pero se nutre de otros colegas que también comparten sus diseños a través de páginas web y blogs personales. Al principio de su ejercicio, Susana pasaba mucho tiempo leyendo revistas digitales, buscando noticias e instruyéndose acerca de los diseños más vanguardistas que aparecían en todos los rincones del mundo, pero luego decidió crear un espacio personal que mostrara su sello en los diseños y creó un blog que llamó Su a la vanguardia. También utiliza frecuentemente su cuenta de Facebook ya que tiene allí no solo contacto con sus amigos, sino que también se contacta con sus colegas. Pablo, el padre de Martín, es un hombre de 60 años que disfruta mucho de cocinar y realizar mejoras en su hogar por lo tanto mira muchos tutoriales. Su mujer le ha sugerido que realice publicidades para promocionar sus trabajos culinarios, pero él se resiste a aprender cómo utilizar dispositivos digitales. Sin embargo, disfruta mucho de leer distintos documentos a través de su teléfono móvil cuando acompaña a Susana en sus viajes. Además, Martín tiene dos sobrinos por parte de su hermano, Lautaro (que nació en el 2018) y Emilia (que nació en el 2008). Todos están sorprendidos por la gran habilidad que Lautaro demuestra al manejar los dispositivos digitales del hogar. Aún no ha cumplido los dos años de edad y ya selecciona solito los videos de animalitos que más le gusta ver en la tablet de su hermana. Emilia no tiene problema en prestárselo ya que ellos tienen horarios pautados para el uso de este tipo de dispositivos. Mientras tanto ella hace su tarea o ejercita especialmente en las matemáticas que le cuesta mucho. Su maestra le ha permitido utilizar la calculadora científica para verificar los resultados, pero no para realizar los ejercicios. Los abuelos de Martín, Lala y Pino como les dicen cariñosamente, viven con ellos ya que ambos son personas muy mayores de casi 85 años y no pueden permanecer solos en otro domicilio por cuestiones de seguridad. Usualmente ellos les cuentan a sus nietos y bisnietos cómo hacían las cosas cuando aún no existían tantos dispositivos digitales. Por ejemplo, Pino les ha contado que cuando él era pequeño solo una persona de su barrio tenía un teléfono de línea en su casa y que estaba casi prohibido utilizarlo ya que el servicio era muy caro. Por su lado, Lala cuenta que cuando ella era pequeña, su madre sacaba agua de un pozo con una bomba manual y que ella aprendió a lavar la ropa con una tabla ya que en esa época no existían los lavarropas automáticos. Finalmente, Martín está cursando en la universidad y se pasa muchas horas en su habitación trabajando con sus compañeros. Cada uno desde su casa, debido a que utilizan distintas herramientas digitales para comunicarse y trabajar en equipo. Constantemente entra en la página de su universidad para conversar con otros compañeros en el foro, evacuar dudas, compartir trabajos y revisar sus notas. Hace un tiempo comenzó a cursar una materia de investigación social y desde entonces no ha parado de consultar titulares, páginas web y diferentes archivos en busca de material útil. El marco teórico es fundamental para este tipo de investigaciones, por lo tanto, debe seleccionar el material más apropiado que de consistencia al trabajo. En el cuerpo del trabajo él y sus compañeros diseñan distintas tablas, gráficos y elementos que evidencien los resultados de la investigación. Al final de este proceso, el docente a cargo les ha pedido que lo muestren al público en general para recabar opiniones de personas que nada tienen que ver con el entorno académico.