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PSICOBIOLOGÍA

Y SOCIOANTROPOLOGÍA
DE LA ALIMENTACIÓN

Dr. Antonio López Espinoza


Centro de Investigaciones en Comportamiento Alimentario
y Nutrición (CICAN)
Centro Universitario del Sur (CUSur),
Universidad de Guadalajara

Dra. Claudia Rocío Magaña González


Centro de Investigaciones en Comportamiento Alimentario
y Nutrición (CICAN)
Centro Universitario del Sur (CUSur),
Universidad de Guadalajara

MÉXICO • BOGOTÁ• BUENOS AIRES• CARACAS • GUATEMALA• MADRID • NUEVA YORK


SAN JUAN • SANTIAGO • SAO PAULO• AUCKLAND •LONDRES • MILÁN • MONTREAL
NUEVA DELHI •SAN FRANCISCO • SIDNEY •SINGAPUR • ST. LOUIS • TORONTO

\
Director editorial: Javier de León Fraga
Editor de desarrollo: Héctor F. Guerrero Aguilar
Supervisor de producción: José Luis González Huerta

NOTA
La medicina es una ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos, se requerirán cambios de
la terapéutica. El (los) autor(es) y los editores se han esforzado para que los cuadros de dosificación medicamentosa
sean precisos y acordes con lo establecido en la fecha de publicación. Sin embargo, ante los posibles errores humanos
y cambios en la medicina, ni los editores ni cualquier otra persona que haya participado en la preparación de la obra
garantizan que la información contenida en ella sea precisa o completa, tampoco son responsables de errores u omi-
siones, ni de los resultados que con dicha información se obtengan. Convendría recurrir a otras fuentes de datos, por
ejemplo, y de manera particular, habrá que consu ltar la hoja informativa que se adjunta con cada medicamento, para
tener certeza de que la información de esta obra es precisa y no se han introducido cambios en la dosis recomendada
o en las contraindicaciones para su administración. Esto es de particular importancia con respecto a fármacos nuevos o
de uso no frecuente. También deberá consultarse a los laboratorios para recabar información sobre los valores
normales.

HÁBITOS ALIMENTARIOS. PSICOBIOLOGfA Y SOCIOANTROPOLOGfA DE LA ALIMENTACIÓN

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra,


por cualquier medio, sin autorización escrita del editor.

DERECHOS RESERVADOS © 2014, respecto a la primera edición por,


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ISBN: 978-607-15-1206-2

ACH 05/ 14

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Impreso en México Printed in Mexico


Impreso por Edamsa Impresiones, S.A. de C.V. Printed by Edamsa Impresiones, SA. de C.V.
Dedicado a:

Mercedes, Virginia , Matzoa, Itzel y Quetzalcóatl


su presencia y ausencia
han hecho de mi vida
la más grande aventura
Antonio López Espinoza

Jorge Antonio, Irma, Jessica, Jorge Esteban y Daniel


su amor y fortaleza han iluminado
las veredas de mi descalzo andar.
Gracias
Claudia Rodo Magaña González
Dedicatoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . iii 7 De los pulqueros y el hábito de consumo
Contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . v del pulque en el sur de Jalisco.
Acerca de los autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . vii El caso de Zapotlán el Grande . . . . . . . . . . . . . . . 91
Prólogo.. ............. . .. . . . . . . . . ...... . ..... ... . . .. ix Yolanda Lízeth Sevilla García; Alejandro Macías
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . xiii Macías; Claudia Rocío Magaña González
8 Consumo de alimentos tradicionales entre
indígenas en Canadá : comparación
~ .sección 1 Reflexiones filosóficas y matemáticas entre reservas y entornos urbanos* ........ 101
Kathi Wilson; Chante/le Richmond;
1 Hábitos alimentarios: una aproximación Rache! Bezner-Kerr
conexionista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

2
José Enrique Burgos Triano; Óscar García Leal
Los hábitos del significado: alimentos que 1
Sección 111 Reflexiones psicológicas
expanden el alma y contraen los cuerpos
o viceversa .................. . ........ .... . 23 9 El hábito de beber ...... . . .............. 111
Maxímino Matus Ruiz Alma Gabríela Martínez Moreno;
Antonio López Espinoza; Patricia Josefina
López Uriarte; Elia H. Valdés Miramontes;
\ Sección 11 Reflexiones antropológicas e históricas Carmen Livier García Flores; Laura Vanesa
Solano Santos
3 Reflexión sobre las aportaciones teórico- 10 Actividad y hábitos alimentarios . ......... 123
metodológicas de los estudios sobre Virginia Gabriela Aguilera Cervantes;
la alimentación: una visión Carlos Javier Flores Aguirre; Cristiano Va/erío
socioantropológica ... .... .. ... . ....... .... 37 Do Santos; Karla Alejandra Damián Medina
Juana María Meléndez Torres José Guadalupe Salazar Estrada
1 Lo posnacional y la fragmentación del paisaje 11 El hábito de comer ............... .... .. . 129
culinario yucateco: transformaciones Antonio López Espínoza; Alma Gabriela
contemporáneas en los hábitos culinarios ..... 49 Martínez Moreno; Virginia Gabriela
Steffan Igor Ayora Díaz Aguílera Cervantes; Patricia /ose.fina
5 Hábitos alimenticios en regiones indígenas: López Uriarte; Fátima Ezzahara Housni;
una visión antropológica .. .... . .. .. ......... 63 María Guadalupe Ruelas Castillo;
Sara Raquel Baltazar Rangel; Lucía Cristina Vázquez Císneros
José Eduardo Zárate Hernández 12 Patrones alimentarios de pacientes con
6 Hábitos alimentarios cotidianos y festivos: trastorno de la conducta alimentaria:
una propuesta antropológica para el estudio hábitos, preferencias e ingesta calórica .... 139
de dos poblaciones rurales en México ...... .. 75 Georgina Álvarez Rayón; Juan Manuel
Claudia Rocío Magaña González; Yerena Figueroa Mancilla Díaz; Brenda Sarahí Cervantes
González; María Guadalupe Revuelta de la Lanza; Luna; Xochítl López Aguilar; María Leticia
Bertha Alicia Robles Pelayo; Claudia Llanes Cañedo Bautista Díaz

V
vi Contenido

13 Definición y evaluación de hábitos 16 Componentes neurofisiológicos de los


alimentarios ....... .. ... ... ..... . ...... . 151 hábitos alimentarios . . ... . . . . . . .... . . . .. . . .. 183
Karina Franco Paredes; Elia Herminia Valdés Asucena Cárdenas Villalvazo; Mónica Navarro
Miramontes; María del Consuelo Escoto Ponce Meza; María Luisa Pita López; María del Rocío
de León Padilla Galindo; Karen Elizabeth García Pulido;
Marcos Efraín Becerra Hernández

\ Sección IV Reflexiones biológicas \ Sección V Consideraciones matemáticas -


\
\
14 Formación de hábitos al imentarios y 17 Matemáticas en el área de la ciencia de
estado nutricional a lo largo del ciclo la alimentación. La alimentación también
de la vida . . .. . ..... . .. . .. . . . . ..... . .... 163 es cosa de números . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199
María Isabel Ortega Vélez Felipe Santoyo Telles; Eliseo Santoyo Teyes;
15 Há bitos alimentarios del consumo de sal. Omar Arce Rodríguez
Facto res neurofisiológicos .. ........... ... . . 173
Colaboradores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
Juan Argüe/les Luis; Carmen Perillán Méndez;
Juan José Díaz Martín; Paula Núñez Martínez Índice alfabético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211

* La versión en inglés está dispon ible en el


Centro de aprendizaje en línea :
www.mhhe.com/medicina/lopez_habitos1 e
Acerca de los autores

Antonio López Espinoza


Es Profesor Investigador Titular "C" Tiempo Completo de la ción con financiamiento por CONACYT, PROMEP y Uni-
Universidad de Guadalajara, México; desempeña el puesto versidad de Guadalajara. Cuenta con más de 120 presenta-
de Director del Centro de Investigaciones en Comporta- ciones en congresos nacionales e internacionales. Participa
miento Alimentario y Nutrición (CICAN) del Centro Uni- como miembro del comité editorial de varias revistas de
versitario del Sur de la Universidad de Guadalajara desde su carácter nacional e internacional. Recientemente recibió la
fundación. Es Médico Cirujano y Partero, y cuenta con Presea Mérito Académico "Enrique Díaz de León" por par-
Maestría y Doctorado en Ciencia del Comportamiento, Op- te de la Universidad de Guadalajara.
ción Análisis, de la Conducta por la Universidad de Guada- En sus más de diez años como investigador ha realiza-
lajara. Adicionalmente, realizó su Pos-Doctorado en Altera- do aproximaciones experimentales que analizan y descri-
ción de los Ritmos Biológicos del Comportamiento Alimen- ben las relaciones entre el comportamiento alimentario y:
tario durante el Proceso de Envejecimiento, en la Universi- la privación, el estrés, la actividad, el contenido nutricional
dad de Murcia, España. del agua o alimento, el contexto alimentario, la interacción
Actualmente es Miembro del Sistema Nacional de In- social, las diferencias de género, el sabor, tamaño, color y
vestigadores (SNI). Responsable del Cuerpo Académico presentación del alimento. En el ámbito teórico-filosófico
"Investigación en Comportamiento Alimentario y Nutri- ha coordinado el trabajo de varios investigadores para es-
ción'; calificado "Consolidado" por PROMEP. Miembro del tablecer las bases conceptuales del estudio e investigación
Registro CONACYT de Evaluadores Acreditados y líder del comportamiento alimentario; en este sentido se han
del grupo que propuso, gestionó y puso en marcha la caracterizado: el hambre, la saciedad, los hábitos alimenta-
Maestría y Doctorado en Ciencia del Comportamiento con rios , la conducta alimentaria, y con este libro, los hábitos
orientación en Alimentación y Nutrición, en el CICAN de alimentarios. Adicionalmente desarrolló un procedimien-
la Universidad de Guadalajara. to experimental para la inhibición y el control de la con-
Es autor de más de 50 artículos científicos, 90 artículos ducta de atracón. Su inquietud y cariño por la investiga-
en extenso. Editor/compilador de cuatro libros, autor de 14 ción lo han llevado a establecer una red internacional de
capítulos de libros. Director de 21 tesis de grado (Licencia- alumnos e investigadores dedicados al estudio e investiga-
tura, Maestría y Doctorado). En los últimos cinco años ha ción del comportamiento alimentario y la nutrición con
sido Responsable Técnico de seis proyectos de investiga- una visión multidisciplinaria.

Claudia Rocío Magaña González


Es Profesora Docente Asociada "B" Tiempo Completo, de la la Universidad de Guadalajara y una investigación interna-
Universidad de Guadalajara, México. Desde hace tres años cional con financiamiento externo. Cuenta con presen-
es investigadora del Centro de Investigaciones en Compor- taciones en congresos nacionales e internacionales. Parti-
tamiento Alimentario y Nutrición (CICAN) del Centro Uni- cipa como miembro del comité editorial de varias revistas
versitario del Sur de la Universidad de Guadalajara. Licen- de carácter nacional e internacional y como dictaminado-
ciada en Psicología por el Instituto Tecnológico de Estudios ra de libros.
Superiores de Occidente (ITESO), Tlaquepaque, Jalisco. En sus nueve años como investigadora ha realizado et-
Maestra y Doctora en Antropología Social por El Colegio nografías en diversos estados de la República Mexicana,
de Michoacán, A. C. como Oaxaca y Jalisco, a partir de las cuales se analizan y
Es autora de varios artículos y capítulos de libros don- describen las relaciones entre el comportamiento alimen-
de ha reflexionado sobre las aportaciones de la Antropolo- tario y: los sistemas alimentarios en contextos particulares,
gía al estudio del comportamiento alimentario. En este sen- los procesos de producción, distribución y consumo de ali-
tido, ha iniciado una reflexión que aborda el estudio del mentos en contextos cotidianos y rituales, las identidades
comportamiento alimentario en comunidades indígenas y grupales e individuales; los procesos de organización en las
rurales desde la perspectiva antropológica. Directora de te- cocinas. Recientemente inició una línea de investigación
sis de grado (Licenciatura y Maestría). Responsable Técni- que trabaja sobre las luchas y experiencias en la construc-
ca de proyectos de investigación con financiamiento de ción de la soberanía alimentaria a nivel local.

vii
Hablemos de comida y de cómo nos relacionamos con ella. pizza, pozole, tacos, bife, gambas, hamburguesas, vino tin-
Tendremos que hablar entonces de hambre y de antojo; to o blanco, cerveza, pulque, aguas frescas , refrescos de
además de compulsión, nutrición, salud, enfermedad, cul- cola; se come una u otra cosa, o la combinación de éstas,
tura, religión, historia, genética. Se podría escribir la histo- porque una identidad étnica, racial, cultural, religiosa o na-
ria de la humanidad a partir de los alimentos. Los que en cional se impone y se hereda. Comemos lo que nuestra
algunas épocas resultaron onerosos, y cuya obtención ne- identidad nos proporciona, y con ello también conserva-
cesitaba de un gran esfuerzo, y los que en otras épocas mos nuestra identidad.
abundaron; alimentos naturales, elaborados, procesados, Como seres vivos estamos constituidos por una tríada
artificiales; con carga social, religiosa, económica; afrodi- fundamental: el dolor, el hambre, el deseo. El dolor nos pre-
siacos, benéficos, dañinos, convencionales, exóticos. viene de la enfermedad, de las heridas del medio; el hambre
Comemos, nadie se abstiene de esta necesidad. Come- y su satisfacción nos inducen a un cuerpo sano, que se for-
mos por una razón biológica, por instinto, por necesidad talece para hacer frente a las amenazas externas; el deseo
vital, pero además comemos por placer, el placer gustativo; aspira a la unión sexual para lograr el fin último: la perma-
hemos elaborado combinaciones exactas y precisas para nencia de los genes. Tres instancias con un solo objetivo: la
que la función biológica de comer se vista de hedonismo; trascendencia de la especie. Miguel de Unamuno lo dijo
hemos desarrollado también áreas de degustación: lo sala- con claridad y precisión poética en su célebre prólogo a
do, lo dulce, lo ácido, y esa sutil o explosiva combinación es Orígenes del conocimiento: el hambre, del Dr. Ramón Tu-
un motivo cotidiano más para sentarse a la mesa. Comer rró: "Del hambre que es individual, y del amor, que es ham-
es un acto que va más allá de lo digestivo; se trata también bre de la especie''.
de un suceso sensorial en el más amplio sentido; oler, tocar, En ese mismo documento Unamuno asevera que el
ver, incluso el sonido, se han convertido en receptores fun- sujeto que conoce o percibe es el que come, y lúdicamente
damentales. Por eso no sólo sentimos hambre, además te- refiere y reconstruye la frase de Descartes "cogito, ergo
nemos antojos. sum": pienso, luego, existo, y la convierte en "edo, ergo
El apetito contiene una carga emocional; asociamos un sum": como, luego, existo. La sentencia es atrevida y reve-
buen o mal momento a algún sabor, olor, atmósfera. El ladora, pues implica que el individuo que come se hace
amor materno, el filial, el erótico, suelen asociarse a ciertos consciente de la realidad y de su relación con el mundo.
alimentos: aromas, texturas, sonidos, sensaciones táctiles. Comemos, luego, conocemos. Lo que comemos, que es
Sin embargo, también tenemos apetitos específicos porque anticipado como hambre o deseo de saciarse, al ser consu-
el cuerpo los precisa, más allá del hambre y la sed: el niño mido se hace parte de nosotros, y el mundo participa en
que come tierra porque tiene una deficiencia de hierro, o nuestro interior como nosotros de él, lo externo y lo más
los antojos de una mujer embarazada, o el hecho de que de íntimo se conciben como una unidad por la acción de per-
niños no nos gusten las verduras y de adultos sí. cibir el mundo que nos nutre y nos tiene con vida.
Más aún, la comida es un acto social, ya sea en familia, Se asegura que nos consolidamos como horno sapiens
con amigos, en pareja, para los negocios o las celebracio- por la bipedestación, por el pulgar contrapuesto al resto de
nes. Mucha gente no concibe sentarse a la mesa en solita- los dedos, por el uso o control del fuego y de ciertas herra-
rio. Los restaurantes y las fondas son espacios utilitarios mientas, por el lenguaje y la abstracción. Nosotros agrega-
que conjugan la alimentación del cuerpo con la del espíritu, mos, con Unamuno y Turró, que nuestra particular forma
pero también la de la convivencia. El mesón, la taberna, la de saciar el hambre nos ha hecho humanos.
tratoría, son ocasiones para vincularse con la tribu, el clan, No es extraña tal aseveración; antes hemos hablado del
la familia , el otro en general. De ahí la sobremesa y las be- carácter dominantemente sensitivo de nuestros hábitos ali-
bidas espirituosas. Así que comemos para fijar y fortalecer menticios, que nuestra sensación de vacío y necesidad se ve
lazos. acompañada de apetito, de deseo, de antojo, y los sentidos
Algunos se abstienen del consumo de la carne de cer- se preparan para acompañar o fortalecer la función fisioló-
do, o de la carne en lo absoluto, o sólo durante la Cuares- gica con satisfacción emocional y hasta estética. En La f ísi-
ma, porque su religión los obliga. Unos comen caviar, otros ca, o De la naturaleza, Aristóteles sostiene que antes que
foie gras, espumas, pastas, quesos fuertes, jamón serrano, nada aprehendemos el mundo por medio de los sentidos.

ix
x Prólogo

Comer, en nuestra especie, es el dominio del imperio de los imagen en que se diluyen las fronteras del cuerpo y el ali¬
sentidos, y por ese atajo nos hacemos del mundo. mento: “ tu cuerpo de pan apenas dorado /y tus ojos de azú ¬
A través de los tiempos, los alimentos además han es¬ car quemada . Otro ejemplo lo proporciona el poeta esta ¬
tado cargados de simbolismo. En el relato bíblico del Géne¬ dounidense E. E. Cummings, en uno de sus poemas grá fi ¬

sis se establece la primera prohibición en el consumo de camente diná micos:


alimentos (coincidentemente, la transgresión protagoniza ¬ si el
da por Ad á n y Eva también se asocia al conocimiento, pues verde
se define como el fruto del árbol de la ciencia); en el Nuevo se abre
testamento , Jesús hace el milagro de los panes y los peces un poco un
(de orden cuantitativo, pues los multiplicó), y el de las bo¬
poco
das de Caná (de orden cualitativo, al transformar el agua en fue
vino); aquí se establece una relación de la comida con la mucho y mucho
vida activa y del vino con la vida contemplativa. Este sim ¬ es
bolismo se confirma con la consagración a partir de la últi ¬ demasiado si
ma cena, en donde no sólo el pan y el vino adquieren el el verde vestido se
carácter simbólico del cuerpo y la sangre de Cristo, sino
a
que al ser engullido por los apóstoles, primero, y por los b
fieles, después, se da el mismo proceso del que hablaron
r
Unamuno y Turró: el creyente consolida su conocimiento, e
en este caso de la divinidad, por medio del consumo del
y dos son
pan y el vino. las fresas salvajes
La literatura se ha ocupado del tema desde los más va ¬
riados enfoques. En textos de la antigüedad es recurrente la Es evidente que los há bitos alimenticios son parte de
idea del consumo de alimentos en relación al grado de civi ¬ nuestra cultura, de nuestra forma de estar en el mundo. Es
lización de los individuos; en el Poema de Gilgamesh, el claro tambié n que las más diversas disciplinas se han dete ¬
héroe salvaje Enkidú, que con las gacelas tascaba la hierba nido en el tema, pero que los estudios científicos multidis-
(... ). Sólo de leche de animales solía él mamar. Pusieron pan ciplinarios tienen apenas un siglo de existencia. También es
frente a él. Él veía extra ñado. Lo examinaba. Porque no sa ¬ cierto que en los últimos siglos, quizá milenios, el proble¬
bía Enkid ú de pan para comer" En La odisea, el autor dife¬ ma fundamental de la humanidad fue el hambre, la produc¬
rencia entre los que comen pan y los que comen flores, los ción de alimentos. Pero hoy en día asistimos a cambios
lotófagos, bá rbaros que ni siquiera “ saben hablar como es vertiginosos en este á mbito. A mediados del siglo xx, deri ¬
debido , y cuando se refiere al cíclope Polifemo que no co¬ vada de la Segunda Guerra Mundial se produjo una revolu ¬
nocía el pan ni la sal. En el antiguo poema anglosajón ción en las técnicas de producción y distribución de ali ¬
Beowulf, los hé roes y sus ejé rcitos tienen grandes comilo¬ mentos, se dio un salto cuantitativo y cualitativo en la me ¬
nas y cuernos llenos de cerveza como recompensa a sus canización y la planificación científica de la agricultura y la
haza ñas. ganader ía. Con esto los pa íses ricos vencieron el problema
Dante Alighieri, en su Divina comedia , sometió a los del hambre y la desnutrición; pero los pa íses pobres no se
glotones en el tercer círculo del infierno, sumergidos en el vieron beneficiados de la misma manera: estos avances ma-
fango, bajo una intensa lluvia de granizo y ante la amenaza yoritariamente se enfocaron en llevarles comida chatarra,
constante de las tres fauces de Cancerbero. Por el contra ¬ creando otros problemas de salud.
rio, Marcel Proust, con su monumental En busca del tiem¬ Hoy en día vivimos, por una parte, la carencia alimen ¬
po perdido , logra una de las obras maestras de la literatura taria de una porción de la población, la desnutrición y la
de todos los tiempos a partir de la avalancha de evocacio¬ falta de higiene, y por otra , asistimos a una cultura de la
nes que su protagonista tiene en el momento de comer hiperalimentación, la falta de comunicación entre las per ¬
unas magdalenas con té de tila. En tiempos más recientes sonas, la soledad, el sedentarismo, el estrés laboral y el abu ¬
es muy reconocida la trilogía en torno a Reunión en el res¬ rrimiento: los males de la civilización. Nos enfrentamos a
taurante nostalgia , de la estadounidense Anne Tyller; tam ¬ las enfermedades de la carencia al mismo tiempo que a las
bié n memorable es el cuento El festín de Babette, de Isak de la opulencia; las de la inanición y las de la incompatibili ¬
Dinesen, y en nuestro país la popular Como agua para cho¬ dad con nuestro diseño evolutivo. A esta realidad debemos
colate , de Laura Esquivel, y Demasiado amor , de Sara Sef- agregarle la pérdida de muchas de las cocinas tradicionales,
chovich. los alimentos transgé nicos, la proliferación de la comida
Las metá foras relacionadas con la comida son abun ¬ rá pida , y las voraces políticas neoliberales y sus poco éticas
dantes, especialmente en lo que respecta a la idea de la y voraces campa ñas publicitarias.
coincidencia del hambre y el deseo como conjunción vital. Son muchas las razones por las que se hace necesario
Octavio Paz, en su poema Cuerpo a la vista concibe esta estudiar el fenómeno alimenticio desde enfoques diversos y
Prólogo

complementarios. Este amplio volumen coordinado por los de la vida, así como sus factores y componentes neurofisio-
doctores Antonio López Espinoza y Claudia Rocío Maga ña lógicos, y finalmente sobre las matemá ticas aplicadas a la
González, Hábitos alimentarios. Psicobiología y socioan - alimentación.
tropología de la alimentación , brinda acercamientos al fe ¬ Medio centenar de investigadores de diversas universi¬
nómeno alimentario desde los más distintos campos del dades y centros de investigación nacionales y extranjeros,
conocimiento: las reflexiones filosóficas, las indagaciones de muy diversas orientaciones, ofrecen un panorama que
desde la historia y la antropología, las implicaciones psico¬ busca atender la problemática de nuestros días en lo que se
lógicas, así como acercamientos desde el terreno de la bio¬ refiere a los há bitos de consumo alimentario. Adem ás ha ¬
logía y las matemáticas. Se ahonda en há bitos alimentarios: cen , en cierto sentido, un merecido homenaje en el cente¬
en propuestas socioantropológicas y estudios particulares nario de su publicación , a los dos pioneros de los estudios
de comunidades indígenas de México y Canadá , así como en esta á rea: Orígenes del conocimiento: el hambre, de Ra ¬
há bitos de consumo regionales, como es el caso de los de¬ món Turró (1912), y An explanation ofhunger, de Walter B.
rivados de las fiestas populares rurales y del pulque. Otra Cannon y A. L. Washburn (1912).
arista de las investigaciones aquí presentadas se concentra
en nuestros há bitos relacionados con la comida, la bebida y
los trastornos de conducta alimentaria. Desde la biología se Ricardo Sígala
concentra en la formación de há bitos alimenticios a lo largo Zapotlá n el Grande Jalisco
, , noviembre 2013
En las últimas tres décadas hemos sido testigos, y actores, merece ser estudiado desde la multidisciplinariedad, auna-
de los cambios en las formas de alimentarnos, derivados de do a que el desarrollo científico se ve acelerado precisa-
las transformaciones tecnológicas, económicas, políticas y mente por los cambios sociales en los que está inmersa la
culturales que como humanidad hemos construido históri- humanidad. Tales cambios y avances políticos muchas ve-
camente (Robertson, 2009). Este contexto histórico y glo- ces se ven impactados y desarrollados gracias a la genera-
bal enmarca a la alimentación como un fenómeno fasci- ción de conocimiento. De aquí que es posible reconocer
nante que forma parte de un entretejimiento social y eco- que la profesionalización y proliferación de espacios educa-
nómico complejo, que jamás el hombre pensó atestiguar. tivos relacionados con los alimentos y sus comportamien-
Los intercambios comerciales, ideas, creencias, valores y tos haya incrementado en las últimas tres décadas. Así,
patrones conductuales son visibles a través de las nuevas encontramos que la gama de licenciaturas o especialidades
tecnologías de la información que han favorecido el enco- en este ámbito se diversifica y especializa. Por ejemplo,
gimiento del espacio y tiempo de la vida social, acelerando ahora existen nutriólogos, psicólogos, antropólogos, médi-
el flujo la interacción entre seres humanos de diversas cul- cos, enfermeros, sociólogos y científicos de los alimentos
turas y clases sociales. preocupados por la alimentación.
Hoy en día, en términos alimentarios, es más fácil que En este contexto surge el presente libro, escrito por in-
estemos familiarizados con diversos tipos de dietas; pare- vestigadores de importante trayectoria en estudios relacio-
ciera que conocemos el arte culinario de otro lugar del nados con el comportamiento alimentario y la alimenta-
mundo sin necesidad de probarlo o estar en ese sitio. Esta ción. Este esfuerzo colectivo cierra el ciclo de trabajo en el
"des-locación" del espacio y los alimentos resulta una ca- que algunos investigadores celebramos los cien años de la
racterística de los sistemas alimentarios en el mundo y que publicación de dos investigaciones que marcaron el inicio
en muchas ocasiones da paso a los procesos de revalora- de esta área del conocimiento. Éstas son: Orígenes del cono-
ción de las culturas locales, al mismo tiempo que el surgi- cimiento: el hambre, de Ramón Turró (1912), y An explana-
miento de hibridaciones culinarias. No obstante lo maravi- tion of hunger, de Walter B. Cannon y A. L. Washburn
lloso que resulta la alimentación en nuestros días, es nece- (1912) . Curiosamente, ambas contribuciones abordaron el
sario enfatizar que las transformaciones de "encogimiento principal motivo por el cual un organismo se alimenta: el
de espacio y tiempo" también han impactado en el desarro- hambre. Quienes nos dedicamos a la comprensión del
llo de patologías alimentarias en el mundo. Al mismo tiem- comportamiento alimentario vivimos entonces un año de
po, han creado espacios ficticios y virtuales en los que pare- festejo que celebramos con lo mejor que tenemos: nuestro
ciera que la igualdad en la accesibilidad de alimentos y de trabajo de investigación. Por tal motivo iniciamos la cele-
condiciones económicas prevalece, cuando por el contra- bración en 2010 y cerramos con la edición de este libro.
rio, observamos que siguen existiendo las desigualdades En el Centro de Investigaciones en Comportamiento
sociales, que la brecha económica se amplía más y que los Alimentario y Nutrición (CICAN), del Centro Universita-
problemas de hambre y desnutrición se invisibilizan en ci- rio del Sur (CUSur) de la Universidad de Guadalajara, pu-
fras numéricas. En este contexto global, no podemos dejar blicamos en 2010 el número monográfico "Investigación en
de observar que las patologías alimentarias y los problemas comportamiento alimentario en modelos animales'; en la
de desnutrición trascienden las fronteras políticas, ya que Revista Mexicana de Análisis de la Conducta, Vol. 36, No.
la alimentación está inextricablemente vinculada a la eco- 2, 2010, así como la publicación del capítulo "Conducta ali-
nomía, cultura, tradiciones y elementos adicionales. Di- mentaria, instrucciones y aprendizaje'; de Alma Gabriela
chos aspectos de la vida social son fundamentales para ana- Martínez y colaboradores (2010), en Ma. T. Fuentes, J. J.
lizar y comprender que buena parte de la "salud" o la "enfer- Irigoyen y G. Mares (ISBN 978-607-00-3756-6). En 2011,
medad" depende de la alimentación en tanto un fenómeno nuestra celebración se materializó con la publicación del
biológico, psicológico y cultural. libro Del hambre a la saciedad. Contribuciones filosóficas,
En este contexto global, el estudio de la alimentación psicológicas, socio-antropológicas y biológicas, editado por
se vuelve tan amplio, diverso, complejo y relevante, que la Universidad de Guadalajara (ISBN 978-607-450-437-8).

xiii
xiv Introducción

Los coordinadores, Dr. Antonio López Espinoza y Dra . quienes ofrecen una propuesta filosófica que abona a la
Alma Gabriela Martí nez Moreno, recogieron lo mejor de comprensión del estudio de los "Há bitos alimentarios: Una
las aportaciones de investigadores de diversas universida ¬ aproximación conexionista" en el 1er. capítulo de este libro.
des nacionales e internacionales. A contrapelo, el segundo capítulo, escrito por Maximino
Durante 2012 nuestra actividad acadé mica fue muy in ¬ Matus, ofrece una visión que reflexiona . Los há bitos del
tensa , destacando la publicación de dos n meros mono¬ significado: alimentos que expanden el alma y contraen los
gráficos en la Revista Mexicana de Investigación en Psicolo¬ cuerpos o viceversa."
gía y en International Journal of Hispanic Psychology, así El segundo bloque de reflexiones orientadas a discutir
como la publicación del capítulo Estrés y comportamiento los hábitos alimentarios desde algunas propuestas antro¬
alimentario: modelo bioconductual de estrés-alimenta ¬ pológicas e históricas es abierto por el capítulo tercero, es¬
ción", en el libro Estrés y salud: investigación básica y apli¬ crito por Juana Meléndez. Reflexión sobre las aportacio¬
cada , que editaron S. Galá n y E. Camacho en El Manual nes teórico-metodológicas de los estudios sobre la alimen ¬
Moderno (ISBN 978-607-448- 225-6), y cuyos autores son .
tación Una visión antropológica brinda un panorama
Antonio López Espinoza y colaboradores. histórico que apuntala los orígenes de las teorías clásicas en
Sin embargo, a lo largo de estos trabajos nos dimos las que se fueron gestando los estudios sobre la alimenta ¬
cuenta que uno de los temas más delicados, y que ha sido ción y la nutrición en el desarrollo de la antropología gene¬
obviado científicamente, es el de "los hábitos alimentarios" ral. En contraste con lo anterior, el cuarto capítulo, escrito
En aquellos trabajos previos reparamos en la dificultad de por Steffan Igor Ayora Díaz, nos conduce al sur de México
definir o analizar los hábitos alimentarios de forma visible en Mérida, Yucatán para presentar lo que sucede en la
en algunos estudios, aunado a la naturaleza misma del con ¬ actualidad con los paisajes alimentarios en dicho estado de
cepto, ya que muchas veces se parte del sentido com n o la la República Mexicana. El autor reflexiona sobre Lo pos¬
naturalización de una conducta o patrón de conductas. Por nacional y la fragmentación del paisaje culinario yucateco:
ejemplo, algunos estudios afirman que los há bitos alimenta ¬ transformaciones contemporá neas de los hábitos culina ¬
rios refieren a aspectos relacionados con el número de co¬ rios .
midas diarias, los horarios en que se come, la manera como En el capítulo 5, Sara Raquel Baltazar Rangel y José
se adquieren, almacenan y manejan los alimentos, la forma Eduardo Zá rate presentan “ Hábitos alimenticios en regio¬
de decidir cuá nto, con quié n, dónde y con qué se come, las nes indígenas. Una visión antropológica , que sirve de teles¬
técnicas y tipos de preparación culinaria, el orden en que se copio para comprender que desde la perspectiva antropo¬
sirven los alimentos en la mesa y la manera de seleccionar lógica es necesaria una conceptualización teórica que parta
los alimentos para las comidas ordinarias y para las ocasio¬ de las teorías sociales para comprender que los há bitos ali ¬
nes especiales (García, Pardío, Arroyo y Fernández, 2008, mentarios son construcciones sociales. En este mismo te ¬
citado en Anaya, et al., 2012). Otras definiciones sugieren nor, Claudia Rocío Maga ña González, Yerena Figueroa
que los hábitos alimentarios podrían definirse como el com ¬ González, María Revuelta de la Lanza , Bertha Alicia Robles
portamiento más o menos consciente, colectivo en la mayo¬ Pelayo y Claudia Llanes Cañedo continúan con la perspec¬
ría de los casos y siempre repetitivo que conduce a la gente tiva social de la construcción de los há bitos alimentarios
a seleccionar, preparar y consumir un determinado alimen ¬ para discutir y cuestionar las visiones dominantes de las
to o men ú como una parte más de sus costumbres sociales, prácticas clínicas de los especialistas en la nutrición en el
culturales y religiosas, y que está influido por múltiples fac¬ capítulo 6. En este sentido, las autoras replantean la distin ¬
tores (socioeconómicos, culturales, geográficos, etcétera). ción entre “ Hábitos alimentarios cotidianos y festivos: una
Es por ello que el presente libro constituye un esfuerzo propuesta antropológica para el estudio de dos poblaciones
colectivo de varios investigadores por reflexionar científi¬ rurales en México” Ambos textos buscan aportan a una
camente el tema de hábitos alimentarios, repensados a la comprensión m ás fluida y diná mica de los hábitos alimen ¬
luz de la multidisciplinariedad. En este sentido, el Dr. Anto¬ tarios.
nio López Espinoza, director del C1CAN, y la Dra. Claudia El capítulo 7 se caracteriza por la reflexión de las trans ¬
Rocío Maga ña González, nos dimos a la tarea de invitar a formaciones históricas que han ocurrido en relación al
investigadores de reconocimiento nacional e internacional consumo de ciertas bebidas que en su momento fueron
a discutir y publicar un libro que abordara el tema en cues¬ prohibidas. En De los pulqueros y el hábito de consumo de
tión. A partir de la visión multidisciplinaria que ha distin ¬ pulque en el sur de Jalisco: el caso de Zapotlá n el Grande”
guido al CICAN, el texto está estructurado en cinco am ¬ Yolanda Lizeth Sevilla García, Alejandro Macías Maclas y
plias Reflexiones disciplinarias : filosóficas, antropológi¬ Claudia Rocío Maga ña González reflexionan sobre la im ¬
cas e históricas, psicológicas, biológicas y matemá ticas, portancia del contexto histórico y la desaparición, mante ¬
que a continuación enunciaremos para que el lector tenga nimiento y resurgimiento de los há bitos de consumo del
un panorama general de la obra. pulque.
La reflexión filosófica está estructurada a partir de las En el octavo capítulo, Kathi Wilson, Rachel Bezner-
aportaciones de José Burgos Triano y Oscar García Leal, Kerr, Chantelle Richmond (de la University ofToronto Mis-
Introducción

sissauga, Western University y Cornell University, respecti ¬ El cuarto bloque, de reflexiones biológicas, está carac¬
vamente) comparten sus conocimientos en el á rea de la terizado por tres textos que aportan a la comprensión de la
Geograf ía de la Salud para reflexionar sobre Consumo de "Formación de hábitos y estado nutricio a lo largo del ciclo
alimentos tradicionales entre ind ígenas en Canadá: com ¬ de la vida" escrito por Isabel Ortega Vélez en el capítulo 14.
paración entre reservas y entornos urbanos La inclusión En el capítulo 15, Juan Argüelles Luis, Carmen Perillá n
de un capítulo que reflexione sobre los consumos tradicio¬ Méndez, Juan José Díaz Mart ín y Paula Núñez Martínez
nales en las reservas indígenas de Canadá abre las posibili ¬ aportan sobre los "Hábitos alimentarios del consumo de
dades para repensar las condiciones en México, lo que será sal. Factores neurofisiológicos” Por último, Asucena Cár¬
más claro en trabajos posteriores. Este texto guarda la ca ¬ denas Villalvazo, Mónica Navarro Meza, María Luisa Pita
racterística de que signa una relación internacional con López, María del Rocío Padilla Galindo, Karen Elizabeth
Canadá; por tal motivo, la versión en inglés Consump - García Pulido y Marcos Efra ín Becerra Herná ndez expli ¬
tion of traditional foods among indigenous peoples in Ca¬ can con detenimiento los "Componentes neurofisiológicos
ñada . A comparison of reserve and urban settings , junto de los h á bitos alimentarios".
con otros contenidos, está disponible en el centro de Para cerrar el quinto y último bloque de este libro, se
aprendizaje en línea: invitó a la reflexión a Felipe Santoyo Telles, Elíseo Santoyo
_
www.mhhe.com / medicina /lopez habitosle.
Teyes y Ornar Arce Rodríguez, quienes presentan algunas
consideraciones sobre las “ Matemá ticas en el á rea de la
El tercer bloque está destinado a las reflexiones psico¬ ciencia de la alimentación. La alimentación es tambié n
lógicas sobre los há bitos alimentarios, principalmente des¬ cosa de n ú meros”
de una perspectiva conductual. El capítulo 9, de Alma Ga ¬ Este libro se pensó para alcanzar cuatro objetivos fun ¬
briela Martínez Moreno, Antonio López Espinoza y cola ¬ damentales: a ) la difusión científica dirigida a la comunidad
boradores, enfatiza la importancia de estudiar El hábito de universitaria y sociedad en general; b ) la conjunción de di ¬
beber Para ello, los autores hacen una revisión del consu ¬ versas reflexiones disciplinares sobre el tema en cuestión;
mo de algunas bebidas en la actualidad, especialmente en c ) la oportunidad de contar con un libro de consulta para los
México. Por su parte, el capítulo 10, escrito por Virginia diferentes posgrados que de alguna u otra manera estén re¬
Gabriela Aguilera Cervantes, Carlos Javier Flores Aguirre, lacionados con el tema de la alimentación, y d ) un punto de
Cristiano Valerio do Santos y Karla Alejandra Damián Me ¬ encuentro para que diferentes cuerpos académicos o grupos
dina y José Guadalupe Salazar Estrada, hace hincapié en la de investigación participemos de un trabajo conjunto.
relevancia de estudiar las variables de Actividad y há bitos A partir de lo anterior deseamos profundamente que
alimentarios” Al anterior le sigue el capítulo 11, donde An ¬ el libro que tiene en sus manos contribuya al estudio de los
tonio Ló pez Espinoza, Alma Gabriela Martí nez Moreno y há bitos alimentarios considerando, siempre, la importan ¬
colaboradores, presentan El há bito de comer y en él una cia de la multidisciplinariedad. En este sentido, aprovecha ¬
especial propuesta para comprender el há bito alimentario. mos para agradecer a todos y cada uno de los autores que
Alejá ndose de las perspectivas experimentales, los au ¬ desde diversas instituciones nacionales e internacionales
tores Georgina Leticia Álvarez Rayón, Juan Manuel Manci¬ colaboraron en el presente documento. Esperamos que el
lla Díaz y colaboradores, analizan en el capítulo 12 los Pa¬ presente título sea un grano de arena que condimente
trones alimentarios de pacientes con trastorno de la conduc¬ nuestra manera de construir y estudiar los há bitos y fenó¬
ta alimentaria: hábitos, preferencias y consumo calórico” El menos alimentarios. Que disfrute la lectura.
capítulo 13 muestra la importancia de la "Definición y eva ¬
luación de há bitos alimentarios gracias a la participación de
Karina Franco Paredes, Elia Herminia Valdés Miramontes, Antonio López Espinoza
Consuelo Escoto Ponce de León y Maximino Matus. Claudia Rocío Magaña González
Reflexiones
filosóficas
y matemáticas

CONTENIDO
l. Hábitos alimentarios: una aproximación conexionista
José Enrique Burgos Triano; Óscar García Leal

2. Los hábitos del significado: alimentos que expanden el alma y contraen los cuerpos o
viceversa
Maximino Matus
Hábitos alimentarios: una aproximación
conexion ista

• José Enrique Burgos Triano


• Óscar García Lea l

Introducción l. m. Vestido o traje que cada persona usa según su es-


tado, ministerio o nación, y especialmente el que usan
El presente capítulo esboza una aproximación conexionis- los religiosos y religiosas.
ta a los hábitos alimentarios. Por ser un esbozo, distará
2. m. Modo especial de proceder o conducirse adquirido
mucho de ser completo. Al contrario, será incompleto, ten-
por repetición de actos iguales o semejantes, u origi-
tativo y preliminar. Por así decirlo, será un primer y muy
nado por tendencias instintivas.
corto paso hacia una aproximación conexionista a los hábi-
tos en general y a los hábitos alimentarios en particular. 3. m. Insignia con que se distinguen las órdenes mili-
Nuestra propuesta central a desarrollar a lo largo del capí- tares.
tulo es que los hábitos alimentarios son un tipo de hábito y, 4. m. Cada una de estas órdenes.
como tales, no son fundamentalmente distintos de otros 5. m. Med. Situación de dependencia respecto de ciertas
tipos de hábitos, como los hábitos de estudio, de ver la te- drogas.
levisión, de fumar o de rezar. El concepto central que rela-
ciona todos estos tipos entre sí, por supuesto, es el concep- 6. m. Med. Disminución del efecto producido por un
to de hábito. Por lo tanto, nuestra propuesta representará medicamento en un organismo, a causa de su admi-
en gran medida una aproximación conexionista a los hábi- nistración continuada.
tos en general; sin embargo, la aplicaremos a los hábitos 7. m. pi. Vestido talar propio de los eclesiásticos y que
alimentarios, aunque en principio la aproximación es apli- usaban los estudiantes, compuesto ordinariamente de
cable a otros tipos de hábitos. De cualquier manera, no sotana y manteo:'
pretendemos que nuestra aproximación reemplace otras
Por supuesto, el significado de interés aquí es el seña-
teorías de los hábitos propuestas en psicología. Más bien,
lado con el número 2 (el cual subsume a 5 y 6). Como pri-
el objetivo es mostrar cómo una aproximación conexionis-
mera aproximación, pues, y parafraseando, un hábito es un
ta permite dar cuenta de ciertos aspectos importantes de
comportamiento o conducta ("modo [... ] de proceder o
los hábitos en general, y de los hábitos alimentarios en par-
conducirse") constituido por acciones o respuestas relati-
ticular.
vamente similares ("repetición de actos iguales o semejan-
Permítasenos iniciar, como a veces se hace, con algu-
tes") que pueden ser aprendidas ("adquiridas") o innatas
nas consideraciones sobre usos del término "hábito" en
("originado por tendencias instintivas") y ocurren ante
lenguaje ordinario y sentido común. En lenguaje ordinario,
ciertas condiciones ambientales. Esta relación con condi-
el diccionario de la Real Academia Española ofrece las si-
ciones ambientales es un aspecto crucial (de hecho, consti-
guientes definiciones lexicográficas:
tutivo) de los hábitos que está ausente de la definición lexi-
"(Del lat. hab!tus). cográfica.

3
4 SECCIÓN 1 Reflexiones filosóficas y matemáticas

Pese a sus limitaciones, esta definición es una buena bido y teorizado acerca de los hábitos. Un autor que es
aproximación a la que se maneja en psicología científica. obligado citar al respecto es James (1890), quien dedicó
De hecho, como en el caso de varios conceptos científicos, todo un capítulo de su obra magna a los hábitos, en lo que
esa definición ha sido un punto de partida para la investi- parece ser el primer intento de reflexionar científicamente
gación científica sobre hábitos, dentro de esas disciplinas. sobre ellos. Ese capítulo anticipa muchos de los aspectos
Examinaremos pues, muy brevemente, algunas de las con- que posteriormente serían investigados más a fondo en
tribuciones que se han hecho a la investigación de hábitos psicología. Aunque James no distinguió entre hábitos men-
desde la psicología científica. Por supuesto, esta literatura tales y hábitos conductuales tan explícitamente como lo
es demasiado extensa como para revisarla aquí de manera han hecho otros, habló de "acción mental" (p. 111) y de
exhaustiva; entonces, examinaremos sólo unos pocos hi- "ensayar mentalmente el acto" (p. 115), lo que presupone
tos, para abstraer una noción un poco más científica de una noción de hábito mental definida igualmente por ese
hábito. Veremos que las diferencias principales entre el carácter repetitivo que tanto se afirma de los hábitos con-
lenguaje ordinario/sentido común, ejemplificado por la de- ductuales.
finición lexicográfica anterior, y el estudio científico, ejem- La noción de hábito mental o hábito de la mente ha
plificado por algunos de esos hitos, residen, por una parte, sido común en psicología. Por ejemplo, Baldwin (1893),
en la elaboración de ciertos detalles conceptuales y, por anticipando una de nuestras conclusiones, planteó que "los
otra, en la investigación experimental y teórica que se ha hábitos mentales parecen más fuertes, quizás, que los físi-
realizado al respecto. Tales diferencias, por supuesto, son cos" (p. 148). También planteó una relación estrecha entre
muy importantes, y discutiremos algunas de ellas a lo largo hábito y cierta forma de aprendizaje: "En la educación tem-
del capítulo. prana, al infante se le enseña a apreciar cualidades en algu-
Una primera consideración conceptual es que la defi- nos objetos señalándole la ausencia conspicua de estas
nición es un tanto restringida, en el sentido de que identi- cualidades en otros objetos, hasta que se vuelve un hábito
fica hábitos con ciertas formas de conducta. Sin embargo, mental" (p. 167).
la investigación científica de los hábitos, especialmente en Otro autor, menos conocido pero no menos impor-
psicología, también admite lo que podría denominarse, a tante, concibió los hábitos como puramente mentales: "Un
falta de una mejor expresión, "hábitos mentales''. Mucho hábito, desde el punto de vista de la psicología, es una ma-
depende de cómo definamos esa expresión, lo cual plantea nera más o menos fija de pensar, deliberar o sentir, adquiri-
una problemática demasiado extensa y compleja como da mediante repetición previa de una experiencia mental"
para hacerle justicia en este escrito. Pero en términos muy (Andrews, 1903, p. 121). Esta concepción peca de ser tan
generales e intuitivos, y al menos en psicología tradicional estrecha como la ordinaria, ya que al restringirse a hábitos
cognitiva, donde se concibe lo mental como algo que no es mentales adquiridos, excluye hábitos conductuales inna-
ni conductual ni cerebral, es común hablar de ciertos esta- tos, los cuales son igualmente importantes (de hecho, fun-
dos, eventos o procesos mentales que son relativamente damentales). Entonces, no adoptaremos estas restricciones
similares de un momento a otro, y que pueden ser innatos aquí, aunque sí adoptaremos el énfasis de esa concepción
o adquiridos. Por ejemplo, uno puede no sólo tener el hábi- sobre el carácter "más o menos" fijo, repetitivo, regular o,
to de fumar, sino también el hábito de querer fumar en como preferiremos llamarlo más adelante, estable, de los
ciertas circunstancias o condiciones. Asimismo, uno pue- hábitos.
de tener el hábito de ir a misa (un hábito conductual o eje- Más recientemente, Verplanken, Friborg, Wang, Trafi-
cutivo), así como también el hábito de pensar en Dios bajo mow y Woolf (2007) usaron la noción de hábito mental en
ciertas condiciones o en ciertas circunstancias (hábito investigaciones empíricas sobre el auto-pensamiento nega-
mental o de pensamiento). Igualmente, y ya más en rela- tivo como un hábito mental caracterizado por un patrón
ción con el tema que nos ocupa, podemos "pensar" en co- de pensamiento recurrente o repetitivo. La propuesta teó-
mer, o "querer" comer, o "imaginarnos" comida cuando, rica que desarrollaremos, en términos de un modelo par-
por ejemplo, el reloj nos marca la hora de comer, o cuando ticular conexionista del condicionamiento, permitirá decir
vemos una imagen de un platillo. Las palabras entre comi- algo acerca de la distinción y relación entre hábitos menta-
llas son términos mentalistas en el sentido de que se refie- les y hábitos conductuales.
ren a procesos, estados, propiedades o eventos mentales. James (1890) también distinguió entre hábitos innatos
Consideramos que esos términos, así como los conceptos y hábitos adquiridos (distinción que también se hace en la
que nombran, juegan un papel central en la explicación de definición lexicográfica 5), de manera más explícita y desde
los hábitos conductuales, aunque los concebiremos de una un inicio:
manera muy distinta de la que se encuentra en psicología
cognitiva. "[ ...] las criaturas vivientes ...son manojos de hábi-
La distinción entre hábitos conductuales y hábitos tos . ... en animales domesticados, y especialmente en
mentales también es relevante en psicología porque se re- el hombre, [los hábitos] pareciera[n] en gran medida
laciona con la forma en que muchos psicólogos han conce- ser el resultado de la educación. Los hábitos para los
CAPÍTULO 1 Hábitos alimentarios: una aproximación conexionista

cuales hay una tendencia innata se llaman instintos; el sentido de que realizarlo requiere poca o ninguna aten-
algunos de aquellos que se deben a la educación se- ción consciente de nuestra parte, o por lo menos mucha
rían llamados por la mayoría de las personas actos de menor atención que cuando adquirimos el hábito. Según
razón" (p. 104). James, entonces, hay una relación estrecha entre hábitos y
conciencia, y nuestra propuesta teórica también dirá algo
En un intento por definir el concepto de hábito, James acerca de esa relación, al menos respecto a un tipo básico
(1890) formuló la siguiente "primera proposición": "los fe- de conciencia, la llamada "conciencia fenoménica''.
nómenos de hábito en seres vivientes se deben a la plastici- Antes de proceder, y para finalizar esta introducción,
dad de los materiales orgánicos de los cuales están com- debemos delimitar un poco más la relación entre hábitos y
puestos sus cuerpos''. Aquí, por "plasticidad" se refirió a "la aprendizaje. De nuevo, para muchos, la adquisición o for-
posesión de una estructura suficientemente débil como mación de hábitos es casi sinónima de aprendizaje. Por ello
para ceder a una influencia, pero suficientemente fuerte nos concentraremos sobre hábitos adquiridos, aunque los
como para no ceder toda de una vez" (p. 105). Desde que hábitos innatos, que James (1890) llamó "instintos'; juegan
James (1890) formuló esta proposición, la noción de plasti- un papel central en (de hecho, son la base de) los adquiri-
cidad como una propiedad de la materia viva ha sido y con- dos.
tinúa siendo usada como definitoria de los hábitos. Tanto, El aprendizaje también es un fenómeno muy complejo
que muchos han considerado que la formación de hábitos cuyo estudio experimental se ha convertido en una de las
es prácticamente sinónima de aprendizaje. Ello pareciera áreas más extensas de investigación en psicología. Resulta
restringirse a los hábitos adquiridos mediante la "educa- común dividir los fenómenos de aprendizaje en dos gran-
ción''. Sin embargo, aun los instintos (según James [1890], des tipos, a saber: no asociativo y asociativo. El aprendiza-
hábitos "para los cuales hay una tendencia innata") mues- je no asociativo, a su vez, se subdivide en habituación (ya
tran una plasticidad considerable (p. ej., la habituación). La mencionada antes en relación con la plasticidad de los ins-
propuesta teórica que desarrollaremos posteriormente tintos) y sensibilización. El aprendizaje asociativo se sub-
también nos permitirá decir algo acerca de la distinción divide en condicionamiento pavloviano (o clásico o res-
innato-adquirido. pondiente) y condicionamiento operante. Se ha escrito
Parte crucial de esa estructura a la cual se refiere James mucho sobre la segunda distinción, y el presente capítulo
(1890) es el cerebro. Esta primera propuesta de James plan- no será una excepción. De hecho, una de las contribucio-
tea, pues, una relación estrecha entre hábitos adquiridos, nes del capítulo será teorizar sobre el problema de cómo se
aprendizaje y cerebro, y los hábitos alimentarios no son la relacionan el condicionamiento pavloviano (término acu-
excepción. La propuesta teórica que desarrollaremos tam- ñado en honor a lvan Petrovich Pavlov) y el operante (o
bién permitirá decir algo acerca de esta relación en ese tipo instrumental) en la formación, adquisición o aprendiza-
de hábitos. Por supuesto, el cerebro es una de las estructu- je de hábitos alimentarios. Para ello, también intentaremos
ras más complejas, y su estudio científico ha representado delimitar en la siguiente sección, aunque sea de manera
uno de los desafíos intelectuales más arduos de nuestra basta y amplia, el sentido que usaremos de la expresión
época. La neurociencia, disciplina encargada de estudiar "hábito alimentario''.
científicamente el cerebro en sus múltiples niveles de orga- Pese a la importancia central que tendrá el condiciona-
nización (molecular, celular, anatómico, conductual), se ha miento pavloviano en nuestra propuesta, no pretendemos
convertido en uno de los campos de investigación más reducir todos los hábitos alimentarios adquiridos a patro-
productivos y extensos, con numerosas revistas y áreas de nes de respuesta aprendidos mediante condicionamiento
estudio especializadas. Obviamente, no podemos hacerle pavloviano. Si bien Watson y Morgan (1917) afirmaron que
justicia a tan enorme complejidad, aun si restringimos "un hábito es una serie de reflejos condicionados" (p. 168),
nuestra discusión a los sustratos neurales de los hábitos ali- refiriéndose al condicionamiento pavloviano, estamos de
mentarios, tema más específico que será central en este acuerdo con Humphrey (1925) en que tal afirmación es ex-
capítulo. Sólo podremos examinar unos pocos aspectos de trema. Más bien, será suficiente para nuestros propósi-
este tema, en términos de una cierta propuesta teórica que tos actuales suponer que patrones regulares de conducta
desarrollaremos en su momento. aprendida mediante condicionamiento pavloviano consti-
James (1890) también propuso que "el hábito reduce la tuyen casos importantes de hábitos. Es decir, no es que un
atención consciente con la cual nuestros actos son ejecuta- hábito sea una serie de reflejos condicionados; más bien,
dos" (p. 114). Esta propiedad es mucho más difícil de pre- una serie de reflejos condicionados constituye un cierto
cisar que la primera, ya que plantea el problema por demás tipo de hábito. No proponemos, pues, reducir hábitos a
complejo de la conciencia. Intuitivamente, esta propiedad conducta aprendida por condicionamiento pavloviano,
se refiere al carácter automático de los hábitos, inclusive sino más bien asumir como hipótesis de trabajo que dicha
aquellos que han sido adquiridos o aprendidos. En efecto, conducta es un tipo de hábito conductual adquirido. Por lo
cuando ya hemos adquirido un hábito, con la práctica se tanto, su estudio experimental y teórico resulta indispensa-
vuelve habitual, irreflexivo, mecánico o "inconsciente'; en ble (aunque no suficiente) para alcanzar una comprensión
6 SECCIÓN 1 Reflexiones filosóficas y matemáticas

científica adecuada de los hábitos en general y los hábitos fuertemente conceptual y teórica y, por lo tanto, muy abs-
alimentarios en particular. tracta y simplificada. Nuestro punto es que en los ejemplos
anteriores, así como muchos otros, los hábitos alimenta-
rios son identificados con conductas de consumir cierto
Hábitos alimentarios tipo de alimento. Si bien no negamos que tales conductas
En esta sección propondremos un concepto de hábito ali- pueden calificarse como hábitos alimentarios, propondre-
mentario que sirva de sustento lógico para la propuesta mos un concepto más amplio que permita una relación
teórica que haremos después. El concepto que propondre- más estrecha con el condicionamiento (paso preliminar
mos es un tanto distinto del que usualmente se encuentra crucial de nuestra propuesta teórica) y, en esa medida, una
en biología, sobre todo en ecología, donde es común hablar mayor cobertura descriptiva y explicativa, así como mayor
de los hábitos alimentarios de especies particulares, en su claridad conceptual.
mayoría salvajes. En ese contexto, los hábitos alimentarios Nuestra propuesta general es que un hábito puede ser
tienden a identificarse con patrones conductuales regula- alimentario aun cuando ocurra en ausencia de alimento.
res que son observados en alguna especie de interés, y que Es decir, la presencia de alimento no es necesaria para que
constan de formas en las cuales sus miembros se procuran un hábito se califique como alimentario. Hábitos adquiri-
el sustento nutritivo, especialmente el tipo de alimento que dos mediante "condicionamiento apetitivo'; forma de
se ingiere y cómo se ingiere. aprendizaje asociativo en la cual el alimento desempeña
Por ejemplo, Yeates, Bongers, de Goede, Freckman y un papel central (en contraposición al llamado "condicio-
Gerogieva (1993) describieron los hábitos alimentarios de namiento aversivo'; en el cual se aplican estímulos des-
los nematodos en términos de interacciones tróficas con agradables), también se califican como alimentarios, aun
distintas fuentes de alimentos, como plantas, bacterias y cuando ocurran en ausencia de comida. Basamos esta pro-
eucariontes unicelulares. Stergiou y Karpouzi (2002) des- puesta en dos razones. Por un lado, el condicionamiento
cribieron los hábitos alimentarios de 146 especies de peces apetitivo depende crucialmente del efecto reforzador del
del Mediterráneo en términos de grupos tróficos funciona- alimento. Por otro lado, las respuestas que son adquiridas
les, tales como herbívoros, omnívoros con preferencia por mediante condicionamiento apetitivo y constituyen hábitos
material vegetal, y omnívoros con preferencia por material adquiridos son muy semejantes a las que son provocadas de
animal. manera innata y biológicamente específica por alimento.
Más recientemente, Zucoloto (2011) publicó una inte- La primera es mucho más problemática, por lo que la dis-
resantísima discusión sobre la evolución de la conducta cutiremos más extensamente.
alimentaria humana, desde sus orígenes en África oriental El término "reforzador" suele usarse de maneras dis-
y la región subsahariana hace unos 200 000 años, hasta tintas, ya sea para referirse a aquello que se presenta en una
nuestros días. Según Zucoloto, uno de los debates más operación experimental o a su efecto fortalecedor en el or-
candentes sobre el tema se refiere a cuáles pudieron haber ganismo. El segundo concepto es el que ha causado mayor
sido los hábitos alimentarios de las poblaciones humanas controversia. Los psicólogos todavía no se han puesto de
primitivas (durante el Paleolítico) respecto a la proporción acuerdo en la definición de ese efecto fortalecedor; en par-
de ingesta de carne vs. vegetales. Algunos arguyen que esas ticular, exactamente qué se fortalece y cómo. Ciertamente,
poblaciones, aunque omnívoras, tenían una fuerte tenden- están de acuerdo en que el efecto es al menos conductual,
cia herbívora; mientras otros defienden la tesis contraria: por cuanto es común observar un incremento en alguna
que esas poblaciones, aunque omnívoras, tenían fuertes medida de respuesta, pero hasta allí llega el consenso. Hay
tendencias carnívoras. desacuerdos conceptuales, metodológicos y teóricos pro-
Zucoloto (2011) también señala que el dominio del fue- fundos que no podemos examinar exhaustivamente aquí.
go y la agricultura modificaron de maneras importantes los Sólo mencionaremos uno que es directamente relevante
hábitos alimentarios de las poblaciones humanas primiti- para nuestra propuesta.
vas. Una de las conclusiones de Zucoloto es que las dietas Por un lado, los conductistas radicales, inspirados por
de los humanos prehistóricos eran mucho mejores (más Skinner (1974), insisten en que el efecto fortalecedor de los
nutritivas) que la mayoría de las dietas actuales de comida reforzadores, o al menos el efecto que le compete a la psi-
rápida, y que las dietas japonesa y mediterránea actuales cología científica, es puramente conductual. En el estudio
son las más semejantes a las de los humanos del paleolítico. del condicionamiento operante apetitivo (el énfasis de los
Zucoloto (2011) dedica toda una sección a las comidas que skinnerianos), este efecto se conoce como "reforzamiento
han causado controversia sobre la evolución de los hábitos positivo" y consiste en un aumento de la tasa global de una
alimentarios de los humanos. Un ejemplo es la leche, la respuesta emitida en ausencia de estímulos sensoriales
cual, plantea Zucoloto, no es consumida en la adultez (luego programados. Los conductistas radicales, limitándose al
del destete) por ninguna especie, excepto por humanos. condicionamiento operante, plantean que a la psicología
Por supuesto, no pretendemos abarcar tal riqueza de científica no le compete (ni necesita) estudiar otros efec-
fenómenos y descripciones. Nuestra aproximación será tos, aunque los haya y sean científicamente tratables. En
CAP[TULO 1 Hábitos alimentarios: una aproximación conexionista

particular, los skinnerianos no niegan que los reforzadores viosas" (p. 7) entre las regiones corticales activadas por el
positivos tengan efectos neurobiológicos; sin embargo, di- EC y el El. Desafortunadamente, este énfasis en la impor-
cen, no son objeto de estudio "propio" de la psicología tancia del cerebro para una comprensión científica del con-
científica, y ni siquiera es indispensable estudiarlos porque dicionamiento ha caído en desuso. Ejemplo patente de ello
no juegan papel causal o explicativo alguno en la conducta. es el modelo de Rescorla y Wagner (1972), donde se habla
Además, opinan que estudiarlos hace poca o ninguna dife- de "asociaciones" en lugar de "conexiones nerviosas" y la
rencia en el control y la predicción de la conducta, únicos teorización está desligada de la estructura y funcionamien-
objetivos de la ciencia de la conducta (aun cuando permi- to del cerebro.
tan rellenar el vacío temporal que deja el análisis de la con- Pese a sus profundos desacuerdos, entonces, las pos-
ducta y así lograr una descripción "casi completa" del orga- turas skinneriana y cognitivista comparten una tesis co-
nismo total; ver Skinner, 1974, pp. 236-237). mún: los efectos neurobiológicos del reforzador son irrele-
Por otro lado, los cognitivistas plantean que el efecto vantes para la psicología científica. Esta tesis ha adquirido
fortalecedor de los reforzadores positivos que le compete a formas extremas que son demasiado perversas para mere-
la psicología científica no es puramente conductual, sino cer atención y demasiado endebles para soportar un escru-
que también abarca cambios en las estructuras cognitivas tinio mínimo (p. ej., separar tajantemente lo biológico de lo
del organismo. Por ejemplo, Rescorla (1991) planteó que al psicológico o reducir lo biológico a lo conductual). Hasta
condicionamiento operante (o "instrumental'; como pre- donde creemos entenderla, luce como una tesis totalmente
fiere llamarlo) le subyace una estructura asociativa jerár- arbitraria, motivada por intereses políticos y personales,
quica de la forma S-(R-0), donde S denota un estímulo más que sustentada en razones contundentes filosóficas y
antecedente, R una respuesta y O un resultado de esa res- científicas.
puesta (el reforzador propiamente dicho) . Según este plan- La propuesta teórica que desarrollaremos más adelan-
teamiento, durante el condicionamiento instrumental se te, entonces está de acuerdo con Rescorla (1991), Pavlov
desarrolla primero una asociación mental entre la respues- y otros, y en desacuerdo con los skinnerianos, en que el
ta y su resultado (consecuencia o reforzador) , especificada efecto fortalecedor de los reforzadores no es puramen-
entre paréntesis, y luego esa asociación a su vez se asocia te conductual. Los reforzadores también tienen efectos no
con un estímulo antecedente (S). Sin embargo, Rescorla (y conductuales que juegan un papel explicativo de los efec-
muchos otros) se niega a concebir tales asociaciones, como tos conductuales. Sin embargo, en contra de skinnerianos y
neurobiológicas, porque, según ellos, tal identificación li- cognitivistas por igual, no desligaremos los efectos reforza-
mitaría tanto su generalidad como su poder explicativo y dores no conductuales de los reforzadores de la estructu-
predictivo. ra y funcionamiento del sistema nervioso, sino que, como
Por supuesto, la noción de que un reforzador tiene Pavlov (1927), los concebiremos como inherentemente
efectos fortalecedores no es exclusiva de la investigación en neuronales , aunque tampoco adoptaremos su teoría del
condicionamiento instrumental (por más que los skinne- funcionamiento cortical. A diferencia de otras propuestas,
rianos traten de adueñarse del término "reforzador"). Pav- la nuestra no hace una distinción fundamental entre lo bio-
lov (1927), antes de Skinner, habló del "estímulo incon- lógico y lo psicológico, o entre mente y cerebro (o cuerpo}.
dicionado reforzador" (p. 242} y de "reforzar el estímulo Si acaso, admite una diferencia metodológica sólo en el
condicionado" (p. 325). Hoy es común considerar al estí- sentido de que el estudio de la conducta involucra varia-
mulo incondicionado (El} como el reforzador en condicio- bles, procedimientos, técnicas y aparatos distintos de los
namiento pavloviano, tanto en un sentido de operación ex- usados en el estudio del cerebro. Pero una distinción meto-
perimental (presentar el El en una relación temporal y esta- dológica no implica una ontológica. También admitiremos
dística óptima con el estímulo condiconado o EC), como en una distinción entre lo mental y lo conductual, pero sólo en
un sentido de los efectos de esa operación. En condiciona- referencia al funcionamiento de distintas partes de un sis-
miento pavloviano, el El es un estímulo biológicamente sig- tema nervioso.
nificativo que causa una respuesta sin necesidad de apren- Sobre la base de lo anterior, a continuación propone-
dizaje, mientras que un EC es un estímulo sensorial (por ej., mos el concepto de hábito alimentario que adoptaremos
una luz o un tono) que puede llegar a evocar una respuesta en nuestra propuesta. Este concepto, de nuevo, es más am-
semejante a la evocada por el El, bajo ciertas condiciones. plio que el que se maneja en ecología. Nuestra propuesta
La mayoría de los investigadores en condicionamiento pa- general, ya anticipada al inicio del capítulo, es que hábitos
vloviano están de acuerdo en que tales efectos son tanto aprendidos mediante condicionamiento apetitivo (p. ej., por
conductuales como no conductuales, y que los segundos reforzamiento con alimento) califican como alimentarios,
son de carácter cognitivo y, por lo tanto, pueden ser trata- pese a que pueden ocurrir en ausencia de comida. Ante
dos teóricamente al margen de la estructura y funciona- todo, califican como hábitos porque son más o menos re-
miento del cerebro. Ello pese a que Pavlov (1927} conjeturó petitivos. Por ejemplo, cuando una rata aprende a presio-
que el El, cuando es presentado en una relación temporal y nar una palanca o una paloma aprende a picotear una tecla
estadística óptima con el EC, refuerza las "conexiones ner- mediante condicionamiento apetitivo, estas conductas
8 SECCIÓN 1 Reflexiones filosóficas y matemáticas

tienden a ocurrir más o menos regularmente durante pe- picar una tecla iluminada, y que este hábito es alimentario,
riodos extensos. También califican como adquiridos, por aun cuando esa respuesta no sea consumir alimento. Por
cuanto se aprenden por condicionamiento. supuesto, no hay teclas iluminadas en el entorno natural de
Pero nuestra propuesta crucial es que también califican esos animales, pero ello no significa que este hábito sea
como alimentarios, pese a que pueden ocurrir en ausencia científicamente irrelevante. Nuestro punto aquí no es de
de alimento (una rata puede aprender a presionar una pa- validez ecológica sino conceptual: el consumo de alimento,
lanca y una paloma picar una tecla durante intervalos ex- en sí mismo, no es necesario para que un hábito sea ali-
tensos en ausencia de comida). ¿Por qué proponemos esto? mentario.
Porque la adquisición de tales hábitos mediante condicio- El caso de las ratas es más complicado, ya que la rela-
namiento apetitivo, tal y como el término "apetitivo" lo ción entre su conducta alimentaria innata y su conducta
indica, depende críticamente del efecto reforzador del ali- alimentaria adquirida es mucho menos obvia. Por ejemplo,
mento, así como de un estado motivacional de hambre. las ratas pueden ser condicionadas a presionar una palanca
Ambos son condiciones necesarias (e íntimamente ligadas por comida en un procedimiento de reforzamiento ope-
entre sí) para el condicionamiento apetitivo. Así, para que el rante. También pueden ser condicionadas a presionar una
condicionamiento apetitivo pavloviano ocurra, el EC debe palanca retráctil que es presentada segundos antes de agua
presentarse en una relación temporal y estadística óptima (Burgos y cols., 2008). A primera vista, la respuesta de pre-
con el El. También, para que el condicionamiento apetitivo sionar una palanca pareciera ser muy distinta de aquellas
instrumental ocurra, el reforzador primario debe presen- respuestas que se supondría son específicamente provoca-
tarse en una relación temporal y estadística óptima con una das por agua (p. ej., lamer, tragar, etc.) o comida (salivar,
cierta respuesta de interés (p. ej., presión de palanca en ra- masticar, tragar, etc.). Sin embargo, hay una conducta es-
tas, picoteo de tecla en palomas). En ambos casos se usa pecífica de las ratas (y roedores en general) que tiende a
alimento como El y como reforzador primario. ocurrir en presencia de comida, a saber: la manipulación
Otra razón que dimos para considerar hábitos apren- de objetos con las patas delanteras. También las ratas con
didos mediante condicionamiento apetitivo como ali- frecuencia roen la palanca mientras la presionan, y roer es
mentario es que las respuestas aprendidas son muy otra respuesta alimentaria específica de las ratas y demás
semejantes a las que ocurren de manera innata ante el ali- roedores (de allí el término "roedor"). En el caso del agua,
mento. En efecto, el alimento produce ciertas reacciones cuando ratas en cautiverio la consumen de los bebederos
biológicas específicas no aprendidas y, por lo tanto, inna- en sus habitáculos, tienden a sostener el pico del bebedero
tas. De hecho, cuando esas reacciones son producidas es- con sus patas mientras lamen el líquido.
pecífica y regularmente por la presencia regular de alimen- Parece entonces razonable suponer que hábitos alimen-
to, también se califican como hábitos alimentarios, pero tarios adquiridos en las ratas también involucran respuestas
innatos. muy semejantes a las que ocurren en presencia de alimento.
Por ejemplo, podemos decir que las palomas tienen el Esta suposición es consistente con la teoría de sistemas de
hábito innato de picar grano (p. ej., por lo general, cuando conducta propuesta por Timberlake (1993), quien arguye
están en presencia de grano, lo pican) . Ello permite intro- que la conducta de todos los animales (incluyendo los hu-
ducir la categoría de hábitos alimentarios innatos. Pero manos) está organizada en "sistemas motivacionales" tales
además, el condicionamiento apetitivo resulta en respues- como comer, aparearse, evitar predadores, etcétera. Cada
tas semejantes que ocurren ante estímulos que no las pro- sistema a su vez está constituido por un conjunto de res-
ducen de manera biológicamente específica (p. ej., luces y puestas que son provocadas de manera biológicamente es-
tonos). Por ejemplo, una paloma puede ser condicionada a pecífica por estímulos específicos. Timberlake (1993) ilus-
picar una tecla iluminada mediante ensayos de ilumina- tra su propuesta analizando el sistema alimentario de las
ción de la tecla por algunos segundos seguida por una dis- ratas y planteando que cuando una rata hambrienta en-
ponibilidad breve de grano. Este condicionamiento es co- cuentra comida, "entra en una modalidad de manipulación
nocido como automoldeamiento, descubierto por Brown y o consumo" (p. 118). Según esa teoría, entonces, la mani-
Jenkins (1968) y en el que se usa un procedimiento de con- pulación de alimento es parte del sistema alimentario de
tingencia pavloviana (en la cual los estímulos ocurren inde- las ratas (otras partes son la búsqueda de alimento cuando
pendientemente de la conducta de los sujetos). Obviamen- el animal está hambriento). Proponemos que el sistema de
te, una tecla iluminada no es alimento. Aun así, la respuesta beber en ratas también incluye la manipulación de la fuen-
de picar una tecla iluminada se califica como un hábito ali- te de líquido (p. ej., el pico de un bebedero) como respues-
mentario porque es semejante a la respuesta biológicamen- ta específica a esa fuente (el sistema también incluye la
te específica al grano y es aprendida mediante un condicio- búsqueda activa de líquido provocada por un estado de
namiento apetitivo en el que se usa alimento como reforza- sed).
dor primario. La propuesta de Timberlake (1993), sin embargo, es
Podemos, pues, afirmar que el automoldeamiento es puramente conductual, en el sentido de que excluye even-
una forma en la cual las palomas adquieren el hábito de tos, estados y procesos mentales de carácter no conduc-
CAPfTULO 1 Hábitos alimentarios: una aproximación conexionista

tual, aunque la propuesta tampoco es estrictamente con- por estímulos biológicamente inespecíficos, diferentes del
ductista, ya que da gran importancia teórica a sistemas alimento, luego de un aprendizaje por condicionamiento
motivacionales. Además, en un esfuerzo por distanciarse apetitivo. Aunque su adquisición depende crucialmente
de otras propuestas, Timberlake excluye el concepto de há- del efecto reforzador del alimento, ocurren en ausencia de
bito, ubicándolo en posturas que rechaza (conductismo éste. Ambos tipos de hábitos conductuales pueden consi-
clásico y neoconductismo). Nosotros, por el contrario, no derarse partes de un sistema conductual alimentario, a la
rechazamos tal concepto. Tampoco rechazamos estados, manera de Timberlake (1993).
eventos o procesos mentales, aunque los concebiremos de Los hábitos alimentarios mentales innatos son relacio-
naturaleza neuronal. Pese a estas diferencias, considera- nes regulares estímulo-mente y mente-respuesta donde
mos plausible la propuesta de Timberlake (1993) de que la ciertos estados mentales (concebidos como puramente neu-
conducta de los organismos se organiza en sistemas moti- ronales) son provocados de manera automática y específica,
vacionales en torno a eventos, procesos o estados biológi- sin necesidad de aprendizaje, por Ja presencia de alimento
camente significativos. Darle importancia a los sistemas (p. ej., estados sensoriales y perceptuales causados por las
conductuales entendidos de esa manera no excluye la posi- propiedades fisicoquímicas del alimento, ganas de comer en
bilidad de hablar de sistemas mentales. presencia de alimento, etc.). Los mentales adquiridos con-
Es posible generalizar esta propuesta a Jos humanos. sisten en estados mentales semejantes a los de los mentales
La conducta humana, como la de otros animales, está or- innatos, pero ocurren en ausencia de alimento y en presen-
ganizada en sistemas motivacionales constituidos por res- cia de estímulos biológicamente inespecíficos (p. ej., EC, es-
puestas que son específicamente provocadas por estímulos tímulos discriminativos), sólo luego de un aprendizaje por
o estados biológicamente significativos. Uno de esos siste- condicionamiento apetitivo. Asumimos, a manera de hipó-
mas es el sistema alimentario, algunas de cuyas respuestas tesis de trabajo, que hay una relación estrecha entre hábitos
son provocadas de manera innata y biológicamente especí- alimentarios conductuales y hábitos alimentarios mentales.
fica por alimento y hambre (o por ganas de comer). En los Los hábitos mentales funcionan como intermediarios cau
neonatos, estas respuestas incluyen succionar, salivar y de- sales entre estímulos y respuestas en hábitos conductuales.
glutir. Se califican como hábitos en el sentido de que son Nuestra distinción entre hábitos mentales y conductua-
más o menos repetitivos. Esta regularidad viene dada en les, pues, se refiere a una diferencia de énfasis metodológico
parte por la regularidad en la ocurrencia de ciertos eventos o división de trabajo de investigación, más que a una división
ambientales (p. ej., la disponibilidad regular o periódica de ontológica. También asumimos que los hábitos alimentarios
comida), y en parte por la periodicidad de ciertos ciclos adquiridos (tanto conductuales como mentales) se aprenden
(p. ej., el hambre ocurre luego de cierto periodo sin comer). mediante condicionamiento apetitivo. Por ello, el estudio del
Tales respuestas también se califican como innatas, ya que condicionamiento apetitivo es relevante para la compren-
ocurren sin necesidad de experiencia o entrenamiento al- sión científica de los hábitos alimentarios.
guno, y son alimentarias por cuanto conforman un sistema A continuación presentamos el marco teórico general
organizado en torno al alimento y el hambre. dentro del cual se ubica la propuesta teórica que haremos
Además, los humanos podemos aprender a producir más adelante, sobre todo respecto a la naturaleza de los
esas respuestas (o al menos algunas de ellas) en presencia hábitos mentales. Dicho marco, así como nuestra propues-
de estímulos ambientales que no las provocan de manera ta, permitirá relacionar de manera razonablemente clara
biológicamente específica (p. ej., un reloj marcando una todos los tipos de hábitos alimentarios que hemos mencio-
hora particular). El condicionamiento, proponemos, es nado en esta sección, y éstos con el condicionamiento ape-
una forma en Ja cual se aprenden esas respuestas, y el resul- titivo y el funcionamiento de ciertas áreas cerebrales. En
tado son hábitos alimentarios adquiridos, algunos menta- especial, nuestra propuesta ofrecerá mecanismos subya-
les (p. ej., desear comer en presencia de un reloj marcando centes a tales relaciones.
una cierta hora), otros conductuales (p. ej., cocinar algo
cuando un reloj marca cierta hora). Conexionismo
El cruce de las dicotomías innato/adquirido y mental/
conductual resulta en cuatro categorías de hábitos alimen- Es un movimiento relativamente reciente en ciencia cogni-
tarios: innatos mentales, innatos conductuales, adquiridos tiva. Su tortuosa historia se inicia oficialmente a principios
mentales y adquiridos conductuales. Nuestro concepto de la década de 1940, pero no la repetiremos aquí. Basta
permite una relación estrecha entre estos tipos y el condi- con decir que se consolidó como aproximación científica a
cionamiento apetitivo. Los innatos conductuales son rela- mediados de la década de 1980 y desde entonces ha sido un
ciones estímulo-respuesta donde la respuesta es provoca- área de investigación muy activa y fructífera, convirtiéndo-
da de manera relativamente directa, automática y confia- se en una fuerza considerable respecto a la teorización
ble por alimento. Los conductuales adquiridos son relacio- científica de las relaciones entre mente, cerebro y conduc-
nes estímulo-respuesta en las cuales Ja respuesta es seme- ta. En esta sección sólo esbozaremos las características ge-
jante a la que se observa en los innatos, pero es provocada nerales de este importante movimiento.
10 SECCIÓN 1 Reflexiones filosóficas y matemáticas

La tesis central del conexionismo es que la mejor for- sólo valores enteros, por lo general binarios (p. ej., [O,l), o
ma de teorizar sobre la mente es usar modelos de redes [-1,1]) ; otras son continuas y aceptan números reales
neuronales artificiales. Esta tesis metodológica puede (p. ej., valores entre O y 1). Los modelos también pueden
complementarse con la tesis ontológica materialista reduc- diferir en cómo se calculan esos valores (p. ej., en las ecua-
tiva según la cual la mente es idéntica al funcionamiento de ciones que se usan para realizar ese cálculo), los pesos en la
circuitos cerebrales. Tal complemento ontológico es más regla de aprendizaje (p. ej., aprendizaje supervisado, donde
directamente relevante para los hábitos alimentarios men- se trata de minimizar los errores de la red, vs. aprendizaje
tales, aunque por supuesto ello no significa que ignore el no supervisado) y el rango de pesos (por lo general los pe-
aspecto conductual. Su énfasis sobre la naturaleza de lo sos son valores continuos e ilimitados que pueden ser po-
mental se debe a que ésta ha sido característicamente más sitivos o negativos).
controversia! en ciencia y filosofía que la naturaleza de lo Otra diferencia importante tiene que ver con la mane-
conductual. Sin embargo, lo conductual tiene igual impor- ra como se concibe el tiempo. Algunos modelos son de
tancia teórica en el conexionismo. tiempo discreto y en ellos se asume que el tiempo está
Un modelo de redes neuronales es una descripción constituido por momentos, ocasiones o pasos temporales
matemática del funcionamiento de elementos o unidades enteros discontinuos. Otros modelos son de tiempo conti-
con los que se pretende modelar unos pocos aspectos del nuo en el sentido de que conciben el tiempo como un flujo
funcionamiento de neuronas o grupos neuronales en cere- ininterrumpido. Pero, de nuevo, todas estas diferencias
bros naturales. El calificativo de "artificiales" se usa para son de detalle más que de fundamento.
reconocer el carácter abstracto de estos modelos, ya que Lo anterior no significa que el conexionismo sea una
distan mucho de capturar la complejidad de las redes neu- postura acabada, monolítica y perfecta. Por el contrario, se
ronales que se encuentran en cerebros naturales. Sin em- encuentra apenas en sus etapas iniciales (pese a que se ha
bargo, estos modelos no buscan capturar tal complejidad, estado desarrollando por más de un cuarto de siglo). Hasta
sino más bien, como es el caso de todo modelo, abstraer ahora, la investigación ha sido prometedora, pero ello no
unas pocas características de circuitos cerebrales y teorizar garantiza nada. Aún queda mucho por elaborar e investi-
de manera contrafáctica cómo funcionarían si ésas fueran gar. Después de todo, los cerebros naturales, sus neuronas
sus únicas características. Esta estrategia es estándar en y sinapsis parecieran funcionar de una manera mucho me-
teorías y modelos científicos, y su legitimidad científica ha nos variada de lo que se observa en la amplia gama de mo-
sido ampliamente reconocida en la historia de la ciencia. delos de redes neuronales disponibles. Es decir, si bien to-
Hay muchos modelos de redes neuronales, pero difie- dos los modelos de redes neuronales comparten la tesis de
ren sólo en ciertos detalles técnicos, no en cuestiones bási- que el funcionamiento cerebral es crucial para entender lo
cas. En lo fundamental, todos los modelos están de acuerdo mental, también es cierto que son muy diferentes como
con la tesis central del conexionismo antes formulada . Ade- para que todos sean verdaderos, a menos que supongamos
más, todo modelo comparte ciertas características genera- que distintas partes del cerebro funcionan de distintas ma-
les. En particular, todo modelo describe el funcionamien- neras, de acuerdo con distintos modelos, pero no hay ra-
to de una unidad procesadora neural j en términos de dos zón contundente para aceptar tal suposición. El conexio-
funciones o reglas matemáticas, a saber: una regla de acti- nismo, pues, debe verse como una postura en elaboración
vación y una regla de aprendizaje. Una regla de activación y, por ello, aún imperfecta e incompleta.
especifica la manera en la cual j es activada por sus entra- Un aspecto importante que requiere más trabajo tiene
das. Dichas entradas pueden simular efectos neuronales que ver, justamente, con distinciones conceptuales entre
relativamente directos de eventos externos a la red, o acti- distintos tipos de fenómenos (estados, eventos, procesos,
vaciones de otras unidades que están conectadas aj. propiedades) mentales. Por ejemplo, resulta común en la
Las conexiones subyacentes pretenden simular sinap- vida cotidiana y en filosofía de la mente distinguir entre
sis o grupos relativamente pequeños de sinapsis cuyas fuer- creencias y estados perceptuales o sensoriales. En la litera-
zas, representadas numéricamente por pesos, son modifi- tura de filosofía de la mente, esta distinción se expresa en
cables según una regla de aprendizaje o cambio de pesos. A términos de la distinción entre los estados intencionales
esta regla le subyace una elaboración crucial de la tesis cen- (creencias, deseos, etc.) y estados de conciencia fenoménica
tral del conexionismo, a saber: un aspecto fundamental del (experiencias perceptuales y sensoriales). Aquí no busca-
funcionamiento de las redes neuronales en cerebros natu- mos resolver este problema, por supuesto, sino sólo señalar
rales consiste en cambios en la eficacia o fuerza de sus si- que aún permanece sin resolver, lo cual limita la validez de
napsis, cambios que dependen de la experiencia del orga- los modelos de redes neuronales como descripciones de la
nismo con su medio ambiente. En la jerga conexionista, es mente. Pero ello no ha frenado la investigación teórica con
común referirse a estos cambios como "aprendizaje''. estos modelos. Pese a estas limitaciones, se continúa reali-
Los modelos de redes neuronales difieren en sus res- zando abundante investigación teórica en conexionismo,
pectivas reglas de activación y aprendizaje. Algunas reglas tanto científica como filosófica. Una razón de ello es que,
de activación son discretas y admiten como activaciones de nuevo, estos modelos han resultado ser muy promete-
CAP[TULO 1 Hábitos alimentarios: una aproximación conexionista

dores, no sólo explicativamente, sino también en términos sensoriales primarias en la conciencia fenoménica ha sido
de aplicaciones prácticas de ingeniería. Otra razón igual- mucho más controversia!, por lo que no teorizaremos al
mente importante, si no más, es que aún falta mucha evi- respecto (aunque el modelo que presentamos en la siguien-
dencia acerca de cómo ocurren los procesos mentales en te sección lo permite).
cerebros naturales, por dificultades conceptuales y meto- Un patrón de activaciones neuronales se modela en
dológicas que han mostrado ser más problemáticas de lo redes neurales artificiales como un vector de activaciones
que los neurocientíficos (y psicólogos y filósofos) habían de ciertas unidades de una red neural artificial, donde un
anticipado. vector de activaciones es un conjunto ordenado de valores.
Nos limitaremos a finalizar esta sección elaborando Por ejemplo, considérese la red Nl , mostrada en la figura
un poco más la concepción de lo mental que es compartida 1-1. Es posible construir muchas otras redes, pero Nl bas-
por todos los modelos de redes neuronales, aun cuando los tará para nuestros propósitos. Excepto por las conexiones
detalles de tal concepción se elaboren de maneras distintas representadas por las flechas gruesas sólidas, que explica-
de un modelo a otro. Nuestro objetivo principal con esto es remos en un momento y anticipan un rasgo central del
trazar una distinción conexionista razonablemente clara, modelo que describiremos en la siguiente sección, Nl
aunque muy preliminar, tentativa e hipotética, entre hábi- ejemplifica un tipo de red muy usada en modelos de redes
tos mentales y hábitos conductuales. neuronales, conocido como red conectada hacia adelante.
Según el conexionismo, la mente está constituida fun- Esta expresión se refiere a que las conexiones de estas re-
damentalmente por eventos o estados mentales concate- des son unidireccionales y, por ello, las activaciones se pro-
nados en el tiempo, donde un evento o estado mental es un pagan por la red en una sola dirección (de izquierda a dere-
patrón de activaciones neuronales en ciertas partes del ce- cha en el diagrama).
rebro durante un intervalo de tiempo. Aún se está investi- En este tipo de red, las unidades se organizan en capas
gando exactamente cuáles partes están involucradas, aun- de entrada, oculta (o intermedia) y salida. Las unidades de
que se ha logrado un progreso considerable al respecto. entrada (círculos pequeños en la figura) se activan según un
Por ejemplo, la evidencia apunta a que al menos en algunos protocolo de entrenamiento que simula eventos ambien-
primates (incluidos los humanos), la conciencia fenoméni- tales externos a la red (p. ej., estímulos). Las activaciones de
ca (experiencias sensoriales y perceptuales) está constitui- las unidades de entrada, entonces, pretenden simular efec-
da al menos por el funcionamiento de áreas sensoriales tos relativamente directos e inmediatos de esos eventos so-
secundarias (o asociativas). El posible papel de las áreas bre Nl. Por ello, tales unidades representan algo así como

N1
Ocultas

Eventos
ambientales
e:> Acciones
(p. ej .. respuestas)
(p. ej., estímulos)
e:>
Figura 1-1 Ejemplo de una red neuronal artificial, llamada N1 . Los círculos representan
unidades neurales o neuronas abstractas. Las unidades se organizan en tres capas, de
izquierda a derecha: entrada, oculta y salida. Las entradas (tres) se representan con
círculos pequeños porque son activadas según un protocolo de entrenamiento que
simula ciertas condiciones ambientales. Las entradas, pues, representan los sensores
del sistema (unidades que simulan efectos neuronales relativamente directos el medio
ambiente externo del sistema). Los círculos grandes representan unidades cuya acti-
vación se calcula según una regla de activación. Las unidades ocultas (cuatro) median
entre las entradas y las salidas, modelando el funcionamiento de las interneuronas.
Las unidades de salida (dos) modelan precursores neuronales relativamente directos e
inmediatos de acciones o respuestas. Todas las unidades de una capa están conectadas
a todas las unidades de la capa inmediatamente adyacente a la derecha. Las conexio-
nes, representadas por flechas delgadas y gruesas sólidas, son unidireccionales, de
izquierda a derecha, por lo que las activaciones se propagan sólo en esa dirección . Las
flechas delgadas representan conexiones variables (sinapsis abstractas), cuya fuerza se
representa numéricamente por pesos que cambian según la regla de aprendizaje. Las
flechas gruesas sólidas representan conexiones fijas máximamente fuertes.
12 SECCIÓN 1 Reflexiones filosóficas y matemáticas

los "sensores" del sistema. Las unidades de salida, por su efectos neuronales de un estímulo, modelados como un
parte, representan los efectores (o precursores neuronales patrón de activaciones de entrada, y los precursores neu-
relativamente directos de efectores) de Nl, por lo que sus ronales de una respuesta, modelados como un patrón de
activaciones representan las acciones o respuestas de Nl. activaciones de salida, también tendrían un carácter dis-
Es posible entonces definir la conducta virtual de Nl como tribuido.
el conjunto de relaciones entrada-salida que hasta el pre- Por supuesto, Nl es mucho más simple que la red neu-
sente han ocurrido en Nl. ronal natural más simple que se conozca. Sin embargo, Nl
Entre las capas de entrada y salida se encuentra la capa es una herramienta con la que sólo se persigue teorizar, no
oculta o intermedia, que juega un papel mediador con el capturar, toda la complejidad de un cerebro natural. Teori-
que se pretende simular la función mediadora de las inter- zar, insistimos, consiste en abstraer unas pocas posibilida-
neuronas en cerebros naturales (células que constituyen la des lógicas y explorar sus implicaciones, para lograr una
gran mayoría de las neuronas de un sistema nervioso). Tal mayor claridad, precisión y rigurosidad conceptual, así
papel es crucial para la concepción conexionista de lo como para formular explicaciones y predicciones que pue-
mental. En esta concepción es común identificar lo mental dan corroborarse experimentalmente. En el caso de Nl, es
con patrones de activación de unidades ocultas, donde un posible definir de manera muy clara, rigurosa y precisa una
patrón de activación es el conjunto de las activaciones de mente artificial o virtual que, aunque no corresponda a
las unidades ocultas en un momento t. Nl, en particular, ninguna mente natural, nos permite sentar bases concep-
tiene cuatro unidades ocultas. Una "mente'; entonces, se tuales sólidas para una teorización más eficaz. Por ejemplo,
simularía en Nl por conjuntos de activaciones de esas uni- podríamos definir la mente de Nl como el conjunto de
dades en momentos sucesivos. todos los patrones de activaciones ocultas que hasta el pre-
Por ejemplo, supóngase que las activaciones de esas sente han ocurrido en Nl. De igual manera, y generalizan-
unidades en t son (l,l,O,l), donde el primer número repre- do a animales naturales, podríamos definir la mente de un
senta la activación de la primera unidad oculta de arriba animal particular como el conjunto de todos los patrones
abajo en t, el segundo la activación de la segunda en t, y así de ciertas activaciones interneuronales que han ocurrido
sucesivamente (usamos activaciones binarias para simplifi- hasta ahora en ese ser. 1
car; por lo pronto, no es necesario especificar una regla de Respecto al tema que nos ocupa, Nl podría verse
activación). Ese patrón simularía un estado mental de Nl como un modelo neural preliminar de una fracción del
en t. En el siguiente momento, t + 1, el patrón puede ser el sustrato neuronal de ciertos hábitos alimentarios. Parte del
mismo, en cuyo caso se estaría simulando el mismo estado modelo sería una interpretación particular de las activacio-
mental, o uno diferente; por ejemplo (0,1,1,0), en cuyo caso nes de distintas unidades. Así, las activaciones de unidades
se estaría simulando otro estado mental de Nl, y así suce- de entrada se interpretarían como efectos sensoriales de
sivamente. Para abreviar, es posible transformar un vector ciertos estímulos alimentarios (p. ej., propiedades fisico-
de activaciones en un valor único (llamado técnicamente químicas de alimentos), mientras que las de unidades de
"escalar"), pero no haremos esto aquí, para no complicar salida se interpretarían como respuestas alimentarias a
más el ejemplo. esos estímulos (p. ej., salivar, buscar comida, masticar, et-
La idea principal es que en el conexionismo lo mental cétera).
se concibe como una propiedad distribuida entre partes Sobre la base de estas interpretaciones, un hábito ali-
o componentes más básicos que carecen de mentalidad mentario conductual innato podría modelarse en Nl como
(p. ej., neuronas). A algunos conexionistas les gusta hablar la activación regular de la segunda unidad de salida (de
de lo mental (o lo cognitivo) como una propiedad "emer- arriba abajo) por la tercera unidad de entrada (p. ej., cada
gente" del funcionamiento de grupos de neuronas, pero vez que esa entrada se activa, esa salida también se activa),
esta noción de propiedad emergente aún es muy proble-
mática. El carácter distribuido de lo mental es capturado 1
Un problema conceptual aún no resuelto en el conexionismo es que
por la noción intuitiva de patrón, pero es con frecuencia
se tiende a modelar lo mental mediante las activaciones de todas las
definido matemáticamente de manera más rigurosa en tér- unidades ocultas de una red neuronal artificial. Ello implica que lo
minos de vectores de activaciones (los ejemplos que dimos mental en un organismo natural estaría constituido por las activa-
antes son vectores) . ciones de todas sus interneuronas, lo cual parece poco posible. La
Algunos conexionistas identifican ciertos aspectos de hipótesis de trabajo que guía la búsqueda de sustratos neuronales de
lo mental (p. ej., la memoria, el inconsciente) con vectores lo mental (p. ej., la conciencia) en neurociencia cognitiva es, preci-
(o matrices) de pesos de ciertas conexiones (no hay mu- samente, que lo mental está constituido por la actividad de algunas
interneuronas (p. ej., la actividad de la corteza visual secundaria, en
cho acuerdo entre los conexionistas respecto a qué aspec-
el caso de la conciencia visual). En el conexionismo todavía no se
tos de lo mental se modelarían por activaciones y cuáles ha formulado un criterio claro y científicamente relevante para dis-
por pesos), pero también tendrían un carácter distribuido. tinguir entre activaciones ocultas que modelan estados mentales y
Esta noción de procesamiento y representación distribui- activaciones ocultas que no lo hacen. En la siguiente sección descri-
da puede extenderse a lo conductual. De este modo, los biremos un modelo que permite hacer esta distinción.
CAP[TULO 1 Hábitos alimentarios: una aproximación conexionista

sin necesidad de aprendizaje alguno (p. ej., sin cambio al-


guno en los pesos de las conexiones variables). El hábito
Un modelo de redes neuronales
modelado podría ser, por ejemplo, salivar cada vez que te- En esta sección esbozaremos el modelo propuesto original-
nemos alimento en la boca, y sería simulado por el par en- mente por Donahoe, Burgos y Palmer (1993) y lo usaremos
trada-salida ([0,0,1], [O,l]). Podemos también definir dos para ejemplificar una aproximación conexionista a los hábi-
relaciones que podrían modelar hábitos alimentarios men- tos alimentarios. Los fundamentos neurocientíficos del
tales innatos, ambas constituidas por la activación de la modelo, así como los fenómenos conductuales que ha lo-
última unidad oculta: a) la activación de ésta por la última grado simular hasta ahora, han sido descritos en detalle con
de entrada, definido por el par ([0,0,1], [0,0,0,1]); b) la acti- anterioridad (Burgos, 2001, 2003, 2005, 2007, 2010; Burgos
vación de la última unidad de salida por esa misma oculta, y Donahoe, 2000; Burgos y cols., 2008; Burgos y Murillo,
definido por el par ([0,0,0,l], [0,1]). El vector (0,0,0,1) po- 2007; Burns, Burgos y Donahoe, 2011; Donahoe y Burgos,
dría simular, por ejemplo, un estado mental de sensación 1999; Donahoe y Burgos, 2005; Donahoe y Palmer, 1994;
(o percepción) del sabor y la textura de alimento en la boca. Donahoe, Palmer y Burgos, 1997a, 1997b; Sánchez, Galea-
Todas estas activaciones ocurren sin necesidad de aprendi- zzi y Burgos, 2010). Por ello, no los repetiremos aquí y nos
zaje alguno, gracias a las dos conexiones fijas y máxima- limitaremos a describir los aspectos más básicos del mode-
mente fuertes (flechas gruesas sólidas) que conectan las lo, concentrándonos en su relevancia para los hábitos ali-
tres unidades involucradas. mentarios.
Hábitos alimentarios adquiridos, tanto conductuales El objetivo inicial del modelo fue dar una explicación
como mentales, pueden modelarse bajo la suposición de neuronal unificada del condicionamiento operante y pav-
que ha habido un aprendizaje (p. ej., han cambiado los pe- loviano, con base en evidencia sobre algunos sustratos
sos de las conexiones variables de Nl) y los pesos han al- neuroanatómicos y neurofisiológicos de ambos tipos de
canzado niveles estables, como resultado de cierto entre- condicionamiento; en particular, el papel de los sistemas do-
namiento (por lo pronto tampoco es necesario especificar paminérgicos e hipocampales. En este sentido, el modelo fue
un entrenamiento o regla de aprendizaje). Supóngase, por propuesto como solución teórica al problema de los dos
ejemplo, que los pesos finales son tales que cada vez que el tipos de condicionamiento, es decir, al problema de en qué
patrón de entrada es (1,1,0), el de salida es (1,1) . Un hábito se diferencian, cómo se relacionan y qué tienen en común
conductual adquirido, entonces, se modelaría como el par ambos tipos de condicionamiento. Este objetivo, por supues-
ordenado ([l,l,O], [l,l]) . Este par podría simular de manera to, se mantiene hoy en día, aunque el campo de aplicaciones
muy simple el hábito, por ejemplo, de buscar comida cada del modelo ha sido usado para explorar otros dominios.
vez que un reloj marca una cierta hora (p. ej., las 2 pm). El énfasis del modelo ha sido el condicionamiento ape-
Nótese que la segunda unidad de salida, cuya activación titivo y de allí su relevancia para nuestra propuesta de que
hemos interpretado como salivación, puede ser activada hay una relación estrecha entre los hábitos alimentarios y el
por otras unidades de entrada diferentes de la tercera. Ello condicionamiento apetitivo. Nuestra propuesta central, de
anticipa un aspecto muy importante del modelo que des- nuevo, es que los hábitos alimentarios adquiridos (o al menos
cribiremos en la siguiente sección. algunos de ellos) se aprenden mediante condicionamiento
En resumen, el conexionismo tiene todos los recursos apetitivo, e involucran respuestas que son semejantes a res-
conceptuales necesarios para distinguir y relacionar entre puestas alimentarias innatas (que ocurren automáticamente,
los tipos de hábitos alimentarios que hemos mencionado sin necesidad de aprendizaje alguno, en presencia de ali-
en la sección anterior. Los conductuales pueden concebirse mento), que ocurren en ausencia de alimento ante estímulos
como relaciones entrada-salida (definidas matemática- exteroceptivos biológicamente inespecíficos. El condiciona-
mente como pares ordenados de vectores de activaciones miento apetitivo, además, depende crucialmente de la ocu-
de entrada y salida). Los mentales pueden concebirse como rrencia de hábitos alimentarios innatos.
relaciones de activaciones ocultas con activaciones de en- El modelo consta de dos partes. Una es la parte mate-
trada y salida. Los innatos involucran conexiones innata- mática, que describe el funcionamiento de la unidad pro-
mente fuertes y fijas y los adquiridos involucran un apren- cesadora neuronal y provee una interpretación abstracta
dizaje, entendido como cambios en conexiones variables de los niveles celular, sináptico y microanatómico de orga-
causados por una cierta experiencia con el medio ambien- nización de sistemas nerviosos naturales. Esta parte consta
te. Este es el primer paso hacia una teorización conexionis- a su vez de las reglas de activación y aprendizaje, que no
ta sobre hábitos alimentarios. El siguiente paso es teorizar especificaremos aquí, en aras de la amigabilidad. Bastará
sobre los mecanismos subyacentes a la ocurrencia de esos con mencionar que todas las activaciones y pesos en este
hábitos. En el conexionismo, esos mecanismos vienen da- modelo son números reales entre Oy 1, lo cual permite una
dos por las reglas de activación y aprendizaje. En esta sec- interpretación de activaciones y pesos como probabilida-
ción no hemos especificado ninguna de esas reglas, pero ya des (de ocurrencia de potenciales de acción, en el caso de
es momento de rectificar esta omisión y dar ese paso, pro- las activaciones, y de activación de una neurona por otra,
poniendo un modelo particular. en el caso de los pesos).
14 SECCIÓN 1 Reflexiones filosóficas y matemáticas

También cabe señalar que ninguna de esas reglas inclu- en las estructuras mentales de un organismo como resulta-
ye ninguna de las categorías que se usan para describir y do de su experiencia con el ambiente. El sentido conexio-
explicar fenómenos de condicionamiento en psicología nista es más cercano al segundo sentido, pero, de nuevo, lo
(viz., estímulo, respuesta, asociación, representación, etc.). mental se identifica con lo neuronal y hay mayor precisión
En particular, la regla de aprendizaje es la misma para los sobre qué es lo que cambia en el aprendizaje (p. ej., los pe-
pesos de todas las conexiones, independientemente de cual- sos de las conexiones) . El presente modelo, a diferencia de
quier distinción que se haga entre condicionamiento pavlo- otros, tampoco hace distinción entre dos tipos de aprendi-
viano y operante. La regla postula un solo tipo de aprendiza- zaje bajo el sentido mentalista del término.
je que no es ni pavloviano ni operante, por lo cual tampoco La otra parte del modelo es una clasificación de los ti-
se reduce un tipo de aprendizaje al otro (si el lector necesita pos de unidades que pueden constituir una red y algunas
una etiqueta, la expresión "aprendizaje por reforzamiento" pautas generales sobre cómo conectarlas. Esta parte es una
podría servir, aunque el modelo también difiere de otros que interpretación neuronal del nivel de organización neuro-
llevan ese nombre). El modelo, entonces, no hace distinción anatómico grueso, en referencia a algunas de las estructu-
teórica alguna entre aprendizaje pavloviano y operante bajo ras cerebrales que, de acuerdo con la evidencia, están invo-
el sentido conexionista estándar del término "aprendizaje", lucradas tanto en el condicionamiento pavloviano como en
es decir, cambios en los pesos de las conexiones. el operante. En particular, el modelo incluye los papeles de
Por supuesto, ese sentido es distinto de los que se ma- los sistemas hipocampales y dopaminérgicos en ambos ti-
nejan en psicología del aprendizaje. Uno de ellos es pura- pos de condicionamiento. Es en esta parte donde el mode-
mente conductual y plantea que el aprendizaje es un cierto lo hace una distinción teórica entre los dos tipos de condi-
cambio conductual debido a una cierta experiencia con el cionamiento. Veamos cómo.
medio ambiente. En este sentido del término, tal y como lo La figura 1-2 muestra un ejemplo de una red neuro-
veremos en un momento, el modelo sí hace una distinción nal en el modelo, la cual hemos dado en llamar N2 y usare-
entre condicionamiento pavloviano y operante. Otro senti- mos en la simulación que describiremos en la siguiente
do es mentalista y plantea que el aprendizaje es un cambio sección (la numeración de algunas de las unidades será

N2
Ocultas

Entradas S" M" Salidas

c:::::>Rl/RC

Figura 1-2 Ejemplo de una red neuronal artificial en el modelo (N2). S': capa sensorial
primaria (de entrada), constituida por las unidades 4, 5, 6 y 7. E1 , E2, E3: unidades de
entrada con cuyas activaciones se intenta simular efectos sensoriales primarios de los
tipos de estímulos sensoriales exteroceptivos que son usados como EC en condiciona-
miento pavloviano y como estímulos discriminativos en condicionamiento operante.
E*: unidad de entrada con cuya activación se pretende simular efectos sensoriales
primarios de ciertas propiedades de los tipos de estímulos que se usan como El en
condicionamiento pavloviano y reforzadores primarios en condicionamiento operan-
te. S": capa sensorial secundaria . H: unidad con que se pretende simular un sistema
hipocampal. M": capa motora secundaria. O: unidad con que se pretende simular un
sistema dopaminérgico. M': capa motora primaria. R, R*: unidades de salida con cuyas
activaciones se pretende simular precursores motores primarios de respuestas que
se registran en condicionamiento. R: respuesta que no es provocada por el El. Rl/RC:
respuesta incondicionada (cuando R* es activada por E*) o respuesta condicionada
(cuando R* es activada por las unidades M". R: respuesta que no es provocada por E*
(que sólo recibe conexiones de las unidades M"). R*: unidad que recibe conexiones
tanto de las unidades M" como de E* . (Ver texto para más detalles.)
CAP[TULO 1 Hábitos alimentarios: una aproximación conexionista

parte de esa descripción). En esta sección sólo describire- que en el modelo es 1.0), del mismo tipo que salen de E*.
mos N2 para resumir brevemente algunos de los supuestos Esta sería la forma en la cual el modelo simularía hábitos
centrales del modelo. N2 es sólo una red entre muchas mentales innatos.
otras que es posible diseñar en este modelo, pero bastará Un hábito alimentario mental innato, en particular,
para nuestros propósitos. podría simularse fácilmente conectando E* con alguna de
Como Nl, N2 posee conectividad hacia adelante, don- las unidades S", mediante una conexión fija inicial y máxi-
de las unidades (representadas por círculos) están organi- mamente fuerte, de tal manera que cada vez que E* se acti-
zadas en capas de entrada (S'), oculta y salida (M'), con las ve, la unidad S" de destino también se active automática-
unidades de una capa conectadas a las de la capa adyacente mente. Pero, de nuevo, sería muy fácil hacer esto, por lo
inmediata derecha. Las activaciones, pues, se propagan de que no lo haremos aquí. Esta es una diferencia importante
izquierda a derecha. A diferencia de Nl, N2 tiene cuatro con respecto a Nl: mientras que Nl incluye una conexión
unidades de entrada (círculos pequeños), tres de las cuales fija inicial y máximamente fuerte de una de las entradas a
(E 1, E2, E3) están conectadas a todas las unidades de una una de las unidades ocultas, N2 no incluye tal conexión.
capa oculta (designada como S''). Las conexiones están re- Podría incluirla, pero sería teóricamente poco interesante.
presentadas por líneas que terminan en botones (en lugar Las únicas conexiones fijas iniciales y máximamente fuer-
de flechas). Las líneas delgadas representan conexiones va- tes que contempla el modelo como cruciales para simular
riables inicialmente débiles (que cambian según la regla de condicionamiento son las que están representadas en la
aprendizaje), y las gruesas representan conexiones fijas (no figura 1-2 de E* a D y R*, y aun éstas son teóricamente
cambiantes), máxima e inicialmente fuertes . poco interesantes (aunque necesarias), ya que son conexio-
Con las unidades E1, E2 y E3 se intenta modelar neuro- nes cuyos pesos no se calculan según alguna regla matemá-
nas de la corteza sensorial primaria (de allí la etiqueta S') tica, sino que simplemente se toman como máximos e in-
que son activadas por los tipos de estímulos sensoriales variables. Teóricamente más interesantes, tal y como lo
exteroceptivos que se usan como EC en investigación en ilustraremos en la siguiente sección, son los pesos que
condicionamiento (p. ej., luces, tonos) . En N2, las etiquetas cambian según la regla de aprendizaje, para simular hábi-
"EC" pueden denotar tres EC distintos o tres componentes tos alimentarios adquiridos, tanto conductuales como
de un mismo EC que afectan separadamente distintos gru- mentales.
pos de neuronas sensoriales primarias. La última unidad Además, N2, a diferencia de Nl, tiene dos capas ocul-
de entrada (E*) está conectada sólo a la unidad D (dopami- tas, designadas como S" (sensorial secundaria) y M " (moto-
nérgica) y a la unidad de salida R*, y con su activación se ra secundaria), con las cuales se intenta simular neuronas
intenta modelar efectos sensoriales primarios de estímulos de áreas sensoriales secundarias y áreas motoras secunda-
usados como El y reforzadores primarios en investigación rias, respectivamente. N2 también tiene dos unidades espe-
en condicionamiento. Aquí es muy importante no confun- ciales, H (de "hipocampal") y D (de "dopaminérgica"), con
dir eventos ambientales externos con sus efectos sensoria- las cuales se pretende modelar parte del funcionamiento de
les primarios. Los primeros son cambios fisicoquímicos sistemas hipocampales y dopaminérgicos y su papel en el
que ocurren afuera del organismo y que se miden en uni- condicionamiento. En la regla de aprendizaje del modelo,
dades fisicoquímicas (p. ej., nm, Hz, etc.). Sus efectos sen- los cambios de los pesos dependen crucialmente de las ac-
soriales primarios son eventos neuronales que consisten tivaciones de estas unidades.
en la actividad de ciertos grupos de neuronas dentro del Con las unidades de salida (R y R*) se pretende simular
organismo, medida en unidades de funcionamiento neuro- precursores motores primarios (de allí la etiqueta M ' para
nal; por ejemplo, tasa o probabilidad de potenciales de ac- designar esta capa) de los tipos de respuesta que se regis-
ción. tran en investigación en condicionamiento. Designamos
El modelo simula las activaciones de entrada como si tales respuestas como R y RI/RC, donde Res una respuesta
fueran automáticas, es decir, sin necesidad de aprendizaje que no es provocada por el El o reforzador primario y RI/
(obviamente, no puede haber cambio de pesos en las uni- RC significa "Respuesta Incondicionada/Respuesta Condi-
dades de entrada porque éstas no reciben conexiones de cionada''. Es posible tener más unidades de cada tipo y de
otras unidades), pero esto es sólo una simplificación. Pare- este modo otorgarles un carácter distribuido a los precur-
ciera plausible suponer que al menos algunas neuronas sores motores primarios de cada tipo de respuesta, pero
sensoriales primarias son activadas automáticamente por usaremos una sola unidad de cada tipo, en aras de la sim-
estímulos sensoriales exteroceptivos. También pareciera plicidad.
plausible suponer que algunas neuronas sensoriales secun- Las activaciones de salida no deben confundirse con
darias son activadas automáticamente por neuronas sen- respuestas simuladas. De nuevo, con las activaciones de
soriales primarias. Sin embargo, el modelo no incluye este salida R y R* sólo se pretende simular precursores motores
tipo de activaciones, porque sería muy fácil hacerlo, sim- primarios de respuestas, no respuestas. Una respuesta,
plemente agregando, donde se desee, conexiones fijas ini- aunque depende de sus precursores motores primarios, no
cial y máximamente fuertes (p. ej., con el peso máximo, es idéntica a ellos. Una respuesta involucra el funciona-
16 SECCIÓN 1 Reflexiones filosóficas y matemáticas

miento de muchas otras estructuras neurales (p. ej., cere- distinción entre condicionamiento operante y pavloviano,
belo, médula espinal, etc.) y efectores (p. ej., glándulas, a saber: la distinción entre dos tipos de respuestas, emiti-
músculos) no contempladas en el modelo. Además, una das vs. evocadas. R, como puede apreciarse en la figura
respuesta es un evento discreto (usualmente binario o di- 1-2, no recibe conexión alguna de E *, lo cual significa que
cotómico), mientras que una activación en este modelo es R no puede ser activada por E*. Sin embargo, R puede ser
un número real entre Oy l. Entonces, simular una respues- activada por las unidades M ", sólo después de un proceso
ta en este modelo requiere una transformación de activa- de aprendizaje, en forma de un incremento sustancial de
ciones de salida a respuestas, o una regla de respuesta. En los pesos de las conexiones de las unidades M " a la unidad
el pasado hemos usado una regla de umbral según la cual R. Tal y como lo ilustraremos en la siguiente sección, ese
una respuesta es simulada como una activación de salida incremento puede ocurrir bajo un entrenamiento que si-
mayor que un cierto umbral (p. ej., 0.5). Sin embargo, para mula un procedimiento pavloviano.
simplificar, nos concentraremos sobre activaciones, bajo el El punto crucial aquí es que el modelo permite distin-
supuesto de que hay una correlación entre precursores guir entre (precursores motores primarios de) respuestas
motores primarios y respuestas lo suficientemente alta evocadas por el reforzador primario (simuladas por la acti-
como para que el modelamiento de los primeros sea teóri- vación de R* por E *) y (precursores motores primarios de)
camente (explicativa, descriptiva y predictivamente) rele- respuestas que no lo son (simuladas en el modelo por acti-
vante para las segundas. Aun así, marcaremos un umbral vaciones de R por unidades M "). Esta distinción es un as-
que hemos usado en investigación previa (0.5) para permi- pecto de la distinción entre condicionamiento operante y
tir al menos una estimación gruesa de alguna variable con- pavloviano que el modelo captura a nivel de la red neuronal
ductual. (distinción entre dos tipos de unidades de salida y sus acti-
La unidad R* (al igual que D) recibe una conexión fija vaciones), más que de las reglas de activación y aprendiza-
máxima e inicialmente fuerte de S*, por lo cual ésta puede je. Por supuesto, tal y como lo ilustraremos en la siguiente
activar aquella incondicionalmente, es decir, sin necesidad sección, el modelo postula que el segundo tipo de respues-
de aprendizaje (p. ej., sin necesidad de que haya cambio de ta puede ser producido por estímulos sensoriales extero-
pesos) . Ésta es la forma como el modelo simula la ocurren- ceptivos biológicamente inespecíficos, pero sólo mediante
cia de un reflejo incondicionado, del tipo que con frecuen- un proceso de aprendizaje por condicionamiento apetitivo
cia (aunque no siempre) se observa en condicionamiento (de nuevo, su carácter apetitivo se deriva de la suposición
pavloviano. Si interpretamos la activación de E* como un central de que la activación de E * simula efectos sensoriales
efecto sensorial primario de ciertas propiedades fisicoquí- primarios de ciertas propiedades fisicoquímicas de un ali-
micas de un alimento (interpretación que es crucial para mento). Esto es justamente lo que ocurre en el fenómeno
nuestra propuesta), entonces la activación regular y sosteni- de automoldeamiento (ver Burgos, 2007) . En todo caso, ése
da de R* por E * simularía la ocurrencia de un hábito alimen- no es el único aspecto de la distinción operante-pavloviano
tario conductual innato, donde la activación de R* simularía que el modelo captura.
ciertos precursores motores primarios de respuestas bioló- Otro aspecto es la distinción entre dos tipos de con-
gicamente específicas a esas propiedades (p. ej., salivar, tingencia de reforzamiento. En una contingencia pavlovia-
masticar, deglutir, etcétera). na, la ocurrencia del El es independiente de las respuestas
En el modelo, entonces, un hábito alimentario con- del organismo, y dependiente de la ocurrencia de otro es-
ductual innato se identifica con un reflejo incondicionado tímulo que no provoca de manera biológicamente especí-
alimentario. El modelo no especifica exactamente cuáles fica la respuesta de interés (la cual en el condicionamiento
son esas propiedades y respuestas, ya que sería prematuro pavloviano, justamente, es la respuesta producida El), es
hacerlo. Aún no se ha hecho una caracterización empírica decir, el EC. En el modelo, este tipo de contingencia se si-
detallada de las propiedades específicas de los reflejos in- mula mediante activaciones de E* en una relación tempo-
condicionales alimentarios, como para proponer una hipó- ral y estadística con activaciones de una o más de las otras
tesis particular al respecto, por lo cual consideramos pru- unidades de entrada (E 1, E2, EJ En una contingencia ope-
dente no hacerlo. rante, por el contrario, la ocurrencia del "reforzador pri-
R*, al igual que D, también puede ser activada por las mario" o "recompensa" depende en parte de la respuesta
unidades M " a través de conexiones variables, pero sólo que se desea condicionar (p. ej., presión de una palanca en
luego de que los pesos de esas conexiones hayan aumentado ratas, picoteo de una tecla en palomas). El modelo puede
sustancialmente, lo cual ocurre cuando la red es entrenada simular este tipo de contingencia mediante activaciones
con un protocolo que simula un procedimiento de condicio- de E* dependientes de activaciones de R (Burgos, 2007).
namiento donde haya una relación temporal y estadística En aras de la brevedad, sin embargo, no simularemos este
entre ciertos eventos (p. ej., un EC) y un estímulo biológica- tipo de contingencia. En la siguiente sección mostraremos
mente significativo (p. ej., El), tal y como lo ilustraremos en que el modelo puede simular no sólo condicionamiento
la siguiente sección. Por su parte, la unidad R constituye la pavloviano propiamente dicho, sino también la adquisi-
forma en que el modelo simula un aspecto crucial de la ción de una respuesta que no es provocada por El o refor-
CAPÍTULO 1 Hábitos alimentarios: una aproximación conexionista

zador primario alguno, también mediante una contingen- pesos iniciales fueron cercanos a cero (O.l para las conexio-
cia pavloviana. nes S'-S" y S"-H, 0.01 para las conexiones S"-M", M"-D y
M"-M'; ver Burgos, 2003 para la razón de esta diferencia),
y se usaron los mismos parámetros libres que en simula-
Una simulación
ciones pasadas. No se simuló un intervalo entre ensayos
En esta sección describiremos una simulación muy simple explícito, sino que se supuso que era lo suficientemente
con el modelo que resumimos en la sección anterior. Un largo como para permitir a las activaciones de todas las
objetivo es mostrar que el modelo puede simular condicio- unidades bajar a niveles cercanos a O (calculados como una
namiento apetitivo de dos tipos de respuesta (R y R*) ante activación espontánea, definida por una función logística
un mismo tipo de estímulo, mediante una contingencia con argumento de O).
pavloviana (de nuevo, suponiendo que las activaciones de Los resultados se muestran en la figura 1-3, en térmi-
E* modelan efectos sensoriales primarios de determinadas nos de las activaciones de algunas unidades de N2 en el
propiedades fisicoquímicas de cierto alimento). Sobre esta penúltimo momento (t = 5, con una activación de E* igual
base, afirmaremos que el modelo simula el aprendizaje de a cero, lo cual simula la ausencia del El) de cada ensayo del
dos tipos de hábitos alimentarios conductuales adquiridos EC. Los resultados muestran cómo el modelo simula el
(uno simulado por la activación de R por activaciones de aprendizaje y mantenimiento de hábitos alimentarios ad-
E 1, E2 y/o E3, otro por la activación de R* por esas mismas quiridos conductuales y mentales. El mecanismo que se pos-
unidades de entrada). Según el modelo, los precursores tula que subyace a la adquisición de ambos tipos de hábitos
motores primarios de una de esas respuestas (R*) y, por alimentarios es el aumento de los pesos de las conexiones
tanto (ex hypothesi), las respuestas mismas serían inicial- que constituyen N2, usando una única regla de pesos que
mente (antes del condicionamiento) evocadas de manera atiende a ciertos sustratos neuronales del condicionamiento,
automática sólo por los efectos sensoriales primarios de en particular el papel de los sistemas hipocampales y dopa-
propiedades fisicoquímicas de un alimento usado como El minérgicos. Tal incremento permite que E1, E2 y E3 eventual-
(simulados en el modelo por activaciones de E *). De nuevo, mente (luego de un cierto número de ensayos a E (subíndice
bajo el modelo, activaciones de R* por E * simularían un de a) (1 o 2 subíndices de E) activen las S'; las S" activen la H
reflejo alimentario incondicionado, el cual identificamos y las M", y las M" activen la D y las M'.
con un hábito alimentario conductual innato. Éste es el La distinción entre hábitos viene dada por la distinción
único hábito innato que el modelo simula, pero no mostra- entre los tipos de unidades neuronales que constituyen N2.
remos resultados al respecto. Así, podemos distinguir entre dos hábitos alimentarios
La simulación también mostrará que el modelo puede conductuales adquiridos simulados, ambos constituidos por
simular el aprendizaje de hábitos alimentarios mentales ad- las activaciones de E1, E2y E3 (aE,' aE, y aE,' respectivamente),
quiridos con el mismo mecanismo por el cual simula el con las cuales se pretende simular efectos sensoriales pri-
aprendizaje de los hábitos alimentarios conductuales adqui- marios de propiedades fisicoquímicas de objetos distintos
ridos. Los mentales consistirían de vectores de activaciones del alimento usado como El. Un hábito se modelaría por la
de algunas unidades ocultas. Como punto de partida, hare- relación ([aE.' aE,' aE,J. aR), el otro por la relación ([aE.' aE,'
mos énfasis sobre las unidades S", sobre la base de evidencia aE,J. aR,), donde aR y ªR· denotan las activaciones de R y R*,
que muestra que un tipo muy importante de estado mental, respectivamente. Nótese el carácter distribuido de los efec-
a saber, estados de conciencia fenoménica, involucra activi- tos sensoriales primarios del EC, si aE,' aE, y aE, se interpre-
dad en áreas sensoriales secundarias (ver Block, 2005). El tan como efectos de un mismo EC.
otro gran tipo de estado mental, los llamados estados inten- La segunda relación simula un reflejo condicionado y,
cionales o actitudes proposicionales (p. ej., creencias y de- por lo tanto (ex hypothesi), un hábito alimentario conductual
seos), plantean dificultades adicionales y el modelo no los adquirido. La primera relación, sin embargo, simula algo que
abarca, por lo que no los trataremos aquí, aunque cierta- no encaja en las categorías usuales de condicionamiento (no
mente son relevantes para una caracterización científica es ni un reflejo condicionado propiamente dicho, ni una res-
más completa de los hábitos alimentarios. puesta operante propiamente dicha). Lo que más se le acerca
Una instancia de la arquitectura que se muestra en la es una respuesta automoldeada, pero aun esa respuesta tiene
figura 1-2 fue entrenada con un protocolo que simuló un ciertas propiedades, en particular su localización o carácter
procedimiento anterógrado demorado de condicionamien- dirigido, que no son simuladas por la activación de R en N2.
to pavloviano. En este protocolo1 la red recibió 200 ensayos Por lo pronto, entonces, postulamos la relación ([aE,' aE,' aE,J.
EC-El donde efectos sensoriales primarios del EC se defi- aR) como un hábito alimentario conductual adquirido pura-
nieron como la activación máxima de E 1, E2 y E3 por seis mente teórico, hasta ahora no observado (al menos inequí-
momentos, y los del El como la activación máxima de E * vocamente) err organismos naturales.
en el último momento de cada EC (la activación de E* fue Las líneas segmentadas marcan el umbral de 0.5, usa-
de cero en el resto de los momentos, con lo cual se pretende do como criterio para decidir si una activación de salida
simular la ausencia del El y, por lo tanto, de alimento). Los simula (igual o mayor que 0.5) o no (menor que 0.5) una
18 SECCIÓN 1 Reflexiones filosóficas y matemáticas

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Figura 1-3 Resultados de una simulación de aprendizaje de hábitos alimentarios ad-


quiridos, tanto mentales como conductuales, en términos de activaciones de algunas
unidades en el penúltimo momento (t = S, el momento justo antes de la activación de
E*), usando N2 como red neuronal (ver la figura 1-2). Se usó un protocolo de entrena-
miento que simulaba un procedimiento pavloviano anterógrado demorado, en el cual
el EC fue simulado como la activación máxima de E,, E2 y E3 en N2 por seis momentos
y el El como la activación máxima de E* en el último momento de cada EC. 4, 5, 6, 7:
unidades S" (primera capa oculta) de N2. R, R*: unidades de salida de N2. Las líneas
segmentadas en los paneles R y R* indican el umbral (0.5) para que una activación de
salida cuente como una respuesta .

respuesta. En los resultados se puede apreciar, por ejem- cepciones) son causados por los efectos sensoriales prima-
plo, queªR· alcanza un estado cuasiestable o cuasiasintóti- rios de ciertas propiedades fisicoquímicas de objetos distin-
co luego de aproximadamente 100 ensayos EC-El ("cuasi" tos de alimento; otro en el cual esos mismos estados causan
porque no es perfectamente estable o asintótico, sin cua- precursores motores de respuestas que no son provocadas
sioscilatorio). Si calculáramos un porcentaje de RC (por- por el reforzador primario o El, y otro en el cual dichos es-
centaje de ensayos en los que ocurre una respuesta) en los tados causan precursores motores de respuestas condicio-
últimos 100 ensayos, resultaría en alrededor de 90%, que es nadas (provocadas antes del condicionamiento sólo por el
un porcentaje típicamente observado en condicionamien- El). El primer tipo se simularía por la relación ([aEi' ª n' a.B],
to pavloviano excitatorio. Puesto que se están simulando [a4, a5, a6, a7]), el segundo por la relación ([a4, a5, a6, a7], aR),
respuestas condicionadas, su ocurrencia se simula en au- y el tercero por la relación ([a4 , a 5, a6, a7], aw). Esta interpre-
sencia del El (en el momento justamente anterior a la acti- tación sugiere que la importancia de los hábitos alimenta-
vación de E*). rios mentales adquiridos reside en que sirven de mediado-
En cuanto a hábitos alimentarios mentales adquiridos, res causales de los hábitos alimentarios conductuales y, por
el modelo puede simular al menos tres tipos: uno en el cual lo tanto, son cruciales para una mejor comprensión cientí-
ciertos estados de conciencia f enoménica (sensaciones, per- fica de los hábitos alimentarios.
CAPITULO 1 Hábitos alimentarios: una aproximación conexionista

El carácter de hábito de todas esas relaciones vendría producto interno promedio entre vectores de activaciones
dado por activaciones estables de un ensayo a otro, las cua- y pesos de interés a lo largo de varios momentos o ensayos
les se alcanzan luego de varios ensayos EC-EI que difieren sucesivos. No lo calcularemos aquí, en aras de la brevedad,
de un tipo de unidad a otra. Los resultados, sin embargo, pero resulta claro que la inestabilidad de las activaciones
muestran que la estabilidad de las activaciones es una cues- disminuirá la fuerza del hábito así definida. El presente mo-
tión de grado que también varía de un tipo de unidad a delo simula una mayor estabilidad para los hábitos mentales
otra. Así, las activaciones S" alcanzan una mayor estabili- que los conductuales, lo cual implica, tal y como lo anticipa-
dad más pronto que R y R*, aunque R* alcanza su relativa ra Baldwin (1894), que los hábitos mentales son más fuertes
estabilidad mucho más pronto que R. Estas diferencias que los conductuales.
permiten concebir los hábitos como cuestiones de grado.
Es decir, no es que un cierto patrón de ocurrencias sea o no A modo de cierre
un hábito, sino más bien un hábito puede ser más o menos
fuerte. Hemos propuesto una aproximación teórica a los hábitos
Por supuesto, la noción de fuerza de un hábito no es alimentarios desde una perspectiva conexionista, en térmi-
nueva. Por ejemplo, Hull (1943), como es bien sabido, la nos de un modelo de redes neuronales del condiciona-
definió como /fR = 1 - 10-•N, donde E denota un estímulo, miento que no hace distinción teórica alguna entre condi-
H la fuerza del hábito, Runa respuesta, a ~ 0.03 y N el nú- cionamiento pavloviano y operante a nivel de la regla de
mero de ensayos sucesivos de condicionamiento (nótese el aprendizaje (aunque, de nuevo, sí a nivel de la red neural).
carácter relacional del hábito en esta definición, denotado Nuestra propuesta conceptual central al respecto es que hay
por el símbolo /fR' carácter que mantenemos en esta pro- una relación estrecha entre hábitos alimentarios aprendidos
puesta). Sin embargo, esta ecuación es el resultado de un y condicionamiento apetitivo: al menos algunos, quizá la
mero ajuste de curvas que no modela mecanismo subya- mayoría, quizá todos los hábitos alimentarios adquiridos se
cente alguno y, por ello, carece de poder explicativo. El pre- forman mediante condicionamiento, y tales hábitos, una vez
sente modelo, por el contrario, permite caracterizaciones adquiridos, ocurren en ausencia de alimento y en presencia
teóricas derivadas de un mecanismo subyacente hipotético de estímulos que no son específicamente alimentarios. La
(la regla de aprendiz~je) que atiende a algunos de los sus- propuesta es muy preliminar, tentativa e incompleta, por lo
tratos neuronales del condicionamiento. que representa sólo un primer y muy corto paso hacia una
La fuerza de un hábito podría caracterizarse teórica- caracterización teórica más adecuada. Hay muchos tópi-
mente por la matriz de pesos de todas aquellas conexiones cos que no hemos tratado aquí y son muy importantes,
que determinan a R y a R. por E,, E2 y E3 (una matriz es algo pero mencionaremos sólo dos.
así como una tabla de columnas y filas que forman celdas El primero tiene que ver con el otro gran tipo de esta-
que almacenan ciertos valores, como en una hoja de cálcu- dos mentales que el modelo propuesto aún no puede cap-
lo). Esta posibilidad permite concebir la fuerza del hábito turar; a saber, los llamados estados "intencionales" o "acti-
como una propiedad distribuida, a la manera conexionista tudes proposicionales'; que abarcan estados tales como
y a diferencia de la propuesta de Hull (1943). Sin embargo, creencias y deseos . Como ya lo hemos reconocido, una
esta caracterización adolece de varias dificultades. Las dos teoría conexionista más completa de los hábitos alimenta-
principales son, por una parte, que no sólo los pesos son rios no debe excluir tales estados. Aún no ha habido es-
teóricamente relevantes en una aproximación conexionis- fuerzos sistemáticos para teorizar sobre estos estados des-
ta a los hábitos alimentarios. Las activaciones son igual- de la perspectiva conexionista, debido en gran medida a
mente relevantes. Por otra parte, pesos y activaciones en problemas conceptuales que tales estados plantean y que
este modelo nunca alcanzan un valor final perfectamente han resultado muy difíciles de resolver. Pese a esto, resulta
asintótico, sino que varían de un momento a otro de una intuitivamente plausible suponer, al menos como hipótesis
manera cuasioscilatoria, a veces con amplitudes muy altas, de trabajo, que las creencias y deseos juegan un papel cen-
tal y como se aprecia en el caso de las activaciones de sali- tral en los hábitos alimentarios mentales adquiridos.
da . Por ello, una matriz de pesos o vector de activaciones Un segundo tópico se refiere al problema del cambio
en un momento dado no capturaría variaciones en otros de hábitos. La sabiduría convencional dicta que los hábitos
momentos. son muy difíciles de cambiar. En el caso de los llamados
Desde la perspectiva conexionista ejemplificada por el "malos" hábitos, esto plantea un grave problema de salud
presente modelo, entonces, la fuerza de un hábito debe ca- individual y social que merece nuestra más profunda con-
racterizarse teóricamente de una manera más amplia que sideración. Nuestra suposición de que hay una vinculación
capture tanto activaciones como pesos en periodos exten- estrecha entre hábitos alimentarios adquiridos y condicio-
didos. Son posibles varias caracterizaciones que satisfacen namiento abre una puerta hacia una teorización prelimi-
estos requisitos, pero sólo esbozaremos una muy simple nar que sirva de base para una solución científicamente
(preliminar e imperfecta), a manera de ejemplo: la fuerza sólida al problema. Hay muchas formas de cambiar hábitos
de un hábito podría definirse cuantitativamente como el alimentarios aprendidos mediante condicionamiento, pero
20 SECCIÓN 1 Reflexiones filosóficas y matemáticas

una de las más obvias es la extinción. En el caso del condi- forma de reducir momentáneamente los hábitos conduc-
cionamiento pavloviano, la extinción consiste en una dis- tuales operantes mediante la presentación de un estímulo
minución significativa de una RC como resultado de la pre- sensorial que ha sido previamente correlacionado de ma-
sentación del EC sin el El. La evidencia muestra que la nera pavloviana con un El desagradable (p. ej., un choque
extinción puede ser una forma muy eficaz de eliminar (o eléctrico, un estado de náusea causado por LiCl). El casti-
reducir) hábitos adquiridos mediante condicionamiento. go, en el cual se reduce una respuesta mediante una con-
Desgraciadamente (o afortunadamente, según cómo se tingencia operante con un estímulo desagradable, también
vea), la cuestión es mucho más complicada, al menos por ha mostrado ser eficaz en la reducción de hábitos indesea-
dos razones. bles. No obstante, todos estos procedimientos plantean no
Por una parte, existe la llamada "recuperación espontá- sólo problemas conceptuales y teóricos muy difíciles aún
nea'; la reaparición de una RC previamente extinguida luego sin resolver, sino también problemas éticos a la hora de
de un periodo fuera del contexto de aprendizaje, causada usarlos para cambiar la conducta.
por una reinserción en ese contexto (el modelo que hemos También falta esclarecer la relevancia de la implicación
esbozado aquí puede simular este fenómeno) . Por otra par- de que los hábitos mentales son más fuertes que los conduc-
te, ya más teóricamente, el presente modelo (y otros) predi- tuales, respecto al cambio de hábitos alimentarios. Harían
ce que los pesos de algunas conexiones se preservan aun falta muchas más simulaciones para identificar de manera
luego de muchos ensayos de extinción. La extinción, enton- fehaciente los factores que, según el modelo, determinan esa
ces, presenta limitaciones importantes como método para mayor fuerza. Pero, en principio y de manera muy tentati-
cambiar hábitos, en particular, eliminar hábitos indeseables. va, los hábitos mentales pueden ser más fáciles de adquirir,
Es muy probable, entonces, que la extinción deba ser com- más resistentes a la extinción y susceptibles de recuperarse
plementada por otros medios de eliminación o reducción de espontáneamente. Si en efecto los hábitos alimentarios men-
hábitos indeseables. El reforzamiento diferencial (la presen- tales median causalmente los hábitos alimentarios conduc-
tación del reforzador bajo ciertas condiciones y no presen- tuales indeseables, ello podría reducir drásticamente la efica-
tación bajo otras, ya sean por estímulo o de respuesta) ha cia de estrategias de intervención puramente conductuales.
mostrado ser un procedimiento muy eficaz para promover Es posible que tales estrategias deban ser complementadas
hábitos alimentarios deseables y desalentar los indeseables. con estrategias farmacológicas y aun quirúrgicas, aunque
Otra manera, por supuesto, es el condicionamiento también faltaría definir exactamente en qué consistirían y
aversivo, el conjunto de procedimientos donde se usan es- cómo se realizarían. Todo ello debe investigarse en un marco
tímulos desagradables para obtener efectos supresores de ético y moral que busque, ante todo, maximizar la dignidad,
la conducta. Por ejemplo, la supresión condicionada es una libertad y felicidad humanas.

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Los hábitos del significado:
alimentos que expanden el alma
y contraen los cuerpos o viceversa
• Maximino Matus Ruiz

deleuziana y se argumenta en favor de una filosofía posthu-


Introducción manista en torno a los panoramas alimentarios.

Si todo lo dulce debe gustarse, y esto es dulce como una


de las cosas concretas, necesariamente el que pueda y
La jerarquía de los sentidos
no encuentre obstáculo para ello lo gustará al punto. 1 y el animal que todos
En este capítulo se exploran diversas corrientes filosóficas llevamos dentro
que han tratado el tema del sabor y los alimentos en rela- En el libro Haciendo sentido del gusto. Comida y .filosofía,
ción con el cuerpo y alma de sus consumidores. El recorri- Carolyn Korsmeyer (1999) señaló que el sentido del gusto
do permite demostrar que tanto en la filosofía occidental raras veces ha llamado la atención de los filósofos, con ex-
como en la oriental, así como en la cosmovisión mesoame- cepción de cuando es utilizado para discernir sobre cues-
ricana y la religión católica, los hábitos alimentarios han tiones sensitivas y estéticas. Korsmeyer consideró que esto
sido concebidos de forma recurrente como prácticas que se debe, en parte, a que tradicionalmente en la filosofía
acercan o alejan a los humanos a su esencia animal o divi- clásica occidental, desde tiempos presocráticos, el gusto
na. Para demostrar esta tesis, en primera instancia se ex- fue catalogado como un "sentido bajo'; junto con el tacto y
plora la jerarquía de los sentidos desde Platón y Aristóteles, el olfato, asociado a nuestra naturaleza animal o corporal,
con la finalidad de identificar el rol que ha tenido el sentido vs. los "sentidos altos'; como el auditivo y la visión, asocia-
del gusto en la historia de la filosofía occidental. Enseguida dos a la dimensión intelectual. En esta sección se exploran
se analiza la influencia que la jerarquía de los sentidos tuvo las bases de la jerarquía de los sentidos a partir de la filoso-
sobre la filosofía cristiana y su efecto en la moralidad aso- fía de Platón y de Sócrates, poniendo especial énfasis en
ciada al cuerpo de los indígenas americanos y los coloniza- sus argumentaciones en torno al sentido del gusto.
dores europeos. En la tercera sección se exponen los fun- El Timaeus es un diálogo imaginario entre Timaeus y
damentos de la medicina ayurvédica y la dieta propuesta Sócrates escrito por Platón. En dicho texto, el filósofo dis-
por el kundalini yoga como expresiones de la filosofía cernió sobre el origen del universo y la vida. Entre otras
oriental en torno a la concepción que se tiene de los cuer- cosas, se preguntó cómo los organismos vivos interactua-
pos y su trascendencia a través de los alimentos. Por último ban con su entorno, hecho que lo llevó a explorar la jerar-
se revisan los fundamentos epistemológicos de la etología quización de los sentidos. Propuso que cuando un humano
nace, el alma entra al cuerpo. En su encarnación, el alma
pierde todo el conocimiento que posee como entidad infi-
1
Frase de Aristóteles, sección Vll, 1147a (como se citó en Oriol, 2004, nita. Los sentidos le ayudan a recordar su origen divino,
p. 28-30) . pero antes el humano debe aprender a dominarlos (Kors-

23
24 SECCIÓN 1 Reflexiones filosóficas y matemáticas

meyer, 1999, p. 12). Este hecho no resulta fácil, particular- el cual considera que está tan íntimamente asociado al tac-
mente en lo que se refiere a los sentidos del tacto y del gus- to, que inclusive lo concibe como una de sus variantes. Si
to; por lo tanto, es necesario desarrollar hábitos de mesura bien los órganos asociados a estos sentidos son la piel y la
en cuanto al sexo y la ingesta de alimentos. Platón argu- lengua, o la carne, que funcionan respectivamente como
mentó que como consecuencia de este conflicto, el cuerpo medios de contacto, para Aristóteles los verdaderos órga-
fue dividido por los dioses en secciones divinas y corrup- nos de estos sentidos residen en una región cercana al co-
tas:"[ .. .] la cabeza, que guarda la racionalidad, se encuen- razón (Korsmeyer, 1999).
tra separada del tronco, que contiene la maquinaria bruta En la jerarquía aristotélica, los sentidos del tacto y del
del apetito y la pasión" (Platón, 44d, 69d-70a, como se citó sabor se encuentran opuestos a la vista y la audición. Mien-
en Korsmeyer, 1999, p. 13; traducción propia). tras los primeros pueden convertirse en vicio, los segundos
Al discernir sobre el sentido del gusto, Platón argu- son una virtud que nunca puede ser exagerada:
mentó que en la lengua residen pequeñas venas que fun-
"Si uno ve una estatua bella, un caballo o un ser huma-
cionan como instrumentos gustativos que logran distin-
no, o [escucha] el canto de los corazones, sin ningún
guir entre los cuatro sabores tradicionales identificados
deseo acompañado de comer, beber o indulgencia se-
por la fisiología moderna occidental: amargo, dulce, ácido
xual, [sino] sólo con el deseo de ver lo hermoso y escu-
y salado; además del tosco (harsh), astringente y acre
char a los cantantes, no se puede pensar en libertinaje''.
(Korsmeyer, 1999, p. 13). Si bien la lengua como órgano
(Eudemian Ethics, 1230b31-1231al, como se citó en
perceptor reside en la cabeza, su objeto de percepción está
Korsmeyer, 1999, p. 22; traducción propia.)
destinado a residir temporalmente en un órgano bajo: el
estómago: Queda claro que para Aristóteles el exceso producido
por los sentidos del tacto y del sabor es algo inadecuado.
"La parte del alma que desea comidas y bebidas y las
Empero, reconoció la diferencia entre los cuerpos. Desde
otras cosas de las que necesite por razón de la naturale-
su perspectiva, el cuerpo de un bárbaro requiere mucha
za corporal [está] situada entre el diafragma y el borde
más comida que el de un pensante. Esto no sólo porque se
del ombligo .. . [los dioses idearon] en toda esta región
dedican a actividades distintas, sino también por la mora-
una especie de pesebre para el alimento del cuerpo, y
lidad que los caracteriza: "Cuando es uno inferior a sus se-
ahí ellos lo ataron como un animal salvaje que estaba
mejantes, tanto como lo son el cuerpo respecto del alma y
encadenado con el hombre, y debe ser alimentado si el
el bruto respecto del hombre, y tal es la condición de todos
hombre [ha de] existir:' (Platón 70e-71, como se citó
aquellos en quienes el empleo de las fuerzas corporales es
en Korsmeyer, 1999, p. 14; traducción propia.)
el mejor y único partido que puede sacarse de su ser, se
El "pesebre" no es receptáculo exclusivo de los alimen- es esclavo por naturaleza" (Azcárate, 1873). De esta mane-
tos, sino que también están los intestinos, donde se guarda ra, Aristóteles explicó la esclavitud en relación con el con-
el excedente de comida. Platón concibió que la función de sumo desmedido de alimentos y la moralidad asociada al
estos órganos es prevenir al apetito de la glotonería, para cuerpo que los consume. No obstante, también distinguió
que el alma sea capaz de ejercer sus facultades. Si bien el que cada cuerpo tiene diferentes capacidades dependiendo
sentido del gusto no es culpable de la glotonería, sí es cóm- de la actividad a que se dedica: mientras el consumo de
plice del apetito, ya que provee mucho del gusto por la co- alimentos para unos puede ser entendido como exceso,
mida (Korsmeyer, 1999, p. 14). En consecuencia, es un sen- para otros es mesura. Como ejemplo de este hecho descri-
tido bajo, opuesto a la visión, que trabajando en conjunto be la dieta seguida por el legendario luchador olímpico
con el resto de los sentidos se aproxima de forma más cer- Milo, de quien se dice que ingería a diario un aproximado
tera al conocimiento. Empero, para Platón, sólo cuando el de diez kilogramos de carne, diez de pan y cuatro litros de
alma logra separarse del cuerpo, la verdad es revelada. vinos (Harris, 1964).
De forma contraria a la dualidad platónica y desde una A partir de la filosofía aristotélica se entiende que cada
perspectiva menos idealista, Aristóteles argumentó que las cuerpo debe conocer cuál es su justa medida, para no cau-
almas requieren del cuerpo tanto como la forma requiere sarse placer o dolor exagerado: "... y el desarrollo de un ca-
de materia. Para el filósofo, todos los sentidos originan pla- rácter virtuoso requiere de aprender a manejar los placeres
cer, "... y el placer es una dimensión importante de la divini- y dolores de tal manera que uno es complacido por la cosa
dad humana cuando funciona como componente del co- correcta" (Nic. Eth. Il, 3; VI, Il; X, I, como se citó en Kors-
nocimiento práctico" (Korsmeyer, 1999, p. 18; traducción meyer, 1999, p. 23). Este aprendizaje implica el desarrollo
propia). No obstante, al igual que Platón, Aristóteles consi- de un hábito alimentario fundamentado en la mesura, que
deró al sentido de la vista como el más alto en la jerarquía, era una de las máximas virtudes en la Grecia antigua. No
ya que permite distinguir la diferencia entre las cosas del obstante, para Aristóteles, aun aprendiendo a ser mesura-
mundo. El tacto se encuentra en la base de su división sen- dos respecto al consumo de alimentos, el placer producido
sorial, pues su refinamiento diferencia a los humanos del en la ingesta pertenece a los sentidos bajos, y como tal,
resto de los animales. Enseguida viene el sentido del gusto, siempre resulta inferior al producido por la visión y la
CAP[TULO 2 Los hábitos del significado: alimentos que expanden el alma y contraen los cuerpos y viceversa

audición. La misma lógica aplica para cada uno de los sen- ria prima que aglutina; como símbolos de impotencia, 3 con-
tidos y sus artes relacionadas. traen el cuerpo de sus consumidores al destruir sus relacio-
A partir de la revisión antes presentada, podemos con- nes. Una expresión bárbara del segundo tipo de símbolo la
cluir que, aunque partiendo de distintas argumentaciones, encontramos en el esfuerzo que los colonizadores españo-
para ambos filósofos el sentido del gusto, sus órganos rela- les emprendieron para transformar a los "indígenas desal-
cionados, directa/objeto o indirectamente/medio, y las ca- mados" en "cristianos encarnados''. 4
vidades corporales transitorias o depositarias de comida El efecto de la filosofía cristiana respecto al cuerpo y
pertenecían a la naturaleza animal de los humanos que de- sus hábitos alimentarios durante el periodo colonial es re-
bía ser domesticada para la transcendencia del alma. velado por la confrontación que se suscitó entre dos tipos
En su análisis, Korsmeyer (1999) debatió las implica- de cuerpos habituados a ser alimentados con granos dife-
ciones relacionadas con la jerarquía de los sentidos y ase- rentes: indígenas que consumían maíz y cristianos alimen-
guró que éstas se han extendido inclusive a diversas activi- tados por trigo. Cada uno de estos granos y cuerpos estaba
dades tradicionalmente asociadas a los géneros masculino asociado con divinidades específicas. Mientras el trigo
y femenino. Así, las primeras resultan más "altas" que las convertido en pan representaba el cuerpo de Cristo, en
segundas. Mientras unas se relacionan con la mente, otras Mesoamérica el maíz encarnaba a diferentes divinidades.
están ligadas al cuerpo, dando como resultado un sinnú- Enseguida se describen los cuerpos metafóricos del maíz y
mero de oposiciones que han determinado parte de la cos- del trigo para explicar esta relación de destrucción.
movisión occidental: racional/hombre, emocional/mujer, El maíz tuvo un papel central en la organización de la
arte/mente, cocina/cuerpo, etcétera. cosmovisión en Mesoamérica: 5 simbolizaba la carne de sus
Korsmeyer (1999) señaló que el pensamiento aristo- antepasados. El maíz era el grano madre. La mayoría de los
télico fue retomado por Santo Tomás de Aquino en el mitos fundacionales de esta parte del mundo hace referen-
Medioevo y permeó de manera importante la filosofía cia a ese hecho. Por ejemplo, en el Popal Vuh (uno de los
cristiana de la época:"[ .. . ] es claramente imposible que la libros más importantes de la mitología mesoamericana),
felicidad humana consista en los placeres de la carne, de los dioses no lograron crear al hombre maya en su primer
los cuales, la mesa y el sexo son rectores" (Tomás de Aqui- intento, cuando utilizaron el barro y la madera como mate-
no, 1928, como se citó en Korsmeyer, 1999, p. 30; traduc- riales principales. Esos hombres carecían de alma y de la
ción propia). No parece ser casualidad que en el mismo capacidad de hablar:
siglo que Tomás de Aquino dictó esas palabras haya surgi-
do una prohibición que distinguiría a los cristianos y sus "Entraron juntos en la oscuridad para pensar y re-
hábitos alimentarios: el pan de harina simbolizando el flexionar. Así es como llegaron a una decisión sobre
cuerpo de Cristo:"[ ... ] este era el único grano reconocido el material adecuado para la creación del hombre ...
por la Iglesia Católica Romana como la santa eucaristía. Entonces nuestros creadores Tepew y Q'uk'umatz co-
Desde el siglo xr, los sacerdotes no podían sustituir con menzaron a discutir la creación de nuestra primera
otro pan el cuerpo de Cristo" (Pilcher, 1998, p. 35; traduc- madre y padre. Su carne estaba hecha de maíz blanco
ción propia). y amarillo. Los brazos y las piernas de los cuatro hom-
bres estaban hechos de harina de maíz''. 6

Cuerpos paganos vs. cuerpos Los cuerpos de maíz descritos en los mitos mesoameri-
cristianos canos fueron producto de miles de años de interacciones
bioculturales: "[En] 1500 a. C., estaba completamente do-
A través de los tiempos han existido numerosas dietas ba- mesticado el maíz para producir semillas grandes y duras
sadas en el consumo de granos sagrados relacionados con
los mitos fundacionales de diversas culturas y religiones. El
arroz de oriente, el trigo europeo y el maíz de los pueblos 3
Por "símbolo de impotencia" se entiende: "signos que tienen un efec-
americanos son ejemplos claros de estas expresiones. En to en nuestros cuerpos y mentes mediante el decremento de su poder
todos los casos, el grano básico funciona como símbolo (pouvoir) para actuar y teniendo efecto en otros cuerpos mediante la
que unifica el cosmos con la tierra y el cuerpo con la divi- destrucción de sus relaciones''. (Matus, 2012, p. 12a.)
4
nidad de sus consumidores. Como símbolos de potencia, 2 El 15 de agosto de 1550 se llevó a cabo la junta de Valladolid, donde
estos granos tienen la capacidad de expandir el cuerpo de entre otras cosas se debatió sobre el alma de los indígenas america-
nos: "con un tribunal compuesto por juristas y teólogos, y entre dos
sus consumidores al ser capaces de funcionar como mate-
opositores: Las Casas y Sepúlveda [... ] Como es evidente, Las Casas
fue el gran defensor de la causa india [... ) Del otro lado encontramos
a Sepúlveda, que se reconocía como seguidor absoluto de las tesis
2
Por "símbolo de potencia" se entiende: "signos que tienen un efecto aristotélicas''. (Manero, 2009, p. 99.)
5
en nuestros cuerpos y mentes mediante el incremento de su poder Para mayor información sobre este concepto, ver Kirckoff {1969).
6
(puissance) para actuar y teniendo efectos en otros cuerpos mediante Disponible en: http://www.crystalinks.com/popolvuh.html. Acceso:
la construcción de relaciones''. (Matus, 2012, p. 12a.) 5 de junio de 2010.
26 SECCIÓN 1 Reflexiones filosóficas y matemáticas

que podían ser almacenadas por largos periodos y apoyar a canos cometían pecados contra la naturaleza (sacrificios
las poblaciones sedentarias. En ese momento, también, el humanos, antropofagia ... ) y esa era razón suficiente como
grano había producido una cubierta de la semilla blanda que para someterlos mediante la guerra''. 8 En contra de los argu-
lo hizo comestible después de cocinado" (Pilcher, 1998, p. mentos de Sepúlveda, Las Casas denunció actos bárbaros
11; traducción propia). Después de que el maíz fue domesti- de los españoles: "[... ] mataban a lanzadas e cuchilladas,
cado por completo, los pueblos de Mesoamérica inventaron echábanlos a perros bravos que los despedazaban e comían
la tortilla. Además, los indígenas consumían otros produc- e, cuando algún señor topaban, por honra quemábanlo en
tos de la planta de maíz. En particular, valoraban un hongo vivas llamas" (como se citó en Manero, 2009, p. 98).
llamado "cuitlacoche" o "huitlacoche''. Este parásito fúngico En su Apologética historia sumaria, Las Casas consi-
de color gris y negro infecta la mazorca de maíz y luego cre- deró al indio como un ser con una capacidad racional su-
ce a su alrededor. Su nombre deriva de las palabras náhuatl perior a la de otros pueblos. En diversos capítulos describió
"cuitlal'; que significa "materia fecal'; y "cochtli'; que significa la concordancia entre la gracia de los cuerpos indígenas,
"dormir"; en consecuencia, textualmente "huitlacoche" es las almas puras que los ocupaban y los alimentos que con-
"materia fecal dormida''. A pesar del hecho de que el hui- sumían:
tlacoche disminuye el valor productivo de las cosechas de
maíz, se consideraba una delicadeza y ha sido consumido en "Todas estas previas disposiciones (sic) corporales re-
las comunidades mesoamericanas durante miles de años. El quieren de ánimas nobles y hacen ser a los hombres
náhuatl se refiere a este hongo como el "excremento de los ingeniosos e intelectivos más o menos, según más o
dioses'; en el sentido de que proviene de ellos. Esta aparente menos las disposiciones llegan o no a la mediocridad,
paradoja (una delicadeza que destruye) está en concordan- porque el acto y la forma recíbese en la materia se-
cia con la cosmovisión mesoamericana respecto al consumo gún la capacidad de ella; y como el ánima sea forma
de alimentos y los residuos producidos por los dioses: aque- del cuerpo, conviene haber proporción del ánima al
lla materia fecal no constituía un desecho, sino una especie cuerpo [... ] De ahí, cuanto mejor dispuesto tenga
de excedente purificado. La reverencia que tenían hacia la el cuerpo un hombre, tanto mayor virtud natural tendrá
materia residual de los dioses se refleja en el nombre del Dé- el ánima para entender y alcanzar mejor la sutileza del
cimo Tlatoani (c. 1476-1520), quien fue llamado Cuitláhuac, entendimiento [... ] los indios son absentismos y muy
"materia fecal seca de los antiguos chamanes''. sobrios, de muy poco comer y beber, lo que les ayuda
Al contrario de las propuestas de la filosofía clásica y favorece''. (Como se citó en Manero, 2009, p. 92.)
occidental antes revisadas (Platón y Aristóteles), donde el
Independientemente de los argumentos de Las Casas
sentido del gusto y la ingesta de alimentos alejaban a los
a favor de los indios y sus hábitos alimentarios, a lo largo de
humanos del conocimiento del alma y los acercaban a su
la Colonia el "cuerpo del maíz" de los oriundos fue puesto
condición animal, para algunas culturas mesoamericanas
en oposición con el "cuerpo de trigo" de los colonizadores.
el alma era adquirida gracias al grano con que fueron
A partir de este encuentro, un nuevo universo moral emer-
encarnados. Más aún, la relación con la divinidad era re-
gió en relación con el consumo de estos granos básicos.
constituida cíclicamente a partir de consumir maíz y sus
Los consumidores de maíz fueron considerados desalma-
derivados. Es decir, que tal consumo no era asociado con la
dos, entre otras razones, porque alimentaban sus cuerpos
animalidad, sino con la divinidad. Empero, aun así, algunos
con un grano diferente al cuerpo de Cristo:
argumentos utilizados por los españoles para legitimar la
guerra contra los indios "desalmados" estuvieron relacio- "El Padre Sahagún les instruyó [a los pueblos indíge-
nados con los hábitos alimentarios de éstos, en particular, nas] para comer lo que el pueblo castellano comía,
la antropofagia practicada esporádicamente por las clases porque es la buena comida, aquella con la que se le-
dominantes como parte de los rituales solares.7 vantan, son fuertes y puros y sabios [... ] 'Te conver-
Sepúlveda, quien era fiel seguidor de las tesis aristotéli- tirás en la misma forma que si comes su alimento':'
cas sobre la esclavitud, al no encontrar argumentos para (Pilcher, 1998, p. 35; traducción propia.)
justificar la guerra contra los indígenas americanos, apeló a
la barbarie de sus hábitos alimentarios: "Los indios ameri- Sahagún relacionó el consumo del trigo con la supre-
macía de los cuerpos de Castilla. En su discurso contrastó
cuerpos fuertes, puros, sabios y cristianos alimentados con
trigo, con los débiles, contaminados, ineptos y paganos que
7
"Existe evidencia de canibalismo en algunos pueblos, aunque es consumían maíz. Mientras que el trigo simbolizaba el
importante entender esta práctica dentro de un sistema cosmogó- cuerpo de Cristo, el maíz simbolizaba el cuerpo de los pa-
nico. Una de las formas de consumir la carne humana era en pozole
ganos.
(pozolli), que además de maíz cacahuazintle contenía trozos de los
guerreros sacrificados en ritos solares. Este platillo era reservado para
ceremonias religiosas específicas y personajes de una jerarquía deter-
minada'.' (Fundación Cultural Armella Spitaller, s.f., p. 160.) 8
Como se citó en Manero (2009).
CAP[TULO 2 Los hábitos del significado: alimentos que expanden el alma y contraen los cuerpos y viceversa

A pesar de las exhortaciones de Sahagún a los indios


de Mesoamérica para cambiar sus hábitos alimentarios y
Ayurveda y kundalini yoga:
convertirse como sus conquistadores españoles, el cultivo una dieta para fortalecer
de trigo en Mesoamérica fue introducido lentamente, so- el cuerpo y liberar el alma
bre todo en comparación con la rápida adopción de la cría
de ganado. Pilcher (1998) sostuvo que la inversión sustan- A través de los tiempos y las culturas han existido numero-
cial, tanto agrícola como industrial, que el cultivo de trigo sas dietas basadas en alimentos que pretenden alejar a los
requería impidió su introducción: humanos de su animalidad y acercarlos a lo sagrado. Una
versión contemporánea de estos regímenes alimentarios la
"Los americanos nativos, cuando se les dejaba a su encontramos en las dietas vegetarianas relacionadas con
suerte, casi siempre plantaban maíz en lugar de trigo, las filosofías orientales que se han popularizado en occi-
en parte porque no les gustaba el sabor del grano ex- dente a través del yoga.
tranjero[ ... ] Las consideraciones económicas también La concepción que tiene el yoga del cuerpo físico hu-
contribuyeron al rechazo de los indígenas, ya que vie- mano establece una división entre lo animal y lo sagrado:
ron al grano extranjero como un cultivo pobre en sub- chacras del triángulo inferior vs. chacras del triángulo su-
sistencia [... ] el trigo crecía sólo bajo condiciones fa- perior. Mientras los primeros se relacionan con la tierra,
vorables y era altamente susceptible a la enfermedad:' los desechos y las pasiones, los segundos se asocian a los
(Pilcher, 1998, pp. 35-36; traducción propia.) cielos, lo etéreo y la conexión divina. El kundalini yoga
considera que el humano es un prani, ya que vive del pra-
Sólo en la parte desértica del norte de la Nueva España na: "[ ... ] la fuerza vital que penetra dentro de cada átomo
el cultivo de trigo empezó a derrotar la omnipresencia del de tu forma y, en efecto, del universo" (Bhajan, 2007, p.
maíz. La tortilla de harina de trigo fue uno de los primeros 177). Se considera que los alimentos, al igual que el aire que
alimentos híbridos que surgieron en la Nueva España (Pil- respiramos, poseen una cantidad determinada de prana y
cher, 1998). Las mujeres indígenas que prepararon comida es por ello que resulta imperante consumir alimentos ricos
para los conquistadores inventaron este híbrido culinario, en esa fuerza vital. Se argumenta que una dieta carente de
utilizando la forma redonda y plana de la tortilla de maíz estos alimentos aleja a los humanos de la salud y la divi-
como modelo para un producto elaborado con trigo. nidad.
Al reproducir el paisaje de casa en tierras extranjeras, Enseguida se explican los principios de la dieta sugeri-
los conquistadores españoles y sus descendientes trataron da por el kundalini yoga para alimentar el cuerpo de sus
de tomar control sobre los recursos naturales del nuevo practicantes. Este sistema se encuentra basado en buena
continente. Sin embargo, como consumidores de un pro- medida en la medicina tradicional de la India llamada
ducto inventado y hecho por indígenas, la tortilla (aunque ayurveda, la cual se dice data de hace 5 000 años.
ahora de trigo), los españoles también fueron cambiando La palabra ayurveda proviene del sánscrito, donde ayu
paulatinamente sus hábitos alimentarios. significa "vida" y veda "conocimiento''.9 El ayurveda consi-
En su extensa revisión de libros de cocina de la segun- dera que la salud proviene de un estado de equilibrio entre
da mitad del siglo XVIII, Juárez (2005) sostuvo que los crio- la mente, el cuerpo y la conciencia, en conjunto con los tres
llos comenzaron a incorporar algunos alimentos oriundos doshas: va ta, pitta y kapha, que son fuerzas presentes en el
de la Nueva España en sus patrones regulares de consumo. cuerpo humano de forma diferenciada. En la filosofía del
De alguna forma, estos alimentos funcionaron como sím- kundalini yoga, estos tipos de energía son considerados
bolos que destacaban la particularidad de su identidad en "[ .. .] símbolos formulados intuitivamente de las fuerzas
el contexto de la incipiente nación mexicana. No obstante, primarias que generan y mantienen los cuerpos físicos y
los alimentos mesoamericanos tuvieron presencia secun- mentales" (Bhajan, 2007, p. 252). El equilibrio de estas
daria en los libros de cocina. De alguna manera, esta jerar- energías se determina parcialmente por la comida introdu-
quía gastronómica reflejó la hegemonía de los alimentos cida al cuerpo humano. Enseguida se describen sus carac-
españoles sobre los indígenas (Juárez, 2005). De esa mane- terísticas y elementos con que se relacionan.
ra, los cuerpos alimentados con trigo continuaron ocupan-
l. Vata (aire). Energía que controla las funciones del
do una posición privilegiada en la jerarquía social de la
cuerpo asociadas con el movimiento. Sostiene al
época. El trigo era"[ ... ] tradicionalmente identificado con
cuerpo y origina toda dase de movimiento físico en él.
el maná, el pan, el cuerpo de Cristo y la comida principal.
Controla la mente y los sentidos y causa la eliminación
«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre,
de desperdicios. Cuando el vata está balanceado, hay
y el que cree en mí nunca tendrá sed»" (Juárez, 2005, p.
creatividad y vitalidad; de lo contrario, produce miedo
111). La observación de Juárez trae a la mente una pregun-
y ansiedad.
ta hecha por Michel Serres en su filosofía del cuasiobjeto:
¿Alguna vez comemos algo más junto con la carne de la
9 University of Maryland Medica! Center (UMMC), 2011.
Palabra? (1982, p. 232).
28 SECCIÓN 1 Reflexiones filosóficas y matemáticas

2. Pitta (bilis). Energía que controla el sistema metabó- 2. Rayásico. Se refiere al humano terrenal que posee una
lico. Es responsable de la digestión, el calor, el fuego personalidad alineada y es de carácter demandante,
digestivo y la formación de la sangre. Cuando el pitta positivo y activo. Su espectro es amarillo. Los alimentos
está balanceado, hay continencia e inteligencia; de lo rayásicos poseen energía para lograr o crear. Ejemplos:
contrario, produce úlceras y enojo. hierbas y especias estimulantes, muchos alimentos de
3. Kapha (flema). Energía que controla el crecimiento la tierra.
del cuerpo, lo nutre y lubrica, mantiene la potencia 3. Tamásico. Se refiere a la naturaleza animal del humano
sexual y proporciona equilibrio mental al individuo. que posee una personalidad dividida y es de carácter
Cuando el kapha está balanceado, hay amor y perdón; enojado, confuso y estúpido. Su espectro es rojo. Los
de lo contrario, produce inseguridad y envidia. 10 alimentos tamásicos tienen una propiedad regresiva
de inercia y decaimiento (glotonería, indulgencia y pe-
En cada persona, una combinación particular de dos- reza) . Ejemplos: la carne, el pescado, el pollo, los hue-
has resulta dominante y determina su personalidad. Múlti- vos, el alcohol y las drogas intoxicantes (Bhajan, 2007,
ples causas pueden crear un disturbio en su armonía, lo pp. 210, 252).
cual conlleva a la enfermedad. El ayurveda busca restaurar
su equilibrio a partir de una dieta balanceada, ejercicios y Además, la dieta ayurvédica distingue seis sabores y
prácticas meditativas. Los practicantes de kundalini yoga asigna propiedades buenas y malas a cada uno de ellos:
siguen algunos principios para distinguir entre los alimen- dulces, agrios, salados, picantes, amargos y astringentes
tos permitidos y los prohibidos de la dieta ayurvédica. De (recordemos que Platón distinguió siete, donde se incluyen
forma práctica, considera que existen tres tipos de alimen- cinco de los aquí expuestos). Por ejemplo, de los alimentos
tos que se clasifican dependiendo del medio donde crecen: amargos se dice que "incitan, limpian la garganta, afilan el
intelecto y ayudan a la piel. En exceso pueden ocasionar
l. Alimentos solares. Crecen a más de un metro por
dolores de cabeza y pérdida de fuerza" (Bhajan, 2007, p.
encima del suelo. Absorben la máxima energía del
253). Debido a que cada alimento refuerza o disminuye las
sol y la mínima de la tierra. Son alimentos etéreos
propiedades del cuerpo humano, el principio de la mesura
que elevan la conciencia y tienen efecto rápido y
debe guiar su ingesta (al igual que lo propuso Aristóteles).
ligero sobre el cuerpo y el sistema nervioso. Algunos
Siguiendo estos principios, se dice que para llevar una
ej emplos son: frutas , nueces, aguacate, dátiles y cocos.
vida tranquila y contemplativa, una dieta basada en ali-
2. A limentos del suelo. Crecen dentro de un metro por
mentos sátvicos es perfecta. Para quienes desean mantener
encima del suelo. Tienen más energía de la tierra,
una mente meditativa, pero también deben vivir y trabajar
menos del sol. Son altos en nutrientes y son excelentes
como sostenedores de un hogar, una dieta balanceada en-
limpiadores. Algunos ejemplos son: frijoles, arroz,
tre alimentos sátvicos y rayásicos es lo mejor. En general, se
panes y vegetales verdes.
considera que los alimentos tamásicos se deben evitar, ya
3. Alimentos de la tierra. Crecen por debajo del suelo.
que alejan a los humanos de su divinidad (Bhajan, 2007, p.
Contienen una gran energía de la tierra y tienen
252).
energía solar de manera indirecta. Poseen propiedades
Así como en el siglo xvr los colonizadores españoles
curativas y aportan gran energía para asuntos mun-
buscaban convertir a los indígenas desalmados en cristia-
danos o trabajo duro. Ejemplos: papas, nabos, rábanos,
nos encarnados a partir de cambiar sus hábitos alimenta-
ajo, jengibre y cebollas (Bhajan, 2007, p. 252).
rios, en el siglo xx se demanda a los practicantes de kunda-
La dieta ayurvédica aplica la teoría yóguica de los gu- lini yoga en occidente que sigan una alimentación con los
nas a los alimentos. Los gunas se refieren a cualidades o principios antes presentados. No obstante, antes es nece-
comportamientos de los humanos que determinan su vida. sario que cambien la concepción que tienen de su propio
Se dividen en sátvico, rayásico y tamásico y sus cualidades cuerpo; de lo contrario, no entenderán qué es lo que están
se extienden a los alimentos de la siguiente manera: alimentando.
Hasta aquí hemos explorado la forma en que filoso-
l. Sátvico. Se refiere al humano angelical, que posee una fías, religiones y cosmovisiones diferentes construyen há-
personalidad unificada con el espíritu y es de carácter bitos alimentarios particulares. El cuerpo de maíz del indí-
agraciado, pacífico y disciplinado. Los alimentos sát- gena mesoamericano, el de harina del colonizador español
vicos poseen esencia o cualidad etérea. Ejemplos: las y el yóguico de los practicantes de kundalini en occidente
frutas y las verduras, especialmente alimentos solares son concebidos de forma diferenciada y siguen regímenes
y del suelo. alimentarios relacionados con la singularidad que los dis-
tingue. Cada cuerpo está articulado según un régimen di-
10
Retomado de Bhajan Y (2007), Manual del maestro acuariano y ferente de significación donde se imbrican naturaleza y
http://www.umm.edu/altmed/articles/ayurveda-000348.htm. Acceso: cultura; la primera en forma de alimentos y cuerpos, la se-
10 de febrero de 2013. gunda como cosmovisión o religión. Siguiendo a Charles S.
CAP[TULO 2 Los hábitos del sign ificado : alimentos que expanden el alma y contraen los cuerpos y viceversa

Peirce, se considera que para que estos regímenes sean co- pasaje de un estado al otro: "Todo tu cuerpo está en una
herentes, es necesario desarrollar hábitos precisos de signi- especie de movilización de su ser, con la finalidad de adap-
ficación, pues sólo así el alimento puede relacionarse con la tarse.~ su nuevo estado. ¿Cuál es el efecto? El pasaje. La
religión y el cuerpo con lo divino. No en vano, Peirce con- afecc1on es el estado oscuro y el iluminado [... ] es tu cuer-
cibió al símbolo como un signo "[ ... ] que es constituido po que hace la transición. Si estabas meditando, te pondrás
casi o ~redominantemente por el hecho de que es usado y furioso con la persona que prendió la luz. Si estabas bus-
entendido de esta manera, siendo el hábito natural o con- cando tus anteojos, te sentirás muy agradecido. En el pri-
vencional y sin importar los motivos que originalmente mer caso, experimentaste una disminución del poder vivi-
gobernaron su selección" (como se citó en Fernández, do; en el segundo caso, un incremento. De esta forma, el
2010, p. 3; traducción propia). primer estado se relaciona con la tristeza y el segundo con
la gracia" (Deleuze, 1981, p. 6; traducción propia).
¿Por qué la imagen de una cosa disminuye mi poder
La etología deleuziana (pouvoir) para actuar? De acuerdo con Deleuze, este decre-
y los panoramas alimentarios mento de poder ocurre porque"[ ... ] todas las cosas cuyas
relaciones tienden a descomponer una de mis relaciones o
En los apartados anteriores se presentaron diversas pers-
la totalidad de mis relaciones me afectan con tristeza [... ]
pectivas que de una u otra manera argumentan que los ali-
por eso, de la misma manera, por el mismo token, decrece
mentos tienen la capacidad de liberar al humano del ani-
mi poder" (1981 , p. 9; traducción propia). Si alguien pren-
mal al que ha sido atado por los dioses o la naturaleza y
de la luz y yo continúo con mi meditación, tengo que hacer
unirlo a lo divino. Enseguida se presentan los fundamentos
un gran esfuerzo con la finalidad de prevenir la destrucción
de una filosofía que propone precisamente lo contrario:
de mis relaciones. Tengo que luchar en contra de la perso-
devolver la animalidad a los humanos, para crear una nue-
na que entró al cuarto y de la luz prendida. Las partes se
va ética en relación con los alimentos, o en términos deleu-
convierten en una sola entidad que intenta destruir mis re-
zianos, una etología.
laciones. En cambio, ¿por qué la imagen de una cosa incre-
Baruch Spinoza, el filósofo racionalista por excelencia,
menta mi poder (puissance) para actuar? Porque entra en
propuso una distinción entre affectio y affectus. En español
concordancia con mis relaciones:"[ .. .] cuando las relacio-
la traducción más cercana al primero de estos términos es
nes son compuestas, las dos cosas que forman la relación
"afección'; mientras que en el segundo es "efecto''. La afec-
crean un individuo superior, un tercer individuo que las
ción es el efecto instantáneo de la imagen de una cosa en el
incluye y toma dentro como partes" (Deleuze, 1981, p. 11).
ser. El efecto es lo que la afección envuelve o la transición
Continuando con el ejemplo del cuarto oscuro, cuando
vivida entre diferentes afecciones. El efecto de una afec-
la luz es prendida y soy capaz de encontrar mis anteojos, la
ción impresa en nuestros cuerpos puede encontrar su ex-
totalidad es mayor que las partes y el resultado es una rela-
presión en la forma de un corto o largo efecto en nuestras
ción de gracia. Desde esta perspectiva, el poder es la habi-
mentes (Deleuze, 1981).
lidad de componer o descomponer relaciones, ya sea des-
Para Spinoza, el deseo es la esencia de los hombres,
truyendo las previas o componiendo nuevas.
hecho que los alejaba de la razón (Spinoza, 2010). Al anali-
Los objetos y organismos tienen afecciones y efectos
zar el intercambio epistolar sostenido por Spinoza y Blyen-
sobre otros cuerpos. Sin embargo, sólo los organismos vi-
bergh sobre la naturaleza del bien y el mal, 11 Gilles Deleuze
vos son capaces de experimentar esas relaciones en térmi-
(1981) argumentó que el deseo es una forma de afección
nos de efectos incrementando o decreciendo el poder de
que sólo puede ser calificada por su asociación con la ima-
sus cuerpos. En una de las cartas escritas a Blyenbergh,
gen de una cosa. Por ejemplo, en la dieta yóguica, el deseo
Spinoza (1962) comparó las afecciones de un hombre ciego
por liberar al cuerpo del animal al que ha sido atado en-
con las de una piedra. Argumentó que ni un ciego ni una
cuentra su imagen en los alimentos sátvicos, de tal manera
piedra están privados de nada, porque ninguno tiene imá-
que éstos se convierten en una afección del cuerpo que los
genes visuales. El ciego es tan perfecto como puede ser,
consume.
juzgándolo por sus afecciones. Las afecciones de un cuer-
Deleuze (1981) explicó las afecciones y sus efectos en
po determinan su capacidad para afectar y ser afectado.
los cuerpos con un ejemplo simple. Nos pide imaginarnos
Teorizando en el poder de los cuerpos en relación con las
en un cuarto oscuro en dos situaciones diferentes: 1) medi-
afecciones que permiten la formación o destrucción de re-
tando, y 2) intentando encontrar nuestros anteojos. Cuan-
laciones con otros cuerpos, Deleuze agregó un giro etoló-
do alguien prende súbitamente la luz, experimentamos el
gico a la filosofía spinozista (Gotens, 1996; Thrift, 2004).
Desde la perspectiva de Gotens:
11
Disponible en: Letter XXXVIII. (XXVII): Spinoza to Blyenbergh.
Benedict de Spinoza. The Chief Works of Benedict de Spino-
za, vol. 2 [1662]. http://oll.libertyfund.org/?option=com_staticxt&
"(La] etología toma similitudes y diferencias en térmi-
staticfile=show.php%-3Ftitle= 171l&chapter=l99499&layout=html&It nos del poder de los cuerpos para afectar y ser afec-
emid=27. Acceso: 1 de octubre de 2011. tados: ¿qué puede hacer este cuerpo?, ¿cuáles son
30 SECCIÓN 1 Reflexiones filosóficas y matemáticas

sus relaciones típicas con otros cuerpos y cuáles son Trazando las redes semánticas entre el término ale-
estos poderes típicos?, ¿qué lo hace más débil?, ¿qué mán landschaft y el inglés landscape, Cosgrove (2006) afir-
lo hace más fuerte? [... ] en cada caso, los cuerpos se mó que la "idea del paisaje" es "[...] una forma moderna
distinguen en términos de sus partes extensivas y sus característica de encontrar y representar el mundo externo:
relaciones, sus diferentes poderes y afecciones y por en sus cualidades pictóricas y gráficas, en su espacialidad
su tendencia a promover pasiones agraciadas o tristes y formas de conectar lo individual con la comunidad"
para sí mismos y otros seres. Como Deleuze observa, (p. 5-6). Diversos investigadores han analizado las implica-
desde este punto de vista, la única diferencia es una de ciones ideológicas de las representaciones paisajísticas
poder." (Gotens, 1996, p. 169; traducción propia.) (Cosgrove, 2006; Daniels, 1993; Mitchell, 1996; Mitchell,
2002; Olwig, 2005). Particularmente, enfatizaron su relación
Deleuze terminó de dar este giro etológico retomando con la lógica de reproducción del capitalismo y la hegemo-
el trabajo de Jakob von Uexküll (1864-1944), quien propuso nía del Estado-Nación: la coherencia en la representación
una teoría para entender a los organismos vivos en relación enmascara la explotación y exclusión de un sinnúmero de
con sus umwelts e innenwelts: "[... ] nosotros definimos actores.
umwelt como el conjunto de relaciones que un organismo Los estudios del paisaje inspiraron a otros investigado-
tiene con el ecosistema (como en la semiosfera). La forma- res a utilizar el término para analizar sus conexiones con la
ción de una umwelt depende de la innenwelt como el siste- comida a través del concepto "paisaje alimentario" lfoods-
ma de modelaje primario de un organismo" (como se citó cape) . Dicho término fue originalmente propuesto por
en Kull, 2010, p. 253; traducción propia). Para Deleuze, las Yasmeen (1997) en su tesis doctoral sobre género, comida
relaciones que un organismo establece con el ecosistema y espacio público en Bangkok: "Paisaje alimentario provie-
pueden entenderse en términos de afecciones y efectos. ne de 'paisaje'. Es un concepto usado para describir el pro-
Thrift (2004) explicó el giro etológico de Deleuze en los si- ceso de ver un lugar donde la comida es utilizada como una
guientes términos: lente para traer a foco relaciones humanas seleccionadas"
(Yasmeen, 2008, p. 523; traducción propia). Por su parte, en
"'[ .. .] el animal más simple de von Uexküll, una ga-
otra tesis doctoral sobre "paisajes alimentarios festivos"
rrapata, cuya raison d'etre es chupar la sangre de los
en Gilroy, Texas, Adema (2006) retomó el concepto de la
mamíferos que pasan[ ... ] parece ser capaz sólo de tres
siguiente forma:"[ ... ] cuando la asociación entre un lugar y
afecciones: luz (subir al tope de una rama), oler (caer
una comida es abstraída y promovida, y la comida se con-
sobre el mamífero que va pasando bajo la rama) y calor
vierte en emblemática de un lugar, el paisaje comunal se
(buscar el punto más caliente en el mamífero)'. Des-
convierte en paisaje alimentario. Cuando una localidad
pués Deleuze aplica el mismo tipo de razonamiento
pone en escenografía un performance de su identidad a tra-
a los seres humanos. Pero ahí él tiene que hacer una
vés de la comida, se convierte en paisaje alimentario festi-
previsión considerable: que nosotros realmente no te-
vo" (p. vi; traducción propia).
nemos idea de qué afecciones los cuerpos humanos
Desde las perspectivas antes descritas, los paisajes ali-
o mentes pueden ser capaces en un encuentro sobre
mentarios emergen cuando la comida. se convierte en la
el tiempo o, de hecho, de manera más general, qué
entidad primordial para definir el paisaje de un lugar, re-
mundos los seres humanos son capaces de construir.
gión o nación. La comida provee un campo semántico
Entonces las afecciones son 'el devenir no humano del
donde los elementos constitutivos de un paisaje se organi-
hombre'". (Deleuze y Guattari, 1994, p. 169, como se
zan en relación con ciertos alimentos. Tales elementos se
citó en Thrift, 2004, pp. 63-64; traducción propia.)
expresan en diferentes modalidades: festivales, restauran-
Como seres humanos, estamos inmersos en ecosiste- tes, envoltorios de comida, etc. N igual que las representa-
mas que incrementan o disminuyen nuestras potencialida- ciones paisajísticas, cuando entran al mercado en forma de
des a partir de las múltiples relaciones que construimos o productos, los paisajes alimentarios guardan una relación
destruimos con el resto de los objetos y organismos que indirecta con la ontología física de un lugar (Johnston, Biro
coexisten con nosotros. Sin embargo, no sabemos de lo y MacKendrick, 2009, pp. 512-513; traducción propia).
que somos capaces, ya que razonamos poco sobre nuestras Ingold (2006) ha sido crítico con los estudios del paisaje
afecciones y en consecuencia hemos destruido las "líneas que sólo hacen énfasis en la dimensión expresiva del fenó-
fluidas de vida" con nuestro entorno ecológico. Con la fina- meno, es decir, en las representaciones. En su lugar, sugiere
lidad de reflexionar sobre este fenómeno, Ingold (2006, poner atención en cómo los experimentamos a partir de las
2007) ha propuesto una aproximación fenomenológica líneas de vida que extendemos o fragmentamos al interior
donde tanto los organismos como las cosas están conecta- de los paisajes donde residimos o que ocupamos. Cuando se
das por la extensión de sus "líneas fluidas de vida" en los reside en un paisaje, se tienden líneas fluidas de vida entre
paisajes donde residen. En su propuesta, el término "paisa- aquél y los objetos con los que se interactúa (Ingold, 2007).
je" es la variante cultural del ecosistema y puede ser expe- Ejemplo de este tipo de residencia sería el de los jóvenes
rimentado o representado. "mochileros" que viajan entre un punto "!\' y un punto "B''.
CAP[TULO 2 Los hábitos del significado: alimentos que expanden el alma y contraen los cuerpos y viceversa

Por las características de su forma de viaje, conocen e inte- un acercamiento fenomenológico a Jos paisajes alimenta-
ractúan con todo lo que encuentran en su recorrido. Mien- rios implicaría concebirlos como la forma específica en que
tras, cuando un paisaje es ocupado, no se construyen rela- los organismos se relacionan con el medio ambiente y per-
ciones con las entidades que residen en su interior. Ejemplo ciben a otros organismos y cosas, con la finalidad de pro-
de este tipo de ocupación sería el de los viajeros que al tomar veerse de alimento y evitar ser comidos. Estos paisajes se
un avión entre el punto "/\' y el punto "B" se olvidan de lo encuentran en constante cambio, ya que "[ ... ] la comida
que hay en medio. Ingold (2007) argumentó que en los tiem- mueve estructuras, las cambia y es cambiada por ellas"
pos modernos, las líneas fluidas de vida han sido fragmenta- (Dolphijn, 2004, p. 8). De tal manera, los panoramas ali-
das en puntos, en su mayoría al servicio del capital y el Esta- mentarios nunca están completos, pues siempre se en-
do-Nación. Como resultado, hoy viajamos del punto"/\' al cuentran en cambio, afectando y siendo afectados.
punto "B" sin saber qué hay enmedio: ocupamos el paisaje En el caso específico de los humanos, un ejemplo de
en lugar de habitarlo (Ingold, 2006). paisaje alimentario organizado por las líneas fluidas de vida
A partir de las perspectivas antes expuestas, se entien- sería el del México prehispánico. Antes de Ja llegada de los
de que tanto en la representación como en la experimenta- españoles, los indígenas mesoamericanos elaboraban ali-
ción el capitalismo se ha apropiado del paisaje o del entor- mentos a base de maíz que imitaban los elementos de su
no ecológico y los ha convertido en un producto a la venta paisaje (flora y fauna) y las tecnologías con que se relacio-
para el mejor postor. En el caso específico de los paisajes naban (canoas y chalupas). Las prácticas agrícolas y hábi-
alimentarios, la estrategia capitalista se hace evidente en tos alimentarios de los pueblos nativos no sólo moldearon
las imágenes estampadas en los empaques de los productos su paisaje, sino también su visión del mundo. Para los pue-
alimenticios industrializados. Este fenómeno ya había sido blos indígenas de Mesoamérica, el maíz era la carne de sus
identificado por William Roseberry (1996) en The rise of antepasados y por lo tanto, era un grano digno de todo res-
yuppi coffees and the reimagination of class, donde señaló peto: "Las mujeres soplaban los granos cuidadosamente
que imágenes de paisajes lejanos, idealizados y en algunos antes de colocarlos en la olla, para darles el coraje para en-
casos inexistentes acompañaban la venta de café en Esta- frentar al fuego. Una vez cada ocho años 'descansaban' al
dos Unidos. Tales paisajes son ocupados simbólicamente maíz, cocinándolo de forma plena: 'Lo hemos de atormen-
por consumidores que muchas veces desconocen la explo- tar hasta la muerte, así que lo revivimos'" (Pilcher, 1998, p.
tación a la que están sujetos los productores que residen en 17). El maíz estaba presente en todos los aspectos de Ja vida
ellos (en caso de existir). Un fenómeno similar fue identifi- cotidiana: "El cultivo y la preparación de alimentos defi-
cado en los supermercados de Holanda, donde se comer- nían en gran parte los espacios domésticos precolombinos
cializan productos "multiétnicos" o "exóticos" con imáge- [... ]campos de maíz y huertos determinaban la disposición
nes de paisajes hibridados (Matus, 2010). Tal es el caso de los recintos del hogar, mientras que la vivienda se ubica-
también de una salsa asiática-mexicana-mediterránea que ba alrededor de los espacios para el almacenamiento, el
venden en las tiendas Toko. Ese producto es promovido desconchado de maíz y la cocina" (Pilcher, 1998, p. 14). En
con la imagen de un paisaje mediterráneo encapsulado en tiempos precolombinos, diferentes aspectos del maíz esta-
una circunferencia. Un pequeño chile rojo, comúnmente ban conectados metafóricamente a los cuerpos humanos:
utilizado para producir la salsa samba!, se observa en la conceptos como "flores de maíz'; "orejas tiernas verdes" y
parte superior derecha de la circunferencia y relaciona el "señor de mazorca de maíz" se utilizaban para describir a
paisaje mediterráneo con el continente asiático. Luego, un bebés, mujeres jóvenes y guerreros (Clendiennen, 1991,
sombrero mexicano posicionado en la parte superior iz- como se citó en Pilcher, 1998, p. 17; traducción propia).
quierda de la circunferencia trae de vuelta la imagen al En Mesoamérica, la producción de maíz formaba no
continente americano (Matus, 2010). Estos ejemplos hacen sólo el paisaje sino también las visiones del mundo y los
referencia a la primacía del sentido de la vista en la comer- cuerpos de los indígenas, como producto de miles de años
cialización contemporánea de los alimentos: la jerarquía de de interacciones bioculturales con el medio ambiente. En
los sentidos ha sido actualizada por el capitalismo, restan- este sentido, se puede decir que el paisaje alimentario del
do importancia al sabor, olor y textura de los productos maíz precedió al propio paisaje mesoamericano, ya que la
que introducimos a nuestros cuerpos. Al respecto, un pro- necesidad de asegurar cosechas de maíz consistentes era
ductor de tilapia en Jalisco comentó sobre la importancia Ja prioridad más importante en la organización de la agricul-
de la coloración en el pescado: "Ya ve que allá comen con tura y Ja construcción de asentamientos mesoamericanos.
los ojos" (Matus, 2013). Basta con mirar detalladamente las La comida hecha de maíz incluyó patrones encontra-
imágenes que acompañan a los productos alimenticios que dos en la naturaleza y tecnologías diversas; por lo tanto, es
guardamos en nuestros refrigeradores para percatarnos de posible decir que funciona como una extensión de la pro-
qué tanto comemos "con los ojos" y qué tanto lo hacemos pia naturaleza:
con el resto de nuestros sentidos.
Siguiendo la línea argumentativa de Ingold (2006, "Los mexicas preparaban tortillas en forma de mari-
2007) y retomando la etología deleuziana, se propone que posas y hojas, así como tamales impresos con diseños
32 SECCIÓN 1 Reflexiones filosóficas y matemáticas

de conchas de mar o adornados con semillas y granos. cuerpos y la forma en que lo significamos. A diferencia
Otros tratamientos comunes del maíz incluían tlaco- del Estado despótico mesoamericano, que constituyó un
yos de forma ovalada, polcanes semejando cabezas de cuerpo bien articulado con su paisaje alimentario, el capi-
serpiente y chalupas en forma de canoa. Los rituales talismo contemporáneo ha promovido la fragmentación
religiosos inspiraron algunos de sus productos mejor de los paisajes alimentarios a partir de erigir a la imagen
confeccionados, incluyendo el pan de maíz y amaran- como forma primordial para decidir qué introducimos y
to, que asemejaban con los dioses, los animales, las excluimos de nuestros cuerpos; es decir, la representa-
personas y las montañas." (Pilcher, 1998, p. 19; traduc- ción visual ha privado sobre la experimentación multi-
ción propia.) sensorial.
Como alternativa a la fragmentación de los paisajes
En otras palabras, en Mesoamérica el maíz reflejó di- alimentarios consecuencia del predominio de la visión do-
versas relaciones miméticas entre naturaleza y cultura. Su minante, se considera necesario privilegiar un régimen de
uso para repetir las formas de la naturaleza local en peque- significación basado en el uso del conjunto de nuestros
ña escala ilustra un proceso de traducción intersemiótica 12 sentidos y la experimentación, para discernir sobre cómo
entre el paisaje territorial y el paisaje alimentario. nos alimentamos. La constitución de hábitos alimentarios
El maíz era una afección que organizó las identidades a partir de la visión dominante ha devenido en lógicas tri-
sociales relacionadas con la generación, el género y la ocu- viales, como el hecho de que algunos consumidores no es-
pación de sus consumidores. Esa afección determinó su tán dispuestos a comer carne si ésta parece provenir de un
mundo exterior/umwelt e interior/inenwelt. Siguiendo a animal (Matus, 2009). Como resultado, patas, alas, piernas
Deleuze y Guattari (2011), es posible argumentar que el y cabezas han sido excluidas; los animales para consumo
"cuerpo del maíz" fue bien articulado y con órganos exten- humano se han convertido en trozos de carne sin forma ni
didos que estaban conectados a los múltiples dominios de origen que alimentan a cuerpos que se quieren alejar de su
la socius mesoamericana. Por ello los colonizadores inten- "animalidad''. Esta lógica ni siquiera tiene una implicación
taron controlar el cuerpo de los indígenas promoviendo el moral relacionada con ur.a práctica espiritual como la dic-
cambio de sus hábitos alimentarios. tada por Yogui Bhajan a sus discípulos: "los vegetarianos
No es objeto de este ensayo promover la vuelta a un no comen nada que haya tenido una madre" (Bhajan, 2007,
supuesto pasado indígena prístino. De hecho, además de p. 256).
imposible, sería no deseable. El régimen de significación En el otro extremo tenemos el panorama alimentario
del "cuerpo del maíz" correspondía al del Estado despótico, de aquellos (los pocos que quedan) que crían animales de
"[ ... ]donde todos los signos debían corresponder a signifi- traspatio, los alimentan desde pequeños y los sacrifican
cados explícitos que eran respaldados por la ley en el Esta- cuando se han desarrollado para alimentar a la familia. Una
do que desea significar todo y no tiene nada fuera de su lógica similar se aplica para quien consume maíz orgánico
dominio" (Drohan, 2009, p. 8). En el Estado despótico me- comercializado con imágenes de paisajes prístinos, mien-
soamericano, los chamanes estaban a cargo de regular las tras los productores, por la carencia de recursos, se ven
afecciones de un cuerpo extendido que controlaba la pro- obligados a consumir maíz transgénico.
ducción de lo social. El maíz era utilizado como símbolo de El capitalismo nos ha vendido la idea de ser "menos
potencia para incrementar el poder del Estado despótico bárbaros" porque ya no matamos (ellos lo hacen por noso-
sobre los cuerpos afectados. tros) y nos ofrece carne que parece no provenir de anima-
Un fenómeno de control similar al ya descrito sucede les, para no sentirnos culpables. Además, nos ofrece pro-
cuando las representaciones paisajísticas son utilizadas ductos orgánicos porque se dice preocupado por nuestra
como un símbolo de potencia para controlar las afecciones salud. Empero, hemos logrado ser "humanos modernos" a
de sus consumidores: el deseo por encontrarse en la cima de costa de la destrucción de nuestros paisajes y el de los pro-
una montaña, desde donde todo se controla cuando se bebe ductores; todo con el fin de satisfacer nuestras fantasías
café; el sueño de encontrarse en una playa solitaria bebien- alimentarias. Por ello, coincidimos plenamente con Dol-
do cerveza; la supuesta pasión sexual relacionada con el phijn (2004), quien argumentó sobre la necesidad de cons-
consumo de carne roja venida de Sudamérica o la ingesta truir una ética de la comida en el sentido deleuziano de la
de vino tinto europeo; el libertinaje del bebedor de tequila palabra: "ésta no viene acompañada de reglas que nos di-
mexicano, etc. Todos éstos son ejemplos de afecciones cen qué es bueno, sino que nos muestra el camino para
creadas para controlar lo que introducimos a nuestros buscarlas, componiendo una multiplicidad de panoramas
sobre cómo la comida afecta y es afectada. En conjunto,
componen una etología, ya que mapean la política y la éti-
ca de lo real" (2004, p. 10). Pero para ello, antes hay que
12
La traducción intersemiótica es la que se realiza entre dos medios dejar de comer "con los ojos" y, en lugar de esto, volver a
con características diferentes. Por ejemplo, cuando se lleva un libro o emplear el resto de nuestros sentidos cuando nos alimen-
historieta al cine (Jakobson, 1966). tamos.
CAPÍTULO 2 Los hábitos del significado : alimentos que expanden el alma y contraen los cuerpos y viceversa

Conclusión bos sistemas consideran que los hábitos alimentarios co-


rrectos tienen la capacidad de alejar a los humanos de su
En su teoría del cuasiobjeto, Serres (1982) argumentó que animalidad y acercarlos al plano de lo divino. La discusión
es difícil, si no imposible, marcar una clara línea divisoria presentada también reveló que la cosmovisión mesoame-
entre los objetos y los sujetos cuando se relacionan en la ricana no rechazaba la "naturaleza dual" del cuerpo huma-
práctica. A lo largo de las secciones anteriores se presenta- no, sino que ésta era parte de su propia divinidad: bebés
ron diversos ejemplos de corrientes filosóficas, religiones y "flores de maíz'; mujeres jóvenes "orejas tiernas verdes"
cosmovisiones que consideran a los alimentos como entida- y guerreros "señor de mazorca de maíz''. De forma contra-
des capaces de afectar el cuerpo de sus consumidores, poten- ria, los conquistadores cristianos pretendían salvar el alma
ciando o disminuyendo sus capacidades físicas, intelectuales de los indígenas alejándolos del maíz y acercándolos a
y divinas: los alimentos son cuasiobjetos par excellence. A su grano sagrado: el trigo. Si bien cada uno de los panora-
través del recorrido presentado fue posible identificar algu- mas alimentarios revisados parte de sistemas filosóficos
nas diferencias y similitudes entre estos cuasiobjetos y la diferentes, todos pretendían acercarse a lo sagrado. En el
forma en que construyen el cuerpo de sus consumidores. presente, el rechazo de la naturaleza animal del cuerpo
La exploración de los diversos temas tratados en las di- humano ha impulsado la emergencia de mercados para la
ferentes secciones que componen este capítulo permite comercialización de alimentos "sagrados y estéticos" que
concluir que la jerarquización que ha opuesto a los sentidos salvan nuestras almas y nos quitan de culpa al borrar la
"altos" y "bajos" desde tiempos presocráticos y la dualidad naturaleza animal de la carne que consumimos.
"animal/divino" que ha sido asignada al cuerpo humano en El recorrido a través de las variables discutidas nos
una diversidad de sistemas filosóficos, religiones y cosmovi- permitió identificar la capacidad que tienen los alimentos
siones, han modelado de forma significativa los hábitos ali- de funcionar como símbolos que potencian o debilitan las
mentarios. El añejo discurso de la jerarquía de los sentidos capacidades del cuerpo individual y social. Como símbolos
ha promovido que la visión y el oído se erijan como sentidos de potencia, los alimentos expanden el cuerpo de sus con-
primordiales para aprehender el mundo de los humanos, sumidores al ser capaces de funcionar como materia prima
mientras que el gusto, tacto y olfato han sido relegados que los aglutina en torno a significaciones específicas;
como sentidos bajos asociados a la naturaleza animal. En como símbolos de impotencia, lo contraen al destruir sus
tiempos contemporáneos, el sistema capitalista aprovecha relaciones individuales, sociales y naturales. Los alimentos
esta jerarquización sensorial para comercializar alimentos curan o enferman, crean identidad o marcan a la otredad,
creando afecciones a partir del predominio de lo visual. Mu- organizan el paisaje o destruyen el ecosistema.
chas de las representaciones paisajísticas estampadas en los En la última sección del capítulo se argumentó sobre la
empaques de productos alimenticios evocan un origen necesidad de procurar hábitos alimentarios que no destru-
idealizado de éstos, pero nos privan de su experimentación yan nuestras relaciones culturales/naturales, sino al contra-
multisensorial: son animales felices que pastorean libre- rio, y se planteó la necesidad de desarrollar una "etología"
mente, cultivos de granos que crecen en lugares idílicos, que las potencie. Para dicho fin, se consideró necesario ge-
frutas exóticas provenientes de selvas lejanas, etc. Todas es- nerar un conocimiento práctico sobre las afecciones que
tas son estrategias utilizadas para controlar nuestras afec- potencian a nuestros cuerpos dentro de un medio ambiente
ciones y los paisajes alimentarios con que nos relacionamos. y cultura determinados, oliendo, tocando, escuchando, sa-
Por otra parte, llama la atención que las propuestas de boreando y viendo "a los ojos" a los organismos que forman
la filosofía occidental revisadas (Platón y Aristóteles) y el parte de nuestros panoramas alimentarios. Una experimen-
yoga (en su versión kundalini) tengan una concepción aná- tación alternativa de los panoramas alimentarios requiere
loga del cuerpo humano en un plano general: la oposición partir de un régimen de significación que reconozca nues-
animal/sagrado se repite. Particularmente, se identificaron tra naturaleza animal y el valor de la experiencia multisen-
similitudes en lo que respecta a la constitución de un cuer- sorial. Sólo así lograremos desarrollar hábitos alimentarios
po humano, que está dividido en una parte animal o pasio- que potencien las capacidades de nuestros cuerpos indivi-
nal y una intelectual o sagrada. De la misma manera, am- duales y sociales sin destruir el entorno donde residimos.

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Reflexiones
antropológicas
e históricas

CONTENIDO
3. Reflexión sobre las aportaciones teórico-metodológicas de los estudios sobre
la alimentación: una visión socioantropológica
Juana María Meléndez Torres

4. Lo posnacional y la fragmentación del paisaje culinario yucateco: transformaciones


contemporáneas en los hábitos culinarios
Steffan lgor Ayora Díaz

5. Hábitos alimenticios en regiones indígenas. Una visión antropológica


Sara Raquel Baltazar Rangel ; José Eduardo Zárate Hernández

6. Hábitos alimentarios cotidianos y festivos: una propuesta antropológica para el estudio


de dos poblaciones rurales en México
Claudia Rocío Magaña González; Yerena Figueroa González;
María Guadalupe Revuelta de la Lanza; Bertha Al icia Robles Pelayo; Claudia Llanes Cañedo

7. De los pulqueros y el hábito de consumo del pulque en el sur de Jalisco.


El caso de Zapotlán el Grande
Yolanda Lizeth Sevil la García; Alejandro Macías Macías; Claudia Rocío Magaña González

8. Consumo de alimentos tradicionales entre indígenas en Canadá: comparación entre


reservas y entornos humanos
Kathi Wilson; Chantelle Richmond; Rache! Bezner-Kerr
Reflexión sobre las aportaciones
teórico-metodológicas de los estudios
sobre la alimentación:
una visión socioantropológica
• Juana María Meléndez Torres

Introducción La alimentación desde


El objetivo de este capítulo es realizar una revisión teórica la perspectiva antropológica
y metodológica de los estudios de la alimentación desde la
El acto de comer, de alimentarse, es una función biológica
perspectiva de la antropología, en especial las aportaciones
vital y al mismo tiempo una función social esencial, y sus
que desde la antropología de la alimentación se han reali-
diferentes aspectos se ordenan en dos dimensiones bási-
zado en este tema. Con ello pretendo hacer un análisis so-
cas. La primera se extiende de lo biológico a lo cultural, y la
bre el recorrido realizado por distintos autores, haciendo
segunda, de lo individual a lo colectivo. El ser humano bio-
énfasis en los conceptos utilizados para definir determina-
lógico y el ser humano social están intrínsecamente rela-
das cuestiones en relación con la alimentación.
cionados en el hecho alimentario (Fischler, 1995). Así, en la
Se habla de hábitos, valores, creencias, modos de co-
alimentación no sólo se involucran factores biológicos y
mer, patrones alimentarios y comportamiento alimentario.
fisiológicos como respuesta a la satisfacción de una necesi-
Por sí mismos, estos conceptos no representan mayor pro-
dad indispensable para la vida, sino también factores socia-
blema. El problema radica en que uno de esos conceptos
les y culturales. Sin embargo, no todo lo que se puede co-
tiene conexión con una teoría, con un enfoque, y con base
mer es consumido por el hombre, sino que realizamos una
en ello se establece el alcance o en sí la operatividad del
selección alimentaria, lo que determina que haya socieda-
concepto para que traduzca o represente lo que se quiere
des que consuman alimentos que otras aborrecen y vice-
realmente estudiar o resolver.
versa (Garine, 2004).
En la mayoría de los trabajos sobre esta temática se ha
Garine y Kopper (1990) mencionan que "el desfase que
dejado de lado la definición de conceptos. Esta omisión es
existe entre lo que es valorado por la cultura y lo que es fi-
riesgosa, pues dificulta el estudio sistemático. Este trabajo
siológicamente deseable en el plano de la nutrición es lo
sugiere la necesidad de explicitar los conceptos para facili-
que constituye la originalidad del hombre y porta quizás el
tar la comparación y la construcción teórica. Sobre todo,
germen de su extinción''. Para Garine (2004), quien se pro-
porque el estudio de la alimentación requiere un enfoque
nuncia a favor de la pluridisciplinariedad, la alimentación
multi-, inter- y transdisciplinario para entender la comple-
constituye lo siguiente:
jidad del fenómeno . Es una de las cuestiones por resolver o
por definir, para avanzar de mejor manera en el estudio de "[ .. .]ante todo, uno de los pocos terrenos en que un fe-
la alimentación como un hecho complejo, y sobre todo nómeno, relevante a la vez para las ciencias biológicas
para construir conceptos comunes que sean capaces de y humanas, es susceptible de una cuantificación preci-
propiciar la formación de equipos multidisciplinarios para sa y mediatiza una acción recíproca entre la naturale-
resolver tanto cuestiones teórico-metodológicas como za y la cultura. La alimentación que sufre la influencia
problemas prácticos. de la cultura actúa sobre el nivel de la nutrición, éste
37
38 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

afecta al consumo energético y al nivel de actividad de intercultural y, quizá, para llegar al descubrimiento de fe-
los individuos que constituyen una sociedad, los cua- nómenos significativos a fin de comprender a la especie
les influyen tanto sobre la cultura material como sobre humana (Carrasco, 1992), ya que podemos asumir que a
los sistemas simbólicos que la caracterizan, aunque sin sistemas culturales distintos corresponden sistemas ali-
olvidar que estos diferentes términos se encuentran en mentarios diferentes. De esta forma, la cultura actúa esta-
reciprocidad de perspectivas''. (Garine, 1998, pp. 17- bleciendo regularidad y especificidad a la vez (Contreras y
18.) Gracia, 2005).
Existen muchas definiciones del concepto de cultura,
La alimentación es un campo privilegiado donde la
pero desde nuestra perspectiva de análisis, por cultura ali-
naturaleza y la cultura entran en contacto y en ella se puede
observar la interacción entre psyche y soma (Garine, 1998, mentaria podemos entender lo siguiente:
p. 14). Además, comer sirve como medio para describir la "[ .. .] el conjunto de representaciones, creencias, co-
manera en que los seres humanos son simultáneamente nocimientos y prácticas heredadas y/o aprendidas
organismos biológicos y entes sociales (Fieldhouse, 1995). que están asociadas a la alimentación y que son com-
En la actualidad, la antropología de la alimentación partidas por los individuos de una cultura dada o de
alude a un ámbito de análisis más amplio, que va más allá un grupo social determinado dentro de una cultura''.
del mero interés nutricional o biomédico. Intenta observar (Contreras y Gracia, 2005, p. 37.)
el fenómeno alimentario desde diversas perspectivas; pero
también, como menciona Mauss, como un "hecho social La necesidad de recurrir a íos aspectos culturales para
total''. Lo anterior significa que la alimentación atraviesa comprender la alimentación humana surge de constatar
todas las dimensiones de la sociedad: lo jurídico, religioso, que los propios condicionantes biológicos se han resuelto
político, económico y cultural. Además, como hecho social de diferente modo en las distintas sociedades y épocas. Por
no se reduce a fragmentos dispersos, sino que éstos son otro lado, las funciones y/o significados que las sociedades
vividos de manera conjunta por los individuos y esa con- asignan a los alimentos, en especial a la comida, son muy
ciencia subjetiva, junto con sus caracteres objetivos, es lo diversos y muy pocos responden a razones nutricionales.
que conforma la realidad, en este caso alimentaria, de tales Por otra parte, cuando aludimos a una perspectiva so-
sujetos. cioantropológica de la alimentación, debemos considerar
En este sentido, Garine (1980) menciona que la im- que estamos hablando, de acuerdo con Calvo (1980), tanto
portancia del trabajo antropológico en el estudio de la ali- de "prácticas materiales y sociales como prácticas simbóli-
mentación radica en la capacidad que tiene para hacer ex- cas y de expresión''. En este sentido, es posible establecer
plícitas diversas correlaciones a menudo olvidadas por no una correspondencia entre las categorías de los alimentos,
considerar el hecho alimentario como un "hecho social el carácter y la forma de las prácticas alimentarias y los
total''. Con esos olvidos u omisiones se corre el riesgo de grupos sociales que las llevan a cabo, definidos en términos
cometer dos errores: el primero consiste en considerar el tecnoeconómicos, ecoculturales y sociológicos.
ingreso económico como una de las principales variables Pero esta discusión no puede ir muy lejos si nos que-
explicativas de la evolución de los comportamientos ali- damos en el plano de las generalidades. Ello porque no hay
mentarios; en segundo lugar, la tendencia a conocer las una sola visión sobre la antropología de la alimentación; en
prácticas alimentarias sólo a través del discurso que gene- sentido estricto, no hay "una antropología de la alimenta-
ran los informantes, ya que se pierde de vista que es fre- ción'; sino varias. En efecto, podemos constatar por fortuna
cuente (y esperable) que ellos nos proporcionen una visión la existencia de variadas corrientes y enfoques que determi-
desviada y/o parcial, consciente o inconscientemente. Estas nan su estudio. Desde la antropología social, las corrientes
desviaciones están llenas de una significación que escapa de más importantes son el funcionalismo, el estructuralismo y
las generalizaciones más superficiales. el materialismo cultural. En los siguientes apartados se ex-
Al respecto, Medina (1996) menciona que la alimen- pondrán de manera breve estos enfoques y sus principales
tación es la confluencia o la síntesis de tres factores : los autores.
sistemas biológicos, la cultura y el medio ambiente. En este
sentido, la alimentación se convierte, desde la perspectiva
antropológica, en un concepto o marco de referencia mucho
Primeros estudios
más amplio que el de nutrición o dieta, y engloba por una sobre alimentación desde
parte los procesos nutritivos y, por otra, la regulación y el
control dietético. Al mismo tiempo, alude al marco social y
una perspectiva antropológica
cultural que tiene que ver con los comportamientos alimen- Inicialmente la antropología de la alimentación estuvo en-
tarios y los estilos de vida. focada a estudiar al otro, el contexto diferente, las socieda-
Asimismo, para comprender el fenómeno alimentario des tribales, tratando de describir las condiciones de cada
es necesario partir del estudio de la cultura alimentaria. uno de ellos. Pudiéramos decir que el interés antropológico
Ésta puede ofrecer un marco amplio para la comprensión por el alimento se desarrolló a finales del siglo xrx y se cen-
CAP[TULO 3 Reflexión sobre las aportaciones teórico-metodológicas de los estudios sobre la alimentación

tró en temas muy puntuales como el tabú, el totemismo, el de proporcionar información sobre las dinámicas cultura-
sacrificio y la comunión, es decir, esencialmente en los as- les que subyacían a la aceptación social o al rechazo de
pectos religiosos del proceso de consumo (Goody, 1995). ciertas prácticas alimentarias (Mead, 1943a, p. l ; Mead,
Estos trabajos fueron desarrollados principalmente por an- 1943b; Guthe y Mead, 1945).
tropólogos europeos en las colonias africanas, con la fina- Si bien el concepto de ''hábitos alimentarios" había ga-
lidad de entender al otro, la diferencia, y por supuesto con nado aceptación, no sucedió así en cuanto al avance a nivel
fines comerciales y políticos. En estos primeros estudios teórico dentro de la ciencia antropológica, que Mead y sus
los conceptos de hábitos alimentarios, costumbres alimen- colaboradores habían intentado elaborar en los términos
tarias, modos de comer y aculturación dietética étnica fue- de su teoría de los modelos culturales. De esta primera
ron los que estructuraron el trabajo de campo, casi siempre época destacan la visión de los "hábitos alimentarios (Food
en sociedades alejadas, o lo que entonces se llamó "las habits)" o las "formas de comer (Foodways)" como indica-
otras sociedades''. dores de solidaridad social, estatus y cambio en el ámbito
Sin embargo, la antropología de la alimentación no se de los sistemas socioeconómicos.
reconoció como tal sino hasta la década de 1930, precisa- Para este grupo el concepto central fue el de los hábi-
mente con los trabajos de la antropóloga británica Audrey tos alimentarios. Los definieron de la siguiente manera:
Richards con los grupos Bantu y los Bemba de Rhodesia "[son] las elecciones efectuadas por individuos o grupos de
del Norte (hoy Zambia) (Richards, 1932, 1939). Previamen- individuos como respuesta a las presiones sociales y cultu-
te, Radcliffe-Brown (1938) ya había observado entre los ha- rales para seleccionar, consumir y utilizar una fracción de
bitantes de las islas Andamán que "la actividad social más los recursos alimenticios disponibles" (Guthe y Mead,
importante es, de lejos, la búsqueda de comida'; y que es 1945, p. 3). Cabe señalar que este es uno de los pocos estu-
alrededor y a propósito de la comida como el vínculo so- dios que definen con precisión qué se entiende por hábitos
cial, "los sentimientos sociales'; son invocados y puestos en alimentarios. Como se ve, el hábito se refiere a elecciones,
práctica más a menudo. preferencias en un momento específico, producto de pre-
Richards, discípula de Bronislaw Malinowski, mantuvo siones tanto sociales como culturales, no como una mane-
un enfoque funcionalista , mismo que pone énfasis en las ra de entender el alimento dentro de procesos más amplios
funciones sociales de la alimentación y su papel en la socia- o de contextos específicos que ayuden a entender por qué
lización de los individuos en el seno de un grupo, cuya uni- se come lo que se come, o por qué no se come lo que se
dad de análisis es la cocina (Fischler, 1995). Específicamen- tiene.
te, esta antropóloga trataba de comprender las relaciones En un estudio pionero realizado en el sur de Illinois
humanas de una sociedad determinada por las necesidades por Linton (1936), se adaptaron las categorías universales/
nutricionales, y buscaba, a su vez, mostrar cómo el hambre específicas/alternativas para crear la distinción entre ali-
da forma a los sentimientos que unen a los miembros de mentos y elementos centrales, secundarios y periféricos. Tal
cada grupo social (Richards, 1932, p. 23). El trabajo de Ri- clasificación permitió describir las dimensiones variables y
chards y sus colegas (Firth, 1934; Fortes, 1936) encajaba con estables de las dietas locales en un marco comparativo. Los
las preocupaciones colonialistas que primaban en ese mo- cambios temporales en esas dietas se veían como resultado
mento en relación con las inadecuadas dietas locales que de alteraciones socioeconómicas vinculadas a la urbaniza-
impedían a los nativos unirse a la fuerza laboral. ción. El objetivo en esta primera etapa fue la búsqueda de
Al mismo tiempo, en Estados Unidos los estudios rea- los factores de riesgo y las deficiencias en los hábitos ali-
lizados por Margaret Mead y su grupo de trabajo dentro de mentarios de la población, para informar de su resistencia
la escuela "Cultura y Personalidad" dieron forma a otra co- al cambio.
rriente de la antropología de la alimentación. Los estudios En cuestión metodológica conceptual, Fischler men-
se centraron en el desarrollo de actitudes hacia la comida ciona que muy a menudo se considera errón~amente el
en diferentes culturas y se preocuparon por entender si las concepto de prácticas alimentarias como sinónimo de há-
actitudes afectaban posteriormente las relaciones sociales, bitos, dejando de lado que éstas son prácticas sociales. La
el comportamiento y la maduración psicosocial (Messer, noción de hábito alimentario parece ocultar una mezcla
1984). A causa del estallido de la Segunda Guerra Mun- bastante nebulosa que incorpora, a la vez, algo que semeja-
dial, en 1940 se estableció el Comité interdisciplinario de ría un comportamiento "puro'; aprendido mecánica e in-
Hábitos Alimentarios por parte del gobierno estadouni- conscientemente, perfectamente lábil, y la "superstición'; es
dense, con el objetivo de estudiar los factores que interve- decir, un tejido de creencias primitivas que deberían retro-
nían en el cambio de los hábitos alimentarios (Freedman, ceder ante la clarificación fehaciente de la ciencia de la nu-
1977). Para Mead, la contribución de los antropólogos trición (Fischler, 1995, p. 15).
podría ir más allá de estudiar los problemas nutricionales En este sentido, Fischler critica el término "hábito'; que
derivados de los tiempos de guerra y, en primer lugar, ser tiene que ver con el sentido común: nosotros consumimos
capaces de situar las actividades relacionadas con la comi- o no tal o cual especie porque lo impone el "hábito''. Propo-
da dentro de un contexto cultural más apropiado, además ne que tal respuesta es tautológica. Lo que el sentido común
40 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

utiliza como explicación es precisamem:e lo que habría que ciona un excelente caso donde la nacionalidad, etnicidad,
explicar (Fischler, 1995, p. 33). clase y género se entremezclan con los hábitos alimentarios.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, el Comité de Por su parte, Lockwood y Lockwood (2000) estudiaron los
Hábitos Alimentarios se disolvió y no fue sino hasta la dé- cambios en los hábitos alimentarios de la comunidad árabe
cada de 1950 que resurgió el interés en Estados Unidos por en Detroit, reconociendo la influencia de la sociedad recep-
los estudios alimentarios con un nuevo enfoque que se de- tora, así como la influencia que tuvo la cocina de los dife-
nominó ecología cultural (Steward, 1955). Para estos antro- rentes grupos étnicos con los cuales los árabes convivieron
pólogos, los seres humanos debían ser vistos como agentes en su nueva residencia.
biológicos inteligentes, equipados tecnológicamente y cul- Garine (2008) apunta que las investigaciones en mate-
turalmente condicionados, dentro de sistemas abiertos, ria alimentaria muy pocas veces han sido inocentes o han
retroalimentados con otras unidades biológicas. Así, el ali- estado simplemente motivadas por la inquietud de conoci-
mento se convertía en un medio para la transferencia de miento. Menciona además que los trabajos ya citados de
energía entre los componentes del ecosistema, y los reque- Richards se inscribían en las preocupaciones de las poten-
rimientos nutricionales estaban condicionados por la mul- cias coloniales por asegurar una alimentación equilibrada
tiplicidad de factores ecológicos. entre las poblaciones dominadas (una preocupación de sa-
Más o menos dentro de la misma tesitura, pero desde lud pública), pero también buscaban asegurar mano de
una postura materialista, Marvin Harris (1991) argumenta obra capaz de trabajar con eficiencia. En el caso de los tra-
que la comida tiene que satisfacer primero al estómago y bajos de Guthe y Mead, agrega, estaban destinados a facili-
después a la mente humana: "Si es bueno para comer, es tar la ayuda alimentaria a los países que poseían una cultura
bueno para pensar'; y se basa en razones prácticas. Agrega distinta a la occidental y permitir eventualmente al perso-
que los hábitos alimentarios no son arbitrarios, ya que las nal militar que se encontraba allí, subsistir sin perjuicio al-
preferencias o aversiones en ese aspecto pueden explicarse guno.1
mediante elecciones relacionadas con la nutrición, la eco-
logía o con dólares y centavos (materialistas). De tal mane- Tiempos de cambio alimentario
ra, los hábitos alimentarios que se optimizan son los que se
prestan a una relación costo-beneficio más favorable que la Durante la segunda mitad del siglo xx, los modelos antro-
de los que se evitan. pológicos elaborados en Inglaterra y Estados Unidos expe-
En general, entre las etnografías clásicas sobre hábitos rimentaron una transformación en su objeto de estudio,
alimentarios, Mintz y Dubois (2002) mencionan las que como resultado del surgimiento de nuevos contextos de
aparecen en el cuadro 3-1, clasificadas de acuerdo con el práctica y nuevos desafíos metodológicos y técnicos. En
lugar donde se realizó el estudio. ese momento surgieron los conceptos de desarrollo y bien-
Estas etnografías incluyen temas como los alimentos estar. Ya no fueron las pequeñas sociedades las que había
en la historia regional, la preparación de alimentos, tabúes
y preferencias, alimentos e identidad y simbolismo culina-
rio. También hay estudios, como el de Counihan-Kaplan 1
Mintz menciona que uno de esos alimentos fue la Coca Cola, mis-
(1998), que define al género como la base social de los há- ma que también utilizaron para incentivar la identidad estadunidense
bitos alimentarios. Mientras, Weismantel (1989) propor- dentro del personal militar en lugares lejanos (Mintz, 2003).

• Cuadro 3-1. Principales etnografías sobre hábitos alimentarios

Región Autores
Gran Bretaña Murcott, 1983, 1998
Estados Unidos Brown y Mussell, 1984
Humprey y Humprey, 1988
Asia del Sur Khare y Rao, 1986
Oceanía y sureste asiático Manderson, 1986
Oceanía Kahn y Sexton, 1988
Pollock, 1992
Perú Weston, 1992
África Devisch et al., 1995
Froment et al., 1996
Medio Oriente Zubaida Tra er, 1994
Fuente: elaboración propia del artículo de Mintz y Dubois, 2002 .
CAP[TULO 3 Reflexión sobre las aportaciones teórico-metodológicas de los estudios sobre la alimentación

que estudiar, sino la interacción de ellas con la moderna de las mujeres, cambios demográficos, difusión de nuevas
sociedad occidental. En el plano alimentario, el alimento se ideas sobre el cuerpo y nuevos modelos alimentarios, in-
convirtió en una unidad de análisis susceptible a las fuerzas dustrialización alimentaria y la revolución en el campo de
sociales, políticas y económicas externas al desarrollo dis- la distribución y comercialización de los alimentos (Con-
ciplinario, antes inmunes a la definición problemática de treras, 1999).
sus objetos de estudio. Esa época marcó el origen del pro- En los países menos desarrollados, a raíz de estos mis-
ceso de homogeneización de la alimentación mundial, pro- mos cambios globales el fenómeno de desigualdad se ha
ceso simultáneo y complementario a los nuevos planes de profundizado y el aumento de la pobreza ha sido conside-
desarrollo de alcance mundial (Carrasco, 2007). rable, lo que también repercute fuertemente en cambios en
Por otro lado, a partir de ese momento la humanidad materia alimentaria y de salud. El proceso de migración es
fue capaz de producir una gran cantidad de alimentos, como otro de los factores más importantes en estos cambios ali-
nunca antes en su historia. Ese auge fue motivado por el de- mentarios, sobre todo la que se ha producido del campo a
sarrollo de tecnología cada vez más especializada, enfocada la ciudad y de una región a otra.
a optimizar, potenciar y diversificar cada una de las etapas Este nuevo fenómeno globalizador exigió nuevos en-
del sistema alimentario. Todo ello se aunó al desarrollo de foques para el estudio social de la alimentación. De tal
una integración mundial, financiera y comercial con vastos magnitud y rapidez fueron los cambios suscitados, que fue
sistemas de producción agroalimentaria, lo que configuró necesario elaborar teorías, métodos y conceptos acordes
un gran mercado alimentario (Meléndez y Cañez, 2012). con la nueva problemática alimentaria.
El movimiento globalizador mencionado produjo un Como ya se dijo, la antropología de la alimentación
contexto de gran complejidad, carac~erizado por la subordi- surgió en la década de 1930, pero no fue sino hasta finales
nación de los sistemas alimentarios locales a las exigencias de la década de 1970 y durante la de 1980 que se reconside-
marcadas por los ciclos propios de la economía capitalista. raron tanto el alcance de este nuevo campo dentro de la
Este modelo demanda la intensificación de la producción antropología como sus enfoques teóricos y metodológicos.
agrícola, la orientación de la política de la oferta y la de- Se reconoció como paso fundamental incorporar dentro
manda hacia determinados alimentos, la concentración en de los estudios las cuestiones relacionadas con el sistema
empresas de carácter multinacional, la ampliación y espe- alimentario, proceso que incluye el aprovisionamiento, la
cialización de la distribución alimentaria a través de redes producción y distribución de los alimentos, así como con
comerciales y, en suma, la mundialización o globalización la nutrición humana.
de la economía y, con ello, también de los sistemas alimen- Desde el punto de vista de la transformación de los
tarios (Contreras y Gracia, 2005). sistemas alimentarios se pueden apuntar dos perspectivas
Todos estos cambios a escala mundial incidieron de epistemológicamente contrapuestas: por un lado, el estu-
manera profunda en la alimentación de las distintas socie- dio de las variaciones intraculturales de la alimentación
dades, además de los que se desarrollaron de manera pro- humana y, por otro lado, el estudio histórico de la transfor-
pia dentro de cada uno de los países (Contreras, 1999). La mación alimentaria. De acuerdo con Gracia (1997, p. 28),
amplia disponibilidad de alimentos y el acceso generaliza- en este tipo de análisis del cambio alimentario también en-
do (aunque diferenciado, sin duda), por un lado, y una for- contramos dos enfoques: uno que alude a la direccionalidad
ma concreta de organización política y económica, por el de los cambios alimentarios (Mead, 1962; Goody, 1995),
otro, dieron forma, contenido y sentido a la alimentación desde el cual se asume que cada sistema alimentario posee
actual (Espeitx, 2006). zonas centrales y periféricas más o menos sensibles a ser
Este proceso de cambio incidió de forma desigual en modificadas; y por otro lado están los estudios donde se
cada una de las sociedades. Todo ocurrió a diferentes tiem- contextualizan el cambio y la cultura alimentaria tomando
pos, grados y concreciones de acuerdo con cada sociedad, en cuenta las dinámicas alimentarias según el contexto so-
con su cultura y sus condiciones en general. De acuerdo cial, económico y político global (Mintz, 1985, 2003; Fis-
con Fischler (1995), durante ese tiempo hubo cambios cua- chler, 1995).
litativos ligados a la urbanización, a la tecnología y al co-
mercio y fueron dos los movimientos clave que caracteri- Perspectiva desde las variaciones
zaron la alimentación contemporánea: la industrialización interculturales de la alimentación
y la individualización. De estos fenómenos se han derivado
procesos más puntuales que ahora tienen gran influencia en En una primera etapa, el estudio antropológico en relación
la alimentación. Algunos de estos últimos son la urbaniza- con el cambio alimentario se llevó a cabo desde la perspec-
ción, industrialización y salarización, migración, creación de tiva de las variaciones interculturales de la alimentación
espacios rural-urbanos, cambios de sector de actividad humana. Los trabajos se enfocaron principalmente en es-
(de primario a servicios), modificaciones en los tiempos de tudiar las transformaciones de la dieta, misma que se con-
trabajo y en los ritmos sociales, alargamiento del periodo cibe como una dimensión que se halla articulada a los otros
dedicado al trabajo remunerado y fuera del hogar por parte sistemas de la vida social y que está especialmente influida
42 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

por los aspectos productivos y económicos de cada grupo. un conjunto de signos interrelacionados que pueden anali-
Este tipo de enfoque es complementario a los estudios nu- zarse en términos sintácticos y gramaticales. Nicod (1974)
tricionales, donde la dieta es la unidad de análisis. insiste en este carácter estructural y sintáctico de las comi-
En esta perspectiva encontramos los trabajos realiza- das, distinguiendo entre los elementos centrales y nuclea-
dos por Margaret Mead como uno de los pioneros. Mead res, por lo regular reacios a las innovaciones, y los periféri-
plantea que la complejidad de las pautas culturales se co- cos, donde se introducen los cambios más significativos en
rrelacionaba con el estado nutricional de la población, ar- tanto que constituyen las partes menos estructuradas del
gumentando que en condiciones de deficiencias nutricio- sistema alimentario.
nales se producía la desintegración de las mismas (Mead, Más tarde, Douglas fue cofundadora de la Comisión
1962, 1964, 1977). En este sentido, asume que los cambios Internacional de Antropología de la Alimentación (ICAF), 3
en materia alimentaria se producen unidireccionalmente y organismo desde el cual se intentó organizar el trabajo an-
están faltos de intencionalidad por parte de las personas. tropológico en el tema alimentario para la segunda mitad
Asimismo, en esta perspectiva propone que puede haber de la década de 1980 en varios países, destacadamente Es-
cambios en alguno o algunos de los componentes del siste- tados Unidos, Reino Unido y Francia.
ma, quedando inalterados los demás. En esta misma tesitura De este esfuerzo surgieron varios temas prioritarios
se encuentran los estudios de Jerome y Pelto, fundadores de que se organizaron en cuatro vertientes. La primera de ellas
la antropología nutricional, quienes plantearon una diferen- fue fijar la atención en las necesidades nutricionales huma-
ciación entre los aspectos nucleares del sistema alimentario nas que, a partir de una crítica al establecimiento de normas
y la estructura de las comidas, sin que necesariamente esta universales de nutrición, dejaban de lado la variabilidad hu-
transformación afecte a los componentes centrales del siste- mana. Se propuso retomar el concepto de bienestar nutri-
ma (Pelto y Jerome, 1979; Pelto, 1984). cional, buscando con ello desarrollar una historia crítica
Por su parte, Pelto y Pelto (1983, p. 527) proponen el sobre los estándares nutricionales y el gasto energético de
término delocalización, mismo que recoge una de las prin- las mujeres en relación con la ingesta de alimentos.
cipales dimensiones del cambio alimentario, tanto en la La segunda vertiente tenía que ver con los aspectos
etapa de la producción como en el consumo. Según ellos, sociales y culturales de la alimentación, ya que se recono-
la delocalización se produce de forma unidireccional en la ció que al tomar como punto de partida los problemas ali-
mayoría de las regiones del mundo, lo que significa que los mentarios y nutricionales como asuntos de orden biológi-
grupos sociales renuncian a su autonomía local para vincu- co se incurría, en general, en problemas de sesgo cultural y
larse con las redes mundiales de distribución de alimentos. de interacción social. En este aspecto, uno de los temas
También se encuentran los trabajos realizados por Messer prioritarios era revisar "la estabilidad de los hábitos ali-
(1983). Los conceptos centrales dentro de esta perspectiva menticios'; en el sentido de cuestionar lo que hasta enton-
fueron los hábitos alimentarios, que enfatizan principal- ces se consideraban hábitos rígidos, inflexibles. Para ello
mente la necesidad de estudiar la variación intracultural de era importante que los antropólogos investigaran la estruc-
los patrones alimentarios y el estado nutricional como un tura de donde emanaban las preferencias alimentarias, la
camino preciso para analizar las preferencias alimentarias complejidad de su inclusión en un sistema lógicamente
y estudiar por qué y cómo cambian los hábitos alimenta- construido de ideas, y la incorporación de patrones com-
rios, y por qué hay diferencias en el bienestar nutricional plejos de los alimentos en apoyo a los patrones de interac-
("exitoso" vs. malnutrición) dentro de poblaciones que en ción social. En este terreno, otro tema prioritario a investi-
apariencia cuentan con "el mismo" ambiente nutricional y gar fue la competencia por el alimento, tanto dentro de una
sociocultural (Messer, 1984). comunidad como dentro del núcleo familiar en épocas de
Otro esfuerzo en este sentido lo encabezó en Reino escasez y hambrunas, así como las ideas acerca de la lac-
Unido la antropóloga estructuralista Mary Douglas, autora tancia.
de Purity and danger (1966), quien consideró esenciales los La tercera línea de investigación propuesta fue el estu-
aspectos biológicos del hecho alimentario y puso énfasis en dio de la escasez alimentaria, sobre todo porque en ese
el carácter expresivo de la alimentación. Planteó que los momento surgían nuevos paradigmas en el pensamiento
alimentos, y en particular la comida, constituyen un siste- occidental sobre las causas de la escasez y las crisis alimen-
ma de comunicación, un protocolo de imágenes y costum- tarias endémicas. Se priorizaron los estudios del hambre y
bres que expresa la estructura social y simboliza las rela- del almacenamiento de alimentos, tanto a nivel individual
ciones sociales. Apunta también que las comidas en el como gubernamental.
marco de una situación estructurada2 están codificadas La última vertiente se refería a la necesidad y pertinen-
culturalmente; estructuradas, en consecuencia, mediante cia de realizar estudios interdisciplinarios para entender la

2
Cuando se produce un acontecimiento social organizado según
3
unas reglas que prescriben el tiempo, el lugar y la sucesión de los International Commission of Anthropology of Food, por sus siglas
actos que Jo componen (Espeitx y Gracia, 1999). en inglés.
CAPfTULO 3 Reflexión sobre las aportaciones teórico-metodológicas de los estudios sobre la alimentación

complejidad del tema alimentario, sobre todo con psicólo- cambio puede darse en tres modalidades: de sustitución,
gos, nutricionistas y economistas. reemplazo o adición, siempre dirigidos por un contexto ex-
Otra propuesta surge en esos momentos: el estudio de terno que pesa sobre la esfera doméstica y nunca en direc-
la alimentación como nutrición y cultura. Tal fue la apor- ción contraria. Por otro lado, puede darse que el contenido
tación de Khare (1982, 1988), quien sugiere que la antro- del sistema siga siendo en esencia el mismo y lo que cambie
pología de la alimentación debería ser capaz de abordar el sean las estructuras. En este caso, los alimentos, los platos
estudio de la comida desde cuatro vertientes fundamenta- consumidos habitualmente, se insertarán entonces en una
les: a) como el conjunto de nutrientes que representan el gramática o una sintaxis culinarias en las que se produzca
trabajo sobrepuesto de sistemas ecológicos, biológicos y la verdadera transformación (Fischler, 1995, p. 160).
culturales de las sociedades; b) como contexto sociocultural Fischler sigue de cerca la escuela estructuralista de
capaz de reflejar la lógica de los diferentes sistemas sociales Claude Levi-Strauss, basada en las dicotomías entre lo indi-
y que, al mismo tiempo, se explica por estos sistemas; e) vidual y lo colectivo, entre naturaleza y cultura. En su obra
como un sistema material y moral que media entre aquellos principal, El (h)omnívoro, Fischler hace una interpretación
sistemas sociales, y d) como una esfera susceptible de ser de la transformación del comportamiento alimentario tra-
estudiada con fines de aplicación y cuyas generalidades se tando de explicar los factores biológicos y sociales que dan
puedan traducir en un código común que permita expresar origen a las paradojas que acompañan al comensal moderno.
propuestas para conseguir esta finalidad. También aporta el principio de incorporación como un ele-
De esta conceptualización surge la antropología nutri- mento que funda la identidad, tanto individual como colec-
cional, que se define como el estudio sociocultural de la tiva. Argumenta con ello que los alimentos que son comidos
alimentación y considera a la vez los aspectos y las conse- nos modifican desde el interior, de lo cual se infiere que las
cuencias nutricionales de los fenómenos que analiza. Esta transformaciones alimentarias podrían constituir igualmen-
disciplina propone que las variables independientes son los te transformaciones identitarias (Fischler, 1995, p. 68).
factores socioculturales, y los efectos nutricionales son las Por otra parte, están las propuestas de Goody, Men-
variables dependientes (Pelto, 1988). Los estudios sobre nell y Mintz, quienes asumen el análisis del contexto ali-
alimentación responden a las transformaciones ecológicas mentario. La contextualización se plantea tanto en térmi-
mundiales, a la emergencia de nuevas conceptualizaciones nos espaciales como temporales y nos remite a considerar
políticas y sociales, y a los primeros cuestionamientos al la delimitación y reconstrucción histórica de las transfor-
conocimiento científico nutricional (Pelto, 1988). Sin em- maciones culturales de la alimentación. Desde este plantea-
bargo, se asumen los estándares de "nutrición adecuada" miento, no se otorga autonomía a las diferentes esferas del
propios del modelo de crecimiento que ya habían presen- sistema alimentario. Goody (1995) señala que los cambios
tado grandes indicios de crisis teórica, tanto en el campo en la alimentación sólo pueden entenderse en su interde-
ecológico como nutricional. pendencia con el sistema sociocultural. En este sentido, se
dedicó a estudiar la diferenciación social que encierra la ali-
Transformación alimentaria mentación y que permite observar la verticalidad de las
sociedades altamente jerarquizadas en clases sociales, ran-
desde una perspectiva histórica gos o castas (Goody, 1995; Bourdieu, 1988). Asimismo,
Una segunda etapa para el estudio del cambio alimentario también nos permite observar la horizontalidad en las va-
desde la antropología es la que se enfoca a tratar de expli- riaciones protagonizadas por actores sociales considerados
car la transformación alimentaria desde una perspectiva iguales, sin remitir a un orden jerárquico sino sólo estruc-
histórica. La alimentación se entiende como un fenómeno tural. Este enfoque es cuestionado por Fischler, quien argu-
integrado y compuesto por la interrelación entre compo- menta que la transformación alimentaria puede explicarse
nentes sociales, ecológicos, biológicos, productivos, cultura- por circunstancias que no necesariamente responden a la
les, políticos, etc. A partir de este enfoque, la propuesta de lógica de la movilidad social.
Fischler (1995) ha sido una de las más importantes. Des- Por su parte, Mintz (1985) intenta dar cuenta de las
de una postura estructuralista, este autor asume que los dinámicas alimentarias según el contexto social, económi-
cambios y continuidades del comportamiento alimentario co y político global. Su tesis central es que tanto el azúcar
deben interpretarse en relación con el sistema social, eco- como el té han significado la gloria de unos y la ruina de
nómico y político global. Desde esta perspectiva, los uni- otros, y destaca el lugar de los alimentos en la trama econó-
versos de observación no pueden reducirse a las clases so- mica y política interétnica. Su análisis parte de que la trans-
ciales (propuesta de Bourdieu), ya que los referentes de formación de los consumos alimentarios es la interacción
cambio no siempre proceden de la clase social a la cual los entre los intereses económicos, poderes políticos, necesi-
individuos pertenecen o quieren optar, sino también de dades nutricionales y significados culturales, y no única-
otros "modelos de prestigio''. Para Fischler, estos modelos mente es producto del cambio de gustos o preferencias.
orientan la transformación alimentaria, por un lado a nivel Para Mintz (2003), el uso y la aplicación del poder in-
de los elementos del sistema sin alterar la estructura. Este tervienen frecuentemente en los cambios de hábitos de
44 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

consumo alimentario de una sociedad. Asume que los va- duos y los grupos, tanto a pequeña escala (a nivel de las
lores grupales y las prácticas del pasado pueden influir de unidades domésticas) como a nivel de etnias, naciones o
manera significativa para decir qué es lo que cambia, hasta clases sociales, constituyen sistemas organizados; por otra
qué punto y con qué velocidad. Hace una primera aproxi- parte, se asume la existencia de sistemas alimentarios en
mación para explicar la forma en que el poder sirve para los que participan los individuos y los grupos. Sin embargo,
acelerar o retrasar el cambio de los hábitos en materia de en la mayoría de los estudios se prescinde de definir este
comida. carácter sistémico y, más aún, se le añade un carácter "sim-
A diferencia del postulado estructuralista, este enfoque bólico" indudable, cuya definición es aún más ambigua.
releva al contexto y a sus imbricaciones internas y externas Otro de los principales problemas es la construcción
como la principal fuente y foco de análisis. Para ello propo- de conceptos teóricos desde la antropología de la alimenta-
ne que las condiciones del consumo en la vida diaria tienen ción, que se hace evidente sobre todo cuando se quiere tra-
que ver con lo que él denominó significado interno, y las bajar en forma conjunta con otras disciplinas que no son
condiciones del entorno económico, social y político (hasta equivalentes, como la nutrición, la economía o la medici-
el militar) con el significado ex terno. Con ello hace referen- na. En general, los investigadores anglosajones han habla-
cia a los factores de la economía política, instituciones y do tradicionalmente de hábitos alimentarios (jood habits),
grupos que tienen la capacidad de decidir sobre la socie- con una tendencia reciente a sustituir esta expresión por
dad. De esta forma, los cambios en el consumo diario sur- hábitos de comida (eating habits), concepto mucho más
gen cuando ya están produciéndose los cambios vinculados ajustado a la realidad sociocultural de la alimentación. Los
con el significado externo, es decir, los grandes cambios que investigadores franceses formados en antropología e histo-
fijan en última instancia los límites exteriores para delimi- ria prefieren utilizar estilos alimentarios (styles alimentai-
tar los horarios y los lugares de trabajo, el horario de las res) y algunos prefieren el concepto de prácticas alimenta-
comidas, el poder adquisitivo, el cuidado de los hijos, los rias, dejando claramente para los enfoques biomédicos la
espacios de ocio y la organización del tiempo en relación expresión hábitos alimentarios (Carrasco, 1992).
con el gasto energético de los individuos (Mintz, 2003, En este sentido, los investigadores desde la perspectiva
p. 44). Estos cambios se producen fuera de la esfera de la biomédica definen como "hábitos" los fenómenos que ana-
vida cotidiana y en un nivel de acción social totalmente di- lizan, probablemente por la necesidad que tienen de cen-
ferente. Sin embargo, como consecuencia de esos cambios, trar la atención en todo lo que resulta más cercano al con-
individuos, familias y grupos sociales tienen que incorpo- sumo material de alimentos y a los procesos biofisiológicos
rar rápidamente a su práctica diaria o semanal comporta- ulteriores que se derivan y que constituyen su especialidad.
mientos recién adquiridos, volviendo así familiar lo extraño Sin embargo, es importante señalar que "prácticas alimen-
e impartiendo un significado adicional al mundo material. tarias" no equivale a "hábitos alimentarios''. Esta aclaración
Por otro lado, los significados internos son la expre- se vuelve importante en los estudios elaborados desde la
sión de la adaptación doméstica a las condiciones externas perspectiva socioantropológica, ya que es tan importante
y se traducen en: qué se come, dónde, cuándo, cómo, con saber cómo los individuos conceptualizan su alimentación
quién, con qué y por qué. De manera que el significado in- como conocer las prácticas alimentarias que llevan a cabo.
terno constituye lo que quieren decir las cosas para quien De acuerdo con Carrasco (1992), el enfoque biomédi-
las usa, volviéndose familiar e íntimo el mundo material co especializado en nutrición humana orienta su investiga-
(Mintz, 2003). ción a partir de dos consideraciones: en primer lugar, la
El planteamiento de Mintz intenta explicar los cam- perspectiva del ser humano a escala biológica (perfeccio-
bios, pero también las permanencias en los comporta- nando el conocimiento de sus procesos metabólicos) y, en
mientos alimentarios, a partir del cambio en los significa- segundo lugar, la consideración de las propiedades nutriti-
dos que adoptan los alimentos. Esto, porque los alimentos vas de los alimentos (como conjunto de nutrientes que rea-
y el comer, desde la perspectiva simbólica de Mintz, están lizan diversas funciones energéticas, plásticas y regulado-
revestidos de una connotación vibrantemente cultural. ras) . Sin embargo, para la antropología alimentaria el ser
humano es considerado un ser social que no conceptualiza
Nuevos conceptos y propuestas los alimentos en sustancias nutritivas, sino en propiedades
de orden social y material, de acuerdo con un grupo social
de investigación desde la determinado, y se interesa por las selecciones culturales
antropología de la alimentación entre los recursos del medio y las técnicas disponibles y
también entre las categorías de individuos que discriminan
Silvia Carrasco (1992) menciona que uno de los principa- en relación con los procesos alimentarios.
les problemas que han tenido algunos de los estudios desde Es así que Silvia Carrasco (1992), desde la perspectiva
la antropología de la alimentación es su ambigüedad teóri- socioantropológica y con una intencionalidad de antropo-
ca y metodológica. Se manejan dos supuestos principal- logía aplicada, propone un concepto alternativo para reu-
mente: uno es que las formas de alimentarse de los indivi- nir las actitudes normativas y las acciones particulares de
CAPfTULO 3 Reflexión sobre las aportaciones teórico-metodológicas de los estudios sobre la alimentación

los individuos y de los grupos con respecto a su alimenta- En sí, este programa vincula conceptos teóricos y ca-
ción, al cual denomina comportamiento alimentario y/o tegorías etnográficas, como la organización social, la inte-
experiencias alimentarias, como alternativa para los estu- gración social y el cambio alimentario. Esta propuesta
dios alimentarios desde el campo antropológico. también pone de manifiesto que la alimentación contem-
Para ella, el comportamiento alimentario es la realidad poránea responde a una interrelación entre naturaleza y
referida, por un lado, a los alimentos y su manipulación, cultura, pero también incluye la variante política.
cargados de atributos culturales, y por el otro, a los grupos Por su parte, Aguilar (2001) también hace una pro-
humanos que participan y se organizan en sistemas ali- puesta sugerente sobre un marco teórico y conceptual para
mentarios que se adaptan permanentemente para ser con- el estudio de la alimentación desde la antropología de la
sistentes con su sistema sociocultural. De este modo, el alimentación. Refuerza la premisa de que la alimentación
concepto de comportamiento alimentario va más allá del se concibe como una entidad sistémica y procesual que da
de hábito alimentario, pues comprende los aspectos mate- cuenta de la configuración dinámica del sistema alimenta-
riales relacionados con la alimentación que son observa- rio, y que éste puede ser interpretado considerando sus es-
bles y cuantificables, y además los simbólicos e ideológicos. pecificidades históricas y geográficas. En este sentido, con-
A su vez, el comportamiento alimentario de un indivi- cuerda con la propuesta de Carrasco (1992), pues ambos
duo es el resultado de la sinergia entre los ambientes bioló- mencionan la importancia del enfoque sistémico en el es-
gico, ecológico y sociocultural donde está inmerso. Por ello tudio de la alimentación contemporánea.
es importante conocer las influencias socioculturales que Aguilar propone también que la alimentación debe
participan en este comportamiento (Carrasco, 1996). Des- concebirse como un "sistema complejo" en el que interac-
de esta perspectiva, los comportamientos alimentarios es- túan una serie diferenciada de variables empíricamente
tán situados dentro del marco de las sociedades que los detectables. Vistas como etapas de un proceso, dichas va-
generan y recrean y, por lo tanto, dentro de los sistemas riables van desde la concepción original necesaria hasta el
socioculturales concretos, desde los cuales se definen las replanteamiento de una "nueva" necesidad, pasando por la
características que los conforman (Medina, 1996, p. 23). preparación y consumo del alimento. Pero esencialmente
Aun así, aunque el trasfondo común de estas aproxi- es un sistema abierto donde se producen significaciones de
maciones pueda parecer muy precario, ya contiene un mí- proyección cultural que se desarrollan en un sustrato ma-
nimo de generalizaciones e hipótesis que se pueden orga- terial concreto, "atendiendo a su especificidad histórica"
nizar en un programa teórico común, cuyo núcleo consiste (Aguilar, 2001, p. 17).
en defender la idea de "sistema alimentario'; sin olvidar El mismo autor hace énfasis en el carácter dinámico de
que, por otra parte, éste ha recibido definiciones y atribu- la alimentación y propone que los cambios alimentarios
ciones diversas. El programa teórico para el estudio socio- surgen de necesidades específicas que se van sucediendo
antropológico de la alimentación que propone Carrasco en el tiempo. Aguilar expresa también la importancia del
(1992) se basa en tres vertientes, integradas por hipótesis acercamiento entre las disciplinas que estudian la alimen-
que intentan concentrar y relacionar los principales com- tación, como es la nutrición, con la finalidad de crear con-
ponentes del sistema alimentario. La primera vertiente ceptos comunes donde pueda haber un diálogo.
considera que todas las prácticas relacionadas con la ali-
mentación constituyen sistemas organizados (comporta-
miento social real e ideal); en segundo lugar, supone que
Conclusión
siempre hay un desfase entre la visión que los individuos Hemos visto la importancia de tener una visión sistémica
proporcionan de sus prácticas y las que realmente realizan, cuando se quiere investigar la alimentación, sobre todo
y por último, opina que existe una relación directamente cuando estamos inmersos en un periodo de cambio tan in-
proporcional entre la integración social y la posibilidad de tenso en cuestión alimentaria. Por ello es importante fijar
alcanzar niveles dietéticos óptimos a partir de las posibili- la atención en cómo cada concepto nos liga con una teoría
dades culturales y de su medio ambiente. y un enfoque determinados. Del mismo modo, hay que
Para Carrasco (1992), las prácticas alimentarias se es- cuidar la congruencia entre las hipótesis que se plantean en
tudian como aspecto constitutivo del sistema alimentario, relación con la postura o la perspectiva de análisis a utili-
y conceptualmente conforman lo siguiente: zar, así como los conceptos que se manejan.
Dentro de los contextos socioculturales y el sistema
"[ ... ]un conjunto de normas y creencias que un grupo alimentario prevaleciente se ordenan los cambios y conti-
de personas comparten en relación a los alimentos y su nuidades en este ámbito de la vida social. Siguiendo la
manipulación, englobando las prácticas de decisión, propuesta de Carrasco (1992), se sugiere el uso d~ los con-
elección, formas de almacenaje y preparación, orden y ceptos de prácticas alimentarias y comportamiento ali-
combinación de las comidas y formas de consumo, así mentario (o experiencia alimentaria), distinguiéndolos
como las pautas de organización, intercambio y parti- del de hábitos, ya que los primeros forman parte de un
cipación individual o colectiva''. (Carrasco, 1992.) sistema organizado que se reajusta constantemente en
46 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

función del sistema sociocultural que le da sostén y senti- En suma, el campo de la antropología de la alimenta-
do. Los cambios en los comportamientos alimentarios se ción muestra sin duda una creciente diversidad que parece
producen entonces como consecuencia de la evolución de corresponder a la complejidad (y gravedad) de los proble-
la sociedad, pero también por la cultura cambiante que la mas alimentarios contemporáneos. Es difícil insistir en el
permea y el sistema alimentario también cambiante que "hábito alimentario" como algo inalterable e inmutable,
los conjuga. cuando son por demás palpables las influencias en el con-
Por otra parte, debido al carácter interdisciplinario de sumo alimentario de empresas trasnacionales, mercados (y
la antropología de la alimentación, es importante estable- mercadotecnias) globalizados, así como de las políticas pú-
cer conceptos claros tanto teóricamente como en términos blicas que las respaldan o intentan regular. En este sentido
operacionales en campo, con la finalidad de avanzar de y siguiendo la inquietud de Mintz, es importante poner
manera más sistemática en el estudio socioantropológico más atención en los estudios que nos den cuenta de por
de la alimentación, así como para establecer relaciones con qué se están produciendo de forma tan acelerada estos
otras ciencias afines y avanzar en la comprensión de la ali- cambios en los comportamientos alimentarios y por qué
mentación contemporánea y su relación con la nutrición y algunos cambian fácil y rápidamente, mientras que otros
la salud de las poblaciones. muestran una notable resistencia al cambio.

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CAPÍTULO 3 Reflexión sobre las aportaciones teórico-metodológicas de los estudios sobre la alimentación

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Lo posnacional y la fragmentación del paisaje
culinario yucateco: transformaciones
contemporáneas en los hábitos culinarios

Introducción Si los consumidores pertenecen a las clases media y


alta, seguramente reciben en sus casas canales de televi-
En este siglo xxr, desplazarse por la ciudad de Mérida, ca- sión especializados en cocina y comida "gourmet" en los
pital del estado de Yucatán, presupone y demanda, al mis- que se muestra cómo se deben preparar y consumir plati-
mo tiempo, el reconocimiento de una creciente multiplici- llos argentinos, uruguayos, brasileños, colombianos, cuba-
dad de bienes culinarios marcados por su pertenencia a nos, puertorriqueños, venezolanos, italianos, franceses, es-
distintas culturas. Entre esta amplia diversidad, el o la con- pañoles, chinos, japoneses, marroquíes, griegos y muchos
sumidora puede encontrar tanto los ingredientes para más. Algunos habitantes de Mérida, después de abrir sus
preparar, como platillos provenientes de una cocina local apetitos consumiendo visualmente esos programas televi-
pobre (frecuentemente atribuida a los mayas), cocina do- sivos, se animan a visitar restaurantes de cocinas "exóticas"
méstica yucateca, cocina libanesa, o platillos icónicos de la y consumir platillos de sus menús. Entre estos aventureros
gastronomía regional, así como otros platillos en fondas, gastronómicos algunos se sienten intrigados y atraídos por
"loncherías'; taquerías y restaurantes en los que se ofrecen la cocina de esos países y regiones y buscan recetarios es-
comidas de la cocina chiapaneca, oaxaqueña, veracruzana, pecializados en las distintas librerías de la ciudad. En su
del centro (Ciudad de México, Puebla, Hidalgo), occiden- efecto combinado, programas televisivos y películas,1 res-
te (Jalisco, Michoacán) y norte (regiomontana) de Méxi- taurantes y recetarios excitan el deseo por adquirir los in-
co. Si de cocina extranjera se trata, uno puede encontrar gredientes y los utensilios necesarios para la elaboración de
en Mérida comida rápida de cadenas estadounidenses, platillos de esas tradiciones gastronómicas. Este deseo en-
establecimientos de comida cajún y tex-mex; pizzerías y cuentra satisfacción, en gran medida, en supermercados,
restaurantes italianos, franceses, españoles y alemanes; hipermercados, tiendas departamentales y establecimien-
chocolaterías belgas (existe un par de pubs "ingleses" e "ir- tos locales especializados en cocina, donde uno puede ad-
landeses'; pero no sirven nada de la cocina de esos lugares); quirir paellas, woks, ollas para fondue, cacerolas de barro,
restaurantes especializados en cocina china, japonesa, tai- ya sea mexicanas o españolas, de cerámica francesa o ale-
landesa, tibetana e india; además de otros especializados mana; ollas y sartenes de aluminio, acero, hierro, vidrio
en comida argentina, cubana, colombiana y brasileña. Las refractario, con o sin antiadherentes y una gran diversidad
librerías muestran en sus vitrinas y estantes una gran va-
riedad de libros de cocina yucateca, mexicana y regional
mexicana; europea, alemana, española, francesa, griega e 1
Distintos autores han iniciado la exploración académica de las
italiana (incluso libros dedicados a especialidades regiona- transformaciones culturales contemporáneas a partir de análisis del
les de esas cocinas); así como recetarios de comida china, papel de los medios de comunicación en la producción de represen-
japonesa, tailandesa, india o vietnamita, y otros de comida taciones gastronómico-culturales (p. ej., Bower, 2004; Collins, 2009;
argentina, cubana y brasileña. Rousseau, 2012).

49
50 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

de equipo de cocina, electrodomésticos y otras tecnologías la compres10n espacio-temporal del mundo (Harvey,
aplicadas a la producción de alimentos. También, en este 1990); la movilidad de personas, culturas, prácticas socia-
siglo es posible encontrar en Mérida muchos de los ingre- les, ideologías y bienes (Urry, 2007); el dinamismo del cam-
dientes necesarios para cocinar platillos "exóticos'; por bio social y cultural ligado al consumo (Bauman, 2007); la
ejemplo (y sin intentar proporcionar una lista exhaustiva): experiencia subjetiva de la superabundancia y de las trans-
trufas españolas, francesas e italianas; arroces mexicanos, formaciones de la cultura (Augé, 2007); el consumo y la
estadounidenses, italianos, chinos y japoneses; salsas orien- estetización de la vida cotidiana, incluyendo el crecimiento
tales, algas secas y jengibre encurtido; azafrán y pimientos del individualismo y el narcisismo (Featherstone, 1991;
españoles; quesos, embutidos y carnes frías europeos (prin- Friedman, 1994; Jameson, 1991); la relativización de las
cipalmente italianos, españoles y franceses); aceites y vina- culturas y la creciente incertidumbre ante la multiplicidad
gres diversos; enlatados defoiegras y patés diversos; aceitu- de códigos culturales (Robertson, 1992); la emergencia de
nas españolas, griegas e italianas; latas de leche y crema de nuevas formas de vida (Fischer, 2003); o el aumento en la
coco, y frascos de curris tailandeses; pastas, harinas, granos percepción subjetiva del riesgo, la inseguridad y el miedo
y una gran variedad de productos perecederos. (Beck, 1998; Virilio, 2012). Por lo tanto, si partimos del re-
Esta diversidad, sin embargo, sólo es relativamente conocimiento de su complejidad, sería un error epistemo-
nueva. 2 Lo que posiblemente sea nuevo es la gran velocidad lógico fundamentar nuestra comprensión del mundo en
con que estos cambios han sucedido en la ciudad y la ma- uno solo de estos aspectos. El mundo contemporáneo se
nera en que la población local da significado a estos suce- caracteriza por todas estas transformaciones (y otras más),
sos, que a su vez permiten la emergencia de distintas for- y aunque cada una se convierte en condición de las demás,
mas de subjetividad que se expresan, en parte al menos, en ninguna de ellas debería ser entendida como determinante
cambios en las preferencias y hábitos alimentarios. 3 Por de las otras. En consecuencia, el estudio no fundacional de
otra parte, la disponibilidad de estos productos culinarios fenómenos socioculturales exige que tomemos en cuenta
en el mercado urbano no implica un acceso equitativo, ni a las múltiples articulaciones de estos procesos en la produc-
la experiencia sensorial del consumo de la comida, ni al ción y significación de distintos ensamblajes de prácticas y
performance gastronómico de la producción y consumo de discursos. El ensamblaje específicamente relevante en el
platillos "exóticos" en la casa y en restaurantes, ni tampoco presente estudio es el de la comida disponible en el paisaje
un deseo de todas y todos los consumidores por obtener culinario-gastronómico de la ciudad de Mérida en el siglo
experiencias culinarias y gastronómicas fuera de lo con- XXI (Ayora Diaz, 2007a, 2007b, 2010, 2012).
vencional.4 La sociedad contemporánea, en su condición El objetivo de este capítulo es describir el paisaje culi-
posnacional y poscolonial, es una sociedad en la que preva- nario-gastronómico contemporáneo de la ciudad de Méri-
lece la complejidad, una condición en la que domina la he- da como sitio de articulación de procesos complejos que
terogeneidad y no la homogeneidad cultural. deben ser entendidos en el marco de transformaciones
La complejidad de la sociedad contemporánea ha sido poscoloniales y posnacionales. Para ello, en la siguiente
descrita a partir de distintos aspectos que la caracterizan: sección discuto cómo las condiciones poscolonial y posna-
cional se inscriben en, y transforman, el paisaje culinario
urbano meridano, como un caso particular de transforma-
2
Existen, sin embargo, antecedentes históricos de esta multiplicación ciones globales 5 presentes en distintos lugares del mundo
de productos en el paisaje gastronómico local. Por ejemplo, durante el (Ayora Diaz, en prensa). Luego paso a discutir la constitu-
final del siglo xix e inicios del xx, en el contexto del auge henequenero, ción de este paisaje culinario urbano, con el objetivo de
la disponibilidad de alimentos ultramarinos creció de manera impor-
tante (Ayora Diaz, 2012a; Miranda Ojeda y Negroe Sierra, 2007).
ilustrar las maneras en que se inscriben diferencias de gé-
3
En general, me refiero por "hábitos alimentarios" a las prácticas de nero, grupo social, de etnicidad, regionalismo y nacionali-
producción y consumo de alimentos que se ingieren de manera co- dad en las formas de movilidad de sujetos y bienes, y en sus
tidiana y en ocasiones "especiales" como cumpleaños y fiestas de di-
verso tipo. El gusto por las comidas se naturaliza de manera colectiva
5
y se establece de manera normativa qué ingredientes combinan con En otro lugar (Ayora Diaz, en prensa) he analizado el proceso histó-
cuáles (Ayora Diaz, 2012b). Dietas nuevas, discursos nutricionales rico por el que procesos de articulación local-global y translocal han
científicos y en los medios de comunicación, así como la disponibili- permitido la invención de la gastronomía yucateca favoreciendo la
dad creciente de productos alimentarios, permiten la transformación convergencia de apetencias locales y de una disposición cosmopolita
de los gustos y de las dietas de los individuos y sus familias. hacia otras tradiciones gastronómicas distintas de la mexicana y que
4
En noviembre de 2012, una estudiante del programa de licenciatura son más caribeñas en forma y contenido. Este es un contraste impor-
me dijo que un amigo suyo, ante la creciente diversidad de comidas tante. Como el caso que soporta la patrimonialización de la cocina
foráneas ahora disponible en la ciudad, había decidido comer única mexicana ilustra, ideológicamente la cocina nacional mexicana está
y exclusivamente platillos de la cocina yucateca. Aunque anecdótico, siendo inventada, de nuevo (Pilcher, 1998), como una cocina fundada
este fundamentalismo gastronómico no es raro y debe ser entendido en lo indígena. En mi análisis de la cocina yucateca encuentro refe-
como una respuesta posible del sujeto, igual que lo es el insatisfecho rencias retóricas a los mayas de un ayer lejano; pero en general, la
deseo por lo "exótico" y lo "auténtico" en la cultura contemporánea gastronomía yucateca es caracterizada por sus inclinaciones y lazos
(MacCanneli, 1976; Heldke, 2003). cosmopolitas (Ayora Diaz, 2012a).
CAPÍTULO 4 Lo posnacional y la fragmentación del paisaje culinario yucateco

recorridos, y cómo tales diferencias contribuyen a dar chas clasificaciones (Haraway, 2003, p. 32). Estas tres ca-
forma al paisaje culinario-gastronómico. En la siguiente racterísticas son relevantes para entender las transforma-
sección discuto los cambios en los hábitos culinarios in- ciones del paisaje culinario-gastronómico6 urbano en Mé-
troducidos por la expansión y fragmentación del paisaje rida.
culinario-gastronómico. Por último, en la discusión su- Evidentemente, mi uso del término ".paisaje culinario-
giero que el análisis de estos procesos, en sus complejas gastronómico" lfoodscape) encuentra inspiración en el tra-
articulaciones, es indispensable para el estudio antropoló- bajo de Appadurai (1996), especialmente en su discusión
gico de los cambios contemporáneos en las formas de de las convergencias y divergencias de los distintos paisajes
vida y subjetividad. étnico, nacional, financiero, ideológico y mediático, que
explican, desde su enfoque, las complejidades culturales de
El paisaje culinario-gastronómico la más reciente fase de la globalización. Su razonamiento
de nuestra comprensión moderna de la metáfora del "pai-
poscolonial y posnacional saje" me parece relevante para entender la extensión de los
Para poder entender plenamente el concepto de "paisaje" cambios en la relación de los sujetos con su entorno culina-
necesitamos primeramente explicitar el sentido cultural de rio y gastronómico. Nos adentramos en un paisaje desde
"espacio''. Este término, como muchos otros, se entiende distintos puntos. Nuestro posicionamiento nos permite
frecuentemente como descriptivo de manera transparente observar el paisaje de maneras distintas: si estamos en me-
de un referente material. Sin embargo, desde la antropolo- dio de un valle o en la montaña percibimos el valle y las
gía se ha demostrado ampliamente que en nuestras nocio- montañas de manera distinta. Si recorremos el paisaje a
nes de espacio, lugar, local, y territorio (por mencionar pie, en vehículos distintos por tierra o por un río, encontra-
unos cuantos términos emparentados) se encuentran ins- mos sensaciones y percepciones, y construimos distintas
critos múltiples sentidos culturalmente informados por el narrativas del territorio que atravesamos, así como de nues-
posicionamiento de los individuos. Estos últimos pueden tra trayectoria alrededor o dentro de él. Espacio y tiempo se
ser vistos como sujetos que, en sus prácticas y discursos, combinan en esta experiencia de nuestras posiciones: hom-
permiten o provocan la convergencia de sus identificacio- bres, mujeres y sujetos con sexo/género alternativo; pobres,
nes de género, etnia, edad, grupo socioeconómico, capital de clase media o adinerados; niños, jóvenes, adultos y ancia-
cultural, religión y otras formas de coincidencia intersubje- nos; ateos/agnósticos, católicos, protestantes de distintas
tiva y colectiva. En la introducción al volumen The anthro- denominaciones y musulmanes; y mayas, indígenas de otras
pology of space and place, Low y Lawrence-Zuñiga (2003) regiones mexicanas, blancos, yucatecos, yucatecos de orí-
celebran el creciente interés antropológico en los significa- genes diversos (libanés, alemán, francés, italiano, cubano,
dos sociales y culturales de categorías de espacio y lugar. colombiano, argentino, mexicano, chino, coreano) y ex-
De su extenso ensayo quisiera subrayar aquí tres aspectos: tranjeros, por mencionar sólo algunos, son marcadores de
"En primer lugar, que el espacio es encorporado; es decir, colocación o posicionamiento que sugieren distintas expe-
en su ser-físico los cuerpos constituyen el sitio privilegiado riencias del paisaje culinario.
de la experiencia vivida y forman el centro de la agencia y Si espacio, territorio, lugar y local son términos con
acción sobre el mundo. Asimismo, los cuerpos se localizan una multiplicidad de significados, tampoco podemos asu-
en espacios marcados por una multiplicidad de significa- mir que "paisaje" es una categoría que hace referencia
dos sociales, políticos, culturales y de género" (2003, p. 2). transparentemente a una realidad material cuya existencia
Esta apropiación corporal del espacio resalta la importan- es independiente del sujeto y su multiplicidad de posicio-
cia del posicionamiento. En este sentido y siguiendo a nes. No es este el lugar para una amplia reseña de las trans-
Donna Haraway, propone que la colocación (location) es formaciones en los sentidos de la relación entre gusto y
"un posicionamiento en una red de conexiones sociales clase social, de la formación de las "identidades" nacionales
[que] elimina la pasividad del cuerpo femenino (y humano) y su relación en el Estado-nación moderno, ni de las "iden-
y la reemplaza como sitio de la acción y la agencia" (Low y tidades" de género y sexo. Como distintos autores lo han
Lawrence-Zuñiga, 2003, p. 3). En segundo lugar, los espa- demostrado, estas formas de identificación tienen una lar-
cios tienen una marca de género (gendered), es decir, que
reconocemos que las posiciones que habitamos tienen ins-
6
critos significados de género que in/forman nuestras iden- En mi trabajo (p. ej., Ayora Diaz, 2007b, 2010, 2012a), he propuesto
tidades y re/crean estructuras desiguales de poder entre los que en este paisaje se localizan y distinguen dos campos distintos: el
géneros (Haraway, 2003, p. 7); y tercero, siguiendo a de culinario y el gastronómico. Mientras que defino el campo culina-
Certeau, que los territorios y sus fronteras son construc- rio como un ensamblaje de ingredientes, recetas, platillos, técnicas y
tecnologías aplicadas para la preparación de la comida, que es abier-
ciones sociales mediante las cuales el poder establece clasi-
to, inclusivo, flexible, de improvisaciones y lúdico, defino el campo
ficaciones normativas del espacio, así como su delineación gastronómico como un ensamblaje con los mismos elementos que
y división, haciendo posible, consecuentemente, el diseño y el culinario, pero cerrado, exclusivo y normativo. El paisaje urbano
despliegue de tácticas que se oponen a la violencia de di- incluye tanto lo culinario como lo gastronómico.
52 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

ga historia, y sus significados contemporáneos son nota- regionales (frecuentemente descalificados como formas de
blemente distintos de los que tenían en el pasado (Gronow, "parroquialismo" cultural). Estos reclamos transforman el
1997; Hobsbawm, 1983; Laqueur, 1992; Llobera, 1994). En guión en símbolo de separación en vez de unión del Estado
esta sección intento resaltar un ensamblaje de transforma- y la nación (Sparke, 2005; Taylor, 1994). Desde fuera, ins-
ciones que permiten entender la expansión y fragmenta- tancias supranacionales como el Fondo Monetario Inter-
ción del paisaje culinario y gastronómico. Estas transfor- nacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano para
maciones nos han guiado hasta una posición de habitantes el Desarrollo y la Organización para la Cooperación y De-
de lo que hoy se da en llamar condiciones poscolonial y sarrollo Económico, junto con instancias trasnacionales,
pos nacional. como las grandes corporaciones de alimentos, químicos y
En otro lugar hemos cuestionado la asignación de la drogas, armas, ciencia y tecnología, dictan reglas que debi-
categoría "posmoderno" a un determinado periodo (Ayora litan el papel del Estado y su relación con la nación (Haber-
Diaz y Vargas Cetina, 2006). Lo posmoderno no es un tiem- mas, 2001). Estas dos condiciones, que convergen en el
po que empezó y terminó en tales y cuales años, sino que marco de las transformaciones globales de la cultura y de
describe una condición cultural en la que se exacerban ca- formas nuevas de articulación global-local y translocal en-
racterísticas previamente reconocidas como definitorias de cuentran reflejo en la conformación del paisaje culinario-
la modernidad (ver también: Augé, 1998 [1994]; Jameson, gastronómico urbano contemporáneo.
1991; Lash, 1997; Latour, 1993; Lyotard, 1980). De la misma Examinando en primer lugar la condición poscolonial,
manera, lo poscolonial y lo posnacional no describen mo- Yucatán y México obtuvieron su independencia de España
mentos que siguen ni al fin del colonialismo ni al fin de la separadamente (Ayora Diaz, 2010, 2012a). Mientras los
nación. Es claro que la dominación colonial persiste bajo novohispanos sostuvieron una guerra de independencia,
distintos nombres, y la nación, hermana siamesa del Estado los yucatecos no pelearon por ella. En efecto, sentían que la
moderno, se resiste a desaparecer (y seguramente no lo Constitución de Cádiz preservaba una serie de privilegios
hará por mucho tiempo). En este sentido, y a pesar de dis- comerciales que se resistían a perder (Campos García,
crepancias (Shohat, 1992), lo poscolonial describe de ma- 2002). Posteriormente, durante el siglo XIX, después de
nera general una condición en la que nuevas formas de co- aceptar unirse a México como República de Yucatán (Mé-
lonialismo (externo e interno) desplazan y reemplazan sus xico se constituiría como una federación de repúblicas),
viejas manifestaciones. Esta condición es propia tanto de rechazaron su unión separándose en tres ocasiones distin-
los pueblos radicados en, y provenientes de las naciones tas, en las que las élites yucatecas percibieron que las élites
previamente colonizadas, como de las colonizadoras, y se del centro del país afectaban los intereses regionales penin-
caracteriza, entre otras cosas, por movimientos masivos de sulares (Williams, 1929). Durante esos momentos y otros
población, exilios, diásporas, migraciones y formas distin- más, el gobierno centralista de México realizó bloqueos
tas de nomadismo; por la hibridación cultural; por la emer- marítimos de la península, forzando a los yucatecos a mi-
gencia de múltiples formas de subjetividad y de reclamos de rar hacia Texas, Luisiana, Nueva York, Cuba, Puerto Rico,
identidad (sea esta regional, nacional, étnica o cosmopoli- la Dominicana, España, Francia e Inglaterra. Los yucatecos
ta); por el despliegue de nuevas estrategias de colonialismo se negaron posteriormente a participar en la guerra con
externo e interno; por la desestabilización del Estado nacio- Texas, ya que era uno de sus principales socios comerciales
nal, l:i. fragmentación de los nuevos Estados nacionales y la (Careaga Viliesid, 2000). De manera similar, los yucatecos
relativización de la Historia ante el clamor de las historias no participaron en la Revolución Mexicana (al menos no
(Bhabha, 1994; Kaplan, 1997; Chakrabarty, 2007; Loomba, voluntariamente). Por ejemplo, Joseph (1982) y Paoli Bolio
1998; Young, 2001). (2001 [1984]) han documentado cómo la Revolución Me-
Vinculadas a este proceso, las transformaciones que xicana en Yucatán fue una intervención dirigida por el go-
nos llevan a la condición posnacional se explican en el bierno del centro de México que envió a Salvador Alvarado
marco de transformaciones globales que, para la segunda para desmantelar el sistema económico regional que soste-
mitad del siglo xx, Robertson (1992) identifica como de nía el poder de las élites locales, a subordinar los intereses
incertidumbre. Esta etapa se caracteriza, según este autor, regionales a los de la nación, y a establecer los valores na-
entre otras cosas, por la relativización de las identidades cionalistas (centro) mexicanos. Con esta breve síntesis de
nacionales, de los valores universales, de las subjetividades las transformaciones ocurridas a lo largo de un siglo quiero
y de las culturas. Ante esta relativización encontramos el sugerir que la condición poscolonial explica, por una parte,
establecimiento del multiculturalismo como política de Es- un fuerte sentimiento regionalista (que entre muchos yu-
tado. Aunque esta política podría tener como objetivo or- catecos ha reemplazado al sentimiento nacionalista del si-
denar, jerarquizar y controlar la diferencia, su resultado ha glo XIX) que motiva el rechazo de ciertos aspectos de la
sido, con frecuencia, la creación de espacios para la afirma- cultura y política mexicana y, por otra parte, ilustra una de
ción de la diferencia cultural y la aparición de nuevos recla- las distintas formas que el colonialismo interno y el neoco-
mos identitarios basados en sentimientos étnicos o nacio- lonialismo pueden asumir en la fase siguiente al colonialis-
nalistas previamente silenciados o reprimidos en culturas mo y de reorganización política (que consiste, al menos en
CAPfTULO 4 Lo posnacional y la fragmentación del paisaje culinario yucateco

parte, en la supresión de fuentes de la diferencia regional y tono mía de sociedades e identidades regionales (unas más
local). duraderas que otras, unas con una historia más larga que
Otros factores ligados con el proceso poscolonial, en otras; p. ej., en el País Vasco, Catalunya, Lombardía, Cerde-
escala global, permiten explicar otras transformaciones pos- ña, Córcega, Quebec y Yucatán). Adicionalmente, esta si-
nacionales en la región yucateca y México en general. La tuación posnacional ha llevado a los Estados-nación mo-
expansión imperial del siglo XIX y la reorganización global dernos, desde el final del siglo xx, a desarrollar políticas
del final de ese siglo y de gran parte del xx se han traducido multiculturales que comienzan por reconocer la diferencia
en desplazamientos poblacionales en gran escala, a veces al interior de cada país. Aunque en México el inicio del
"voluntarios" y en ocasiones forzados (Young, 2001). Así, multiculturalismo en la década de 1980 buscó abrir las
por mencionar sólo algunos casos, la presencia británica puertas a la diferencia radical y dicotómica entre los indí-
en el norte de Asia fomentó un mercado de trabajadores genas y los no indígenas (Bonfil Batalla, 1990 (1987]), este
forzados provenientes de Corea y China hacia el continen- reconocimiento permitió cuestionar las bases ideológicas
te americano, siendo Yucatán uno de los principales e ini- de la política nacionalista de asimilación cultural, fomen-
ciales destinos de trabajadores coreanos (Romero Castilla, tando el reconocimiento de la hibridez y la diferencia cul-
1991). La reorganización del imperio otomano y los con- tural más allá de la dicotomía indígena/no indígena (Bever-
flictos interregionales gestados durante su reorganización ley, 1999; García Canclini, 1990).
propiciaron la migración de libaneses, sirios y palestinos El paisaje culinario-gastronómico contemporáneo de
con destino al nuevo mundo. En su paso por el Caribe, un la ciudad de Mérida refleja estas transformaciones. De fue-
porcentaje de ellos eligió o se vio forzado a tomar residen- ra, la ciudad ha recibido y aceptado cocinas de distintas
cia en Yucatán (Alfaro-Velcamp, 2007). La violenta reorga- regiones del país, así como desde la década de 1970, chinas
nización de Europa desde antes de la Primera Guerra e italianas (primero en sus versiones estadounidenses y
Mundial y el auge henequenero de Yucatán convirtieron a progresivamente, con la migración italiana y china hacia la
esta región en imán para emprendedores y trabajadores es- ciudad, en versiones regionales italianas y chinas), y versio-
pañoles, alemanes e italianos, entre otros (Carty, 2006). De nes adap~adas al gusto local de la cocina rápida estadouni-
manera adicional, los lazos comerciales de larga historia dense (hamburguesas y perros calientes a la yucateca).
con el Caribe alentaron la migración de cubanos, domini- Desde la década de 1990 llegaron a la ciudad franquicias
canos y puertorriqueños a la península yucateca. Es en esta ligadas a cadenas estadounidenses de fast food, sea pizzas,
condición poscolonial, entonces, que encontramos las hamburguesas o pollos fritos, así como franquicias cen-
fuentes de la diversidad cultural regional que ahora surge troamericanas de pollos asados, y de cocina "mexicana"
con fuerza en el siglo XIX. como Sanborns' y Vips. Tiendas departamentales, super-
En segundo lugar, sobre la condición posnacional pro- mercados e hipermercados han abastecido a los residentes
piamente dicha, quisiera resaltar que en ella la relación en- de la ciudad, locales y avecindados, de libros de cocina, in-
tre el Estado y la nación modernos se ve cuestionada tanto gredientes y tecnologías necesarias para cocinar una gran
desde dentro como desde fuera. Como Anderson (1983), diversidad de platillos nacionales, regionales, étnicos e "in-
Hobsbawm (1990), Llobera (1994) y otros han sostenido, el ternacionales" (Ayora Diaz, 2012). Algunas de estas trans-
Estado-nación moderno se concibe como una entidad en formaciones pueden ser entendidas como efectos del im-
la que el Estado es coextensivo con la nación. En este sen- perialismo económico de las grandes trasnacionales de
tido, el surgimiento de la nación moderna busca precisa- comida rápida, otras como efecto del colonialismo interno
mente suprimir las diferencias culturales al interior del de las grandes cadenas mexicanas, y otras como parte de lo
Estado y así crear una cultura nacional homogénea. Las que los yucatecos desarrollan como estrategias de mime-
políticas de asimilación cultural que dominaron en el mun- tismo coloniaF (Bhabha, 1994).
do a lo largo del siglo xx ilustran esta disposición de los Desde dentro, la población ha crecido cada vez más
Estados modernos. Sin embargo, a partir de la segunda mi- multicultural. La población de origen libanés y sirio, chino y
tad del siglo xx, el fortalecimiento de los movimientos en
pro de los derechos de la mujer y de distintas minorías ét- 7
Bhabha (1994) ha llamado "mimetismo colonial" al doble movimien-
nicas comenzó a alimentar, progresivamente, la necesidad to por el que las fuerzas colonialistas culturales imponen su "civiliza-
del reconocimiento de las diferencias que distintos grupos ción" sobre los colonizados, y la población colonizada se apropia de
plantearon como culturalmente significativas (Honneth, los valores y visión de mundo de los colonizadores para juzgarse a sí
2007; Taylor, 1994). Además de proveer de una arena para mismos y a sus coterráneos. De esta manera, apropiándose de estos
la expresión de diferencias de género, étnicas, religiosas, valores, sujetos que quedan económica y políticamente subordinados
dentro de la estructura dominante logran reposicionarse colocándo-
económicas y políticas, se creó la posibilidad de afirmar
se de lado de la sociedad colonial. Por ejemplo, yucatecos que adop-
diferencias de tipo cultural de "gente" (peoplehood; ver Lie, tan la visión y los gustos de los pobladores del centro de México para
2004). Esta afirmación de la diferencia ha legitimado tanto descalificar a miembros de la élite local como "parroquial" o "chau-
guerras de secesión como genocidios durante el final del vinista'; mientras que ellos o ellas, por ser más como los defeños, se
siglo xx, así como reclamos por el reconocimiento y la au- sienten más "metropolitanos''.
54 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

coreano, sudamericano (argentinos, chilenos, uruguayos, tinto según quién realice la división, pero en general he en-
colombianos), europeo (alemanes, españoles, franceses, ita- contrado entre personas a quienes he preguntado, que al-
lianos), norteamericano (estadounidenses y canadienses) rededor de la caile 69 hacia el sur la ciudad se transforma
y caribeño (cubanos, puertorriqueños, venezolanos y domi- en la "Mérida profunda" (como la prensa local amarillista
nicanos), y la población indígena local, entre otros, ya no se refiere frecuentemente al sur de la ciudad).
buscan asimilarse, sino afirmar su diferencia cultural. Aun-
que existen muchas maneras de hacerlo (p. ej., en la literatu- El paisaje culinario-gastronómico
ra y la música; Vargas Cetina, 2007, 2010, 2013), la comida y desde el sur
la cocina, como ilustra la diversidad del paisaje culinario-
gastronómico urbano meridano, se convierten en arenas El sur de la ciudad ha sido por décadas la zona habitada por
significativas para la expresión de las diferencias y los paren- familias con menores ingresos y por inmigrantes del área
tescos culturales. Así, desde dentro y desde fuera se cuestio- rural peninsular y de otros estados de la República, así
na la coextensividad entre la cultura y el territorio yucate- como aquella con menor infraestructura de servicios para
cos, de la misma manera que las diferencias regionales (des- los consumidores. Vargas Cetina (2007, 2010, 2013) ha
de dentro), y las corporaciones trasnacionales y agencias mostrado también cómo el sur tiene más parques y áreas
supranacionales cuestionan la coextensividad entre u.na públicas con internet Wi-Fi gratis, mientras que en el norte,
imaginada cultura nacional y el Estado mexicano. En conse- habitado por familias con mayores ingresos y posiblemente
cuencia, el paisaje culinario-gastronómico meridano necesi- con internet doméstico, el número de dichas instalaciones
ta ser interpretado en el contexto de estas transformaciones. es menor. Para los medios, la criminalidad es mayor en el
sur que en el norte (Iturriaga, 2011), al igual que la pobreza
Navegando el paisaje y la marginación social, lo que convierte a este conjunto de
representaciones en generador y, a su vez, producto del
culinario-gastronómico imaginario social urbano. En términos de la disponibilidad
En la sección previa he subrayado cómo en la sociedad de ingredientes, alimentos, restaurantes y supermercados,
contemporánea se expande el paisaje culinario-gastronó- debo destacar que en el sur de la ciudad existen pocos su-
mico a partir de transformaciones poscoloniales y posna- permercados (cuatro en total) y abundan las "tiendas de la
cionales. Este "efecto" puede sugerir que a la luz de estas esquina" (incluyendo autoservicios como Oxxo, Extra y
transformaciones el paisaje surge como una entidad objeti- 7/11). Es en la frontera con el suroeste donde se encuentra
va y ontológicamente dada. Sin embargo, esta "realidad" es también la Central de Abasto de la ciudad. En contraste, el
posible gracias a las acciones, prácticas y discursos de los norte citadino contiene una gran cantidad y diversidad de
sujetos que navegan el paisaje, que expresan sus demandas supermercados, hipermercados, tiendas departamentales,
sobre él, y que mediante su navegación y sus recorridos le centros comerciales, mercados y tiendas de autoservicio
dan existencia: el paisaje culinario-gastronómico no existe 24/7. Por ejemplo, hay siete establecimientos Walmart en
sino gracias a quienes lo transitan. Existe una forma prima- Mérida, pero ninguno en el sur, y hay diez plazas comercia-
ria de dividir el espacio urbano meridano.8 Los habitantes les, todas en el norte, este y oeste. En consecuencia, los po-
de la ciudad entienden su división desde la zona centro de bladores del sur, con pocos servicios al consumidor, deben
la ciudad en norte y sur. El número de calle puede ser <lis- dirigirse al centro de la ciudad para adquirir muchos de los
productos y tecnologías requeridos para la elaboración de
alimentos. En lo que se refiere a establecimientos para co-
8
El presente capítulo está basado en seis años de investigación cua- mer, los habitantes del sur cuentan solamente con un res-
litativa etnográfica. En otro trabajo he explicado en detalle por qué taurante de renombre, Príncipe Tutul Xiu, especializado en
la perspectiva crítica adoptada me previene de usar términos obje- platillos de la cocina yucateca. Este restaurante adquirió
tivantes tales como "informante" (Ayora Diaz, 2012a). Mis interpre- buena reputación en la ciudad de Maní, 96 km hacia el sur
taciones están basadas en conversaciones y entrevistas con amigos
del estado, y posteriormente abrió una sucursal en el sur de
y conocidos durante la realización de esta investigación. Asimismo,
durante este tiempo acompañé a muchos de ellos en distintas acti- la ciudad de Mérida. Además de este negocio, existen fon-
vidades relacionadas con la elaboración y el consumo de alimentos. das distintas para consumir alimentos, generalmente de la
No busqué ni obtuve muestras estadísticamente representativas, sin9 cocina diaria yucateca, y servicios de entrega de pizzas y
que obtuve información que me permitió elaborar mis interpretacio- otros alimentos a domicilio (Martín Yáñez, 2011).
nes. Entre las personas con quienes conversé y entrevisté se encuen- Existe en Mérida una barrera simbólica que separa a los
tran propietarios y gerentes de restaurantes, cocineros profesionales, habitantes del sur y el norte. El habitus de los sujetos se ex-
cocineras domésticas y consumidores de distintos grupos sociales
presa en su performance cotidiano: en su manera de vestir,
que preparan y/o compran sus alimentos en distintos lugares de la
ciudad. Otra fuente importante de mi interpretación son mis propias hablar y mover el cuerpo, así como en sus propiedades ma-
experiencias personales de los cambios que se han dado en la ciudad, teriales con valor de signo (como el vehículo con el que se
ya que viví en elia desde 1974 hasta 1984, y luego desde enero de 2000 desplazan por la ciudad). No hay, ni en las tiendas departa-
después de haber residido en Canadá, Italia y Chiapas. mentales ni en los centros comerciales del norte de la ciu-
CAP[TULO 4 Lo posnacional y la fragmentación del paisaje culinario yucateco

dad, signos que prohíban la entrada ni a pobres ni a habitan- cina yucateca.9 Tienen además acceso a pizzas y algunos
tes del sur; tampoco los guardias de seguridad les impiden el platillos agridulces chinos que cocinas de sus vecindarios
acceso. Sin embargo, el trato que reciben y la mala calidad de entregan a domicilio. Mercados populares, puestos calleje-
la atención les generan la certidumbre de que no son bienve- ros de comida, fondas y cocinas económicas 10 ofrecen sus
nidos en esa parte de Mérida. Por ejemplo, en una conversa- distintos platillos para los consumidores locales, y las o los
ción que sostuve con un trabajador de la construcción (for- cocineros domésticos encuentran los ingredientes necesa-
mado como ingeniero en control de calidad en el Instituto rios para preparar la comida en mercados, tiendas, super-
Tecnológico Regional), él se quejaba conmigo del trato reci- mercados y con vendedoras o vendedores ambulantes,
bido en el norte (él habita en la zona centro). Me decía: tanto de la ciudad como de otros poblados que viajan dia-
riamente a Mérida para ofrecer sus productos, incluyendo
"[ ... ] mírame: soy blanco, de ojos claros y pelo cla- "recados" 11 para distintas comidas yucatecas. Estas trayec-
ro. Pero me la paso trabajando en la construcción, así torias y la diversidad del paisaje culinario-gastronómico
que mi ropa no está limpia durante la chamba. Pero que permiten percibir contrastan con la experiencia del
también tengo que comer. Un día fui a un restaurante, mismo paisaje en la zona norte de la ciudad.
de esos de comida rápida, cerca de [un centro comer-
cial]. Hice la fila como todos y cuando llegó mi turno la
empleada, en vez de atenderme, atendió al que estaba El paisaje culinario-gastronómico
detrás de mí, ¡y luego a otro! Fue sólo cuando me quejé desde el norte
que ella me atendió; pero me quería obligar a comprar
un combo carísimo que yo no quería. Después de argu- El centro y norte de la ciudad se encuentran habitados pri-
mentarle, finalmente me sirvió lo que yo había pedido. mordialmente por familias de origen yucateco (algunas
Se lo comenté al ingeniero a cargo de la obra y me dijo con antepasados mayas e ibéricos, otras de origen europeo,
que estaba exagerando. Pero luego, otro día, fuimos otras más de origen sirio-libanés), aunque en décadas re-
los dos juntos a comer a un local de comida mexica- cientes inmigrantes del centro y otras regiones del país,
na; siempre allí, en el norte. Ambos teníamos la ropa con mayores recursos económicos, han elegido esa zona
sucia después de trabajar en la obra. Nos sentamos y como su lugar de residencia. A estos se han agregado inmi-
no nos atendían. Cuando protestamos y finalmente nos
atendieron, al servirnos casi nos aventaron los platos a 9
Después de varias décadas de residencia de gran número de libane-
la mesa, y no habíamos terminado de comer y ya nos ses y sirios en la ciudad, muchos de sus platillos han quedado integra-
estaban retirando las salsas y la comida que quedaba en dos en la cocina regional. Los meseros sirven en cantinas versiones
los platos. Y eso que mi jefe es también blanco [de piel]". locales de crema de ajo y jine de garbanzo, kibbeh fritos y arrollados
de repollo, en vez de arrollados de parra. Muchas familias yucatecas
Si bien el sur de la ciudad es habitado por muchos in- sin parentesco mediooriental tienen sus propias recetas de kibbeh y
migrantes de origen rural, la discriminación que sufren es arrollados de repollo. En mis conversaciones, varios conocidos han
producto de formas distintas de convergencia de marcado- expresado su sorpresa e incredulidad cuando les he "revelado" el ori-
res de lugar de origen (p. ej., su forma de hablar el castella- gen de esos platillos.
10
no y su vestimenta), lo fenotípicamente étnico, su nivel de En Mérida, reciben el nombre de "cocinas económicas" estableci-
mientos donde se cocina un número limitado de platillos cada día,
ingreso, el capital cultural que despliegan, y su género, en-
entre los que queda incluido el que corresponde por "tradición" al día
tre otras cosas. Esta relación estructuralmente asimétrica de Ja semana: lunes de frijol con puerco, martes de pollo frito, miér-
entre distintos pobladores del área urbana tiene como con- coles de bistec empanizado, jueves de bistec (res) de cazuela, viernes
secuencia la apropiación de formas distintas de recorrer el de mariscos o verduras, sábados de pollo, domingos de puchero de
paisaje culinario-gastronómico. gallina. Por lo general, carecen de mesas y sillas para sentarse a consu-
Así, aun considerando distintas excepciones, los habi- mir los alimentos y los clientes ordenan desde la mañana un número
tantes del sur de la ciudad quedan en cierta forma reduci- de raciones que luego pasan a recoger camino a casa, o se les entregan
a domicilio. En años recientes, en barrios donde la población inmi-
dos a recorrer su "propio" espacio. En este espacio encuen-
grante de otras regiones de México ha crecido, han aparecido cocinas
tran la cocina pobre regional, en la que predominan pro- económicas con platillos chiapanecos o oaxaqueños, por ejemplo.
ductos fritos, distintos tipos de tamales y platillos de la 11
En Yucatán reciben el nombre de "recados" (no de recaudos) dis-
tradición culinaria regional: mole (poblano) a la yucateca, tintas mezclas de ingredientes molidos (que incluyen especias como
pollos fritos y asados, frijol con puerco, bisteces de cerdo comino, semilla de cilantro, pimienta gorda, pimienta negra, clavo de
empanizado, mondongo (tripa), cochinita pibil, lechón al olor, canela, achiote y otros) con ajo machacado y, con frecuencia, el
horno, pescados fritos, cocteles de mariscos, entre otros. jugo de naranja agria para "ligar" los ingredientes en una pasta. Exis-
ten muchos recados en los que varían la composición de la mezcla y
De la cocina internacional, aunque muchos no saben su
las cantidades de las especies usadas, y cada recado corresponde a un
origen, consumen platillos libaneses como el kibbeh, la guiso particular. En años recientes, ante la reducción todavía mayor
crema de ajo (en realidad, una mayonesa), el hommus y el del ingreso familiar, ha aparecido un "recado para todo" que, aunque
baba ganoush (conocidos como jine de garbanzo y jine de imparte "sabor yucateco" a los platillos, tiende a homogeneizar los
berenjena, respectivamente) como si fuesen parte de la co- sabores de platillos hasta hace poco muy distintos.
56 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

grantes de Estados Unidos y Canadá que encuentran Méri- a experimentar nuevos sabores y cocinas distintas de la lo-
da como una ciudad atractiva para gozar su jubilación, y cal. La cultura culinario-gastronómica yucateca, como he
más recientemente, argentinos, colombianos, cubanos, argumentado en otros escritos (Ayora Diaz, 2010, 2012a, en
uruguayos, alemanes, españoles, franceses, ingleses, italia- prensa), es una cocina trans/local con disposición cosmo-
nos y un creciente número de asiáticos, especialmente chi- polita que toma distancia del nacionalismo indigenista culi-
nos y coreanos, aunque también han llegado a la ciudad nario del centro del país. La inmigración de distintos gru-
japoneses en número aparentemente menor. La migración pos de extranjeros ha hecho posible la expansión de este
nacional puede ser explicada como efecto de la descentrali- paisaje culinario-gastronómico para los habitantes del nor-
zación del país que siguió al catastrófico terremoto de 1985, te de la ciudad, aunque el acceso para meridanos de escasos
y nacionales e internacionales respondieron al surgimiento recursos es muy limitado.12 Como ilustración: en conversa-
de Cancún en la Riviera Maya. En un principio, mucha de la ción con una empleada de un restaurante de la zona norte,
migración tuvo como destino la costa quintanarroense, me preguntó ella qué me parecía la comida del lugar, ya que
pero desde el final del siglo xx, ante la saturación del sector me había visto en él en otras ocasiones. Al responderle que
de servicios en esa región, muchos decidieron radicar e ini- me parecía buena, y al preguntarle de vuelta qué le parecía
ciar empresas en la ciudad de Mérida. Entre las empresas a ella, me respondió: "Nunca he comido acá. No me alcan-
que han abierto se encuentran restaurantes especializados zaría con lo que me pagan. Cuando tengo hambre, en mi
en la cocina de los lugares de origen de estos inmigrantes. descaso camino hasta [un establecimiento de comida rápi-
De manera complementaria, ante la expansión demográfica da] y ceno allí. No, aquí sólo veo la comida cuando la sirven''.
de la ciudad, de aproximadamente 250 000 habitantes a la El norte de la ciudad se ha convertido en el lugar pri-
mitad de la década de 1980, a casi un millón en el siglo xxr, vilegiado para establecer restaurantes de distintas cocinas
distintas cadenas de tiendas departamentales e hipermer- nacionales. Dado que en esa zona habitan familias de clase
cados han abierto sus puertas a los consumidores penin- media (profesionales) a clase alta (empresarios y directivos
sulares, ampliando el acceso a ingredientes y tecnología de empresas, de bancos y directivos de instituciones edu-
culinarias para los residentes de la ciudad y del estado. cativas), la vida de esos restaurantes queda relativamente
Walmart, Costeo, Sam's Club, Carrefour (cerrado desde asegurada: los habitantes del norte muy probablemente
hace aproximadamente cinco años), Superama, Liverpool, han viajado y probado comidas en otras regiones del país y
La Europea, además de otro gran número de supermerca- del extranjero, y se encuentran inclinados a repetir esas ex-
dos (Chedraui, San Francisco de Asís, Soriana, Super Maz, periencias en Mérida. Así, a diferencia de los primeros res-
entre otros), ofrecen ingredientes, platillos preparados y taurantes de pizzas y pasta, y de establecimientos de coci-
aparatos para cocina, incluyendo electrodomésticos con na rápida tipo panini (sándwiches putativamente italianos,
un vasto rango de precios, dirigidos a un amplio abanico de pero realmente de gusto estadounidense), ahora inmigran-
consumidores. Dado que en el norte existen también mer- tes italianos abren restaurantes donde ofrecen versiones
cados, esta gama de tiendas proveedoras de ingredientes e regionales de la cocina italiana, apelando a la búsqueda de
implementos culinarios contribuye a ampliar las opciones lo auténtico entre los poseedores de capital cultural gas-
en cuanto a lo que los sujetos pueden elegir para comer y tronómico. Compitiendo con versiones mexicanas fast
cocinar en sus casas. food de sushi, aparecen nuevos restaurantes de cocina ja-
Igualmente, en el norte existen fondas para comprar ponesa donde propietarios y chefs japoneses intentan re-
alimentos y llevarlos a casa, o para sentarse a comer allí. La crear los sabores "originales" de esa cocina.13 También,
diversidad culinaria de esas fondas, que proveen a inmi-
grantes con platillos (barbacoa, carnes asadas, tamales, ta-
cos y más) de sus lugares de origen (Chiapas, Estado de 12
Al momento de escribir este capítulo se publicó el aumento salarial
México, Hidalgo, Michoacán, Jalisco, Nuevo León) ha pro- autorizado para la zona B, que incluye a Yucatán (Por Esto, 2013).
vocado el miedo, entre pobladores locales, de ver la cocina Con este aumento, el salario mínimo meridano en 2013 se fijó en
yucateca desplazada por estos otros estilos. Así, habitantes 59.77 pesos diarios. En muchos restaurantes del norte de la ciudad,
el costo de una comida puede ser entre 300 y 600 pesos por persona.
de fraccionamientos del norte y del este de la ciudad me
Aunque no existan barreras físicas para los habitantes del sur de la
han dicho que desde hace años, cuando quieren cenar pa- ciudad, los precios de los alimentos y bebidas en estos locales imposi-
nuchos, salbutes o tamales yucatecos, deben guiar sus ca- bilitan su acceso a ese sector de la población. Aun en los restaurantes
rros hasta otros fraccionamientos, ya que alrededor de su más "económicos" de cocina yucateca, el costo para una familia de
casa sólo encuentran cocina de otras regiones del país. Sin cinco personas puede alcanzar o rebasar 10 días de salario mínimo.
13
embargo, esta búsqueda de comida local no quiere decir Aunque familias chinas han abierto nuevos restaurantes, la cocina
que los meridanos sólo desean consumir platillos yucate- china en Mérida sigue estando inspirada en su versión rápida esta-
dounidense. Aún dista mucho de alcanzar la calidad que se encuentra
cos. Es común en cualquier sociedad que sus miembros
en los chinatown que he visitado en Estados Unidos y Canadá. Tam-
tengan el antojo de sabores y aromas con los que crecieron poco existen restaurantes especializados en cocina coreana, a pesar de
y busquen platillos que confirmen sus raíces en la cultura los esfuerzos del gobierno coreano y de residentes de origen coreano
regional. De hecho, los meridanos se encuentran inclinados en Mérida por recuperar y revitalizar la cultura de sus antepasados.
CAPfTULO 4 Lo posnacional y la fragmentación del paisaje culinario yucateco

aprovechando la inclinación regional por la carne, han que carezca) y que se pueden llevar a la casa para su consu-
aparecido y desaparecido restaurantes de carnes argenti- mo individual, en familia o con los y las amigas. Adicional-
nos, brasileños (tipo rodizio ) y neoleoneses, así como pa- mente, la existencia de restaurantes especializados en esa
rrillas de carnes mexicanas. Alemanes han comenzado a diversidad de cocinas, y alcanzables con un corto desplaza-
producir localmente distintos tipos de embutidos y se han miento, permiten a estos habitantes de la ciudad tener una
convertido en empresarios exitosos reconocidos por los experiencia cotidiana de la multiculturalidad, de lo "exóti-
habitantes del norte de la ciudad y por la prensa local. En co" y cosmopolita.
efecto, desde 2010 los alemanes de Mérida festejan su Okto-
berfest en el Centro de Convenciones de la Ciudad, en el Cambios en el paisaje y en los
norte de Mérida, abriendo el evento al público en general.
De manera complementaria, en al menos tres estableci- hábitos de cocina y comida
mientos comerciales del norte de la ciudad es ahora posible El paisaje culinario-gastronómico no es lo único que ha
comprar cervezas alemanas, belgas, checas, españolas, ita- cambiado en Mérida. Las transformaciones globales, pos -
lianas, japonesas y tailandesas. El mercado de vinos ha nacionales y poscoloniales, han encontrado reflejo tam-
también crecido y los consumidores del norte pueden en- bién en otras prácticas sociales e individuales, y por lo tan-
contrar, entre otros, vinos argentinos, chilenos, mexicanos, to en la manera en que los sujetos se encuentran dispuestos
estadounidenses, alemanes, españoles, franceses , italianos a interactuar con el paisaje que perciben y construyen. La
y portugueses. reestructuración demográfica y económica de la región
En general, la esperanza de vida de los restaurantes (ver: Ayora Diaz, 2007a; Baklanoffy Moseley, 2008) ha pro-
tiende a no ser muy larga. Locales abren y cierran o mantie- movido ciertos cambios en las prácticas cotidianas que, a
nen sus puertas abiertas según la menor o mayor acepta- su vez, han contribuido a transformar las relaciones de los
ción de los sabores y aromas que ofrecen. Por otra parte, los individuos y de grupos de individuos con la cocina y la co-
consumidores, a pesar de un cierto gusto por lo "exótico'; mida. Por ejemplo, desde la década de 1960, las mujeres se
tienden a buscar platillos que conocieron en sus viajes. Así, han inscrito en mayor número en el mercado laboral y en-
existen y han existido en el norte de la ciudad restaurantes cuentran mayor satisfacción personal en el trabajo econó-
especializados en cocina cubana, colombiana, argentina y micamente redituable que en el trabajo doméstico. Este
brasileña, china, india, japonesa y tailandesa, alemana, es- cambio en participación en la economía se ha traducido en
pañola, francesa, "irlandesa'; italiana; además de cocina rá- la generación de al menos las siguientes prácticas: 1) hom-
pida tipo italiano, chino, japonés, estadounidense y mexica- bres y mujeres han comenzado a dividir las obligaciones
no. Estos establecimientos cuentan frecuentemente con el culinarias, escogiendo, cada familia, sus propias estrate-
favor de clientes de origen local e inmigrantes de otras re- gias. Así, en unas familias, el padre se hace cargo del desa-
giones del país y extranjeros y complementan los restauran- yuno y la madre de la comida principal; en otras alternan
tes de cocina regional yucateca, libanesa, y de pescados y días de la semana, y así sucesivamente. 2) Existen familias
mariscos. en las que los hombres se hacen cargo de la comida de ma-
Ante esta amplitud de opciones, el paisaje culinario nera cotidiana, aun cuando existan días en que se compra
gastronómico se percibe y vive de manera distinta del que la comida preparada, se pide entrega a domicilio o se come
encuentra el habitante del sur de la ciudad. En restauran- fuera de la casa. 3) Ambos cónyuges han abandonado el
tes, hipermercados y supermercados, y en tiendas especia- espacio de la cocina, convirtiéndolo en un espacio donde
lizadas, los residentes del norte de la ciudad encuentran los alimentos son recalentados después de adquirirlos en
una gran diversidad de ingredientes, libros de cocina, elec- cocinas económicas, en supermercados o servicios de en-
trodomésticos, aparatos y utensilios de cocina necesarios trega a domicilio. 4) Finalmente, en otras familias, la mujer
para replicar en casa, si así se desea, platillos de distintas se ha quedado en casa mientras los hijos crecen. Sin em-
partes del mundo. Si el o la cocinera doméstica no es tan bargo, mientras en las familias de menor ingreso esto se
ambiciosa como para buscar replicar esos platillos, puede refleja en mayor trabajo en la cocina, en las de mayor ingre-
usar esos recetarios para aprender qué puede esperar de so quizá no represente trabajo en la cocina, sino de super-
distintos tipos de cocina para escoger su restaurante. Este visión de una cocinera, o acceso a comidas preparadas de
aprendizaje se amplía con las mayores posibilidades de via- mayor precio (no necesariamente de mejor calidad). En
je que estos pobladores tienen, y con el acceso a canales de ningún caso estas nuevas estrategias se convierten necesa-
cable y satélite especializado en cocina y comida gourmet. riamente en menor trabajo para la mujer. Este aumento en
En estos casos, si el sujeto no cocina los platillos, al menos la carga de trabajo femenino a pesar de la introducción de
puede encontrar alimentos preparados e importados de nuevas tecnologías en la casa y de su participación de tiem-
España (tortillas, cazuelas), Italia (carnes fría s, embutidos, po completo en el mercado de trabajo pagado ha sido ya
quesos) , Francia (quesos, patés) o aprovechar la venta en descrito en otros lugares (p. ej., Cowan, 1985).
porciones de paellas, pizzas, pasta al horno y otros platillos Relacionado con la aceleración de la vida cotidiana, el
de difícil elaboración (o que requieren habilidades de las aumento de los valores consumistas y el individualismo
58 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

creciente, han aparecido formas distintas de relacionarse (Levenstein, 1988). A partir de entonces, desde las doctri-
con los alimentos. En conversación, algunos amigos han nas de la economía doméstica y la nutrición, comenzó a
recordado con nostalgia cómo hace apenas algunas déca- diseminarse una visión que reducía la comida a su función
das, padre, madre e hijos (incluyendo en ocasiones miem- de combustible para el cuerpo humano: calorías, vitami-
bros de la familia extendida) se reunían todos a la hora de nas, proteínas, carbohidratos, lípidos, cada uno con un va-
la comida principal y juntos consumían el mismo platillo lor distinto.15 Así, gradualmente, la experiencia sensual y
preparado por la abuela o la madre. Para ellos, esta práctica los significados culturales de la comida han sido disociados
favorecía la convivencia y el consenso con respecto a valo- de su valor alimenticio y ahora cada uno debe elegir racio-
res morales, y con respecto a la calidad y características nalmente sus comidas (entendiendo que existe una razón
estético-sensoriales de la comida consumida. Para otros, universal). Sin embargo, ante la multiplicación de discur-
sin embargo, esta ruptura se vive como una liberación de sos y de teorías reduccionistas, hoy cada quien elige sus
obligaciones por las que no se sentían inclinados. En la alimentos de acuerdo con la doctrina dietético-nutricional
Mérida contemporánea, con distintos miembros de la fa- que suscriba. Una vez más, esta es una expresión de la re-
milia en distintos horarios y con distintas obligaciones la- lativización de formas culturales en esta era que Robertson
borales o de estudio, los sujetos se encuentran enmedio de (1992) llama "de incertidumbre'; y que permite entender el
un nuevo paisaje culinario-gastronómico. En él, las y los desarrollo de esta condición gastro(a)nómica.
consumidores tienen a su alcance cocinas económicas, co- Sin embargo, vale señalar que un efecto de esta visión
mederos de fast food, fondas, negocios en los que se coci- cientificista-racional ha sido la descalificación de las dietas
nan pollos asados o fritos, carnes a la parrilla, conejo o "tradicionales''. Por ejemplo, Pilcher (1998) ha examinado
costillas al carbón, barbacoa de distintos estados del país, cómo, durante el Porfiriato, la visión de los "científicos"
cochinita pibil o lechón al horno para llevar a casa, nego- permitió descalificar la dieta indígena basada en maíz, fri-
cios de entrega a domicilio de comida china, pizzas, car- joles, chiles y calabaza, mientras que los políticos posrevo-
nes, kibbeh y otros platillos libaneses y de cocina yucateca, lucionarios ensalzaron dichos ingredientes como la fuente
además de zonas de comida rápida en centros comerciales de la cocina nacional mexicana. Esta ambivalencia conti-
y restaurantes ligados a distintas tradiciones culinarias. núa hasta el presente, de manera que los medios masivos
Esto ha conducido a la aparición de formas distintas de ali- de comunicación dan voz a críticos de la dieta tradicional
mentarse que van desde consumir distintas comidas sobre señalando que está basada en grasas y carbohidratos noci-
la marcha durante el día: en el automóvil o el autobús, en vos. Así, recientemente fui entrevistado para un programa
fondas o negocios callejeros, en centros comerciales, en de televisión universitario. El entrevistador, estudiante de
parques y otros lugares públicos, hasta combinaciones di- antropología, con una agenda más o menos evidente, me
versas. Por ejemplo, se compra una sola comida y cada preguntó de manera dirigida cómo la dieta de los yucate-
quien se sirve al llegar a la casa y según su necesidad; o se cos conducía a la obesidad.16 Aunque no lo dijo en forma
compra comida preparada y uno se sirve de ella o descon- clara, su pregunta parecía condenar implícitamente a la
gela sobras de pizza, comida china o hamburguesas y las cocina yucateca. Como él, los medios en general, en vez de
recalienta en el horno de microondas. Los distintos miem- examinar el papel de la comida basura, de las bebidas ga-
bros de la familia pueden sentarse juntos a comer, o pue- seosas azucaradas, del tipo de grasas usado por las trasna-
den comer separadamente, pero cada quien con lo que le
apetece, lo que reduce el valor del convivio familiar. Esto es 15
lo que Fischler (1995 [1990]) ha llamado gastro(a)nomia. 14 Este tema merece una consideración más extensa. Lo he tratado
en otro lugar (Ayora Diaz, 2007c). Es, en efecto, este reduccionismo
Estos distintos cambios se asocian también con trans-
lo que nutre la proliferación de dietas monoingrediente, lo que privi-
formaciones en la actitud hacia la comida en la sociedad legia el consumo de proteínas, carbohidratos o grasas como medida
contemporánea. Desde finales del siglo XIX y principios del para alcanzar un peso "ideal'; y que ha permitido la consolidación de
xx comenzó a desarrollarse una visión racional-cientificis- dietas ideológicamente informadas como la mediterránea (Campore-
ta con respecto a los alimentos, que desplazó la visión de si, 1993} o el movimiento slow food.
16
inicios del siglo XIX en la que la discusión sobre la fisiología De hecho, todas sus preguntas fueron dirigidas, sin ninguna
de los alimentos incluía el placer por la comida (p. ej., Bri- preocupación por si el entrevistado tenía puntos de vista diferentes
a los que él buscaba avanzar. Aunque no sé si apareceré en la ver-
llat-Savarin, 1999 [1825]). Este discurso cientificista-racio-
sión final del programa o quedaré fuera del mismo por cuestionar
nal estaba informado por la visión puritana con respecto a las preguntas, vale la pena señalar que ese programa televisivo debe
los placeres de la vida y el desorden moral que las clases ser entendido en un contexto en el que Ja Universidad Autónoma de
dominantes percibían entre migrantes a Estados Unidos Yucatán ha estado activamente involucrada en la difusión de esta
doctrina: ha desarrollado un programa de salud para sus empleados,
"Mueve tu Vida'; y una investigadora del programa de nutrición ha
14
No es mi intención adoptar una perspectiva nostálgica con respec- contado con el respaldo institucional para intentar hacer obligatoria
to a un ayer perdido para siempre. Simplemente hago referencia a la participación de todos los empleados en una investigación sobre
cambios que se han dado desde la experiencia de las personas entre estado nutricional, lo que ilustra las nuevas formas de lo que Foucault
quienes he realizado mis estudios. (2008) llamó biopoder.
CAPÍTULO 4 Lo posnacional y la fragmentación del paisaje culinario yucateco

cionales del fast food, de la transformación de las carnes de emergentes se in/forman de la experiencia de primera
res y pollo en vehículos de antibióticos, hormonas, grasas y mano hecha posible por la capacidad de los medios de via-
patógenos, dirigen la visión del consumidor hacia los plati- je para desplazar sujetos de una a otra parte del globo a
llos de la dieta "tradicional" yucateca, condenándolos y su- gran velocidad: el objeto yucateco de la mirada turística de
giriendo su reemplazo por alimentos producidos en forma ayer mira hoy, como turista en Estados Unidos o en Euro-
científica y racional.17 pa, a quienes lo objetivaron ayer y consume sus alimentos
En este contexto general de transformaciones estruc- como "exóticos''. La coexistencia de grupos con distintos
turales de la sociedad, la economía y las ideologías relacio- orígenes culturales relativiza en ocasiones la cultura pro-
nadas con la alimentación, los sujetos han transformado pia, y en ocasiones provoca afirmaciones culturalmente
sus prácticas alimentarias, convirtiéndolas de formas de fundamentalistas de la cultura propia y radicaliza la dife-
socialidad a formas de satisfacción de deseos individuales; rencia de sus "otros''. En este doble movimiento, en Yuca-
de formas de placer sensual a consumo de combustible tán, la afirmación de la diferencia culinaria por parte de
para la máquina corporal. Si en el pasado era posible ima- mexicanos de otras regiones produce, al mismo tiempo, la
ginar una dieta de los yucatecos, rurales o urbanos, hoy la relativización del valor del gusto yucateco, y aviva esfuer-
fragmentación del paisaje culinario-gastronómico encuen- zos locales por afirmar la superioridad de la cocina propia
tra reflejo en la fragmentación de los hábitos alimentarios. sobre otras cocinas regionales del país. La incertidumbre
Sea en el norte o en el sur de la ciudad, y por razones dis- ante la existencia de una forma dominante de subjetividad
tintas, es posible encontrar desde familias que buscan pre- cuestiona la visión masculinista de las relaciones sociales y
servar a toda costa el momento colectivo de convivialidad abre la puerta a la afirmación de las diferencias de género
cotidiana, hasta aquellas donde las distintas tareas que entre hombres, mujeres, y múltiples versiones de tercer gé-
cada quien asume obligan a la fragmentación del evento de nero.
la comida y de los momentos de comer (hay quienes evitan En este contexto, los individuos tienen la posibilidad
el desayuno, la merienda, el almuerzo o la cena, y quienes de construir narrativas coherentes del yo centradas en dis-
en vez de consumir comidas estructuradas ingieren peque- tintos aspectos de la (inter) subjetividad, es decir, fenome-
ñas porciones a lo largo del día fgrazing]); además, hay des- nológicamente, el sujeto no tiene necesariamente una
plazamiento o disolución de formas colectivas de convivia- percepción de la fragmentación general del mundo a su
lidad) aunque estas reuniones queden reservadas para fies- alrededor, y actúa de manera consecuente con lo que en-
tas familiares o con los amigos. tiende como su "identidad" étnica, local, regional, nacio-
nal, religiosa, de género, de clase social, de edad, o de otras
formas de sentido colectivo. Sin embargo, esta condición
Discusión: fragmentación, comida general, derivada de articulaciones global-locales y trans-
y subjetividad locales, así como de procesos posnacionales y poscolonia-
les, nos obliga a reconocer la imposibilidad de sostener un
La sociedad contemporánea, aun aquella que examinamos
discurso de homogeneidad cultural por el que se podría
dentro de confines locales, está marcada por la compleji-
aún predicar una cultura culinario-gastronómica yucate-
dad: los sujetos y bienes tienen cada vez mayor movilidad y
ca o mexicana.
cuestionan las fronteras que los estados, grupos sociales,
El paisaje culinario-gastronómico meridano es un
políticos y económicos continúan a veces trazando para
ejemplo de esta expansión y fragmentación del espacio ur-
obstaculizar o reducir su paso, o a veces borrando para agi-
bano. Sin embargo, como he argumentado a lo largo de
lizarlo (así, se traza para limitar la migración y se borra
este capítulo, esta fragmentación y expansión no se definen
para favorecer el flujo libre de bienes comerciales). Los in-
exclusivamente por sus características "objetivas'; sino que
dividuos y grupos forman alianzas locales, translocales,
las distintas estrategias de navegación que distintos sujetos
nacionales o global-locales promovidas por el acceso a los
despliegan contribuyen a trazar sus atributos y las rutas
medios virtuales de comunicación; las formas de vida
posibles para recorrerlo. Estos sujetos, a su vez, reconocen
los elementos simbólicos y materiales que facilitan o impi-
17 den su recorrido y su experiencia del paisaje. Así, el paisaje
Estas redefiniciones de los alimentos como vehículos patógenos ha
sido examinada por múltiples autores. Baste señalar como ejemplos culinario-gastronómico sólo puede ser entendido como
los trabajos de Bobrow-Strain (2012), Eastbrook (2011), R. P. Ho- producto de la articulación y convergencia de distintas po-
rowitz (2002 [1998]), R. Horowitz (2006), Striffier (2005) y Valenze siciones subjetivas, de formas de interacción subjetiva e
(2011). Aunque estos trabajos se enfocan sobre la experiencia con intersubjetiva con otros navegadores del paisaje, y de las
las industrias de alimentos en Estados Unidos, en México en general, características materiales del mismo (dónde se localizan
y Yucatán en lo particular, cada vez más los alimentos, incluyendo los bienes, qué vías permiten o no acceso a ellos, y qué con-
carnes, frutas y verduras, son importados de Estados Unidos y otras
diciones permiten o no su consumo).
regiones del mundo, y aquellos cultivados en México están sien-
do transformados progresivamente por las mismas trasnacionales El caso yucateco tiene como particularidad la existen-
agroalimentarias (Kinchy, 2012). cia de una fuerte identidad regional, el arraigo del gusto
60 SECCIÓN 11 Refl exiones antropo lóg icas e históricas

por una cierta estética culinario-gastronómica, y una his- lo), 18 será difícil aceptar explicaciones reduccionistas acerca
toria que explica la estructura contemporánea de relacio- de las razones por las que en la sociedad contemporánea los
nes regionales de género, etnia, clase social y con sujetos individuos eligen alimentarse de una u otra forma. Sus razo-
de otras regiones del país. Sin embargo, como en otras nes son sociales y culturales, y no pueden ser reducidas ni a
ciudades del mundo, las compañías trasnacionales, los dé- la biología, ni a la psicología, ni a la "cultura" de los sujetos.
biles Estados-nación, las reformas estructurales y el "libre
comercio'; han favorecido la expansión del paisaje culina- 18
Agradecimientos. En primer lugar, mi agradecimiento a Claudia
rio-gastronómico con la inclusión de otras cocinas regio- Rocío Magaña González, por su amable invitación a participar en
nales , nacionales y étnicas. Los sujetos, en su variedad de este volumen y por su paciencia al esperar este capítulo. Gracias
posiciones, se encuentran con un espacio material y signi- también a Gabriela Vargas Cetina y Eugenia Iturriaga, quienes me
ficativo en el que pueden establecer lazos entre sus elec- han hecho el favor de cuestionar algunos de los conceptos aquí pre-
ciones de comida y formas de identidad personal y grupal. sentados obligándome a refinar mi argumento. Mi agradecimiento
En este sentido, me parece importante que los estudios de para María Lu z Cruz Torres (Arizona State U), por organizar la se-
sión "Ethnographies ofplace and space: Culture, politics and identity
la cultura culinaria y gastronómica presten atención críti-
in urban M exico" para el Congreso Anual de la American Anthropo-
ca a las transformaciones del paisaje de la comida en el que logical Association, llevado a cabo en San Francisco en noviembre de
los individuos producen múltiples formas de subjetividad 2012, que me dio la oportunidad de presentar un acercamiento a las
e identificación. Si reconocemos la complejidad del con- nociones de espacio y lugar en Mérida que aparecen en la discusión
texto urbano (y rural, aunque no fue tema de este capítu- conceptual de este capítulo.

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62 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

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~ '*um11.10
Hábitos alimenticios en regiones indígenas:
una visión antropológica

• Sara Raquel Baltazar Rangel


• José Eduardo Zárate Hernández

Introducción nalmente se le da a esos programas, como Jos asociados al


clientelismo en épocas electorales. A pesar de .sus aparen-
En los últimos años, el gobierno de México ha puesto espe- tes buenas intenciones, su aplicación ha sido bastante atro-
cial atención a los problemas y las enfermedades derivadas pellada, en algunos lugares se ha suspendido su aplicación
de los "malos" hábitos alimenticios. Los principales tras- y en general sus ambiciosas metas se han reducido. 1
tornos, que ocupan un amplio espacio en la prensa y en los Sabemos que el consumo de determinados alimentos
medios, son la obesidad, la diabetes y la hipertensión. Esta no se encuentra anclado únicamente en las necesidades fi-
preocupación proviene de dos tendencias que pueden de- siológicas de las personas, sino además en las estructuras
terminar la calidad de vida de los mexicanos. Por un lado, sociales y de significado que los mismos grupos humanos
los altos índices de obesidad y sobrepeso que presentan han construido. Así pues, es insuficiente calificar los hábi-
algunos adultos y que se han ido extendiendo hacia la po- tos alimenticios como "buenos" y "malos" con base en cier-
blación infantil y adolescente. Por otro lado, es bien sabido tos requerimientos nutricionales si no se consideran los
que la desnutrición o la "malnutrición" es responsable de referentes culturales dentro de los cuales se clasifican de tal
un porcentaje muy alto de las enfermedades que existen en o cual manera. Los hábitos alimenticios no sólo son el pro-
el mundo, especialmente en América. Ante ello, el Estado ducto de la interacción entre un grupo humano y el medio
mexicano ha desarrollado algunas políticas públicas. El go- ambiente: también dependen de la influencia de políticas
bierno del presidente Felipe Calderón (2006-2012) desa- públicas, de campañas y de modas publicitarias auspicia-
rrolló una cruzada para atender la problemática que en das por el Estado o las empresas y otros actores como po-
pocos años se había convertido en un asunto de salud pú- drían ser los medios masivos de comunicación, las organi-
blica. Se invirtió en campañas televisivas que advertían a zaciones no gubernamentales o las mismas iglesias. En
los ciudadanos sobre las consecuencias del sobrepeso y se todo caso, es importante hacer hincapié en que se trata de
exhortó a asistir al servicio médico para recibir orientación una construcción social que pone en juego prácticas que se
(PrevenIMSS). Además, se iniciaron acciones en las insti- han ido transformando en diversos contextos y bajo dife-
tuciones educativas de nivel básico, se reglamentó sobre el rentes condiciones (Berguer y Luckman 1979); más aún
tipo de productos que debían vender las tiendas escolares y cuando dicha praxis, incrustada en el sistema capitalista,
se estableció un programa de activación física. De acuerdo está altamente influida por un consumismo exacerbado
con esta tónica, el nuevo gobierno, encabezado por Enri- que se configura como una respuesta a la pérdida de refe-
que Peña Nieto (a partir de 2012) puso en marcha un es-
pectacular programa, copia del desarrollado en Brasil, 1
Al respecto, véase "Rosario Robles, Secretaria de Desarrollo Social
denominado "Cruzada contra el hambre''. Luego de unos de Méxic:i: 'La cruzada contra el hambre sigue'," en El País, 22 de
meses de presentaciones mediáticas, ha aflorado una serie junio de 2013, p. 4; y "Estrategia mediática'; en Proceso, núm. 1911, 16
de problemas resultado del manejo político que tradicio- de junio de 2013, pp. 6-11.

63
64 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

rentes culturales y a cambios acelerados en el contexto so- prácticas y espacios, si se quiere muy acotados, pero indu-
cial. dablemente controlados por las comunidades, donde lo que
Lo llamativo de dichas acciones es la manera como en prevalece es el sentido de lo propio: aquello que los actores
algunas regiones del país, en específico en ciertas localida- consideran innegociable y que también se podría conside-
des indígenas, los grupos étnicos apelan a sus hábitos ali- rar reducto de resistencia de las identidades comunales. Es
menticios como elemento fundamental de su identidad, al justamente en el espacio ritual, de las fiestas y la organiza-
mismo tiempo que revelan nuevas formas de interacción ción ceremonial, donde encontramos esas prácticas que
social (incluso, en algunos países se reconoce en su cocina aún persisten y a través de las cuales los individuos se reco-
nacional una caracterización cultural general) a pesar de nocen como pertenecientes a una cultura específica.
que el mercado capitalista se ha obstinado en sustituir este Los hábitos alimenticios son un conjunto de prácticas
tipo de consumo por otro de carácter eminentemente co- que genera cada grupo y que se conforman en un estilo de
mercial de origen industrial. En este sentido, los hábitos vida particular. Es decir, ciertas prácticas alimentarias con-
alimenticios serían un indicador de las prácticas que se forman un estilo de vida que corresponde a un grupo social
construyen socioculturalmente entre los grupos. A través determinado y que en la cotidianidad se traduce en relacio-
de dichos hábitos se interpreta y se reproduce la realidad, nes de poder. Esto permite explicar cómo los individuos
asegurando el establecimiento de reglas y normas sociales eligen o no ciertos alimentos, el tipo de relaciones que es-
(ibíd.) . Es decir, existe un orden abstracto que rige nues- tablecen con otros comensales, la naturaleza de su com-
tros criterios y disposiciones hacia los alimentos a la vez portamiento alimenticio o la significación y representación
que permite a los sujetos resignificar las nuevas prácti- de dicho comportamiento. El concepto no sólo se refiere a
cas que van interiorizando, como diría Boudieu, "una es- la relación con el medio ambiente, sino a procesos de inter-
tructura estructurante''. acción que se generan a través del establecimiento de las
Recurrimos al concepto de habitus de P. Boudieu relaciones de poder y de la organización social de un gru-
(1998) , del cual sólo rescatamos algunas acotaciones para po. La representación de la realidad y las prácticas alimen-
comprender cómo se generan las diferencias en las prácti- tarias son ante todo una empresa colectiva en tanto que se
cas alimenticias entre grupos sociales. Entendemos como construyen y se arraigan como dispositivos duraderos en
habitus el conjunto de prácticas generadas por las condi- un pasado colectivo.
ciones de vida de los grupos sociales, así como la forma en La referencia a las experiencias de los grupos sociales
que estas prácticas vislumbran una relación concreta con nos permite analizar el sentido en que las formas de ali-
la estructura social; esto es el "espacio de los estilos de vida''. mentación e ingesta son construidas hacia el interior con
Estos estilos de vida son los productos del habitus que de- relación al exterior (es decir, con respecto a otro grupo) y
vienen de un sistema socialmente clasificado. En tanto cómo éstas son más que una mera respuesta a la disponibi-
prácticas, se construyen social y colectivamente a través de lidad alimentaria que otorga el medio geográfico. En el
un proceso socio-histórico que distingue a cada grupo (o a caso de las comunidades étnicas, sus experiencias mues-
cada clase) con base en su relación con el capital económi- tran la construcción de una realidad común que revela
co y el capital cultural que posee cada uno. En este sentido, cómo hacen frente a las ideologías hegemónicas sobre la
son tan importantes el mantenimiento y la utilización de alimentación. Muchas de estas tendencias han sido impul-
ingredientes particulares y ciertas prácticas consideradas sadas por intereses económicos que tienden a generalizar y
originales, como la apropiación e interpretación de ele- naturalizar los hábitos alimenticios como una práctica uni-
mentos provenientes de diferentes culturas. versal; más aún cuando en el contexto de la globalización
Cada grupo delimita las posibilidades de adaptación, se privilegian algunos alimentos y se desprestigian otros.
interpretación y resignificación, aunque son prácticamente Al mismo tiempo, se reconoce el esfuerzo de algunos gru-
infinitas para mantener viva una identidad cultural. Así, pos por redimensionar sus prácticas y redefinir desde sus
aunque la alimentación y la conformación de hábitos ali- propios marcos culturales las formas de alimentarse en un
menticios sean actividades de todos los grupos humanos, contexto globalizado. En ese escenario se puede compren-
los arreglos que se hacen para construir una costumbre o der que condiciones de vida diferentes producen prácticas
un hábito alimentario son tan variados y a la vez tan parti- distintas; que las condiciones de alimentación de cada gru-
culares como las culturas que encontramos. Lo anterior, a po imponen maneras de clasificar, apreciar, desear y sentir
pesar de que, como ya mencionamos, en los últimos siglos lo que se come. El habitus se constituye así en el origen de
y sobre todo en las últimas décadas, el mercado capitalista las prácticas culturales y su eficacia se percibe"[ ... ] cuando
ha ampliado su presencia hasta los lugares más recónditos. ingresos iguales se encuentran asociados con consumos
De tal manera, a la par que se impone una clara homoge- muy diferentes, que sólo pueden entenderse si se supone la
neización del consumo de alimentos a nivel mundial, regida intervención de principios de selección diferentes" (Bour-
por el fácil acceso que se tiene de los alimentos procesados dieu, 1988, p. 383).
(la llamada "macdonalización" o el consumo de sopas ins- Para analizar dicho proceso, a nivel local distinguimos
tantáneas y refrescos embotellados), encontramos también dos importantes dimensiones que nos permiten compren-
CAP[TULO 5 Hábitos alimenticios en regiones indígenas: una visión antropológica

der cómo se construyen y se transforman los hábitos ali- que se ofreció, como en la gran mayoría de las fiestas pur-
menticios ante el nuevo contexto socioeconómico: hépechas, incluyó churipo (caldo de carne de res con chile
rojo y verduras) y corundas (tamales de maíz con sal, en-
• La identidad cultural y la construcción social de los
vueltos en hojas de maíz) además de pastel, elementos que
hábitos alimenticios.
la familia anfitriona había mandado hacer. Se repartieron
• La globalización de los alimentos y los nuevos mode-
muchos refrescos Pepsi-Cola y de "sabores'; unas cajas de
los alimentarios.
cervezas y al final unas botellas de brandy.
A continuación presentamos cuatro ejemplos etno- También abundaron las bolsas de frituras empaqueta-
gráficos provenientes de diferentes culturas que nos mues- das de marca (que habían sido compradas por mayoreo) y
tran la gran diversidad de respuestas que los actores son prácticamente todos los recipientes (vasos, platos, cucha-
capaces de construir y de cómo los hábitos alimenticios ras) eran "desechables'; lo que ya se ha convertido en parte
rituales se encuentran inmersos en complejos entramados de la costumbre. Pocas mujeres vestían el traje local (sólo
de relaciones sociales, de significado y de poder. algunas de las más ancianas) y entre los adultos se hablaba
una mezcla de español y purhépecha con la que de igual
De las mezclas al mantenimiento forma se dirigían a los niños pequeños. Mientras los joven-
citos y niños en edad escolar, todos con zapatos deportivos
de la "pureza" ritual (tenis) y ropa nueva traída de Estados Unidos, hablaban
una mezcla de español e inglés, por todos lados aparecían
Migración y nostalgia gastronómica teléfonos celulares, cámaras fotográficas o de video y otros
entre purhépechas migrantes juguetes electrónicos de última generación. Algo que emo-
cionaba a la familia Peña Leandro es que iban a llevar de
El primer caso ocurre entre la familia Peña Leandro, origi- regreso las grabaciones tanto de la fiesta del Año Nuevo
narios de San Jerónimo (una comunidad purhépecha asen- Purhépecha, con todos sus detalles, incluyendo la entrega
tada en la cuenca lacustre de Pátzcuaro, con mucha tradi- de los fondos que enviaron los residentes en Estados Uni-
ción migratoria) pero residentes en California, quienes dos, como la celebración del bautismo de Kimberly.
celebraron el bautismo de su hija más pequeña, de cinco Después de pasar unos días más en la comunidad y
años, quien nació en Estados Unidos y lleva el nombre de "arreglar" algunos asuntos, la familia Peña Leandro regresó
Kimberly. El motivo principal de su viaje no fue únicamen- a California sin tener idea de cuándo volvería a su comuni-
te la celebración del bautismo, sino acompañar y apoyar a dad. Seguramente, como ocurrió en esta ocasión, pasarán
sus compadres de Jarácuaro, quienes eran "cargueros'; en la varios años antes de que tengan otro motivo para regresar.
celebración de la fiesta del Año Nuevo Purhépecha que se Aunque esta vez los padrinos fueron parientes que residen
realizó en esa localidad en 2010. Los Peña también habían en la comunidad, se da el caso muy frecuente y parecido de
recibido apoyo cuando, a principios de la década de 1980, que se eligen como padrinos y compadres (de bautismo,
la fiesta se llevó a cabo en San Jerónimo. En esta ocasión, la boda, primera comunión, levantada del niño o cualquier
familia Peña Leandro recolectó entre sus vecinos y conoci- otro motivo) a residentes en Estados Unidos. Entonces, és-
dos en Estados Unidos recursos monetarios para ayudar a tos vienen para cumplir el compromiso y se aprovecha su
sus compadres en aquel compromiso, pero además aprove- visita para realizar otras actividades. Al igual que con los
charon la visita para celebrar el bautismo de su pequeña Peña Leandro, su presencia siempre va acompañada de
Kimberly. toda una parafernalia de ayudas económicas y regalos
A diferencia de los bautismos que se celebran regular- como ropa (vestidos con mucho brillo y camisas, pantalo-
mente en la comunidad y se festejan en la casa familiar, éste nes y cinturones vaqueros) y otros objetos (cámaras, jugue-
se realizó en el mirador que está en uno de los cerros de la tes, sombreros y botas tejanos) que los diferencian clara-
población y se podría decir que con una concurrencia re- mente.
ducida de invitados, parientes y amigos. Según dicen, espe- A pesar de que durante la celebración se observó una
raron varios años para celebrar el bautismo, hasta que tu- mezcla de elementos culturales y de relaciones sociales in-
vieron un motivo por el cual regresar. Aunque la comida y volucradas, la valoración que hacen de cada una de lastra-
la bebida fueron abundantes, no fue como en otras ocasio- diciones alimenticias en uno y otro lugar es distinta, según
nes. Si bien recibieron ayuda de sus familiares, la mayor nos dice don Antonio Peña, jefe de esa familia:
parte la financió el matrimonio Peña Leandro. En un bau-
tismo tradicional acuden todos los integrantes de las varias "A veces uno no extraña tanto su tierra, porque en el
familias emparentadas, incluyendo los compadres. Como norte tratamos casi todos de hacer las cosas a las que
hay muchas relaciones cruzadas entre estos grupos, general- uno está acostumbrado por acá. En el parking donde
mente se realizan varios bautismos, pues las celebraciones vivo hay una tienda en una de las trailas que es de un
son sumamente concurridas y en ocasiones las invitacio- señor de Comachuén, y se encarga él de traerle a uno
nes se extienden a gran parte de la comunidad. La comida las cosas que luego no se pueden encontrar tan fácil
66 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

por allá. Ese señor a eso se dedica; es comerciante y Sierra Norte de Puebla. Hasta principios del siglo xx, los
tiene papeles de residente. Con decirle que hasta cha- indígenas de la zona de Cuetzalan habían desarrollado una
patas (tamales rellenos de frijoles) nos anda llevando producción comercial de caña que utilizaban para la ob-
de por acá. tención de panela y aguardiente. Con este último prepara-
Luego la comida es lo que más extraña uno de acá. ban una bebida que hasta antes de la última década del si-
Yo ya tengo tantos años por el norte, pero nomás no glo xx utilizaban en las fiestas, el yolixpa, que poco a poco
logro acostumbrarme a la comida gringa. Mis hijos se ha ido sustituyendo por el tequila y la cerveza. El consu-
bien que le entran, y por eso yo les digo que están bien mo de alimento familiar estaba basado en una dieta de
gordos porque nomás van al mal! (centro comercial) a maíz, frijol y chile, que complementaban con plantas, fru-
engordar. Comen ese pollo que ni a pollo sabe. Luego tas y semillas silvestres. Luis Márquez, un indígena de edad
quieren nomás estar comiendo puras hamburguesas avanzada, recuerda que antes de la apertura de la carretera
y sodas." Zacapoaxtla-Cuetzalan, en la década de 1960, "nos alimen-
tábamos con pahuas, quintoniles, hierbas moras, hongos
Don Antonio reconoce el valor de lo local, pero tam- xopitza, xoconanacat y chiquintini, frijoles , salsas de chile,
bién acepta que la necesidad los ha hecho migrar y cambiar papaloquilit, huaxi y otros''. 2 Si bien la producción de café
de alimentación. Agrega: se incorporó en la dieta de los nahuas y con ello se eviden-
ciaron las relaciones desiguales de poder entre los indíge-
"Estando por allá uno trata de hacer como su tierra
nas y los mestizos asentados en la cabecera municipal, los
en ese pedacito donde vivimos. Nosotros tenemos las
hábitos alimenticios permanecieron más o menos intactos,
mismas costumbres. Mis hijos bien que le entienden al
es decir, los referentes culturales habían presentado pocas
tarasco. Mi mujer, que es de Ihuatzio, bien que les ha-
transformaciones. Con la pavimentación de los caminos,
bla tarasco. Las costumbres que uno sigue son las mis-
primero se facilitó la migración de indígenas a las ciuda-
mas. Hasta en los jardines de algunos remolques usted
des y después la apertura del mercado comercial. El pro-
puede ver cómo la gente de acá se pone a criar sus
ceso de aculturación se aceleró considerablemente. En
gallinitas y con todo y gallo 'pa' los huevos de rancho.
el caso de los indígenas migrantes, su retorno a sus locali-
Los muchachos son buenos músicos; yo creo que eso
dades de origen estuvo caracterizado por la sustitución de
lo traen como herencia de nuestra sangre; son buenos
la camisa de manta, el reemplazo de su lengua materna y
para componer y tocar, y ellos mismos son los que to-
algunas prácticas culturales, y la introducción de nuevos
can en las fiestas uno que otro son o abajeño. Ahora
artículos de consumo, ello coadyuvó a que muchos indíge-
ya tenemos papeles 'pa' entrar y salir cuando nosotros
nas dejaran de reconocerse como tales. La transformación
podamos y si Dios lo permite; también si lo permite el
acelerada de algunas prácticas identitarias contribuyó a
dinero, porque viera que sale caro venir. Yo me fijo que
que los mestizos afianzaran su poder económico y político,
la gente aquí gana poquito y es en pesos; allá como que
al mismo tiempo que se introdujeron nuevos tipos de ali-
rinden los dólares más. Y luego aquí las cosas están
mentos, sobre todo los procesados.
bien caras. Allá por un dólar los chamacos se compran
Es importante hacer notar que dentro de la dieta de los
su hamburguesa y hasta tiene el paquete su soda y sus
nahuas el consumo de productos vacunos (carne, queso y
papas. ¿Aquí cuándo?"
leche) es casi inexistente. Los ganaderos, que son princi-
En las últimas décadas, la migración internacional se palmente mestizos, suelen vender sus animales en pie a los
ha convertido en uno de los principales factores de cambio mercados que se ubican en las ciudades de Huauchinango,
cultural en las comunidades indígenas. Pareciera que el Zacatlán, Tetela de Ocampo, Zacapoaxtla y Tlatlauqui.
proceso de migrar provocara automáticamente, al cambiar Complementan su ingesta proteínica con la producción de
de residencia, transformaciones radicales en los hábitos traspatio (aves y cerdos), además del maíz, el frijol y los
alimenticios. Sin embargo, como lo muestra el ejemplo an- cultivos perennes (manzana, aguacate, plátano, pera, zapo-
terior, las respuestas son muy complejas y además cons- te, cítricos, nuez, pimienta y café). Desde hace décadas es-
truidas tanto de anclajes profundos como de las condicio- tos dos últimos forman parte esencial de la alimentación
nes de vida que ofrecen el mercado capitalista global y los nahua. El condimento de la pimienta lo obtienen a través
ámbitos de trabajo particular donde se insertan los mi- de las hojas del árbol del mismo nombre; el grano lo co-
grantes. mercializan. El café se utiliza como agua para beber. Inclu-
so a la hora del destete de los bebés, la leche materna es
Clasificación y prestigio entre
los nahuas de Puebla 2
La cita puede leerse así: "Nos alimentábamos con aguacate, quelite,
quelites del campo que se dan en la primera lluvia, hongo café que
Otro caso interesante, por lo que revela en cuanto a las for- se da entre los árboles (aunque se está extinguiendo), hongo que se
mas de clasificación y reproducción de las jerarquías a tra- produce en el árbol de bejuco, hongo gris, además de frijoles, salsas
vés del consumo de alimentos, es el de los nahuas de la de chile, quelite y vaina''.
CAPÍTULO 5 Hábitos alimenticios en regiones indígenas: una visión antropológica

sustituida por café, en vez de alguna leche de origen animal (2004), en la medida en que un grupo elige o discrimina
o fórmula comercial. ciertos alimentos, alimenta su identidad cultural. En este
Alrededor de la siembra, cosecha y consumo de estos caso, el consumo de carne de pollo de granja es particular
alimentos gira la organización social. Estas actividades, al de los mestizos, lo que acentúa las diferencias entre ambos
igual que otras productivas y religiosas, se caracterizan grupos. Cecilia, líder del grupo de artesanas Maseual
porque los grupos de residentes se "dan la mano" entre sí y Siuaxochitajkitini, de Cuetzalan, considera que uno de los
cuando algún miembro no puede participar por enferme- problemas más serios que viven las comunidades indígenas
dad o por alguna otra causa, la ayuda se repone con el tra- es el cambio de alimentación en las nuevas generaciones.
bajo de otra persona que lo sustituye. "Hoy los niños comen cualquier cosa. Las mamás les prepa-
El día de la celebración litúrgica, el mayordomo debe ran salchichas o jamón. Ellos ya no saben de las hierbas que
realizar la fiesta con una misa y encargarse de los coheteros, nos da la naturaleza. Todo lo que comen está procesado y
las danzas, la música y los alimentos para los danzantes y los contiene muchos conservadores", dice. Para ella, los hábitos
invitados. Los varones (diputados, invitados de los diputa- alimenticios forman parte de un elemento distintivo de su
dos, vecinos y familiares) se reúnen en casa del mayordomo identidad cultural y el cambio de prácticas significa una
para elaborar las coronas de flor de cucharilla que adorna- transformación no sólo en el tipo de alimentos que consu-
rán la iglesia y la casa del mayordomo, lugar donde se reali- men, sino además en su relación con el grupo.
za la fiesta. Las mujeres no colaboran en esas actividades,
pues se dedican a la preparación de los alimentos: ajolemol Calidad alimenticia y consumo ritual
y/o chipozontle3 para el almuerzo o antes de la celebración,
mol4 para después de la celebración litúrgica, además de entre mazahuas y otomíes
café y tortillas. El gasto económico recae sobre el mayordo- Otro caso es el de las mujeres mazahuas del municipio Do-
mo, aunque existe colaboración por parte de los diputados nato Guerra, en el Estado de México. Hace algunos meses
y los invitados del diputado, quienes asisten con su esposa a realizamos varias visitas a esas localidades. Durante ese
casa del mayordomo con una botella de aguardiente, maíz, tiempo llamaron nuestra atención los discursos que utili-
cera, incluso un incensario que entregan al jefe de familia, y zaban para referirse a su identidad cultural, el tipo de ali-
una gallina que se obsequia a la esposa de éste. En los días mentos que consumían y la forma como los hacían. Aun-
subsecuentes, la pareja agradecerá esta ayuda obsequiándo- que las temáticas que trabajamos se referían a fortalecer
le a cada diputado un cesto con mole y tortillas. Durante la procesos productivos, en más de una vez sus discursos gi-
fiesta, el tipo de relación con el mayordomo determina el raron alrededor de señalar que su identidad étnica estaba
tipo de carne y la pieza que se sirve a cada comensal. La caracterizada, entre otras cosas, por el tipo de alimenta-
carne de guajolote está destinada a los invitados especiales, ción, que a diferencia de la de los mestizos no está procesa-
padrinos o autoridades cívicas y religiosas, quienes en gene- da . Enfatizaron que sus alimentos son naturales, no tienen
ral reciben un trozo de pechuga, pierna o muslo. Al resto de conservadores y por ello se alimentan mejor. Los discursos
los invitados se les sirve carne de pollo de "rancho''. La dife- estuvieron acompañados de varias prácticas particulares.
rencia entre pollo de granja o de rancho consiste en el tipo Por ejemplo, al finalizar cada sesión, las mujeres sacaban
de crianza: los primeros son puestos en engorda con ali- de su morral un recipiente con comida y tortillas que ha-
mentos procesados, mientras los de rancho son alimenta- bían preparado por la mañana, y compartían esos alimen-
dos con maíz. Esa diferencia nutricional desarrolla sabores tos con el resto del grupo. En ninguna ocasión pudimos
diferentes en la carne, que los nahuas distinguen y por ello observar que los guisos contuvieran carne roja. Más bien
establecen el gusto por alguna variedad. eran platillos preparados con elementos que ellas mismas
Bourdieu (1998), Franco (2001) y Estrena (2008) seña- cultivan o que se dan de manera silvestre (quelites, hongos,
lan que el gusto se desarrolla socialmente e influye en el papas, frijoles, habas, calabazas), y ocasionalmente prepa-
comportamiento de consumo. Las "inclinaciones naturales" raban huevo o compraban chicharrón. La carne que se
sobre el gusto de cada individuo se construyen socialmente consume es bovina y por lo general sólo se prepara en algu-
con base en las actitudes y como una expresión del grupo o na ocasión especial. Otra práctica que observamos fue el
la clase social a la que se pertenece. La propensión de con- modo de consumo. Siempre ingirieron los alimentos es-
sumir una carne y rechazar otra contribuye a la reproduc- tando sentadas en el piso y colocadas en círculo. Enmedio
ción de las diferencias de posición social. Para Woortman colocaban los platillos, y así todas podían consumir lo que
quisieran. La mayoría bebió agua natural, aunque las muje-
3
res más jóvenes consumieron Coca-Cola. Yolanda, una de
El ajolemol es una preparación de ajonjolí y chile (chiltepín) molidos las líderes del grupo, nos comentó: "Tenemos una fuerte
en el metate. Sirve para sazonar y espesar el caldo de pollo. Común-
relación con la tierra. Ella nos da de comer, así que no ten-
mente se le conoce como pipián. El chipozontle es el caldo de pollo
sazonado con jitomate y hojas de pimienta. Lo sirven a las personas dríamos por qué estar alejados de ella. Cuando trabajamos
que no comen picante. en el campo, siempre nos sentamos en el suelo. Ahí come-
4
Mol es palabra en náhuatl que utilizan para referirse al mole. mos todos, no hay dónde estar sentados. Además, cuando
68 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

la mamá está echando la tortilla, todos llegan a comer; nos amarillo o de azafrán, 5 pollo con mole y tortillas recién he-
arrimamos al fogón, nos sentamos en el piso o en cuclillas chas. Al igual que con los nahuas, la pieza de carne recibida
y comemos. Todos nos vemos porque estamos alrededor. depende de las relaciones de parentesco o amistad que el
Para nosotras es mejor estar sentadas en el piso; así es me- comensal tenga con el carguero.
jor, siempre lo hemos hecho:' Lo anterior permite entender Después de la comida, un cohete anuncia el "baile de
que la identidad cultural está relacionada con la manera las coronas de pan''. Un varón se encarga de distribuir en
como se come, lo que se come y dónde se come (Nunes dos dos filas al carguero, los fiscales, los danzantes y los fami-
Santos, 2007). liares con sus respectivas parejas. Este baile es una forma
Por otra parte, entre los otomíes de Michoacán las de agradecimiento entre el carguero y la danza a través del
fiestas son uno de los aspectos más significativos de su cul- intercambio de pan, por ello todos traen su corona adorna-
tura. Ante la pérdida de la lengua y la vestimenta, la ritua- da con fruta, dulces y bombones; las del carguero, fiscales
lidad y los alimentos que se preparan son un referente im- y familiares se colocan en la cabeza de los miembros de la
portante para identificarse como parte del grupo. "El ciclo danza y viceversa. El violín y el tambor empiezan a ameni-
de fiestas grandes o 'de adentro' que se celebra durante el zar con ritmos de música popular y todos zapatean soste-
año se rige, según la cosmovisión local, por pares de niendo en la cabeza su corona, mientras en el centro una
opuestos: arriba-abajo y masculino-femenino" (Zárate, pareja va sirviendo un vaso de tequila.
1987, p. 55). Aquí los encargados de las fiestas religiosas Después, el tronido de un cohete comunica que el bai-
reciben el nombre de "cargueros" y son apoyados por su le ha terminado y notifica al "nuevo" carguero que la proce-
red de parentesco y compadrazgo para asumir todos los sión va para su casa. Otro cohete anuncia la retirada y se
gastos de la fiesta y dar de comer y beber a toda la comuni- encaminan en el mismo orden en que llegaron: el incensa-
dad. Para ello adquieren un buey que pasean por todo el rio, una pequeña imagen del santo patrón resguardada en
pueblo con adornos de flores, fruta y pan, acompañado un nicho, las danzas, los músicos, el carguero, los invitados
con música (un violín y un tambor), hasta llegar a las coci- y los fiscales. Finalmente, otro cohete notifica que la proce-
nas, donde será matado y preparado para dar de comer a sión ha llegado a su destino. El carguero "viejo" se coloca
los invitados. junto con su familia hasta el frente; el "nuevo" y su parente-
Es en las fiestas donde puede evidenciarse la posición la los esperan. La esposa de este último se acerca para hu-
que el sujeto ocupa dentro de la organización social. Parti- mear con el incensario la imagen, se persigna y la besa an-
cipar en ellas implica establecimiento de jerarquías, de de- tes de recibirla. Primero entran a la casa "el nuevo" y su
rechos y obligaciones, y la confirmación de adscripción esposa con la imagen, después el "viejo'; los danzantes, los
dentro del grupo social; además, consolida las relaciones músicos, los invitados y los fiscales . Ubican a los fiscales
con miembros de diversas localidades. con su familia junto al "viejo" y el resto de los invitados se
Las danzas juegan un papel fundamental. En general, acomoda en las mesas que también han sido improvisadas.
estas danzas (Las pastoras, La pastare/a y Los santiagueros Los de la mesa principal (el "viejo" y sus fiscales) per-
son las más importantes) acompañan al carguero en "la re- manecen de pie, se persignan y un hombre mayor coloca a
muda" y en la entrega del cargo que se realiza el mismo día los cargueros con sus parejas uno frente a otro y le entrega
de la fiesta eclesiástica. En el lenguaje local, al carguero en al "nuevo" un ramillete con dos velas encendidas y flores en
funciones le llaman "el viejo'; y es "el nuevo" quien recibe la nombre del "viejo'; recordándole el compromiso que ha ad-
obligación. quirido al recibir la imagen y la responsabilidad de conser-
A las 5:00 de la mañana los cargueros y los miembros var las tradiciones. Rezan un Padre Nuestro, un Ave María,
de la danza se congregan en la iglesia para cantar Las ma- se bendicen los alimentos y se truenan tres cohetes. Los
ñanitas. Después se retiran para reunirse al medio día para danzantes hacen lo propio.
la misa patronal y celebrar la festividad con baile y rezos. Un grupo de varones, entre fiscales y familiares del
Un cohete anuncia que se retiran de la iglesia y los danzan- "nuevo'; muy bien organizados, forma una cadena humana
tes terminan su demostración. En peregrinación, encabe- para servir los platos con pollo y mole (platillo tradicional-
zados por los músicos, los danzantes y el carguero, segui- mente asignado para este momento), tortillas y refrescos
dos por los fiscales y los acompañantes, se dirigen a la casa de sabores. En esta ocasión los invitados comen antes que
del carguero "viejo''. los miembros de las danzas. A los cargueros y fiscales del
Al llegar allí, los integrantes de la danza hacen oración "viejo" les sirven guajolote. Los comensales se han multi-
a través de sus cantos antes de tomar asiento en un espacio
destinado especialmente para ellos. Sólo después de que 5
Las hierbas que utilizan para hacer este caldo son recolectadas en
los miembros de las danzas han comido puede hacerlo el
el cerro de Tuxpan. Unos días antes de la celebración, un grupo de
resto de los invitados. Los platillos que se sirven dependen varones acude al monte y solicita permiso al Señor de Tuxpan para
de la hora y del lugar donde la danza se encuentre, y se cortarla. Ya en casa del carguero, esa cosecha se pone a secar y se
preparan únicamente en estas ocasiones: atole de cacao, muele para condimentar el caldo. (María Castillo, entrevista de cam-
pan blanco, vísceras de res en caldo de chile guajillo, caldo po, 14 de agosto de 2008.)
CAP[TULO 5 Hábitos alimenticios en regiones indígenas: una visión antropológica

plicado: los cargueros, los integrantes de las dos danzas, los la reproducción de su identidad.6 En México, los kikapoo
invitados del "viejo" más los del "nuevo'; así que son varias se encuentran asentados en el municipio de Múzquiz, en el
tandas las que se sirven. estado de Coahuila, en un extenso predio denominado El
Al terminar su acto, los danzantes toman los lugares Nacimiento, porque justamente es allí donde nace el río
que se han desocupado para comer guajolote con mole. Sabinas, que alimenta buena parte de las tierras de cultivo
Los músicos terminan de comer y amenizan el lugar para del estado. Originarios de la zona de los grandes lagos, en
que los "viejos" y "nuevos" bailen. el norte de lo que ahora es Estados Unidos, los kikapoo
Más tarde, la procesión sale en el mismo orden hacia llegaron a México en el siglo XIX huyendo de las agresivas
la iglesia. En el trayecto se canta y se echan cohetes. En la y depredadoras prácticas de los colonos europeos que pre-
iglesia los danzantes oran mientras el "nuevo" entrega al tendían ocupar sus tierras. A través del establecimiento de
sacristán una gruesa de gladiolas y seis velas que se encien- tratados concertados con varios gobiernos de México du-
den inmediatamente, al tiempo que hincados rezan un Pa- rante el siglo XIX, como el de Maximiliano de Habsburgo y
dre Nuestro y un Ave María. El "viejo" con su familia per- el de Benito Juárez, en los que ellos se comprometían a sal-
manece entre los acompañantes. Posteriormente se lleva a vaguardar las fronteras y combatir a otros grupos más vio-
cabo una misa. Al finalizar se realiza la "remuda''. Anterior- lentos como apaches, comanches y pieles rojas a cambio de
mente el carguero "viejo" llevaba todas sus cosas a la iglesia armas y terrenos, los kikapoo obtuvieron primero la resi-
para la remuda. María Castillo, integrante de la danza de dencia en México y luego las tierras de El Nacimiento. En
La Pastorela, recuerda: "Antes se cargaba todo: chiquihuite, el siglo xx, gracias a la estrecha relación que mantuvieron
flores , tasca!, leña y el petate del carguero viejo. Se hacía la con el entonces presidente Lázaro Cárdenas, renovaron su
remuda, se cambiaba de ropa, y terminando se le entregaba pertenencia a México, se les reconoció como una tribu o
al nuevo. El viejo se venía cargando otra vez con la música grupo étnico mexicano y a sus tierras como ejido. Por lo
y sus cosas para dar de comer, bailar y chupar. Al día si- mismo, fueron también objeto de políticas asistenciales y
guiente se preparaba la cabeza de la res en barbacoa''. Aho- de apoyos que recibieron otros grupos por parte de las ins-
ra el carguero ya no lleva nada, aunque regresa a su casa tituciones indigenistas. Durante todo este tiempo han
con la música acompañado de sus fiscales, invitados y los mantenido, y el gobierno les ha reconocido, cierta autono-
integrantes de la danza, a quienes les da de cenar caldo mía; han impedido que se instale una escuela oficial y que
amarillo y durante toda la noche se baila y se bebe. Con ello ingresen maestros no indígenas a su comunidad, así como
termina la responsabilidad de su cargo. policías y otros agentes del gobierno. Durante casi dos si-
Esta celebración, que parece transcurrir en aparente glos, los kikapoo no han dejado de ser un grupo trasnacio-
calma, está inmersa en un contexto de estratificación, tanto nal: han tenido movilidad permanente entre El Nacimiento,
al interior como hacia afuera del grupo, que revela desigual- en Coahuila, y Oklahoma, Kansas y Texas, donde existen
dades sociales importantes. Por un lado, estos procesos de otros asentamientos de su misma etnia. De hecho, en la ac-
ritualización marcan la diferencia existente entre las loca- tualidad permanecen la mayor parte del tiempo en sus re-
lidades de San Felipe. La comunidad está dividida en núcleos servaciones en Estados Unidos y sólo en ciertas tempora-
de caseríos denominados manzanas y cada una de ellas tiene das, principalmente a fin de año, regresan a El Nacimiento.
particularidades específicas. En la tercera manzana, El Rin- Las familias, y sobre todo los jóvenes kikapoo, tienen una
cón de Do'Ngu, hasta hace un par de décadas se concentraba vida totalmente urbana y consumen de forma cotidiana los
el poder político y económico local, y sus habitantes eran alimentos de las clases medias estadounidenses.
quienes determinaban los criterios de adscripción y au- Además de su lengua originaria, que se ha ido perdien-
toadscripción al grupo, es decir, quién podía participar o no do y se ha sustituido por el inglés, los kikapoo han cimenta-
en la ocupación de cargos cívicos y religiosos. Por otro lado, do su identidad en tres temas culturales que ellos conside-
el establecimiento de canonjías por parte de los avecinda- ran innegociables y que con su organización social basada
dos o fuereños también juega un papel importante en la en linajes conforman en un nudo bastante apretado e indi-
estructura social y, en consecuencia, en la forma de partici- soluble. Uno de ellos es el levantamiento de la casa tradicio-
pación de las celebraciones cívicas y religiosas, en la prepa- nal, de forma circular, que es elaborada con bejuco y tule;
ración de alimentos y en el consumo y repartición de éstos. ambos materiales crecen justamente en las orillas de los
grandes lagos del norte de Estados Unidos, desde donde los
importan. "Las casas de tule acuático sólo fueron construi-
Acumulación capitalista, das en El Nacimiento, donde descansaban sus abuelos, por-
fortalecimiento ritual y autonomía que estaba 'prohibido hacerla con tule en otro lugar"' (Ova-
lle y Pérez Castro, 1999, p. 40). Otra costumbre perenne es
entre los kikapoo
un ritual que se celebra dentro de esas casas circulares, ne-
El último caso que presentamos se refiere al proceso de
6
autonomía de facto que han logrado los kikapoo de Coahui- La información de este apartado proviene de Silva (2010) y de Ova-
la en las últimas décadas y el papel que asignan al ritual en lle y Pérez (1999).
70 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

cesariamente dirigido por uno de los cabezas de los princi- para cazar), en las últimas décadas su situación económica
pales linajes, y que consiste básicamente en contar historias se ha transformado radicalmente. Ello gracias a que desde
y cantar alrededor del fuego por varios días y noches segui- los años ochenta la etnia es propietaria de varios casinos y
dos. En esas ocasiones se consumen los alimentos sagrados, otros negocios (como gasolinerías) ubicados en sus reserva-
generalmente venado, bebidas fermentadas y plantas como ciones tanto de Oklahoma como de Texas. Aunque los casi-
el peyote, que los mantienen despiertos. El último elemento nos operan como cualquier empresa capitalista y cuentan
es justamente la cacería de venado y el consumo de su carne con "managers" y gerentes, el destinatario final de las ga-
durante la celebración del ritual. Para los kikapoo, no se tra- nancias es la tribu kikapoo, cuyo órgano de gobierno son
ta de cualquier animal, ni se puede consumir la carne de las autoridades formales de la tribu, es decir, los cabezas de
algún otro. La carne de venado fue un don de la divinidad, los principales linajes; ellos son quienes deciden en qué se
por lo que ellos están destinados a cazar y consumir esa invierten las ganancias de los casinos. Justamente una de las
especie, y no se imaginan de otra manera.7 El paraíso al que principales áreas de inversión ha sido el fortalecimiento de
viajarán después de muertos se concibe como el lugar don- su sistema ritual, tratando de asegurar que se cuente con
de podrán cazar todos los venados que quieran. todos los elementos necesarios para realizarlo, los materia-
Desde tiempos ancestrales, el venado ha sido el princi- les para la construcción de las casas tradicionales y sobre
pal elemento mágico-religioso que les ayuda a mantener todo la carne de venado. De ahí que una de sus principales
contacto con la divinidad. Sin éste, no es posible llevar ade- líneas de inversión sea la compra de terrenos aledaños a sus
lante ningún rito en ia vida del grupo. El costillar de venado localidades y el establecimiento de grandes ranchos cinegé-
es necesario para celebrar sus ceremonias religiosas en ticos de varios miles de hectáreas, con venados libres para
ocasiones especiales, como en cada etapa importante en la ampliar sus campos de cacería y asegurar el consumo de
vida: el nacimiento, la boda, el bautizo o bien para iniciar la carne de ese animal. Es bien sabido que en las últimas déca-
construcción de cada una de las viviendas; también el fin das han adquirido varios ranchos ganaderos grandes que
del año lunar, la acción de gracias y los preparativos para colindaban con sus tierras en El Nacimiento, para expandir
salir de cacería: sus cotos de caza. Esta actividad, por ser ritual, debe reali-
zarse a la manera tradicional, siguiendo a pie o a caballo a
"[ ... ] Lenguas y costillares de venado se secaban so- los venados, a pesar de que cuentan con grandes y potentes
bre el fuego sagrado. La carne, cocida únicamente con vehículos todo terreno. Tanto la caza del venado como su
agua, se ofrecía para consumirse en el momento más destazamiento y el reparto de los trozos está sancionado ri-
sublime, al igual que se tomaba el agua en que era co- tualmente y se sabe de antemano quién tiene derecho a qué
cida. Cada participante llenaba una especie de cucha- pieza, de acuerdo con el linaje al que pertenece.
rón de madera del tamaño de un plato, adornado en Sin duda, se trata de un caso extremo comparado con
su mango con figuras zoomorfas. En él colocaban el las otras comunidades indígenas del país, pero muestra
trozo de carne sagrada que les correspondía. A dife- cómo puede existir una estrecha relación entre una econo-
rencia del resto de la carne, el costillar tiene un carác- mía totalmente articulada al capitalismo global (más abier-
ter sagrado, por la presencia del corazón en el animal. tamente consumista como es el de los casinos) con el for-
Las celebraciones siempre fueron acompañadas por talecimiento de aquellos elementos que el grupo considera
oraciones y cantos religiosos realmente conciliadores, propios para su reproducción social y que ciertamente no
cuya letra hablaba de bendiciones para la humanidad, se definen por su valor económico.
de la paz y de la conservación de los recursos natura-
les''. (Ovalle y Pérez Castro, 1999, p. 51.)
Los hábitos alimenticios
Ahora bien, luego de pasar por un periodo de ciertas como prácticas sociales
limitaciones en sus condiciones de vida (una que les causa-
ba gran preocupación era la reducción drástica de venados Desde una mirada sociológica, los hábitos alimenticios
como prácticas sociales están asociados a conductas gru-
pales e individuales resultado de los procesos sociales de
7
"Como en tiempos pasados, consideran que esta actividad es im- significación y de un entramado social que pone a la luz el
prescindible para sus celebraciones, el elemento central para preser- contexto social e ideológico, el lugar del individuo en la or-
var su religión: 'tenemos que cazar, porque nuestra religión nos lo ganización social, la historia individual y colectiva, y las
exige; 'necesitamos el permiso de cacería, porque nuestros vecinos relaciones con la otredad de un grupo social en específico.
no nos dejan cazar; dicen varios testimonios. Los kikapoo lamentan Esto supone que cada grupo en un tiempo y lugar determi-
que el hombre blanco 'no respete recursos kikapoo y se esté acabando
el venado'. ¿Y qué va a pasar el día que ya no [exista] un costillar para
nado cuenta con una forma de alimentación (a veces relacio-
la misa? ¿Cómo va a escuchar Dios sus plegarias si ya no tienen con nada con prácticas religiosas, p. ej., los judíos o los hindúes).
qué elevar sus oraciones? La carne y el costillar del animal son los En este sentido, los hábitos alimenticios son un referente en
elementos indispensables para realizar los ritos, porque así lo mandó el proceso de "construcción de la identidad individual o co-
Kitzihiata, 'El Gran Espíritu'." (Ovalle y Pérez Castro, 1999, p. 106.) lectiva y de distinción social" (Entrena, 2008, p. 34). Incluso
CAP[TULO 5 Hábitos alimenticios en regiones indígenas: una visión antropológica

el proceso de ingestión natural de alimentos está revestido La correlación de conductas y acciones que cada gru-
de significación sociocultural. Al considerar los hábitos ali- po conforma como un hábito alimenticio también tiene
menticios como prácticas sociales, se sitúa a los individuos carácter múltiple. En todas las culturas existen jerarquías
y a los grupos sociales en el campo social, donde elaboran de alimentos, incluso en aquellas totalmente secularizadas
su identidad conforme a sistemas de valores sociales e his- y regidas por el mercado y los valores de la modernidad.
tóricos determinados. Esta elaboración da a las prácticas Por ejemplo, entre los grupos urbanos profesionales y de
alimentarias un lugar primordial en los procesos sociales, altos ingresos se prefieren alimentos bajos en grasas y azú-
ya que otorga a la colectividad un referente social sobre cares u otros estimulantes. Por supuesto, en nuestra socie-
cada uno de sus miembros, en particular, en los procesos dad sólo ciertos sectores tienen acceso a dichos alimentos.
de socialización. Podemos ir más lejos: las nuevas formas de diferenciación
Los hábitos alimenticios se construyen y transforman social en el consumo de productos alimenticios se mani-
tanto en la vida cotidiana como en la vida ritual, ambas im- fiestan de manera drástica y están siguiendo un patrón que
bricadas a su reproducción social. Así, su sentido grupal (o cada vez ensancha más la brecha entre ricos y pobres, en
local) deviene en un proceso socio-histórico específico a términos de consumo de alimentos de ínfima calidad nu-
través del desarrollo de prácticas y actitudes que poseen un tricional e incluso con nutrientes dañinos (como el clem-
significado particular. Este significado orienta y explica las buterol, de amplio uso en las regiones ganaderas del país)
acciones, otorgándoles el sentido de construcción social. aunque con sabores y estimulantes artificiales y, por el con-
Los hábitos alimenticios no pueden reducirse a un simple trario, alimentos certificados con sabores naturales para las
estímulo de sobrevivencia. Si así fuera, su análisis se limita- clases de altos ingresos. Sin embargo, de los casos presen-
ría a establecer qué cantidad nutricional o calórica consu- tados se deduce que existen otros factores que van más allá
me cada individuo. Hay que considerar que la conducta de lo económico.
alimentaria es una elaboración universal, puesto que de- Por un lado, están los alimentos que permiten partici-
pende de acciones comunes que se comparten, es decir, par en las redes sociales de intercambio o los que son de
ninguna sociedad puede prescindir de dicha conducta, pero consumo básico para sobrevivir. Su instauración como há-
las significaciones y las representaciones que cada grupo bito depende de un conjunto de significados socialmente
elabora no son generalizadas y ello nos da su sentido local. compartidos, sin los cuales la significación de su consumo
Esto nos obliga a reconstruir procesos y a considerarlos no no tendría sentido. El acercamiento a esta práctica como
como aplicaciones históricas concretas de leyes de alimen- social nos permite entender su carácter inacabado y su re-
tación universal, sino como construcciones sociales genera- lación con la identidad; además, abre una ventana para vi-
das a partir de la praxis de los grupos. Así, los alimentos se sibilizar las relaciones de poder y los procesos de estratifi-
relacionan con la religión, los festejos, las ofrendas y/o el cación.
estatus social de un grupo. De ahí que podamos pensar que
los hábitos alimenticios forman parte de la secularización Hábitos alimenticios e identidad
de las sociedades modernas al mismo tiempo que se resig-
nifican como parte de los rituales cotidianos y cíclicos. cultural
Una característica distintiva que quizá ningún otro Para el caso de México, lo que hemos observado en las di-
componente social posee es su sentido paradójico. Los há- ferentes localidades con población indígena son acciones y
bitos alimenticios representan el elemento más flexible al discursos recurrentes de identidad cultural asociados con
cambio social, al mismo tiempo que son el dispositivo más el tipo de alimentos y su forma de consumo. Ello supone,
resistente a dichos cambios, lo que los presenta como con- como señalan Berger y Luckmann (1979), que los hábitos
tradictorios. Son a la vez estables y móviles, rígidos y flexi- alimentarios son construcciones sociales que se producen
bles, porque están determinados por un sistema de valores y reproducen socialmente en tanto que son significativas
compartidos por los miembros de un grupo. Son flexibles para los sujetos. Su construcción es constante y permanen-
porque son fomentados por las experiencias individuales, te y se permea de la dinámica social. En ese sentido, pare-
debido a situaciones específicas, por las relaciones sociales, ciera que abordar la problemática alimentaria a nivel local
por las prácticas en que los individuos y los grupos están presenta dos claras dimensiones. Por un lado, una que se
inscritos. Esto, debido a que son construcciones sociales en construye a partir de la distinción social, es decir, desde la
proceso, es decir, permanentemente cambiantes pero atra- condición que le da contenido y expresa la posición social
vesadas por una memoria social. 8 inmersa en relaciones de poder. Por otro lado, permite la
resolución de necesidades básicas para controlar la forma y
8
cantidad de ingesta, el consumo de nutrientes y las posibi-
Al respecto, Mintz (2001) señala que sería más fácil cambiar el siste-
lidades de obtener beneficios en la salud.
ma político de Rusia que hacer que dejen de consumir el pan negro, o
que China abandone el socialismo antes que dejar de comer arroz. Al
Para los expertos en el comportamiento alimentario
mismo tiempo, la población de esos dos países muestra una extraor- existe una preocupación creciente en la relación del tipo de
dinaria disposición para experimentar nuevas comidas. alimentos y la salud. Es así que los hábitos se constituyen
72 SECCIÓN JI Reflexiones antropológicas e históricas

en un instrumento de protección del cuerpo y prevención allá de su estrategia comercial, están proponiendo nuevas
de enfermedades que deviene más de un interés político reflexiones y abriendo nuevas opciones dentro del contex-
que de una práctica social. Sin embargo, para algunas po- to global de la alimentación.
blaciones indígenas resulta culturalmente más eficiente la La elección de ciertos alimentos, su ponderación y le-
elección de alimentos con base en una acción cotidiana gitimación como productos de calidad se convierten en
que ha sido reproducida como elemento cohesíonador y discursos clave de las disputas por la producción y la co-
que está revestida de un discurso sobre la calidad de los mercialización, lo cual puede tener alcances diferenciados
alimentos. Como señala Hall (2003) , las culturas de donde según los intereses económicos que estén inmersos. Un
se nace constituyen una de las principales fuentes de iden- ejemplo de ello es la carne que se produce y procesa en
tidad cultural. Así, los hábitos alimenticios no son otra nuestro país. Existen empresas dedicadas a sacrificar, pro-
cosa que el espejo de un grupo cultural. Ahora bien, en cesar, envasar, empacar, refrigerar o industrializar bienes de
tanto práctica social, estos hábitos están en constante origen animal. Para garantizar que sus instalaciones y pro-
transformación y en la actualidad, ante los cambios propi- cedimientos cumplen los requerimientos de la SAGARPA,
ciados por el sistema económico, se transforman radical- se otorga la Certificación Tipo Inspección Federal (TIF).
mente o se adecuan como nuevas formas de consumo per- Los alimentos cárnicos que cuentan con el sello TIF garan-
meando las estructuras sociales dentro de un grupo social. tizan la calidad sanitaria con que fue elaborado el producto
"Los hábitos alimenticios constituyen un espacio donde la y son los únicos elegibles para exportar. Existen cuatro gru-
tradición y la innovación tienen la misma importancia, pos de establecimientos con esta certificación: sacrificio,
donde el presente y el pasado se entrelazan para satisfacer corte y deshuese, almacén frigorífico, y transformación.
la necesidad del momento, producir alegría al instante y Otro ejemplo de certificación de la calidad del produc-
convenir las circunstancias" (Certeau 1996, p. 212). to es el café. En un artículo de Mauricio Laguna publicado
durante 2008 en la revista Fortuna, señaló que "el café es la
materia prima que mueve más volumen de negocio en
La globalización de los alimentos cualquier parte del mundo. Prácticamente la totalidad de
y los nuevos modelos alimenticios los beneficios que genera este negocio va a parar a empre-
sas multinacionales. Sólo cinco de ellas (Kraft, Suchard,
Como puede verse en los ejemplos etnográficos que pre- Nestlé, Procter & Gamble, Sara Lee y Tchíbo) compran
sentamos, la apertura de nuevos espacios de comercializa- casi la mitad de los granos de café que se consumen en el
ción como parte del sistema económico, con el tránsito de mundo y generan beneficios de billones de dólares que es-
personas y de productos, está generando importantes tablecen las bolsas de valores''. A la adquisición del grano se
transformaciones en los hábitos alimenticios. Si bien la le ha sumado una campaña comercial para favorecer su
existencia de un discurso que privilegia ciertos alimentos consumo. Así, aparecen por todo el mundo mensajes que
ha orillado a transformaciones no solamente en la produc- exaltan sus beneficios, para atraer a nuevos consumidores.
ción y el consumo, sino en las formas de organización so- Las tácticas mercantiles permiten que se establezcan pre-
cial, a partir de dichos cambios se han creado mecanismos cios a nivel internacional que van más allá de los requeri-
de reconocimiento y reapropíacíón de las formas de ali- mientos de los pequeños y medianos productores: "el pre-
mentación, en los cuales la adhesión social juega un papel cio del café arábigo lo establece la bolsa de valores de Nue-
importante. Al mismo tiempo, observamos acciones que va York, y el del café robusta, la bolsa de Londres, donde el
apuestan a nuevas formas de consumo asumiendo prácti- producto entra en el juego del libre mercado a través de es-
cas ancestrales de algunos grupos, como es el caso de los tos indicadores de precios''. Es así que la fluctuación de pre-
judíos y la certificación de productos con calidad kosher. cios del grano ha estado supeditada a los intereses de las
Este último paso se realiza a través de empresas dedicadas trasnacionales, al mismo tiempo que puede o no formar
a la producción y revisión de tratamientos específicos del parte de una práctica alimentaría. Dado que el proceso de
proceso productivo de alimentos, que verifican el cumpli- globalización económica impone la ley de los mercados fi-
miento de dichos requerimientos y los denominan kosher. nancieros por encima, incluso, de las decisiones estatales,
Los productos que presentan dicha certificación garanti- se observa que dichas acciones pueden influir en la trans-
zan el seguimiento de parámetros muy específicos que es- formación del consumo de productos y en consecuencia de
tablecen la dieta judía (leyes kosher), con base en la norma- los hábitos alimenticios.
tivídad bíblica y talmúdica. Por ejemplo, el sacrificio no De la misma manera en que se certifican algunos pro-
debe causarle dolor al animal, y después de la faena sus ductos de consumo judío, algunos productores de grano
órganos internos se examinan para revisar que estén libres desarrollan métodos para incursionar en el sistema econó-
de enfermedades o lesiones potencialmente fatales (p. ej., mico. Un ejemplo de ello es Comercio Justo, que en Méxi-
adherencias en los pulmones o agujeros en el estómago). co se constituyó a finales de 1998 como un grupo de perso-
La existencia de cualquiera de estos defectos hace que el nas de las Organizaciones de Pequeños Productores y de
animal entero no sea kosher (apto). Estos procesos, más Organismos de la Sociedad Civil de México y cuyo propó-
CAP[TULO 5 Hábitos alimenticios en regiones indígenas: una visión antropológica

sito fue "crear un sello para el mercado interno del país" principios e intereses distintos para sobrevivir en un con-
(CJM, 2004, pp. 6-10). En septiembre de 1999 se legalizó la texto cada vez más competitivo: para unos, el eje rector es
constitución de CJM a través de ocho organizaciones: Aso- la maximización de la producción a través del uso de agro-
ciación Mexicana de Arte y Cultura Popular, A. C.; Asocia- químicos; otros, los de mayor calidad productiva, invierten
ción Nacional de Empresas Comercializadoras de Produc- mayor tiempo y aunque con menos ganancias en miras de
tores del Campo, A. C.; El Café de Nuestra Tierra, A. C.; obtener cultivos orgánicos. Ambos buscan ampliar sus mer-
Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras, A. cados, pero por diversos caminos y siguiendo distintas es-
C.; Impulsora de Alternativas Regionales, S. C.; Servicios trategias.
Informativos Procesados, A. C.; Unión de Comunidades
Indígenas de la Región del Istmo, de R. l., y Fundación para Conclusión
el Desarrollo Sustentable, A. C. Es a través de estas agrupa-
ciones que los pequeños productores organizados han lo- Los ejemplos etnográficos que presentamos dan muestra
grado colocar su producción a nivel mundial. Así como en de los hábitos alimenticios como una práctica social cons-
el contexto globalizado se apela al establecimiento de cier- truida en tiempos y espacios específicos relacionada con la
tas normas de producción para conservar o "mejorar" la cotidianidad y con ritualidad. Hemos argumentado que
calidad de los alimentos, los productores se han valido de esta construcción social no proviene de los requerimientos
las mismas para darle salida a sus cosechas dentro y fuera nutricionales del cuerpo humano, sino de las estructuras
de sus localidades. Para lograr esto, la producción orgánica sociales y de los significados que los mismos sujetos hacen
ha sido la opción y se ha ido incorporando dentro de las de la conducta alimentaria. De ahí que consideremos que
prácticas alimentarias en algunos consumidores que ven los grupos étnicos son casos que nos permiten observar
con buenos ojos estos productos. 9 cómo se transforman y se construyen los hábitos alimenti-
Mientras se crean nuevos modelos alimenticios, tam- cios, tanto en la vida cotidiana como en la vida ritual, gene-
bién se reafirman las diferencias sociales. El consumo de rando un sentido local. Además, frente al contexto econó-
alimentos orgánicos responde a la organización social y a mico global, las colectividades están elaborando diversas
diferencias económicas entre los grupos sociales, aunque respuestas.
para quienes se dedican a su producción y comercializa- A través de los hábitos alimenticios, los purhépechas
ción, su consumo ha dejado de ser una moda de pequeños migrantes nos muestran que la movilidad a un nuevo terri-
grupos de comensales comprometidos con el medio am- torio y nacionalidad no necesariamente resulta en cambio
biente. en éstos. Más bien se trata de respuestas complejas que se
En los últimos años, los productores se han preocupa- construyen en anclajes sociales aun en contextos económi-
do por establecer prácticas específicas de producción orgá- cos globales. Por su parte, los nahuas de la Sierra Norte de
nica que correspondan a sus realidades y visiones, al mis- Puebla han desarrollado un proceso de estratificación y
mo tiempo que sus pueblos se organizan para establecer clasificación a través del consumo de alimentos en los ri-
otras relaciones con el mercado local, nacional e interna- tuales. Para el caso de los mazahuas-otomíes, la forma de
cional. Al mismo tiempo, otros productores han cuestio- participación en las celebraciones cívico-religiosas, en la
nado y confrontado las acciones establecidas en el sistema preparación y el tipo de alimentos, en el consumo y repar-
económico, creador de un discurso liberal que impide tición de los mismos, son parte importante en la estructura
comprender la importancia del cuidado del medio ambien- social y en consecuencia de su identidad cultural, por me-
te; pero también han debido discutir con las autoridades dio de la cual se establecen y se disuelven relaciones de po-
locales y campesinos de la localidad, quienes muy a menu- der al interior de la comunidad. Finalmente, el caso de los
do descalifican este procedimiento como si la producción kikapoo es muy particular, pues nos muestra cómo se inter-
orgánica fuese novedosa y no correspondiera a la realidad relaciona una economía propia del capitalismo global con
de la población rural. el fortalecimiento de una identidad cultural y la reproduc-
Lo cierto es que algunas prácticas de producción no ción social a través de los alimentos rituales.
responden a las formas locales de alimentación. Además, En los ejemplos etnográficos que mostramos es difícil,
un mismo producto puede obtenerse de manera diferente, si no imposible, encontrar pureza o absoluta originalidad
lo que crea una clara división de los productores rurales en la producción y consumo de alimentos, aun cuando nos
entre aquellos que se dedican a responder a las certificacio- estemos refiriendo al ámbito ritual. Lo que sí encontramos
nes y quienes lo hacen sin estándares de producción. Esta en todos los casos son procesos de apropiación, selección y
segmentación es consecuencia de que cada uno obedece a negociación, mediante los cuales los diferentes grupos
transforman a la vez que renuevan sus propias identidades.
9 Es decir, son procesos de identidad cultural en interrela-
En México se han instalado espacios para ofrecer productos que
provienen del comercio justo y que se producen bajo la filosofía del
ción con los hábitos alimenticios, además de la construc-
desarrollo sustentable. Por ejemplo, Mercado El 100 o el Tianguis Or- ción de nuevos modelos alimentarios como respuesta a la
gánico Chapingo. globalización de los alimentos; es decir, una mezcla de se-
74 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

cularización de la sociedad moderna y la resignificación de actores desarrollan y construyen dentro de un entramado


los rituales cotidianos y cíclicos. Así, estos cuatro ejemplos de relaciones sociales, de significado y de poder en su con-
etnográficos nos muestran los diversos procesos que los texto local.

'
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6
Hábitos alimentarios cotidianos y festivos:
una propuesta antropológica para el estudio
de dos poblaciones rurales en México
• Claudia Rocío Magaña González • Bertha Alicia Robles Pelayo
• Yerena Figueroa González • Claudia Llanes Cañedo
María Guadalupe Revuelta de la Lanza

Introducción De las estructuras fijas


Los hábitos alimentarios son construcciones sociales sobre e inamovibles a la construcción
aquellos alimentos que son producidos, consumidos y dis- social de los hábitos alimentarios
tribuidos en la vida cotidiana (Berger y Luckmann, 2001;
Schutz, 1967, 1973; Schutz y Luckmann, 1977). En tanto, "Desayuna como rey, come como príncipe y cena como
las creaciones de la sociedad tienen dos cualidades: se mendigo': dice un refrán común en países de habla hispana
encuentran determinadas por la sociedad y la estructura que describe cierto tipo de hábitos alimentarios. En dicha
ideológica-valores y son susceptibles de ser transformadas. sentencia se advierten tres elementos que caracterizan a
Retomando una perspectiva antropológica y sociológica los hábitos alimentarios: 1) cuándo se debe comer; 2) la
para el estudio social de los hábitos alimentarios, el presen- cantidad de alimento que se debe consumir, y 3) la relación
te capítulo esboza una propuesta fluida y dinámica de los del alimento con un estatus económico. De hecho, algunos
hábitos alimentarios ejemplificada a través de dos pobla- especialistas de la nutrición hacen uso del refrán como si
ciones rurales en México, que sirve para cuestionar los fuera la fórmula infalible para "no subir de peso" o "adelga-
modelos clínicos sobre los alimentos "que deben consu- zar" (Carmen, 2012; Gottau, 2008; Dieta Saludable, 2010).
mirse" y los "que son buenos para comer''. Sin embargo, el estudio de los hábitos alimentarios, ya sea
Por lo anterior, el presente capítulo está dividido en como unidad de análisis de la alimentación o como objeto
tres apartados. En el primero se hace una crítica de las de estudio en sí mismo, resulta problemático dada la natu-
perspectivas dominantes sobre los hábitos alimentarios raleza multifactorial del fenómeno. Es por ello que en este
elaborados por profesionales de la nutrición, para introdu- apartado se revisan dos formas distintas de conceptualizar
cir las propuestas antropológicas y sociológicas para su los hábitos alimentarios. Una perspectiva dominante es la
estudio. En el segundo apartado se describen y analizan los que se plantea en la práctica clínica por los especialistas de
hábitos alimentarios de dos poblaciones rurales de México: la salud (p. ej., nutriólogos, médicos, psicólogos, por men-
Zapotitlán de Vadillo, en Jalisco, y San Francisco Ixhuatán, cionar algunos); y la segunda perspectiva es la que se pro-
en Oaxaca. El análisis de dichos casos permite observar la pone en las ciencias sociales, especialmente la desarrollada
cualidad de la construcción social y cotidiana de los hábi- por algunas corrientes antropológicas. Dicha distinción
tos alimentarios y describir algunas de sus transformacio- permitirá al lector diferenciar los principios generales so-
nes históricas. En el tercer apartado se presentan algunas bre los que se sostienen los hábitos alimentarios a partir de
conclusiones finales. ambas perspectivas. De aquí la relevancia de ahondar en
75
76 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

los esfuerzos por conceptualizar los hábitos alimentarios dad"), se atribuye a la mala adquisición del hábito y, por
como un objeto de estudio multifactorial. ende, se deben modificar el tipo, la cantidad y el momento
en que se consumen los alimentos. El problema con esta
a) Perspectivas clínicas visión es que todo aquel que se salga de la regla, además de
cometer una violación a las normas de la nutrición, está
sobre los hábitos alimentarios condenado a no tener una buena salud (Cassel, 1957). El
Para algunos autores, los hábitos alimentarios se refieren a énfasis puesto en el tipo de alimentos y la frecuencia de
dos variables: la frecuencia y el consumo de alimentos consumo radica en que los hábitos alimentarios, así como
(Brennan, Anderson, Joslyn y Briggs, 1968; Brouman y los alimentos que se consumen, son automáticamente los
Russell, 2003; Cassel, 1957). Lo que interesa en estos traba- responsables de la "buena o mala nutrición'; atribuyendo a
jos es identificar el tipo de alimentos de acuerdo al grupo al la "habituación" la recurrencia del consumo de alimentos.
que pertenecen, que pueden ser de tres tipos: frutas y ver- Por lo anterior, si se modifican los hábitos, se puede cam-
duras, cereales y tubérculos, alimentos de origen animal y biar el estado de salud de la población (Brennan, Anderson,
leguminosas (López-Nomdedeu, González y Vázquez, Joslyn y Briggs, 1968; Cassel, 1957). No obstante, la capaci-
2005). Como veremos más adelante, la identificación de dad de elección, modificación, selección e incluso adapta-
variables (p. ej., frecuencia y consumo) aisladas permite ción humana a nuevos escenarios culturales se ve oscureci-
que la manipulación conductual de los hábitos alimenta- da con esta visión que privilegia las cualidades biológicas
rios sea posible o de acceso inmediato para las personas. del alimento y del organismo que lo consume.
Aunado a ello, los tiempos o la frecuencia son fundamen- Sin embargo, a pesar de ser una visión dominante,
tales, ya que se asume que "el buen comer" se logra hacien- existen esfuerzos en el plano de la investigación por am-
do cinco comidas al día. De aquí que los instrumentos de pliar esta mirada biológica y reconocer la importancia del
evaluación e investigación que se proponen desde la nutri- "ambiente" en los hábitos alimentarios. Veamos dos ejem-
ción, como la frecuencia de consumo y el recordatorio de plos de concepto sobre los hábitos alimentarios que abren
24 horas, sean usados con recurrencia. El uso y vigencia la posibilidad de incluir variables sociales, oscureciendo
de dichos instrumentos tiene un fundamento conductual las dimensiones locales e históricas. Una definición dice
que repercute en el ámbito fisiológico, que no es de interés que los hábitos alimentarios se refieren, entre otros aspec-
del presente capítulo; sin embargo, resulta importante en- tos, al número de comidas diarias, los horarios en que se
tender el marco conceptual (en este caso biológico) que come; la manera en que se adquieren, almacenan y mane-
enmarca las sugerencias y recomendaciones que se hacen jan los alimentos; la forma en que se decide cuánto, con
en la práctica clínica de la nutrición. quién, dónde y con qué se come; las técnicas y tipos de
Otro principio general del que parten los profesionales preparación culinaria, el orden en que se sirven los alimen-
de la salud es su desarrollo y permanencia en "los pacien- tos en la mesa y la manera en que se seleccionan los ali-
tes" (Brouman y Russell, 2003). Los hábitos alimentarios se mentos para las comidas ordinarias y para las ocasiones
adquieren o aprenden durante la infancia, periodo en el especiales (García, Pardío, Arroyo y Fernández, 2008;
cual, por la repetición de conductas, se desarrolla una es- como se citó en Castillo y Anaya, 2012). Esta conceptuali-
tructura fija de qué y cuándo se consumen los alimentos, es zación permite observar otros elementos que están afec-
decir, de las maneras de alimentarse (Birch, 1993; Rozin, tando los hábitos alimentarios, donde el organismo no so-
1993). Por ejemplo, en algunas ciudades de México, duran- lamente es un repositorio de comida, y más bien se acerca
te la mañana se prefieren alimentos salados y porciones a s.u cualidad humana a través de la elección.
abundantes; al mediodía es la comida fuerte y se ingieren Otras definiciones más arriesgadas sugieren que los
alimentos de origen animal combinados con verduras, ce- hábitos alimentarios podrían definirse como "el comporta-
reales y un posible postre; y por la tarde o noche ("la me- miento más o menos consciente, colectivo en la mayoría de
rienda") se debe consumir algo ligero. Aunado a este proce- los casos, y siempre repetitivo, que conduce a la gente a
so de aprendizaje de la niñez, las formas de alimentarse se seleccionar, preparar y consumir un determinado alimento
convierten en hábitos por la fuerza misma de la repetición o menú como una parte más de sus costumbres sociales,
de un acto cotidiano como es la ingestión de alimentos, den- culturales y religiosas y que está influido por múltiples fac-
tro de esa estructura. En este sentido, se entiende que un tores (socioeconómicos, culturales, geográficos, etc.)" (Fi-
hábito alimentario permanece y está presente en la cotidia- gueroa, 2013, p. 11).
nidad y a lo largo de la vida del ser humano.
Esta visión clínica de los hábitos alimentarios se sos- b) Las perspectivas sociales
tiene sobre dos características: la estructura de la ingesta de los hábitos alimentarios
de alimentos y su temprana adquisición, que resultan y son
posibles de medir a través de conductas consideradas per- A modo de corolario, el estudio de los hábitos alimentarios
sistentes, inamovibles y repetitivas. Es por ello que, si exis- y su modificación tuvo auge durante la posguerra, en 1947,
te un problema de alimentación ("desnutrición u obesi- cuando el Consejo Nacional de Investigación (NRC, por
CAPITULO 6 Hábitos alimentarios cotidianos y festivos: una propuesta antropológica

ll Cuadro 6-1 Temáticas abordadas por el Comité de Hábitos alimentarios (1942-1947).


Alimentos 1. El problema de la aceptabilidad del alimento
2. Preparación de alimentos y métodos de servicio
3. Muestreos poblacionales para el estudio sobre hábitos ali-
mentarios
4. Problemas en la alimentación del ejército y las poblaciones
civiles
5. Hábitos regionales vs. los nacionales y la nutrición
6. Relación entre hábitos de consumo de alimentos y el estatus
de la nutrición

Fuente: elaborado a partir de la información en Wanskin (2002).

sus siglas en inglés) fundó el Comité de Hábitos Alimenta- tudiar las maneras de alimentarse, que tuvo dos ejes: 1)
rios por órdenes del Departamento de la Defensa en Esta- efectuar algunas propuestas generales sobre la integración
dos Unidos. El propósito de dicho comité fue identificar de hábitos alimentarios y cultura, y 2) desarrollar un con-
formas eficaces para ajustar hábitos alimentarios entre los junto de procedimientos para la modificación de hábitos
estadounidense (Wanskin, 2002). Fue por ello necesario que alimentarios, en particular en áreas rurales estudiadas. Esto
las visiones médicas y clínicas de la alimentación se com- significó la combinación teórica y práctica que condujo a
plementaran con las perspectivas sociales que confluyeron un enfoque analítico sobre los problemas de los cambios
en dicho comité. La antropóloga Margaret Mead, quien dietéticos y el cambio cultural (Passin y Bennet, 1943). En
estuvo a la cabeza de dicha institución como secretaria eje- dicho estudio se afirmó que a partir de que existen diferen-
cutiva de 1942a1945, dirigió y estimuló el estudio sistemá- tes tipos de alimentos usados por cualquier grupo de per-
tico de los hábitos alimentarios. Dicho sea de paso, durante sonas, así como diferentes patrones alimentarios y prácti-
su administración se realizaron más de 200 estudios (Mead, cas de cocinar en un inventario cultural, un simple catálogo
1943; Wanskin, 2002). Con el apoyo de diversos especialis- alimentario (dietario) no permite entender un patrón ali-
tas en el tema, para comprender más sobre la alimentación mentario, porque es necesario entender su uso, su consu-
fue necesario abordar seis temáticas principales, que se ob- mo en tiempo y el lugar de donde proviene el alimento.
servan en el cuadro 6-1 . En un primer análisis, Passin y Bennet (1943) retoma-
En este cuadro puede observarse que la perspectiva ron la propuesta de Linton para identificar las dietas en
social empezó a considerarse en el estudio de los hábitos una población rural, como se observa en el cuadro 6-2.
alimentarios. Las aportaciones de Mead (1943) al estudio Para Passin y Bennet (1943), las distinciones de los ali-
de los hábitos alimentarios fue relacionar la frecuencia de mentos, no por su función nutrimental sino en un sentido
consumo de alimentos con variables de tipo social. Es de- social, tienen un valor importante, ya que nos permiten
cir, contextualizó los alimentos preparados y consumidos afirmar que la resistencia emocional a los cambios alimen-
en hogares o comunidades rurales. La segunda aportación tarios se encuentra en referencia a los elementos (ítems)
fue la importancia de reconocer la relatividad de los con- centrales de la dieta principal, menos probable en los se-
textos sociales donde se manifiestan las estructuras "ina- cundarios y con gran fluidez al cambio en los periféricos.
movibles'; a través del reconocimiento de patrones alimen- Para Passin y Bennet (1943), los factores generales que
tarios registrados en catálogos culturales. guían la aceptación o rechazo de alimentos tienen que ver
Un ejemplo de dicha perspectiva es el estudio realiza- con el grado de urbanización y las condiciones económicas
do por Passin y Bennet (1943) en el sur de Illinois para es- de los individuos. Si la urbanización es alta y la condición

ll Cuadro 6-2 Tipos de dietas identificados en el estudio de los cambios dietéticos aplicado por Passin y Bennet (1943) .

Tipo de dieta Elementos que la componen


Dieta principal Consiste en los alimentos que son universales, regulares, prin-
cipales, producidos y vendidos regular y constantemente. Se
consideran importantes y consistentes en la dieta alimentaria
Dieta secundaria Ampliamente usada, no es universal (segmentos). existe varia-
ción en los usos y forma de preparación, es menos emocional
Dieta periférica Al imentos menos comunes, esporádicos, que no son caracterís-
ticos del grupo sino del individuo
Fuente: elaborado a partir de la información en Guthe y Mead (1943) .
78 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

económica favorable, los alimentos de procedencia urbana generalizar los hábitos alimentarios de un grupo si no se
son más fácilmente aceptables. En la urbanización alta, las caracterizan dentro del contexto social en que se desarro-
condiciones de pobreza grupal y el deseo de consumir cier- llan. Otro elemento relevante del argumento de Mead
tos alimentos centrales permanecen, pero la dieta actual (1943) es que es necesario cambiar nuestra perspectiva
depende sobre todo de lo que puede ser manipulado de centrada en lo individual, para enfatizar los conceptos lo-
acuerdo a las constreñidas circunstancias económicas. cales que se tienen respecto de los hábitos alimentarios. Ya
Donde la urbanización es baja y las condiciones económi- que para Mead el hábito alimentario no es un repertorio de
cas favorables, la dieta tiende a ser tradicional, resistente al conductas, sino que pueden ser los valores o las ideas que
cambio y amplia con nuevos ítems, como en las dietas se- se tienen respecto de los alimentos o los procesos de pre-
cundaria o periférica. Finalmente, con una baja urbaniza- paración, es en este sentido que se alimenta nuestra pro-
ción y condiciones económicas pobres, la dieta es resisten- puesta de entender, desde los términos culturales y locales,
te al cambio, exigua-escasa y virtualmente sin innovación. las maneras como se explican los hábitos alimentarios de y
Los elementos centrales de una dieta pueden abandonarse, a partir de un grupo social.
pero sólo porque no pueden ser producidos o costeados. Conforme transcurren los años, se puede observar que
En este sentido, para Guthe y Mead (1945) los hábitos los hábitos alimentarios se han vuelto cada vez más com-
alimentarios "son las elecciones efectuadas por individuos plejos. Es decir, y si seguimos el argumento de Passin y
o grupos de individuos como respuestas a las presiones so- Bennet (1943) respecto a la importancia de la urbanización
ciales y culturales para seleccionar, consumir y utilizar una y la capacidad económica de las poblaciones en relación
fracción de los recursos alimenticios posibles" (como se con el desarrollo de hábitos alimentarios, podemos afirmar
citó en De Garine, 1998). De aquí que los hábitos alimenta- que en los últimos 30 años en el caso de México nuestros
rios no sólo operan con base en el conocimiento nutrimen- hábitos alimentarios han cambiado vertiginosamente (Bar-
tal de los alimentos que las personas o grupos sociales tie- quero y Tolentino, 2005; Sánchez-Castillo, Pichardo-Onti-
nen. De hecho, es fundamental, desde esta perspectiva, veros y López-R, 2004; SS, 2010). Sin embargo, esta afirma-
primero situar la relevancia de los alimentos en un contex- ción carece de sustento, pues la mayoría de los estudios y
to particular. Es decir, primero es necesario anteponer los métodos utilizados para el análisis de los hábitos alimenta-
constreñimientos sociales, culturales y económicos a las rios parten de lo siguiente: 1) afirmaciones que surgen des-
propiedades nutrimentales de los alimentos. de el marco de las visiones de la "buena nutrición"; 2) que
En este sentido, Mead afirmó lo siguiente: pocas veces se reflexiona sobre lo que existe en los reperto-
rios culturales; 3) pocas veces se hace énfasis en la docu-
We may interpret the term food habits merely as the mentación de los procesos sociales de cambio que produ-
restatement in individual terms of the dietary pattern cen la urbanización y el crecimiento económico en rela-
characteristic of a group in the population. In such ción con la construcción de hábitos alimentarios, como lo
case, to talk of the food habits of the Southern single- señalaron en su momento Passin y Bennet (1943).
crop farmer is merely another way of stating that the No obstante, esta visión de cambio físico sólo observa
dietary pattern of the region is rich or defi.cient in cer- una gran estructura económica y respeta los valores socia-
tain specifi.ed ways, or is characterized by certain forms les, pero poco explica de la capacidad de actuar de los acto-
of cooking such as cooking vegetables with fatback. We res sociales sobre sus elecciones y la reconfiguración de sus
may also consider the question in terms of the attitudes relaciones sociales frente a los cambios que se presentan.
implicit in the dietary pattern, and particular/y attitu- En este sentido, proponemos que los hábitos alimentarios
des, which become explicit with change far the dietary son construcciones sociales cotidianas sobre lo que se debe
pattern, attitudes that are characteristic of dif!erent comer y no en ciertos periodos. Pero también son visibles
groups in our population or dif!erent regions of this en el conjunto de ideas y/o prácticas acerca de los alimen-
country. We then shift our emphasis from the actual tos en los procesos de producción, distribución y consumo
content of the food habits, whether these be expressed en un contexto social, espacial, temporal e histórico deter-
in terms of food values or specifi.c food content or in minado. En tanto creaciones de la sociedad, tienen dos
terms of the whole complex offood selection, prepara- cualidades: están determinados por la sociedad y la estruc-
tion and consumption, to the problem of existing atti- tura ideológica-valores, y son susceptibles de ser transfor-
tudes toward food and the cultural expectation of ways mados (Berger y Luckman, 2001; Schutz, 1967, 1973;
in which changes in food habits may occur. (Mead, Schutz y Luckmann, 1973).
1943, p. 136.) La noción de vida cotidiana se inspira en la teoría so-
ciológica de Schutz (Schutz 1967, 1973; Schutz y Luck-
La perspectiva culturalista de Mead expuesta anterior- mann, 1977), quien se interesó por "el modo en el que las
mente permite reconocer la importancia de la relación en- personas aprehenden la conciencia de los otros mientras
tre el individuo y la sociedad. Sin embargo, el individuo es viven en la corriente de su propia conciencia[ .. .] la natura-
un reflejo de la sociedad, a partir de lo cual no se pueden leza social de las cosas. Es un mundo intersubjetivo en el
CAPÍTULO 6 Hábitos alimentarios cotidianos y festivos: una propuesta antropológica

que la gente crea la realidad social, a la vez que está sujeta en Oaxaca. La otra población que describimos es Zapoti-
a las constricciones que ejercen las estructuras sociales y tlán de Vadillo, ubicada en la región sur del estado de Jalis-
culturales previamente creadas por sus antecesores" (Rit- co. La elección de ambas localidades rurales permitió esbo-
zer, 2005, pp. 84-85). De ahí emerge la importancia de las zar sus características sociales y urbanas para ejemplificar y
relaciones cara a cara en la construcción de la vida cotidia- argumentar nuestra propuesta sobre la importancia de
na. Por lo tanto, una cualidad de esta propuesta de "hábitos comprender la construcción social de los hábitos alimenta-
alimentarios" radica en su dependencia del contexto socio- rios. En este trabajo no se hace un análisis comparativo
cultural y las temporalidades donde se despliegan, además entre ellas, ya que esto significaría utilizar otro tipo de cate-
del tipo de prácticas alimentarias que en su conjunto y por gorías que quedan fuera de nuestro foco de atención.
repetición se articulan como patrones alimentarios y que
en su sentido local adquieren arraigo y significación. Por su Breve contexto social e histórico
parte, Berger y Luckman (2001) proponen que la posibili-
dad de construir socialmente la vida cotidiana estriba en la de San Francisco lxhuatán, 1 Oaxaca
interacción cara a cara que los actores sociales tienen en el
Es un municipio ubicado en la región oriente2 del Istmo de
momento de interactuar. Es en los espacios sociales y físi- Tehuantepec, en Oaxaca, que nace en la sierra atravesada
cos donde se gestan las relaciones cara a cara y en la inter- de los Chimalapas y desemboca en la laguna Oriental. Ac-
acción se van compartiendo significados de la realidad tualmente, Ixhuatán cuenta con una población aproximada
(Berger y Luckman, 2001). de 8 959 habitantes, de los cuales un porcentaje muy redu-
A partir de dichos fundamentos, apenas esbozados, cido habla lengua indígena zapoteca (COEPO, 2010; Ma-
proponemos que para entender la construcción social de gaña, 2007).
los hábitos alimentarios en términos metodológicos, de- Algunos registros históricos señalan que dicho asenta-
ben estudiarse en la vida cotidiana a través de patrones ali- miento data de finales del siglo XIX y que se originó por una
mentarios que dependen de los actores sociales que efec- migración de diversos grupos étnicos, como huaves, zo-
túan elecciones de alimentos para ser consumidos; que a su ques, mixes y mayoritariamente zapotecos de la región
vez se ven influidos por factores económicos, sociales y central del Istmo (Henestrosa, 1997; Magaña, 2012). Los
culturales para estructurarse y, al mismo tiempo, ser modi- zapotecos no son el único grupo étnico que conforma la
ficados y significados. Es en el flujo de la cotidianidad donde población, pues a través de una serie de procesos históricos
las personas negocian y redefinen en contextos históricos han dominado referentes culturales de otros grupos, como
particulares los hábitos alimentarios, mediante las interac- los huaves. La preponderancia y visibilización de los zapo-
ciones cara a cara y en diversos escenarios (Berger y Luck- tecos del Istmo (Stephen, 1996) sobre otros grupos indíge-
man, 2001). Para sostener el presente argumento, se propu- nas se conformó a través de la invasión, compra, acapara-
so separar los hábitos alimentarios cotidianos de los hábitos miento, renta y subarrendamiento de tierras, 3 además de
alimentarios que se presentan en las festividades, haciendo
énfasis en los actores sociales, protagonistas de dichos hábi-
1
tos, y en los espacios físicos y sociales de dos poblaciones El presente apartado se construyó a partir de la información recaba-
da durante el trabajo de campo realizado del año 2006 al 2009 en la
rurales en México.
localidad de Ixhuatán, municipio de San Francisco lxhuatán.
2
Dicha regionalización del espacio es utilizada por el sindicato ma-
De los hábitos alimentarios gisterial, por la Iglesia católica y una distribución jurídico-adminis-
trativa que hace el municipio, aunque los poblados que componen el
en dos poblaciones rurales territorio varían de acuerdo a cada uno de estas instancias.
3
Existen varias versiones acerca del origen de los zapotecos en el
de México Istmo de Tehuantepec. Las versiones que se presentan son extraídas
En este apartado describimos los hábitos alimentarios de de producciones locales (de Juchitán y San Francisco Ixhuatán), que
expresan discursos de legitimidad respecto a sus orígenes como una
dos sitios rurales mexicanos, distantes geográfica y cultu-
cultura zapoteca del Istmo. Una de ellas plantea que fue desde el siglo
ralmente. No obstante, ambas comunidades guardan ca- VII a.C. (Henestrosa, 1997) cuando lograron su primer asentamiento
racterísticas similares en la manera en que se relacionan en dicho lugar. Otra versión dice que desde la migración por el es-
socialmente sus habitantes, la relevancia de la ritualidad y trecho de Bering, o por una peregrinación "[.. .] donde participaban
la economía diversificada, estrechamente vinculada a las mixtecos y los olmecas que provenían de la parte noroeste de nuestra
actividades primarias como son la agricultura y la ganade- república'; lograron asentarse en dicho lugar (Martínez, 1975). Otra
ría. En términos alimentarios resultan dos casos interesan- versión explica que devienen de la cultura olmeca del Golfo y fueron
apropiándose de espacios, hasta que en algún momento los zapotecas
tes, ya que cada una tiene particularidades en los patrones
penetraron a Oaxaca por el Soconusco y se encontraron en la región
alimentarios, marcados por sus antecedentes históricos y del Istmo "[... ] con dos etnias que les disputaban el paso: los huaves,
las dinámicas sociales actuales. La primera población a ana- quienes provenían de Nicaragua o del Perú, que se dice que llegaron
lizar es Ixhuatán, una comunidad de origen zapoteco y al territorio oaxaqueño costeando por el litoral del Pacífico [... )" (Ji-
huave que se ubica en el oriente del Istmo de Tehuantepec, ménez, 2001). ·
80 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

los movimientos migratorios y, por ende, la institucionali- plejos. Por último, en la dieta periférica encontramos poca
zación de prácticas culturales como la celebración de las variedad y basada en alimentos procesados y altos en car-
"velas" (Magaña, 2007, 2012), que son festividades que com- bohidratos. Predominan los alimentos de origen animal
binan creencias en los santos católicos al mismo tiempo (pescado, carne de res y otras), cereales (tortilla en sus va-
que funcionan como un sistema de redistribución de los riaciones: totopo, tortilla blandita, tlayuda, etc.) y condi-
recursos y, sobre todo, de preparación y consumo de ali- mentos. En cuanto a las bebidas, el alcohol y las bebidas
mentos. azucaradas (refrescos) predominan. Cualquiera podría
La confluencia histórica de diversos grupos étnicos, afirmar que sus hábitos alimentarios son desequilibrados;
sus actividades productivas, la geografía y riqueza ecológi- sin embargo, a partir de esta tabla es difícil entender en qué
ca, son elementos que han incidido en la configuración de momento y por qué se consumen estos productos. De aquí
una cultura alimentaria muy particular en Ixhuatán. Es el que la propuesta de Mead (1943) es relevante para com-
origen étnico el que se erige como referente de identidad prender los hábitos alimentarios de la localidad.
étnica y cultural, para quienes explican que sus "raíces" de- Por ejemplo, en la actualidad, la economía local de Ix-
vienen de los zapotecos de la región del centro del Istmo de huatán se encuentra diversificada. Entre sus actividades
Tehuantepec y, por ende, mucho de lo que se come y cómo primarias encontramos la ganadería, agricultura y pesca,
se prepara tiene un origen étnico (Magaña, 2012). Es nece- que son fuentes que permiten asegurar una parte del ingre-
sario señalar que éste no es el único caso de la región orien- so y alimentos de las unidades domésticas (Magaña, 2007,
te, ya que poblaciones aledañas a Ixhuatán (Reforma de 2012). Pero estas actividades no son suficientes, pues "ni
Pineda, Zanatepec y Tapanatepec) son también producto tenemos tierras para trabajar" 4 y "el mar ya no da lo que
de procesos históricos similares. daba antes'; por lo que encontramos como estrategias
complementarias una alta comercialización de productos
Hábitos alimentarios cotidianos alimenticios y la profesionalización de sus habitantes.
La producción de alimentos en Ixhuatán es una activi-
en lxhuatán dad continua y muy particular. Continua, porque a lo largo
Cuando se trata de describir y analizar los hábitos alimen- de todo el día uno puede escuchar a través de altavoces
tarios de una localidad en términos de lo que se come, re- anuncios de alimentos que han sido preparados en casa
sulta útil el modelo propuesto por Linton (Passin y Beneth para su venta. En las calles se puede observar que mujeres
1943, p. 113). En este sentido, organizamos la información o jóvenes venden de "casa en casa" diferentes tipos de ali-
obtenida durante las estancias de campo, de acuerdo al mentos, ya sea preparados o crudos. La venta de comida
tipo de dieta y los alimentos que en Ixhuatán cumplían los "en las mismas casas" es otra forma de producción cotidia-
criterios señalados por el modelo de Linton (1936). El re- na de alimentos, donde los platillos son más elaborados,
sultado se muestra en el cuadro 6-3.
Como se puede observar, la dieta de la población es
rica y variada en cuanto a platillos y alimentos que se con- 4
Estas afirmaciones surgieron durante el periodo de trabajo de cam-
sideran centrales. En la dieta secundaria encontramos que po por varias personas que en ese momento estaban preocupadas por
la variedad disminuye, pero los alimentos se vuelven com- la situación de crisis económica y política.

ll Cuadro 6-3 Catálogo de dietas de acuerdo al modelo de Linton (1936).

Dieta central Dieta secundaria Dieta periférica


San Francisco lxhuatán, • Leche fresca • Carne de res • "Garnachas"
Oaxaca • Queso fresco ("cuajada") • Caldo de pollo • Pollo "garnachero"
• Atole de masa • Caldo de pescado • Tlayudas
• Tortillas blandas • Cochito de res • Tacos
• Tortilla de horno ("totopo") • Caldo de panza o de res, • Hamburguesas
• Camarón seco ("benda- pescado al mojo de ajo o
búa") asado
• Pescado fresco, horneado y • Camarones a la diabla
oreado • Pan ("semitas de nata")
• Chiles rellenos de carne • Huevo de tortuga ("dxitabi-
• Mole rojo gú")
• Tamales (mole negro, de
"mareña"," ite de elote")
Fuente: elaboración propia con diarios de campo de los años 2006 a 2009.
CAP[TULO 6 Hábitos alimentarios cotidianos y festivos: una propuesta antropológica

como cochito de res, caldo de panza o de res, pescado al Algunos productos alimenticios se venden en tiendas
mojo de ajo o asado y camarones a la diabla o al mojo de de abarrotes, pequeños restaurantes y tortillerías. Cómo
ajo. Por las noches encontramos las "cenas'; que casi siem- olvidar las "palapas'; que son pequeñas cantinas instaladas
pre se sirven en lugares asignados ("latas") o pequeños res- en las mismas casas o en terrenos anexos a las mismas,
taurantes que se instalan afuera de las casas. Los platillos donde se dan botanas para acompañar la bebida. Las bota-
que se ofrecen son las garnachas, el pollo garnachero, tla- nas son muy variadas y van desde cacahuates, frituras y
yudas5 y tacos. Es importante señalar que, además de la salchichas guisadas hasta alimentos no procesados indus-
disponibilidad y la variedad de alimentos, las comidas trialmente, pero sí con mayor grado de elaboración, como
mencionadas son resignificadas como parte de la cultura el pescado horneado, ceviche de camarón o molotes de
alimentaria del grupo étnico y son características de la re- maíz (Magaña, 2006).
gión y la localidad. Por otro lado, la práctica de producir y vender alimen-
Los mercados del Istmo de Tehuantepec son vigentes, tos en Ixhuatán es relevante en dos sentidos: primero, la
pues se mantienen como espacios donde se centraliza la producción de alimentos es una estrategia para obtener
producción, venta y consumo de alimentos. Al mismo ingresos y solventar los gastos del mantenimiento y repro-
tiempo son espacios de intercambios mercantiles, de nego- ducción de las unidades domésticas, y segundo, dichos ali-
ciación de significados y de transmisión de conocimientos mentos se distinguen de los alimentos preparados y consu-
(Benholdt, 1997). Tal es el caso del mercado de la ciudad de midos durante las fiestas, ya que el discurso y significancia
Juchitán de Zaragoza, en el Istmo de Tehuantepec. Es un de los platillos apela a la reproducción cultural de la "tradi-
sitio al que diariamente acuden personas de diversos luga- ción" en espacios rituales, asociada a las prácticas conside-
res de la región para abastecerse de productos. En contras- radas como una herencia de los zapotecos del Istmo. Por
te, el mercado de La Candelaria, en lxhuatán, es pequeño y ello, los hábitos alimentarios en ia vida cotidiana se cons-
con poca actividad entre semana,6 pues más bien es en las truyen en estos espacios y en la riqueza o variedad de los
calles o en las mismas casas donde uno puede encontrar alimentos.
mayor variedad de productos para el abastecimiento do-
méstico. La venta de comida de "casa en casa" ocurre a Hábitos alimentarios en las fiestas
ciertas horas del día y se ofrecen productos muy variados.
Por ejemplo, en el transcurso de la mañana se vende leche En el contexto antropológico es importante incluir no sólo
fresca, "cuajada" (queso fresco), atole, tortillas blandas o las prácticas que se realizan, sino las descripciones del es-
totopos, 7 camarones o bendabúa (término zapoteco) secos cenario físico y social donde los actores sociales establecen
o frescos, huevo de tortuga dxitabigú (término zapoteco), relaciones cara a cara con otros y, al mismo tiempo, con
pescados frescos , oreados u horneados. Al mediodía se objetos (Berger y Luckman, 2001). En estos espacios tam-
ofrecen comidas más elaboradas, como chiles rellenos de bién se estructuran los hábitos alimentarios, que en el con-
carne, cucharadas de mole, tamales (de mole negro, de ma- texto local de Ixhuatán están estrechamente vinculados
reña, pites de horno o de olla) y por la tarde se ofrecen con los sentidos culturales de los alimentos.
dulces de coco y las famosas semitas. Por ejemplo, en procesos rituales la comida, además
de su función de alimentar, simboliza un vehículo que me-
dia las relaciones sociales (Douglas, 1996; Turner, 19~0).
Por ejemplo, para establecer el compromiso en la pedida 8
5
de la novia, los parientes del novio se reúnen para elaborar
Se dice que este platillo tuvo origen en la región de los Valles Cen- un mole negro que cerrará el compromiso matrimonial.
trales de Oaxaca y tiene poco tiempo de haber sido introducido para
Así lo refirió una de las mujeres indígenas:
su consumo en Ixhuatán. Actualmente se han identificado tres lugares
que se especializan en la producción de las tlayudas y tacos como cena.
Cuando ya te robaron y se arregló la conformidad, en
Curiosamente, los dueños de los puestos en algún momento de su vida
vivieron en la capital del estado. un mes o dos meses ya te van a mandar tu bebida, don-
6
El doctor Juan Henestrosa (cronista de Ixhuatán) comentó que el de está tu mamá. Van a ir cincuenta largos de choco-
mercado nunca ha funcionado como el de )uchitán, ya que la gente late y cincuenta de ese pan de torta compuesta, y va
prefiere este último porque hay mayor variedad de productos. Prueba marquesote. Si es del gusto de la mamá del novio, va
de ello es que Ja central de autobuses de segunda clase cuenta con a mandar cien largos, cien de chocolate y cien de ese
más de ocho salidas diarias a la ciudad de )uchitán (entrevista de pan. Eso lo manda el novio, para que lo tome la mamá
agosto, 2006).
7
Los "totopos" istmeños son tortillas de maíz nixtamalizado y que-
brado que se cuecen en un horno de barro llamado "comizcal". Una
característica de estos totopos es que tienen hoyos en toda su super-
8
ficie y su consistencia es dura. Sin embargo, el producto se consume Es el término local y regional que apela al evento de compromiso de
en su consistencia original o se sumerge en algún líquido, como café, los novios que se quieren casar. Sin embargo, parte de la tradición es
leche o refresco, con lo que se reblandece y se puede consumir con que la novia sea robada y posteriormente se cierre el compromiso con
mayor facilidad. los alimentos que se presentan en el testimonio aquí incluido.
82 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

de la novia. [Luego se) va a repartir entre las vecinas Por otro lado, el valor del alimento (preparado y con-
una torta, un largo y un chocolate. [.. . ] Eso lo da [el sumido) es construido y significado en la cotidianidad cul-
novio) un mes antes. Van a dar la bebida para que pue- tural. Por ejemplo, las fases de preparación y consumo de
dan repartirla y ya al otro mes [la pareja) se va a casa. alimentos constituyen dos espacios para la reconstrucción
Luego van a mandar comida donde está [la) mamá. Va histórica individual y/o colectiva, ya que al preparar la co-
a ir un perol (cazo) de mole, tres gallinas vivas y tres mida las mujeres cuentan anécdotas o experiencias que
muertas, [además de] media docena de refresco, me- refieren a un pasado resignificado. Por ejemplo, en una
dia de tortillas y una bandeja de dulce de torrija, para boda un grupo de mujeres que se dedicaban a hacer torti-
la mamá de la novia. Así como va para la mamá de la llas a mano (mejor conocidas como "blanditas"), me decían
novia, va para la madrina de velación de la novia. Ya que antes dicho alimento se hacía de la misma manera y se
el día que se casen, [la] mamá va a poner su mesa y va le daba a todos los invitados. Empero, a la llegada de las
a recoger limosna y ahí [el novio deposita un) regalo. tortillerías se dejó de preparar el fogón para el coma!, ya
(Magaña, 2006.) que al comprarlas ahorraban dinero, tiempo y esfuerzo que
podían ser aprovechados para divertirse en la fiesta. Aun
Cuando se celebra el aniversario de una muerte, los cuando me explicaban todas las ventajas de comprar las
ixhuatecos amigos y familiares del finado se reúnen para tortillas de máquina, en vez de hacerlas, saltaba en sus mi-
preparar tamales, que serán distribuidos y consumidos el radas un dejo de nostalgia y una sonrisa que se comple-
día del rezo. Cuando se va a "contestar el rezo y dejar la li- mentaba con la siguiente frase: "¡Pero no dejan de ser más
mosna" a casa del finado, se reparten los alimentos en señal buenas las blanditas!''.
de recordar y acompañar el luto. También, el último día de Otros aspectos importante durante el proceso de pre-
la Vela de la Virgen de la Candelaria, los ixhuatecos se paración de alimentos para la resignificación del pasado
reúnen para llevar a cabo la "lavada de olla'; después de cin- son el uso de espacios físicos (p. ej., en una casa particular,
co días de fiesta . Asistir a este acontecimiento no es más en casa del mayordomo, en el mercado, etc.), los ingredien-
que ir a compartir lo que quedó de alimentos y las expe- tes utilizados y las técnicas o nuevas tecnologías para la
riencias de la fiesta. elaboración de los alimentos, ya que los pobladores recu-
En este último sentido, es claro que en estos procesos rren a sus recuerdos para ponerlos en práctica. Es una si-
rituales "la herencia de la cultura zapoteca istmeña" se hace tuación que las mujeres aprovechan para compartir sus
presente en discurso y práctica. Los hábitos alimentarios, inquietudes o intereses respecto a la situación económica o
por lo tanto, no son solamente elecciones individuales que política, dependiendo del momento o contexto en el que
hacen las personas para consumir o rechazar un alimento estén viviendo.
en determinado momento, sino que están construidos en
estos espacios sociales que devienen de una estructura cul-
Yo aprendí [el oficio de cocinera] a los treinta años. Mis
tural que enmarca los significados. Si bien aquí no se des-
hijos estaban chiquitos y con eso es que yo pude crecer
cribe un día común, es importante señalar que estos even-
a mis hijos.[ ..] Ya cuando estaban grandes mi hijos, se
tos sociales no están definidos por un calendario, sino que,
salieron a trabajar y yo me quedé con tres para man-
en tanto procesos rituales relacionados con el ciclo de vida,
tenerlos.
pueden ocurrir en cualquier momento. En este sentido es
de vital importancia cambiar nuestra perspectiva al res-
pecto de las estructuras inamovibles y más bien entender- [Acerca de las recetas:]
las dentro de estos contextos sociales.
Durante la Vela de la Candelaria (fiesta patronal de lx-
Así nomás, nunca las escribí. Fue más bien haciendo
huatán), las mujeres se reúnen para elaborar los platillos
que yo aprendí a cocinar. Empecé haciendo poquito
que dicta la tradición, como el mole negro, el caldo de res
en mi casa y luego ya fu.i poniéndole más cantidades.
y de vísceras, pan de marquesote, etc. Una actividad comu-
Mira, [aj la comida, hay gente que no le pone tomate;
nitaria donde la "ayuda" (como un valor entre los herma-
[dicen] que se descompone, pero no es cierto. Cuando
nos) es el elemento que une para su realización. Esta acti-
hago el mole, bueno está. Uno le echa el tomate según:
vidad, en un principio comunitaria y en la actualidad re-
[para] un kilo de chile ancho, un kilo de tomate, seis
munerada, nos da indicios de la reestructuración económi-
cabezas de ajo, pimienta, clavo, tomillo, laurel, hoja de
ca9 que seguramente ocurrió en lxhuatán.
aguacate y orégano. Hay gente que echa un puñito y no
le da el sabor. Un kilo de pan [para moler] son treinta
panes, [que se mandan] con las horneras. Así aumenta
9
Acerca de los procesos de reestructuración económica y las jerarquías [el volumen], pero otras no lo completan. Para cuando
de preparación de alimentos, se está preparando un documento donde [se elabora], va a rendir mucho. Para que quede [bien],
se ahonda al respecto. Es por ello que no se profundiza en el presente se le pone el pan; con eso se hace más espeso. (Magaña,
capítulo. 2006.)
CAPÍTULO 6 Hábitos alimentarios cotidianos y festivos: una propuesta antropológica

A modo de cierre, basta señalar que es precisamente La información histórica respecto a Zapotitlán de Va-
en estos espacios donde encontramos la construcción so- dillo es escasa. Algunas fuentes localizadas hasta el mo-
cial de los hábitos alimentarios. Lo que se negocia no es su mento refieren que un primer asentamiento en dicho lugar
valor nutrimental, sino los métodos de preparación, inex- fue establecido en el año 542, cuando un grupo de toltecas
tricablemente asociados a la añoranza y al mismo tiempo huía de las guerras y se estableció allí. Desde entonces le
al valor cultural. Por ende, el consumo de los alimentos en nombraron Tzapotitlán (SIEGJ, 2012). Sin embargo, se tie-
esta localidad está regido primero por la lógica cultural y ne registro de que antes de la conquista española esa región
por las temporalidades sociales que marcan la vida social. llevaba el nombre de Amollan; era un tlatonazgo, es decir,
un reinado muy extenso. Tzapotitlán fue cabecera de la
Breve contexto social e histórico Provincia de Amula al desaparecer la población del mismo
nombre.
de Zapotitlán de Vadillo 10 En 1525, los españoles invadieron la región sometien-
El municipio de Zapotitlán de Vadillo 11 se encuentra en la do a los pueblos nahuas que la habitaban. En el poblado
parte poniente del Nevado de Colima. La población total estuvo Hernán Cortés, en una casa que se construyó espe-
de la demarcación son 6 685 habitantes. En específico, la cialmente para él. A la llegada de los españoles, los pueblos
localidad de Zapotitlán de Vadillo, situada en el municipio que existían se agruparon en otros de mayor tamaño, como
que lleva el mismo nombre, cuenta con 3 530 habitantes, es Nustla, Tlatlazca y Meztitlán, los cuales se mandaron jun-
decir, más de 50% de la población se ubica en la cabecera tar con Zapotitlán (SIEGJ, 2012).
municipal. Del total de habitantes, según el Coepo (2010), La región se ha caracterizado por continuas catástro-
el municipio tiene un índice de pobreza por ingresos de fes naturales, entre ellas una registrada en 1535, cuando un
1.29291, dato que lo ubica en 10º lugar en el estado de Jalis- temblor destruyó el templo construido por los religiosos
co, con un grado de pobreza por ingresos muy alta y pobre- españoles, por lo que se cambiaron el culto y las autorida-
za alimentaria de 32.2%. Aproximadamente 2043.09 habi- des al antiguo poblado de Amula. En 1576, al hacer erup-
tantes viven en "pobreza alimentaria" 12 (Coneval, sf). ción el volcán, la cabecera pasó a Zapotitlán, que estaba
En cuestión de migración, en el año 2010 el municipio situado cerca del río. Años más tarde, el poblado cambió de
de Zapotitlán de Vadillo tuvo intensidad migratoria alta lugar a donde actualmente se localiza. Zapotitlán fue posta
(Coepo, 2010). Es decir, gran parte de la población emigra del Camino Real de Colima, lo que le valió ser un centro
con la intención de encontrar un mejor trabajo, ya que en importante para el intercambio de mercancías y de perso-
Zapotitlán es poco el empleo que algunas empresas ofre- nas (SIEGJ, 2012).
cen, además de ser mal pagado y de muchas horas. Lo an- Por otro lado, en 1825 Zapotitlán perteneció al Cuarto
terior ha propiciado que se deje de lado la producción local Cantón de Sayula y a partir de marzo de 1856 pasó al No-
del maíz. A pesar de los altos índices de migración, en Za- veno Cantón de Zapotlán el Grande (Ciudad Guzmán).
potitlán el maíz es "la razón de ser" y prevalece una resis- Por decreto del 1 de mayo de 1886, ya se menciona a Zapo-
tencia que se manifiesta en la añoranza por el consumo de titlán como municipalidad perteneciente al departamento
dicho alimento (Figueroa, 2013). de San Gabriel. En marzo de 1888 se erigió el Cuarto De-
partamento de Tonila en el Noveno Cantón de Ciudad
Guzmán, compuesto por Tonila y Zapotitlán. Lo anterior
se dispuso por decreto del 12 de marzo de 1888. Para el 6
10
El presente apartado se construyó a partir de la información reca- de abril de 1968 y por decreto se cambió el nombre del
bada durante el trabajo de campo realizado del año 2010 al 2011 en la municipio a Zapotitlán de Vadillo, en memoria del precla-
localidad de Zapotitlán, municipio de Zapotitlán de Vadillo. ro jalisciense Basilio Vadillo, quien fue un destacado políti-
11
Zapotitlán de Vadillo, municipio localizado en el sur del estado de co, educador y gobernador del estado (SIEGJ, 2012).
Jalisco, cuenta con alturas que van de 300 a 3 mil 600 metros sobre
Estos datos históricos aislados sugieren que Zapotitlán
el nivel del mar. La cabecera municipal se localiza a una altura me-
dia de 1 500 metros. Es preciso mencionar que el municipio cuenta
de Vadillo ha sido una localidad con grandes cambios so-
con una superficie de 480.74 km2 y limita al norte con San Gabriel ciales, ambientales y políticos. Al mismo tiempo, dichos
y Tolimán, al sur con el estado de Colima, al oriente con Tonila y sucesos señalan que la cultura alimentaria de Zapotitlán de
Zapotlán el Grande y al poniente con Tolimán. Según el Censo de Vadillo se ha modificado con el paso del tiempo, ya que la
Población y Vivienda de 2010, contaba con 37 localidades, siendo las disponibilidad de alimentos ha variado de acuerdo a los lu-
principales Zapotitlán de Vadillo (cabecera municipal), San José del gares donde se asentó la población. Por ello, la información
Carmen, Chancuellar, La Cruz y Mazatán (San Francisco Mazatán)
que se presenta a continuación debe entenderse en el con-
(Coepo, 2010).
12
La pobreza alimentaria es un tipo de pobreza que describe la inca-
texto actual de transformaciones locales muy particulares
pacidad para obtener una canasta básica alimentaria. Es utilizado por y no necesariamente devienen de una larga tradición. Al
el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social contrario, muestran la gran flexibilidad y fluidez con que
(Coneval) . Disponible en: http://www.uccs.mx/images/library/file/ las poblaciones van adaptando sus hábitos alimentarios
sociedad_finanzas/La-pobreza-en-Mexico.pdf. conforme a las transformaciones que sufren.
84 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

Hábitos alimentarios cotidianos des se ofrece a los vecinos, ya que según los productores, el
frijol se pica pronto (Figueroa, 2012).
en Zapotitlán de Vadillo La venta de comida en Zapotitlán se limita a un par
En este sitio los hábitos alimentarios cotidianos se pueden de fondas que venden sopes, hamburguesas, quesadillas,
documentar a partir de qué se consume. Por ejemplo, en la sándwiches, lonches o tostadas; otras ofrecen comida case-
actualidad la dieta de los lugareños se sustenta sobre diver- ra. Estas fondas se encuentran de manera formal en la co-
sas pastas, tortilla de maíz, arroz, huevo, frijol, jitomate, munidad, ya que cuentan con un permiso expedido por las
chile, sopitos picados, sopes, leche y en algunas ocasiones autoridades correspondientes. Además, se pueden encon-
carnes. En este sentido, organizamos la información que se trar los puestos de tacos, sopitos, hamburguesas o tosta-
obtuvo durante las estancias de campo de acuerdo al tipo das, que son los favoritos para consumir por las tardes o
de dieta y los alimentos que en Zapotitlán de Vadillo cum- noches en la comunidad. El único restaurante se ubica en la
plían los criterios señalados por el modelo de Linton orilla de Zapotitlán y allí se pueden conseguir alimentos
(1936). El resultado se muestra en el cuadro 6-4. que implican preparaciones más elaboradas.
Como se puede observar, la dieta de la población es La localidad cuenta con diversas tiendas de abarrotes y
variada en cuanto a alimentos de origen animal, vegetal y un minisúper donde se abastece de materia prima la comu-
cereales-leguminosas, que se consideran centrales. En la nidad. Las frutas y verduras se pueden obtener en las tien-
dieta secundaria encontramos que los platillos son de dos das de abarrotes, el minisúper o en el tianguis, que se coloca
tipos: los considerados antojitos tradicionales, y otros con en una calle del centro de Zapotitlán. Además, se observan
alimentos procesados que provienen de la dieta estadouni- camionetas recorriendo las calles de la comunidad ofre-
dense. Esto último nos permite sugerir que la migración ciendo frutas y verduras a los pobladores. Algunas de las
(nacional e internacional) de los habitantes puede estar tiendas mencionadas son una alternativa de empleo para
ejerciendo influencia sobre el desarrollo de nuevos alimen- los pobladores (Figueroa, 2012).
tos introducidos a la región. Por último, en la dieta perifé- Las carnicerías ofrecen carne fresca . Afuera de ellas se
rica encontramos poca variedad, pues está basada en ali- observan los cazos de cobre donde se fríen en manteca las
mentos de origen animal. A partir de esta tabla es difícil camitas y los chicharrones. La carne de cerdo tiene mayor
entender en qué momento y por qué se consumen estos ali- disponibilidad, en comparación con la de res. Los animales
mentos; por ello, la propuesta de Mead (1943) es relevante se matan en el rastro municipal, por lo que la comunidad
para comprender los hábitos alimentarios de la localidad. conoce qué días de la semana habrá carne disponible en
Al igual que en el caso de Ixhuatán, la economía local cada carnicería.
de Zapotitlán se encuentra diversificada. Entre las activida- El pollo "lavado" se ofrece en algunas viviendas de la
des económicas primarias de los pobladores se encuentra comunidad. Las encargadas de estos negocios compran
la agricultura. La producción de maíz es una entrada de pollo a camionetas de diversas empresas que llegan a re-
recursos económicos a los hogares. Los campesinos, des- partirlo, para posteriormente matarlo, pelarlo y ponerlo a
pués de la cosecha, almacenan en casa el maíz que se utili- la venta. Las camionetas que ofrecen pollo en pie provie-
zará el resto del año y el excedente lo venden a acaparado- nen de otras poblaciones.
res de la localidad. La producción de frijol ocurre en menor Las tortillas se pueden conseguir de diversas maneras:
escala que la de maíz, ya que gran parte de la cosecha es en camionetas que vienen de otros pueblos, en la tortillería
destinada al autoconsumo, aunque en pequeñas cantida- de la localidad (que utiliza una combinación de harina de

lll Cuadro 6-4 Catálogo de dietas de acuerdo con el modelo de Linton (1936) .

Dieta central Dieta secundaria Dieta periférica


Zapotitlán de Vadillo, Jalisco • Tortilla de maíz • Pozole • Camarones
• Arroz • Tamales • Pescado
• Huevo • Enchiladas
• Pastas • Carnes de res, puerco y
• Frijol pollo
• Jitomate • Tacos de asada o adobada
• Chile • Hot dogs
• Sopitas picados • Hamburguesas
• Sopes
• Leche

Fuente: elaboración propia de diarios de campo durante 201 O y 2011 .


CAPfTULO 6 Hábitos alimentarios cotidianos y festivos: una propuesta antropológica 85 . .

maíz y maíz nixtamalizado) y en las diversas viviendas- económica que provino de dos fuentes: primero, del Fondo
tortillerías, donde mujeres nixtamalizan el maíz, lo muelen Nacional para Desastres Naturales, y segundo, del apoyo de
en los molinos de la localidad y tortean a mano para ofre- los migrantes, quienes enviaron remesas económicas para
cer el producto a los demás miembros de la comunidad. ayudar a sus familiares en dicho periodo (Figueroa, 2012).
En este contexto, muchas de las cocineras dijeron que ini-
Los hábitos alimentarios ciaron la venta de alimentos para así generar una entrada de
recursos económicos al hogar y continuar con la recons-
en fin de semana trucción de sus viviendas.
En Zapotitlán de Vadillo existen diversos "locales de ven- Cada cocinera tiene una forma particular de ofrecer sus
ta"13 de alimentos que pertenecen a la dieta secundaria. platillos. Por ejemplo, muchas acondicionan un espacio, ya
Esos sitios trabajan exclusivamente los fines de semana, sea dentro o fuera de su vivienda, donde colocan lo necesa-
cuando abren sus puertas al público después del mediodía. rio para realizar dicha venta. Luego, junto con su familia
Allí se ofrecen platillos como pozole, tamales, enchiladas, colocan mesas sobre las calles; otras solamente sillas para la
sopes y tostadas (Figueroa, 2012). Dichos alimentos resul- venta de platillos. Sólo una de las cocineras registradas tiene
tan muy populares entre los habitantes de la localidad, un espacio acondicionado para la venta de platillos.
pues ofrecen una alternativa gastronómica y también re- En cuanto a los procesos de producción, distribución y
frendan su pertenencia a la región. Las encargadas de esos consumo de alimentos, las cocineras de Zapotitlán de Vadi-
negocios son mujeres del pueblo, llamadas cocineras. 14 llo concluyen que las enchiladas son el platillo más difícil de
Muchas de ellas son dueñas del negocio y se encargan ade- preparar y servir, en comparación con los tamales y el pozo-
más de la compra de la materia prima y la elaboración de le. Para las enchiladas se necesita preparar el mole dulce y la
los platillos. En algunas ocasiones, las cocineras distribu- carne, además de que en el momento de ponerlas en el plato
yen, junto con los miembros de su familia, tamales en la se necesita hacerlo de una por una. Cada tortilla se introdu-
localidad, además de servir los platillos y cobrar los consu- ce al mole, se le pone la carne y se enrolla; encima se coloca
mos. Adaptan su vivienda en una casa donde venden, pre- queso, jitomate o lechuga, según "el gusto de las personas''.
paran y venden platillos los fines de semana. Una de las Los tamales tardan en prepararse, pero son muy prác-
características principales de ese negocio es que tiene mo- ticos para servir. Para su elaboración se pone la masa con
dalidades distintas de venta. Por ejemplo, algunos locales sus ingredientes en las hojas de maíz, se agrega la carne, se
sólo tienen servicio para llevar por los compradores y otros envuelven y se ponen a cocer. Para servirlos sólo se toman
salen a vender por las calles. las piezas de tamales. En algunas ocasiones la cocinera les
Por otro lado, los lazos de consanguinidad de las coci- quita la hoja, pero a veces el consumidor prefiere hacerlo
neras y sus ayudantes son fundamentales para la venta. por sí mismo. La preparación del pozole es fácil aunque
Cada uno de los miembros se solidariza en las actividades lleva tiempo. Se pone a cocer nixtamal un día antes; luego
que incluye la venta de patillos, lo cual se toma como una se lava y después se ponen a cocer con la carne y otros in-
estrategia para colaborar con la economía familiar; asimis- gredientes. De acuerdo con una de las cocineras, este ne-
mo, la familia se alimenta con los platillos elaborados el día gocio "es muy práctico cuando se tienen otras actividades
de la venta. Por su parte, cada una de las cocineras tiene su que realizar''. Por último se sirve en platos hondos con gra-
manera de hacer las ventas, así como un motivo para in- nos y carne. Se pueden agregar complementos como repo-
cursionar en ese ámbito. Por ejemplo, tres de las 15 cocine- llo o lechuga picada, rábanos y salsa de chile "dependiendo
ras con las que se trabajó en la localidad declararon que la del gusto de cada uno''.
"necesidad económica" las condujo a vender diversos plati- Para algunas cocineras, la preparación de pozole, ta-
llos para mejorar un poco la economía de su hogar. males y enchiladas comienza desde un día antes con la ela-
Cabe mencionar que en 2003, Zapotitlán fue sacudido boración del nixtamal. Esto, si para las enchiladas se desea
por un sismo que dejó numerosos daños materiales que im- hacer la tortilla a mano. Para los tamales se puede elaborar
plicaron la reestructuración casi completa de la localidad nixtamal y molerlo o existe la opción de comprar masa. En
en términos urbanos. Esto fue posible gracias a la derrama el caso del pozole, se tiene que elaborar el nixtamal. 15 A
pesar del tiempo que invierten en la elaboración de plati-
llos, las cocineras ofrecen al consumidor los fines de sema-
na pozole, tamales y enchiladas. Ellas determinan la por-
13 No se encontró algún registro de parte de la población donde se ción que van a ofrecer al consumidor, y el precio lo estable-
mencione un nombre para este tipo de ventas. cen de acuerdo a sus criterios.
14 Un caso que no cubre los requisitos es el del cocinero Martín Be-
nítez, mayordomo 2012 de Santa María Magdalena. Su labor de co-
cinero durará tiempo limitado, ya que sólo lo hace para poder salir
adelante con el compromiso de la mayordomía. Él no prepara ni sirve
alimentos; esa labor la realizan sus sobrinas y demás población que 15 En el mercado existe nixtamal preparado, pero en Zapotitlán no
colabora de forma voluntaria. es el caso.
86 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

Es durante la preparación y la venta de alimentos de platillos los fines de semana, para cumplir el encargo,
cuando también los miembros de la familia degustan esos porque cada vez se necesita más dinero, ya que han au-
platillos, que como hemos visto, resultan una alternativa mentan los requisitos para la "velada"17 de la imagen. Du-
económica para la familia. A su vez, las cocineras ofrecen rante el trabajo de la mayordomía 2011 en Santa María
sus productos a precios accesibles y relativamente baratos Magdalena, la familia encargada realizó venta de alimentos
en comparación con otras comunidades. Las cocineras no los sábados y domingos afuera de su casa. Vecinos y fami-
tienen una lógica capitalista de producción; simplemente liares acudían a ayudarlos, tanto en la preparación como en
se conforman con recuperar los gastos de la elaboración de la venta. La mayordomía se encargó de proporcionar lo ne-
los platillos y que la familia pueda consumirlos sin necesi- cesario para estas actividades.
dad de gastar. La importancia de la preparación y consumo de ali-
mentos durante los fines de semana, y sobre todo durante
las fiestas, guarda relación estrecha con el valor de la soli-
Los hábitos alimentarios
daridad local. Por ejemplo, cuando la mayordomía de San-
durante las fiestas ta María de Guadalupe recibió la responsabilidad en enero
de 2011, ellos ofrecieron alimentos desde enero hasta mar-
En la comunidad de Zapotitlán de Vadillo se celebran dos
zo de ese año. Posteriormente dejaron de vender alimentos
fiestas religiosas principales: una en honor a Santa María
como pozole, tamales y enchiladas. Fue hasta el 12 de ene-
Magdalena, patrona de la localidad, que se festeja en el mes
ro de 2012 cuando realizaron lo que los pobladores llaman
de julio, y otra en honor a Santa María de Guadalupe, que
"la tradicional kermés" en el jardín principal de la locali-
ocurre en enero. 16 Esta última es la fiesta "más grande e
dad, donde la mayordomía volvió a ofrecer dichos alimen-
importante de la comunidad'; a pesar de que la patrona del
tos. Para cinco cocineras y la mayordomía 2011, el hecho
pueblo es Santa María Magdalena (Figueroa, 2013).
de haber colaborado fue determinante para la venta de ali-
La celebración de Santa María de Guadalupe anterior-
mentos. Cuatro de esas cocineras, después de trabajar para
mente era en el mes de diciembre, hasta el día en que la
la mayordomía, decidieron ofrecer alimentos por su cuen-
Diócesis no tuvo sacerdote para celebrar la misa el día de la
ta. Otras dos trabajaron desde ese momento para salir ade-
fiesta en Zapotitlán, por lo cual el cura recomendó cambiar
lante con la responsabilidad de velar la respectiva imagen.
la fiesta al mes de enero. Desde que se cambió la fecha,
Aunado a ello, los consumidores de los platillos refirieron
acude más gente a celebrar a la imagen, ya que en las co-
que es importante colaborar con los preparativos de la ma-
munidades circunvecinas se sigue festejando en diciembre
yordomía, pues así con la venta de esos productos se ayu-
y para enero la población está desocupada. Además, es el
dan entre ellos. Es decir, los beneficios de consumir esos
periodo en que muchos familiares que emigraron al ex-
alimentos son ayudar económicamente a la familia que or-
tranjero retornan a sus hogares a descansar.
ganiza, al mismo tiempo que se come. Si los vecinos cola-
En julio, mes en que se festeja a Santa María Magdale-
boran con dinero, entonces la celebración "se luce''.
na, la población siembra sus cosechas. Entonces toda la
Otro ejemplo: durante 2011, la mayordomía obtuvo la
familia va al campo y se involucra en las actividades. En
venta más grande registrada. Cerraron la calle afuera de la
estos periodos de siembra de maíz, el pueblo percibe que
casa de los mayordomos y el día de la venta acondiciona-
hay menos gente y menos dinero, pues la inversión econó-
ron espacios para diferentes platillos, colocaron sillas y me-
mica principal en ese momento es en pro de la siembra.
sas para el consumo y además acondicionaron sillas y me-
Por este motivo se dice que "la fiesta es chica'; es decir, que
sas para el juego de lotería. Junto con ello, colocaron un
no se puede celebrar con la misma magnitud que en enero.
altavoz y un juego inflable que los pequeños disfrutaron,
Cada una de las celebraciones tiene su propia mayor-
con lo cual se amenizó la venta de alimentos. El incremen-
domía que organiza la fiesta. Mayordomía es el nombre
to de personas en esa ocasión resultó interesante, pues
que recibe la familia que se encarga de organizar y velar
cambió el patrón de consumo. Muchos pobladores dejan
afuera de su vivienda la imagen de una de las vírgenes. En
de comprar alimentos a las personas que venden cerca de
estos periodos rituales, la familia realiza distintas activida-
sus hogares, pues si tienen una cercanía de amistad opa-
des para obtener los recursos económicos y "sacar adelante
rentesco con los mayordomos, entonces van y les compran.
el compromiso''. Por ejemplo, algunas familias a cargo de
Por eso los lugareños dicen que la solidaridad entre ellos
mayordomías realizan rifas o jaripeos además de la venta
hace posible que se realice la celebración de una fiesta lo-
cal. No es la sazón, necesariamente, lo que favorece el con-
sumo de esos alimentos.
16
En Zapotitlán de Vadillo se celebra la fiesta en honor a la Virgen
de Guadalupe en enero, a diferencia de otras poblaciones rurales de
México. Resulta un caso interesante, ya que por decisión del pueblo
17
una celebración católica se modificó, ya que en ese mes es cuando la La velada es el término local con la que se conoce la actividad de
mayoría de los migrantes retornan a sus hogares (Figueroa, 2012). velar una imagen religiosa durante la noche.
CAP[TULO 6 Hábitos al imentarios cotidianos y festivos: una propuesta antropológica

El día de la fiesta las imágenes son veladas afuera de la trucciones sociales (en las relaciones cara a cara), para lo-
casa de la mayordomía. Antes de la fiesta la calle del ma- grar una caracterización en términos de la fluidez y las mo-
yordomo es adornada, desde la esquina hasta afuera de la dificaciones que se realizan en la vida cotidiana dentro de
casa donde se vela. Incluso se pintan las viviendas de color ciertas poblaciones rurales de México.
similar. Todos los vecinos participan y comparten el orgu- Resulta interesante que cuando los hábitos alimenta-
llo con la mayordomía. Asimismo, esos sentimientos son rios se repiensan como construcciones sociales, nos damos
uno de los motivos para que los vecinos consuman platillos cuenta de que los actores sociales, sean consumidores o
en los locales del mayordomo. cocineras, tienen mucho que decir acerca de qué comer y
La noche que se vela la imagen, la mayordomía regala cuándo. Los alimentos en estos contextos no necesaria-
(no vende) al pueblo alimentos como pozole, atole, tama- mente se consumen porque sean considerados "buenos" o
les, menudo, consomé, caldo de pollo, café, canela, etc. Por "malos" en términos nutricionales. Sin embargo, hemos
lo general se ofrecen alimentos calientes y fáciles de servir, ejemplificado en ambos casos cómo prevalece la impor-
para disminuir el frío que coge a los creyentes. A su vez, la tancia de la estructura social, cultural y económica para
preparación de esos platillos depende de la mayordomía decidir qué, cuándo y por qué se come.
principalmente, con vecinos y algunos voluntarios. Ade- Otra de las aportaciones del presente capítulo, y que es
más, hay donaciones tanto económicas como de materia una propuesta en construcción, es que reconoce la impor-
prima para la elaboración de los platillos o artículos nece- tancia de que estas "estructuras inamovibles'; expuestas en
sarios para la decoración de la calle. el primer apartado, de las visiones dominantes de los espe-
Todos los días de fiesta en la localidad de Zapotitlán se cialistas en la nutrición tienen cierta fluidez y pueden ser
realizan peregrinaciones, misas y serenatas. Durante el día modificadas o adaptadas de acuerdo a los cambios ambien-
se observan diversos tipos de comidas y negocios de venta tales que se generan. Tal fue el caso de la venta y consumo
de alimentos. Durante la noche se observó que una de las de alimentos durante los fines de semana en Zapotitlán de
cocineras colocó su local de venta de patillos en el jardín Vadillo, cuando ocurrió el temblor. Por su parte, el caso de
principal. Para ese negocio, ella adecuó un espacio en la lxhuatán, Oaxaca, nos muestra cómo la etnicidad define y
calle, donde realizó la venta. Las demás cocineras deciden marca los espacios de redistribución y a la vez de diferen-
sentir la fiesta y olvidarse de las ventas. Además, se obser- ciación social, lo que define el hábito alimentario a través
vó que hubo venta de alimentos como hot dogs, hambur- de la producción de alimentos festivos .
guesas, tacos de carne asada o adobada y res. Asimismo, se Para cerrar, queremos resaltar dos elementos primor-
expendían bebidas como canela o ponche caliente, y no diales de la propuesta aquí esbozada para el estudio de los
faltaron las bebidas embriagantes. hábitos alimentarios. Una cualidad de la práctica clínica
Claramente se puede ver que la alimentación de los de especialistas de la nutrición estriba en la importancia
pobladores cambia en los días de fiestas . Se dejan de lado de identificar cada uno de los alimentos y sugerir los
los alimentos procedentes del maíz y se opta por consumir tiempos en que se deben consumir. Sin embargo, cuando
otro tipo de productos que no están tan arraigados en la se trata de trabajar en poblaciones rurales es fundamental
comunidad, como los hot dogs y hamburguesas. En este entender que existen temporalidades socioculturales, aquí
sentido, podemos observar cómo la relación entre las mu- ejemplificadas como de la vida cotidiana y los rituales. Las
jeres cocineras y los consumidores, las fiestas, la solidari- autoras del capítulo estamos convencidas de que si dentro
dad y el consumo de alimentos durante los fines de semana de la práctica clínica se emprendiera la tarea de compren-
son ejemplos de la construcción social cotidiana de los há- der los hábitos alimentarios familiares y locales, se podría
bitos alimentarios. avanzar en la prevención de enfermedades o trastornos
alimentarios. Lo anterior, debido en parte a que no sola-
Consideraciones finales mente se trata de modificar la estructura alimentaria, ni
cambiar el tipo de alimento y el consumo, sino conocer
A lo largo del capítulo hemos descrito prácticas y escena- qué hábitos se desarrollan acordes con las necesidades de
rios de dos poblaciones rurales de México que nos amplían las personas y las temporalidades socioculturales. Los ri-
la mirada respecto a los hábitos alimentarios repensados a tuales constituyen espacios que, además de ser parte de la
partir de las dinámicas locales. Si siguiéramos las primeras vida social entre los mexicanos, permiten visualizar la es-
propuestas de Passin y Bennet (1943), esbozadas en el pri- tructura social; a la vez, son espacios donde se cuestionan
mer apartado, acerca de cómo estudiar los hábitos alimen- las normas o valores que rigen el orden social (Turner,
tarios, hubiéramos presentado un cuadro para comparar el 1980; Díaz-Cruz, 2001), en este caso de los hábitos ali-
tipo de hábitos alimentarios que se practican en la actuali- mentarios. De aquí el valor de reflexionar sobre cómo se
dad en dos poblaciones rurales mexicanas organizadas de construyen los hábitos alimentarios a partir de los espa-
acuerdo con episodios de consumo, frecuencia y tipo de cios menos cotidianos o habituales. Los tiempos, las can-
alimento. Sin embargo, se optó por proponer una primera tidades, los tipos de alimentos, los espacios de produc-
conceptualización de los hábitos alimentarios como cons- ción, las formas de organización para la distribución de
88 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológ icas e históricas

los alimentos , los espacios de consumo, los participantes Un último elemento que se quiere enfatizar es la im-
y sus jerarquías se invierten y, a la vez, reafirman el estatus portancia de reconsiderar, para el análisis de los hábitos
de la sociedad a través de los alimentos. Es decir, en las alimentarios, el papel que juegan los espacios físicos y so-
fiestas se dice que se consumen los alimentos especiales, ciales; es decir, entre lo urbano y lo rural. La mirada antro-
los que no se cocinan cotidianamente, ya sea por el grado pológica permite hacer estas distinciones para la caracteri-
de elaboración o la complejidad de la receta, por su alto zación y, por qué no, comprensión de cómo se construye
costo monetario para obtener los alimentos o simplemen- un hábito alimentario en una población. En este capítulo se
te porque la "tradición" lo dicta. Donde está la tradición enfatiza sobre las poblaciones rurales, pues se encuentran
se encuentran los referentes de las identidades culturales en un espacio liminal entre las dietas occidentales, carga-
de las poblaciones, tema que no fue abordado en este ca- das de alimentos procesados, y las dietas rurales, más
pítulo. orientadas a la producción local de alimentos.

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mo-un-mendigo/
De los pulqueros y el hábito
de consumo del pulque en el sur de Jalisco.
El caso de Zapotlán el Grande
• Yolanda Lizeth Sevilla García
• Alejandro Macías Macías
Claudia Rocío Magaña González

Introducción bebida ritual y curativa, sino como un alimento y la base


para la preparación de diversas recetas tradicionales.
La producción y distribución de pulque en México ha pro- En el centro del país, específicamente en estados como
piciado que algunos investigadores se interesen por incluir Hidalgo, Puebla, Estado de México, Querétaro y Tlaxcala,
en sus áreas de estudio la discusión sobre la organización entre otros, el consumo de maguey y pulque significó du-
social de los pueblos pulqueros. Estas propuestas han rante décadas el complemento alimenticio para muchas fa-
aportado a la línea de conocimiento de lo que se llama en milias, incluso como una alternativa hidratante después de
la actualidad "la cultura del maguey y el pulque'; que plan- las arduas jornadas de trabajo en el campo. De este modo,
tea el abordaje de esta tradición milenaria de consumo a niños y adultos consumían aguamiel o pulque producido
partir de aspectos antropológicos, históricos y etnobotáni- de sus propias tierras o comprado a sus vecinos.
cos, así como desde el arte. Dichas investigaciones han En el presente capítulo se discutirá cómo se ha ido tra-
profundizado, además de la reglamentación y la prohibi- zando la historia del consumo de pulque en un territorio
ción de la bebida, también en las zonas altamente produc- como el sur de Jalisco, donde se creía que no había indicios
toras, el auge y la decadencia de la producción, pero sobre de producción y distribución, salvo lo que generaban algu-
todo el análisis y la descripción sobre las formas de consu- nas familias para el autoconsumo. Para esto, se hablará de
mo1 que cada territorio tiene tanto del maguey como del los hábitos de consumo en la Sierra del Tigre y en el Llano
pulque. Grande, así como el arraigo que tiene el pulque para algunas
Pensar en el pulque como una alternativa alimentaria familias en municipios como Zapotlán el Grande, Jalisco.
no es asunto nuevo, ya que por antonomasia ha estado pre-
sente en la mesa de los mexicanos, no solamente como una
El hábito de consumo de pulque
1
en el sur de Jalisco
En este capítulo se trabaja con la noción de consumo como un ele-
mento fundamental en el desarrollo de hábitos alimentarios, que para Para hablar del consumo en un territorio específico, es ne-
el caso específico del pulque, disminuyó considerablemente. A lo lar- cesario hablar de las características históricas, socioeconó-
go del capítulo veremos cómo a pesar de las múltiples prohibiciones micas y políticas que han llevado a la población a seleccio-
históricas y de carácter político, el consumo de pulque en la actuali- nar ciertos tipos de alimentos y rechazar otros. Por lo ge-
dad parece resurgir con nuevos bríos. El contexto global ha permitido
neral, se cree que en la selección de un alimento solamente
el resurgimiento del consumo de pulque como una forma alternativa
y muy particular en la Sierra del Tigre y Zapotlán el Grande. De aquí
influye conocer si tiene propiedades nutrimentales necesa-
que en el capítulo no se reflexione sobre un hábito específico, sino rias para el organismo. Lo cierto es que además de lo ante-
más bien sobre el contexto donde es posible que el consumo de cier- rior, la selección de un alimento va muy relacionada con las
tos alimentos, en este caso de la bebida del pulque, logre resurgir. relaciones sociales que se establecen al adquirirlo, prepa-

91
92 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

rarlo y consumirlo, así como la continuidad en la transmi- por la cuestión sociocultural, sino porque para los habitan-
sión de conocimientos y hábitos alimentarios a nuevas ge- tes, una vaca viva les provee de más alimento que una vaca
neraciones (Contreras y Gracia, 2005; Ortiz, Vázquez y muerta. Por ejemplo, los insectos que son consumidos en
Montes, 2005). algunos contextos, para Harris podrían no ser buenos para
Para Da Matta (1987), la descripción de cómo se lleva comer, ya que su relación entre el tiempo y esfuerzo que
a cabo -además de la selección- el consumo de un ali- implica su caza y las proteínas que proveen es mejor en
mento lleva a conocer a las personas implicadas en éste, otros alimentos. Por lo tanto, de acuerdo con este autor, las
además de reafirmar que el consumo no depende solamen- razones por las cuales elegimos consumir un alimento van
te, como se ha dicho con anterioridad, de condiciones or- más allá de los patrones socioculturales: primero se satisfa-
ganolépticas y nutriológicas, sino también del modo en ce una necesidad biológica y después se cubren aspectos
que se consiga, prepare y con quién se comparta. Por esta socioculturales.
razón el tema del pulque en el sur de Jalisco nos obliga a Si la razón para consumir pulque en el sur de Jalisco
partir de la explicación de los procesos que fueron necesa- obedece principalmente a los planteamientos de Lévi-
rios para forjar su consumo, así como las relaciones que se Strauss ([1966) 1997); Contreras y Gracia (2005); Da
establecieron tanto en la producción como en la distribu- Matta (1987) u Ortiz, Vázquez y Montes (2005), actual-
ción; ello permitirá conocer el significado que esta bebida mente se estaría consumiendo la bebida a pesar de que las
tiene para cada municipio de la región. condiciones socioeconómicas y culturales no son favora-
Hasta este punto, queda claro que para los autores an- bles, por el arraigo que pudiera tener en algunas familias y
teriores , el consumo de un alimento no necesariamente por la transmisión de esa tradición alimenticia que ten-
inicia porque socialmente se crea que cubrirá necesidades drían algunas personas en el sur de Jalisco. Sin embargo,
nutrimentales, sino que hay un entramado de razones so- también podrían ser sumamente viables las razones que
cioculturales por las cuales un alimento es bueno para co- discute Harris (1997) y entonces el pulque se consume
mer; entre ellas, que se cuide la transmisión de un conoci- primero porque existen las condiciones geográficas para
miento que ha sido importante en algunas familias . que se produzca su materia prima; segundo, porque las
Lévi-Strauss (1966; citado en Goody, 1997) propuso la familias que han mantenido la tradición lo hicieron por-
premisa de que la comida es buena para pensar, y en con- que encontraron en el pulque más allá de características
secuencia buena para comer, en la medida en que los ali- embriagantes, razones de peso alimenticias y curativas
mentos han de ser primero considerados comestibles por para consumirlo. Es decir, el pulque fue bueno para comer
nuestra mente, aceptados por sus significados sociales y (nutre, cura y es la base para otras comidas) y después fue
después digeridos por nuestro organismo. Primero los bueno para pensar (para algunas familias y grupos cultu-
pensamos y si son aptos los comemos. rales, la transmisión del conocimiento cultural sobre el
Sin embargo, para otros autores como Harris (1997), el pulque es importante para que no se pierda o distorsione
consumo de un alimento está primero relacionado con la su consumo).
satisfacción de las necesidades básicas y después con el Lo anterior lleva a plantearse dos preguntas que enca-
cumplimiento de todas las normas sociales que pueda te- minarán la discusión sobre la noción que se ha tenido del
ner un territorio; es decir, un alimento es bueno para co- pulque como alimento en México, para entender en otros
mer y después es bueno para pensar. En su libro, titulado apartados la condición que tiene en el sur de Jalisco:
Bueno para comer, hace una reflexión muy interesante so-
bre cómo se ha creído que algunas sociedades mantienen ¿Por qué se ha consumido
sus tradiciones de consumo por aspectos solamente socio-
pulque en México?
culturales, cuando en realidad existe una razón biológica
de peso que está por encima de cualquier otra razón, aun- Mucho antes de la conquista española, se dice en los códi-
que esto último no se realice conscientemente: ces y crónicas que el consumo de pulque estaba restringido,
no por considerarlo una bebida sucia o de poca calidad,
Ampliando el alcance de una célebre máxima de Clau- sino por la fortaleza que daba a quien lo tomaba. Solamente
de Lévi-Strauss, algunos alimentos son "buenos para se tenía permitido el consumo a sacerdotes para que tu-
pensar" y otros "malos para pensar''. Sostengo, no vieran contacto con los dioses. Posteriormente se permi-
obstante, que el hecho de que sean buenos o malos tió que lo consumieran ancianos y enfermos, así como
para pensar depende de que sean buenos o malos para mujeres embarazadas y hombres que trabajaban largas
comer. La comida debe nutrir el estómago colectivo jornadas en la faena . Sin embargo, aun cuando hubiera
antes de poder alimentar la mente colectiva. (Harris, permisividad, los sacerdotes eran los que normaban el
1997; p. 16.) consumo y mantenían el control de los macehuales para
que no se abusara de la bebida. El consumo de pulque den-
Harris (1997) pone sobre la mesa algunos ejemplos sobre tro del aspecto ritual tenía que ser respetado, ya que quien
este tema. En la India no consumen vacas, no solamente lo consumiera manifestaría en su embriaguez alguna
CAP[TULO 7 De los pulqueros y el hábito de consumo del pulque en el sur de Jalisco

deidad sagrada representada por el conejo 2 (Corcuera, Ya en la época colonial, el maguey y el pulque no estu-
2010). vieron exentos de prohibiciones; sin embargo, debido a que
Cuando llegaron los españoles, la organización social su consumo generaba cuantiosas ganancias tanto para pro-
alrededor del pulque se transformó. De un día para otro ductores como para la recaudación de impuestos, comen-
macehuales y sacerdotes pertenecían a la misma índole. No zó a permitirse públicamente. En esta época algunas fami-
había pues ningún líder espiritual que ordenara a los pobla- lias de la aristocracia pulquera, que años después tomarían
dores seguir sus tradiciones. Los macehuales no encontra- fuerza, comenzaron a figurar aprovechando los grandes
ron la manera de mantener el proceso de comunicación o terrenos de los llanos de Hidalgo para producir maguey,
de continuidad que tradicionalmente se había establecido sabiendo que a largo plazo, la producción de pulque gene-
entre los viejos dioses y el hombre, pues el mediador natu- raría importantes ingresos (Montiel, et al., 2011; Ramírez,
ral, el sacerdote nahua que los había guiado, ya no estaba 2012).
con ellos (Corcuera, 2010). Una de esas familias fue la de los Torres Adalid, que
Los frailes se quejaban cada vez más del consumo exce- desde principios del siglo XIX comenzaron a hacer una for-
sivo de pulque entre los indios y de su comportamiento, ar- tuna con la herencia de la hacienda de Ometusco, Hidalgo.
gumentando que la embriaguez era un fenómeno cada día En esa hacienda cultivaron cuantiosas cantidades de ma-
más extendido y destructivo entre ellos, ya que al beber, so- guey para producir el pulque que se distribuiría durante
bre todo en las fiestas cercanas a su gentilidad, regresaban a mucho tiempo por el centro del país y algunas partes de
sus actitudes idólatras prehispánicas (Corcuera, 2010). Zacatecas, Querétaro y Veracruz. Esa familia , pertenecien-
Pronto comenzaron a llegar las sanciones por parte de te a la aristocracia pulquera, llegó a convertirse en la más
los frailes, en su intento de evangelización y aplicación de importante productora de pulque en todo el país, no estan-
una nueva moral, por lo que denominaron a la embriaguez do exenta de las prohibiciones que desde Antonio López
como un pecado que consistía en perder la compostura, la de Santa Anna hasta el periodo de Porfirio Díaz enfrentó
mesura y el equilibrio. La corona se apresuró a poner orden cada integrante. Las características principales de la familia
en estas situaciones y prohibió en 1529 la venta pública y Torres Adalid fue que con las significativas ganancias que
clandestina del pulque, enviando a México una ordenanza les dejaba el pulque, dieron paso a la creación de fundacio-
real en la que marcaba que no debía producirse vino con nes, escuelas y hospitales, que levantaron desde la perspec-
raíces de la tierra, ni podían venderse a causa de cómo se tiva socioeconómica el estado de Hidalgo (Ramírez, 2012).
ponían los indios fuera de sentido (Corcuera, 2010). Las oportunidades para la aristocracia tomaron mayor
Por esta razón, durante la conquista, aun cuando los fuerza durante el porfiriato, al acrecentarse las oportunida-
españoles sabían las cuantiosas ganancias que tendrían por des para comercializar el pulque y fortalecer socioeconó-
el consumo de pulque entre los indios, ya que se consumía micamente a los estados productores gracias a que se echó
incluso más que el vino, consideraban que esta bebida era a andar el ferrocarril. Tanto la familia Torres Adalid como
antihigiénica por el olor desagradable que expedía cuando otras más aprovecharon para distribuir su producción por
tenía varios días fermentándose, por lo que pronto se hi- todo el país. Sin embargo, aunque el consumo de pulque
cieron presentes toda clase de juicios alrededor del pulque. era permitido, los espacios dedicados a su comercializa-
Aun cuando los frailes y sus procesos de evangelización se ción también tuvieron que seguir algunas reglamentacio-
agudizaron para desterrar de la organización social indíge- nes; por ejemplo, las mujeres no podían entrar a una pul-
na la adoración a dioses, el respeto por la naturaleza, así quería, pues tenían un departamento especial que las sepa-
como el consumo de algunos alimentos y bebidas como el raba de la convivencia con los hombres. También durante
pulque, siempre existió la forma de evadir dichas reglas y esa época se introdujeron reglamentos que regulaban ven-
sanciones. El consumo de pulque continuó, del mismo ta, impuestos, horarios, distancia entre locales, condicio-
modo que los antiguos mexicanos adoraban a vírgenes y nes mínimas de higiene, etcétera, criterios que además se
santos en templos españoles construidos sobre una base modificaban según las necesidades, las circunstancias polí-
indígena, en cuyo interior guardaban restos de sus deida- ticas y la influencia de productores y comerciantes (Barba-
des (Corcuera, 2010). za, 2004; Monterrubio, 2007).
El estallido de la Revolución Mexicana sacudió fuerte-
mente la industria pulquera que Porfirio Díaz había impul-
2
En el mundo náhuatl, en la creación del pulque están involucrados
sado. La misma industria generada por la familia Torres
los zenzontotochtli, que en náhuatl significa "los cuatrocientos cone- Adalid en el Llano de Apan comenzó a tener problemas, ya
jos'; que son deidades involucradas desde el cultivo del maguey hasta que los grupos políticos de oposición terminaron con los
la producción de pulque. La leyenda cuenta que cuando alguien be- privilegios de la aristocracia pulquera, pero además ataca-
bía más de cinco jícaras de pulque, el llamado macuiloctli o "cinco ron bruscamente la producción de maguey y pulque (Mon-
pulque" se perdía, manifestando hasta cuatrocientas escandalosas tiel, et al., 2011).
maneras de embriaguez. Para los nahuas la manifestación del conejo
A partir de ese momento se desencadenó la campaña
era sagrada y no ofendían al borracho por ninguna razón (Corcuera,
2010).
para desmitificar el consumo de pulque. Adjetivos como
94 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

embrutecimiento, degeneración de la población, bebida Adicionalmente, se ha escrito mucho sobre las multas im-
sucia, fueron los que paulatinamente iniciaron la desmitifi- puestas a mujeres, ya que de acuerdo al reglamento, ellas no
cación de esta bebida. Se decía que había más pulquerías podían ser dueñas de pulquerías y no podían permanecer
que panaderías o carnicerías; que la bebida era adulterada en ellas bebiendo. Así pues, el discurso de la normatividad
irregularmente y que, para fermentarla , se le depositaban con respecto a los expendios del pulque iba encaminado a la
heces fecales envueltas en una muñeca (un trapo). Adicio- noción de tener un Estado más "salubre" y "civilizado" (Bar-
nalmente, se decía que los que bebían pulque eran propen- boza, 2004).
sos a enfermedades infecciosas (Montiel, et al., 2011; Ra- Aunque con el correr del tiempo estas políticas res-
mírez, 2004). trictivas no menguaron, tampoco lo hicieron los esfuerzos
Sumado a lo anterior, las empresas cerveceras, que co- de los dueños de las pulquerías por echar a andar sus esta-
menzaban a tomar posición en el país, dieron continuidad blecimientos. Además, las haciendas continuaban sem-
a esas campañas para desprestigiar el consumo de pulque, brando maguey y produciendo pulque en los grandes ti-
diciendo que la cerveza es translúcida y limpia, comparada nacales, aunque lo hacían en menor cantidad y con ciertas
con el pulque. Este último, se decía, es de textura espesa, modificaciones en sus rituales. Mario Ramírez Rancaño
color blancuzco y además antihigiénico por su forma de (2012) explica las razones que omitieron los detractores del
preparación, asociando lo anterior a la muñeca. Por esta maguey y el pulque al momento de llevar a cabo su campa-
razón, el consumo de pulque era cada vez más asociado a ña de desprestigio:
las clases populares, primero porque su consumo comenzó
a considerarse poco elegante, y segundo porque más allá de Los detractores del pulque pasaron por alto que quie-
lo que se comentara sobre la bebida, en las localidades ru- nes promovieron la industria pulquera incorporaron
rales seguía consumiéndose (Barboza, 2004). al desarrollo económico una franja del México central
La historia del pulque está muy relacionada con la his- (... ) En segundo lugar, ignoraron que hubo intentos
toria de México y sus transformaciones. En algunos terru- por diversificar la industria y que además del pulque y
ños la producción de maguey y pulque menguó por las del aguamiel se intentó producir papel, azúcar, mieles,
condiciones reglamentarias y las campañas de desprestigio alcohol, vinagre. Ignoraron que hubo médicos que pre-
a que fue sometida la bebida, situación que afectó más en gonaban que el organismo humano requería de cierta
el centro del país que en otros territorios. Sin embargo, es- cantidad de alcohol para funcionar correctamente y
tados como Jalisco, Nayarit y Michoacán, aun cuando su que el pulque lo tenía en pequeña escala, además de
producción no se compara con las cantidades de pulque una serie de nutrientes minerales que contribuían a la
que se consumían en el centro del país, también sufrieron alimentación de los sectores de bajos ingresos. (Ramí-
las consecuencias de estas campañas de desprestigio que rez, 2012, p.15.)
en todo momento impulsaron medios escritos como El In-
No obstante, a pesar de la fuerte campaña de desprestigio
formador y Excélsior (Montiel, et al., 2011).
y de que cayeran las grandes familias productoras en el
Durante el gobierno de Francisco l. Madero (1911-
centro del país, el pulque continuó siendo parte importante
1913), los elementos que los porfiristas habían anexado a
del consumo diario de muchas familias mexicanas, más en
los reglamentos no fueron modificados, dejando las carac-
territorios como Tlaxcala, Puebla, Hidalgo y algunas partes
terísticas de higiene. No obstante, en el gobierno de Huerta
del Estado de México, donde la producción continuó efec-
se expidió un nuevo reglamento para pulquerías en donde
tuándose aun cuando las haciendas pulqueras menguaron
los expendios ya eran completamente afectados: "Queda
sus funciones (Ramírez, 2012).
estrictamente prohibido a los encargados de los expendios
La situación en otros estados respecto a la producción
de pulque, consentir que en el expendio permanezca el pú-
de maguey y pulque no fue muy diferente a la del centro del
blico mayor tiempo del necesario para hacer las compras,
país; sin embargo, por la organización social de cada pue-
así como vender el pulque para que sea bebido allí mismo:'
blo, la producción y el consumo del producto fue tomando
El bando que se había expedido prohibía los murales y el
tintes diferentes para cada contexto, por ejemplo, el estado
único aviso que permitía era el que refiriera que ese lugar
de Jalisco.
era un expendio de pulque (Barboza, 2004).
La intención de Huerta era completamente imposito-
ra, pues implicaba ordenar por la fuerza y no tanto promo- ¿Por qué se consume pulque en el sur
ver el orden social. Por ello, prohibía los establecimientos de Jalisco? Usos actuales del maguey
que no pudiera controlar o que causaran alteración en el
y el pulque en esa región
orden (Barboza, 2004).
Las sanciones fueron en aumento conforme pasaban Sánchez et al. (2009) y Montiel et al. (2011), respectiva-
los años, iniciando por castigar con multas o hasta la clau- mente, hicieron trabajo de campo en la Sierra del Tigre,
sura del establecimiento a los propietarios de las pulque- constatando cómo en los pueblos daban uso al maguey, de-
rías que cerraran en horas no autorizadas por el Estado. pendiendo de las tradiciones de cada lugar. Si bien en algu-
CAPITULO 7 De los pulqueros y el hábito de consumo del pulque en el sur de Jalisco

nos hacían sogas, la mayoría aprovechaba el aguamiel para pulque. Esas familias compartieron con el municipio su
Ja elaboración del pulque. legado culinario, dándole la receta del bote, así como otras
La producción de esta bebida formaba parte de una formas de uso y consumo del maguey y sus derivados, en-
actividad diaria y de vez en cuando la venta a otros lugares tre ellas el pulque con fruta picada, el pulque con camarón,
ayudaba a la economía familiar. Por ejemplo, el aprovecha- los frijoles con pulque, el chile con pulque y el atole de
miento de la fibra del maguey para hacer sogas era quizá el aguamiel. Con los años, esas recetas fueron formando par-
uso más importante que le daban en Atoyac. En Gómez te del municipio gracias al legado que algunas familias de la
Farías, Unión de Guadalupe, Concepción de Buenos Aires sierra procuraban heredar a sus hijos zapotlenses.
y algunos otros municipios de Ja Sierra del Tigre, el pulque En otros municipios, como San Gabriel (Apango), Sa-
además de ser una bebida de consumo frecuente, también yula y Tapalpa (Lagunillas, Juanacatlán) se acostumbraba
tenía otro uso comestible, ya que era el centro de una de las poner un poco de cacahuate o nuez en los vasos con pul-
recetas de fiesta, "el bote": que; para otros era más sabroso consumir Ja bebida con un
poco de salsa preparada por el pulquero (chile de árbol con
Las mujeres habían aprendido a hacer milagros con la
pulque).
escasez y los frutos silvestres. Además de las comidas
En todo el sur de Jalisco, el maguey y el pulque pare-
que diversificaban la rutina de los insustituibles frijoles
cieran consumirse por varias razones: porque es conside-
(como el minguiche, las calabacitas con crema o man-
rada una bebida medicinal; las levaduras implicadas en Ja
tequilla agria, la carne con chile y de dulce), [estaban)
fermentación del aguamiel que se convertirá en pulque han
las pencas o el quiote del mezcal, tatemadas y enmiela-
sido consideradas benéficas en personas que padecen en-
das, y el mezontle, que es el tallo del mezcal tatemado,
fermedades cardiovasculares; el jugo de la penca del ma-
el bote de los días de fiesta (un cocido de tres carnes,
guey cura heridas internas; la miel de maguey es buen su-
verduras, especias y pulque). (Arias, 1993; p. 86.)
plente del azúcar de caña y benéfica para quien padece
Con la finalidad de buscar oportunidades laborales, a fina- diabetes; el pulque ha sido recomendado para pacientes
les de 1950 algunas familias de La Unión de Guadalupe (fi- con deficiencias en la producción de hemoglobina.
gura 7-1), pueblo ubicado en el municipio de Atoyac, en la Lo anterior fue discutido ampliamente desde los estu-
Sierra del Tigre, emigraron a Zapotlán el Grande. Al insta- dios que hizo Loyola (1956), cuando describió que el agua-
larse allí, pronto buscaron la forma de adecuarse al contex- miel contiene pocas levaduras y muchas bacterias (en el
to recurriendo a su conocimiento local: algunos se dedica- pulque es mayor la cantidad de levaduras que de bacterias).
ron al campo, otros a Ja ganadería y Ja mayoría con antece- Durante Ja fermentación, actúan primero las bacterias pro-
dentes pulqueros comenzaron a rentar maguey y producir ductoras de ácido láctico, después las levaduras transfor-

Figura 7-1 Parte de la Sierra del Tigre, que incluye el municipio de Atoyac, donde se encuentra Unión de Guadalupe.
96 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

man la mayor parte de la sacarosa del alcohol. Intervienen Las complicaciones


después los gérmenes que producen la viscosidad y gene-
ran ácido acético, lo que finalmente promueve la descom- en el consumo del pulque
posición de sustancias nitrogenadas. Por esta razón, su Durante el siglo XIX, en el sur de Jalisco se comercializaban
durabilidad no es mayor a 36 horas desde que ocurre la diversos productos provenientes de las sierras del Tigre y
fermentación. El sabor dulce del aguamiel desaparece. Lo Tapalpa. De estos sitios, pequeños productores viajaban a
anterior también se sustenta en los estudios de Cervantes y Sayula, Zapotlán el Grande y San Gabriel para vender que-
Pedroza (2008), quienes a partir de cuatro muestras de pul- so, semillas o pulque. Esa situación fue cambiando durante
que en diferentes etapas de fermentación (aguamiel, semi- el siglo xx, conforme se impusieron las relaciones de pro-
lla, contrapunta y corrida) identificaron un hongo levaduri- ducción capitalistas, lo que provocó que los productores
forme, un cobacilo y un bacilo pertenecientes a los géneros locales tuvieran que competir a nivel nacional e internacio-
Saccharomyces sp., Zymomonas sp. y Lactobacillus sp. Gra- nal. En la ruralidad regional crecieron empresas agroin-
cias a estas tres levaduras, el pulque adquiere su fermenta- dustriales que transformaron no solamente los cultivos,
ción alcohólica, ácida y viscosa. En las cuatro muestras se sino también el contexto de consumo de alimentos (De la
pudieron identificar contenidos de proteínas y azúcares re- Peña, 1991; Macías, 2008; Sevilla, 2012).
ductores, así como poblaciones microbianas que le dan a la En este marco de transformaciones, el caso del pulque
bebida un alto índice nutricional. no fue la excepción, ya que los actores dedicados a su pro-
El segundo aspecto por el cual se consume pulque en ducción y distribución también enfrentaron las consecuen-
el sur de Jalisco es su condición alimenticia y por ser la base cias de la reestructuración económica y social (figura 7-2).
para la construcción de diversas recetas, entre ellas el bote, Adicionalmente, el consumo regional de la bebida
el atole de aguamiel, el pan de pulque, los frijoles con pul- también fue afectado por vicisitudes similares a las que
que, además de que el aguamiel y el pulque han estado pre- acontecieron en el centro del país, las cuales iban desde el
sentes como hidratantes después de la jornada laboral en el mito relacionado con la higiene en la preparación de la be-
campo. Por otro lado, dentro de este mismo aspecto, el bida, hasta la creencia de que provocaba locura a quien la
aprovechamiento del maguey y el pulque también está aso- ingería. Así, los duros castigos que se propinaban a quien
ciado al uso que en Jalisco se hace de la penca, la miel y los tomaba en exceso afectaron la producción, la distribución
jugos, por lo cual es una planta aprovechada en su totali- y el consumo (Sevilla, 2012).
dad en diversas localidades. Los primeros datos encontrados en trabajo de campo
En trabajo de campo reciente, se encontró una fábrica sobre la reglamentación del consumo de pulque en Jalisco,
artesanal de derivados de maguey pulquero (Agave inae- principalmente en la región sur, son de 1767, cuando Car-
quidens) en el municipio de Valle de Guadalupe. En esa los Francisco de la Croix se vio obligado a poner orden en
fábrica se produce jugo de penca de maguey, miel de ma- el pueblo de Zapotlán el Grande por las constantes riñas a
guey e inulina. Los productores de maguey venden la pen- causa de la embriaguez, dando a conocer un bando que,
ca cuando ya no es posible producir aguamiel. Sin embar- aprobado por la corona, terminaría con los problemas oca-
go, la producción no es a gran escala, y la venta y consumo sionados por el consumo de pulque:
ocurren en municipios aledaños.3
Otros municipios, como Zacoalco de Torres, compran La ociosidad es uno de los vicios dominantes en este
la penca de maguey a productores tanto de Zapotlán el reino y la causa de la frecuencia de casas de juego y
Grande como de municipios de la Sierra del Tigre y la Sie- pulquerías, parajes en que regularmente tienen princi-
rra de Tapalpa, con la finalidad de aprovechar la fibra y pio las riñas y pendencias de que se originan las con-
producir una especie de hilo que será utilizado para bordar tinuadas heridas y muertes y aunque por las leyes del
equipales. 4 Tít. 4. Lib. 7 de la recopilación, están señaladas penas
Finalmente, se consume pulque por ser una bebida es- a los ociosos bagamundos [vagabundos] y mal entrete-
pirituosa. Esta connotación se ha ido transformando en nidos, las justicias no cuidan de su cumplimiento como
cada municipio y ha sido motivo de preocupación para co- debían. Y enterado el supremo Consejo de Indias de
lectivos y grupos de empresarios culturales, ya que desde que semejantes gentes en los pueblos sólo sirven de in-
hace poco más de un siglo el aguamiel y el pulque dejaron troducir vicios, pervertir las buenas costumbres y co-
de consumirse por su condición ritual, adaptándose el con- meter delitos, me previene tome en el asunto las pro-
sumo a las transformaciones socioculturales que ha sufri- videncias que tenga por convenientes y deseando yo
do el contexto del sur de Jalisco (Ramírez, 2012). se observen la referidas leyes y las ordenes [órdenes]
del Supremo Consejo y se aniquile semejantes inútiles
sujetos: ordeno y mando que todos los que no estén
empleados en la cultura y labores de la tierra en oficio
3
Sevilla (2013). Diario de campo de marzo. Notas inéditas.
o servicio con que poder mantenerse, elijan algunos en
4
Sevilla (201 3). Diario de campo de febrero. Notas inéditas. el perentorio de un mes; y fallado justicias se dediquen
CAPfTULO 7 De los pulqueros y el hábito de consumo del pulque en el sur de Jalisco

1. Amecameca
2. Atemajac de Brizuela
3. Atoyac
4. Gómez Farías
5. San Gabriel
6. Sayula
• Región Sureste
7. Tapalpa
8. Techaluta
• Región Sur 9. Teocuitatlán de Corona
10. Tolimán
• Zona Metropolitana
11 . Tonila
de Guadalajara
12. Tuxpan
N 13. Zacoalco
14. Zapotiltic
15. Zapotitlán de Vadillo
Á 16.
17.
Zapotlán el Grande
Concepción de Buenos Aires
18. Jilotlán de los Dolores
19. Manzanilla de la Paz
20. Mazamitla
21. Pihuamo
22. Ouitupan
23. Santa María del Oro
24. Tamazula
25 . Tecalitlán
26. Valle de Juárez

Michoacán Fuente: Comisión para la planeación y


Océano Pacífico Colima Desarrollo (COPLADE), Gobierno de Jalisco.

Figura 7-2 Regiones del sur de Jalisco.

con frecuencia a visitar y reconocer dichas casas y a que afectó a Zapotlán el Grande, se tomaron medidas pre-
arrestar a los que hallasen en ellas y presumieren ser ventivas con respecto a esta bebida, ya que se creía que su
ociosos y contándoles por dicho de 2 o 3 testigos no te- consumo podría acarrear problemas de higiene que termi-
ner el sujeto oficio ni destino lo aplicaran al servicio de narían por acrecentar la peste. Durante ese periodo de aus-
su magestad [majestad] en la Tropa o la Habana Cuba teridad, las pulquerías estaban prohibidas en la ciudad
o San José de Ulúa. Según circunstancias, disposición (Olivares, 2012; como se citó en Sevilla, 2012).
que hallaren en el sugeto [sujeto] suspendiéndolo de la Algunos años después, en el primer reglamento de-po-
remission [remisión] hasta darme cuenta para la apro- licía, que data aproximadamente de 1886, se da a conocer
bación. Y a fin de que llegue esta providencia a noticia un estatuto de control para el horario en que debían cerrar
de todos se publique igualmente por Vando [bando] las pulquerías: no tenían que pasar las 9 pm; de lo contra-
en esta corte más ciudades y pueblos del reyno [reino] rio, el dueño se haría acreedor a una multa de cincuenta
y desde dicha publicación corra el término del mes. Y pesos para los fondos de policía (Rodríguez, 2010).
de esta resolución se pasaran dos ejemplares a la Real Para evitar la relación negativa que tenía la producción
Sala del Crimen en forma acostumbrada. 5 de maguey y su aprovechamiento en la producción de
mezcal y pulque, en el siglo XIX la Cámara Agrícola Nacio-
Éste no fue el único bando cuya finalidad fuera prohibir el nal jalisciense y la Sociedad Médico-Farmacéutica de Gua-
consumo de pulque, pues en 1833, con el brote de cólera dalajara propusieron que los productores de maguey enca-
minaran también su trabajo para fines alimenticios y no
solamente para fomentar el vicio de la embriaguez, del que
5
Encontrado en el Archivo Histórico de Zapotlán el Grande, jalisco. ya tenían muchos problemas de orden público. Propusie-
Caja 300. Vinos. Recuperado el 13 de abril de 2013. ron que en las piñas del maguey (mezontle) se pudiera ha-
98 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

cer el r..ixtamal, ya que las propiedades del corazón del ma- ya no lo han cultivado y el poco que queda en las sierras
guey fortalecerían nutricionalmente al grano y podrían sobrevive gracias a la proliferación de la semilla a través de
contribuir a la disminución de los problemas alimenticios la maduración de la flor del quiote, y por el murciélago, que
que padecían algunos municipios del estado de Jalisco se encarga de polinizado; también por los hijuelos que cre-
(Montiel, et al., 2011). cen al pie del maguey en desarrollo. Sin embargo, es ya re-
Los golpes del siglo xrx a la producción de maguey y lativamente poco el maguey existente.7
pulque que se gestaron en el centro del país (como la caída
de la aristocracia pulquera, así como la llegada de la indus- Nuevas tendencias
tria cervecera) afectaron no solamente los territorios alta-
mente productores. Medios de comunicación, como el pe-
en el consumo de pulque
riódico El Informador, difundieron lo que pasaba con la Desde hace algunas décadas ha comenzado a figurar entre
producción y consumo en otros estados, aprobando la des- los productores de maguey y pulque, tanto del centro del
aparición del pulque y contribuyendo a que la desacredita- país como de otros estados como Jalisco, la urgencia por
ción del consumo de la bebida fuera en aumento (Montiel, llevar el consumo de esta bebida a un mercado competitivo
et al., 2011; Rodríguez, 2010). donde el envasado y la discusión de calidad del producto
Si bien durante los siglos XIX y xx se mantuvieron las estén presentes, más allá del consumo tradicional del pul-
medidas necesarias para sacar la producción y consumo de que fresco en el contexto donde se produce. Por esta razón
pulque de la organización social del pueblo mexicano, no muchos productores han apostado a proyectos de investi-
fueron lo suficientemente fuertes para desterrar el cono- gación dedicados a envasar pulque, intentando conservar
cimiento tradicional sobre la bebida y también acerca del el sabor y la consistencia. En las últimas décadas se ha in-
oficio de pulquero. En algunos estados como Jalisco, las fa- tentado comercializar el producto a partir de campañas
milias de pulqueros se encargaron de transmitir lo que mercadológicas que pretenden apuntalarlo como una be-
sabían del maguey y el pulque a las nuevas generaciones. bida de moda, mostrando la añoranza urbana por las acti-
Lo que ha afectado en la actualidad la producción tie- vidades del campo.
ne que ver con la tierra y la viabilidad del cultivo de maguey La finalidad última de este tipo de proyectos, además
para algunos agricultores, ya que al menos en Jalisco, el de llevar el consumo de pulque a territorios donde las con-
consumo de pulque obedeció siempre a una lógica de co- diciones climáticas no permiten su cultivo, también ha
nocimiento local. Es decir, los municipios pulqueros de sido exportarlo a otros países, aun cuando eso vaya en con-
este estado consumían pulque, primero porque crecía el tra de lo que tradicionalmente se ha defendido sobre el
maguey en sus tierras, después porque lo consideraban consumo de una bebida no adulterada y fresca. 8
parte de un alimento. Por lo tanto, la comercialización a Sobre este tema, productores tradicionales y empresa-
gran escala del pulque no era tan fuerte como en el centro rios divergen respecto a lo que representa un pulque de
del país. Si antes no era problema conseguir maguey en buena calidad. Para el productor tradicional es inconcebi-
terrenos ajenos, ahora se ha intensificado, ya que los terre- ble ofrecer una bebida que no tenga el color, el sabor y la
nos ejidales han pasado a manos de empresarios, por lo textura suficiente que ningún producto químico puede
que los pulqueros tienen tres opciones: salir de su lugar de igualar. Además, el consumo de pulque está muy relaciona-
origen a buscar maguey; buscar alternativas para que se do con la noción de espacios públicos; es decir, alrededor
cultive en los lienzos de las tierras ejidales que quedan, de la bebida se ha generado un contexto interesante de
como se hacía tradicionalmente, o comprar un terreno convivencia, representado en la pulquería, sea de ciudad,
para cultivar sus propias plantas. 6 pueblo o en la parcela donde se produzca el maguey. Para
A pesar de estas circunstancias, se continúa produ- el empresario, en cambio, representa la oportunidad de
ciendo y consumiendo pulque en todo el sur de Jalisco. En aprovechar la innovación y la tecnología para encontrar el
Zapotlán el Grande, por ejemplo, algunos pulqueros se han punto exacto en que se puede detener la fermentación del
movilizado a otras localidades para buscar maguey, con la pulque para poderlo envasar y exportar, con la finalidad de
finalidad de que el oficio no se pierda, ya que el maguey del reactivar la industria pulquera en las condiciones actuales
municipio ha ido desapareciendo poco a poco por diversas de comercialización y estableciendo nuevos parámetros de
razones. La más importante de estas razones es que las calidad que distan mucho de los que se tienen en el campo.
nuevas generaciones no consideran el maguey como una En este sentido es posible encontrar tres tipos de acto-
planta lo suficientemente sustentable económicamente res frente a las alternativas actuales de producción, comer-
como para cultivarla, por lo que los empresarios que han cialización y consumo del pulque. El primero es el produc-
adquirido terrenos aún con maguey lo derriban por no tor tradicional, que bajo ninguna circunstancia permitiría
creerlo importante como cultivo. Los demás propietarios que se alteraran desde una perspectiva bioquímica las cua-

7
Sevilla {2013). Diario de campo de abril. Notas inéditas.
6 8
Sevilla (2013). Diario de campo de febrero. Notas inéditas. Sevilla {2012). Diario de campo de octubre. Notas inéditas.
CAPfTULO 7 De los pulqueros y el hábito de consumo del pulque en el sur de Jalisco

lidades del pulque para poder envasarlo. Para estas perso- ción del pulque al producir una bebida incolora cuya ca-
nas el consumo debe respetar los tiempos de la naturaleza, racterística organoléptica es muy parecida al mezcal.9
de manera que el hombre se adapte a ella y no al revés. Bajo La problemática con estas nuevas formas de consumo
esta perspectiva, un comensal que conozca el buen pulque, es que terminan por transformar el contexto que gira alre-
infaliblemente procurará consumirlo vivo, es decir, sin nin- dedor del consumo de una bebida tradicional como el pul-
guna manipulación (aun cuando se hagan curados de la que, así como las enseñanzas de quienes lo producen en el
bebida con frutas de la temporada, el pulque sigue estando campo sobre el respeto por los tiempos de la tierra. Ahora
vivo: continúa fermentándose) (Sevilla, 2012). tenemos una gran cantidad de productos alimenticios a la
El segundo actor es el intermediario, que proviene de mano, sean o no de temporada, que provocan alteraciones
una familia tradicional y sabe de la calidad del pulque na- considerables a la naturaleza de las plantas y las propieda-
tural y sus beneficios alimenticios y medicinales, pero que des naturales de los alimentos. Es decir, el consumo de pul-
por alguna razón tuvo la necesidad de tratar de envasarlo. que envasado, como nueva alternativa, no solamente im-
En el sur de Jalisco, Martín Corona tiene un historial pul- plica una nueva noción de consumo, sino que transforma
quero de más de cuarenta años; aprendió con sus tíos por completo la organización social de las familias de pul-
cómo se hace el buen pulque y qué no debe hacerse para queros, así como las razones por las cuales se produce una
que al momento de probarlo las personas se lleven un bebida emblemática como ésta.
buen sabor de boca. Sin embargo, sus antecedentes como
distribuidor de cerveza, así como lo que ha investigado en Otras alternativas
libros y en internet, lo han llevado a pensar en la posibili-
dad de envasar:
agroalimentarias
Con las nuevas tendencias de consumo de alimentos de
He pensado mucho en envasar el pulque. Quiero en- origen agrícola, entre los cuales está el pulque, diversos
contrar el punto exacto en que ya no continúa fer- grupos de investigación, así como colectivos, han buscado
mentándose. Ya le intenté de un modo y de otro, pero alternativas para promover entre la población de diversos
no logro encontrar el punto del pulque que a mí me estados, incluido Jalisco, el aprovechamiento de todas las
enseñaron a hacer. La idea se me ocurrió un día que propiedades del maguey y sus derivados. Bajo esta visión,
vinieron unos gringos y me pidieron pulque para llevar el pulque representa una alternativa agroalimentaria; es
al otro lado. Yo dije: «Si les doy un galón, capaz que les decir, más que la innovación, implica la reivindicación de
explota en el avión.» Por eso quiero envasar: para que lo que nuestros antepasados ya realizaban con el maguey,
cuando vengan y me digan que quieren llevarlo lejos, el aguamiel y el pulque.
puedan llevarse mi pulque, pero el que me enseña- Dentro de esta labor de resignificación, se trabaja para
ron. (Sevilla, 2012; diario de campo de octubre. Notas promover el consumo del pulque, más que como una bebi-
inéditas.) da espirituosa, como un alimento y la base para la cons-
trucción de diversos platillos tradicionales de la Sierra del
Aun cuando la familia de Corona se opone a esta idea, para Tigre y de Llano Grande, en Jalisco.
él envasar representaría una oportunidad de llevar la cali- La labor de difundir las posibilidades agroalimentarias
dad del pulque a otras tierras, incluso en el mismo munici- que se tienen con el maguey y el pulque no es sencilla, y
pio, dentro de tiendas de abarrotes o mercados. Hasta el menos en un contexto donde paulatinamente ha imperado
momento de escribir estas líneas, Martín todavía no logra un modelo de consumo de supermercado. No obstante, el
su cometido, pero sigue intentándolo y buscando alternati- compromiso de llevar los resultados del trabajo de investi-
vas para lograrlo. gación a las localidades no mengua los ánimos, así como
El último tipo de actor es el empresario, que indepen- las propuestas para continuar con las investigaciones don-
dientemente de que dependa o no de una familia con arrai- de se involucre gente que el día de mañana pueda cultivar
go pulquero, centra su interés en la comercialización a gran su maguey, hacer su propia miel, su propio jugo para heri-
escala de un producto. Por ello promueve discursos relati- das, su pan de pulque, su nixtamal cocinado en el meyolote
vos a la calidad, desde la forma de envasado, el tipo de sabo- del maguey, su quiote con salsa o dulce y su pulque fresco.
res y las rutas de distribución. Actualmente son varios los En Jalisco también se bebe pulque y se procura el res-
actores que a nivel nacional se dedican a investigar cómo cate del maguey, que se ha ido perdiendo poco a poco con
envasar pulque y distribuirlo en el país y el extranjero. los avatares socioeconómicos de las últimas décadas. Sola-
Otras alternativas que han priorizado los empresarios mente nos queda seguir trabajando para que las generacio-
con ayuda de la investigación y la tecnología es generar, a nes venideras puedan seguir disfrutando la quietud de una
partir del pulque, otro tipo de bebidas alcohólicas. Actual- pulquería del sur de Jalisco.
mente Puebla cuenta con un centro de investigación dedi-
cado a promover, desde esta perspectiva, diversos produc-
9
tos agropecuarios, uno de los cuales involucra la destila- Sevilla (2012). Diario de campo de octubre. Notas inéditas.
100 SECCIÓN 11 Reflexi ones antropológicas e históricas

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mawa-•8
Consumo de alimentos tradicionales
entre indígenas en Canadá:
comparación entre reservas y entornos urbanos
• Kathi Wilson
• Chantelle Richmond
Rachel Bezner-Kerr

(Statistics Canada, 2009b). Casi 30% de la población abori-


Introducción y antecedentes gen tiene menos de 15 años de edad, en comparación con
En 2006, más de un millón de individuos en Canadá se el 17% en el resto de la población (Statistics Canada, 2008).
identificaron a sí mismos como aborígenes o nativos. 1 La Al igual que la población aborigen de otros países, la
población aborigen representaba 3% de la población total de Canadá ha experimentado una historia de opresión y
de ese país en 2006, lo que significa un aumento en compa- marginación como resultado directo de las políticas colo-
ración con el 2.8% reportado en 1996 (Statistics Canada, nialistas orientadas a borrar la cultura aborigen y asimilar
2006). En comparación, los indígenas constituyen 15% de a sus integrantes a la población dominante. Estas políticas,
la población total de Nueva Zelanda, mientras que en Esta- y su legado, han llevado a las cuantiosas disparidades rela-
dos Unidos y Australia representaban sólo 2%. Como gru- cionadas con la salud que hoy aún existen. Aunque está
po, la población aborigen de Canadá es mucho más joven y más allá del alcance de este capítulo proporcionar una re-
crece mucho más rápido que la población general: entre visión detallada del legado colonial, unos cuantos ejemplos .
1996 y 2006 aumentó en 45%, lo que es mucho mayor que significativos son dignos de mención.
el 8% para la población restante (Statistics Canada, 2006). A partir de la llegada de los colonos europeos en el si-
En 2006, la edad media de la población aborigen era de 27 glo xv, se desplazó a los aborígenes de sus territorios tradi-
años, en comparación con 40 entre el resto de la población cionales; esto culminó con la creación del sistema de reser-
vas, a finales del siglo xrx. En un principio, las reservas
eran áreas apartadas para el uso de las Primeras Naciones,
1
El término aborigen se utiliza en este capítulo para aludir a los tres pero cuyo título legal pertenecía a la Corona (Canadá,
grupos indígenas más grandes de Canadá: las poblaciones de las Pri-
2004). La tierra de la reserva a menudo era marginal (no
meras Naciones, los lnuit y los Métis. Cada uno de estos grupos tiene
una historia única y relaciones diferentes con el gobierno federal en
permitía la caza, la pesca y la recolección o actividades eco-
salud y servicios sociales. La denominación Primeras Naciones se nómicas tradicionales como la agricultura) y se situaba en
introdujo en la década de 1970 para reemplazar al término "indio'; regiones aisladas (lejos de la población que no era abori-
que muchos aborígenes consideraban políticamente incorrecto (Ca- gen). Además del desplazamiento físico de los territorios
nadá, 2004). Los lnuit son aborígenes que viven en las regiones más al tradicionales, la población aborigen en Canadá estaba des-
norte de Canadá. En un principio, el término Métis (mestizo) se usó plazada en los aspectos sociales y culturales mediante polí-
para describir a los hijos de mujeres Cree y comerciantes de pieles
ticas que buscaban borrar sus valores culturales y sus cos-
franceses que vivían en las praderas de Canadá. En el contexto con-
temporáneo, "Métis representa a una persona que se identifica como
tumbres (Canadá, 1996). Estas políticas tenían un aspecto
tal, y que es un ancestro de la histórica nación Métis, es distinta de significativo en la salud y el tratamiento de las enfermeda-
otros aborígenes y está aceptado por el concejo de la Nación Métis" des. Por ejemplo, enmiendas a la Ley indígena prohibían
(MNC, 2010) . ceremonias y reuniones tradicionales específicas, lo que

101
102 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

llevó a que muchas se realizaran de manera subrepticia y que no es aborigen: 3.7 muertes por cada mil partos (BC
algunas se perdieran por generaciones (Canadá, 1996; Ministry Health Office Planning, 2001). Más allá de la
Waldram, Herring y Young, 2006). Tal vez el paso más mortalidad, la población aborigen en Canadá también ha
agresivo que el gobierno dio para la asimilación fue la crea- experimentado algunas mejoras en relación con ciertas
ción de escuelas residenciaies bajo la dirección del gobier- condiciones de salud, sobre todo enfermedades infeccio-
no y la iglesia. El objetivo de esas escuelas fue reemplazar al sas. Por ejemplo, se había estimado que los índices de
sistema cultural indígena con uno europeo (Canadá, 1996). muerte por tuberculosis llegaban hasta 700 por cada 100
Las primeras escuelas residenciales se abrieron a finales del mil individuos a principios del siglo xx (Clark, Raben y
siglo xrx, y hacia la década de 1930 había un total de 80 en Nowgesic, 2002). Sin embargo, estos índices se han reduci-
todo el país; la última cerró sus puertas a mediados de la do con rapidez en decenios recientes. A principios de la
década de 1990 (AFN, 2009). En esas instituciones se aleja- década de 1980, la incidencia de tuberculosis cayó a 148
ba por la fuerza a los niños aborígenes de sus hogares para por cada 100 mil individuos (Smeja y Brassard, 2000) y
que se educaran y "civilizaran''. Sin embargo, sólo ha sido para 1996 esto se había reducido aún más a 35.8 por cada
hasta los últimos 30 años que los sobrevivientes del sistema 100 mil integrantes registrados de las Primeras Naciones
de escuelas residenciales empezaron a sacar a la luz el abu- (FitzGerald, Wang y Elwood, 2000). A pesar de estas mejo-
so físico, mental y sexual que sufrieron como estudiantes ras, los índices de tuberculosis siguen siendo despropor-
bajo ese sistema (Canadá, 1996; Castellano, Archibald y cionadamente elevados en comparación con la población
DeGagné, 2008). Como resultado de ello y de otras políti- en general (dos por cada 100 mil) (FitzGerald, Wang y
cas gubernamentales orientadas a su asimilación, las co- Elwood, 2000).
munidades aborígenes experimentaron una pérdida signi- En general, las mejoras en la esperanza de vida y enfer-
ficativa de conocimientos culturales, en general, y de cono- medades infecciosas reflejan que la población aborigen
cimiento sobre la salud, en particular (Waldram, Herring y está experimentando una transición epidemiológica, ca-
Young, 2006). racterizada por una reducción en la incidencia de enferme-
La cantidad estimada de niños aborígenes que asistie- dades infecciosas y una elevación en la de enfermedades
ron a las escuelas residenciales en toda su historia se estima crónicas, no contagiosas (de manera específica, cáncer,
en casi 150 mil (CBC News, 2008). No es posible calcular diabetes y afecciones cardiovasculares). Por ejemplo, las
los impactos directo e indirecto sobre la salud física y men- Primeras Naciones han experimentado incidencias meno-
tal, pero puede afirmarse que el legado perdurable de los res significativas de cáncer y mortalidad relacionada con
impactos negativos de dicho sistema educativo se mani- éste, si se le compara con la población no aborigen (Elias, et
fiesta en los problemas de salud y sociales que enfrenta hoy al., 2011). Entre 1984 y 1988, el índice de mortalidad por
en día la población aborigen y las amplias diferencias en cáncer de las Primeras Naciones fue 40% menor que el de
problemas de salud y sociales cuando se les compara con la la población restante (Elias, et al., 2011). Sin embargo, los
que no lo es. índices se han elevado de manera constante, de modo que
Está bien documentado que los aborígenes en Canadá hacia 2001 el cáncer era la tercera causa principal de muer-
mostraron niveles más elevados de morbididad y mortali- te entre los hombres de las Primeras Naciones y la segunda
dad que el resto de la población (Allard, Wilkins y Berthe- entre las mujeres (T¡epkema, Wilkins, Senecal, Guimond y
lot, 2004; Enarson y Grzybowski, 1986; Hammond, Ruther- Penney, 2009). Hay varios factores que pueden contribuir a
ford, Malazdrewiez y MacFarlane, 1988; Young, 1991; la mayor presencia de cáncer entre la población aborigen,
MacMillian H., MacMillian A., Offord y Dingle, 1996; Tro- incluidos los genéticos y ambientales (Moore, Huang y Ha-
vato, 2001). Sin embargo, es importante tomar en cuenta yes, 2006; Dong, et al., 2008; Esteller, 2008). Además, el
que hemos sido testigos de importantes mejoras en la salud cambio en el estilo de vida entre dicha población traído por
de los aborígenes con el tiempo. Por ejemplo, la diferencia el colonialismo está relacionado con varios riesgos de salud
en la esperanza de vida entre los "indios registrados" y la (p. ej., los porcentajes más elevados de tabaquismo [Elias,
población general canadiense ha declinado de casi 11 años et al., 2011]), que pueden explicar el aumento en la inci-
en 1980, a menos de siete años en 2001. Además, proyec- dencia de cáncer. Más aún, la diabetes mellitus y la obesi-
ciones recientes sugieren que esta diferencia en la esperan- dad, que afectan a los aborígenes en un porcentaje mayor
za de vida se puede reducir aún más hacia 2017 (Statistics que a la población en general, se ha relacionado con diver-
Canada, 2010). Disparidades en las tasas de mortalidad sos cánceres (Everhart y Wright, 1995; Calle, Rodríguez,
infantil y general también muestran indicios de reducción. Walker-Thurmond y Thun, 2003; Coughlin, Calle, Teras,
Por ejemplo, mediante diversas investigaciones se ha de- Petrelli y Thun, 2004). Se estima que los índices de diabetes
mostrado que entre los indios registrados en la Columbia son de 2 a 5 veces más elevados para las Primeras Naciones
Británica, las tasas de mortalidad infantil se han reducido que para la población que no es aborigen (Oster y Toth,
de manera abrupta a partir de la década de 1950, de 100 a 2009). Además, esta última experimenta índices de obesi-
cuatro muertes por cada mil partos; este último dato es dad equivalentes a más del doble que los de la población
casi igual a la tasa de mortalidad infantil entre la población general y, sin intervención, se espera que la prevalencia de
CAPÍTULO 8 Consumo de alimentos tradicionales entre indígenas en Canadá

dicho trastorno siga aumentando entre las poblaciones salud de los aborígenes sigue concentrada en los indígenas
aborígenes (Ng, Corey y Young, 2012). Estudios importan- registrados que viven en reservas (Hotson, Macdonald y
tes han descrito como "epidémicos" a los índices crecientes Martín, 2004; Kaur, Maberley, Chang y Hay, 2004; Muttitt,
de obesidad entre la población de la Primera Nación de Vigneault y Loewen, 2004; Dobbelsteyn, 2006). Dos revi-
Canadá. La rápida aculturación es la raíz del cambio en los siones recientes de investigaciones sobre salud de los abo-
patrones dietéticos (de alimentos tradicionales a aquellos rígenes conducida en ciencias médicas y de la salud (Young,
comprados en almacenes). Entre las causas de cambio die- 2003) y ciencias sociales (Wilson y Young, 2008) concluye-
tético se incluyen contaminación ambiental, asimilación ron que la investigación no refleja el perfil geográfico de los
cultural forzada y urbanización, y los efectos de este cambio aborígenes en Canadá, con una muy deficiente representa-
son obesidad, enfermedad crónica, inseguridad alimenta- ción de los aborígenes urbanos.
ria, entre otros. Sin embargo, la cantidad de investigaciones Este estudio empieza a llenar el hueco en el conoci-
en que se haya examinado el consumo de alimentos tradi- miento existente sobre la salud de los aborígenes en gene-
cionales en el contexto canadiense es limitada. En realidad, ral y el consumo de alimentos tradicionales en particular al
lo poco que se conoce gracias a la investigación de alimen- comparar dicho consumo y sus determinantes entre los
tos tradicionales está centrado en las poblaciones del norte integrantes de las Primeras Naciones que viven en una re-
y los Inuit (Erber, et al., 2010; Gagne, et al., 2012; Kuhnlein, serva y en un entorno urbano en la región suroeste de la
et al., 1995, 2004; Duhaime, Chabot y Gaudreault, 2002), y provincia de Ontario.
se ha prestado muy poca atención a las del sur o los aborí-
genes que viven en áreas urbanas.
Métodos
Es en el contexto de la urbanización y la aculturación
que se busca comparar, mediante esta investigación, el Los resultados descritos en este capítulo son parte de un es-
consumo de alimentos tradicionales y sus determinantes tudio más amplio, de métodos combinados, al que se le de-
entre los integrantes de las Primeras Naciones que viven en nominó The SOAHAC Food Choice Study. Se trata de un
una reserva y en entornos urbanos localizados en la región proyecto comunitario que fue diseñado junto con el South-
suroeste de la provincia de Ontario. Se usa el término con- west Ontario Aboriginal Health Access Centre (SOAHAC) e
sumo para aludir a los diferentes tipos de alimentos tradi- investigadores de la University of Western Ontario y la
cionales ingeridos por los participantes. Al examinar el University of Toronto. El propósito de esta investigación
consumo de alimentos tradicionales, se presta atención consiste en identificar y comprender los patrones dietéti-
particular al entorno y a los determinantes ambientales y cos y los determinantes de la elección de alimentos entre
sociales que conforman el tipo, la cantidad y las fuentes de los pacientes del SOAHAC que-viven o no en la reserva
dichos alimentos. del suroeste de Ontario. El SOAHAC Food Choice Study
Antes de describir los métodos, es importante propor- utilizó un diseño de investigación de la comunidad con
cionar un contexto geográfico a la investigación. Aunque métodos combinados, de corte transversal. La investiga-
hay abundante información documentada acerca de des- ción comunitaria es un diseño de estudio en que los inves-
igualdades en mortalidad y morbilidad entre la población tigadores trabajan de cerca con miembros de la comuni-
aborigen y la general en Canadá, lo que se sabe acerca del dad que siguen siendo participantes activos en todo el
estado de salud de la primera de ellas está limitado sobre proceso del estudio.
todo por los individuos registrados que viven en reservas Los integrantes de las Primeras Naciones que vivían
(p. ej., consúltese Barton, Thommasen, Tallio, Zhang y Mi- en la ciudad de London, Ontario, Canadá, y una reserva
chalos, 2005; Martens, Sanderson y Jebamani, 2005). Por cercana, efectuaron dos banquetes comunitarios en 2008.
tanto, se sabe poco acerca de la salud de otros segmentos Por tradición, este tipo de reuniones se ofrecen como una
de la población aborigen, como de aquellos que viven en celebración en que se comparten alimentos y se fortalece la
áreas urbanas (que pueden incluir nativos registrados, no amistad. Se presentó el proyecto en ambos sitios y se invitó
registrados e integrantes de los Métis y los Jnuit). a los asistentes a que respondieran el cuestionario respec-
Desde la década de 1960, Canadá ha sido testigo de un tivo. Participaron 130 personas que vivían fuera de la re-
crecimiento sin precedentes en la población aborigen ur- serva y 99 habitantes de ésta. La residencia en la reserva se
bana. A principios de la década de 1950, menos de 7% de la definió como vivir cerca de la reserva de las Primeras Na-
población aborigen vivía en áreas urbanas. A finales de la ciones, mientras que vivir fuera de ella o en una residencia
de 1960, casi 13% de esta población total vivía en esas áreas urbana se definió como vivir en London, Ontario. Esta ciu-
(consúltese Kalbach, 1987). Datos del censo de 2006 de Ca- dad tiene una población de 492 200 habitantes, de quienes
nadá revelan que esta cifra ha aumentado en más de 50%, casi 6 000 son aborígenes. Estos participantes completaron
mientras que la población que reside en reservas indígenas un cuestionario voluntario con preguntas sobre alimentos
representa menos de 30% de la población aborigen (Cana- consumidos durante la semana anterior (cuestionario de
dá, 2008). A pesar del desplazamiento de los individuos de frecuencia de alimentos, FFQ), fuentes de alimentos, segu-
la reserva a los entornos urbanos, la investigación sobre la ridad alimenticia, ingresos, edad, género, empleo, cantidad
104 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

y edad de familiares que viven en la misma casa, y código Alimentos tradicionales por lugar de residencia
postal. Las preguntas sobre la seguridad alimentaria fueron
60%
extraídas de la Household Food Insecurity Access Scale
(HFIAS), que incluye preguntas sobre las experiencias de 50%

acceso a los alimentos de personas que comparten el hogar. 40%


•Entorno
El concepto que sustenta el HFIAS es que la inseguridad urbano
30%
alimentaria reportada es una experiencia mensurable que
puede usarse para ordenar a los hogares por niveles. El 20%

World Food Program, entre otros, emplea esta escala para 10%
guiar, vigilar y evaluar los programas de ayuda alimentaria
y para evaluar la prevalencia nacional de inseguridad ali-
0% . .. ... ..
u
e
e e e .!!!
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mentaria en el hogar. Sólo se emplearon tres preguntas del "


e E E E ro ro ro ro ro
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HFIAS, a fin de evitar la fatiga de quien respondía. El cues- Q)
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tionario se desarrolló y probó de manera previa en colabo- ..o
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ración con integrantes de la comunidad y el SOAHAC. Q) Q)

Una segunda ronda de reclutamiento ocurrió en las dos


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oficinas del SOAHAC para capturar a participantes del w
SOAHAC que tal vez no asistieron a los banquetes. A quie-
nes respondieron se les informó por completo del estudio Figura 8-1 Consumo de alimentos tradicionales por lugar de
antes de recibir su consentimiento, y se protegió su confi- residencia .
dencialidad y privada. A finales del otoño de 2009 se inició
alimentos tradicionales con menos frecuencia que quienes
la segunda fase de la investigación, que incluyó entrevistas
habitan la reserva (figura 8-2). Casi 15% de los integrantes
a fondo con 25 mujeres con hijos menores de 12 años de
de dicha población reportan que en contadas ocasiones o
edad de los mismos dos sitios. Se eligieron métodos cuali-
nunca comen alimentos tradicionales, de manera similar a
tativos para proporcionar comprensión a fondo, contexto y
los participantes que no pertenecen a la reserva. En con-
ayuda para explicar la dinámica de los patrones identifica-
dos en los resultados de la encuesta. Esta muestra fue re- ¿Puede mencionar los alimentos tradicionales que
presentativa de madres solteras de condición económica consume con más frecuencia?
baja. De ellas, 13 vivían en la ciudad de London y 12 en la (%)
reserva; asimismo, 11 madres vivían con un ingreso fijo, 10
Pan de maíz
eran empleadas, una había regresado poco antes a la escue-
la y tres no revelaron su estado laboral. El objetivo de las
entrevistas fue investigar el significado y las razones de di- Granos
ferentes elecciones de alimentos entre familias con hijos
pequeños, incluidos los factores sociales, económicos y Pescado
ambientales que afectan sus elecciones alimenticias.
Casi 60% de los participantes vivía en la ciudad de Lon- Carne de animales
don y 40% en una reserva (figura 8-1). La mayoría de los salvajes
participantes eran mujeres y había una distribución casi
igual de participantes entre cohortes de edad. La cantidad Arroz

promedio de personas que habitaban cada hogar fue de


cuatro entre los habitantes de la reserva y tres entre quienes Moras
vivían en la ciudad. En relación con el estado laboral, casi
40% tenía empleo, 30% estaba retirado o permanecía en Tacos indios
casa de los padres, 20% se identificó como estudiante o de-
dicado a otra actividad, y 13% estaba desempleado. Los in-
Pan de casa
gresos bajos eran frecuentes entre los participantes; casi
30% reportó un ingreso familiar anual menor de 15 000 dó-
lares canadienses. Al presentar los resultados, se muestran Sopa de maíz
los datos del cuestionario y de las entrevistas a fondo.
o 1o 20 30 40 50 60 70 80

Resultados •Ciudad • Reserva

Los resultados muestran que los integrantes de las Prime- Figura 8-2 Alimentos tradicionales que se comen con más fre-
ras Naciones que viven en la ciudad .de London consumen cuencia por lugar de residencia.
CAP[TULO 8 Consumo de alimentos tradicionales entre indígenas en Canadá

traste, casi 25% de los integrantes de las Primeras Naciones "Y está la carga de trabajo para cocinar ese maíz, que
que viven en la reserva reportaron que comen alimentos ocupa mucho tiempo. Y entonces casi se diría que no
tradicionales 2 a 4 veces por semana, en comparación con vale la pena ocupar tanto tiempo, es decir, no me he
menos de 10% de quienes viven en la ciudad. No resulta dedicado a aprender a cocinarlos, prepararlo y todo
sorprendente, cuando se pregunta, que casi 75% de quienes eso'.'
viven en la ciudad indicaron que quieren comer alimentos
tradicionales con mayor frecuencia, en contraste con sólo Lo interesante es que casi 15% de los participantes que vi-
50% de quienes viven en la reserva. Lo interesante, para ven en la reserva reportan que los alimentos tradicionales
ambos grupos, es que el consumo de leguminosas, pescado son poco saludables. Durante las entrevistas, varios parti-
y carne de animales salvajes es muy bajo, y el consumo de cipantes comentaron este aspecto del pan casero y los ta-
sopa de maíz y pan casero es muy elevado (figura 8-3). En cos indios:
los resultados se muestran diferencias muy interesantes
"Sé que tiene mucho sodio, mucha grasa y sal de mar.
entre los participantes urbanos y de la reserva cuando se
Es decir, el pan se fríe en aceite. Y el pan de casa es
comparan los factores que determinan el consumo de ali-
como cualquier otro, tiene harina blanca. Y se supone
mentos tradicionales. Los primeros de ellos reportan falta
que debe usarse polvo para hornear marrón. La man-
de acceso y disponibilidad (29%) como el factor más im-
tequilla es pura grasa, y para comer el pan se le unta
portante que evita el consumo de alimentos tradicionales,
mantequilla. En cuanto a los tacos, seguro que la le-
seguidos por el costo (18%) y la falta de tierra (15%):
chuga y el tomate rojo son buenos, pero luego se le
"No hay a dónde ir. Se tiene que conseguir granos y pone chile. Y también se tiene la crema ácida que se
puerco salado y se tiene que obtener en ciertos lugares sirve en grandes cantidades'.'
el maíz. De modo que también está disponible sólo en
'l\demás está el pan frito. Está la grasa y la sal y la man-
ciertos lugares'.'
tequilla. De modo que nuestros alimentos tradiciona-
"Sería más fácil en la reserva porque se está rodeado les no siempre son saludables. Los tacos indios son un
de personas que siempre lo están haciendo, y suele in- poco saludables porque tienen vegetales y un poco de
vitarse a los demás '.' carne, pero también almidón'.'

En contraste, el factor reportado con mayor frecuencia que Además, un porcentaje elevado de participantes que viven
evita el consumo de alimentos tradicionales entre los par- en la reserva reportan que no saben cómo preparar los ali-
ticipantes que viven en la reserva es que no tienen tiempo mentos tradicionales, en comparación con los que viven en
para prepararlos (27%): la ciudad:

¿Qué factores evitan que consuma alimentos tradicionales? "No sé cómo preparar la sopa de maíz. Ojalá estuviera
mi mamá para que me enseñara cómo hacerla. Lo que
No le gustan
sí puedo preparar es el pan frito siguiendo una receta.
Preferencias o estilo 'l\sí que supongo que podría tener más clases sobre la
de vida manera de cocinar alimentos tradicionales ... como no
Falta de tiempo para
tengo una receta de comida tradicional, no creo pre-
prepararlos pararla. Sé hacer sopa; mi mamá me dio las recetas,
pero no sabría cómo cocinar sopa de maíz. Nadie me
Falta de conocimiento enseñó a hacerlo'.'
de las recetas

Son poco saludables A pesar de los desafíos que los participantes enfrentan para
tener acceso a los alimentos tradicionales, representan una
No se pueden
parte importante de su identidad cultural y los conectan
sembrar/cosechar con su pasado:

Son caros "Es una celebración. La disfrutamos con toda la fami-


lia, de modo que es una delicia. Creo que es impor-
Falta de acceso/ tante. Es parte de lo que soy. Crecí comiendo sopa de
disponibilidad maíz al lado de mi abuela, y siempre había pescado'.'
o 5 10 15 20 25 30 35
"Pienso que en cierta manera prefieren ese alimento
•Reserva • Ciudad porque siempre está allí y es una especie de fortaleza
Figura 8-3 Factores que determinan el consumo de alimentos en tu interior que representa lo que uno comía origi-
tradicionales. nalmente y las cosas que uno prefería'.'
106 SECCIÓN 11 Reflexiones antropológicas e históricas

"Sólo pienso en nuestra gente, nuestra cultura, porque acceso a la tierra y de disponibilidad de alimentos tradicio-
eso es lo que representa lo que comemos:' nales como barreras importantes para el consumo.

Además, muchos de quienes respondieron a la entrevista


Limitaciones del estudio
mencionaron la importancia de consumir alimentos tradi-
cionales para la salud y el bienestar: e investigación futura
Los participantes en este estudio tenían una relación con el
"Sé que cuando estás haciendo pan frito, a mí me pasa:
SOAHAC y, por lo tanto, es posible que representen a una
si estás de mal humor se refleja en la comida. Y si está
población distintiva. En este sentido, los patrones de inse-
uno de buen humor y le gusta, se siente uno realmen-
guridad alimentaria y dietéticos pueden diferir de manera
te bien, y todo cambia para bien. Pienso que puedes
considerable de los presentes en los integrantes de las Pri-
poner tu amor en tu comida y entonces todos estarán
meras Naciones que no están relacionados con un organis-
simplemente felices'.'
mo de servicio. La muestra se seleccionó también con un
"Siento como si hicieras regresar la comodidad, por- propósito y, por lo tanto, no se puede generalizar a toda la
que es la manera en que nuestra gente solía comer población de las Primeras Naciones que reside en London
hace mucho tiempo y los hacía realmente fuertes y u otras localidades. No obstante, la muestra tiene caracte-
saludables:' rísticas similares en cuanto a ingresos y seguridad alimen-
taria, si se le compara con la población general de las Pri-
"Siempre es algo bueno. Siempre lo disfrutamos de meras Naciones en London y Canadá. Como un proyecto
modo que estás feliz y es algo bueno. Entonces es una exploratorio, este estudio proporciona un cuadro impor-
buena cosa la relación entre cómo te sientes y la co- tante de patrones y diferencias entre las elecciones de ali-
mida:' mentos y la seguridad alimentaria de los integrantes de las
Primeras Naciones que viven en un entorno urbano y en la
reserva. Estos datos plantean cuestionamientos importan-
Análisis y conclusiones tes para la investigación futura, incluida la relevancia rela-
tiva de los alimentos tradicionales y el papel de la geografía
En este capítulo se han presentado resultados de un estu- en la conformación de su importancia, dada la reducida
dio comunitario que se diseñó para examinar las determi-
cantidad de alimentos obtenidos mediante la caza, la pesca
nantes sociales, los significados y las experiencias con la y la colocación de trampas, para la dieta y la seguridad ali-
elección de la comida entre integrantes de la Primera Na-
mentaria. El uso limitado de bancos de alimentos y la de-
ción que viven en un entorno urbano y en una reserva en el pendencia inesperada de acontecimientos sociales y mer-
suroeste de Ontario. Los resultados se extrajeron de 299
cados de agricultores como fuentes alimentarias también
cuestionarios aplicados a hombres y mujeres y de 27 entre- sugiere la necesidad de más investigación para compren-
vistas a fondo con madres de la Primera Nación con hijos der estos patrones. En particular, se observa un papel para
que viven dentro y fuera de la reserva. Asimismo, se com- métodos más intensos, cualitativos, que permitan discer-
paró el consumo de alimentos tradicionales y sus determi-
nir la complejidad de las relaciones observadas.
nantes.
No resulta sorprendente que los resultados muestren
que los integrantes de las Primeras Naciones que viven en Conclusión
la ciudad de London consumen alimentos tradicionales A medida que los procesos de despojo ambiental siguen
con menos frecuencia que quienes viven en la reserva y modificando la manera en que los integrantes de la Prime-
que un porcentaje más elevado reporta que desea comer ra Nación se relacionan con su entorno (Richmond y Ross,
alimentos tradicionales más a menudo. Sin embargo, es 2009) y de que siga aumentando la dependencia de los ali-
importante tomar nota de que casi 50% de quienes respon- mentos comprados en almacenes (Kuhnlein, 1995), es ne-
dieron y que viven en la reserva también reportaron que cesario comprender mejor los factores que conforman las
desean comer alimentos tradicionales con mayor frecuen- elecciones de comida tradicional y sus preferencias. Lo
cia. En este sentido, los resultados demuestran que el acce- ideal es que, al concentrarse en contextos sociales y econó-
so a los alimentos tradicionales ofrece dificultades en los micos más amplios, los legisladores se coloquen en una
entornos urbano y de la reserva. Los resultados sugieren posición que les permita atender los determinantes modi-
que las políticas coloniales que retiraron a los aborígenes ficables de la salud (Frohlich, et al, 2006), en lugar de seguir
de sus tierras sigue teniendo impacto en la dieta y el estilo combatiendo tasas epidémicas de enfermedad y mortali-
de vida (p. ej ., caza y pesca) de los aborígenes hoy en día. dad temprana y el costo significativo que representan para
Por supuesto, los participantes urbanos reportan falta de el sistema de seguridad social canadiense.
CAPÍTULO 8 Consumo de alimentos tradicionales entre indígenas en Canadá l•f

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educationlpdf/97-560-XIE2006001.pdf
Reflexiones
psicológicas

CONTENIDO
9. El hábito de beber
Alma Gabriela Martínez Moreno; Antonio López Espinoza; Patricia López Uriarte;
Elia H. Valdés Miramontes; Carmen Livier García Flores; Laura Vanesa Solano Santos

10. Actividad y hábitos alimentarios


Virg inia Gabriela Aguilera Cervantes; Carlos Flores; Cristiano Valerio Do Santos;
Karla Alejandra Damián Medina

11. El hábito de comer


Antonio López Espinoza ; Alma Gabriela Martínez Moreno; Virginia Gabriela Aguilera
Cervantes; Patricia López Uriarte; Fátima Ezzahara Housini; Maria Guadalupe Ruelas Castillo;
Lucía Cristina Vázquez Cisneros

12. Patrones alimentarios de pacientes con trastorno de la conducta alimentaria: hábitos,


preferencias e ingesta calórica
Georgina Leticia Álvarez Rayón; Juan Manuel Manci lla Díaz; Brenda Sarahí Cervantes Luna ;
Xochitl López Agui lar; María Leticia Bautista Díaz

13. Definición y evaluación de hábitos alimentarios


Karina Franco Paredes; Elia Herminia Valdés Miramontes;
María del Consuelo Escoto Ponce de León; Maximino Matus
El hábito de beber

• Alma Gabriela Martínez Moreno • Elia H. Valdés Miramontes


• Antonio López Espinoza • Carmen Livier García Flores
• Patricia López Uriarte • Laura Vanesa Solano Santos

Introducción estudio de los hábitos de beber. No es un capricho. Se en-


tiende que el comer y el beber son conductas que se inter-
El estudio del comportamiento alimentario tiene como relacionan, pero es justo darle la importancia que tiene al
prioridad distinguir el qué, cómo, cuándo y dónde de los acto de beber: su qué, cómo, dónde y cuándo.
hábitos alimentarios. Cualquier cosa que estas dos palabras
signifiquen, en realidad estamos bastante lejos de llegar a
una definición que satisfaga a todos. Es ambiciosa la meta,
Beber
porque ¿qué hay en este mundo que pueda ser igual de sa- Son pocos los que mantienen la idea de que el acto de be-
tisfactorio para todos? ber es precedido por la sed. No es su culpa. Por años, la
A pesar de las desavenencias y la falta de conocimien- teoría homeostática era lo único que se tenía para especifi-
to acerca del tema de los hábitos alimentarios, existe una car el porqué de esa práctica. Pero, ¿cuántas veces toma-
irresistible y seductora idea de predecir, a partir de la con- mos algún líquido por el solo placer de hacerlo? Podría
ducta alimentaria, el futuro sanitario del mundo. Imagine- decirse que la gran mayoría de ocasiones cuando se trata
mos lo que sería tener el secreto de cómo alimentarse des- de agua, café, té, leche, jugo, refresco, cerveza o vino. El
de la niñez y obtener como resultado sujetos saludables sin desarrollo de hábitos que incluyen el consumo de alguna o
enfermedades cronicodegenerativas que gasten los raquíti- todas estas bebidas está precedido por la edad, género, si-
cos fondos de ahorro que se tienen destinados para los sis- tuación geográfica, cultura, religión, estado de salud, nivel
temas de salud, si es que aún se tienen. Entonces, como socioeconómico, profesión, horario de trabajo o estudio,
meta principal, el estudio del comportamiento alimentario estado de ánimo, disponibilidad y preferencias. Es seguro
se ha dirigido por décadas a entender por qué comemos lo que falta incluir el doble de los factores atrás mencionados.
que comemos: el famoso why we eat what we eat. Y aunque ¿Cómo estudiar el compendio de estas variables para si-
dentro de esta célebre frase nadie se pregunta why we drink quiera advertir el desarrollo de los hábitos de beber? No se
what we drink es cierto que algunos investigadores están puede, pero eso no implica que no se intente.
interesados en el desarrollo de los hábitos de beber, que no Es posible que la dimensión psicológica y social de la
son los mismos del comer. conducta de beber tenga varios caminos. Es un área com-
Aunque algunos consideran que el beber es una parte pleja y más desconocida que explorada. Pero es un hecho
de la conducta alimentaria, es de reconocerse que ese acto que esa conducta en una población dice mucho de sus pa-
no necesariamente es comer. Son actos distintos tanto bio-
lógica como conductualmente. Por lo anterior, también
resultó irresistible y seductora la idea de plantear un capí- 1
Agradecimiento. Este trabajo se realizó gracias al apoyo del proyec-
tulo1 dentro de este libro que tratara exclusivamente del to CB-101314 Conacyt.

111
112 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológicas

trones conductuales y representa una aproximación para el 50% del cuerpo humano está constituido por agua, se en-
conocimiento de los hábitos de consumo y su caracteriza- tenderá que es de vital importancia mantener el organismo
ción. Lo cual podría diagnosticar si tales hábitos son ade- hidratado para su buen funcionamiento. Por lo tanto, to-
cuados o requieren moverse, cambiar de dirección. mar agua se convierte en una necesidad para sobrevivir
(Martínez, López Espinoza y Barrera, 2011). Ante ello, se-
Hábito ría conveniente negar su inclusión en este capítulo, porque
si se reconoce la sed como necesidad, entonces no puede
Ni hablar, el concepto de hábito debe llevar apellido. Resul- existir un hábito de beber agua, ya que no sería en toda la
ta que hay hábitos saludables, sociales, morales, militares, extensión de la palabra una conducta, sino más bien una
cristalinos (sí, existen en la biología), etcétera. Aunque no respuesta refleja, instintiva. Sin embargo, examinado este
es posible creer que exista quien se atreva a denominar consumo desde el punto de vista psicológico, hay quienes
algo como hábito psicológico (si no se sabe qué es un hábi- tienen el hábito de ingerir agua a pesar de la disponibilidad
to, menos qué es la psicología), se puede iniciar esta discu- de otros líquidos de palatabilidad y efectos sobrecogedores
sión señalando que la psicología está de acuerdo en que que el agua no tiene. Por esto último, hay que incluir en
para señalar una conduct<l como hábito, debe tener cierta este capítulo el hábito de beber agua.
regularidad. Sin el ánimo de llegar a una definición, es Ahora bien, el hábito de tomar agua se refiere exclusi-
aceptable afirmar (al menos en las hojas de este capítulo) vamente a la ingestión de dicho líquido sin ningún aditivo.
que en los hábitos alimentarios es posible determinar qué, A pesar de la cantidad de bebidas disponibles en el merca-
cómo, cuándo, dónde, con quién, a qué hora, por qué se do, el consumo de agua es y será siempre un excelente ne-
come y se bebe lo que se come y se bebe de manera regular. gocio, porque en sus justas dimensiones es y será siempre
O lo que es lo mismo, cuáles comportamientos alimenta- "el vital líquido por excelencia''. Bajo la premisa de que para
rios se ejecutan con tal fuerza y estructura que se han con- alcanzar un óptimo consumo de agua se debe beberla en
vertido en un hábito. Ahora bien, ¿cómo revisar los hábitos pequeñas cantidades a lo largo del día, se han especulado
de beber incluyendo las variables que se mencionaron an- diversas recomendaciones (Díaz, et al., 2007).
tes (edad, género, profesión, etcétera)? Resulta complejo. Greenleaf y Morimoto (1996) establecieron que del
Por tal motivo, fue más agradable la opción de revisar la total del agua consumida por un ser humano, solamente
historia de los hábitos de beber en México a partir de las 28% procede del agua ingerida, otro 28% proviene de los
bebidas que desde hace mucho tiempo se han convertido alimentos y el 44% restante de otros líquidos. Ello quiere
en parte de nuestra cultura, y a partir de ello, entretejer las decir que aproximadamente 30% del agua en nuestro orga-
variables. nismo procedería de los alimentos y el 70% restante de di-
ferentes líquidos; pero de este último porcentaje, menos de
Agua la mitad corresponde al consumo de agua. Aunque estos
autores hicieron la aclaración de que las cifras menciona-
das son esquemáticas y pueden variar según la población
Agua que no has de beber, déjala correr.. . (y mejor tó-
estudiada y sus hábitos de consumo, es un hecho que la
mate una copa de vino).
composición corporal y las necesidades hídricas varían en
Anónimo función de la edad.
En ese sentido, los hábitos de consumo de poblaciones
Desde la antigüedad, el hombre ha buscado interminables infantiles están directamente relacionados con satisfacer
formas de proveerse de agua. Es posible que los mayores sus necesidades hídricas. Es decir, el hábito de consumo de
retos de ingeniería hayan sido planteados inicialmente para agua en recién nacidos, niños preescolares y escolares no
sustraer el agua de lugares geográficamente complejos. De está influido en gran escala por otros estímulos ambienta-
igual forma, los desafíos en el campo de la medicina tam- les, como ocurre en el caso de adolescentes, adultos y adul-
bién han estado dirigidos hacia el mejoramiento y limpieza tos mayores (Bell y Rolls, 2003).
del agua para hacerla bebible, desde tiempos remotos y en Siendo que más de 90% del peso corporal de un feto se
prácticamente todas las culturas. compone de agua (cifra que alcanza 75% para un recién na-
En definitiva, el agua ocupa el primer lugar en la histo- cido), un lactante necesita proporcionalmente de dos a tres
ria de consumo de bebidas del ser humano. Todos están de veces más agua que un adulto (de 10 a 15% de su peso cor-
acuerdo en señalarla como el elemento más importante poral, frente al adulto que requeriría de 2 a 4% de su propio
para la vida, pues sin ella no existiríamos. Entre sus mayo- peso). Wong (2003) reportó que en el caso de niños prees-
res atributos se puede mencionar su necesaria presencia colares, deben equilibrar su balance hídrico a través de con-
para el mantenimiento de la vida, ya que todas las reaccio- sumos diarios suficientes, especialmente en las primeras
nes químicas del organismo tienen lugar en un medio etapas de la vida, cuando son más vulnerables a desequili-
acuoso. Además, su consumo evita el estreñimiento y nor- brios. Agregó que los bebés y niños que empiezan a caminar
maliza el tránsito intestinal. Si también se considera que el tienen mayores riesgos de deshidratación que los adultos.
CAPfTULO 9 El hábito de beber

Por otro lado, Boulze, Montastruc y Cabanac (1983) fermedades como la diabetes (Seymour, Henschke, Cape y
advirtieron que el consumo de agua debe ser proporcional Campbell, 1980). En el caso de los adultos mayores, existe
a la ingesta energética; es decir, a mayor energía ingerida, mayor riesgo y las recomendaciones incluyen evitar cua-
mayor cantidad de agua bebida. Lo anterior determina que dros de deshidratación y descompensaciones orgánicas o
conforme el niño se va desarrollando y sus hábitos alimen- exponerse a temperaturas ambientales altas (Epstein, Ke-
tarios se diversifican, su demanda de agua debe crecer en ren, Moisseiev, Gasko y Yachin, 1980). Esta población re-
igual medida. Las necesidades mínimas se sitúan en un mi- quiere estímulos más intensos para percibir el estado de
lilitro por cada kilocaloría ingerida aproximadamente. Sin sed o la respuesta y la cantidad de agua que ingieren es
embargo, debe considerarse que ciertos trastornos (como menor (Ramos y Nieto, 2005).
los de tipo infeccioso que ocasionan fiebre, vómito y dia- Por lo tanto, para referir hábitos de beber agua es im-
rrea) incrementan las necesidades de líquidos, por lo que portante afirmar que es importante revisar primero las ne-
algunos autores amplían dicho requerimiento de agua has- cesidades orgánicas de líquidos. Una vez agotado este
ta 150 ml/kg/día (Grandjean y Campell, 2004). Las cifras tema, podemos describir los hábitos de ingerir agua. Es un
respecto al equilibrio hídrico señalan un incremento de hecho que las investigaciones acerca de los hábitos de con-
dos veces en la ingestión de agua desde el primer mes de sumo de bebidas han dirigido poca o nula atención a los
vida y desde el sexto hasta el duodécimo mes. Sin embargo, requerimientos de agua en las personas. Es relativamente
el incremento del consumo entre los dos y los nueve años poco el tiempo que ha transcurrido para la conducción de
es sólo de 5 a 10% (Martínez, et al., 2008) . estudios para evaluar esta variable sin que se vinculen la
Como se mencionó antes, los niños consumen agua hidratación y la relación entre el estado de hidratación y
dependiendo de sus necesidades más que en funció n de la salud (Sawka y Cheuvront, 2005).
otros estímulos. Quizá el ejercicio físico sea una parte im- En definitiva, el hábito de tomar agua se modificó
portante en las actividades de los niños. Todos los ejercicios cuando se dispuso comercialmente en botellas de plástico.
tienen en común un incremento del trabajo muscular. Las Tal vez la mayoría de los adultos (hombres o mujeres) no
consecuencias de esta actividad sobre el equilibrio hídrico pueden dejar de cargar dos objetos: el celular y una botella
varían en función de la edad, el sexo, estado físico, duración de agua. Díaz, et al. (2007) señalaron que puede conside-
e intensidad de la actividad física y también del ambiente rarse al agua embotellada como el negocio global del billón
(temperatura, humedad del aire, altitud) . Ekblom, Green- de dólares y que esa industria ha mostrado un crecimiento
leaf, Greenleaf y Hermansen (1970) advirtieron que tam- de 25% anual de forma continua. ¿A qué se debe este fenó-
bién es importante tener en cuenta que la producción de meno? Una de las razones más discutidas tiene que ver con
sudor es menor en los niños que en los adultos. Estas dife- la preocupación de los consumidores acerca de la contami-
rencias dependen de la etapa de desarrollo: los prepúberes nación del agua. Al parecer, es más seguro beber agua embo-
sudan menos que los púberes. Esto quiere decir que aunque tellada que de otra fuente. Otro de los argumentos que expli-
los niños se ejerciten, se deshidratan a una tasa similar a la can este hecho es el cuidado de la salud y el modelo estético
de los adultos, pero su temperatura corporal se eleva más de delgadez que prevalece: "si bebes agua, eres delgado" y "si
rápido. Por lo tanto, los hábitos de ingesta de agua cobran eres delgado, eres bello''. Dado que existen innumerables mi-
particular importancia en etapas de desarrollo. tos acerca del consumo de agua, muchas personas la toman
Macedo-Ojeda et al. (2008) realizaron un estudio en para mantenerse delgadas; por el contrario, hay quienes
el que analizaron los hábitos de consumo de adolescentes dicen sin empacho: "hasta el agua me engorda''. Un tercer
residentes en la ciudad de Guadalajara, en México. Median- argumento fue propuesto por Wilk (2006) en su interesante
te la aplicación de un cuestionario, hallaron que el consumo artículo "Bottled water. The pure commodity in the age of
de agua fue deficiente (menos de cinco vasos diarios) en branding''. Ahí expresó las razones por las cuales el consu-
56.3% de la muestra y significativamente más deficiente mo de agua embotellada ha crecido rápidamente en países
en mujeres que en hombres (62.8% vs. 48.8%, respectiva- que no perciben carencias y en los que el costo del agua es
mente). Un estudio similar realizado con adolescentes en mínimo. Expone que el inicio de esta conducta se debe a la
Palma de Mallorca, en España, mostró resultados similares. difusión que hacen las autoridades acerca de los riesgos
Sus autores concluyeron que el consumo de agua en adoles- en la salud, pero advierte que culturalmente este hábito en
centes españoles es deficiente (Puig y Tur, 2001). realidad puede devenir en una conducta que ambiental-
Respecto a las necesidades de líquidos en adultos y mente puede convertirse en autodestructiva. Señala que
adultos mayores, Grandjean y Campell (2004) reportaron los consumidores y poseedores de este hábito no necesa-
que varían de 30 a 35 mi por kilogramo de peso corporal en riamente repiten la conducta en consideración a su salud,
condiciones estándar de temperatura, actividad física y si- sino al estatus que adquieren como "persona saludable';
tuación basal. Entre las condiciones que pueden incremen- hábito presente en sociedades donde hay abundancia. In-
tar las necesidades de líquidos se citan el estrés, el ejercicio quietante, ¿cierto?
físico, el aumento de la temperatura ambiental y estados Si bien es deseable que por cuestiones de salud la po-
infecciosos que incluyan vómito y/o diarrea; además, en- blación mexicana adquiera el hábito de tomar agua en vez
114 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológicas

de otras bebidas no saludables, también es cierto que los forma que decidieron perturbarlo. Ellos provocaron que
principales sistemas e instituciones no responden ante esta los habitantes de un poblado indujeran al propio Quetzal-
necesidad. Por ejemplo, la gran mayoría de las escuelas pú- cóatl a tomar pulque hasta perder la razón. Dadas las con-
blicas en México excluyen la disponibilidad de agua pota- secuencias posteriores a esta acción, la serpiente emplu-
ble y, en cambio, ofrecen una variedad excesiva de bebidas mada decidió abandonar a su pueblo; sin embargo, le dejó
azucaradas. Obviamente es importante la publicidad de la tradición de esta bebida (Guerrero, 1985). Una versión
estas últimas por parte de sus compañías patrocinadoras, "recargada" de esta historia es la de Fray Bernardino de Sa-
que a través de diferentes estrategias de mercado fomentan hagún, quien relata que los emperadores aztecas, inmedia-
el consumo. Adicionalmente, los programas de desayunos tamente después de estos hechos, exhortaron a que nadie
escolares no siempre son exitosos, a causa de la inclusión se emborrachara: "Éste es el vino que se llama octli, que es
de leche entera a la que se agregan saborizantes y azúcar raíz y principio de todo mal y de toda perdición. Porque
(Rivera, et al., 2008). este octli y esta borrachera son causa de toda discordia y de
En resumen, puede decirse que el hábito de ingerir todas las revueltas y desasosiegos de diez pueblos y reinos.
agua está más unido a la necesidad biológica de beber, que Es como un torbellino que todo lo revuelve y desbarata. Es
al gusto por tomar ese líquido. Tal vez sería una excelente como una tempestad infernal que trae consigo todos los
idea plantear un estudio que indague a aquellos sujetos que males y juntos" (Ramírez, 2002, p. 28).
prefieren beber agua sobre cualquier otro líquido, o que Como sabemos, los pueblos indígenas no hicieron
solamente ingieran agua. Mucho podríamos aprender de caso de las advertencias de sus gobernantes, sino todo lo
esta conducta, si es que existe ante tanta oferta de bebidas. contrario. Es una característica que nos heredaron, conser-
vamos y seguramente conservaremos. El resultado fue un
profundo hábito de beber pulque. Aunque esta tradición, si
Pulque, cerveza y tequila
nos atrevemos a llamarle así, se ha vuelto tenue, todavía
existen varios grupos de pueblos que producen, comercia-
El día que leí que el alcohol era malo para la salud,
lizan y consumen octli (Sevilla, 2012).
dejé de leer.
El caso de la cerveza es distinto. El 6 de julio de 1542,
Jim Morrison el emperador Carlos V emitió un permiso especial a un
ciudadano español de nombre Alonso de Herrera, para que
Muchas de las clasificaciones que se han realizado sobre manejara un establecimiento de producción y venta de
bebidas distinguen en primer lugar si contienen o no alco- cerveza, con la condición de que la Corona española reci-
hol. En el caso particular de este capítulo, dejaremos las biera un tercio de las ganancias (Reuna y Kremmer, 2012).
clasificaciones para otro momento. Dado que el objetivo es En 1544, Alonso de Herrera contaba con tal demanda en su
revisar el why we drink what we drink, resulta primordial empresa, que el 15 mayo de ese año le informó a Carlos V
discutir lo referente al hábito de beber "vino'; como se le sobre su gran éxito. Sin embargo, la producción de cerveza
dice en México a cualquier bebida alcohólica. Sin embargo, no se desarrolló como se esperaba en la Nueva España: pri-
analizando las aportaciones y el conocimiento respecto del mero por las sanciones impuestas a quienes se excedieran,
hábito de ingerir "vino" en México, fue necesario incluir lo y en segundo lugar, por la competencia de bebidas que ya
relacionado al pulque, la cerveza y, por supuesto, el tequila existían en esa época y que eran más reconocidas por los
(Luna, 1999). Expliquemos por qué: si dejamos por el mo- indígenas y mestizos (Ramírez, 2002; Reuna y Kremmer,
mento la discusión acerca del número de personas que tie- 2012).
nen el hábito de consumir bebidas alcohólicas sobre las La disponibilidad de bebidas que contenían alcohol y
que no lo tienen, es un hecho que no todas beben alcohol su bajo costo incrementaron el consumo, a pesar de que
en forma de vino, licor, whisky, cerveza, etc. Sin embargo, varios hicieron de todo por frenar este comportamiento
resulta interesante que aunque el hábito consiste en ingerir sin éxito alguno. Ante el fracaso, la redención: Fray Juan de
bebidas alcohólicas, no es lo mismo beber solamente cer- Torquemada refiere que tiempo después las autoridades
vezas, que sólo vinos, tequila, anís, etcétera. Aunque es in- otorgaron "licencia" para consumir bebidas alcohólicas so-
evitable relacionar alcohol y alcoholismo con el hábito de lamente a personas con 50 años de edad en adelante, a las
beber "vino'; no necesariamente van de la mano. Por lo tan- mujeres que acababan de parir un hijo (los primeros días) y
to, tampoco será considerada esta variable en este aparta- a los trabajadores cuando ejecutaban esfuerzos físicos
do. Dicho lo anterior, podemos continuar. grandes (podían beber para esforzarse más y "animarse").
La historia del consumo de estas bebidas en México Luego, lo que aún es parte central de la identidad del mexi-
está llena de fantasía y moralidad, como en muchos otros cano, en ocasiones especiales (ceremonias públicas) se
casos. Se dice que antes de la conquista de los españoles a otorgaba una licencia general (Carrasco, 1999). Ahora en-
nuestro país, Quetzalcóatl fue el culpable de inducir a los tendemos por qué cada 15 de septiembre, 20 de noviembre
pueblos indígenas a beber pulque. La historia cuenta que y otras "ceremonias públicas" nos sentimos con el permiso
dioses considerados demonios se enojaron con él, de tal de vaciar los expendios de bebidas alcohólicas.
CAP[TULO 9 El hábito de beber

A pesar de lo que parece, la embriaguez se consideraba línea ferroviaria que recorría la ruta entre El Paso, Texas, y
un grave delito. Si alguien era considerado borracho, era la Ciudad de México. Este hecho trajo como consecuencia
común que tiraran su casa; además, era inhabilitado de por un rápido crecimiento de las empresas dedicadas a produ-
vida para ejercer un oficio público (si lo tenía). Versiones cir cerveza. En 1875, la Cervecería Toluca y México fue
más dramáticas relatan que los aztecas castigaban con la adquirida por el industrial Santiago Graf, quien la compró
pena de muerte a quien era encontrado en estado de ebrie- a un suizo que la había fundado diez años atrás. En 1882,
dad, sin importar su edad o posición social (Carrasco, Graf importó equipos alemanes con los que produjo la pri-
1999). Ahora bien, después de la conquista y con el domi- mera cerveza mexicana, que denominó ''Toluca lager''. A
nio de la corona española, las restricciones se relajaron y se continuación se fundaron numerosas compañías del ramo,
presentaron las borracheras populares, tal como se cono- como la Cervecería Cuauhtémoc, en Monterrey, Nuevo
cen ahora. Se cita que es evidente que la ocupación espa- León, así como cuatro cervecerías en Orizaba, Veracruz,
ñola causó, entre muchas otras cosas, el aumento significa- llamadas "La Santa Elena'; "La Mexicana'; "La Azteca" y "La
tivo en el consumo de pulque (Guerrero, 1985). Pero todo Inglesa''. A finales del siglo se fundó la Cervecería de Sono-
esto no fue coincidencia. El cultivo del maguey se trasladó ra y en 1900 surgió la Cervecería del Pacífico. Tal fue el
desde tierras alejadas de las poblaciones hacia zonas secas auge por esa bebida que para 1919 había 36 marcas de cer-
y poco fértiles. En este punto, varios coinciden en señalar veza registradas en México (Reyna y Krammer, 2012).
la presencia de alcoholismo en la Nueva España en pobla- Ahora bien, respecto al hábito de los mexicanos de
ciones indígenas derrotadas y esclavizadas (Guerrero, consumir tequila, sin duda es punto y aparte ante el resto de
1985). las opciones, debido a que este producto es considerado "la
No obstante, la religión católica incrementó sus es- bebida tradicional de México" y ha logrado una enorme ex-
fuerzos para moderar la producción de pulque, a tal grado pansión en las últimas décadas. Macías y Valenzuela (2009)
que se promulgaron leyes que prohibieron la venta de licor mencionan que entre enero de 1994 y diciembre de 2006, el
a indígenas. Estas acciones llegaron tarde, ya que el cultivo tequila obtuvo el segundo lugar como producto mexicano
de maguey se había difundido y la planta tenía otros usos, de mayor exportación para el sector agroalimentario (des-
como el tratamiento de enfermedades y como materia pri- pués de la cerveza), con una participación de 12.2 por cien-
ma para la elaboración de objetos variados (techos para to. Agregan que la venta del líquido generó divisas por 4 592
casas, agujas y fibras para tejer ayates); además, se convir- millones de dólares. Es por ello que vale la pena analizar
tió en parte importante de la dieta de los indígenas. A estos brevemente la historia de cómo se generó este hábito de
efectos, no quedó más remedio para los colonizadores que consumo.
autorizar las pulquerías en el siglo XVII (Loyola, 1956). Se La bebida más mexicana se elabora a partir de la fer-
tiene certeza de que en 1788 ya existían diez tipos de pul- mentación y el destilado del agave, al igual que el mezcal.
ques "curados" (mezclados con melón, fresa, apio y otras La historia de su surgimiento raya en el romanticismo y
frutas) y otras bebidas de gusto popular como los aguardien- transita entre dos personajes: Mayahuel y Tezcatlipoca. Sin
tes, vinos de caña, chinguirito, pozoles, ponches, tepaches, embargo, la realidad no es para nada romántica, ya que
vinos de mezquite, chicha, zambumbia y tesgüino. Ante la tuvo su origen en el mezcal y no gozaba de predilección en
demanda, la oferta tuvo que incrementarse y después de la Colonia. Adicionalmente, el proceso de destilación pro-
la Independencia proliferaron cantinas y pulquerías por vino de los españoles, por lo que no es en absoluto la pri-
toda la nación. México era ya un país de alcohólicos: el indí- mera bebida alcohólica que bebieron y prefirieron los
gena o mestizo invertía casi todo su salario en licores. Inclu- mexicanos, pues antes estuvieron el pulque y el mezcal
so, algunos caciques preferían pagarles con litros de pulque (Gutiérrez, 2001).
o con alcohol de caña (Gonzalbo, 2006). Por lo que respecta al origen de la palabra "tequila'; se
Para la época del porfiriato, las bebidas alcohólicas te- señala que en lo que ahora son los estados de Jalisco, Naya-
nían tanto éxito que la recaudación fiscal por concepto de rit, Colima, Aguascalientes y una fracción de los estados
venta de alcohol ocupaba el segundo lugar. Hasta entonces, de Sinaloa, Zacatecas y San Luis Potosí, existió un territo-
el consumo de pulque, mezcal y licores era el predilecto de rio llamado Teochinchán, donde habitaban tribus indíge-
la población. Fue entonces cuando otras bebidas empeza- nas llamados "chimalhuacanos" debido al penacho que
ron a desplazar el consumo de pulque (Ramírez, 2002) . portaban. Sus oficios eran el campo y la elaboración de
Durante el siglo XIX, la puesta en marcha del ferroca- herramientas con piedras de obsidiana, a las que denomi-
rril trajo consigo la clave para situar a la cerveza como la naban "tecatlis''. A los hombres que trabajaban este oficio
favorita de muchos. En esta época, se importó desde Esta- se les llamó "tecatlis" o "tecuilos'; por lo que a la fuerza de
dos Unidos maquinaria dirigida a la instalación de fábricas los usos y costumbres, el poblado que ocupaban se termi-
de hielo y malta. A esto se sumó la competencia que ocu- nó llamando Tecuila y finalmente Tequila (Luna, 1999).
rría dentro de los ferrocarriles, donde se ofrecían cervezas Como ya se mencionó, la llegada de los españoles a
estadounidenses que fueron aceptadas de inmediato en el México propició el conocimiento de la destilación, que los
gusto de los habitantes. Entre 1884 y 1885, se inauguró la europeos habían aprendido de los árabes. Incluso, se ha se-
116 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológicas

ñalado que es posible que haya sido un español quien inició zaba 2.1%, es decir, 25 millones de personas). El problema
el proceso de destilación del agave. El tequila o vino mezcal era más agudo en hombres que en mujeres, sobre todo en-
fue entonces un producto del choque entre las dos cultu- tre los 18 y 29 años de edad. Las bebidas de mayor popula-
ras: la materia prima provenía de la Nueva España, pero la ridad fueron los destilados y vinos de mesa, seguidos de la
técnica procedía del viejo continente. Por ello se señala que cerveza (Centro de Investigación en Evaluación y Encues-
el tequila es una bebida mestiza (Muría, 1990). tas, Instituto Nacional de Salud Pública, 2008).
Se sitúa en 1600 la primera cantina donde se elaboró, Estas cifras se han incrementado significativamente a la
vendió y consumió el vino mezcal. Aunque no era del gusto fecha. La Encuesta Nacional de Adicciones 2011 (publicada
de todos y su elaboración se reducía al consumo personal en 2012) señala que el consumo diario de bebidas alcohóli-
en casas particulares de la región, en 1608, el gobernador cas muestra baja frecuencia . Sin embargo, la ingestión de
de la Nueva Galicia y presidente de la Real Audiencia deci- altas cantidades por ocasión de consumo es el patrón más
dió aplicar un impuesto al vino mezcal. En 1621 se regis- reportado, con una tercera parte de la población, y se man-
tran las primeras ventas de importancia del vino mezcal de tuvo sin cambios de 2008 a 2011. Respecto a las preferen-
Tequila. En 1740, José Antonio de Cuervo empezó la pro- cias en los hábitos de consumo, el primer lugar lo obtuvo la
ducción masiva de vino mezcal en una cantina llamada "La cerveza, seguida de los destilados y vinos de mesa. Luego
Chorrera''. En 1795, el hijo de.este personaje recibió autori- estuvieron las bebidas preparadas y al final las fermentadas,
zación para producir y comercializar el líquido. De este que disminuyeron significativamente a partir de 2002. Otro
modo se fundó la empresa Tequila Cuervo, y hasta 1870 resultado importante refiere las variaciones regionales: hay
surgieron Tequila Sauza y Tequila Herradura. Con la llega- más bebedores en las regiones Centro (Guanajuato, Hidal-
da del movimiento independentista, el tequila ganó más go, Estado de México, Morelos, Puebla, Querétaro y Tlax-
adeptos ya que se prohibió la importación de bebidas ex- cala) y Norte (Chihuahua, Coahuila y Durango) y menos en
tranjeras. En cambio, durante el porfiriato, época en la que la región Sur (Oaxaca, Guerrero, Campeche, Quintana
se pretendía "refinar" las costumbres, se promovió en gran Roo, Chiapas, Tabasco, Yucatán).
medida el consumo de brandy y coñac, situación que frenó Otra encuesta aplicada a finales de 2011 reveló que la
el crecimiento de la industria tequilera. Por tal motivo, el edad promedio en que los actuales adultos mexicanos se
tequila era la bebida destinada despectivamente a la "chus- iniciaron en el consumo de bebidas alcohólicas es de 17.4
ma''. Puede decirse que fue en esa época cuando el tequila años. Los varones se iniciaron a una edad promedio más
adquirió la identidad del pueblo mexicano. En la Revolu- temprana (16.8) que las mujeres (18.3). Estos datos coinci-
ción, tanto tropas federales como rebeldes bebían tequila. dieron con los de la Encuesta Nacional de Adicciones, ya
Esto puede constatarse en la gran cantidad de material ar- que la bebida predilecta y presente en prácticamente todos
tístico (películas, pinturas, canciones) que muestra que el los hogares mexicanos fue la cerveza. El 68% de los adultos
hábito de ingerir tequila era el símbolo por excelencia de la mexicanos declararon que la cerveza fue la primera bebida
mexicanidad. Esta situación perdura en la actualidad (Gu- que consumieron y el 61 % admitió que es su bebida prefe-
tiérrez, 2001). rida. En ambas categorías, el tequila se sitúa en la segunda
Hasta ahora, esta revisión ha advertido que los hábitos posición. El acontecimiento o lugar preferido para beber
de consumo de alcohol de la población, que solamente se son las fiestas (43%), casas (35%) y bares o restaurantes
basaban en pulque y licores, se ampliaron para incluir (18%) (México Opina, 12 de octubre de 2011).
la cerveza y el tequila, que siguen siendo los favoritos en la Finalmente, hay que decir que si bien es cierto que el
actualidad. De aquí en adelante, los datos acerca de este propósito del porfiriato fue refinar los gustos de la pobla-
tema son demasiados: en el siglo xx existía una cantina por ción mexicana, eso ha mostrado su efecto poco a poco. Es
cada 295 habitantes y una pulquería por cada 307. Durante justo mencionar que el ron, vodka, whisky y los vinos de
la época revolucionaria se establecieron las primeras cam- mesa también son consumidos y preferidos, pero su pro-
pañas de publicidad a favor del consumo de cerveza, tequi- porción es mínima respecto a la cerveza y el tequila.
la, pulque, mezcal y otros. En 1925, el consumo de cerveza
por habitante era de 3.5 litros, y en 1950 de 19.1 (Gonzalbo, Café
2006). En 1988, la Secretaría de Salud aplicó por primera
vez la Encuesta Nacional de Adicciones, con el objetivo de
El café alegra el alma, despierta el espíritu, es diurético
conocer los hábitos de consumo de ciertas sustancias (alco-
para algunos, aleja el sueño a muchos, y es particular-
hol, tabaco y drogas) . La población estudiada en ese enton-
mente útil para los que se mueven poco y cultivan las
ces fue la urbana ente los 12 y 65 años de edad. Se encontró
ciencias.
que el 27.6% de la población entre 12 y 17 años de edad
consumía bebidas alcohólicas, mientras que el 53.5% de Pietro Verri
adultos entre 18 y 65 años también lo hacían. También se
reportó que el 5.9% de la población urbana de 18 a 65 años Hace poco se publicó en internet la lista de los profesionis-
de edad mostraba dependencia del alcohol (la cifra alean- tas que más consumen café. Los investigadores y profeso-
CAPfTULO 9 El hábito de beber 117 .

res ocuparon el primer lugar. No logramos recuperar la in- rápidamente se convirtió en parte de la dieta cotidiana.
formación completa para mostrar aquí la fuente y el resto Actualmente, muchos pueblos indígenas viven de consu-
de las profesiones estudiadas, pero la noticia fue relevante mir frijol, maíz y café, incluyendo a la población infantil
para los autores de este capítulo, porque efectivamente, la (Moguel y Toledo, 1996). En el caso de las poblaciones
autora principal bebe demasiado café y es investigadora y urbanas, resulta común que lo ingieran azucarado y con
profesora. Tal vez la sustancia activa de la infusión, la cafeí- leche. Es de reconocer que su sabor es amargo, por lo que
na, que produce varias reacciones físicas que incrementan esas adiciones son justificables en la primera toma; pero
la actividad y concentración, sea la responsable de que el poco a poco se van desechando los azúcares, cremas y le-
café sea una de las bebidas más consumidas en el mundo. ches hasta reconocer su verdadero sabor. En México, el
Pero suponemos que hay más detonantes para ello. Los consumo de café hervido y sin filtrar es muy común. Una
amantes del café deben incluir otras razones. Lascasas parte importante (cerca de 40%) de la población adulta
(2000) relata la obra de Jean-Anthelme Brillat-Savarin lla- ingiere el café con una cantidad excesiva de azúcar y le-
mada Physiologie du goút, donde se exponen los efectos del che. Otro hábito de consumo relativo es la preferencia por
consumo excesivo de café, así como la manera de preparar- los cafés gourmet, bebidas que se han popularizado me-
lo y "disfrutarlo''. Alllse hace una serie de recomendaciones diante su venta en expendios que han proliferado en todas
para molerlo, -ésp;cialmente en el mortero, ya que "es la las ciudades. Desafortunadamente, esos productos inclu-
manera más noble de moler el café''. El autor confiesa cómo yen ingredientes de alto contenido energético, general-
enseñó a unos amigos varias formas de beberlo y concluye mente grasas saturadas y ácidos grasos trans (Rivera, et
de manera elegante que consumir café es un arte gastronó- al., 2008).
mico. Definitivamente, lo es. Por otro lado, es importante aclarar que en lo que res-
El cultivo y consumo del café data del siglo xv en el pecta al consumo de cafeína, no solamente debe conside-
territorio del actual Yemen. Fueron los holandeses quienes rarse al café. Hay mayores cantidades de cafeína en refres-
en 1616 reprodujeron semillas en invernadero y las propa- cos y bebidas energizantes. Por esta razón, aquí solamente
garon a Malabar, India y Java, Indonesia. En México, fue en nos enfocaremos en el consumo de la bebida de café y no el
1796 cuando llegó la primera planta del cafeto a Córdoba, de cafeína.
Veracruz. Posteriormente se cultivó y reprodujo en otros La Amecafé (2012) realizó un estudio prospectivo
estados como Michoacán en 1823 y la región de Tuxtla acerca de los hábitos de consumo de bebidas, en particular
Chico, Chiapas, en 1847. del café, entre 2010 y 2011. Se preguntó cuál es la bebida
¿Y quién fue el primero en beber café? La historia de que se prefiere tomar y en 2011 el 71 % de la muestra eligió
este hábito se remonta a Etiopía en el siglo vu, cuando un el café, mientras que en 2010 el 58% de los entrevistados se
pastor observó que las cabras que masticaban las bayas de inclinaron por dicha infusión. Se encontró que las cafete-
algunos arbustos se mostraban más inquietas que otras rías y tiendas de conveniencia son los lugares favoritos para
que no lo hacían; así que decidió probar dichos frutos . Lue- adquirir el producto. Por otra parte, de las personas en-
go un monje amigo suyo preparó una infusión con las se- cuestadas que mencionaron ser consumidores asiduos de
millas y pudieron constatar que los efectos de la nueva be- la bebida de café, el 62% dijo tomarlo de manera habitual y
bida eran mayores y comenzaron a difundir esa práctica. 48% diariamente. Alrededor de la tercera parte de esta po-
Los primeros consumidores de café como infusión lo lla- blación consume café en grano, por considerarlo un pro-
maron kahwah o cahue, que significa "fuerza" (Asociación ducto natural. El estudio también cuestionó los conoci-
Mexicana de la Cadena Productiva del Café, A. C. [Ameca- mientos de la muestra acerca de los beneficios del café. Los
fé], 2012). resultados muestran que se tiene buen conocimiento de los
De allí en adelante fueron muchas las poblaciones que beneficios del aromático y se le atribuyen propiedades
incluyeron en su dieta diaria el café. También existen cien- como la antioxidación, el incremento en la capacidad de
tos de bonitas historias que lo señalan como responsable concentración, ser fuente de energía, ser reductor de riesgo
de la ejecución de obras, deseos, tareas imposibles, etcéte- de padecer cáncer y mal de Parkinson, además de ser auxi-
ra. Por ejemplo, se cuenta que Yoltaire era tan aficionado a liar para el tratamiento de la depresión. Respecto a temas
la infusión, que llegaba a ingerir cincuenta tazas diarias, las sociales, el 66% de la población consume café en compañía
cuales le inspiraban para su creación literaria. Ludwig van de amigos o familiares, debido a que lo relacionan con la
Beethoven (1770-1827) fue otro fanático del café. No con- convivencia social.
fiaba en ningún sirviente para que le preparara su bebida y ¿Por qué bebemos café? Por lo general lo hacemos por
prefería hacerla por sí mismo. Siempre servía 60 granos de la mañana, "para despertar" y porque fomenta actividades
la planta por cada taza, y los contaba cuantas veces fuera laborales.
necesario para asegurarse de que había puesto la cantidad Frente al teclado es más frecuente tomar café en com-
necesaria (Boé, 2000). paración con cualquier otra cosa. Entonces, ¿por qué bebe-
Pero, ¿de dónde proviene el hábito de tomar café? En mos café? Porque se lleva bien con el trabajo. Al menos eso
el caso de México, este vegetal fue introducido en 1795 y dicen las estadísticas (Bragdon, 2007).
118 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológicas

tonces ingerimos 14 cubos de azúcar. Un dato más: siete de


Refresco cada diez niños desayunan con refresco y sólo 26% acom-
paña su almuerzo con leche (Toribio, 2012). Los datos son
¿Sabes cuántas personas están tomando Coca-Cola
en verdad perturbadores. ¿Por qué a los mexicanos nos
actualmente? Las mismas que están orinando.
gusta tanto el refresco?
Anónimo Investigaciones realizadas desde la década de los ochen-
ta del siglo pasado a la fecha refieren que el azúcar y la
Los refrescos hacen felices a las personas. Antes de cual- combinación de ingredientes en todos los refrescos (no so-
quier mala interpretación a este último comentario, hay lamente en los de cola) ocasionan una seria y compleja
que reconocer que si pensamos en cualquier celebración adicción alimentaria. Estos resultados se han obtenido por
siempre encontraremos refrescos en ella. Por simple aso- igual en modelos animales que en humanos, en laborato-
ciación pavloviana, podemos decir que una celebración rios o restaurantes, en niños, adultos o viejos (Brito, 2004;
trae consigo cercanía con los seres queridos y sentimientos Colantuoni, et al., 2003). ¿Será que los genes del mexicano
de pertenencia. Entonces, si esto se acompaña en repetidas tendrían la culpa? Reconocer esto último es quitarnos la
ocasiones de la disponibilidad y consumo de refrescos, te- responsabilidad de nuestras preferencias y hábitos alimen-
nemos como resultado que consumir estos productos trae tarios. Es casi como pensar que una persona es infiel por
consigo los mismos sentimientos de felicidad. Con todo y culpa de los genes, no porque sea su voluntad; o que un
que esta explicación psicológica puede parecer demasiado golpeador es menos culpable por su carga genética que un
fantasiosa, atrevida o insolente, también hay que recono- agresor que no tenga esa característica (Martínez, 2012).
cer que los refrescos saben bien y que eso tal vez ha fomen- Si bien es cierto que en la generación de la conducta de
tado que estén presentes en todos los hogares mexicanos. comer o beber participan mecanismos fisiológicos, psico-
Antes, cuando un invitado llegaba a casa intempestiva- lógicos y socioculturales, las personas determinan qué y
mente, se decía: "ve y compra unas Cocas''. Ahora las Cocas cuánto comer. Es decir, voluntariamente decidimos cuánto
están ahí, no hay que ir a comprarlas. Tampoco puede de- comer y beber, cuándo empezar y cuándo parar. Esto últi-
cirse que están presentes nada más en las celebraciones, mo hace más interesante el comentario inicial de este apar-
pues se quedaron de planta. Todavía más inquietante es tado: "los refrescos hacen felices a las personas''.
que se puede conseguir un refresco en cualquier tienda de Sin embargo, hay otro detalle fundamental que inter-
cualquier ciudad, en medio de la carretera, en las escuelas, viene en este factor de felicidad (la cual, por cierto, sería
oficinas, cárceles, etc. No creo que haya un lugar donde no imposible medir): su costo en términos económicos. Ya se
existan refrescos, ni siquiera en Cuba. Allí podemos en- dijo que el costo físico por encontrar un refresco es mínimo,
contrar el refresco nacional, llamado curiosamente "Tuko- pues la disponibilidad de esos productos es casi constante.
la'; y hasta la mismísima "agua negra del imperialismo'; la El precio del refresco es accesible y, además, su presenta-
Coca-Cola, por increíble que esto parezca. ción y conservación le permiten mantenerse en óptimas
Como se mencionó antes, los refrescos saben bien. Y condiciones aunque no esté refrigerado. La variedad de
saben bien porque contienen demasiada azúcar y una serie presentaciones va dirigida para todos los gustos y apetitos.·
de ingredientes que logran una perturbadora combinación Hay diversidad de sabores y tamaños, por lo que los pre-
que una vez que la probamos es imposible que no nos gus- cios a pagar por unas gotas de estas bebidas son alcan-
te. Los inicios de esta bebida están relacionados con la ela- zables para todos. En fecha reciente, se publicó que una
boración de siropes de distintos sabores, con contenido familia de clase media invierte 12% de sus ingresos para
frutal, a los que poco a poco se fueron adicionando ingre- adquirir refrescos (Toribio, 2012). Ahora se entiende por
dientes hasta llegar al agua carbonatada. Esto ocurrió más qué se compra y se bebe más refresco que leche en los ho-
o menos en 1700, en Inglaterra. Para finales del siglo xrx ya gares mexicanos.
existían el famoso Dr. Pepper y la Coca-Cola, marcas que Desafortunadamente, los efectos nutricionales de los
en sus etiquetas advertían a los consumidores que el pro- refrescos no son nada cercanos a los que proporciona la le-
ducto podría ocasionar dolor de cabeza, histeria y hasta che. El consumo de refrescos es señalado como una de las
melancolía (Burnett, 1999). principales causas del incremento acelerado del sobrepeso
Con rapidez, el gusto por el consumo de refrescos se y la obesidad infantil en los últimos años (Ebbeling, et al.,
extendió por todo el mundo y México no fue la excepción. 2006; Mapoumé-Cervantes, Sánchez-Reyes, Laguna-Orte-
En la actualidad, encuestas de salud, estudios descriptivos ga, Andrade-Delgado y Diez de Bonilla-Calderón, 1995;
y reportajes periodísticos coinciden en la misma cifra: cada Healthy Eating Research, 2009). De ahí que las autoridades
mexicano consume en promedio 163 litros de refresco al busquen la mejor opción para disminuir este consumo. En
año. Si dividimos esta cantidad entre 365 días, cada mexi- fecha reciente, el alcalde de Nueva York propuso prohibir la
cano consume prácticamente medio litro del producto por venta de bebidas azucaradas de volumen mayor a 400 mi.
día (Gutiérrez, 2012). Cada litro de refresco contiene 27 Parece que la propuesta va por buen camino. En México,
cubos de azúcar. Si consumimos medio litro por día, en- la tarea sigue pareciendo imposible. Mientras el precio,
CAPÍTULO 9 El hábito de beber

disponibilidad y presentación no cambien, el hábito de


beber refresco en nuestro país no mermará, sino al con-
Chocolate
trario.
¿Cuál es el significado de la vida? Hasta ahora toda la
evidencia sugiere que es el chocolate.
Leche
Anónimo
La leche, al pie de la vaca.
Cuenta la leyenda que fue Quetzalcóatl (otra vez) quien re-
Anónimo galó a los indígenas la planta del cacao. Como siempre, a
Tezcatlipoca no le pareció la idea y lo desterró. (¿Por qué
La leche se encuentra entre los diez productos que más se siempre hay un miserable que no quiere disfrutar de los
compran en los hogares mexicanos cada semana, penosa- placeres?) Como haya sido, el chocolate se convirtió en uno
mente después del refresco. ¿Por qué no tomar más leche de los mejores regalos que América le dio al resto del mun-
que refrescos? Además, los humanos bebemos leche desde do. Tan sólo hay que reflexionar qué sería de la gastrono-
que nacemos, pues la leche materna es el único alimento mía suiza sin su famoso chocolate, o bien, con qué se cura-
capaz de contener todos los nutrientes indispensables para rían la resaca los españoles si no tuvieran a la mano los
el recién nacido. Después de ella, nada volverá a ser igual. churros acompañados de su espeso chocolate caliente (Va-
Adquirir el hábito de ingerir leche debería ser de lo más lenzuela, 2007).
sencillo; sin embargo, en nuestro país el aporte energético La historia a partir de sus primeras preparaciones es
(proporción de calorías) por alimento o grupo de alimen- curiosa también. Norton (2008) relata que cuando los es-
tos proviene del consumo de cereales (46.6%), azúcar pañoles bebieron el chocolate en agua y mezclado con chi-
(15.4%), aceites vegetales (8.7%) y carnes (6.9%), y en me- les y otros ingredientes, no les gustó en lo absoluto y "deci-
nor proporción de leche (4.7%) y leguminosas (4.3%), prin- dieron corregir su mal sabor" agregando otras especias con
cipalmente frijol (Martínez y Villezca, 2005). las que mejorarían la degustación, y claro está, se añadió el
Por otro lado, se afirma que el consumo de leche en azúcar. De todo ello se conservó lo dulce, con la vainilla y la
Latinoamérica, en comparación con otras partes del mun- canela. El resultado fue exitoso para los dos bandos, tanto,
do, es relativamente alto. El índice anual per cápita de dicha que ambos lo seguimos consumiendo en gran medida.
práctica alcanza los 200 litros. Al parecer, este fenómeno se Norton (2008) cita algunos diccionarios sobre lenguas
debe a la gran aceptación de bebidas alternativas hechas a indígenas del siglo XVI para mencionar que en ellos es po-
base de leche y yogur. Otro aspecto que pudo favorecer este sible encontrar distintos nombres para las bebidas deriva-
incremento es que la mayoría de los gobiernos latinoameri- das del cacao, como es el caso de "Bevida de cacao con
canos tienen en la leche un alimento ubicado en los prime- mayz'; "Bevida de cacao con axi'; "Bevida de cacao solo" y
ros lugares de las pirámides alimentarias, o bien, dentro de "Bevida de cacao con flores secas y molidas''. En náhuatl
los cinco grupos de alimentos que forman la base de una llamaban atexli a la bebida hecha de agua, cacao y maíz,
dieta saludable (Rivera, et al. 2008). preparada fría. El tzone era preparado con partes iguales de
Aunque la leche es la principal fuente de calcio y vita- maíz tostado y cacao; "no era una medicina, sino un ali-
mina Den los niños (en particular para las edades de 6 a 18 mento refrescante''. Sin embargo, poco a poco el maíz des-
años, cuando los requerimientos de calcio son más eleva- apareció de las bebidas de chocolate europeas, no porque a
dos) y es una proteína de alta calidad, no es indispensable. esa gente le pareciera repulsivo, sino porque en travesías
Es decir, podemos sobrevivir sin beberla, a pesar de sus largas el chocolate se conserva mejor sin el maíz. También
beneficios. La Organización Mundial de la Salud (OMS, se tiene evidencia de que el cacao, el chocolate y los reci-
1983) recomienda 500 mg diarios para adultos. Aunque al- pientes de calabaza utilizados para beberlos lideraban las
gunos estudios han señalado una relación entre el consu- listas de bienes mejor vendidos en los mercados de la Ciu-
mo de leche y el aumento de peso, así como un pequeño dad de México, Tlaxcala y Coyoacán. La migración del há-
aumento de la densidad ósea cuando hay mayor consumo bito de consumir chocolate transfirió también los gustos y
del producto (Waterlow, et al., 1977), otros estudios pros- apetitos y permitió que la composición del chocolate y su
pectivos han mostrado de manera consistente la ausencia modo de preparación evolucionaran de forma gradual. El
de relación entre el consumo de leche y el riesgo de fractu- reto fue mayor tecnológica y económicamente para salva-
ra de hueso (Berkey y Rokett, 2005). Por otro lado, los lác- guardar el comercio de larga distancia, pero el beneficio
teos pueden reemplazarse por productos elaborados con fue igual de grande para todos, pues otras poblaciones ac-
soya y otros grupos de alimentos que son fuente de calcio y cedieron al producto y mejoraron el proceso.
otros nutrimentos, en especial frutas y verduras o tortillas. En este sentido, la bebida de chocolate es definitiva-
No obstante, la leche tiene alta aceptación y consumo en- mente un hábito cultural indispensable en México. Si bien
tre la población mexicana y su reemplazo tal vez no sería es cierto que como en varios casos, la ubicación geográfica
bienvenido. y el clima favorecen o disminuyen su consumo, es un he-
120 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológicas

cho que estados como Oaxaca tienen en el chocolate lo que fomentan un patrón alimentario erróneo, nada dinámico y
tienen los ingleses a media tarde con el té. conformado de azúcares.
Por otra parte, es importante mencionar que el consu-
mo de chocolate trae beneficios a la salud, gracias a su alto Conclusión
contenido de polifenoles (que actúan como antioxidantes).
El cacao está constituido entre un 8 y 13% de polifenoles. El hábito de beber, al igual que cualquier "apellido" que se
Puede decirse que una taza de chocolate caliente contiene agregue a la palabra "hábito" y que tenga que ver con el
entre 150 y 200 mg de tales sustancias, que también se re- comportamiento alimentario, no requiere definición. (Hay
lacionan con el aumento del llamado "colesterol bueno" y la quien dice que las definiciones no sirven para nada.) La
disminución del "colesterol malo" (Valenzuela, 2007). Adi- idea de estudiar los hábitos alimentarios converge en su ca-
cionalmente, sabemos que la grasa y el azúcar del chocolate racterización, más que en su definición. Para ello resulta
también pueden estimular el cerebro para producir opiá- prescindible hacerlo desde una sola perspectiva, escuela,
ceos, lo cual explicaría por qué es aceptado por la mayoría. enfoque, etc., porque irremediablemente el estudio queda-
Sin embargo, la noción de que el chocolate puede ser atrac- ría incompleto. Hace años que la psicología se ha empeña-
tivo por sus cualidades bioquímicas, aunque sugestiva, no do en volverse biológica y médica. No tiene nada de malo,
es del todo completa. No se trata de ignorar sus cualidades pero sería mejor que fuese más incluyente con otras áreas
psicoactivas; no obstante, esas cualidades no explican por sí de conocimiento. Finalmente, el cerebro no puede expli-
solas el hecho de que los europeos hayan adquirido el gusto carlo todo. Por sencillo que parezca decir que podemos
por el chocolate. La limitación resulta obvia: las propieda- encontrar en dicho órgano la clave para comprender por
des del cacao que pueden resultar en un hábito de consu- qué un mexicano bebe más cerveza que tequila, y que ade-
mo pueden explicarlo en cierta medida, una vez que el más ingiere café y casi nada de leche, resulta vital que con-
chocolate se ha empezado a consumir, pero no pueden ex- ductualmente conozcamos más acerca de estos patrones
plicar su éxito inicial. Otro problema del argumento bioló- de consumo al estilo tradicional, mediante la observación y
gico distingue el consumo en gran escala que los europeos experimentación de la conducta de beber. Así que sería
demostraron inicialmente, cuando esta preparación llegó a idóneo que la psicología no renegase tanto de su parte con-
ellos, hecho que hace insostenible cualquier hipótesis de ductual, sino que la aceptara y la mejorara en forma inclu-
adicción. Al respecto, Norton (2008) agrega que a pesar yente. La observación y experimentación deben seguir
de que el cacao contiene compuestos psicoactivos tan siendo primordiales en el estudio de los hábitos alimenta-
atractivos, definitivamente no se explican las diferencias y rios. ¿Cómo hacerlo? No es tan fácil observar el día a día de
la evolución de las formas que ha tomado el chocolate a un animal, mucho menos el de un humano.
través de la historia. En ese sentido, la multidisciplinariedad parece ser la
Ahora bien, no son lo mismo el chocolate caliente y la mejor propuesta al reto. Analizar una conducta a través de
cocoa, a pesar de que algunas personas los utilizan como diferentes métodos de estudio dará como resultado la ge-
sinónimos. El chocolate caliente se prepara con barras de neración de conocimiento articulado que permita estable-
chocolate (amargo, semiamargo o dulce) que son elabora- cer nuevas preguntas. Además, tenemos de nuestro lado a
das a partir de la cocoa, azúcar y manteca de cacao. Por su la tecnología. Reconociendo que la ciencia es una mezcla
parte, la cocoa caliente está hecha de una mezcla de leche de duda y certeza, también es cierto que el científico debe
o agua, cocoa en polvo (puede ser instantánea) y azúcar. La tener cierta actitud. Aunque no tengamos definición de há-
principal diferencia entre estas dos bebidas es el contenido bito y sea complejo estudiarlo relacionado con el fenómeno
de manteca de cacao. Sea cual fuere el caso, tristemente alimentario, y aunque estemos en pañales para revisar cul-
debemos reconocer que el consumo de chocolate caliente tural, psicológica o biológicamente lo referente a hábitos de
se ha reducido, mientras el consumo de cocoa en polvo, o comer y beber, es mejor hacerlo que no hacerlo. Es posible
lo que es peor, su versión industrializada de chocolate en que el día de hoy sea inalcanzable la predicción y control de
polvo azucarado, se ha elevado. Torres (2003) enfatiza que los hábitos de consumo de alimento y bebidas. Lo seguro es
las razones para este acontecimiento (acompañado de mu- que estamos lejos de establecer una definición que satisfaga
chos otros ejemplos) se relacionan con la importancia de la a todos (aunque no sirva de mucho). Reiteradamente, es
rapidez en la preparación de la comida (una exigencia de la más fácil no tomar postura y quedar bien con todo el mun-
vida moderna), la disponibilidad y el precio de estos pro- do científico. Pero, insistimos, es mejor hacerlo que no ha-
ductos, así como el bombardeo publicitario, factores que cerlo. Y esto último para nosotros es tener actitud.
CAPÍTULO 9 El hábito de beber

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Actividad y hábitos alimentarios

• Virginia Gabriela Aguilera Cervantes • Karla Alejandra Damián Medina


• Carlos Javier Flores Aguirre • José Guadalupe Salazar Estrada
• Cristiano Valerio dos Santos

La actividad ha sido tema de investigación en seres huma- sidad interna. Señaló que la conducta es el medio para
nos y animales, porque se considera una parte importante compensar esa necesidad y mantener un estado de equili-
de la vida de los organismos. La importancia del estudio de brio interno, a lo que llamó regulación conductual. Es de-
la actividad en humanos se debe a que mantenerse activos cir, el sujeto expresa una conducta para contrarrestar su
es indicador de buena salud. En modelos animales se estado de necesidad. Por ejemplo, si tiene hambre la con-
ha estudiado con la finalidad de fortalecer teorías que ex- ducta será comer; si tiene sed la conducta será beber (Mo-
plican la conducta de los organismos. El presente capítulo ran y Schulkin, 2000). Para que ambas conductas (comer y
tiene como objetivo vislumbrar la relación que guardan la beber) puedan ejecutarse, el sujeto debe moverse y llegar a
actividad física y los hábitos alimentarios, con la finalidad la fuente que le proporcionará el alimento o la bebida (i. e.
de comprender cómo se establece esta relación y los posi- comedero o bebedero). Es a partir de la regularidad con
bles alcances que se pueden tener para el desarrollo de que se acude al sitio de abastecimiento de comida como se
nuevas investigaciones. establecen los hábitos de alimentación, lo cual se hablará
más adelante.
En 1961, a partir de estudios realizados en modelos
A qué se le denomina actividad animales (ratas), Young definió la actividad de un organis-
Un primer punto que es importante delimitar es a qué se le mo como un patrón complejo constituido de algunos seg-
llama actividad. Existen autores que a partir de su trabajo mentos de comportamiento entre los que se encuentran
experimental en el laboratorio han conceptualizado dicho caminar, correr, escalar, estornudar, morder, roer, comer,
fenómeno . Stewart (1898) definió la actividad como la beber, orinar, defecar, aparearse y pelear. Todas estas con-
energía que poseen los organismos para realizar sus fun- ductas fueron consideradas como un continuo de lo que se
ciones corporales. Por otra parte, Richter (1927) consideró ha llamado actividad total. Refirió que la ocurrencia de es-
que la movilidad espontánea es un fenómeno que caracte- tas conductas es periódica cuando los sujetos están en un
riza la vida de los organismos y es distinta entre las espe- espacio físico constante y disponen de abastecimiento de
cies; además, propuso que aunque un organismo se en- comida y agua suficiente.
cuentre aparentemente en estado inmóvil, dentro de él hay Las aportaciones de Young (1961) con respecto al es-
procesos fisiológicos activos. Afirmó que la actividad es- tudio de la actividad trascendieron a los seres humanos, al
pontánea tiene origen fisiológico y se opuso a generalizar la señalar que el nivel de actividad se basa principalmente en
actividad como todo aquello que un organismo hace. Debi- la observación y la experiencia; que a su vez generan un
do a esto, en sus trabajos realizados sobre la actividad utili- constructo teórico y empírico que puede emplearse para
zando modelos animales se dedicó a comprobar que la ac- explicar tanto la conducta humana como la animal. De tal
tividad de los organismos está determinada por una nece- manera, diferentes niveles de actividad pueden ser repre-

123
124 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológicas

sentados en diferentes posiciones del siguiente continuo: riodo de 24 horas, el cual está determinado por la oscila-
nivel más alto de actividad, emocionado, estado de alerta, ción en la iluminación. Es importante señalar que la activi-
relajado, somnolencia, sueño ligero, sueño profundo, coma dad que muestran los organismos varía dependiendo de
y muerte. En los seres humanos el nivel de actividad varía que su especie sea diurna o nocturna (Halle y Stenseth,
dependiendo de diversos factores, como la fatiga, el esfuer- 2000).
zo efectuado, la presencia o ausencia de distractores (p. ej., Los antecedentes con respecto a la relación que guarda
la música), el valor del incentivo, la edad, el sexo, la práctica la actividad con el consumo de alimento y su vinculación
previa de actividad y si las personas son hiperquinéticas (p. con los hábitos alimentarios se encuentran en la publica-
ej., activas, habladoras) o hipoquinéticas (p. ej., lentas, le- ción titulada Animal behavior and interna! drives, escrita
tárgicas). A su vez, todos estos factores están sujetos a las por Curt Richter en 1927. En dicha obra se documentan
variaciones del tiempo y condiciones externas (p. ej., tem- todas las evidencias empíricas obtenidas por el autor y sus
peratura, luz, clima). colaboradores de laboratorio durante 1920 y 1926. Allí
Por su parte, Caspersen, Powell y Christenson (1985) también se establece la relación que guarda el hambre (me-
definieron la actividad como cualquier movimiento corpo- dida en función de las contracciones estomacales) con el
ral producido por los músculos esqueléticos que resulta en movimiento de los sujetos. En ese documento se afirma
un gasto de energía. La cantidad de energía requerida para que la actividad, los hábitos alimentarios y las contraccio-
acompañar una actividad puede medirse en kilojoules (kJ) nes estomacales están correlacionados. La anterior aseve-
o kilocalorías (kcal). Adicionalmente, señalaron que la ac- ración se sustentó en el hecho de que los sujetos se mueven
tividad física puede categorizarse en diferentes formas; sin como consecuencia de las contracciones estomacales, que
embargo, la aproximación comúnmente usada se establece se asocian a la presencia de hambre. Este movimiento di-
en función de tres segmentos de la vida diaria, como lo son recciona la búsqueda y el consumo de alimento. Es preci-
el sueño, el trabajo y el ocio. Este último, a su vez, se subdi- samente a partir de esta asociación entre la presencia
vide en deportes, ejercicios de acondicionamiento y tareas de contracciones estomacales y el consecuente consumo de
del hogar. Cada uno de estos segmentos necesita una con- alimento que se establecen los hábitos alimentarios, en-
tribución calórica que se estima por encima de la tasa me- tendidos por Richter (1927) como la regularidad con que
tabólica basal. el sujeto se desplaza hacia su fuente de alimentación e in-
En años recientes, Tou y Wade (2002) definieron la ac- giere comida. A partir de lo anterior, podemos señalar que
tividad como la energía gastada por un organismo por en- los hábitos alimentarios pueden establecerse con inde-
cima de la tasa metabólica basal y el efecto térmico. Seña- pendencia de la interacción social. Debido a ello, conside-
laron que en modelos animales la actividad se mide de la ramos que el concepto de hábitos alimentarios no es pri-
siguiente manera: vativo de los seres humanos, sino que también es posible
incluirlo en estudios de comportamiento animal vincula-
1. Actividad locomotora. Cuando los sujetos son expues-
dos con la alimentación.
tos a la rueda de actividad, corredores y laberintos.
Es así que los hábitos alimentarios pueden establecer-
2. Actividad exploratoria. Cuando se mide a través del
se a partir de una condición orgánica (p. ej., contracciones
método llamado open fi eld, que consiste en colocar a
estomacales) que propicia que el sujeto se muestre activo y
los sujetos (rata o ratón) en un espacio donde reali-
salga en busca de comida. Se establece entonces una rela-
zan movimientos exploratorios. Su desplazamiento se
ción entre las contracciones estomacales y el consumo de
mide en lapsos de 5 a 30 minutos. Se considera que en
alimento, mediada por la actividad de los sujetos (p. ej.,
este método la actividad es influida por componentes
conductuales y motivacionales. Se estima que la acti- desplazamiento). La simultaneidad de la actividad y la ali-
mentación establece la periodicidad de los episodios de
vidad exploratoria abarca del 30 al 60% del gasto total
de energía de los sujetos. alimentación, donde se asocian la movilidad con las con-
tracciones estomacales. Richter (1927) registró que una
contracción estomacal ocurre de manera simultánea con el
La actividad y los hábitos inicio de un periodo de movilidad; si la magnitud de las
alimentarios, parte esencial contracciones se incrementa, el sujeto llega a ser más acti-
vo. Lo anterior le permitió afirmar que el movimiento pue-
de la vida de ser una respuesta de hambre, debido a que la cesación
Uno de los fenómenos que caracteriza a la vida animal es el de las contracciones gástricas propicia que el sujeto per-
movimiento. Desde su nacimiento, los seres vivos se en- manezca quieto.
fren tan a pruebas vitales necesarias para garantizar el man- Previamente, en 1922, Tomi Wada ya había realizado
tenimiento y desarrollo de su vida. Lo anterior ocurre bási- diversos estudios para probar que el hambre motiva el mo-
camente entre dos comportamientos: actividad y reposo. vimiento de los organismos. Realizó diferentes estudios
Repetidas variaciones entre la actividad y reposo dan como con humanos y ratas. Gracias a la solidaridad de dos ma-
resultado un patrón de conductas que se emiten en un pe- dres que autorizaron que realizara estudios con bebés de
CAPITULO 10 Actividad y hábitos al imentarios

uno y nueve meses de edad, pudo responder los cuestiona- En los últimos años, la condición de actividad que en su
mientos que dirigieron su investigación. Demostró que el momento caracterizó al ser humano se ha degradado poco
hambre tiene influencia directa sobre las actividades hu- a poco, dando origen al sedentarismo. Para autores como
manas (e inclusive se considera que es la primera expresión Villegas (2007), eso no es una condición viable para las per-
sensible de la vida), al establecer una correlación entre la sonas, ya que considera que va en contra de la evolución
actividad estomacal y la actividad corporal general. A par- humana. Al respecto, argumentó que es complicado pen-
tir de sus estudios, señaló que los humanos, en los prime- sar que el hombre tuvo que vencer innumerables adversi-
ros años de vida, al sentir hambre manifestamos conductas dades donde la actividad física estuvo presente, como ca-
como despertar, gritar, retorcernos y llorar. Dichos actos se minar largas distancias para obtener alimento de mejor
asocian con la necesidad de ingerir alimento. Por ello con- calidad, principalmente rico en proteínas, y que actual-
sideró que los primeros hábitos en los seres humanos se mente sea un ser que se mueve poco y no es cuidadoso con
adquieren en función del alimento, y posteriormente es el la calidad del alimento que consume. Todas estas condicio-
alimento lo que propicia la ocurrencia de otras conductas nes colocan a los humanos en desventaja para su supervi-
como la adquisición, posesión, simpatía, gratitud y rivali- vencia, debido a que se incrementa su vulnerabilidad para
dad, entre otras. contraer enfermedades crónicas degenerativas.
En estudios realizados con personas adultas, Wada Adicionalmente, Villegas, López, Martínez, y Luque
(1922) confirmó la relación observada en los bebés con res- (2007) señalaron que las personas obesas y sedentarias tie-
pecto a la actividad estomacal y la actividad corporal gene- nen mayor riesgo de muerte prematura, mientras que
ral. Lo anterior fue registrado a partir de un procedimiento quienes establecen una rutina de actividad física mantie-
en el que introducía un tubo por la boca de los participan- nen un buen estado de salud. Destacaron que la supervi-
tes. Dicho utensilio portaba en su extremo final un globo vencia del hombre primitivo se caracterizó por las condi-
que se alojaba en el estómago del sujeto y a través de ese ciones de actividad, ciclos de alimentación y hambre. En
aditamento se registraban las contracciones del órgano. La contraparte, consideraron que las condiciones de la vida
observación se realizaba durante el periodo de sueño. Al- actual (sedentaria) y la disponibilidad de alimentos ricos en
gunos participantes se acostaban a dormir luego de tomar grasas colocan a los seres humanos en desventaja. Ya que la
un vaso de leche, mientras que otros se iban a la cama con inactividad afecta al organismo, se reduce su esperanza de
la sensación de hambre. El investigador registró que los su- vida, las personas tienen menos fuerza, disminuye su masa
jetos que consumían leche antes de dormir se movían me- muscular y se reduce su capacidad oxidativa de grasas y
nos en comparación con quienes dormían hambrientos. A carbohidratos. Es importante señalar que la actividad y la
partir de estos hallazgos, señaló que la actividad estomacal alimentación son fundamentales. El hombre primitivo
y la corporal están relacionadas y que es posible predecir concebía el alimento como una propiedad y los objetos
los periodos de actividad conforme los lapsos de alimenta- eran apreciados en función del valor del alimento misrno;
ción se acercan. Es así que el hambre tiene influencia direc- inclusive, las leyes y los actos ceremoniales se relacionaban
ta sobre las actividades humanas y en consecuencia sobre de manera directa con los alimentos. Las migraciones que
los hábitos de alimentación, los cuales son susceptibles de implicaban el desplazamiento se determinaban por la bús-
modificarse en relación con la edad de los sujetos y su con- queda del alimento. Lo anterior prueba que para el ser hu-
tacto con el medio externo. mano, en algún momento de su periodo evolutivo, el se-
Las investigaciones realizadas con respecto a la activi- dentarismo no fue parte de su estilo de vida; sin embargo,
dad también se han hecho en ambientes naturales. Halle y actualmente esto último es una conducta que distingue a
Stenseth (2000) estudiaron las conductas de algunos ma- nuestra especie.
míferos en su hábitat y reportaron que las más importantes Es común escuchar en México la siguiente expresión
durante el periodo de actividad fueron la búsqueda de ali- coloquial: "No desquitas lo que comes''. La frase está vincu-
mento, exploración, búsqueda de compañeros, patrullaje y lada al hecho de que las personas comen de manera basta y
defensa del territorio. Identificaron que durante ese lapso el trabajo que realizan o la energía que invierten para obte-
se incrementa el gasto energético, debido a la locomoción, ner y consumir el alimento son mínimos. Lo esperado se-
la termorregulación y el estrés que se genera al estar en ría, en cambio, que la cantidad de alimento ingerido, o más
riesgo por la presencia de depredadores. Durante el des- específicamente la cantidad de calorías consumidas, estu-
canso, los animales muestran conductas que denominaron viesen en función del trabajo realizado (p. ej., energía gas-
de confort, como dormir, acicalarse, jugar, interactuar so- tada), con la finalidad de cubrir las necesidades energéti-
cialmente con otros integrantes del grupo, alimentarse y cas; pero no ocurre así. Además, la posibilidad de que esto
cuidar a las crías. suceda disminuye si consideramos que los mexicanos esta-
En los reportes empíricos sobre el estudio de la activi- mos expuestos a la diversa y exquisita comida que aquí se
dad es común identificar la referencia que se hace al nivel prepara. La cantidad de energía gastada por cada persona
de la misma, que alude principalmente a la cantidad de ac- se mide en kilocalorías. Ese gasto se asocia de manera di-
tividad que un sujeto realiza en condiciones particulares. recta con la actividad física , que está determinada por la
126 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológ icas

cantidad de masa muscular del sujeto, además de la inten- (Pintanel y Capdevila, 1999; Tercedor, Jiménez y López,
sidad, la duración y la frecuencia de las contracciones mus- 1998; Turconi, et al., 2008) .
culares (Caspersen, Powell y Christenson, 1985). Una de las poblaciones que más preocupa a los organis-
Si las personas consumen más calorías de las necesa- mos de salud y a los gubernamentales son los niños y los
rias para garantizar el funcionamiento de su organismo, la jóvenes. Prueba de ello es el proyecto Healthy Lifestyle in
consecuencia directa es el almacenamiento del exceso de Europe by Nutrition in Adolescence (HELENA), cuyo objeti-
energía consumida, que se conviene en tejido adiposo. Al vo es identificar y comparar datos correspondientes al con-
respecto, López-Fontana, Martínez-González y Martínez sumo de alimentos, las actitudes hacia el comer, elección y
(2003) refirieron que el gasto energético debe ser com- preferencia de alimentos, patrones de actividad física, com-
pensado por el valor calórico que aporta el alimento, con posición corporal, estilos de vida y estados inmunoló-
la finalidad de propiciar un equilibrio energético que evi- gico y nutrimental (Moreno, et al., 2007) . De igual mane-
te que el peso de los sujetos varíe y en cierta medida pre- ra, es posible señalar el estudio sobre alimentación y va-
venir las condiciones no sólo de obesidad sino también de loración del estado nutricional del adolescente (AVENA).
desnutrición. Adicionalmente, señalaron que el gasto de la Este trabajo se desarrolló en España con el objetivo de esta-
energía consumida se distribuye aproximadamente de blecer una metodología para evaluar el estado de salud, así
la siguiente manera: el 5% se pierde en las heces , la orina como la situación nutricional, metabólica y física de los
y el sudor; del 60 al 75% se utiliza en las funciones meta- adolescentes de ese país. Un objetivo adicional fue identifi-
bólica basales, el 10% en la termogénesis y del 10 al 50% car trastornos como la obesidad, la anorexia, la bulimia y
en la actividad física . Es importante señalar que estos las dislipidemias, y posteriormente establecer un programa
porcentajes en cada una de las vías de gasto calórico de- de intervención para disminuir la incidencia de esas enfer-
penden, a su vez, de las características de los individuos, medades. Las variables analizadas fueron: antecedentes
como la composición corporal (p. ej., masa magra, masa personales y de entorno, parámetros antropométricos y de
grasa, densidad ósea), la edad, el sexo, estado de salud (p. maduración, condición y fuerza física , actividad física, es-
ej., el embarazo y enfermedades incapacitantes limitan el tudio dietético, estudio psicológico, hematología y bioquí-
movimiento), factores genéticos y la práctica de actividad mica, parámetros inmunológicos, y genotipos (González-
física . Gross, et al., 2003; Warnberg, s.f.). Lo anterior muestra la
Problemas de salud como la obesidad y su opuesto, la preocupación por los hábitos de alimentación, la nutrición
anorexia, tienen condiciones compartidas. En ambas se y el estado de salud.
presenta un desbalance energético que se caracteriza por la El propósito de identificar los problemas de salud vin-
ausencia de relación directa entre la ingesta y el gasto caló- culados con los hábitos alimentarios es, sin duda, contar
rico (Haller, 1992). En la anorexia se establece un ciclo de con las estrategias para modificarlos. Eso significa hacer un
restricción de la ingesta acompañado de incremento en la cambio de conducta con respecto a la forma en que nos
actividad física (Gutiérrez y Pellón, 2002). Mientras que en alimentamos. Al respecto, Pino, Díaz y López (2011) seña-
la obesidad se establece lo contrario: un incremento en la laron que las estrategias educativas (talleres, seminarios,
ingesta de alimento con disminución de la actividad física pláticas, etc.) que hasta ahora se han desarrollado no han
(Fox y Hillsdon, 2007). Adicionalmente, Blasco, Capdevila sido satisfactorias, debido a que las personas dejan de asis-
y Cruz (1994) señalaron que la actividad física tiene efecto tir. Mencionaron que modificar los hábitos es una tarea
directo sobre la salud, ya que la probabilidad de contraer compleja que se dificulta si no se consideran las costum-
enfermedades disminuye y en consecuencia se propicia un bres, las creencias y las tradiciones, ya que los hábitos de
estado de salud óptimo. Esta relación directa entre activi- alimentación se encuentran directamente relacionados
dad física y salud se evidencia porque diversos profesiona- con estas variables. Además, los modelos económicos y
les (fisioterapeutas, enfermeras, psicólogos, antropólogos, políticos también tienen injerencia directa sobre la con-
sociólogos y pedagogos) coinciden en señalar que mante- ducta, los estilos de vida y la identidad de los sujetos. Lo
ner un estilo de vida activo se convierte en un factor pro- anterior demuestra que los problemas de salud en la pobla-
tector, no sólo ante enfermedades, sino que trasciende ha- ción no sólo implican los aspectos nutricionales o médicos,
cia otras dimensiones relacionadas con el bienestar del in- sino que también dependen de aspectos sociales, lo que les
dividuo. La actividad física constituye uno de los principa- otorga el calificativo de complejos.
les comportamientos implicados en la salud; sin embargo, Ante esta interrelación entre salud, actividad física y
hay más personas sedentarias que activas. hábitos de alimentación, los estudiosos del comportamien-
Una estrategia que se ha establecido no sólo en Méxi- to nos enfrentamos a un gran reto. Si partimos del hecho
co sino en otros países del mundo es promover la actividad de que una de las finalidades del estudio del comporta-
física como la principal vía del gasto calórico, además de miento es explicar y predecir la conducta, y seleccionamos
propiciar que las personas aprendan hábitos de vida sanos como sujetos de estudio a humanos, tendremos que consi-
a partir de comer alimentos saludables y de forma equili- derar que existirá una gran cantidad de variables. Estas úl-
brada, con la finalidad de contrarrestar el sedentarismo timas interactúan con patrones de conducta que son sus-
CAP[TULO 1O Actividad y hábitos alimentarios

ceptibles de ser modificados, ya sea por el paso del tiempo a desarrollar personas activas. Lo idóneo sería aprender
o por la influencia de otras variables. De manera particular, estilos de vida que propicien bienestar y salud. Al respecto,
la actividad en los seres humanos es una variable que se ha Blair, Jacobs y Powell (1985) señalaron que el efecto que
considerado en el estudio del comportamiento. Al respec- tiene la actividad física sobre la salud y la enfermedad pue-
to, Buckworth y Dishman (2002) han identificado los si- de analizarse a partir de sus consecuencias directas e indi-
guientes antecedentes y consecuentes que influyen sobre el rectas. Las primeras se observan en el control de peso, la
ejercicio: ingesta calórica, la disminución de afectaciones en la salud
y el manejo de las situaciones de estrés. Por otra parte, las
1. Factores ambientales. Son el clima, anuncios publicita-
consecuencias indirectas que se atribuyen a la actividad fí-
rios, medios de comunicación, calidad del aire, acceso
sica son que ésta se vuelve incompatible con fumar, sobre-
y facilidades para recibir servicios de salud; seguridad,
alimentarse, consumir sustancias nocivas e ingerir alcohol.
tiempo y ubicación geográfica.
2. Factores sociales. Se incluyen el contacto con amigos y
familia , cultura e infraestructura para recreación. Conclusión
3. Factores cognitivos. Se trata de pensamientos, actitu- El interés en el estudio de la actividad ha permanecido vi-
des, creencias, valores, emociones y autoconcepto. gente dentro de la comunidad científica interesada en este
4. Factores fisiológicos. Son el género, estado de salud, fenómeno, aun cuando tiene más de un siglo que es estu-
presencia de dolor o fatiga, habilidades físicas y con- diada, investigada y teorizada. El estudio de la actividad en
dición física . modelos animales cobra importancia porque el movimien-
S. Factores personales. Se consideran antecedentes de
to es una característica inherente de los seres vivos, cuyas
realización de ejercicio, historial de salud, educación, particularidades varían entre las especies. De esta manera,
ingresos económicos, personalidad y rasgos físicos . existen movimientos característicos para la migración, la
Adicionalmente, Buckworth y Dishman (2002) señalaron búsqueda de alimento, la huida, el juego, la depredación y
que es importante considerar que los hábitos son parte del otros. Es decir, la actividad se asocia de manera directa con
repertorio de conductas del ser humano y, por tal motivo, conductas que garantizan la adaptación y supervivencia de
son susceptibles de modificarse e inclusive se pueden ad- los organismos. Sin embargo, en las últimas décadas el in-
quirir nuevos. A partir de la anterior información es posi- terés ha repuntado, lo cual quizá pueda atribuirse a los pro-
ble señalar a manera de reflexión que la actividad es una blemas de salud que presentan los seres humanos. Estos
conducta que al realizarse de manera periódica puede con- trastornos se vinculan principalmente con el sedentaris-
siderarse hábito. La actividad como conducta es suscepti- mo, al cual se señala como causante de padecimientos
ble de ser modificada, lo que ocurrirá en función de las como la obesidad y el cúmulo de enfermedades crónicas
condiciones del sujeto y de los estímulos que le anteceden, que la acompañan. Como consecuencia, se realizan cons-
mismos que incentivarán el próximo inicio de la actividad. tantes campañas publicitarias en los medios de comunica-
Deben establecerse factores reforzantes para que el sujeto ción para fomentar la actividad física y el deporte.
adopte una conducta de ejercicio y la mantenga, ya que eso Es interesante mencionar que, en sus inicios, la pre-
permitirá comprender cómo las personas modifican su gunta que direccionaba la investigación científica sobre
comportamiento en función del ejercicio y cómo el ejerci- actividad era: "¿Qué propicia que un organismo se mue-
cio modifica a su vez otras conductas. va?" Sin embargo, con los problemas de salud en humanos,
Modificar nuestro comportamiento para adoptar con- pareciera que la pregunta de investigación se ha modifica-
ductas consideradas saludables, como beber agua, no con- do y ahora se cuestiona: "¿Qué propicia que un organismo
sumir sustancias dañinas, ingerir productos saludables, no se mueva?" Actualmente se siguen realizando estudios
dormir bien, además de tener espacios de esparcimiento, para responder al primer cuestionamiento, gracias a los
diversión y convivencia, es bueno para nosotros y propor- avances tecnológicos que permiten realizar mediciones
ciona un estado de bienestar. Al igual que estos factores , el más precisas para identificar y medir los determinantes de
ejercicio es necesario para los seres humanos, pues ayuda a la actividad. No obstante, la segunda pregunta también
conservar la salud; pero muchas personas no lo realizan. Se amerita investigaciones, ya que a partir de identificar y ca-
ha comprobado en modelos animales que el peso corporal, racterizar los factores que propician el sedentarismo se po-
la ingesta de alimento y la actividad tienen efecto recípro- drán generar alternativas para contrarrestar, en la medida
co. Es decir, la actividad propicia la disminución en el con- de lo posible, esta condición.
sumo de alimento, lo cual se ve reflejado en disminución Existen ventajas en el estudio de la actividad en am-
del peso corporal, que a su vez se correlaciona de manera bientes controlados de laboratorio, ya que se facilita la vigi-
directa con incremento en la actividad (Belke, 1996). A di- lancia de la actividad de manera permanente y continua.
ferencia de los estudios en modelos animales, los humanos No obstante, la actividad también puede ser estudiada en
somos renuentes a realizar actividad física y, en la mayoría otros espacios. Sin embargo, deben considerarse los si-
de casos, tendemos a abandonar los programas destinados guientes aspectos:
128 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológicas

1. ¿Cómo se registrará la actividad? Se invita, pues, a todos aquellos interesados en este


2. ¿Dónde se estudiará a los sujetos? tema para que sigamos realizando la investigación con
3. ¿Cómo se analizarán los datos recolectados? profundo respeto a la actividad, que como se ha descrito a
lo largo de este capítulo, sigue siendo tema vigente y de
Lo anterior, con la finalidad de caracterizar el fenómeno e gran interés para el estudio del comportamiento y la ali-
identificar sus determinantes. mentación.

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El hábito de comer

• Antonio López Espinoza • Fátima Ezzahra Housni


• Alma Gabriela Martínez Moreno • María Guadalupe Ruelas Castillo
• Virginia Gabriela Aguilera Cervantes • Lucía Cristina Vázquez Cisneros
Patricia Josefina López Uriarte

Introducción Esto, sin duda, es un invaluable elemento de discusión y


reflexión que el lector debe considerar para finalmente in-
Una de las tareas más importantes de cualquier aproxima- tegrar una caracterización útil y aplicable de lo que es un
ción, perspectiva o área científica es caracterizar de mane- hábito alimentario. Existirán aportaciones que caracteri-
ra adecuada su sistema conceptual. Esto es primordial, ya cen el hábito alimentario a partir de una particular aproxi-
que los conceptos son las unidades básicas y esenciales de mación, de su definición conceptual o incluso de su rela-
todo conocimiento, en especial si hablamos de ciencia ción con fenómenos sociales o patologías particulares; sin
(Díez y Moulines, 1999). En este sentido, un área del cono- embargo, en este capítulo presentaremos una visión un
cimiento que cuenta con una historia reciente (tan sólo de tanto distinta. Iniciaremos con un poco de historia sobre
cien años) es el estudio e investigación del comportamien- las aproximaciones a la caracterización del hábito alimen-
to alimentario. Es posible señalar que la investigación en tario. Enseguida presentamos un análisis para conceptuali-
este ámbito se desarrolla a partir de la publicación de los zar el hábito alimentario como un tipo de conducta y deli-
trabajos Orígenes del conocimiento: el hambre, de Ramón mitarlo de otras conductas propias del comportamiento
T~1rró, publicado en 1912, y también de ese mismo año An alimentario. Finalmente, se propone el modelo estructural
explanation of hunger, de Walter B. Cannon y A. L. Wash- de los hábitos alimentarios como una alternativa para ca-
burn. Estos trabajos abordaron el principal motivo por el racterizar y explicar los mismos.
cual un organismo se alimenta: el hambre (López-Espinoza,
2012). Partiendo de esta evidencia, recientemente se han
Hábitos alimentarios e historia
realizado importantes esfuerzos para responder y delimitar
lo siguiente: ¿qué es el comportamiento alimentario?, ¿qué En la actualidad es posible encontrar una gran cantidad de
es el hambre?, ¿qué es la saciedad?, etc. Una importante ca- investigaciones relacionadas con los hábitos alimentarios;
racterística de estos esfuerzos es su perspectiva multidisci- sin embargo, es necesario señalar que paralelamente tam-
plinaria, lo que ha permitido caracterizar de manera inte- bién existe una multiplicidad de conceptos relacionados.
gral los fenómenos en cuestión (López-Espinoza y Franco, De manera particular, hacemos referencia a: hábitos ali-
2009; López-Espinoza y Martínez, 2011). En este sentido, el mentarios, hábitos nutrimentales, hábitos culinarios y
presente libro tiene como objetivo principal caracterizar de hábitos de comer. Es necesario señalar que esta multiplici-
manera multidisciplinaria el "hábito alimentario" y con ello dad de conceptos no es privativa del idioma castellano,
contribuir a establecer un sólido sistema conceptual del es- pues pasa lo mismo en el idioma inglés:feeding habits,food
tudio e investigación del comportamiento alimentario. habits, eating habits,feeding practices (Al-Rethaiaa, Fahmy
Es notable la cantidad y diversidad de caracterizacio- y Al-Shwaiyat, 2010; Hare-Bruun, Nielsen, Kristensen,
nes que en este libro versan sobre el hábito alimentario. M0ller, Togo y Heitmann, 2011; Tschann, et al., 2013). Sin

129
130 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológicas

duda, la multiplicidad de conceptos utilizados para señalar modifican en relación con los cambios propios de los estí-
en algunas ocasiones fenómenos idénticos y en otras dis- mulos ambientales. Al respecto, Turró mencionó que es
tintos sólo contribuye a crear confusión. Este problema se posible observar esta característica en una persona que
agudiza aún más cuando señalamos fenómenos como la cambia de residencia de un país a otro. Ante la disposición
selección de alimentos, el consumo de alimento o la prefe- de otro tipo de alimento, de un nuevo contexto social, de
rencia de alimento, como sinónimos de hábitos alimenta- sabores, olores y colores novedosos, el individuo sucumbi-
rios. Una vez señalada la confusión conceptual por la mul- rá y terminará por modificar su régimen alimenticio (Tu-
tiplicidad de conceptos, nos enfocaremos a realizar una rró, 1912).
evaluación histórica sobre la caracterización de los hábitos Walter Bradford Cannon nació en Wisconsin, Estados
alimentarios. Unidos. Descendiente de inmigrantes irlandeses, tuvo una
Entre las primeras caracterizaciones del hábito alimen- infancia difícil por la prematura muerte de su madre y los
tario probablemente estén las aproximaciones hechas por altibajos emocionales de su padre. Durante sus estudios de
Turró (1912) y Cannon y Washburn (1912). Sin embargo, secundaria fue testigo de la discusión entre las ideas reli-
antes de abordar la caracterización propia de los hábitos ali- giosas y la postura darwiniana, lo que marcó su pensa-
mentarios, presentaremos al lector un pequeño bosquejo miento. En 1892 se matriculó en el Colegio de Harvard, de
del trabajo y trascendencia de estos notables investigadores. donde se graduó en 1896. Aunque sentía inclinación hacia
Ramón Turró i Darder (1854-1926) nació en Barcelo- la biología, se hallaba fascinado por los cursos de filosofía y
na, España. Inició su formación académica estudiando me- psicología. Finalmente, decidió estudiar medicina y en
dicina, la cual abandonó para interesarse por la filosofía y el 1896 ingresó a la Escuela de Medicina de Harvard. Para
periodismo. Posteriormente estudió veterinaria, donde fi- 1898 ya había publicado dos artículos científicos en el pri-
nalmente obtuvo su grado de licenciatura. Al terminar sus mer volumen del American fournal ofPhysiology, dos años
estudios fue contratado como investigador en el Laborato- antes de graduarse. En 1900 se graduó en medicina. Conti-
rio Bacteriológico Municipal de Barcelona, y más tarde lle- nuó su carrera en Harvard como instructor de fisiología y
gó a ser director de esa institución. La influencia de los desde 1902 como profesor asistente. Se reconocen sus tra-
trabajos de fisiología de Claude Bernard es notoria en su bajos de investigación en sistema digestivo y uso de rayos
obra. De manera particular, su trabajo se centró en el estu- X. En 1912 publicó en coautoría con su asistente Wash-
dio de la teoría del conocimiento. Expuso sus ideas en nu- burn el artículo An explanation of hunger, que es una refe-
merosas obras, entre ellas Filosofía crítica (1917) y La base rencia clásica en el estudio e investigación del comporta-
trófica de la inteligencia (1918). Señaló la importancia que miento alimentario. Sin embargo, la gran obra de Cannon
la experiencia sensorial tiene en los organismos para la fue publicada en 1932: The wisdom of the body, documento
percepción objetiva de la realidad. Sus trabajos El mecanis- en el que expone de manera sencilla y accesible la teoría de
mo de la circulación arterial y capilar y Los fermentos de- la homeostasis que sigue vigente como una de las principa-
fensivos en la inmunidad natural y adquirida son obras de les explicaciones biológicas.
importancia para la biología. Sin embargo, la creación que Un importante número de investigadores (Bolles,
destaca por sus aportaciones en el estudio e investigación 1990; Fischler, 1995; Richter, 1947; Timberlake y Lucas,
del comportamiento alimentario es Orígenes del conoci- 1985; Young, 1961) coinciden en afirmar que el estudio ex-
miento: el hambre, de 1912 (Carpintero, 1982). perimental del comportamiento alimentario inició con el
En esta obra, Turró (1912) estableció tres característi- trabajo de Cannon y Washburn (1912) An explanation of
cas básicas del hábito alimentario. La primera es que los hunger. De manera particular, este trabajo cuestionó el
hábitos alimentarios son necesariamente adquiridos; con concepto de "hambre''. En 1912 existía una intensa discu-
ello hizo referencia a que no están determinados por las sión sobre el origen del hambre. Por un lado, estaba la pos-
características biológicas propias de los organismos, por el tura de afirmar que el hambre tenía origen generalizado, y
contrario, están esencialmente determinados por estímu- por otro, Cannon afirmó que tenía su origen en el estóma-
los ambientales. En la segunda señaló que se requiere del go. Así, estos investigadores conceptualizaron el hambre
aprendizaje para adquirir hábitos alimentarios. Turró como una necesidad caracterizada por un vacío intestinal,
ejemplificó esta característica de la siguiente manera: un relacionado con los movimientos de este órgano. A partir
polluelo, al salir de su cascarón, picotea el suelo, el casca- de tal episodio se desarrolló lo que más tarde se denominó
rón e incluso al aire, dado que no tiene ningún referente. la teoría local del hambre y la sed, ya que por extensión se
No conoce qué es el grano; de hecho, no podría distinguir aplicó a la necesidad de líquidos. Sin embargo, para la te-
entre un grano de trigo o de maíz o un grano de arena y su mática que este capítulo aborda es necesario señalar las
conducta pareciera errática y sin sentido. Sin embargo, aportaciones que Cannon realizó al estudio de los hábitos
mediante ensayo y error, el polluelo entra en contacto con alimentarios.
el alimento y eso le permite aprender y discriminar aquello A partir de la caracterización que realizó del hambre,
que es alimento de lo que no lo es. Finalmente, la tercera describió algunas características de la misma. Señaló que
característica contempla que los hábitos alimentarios se un rasgo distintivo del sistema digestivo es la regularidad
CAPÍTULO 11 El hábito de comer

de su funcionamiento, que necesariamente implica la el CHA estableció las bases para mejorar y cuidar el estado
existencia de hábitos (Cannon y Washburn, 1912). La re- nutricional de los ciudadanos de Estados Unidos.
gularidad de los hábitos es explícita en la aparición natu- Guthe y Mead (1943) señalaron que el propósito del
ral de las funciones digestivas, incluyendo la sensación CHA fue identificar formas eficaces de adaptación de los
del hambre. hábitos alimentarios a diferentes condiciones en la pobla-
Casi una década después, Strouse (1928) publicó un ción. Para lograr estos objetivos, se hizo un enorme es-
artículo en el que cuestionó la función de los hábitos ali- fuerzo mediante conferencias y reuniones de contenido
mentarios en el aumento de la longevidad. Observó que científico. Estas actividades tenían el propósito principal
difícilmente la evidencia experimental obtenida en mode- de brindar asistencia y asesoramiento a las agencias del
los animales podría trasladarse a la situación humana. Ar- gobierno. Con el objetivo de integrar las diferentes ver-
gumentó que es poco ético suprimir el alimento o exponer- tientes científicas, se nombró a la destacada antropóloga
se a dietas como medida para aumentar los años de vida. Dra. Margaret Mead como secretario ejecutivo del CHA
Señaló de forma enfática que el alimento o los hábitos ali- durante el periodo de 1942 a 1945. Se estima que en ese
mentarios son elementos que tienen poco valor cuando se lapso fueron puestos en marcha más de 200 estudios rela-
habla de conservar la salud. Finalmente, consideró que si cionados con la investigación en hábitos alimentarios, con
bien la obesidad y la sobrealimentación se asocian con al- el apoyo del CHA (Mead, 1945).
gupos trastornos, ello no se compara con el daño que pro- Con el fin de organizar el trabajo dentro del CHA, se
duce la desnutrición. Esta aportación se publicó a inicios establecieron seis temas básicos para las aproximaciones
del siglo pasado y su contenido no es vigente; sin embargo, teórico-experimentales a los hábitos alimentarios:
nos permite comprender la postura que existía hacia la in-
a) El problema de la aceptabilidad de alimentos.
tervención y la modificación en los hábitos alimentarios
b) Métodos y técnicas para preparar y servir alimentos.
como elementos de importancia para la salud.
e) El muestreo en diferentes poblaciones para estudios
de hábitos alimentarios.
El Comité de los d) Identificación de problemas en la alimentación de las
Hábitos Alimentarios poblaciones militares y civiles.
e) Comparación de los hábitos nutrimentales regionales
Es extraño que pocos investigadores del comportamiento versus los nacionales.
alimentario conozcan que entre 1940 y 1947 se estableció f) Estudio de la relación entre hábitos de consumo de ali-
en Estados Unidos el Comité de los Hábitos Alimentarios mentos y el estado nutricional.
(CHA) por intervención directa del Consejo Nacional de In-
vestigación y a petición expresa del Departamento de De- Estos temas fueron el núcleo de múltiples trabajos científi-
fensa de ese país (Guthe y Mead, 1943). Seguramente el cos que permitieron desarrollar métodos de investigación
lector se preguntará: ¿por qué el Departamento de Defensa y el marco conceptual en esta área del conocimiento
se interesó en un fenómeno tan laudable como lo es la ali- (Guthe y Mead, 1943; Mead, 1945). Sin embargo, existen
mentación? La respuesta es sencilla: para el Departamento dos elementos centrales que es necesario considerar:
de Defensa la alimentación significaba un elemento de im- a) De acuerdo con Wansink (2002), es posible agrupar las
portancia para ganar la guerra. Es necesario recordar que aportaciones científicas que el CHA propuso en ma-
entre 1939y1945 se desarrolló la Segunda Guerra Mundial teria de hábitos alimentarios en el diagrama presenta-
y en 1941 Estados Unidos entró en el conflicto armado. El do en la figura 11-1. Se consideraron tres elementos
expresidente Herbert Hoover señaló, en la edición de ene- principales en una dinámica temporal: el plan alimen-
ro de 1943 de la revista What's New in Foods and Nutrition, tario, la preparación del alimento y la aceptación (con-
la presión mundial que existiría para obtener alimentos sumo) familiar del alimento preparado.
tanto para los estadounidenses en su país, como para los
Los elementos que determinan el incremento o decre-
soldados que habían sido enviados a combate. Mencionó
mento en la aceptación y preparación del alimento se
también el importante papel que tenían las amas de casa en
denominaron con las siglas en inglés SAFE (selected;
los hábitos alimentarios, motivándolas a incentivar el con-
available; familiar and exactly as expected) y están
sumo de proteína de todas las fuentes que tradicionalmen-
vinculados con características de los comestibles. Así,
te no se consumían, como vísceras, pezuñas, colas y len-
los alimentos deben cumplir lo siguiente: 1) ser elegi-
guas de animales. Comparó la importancia de aprovechar
dos o seleccionados; 2) estar disponibles para su con-
ese tipo de alimentos con las municiones, barcos y tanques
sumo; 3) ser familiares, y 4) ser exactamente como se
utilizados en la guerra (Wansink, 2002). Estos señalamien-
espera en su presentación, temperatura, apariencia,
tos fueron los principales elementos para establecer el
sabor, cantidad, etcétera.
CHA. Wansink (2002) mencionó que fue tal el efecto de
esta serie de comentarios, que se consideró asunto de se- b) Si bien estos hallazgos empíricos ayudaron a propor-
guridad nacional el estado nutricional de la población. Así, cionar prácticas y recomendaciones que fueron di-
132 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológicas

Elementos que determinan el se han desarrollado dentro de una tradición cultural deter-
decremento y desincentivan minada. Estas conductas se consideran sistemáticamente
la aceptación y preparación interrelacionadas con otras conductas propias de la misma
de alimentos cultura''. Mead (1943) señaló que la manera en que se ma-
nipulan, preparan y consumen los alimentos refleja la cul-

Plan alimentario
Establecer qué
/Preparación~
de los alimentos
Aceptación
familiar de
tura de donde proviene el individuo. Adicionalmente, afir-
mó que no sólo existe una gran variedad y variabilidad en
el consumo de alimentos, sino que estas características son
alimentos se va a~ que se van a ~ la comida
consumir preparada
fuente de diferencias culturales, que a su vez justifican lo
valioso y significativo que es el estudio de las variables ali-
mentarias (Tian y Tian, 2011).

Elementos que determinan el 1 El hábito alimentario


incremento e incentivan la aceptación
y preparación del alimento
1 Otro elemento para caracterizar el hábito alimentario es la
Figura 11-1 Modelo de hábitos alimentarios de acuerdo con necesidad de analizar sus componentes. El primero de
Wansink (2002). ellos, el hábito, generalmente es entendido desde dos ópti-
cas: la coloquial y la aproximación científica. En la primera,
el hábito es identificado como una conducta repetitiva que
fundidas por el CHA, también permitieron abordar se presenta en un periodo determinado. Por su parte, la
fenómenos más amplios vinculados con los hábitos segunda determina que el hábito es la secuencia de actos
de alimentación, como: 1) normas sociales; 2) percep- aprendidos, que han sido reforzados en el pasado y son
ciones del sabor y el gusto, y 3) la asimilación de la evocados por el ambiente (van't Riet, Sijtsema, Dagevos y
variedad de alimentos. Estos tres conceptos fueron la De Bruijn, 2011 ). Sin embargo, es necesario considerar que
estructura de la organización para la discusión y pro- esta caracterización comparte un elemento con múltiples
puesta de una herramienta nacional para modificar los aproximaciones; es decir, todas son coincidentes en señalar
hábitos alimentarios a partir de lo que podríamos lla- que el hábito es una conducta que se presenta o repite en
mar "estrategia para reducción de los desincentivos e determinados periodos (Jastran, Bisogni, Sobal, Blake y De-
incremento de los incentivos para el consumo" (Guthe vine, 2009; Nilsen, Roback, Brostrom y Ellstrom, 2012; Tian
y Mead, 1943; Mead, 1945). y Tian, 2011; van't Riet, Sijtsema, Dagevos y De Bruijn, 2011).
Resulta pertinente recordar que todos los esfuerzos y Por otra parte, el segundo componente es el alimentario, que
recursos que el CHA invirtió en analizar, experimentar y tal como lo establece la Real Academia Española de la Len-
finalmente proponer estrategias para modificar los hábitos gua (Real Academia Española de la Lengua, 2001), hace refe-
alimentarios en Estados Unidos fueron motivados por la rencia a "alimentarse" y de ahí a "alimento''. De esa forma, es
Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la guerra en Euro- posible señalar que alimento es el conjunto de cosas que se
pa y en el Pacífico terminó antes de que la escasez de ali- comen o se beben para subsistir.
mentos se convirtiera en un problema serio. Para 1946, la Antes de integrar una posible caracterización con las
etapa más dura del racionamiento de alimentos en Estados aportaciones señaladas, es necesario considerar un impor-
Unidos había terminado y los soldados volvieron a casa. En tante elemento. La evidencia experimental ha demostrado
consecuencia, la mayoría de los resultados obtenidos en los que existen diferentes tipos de conductas (Herrera, Peláez,
estudios que realizó el CHA fueron dejados de lado, ya que Reyes, Figueroa, y Salas, 2001; Ribes-Iñesta, 2008; Skinner,
la prosperidad volvió a la nación y con ello sus problemas 1943). Ejemplos particulares son la conducta gobernada
alimentarios (Wansink, 2002). por reglas y la conducta moldeada y mantenida por sus
Dada la temática que aborda el presente libro, no po- consecuencias. Ambos tipos de conducta han sido diferen-
dríamos dejar de señalar la caracterización que el CHA ciados entre sí teórica y experimentalmente (Herrera, Pe-
construyó respecto de los hábitos alimentarios. Así, en la láez, Reyes, Figueroa y Salas, 2001). En este sentido, parece
página 21 del documento titulado The problem of changing lógico y sensato establecer argumentos a favor de los tipos
food habits, Guthe y Mead (1943) señalaron que tomando de conducta. El más sencillo es que el lector puede corro-
en cuenta que la disciplina con mayor representación entre borar que su conducta personal es diferente al leer, ver la
los miembros del CHA era la antropología cultural, se utili- televisión, tocar algún instrumento o al comer. Con ello, es
zó esta área del conocimiento para construir la aproxima- evidente que cada una de las posibles conductas emitidas
ción a los hábitos alimentarios. Como resultado de lo ante- por los organismos constituye una forma específica de
rior, los hábitos alimentarios fueron considerados como "el ajuste a su ambiente particular. Es imprescindible que la
conjunto de conductas culturalmente estandarizadas en noción de tipos de conducta sea considerada un elemento
relación a los alimentos, manifestadas por las personas que distintivo y de importancia, seguramente como la base de
CAP[TULO 11 El hábito de comer 133 1

una posible aproximación teórica al comportamiento ali- to alimentario es la categoría conceptual que se ubica en el
mentario. nivel superior y que integra toda actividad dirigida a que
Una vez que se han realizado las consideraciones ne- un organismo se alimente. Un segundo nivel está caracte-
cesarias de las aportaciones teórico-experimentales en tor- rizado por fenómenos particulares que integran el com-
no a los hábitos alimentarios, procedemos a proponer una portamiento alimentario, entre los que es posible señalar la
caracterización de los mismos. Para tal objetivo se toman producción, el procesamiento, la conservación, el consu-
en cuenta las contribuciones de Turró (1912), Cannon y mo, entre otros. Las flechas señalan las relaciones que exis-
Washburn (1912), y Mead (1943), además de los compo- ten entre ellos. Es evidente que existen elementos de la
nentes hábito y alimentación y la noción de tipo de con- producción que afectan el consumo y viceversa. En este
ducta. Esta conjunción de elementos nos permite propo- esquema, todos los elementos del segundo nivel se encuen-
ner una caracterización plausible, incluyente y general que tran relacionados entre sí.
contiene suficiente coherencia. Así, los hábitos alimenta- Ahora bien, en un tercer nivel se identifican los Eventos
rios pueden ser entendidos como un tipo de conducta ad- Temporales Conductuales (ETC) que integran cada uno de
quirida mediante aprendizaje, que se presenta con regula- los fenómenos del segundo nivel. Es necesario señalar que
ridad temporal y se modifica en relación con los cambios en los ETC son las unidades básicas del comportamiento ali-
los estímulos alimentarios. Este tipo de conducta se encuen- mentario y es en ellos en los que se puede identificar tanto
tra interrelacionada con otros tipos de conductas propias las características particulares de la alimentación como las
del comportamiento alimentario. Partiendo de esta carac- posibles alteraciones (p. ej., patogenias alimentarias); en
terización, es pertinente establecer las diferencias entre la consecuencia, es en este nivel en el que se puede intervenir
noción de hábitos alimentarios y otras nociones que se han para lograr modificaciones. Las flechas representan la se-
utilizado como sinónimos y que no lo son. cuencia temporal en la que se presentan los ETC. haciendo
alusión al concepto de regularidad temporal propuesto por
Modelo estructural Cannon (Cannon y Washburn, 1912). Así, las ETC están
integradas por tipos y relaciones entre conductas. Con ello
del comportamiento alimentario quedan establecidas las diferencias entre comportamiento
Es evidente que el fenómeno alimentario resulta complejo alimentario y conducta, es decir, las diferencias están en la
para comprenderse y mucho más para explicarlo. En este función que cumplen los tipos de conducta dentro de un
sentido, el comportamiento alimentario está estructurado fenómeno particular, que a su vez integra el comportamien-
por una gran cantidad de tipos de conductas, entendiendo to alimentario como un todo.
como comportamiento alimentario "absolutamente todo
aquello que hacen los organismos para alimentarse" (Ló- El Evento Temporal Conductual
pez-Espinoza y Martínez, 2012). Antes de proseguir, cabe
(ETC)
señalar que la Psicología toma como sinónimos comporta-
miento y conducta. Sin embargo, para construir una expli- Partiendo de la conceptualización propuesta, se identifica
cación admisible del fenómeno alimentario es necesario que el ETC es el elemento dinámico del modelo, ya que es
demarcar diferencias entre ambos conceptos. Para tal ob- en esta estructura en la que se desarrollan las relaciones
jetivo, en la figura 11-2 se identifican tres grandes estruc- entre los diferentes tipos de conductas que lo integran.
turas ubicadas por niveles. El concepto de comportamien- Cada elemento del ETC es un tipo de conducta que está

Comportamieno alimentario
Todo aquello que hacen los
organismos para alimentarse ler. nivel
(López-Espinoza y Martínez,
2012)

1 1-1 1-1 1-1 1


1

Producción Procesamiento Conservación Consumo 2do. nivel

4 ETC • ETC • ETC 1 4 ETC • ETC • ETC 1 4 ETC • ETC • ETC 1 4


ETC • ETC • ETC 1 3er. nivel
Figura 11 -2 Modelo estructural del comportamiento alimentario.
134 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológicas

constituido por elementos biológicos, psicológicos y socia- tiempo, lugar y actores del ETC. Sin embargo, al igual que
les. Es precisamente el ETC en su conjunto el que ocurre en cualquiera otra posibilidad de contacto con otro tipo de
con cierta regularidad temporal. Si bien es cierto que la conducta, el hábito alimentario establece una relación di-
idea de integrar modelos a partir de episodios, momentos námica que afectará a las demás conductas que integran el
o eventos conductuales, no es novedosa (Bisogni, et al., ETC (figura 11-3).
2007; Richter, 1927; Soba!, et al., 2012), el presente modelo Con ello se ejemplifica la gran adaptación que tiene el
se caracteriza por ser incluyente, es decir, permite explicar modelo para explicar las particularidades de los cuatro
los ETC a partir de relaciones entre los diferentes tipos de tipos de conducta, además de explicar qué es lo que se mo-
conducta y considera tanto elementos propios del organis- difica en los cuatro tipos de conducta por la acción de su
mo (elementos psicobiológicos [EPB]) como los de su en- interrelación; para ello es necesario considerar las especifi-
torno (elementos socioantropológicos [ESA]). Ahora bien, caciones del cuadro 11-1. Es decir, cualquier contacto del
es necesario que el lector considere que observar de mane- organismo con un EA modificará o mantendrá el funciona-
ra aislada cualquiera de los tipos de conducta que integran miento del ETC en relación con la experiencia acumulada
un ETC conlleva cierta dificultad. A pesar de ello, es posi- con ese particular EA.
ble analizar fenómenos en los que interactúen varios tipos Tomando en cuenta el cuadro 11-1, es posible afirmar
de conductas propias del comportamiento alimentario. Es que bajo la conceptualización del ETC se puede explicar
necesario considerar que, si y sólo si durante el análisis se cómo se relacionan y qué es lo que se mantiene o modifica
cuenta con una adecuada caracterización del tipo de con- en los tipos de conducta cuando un organismo entra en
ducta por analizar, entonces se obtendrán datos precisos. contacto con un EA.
Los ETC funcionan como estructura integradora y Es necesario enfatizar el alto nivel de dinamismo que
como un medio de interacción entre conductas (figura presenta este modelo, cuando señalamos que cada ocu-
11-2). La interacción dentro del ETC está caracterizada rrencia de un ETC integra elementos psicobiológicos (EPB)
por las relaciones dinámicas entre todos los tipos de con- y socioantropológicos (ESA). Así por ejemplo, se podría
ductas que lo integran. Para clarificar el concepto y función imaginar que un organismo entra en un ETC en el punto
del ETC podríamos dar como ejemplo el fenómeno de la de contacto entre el EA y la preferencia alimentaria; al ac-
producción. En éste, un ETC podría ser la siembra. Los ti- tivar las relaciones dinámicas, en un primer momento el
pos y relaciones de las conductas que integrarían este ETC organismo determina cuál alimento, y en un segundo mo-
serían: la selección del terreno y la semilla, la preparación mento puede consumir el alimento. De acuerdo con el
del espacio a sembrar, abonar, sembrar propiamente, regar, cuadro 11-1, este tipo de conducta (consumo de alimen-
etc. Sin embargo, dado que este libro versa sobre hábitos to) determina si se mantiene o se modifica la cantidad, du-
alimentarios presentaremos un análisis más o menos deta- ración de consumo, etc., y a su vez, la experiencia estaría
llado del fenómeno consumo. modificando las características presentes y futuras del há-
Los cuatro tipos de conducta que integran un ETC en bito alimentario y la selección de alimento. Sin embargo,
este ejemplo son: el hábito alimentario, la preferencia ali- de manera simultánea están interactuando todos los ele-
mentaria, la selección de alimento y el consumo de alimen-
to. En la figura 11-2 cada flecha señala el sentido de la re-
lación dinámica entre estos tipos de conductas. Cada tipo
de conducta tiene la posibilidad de entrar en contacto con
• I~
~
1 ESA ! Hábito 1 ESA !
algún tipo de estímulo alimentario (EA), de manera grupal
alimentario
o individual, y con ello, activar la relación dinámica entre
los diferentes tipos de conductas. Un ejemplo de contacto
individual se presentaría cuando un organismo se expone a
un alimento novedoso, del cual no tiene referencia previa
de exposición. Ante ello, tiene dos posibilidades iniciales:
la primera, consumir el alimento (preferencia), acción que • 1 Preferencia
alimentaria
1
Evento
temporal
conductual
1
Sel~cción de ,
alimento
_

~I
permitiría adquirir información sobre el alimento en cues-

~
tión. Así, ante una nueva exposición a este alimento parti-
cular, el organismo emitirá un particular tipo de conducta.

d;~~i~:~o 1
La segunda posibilidad es que el organismo no consuma el
alimento (selección). Ambas conductas tendrán un efecto
diferencial en las subsecuentes exposiciones del organismo
ante ese alimento particular.
Un ejemplo de contacto mediante el hábito alimenta-
rio ocurre con la planeación: en respuesta al estímulo ali-
1 ESAI
t 1 ESA!

Figura 11-3 Representación de un Evento Temporal Conduc-


mentario (una invitación a comer o cenar) se programa el tual (ETC).
CAP[TULO 11 El hábito de comer

& Cuadro 11-1 Características particulares de los tipos de conducta que integran un ETC.

Tipo de conducta Características


Hábito alimentario Cuándo, dónde, con quién, intervalo temporal en el que se presenta,
características del lugar
Consumo de alimento Cuánto, duración del periodo de consumo e intervalo temporal en-
tre consumos
Selección de alimento Cuál de una variedad sin que se acompañe de consumo, secuencia
de selección
Preferencia alimentaria Cuál de lo inmediatamente disponible acompañado de consumo,
secuencia de consumo

mentos psicobiológicos y socioantropológicos, es decir, dades del comportamiento alimentario implica compren-
percepción del sabor, textura, temperatura del alimento, der que existe una relación activa entre todos los tipos de
estado de salud o enfermedad, aprendizaje, reforzamiento conductas que integran este fenómeno.
de conducta, relaciones sociales, edad, cultura, etc. Con
ello queremos señalar que si bien es un modelo que sinteti-
za las generalidades de los elementos que interactúan en
Conclusión
un ETC, no significa que no se considere todos los demás Es necesario considerar que la evidencia científica demues-
elementos que no son explícitos. tra el momento tan complicado que los seres humanos pa-
Ahora bien, en este punto enfatizaremos la flexibilidad samos a causa de los problemas relacionados con nuestro
de un ETC. Como señalamos, un ETC está integrado por comportamiento alimentario. Los efectos observables so-
tipo y relaciones de conductas, en este sentido el número, bre la salud, economía, esperanza de vida y seguridad ali-
tipo y relaciones de un ETC cambia de acuerdo al fenóme- mentaria van en aumento (Ahima, 2011; Dancyger y Gar-
no analizado. Es decir, un ETC puede ser analizado con un finkel, 1995; Rodríguez y Caloca, 2008). En este sentido, el
número "X" de tipos de conducta y sus interrelaciones per- objetivo central de este capítulo fue presentar una caracte-
tinentes, y en otro análisis puede aumentar o disminuir el rización parsimoniosa de los hábitos alimentarios y propo-
número y tipos de conductas y sus respectivas relaciones. ner un modelo de hábitos alimentarios que permita una
En el ejemplo present_ado se analizó un ETC integrado por comprensión más sistemática de esta área del conocimien-
las conductas: hábito alimentario, consumo, selección y to. Es indudable que la recuperación de las aportaciones de
preferencia, sin embargo, podríamos analizar otro ETC Turró (1912), Cannon y Washburn (1912) y Mead (1943)
que integrara las conductas antes señaladas e incorporara permitió caracterizar el hábito alimentario de una forma
compra y/o almacenamiento de alimento, por señalar algu- plausible y vinculada con nuestra realidad. Sin embargo,
nas. Con ello se pondera que el número, tipo y relaciones consideramos que un punto medular que es necesario en-
de conductas que se analizan dentro de un ETC dependerá fatizar en este capítulo es la noción de tipos de conductas.
del objetivo del análisis mismo. Este concepto permite articular explicaciones al compor-
Por otro lado, tal como lo señalamos en la primera tamiento alimentario a partir de la identificación del hábito
parte, existe una confusión al momento de conceptualizar alimentario, además de la preferencia, la selección y el con-
cada una de las conductas que integran un ETC. Por tal sumo de alimento, como tipos de conductas y, por lo tanto,
motivo, es necesario señalar la existencia de diferencias diferentes (European Food Information Council, 2005; Ma-
teóricas y experimentales entre hábito alimentario {van't rreiros y Ness, 2009; Martin, 2001; van't Riet, Sijtsema,
Riet, et al., 2011), consumo de alimento (Martin, 2001), se- Dagevos y De Bruijn, 2011). Sin duda, esta propuesta bene-
lección de alimento (European Food Information Council, ficia a la investigación de la alimentación, al delimitar las
2005; Marreiros y Ness, 2009) y preferencia alimentaria características que tiene cada tipo de conducta y, con ello,
(Martin, 2001). Aunque el objetivo de este capítulo no es esbozar una solución tangible a la confusión conceptual
analizar las particularidades de cada una de las caracteriza- que es evidente en la producción científica vinculada con el
ciones de los diferentes tipos de conductas que integran el comportamiento alimentario.
comportamiento alimentario, sí se realiza una compara- Por su parte, la propuesta del modelo estructural del
ción entre las conductas señaladas, con la finalidad de comportamiento alimentario permite contar con una re-
ejemplificar de manera visual las diferencias entre ellas presentación de las dimensiones de esta área del conoci-
(cuadro 11-1). miento y en consecuencia contar con una herramienta de
Finalmente, es pertinente señalar que la demarcación análisis adecuada para tal fin. Adicionalmente, la caracteri-
entre conductas no siempre es fácil de identificar y más si zación del ETC como elemento básico de análisis del com-
consideramos que existe interrelación permanente entre portamiento alimentario, nos permite caracterizar los dife-
ellas. Es decir, analizar, teorizar e investigar las particulari- rentes tipos y relaciones entre conductas y que forman
136 SECCIÓN 111 Reflexion es psicológicas

parte de la cotidianidad de los organismos. Sin duda, esta de la Segunda Guerra Mundial. Actualmente la investiga-
propuesta permitirá a investigadores, estudiantes e intere- ción en comportamiento alimentario está construyendo la
sados en la· investigación del comportamiento alimentario base de sus conceptos para integrar en el futuro próximo
contar con una base de conocimiento que siempre puede una teoría que dé cuenta del fenómeno alimentario. Sin
ser mejorada, pues como bien sabemos, toda aportación duda, las contribuciones del Comité de Hábitos Alimenta-
científica puede ser perfectible al someterse a los cuestio- rios tendrán un papel preponderante en la estructuración
namientos pertinentes para evaluar su fortaleza y perti- de la posible teoría.
nencia. Finalmente, exhortamos a investigadores, alumnos y
Un elemento que consideramos afortunado es la recu- público en general interesados en el comportamiento ali-
peración de todo el trabajo que realizó el Comité de Hábi- mentario a participar de la búsqueda de explicaciones co-
tos Alimentarios de Estados Unidos (Guthe y Mead, 1943; herentes que sirvan de apoyo a las decisiones gubernamen-
Mead, 1945). Es sorprendente la cantidad de investigacio- tales en política, legislación y salud alimentarias. Conside-
nes, experimentos y contribuciones que realizó ese gran ramos que el conocimiento es la base para comprender
equipo de investigadores, lo que sin duda representa un "por qué comemos lo que comemos'; por lo que nuestra
enorme tesoro para explorar. Sin embargo, parece increíble propuesta permitirá comprender, analizar y modificar
que toda esa información quedara en el olvido debido al fin nuestro propio comportamiento alimentario.

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Ecology of Food Nutrition, 2012;51(3):247-264. Sons, lnc, 1961 .
Patrones alimentarios de pacientes con trastorno
de la conducta alimentaria: hábitos, preferencias
e ingesta calórica
• Georgina Álvarez Rayón • Xóchitl López Aguilar
• Juan Manuel Mancilla Díaz • María Leticia Bautista Díaz
• Brenda Sarahí Cervantes Luna

aceptación social, actualmente se le puede considerar parte


Introducción de la "alimentación normal''. No obstante, Neumark-Sztai-
Como ya en 1962 alertaba Hilde Bruch, los trastornos de la ner, Wall, Story y Perry (2003) advierten que ello puede
conducta alimentaria (TCA) suponen, en general, patrones conducir a su sobreestimación, ya que el término dieta
anómalos en cuanto al consumo de alimentos. Sin embar- suele usarse de manera genérica para diferentes comporta-
go, tales problemas pueden ir desde el ayuno hasta la so- mientos dirigidos al adelgazamiento. Pero, en el sentido
brealimentación, de modo que en la denominación de TCA contrario, creemos que esto también puede enmascarar
se incluyen variantes heterogéneas. Por lo anterior, resulta otras conductas de mayor significancia clínica, como el
necesario profundizar en la caracterización sintomática de ayuno o el consumo de sustancias (p. ej., laxantes, diuréti-
tales trastornos. En el caso del presente trabajo, eso se hará cos o cafeína). Como contraparte, Cooper y Fairburn
retrocediendo a lo esencial, respecto de los patrones ali- (1993) mencionaron la dificultad para distinguir al atracón
mentarios1 de quienes padecen estas enfermedades. de otras formas de alimentación que suponen la mera so-
La restricción alimentaria extrema es el rasgo distinti- breingesta de comida; ante ello, propusieron la clasifica-
vo de la anorexia nerviosa (AN), la sobrealimentación ex- ción siguiente: atracón objetivo (consumo de una gran can-
trema lo es del trastorno por atracón (TPA), en tanto que tidad de alimento, con pérdida de control sobre la ingesta),
ambas conductas coexisten en la bulimia nerviosa (BN). En atracón subjetivo (consumo de una cantidad no grande de
este último padecimiento, además de que la conducta ali- alimento, con pérdida de control sobre la ingesta) y sobre-
mentaria fluctúa entre la restricción y el atracón, el llama- alimentación (consumo de una gran cantidad de alimento,
do ciclo bulímico se completa con el uso recurrente de con- sin pérdida de control sobre la ingesta). Como puede no-
ductas compensatorias, en un patrón alimentario que se ha tarse, la experiencia subjetiva de pérdida de control2 tiene
descrito como caótico. un importante peso diagnóstico. De esta manera, Reslan y
Con respecto a la restricción alimentaria, Hagan, To- Saules (2011) advierten que en la sociedad actual, donde se
maka y Moss (2000) señalaron que, dada su prevalencia y pondera la capacidad de autocontrol que supone la adop-
ción de un régimen restrictivo, se puede estar sobreesti-
mando la incidencia del atracón objetivo, particularmente
1
Dada la multiplicidad de definiciones existentes y la poca concor- entre la población femenina; o bien, se puede estar subes-
dancia entre ellas, con la denominación "patrones alimentarios" aquí
se hará referencia al conjunto de parámetros o características que en
2
relación con la conducta alimentaria comparten un grupo de perso- Entendida como la incapacidad autorreportada para evitar el inicio
nas. De este modo, tales patrones abarcan ciertos parámetros o uni- de un episodio alimentario, o bien, cuando éste ya ha iniciado, sus-
dades de análisis, como los hábitos, preferencias, selección, ingesta penderlo; además, imposibilidad de regular la cantidad y/o calidad
y otros. del alimento ingerido.

139
140 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológicas

timando la relevancia clínica de la sobrealimentación, una (APA, 1994, 2002) se delimitan además dos tipos de AN: la
vez que la obesidad constituye un problema de salud públi- restrictiva (AN-R) y la compulsiva (AN-C), en función de
ca que afecta la salud mental de quien la padece. la ausencia o presencia, respectivamente, de la práctica re-
Algunos estudios han analizado el discurso de mujeres currente de atracones y conductas purgativas.
participantes en sitios de internet proanorexia y probuli-
mia (Juarascio, Shoaib y Timko, 2010; Mulveen y Hepwor-
Hábitos alimentarios
th, 2006) encontrando dos temas centrales: conducta ali-
mentaria/adelgazamiento y soporte social. En cuanto al Estudios en laboratorio han fundamentado que las pacien-
primero, el ayuno, la restricción alimentaria y el vómito tes con AN tienen un significativo número menor de epi-
autoinducido fueron los métodos de control de peso más sodios alimentarios que las control saludables (Fernstrom,
discutidos por las participantes, y el conteo calórico, el Weltzin, Neureberger, Srinivasagam y Kaye, 1994; Sunday
control o descontrol alimentario y el consumo de sustan- y Halmi, 1996). Además, Sunday y Halmi encontraron que
cias (p. ej., pastillas, laxantes) fueron elementos intrínse- dichos episodios se caracterizaron por mayor duración y
cos. En general, destacó la transmisión de tips, pero tam- muchas pausas largas, lo que daba lugar a numerosos sub-
bién, en cuanto al segundo tema central, fue importante la episodios alimentarios. Este patrón estuvo significativa-
expresión emocional en términos del logro, alcanzado o mente más presente en las mujeres con AN-R que en aque-
no, de perder peso. llas con AN-C. Por lo que respecta a la conducta de atra-
Además, dado que la esencia sintomática de los TCA cón, que se considera clave en la distinción entre los dos
se ubica en la conducta alimentaria, el propósito del pre- tipos de AN, Watson, Fursland, Bulik y Nathan (2013) con-
sente trabajo es caracterizar los patrones alimentarios de firmaron que está significativamente más presente en las
los pacientes con TCA, en términos de hábitos, preferen- pacientes compulsivas que en las restrictivas, en quienes la
cias e ingesta calórica. 3 frecuencia fue mínima y, en todo caso, eran esencialmente
atracones subjetivos. En tanto, del total de atracones re-
Anorexia nerviosa portados por las pacientes con AN-C, sólo la mitad corres-
pondieron a atracones objetivos.
En el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Si bien la restricción alimentaria o el ayuno son el eje
Mentales, cuarta edición, texto revisado (DSM-IV-TR, por sintomático de la AN, adicionalmente estas pacientes
sus siglas en inglés; American Psychiatric Association adoptan otros métodos para el control del peso, como las
[APA], 2002), se señala que la AN se caracteriza por el re- conductas purgativas (p. ej., vómito autoinducido, consu-
chazo a mantener un peso corporal igual o superior al 85% mo de laxantes), o bien, algunas no purgativas, como el
del esperado (de acuerdo con la edad y la talla), temor mór- ejercicio físico excesivo. Así, se estima que una de cada tres
bido a ganar peso, alteración en la percepción del peso y la mujeres con AN realiza conductas purgativas (Hadigan, et
forma corporal y, en mujeres pospúberes, amenorrea por al., 2000; Powell y Thelen, 1996) y 20 a 60% hacen ejercicio
déficit nutricional. Si bien los criterios diagnósticos para la excesivo (Casper y Jabine, 1996; Peñas-Lledó, Vaz y Waller,
AN han sido objeto de ajustes desde los descritos inicial- 2002). Aunque las conductas purgativas están significativa-
mente por Feighner, et al. (1972), sobre todo en cuanto al mente más presentes en las pacientes con AN-C que en
bajo peso, en las dos versiones más recientes del DSM aquellas con AN-R (en quienes son prácticamente inexis-
tentes), el ejercicio excesivo es significativamente más co-
mún en estas últimas (Watson, et al., 2013).
3 Otra conducta ingestiva que en los últimos años ha
Hábitos alimentarios. Aspectos recurrentes no sólo en cuanto a
temporalidad o topografía de la conducta alimentaria de un grupo sido objeto de interés clínico se refiere al mayor consumo
de individuos (p. ej., frecuencia de episodios alimentarios, duración, de líquidos (p. ej., agua, café, té, bebidas energizantes o ba-
horarios, velocidad, etc.), sino también en cuanto a Jos eventos no jas en calorías) y otras sustancias (p. ej., cafeína, endulzan-
estrictamente alimentarios que pueden tener una evidente relación tes artificiales) entre las pacientes con AN. Este recurso se
secuencial con el acto de comer (p. ej., realización de ejercicio, vómi- fundamenta en que, por un lado, dichos elementos pueden
to autoinducido, consumo de sustancias, etcétera) . causar sensación de saciedad y, por otro lado, incrementan
Preferencias alimentarias. Si bien es claro que, en términos estric-
tos, la preferencia corresponde al hecho de tener una actitud favo-
el aporte de energía sin demasiadas calorías. Con respecto
rable hacia cierto(s) alimento(s) -y esto no necesariamente supone a los endulzantes artificiales, Klein, Boudreau, Devlin y
que dicha actitud se concrete en el evento conductual concreto de Walsh (2006) compararon el consumo reportado por mu-
seleccionar cierto(s) comestible(s) e ingerirlo(s) -, dada la poca cla- jeres con AN-R vs. mujeres con AN-C y encontraron que
ridad en cuanto a la forma de evaluación usada en la mayoría de los en estas últimas fue sustancialmente mayor, ya fuera en
estudios que abordaron estos aspectos, aquí preferencia y selección forma de goma de mascar, de bebidas o de polvo en sobres.
se debieron englobar en el primer concepto.
En tanto, Marino, et al. (2009) observaron que aunque el
lngesta calórica. Se refiere al contenido energético que recibe el
organismo a partir de los alimentos/nutrimentos ingeridos, mismo
número de episodios de ingestión de agua y bebidas con
que generalmente se expresa en kilocalorías. cafeína fue significativamente mayor en mujeres con AN-
CAPITULO 12 Patrones alimentarios de pacientes con trastorno de la conducta alimentaria 141 '

R, la cantidad consumida fue mayor en aquellas con AN-C, sanos (Fernstrom, et al., 1994; Hadigan, et al., 2000; Kaye,
aunque sin llegar a ser una diferencia estadísticamente sig- Gwirtman, George, Ebert y Petersen, 1986; Mayer, Sche-
nificativa. Contrariamente a lo esperado, el consumo de bendach, Bodell, Shingleton y Walsh, 2012; Misra, et al.,
cafeína o agua no se relacionó con un número mayor de 2006; Sunday y Halmi, 1996; Sysko, Walsh, Schebendach y
episodios de ejercicio. Sin embargo, entre las pacientes con Wilson, 2005). Estudios basados en autorreportes de pa-
AN-C, el vómito autoinducido sí se asoció con mayor in- cientes ambulatorias confirman esto, tanto en adolescentes
gesta de agua. (Affenito, Dohm, Crawford, Daniels y Striegel-Moore,
Por lo que respecta a estilos idiosincráticos de alimen- 2002; Misra, et al., 2006), en quienes se registró una ingesta
tación, destaca el vegetarianismo. Estudios iniciales esti- calórica diaria de entre 1 446 y 1 649 kcal, como en adultas
maron su presencia en alrededor de la mitad de las mujeres (Burd, et al., 2009; Hadigan, et al., 2000; Pinkston, et al.,
ccin AN (Kadambari, Gowers y Crisp, 1986; O'Connor, 2001), en quienes ese parámetro se ubicó entre 1 602 y
Touyz, Dunn y Beumont, 1987); posteriormente, Hadigan, 1 817 kcal. No obstante, es menester advertir que se han
et al. (2000) lo reportaron en poco más de 60%, contra 14% fundamentado diferencias significativas entre los datos ob-
entre sus participantes control, lo que dio lugar a que se le tenidos por autorreporte vs. la observación directa. Así,
considere vinculado con el desarrollo de la AN. No obstan- Hadigan, et al. (2000) encontraron que las pacientes con
te, Timko, Hormes y Chubski (2012) advierten sobre la ne- AN reportan una ingesta calórica significativamente ma-
cesidad de hacer una reevaluación de dicho vínculo, ya que yor a la registrada por observación directa, de modo que,
existen algunos vacíos conceptuales y metodológicos. Pri- bajo esta última condición, la ingesta calórica diaria de mu-
mero, en cuanto a la definición operacional del vegetaria- jeres adultas fue de 1 139 a 1 449 kcal, suponiendo una re-
nismo y sus variantes (p. ej., omnívoros, veganos), y segun- ducción de 25 a 30%. Además, otras posibles fuentes de
do, respecto a su evaluación, ya que ésta además debería variación son el hecho de que las pacientes estuvieran o no
permitir la identificación de las razones que subyacen a la involucradas en la realización de ejercicio excesivo, o bien,
adopción del estilo alimentario. Lo anterior, ya que actual- el tipo de AN. Burd, et al. (2009) encontraron que la inges-
mente autonombrarse vegetariano tiene una connotación ta calórica promedio diaria que reportan estas pacientes
"socialmente aceptable" que puede estar legitimando la difiere en función de la presencia de atracón y/o las con-
restricción alimentaria con fines de control del peso. ductas compensatorias purgativas. De este modo, para los
días de atracón/purga fue significativamente mayor (4 557
Preferencias alimentarias kcal) que en los días de sólo atracón (1 607 kcal), sólo purga
(1 369 kcal) y sin atracón/purga (1 612 kcal).
Schebendach, et al. (2011) evaluaron las preferencias ali- En cuanto a la ingesta específica de macronutrimen-
mentarias de una muestra de pacientes con AN sometidas tos, los resultados no han sido consistentes. Los estudios
a terapia de restablecimiento del peso corporal y compara- pioneros fundamentaron que las pacientes con AN sufrían
ron a las que lograron el peso esperado vs. quienes no lo inanición de carbohidratos, y que sólo en los casos más ex-
lograron. Esos autores observaron que el segundo grupo tremos se observaba reducción en el consumo de grasas y
eligió una significativa menor variedad de alimentos y proteínas (Crisp, 1965; Hurst, Lacey y Crisp, 1977). Sin
mostró mayor tendencia a seleccionar los mismos de for- embargo, los resultados de estudios posteriores, algunos
ma recurrente. En el mismo sentido, pero específicamente con pacientes que cursaban las etapas más graves del tras-
en mujeres con AN-R que habían concluido con éxito la torno, señalan que no difiere la ingesta de carbohidratos
terapia de restablecimiento del peso corporal, Jáuregui y entre mujeres con AN y mujeres control saludables (Affe-
Bolaños (2009) encontraron que las pacientes preferían un nito, et al., 2002; Beumont, Chambers, Rouse y Abraham,
menú que suponía un significativo menor consumo de 1981; Misra, et al., 2006), o bien, algunos otros estudios
proteínas (específicamente de origen vegetal), grasas (ex- identificaron un significativo mayor consumo entre las pri-
cepto colesterol) y carbohidratos (sólo polisacáridos), meras (Fernstrom, et al., 1994; Hadigan, et al., 2000; Mayer,
comparadas con un grupo de mujeres saludables, aunque et al., 2012). Contrariamente, en el caso de la ingesta de
no se registró diferencia en cuanto a la preferencia de fibra. grasas, existe consenso en cuanto a que es significativa-
En específico, estas pacientes eligieron menos veces los ali- mente menor en las mujeres con AN (Affenito, et al., 2002;
mentos siguientes: pan y cereales, carne, embutidos y co- Beumont, et al., 1981; Fernstrom, et al., 1994; Hadigan, et
mestibles grasos, dulces o fritos. al., 2000; Misra, et al., 2006; Mayer, et al., 2012). Por últi-
mo, en lo que respecta a las proteínas, los resultados son
lngesta calórica inciertos, ya que estudios con mujeres hospitalizadas refie-
ren una significativamente mayor ingesta (Beumont, et al.,
En general, a lo largo de casi tres décadas, las investigacio- 1981; Mayer, et al., 2012), pero ensayos con pacientes am-
nes en ambientes naturales, de hospitalización o de labora- bulatorias no han identificado diferencias entre aquellas
torio, han coincidido en que la ingesta calórica de las perso- con AN y mujeres control (Affenito, et al., 2002; Ferns-
nas con AN es significativamente menor a la de controles trom, et al., 1994; Misra, et al., 2006). Schebendach, et al.
142 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológicas

(2008) compararon dos grupos de pacientes con AN some- BN-NP y BN-P en cuanto a su frecuencia promedio
tidas a tratamiento de restauración de peso. En uno se lo- (Núñez-Navarro, et al., 2011). No obstante, Rossiter, Agras,
gró la meta y en el otro no. Si bien ambos conjuntos no Telch y Bruce (1992) encontraron que aunque las pacientes
difirieron en la ingesta calórica promedio, el segundo mos- con BN-NP podían reportar una frecuencia promedio alta
tró un significativo menor consumo de grasas. de episodios de atracón (p. ej., 11 atracones a la semana), la
En el caso de la ingesta de micronutrimentos, Hadi- ingesta calórica promedio apenas rebasaba 600 kcal, con
gan, et al. (2000) encontraron que significativamente me- variabilidad que podía ir desde 25 hasta 6 048 kcal. Esto
nos pacientes con TCA, en comparación con mujeres con- fundamenta el hecho de que, al igual que en la AN-C, una
trol saludables, cumplían con los valores nutricionales re- importante proporción de los episodios de atracón que las
comendados para tiamina, riboflavina, niacina, fósforo, pacientes con BN-NP reportan son subjetivos, lo que des-
selenio, vitamina B6 y vitamina B12 • Esto, pese a que la mis- taca la sobreestimación de la cantidad de alimento ingerida
ma proporción de sujetos de cada grupo consumía suple- y la sensación de pérdida de control por parte de las pa-
mentos. Dichos autores atribuyeron los resultados a que cientes. Bajo esta premisa, Watson, et al. (2013) encontra-
fue significativamente mayor el número de pacientes con ron hace poco que aunque las mujeres con BN reportan
AN que habían sido vegetarianas. Por el contrario, Misra, más atracones objetivos y aquellas con AN-C más atraco-
et al. (2006) encontraron que una mayor proporción de pa- nes subjetivos, esta diferencia no es estadísticamente signi-
cientes adolescentes con AN, en comparación con un gru- ficativa . De este modo, el eje de distinción entre ambos
po control, cubrieron los valores recomendados de vitami- trastornos sigue radicando en el bajo peso corporal que
nas A y D, así como de calcio, como resultado del mayor presentan las segundas.
consumo de suplementos. Como ya se mencionó, en cuanto a la conducta de
atracón también han sido de especial interés la velocidad
de la ingestión y el tipo de alimentos consumidos. Respecto
Bulimia nerviosa
a la duración/velocidad con que los pacientes con BN in-
En el DSM-IV-TR (APA, 2002) se señala que la BN se ca- gieren el alimento durante un episodio de atracón, recor-
racteriza por recurrentes episodios de atracón seguidos demos que se ha considerado este parámetro como posible
por la práctica de conductas compensatorias inapropiadas, indicador objetivo de la pérdida de control. Los resultados
entre las que destacan el ayuno, la restricción alimentaria y no han sido consistentes, sobre todo entre autorreporte vs.
el ejercicio excesivo (en tanto no purgativas); respecto a las observación directa, ya que mediante esta última la dura-
acciones purgativas, se registraron el vómito autoinducido ción del episodio es significativamente menor, pues se ubi-
y el abuso en el consumo de laxantes y/o diuréticos. De ca entre 27 y 60 minutos (Walsh, Kissileff, Cassidy y Dan-
esta manera se constituye el patrón alimentario básico de tzic, 1989). Asimismo, en estudios de laboratorio en que se
quienes padecen este trastorno. Al igual que en el caso de ha manipulado la condición de velocidad, no se ha podido
la AN, los criterios diagnósticos para la BN también han constatar que ello afecte la cantidad de alimento ingerida
sido objeto de ajustes desde los descritos inicialmente por por los pacientes con BN, aunque sí se ha visto incremen-
Russell (1979) . Sin embargo, en este caso se intenta, por un tada en el caso de los participantes control (Kissileff, Zim-
lado, precisar los aspectos definitorios de la conducta de merli, Torres, Devlin y Walsh, 2008) . En cuanto al tipo de
atracón (que de acuerdo con la definición incluida en el alimentos consumidos durante el atracón vs. episodio ali-
DSM-IV-TR, son: cantidad de alimento, duración del epi- mentario normal, en el primero es significativamente ma-
sodio y sensación de pérdida de control) y, por otro lado, yor la ingesta de alimentos hipercalóricos (p. ej., helado,
con base en el tipo de conductas compensatorias adopta- pastel, galletas, pan, carne, mantequilla) y no se registra
das, delimitar dos tipos de BN: purgativa (BN-P) y no pur- cambio en el de frutas o vegetales (Hadigan, Kissileff y
gativa (BN-NP). Walsh, 1989).
Existe consenso en cuanto a que el vómito autoinduci-
Hábitos alimentarios do es la conducta compensatoria más recurrente entre las
mujeres con BN (Fairburn y Cooper, 1984; Fairburn, Coo-
Durante el día, las pacientes con BN realizan menos comi- per, Doll, Norman y O'Connor, 2000; Kissileff, et al., 2008;
das (no toman colaciones) que las mujeres control saluda- Wade, 2007). En lo que respecta a la frecuencia de esta
bles; sin embargo, durante la noche es significativamente conducta, las pacientes con BN-P reportan vomitar al me-
mayor la frecuencia de episodios alimentarios (Masheb, nos una vez al día en promedio (Fairburn y Cooper, 1984;
Grilo y White, 2011). Johnson y Larson, 1982; Sunday y Halmi, 1996), aunque
En cuanto a los episodios de atracón, está documenta- algunas pueden hacerlo cuatro veces al día (Fairburn, et al.,
do que las mujeres con BN reportan, en promedio, al me- 2000). Alvarenga, Negra.o y Phillippi (2003) estiman que
nos un episodio al día (Johnson y Larson, 1982; Sunday y 58% de casos lo hacen justo después de un episodio ali-
Halmi, 1996), aunque 17% reportan dos o más episodios mentario, 26% entre episodios alimentarios y el resto com-
(Fairburn y Cooper, 1984) y no se registra diferencia entre binando ambos patrones. Además, se estima que entre tres
CAPfTULO 12 Patrones alimentarios de pacientes con trastorno de la conducta al imentaria

(Fairburn y Cooper, 1984; Wade, 2007) y seis (Gwirtsman, do carne y pescado. Kissileff, Walsh, Kral y Cassidy (1986)
et al., 1989) de cada 10 pacientes consumen laxantes; de 25 señalan que, durante los atracones, las mujeres con BN
a 50% realizan ejercicio excesivo como método de control consumen 12% de proteínas (rango: 8 a 21 %), 46% carbohi-
del peso (Bolaños-Ríos y Jáuregui-Lobera, 2010; Peñas- dratos (rango: 38 a 50%) y 42% de grasas (rango: 35 a 50%).
Lledó, et al., 2002) y sólo 10% consumen diuréticos (Wade, Por otra parte, en cuanto a los alimentos consumidos
2007). Empero, se ha encontrado que 40% de las pacientes en los episodios alimentarios (no necesariamente atraco-
practican dos o más conductas compensatorias (Borges, nes objetivos) que anteceden al vómito autoinducido, Al-
Jorge, Morgan, da Silveira y Custódio, 2002). Un dato que varenga, et al. (2003) encontraron que fueron sobre todo
merece especial atención es la evidencia de que en pacien- panecillos, galletas, pasteles u otros postres (74%), en tanto
tes con BN-P, la frecuencia autorreportada de autoinduc- que alimentos con alto contenido de grasa (p. ej., mante-
ción del vómito es sustancialmente mayor a la de los episo- quilla, huevo, carnes frías , papas fritas) se ubicaron por
dios de atracón objetivo, lo que representa un incremento abajo de 32%; curiosamente, las frutas estuvieron presentes
de al menos 50% (Keel, Haedt y Edler, 2005; Mitchell, et al., en 53% de estos episodios.
2012; Shah, Passi, Bryson y Agras, 2005; Sunday y Halmi,
1996). No obstante, es importante mencionar que Watson, lngesta calórica
et al. (2013) no encontraron que la frecuencia reportada de
conductas purgativas difiriera entre pacientes con BN de Durante casi tres décadas la investigación ha fundamenta-
aquellas con diagnóstico de AN-C. do que la cantidad de alimento ingerida y, por ende, la in-
En cuanto a la relación entre la ingesta de líquidos y las gesta calórica de las pacientes con BN son altamente de-
conductas purgativas en pacientes con BN-P o con AN-C, pendientes de la percepción que ellas tengan en cuanto a la
Hart, Abraham, Luscombe y Russell (2005) encontraron posibilidad o no de vomitar después (Davis, Freeman y
que si bien el consumo total de fluidos, de bebidas libres de Garner, 1988; Kaye, et al., 1992; Rosen, et al., 1986; Wel-
calorías o con ellas, no estuvo significativamente relaciona- tzin, Hsu, Pollice y Kaye, 1991). Por lo tanto, las investiga-
do con dichas conductas, éstas sí se asociaron con mayor ciones realizadas en ambientes de hospitalización, donde
ingesta de líquidos con cafeína. es evidente que las pacientes con BN no pueden realizar
Por último, en cuanto a otras conductas alimentarias conductas compensatorias, han fundamentado que la in-
atípicas de las pacientes con BN, destaca el mordisquear el gesta calórica promedio diaria es significativamente menor
alimento sin tragarlo, con el propósito de evitar la absor- a la de mujeres saludables (Gwirtsman, et al., 1989). Por el
ción de calorías. Fairburn y Cooper (1984) identificaron contrario, en estudios realizados en laboratorio (Hadigan,
este fenómeno en 37% de estas pacientes, aunque en fecha et al., 1989; Weltzinet, et al., 1991) o en ambientes natura-
más reciente se estimó que se manifiesta en seis de cada 10 les (con base en autorreporte) (Alpers y Tuschen-Caffier,
pacientes (Masheb, et al., 2011). 2004), la ingesta calórica de las mujeres con BN ha sido
sustancialmente mayor. Alvarenga, et al. (2003) encontra-
Preferencias alimentarias ron que entre pacientes con BN la ingesta promedio en un
episodio alimentario seguido por vómito autoinducido fue
Fox (1990) identificó que entre los alimentos que las muje- de 1 331 kcal, pero con amplia variabilidad(± 1 328 kcal),
res con BN consideran "prohibidos" se encuentran: pastel, lo que confirma que la conducta purgativa se presenta aun
galletas, pan, helado y alimentos fritos ; es decir, productos en ausencia del atracón.
con alto contenido de carbohidratos y grasas. Por el con- Con respecto al atracón objetivo, se estima que en las
trario, entre los comestibles considerados "seguros" se pacientes con BN-NP la ingesta calórica aumenta 50 a 60%
mencionaron los vegetales, frutas y las carnes bajas en gra- (Rossiter, et al., 1992), mientras que en mujeres con BN-P
sa (principalmente pescado y pollo); es decir, aquellos con al menos se triplica (Hadigan, et al., 1989; Mitchell, et al.,
mayor contenido de agua, fibra y proteína. Pero, paradóji- 2012). Así, en un día de atracón(es) de pacientes con BN-
camente, 69% de las pacientes reportaron que en sus atra- NP, Rossiter, et al. comprobaron una ingesta promedio de
cones consumían al menos uno de los alimentos "prohibi- alrededor de 2 400 kcal; mientras, en pacientes con BN-P
dos"; en tanto, sólo lo incluían en 15% de sus episodios de se ha observado que esta misma cantidad corresponde a
alimentación normal. Así, LaChaussée, Kissileff, Walsh y un solo episodio de atracón (Alpers y Tuschen-Caffier,
Hadigan (1992) señalaron que los atracones de las mujeres 2004; Guss, Kissileff, Walsh y Devlin, 1994). Esta cifra es,
con BN suelen contener mayores cantidades de antojitos y por mucho, superior a las 1 000 kcal que se han propuesto
postres, y es poco probable que contengan frutas , verduras como criterio para definir la objetividad del atracón (Engel,
y otros alimentos "permitidos" (Rosen, Leitenberg, Fisher y et al., 2009; Mitchell, Crow, Peterson, Wonderlich y Crosby,
Khazam, 1986). 1998). Con base en este criterio, Weltzin, et al. (1991) en-
Hadigan, et al. (1989) encontraron que mientras las contraron que sólo 37% de los episodios alimentarios de
pacientes con BN comienzan sus atracones con el postre y mujeres con BN correspondían a atracones objetivos. Em-
los aperitivos, las controles saludables los inician ingirien- pero, en fecha más reciente, Alpers y Tuschen-Caffier
144 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológ icas

(2004) encontraron que 80% de los atracones autorrepor- ción hacia este nuevo trastorno mental. El TPA se caracte-
tados por sus pacientes cumplían dicho criterio. Además, riza por recurrentes episodios de atracón, que a diferencia
Mitchell, et al. (2012) encontraron que la ingesta calórica de lo observado en la BN, no van seguidos de la realización
promedio en un episodio de atracón que da lugar al vómito de conductas compensatorias, o bien, éstas no son recu-
autoinducido es significativamente mayor que cuando no rrentes, y menos aún las de tipo purgativo.
es seguido por este procedimiento (2 050 vs. 1 340 kcal) . Se
ha reportado que, en promedio, dicha ingesta es superior a Hábitos alimentarios
4 400 kcal (Rossiter y Agras, 1990; Weltzinet, et al., 1991),
aunque en algunos pacientes puede superar 10 000 kcal En 2006, Masheb y Grilo examinaron los hábitos alimenta-
(Alpers y Tuschen-Caffier, 2004; Alvarenga, et al., 2003) . rios de pacientes con TPA (27% de ellos varones) y encon-
Como consecuencia de lo anterior, la relación ingesta caló- traron que sólo la tercera parte de los participantes consu-
rica/velocidad difiere significativamente entre un episodio mía las tres comidas principales del día (desayuno, comida
de atracón y un episodio alimentario normal. Por ejemplo, y cena), ya que uno de cada cuatro omitía de forma re-
en pacientes con BN-P, Hadigan, et al. (1989) documenta- currente el desayuno (al menos tres veces a la semana) y
ron una tasa promedio de 84.3 kcal/min vs. 41.5 kcal/min, uno de cada tres la comida, pero sólo 1.2% la cena. En lo
respectivamente; en tanto, esta última fue similar, aunque referente a las colaciones, 54% omitía la de la mañana, 35%
con menor variabilidad, en el caso de los participantes la de la tarde y sólo 14% la posterior a la cena. En fecha re-
control. ciente, Harvey, Rosselli, Wilson, DeBar y Striegel-Moore
Con lo que respecta a la ingesta de macronutrimentos (2011) replicaron el estudio previo, pero incluyendo sólo
en pacientes con BN, los resultados no han sido consisten- mujeres. Encontraron que únicamente 9.4% de las pacien-
tes. Algunos estudios iniciales con pacientes hospitalizadas tes con TPA comían tres veces al día; contrariamente, una
encontraron que consumían significativamente menos de cada cuatro omitía de forma recurrente el desayuno, 9%
grasas y más proteínas que las mujeres saludables, sin iden- la comida y 2% la cena; además, 45% omitía la colación de
tificarse diferencia en cuanto al consumo de carbohidratos la mañana, 32% la de la tarde y 22% la colación posterior a
(Gwirtsman, et al., 1989); mientras, en pacientes con BN- la cena. En tanto, la alimentación nocturna, es decir, el he-
NP, Rossiter, et al. (1992) notaron que en los días de atra- cho de que la persona tenga episodios alimentarios recu-
cón, respecto a los de no atracón, sólo aumentaba la inges- rrentes después de haberse ido a dormir (en promedio tres
ta de proteínas. De forma contraria, Alpers y Tuschen-Ca- veces a la semana), Harvey, et al. la estimaron presente en
ffier (2004) compararon el consumo autorreportado de 10% de los pacientes con TPA; sin embargo, Masheb y Gri-
pacientes con BN vs. controles saludables y encontraron lo encontraron que 3.5% reportaban hacerlo diariamente.
que en los episodios de atracón estas pacientes consumie- En lo que respecta a la frecuencia del atracón, se ha
ron significativamente más grasa, aunque no se registró señalado que mujeres adultas obesas con TPA reportan, en
diferencia en cuanto a proteínas y carbohidratos; sin em- promedio, entre tres (Agras y Tech, 1998; Yanovski, et al.,
bargo, en los episodios alimentarios normales, fue menor 1992) y cuatro (Cooke, Guss, Kissileff, Devlin y Walsh,
el consumo de grasas y mayor el de carbohidratos. 1997) episodios a la semana. Mientras, estudios que han
comparado esta frecuencia entre pacientes con TPA vs. BN
Trastorno por atracón no han encontrado diferencia entre los grupos (Fairburn, et
al., 2000; Núñez-Navarro, et al., 2011). Por otro lado, en lo
La definición de lo que conocemos como TPA se origina de que se refiere a las conductas compensatorias purgativas, si
las observaciones clínicas que en sujetos obesos publicó bien no están ausentes entre las pacientes con TPA, su pre-
Albert Stunkard en 1959, al notar que algunos de sus pa- sencia es mínima. Por ejemplo, Fairburn, et al. (2000) en-
cientes mostraban patrones alimentarios diferentes a los contraron que la frecuencia máxima reportada, en un pe-
comunes, lo que demostró que en la etiología de la obesi- riodo de tres meses, fue de cuatro episodios en el caso del
dad también existía un componente psicológico: la con- vómito autoinducido y de tres para el consumo de laxantes.
ducta alimentaria. Tres décadas después, Spitzer y colabo- En cuanto a las conductas no purgativas, la realización de
radores (entre ellos Stunkard) publicaron una serie de tres ejercicio intenso se ha identificado en una de cada tres pa-
estudios en los que no sólo se hizo patente la relevancia cientes con TPA que acuden a clínicas para la reducción de
clínica del TPA, sino además su delimitación en tanto enti- peso (Borges, et al., 2002).
dad diagnóstica independiente de la BN (Spitzer, et al., Los estudios sobre TPA se han realizado sobre todo
1991, 1992, 1993), lo que desembocó en que el TPA fuese con pacientes obesos; no obstante, Goldschmidt, et al.
incluido en el DSM-IV (APA, 1994) y el DSM-IV-TR (APA, (2011) compararon hace poco dos grupos con TPA: nor-
2002) como un TCA no específico (TCANE), ubicándosele mopeso vs. obesos. Estos autores, después de controlar la
en el apéndice "B'; el de ejes propuestos para mayor investi- edad y el sexo (porque los participantes del primer grupo
gación. Dicha inclusión favoreció que durante las dos últi- fueron significativamente más jóvenes y predominaron las
mas décadas numerosos investigadores dirigieran su aten- mujeres), encontraron que los pacientes normopeso repor-
CAPÍTULO 12 Patrones alimentarios de pacientes con trastorno de la conducta alimentaria

taron menos episodios alimentarios al día, ya que realiza- na!, Bartholome, et al. (2013) tampoco encontraron dife-
ban menos colaciones y se "saltaban" las comidas con ma- rencia entre los grupos en cuanto a la ingesta calórica antes
yor frecuencia que los obesos; por el contrario, los normo- y después del atracón.
peso reportaron mayor realización de ejercicio físico, de Algunos estudios que han comparado a mujeres con
dietas restrictivas y la evitación de ciertos alimentos con el TPA y mujeres con BN reportan que la frecuencia de los
propósito de controlar su peso corporal. Por lo que respec- atracones y la cantidad de comida ingerida es significativa-
ta al atracón, aunque los grupos no difirieron en cuanto a mente menor en las primeras (Masheb, et al., 2011). Por
su frecuencia o edad de inicio (alrededor de los 17 años), ejemplo, Guss, et al. (1994) realizaron un estudio de labo-
los pacientes normopeso manifestaron significativamente ratorio en el que encontraron que durante los episodios de
mayor malestar asociado. atracón inducido las mujeres obesas con TPA ingieren casi
la mitad de calorías (1 514 kcal en promedio) y comen me-
Preferencias alimentarias nos rápido (en promedio demoran 35.78 minutos) que las
mujeres con BN-P (2 680 kcal en 32.25 min, respectiva-
Yanovski, et al. (1992) encontraron que las mujeres obesas mente). Estos datos contrastan con los obtenidos por auto-
con TPA consumen más postres y botanas (en específico, registro, una vez que Hilbert y Tuschen-Caffier (2007)
helado, pastel y papas fritas , pero no galletas), arroz y man- hallaron que mujeres con TPA vs. otras con BN no difirie-
tequilla que las obesas sin TPA; pero no hubo diferencias ron en el promedio de episodios alimentarios totales ni en
entre los grupos en cuanto al consumo de yogurt, pan, car- el de atracones, pero sí en su duración. Aquí fueron las mu-
nes, vegetales o frutas. Por el contrario, Cook, et al. (1997) jeres con TPA quienes mostraron significativamente ma-
sólo encontraron que las mujeres con TPA consumieron yor velocidad, pero con menor ingesta calórica: 854 kcal
más carne que las obesas control, sin diferencias en cuanto (rango: 176 a 2 901 kcal) en un promedio de 12.66 minutos,
a la ingesta de postres, vegetales o carbohidratos. Además, vs. 2 136 kcal (rango: 343 a 8 990 kcal) en un promedio de
al dividir temporalmente el episodio alimentario en cuatro 45.18 minutos. Estos resultados suponen que una propor-
momentos, esos autores tampoco identificaron diferencias ción mayor de mujeres con TPA basaron la identificación
en el tipo de alimentos consumidos. En tanto, en fecha más de sus atracones en la sensación de pérdida de control du-
reciente, Raymond, et al. (2007) sólo identificaron que las rante la ingesta, reflejada en mayor velocidad del consumo;
obesas con TPA comían significativamente más lácteos (le- pero, por lo contrario, las mujeres con BN se basaron sobre
che, queso y yogurt) y harinas (pan, cereal y pasta) que las todo en la cantidad de alimento ingerida.
obesas sin TPA, aunque esta última diferencia no llegó a En lo referente al consumo específico de macronutri-
ser estadísticamente significativa. mentos durante el atracón, los hallazgos son inconsisten-
Por último, Fitzgibbon y Blackman (2000) compararon tes. Yanovski, et al. (1992) encontraron que en las mujeres
a mujeres con TPA vs. aquellas con BN en cuanto a los ali- obesas con TPA fue significativamente mayor la ingesta de
mentos consumidos durante los episodios de atracón. Re- grasas y menor la de proteínas que en las obesas sin TPA.
gistraron que los comestibles de las primeras contenían Raymond, et al. (2007) sólo confirmaron lo primero, en
significativamente menos carbohidratos, azúcares y grasas tanto que otros autores han identificado un consumo ma-
(p. ej., helados, donas, pasteles, budines, chocolate y galle- yor tanto de grasas como de carbohidratos (Bartholome, et
tas) que en el caso de las pacientes con BN. al., 2013; Latner, Rosewall y Chisholm, 2009). En obesas
con TPA, Agras y Telch (1998) compararon la ingesta caló-
lngesta calórica rica entre episodios de atracón vs. episodios de sobreali-
mentación (definidos ambos con base en una ingesta míni-
Tanto en contexto de laboratorio como en ambientes natu- ma de 1 500 kcal, pero en los primeros con intensa sensa-
rales (con autorreporte), diversos estudios coinciden en ción de pérdida de control, misma que estuvo ausente en
que la ingesta calórica de mujeres obesas con TPA es signi- los segundos) y encontraron que en los atracones fue signi-
ficativamente mayor que la de obesas sin TPA (Bartholo- ficativamente mayor el consumo de grasas, aunque no
me, Peterson, Raatz y Raymond, 2013; Cooke, et al., 1997; identificaron diferencia en el de proteínas o carbohidratos.
Guss, Kisileff, Devlin, Zimmerli y Walsh, 2002; Latner, Ro- Mientras, Guss, Kissileff, Devlin, Zimmerli y Walsh (2002),
sewall y Chisholm, 2009; Raymond, et al., 2007; Raymond, en función del peso corporal, no encontraron diferencias
et al., 2012; Yanovski, et al., 1992). En el caso de los estu- en la ingesta de macronutrimentos entre dos grupos de
dios en laboratorio, esto se verificó tanto para los episodios mujeres con TPA, uno de obesas y otro con sobrepeso, esto
alimentarios comunes (rango: 1 807 a 2 343 kcal) como bajo condiciones de atracón inducido en laboratorio.
para los de atracón inducido por instrucción (rango: 2 143
a 3 255 kcal). No obstante, Raymond, et al. (2007) no re-
Conclusiones
portaron que la cantidad de alimento ingerida, en cuanto a
peso y volumen, difiriera de modo significativo entre muje- La revisión realizada fundamenta la complejidad que supo-
res obesas con TPA vs. aquellas sin TPA. De modo adicio- ne definir los aspectos o síntomas que caracterizan las for-
146 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológicas

mas patológicas del comportamiento alimentario. Así que Por lo tanto, persiste la necesidad ineludible de reali-
elementos que pudieran considerarse tan básicos como los zar el entrecruce de parámetros de cantidad de alimento
patrones de alimentación y, en éstos, los hábitos, las prefe- ingerida y de sensación de pérdida de control. para definir
rencias y la ingesta calórica, suponen también una gran no sólo la presencia del atracón, sino además su tipo.
dificultad para trascender las descripciones y enseguida También resulta evidente que el estudio de los patro-
tratar de fundamentar, a través de ellos, la normalidad y nes alimentarios no puede circunscribirse al acto de la in-
anormalidad alimentaria. gestión de alimento, sino que debe ser lo suficientemente
Un elemento trascendental en la caracterización y de- amplio para que incluya otras conductas que, sin remitir
limitación de los TCA han sido las tipologías propuestas directamente al alimento, se relacionan de una u otra ma-
en cuanto a la conducta de atracón. Por un lado, es impor- nera con las formas de alimentarse. Así, las conductas que
tante diferenciar lo que sería un episodio de sobreingesta despliegan las pacientes con TCA pueden estar estrecha-
respecto de uno de atracón (en términos de la ausencia o mente vinculadas con la alimentación, como el ayuno, la
presencia, respectivamente, de la percepción de pérdida dieta restrictiva, el atracón, "saltarse" comidas, masticar sin
de control por parte de la persona) y, por otro lado, distin- deglutir el alimento, o ingerir líquidos u otras sustancias
guir entre dos tipos de atracón (objetivo vs. subjetivo) en (p. ej., agua, cafeína, sustitutos de azúcar). Incluso deben
función de si la cantidad de alimento ingerida es o no ex~ considerarse otras acciones moderadamente relacionadas,
cesiva. No obstante, persisten inconsistencias en cuanto al como el conteo calórico, el vómito autoinducido o el con-
gradiente para definir qué cantidad de alimento puede sumo de laxantes o diuréticos. Por último, algunas conduc-
considerarse excesiva, o bien, cuándo la pérdida de con- tas están indirectamente relacionadas con la alimentación
trol es clínicamente relevante. Respecto a la primera cues- (p. ej., realización de ejercicio excesivo). Al respecto, resul-
tión, es justo decir que algunos autores han adoptado un ta evidente que la vinculación entre estas diversas conduc-
criterio de objetividad del atracón: sería una ingesta caló- tas y la alimentación sólo puede determinarse en términos
rica mínima (p. ej., 1 000 kcal) en un solo episodio alimen- de la funcionalidad que subyace a las primeras, en aras del
tario (Engel, et al., 2009; Mitchell, et al., 1998). Pero, para cumplimiento de la motivación esencial de las pacientes
fines prácticos, la utilización de este criterio parece llevar con TCA: el adelgazamiento o el control del peso.
al hecho de que ya no basta con que el tratamiento de los En el mismo sentido, se ha encontrado que la ingesta
TCA sea multi e interdisciplinario, sino que la misma for- calórica de las pacientes con TCA, un indicador que po-
mulación del diagnóstico tendría que seguir este modelo. dría considerarse de extrema objetividad, no sólo difiere en
Además, en cuanto al segundo aspecto inherente al atra- función del tipo de trastorno o la clase de episodio alimen-
cón, la pérdida de control sobre la ingesta, las opciones tario (p. ej., común vs. atracón), sino además en cuanto a si
que han adoptado algunos investigadores son, esencial- se calcula con base en la ingesta autorreportada o la obser-
mente, dos: vada directamente, de si esta observación directa se realizó
• Tratar de identificar qué tasas de velocidad de la inges- en un ambiente de hospital o de laboratorio, de si a las pa-
ta (p. ej., kcal/min) pueden denotar la pérdida de con- cientes se les restringió o no en cuanto a la realización de
trol. En este aspecto, los resultados aún son poco pro- conductas purgativas, o si estaban o no involucradas en la
misorios, principalmente por la extrema variabilidad realización de ejercicio, etc. Es decir, las fuentes de variabi-
de la medida en función del tipo de alimento ingerido, lidad que actúan sobre los patrones alimentarios son diver-
aspecto ya señalado previamente por Franco, López y sas, lo que fundamenta la necesidad de desarrollar paráme-
Bautista (2009). tros, técnicas de registro y herramientas de evaluación que
permitan la comprensión de las intencionalidades; es decir,
• Otros investigadores han optado por aplicar escalas
la identificación de los factores motivacionales que subya-
donde los pacientes asignan un valor a la intensidad de
cen no sólo a la conducta alimentaria, sino a la amplia
su sensación de pérdida de control. No obstante, la li-
gama de otras conductas que funcionalmente pueden vin-
mitante ineludible sigue siendo que, en tanto condi-
cularse con el acto de comer.
ción autorreportada, una importante proporción de
pacientes con TCA, particularmente aquellas con AN,
con BN-P o con TPA, sobreestiman la sensación de Agradecimientos
pérdida de control en la definición de sus atracones, Al financiamiento UNAM-PAPIIT, por el apoyo IN-305912
prestando menor atención a la cantidad de alimento otorgado a la Dra. Georgina Álvarez Rayón.
ingerida, situación contraria a lo observado en las mu- Al Conacyt, por el financiamiento 131865-H otorgado al
jeres con BN-P. Dr. Juan Manuel Mancilla Díaz.
CAPfTULO 12 Patrones alimentarios de pacientes con trastorno de la conducta alimentaria

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Definición y evaluación
de hábitos alimentarios

• Karina Franco Paredes


• Elia Herminia Valdés Miramontes
• María del Consu':!lo Escoto Ponce de León

utensilio contiene 350 mi en promedio. Al mismo tiempo,


Introducción
la porción de algunos alimentos (p. ej., hamburguesas,
El inicio de la civilización está íntimamente vinculado con sándwiches y palomitas) se ha duplicado (López, 2004). En
la obtención de alimento, el cultivo de plantas comestibles, muchos países ha disminuido el consumo de los platillos
preparación de comida, rituales y costumbres; además del típicos, que se han sustituido por la denominada comida
placer de comer lo obtenido (Nunes dos Santos, 2007). La rápida o por platillos de otras culturas. Las marcas comer-
conducta alimentaria está relacionada con el modo de vida ciales, apoyadas con una fuerte publicidad, han asociado
del ser humano y es reflejo de la educación y la cultura de ciertos alimentos con un estilo de vida moderno. Al mismo
la persona; responde no sólo a una necesidad biológica, tiempo, los lugares donde podemos encontrar alimento se
por lo que es necesario estudiarla desde una perspectiva han diversificado: están al alcance de todas las personas y a
multidisciplinaria, integrando variables de índole biológi- todas horas. Por ejemplo, las máquinas expendedoras de
ca, psicológica, socioeconómica y cultural. pan, refrescos, dulces, etc., se encuentran disponibles en
En las últimas décadas hemos presenciado un fenóme- lugares públicos concurridos. También es fácil encontrar
no denominado transición alimentaria, en el que la dieta esos productos en lugares donde usualmente no los ven-
tradicionalmente rica en fibra que resulta del consumo de dían, por ejemplo, en farmacias (Brown, 2004).
cereales y leguminosas se ha cambiado por la de algunos Una mayor variabilidad y disponibilidad de alimento,
países industrializados, caracterizada por un elevado con- las formas de alimentación socialmente reconocidas, la pu-
tenido energético además de proteínas y grasas de origen blicidad y el ritmo de vida acelerado han contribuido a que
animal y escasa fibra . Esta transición ha sido el resultado de las personas modifiquen sus hábitos alimentarios. Los
una serie de cambios, como la introducción al mercado cambios en las prácticas alimenticias son manifestaciones
de la comida rápida, el ritmo acelerado de vida, la pu- de transformación en la vida familiar y de la sociedad en
blicidad a través de los medios de comunicación y la imita- general. Entre estas transformaciones se pueden citar el
ción de actitudes relacionadas con la alimentación, ya que aumento del consumo fuera de casa, la preocupación por
el consumo de alimento con ciertas características o elabo- la seguridad alimentaria y la preferencia por productos de
rado en otros países se ha ligado con el estatus social. Asi- fácil preparación. Se estima que en los países desarrolla-
mismo, se han modificado el sabor, la textura, el valor nu- dos, una de cada tres personas en las grandes ciudades rea-
trimental y Ja apariencia del alimento, para hacerlo más liza cinco comidas a la semana fuera de casa (Berumen y
atractivo al comensal (Moreiras y Cuadrado, 2005). Tam- Palacios, 2007; Nunes dos Santos, 2007).
bién las porciones de los alimentos han aumentado expo- Como resultado de los cambios en los hábitos alimen-
nencialmente. Por ejemplo, en la década de 1950 un vaso tarios, las personas han desarrollado enfermedades cróni-
de refresco infantil contenía 230 mi; hoy en día, ese mismo cas no transmisibles asociadas a la malnutrición por exce-

151
152 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológicas

so; por ejemplo, obesidad, hiperlipidemias, enfermedades y manejo del alimento, los acompañantes que se seleccio-
cardiovasculares, hipertensión arterial, cáncer, diabetes y nan, la forma en que se decide cuánto come cada miembro
osteoporosis. La alta incidencia de estas enfermedades en- de un grupo, las técnicas y tipos de preparación culinaria y
tre la población demanda estudios que permitan conocer el orden en que se sirven los alimentos (Bourges, 1990).
la problemática y establecer oportunamente estrategias Los hábitos alimentarios están relacionados con la
preventivas. Sin embargo, delimitar conceptualmente el identidad cultural. Cómo, dónde y qué se come, así como
concepto hábitos alimentarios no es una tarea sencilla y la los sentimientos que genera el acto de comer, son elemen-
forma en que se ha medido es limitada. Por ello, el propó- tos de la identidad cultural (Nunes dos Santos, 2007;
sito del presente capítulo es analizar cómo se han definido Woortman, 2004). Las tradiciones religiosas, la clase so-
los hábitos alimentarios, presentar al lector algunas consi- cial, el ingreso económico, las restricciones y prohibiciones
deraciones para la elección de instrumentos y, finalmente, alimenticias son elementos característicos de cada cultura.
hacer una breve descripción de las medidas más utilizadas Las transformaciones sociales han introducido nuevos há-
en los estudios sobre el tema. bitos alimentarios y consecuentemente nuevas identida-
des, generando necesidades como consecuencia de los
cambios económicos, sociales y tecnológicos (Nunes dos
Definición de hábitos alimentarios Santos, 2007). Los hábitos alimentarios constituyen un es-
La alimentación vista como práctica social y cultural encie- pacio en donde la tradición y la innovación tienen la mis-
rra múltiples factores susceptibles de habituación, los cua- ma importancia, en donde el presente y el pasado se entre-
les pueden resumirse en qué, cómo, cuándo, cuánto, dónde lazan para satisfacer la necesidad del momento, producir
y con quién se come. Un aspecto importante de la conduc- alegría al instante y socializar (Certeau, 1996).
ta alimentaria son los hábitos (Van't Riet, Sijtsema, Dage- Los hábitos alimentarios acompañan al ser humano en
vos y De Bruijn, 2011). Los hábitos pueden ser definidos todo su desarrollo y es posible que se modifiquen en fun-
como secuencias de actos que se han reforzado, en el pasa- ción de ciertas variables. Se forman durante la infancia y
do, por experiencias gratificantes y que son provocadas pueden afectar las preferencias y prácticas alimentarias en
por el medio ambiente para determinar el comportamien- etapas posteriores como la adolescencia. Además, la bús-
to y en gran medida están fuera de la conciencia de la per- queda de identidad de los adolescentes puede estar acom-
sona (Nea!, Wood y Quinn, 2006; Wood y Nea!, 2007). Los pañada de cambios en el estilo de vida y por consecuencia
hábitos alimentarios pueden considerarse una disposición modificaciones en los hábitos alimentarios. La adolescen-
adquirida por actos repetidos que constituyen una manera cia es el momento en que las condiciones ambientales, fa-
de ser y de vivir del individuo. Para que esto suceda, se re- miliares, culturales y sociales ejercen toda su influencia en
quiere que dichos hábitos estén de acuerdo con las normas la definición de los hábitos alimentarios y el hogar es el
socioculturales establecidas por un grupo y que sean cohe- espacio donde se concentra la seguridad alimentaria y nu-
rentes con el estilo de vida del individuo o de la comunidad. tricional de los individuos. Así, tanto la casa como la escue-
La tarea de definir el concepto hábitos alimentarios no la deberían ser los lugares idóneos para promover hábitos
ha sido sencilla, dado que implica considerar variables psi- alimentarios adecuados (Castañeda-Sánchez, Rocha-Díaz
cológicas y socioculturales. La Norma Oficial Mexicana y Ramos-Aispuro, 2008).
NOM-043-SSA2-2005 define los hábitos alimentarios Las condiciones ambientales inapropiadas que existen
como el "conjunto de conductas adquiridas por un indivi- alrededor de la comida han contribuido a modificar los há-
duo, por la repetición de actos en cuanto a la selección, la bitos alimentarios y consecuentemente el desarrollo de
preparación y el consumo de alimentos. Los hábitos ali- problemas clínicamente relevantes, incluyendo tanto tras-
mentarios se relacionan principalmente con las caracterís- tornos físicos como psicológicos, entre ellos los llamados
ticas sociales, económicas y culturales de una población o trastornos de la conducta alimentaria (Sámano, Flores-
región determinada" (Secretaría de Salud, 2005, p. 36) . Los Quijano y Casanueva, 2005) y el problema de la obesidad
hábitos alimentarios también pueden ser definidos como (Castro, Bellido, Pertega y Grupo colaborativo del estudio,
un conjunto de costumbres que determinan el comporta- 2010; Pardo, Ruiz, Jódar, Garrido, De Rosendo y Usán,
miento del hombre en relación con los alimentos y la ali- 2004). Algunos estudios evidencian la existencia de hábitos
mentación. Incluyen desde la manera como se selecciona alimentarios inadecuados en los jóvenes, quienes descono-
el alimento, hasta la forma en que se consume o se sirve. cen los aspectos básicos de una dieta equilibrada y presen-
Son el producto de la interacción entre la cultura y el me- tan una gran preocupación por el control de peso (Mena,
dio ambiente, están reforzados por normas y presiones so- et al., 2002) . El sobrepeso y la obesidad se han relacionado
ciales y es común que se transmitan de una generación a con hábitos alimentarios inadecuados, caracterizados por
otra, aunque pueden cambiar a lo largo de la vida. Así, los la ingestión de dietas ricas en grasa, harinas refinadas y
hábitos alimentarios se relacionan con el número de comi- azúcares, así como bebidas azucaradas (Rivera y Barquera,
das al día, los horarios, el alimento que se consume con 2002; Dubois, Farmer, Girard y Peterson, 2007; James y
más frecuencia, los hábitos de compra, el almacenamiento Kerr, 2005; Jiménez-Aguilar, Flores y Shamanh-Levy,
CAPÍTULO 13 Definición y evaluación de hábitos alimentarios

2006), por lo que se admite la necesidad de modificar los ejemplo, podemos usar los datos sobre ingesta de grasas
hábitos de alimentación a temprana edad (Instituto Nacio- para predecir quién tendrá colesterol elevado en el futuro.
nal de Salud Pública, 2010). No obstante, modificar el com- En el caso de la validez concurrente, el criterio está ocu-
portamiento alimentario no es tarea fácil, ya que intervie- rriendo al mismo tiempo que los datos son recolectados.
nen múltiples factores en la elección, la preparación y el Por ejemplo, la medida de frecuencia de consumo de ali-
consumo de alimentos (Rivera, 2001). mento coincide con el recordatorio de 24 horas. La validez
Algunas investigaciones han propuesto que las inter- de constructo nos indica el grado en que las puntuacio-
venciones enfocadas a modificar conductas alimentarias nes de los respondientes son una medida adecuada del
tienen más posibilidad de ser eficaces cuando toman en constructo específico; es decir, en qué medida los datos ob-
cuenta el carácter habitual de las mismas (Van't, Sijtsema, tenidos empíricamente concuerdan con las teorías o hipó-
Dagevos y De Bruijn, 2011). En reconocimiento de la im- tesis que les dieron origen.
portancia del comportamiento habitual, el concepto de há- La confiabilidad se refiere a la precisión con que un
bito se ha incorporado en varios modelos conceptuales de instrumento mide el constructo de interés. Es muy común
la conducta alimentaria (Busdiecker, Castillo y Salas, 2000). que se utilicen el coeficiente de consistencia interna y el
La estrategia preventiva de educación nutricional para pro- análisis de confiabilidad test-retest para evaluarla. Si la
mover estilos de vida saludables es la que tiene mayor consistencia interna es baja, la probabilidad de detectar
probabilidad de influir sobre la prevalencia de enfermeda- cambios en la puntuación total se ve comprometida. Por
des; debe iniciarse en la infancia y considerar la cultura ali- otro lado, la confiabilidad test-retest o reproducibilidad se
mentaria de los grupos sobre los que se quiere influir (Bus- refiere a la estabilidad de la medida en el tiempo. Si el resul-
diecker, Castillo y Salas, 2000). tado de la medida cambia en periodos cortos, entonces
puede ser de poca utilidad para atribuir los cambios a una
intervención.
Consideraciones para la elección Un criterio adicional cuando se seleccionan, adaptan o
de instrumentos de medición desarrollan instrumentos para evaluar intervenciones es la
sensibilidad al cambio; por ejemplo, cambios en la forma
La operacionalización de los hábitos alimentarios, es decir,
de preparación del alimento (en lugar de mantequilla, usar
cómo medirlos, ha sido un reto importante, tanto en el
aceite de oliva; cambiar la leche entera por semidescrema-
campo clínico como en la investigación. El uso del concep-
da). La sensibilidad al cambio se relaciona con la confiabi-
to hábitos alimentarios puede resultar impreciso, debido a
lidad de los datos obtenidos, la cual está influida en parte
que cuando se analiza la medida empleada, es común en-
por el instrumento de medición. Así, si la confiabilidad es
contrar que se evaluó sólo una variable, generalmente,
muy baja, podrían no detectarse cambios en las varia-
el consumo de alimento. Asimismo, es frecuente el uso de
bles de interés tras iniciar una intervención. Además, si la
medidas sin considerar sus propiedades métricas (p. ej., va-
confiabilidad test-retest es baja, pueden observarse cam-
lidez, confiabilidad y sensibilidad), con lo que se ponen en
bios aleatorios que no son resultado de la intervención.
duda tanto la utilidad como la precisión de los datos obte-
nidos con la medida.
Por lo anterior, es importante tomar en cuenta que Instrumentos de evaluación
para evaluar los hábitos alimentarios es necesario contar
El desarrollo de instrumentos para evaluar con rigor el
con medidas válidas, confiables y con sensibilidad para de-
consumo en individuos o poblaciones empezó hace poco
tectar pequeños cambios en la dieta (Kristal, Beresford y
más de dos décadas, cuando surgieron estudios epidemio-
Lazovich, 1994). Tanto la confiabilidad como la validez son
lógicos nutricionales (Martín-Moreno y Gorgojo, 2007). La
términos genéricos que hacen referencia a errores en la
variable que más se ha considerado para medir hábitos ali-
medición (Nunnally y Bernstein, 1995). La validez se refie-
mentarios es el consumo de alimento. Las dos técnicas más
re al grado con que la medida, diseñada con un propósito y
utilizadas para medir el consumo de alimento, y que ade-
para una audiencia específica, mide lo que pretende medir.
más cuentan con suficiente apoyo métrico, son el Cuestio-
Se puede obtener evidencia de la validez de contenido, de
nario de Frecuencia de Consumo de Alimento (CFCA) y el
criterio y de constructo. La validez de contenido se refiere
recordatorio de 24 horas.
a la amplitud con la cual los ítems de una medida represen-
tan el dominio o constructo a medir. Por ejemplo, si esta-
mos interesados en medir los hábitos alimentarios ¿los Cuestionario de Frecuencia
ítems de la medida representan lo que típicamente hace de Consumo de Alimento
referencia este término? Por otro lado, hay dos tipos de va-
lidez de criterio: predictiva y concurrente. Ambas compa- En el CFCA se presenta a los respondientes una lista de
ran los datos obtenidos con un criterio; sin embargo, en la alimentos y se les pide que indiquen la frecuencia de con-
validez predictiva el criterio ocurrirá en el futuro . Por sumo por día, por semana, por mes, etc. (Cacle, Thompson,
154 SECCIÓN 111 Reflexiones psicológicas

Burley y Warm, 2002). Es una medida ampliamente utiliza- taja de las preguntas separadas es que permiten diferenciar
da y recomendada, porque es fácil de responder y se realiza entre alimentos preparados de manera diferente (p. ej., po-
en un tiempo razonable. Además, permite estudiar un nú- llo cocido o frito) .
mero amplio de individuos o familias y los resultados pue- Recientemente ha surgido una gran cantidad de CFCA
den ser significativos y de interés para el desarrollo poste- (Aráuz, Roselló, Guzmán, Padilla, 2008; Ardila y Herrán,
rior de intervenciones de nutrición comunitaria (López, 2012; Braakhuis, Hopkins, Lowe y Rush, 2011; Castro, et
Pereda y de Prada, 2005). al., 2010; Huybrechts, et al., 2011; Kastorini, Milionis,
Existe una gran cantidad de versiones de CFCA que va- Goudevenos y Panagiotakos, 2011; Lanfer, et al., 2011; Par-
rían en longitud, desde 5 hasta 350 ítems (Cade, et al., do, et al., 2004; Pino, Díaz y López, 2011; Rivas, et al., 2009;
2002). Los cuestionarios exhaustivos, es decir los que abar- Turconi, et al., 2003; Wong, Parnell, Black y Skidmore,
can un gran número de alimentos y/o nutrientes, son útiles 2012; Zaborskis, Lagunaite, Busha y Lubiene, 2002). Ade-
para hacer estudios etiológicos; por ejemplo, estudios so- más, se han utilizado CFCA con adultos para evaluar de
bre las relaciones entre la dieta y una enfermedad (Garau- manera retrospectiva (adolescencia) el consumo de grasas,
let, et al., 2012; Herrán, Ardila, Rojas y Hernández, 2010). vitaminas, antioxidantes y carotenoides (Frazier, Willett y
Además permiten evaluar el consumo de energía y sirven Colditz, 1995).
para estudiar grupos de alimentos que en el presente no Ante la variedad de CFCA, se recomienda revisar los
son tan importantes, pero que podrían ser relevantes en el siguientes puntos para seleccionar el adecuado:
futuro. En cambio, los CFCA cortos permiten la identifica-
1. Propósito del instrumento. En este sentido, podemos
ción de personas con características específicas; por ejem-
identificar cuestionarios creados para evaluar grupos
plo, consumidores de grasas, calcio y otros nutrientes vin-
de alimentos y cuestionarios para evaluar consumo de
culados con alguna enfermedad, o bien, candidatos a una
nutrientes.
intervención particular (para una revisión ver Contento,
2. Población para la que fue creada la medida. Ya que la
Randell y Basch, 2002). Estas versiones también son útiles
dieta está sujeta a distintas variables, como la edad del
para evaluar alimentos ricos en algún nutriente (p. ej., vita-
consumidor (p. ej., los jóvenes consumen más papas
mina A) o para evaluar el consumo de un grupo de alimen-
y dulces, en comparación con los adultos), el sexo, las
tos en específico (p. ej., frutas y verduras; Mohammadifard,
costumbres, el nivel socioeconómico, la región geo-
et al., 2011). Además, los instrumentos breves reducen la
gráfica en que habita el respondiente, e incluso la es-
fatiga y disminuyen la deserción; sin embargo, es posible
tación del año.
que en los cuestionarios breves se cometa un error de me-
3. Actualidad de la base de datos de donde se obtuvo el
dición.
CFCA. Los cuestionarios con muchos años de anti-
Algunos CFCA no solicitan información sobre el tama-
güedad pueden solicitar información sobre alimentos
ño de la porción; en cambio, otros incluyen imágenes, mo-
"obsoletos" y omitir productos que se consumen en la
delos de alimento o bien solicitan que sea estimado el ta-
actualidad.
maño de la porción consumida. Otros incluyen un registro
4. Inclusión de los alimentos de manera individual o por
adicional con la descripción de una porción "mediana" de
grupos. El alimento individual permite identificar la
cada alimento. Por último, algunos CFCA solicitan que sea
forma de preparación del mismo.
estimada la porción del alimento que se consume; sin em-
5. La validez y reproducibilidad del cuestionario. Ade-
bargo, en la estimación del peso de la porción de alimento
más, el nivel de precisión que se requiere en los datos.
se pueden observar variaciones entre 20 y 50% en los nu-
trientes contenidos (Bingham, 1991). La información sobre Los CFCA más utilizados son el Cuestionario de Block
el tamaño de la porción es útil para calcular el consumo y colaboradores (1986), el Cuestionario de Frecuencia de
absoluto de nutrientes. En todos los casos, el tamaño de las Alimento Semicuantitativo de Harvard (Willett, et al.,
porciones debe ser congruente con los patrones de consu- 1985) y el Cuestionario de Historia de Dieta del Instituto
mo de alimento en la población de estudio. En caso de no Nacional del Cáncer (National Cancer Institute, s/f).
tener información sobre el tamaño de las porciones, la in-
gesta de nutrientes se calcula utilizando datos preexisten-
Cuestionario de Willet y colaboradores
tes sobre el tamaño promedio de las porciones para la po-
blación de estudio y considerando el género. El cuestionario de frecuencia de alimento de Willet y cola-
Los cuestionarios de grupos de alimentos (p. ej., un boradores (1985) consta de 61 ítems autoadministrados y
filete acompañado de ensalada de verduras) aumentan la brinda información sobre el consumo individual de los nu-
probabilidad de que las personas subestimen el consumo, trientes durante el último año. No incluye preguntas sobre
lo cual puede deberse en parte a que el ítem queda com- el tamaño de la porción, pero solicita la frecuencia de con-
puesto por dos preguntas. En cambio, las preguntas sepa- sumo de un tamaño de porción definido. Incluye 10 ítems
radas (lo cual implica un incremento en el número de sobre el uso de suplementos alimenticios y 10 ítems rela-
ítems) favorecen la sobrestimación del consumo. Una ven- cionados con la ingesta de grasas. No existe información
CAPÍTULO 13 Definición y evaluación de hábitos alimentarios

sobre la base de datos que se utilizó para elegir los nutrien- Willett que se utilizaron en aquellas validaciones no son las
tes de este cuestionario. La versión modificada comprende más actuales. En cuanto a la validez del DHQ II, a la fecha
66 ítems y cuenta con consistencia interna que va de 0.45 a no se han realizado estudios al respecto; sin embargo, debi-
0.63 en hombres y mujeres de raza blanca y negra (Stevens. do a que las modificaciones fueron mínimas, los autores
et al., 1996). En el estudio original se probó la validez del sostienen que es poco probable que se modifiquen los ha-
cuestionario correlacionándolo con los registros de dieta llazgos originales. Sin embargo, Schatzkin, et al. (2003), lo
de una semana para el consumo de vitamina A (r = 0.49) compararon con biomarcadores y concluyeron que no es
y de sacarosa (r = 0.71). un instrumento adecuado para evaluar el consumo absolu-
to de proteínas.
Cuestionario de Block
Recordatorio de 24 horas
El cuestionario desarrollado por Block y colaboradores
(1986) consta de 100 ítems más preguntas sobre consumo Como su nombre lo indica, este instrumento permite obte-
de alimento en restaurantes. Se solicita información sobre ner información sobre el consumo de alimentos de un in-
la frecuencia de consumo, tamaño de la porción (propor- dividuo o grupo durante un periodo de 24 horas. General-
cionando referencias) y tipo de grasa comestible utilizada mente, un entrevistador entrenado puede formular las
para cocinar. Adicionalmente, incluye una sección de ali- preguntas y registrar las respuestas, por lo que no es nece-
mentos consumidos frecuentemente y que no están en los sario que el entrevistado esté alfabetizado. Se solicita que la
100 ítems. Fue desarrollado en Estados Unidos con las lis- persona recuerde e informe todos los alimentos, bebidas y
tas de alimentos, tamaños de la porción y base de datos de preparaciones que fueron hechas y consumidas el día de
los nutrientes de ese país. Los datos pueden ser procesados referencia, desde el primer momento de comida hasta el
con el software del Instituto Nacional del Cáncer. Una ver- último (Serra, Román y Ribas, 2001; Sabaté, 1993). Para
sión breve que comprende 60 ítems fue desarrollada por obtener una descripción adecuada del alimento y las bebi-
Block, Hartman y Naughton (1990), que es equivalente a la das consumidas, se solicita información sobre el tipo,
versión larga y útil para estudios epidemiológicos de los modo de preparación, marca comercial, ingredientes de la
principales nutrientes (Potischman, et al., 2000). Esta ver- receta y otras características. Además de las comidas habi-
sión ha mostrado validez adecuada con estudiantes de me- tuales, el entrevistador pregunta sobre cualquier merienda,
dicina (Spencer, Elon, Hertzberg, Stein y Frank, 2005) y ha alimento o bebida consumidos entre comidas. Se reco-
sido tomado como referencia para construir CFCA en paí- mienda realizar múltiples recordatorios de 24 horas de un
ses asiáticos (Zhuang, et al., 2012). mismo individuo para estimar con un cierto grado de vali-
dez su ingesta habitual, específicamente un día de la sema-
na y un día del fin de semana.
Cuestionario de Historia de la Dieta
Una versión alternativa es el recordatorio de 24 horas
El Cuestionario de Historia de la Dieta del Instituto Nacio- de pasos múltiples, el cual está conformado por tres cua-
nal del Cáncer de Estados Unidos (NCI's DHQ I) es una dros. En el primero se elabora rápidamente una lista de ali-
medida cognitiva de la frecuencia de consumo de alimento mentos y bebidas consumidos el día de referencia. El se-
durante el último año. Consta de 124 ítems y pregunta so- gundo cuadro contiene una lista de alimentos comúnmen-
bre el tamaño de la porción. En 44 de los 124 alimentos se te olvidados; y en el tercer cuadro se transfieren el alimento
hacen preguntas adicionales sobre factores relacionados; de la lista elaborada rápidamente y se describen la hora,
por ejemplo, tipo y/o uso de las grasas, ingesta estacional y cantidad, ingrediente, preparación, etcétera (Suverza, Sali-
uso de suplementos de dieta. En la segunda versión de este nas y Perichart, 2004).
cuestionario (NCI's DHQ II) se incorporaron algunos El recordatorio de 24 horas puede realizarse mediante
cambios en la lista global de alimentos. Comprende 134 entrevista personal, por teléfono, autoinforme o de forma
ítems de alimentos y ocho ítems sobre suplementos ali- automatizada, en programas informáticos realizados al
menticios. Además, existen cuatro versiones: último año efecto, donde el programa informático solicita a la persona
con y sin tamaño de la porción y último mes con y sin ta- entrevistada la información que debe proporcionar sobre el
maño de la porción. Este cuestionario fue adaptado y mo- recordatorio de 24 horas que se está realizando (Martín-
dificado para que reflejara el contenido de minerales y vita- Moreno y Gorgojo, 2007). El tiempo de administración
minas de la dieta de la población canadiense (Csizmadi, et puede fluctuar entre 15 y 45 minutos, depende de las preci-
al., 2007). Los estudios de validez (Subar, et al., 2001; siones que se soliciten y del formato de aplicación.
Thompson, et al., 2002) señalan que el DHQ I proporciona Varios trabajos han analizado la reproducibilidad y
más información sobre la mayoría de los nutrientes, en validez del recordatorio de 24 horas (entre ellos Alemaye-
comparación con el cuestionario de Block, Thompson, hu, Abebe y Gibson, 2011; Arab, Tseng, Ang y Jardack,
Hartman, Larkin y Guire (1992) y el de Willett, et al. (1985). 2011; Frankenfeld, Poudrier, Waters, Gillevet y Xu, 2012;
Sin embargo, las versiones de los cuestionarios de Block y Lazarte, Encinas, Alegre y Granfeldt, 2012; Subar, et al.,
156 SECCIÓN 11 1 Reflexiones psicológicas

2012; Sun, Roth, Ritchie, Burgio y Locher, 2010). Sin em- alimentarios, específicamente el contenido calórico de la
bargo, aún no se cuenta con una versión que sea usada de dieta, comer por bienestar psicológico, alimentación salu-
manera frecuente . Los investigadores se han dado a la ta- dable y consumo de alcohol. Castro, et al. (2010) elaboraron
rea de perfeccionar el instrumento para evitar fallas en el re- el Cuestionario de Hábitos Alimentarios. Por otro lado,
gistro, pues comúnmente el participante no recuerda con Aráuz, et al. (2008) diseñaron el Cuestionario de Hábi-
precisión lo que consumió, estima de manera incorrecta el tos Alimentarios sobre el Consumo de Grasa y Azúcar.
tamaño de las porciones y presenta sesgos debido a que En los tres instrumentos desarrollados para personas con
el instrumento no toma en cuenta las características de la sobrepeso u obesidad se obtuvieron adecuadas propiedades
población. Algunas de las acciones para mejorar el recor- métricas en los estudios originales; sin embargo, es necesa-
datorio de 24 horas han sido incluir ayudas visuales como rio que estudios posteriores las confirmen.
referencia para estimar las cantidades y porciones con- También se han elaborado instrumentos para medir el
sumidas, tales como modelos de alimentos, utensilios ca- consumo de frutas y vegetales combinando el registro de la
seros de medición (cucharas, tazas, vasos, platos, etc.), Frecuencia de Consumo y el Recordatorio de 24 horas
dibujos y fotografías de alimentos de tamaño real (Sabaté, (Kristjansdottir, Andersen, Haraldsdottir, de Almeida y
1993). Asimismo, se han incorporado platillos típicos y se Thorsdottir, 2006) o para medir habitos alimentarios en
sugiere que es útil y menos invasivo pedirle al participante usuarios de atención primaria de salud (Pino, et al., 2011).
que tome fotografías de los alimentos que consume (La-
zarte, et al., 2012). El instrumento también se ha adaptado Conclusión
a comunidades rurales, sin instrucción académica y de ba-
jos recursos económicos (Alemayehu, et al. 2011). Por otro Los hábitos alimentarios son producto de la interacción de
lado, se ha trabajado para que los cuestionarios sean váli- factores biológicos, psicológicos y socioculturales. Por ello
dos en diferentes grupos étnicos y en contextos muy espe- es necesario que se analicen diversas variables. Sin embar-
cíficos (p. ej., hospitales) o ambientes naturales (Lazarte, et go, la mayoría de las investigaciones se han limitado a me-
al., 2012). Sin embargo, se ha cuestionado su uso en esce- dir el consumo de alimento, por lo que es cuestionable
narios comunitarios, porque se considera que su amplitud, cuando afirman que están midiendo hábitos alimentarios.
forma de calificación y/o su validez son problemáticas y Sin duda, la evaluación del consumo es necesaria para dar
que los resultados obtenidos son limitados (Lazarte, et al. cuenta de los hábitos alimentarios; pero es insuficiente
2012; Townsend, Kaiser, Allen, Joy y Murphy, 2003). si consideramos que también debe tomarse en cuenta dón-
En los últimos años ha proliferado el desarrollo de re- de, cómo, con quién o en qué condiciones se consume el
cordatorios de 24 horas "en línea''. Las ventajas que presen- alimento, por mencionar algunas variables.
tan las versiones en línea son varias: que se trabaja con ba- En el presente capítulo se evidenció que es necesario
ses de datos de alimentos y el tiempo que toma realizar el continuar con el trabajo realizado en esta área de estudio,
análisis del registro se reduce sustancialmente; además, enfocándose en el desarrollo de medidas que incluyan dife-
el investigador no tiene que capturar de manera individual rentes variables que configuran los hábitos alimentarios. Se
cada alimento consumido en un software especializado han logrado avances importantes en la medición del con-
para calcular el consumo de nutrientes. Sin embargo, se sumo de alimento y cada vez más investigaciones tienen
cuestiona su uso debido a que pueden limitar el registro de como objeto de estudio evaluar las propiedades métricas
los participantes cuando se consumen alimentos que no de los instrumentos. Sin embargo, aún pueden considerar-
están en la base de datos o se consumen platillos muy ela- se escasos los estudios sistemáticos. La razón del carácter
borados. Además, requieren acceso a una computadora, reciente del interés por contar con medidas adecuadas ra-
así como los conocimientos mínimos para su manejo dica en el hecho de que la valoración del consumo de ali-
(Frankenfeldt et al., 2012). mento a nivel poblacional presenta retos complejos, que se
superarán a medida que se investigue y mejoren los instru-
mentos disponibles (Martín-Moreno y Gorgojo, 2007). Es
Otras medidas de hábitos importante considerar que ningún instrumento puede me-
alimentarios dir sin error el consumo de alimento, por lo cual es necesa-
rio diseñar y/o utilizar instrumentos tomando en cuenta
Se tiene conocimiento de instrumentos que miden diferen- sus fuentes de error e identificando algunas de sus propie-
tes aspectos de los hábitos alimentarios. En algunos casos dades, tales como la validez y confiabilidad. La mayoría de
se incluye el consumo de alimento, y generalmente se las medidas de consumo de alimento han sido validadas en
construyen para muestras específicas. Por ejemplo, existen un solo estudio y principalmente en población adulta, por
instrumentos para medir hábitos alimentarios en personas lo que estudios posteriores deben evaluar si los instrumen-
con sobrepeso u obesidad. Pardo, et al. (2004) crearon el tos desarrollados hasta el momento pueden utilizarse en
Cuestionario de Hábitos Relacionados con el Sobrepeso y diferentes muestras y contextos. Asimismo, debemos tra-
la Obesidad, que incluye una sección para medir hábitos bajar en la medición de hábitos alimentarios en la pobla-
CAP[TULO 13 Definición y evaluación de hábitos alimentarios

ción infantil, lo cual representa una serie de retos dadas las po de estudio fértil. Los avances logrados hasta el mo-
características de esa población. mento son alentadores y existe un buen número de ins-
Contar con medidas válidas es relevante no sólo para trumentos para medir consumo de alimento que pueden
generar conocimiento sobre los hábitos alimentarios de considerarse medidas adecuadas. Asimismo, se han desa-
un individuo o grupos. También es útil para probar la efi- rrollado instrumentos para trabajo comunitario o para
cacia de las intervenciones. Es evidente que el desarrollo condiciones muy específicas. Sin embargo, debe conti-
de instrumentos válidos y confiables que evalúen los hábi- nuarse con el perfeccionamiento de la medición de hábi-
tos alimentarios de manera integral sigue siendo un cam- tos alimentarios.

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Reflexiones
biológicas

CONTENIDO
14. Formación de hábitos alimentarios y estado nutricional a lo largo del ciclo de la vida
María Isabel Ortega Vélez

15. Hábitos alimentarios del consumo de sal. Factores neurofisiológicos


Juan Argüelles Luis; Cármen Perillan Méndez; Juan José Díaz Martín; Paula Nuñez Martínez

16. Componentes neurofisiológicos de los hábitos alimentarios


Asucena Cárdenas Villalvazo; Mónica Navarro Meza; Maria Luisa Pita López;
María del Rocío Padilla Galindo; Karen Elizabeth García Pulido;
Marcos Efraín Becerra Hernández
4
Formación de hábitos alimentarios
y estado nutricional a lo largo
del ciclo de la vida
• María Isabel Ortega Vélez

Introducción etapa del ciclo de vida influye al siguiente; es decir, desde


una perspectiva socio-ecológica (Aubel, 2012; Hawkes,
Hablar de hábitos de alimentación requiere distintas mira- 2006; Savage, et al., 2007; Stokols, 1996).
das disciplinarias, ya que nos referimos a un comporta- Si esperamos que las primeras experiencias del indivi-
miento social que afecta directa o indirectamente todas las duo con los alimentos sean las de una dieta diversa y sufi-
etapas del ciclo de la vida. Desde la genética se conoce que ciente en calidad nutricional, necesitamos madres con há-
el individuo nace con propensión hacia preferencias por bitos de alimentación congruentes con las recomendacio-
los sabores dulces y salados y aversión por los sabores áci- nes para una vida saludable, que ofrezcan al bebé las mejo-
dos o amargos. Esta propensión puede modificarse por las res experiencias desde el medio intrauterino. Por otro lado,
experiencias que el niño tiene sobre los sabores a través del cada etapa del ciclo de la vida que analizaremos en este
líquido amniótico de la madre gestante, y posteriormente a capítulo ofrece oportunidades para que el desarrollo de há-
través de la leche materna. Así, lo que la madre come tiene bitos alimentarios mejore la salud actual del individuo y la
importancia central en las primeras experiencias con los futura del bebé, el adolescente, el adulto y el adulto mayor.
alimentos. La alimentación con leche materna en los pri- Incluso esta última etapa del ciclo de la vida tiene influen-
meros meses de la vida del individuo tiene también tras- cias importantes en las decisiones que tomarán las genera-
cendencia en la salud futura de la madre y del niño. La im- ciones futuras . En este capítulo analizaremos los hábitos
portancia y dificultad para llevar a cabo satisfactoriamente alimentarios en diferentes momentos de la vida del indivi-
la alimentación con leche materna tienen explicaciones duo y las consecuencias en su estado nutricional y de salud,
desde lo puramente fisiológico, hasta lo sociocultural y esperando que sean de interés en los esfuerzos de promo-
económico. Los hábitos alimentarios, es decir, el proceso ción de la salud poblacional.
de selección de los alimentos, con quién, dónde y cómo se
comen, tiene influencias múltiples desde la edad preescolar Embarazo y lactancia.
hasta la adulta. La globalización y las crisis alimentarias, la
cultura local y familiar, el acceso a los alimentos y las prefe-
¿Es donde todo empieza?
rencias individuales determinan lo que el individuo come Desde el inicio del estudio de los hábitos de alimentación
en cada etapa de su vida. Así, el proceso alimentario es de la población, los grupos llamados "vulnerables" han sido
complejo y tiene consecuencias documentadas en cada foco de atención, por sus necesidades nutricionales extra-
etapa de la vida que, aunque las comprendamos, no es sen- ordinarias, ya sea debidas a un estado fisiológico particu-
cillo evitar un efecto adverso. Lo anterior, precisamente lar como el embarazo y la lactancia, alguna enfermedad
porque desde la salud pública lo hacemos frecuentemente que aumente los requerimientos nutricionales, periodos de
con un enfoque reduccionista y sin considerar cómo cada crecimiento acelerado o de desarrollo funcional. Por otro

163
164 SECCIÓN IV Reflexiones biológicas

lado, la nutrición en el ciclo de la vida propuesto por el los patrones alimentarios de esas mujeres reflejan las ca-
Administrative Committee on Coordination/ Subcommittee rencias y excesos de las dietas típicas de la población de las
on Nutrition (ACC/SCN, 2000) reconoce cómo la inter- regiones de donde procedían (Denova-Gutiérrez, et al.,
acción entre la nutrición y la reproducción de la sociedad 2011; Ortega y Valencia, 2002; Quizán y Ortega, 2000),
constituye un ciclo donde las deficiencias nutriológicas Caire, et al. (2007) relacionaron algunas de las deficiencias
de cada periodo de la vida afectarán al siguiente, además de y excesos a las creencias propias de la cultura en la socie-
que es necesario romper un ciclo de carencias para cam- dad mexicana, donde de acuerdo con sus resultados, se
biar el pronóstico a una vida saludable y productiva. En restringe el consumo de pescado, frijol y algunos condi-
este ciclo, una de las etapas iniciales y críticas es el embara- mentos.
zo, no solamente porque las necesidades nutricionales au-
mentan en esta etapa de la vida de la mujer y del niño Interacción madre-hijo:
(Fowles y Fowles, 2008; Institute ofMedicine [IOM], 1991),
sino porque, de acuerdo con la teoría propuesta por Barker aprendiendo juntos
(1989, 1993), cada vez más estudios demuestran que la nu- Después del embarazo, la alimentación del niño sigue de-
trición intrauterina define un fenotipo "ahorrador de ener- pendiendo de la madre, sobre todo si se siguen las reco-
gía" que promoverá, en un ambiente obesogénico, la asu- mendaciones de alimentación exclusiva al seno materno
mulación más eficiente de energía como grasa corporal en por un periodo mínimo de seis meses y deseable hasta los
la vida adulta y, en consecuencia, propensión al desarrollo dos años de edad (Organización Mundial de la Salud
de enfermedades crónicas no transmisibles (Soto y Mericq, [OMS] , 2010). Las prácticas alimentarias y los alimentos
2005). que la madre decida ofrecer al infante durante ese primer
Por otro lado, debido al aumento de los requerimientos año de vida tienen influencias socioculturales y económi-
nutricionales en el embarazo y la lactancia, en esta etapa de cas diversas, así como implicaciones importantes en la nu-
la vida los sistemas de ideas con respecto a la alimentación trición y salud del bebé. La práctica de la alimentación ex-
en diferentes grupos culturales son centrales en la selección clusiva al seno materno en el mundo beneficia solamente a
del tipo de alimentos saludables o idóneos y en las cantida- cerca de 40% de los lactantes (Cai, et al., 2012). En México,
des de alimento que se debe consumir. (Una de las creen- González reportó en 2006, a partir de una muestra repre-
cias más populares en nuestra sociedad reconoce que en el sentativa nacional, que si bien 86% de los bebés recibieron
embarazo "se debe comer por dos''. ) En distintas sociedades leche materna, 44% recibieron además fórmula láctea in-
estas ideas, actitudes y creencias definen patrones de ali- fantil y al quinto mes de vida sólo 5% eran amamantados.
mentación1 que eliminan o adicionan alimentos considera- Las cifras más bajas de amamantamiento correspondieron
dos adecuados o no adecuados al estado fisiológico por el a la zona norte del país. A pesar de que en los hospitales
que atraviesa la madre, y tienen varias razones sociocultu- públicos de México se adoptó la iniciativa "el hospital ami-
rales y económicas (Vazir, 2002). La connotación de ali- go de la madre y el niño'; promovida por la Organización
mentos "fríos" o "calientes" es bien reconocida. El estado de Mundial de la Salud (World Health Organization [WHO],
embarazo en algunas poblaciones de Latinoamérica se con- et al., 2009), la Encuesta Nacional de Salud, Alimentación
sidera "caliente" y, por lo tanto, se deben evitar alimentos y Nutrición mostró en 2012 que en México solamente
muy "calientes" (picante, alimentos muy grasosos o salados) 14.4% de los niños entre O y 5 meses eran alimentados de
o muy "fríos" (alimentos ácidos o agrios como limón, to- forma exclusiva con amamantamiento y únicamente 35.5%
mates o sandía). En India, papaya, huevo, calabaza amarilla continuaban siendo amamantados al año de edad (Gutié-
y gogu (un vegetal de hojas verdes) se consideran "calientes" rrez, et al., 2012).
y pueden causar abortos o edema (Sanjur, 1995; Vazir, La práctica de la lactancia materna se ha asociado con
2002). el crecimiento adecuado del niño, con el desarrollo de pre-
Estas y otras creencias con respecto a la alimentación, ferencias alimentarias a través de la transmisión de sabo-
la salud y el estatus de la mujer embarazada y el lactante res de los alimentos que la madre consume y con la capa-
afectan el estado de nutrición de la madre y del bebé. Un cidad de regulación de la ingestión de alimentos que incide
estudio con mujeres lactantes del norte y centro de México en las cantidades de comida que se consumen en la vida
mostró que sus dietas tenían características similares a la adulta (Birch, et al., 2007). De ahí que las decisiones que la
contemporánea de la población en general, con consumos madre toma con respecto a su alimentación y la del bebé
elevados de proteína y colesterol, así como consumos bajos tengan implicaciones importantes para la salud futura del
de ácidos grasos omega 3, fibra y fuentes de micronutrien- nuevo ser.
tes como las frutas y vegetales (Caire, et al., 2007). Si bien Por otro lado, la influencia de diversos factores am-
bientales sobre la práctica de la lactancia materna se ha
discutido extensamente, así como sus propiedades en la
1
Entendidos como consumo de alimentos y prácticas alimentarias salud del niño y de la madre. Sin embargo, en la sociedad
asociadas al consumo. actual las prácticas de alimentación al seno materno están
CAP[TULO 14 Formación de hábitos alimentarios y estado nutricional a lo largo del ciclo de la vida

determinadas por factores del estilo de vida que alejan al Por otro lado, si bien estos sistemas intrafamiliares tie-
consumidor de una dieta saludable. Así, la influencia de nen la finalidad de apoyar con sus conocimientos a las ma-
otros miembros de la familia (en nuestra sociedad, espe- dres, sobre todo primerizas, frecuentemente los consejos
cialmente las abuelas), el personal de salud, la publicidad son opuestos a las recomendaciones que se asocian con la
en medios masivos y las condiciones laborales de las ma- buena salud del niño. Así, Aubel (2012) señaló que en India
dres sobre la decisión de amamantar, por cuánto tiempo las abuelas aconsejan a las madres no dar el "calostro" o
hacerlo, cuándo y cómo complementar la alimentación del primera leche materna, proporcionar al bebé agua con
niño, definirán su nutrición en los primeros años de la vida azúcar por varios días y no iniciar el amamantamiento has-
(Horton, et al., 1996; McKigney, 1971; Setsuko y Ferreira, ta tres días después del parto. En México, dos estudios en
2008). el noroeste del país encontraron también que en el am-
En el primer año de vida del niño sucede uno de los biente alimentario actual, frecuentemente otros miembros
momentos clave de aceleración en el crecimiento físico, de la familia y principalmente las abuelas, limitan los es-
además de un desarrollo funcional básico para la vida fu- fuerzos de los padres para llevar a cabo cambios a favor de
tura de una persona. Si las condiciones de desarrollo no una alimentación adecuada de los menores. Lo anterior se
son óptimas, se considera al individuo en esta etapa de su debe a que frecuentemente los hábitos de alimentación de
vida como grupo vulnerable, especialmente si no existen esos cuidadores son también inadecuados y a que flexibili-
las condiciones para que ese crecimiento y desarrollo se zan la disciplina que intentan los padres en sus estilos de
den adecuadamente. Si en este periodo crítico de creci- crianza (García, 2010; Sánchez, 2012). Por ello, Aubel
miento y desarrollo el niño vive en un ambiente de caren- (2012) apoya la necesidad de redefinir las medidas conside-
cias o excesos nutricionales importantes, eso se reflejará radas en los programas de consejería nutriológica, am-
probablemente en un retraso en la estatura o la presencia pliando la atención más allá del dúo madre-hijo para in-
de sobrepeso y obesidad y en un desarrollo inadecuado. cluir a otros cuidadores, y especialmente a las abuelas.
Diversos estudios han demostrado que es en los dos pri- Las recomendaciones para la alimentación del niño
meros años de vida cuando la nutrición y el cuidado del después de los seis meses de edad son continuar con la le-
niño son críticos, por lo que en esa edad se recomiendan che materna, ya que ésta provee al bebé de más de la mitad
las intervenciones nutriológicas en poblaciones vulnera- de la energía que necesita entre los 6 y 12 meses de edad y
bles (ACC/SCN, 2000). un tercio para los niños entre 12 y 24 meses de edad. Ade-
Cualquier información sobre las formas recomenda- más, la leche materna continúa aportando nutrientes de
das de alimentación en los tres periodos críticos de la ali- mejor calidad que los que existen en los alimentos comple-
mentación de la madre y el niño mencionados anterior- mentarios, así como factores protectores. A partir de los
mente se enfrenta a una fuerte influencia de los hábitos de seis meses, es necesario complementar la alimentación del
crianza y, por lo tanto, de la alimentación de las familias y bebé, sobre todo para aportar la energía que demanda por-
las comunidades (Aubel, 2012). Aubel (2012) analizó desde que sus movimientos son más frecuentes. La introducción
una perspectiva socio-ecológica el papel de las abuelas2 de los alimentos debe ser gradual, siguiendo las recomen-
dentro de sistemas intrafamiliares donde coexisten niños y daciones de una alimentación perceptiva. 3 Entre los 12 y 23
mujeres de varias edades en Asia, África y América Latina. meses de edad, la alimentación complementaria del niño
Sus resultados confirman que las abuelas son cuidadoras debe incluir, además de energía, fuentes de proteína de
de mujeres y niños, y consejeras de mujeres más jóvenes y buena calidad, vitamina A y hierro. Los alimentos comple-
hombres, con relación a la salud y nutrición, especialmente mentarios que se ofrezcan al niño dependerán de la dispo-
durante el embarazo, el nacimiento y el cuidado de niños nibilidad en cada contexto alimentario y en general se re-
pequeños. Además, se observó que existe una influencia quiere que sean ricos en energía, proteína y micronutrien-
colectiva de las redes sociales de las mujeres mayores con tes (particularmente hierro, zinc, calcio, vitamina A y fola-
respecto a las prácticas de nutrición de la madre y el niño, to); que no sean picantes ni salados; que el niño pueda co-
especialmente durante el periodo prenatal y neonatal, y
que los hombres tienen un papel muy limitado dentro de la
familia con respecto a esas prácticas. Estos hallazgos son
congruentes, como lo menciona la autora, con la naturale- 3
La alimentación perceptiva incluye: alimentar a los lactantes di-
za de las sociedades colectivas, donde prevalecen la espe- rectamente y asistir a los niños mayores cuando comen por sí solos,
cialización por género y la autoridad jerárquica de las per- respondiendo a sus signos de hambre y satisfacción; alimentar despa-
sonas mayores. Esto, como lo discute la autora, también cio y pacientemente y animar a los niños a comer, pero sin forzarlos;
sucede en México. si los niños rechazan varios alimentos, experimentar con diversas
combinaciones, sabores, texturas y métodos para animarlos a comer;
minimizar las distracciones durante las horas de comida si el niño
pierde interés rápidamente; recordar que los momentos de comer son
periodos de aprendizaje y amor (hablar con los niños y mantener el
2
Entendidas como cualquier cuidadora adulta mayor en las familias. contacto visual).
166 SECCIÓN IV Reflexiones biológicas

merlos con facilidad; que sean del gusto del niño y que es- ello. Enseguida analizaremos las influencias alimentarias
tén disponibles y asequibles localmente (OMS, 2010). en la siguiente etapa de vida del niño, que se incluye tam-
González, et al., analizaron en 2006 las características bién en la clasificación de preescolar.
de la alimentación complementaria de los niños menores
de dos años en una muestra representativa de zonas rura- El preescolar: más decisiones
les y urbanas de México. Sus resultados indican que en
e influencias externas
promedio a los tres meses de edad los bebés recibieron
agua, leche de fórmula y leche de vaca; a partir de los cua- Después de los primeros años de vida, la etapa preescolar
tro meses recibieron té, caldo de frijol o de pollo, refrescos comprende el periodo de 3 a 6 años de edad. Esta es una
carbonatados, café, frutas y verduras en papilla; a los cinco etapa de crecimiento más lento, donde el niño ya ha alcan-
meses se introdujeron jugos de fruta y a los seis meses ce- zado la madurez completa de los órganos y sistemas que
reales, leguminosas y otros productos de origen animal intervienen en la digestión, absorción y metabolismo de
además de la leche. Por otro lado, un estudio en 151 niños nutrimentos (Rosselló, 2005). Además, en esta edad dismi-
preescolares del estado de Sonora encontró que la edad de nuye la grasa corporal y aumentan la masa muscular y la
introducción de alimentos complementarios fue de 1.8 ± 2 densidad ósea y no existen diferencias importantes entre
meses, empezando con té y agua a los 1.4 meses, café negro niños y niñas con respecto a las necesidades nutricionales
con azúcar a los cuatro meses, jugos industrializados y ato- de energía y proteína (Plazas, 2001) .
le o cereal en polvo a los cinco meses, leche de vaca y cho- En esta etapa, la conducta alimentaria del niño se de-
colate con leche a partir de los siete meses y refrescos car- riva de sus características físicas, sociales y psicológicas.
bonatados a partir de los ocho meses. También, poco más En cada contexto familiar y social se forman hábitos y ac-
de un tercio de las madres ofrecieron huevo alrededor de titudes que predominarán a lo largo de toda la vida. Algu-
los seis meses de edad del bebé y la mayoría de ellas habían nas características del desarrollo de este grupo de edad
dado pastel o galletas a sus niños antes de los cuatro meses incluyen una mayor independencia para comer, el rechazo
(Cruz, 2007). a alimentos nuevos por el temor a lo desconocido, así
Savage, et al. (2007), sugieren que en algunas socieda- como la tendencia hacia reconocer y elegir alimentos imi-
des, sobre todo con población de ingresos bajos, las ma- tando a los adultos que lo rodean (con frecuencia, sus pa-
dres complementan la alimentación de los bebés a edades dres, abuelos y otros cuidadores). En la estancia infantil o
muy tempranas y frecuentemente con alimentos densos en en el preescolar, ese proceso se amplía y el niño adquiere
energía como algunos cereales comerciales. Según esos au- hábitos nuevos por las influencias de sus pares, cuidadores
tores, la percepción culturalmente determinada de que un y maestros (Plazas, 2001). Las creencias de los cuidadores
bebé con sobrepeso (o "llenito") es un bebé más saludable con respecto al peso corporal idóneo del niño determinan
es la causa más común. Esta percepción se encuentra tam- en buena manera el desarrollo de hábitos alimentarios en
bién en las madres mexicanas (González, et al., 2006). esta etapa de la vida. Savage, et al. (2007) sugieren que los
La Encuesta Nacional de Nutrición y Salud 2012 (Gu- padres dirigen la alimentación de sus niños de acuerdo
tiérrez, et al., 2012), reportó que en preescolares (O a 5 años con lo que piensan que los mantendrá saludables, y en ello
de edad) la prevalencia de talla baja en México, como un la cultura y el nivel socioeconómico son determinantes.
indicador de desnutrición, es de 13.7%. Sin embargo, las Las madres de nivel socioeconómico bajo consideran que
cifras para el sur del país son mayores (19.2% para el sur en un niño con sobrepeso o "rellenito" es más saludable; por
general y 27.5% para las localidades rurales del sur del país). ello, se preocupan más si el niño deja de comer o muestra
El norte de México presentó la prevalencia más baja (8.9%), hambre. En un estudio con niños que asistían a estancias
pero mostró un aumento de 0.6 puntos porcentuales con infantiles públicas en Hermosillo, Sonora, García (2010) y
respecto a lo reportado por la Ensanut 2006. Por otro lado, Sánchez (2012) encontraron también que las madres y
la prevalencia nacional de sobrepeso y obesidad en meno- otros cuidadores estaban más preocupados porque sus ni-
res de cinco años aumentó casi dos puntos porcentuales de ños padecieran desnutrición (representada sobre todo por
1988 a 2012 (de 7.8 a 9.7%, respectivamente) y llegó hasta delgadez) que si los niños tenían un sobrepeso ligero. Sou-
el 12% en el norte del país. to-Gallardo, et al. (2011) hallaron en preescolares bajacali-
Estos datos son indicadores de que las deficiencias nu- fornianos que asistían a estancias infantiles públicas que
tricionales en niños pequeños tienen consecuencias dife- poco más de la mitad de los padres subestimaron el peso
renciadas en las distintas regiones de México. La coexis- corporal de sus niños. Esta información sugiere que es ne-
tencia de la desnutrición crónica y el exceso de peso como cesario trabajar con madres y cuidadores sobre la percep-
parte de la problemática de salud de los niños más peque ~ ción del peso corporal adecuado del niño y los riesgos que
ños refleja que las prácticas de alimentación de buena par- representan el sobrepeso y la obesidad. Otro comporta-
te de la población en los primeros años de la vida no están miento de riesgo reportado por Savage, et al. (2007) es la
siendo las más adecuadas; además, los datos de los prime- restricción alimentaria de las madres no hispanas de nivel
ros dos años de vida analizados aquí son una muestra de socioeconómico medio en Estados Unidos a sus hijas pe-
CAPÍTULO 14 Formación de hábitos alimentarios y estado nutricional a lo largo del ciclo de la vida

queñas, preocupadas por la posibilidad de que desarrollen riores y en el desarrollo de enfermedades crónicas no
obesidad. transmisibles en la edad adulta, no sólo porque metabóli-
Así, los hábitos alimentarios del niño en los primeros camente se define la propensión, sino porque las medidas
años de su vida se forman a través de un proceso interacti- de prevención, entre ellas el desarrollo de hábitos de ali-
vo con la madre o responsable de la alimentación y todas mentación adecuados, determinarán el riesgo en la adultez
las demás interacciones que suceden en torno a ella (Birch, (Birch, et al., 2007). Las intervenciones para la prevención
et al., 2007). En este periodo de la vida, además de las con- de obesidad que se realizan en etapas posteriores de la
secuencias nutricionales y por lo tanto en la salud presente vida, por ejemplo en el ámbito escolar, si bien han mostra-
y futura del niño, sucede uno de los procesos más impor- do resultados modestos, requieren un gran esfuerzo de fa-
tantes: la aculturación alimentaria de los individuos en las milia, escuela y comunidad para obtener resultados soste-
familias y comunidades. Este proceso le enseña al niño so- nibles (Maziak, et al., 2008). Aunado a lo anterior, trabajos
bre lo que su cultura considera comestible en su entorno de investigación recientes han documentado un riesgo car-
físico y cultural. Al respecto, Harris plantea que las necesi- diovascular en niños y el aumento en la incidencia de ca-
dades económicas, religiosas y sociales determinan en sos de diabetes a edades tempranas, así como del rebote de
cada cultura qué se come y por qué (Harris, 1985; Savage, adiposidad muy temprana en niños mexicanos (Amaya,
et al., 2007). El proceso tiene consecuencias nutricionales 2011; Contreras, 2010; Enríquez, et al., 2010). Estos hallaz-
importantes durante todo el ciclo de la vida y es en los pri- gos demuestran la necesidad urgente de acciones de pre-
meros cinco años cuando se establecen las prácticas de ali- vención desde los primeros momentos de la vida de los
mentación familiar. En este periodo de la vida del niño, los individuos.
conocimientos y creencias de la madre y otros cuidadores
son esenciales (Birch, et al., 2007). Los adolescentes: conciencia
actual y responsabilidad futura
La familia y la escuela: Otro de los periodos de crecimiento y desarrollo acelera-
compartiendo experiencias dos durante el ciclo de vida es la pubertad. Su inicio, alre-
de alimentación a los escolares dedor de los nueve años en las niñas y de los diez en los
niños, constituye un periodo de demanda de nutrimentos
Posteriormente, sobre todo durante la educación formal en adicionales a la etapa de crecimiento lento en los años pre-
la escuela primaria, las interacciones del niño con otros ac- cedentes (Tanner y Whitehouse, 1976). Además del au-
tores de la sociedad aumentan. Con ello, los hábitos ali- mento en las necesidades nutricionales, esta etapa de la
mentarios reciben influencias de otros cuidadores, otros vida se caracteriza por una mayor independencia del indi-
niños y cada vez más de la publicidad a través de los me- viduo en la selección de alimentos y en las situaciones so-
dios de comunicación masiva. La escuela primaria es un ciales que determinan la selección y el consumo alimenta-
ambiente en donde los niños conviven frecuentemente con rio. Si bien la influencia de la familia en el desarrollo de los
otros chicos en edades desde seis hasta 12 años; comparten hábitos de alimentación será la base en esta etapa, cada vez
espacios de juego y de consumo de alimentos y van tenien- más factores externos al núcleo familiar (como sus pares, la
do cada vez más independencia de la influencia de la fami- publicidad y los espacios comerciales de consumo de ali-
lia en la selección de alimentos (Savage, et al., 2007). Es en mentos) definirán lo que el adolescente come, cómo y con
esta edad cuando, según el perfil epidemiológico en nues- quién. Algunas de las principales prácticas alimentarias
tro país, los datos de sobrepeso y obesidad infantil crecen que afectan el estado de nutrición de los adolescentes son:
de forma alarmante (34.4%), situándonos entre los prime- no desayunar, no comer en familia, ingerir alimentos fuera
ros lugares a nivel mundial (Gutiérrez, et al., 2012). A par- de casa y comidas tipo botana y bebidas azucaradas. Estas
tir de esta edad y según los datos de la Ensanut 2012, el prácticas se han identificado consistentemente, sobre todo
sobrepeso y la obesidad crecen en cada grupo de edad, al- en Estados Unidos y otros países desarrollados (Birch, et
canzando hasta 35.5% en adolescentes y 69.4 y 73% en al., 2007; Moreno, et al., 2010).
hombres y mujeres adultos, respectivamente. De 1988 a En el caso de México, el consumo de bebidas de alta
2012, el sobrepeso en mujeres de 20 a 49 años de edad au- densidad energética (refrescos carbonatados, jugos azuca-
mentó de 25 a 35.3% y la obesidad de 9.5 a 35.2%, con las rados, aguas frescas y bebidas alcohólicas) se ha asociado a
consecuencias conocidas en el desarrollo de enfermedades la prevalencia de obesidad en la población de todos los
asociadas (Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria grupos de edad. Entre 1999 y 2006, el consumo de energía
[ANSA], 2010; Gutiérrez, et al., 2012). proveniente de estas bebidas aumentó de 100 a 225 kcal/
Así, existe cada vez más evidencia de que la alimenta- día en adolescentes y de 85 a 250 kcal/día en adultos. Este
ción en el ambiente intrauterino, los dos primeros años de consumo de bebidas altas en energía se reconoce como
la vida y la edad preescolar son las etapas más importantes uno de los retos mayores para las políticas públicas en ma-
para la prevención de la ganancia de peso en etapas poste- teria de salud en México (Barquera, et al., 2008).
168 SECCIÓN IV Reflexiones biológicas

En el estado de Sonora, en el noroeste de México, vascular, diabetes y cáncer) son enfermedades asociadas al
González y Ortega determinaron en 2008 que entre los ni- exceso de peso (Ansa, 2010; Sinais, 2011). Además del se-
ños y adolescentes de 2 a 15 años, así como los jóvenes dentarismo, este perfil epidemiológico sugiere que los há-
entre 15 y 25 años, más del 50% de la energía que consu- bitos alimentarios de los adultos mexicanos no siguen las
mían provenía de bebidas con alta densidad energética y recomendaciones generales para una vida saludable.
poco beneficio nutricional, entre ellas refrescos regulares, Popkin (2003) ha discutido que a nivel global la transi-
jugos, aguas frescas y café con azúcar (datos no publica- ción nutriológica está estrechamente relacionada con la
dos). transición demográfica, tecnológica y epidemiológica y re-
Respecto al consumo de micronutrientes, un estudio conoce tres fases principales:
de patrones alimentarios en adolescentes (Palacios, et al.,
• La primera se distingue por la disminución de las
2011) encontró que cuando los participantes en el estudio
hambrunas y el lento decrecimiento de la mortalidad.
realizaban más comidas en el hogar, era mejor su estado
Se caracteriza además por una dieta rica en carbohi-
nutricional de vitamina A, uno de los micronutrientes más
dratos y fibra, así como baja en grasa y diversidad die-
limitados en la población del noroeste de México.
taria.
Otro estudio publicado por Méndez, et al., en 2009 re-
• La segunda etapa se basa en una dieta rica en grasa,
portó reservas deficientes de hierro en 55.5% de 186 ado-
azúcares y alimentos industrializados, así como seden-
lescentes embarazadas en Sonora, con relación positiva
tarismo generalizado, producto del uso de nuevas tec-
entre la deficiencia y el consumo de dicho mineral. En otro
nologías en el trabajo y el hogar, con el consecuente
estudio del mismo autor, 35.2% de 131 mujeres adolescen-
aumento en la prevalencia de obesidad y enfermeda-
tes sonorenses de nivel socioeconómico medio y bajo no
des crónicas no transmisibles y aumento en la espe-
cubrían las recomendaciones de consumo para cinc (Mén-
ranza de vida.
dez, et al., 2012).
• La tercera etapa se conceptualiza como la del cambio
Los patrones de alimentación en la etapa del adoles-
conductual, donde la población sigue un patrón de
cente resultan más críticos si se considera que en esa etapa
dieta y actividad física congruente con las recomenda-
de la vida hay una baja percepción de riesgo entre los jóve-
ciones para una vida saludable.
nes, sobre todo para el desarrollo de enfermedades cardio-
vasculares, diabetes y cáncer, que constituyen las principa- Es evidente que la sociedad mexicana podría repre-
les causas de mortalidad en la población mexicana y que se sentar las tres etapas de la propuesta de Popkin, dado el
asocian con los patrones de alimentación y actividad física mosaico de condiciones de vida de la población a lo largo y
(Donas, 2001; Espinoza, 2008; Sistema Nacional de Infor- ancho del país. Así, la población del medio rural y de las
mación en Salud [Sinais), 2011). Por otro lado, consideran- zonas urbanas marginadas enfrenta carencias alimentarias
do el ciclo de la vida, mejorar los hábitos de alimentación que comprometen el crecimiento y desarrollo de los niños
del adolescente no solamente significa un mejor pronósti- y, por otro lado, propician la obesidad y el desarrollo de
co de su salud en la vida adulta, sino también asegurar me- enfermedades crónicas no transmisibles en los adultos
jores condiciones de alimentación y salud para la siguiente (Flores, et al., 2010; Ortega, et al., 2012).
generación. En una muestra nacional representativa de 15 530 mu-
jeres y hombres adultos mexicanos de todas las regiones
del país, Flores, et al. (2010) clasificaron su patrón alimen-
Adultos: hábitos alimentarios tario en tres tipos: el caracterizado principalmente por el
y enfermedades crónicas consumo de alimentos refinados y postres (RS), el tradicio-
no transmisibles nal (T) y el diverso (D). El patrón RS se caracterizó por el
consumo más alto de alcohol, bebidas carbonatadas y azu-
Una vez que se ha transitado por las etapas de la niñez y la caradas, pan blanco, comida rápida, dulces y postres, así
adolescencia, uno de los retos más importantes de la socie- como botanas saladas, como principales aportadores de la
dad actual es desarrollar y conservar hábitos alimentarios energía total consumida. El patrón T mostró baja diversi-
adecuados, encaminados a prevenir el desarrollo de obesi- dad dietaría con contribuciones muy reducidas de otros
dad y enfermedades crónicas no transmisibles. Esto es par- grupos de alimentos a excepción de frijol y otras legumino-
ticularmente un reto en tiempos de crisis alimentaria gene- sas. Comparado con los otros dos patrones, el maíz y sus
ralizada, dados los ambientes propicios para el consumo de derivados aportaron 50% de la energía total consumida. El
alimentos densos en energía, que frecuentemente resultan patrón D mostró la menor contribución del maíz y la más
ser los más baratos y nutricionalmente más pobres (Drew- alta proporción de productos lácteos enteros, arroz y pas-
nowski, 2009; Hawkes, 2006). ta, carne roja y blanca, huevo, grasa saturada, frutas y vege-
Dos terceras partes de los hombres y mujeres adultos tales. Los patrones RS y T los consumió el 40% de la mues-
en México presentan sobrepeso u obesidad, y las tres pri- tra cada uno y el 20% restante fue para el patrón D. Ade-
meras causas de muerte en este país (enfermedad cardio- más, los autores relacionaron estos patrones alimentarios
CAPÍTULO 14 Formación de hábitos alimentarios y estado nutricional a lo largo del ciclo de la vida

con el riesgo nutricional y encontraron que el patrón con mexicanos y el riesgo de enfermedad. Alemán, et al. (2008),
los consumos más altos de cereales refinados, postres y en un estudio transversal con 287 hombres adultos mayo-
productos de origen animal predecía mejor el riesgo de te- res del noroeste de México, encontraron 15.3% de desnu-
ner sobrepeso u obesidad. También, el patrón de consumo trición y 18% de deficiencia de vitamina E, coexistiendo
T o tradicional estaba relacionado con pobreza, menor ur- con 44.9% de los individuos con sobrepeso y 24% con obe-
banización, grupos indígenas y deficiencias de micronu- sidad.
trientes en niños; también con individuos con los índices Resultados de diferentes estudios a nivel mundial de-
más bajos de masa corporal (IMC) y la actividad física más muestran que una dieta rica en cereales enteros, vegetales
alta. El patrón D o diverso se relacionó con un nivel so- y fruta, así como baja en grasas (sobre todo saturadas) y
cioeconómico medio o alto y por vivir en zonas o regiones con consumos moderados de alcohol y fuentes de antioxi-
urbanas y desarrolladas. Los individuos que consumieron dantes disminuye el riesgo cardiovascular, la obesidad y el
este tipo de patrón alimentario fueron también ligeramen- desarrollo de diabetes. Tourlouki, et al. publicaron en 2009
te de mayor edad y en mayor proporción mujeres, compa- una revisión de estudios de distintas regiones en el mundo
rados con quienes consumieron T o RS. Los grados más que relacionaron los hábitos alimentarios de adultos mayo-
altos de obesidad (o mayores índices de masa corporal, res con el riesgo cardiovascular. Sus resultados demuestran
IMC) se encontraron relacionados con los patrones refina- que la elección de algunos alimentos en la dieta puede me-
dos y postres (RS) y el diverso (D). jorar la salud cardiovascular. El patrón de dieta tipo medi-
También Denova, et al. (2011), en un estudio con terránea conjuga algunos de ellos, como son consumos al-
5 240 hombres y mujeres mexicanos de 20 a 70 años de tos de vegetales, frutas frescas, cereales y aceite de oliva, y
edad, de ingreso bajo y medio en el centro de México, re- por otro lado, consumos bajos de grasas saturadas. Este
portaron tres tipos de patrones alimentarios: el prudente, patrón dietario no solamente previene un perfil de lípidos
caracterizado por consumos altos de jugos de vegetales in- de riesgo, sino que también previene aumentos en las pre-
dustrializados, papas, fruta fresca y legumbres; el occiden- siones diastólica y sistólica, la incidencia de arritmias, dia-
tal, fuertemente asociado con el consumo de pastelillos, betes, obesidad y algunos tipos de desórdenes psicológicos
cereales refinados, tortillas de maíz y bebidas carbonatadas (como la depresión) a través de mejorar la sensibilidad a la
y consumo bajo de cereales integrales, productos marinos insulina y sus acciones antiinflamatorias y antioxidantes.
y productos lácteos enteros, y el tercero o alto en proteína, Además, esos autores discuten que la dieta de tipo medite-
caracterizado por un consumo mayor de carnes rojas, car- rráneo aumenta la capacidad antioxidante y disminuye la
nes procesadas, margarina y huevo. Los autores encontra- concentración de LDL oxidada. Esta última se cree que tie-
ron una fuerte asociación entre la presencia de síndrome ne efecto biológico en el desarrollo temprano de lesiones
metabólico4 y el patrón alimentario occidental y una aso- ateroescleróticas; por lo tanto, la dieta mediterránea puede
ciación significativa, aunque débil, con el patrón alimenta- parcialmente reducir el riesgo cardiovascular a través de
rio alto en proteína. proteger al organismo del estrés oxidativo.
El patrón alimentario prudente no se asoció con el sín- Las consecuencias de patrones alimentarios inadecua-
drome metabólico. Los individuos con las calificaciones dos se observan también en las principales causas de mor-
más altas del patrón occidental tendieron a ser los más jó- talidad en la población adulta mexicana: enfermedad car-
venes, fumaban más, consumían más carbohidratos, me- diovascular, diabetes y cáncer, que a su vez se asocian inde-
nos fibra y magnesio. Por otro lado, los individuos en el pendientemente con el sobrepeso y la obesidad como prin-
patrón alimentario prudente fueron de mayor edad, fuma- cipal factor de riesgo (Gami, et al., 2007). Si bien el grupo
ron menos y consumieron menos energía y más fibra . Los de edad que se considera en este apartado es muy amplio
individuos en el patrón alimentario alto en proteína fueron (18 años en adelante), es importante resaltar que son diver-
jóvenes con alto IMC y mayor prevalencia de obesidad, sas situaciones sociales, económicas y culturales las que
consumieron mayor proteína y grasa y tuvieron un consu- definen los patrones alimentarios de los adultos. Hiza, et
mo bajo de fibra. El síndrome metabólico se ha relacionado al. (2013), describieron los patrones alimentarios de una
con el desarrollo de enfermedad cardiovascular y diabetes muestra representativa de la población de Estados Unidos,
(Gami, et al., 2007; Zimmet, et al., 2005). considerando los distintos grupos de edad (a partir de los
Otros estudios regionales han mostrado también la re- dos años), sexo, ingreso y etnicidad. Sus resultados indica-
lación entre patrones alimentarios inadecuados de adultos ron que los niños (especialmente los más pequeños) y los
adultos mayores tenían dietas de mejor calidad que los
adultos jóvenes y de mediana edad. Esos autores atribuyen
4
las diferencias a que en el caso de los niños pequeños, to-
El síndrome metabólico se caracteriza por la presencia de tres o más davía viven en un ambiente controlado por sus padres; en
de los siguientes factores: obesidad central, circunferencia de cintura
el caso de los adultos mayores, lo atribuyen a que partici-
~102 cm en hombres y 88 cm en mujeres, triglicéridos séricos altos,
colesterol de alta densidad (HDL) bajo, presión arterial elevada y glu- pan más en programas gubernamentales de asistencia ali-
cosa en ayuno alta. mentaria, a que pueden estar más motivados simplemente
170 SECCIÓN IV Reflexiones b iológicas

por estar más conscientes de su salud y también puede ser etapa de la vida del individuo enfrenta retos para el desa-
que algunos adultos mayores hayan alcanzado esa edad rrollo de hábitos de alimentación congruentes con una
porque a lo largo de su vida tuvieron dietas más saludables buena nutrición y salud, pero también con la nutrición y
que contribuyeron a su longevidad. Por otro lado, las mu- salud de todos los individuos en su entorno. El ciclo de
jeres tenían mejor calidad de dietas que los hombres y las transmisión de preferencias, creencias y comportamientos
personas de origen hispano tenían dietas de mejor calidad alimentarios es constante en los individuos de una familia,
que los estadounidenses de raza negra, pero no que los cau- e interactúa constantemente con el ambiente que les rodea,
cásicos. Encontraron también que la dieta generalmente facilitando o entorpeciendo las decisiones conducentes a
mejoraba cuando aumentaba el nivel de ingreso, a excep- una buena salud. Por ello, los primeros años de la vida del
ción del consumo de sodio. Las diferencias de género en la individuo presentan la mayor oportunidad de desarrollar
selección de alimentos más saludables, así como por nivel hábitos alimentarios adecuados, ya que las etapas posterio-
de ingreso, se han reportado consistentemente en otras in- res serán cada vez más complejas.
vestigaciones (Hsiao, 2013; Nascimento, 2011; Norte, La consejería en materia de nutrición no podrá tener
2011). En el caso de la selección de alimentos de los hispa- efecto positivo en la vida de los individuos si no reconoce-
nos, Hiza, et al. (2013) sugieren que este grupo étnico pre- mos y analizamos la importancia de las decisiones alimen-
para alimentos en casa y tradicionalmente compra frutas y tarias en cada etapa de nuestra vida; cómo influyen los pro-
vegetales en mayor proporción, lo que puede contribuir a cesos fisiológicos y biológicos en los requerimientos nutri-
dietas más nutritivas cuando el ingreso lo permite. cionales y qué consecuencias tienen las decisiones que ha-
En el caso de la población mexicana, los datos aquí cemos en cada uno de nosotros y en las personas que toca-
presentados sugieren también que la mayor proporción de mos con ellas. Finalmente, en cada etapa del ciclo de nues-
los adultos siguen un patrón de alimentación que no es tra vida existe la oportunidad de mejorar nuestra calidad
consecuente con una buena salud; los datos de sobrepeso y de vida y salud, así como de invertir en la calidad de vida y
obesidad, así como las principales causas de mortalidad, lo salud de las generaciones futuras .
demuestran.
Agradecimientos
Consideraciones finales
Agradezco la minuciosa y valiosa revisión de este docu-
Reconociendo que los hábitos alimentarios representan el mento al antropólogo Alejandro Castañeda Pacheco y a la
proceso de selección y preparación de los alimentos y la MDR Gloria Elena Portillo Abril, así como las sugerencias
influencia de factores sociales, culturales, demográficos y de la Dra. Graciela Caire Juvera y la MC Rosa Olivia Mén-
económicos desde la edad preescolar hasta la adulta, cada dez Estrada.

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Hábitos alimentarios del consumo de sal.
Factores neurofisiológicos

• Juan Argüelles Luis


• Carmen Perillán Méndez
• Juan José Díaz Martín
• Paula Núñez Martínez

Introducción consumo de sal es 10 a 20 veces superior al de hace cinco


mil años y proviene principalmente de la comida elaborada.
La sal es uno de los condimentos más populares y tradicio- Las necesidades fisiológicas diarias de sal son bajas,
nales de la cocina mundial. No en vano su consumo está unos 4 gramos (g) de sal por día, lo que equivale a 1.6 g de
generalizado y el inicio de su empleo como conservante de sodio (1 g de cloruro sódico contiene 390 miligramos [mg]
alimentos hay que datarlo hace muchos siglos. Durante de sodio). La Organización Mundial de la Salud (OMS,
cinco millones de años nuestros ancestros consumieron 1990), a través de un informe elaborado por un comité de
una dieta sin sal añadida, baja en sal. Ésta fue la dieta du- expertos, recomienda que las personas adultas no superen
rante la evolución de los mamíferos. La sal que contenían los 6 g de sal al día o, lo que es lo mismo, 2.4 g de sodio.
los alimentos era suficiente para mantener la homeostasia Para los niños de 7 a 10 años, el límite son 4 g de sal diarios
de los fluidos corporales, por lo cual se desarrollaron me- o 1.6 gramos de sodio; y los menores de siete años requie-
canismos fisiológicos para conservar esa sustancia dentro ren 3 g de sal o 1.2 g de sodio. El problema es que para
del cuerpo. Desde hace sólo cinco mil años la sal se añade atender esta recomendación no sólo hay que controlar, y
a las comidas y comienza a ser un problema manejar su mucho, la cantidad de sal que el consumidor añade volun-
exceso. tariamente a la comida que prepara e ingiere, sino que debe
La sal comestible procede de la extracción del agua del evitar, o consumir moderadamente, los numerosos alimen-
mar o de yacimientos subterráneos, y se compone de cloro tos elaborados que son ricos en el elemento.
(60%) y sodio (40%), minerales esenciales que hemos de El apetito por la sal en animales es una conducta inna-
incorporar a nuestra dieta a través de los alimentos, dada la ta, descrita por Curt Richter en 1936 al estudiar ratas adre-
importancia de las funciones que desempeñan en nuestro nalectomizadas, y está demostrada por otros científicos en
organismo. La vida no puede ser mantenida sin una con- diversas especies animales. El apetito por el sodio es la úni-
centración adecuada de sodio en el cuerpo. El problema ca conducta innata que existe para adquirir un nutriente
reside en que el consumo excesivo de este elemento está específico, aparte de la sed. En este sentido, podemos dis-
considerado un factor de riesgo para hipertensión arterial, tinguir entre "apetito por la sal'; que es un comportamiento
que puede derivar en situaciones de peligro cardiovascular. que lleva al animal al consumo de sal para suplir sus nece-
La presencia de sal en los alimentos se debe a dos fun- sidades homeostáticas y dirigido por la acción sinérgica de
ciones principales: realzar su sabor y conservar los comes- dos hormonas, la aldosterona y la angiotensina II, y la "pre-
tibles. Sin embargo, la industria alimentaria añade también ferencia por la sal'; comportamiento que lleva a consumir
a sus productos otras sustancias que contienen sodio, como sal sin necesidad homeostática (Epstein, 1990).
los aditivos, ya sea con fines estabilizantes, emulgentes, es- Esta preferencia por la sal en animales es análoga al
pesantes, gelificantes o edulcorantes. Por lo tanto, nuestro gusto por la sal en humanos, que se adquiere por tradición

173
174 SECCIÓN IV Reflexiones biológicas

culinaria desde la infancia. El comportamiento alimentario cas, sino también con diferencias culturales. Hay numero-
humano se ha modificado paulatinamente por matices que sos ejemplos de pequeñas tribus que se han mantenido
nada tienen que ver con las necesidades nutricionales; lo aisladas de la cultura occidental y consumen cantidades
que hace que actualmente se consuma, desde la infancia, muy pequeñas de sal, como los indios yanomamis del
mucha más sal que la fisiológicamente necesaria. La leche Amazonas, sociedades de las Islas Salomón, de Nueva Gui-
humana (que contiene 13.2 mg/100 ml de sodio) propor- nea y las tribus samburus del norte de Kenia. La ingesta de
ciona una cantidad de sodio y nutrición adecuada durante sal de esas poblaciones varía entre 0.05 y 2 g de sal al día.
los primeros 6 a 9 meses de vida. Algunos estudios de- Sin embargo, no existe evidencia de que sean menos sanos
muestran que cuando se usa leche de vaca (58 mg/100 ml que poblaciones occidentales que consumen 10 g diarios
de sodio) o alimentos infantiles procesados, la ingesta de (MacGregor y Wardener, 1998). Otras culturas, como los
sodio de los niños es excesiva (5 a 10 veces lo necesario) beduinos, no añaden nunca sal a la comida; tampoco los
(Denton, 1984). esquimales, cuya única fuente de sal es la contenida en la
Este "amor" humano por la sal es de origen multifacto- carne y sangre de gamo que consumen. En el idioma fin-
rial, pero la elevada ingesta de muchas personas contradice landés no existe una palabra para designar la sal, pues ese
la racionalidad adaptativa, en analogía con lo que sucede con pueblo se alimentaba tradicionalmente de carne y leche y
los desórdenes alimentarios tan comunes en la actualidad. desconocía el uso de la sal.
Los experimentos realizados por el antropólogo esta-
dounidense Holmes en la década de los años cincuenta,
Perspectiva histórica con los indios sirionós de Bolivia, revelaron lo sencillo que
El consumo de sal en humanos empezó a aumentar entre era inducir la adicción a la sal. Esta sustancia era descono-
5 000 a 10 000 años atrás, cuando los efectos combinados cida para esos indígenas, pero Holmes se las ofreció. Al
de la sobrecaza, cambios climáticos y sobre todo el aumen- principio no les gustó, pero poco a poco fueron usando pe-
to de la población promovieron un desplazamiento progre- queñas cantidades para cocinar, para luego no poder pres-
sivo hacia la agricultura; esto llevó a la disminución de la cindir de ella. La aversión a la sal mostrada por poblaciones
ingesta de carne y aumento de 90% en el consumo de vege- con bajo consumo demuestra que ese consumo tiene un
tales. No está claro por qué el incremento de la agricultura importante componente hedónico, una característica ad-
supuso un aumento en el consumo de sal, pero se estima quirida y no innata, lo que nos lleva a una ingesta muy por
que los primeros agricultores ingerían mucha más sal que encima de las necesidades fisiológicas (Denton, 1984).
sus ancestros cazadores (MacGregor y Wardener, 1998).
El factor que más ha influido en el aumento de la in-
Comportamiento ingestivo salino
gesta salina ha sido el descubrimiento de sus propiedades
como un gran conservante de los alimentos. Los cazadores La adicción cultural al consumo de sal se inicia muy pronto
nómadas no tenían necesidad de conservar la comida; pero en la vida. Los recién nacidos son indiferentes o evitan
los agricultores eran sedentarios y no abandonaban sus tie- concentraciones moderadas o altas de sal (Zinner, et al.,
rras para buscar alimentos frescos, por lo tanto, tenían la 2002; Crook, 1978), pero a los 2 o 3 años de edad ya prefie-
necesidad de conservar los alimentos durante el invierno. ren comidas saladas antes que la misma comida sosa (Hall,
No se sabe con exactitud cuándo se comenzó a usar la sal et al., 2000). El sodio que contiene la sal es un nutriente
como conservante, pero ya los egipcios la usaban en el año esencial que permite al organismo mantener el equilibrio
2000 a. C. Aunque la comida conservada en sal se lave en iónico y retener agua para mantenerse hidratado. En estu-
agua dulce antes de su consumo para eliminar el exceso de dios realizados en ratas sobre el apetito por la sal, se ha
la sustancia, todavía conserva concentraciones elevadas. determinado que los circuitos neuronales que median el
Actualmente, son conocidos los mecanismos por los que la consumo de sal se encuentran ya maduros al nacimiento
comida conservada de esta forma suprime los receptores (Bernstein y Courtney, 1987; Hill y Mistretta, 1990; Les-
del gusto salado en la boca, haciendo que las comidas natu- hem, et al., 1989, 1994), por lo cual son necesarias concen-
rales (sin sal añadida) sean insípidas e inapetentes (Barina- traciones muy altas para producir respuestas. Sin embargo,
ga, 1991). Es posible que "el ansia" por la sal haya comenza- los mediadores periféricos del apetito de sal, los que detec-
do de este modo. El cambio de sociedades nómadas a se- tan el déficit y activan las hormonas que captan el sodio, no
dentarias hizo florecer el comercio y la sal se convirtió en son operativos hasta una docena de días después del naci-
un valioso artículo. Hace mil años su consumo en el mun- miento, cuando los riñones comienzan a secretar renina en
do occidental era de 5 g por día; en el siglo xrx en Europa respuesta a la estimulación simpática (Leshem, 1999; Kirby
aumentó hasta 18 g diarios, y la reducción a 10 gramos y Johnson, 1990).
diarios en el siglo xx parece relacionada con la introduc- Por otro lado, se sabe que los humanos no comienzan
ción de la refrigeración como conservante. su vida con una marcada preferencia por la sal, ya que
Algunas evidencias relacionan el aumento en el con- cuando se les da a probar soluciones con altas concentra-
sumo de sal en humanos no sólo con necesidades fisiológi- ciones de sal a recién nacidos o bebés de pocos días de
CAPfTULO 15 Hábitos al imentarios del consumo de sal. Factores neurofisiológicos

edad, los resultados obtenidos son variables: algunos in- humanos y aún más los animales, están equipados con un
fantes muestran preferencia al diluir la sal en agua (Zinner, mecanismo gustativo diseñado para detectar la sal, de tal
et al., 2002), mientras que otros las rechazan (Crook, 1978). manera que sus cerebros, cuando ésta se ingiere, son capa-
Numerosas evidencias apoyan el hecho de que esta prefe- ces de recordar su ubicación gracias a la activación de cir-
rencia temprana por la sal puede verse aumentada redu- cuitos neuronales de recompensa o placer (Epstein, 1990,
ciendo la exposición al sodio in utero o neonatalmente 1991). Fessler (2003) trasladó estas ideas al comportamien-
(Crystal y Berstein, 1998). Sin embargo, no hay datos que to humano y sostiene que el apetito espontáneo por la sal
demuestren que la aversión al sodio pueda aumentarse. es un mecanismo de adaptación que puede proporcionar
Esta predilección por la sal lleva a una alta ingesta en la protección frente a una posible deshidratación repentina.
infancia y adolescencia, tal y como se vio reflejado en algu- Así pues, si el cuerpo necesita sal, sabe cómo encontrarla y
nos estudios que mostraron cómo a los cinco años de edad, cómo conservarla.
los niños ingerían más del doble de la cantidad recomenda- Las ratas y otros animales consumen sal aun sin existir
da de sal (De Courcy, et al., 1986; Kallio, et al., 1998). necesidad fisiológica aparente. Este tipo de consumo se
Las respuestas a los alimentos salados están fuerte- sabe que es de mayor magnitud en hembras, en quienes
mente influidas por diversos factores medioambientales está asociado al efecto supresor de los andrógenos, y que
(Martes, 1997). Por ejemplo, determinados hábitos alimen- aumenta cuando se han tenido episodios previos de deple-
ticios y un incremento en la actividad física de los niños (7 ción sódica. Epstein (1991) propuso que este comporta-
a 12 años de edad) pueden ser responsables de una mayor miento podría estar relacionado con evitar futuros déficits
preferencia por la sal en etapas posteriores de crecimiento de sodio, como podría ocurrir durante la gestación o la
y en la edad adulta (Yerma, et al., 2007). La influencia de lactancia, etapas durante las cuales hay una transferencia
las preferencias alimentarias de los padres sobre las de sus clara de sodio a la descendencia.
hijos no es tan clara (Rozin, 1991), pero es seguro que el
gusto por las dietas saludables depende del entorno, de la
disponibilidad de alimentos y de los hábitos alimenticios
Sal y presión arterial
durante la niñez, que poco a poco se van afianzando con Las enfermedades cardiovasculares (ECV) constituyen la
los años (Birch y Davison 2001; Kral y Rauh, 2010). principal causa de mortalidad en el mundo occidental,
Así que, a pesar de que los comportamientos innatos, siendo responsables de cuatro de cada 10 muertes acaeci-
como el apetito por la sal en ratas, son básicamente progra- das en los países desarrollados (Lee, et al., 1990; Murphy, et
mas neuronales heredados, pueden ser modificados por el al., 1990; OMS, 1990; Ranade, 1993; Yao, et al., 1993).
aprendizaje y la cognición. De hecho, las experiencias que La importancia del problema de las ECV llevó, en
forman parte de la ejecución del programa se incorporan a 1949, a iniciar un ambicioso estudio en Framingham, Mas-
los patrones generales de comportamiento de un individuo sachusetts, en un intento de estudiar la epidemiología de la
(Na, et al., 2012). El apetito por la sal es un instinto ances- enfermedad coronaria (Kannel, et al., 1964; Kannel, 1990).
tral importante para la supervivencia: la capacidad de com- Los resultados de éste y otros estudios similares permitie-
pensar rápidamente las necesidades de sodio del organis- ron destacar la asociación existente entre una serie de va-
mo consumiendo un alimento con alto contenido en sal riables y el desarrollo de estas enfermedades, conociéndo-
puede resultar cru~ial en muchas circunstancias (Liedtke, se como factores de riesgo cardiovascular (FRCV). Entre
et al., 2011). Los humanos y los animales que carecen de un ellos cabe destacar la hipercolesterolemia, hipertensión
nutriente en particular pueden adquirir "ansias" por esa arterial (HTA), hábito de fumar, obesidad, sedentarismo,
sustancia. El apetito por la sal está directamente relaciona- diabetes e historia familiar positiva de ECV (Farmer y
do con la concentración de sodio en el cuerpo y no puede Gotto, 1993; Rosenman, et al., 1976).
ser mitigado por la ingestión de otros cationes (Johnson, La HTA es el FRCV que contribuye de forma más signi-
2007). Existen estudios que muestran cómo animales so- ficativa y consistente al desarrollo de todas las posibles ma-
metidos por primera vez a un déficit de sodio ingieren nifestaciones de ECV y es el factor de riesgo más importante
grandes cantidades de cloruro de sodio o de soluciones sa- en accidentes cerebrovasculares y accidentes isquémicos
linas, a pesar de no haber probado nunca antes este tipo de transitorios (Stokes, et al., 1987). Se denomina HTA esencial
alimentos (Epstein y Stellar, 1955). aquella en la que no se demuestra enfermedad orgánica al-
Alan Epstein, basándose en la experimentación con guna como responsable de la elevación de la TA. Si bien es
animales, ha elaborado un marco teórico fundamental para poco frecuente en la primera década de la vida, a partir de la
la comprensión del apetito por la sal como un comporta- edad de 11 años es responsable del mayor porcentaje de ca-
miento adaptativo. Propone que el apetito por la sal es algo sos de HTA (Arar, et al., 1994). Se cree que en su génesis
innato; además, cree que es necesario motivar la ingestión intervienen dos tipos de factores que actúan de forma con-
de sodio para mantener concentraciones adecuadas del junta: un factor inicial de origen genético, y un factor ampli-
mismo, y a la vez incentivar la búsqueda y aprendizaje de ficador de carácter ambiental que favorece el aumento pro-
las fuentes de sal disponibles en el entorno. Para ello, los gresivo de la TA hasta llegar a la edad adulta (Folkow, 1982).
176 SECCIÓN IV Reflexiones biológicas

La dieta es uno de los factores ambientales que influ- de 3 g/día se acompaña de un descenso de presión arterial
yen sobre la TA. Estudios epidemiológicos, experimenta- sistólica entre 3 y 6 mmHg y de presión diastólica de entre
les, trabajos a nivel celular y programas de intervención 2 y 3 mmHg en hipertensos y de la mitad en normotensos.
dietética han aportado nuevos conocimientos, aunque ac- El mismo estudio describe que con una reducción de 6 g/
tualmente continúa sin ser conocida con claridad la rela- día de la ingesta salina, el efecto sobre la presión arterial es
ción entre factores nutricionales y HTA. Una de las prime- el doble (descenso de unos 8 mmHg para la sistólica y de
ras referencias que relacionaron la ingesta de sal con la unos 5 mmHg para la diastólica) y estiman que este efecto
presión arterial proviene de Huang Ti NeiChing Su Wein reductor de presión arterial en toda la población (hiperten-
(aproximadamente 1700 a. C.), quien sostenía: "Por lo tan- sos y normotensos) se acompañaría de una reducción del
to, si se ingieren grandes cantidades de sal, el pulso se hará 26% de los ictus y del 20% de los episodios coronarios en el
más rígido o endurecido:' No fue sino 2 800 años después, Reino Unido. Trasladado eso a números absolutos y consi-
en el siglo XVII, cuando William Harvey describió que la derando que en el año 2002 el número de muertes anuales
sangre circulando por dentro de las arterias se encontraba por ictus (accidente cerebral vascular) en el Reino Unido
bajo cierta presión (MacGregor, 1998). era de 60 666 y el de muertes por enfermedad coronaria era
La relación entre ingesta excesiva de sodio y HTA esen- de 124 037, los autores extrapolan a que el efecto de la re-
cial comenzó a resultar evidente con la aparición de estu- ducción de 6 g/día de sal podría ser de 15 000 muertes evi-
dios epidemiológicos en los que se comprobó que las so- tadas por ictus cada año y de 21 000 por enfermedad coro-
ciedades con mayor consumo de sodio tenían cifras más naria.
elevadas de TA (Horan, et al., 1985). Para superar proble- Sin embargo, un metaanálisis realizado por la Bibliote-
mas metodológicos observados en trabajos previos, se di- ca Cochrane en el año 2011 (Taylor, et al., 2011), que inclu-
señó el estudio Intersalt, en el que participaron 52 centros yó seis estudios y más de 6 000 sujetos, propuso evaluar si
de 32 países diferentes. En dicho estudio (Intersalt, 1988) el asesoramiento para reducir el consumo de sal en los ali-
se confirmó una relación significativa directa entre la TA y mentos era por sí mismo un factor suficiente para alterar el
la excreción urinaria de sodio e inversa con la de potasio. riesgo de mortandad o de sufrir alguna enfermedad cardio-
Asimismo, estudios de intervención en adultos hiperten- vascular. La conclusión del estudio fue que tras un periodo
sos sugieren que la restricción dietética de sodio se acom- de más de seis meses con apoyo intensivo y estímulo para
paña de disminución de los valores tensionales (Cutler, et reducir la ingesta de sal, sólo se consiguió una muy ligera
al., 1991). reducción en la presión arterial; es decir, no queda del todo
El Instituto Nacional de Salud Pública mexicano, en su clara la relación entre un descenso en la ingesta salina y un
boletín del 17 de agosto de 2011, denunció que mientras la beneficio a nivel cardiovascular.
ingesta diaria de sal recomendada según la Organización La propensión a preferir y consumir comidas saladas
Mundial de la Salud (OMS) era de aproximadamente 5 g, en varía considerablemente de unas personas a otras. Estu-
México esa cifra era de hasta 11 g. Este parámetro parece dios realizados en los últimos años parecen indicar la exis-
estar aumentando, ya que en 2009, el Instituto Mexicano del tencia de cierto grado de condicionamiento del comporta-
Seguro Social (IMSS) informó en un comunicado que, miento ingestivo de sodio por acontecimientos tempranos
de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud realizada por relacionados con alteraciones del equilibrio hidrosalino
el Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán, se esti- maternoinfantil. Contreras y Kosten (1983) demostraron
mó que en el caso de los hombres el consumo diario de sal que la ingesta salina en la rata durante los primeros 30 días
era de 9 g, mientras que el de las mujeres era de 7. En Euro- de vida condicionaba la ingesta de sodio en la edad adulta.
pa, el consumo real actual está entre 8 y 12 gramos. El grupo liderado por Nicolaidis (1990) ha demostrado,
Aunque el papel que juega el sodio en la patogenia de también en ratas adultas, la relación entre deshidratación
la HTA en humanos continúa siendo relativamente con- maternofetal inducida experimentalmente por polietil-
flictivo, existe evidencia, tanto en trabajos experimentales englicol y la preferencia salina aumentada, así como cuan-
como en humanos, de que la respuesta de la TA a un apor- do la deshidratación se llevaba a cabo tras un tratamiento
te sódico alterado es variable. De este hecho surgió el con- con diuréticos (Galaverna, et al., 1995). Leshem y colabo-
cepto de "sal-sensibilidad" para designar a aquellos indivi- radores (1996) confirmaron estos hallazgos también en ex-
duos cuya TA baja al restringir la ingesta de sal, y de "sal- perimentación con animales. Estudios propios (Vijande, et
resistencia" para sujetos cuyos valores de TA no se alteran al., 1996) han demostrado la alteración de los patrones de
(Kawasaki, 1978). Dicha respuesta a la sal puede estar ge- ingesta salina en ratas descendientes de madres hiperten-
néticamente determinada, por lo que un alto aporte de so- sas, deshidratadas y con alta ingesta de sodio durante la
dio no puede considerarse por sí solo un factor etiológico preñez, tras una ligadura parcial de la aorta.
independiente. Crystal y Berstein (1995) analizaron el contenido de
En un metaanálisis publicado por He y MacGregor sodio en la dieta preferida por jóvenes universitarios y ha-
(2003) sobre estudios de intervención de restricción salina, llaron correlaciones positivas con la historia de embarazos
los autores describen que una reducción de la ingesta de sal con vómitos en sus madres. Los mismos autores (1998)
CAPfTULO 15 Hábitos alimentarios del consumo de sal. Factores neurofisiológicos

describieron posteriormente que los descendientes de ma- poseer barrera hematoencefálica y estar en contacto direc-
dres que habían sufrido vómitos durante el embarazo pare- to con el plasma y el líquido cefalorraquídeo (LCR), captan
cían mostrar aumento de la preferencia salina, evidenciada las variaciones en la osmolaridad y/o concentración de so-
a través de las reacciones faciales de los niños ante nutrien- dio de ambos fluidos (Bourque, et al., 1994).
tes con diferentes concentraciones de sal. Sin embargo, es- Algunos de estos OCV implicados en la osmorregula-
tos hallazgos no han sido completamente confirmados por ción se encuentran en el hipotálamo, concretamente en la
Leshem, Maroun y Weintraub (1998), quienes no consi- región anteroventral del tercer ventrículo (AV3V), como
guieron hallar aumentos en la preferencia salina, aunque sí son el órgano subfornical (SFO) y el órgano vasculoso de la
en la excreción fraccionada de sodio (EFNa) de 21 niños de lámina terminal (OVLT). Esos grupos neuronales poseen
4 a 11 años de edad que habían sido sometidos a tratamien- no sólo osmo-sodio receptores, sino también receptores de
to con furosemida durante la etapa neonatal. A pesar de la angiotensina II (Angll) circulante en plasma y el LCR, y
estos resultados, Leshem (1998) reafirmó la importancia que se proyectan directa o indirectamente a través del nú-
del estatus hidrosalino maternofetal (historia de vómitos y cleo preóptico mediano (MnPO) a la porción magnocelu-
diarrea) en la determinación de la preferencia salina en un lar de los núcleos supraóptico (SON) y paraventricular hi-
grupo de 50 niños de 11a19 años de edad. potalámico (PVN), donde también hay neuronas intrínse-
La HTA continúa siendo un trastorno complejo que camente osmosensibles (Geerling y Loewy, 2008; Johnson
quizá no tiene un único origen. Sigue siendo controvertido y Thunhorst, 1997; Stricker y Stricker, 2011).
el papel que puede jugar el sodio de la dieta sobre el desa- Estos núcleos, el SON y el PVN, forman parte del sis-
rrollo del problema. En algunos grupos concretos, como tema hipotálamo-hipofisario. Las neuronas magnocelula-
los sujetos de raza negra y los de edad avanzada, la TA se res proyectan sus axones a través del tallo hipofisario hacia
incrementa significativamente en respuesta al aumento en la neurohipófisis, conocida también como hipófisis poste-
la ingesta de sal con la dieta: los individuos denominados rior o lóbulo posterior de la hipófisis (Antunes-Rodrigues,
"sal-sensibles''. Este fenómeno es menos frecuente en hi- et al., 2004; Bourque, et al., 1994). Las terminaciones ner-
pertensos jóvenes ("sal-resistentes") (Denton, 1984). viosas son nódulos bulbosos que poseen numerosos grá-
nulos secretores que reposan sobre la superficie de los ca-
pilares, hacia los que secretan dos hormonas neurohipofi-
Circuitos cerebrales implicados sarias: vasopresina (AVP) y oxitocina (OT). La AVP se
en la regulación del apetito forma principalmente en el SON, mientras que la oxitocina
lo hace en el PVN. Cada uno de estos núcleos puede sinte-
por el sodio tizar, además de su hormona correspondiente, hasta una
El conocimiento actual sobre los circuitos neuronales invo- sexta parte de la otra (Langraf, et al., 1990).
lucrados en el apetito por el sodio proviene en su mayor El papel de la vasopresina (AVP) en la regulación del
parte de modelos animales. Cuando un animal con defi- balance hídrico es actuar como elemento antidiurético (Ec-
ciencia en sodio prueba la sal, la ingerirá en cantidades su- kert, et al., 1999; Sladek, 2002; Smith y Blament, 1993). Por
periores a las observadas en un animal control (Johnson y otro lado, las funciones de OT, aunque se relacionan fun-
Thunhorst, 2007). Este incremento pronunciado en la in- damentalmente con el parto y la lactancia, también se ha
gesta se puede explicar a partir de la interacción de distin- visto que en dosis fisiológicas provocan natriuresis, bien
tos circuitos cerebrales, que agruparemos en tres sistemas directamente en los riñones o indirectamente a través de la
funcionales : vías humorales y viscerales, vías gustativas, e inducción de la liberación del péptido natriurético auricu-
interacción de la información de todas esas vías en el pros- lar (ANP) (Verbalis, et al., 1991).
encéfalo. El núcleo paraventricular (PVN) contiene también
neuronas parvocelulares, involucradas en la secreción de
hormonas en la hipófisis anterior e implicadas en la regula-
Vías sensoriales humorales ción del sistema nervioso autónomo (Swanson y Saw-
y viscerales informan de la carencia chenko, 1983). Estudios demuestran cómo los circuitos oxi-
de sodio tocinérgicos parvocelulares del PVN están involucrados en
la inhibición del consumo de sodio (Blackburn, et al., 1992,
Durante episodios de deficiencia prolongada de sodio, gru- 1993, 1995; Puryear, et al., 2001; Rigatto, et al., 2003).
pos específicos de células nerviosas (osmorreceptores) de- En células gliales de los OCV, principalmente el SFO,
tectan cambios osmóticos y tratan de mantener la tonici- OVLT y en la eminencia media, existen canales de sodio
dad celular. Para ello emiten señales indicadoras de la ne- voltaje dependientes llamados NaX, que detectan las con-
cesidad de sodio, que motivan al animal a la búsqueda e centraciones de sodio del plasma y del LEC y transmiten su
ingesta de sal (Antunes-Rodrigues, et al., 2004). Los recep- información a las neuronas de estos núcleos, regulando en
tores de cambios osmóticos centrales están ubicados en consecuencia las respuestas homeostáticas (Watanabe, et
neuronas de órganos circunventriculares (OCV), que al no al., 2000; Noda, 2006) (figura 15-1).
178 SECCIÓN IV Reflexiones biológicas

Hormonas (All) ,____, Región anterior hipotalámica

Glía NaX ,------ SFO

1
OVLT

¡1
Células osmorreceptoras
1

PVN
1
Señales
1

1
\SON

l~J
Parvocelulares
1 1 Magnocelulares 1
1
Eminencia media
1
Neurohipófisis
1
1 1
AVP/OT
1 Adenohipófisis

Figura 15-1 Diagrama del funcionamiento de los osmorreceptores centrales situados


en la zona anterior cerebral.

Otro OCV esencial para el control de la ingesta de sal Las vías gustativas detectan
es el área postrema (AP), que se encuentra en el límite in-
feroposterior del cuarto ventrículo. Al igual que el SFO y el el sodio ingerido
OVLT, contiene receptores de AngII (Mendelsohn, et al.,
1984); pero a diferencia de ellos, el AP no estimula la inges- Una vez que la sal es probada por el animal, el aparato gus-
tión de fluidos en respuesta a AngII (Fitts y Masson, 1989), tativo transmite periódicamente señales informativas de la
sino que la inhibe (Contreras y Stetson, 1981). Existen tra- detección de sodio. Esta percepción gustativa es necesaria
bajos que muestran cómo el AP, junto con otras áreas del para la inducción de la conducta de apetito por el sodio.
tronco encefálico, como el núcleo dorsal del rafe (NDR), el Las ratas con deficiencia en sodio no pueden distinguir una
núcleo del tracto solitario (NTS) y el núcleo parabraquial solución salina de otra no salina cuando son directamente
(PB), estarían involucrados en la integración central de se- infundidas en el estómago (Mook, 1969; Smith, et al., 1968)
ñales somatosensoriales y viscerales relacionadas con el o cuando al animal se le suministra una droga que bloquea
restablecimiento del balance hidrosalino. Estas estructuras los canales gustativos del sodio (Bernstein y Hennessy,
se comunican entre sí conformando un circuito inhibitorio 1987; McCutcheon, 1991; Roitman y Bernstein, 1999).
de la ingesta de sodio, modulando también la excreción de La información gustativa primaria se origina en cada
agua y sodio a través de vías predominantemente serotoni- papila gustativa, que tiene entre uno y varios cientos de
nérgicas (Menani, 1998, 1996; Ohman y Johnson, 1986). botones gustativos (cada botón posee 30 a 100 células re-
Existen además otros osmorreceptores, llamados peri- ceptoras del gusto). Desde estos botones, la información se
féricos, que han sido localizados en la región orofaríngea transmite por medio de los nervios gustativos primarios.
(Kuramochi y Kobayashi, 2000), en el tracto gastrointesti- Los tres nervios craneales implicados en la transmisión de
nal (Carlson, et al., 1997), en el sistema portal del hígado la información gustativa son el facial (VII), el glosofaríngeo
(Choi-Kwon y Baerschi, 1991) y en el hígado (Adachi, (IX) y el vago (X). El nervio facial (VII) inerva las papilas
1994). Estos receptores responden a la ingestión de líqui- anteriores de la lengua. Se sabe que la mayor parte de la
dos, detectando la osmolaridad, enviando señales a través información de sodio importante para la ingestión de sal se
del nervio vago e induciendo una respuesta anticipatoria transmite a través de este nervio. El nervio glosofaríngeo
ante posibles perturbaciones osmóticas relacionadas con (IX) inerva las papilas en los bordes y la zona posterior de
la ingesta (Haberich, 1968). la lengua, mientras que el nervio vago (X) posee receptores
CAPfTULO 15 Hábitos alimentarios del consumo de sal. Factores neurofisiológicos

en el final de la lengua y en la garganta (Frankmann, et al., El núcleo central de la amígdala (CEA) está fuerte-
1996; Roitman y Bernstein, 1999). mente conectado con el BST, y al igual que este último, las
Los nervios mencionados penetran en el tronco ence- señales de entrada y salida al CEA juegan un papel impor-
fálico y llegan hasta el núcleo del tracto solitario (NTS). Las tante en la regulación de la ingesta de sodio (Johnson, et
señales van del NTS al tálamo, donde se producen sinapsis al., 1999). El CEA recibe abundante información de las vías
en las neuronas del núcleo ventral posterior medial (VPM), gustativas y viscerosensoriales desde el NTS y el AP, a tra-
hasta alcanzar la corteza gustativa (Travers, et al., 1987). En vés del PB (Karimnamazi y Travers, 1998; Norgren, 1976;
roedores estas señales ascienden atravesando el núcleo pa- Bernard, et al. 1993).
rabraquial (PB), desde donde se dirigen a varios núcleos Tanto el CEA como el BTS envían señales a las regio-
subcorticales (Alden, et al., 1994; Bernard, et al., 1993; Bes- nes de la formación reticular del tallo encefálico (Hopkins
ter, et al., 1999; Karimnamazi y Travers, 1998; Norgren, y Holstege, 1978; Price y Amara!, 1981; Yasui, et al., 2004).
1976), principalmente el núcleo central de la amígdala Las neuronas de esta región, en particular dentro de la for-
(CEA), los núcleos del lecho de la estría terminal (BST) y la mación reticular medular dorsomedial, son las encargadas
subdivisión parvocelular de la parte posterior ventral del del control del comportamiento ingestivo y representan la
núcleo medial del tálamo (VPMpc), que ofrece información vía final común que dirige la motricidad oral. Además, en-
gustativa e interoceptiva al CEA (Nakashima, et al., 2000). vían señales a las neuronas motoras del nervio craneal tri-
gémino y a los núcleos motores del hipogloso, que inervan
Integración de señales los músculos que son necesarios para que los animales
puedan beber y lamer (Cunningham y Sawchenko, 2000;
en el prosencéfalo Travers y Norgren, 1983).
Las señales de las vías viscerales-humorales y sensoriales
son integradas en el prosencéfalo, donde en última instan- Conclusión
cia se regulará la búsqueda e ingestión de sal. Los principa-
les lugares de encuentro de las distintas vías implicadas A la vista de todo lo anteriormente expuesto, los autores
parecen ser dos: los núcleos del lecho de la estría terminal han querido exponer los múltiples puntos de aproximación
(BST) y el núcleo central de la amígdala. Los primeros se en el estudio de la ingesta de sal y sus relaciones con deter-
encuentran en una situación clave para coordinar el apeti- minadas enfermedades, sobre todo las involucradas en la
to por el sodio, modulando la transmisión nerviosa y el homeostasia cardiovascular. Sorprenden en especial los
comportamiento ingestivo, a través de las vías neuroendo- múltiples avances que se vienen realizando durante las úl-
crinas y del sistema nervioso autónomo (Shin, et al., 2008). timas décadas en el conocimiento del control de la ingesta
Reciben señales directas desde los receptores de Angll del hidromineral, en contraposición con todo lo que falta por
SFO y del OVLT (Sunn, et al., 2003) y también de las célu- conocer para abarcar todas sus implicaciones con trastor-
las nerviosas del NTS (Ricardo y Koh, 1978). También es- nos tan importantes como la hipertensión arterial y los ac-
tán conectados con el CEA (Dong, et al., 2001) y reciben cidentes cardiovasculares, enfermedades casi endémicas
señales de múltiples zonas del cerebro, como por ejemplo en la población mundial industrializada. Sólo conociendo
del área hipotalámica lateral (LHA) o de las neuronas pep- mejor estas implicaciones, podemos plantear la preven-
tidérgicas del núcleo arqueado del hipotálamo. ción completa de la aparición de dichas enfermedades . .

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Componentes neurofisiológicos
de los hábitos alimentarios

• Asucena Cárdenas Villalvazo • María del Rocío Padilla Galindo


• Mónica Navarro Meza • Karen Elizabeth García Pulido
• María Luisa Pita López • Marcos Efraín Becerra Hernández

Introducción En cada especie se han establecido algunas secuencias


de respuestas rítmicas que conforman conductas un tanto
estereotipadas (Elliott y Susswein, 2002; Nargeot, Petris-
Los hábitos alimentarios sans y Simmers, 2007). Sin embargo, los individuos cuen-
son comunes en seres humanos tan con la habilidad de hacer variaciones en las secuencias
conductuales preestablecidas, para ser más eficaces al ali-
y otros animales mentarse (Huang, Hazy, Herd y O'Reilly, 2013). Al respec-
Los hábitos alimentarios pueden considerarse como el to, se afirma que la mayoría de especies presentan variabi-
conjunto de todas las conductas relacionadas con la obten- lidad comportamental, de modo que pueden reajustar sus
ción e ingestión de alimentos. En todos los animales se han conductas de alimentación en un rango preestablecido ge-
identificado hábitos alimentarios como actos repetidos en néticamente; y pueden modificar su dieta para sobrevivir
secuencias temporales (Elliott y Susswein, 2002; Nargeot, ante cambios ambientales (Hollerman, Tremblay y Schultz,
Petrissans y Simmers, 2007), realizados en territorios defi- 2000; Krebs, 2009). Tal flexibilidad en el comportamiento
nidos (Maier, 2001) y que se caracterizan por la elección de apetitivo parece depender de procesos de aprendizaje in-
cierta variedad de comestibles que conforman su dieta ducidos por estímulos externos reforzadores (Nargeot, Pe-
(Zamudio, Urbano-Bonilla, Maldonado-Ocampo, Bogotá- trissans y Simmers, 2007).
Gregory y Cortés-Millán, 2008).
Los hábitos alimentarios se caracterizan por la expre- El ambiente modula las conductas
sión de conductas de búsqueda, localización, aproxima- que componen hábitos
ción, selección e ingestión de alimentos (Kupfermann,
1974). Estos actos son orquestados por los sistemas ner- La expresión de las conductas que conforman hábitos ali-
vioso, endocrino, locomotor y digestivo principalmente mentarios implica una interacción dinámica entre el orga-
(Alcaraz, 2000). En Jos animales de todas las especies se nismo y el ambiente. Este último ejerce presiones tales
han desarrollado distintas adaptaciones evolutivas para ali- como las variaciones en el tipo de alimento disponible, re-
mentarse (Krebs, 2009; Maier, 2001; Pijl, 2011), respon- lacionadas con factores climáticos temporales y con la
diendo a la disponibilidad de alimentos de su entorno (Za- competencia por los recursos, entre otros factores, que se
mudio, Urbano-Bonilla, Maldonado-Ocampo, Bogotá-Gre- reflejan en variaciones de la composición de la dieta (Maier,
gory y Cortés-Millán, 2008). A su vez, esto ha determinado 2001; Pijl, 2011). También ha influido la configuración ge-
la evolución anatómica, fisiológica y cognitiva de esos seres nética de receptores gustativos, que orientan las preferen-
(Gallup 1982; Maier, 2001; Makedonska, Wright y Strait, cias por los sabores de los alimentos y la regulación de la
2012; Pijl, 2011). síntesis de las enzimas necesarias para digerirlos, lo que

183
184 SECCIÓN IV Reflexiones biológicas

evolutivamente ha contribuido a configurar las dietas de para conformar hábitos (Serruya y Eilam, 1996). La repeti-
los humanos y otros animales (Krebs, 2009). ción de conductas se debe en parte a su efectividad para
De esta y otras maneras se han moldeado ecológica- obtener lo que se buscaba. Ello implica un proceso de aso-
mente las estrategias de alimentación y el tipo de alimentos ciación entre las respuestas conductuales y los efectos de
que se eligen y que componen las dietas. Tal moldeamiento obtener alimento y procesarlo una vez ingerido. Para esta-
ha promovido simultáneamente el desarrollo de habilida- blecer tales asociaciones, se activa el sistema de recompen-
des de competencia (Maier, 2001) y defensa antipredatoria sa mediado por neurotransmisores como la dopamina
(Lima, 1985). Así que la evolución de los hábitos de ali- (DA) y otros que se comentan en los siguientes apartados
mentación ha influido en la evolución de varios sistemas (Hollerman, Tremblay y Schultz, 2000).
comportamentales, como la socialización y la comunica- El sistema de recompensa constituye el sustrato neural
ción; además, en las conductas antipredatoria, migratoria y de la sensibilización a estímulos externos que inducen la
reproductiva. Por lo anterior, la forma en que los animales expresión de conductas dirigidas a una meta, como conse-
se alimentan contribuye a configurar los demás comporta- guir alimentos. De acuerdo a la hipótesis del aprendizaje,
mientos que caracterizan a cada especie. A su vez, estas los estímulos reforzadores promueven la asociación entre
conductas han retroalimentado el mantenimiento y evolu- estímulos y respuestas comportamentales, lo que lleva a su
ción de los hábitos alimentarios (Maier, 2001; Pijl, 2011). repetición de forma compulsiva hasta conformar hábitos.
La interacción del organismo con el ambiente requiere Tanto las respuestas conductuales que conforman los hábi-
procesos internos no controlables ni observables, así como tos alimentarios como las adicciones a diferentes sustan-
respuestas motoras que pueden ser controladas y percibi- cias comparten el sustrato neural (Robinson y Berridge,
das por el individuo que las ejecuta y por otros. Estas res- 2008).
puestas, en conjunto, constituyen el comportamiento ali-
mentario, un comportamiento motivado que en este caso
se orienta a conseguir alimentos para mantener la homeos-
Los hábitos alimentarios humanos
tasia en el organismo, y con ello la vida. De modo similar, Para la especie humana se han emitido diferentes defini-
otro tipo de hábitos se componen de varias respuestas con- ciones. La Norma Oficial Mexicana relativa a la promo-
ductuales observables, que constituyen comportamientos ción y educación para la salud en materia alimentaria se
orientados a lograr otras metas (Wallis y Miller, 2003) . refiere a los hábitos alimentarios en los siguientes térmi-
nos: "Conjunto de conductas adquiridas por un individuo,
Comportamiento motivado por la repetición de actos en cuanto a la selección, la pre-
y hábitos alimentarios paración y el consumo alimentario" (Secretaría de Salud,
2006, p. 3) .
Los comportamientos motivados consisten en dos etapas También señala que los hábitos alimentarios se rela-
conformadas por actos o conductas apetitivas y consuma- cionan con las características sociales, económicas y cul-
torias. Las primeras son las repuestas motoras que organi- turales de una población o región determinada. Tales ca-
zadas estructuran las conductas de búsqueda, elección y racterísticas corresponden a la presión ambiental, que
obtención de alimentos (Kupfermann, 1974). En estas se también modula la evolución de los hábitos alimentarios
presentan secuencias que pueden combinarse con otras humanos, pero de un modo acelerado respecto a otras es-
conductas expresadas en torno a ellas (Maier, 2001). Una pecies (Maier, 2001; Pijl, 2011; Reisch, 2001). De manera
vez colocado el alimento en la boca, inicia la etapa consu- particular, el ritmo de vida de las ciudades industrializadas
matoria, en la que el alimento ingerido se transforma. Tal ha obligado a reajustar la distribución del tiempo dedicado
proceso ocurre mediante respuestas reflejas y produce a la alimentación, además de modificar los hábitos alimen-
abundantes estímulos que, por una parte, inducen la sus- tarios de otras maneras (Pijl, 2011; Reisch, 2001). Tales
pensión de la conducta de alimentación por un lapso varia- cambios, agudizados en las últimas décadas, se han aso-
ble y, por otro lado, retroalimentan al sistema en el proceso ciado al desarrollo de obesidad y enfermedades crónicas
de organización de las secuencias de respuestas motoras (Bolaños, 2009) . Los hábitos alimentarios que inducen obe-
para otros ciclos de alimentación (Alcaraz, 2000; Nargeot, sidad y enfermedades relacionadas son considerados no
Petrissans y Simmers, 2007). saludables por la Norma Oficial Mexicana NOM-174-
Algunas conductas se repiten con frecuencia en las se- SSAl-1998 para el manejo integral de la obesidad (Secre-
cuencias comportamentales alimentarias, al igual que en taría de Salud, 2000).
secuencias correspondientes a otras rutinas motoras o há- La definición de hábitos alimentarios humanos es con-
bitos (Jing, Cropper, Hurwitz y Weiss, 2004). Tal repetición gruente con lo mencionado al respecto de los hábitos de
de conductas en secuencias para diferentes fines se obser- otros animales (Maier, 2001) . En todas las especies los pro-
va incluso en moluscos, cuyo sistema nervioso (SN) es cesos funcionales que subyacen a los hábitos alimentarios
simple respecto al de los mamíferos pero contiene redes son múltiples y su complejidad es mayor en especies cuyo
neurales equivalentes que regulan las respuestas motoras SN es más desarrollado, lo que también coincide con una
CAPfTULO 16 Componentes neurofisiológicos de los hábitos alimentarios

mayor complejidad de sus formas de relacionarse con el Primera parte


medio y con otros individuos (Gallup, 1982). Estos proce-
sos implican la percepción de estímulos ambientales, su El sistema de recompensa
transducción, integración polimodal e interpretación me- y los hábitos alimentarios
diante su connotación emocional y cognitiva. La interac-
ción de los estímulos externos con los internos que indican Los hábitos alimentarios de los humanos y otras especies
el estado homeostático y las necesidades vitales, una vez son un conjunto de conductas secuenciales encaminadas a
integrados, induce estados motivacionales para generar conseguir alimentos (Maier, 2001). Se repiten más o menos
respuestas motoras. Por último, se representan respuestas de igual manera en ciclos relacionados con los estados in-
aprendidas y se activan los patrones motores necesarios ternos de motivación y en respuesta a los estímulos alimen-
para expresar la conducta de alimentación y otras asocia- tarios. El estado interno motivacional surge como eviden-
das (Alcaraz, 2000; Salamone, Correa, Nunes, Randall y cia de las necesidades de energía y nutrientes del organismo
Pardo, 2012). (Alcaraz, 2000). Sin embargo, también refleja las asociacio-
Entre los procesos que subyacen a la regulación de nes previas entre estímulos alimentarios o de otro tipo y la
conductas que conforman los hábitos se encuentran los generación de estados internos de placer. De manera que en
que regulan la variabilidad de respuestas y el aprendizaje la regulación de comportamientos dirigidos a una meta,
que sustenta la repetición de las más eficaces, así como su como son los que componen a los hábitos alimentarios, se
acomodo en la secuencia comportamental (Jing, Cropper, utiliza información proveniente de diversos estímulos am-
Hurwitz y Weiss, 2004; Salamone, Correa, Nunes, Randall bientales (Hollerman, Tremblayy Schultz, 2000). Tales estí-
y Pardo, 2012). Para ello se estima por una parte el valor de mulos desencadenan las respuestas conductuales más per-
recompensa de los estímulos obtenidos luego de una res- tinentes en un contexto dado. Para ello, la corteza prefron-
puesta, discriminando entre la connotación de un estímulo tal reconoce la efectividad de las respuestas conductuales
como recompensa y el efecto que luego tiene como refor- con las que se obtuvieron los resultados esperados; es decir,
zador de una respuesta (Salamone, Correa, Nunes, Randall las que lograron las metas (Wallis y Miller, 2003). Si la meta
y Pardo, 2012). es obtener alimentos, al conseguirlos proveerán de estímu-
Por otra parte, se estima el trabajo y gasto de energía los que pueden ser interpretados como recompensa a la
requeridos para ejecutar la respuesta con que se obtuvo el conducta ejecutada y ésta tenderá a repetirse (Tremblay y
estímulo. Ello permite comparar el costo de la respuesta Schultz, 1999). El efecto de recompensa de los estímulos se
con la magnitud de la recompensa o beneficio obtenidos, relaciona con su efecto emocional y motivacional: a mayor
en lo que se denomina balance costo-beneficio. Con base efecto recompensante de un estímulo, mayor motivación
en tal estimación, se decide repetir o no la respuesta (Sala- para repetir la conducta que lo consiguió. El efecto de re-
mone, Correa, Mingote y Weber, 2003). Este proceso de compensa le da las características reforzadoras al estímulo.
análisis de estímulos y respuestas informa a un sistema La cualidad de reforzador se relaciona con la capaci-
neural que prevé los resultados de las respuestas próxi- dad del estímulo para promover el aprendizaje instrumen-
mas, se antepone a la toma de decisiones e influye en la tal, cuyos mecanismos son mediados por la liberación de
elección de respuestas que caracterizarán a las conductas varios neurotransmisores (Salamone, Correa, Nunes, Ran-
alimentarias subsiguientes (Hollerman, Tremblayy Schultz, dall y Pardo, 2012). Algunos, como DA y endorfinas, son
2000). los mediadores en el sistema límbico y otras áreas cerebra-
Dada la dificultad de explicar los hábitos alimentarios les para la generación de placer, que es uno de los efectos
como un todo desde una perspectiva fisiológica, en este ca- emocionales que caracterizan a los estímulos considerados
pítulo se comentan brevemente y de manera comparada las como recompensa (Alcaraz, 2001; Salamone, Correa, Nu-
conductas que pueden constituirlos y su dependencia de la nes, Randall y Pardo, 2012).
presión ambiental. Asimismo, se abordan algunos de sus La percepción de placer no es el único factor que influye
componentes neurofisiológicos en los siguientes apartados. en la connotación de los estímulos como recompensa y lue-
Primero se analizan los relacionados con el análisis de estí- go como reforzadores de una respuesta, pero se le atribuye
mulos o señales relativas al alimento, así como las respues-· mediar la asociación entre los estímulos y las respuestas con
tas emitidas para obtenerlos, además, la participación de la que se obtuvieron. También se asocian de este modo con-
dopamina y otros neurotransmisores en el proceso de aso- ductas y estímulos inicialmente no relacionados con la co-
ciación entre respuestas y estímulos en el sistema de re- mida a las secuencias comportamentales alimentarias (Sala-
compensa, y la toma de decisiones para la repetición de mone, Correa, Nunes, Randall y Pardo, 2012). La DA contri-
conductas; también, algunos indicios de su integración en buye a inducir la motivación para activar la misma conducta
los procesos de aprendizaje de hábitos alimentarios. Poste- dirigida a repetir la percepción de placer que se convierte en
'iormente se describen funciones básicas de diversas áreas la meta. De modo que el reforzador ha sido descrito como
erebrales y sistemas de neurotransmisores involucrados una meta que se logra (Salamone y Correa, 2002) y las re-
n la neurobiología de los hábitos alimentarios. compensas como metas básicas del comportamiento apeti-
186 SECCIÓN IV Reflexiones biológ icas

tivo (Tremblay y Schultz, 1999). La teoría del reforzamiento jo que exige gastar energía, por lo que la obtención del be-
por DA enfatiza el rol de este neurotransmisor en la motiva- neficio tiene un costo (Salamone, Correa, Mingote y We-
ción de conductas dirigidas a una meta, como las que se ex- ber, 2003). De manera que el sistema se anticipa y lleva a
presan en los hábitos de alimentación y que se comentan en cabo un análisis costo-beneficio que modula la toma de
párrafos posteriores (Salamone y Correa, 2002). decisiones durante los procesos de búsqueda, selección y
obtención de alimentos (Hollerman, Tremblay y Schultz,
Recompensa y motivación 2000; Salamone y Correa, 2002).
Al respecto, se ha señalado la existencia de redes neu-
de la conducta rales que procesan esta información de manera anticipada
y contribuyen a sobreponerse al costo estimado de las res-
Como se mencionó, la motivación es un estado interno
puestas necesarias para conseguir los alimentos o metas.
que hace evidentes las necesidades energéticas y nutricio-
Su activación permite estar dispuesto a esforzarse, o bien,
nales del organismo, por lo que al inducir conductas dirigi-
conduce a elegir otra opción, en lo que podría denominar-
das a satisfacer estas necesidades contribuye a mantener la
se sistema de control del costo del trabajo (Salamone, Wis-
homeostasia (Alcaraz, 2000). De manera que se obtiene un
niecki, Carlson y Correa, 2001). La disposición a realizar el
beneficio con la conducta inducida por el estado motiva-
esfuerzo requerido para lograr una meta se atribuye a neu-
cional más allá del placer experimentado (Salamone, Co-
ronas dopaminérgicas en el NACC y otras regiones cere-
rrea, Nunes, Randall y Pardo, 2012). Por una parte, el pro-
brales (Salamone y Correa 2002; Wyvell y Berridge, 2000).
cesamiento del estado motivacional incluye un aspecto di-
La transmisión dopaminérgica del NACC regula la
reccional, ya que se dirige a la obtención de metas específi-
toma de decisiones con base en la estimación del trabajo
cas como conseguir alimentos, y también puede dirigirse a
requerido. De ese modo, regula el comportamiento de bús-
obtener otro tipo de estímulos con cualidades de reforza-
queda de alimento. La corteza prefrontal y la amígdala inter-
dor. Por otro lado, este procesamiento también contiene
actúan con el NACC en un circuito regulador del compor-
un aspecto activacional, ya que promueve la activación
tamiento dirigido a metas dependiente de la evaluación del
neural necesaria para iniciar y sostener las acciones instru-
esfuerzo requerido para lograrlas (Salamone, Correa, Fa-
mentales o conductas que lleven a lograr las metas o con-
rrar y Mingote, 2007; Wise, 2005; Wyvell y Berridge, 2000).
seguir el beneficio (Salamone y Correa, 2002).
En específico, en el NACC se han identificado neuronas
La activación neural es mediada por el neurotransmi-
que intervienen en el procesamiento motivacional, pero no
sor glutamato (GLU) y modulada por la DA; es un proceso
participan en el aspecto direccional, ya que no determinan
que regula el comportamiento dirigido a metas como res-
lo que se quiere conseguir (Salamone y Correa, 2002).
puesta a los diferentes estímulos (Horvitz, 2007; Kiyatkin,
La respuesta motivacional puede incorporarse en una
2002; Kiyatkin y Rebec, 1996). Al respecto, se ha descrito
secuencia de procesamiento comportamental en combina-
que las señales sensoriales o motoras relacionadas con
ciones distintas para diferentes fines, al igual que los patro-
cambios ambientales inesperados inducen la liberación de
nes motores se recombinan para expresar conductas dis-
DA en neuronas mesolímbicas y nigroestriatales, para mo-
tintas en secuencias específicas según la meta. Este proce-
dular el flujo activador de GLU a regiones estriatales dorsa-
so se observa en modelos animales mediante variados dise-
les y ventrales, sin importar que las señales sean reforzado-
ras o aversivas (Horvitz, 2007; Salamone, Correa, Nunes, ños experimentales. También existe evidencia de que el
sistema adenosinérgico antagoniza al dopaminérgico para
Randall y Pardo, 2012). Es posible que cuando se activan
regular el comportamiento instrumental. En específico, en
ante estímulos novedosos, las neuronas mesolímbicas y ni-
los procesos relacionados al esfuerzo, la adenosina desace-
groestriatales alimenten al sistema para que la representa-
ción y ejecución del comportamiento dirigido a metas sea lera la conducta, mientras que la DA la motiva y activa
(Elliott y Susswein, 2002; Ishiwari, et al., 2007).
más eficiente (Hollerman, Tremblay y Schultz, 2000). Tal
activación ha sido evidenciada al evaluar la conducta loco- Como se mencionó previamente, en los comporta-
motora de roedores en la arena de campo abierto (Correa, mientos dirigidos a metas el efecto activador induce la ten-
Carlson, Wisniecki y Salamone, 2002). En específico, la DA dencia a trabajar para conseguir la comida. Ese efecto se
en el núcleo accumbens (NACC) interviene en el aspecto altera al depletar DA en neuronas del NACC de ratas. En
activacional de la motivación, indispensable en el compor- algunos trabajos se ha enfatizado que la motivación por
tamiento de búsqueda de alimento (Kiyatkin y Rebec, 1996). consumir alimentos no es afectada, sino que se reduce la
disposición a esforzarse para obtenerlos (Wyvell y Berrid- ,,,/
ge, 2000). Efectos similares se han descrito en experimen-
Costo de la respuesta: dopamina tos donde las ratas a las que se ha depletado la DA en el
y motivación de la conducta NACC se mostraron renuentes a realizar respuestas ins-
trumentales que requieren esfuerzo para obtener alimente
Ya se mencionó que la ejecución de respuestas motoras pero que consumieron el alimento ávidamente si se lE
para expresar las conductas requiere esfuerzo; es un traba- proveía. Dichos animales también fueron más sensibl<
CAP[TULO 16 Componentes neurofisiológicos de los hábitos alimentarios
l
para estimar el requerimiento de esfuerzo en esquemas ferir con la señalización de DA y adenosina en el NACC y
operantes y optaron por realizar las tareas que requirieron el neoestriado, lo que originó una relación comportamen-
menor esfuerzo (Salamone y Correa, 2002; Salamone, Co- tal casi constante donde a mayor esfuerzo requerido se
rrea, Mingote y Weber, 2003). presentaba una menor motivación (Salamone, Correa, Fa-
Efectos similares se observaron en otro experimento, rrar y Mingote, 2007).
donde la depleción de DA en el NACC redujo los intentos En apariencia, para muchos humanos el estilo funcio-
de las ratas por conseguir un grano de alimento como re- nal de sus sistemas comportamentales se caracteriza por
compensa. En este experimento no se observó alteración una escasa disposición al esfuerzo. En el caso de la elección
de la ejecución de una tarea que implicaba presionar una de conductas que conforman hábitos alimentarios, suelen
palanca en un esquema de baja exigencia, pero las respues- elegirse las respuestas que requieren el menor esfuerzo o
tas se redujeron cuando el esquema implicaba un alto re- costo. Lamentablemente, con las respuestas elegidas ante
querimiento de esfuerzo para obtener la misma recompen- la presión del ambiente, muchas veces en secuencias des-
sa (Correa, Carlson, Wisniecki y Salamone, 2002). organizadas o intermitentes, se obtienen alimentos de es-
La regulación del esfuerzo empleado en el comporta- caso valor nutrimental con frecuencias irregulares y en
miento de búsqueda de alimento incluye el análisis de in- porciones inadecuadas (Reisch, 2001). En su mayoría, estos
formación relativa a los diferentes requerimientos de tra- alimentos son ricos en energía y, por lo tanto, tienen alto
bajo, en cuanto a rasgos como frecuencia, tiempo y peso. valor reforzador. Además, ya que se obtienen con un bajo
Al parecer, la depleción de DA en el NACC provoca en las esfuerzo y escaso gasto de energía, se produce un balance
ratas una mayor sensibilidad a diferentes rasgos del costo energético positivo que induce a la obesidad y sus comor-
de la~ respuestas, como se señaló en un estudio donde ra- bilidades (Bolaños, 2009). Paradójicamente, desde un pun-
tas a las que se depletó DA optaron por ejecutar tareas me- to de vista evolutivo, este tipo de hábitos alimentarios con
nos exigentes en cuanto a variaciones en los componentes los que se obtiene un gran beneficio en forma de energía
temporales o de velocidad de trabajo, no sólo ante las va- podrían considerarse de alta eficiencia (Maier, 2001).
riaciones de fuerza requerida para elevar una palanca (Is- El sistema neuronal dopaminérgico del NACC es fun-
hiwari, Weber, Mingote, Correa y Salamone, 2004). damental para superar las limitaciones comportamentales
En un experimento previo, algunas ratas a las que se que se relacionan con el costo de las respuestas para conse-
depletó DA en el NACC se asignaron a un esquema de tra- guir los alimentos (Salamone, Correa, Mingote y Weber,
bajo donde se requería que presionaran una palanca cierto 2003; Salamone, Wisniecki, Carlson y Correa, 2001). Este
número de veces en proporción fija (5, 20 o 50 veces), para sistema es mediador en los procesos de organización del
obtener como reforzador un grano de 45 mg de alimento comportamiento y los procesos de condicionamiento que
por cada relación completada (un grano por cada cinco permiten emitir un gran número de respuestas en ausencia
presiones de la palanca, etc.). Otras de esas ratas se asigna- de un reforzamiento primario (Salamone, Wisniecki, Carl-
ron a un esquema que requería presionar la palanca en un son y Correa, 2001).
número de veces que aumentaba en secuencias hasta un má- Para las personas obesas puede ser difícil elegir res-
ximo de 300, para obtener también un número creciente de puestas comportamentales de alimentación que requieren
granos por cada relación completada hasta un máximo trabajo, gasto de energía y tiempo. Si el fin de optar por
de seis granos. El efecto de la depleción de DA fue menor esos hábitos es estético o conservar la salud, quizá domina-
en las relaciones fijas de menor esfuerzo y las ratas conti- rá la búsqueda de la satisfacción inmediata mediante el lo-
nuaron oprimiendo la palanca a cambio de un solo grano, gro del reforzador primario, sin importar las consecuen-
mientras que el efecto fue mayor ante el aumento y la cias a futuro en el peso y las enfermedades relacionadas
variación en el requerimiento de esfuerzo. En este caso, (Bolaños, 2009; Reisch, 2001). En la estructuración de los
incluso las ratas sin depleción de DA (control) no se esfor- hábitos de alimentación occidentales considerados no sa-
zaban por conseguir los seis granos en la relación de 300 ludables (Secretaría de Salud, 2000), la obtención de la re-
veces y se conformaban con menos granos en los esquemas compensa primaria puede lograrse omitiendo muchas de
que requerían menor número de presiones en la palanca las conductas intermedias cuyo costo es alto (Martire, Hol-
(Salamone, Wisniecki, Carlson y Correa, 2001). mes, Westbrook, Margaret y Morris, 2013).
Tales experimentos demuestran que, al elegir una con- Se requiere menos esfuerzo inmediato para solicitar
ducta a expresar para conseguir alimentos en un contexto, por teléfono un platillo preparado, sentarse a esperarlo y
es determinante el costo previsto. La depleción de DA en el luego de su ingestión eliminar los contenedores desecha-
NACC parece reorientar el comportamiento instrumental, bles que se incluyen con la comida rápida (Bolaños, 2009),
evitando las tareas reforzadas con alimento que tienen alto en vez de realizar las acciones necesarias para conseguir los
requerimiento de trabajo en la respuesta y seleccionando ingredientes, preparar los alimentos y servirlos; además del
n comportamiento de búsqueda de comida que requiere trabajo posterior previsto de limpieza y eliminación de resi-
tenos esfuerzo. En este proceso de toma de decisiones in- duos. En este último caso, el esfuerzo requerido es alto, por
-ractúan otros mensajeros, como se ha observado al ínter- lo que la motivación para realizarlo implica anticipar un
188 SECCIÓN IV Reflexiones biológ icas

reforzamiento de diferente índole que amerite tal esfuerzo El análisis de los estímulos implica reconocer cuáles de
(Martire, Holmes, Westbrook, Margaret y Morris, 2013). sus rasgos tienen el efecto de recompensa (Salamone, Co-
La depleción de DA en áreas cerebrales como las par- rrea, Nunes, Randall y Pardo, 2012) . En la COF existen
tes ventromediales y laterales del putamen y del núcleo neuronas que discriminan entre diferentes recompensas al
caudado provoca afagia, pero ésta se debe a la alteración de analizar los estímulos sensoriales, al parecer, de manera
los procesos sensoriomotores de las conductas ingestivas independiente de los rasgos visuales y espaciales de los es-
en la fase consumatoria, por lo que es necesario que se dis- tímulos (Tremblay y Schultz, 1999; Wise, 2005). La mayo-
crimine suficientemente el origen de la disminución en la ría de las discriminaciones de recompensas de los diferen-
ingesta de alimentos cuando se utilizan modelos de deple- tes estímulos refleja la preferencia relativa de los animales
ción de DA y se evalúe la expresión de conductas apetitivas por recompensas disponibles, que se expresan en su com-
más que el consumo en sí (Salamone, Correa, Nunes, Ran- portamiento de elección. La activación de neuronas de la
dall y Pardo, 2012). COF ante los estímulos más frecuentemente disponibles se
asemeja a las respuestas de neuronas del estriado, que co-
Intervención de otros estímulos difican información relativa a las recompensas en situacio-
nes donde sólo se puede obtener un tipo de resultado (Ho-
reforzadores llerman, Tremblay y Schultz, 2000) . Esto podría explicar la
El análisis del balance costo-beneficio que influye en la tendencia monótona que caracteriza los hábitos alimenta-
toma de decisiones y en la activación de respuestas com- rios de algunos individuos.
portamentales dirigidas a obtener alimentos no considera Diferentes subpoblaciones de neuronas estriatales se
sólo el trabajo requerido. Es fundamental estimar su pro- activan en las distintas etapas del curso del comportamien-
porción respecto del efecto reforzador de los alimentos y to apetitivo y procesan la información heterogénea de los
de otro tipo de reforzadores que son asociados. Las neuro- estímulos relativa a la recompensa (Balleine, 2005; Salamo-
nas dopaminérgicas del NACC procesan las características ne, Correa, Nunes, Randall y Pardo, 2012). La activación de
motivacionales primarias de los estímulos naturales como las neuronas estriatales es contingente al acto comporta-
la comida (Salamone, Correa, Farrar y Mingote, 2007). Asi- mental asociado con la obtención de la recompensa, lo que
mismo, el sistema nervioso cuenta con redes que incluyen refleja una integración de la información no observada en
neuronas dopaminérgicas mesencefálicas, estriatales, y otras otras áreas con neuronas dopaminérgicas (Hollerman,
en la corteza prefrontal y en la amígdala que extraen y pro- Tremblay y Schultz, 2000). Se han descrito mecanismos de
cesan de diferentes maneras la información de los estímu- asociación de estímulos reforzadores y actos comporta-
los relativa a su efecto de recompensa, sin importar la na- mentales semejantes en organismos como el molusco
turaleza del estímulo. Lo anterior permite reconocer los Aplysia, en los que la DA también es el neurotransmisor
estímulos ambientales y los producidos por la conducta mediador (Nargeot, Petrissans y Simmers, 2007).
ejecutada como recompensas o reforzadores, para asociar-
los o no a las respuestas y los estímulos alimentarios (Ho- Predicción del valor de recompensa
llerman, Tremblay y Schultz, 2000; Schultz, 2004). De ahí del estímulo
la intervención de los factores sociales, económicos y cul-
turales que modulan la enorme variedad de conductas ex- En párrafos anteriores se mencionó que se lleva a cabo un
presadas en torno a la comida en diferentes grupos huma- proceso de predicción del valor de recompensa de los estí-
nos (Secretaría de Salud, 2006). mulos que se espera obtener, así como del efecto reforza-
De acuerdo a la hipótesis de reforzamiento por dopa- dor esperado de las acciones o respuestas que se ejecutarán
mina, las neuronas dopaminérgicas del estriado, corteza para conseguirlos (Hollerman, Tremblay y Schultz, 2000).
prefrontal y amígdala codifican la información de la re- En la búsqueda y selección de alimentos se considera la in-
compensa (Salamone y Correa, 2002). La integran para uti- formación previamente adquirida acerca de las cualidades
lizarla en los procesos de aprendizaje dirigido a metas, du- del alimento como reforzador, lo que permite crear las ex-
rante el comportamiento de aproximación-retirada y en la pectativas que contribuyen a activar el estado de motiva-
toma de decisiones que intervienen en la caracterización ción (Schultz, 1998). De modo que durante el procesa-
de patrones comportamentales (Nargeot, Petrissans y Sim- miento motivacional se lleva a cabo una continua predic-
mers, 2007; Schultz, 2004; Wallis y Miller, 2003). Dichas ción de la recompensa mediada por la acción de neuronas
áreas envían la información procesada a la corteza prefron- estriatales (Balleine, 2005; Schultz, 1998). Algunas de estas
tal dorsolateral (CPDL), a la corteza orbitofrontal (COF) y neuronas reflejan el grado relativo de predictibilidad de la
posiblemente a la corteza parietal, para la organización del recompensa en la magnitud de sus activaciones, que es
comportamiento dirigido a metas como la búsqueda y se- comparada con el efecto obtenido una vez ejecutada la res
lección de alimentos y drogas (Salamone, Correa, Mingote puesta, lo que permite reorganizar la conducta si no se ol
y Weber, 2003; Schultz, 2004; Wallis y Miller, 2003; Wise, tuvo lo esperado (Hollerman, Tremblay y Schultz, 200
2005). Schultz, 1998).
CAPÍTULO 16 Componentes neurofisiológicos de los hábitos alimentarios

Predicción de error de recompensa recompensa (Wallis y Miller, 2003); mientras, neuronas de


la COF parecen procesar el valor motivacional del efecto
y aprendizaje reforzador que resulta de acciones voluntarias específicas,
lo cual es crucial en el procesamiento de la motivación para
Cuando se realiza la respuesta conductual y se recibe como
activar comportamientos dirigidos a metas. Estas neuro-
resultado un estímulo que no cumple las expectativas,
nas incrementan su actividad ante señales que predicen la
ciertas neuronas dopaminérgicas se activan y señalan un
recompensa durante el periodo de expectación y después
error en la predicción de la recompensa adjudicada a tal
de recibir tal recompensa (Tremblay y Schultz, 1999).
estímulo (Balleine, 2005; Schultz, 1998). Al activarse, estas
Lesiones en la COF de humanos causan alteraciones
neuronas envían la señal de error a otras regiones e indu-
en el proceso de toma de decisiones y en la predicción del
cen modificaciones sinápticas que subyacen al aprendizaje
resultado de las acciones, lo que también se observa en
del comportamiento de búsqueda y selección de alimentos.
modelos experimentales. En uno de estos últimos se lesio-
La respuesta de las neuronas dopaminérgicas, tanto a re-
nó la COF de monos que luego manifestaron alteraciones
compensas como a los estímulos condicionados, no nece-
en sus respuestas de preferencia por recompensas de ali-
sariamente es contingente al comportamiento ejecutado
mento y líquidos, y respuestas anormales ante cambios en
para conseguir la recompensa en cuestión, por lo que pare-
las expectativas de recompensa (Tremblay y Schultz, 1999).
ce ser una señal específica de predicción de error de re-
En otro trabajo se realizó un registro simultáneo de la acti-
compensa (Hollerman, Tremblay y Schultz, 2000).
vidad de neuronas en las áreas COF y CPDL de monos
mientras realizaban una tarea de preferencia de recompen-
Valor de recompensa sa. Los monos debían elegir fotografías asociadas a diferen-
tes cantidades de jugo de frutas . La activación de neuronas
de la respuesta en ambas áreas reflejó la percepción de la cantidad de jugo
La información generada durante la ejecución de respues- y su interpretación como tamaño de recompensa. Las neu-
tas es evaluada como recompensa. La percepción del error ronas de la COF se activaron rápidamente ante la fotogra-
de recompensa también se genera si la opción de respuesta fía con la imagen de la cantidad preferida de jugo; mientras
conductual elegida y ejecutada obtuvo un estímulo sin va- que las neuronas de la CPDL se activaron además durante
lor como reforzador, o con un valor inferior al esperado la anticipación de la respuesta de los monos ante las opcio-
(Balleine, 2005). Cuando la opción de alimento-estímulo nes de recompensa (Wallis y Miller, 2003).
obtenido que fue inefectivo como recompensa se asocia al
error de recompensa, la opción de respuesta también es Aprendizaje y conformación
ligada al error y quizá no se repetirá. Lo mismo puede ocu- de hábitos
rrir con otras respuestas e incluso con otros factores del
contexto que son vinculados. En este proceso, las neuronas Los hábitos de alimentación de animales y humanos se van
dopaminérgicas del área tegmental ventral (ATV) respon- construyendo con base en la continua evaluación de res-
den a una amplia gama de estímulos eferentes constituidos puestas y recompensas, por lo que es esperable que dejen
por las señales motoras, que si son seguidas de estímulos de elegirse alimentos con poco efecto placentero o reforza-
con valor de incentivo o reforzador activan neuronas do- dor, o bien que dejen de practicarse conductas cuyos resul-
paminérgicas mesolímbicas y nigroestriatales (Balleine, tados no fueron recompensantes, o no tanto como se espe-
2005; Horvitz, 2007; Kiyatkin, 2002). Estas señales se inte- raba (Jing, Cropper, Hurwitz y Weiss, 2004). Por otro lado,
gran a las de recompensa estriatales originadas en la COF la activación repetida de las mismas neuronas ante estímu-
y en la amígdala basolateral, en un procesamiento mediado los asociados con la respuesta y/o con la recompensa po-
por GLU para realimentar la motivación y la activación de dría servir para el aprendizaje de secuencias de estímulos
la conducta fomentando la repetición de respuestas efecti- ambientales que llevan a obtener tal recompensa. Esas ac-
vas (Horvitz, 2007; Kiyatkin, 2002). tivaciones podrían ser un componente de la representa-
En el estriado, la activación de neuronas en los dife- ción neural de la meta y/o de aspectos del comportamiento
rentes momentos del comportamiento apetitivo parece dirigido a la meta (Salamone y Correa, 2002; Tremblay y
contribuir a diferenciar entre actos comportamentales que Schultz, 1999).
logran recompensas y los que no, habiendo ciertas pobla- La activación neural en respuesta a estímulos ambien-
ciones de esas células que sólo son activadas durante el tales conocidos o novedosos puede asociarse con metas
procesamiento de la recompensa; es decir, su activación es deseables y muchos otros factores del ambiente pueden
contingente al acto comportamental asociado con la ob- contribuir a caracterizar como reforzadora una conducta
':!nción de la recompensa (Hollerman, Tremblay y Schultz, alimentaria particular o al alimento así obtenido (Holler-
)00). La información que ingresa a la corteza prefrontal es man, Tremblay y Schultz, 2000). Las respuestas motoras
ocesada en la COF y CPDL. Las neuronas de la CPDL se que componen a una conducta alimentaria con la que se ha
tivan al anticipar la respuesta a ejecutar para obtener la logrado obtener un estímulo reforzador son percibidas me-
190 SECCIÓN IV Reflexiones biológicas

<liante propioceptores, se incorporan al procesamiento de posteriormente dentro de las vías prefrontales y de ganglios
señales y se asocian al estímulo obtenido para inducir su basales, para la selección de otras repuestas en las cortezas
repetición de un modo compulsivo, en secuencias determi- premotora y motora. La interacción de ambas rutas podría
nadas que conforman hábitos (Robinson y Berridge, 2008). explicar la manera en que las instrucciones explícitas pue-
den sobreponerse a hábitos preestablecidos con base en
recompensa y mediante el ensayo y error; además, la forma
Aprendizaje por ensayo y error en que pueden ser ejecutadas automáticamente a través de
El aprendizaje de los hábitos alimentarios basado en la re- la consolidación de la respuesta motora que sigue a la com-
compensa implica la participación del circuito corticoes- prensión de la instrucción (Huang, Hazy, Herd y O'Reilly,
triatal, que tal vez interpreta las respuestas y los estímulos 2013; Jing, Cropper, Hurwitz y Weiss, 2004).
obtenidos con ellas para adjudicarles el valor final como Por último, la repetición de secuencias de actos moto-
reforzador por ensayo y error. Esto parece sustentar los res estereotipados que caracterizan a los hábitos alimenta-
procesos de aprendizaje y los fenómenos de plasticidad rios parece tener rasgos de compulsividad con un sustrato
neuronal inducidos por el reforzamiento que se han obser- neuroquímico común a las adicciones y que es similar en
vado en modelos animales (Nargeot, Petrissans y Simmers, humanos y otros animales, incluso invertebrados. Así, el
2007). En experimentos con moluscos, se ha apreciado que establecimiento de patrones motores en secuencias repeti-
expresan conductas aparentemente aleatorias y, en el caso tivas que caracterizan a los hábitos de humanos y animales
de que obtengan alimento como reforzador, tienden a re- gira en torno a los mecanismos de reforzamiento ligados al
petir tales conductas con frecuencia mientras son efecti- placer, a principios similares de aprendizaje basado en el
vas. Cuando la efectividad disminuye, los sujetos presentan reforzador y a la activación de generadores de patrones
otras respuestas hasta que alguna es eficaz. En este proceso motores de un modo compulsivo, procesos en los que la
de aprendizaje por ensayo y error es indispensable la variabi- dopamina juega un rol fundamental (Robinson y Berridge,
lidad conductual, que permite contar con una gama de op- 2008; Serruya y Eilam, 1996). Queda un largo camino por
ciones de respuestas y secuencias de las mismas que garan- recorrer en la búsqueda de explicaciones de cada parte del
ticen el logro de metas en uno u otro momento (Hollerman, proceso de construcción y establecimiento de los hábitos
Tremblay y Schultz, 2000; Huang, Hazy, Herd y O'Reilly, alimentarios. Otros sistemas neurales y neurotransmisores
2013; Nargeot, Petrissans y Simmers, 2007). que participan en la regulación de las conductas de alimen-
Las respuestas efectivas promueven procesos de tación se describen en el siguiente apartado.
aprendizaje estímulo-respuesta que contribuyen a la auto-
matización de comportamientos complejos y rituales aso- Segunda parte
ciados a la comida o a otras actividades que conforman
hábitos (Nargeot, Petrissans y Simmers, 2007; Robinson y Neurobiología de los hábitos
Berridge, 2008). En este proceso de regulación comporta- alimentarios
mental, la corteza prefrontal envía señales al estriado para
promover comportamientos compulsivos habituales (que Desde el componente fisiológico, la ejecución de un hábito
se observan en la adicción a sustancias como cocaína y an- alimentario se considera como un procesamiento comple-
fetaminas) que podrían contribuir a explicar la repetición jo donde participan estructuras y sistemas como el sistema
de actos en los hábitos alimentarios (Everitt, et al., 2008). motor (SM), el sistema nervioso (SN) y el sistema endocri-
En el proceso de aprendizaje de hábitos aún no se no (SE). Además, se requiere la producción y síntesis de
comprende el modo en que la información adquirida en la sustancias químicas, como hormonas, proteínas y neuro-
sociedad humana es utilizada para tomar decisiones, guiar transmisores (Schwartz, Woods, Porte, Seeley y Baskin,
la elección de respuestas o establecer el orden en una se- 2000; Schwartz, et al., 2003). Este apartado se concentra en
cuencia comportamental. Aún no se comprende el proce- la función que tiene el SN en los hábitos alimentarios y se
samiento de la información o de señales contenidas en las describen las principales bases neurales relacionadas con
instrucciones explícitas, pero tal vez ocurre en el hipocam- los patrones conductuales que constituyen estas prácticas.
po y constituye un atajo en el proceso de aprendizaje, para Hemos visto cómo un hábito alimentario es el conjun-
no esperar a tener la experiencia propia y aprender por en- to de habilidades y conductas que adquieren los seres vivos
sayo y error (Delgado y Dickerson, 2012). para alimentarse y comprende cómo y por qué lo hacen, es
Respecto de lo anterior, se ha propuesto un modelo de decir, la búsqueda, la selección, la capacidad, la adquisi-
dos rutas de aprendizaje complementarias. Una ruta parie- ción, la preparación, el almacenamiento y el desecho de los
tal de aprendizaje lento transporta salidas simples o res- alimentos. En los seres humanos influyen factores indivi-
puestas a estímulos habituales. La otra es una vía hipocam- duales, psicológicos, culturales, religiosos, económicos, am
pal de aprendizaje rápido, que establece nuevas reglas para bientales, geográficos y políticos (French, Epstein, Jeffe1
relacionar estímulos y respuestas. Esta última codifica rápi- Blundell y Wardle, 2012; Ulijaszek, 2012) que permit
damente asociaciones arbitrarias que son reorientadas cubrir necesidades sociales y biológicas.
CAPfTULO 16 Componentes neurofisiológicos de los hábitos alimentarios 191 1

Los hábitos alimentarios se establecen desde la gesta- res, cuya activación se ha relacionado con la inhibición de la
ción, a través de procesos de enseñanza y aprendizaje. En el liberación de dopamina (Bjorklund y Dunnett, 2007; Arias,
caso de los seres humanos, los horarios, los tamaños, las Stamelou, Murillo, Menéndez y POppel, 2010; Di Chiara y
formas de preparación de los alimentos, el estado emocio- Bassareo, 2007; Arias y Poppel, 2007). En el procesamiento
nal y el ambiente son factores influyentes (Pearson, Hen- de los hábitos alimentarios interviene la motivación de ma-
ryks y Trott, 2011). nera elemental. Ésta se ha descrito como un conjunto de
procesos químicos y eléctricos que ocurren en estructuras
Bases neurales en los hábitos neurales específicas, como el área tegmental ventral (ATV)
y la COF. En ambas zonas participan proyecciones dopami-
alimentarios nérgicas (Bjorklund y Dunnett, 2007; Wise, 2005).
La motivación es un patrón de la conducta alimentaria
Se ha reportado que la activación de vías neurales durante
que impulsa la necesidad de actuar; es importante para la
la adicción o el abuso de drogas es similar a la que ocurre
sobrevivencia y la preservación de los seres vivos (Phillips,
en el consumo de alimentos. En este proceso intervienen
Vacca y Ahn, 2008; DiLeone, Taylor y Picciotto, 2012). Du-
señales periféricas y centrales del SN (Blumenthal y Gold,
rante la manifestación de dicho patrón, también se ha des-
2010; Tomasi y Volkow, 2012). En la neurotransmisión (ac-
crito la activación de estructuras límbicas, como la amígdala
ción de sustancias químicas sintetizadas en las neuronas)
y la COF, que actúan de manera integral y se asocian con el
relacionada con las conductas alimentarias se encuentran
NCA. Al conjunto de estas conexiones se le conoce como el
las proyecciones dopaminérgicas, gabaérgicas, serotoni-
circuito de la recompensa y su activación depende del es-
nérgicas y opiáceos. Circuitos que están integrados por es-
tímulo, que puede ser apetitivo o aversivo (Schwartz, Woods,
tructuras como el cuerpo estriado (CE), la amígdala, la cor-
Porte, Seeley y Baskin, 2000; Berridge, 2007; Vucetic y Re-
teza orbitofrontal (COF), el hipocampo y el mesencéfalo se
yes, 2010). La motivación hacia los alimentos se compone
consideran centros impulsores de las sensaciones del pla-
de la búsqueda, la adquisición y el consumo, además de las
cer y la recompensa y participan en la motivación, la toma
sensaciones placenteras y la recompensa. La neurotransmi-
de decisiones, el aprendizaje y la memoria (Koob, 2009).
sión dopaminérgica tiene función central en el control del
Estudios de neuroimagen han descrito cambios en la seña-
apetito; se asocia a circuitos colinérgicos (proyecciones don-
lización de estructuras como el hipocampo, la ínsula y el
de interviene el neurotransmisor acetilcolina) y serotoninér-
caudado, en respuesta a estímulos como el tener apetito
gicos (proyecciones que involucran al neurotransmisor se-
por ciertos alimentos (Dagher, 2009). Por su parte, las re-
rotonina). Por ejemplo, se ha mostrado que el bloqueo de la
giones corticales (regiones del sistema nervioso central,
vía colinérgica disminuye el consumo de alimentos, pero no
SNC) regulan el autocontrol, la motivación y la memoria.
de la ingesta de agua. Los circuitos dopaminérgicos regulan
Su activación se ha relacionado en sujetos obesos con res-
la motivación, participan en las sensaciones placenteras que
puesta a la estimulación gástrica (Pelchat, 2009; Wang, Vol-
producen los alimentos e interactúan con los sistemas opioi-
kow, Thanos y Fowler, 2009).
des (proyecciones que involucra a opioides endógenos) y
A continuación se describen los circuitos implicados
gabaérgicos (proyecciones que involucran al neurotransmi-
en los hábitos alimentarios.
sor ácido gamma-aminobutírico, GABA). Estas proyeccio-
nes son esenciales para la supervivencia, pues impulsan y
Proyección dopaminérgica refuerzan los comportamientos que promueven el consumo
energético (Berridge y Robinson, 1998).
Está relacionada con el procesamiento motriz y motivacio-
Por otra parte, se ha descrito que sustancias químicas
nal. Se divide a su vez en los siguientes sistemas:
como la ghrelina estimulan la vía dopaminérgica, mientras
• Sistema nigroestriatal. Interviene en la ejecución de que la leptina y la insulina la inhiben. También existen se-
movimientos. ñales provenientes del hipotálamo y el núcleo arqueado
• Sistema mesolímbico. Participa en conductas motiva- (NA) que participan en procesos asociados al consumo de
das, como el consumo de alimentos. alimentos; por ejemplo, la producción de péptidos hipota-
• Sistema mesocortical. Se relaciona con procesos cog- lámicos orexigénicos, como la galanina, que estimulan un
nitivos, como la atención, el control del pensamiento y mayor consumo de grasas (Nagase, Nakajima, Sekihara,
la socialización (Vallone, Picetti y Borrelli, 2000). York y Bray, 2002).
Entre los receptores dopaminérgicos se encuentran los Existe una estrecha relación entre las emociones y la
receptores dopaminérgicos de los tipos 1 al 4 (R-Dl, RD-2, motivación. En ambos procesos interactúan estímulos de
R-D3 y R-D4). Los R-Dl y RD-2 forman parte del sistema recompensa y dependen de mecanismos biológicos, am-
nigroestriatal; los R-D3 se localizan en el núcleo accumbens bientaks y de adaptación. Las estructuras del SNC que se
NCA) y lóbulos del cerebelo; los R-D4 se han descrito en la asocian con las emociones son las que constituyen el sistema
::>rteza, hipotálamo, tálamo, mesencéfalo y amígdala. Las límbico (amígdala, septum, hipocampo, corteza del cíngulo).
euronas dopaminérgicas también contienen autorrecepto- La amígdala se ha relacionado con la conducta alimentaria,
192 SECCIÓN IV Reflexiones biológicas

el septum con la sobrevivencia y la corteza del cíngulo con dial y el NA, regulan el peso corporal (Kampe, Tschop, Ho-
las conductas motivadas, como las parentales y las sociales llis, y Oldfield, 2009). Entre las sustancias químicas sinteti-
(Berthoud y Morrison, 2008; Egecioglu, et al., 2011). zadas durante el consumo se encuentran hormonas como
la ghrelina, la leptina (Halford y Blundell, 2000) y el neuro-
Proyección gabaérgica, péptido Y (NPY), que regulan principalmente el hambre, la
saciedad, el equilibrio energético y actúan en el hipotálamo
serotoninérgica y de opiáceos (Altman, 2002). Las concentraciones de ghrelina se elevan
El GABA es el principal neurotransmisor que presenta ac- durante el ayuno y disminuyen después de la comida. La
ción inhibidora. Se encuentra distribuido de manera irregu- insulina y el péptido YY participan en la regulación de los
lar en todo el sistema nervioso central. Entre sus funciones niveles de energía.
se encuentra el control de la actividad excitadora y puede
producir inhibición presináptica, postsináptica y recurren- Núcleo arqueado (NA)
te. Se han descrito receptores a este neurotransmisor, cono-
cidos como receptores a GABA tipo A (R-GABAA) y tipo B Es una estructura cerebral que controla la ingesta de ali-
(R-GABAB). En la mayoría de las regiones cerebrales pre- mentos a través de señales químicas (Schwartz, et al.,
dominan los R-GABAA. La neurotransmisión gabaérgica 2000). En este núcleo se encuentran poblaciones neurona-
interviene en el control de movimientos, la transmisión de les que modulan el hambre y la saciedad. Se le considera un
memoria y el aprendizaje. También se ha asociado con dis- centro de regulación del equilibrio energético. Está inte-
minución de la hiperactividad focal. Las conexiones gabaér- grado por neuronas que producen neuropéptido Y (NPY)
gicas entre el NA y el núcleo hipotalámico lateral (NHL) se y galanina, sustancias que intervienen en el control del
activan en respuesta a las sensaciones placenteras e inter- apetito. Otras hormonas involucradas en este proceso son
vienen en estímulos de recompensa; además, regulan los la hormona melanocito estimulante, neurotransmisores
mecanismos homeostáticos que controlan la alimentación. como el GABA y el glutamato (Albrecht, Sonnewald, Waage-
Por su parte, la proyección serotoninérgica se relacio- petersen y Schousboe, 2011).
na con los estados placenteros y motivacionales. Las alte- Las neuronas del NA contienen receptores a glucocor-
raciones de este sistema se han asociado a trastornos como ticoides que modulan el aumento de la ingesta de alimento
la depresión, la ansiedad, la compulsión y la agresividad. y del peso corporal, reciben señales de los órganos de los
Los sistemas mesencefálicos y troncoencefálicos partici- sentidos (olfato, visión, gusto) y de la hormona llamada
pan en el control de la ingesta de alimentos y la regulación ghrelina, que es producida por células del estómago, sitio
del vómito. La serotonina influye directamente en la vía de donde desencadena las contracciones gástricas. Esta última
la melanocortina en el NA. Se conoce que la activación de sustancia también es liberada en el SNC y participa como
receptores a serotonina se ha asociado en la ingesta de ali- neurotransmisor. En el NA se localizan receptores de lepti-
mentos (Halford y Blundell, 2000). na (Halford y Blundell, 2000) que se han asociado con las
El sistema opioide interviene en el consumo a través neuronas que liberan NPY y con las neuronas gabaérgicas.
de la activación de receptores llamados receptores opioi- En la señalización de saciedad ocurre distensión del in-
des. En modelos experimentales se ha descrito un incre- testino. Este proceso, a su vez, induce la producción de co-
mento en la síntesis de opioides en el hipotálamo, en res- lecistocinina y aumenta las concentraciones plasmáticas de
puesta a la alteración en la señalización de leptina. El siste- insulina. Por su parte, el NA envía mensajes al núcleo para-
ma opioide se distribuye tanto de manera periférica como ventricular (NPV) del hipotálamo con acción inhibitoria; en
central. En la parte central, se ha asociado con el núcleo esta señal participan el GABA y el NPY (Gerozissis, 2008).
paraventricular y el núcleo dorsomedial del hipotálamo,
ambos relacionados con la conducta alimentaria. La admi- Núcleo ventromedial (NVM)
nistración de agonistas de opioides y dopamina estimula el
Es considerado el centro de la saciedad. Es un sitio de rele-
consumo de alimentos apetitosos o paladeables con alto
vo de señales que controlan el apetito. Recibe proyecciones
contenido calórico, como las grasas y los azúcares (Stanley,
del NA y tiene eferencias al núcleo NPV. Por la vía simpá-
Willett, Donias, Dee y Duva, 1996; Turenius, et al., 2009).
tica se ha relacionado con la absorción de energía y pérdida
de peso corporal, por la acción de una sustancia química
Principales vías neurales llamada corticotropina (CRH). Presenta acciones inhibito-
(hipotalámicas) implicadas rias por el papel que tiene el NPY; por la vía parasimpática
en el consumo de alimentos se asocia con el almacenamiento del tejido adiposo a través
de la secreción de insulina e inducción de lipogénesis en el
Las vías neuronales (centrales y periféricas) que participan hígado.
en la regulación del consumo son aquellas integradas por Por su parte, el nervio vago envía información que va e
estructuras como la amígdala, el hipocampo, la ínsula y las paredes del estómago al cerebro. En esta estructura ~
el estriado. Los núcleos hipotalámicos, como el ventrome- detecta la señalización de la ingesta de grasas y otros ni
CAPITULO 16 Componentes neurofisiológicos de los hábitos alimentarios

trientes. La distensión del duodeno también produce una desempeñe sus funciones; sin embargo, han adquiri-
sensación de saciedad, pues este elemento excreta la hormo- do cambios asociados a la vida moderna y la indus-
na llamada colecistocinina (CCK), que regula la sensación trialización, lo que conduce al desarrollo de alteracio-
de hambre. Otros factores que influyen son la secreción de nes que se relacionan con el comportamiento alimen-
la glucosa, la insulina y el glucagon. En este contexto, las cé- tario.
lulas hepáticas participan convirtiendo la glucosa en glucó- • Un componente en la ejecución de los hábitos alimen-
geno y los adipocitos convierten la glucosa en grasa. Lesio- tarios es la motivación. Este proceso impulsa la necesi-
nes en el NA se relacionan con disminución en la ingesta de dad de actuar y es importante para la sobrevivencia y la
alimentos; en contraste, lesiones del NVM se han asociado preservación.
con hiperfagia (Albrecht, Wolko, Nowak y Blech, 1988). • En la neurotransmisión relacionada con la conducta
alimentaria se encuentra la participación de centros
Conclusiones impulsores de las sensaciones del placer y la recom-
pensa. Estos núcleos participan en la motivación, la
• Hábitos alimentarios son patrones conductuales com- toma de decisiones, el aprendizaje y la memoria.
plejos que dependen de múltiples factores. En el as- • La motivación hacía los alimentos se compone de la
pecto fisiológico participan sistemas y estructuras que búsqueda, la adquisición y el consumo, además de las
interactúan a través de la producción de sustancias sensaciones placenteras y la recompensa. Por ello,
químicas. existen evidencias que indican que alteraciones en es-
• Los hábitos alimentarios tienen entre sus propósitos tos centros se relacionan con trastornos del comporta-
obtener nutrientes necesarios para que el organismo miento alimentario, como puede ser la obesidad.

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Consideraciones
,
matemat1cas
.

CONTENIDO
17. Matemáticas en el área de la ciencia de la alimentación. La alimentación también es
cosa de números
Fel ipe Santoyo Telles; Elíseo Santoyo Teyes; Ornar Arce Rodríguez
47
Matemáticas en el área de la ciencia
de la alimenta.ción. La alimentación también
es cosa de números
• Felipe Santoyo Telles
• Eliseo Santoyo Teyes
Ornar Arce Rodríguez

Introducción que el consumo de bebidas en México es la principal fuen-


te de calorías (cerca de una cuarta parte provienen de di-
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimenta- chas bebidas). De acuerdo con el mismo informe, el índice
ción y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) publicó de obesidad más alto del mundo corresponde a nuestro
en fecha reciente un reporte en el que señala que México es país, donde 32.8% de la población adulta padece obesidad
el país con mayor porcentaje de población obesa en el o tiene sobrepeso.
mundo (Food and Agriculture Organization of the United En problemas relacionados con obesidad, a México le
Nations [FAO]. 2013). Al respecto, un hábito alimenticio siguen países como: Estados Unidos con 31.8% de su po-
puede interpretarse como el conjunto de costumbres que blación adulta padeciendo obesidad o sobrepeso, Nueva
determinan el comportamiento del hombre en relación con Zelanda (26.5%), Chile (25.1%), Australia (24.6%), Canadá
los alimentos y al proceso de alimentación, e incluye desde (24.2%), Reino Unido (23%), Irlanda (23%), Luxemburgo
la manera como se seleccionan los alimentos hasta la forma (22.1%) y Finlandia (20.2%). Es importante hacer notar que
de consumirlos. Los hábitos alimentarios son el producto aunque hay 19 países en el mundo que tienen un porcenta-
de la interacción entre la cultura y el medio ambiente, los je mayor de obesidad, los primeros tres lugares están en
cuales se van transmitiendo de una generación a otra (Con- Oceanía: Nauru, con 71.1%; Islas Cook, con 64.1% y Tonga
federación de consumidores y usuarios [CECU]. 2008). con 59.6% (CNN-México, 2013). Sin embargo, México es
Hábitos como el incremento en el consumo de alimen- ahora considerado el país con mayor obesidad, debido a
tos calóricos, aunados a factores como la reducción de pre- que tiene el mayor índice de este padecimiento de los paí-
cios de esos productos y el sedentarismo motivado por la ses que integran la Organización para la Cooperación y el
inseguridad que confiere el uso de espacios públicos para Desarrollo Económico (OCDE).
realización de dinámicas deportivas, son algunos de los La obesidad y el sobrepeso son el principal problema
factores que han propiciado el actual problema de obesi- de salud pública en México, según información de la Se-
dad con que vive México (Cruz, 2013). cretaría de Salud del Gobierno del Distrito Federal (2013),
De acuerdo con Wade (2013), México ocupa el no México gasta 7% del presupuesto destinado a salud para
honroso primer lugar a nivel mundial en el consumo de atender la obesidad, sólo debajo de Estados Unidos que in-
refrescos (dicho reconocimiento también incluye, aunque vierte 9%. Lo anterior, enmarcado en consecuencias como
ciertas voces oficiales colocan la información en tela de jui- una mortalidad 12 veces mayor en jóvenes de 25 a 35 años;
cio, el primer lugar en muertes relacionadas al consumo de 25% de las incapacidades laborales son por padecimientos
refresco) y otras bebidas azucaradas, con un promedio de relacionados con la obesidad, con gastos de entre 22 y 34%
'63 litros por persona al año. La Universidad de Yale y la superiores en el ingreso familiar; tres de cada cuatro camas
·ganización no gubernamental Oxfam (2013) señalaron de hospital las ocupan pacientes con enfermedades rela-

199
200 SECCIÓN V Consideraciones matemáticas

cionadas con la obesidad. De acuerdo con el Instituto Na- Y las matemáticas


cional de Salud Pública, al concepto "alimentación" se le
define como el conjunto de procesos biológicos, psicológi- La alimentación conlleva una clara carga de matemáticas.
cos y sociológicos relacionados con la ingestión de alimen- Es posible utilizar las matemáticas para que el/la estudian-
tos mediante la cual el organismo obtiene del entorno los te establezca conexiones entre la alimentación y la salud y
nutrimentos que necesita, así como las satisfacciones inte- opte de esta manera por elegir conductas de vida saluda-
lectuales, emocionales, estéticas y socioculturales que son bles (González, 2005). Los modelos matemáticos son una
indispensables para la vida humana plena (Instituto Nacio- herramienta valiosa en todos los campos del conocimien-
nal de Salud Pública [INSP], 2013). to. Las matemáticas son usadas en muchas áreas del que-
En ocasiones solemos equiparar los conceptos de ali- hacer humano, incluyendo la música, el arte, la criminolo-
mentación y nutrición. Es cierto que mantienen una rela- gía y la política. En el área de nutrición pueden ser utiliza-
ción estrecha, sin embargo, sus significados son distintos. dos para predecir los requerimientos nutricios de algún
El Instituto Nacional de Salud Pública refiere que la ali- organismo, grado de digestibilidad, velocidad de metaboli-
mentación engloba aspectos sociales, culturales y psicoló- zación, isotermas de absorción o desorción, crecimiento
gicos además de los biológicos, mientras la nutrición úni- microbiano, lo que puede aportar elementos en los distin-
camente trata un proceso celular, por lo tanto, biológico tos subprocesos que conllevan las dinámicas de la alimen-
(INSP, 2013). tación y la nutrición (math.com, 2013).
Entender que el problema de la obesidad que estamos Modelar matemáticamente un fenómeno, situación o
viviendo dio inicio años atrás porque desconocemos la sistema, ya sea real o imaginario, significa realizar un pro-
manera correcta de cómo tenemos que alimentarnos, no ceso de abstracción sobre el mismo, pero con la caracterís-
sorprende a propios ni extraños. Si concatenamos la falta tica principal de que el modelo o la parte del sistema a es-
de conocimientos sobre alimentación y nutrición, la inca- tudiar deberá para su análisis ser simple. Se realizan modi-
pacidad para analizar la información de una etiqueta de ficaciones correspondientes eliminando las variables de
los productos alimenticios, el bajo nivel cultural y la alta menor importancia en un fenómeno estudiado, para que
dependencia a los medios masivos de comunicación que después de la aplicación de alguna técnica matemática se
desinforman buscando beneficios hacia sus emporios, te- obtenga una representación simplificada del sistema estu-
nemos como resultado un alto factor de riesgo para el pa- diado. En palabras de Rosenblueth (2005): "La construc-
decimiento de problemas relacionados con la mala ali- ción de modelos de los fenómenos naturales es una de las
mentación. De acuerdo con Rodríguez (2009), la informa- tareas esenciales de la labor científica:· Más aún, añade:
ción es un importante elemento en la lucha contra la obe- "Podemos decir que toda la ciencia no es sino la elabora-
sidad y contra otros grandes problemas de salud; por ello ción de un modelo de la naturaleza~
es necesario plantearse introducir desde la educación ele- Los modelos matemáticos tienen por objeto, entre
mental conocimientos básicos de nutrición. La informa- otros aspectos, la predicción del comportamiento de un
ción nutriológica está plagada de conceptos matemáticos: sistema. Un modelo matemático representa cualitativa y/o
porcentajes, tablas, gráficos, índices, relaciones, propor- cuantitativamente una parte concreta de la realidad en el
ciones. Sin el manejo de estos conocimientos es imposible cual se muestran las relaciones predominantes entre sus
erradicar de nuestra cotidianidad ese factor de riesgo que elementos, sobre la cual se pueden (y es necesario) realizar
es la falta de información (González, 2005). Para entender previsiones. El grado de complejidad que el modelo alcan-
toda la gama de información nutriológica es necesaria una ce está en función directa del grado de complejidad de la
sólida formación en matemáticas; por tal motivo, los auto- situación planteada y de los objetivos finales que se persi-
res de este capítulo intuimos y nos atrevemos a afirmar gan con su aplicación (Ríos, 1996).
que la falta de conocimiento matemático también es un Es decir, ante un sistema complejo que no cuente con
factor de riesgo que se concatena con los ya mencionados ecuaciones que modelen directamente los fenómenos que
para que el individuo no opte por conductas de vida salu- se requieren comprender, será necesario determinar si la
dables. complejidad del mismo no permite que sea estudiado en
A lo largo del presente capítulo se presentará informa- todas sus dimensiones. La alternativa es estudiar el fenó-
ción referente a cómo la carencia de información, así como meno a través de un modelo simplificado del objeto de es-
la f~lta de preparación para interpretarla, son factores de tudio. En éste se. sintetizan las variables de mayor impor-
riesgo al momento de optar por conductas de vida saluda- tancia. En otras palabras, sustituir la parte del sistema estu-
bles. En ese mismo tenor, se hará énfasis en cómo la des- diado por un modelo de estructura similar, pero más senci-
contextualización en la enseñanza de las matemáticas no llo (Pérez, 1984).
propicia que el alumno sea capaz de desarrollar una verda- El modelado matemático proporciona un mecanismr
dera competencia en el uso de la misma. Por último, se de ayuda para estudiar el comportamiento de sistem
analizarán diversas aportaciones de la matemática al área complejos. Utiliza sólo las variables de interés, haciende
de los procesos alimentación-nutrición. un lado otros detalles que no tienen relación con el prob
CAPITULO 17 Matemáticas en el área de la ciencia de la alimentación

ma. Por lo tanto, el modelo ayuda a reducir la complejidad tes, motivación y un auténtico acercamiento hacia la adqui-
del problema (Flores, 2013). sición de procesos transferibles a otros contextos.
Las categorías de los modelos matemáticos difieren Es en este sentido que la propuesta del capítulo toma
entre sí por su grado de abstracción. Aún no existe una especial importancia, dado que pretende no sólo la mani-
clasificación única para caracterizar los diferentes sistemas pulación algebraica, sino la aplicación de modelos mate-
de representación. Clasificaciones generales podrían esta- máticos en diversos contextos reales (procesos alimenta-
blecer las posibles diferencias entre modelos predictivos ción-nutrición). Esto permite al estudiante la contextuali-
(dinámicos o probabilísticos) y aquellos que obedecen a su zación de los términos matemáticos en una cotidianidad
base matemática (empíricos o mecanicistas). El uso de uno constante. Se trata de matematizar la realidad.
u otro enfoque dependerá en gran medida de las particula- Alsina (2007) señaló que el proceso de trabajar la reali-
ridades del sistema a modelar, del grado de complejidad del dad a través de ideas y conceptos matemáticos es de gran
mismo y del enfoque del objeto de estudio (McDonald y relevancia. Es pertinente realizar dicho trabajo en dos direc-
Sun, 1999). ciones opuestas: en la primera se sugiere que a partir del
Para fines del presente trabajo se podrán distinguir en- contexto deben crearse esquemas, formular y visualizar los
tre modelos estocásticos y modelos con características de- problemas, descubrir relaciones y regularidades, y hallar se-
terministas. Los primeros incluyen elementos aleatorios mejanzas con otros problemas. En la segunda será necesario
dentro del modelo, los cuales modifican ligeramente algu- trabajar matemáticamente, es decir, hallar soluciones y pro-
nas de las variables (no conoceremos el valor exacto de la puestas que necesariamente deben volverse a proyectar en la
predicción, pero sí la probabilidad de ocurrencia). Por su realidad para analizar su validez y significado. Al respecto,
parte, un modelo determinista es aquel donde, dado un con- Douady (1993) refirió que: "Un alumno tiene conocimientos
junto de parámetros y variables de entrada, produce siem- de matemáticas si es capaz de provocar su funcionamiento
pre el mismo conjunto de variables de salida. En el caso de como herramientas explícitas en los problemas que deben
un modelo estocástico, los valores de las variables de salida resolver, haya o no indicadores en la formulación, y si es ca-
van a variar de unas ejecuciones del modelo a otras, ya que paz de adaptarlos cuando las condiciones habituales de em-
se deja intervenir la probabilidad (Alonso y Palazón, 2008). pleo no son exactamente satisfechas, para interpretar los
En la cotidianidad de los centros educativos y a pesar problemas o plantear cuestiones a su respecto''. Así pues, es
de las múltiples reformas impulsadas (en particular el tra- deseable la promoción de un aprendizaje significativo a
bajo basado en competencias), se observa en las aulas la partir de la reflexión profunda sobre el concepto y no el
utilización de problemas descontextualizados, el énfasis en mero tratamiento como una herramienta instrumental.
la resolución de algoritmos y profesores que abusan de la Con relación a lo anterior, Godino y Recio (1998) se-
exposición, por señalar sólo algunos de los problemas que ñalan que el significado se desprende de las acciones que el
se identifican al momento de la enseñanza de las matemáti- estudiante ejecuta sobre los objetos matemáticos, a las que
cas. La contextualización de las situaciones de aprendizaje denominan "prácticas prototípicas significativas''. La ense-
adquiere gran importancia para lograr aprendizajes signifi- ñanza de las matemáticas desde una perspectiva cercana al
cativos. Parafraseando a Díaz (2006), los educandos viven alumno (incrustada en el proceso de alimentación-nutri-
un fuerte divorcio entre el mundo de la escuela y el de la ción) permitiría revertir el fracaso escolar en la enseñanza
vida. de la misma y desarrollar personas capaces de pensar, in-
Una alternativa pedagógica que permite superar dicha terpretar y utilizar información para una toma de decisio-
ruptura de significación es la contextualización permanen- nes que le permita resolver problemas en diversas situacio-
te de los contenidos a partir de los intereses de los jóvenes. nes de la vida diaria. La propuesta de los autores pudiera
Respecto a las competencias, González y Roitman sintetizarse en una "matemática para escoger conductas de
(2006) señalan que el desarrollo de éstas conlleva la realiza- vida saludables''. Es importante hacer mención que el pro-
ción de experiencias de aprendizaje que permitan articular ceso de enseñanza-aprendizaje de la matemática es una
conocimientos, habilidades y actitudes en contextos especí- actividad muy distinta al limitado quehacer de repetición
ficos , para lograr aprendizajes más complejos. Por su parte, de algoritmos desarrollados en el aula. Existe pues, la nece-
Ausubel y Novak (1990) mencionan que aprendizaje signifi- sidad de tomar conciencia de las aplicaciones, del significa-
cativo no es aquel que implica más que asociaciones memo- do e importancia que tienen las matemática en los proce-
rísticas, sino que requiere una organización de conceptos y sos de alimentación-nutrición.
esquemas. Lo anterior propicia que la información dure
más tiempo, facilite nuevos aprendizajes, pueda relacionar- Modelos matemáticos
se con contenidos previos y se produzcan además cambios
profundos. Un profesor que pretenda lograr aprendizajes
en alimentación
significativos en sus estudiantes deberá hacer énfasis en los Más allá del simple cálculo de una porción de alimento ba-
procesos de pensamiento y de aprendizaje. Tiene que resal- lanceada, más allá del cálculo de una razón, una propor-
tar con ello ventajas tales como la actividad de los estudian- ción, tasas, promedios, análisis de tablas, cálculo de índices
202 SECCIÓN V Consideraciones matemáticas

e indicadores, las matemáticas han sido utilizadas para las hojuelas de maíz, los incrementos de masa por adsor-
modelar fenómenos complejos. Por ejemplo, Coll, Gian- ción de agua son más marcados que en los demás cereales,
nuzzi, Noia y Zaritzky (2008) desarrollaron un modelo ma- a pesar de que se produce a velocidades menores. Le siguen
temático (tomando como variables principales el pH, la en orden decreciente las hojuelas de trigo y las de arroz.
temperatura y el tiempo) que permite predecir la velocidad En 2009, López y Zufiria presentaron un modelo mate-
de crecimiento de los microorganismos bajo determinadas mático simplificado que caracteriza los procesos de asimila-
condiciones ambientales con el fin de prevenir el creci- ción y almacenamiento de energía en el cuerpo humano. Los
miento microbiano de las bacterias alteradoras de alimen- resultados del estudio sugieren que parece deseable ingerir
tos. La expresión matemática principal fue obtenida usan- alimentos con tiempos de asimilación altos (que se corres-
do como base tres ecuaciones utilizadas anteriormente ponden con un bajo índiceglucémico [IG]), para así evitar la .
(ecuación de Gompertz, ecuación de Arrhenius y un mo- generación de grasas en el organismo. Una particularidad de
delo logístico de regresión múltiple). El modelo permite la este modelo es su simplificación y que no recoge muchos
predicción de la durabilidad y seguridad de los alimentos, aspectos importantes en la dinámica de los procesos de asi-
la determinación de la estabilidad microbiana de nuevos milación de alimentos y almacenamiento de energía.
productos alimenticios que hayan sufrido algún cambio en
su formulación y evaluación del riesgo potencial para lasa- Programación lineal
lud en caso de alimentos sometidos a diversas condiciones
ambientales. Salinas, González, Pirovani y Ulin (2007), ba- Es una técnica de moldeado matemático que consiste en
sándose en cambios físico-químicos, sensoriales, nutricios una serie de métodos y procedimientos que permiten re-
y microbiológicos, modelaron el deterioro de frutos y vege- solver problemas de optimización en el ámbito, principal-
tales frescos cortados. El modelo permite determinar la mente de las ciencias sociales (Hillier y Liberman, 2001).
calidad de los productos. Dicha calidad es determinada por Sin embargo, como se verá a continuación, la técnica de
variables tales como temperatura, población de microor- programación lineal ha sido utilizada con éxito en el abor-
ganismos y energía de activación, ajustadas todas ellas a daje de problemas relacionados con la optimización de die-
una constante aparente de reacción. tas. A los modelos de programación lineal también se les
En este sentido, Posadas y Rosero (2007) realizaron la conoce como "problemas de optimización" y su objetivo es
comparación de modelos matemáticos empleados para ya sea maximizar un beneficio o minimizar un costo o pér-
describir las curvas de producción de gases y las herra- dida. A la expresión matemática que relaciona las variables
mientas estadísticas que sirven para evaluar su capacidad principales del problema se le denomina función objetivo.
de ajuste. Lo anterior como una aplicación en la evaluación A las variables que condicionan a la función objetivo, las
de alimentos, dado que la digestibilidad y las tasas de de- que lo acotan, se les denominan restricciones. Cada una de
gradación de los alimentos pueden ser estimadas a través las restricciones será una ecuación lineal o una desigualdad
de la técnica in vitro de producción de gases. Se encontró lineal en las variables de decisión. Finalmente, llamaremos
que los mejores modelos son los que presentan el mejor región factible de solución al área generada por la grafica-
balance entre la capacidad de ajuste de los datos y la cohe- ción de todas las líneas constituidas por las restricciones.
rencia biológica. Se determinaron los criterios necesarios A manera de ejemplo y con la intención de mostrar un
para evaluar la capacidad de ajuste de los modelos en fun- par de aplicaciones más del uso de la matemática en los pro-
ción del tipo de alimento. cesos de alimentación-nutrición, utilizaremos una adapta-
Por otra parte González-Parra, Villanueva y Arenas ción del problema de Stigler, El problema de la dieta, cono-
(2010) realizaron un modelo estructurado por edades para cido por este nombre, fue uno de los primeros problemas
la dinámica de la prevalencia de obesidad en poblaciones. sobre optimización, motivado por el deseo del ejército esta-
Para crear la expresión matemática se correlacionó el desa- dounidense de asegurar requerimientos nutricionales al me-
rrollo de la obesidad en una población en función de la nor costo. El problema fue analizado y resuelto por George
edad y el tiempo. El modelo permite predecir y estudiar la Stigler usando la programación lineal (Urban, 2013).
prevalencia de la obesidad para cada edad. Los resultados
muestran un incremento de la obesidad en los próximos Objetivo: determinar una dieta de manera eficiente, a
años y concuerdan con las tendencias de otros países. partir de un conjunto dado de alimentos, a modo de
Si el lector ha tenido la curiosidad y se ha preguntado satisfacer requerimientos nutricionales. La cantidad
¿qué tipo de cereal se aguada (adsorbe mayor humedad) de alimentos a considerar, sus características nutricio-
más rápido?, Prieto, Prieto, Román, Otazo y Méndez (2012) nales y los costos de éstos permiten obtener diferentes
aplicaron los modelos de GAB (modelo matemático para variantes de este tipo de modelo.
describir una curva de pérdida o ganancia de humedad)
Por ejemplo:
para evaluar isotermas de adsorción según niveles de activi-
dad de agua (aW) en tres variedades de cereales para desa- El cuadro 17-1 muestra las exigencias nutricionales
yuno y su correlación con otros modelos matemáticos. Para promedio de una persona adulta. La información que
CAPfTULO 17 Matemáticas en el área de la ciencia de la alimentación

lll Cuadro 17-1 Exigencias nutrimentales. lll Cuadro 17-3 Precio de los productos utilizados.

Requerimientos Producto Precio


nutricionales
Leche (porción grande) 6
Vitamina 8 3 16 Legumbre (porción) 5
Vitamina 8 12 1.5 Naranjas (unidad) 3
Vitamina C 90

se presenta no corresponde a valores exactos. Se uti- Solución del modelo a través


lizó el portal deitas.net para la obtención de los va-
lores. Los datos que se presentan no deben tomarse del uso de Solver en Office Excel
como marco de referencia, dado que la información Solver (software) es un excelente complemento de Excel
manejada sólo es utilizada para ejemplificar el uso de que permite la resolución de problemas de programación
la técnica matemática. lineal. A continuación se muestra su utilización dando so-
Para producir la dieta que permita el cumplimien- lución al problema anterior planteado:
to de los nutrientes elementales, a manera de ejemplo
se usarán leche, legumbres y naranjas. El cuadro 17-2 1 . Se ingresan los parámetros a una planilla de cálculo
muestra la composición nutritiva de estos insumos, (figura 17-1). Las celdas marcadas en amarillo corres-
asimismo, el cuadro 17-3 presenta el precio por uni- ponden a las "celdas cambiantes" o variables de deci-
dad utilizada de cada uno. sión del modelo. La celda C2 corresponde al valor de
Ahora modelemos el problema dando el valor de X la función objetivo que está dado por: A2*A3 + B2*B3
para la porción que deberá aportar cada producto. Así: + C2*C3. Las celdas CS, C6 y C7 almacenan el valor
o lado izquierdo de las restricciones 1, 2 y 3 respec-
X1: litros de leche utilizados en la dieta. tivamente, quedando definidas como A2*AS + B2*BS
X2 : porciones de legumbres utilizadas en la dieta. + C2*CS, A2*A6 + B2*B6 + C2*C6, respectivamente.
X3: unidades de naranjas utilizadas en la dieta.
A B c D

El objetivo es minimizar el costo de la dieta en relación XI. X2 )(3 FO


2
con el cumplimiento nutricional requerido, por lo que 3 6 s
la función objetivo quedaría así:
(minimizar los costos de la dieta) min; 6X1 + SX2 + 3X3 o.s 2.17 o.e o 16
0.04 0.13 0.19 o 1.S
30 o 45 o 90
Restricciones: satisfacer los requerimientos nutricio-
nales.
Figura 17-1 Plantilla de cálculo.
Las ecuaciones de las restricciones se obtienen multi-
plicando el valor nutricional que aporta cada producto
2. Para cargar los datos de la planilla (figura 17-2), se
por el valor de la variable de decisión:
inicia la aplicación Solver (puede no estar ejecutada en
Vitamina B3 : 0.5X1 + 2.17X2 + 0.8X3 > = 16. el paquete; de ser así se deberá ir a la librería y generar
Vitamina B12 : 0.04X1 + 0.13X2 + 0.19X3 > = l.S. el atributo).
Vitamina C: 30X1 + OX2 + 4SX3 > = 90.
Las restricciones de no negatividad indican que los
valores de decisión (porciones de cada producto) no
pueden ser menores a cero.

Para: r> ti'x· ~alarde :

No negatividad: X1 > =O; X2 >=O; X3 >=O. 'º


lll Cuadro 17-2 Composición nutritiva de los elementos
utilizados.
w- , 1
1 ~- 1
gn,.. 1

Vitamina 8 3 0.5 2.17 0.8 1 B,estalllocertodo 1

Vitamina 8 12 0.04 0.13 0.19 1


~------------~ - 1 r.-<!Guordar 1
Vitamina C 30 o 45 Figura 17-2 Plantilla aplicación del Solver.
204 SECCIÓN V Consideraciones matemáticas

Dentro del submenú "opciones" y una vez ingresados Prospectiva Tecnológica Industrial [OPTI] , 2008) utilizan
los parámetros, se deben activar las opciones "adoptar esta tecnología para escanear y registrar cientos de miles
modelo lineal" y "asumir no negativos''. Enseguida, se- de compuestos, para encontrar los modelos que se adapten
leccionar "aceptar" y finalmente "resolver''. Lo anterior, a cada tipo de actividad biológica deseada.
para evitar que el ajuste del modelo pueda generar va- Este método es, en su esencia, el opuesto a la forma
lores negativos en las celdas cambiantes. Es recomen- tradicional de encontrar este tipo de ingredientes activos.
dable seleccionar los "informes" que sugiere Solver, En lugar de desarrollar propiedades a través de compues-
para una mayor comprensión del modelo resuelto. tos ya conocidos, se establece primeramente un modelo
matemático que responde a una propiedad o actividad es-
3. Los resultados se despliegan en las celdas cambiantes y pecífica concreta, y luego se aplica este modelo a las bases
se verifica el cumplimiento de las restricciones (figura de datos creadas con los miles de compuestos para tratar
17-3). La "solución óptima" es XI =O, X2 = 5.96 y X3 = de encontrar uno que se acople a dicho modelo. De acuer-
3.81, con "valor óptimo" FO = 41.2. El resultado ante- do con el portal Tecnoalimentalia, la tecnología de análisis/
rior sugiere que para cumplir los requerimientos nutri- rastreo consigue relacionar una propiedad previamente
cionales gastando la cantidad mínima de 41.2 unidades establecida (definida por un modelo matemático), con un
monetarias, una persona debe optar por no consumir el compuesto específico, almacenado en la base de datos.
producto l , manteniendo una relación de 5.9 porciones
del producto 2 por cada 3.8 porciones del producto 3.
Conclusiones
A B e o A lo largo del presente capitulo se ha hablado de cómo la
X1 X2 X3 FO
2 5.9682128 3.811222n6 carencia de información, así como la falta de preparación
3 5 3 41.27473234 para interpretarla, son factores de riesgo al momento de
4
0.5 2.17 0.8 16 16
optar por conductas de vida saludables. En ese mismo te-
0.04 0.13 0.19 1.499999992 1.5 nor, la descontextualización en la enseñanza de las mate-
7 30 45 171.5050249 90 máticas no propicia que el alumno sea capaz de desarrollar
una verdadera competencia en el uso de la misma. ¿Qué
Figura 17-3 Plantilla de resultados. retos nos depara la solución de los dos principales proble-
mas que apremian para un futuro inmediato: el abasteci-
Adicionalmente, asumiendo que las restricciones se- miento de energía y el abastecimiento de comida? En 2009,
ñalan que los valores de las celdas DS, 6 y 7 deben ser en una revista electrónica sobre estilos de vida saludables
superiores a sus respectivas en la celda E, es posible se podía leer que de los 6 800 millones de habitantes que
comprobar el cumplimiento de las mismas. existían en ese momento 842 millones estaban desnutri-
dos, y que ese número amenazaba con seguir aumentando
El ejemplo anterior es sólo una de las múltiples apli- (ZITRE, 2009).
caciones de la matemática a los procesos de alimenta- Expertos señalan (Secretaría de Agricultura, Ganade-
ción-nutrición y sirve como base para traspalar hacia ría, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA],
modelos más complejos o hacia otras aplicaciones. 2010) que existen dos vertientes principales a trabajar para
anteponemos a los problemas de abastecimiento de ali-
mentos: el incremento de la productividad de los campos y
Uso de las matemáticas mares mediante las mejoras tecnológicas y biológicas, y la
para desarrollar nuevos modificación sustancial de la dieta humana, la cual girará
hacia nuevos alimentos con menores efectos ambientales.
alimentos funcionales En todo este caminar, la sociedad del conocimiento a tra-
Una tendencia en la búsqueda de nuevos alimentos funcio- vés de la aplicación de las matemáticas en la generación de
nales es el uso de la tecnología de análisis/rastreo. Dicha modelos de pronósticos sobre la explosión y los cambios
tecnología se vale de las matemáticas para identificar nue- en las demografías de las distintas sociedades, las aporta-
vos compuestos con efectos específicos sobre la salud. Ha- ciones en beneficio del medio ambiente, los trabajos que se
ciendo uso de la topología molecular (rama de las matemá- generen para anteponerse a la amenazante crisis energética
ticas que permite crear una "huella digital" para determi- y potenciar el desarrollo de la tecnología lograrán una ex-
nados elementos), empresas como Kraft (Observatorio de tensión del periodo de vida.
CAPÍTULO 17 Matemáticas en el área de la ciencia de la alimentació n

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julio de 2013, de: http://www.ainia.es/OuickPlace/tecno/ mexico.cnn.com/salud/2013/03/19/ mexico-es-el-pais-con-
pagelibraryc1256f2b0054b077 .nsf/ h_lndex/6C77EA1904A mas-muertes-por-el-consumo-de-refrescos-en-el-mundo
72988C 1257 64F003E5390/?0penDocument ZITRE. La alimentación del futuro. Revista Electrónica sobre
Urban (2013). El método Simplex. Recuperado el 29 de julio Estilos de Vida Saludables, 2009. Recuperado de: http://
de 2013, de: http://rurban.icidac.org/ index_archivos/ejerci- www.zitre.com/es/ magazine/ general/la-alimentacion-del-
cios/Notas_MetodoSimplex.pdf futuro
Colaboradores

Virginia Gabriela Aguilera Cervantes Marcos Efraín Becerra Hernández


Centro de Investigaciones en Comportamiento Centro de Investigaciones en Comportamiento
Alimentario y Nutrición (CICAN). Alimentario y Nutrición (CICAN). _
CUSur, Universidad de Guadalajara. CUSur, Universidad de Guadalajara.
Ciudad Guzmán, Jalisco, México. Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
virginia.aguilera@cusur. udg.rnx nutmarcosefrain@gmail.com
Georgina Álvarez Rayón Rachel Bezner-Kerr
Laboratorio de Trastornos del Comportamiento Department of Development Sociology,
Alimentario. Facultad de Estudios Superiores Cornell University.
Iztacala, Universidad Nacional Autónoma de México. London, Canadá.
Tlalnepantla, Estado de México, México rbeznerkerr@cornell.edu
alvarezr@servidor. unam. rnx José Enrique Burgos Triano
Ornar Arce Rodríguez Centro de Estudios e Investigaciones en
Departamento de Ciencias Exactas, Tecnologías Comportamiento (CEIC).
y Metodologías. CUCBA, Universidad de Guadalajara.
CUSur, Universidad de Guadalajara. Guadalajara, Jalisco, México.
Ciudad Guzmán, Jalisco, México. jburgos@cucba. udg.rnx
omar.arce@cusur.udg.mx Asucena Cárdenas Villalvazo
Juan Argüelles Luis Centro de Investigaciones en Comportamiento
Área de Fisiología. Departamento de Biología Alimentario y Nutrición (CICAN).
Funcional. Facultad de Medicina, CUSur, Universidad de Guadalajara.
Universidad de Oviedo, España. Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
jal@unovi.es azusenac@cusur.udg.mx
Steffan Igor Ayora Díaz Brenda Sarahí Cervantes Luna
Facultad de Ciencias Antropológicas, Centro Universitario Ecatepec,
Universidad Autónoma de Yucatán. Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
Mérida, Yucatán, México. Ecatepec, Estado de México, México.
siayora@gmail.com brendacer@gmail.com
Sara Raquel Baltazar Rangel Karla Alejandra Damián Medina
Consultora independiente, Distrito Federal, México. Centro de Investigaciones en Comportamiento
lalunanoesdequeso@hotmail.com Alimentario y Nutrición (CICAN).
María Leticia Bautista Díaz CUSur, Universidad de Guadalajara.
Carrera de Psicología, Facultad de Estudios Superiores Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
Iztacala, Universidad Nacional Autónoma de México. karlisha_bep@hotmail.com
Tlalnepantla, Estado de México, México.
psile_7@yahoo.com.rnx

207
208 Colaboradores

Juan José Díaz Martín Claudia Llanes Cañedo


Área de Fisiología. Departamento de Biología Funcional. Centro de Investigaciones en Comportamiento
Facultad de Medicina, Alimentario y Nutrición (CICAN).
Universidad de Oviedo, España CUSur, Universidad de Guadalajara.
jjdiaz@telecable.es Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
María del Consuelo Escoto Ponce de León claudiall@cusur.udg.mx
Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Xochitl López Aguilar
Ecatepec, Estado de México, México Proyecto de Investigación en Nutrición.
cescotop@uaemex.mx Facultad de Estudios Superiores Iztacala,
Universidad Nacional Autónoma de México.
Yerena Figueroa González
Tlalnepantla, Estado de México, México.
Centro de Investigaciones en Comportamiento
xochitll@unam.mx
Alimentario y Nutrición (CICAN) .
CUSur, Universidad de Guadalajara. Antonio López-Espinoza
Ciudad Guzmán, Jalisco, México. Centro de Investigaciones en Comportamiento
yere13_5@hotmail.com Alimentario y Nutrición (CICAN) .
CUSur, Universidad de Guadalajara.
Carlos Javier Flores Aguirre
Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
Centro de Estudios e Investigaciones en
antonio.lopez@cusur.udg.mx
Comportamiento (CEIC). CUCBA,
Universidad de Guadalajara. Patricia López-Uriarte
Guadalajara, Jalisco, México. Centro de Investigaciones en Comportamiento
carlos.flores@cucba.udg.mx Alimentario y Nutrición (CICAN).
CUSur, Universidad de Guadalajara.
Karina Franco Paredes
Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
Centro de Investigaciones en Comportamiento patricia.lopezu@cusur.udg.mx
Alimentario y Nutrición (CICAN).
CUSur, Universidad de Guadalajara. Alejandro Macías Macías
Ciudad Guzmán, Jalisco, México. Departamento de Economía y Sociedad.
karina .franco@cusur.udg.mx CUSur, Universidad de Guadalajara.
Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
Carmen Livier García Flores alejandrom@cusur.udg.mx
Centro de Investigaciones en Comportamiento
Alimentario y Nutrición (CICAN). Claudia Rocío Magaña González
CUSur, Universidad de Guadalajara. Centro de Investigaciones en Comportamiento
Ciudad Guzmán, Jalisco, México. Alimentario y Nutrición (CICAN).
durliana77@hotmail.com CUSur, Universidad de Guadalajara.
Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
Óscar García Leal
claudia.magana@cusur.udg.mx
Centro de Estudios e Investigaciones
en Comportamiento (CEIC). CUCBA, Juan Manuel Mancilla Díaz
Guadalajara, Jalisco, México. Laboratorio de Neurobiología de la Alimentación
oscargl@cencar. udg.rnx y Laboratorio de Trastornos del Comportamiento
Alimentario.
Karen Elizabeth García Pulido
Facultad de Estudios Superiores Iztacala,
Centro de Investigaciones en Comportamiento
Universidad Nacional Autónoma de México.
Alimentario y Nutrición (CICAN).
Tlalnepantla, Estado de México, México.
CUSur, Universidad de Guadalajara.
jmmd@servidor.unam.mx
Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
k_lyl@hotmail.com Alma Gabriela Martínez Moreno
Fátima Ezzahra Housni Centro de Investigaciones en Comportamiento
Centro de Investigaciones en Comportamiento Alimentario y Nutrición (CICAN).
Alimentario y Nutrición (CICAN). CUSur, Universidad de Guadalajara.
CUSur, Universidad de Guadalajara. Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
Ciudad Guzmán, Jalisco, México. alma.martinez@cusur.udg.mx
fatima.housni@cusur.udg.mx
Colaboradores

Maximino Matus Ruiz Chantelle Richmond


Unidad de Tecno-Antropología. Fondo de Información Department of Geography. Social Science Centre.
y Documentación para la Industria (INFOTEC). The University of Western Ontario.
Centro Público, CONACYT, Distrito Federal, México. London, Ontario, Canadá.
maximino.matus@gmail.com chantelle.richmond@uwo.ca
Juana María Meléndez Torres Bertha Alicia Robles Pelayo
Departamento de Estudios Sociales del Sistema Centro de Investigaciones en Comportamiento
Alimentario. Coordinación de Desarrollo Regional. Alimentario y Nutrición (CICAN).
Centro de Investigación en Alimentación CUSur, Universidad de Guadalajara.
y Desarrollo, A. C. (CIAD). Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
Hermosillo, Sonora, México. alicia.roblespelayo@gmail.com
jmelendez@ciad.mx
María Guadalupe Ruelas Castillo
Mónica Navarro Meza Centro de Investigaciones en Comportamiento
Centro de Investigaciones en Comportamiento Alimentario y Nutrición (CICAN).
Alimentario y Nutrición (CICAN). CUSur, Universidad de Guadalajara.
CUSur, Universidad de Guadalajara. Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
Ciudad Guzmán, Jalisco, México. guadalupe.ruelas@hotmail.com
mónica.navarro@cusur.udg.mx
José Guadalupe Salazar Estrada
Paula Núñez Martínez Centro de Investigaciones en Comportamiento
Área de Fisiología. Departamento de Biología Alimentario y Nutrición (CICAN).
Funcional. Facultad de Medicina, CUSur, Universidad de Guadalajara.
Universidad de Oviedo, España. Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
nunezpaula@uniovi.es jsalazar@cusur.udg.mx
María Isabel Ortega Vélez
Felipe Santoyo Telles
Centro de Investigaciones en Alimentación
Centro de Investigaciones en Comportamiento
y Desarrollo, A.C. (CIAD).
Alimentario y Nutrición (CICAN). Departamento
Hermosillo, Sonora, México.
de Ciencias Exactas, Tecnologías y Metodologías.
iortega@ciad.mx
CUSur, Universidad de Guadalajara.
María del Rocío Padilla Galindo Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
Centro de Investigaciones en Comportamiento felipes@cusur.udg.mx
Alimentario y Nutrición (CICAN).
CUSur, Universidad de Guadalajara. Elíseo Santoyo Teyes
Ciudad Guzmán, Jalisco, México. Departamento de Ciencias Exactas, Tecnologías
maria.galindo@cusur.udg.mx y Metodologías.
CUSur, Universidad de Guadalajara.
Carmen Perillán Méndez Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial
Área de Fisiología. Departamento de Biología Funcional. y de Servicios núm. 226.
Facultad de Medicina, Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
Universidad de Oviedo, España. esantoyo25@hotmail.com
perillanmaria@unovi.es
Yolanda Lizeth Sevilla García
María Luisa Pita López
Departamento de Cultura, Arte y Desarrollo Humano.
Departamento de Salud y Bienestar.
CUSur, Universidad de Guadalajara.
CUSur, Universidad de Guadalajara.
Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
lissa_beneth@hotmail.com
maria.pita@cusur.udg.mx
María Guadalupe Revuelta de la Lanza Laura Vanesa Solano Santos
Centro de Investigaciones en Comportamiento Centro de Investigaciones en Comportamiento
Alimentario y Nutrición (CICAN). Alimentario y Nutrición (CICAN).
CUSur, Universidad de Guadalajara. CUSur, Universidad de Guadalajara.
Ciudad Guzmán, Jalisco, México. Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
maria-revuelta@hotmail.com laura.solano@cusur.udg.mx
210 Colaboradores

Elia Herminia Valdés Miramontes Kathi Wilson


Centro de Investigaciones en Comportamiento Departament of Geography,
Alimentario y Nutrición (CICAN). University ofToronto Mississauga.
CUSur, Universidad de Guadalajara. Mississauga, Ontario, Canadá
Ciudad Guzmán, Jalisco, México. kathi. wilson@utoronto.ca
eliav@cusur.udg.mx José Eduardo Zárate Hernández
Cristiano Valerio dos Santos Centro de Estudios Antropológicos,
Centro de Estudios e Investigaciones en El Colegio de Michoacán, A. C.
Comportamiento (CEIC). CUCBA, Zamora, Michoacán, México.
Universidad de Guadalajara. zarate@colmich.edu.mx
Guadalajara, Jalisco, México.
cvalerio@cucba.udg.mx
Lucía Cristina Vázquez Cisneros
Centro de Investigaciones en Comportamiento
Alimentario y Nutrición (CICAN).
CUSur, Universidad de Guadalajara.
Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
cristina.vazquezc@cucsur.udg.mx
Índice alfabético

A Alimentos, cotidianos, 80 estados infecciosos, diabetes, 113


bebidas, alcohólicas, 80 vómito y/o diarrea, 113
Abuso en el consumo de laxantes y/o refrescos, 80 estrés, 113
diuréticos, 142 cereales (tortilla en sus variaciones), 80 proporcional a la ingesta energética, 113
Aceptación familiar del alimento preparado, de origen animal, 80 café, 116
132 españoles. 26 beneficios, mal de Parkinson, 117
Actividad(es), 123-127 mesoamericanos, 26 riesgo de padecer cáncer, 117
espontánea, 123 Anorexia nerviosa, 139, 140 tratamiento de la depresión, 117
estomacal y la actividad corporal general. amenorrea por déficit nutricional, 140 convivencia social. 117
correlación entre la, 125 conductas purgativas, 140 cultivo y consumo, 117
exploratoria, 124 criterios diagnósticos, compulsiva, 140 en grano, consumo de, 117
física, como principal vía del gasto calórico, restrictiva, 140 historia del, 116-117
126 en mujeres pospúberes, 140 chocolate, 119
interrelación entre salud, hábitos de hábitos alimentarios, 140 leche, 119
alimentación, 126 atracones subjetivos, 140 pulque, cerveza y tequila, 114-116
humana(s), estudio del comportamiento, consumo de líquidos, agua, 140 disponibilidad y su bajo costo, 114
factores, ambientales, 127 bebidas energizantes o bajas en calorías, historia del consumo en México, 114
cognitivos, 127 140 Fray Bernardino de Sahagún, 114
fisiológicos. 127 café, 140 ingerir "vino" en México, 114
personales, 127 otras sustancias, cafeína, 140 refresco, 118
sociales, 127 endulzantes artificiales, 140 consumo, e incremento del sobrepeso, 118
hambre e influencia directa sobre las, 124- restricción alimentaria o el ayuno, 140 y obesidad infantil, 118
125 pan y cereales, 141 Bebidas, alcohólicas y éxito en recaudación
locomotora, 124 ingesta calórica, 141-142 fiscal, 115
regulación conductual. 123 Manual Diagnóstico y Estadístico de los azucaradas, 114
riesgo de muerte prematura por obesidad, Trastornos Mentales, 4a. ed., Bulimia nerviosa, 139. 142-145
126 140 abuso en el consumo de laxantes y/o
total, 123 práctica recurrente de atracones, 140 diuréticos, 142
y los hábitos alimentarios, parte esencial de la preferencias alimentarias, carne, 141 ayuno, 142
vida, 124 dulces o fritos , 141 criterios diagnósticos, 142
Animal behavior and interna/ drives, 124 embutidos y comestibles grasos, 141 ejercicio excesivo, 142
contracciones estomacales, 124 rechazo a mantener un peso corporal, hábitos alimentarios, 142
Acto de comer, 37 140 alimentos hipercalóricos, 142
Agua embotellada, 113 Atracones, práctica recurrente de, 140 episodios de atracón objetivo, 143
negocio global del billón de dólares, 113 Aumento de Jos valores consumistas, 57 ingesta de líquidos con cafeína, 143
Alcohol, hábitos de consumo de, 116 Ayuno, 139 mordisqueo de alimento sin tragarlo, 143
Alimentación, aportaciones teórico- vómito autoinducido, 142
metodológicas de los estudios sobre, ingesta calórica, 145
37 B preferencias alimentarias, 143
contemporánea, individualización, 41 comestibles "seguros~ carnes bajas en grasa
industrialización, 41 Banco Interamericano para el Desarrollo, 52 (pescado y pollo), 143
desde la perspectiva antropológica, 37 Banco Mundial. 52 frutas . 143
consumo alimentario de empresas Beber, hábito de, 112 vegetales, 143
trasnacionales. 46 agua, 112-113 "prohibidos~ alimentos fritos, 143
costumbres alimentarias, 39 consumo de, adolescentes, 112 galletas, 143
factores sociales y culturales, 37 mitos acerca del, 113 helado, 143
prácticas alimentarias, 38, 39 botellas de plástico, 113 pan,143
primeros estudios, 39 necesidades orgánicas de líquidos, 113 pastel, 143
tiempos de cambio alimentario, 40 niños preescolares y escolares, 112 restricción alimentaria, 142
nuevos conceptos y propuestas de reciéfl nacidos, 112 vómito autoinducido, 142
investigación desde la antropología, elemento importante para la vida, 112
44 necesidades de líquidos en adultos y
alimentación contemporánea, 46 adultos mayores, 113 e
comportamiento alimentario, 44 aumento de la temperatura ambiental,
perspectiva desde las variaciones 113 Cambio alimentario, fenómeno de desigualdad,
interculturales, 41 ejercicio físico , 113 41

211
212 fndice alfabético

Cambio alimentario (Cont.) moldeada y mantenida por sus gabaérgica, serotoninérgica y de opiáceos,
industrialización alimentaria, 41 consecuencias, 132 192
proceso de migración, 41 e historia, 129-131 recompensa y motivación de la conducta, 184
sistemas alimentarios, 41 aportaciones de Turró (1912), Cannon y sistemas, comportamentales, comunicación,
tiempos de, 40 Washburn (1912) y Mead (1943), 184
Canadá, población aborigen de, 101-117 133, 135 socialización, 184
análisis y conclusiones, 106 características básicas del, adquiridos, 130 de recompensa y los hábitos alimentarios,
causas de cambio dietético, 103 aprendizaje para adquirir, 130 184
asimilación cultural forzada y cambio de régimen alimenticio, 130 valor de recompensa de la respuesta, 189
urbanización, 103 sinónimos de, consumo de alimento, 130 Comportamiento alimentario, 129
contaminación ambiental, 103 preferencia de alimento, 130 Compra la comida preparada, 58
enfermedad crónica, 103 sensación del hambre, 131 Condicionamiento apetitivo pavloviano, 8, 19
inseguridad alimentaria, 103 modelo, de acuerdo con Wansink (2002), 131 Conducta, adquirida mediante aprendizaje, 133
obesidad, 103 estructural del comportamiento gobernada por reglas, 132
consumo de alimentos tradicionales, 103 alimentario, 133-135 moldeada y mantenida por sus consecuencias,
escuelas residenciales, 102 conservación, 133 132
abuso físico, mental y sexual en, 102 consumo, 133 Conducta(s). alimentarias, modificación de, 152
Ley indigena, 101 evento temporal conductual. 133-135 humana, 9
métodos, 103 consumo de alimento, 134, 135 alimentaria, evolución de la, 6
combinados. 103 hábito alimentario, 134, 135 Conductistas radicales, 6
The SOAHAC Food Choice Study, 103 preferencia alimentaria, 134 Conexionismo, 9-13
Southwest Ontario Aboriginal Health selección de alimento, 134 Consumo de alimentos, 24, 134, 135
Access Centre (SOAHAC), 103 procesamiento, 133 filosofía aristotélica, 24
mortalidad y morbididad, 102 producción, 133 Cosmovisión, mesoamericana, 23, 25, 26
opresión y marginación, 101 Comidas al día, número de, 152 occidental, 25
pérdida significativa de conocimientos Comité de los hábitos alimentarios, 131-132 Costumbres alimentarias, 39
culturales, 102 Componentes neurofisiológicos de los hábitos
problemas de salud y sociales, 102 alimentarios, 183
resultados, 104 aprendizaje, por ensayo y error, 190 o
riesgos de salud, diabetes mellitus, 102 y conformación de hábitos, 189
incidencia de cáncer, 102 bases neurales en los hábitos alimentarios, Definición y evaluación de hábitos alimentarios,
obesidad, 102 191 151-156
tabaquismo, 102 comportamiento motivado, 184 consideraciones para la elección de
Ciencia de la alimentación, 199 búsqueda, elección y obtención de instrumentos de medición, 153
modelos matemáticos en alimentación, alimentos. 184 cultivo de plantas comestibles, 151
201 sistema de recompensa, 184 instrumentos de evaluación, 153
calidad de los productos, 202 comunes en humanos y otros animales, 183 cuestionario, desarrollado por Block y
durabilidad y seguridad de los alimentos, 202 obtención e ingestión de alimentos, 183 colaboradores (1986), 154
población de microorganismos, 202 costo de la respuesta, dopamina y motivación frecuencia de consumo de alimento, 153
temperatura, 202 de la conducta, 185 actualidad de la base de datos de donde
velocidad de crecimiento de los expresión de conductas, aproximación, 183 se obtuvo, 154
microorganismos, 202 búsqueda, 183 inclusión de alimentos de manera
programación lineal, 202 defensa antipredatoria, 184 individual o por grupos, 154
solución del modelo a través del uso de Solver desarrollo de habilidades de competencia, población para la que fue creada la
en Office Excel, 203 184 medida, 154
uso de las matemáticas para desarrollar estrategias, 184 propósito del instrumento, 154
nuevos alimentos funcionales, 204 ingestión, 183 historia de dieta, 154
y las matemáticas, 200 localización, 183 Willet y colaboradores, 154
procesos alimentación-nutrición, 201-202 selección, 183 otras medidas de hábitos alimentarios, 156
Clase social, 152 y desarrollo de adaptaciones evolutivas en consumo de alimento, 156
Cocina y comida, cambios en los hábitos de, animales para alimentarse, 183 personas con sobrepeso u obesidad, 156
57 humanos, 184 recordatorio de 24 horas, 156
Comer, 129 selección, preparación y consumo de modificación de conductas alimentarias, 152
comité de los hábitos alimentarios, 131-132 alimentos, 184 número de comidas al día, 152
aceptación (consumo) familiar del alimento intervención de otros estímulos reforzadores, obtención de alimento, 151
preparado, 131 188 orden en que se sirven los alimentos, 152
asimilación de la variedad de alimentos, 132 neurobiología de los hábitos alimentarios, 190 preparación de comida, 151
normas sociales, 132 núcleo, arqueado (NA), 192 relacionados con, alimento que se consume
percepciones del sabor y el gusto, 132 ventromedial (NYM), 192 con más frecuencia, 152
plan alimentario, 132 predicción, de error de recompensa y almacenamiento y manejo del alimento,
preparación del alimento, 132 aprendizaje, 189 152
comportamiento alimentario, 129 del valor de recompensa del estímulo, 188 hábitos de compra, 152
hábito alimentario, 132-133 principales vías neurales (hipotalámicas) horarios, 152
conducta, adquirida mediante aprendizaje, implicadas en el consumo de identidad cultural. 152
133 alimentos, 192 clase social. 152
gobernada por reglas, 132 proyección, dopaminérgica, 191 ingreso económico, 152
Índice alfabético

restricciones y prohibiciones alimenticias, ETC, 133-135. Véase Evento temporal ayurveda y kundalini yoga, 27
152 conductual cosmovisión mesoamericana, 23
tradiciones religiosas, 152 fenómeno de la producción, 134 cuerpos paganos vs. cuerpos cristianos, 25
rituales y costumbres, 151 selección del terreno y la semilla, 134 etología deleuziana y Jos panoramas
sobrepeso y obesidad relacionados con tipos de conducta de, consumo de alimento, alimentarios, 29
hábitos inadecuados, 152 134 jerarquía de Jos sentidos, 23, 24
técnicas y tipos de preparación culinaria, 152 hábito alimentario, 134 sentido del gusto, 23
Desarrollo Económico, 52 preferencia alimentaria, 134 formación, 5
Dieta, 58 selección de alimento, 134 malos, 20
ayurvédica, 27 Etnografías clásicas sobre hábitos alimentarios, Hambre, 124-125
alimentos permitidos y los prohibidos de 40
Ja, 28 alimentos, e identidad y simbolismo culinario,
de la tierra, 28 40
del suelo, 28 en la historia regional, 40
solares, 28 preparación de alimentos, 40 Identidad cultural, 152
teoría yóguica de los gunas a los alimentos, tabúes y preferencias, 40 Individualismo creciente, 57-58
28 Etología deleuziana y los panoramas Ingreso económico, 152
División de las obligaciones culinarias, 57 alimentarios, 29 Ixhuatán, economía local de, 80
Evento temporal conductual, 133 actividades de, agricultura, 80
tipos de conducta de, consumo de alimento, comercialización de productos
E 134 alimenticios, 80
hábito alimentario, 134 ganadería, 80
Economía doméstica, 58 preferencia alimentaria, 134 pesca, 80
Empresas trasnacionales, 46 selección de alimento, 134 profesionalización de sus habitantes, 80
Enfermedades, desnutrición, 63 mercados de producción, venta y consumo
diabetes, 63 de alimentos, 81
hipertensión, 63 F producción de alimentos, 80
obesidad, 63 venta de comida "de casa en casa", 81
sobrepeso,63 Factores, ambientales, 127 hábitos alimentarios cotidianos en, 80
Estado nutricional a lo largo del ciclo de Ja vida, cognitivos, 127 bebidas, alcohol, 80
163 fisiológicos, 127 refrescos, 80
Etapas del ciclo de la vida, formación de hábitos personales, 127 cereales (tortilla en sus variaciones), 80
alimentarios durante, 163 sociales, 127 de origen animal, 80
adolescentes, conciencia actual y culturales, 37 en las fiestas, 81
responsabilidad futura , 167 Fenómeno de Ja producción, 134
necesidades nutricionales, 167 Fondo Monetario Internacional, 52
prácticas que afectan el estado de K
nutrición, 167
bebidas azucaradas, 167 G Kundalini yoga, 27
comidas tipo botana, 167 principios de la dieta sugerida, 27
ingerir alimentos fuera de casa, 167 GABA, 192
no comer en familia, 167 Globalización, 51
adulto, 168 de alimentos y nuevos modelos alimenticios, L
enfermedades asociadas al exceso de peso, 72
cáncer, 168 La cultura del maguey y el pulque, 91
diabetes, 168 Libre comercio, 60
enfermedad cardiovascular, 168 H
obesidad, 168
sobrepeso, 168 Hábitos, adquiridos, conductuales, 9 M
embarazo y Jactancia. ¿Es donde todo mediante condicionamiento apetitivo,
empieza?, 163 6,9 Maguey, rescate del, 100
nutrición intrauterina, 164 mentales, 9 usos actuales del pulque y, 94
familia y la escuela, 167 alimentarios, 6 Maíz, 25
casos de diabetes a edades tempranas, conexionismo, 9-13 "cuitlacoche" o "huitlacoche'; 26
167 reglas de activación y aprendizaje, 13 grano madre, 25
obesidad infantil, 167 en poblaciones primitivas (durante el Manual Diagnóstico y Estadístico de los
presencia de riesgo cardiovascular en Paleolítico), 6 Trastornos Mentales, 4' ed., 140
niños, 167 dominio del fuego y Ja agricultura, 6 Mercado capitalista, 64
rebote de adiposidad muy temprana en tendencia herbívora, 6 México, historia del consumo de pulque en, 114
niños mexicanos, 167 innatos, 8 por qué se ha consumido pulque en, 92
selección de alimentos, 167 conductuales, 9
sobrepeso, 167 mentales, 9
interacción madre-hijo: aprendiendo juntos, reforzamiento positivo, 6 N
164 un modelo de redes neuronales, 13
preescolar: más decisiones e influencias una simulación, 17-19 Normas sociales, 132
externas, 166 del significado, 23 Nutrición, 58
214 fndice alfabético

o Prácticas alimentarias, 38, 39 y presión arterial, 175


Preferencia alimentaria, 134 diabetes, 175
Obesidad, 58 Preparación del alimento, 132 esencial, relación entre ingesta excesiva de,
adolescencia, 152 Procesamiento, 133 176
infantil, 157 Producción, 133 historia familiar positiva de, 175
relacionada con hábitos inadecuados, 152 y consumo de platillos "exóticos~ 50 hábito de fumar, 175
Ociosidad, 96 Prohibición de la bebida, 91 hipercolesterolemia, 175
Oferta de bebidas, 114 Pulque en el sur de Jalisco, 91 hipertensión arterial, 175
Oportunidades, 93 aristocracia pulquera, 93 obesidad, 175
bebida espirituosa, 96 sedentarismo, 175
complemento alimenticio para familias, 91 Selección, de alimento, 134
p complicaciones, 96 del terreno y la semilla, 134
excesivo, 93 Sensación del hambre, 131
Plan alimentario, 132 intermediario, 99 Símbolos de potencia, 25
Poblaciones rurales en México, 75, 79 la cultura del maguey y el pulque, 91 Sistemas motivacionales, 9
creaciones de la sociedad, 75 nuevas tendencias, 98 Skinnerianos, 6
determinados por la sociedad, 75 ociosidad, 96 Sobrealimentación, 139
estructura ideológica-valores, 75 oportunidades para comercializar, 93 extrema del trastorno por atracón, 139
estructuras fijas e inamovibles a la otras alternativas agroalimentarias, 99 Sobrepeso, relacionado con hábitos
construcción social, 75 por qué se ha consumido en México, 92 inadecuados, 152
cantidad de alimento que se debe consumir, prohibición de la bebida, 91 Sociedad contemporánea posnacional y
75 rescate del maguey, 100 poscolonial, 50
cuándo se debe comer, 75 usos actuales del maguey y el pulque en esa Southwest Ontario Aboriginal Health Access
perspectivas clínicas, 76 región, 94 Centre (SOAHAC}, 103
frecuencia y consumo, 76
relación del alimento con un estatus
económico, 75 R T
Ixhuatán, economía local de, 80
actividades de, agricultura, 80 Regiones indígenas, hábitos alimenticios en, Teoría yóguica de los gunas a los alimentos,
comercialización de productos como prácticas sociales, 70 28
alimenticios, 80 de las mezclas al mantenimiento de la The SOAHAC Food Choice Study, 103
ganadería, 80 "pureza" ritual, 65 Tiempos de cambio alimentario, 40
pesca, 80 autonomía entre los kikapoo, 69 Tradiciones religiosas, 152
profesionalización de sus habitantes, 80 calidad alimenticia y consumo ritual entre Transformaciones, 58
hábitos alimentarios cotidianos en, 79 mazahuas y otomíes, 67 globales, 50, 52
bebidas, alcohol, 80 clasificación y prestigio entre los nahuas de la cultura, 52
refrescos, 80 de Puebla, 66 poscolonial y posnacional, 50
cereales (tortilla en sus variaciones), 80 nostalgia gastronómica entre purhépechas Trastornos de la conducta alimentaria, 139
de origen animal, 80 migrantes, 65 anorexia nerviosa, 139, 140
en las fiestas, 81 e identidad cultural, 71 amenorrea por déficit nutricional, 140
mercados de producción, venta y consumo estilos de vida, 64 conductas purgativas, 140
de alimentos, 81 globalización de alimentos y nuevos criterios diagnósticos, compulsiva, 140
producción de alimentos, 80 modelos alimenticios, 72 restrictiva, 140
venta de comida "de casa en casa", 81 mercado capitalista, 64 . en mujeres pospúberes, 140
Zapotitlán de Yadillo, 83 proceso socio-histórico, 64 hábitos alimentarios, 140
agricultura, actividades económicas Restricciones y prohibiciones alimenticias, 152 atracones subjetivos, 140
primarias, 84 Rituales y costumbres, 151 consumo de líquidos, agua, 141
dieta secundaria, alimentos procesados bebidas energizantes o bajas en calorías,
estadounidenses, 84 140
antojitos tradicionales, 84 s café, 140
hábitos alimentarios, cotidianos en, 84 otras sustancias, cafeína, 140
arroz, 84 Sal, circuitos neuronales involucrados en el endulzantes artificiales, 140
chile, 84 apetito de, 176 restricción alimentaria o el ayuno, 140
diversas pastas, 84 integración de señales en el prosencéfalo, pan y cereales, 141
frijol, 84 179 ingesta calórica, 141
huevo,84 vías, gustativas detectan el sodio ingerido, Manual Diagnóstico y Estadístico de los
jitomate, 84 178 Trastornos Mentales, 4' ed., 140
leche, 84 sensoriales humorales y viscerales práctica recurrente de atracones, 140
sopitos picados, 84 informan de la carencia de, 177 preferencias alimentarias, carne, 141
tortilla de maíz, 84 hábitos alimentarios del consumo de, dulces o fritos, 141
durante las fiestas, 86 173-179 embutidos y comestibles grasos, 141
en fin de semana, 85 comportamiento ingestivo salino, 174 rechazo a mantener un peso corporal, 140
historia, 83 durante la niñez , 175 ayuno, 139
Popal Vuh (uno de los libros más importantes perspectiva histórica, 174 bulimia nerviosa, 139, 142
de la mitología mesoamericana), y HTA esencial, relación entre ingesta abuso en el consumo de laxantes y/o
25 excesiva de, 175 diuréticos, 142
fndice alfabético

ayuno, 142 V transformaciones, 58


criterios diagnósticos, 142 valores consumistas, 57
ejercicio excesivo, 142 Valores consumistas, 57 contemporáneo, 52
hábitos alimentarios, 142 Variedad de alimentos, asimilación de la, 132 cocina, chinas e italianas, 53
alimentos hipercalóricos, 142 "mexicana'; 53
episodios de atracón objetivo, 143 rápida estadounidense, 53
ingesta de líquidos con cafeína, 143 y supermercados e hipermercados, 53
mordisquear alimento sin tragarlo, tiendas departamentales, 53
143 Yucatán, bienes culinarios marcados por diversidad del, urbano meridano, 54
vómito autoinducido, 142 distintas culturas, 49 navegando, 54
ingesta calórica, 143-145 cocina, chiapaneca, 49 desde el norte, 55
preferencias alimentarias, 143 doméstica yucateca, 49 desde el sur, 54-55
comestibles "seguros~ carnes bajas en libanesa,49 poscolonial y posnacional, 50
grasa (pescado y pollo), 143 local pobre, 49 transformaciones del, 50
frutas, 143 comidas, cajún y tex-mex, 49 sociedad contemporánea posnacional y
vegetales, 143 rápida de cadenas estadounidenses, 49 poscolonial, 50
"prohibidos': alimentos fritos, 143 pizzerías, 49
galletas, 143 restaurantes, alemanes, 49
helado, 143 españoles, 49 z
pan,143 franceses, 49
pastel, 143 italianos, 49 Zapotitlán de Vadillo, 83
restricción alimentaria, 142 complejidad de la sociedad contemporánea, agricultura, actividades económicas
ingesta calórica, 140 50 primarias, 84
obesidad, 140 consumo de platillos "exóticos", 50 dieta secundaria, alimentos procesados de la
patrones alimentarios de los pacientes con, discusión, fragmentación, comida y dieta estadounidense, 84
140 subjetividad, 58 antojitos tradicionales, 84
preferencias alimentarias, 140 paisaje culinario-gastronómico hábitos alimentarios, cotidianos en, 84
sobrealimentación, 139 cambios en los hábitos de cocina y comida, arroz, 84
extrema del trastorno por atracón, 57 chile, 84
139 aumento de los valores consumistas, 57 diversas pastas, 84
sobreingesta de comida, atracón objetivo, cocinas económicas, 57 frijol, 84
139 compra la comida preparada, 57 huevo,84
atracón subjetivo, 139 dieta, 58 jitomate, 84
sobrealimentación, 139 división de las obligaciones culinarias, leche, 84
trastorno por atracón, 144 57 sopitas picados, 84
hábitos alimentarios, 144 economía doméstica, 58 tortilla de maíz, 84
ingesta calórica, 145 individualismo creciente, 57-58 durante las fiestas, 86
preferencias alimentarias, 145 nutrición, 58 en fin de semana, 85
vómito autoinducido, 14-0 obesidad, 58 historia, 83

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