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El Sistema de Salud Os y - Empresas - de - Medicina - Prepaga
El Sistema de Salud Os y - Empresas - de - Medicina - Prepaga
Faillace
EL SISTEMA
DE SALUD
OBRAS SOCIALES Y EMPRESAS DE
MEDICINA PREPAGA
Presentación
Prólogo
Abreviaturas
El sistema de salud
La medicina prepaga
reglamentación
Discapacidad y amparo
Ley Nº 26.862
Bibliografía
2
Presentación
Prólogo -
El derecho a la salud, como derecho universal, y con las vicisitudes por las que
atraviesa, es analizado rigurosamente, examinando el problema y dando
muestras de un conocimiento normativo específico.
En esta entrega podemos decir que hay una reflexión crítica, una historicidad
que analiza la correspondencia entre los modos de producción y la práctica. Esta
forma lleva a comprender los modos en que el ser humano en su individualidad
y las sociedades humanas son sujetos de derecho a la salud y acceden a él según
ubicación no sólo social sino geográfica
Destaco el recorrido sobre las formas de la atención de salud, los intentos desde
lo público, lo privado y los vaivenes políticos y económicos.
El autor marca como punto significativo que el retiro del Estado regulando
obras sociales, prepagas, y relegando a la salud pública a un plano mínimo
genera desequilibrio que afecta la igualdad ante la ley.
No hay dudas de que el empeño de Horacio Faillace es ir más allá, buscar las
alternativas normativas necesarias para sacar a la salud del campo de la
mercancía, arbitrando las posibilidades que el plexo normativo brinda.
4
Abreviaturas
Normas
Fueros
5
CCrim. y Correc. - Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional
6
STJ/TSJ - Supremo Tribunal de Justicia/ Tribunal Superior de Justicia
Publicaciones periódicas
DJ - Diario Judicial
ED - Revista El Derecho
7
JA - Revista Jurisprudencia Argentina
8
SJA - Semanario Jurisprudencia Argentina
9
Cemic - Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas “Norberto
Quirno”
10
OMS - Organización Mundial de la Salud
SS - Seguridad Social
Generales
11
ac. - acuerdo
apart. - apartado
arg. - argumento
c/ - contra
cap. - capítulo
cit. - citado
coment. - comentario
conc. - concordantes
conf. - conforme
consid. - considerando
dec. - decreto
12
doctr. - doctrina
ed. - edición
expte. - expediente
íd. - ídem
fasc. - fascículo
fs. - fojas
impr. - impreso
modif. - modificado / a
nº - número
§ / §§ - parágrafo / s
13
PMO - Programa Médico Obligatorio
prom. - promulgada
reimpr. - reimpresión
s/ - sobre
sanc. - sancionada
ss. - siguientes
sec. - secretaría
secc. - sección
14
sent. - sentencia
sum. - sumario
supl. - suplemento
v. - versus
gr. - verbigracia
VIH -Virus de Inmunodeficiencia Humana
15
Capítulo I
El sistema de salud
Horacio A. Faillace
1. Historia y actualidad -
Cuando nos referimos a un sistema (del latín systema) en una definición amplia
y genérica, sabemos que estamos nombrando un orden de ciertos elementos que
se encuentran interrelacionados y que interactúan entre sí. También se utiliza
para definir tanto a un conjunto de conceptos como a objetos reales dotados de
organización.
Pero a poco que se recorren estos conceptos se advierte también que se trata de
una simplificación de la descripción, dado que parecería que desde aquel punto
de partida que tomamos casi arbitrariamente, la humanidad dedicó sus
esfuerzos a combatir la enfermedad, sobre todo, en aquellos sectores que menos
recursos tenían para acceder a las curas y sanaciones que, siempre, fueron
costosas.
16
Ese costo, desde el modo de producción feudal, siempre se vinculó con la
eficacia del remedio, a las necesidades y exigencias de su obtención y el
conocimiento de quienes debían fabricarlo y suministrarlo.
Esa migración del campesino hacia las ciudades que provocó la modificación
de las formas de producción a partir de la concepción capitalista, trajo consigo
una mayor complejidad social que obligó al Estado, presionado por los
movimientos sociales de la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del siglo
XX, a adoptar un rol más activo y determinante.
17
un modo de producción cuyas bases son el lucro y la acumulación de capital
concentrado en pocas manos.
Entonces, la salud pública se entendía como una obligación del estado liberal,
y, como la administración de Justicia, indelegable.
La segunda mitad del siglo XX encontró al mundo, o gran parte de él, envuelto
en la filosofía del Estado de Bienestar, que predominó hasta la década del 90 y
los primeros años del siglo actual.
La salud pública continuó siendo una prioridad del Estado pero también se
inició una etapa en la que las previsiones presupuestarias encontraban otras
prioridades más importantes que el cuidado de la salud de la población.
18
padecimientos no transmisibles. Sin embargo, las infecciones comunes y los
problemas reproductivos siguen afectando a las poblaciones más marginadas.
19
Como resultado de estos cambios han tendido a profundizarse los problemas de
segmentación y fragmentación de nuestro sistema de salud. Para revertirlos, se
promueve la introducción de políticas que favorezcan la colaboración entre
proveedores de salud. Ello sería una vía para mejorar la eficiencia del sistema
y garantizar la continuidad de la atención. También se incentiva la articulación
de otros aspectos relevantes del sistema como: fuentes de información,
mecanismos de financiamiento o aspectos vinculados a la regulación/rectoría.
(OPS, 2008).
La integración, en este sentido, debe ser entendida como un medio para mejorar
el desempeño del sistema, más que como un fin en sí mismo (Vázquez
Navarrete, M. L., et. al. 2005). Se trata de un proceso gradual, cuyos esfuerzos
serán justificados en la medida que permitan mejorar el acceso y la calidad de
los servicios, mayor adaptación de los mismos a las necesidades de la
población, mejor relación costo-efectividad de las prestaciones.
20
Esto, generalmente, se refleja en la co-existencia de un subsistema de seguridad
social (especializado en trabajadores formales y sus dependientes), un subsector
privado (concentrado en la población que puede pagar seguros voluntarios); y
un subsector público para la población sin cobertura formal (frecuentemente la
de menores recursos) (OPS, 2003).
Sostenemos, con el mayor grado de asepsia política que nuestra labor nos exige,
que en los últimos treinta años presenciamos la desactivación de la estructura
del Estado benefactor y, con ello, el desplazamiento de la operación estatal en
favor de la operación privada, guiada, de manera eminente y excluyente, por las
reglas del mercado y la obtención del lucro, como parámetros ontológicos.
En la década del sesenta del siglo XX, el Estado autorizó la acción de las obras
sociales sindicales para la atención de la salud, como factor de
complementación y, por qué no, de beneficio para los trabajadores encuadrados
en las convenciones colectivas de trabajo.
21
La ley 23.660 marcó un punto significativo en el virtual retiro del Estado
Nacional de la atención de la salud de los trabajadores, primero, y de los
sectores profesionales, comerciantes y empresarios después, en beneficio de las
obras sociales sindicales, empresarias y profesionales, primero, y de las
llamadas entidades de medicina prepaga, más tarde.
Todo parecía estar más o menos organizado hasta que los niveles de cotizantes,
o sea, los afiliados que contribuyen con su aporte a la financiación del sistema,
en su descenso, desarmaron la ecuación financiera.
“El grado de concentración es visible con un sólo dato: las diez empresas líderes
reúnen el 41 por ciento de los afiliados, y otro tanto de la facturación; el resto
se lo dividen 259 entidades”. En otras palabras, “Entre 1996 y 97, facturaron
776 millones de dólares las diez empresas líderes del total de 1875 millones de
dólares del sector, y aglutinaron a 890.000 personas de los 2.200.000 afiliados
a todas las empresas”.
“Si bien en Argentina el mercado fue en franco crecimiento, está lejos del de
Brasil, donde la medicina privada cubría en 1994 el 25 por ciento de la
población, es decir abarcaba a 35 millones de personas. Y más distante aún de
Estados Unidos, donde la mayoría cuenta con algún tipo de seguro privado de
salud. En 1995, se estimaba en 191 millones los ciudadanos que tenían
cobertura particular” 4.
22
La última década del siglo veinte marcó la culminación del proceso de
degradación y mercantilización del trabajo asalariado fruto de un desequilibrio
notable en la distribución del ingreso, lo que pareció sugerir una dramática
repetición de la historia por su similitud con el espectro socioeconómico que
existía en el planeta a fines del siglo diecinueve.
La crisis de los años 2001/2002 determinó que los beneficiarios del sistema
volvieron al maltrecho hospital público, abrumando su ya agobiada capacidad
instalada, agudizando la insuficiencia de medios hasta niveles indescriptibles.
23
La ley 26.682 sancionada por el Congreso Nacional en el año 2011 significó,
como veremos, una articulación insuficiente en la búsqueda del equilibrio de la
ecuación usuario/entidad de medicina prepaga.
Desde estos conceptos advertimos que sólo uno de los poderes del Estado
asumió ―por vocación o por imposición de los hechos― la respuesta a las
intrincadas relaciones entre usuarios del sistema de medina prepaga y de obras
sociales y los entes integrantes del mismo.
24
La acción de amparo, objeto central de este trabajo, se ha convertido en una
herramienta que no siempre es utilizada con prudencia y que no pocas veces es
descartada con ligereza.
La relativamente reciente ley 26.862 nos lleva a sospechar que, más allá de
cierto e innegable mejoramiento del rango legal del sistema, estamos frente al
punto de partida que permitirá llegar quizás, alguna vez, a un plexo normativo
que seriamente contemple en forma adecuada los intereses de todos los actores
que participan en el sistema que incluye a un número sumamente importante de
los habitantes de la República Argentina.
Notas -
25
FAILLACE, Horacio A., “El sistema de salud. Obras Sociales. Medicina
prepaga, Cathedra Jurídica.
3 Sistema Integrado de Salud en la Argentina, 2012, capacitasalud.
com/.../2016/09/
4 Copyright Bibliomed Holdings LLC 2000-2004.
5 LOVECE, Graciela, “El derecho civil constitucional a la salud:
Circunstancias del cumplimiento”.
6 HCD, n° de Expediente 2595-D-2008, Trámite Parlamentario 050
(22/5/2008).
26
Capítulo II
La acción de amparo
Antecedentes históricos
Horacio A. Faillace
Pero no es menos cierto que nuestra mirada deberá dirigirse hacia aquellas
legislaciones que pudieron servir de antecedente inmediato a su recepción en
nuestro derecho positivo.
Cabe recordar que la figura del amparo recibe carta de ciudadanía universal en
la Constitución de 1857 de los Estados Unidos Mexicanos. Y es de destacar que
el amparo mexicano ha influido desde el siglo XIX en la creación de distintas
modalidades de amparo constitucional en el resto de Latinoamérica, como por
ejemplo en: Argentina, Colombia, El Salvador, Paraguay, Perú, Chile,
Venezuela, entre otros e incluso algunos Estados han adoptado figuras
equivalentes con otra denominación, tal es el caso de Brasil con su “Mandato
de Seguranca”, en Chile “Recurso de Protección”, en Colombia “Acción de
Tutela”.
28
Sentadas estas bases, se considera necesario señalar que, así como en el derecho
interno se cuenta con el Amparo Constitucional, el derecho internacional
consagra de modo complementario el denominado “Amparo Internacional”
como uno de los mecanismos de protección de los derechos humanos y esto se
ve plasmado a través de distintos instrumentos jurídicos:
29
Así se puede apreciar, que el derecho internacional tutela los derechos humanos
a través de mecanismos de amparo Internacional. Y, si bien, nos encontramos
en un proceso de evolución respecto de esta figura jurídica y siendo que cada
vez más, se va dando una apertura por parte de los estados nacionales al derecho
internacional. Es necesaria una mayor difusión del Amparo Internacional, pero
sobre todo una toma de conciencia y un entrenamiento adecuado sobre el uso y
manejo de esta figura por parte de los distintos operadores judiciales, a fin de
garantizar y hacer efectiva la protección de los derechos humanos”.
Según este autor, el primer texto constitucional que permitió la expresión legal
de amparo fue la llamada Constitución Yucateca de 1840, de México, que en
los artículos 63 y 64, respectivamente, se establecía:
Los jueces de primera instancia ampararán en el goce de los derechos
garantizados por el artículo anterior (el art. 62 formaba parte del, capítulo
denominado “garantías individuales” y enumeraba en IX fracciones los
derechos de los habitantes), a los que les pidan su protección contra cualquier
funcionario que no corresponda al orden judicial, decidiendo breve y
sumariamente las cuestiones que se susciten sobre los asuntos indicados.
De los atentados cometidos por los Jueces contra los citados derechos
conocerán sus respectivos superiores, con la misma preferencia de que se ha
hablado en el artículo precedente, remediando desde luego, el mal que se les
reclame, enjuiciando inmediatamente al conculcador de las mencionadas
garantías.
También enseña que Constitución Federal de 1857 consideró que los derechos
del hombre no sólo son el objeto de las instituciones jurídicas, sino su base
misma, lo que da a entender su fidelidad a la tesis individualista, además los
autores de dicha Constitución implícitamente se declararon partidarios del
jusnaturalismo en materia de derechos del hombre, ya que en una parte del texto
se puede leer que “se debe respetar los derechos concedidos al hombre por su
creador”.
Pero, siempre según Blacio Aguirre, el juicio de amparo, en México, tiene como
precursor al Proyecto de Constitución de reformas para la Administración
interior del Estado, patrocinado y redactado en su mayor parte, por don Manuel
Crescencio Rejón en el año de 1840.
30
Amparar en el goce de sus derechos a los que le pidan su protección, contra las
leyes y decretos de la Legislatura que sean contrarios a la Constitución o contra
las providencias del gobernador Ejecutivo, reunido, cuando en ellas se hubiere
infringido el Código fundamental o las leyes, limitándose en ambos casi reparar
el agravio en la parte en la que éstas o la Constitución hubiese sido violadas.
Asimismo el art. 63 disponía: “Los jueces del artículo anterior, a los que les
pidan su protección contra cualesquiera funcionario que no corresponda al
orden judicial decidiendo y sumariamente las cuestiones que se susciten sobre
los asuntos indicados”. Ya bien entrado el siglo XX, el instituto, con diferentes
nombres, fue incorporado a las legislaciones de Colombia, Perú, Chile y Brasil.
raguay (art. 1 34); Perú (art. 200.2), República Dominicana (art. 72,
Constitución de 2010) y Venezuela (art. 27). La única Constitución
latinoamericana que no cuenta con disposición constitucional explícita sobre la
materia es la de Uruguay.
31
virtud de ello, se aprobó la ley reguladora de tal derecho el 1 9 de diciembre de
1 988, la ley 16.011, ley de “Acción de Amparo”.
32
Es verdad que hasta la edición de dichos fallos, el hábeas corpus era la única
herramienta disponible para impedir la arbitrariedad del poder público y,
además, limitaba su ámbito al cercenamiento de la libertad ambulatoria.
En esa oportunidad, una entidad sindical se oponía a una resolución dictada por
la Armada Nacional, sosteniendo que ponía en peligro la continuidad laboral de
trabajadores del Hospital Naval de Río Santiago. El juez subrogante del
Juzgado Federal n° 2 de ese Departamento Judicial dictó la medida de no
innovar que dejaba en suspenso la resolución 324/96, suscripta por el Jefe de
Estado Mayor General de la Fuerza Naval. La decisión judicial de grado fue
apelada por el Estado Nacional.
A tal efecto, podemos distinguir tres diversas etapas: a) la del control casi
exclusivamente indirecto y limitado al caso individual en sentido estricto; b) la
33
del control directo con gradual apertura a cierta relativa generalización de los
efectos de la sentencia; c) la del control directo con intensificación del
escrutinio judicial y mayor generalización de las decisiones, que estatuye el art.
43 de la Constitución reformada.
Este modelo se encuentra en varios países europeos, mientras que en los Estados
Unidos, cuyo sistema fue adoptado, en rasgos generales, en la Constitución
patria de 1853 y sus leyes reglamentarias, el control constitucional solo cabe en
casos concretos, o sea, en litigios entre partes adversarias que representan
intereses opuestos, y la decisión que declara la validez o invalidez de una norma
solo opera en la causa en la que fue dictada.
34
Como lo observa el dictamen antes aludido (caso “Hidronor S.A.”), nuestro
sistema de control constitucional solo se plegó parcialmente, en ese período, al
de los EE.UU.
Hasta allí llegó el derecho federal argentino, Pero, en EE.UU., siempre existió
otra posibilidad de hacer valer pretensiones constitucionales, consistente en
iniciar los afectados acciones tendientes a impedir el cumplimiento de normas
consideradas inválidas. Para ello se utilizaron desde los comienzos los clásicos
writs o remedios del common law o de la equity: habeas corpus mandamus, quo
warrant, e injuction, destinados a impedir la actividad ilegal de los funcionarios
o de los particulares.
Fuera del hábeas corpus ―y aquí aún se dudó si podían declarar se por su medio
inconstitucionalidades― el derecho argentino no recibió las acciones directas
de inconstitucionalidad, con todos los inconvenientes para el desarrollo del
propio sistema que detalla el dictamen recordado.
35
La provincia de Santa Fe tiene el honor de haber sido la primera en incorporar
el amparo en su Constitución de 1921. En su art. 17 y en la vigente de 1962, art.
17, estableció el que se denominó “un recurso jurisdiccional de amparo”.
Más tarde este instituto fue ampliado por la ley 2494 del año 1935 abarcando
los derechos y garantías establecidos en la Constitución.
En su art. 27:
A su vez Santiago del Estero por extensión del hábeas corpus el art. 22 de la
Constitución de 1939 aludía a la protección de algunos derechos individuales
establecidos en la Constitución Nacional o provincial.
36
En la Provincia de Buenos Aires el Poder Ejecutivo provincial redactó un
proyecto de ley en 1964 que con algunas modificaciones en 1965, se convirtió
en la ley 7166, fuente de la ley nacional 16.986.
Notas -
37
Capítulo III
Siri y Kot
Horacio A. Faillace
Las fracturas del Estado de derecho, que, como en el caso del golpe del mes de
septiembre de 1930, obtuvieron el respaldo explícito de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación 9, junto con el desajuste institucional produjeron un
resquebrajamiento de las garantías constitucionales que pusieron en crisis el
axioma imaginado por Rivas 10 según el cual “no hay derecho o libertad sin
que esté garantizado, del mismo modo en que no hay garantía que no se
encuentre respaldando un derecho”.
1. El caso “Siri” -
Hasta la edición de estos fallos, no existía otra vía judicial para remediar el
conculcamiento de garantías constitucionales que el recurso de hábeas corpus
y, ello, de acuerdo a la doctrina sólidamente instalada en nuestra Tribunales, se
limitaba a la tutela de la libertad corporal de los ciudadanos.
Decía Soler:
39
En este aspecto, ya he tenido oportunidad en el caso de Fallos, 236:41 de opinar
que el recurso de hábeas corpus sólo protege a las personas privadas de su
libertad corporal sin orden de autoridad competente, por lo que, si V.E. decide
admitir la procedencia del recurso intentado, estimo que correspondería
confirmar lo resuelto en cuanto ha podido ser materia de apelación
extraordinaria.
Que ante la falta de especificación sobre los motivos de la clausura del diario,
el juez requirió sucesivamente informe del Jefe de policía de la provincia de
Buenos Aires (fs. 8 a 10), de la Comisión Investigadora Nacional (fs. 20) y del
Ministerio de Gobierno de dicha provincia, todos los cuales manifiestan ignorar
las causas de la clausura y la autoridad que la dispuso. Reiterada por el
solicitante la declaración pedida al comienzo de estas actuaciones, el juez
resolvió no hacer lugar a ella en razón de no tratarse en el caso de un recurso de
hábeas corpus, el cual sólo protege la libertad física o corporal de las personas
40
Que el solicitante interpuso recurso de revocatoria, y en subsidio el de
apelación, en cuya oportunidad el juez dispuso requerir nuevo informe del
comisario de policía sobre si el local del diario “aún continúa con custodia
policial”, informando este funcionario que desde el 29 de abril “fue dejada sin
efecto la consigna y se vigila el local mediante recorridas que efectúa el
personal de servicio de calle”. A mérito de este informe, el juez no hizo lugar a
la revocatoria pedida, en consideración a que “carece de actualidad y
fundamento el presente recurso de amparo, ya que no existe restricción alguna
que afecte al recurrente”; y concedió el recurso de apelación para ante el
superior. La C. Pen. Mercedes confirmó, por sus propios fundamentos, la
decisión apelada.
Que, radicada la causa ante esta Corte Suprema y con el objeto de actualizar los
elementos de hecho, el tribunal requirió del juez en lo penal de Mercedes
informe sobre si subsistía en la actualidad la clausura del diario, respondiendo
el comisario de la localidad, en oficio dirigido al juez comisionado, que sí
subsistía esa clausura.
Lo realmente singular del caso es que la propia Corte Suprema reconoce que el
peticionante nunca había sostenido estar instando el recurso de hábeas corpus,
motivo fundante de las adversas decisiones de grado.
Tal como lo subraya la Corte Suprema, Siri, en “el escrito de fs. 1 sólo ha
invocado la garantía de la libertad de imprenta y de trabajo que aseguran los
arts. 14, 17 y 18 C.N., la que, en las condiciones acreditadas en la causa, se halla
evidentemente restringida sin orden de autoridad competente y sin expresión de
causa que justifique dicha restricción”.
41
Que basta esta comprobación inmediata para que la garantía constitucional
invocada sea restablecida por los jueces en su integridad, sin que pueda alegarse
en contrario la inexistencia de una ley que la reglamente: las garantías
individuales existen y protegen a los individuos por el solo hecho de estar
consagradas por la Constitución e independientemente de las leyes
reglamentarias, las cuales sólo son requeridas para establecer “en qué caso y
con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación”, como
dice el art. 18 C.N. a propósito de una de ellas. Ya a fines del siglo pasado
señalaba Joaquín V. González: “No son, como puede creerse, las
‘declaraciones, derechos y garantías’, simples fórmulas teóricas: cada uno de
los artículos y cláusulas que las contienen poseen fuerza obligatoria para los
individuos, para las autoridades y para toda la Nación. Los jueces deben
aplicarla en la plenitud de su sentido, sin alterar o debilitar con vagas
interpretaciones o ambigüedades la expresa significación de su texto. Porque
son la defensa personal, el patrimonio inalterable que hace de cada hombre,
ciudadano o no, un ser libre e independiente dentro de la Nación Argentina”
(Manual de la Constitución argentina, en Obras completas, vol. 3, 1935, n° 82;
conf., además, n° 89 y 90).
Y concluye:
42
mismo que sus custodios de la observancia de la Constitución Nacional por los
demás poderes, están especialmente obligados al respeto de las propias
limitaciones, entre las cuales figura, en primer término, la de no exceder la
propia jurisdicción ―Fallos, 155:250―.
2. El caso “Kot” - 12
43
La firma Samuel Kot S.R.L., propietaria de un establecimiento textil situado en
Villa Lynch, partido de San Martín, Provincia de Buenos Aires, mantenía un
conflicto con su personal obrero que había adoptado medidas de acción directa
declaradas ilegales por la Delegación San Martín del Departamento Provincial
del Trabajo.
Planteada la acción administrativa, fue el sector obrero, esta vez, el que obtuvo
la decisión favorable de la autoridad de aplicación, dado que el presidente del
Departamento Provincial del Trabajo declaró nula aquella resolución de la
Delegación San Martín e intimó a ambas partes a reanudar el trabajo.
Uno de los socios gerentes de la empresa, Juan Kot, formuló denuncia por
usurpación ante la comisaría de Villa Lynch (San Martín) y reclamó la entrega
del inmueble.
44
He aquí que ante las resoluciones adversas de la Cámara de Apelaciones y del
recurso extraordinario interpuesto, el apoderado de la empresa se presentó ante
la misma Cámara deduciendo “recurso de amparo” a fin de obtener la
desocupación del inmueble: invocó la sentencia de esta Corte, de fecha
27/12/1957, recaída en el “caso Siri”, “las garantías a la libertad de trabajo (art.
14); a la propiedad (art. 17); a la libre actividad art. 19 C.N.”, que estarían
afectadas, e hizo presente que la situación que planteaba era de “una gravedad
extraordinaria”.
45
remedio expreso en la legislación a pesar de que comportaba la violación de
garantías individuales aseguradas por la Constitución.
46
los fines de la protección constitucional. Admitido que existe una garantía tácita
o implícita que protege los diversos aspectos de la libertad individual (art. 33
C.N.), ninguna reserva cabe establecer de modo que excluya en absoluto y a
priori toda restricción que emane de personas privadas.
47
últimos cincuenta años. Además de los individuos humanos y del Estado, hay
ahora una tercera categoría de sujetos, con o sin personalidad jurídica, que sólo
raramente conocieron los siglos anteriores: los consorcios, los sindicatos, las
asociaciones profesionales, las grandes empresas, que acumulan casi siempre
un enorme poderío material o económico. A menudo sus fuerzas se oponen a
las del Estado y no es discutible que estos entes colectivos representan, junto
con el progreso material de la sociedad, una nueva fuente de amenazas para el
individuo y sus derechos esenciales.
48
leyes y se halla en el cimiento de todo el orden jurídico positivo, tiene la
virtualidad necesaria de poder gobernar las relaciones jurídicas nacidas en
circunstancias sociales diferentes a las que existían en tiempo de su sanción.
Este avance de los principios constitucionales, que es de natural desarrollo y no
de contradicción, es la obra genuina de los intérpretes, en particular de los
jueces, quienes deben consagrar la inteligencia que mejor asegure los grandes
objetivos para que fue dictada la Constitución. Entre esos grandes objetivos y
aun el primero entre todos, está el de “asegurar los beneficios de la libertad,
para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que
quieran habitar en el suelo argentino” (Preámbulo).
50
Benjamín Villegas Basavilbaso .Juan C. Beccar Varela. En disidencia:
Aristóbulo Aráoz de Lamadrid. Julio Oyhanarte.
Esta prieta exégesis del fallo obliga a señalar que en su disidencia los ministros
Aráoz de Lamadrid y Oyhanarte sostuvieron una postura restrictiva del recurso
de amparo, sosteniendo que
Que no todos los derechos de que una persona puede ser titular están incluidos
en el concepto jurídico de “garantía constitucional”. Para que un derecho
individual revista este carácter, es preciso, en principio, que se trate de un
derecho público subjetivo reconocido al hombre frente al poder público. En
términos generales, únicamente los derechos que poseen esta naturaleza
hállanse dotados de jerarquía constitucional y comprendidos dentro de los arts.
14 y 17 ley fundamental, que el recurrente cita. Y ello, en virtud de que, por
constituir verdaderas e insalvables limitaciones a la autoridad estatal
contribuyen a formar la esencia del Estado de Derecho y hacen parte de su
definición. Tal es la razón por la que el Sr. Alberdi, en el art. 20 de su proyecto
de Constitución para la Confederación Argentina, se ocupa de las libertades del
hombre llamándolas “garantías de Derecho Público”. En mérito al principio
señalado, asimismo, una reiterada jurisprudencia tiene resuelto que las
“garantías constitucionales” no son sino restricciones a la acción de los
gobiernos, tendientes a impedir la extralimitación de los poderes públicos y han
sido dadas a los particulares contra las autoridades” (Fallos, 134:37; 138:71;
141:65; 174:178; 183:190). No se trata, por supuesto, de considerar a las
libertades del hombre como otros tantos obstáculos que circundan el Estado,
que lo comprimen, que le niegan la posibilidad de desarrollar una actividad
positiva encaminada a la conquista del bien social. Caracterizar la libertad como
limitación a la autoridad, significa que las acciones que el poder público
emprenda llevan ínsita la idea de que la libertad del hombre es el presupuesto
de la autoridad, lo que convierte en constitucionalmente inválido todo acto que
conduzca a su aniquilamiento o desvirtuación.
51
Esta construcción pretoriana fue, hasta el dictado de la ley 16.986, el sustento
argumental que permitió a todo aquel que sufriera un ataque a alguna de sus
garantías constitucionales, acceder a los Tribunales de Justicia para reclamar la
urgente restitución o la inmediata tutela de los derechos agredidos tanto por
actos u omisiones de los poderes públicos como de los particulares.
Notas
52
Capítulo IV
La acción de amparo
Su actualidad
Horacio A. Faillace
1. La acción judicial -
La crisis del año 2001 fue una de las más graves de la historia argentina. El
desmadre económico-financiero que culminó con la declaración pública de la
impotencia del Estado para honrar la deuda contraída con organismos
multilaterales de crédito e inversores particulares, se extendió al sistema
bancario y las instituciones políticas.
La decisión que abrió las compuertas fue dictada por un Juzgado Federal en lo
Contencioso Administrativo de la Capital Federal, que admitió prima facie el
riesgo de la garantía constitucional y juzgó comprobados los requisitos formales
para la pertinencia de la medida cautelar: verosimilitud del derecho y peligro
en la demora.
Ese momento agudo y conmovedor de la vida del país quedó atrás y las
instituciones fueron recuperando su normalidad. Pero entre las muchas y muy
variadas secuelas de aquel momento podemos contar la utilización frecuente y
generalizada de la acción de amparo.
53
Los reclamos de reparación de amenazas o daños concretos a garantías
constitucionales fueron viabilizados a través de la acción de amparo, hasta el
día de hoy, regulada por la ley 16.986.
54
…la ley 16.986 quedó derogada por su incompatibilidad con el art. 43
constitucional; solo podrían salvar los aspectos meramente procesales y en tanto
no contradigan el dispositivo de la Ley Suprema, pero en realidad tales
aspectos, por encima de cualquier norma positiva, derivan de las reglas
impuestas por la naturaleza y necesidad del instituto. De tal manera, no nos sería
ni siquiera necesario recurrir los términos de la ley inferior.
55
acción de amparo contra actos u omisiones de particulares, se ha resuelto, a
diferencia del criterio que se insinúa respecto del amparo constitucional, que
debe ser apreciada con criterio restrictivo, tesis que no compartimos, salvo, y a
partir de la reforma introducida por la ley 25.488 en cuanto lo autoriza también
para la tutela de un derecho o garantía explícita o implícitamente reconocidos
por una ley (...) siempre que fuere necesaria la reparación urgente del perjuicio
o la cesación inmediata de los efectos del acto, y la cuestión, por su naturaleza,
no deba sustanciarse por alguno de los procesos establecidos por este Código u
otras leyes, que le brinden la tutela inmediata y efectiva a que está destinada
esta vía acelerada de protección), vale decir, respecto de derechos que no tengan
jerarquía constitucional.
56
En ese marco, y constituyendo la salud un valor cuya preservación no suele
admitir dilaciones o demoras, se han aceptado distintos mecanismos de
protección judicial urgente y expeditiva. Medidas autosatisfactivas, sentencias
anticipatorias, amparos, etc. se presentan como instrumentos aptos para allegar
una tutela generalmente asociada a la impostergabilidad de su concreción. El
análisis habrá de ceñirse a esta última acción, esto es, la de amparo, en tanto y
en cuanto la misma fue el medio judicial utilizado en la causa que se comenta.
El art. 43 C.N. reformada determinó un ámbito de procedencia para la acción
de amparo que privilegia el derecho a la jurisdicción, en pos de favorecer
decisiones judiciales rápidas, expeditivas y eficaces. Concretó así el
constituyente del año 1994 una disposición expresa, enmarcada en el espíritu
del instituto que viera la luz en nuestro derecho, por medio de las señeras
decisiones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación recaídas en las causas
“Siri” y “Kot”. Sin duda el texto sancionado se compadece con la “protección
judicial” consagrada en el Pacto de San José de Costa Rica (art. 25, ap. 1), el
que, por imperio del art. 75, inc. 22, C.N., ostenta hoy también rango
constitucional.
…no debe perderse de vista que las prestaciones de salud constituyen un recurso
escaso, pues no es actualmente posible ―aunque sí deseable― que todos los
57
individuos tengan acceso a todas las prestaciones que desean en lo atinente a la
salud. Esa circunstancia determina que enfrentemos en la materia problemas de
asignación que persisten, sea la medicina pública o privada; pues, (…) diversas
normas que integran el bloque de constitucionalidad federal establecen la
responsabilidad del Estado como garante de la cobertura de las necesidades
sanitarias de la población.
De tal suerte que ese procedimiento regulado por el art. 43 C.N. juega como
alternativa principal y no subsidiaria, siendo directamente operativo para
asegurar la vigencia cierta del derecho constitucional a la salud, procediendo
ante cualquier juez o tribunal.
2. La acción de amparo -
58
oscuros meandros de la burocracia o de la mezquina voluntad de quien,
privilegiando el equilibrio de la ecuación financiera o, en el más frecuente de
los casos, el lucro esperado, la demore, o directamente la rehúse.
Frente a esa situación, generada por igual por obras sociales y entidades de
medicina prepaga, el paciente o sus familiares son ganados por una
comprensible desesperación, en una suerte de siniestra antesala de la
desesperanza.
59
Cuando se está en presencia de una violación constitucional manifiesta y el
derecho conculcado tiene la jerarquía y proyección del derecho a la salud e
integridad físicas de las personas, el remedio excepcional del amparo es el
procedimiento más apropiado para poner la situación jurídica en su quicio. JA,
2000-IV-síntesis.
60
mental”, mientras que en el párrafo 2º del art. 12 se indican, a título de ejemplo,
diversas “medidas que deberán adoptar los Estados Partes a fin de asegurar la
plena efectividad de este derecho”. Además, este derecho es reconocido, en
particular, en el inciso IV) del apartado e) del artículo 5º de la Convención
Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
Racial, de 1965; en el apartado f) del párrafo 1º del artículo 11 y el artículo 12
de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer, de 1979; así como el artículo 24 de la Convención sobre los
Derechos del Niño, de 1989. Varios instrumentos regionales de derechos
humanos, como la Carta Social Europea de 1961 en su forma revisada (art. 11),
la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, de 1981 (art. 16), y
el Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en
Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, de 1988 (art. 10),
también reconocen el derecho a la salud. Analógicamente, el derecho a la salud
ha sido proclamado por la Comisión de Derechos Humanos, así como también
en la Declaración y Programa de Acción de Viena de 1993 y en otros
instrumentos internacionales (Observación Gral. nº 14 del Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales sobre el art. 12 del Pacto Internacional de
Derechos Humanos, Económicos, Sociales y Civiles 21.
3. El juicio sumarísimo -
61
establecidos por este Código u otras leyes, que le brinden la tutela inmediata y
efectiva a que está destinada esta vía acelerada de protección.
El mismo Palacio señaló con relación a la sanción de la ley 25.488 que se trató
de una solución legislativa inadecuada al sostener que:
Por lo pronto, resulta manifiesto que la “acción expedita y rápida” a que alude
el art. 43 de la C.N. es incompatible con la celebración de la denominada
audiencia preliminar, por más que ella, conforme a lo dispuesto en el actual art.
498, inc. 4º, del CPCN, deba señalarse “dentro de los diez días de contestada la
demanda o de vencido el plazo para hacerlo (…) De lo dicho se deriva que si la
pretensión de amparo supone, por definición, la existencia de un acto u omisión
manifiestamente arbitraria e ilegal, es decir de un dato de la realidad que resulta
visible al análisis más superficial y que, por ello, habilita al juez para desestimar
de plano una pretensión que, prima facie, no revista tales caracteres, en modo
alguno se justifica la realización de una audiencia que, entre otros cometidos,
tiene por objeto la fijación de los hechos controvertidos sobre los que versará
una prueba por lo demás ya ofrecida en los escritos iniciales (…) Todo ello
acredita, con evidencia, que el actual proceso sumarísimo dista de ser el molde
apropiado al trámite de la pretensión “expedita y rápida” de amparo cuando se
trata de impugnar actos u omisiones de particulares. Mucho menos,
naturalmente, el cauce capaz de brindar “la tutela inmediata y efectiva” que
encarece el art. 321, inc. 2º, del Cód. Proc.
En ese sentido, la ley 25.488 se quedó en mitad del camino porque, no derogó
la ley 16.986 y al mismo tiempo abrió una vía alternativa para que el juez decida
el marco procesal en el que conocerá el reclamo.
62
De esta forma, queda librado al criterio judicial cuándo y por qué la acción que
se inició siguiendo las previsiones de la ley 16.986 pasará a ser tratada por el
Código Procesal de la Nación.
En el punto 2 del art. 9º, primer párrafo, se incorpora el art. 4º bis, de la ley
4915, en virtud del cual, se modifica el trámite del amparo en la Provincia,
estableciendo para los casos en contra de autoridad pública, será competente “la
cámara contencioso administrativa que este de turno, y en la Circunscripciones
del interior de la Provincia, la Cámaras Civiles y Comerciales de turno
competentes en lo contencioso administrativo, en el lugar en que el acto se
exteriorice o tuviere o pudiere tomar efecto”. Esta reforma consiste en
desnaturalizar el amparo, consagrado operativamente en la Constitución
Nacional en el art. 43, puesto que lo restringe, lo limita y lo hace mucho más
complicado y dificultoso para la ciudadanía y para los abogados que defienden
63
los intereses de los habitantes de la Provincia, incorporando un trámite
centralizado en pocos y excluyentes jueces o tribunales, como son las dos
cámaras contencioso en la ciudad de Córdoba y en el Gran Córdoba; y solo en
las ciudades y circunscripciones judiciales donde existen cámaras de apelación
en lo civil y comercial. Esta reforma convierte al aparo en contra de los actos
que emanan de autoridades pública o del estado, en un proceso especial, elitista,
lento, difícil, tortuoso ―diría yo― y mucho más extenso que el actual, por
cuanto contradice, no solo el texto del art. 43 de la C.N., que dispone que “toda
persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo”, sino también la
Convención Americana sobre los Derechos Humanos (Pacto de San José de
Costa Rica), que en su art. 25, Punto 1, establece en forma terminante y
concreta, que la protección judicial corresponde a “toda persona tiene derecho
a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces
o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente convención,
aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de
sus funciones”. Vale decir, que con el texto aprobado por la Legislatura de
Córdoba, se ha tirado por la borda el paradigma de la tutela judicial efectiva,
porque se ha establecido un privilegio a favor del estado y las autoridades
públicas, en contra de los ciudadanos comunes, concentrado los amparos en
pocos tribunales o cámaras y violando los requisitos de un juicio “expedito,
rápido, sencillo y eficaz”, que son los componentes de la “tutela judicial
efectiva” consagrados a partir de la reforma de la C.N. de 1994.
En función de esta nueva norma, los habitantes de Carlos Paz, Rio Segundo,
Jesús María y Alta Gracia, y los del gran Córdoba, que antes iniciaban sus
amparos judiciales en los juzgados de esas ciudades, ahora deberán ocurrir
indefectiblemente a la ciudad de Córdoba, por ante las dos únicas cámaras
contencioso administrativa con asiento en la capital de la Provincia. Lo mismo
ocurrirá con los ciudadanos de la ciudad Capital, que antes contábamos con los
52 Jueces de 1ª Instancia en lo Civil y Comercial (menos los de competencia
comercial), 10 Jueces de Conciliación y los 8 Jueces de Control y Garantías,
que nos veremos limitados solo a 2 tribunales colegiados. Lo mismo para los
habitantes del interior de la Provincia que podían iniciar sus acciones en
localidades como La Carlota o Villa Cura Brochero, por ejemplo, ahora deberán
hacerlo por antes las Cámaras de Apelaciones en Río Cuarto o Villa Dolores,
respectivamente. Se aleja la justicia de la gente y se la torna ineficaz y especial,
más lenta, más dificultosa, lo que significa mayores costos y gastos y más
dilación en la tramitación de la causa (página web Estudio López Amaya).
64
Art. 2. Será procedente la acción de amparo, siempre que no puedan utilizarse
otras vías judiciales o administrativas, eficaces para idéntico fin. Podrá
articularse por toda persona física o jurídica perjudicada, por sí o por apoderado.
Deberá interponerse dentro de los quince días hábiles a partir de la fecha en que
el afectado tuvo conocimiento fehaciente de la lesión, vencido el cual, caducará
la acción.
En lo que titula “Segunda Parte”, a partir del art. 5º legis la las reglas a las que
deberá someterse ese juicio sumario, que debemos entender en los términos de
proceso de conocimiento abreviado y de plazos más breves que el juicio
ordinario que el Código Procesal de la Provincia de Santa Fe caracteriza en sus
arts. 386 y 387.
Art. 386. Todo lo que se legisle para el juicio ordinario se hará extensivo a los
demás juicios declarativos generales o especiales en cuanto sea compatible con
las disposiciones peculiares a cada uno de ellos. Las normas relativas al juicio
ejecutivo serán igualmente extensivas a la vía de apremio y a la ejecución
hipotecaria en cuanto no se opongan a sus disposiciones especiales.
65
En la Provincia de Buenos Aires, el artículo 5° de la ley 13.928 establece para
el trámite de la acción el procedimiento que fija la propia ley y supletoriamente
el procedimiento sumarísimo previsto en el Código de Procedimientos Civil y
Comercial de la Provincia de Buenos Aires. Sin perjuicio de ello la norma
faculta a los jueces a establecer un trámite más rápido según la naturaleza de la
cuestión planteada y aclara expresamente que las normas de procedimiento no
pueden ser interpretadas de manera restrictiva o dilatoria para la tramitación
expedita del proceso. La ley 7166 resulta complementaria de estas
disposiciones 24.
66
Aunque también debe destacarse que en la actualidad el amparo es incoado
junto con “medidas cautelares” que, en definitiva, llevan ínsito un pedido de
“tutela anticipada”. Y ello porque, en efecto, en estos casos generalmente la
“urgencia” es más importante que la “certeza”. En efecto, cuando existe el
temor fundado de sufrir un daño irreparable el paciente puede requerir la
anticipación de la tutela. En los casos de amparo de salud el objeto de la medida
cautelar tiende a coincidir con el objeto del proceso, por lo que el acogimiento
favorable de aquella indudablemente adelanta, al menos, parte de la sentencia.
Por ello, en estos casos, más que “verosimilitud” del derecho, tiende a
requerirse un cierto grado de “certeza” sobre el derecho invocado. También
debe señalarse que indudablemente el derecho procesal cuenta con una
particularidad que le es específica. Toda transformación o desarrollo del
derecho “de fondo” requiere, casi de inmediato, nuevas estructuras procesales
que la acompañen, a fin de tornarla operativa. Así, el afianzamiento de los
derechos constitucionales — entre ellos el derecho a la salud— ha demandado
una visión más ágil y útil del proceso de amparo, de las medidas cautelares y
una atenta conducta activa en el desarrollo de la figura de la tutela anticipada…
El Código Civil y Comercial de la Nación vigente desde el 1 de agosto de 2015
(leyes 26.994 y 27.077), entre otras cuestiones, pone el acento en la prevención
de los daños. Así, de forma coherente con el referido paradigma protectorio del
derecho a la salud, introduce herramientas que resultan útiles para evitar los
menoscabos a la integridad psicofísica o a la vida.
El amparo, junto con las medidas cautelares, es una vía idónea para prevenir
daños.
Los conceptos citados constituyen una descripción exacta del conflicto judicial
generado por la desatención de los operadores del sistema de salud de los
reclamos de los usuarios o afiliados.
Esta situación hace que, una vez satisfecha la prestación indispensable, el juicio
sumarísimo que vehiculiza la acción de amparo se convierta, en el mejor de los
casos, en un juicio de conocimiento abreviado de mayor debate que el que
debería presentar un proceso de tales características.
67
Es que, si bien el art. 43 es una norma operativa y autosuficiente, no hay duda
de que la complejidad de las situaciones del derecho a la salud exige un
adecuamiento legislativo que contemple más precisamente la naturaleza del
proceso y, sobre todo, la incorporación, para casos urgentes, de la medida
autosatisfactiva, con regulación propia y diferente de las medidas cautelares
conocidas.
4. Sinopsis -
- El reclamo administrativo
68
Art. 19. Procedimientos Especiales…
a) S.I.D.A. H.I.V.A
b) Internaciones
c) drogadicción
d) Embarazo
f) Atención Oncológica
- La acción judicial
- La acción de amparo
La tutela constitucional
69
- La legislación común
- Leyes provinciales
Notas -
70
16 PEYRANO, Guillermo F., “La inmediata tutela del derecho a la salud.
Acción de amparo y protección cautelar para obtenerla”, JA, 2003-II-406.
17 CARAMELO DÍAZ, Gustavo D., “Medidas cautelares en resguardo del
derecho a la salud. Los niños, los discapacitados y las obligaciones de las
empresas de medicina prepaga”, JA, 2006-I-546 SJA 22/3/2006.
18 LOVECE, Graciela, “El derecho civil constitucional a la salud:
circunstancias del cumplimiento. Jurisprudencia anotada”, JA, 2003-I-493.
19 Magistrados: Negri, Salas, Pettigiani, Soria, Roncoroni. Contencioso
administrativa B90490 64215.
20 Del voto del Dr. Pedernera. Con nota de Adolfo Armando Rivas, JA, 1992-
I-386.
21 Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba, Sala B, “V., S. A. c/OMINT s/
prestaciones farmacológicas”, 5/10/2018.
22 Tribunal de Juicio de Tartagal, Sala II, Asesora de Menores nº 02, en
representación del menor “A. R. O. c. Instituto Secundario Juan Carlos Dávalos
s/acción de amparo”, 23/7/2018. Cita Online: AR/JUR/35356/2018.
23 PALACIO, op. cit.
24 Ramos, Santiago José, “El amparo en la Provincia de Buenos Aires:
coexistencia de los regímenes de las leyes 7166 y 13.928”.
25 RIVAS, op. cit., p. 211.
26 TANZI, Silvia Y. PAPILLÚ, Juan M., “El derecho a la salud y la prevención
de los daños. Vías procesales”, LL, 2018-D.
Capítulo V
Horacio A. Faillace
1. Antecedentes y evolución -
Sostenía Von Ihering que “la idea del derecho encierra una antítesis que nace
de esta idea de la que es completamente inseparable: la lucha y la paz; la paz es
el término del derecho, la lucha es el medio para alcanzarlo. Esta lucha durará
tanto como el mundo, porque el derecho habrá de prevenirse siempre contra los
ataques de la injusticia. La lucha no es, pues, un elemento extraño al derecho;
antes bien, es una parte integrante de su naturaleza y una condición de su idea
71
(...) El derecho es el trabajo sin descanso, y no solamente el trabajo de los
poderes públicos, sino también el de todo el pueblo” 27.
La existencia de ese límite es admitida tanto por aquellos que sostienen que
existen derechos propios e inmanentes del ser humano, anteriores y superiores
a su organización en sociedad (iusnaturalismo), como por quienes afirman que
sólo existen aquellos que son reconocidos por el grupo social y plasmados en
una norma jurídica (positivismo).
72
Y del mismo modo podemos afirmar que ha sido la primera expresión política
del amparo que una norma jurídica brinda a los ciudadanos frente al poder del
príncipe.
Poco años después, el Congreso federal sancionó la llamada Bill of Rights (la
“Carta de Derechos”) que es el término por el que se conocen las diez primeras
enmiendas de la Constitución de los Estados Unidos de América. Estas
enmiendas tenían un propósito definido y preciso que fue el de limitar el poder
del gobierno federal mediante la expresa garantía de los derechos y libertades
de las personas. Entre los derechos y libertades que la Carta de Derechos
garantiza se encuentran: la libertad de expresión, la libertad de asamblea, la
libertad religiosa, la libertad de petición y el derecho a tener y portar armas; el
derecho a no ser sometido a registros e incautaciones irrazonables, o a castigos
crueles e inusuales; el derecho a no testificar contra uno mismo, al debido
proceso, y a un juicio rápido con un jurado imparcial y local.
Tal vez, uno de sus pasajes más significativos es aquel en el que se expresa que
“la enumeración en la Constitución, de ciertos derechos, no debe ser
interpretada para negar o menospreciar otros retenidos por el pueblo”. La Carta
de Derechos también reserva a los estados o al pueblo todos los poderes no
delegados al gobierno federal. Estas enmiendas entraron en vigor el 15 de
diciembre de 1791, cuando fueron ratificadas por tres cuartas partes de los
estados.
73
Esta construcción piramidal 29 tiene un contenido complejo porque es, a la vez,
teleológico, ontológico y político.
Ya al final de la primera década del siglo XXI podemos asegurar que, en lo que
al concepto a examinar se refiere, no importa si la organización de los medios
de producción define a un Estado como liberal capitalista o socialista (para
tomar sólo una de varias opciones).
En modo alguno ese Estado podrá prescindir de una Constitución que delimite
los derechos de administradores y administrados, en un diseño piramidal de su
estructura jurídica.
74
Y cuanto más amplio sea el consenso, más sólida serán la validez y la eficacia
de la norma, porque la legitimidad ―vuelvo a la “arborescencia”― es la raíz
del orden jurídico (el árbol).
…es una parte ―la básica, primera y fundamental― del orden jurídico, no sería
compatible con otra que interpretara que su primacía es únicamente simbólica,
o que acaso sólo se proyecta para invalidar en los estratos subconstitucionales
a las producciones anticonstitucionales, dejando desguarnecida la operatoria de
su desarrollo y despliegue positivos la que incumbiría privativamente a los
órganos de poder como intermediarios imprescindibles y discrecionales, y que
de paralizarse en la inercia no permitiría extraer en modo alguno de la propia
constitución la fuerza aplicativa e inmediata.
Ahora bien, cuando se acepta que la constitución es, como enseñaba Bidart
Campos, la “parte básica, primera y fundamental” del orden jurídico,
necesariamente se excluye la existencia de una estructura “parajurídica”,
formada por derechos que anteceden al orden jurídico por su inmanencia a la
condición humana.
75
Esos límites se originan, esencialmente, en la letra del texto constitucional y en
las leyes que tornan efectivo su ejercicio.
Tal como lo enseña Adolfo Armando Rivas en una obra insoslayable 32:
76
Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación
de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a
una información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de
trato equitativo y digno.
77
El tumulto de justiciables provocado por la legislación (ley 25.561, decreto
214/02) en los primeros días del año 2002 puso al descubierto la morosidad del
Poder Legislativo que no asumió la imperiosa necesidad de adecuar el marco
legal a las contingencias propias de la vida democrática.
Si bien la pertinencia de esta vía judicial no deja mucho margen para el debate,
la polémica se instala en muchos de los aspectos que se generan a partir de su
existencia: jurisdicción, competencia, adecuación del objeto y, muy
especialmente, la procedencia de las medidas cautelares que se peticionan,
muchas veces, con las características y estructura de las medidas
autosatisfactivas o de las sentencias anticipatorias.
78
Mientras tanto y, por qué no, aún después de sancionado ese anhelado
instrumento legal, la acción consagrada en el art. 43 del texto constitucional de
la Nación permitirá resolver de manera urgente aquellos casos en los que la ley
supere el conflicto.
80
Ahora bien, en la doctrina como en la legislación nacional como extranjera no
existe uniformidad en cuanto a la naturaleza y denominación que cuadra
asignarle al proceso cautelar o ya a las “acciones” o “medidas cautelares”,
refiriéndoselas así por algunos como “providencias cautelares”, “medidas
precautorias”, “medidas de seguridad”, “medidas urgentes”, “medidas
provisionales”, “medidas de cautela”, “providencias conservatorias o
interinas”, etc.
Por nuestra parte, hemos dicho antes de ahora que entendemos al proceso
cautelar como aquel que tiene por objeto una pretensión de tutela anticipada y
provisional diversa en purismo a la pretensión o petición definitiva que se
discute en el mismo, en miras al aseguramiento de los bienes y personas
involucrados en el proceso contencioso o extracontencioso, aun cuando para un
importante sector de la doctrina nacional también de las pruebas, así a partir del
instituto contemplado en los artículos 326 y concordantes del Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación.
81
La distinción de obras sociales de entidades de derecho público no estatal con
la de personas jurídicas de derecho privado se encuentra en el art. 2º de la ley
23.660 y 23.661, perteneciendo a la primera de las categorías la Obra Social del
Poder Judicial, la Dirección de Asistencia Social del Poder Legislativo, obras
sociales de la Administración central del Estado, las obras sociales de empresas
del Estado.
82
Ahora bien, los estatutos legales que deberían regular el ejercicio concreto del
derecho a la salud se han demostrado insuficientes para dar respuesta a la
variedad de patologías y de estrategias terapéuticas que cotidianamente se
integran, con firmeza, al derecho a la salud (v. gr. ley 26.689 de enfermedades
poco frecuentes y anomalías congénitas).
83
medicina prepaga, conforme se recuerda en la causa “C. de B., A. C. v.
Secretaría de Programas de Salud y otro”…
84
Esta concepción aún se mantiene en los Códigos Procesales y puede advertirse
a poco de que se observe la extensión y minuciosidad con la que se regula tal
figura, en franco contraste con el resto de las cautelares.
85
determinado viaje, entre muchos otros ejemplos), aquellas medidas no resultan
idóneas.
Sostiene Gozaíni:
86
Este es el esquema de la tutela cautelar, donde lo más complejo para dilucidar
es si el amparo que ofrece es para las personas, o para la misma esencia de la
función jurisdiccional. Ello así porque la doctrina tradicional sostiene que la
verdadera protección no es para el proceso y su eficacia proyectiva (en esencia,
la ejecución de lo juzgado) sino para el objeto del litigio, que se guarece con
medidas provisionales de tipo cautelar.
Afirma Berizonce:
87
mandamental, ejerciendo la función protectora donde toda vez que de manera
inicial, aprecie que en el caso se dan los presupuestos; avizorada la razón
jurídica, no se la concederá, sino que lisa y llanamente se la protegerá.
La tutela anticipada ha sido definida por la doctrina como “la que tiende a
obtener una providencia no contemplada en previsiones legislativas específicas,
otorgando en forma anticipada total o parcialmente el objetivo mediato de la
pretensión contenida en la demanda y que, según la naturaleza del interés, el
carácter del peligro que lo amenaza, o las particulares circunstancias que surgen
de la situación jurídica por la inminencia o presencia efectiva de un perjuicio
irreparable, o de difícil reparación, atento el grado de convicción enmarcado en
la certeza suficiente que se forma el juez en forma sumaria en base a la prueba
aportada, y de acuerdo a su criterio discrecional por conceptuarla más idónea
para obviar las consecuencias disvaliosas de un evento que podría producir la
supresión o la restricción de los efectos obligatorios o ejecutivos de la decisión
sobre el mérito.
88
En algunos ordenamientos procesales provinciales este instituto cautelar
excepcional y restrictivo ha tenido expresa acogida y regulación legal.
Sigo a Carbone:
Así, el Código Procesal Civil de La Pampa como el de San Juan, en su art. 231
disponen: “Tutela Anticipatoria. Procedimiento. El juez podrá anticipar, luego
de la traba de la litis, a requerimiento de parte, total o parcialmente, los efectos
de la tutela pretendida en la demanda o reconvención si: 1) existe verosimilitud
del derecho en un grado mayor que en las medidas cautelares ordinarias. 2) se
advierta en el caso una urgencia impostergable tal que si la medida anticipatoria
no se adoptare en ese momento, la suerte de los derechos se frustraría. 3) se
efectivice contracautela suficiente. 4) la anticipación no produzca efectos
irreparables en la sentencia definitiva. La decisión no configurará
prejuzgamiento.
89
La generalizada utilización de la acción de amparo en el reclamo de la tutela
cautelar del derecho a la salud, exige un cambio en la comprensión de los
Tribunales de Justicia en la aplicación de medidas de tutela anticipada.
Hago propios los conceptos de Marta Gómez Alsina, Carmen Elisa Palacios y
Jorge Noro Villagra 40:
90
En este contexto nace la necesidad de legislar sobre las tutelas de urgencia para
asegurar la tutela efectiva en la oportunidad adecuada. Ello condujo a la
búsqueda de nuevas y diversificadas técnicas adaptadas a las características y
exigencias particulares de ciertas situaciones para las cuales el proceso de
cognición común resulta estructural y funcionalmente inadecuado. Aparecen
así, tanto en el ámbito nacional como en el Derecho comparado, las tutelas de
urgencia o, como se las denomina en nuestro medio, los “procesos urgentes”.
La nota característica de tales procesos es la prevalencia que se asigna al
principio de celeridad, que conduce a reducir la cognición y a postergar la
bilateralidad a los fines de asegurar una tutela eficaz (De los Santos, Mabel,
“Conveniencia y necesidad de legislar sobre las tutelas de urgencia”,
FUNDESI, Escuela Judicial, “Procesos urgentes”, clase del 10/4/2000).
Es verdad que la tutela anticipada posee caracteres comunes con las medidas
cautelares típicas: 1) Ambas son importantes instrumentos para la efectividad
del proceso (asegura la idoneidad del proceso ―la tutela cautelar― y adelanta
la provisión de lo solicitado por el actor ―anticipación de tutela―); 2) no
producen efecto de cosa juzgada material ya que son dictadas mediante una
cognición necesariamente sumaria; 3) no causan instancia ya que “exige-se
reversibilidade jurídica a quaisquier provimentos a lide, sejam antecipatórios,
sejam cautelares”; 4) son de ejecutabilidad inmediata (Bomfim Marins, Victor
A. A., “Aspectos Polémicos da Antecipacao de Tutela”, XXIII, Antecipacao da
Tutela e Tutela Cautelar, ps. 563/567).
91
Como recordáramos, la tutela susceptible de ser anticipada es aquella
constitutiva del pedido formulado en inicio, que puede ser anticipada en todo o
en parte y aquí hay una absoluta identidad entre la tutela pasible de anticipación
y el pedido efectuado por el actor, y no puede el juez pronunciarse ni ultra ni
extra petita. Como consecuencia de ello y por aplicación del principio de
congruencia que vincula necesariamente el contenido del pedido y la sentencia
―de observancia imprescindible para la anticipación de tutela―, hace que no
proceda su reemplazo por una tutela diferente a la pedida, lo cual implica que
no rige a su respecto la condición de medidas mutables o flexibles. Cabe
también señalar que esta medida no se decreta inaudita parte, sino, por el
contrario, luego de trabada la litis.
Por último debe destacarse que para decretarlas se requiere que haya apariencia
de daño irreparable o de difícil reparación y habrá también probabilidad de
ineficacia de la sentencia final. Es decir que, a diferencia de las cautelares
típicas, no requiere sólo un grado de apariencia, ni tampoco el grado de certeza
como sucede en la sentencia definitiva, sino que es menester un estado de
conocimiento intermedio que se ha dado en llamar “certeza provisional” (…).
En síntesis, medida anticipatoria es aquella que apunta a la satisfacción
inmediata total o parcial de la pretensión contenida en la demanda cuando de la
insatisfacción pueda derivarse un perjuicio irreparable. Son cuatro los
presupuestos de procedencia y pueden resumirse de la siguiente manera: 1)
prestación de contracautela; 2) que los efectos de la resolución anticipatoria
sean fácilmente reversibles; 3) prueba inequívoca de la atendibilidad del planteo
del requirente, recaudo que revela que es menester una fuerte probabilidad de
que la posición del requirente sea la jurídicamente correcta; 4) la concurrencia
de una suerte de plus del requirente por sobre “el peligro en la demora” corriente
en las medidas cautelares. En efecto: aquí se exige, además, la existencia de una
situación conexa que aqueje al requirente (riesgo de sufrir un perjuicio
irreparable o de difícil reparación o la circunstancia de que resulte ser víctima
de un abuso de derecho de defensa por parte de la contraria) (Peyrano, Marcos
L., “La sentencia anticipatoria y su aplicación inmediata para satisfacer las
demandas de los damnificados por cortes de luz”, diario La Ley, 30/3/1999, p.
1).
92
La legislación de fondo, contenida en el Código Civil y Comercial de la Nación,
consolida la fortaleza de los argumentos doctrinarios expuestos en escueta
síntesis.
Por otra parte, corresponde aseverar que el deber no es moral sino jurídico,
puesto que puede ser exigido su cumplimiento judicialmente, cuando se
cumplan las condiciones de los arts. 1711 y 1712.
93
Esos artículos disponen:
Art. 1711. Acción preventiva. La acción preventiva procede cuando una acción
u omisión antijurídica hace previsible la producción de un daño, su
continuación o agravamiento. No es exigible la concurrencia de ningún factor
de atribución.
Está claro que la acción de amparo tiene, como propósito esencial y básico,
evitar que se concrete ―o persista― el agravio a la garantía constitucional que
consagra el art. 42 del Magno Texto Federal.
94
Trasladándonos desde estos conceptos genéricos a las concretas previsiones
normativas que nos rigen señalaremos, ahora, que el deber del Estado de prestar
tutela judicial efectiva tiene jerarquía constitucional como derecho
expresamente consagrado.
El art. 2º, inc. 3º, apartado a), del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos señala, por su parte, que cada uno de los Estados Partes en el mismo
se compromete a garantizar que toda persona cuyos derechos o libertades
reconocidos en el Pacto hayan sido violados podrá interponer un recurso
efectivo, aun cuando tal violación hubiera sido cometida por personas que
actuaban en ejercicio de sus funciones oficiales.
95
bajo su jurisdicción”, agregando que “según este principio, la inexistencia de
un recurso efectivo contra las violaciones a los derechos reconocidos por la
Convención constituye una trasgresión de la misma por el Estado Parte en el
cual semejante situación tenga lugar. En ese sentido debe subrayarse que, para
que tal recurso exista, no basta con que esté previsto por la Constitución o la
ley o con que sea formalmente admisible, sino que se requiere que sea realmente
idóneo para establecer si se ha incurrido en una violación a los derechos
humanos y proveer lo necesario para remediarla”.
96
En ese sentido, la constitución en mora, fehaciente y comprobada, resulta
indispensable para que el juzgador pueda, liminarmente, dictar la medida
inaudita parte.
Notas -
97
Capítulo VI
Derecho de opción
Horacio A. Faillace
98
La finalidad altruista y solidaria las acerca a las asociaciones civiles sin fines
de lucro, sobre todo porque carecen de objetivos gremiales, por lo menos en el
plano de la abstracción teórica.
En cambio, cuando se trata de las obras sociales gremiales (inc. a) o del personal
de dirección o asociaciones de profesionales de empresarios (inc. e) (las
asociaciones de profesionales liberales parecerían no estar contempladas en la
ley) o aquellas “constituidas por convenio con empresas privadas y públicas y
las que fueron originadas a partir de la vigencia del art. 2º, inc. g), punto 4, de
la ley 21.476”, eran consideradas como sujetos de derecho en los términos del
art. 33, inc. 2º, del Código Civil.
Ahora bien, las obras sociales sindicales (inc. a) no son mencionadas en el art.
2º en ninguna de las categorías que asigna al resto de las obras sociales, que
clasifica según su origen y la pertenencia de sus afiliados directos.
99
cuyo carácter de tal se establece se establece o resulta de su finalidad y normas
de funcionamiento”.
De manera que se trataría de una entidad jurídica que pertenece (2ª acepción
Diccionario Real Academia Española) a la asociación gremial de que se trate,
y a través de las cuales las entidades gremiales cumplen con la prestación de
servicios de la seguridad social de sus afiliados.
100
De esta forma nos encontramos con una profusión de entes jurídicos que
teniendo los mismos fines y hasta la misma regulación legal, tienen una
consideración diferente.
En principio, parece más exacto concluir que en su conjunto deben ser definidas
como personas jurídicas de derecho privado con fines de seguridad social, y,
por lo tanto, obligadas a excluir de su actividad la obtención de lucro o
ganancias.
Desde esa posición, podemos sostener que se trata de entes cuyo financiamiento
depende de dos factores esenciales como son el mantenimiento de la ecuación
financiera (trabajadores activos/ trabajadores pasivos/otros recursos
financieros) y la administración transparente, eficaz y altruista.
101
que decidieron el empleo de los fondos en prestaciones importantes pero
secundarias, como el llamado turismo social.
102
g) Las obras sociales del personal civil y militar de las Fuerzas Armadas, de
Seguridad, Policía Federal Argentina, Servicio Penitenciario Federal y los
retirados, jubilados y pensionados del mismo ámbito, cuando adhieran en los
términos que determine la reglamentación;
Así como es distinta la genética de las diferentes categorías que describe la ley,
distinta es la personalidad jurídica que asigna a cada una de ellas.
Las obras sociales comprendidas en los incs. c), d) y h) del art. 1º funcionarán
como entidades de derecho público no estatal, con individualidad jurídica,
financiera y administrativa y tendrán el carácter de sujeto de derecho, con el
alcance que el Código Civil establece para las personas jurídicas…
…c) (Texto según ley 23.890). Las obras sociales de la administración central
de Estado nacional y sus organismos autárquicos y descentralizados.
En cambio:
103
e) Las obras sociales del personal de dirección y de las asociaciones
profesionales de empresarios (…)
Finalmente, las obras sociales señaladas en el inc. b) del art. 1º, creadas por
leyes especiales al efecto, vigentes a la sanción de la presente ley, mantendrán
sus modalidades administrativas, contables y financieras conforme a las leyes
que le dieron origen, con las salvedades especificadas en los arts. 37, 38, 39 y
40 de la presente ley.
a) Las obras sociales sindicales son patrimonio de los trabajadores que las
componen. Serán conducidas y administradas por autoridad colegiada, que no
104
supere el número de (5) integrantes, cuyos miembros serán elegidos por la
asociación sindical con personería gremial signataria de los convenios
colectivos de trabajo que corresponda, a través de su secretario nacional,
consejo directivo nacional o asamblea general de delegados congresales,
conforme al estatuto de la obra social sindical. No existirá incompatibilidad en
el ejercicio de cargos electivos entre las obras sociales comprendidas en el
régimen de la presente ley y la correspondiente asociación sindical;
c) (Texto según ley 23.890). Las obras sociales de la administración central del
Estado nacional y de sus organismos autárquicos y descentralizados serán
conducidas y administradas por un presidente propuesto por la Subsecretaría de
Salud de la Nación, cuatro (4) vocales en representación del Estado propuestos
por el respectivo organismo autárquico o descentralizado que corresponda y
cuatro (4) vocales en representación de los beneficiarios que serán propuestos
por la asociación sindical, con personería gremial pertinente. Todos serán
designados por el Ministerio de Salud y Acción Social;
d) Las obras sociales de las empresas y sociedades del Estado serán conducidas
y administradas por un directorio integrado según las normas del inc. c). En
estos casos la mitad de los vocales estatales serán designados a propuesta de la
respectiva empresa. El presidente será designado por el Ministerio de Salud y
Acción Social;
105
g) Las asociaciones de obras sociales serán conducidas y administradas por
cuerpos colegiados que no superen el número de siete (7) miembros elegidos
por las obras sociales integrantes de la asociación;
Pero, por otra parte, la titularidad patrimonial de las obras sociales es de dudosa
racionalidad dado que la ley excluye a sus “dueños”, a los trabajadores, del
derecho a elegir a quienes las deben administrar, convirtiéndolas en un apéndice
de la organización sindical y sometida a los vaivenes y designios políticos de
esta última.
106
La formación del estatuto legislativo de las obras sociales se concretó a partir
de la ley 23.660 y por medio de los decretos reglamentarios de la misma, dado
que fueron varios los decretos sancionados con esa finalidad.
a) Las obras sociales sindicales son patrimonio de los trabajadores que las
componen. Serán conducidas y administradas por autoridad colegiada, que no
supere el número de (5) integrantes, cuyos miembros serán elegidos por la
asociación sindical con personería gremial signataria de los convenios
colectivos de trabajo que corresponda, a través de su secretario nacional,
consejo directivo nacional o asamblea general de delegados congresales,
conforme al estatuto de la obra social sindical. No existirá incompatibilidad en
el ejercicio de cargos electivos entre las obras sociales comprendidas en el
régimen de la presente ley y la correspondiente asociación sindical…
107
Está claro que la distancia temporal que media entre la sanción de la ley y el
nacimiento de su decreto reglamentario, pone de relieve ―una vez más― la
modificación en la visión que el Poder Ejecutivo tenía entonces y tuvo después.
Pero esa contradicción no logra superar el ámbito de la retórica, dado que el art.
12 define una modalidad de conducción de la obra social que el decreto
reglamentario no llega a poner en crisis. Como conclusión podemos afirmar que
las obras sociales sindicales, tal como las concibe la ley 23.660, son una suerte
de satélite de las organizaciones sindicales que les dieron vida y afiliados.
108
De esta forma el decreto reglamentario altera la porción financiera aplicable a
la prestación de servicios de salud dado que excluye “las sumas provenientes
de apoyos financieros otorgados”, lo que le permite lisa y sencillamente destinar
aportes realizados por la obra social sindical y, aun, subsidios otorgados por
cualquier ente financiero estatal o privado, a otra aplicación distinta de la
prestación de salud.
La ley llama beneficiarios a aquellos que se vinculan con la obra social aun
cuando en el art. 9º, inc. b), los menciona como afiliados.
Para ser afiliado de una obra social es indispensable que exista (art. 8º, inc. a) o
haya existido relación de trabajo (art. 8º, inc. b) debidamente registrada (cfr. ley
24.013) o bien que se trate de titulares de pensiones no contributivas (inc. c).
109
Mientras el sujeto de una relación laboral es afiliado, tanto su grupo familiar
primario y como aquellos quienes sin ser familiares convivan con el afiliado “y
reciban del mismo ostensible familiar” serán considerados beneficiarios del
sistema.
Y mientras la relación jurídica entre una persona y su grupo familiar con una
obra social se encuentre vigente, nacen derechos y obligaciones que la avaricia
descriptiva de la ley y la mayor demanda de prestaciones de salud, ha
convertido en un territorio de fronteras difusas y confusas, puesto que se sabe
dónde comienzan pero, fallos judiciales mediante, no dónde terminan.
La Obra Social, entonces, debe cumplir con su obligación como sujeto pasivo
de un débito que nace a partir del art. 5º de la ley 23.660 y se estructura con la
observancia de las normas del Código Civil que regulan las obligaciones de
hacer que podrá ejecutar por si misma o a través de terceros.
110
Sostiene Lorenzetti (op. cit., p. 353) que como existe una imposición legal que
obliga a las obras sociales a contratar con prestadores directos “y a estos les
dice ―continúa Lorenzetti― que están cumpliendo con un servicio público”,
concluye que estamos frente a un “contrato forzoso” el cual una vez celebrado
tiene el efecto de incorporar al prestador al sistema, convirtiéndolo en un agente
de un servicio público.
Como veremos, la ley 23.661 en modo alguno incluye como agentes del seguro
de salud a los prestadores del servicio de salud y sólo los hace pasibles de
sanciones administrativas limitadas a la operación del sistema de salud.
Por tal razón bien puede afirmarse que la relación de las obras sociales con los
prestadores es una relación contractual de derecho privado patrimonial
sometida a jurisdicción administrativa de la Superintendencia de Salud.
Los agentes del Sistema Nacional del Seguro de Salud estarán obligados a
admitir la afiliación por opción, de afiliados titulares del sistema hasta un
máximo de:
1) Veinte por ciento (20%) del total de sus beneficiarios titulares, calculado
sobre la base de su padrón, vigente al 1 de enero de 2001, durante el transcurso
del referido año.
2) Cuarenta por ciento (40%) del total de sus beneficiarios titulares, calculado
sobre la base de su padrón, vigente al 1 de enero de 2002, durante el transcurso
del referido año.
3) Sesenta por ciento (60%) del total de sus beneficiarios titulares, calculado
sobre la base de su padrón, vigente al 1 de enero de 2003, durante el transcurso
del referido año.
111
4) Ochenta por ciento (80%) del total de sus beneficiarios titulares, calculado
sobre la base de su padrón, vigente al 1 de enero de 2004, durante el transcurso
del referido año.
A partir del 1 de enero de 2005, no habrá límite para la afiliación por opción,
quedando obligados a admitir la afiliación de todo aquel que lo solicite.
a) Diez por ciento (10%) del total de los beneficiarios titulares de su padrón
vigente al 1 de enero de 2001, durante el transcurso del referido año.
b) Treinta por ciento (30%) del total de los beneficiarios titulares de su padrón
vigente al 1 de enero de 2002, durante el transcurso del referido año.
112
La ley de obras sociales, lo hemos dicho, estableció un sistema basado,
primordial y esencialmente, en la solidaridad nacida a partir del trabajo
organizado.
Las deficiencias de la ley y sobre todo la laxitud de los poderes públicos frente
a los desajustes provocados por una conducción muchas veces improvisada y
otras, decididamente inidónea, instalaron una crisis con el cierto peligro de
convertirse en estructural.
113
su parte del decreto 84/1997 modificó el período para el ejercicio de la opción
de cambio.
El texto del decreto 9/993 desde sus “considerandos” confirma este esquema
filosófico cuando se dice:
Que el sistema de obras sociales fue una de las respuestas que elaboró la
sociedad frente a los desafíos y carencias que plantea el tratamiento solidario
de los problemas que subyacen a la atención de la salud. En tal sentido el
nacimiento del sistema y su desarrollo significó una importante herramienta de
progreso social.
Que la libertad para elegir la obra social contribuirá a la eficiencia del sistema
de obras sociales por el clima de mayor competencia que se derivará de esta
situación, que implica incorporar un novedoso mecanismo de control sobre la
administración de los recursos a cargo de los propios beneficiarios.
114
Si la ley 23.660 no permitía alcanzar el objetivo básico de su existencia, debía
mejorarse la norma, pero dentro del sistema. En cambio, se propuso un criterio
mercantilista en el que no hace falta indagar mucho para concluir que las obras
sociales con un número relativamente reducido de afiliados perderían la
competencia frente a otra obra social que, por la naturaleza de su actividad
(camioneros, construcción, comercio y servicios, etc.), contará con mayores
recursos financieros provenientes de su mayor cantidad de cotizantes.
Y ello, sin que exija demasiado esfuerzo competitivo, dado que por gravitación,
simplemente, el que más recauda mayores posibilidades tiene, aun cuando la
administración de esos recursos no tenga la eficiencia que el decreto 9/1993
parece animar.
Art. 1º. – (Texto según decreto 1301/1997, art. 1º). Los beneficiarios
comprendidos en los arts. 8º y 9º de la ley 23.660 tendrán libre elección de su
obra social dentro de las comprendidas en los incs. a), b), c), d) y h) del art. 1º
de la mencionada ley.
Esta norma dio origen a una modalidad asociativa que se reprodujo en casi todas
las provincias y que concluyó, en casi todos los casos, en estrepitosas quiebras
con mayúsculas pérdidas para los trabajadores, prestadores y aun proveedores
de suministros.
115
Se dieron en llamar “Asociaciones de Obras Sociales” (ADOS) y se formaban
con la participación de las obras sociales existentes en la jurisdicción y con
importante apoyo oficial.
Contaba con una administración única, regida por la ley 23.660, en la que
estaban representadas cada una de las obras sociales que la integraban.
La crisis de los años 2001 y 2002 terminó con casi todas estas asociaciones, con
pérdidas, en la mayoría de los casos, irrecuperables.
Algunos años después, el decreto 486/2002 dejó sin efecto esa limitación.
Déjanse sin efecto las restricciones que limitan la libertad de contratación a las
entidades comprendidas por los arts. 5º y 7º del decreto 9 del 7 de enero de
1993, e incs. 1), 2) y 3) del art. 27 del anexo II del
De esta forma, también se define el régimen que ya pergeñaban los arts. 6º y 7º:
116
Art. 6º. – Déjase sin efecto todas las restricciones que limiten la libertad de
contratación entre prestadores y obras sociales, así como aquellas que regulen
aranceles prestacionales de cualquier tipo.
Art. 7º. – (*) Queda prohibido toda forma directa o indirecta de administración
o cobro centralizado de las contrataciones mencionadas en los artículos
precedentes, con excepción de las correspondientes a matrículas o cuotas
sociales.
Finalmente se dispone que las prestaciones que los afiliados a las obras sociales
reciban en hospitales públicos deberán ser abonadas por la obra social a la que
pertenezcan, en sintonía con el régimen definido en el decreto 939/2000 (modif.
decreto 578/93).
Art. 9º. – Los agentes del Sistema Nacional de Seguro de Salud estarán
obligados a pagar las prestaciones que sus beneficiarios demanden de los
hospitales públicos que cumplan con la normativa que oportunamente dicte el
Poder Ejecutivo nacional.
Art. 2º.– La opción a que hace mención el artículo precedente deberá ejercerse
ante la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), la que
notificará de inmediato tal circunstancia a la Administración Nacional del
Seguro de Salud (ANSAL) y a la obra social de elección. Esta última emitirá
las correspondientes credenciales que habilitan al afiliado al uso de los
servicios, si así correspondiere, y la Administración Nacional del Seguro de
Salud (A.N.S.a.C.) lo comunicará a la obra social de origen.
Art. 3º.– Cuando ambos cónyuges fueran afiliados titulares, deberán manifestar
a qué obra social desean estar afiliados para que en la misma se unifiquen los
aportes siempre y cuando las dos obras sociales se encuentren entre las previstas
en el art. 1º. Caso contrario, la autoridad de aplicación transcurrido el plazo de
la primera opción unificará los aportes en la obra social que reciba el aporte
mayor.
117
La norma no aclara si la pertenencia de ambos cónyuges debe provenir de la
relación laboral de cada uno de ellos, pero así debe presumirse, porque
menciona la pluralidad de aportes.
Tanto es incongruente que podría darse el caso de que ninguno de los cónyuges
deseara cambiar su respectiva obra social, por múltiples y atendibles razones.
La norma no aclara ―no podría hacerlo― cuál de los dos tendrá la prevalencia
sobre el otro cónyuge y cuales podrán ser las consecuencias para el caso de que
ambos cónyuges decidieran continuar con sus respectivas obras sociales.
El afiliado que ejerza su derecho de opción deberá hacerlo con todos los
beneficiarios comprendidos en el art. 9º de la ley 23.660 y en las condiciones
establecidas en el mismo.
Art. 4. – La opción de cambio podrá ejercerse sólo una (1) vez al año, durante
el período comprendido entre el 1 de diciembre y el 31 de enero del año
118
siguiente y la misma operará a los noventa (90) días de presentada la solicitud,
siempre y cuando los aportes se depositen en la obra social elegida. En caso
contrario el afiliado deberá recurrir a la autoridad de aplicación. Cuando por
razones excepcionales y justificadas algún afiliado deba optar en otra época del
año, lo deberá plantear a la autoridad de aplicación, la que podrá dar curso a la
solicitud.
Art. 14. – Los afiliados que hubieran cambiado de obra social deberán
permanecer como mínimo un (1) año en ella y, vencido ese plazo podrán volver
a ejercer su derecho de opción.
Art. 12.– Teniendo en cuenta que la obra social no podrá establecer carencias
ni preexistencias ni ningún tipo de examen que condicionen la admisión, la
cobertura del afiliado que hubiera hecho uso de la opción de cambio, en caso
de estar en tratamiento o padecer afecciones crónicas preexistentes, estará
durante nueve (9) meses a cargo de la obra social de origen, a la cual la obra
social receptora le facturará las prestaciones a través de la ANSAL, la que
tomará las medidas necesarias para que se provea al pago de las mismas. La
ANSAL reglamentará las patologías por las que deberá responder la obra social
de origen, así como los aranceles que habrán de establecerse.
119
La resolución 420/1997 (Administración Nacional del Seguro de Salud) precisó
los alcances del art. 12 determinando cuales son las patologías que deberían
estar a cargo de la obra social del origen:
Capítulo VII
La medicina prepaga
Horacio A. Faillace
1. Génesis y actualidad -
120
La expansión de la atención privada de la salud fue ―es― como hemos dicho
(cfr. Capítulo I) una suerte de efecto colateral del retiro del Estado del
cumplimiento de una función que, cualquiera sea el lugar ideológico en que se
ubique el observador, se califica como esencial a su función como estructura
administrativa cimera de la sociedad.
Hasta mediados del siglo XX, el hospital público era fuente de prestigio para
los profesionales que pertenecían a él y, simultáneamente, el destino ineludible
de los sectores medios y de menores ingresos cuando la atención de la salud lo
requería.
121
escuchado, el Programa Médico Obligatorio (PMO) es el blanco estratégico
hacia donde se disparan las críticas.
Para poner en el contexto las cifras, vale decir que el gasto total del país en
salud fue de $ 102.000 millones y que más de 17 millones de personas, el 43%
de la población, queda fuera de las coberturas mencionadas anteriormente y
dentro de la atención pública (hospitales estatales), que manejó sólo el 28% del
total de los recursos. En 2007 ese porcentaje era aún mayor, un 45%, lo que
indica el avance del sector privado, especialmente a través de la afiliación a
obras sociales 43.
122
Las estimaciones de cobertura poblacional registran variaciones en todos los
tipos de cobertura. En porcentajes los datos de cobertura son los siguientes:
(*) OSN: obras sociales nacionales. OSP: obras sociales provinciales. EMP:
empresas de medicina prepaga.
En el 1er semestre de 2017 se repartieron recursos del FSR por $ 4.432 millones
entre todas las OSN y las que más recibieron fueron: Personal de Comercio,
Personal Civil de la Nación y Personal de la Construcción.
123
Desde la reglamentación de la ley de empresas de medicina privada (EMP) se
aprobaron 20 aumentos de distinta magnitud, que significaron un incremento
acumulado en el valor de las cuotas de 336%). En el período oct-16 a sep-17 se
autorizaron cinco aumentos que acumularon un 34,7% de aumento en la cuota,
superando en casi 10 puntos la inflación interanual, según diferentes índices de
precios.
124
La diferencia con el derogado art. 1137 es significativa. Aquel rezaba: “Hay
contrato cuando varias personas se ponen de acuerdo sobre una declaración de
voluntad común, destinada a reglar sus derechos”.
Tal como sostienen Mirta L. Jurio y Ricardo A. Parra 45 con relación a la actual
definición del contrato, en el Código Civil y Comercial:
Comienza definiendo al acto jurídico en el art. 957, a nuestro entender con una
visión más acabada y clara, respecto a lo prescripto en el art. 1137 del Código
Civil de Vélez Sarsfield. De su redacción resulta que lo plasma como acto
jurídico —extremo que no resiste análisis— ya que reviste tal categoría, pero si
establece que ambas partes contratantes, al menos dos con intereses
contrapuestos, deben manifestar su consentimiento (elemento esencial de este),
para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas
patrimoniales. Sobre la base de la nota al art. 1137 del Código Civil, la doctrina
concluía que dicha norma definía el concepto de convención, más que el
propiamente de contrato (Bueres, 2015: 556). A la altura del art. 958, el
legislador dispone la libertad de contratación, en tanto libertad de las partes para
celebrar un contrato y determinar su contenido. Esta norma, hoy regulada, se
deriva del principio general de autonomía de la voluntad plasmado en el art.
1197 del Código Civil, toda vez que permitía a las partes contratantes regular
situaciones jurídicas y obligaba a ajustarse a ellas, como si la misma ley las
hubiese dispuesto.
…la medicina prepaga es, en realidad, la de nuestros días. Mucho tiempo atrás
la relación médico-paciente era directa, basada en la libre elección del
125
profesional y “...mediante un contrato de prestación de servicios médicos...”. El
vínculo se caracterizaba por una esencial relación de libertad entre los sujetos.
El paciente contrataba libremente con su médico. Existía entre el particular y el
profesional una relación de confianza, la del médico de cabecera.
126
excepcionales. Luego, este hace las pertinentes derivaciones a los demás
profesionales del sistema.
Esta modalidad limita la posibilidad de elección del paciente, quien sólo puede
ser atendido por el profesional, o profesionales indicados por el ente
organizador. Es menos costoso que el anterior.
Contrato mixto: Es aquel en el que el ente organizador ofrece una cartilla que
incluye los profesionales contratados, permitiendo al paciente ser atendido por
el profesional que elija dentro de la citada cartilla. Esta modalidad es la más
usual, por cuanto brinda al usuario flexibilidad para elegir al profesional que
mejor se adecue a sus necesidades. A su vez, ofrece cobertura médica a través
del pago de una cuota de mediano valor.
Sostiene Rubén S. Stiglitz que “el contenido del contrato son las reglas de
conducta a las cuales ―en principio― se deben subordinar las partes de una
operación” 47.
127
en el contrato ―la necesidad de atención médica―. Es precisamente este
aspecto de la organización del contrato de seguro el que autoriza a que no se lo
estudie como una relación jurídica única y aislada, sino que se tenga en
consideración que se encuentra incorporada a un esquema de vínculos
contractuales más amplio que contribuye a dispersar ese riesgo. Esto es
relevante, porque la ecuación económico financiera así formulada no puede ser
apreciada sólo como una relación adherente-prepaga, sino que debe tener a la
vista ese contexto amplio en que el ella se inserta y del que se nutre. El primer
gran debate judicial sobre esta cuestión se dio hace ya casi una década, cuando
algunas prestadoras procuraban eludir la atención médica de las patologías que
presentaban pacientes infectados con el VIH o, directamente, finalizar el
vínculo contractual con estos; pero fue precisamente este aspecto de la cuestión
el que determinó que, desde los tribunales, se las obligara a otorgar la cobertura.
128
asistencia médica; por lo que si no la proporciona a través de los profesionales
integrantes de su lista o lo deriva a otro centro asistencial, el paciente puede
obtener la satisfacción del servicio por otro. Así las cosas, dicha falta de
cumplimiento en especie genera la obligación de reintegrar lo desembolsado
por el enfermo, conforme a lo dispuesto en los arts. 505, 509, 902 y 909 CCiv.
No parece que pueda afirmarse en términos categóricos que estos entes están
excluidos del control estatal, ajenos a todo límite que no provenga de la
convención entre los contratantes, sobre todo, cuando la ley 24.754, que les
129
impone el cumplimiento de las mismas obligaciones asistenciales que deben
cubrir las obras sociales, y la ley 26.361, proporciona un claro ejemplo de la
sumisión de estas empresas a un régimen legal, si bien, insuficiente e
imperfecto.
Así lo entiende Raymundo L. Fernández 51, quien cita la decisión judicial que
decidió:
130
contrato (en el caso, p. ej., el pago de la cuota durante un período prolongado
sin necesidad de requerir asistencia).
Entre quienes más y mejor han estudiado el tema entre nuestros autores se
destacan Mosset Iturraspe y Lorenzetti, quienes han descrito la relación entre la
empresa de medicina prepaga y el paciente “como un contrato mediante el cual
una de las partes se obliga a prestar servicios médicos a los pacientes, por si o
por terceros, sujeto a la condición suspensiva que de que se dé la enfermedad
del titular o los beneficiarios contra el pago de un precio anticipado o periódico”
54.
131
La definición propuesta por los distinguidos juristas es conceptualmente
generosa y abarcativa.
Podría agregarse que el objeto del contrato tiene su génesis en una obligación
asumida inicialmente por la comunidad a través en el texto constitucional que
consagra la organización política y jurídica de la misma.
3. Todos estos sistemas tienen en común su masividad. Por esta razón el Estado
está interesado en intervenir a fin de garantizar el interés público
comprometido. Ello se hace mediante dos actividades fundamentales; la
primera es el contralor de la solvencia de las empresas que captan el ahorro a
fin de evitar fraudes; el segundo la supervisión de los contratos que se celebran
con los consumidores para evitar cláusulas abusivas.
132
Agreguemos que el análisis de la actividad y funcionamiento de la medicina
prepaga no se dirige solamente al contenido del contrato o su inserción como
un fenómeno complejo actual; hay además interés en fiscalizar la actividad
misma en sus aspectos sanitarios.
Entonces, si se trata de precisar la naturaleza jurídica del contrato de medicina
prepaga, nos inclinamos a sostener que se trata de una convención, que se
transforma en contrato por la adhesión que una de las partes (el usuario,
consumidor, cliente) formula a cláusulas predispuestas que resultan afectadas y
aun modificadas por normas legales superiores al acuerdo privado y que no
pueden ser dejadas de lado tanto al momento de la celebración como al de la
ejecución y hasta en su extinción.
Además nos parece oportuno señalar que debería aceptarse que, si bien son
muchos los usuarios o clientes o afiliados a la empresa, se trata de un contrato
bilateral porque la comunión de deudores independientes y autónomos, no
transforma en modo alguno la individualidad del vínculo.
133
3. Los principios generales de la ley 26.682 -
A partir de estos dos sujetos básicos, desde el punto de vista objetivo, las
empresas desarrollan su actividad pretendiendo proveer la menor cantidad de
prestaciones sanitarias al mayor precio posible. La reducción constante de
costos es, como en toda empresa, el objetivo más deseable a efectos de asegurar
la sustentabilidad y el crecimiento de las operaciones de las prestadoras de
medicina prepaga, como así también los beneficios generados por estas.
134
Los clientes de estas empresas, es decir, los usuarios de medicina prepaga,
pretenden maximizar la cantidad y calidad de las prestaciones recibidas a
cambio del canon mensual abonado. También pretenden reducir sus gastos, en
este caso, médicos y sanitarios.
Por otro lado, la falta de una regulación integral específica del contrato de
medicina prepaga entre el auge y consolidación del sistema hasta 2011 dejó
librada a la voluntad de las partes una serie de aspectos esenciales del vínculo
que durante la ejecución del contrato se tornaron conflictivas. La autonomía y
la voluntad de las partes entre sujetos de carácter tan diferente son bastante
limitadas. El conocimiento técnico, como así también el poder de negociación
y el carácter oligopólico del sector de las empresas de medicina prepaga
determina una desigualdad significativa entre los contratantes. Ello ha sido la
plataforma fáctica de situaciones de abuso por parte de las compañías ya que,
como se mencionó anteriormente, no existió regulación legal específica de estos
asuntos hasta el mes de mayo de 2011.
135
mientras que la ley 24.240 (ref. ley 26.361) las incluyó dentro del régimen de
defensa de los derechos del consumidor cuando estableció:
136
servicio en perjuicio del reclamante, o lo que es lo mismo, un claro
incumplimiento de las obligaciones contraídas en el contrato suscripto entre las
partes, acto por el cual el centro asistencial debe responder.
137
adecuada y veraz; a la libertad de elección y a condiciones de trato equitativo y
digno. Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la
educación para el consumo, a la defensa de la competencia contra toda forma
de distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales,
al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de
asociaciones de consumidores y usuarios. “Desde la sanción de la ley 24.754
de 1996 que estableció las prestaciones médicas mínimas (también
determinadas por el Programa Médico Obligatorio ―PMO―) que debe cubrir
la empresa o entidades que presten servicios de medicina prepaga (al igual que
las obras sociales), así como también desde la plena vigencia de la Ley de
Defensa de Consumidor (ley 24.240), el usuario de los servicios de salud
brindados por empresas de medicina prepaga posee amplio marco normativo
que protege sus intereses, y que son acordes con la protección constitucional
del derecho a la salud que se ha plasmado en el texto de la Carta Magna de 1994
(conf. Carlos A. Calvo Costa, “Daños Ocasionados...”, Hammurabi, ps.
101/102)”. El Plan Médico Obligatorio es un régimen asistencial de carácter
necesario, que debe ser cumplido por las obras sociales comprendidas en las
leyes 23.660 y 23.661, y se hizo extensivo a las entidades de medicina prepaga
quienes tienen la obligación de asegurar a sus beneficiarios los tratamientos en
supuestos como el de autos (conf. Resolución nº 247/96 y ley 24.754). “Luis
Nora c/Centro de Educación Médica e Inv. Clínicas (CEMIC) s/daños y
perjuicios” CNCiv., Sala L).
138
ninguno (conf. Dante Cracogna, “El contrato de Medicina Prepaga”, Nota a
fallo, ED, 174-234).
Sin duda se trata de un contrato por adhesión, puesto que la empresa ofrece a
los potenciales afiliados un contrato con cláusulas predispuestas que ellos
pueden aceptar o no, pero que no pueden modificar ni negociar. A lo sumo
pueden elegir entre varios planes diferentes pero todos ellos elaborados por la
empresa. Este rasgo es común con el contrato de seguro pero, con la importante
diferencia de que los planes y condiciones de pólizas deben ser aprobados por
la SSN antes de su comercialización, mientras que los de medicina prepaga, en
principio, no se hallan sujetos a control alguno.
Cabe señalar y esto es importante en el sub lite, que se ha dicho que estos
sistemas de prestación médica son alternativos de los que desarrolla el Estado
o la seguridad social, en el sentido en que ejercitan una actividad privada; propia
del derecho privado patrimonial. Se ha destacado que, económicamente tienen
una gran similitud con la obra social en el sentido de que se basa en un pago
prospectivo, pero que este es compulsivo en aquella, mientras que el prepago
es voluntario, dando lugar a un vínculo contractual. Desde otro ángulo, las
empresas de medicina prepaga son sistemas de financiamiento y su propósito
es dar servicios médicos a través de terceros que contratan, aunque
excepcionalmente tengan servicios propios. Tienen como base el pago
anticipado del usuario y la prestación otorgada, cuando se produce el evento
dañoso, puede consistir en el derecho del paciente a ser asistido por un prestador
contratado o bien, en el pago de una suma dineraria para que el paciente se
atienda pagando por sí mismo la prestación.
139
oneroso, aleatorio, de tracto sucesivo. Todas estas características se pueden dar
en el sistema de medicina prepaga, sin embargo, se ha señalado con claridad
que, no obstante las similitudes, el prepago no es, en nuestro derecho, un
contrato de seguro típico y, si bien puede tener los elementos de un seguro, es
atípico. Ello trae importantes consecuencias, en el sentido que la actividad no
es controlada por los organismos de aplicación previstos en la ley 17.418
(CNCom., Sala A, 9/11/2010).
Ahora bien, es cierto que la legislación vigente al tiempo del nacimiento de las
menores no establecía expresamente la obligación de las empresas de medicina
prepaga de asumir el costo de los alimentos y suplementos medicina prepaga
de asumir el costo de los alimentos y suplementos dietarios para el tratamiento
de la fenilcetonuria. Pero también lo es, como afirma la sentencia apelada, que
en la duda debe optarse por la interpretación más favorable al consumidor (conf.
art. 3º de la ley 24.240, mod. por ley 26.361).
140
De conformidad con las premisas antes desarrolladas, cabe concluir que una
adecuada interpretación del conflicto normativo a la luz de la Constitución y los
Tratados imponía a la demandada cubrir las prestaciones con carácter
provisorio ―sin perjudicar al enfermo asociado―, repitiendo luego lo abonado
de las finanzas públicas, si entendía que no se encontraba obligada por las leyes
entonces vigentes (CNCiv., Sala M, 30/6/2010).
Que, ante todo, es apropiado señalar que el vínculo que se establece entre la
empresa médica y el asociado es de larga duración; por consiguiente, en líneas
generales, la curva de utilidad marginal de las partes es inversa. En otras
palabras: “la empresa gana más dinero al principio de la relación porque el
paciente paga con un bajo nivel de consumo de prestaciones, lo que se garantiza
con la exclusión de las enfermedades previas y los períodos de carencia, y con
el transcurso de los años el paciente comienza a gastar cada vez más por su
envejecimiento natural y las enfermedades; de manera que el paciente ‘disfruta’
más del vínculo luego de varios años mientras que a la empresa le sucede
exactamente lo contrario” (Lorenzetti, Ricardo L., “La empresa médica”, ps.
125/126).
Que, asimismo, cabe indicar que se trata de un contrato aleatorio, ya que las
partes no saben si se van a ser requeridos los servicios médicos o no, lo cual
depende de un acontecimiento que es la enfermedad: “las partes no saben las
ventajas y desventajas, ya que habrá casos en el que el paciente paga diez años
y no se enferma, pero habrá otros en los que se enferma al primer año y gastará
mucho más de lo que pago”. Así, “la empresa asegurativa está legitimada a
difundir los riesgos en función de un cálculo probabilístico pero no a
trasladarlos sin asumir ninguno... la aleatoriedad es para ambas partes y no es
admitida una cláusula que neutralice el riesgo, lo excluya o lo limite; si el alea
queda a cargo de una sola de las partes y la otra tiene una certeza de ganar, la
cláusula es nula” (autor y obra citados, ps. 130/132). Sobre esta base, forzoso
es concluir en que la cláusula contractual que faculta a la empresa médica a
imponer aranceles adicionales por edad resulta abusiva (arts. 37 y 38 de la ley
24.240 y anexo I de la resolución 9/2004 de la Secretaría de Coordinación
Técnica del Ministerio de Economía y Producción de la Nación; en esta línea,
Farina, Juan M., “Defensa del consumidor y del usuario”, p. 406). De tal modo,
colisiona con el art. 42 de la C.N., en cuanto garantiza a los consumidores el
141
derecho a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos, así como
de trato equitativo y digno.
142
aquellas que definen el derecho del particular a exigir determinada prestación a
la entidad de medicina prepaga.
143
predispuesto por la entidad, lo que impone inclinarse, por los límites de su
significado, en beneficio del adherente 62.
Por ello, entiendo que resulta impostergable que el poder público perfeccione
el instrumento legislativo de modo que impida la persistencia en la arbitrariedad
del ente respecto de la fijación de la cuota que debe pagar el contratante a la
entidad prepaga o que violente la vigencia del art. 42 de la Constitución
Nacional. Y, por qué no, que la prestadora del servicio no se vea expuesta a
cumplir con una obligación cuyo límite está mucho más allá de lo que ambos,
sociedad prestadora y usuario o cliente, entendieron establecer cuando
celebraron su contrato.
144
La interpretación de la cláusula predispuesta en contra del término más débil
del contrato, como principio y norma judicial, roza la arbitrariedad y transita
peligrosamente cerca del abismo de la inconstitucionalidad.
Las normas que regulan las relaciones de consumo deben ser aplicadas e
interpretadas conforme al principio de protección del consumidor y el de acceso
al consumo sustentable
4. La ley 24.754 -
145
Art. 1º. – A partir del plazo de 90 días de promulgada la presente ley, las
empresas o entidades que presten servicios de medicina prepaga deberán cubrir,
como mínimo, en sus planes de cobertura médico asistencial las mismas
prestaciones obligatorias dispuestas para (*) las obras sociales, conforme lo
establecido por las leyes 23.660, 23.661 y 24.455, y sus respectivas
reglamentaciones.
Permítasenos sostener que por ímproba que sea la tarea de los jueces, no se
podrá evitar, por la propia naturaleza del Poder Judicial, la generación de un
espacio de discrecionalidad y opinión que difícilmente pueda resolver la
cuestión central del problema, o sea, el límite de la obligación de la empresa o
entidad de medicina prepaga.
La ley 24.754, que entró en vigencia en marzo de 1997, tiende a garantizar a los
usuarios de los servicios de empresas o entidades de medicinas prepagas un
nivel de cobertura mínimo, que sea similar al que prestan o deberían prestar las
obras sociales y demás “agentes del seguro” del Sistema Nacional del Seguro
de Salud, poniendo en un plano de igualdad las prestaciones médicas que se
reciben independientemente de quien las presta. Así, el art. 1º de la citada ley,
prevé que “a partir del plazo de 90 días de promulgada la presente ley
146
(23/12/96), las empresas o entidades que presten servicios de medicina prepaga
deberán cubrir, como mínimo en sus planes de cobertura médico-asistenciales
las mismas ‘prestaciones obligatorias’ dispuestas para las obras sociales,
conforme lo establecido por las leyes 23.660, 23.661 y 24.455 y sus respectivas
reglamentaciones”. Se equiparan, entonces las empresas de medicina prepaga a
las obras sociales en cuanto al nivel de prestaciones mínimas, de manera tal que
“los contratos que celebren las entidades de medicina prepaga con los usuarios
deberán contemplar obligatoriamente, y como mínimo, prestaciones similares
a las obligatorias dispuestas para aquellas” (conforme fundamentos del
proyecto luego sancionado como ley 24.754). La norma contenida en el art. 1º
ley 24.754 es imperativa y, en consecuencia, de orden público.
147
En aquella oportunidad el amparista ―Hospital Británico― dedujo la acción
con el objeto de impedir que se materializara la obligación de la prestadora de
atender a un afiliado con HIV sosteniendo, precisamente, que se modificaba la
ecuación financiera del contrato individual y, al mismo tiempo, se atacaba la
competitividad de la entidad con las llamadas obras sociales dado que estas
recibían de la autoridad estatal la asistencia financiera que proviene del Fondo
de Redistribución (ley 23.661).
148
e) El eventual excedente del Fondo Solidario de Redistribución permanecerá en
el Sistema Nacional del Seguro de Salud.
Art. 4º.– Sustituyese el art. 15 del decreto 446/2000, por el siguiente: Art. 15.La
Superintendencia de Servicios de Salud adoptará las medidas necesarias
tendientes a garantizar la cobertura de las prestaciones médicas especiales de
alta complejidad o de alto costo y baja frecuencia de utilización, y las de
discapacidad, para aquellos beneficiarios de entidades que no hayan recibido la
distribución automática prevista en el inc. c) del art. 24 de la ley 23.661,
modificado por el presente decreto.
Art. 24.Todos los agentes del Sistema Nacional del Seguro de Salud tendrán
garantizada una cotización mínima mensual de pesos veinte ($ 20) por
beneficiario. Cuando los aportes y contribuciones por cada beneficiario sean
inferiores a dicha cotización, el Fondo Solidario de Redistribución integrará la
diferencia.
Art. 6º.– Sustitúyese el art. 9º del decreto 446/2000, por el siguiente: Art. 9º.La
entidad receptora se obliga a brindar, a los afiliados, un único Plan Médico
Asistencial, que contenga la totalidad de las prácticas y servicios comprendidos
en el Programa Médico Obligatorio dispuesto por el decreto 492/1995, y las
resoluciones 247/1996 del ex Hoy Secretará de Salud y Acción Social y sus
modifs. y 939/2000 del Hoy Secretará de Salud. Complementariamente, los
afiliados podrán convenir con la entidad, la cobertura de las prestaciones
médicas adicionales no esenciales, o mejores condiciones de confort. Esta
cobertura adicional deberá contar con la aprobación previa de la
Superintendencia de Servicios de Salud.
Este estatuto legal, absolutamente diferente de aquel que rige la vida de las
entidades de medicina prepaga (Código de Comercio, Código Civil, Ley
General de Sociedades Comerciales, etc.), devino entonces en el fundamento
del rechazo de la acción judicial que buscaba la declaración de
inconstitucionalidad.
149
Que el Estado Nacional en ejercicio del Poder de Policía tiene derecho a
“intervenir por vía de reglamentación en el ejercicio de ciertas industrias y
actividades a efecto de restringirlo o encauzarlo” y esta decisión está exenta del
control de los magistrados.
De esta forma, nos encontramos frente a una situación asimétrica cualquiera sea
el costado por el que se la examine.
Notas -
150
43 Fuente: blogsalud.
44 Informe Sectorial Servicios de Salud, octubre 2017, elaborado por: Área
Técnica de CADIME y el Centro de Investigación de la Fundación DPT.
45 JURIO, Mirta L. PARRA, Ricardo Adrián, “El concepto de contrato en el
Código Civil y Comercial de la Nación”, en UNLP 2015 (ordinario), 22.
46 TRIGO REPRESAS, “Contenido del contrato”, Trigo Represas Stiglitz, p.
149.
47 STIGLITZ, Op. cit.
48 CARAMELO DÍAZ, Gustavo, “Medidas cautelares en resguardo del
derecho a la salud...”, SJA 22/3/2006.
49 GARAY, Oscar E., “De la vejez, la medicina prepaga, las cláusulas abusivas
y un fallo acertado”, LL Año LXXIV, nº 196.
50 ZENTNER, Diego “Perfiles actuales y cláusulas abusivas en el contrato de
medicina prepaga”, JA, 199-IV-1257.
51 FERNÁNDEZ, Raymundo L. GÓMEZ LEO, Osvaldo, Tratado teórico
práctico de Derecho Comercial, Depalma.
52 ALONSO, Daniel Fernando, “Rescisión del contrato de medicina prepaga”,
Revista CPACF, suplemento La Ley n° 4, mayo 2001, p. 15.
53 CNCiv. y Com. Fed., Sala 1ª, 31/8/2010, “R., S. M. v. CEMIC”.
54 Ver Contratos Médicos, p. 332.
55 LORENZETTI, Ricardo, “Sistemas de intermediación. Medicina prepaga
Jurisprudencia Argentina Cláusulas abusivas en el contrato de medicina
prepaga”, JA, 1997III-788.
56 FOLLARI GORRA, Mauricio, “Naturaleza jurídica del contrato de
medicina prepaga en la República Argentina”, Universidad Empresarial Siglo
21, 2013.
57 CNCiv., Sala L, 28/5/1996, “Arenas, E. v. Centro Médico Santa Fe S.A.C.
y/o otro s/ordinario”.
58 CNCiv., Sala C, 14/10/1997, “T., J. M. v. Nubial S.A. s/amparo”, JA,
1998II-430.
59 LORENZETTI, op. cit., p. 189 y su cita de nota 75.
60 “Sagarnaga, Facundo Germán c/Swiss Medical S.A. s/Amparo Recurso de
Apelación” (expte. n° CJS 37.975/15) Corte Suprema de Justicia de Salta;
18/4/2016; CiIJ-CCLVI-847.
61 CNCiv., Sala K, 21/2/1996, “Giménez De Rueda, A. M. v. Asociación Civil
del Hospital Alemán y otro s/daños y perjuicios”, JA, 1997-III-455.
62 CNCiv., Sala L, 28/5/1996, “Arenas, E. v. Centro Médico Santa Fe S.A.C.
y/o otro s/ordinario”.
63 CNCiv., Sala A, “G., P. v. R., E. A. R. y otros”, 29/10/2012, cita online: AP/
JUR/3339/2012.
64 KELSEN, Hans, Teoría Pura del Derecho.
151
Capítulo VIII
Horacio A. Faillace
1. Ley 26.682 -
Han pasado casi ocho años desde el momento en que fuera sancionada la ley
26.682 y no podemos afirmar que haya puesto fin a los conflictos y
confrontaciones de toda índole que el sistema de medicina prepaga exhibe,
como un estigma, desde que se convirtió en el medio por el cual más de cuatro
millones de personas (cerca del diez por ciento de la población de la República
Argentina) buscan asegurar el cuidado de su salud en el momento en que así lo
necesiten.
La exclusión de las obras sociales del ámbito de la ley se entiende por sí sola
porque tienen su régimen legal propio y específico.
No así las cooperativas, mutuales y asociaciones civiles. Como veremos, la
reglamentación corrigió esa omisión dado que los tribunales de Justicia ya
habían emitido su opinión respecto cuando decidieron:
152
usuarios, menciona la protección de la salud; el art. 75 C.N., en su inc. 19, alude
a políticas conducentes al desarrollo humano y en el inc. 23, a medidas de
acción positiva que garanticen la igualdad real de trato y pleno goce de
ejercicios reconocidos.
…La ley 24.754 prescribe que a partir del plazo de noventa días de su
promulgación, las empresas o entidades que presten servicios de medicina
prepaga deberán cubrir, como mínimo, en sus planes de cobertura médica
asistencial las mismas “prestaciones obligatorias” dispuestas para las obras
sociales, conforme lo establecido por las leyes 23.660, 23.661 y 24.445, y sus
respectivas reglamentaciones.
Aun cuando no escapa a este tribunal que el Centro Gallego de Buenos Aires
no es una obra social ni estrictamente una empresa de medicina prepaga, ya que
se trata de una mutual que se rige, en principio, por las disposiciones contenidas
en la ley 20.321 (ALJA 1973-A-623/627), el citado ordenamiento determina
que son prestaciones mutuales aquellas que, mediante la contribución o ahorro
de sus asociados o cualquier otro recurso lícito, tienen por objeto la satisfacción
de necesidades médicas de los socios ya sea mediante asistencia médica,
farmacéutica y demás servicios detallados en el art. 4º.
153
…Se advierte, entonces, que entre los múltiples beneficios sociales con que
cuentan los miembros de la entidad está, sin duda, el de obtener atención
médica.
Bien cierto es que tanto el estatuto como el reglamento limitan tal prestación a
determinados supuestos, excluyéndose expresamente, entre otros,
preexistencias conocidas o no por el asociado, enfermedades congénitas,
toxicomanía e intoxicaciones autoprovocadas, internación psiquiátrica,
reintegro por prácticas, internaciones, consultorios y/o tratamientos que se
lleven a cabo fuera de la institución (ver art. 8º del reglamento y planilla de
coberturas y aranceles para las distintas categorías y planes, que obra en el sobre
de documentación reservada); empero, no puede desconocerse que se debe
prestar al asociado cobertura médica y que los instrumentos señalados son
anteriores a la ley 24.754, que no sólo alude a las empresas sino, genéricamente,
a las entidades que presten servicios de medicina prepaga, entre las que, a
criterio de esta Sala, no puede quedar excluida la asociación demandada…
154
su satisfacción por otra vía (CNCiv., Sala K, 21/2/1996 – “Giménez de Rueda,
A. M. v. Asociación Civil del Hospital Alemán y otro s/daños y perjuicios)”.
JA, 1997-III-455.
El art. 3º de la ley establece las inhabilidades para ser integrante de los órganos
de control, ejecución y vigilancia de los entes de medicina prepaga:
155
En la medida en que esa inhabilitación rija para el futuro, podría eludirse la
tacha de inconstitucionalidad. Donde el obstáculo parece insuperable es cuando
se quiera aplicar a aquel que cumple una sentencia firme y pasada en autoridad
de cosa juzgada, puesto que agravaría la sanción impuesta, atacando la garantía
del art. 18 de la Constitución Nacional (nullun crimen nulla poena sine lege).
156
garantizando la libre competencia y el acceso al mercado, de modo de no
generar perjuicios para el interés económico general;
g) Autorizar en los términos de la presente ley y revisar los valores de las cuotas
y sus modificaciones que propusieren los sujetos comprendidos en su art. 1º;
157
prestadores propios o contratados evaluando estructuras, procedimientos y
resultados;
158
La Autoridad de Aplicación podrá proponer nuevos planes de coberturas
parciales a propuesta de la Comisión Permanente prevista en el art. 6º de la
presente ley.
159
contrato. En los casos de planes cerrados, el ente organizador asume una
obligación tácita de seguridad, que funciona con carácter accesorio de la
obligación principal de brindar asistencia médica. De allí que, si no lo
proporciona a través de los profesionales integrantes de su lista o lo deriva a
otro centro asistencial, el paciente puede obtener la satisfacción del servicio por
otro y, tal falta de cumplimiento en especie, genera la obligación de reintegrar
lo desembolsado por el enfermo, conforme a lo acordado en los arts. 505, 509,
902 y 909 CC.
160
nº 247/96 y ley 24.754). “Luis Nora c/Centro de Educación Médica e Inv.
Clínicas (CEMIC) s/daños y perjuicios”, CNCiv, Sala L), (Jurisprudencia ya
citada en el Capítulo III).
La rescisión y la resolución:
161
voluntad de ellas; y que extingue retroactivamente sus efectos debido a que en
la ley o en el propio acto jurídico se le atribuyó esa consecuencia (conf.
Llambías, Borda, Arauz Castex, Cifuentes, Lloveras de Resk, Zannoni).
Ahora bien, el efecto que produce este hecho sobrevenido, imputable o no,
puede estar previsto en la ley (resolución por incumplimiento de una de las
partes (art. 886 y conc. CCCN), o bien estar pactado en la convención (acto
modal) en tanto se ajuste a lo normado por los arts. 1092 y ss. del Código Civil
y Comercial.
Lo dicho explica por qué la resolución puede operar mediante una declaración
de voluntad de la parte interesada (por ej.: cuando la resolución se funda en el
incumplimiento de la otra parte), o puede operar automáticamente con el
advenimiento del hecho previsto en el mismo acto (caso de la condición
resolutoria) y sin necesidad de una nueva declaración de voluntad que produzca
la ineficacia, pues ya se la había tenido en mira al crearse el negocio.
162
voluntad de una sola de ellas, autorizada por la ley o por la propia convención
(conf. Llambías, Borda, Cifuentes, Arauz Castex, Lloveras de Resk, Zannoni).
Pero no hay una previsión legal que impida al prestador del servicio a rehusarlo
en la medida en que el usuario haya incumplido con la obligación de pago de
una sola cuota.
En un análisis del nuevo Código Civil y Comercial 67, Christian Alberto Cao y
Gonzalo Gamarra sostienen:
El Código Civil y Comercial de la Nación ley 26.994 prevé el art. 1031 que
habilita a suspender el cumplimiento de un contrato frente al incumplimiento
“hasta que la otra cumpla u ofrezca cumplir”, recuperando la excepción acuñada
por el Código anterior. Sin embargo, la nueva norma innova añadiendo que esta
suspensión puede ser deducida judicialmente como excepción o como acción,
modalidad esta última que los artículos 510 y 1201 del Código versión ley 340
no consideraban, reforzando así la prevención de un perjuicio frente a un
incumplimiento contractual.
163
“Efectos”; Sección 3) con el objetivo de brindar herramientas para evitar o
prevenir —o al menos atenuar― los efectos dañosos que pudiera producir el
incumplimiento contractual.
Y sobre esto debe decirse que en atención a que la nueva codificación unificó
la responsabilidad civil —anterior responsabilidad contractual o
responsabilidad extracontractual―, el art. 1710 resultaría plenamente aplicable
a la prevención del deber genérico de no dañar (alterun non leadere) en el doble
ámbito.
De regreso a la ley 26.682 advertimos que el usuario que no haya abonado una
sola cuota mensual correrá el riesgo de enfrentar la negativa de la entidad de
medicina prepaga a prestar los servicios prometidos, toda vez que mientras esta
no haya incumplido con su obligación, la falta de pago del usuario podría
habilitarla a rechazar el pedido de atención o rehusar la habilitación de algún
servicio.
Estamos, sin duda, frente a otro germen de conflictividad porque, ante la
negativa de ente de medicina prepaga, al usuario no le quedará otra posibilidad
que la acción administrativa (defensa del consumidor, tribunales de
competencia comercial) o judicial (acción ordinaria de cumplimiento de
contrato o acción de amparo, ley 16.986).
164
que resulta fundamental tener en cuenta que los contratos de medicina prepaga
no están contemplados dentro de ninguna de las figuras previstas en los códigos
de fondo o leyes especiales, siendo como consecuencia innominados o atípicos.
La característica principal de estos negocios jurídicos es que, a través del ahorro
consistente en pagos verificados en el transcurso del tiempo, los pacientes se
protegen de riesgos futuros. Es decir, el beneficiario se asegura de que si
necesita los servicios prometidos, podrá tomarlos, aunque no tenga certeza de
cuándo ni en qué cantidad, pudiendo ocurrir, inclusive que nunca los requiera
(…) la decisión unilateral de dejar sin efecto las prestaciones médicas
prometidas y negar para el futuro su restablecimiento constituyó un acto de
Omint S.A. teñido de arbitrariedad e ilegalidad manifiesta en los términos del
art. 43 de la Constitución Nacional.
165
A los usuarios mayores a sesenta y cinco (65) años que tengan una antigüedad
mayor a diez (10) años en uno de los sujetos comprendidos en el art. 1º de la
presente ley, no se les puede aplicar el aumento en razón de su edad.
Es importante señalar que las leyes 24.754, 24.901 y numerosos fallos judiciales
cimentaron el texto de cada uno de los artículos mencionados, que,
precisamente, por haber sido objeto de un minucioso examen dejan poco
margen para su revisión.
Las empresas de medicina prepaga deben asegurar a sus afiliados las
prestaciones pactadas y las establecidas legalmente ―en el caso, cobertura por
contagio del virus HIV―, ya que si bien su actividad reviste carácter comercial,
se ordena a proteger los derechos fundamentales a la vida, salud e integridad de
las personas ―arts. 3º, DUDH; 4º y 5º, CADH, y 42, C.N.―, lo que implica
asumir un compromiso social que impide desconocer los términos del contrato
(CSJN, JA, 2002-II-síntesis).
166
Sobre la obligación de la empresa de medicina prepaga de cubrir el costo de
alimentos y suplementos dietarios especiales:
167
En este contexto normativo, difuso e impreciso, corresponde juzgar el
incumplimiento contractual imputado a la empresa demandada, que motiva la
presente acción por indemnización de daños.
Sobre este último punto no cabe sino coincidir con el razonamiento expuesto,
máxime cuando el tratamiento indicado para la afección, conforme el informe
pericial obrante en autos (v. fs. 572 vta.) consiste en una “terapia nutricional”
necesaria para mantener las concentraciones de fenilalanina en sangre y así
permitir un desarrollo corporal y cerebral óptimo.
168
Como se reconoce sin vacilaciones, el derecho a la salud posee rango
constitucional (art. 42 de la C.N., art. 5º de la Convención Americana de los
Derechos Humanos aprobada por la ley 23.054 y cooptada por el art. 75 inc. 22
de la C.N.). Aún antes de la reforma constitucional de 1994, ya se consideraba
el derecho a la vida y a la salud como una garantía innominada derivada del art.
33 de la C.N. (conf. Albanese, Susana, “El amparo y el derecho adquirido a una
mejor calidad de vida”, LL, 1991-D-77).
Resulta indudable que al derecho a la salud (en todas sus formas) se le reconoce
en la actualidad un empinado papel constitucional que puede y debe ser
preservado. A tal punto es así que la Corte Suprema de Justicia de la Nación en
“Asociación Benghalensis y otros v. Ministerio de Salud y Acción Social
―Estado Nacional― s/amparo ley 16.986” (LL, 2001-B-126) ha entendido que
el órgano jurisdiccional puede exigirle al Estado el cumplimiento de sus
obligaciones en la materia ―por lo demás, internacionalmente asumidas― en
caso de omisión (…)
169
prestación médica en cuestión pudiere comprometer el financiamiento y
funcionamiento normal de la empresa de medicina prepaga.
De conformidad con las premisas antes desarrolladas, cabe concluir que una
adecuada interpretación del conflicto normativo a la luz de la Constitución y los
Tratados imponía a la demandada cubrir las prestaciones con carácter
provisorio ―sin perjudicar al enfermo asociado―, repitiendo luego lo abonado
de las finanzas públicas, si entendía que no se encontraba obligada por las leyes
entonces vigentes.
Por todas las razones expuestas entiendo que, aun mediando la aludida
imprecisión normativa, ha existido un incumplimiento contractual culpable del
servicio de salud comprometido, por lo que voto por confirmar la sentencia de
anterior grado en lo principal que decide (“C., N. E. v. Swiss Medical SA y
otro”, Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala M, 30/6/2010).
170
El art. 16 enfrenta, puede asegurarse, la intención de los entes de medicina
prepaga de eludir la aplicación de la ley a los contratos vigentes.
171
Quedan expresamente exceptuadas de autorización o validación previa, las
situaciones de urgencia o emergencia de salud de los usuarios, en que se
procederá a la atención del paciente, teniendo un plazo de tres (3) días para su
validación posterior.
Art. 21.Capital Mínimo. Las Empresas de Medicina Prepaga que actúen como
entidades de cobertura para la atención de la salud deben constituir y mantener
un Capital Mínimo, que es fijado por la Autoridad de Aplicación.
172
Art. 22.Información Patrimonial y Contable. Los Agentes del Seguro de Salud
que comercialicen planes de adhesión voluntaria o planes superadores o
complementarios por mayores servicios deben llevar un sistema diferenciado
de información patrimonial y contable de registros con fines de fiscalización y
control de las contribuciones, aportes y recursos de otra naturaleza previstos por
las leyes 23.660 y 23.661.
a) Apercibimiento;
173
Sin perjuicio de la sanción que se imponga, el sujeto obligado debe brindar la
prestación requerida con carácter urgente.
a) Una matrícula anual abonada por cada entidad, cuyo monto será fijado por la
reglamentación;
174
Art. 27.Créase como órgano consultivo un Consejo Permanente de
Concertación, integrado ad-honorem por representantes del Ministerio de
Salud, de la Autoridad de Aplicación de la ley 24.240, de los sujetos
comprendidos en el art. 1º de la presente ley, de los usuarios y de las entidades
representativas de los prestadores en el ámbito nacional o provincial o de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En línea con ese argumento, debemos volver la vista al art. 42 de nuestro Magno
Texto que establece:
175
Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educación para
el consumo, a la defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de
los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de la calidad
y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de
consumidores y de usuarios.
Considerando:
176
Que en virtud de la última parte del precitado art. 1º, los sujetos allí
individualizados ―con excepción de las obras sociales regidas por las referidas
leyes 23.660 y 23.661― se encuentran excluidos de toda regulación y control
en lo atinente a la comercialización de planes de salud, siendo que en muchos
casos el objeto total o parcial de su actividad consiste en brindar dichos planes.
Que por lo tanto, a fin de armonizar el régimen instaurado por la ley 26.682,
integrando en condiciones de equidad a la totalidad de los sujetos cuya actividad
total o parcial resulta de idéntico objeto, se considera necesario el dictado del
presente incorporando al art. 1º de dicha ley a las cooperativas y mutuales,
asociaciones civiles y fundaciones.
Que, asimismo, cabe poner de manifiesto que gran cantidad de obras sociales
sindicales comercializan planes de salud de adhesión voluntaria y planes
superadores o complementarios por mayores servicios, debiendo equipararse
tal situación a la del resto de los agentes del seguro de salud comprendidos en
la primera parte del art. 1º de la ley 26.682.
177
Que el art. 20 de la ley 26.122 prevé que, en el supuesto que la Comisión
Bicameral Permanente no eleve el correspondiente despacho, las Cámaras se
abocarán al expreso e inmediato tratamiento del decreto, de conformidad con
lo establecido en los arts. 99, inc. 3 y 82, de la Constitución Nacional.
Que, por su parte, el art. 22 de la misma ley dispone que las Cámaras se
pronuncien mediante sendas resoluciones y que el rechazo o aprobación de los
decretos deberá ser expreso conforme a lo establecido en el art. 82 de la Carta
Magna.
Por ello,
178
dicho objeto continuarán rigiéndose por los respectivos regímenes que las
regulan.
Debo señalar que el DNU en análisis no incluye a las obras sociales y tampoco
contamina el fin de lucro de aquellas formaciones jurídicas que por definición
y esencia carecen de él con el objeto de las sociedades comerciales que tienen
como objeto social la prestación del servicio de medicina prepaga.
Tanto las asociaciones civiles, fundaciones, etc., que organicen los llamados
“planes de salud” estarán brindando un servicio de medicina prepaga y
quedarán sometidos al ámbito de la ley 26.682.
179
Y otro tanto sucederá con las obras sociales que “a través de una modalidad de
asociación voluntaria mediante sistemas pagos de adhesión” brinden servicios
propios del sistema contemplado por la ley.
En tal sentido, bien vale atender a los considerandos del DUC cuando plantea:
Que, asimismo, cabe poner de manifiesto que gran cantidad de obras sociales
sindicales comercializan planes de salud de adhesión voluntaria y planes
superadores o complementarios por mayores servicios, debiendo equipararse
tal situación a la del resto de los agentes del seguro de salud comprendidos en
la primera parte del art. 1º de la ley 26.682.
Son conocidas las distintas obras sociales que han organizado planes de
adhesión voluntaria en los cuales los adherentes, mediante el pago de una cuota
mensual, acceden a los servicios que esa misma obra social brinda a los
trabajados y beneficiarios (ley 23.660) y en algunos casos hasta los supera,
mejorando la oferta de hotelería sanatorial y prestaciones.
De manera que creemos que la rápida respuesta del Poder Ejecutivo (urgente y
necesaria) impidió que se provocara en conflicto judicial generalizado de final
incierto y preocupante.
I. Los considerandos
180
o complementarios por mayores servicios que comercialicen los Agentes del
Seguro de Salud.
Que el desenvolvimiento del marco normativo impuesto por la ley 26.682 exige
una supervisión eficiente y racionalizada, con una clara identificación de sus
actores, objetivos, funciones y responsabilidades, que tienda a la unificación
dentro del Sistema Nacional del Seguro de Salud.
Que tal sentido corresponde en esta instancia dictar las normas reglamentarias
necesarias que permitan la inmediata puesta en funcionamiento de las
previsiones contenidas en la ley 26.682 y en el decreto 1991 de fecha 29 de
noviembre de 2011.
Que la presente medida se dicta en uso de las facultades conferidas por el art.
99, inc. 2, de la Constitución Nacional.
II. El texto del decreto. Reglamentación de la ley 26.682 Art. 1º. – Quedan
expresamente incluidas en la ley 26.682:
181
b) Las obras sociales comprendidas en el art. 1º de la ley 23.660 y las entidades
adheridas o que en el futuro se adhieran como agentes del seguro al Sistema
Nacional del Seguro de Salud regulado en la ley 23.661, por los planes de salud
de adhesión voluntaria individuales o corporativos, superadores o
complementarios por mayores servicios médicos que comercialicen. En todo lo
demás dichas entidades continuarán rigiéndose por los respectivos regímenes
que las regulan.
En realidad, es una de las normas que más precisión reglamentaria exige, dado
que existen definiciones conceptuales trascendentes que han sido desatendidas.
182
Hubiera sido más prolijo atender a las diferentes naturalezas de las personas
físicas y jurídicas, y evitar que esas diferencias se exterioricen en el futuro con
perjuicio para el usuario.
En tal sentido podemos anticipar el debate que podría surgir si una persona
declarada inhábil en los términos del art. 32 del Código Civil y Comercial, se
propusiera ser titular de una empresa de medicina prepaga.
183
2º) Los fallidos por quiebra culpable o fraudulenta hasta diez (10) años después
de su rehabilitación, los fallidos por quiebra casual o los concursados hasta
cinco (5) años después de su rehabilitación; los directores y administradores de
sociedad cuya conducta se calificare de culpable o fraudulenta, hasta diez (10)
años después de su rehabilitación.
184
e) Certificado de Antecedentes Penales emitido por el Registro Nacional de
Reincidencia.
185
de Salud establecerá las normas referidas a las atribuciones y funcionamiento
de las sindicaturas, auditorías y veedurías.
186
Si bien las provincias se han “reservado” el poder de policía, pues no lo han
“delegado”, la Nación goza igualmente de tal poder para el cumplimiento de
los respectivos fines puestos a su cargo por la Constitución. En esto último debe
verse, de parte de las provincias, una delegación expresa o implícita de la
respectiva porción del poder de policía.
187
Esta Corte tiene declarado al respecto: para que resulte incompatible el ejercicio
de los dos poderes (Fallos, 137:212, consids. 5 y 8) no es bastante que el uno
sea el de crear o proteger y el otro de imponer o destruir (...), sino que es
menester que haya repugnancia efectiva entre esas facultades al ejercitarse (...)
en cuyo caso y siempre que la atribución se haya ejercitado por la autoridad
nacional dentro de la Constitución, prevalecerá el precepto federal, por su
carácter de ley suprema.
Ahora, no siempre la solución legal acierta con la realidad que pretende regular,
y es entonces donde la confrontación emerge como consecuencia inevitable.
En este caso, coexistirán dos registros con idénticos propósitos y objetivos, pero
con una indiscutible desvinculación entre unos y otros.
188
Nacional de Entidades de Medicina Prepaga. El Padrón de Usuarios de cada
entidad será exigido como recaudo formal a los fines de obtener su inscripción
en el Registro.
189
Ni la ley ni el decreto mencionan a los afiliados al sistema por su condición de
pacientes ni se contempla una exigencia que obligue a exhibir sus dolencias o
enfermedades.
Las obras sociales o los entes de medicina prepaga no tienen los datos médicos
de sus afiliados porque esos datos permanecen en manos de los prestadores.
190
organización interna de aquellas que al control que la autoridad ejerce sobre las
mismas.
191
aplicación del régimen sancionatorio dispuesto en el art. 24, inc. c) de la Ley,
previa sustanciación del respectivo sumario administrativo.
Lo que deberá fiscalizarse no son sólo las prestaciones sino el cumplimiento del
Programa Médico Obligatorio y de todas aquellas normas legales que se han
192
dictado complementándolo y no solamente la ley 24.901, dado que se han
sancionado numerosas leyes que atienden a patologías específicas y que deben
ser obligatoriamente aplicadas por las obras sociales y las empresas de medicina
prepaga.
De manera que podemos afirmar que esta norma es confusa, incompleta y, por
ende, generadora de interpretaciones encontradas y altamente conflictivas.
“En esa vieja noción liberal se caracterizaba al poder de policía que competía
al Estado, como la facultad de imponer limitaciones y restricciones a los
derechos individuales, con la finalidad de salvaguardar solamente la seguridad,
salubridad y moralidad públicas contra los ataques y peligros que pudieran
acecharla. Es típico de esta concepción: Que sólo se justifica la limitación de
los derechos de los individuos en esos tres casos; que incluso en tales casos
193
legitiman la intervención estatal sólo en la medida que esta tenga por finalidad
evitar ataques o daños a la comunidad; o sea, que la acción estatal debe ser tan
sólo negativa: establecer prohibiciones y restricciones, pero no obligaciones
positivas a cargo de los ciudadanos o del Estado mismo. Esta concepción era
congruente con la idea liberal de cuál era la posición del individuo en sus
relaciones con el Estado: también negativa, levantando vallas y frenos a su
actividad para que no se extralimitara.
Aquella noción y conceptuación sobre qué era y qué alcances tenía el poder de
policía del Estado no se ha mantenido. Incluso, cuando a fines del siglo XX se
produce un retorno a la privatización y desregulación, no se desanda todo el
camino del intervencionismo, solamente parte de él. Por de pronto, es evidente
que los bienes jurídicos que el Estado protege a través de limitaciones y
restricciones a los derechos individuales, lejos de restringirse a esos tres, se
multiplican y es así que aparecen:
194
La norma reglamentada debió anticipar la delicada situación planteada,
contemplando la adhesión de las provincias al régimen creado por la ley
nacional.
195
…g) Las cuotas que deberán abonar los usuarios se autorizarán conforme las
pautas establecidas en el art. 17 del presente.
Las entidades que pretendan aumentar el monto de las cuotas que abonan los
usuarios, deberán presentar el requerimiento a la Superintendencia de Servicios
de Salud, la que lo elevará al Ministro de Salud para su aprobación, previo
dictamen vinculante de la Secretaria de Comercio Interior del Ministerio de
Economía y Finanzas Públicas.
Las entidades deberán, una vez autorizado dicho aumento, informar a los
usuarios los incrementos que se registrarán en el monto de las cuotas con una
antelación no inferior a los treinta (30) días hábiles, contados a partir de la fecha
en que la nueva cuota comenzará a regir. Se entenderá cumplimentado el deber
de información al que se refiere el presente apartado, con la notificación
incorporada en la factura del mes precedente y/o carta informativa.
Las sanciones previstas en la ley 26.682 son las que establece el art. 24, cuyo
texto es el siguiente:
196
a) Apercibimiento;
El decreto omite contemplar las garantías del debido proceso, del derecho de
defensa en juicio, del derecho de propiedad, y sin más decide que un deudor de
197
créditos a un efector público será sancionado sin que exista una sentencia
judicial que reconozca el derecho del efector público, presuntamente acreedor.
i) Aquellos sujetos del art. 1° que revistan forma societaria deberán presentar:
Balance General de cierre de ejercicio con Dictamen de Contador Público
Independiente y Estados Intermedios con Informe Profesional, a los cuatro (4)
y ocho (8) meses del inicio del ejercicio económico.
Es más, se agudiza la falencia porque aquellas empresas cuyo titular sea una
persona jurídica tendrán que cumplir mayores exigencias que las personas
físicas. Y al no distinguir la clase de persona, se coloca en el mismo rango de
formalidad a las sociedades comerciales, a las sociedades civiles, a las
cooperativas, etc.
Una vez aceptada la incorporación de las personas físicas al sistema, así como
de las personas jurídicas, en su conjunto, debió establecer exigencias adecuadas
a la naturaleza de cada uno, teniendo en mira la igualdad de trato y contralor.
198
y señalar los procedimientos que determinen las reglas aplicables a la atención
al usuario, trámite de peticiones y reclamos por incumplimiento del servicio.
La ley no establece categorías, razón por la cual no las puede disponer el decreto
que la reglamenta.
199
la definición de población bajo programa, así como de acciones y metas con las
correspondientes evaluaciones programáticas.
Esta norma sigue en la línea del desacierto y la confusión, dado que los entes
de medicina prepaga no cumplen el mismo rol que los organismos públicos que
actúan en el ámbito de la salud. A estas empresas sólo se les puede exigir,
además de la información que plantea la norma, que cumplan con la legislación
vigente en materia de prevención y asistencia de ciertas patologías, pero en
modo alguno que incorporen a sus programas o planes acciones que la ley no
manda (art. 19 C.N.).
m) La Superintendencia de Servicios de Salud dictará las normas necesarias a
fin de decidir la reasignación de los usuarios afectados en masa en aquellas
empresas con programas y cuota equiparable a los de la entidad desaparecida,
según la categorización y acreditación que a dicho efecto realice la autoridad
de aplicación respecto de los sujetos incluidos en el art. 1º de esta
reglamentación. En dichos supuestos se deberán respetar criterios de
distribución proporcional según cálculo actuarial y contar con el
consentimiento del usuario.
200
La Superintendencia de Servicios de Salud dictará las normas para la
constitución y funcionamiento de la Comisión Permanente.
A esta altura del análisis podemos arriesgar una conclusión con poco margen
de error: la Superintendencia de Servicios de Salud deja de ser un órgano de
control y supervisión para convertirse en un organismo de decisión, con un
poder jurídico y político significativo.
Hubiera sido prudente que la constitución y funcionamiento de la Comisión
Permanente quedaran en dependencia de la hoy Secretaría de Salud, que, de esa
forma, tendría noticia inmediata y directa del funcionamiento del sistema.
Del mismo modo, hubiese sido oportuno que esa Comisión Permanente tuviera
una estructura definida por el Poder Ejecutivo, integrando no sólo a cámaras
empresarias, representantes de las obras sociales sindicales, sino también de los
colegios profesionales afines (médicos, contadores, abogados, actuarios, etc.).
Art. 7º.– Los sujetos comprendidos en el art. 1º de la ley 26.682, deben cubrir
como mínimo en sus planes de cobertura médico asistencial el Programa
Médico Obligatorio (P.M.O.) en vigencia.
Estas entidades sólo podrán ofrecer planes de cobertura parciales en los casos
de los incs. a), b) y c) del art. 7º de la Ley, de acuerdo con los requerimientos
de la Autoridad de Aplicación y las autoridades jurisdiccionales.
En todos los casos en los que los sujetos comprendidos en el art. 1º de la Ley se
encuentren autorizados a ofrecer planes de coberturas parciales se deberán
explicitar claramente las prestaciones cubiertas y detallar pormenorizadamente
las excluidas de la cobertura, no pudiendo hacer referencias genéricas respecto
de enfermedades de escasa aparición.
201
Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social podrán continuar
prestándolos, pero deberán inscribirse en el Registro Nacional de Entidades de
Medicina Prepaga. La Autoridad de Aplicación a los fines de la autorización
definitiva dará intervención vinculante a dicho Instituto, debiendo las entidades
aludidas adaptar los planes en un plazo de hasta treinta (30) días hábiles a partir
de su inscripción y en la forma que determine la Autoridad de Aplicación
conjuntamente con el mencionado organismo.
202
(Texto según decreto 66/2019)
a) Por falta de pago de tres (3) cuotas íntegras y consecutivas: En este caso, será
obligación de la entidad notificar de inmediato la constitución en mora
intimando al usuario a regularizar el pago íntegro de las sumas adeudadas en un
plazo de diez (10) días hábiles y, vencido este último, resolver el vínculo
contractual, con la finalidad de impedir el devengamiento de nuevos períodos
de facturación.
De esta forma, la declaración del usuario es ex nunc mientras que la del ente de
medicina prepaga es ex tunc.
b) Por falsedad de la declaración jurada: Para que la entidad pueda resolver con
justa causa el contrato celebrado, deberá acreditarse que el usuario no obró de
203
buena fe en los términos del art. 961 del Código Civil y Comercial de la Nación.
La falta de acreditación de la mala fe del usuario determinará la ilegitimidad de
la resolución.
204
Art. 1120.Situación jurídica abusiva. Se considera que existe una situación
jurídica abusiva cuando el mismo resultado se alcanza a través de la
predisposición de una pluralidad de actos jurídicos conexos. (texto según
decreto 66/19)
Las de carácter crónico son aquellas que con el nivel científico actual no se
puede determinar una evolución clínica predecible ni tiempo perentorio de alta
médica.
Las de alto costo y baja incidencia son aquellas en que el tratamiento pone en
riesgo económico a las partes intervinientes.
205
tres (3) años consecutivos, al cabo de los cuales la cuota será del valor normal
del plan acordado.
206
Se trata, digámoslo, de una previsión absoluta y definitivamente innecesaria,
pero que trae aparejado un posible debate que no puede soslayarse.
Nada impide que una organización mutual o una simple asociación civil
organicen un plan de salud. De hecho, así sucedió en sus orígenes con los hoy
denominados “hospitales de colectividades” (Español, Alemán, Británico, etc.).
Se trata de personas jurídicas que reúnen a sus afiliados en torno a un rasgo que
les es común y esencial: la pertenencia a una nación, a una región (Centro
Gallego), a una religión.
Art. 12.– Para los supuestos previstos en la primera parte del art. 12 de la Ley,
la Autoridad de Aplicación definirá una matriz de cálculo actuarial de ajuste
por riesgo dentro de los noventa (90) días de la entrada en vigencia de la
presente reglamentación.
207
Para aquellos casos contemplados en la segunda parte de la norma, la
antigüedad de diez (10) años deberá ser en forma continua en la misma entidad
comprendida en los alcances de esta reglamentación.
A los usuarios mayores a sesenta y cinco (65) años que tengan una antigüedad
mayor a diez (10) años en uno de los sujetos comprendidos en el art. 1º de la
presente ley, no se les puede aplicar el aumento en razón de su edad.
Art. 13.– En caso de muerte del titular, las entidades del art. 1º de la ley 26.682
deberán garantizar a los integrantes del grupo familiar primario la cobertura del
Programa Médico Obligatorio (PMO) durante un período de dos (2) meses,
contados desde su fallecimiento, sin obligación de efectuar pago alguno. Una
vez vencido dicho plazo, el cónyuge supérstite, el descendiente de mayor edad
o su representante legal, o cualquier otro miembro del grupo familiar a cargo,
podrán optar por la continuidad, para lo cual cualquiera de los mencionados
deberá constituirse como titular del plan.
208
Los hijos menores de veintiún (21) años que desarrollan una actividad
profesional, comercial o laboral y cesan en dicha actividad podrán incorporarse
como integrantes del grupo familiar primario a cargo del titular. También
podrán incorporarse como integrantes del grupo familiar primario a cargo del
titular los hijos incapacitados con certificado de discapacidad vigente y a cargo
del afiliado titular, mayores de veintiún (21) años; los hijos del cónyuge o del
conviviente; los menores cuya guarda y tutela haya sido acordada por autoridad
judicial o administrativa o guarda judicial con fines de adopción, que reúnan
los requisitos establecidos en el inc. a) del art. 14 de la ley 26.682.
La reglamentación del art. 15 se encuentra en la misma línea del art. 14, por lo
que merece destacarse su pertinencia y oportunidad.
Art. 16.– Los contratos vigentes de planes de prestaciones médicas a la fecha
de publicación de la presente reglamentación, deberán ser ajustados a los
modelos de contratación que autorice la Superintendencia de Servicios de Salud
en un plazo de sesenta (60) días. En ningún caso, el cumplimiento de la presente
disposición, podrá generar menoscabo en los derechos pudieren haber adquirido
los usuarios en virtud de relaciones contractuales existentes al momento de
entrada en vigencia de la ley 26.682.
Esta norma es congruente con el sistema creado en defensa del consumidor por
la ley 24.240 y las previsiones ya mencionadas del Código Civil y Comercial.
209
Art. 17.– La Superintendencia de Servicios de Salud implementará la estructura
de costos que deberán presentar las entidades, con los cálculos actuariales
necesarios, la verificación fehaciente de incremento del costo de las
prestaciones obligatorias, suplementarias y complementarias, las nuevas
tecnologías y reglamentaciones legales que modifiquen o se introduzcan en el
Programa Médico Obligatorio (PMO) en vigencia, el incremento de costos de
recursos humanos y cualquier otra circunstancia que la Superintendencia de
Servicios de Salud y las entidades comprendidas en la presente Reglamentación
consideren que incide sobre los costos de la cuota de los planes ya autorizados.
El pago de las cuotas será efectuado por los usuarios a través de red bancaria.
Cada entidad deberá denunciar ante la Autoridad de Aplicación, los datos de la
entidad bancaria y de la cuenta recaudadora.
Cuando se trate de planes con diferenciación de la cuota por plan y por grupo
etario sólo se admitirá el cambio de categoría de cuota cuando el mismo haya
sido expresamente previsto en el contrato de afiliación. La relación de precio
entre la primera franja etaria y la última no puede presentar una variación de
más de tres (3) veces, siendo que la primera franja será la menos onerosa y la
última la más onerosa.
210
Art. 20.– Los Hospitales Públicos de Gestión Descentralizada tienen el derecho
y obligación al cobro de prestaciones realizadas a los usuarios de las entidades
enunciadas en la presente reglamentación. A sus efectos, deberán cumplir la
normativa del Hospital Público de Gestión Descentralizada vigente para el
cobro de las prestaciones realizadas a los beneficiarios de las Leyes 23.660 y
23.661. En caso de no recibir el pago en tiempo y forma, los Hospitales Públicos
de Gestión Descentralizada presentarán ante la Superintendencia de Servicios
de Salud la documentación pendiente de pago, a los fines que la Autoridad de
Aplicación gestione el débito pertinente de la cuenta recaudadora de la entidad,
de conformidad al procedimiento que a tal efecto se dicte.
Art. 22.– Los Agentes del Seguro de Salud enunciados en el art. 22 de la Ley
deberán consignar en sus registros rubricados, en forma discriminada del resto
de las operaciones, los movimientos patrimoniales y de ingresos y egresos
vinculados a la comercialización de planes de adhesión voluntaria o planes
superadores o complementarios por mayores servicios.
Art. 23.– Los Agentes del Seguro de Salud mencionados en el art. 23 de la Ley
son los incluidos en el inc. b) del art. 1º de la presente reglamentación.
211
a) La violación de las disposiciones de la ley 26.682 y de la presente
reglamentación, las normas que establezca el Ministerio de Salud, y la
Autoridad de Aplicación.
212
El Ministerio de Salud a través de la Superintendencia de Servicios de Salud
dictará la normativa pertinente que establezca el monto que deberá abonar cada
entidad en concepto de matrícula anual.
213
El Consejo Permanente de Concertación funcionará como paritaria periódica a
los efectos de la actualización de los valores retributivos. Cuando no se
obtengan acuerdos el Superintendente de Servicios de Salud actuará como
instancia de conciliación y, si subsistiera la diferencia, laudará el Ministerio de
Salud.
Tanto la ley 26.682 como los decretos que la han reglamentado están lejos de
haber morigerado la alta conflictividad que caracteriza a la relación de usuarios
y/o afiliados de las empresas de medicina prepaga.
Tanto la ley como sus decretos reglamentarios revelan una supremacía del
criterio economicista por sobre la naturaleza misma del derecho que se reguló.
Que exista una suerte de subespecie harto difundida de la acción de amparo que,
en el lenguaje corriente de los Tribunales de Justicia, ha sido denominada
“amparos de salud”, demuestra hasta qué punto la ley ha dejado insatisfecha la
protección de la garantía constitucional.
Será necesaria una nueva legislación que tenga como base la garantía
constitucional del derecho a la salud, que contemple, sólida y definitivamente,
las coberturas de patologías vigentes y el método de incorporación de nuevas
tecnologías, con la participación activa de los consumidores o de
organizaciones que los representen.
Hasta tanto ello no suceda, seguirán siendo los Tribunales de Justicia los que,
en una labor nítidamente pretoriana, deban garantizar a los ciudadanos la
efectiva vigencia de su derecho consagrado por la Constitución Nacional y en
los textos de las constituciones provinciales. Que así sea.
214
Notas -
Capítulo IX
Discapacidad y amparo
Horacio A. Faillace
1. Introducción -
215
Como todo, como siempre, la tenacidad de quienes sufren la discriminación y
el maltrato, y la fuerza de los que, por sensibilidad e inteligencia, “entendieron
antes que las mayorías comprendieran” (“El enemigo del pueblo”, Ibsen) ha
permitido que aquella manera de tratar a otros, con capacidades diferentes,
cambiara y se comenzara a transitar el sendero de la inclusión y el respeto.
No es necesario profundizar demasiado para concluir que hasta el ser más sano
podría, por accidente o enfermedad sobreviniente, sufrir los mismos o parecidos
216
padecimientos que algunos soportan desde su nacimiento.
Lo cierto es que la prédica llevada a cabo en el mundo entero dio sus frutos, y
hoy es posible afirmar que los avances han sido notables tanto en el
mejoramiento de las condiciones de la vida cotidiana (accesos, transportes,
señales especiales (sonoras, visuales, gráficas, etc.) como en la legislación
específica.
A su vez, Alexandra Biasutti 70 sostiene, con relación al art. 75, inc. 23, de la
Constitución Nacional que el término acción positiva contenido en la norma en
análisis
217
…hace referencia a aquellas actuaciones positivamente dirigidas a reducir o,
idealmente, eliminar las prácticas discriminatorias en contra de sectores
históricamente excluidos. Se pretende entonces aumentar la representación de
éstos, a través de un tratamiento preferencial para los mismos y de mecanismos
de selección expresa y positivamente encaminados a estos propósitos (…) en
este marco se inserta el tipo de acción positiva que instauró la ley 22.431 que
instituye un “sistema de protección integral de las personas discapacitadas
teniendo como finalidad la concesión de estímulos que permitan en lo posible
neutralizar las desventajas que la discapacidad les provoca y les den
oportunidad, mediante su esfuerzo, de desempeñar en la comunidad un rol
equivalente al que ejercen las demás personas.
…como recuerda Jeanneret de Pérez Cortés, “la obligación del Estado finca en
poner al servicio de la prevención de la enfermedad y de la asistencia del
enfermo, de modo razonable, los medios adecuados posibles, de acuerdo con
los conocimientos científicos, y en la medida de los recursos disponibles,
siempre según las circunstancias del caso”.
218
que permite anticipar que exigirá la disponibilidad de mayores recursos, de
mayores gastos.
Es más, podemos sostener que en los últimos años, tal vez como consecuencia
de la Convención Internacional sobre los derechos de personas discapacitadas,
introducida en nuestro derecho interno por la ley 26.378, se terminó por
consolidar la firme tendencia que se insinuó con el dictado de la ley 24.901.
El año 2008 ha entrado en la historia para las personas con discapacidad, con la
aprobación legislativa y la posterior promulgación en tiempo récord de la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
como el primer tratado de derechos humanos que nuestro país suscribe en el
siglo XXI.
219
y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos
humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad, y
promover el respeto de su dignidad inherente.
2. El marco legislativo -
Analizaremos aquellos artículos modificados por las leyes dictadas una vez que
el país retornó a la normalidad institucional y constitucional.
220
Se mantiene vigente el art. 3º, que exige la certificación de la existencia de
discapacidad, cuando establece:
Idéntica validez en cuanto a sus efectos tendrán los certificados emitidos por
las provincias adheridas a la ley 24.901, previo cumplimiento de los requisitos
y condiciones que se establezcan por reglamentación. (Texto según ley 25.504,
art. 1º).
El art. 4º, modificado por la ley 24.901 (art. 3º), en realidad reduce el espectro
tuitivo para las personas que no se encuentren incluidas “dentro del sistema de
obras sociales”, propone una redacción confusa porque debió definir
exactamente quienes eran las personas a las que el Estado Nacional debería
asistir directamente y cuando, de manera indirecta y supletoria.
Art. 4º.– El Estado, a través de sus organismos, prestará a las personas con
discapacidad no incluidas dentro del sistema de las obras sociales, en la medida
que aquéllas o las personas de quienes dependan no puedan afrontarlas, los
siguientes servicios. (Párrafo según ley 24.901, art. 3º).
221
Digamos, en principio, que el Estado Nacional siempre deberá estar disponible
para resolver la urgencia de la prestación cuando la obra social o el ente privado
de medicina prepaga no asume su obligación de inmediato.
Art. 15.– Intercálase en el art. 9º de la ley 22.269, como párr. 3º, el siguiente:
222
Art. 2º.– Las obras sociales, comprendiendo por tal concepto las entidades
enunciadas en el art. 1º de la ley 23.660, tendrán a su cargo con carácter
obligatorio, la cobertura, total de las prestaciones básicas enunciadas en la
presente ley, que necesitan las personas con discapacidad afiliadas a las mismas.
Art. 4º.– Las personas con discapacidad que carecieren de cobertura de obra
social tendrán derecho al acceso, a la totalidad de las prestaciones básicas
comprendidas en la presente norma, a través de los organismos dependientes
del Estado.
Art. 5º.– Las obras sociales y todos aquellos organismos objeto de la presente
ley, deberán establecer los mecanismos necesarios para la capacitación de sus
agentes y la difusión a sus beneficiarios de todos los servicios a los que puedan
acceder, conforme al contenido de esta norma.
Recordemos que la ley 24.754, sancionada un año antes que la ley 24.901, en
su único artículo impuso al sistema de medicina prepaga la obligación de
brindar “las mismas prestaciones obligatorias dispuestas para las obras
sociales”.
223
Lo cierto es que la incongruencia del texto legal ha provocado una innecesaria
conflictividad judicial que, como veremos, ha establecido, sin margen de dudas,
que la ley 24.901 extiende su ámbito de aplicación a las entidades de medicina
prepaga.
Art. 9º.– Entiéndese por persona con discapacidad, conforme lo establecido por
el art. 2º de la ley 22.431, a toda aquella que padezca una alteración funcional
permanente o prolongada, motora, sensorial o mental, que en relación a su edad
y medio social implique desventajas considerables para su integración familiar,
social, educacional o laboral.
Art. 11.– Las personas con discapacidad afiliadas a obras sociales accederán a
través de las mismas, por medio de equipos interdisciplinarios capacitados a
tales efectos, a acciones de evaluación y orientación individual, familiar y
grupal, programas preventivo-promocionales de carácter comunitario, y todas
aquellas acciones que favorezcan la integración social de las personas con
discapacidad y su inserción en el sistema de prestaciones básicas.
224
Art. 12.– La permanencia de una persona con discapacidad en un servicio
determinado deberá pronosticarse estimativamente de acuerdo a las pautas que
establezca el equipo interdisciplinario y en concordancia con los postulados
consagrados en la presente ley.
Art. 13.– Los beneficiarios de la presente ley que se vean imposibilitados por
diversas circunstancias de usufructuar del traslado gratuito en transportes
colectivos entre su domicilio y el establecimiento educacional o de
rehabilitación establecido por el art. 22 inc. a) de la ley 24.314, tendrán derecho
a requerir de su cobertura social un transporte especial, con el auxilio de
terceros cuando fuere necesario.
Prestaciones básicas
225
Si se detecta patología discapacitante en la madre o el feto, durante el embarazo
o en el recién nacido en el período perinatal, se pondrán en marcha además, los
tratamientos necesarios para evitar discapacidad o compensarla, a través de una
adecuada estimulación y/u otros tratamientos que se puedan aplicar.
226
con discapacidad sin discriminación alguna por motivos de discapacidad. A tal
fin, los Estados Partes se comprometen a:
3. Enfermedades mentales -
Todavía hoy existe una fuerte resistencia de las obras sociales y de los entes de
medicina prepaga a reconocer la internación psiquiátrica como una obligación
que deban asumir.
Con este marco legal es absolutamente frecuente, corriente y habitual que los
centros geriátricos tengan en su población internos afectados por mal de
Alzheimer, Parkinson, Pick, etc.
Curiosamente, esas enfermedades neurocognitivas son definidas como
enfermedades alejadas en ámbito del P.M.O. y de las obligaciones
contractualmente asumidas por los entes prestadores y, por lo tanto, las
excluyen de las prestaciones que deben brindar a sus afiliados.
La interpretación armónica de esta norma y del art. 39, inc. d), de la ley 26.480,
conduce, inexorablemente (conf. arg. ley 24.754), a un profundo y serio
replanteo de la actitud asumida por las obras sociales y entes de medicina
prepaga, que deberán afrontar el costo de la internación de los pacientes
afectados por enfermedades neurocognitivas y psiquiátricas, que hayan
obtenido el certificado de discapacidad que exige el plexo normativo vigente
(leyes 24.901, 10.592 ―Provincia de Buenos Aires― 438 y conc. ―Ciudad de
Buenos Aires―).
Y en tal sentido regreso a la ley 24.901 que en los arts. 15, 18, 27, 28, 33, 35
determinan las prestaciones preventivas y cobertura aplicable.
228
equipo multidisciplinario, tiene por objeto la adquisición y/o restauración de
aptitudes e intereses para que una persona con discapacidad, alcance el nivel
psicofísico y social más adecuado para lograr su integración social, a través de
la recuperación de todas o la mayor parte posible de las capacidades motoras,
sensoriales, mentales y/o viscerales, alteradas total o parcialmente por una o
más afecciones, sean éstas de origen congénito o adquirido (traumáticas,
neurológicas, reumáticas, infecciosas, mixtas o de otra índole), utilizando para
ello todos los recursos humanos y técnicos necesarios. En todos los casos se
deberá brindar cobertura integral en rehabilitación, cualquiera fuere el tipo y
grado de discapacidad, con los recursos humanos, metodologías y técnicas que
fueren menester, y por el tiempo y las etapas que cada caso requiera.
229
para lograr su habilitación y/o rehabilitación e inserción socio-laboral, y
posibilitar su acceso a la educación, capacitación y/o rehabilitación.
Finalmente, señalo que el art. 35 de la citada ley elimina todo margen de dudas
respecto de la cobertura que deberá brindarse a las personas discapacitadas.
4.2. Tucumán
230
La ley es aplicable en todo el territorio nacional a pesar de contener
disposiciones procesales. Ha sido objeto de adhesión en casi todas las
provincias argentinas. (…) La ley 26.657 se encuadra en el ámbito de la
competencia asignada al legislador nacional en el marco de los incs. 12, 18, 19,
22 y 23 del art. 75 de la Constitución Nacional (ADLA 1994-C, 2731). Lejos
de una potencial confrontación entre la ley 26.657 y las normas provinciales
que regulan la materia, debe estarse por su coexistencia y aplicación armónica,
respetando el principio de supremacía de la ley y la Constitución Nacional (art.
31, C.N.) y, al mismo tiempo, evitar que el rigor de las formas pueda conducir
a la frustración de derechos que cuentan con especial resguardo legal y
constitucional. El legislador reconoce que también las provincias pueden
legislar la materia y, por lo tanto, determina que se aplicará en su caso la norma
más beneficiosa en favor de la persona “con padecimiento mental”. Lo cual
implica la aplicación del principio pro homine. La ley 26.657 configura un piso
mínimo e indisponible para las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, las cuales podrán dictar sus propias normas en la materia con el objeto
de ampliar el ámbito de los derechos y garantías; si una provincia no dictó una
ley local de salud mental, la ley 26.657 se aplica directa y obligatoriamente en
dicho territorio; las provincias y la Ciudad de Buenos Aires están facultadas
para aplicar —tanto en sede judicial como administrativa— la normativa
federal a través de los órganos locales; y, en el supuesto de verificarse una
colisión normativa entre la norma federal y las normas locales, la antinomia se
resuelve aplicando el principio pro homine, en virtud del cual prevalecerá la
solución más favorable a la persona humana, a sus derechos y al sistema de
derechos en sentido institucional. A modo de ejemplo, mediante ley 14.580
(ADLA 2014-B, 1496) la Provincia de Buenos Aires ha adherido a la Ley
Nacional de Salud Mental 26.657. La sanción de la ley nacional fue precedida
un mes antes, en el ámbito de la provincia de Córdoba, por la ley 9848 de
“Protección de la Salud Mental” (BOC del 5/11/2010).
231
los pacientes con problemas de salud mental. Con relación a los códigos de
procedimientos en materia civil, la ley 26.657 no modificó los códigos de las
provincias —ni pudo hacerlo—, pero sí pudo modificar el Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación, circunstancia que finalmente no ocurrió. Por
ende, las provincias y la Capital Federal deberán aplicar sus propios códigos de
procedimientos.
En definitiva, la ley 26.657 es una ley marco que se aplica a todo el territorio
argentino, sin excepción alguna. Se trata de una ley especial referida a la
protección de la salud mental de toda persona, que prevé un piso mínimo de
reconocimiento de derechos y garantías que no puede ser desatendido por las
normativas locales. El Estado argentino se ha comprometido ante la comunidad
internacional a través de diversos instrumentos de derechos humanos, cuyo
cumplimiento no puede quedar librado a discreción de cada jurisdicción local.
Por lo tanto, los preceptos de la ley 26.657 deben aplicarse en todas las
provincias, sin necesidad de que para ello las mismas adhieran a la ley nacional.
De modo que, si en una jurisdicción ya existe —de hecho ocurre— una ley local
de salud mental, allí se aplicará dicha ley en tanto y en cuanto sea respetuosa
de los estándares mínimos reconocidos en la ley nacional. En su defecto, sea
que no alcance ese piso mínimo o bien en caso de que no haya ley local, se
aplicará directamente la ley nacional. Se reafirma la garantía del debido proceso
y la protección de la persona con problemas de salud mental y no sólo con las
normativas nacionales, sino que también recurriendo a las internacionales.
4.3. Córdoba
232
y que el solo hecho de modificar los ámbitos en los que se brindaron esas
prestaciones conspiraría en la estabilidad u objetivos planteados, corresponde
ordenar a la Administración Provincial de Seguro de la Salud de la provincia de
Córdoba a que otorgue el 100% de la cobertura de la maestra integradora y
tratamiento psicológico del niño, toda vez que el régimen protectorio de los
derechos constitucionales a la vida y a la salud de una persona con discapacidad
se encuentra tutelada por las Leyes Nacionales 22.431 y 24.901, y en el ámbito
provincial por la leyes 8501 y 8811.
Sinopsis
233
Es cualquier restricción o impedimento de la capacidad de realizar una actividad
en la forma o dentro del margen que se considera normal para el ser humano.
La discapacidad se caracteriza
Deficiencia
Discapacidad intelectual
Discapacidad psíquica
Discapacidad sensorial
234
- Convenciones Internacionales
* Ley 27.044 otorga jerarquía constitucional (art. 75, inc. 22) a la Convención
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
- Legislación nacional
- Constitución Nacional
235
Establece el sistema de protección integral de los discapacitados.
Ley 24.901
Ley 26.689 cuidado integral de la salud de las personas con Enfermedades Poco
Frecuentes
236
- Sujetos obligados: leyes 24.901 y 25.574 Ley 24.901
Art. 2º.– Las obras sociales, comprendiendo por tal concepto las entidades
enunciadas en el art. 1º de la ley 23.660, tendrán a su cargo con carácter
obligatorio, la cobertura, total de las prestaciones básicas enunciadas en la
presente ley, que necesitan las personas con discapacidad afiliadas a las mismas.
Ley 25.574
Art. 1ºA partir del plazo de 90 días de promulgada la presente ley, las empresas
o entidades que presten servicios de medicina prepaga deberán cubrir, como
mínimo, en sus planes de cobertura médico asistencial las mismas “prestaciones
obligatorias” dispuestas por obras sociales, conforme lo establecido por las
leyes 23.660, 23.661 y 24.455, y sus respectivas reglamentaciones.
Art. 3º. El Estado, a través de sus organismos, prestará a las personas con
discapacidad no incluidas dentro del sistema de las obras sociales, en la medida
que aquéllas o las personas de quienes dependan no puedan afrontarlas, los
siguientes servicios.
Art. 4º.– Las personas con discapacidad que carecieren de cobertura de obra
social tendrán derecho al acceso, a la totalidad de las prestaciones básicas
comprendidas en la presente norma, a través de los organismos dependientes
del Estado.
- Beneficiarios
Art. 9º. Entiéndese por persona con discapacidad, conforme lo establecido por
el art. 2º de la ley 22.431, a toda aquella que padezca una alteración funcional
permanente o prolongada, motora, sensorial o mental, que en relación a su edad
y medio social implique desventajas considerables para su integración familiar,
social, educacional o laboral.
237
- Prestaciones preventivas
Art. 24. Centro de día. Centro de día es el servicio que se brindará al niño, joven
o adulto con discapacidad severa o profunda, con el objeto de posibilitar el más
adecuado desempeño en su vida cotidiana, mediante la implementación de
actividades tendientes a alcanzar el máximo desarrollo posible de sus
potencialidades.
Art. 28. Las personas con discapacidad tendrán garantizada una atención
odontológica integral, que abarcará desde la atención primaria hasta las técnicas
quirúrgicas complejas y de rehabilitación.
240
- P.M.O.
- Prestaciones
Notas -
241
74 Sanc. 5/11/1997; prom. 2/12/1997; publ. 5/12/1997.
75 Publ. 11/9/2006.
76 Cámara Federal de Apelaciones de San Martín, Sala I, “B., E. D. c. Sociedad
Italiana de Beneficencia en Buenos Aires Hospital Italiano s/incidente de
medida cautelar”, 7/6/2018, Cita Online: AR/JUR/20438/2018.
77 Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca, “C. S., L. Q. c. OSDE s/
amparo Ley 16.986”, 1/7/2013, Cita Online: AR/JUR/41578/2013.
78 JALLÉS, Juan Manuel, “Salud Mental para Tucumán en clave de derechos
humanos”, LLNOA 2015 (agosto).
79 C. Apel. Civil, Comercial y Contencioso-administrativa de 1ª nominación
de Río Cuarto, “G., L. E. c. Administración Provincial de Seguro de Salud
(APROSS) s/ amparo”, 29/12/2017, Cita Online: AR/JUR/100122/2017.
80 Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba, Sala A, “C., J. c. S.M.A.T.A.
Suc. Cordoba y otr. s/ley de medicina prepaga”, 9/10/2013, Cita Online: AR/
JUR/75126/2013.
81 Superior Tribunal de Justicia de la provincia de Entre Ríos, Sala I de
Procedimientos Constitucionales y Penal, “Martínez (2), “Andrea Viviana en
rep. de su hija menor) c/IOSPER y SGPER”, 20/4/2011, Cita Online:
AR/JUR/16454/2011.
Capítulo X
Horacio A. Faillace
242
Se trata de situaciones que no son definidas de manera literal por el P.M.O. y
tampoco en la ley 24.901, simple y sencillamente, porque la dinámica de la
cotidianeidad y los avances científicos impiden la cristalización de un concepto
judicial más o menos dominante.
1. Hipoacusia -
Según John Alexander Baron, Roland Rivas e Iván Oñat 82, …la hipoacusia se
define como la pérdida o anormalidad de la función anatómica y/o fisiológica
del sistema auditivo y tiene su consecuencia en una discapacidad para oír, lo
que implica un déficit en el acceso al lenguaje oral (Fiapas, 1990). Aunque el
término de sordera implica un determinado grado de pérdida auditiva, éste se
ha utilizado y se utiliza tradicionalmente para hacer referencia tanto a la pérdida
leve como profunda, generalizando su uso en la designación de cualquier
deficiencia auditiva. (Aguilar, 2008). En un principio se utiliza el término de
“mudez” ya que se caracterizaba a la persona por la consecuencia conductual
que se producía, no por la patología (sordo). Con el paso del tiempo y debido a
un mayor conocimiento de la patología se va modificando el término
utilizándose “sordomudez”, haciendo mención además de la consecuencia
también a la patología. (Alcobas, 2004). Actualmente los términos que más se
utilizan son: sordera deficiencia auditiva hipoacusia.
Sordo: Aquel cuya agudeza auditiva le impide aprender su propia lengua, seguir
con aprovechamiento las enseñanzas básicas y participar en las actividades
normales para su edad, es la audición no funcional para la vida cotidiana.
Hipoacúsico: Persona con alguna pérdida auditiva pero cuya audición si es
funcional, es decir, le permite generalmente la adquisición del lenguaje por vía
auditiva.
243
La clasificación de la discapacidad auditiva está definida por dos grandes tipos,
esto son: hereditario-genético y adquirido: Son todas aquellas deficiencias
auditivas que se presentan antes del nacimiento y durante del periodo de
gestación. Adquiridos por enfermedad o traumatismo: Son todas aquellas que
se presentan después del nacimiento, por enfermedades como: otitis, tímpano
esclerótico, otosclerosis, colesteotoma. Por traumatismos como: perforaciones
parte interna del oído, golpes en la zona auditiva, amputaciones severas,
quemaduras de 1, 2 y 3 grado, exposiciones prolongadas a altos decibeles de
ruido, entre otras.
244
de los certificados emitidos por las provincias adheridas a la ley 24.901.
Las normas específicas en el caso de la hipoacusia son:
c) Ley 25.415
Art. 2º.– Será obligatoria la realización de los estudios que establezcan las
normas emanadas por autoridad de aplicación conforme al avance de la ciencia
y la tecnología para la detección temprana de la hipoacusia, a todo recién
nacido, antes del tercer mes de vida.
Art. 3º.– Las obras sociales y asociaciones de obras sociales regidas por leyes
nacionales y las entidades de medicina prepaga deberán brindar
obligatoriamente las prestaciones establecidas en esta ley, las que quedan
incorporadas de pleno derecho al Programa Médico Obligatorio dispuesto por
resolución 939/2000 del Ministerio de Salud, incluyendo la provisión de
audífonos y prótesis auditivas así como la rehabilitación fonoaudiológica.
Normalmente, tanto las obras sociales como entes de medicina prepaga acceden
a proveer audífonos, cuya tecnología deciden. La mayor resistencia radica en la
provisión de las baterías o elementos periféricos que, normalmente, tienen un
costo importante.
245
En relación al implante coclear, la resolución 46/2004 del Ministerio de Salud
establece “Normas de Organización y Funcionamiento de Servicios de
Implantes Cocleares y Guías de Diagnóstico y de Procedimientos en Implantes
Cocleares”.
2. Las adicciones -
No es posible hablar de salud en abstracto. Una cosa son las políticas específicas
sanitarias o las que dependen estrictamente del Ministerio de Salud y otra cosa
la salud a secas. Cuando hablamos de salud en general nos referimos a las
condiciones de vida d la gente que van desde la alimentación, el acceso al agua
potable el acceso a las cloacas,etc. (…). En la medida que la situación social se
deteriora, la situación en salud también empeora…
Estos conceptos, que forman parte de una respuesta más extensa y demostrativa
de un importante compromiso con el desarrollo de las políticas públicas, nos
deposita en el tratamiento que han recibido las adicciones en el sistema privado
de salud.
Dicho en otras palabras, la retórica dominante en materia de adicciones
(tabaquismo, alcoholismo, drogadicción) sugiere un interés transversal en la
atención de los padecimientos de todos aquellos que las sufren y de las
patologías directa o indirectamente vinculadas a ellas.
246
a) Fuerte deseo o necesidad de consumir la sustancia (adicción).
Art. 5º: Establece que las adicciones deben ser abordadas como parte de las
políticas de salud mental y consagra el acceso a los servicios de salud para los
adictos.
247
El Código Civil y Comercial, en tal sentido, no propuso un tratamiento
específico de las adicciones, ni siquiera en el texto del art. 48 que contempla la
inhabilitación por prodigalidad, como un síntoma que puede entenderse común
a la mayoría de las adicciones siempre que el sujeto pasivo sufra “una alteración
funcional permanente o prolongada, física o mental, que en relación a su edad
y medio social implica desventajas considerables para su integración familiar,
social, educacional o laboral”.
Pero para que pueda activarse el proceso de inhabilitación (parágrafo 5º, Secc.
3ª, Libro I) es necesario, según el mismo art. 4º, que exista prodigalidad, o sea
que la gestión de sus bienes expongan “a su cónyuge, conviviente o a hijos
menores de edad o con discapacidad a la pérdida del patrimonio”.
En ambos casos, las normas remiten a la legislación especial, esto es: la ley
26.657 y su decreto reglamentario 603/2013, entre otras. Por lo tanto, se podría
decir que el Cód. Civ. y Com. ha acompañado el proceso trazado a partir de la
entrada en vigencia de la ley nacional de salud mental, para lo cual se ha
ocupado de fijar lineamientos mínimos y, en lo demás, remitir a esa normativa
en lo que a los detalles refiere: clasificación de las internaciones, conformación
del equipo interdisciplinario, control judicial, plazos, actores intervinientes, etc.
Es decir, salvando algunas diferencias concretas, se podría concluir que el
248
Código prevé lineamientos generales que son contestes con el “detalle fino” que
regula la ley 83.
3. La jurisprudencia -
a) Aceptación
II. En primer lugar es oportuno destacar que, más allá de sus agravios, la
recurrente no desconoció la condición de afiliada y de discapacitada de la
amparista, ni la enfermedad que padece. En concreto, no se ha cuestionado que
la señora M. del P. H., de 74 años de edad es afiliada a OSDE (v. fs. 7 y fs. 10)
y posee certificado de discapacidad en virtud de padecer “demencia vascular
leve, apraxia, agnosia moderada asociado a trastorno psiquiátrico bipolar” (cfr.
fs. 16) por lo que los profesionales que la asisten sugirieron atención médica y
psiquiátrica permanente las 24 horas del día.
249
lo ha pretendido la actora de acuerdo a la orden médica que luce agregada a fs.
25/26.
250
beneficiarios del Sistema Nacional de Salud en virtud de aquella norma, dictada
con arreglo a una política pública de la que no puede quedar al margen una
entidad que presta servicios de salud.
251
Por lo expuesto, se resuelve: confirmar la resolución apelada en cuanto ha sido
materia de agravios. Las costas se imponen a la demandada vencida (art. 68 del
Código Procesal). Teniendo en cuenta el mérito, extensión y eficacia de la labor
desarrollada por la doctora M. I. B. se elevan sus honorarios hasta alcanzar la
suma de pesos... ($ ...) (cfr. arts. 6º, 7º, 8º y 9º de la ley arancelaria vigente). Por
los trabajos realizados en esta Alzada, se regulan los emolumentos de la M. I.
B. en la suma de pesos ... ($ ...). Hágase saber a los letrados que en las causas
en las que se haya interpuesto recurso de apelación o de queja por apelación
denegada a partir del 18/11/2013 deberán registrar, validar y constituir por
escrito en el expediente su domicilio electrónico, bajo apercibimiento, en su
caso, de notificar por ministerio de la ley las sucesivas resoluciones y
providencias del tribunal (Acordada CSJN n° 31/11 y 38/13 —B.O.
17/10/2013—). El doctor Antelo no suscribe la
presente por hallarse en uso de licencia (art. 109 del RPJN) 84. Regístrese,
notifíquese ―a la señora Defensora en su público despacho―, oportunamente
publíquese y devuélvase. — Graciela Medina. — Ricardo G. Recondo. Causa
nº 640/12/CA.
252
Una empresa de medicina prepaga debe cubrir en su totalidad la internación
geriátrica requerida por un afiliado, pues no pudo acreditar que la institución
que ofrece alternativamente cumpla con las especiales condiciones requeridas
en virtud de la discapacidad que aquél presenta, máxime cuando la prestación
solicitada fue aconsejada por el médico tratante 87.
b) Rechazo
253
El Estado Nacional no puede, como principio, estar en una situación jurídica
privilegiada respecto de las restantes obras sociales y de las entidades de
medicina prepaga. Ello determina que, a falta de una norma jurídica que en
forma expresa la exima de cumplir con la cobertura demandada, deba hacer
todas las gestiones necesarias para hacerla efectiva (conf. esta Cámara, Sala de
Feria, causa 3922/03 del 23/7/2003). La posición asumida por la accionada en
autos importaría tanto como que el Estado Nacional, obligado principal a
otorgar cobertura a las personas con discapacidad, con arreglo a los preceptos
constitucionales en juego, podría desligarse de sus responsabilidades en esta
materia, a través de un organismo dependiente de la Fuerza Aérea Argentina-
Ministerio de Defensa-Poder Ejecutivo Nacional. Es por tal razón que, a pesar
de no hallarse expresamente incluida en el régimen de la ley 23.660, la
demandada igualmente se halla compelida a cumplir aquellos requisitos
mínimos que la ley 24.901 impone a las obras sociales que integran el sistema
de salud, en beneficio de todas las personas con discapacidad, posean o no
cobertura social. Ello, pues dichos estándares mínimos son obligatorios para
todos aquellos entes que tienen a cargo la prestación de servicios relacionados
con la salud, y correspondiendo en última instancia al Estado Nacional, ser el
garante de su cumplimiento (art. 4º ley 22.431, arts. 3º ―párr. 2º― y 4º ley
24.901), tal obligación debe pesar también sobre el ente aquí demandado en
virtud de su naturaleza jurídica. Una interpretación contraria sería violatoria del
espíritu que animó el dictado de la ley, pues otorgaría al Estado Nacional un
derecho a incumplir ―por intermedio de un organismo que depende de uno de
los poderes que lo integran― una obligación que le es propia en razón del orden
constitucional imperante. En tal sentido, entendemos que el art. 8º decreto
1193/1998, en cuanto establece la posibilidad de que los organismos que
brindan cobertura al personal militar y civil de las Fuerzas Armadas y de
Seguridad de optar por su incorporación al Sistema de Prestaciones Básicas de
Atención Integral a favor de las Personas con Discapacidad, no implica que se
confiera a éstos la posibilidad de eximirse del cumplimiento de sus obligaciones
respecto de sus afiliados discapacitados 90.
Entes obligados
254
ajustada a su finalidad, que es la de lograr la integración social de las personas
con discapacidad (ver arg. arts. 11, 15, 23 y 33), y no puede inferirse a esta
altura del proceso, que esta ley otorgue al Estado Nacional la posibilidad de
incumplirla por intermedio de sus organismos descentralizados, en el caso
IOSE (conf. esta Sala, causas 1.242/04 del 18/3/2004 y 3.009/04 del 14/9/2004,
entre otras; Sala 2, causa 2.837/03 del 8/8/2003; en sentido análogo, doctr.
causas 13.613/02 y 3.922/03, resueltas por la Sala de Feria el 31/1/2003 y el
23/7/2003, respectivamente) 91.
En este contexto cautelar, que no son atendibles los argumentos esgrimidos por
la apelante para cuestionar la verosimilitud del derecho de la accionante ―en
el sentido de que no adhirió al sistema de la ley 24.901―, pues si así lo fuera
se estaría admitiendo que la sola voluntad de la accionada resulta suficiente para
quedar al margen de las obligaciones que pesan, en general, sobre el conjunto
de los agentes que integran el sistema de salud (cfr. esta Cámara, Sala de Feria,
doctr. causa 3.922/03 del 23/7/2003, Sala 1, causa 2.228/02 del 1/4/2004; esta
Sala, causas 10.529/01 del 2/11/2004, 3.092/04 del 29/12/2004, 538/05 del
10/5/2005, 541/05 del 28/7/2005, 4.727/06 del 4/7/2006 y 9.962/06 del
10/10/2006) 92.
255
A pesar de no hallarse expresamente incluida en el régimen de la ley 23.660, la
Dirección demandada igualmente se halla compelida a cumplir aquellos
requisitos mínimos que la ley 24.901 impone a las obras sociales que integran
el sistema de salud, en beneficio de todas las personas con discapacidad, posean
o no cobertura social. Ello, pues dichos estándares mínimos son obligatorios
para todos aquellos entes que tienen a cargo la prestación de servicios
relacionados con la salud, y correspondiendo en última instancia al Estado
Nacional, ser el garante de su cumplimiento (art. 4º ley 22.431, art. 3º ―párr.
2º― y art. 4º ley 24.901), tal obligación debe pesar también sobre el ente aquí
demandado en virtud de su naturaleza jurídica. Una interpretación contraria
sería violatoria del espíritu que animó el dictado de la ley, pues otorgaría al
Estado Nacional un derecho a incumplir ―por intermedio de un organismo que
depende de uno de los poderes que lo integran― una obligación que le es propia
en razón del orden constitucional imperante (conf. esta Sala, causa 6511/03 del
17/3/2005). En tal sentido, el art. 8º decreto 1193/1998, en cuanto establece la
posibilidad de que los organismos que brindan cobertura al personal militar y
civil de las Fuerzas Armadas y de Seguridad de optar por su incorporación al
Sistema de Prestaciones Básicas de Atención Integral a favor de las Personas
con Discapacidad, no implica que se confiera a éstos la posibilidad de eximirse
del cumplimiento de sus obligaciones respecto de sus afiliados discapacitados
93.
Prestaciones obligatorias
Obras Sociales
256
Es obligación de la obra social otorgar acceso a sus afiliados con discapacidad
a acciones de evaluación y orientación individual, familiar y grupal, y todas
aquellas acciones que favorezcan su integración social y su inserción en el
sistema de prestaciones básicas (art. 11 ley 24.901) así como brindar la atención
a cargo de especialistas que no pertenezcan a su cuerpo de profesionales y que
deban intervenir imprescindiblemente por las características específicas de la
patología, conforme así lo determinen las acciones de evaluación y orientación
estipuladas en el art. 11 de ese cuerpo legal (art. 39). Dentro de este marco
normativo, no puede imputársele a la Obra social incumplimiento a sus deberes
cuando no le ha sido requerida ni menos aún― demostrada la necesidad de
atención por un profesional no perteneciente a ella. Tribunal: CNCont. Adm.
Fed., Sala 4ª, 18/7/2006, “Obra Social Bancaria Argentina v. Estado Nacional
/Resol 156/02 [exp. 26.886/01]”.
257
un niño con una discapacidad mental y social adaptativa de importancia y que
requiere tratamientos de diversa índole y cuidados permanentes. Es que, más
allá de la cobertura literalmente contratada, el derecho a la salud tiene jerarquía
constitucional y la atención sanitaria está garantizada con la creación del
Sistema Nacional del Seguro de Salud (ley 23.661), por la ley 24.754 que a su
vez hizo extensivas las prestaciones obligatorias a los servicios de medicina
prepaga y por la ley 24.901 que instituyó un sistema de prestaciones básicas
obligatorias a favor de personas discapacitadas (sumario 17187 de la Base de
Datos de la Secretaría de Jurisprudencia de la Cámara Civil Boletín 5/2007). C.
Nac. Civ., Sala L Fecha: 19/12/2006 Partes: Sánchez Zinny, Nicolás v. CEMIC
s/amparo.
258
con especialistas ajenos a su cartilla médica; iv) no habría desamparo alguno,
ya que el menor podría atenderse con su staff de prestadores fonoaudiólogos y
psicopedagogos; v) el reintegro de sumas dinerarias no podría ser materia de
estas actuaciones, ya que el accionante debió impetrar una demanda específica
para ello.
259
La doctrina ha dicho que contratar servicios médicos por el siste ma prepago
implica acordar un contrato con cláusulas predispuestas lo que equivale a hablar
de un contrato por adhesión. Asimismo, se puntualiza que el poder negociador
de ambas partes es diferente y en ocasiones se han presentado desigualdades en
la relación contractual, provocando perjuicios a la parte más débil que es el
adherente. (conf. Cracogna, Dante, “El Contrato de Medicina Prepaga” ED 174-
243). 5.Sentado ello, la recurrente esgrimió ―como nudo central de su
articulación― que no le eran aplicables la ley 23.660 de Obras Sociales ni la
ley 23.661 ―Ley de Seguro Nacional de Salud― por cuanto no es ni una obra
social ni un agente del Seguro Nacional de Salud. Adujo, además, que como
empresa de medicina prepaga no resultaba recipiendaria del fondo de
redistribución solidaria, y por ende, sólo le es exigible la cobertura mínima que
establece la ley 24.754. Por otra parte, sostuvo que no estaba obligada, a cumplir
con la ley 24.901 por no estar encuadrada dentro del art. 1, incs. a a h, ley
23.660.
Este derecho a la salud significa que el Estado, debe velar por que todas las
personas reciban asistencia y servicios médicos en caso de enfermedad o
accidente (inc. d) también de acuerdo al apart. 2 corresponde al Estado reducir
la mortalidad infantil (inc. a), prevenir, tratar y luchar contra las enfermedades
epidémicas, endémicas, profesionales y de otra índole (inc. c); mejorar los
aspectos de la higiene del trabajo y del medio ambiente (inc. b).
260
cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos
y deberes de sus padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley
y, con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas
adecuadas y se asegurarán de que las instituciones, servicios y establecimientos
encargados del cuidado o la protección de los niños cumplan las normas
establecidas por las autoridades competentes, especialmente en materia de
seguridad, sanidad, número y competencia de su personal, así como en relación
con la existencia de una supervisión adecuada.
En su art. 6 los Estados Parte reconocieron que todo niño tiene el derecho
intrínseco a la vida y deben garantizar en la máxima medida posible la
supervivencia y el desarrollo del niño. En el art. 23 los Estados Parte reconocen
que el niño mental o físicamente impedido deberá disfrutar de una vida plena y
decente en condiciones que aseguren su dignidad, le permitan llegar a bastarse
a sí mismo y faciliten la participación activa de aquél en la comunidad.
Reconocen el derecho del niño impedido a recibir cuidados especiales y la
obligación de alentar y asegurar, con sujeción a los recursos disponibles, la
prestación al niño que reúna las condiciones requeridas y a los responsables de
su cuidado de la asistencia que se solicite y que sea adecuada al estado del niño
y a las circunstancias de sus padres o de otras personas que cuiden de él. En
atención a las necesidades especiales del niño impedido, los Estados Parte se
han comprometido a que la asistencia que se preste será gratuita siempre que
sea posible, debiendo contemplar la situación económica de los padres o de las
otras personas que cuiden del niño y estar destinada a asegurar que el niño
impedido tenga un acceso efectivo a la educación, la capacitación, los servicios
sanitarios, los servicios de rehabilitación, la preparación para el empleo y las
oportunidades de esparcimiento con el objeto de que el niño logre la integración
social y el desarrollo individual, incluido su desarrollo cultural y espiritual, en
la máxima medida posible.
En el art. 24 se reconoce el derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible
de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación
de la salud ―“los Estados Parte se esforzarán por asegurar que ningún niño sea
privado de su derecho al disfrute de esos servicios sanitarios” y asegurarán la
plena aplicación de este derecho y, en particular, adoptarán las medidas
apropiadas para: ...b) asegurar la prestación de la asistencia médica y la atención
sanitaria que sean necesarias a todos los niños, haciendo hincapié en el
desarrollo de la atención primaria de salud”―.
Por lo tanto, en virtud de lo dispuesto por el art. 75, inc. 22, CN. este derecho
tiene reconocimiento expreso y posee jerarquía constitucional, aunque ya antes
261
de la reforma del año 1994, la doctrina sostenía que el art. 14 bis al consagrar
el beneficio de la seguridad social reconocía el derecho a la salud.
Así las cosas, el Estado debe velar por la salud de las personas que habitan el
suelo argentino y para lograrlo se han implementado y coexisten distintos
sistemas: el hospital público, las obras sociales, la medicina prepaga, y el seguro
de salud.
262
Cabe señalar y esto es importante en el sub lite, que se ha dicho que estos
sistemas de prestación médica son alternativos de los que desarrolla el Estado
o la seguridad social, en el sentido en que ejercitan una actividad privada; propia
del derecho privado patrimonial. Se ha destacado que ‘económicamente’ tienen
una gran similitud con la obra social, en el sentido de que se basa en un pago
prospectivo, pero que éste es compulsivo en aquélla, mientras que el prepago
es voluntario, dando lugar a un vínculo contractual.
263
Por su lado, las leyes 23.660 y 23.661 que definen el Seguro de Salud, refieren
a la responsabilidad de los agentes de seguro y definen a las obras sociales como
agentes del seguro, estableciendo que son los entes que hacen operativo el
seguro social. Estas menciones han justificado aplicación analógica de la ley
17418 en materia de obras sociales (C. Nac. Civ. y Com. Fed., Sala 3ª, “G., J.A
v. Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados “, JA
1997I-414).
264
prevalecientes como son aquellas que comprometen el derecho a la vida y a la
calidad de vida.
Con esta inteligencia, estímase que cuando las leyes 23.660 ―obras sociales―,
23.661 ―sistema nacional de seguro de salud― y 24455 ―que incorpora como
prestación obligatoria las coberturas por sida y drogadicción― se refieren a las
obras sociales connotan una realidad ajena a las empresas de medicina prepaga
y que es recién la ley 24.754 la que, en 1996, extendió a las empresas y
entidades que presten medicina prepaga la obligación de cubrir como mínimo,
en sus planes de cobertura médico asistencial, las mismas prestaciones
obligatorias dispuestas para obras sociales, conforme a lo establecido por las
tres leyes supra citadas y sus reglamentaciones.
265
En este marco, cabe determinar cuáles son las prestaciones asumidas por la
prepaga demandada, como consecuencia del dictado de la ley 24.754.
En este marco, señálase que la ley 24.754 obligó a las prepagas a asumir las
prestaciones del plan médico obligatorio que se detallan en el anexo I de la ley
23.660. Luego, con la resolución 939/2000 se aprueba el Programa Médico
Obligatorio para los agentes del Seguro de Salud comprendidos en el art. 1, ley
23.660, que en su anexo I también detalla el catálogo de prestaciones e incluye
una cobertura de mayor espectro, a las cuales también se hallan sometidas las
prepagas que, en lo que aquí interesa incluye prestaciones de rehabilitación sin
perjuicio de las otras prestaciones médicas allí previstas que fueren necesarias
para el menor discapacitado; con inclusión de prácticas fonoaudiológicas y de
rehabilitación sensorial.
266
un catálogo de prestaciones vinculadas con la salud mental, a saber: cobertura
en psiquiatría, psicología, psicoterapia individual, psicoterapia grupal,
psicoterapia de familia, psicodiagnóstico, internación, prácticas de
rehabilitación fonoaudiológicas de estimulación temprana (ver pto. 1.5), a su
vez, en su anexo II, dispuso talleres de estimulación temprana, incluyendo
guardería, y se aseguraba la cobertura en niños de hasta 2 años de edad con
déficit neurosensorial.
267
9. Cabe examinar ahora las prestaciones comprendidas en la ley 24.901, para
determinar si la prepaga demandada se encuentra obligada a brindar la cobertura
que dicha ley prevé.
Es claro que estas prestaciones exceden, y en mucho, las prestaciones del plan
médico obligatorio.
El art. 2, ley 24.901 establece como sujetos obligados por ella, a las obras
sociales, comprendiendo por tal concepto las entidades enunciadas en el art. 1,
ley 23.660, y precisa que tendrán a su cargo con carácter obligatorio, la
cobertura total de las prestaciones básicas enunciadas en la presente ley, que
necesiten las personas con discapacidad afiliadas a las mismas. Ante la
literalidad de esta norma, debe repararse en que la ley tiene como fecha de
promulgación el 2/12/1997 y que expresamente se refiere a las obras sociales,
destacando que entiende dentro de tal concepto los sujetos enumerados en el
art. 1, ley 23.660, esto es, a las obras sociales sindicales, institutos de
administración mixta, obras sociales del Estado Nacional, entes autárquicos y
descentralizados, obras sociales de empresas y sociedades del estado, obras
sociales del personal de dirección y de las asociaciones profesionales de
empresarios, obras sociales constituidas por convenios, obras sociales del
personal civil y militar de las fuerzas armadas y de seguridad y jubilados y
pensionados de ese ámbito adheridos. Si a ello se le agrega, que la ley 24.754,
que extendió a las prepagas las mismas prestaciones obligatorias fijadas para
las obras sociales, lo hizo con expresa mención de las leyes 23.660, 23.661 y
24455 y que data del 23/12/1996, debe reparase en que la ley 24.901, posterior
a la ley 24.754, no refiere en momento alguno entre sus obligados a los sujetos
268
captados por esa ley y, es más, remite a una expresa enumeración que define el
concepto de los sujetos comprendidos que no los incluye, pues, en principio, no
resulta posible efectuar una interpretación extensiva. Máxime si se repara en
que, expresamente se establece en el art. 4 de la ley que las personas que
carecieren de cobertura de obra social, tendrán acceso a las prestaciones a través
de organismos dependientes del Estado. Por otro lado, como lo sostiene la
demandada, estas prestaciones, de suyo muy costosas, tienen un preciso sistema
de financiación previsto en la ley y en las resoluciones 400/1999 y 428/1999,
que no prevé la asistencia a prepagas, salvo adhesión al sistema que, en la
especie, no se ha invocado y menos, acreditado.
269
Sala, in re “Papandrea de Chiessa, Josefa v. Citibank NA s/ Amparo “, del
24/6/2002, id. “Baetti, Juan C. v. Poder Ejecutivo de la Nación s/ Amparo”, del
10/6/2003). No debe olvidarse que las empresas comercializadoras de un
servicio de medicina prepaga, además de intentar cumplir el objetivo que su
propia naturaleza comercial les imprime, deben propender a proteger la vida, la
integridad y la salud de las personas, por lo que adquieren un cúmulo de
compromisos que exceden o trascienden el mero plano negocial.
4. La jurisprudencia provincial -
270
es necesario que éstos puedan afrontar los gastos que la atención demanda, pues
en caso contrario, quedaría sin ayuda económica alguna 97.
Notas -
271
“Portillo, Gabriel Andrés v. Instituto de Obra Social del Ejército s/amparo”.
92 “Mandirola, Oscar Miguel y otro v. Diba y otros s/amparo”, CNCiv. y Com.
Fed., 25/10/2007, Magistrados: Dr. Guillermo Alberto Antelo, Dra. Graciela
Medina, Dr. Ricardo Gustavo Recondo. Expediente: 12.801/06.
93 “Ramos, Luis y otros v. Dirección de Salud y Acción Social de la Armada
s/ sumarísimo”. Causa 5.062/03, CNCiv. y Com. Fed., Sala 1ª, 29/8/2006.
94 CNCom., Sala A, 28/6/2007, “Biagioni, Gustavo M. v. Sistema Protección
Médica S.A.”.
95 CNCom., Sala B, 16/06/2005, “Carballo, Lucía J. v. Sistema de Protección
Médica S.A.”.
96 Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Jujuy, “Amaya, Teodoro A.
c.
I.S.J. Estado Provincial”, 29/7/2005, Cita Online: AR/JUR/7453/2005.
97 Cámara de Apelaciones en lo Contencioso administrativo y Tributario de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Sala II, 1/4/2005, “T., C. A. c. Obra Social
de la Ciudad de Buenos Aires y otros”, LL, 2005-C-649, AR/JUR/324/2005.
98 Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo con asiento en La
Plata, 7/3/2005, “Boeri, Cecilia M. en representación de Santiago Re v. Instituto
de Obra Médico Asistencial”, 70022070.
Capítulo XI
1. Introducción - 100
272
Resulta ocioso señalar que los avances científicos, tecnológicos y médicos que
tuvieron lugar durante el siglo XX provocaron cambios sociales y culturales
que desafiaron el esquema jurídico elaborado bajo el prisma de estructuras del
siglo anterior, que ya no proporcionaba una respuesta jurídica acorde a las
problemáticas de la nueva realidad sociológica.
Según datos del Ministerio de Salud ―hoy Secretaría de Salud― 101, se estima
que aproximadamente 10 a 15% de las parejas argentinas que buscan llevar
adelante un embarazo experimentarán algún tipo de dificultad en su
prosecución.
273
mismas vienen a dar respuesta a la adaptación de una de las instituciones más
camaleónicas del derecho a los cambios socioculturales del último siglo: la
familia. Vélez Sarsfield 103, al sancionar el Código Civil en 1871, consagró un
modelo abstencionista regulando solamente un modelo de familia que
respondía al concepto tradicional, matrimonial, heterogéneo y vitalicio cuya
finalidad era la procreación.
Este nuevo marco sociocultural argentino, vinculado con los nuevos modelos
de familia, la autonomía de la voluntad y las conductas autorreferentes, implicó
desafíos vinculados a la procreación que reclamaron su visibilización,
reconocimiento y regulación jurídica.
274
internacionales en lo que se denominó el bloque constitucional federal del art.
75, inc. 22.
275
La Corte señaló que los derechos involucrados fueron “…una combinación
particular de diferentes aspectos de la vida privada, que se relacionan con el
derecho a fundar una familia, el derecho a la integridad física y mental, y
específicamente los derechos reproductivos de las personas” 109. Y que “la
decisión de tener hijos biológicos a través del acceso a técnicas de reproducción
asistida forma parte del ámbito de los derechos a la integridad personal, libertad
personal y a la vida privada y familiar. Además, la forma como se construye
dicha decisión es parte de la autonomía y de la identidad de una persona tanto
en su dimensión individual como de pareja…”.
Concluye la Corte IDH que “El Estado debe incluir la disponibilidad de la FIV
dentro de sus programas y tratamientos de infertilidad en su atención de salud,
de conformidad con el deber de garantía respecto al principio de no
discriminación”.
276
medidas apropiadas, tanto en el plano interno cuanto, según sea el caso, en
cooperación con otros Estados, para asegurar la unidad o la reunificación de las
familias, sobre todo cuando la separación de sus miembros depende de razones
de tipo político, económico o similares”.
277
En virtud de lo expuesto, el derecho al acceso a las TRHA reviste carácter
humano y se vincula intrínsecamente con un vasto conjunto de derechos de
igual jerarquía tal como el derecho a la intimidad, a la autodeterminación, a la
salud, la autonomía de la voluntad, el derecho a decidir libremente sobre las
funciones reproductivas, a fundar una familia, integridad e integridad personal,
a la vida privada, al acceso a la tecnología médica y al progreso científico. Se
relaciona con los principios basamentales de nuestro ordenamiento jurídico
como la igualdad ante la ley, la no discriminación.
En nuestro país, la utilización de TRHA data desde los años 70. Sin embargo,
durante décadas, estas fueron patrimonio exclusivo de aquellos ciudadanos que
podían sufragar los costosos tratamientos porque, ante la falta de regulación
normativa, las obras sociales y entidades de medicina prepaga rechazaban la
cobertura de las TRHA, incluso ante supuestos de infertilidad u otros
impedimentos de índole médica.
Por su parte, la diputada por Corrientes María Elena Petrona Chieno expuso:
“…(que) todas las personas tienen los mismos derechos según nuestra
Constitución, pero desde hace mucho tiempo vemos que se produce un hecho
de gran inequidad: aquellos que tienen recursos económicos pueden sentir la
278
felicidad de tener un hijo propio, nacido gracias a estas técnicas que a veces son
altamente costosas y siempre son de alto nivel científico. Por otro lado, hay
parejas ―la mayoría que no lo pueden hacer y que dependen de la solidaridad
de toda la familia para juntar los recursos. Muchas veces han vendido o
hipotecado sus casas y todos sus bienes para poder tener un hijo. Queremos que
eso desaparezca; queremos que todos los ciudadanos de la Argentina tengan el
mismo derecho. Creemos que con esta política de inclusión social venimos a
dar un paso más después de muchas leyes inclusivas, como lo fue la del
matrimonio igualitario. Por eso esta iniciativa no se queda solamente en la
patología que genera la infertilidad sino que en sus artículos incluye a todas las
personas que por otras causas tampoco pueden procrear. Me refiero, por
ejemplo, a las familias nacidas a partir del matrimonio igualitario o personas
solas que no tienen un compañero o compañera pero quieren ser padres”.
La diputada por Santa Cruz Ana María Ianni manifestó: “… este proyecto tan
esperado por una importante franja de la población garantiza el acceso
igualitario y la cobertura a todos los individuos y parejas ―sin discriminación
ni exclusión por su orientación sexual o estado civil― a los procedimientos y
técnicas de fertilización asistida de baja y alta complejidad”.
La diputada por Río Negro Silvina Marcela García Larraburu dijo: “…Se estima
que una de cada seis parejas tiene problemas de fertilidad, pero hasta el día de
hoy sólo aquellas que pueden costear el tratamiento ―que oscila entre los 8.000
y los 50.000 pesos, sin contar la serie de estudios previos que deben hacerse―
pueden acceder a concebir y tener un hijo. Hoy queremos asegurar la igualdad
ante la ley de todos los sectores de la sociedad, poniendo a su alcance las
técnicas de fertilización hasta hoy reservadas a un sector muy minoritario. Esta
legislación, al incluir en el plan médico obligatorio el tratamiento de fertilidad,
garantizará que todas las obras sociales, prepagas y sistemas de salud pública
279
puedan incorporar esta prestación. Un dato no menor, que habla de la
consagración de derechos respecto de la diversidad conseguida en esta década
ganada, es que no se imponen requisitos ni limitaciones debido a la orientación
sexual o estado civil de los beneficiarios. El paradigma hegemónico de la
familia tradicional argentina se ha modificado. Ahora emergen otros tipos de
familias que también están incluidas en este proyecto de ley”. La diputada por
Tucumán María del Carmen Carrillo señaló: “…La imposibilidad de procrear
afecta en forma real y efectiva la calidad de vida, puesto que la posibilidad de
procrear es inherente a la persona humana y, por lo tanto, integra un derecho
esencial que merece primacía sobre todo otro interés. Por lo tanto, se encuentran
en juego derechos constitucionales, entre los que se encuentra la salud
reproductiva. Toda persona tiene derecho a la formación de una familia, sin
ningún tipo de discriminación, y a beneficiarse con los adelantos científicos que
la ciencia médica incorpora día a día con el objeto de vencer los obstáculos a la
fertilidad para las mujeres que sólo pueden alcanzar la maternidad a través de
los tratamientos de reproducción médicamente asistida”.
La diputada por Catamarca Marcia Sara María Ortiz Correa manifestó: “…En
un Estado como el nuestro, que propende hacia el bienestar común de todos sus
habitantes y ciudadanos, es justo que la economía no se transforme en un
impedimento para el acceso a diversos tratamientos o técnicas médico-
asistenciales de reproducción asistida. Por ello, incluirlos en el Programa
Médico Obligatorio, como prevé esta iniciativa, implica cumplir con el derecho
a la igualdad, dignamente consagrado en nuestra Constitución Nacional,
brindando una cobertura desde el sector público, pero también desde el privado,
y garantizando el derecho a la salud, que tiene sus fundamentos en la normativa
constitucional y en los tratados internacionales. El derecho a la salud, según la
Organización Mundial de la Salud, implica que los gobiernos deben crear las
condiciones que permitan a todas las personas vivir lo más saludablemente
posible. Dentro de esas condiciones se incluye la disponibilidad de garantizar
los servicios de salud. Por otra parte, el Estado argentino, a través de este
Honorable Parlamento, regula la realidad de miles y miles de parejas que sufren
la dolorosa dificultad de no poder procrear de manera natural. De esta manera
también se pondrá fin a la tarea de los jueces, por cuanto a partir de la sanción
de esta norma podrán dirimir en forma concreta los conflictos entre los
prestadores de la salud y los particulares”.
280
La diputada María Luisa Storani expuso: “…en todos estos años había una
situación de desigualdad porque tales prácticas eran llevadas adelante en forma
privada, y solamente se las aceptaba en las obras sociales si de alguna manera,
juicio de por medio, se comprobaba que la infertilidad era producto de una
enfermedad. Hoy, en concordancia con lo que la Cámara de Diputados viene
aprobando, como la ley 26.618 de matrimonio igualitario, donde reconocemos
e igualamos derechos, todos los ciudadanos argentinos van a estar en igualdad
ante la ley. Al no determinar a la infertilidad como enfermedad van a poder
acceder a esta práctica todas las diversidades sexuales. Quiero decirle a la
diputada Araceli Ferreyra que en este tema nos avalan todas las convenciones
internacionales: la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la
Convención Contra toda Forma de Discriminación de las Mujeres (CEDAW),
e Pacto Internacional de Derechos Civiles, Sociales y Políticos, y desde 1994
las convenciones sobre población y desarrollo, como la acordada en El Cairo,
donde se trabajó perfectamente en los derechos sexuales y reproductivos. Con
la presidenta y otros legisladores somos miembros de un grupo parlamentario
de seguimiento de esa convención, en la que se plasman los derechos sexuales
y reproductivos y dentro de estos, el derecho a acceder a prácticas de
fertilización asistida. (…) Además, a través de un informe de la Organización
Mundial de la Salud hemos tomado conocimiento de que el 40 por ciento de la
infertilidad es femenina y que otro 40 por ciento corresponde a casos de
infertilidad masculina. Esto tiene que ver con muchas enfermedades que las
personas van teniendo a lo largo de la vida que al no ser tomadas a tiempo
producen infertilidad. Por ese motivo, si funcionaran bien la Ley de Educación
Sexual y el Programa Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, seguramente
tendríamos otro espectro y porcentajes de infertilidad más bajos. Además, la
Organización Mundial de la Salud ha señalado que el 20 por ciento restante
―en realidad este porcentaje puede variar entre el 15 y el 20 por ciento—
corresponde a parejas en edad fértil que tienen problemas para la procreación.
Como hemos visto, esos porcentajes son muy altos, a pesar de que no todas las
situaciones corresponden a casos de alta complejidad”.
La diputada por Buenos Aires María Virginia Linares dijo: “…Lo que hoy
también venimos a plantear es una ley diferente como en algunas provincias se
ha hecho, es el derecho al acceso igualitario a la cobertura integral de todos los
individuos y parejas, sin discriminación ni exclusión por su orientación sexual
o estado civil, en los procedimientos y técnicas de fertilización asistida, tanto
en los de baja como en los de alta complejidad”.
La diputada por Santiago del Estero Graciela Navarro dijo: “Nadie puede
desconocer ni mucho menos dudar de que el derecho a la maternidad no puede
281
quedar reservado sólo a quienes cuentan con medios económicos para hacer un
tratamiento. De no ser así nos estaríamos llenando la boca con palabras mientras
generamos una total y clara injusticia al crear un privilegio para una clase social,
como bien lo señaló recién una señora diputada. El principal objetivo de este
proyecto es asegurar a las personas que puedan ejercer plenamente un derecho,
y espero que ello se concrete a lo largo y ancho de nuestro territorio en forma
gratuita”.
La diputada por Neuquén Olga Elizabeth Guzmán dijo: “En nuestro país se
estima que entre un 10 y un 15 por ciento de la población en edad reproductiva
sufre problemas de infertilidad contabilizándose la realización de 4 mil ciclos
de fertilización por año por particular de parejas con esta enfermedad. Las
estadísticas así planteadas son impactantes, en tanto se trata de un número
importante de parejas con deseo de procrear, de formar o de ampliar la familia,
que aún no han encontrado la forma de hacerlo de manera natural. (…) En este
marco, que comprende la verdadera importancia del derecho fundamental a la
paternidad y la maternidad, es que se hace imperioso que el Estado intervenga
para tutelar jurídicamente dicha situación, inigualable para la vida de las
personas. Actualmente algunas parejas imposibilitadas de llevar adelante un
plan de procrear, por causas de infertilidad, se ven forzadas a celebrar contratos
privados con centros médicos dedicados a la realización de técnicas de
reproducción humana asistida, convirtiéndose generalmente en presas de un
fabuloso negocio, donde se toma provecho de ellas en base a la necesidad, a los
sueños y a los fuertes deseos de concebir y de ser padres. Hoy en día, sólo el 10
por ciento de esos tratamientos tiene cobertura en nuestro país. Este proyecto
de ley no sólo aumentaría esa cifra en forma considerable sino que sería un paso
firme en la construcción de una igualdad real de oportunidades necesaria,
posible y, sobre todo, justa en materia de procreación”.
282
El diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires Jorge Justo Cardello dijo:
“…Hoy vinimos a legislar sobre el derecho a la reproducción, el derecho que
todas y todos tenemos de gozar de una salud reproductiva. La fertilización
asistida es un ejemplo del avance científico. Como siempre los primeros
beneficiados son los de altos ingresos. Se estima que una de cada seis personas
sufre infertilidad. El diagnóstico es fundamental: el 80 por ciento de los
pacientes infértiles pueden solucionar sus problemas y tener sus hijos con
sencillos tratamientos, pero para esto es necesario un diagnóstico. Esta situación
provoca desigualdad, porque quienes pueden acceder a estos tratamientos son
los que pueden afrontar su costo económico. Hoy estamos legislando desde una
perspectiva de la ética pública y desde la promoción de la igualdad. Este camino
es una continuidad de la ley de divorcio, del matrimonio igualitario y de la
identidad de género”.
283
Por otra parte, se contempla el acceso gratuito a las TRHA a través de su
inclusión en el PMO, a fin de sortear los obstáculos económicos en la
efectivización del derecho reconocido; dando cobertura integral en concepto de
prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento.
El análisis del debate parlamentario que dio como fruto la ley 26.862 de Acceso
Integral a los Procedimientos y Técnicas Médico-Asistenciales de
Reproducción Médicamente Asistida resulta relevante a la luz de las normas
interpretativas vigentes.
284
análogas tradicionalmente han sido tratadas como fuente y aquí se las incluye
como criterios de interpretación, para dar libertad al juez en los diferentes casos.
Ello tiene particular importancia en supuestos en los que pueda haber
discrepancias entre la ley análoga y la costumbre, como sucede en el ámbito de
los contratos comerciales’; 4) se hace expresa referencia al ordenamiento
jurídico, superándose así ‘la limitación derivada de una interpretación
meramente exegética y dar facultades al juez para recurrir a las fuentes
disponibles en todo el sistema’. Ello es conforme con la jurisprudencia de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, en cuanto afirma que la interpretación
debe partir de las palabras de la ley, pero debe ser armónica, conformando una
norma con el contenido de las demás, pues sus distintas partes forman una
unidad coherente y que, en la inteligencia de sus cláusulas, debe cuidarse de no
alterar el equilibrio del conjunto” 112.
De las pautas interpretativas del art. 2º CCCN, surge una pauta insoslayable
para el exegeta de la norma.
3.1. Objeto
Así lo expresa en el art. 1º que define su objeto de tratamiento: “La presente ley
tiene por objeto garantizar el acceso integral a los procedimientos y técnicas
médico-asistenciales de reproducción médicamente asistida”.
285
El decreto reglamentario 956/2013, por su parte, refuerza el objeto
jurídicamente protegido (acceso integral a los procedimientos y técnica médico-
asistenciales de reproducción médicamente asistida) en sus Considerandos y su
art. 1º.
Que la ley 26.682 tiene por objeto garantizar el acceso integral a los
procedimientos y técnicas médico-asistenciales de reproducción médicamente
asistida.
Que en dicha ley (la 26.862) prevalecen, entre otros derechos concordantes y
preexistentes reconocidos por nuestra Constitución Nacional y Tratados
Internacionales de rango Constitucional (conforme art. 75, inc. 22 de nuestra
Carta Magna) los derechos de toda persona a la paternidad/maternidad y a
formar una familia, en íntima conexión con el derecho a la salud.
286
del abordaje, el diagnóstico, los medicamentos y las terapias de apoyo y los
procedimientos y las técnicas de reproducción médicamente asistidas.
Y por su parte, el art. 1º reza: “Entiéndase que la garantía establecida por la ley
26.682 tiene por objeto el acceso integral a los procedimientos y técnicas
médico-asistenciales de reproducción médicamente asistida…”.
Reza el art. 2º ley 26.682: “…Quedan comprendidas las técnicas de baja y alta
complejidad...”.
287
Por su parte, el art. 2º del DR 956/2013 proporciona especificaciones sobre las
técnicas de baja y alta complejidad.
En cambio, las técnicas de alta complejidad son “aquellas donde la unión entre
óvulo y espermatozoide tiene lugar por fuera del sistema reproductor femenino,
incluyendo a la fecundación in vitro; la inyección intracitoplasmática de
espermatozoide, la criopreservación de ovocitos y embriones…”.
1) Inseminación artificial
288
Y también frente al conflicto no médico: en una mujer sin pareja que recibe
semen de un tercero donante (anónimo o conocido), pareja homosexual de
mujeres, y utilización post mortem del semen.
Los óvulos se obtienen mediante punción ecográfica por vía vaginal o por
laparoscopia.
La Fecundación In Vitro (FIV) es una técnica que logra la unión de los gametos
femeninos (óvulo) y masculinos (espermatozoide) in vitro, es decir en el
laboratorio y no dentro del cuerpo humano, es una técnica de alta complejidad.
Una vez que se obtiene in vitro el embrión fecundado, se procede a transferirlo
a la cavidad uterina.
289
Es definida como “Técnica de Reproducción Asistida (TRA) que involucra
fecundación extracorpórea” 115.
Una vez obtenidos los gametos, se coloca en una placa de cultivo un óvulo
rodeado de espermatozoides a fin de llevar adelante la fertilización.
290
Definida como “procedimiento mediante el cual un solo espermatozoide es
inyectado en el citoplasma de un ovocito” 117.
291
a) Vitrificación de ovocitos
b) Criopreservación de ovocitos
292
La regulación y reglamentación de la donación de gametos y de embriones
responde al respeto de los derechos, garantías y principios consagrados al
momento de la sanción de la ley relativos a la igualdad y eliminación de
cualquier forma de discriminación para con los ciudadanos destinatarios
respecto de su orientación sexual, estado civil o proyecto de vida.
293
para su posterior implantación en la cavidad femenina de la otra mujer, que
cursará el proceso de gestación y posterior parto.
Dice la norma que la donación de gametos y/o embriones deberá estar incluida
en cada procedimiento y que la donación nunca tendrá carácter lucrativo o
comercial.
En esta inteligencia, la ley adopta una postura amplia reconociendo sus alcances
a los destinatarios que padezcan tanto infertilidad como patología que dificulta
o impide la concepción, como la llamada “infertilidad social”.
294
La “infertilidad social” abarca el supuesto de cualquier persona que no puede
concebir sin el auxilio de las técnicas, sin padecer, necesariamente, una
patología: mujeres menopaúsicas, viudas, solteras, proyectos monoparentales,
homoparentalidad, etcétera.
En este sentido, los agentes de salud obligados por ley no podrán alegar, con la
finalidad de rechazar la cobertura la cobertura integral de la TRHA, como
preexistencia la condición de infertilidad o imposibilidad de concebir un
embarazo.
295
inclusión de estos nuevos procedimientos y técnicas en la cobertura de las obras
sociales y empresas de medicina prepaga respecto del acceso a las TRHA.
296
Las funciones de la Autoridad de Aplicación son aquellas establecidas en los
arts. 4º, 5º y 6º de la ley 26.862 y el DR 956/2013.
Según surge del art. 4° de la ley 26.862 y art. 4° del DR, que la Autoridad de
Aplicación va a tener a su cargo la creación del registro de todos los
establecimientos sanitarios habilitados para realizar los procedimientos y
técnicas de reproducción médicamente asistida y bancos receptores de gametos
y/o embriones.
No será, entonces, viable la petición a las obras sociales enmarcadas en las leyes
23.660 y 23.661, ni entidades de medicina prepaga 122 de la cobertura de la
TIC, como tampoco respecto del resto de las prestaciones de ley, tales como:
abordaje interdisciplinario, medicamentos y terapias de apoyo (conf. art. 8º ley
26.862).
Sin perjuicio de ello, las TIC no se encuentran prohibidas, merced del art. 19
C.N. 123. En lo que respecta al vínculo filial de los progenitores y el niño/a
concebido a través de la TIC, no será aplicable lo normado por los arts. 560,
561 y 562 del CCCN 124, relativos al consentimiento previo, libre e informado
como fuente de filiación, sino que serán aplicables las reglas tradicionales de la
297
filiación por naturaleza, reguladas en los arts. 558, 565, 566, 568, 570 y 571
CCCN 125.
En los autos “V. P. M. y otro c/OSDE s/amparo de salud”, una pareja de mujeres
promueve acción de amparo a fin de que se ordene a la obra social a proveerles
la cobertura de la TRHA de alta complejidad FIV con ovodonación, con óvulos
provenientes de una de ellas (pareja de la receptora gestante) y el esperma de
un donante registrado en un banco del Registro Federal de Establecimientos de
Salud (ReFES) 126.
Admitida esa premisa, cabe preguntarse si habría alguna razón que justifique
exigir ese requisito a la mujer que está unida en pareja con otra mujer. Y la
298
respuesta es no. En primer lugar porque esa condición seria impeditiva para
ejercer la voluntad procreacional para una pareja de mujeres, ya que el registro
supone la no elección (o selección) de la persona que da el gameto. En segundo,
porque los principios jurídicos que están establecidos en la Ley orientados por
el derecho natural en procura de un orden justo no lo establecen y, como si ello
no fuera suficiente, el mismo orden positivo consagra todo lo contrario.
299
deben aplicar (Capítulo 1 del Título preliminar de ese cuerpo normativo)
(Párrafos del considerando 6, conf. esta Sala II, causa 7342/2014 del 13.10.15).
Así́ las cosas, entre las parejas del mismo sexo ―también― la donación de
gametos (semen y óvulos, pues la ley no distingue, ni excluye algún tipo) debe
ser objeto de cobertura.
300
Surge del art. 5º del DR 956/2013, que resulta competencia de la Autoridad de
Aplicación establecer los requisitos de habilitación de los establecimientos
sanitarios destinados a la realización de procedimientos y técnicas de
reproducción humana médicamente asistida, en el marco del Programa
Nacional de Garantía de la Calidad de la Asistencia Médica.
- Decreto 578/93 define el rol del Hospital Público a fin de cumplimentar las
funciones propias de promoción, prevención, asistencia, docencia e
investigación, creando el Registro Nacional de Hospitales Públicos de
Autogestión (HPA).
301
- Resolución 855/93 MSAS establece la obligatoriedad de observar las
normativas incorporadas al PNGCAM por parte de las Obras Sociales
pertenecientes a la Administración Nacional de Seguro de Salud.
303
- Resolución 348/94 establece normas de Organización y Funcionamiento de
Áreas de Instrumentación Quirúrgica.
- Resolución 168/97.
304
- Resolución 899/02 MS (03/12/2002 B.O.: 10/12/2002) Se constituye en el
Ministerio de Salud en el marco del Programa Nacional de Calidad de la
Atención Médica una Comisión Asesora encargada de la normalización en el
área de Alimentación y Dietoterapia.
305
- Resolución 196/99 Normas de Organización y Funcionamiento en
Oftalmología Pediátrica.
306
- Resolución 41/2001 MS (8/1/2001 B.O.: 12/1/2001) Norma de Organización
y Funcionamiento de Internación en Servicios de Salud.
308
- Resolución 608/2004 MS (30/6/2004) B.O.: 06/07/2004
309
- Resolución 538/97 Se incorporan las Normas de Diagnóstico Virológico
aprobadas por Resolución Secretarial 328/96.
310
- Resolución 754/2001 MS (11/7/2001) B.O.: 17/8/2001 Suplemento. Se
aprueba el Manual de Intoxicaciones para agentes de Atención Primaria.
311
- Resolución 365/99 MSAS (21/5/1999) B.O.: 27/5/1999 Modificación de la
resolución 702/93 MSAS.
- Resolución 400/96
Normas de procedimientos:
312
- Resolución 542/97 “Lineamientos Normativos para la Atención Integral en
Adolescentes”.
313
- Resolución 434/2001 MS (25/4/2001) B.O.: 11/5/2001 Suplemento. Se
aprueba la Guía de Procedimiento de Cardiología Intervencionista.
314
- Resolución 648/2003 MS (5/12/2003) B.O.: 15/1/2004 Suplemento
Apruébese el documento “El Cuidado Prenatal Guía para la Práctica del
Cuidado Preconcepcional y del Control Prenatal”.
3.9. Beneficiarios
1. Mayores de edad
Surge del art. 7º de la ley 26.862, que tienen derecho a acceder a los
procedimientos y técnicas médico-asistenciales de reproducción médicamente
asistida toda persona mayor de edad, es decir 18 años (conf. art. 25 CCCN) 128.
315
Art. 7º ley 26.862. Tiene derecho a acceder a los procedimientos y técnicas de
reproduccion médicamente asistida, toda persona mayor de edad…
2. Límite de edad.
316
Que las cifras antes presentadas resultan incluso inferiores cuando se tiene en
cuenta la tasa de nacidos vivos por TRHA, si se considera que
aproximadamente la mitad de los embarazos llevados a cabo (sea naturalmente
o mediante TRHA) resultan frustrados en razón de abortos espontáneos como
una contingencia propia de todo embarazo.
317
Art. 8º.Cobertura. Párrafo 5 DR 956/13: “…Quedan incluidos en el Programa
Médico Obligatorio (PMO), los procedimientos y las técnicas de diagnóstico,
medicamentos y terapias de apoyo para la reproducción médicamente asistida
reguladas en el art. 8º de la Ley 26.862”.
En los autos “N., H. A. y otra vs. Obra Social de Empleados Públicos (OSEP)
s. Acción de amparo” 130, se hace lugar a la acción de amparo incoada
condenando a la obra social demandada a cubrir el tratamiento de fertilización
asistida de alta complejidad FIV/ICSI con ovodonación estableciendo que ni la
edad de la actora (46 años), ni la posibilidad de que sufra trombofilia (que
podría hacer fracasar el tratamiento de fertilización requerido), resultan óbices
para admitir la acción.
Fundamenta la Cámara:
318
A ello debe agregarse que la Suprema Corte de Justicia de la Nación sostiene
que el derecho a la preservación de la salud debe ser apreciado desde una
perspectiva amplia, en tanto remite a un concepto integral de bienestar
psicofísico de la persona, que tiene a su vez una directa vinculación con el
principio de dignidad humada, soporte y fin de todos los derechos, por lo que
forzoso es concluir que, en el caso, se encuentra en juego el goce efectivo del
derecho a la salud reproductiva de la actora.
Además, frente a la edad de esta última (46 años), se debe tener presente que el
transcurso del tiempo operaría como un valladar insuperable, frustrando
definitivamente con altísimo grado de probabilidad, sus posibilidades de
procreación.
Por último, es menester tener presente que el goce derecho a la salud no puede
ser juzgado con un criterio económico, sino con amplitud de criterio para
cumplir adecuadamente con la manda constitucional.
3. Menores de edad
Sin perjuicio de lo normado por el art. 7º de la ley 26.862, que exige la mayoría
de edad como requisito para el acceso a las TRHA, las personas menores de
edad serán también beneficiarias de dicho derecho al acceso integral a los
procedimientos y TRHA respecto del servicio de guarda de gametos o tejidos
reproductivos.
319
Los requisitos para configurar la procedencia del servicio refieren a la
existencia de problemas de salud o la necesidad de someterse a tratamientos
médicos o intervenciones quirúrgicas que puedan comprometer la capacidad de
procrear en un futuro.
4. Principio de no discirminación
320
…no podrá introduir requisios o limitaciones que impliquen la exclusion debido
a la orientación sexual o el estado civil de los destinatarios.
321
reproductiva, número de embarazos y cuándo tenerlos; y en idéntico sentido la
Ley de Protección Integral a las Mujeres (Ley 26.485), al legislar sobre la
violencia contra la libertad reproductiva.
Se trata de otorgar el mismo trato a todas las personas que se encuentran en las
mismas condiciones, y la condición que en el caso sobresale es el padecimiento
de infertilidad o esterilidad, sin ningún tipo de distingos, ya que allí es cuando
la cuestión se torna discriminatoria.
5. Consentimiento informado
322
Art. 7º ley 26.862. Beneficiarios. Tiene derecho a acceder a los procedimientos
y técnicas de reproducción médicamente asistida, toda persona mayor de edad
que, de plena conformidad con lo previsto en la ley 26.529, de derechos del
paciente en su relación con los profesionales e instituciones de la salud, haya
explicitado su consentimiento informado. El consentimiento es revocable hasta
antes de producirse la implantación del embrión en la mujer.
323
En el caso de las técnicas de reproducción médicamente asistida de alta
complejidad, el consentimiento será revocable hasta antes de la implantación
del embrión en la mujer.
324
5.3. Consentimiento previo libre e informado de los menores de edad
La persona menor de edad tiene derecho a ser oída en todo proceso judicial que
le concierne así como a partículoicipar en las decisiones sobre su persona.
Se presume que el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para
decidir por sí respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni
comprometen su estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o
integridad física.
325
jerarquía constitucional (art. 75, inc. 22, C.N.), la ley 26.061 de Protección
Integral de los Derechos de la Niñas, Niños y Adolescentes sancionada en el
año 2005 que establece la aplicación obligatoria de la Convención, y
concordantes.
Superando el paradigma estático etario de la capacidad civil de la minoría de
edad consagrado en el Código Civil de Vélez Sarsfield, la llamada
constitucionalización del derecho privado con la reforma dada por la ley 26.994,
que nos dio la nueva legislación de fondo del Código Civil y Comercial de la
Nación, innovó hacia el concepto dinámico de la capacidad progresiva con la
noción empírica de competencia que deriva del campo de lo bioético.
La persona menor de edad, según el art. 26 CCCN, ejerce sus derechos a través
de sus representantes legales, pero, no obstante ello, en virtud del paradigma de
la capacidad progresiva el menor de edad “que cuenta con edad y grado de
madurez suficiente puede ejercer por sí los actos que le son permitidos por el
ordenamiento jurídico”.
326
Sumado a ello, rezan los párrafos 4, 5 y 6 de la norma citada que:
Se presume que el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para
decidir por sí respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni
comprometen su estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o
integridad física.
327
2) Obras sociales y Agentes del Sistema Nacional del Seguro de Salud
enmarcados en las leyes 23.660 y 23.661;
En estos términos, fue pionera la Provincia de Buenos Aires con la ley 14.208
y modificaciones introducidas por la ley 14.611 142, en legislar la cobertura
médico-asistencial integral e interdisciplinaria del abordaje, diagnóstico,
medicamentos, terapias de apoyo y procedimientos y técnicas de baja y alta
complejidad que incluyan o no la donación de gametos y/o embriones, a los
procedimientos y técnicas de reproducción humana médicamente asistida para
los habitantes de la Provincia de Buenos Aires y residentes de la misma 143.
Conforme surge de las normas citadas (art. 8º, 1er párrafo, ley 26.862 y art. 8º,
párrafo 5, DR 956/2013) en este acapite, los procedimientos quedan incluidos
en el Programa Médico Obligatorio (PMO).
Art. 8º ley 26.862. Cobertura. El sector público de salud, las obras sociales
enmarcadas en las leyes 23.660 y 23.661, la Obra Social del Poder Judicial de
la Nación, la Dirección de Ayuda Social para el Personal del Congreso de la
Nación, las entidades de medicina prepaga y las entidades que brinden atención
al personal de las universidades, así como también todos aquellos agentes que
brinden servicios médico-asistenciales a sus afiliados independientemente de la
figura jurídica que posean, incorporarán como prestaciones obligatorias y a
brindar a sus afiliados o beneficiarios, la cobertura integral e interdisciplinaria
del abordaje, el diagnóstico, los medicamentos y las terapias de apoyo y los
procedimientos y las técnicas que la Organización Mundial de la Salud define
como de reproducción médicamente asistida, los cuales incluyen: a la inducción
de ovulación; la estimulación ovárica controlada; el desencadenamiento de la
ovulación; las técnicas de reproducción asistida (TRA); y la inseminación
intrauterina, intracervical o intravaginal, con gametos del cónyuge, pareja
conviviente o no, o de un donante, según los criterios que establezca la
autoridad de aplicación. Quedan incluidos en el Programa Médico Obligatorio
329
(PMO) estos procedimientos, así como los de diagnóstico, medicamentos y
terapias de apoyo, con los criterios y modalidades de cobertura que establezca
la autoridad de aplicación, la cual no podrá introducir requisitos o limitaciones
que impliquen la exclusión debido a la orientación sexual o el estado civil de
los destinatarios. Art. 8º, párrafo 5, DR 956/2013: Quedan incluidos en el
Programa Médico Obligatorio (PMO), los procedimientos y las técnicas de
diagnóstico, medicamentos y terapias de apoyo para la reproducción
médicamente asistida reguladas en el art. 8º de la Ley 26.862.
Se expuso más arriba que conforme surge de la ley 26.862 y el art. 8º del DR
956/2013, párrafo 3, los beneficiarios podrán acceder a técnicas de
reproducción médicamente asistida de baja complejidad (TRHA/BC) y alta
complejidad (TRHA/AC), las cuales se diferencian, según el art. 2º del DR
956/2013, según se utilice, o no, el laboratorio de embriología.
En este sentido, en las primeras (TRHA/BC) la unión entre el óvulo y el
espermatozoide se produce dentro del sistema reproductor femenino, mientras
que en las segundas (TRHA/AC) la unión de los gametos se produce fuera del
sistema reproductor femenino, e incluye la fecundación in vitro (FIV) con
ovocitos propios (en fresco o criopreservados) o donados (en fresco o
criopreservados); la inyección intracitoplasmática de espermatozoide; la
criopreservación de ovocitos y embriones; la donación de ovocitos y embriones,
la vitrificación de tejidos reproductivos 144.
En los términos que marca la Ley 26.862, una persona podrá acceder a un
máximo de cuatro (4) tratamientos anuales con técnicas de reproducción
médicamente asistida de baja complejidad, y hasta tres (3) tratamientos de
reproducción médicamente asistida con técnicas de alta complejidad, con
intervalos mínimos de tres (3) meses entre cada uno de ellos.
330
documentadas justifiquen la utilización directa de técnicas de mayor
complejidad.
…para cada uno del total de tres (3) tratamientos de reproducción médicamente
asistida con técnicas de reproducción médicamente asistida de alta complejidad
(TRHA/AC) a los cuales cada paciente tiene derecho, quedaran incluidos los
procedimientos médicos y etapas contempladas en (los anexos) (…) que forman
parte integrante de la presente, a los efectos de lo dispuesto por el art. 8º, tercer
párrafo, del anexo del Decreto reglamentario 956/2013.
331
Mientras que una interpretación que denominamos amplia sostiene que la
obligación de cobertura de tres tratamientos de TRHA/AC anuales con el
intervalo mínimo de tres meses entre cada uno de ellos, se renueva una vez
vencido el plazo temporal anual, sucesivamente hasta lograr el estado de preñez.
Interpretación restrictiva
Es así, que la Resolución MSN 1-E 2017 dictada por el Ministerio de Salud de
la Nación, en su carácter de Autoridad de Aplicación conforme a los artículos
3º de la ley 26.862 y DR 956/2013, reitera las disposiciones de la ley y el decreto
reglamentario, resultando, por ende, admisible la interpretación restrictiva a la
cantidad de intentos posibles de TRHA/AC dados por la resolución ministerial.
332
Se suma a ello, que desde el punto de vista estrictamente gramatical, esta
postura sostiene que la norma expresamente enuncia que se podrá acceder a un
máximo de cuatro (4) tratamientos anuales con TRHA de baja complejidad,
mientras que al referirse a la cantidad de tratamientos de TRHA de alta
complejidad sólo regula de forma expresa el derecho al acceso hasta tres
tratamientos de reproducción médicamente asistida con intervalos mínimos de
tres meses entre cada uno de ellos.
333
y otro s/leyes especiales” (22/12/2014); por el Tribunal de Juicio de la Provincia
de Salta en los autos “T. M. del V. c/Instituto Provincial de Salud de la
Provincia de Salta” (2/11/2015); la Procuración General de la Nación y el voto
en disidencia de Rosenkrantz que remite a los fundamentos de la Procuradora
Fiscal en los autos “Y., M. V. y otro c/IOSE s/Amparo de Salud CCF” 146.
Interpretación amplia
334
Expte. 15.362/2014 de fecha 7/6/2017; “CH.N c/ACA Salud s/Amparo” Expte.
2310/2016 de fecha 30/12/2016; “G. M. c/OSECAC s/Amparo” Expte.
30259/2016 de fecha 26/5/2017; y “Baccega, María Elena c/Obra Social de la
Act. de Seguros y Reaseguros Capitalización y Ahorro y Préstamo para la
Viviendas s/Amparo”, de fecha 25/8/2014.
335
Apelada la sentencia por la obra social demandada, la Sala I de la Cámara de
Apelaciones en lo Civil y Comercial de la Nación confirmó el fallo de primera
instancia en lo sustancial, pero limitó a tres intentos los procedimientos cuya
cobertura debía prestar la demandada IOSE y a 18 meses el plazo de
crioconservación de embriones.
En otras palabras, la Sala I sostuvo una interpretación restrictiva del art. 8º del
DR 956/2013 en relación a la cantidad de intentos cuya cobertura se encuentra
a cargo de los prestadores de salud. Sostuvo la Cámara que una interpretación
contraria implicaría dar un alcance ilimitado a la obligación, lo cual ―a su
entender― no resultaba compatible con la letra de la norma y la naturaleza de
la prestación.
336
procedimientos y técnicas médico asistenciales de reproducción médicamente
asistida.
En igual lógica, la resolución MSN 1-E del 2017 que define los aspectos y
alcances del DR 956/2013, no puede desnaturalizar los alcances del derecho
consagrado en la ley sustancial reglamentada ―la ley 26.862― por ser de rango
inferior.
337
los autos caratulados “G., C. y otro c/Obra Social del Poder Judicial de la
Nación s/ amparo de salud” (Expte. nº 1773/2017) de fecha 28/8/2018, en el
que se estableció:
338
A fin de respaldar esta interpretación teleológica, se cita el art. 1º de la ley
26.862 el cual reza que la finalidad de la ley es “garantizar el acceso integral a
los procedimientos y técnicas médico-asistenciales de reproducción
médicamente asistida”.
339
Ello se debe a que las mujeres generan una limitada cantidad de óvulos, los
cuales se gastan cualitativa y cuantitativamente a lo largo de su vida, mientras
que los hombres generan cada tres meses nuevos espermatozoides. Reconocer
dicha circunstancia fáctica y objetiva importaría violar el principio de igualdad
ante la ley, el principio de no discriminación, la Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto San José de Costa
Rica).
El Acuerdo Plenario cita el fallo supra comentado “Y., M.V. y otro c/IOSE
s/amparo de salud” (CCF 4612/2014/CS1) en el que el supremo intérprete del
ordenamiento jurídico positivo vigente concluyó categóricamente que “...la
única interpretación admisible de la reglamentación examinada, en consonancia
con los objetivos trazados por la ley 26.862, es la que habilita a los interesados
340
a acceder a tres tratamientos ‘anuales’ de reproducción médicamente asistida
con técnicas de alta complejidad” con la finalidad de garantizar la seguridad
jurídica resolviendo toda posibilidad de sentencias contradictorias e
incertidumbre respecto de decisiones judiciales contradictorias.
341
decisión se ve claramente en casi todos los campos: la protección de la persona
humana a través de los derechos fundamentales, los derechos de incidencia
colectiva, la tutela del niño, de las personas con capacidades diferentes, de la
mujer, de los consumidores, de los bienes ambientales y muchos otros aspectos.
Puede afirmarse que existe una reconstrucción de la coherencia del sistema de
derechos humanos con el derecho privado 154.
Surge de lo expuesto, sin lugar a duda, que el art. 8º del decreto reglamentario
956/2013 de la ley 26.862 consagra el derecho humano a acceder a un máximo
de cuatro tratamientos anuales con técnicas de reproducción médicamente
asistida de baja complejidad, y podrá acceder a un máximo de tres tratamientos
de reproducción médicamente asistida con técnicas de alta complejidad por año,
con intervalos mínimos de tres meses entre cada uno de ellos.
342
Conforme surge del art. 8º párrafo 4 DR 956/13 se deberá comenzar con las
técnicas de baja complejidad como requisito previo al uso de las técnicas de
mayor complejidad.
Analizando el art. 8° del DR 956/2013 de la ley 26.862 surge con claridad que
la cobertura no sólo corresponde a los tratamientos con técnicas de
reproducción médicamente asistida de baja y alta complejidad, los cuales
quedan incluidos en el PMO, sino también corresponde la cobertura integral e
interdisciplinaria del abordaje, el diagnóstico, los procedimientos y las técnicas
de diagnóstico y medicamentos, terapias de apoyo y gastos de eventual
crioconservación, para la reproducción médicamente asistida.
La Resolución 1045/2018, publicada en el BO del 5 de junio de 2018, vino a
clarificar y reforzar la obligatoriedad respecto de la proporción del 100% de
cobertura a los medicamentos aplicados a cualquier TRHA.
343
gameto masculino, congelación de material biológico y toda otra prestación
necesaria a tal fin.
344
Se deberá dar cobertura médica con el equipo médico elegido por el afiliado,
incluso cuando no se trate de profesionales contratados por la obra social o la
empresa de medicina prepaga. Así lo estableció la Sala I de la Cámara Federal
de Apelaciones de Bahía Blanca en los autos “M. E. C. y otro c/Swiss Medical
S.A. s/leyes especiales (diabetes, cáncer, fertilidad)” (6/9/2018) 161.
345
A todo lo expuesto, resulta fundamental agregar que la prepaga demandada no
ofreció hacerse cargo de los gastos que conlleva la realización del tratamiento
en otra ciudad (traslados, alojamiento y comida).
Por todas las circunstancias fácticas descriptas, entiendo que los términos en
que fue concedido el derecho a la fertilización asistida, no implica el ejercicio
en forma plena del derecho que se les reconoce, toda vez que las condiciones
impuestas para su ejercicio no solamente generarían a los actores un evidente
desgaste físico y emocional amen de los gastos colaterales descriptos para la
prestación del servicio que les es debido. Lo merituado, en mi criterio se traduce
en una desnaturalización del derecho que se pretende reconocer.
A fin de analizar este argumento, debe recordarse que nos hallamos ante un
contrato tipificado por la entidad de medicina prepaga, en el que esta diagrama
unilateralmente su contenido y el adherente tie ne tan sólo la posibilidad de
aceptarlo o rechazarlo; por lo tanto, el alcance de las cláusulas genéricas debe
interpretarse con prudencia, y en forma tal que no perjudique a la parte que no
las predispuso, pues las condiciones generales de contratación son un recurso
técnico que no puede transgredir el mandato de buena fe, y deben revisarse
cuando, a través de ellas, “se genera una situación de desigualdad y
desequilibrio en perjuicio del consumidor, facilitando la inclusión de cláusulas
que afectan la relación de equivalencia del negocio, al desplazar sobre el
contratante más débil gran parte del riesgo económico del contrato, permitiendo
obtener grandes beneficios a expensas de los consumidores” (conf. Weingarten,
Celia y Ghersi, Carlos A., “Medicina prepaga: cláusulas abusivas y traslado de
riesgos al consumidor”, JA, 1993-II-888).
346
ser armonizado con el objetivo jurídico de satisfacer la buena fe de quienes
celebraron el contrato con la razonable creencia de gozar oportunamente de los
beneficios brindados por la relación contractual.
347
A efectos de realizar las técnicas de mayor complejidad deberán cumplirse
como mínimo tres (3) intentos previos con técnicas de baja complejidad, salvo
que causas médicas debidamente documentadas justifiquen la utilización
directa de técnicas de mayor complejidad.
Esta técnica permite a las mujeres preservar los gametos o embriones durante
varios años, si es que desean aplazar la maternidad, sin comprometer la cantidad
y calidad de los mismos. Asimismo, la técnica es útil a nivel preventivo si la
mujer se someterá a tratamientos oncológicos, pudiendo vitrificar los óvulos o
embriones para utilizarlos luego de finalizado el tratamiento que podría
comprometer su calidad.
348
resulta imperante que dicha determinación no se constituya en un obstáculo para
la consecuencia del fin que persigue la ley 26.862 y su decreto reglamentario.
Por lo tanto, en resguardo del pleno ejercicio del derecho a la salud reproductiva
a reproductiva corresponde que los plazos no sean exiguos.
349
Estudio genético preimplantacional
Dicho argumento nos resulta sucinto en tanto entra en colisión con el derecho a
la salud ―física y mental― y al acceso a las tecnologías médicas e innovación.
Dicho estudio podrá realizarse para los fines establecidos en el art. 30 del
proyecto de ley: “a) la detección de condiciones hereditarias cuando existe un
riesgo concreto de que el embrión pueda tener una anomalía genética,
cromosómica o mitocondrial, que provoca que una persona con esa patología
pueda desarrollar enfermedades hereditarias graves, de aparición precoz y no
350
susceptibles de tratamiento curativo posnatal con arreglo a los conocimientos
científicos actuales; b) la detección de otras alteraciones como errores
cromosómicos que puedan comprometer la viabilidad del embrión para mejorar
los resultados reproductivos; la selección de sexo del embrión, sólo cuando
existe alto riesgo de que el embrión pueda tener una anomalía genética,
mitocondrial o cromosómica ligada o restringida al sexo”.
PMO
351
garantías que establece la Ley 26.862 de acceso integral a los procedimientos y
técnicas médico-asistenciales de reproducción médicamente asistida. La
ausencia del dictado de tal norma no implicará dilación alguna en la aplicación
inmediata de las mencionadas garantías.
Notas -
352
modifica la Ley de Ministerios (texto ordenado por decreto 438 del 12 de marzo
de 1992), y sus modificatorias, los decretos 174 de fecha 2 de marzo de 2018 y
sus modificatorios, y dispone por razones de necesidad de gestión y diseño
organizacional la creación del cargo de Secretario de Gobierno en diversas
carteras ministeriales y la consecuente designación de sus titulares. En el art. 20
del DR 801/2018 se degrada el Ministerio de Salud y Desarrollo Social a
Secretaría de Salud.
Reza el art. 20 DR 801/2018: Créase el cargo de Secretario de Gobierno de
Salud, con dependencia del Ministerio de Salud y Desarrollo Social, de
conformidad con los Objetivos obrantes en la Planilla anexa al presente artículo
(IF-2018-43622360-APNDNDO#JGM) que forma parte integrante del presente
decreto.
102 Sociedad española de fertilidad, 2011.
103 El Código Civil elaborado por Velez Sarsfield fue sancionado el 29 de
septiembre de 1869 a través de la ley 340 y tuvo entrada en vigencia el 1 de
enero de 1871.
104 La ley 26.618 sancionada el 15 de julio de 2010 y promulgada el 21 de julio
de 2010 modifica el Código Civil y reconoce efectos jurídicos a la unión
matrimonial de personas del mismo sexo. Conocida como “ley de matrimonio
igualitario”.
105 Sancionado por ley 26.994, publicado en el Boletín Oficial el 8 de octubre
de 2014. Entrada en vigencia 1 de agosto de 2015, según ley 27.077 publicada
en el Boletín Oficial el 19 de diciembre de 2014.
106 CSJN 8/3/1990 JA, 1990-II-379.
107 Art. 75, inc. 22, C.N.: Declaraciones, Convenciones y Pactos
complementarios de derechos y garantías. 22. Aprobar o desechar tratados
concluidos con las demás naciones y con las organizaciones internacionales y
los concordatos con la Santa Sede. Los tratados y concordatos tienen jerarquía
superior a las leyes. La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre; la Declaración Universal de Derechos Humanos; la Convención
Americana sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales; el Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos y su Protocolo Facultativo; la Convención sobre la Prevención y la
Sanción del Delito de Genocidio; la Convención Internacional sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial; la Convención
sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer; la
Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes; la Convención sobre los Derechos del Niño; en las condiciones
de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de la
primera parte de esta Constitución y deben entenderse complementarios de los
derechos y garantías por ella reconocidos. Sólo podrán ser denunciados, en su
caso, por el Poder Ejecutivo nacional, previa aprobación de las dos terceras
partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara. Los demás tratados y
convenciones sobre derechos humanos, luego de ser aprobados por el Congreso,
requerirán del voto de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de
353
cada Cámara para gozar de la jerarquía constitucional.
108 Comité de Derechos Humanos en la Observación General n° 19, párrafo 5:
“5. El derecho a fundar una familia implica, en principio, la posibilidad de
procrear y de vivir juntos. Cuando los Estados Partes adopten políticas de
planificación de la familia, estas han de ser compatibles con las disposiciones
del Pacto y sobre todo no deben ser ni discriminatorias ni obligatorias…”.
109 Corte IDH, “Artavia, Murillo y otros (fecundacion in vitro) vs. Costa Rica,
Fondos, Reparaciones y Costas” párr. 144.
110 Ídem, párr. 272.
111 Ley 14.208 de la Provincia de Buenos Aires: Art. 1º. (Texto según Ley
14.611) La presente Ley tiene por objeto el reconocimiento de la infertilidad
humana como enfermedad, de acuerdo a los criterios internacionales
sustentados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Asimismo se
reconoce la cobertura médico asistencial integral e interdisciplinaria del
abordaje, el diagnóstico, los medicamentos, las terapias de apoyo y los
procedimientos y técnicas de baja y alta complejidad que incluyan o no la
donación de gametos y/o embriones, que la Organización Mundial de la Salud
(OMS) define como de reproducción médicamente asistida, los cuales incluyen:
a la inducción de ovulación; la estimulación ovárica controlada; el
desencadenamiento de la ovulación; las técnicas de reproducción asistida
(TRA); y la inseminación intrauterina, intracervical o intravaginal, con gametos
del cónyuge, pareja conviviente o no, o de un donante, según los criterios que
establezca la Autoridad de Aplicación, la cual no podrá introducir requisitos o
limitaciones que impliquen la exclusión debido a la orientación sexual o el
estado civil de los destinatarios. Art. 4º. (Texto según Ley 14.611) El Estado
Provincial, a través de sus efectores públicos, deberá otorgar los citados
tratamientos destinados a garantizar los derechos, a toda persona mayor de edad
que sea habitante de la Provincia de Buenos Aires con dos (2) años de residencia
en la misma, que de plena conformidad con lo previsto en la ley 26.529, de
derechos del paciente en su relación con los profesionales e instituciones de la
salud, haya explicitado su consentimiento informado. El consentimiento es
revocable hasta antes de producirse la implantación del embrión en la mujer. Se
dará prioridad a quienes carezcan de todo tipo de cobertura médico-asistencial
integral en el sistema de seguridad social y medicina prepaga.
112 CARAMELO, G., PICASSO, S. y HERRERA, M. (dirs.), Código Civil y
Comercial de la Nación Comentado, t. II, libro segundo, Buenos Aires, Infojus,
2015).
113 Glosario de terminología en Técnicas de Reproducción Asistida (TRA).
Versión revisada y preparada por el International Committee for Monitoring
Assisted Reproductive Technology (ICMART) y la Organización Mundial de
la Salud (OMS).
114 Art. 2º DR 956/2013.
115 Glosario de terminología en Técnicas de Reproducción Asistida (TRA).
Versión revisada y preparada por el International Committee for Monitoring
Assisted Reproductive Technology (ICMART) y la Organización Mundial de
354
la Salud (OMS).
116 La azoospermia es un trastorno que afecta la capacidad reproductiva de los
hombres y se caracteriza por la ausencia de espermatozoides en el semen. Este
diagnóstico suele imponer la ayuda de un donante de semen a los fines de la
fecundación.
La azoospermia puede ser obstructiva o secretora. La azoospermia obstructiva
causa infertilidad masculina al no observarse espermatozoides en el semen
eyaculado debido a la obstrucción o falta de conductos seminales que permiten
la salida del semen al exterior.
La azoospermia secretora, en cambio, es causada por alteraciones en el proceso
de producción de espermatozoides en el testículo, es decir en la
espermatogénesis. Se relaciona el diagnóstico con problemas funcionales del
testículo u hormonales.
117 Glosario de terminología en Técnicas de Reproducción Asistida (TRA).
Versión revisada y preparada por el International Committee for Monitoring
Assisted Reproductive Technology (ICMART) y la Organización Mundial de
la Salud (OMS).
118 Ciudad de Buenos Aires, 2/1/2017.
119 En aplicación de la ley 14.208 de la Provincia de Buenos Aires, se ha
rechazado la cobertura integral e ilimitada de TRHA en tanto se excluye la
cobertura reclamada “H. A. F. y otro c/ OSDE s/amparo”, Sala I, Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, 28-may-2013 Cita:
MJ-JU-M-81060-AR | MJJ81060 | MJJ81060.
120 Se reitera lo mencionado en la nota 3 respecto del Ministerio de Salud, hoy
Secretaría de Salud.
121 Art. 4º Ley 26.862 Registro. Créase, en el ámbito del Ministerio de Salud
de la Nación, un registro único en el que deben estar inscriptos todos aquellos
establecimientos sanitarios habilitados para realizar procedimientos y técnicas
de reproducción médicamente asistida. Quedan incluidos los establecimientos
médicos donde funcionen bancos receptores de gametos y/o embriones.
Art. 4º DR 956/2013.Registro. El registro único de establecimientos sanitarios
habilitados para realizar procedimientos y técnicas de reproducción
médicamente asistida y los bancos de gametos y/o embriones funcionará en el
ámbito del Registro Federal de Establecimientos de Salud (ReFES) en la
Dirección Nacional de Regulación Sanitaria y Calidad en Servicios de Salud,
dependiente de la Subsecretaría de Políticas, Regulación y Fiscalización de la
Secretaría de Políticas, Regulación e Institutos del Ministerio de Salud. Las
autoridades sanitarias de las provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires serán las responsables de registrar los establecimientos que hayan
habilitado a tal fin, conforme a las normas de habilitación categorizante que se
hubieran aprobado.
122 Como así tampoco al sector público de salud, obra social del Poder Judicial
de la Nación, Dirección de Ayuda Social para el Personal del Congreso de la
Nación y entidades que presten atención al personal de las universidades y
agentes que brinden servicios médico-asistenciales a sus afiliados,
355
independientemente de la figura jurídica que posean, en su calidad de sujetos
obligados a garantizar el acceso integral a los procedimientos y técnicas médico
asistenciales de reproducción médicamente asistida según el art. 8° de la ley
26.862.
123 Art. 19 C.N.: Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo
ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo
reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún
habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado
de lo que ella no prohíbe.
124 Art. 560 CCCN. Consentimiento en las técnicas de reproducción humana
asistida. El centro de salud interviniente debe recabar el consentimiento previo,
informado y libre de las personas que se someten al uso de las técnicas de
reproducción humana asistida. Este consentimiento debe renovarse cada vez
que se procede a la utilización de gametos o embriones.
Art. 561 CCCN.Forma y requisitos del consentimiento. La instrumentación de
dicho consentimiento debe contener los requisitos previstos en las disposiciones
especiales, para su posterior protocolización ante escribano público o
certificación ante la autoridad sanitaria correspondiente a la jurisdicción. El
consentimiento es libremente revocable mientras no se haya producido la
concepción en la persona o la implantación del embrión.
Art. 562 CCCN.Voluntad procreacional. Los nacidos por las técnicas de
reproducción humana asistida son hijos de quien dio a luz y del hombre o de la
mujer que también ha prestado su consentimiento previo, informado y libre en
los términos de los arts. 560 y 561, debidamente inscripto en el Registro del
Estado Civil y Capacidad de las Personas, con independencia de quién haya
aportado los gametos.
125 Art. 558 CCCN.Fuentes de la filiación. Igualdad de efectos. La filiación
puede tener lugar por naturaleza, mediante técnicas de reproducción humana
asistida, o por adopción.
La filiación por adopción plena, por naturaleza o por técnicas de reproducción
humana asistida, matrimonial y extramatrimonial, surten los mismos efectos,
conforme a las disposiciones de este Código.
Ninguna persona puede tener más de dos vínculos filiales, cualquiera sea la
naturaleza de la filiación.
Art. 565 CCCN.Principio general. En la filiación por naturaleza, la maternidad
se establece con la prueba del nacimiento y la identidad del nacido. (1er párrafo)
Art. 566 CCCN.Presunción de filiación. Excepto prueba en contrario, se
presumen hijos del o la cónyuge los nacidos después de la celebración del
matrimonio y hasta los trescientos días posteriores a la interposición de la
demanda de divorcio o nulidad del matrimonio, de la separación de hecho o de
la muerte.
La presunción no rige en los supuestos de técnicas de reproducción humana
asistida si el o la cónyuge no prestó el correspondiente consentimiento previo,
informado y libre según lo dispuesto en el Capítulo 2 de este Título.
Art. 568 CCCN. Matrimonios sucesivos. Si median matrimonios sucesivos de
356
la mujer que da a luz, se presume que el hijo nacido dentro de los trescientos
días de la disolución o anulación del primero y dentro de los ciento ochenta días
de la celebración del segundo, tiene vínculo filial con el primer cónyuge; y que
el nacido dentro de los trescientos días de la disolución o anulación del primero
y después de los ciento ochenta días de la celebración del segundo tiene vínculo
filial con el segundo cónyuge.
Estas presunciones admiten prueba en contrario.
Art. 570 CCCN.Principio general. La filiación extramatrimonial queda
determinada por el reconocimiento, por el consentimiento previo, informado y
libre al uso de las técnicas de reproducción humana asistida, o por la sentencia
en juicio de filiación que la declare tal.
Art. 571 CCCN.Formas del reconocimiento. La paternidad por reconocimiento
del hijo resulta:
de la declaración formulada ante el oficial del Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas en oportunidad de inscribirse el nacimiento o
posteriormente; de la declaración realizada en instrumento público o privado
debidamente reconocido; de las disposiciones contenidas en actos de última
voluntad, aunque el reconocimiento se efectúe en forma incidental.
126 Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal,
Sala/Juzgado: II Fecha: 28-oct-2018 Cita: MJ-JU-M-115192-AR | MJJ115192
| MJJ115192.
127 Conf. art. 8º de la ley 26.682 y art. 8º párrafos 5 y 10 del DR 956/2013.
128 Art. 25 CCCN. Menor de edad y adolescente. Menor de edad es la persona
que no ha cumplido dieciocho años. Este Código denomina adolescente a la
persona menor de edad que cumplió trece años.
129 Resolución 1044/2018 MS Art. 1º.Establécese que todo tratamiento de
reproducción médicamente asistida con óvulos propios se realizará a mujer de
hasta cuarenta y cuatro (44) años de edad al momento de acceder a dicho
tratamiento, salvo prescripción médica en contrario.
Art. 2º.Establécese que todo tratamiento de reproducción médicamente asistida
con óvulos donados se realizará a mujer de hasta cincuenta y un (51) años de
edad al momento de acceder a dicho tratamiento.
Art. 3º.Establécese para el supuesto de que la mujer de entre cuarenta y cuatro
(44) y cincuenta y un (51) años de edad hubiera criopreservado sus propios
óvulos antes de cumplir la edad de cuarenta y cuatro (44) años, podrá realizar
cualquier tratamiento de reproducción médicamente asistida con dichos óvulos
propios criopreservados.
130 Causa 252707/52593. Primera Cámara de Apelaciones en lo Civil,
Comercial, Minas, de Paz y Tributario – Mendoza de fecha 27/12/2016, Cita:
RC J 3126/17.
131 Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Contencioso
Administrativo 2ª Nominación, Río Cuarto, Córdoba, 5/6/2018; RC J 7951/18.
132 Cámara de Apelación en lo Civil, Comercial y Laboral de Rafaela. 12-
may2016. Cita: MJ-JU-M-100687-AR | MJJ100687 | MJJ10068.
133 Sancionada el 21 de octubre de 2009 y promulgada el 19 de noviembre de
357
2009.
134 Ciruzzi, M. Susana, “El consentimiento informado en el CCyCN y en la
ley 26.529 de derechos del paciente”, en
http://www.salud.gob.ar/dels/printpdf/81.
135 Art. 7º. Instrumentación. El consentimiento será verbal con las siguientes
excepciones, en los que será por escrito y debidamente suscrito: a) Internación;
b) Intervención quirúrgica; c) Procedimientos diagnósticos y terapéuticos
invasivos; d) Procedimientos que implican riesgos según lo determine la
reglamentación de la presente ley; e) Revocación.
Art. 10. Revocabilidad. La decisión del paciente o de su representante legal, en
cuanto a consentir o rechazar los tratamientos indicados, puede ser revocada.
El profesional actuante debe acatar tal decisión, y dejar expresa constancia de
ello en la historia clínica, adoptando para el caso todas las formalidades que
resulten menester a los fines de acreditar fehacientemente tal manifestación de
voluntad, y que la misma fue adoptada en conocimiento de los riesgos
previsibles que la misma implica.
En los casos en que el paciente o su representante legal revoquen el rechazo
dado a tratamientos indicados, el profesional actuante sólo acatará tal decisión
si se mantienen las condiciones de salud del paciente que en su oportunidad
aconsejaron dicho tratamiento. La decisión debidamente fundada del
profesional actuante se asentará en la historia clínica.
136 Ley 26.529 sobre Derechos del Paciente en su relación con los
Porfesionales e Instituciones de la Salud: Art. 2º c) Intimidad. Toda actividad
médico-asistencial tendiente a obtener, clasificar, utilizar, administrar,
custodiar y transmitir información y documentación clínica del paciente debe
observar el estricto respeto por la dignidad humana y la autonomía de la
voluntad, así como el debido resguardo de la intimidad del mismo y la
confidencialidad de sus datos sensibles, sin perjuicio de las previsiones
contenidas en la Ley 25.326; (…)
Autonomía de la Voluntad. El paciente tiene derecho a aceptar o rechazar
determinadas terapias o procedimientos médicos o biológicos, con o sin
expresión de causa, como así también a revocar posteriormente su
manifestación de la voluntad. Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a
intervenir en los términos de la Ley 26.061 a los fines de la toma de decisión
sobre terapias o procedimientos médicos o biológicos que involucren su vida o
salud;
Información Sanitaria. El paciente tiene derecho a recibir la información
sanitaria necesaria, vinculada a su salud. El derecho a la información sanitaria
incluye el de no recibir la mencionada información;
Interconsulta Médica. El paciente tiene derecho a recibir la información
sanitaria por escrito, a fin de obtener una segunda opinión sobre el diagnóstico,
pronóstico o tratamiento relacionados con su estado de salud.
Art. 3º. Definición. A los efectos de la presente ley, entiéndase por información
sanitaria aquella que, de manera clara, suficiente y adecuada a la capacidad de
comprensión del paciente, informe sobre su estado de salud, los estudios y
358
tratamientos que fueren menester realizarle y la previsible evolución, riesgos,
complicaciones o secuelas de los mismos.
137 Sancionada el 4 de octubre de 2000 y promulgada parcialmente el 30 de
octubre de 2000.
138 A los fines de obtener la certificación del consentimiento informado por
ante el Ministerio de Salud ―hoy Secretaría de Salud― se debe solicitar turno
previo al Programa Nacional de Reproducción Médicamente Asistida llamando
al 011-43799400, y presentarse la persona que figura en el consentimiento, ya
sea quien se realizó el tratamiento como la pareja del proyecto parental, con
DNI original y fotocopia y el consentimiento informado, en original y dos
fotocopias.
139 Art. 4º Resolución 616-E/2017.El texto de consentimiento informado que
se aprueba en el art. 3º de la presente medida, no obsta a la utilización de otro
texto de consentimiento informado correspondiente a algún otro procedimiento
médico aquí no contemplado, y que el establecimiento sanitario de
reproducción humana asistida de que se trate, entienda que quepa ser recabado
del/la paciente para su instrumentación por escrito.
140 Ciruzzi, M. S., “El consentimiento informado del sujeto de investigación
pediátrico a la luz de las disposiciones del art. 26 del Codigo Civil y Comercial
Argentino”. www.researchgate.net/publication/322730547.
141 Art. 25 CCCN. Menor de edad y adolescente. Menor de edad es la persona
que no ha cumplido dieciocho años. Este Código denomina adolescente a la
persona menor de edad que cumplió trece años.
142 2 de diciembre de 2010.
143 El art. 4º texto según ley 14.611 exige un mínimo de dos años de residencia
en la provincia de Buenos Aires al efecto.
144 Art. 2º DR 956/2013, párrafos 1 y 2: Definiciones. Se entiende por técnicas
de reproducción médicamente asistida a todos los tratamientos o
procedimientos para la consecución de un embarazo. Se consideran técnicas de
baja complejidad a aquellas que tienen por objeto la unión entre óvulo y
espermatozoide en el interior del sistema reproductor femenino, lograda a
través de la inducción de ovulación, estimulación ovárica controlada,
desencadenamiento de la ovulación e inseminación intrauterina, intracervical o
intravaginal, con semen de la pareja o donante.
Se entiende por técnicas de alta complejidad a aquellas donde la unión entre
óvulo y espermatozoide tiene lugar por fuera del sistema reproductor femenino,
incluyendo a la fecundación in vitro; la inyección intracitoplasmática de
espermatozoide; la criopreservación de ovocitos y embriones; la donación de
ovocitos y embriones y la vitrificación de tejidos reproductivos.
145 Expte. nº FSA 87/2015 (Juzgado Federal de Jujuy nº 2).
146 4612/2014/CS1.
147 Cita: MJ-JU-M-115451-AR | MJJ115451 | MJJ115451.
148 MJ-JU-M-114565-AR | MJJ114565 | MJJ114565.
149 Cita: MJ-JU-M-99799-AR | MJJ99799.
150 “Art. 1°: Recomendar a la obra social Accord Salud, el Plan Privado de
359
Unión Personal Civil de la Nación (UPCN), adecue la cobertura respecto de los
tratamientos de alta complejidad, sin limitar la cantidad de intentos de sus
afiliados más allá de lo establecido por la normativa vigente ―tres tratamientos
por año con intervalos de tres meses entre cada uno de ellos―, a fin de evitar
vulneraciones de los derechos contemplados en el bloque de constitucionalidad
y convencionalidad, conforme los considerandos vertidos en la presente
resolución.
151 Art. 37 CCABA. Se reconocen los derechos reproductivos y sexuales,
libres de coerción y violencia, como derechos humanos básicos, especialmente
a decidir responsablemente sobre la procreación, el número de hijos y el
intervalo entre sus nacimientos. Se garantiza la igualdad de derechos y
responsabilidades de mujeres y varones como progenitores y se promueve la
protección integral de la familia.
152 Reforma de la Constitución Argentina de 1994. Incoprora el llamado
“bloque de constitucionalidad” en el art. 75, inc. 22.
153 Fundamentos del Anteproyecto de Reforma del Código Civil y Comercial.
154 Ídem.
155 CARAMELO, G., PICASSO, S. y HERRERA, M., Código Civil y
Comercial de la Nación Comentado, t. II, libro segundo, Buenos Aires, Infojus,
2015.
156 “Recurso de hecho deducido por la demandada en la causa Serra, Adrián
Javier c/Mutual Federada 25 de Junio S.P.R s/amparo ley 26.682”, 7/2/2017,
alto Tribunal de la Nación dejó sin efecto una sentencia de la Cámara Federal
de Apelaciones de Bahía Blanca y Cámara Federal de Apelaciones de General
Roca, Río Negro, donde estableció en autos “W., M. B. c/ Mutual Federada 25
de Junio S.P.R. s/Prestaciones Médicas”.
157 Cita: MJ-JU-M-114565-AR | MJJ114565 | MJJ114565.
158 Cita: MJ-JU-M-115213-AR | MJJ115213 | MJJ115213.
159 Cita: MJ-JU-M-114311-AR | MJJ114311 | MJJ114311.
160 RC J 6978/16.
161 Cita: MJ-JU-M-114026-AR | MJJ114026 | MJJ114026.
162 De fecha 4 de junio de 2015.
163 Glosario de terminología en Técnicas de Reproducción Asistida (TRA).
Cit.
164 Cita: MJ-JU-M-114026-AR | MJJ114026 | MJJ114026.
165 Expte. 44.245/16, de fecha 19/5/2017. En Cámara en fecha 22/9/2017.
166 https://www.diputad os.gov.ar/proyect os/proye cto.jsp?ex p=1541-D -
2019
167 De fecha 2 de septiembre de 2015.
168 Fundada en 1902.
169 https://www.diputad os.gov.ar/ proyectos/proyect o.jsp?exp=1 541-D-
2019.
360
Capítulo XII
Horacio A. Faillace
361
Cada accidente o enfermedad inculpable que impida la prestación del servicio
no afectará el derecho del trabajador a percibir su remuneración durante un
período de tres (3) meses, si su antigüedad en el servicio fuere menor de cinco
(5) años, y de seis (6) meses si fuera mayor. En los casos que el trabajador
tuviere carga de familia y por las mismas circunstancias se encontrara impedido
de concurrir al trabajo, los períodos durante los cuales tendrá derecho a percibir
su remuneración se extenderán a seis (6) y doce (12) meses respectivamente,
según si su antigüedad fuese inferior o superior a cinco (5) años. La recidiva de
enfermedades crónicas no será considerada enfermedad, salvo que se
manifestara transcurridos los dos (2) años.
d) Al fallecimiento del trabajador titular del vínculo, los integrantes del grupo
familiar primario (art. 10) podrán mantener el vínculo en las mismas
condiciones que se prevé para la extinción del contrato de trabajo (inc. a), pero
podrán continuar el vínculo con la obra social abonando los aportes y
contribuciones que correspondían al trabajador fallecido.
362
Este derecho cesará a partir del momento en que por cualquier circunstancia
adquieran la calidad de beneficiarios titulares prevista en esta ley.
La reglamentación de la ley puso aún más lejos la posibilidad de contar con una
herramienta interpretativa que resolviera el incómodo enigma.
Art. 9º. Los sujetos mencionados en los incs. a) y b) del art. 9º de la ley 23.660
ingresan al Sistema en calidad de beneficiarios no titulares. Las Obras Sociales
quedan obligadas a admitir la afiliación de los beneficiarios y adherentes junto
con la del beneficiario titular de conformidad con esta reglamentación. La
condición del beneficiario no titular se mantendrá en tanto no le corresponda
ser beneficiario titular. Los matrimonios en los que ambos cónyuges sean
beneficiarios, titulares podrán afiliarse a un único Agente del Seguro,
acumulando sus aportes y contribuciones.
363
La interpretación más próxima a la equidad y justicia indica que la situación
variará respecto de cada integrante individualmente, de modo que, si la viuda
se mantiene fuera de toda actividad laboral, tendrá derecho a continuar en la
afiliación aun cuando sus hijos se hayan convertido en titulares de un contrato
laboral.
Art. 1º.Todo usuario que reciba cobertura médico asistencial por parte de una
entidad de medicina prepaga comprendida en el art. 1º de la ley 26.682, bajo
cualquier modalidad de contratación, sea en forma directa o indirecta, y que por
cualquier circunstancia sufra un cambio en su condición de afiliación y/o tipo
de cobertura, tendrá derecho a solicitar la continuidad en la entidad, en
cualquiera de los planes que esta comercialice al público en general, sin
limitación alguna por tipo de plan y conservando su antigüedad, sin que se le
pueda exigir valor diferencial alguno en concepto de situaciones preexistentes.
364
de los sesenta (60) días hábiles de conocido por el usuario el cambio en la
condición de afiliación y/o tipo.
Art. 2º.En los supuestos del artículo anterior, los integrantes del grupo familiar
gozarán del mismo derecho, sin perjuicio de la actitud que adopte el titular u
otros miembros del grupo, resultando de aplicación lo dispuesto en el último
párrafo del art. 13 del decreto 1993/11, reglamentario de la ley 26.682, para el
caso de que fuere el titular quien optare por no continuar con la afiliación.
Cuando hubiese cesado su relación laboral o vínculo con la empresa que realizó
el contrato con la entidad, dentro de los sesenta (60) días hábiles del distracto;
365
El distracto que contempla el art. 10 de la ley de obras sociales no es el que
tiene lugar con motivo de la jubilación del trabajador (lo que acontece en el
caso de autos), sino el que se verifica por otras circunstancias, como son las
previstas en los distintos incisos del artículo, pues de otro modo quedaría sin
contenido el art. 8º de la ley 23.660, en cuanto establece en su inc. b), con
carácter general, que quedan obligatoriamente incluidos en calidad de
beneficiarios los jubilados.
…en aquellos casos en los cuales la medida decretada por el Sr. Juez se presenta
como la única susceptible de cumplir con la cautela del derecho invocado (art.
230, inc. 3º, del Código Procesal), no se puede descartar su aplicación por temor
a incurrir en prejuzgamiento, cuando, además, existen fundamentos que
imponen expedirse provisionalmente sobre la índole de la petición formulada”,
dado que “es de la esencia de estos institutos procesales enfocar sus
proyecciones sobre el fondo mismo de la controversia, ya sea para impedir un
acto o para llevarlo a cabo, pues se encuentran dirigidos a evitar los perjuicios
que se pudieran producir en el caso de que no se dicte la medida, tornándose de
dificultosa o imposible reparación en la oportunidad del dictado de la sentencia
definitiva 171.
…en salvaguarda del principio de equidad que debe imperar entre las partes, y
como contraprestación del servicio de salud que las demandadas se encuentran
obligadas a brindar a la accionante ―en virtud de la medida cautelar de
reafiliación que se dispone―, la prestadora de servicios de salud deberá recibir
los aportes correspondientes.
366
También la Superintendencia de Servicios de Salud se ha expresado respecto
de la continuidad en la afiliación a través de la Resolución 163/2018 en la que
determinó que:
Art. 1º.Todo usuario que reciba cobertura médico asistencial por parte de una
entidad de medicina prepaga comprendida en el art. 1º de la ley 26.682, bajo
cualquier modalidad de contratación, sea en forma directa o indirecta, y que por
cualquier circunstancia sufra un cambio en su condición de afiliación y/o tipo
de cobertura, tendrá derecho a solicitar la continuidad en la entidad, en
cualquiera de los planes que esta comercialice al público en general, sin
limitación alguna por tipo de plan y conservando su antigüedad, sin que se le
pueda exigir valor diferencial alguno en concepto de situaciones preexistentes.
Una ley posterior, la ley 3021, consagró el derecho de opción para los afiliados
a la Obra Social creada por la ley 472 en los siguientes términos:
Art. 1º.A partir del 1º de abril de 2009 quedará asegurada la libre opción de obra
social para todos los afiliados activos comprendidos en la ley 472 #, a través de
una decisión individual y escrita de quienes deseen ejercerla a favor de
cualquiera de los agentes del seguro nacional de salud, de acuerdo a las
condiciones y pautas que fije la reglamentación que dictará el Poder Ejecutivo
con sujeción a los principios de esta ley, dentro de los sesenta (60) días de su
entrada en vigencia.
367
La falta del dictado de las normas reglamentarias a las cuales hace referencia el
párrafo precedente, no será obstáculo para el ejercicio de la opción de cambio
de obra social por parte de los beneficiarios.
368
3. El derecho a la salud es un derecho exigible y en su efectivización está
comprometido —de modo relevante— el Poder Judicial (del voto de la Doctora
Ruiz).
Esta decisión del Tribunal Superior puso fin a un debate que exhibía un nodo
discriminatorio de marcada insensibilidad, toda vez que se buscaba impedir al
trabajador jubilado la continuidad de su salud con los médicos que venían
tratándolo mientras se encontraba en actividad laboral.
369
―Universidad Pontificia de Comillas―, “Los principios de justicia y
solidaridad en bioética”, en Cuadernos del Programa Regional de Bioética,
Organización Panamericana de la Salud, 6, 1998, ps. 11/57; Gladys Mackinson,
“Derecho a la salud”, AA.VV., Instituto Gioja, Facultad de Derecho, UBA,
1995, p. 161; Germán J. Bidart Campos, Tratado elemental de Derecho
Constitucional Argentino, Ediar, Bs. As., 1995, t. III, ps. 527 y ss., y demás
referencias bibliográficas consignadas en el consid. 1 de la causa “A. K.
s/amparo”, sentencia de este Juzgado del 5/9/1997, publicada en JA, 1998-IV-
298 ―número especial de Bioética―, coord. Pedro F. Hooft, con notas de José
A. Mainetti, María M. Mainetti y Eduardo L. Tinant)”.
“Frente a los dilemas que con frecuencia se suscitan hoy día en la atención
sanitaria, debe tenerse presente que “los problemas humanos no son
exclusivamente biológicos sino también morales” (Delio José Kipper y
Joaquim Clotet, “Principios da Beneficencia e Nao Maleficencia”, en Iniciaçao
à Bioética, Conselho Federal de Medicina, Directores Sergio Ibiapina Ferreira
Costa, Volnei Garrafa y Gabriel Oselka, Brasilia, 1998, ps. 37 y ss.), siendo
menester que el equipo de salud al evaluar la realización de una prestación y/o
intervención médica, procure “respetar los valores, creencias y deseos del
paciente ―y su familia―” (ob. cit., p. 43), respetando su condición de persona
y su dimensión social, con miras al logro de una mejor calidad de vida para el
paciente y su grupo familiar, haciendo aquí nuestra las reflexiones de Jean
Bernard, Presidente de la Academia de Ciencias y durante años, Presidente del
“Comité Consultivo para las ciencias de la vida y de la Salud” de Francia, que
“una persona es una individualidad biológica, un ser de relaciones
psicosociales, un individuo para los juristas. Pero con todo, trasciende esas
definiciones analíticas. Ella aparece como un valor” (J. Bernard, La Bioetique,
París, 1994, p. 80, cit. por Kipper-Clotet, ob. cit., p. 39)”.
370
de Obras Sociales determina que tales organismos destinarán sus recursos, en
forma prioritaria, a prestaciones de salud (art. 3º). Deberán, asimismo, brindar
otras prestaciones sociales.
…La ley 24.754 prescribe que a partir del plazo de noventa días de su
promulgación, las empresas o entidades que presten servicios de medicina
prepaga deberán cubrir, como mínimo, en sus planes de cobertura médica
asistencial las mismas “prestaciones obligatorias” dispuestas para las obras
sociales, conforme lo establecido por las leyes 23.660, 23.661 y 24.445, y sus
respectivas reglamentaciones… Aun cuando no escapa a este tribunal que el
Centro Gallego de Buenos Aires no es una obra social ni estrictamente una
empresa de medicina prepaga, ya que se trata de una mutual que se rige, en
principio, por las disposiciones contenidas en la ley 20.321 (ALJA 1973-
A623/627), el citado ordenamiento determina que son prestaciones mutuales
aquellas que, mediante la contribución o ahorro de sus asociados o cualquier
otro recurso lícito, tienen por objeto la satisfacción de necesidades médicas de
los socios ya sea mediante asistencia médica, farmacéutica y demás servicios
detallados en el art. 4º.
…Se advierte, entonces, que entre los múltiples beneficios sociales con que
cuentan los miembros de la entidad está, sin duda, el de obtener atención
médica.
Bien cierto es que tanto el estatuto como el reglamento limitan tal prestación a
determinados supuestos, excluyéndose expresamente, entre otros,
preexistencias conocidas o no por el asociado, enfermedades congénitas,
toxicomanía e intoxicaciones autoprovocadas, internación psiquiátrica,
reintegro por prácticas, internaciones, consultorios y/o tratamientos que se
lleven a cabo fuera de la institución (ver art. 8º del reglamento y planilla de
coberturas y aranceles para las distintas categorías y planes, que obra en el sobre
de documentación reservada); empero, no puede desconocerse que se debe
prestar al asociado cobertura médica y que los instrumentos señalados son
anteriores a la ley 24.754 , que no sólo alude a las empresas sino,
genéricamente, a las entidades que presten servicios de medicina prepaga, entre
371
las que, a criterio de esta Sala, no puede quedar excluida la asociación
demandada
En efecto, cuando el trabajador opta por una obra social diferente a aquella que
le correspondería por encuadramiento sindical, convenio colectivo de trabajo u
372
actividad principal del empleador, la relación queda encuadrada
exclusivamente por la ley 23.660.
Pero, para el caso de que el trabajador volviera a elegir la obra social a la que
estaba afiliado en la relación extinguida, la situación debería merecer otra
consideración porque el trabajador ha aportado a esa obra social y no existe
limitación alguna a la continuidad en la afiliación ni en la ley 23.660 ni en su
reglamentación disposición legal alguna, y menos aún en el sistema de libre
elección.
No hay aquí novación del vínculo porque también en este caso la única
modificación es la obra social de origen y el obligado al pago de las
contribuciones patronales.
374
Es obvio que la incorporación de esta última tendría como efecto práctico
inmediato que el afiliado deja de utilizar los servicios de la obra social para
servirse de aquellos que la entidad de medicina prepaga.
En esta senda, el Cód. Civ. y Com. las define en el art. 850 como “aquellas en
las que varios deudores deben el mismo objeto en razón de causas diferentes”.
375
Nos recuerda Quadri que, “citando a Bustamante Alsina, se ha dicho que las
obligaciones concurrentes son definidas como aquellas que presentan unidad de
objeto, unidad de acreedor, aunque distintos deudores resultan obligados en
base a distintas causas del deber. Estableciendo un preciso distingo, se ha dicho
que la falta de identidad entre las obligaciones solidarias y las concurrentes,
pese a su afinidad, se explica fundamentalmente porque en las obligaciones
solidarias hay una sola deuda con pluralidad de vinculados por ellas, mientras
que en las concurrentes las obligaciones varias son distintas y no existe
conexión entre los deudores. En las obligaciones solidarias la causa fuente es
única; las concurrentes tienen orígenes distintos, de naturalezas no
necesariamente coincidentes, e independientes”.
376
de los sujetos responsables...”. Recuerda que León, en la escuela de Córdoba,
fue un vigoroso defensor de la existencia de este tipo de obligaciones, que
denominó obligaciones concurrentes o convergentes y que las justificó diciendo
que se “...trataba de obligaciones diferentes, nacidas de distintas causas, pero
que tenían por objeto la misma prestación, y que a pesar de que los sujetos
deudores estaban unidos al acreedor por vínculos jurídicos distintos, concurrían
ambas obligaciones a satisfacer el mismo interés jurídico. Por tal razón bastaba
con que uno de los sujetos cumpliese la prestación debida, para que se
extinguiesen ambas obligaciones; pero, a su vez, la diversidad de causas
fuentes, y de vínculo, hacían que no se produjese —como en las solidarias— la
propagación de los efectos accidentales”. León —siempre según las enseñanzas
de Moisset de Espanés— encontraba campo fértil de aplicación de la categoría,
por ejemplo, en la responsabilidad de los menores mayores de 10 años y la de
los padres, o en la responsabilidad del principal y del dependiente, afirmando
“...que lo único que había de común entre este tipo de obligaciones y las
solidarias, es el hecho de que se puede demandar el cumplimiento íntegro de la
prestación a uno u otro responsable”.
De allí que debamos dirigir nuestra atención a otros institutos del derecho
privado que consoliden la certeza en el rumbo elegido.
377
Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su
consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones
jurídicas patrimoniales.
Todo producto de consumo masivo debía tener ahora no solo el menor costo
posible de producción sino también, permitir su máximo aprovechamiento
económico. Por ello resultaba imprescindible determinar de antemano las
condiciones bajo las cuales podía ser ofrecido al consumidor a fin de lograr
dichas metas.
Nos resultará más que difícil encontrar un producto o servicio que tenga mayor
requerimiento, mayor consumo masivo que la salud.
378
En ese momento, la asistencia médica pasa a ser prioritaria en términos
absolutos y en una relación de proporcionalidad directa: cuanto más falta la
salud más importante será la prestación médica y más alto su valor.
Esta descripción que parecería ser una ratificación obvia de la ley de la oferta y
de la demanda, plantea aristas y cuestiones que relativizan esa pertenencia.
379
…la medicina prepaga es, en realidad, la de nuestros días. Mucho tiempo atrás
la relación médico-paciente era directa, basada en la libre elección del
profesional y “...mediante un contrato de prestación de servicios médicos...”. El
vínculo se caracterizaba por una esencial relación de libertad entre los sujetos.
El paciente contrataba libremente con su médico. Existía entre el particular y el
profesional una relación de confianza, la del médico de cabecera.
380
Contrato cerrado: Es aquel en el cual el ente organizador establece para cada
particular su médico de cabecera, del que no puede apartarse, salvo razones
excepcionales. Luego, este hace las pertinentes derivaciones a los demás
profesionales del sistema.
Esta modalidad limita la posibilidad de elección del paciente, quien sólo puede
ser atendido por el profesional, o profesionales indicados por el ente
organizador. Es menos costoso que el anterior.
Contrato mixto: Es aquel en el que el ente organizador ofrece una cartilla que
incluye los profesionales contratados, permitiendo al paciente ser atendido por
el profesional que elija dentro de la citada cartilla. Esta modalidad es la más
usual, por cuanto brinda al usuario flexibilidad para elegir al profesional que
mejor se adecue a sus necesidades. A su vez, ofrece cobertura médica a través
del pago de una cuota de mediano valor.
Sostiene Rubén S. Stiglitz que “el contenido del contrato son las reglas de
conducta a las cuales ―en principio― se deben subordinar las partes de una
operación” (cit.).
381
Oscar Ernesto Garay 180 afirma:
No parece que pueda afirmarse en términos categóricos que estos entes están
excluidos del control estatal, ajenos a todo límite que no provenga de la
convención entre los contratantes, sobre todo, cuando la ley 24.754, que les
impone el cumplimiento de las mismas obligaciones asistenciales que deben
cubrir las obras sociales, y la ley 26.361, proporciona un claro ejemplo de la
sumisión de estas empresas a un régimen legal, si bien, insuficiente e
imperfecto.
382
Así lo entiende Raymundo L. Fernández quien cita la decisión judicial que
decidió:
Entre quienes más y mejor han estudiado el tema entre nuestros autores se
destacan Mosset Iturraspe y Lorenzetti, quienes han descrito a la relación entre
la empresa de medicina prepaga y el paciente “como un contrato mediante el
cual una de las partes se obliga a prestar servicios médicos a los pacientes, por
si o por terceros, sujeto a la condición suspensiva que de que se dé la
enfermedad del titular o los beneficiarios contra el pago de un precio anticipado
o periódico” (Ver Contratos Médicos, p. 332).
Podría agregarse que el objeto del contrato tiene su génesis en una obligación
asumida inicialmente por la comunidad a través en el texto constitucional que
consagra la organización política y jurídica de la misma.
383
La resolución contractual no está contemplada en la ley, razón por la cual nada
impediría a alguna de las partes su planteo.
Ahora bien, el efecto que produce este hecho sobrevenido, imputable o no,
puede estar previsto en la ley (resolución por incumplimiento de una de las
partes: art. 886 Código Civil y Comercial), o bien estar pactado en la
convención (acto modal).
384
Por lo demás, va de suyo que la resolución del contrato ― por sus propias
características― estará limitada sensiblemente porque no resulta muy fácil de
imaginar la retroacción del mismo al comienzo del vínculo o al momento en
que se produjo en presunto incumplimiento.
385
Art. 11.Admisión Adversa. La edad no puede ser tomada como criterio de
rechazo de admisión.
A los usuarios mayores a sesenta y cinco (65) años que tengan una antigüedad
mayor a diez (10) años en uno de los sujetos comprendidos en el art. 1º de la
presente ley, no se les puede aplicar el aumento en razón de su edad.
Es importante señalar que las leyes 24.754, 24.901 y numerosos fallos judiciales
cimentaron el texto de cada uno de los artículos mencionados, que,
386
precisamente, por haber sido objeto de un minucioso examen, dejan poco
margen para su revisión.
Las empresas de medicina prepaga deben asegurar a sus afiliados las
prestaciones pactadas y las establecidas legalmente ―en el caso, cobertura por
contagio del virus HIV―, ya que si bien su actividad reviste carácter comercial,
se ordena a proteger los derechos fundamentales a la vida, salud e integridad de
las personas ―arts. 3º, DUDH; 4º y 5º, CADH, y 42, C.N.―, lo que implica
asumir un compromiso social que impide desconocer los términos del contrato
(CSJN, JA 2002-II-síntesis).
387
La razón asiste al Legislador porque abordó el tratamiento de un derecho
garantizado por la Constitución Nacional y por tratados internaciones que se
incorporan como derecho interno obligatorio.
En línea con ese argumento, debemos volver la vista al art. 42 de nuestro Magno
Texto que establece:
388
En fin, que puede afirmarse que el trabajador que durante la relación laboral ha
derivado sus aportes y contribuciones a través de una obra social que a su vez
formalizó un contrato con una entidad de medicina prepaga, no podrá ser
excluido, salvo su propia decisión expresada en el transcurso del plazo de
caducidad que contempla la norma en estudio.
Estos conceptos nos depositan en el art. 1092 de Código Civil y Comercial que
dispone:
Las normas que regulan las relaciones de consumo deben ser aplicadas e
interpretadas conforme en el principio de protección del consumidor y el del
acceso al consumo sustentable.
389
En sintonía con esa norma el art. 1097 (CCCN) contempla que:
Después de ese plazo, el trabajador deberá acreditar las causas que le han
impedido expresar su voluntad de permanecer en el sistema, invocando y
probando la fuerza mayor que obstaculizó el ejercicio de su derecho.
Ahora bien, si nos atenemos a la letra del art. 15, quedaría al arbitrio de la
entidad de medicina prepaga la valoración de las causas invocadas por el
trabajador para aceptar o rechazar la continuidad de la afiliación.
Contra esa interpretación se alzan los arts. 1094 y 1095 del Código Civil y
Comercial que obligan a la interpretación más favorable para el consumidor.
Sostiene Rubén Stiglitz 183 en su comentario a los arts. 1094 y 1095 del Código
Civil y Comercial, sostiene:
Lo que el precepto exige es que, en caso de contarse con más de una posibilidad
interpretativa para una determinada disposición contractual en un contrato de
consumo, debe el intérprete siempre adoptar la alternativa que resulte más
favorable para el consumidor.
En definitiva, el plazo fijado por el art. 15 de la ley 26.682 cede ante la previsión
de los arts. 1094 y 1095 del Código Civil y Comercial, art. 1º de la ley 24.240
y, sobre todo, por los arts. 42 y 75, inc. 22, de la Constitución Nacional.
391
Notas -
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