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CONDUCTAS
“Nativos digitales”: tienen
menos de 12 años, dominan la
tecnología y los padres no los
entienden
Nacieron y crecen en un mundo de computadoras, y son expertos
en su manejo. Tienen destrezas y formas de comunicación que los
adultos (“inmigrantes digitales”) no terminan de asimilar. Cómo
convivir con las diferencias.

Quilmes, cuatro de la tarde. "Foto, foto...". Apunta, busca el botón de la


cámara digital del celular de su mamá y ¡click! "Mirá, má, es Toto", dice
entre carcajadas Guadalupe Giordano, una rubiecita de tres años que no
es consciente de su habilidad ante las nuevas Tecnologías de Información
y Comunicación (TIC). "Es increíble lo que sabe hacer. Yo todavía no
aprendí a usarla, fui una de las últimas en comprarme un celular... Muy
bien, muy bien", la felicita Viviana, su mamá. Esa habilidad convierte a
Guadalupe en "nativo digital", término acuñado en 2004 por Marc
Prensky, un pensador estadounidense (ver El mundo...). Refiere a los
chicos menores de 12 años que nacieron y crecen con las nuevas
tecnologías como parte de su entorno familiar y social cotidiano. Esta
generación, que algunos especialistas amplían a los nacidos a partir de
1990, es también conocida como "multitask" (multitarea), y se distingue
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de los "inmigrantes digitales", los adultos que consideran que las


herramientas del mundo digital hacen más difícil la vida. "Yo tengo
resistencia a lo digital y eso que trabajo con la computadora. Muchas
veces los chicos tuvieron que ayudarme a armar una planificación o
buscar a dónde irnos de vacaciones", admite Viviana. Los especialistas
en tecnología y educación consultados por Clarín coinciden en que los
nativos e inmigrantes digitales tienen problemas de comunicación: los
padres y los chicos no se entienden. Antonio Battro, doctor en Psicología
de la Universidad de París y jefe de Educación de One Laptop per Child,
asegura: "Las dos generaciones tienen lenguajes completamente
diferentes y además perciben distinto la información. Los padres no
comprenden los tiempos de sus hijos porque no están acostumbrados al
inmediatismo que hoy rodea la vida digital de los chicos". Tobías (Toto),
de nueve años, se sienta frente a la computadora. Desde los cuatro años
sabe manejar las TIC. "Mi mamá se enoja si sólo uso Internet para buscar
información para hacer los deberes del colegio. Porque pongo la
pregunta en Internet y ya está. Lo copio y listo. Pero mi mamá me dice
que tengo que usar los libros", dice. "Los chicos se aceleran cuando usan
las tecnologías. Por cuatro meses estuvimos sin computadora por las
vacaciones y la mudanza. Nunca los había visto tan relajados como
durante ese tiempo -continúa-, hasta dudé si volverles a instalar la
computadora porque se ponen nerviosos por conectarse a Internet, y ni
hablar si les saco el celular por un día", argumenta Viviana. Los padres
consideran que sus hijos dependen mucho de la tecnología. Para ellos, lo
digital es "exterior", mientras que para los chicos es "parte de uno". "No
es que dependemos, mis papás no entienden que no se puede vivir sin la
compu, el celular o lo que sea. Es como que es algo normal de la vida",
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dice Camila (12), la hermana mayor de Tobías y Guadalupe. "Ellos


quieren que dé un examen en el colegio pero no es para aprender a usar
Internet. Es para el Power Point y no sé que más. Mis papás no entienden
que uso la compu para mis cosas de la vida. Nunca la voy a usar para
trabajar", agrega. Carlos Neri, psicólogo especialista en tecnología y
educación, señala: "Los chicos se quejan de que los padres no entienden
y los padres se quejan de que no entienden la relación que tienen ellos
con la tecnología. Están cambiando su forma de percibir el acceso a la
información y a la comprensión de las relaciones intersubjetivas. Los
profesores y los padres, en muchos casos, provienen de otro paradigma,
con más mediaciones y algo confundidos por los tiempos de los chicos".
Como Octavio Votano (10), que dice: "No aguanto estar un día sin
Internet. Y tampoco si alguien tarda en contestarme un SMS, por
Messenger o lo que sea, porque me aburro". Los especialistas sostienen
que para los chicos ya no hay nada nuevo. Están empapados de pantallas,
sonidos y una gran capacidad de síntesis y abstracción . "Los padres aún
no se acostumbraron a ese idioma", dice Neri.Para Prensky, el futuro no
parece sencillo: "La relación entre nativos e inmigrantes digitales será
terrible. Su comunicación ya se está rompiendo, sobre todo en la
comprensión de las redes sociales". Pero a no desesperar: ya hay quienes
están trabajando para reparar esos vínculos.Guillermina De Domini

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