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En aquellos días, la mujer estaba obligada, destinada a ser delicada, sirvienta del hombre, a
lucir atractiva para él, a realizar tareas domésticas, entre otros. Las mujeres no podían tener
los mismos niveles de estudios que un hombre, tampoco podían tomar decisiones por si
mismas y todo esto bajo el argumento de que eran seres sensibles que no tenían la
capacidad de razonar. La autora en el texto defiende la postura de que las mujeres, al igual
que los hombres, pueden razonar y en igual proporción. Es por esto por lo que plantea que
el destino de las mujeres debe tener las mismas restricciones que el de los hombres, y las
desafía a “adquirir fortaleza, tanto de mente como de cuerpo” “El gran objetivo de su
esfuerzo, debería ser realizar sus propias facultades y adquirir la dignidad de la virtud
consciente”.
Los obstáculos principales de la realización de los destinos perseguidos por la mujer son: la
educación, subordinación ante el hombre y la mente debilitada por la dependencia.
“Los soldados adquieren uso pocos conocimientos de carácter superficial… Los soldados,
así como las mujeres, practican virtudes menores con una amabilidad meticulosa. ¿Dónde
se encuentra entonces la diferencia sexual, cuando la educación ha sido la
misma?”(Wollstonecraft, p.71).
Subordinación ante el hombre, la mujer está subordinada ante el hombre desde antes de
casarse, pues, siempre se viste para llamar su atención por muy efímero que sea el
momento en que lo vea y debe actuar con delicadeza. Lo que no se ha tenido en cuenta por
otros autores es que para realizar tareas domesticas se necesita bastante, por ejemplo, “el
control de temperamento” tarea que de por sí requiere la vigilancia de la razón.
Mente debilitada por la dependencia, una de las mayores causas de la debilidad en las
mujeres es que estas no ejercen sus propias talento ya que al ser subordinadas ante el
hombre, como se mencionó en el punto anterior . “la mente, naturalmente debilitada por la
dependencia de la autoridad, nunca ejerce sus propios poderes y la esposa obediente se
convierte así en una madre débil e indolente”.(Wollstonecraft, pag.139).
Por otro lado, se ha mantenido el pensamiento de que existen trabajos solo para mujeres o
solo para hombres, como el oficio de la costurería y bordado, pensamiento que
definitivamente tiene que cambiar en nuestra sociedad.