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Pedro Fernando Núñez - Abogado JUBA), Escribano (UBA) y Licenciado en Relaciones Industriales
IUADE). Magister en Derecho del Trabajo y RelacionesLaborales internacionales (UNTREF). Consuitor
de empresasen temasde relaciones laboralesy arganizacibn empresarial. Coordinador de fa Maestria
en Derecho del Trabajo y Relaciones Laborales Internacionales de la Universidad Nacional de Tres de
febrero(UNTREF). Director de RelacionesdelTrabajode la UniversidadKennedy (UK). Profesortitular
de Derechodel Trabajo y la Seguridad Social en la UniversidadArgentina de la Empresa {UADE), en la
UniversidadKennedy IUK), en la UniversidadNacionaldeTresde Febrero (UNTREF) yen / a Maestríaen
DerechodeiTrabajoydela Seguridad Social de la UniversidadSan Carlosde Guatemala.Presidente de
la Asociación de RelacionesdelTrabajode la RepúblicaArgentina (ARTRA).Vocal de la ComisiónDirec-
tiva de ta Sociedad Argentina de Derecho Laboral JSADF) y Comité Científico de la Revista "laboral"
de la entidad. Miembro de la Comisión Politica de fa Unión Industrial Argentina (UIA} y de la Asocia-
ción Industriales Metalúrgicos de la Argentina {ADIMRA). Doctor en Derecho del Trabajo, Previsión
Social y Derechos Humanos.
I I
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LA".".--
4"dición i Ricardo D, Hierrezuelo - Pedro E Núfiez
contrato
Análisis bajo el Código Civil y Comercial de la Nacibn
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - + - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
1 trabajo
/ y seguridad social
Sutio A. Griscalie
dirección
l%dicion: abril de2003
2%ediciÓn: marzo de 2008
3" edición: abrii de 201 1
O Copyright by 4" edición: abril de 201 6
editorial harnmurabi s.r.1.
-
Talcahuano481 4 O piso
-
C1013AAl- Buenos Aires Argcn'iina
'[el.: (54-: 1)4382-3586 -1ineas rotativas-
-
E-mail: infa@hammurabi.~omar win~w.hammurabi.com.at
Producción integral
concapt dssign
de Fernando Lucas Depalma
Tel ,4382-2080 -1ineas rotativas--
Ricardo D. Nierrezuelo
Pedro E IVuTiez
Sobre la colección ((Trabajay SeguridadSaciab
Como lo expresara en la primera edición de este libro hace trece anos atris -y también
hace cincoanosen la tercera edición-, fue para mi un placer haber dirigido esta colección de
cuatro temasde Derechodel trabajo yde laseguridadsocialque se iniciaracon la publicación
de este primer volumen, reuniendoel trabajo intelectual que desde hace varios afiossedesa-
rrolla en la Comisión de Actividades Académicas y Publicacionesdela Sociedad Argentina de
Derecho Laboral (SADL) que tengoel honor de presidir, EstaCornisi9ntienea su cargo la revis-
ta "Laboral" de la entidad, y también colabora en ia Maestría en Derecho del Trabajo y Rela-
ciones Laborales Internacionalesdela UniversidadNacional deTres de Febrero, dictada en e l
Centro Cultural Borges en las Galerias Pacífico, Ciudad AutOnoma de Buenos Aires, en Men-
doza y en modalidad virtual (a distancia), además de organizar cursos y congresos.
La idea rectora de esta colecciónfue presentar al lector diversas obras en las que se efec-
tuaran exhaustivos análisis tecnico-juridicosde iasproblemáticas ytemasmas trascendentes
y actuales de la disciplina laboral. Su objetivo fue hacer conocer las posturas doctrinarias y
jurisprudencialessobre el institutoelegido, desarrollando el particular puntode vista de los
autores, y destacar su implicancia prhctica. los demis volúmenes abordaron La relación de
dependencia (Alejandro Perugini), Laprobiemática de /os emaiisde losdependientes (María
N . Oviedo} y Los procesos urgentes en el derecho del trabajo ( h a n M. Morando).
valioso que haga e! colega, es decir, no actuamos como los cuervos que roban iris huevos de
otro nido en lugar de construir el propio. En esencia, tenemos la misma visión de un Derecho
del trabajo argentino moderno y protector de todos los trabajadores en relación de depen-
dencia, que defienda la justicia social y la dignidad del hombre que trabaja.
oCapitulo I
Aborda el tema de la solidaridad en general; comienza por susorígenes, fuentes, finali-
dad; luego presenta las características fundarnentaies, hacienda especial hincapie en los
efectos de la solidaridad activa y pasiva en el Derecho civil, incluyendo l a nueva regulación
en este tema a la luz de las disposicionesdel nuevo Código Civit y Comercial de la Naciiin.
Capitulo ll
Se refiere a la inserción de la solidaridad en el Derecho del trabajo, sefialando que nues-
tra disciplina no modifica la estructura del Derecho común, sino que se limita a imputar res-
ponsabilidadsolidaria en determinados casos, De ahíque su interpretaciin nodeba ser m6s
desfavorableque la del Derecho civil, rnáximecuandosedebe pasar por el filtro del art. gOde
la LCT. Por elloes que los autorecse refieren al paradójicodestinode lasolidaridaden el Dere-
cho del trabajo, en el cual, a diferencia del Derecho común, se exige que se demande con-
juntamente al empleador y al deudor solidario. Se aborda con profundidad el Pfenario
"Rarnírez", dictado por la CNAT en febrero de 2006, por ei cuai, en los supuestos de cesibn,
contratacibn y subconrratación se permite condenar al deudor solidario cuando no se ha
demandado o se ha desistido de la accion con el ernpleador.
* Capitulo III
Trata sobre lossupuestos de interposición e interrelaciiin, diferenciando semántica yjuri-
dicamente ambos conceptos. Luego se iodividuaiiza cada uno de los supuestos de interposi-
ción de personas (dependientes, hombres de paja, personas jurídicas, etcétera) y se analiza
la interrelacion a la luzde lo dispuesto por el art. 29 de la Ley de ContratodeTrabajo. Se ana-
liza asimismo, el Plenario "Vásquez", dictado por la CNATenjunio de2010, por el cual sedis-
cutia la procedencia del ñrt. 8' de la LNE, cuando estarnos en presencia del supuesto previs-
to en e l art. 29 de la LCT.
Capitulo lV
En primer lugar, se estudia el funcionamiento de las agencias privadas de empleo en el
arden nacional y en e l internacional, con especial detenimiento en ias agencias de coloca-
ción y las selectoras de personal; finalmente, se realiza un estudio profundo y medular del
accionar de las empresas de servicios eventuales a lo largo de los distintos periodos: su naci-
miento, su apogeo con el reconocimiento de la ley 2 1.297 y su debacle a partir de la sanción
Palabras previas 11
-" --,M,
4 CapítuloV
Examina pormenorizadamente los fenómenos de cesión y, más especialmente, los de
contrataci~nysubcontrataci~n,con la evolución del criterio de la Corte Suprema y de lasdis-
tintas Salas sobre uno los puntos más álgidos de este tema, que se presenta cuando hay una
actividad principal o una secundaria y se arriba a la conclusiónde que existe una difusa linea
divisoria entre ambas que [leva a distintos resultados, aun sosteniendo la misma postura.
También se efectiia una diferenciación entra la contratación y la subcontrataciiin, como aci-
mismo, tos supuestos de tercerización horizontal y vertical. Finalmente, se estudia la inci-
dencia que locnuevoscontratos-que suponen verdaderossupuestos de tercerizacibn hori-
zontal- tienen sobre el art. 30de la LCí;y especialmentecuál es la interpretación que debe
darse al art. 1520 del CCCNen materia de franquicia.
CapituloVI
Realiza un profundoanalisisde la reformaintroducida porel ait. 17de la ley 25.013 al art.
30 de la LCT, con especial bniasis en e l cambio de sistema de responsabilidadsolidaria,que
pasódeserobjetiva-ya quesurgía de ia sola interrelación empresaria-asersu bjetiva, esto
es, que sólo procedefrente al incumplimiento de los deberes de control que la ley ponea car-
gode los cedentes y contratantes.
CapítuloVll
Este es una de los capitulos mis innovadores, pues se destaca la importancia del control
societario y, mis especialmente, ei control externo de hecho, como supuesto que permite
incluir todos aquellos contratos que l a Corte Suprema de justicia de ia Nación ha excluido de
la apiicacibn del art. 30.Además, se efectúa un meticuloso estudio de la figura del pluriem-
pleador, y la responsabitidad soiidaria de cada uno de los integrantes de este sujeto plural,
juntamente con Ia regulación actual de los contraeosasociativos(agrupaciones de colabora-
ción, unión transitoria y consorcios de colaboración).
Capitulo Vlil
Sección A- Seocupa de la responsabilidad de los miembroso administradoresdesocie-
dades cornerciaies y se establece una diferenciación entre la persona juridica y cada uno de
sus integrantes, y entre la personalidadjurídica con la limitación de la responsabilidad. Lue-
gose efectiia una evolución doctrinal yjurisprudencial de la teoría de la desestimaciónde la
personalidadjuridica.
Sección B- Sedetiene esta secciónen l a extensión de responsabilidad a losrociosy con-
trolantes, realizando un análisis estricto del art, 54de la LGS, y considerando que la solución
no debe buscarse en otras ramas del Derecho, sino en la propia teoría general del Derecho
del trabajo, en el cual el art. 14de la lCTpermite responsabilizara lossocioscuandola socie-
dadesutilisada comouna pantalla para burlar la ley, y el art.31 dela LCTresponsabilimaalos
controlantes en forma solidaria cuando mediaron conductas fraudulentas 0 conducción
temeraria, que severifican cuando la relación no está registrada o lo esta en forma parcial.
12 l _ _ _ . I _ _ - C I _ - ~ I I ~ L _
Palabras previas
C - _ I " I _ - _
* Capitula lX
Analiza extensamente los distintos supuestos de transferencia que regula nuestro orrje-
namiento jurídico. Los autores se detienen en los casos de transferenciadel establecimiento,
definiendo a este último y diferenciándolo con la empresa. Asimismo, describen los casos de
sucesiOn rnortis causa, por actos entrevivos, transferencia definitiva y transitoria, licitación,
concesión, subasta pública, etccltera. Luego detallan uno a uno !os efectos de la transferen-
cia del establecimiento, con especial menciun del plenario "Baglieri". Finalmente, se tratan
los supuestos de cesión de persona!, transferencia a favor del Estado y lar privatizaciones,
estas últimas con la opinibn de ia doctrina y la jurisprudencia de la Corte Suprema de justicia
de la Nación.
CapÍtuIwX
Trata sobre tos problemas que generan las transformaciones producidas en nuestra dis-
ciplina, a la hora de imputar responsabilidadsolidaria.Indican que en el Derecho individual
del trabajo los temas que más interks despiertan son: las nuevas fronteras de la dependen-
cia, la mutación en el paradigma organizacional de la empresa y las relaciones interempre-
sarias; y cbrnose ha pasado de un sistema de inierrelaciónverticaf a unoorbital osatelital, en
el cual varias pequeñas empresas, o incluso emprendimientos unipersonales, giran alrede-
dor de la empresa principal, que es la encargada de dar cohesibn al conjunto.
Posteriormente, se aborda con profundidad y detenimiento uno de los temas de más
actualidad: el de la descentralización productiva; se analiza su concepto, sus causas, fa clasi-
ficacion efectuada y las consecuencias que este fenómeno produce en el Derechodel traba-
jo (individual, colectivo y en la seguridad social).
Corolario
En distintas ocasiones tuve oportunidad de plantear ia necesidad de un nuevo Derecho
social. De allí que comparta plenamente con los autores una feliz reflexión del último capi-
tulo: "Es hora de que nuestra especialidadse reencuentrecon iosvaioreshumanistas, exten-
diendo su manto protector a los sujetos hoy excluidos de una tutela que el art. 14 bis de la
Constitución Nacional les garantiza y que inspiró a los grandes maestros del Derechodel tra-
bajo, e introduciendo un sistema desolidaridad objetiva como rnecanismode protecdón del
trabajador, en el que no sólo deba responder quien dirige el trabajo sino especialmente
quienen Cltirna instancia se beneficia con el".
Palabras previas 13
Ratificando io expresado, resulta claro que el Derecho del trabajo se encuentra ante un
panorama mundial con nuevas condicionesde produccion -en que las empresasse plante-
an en términos de organizaciones con marcada externalizaciiin de funciones, desarrollo de
relaciones interempresariales de colaboracián, surgimiento de empresas "dependientes" y
desarrollo de formas alternativas de trabajo- que imponen nuevas respuestas jurídicas,
pero eflo no implica la desaparicibn de valores y principios.
En síntesis, entiendo que esta cuarta edición del primer volumen de la colección consti-
tuye un estudio pro.fundo, integral y actualizadode la solidaridad en el contrato de trabajo
que, sin dudas, sera sumamente útil para los especialistas. De m6s esta decir que cuenta con
el valor agregado de un prólogo de la doctora Estela Milagros Ferreirós, magistrada, docen-
te, académica, pubficista y-esencialmente-una brillante jurista, que con su aporte presti-
gia esta obra.
Capitulo I
La solidaridad en general
S 1. Concepto I..,--..----.-------I
_
_ - I - - - - - - - - - -U-.--
5 4. Fuentes - . , . - + _ - - - + f - - - . . . , . A - - - - - - - - + - - - - - . .
5 5. Fundamento - + _ - _ - 1 . , 1 - - - - - - - - _ . - - - - - - - ~ . I d - - - - + - - u . I b . - 4 - -
5 6. Finalidad - - - - - . - _ . - _ . - - - - - - I I I - . ~ , . . ~ . - ----------..--..-----.--
5 7. Prueba de la solidaridad - _ _--.. ... ....-- - - ..---. -- -
+ --
5 8. Renuncia de la solidaridad . , . _ _ - - - - - - _ _ _ _ _ - - - , ~ . - .-. - - .,--
5 9. Defensas - - - - ~ . . , ~ - - - - - - - - - - - - . . . - - - - - - - - - - - . . . Y
f 10. Efectos de fa solidaridad - - - ---.-- -- - - m - - - - - - - - - --+
Capítulo tl
La soiidaridksd en el Derecho de8 trabajas
5 11. in~roducción - - - .. . .
+ .. .-- - - - - - _.- ..- - - - - -..+ - .,.,.- - - -.- 47
5 12. Finalidad de la solidaridad en el Derecho del trabajo . ,.. ...,-.+4------L- 49
18 indice general
Capítulo ttl
Interposicidjiny mediaclbn
5 16. Introducción ---+.,.A.L--------_-- ..
5 17. Fraude - - - -..,- -
.,
A - - - ...
- - m - _ _- - - - -- ....-A
- - ._
5 18. Sirnulacion ----..,--------... ---..-+--,A----__-_.----.,--_--_--
19. Interposición, intermediacián e interrelacion - - - _
., - .. + --,-L---.,~_- -
a) Iniroduccion
_
-_--,d---,----
di Distinci6nfactica _ - . , ~ - _ - - - - _ _ - . - - - - .- _ -...__--_.---..-a-__. --
S 20. Regia general. Art. 14 de la LCT .,- .,. _---- ..- - - A - e - - m A M - - m ._ - u
4. Creación de una persona juridica como mera pantalia para burlar la ley -
5 3 . El art. 29 de la LCT. Mediacidn - . - - -
.....-A----A.---- .,. . _ - m.. ----
5 22. Qué se puede reclamar y relaciones internas entre las empresas - - - ,- --_....__
5 23. El Plenario 323 de la CNAT jnV.3squez c. Telefbnica de Argentina S.A.») . .. ---.
lnclice general
.-
Capitulo IV
Las empresas de servicios eventuales.
Las agencias dé srolocaci6n y selectaras de personal
24. Las agencias de cotocación -------.-_iL -- -_------
,,
a) Introduccton - + + - - - - - - . . - - - - - - - - . - . , . - - - - - + - - - - - - - - - - - - -
b) Los convenios de l a OIT y el Derecho comparado --- u..- -. . .- --- - - -.
A u u -
c) La regulación en nuestro pais ,--- _ -- .. ----
- - m -- - -- - -
S 25. Las selectoras de personal - &. - -- - _ - -.I,...-+------..,.. -
5 26. Las empresas de servicios eventuales ----+---.,.-----------....-_--- -
a) Antecedentes legislativos internacionales - -._. - - - - _ _ + - - - ----- - -
m
Capitulo U
Cesi6n total 0 parcial.
Contratacirjrn y subcontrataci8a
5 27. Anilisis preliminar - - - + - _ - .....----------...I.+.---4--I.. 185
5 28. Deljrnitación del ámbito de aplicación del art. 30 de la LCT ------.._----.- 185
a) lesión total o parcial - ..-.... _ -- - ..
+ - - + - a - - - - - + - - -- 185
6) Contratacióny subcontratacion, cualquiera sea el acto que le dé origen, de tra-
bajos o servicios correspondientes a la actividad normal y específica propia de!
establecimiento,dentroofuera desu Ambito _-.+ -..- ---- - - - .......--. - 190
f . Contratación y subcontratacion -- --- - - . ...._ .+ - . -. - - - - -- - + 191
2. La problemática conceptual de la subcontratación --- ..._--..,. -
3. Contratación vertical y horizontal ..- - - -
-_,-_. - -- -..-,-_.
4. Actividad principal y actividad secundaria - . , * . . . - - - - --- -_, -- A
2. Limpieza
3. Gastronomia --- - --, _ . - - - Y A _ --- --_.-m-- -.u u _ --
4. Telefonia celutar -I-+-,--------.~--- - -- -. +.
b. Empresa de electricidad _ -. - - - - , A - -
.. - - - ._ _ + - -
d. Prestaciones médicas . - - + - --
._- - - . - _ _. - .- ...- + --
e. Venta de gaseosas en un estadio deportivo - -
f. Servicio de cafeteria en una agencia de noticias -- ." bu
Capitulo VI
El ar%.30 de la LCT a la luz de Ia reforma
introducida por la ley 25.013
g 30. Antecedentes __---------...--------------------.--------. 287
5 31. El art. 17 de la ley 25.013 ------A---.--....-...--------_-+---.-.--- 289
5 32. Análisis de la reforma -...-.------.- -. -. - ---. - - - - ------------ 290
5 33, Alcances de l a responsabilidad solidaria despues de la reforma - - ---- -- 296
a) iesisamplia - . . . - . - - - - - - . ~ - - - - - - - - - - - - - - 4 - - . - - - - - - - - - - - - -. 298
4) Tesis restrictiva - - - - - - - - - - 4" -- -. .. - - m - - - i- .M. - 299
r) Tesis intermedia - - _..,.------.. A -- - 301
.,
5 34. A quienes se deben efectuar los reclamos --- + _ --------m. -- 304
5 35. Que se puede reclamar - - . . + - - - - - - .-m - - - --- - - - - - - - .. -_ -- 306
5 36. Efectos de la solidaridad y relaciones internas entre las empresas - - - + - - - -- 31 1
g 37. La incidencia de la reforma en la ley 22,250 .. - - - - - m --------..,.+---- 312
Capítulo Vtl
Las empresas subordinadas y reiaciisasadas,
La figura del <cpluaiemp8eador~~
.,
S 38. Introduccian _ - -...h.---+.-~.......-----..c-.----.---- --
S 39. Antecedentes y Derecho comparado .. ...---- u u -u--- - . - m ..- -. ---- - - - -
5 40. Las empresas subordinadas y relacionadas
., - - --- ^.
Reseña de fallos
+ _ _ - - A - - - - - - 4 - - - - L L L _ - - - - &,hh&-------... '"-m 344
. .
111. La exigencia de la permanencia , A - - - . - - - - - - - - - - - - + - - - 349
IV. Maniobras fraudulentas y conducción temeraria _ .,- - - + - ..- - 389
22 indice general
Capitulo VIll
Responsabilidad de los r~ocbeas;,
dirrec2srea, gerentes y administradores
de c;ociodadeseomerriafies
a) Antecedentes --... u + - - . - - - . - _ - - , A - - , , - - - . - . . .
b} Naturaleza juridica - - - .- - _ -.- - .---....._-.,.-A -
- - m - - - _ - ._- - _ m
a) lntroducc~on .,...~--------.-+.__--I--------...-.-_+i-l.------
b) Anilisis de diversas posturas interpretativas del art. 54 de la LGS - - - - - ,
1. Tesis amplia - - - .._--
., -.._-----
_ - + - - ...-- -- _ - ----
- m - - - - - -
Capitulo IX
Transferencia de[ contrato
do trabajo
A - Novacián subjetiva del contrato de trabajo
§ 50. introduccion
., ------ - --.& . _ - m ~ - _ - . . . . - - - - . , ~ - - ~ ~ + 491
5 51. Antecedentes nacionales e internacionalesde fa norma _ - _- _ - _- m +--.-m 495
a) Disposicionesanteriores a la Ley de Contrato de Trabajo _ - , _ - -._ - -" - _ - L 495
b) La Ley de Contratode Trabajo --- _ - - - _ - _ -. - - - . " u _ - 4 . - ----_-.d.__ 498
5 52. Novacion subjetiva del contrato de trabajo - - - - _ - _ . - - - n- ._ _ -"," - -- ,- SO0
a) teneratidades -_-,___+.------_,_--,----_--_._----_--....._- 500
6) Terminologia - - . - - - - _ - - . . . _ - 4 . - - - m , , -_ -_L+d-----.__-k, _--- 502
- - -- ,",---
,,. +
"d
_ +
- - m
U - - _
m, _ _ m
51 1
51 1
515
1. Transferencia definitiva _ -.-u.-_- ._ - - _ _ _ -.- .- _-- "m _ - m 578
2. Transferencia transitoria o precaria ..,-,----- ,_ .. .-" _ - - - - . - -- - - - 520
c) Supuestos particularesde transferencia - ,. - ,- ,- m _ + _ - _ - _ ,- _ _ + -A 523
1. Transferencia del fondo de comercio - - --, ,_ - - ,- _ - _ _--- - ,- - - _ 523
_ _
_ + .,+
__ 571
_ _
+ . - m m _ - A + -,- ,,,
Capitulo X
La solidaridad rin e! nueva marco
.,
§ 60. La descentralitacion productiva --- -..-- - - --.-- -.-
- + - - m
di Causas --1.._4---L-...I-----------..,-..-----.-.1..,++----...---
.,
e) Clasificacion - - ..- - - ..- - - ....--
f ) Dcscentralizacibny concentración. Losgruposde empresasy lafilialización m m
g) Consecuencjas
h) La descentralización productiva y la Ley decontrato deTrabajo -. -- -- -
5 61. Las relaciones interempresarias y l a solidaridad ++-u - --- .. - - - - -. - - m _
5 62. Disparadores para un nuevo Derecho social _.- ----...+---__.-- - - ---- --
5 63. Conclusión - _ - __ - ._. .. M m m _
- - - - - --u- - - - - - - .. - - - - ..,- . m m A + u u
Anexo
Cuadro de concordancias de normas
3 1. Concepto
El art.827del CCCNdefinea lasobligacionessolidariasen tossiguientestérminos:
"Hay solidaridad en las obligaciones con pluralidad de sujetos y originadas en una
causa única cuando, en razón del t;tulo constitutivo o de la ley, su cumplimiento
totalpuede exigirse a cualquiera de los deudores, por cualquiera de los acreedores".
El Código Civil y Comercial de la Repiiblica Argentina, aprobado por ley 26,994
(BU,8/10/14), que entró a regir el lade agosto de 201S (según tey27.077) regula las
obligaciones solidarias en los 55 2", 3Oy4" de la Sección 7: "Obligaciones de sujeto
plural", del Capítulo 3, "Clases de obligaciones", del Titulo 1, 'ObIigaciones en gene-
ral". del LibroTercero. "Derechos personales". La Sección 7amencionada se dedica
a establecer dicposiciones en materia de obligaciones de sujeto piurat, y además de
las obligaciones solidarias, regula también las mancomunadas. Por su parte, en la
Sección gase introducen como novedad, las obligaciones concurrentes.
Conviene recordar que el Código Civil definia a las obligaciones solidarias en el
art. 699 [concs. arfs. 827 y 828, CCCN] expresando: "La obligación mancomunada
es solidaria, cuando la totalidad del objeto de el fa puede, en virtud del título cons-
titutivo o de una disposición de la ley, ser demandada por cualquiera de los acree-
dores o a cualquiera de los deudoresn2.
5 2. Antecedentes históricos
Et origen de las obligacionessolidariasse encuentra en la correalidad del Dere-
cho romano. Segúnalgunosautoresfranceses, como Mourlon,Aubry y Rau, yalgu-
nos de [a escuela alemana, en el Derecho romano se distinguía a las obligaciones
correales -correus- (expresión que equivale a colitigantes, es decir, a varios inre-
resadosen el mismoasunto, que podían ser losacreedores-correicredendi-o los
deudores -corre¡ debendi-) que nacían de los contratos; de las ín solidum, que
eran las impuestasen ciertos casos por la ley.
La solidaridad era "correal a perfecta" cuando se producían todoslosefectos o
consecuenciasprincipales y secundarios de !a solidaridad; era "in soliduh o imper-
fecta" la quesólo producia lasconsecuenciasoefec~osprincipales, primariosofun-
damentales de la solidaridad -es decir, el derecho de prevenci6n-y la particula-
ridad de los mediosextintivos, mientras que no producia los efectossecundarios, y
así, por ejemplo, la culpa o la mora y deuda de intereses, o la interrupción de la
prescripción, ocurridoscon relación a uno de tosdeudores, carecía de influencia so-
bre los otros.
Esta dic'iincíón fue combatida, entre otros, por Dernokxnbe, quien rechazó de
plano la idea de una solidaridadimperfecta y señal^ que la solidaridad es una sola,
sin que rea posible ai interprete limitar sus efectos.
Hay solidaridad o no la hay. Y si el fa existe, es siempre perfecta.
La doctrina nacional ha negado casi unánimemente esas dos clases de solidari-
dad, con excepci6n de Busso y De Gasperi. Busso, según Rezzónico, acepta la exis-
tencia de Tales obligaciones como una categoría juridica, innominada de deudas
conjuntas en las cuales cada obligado es deudor del todo, aunque no haya solida-
ridad entre los varios obiigados, y destaca que aquellos falios que en determina-
dos casos establecen la responsabilidad integral de varias personas por un hecho
dañoso, con prescindenciade toda idea de solidaridad, vienen a desarroliar el con-
cepto de fa obligacibn insolidum, aunque nose refierenexpresamentea esa figu-
ra juridica.
Para De Gacperi el art. 1082 del CCanterior, reguiaba la solidaridad imperfecta
en el caso de la responsabitidadque pesaba sobre los autores, consejeroso cómpli-
ces de un delita, ya que: "indemnizando uno deellos todoel daiio, no tendrá dere-
cho para demandar a los otros, las partes que le correspondieren", hecho este que,
a su juicio, no sucedía en la solidaridad perfecta,
Tam bien consideraba que otrosupuesto desoiidaridad imperfecta era la acci6r1
recursoria de la responsabilidad cambiaria que se otorga por el total, y e n cambio,
en la solidaridad perfecta la acción se concede en ta medida del interés de cada
obligado.
Por otra parte, sostiene Galii, en opinidn coincidente con la de Cotmo y Rezzó-
nico, que no está probado que el Derecho romano reconociera las variantes de
"obligaciónsolidaria" y "obligación insolidum" -esdecir,de correalidadydesoli-
daridad simple-, generalmente relacionadascon la fuente y origen de la solidari-
dad, ni las variantes de "solidaridad perfecta" y "coiidaridad imperfecta", relacio-
nadas con la medida o alcance de los efectos de la solidaridad; y agrega que en
nuestro Cbdigo el art. 701 [CC,conc. con art. 828, CCCN] descarta el distingo entre
obiigaciones solidarias y obligaciones in sofidum, pues expresamente considera
comunes y semejantes esas expresiones y otras equivalentes de las que resulte que
cada deudor está obligado por el todo, ef uno por iosotros, etcétera5.
Ni et Código Civil de Veles, ni e! C6digo Civil y Comercial distinguen entre coii-
daridad perfecta e imperfecta, y lo que ocurre en una obligacióncon respectoa u n
deudor o a un acreedor se extiende a los demás. Es decir, hay un único tipo de soli-
daridad regulado por el art. 827 y cs. del CCCIV.
54. Fuentes
5 5. Fundamento
Para un sector de fa doctrina, el fundamento de ta solidaridad radica en fa iclca
de representación recíproca que existe entre quienes integran el frente de acree-
dores y deudores, derivados del interés comunitario existente entre los mismos, de
forma tal que cuando uno de ellos lleva a cabo un acto io hace actuando en nombre
y por cuenta del frente de sujetos del cual forma parte; por ejemplo,en el caso de la
solidaridadactiva, un acreedor que demanda al deudor común interrumpe la pres-
cripción de la acción, beneficiandoa tos demás coacreedores. Esa es la función eco-
nómico-jurídica de la solidaridad que propende a la mayor seguridad del acreedor
en las deudas solidarias y a la facilidad del pago tratándose de creditos solidarios.
En cambio, otro sector considera que el fundamento de la soiidaiidad no seria
aquel, sino que radicaría en ta unidad de la prestaci~ny en la pluralidad de vincu-
los, pudiendo demandar el acreedor el cobro íntegro del credito en razón de que
sería acreedor de toda la prcstaciónll, o de que los deudores serían recíprocamen-
t e garanteso fiadores los unosde los otrosl2.
5 6 . Finalidad
Para Alterini, la finalidad de la solidaridad activa es facilitar e4 pago de ta obli-
gación al deudor corniin, que tiene derecho a efectuarlo a cualquiera de 105 acree-
dores mientras no sea prevenido por alguno de ellos. Tarnbien se ve favorecido el
cobro, porque cualquiera de los acreedores tiene facultades, en representación de
todos, para exigir el pago. Pero conlieva el riesgo de que el acreedor que percibió
el totaldel créditosetorne insolvente antesde haber distribuidosus partesa losde-
más acreedores. La finalidad de la solidaridad pasiva -que es mucho mas frecuen-
te- es asegurar al acreedor la percepción del crédito, ya que tiene derecho a re-
querir ei pago integro a cualquiera de los c~deudores~~. En idéntico sentido, para
Borda la solidaridad pasiva (que es fa forma más frecuente e importante desoiida-
ridad) tiene por objeto asegurar al acreedor el pago de su crédito, poniéndolos cu-
bierto contra la posible insolvencia de alguno de losdeudores: ímpouta,.por lo tan-
to, una garantía personal, uniifianza.
5 7. Prueba de la solidaridad
Al ser decarácterexcepcionaldebeser probada porquien iaalega, conel corres-
pondiente instrumento (contrato, testamento), rigiendo los principios generales
en materia probatoria, ya que no existe disposicibn modificatoria al respecto.
Esto es válido para la solidaridad de origen convencional; en cambio, en lo que
interesa principalmente al Derecho del trabajo, ia solidaridad legal no requiere
prueba, puesto que el Derecho es provisto por el juez.
5 8. Renuncia de la solidaridad
La renuncia de la solidaridad puede ser absoluta o relativa, y expresa o tacita.
Dicho acto abdicatorio proyecta susefectos sobre la estructura de los vinruloc obli-
gatorios, generando una sensible mutación del mismo.
Es absoluta cuando el acreedor expresamente renuncia a la solidaridad, consin-
tiendo en dividir la deuda entre cada uno de los deudores (art. 836, CCCM.
La obligación se convierte en mancomunada, resultando aplicable el régimen
tegal previsto para esta especie, según tenga objeto divisible o indivisible.
En cambio, es relativa cuando el acreedor renunciare sólo en provecho de uno
de los deudores, continuando la obligación siendo solidaria para los otros, Con de-
ducci6n de la cuota correspondiente al deudor dispensado de la solidaridad (art.
837, CCCN). En este caso, la obligacjónque pesa sobre el beneficiado par la renun-
cia a la solidaridad pasa a ser mancomunada simple. Los restantes codeudores, no
favorecidos con la renuncia parcial, continúan obligados de manera solidaria por
el todo, con deducción de la cuota correspondienteal deudor dispensado de lasoli-
daridad.
Desde otra perspectiva, esexpresa si la manifestación~devoluntadde renunciar
es positiva y practicada con ta intención de exteriorizarlaen esesentido; es tAcita si
resulta deactosque permiten conocer con certidumbre la existencia de la voluntad
del acreedor de renunciar a la solidaridad.
La renuncia de la solidaridad relativa puede ser expresa o tacita. La absoluta es,
a por lo general, expresa, pues difícilmente puede admitirse un cambio en la estruc-
:
39. Defensas
El art. 715del CCIconc. art. 831, CCCN] disponía que "cada uno de los deudores
puede oponer a la srcci6n del acreedor, todas las excepciones que sean comunes a
todas los codeudores, asi como también las que fueran personales, pero no la que
los sean a losdemisdeudores".
El art. 831 del CCCN tarnbihn distingue entre defensas cornunesy personales,
En cuanto a las primeras, indica que cada uno de los deudores puede oponer al
acreedor las defensas comunes a todos ellos.
Con respecto a las defensas personales, sólo pueden ser opuestas por el deudor
o acreedor a quien correspondan, y sólo tienen valor frente al coacreedor a quien
se refieran. Sin embargo, pueden expandir limitadamente sus efectos hacia losde-
más codeudores, y posibilitar una reducción del monto torat de la deuda que se les
reclama, hasta la concurrencia de la parte perteneciente en la deuda a l codeudor
que las puede invocar,
al Solidaridad activa
Los efectos de la solidaridad activa pueden ser principaleso necesarios,ysecun-
darios o accesorios.
1 - Efectos principales
2 - Efectos secundarios
Entre los efectos secundarios pueden distinguirse los siguientes:
a) Perdida inculpable de la cosa debida. Estaba prevista en el art. 709 del CC,
reiterando, innecesariamente un principio básico al disponer que: "5i la co-
42
p-_II---I_ILI.- -,
-
Ricardo D. Hierrezuelo Pedro E Nuñez
u
-
.
6) Solidaridad pasiva
Al igual que en la anperior, los efectos de la solidaridad pasiva pueden ser prin-
cipales o necesarios,y secundarios o accesorios.
'15
Pizarra- Vallespjnos, inslitvcionesdedererhoprivado. Obligaciones, t. 1, ps. 5 8 8 589.
~
44 Ricardo D. Nierrezuelo - Pedro E Núñez
-. ~ " ---- - ----.---
2 - Efectos secundarios
Los efectos secundarias que se presentan son tos siguientes: 3
1
Finalmente, el art. 842 del CCCN dispone que la cuota correspondiente a los
codeudores insotventes es cubierta por todos los obligados. Es decir, si uno de los
deudores es insolvente, dicha parte debe ser soportada tanta por ei deudor que
46 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro F: niuñez
efectuti el pago, como por los demás, a prorrata de[ interés que cada uno de ellos
hubiera tenido en la deuda.
Capitulo II
La solidaridad en @B Derecho del trabajo
5 1l.Introducción
La solidaridad no es un instituto propiodel Derecho del trabajo, sinoque hasido
receptado por éste del Derecho civil, como una herramienta para tutelar la obser-
vancia de las normas imperativas que conforman ei orden público laboral y evitar
el fraude.
Si bien las caracteristicas particulares de la relación entablada entre las partes
justificó la escisión de nuestra disciplina con la del Derecho cornllin, ello, en modo
alguno, importa una separación total, una incomunicación entre una y otra.
Como bien apunta VázquezVialard, "la refación entre el Derecho general (re-
presentado por el civil, que gráficamente puede representarse como !o que queda
de aquél, una vezquede su troncose han desprendido-por lo menos respecto de!
Derecho privado- las otras ramas: comercial, laboral, e2cétera)y el del trabajo, Ie-
jos de ser perniciosa, resulta altamente beneficiosa en la medida en que permite
dar unasolucióna cituacionesque no han sido contempladas poreste último-aun-
que tampoco era necesario-a travésde los institutosy principiosgenerales, como
-entre otros-los concernientes a las obligaciones"'.
Deahíque resultara innecesario que nuestra materia tuviera que regulartodos
y cada lino de tos inctitutos regulados por el Derecho cornijn, los cuales son aplica-
bles en ia medida en que no secontrapongan con los principios generales de la ra-
ma especial.
Esto es justamente lo que sucede con !a solidaridad, pues la Ley de Contrato de
Trabajo no efectúa una teoría general de las obligaciones solidarias, sino que se
limita a imputar, en varios artículos, ia responsabilidad solidaria de diversas perso-
Rasfrente al trabajador en virtuddel provecho que han recibidodel trabajodepen-
diente.
Por el contrario, al respecto habrá que examinar si yde qué modo lassoluciones
elaboradas en el Derecho civil resultan aplicables en el ámbito laboral, según sean
compatibles o no con los principios especiales del Derecho del trabajo2.
En consecuencia, al producirse la recepción en nuestra disciplina, debemos re-
cordar quesu marco regulatorioen el Derecho común no puede ser distinto, y mu-
cho menos, mas restringido, cuando se lo aplique en el Derecho laboral.
Ello en virtud de que la ley especial no modificó la forma o el modo de reguia-
ci6n del instituto de la solidaridad, sino que se limitó a imponer su aplicación en
casos determinados.
Es así que ~ o g l i nos
a ~ dice que: "dicho trasvasamiento presenta las siguientes
características: I) la Ley de Contrato deTrabajo no modifica la forma como regula
el Derechocivil el instituto de la solidaridad. Adviértase que la Ley de Contrato de
Trabajo ce limita a imponerla en ciertos y determinados casossin alterar la estruc-
tura normada por el Código Civil; 2) implica que la referida institución 'pasa' por
ei 'iiltro'dei art. 9" de la Ley de Contrato de Trabajo".
Agrega este autor que, para que ei instituto de la soiidaiidad sea aplicable es
menester que ia ley, o el convenio de partes, la establezcan expresamente a una
situación dada, luego de la cual, y ya subsurnida la situación por dicho instituto,
esto es dentro del mecanismo de la solidaridad, si hubiere dudas en cuanto a su
interpretación o alcance, se deberá estar "...en elsentido más favorable a l traba-
jador" (art. 9", ICT).
Se altera de esa manera el principio de interpretación restrictiva de la solidari-
dad que impera en el ámbito del Derecho civil, ya que en el ámbito laboral la duda
debe interpretarse a favor de la solidaridad, De ahí que la aplicación de la solidari-
dad en nues-tra especialidad, que ce encuentra inspirada por el halo-tuitivoy pro-
teclor que la caracteriza, no pueda ser tratada con una excepcionalidad y restric-
ción mayores que las del Derecho común.
Esto es io que sucede con el ari. 64 de la Convención Colectiva derrabajo 281196 prorro-
gadoy actualizado por el CCT74199 de maestranza que establece que: "Toda persoriaiísicao jurí-
dica, incluyendolos organismos y ernpresasdelEstado, quecontrate o subcontrate losservicios de
una empresa de limpieza, ser$ solidariamente responsabie con ella de todo incumplimiento de
esta última respecto de las disposiciones legales y todas las previstas en !a presente Convencion
Colectiva de Trabajo". La jurisprudencia ha resuelto en este sentido, referido concretamentea la
contratación del servicio de limpieza efectuada por el Estadoque: "El Gobiernode la Ciudad Auto-
noma de Buenos Aires no es una 'empresa', ni su actividad consiste en prestar servicios de lirnpie-
zasino que es una autoridad política-administrativa que en cumplimiento de ese rol específico(y
no con inotivo de una actividad empresaria), entre otras cosas, dirige un establecimientohospita-
lario donde prestaba tareas de limpieza el accionante. El GCBA no es una empresa y el manteni-
miento y limpieza no es una actividad que pueda considerarse incluida en el objeto propio de la
que esa autoridad politica despliega en el ámbito de un hospital público. por lo cual n o cabe res-
ponsabili?ar16enlos términosdei art. 30de la LCT.Tampocoresulta viable establecer su responsa-
bilidad por via de to establecido en el art. 64 del CCT281J96, ya que es evidente que la Asociación
de Empresasde Limpieza quesuscribiódicho convenio no representaba en modoalgvnoa la aai-
vidad del Gobierno de la Ciudad Au.tbnorna de Buenos Aires, ni a su vez este bltirno quien dirigey
administra el establecimientohospitalario en el que trabajóelactor, nointervinonisuscribiódicha
ConvenciOn colectiva. Así, no puede resultar aplicable a las relaciones de una empresa o entidad
con su personal un convenio colectivo que no succribib y en cuya celebración no estuvo represen-
tada" (CNAT, Sala 11,28/8/06,S.D. 94.408;exp. 22.75612002, "Osores, Josk Luisc. Rodríguez, floren-
cio Osvaldo y orro", Boletín Mensualde Jurirprudencia de la CNAT, ago. 2006).
52 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro F. Núñez
j3
Pirolo, Aspectosprocesales de la responsabilidadsolidaria, en "Revista de Derecho Labo-
ral", no 2001-1. "La solidaridad en el contrato de trabajo", p. 417.
'4 CNAI, sala 1, 18/12/89, "Terradillos, lulioc. Edit. NuevaGertteS.R.L.", DT, 1991-A-62; ídem,
~aiaVI11,15/6/01, "Pérez, Alberto c. Raster S. A. y otros s/DespidoM,Manualde jurisprudencia, Julio
Grisolia (dir.), p. 375.
55 Ricardo D. Híerrezuelo - Pedro E Mudez
-.""M-, -,-
Por su parte Mancini y Pizarro entienden que las normas del Código Civil [hoy
CCCN] que regulan la solidaridad, en general, y lasotidaridad pasiva, en particular,
son aplicables íntegramente en el Derecha del trabajo (arg. arts. 7", 9", 11 yconcs.,
LCT), Agregan que en todos los supuestos en los que la legislación del trabajo con-
sagra la soiidaridad pasiva -v. gr., interposición y mediación, subcontratación y
delegación y en los casosde ernpresassubordinadaso relacionadas-frente al tra-
bajador y a los organismos de la seguridad social, el denominado deudor directo
(empieador) y el obligado vicario o indirecto se encuentran frente al acreedor
exactamente en el mismo plano y están, en consecuencia, en similar situación que
cualquier codeudor solidario, conforme al régimen previsto por el Código Civil
[hoy CCCRi]. De allí que el deudor vicario o indirecto no pueda invocar ninguna
situación de privilegio que mitiguecualitativa o cuantitativamenteel alcance desu
j9
Mancini- Pizarro, Algunas reflexiones en torno a ¡as obligacionessdidarias en el derecho
a de Derecho Laboral", no2001-2, "La solidaridad en el contrato de .traba-
58 "--- ----- -
Ricardo D.Hiefrezuelo Pedro E: Núñer
---~-
SegUn el art. 705 del CC [concs. arts. 833 y 844, CCCN]:"El acreedor, o cada
acreedor, o losacreedoresjuntos puedenexigirel pagode la deuda por enterocon-
tra todos los deudores solidarios juntamente, o contra cualquiera de ellos". Con-
scuenternen"i, la situación de paridad de ambos deudores solidarios frente ai
acreedor común no autoriza a realizar ningún distingo procesal y, en cambio, con-
voca a la aplicación de todo el régimen previsto en la normativa civil antes anaiiza-
da. No fluye de la letra legal ni de su espiritu que estemos ante un régimen ad hoc
o de una solidaridad especifica del Derecho laboraI2O.Si bien estas expresiones fue-
ron vertidas bajo e[ amparo del Código Civil anterior, se encuentran periectamen-
te vigentes teniendo en cuenta la redacción del Codigo Civil y Comercial.
Afejandro Perugini también se inclino por esta postura al dictaminar en la cau-
sa "3el¡ini"21.En la misma, el actor planteaba la incanstitucionalidad del art. 932
de ia ley 24.522 y propiciaba la aplicación del parr. 3" del art. 733 de la misma ley,
que implicaría la continuidad del proceso ante el tribunal originario respecto de
todos 10s demandados, la ejecución de la sentencia contra los nofailidoc y la opor-
tuna verificación dei crédito contra ia quebrada en sede concursai.
Perugini, luego de sostener que en el caso concreto no se apreciaba el agravio
constitucional, en la medida en que ei actor contaba con la facultad de proseguir
el trámite ante los fallidos no concursados en sede laboral, sin perder por ello la
facultad de verificar su crédito, indicó: "Claro esta que los inconvenientes que se
plantean no provienen del desronocimiento de la disposición sino de la dificultad
de aplicarla en casos en los que, como el presente, se invoca unasituacion configu-
rativa de lo que la jurisprudencia ha denominado 'solidaridad impropia', que ¡m.
plica la existencia de u n obligado principal y otros secundarios, y la necesidad de
queel primero sea demandado coma condición de responsabilidad de los otros. No
obstante, la restricción no es necesariamente cierta, ello así, en primer t6rmin0,
porque ta referida doctrina essolo una elaboracidn jurisprudencia1 que no cuenta
con respaldo normativo alguno y, por lo tanto, su aplicación at caso es hipotética.
En segundo lugar, porque aunque así no fuera, o V. S. la aplique normalmente, el
desistimiento operado en los términos dei art, 733 de la Ley de Concursos y Quie-
bras debe entenderse dentro de fa particularidad del sistema y no corno si fuese ia
simple manifestacibn del accionante de no traer a juicio al obiigado principal. En
otras palabras, no se trata de una manifestación devaluntad plenamente libre ten-
dientea no involucrar a un deudor, sino de una opción limitada a las reglas de jue-
go y realizada para permitir un juicio de conocimiento plenocontra quienes noes-
24 SCBA, 14/4/04, "Vulcano, Eduardo Marioc. Provincia de Buenos Airesy otrosiDespido, dife-
renciassalariaies, horasextras, etcétera", falto L 77.790; ídem, 1/6/99, "Marchan, RubénA. y otros c.
Empresa Wipira Argentina slMedidas cauteiares". fallo L 73.838. Conf. Loustaunau, Responsabili-
dadsolidariapor obligaciones iaboraies: iiitisconsorcio necesario o facultarívo?,DT,2006-A-327.
25 CS "íucurnán, 7/6/00, "Quinteros, Hernan Ornar y otros c, Cía. circuito Cerrado S.A. s/Dife-
rencias", RDL, 2001-1-716. Conf. Loustaunau, Responsabilidad solidaria por obiigaciones labora-
les: litisconscrcio necesario o facuitativo ?", DT,2006-A-327.
~esponsabilidadsolidariaen el contrato de trabajo
--
a Corte de Mendozar6 y las Salas VI1 y X de la Cámara de Trabajo de
'' SC Mendoza, Cala II, IIU97, "Quevedo, Seigio G.c. Petromen S.A. e YPF S.A. s/Demanda
rdinaria", f asación, Mza. no 59.305. Conf. Loustaunau, Responsabi/idad solidaria por obligacio-
es laborales: iiticconsorcío necesario o facultativo?, DT; 2006-A-327.
*' Cám. Trab. Córdoba, Sala Vil, 12/3/04, "Toiedo. Luis M. c. Armando López S.A. ylu otro";
ídem, 5alaX,'15/1~03,"Górnez, Luis A. c. Vanguardia S.A. y olrossiDernanda", Conf. LousZaunau,
Responsabilidad solidaria por obiigaciones laboraies:i/iti~consorcianecesario o facultativo?, DT,
b
62 Ricardo D.Merreruelo - Pedro E Núfiez
-C_- -
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- --.-...----
esta elección se funda en que en las obfigacionessolidarias 'no hay un deudor prin-
cipal, todasson deudores principale~'"~~. "Esta afirmación última es decisiva y per-
mite comprender algoquesefialaba desde ia catedra de Derecho romano el retar-
dado Luis María Berrotarán, quien fuera titular del Juzgada Nacional de Primera
Instancia en lo Civil no72: las obligaciones solidarias son una superación histórica
de la fianza, ya que se crea un vincuto en el cual todos los deudores son principales
pagadores y no existe et beneficio de excusión, o sea, no hay que convocar prime-
roa alguno de lossujetos pasivos, ni traerio a juicio, ni procurar cobrarle anteseje-
cutando su patrimonio".
Expresd que el art. 30de la LCT, que también se cita en el temario que nos reúne,
impone de una manera inequtvoca la responsabiiidadsolidaria, como medio para
proteger a1 trabajador (acreedor), en el marco de una segmentaciun del proceso
productivo que, más a l b de su legitimidad, puede traer aparejada, al menos en ei
terreno de las hipótesis, la afectación o licuación de la solvencia. El Derecho del tra-
bajo, para tutelar al dependiente, recurrió a una institución decantada del Derecho
civil (las obligaciones solidarias) que, como vimos, fue precisamente pensada para
garantizar ei cobro, potencializar Ia responsabilidad pcitrirnonialy evitar la necesi-
dad de tener que reclamar el pago a una persona determinada cuando se sabe que
es ocioso o, simplemente, no se la quiere perseguir. Nuestra disciplina no es autosu-
ficiente, ni tiene una autonomia plena y cuando una norma laboral dice "rerponsa-
biIidad solidaria" se esta refiriendo a las pauias normativas del Cbdigo Civil, al igual
que cuando dice "pago", o "persona jurídica de existencia ideal". Existe, entonces,
como io advirtiera Justc tópez, una vocación de aplicabiiidad de las normas civiles,
que sólo puede ceder ante das circunstancias concretas: !a presencia de una norma
laboral expresa distinta; y la incompatibilidad de la norma civii con principiosgene-
rales del Derecho del trabajo30. En la Ley de Contrato de Trabajo no existe un régi-
men especificoy distinto de la responsabilidad soiidaria y no se advierte incompati-
bilidad alguna entre lo dispuesto por losarts. 699y 705 del CC fconcs.arts. 827,828,
833 y 844, CCCN]y el principio protectorio. Muy por el contrario, [adoctrina coinci-
de, de una manera unánime, en que el art. 30 de la 1CTesta destinado a garantizar
e! cobro de los créditos, para lo cual crea sujetos pasivos múitiples, aun en la ausen-
cia de fraude o ilicitud, con la finalidad de tutelar al dependiente3'.
IV - Nuestra opinión
Por nuestra parte, reiteramos[a opinión vertida en eI "1 CongresoTrasandinode
rechodel Trabajoyde la Seguridad Sociai",dondesostuvimosque la Ley decon-
to de Trabajo y las normas laboralesen general, no modifican la forma como re-
la el Derecho civil al instituto de la solidaridad, por lo que no hay motivo alguno
apartarse del efecto principal de este instituto, que consiste en que cuaiquie-
los deudores solidarios está expuesto a que se le reclame la totalidad de la
a. Estosurgia claramente de lo dispuesto porel art. 699del CC[cancs.arts.827
,CCCN],cuandoexpresaque faobtigación mancomunada essalidaria cuando
ser demandada a cualquiera de los deudores. En idénticosentido, e! art. 705
[concs. arts. 833 y 844, CCCN], cuando en forma concreta y categóricadispo-
ue: "El acreedor, o cada acreedor, o los acreedores juntos pueden exigir el
de fa deuda por entero contra todos los deudores solidarios juntamente, o
ra cualquiera de ellos ...".No vemos la razón para hacer jugar artícutos quese
ren a las obiigaciones principalesy accesorias, o a la relación entre acreedores
ores entre sí, para inferir una conclusiljn desfavorable para el trabajador,
o existen otros articulas que resuelven en forma concreta la controversia.
ahí queen aquella oportunidad hayamos aludidoal paradójico destino de la
aridad en nuestra materia, donde pese a encontrarse reforzada por los princi-
Stutetares que rigen el Derecho del trabajo, se la ha analizado y aplicado con
Yor excepcionaljdad y rigor que en el ámbito de! Derecho común. No resulta
9ico que un determinado instituto importadode otra disciplina, al insertarse en
Derecho del trabajo, y por ende, tutelado por ese halo protector, se lo interpre-
n forma peyorativa a los interesesdel t r a b a j a d ~ r ~ ~ .
33
Hierrezuelo - Ahuad, La solidaridaden elnuevo marco de /as rekcionesde trabajo, iibro
epofiencias del "1 Congreso TrasandiTio de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social", reali-
zado Por la Sociedad Argentina de Derecho Laboral, Mendora, 3 al 6/4/02, p. 157 y siguientes.
66 Ricardo D.Hierrezueio - Pedro E Nutíer
-.,-
--,---,-,- -------,--
34
Lorenzerti, La legitimación pasiva y el litisconsorcioen elproceso dedaños,LL, 1991-E-586.
35 -
Vease Stiglitz, R., en Stiglitz, R. Stiglitr, G.,Seguro conri-2 la responsabilidadcivil, p. 577.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 67
~
intereses comunes {por ejemplo, la inexistencia del siniestro) y otra propia de cada
litisconsorte (por ejemplo, la vigencia o caducidad del
Pese a reconocer que la situación jurídica de ambos deudores es distinta, por
uanto uno es empleador y el otro no lo es, locierto es que losargumentosvertidos
orla postura tradicional, plasmada en el voto minoritario del plenario, no nos re-
tar: convincentes para apartarnos del principio general en materia de obliga-
nessolidarias, cual es la libre elección del deudor. Escierto, que el estatusjurídi-
o de ambos es disímil, de ahi que se haga alusión a un deudor principal y a otro
icario, peroesta distinci6n soloesválida para diferenciar la posiciónjurídicade los
eudores, pero no para establecer la obligación de demandar a! empleador como
dición necesaria para que prospere la demanda contra el deudor solidario.
Fa postura tradicional sostiene que estamos en presencia de una "obligación
ancomunada consolidaridad impropia". Sin embargo, lasolidaridad impropiaes
ena a nuestro ordenamiento juridico, y la soiidaridad imperfecta o in solidum,
ueen el Derecho romano era de origen Iegal, por oposición a lasobligacionecco-
alesquesurgíande los contratos, no fuereceptada por Vélez Sársfield. Pero aun
ndo hubiera sido regulada, el resultado nose hubiera modificado porcuanto la
erencja principal entre una y otra, en cuanto a los efectos, es que la solidaridad
perfecta no producía los efectos secundario, siendo la libre elección.dei deudor
ibilidad total del crédito) un efecto principal en este tipodeobligaciones.
m bien se la asirnilba la fianza, sin tener en cuenta que, cuando la misma esso-
daria, no juega el beneficio deexcusión, siendo que el acreedor puede demandar
ndistintamente al deudor o al fiador, aunque éste no se erija en obligado directo
nf. art. 2004, CC). En lo único que se parecen es en la acción de regreso entre
bos deudores, pues si paga el deudor principal, no tiene ninguna acción contra
dor solidario o fiador, mientras que si es este Cltirno el que abona la deuda,
e reciamar integramente la misma contra aquel. Ademas, como bien apunta
glia, la solidaridad es una institución que pertenece al ámbito de las obiigacio-
5, en cambio la fianza (sea solidaria o no) pertenece al mundo de los contratos.
queV4lez Sársfield en la nota ai art, S05 del CCexpresa: "El Código francés
os de Europa que regularmente lo siguen, confunden losefectosde toscon-
tos con losefectosde tasobiigaciones. '¿Cómotomar como una misma cosa, dice
rcadé, el efecto del contrato y ei efecto de la obligación, cuando las másveces la
ligación no es sino un efecto del contrato? Los efectos del contrato son: 7) crear
ligaciones; 2) extinguir obligaciones; 3) transferir la propiedad o sus desmem-
cienes. En cuanto a los efectosde la obligación, consicten únicamente en per-
tira! acreedor emplear los medios legales: 4) para forzar a su deudor a procu-
36
Machado, So/idaridadgenerada por la transferencia deiestablecimiento, en "Revista de
a Sociedad Argentina de Derecho Laboral", no14, p.32.
68 Ricardo D.Hierreauelo - Pedro F, Múñez
..---- -, -
,
- -
rarle aquello a que se obligó; 2) para hacerselo procurar por otros, si hay lugar, a
costa del deudor; 3) como írltirno recurso, para obtener del deudor las indemniza-
ciones correspondientes ...' "".
Relacionadocaneste úitirno tema, también se ha dicho que estarnos en pri-sen-
cia de una obligación accesoria, de ahí que se haga alusión a losarts.523 a 525,689
y 717 del CC [concs. arts. 856,857,820,821,841,842, CCCN],Pero aun cuando no
compartamos esta apreciaciísn, cabe destacar que comosucede en la fianza, el he-
cho de ser una obligación accesoria, no le quita el carácter de solidaria cuando así
ha sido expresamentepactada por las partes (Ia fianza solidaria sólo puede se: con-
vencional). toustaunau señala con acierta que la alusión a los articulosantes men-
cionados hacen referencia a la relaci0n interna entre los deudores solidarios,y no
a la externa con el acreedor. Este autor, además, diferencia la solidaridad de laacce-
soriedad y la subsidiariedad. La accesoriedad representa una cierta posición de
subordinación que se refleja ante todo en la necesidad de que exista y se encuen-
tre válidamente la obligación constituida en la obligación principal garantizada y
que las vicisitudes de la principal repercutan sobre la accesoria. La cubsidiariedad
implica un determinado orden en la respon~abilidad~~.
Taambiénsesostuvoqueestamosen presenciade un Iitisconsorcionecerarioy no
facultativo. Perodeserasi,de conformidadcon lo dispuesto por el art. 89 del CPCCN,
lo que correspondería es integrar la litis y no rechazar la demanda. De todas for-
mas, s i coincidimos en que el Iitisconsorcioes necesario cuando la sentencia que se
dicte hará cosa juzgada respecto a todos los litisconsortes (de ahí la necesidad de
integrar la litis), lo cierto es quese contradice con los efectos propios de las obliga-
cionessolidarias, porque la sentencia dictada no hace cosa juzgada para el deudor
que no fue parte en el juicio, pero puede ser invocada por éste,
Finalmente, tampoca la supuesta violacion del derecho de defensa en juicio
parece ser categórica, porque traslada la discusión a la esfera procesal, donde el
deudor solidario cuenta con herramientas procesales para resolver el conflicto,
como ser traer como tercero al empleador en los términos del art, 94 del CPCCN. De
todas formas, de nodemandar aI empleador, el trabajadortendrá una doble carga
probatoria, ya que previo a resolver si hay soiidaridad, se deberá acredirar [a exis-
tencia del crédita laborat a su favor.
En definitiva, ei trabajador podrá optar por demandar al ernpleadoryal deudor
solidario, o sólo a uno de ellos. Primero deberá acreditar exhciustivamen.te la pro-
cedencia de los crBditos fa-boralesoriginados como consecuencia del vínculo labo-
37
Foglia, El faiioplenario nu309de id Cámara Nacionalde Apelaciones del Trabajose ajusta
$
a derecho, TySS, 2006-196. C
" Loustaunau, Responsabilidad roiidana por obligaciones laborales: ,litiscansorcio neresa- Er
rio o facuilativo?. DT, 2006-A-334 y 335.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 69
-.- --- -u"-
ral con el empleador no demandado, sin poder valerse de ninguna presunción le-
al contra &te (por ejemplo, art. 55 de ia LCT), para luego recién demostrar que se
ncuentran reunidos los extremos legales que habilitan a extender la condena a
uien no inviste el carácter de empleador, sino dedeudorsofidario.
En este sentido, la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, el 24de agosto
e 2007 ha resuelto que: "La medida de la responsabilidadsolidaria de tos miem-
ros del directorio codernandados solidariamente, queda definida por el monto
al que adeude el demandado principat respectode iosconceptosrectamadosen
tos, circunstancia que es difícil de establecer cuando la empleadora (es decir la
ligada directa al pago de los rubros adeudados) dejó de ser parte por su desisti-
ento de las actuaciones. La anernala situación que implica tener que definir la
edida de Ia responsabilidad de los deudores vicarios cuando no existe condena
inida respecto del deudor principal ycuandoéste no fue parteen el procesodu-
nte la etapa probatoria, constituyesindudas una dificultad para el juzgador sólo
perable mediante [a estimación de la deuda que -lógicamente- puede resul-
más o menos exacta de acuerdo a los eiernentos probatorios incorporados a la
mbien se ha dicho que: "Los efectos de[ Acuerdo Pienario 309, de[ 3/2/06, en
slRarnírez, María Isadora c, RussoCornunicacioneselnsumosS.A.y otrosslDes-
o', no eximen al reclamante de! deber procesal de acreditar en la causa la cabal
tencia de las obligaciones nacidasdel contrato de trabajo con su empleadora o
pleadoras y el supuesto fáctico indispensable para atribuir la responsabilidad
lidaria exlegeque regiaet art. 30 de la LCT. La demostracióndebeser cabal pues-
ue debe garantizarse al extremo el derechodedefensadequien es traído a jui-
ra responder por obligaciones ajenas sin que haya mediado un contrato
mo causa de la solidaridad" 40.
simismo, conviene recordar que el Plenario309se limita al art. 30de [a LCTy si
los fundamentos del voto de la mayoría pueden proyectarse en los demássu-
s de solidaridad, esta conciusión no es pacifica. Asi, la Sala II rechaz6 la de-
en la quesedemandó únicamente a lossocios, por no haber sidoincluida [a
a jurídica empleadora en calidad de litisconsorte. Sefialóque: "La extensiiin
dena a los socios requiere, necesariamente, la prosecución de ia acción con-
sociedad respectoa la cual seasignaconductascomprendidasenel citadoart.
la ley 1 9 . 5 5 0 " ~ ~El. acreedor se halla obligado a demandar previa o conjun-
CNAT, Saia 111, 2418107, "Nalbandián, Jorge Marlín c. Lbpez, Osvaldo Abei yotros s/Des~i-
",Boletín Mensual de Jurisprudenria de la CNAT, no 272, ago. 2007.
40
CNAT, Sala 11,22/5/08, "Laucirica, Nkstor jose c. 5aden S.A. y otros/Ciespido", en intraranet.
42 ConC CNAT, Sala 11, 28/8/03, "Tausch, Daniel c. Centro de Actividades Termornecánrcas y
otros", S.D. no91.934; idem, Sala 1,18117/03,"Peralta,Joséc. Teyrna Abengoa S.A.", S.D. no 81.231,
idem, Sala IV, 30/9/85,"San Feiippo, Norberto c. Chictil Construcciones 5.A ", sent. 54457; entre
otros.
a CCNAT, Sala 11,29/12/11, "Fleita, Victor Alfredo c. Martínez, Sergio Rolando y otros siliespi-
do", en intranet.pjn.gov.ar.
~esponsabilidadsoiidariaen el contrato de trabajo
-- -A -"
b) Efectos secundarios
Rigen en esta disciplina los mismos efectos accesorioc que las estudiados en la
[idaridadpasiva, especialmentelos referidos a la mora, prescripciónliberatoria y
sa juzgada. Con respecto a esta última, sus efectos, de conformidad con lo dis-
el CCCN, se expanden a los deudores solidarios en la medi-
4 " ~ ~ ~ Sata
, 11,31/8109, "De Mená, Lidia lnésy otrosc. ExpresoParanáS.A. UniÓnTransitoria
de Empresas y otrossiDespido", en intranet.pjn.gov.ar.
74 Ricardo D,Hierrezuelo -Pedro E Múfiez
---.- .-- A
,.-.
69 CNAT, Sala li, 26/8/09, "Cibeira, D. c. Lodeiro, C. y otros s/Exlensián de responsabiidad $011-
daria"; Raña Ta, "Cuestiones societariasvinculadas al derecho del trabajo", en Cuestionersocieta-
rias y fideicomiso en elderecho del trabajo, Andrea Garcia Vior (coord.), 2009, ps. 475 y 476.
S"N~T. Sala IV, 28/5/09,"lncaurralde, Jorge c. COlM S.R.L. y otros s/Accidenre - Acción civil",
en Boietín Mensualde Jurisprudencia de la CNAT, n" 291, may. 2009.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo
--
terminar iascuotac de contribución, se entiende que todos losdeudores partici
51
Maynz, Eiéments de droit romain, citado por Pjzarro, Código Civil ynormas compiemen.
rias. Análisis doctrinaly jurisprudencial, A. J. Bueres (dir.) - E. i. Highton (cootd.}, t. 2A, p. 701.
76 Ricardo D.Hierrekuelo -.PedroE Muñez
bienes de una citada como tercero, ante 13 eventualidad de ser condenada en los
términosdel art. 30de la LCT. El hipotéticoderecho futuro a intentar una acción de
regreso contra el tercero recién naceria cuando la codernandada fuera condenada
(si se diera esa circunstancia), en cuyo caso ésta podría promover dicha acción ante
la Justicia en lo Comercial y -sise lo considerara pertinente-solicitar ante el juez
competente las providencias cautelares que estime procedentes, en los términos
del art. 195 del CPCCN. Es decir, la codernandada debería esperar el resultado del
proceso laboral, y si (y sólo si) resultara condenada mediante sentencia firme,
podría, recién a partir de esa sentencia, requerir una medida cautelar, antes o des-
pues de deducida la eventual demanda de regreso, pero siempreante el juez com-
petente para intervenir en esa futura demanda (at-t. 6", inc. 4O, C P C C N ) " ~ ~ .
Los estatutos especiales o profesionales, como bien dice Grisolia, son leyes que
se ocupan exclusivamente del personal de determinada actividad, arte, oficio o
profesión. Se tirata de un conjunto de normas que regulan las relaciones laborales
que caracterizan cada actividad, arte, oficio o profesián, y contienen mecanismos
antifraudesS3.Uno de estos mecanismos es, justamente, la imputación de respon-
sabilidad solidaria, y lo encontramos en los estatutos de los trabajadores a domici-
lio, del futbolista profesional, del periodista profesional, del empleado adminis-
trativo de empresas periodísticasy de los trabajadores de la construcción.
Previo a analizar las disposiciones que en materia de solidaridad contiene cada
uno de estos estatutos, coincidiremos con justo López, cuando, luego de asumir
que la solidaridad laboral es una institución del Derecho del trabajo, agregoque la
adopción diminuta o disminuida de este instituto en tal o cual estatuto particular
no configura la incompatibilidad con el régimen juridico de ia Ley de Contrato de
Trabajo, a que se refiere su afl. 2", sino meramente una reguiacibn distinta que no
tiene por quéexcluir la regulación dedicha leysobreei punto, en tanto pueda pro-
yectarse sobre la relaciiin particu~ar'~.
Desde los albores mismos de nuestra disciplina, y como rnecanicrno para, de al-
guna manera, restablecer y mantener el equilibrio del contrato, frente a la mani-
fiesta disparidad negocia1 que existe entre ambas partes del sirialagma laboral, el
Derecho del trabajo ha contado y cuenta con dos herramientasjurídicas, cuyo ras-
go tipificante es restringir la autonomía de la voluntad, imponiendb mínimos im-
perativos que deben ser respetados por las mismas.
Estas técnicas jurídicas la constituyen, por un lado, e! intervencionismo estatal,
que se evidencia a través de una serie de normas coactivas que regulan distintos
aspectos de la relación individual; y por ei otro, ei reconocimiento de las autono-
mías colectivas, cristalizado en la gran cantidad de convenios colectivos que fijan,
entre otras materias, condiciones de trabajo que las partes deben respetar, que
reducen aUn más el margen de discrecionalidad de los contratantes, en especia!,
del empleador.
Ambas técnicas jurídicas conforman el orden público laboral, es decir, el con-
junto de normas de carácter imperativo que forma un piso mínimo inderogable in
pejus y que debe ser respetado por las partes índividuales, o, en otros términos, el
conjunto de normas imperativas (de ley o de convenio colectivo) que se impone a
la voluntad de las partes en tanto éstas no establezcan condiciones más favorables
a! trabajador. Demás está decir que éste es un marco heterónomo, ajeno y cam-
biante que debe ser respetado por las partes del contrato.
Ahora bien, la preocupacibn por tutelar la observancia de ias normas imperati-
,
vas que conforman el orden público laboral, ha llevado al legislador a establecer
disposicionesgeneralesyespecificas tendienresa evitar que, a través de maniobras
evasivas, tos empleadores puedan sustraerse del cumplimienro de las mismas, y
consecuentemente, de los derechos y obligaciones que se generan del mentado
plexo normativo. De ahí que el orden público laboral y la simulación y el fraude
sean el anverso y reverso de una misma moneda, pues como bien indica Fernández
84 Ricardo D, Hierrezuelo - Pedro F. Muñez
--".LL_-" ___I_I-.---. ^
9 17. Fraude
La palabra fraude no es unívoca, sino que tiene varias acepciones. Asi, segíin el
Diccionario dirigido por Capón Filas y Giorlandini4, el término "fraude laboral"
puede considerarse como una expresión genérica que incIuye todas las formas de
evasión del cumplimiento total o parcial del derecho del trabajo, formando el cua-
dro de la !!amada patología jurídica.
En sentido restringido, el término esti referido a la bdsqueda de caminos indi-
rectos para eludir el cumplimiento de la ley, a través de negocios reales.Tambiénse
lo ha definido como la ingeniosa elección de caminos desviados para lograr que ef
incurnpfimiento de normas imperativas quede a salvo de toda sanción (responsa-
biiidad)5.
Para Ferreiros, el fraude a vecessignifica ardid, engaño y entonces es sinónimo
de dolo; pero ta mayoría de lasveces, o se identifica con un vicio del consentimien-
to y entonces es el fraude a los acreedores, o lisa y llanamente está haciendo refe-
rencia a la burla a la ley. Tal situación queda configurada cuando la conducta obe-
dece a la letra de la ley, pero a la vez viola su finalidad (su télesis) y10 su espíritu.
Entonces nos encontramos frente a un fraude a la ley. Se trata de actos cuya cele-
bracibn, considerada aisladamente, resulta conforme a la normativa jurídica, pero
que a la luz de todo el ordenamiento jurídico integral produce un resultado con-
'
trario a él. Es que ecta forma de actos oculta la realización de un cornportan~iento
5 18. Simulación
El art. 333 del CCCN dispone: "La simularión tiene lugar cuando se encubre el
carácter jurídico d e un acto bajo la apariencia de otro, o cuando el acto contiene
áusulas que no son sinceras; o fechas que no son verdaderas, o cuando por él se
nstifuyen o transmiten derechos a personas interpuestas, que no son aquellas
ra quienes en realidad se constituyen o transmiten".
Asu vez, el art. 957 del CC[conc. art. 834, CCCN] que la simulación es ilícitacuan-
do es reprobada por la ley o perjudica a otro. El Código Civil y Comercia[ no la con-
ceptualiza, aunque en el art. 334 establece que la simulación ilicita o que perjudi-
a a un tercero provoca la nulidad del acto ostensibl'e. En principio, conviene seña-
r que a diferencia de lo que sucede en el Derecho común, en nuestra disciplina la
mulación absoluta resulta inoficiosa, pues mediante ella se intenta hacer apare-
cer un acto que nada tiene de real, pues justamente, de lo que se trata es de disi-
dar una realidad que existe y se encuentra protegida por ei Derecho del trabajo,
Por lo que se la cubre para que no se pueda determinar su carácter laboral, para así
poder legalizar el incumplimiento y evitar las respectivas consecuencias.
En cambio, son innumerableslos ejemplosde simulación relativaqueseverifican
en nuestra materia, ia cual se caracteriza por el ocultamiento de la relaci6n ver-
dadera o del acto verdadero con el propósito de producir una situacien jurídica
-9
88 "----e-
-
Ricardo D,Hierrezuelo Pedro E Núñez
-
-
m
b) Distjncion semantica
El Diccionario de la lengua española se refiere al intermediario así: "lnterme-
ario: (de intermediar), adj. Que media entre doso mas personas, y especialrnen-
tre el productor y e! consumidor de géneros o rnercaderias; y asíse dice de los
icanles, acaparadores, proveedores, tenderos, tablajeros, etcétera, U.t.c.s.". Y
cuanto al verbo de donde proviene, expresa: "Intermediar: (de intermedio),
mediar, existir una cosa en mediode otras".
rsu parte, define la interposición como "acción y efecto de interponer", yec-
ma palabra como "poner algo entre cosaso entre personas".
or último, define interrelacióndiciendoque es "correspondencia mutua entre
nas, cosas o fenámenos".
c) Dirtincidn jurídica
'' Caidera, "El in.terrnediarioen el derecho laboral", en AA.W., Eiiudjossobre derecho indi-
vidualdeltrabajo, homenaje al profesor Mario L. Deveali, ps. 333 y 334.
90
---', -,.--~
-
Ricardo D. Hierrezuelo Pedro E Núhez
l5
Caldera, "El intermediario en el derecho laborai", en AA.W., Estudiossobre derecho indi-
viduaidei trabajo, homenaje al profesor Mario L. Deveaii, ps, 338 y 339.
l6 Fernandez Gianotti, Incorporación de 10s principios de fraude laboral a la Ley de Conrra-
to de Trabajo, DT, 1975-257.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
u ~ " - ~ - " ~ - --
- - - - -"M
l7
Deveali, Tratado de derecho del trabajo, t 1, ps. 632 y 633
92 Ricardo D.Hierremelo - Pedro E Núñez
..--- .----, "---
dl Distinción fictica
Existen claras diferencias entre la inierposicion y la intermediacidn, Así, en la
primera, el sujeto interpuesto actúa como ernpleador. Es el el que registra al tra-
bajador, el que dirige el trabajo, el que da Ordenes e instrucciones, el que reparte
los elementos para realizar las tareas y el que paga ia remuneración. En este caso,
el verdadero empleador se encuentra oculto detrás de esta pantalla, pero es en
realidad el único que posee la infraestructura necesaria para contratar trabajado-
res, mientrasqueelsujeto interpuesto carece de una empresa yes una persona (sea
física o jurídica} generalmente insolvente.
En la intermediación, el intermediariose limita a contratar al trabajador, regis-
trándolo, pero lo provee a una tercera empresa que es la que se beneficia con su
trabajo, E l trabajador pksta servicios en el edificio de esta última, las herramien-
tas de trabajo (computadoras, mobiliario, útiles, etcétera) pertenecen a ésta, las
órdenes son impartidas por personal de la tercera empresa, etcétera. Existe una
verdadera insercióndel trabajador en la estructuraempresariitde esta empresa. La
única diferencia es que a fin de mes, la que le paga el suelda es la intermediaria, a
nombre de quien también figuran tanto el reciba de haberes, como los ticket5 ca-
nasta o restaurante percibidos.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de erabajo 93
- - - . . U - - - " -
Si bien este principio no es exctusivo del Derecho del trabajo, en nuestra disci-
plina adquiere connotaciones particulares, producto de la preocupacicjn del legis-
ladar por contrarrestar las maniobras de tos que intentan sustraerse de la aplica-
ción de las normas laborales. De ahi que tanto en [a Ley de Contrato de Trabajo
romo en los estatutos profesionales (por ejemplo, viajante de comercio, art. lo,ley
14.546), se recurra a expresiones como las contenidas en el art. 21 de ia LCT(cua1-
quiera sea su forma o denominación), para recordar que resulta irrelevante la cali-
ficación juridica que le hayanasignado las partes, debiendo considerarse laboral si
se verifican los elementos tipifjcantes del contrato de trabajo.
En este sentido, como ha sostenido en forma reiterada nuestro más Alto Tribu-
nal, hay que investigar la verdad material por encima de la formal, y es tarea iun-
amental que compete ai servicio propio de la justicia el desentrañar dicha verdad,
or encima de las apariencias. En cambio, en el Derecho común, puesto que se tra-
t a de un ius dispositivum, la tentaci6n de disimular la realidad no es tan intensa
como en esta rama del saber.
Es que, en realidad, como bien apunta PIá Rodríguez, si bien no se trata de un
criterio extraño al que informa la teoria general de los contratos, en materia labo-
ral es de aplicación constante porque la desigualdad de las partes determina que
el contrato, con frecuencia, no responda a ia realidad y que encierre ctáusulas que
usquen la evasión total o parcial de /as normas imperativas del Derecho laboral y
seguridad social18.
Se impone, de esta manera, la verdad de los hechos (no la forma) sobre Ia apa-
ciao por encima de los acuerdos, de lo documentado, de la ficción jurídica. Para
quetenga valor la estipulación contractual, el empleador debe acreditarlo por me-
dia de la prueba. Es que debe primar la realidad sobre la forma, lo que en el proce-
sose ha de traducir en el relativo valor de [a prueba documental respecto de la tes-
timonial y en la apreciación de los reconocimientas efectuados por via de confe-
sibn en orden a otros elementos de pruebalg.
De mas estA decir que este principio actúa como una directiva dirigida al juez,
Pues no es extraño que el empleador quiera prevalerse de la utilización de figuras
no iaborales para eludir con ias disposiciones legales, y será en definitiva el magis-
trado el que deberá declarar la naturalezajuridica de la relaciónentablada con las
Partes, para lo cual contará, entre otras herramientasjuridicas, con las presuncio-
nes, entre la que se destaca, en este caso, la contemplada por el art. 23 de la LCT,
l8
PIá Rodríguez, lospríncipiosde/derecho del trabajo, p. 265.
l9
Fernandez Madrid, Tratado práctico de derecho del trabajo, t. l. p. 31 1.
94 Ricardo D.Nierrezuelo - Pedro E Múfiez
X_,--__I_--.--k,-_.----,-.4-,-----
1 - Interposicióndel dependiente
Asi comoei empresario puede interponer entre él y los trabajadores a otro tra-
bajador, también puede valerse de terceros, quienes, sin ser contratistas por care-
cer de empresa y de solvencia económica, contratan al personal con ei Unico propó-
sitode que el verdaderoempleadorseeximadel cumplimientode la legislación tabo-
ralLLa maniobra pergeñada nose limita a contratar trabajadores para proveerlos
al beneficiario (mediación)sino que, especialmente, tiende a hacer figurar al fal-
so contratista interpuesto corno empleador. De esta forma, al integrarse el traba-
jador en la empresa del empresario, el testaferro u "hombre de paja", que carece
de toda organización empresarial, quedará interpuesto como empleador. Demás
contratistas a que expresamentese refieren las disposiciones legales- es dable admitir también
una relaciónjurídica correspondientecon el empresario principal. En cambio, cuando el interme-
diario (director o jefe de equipo) no es nada mas que un encargado de grupo, economica y sociai-
mente en la misma situación que los dem6s componentes, a quien se dele96 la funcion de buscar
trabajo a! conjunto, entonces ese mismo director o jefe es a su vez trabajadar dependiente, igual
que los demdsejecutantesdeftrabajo,ysblose estabiece una relación laboral entretodos los com-
ponentes del equipo y el empresario. Cuando ocurre una y otra hipótesis, es principalmente una
cuestián de hecho. Mas para que seconsidere al directorcomoautentico empresario, debe reunir
10s rerequiritosnecesarios de trabajador autónomo, sobre todotener suficiente solvencia econbrni-
ca que l e asegure la independenciafrente a las penonas de las que recibe los encargos. Si nofue-
ra as¡, sería ficil para un empresario poco conscienteeludir !as obligaciones que le impone el con-
trato de trabajo, at encargar a cualquier individuo que se haga jefe de un equipa y contrate, en
nombre propio a otras trabajadores, con grave perjuicio para los intereses de éstos. En las muy
\iariadassituacionesque pueden presentarse deben escudriñarsesiempre cuidadosamentelas cir-
cunstancias y la realidad sustancial de los hechos, sin dejarse iinpresionar porias apariencias, para
llegar a soluciones conformes con los propbsitos del Derecho del trabajo" (Tratado practico de
derecho del trabajo, 2*ed., 3Veimpr., ps. 143 y 144). Adviertaseque Krotoschin prescinde detoda
connotación jurídica y utiliza el vocablo "intermediaria" indistintamentecomosin6nimo de "con-
tratista" o de "persona interpuesta".
98 - - -
Ricardo D.Nierrerueio Pedro F: Núñez
También 5e debe recordar que ia res. 2015/94 del Instituto Nacional de Acción
Cooperativa veda a las cooperativas de trabajo actuar camo empresas de servicios
eventuales, yque el art. 10 dela ley 13.591 prohibióei funcionamientodelasagen-
cias privadas de colocaciones con fines de lucro. Este úitimo fue ratificado por ei
decr. 489/01 que, al regular el funcionamiento de las agencias de coiocaciones y
aprobar la reglamenlacidn del art. l ode la Parte 1 y de los arts. 1 0 , l I y 12dela Par-
te ili del Convenio 96de la OIT, vedó también que las cooperativas pudieiran actuar
en tai sentido28.
Al respecto, la jurisprudencia ha resueltoque: "La dernandadasevalii de la ma-
no de obra de personal ajeno para satisfacer necesidades propias y permanentes
para el cumplimiento de su objeto social, aunque formalmenteaparentaba una fi-
gurada contratación e intervención de una empresa prestataria de servicios. Con
dicha mecánica, las accionadas vulneraron el esquema legal laboral de contrata-
ciOn del trabajador en forma permanente y por tiempo indeterminado, circuns-
tancia que perrni'ce involucrarlas, conjuntamente, en los términos de los arts. 14 y
29 de la LCT. En el caso, se advierte que f a cooperativa soto actuó como una mera
intermediaria de mano de obra para prestar servicios er; otro establecimiento lo
que constituye el casa más común de fraude"29.También se ha dicho: "El simple
cumplimiento de los recaudosformaies tales como la debida inscripciónde la coo-
perativa ante los organos correspondientes, registros conforme a derecho, per-
cepción de ingresos en concepto de 'anticipo de retorna', o realizarirjn periódica
de asambleas; no resulta suficiente para descartar la pasibilidad de que ia verda-
dera naturaleza del vínculo haya sido laboral, en aquellos casos -como el presen-
te-en los que el trabajador no ha tenido efectiva injerencia en ia formación de la
voluntadsocial mediantesu participación en las asambleas convocadasatai fin, ca-
racteristica esencial delvínculocooperativo. Sumadoa elioel hechodeque ei actor
desarroiló tareasdechofer a favor de Edesur, transportando personas y material de
la empresa, cumpliendo u n horario determinado, recibiendo órdenes de personal
jerárquico con control de sustareas, mediante la percepción de una suma de dioe-
ro mensual, lleva a la coricluci6n de que rode6 ei vínculo en cuestión justifica el en-
cuadramiento de dicha relación en el pdrr. 1" del art. 29 de la 1 ~ 7 " ~ ~
Empero, hay que diferenciar estos supuestos, en donde se produce una verda-
dera interposicidn de personas jurídicas, de aquellos otros en los cuales existe una
También se ha resuelto que: "El caso de un laboratorio que contrató con una
empresa (también codernandada) un servicio de limpieza, y no ia simple provisión
de trabajadores, escapa al ámbito del arí. 29 de la LCTy sólo cabe plantearse si
resulta encuadrable en las previsiones del art. 30 de la l C ~ ' ' ~ 4 ,
32 CSJN, 30/10/01, "Carrizo c. Ernsel S.A.", causa C.974.XXXV, citado por Alvarez Magliano -
Fera, en E / derecho del trabajo segrin la Corte Suprema de iusficia de la Nación, p. 18.
33 Alvarez Magliano - Fera, El derecho del trabajo segun la Corte Suprema de Justicia de ia
Nacido, p. 178.
34 CNAT, Sala IV, 26/4/06, "Merlo, Ernesto c. Los Soles Internacional S.A. y otro siDespido",
Boietin Temitic0 deiurisprudencia.de k CNAT, voz "Interposición y rnediaci~n.Solidaridad (arts.
29 y 29 bis, LCT)", Oficina de jurisprudencia, nov. 2007.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 103
- p
d
-p
---.-
36 CNAT, Sala X, 31112/96, "Greco, Héctor C. c Consultas S.A. y otro", DT, 1997-8-2037. E
C
tB
L
F
-
Responsabilídad solidaria en elcontrato de trabajo
-- 105
37
Maza - Plajsant, Intermediacidn laboral, ps. 45 a SI.
Rodríguez Mancini jdir.), Curso de derecho del trabajo y de la seguridadsocial, ps. 95 a 98.
39
CNAT, Saia X, 2017101, "Bartoluti, Inbsc. EarosServicios MaritimosS. A.", DT, 2002-A-312.
'Y.
106 Ricardo D.Nierrwuelo - Pedro E lilUñez
-,-
con quien aprovecha de sus servicios, mientras que s i una sociedad niega ser una
empresa de servicios eventuales, pero asegura haber contratado al actor para
desernpefiarse en otra que era su cliente, la situaci6n ha de encuadrarse en lo esta-
blecido en el art. 29 de Ia 1Cr'40,
En un caso donde se intentaba fragmentar el vínculo laboral def trabajador a
través de diversas intermediarias, se resolvió: "En el caso, Telef~nicaMDviies Ar-
gentina S.A. incurre en fraude al fragmentareivínculoconel actor-valiéndosede
otras empresas intermediarias- con la finalidad de sustraerse a sus obligaciones
laborales, resuitandodeaplicaciónla solidaridad prevista en el art. 29de la LCT. No
eiirnina tal responsabilidad miidaria el hecho de que el actor desarrollara tareasde
'mensajería', siendo utiiizado para llevar documentacióny cefujaresde la empresa
telefónica demandada a los distintos destinos adonde era enviado, lo cual permi-
t e deducir que cumplía labores que contribuían a la finalidad de !a actividad de di-
cha empresa telefónica, resultando en consecuencia un 'mensajero'de ella"4".
Asimismo, se ha dicho que: "El art. 29 de la LCTfuesancionado con la clara fina-
lidad de evitar ta interposiciónde personas fraudulentas d e personas físicas o jurí-
dicas, generalmente insolventec,Se trata de 'pseudoernpieadores' que se interpo-
nenentreel auténticoempleador, quedirigeel trabajo yse beneficia deel para evi-
tar fa responsabilidadinterpuesta por la ley laboral. En el caso, el fraude se paten-
tiza con la aplicaciónal trabajador de un convenio diferente al vigente en el drnbi-
to de DiscoS.A., el cual resultaba mas beneficioso, En consecuencia, el despido indi-
recto en que se colocó el actor, par falta de registración de quien fue su verdadero
empleador (Disco S.A.), fue ajustado a derecho y corresponde acoger las partidas
indemnizatorias reclamadas en la demanda"4r.
De igual modo, se ha resuelto que: " l e asiste razón a la parte actora en cuanto
consideró acreditada la reiación laboral invocada respecto de la codemandada
Boehringer ingelheim S.A., por lo que cu responsabilidad como titular del contra-
to deviene indiscutible, careciendo de total relevancia que otras firmas hubieran
asumidoen las formas O en aspectos meramente instrumentales(comoserel surni-
nistro de ropa de trabajo) la titularidad de la relación porque, en definitiva, no ce
trató de una tercerización real de actividades, sino de la interposiciónfraudulenta
43 CNAT, Sala II,1313/12, "Teves, lvan Al bertac. Boehringer lngelheim S.A. yotros/Despido",
Boletín Temático de Jurisprudencia de /a CNAT, voz "lnlerposicion y mediacitin. Solidaridad (arts.
2 9 ~ 2 bisde
9 la LCT)", Oficina de Jurisprudencia, Aceualizacian 2015.
44 CNAT, Saia X, 27/3/12, "Amor, Eliana Florencia c. Banco Patagoriia S.A. y otrossiDespido",
Boletín Temático de Jurisprudencia de ia CNAT, voz "lnterposicibn y mediación. Solidaridad (arts.
2 9 ~ 2 bisde
9 la ICT)", Oficina de Jurisprudencia, Actualización 2015.
45 CNAT, Sala VI, ISilOli3, "Ruiz,PabloGerardoc. Sistemas Temporarios S.A. y otro s/Despi-
tareas fueron desarrolladas por la actara durante más de tres años en las oficinas
propias del Banco codemandado y bajo las ordenes directas de un empleado del
mismo. Estas circunstancias conlleuan sin más a considerar configurado en el caso
el supuesto contemplado en el art. 29 de la LCT (parr. 1") par cuanto la propia nor-
ma por imperio legal impone que los trabajadoresque Fiayansido contratados por
un tercero con vista a proporcionarlos a las empresas, serán considerados emplea-
dosdirectos de quien utilice su prestaci0nn4*.
Lossupuestos más usuales de aplicación de los dos primeros párrafos del art. 29
de la LCTse configuran cuando los trabajadoressoncontratados por personas juri-
dicas que no reúnen los extremos legales para ser consideradas empresas de servi-
cioseventuales, o cuando aunsi4ndol0, proveentrabajadores para cumplir una ta-
rea ordinaria y permanentede la empresa usuaria, y no para satisfacer una necesi-
dad eventual de ia misma.
Jurisprudencialmente, se ha resuelto que: "No puede hablarse de fa existencia
de un contrato eventual por el cual Telefónica de Argentina contratara a la actora
a travésde una empresa de serviciaseventuales, en la medida en que prestó tareas
durante seis años, y tratándose de las mismas que había efectuado previamente
durante una pasantia y que continuó realizando una vez que fue contratada en
46 CNAT, Saja VI, 23110/13, "Ocarnpos, Walter Alejandro c. Massalin Particufares S.A. y otros
s/Despido". Boletín Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "lnterposicion y mediación. Sol i-
daridad (arts. 29 y 29 bis de la LCT)", Oficina de Jurisprudencia, Actualización 2015.
47 CNAT, SalaVI, 12111/14, "Zalazar, Fiiiana Lorena C. Sanitor S.R.L. y otro s/DecpidoNen infra-
net.pjn.gov.ar.
CNAT, Sala X, 26/11/14, "Fernandez, Liiiana Haydee c. Banco ItaU Argentina S.A. y otro
sIDespido", Boletín ínematico de Jurisprudencia de la CNAT, voz " lnferposicion y mediación. Soli-
daridad (aits. 29y 29 bis de la LCT)", Oficina de Jurjsprudencia, Actualizacion 201 5.
109
--
e medi6 una inlerposiciónfrau-
cuat la verdadera titular de la
I en materia de contra-
ectacionescontinuas.Asi-
a la intermediaciónfrau-
lenta de mano de obra disponiendo que quien utitiza la prestacián de servicios
Itrabajador debe ser considerado empleador directo, másalla de la responsabi-
ad solidaria del intermediario. La excepcion a esta regla esta prevista en el Oíti-
rrafo en el que se prevé que 'los trabajadorescontratadospor empresas de
os eventuales habilitadas por la autoridad competente para desempeñarse
S términos de los arts. 99 de la presente ley y 77 a 80 de la Ley Nacional de
eo, serán considerados en relación de dependencia ron carhcter permanente
S! el actor prestó labores
no se compadece con la
turaleza extraordinaria y transitoria que surge delart. 99 de la LCTni con los pla-
s máximos dispuestos en el art. 72 de la ley 24.013"*O.
43
CNAT, Saia IX, 1517111, "Gouid, CarinaVanesa c.Teleiónica deArgentina5.A. y otrosdDife-
rencias de saiarios", Boietin Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Interposición y media-
ción. solidaridad (artc. 29 y 29 bis de la LCT)", Oficina de Jurisprudencia, ActualizaciSn 2015.
50
CNAT, Saia tV, 31110112, "Sanabria, Daniel Manuel Amiicar c. Cosmeticos Avon S.A.y otro
qDespido", Boletín Temdtico de~uris~rudencia de la CNAT, voz "lnterposicián y mediacibn. Soli-
daridad (arts. 29 y 29 bisde ia LCT)", Oficina de lurisprudencia, Actualización 2015.
>
? 10 Ricardo D. Hier~ezueio- Pedro E Múfier
h. - -~- - -,-"
5' CNAT, Sala 1, 241611 1, "Palmieri, Santiago Alberto c. Caja de Ahorro y Seguro S.A. y otro
siDespido", Boletín Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Interposición y mediación. Soli-
daridad (arts. 29 y 29 bisde ia LCT)", Oficina de Jurisprudencia, Actualización 2015.
52 CNAT, SaiaIX, 16/91?1, "Baran, lariosAlbertoc.XeroxArgentina!.C.S.A. y otrosiDespido",
Baietin Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Interposición y mediación. Solidaridad (arts.
29 y 29 bisde la ICT)", Oficina de Jurisprudencia, Actualización 2015.
53 CNAT, Sala VI, 18/12/12, "Scagliarini, Lorenzo c. LAN Argentina S.A. y otro s/Despidotr,
Boletín Temitito de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Interposición y rnediacibn. Sofidaridad (atls.
29 y29 bisde l a LCT)", Oficina de Jurisprudencia, Actualización 2075.
54 CCNAT,Sala X, 26/11/14, "Ferndndez, Liliana Haydée t. Banco ltaU Argentina S.A. y otro
siDespido", Boletin Temdticodelurisprudencia de la CNAT, avoz "lnterposicióri y mediacibn. Sofi-
daridad (arts. 29 y 29 bisde la LCT)", Oficinade Jurisprudencia, Actualización 2015.
dadso/iciaria en el contrato de trabajo 111
---~ "-----.
CNAT, Sala 11, 3014104, "Bouza, Carios c. Esege Logística y Terceriración S.R.L. y otro slDes-
1, sent. 92.500, Boletín Temdticode Jurisprudencia de la CNAT, voz "Certifi-
.80, LCT)", Oficina de Jurisprudencia, jul. 2007.
CNAT, SaSaai II,2919111, "Aranda, David Leandro y orroc. Roux Ocefa S.A. y otros/Despido",
Boletin Temático de jurisprudencia de la CNAT, voz "tnterposidbny mediación. Soiidaridad (arts.
29 Y 29 bis de la LCTi", Oficina de Jurisprudencia, Actualizacibn 2015.
57
CNAT, Sala VI, 201511 3, "Reynoso, Maria Teresa c. Pioios S.A. y otros $/Accidente- AAcrión
Jem6tico de iurisprudencia de la CNAT,voz "Interposición y mediacibn. Solidaridad
arts. 29 y 29 bis de l a ICT)", Oficina de Jurisprudencia, Acluatización 2015.
112 Ricardo D. Hierrepelo - Pedro E NLíñez
----. -p-
Ytambién se dijo, aunque con alcances más generales que: "Tratándose de obli-
ciones solidarias el trabajador puede reclamar su crédito a cualquiera de los deu-
res solidarios, hasta su completa satisfacción, y no esta obligado a demandarlos
mente según el art. 705 del CC [concs.arts.833y 844, CCCNI, aunqueello es
porque la eventual condena que se dicte contra uno tiene efecto de cosa
da respecto del deudor que no ha sido parte en el juicio y que, sin embargo,
invocarla contra el demandante. Intimadostantael empieador directo como
ndirecto por el trabajador para que procedierana su inscripción laboral y previ-
nal, ante la negativa de toda vinculación jurídica, le asiste raz6n a aquél para
acer efectivo el apercjbimiento de despido, ya que concurren los ingredientes de
seguridad, inestabilidad y clandestinidad que caracterizan el trabajo precario,
n una finalidad sirnutatoria y evasora alcanzada por los arts. 14y 29 de la L C T " ~ ~ .
abedestacar que si la empleadora era la quese beneficiabacon losserviciocdel
abajador, era esta la línica que podía válidamente extinguir el vínculo laboral,
reciendo de valor alguno la comunicación rupturicta efectuada por la interrne-
iaria. En este sentido se ha resuelto que: "La comunicación instrumentada a tra-
sde la pieza postal dirigida a fa empresa intermediaria carece de eficacia extin-
a y resulta inoponible al trabajador, pues fue emitida por una persona que no
estia la calidad de empleadora del trabajadornG3.
En lo que respecta a la relación interna entre ambos contratantes, hay que dis-
nguir los supuestos de mediacjúny de interposición. En e! primero, como estarnos
entea un casodecontratacibn lícita, y teniendo en cuenta que el tomador del ser-
cio es ei empleador, si éste efectuii el pago, en principio, no tendría ninguna ac-
ón de regreso contra et contratante, de conformidad con lo dispuesto por e[art.
de[ CCCN. En cambio, si fue el intermediario quien debió pagar total o parcial-
ente el crédito laboral al trabajador, estar6 legitimado para repetir del obligado
rincipal la totalidad de lo abonado (conf. art. 841, CCCN), En cambio, en el segun-
,tratándose de un supuesto de simulación ilícita, resulta aplicable el art. 335 del
CCN,que veda ejercer acción alguna el uno contra el otro.
tivo, cuando ta inscripción n o la ileva a cabo el ernpleador sino una persona 'ajena'
a la relación laboral y que no es porte de ésta en el sentido sustancial del termino.
La ley24.013, con ciertasabiduría nacida de la experiencia cotidiana, consideraque
no se puede sostener con seriedad que la relación de empleo se ha 'regularizado'
cuando el registra lo realiza alguien que no es el ernpleador responsable, sino un
sujeto periférico. El art. 8" de la reiteradamente citada ley 24.023, que debemos
interpretar en instancia plenaria, establece, en coherencia con et reseñado art. 7 '
que: 'El ernpleador que no registrare una relación laboral abonará al trabajador
afectado una indemnizacibn equivalente a una cuarta parte de las rernuneracio-
nes devengadas desde el comienzo de la vinculación, computadasavalores reajus-
tadosde acuerdoa la normativa vigente'. Comoseadvertirá, ia norma dispone una
sanción dirigida a1 'empleador', que no cumple con algo tan básico e indelegable
corno lo es el registro y, para evaluar si se configura o no la tipologia que origina la
c0ni;ecuencia Iegal de contenido pecuniario, cabe remitirse al concepto de 'regis-
tración'dei art. 7OaI que ya me he referido-Lasrazonesexpuestasme inclinan asos-
tener que la existencia de un registro efectuado por un sujeto que se atribuye un
caracterqueno posee, noeseficaz para desplazar lasanciónde rnarras'y una inter-
pretacibn disímil podría favorecera que tuvieran 'beneficiossecundarios' las inter-
mediaciones no queridas por el ordenamiento protectorio. El argumento, que se
ha vertido en algunos precedentesjurisprudenciales, referido a que la indemniza-
ción no seria admisible porque, al existir -al menos- algi5n registra se cumpliría
con la 'finalidad de la ley', me parece equivocado, porque lo que la ley ha querido
esquesea e['ernpleador' el que registra ai trabajador y no, comodirían losjóvenes,
'cualquiera'. La finalidad de la ley esta regularizacióndel empleoyel combatecon-
tra el trabajo 'no registrado' por la persona que tiene la carga legal de hacerlo. La
alusión a la 'faha de perjuicio', efectuada en algunassentencias,tampoco es com-
patible porque, como es sabido, las sanciones tarifadas no exigen la acreditación
del daño y han sido impuestas, en general, no para 'resarcir', sino para 'disuadir',
mas allá del nomen iuris. Por otra parte, ni para el trabajador, ni para ei sistema, es
neutro un registro que no responde a la realidad. Creo necesario poner de relieve,
asimismo, que no es correcto afirmar, al menos en forma tan dogmática, que se ha
registrado 'una misma relación iaboral', porque lo que ha hechoel tercero, o inter-
mediario, es registrar otro contrato bilateral en el cual una de las partes (nada
menos que ei ernpleador) era distinta y en e! que otro asumía tal condición, inde-
bidamente. Nadie ha dudado (en teoría general, se entiende) que, m i s allá de la
tenue fungibiiidad admisible, un contrato es el mismo solo cuando tiene coinci-
dencias de identidad entre sujetos, objeto y fecha de celebraci~n.No debería sos-
layarse que, tal como lodispone la norma, lo quese registra es el 'contrato', la'rela-
cion laboral' y no al trabajador como persona física. Por último, no creo que deba
interpretarse en contra del dependiente una normativa tan clara, destinada a
sanear el sistema de relaciones laborales".
1'16 Ricardo D. Hierre?uelo - Pedro E Nhñez
-,.-,-- - -. . . . .-.S
-
a) Introducción
Tanto las agencias de colocación como las de servicios eventuales son especies
dentrode lasdenominadas "agenciasde empleo privadas", que adquirieron un re-
ciente protagonismo con el dictado del Convenio 781 de la Organizacion lnterna-
cional del ~rabajol.
Siguiendo a la Organización Internacional det Trabajo, podemos definir a la
agencia retribuida de colocación coino toda persona, sociedad, instituci6r-1,oficina
u otra organizaciónque sirva de intermediario para procurar un empleo a un tra-
bajador o un trabajador a un empieador, que buscandoo no un beneficio material,
El art. lodelConvenio 181de la OlTdesigna a la agencia de empleo privada como "a toda
persona Física o jurídica, independiente de las autoridades públicas, que presta uno o mas de los
servicios siguientes en relación con el mercado detrabajo: a) servicios destinados a vincular ofer-
tasy demandas de empleo, sin que fa agencia de empleo privada pase a ser parte en las relaciones
laborales que pudieran derivarse; b) servicios consistentes en empleartrabajadores con el fin de
ponerlosa disposición de una tercera persona, fisica o jurídica (en adelante "empresa usuaria"),
que determine sus tareas y supervise su ejecución; c) otros servicios relacionados con la bosque-
da de empleo, determinados por la autoridad competente, previa consulta con las organizacio-
nes mis representativas de empieadores y de trabajadores, como brindar informaci~n,sin estar
por ello destinadosa vincular una oferta y una demanda específicas.
Asimismo, en el informe Vl de !a Conferencia internacional del Trabajo (Ginebra, 1994) la
Organización Internacional del Trabajo enumera dieciseis tipos de agencias de empleo privada
divididos en cinco categorías, encontrándose ias agencias de colocaciones en la primera catego-
ría (agencias intermediarias entre la oferta y la demanda de empleos); mientras que las empresas
deservicios eventuales se ubican en la segunda categoria (agencias que establecen una relacibn
contractual triangular entre ellas y !ostrabajadores sujetos a un contrato de trabajo regular, por
un lado, y con lasempresasusuaríasqueestániigadaspor uncontratode empresa, obraomisión).
120 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núñez
---------I___----
perciba del empleador o del trabajador por dichos cervicios, un derecho de entra-
da, una cotización o una remuneracióncualquiera (conf. art. lo,Convenio 96, OlQ.
La diferencia entre las agencias lucrativasde colocacíón y las empresas de servi-
cios eventuales es, af decir de justo Fópez, que las primeras se limitan a poner en
contactoaquienesvan aconcertar un contrato detra bajo o,eventualmente, a con-
tratar por cuenta de un empleador; vale decir, la agencia no contrata para sí sino
para otro o, en su caso, se limita a poner en contacto la oferta y la demanda de tra-
baja y en ningfin momento es ella misma parte de un contrato de trabajo; se pue-
de decir, en todo caso, que sólo contrata respecto a la colocación, en otra empresa,
del trabajador. En cambio, la empresa de servicios temporarios contrata con el tra-
bajador comprometiéndolo a prestar ei trabajo para las otras empresas que lo re-
quieran y contrata con esas otrasempresas el suministro de trabajo ternporario. A
diferencia de la agencia decolocacion, cuyo compromiso y funcion terminan con el
acto d e acercamiento de la oferta y la demanda de trabajo, el compromiso y la fun-
ción de la empresa de trabajo temporario subsiste respectoal empresario que se lo
requiere mientras aquél dura y lo mismo y airn más allá respecto del trabajador2.
Es decir, mientras que la agencia de colocación se limita a acercar a quienes van
a celebrar un contrato de trabajo-o, a losurno, a contratar por cuenta de un cm-
pleador-, la empresa de servicios eventuales contrata -a nombre propio-con el
dependientecomprometiéndoloa prestar e! trabajo para las empresas que requie-
ran ese tipodeservicios. Por otra parte, la agencia de colocación concfuyesuactua-
ción con el acto de acercamiento o con {a celebración del contrato de trabajo par
cuenta de las partes. El compromiso de las empresas de servicios eventuales, en
cambio, subsiste respectode las usuarias mientras dure fa necesidadque dioorigen
al requerimiento; y aun más allá con respecto a los trabajadores, dado el carácter
permanente del vínculo que establece con ellos3.
Di Sabatina seiiala que la agencia de colocación funciono como bolsa de traba-
jo, que se limitaba a conseguirlo y a cobrar por elfo una comisión al trabajador cer-
cenándoiecusueldo; osea, una mera actividad de mediación; el actoabusivode 6s-
tas consistió en que se aprovechabande la necesidad de trabajo para incrementar
sus beneficios a costa del sueIdo o patrimonio del contratado. La empresa de tra-
bajo temporario consiste en una empresa con capitat de riesgo propio, que aseso-
ra a ia empresa usuaria sobre el perfil del trabajador que necesita, la selecciona, lo
deriva a trabajar en el establecimiento de esta última en las mismascondicionesju-
rídicas que ios empleados propios, asume todas las obligaciones y riesgos labora-
les, nada cobra a l trabajador y cuando éste es dado de baja, trata de ubicarle tra-
Por su parte, las agencias retribuidas de colocación sin fines lucrativos, deberán
cumplir con los siguientes requisitas:
a) Poseer un permiso de la autoridad competente y estarán sujetas a ia vigi-
lancia de dicha autoridad,
b) No podrán percibir una retribución superior a la tarifa que haya sido some-
tida a ia autoridad competente y aprobada por la mism,a a que haya sido fi-
jada por dicha autoridad, habida cuenta estrictamente de los gastos oca-
sionados.
c) No podrán colocar o reclutar trabajadores en el extranjero sino de acuerdo
con las condiciones fijadas por ia legislación vigente y si la autoridad com-
petente lo autoriza.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 123
--
finalmente, este convenio fue revisado por el Convenio 181 de! 19/6/97, que en-
tró en vigencia e! 20/5/00, pero que no se limita a las agencias retribuidas de colo-
cacion sino que se refiere más ampliamente a las agencias privadasde empleo, por
lo que será tratado más adelante.
En Europa, el tratamientode estacagenciasvaria en cada país. En España, el art,
16.2 del Estatuto de los Trabajadores (ET) prohibe la existencia de agencias priva-
dasde colocación con fines lucrativos y admite, previa autorización administrativa
(inicial de un ano, prorrogable por otro y tras Bste, indefinidamente) la existencia
de agencias de colocaciónsin fines de lucro, entendiendo que tal será el caso cuan-
da no perciban precio o el que perciban del empresario o de! trabajador se [imite a
los gastos ocasionados por tos servicios prestados.
Agregan Alonso Olea y Casas Baamonde que se les impone a las agencias priva-
das, con rigor, el mantenimientodel principiode igualdady de nodiscriminación en
el accesoal empleo, en la realización de su actividad; no pudiendoestablecer discri-
minación alguna basada en motivos de raza, sexo, edad, estado civil, reIigión, opi-
nión política, afiliaciónsindical,origen, condicion social y lengua dentrodel Estado,
crucial precepto éste, pues justamente !as prácticas contrarias a sus principios eran
uno de los motivos del profundo receloquesuscitaban lasagenciac privadasdecolo-
cación; por lo demás, téngase en cuenta que las empresas de trabajos temporarios,
ensustancia, son agencias de colocación para trabajosde duración determinada5.
En cambio, Suiza nunca prohibió la colocación privada, que ha jugado siempre
un papel más importante queei de los servicios públicosde empleo. Según una ley
federai de 1989, la catocación privada está sometida a control administrativo. Es
ejercida, a título iucrativo, por la agencia, que puede exigir del demandante de
empleo una tasa de inscripcióny, en caso de éxito, una comisión que no exceda del
5% del salario mensua 1 bruto convenidocon el trabajador asícolocado. La agencia
factura libremente sus honorarios al empresario. Las agencias de colocación son
solicitadas por los empresariosque buscan un personal cualificado o que ayudan a
su personal a encontrar un empleo en caso de reestructuración.Tambi4ncolocan a
los trabajadores que desean cambiar de empleo. Dado el costo de su intervención,
los parados apenas acuden a estas agencias. Se estima que el número de empleos
conseguidos por la intervención de una agencia privada esseis veces mayor que el
de los empleos conseguidos por la mediación de las agencias pijblicas6.
Afonso Olea - Casas Baarnonde, Derecho del trabajo, 17%d., ps, 521 y 522.
Aubert, Dialcctica empleo~desempleoy derecho social, p. 189.
124 Ricardo D.Hierreruelo - Pedro E Núñez
- ,-A-. ~--- -, -.e--
ión Internacional del Trabajo es el Punto 26: la Comisián concluyó que un buen
ncionarniento de las empresas de trabajo temporario, podía contribuir a que el
ercado de trabajo funcionase con eficacia.
Las empresas de trabajo ternporario podían, en muchos casos:
a) Reducir el tiempo necesario para llenar vacantes.
b) Hacer publicas lasvacantesen el mercado abierto.
c) Percibir cambios en !as necesidades del mercado de trabajo y adaptarse ra-
pidamente a ellos, evitando retrasosy desequilibrios.
d) Equilibrar ia oferta y la demanda de competencias a través de adecuado5
métodos de selección y contratación, ahorrando así los gastos debidosa una
rotación inSItiI de mano de obra.
e) Dar satisfacción a las necesidades no atendidas por las agencias púbiicasde-
bido a la creciente comp!ejidad de la oferta y de la demanda de calificacio-
nes.
f ) Construir un puente entre el desempleo y el empleo permanente, propor-
cionando, específicamente a través de tareas de caráctertemporal, una in-
corporacióngradual de los solicitantes de empleo (especialmente los incor-
porados y reincorporados recientes) ai mercado de trabajo.
g) Multiplicar las fuentes de información sobre oportunidades de empleo, in-
crementando de ese modo la reserva de la información disponible sobre el
mercado de trabajo.
h) Reducir el tiempo de despIatamiento de un trabajo a otro, a través de téc-
nicas de recolección, contri buyendode ese modo a una mejor movilidad de!
mercado de trabajo,
i) Proveer empleo de formación de corta duración, contribuyendo asía cubrir
el desequilibrio entre la oferta y la demanda de calificacioneslO.
3
130 Ricardo D.ffierreruelo- Pedro F. Núñes
,-"-,---- "---
El art. l adel Convenio designa agencia de empleo privada a toda persona física
o juridica, independiente de las autoridades públicas, que presta uno o inis de los
servicios siguientes en reiación con el mercado de trabajo:
a) Servicios destinados a vincular ofertas y demandas de empleo, sin que la
agencia de empleo privada pase a ser parte en las relaciones laborales que
pudieranderivarse.
b) Servicios consistentes en emplear trabajadores con el fin de ponerlos a dic-
posicibn de una tercera persona, física o jurídica (en adelante "empresa
usuaria"), que determine sus tareas y supervise su ejecución.
c) Otros servicios relacionadosconla búsqueda de empleo, determinados por
la autoridadcompetente, previa consulta con las organizaciones mas repre-
sentativas de empleadores yde trabajadores, como brindar informacion, sin
estar por ello destinados a vincular una oferta y una demanda específicas,
Por su parte, define como trabajador a Ios solicitantes de empleo y corno "tra-
tamiento de losdatos personalesde los trabajadores" a la recopilación, airnacena-
miento, combinacióny cornunicaci6n de los datos personales, o todo otro uso que
pudiera hacerse de cualquier información relativa a un trabajador identificado o
identificable.
El convenio se aplica a todas las agencias de empleo privadas, a todas Ias cate-
gorías de trabajadoresy a todas las ramasde la actividad económica, con excepción
del reclutamientay colocación de la gente de mar. Su finalidad consiste en permi-
tir el funcionamiento de'las agendas de empleo privadas, así como la protección de
los trabajadores que utilicen sus servicios, en el marco de sus disposiciones.
El art. 4 O exige la adopción de medidas para asegurar que los trabajadores con-
tratados por las agencias de empleo privadas que prestan estosservicios no se vean
privados del derecho de libertad sindical y det derecho a la negociacion colectiva;
y el articulociguiente les requiere a los miembros quevelen porque las agenciasde
empleo privadastraten a los trabajadoressin discriminaciónalguna por razanesde
raza, color, sexo, religión, opinión política, ascendencia nacional, origen social o
cualquier otra forma de discriminacióncubierta en la legislación, promoviendo de
esa forma la igualdad de aportunidadesy de trato en materia de accesoal empleo.
Ello en modo alguno obstaculiza que las agenciasde empleo privadasfaciiiten ser-
vicios especiaieso apliquen programas destinados a ayudar a los trabajadores más
desfavorecidos en sus actividades de búsqueda de empleo.
Las agencias de empleo privadas no deberan cobrar a !os trabajadores, ni direc-
ta ni indirectamente, ni en todo ni en parte, ningún tipo de honorarioo tarifa, con
excepción de determinadas categorías de trabaiadores o de determinados servi-
cios prestadospor las agencias, que re podrán autorizar previa consulta con las or-
ganizacionesrnás representativas de empleadores y de trabajadores. No obstante,
cuando se autoricen estas excepciones, se deberá suministrar la correspondiente in-
formación a la Organización Internacional del Trabajo, y motivarlasdebidamente.
Para los trabajadores migran'íes se les requiere a los Estados Miembros que ins-
trurnenten iac medidas necesarias para protegerlos adecuadamente y para irnpe-
dir que sean objeto de abusos. Esas medidas comprenderan leyes o reglamentos
que establezcan sanciones, inciuyendo la prohibición de aquellas agencias de em-
pleo privadas que incurran en practicas fraudulentas o abusos. También se les exi-
ge a los países que tomen medidas para asegurar que las agencias de empleo pri-
vadas no recurran al trabajo infantil ni lo ofrezcan.
Por el art, 11 se establece que los Estados Miembros deberdn adoptar ias medi-
das necesarias para asegurar que los trabajadoresempleados por agencias de em-
pleo privadas gocen de una proteccicln adecuada en materia de:
a) Libertad sindical.
132
--------," --Ricardo B. Nierrezuelo - Pedro F. Núñer
--"--
6 ) Negociacion colectiva.
c) Salarios rninimos.
6 ) Tiempo de tra bajo y demás condicionesdetrabajo.
e) Prestaciones de seguridad sociaf obtigatorias.
f ) Acceso a la formacibn.
g) Seguridad ysaiud en el Trabajo.
h) Indemnizaciónen caso de accidente de trabajo oenfermedad profesional.
11 IndemnitaciOnen caso de insoivenciay protección de los créditos laborales.
j Proteccióny prestaciones de maternidady protección y prestacionesparen-
tales.
Por último, se prevé que todo miembro deberá determinar y atribuir, de con-
formidad con ia iegisiacidny la práctica nacionales, las responsabilidadesrespecti-
vas de las agencias de empleo privadas y de las empresas usuarias, en relación con:
a) La negociación colectiva.
b) El salario mínimo.
c) El tiempo de trabajo y las demás condiciones de trabajo.
d) Las prestaciones de seguridad social obligatorias.
e) El acceso a la formación.
f) La protección en el ámbito de la seguridad y la salud en el trabajo.
g} La indemnizacihn en caso de accidente de trabajo o enfermedad profesio-
na!,
h) La indemnización en caso de insoivenciay la protección de los créditos labo-
rales.
i) La protección y las prestaciones de maternidad y la protección y prestacio-
nes parentales.
Así, en España, la Ley de Empresas de Trabajo Temporal (14194, del 1" de junio),
modificada por la 29/99, del 16de juiio, reguió por primera vez ese tipo de empre-
sas, hasta ese entonces prohibidas. Esta ley enlaza tres sujetos, a saber:
l . La empresa de trabajo temporal, "cuya actividad consiste en poner a dispo-
sición deotra empresa usuaria, concaráctertemporat, trabajadores por ella
contratados". El requisito basico es el de ser una empresa, esto es "disponer
de una estructura organizativa que le permita cumplir lasobligacianes que
asume" en relación ron su actuación, que la Administración quierevigiiar.
i$2?p.5> ..-+-
4iy j,y>:,$ $&.
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Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo
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*
."
.
-
l2 Alonso Olea -Casas Baarnonde, ~erechodeitrabajo, 17" ed., ps. 523 a 525.
134 Ricardo D.Hierrwuelo - Pedra E Múñez
-, . .-...--, -,--"
Agrega que esta ley fue criticada por las empresas de trabajo ternporai, sobre
todo en lo que concierne al aspecto salarial. Al cabo de varios meses de aplicación
de la ley, las empresas sefialan que ha disminuido en un 20% la utilización de este
tipo de contrato, no sólo debido a la igualación del salario, sino también por el au-
mentodeotros costos, como las contribuciones a laseguridadsocialy los costos ge-
nerales de administración.También arguyen que la disposición que prohíbe el em-
pleode trabajadores temporales en lasempresascon un elevado riesgo en materia
de seguridad e higiene es la más restrictiva en Europa. En definitiva, parece que
existeactualmenteun númerocrecientedetrabajadoresextranjerosqueobticnen
contratos de trabajo temporal, en vista de ia disminucibn de candidatos de nacio-
nalidad espafiolct 1 3 .
En Grecia, donde también se prahibia este tipo de empresas, fue sancionada la
Iey 2639, la cual autorizó, ahora, el funcionamiento de las empresas de servicios
eventuales, siguiendo de esta manera la tendencia de otros países mediterráneos
que habían sido reacios en esta materia, es decir, España e Italia. El decreto regla-
rnentarioestableceuna lista no exhaustiva de categoriasde trabajadores que pue-
den ser contratados por medio de estas empresas. Conforme lo dispuesta por el
Convenio 181 de la OIT(1997),sobre las agencias de empleo privado, las empresas
no podrán cobrar honorarios a estos trabajadores14.
En /os países de América Latina ei trabajo temporario por agencias esta mucho
más difundido que en Europa. En Chile, por ejemplo, cerca del 40% de ios asalaria-
dos trabajaban bajo esta figura o ia subcontratación de obras y servicios. Ambas
modalidades se prestan al fraude labora, por to que recientementese adoptaron
nuevas iegislaciones en Colombia, Chile, Ecuador y Uruguay para contrarrestares-
te fenómeno.
En Colombia, el decr. 4369 de 2006 reglamentael capítulosobre ias ernpresasde
servicios temporaies contenido en la ley no SO de 1990 y prevé una serie de sancio-
nes severas contra estas empresas y las usuarias por las infracciones que pudieran
cometer de las normasvigentes, entre lascuales figuran las que limitan loscasos en
que puede recurrirsea tales servicios temporales. La ley chilena de 2007 sobre sub-
contratación y puesta a disposiciónde trabajadores reglamenta por primera vez le
trabajo temporario por agencia, en el que la relaciDn taborai se establece entre la
agencia y los trabajadores, pero con la responsabilidad subsidiaria de la empresa
usuaria. Se sanciona especiaimente el fraude laboral, quedan la empresa usuaria
como empleador directa de los trabajadores interesados. La ley uruguaya (tam-
bién de enero de 2007) sobre la respon~abilidadsolidaria de la empresa usuaria es-
tablece esta regla tanto en relación con las agencias de trabajo ternporario como
l3
Van Potobsky, Tendencia delderecho del trabajo (crónica inrernacionai), TySS52000-601.
' V o n Potobsky, Tendencia delderecho del trabajo (crónica ínternarional), 'ij/Sj, 2000-601.
I
1
I
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
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1t
L
para las subcontrataciones. En el caso de las agencias, los trabajadores no pueden
i
i recibir beneficios inferiores a los que rigen para los trabajadores de la plantilla 15.
En este último país, ei art. 1' de la ley 18.251 define a agencia de empleo priva-
da o empresa suministradora de mano de obra a l a que presta servicios consisten-
tesen empteartrabajadorescon el fin de ponerlos a disposicion de una tercera per-
sona fisica o juridica (empresa usuaria), que determine sus tareas y supervise su
ejecución.
La situación se modifica en 1976, con la sanción de la ley 21.297, cuyo art. 29 (ex
art. 31) quedó redactado de la siguiente manera: "Los trabajadores contratados
por terceros para desempeñarseen otras empresas seran considerados empleados
directos de quienes utilicen sus ~ervicios.Las empresas contratantes seran soiida-
riamente responsablesde todas las obligaciones que emanen de la relación labo-
ral y fiscal. Se exceptúa de esta norma las empresas quesean reconocidaspor el Mi-
nisterio de Trabajo de la Nacióny contraten personal eventual".
Fue la ley 21.297 la que marco el instante en que las empresas dedicadas a la
prestación de servicios eventuales comenzaron a dejar de ser una mera realidadde
hecho tolerada, para advenir en un instituto admitido por el ordenamiento juridi-
co -veanse considerandos decr. 2497180-. Esto motivó la expansión de la activi-
dad porque implicaba que la Argentina se enroiaba en el criterio de la regulación
y no de la prohibicióny porque aventó el temor de las usuarias que la actividad sea
prohibida, con lo cual ampliaronsuscontratacionesl*. De los términos del artículo
mencionadose infiere que la ley supeditaba el funcionamientodees"reipo de em-
presas a que las mismasestuvieran reconocidaspor el Ministerioderrabajo, y a que
sólo mediaran en la contratación de trabajo eventual.
Sin embargo, se debióesperar cuatro anos para que tal disposición fuera regla-
mentada por el decr. 2491180, el que fue modificado por ef decr. 1152/82.
En 1985, se dictó el decr. 1455185 que derogú los das decretos anteriores, dispo-
niendo una nueva regulación mis rigurosa y restrictiva, en un intento por desa-
lentar el funcionamientode lar empresasde servicios eventuales, constituyéndose
en la primera norma que sictematiz8seriamentelas mismas.
En 1991, la ley 24.013, en sus arts, 75 a 80, rnodificdel art. 29 de la LCT, incorpo-
ró el art, 29 bisde la misma y estableció pautasy requerimientoca los que debieron
ajustarse las empresas de servicios eventuales para ser habikadas por la autoridad
administrativa. Estas normas fueron reglamentadas por el decr. 342192, que tam-
bién derogo el decr. 1455185,
El decr. 951/99 agregó nuevas exigencias y requisitos para gestionar la habilita-
ción administrativa, e introdujo modificacionesrespectoa las garantias que debian
constituir las empresas de servicias eventuales, con el consiguiente incrementode
las multas que se debería abonar por el incumpiirniento. Cabe destacar que en los
autos "Federación Argentina de Empresas de Trabajo Temporal y otros c. Estado
Nacional, Poder Ejecutivo amparo"'^, la Sala 1 de la Cámara Nacional de Apela-
Las personas físicas o jurídicas que desarrollaban estas actividades debían ins-
cribirse obligatoriamente en ei Registro Especíai que era llevado por la Dirección
Nacional de Servicio de Empleo del Ministerio de Trabajo de la Nadón, exigiendo-
se para la inscripci0n:
a) Individualización del titular con enunciacidn y referenciasacerca de los an-
tecedentes y responsabilidaddel solicitante.
b) Agregación de losdocumentossocie~arios,designándose losadrninistrado-
res, directores y gerentes del ente social.
c) Declaraciónde las áreas tanto geográficas como profesionalesdentro de las
que proveeran trabajadores a las empresas usuarias.
d} Habilitación municipal de sus focaiesu oficinas.
e) Acreditacibn de las correspondientesinscripciones impositivas, previsiona-
les y deseguridad social.
f ) Constitución de la garantía a que se refieren tos artículossiguientes.
Se fesexigía, aderniis de los datos que debían consignarse en el libro del art. 52
de la LCT, que lasempresas llevaran en una sección partic~tardelmismo, constan-
cia de:
a) Nombre, denominación o razOn socialy domicilio de fa empresa usuaria del
servicio.
b) Situación o circunstancias que en cada caso dan lugar al requerimiento det
trabajador temporero.
c) Individualizacióndel trabajador asignado.
4 Categoria profesional.
e) Fecha de ingreso y egreso en cada destino,
3 - E l decreto 1455185
Con fecha 8 de agosto de 1985 se dictó el decr. 1455185 que derogó los decrs.
2491J80 y 1152/82, y estableció una pormenorizada regulación de las empresas de
servicioseventuaiesa las que definía comoaquellaentidad que,constituida por per-
sonas fisicas O jurídicas, tenga por objeto exclusivo poner a disposición de terceras
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 139
Este reconocimiento, para funcionar como tal, podía ser dejado sin efecto, dis-
poniéndose la canceiaciOn de la inscripciónen el Registro Especialen iossiguientes
casos:
a) Por solicitud expresa del titular.
~esponsabilidadsolidaría en el contrato de trabajo 141
-~ -
-- - - - m
Por Oitimo, también se exigia una determinada garantía para poder funcionar
como empresas de servicios eventuales,
5 - Regimen actual
\ - Concepto y delirnitacidn
En términos generales y siguiendo la tradicional definición realizada porJusto
Ldpez, las empresas de servicios eventuales son aquellas que tienen por objeto pro-
porcionar o, si se prefiere, cedertra bajadores a otras empresas (o a utitizadores de
su;servicios)para efectuar en ellas un trabajo de duración temporaria, a vecescali-
ficado de misión.
La fbrrnula general consiste en que las empresas conciertan un contrato con el
trabajador temporero, que ponen despues a disposición del usuario, incumbién-
doles la responsabilidadde pagar el salario, de efectuar diversas formalidadesy de
asumir las cargas sociales relacionadas con el trabajo ejecutado2*.
Es corniin que las empresas dedicadas a la realizacidn de bienes o servicios se
encuentren en la necesidad de contratar temporalmente a determinados trabaja-
dores para cubrir supfenciaso para hacer frente a una demanda extraordinaria de
trabajo. Justamente, el objeto de las empresas de servicios eventuales consiste en
cederles a aquétlac trabajadores propios, para que los utilicen en la realización de
Su ciclo productivo, sin tener que contratarfos personalmente, y condicionado a
que se trate de una necesidad eventual. Es decir, las empresas de servicios even-
20
lópez- Centeno- FernAndez Madrid, Ley de Contratode Trabajo comentada, t. 1, p. 251.
Ricarda D.Hierrezuelo - Pedro F. MURes
-
142 ."-,- -,-~- .-
dichas empresas el objeto único, es decir, exige que tengan por finalidad exclusiva
la prestación de servicioseventua!es a empresas usuariasy no otras por más vincu-
ladaso conexas que pudieran estimarse, talescomos@lecciónde personal, psicolo-
gia laboral, higiene yseguridad en el trabajo, etcétera24,
La obligacion de que estasempresascolaquenla leyenda "empresa deservicios
eventuales" y su numero de habilitación en toda documentación, especiafmente
laboral (folietos, tarjetas, contratos con las empresas usuarias, carteles quelas
enuncieny cuando se las promocioneo publicite), tiene por finalidad identificar el
tipo de contratación que se va a realizar y que, a los fines administrativos, se en-
cuentran debidamente habilitadas para actuar como t a l por [a autoridad compe-
tente (este requisito es exigido tanto por el art. 29 como por el art. 29 bisde la LCi).
El art. 14 de! decr, '1 694106 establece cuáles son tos requisitos indispensablespa-
ra su otorgamiento, entre los que se encuentran:
a) Tener como mínimo un capital social inicial equivalente a cien sueldos basi-
cos mensuales del personal administrativo, categoria A, del CCT 130/75, pa-
ra empleados de comercio, o el que io reemplace, vigente en la Ciudad Au-
tónoma de Buenos Aires por la jornada legal o convencional, excluida la
antigüedad.
b) Presentar los documentos constitutivos de la sociedad y de la designación
de administradores, directores, gerentes o respansables iega/essegúnel ti-
po societario de que se trate. Al igual que como estaba regulado en el decr.
342192, la reglamentacibnseaparta del decr. 1455t85, que requería "la indi-
vidualización del titular, con enunciación y referenciasacerca de los antece-
dentes y responsabilidad del solicitante", toda vez que las empresas cven-
tuales sólo pueden estar constituidas por personasjuridicas.
c) Declarar las areas geográficas dentro de las que se prestara el servicio a las
empresas usuarias. Et art. 8' de la res. MTEySS 1225/07 considera área geo-
gráfica a la CiudadAutónoma de Buenos Aires y respecto del territorio del
conurbano de la Provincia de Buenos Aires, lo divide en [as zonas indicadas
en el Anexo I de la resolución.Agrega que en el territorio de la Provincia de
Buenos Aires, no comprendídoen laszonascitadasendichoanexo y en rada
una de las provincias restantes, se entiende por áreas geogrdficas las que
queden comprendidasy delimitadas de acuerda a ia jurisdicci~nque le co-
rresponde a cada Delegación Regional del Ministerio deTrabajo; Empleo y
Seguridad Social. Las empresas de servicios eventuales deberán contar con
un local, oficina o agencia en cada una de las áreas geográficasen que desa-
rrollen sus actividades (conf. art. 7', res. 1225/07).
6) Denunciar el domiciliode la sede central, locales, oficinas y sucursales.
e) Acreditar )as inscripciones impositivas y de la seguridad social.
f ) Acreditar la contratación del seguro de vida obligatorio.
g) Constituir las garantías a iac que se refiere ef art. 78 de la ley 24.013, punto
que a continuación refomaremos.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 145
- pv -
h) Constituir domiciiio en la sede de su administración el que surtirá efectos
respecto de los trabajadares, las empresas usuarias, la autoridad de aplica-
ción y demásorganismosfiscaiesy de la seguridad social. Cualquier cambio
o modificaciónde los precitadcisrequisitos, asícomotambién la apertura de
nuevos locales, oficinas, agencias o sucursales, debera ser comunicado a la
autoridad de aplicación con una antelacibn de diez dias hábiles a su real¡-
zación.
Además, el art. 16 prevé que antes del 31 de marzo de cada año la empresa deser-
vicios eventuaies deberá presentar una declaraciónjurada certificada por un conta-
dorptjblico nacional confirma legalizadapor el Consejo Profesionaldeciencias Eco-
nómicas que corresponda, actuaiizando los datosde la inscripción, el total de remu- ,-
neraciones brutas abonadas por la empresa de servicios eventuales a sus depen-
dientesdurante el año inmediatoanterior, cantidad real de trabajadores ocupados,
el coeficiente de garantia y de la descripción detallada de !a operación aritmética
efectuada para arribar a dicho resultado, así como también deberá acreditarce la
constituciónde las garantías a valores actualizados acordes a esa declaración.
Asimismo, bimestralmente lasempresasdeservicioseventualesdeberán prove-
er al Ministerio de Trabajo un resumen de su actividad, en el que constará el deta-
lle de la nómina completa de los trabajadores contratados para prestar servicios
bajo la modalidad de contrato de trabajo eventual, individualizando respecto de
cada uno de ellos: a) Su nUmero de CU1L; b) la empresa usuaria en la que presta o
prestó tareas, señalando su número de LUKy lugar de prestación deservicios; c)
la fecha en que el trabajador eventual comenzósu prestaciónde servicios en la em-
presa usuaria; d)calificación profesional y remuneración del trabajador; e) si ai
cese en esas tareas fue incorporado como trabajador por tiempo indeterminado
de la usuaria (conf. art. 10, decr. 1694/06).
Mención especial requiere el requisito de la constitución de garantia, ya que el
art. 78de la INEobliga a lasempresasde servicios eventualesa caucionar una suma
de dinero o valores, además de una fianza o garantia real, delegando en la regla-
mentación los montos y condiciones de arn bas.
La garantía principal consistir6 en un depósito en caución dedinero en efectivo,
valores o títulos púbiicos nacionalesequivalentes a cien sueldos básicos mensuales
del personal administrativo, categoría A, del CCC 130/75, para empleadosde comer-
cio, o el que lo reemplace, vigente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por la
jornada legal o convencional, excluida la antiguedad25. Ademas de! depósito de
caución, en forma accesoria, ias empresas de servicios eventuales deberán otorgar,
afavordel MinisteriodeTrabajo,unagarantía por una sumaequivalentealtriplede
sanciones por infracciones a las normas laborales. Hacemos esta aclaracidn, puessi
bien la ley remite a la ley 18.694, la misma fue deragada por el art, 15 de la ley
25.212, la que actualmente regula el régimen general de sanciones par infraccio-
nes laborales, El Capítulo il de la ley 25.21 2 establece las infracciones y sanciones
emergentes de las acciones u omisiones violatorias de las cláusulas normativas d e
los convenios colectivos de trabajo, de las leyes y reglamentos de condiciones, sa-
lud, higiene y seguridad en el trabajo. Distingue entre infracciones leves (art. 2 O ) ,
graves (art, 3') y muy graves (art. 4') -además de las de obstrucción (art. 8')-,
efectuando una enurneracion detallada de las diferentes conductas sancionadas
en cada caso26.
El arl. 20 del decr. 1694106 prevé que, además de las sanciones antes menciona-
das, la violación a las disposiciones de este decreto serán sancionadas conforme al -
procedimiento previsto en la ley 18,695, según et siguiente régimen: "a)Lasperso-
nas firicas ojurídicas de cualqu~ercar6ctero denominación, sus coautores, córnpli-
ceso encubridores, que pretendiesen actuar o actuaren, porsío encubiertamente,
como empresas de servicios eventuafes autorizadas, o que por cualquier medio in-
vocaren, indujeran o publicitaren esa calidad, sin ajustar su ejercicio a las normas
de habilitación y reconocimiento estatuidas por la iey24.07 3 y el presente decreto,
serin sancionadas con la clausura de sus oficinas ysecuestro de toda la documen-
tación existente y una muka que se graduara de veinte a cjen sueldos básicos del
personal administrativo, categoría A, del CCTno130175para empleados de comer-
cio, o el que lo reemplace, vigente en la Ciudad Autónoma de Buenos Airespor la
jornada legal o convencional, excluida la antjgdedad. 6)las empresas deservicios
eventuales que no cumplieran efectivamente, en tiempo y forma, con las obliga-
ciones establecidas en este decreto, serán pasibles de una multa en pesos que se
graduará entre el 1% y el4% de las garantias que debieran tener constituidas en
dicho momento. Agrega que adema5 de esta multa, la empresa de servicios even-
tuales que no tuviese su garantía constituida en legal tiempo y forma en la fecha
establecida en el art. 16 (3 I de marzo), deberá cumplir can esa obligación dentro
de los diez días de intimada por la autoridad de aplicacidn. Transcurrido dicho pla-
zo o, en su caso, el establecido en el art. 16, párr. 64 delpresenTe decreto, sin que
la empresa de servicios eventuales curnplimenre lo requerido, se la sancionará con
la pérdida de la habilitaciOn administrativa, la cancelacídn de la inscripción en el
Registro Oficial y la clausura en caso que continúe con la actividad. c) lar empre-
sas de servicios eventuales que perciban del trabajador alguna suma por su ins-
cripción o contratacibn, opractiguen a éstos por tales hechos otros descuentos que
no sean los autorizados por ley o convenio, serán sancionadas con la ptirdida de la
habilitación administrariva y cancelación de la inscripción en el Registro Oficial.
148 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Múñea
-,- -'-,-- - -
c i ~ de!
n remanente en forma inmediata. Encambio,encasodeexistirjuicias
pendientesse dispondrá del remanente cuando hayan concluido y el tribu-
nal que intervenga otorgue certificado en ef que conste que la parte actora
fue desinteresada de las acreencias que emanan de ia sentencia dictada o,
en su caso, que nada tiene que reclamar en la causa.
c) La solicitud de informes relativosa loscréditosde la seguridadsocial se cum-
plirá con una requisitoria a los entes recaudadoresque correspondan.
El art, 19 del decr. ?694/06agrega que una vez curnpiidoc todos los requisitos es-
tablecidos en este decreto, y na existiendo otros impedimentos, la autoridad de
aplicaci6n autorizará la restitución de los valores, títulos públicos nacionales y la
liberación o cancelación de los avales y garantiac otorgadas en caución dentro del
plazo de treinta días.
27
CNAT, Sala IV, 11/7/07, "Cedrón, Martín c. Térmica San Luis S.A. y utroslDespído", Bolerin
Temático de jurisprudencia de la CNAT, voz "lnterposici6n y mediacjbn. Solidaridad (arts. 29 y 29
bis, LCT}", Oficina de Jurisprudencia, nov. 2007.
152 Ricardo D.Hierremelo - Pedro E Núñez
a CCNAT, Sala IV, 31/10/07, "Gonzsieii, Diego c. Bank Boston N.A. y otrossiDespido", Boietín
Temático de~ilrisprudenciade la CNAT, voz "ln.terposiciOn y mediación. Solidaridad (arts. 29 y 29
bis, LCT)", Oficina de Jurisprudencia, nov. 2007.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 153
(art. 89, LCT) está obligado incluso a prestar estosservicios en horas suple-
mentarias (art. 203, LCT). 5in embargo, la rapidezcon la cual debe llevarse a
cabo el trabajo para evitar las consecuencias no deseadas puede desbordar
el esfuerzo del personal de la usuaria y requerir en forma urgente y transi-
toria la contratacióndetrabajadoreseventuales;así como también en aque-
Iloscasos en que fa complejidad y premura de la tarea a realizar (reparación
de un equipo) exceda las posibilidades de los trabajadores de la empresa.
Cuando atendiendo a necesidades extraordinarias o transitorias hayan de
cumplirsetareasajenasal giro normal y habituai de la empresa usuaria: este
último caso, que también se encontraba en los decretos que precedieron al
1694106, incluye todas aquellassituaciones no contempladas en los anterio-
res supuestos, pero que, debido a su carácter de eventual, pueda ser cubier-
t a por personal perteneciente a este tipo de empresa.
gen a la contratación eventuai no podrá exceder de seis meces por ano y hasta un
máximo de un año en un período de tres años. Asimismo, el art, 25 dispone que las
infraccionesa los limites fijados en las convencionescolectivasdetrabajo si se refie-
ren a un exceso en la extensión temporal, se imputarán a la empresa usuaria y a la
empresa de servicios eventuales; mientrasque cuando se trate de una despropor-
ción irrazonable e injustificada de trabajadores eventuales con el nYmero de tra-
bajadores permanentes de la empresa usuaria, se imputara como infractor a quien
corresponde,
Estas disposicionesse refieren a lasdistintassancionesquese pueden aplicarad-
ministrativarnentetanto tt las empresas de servicios eventuaiescornoa las usuarias,
por el incumplimientode los requisitos legales. Sin embargo, cabe destacar que en
relaci6n con el personal contratado, cuando no se cumplan los extremos normati-
vos para justificar la contratación bajoecta modatidad, esto es, cuando estemos en
presencia de una empresa de servicios eventuales que no se encuentra habilitada
por la autoridad de aplicación, o cuando nosea contratado para cumplir una nece-
sidad eventuai, se aplican los dos primeros párrafos del art. 29 de la LCT, y se pro-
duce una mutación de! status juridico de cada uno de los sujetos contratantes, pa-
sando ia empresa usuaria a ser la real ernpieadora, mientrasque la empresa deser-
vicios eventuales se convierte en deudora solidaria. Esta interpretación, aunque se
desprendede los propiostérminosdelart. 29dela LCT, también seencuentra regu-
lada en el art. 23 del decreto reglamentario, el cual agrega que en esos casos, tan-
to el Ministerio de Trabajo como la AFlP podrán requerir a ta empresa usuaria ei
cumplimiento de las obligaciones que al ernpleador le imponen los distintos regí-
menesde la seguridad social, debiéndosecomputar como fecha de ingreso la fecha
en que hubiese comenzado la prestacidn de servicios en la empresa usuaria.
Una situación particuiar contempla el art. 8" del decr. 1694/06, al disponer que
cuando el ernpleador requiera trabajadores para destinarlos a prestar servicios en
eventos ternporarios de exhibición, promoción, o venta de sus productos (ferias,
congresos, exposiciones o programaciones), deberá optar entre contratarios per-
sonalmente mediante las modalidades permitidas en la Ley de Contrato de Traba-
jo (Titulo Ill -eventual, plazo fijo, temporada-), contratarlos mediante empresas
de servicios eventuales, o subcontratar el evento a terceras empresas, cuya activi-
dad sea de pubiicidad y promoción. En este ultimo caso, la contratante deberá,
además de curnpiir con los recaudos previstos en el parr. 2" dei art. 30, retener las
contribucionescondestino a la Seguridad Social que deban efectuarse por los tra-
bajadores destinados a la promoción, exhibición y venta de sus productos, confor-
me la normativa que dicta la AFIP. Es decir, la contratante, además de retener las
contribuciones con destino a la Seguridad Social, deber2 exigirie a estas empresas
el niimero de CUlLde cada uno de los trabajadores que presten servicios y la cons-
tancia de pagode las remuneraciones,copia firmada de ioscomprobantesdepago
mensuaies a l Sistema de la Seguridad Social, una cuenta corriente bancaria de la
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo
-_ I I ^ _ _ I ~ ~ - ~ . I155l p
cual sea titular y una cobertura por riesgos de trabajo. De más está decir, que el in-
cumpiimiento de estos recaudas, sólo podrá ser sancionado mediante las medidas
que eventualmente dicte la reglamentacien, sin que elio convierta a la contratan-
te en responsable solidaria con la empresa de publicidad y promoción, salva que se
trate de una contratación de servicios encuadrable en el párr. lo del art. 30 de la
LCT, es decir, aquéllos correspondientes a la actividad normal y especifica propia
de! establecimiento.
medad, pero no se podría recurrir a este método para reemplazar a una trabaja-
dora que esta haciendo uso de una licencia por maternidad, estado de excedencia
o período vacacional.
Maza y Plaisantsefialanquesi bienes ciertoqueel art. 29de la LCTrerniteymen-
ciona sóIo el art. 99y no alude a los casos de los arts. 92 a 95 de la LCTno ven moti-
vaciones justificantesde una !imitación como la descripta, sobre iodo cuando am-
bos contratos (de plazo fijo y eventual) tienen una misma esencia (!a determina-
ción del plazo de duración con base objetiva) y lo Único que los diferencia es la cer-
teza o incerteza de tal
En idéntico sentido, Etala indica que de la literalidad de las términosdel art. 77
de la LNE parecería excluir como modalidad de contratación la de plazo fijo. Sin
embargo, esta conclusión parece excesiva si se tiene en cuenta que tanto el con-
tratode trabajoa plazo fijo como el eventual son madalidadesde contratación por
tiempo determinado, de plazo cierto la primera e incierto la segunda. La intención
de la ley es que bajo la prestaciiin de servicios eventuales no se encubra el suminis-
tro de personal permanentea Iasempresasusuariasy asegurar que se dectineefec-
tivamente el personal eventual a cubrir necesidades transitorias de las empresas,
tengan estas necesidades un plazo cierto o incjerto de finalización siempre que
estén destinadas a agotarse en algún
Coincidimos con estos autores en que no existen razones válidas para permitir
la contratación en un caso y vedarta en el otro, lo que por otra parte estaría respal-
dado por las causas descriptas por el art. 6 O del decr. 1694106, entre las que se en-
cuentran algunris propias de la contratación a plato fijo (por ejemplo, licencias o
sucpensiones legales o convencionaies y organización de congresos, conferencias,
ferias, exposiciones o programaciones, que culminan con la reaIiración del evento),
Sin embargo, creernosque esa no fue la intención del legislador. Es que, a fa Iitera-
lidaddel art. 77de la LNE,quesóioadmite la contratación bajo la moda tidad de tra-
bajo eventual, se le suma la modificaciOndel art. 99 de la LCT por el art. 68 de la LNE,
donde 5810 se agregó: "toda vez que no pueda preverse un plazo cierto para la fi-
nalización del contrato", como para distinguir concretamenteentre una y otra mo-
dalidad contractual.Y es justamenteesta expresión, ta que utiliza el art. 2"del det:r.
1694106 para definir a la empresa de servicios eventuales, despejando cualquier
tipo de incertidumbre sobre la naturaleza de los trabajossujetos a contratacion.
do, aun cuando la contratación se hubiera efectuado para cubrir una exigencia
entual de aquélla. De acuerdo con ello y con la directiva que emana de los artr;.
y29 bisde la LCT, cabe concluir que, en el caso, la Unica demandada (Nobleza Pic-
dú5.A.) usuaria de losserviciosprestados por ei actor, debeser considerada 'em-
adora'directa de iosserviciosdelactor en el lapso durante eI cual iniermedió en
relación la agencia"32.
Tambikn se ha dicho que: "Si el actor trabaj6 desde ei principio de su contrata-
al servicio dei Banco Comafi -primero a través de Prevent y luego mediante
.A. Recursos Humanos-, efectuando tareas de venta de productos de dicha
dad bancaria como vendedor de tarjetasde créditos, cuentas corrientesy pres-
os, todo ello durante e! tiempo que 5e prolongó la relación,sinque dichas tare-
as se hayan debido a exigencias extraordinarias de fa empresa, ello evidencia q u e
el actor era empleado directo de aquella empresa. Máxime cuando no se expresó
zón alguna que justifique la contratación del actor en los términos dei art. 29,
rr. 2", y art. 29 bis de la LCT. En ese sentido, no basta con invocar una causal, re-
oduciendo a! efecto tos términos del aré. 3" del dect. 342/92 (actualmente decr.
94/06), sino que es menester demostrar acabadamente que la contratación
entual del trabajador respondió a las concretas causas que requiere la normati-
vigente, lo q u e no se logró en el raso de autos. Por lo tanta, ante la falta de de-
ostración de la eventualidadde las tareas, lo cierto es que en el caso, existió una
ara negativa por parte de las demandadas a registrar correctamente ia relación,
ue justifica la decisión del actor de considerarse despedido. Y, como derivaci~n
110, corresponde confirmar el derechadel actor a estar encuadrado bajo el CCT
8/75 aplicable a la actividad de la real empleadora, resultando procedentes las
iferencias salariales fundadas en ei erróneo cálculo de! bhsico correspondiente
según la norma convencional del CCT 130175 que aplicó la a~cionada"~~.
En idéntico sentido, se ha sostenido: "Mientras la empresa de servicios even-
tuales y la usuaria cumplan su cometido en los tkrminos de la ley, ninguna respon-
sabilidad puede caber a la irltirna, pues ambos sujetos de derecho están actuando
conforme a una norma jurídica que ias habilita para llevar a cabo el negocio ex-
puesto. Sin embargosi no se cumpliera algunos de los requisitos legales, como por
ejemplo que las tareas no fueran eventua tes, entonces cae todo el andamiaje y se
produce uriverdaderofraudeala ley, porquese ha utilizadoel art.29del LCT, como
34 LNAT, Sala 1,2Ii9211i, "Chaneton, Juan Atbertoc. Ciudad Cultural S.A. y otrossiDespido",
en intranetpjn.gov.ar,
35 CNAT, Sala VI, 26\8/14, "Del Castiilo, Claudjo Daniel c. Tiempo Laboral 5.A. y otro síDespi-
do", en !nrranet.pjn.gov,ar.
Responsabilidadsolirlaria en el contrato de trabajo 159
- ---- -"
36 CNAT, Sala lf, 5/3/14, "Torres,Alejandra Romina c. Schneider Elecrric 5.A y otros/Despido",
en intranetpjn.gov,ar.
, 37 CNAT, Sala Vlli, 19/7/01, "Suhrez, Nestor c. Ofsten Ready y Office S. A. y otrosiDespido",
"Revista de Derecho Laborai y Segundad Social", fasc. quincenal, 2003,ps. 99 y 100,
38 CNAT, Sala Vlli, 18í7i14, "Acosta Fernández, Alejandro Rodrlgo c. Gestión Laboral S.A. y
otro slDespido", Bolctin Tematico de jurisprudencia de la CNAT, voz "Interposición y mediación.
Solidar~dad(arts. 29 y 29 bis, LCT)", Actualizacjón 2015. Actualización 2015.
160 Ricardo D, Hierrezuelo - Pedro E IVúñer
ber a la usuaria, pues arnbossujetos de derecho están actuando una norma jurídi-
ca que las habilita para llevar a cabo el negocio expuesto. Más, si no se cumpliera
algunos de esos requisitos, como por ejemplo que las tareas no fueran eventuales,
entonces cae todo el andamiaje y se produce un verdadero fraude a la iey, porque
se ha utilizado el art. 29 de la LCT, como una norma de cobertura, generando una
tensión entre la misma y el orden pliblico laboral. Se produce entonces un vicio en
la causa fin del negocio jurídico, esto es en el contrato de trabajo, y la normativa
pretendida pasa a ser automáticamente reempiazada por la que corresponde en
su conjunto. En tal sentido, la usuariadeja deser tal y pasa a ser empleadora. La em-
presa deservicioseventualesla acompaña en la solidaridadque, en este caso, el Ie-
gislador ta ha impuesto como fuente legal y ~ancióln"~~.
También se ha dicho al respecto que: "Las empresasde servicios eventualessbia
se encuentran autorizadas para proveer personal a terceros, para cumplir en for-
ma ternporariaservicio~determinados de antemano, o responder a exigencias ex-
traordinarias y transitorias de la empresa, explotación o establecimiento, toda vez
que no pueda preverse un plazo cierto para la fjnalizacibn del contrato Iarls. 29,
'2 decr. 342/92). Ni la celebración por escrito de un
parr. 3", LCT;77, iey 24.013; la y ,
contrato de trabajo eventual, ni ia intermediación de una empresa de servicios
temporarios inscripta en el registro que lleva e¡ Ministeriode Trabajo eximen be la
prueba de la necesidadobjetiva eventual, justificativa del modelo, Ello asi, pues en
nuestro ordenamientojurídico no basta el acuerdo de voluntades sanasy la obser-
vancia de las formalidades legales, para generar un contrata de trabajo cierto o in-
cierto. Debe mediar también una necesidad objetiva del proceso productivo que
legitime el recurso a aiguna de esas rn~dalidades"~~.
Se ha sostenido asimismo que: "La empresa de servicios eventuales que contra-
t ó al actor para desempefiarse como telernarkefer y la usuaria de esos servicios,
deben ser responsabilizadas solidariamente en los términos del art. 29, párrs. 1°y
2"de la LCT, respecto de las indemnizaciones derivadasdel despido, ante la inexis-
tencia de prueba alguna que acredite la eventualidaddeservicios que fueron pres-
tados por más de dos anos y por la mera invocacibnde necesidadesextraordinarias
o el hecho de que la empresa de servicios eventuales estuviera habilitada son insu-
ficientes para acreditar la legitimidad de aquella r n e d i a c i ~ n " ~ ~ .
CNAT, Saja Vll, 28/8/08, "Gaona, Fredy Héctor c. Cencosud S.A. y otro slOespido", en intra-
net,pjn.gov.ar,
42 CNAT, Saia IV, 11/2/10, "Machado, Luis Eduardo c. Complementos Empresarios S.A. y otro
slDespidon, Boletin Mehsualdejurisprudencja ddela CNAT, no298, Oficina de Jurisprudencia, feb.
2010.
43 CNAT, Sala VI, 3113109, "Manzetto Issi, Aian Marreloc. 5prayetteS.A.y otro", DT, afioLXIX,
no 11, nov. 2059, p. $ 1l.
162 Ricardo D. Hierrezueio - Pedro E NúRez
44 CNAT, Sala III, 30/5108, "Lescano, Marcela del Valle c. Griffo S.R.L. y o.tron, DT, a ñ o LXVIII,
nuXi, nov. 2008, p. 1034.
CCNAT, Sala 11, 2015109. "lajarn, Miguel Angel c. Hidrovia S.A. y otro", DT, año LXIX, noIX,
sep. 2009, p. 1030.
CNAT, Sala IV, 11t5110, "Moreno, Leopoldo Javierc. Undever de Argentina S.A. s/Despido",
Boletín Mensualde Jurisprudencia de !a CNAT, no301,O.firinade Jurisprudencia, may. 2010.
onsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 163
j, porque era una practica cornitn de las usuarias contratar trabajadores de las
rativasdetrabajo para cumplir tareasnormalesy propiasdesugirucomerciai.
jurisprudencia resolvió que: "las cooperativasde Trabajo no pueden actuar
las empresas de servicios eventuales, es decir, como cotocadoras de personal
ceros establecimientos, pues ésta es una forma sencilla de alterar toda ia es-
ctura de la ley laboral y de privar de la tutela respectiva ai personalso pretexto
la existencia de actos cooperativosentreel trabajadory la empresa donde pres-
rvicios, por lo que en tal supuesto, la empresa usuaria debe responder como
leadora directa y la cooperativa como intermediaria, solidariamente respon-
en los térrninosdel art. 29 de la L C T " ~ ~ .
mpoco las empresas de servicios eventuales pueden celebrar con su personal
ratos de aprendizaje, de conformidad con lo establecido por el art. 1: in fine
ley 25.01 3. Los términos en que fuera redactado el articulo hacen inferir que
lo abarcan a los trabajadores destinadosa la empresa usuaria, sino tarnbien a
contratados para cumplir tareas en su organización, razón por la cual si en vio-
n a la iey, ia empresa de servicioseventuatesefectúa este tipo de contratos, los
osse entenderán celebrados por tiempo indeterminado.
inalrnente, no resulta ocioso senalar que si bien es extraño que el sector púbii-
recurra a este tipo de contrataciones, si !o hace, debe entenderse que ha opxa-
por el especial régirnenjurídico previsto, y por ende, ser considerado como una
presa usuaria más y responder solidariamente. Asi Io entendió la jurisprudencia
indicar que: "Si e! organismo de derecho público ocupó al trabajador por inter-
dio de una empresa de servicios eventuales, se sometió voluntariamente a las
osiciones de la Ley de Contrato de Trabajo, por lo que no corresponde eximir-
la responsabilidadsolidaria que dicha norma prevé"48.
te dos lecturas, como se aprecia en los votos de los doctores Zas y Maza en uno y
otro sentido. En efecto, no existen dudas que procede las indernnizacionesprevic-
tasen ta LNE (arts. 8"y t 5) yen el art. 1'de la ley25.323, cuando ia intermediaria no
es una empresa de servicios eventuales legalmente autorizada, ni para las situa-
ciones reguladas por el decr. 34292. Sin embargo, con la derogaci6n de ese decre-
to y la sanción del decr. 169.4106 la solución no es tan sencilla a la luz de la reforma
introducida en el art. 13 del mismo,
En efecto, el art. 13, luego de disponer que tanto la empresa usuaria como la de
servicioseventuates deberan llevar una sección particuiardel libro especial del art.
52 que contendrá los datos de los trabajadores destinados a las primeras, agrega
que lasregisTraciones quese realicen de conformidad con lasexigencias de estear-
ticulo, además de \as que efectúe la empresa de servicios eventuales de conformi-
dad con lo dispuesto en el art. 7 O de la LNE,respecto de los trabajadores que pres-
tan servicios en las empresas usuarias, en todos los casos surtirán plenos efectos,
respecto de estas últimas, en loque hace a !a obligación de regislraciíin. De esta 01-
tima parte del articulo no se entiende si ia expresión "en todas los casos" incluye
también aquellos supuestos en los cuates corresponde considerar a la empresa
usuaria como verdadera empieadora, porque contrató trabajadores para cumplir
funciones propias del giro normal de la empresa,
Hemos dicho en otra oportunidad y volvemos a repetirlo que de aceptarse la
interpretación que la registracibn en la parte especial prevista en el art. 52 de la
LCT, como trabajadores de otros, en todos los casos surten plenos efectos en lo que
hace a la obligación de registración de las empresas usuarias, constituiria un exce-
so de reglamentación, por cuanto se estaría validando el fraude pergefiado por
ambas empresas, porque la registración efectuada por !a usuaria en el iibro espe-
ciai del art. 52 de ia LCT, no sería como empleadora, por lo que no se cumpliría ia
formalidad prevista en ei art. 7' de ia LNE, sin perjuicio de destacar que en los de-
más registros previstos en el inc. b de ese articuio quien rea tmente registró la rela-
ción laboral no fuesu empieadora, sino la deudora solidaria.
Adviertase que mientras las, al votar en ei pienario señaló, que el art. 13 debe
entenderse limitado a las regisfraciones efectuadas por empresas de servicios
eventuales habilitadas por la autoridad de aplicación en la modalidad con"cactual
prevista en e! art. 29, úItímo párrafo de la LCTy en el art. 4O, párr. 2" del decreto
reglamentario. indicó que una interpretación que permitiera inctuir en el ámbito
de aplicación del último párrafo del art. 13 del decr. 1694/06 la situaciiin descripta
por los dos primeros párrafos del art. 29 de la LCT(hipótesis que descarta) implica-
ría una vulneración de la ietra y el espíritu del art. 7Ode la LNf,con el consiguiente
quebrantamiento del principio constitucional de Ia subordinación del reglamento
a la ley (conf.art. 99, inc. 2", CM.
En cambio, el doctor Maza, quien se expidio por la negativa, refirióque no pue-
de ser soslayado en el examen det supuesto bajo análisisy para aquelloscasos en /os
onsabilidadsoIidariaen el contrato de trabajo 165
+ - ' l " _ l l l l -
49 CNAT, Sala 111, 281311 1, "Vera, Luis Ezequiel c. Temporaria S.A. y otro s/Despido", Boletin
Temático de Jurisprudencia de ia CNAT, voz "fnterposicion y mediacibn. Solidaridad (artc. 29 y29
b b LCT)", Actualización 2015.
O' CNAT, Sala IX, 29/6/12, "Comba, Oscar Alberto c. newlett Packard Argentina S.R.L. siDes-
pido", Boletin Tematico delurisprudencia de la CNAT, voz "interposición y mediacibn. Solidaridad
(arts. 29 y 29 bis, LCT)", Actualizacian 201 5
166 -
Ricardo D. Hierrezuelo Pedro E Núñez
Por su parte, la Sala V ha dicho: "Resulta irrelevante que Ami hubiese registra-
do el vínculo y abonado los salariosde la trabajadora, pues el análisis de los hechos
que han quedado acreditados a la luzdel principio de primacía de la realidad con-
duce a concluir, que la actora fue en todo momento empleada de la entidad pres-
tataria del servicio de energía eléctrica, mientras que Ami se desempeñó como una
mera intermediaria cuya única función consistió en proveer la actora-entre otros
trabajadores-a la mencionada rúdernandada (conf. art. 29, LCT). Pordicha razón,
re encuentra acreditado que la accionante fue contratada por Ami, para trabajar a
favor de Edesur quien se comportó como empleadora, mientras que la primera re-
sultóser una interpdsit-apersona en la configuración del vínculo, situación que cae
bajo la órbita del art. 29 de la LCT, En virtud de ello, corresponde condenar a Ede-
sur a abonar las multas previstasen los arts. 8"y 15 de la Iey 24.01 3, todavez que no
dio cumplimiento con las obligaciones registrales. En t a l contexto, resulta aplica-
ble lo dispuesto por esta Cámara en el plenaria no323, en el sentido de que 'cuan-
do deacuerdo al parr. 1" del art. 29de la LCTseestablece que el trabajador ha sido
empleado directo de la empresa usuaria de sus servicios, procede 12 indemnización
prevista en el art. ' 8 de la ley 24.033 aunque el contrato de trabajo haya sido ins-
rripto solamente por la empresa intermediaria'. En definitiva, en virtud de dicha
doctrina plenaria, corresponde confirmar el decisario de grado en cuanto conde-
nó al pago de la multa prevista en el art, 8" de la LiVEy, en tanto sus fundamentos
resultan extensivosa lasdisposicionesdet art. 15, también en cuantOdeciaróla pro-
cedencia de la multa prevista en esta
Asimismo, la Saia II resolvió: "En atención a que [a real empleadora resultó ser La
Caja de Seguros S.A. y no la empresa de servicios eventuales, la relación de trabajo
nose encorrtrabci registraday por ello resultan procedentes las multas previstas en
la N E . Y, si bien ia cuestiOn que atañe al reclamo fundado en el art. 15de dicha nor-
ma no seencuentra formalmente alcanzada por lo resuelto por la CNAT en el fallo
plenario n0323dictadoenlos "Vásquer c,Telefonica deArgentinaU,es innegable la
estrecha vinculación -casi inescindible- que ambos temas guardan, por lo que la
doctrina del mentado plenario debe aplicarse analógicarnentea este caso"",
Más recientemente se estableció: "Si en la causa se verificó que fa relación de
trabajo quedó constituida con Thorsa S.A. (y no con la contratisra), lo que eviden-
cia que nose encontró registrada en su contabilidad, esta circunstancia conduce a
51 CNAT, SalaV, 1514113, "Rodriguez, María Graciela c.Edesur Empresa DistribuidoraSur S.A.
Edesur S.A. y otro $/Despido", Boletín Tema'tico de Jurisprudencia de la CNAT, voz "interposición
y mediación. Solidaridad (arts. 29 y 29 bis, LCT)", Aclualizaci6n 201 5.
52 CNAT, Sala 11,2712114, "Trezza, Victor Adrian y otroc.CRFServicios ErnpresariosS.R.L.y otro
s/Despidon, Bo/etin Temático de Jurisprudencia de la CNAT; voz "interposicibn y mediacibn.501i-
daridad (arts. 29 y 29 bis, LCT)", Actualización 201 S.
sabilidad solidaria en el contrato de tabaiw 167
m
-
* -~---"-
53 CNAT, Sala VIII, 18/7/14, "Acosla Fernindez, Alejandro Rodrígo c. Gestibn laboral S.A. y
otro slDespido", Boletín Temático de Jurisprudencia de l a CNAT, voz "InterposiciOny mediación.
Solidaridad (arts. 29 y 29 bis, LCT)", Actualizacibn 2015.
54 CIJAT, Sala i, 22/9/14, "Barrera, Arialía Beatriz c. Direct W S.A. y otro slDespido", Boletín
Temáticode Jurisprudencia de la CNAT, voz "Interposicióny nediacibn. Solidaridad (arts. 29 y 29
bis, LCT)", Actualización 2015.
55 CNAP, Sala IX, 281611 1, "Antezana Hinojosa, Cesar Marcos c. M. Royo S.A. y otro siDespi-
do", Boletin Temitico de Jurisprudencia de /a CNAT, voz "Interposición y mediación. Solidaridad
íarts. 24 y 29 bis, LCT}", Actuaiización 2015.
168 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedw E Múñez
-"--.~.--.,-' ------
con el párr. l odei art. 29 de la lCTse establece que el trabajador ha sido empleado
directode la empresa usuaria desusservicios procede la indemnizacibn prevista en
ei art. 8" de la ley 24.013 aunque el contrato de trabajo haya sido inscripto cola-
mente por ia empresa intermediaria' y, por lo tanto, corresponde hacer lugaral ru-
bro art. lode la l e ~ 2 5 . 3 2 3 " ~ ~ .
En térrninossirnilaress~ha señalado que: "Aun cuando lo decidido en el plena-
rio no323 CNAT sólo está referida al ar2.8' de ia LNE, ei sometimiento leal al crite-
rio de la mayoría de este tribunal y su consideración coma fuente material de sig-
nificativa relevancia para decidir este caso conducen a apiicar una solución analo-
ga a i tratamiento del reclamo basado en el art. i o d e la ley 25.323.Enconsecuencia,
habida cuenta que la real empleadora del actor fue siempre Nobleza Piccardo S.A.
y que ésta no tenia registrado el vinculo desde el verdadero momento inicial, a la
luz de la doctrina que emerge del citado acuerdo plenario y que, se impone repu-
tar como fuente material de derecho analógicamente aplicabie al caso de autos,
resulta procedente la indemnización establecida en el art. lodela ley 25.323. (Enel
caso, el doctor Pirolo asívató, pese a dejar sentada su postura contraria a lo resuel-
to en ei plenario '~ásquez')"~~. Tambien se ha dicho que: "Al tener por acreditado
que la real empleadora del actor desde el inicio de la relación ha sido Cosméticos
Avon S.A., empresa que no registró al dependiente, se torna aplicable la doctrina
del fallo plenario de esta cámara en autos 'Vásquez, María Laura c. Telefónica de
Argentina S.K,del 30/6/íOen el que seadmitió la indemnizaci6n por falta de regis-
tro contempladaen la ley de empleo porque se consideró que, aunque e! contrato
de trabajo haya sido inscripto por la empresa intermediaria, no lo fue por el verda-
dero empleador. Esta doctrina resulta aplicable en este caso ya que justamente el
ar't. lodeia ley 25.323establece una indemnizacibn para el supuestoen quee! con-
trato de trabajo no estuviere registrado o hubiese sido deficientemente registra-
do, extremo que se acreditir en la c a ~ c a "Finairnente,
~~. se ha indicado: "Si en el
caso la relación de trabajo quedó constituida con Benteler Automotive S.A. (y no
con la contratista), lo que evidencia que no se encontr6 registrada en su contabili-
dad en el periodo controvertido, esta circunstancia conduce a la mnclusiOnde que
56 CNAT, Sala VI, 30/6/11, "Velasquttz, Marisa Elcira c. Pertenecer S.R.L. y otro siDespido",
Bc~letinTemitico de Jurisprudencia de i a LNAT, voz "lnterposicibn y mediación. Solidaridad (arts.
29 y 29 bis, LCT)", Actualizacibn 201 5.
57 CNAT, Sala Ir, 4/10/12, "Ferreyra, Raiii AlbetTo c. Nobleza Piccardo S.A. siDespidoW,Boletín
TemáticodeJurisprudencia de la CNAT, voz "lnterposiciiin y mediación.Sofidaridad(arts. 29 y 29
bis, LCT)", Actualizacibn 2015.
CNAT, Sala IV, 31/10¡12, "Sanabria, Daniel Manuel Amilcar c, CosrnéticosAvonS,A, y otro
slDespido", Boletín Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "lnterposicibn y mediación. S d i -
daridad (arts. 29 y 29 bis, LCT)", Actualización 2015.
onsabiiidad solidaria en el contrato de trabajo
-'" .-
169
La empresa de servicios eventuales entabla dos tipos de relaciones con sus tra-
bajadores,según: a) los contrate para prestar servicios en su sede, filiates, agencias
u oficinas o; 6) los contrate para prestar servicios en las empresas usuarias bajo la
modalidad de trabajo eventual.
El art. 29, in fine de la LCTes claro al determinar que los trabajadores contrata-
dos por empresas de servicios eventualesserán considerados en reiación de depen-
dencia, con carácter continuo o discontinuo, con dichas empresas.
En este sentido, el más Alto Tribunal ha resiieita que: "En las empresas de servi-
cios ternporarios, reguladas por fa ley de contrato de trabajo, la ley de empleo y su
decr.-regi. 342192, además del personal en relación de dependencia con carácter
Permanente continuo, hay trabajadores que realizan tareas bajo !a modalidad de
59 CNAT, Sala Vlil, 2/'10114, "Sosa, Marcelo Rvbén c. Benteier Automotive S.A. slDespido",
Boletín Temático de jurisprudencia de la CNAT, voz "Interposición y mediación. Solidaridad (arts.
9 LCT)", Actuaiización 2015.
2 9 ~ 2 bis,
2 70
-,-~--.,--. -- e---.,
-
Ricardo D, Hierrezuelo Pedro E Nuñez
CSJN, 19/8/04, "Faster S.R.L. c. AFIP", Boletitin Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz
"Interposición y mediación. Solidaridad (arts. 29 y 29 bis, LCT)", Oficina de Jurisprudencia, nov.
2007.
onsabilidadsolidaria en el contrata de trabajo 171
-- p.-""------d -p.--
--
mentada- de un modo determinado -discontinuos- los contratos del personal que se presta a
ias requirentes, es necesario puntualizar que el regimen del art, 6'de dicho decretoesdoblemen-
te incongruente, Por un lado, su inc. 19 al sostener que el~rabajadorsólotiene derecho a trabajar
efectivamente como rnaxirno con interrupciones de 60 dias corridos o 120 alternados en un año
aniversario, estáconrradjciendo toda la teoría de la dependencia laboral y, en especial, la idea de
inserdbn económica en la empresa, asícomo io establecido por ei art. 103de la LCT,norma de apli-
cación plena a los contratos del ar?. 29 de dicho cuerpo, y a tenor de la cual el salario se devenga
por la mera circunstancia de estar el dependiente a disposición del empleador. siendo a cargo de
este e( riesgo económico de poder utilizar o no esa prestación. Por el otro, es irrazonable la previ-
sión del inc. 6Oque autoriza al trabajador a considerarse despedido si el empleador no l e da ocu-
pación efectiva mediante nuevo destjno. Ello así toda vez que la agencia podría no cumplir el
deber del art. 78 de la LCTpor carecer de destinos o misiones, y no incurriría en incumptimiento
siempre que -en tales casos- lo mantenga en su sede a la espera de ocasión detrabajar pero co-
brandoel salario de su categoría. Justamenteen esta clase decontratos el deber de dar ocupación
efectiva se rnorigera y se debe adecuar a la posibiiidaddeque la agencia posea clientela en condi-
ciofiesde ser provista del personal en cuestión, segun su categoria. puesto o capacitación.
onsabilidd s l i d en el contrato de trabajo
-- --
2 73
- Extinción por incumplimiento: Los incs. f ) y g) del art. 5" del decr. 1694106se
ocupan de lossupuestosen que alguna de las partes incumpla consu obfigaci6n de
dar ocupación efectiva o reintegrarse a prestar tareas.
El primero de los incisos establece que una vez transcurrido ei plazo maximo de
interrupciónsin que la empresa de servicios eventuales hubiera asignado al traba-
jador nueva destino, éste deberá intimar en forma fehaciente par un plazodevein-
ticuatro horas la dacián de tareas, y en caso de no obtener resultado positivo, po-
drá denunciar el contrato de trabajo haciéndose acreedor de las indemnizaciones
establecidas en los arts. 232 y 245 de la LCT.
67 CNAT, Sala VIII, 11/5107, "Lobo, Miguel c. Gestión Laboral S.A. y otro siDespido", Boletín
Temático de Jurisprudencia de ia CNAT, voz "lnierposición y mediación. Solidaridad (arts. 29 y 29
bis, FCT)", Oficina de Jurisprudencia, nov. 2007.
176 Ricardo D. Hierrezuelo -Pedro E Múñez
-" , .a-.-,-. L ----------
la misma Sala resoivió que: "Cuando una empresa contrata los ser-
ubrir una exigencia extraordinaria de su giro empresario, no cabe
da que se halla unida al accionante por un vinculo de carhcter eventual (art. 99 y concs., LCT).
ro ia prueba de eventualidad de losservicjos no impide apreciar que, detodos modos, fue usua-
restación laboral del actor y que a la luz del párr. 3" del art. 29, y en e! art. 29 bis
considerada 'empleadora' a todos los fines legales. En cualquier caso, la usuaria
beser considerada empleadora del trabajador contratado por una irttermediaria, y a diferencia
10s supuestos contemplados en el art. 30 de la ley citada, su responsabilidadno es vicaria sino
ecta" (del varo del doctor Pirolo en mayoría).
"En el caso de solidaridad regulado en el art. 29 bis de la LC7; ahn cuando la empresa usuaria no
esplace en su rol de empleador al sujeto contratante -corno acontece en el supuesto previsto
n tos pirrs. l oy 2" del art. 29 de la LCT-, noes untercero en el contrato, asume el rol de empleador
tiene específicas obligaciones en materia registral, porto que a! menos en ios aspectos regula-
9 y 80 de i a citada ley, y en el ceñido marco de lo dispuesto en el decr. 1694106
ponsabilidada la empresa usuaria" (del voto de la doctora González, en mayo-
riai-CN~~,Sala l1,2314/10, "Aquino, Félix c. Cargos S.R.L. y otro slDespidoV,Boletín Mensualde
.Iurisprudencia de /a CNAT, no300, Oficina de Jurisprudencia, abr. 203 O-.
'' CNAT, Sala Iil,1114/00, "Calvo, Ana L. c. Edenor S. A. y otro", DT, 2000-3-1820.
73 CNAT, Sala VJll, 26/4/04, "Agastinellj, Hugo c. Suministra S.R.L. y otro siDespido", Boletin
Te~emAticodeivrisprvdenciade la CNAT, voz "~eriificadodetrabajoIart.80,LCT)", Oficinadeluris-
prudencia, jtii. 2007.
180 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E IVriñez
I art, 11 dei decr. 1694106 prevé que las empresas de servicios eventuales, res-
to de la facturación de sus servicios a las empresas usuarias deberán, además de
piir las normas que al respecto establezca la AFIP, observar lassiguientesdispo-
nes: "7. La factura o documento equivalente que emita la empresa de servicios
nfualesa la empresa usuaria del servicio deberá contener en forma discrimína-
tre otros, los siguienter datos: a) Precio del servicio de intermediación. 6)
eptos e importes de los gastos relacionados ron los rubros a que se refiere el
so preceden te. Deberáincorporarseen la factura como elemento informativola
tidad de trabajadoresque prestaron servicio en la empresa usuaria y el jmporte
de los ccinceptosasentados en el Anexo regulado en e l ap. 2" del articulo. 2.
ara parte integrantede dicha factura o documento equivalente, al solo efecto
la exigibilidad de su cobro y acreditación de pago, un anexo que deberá conte-
r la leyenda 'Anexo decreto no...'y cumplir con las formalidadespara su confec-
registracibn que a tal efecto determine e( Ministerio de Trabajo, Empleo y
dadsocial, en el que como mínimose deberá especificar: a) Importetotal de
rubros remuneratoriosy no remuneratorios, que correspondana los salarios de
trabajadoresque prestaronel servicio en la empresa usuaria. 6) Detalleeimpor-
de las contribuciones con desfino a la SeguridadSocial, originadaspor las rernu-
raciones aludidas en el incisoprecedente, indicando las que deben ser retenidas
r la empresa usuaria. c) El número de la factura de la que es anexo. Dicho anexo
ber4 conservarse en archivojunto con Ia respectiva factura o documento equiva-
te, por el mismo plazo establecido para estos últimos, conforme a las normas
ecificas a tal efecto, 3, l a falta de cumplimiento a lo dispuesto en los apartados
recedentes, esfará sujeta a la aplicaciónde lassancionesprevist~s en la Iey 7 7.683".
demás el art. 14 de la res. 1225/07 preve que las empresas usuarias, previo a
contratar una empresa de servicios eventuales, deberán contar con una certifica-
ción expedida por la Direcciónde Inspección Federai o con una impresiónde la pá-
gina web oficial de! MinisteriodeTrabajo en la que consteque se trata de una em-
presa habilitada, de acuerdoa loestablecidoenel artículoanterior.La normaagre-
ga que para aquellos casos en que hubiere sido imposible a la usuaria y a la empre-
sa de servicioseventualesacceder a la citada página web, bastará con que el dia de
la contratación una de las dos empresas lo solicite formalmente a! Ministerio de
Trabaja a través de ta oficina de ia jurisdicción, quien deberá expedirse en ei térmi-
no de cinco días hábiles.
En materia de extinción, el pago, la transacción o cualquier otra forma deextin-
ción efectuada por una de las empresas se extiende a la restante codeudora. Sin
embargo, hay que efectuar una distinción entre el pago realizado por cada uno de
ellas, para una eventual acción de regreso. Si es la empresa de servicioseventuales
la que satisface el crédito del trabajador, en principio, no tendría ninguna acción
de regreso contra ef contratante, de conformidad con lo dispuesto por el art, 841,
inc. 2"del CCCIV, por el cual debera estarse a la fuente y ia finalidad de la obligación
182 Ricardo D+Hierrezuelo - Pedro F. Múñer
*,----.- --,~-- -
o, en su caso, la causa de la responsabilidad.Esque el deudor directoy principalres-
ponsable del pago es el empleador, con quien se ha entablado la relación laboral,
por io que no sería procedente una acciór, de regreso contra quien la ley ha erigi-
do como deudor solidario de esa obligacidn.
En cambio, si fue la usuaria fa que debió pagar total o parcialmente el crédito
laboral al trabajador, estará legitimada para repetir del obligado principal la abo-
nado (art. 841, CCCN).
En cuanto a la cosa juzgada, rige el principio general establecido en el art. 832
del CCCNque determina que la misma no es oponiblea la codeudora que fue par-
teen el juicio, la cual puede, sin embargo, invocarla contra el coacreedor quesi fue
pane en la causa. Es decir, los efectos de la cosa juzgada se expanden a ia codeu-
dora en la medidadel beneficio(estoes, cuando la cosa juzgada tosfavorece)y úni-
camente contra el coacreedor que intervino en el litigio.
Volvemos a repetir que la solidaridad abarca sólo las obligaciones contraídas
por la empresa de servicios eventuales durante el lapso de extensión de los Zraba-
josefectuados para la usuaria, por lo que no podría exigirsele a ésta que su obliga-
ción comprendiera períodos ajenos a la contratación respectiva, sean éstos ante-
riores al inicio de los servicios o posteriores a su finalización.
Cabe destacar que en materia de Riesgos del Trabajo, el art. 2 O del decr. 762/14
estableció que los trabajadores provistas por las Empresas de servicios eventuales
para la prestación de las tareas definidas en el decr. no1694/06 deberán incluirse
dentro de la nómina salarial de la empresa usuaria, mientras se encuentren pres-
tando servicios para ella. Por su parte, el art. 3" dispuso que la ART contratada por
la empresa usuaria deberá cumplir con las prestaciones correspondientesestable-
cidas por 1a ley 24.557 y sus modificaciones, mientras el trabajador se encuentre
prestando servicios para dicha empresa.
Esta obligación cesa por las causales previstas en la LRTo cuando el trabajador
deje de prestar servicios para la empresa usuaria (conf.art. 4').
En sintonía con lo dispuesto en ei art. 29 bisde ta LCT, el art. SWdel decreto pre-
vé que la empresa usuaria deberá retener de los pagos que deba efectuara la em-
presa deservicioseventuaJes,los importescorrespondientesa ias cuotas de las ART,
que se deban pagar por los trabajadores eventuales que presten servicios en ella y
hacer el depósito respectivo.
Finalmente, el art. 6Oprevé que la empresa usuaria está obligada a denunciar a
su ART inmediatamente de conocido, todo accidente de trabajo o enfermedad
profesional que sufran los trabajadores dependientes de ta empresa de servicios
eventuales, que presten servicios pava la usuaria.
es, compuesto por representantesde los sindicatos con personería gremial con
ito de actuación personal en ia actividad principal de ta empresa usuaria, de la
iacion representativa de las empresas de servicios eventuales y de lasasociacio-
esentativasde las empresas usuarias, y tendrá por objeto evaluar las condi-
eneralesy particulares en quesedesarrolla la actividad para una mejor apii-
n de las disposiciones de la presente medida.
sea realizada por otrosujeto (cesionario), sea la cesión parciaio total, aunque aquél
conserva [a habilitación a su nombre.
Adviértase la amplitud de la norma que recuita irrelevantesi la misma es total o
parcial, o si lo que se cede es el establecimiento o la expiotación, siendo que ambos
términos son diferentes. En efecto, el establecimiento esta definido por el art. 6 O
de la LCTcomo ".., la unidad tkcnica o de ejecución destinada al logro de los fines
de la empresa, a travésde una o masexplotaciones". Es decir, el establecimientoes
5610 una unidad tecnica o de ejecuciiin que no goza de independencia económica
ni juridica en relaciOn con la empresa. Por su parte, se ha entendido por expiota-
ción el negocio continuado, la sucesiiin de actos mediante !os cuales una misma
empresa ejerce cierta actividad, Resulta irrelevante que los actos sean continuos o
intermitentes, ni que la empresa tenga propósito de lucro u otro diferente7.
Con respecto a ia habilitaci0n se la ha definido como el reconocimientoformal,
emitido por quien tenga autoridad para hacerlo, de que cierta persona es resgon-
sable de determinado establecimientoo explotación. En términos generales, es to-
do permiso de explotación o la obtención de una autorización para desarrollar cier-
tas actividades, utilizar espacios o prestar determinados servicios (corno por ejem-
plo, la utilización del espacio akreo; la explotación o utilización de trayectos otra-
zasviales, féreas, fluviales, aéreas, etcétera; licencias para explotar vehículos para el
transporte de pasajeros; habilitacionesadministrativaspara desarrollar actividades
específicas, v. gr. Aduaneras; el permiso concedido para instaiaryexplotar un quios-
co de periodicos).También debe incluirse la autorizacián conferida por una empre-
sa a otra, para que ejerza cierta actividad queesexclusiva de la primera. En este úiti-
mo supuesto, la autorización debe reunir dos condiciones para ser considerada
habilitación: ?)sernecesaria para el desarrollo lícito de la actividad, y 2) referirse a
toda la expiotación del cesionario o a la parte principal de ella2.
En cambio, se torna necesario diferenciar este supuesto de los previstos en los
arts. 225,226,227,228 y 229 de la LCT, pues no resulta de buena técnica creer que
el legislador haya regulado una mismasituaciOnjurídica en dos normas diferentes.
Así, mlentras e[ art. 30 de la LCTse refiere a la cesión total o parcial del estableci-
miento~ de la explotacibn habilitada a nombre del cedente, los restantesartículos
regulan la transferencia del establecimiento y la cesión de personal.
En el primer caso, se trata de una cesión de derechossin personal, ya que los tra-
bajadoresson provistos por el propio cesionario, sin que el cedente haya en algún
momento revestido el carácter de ernpleador de estos.
"Análisisde criterios dedecisión judicial -el articulo 30de la LCT", GAC (Grupo de Anali-
sjsde Criterios) dirigido por Ricardo Guibourg. 2004, p. 17.
GAC. "Anilisis de criterios de decisión judicial. El articulo 30 de la LCT", 2003, citado por
D'Arruda, "Cesión del establecimientosin carnbiodetitularidad", en Solidaridad/abora\enlacon-
tratación y subrontraracibn de servicjos, 2008, p. 50.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 187
_CIICII_-__lt -
En cambio, los arts. 225 a 229 de la LCTse refieren a verdaderos supuestos de
novación subjetiva a cambio de ernpleador, ya que, sea que se haya producido la
transferencia del establecimiento (artc. 225 a 228,lCJ) o la cesi8n de personal sin
esta blecimiento, los trabajadores previamente fueron dependientes del transrni-
tente o cedente, para luego pasar a las órdenes del adquirente o cesionario. En
efecto, el art. 225 prev6: "En e l caso de transferenciapor cualquier t/tu/odel esta-
blecimiento, pasarán al sucesor o adquirenre todas las obligaciones emergentes
del contrato de trabajo que el transrnitente tuviera con el trabajador al tiempo de
/a transferencia ...",el art. 226 establece que: "El trabajador podrá considerar ex-
tinguido el contrato de trabajo si, con motivo de la transferencia del estableci-
miento ...", y el art. 227 hace extensiva las disposiciones de tos dos articulos ante-
riores a los supuestos de arrendamiento o cesión transitoria del establecimiento.
Finamente, el art. 229 de la ICTregula la cesion de trabajadores sin estabfecimien-
lo, de ahí que se requiera la aceptación expresa y por escrito del trabajador.
En definitiva, mientras eI art. 30 de la LCTpreve la cesión de derechos de! esta-
blecimiento de la explotación parcial o total sin trabajadores, los arts. 225 a 229
regulan la transferenciadel estabiecimientocon el personal, o !a cesión de éstos sin
el e~tablecimiento.
Como bien apunta Foglia, la situación, entonces sería, !a de un sujeto de dere-
cho que cede su establecimiento en forma total o parcial, para que otro la explote,
a cuyo efecto este último, cesionario, cuenta con su propio personal. La norma ex-
tiende la responsabitidad por la via de la solidaridad a quien cede un estableci-
miento o expiotación a otro para que éste lo haga producir con sus empleados, por
cuanto de ello podría derivarse una situación de fraude. Considera que el legisla-
dor intentó prevenir el fraude que podría configurarse en el caso de insolvente e!
cesionario, ya que los trabajadores quedarían desamparados si no tuviesen acción
contra el que cedió las instalaciones para que la unidad productiva funcione, de-
biendo recordarsequeambos(cedentey cesionario) colaboran con el proceso pro-
ductivo. Ella sin considerar la hipótesis del fraude bilateral que podría configurar-
se si un sujeto le cede a otro, que es insolvente, un establecimiento o explotación,
contratando este UItirnoa lostrabajadores, y eventualmente compartiendo ambos
las utilidades3.
Por ende, y deconformidad conecte supuesto, quien ceda total o parcialmente
a otros el establecimien~ooexplotaciónhabilitado a su nombre, debe exigir al ce-
sionario ei adecuado cumplimiento de las normas reiativas al trabajo y losorganis-
mos de la seguridad socia!, siendo solidariamente responsabie de las obligaciones
contraídas con estos últimos durante el plazo de duración del contrato o al tiempo
En sentido contrario se ha expedido la Sala VI11 de la CNAT, al resolver que: "En el casa, la
empresa Shell CAPSA dio en locación un inniueble, adaptado. mediante la construcción de tan-
ques y otros elementos puramente edilicios, y la instalacibn de cañerías, bombas, fosos, sistemas
de lubricación, etcktera, para la explotación de un establecimientodel genero 'estación de servi-
cios', Pero ello nosignifica que, necesariarnente,setrataradeunestablecimientoque hasta enton-
ces era explotado por elia directamente, presupuesto 16gico y juridico de la cesian de su explota-
ción, en los?érrninosdel art. 30de ia LCT. Este noextiendecaprichosamente la responsabilidad a i
tercero, paraotorgaral trabajador un deudor m6s, cualquierasea, con la finalidad deafianzarsus
créditos, ioquecaracterizaa iassituacionesquedefineesque, de no haber mediadoel negociodel
que resuitb la asunción por el cesionario de la calidad de titular de la explotación, el empresoirio
princigaf hubiera sido ernpleador de ios trabajadores de aquél, Si no explotaba directamente la
estación de servicio desu propiedad, por ella instaiada y adaptada para esa explotación, no era
titular de ese establecimiento concreto, y no pudo, en el marco del art. 30 ya citado, cederlo de
cualquier manera y pasar a ser el empresario principal en la dirtribucibn de roles derivada de esa
norma. Se encuentra en la misma situación en la que se encontraríael otro codemandadosi, en lu-
gar de explotar la estación de servicio, hubiera cedido a un tercero sus derechos como locatario"
(CNAT, Sala Vlli, 29/12/04, "Medori, Darío y otros c. Shell CAPSA y otro siDespido", sent. 32.329,
Boietín Temático de Jurisprudencia de ia CRIA7; voz "Soiidaridad. Art. 30, LCT", Oficina de luris-
prudencia, jun. 2007).
CNAT, Sala iit, 14/3/05, "fernandez, Maria J.c.Servi BurgS.A. y otros", TySS, 2005-414.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 189
h "m
CNAT, Sala X, 22112108, "Olivea Piazzoli, Richard M. c. Provincia Servicios de Saiud C.A. y
otro", en "Revista de Derecho Laboral y Seguridad Socia t", nD7,abr. 2009, p. 616.
CNAT, Saia ll,23/6/09, "~iscitelli,~odolfoc.3ASAS.A. yotrosl~espido",en RañaSa, "Ctres-
times societarias vinculadas ai derecho del trabajo", en Cuestiones rocietarias y fidPicomiso en el
derecho del trabajo, 2009. ps, 468 y 469.
CNAT, Sala lll. 23/7/08, " ~ a ~ a v e d r aalt
, ter ~ s v a l d oy otro c. Señal Económica S.A. y otros
slDespidoU,en intranet.pjn.gov.ar.
190 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro P: ~Vtiñez
I I ~ - - - I I I I I - ' I I I I 1 l - I i - ~ l ~ ~ . ~ " I I . " .
Mas complejo resulta, en cambio, el análisis del segundo de los supuestos, cuya
extensión yalcancesdesper'caronel interés de la doctrina y de la jurisprudencia, in-
mediatamente después de la sanción de la ley 21.297, dando lugar a dos posturas
polarizadas, que se siguen manteniendo hasta el presente,
Por ello, se torna necesariodeterminar, en primer término, los fenómenos de la
contratación y lasubcontratacióny, más modernamente, tos de externalizaciónde
funciones y descentralización praductiva, con la consecuente tercerización y frag-
mentacibn de los procesos productivos (aunque en forma somera, ya que se estu-
diaran con profundidad en el último capítulo); para finalmente analizar los alcan-
ces que se le han asignado a la expresión "actividad normal y especifica propia del
CNAT, Sala II, 25/9/08, "Riti, Paola c. Techno Retaii S.A. y otross/Despido", en intranet.pjn.
gov.ar.
'O CNAT, Sala VI, 30/9109, "Midolo, Sebastián c. Traylon 5.A. y otro siDespidoW,Boietin Men-
sualde Jurisprudencia de la CNAT, no294, Oficina de Jurisprudencia, sep. 2009:
SCBA, 10/12/14, "Ballerena, Enrique E. c. Pascua!, Craciela M. y otro slDespido", DI",ano
LXXV, no 7, jul. 201 5, p. 1388.
i
1
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
-"- - e - -
191
El empresario, para alcanzar los fines de la empresa que dirige, puede utilizar a
sus propios empleados, a los cuales contrata directamente.Pero también puede de-
legar parte de su actividad mediante la contrataciónde otra u otras organizaciones
empresariales, lasqueconrnediosypersonal propio contri buyen,en mayor o menor
medida, al logro delos objetivosde la primera. Esta delegación, que encuentra jus-
tificación en razones de especialización, complejidad, estrategia o simple conve-
niencia, ha dado lugar a la aparición de las figuras del contratista y subcontratista,
cuya identificaciónse impone porque en la actualidad resulta impensable que una
empresa pueda cumplir sus metas sin recurrir a este tipo de contrataciones.
Como bien enseñaba Krotocchin, es contratista quien, disponiendo de elemen-
tos propios de trabajo y cierta solvencia econámica, presta servicios o realiza obras
para otro por su cuenta; dependiendo su caiificación de criterios económicor y so-
ciológicos más que jurídicos12.Para De Diego, empresa contratista es !a que con-
trata una empresa principal, sea para desarrollar su actividad en el estabfecimien-
'io de ésta o para ejecutar fuera de él, dentro de la misma actividad, alglin servicio
o trabajo13.
En la doctrina españoia, Alonso Ojea esboza una definición comprensiva de
ambas figuras al decir: "El empresario real (contratista) que 'asumiendo los ries-
gos, obligaciones y responsabilidades propios de dicha condición de empresario'
(Sentencia del Tribunal Central de Trabajo, 3Qdemayo de 1977), con 'una organi-
zación y gestión propias' (Rodríguez-Piñero), asume la realización de obras o ser-
vicios cuya ejecución le confía a otro (empresario principal), para s i propio o para
la ejecución de un encargo que a su vez ha recibido de otro empresario, en cuyo
caso 6ste es el principal, lo que quiere decir que el ~ontratistasubcontrataparte de
su encargo (apareciendo entonces la serie empresario principal -contratista-
subcontratista)" 14,
García Ortega expresa que mediante la contrata (y la jurisprudencia españota
ha equiparado la concesión administrativa a ella) un empresario (principal) enco-
mienda parte de su actividad (ya sean obras o servicios) para que, a cambio del pa-
go de un precio, sea ejecutada por otro empresario (empresarioauxiliar o contra-
tista principal) quien, a cu vez, puede desgajar parte de la actividad asumida y en-
Desde una óptica laboralista puede sostenerseque, sin perjuicio de que lossuje-
tos partes en la subcontratación son tres, vinculados por dos contratos de natura-
leza civil o comercial, la subcontratacibn proyecta susefectos sobre los dependien-
tes del subcontratista, quienes sin integrar la estructura negocia1descripta, apare-
cen involucrados en la misma por imperio legal1*.
En cambio, la tesis amplia asimila la subcontratací0na la descentralización pro-
ductiva, por lo que entrarían dentro de la figura todos los supuestos en los cuales
una empresa externaliza parte de su actividad en otras, que se valen de !a presta-
ción de servicios de personal dependiente para el cumplimiento de la labor enco-
mendada.
Rivero Lamas se refiere a esta dualidad terminolbgica al expresar que la sub-
contratación designa en el lenguaje econ6mico empresarial, y también en su ver-
sión inglesa, la forma mas común de descentratización productiva mediante el uso
de contratas, esto es, la exteriorización de una parte del proceso productivo de la
empresa utilizando la contratación con otras empresas, cualquiera que sea ;a for-
ma contractual que se utilice, denominándose genéricamente subcontratista al
que ejecuta directamente las funciones descentratizadas. Sin embargo, el uso que
se hacedel término subcontratación en ef contexto del art. 42 del ETpretende ex-
tenderse tanto a la mencionada significación económica como a los supuestos en
los que ei contratista, que se ha comprometido a realizar obras o servicios para !a
empresa principal, decide pactar con otrou otros contratistas ia realizaciónde una
parte de aquellos1g.
Raso Delgue, si bien coincide con la posición estricta, esdecir, aquellaque supo-
ne la existencia de doscontratos, ambosde naturaleza civil o comercial, considera
que el contrato principal no debe identificarse necesariamente con un contrato
importante en términos económicos. Ejemplifica con [a relación existente entre eI
cual el subcontratante crea a favor del subcontratado una nueva posición contrac-
derivada de la que aquel tiene en el contrato principal (conf. art. 1069, CCCN).
blece que en los contratas con prestaciones pendientes estas pueden ser sub-
ratadas, en el todo o en parte, a menos que se trate de obligaciones que re-
ten prestaciones personales (conf. art. 1070, CCCN).
3 - Contrataciónvertical y horizontal
24 -
López Centeno - Fernandez Madrid, Ley de Contratode Trabajo comentada, t. 1, ps. 258
y 259.
VVazquez Vjalard (dir.), Tratado dederecho del trabajo, t . 2, p. 358.
Moreno, A/gunosaspectos de la soiidaridad en elderecho del trabajo. Interposición y rne-
diacion, subcontratati6n y delegación, LT,XXXIV-A-561.
-Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 201
il - Posición estricta
En cambio, la corriente que postula una interpretacibn estricta de los alcances
de esta expresión, entiende que sOlo deben incluirse aquellos servicios o trabajos
que están Intimamente reiacíonados con la actividad de la empresa, y que no se
pueden escindir de la misma sin alterar el proceso productivo, con exclusión de
aquellos que resultan secundarios o accesorios.
En esta línea argumenta1 se encuentra el pensamiento de Guibourg, quien re-
marca la importancia de la reforma introducida por la fey21.297, paraconcluir que
en principio se encuentran excluidas las actividades acce~orias~~. También Lima,
anatizando el antiguo art. 32 de la LCT, explicabaque "actividad normaly específi-
ca es la habitual y permanente del establecimiento, osea la relacionadacon la uni-
dad técnica o de ejecución destinada al logro de los fines de ta empresa (art. 6',
LCn", debiendo descartarse fa actividad accidental, accesoria o c ~ n c u r r e n t e ~ ~ .
Fernandez Gianotti refiere que ei texto es claro en el sentido de limitarse a los
supuestos en q u e analizadas las finalidades para las cuales funciona el estableci-
miento-acuyo efecto resultará esclarecedor examinar el contratosocial, locesta-
mención del art, 30 referida a los "trabajos o servicios" puesto que, literatrnente
entendido, eso es io que hace también el intermediario.
Asi, porejemploen Uruguay, algunocautoresafirmanque !a Iercerizacióninvo-
lucra a las actividades secundarjas o compiementarias y no a aquéllas que consti-
tuyen la actividad principal y básica de la empresa.
En nuestro país, esta discusión que se da en el pais vecino resulta abstracta, ya
que del análisis del art. 30 de la LCT, no sota se infiere que esta distincion es acep-
tada, sino que incluso las actividades periféricas o secundarias no son materia de
regulación, y se encuentras excluidasde cualquiertipo de protecciónen la que res-
pecta a la responsabilidadsolidaria.
No obstante lo expuesto, la discusión en Argentina gira en torno a los supues-
tos en que ia subcontratación encubre una provisiun de mano de obra. Así, Tosca
señala que se observa cuando una empresa aprovecha los servicios personales de
trabajadores enviados por otro sujeto, quien no reconoce, o no deja ver nitida-
mente su calidad de proveedor de personal, sino que se presenta como una orga-
nización que con su propia estructura provee un servicio u obra; pero resulta que
tampoco logra observarse una estructura autónoma complementando, con me-
dios técnicos propios, propios, la actividad de quien aprovecha los servicios. Macha-
do coincide con esta posición y señala que cuando tos trabajos o servicios prometi-
dos por /a subconeratista sesuperponen hasta la confusióncon los trabajadores mis-
mos que los prestan, por ser ellos el medio exclusivo o daramente preponderante
de Ios que se vate para aicanzar el resu!tado contractual, corresponde aplicar Ia
normativa propia de la intermediación que no distingue en punto a la inherencia
o na del objeto de la tercerizacián. Ejernplifica con la contratación de los servicios
de limpieza y vigilancia, en losque la provisióndel servicio se agota con el suminis-
tro de las personas que realizan ese trabajo, produciendo en algunos casos, el des-
plazamiento de ciertos oficios tradicionales (portero o sereno en el caso de la vigi-
lancia), con la única diferencia formal dequeel contratoviene imputadoa unsuje-
to distinto de quien en realidad se sirve de Ia prestación.
Esta posición exige necesariamente que el subcontratista cuente con un esta-
blecimiento propio, lo que lleva a reformuiar este concepto, ya que el art. 30 per-
mite que los trabajos realizados por aquél sean prestados dentro del estableci-
miento de la contratante, estableciendo en este caso la solidaridady no la imputa-
ción de relacion de dependencia directa como lo hacia originalmente el art. 32 de
!a ley 20.744.
Por otra parte, conviene remarcar que aun cuando adhiramos a la postura es-
tricta, conviene señalar que existe una difusa línea divisoria entre lo principal y lo
accesorio, que ha dado lugar a opiniones encontradas, incluso entre los que sos-
tienen esta postura.
Por ejemplo, !a Sala V de la Cirnara Nacional de Apelaciones del Tra bajo, enten-
dió que las tareas de vigilancia eran accesorias y secundarias, cuando la actividad
206 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núñez
principal era la telefonía pero, a la inversa, concluyo que era propia y es-
pecifica cuando ia empresase dedicaba al negocio
Esto en modo alguno importa concluir queestamocen presencia de sentencias
contradictorias, sino que marca la elasticidad de fa expresión utilizada por el legis-
lador para que la descentralización de una misma actividad pueda ser inescindibie
de la principal en un caso, y secundaria en el otro.
Desde esta perspectiva,es perfectamente factibleque dos personas o juzgados,
o incluso máximos tribunaies, adhiriendo a una misma postura, arriben a concfu-
siones opuestas al tener que decidir sobre la naturaleza principal o accesoria de
una determinada actividad tercerizada.
Nuestro Maximo Tribunal en su integracibn anterior reiteró sistematicamente
el criterio rígido en la interpretación del art, 30 de la LCT,a partir de los famosos
fallos "Rodríguez, luan R. c. Compañía EmbotelladoraArgentina 5.~."~Oy "Luna,
Antonio R. c. Agencia Maritima Rigel S.A."47, sosteniendo en este último que: "la
solidaridad está impuesta ex lege a las empresas (organizacian y gestión propia
que asume los riesgos, obligacionesy responsabilidades), que teniendo una activi-
dad propia normal y específica o habiéndose encargado de ella, estiman conve-
niente o pertinente no realizarlo por sí en todo o en parte, sino encargar a otra u
otros esa realizaciiin de bienes o servicios. Ello debe determinarse en cada caso
atendiendo al tipo de vinculación y asunción de riesgos empresariales. La asigna-
cian de responsabilidad no ha sido establecida por la ley sin m i s requisitos que la
sola noción de que algunas actividades resultan coadyuvantes o necesarias para el
desenvolvimientoempresario. Si tanta amplitud fuera admitida mediante la inter-
pretación judicial, caería en letra muerta no solo el texto legal, sino la posibilidad
cierta de que más ernpresasasuman los riesgos propiosdei desarrolto económico".
Concretamente en los autos "Escudero, Segundo R. y otros c. Nueve A s . A . " ~y ~
"Pedernera, Carlos A. y otro c. Jozarni, Alfredo y otro"43-que después analizare-
moscon detenirniento-, la Cortesupremaencu integración anteriarconcluyóque
las servicios de gastronomía son accesorios cuando la actividad de la principal es la
"defensa, fomento y promoción de todo lo concerniente aI patrimonio agropecua-
rio del país", en el primer caso (Sociedad Rural); o cuando estamos en presencia de
un Club (Libanks) cuya actividad es social, recreativay cultural, en el segundo.
Por su parte, en Espana, el art. 42 del ET está redactado en términos similares a
nuestroart.30de la LCT, ydio lugara dos posturassimilaresa las que sedebaten en
nuestro país.
Ahora bien, el Tribunal Supremo espafiol tuvo oportunidad de unificar la doc-
trina, oscilando la cuestión entredos posicionesque atendían a lo "indispensable"
y a lo "inherente". Lo indispensable {postura amplia) permitia integrar al concep-
t o todas aquellas actividades que fueran necesarias para la organización del ira-
bajo y lo inherente (postura estricta) sólo inciuia las actividades propias del proce-
so productivo. El Tribunal Supremo, en una sentencia del 24de noviembre de 1998,
resolvió inclinarse por Ia segunda posición dedarando que: "si se exige que las
obras y servicios que se contratan o subcontratan deben corresponder a la propia
actividad empresarial del comitente, es porque el legislador esta pensandoenuna
limitación razonable queexcluya una interpretacidn favorable a cualquier clase de
actividad empresarial y que la interpretación amplia anula el efecto del mandato
de! art. 42 del Estatuto de los Trabajadores que no puede tener otra finalidad que
reducir lossupuectos de la responsabilidaddel ernpresari~"~~.
Lo paradójico es que el Tribunal Supremo español consideró en ese caso con-
creto que el servicio de comida en un colegio formaba parte esencial de su activi-
dad; nuestra Corte Suprema, en relación con el servicio gastronómico, sostiene lo
contrarío.
Eso se debe a que la solución no es semántica sino esencialmente cacuística, y
aun cuandose sostenga la misma línea de pensamiento, en el casoconcretosepue-
de arribar a condusiones disimiles. Así, en lo que se refiere a la concesión del servi-
cio de restaurante, dos Saias arribaron a soiuciones opuestas, pese a tratarse de la
misma actividad e inciuso de la misma demandada. La Sala l resolvió que "...el Cen-
tro Argentino de Ingenieros es una asociación civil que agrupa a profesionales, sin
que en la causa se haya demostrado concretamenteque su actividad esté referida
o subsidiariamente determinada por la actividad gastronomica que, mediante
concesión, se despliega en su sede, ya quesuprimida esta, noseveríanalterados los
fines y propósitos de la entidad ni los derechos de los socios. Por ello debe conside-
rarseque no integra la actividad normal y específica de dicha institución. Bien pue-
de considerarse una actividad accesoria o coadyuvante, pero eso no significa que
este incfuida dentro del art. 30 de Ia LCTde acuerdo al textci vigente al momento
--p.-
Publicaciones del Ministerio &Trabajo y Asuntos Sociales, 2000, ps. 251 a 326. Agrega este autor
que: "La idea de propia actividad puede funcionar con coherencia cuando nos movemos dentro
de un modelo generalizadanientecentralizadode ejecución del conjunto del ciclo productivo por .
parte de una misma empresa, pero se compadece mal con el paso a formulas en las quecadavez se
acentúa mas la descentralización y, en particular, cuando la misma afecta al sector servicios de la
economia. En efecto, dentro deun modelocentraiizado, las cantratasconRituyen eiernentoscorn-
plementariosdentro del conjunto de la organización empresarial, por lo que, de un lado cuanti-
tativamente resultan poco relevantes en lo econOrnicoy en el numero de asalariados afectados y,
sobre todo, habilita con cierta facilidad una identificación cocioiiigica de las funciones que coristi-
tuyen la llamada genericamentepropia actividad de la empresa principal y, por exciusión, lascon-
tratas no cubiertas por esta garantía de respansabiiidad solidaria").
Es por ello que el Máximo Tribunal nose limito a descalificar lasentencia corno
acto de imparcial administraci6n de justicia5* sino que, en uso de iac facultades
---
nosindica la doctrina civitistay la jurisprudencia, aunque la distincidnreórica entre ambos negocios
esta clara, no ocurre lo mismo con su diferenciaciiin práctica. En efecto, se nos indica que el arren-
damiento de obra {empresa) se diferencia de la compraventa de cosa futura en que en el arrenda-
mientodeobra la actividad del empresario le es encargada por el dueno, y hasta la cuiminación de
l a obra es el dueno el que asume la titularidad o propiedad de !os avances, porciones o parciaies
resultados que se obtengan. El empresario se obliga a ejecutar y, al tiempo que ejecuta, el pro-
dudo entra en el patrimonio del duefio. Por e{ contrario, en la compraventa a lo que se obliga el
vendedor esa entregar, diferencia quese acentúa en loscasosenquelaobra que se entregaoque
se ccmpratiene por base l a edificacibn urbana.
"En lacompraventa nosólo existe un producto oservicio dispensado por la otra parte, sinoque
puede ser condicionadopor instruccionesdela empresa principai, deforma que nose adquiera un
producto oservicioestandarizado, sino uno especificamentedisehado para el comprador -el de-
nominado fenómeno de la personalitación-, lo cual oscurece aun mas la distinción entre arren-
damiento y compraventa, en tanto que la misma se ha hecho residir precisamente en la ausencia,
en este tiltimocaso, de ins.trucciones por la empresa principal, locuaisisedabaen e! primero". Del
Rey Guanier, Apropbsilo de los requisjtosdelarticulo42. T TRET y en e$ppecia/sobrela propia acti-
vidad: notas a la luzde la STSdel24 de noviembre de 1998, en libro de ponencias del "XCongreso
Nacional de Derecho de Trabajo y de la Seguridad Socíal", Zaragoza, 28 y 29/5/99; Coleccion infor-
mes y Estudios, Serie Reiaciones Laborales n028,2000, ps. 329 y 352.
5t CSJN, 75/4/93, R 317, XXIII, "Rodríguez, h a n R. c. Cornpahia Emboteltadora Argentina S.
A. y otro", TySS, 1993-47 7.
tos fundamentosvertidos por la Corte Suprema para descalificar la sentencia por arbitra-
riedadfueron tres: omitir examinar la distinciónentreobjetoy actividad social; limitarsea afirmar
que Pepsi habia segrnentadosu proceso productivo y segregadofuncionesque le son propias, sin
considerar la negativa que al respecto planteolarecurrente; y omitir unaapreciacíbncrítica de los
elementos relevantcsde la iitis en el punto discutido (veanseconsids. So y 6').
-
A
212
-
*-
-
-
Ricardo D.Hierrezuelo Pedro E Núiez
",-
55 CSJN, 14/3/95, "Gauna, Tolentino y otro c. Agencia Marítima Rige1 S. A. y otros", TyS.5,
1995-351.
-- 2 17
Responsabilidadsolidariaen el contrato de trabajo
""-.-, +
-'"-.
61 CSJN, 1515101, "Dubo Pedernera, CarlosAiberto y otro c. Jozami, Alfredo y otro", 0.22.
XXXV,en in.lranet.pjn.gov.ar.
226 Ricardo D. Hierrezueio - Pealro E Múñer
había hecho lugar a la demanda contra la empresa para la cual trabajaba el actor
haciendo la condena extensiva a ta firma cademandada por aplicación del art. 30
de la ICT,señalando que para determinar la solidaridad cabe establecer si los tra-
bajas o servicios contratados corresponden a la actividad normal y especifica del
establecimiento principal.
Contra dicho pronunciamiento, el Instituto Rosenbuch S. A. interpuso recurso
extraordinario que al ser denegado motivó la queja del mismo.
La Corte hizo lugar al recurso interpuesto y rechazó la demanda, al adherir a los
fundamentosvertidosporei procuradorgeneralde la Nación. Paraasídecidir,seña-
ló que: "Resultan inaplicables lar previsionesdel art. 30 de la LCT,contra la empre-
sa cuya actividad principaly propia es la de producir una vacuna animal con referen-
cia a las obligaciones laborales asumidas por la empresa contratada a fin de surni-
nistrarle la materia prima necesaria para producir el medicamento de referencia".
Asimismo indicá que: "Incurre en arbitrariedad el pronunciamientojudicial que,
sobre la base de una pauta de excesiva laxitud, aplica contra una empresa las pre-
visiones del art. 30 de la LCTpara hacerla responsable del pago de una deuda aje-
na ya que, en resguardo del derecho de propiedad, debió extremar el análisís del
supuesto particular atendiendo a los hechosínvocadosy las pruebas aportadas". Y
"La télesis del art. 30de la LCTes la de evitar situaciones defraude que pueden dar-
sea partir de la utiIizaci6n por parte de las empresasde tercerascontraladososub-
contratados para la realización de tareas que fe son propias con ei objeto de diluir
la responsabilidad del obligado principal frente al trabajador, siendo, en conse-
cuencia, inaplicabletal norma cuando entre las empresas sólo existe una relación
comercial destinada a promover una determinada materia prima osutransporte".
rida, resulta de vital importancia y corresponde enmarcar en los términos de! art.
30 de la LCT. Ello es asi, dado que se trata de una prestación integrada en forma
normal y permanenteal establecimiento ysi bien, de naturaleza secundaria, coad-
yuvante y necesaria o imprescindible respecto de la actividad principal de la aso-
ciación civil.
Contra dicha decisión, el Club Atlético Boca Juniars dedujo recurso extraordi-
nario, el cual fue denegado, lo que provoc6 la queja dedicha codemandada, pues
a su entender la sentencia era arbitraria y vulneraba las garantías establecidas en
los arts. 16 a i 9 y 34 de la Ley Fundamental, por cuanto:
a) Se trataba de una asociación civil que desarrollaba una actividad eminente-
mente deportiva y los trabajos en examen no complementan ni coadyuvan
a l cumplimiento de su fin u objeto normal.
6) No se ha probado que existiera una unidad técnica de ejecución entre la
apelante y su contratista de acuerdoal art. 6' de la ley 20.744, maximefren-
te a la doctrina de C5jIV-Fallos,316:713.
c) La cancesión fue pactada por la apelante sin contraer riesgo crediticio res-
pecto de la actividad de la concesionaria, que actúa por su cuenta y propio
riesgo, sin que medie posibilidad de ingerencia en el manejo de su personal
por la concedente.
d) Carece de sustento et juicio por el que se derivaba de la concesión la conde-
na solidaria de la codernandada.
CNAT, Sala IX, 31/3/70, "Górnez, Florencia Reneec. PuntoTrading S.A. y ~~trosc/f)espido",
Boletín Mensualdelurisprudencia dela CNAT, n0299,Oficina delurisprudencia, mar. 2010.
CSJN, 3011U14, incidito.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 237
--"-
72 CNAT, Sala 11, 25/8/05, "Otazo, Rosa C. Club Francés Asoc. Civil y otros sIDespido", expte.
7356104, sent. 38.71 8. Boletin Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Solidaridad. Art. 30,
LCT", Oficina de lurisprudencia, jun. 2007.
73 CNAT, Sala Vil, 2214105, "Monteo, Lirio c. Jockey Club Asoc. Civil y otros slDespidoU,expte.
6890103, sent. 311.439, Boletín Temático de Jurisprudencia de !a CNAT, voz "Solidaridad. Ari. 30,
LCT", Oficina de Jurisprudencia, jun.2007.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 239
- - -+- - - -
74 CNAT, Sala Vlli, 31/5/04, "Aicaraz, Angel c. jet Flash S.A. y otros s/Despido", expte,
16.314/00, sent. 31.902,Boletín Rrnatico de jurisprudencia de /a CNA'I; "Solidaridad. Art. 30.
LCT", Oficina de jurisprudencia, jun. 2007.
75 CNAT, Sala VI, 79/12/02, "Gigante, Sergio c. Food 8r Co. S.A. y otro slDespidoW,
expte.
17.845101, sent. 55.653, inédito.
76 CNAT, Sala 1V, 22/2/01,"Vernazza Paganini, Patricia c. Comidas Argenlinas S.A. y Otro
sIDesp~do",expte. 9106t98, sent. 86.378, Boletin Ternirico de Jurisprudencia de /a CNAT, voz "50li-
daridad. Ari. 30, LCT", Oficina de Jurisprudencia,jun. 2007.
240 Ricardo D.Wierrezuelo- Pedr0.ENúñez
- - -m -~*---"-
77 CNAT, Sala 111,10111103, "turti, lorge y otros c. Guiierrer, Nartcy y otro slDespida", expte.
7973102, seni. 85.394; Ídem, Saia X, 17110/05, "Herrera, Nerio c. Degac S.A. y otros siDespido",
expte. 12,935, sent. 13.970, Boletín Temát~codelurisprudenciadelaCNAT,voz "Solidaridad. Art.
30, LCT", Oficina de lurisprudencia, jun. 2007.
78 CNAT, Sala IX, 13/5/04, "Pantuso, Jorge c. Desag S.A, y otros s/Despidon,expte. 20.206l02,
sent. 11.487, Boletin Tematko de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Solidaridad. Art. 30, ICT", Ofi-
cina de jurisprudencia, jun. 2007.
79 CNAT, Sala VI, 16/11/04, "Barrera, Javier c. Organizaci6n Centauro S.A. y otro siDespidoN,
expte. 30.437102, sent. 57.631, Boletín Temático delurisprudencia de la CNAT, voz "Solidaridad.
Art. 30, ICT", Oficina de Jurisprudencia, jun. 2007.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 241
--
"Una empresa de transportes de personas por vía ferroviaria tiene un objeto dife-
rente a una empresa de vigilancia, y ambasempresas también difieren en cuanto a
su actividad normal y específica, por lo que no corresponde declararlas salidaria-
mente responsables en los términos de! art. 30 de la LCT80.
En el segundo caso, mientras la Sala 111 consideró que la vigilancia en el consorcio
no formaba parte de su actividad principal, la Sala V arribó a un criterio diferente.
En efecto, la Sala ili señaló que: "Si bien no puede negarse que ia seguridad resulta
hoy dia un elemento de importancia para un consorcio de propietarios, ello no
implica calificar a tal tarea romo normal y especifica de la codemandada. Por el con-
trario, se trata de una típica actividad accesoria y conceptuaimente escindible, ya
que no conforma una entidad técnica de ejecución entre la misma y su contratista,
pues, de hecho, podría no prestarrey en nada afectaría al funcionamiento esencial
del edificio, lo que imponedesechar la aplicación al caso de las disposicionesdel art.
30 de la L C T " ~ ' .En cambio, la Sala V ha dicho: "Tantode la ley 12.981 comode la CCT
306198 surge que las tareas de vigilancia del edificio constituyen labores o servicios
que se hallan dentro de Ios propios del consorcio, a punto tal que se prevé conven-
cionalmente !a categoría respectiva por las partescolectivasfirmantesdel convenio
ya citado. Por ello, si el actor sedesempeñó curnpliendotareasde vigilancia del con-
sorcio, éste debe responder solidariamente en los términos del art. 30 de la I C T ' ~ * .
Finalmente, en lo que respecta a la contratacibn de los servicios de limpieza,
también se aprecian sentencias en ambos sentidos. Así, en !o que respecta a la lim-
pieza en un supermercado, la Sala 111 rer;oIviÓ: "En un supermercadode la enverga-
dura de los que explota la codemandada (Norte S.A.), dedicados a la venta, entre
otros, de productos alimenticios, lo que es público y notorio, no se puede prescin-
dir en modo alguno de la limpieza en forma continua, motivo por el cual la misma
constituye una actividad normal y específica del establecimiento que posibilita ei
cumpijmientodesufinalidad empresaria; estoes, la canfiabilidad de los productos
provenientes en un lugar adecuadamente limpio e higiéni~o"~3. En sentido con-
80 CNAT, Sala Vlfl, 26/8/04, "Carrara, Arnhrico c. SeguridadGrupo MaipD S.A. y otro s/Despi-
do", expte. 22.104/02, sent. 32.035,Boletin TemaUco de Jurisprudencia de la CIVAT, voz "Solidari-
dad. Art. 30, LCT ",Oficinadelurispruden~ia,jun. 2007.
CNAT, Sala Iil, 29/11/02, "Lodi, Bernardo c. Phoebus S.R.L. y otro siDespido", expte.
23.335100. senr. 84.335, Boletin Temático delurisprudenria de la CNAT, voz "Solidaridad. Art. 30,
LCT", Oficina de Jurisprudencia, jun.2007.
82 CCNAT, Sala V, 29/4/03, "Arague, iuan c. Segubank S.R.L. y otros siDecpido", expte.
10.363100, senl. 66.410, Boletín Temático delurisprudencia de la CNAJ,voz "Soiidaridad. Art. 30,
LCT", Oficina delurisprudencia,jun. 2007.
83 CNAT Sala lli, 21/5/04, "Asia, Lidia c. Supermercados Norte S.A. $/Despido", expte.
17.852102, sent. 85.863, Boletín Temático de Jurisprudencia de /a CNAT, voz "Solidaridad.Art. 30,
LCT", Oficina de Jurisprudencia, jun. 2007.
242 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Mrifiez
trario, ia Sala Vlll en relación con el mismo supermercado, indicó que: "El art. 30 de
la LCTgira en torno dei concepto de "establecimiento", esto es, de la "midad téc-
nica de ejecuci6n" del proceso productivo de bienes o servicios (art.,'6 LCi). Si no
hay estabiedmiento no existe sustrato material de la cesibn, contratación o sub-
contratación, y nose configura la situación regulada por el art. 30citado. Es lo que
ocurre con un supermercado, en el caso Norte S.A., pues no es una empresa de lim-
pieza, por ello no explota un establecimiento de esa naturaleza, y no es responca-
ble, en los términos de la norma en cuestión, por las deudas del concesionario del
supermercado explotado por quien sí lo es"84.
A continuación realizarnos una reseña jurisprudencia1 marcando las distintas
posturas asumidas por las distintas Salas de la Cámara Nacional de Apelaciones del
Trabajoy de la Suprema Cortede la ProvinciadeBuenosAiresen los últimostiempos.
Reseña de fallos
1. Vigiiancia
2 - No resulta concebible que una empresa quese dedica a l negocio bursitil pueda
cumplir su objetivo sin custodia alguna, sobre todo teniendo en cuenta la constante y
permanenteexistencia de títulos y valores de toda clase, casi asimilable a la operato-
ria de una entidad bancaria. De tal modo, tanto la empresa de vigilancia como fa bur-
sátil son solidariamente responsables en los términos del art. 30 de la LCTde las obli-
gaciones'derivedasde la relación de trabajo. {CNAT, Sala V, 22/2/02, "Ramos, Modes-
to c. Finanflower Bursitil S , A. yotro siDerpido", TyS5,2003-1411.
6 - Las tareas que realizaba ei actor como vigilador principal en un hotel, que incluían
supervisiOn general como así también fiscalizar el trabajo del restante personal de
vigilancia haciendo recorridas, realizando un control general de los accesos y movi-
mientos dentro del hotel, tenia una importante injerencia para que por su interme-
diose lograra el objetivo final que era brindaruna mayorseguridada las personas que
se alojaban en el hotel, y en deiinitiva beneficiarse con ello. Aunque esta actividad es
coadyuvante y accesoria a la actividad del hotel, lo cierto es que de esa forma brinda
una mayorseguridada quienesallisealojan(consecuenciadeiincrementodela delin-
cuencia), que en definitiva hace a la actividad normal y habitual aunque accesoria de
la principal. Por ende dicho servicio resulta inescindible para cumplir con ei objeto
social del consorcio demandado. Losserviciosdeseguridadprestados por intermedio
de¡ actor encuadran en su actividad "normal y especifica", determinada según el cri-
terio de unidad técnica o de ejecución (arl. 6", LCT).De allí que el consorcio code-
mandado deba responder solidariamente junto a la empresa de seguridad frente ai
actor, en iostérminosdelart. 30de la f CT. LCNAT, Sala f, 3019/14, "Sosa, Víctor Damiin
c. Urban Prevention S.A. y otro slDespido", Boletín Mensua! de Jurisprudencia de la
CNAT, no 346, sep. 20241.
244 Ricardo D.Hiermuelo - Pedro E Núñer
*,----u ,- - k" "---
10- El tipode tareas realizadas por el actor, limitadasal serviciodevigilancia del edi-
ficio donde prestó tareas, no torna aplicable la solidaridad prevista en dicha norma.
Tal tarea no resulta la normal y especifica propia del consorcio, El mismo claramente
puede funcionar sin contar con un servicio devigilancia, tai como sucede con cientos
de edificios donde no se contrata t a l servicio adicional. [CNAT Sala i, 19/9/06,, "Mal-
donado, Gonzalo Martin c. ~uestraSeñora del Palmar S.R.L. y otro s/DespidoV, en
Zanorto, "jurisprudencia sistematizada. Articulo 30 de la LCT", en Soiidaridad labo-
ral en la contratación ysubcontratacidn de servicios, 2008, p. 2601.
14- Los servicios de vigilancia, tanto de las partes y cosas comunes del edificio como
de las personasque habitan en él, constituyeuna actividad normal y especifica propia
del consorciode propietariosde la ley 13.512, una de cuyas finalidadesconsiste en ar-
bitrar los medios tendientes a que la vida comunitaria sea segura para los consorcis-
tas, tanto en el piano personal como en el patrimonial. Por ello, el consorcio de pro-
pietarios demandado por quien prestara tareas de vigilancia en el edificio debe res-
ponder solidariamentejunto con la cooperativa proveedora del vigilador, en los ter-
rninos dei art. 30 de la LCT. [CNAT, Sala V111; 47/4/12, "Sena, Martín Sebastián c. Cata-
dores Cooperativa de Trabajo y otro slDespido", en intranet.pjn.gov.ar1.
246 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núñez
24- Corresponde atribuir responsabilidad solidaria, en los t6rrninos del art. 30de la
LCT, a la empresa dedicada a la explotación de un establecimientocomercial, por las
obligaciones laboralesde la sociedad contratada para la prestación del servicio devi-
gilancia. l a vigilancia e5 propia de un estahlecimientoromercial ya que no puede ad-
mitirse que la actividad que realiza puede ser desarrollada en un espacio sin seguri-
dad; la cual es indispensablepara el cumplimiento de la actividad normal y especifica,
como coadyuvante y complementaria. ICNAT, Sala V, 10/6/09, "Salinas, Martin c. CAO
Servicios Empresarios S.R,L. y otro", en "Revista de Derecho Laboral y Seguridad So-
cial", n" 17, sep. 2009, p. 15521.
2. Limpieza
27- Es impensable que un establecimien'co educativo pueda funcionar sin que se
cumplan los recauda de higiene. Por elfo, la actividad desplegada por la empresa de
limpieza resulta una "actividad normal y especifica propia" de dicho estabiecimien-
to. En el taso, los servicios de limpieza habían sido contratados por la Asociación Coo-
peradora del establecimientoescolar, por lo que esta resulta solidariamente respon-
sableen lostérminosdel art. 30de la LCT. En cuanto a la presunta responsabilidad del
Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, no se ha probado, en e l caso, una
activa participación de la escuela en la decisión de contratar al personal de iimpieza,
independientemente de la inicial inaplicabilidad de la ICTal Ambito pUbiico'(art.ZO,
LCQ. [CNAT, Sala VII, 21/11/06, "Recaide, Roxana c. Mangone, Ernesto yotros slDespi-
do", expze. 8802103, sent. 39.755, Boletín Temático de lurisprudencia de la CNAT, voz
"Solidaridad. Art. 30, LCT", Oficina de Jurisprudencia, jun. 20071.
29- Resulta solidariamente responsable en los términos del art. 30 de la LCTla cli-
nica y maternidad codernandada, ya que si bien esta sostiene que las tareas de iim-
pieza se deben sustraer a su actividad normal y específica, es dable destacar que en
los institutos de restablecimientode salud como el que regentea, el mantenimiento
del ambiente librede elementos potencialmente contaminantes apunta a la asepsia
primordial para el cumplimiento desu objetivo. [CNAT, Sala IX, 14/3/07, expte. 30361
2005, S.D, 14.041, "Siz,Alejandro Felix c. Safeguard S.R.L. y otros slDespido", Boletín
Mensualde Jurisprudencia de la CNAT, no 267, Oficina de jurisprudencia, mar, 20071.
34- En el hrnbito del art. 30 de la LCT, por actividad normal no debe entenderse
aquella que directamente se vincula al objeto o fin perseguido por la empresa, sino
también aquellas otras que resultan coadyuvantes y necesarias, de manera que aun
cuando puedan ser consideradas secundarias o accesorias resultan irnprescindibiese
integran normalmente la actividad. En tal sentido, las tareas de limpieza cvmple-
mentan de manera irnprescindibielas de un hipermercado que se dedica a la comer-
cializacion de mercaderías diversas, alimentos inclusive, pues hace a la confiabilidad
de los productos que se consumen en un lugar adecuadamente limpio e higie'nizodo.
[CNAT, Sala V, 30/10/13, "Gonzhlez, Carina f lizabethc.Vadelux S.A. y otros/Despido",
en intranet.pjn.gov.arJ,
37 - No puede afirmarse válidamente que las tareasde limpieza cumplidas por ia ac-
tora en ciertossectoresde la Autopista del Oeste -cuya concesibri se encuentra a car-
go del grupo Concesionario del Oeste S.A. que ha sido codernandado-, contribuye-
sen a la conformación de una unidad tecnica o de ejecuciónque posibilitara la deter-
minación de la "actividad normal y específica propia" de dicha empresa. Esas tareas
de limpieza no completan ni complementan la actividad normal y especifica propia
delacodemandada Grupo CwncesionarioOesteS.A., porto que ia misma no debe res-
ponder soiidariamenteen lostérminos del art. 30del LCT. [CNAT, Sala IX, 28/6/13, "Ri-
vas Riquelme, María Herminda c. Vadelux S.A. y otro slDespidoU,Boletín Mensualde
Jurisprudencia de la CNAT, no333, jun. 20131.
38- Para que nazca la solidaridad prevista en el art. 30de la LCT, es menester que una
empresa contrate o subcontrate servicios que se complementen o completen su acti-
vidad normal. Debe existir una unidad técnica de ejecuciónentre la empresa ysu con-
tratista, de acuerdo a ia írnpiícita rernisibn que hace la norma en cuestibn al art. 6Odei
ordenamiento laboral. En este caso, tratándose de tareasde limpieza participa nece-
sariamente de las funciones de la entidad, ya que estas labores resultan indispensa-
bles para cumplir con ei objeto social de la empresa, y que el mismo pueda realizarse
eficientemente. A su vez, es necesaria destacar que en este caso se trata de un servi-
cio imprescindible. {CIVAI; Sala ili, 27112112, "Ortiz Solar DaFne Miguel c. Flop S.A. y
otro sIDespidov,Boletln Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no 229, feb. 20131.
39- Si bien es público y notorio que la actividad normal y especifica de Galerías Paci-
fico5.A. es la de ceder en locación sus espacias a tercerosa fin de llevar a cabosus acti-
vidades comerciales dentro del centro comercial, no puede soslayarse que para e l
cumplimiento de sus fines empresariales debe realizar toda una serie de actividades
cornpiementariasdeaquella tenida por principal, entre los cuales sin duda debe con-
tarse al iimpieza e higiene de los establecimientos donde desarrolia aquellasfuncio-
nes propias. Estas tareas, si bien pueden calificarse comosecundarias, están integra-
dasperrnanentementeal establecimientoy coadyuvana su objetivo final. [CNAT,Sala
VI, 20/12/12, "Salega, Adriana delVailec.Todoii Hnos. S.R.C. yotrostliiferenciasdesa-
larios", Boletín Mensualde Jurisprudencia de la CNAT, no 328, dic. 20121.
3. Gastronomia
Ello es asi toda vez que al cerebrar el contrato en virtud del cual la comuna otorgó el
permiso precarioa la empleadora del actor como resultadode la adjudicaciúnpor lici-
tación privada para la prestacion del servicio indicado en un espacio del dominio co-
munal, el municipio actuó como persona de Derecho público, en ejercicio de una po-
testad que le es inherente y dentro de la órbita del Derecho administrativo. Es indis-
cutible al respecto que constituye una función típicamente estatal la regulación del
uso de los bienenes del dominio piiblico.
En tal sentido, en aquella oportunidad el ente comunal actuóensu carácter de admi-
nistrador de intereses locales del Partido de La Plata reglado por ef art. 190 y SS. de la
Const. provincial,enejerciciode lasatribucionesconferidasespecíficamentesobrelos
bienes raíces del dominio comunal por el art. 192, inc. 5' de la Carta local, resultando
evidente que no reviste ia calidad de empresa ni cuenta con establecimientos desti-
nados al logro de sus fines a los que expresamentese refiere el art. 30 de la LCTpara
que pueda responsabiiizarsela en los términos del citado precepto.
Por tanto, la comuna se encuentra en el caso excluida de las normas del derecho pri-
vado, debiendo diferenciarse el acto administrativo quedioorigena la ocupación del
espacio y explotacibn del servicio sefialado en el Complejo Turístico Recreativo Repii-
blica de los Ninos del ámbito comunal de los negocios jurídicos que constituyen ios
presupuestos de apiicación de la dispuesto por art. 30de la LCT.
Tanto el carácter pUblicodei permiso otorgado por el ente cornunal sobre un bien de
sudominioconcontraprestacióndel canondeexplotaci6nprevistoenel contrato, co-
mo la total independencia en el desarrollo de la actividad de la empleadora dei pro-
motor del juicio, excluyen la can:iguraciÓn de 105 tiposdevincuiacibn, habilitantesde
la operatividad dei art. 30 de la LCT. [SCBA, 3/7/02, "Aliende, Carlos A.c. D'Arnbrag-
gio, Ana j , y otro", DT, 2003-A-5691.
48- Existe solidaridad en los términos del ari. 30 de la LCTa los fines de sfrontar las
obligacionesderivadas de la relación laboral existente entre el actor, trabajador que
prestaba servicios para el concesionario, como cocinero en el restaurante queiuncío-
naba en el cornptejo urbanistico residencia\ "San Jorge Viijage", y la codemandada
que se encargaba de administrar dicha complejo. Ello así por cuanto no pueden con-
siderarsesecundarias ni eventuales las tareas realizadaspor el accionante pues el ser-
vicio gastronbmico en estas institucionesintegra su actividad normal y habitual yco-
adyuvan asu objetivo final. MAxirne cuando de las pruebas rendidas su;ge que djcha
codemandadttejercía control sobre la actividad desarroliada por el trabajador y que
e l serviciogastrondmicoera utilizado exclusivamente por los socios del country, invi-
tados ypersonalde mantenimiento. ICNAT, SaIaX,26/5/09, "Soliz Flores, Nésrorc, Ras-
ger, Ariei yotroslDespidoU, Boletín TemiticodeJurisprudencia uela CNAT, voz "Soli-
daridad. Art. 30, LCT", Oficina de lurisprudencia, mar. 20lOj.
4. Telefonia celular
54 --La venta de conexiones al servicio de radiocomunicaciónm6vii que realizan los
agentes oficiales de la empresa de telefonia celular corresponden a su actividad nor-
mal y específica si entre ias operaciones que efecrlía se encuentra tambien la contra-
256 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Msiñez
servicios (en e l Caco, venta de líneas); una postura como ia propiciada por la empresa
implicaría convalidar una artificiosa segmentación de su actividad comercial, cuyas
consecuencias, si bien pueden ser satisfactorias desde el punto de vista comercial u
operativo, no pueden ser opuestasa iostrabajadares en ella involucrados. ICNAT, Sala
lil, 711 1/02, "Barrientos, María L. c. Celular Talk S.R.L. y otro", DT,2003-5-19651.
60- E l Alto Tribunal ha sostenidoque: " ...las directivas del art, 30de IaLCTno impli-
can que todo empresario deba responder por las relaciones laborales que tengan to-
dos aquellos otros empresarios con quienesestablece contratos que atañena la cade-
na de cornercializaci6n o producción de bienes o servicios que elabore, E l sentido de
la norma es que las empresrls que, teniendo una actividad propia, normal y especifica
y estimando conveniente opertinente no realizarla por sí, en todooen parte, nopue-
dan desligarsede sus obligaciones laborales, massin que correspondaampliar laspre-
visiones de tal regla ..," (CSJN, 2/7/93, "Luna, Antonio c. Agencia Marítima Rigel S.A.
y otros", DT, 1993-3-1407).En consecuencia, la codemandada Telecom Personal S.A.
no tenía como actividad especifica y propia la venta o alquiier de aparatos celulares,
ni la comercializacián de los servicios de telecomunicaciones, sino que su giro ernpre-
sariai lo constituia la prestaciónde servicios de telefonía celular móvil, etapa econó-
mica claramente distinta de la subsiguiente de comercialización. Y tates extremos
permiten inferir que la actividad propia, normal y especifica desarrollada por ambas
empresas codemandadasdifieren en lo sustancial, en tanto persiguen objetos distin-
tos, por to que en modo alguno podría considerarselasenmarcadas en el supuesto de
solidaridad que prevkel rnencionadoart. 30 de la LCT. [CNAT, Sala li, 21112104, "Maio-
rana, Patricia c. 5oundworkS.A. y otra JDespido", expte. 13.607100, sent. 93.168, Bo-
letin Temático de jurisprudencia de la CIVAT,voz "Solidaridad. Art. 30, LCT", OfMna
de iurisprudencia,jun, 2007).
caciones Móviles S.A. y orroslDespido", expte. 24.426/01, sent. 86.083, Boletín Temd-
t i c 0 de Jurisprudencia de la CIVAT, voz "Solidaridad. Art. 30, LCT", Oficina de Juris-
prudencia, jun. 20071.
64- Existe solidaridad en !os terminos del art. 30 de la LCT entre las codemandadas
Telefónica Comunicaciones PersonalesS.A. y Way Service S.A., para quien trabajaba el
actor, vendiendo equipos telefónicos. Ello así, puesto que entre las codemandadas
existe una vincuiaciiin necesaria, cumpliéndose el presupuesto fáctico de la norma
~erponsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 259
---_I
_ 1I
ICI
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65- Toda vez que el actor se desempeñii para una empresa que contrató5eiefónica
de Argentina S.A., que a través de "programas de aplicación" y "programación d e
base" manejaba el procesamiento de datos de telecomunicaciones", no e! procesa-
miento de la inforrnacion administrativa interna, sino el de los sistemas utiiizados en
la prestación del servicio de telecomunicaciones que constituye el objeto principal de
aquella, incluidos los que prestan !asempresas que integran el grupo que lidera, am-
bas empresas son responsables en los terminos del art. 30 de la LCT por los créditos
subsistentes, si los hubiera. También debe incorporarse a esta situación la empresa
que subcontrató Telefónica para los mismos servicios y que reemplazó a la anterior
ernpleadora del trabajador(enelcaso, IBMdeArgentina S,A.), [CNAT, FiaiaVlll,31/3/05,
"Cardaci, Victor c. Telefónica de Argentina S.A. y otros slDespido", expte. 31.809/02,
sent. 32.446, Boletin Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Solidaridad. Art.
30, LCT", Oficina de Jurisprudencia, jun. 20071.
5. Planes de ahorro
67 - Cuando una empresa dedicada a la fabricación de electrodomésticos contrata
con otra la administración de los planes de ahorro para la adquisición de productos
que ella comercializa, quien a su vez subcontrata con un tercero vendedor-agehte
que venderá los planes a! phblico consumidor, puede concluirse que existe solidari-
dad a la que hace referencia el art. 30 de la LCTentre tales empresas por las obliga-
cionesemergentes de la relación laboral quevincula al empleadode la empresa ven-
dedora. Para mas, no estamos en presencia de contratacionesque tengan por fin últi-
mo la "inversi6n con mirasal desarrolloyexpansi0n económica y comercial", sinoa la
ingeniosa implementacion de un modo de adquisición de un pequeño producto Util
de uso doméstico mediante un cornpiejo sistema de pago de numerosas cuotas que
persiguió en definitiva el aprovechamientode una especial circunstancia econbmica
local. [CNAT, Sala IV, 20/5/96, "Spinedi, Adriana c. ElectrodomesticosPlan Center 5. A.
slDiferencias salariales", expte. 74.456, en intranet.pjn.gov.ar1.
69- Existe solidaridad en los términos del art .30de la LCTenrre el Autom6vil Club
Argentino (concedente)y la empresa (concesionaria)que se encargaba de la explota-
ción de losservicios de expendio de combustible, venta de lubricantes, lavado, engra-
se, gomeria, estacianarniento, venta de baterías, venta de neum6ticos, expo ACA y la
venta de repuestos y accesoriosen la estación del concedente, pues esta situación im-
porta la delegadonen un tercero de tareacque l e son propiasdesu giro comercial ha-
bitual en los términos del art, 30 de la LCT. No corresponde aplicar a este caso et fallo
de la Corte Suprema, "Rodríguez, Juan c. Cía, Ernboteiladora Argentina S. A,", del
1514193, pues en ia presente se advierte una simbiosisentre concedente y concesiona-
rio del servicia y no una clara diferenciación entre las etapas realizadas por el prime-
ro y las llevadas a cabo por el segundo. [CNAT, Sala X, 1018196, "Simeone, Hector c.
Enjor S.R.L. slDespido", expte. 89, en intranet.pjn.gov.ar].
72 - Es antijurídica, por abusiva, aquella tercerización que contraria los fínes que la
ley tuvo en mira al reconocer el derecho o bjen aquélla por cuyo conductose excede
los limites impuestos por la buena fe, la moral o las buenas costumbres. La iiicitud se
concreta cuando una empresa contrata a otra para que ie provea servicios propios de
su actividad normal y específica, a ser cumplidosen el establecimientodeaquélia, pe-
ro no con la aspiración licita de que la especialidadde ia tercera contratada aporteex-
celencia o mejores recuitados en la gestión debidoa su experiencia en el rubro (segu.
ridad, limpieza, etcétera), sino con el mero afán de evadir el pago del superior salario
de convenio que debería abonar si la tarea fuera realizada a través del empleo de
aqueilos trabajadores que, según las categorías específicas existentes en el convenio
colectivo de su actividad propia, tienen asignadas esas funciones en su organizacibn
ordinaria. [CNAT. Sala VIII, 30/4/fO, "Altamirano, Norma c. City Hotel S.A. yotro s/Des-
pido", Boletín Mensualdelurisprudencia de la CNAT, n0300,Oficina de Jurispruden-
cia, abr. 20101.
b. Empresa de electriddad
75 - La empresa de electricidad es responsable poraplicacibn del art. 30de la iCTpor
fasobligaciones de la contratista que efectuaba actividades referidasa clientes moro-
sos, autoconectados, cambio de medidores y otros trabajos de distribucibn y corner-
cialización de energía eikctrica. [CNAT, Sala VIII, 26110100, "Vallejos, Ramón O. c. Ute-
ba S , A. y otro", TySS, 2001- 1 571.
d. Prestacionesmédicas
78- Una empresa que se dedica a realizar prestaciones médicas damiciliarias y que
celebró un contrato de "cooperación" con otra por el cual cuando no podía cumplir
algúnservicio recurrías aquélta, encaja dentrode lasolidaridadestabiecida por el art.
30 de la LCTen cuanto a lasobiigacionesderivadas de las relaciones laborales mante-
nidascon sus dependientes.En ningún momento la ley exige que la contrata en cues-
tión io sea en exclusiva ni que su duracibn sea permanente. [CNAT, Sala fV, 27/8/99,
"PérezTrigas, Delia c. Amid S. A. y otros/Despido", expte. 84.108, cirado por Grisolia,
Derecho del trabajo y de la seguridad social, p. 21 5 ) .
~esponsabilidadsolidaria en el contraSo de trabajo 263
85- Resulta solidariamente responsable en 105 terminos del art. 30 de la LCTel Club
Atlktico River Plate junto con el concesionario "Plataforma Cero S.A." frente al actor,
vendedor ambulante de bebidas, helados ygolosinas, pcr el despido indirecto en que
se coloco por desconocimlento del vínculo.
Elloasi, toda vezque la codemandada River Plate posee instalados quioscos y depósi-
tos necesarioscomo parte integrantedesu estadio para permitir una mayor facilidad
en fa venta ambulante de los productos de bebidas gaseosas, helados y goiosinas du-
rante el desarrollo de eventos deportivos o especticulos, recibiendo como conrra-
partida de las concesiones que brinda a distintas empresas, el pago de cánones que
insumen, sin duda, un significativo beneficio económico para la institución departi-
va. Aelloseagrega que resulta publico y notorio que una institución detal magnitud,
al permitir en sus instaiaciones la explotacibn de este tipo de servicios en los días en
que se desarrolian los eventos que brinda, con gran cantidad deconcurrencia de pfi-
blico, favorece a un mejor desenvolvimiento de su función social en tanto está ofre-
ciendo a los concurrentes un mejor servicio, lo que implica posicionarse de la mejor
manera frente a otros clubes competidores atrayendo mayor cantidad de.público a
cada evento can el consiguiente beneficio económico que ello implica en los ingresos
de un club. Esta venta ambulante que a primera vista parece una actividad accesoria,
en realidad resulta un engranaje imprescindible para la obtencián del objetiva em-
presario. ICNAT, Sala Vil, 21/6/06, "Humerez, Catalina Josh c. Plataforma Cero S.A. y
otros siDespido", expte. 15.32F1104, S.D. 39.31 7, Boletín Mensuaide Jurisprudencia de
la CNAT, no269, Oficina de Jurisprudencia, rnay. 20071,
con los productores de una obra teatral, quienes a su vez contrataron a los actores.
Esto es así porque en el caso se ha configurado un supuesto de cesión de estableci-
miento en ioc términos de la norma citada, pues no se trata de un mero alquiler del
inmueble porque del contratoceIebradoresulta que ta locadora dio en locación a la
locataria lasdependenciasdel teatro con su personal establede boletería, control de
puertas, acomodadores, maquinistas, sonidistas e iluminador (del voto de Porta, en
minoría), [CNAT, Sala 111,20/7/01, "Callau, Manuel yotrosc. Carlassare, Viviana y otros
silncumplimiento de contrato", TyS, 2002-3991.
i. Transporte
9 3 4 - Resulta improcedentecondenar en los t6rminosdelart. 30de la LCT, a laernpre-
sa que contrató al ernpieador del actor para la realizaciiin de tareas de transporte y
custodia de su mercadería, ya que esa actividad subcontratada no encuadra en la hi-
p~tesisde actividad normai y especifica propia a que alude la norma, sino a una ter-
cerización. [CNAT, Sala fV, 28/4/06, "Talavera, Gustavo A. c. Codecop5.R.L. y otro", DT,
2006-5-15301.
98- Danone S.A. resulta solidariamente responsableen los términosdel art. 30de la
lCTjunto a Buenos Aires Alimentos S.A.por cuanto las tareas que esta CItima desa-
rrollaba de cornercializaciónyfraccionamiento, distribución y transporte de produc-
tos ysubproductas aiimenticioselaboradospor Danone S.A. hacen al objetosocial de
esta empresa. [CNAT, Sala Vi, 14/5/09, "Lopez, Karina Paola c. Buenos Aires Alimentos
S.A. y otros slDespido", Bolerjn Mensual de jurisprudencia de la CNAT, no291, Ofici-
na de iurisprudencia, may. 20091.
268 Ricardo D. Hierreauelo -Pedro E Núñer
100- En el ceso el actor trabajaba para Degac S.A. que se dedica al transporte de mer-
caderíasyquecuentaentresus~liente~aCoto C.IC.5.A. Prestoserviciosdefletero,trans-
portando mercaderia de Colo a domicilio, de sucursal a sucursal, en "viajes de correo
interno" yde "imprenta" cansu propiovehícuioel quetenía el logode Cota.Todoello
hacea su actividad normaly habitualyaque esunservicio que la complementay la cam-
pleta. E l supermercado referido brinda asus clientes el servicio de entrega de la rnerca-
deria adquirida en sus establecimientos, y ello hace al giro propio desu actividad, tor-
nándose aplicable ci su respecto fa responsabilidadsolidaria prevista en el ari. 30 de la
LCT. [CNAT, Sala X, 16/9/74, "Meloni Arevalo, Alejandro Andrés c. Degac S.A. y otro
slDespido", #o/et-inMensuai de Jurisprudencia de la CNAT, no346, sep. 20141.
m. Actividadpropia y específica
102- La actividad normal y específica del establecimiento comprende no iolo la prin-
cipal, sino también ¡as secundarias de aquella, con tal que se encuentren integradas
habitual y permanentemente al mismo y con lascuales se persigue el logro de !os fines
empresariales. [SCBA, 19110f99, "Morello, V. c. Giuliano, L. y otra", ]A, 2000-11, síntesis].
106- Por actividad normal y especifica propia del establecimiento no debe enten-
derse solo la actividad principal-en elsentidoenque lo princjpalsueleoponersea lo
accesorio-; la expresibn comprende también a las actividades que pudieran ser cali-
ficadas de secundarias o accesorias, con tal que estén integradas permanentemente
al establecimiento,[CNAT, Sala V, 31/3/09, "Ruiz, Rubén E. c. Casino Buenos Aires S.A.
y otro", en "Revista de Derecho Laboral y Seguridad Social", no 1 1, jun. 2009, p. 9961.
107 -- Para definir el ámbito de aplicación del art. 30 de la lCTdebe considerarse que
una actividad resulta inescindible de la principal si integra la definición del producto
(bien o servicio) ofrecido o esperado por los destinatarios, según las expectativas del
mercado o que se trata de aspectos ofacetas de Ia misma actividad que se desarrolla
en el establecimientoprincipal. Al analizarse la atribucibn de responsabilidad previs-
taen es"iartícuiodebetenerseen cuenta nosolo el modo en quese estructura laacti-
vidad de la prestataria, sino la índole de la actividad por la que se reconoce a la usua-
ria enei mercado. Asu vez, a losmisrnosfines, el trabajador-yno ya la actividad sub-
contratada-cumpiesutarea en beneficiodirecto del principal. Ei trabajadordelsub-
contratista debe llevar a cabo una tarea normal y específica propia del contratista
principal y dichos servicios deben ser aprovechados exclusivamente por el principal.
[CNAT, Sala 11,30/4/13, "Fernández Agriano, FernandoOscar c. Atento Argentina S.A.
y otro slDespida", Boletín Mensualde Jurisprudencia de la CNAT, no331, abr. 20131.
10- Aguas Argentinas S.A. es una empresa que presta servicios de provisión de
agua potable y cloacalesa la comunidad, por loque l a realizacióndetrabajos de cons-
trucción de cañerías e instalaciones no implica cesión del establecimientoo explota-
ción ni contratacibn osubcontratación deservicios carrespondientesasu actividades-
pecífica, fraccionando la actividad productiva o generando una unidad técnica de
ejecución. [CNAT, Sala Vlii, 42/3/03, "Ledesma Hipólito R. c. Surec S.A. y otro", citado
en Mark, Art. 30de la LCT, en "Revista de la Sociedad Argentina de Derecho Laboral",
8, jun.-jul. 2003, ps. 28 a 301.
p. Estabiecimiento Caritas
113- La extensión de responsabilidad establecida en el art. 30 de la LCT modula so-
bre el concepto de establecimiento, esto es, la unidad técnica ode ejecucióndestina-
da al logro de los fines de aplicación de esta norma; puede ser objeto de cesibn total
o parcial, a l igual que sólo los trabajos o servidas que en un estabiecimientose cum-
plen o producen pueden ser objeto de contratación o subcontratacion. Desde esta
Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núñez
m
272
-".--"- --
perspectiva no constituyen establecimiento organismos de pastoral de la Iglesia, co-
mo Cáritas. [CNAT, Sala Vlll, 16f4íü2,"Sanagua, Rosana y otro c, E! principado S.A. y
otrosslDespido", "Revista de Derecho Laboral ySeguridadSocial", iasc. quincenal, no
3,2003, p. 1O1 l.
q. Franquicia
114-- En el caso de mediar un contrato de franquicia, el franquiciante y el franqui-
ciadosonsolidariamente responsables en los términos delarl. 30de la ICT. [CNAT, Sa-
la l, 61711 1, "50sa, Julieta Mariel c. Café Alda S.R.L. y otro s/Despidom,en intra-
net.pjn.gov.ar1.
116- La franquicia no se limitóa la mera conceci6n del usodc una marca o logo, ode
una modalidad en la cual elfranquiciante notuviera ningYn gradode iniervención ni
de participación en la actividad desplegada por la franquiciada. Por e! contrario, esta
claramente evidenciado que la franquiciante tenía injerencia y participacidn directa
en Ia actividad de la franquiciada pues, Psta debia comerciaiizar los productos de pe-
luquería de la marca "Siro y Gerard" bajo las condicionesestablecidas y controladas
por la codemandada, De modoque lafranquiciantedebeseralcanzadaenformasoli-
daria en 10s terminos del art. 30 de la ICT. [CNAT, Safa 11,30112/11, "Bellorini, Alberto
Alejandroc. Mostovy, Valeria Mabel y otro s/Despidow,en intranet.pjn.gov.ar1.
117 - En el caso el actor fue despedido por quien se comportaba como dueño del lo-
cal que llevaba el nombre "Medialunasdei Abuelo", lugara donde la mercadería Ile-
gaba preparada en cajas, para ponerla directamente en eI horno. La sociedad anóni-
ma codemandada comercializa logos y el nombre de fantasía de su propiedad "Me-
dialunas del Abuelo" con iocales mediante contratos de franquicia. Es decir, que por
parte de ia sociedad codemandada medió una cesion de fa expiotacion al principal
(franquiciado), de conformidad con el art. 30 de la LCT, por lo cual el franquiciante es
onsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 273
solidariamente responsable frente al actor, [CNAT, Sala IX, 23/3/12, "González, Ger-
rnian Marcefoy otros sIDespido", en inrranetpjn.gav.ar1.
122- Los servicios prestados por el trabajador a las Ordenes de las codemandadas y
la actividad desplegada por éstas para FranquiciasArgentinasS,A., con quienes había
contratado mediante el otorgamiento de una franquicia ia colocación en el mercado
de empanadas elaboradas segiin su propio metodo y sistema bajo el nombre de ian-
tasía "Solo empanadas", listasyaptaspara el consurno,configuraron la actividad nor-
mal y especifica de esta última. Tal cornercialización no sólo coincide con la actividad
principal de la comitente principal, sino que además se lleva a cabo bajosu poder de
organización y control forma directa, circunstancia que constituye el presupuesto
CActicoineludibleal cual el art.30de la LCTsupedita la viabilidad de la solidaridad que
consagra. [CNAT, Sala IV, 18/2/14, "NúTiet, Sergio Hernánc. Madejo5.A. yotrosslDes-
pido", en intranet,pjn,gav.ar].
127- Los contratos de locación revelan que la actividad de Shopping Alto Pafermo
S.A., Alto PaiermoS.A. (APTA), es ia explotación de complejos comerciaies destinados
a la cornercializacibnen forma organizada de bienes y servicios. Obsérvese, además,
que ia demandada alquila los locales ubicados en ias paseos de compras de su propie-
276 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Múñer
128-Tal como la normativa del art. 30 de la LCTfo establece, para que nazca la res-
ponsabilidadsolidaria de una empresa por las obligaciones laboralesde la otra, debe
existir una unidad técnica de ejecución. Así la actividad que desarrolla la codeman-
dada Shopping Alto Palermo S.A, consicte en el alquiler de locales existentes en cen-
tros comercialeso "shoppings", que fueronconstruidoso adquiridos por ta misma, sin
que tenga injerencia la actividad de la otra codemandada Sepia BeautyS.A,, dedica-
da a la comercialización de productos de belleza. Siendo Ia Unica vinculación entre
ambos sujetos codemandados la locacian de un local, Shopping Alto Palermo S.A. no
resulta solidariamente responsable en los términos det art. 30 de la LCTfrente a la
actora. [CNAT, Sala Vfli, 3016109, "Fiszman, Tamara c. Sepia 6eautyS.A. y otrosiDespi-
do", en intranetpjn.gov,ar],
329- Noseconfiguran los requisitos del art. 30de la LCTanteel casode una trabaja-
dora que sedesempeñaba bajo las órdenes y dependencia de una ernpresaqueexplo-
taba un comercio dentro de las instalacionesdel Shopping Abasto, prestando tareas
consistentesen la venta de productos de merchandisjng del club Boca Juniors. El obje-
to social de dichashopping es el de inversión, explotacibny desarrollos inmobiliarios,
inversiones mobiliarias, construcción y10 explotación de obras, servicios y bienes pii-
blicoc, creación, desarrolio y operacibn de ernprendirnientos, sitios o proyectos vin-
culados a Internet. Por lo que parece claro que las tareas de la reclamante no pueden
considerarse pertenecientes o,propias del giro normal yespecifico de la actividad de
dicha codemandada. [CNAT, Sala IX, 31/3/10, "Górner, Florencia Rsnee c. Punto Tra-
ding S.A. y otros slDespido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de ia CNAT, no299,
Oficina de Jurisprudencia, mar. 20101.
ijltima (cfr. art. 30, LCÍ).Ello es así por cuanto ia actividad de ia persona juridica men-
cionada en Uitirno tPrmino, consiste, esencialmente, en la concesión y administración
de los locales ubicados en ei complejo de su propiedad, denominado Centro Comer-
cial Quitmes Factory, destinadosa la carnercialización en forma organizada de bienes
servicios, todo ello a fin deobtener ".,, la optimizaciOn de lasactividades comercia-
sque en é i se desarrollan". [CNAT, Sala VI, 19/9/14 "Saloni, José Ariel c. Hnaiuk, Ca-
rjel Nicolás y otro slDespido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no346,
u. Fideicomiso
86 CTJN, 9/2/89, "Vafdez, Luis c. Andes Investigaciones S.R.L. y otro", CSJN-Fallos, 312:146;
Boletín Temdtíco de lurisprudencia de la CNAT, voz "Condena al Estado por Solidaridad. Art. 30,
LCT", Oficina de Jurisprudencia, rnay. 2006.
87 CSJN, 2112i91, "Godoy, Epi.fania y otro C. Breke Argentina S.R.L. y otro", CSJN-Fallos,
314:1679; Boletín Temático de jurisprudenciade la CIVAT,voz "Condenaal EstadoporSolidaridad.
Art. 30, LCT", Oficina de Jurisprudencia, may. 2006.
8s CSJN, 25/8/98, "Toll, Enrique y otros c. Asociación de Obras Sociales y otra", CSJN-Faiios,
321 :2345; Bolerín TemaricodeJurisprudencia deia CNA T, voz "Condena af Estado por Solidaridad.
Art. 30, LCT", Oficina de Jurisprtldencia, rnay. 2006.
89 Véase SCBA, 3/7/02, "Aiiende, Carlos A.C. D'Ambroggio, Ana I. y otro", DT, 2003-A-570.
280
--.-.- ---- u---- --Ricardo D.Hierrezueio - Pedro F. Núñez
--A- +.
---
L .
.--
-
Así, la Sala ill señal6 que: "La ley excluye al Estado de ciertas responsabilidades
solidarias, como las derivadas de la transferencia del estabiecirniento (art. 230,
LCT), pero ninguna norma hace lo mismo respectode ia responsabilidad del art. 30.
En este sentido ha de notarse que esta ultima norma no requiere que el responsa-
ble sea ernpleador del reclamante ode persona alguna: se limita a imponer al con-
tratista principal el control del cumplimiento, par parte del subcontratista, de !as
normas hborates y de la seguridad social respecto de sus propios trabajadores y,
para mejor garantizar este controi y asegurar que su incumplimiento no redunde
en perjuicio de los trabajadores privados empleados por un subcontratista even-
tualmente insolvente, extiende al principal responsabilidad solidaria por las deu-
das de éste último. Así puede observarse que ej Estado es doblemente responsab!e:
porque la ley se lo impone y también porque forma parte de sus objetivos institu-
cionales promover y asegurar, en cuanto de ét dependa, el cumplimiento de las ie-
yes y la satisfacción puntual de los
Por su parte, la Sala IV entendió que: "La actora quien se desernpeñ6 en Bingo
Lavalle S.A. demanda solidariamente, en los términos del art. 30 de la LCT, a tote-
rla Nacional S.E. La explotaciói~de una sala eri la quece lleven a cabo lossorteosdel
denominadojuego"Loto Familiar o totode Salóno LotclBingo", tal el casode Bin-
go Lavalle LA.,forma parte inescindiblede la actividad normal y especifica propia
de la Lotería Nacional Saciedad del Estado, la cual tiene por objeto la organiracibn,
dirección, administración y exptotacion de juegos de azar y apuestas mutuas y acti-
vidades cornerciafes;para lo cual puede disponer las reglas de los juegos de azar y
de apuestas mutuas, establecer casinosy otros locales de juegos, hipódromos y ac-
tividades concurrentes, reglar su funcionamiento y explotarlos, por lo que resulta
responsable solidario en los t6rminos del art, 30 de la LCT, Dicho artículo no nece-
sariamente presupone la cornisionde un fraude en perjuiciodel trabajador (infrac-
ción en la que bien podría incurrir el Estado): por el contrario, a fin deevitar juzgar
acerca de fraudes de difícil acreditacibn, impone al contratista principal una res-
ponsabilidad solidaria objetiva" (del voto del doctor Zas, en r n a y ~ r i a ) ~ ~ .
La Saja V señaló que: "Parte de la jurisprudencia sostiene que no es posible ex-
tender la responsabilidad delair. 30de la LCTa la Administración Pública cuando se
haya vinculado con un contrato de cariicter administrativo con un empresario pri-
vado, ya que la presunción de legitimidad de los actos administrativosaparecería en
pugna con lo dispuesto por el artículo referido, en la inteligencia de que su aplica-
90 CNAT, Sala lll,2712109, "Sánchez, María c. LirnVal S.A. y otro slfiespjdo", Boierin Temárico
deiurisprudenria deia CNAT,voz "Solidaridad.Art. 30, LCT". OficinadeJurisprudencia, mar,20?0.
91 CNAT, Sala IV, 3/3/09, "Retamar, Celia c. Bingo LavalleS.A. y otros/Despido", Boietin Men-
sualde jurisprudencia de la CNAT, n0289,Oficina de Jurisprudencia, abr. 2009.
onsabijidad solidaria en elcontrato de trabajo
--.
92 CNAT, Sala V, 3011 1/09, "Nosmor, Rosa Natalia c. National Game S A. y otro slDespido", en
intranetpjn,gov,ar.
93 CNAT, SalaVI, 16111105, "Gamarra,Corinac.Servicios Auxiiiares5.A.y otroslDiferenciasde
salarios", Boletín Ternatico de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Soiidaridad. Art 30, LCT", Oficina
de Jurisprudencia, mar. 2010.
94 CNAT, Sala VI], 2314110, "Sedano, Oscar c. Asociación Cooperadora Prkstamo de Honor Es-
cuela Técnica no9 D.E. 7 RegiSn IV Asoc. Civil y otros s/Despido", Boletín Mensual de Jurispruden-
cia de la CNAT, no 300, Oficina de Jurisprudencia, abr. 2010.
282 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núñez
--- --- -- - LI_- -llll_l--------
95 CNAT, Sala Viil, 22/9/03, "Mazzei, Maita A. c. AsociaciOn de Lucha contra la Bulimia y Ano-
exja y otros", en "Revista deDerecho Laboral y Seguridad Eiocial", no 1, ene. 2010, ps.36 y 37.
onsabiíidad solidaria en el contrato de trabajo
La Sala 11 refirió: "En el caso, el actor no adujo haber estado unido a l Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires por u n contratode trabajo, sino quesolo requiribque
se le hiciera extensiva en forma solidaria la responsabitidadde su empleadora. Por
otra parte, el GCBA no es una 'empresa', ni se ded ica a la actividad teatral sino que
es una autoridad política-administrativaque, en cumplimiento de ese rol específi-
co (y no con motivo de una actividad empresaria), entre otras cosas, dirige y admi-
nistra el establecimiento teatral en el funciona la Eundaci6n Teatro Colón para la
que trabaji, el accionante. Por ende, el servicio de isitas guiadas que brinda ia Fun-
dación para hacer conocer las instalaciones de! mencionado teatro no es una acti-
96 CNAT, Sala X, 76/5/14, "Giliert, Dan&! Marcelo c. Fundación Madres de Plaza de Mayo y
otros sIDespido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no343, may. 2014.
97 CNAT, Sala 1, 30/9/13, "Ybalo, Hugo Rene c. Hospital Aeroniutico Central slDespido", en
intranet pjn-gov ar
2 84 Ricardo D.Hr'errezuelo- Pedro E IVUñez
-- ~,-".-- -
---
---
---
--, -
vidad que pueda considerarse incluida en el objeto propio de la que esa autoridad
poiítica despliega en el ámbito de un teatro que funciona en el ámbito del Minis-
terio de Cultura de! GCBA, por lo que, indudablemente, no se verifica el prcsu-
puesto esencia! conternpiado por el art.30 de la LCTen orden al reconocimiento de
la solidaridad pretendida. En estesentido, cabe recordar que, la hipótesis de que la
responsabilidad solidaria que preve el citado ari. 30 de la LCTpudiera llegar a ha-
cerseextensiva a un 6rganode fa administración pública fue descartada por la Cor-
te Suprema en el pronunciamiento del 17/9/13 con motivo del recurso extraordi-
nario concedido en los autos 'Górnez, Susana GIadys c. Golden Chef S,A, y otro:;
s/Despidof(G. 78 XLV. R E w ) " ~ ~ .
También la SalaV receptó la jurisprudencia de la CorteSuprema al expresar: "Si
bien las sentencias de ta Corte Suprema sólo deciden en los procesos concretos que
le son sometidos, ysus fallos no resultan obligatorios para casos análogos, los jue-
ces inferiores tienen el deber de conformar susdecisiones a aquéllas. Este deber de
los tribunales importa el reconocimiento de la autoridad que inviste y, en canse-
cuencia, la necesidad de controvertir sus argumentos cuando se aparten de dicha
jurisprudencia al resolver lascausassometidasasu juzgamiento. Porende,ce impo-
ne acatar lealmente la doctrinade la CorteSuprerna en Iascausas'Gornezc. Golden
Chef' y 'Ciancio c. GCBA', máxime si e! actor ni siquiera aport6 ratones no exami-
nadas o no resueltas en ellas. Por ende, debe rechazarse la demanda contra d Go-
bierno de la Ciudad de Buenos Aires (del voto del doctor las, en mayoria y dejando
a salvosu opinión contraria sustentada en Ia primer causa rnen~ionada)"~~,
La Sala IV resolvió: "Sobre ia extensión de responsabiiidad solidaria en los tér-
minos del art. 30 de ia LCT a un organismo de! Estado (SENASA), debe estarse a lo
resuelto por la Corte Suprema en el precedente 'Monrroy, Elsa Alejandra c. Infan-
tes S.R.L. yotro sIDespido', sent. del i7/9/13. ta Corte remite al dictamen de ia pro-
curadora fiscal en donde sostiene que '... la Administración Pública (nacional o mu-
nicipal) no es empleadara según el Régimen de Contrato de Trabajo -salvo que
por acto expreso se incluya a sus dependientes dentro de su ámbito-, por lo que
mal puede ser alcanzada, entonces, por una responsabilidad solidaria que sbio es
inherente a esta clase de sujetos dei contrato de trabajo (...) la actuación de los or-
ganismos administrativas está regida por un sistema jurídico diferente que se sus-
tenta en principios propios, no compatibles con los aplicables en materia de dere-
cho común t.,.) la presunción de legitimidad de los actos administrativos aparece
CNAT, Sala IV, 22/8/14, "Sánchez, María lsabef c . Lim-Val S A. y otro s/Despido", en intra-
net.pjn.gov.ar.
lo' CNAT, Sala Vill, 2012115, "Mansilia, Luis Roberto c. Pontoriero, Pascua1y otro slDespido",
DT, aAo LXXV, no7, )uI. 2015, p. 1442.
El artE30 de Ia LCT a la luz de la reforma
introducida por la ley 25,013
-
5 30, Antecedentes
Nos dice Carcavallo que en 1925 ya Unsain exponía que: "la legislación obrera
se niega a reconacer ia existencia del intermediario" y que no acepta la interven-
ciónen el contrato de otrossujetosque el trabajadory el obrero, ejemplificandosu
aserto con la ley9688, que responsabilizaba al empleador por losaccidentes de los
obreros del contratista y con la reglamentación de la entonces Ley de Trabajo a
Domicilio 10.505, que equiparaba al intermediario ron el patrón; acerca del ari. 6"
de la ley 11.278de proteccióndel salario, antecedente del actual art. 136de la LCT,
entendió que reconocia la intervención de contratistas o intermediarios, dando
acción al obrera para no dejarlo a merced de un confratista irresponsable econo-
micamente o de mala fe, que reciba el dinero de la obra y no lo emplee en el pago
de los jornales" l .
Agrega este prestigioso autor que fue la Ley de Contrato deliabajo en su art. 32
(actualmente, art. 30) la que introdujo en la regulación general la solidaridad entre
el dador principal de trabajo y !os contralistase intermediarios, manteniendoel a&.
150 (actualmente, art. 136)-con afiadidos a favor de las fondos de la seguridad
social- la facultad que el precitado art. '6 de la ley 11.278 reconociera a tos deperr-
dientes de los contratistas, o sea, exigir la retención y pago de los salarios adeuda-
dos, mecanismo que previamente paso al art. 13 de la ley 18.596~que no importa-
ba unaverdaderasolidaridad2.Esque, como vimosen el Capítulo II,antes de la san-
ción de la LCT, y con excepción del rPgimen de accidentes de trabajo (ley 9688), la
solidaridad solo se encontraba regulada en cantados estatutos profesionales.
Cabe destacar con Cornaglia ef intento fallido de la Ley 16.881 (primera Iey de
contrato de trabajo y antecedente obligado e inmediato de la ley 20.744), que en
su original art. 32, que fuera verado, sostenía ampliamente la solidaridad de los
principafesy los contratistas osubcontratistas que empleara, con la condición de la
demanda conjunta. En efecto, sostenía la norma vetada que: "Todo empleador
que desarrolle su actividad, total o parcialmente, por intermedio de contratistas o
subcontratistas, respondera por todas las obligaciones ernergentesdel contrato de
trabajo, can relación a sus trabajadores que fueren contratados por los contratis-
tas a subcontratistas. El trabajador deber2 demandar conjuntamente a ambos. i a
responsabilidaddel empleador principalse hará efectiva ante la sola falta de depó-
sito judicial, por parte del contratista o subcontratiras, de la suma a qbe ha sido
condenadon3.
Por su parte, el primitivo art, 32 de la ley 20.744 establecía dos situaciones bien
diferenciadas, aunque en ambas se utiiizaba la expresión "en todos loscasof"' En
ei primer supuesto para imponer la responsabilidadsolidaria de [os contratantes y
cedentes en los supuestos de realización d e obras o prestación de servicios que hi-
cieran a su actividad "principai o accesoria". En el segundo caso, para imputat-di-
rectamente la relacibn de trabajo respectiva del personal afectado con el principal,
en loscasosde contratacibn osubcontratación de obras, trabajos oservicios corres-
pondientes a la actividad normal y específica propia de! establecimiento y dentro
de su ámbito.
Posteriormente, con la reforma introducida por la ley 21.297, el art. 32 pasO a
ser el actual art. 30, en el cual, como dijimos anteriormente, si bien se limitó la res-
ponsabilidad solidaria, en todos los casos, a los supuestos de contratación de tra-
bajos o servicios correspondientes a ia actividad normal y especifica propia de!
establecimiento (dentro o fuera de su dmbito), la misma continuí, siendo objetiva,
ya que surgia de la propia contratacibn interempresarial,
Como bien apunta tala^, el 19 de agosto de 1993, el Poder Ejecutivo Nacional
envió a! Congreso un proyecto de ley (Mensaje i740) en el que proponía la refor-
ma del art. 30de la LCTen virtud de fa cual el deber del empresario principal de exi-
gir a los cesionarios y contratistas el adectiado cumplimiento de las normas de tra-
bajo y seguridad social y la responsabilidad soiidaria consiguiente no tenía lugar
"cuando exista una relación entre empresas que suponga una segmentacibn del
proceso de producci6n o comercialización, ni cuando se cedan, contraten o sub-
sonal y exhibir los comprobantes y constancias ante el pedido del trabajador y/o la
autoridad administrativa. La ornision de alguno de estos recaudos lo convierte en
responsable solidario.
Pero también debera requerir la satisfacción de las exigencias previstas en el
párr. I Ddel arr. 30, esta o,el adecuado cumplimiento de sus contratistas o subcon-
tratistas de las normas reiativas al trabajo y los organismos de seguridad social. Es
decir que el contratante deberá hacer respetar a sus contratistas las normas labo-
rales; y la inobservancia de alguna de ellas por parte de estos últirnoc lo convieite a
aquél en responsable solidario de las obligaciones emergentes de Ia reiaci6n labo-
ral, incluyendo su extinci~n,y de las obligacionesde la seguridad socia!.
Esto genera una dificultad interpretativa puesel adecuado cumplimiento d~ las
normas reiativasai trabajoes una expresión amplia y nose limita a la registraciónde
fa relación laboral, al pago de las remuneraciones, al respeto de lajornada51los des-
cansos, etcétera; sino que válidamente puede entenderse que el acatamiento de las
normas laborales incluye ei pago de las indernnizaciones iegaies que se deben
como consecuencia de la extincibn del vinculo labaral. Sin embargo, y aun cuando
esa interpretación contaría con el apoyo de la regia prevista en el art. 9", párr. 2 O de
la LCT, creemos que esa no fue la intenci~ndel iegislador al modificar el art. 30 de la
LCT. EHo es así, puesde esta forma ei principal debería responder en todos lascasos,
tornando esterii el artículo, y en especial, el sentido de la reforma, que apunta a
limitar la responsabilidad de los contratantes cuando acrediten haber observado
los recaudo5 dispuestos por ia norma.
Todavía cabría preguntarse qué pasaria en lossupuestasen queel contratista no
consigne en Ios recibosde haberes Ia totaiidadde las remuneradonesabonadasa su
personal, ya que podría alegarse que esa maniobra escapa a la esfera de control del
principal. Empero, la exigencia del adecuado cumplimiento de las normas, que
impone el art. 30, es una obligación de resultado y no de medio, por lo que el prin-
cipal no podría eximirse aduciendo !as razones apuntadas, maxime ahora, que se
encuentra compelido a ejercer activa y personalmente el control sobre ei curnpli-
miento de las obligaciones laborales y de la seguridad social de sus contratistas. En
idéntico sentido, Guibourg apunta que Ia obligaciándel art. 30 no es de medir, sino
de fin: la ley impone al principal el pago de toda obligación que adeude el ernplea-
dor directo, de modo que exigir este cumplimiento redunda en su propio beneficio
y no obtener el resultado implica asumir como propia la obligaci~nincumplida6.
No se nos escapa que actualmente la distinción entre obligaciones de medio y
resultado no tiene rerepcidn unánime en la doctrina civilista, y tiene una finalidad
más académica que practica; pero lo cierto es que lo Y nico que debe acreditar el tra-
bajador es ei irtcurnpfirniento del contratista, pues como bien !o indica Rodríguez
cini: "La mejor prueba del incumplimiento del deudor respecto de su obli
'exigir el adecuadocumplimiento'es que tal formalidad nofue eficatat
errnitio la infracción de parte del cesionario, contratista orubcantratis
ctefue el criterio de la Sala lll de fa Cámara Nacionalde Apelaciones del Tra
resolver que: "la obligación de control del cumplimiento de las normas re/
altrabajoy iaceguridadsocial que el art. 30delaLCTjrnponeal empresario re
to de sus contratistas y subcontratistas, es de resultado y no de medio, p
el primero no puede eludir su responsabilidad acreditando haber dirigido
~ , misma Sala indi
oritratista alguna exhortaciónformal en tal ~ e n l i d o " La
ie: "La solidaridad que impone el art. 30dela LCTai subcontratisíasy contratis
rincipal respectodel curnpiirnientodelasobligacionestaboraiesyprevisionale
a obligaciónde resultado, y no de medio, por lo que el principal no puede elu
responsabiIidad acreditando haber dirigido al subcontratista alguna exh
ón formal en tal sentidoug.
También se ha dicho que: "La obligación de control que se establec
sisde tercerizaciónestablecida en el art. 30de la LCTdeccartatoda p
ajenidad del cesionario respecto de las obligaciones laborales y de la segurid
cial contraidas por el subcontratista, por lo que mal puede invocar su desc
miento de lascondicioner;laborales del actor como eximente de la respons
daria dispuesta en autos" lo.
Por su parte, la CalaVI resolvió que: "De la simple lectura del art, 30de la L
su actual redacciónse desprende con toda claridad queel párr. 2"contjene unagr
gado que se suma a la responsabilidad prevista ya en el parr. lo.No puede ser o l
el sentido de las palabras '... deberán exigir adernas a sus cesionarios osubcont
tistas ...'. Es decir, que la codemandada debía exigir el adecuado cumplimiento
las normas relativasal trabajo y losorganismosde la seguridad social, lo que obvia-
mente incluye el debido registro de la jornada cumplida y el pago de ia remunera-
ción acorde con la jornada efectivamente cumplida. Además de eilo la codema
" CNAT, Sala VI, 30/7/09, "Juárez, Nora c. Data Un line S.R.L. y otro s/Despidor', en intra-
nef.pjn.gov,ar.
12 CNAT, SalaV111,20/11108,"Waldovino,Gabrielac. Elkariet5.R.L. yotroslClespido",enintra-
net.pjn.gov.ar.
l3
CNAT, Saala li, 6/5/30, "Plescia, Selva c. SYM Sistemas y Microfifrnaci6n S.R.L. y otro stDespi-
do", Boierín Mensualdeiurisprudemh de /a CNAI, no 301, Oficina de lurisprudencia. may. 2010.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 295
-- """..-._~~_c_-.--- ---
ponsabilidad de esta norma es objetiva y entraña una herramienta legal de protec-
cián del crédito laboral. El cedente no se exime de responsabilidad probando que
efectuó el control de los recaudos específicos incorporados por la ley 25.013. De allí
el giro'además', que emplea el referido artículoensu parr,2O, indicativode queade-
más de las exigencias que incluyó la ley25.013 ha quedado incblurne el deber gene-
ral de responder concerniente al amplio espectro de las obligacioneslaborales" 14.
Finalmente, cabe destacar que la Sala X se expidi6 sobre este punto, aprecián-
dose en la mayoría y en la minoría ambas posturas. Así, en mayoria, el doctor Co-
rach refirió: "El hecho de que el 'trabajador esté incorrectamente registrado impli-
ca que el deber de control exigido por e l art. 30 de la LCTresulta insuficiente, por
lo cual la contratista debe responder solidariamente por el incumplimiento de di-
chodeber". Porsu parte, el doctor Brandolini,en minoría indicó: "El deber de con-
trol impuesto por el art. 30 de la LCTes una obligación de medio y no de resultado,
e modo que si el codemandadocolidariodernuestra haber realizado los controles
specíficos exigidos porta norma aludida, queda eximido de responsabilidad"j5.
Desde esta perspectiva, la reforma instrumentada mediante la ley 25.013 ha re-
ultado significativa, pues ha restringido los alcances de la coiidaridad de! ernpre-
sario principal, quien ahora sólo responde cuando no haya ejercido debidamente
los deberes de control. Huelga decir que el cumplimiento de estos recaudos for-
males debe ser analizada con estrictez, extendiendo la responsabilidad al detec-
tarse la más mínima omisión de alguno de ellos.
Estimo que en este sentido !a reforma ha resultado inconveniente, pues al iibe-
rar al contratante de responder por las obligadones laborales de sus contratistas,
con sólo observar determinadas exigencias formales alienta nuevamente la utili-
zación de estas figuras con fines evasorcs, a la vez que suprime la protección con la
que contaban los trabajadores frente a la posible insoivencia del contratista,
En definitiva, !a reforma transformó una responsabilidad que era objetiva -y
que surgía de iasirnplecontratacióninterempresarial-en una subjetiva, no porque
se deba exigir la acreditación del fraude, pero sí la demostración del incumplirnien-
to de los extremos que la legislación pone en cabeza del principal, Con esto quere-
mos señalar que si el empleador cumplib sistemáticamente las obligacionesa su car-
go y despidió al trabajador, sólo él responderá por las indemnizaciones legales ori-
ginadas como consecuencia del despido, y su eventual insolvencia no transformará
al principal en deudor solidario, saivo el supuesto de fraude. Esta es la importante
consecuencia que se aprecia con la reforma introducida por la ley25.013.
34 CNAT, Sala Vil[, 1919111, "Manau, lvana Lorena c . Synapsis Argentina S.R.L. y otro s1Despi-
do", en intranetpjn.gov.ar.
CNAT, Saia X, 15/7/7 1, "Fernandez, Raúl Victor c. Construcsur S.R.L. y otros slDespido", en
296 Ricardo D. Hierresuelo - Pedro 6 IVúñez
Aunque hay que reconocer que, en definitiva, son tantas las exigencias que re-
caen sobre los contratantes, que hacen que recuite muy dificil su seguimientoen ia
práctica, siendo ias grandes empresas las únicasque podrian encontrarse estructu-
radas para supervisar tadosy cada unode los requisitasqueia nueva ley pone ensu
órbita. En este sentido coincidimas con Carcavalio, para quien el cumplimiento de
los requisitos establecidos en el segundo y tercer párrafos del art. 30 es prártica-
mente imposible para el común de las empresas y que solo contadas organizacio-
nes grandes podrían instalar un sector odepartamento afectado a todos esos me-
nesteres, por cierto que a un costo elevado y iogrando una dudosa seguridadJ6,
Finalmente, el Ultimo párrafo del art. 17 establece que las disposjcionesde este
articulo resultan aplicables af régimen de solidaridad específico previsto en el art.
32 de la ley 22.250. Es decir que ahora quienes contraten o subcontraten los servi-
cios de contratistas o subcontratistasde la construcción deberán exigir a estos últi-
mos, además da la inscripción en el Registro Nacional de la industria de la Cons-
trucción, todos y cada uno de los recaudos previstos en los p6rrc. 2 O y 3" del art*30
de la LCT, pues de lo contrario, ser& responsables solidariamente de las obiigacio-
ne5 de dichos contratistac o subcontratistas respecto al personal q u e ocuparen en
la obra.
a) Te$isamplia
b) Tesis restrictiva
Pueden mencionarse en esta postura las siguienter condiciones:
f . El empresario principal no es erripleador de los trabajadores, de modo que
no está en condiciones de asumir las obligaciones materiales o de conducta
del patrón, ni cuenta con los medios necesarios para hacer cumplir efectiva-
mente !as que incumben al personal empleado por sus cesionarios, contra-
tistas y subcontratistas.
2. El nuevo art. 30 después de la modificaciónsólo impone a t empresario prin-
cipaI el deber de exigir; con lo que éste, para evitar su responsabit ¡dadsoli-
daria, sólo deberá acreditar el cumplimiento de este deber sin que se fe pue-
da imponer una responsabilidadsoiidaria inásallá de la literalidadde Ia ley.
derecho mal invocado por aquéllas, elfo es así en la medida que no alteren las bases
fácticas del litigio y la causa petendi, lo que acontece cuando ia pretensibn origi-
nariamente deducida reprochando responsabilidad a un presunto ernpleador
directo se convierte en otra en virtud de /a cual se lo termina condenando como
garante solidario del verdadero en~pleador~~.
PROCEDENCIA IMPROCEDENCIA
dientes a su actividad normaly especifica con un tercero (art. 30, LCO y se extiende
a todas las obligacionesderivadas del contrato de trabajo.
Ello ciertamente incluye el otorgamiento de los certificados previstos en el art.
80 de !a L c T ' ' ~ ~ .
En la misma iinea de pensamiento se expidieron las Salas IX y X. Así, la primera
resolvió que: "La responsabilidad solidaria del principal respecto de !os incumpli-
mientos en que haya incurrido la subcontratante resulta omnicomprensiva de to-
das las obligaciones derivadas del contrato de trabajo y su extinción, y entre elras
se incluye ia entrega de ias certificaciones previstas en el art. 80 de ta LCT, sin que
ello implique que aquél esté obligado en carácter de empleador, sino a asumir di-
cho deber consignando los datos que surjan de la sentencia firme" 37.
La Sala X dispuso que: "Cuando se condena solidariamente a ambas empresas
codemandadas, corresponde extender tal responsabilidad solidaria también al
otorgamiento de los certificados de trabajo, pues t a l solidaridad es extensible a
todos los efectos emergentes de la vinculación laboral, por lo que tarnbien abarca
la expedición de los certificados expresados en el art. 80 de la LCT,los cuales debe-
rBn ser confeccionados de conformidad con las pautas que emanan de la decisibn
judicial" 38.
En sentido contrario, fa Sala II1 indicó que: "La solidaridad prevista en el art. 30
de la LCT no se hace extensiva a fa entrega del certificado de trabajo, pues dicha
solidaridad no constituye a !os empleados de los contratistas en empleados direc-
tos de ta principal, motivo por el cual mal podría estar obligada a entregar certifi-
caciones de trabajo. Al no haber sido la principal empleadora del actor en sentido
estricto sino sólo responsable en virtud de un vinculo de solidaridad, no puede ha-
cer entrega de los certificados de trabajo, pues carece de los elementos necesarios
para su confeccibn" 39.
En términossirniiares, ia Sala I ha dicho que: "La solidaridad fundada en el art. 30
de la LCTno puede hacer extensiva la entrega de loscertifícados del art. 80 de la 1CT
a quien no fue empleador, toda vez que no cuenta con los etementos necesarios
para su canfeccion. Yen t a l inteligencia,tampoco resulta procedente el paga de la
ulta prevista en el último párrafo del art. 80ya citado, conforme ley 25+345"40.
Asimismo, se ha resuelto que: "La ob\igación de confeccionar el certificado
e impone el art. 80 de la LCT constituye una obligación de hacer de curnpli-
ento en especie estrictamente personat a cargo del empleador en base a sus
ros y registros empresarios y, por lo tanto, t a l acto material sólo puede ser Ile-
adoacabo-salvo la suplantaciónjudicial en casosde extrema contumacia-por
l empleador o quien lo reemplace en ese rol específico, pero no por otros empre-
sarios ajenos a la explotación, aun cuando éstos puedan responder vicariamente
por otras obligaciones nacidas de los contratos de trabajo, incluidas las multas y
sancjones derivadas del incumplimiento de aquel deber, y que no posean esta
caracreristica per~onal"~'.
Finafmente, la Sala V se expidió en !os siguientes terminos: "La responsabilidad
olidaria de quien contrata o subcontrata trabajos o servicios correspondientesa
actividad normat y específica con un tercero (art, 30,LCT) se extiende a todas las
ligaciones 'emergentes de ta relacidn laboral incluyendo su extinción y de las
obligaciones de la seguridad social'. Ello ciertamente incluye el otorgamiento de
los cer.tificadosde trabajo del art. 80 de la LCTen tanto la ley no ha efectuado d,is-
tinción ni salvedad alguna" 42.
Conviene destacar la posición asumida por la Sala IV, donde se exime a l contra-
tantedel deberdeentregar Ioscorrespondientescert~Rcados, pero node la indem-
nización estabiecida en el art. 80 de la LCT. Asl, ha dicho: "Si bien la obligación de
hacer entrega de! certificado de trabajo no puede recaer sobre quien es responsa-
ble por un vínculo de solidaridad por no haber sido empleador en sentido estricto,
ycarecer de los elementos necesarios para confeccionar las respectivasconstanciits,
no ocurre 10 mismo con la multa por falta de entrega del certificado, en cuyo caso
opera en ptenitud la conceptualizaci9n que efectúa el art, 30 de la L C i , que esta-
blece la solidaridadentre el principaly los cesionarios, contratistas o subcantratis-
tas respecto del personal que ocuparen en la prestacidn de los trabajos o servicios
40 CNAT, Sala i, 33/2/04, expte. 22.055102,sent. 81388,"Martínez, Ramón c. Deher S.A. y otro
dDecpidoW,criterio ratificado en expie. 13,189105, sent. 84.370 del 24/5/07, "ponce. Fernando c,
RecorridosS.R.L. y otros/DespidoV,Boletín Tematico deJurisprudencia de /a CNAT, voz "Certifica-
dodetrabajo (art. 80, LCS)", Oficina de Jurisprudencia, jul. 2007.
I " CCAT, Sala II, 15iU07, "Mops, Hernin Alejandro c. Collectivernind Argentina S.A. y otros
siDespido", expte. 36.120/02, S.D. 94.752, Boieiín Mensual de Jurisprudencia de la CNA'I; no 266,
Oficina de Jl~risprudencra,feb. 2007.
42 CNAT, SalaV, 416113, "DIAiessandro, Guadaiupe Sofedad c. Full Cornunicaciones5.A.slDes-
pido", Boletín Mensuaidelurísprudencia de /a CNAT, n0333,jun. 2033.
3 10 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núñez
----- --u--w- -.-,-.- m
43 CNAT, Sala IV, 29/3/12, "Fumagalfi, Paola Daniefa c. FCT S.A. y otros sillespida", en h t r a -
netpjn.gov.ar.
44 En sentido contrario se expide Vizquez Vialard, para quien dicha disposicion se refiere a
lasobfigacionesque asumeelempleadarcomo~on'rraprestaciOndel trabajo: pago de! salario, aun
en el caso de enfermedades o accidente "incutpable", para impuestos que surgen como conse-
cuencia de esa prestacibn, pero no a aqueHos quesc refieren a certificar constanciasquesurgen de
un fibro que exclusivamente debe llevar el empleador. Por otra parte, el tercero no dispone de los
elementos de juicio para poder cotifeccionar ese certificado que es posible que deba contener
constancias anteriores al momento en que nace la obligación solidaria (V6zquez Vialard, La posi-
bilidad que elacreedor lsborai /e reclame directamente al deudor vicario, TySS, 2002-806).
sponsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 31 1
- -
[a un codeudor que es declarado responsable solidario de todas las obligaciones
cidas de un contrato de trabajo (aunque haya sido celebrado con un
osotros creemos que esto es válido sblo con respecto al certificado de trabaja
ue importa una obligación de hacer, por lo que el empleador o, de corresponder,
I deudor solidario cumplen con su obiigación entregando la certificaciónque con-
nga la información asentada en los registros laborales, o en caso de diferir con la
alidad, con losdatosacreditadosenlasentencia. Incluso esta certificaciónpodria
r confeccionada por el propio tribunal.
istinto es eI supuesto del certificado de aportes y servicios, pues, como bien
punta Ackerman, la entrega de las constanciasdocumentadas,sin llegar a ser una
bligacion accesoria del deber de efectuar las cotizaciones a la seguridad social y
dicales, no es plenamenteautónoma, dado que el cumplimiento de aquella sólo
podrá producir cuando haya habido efectivo depósito, aunque éste haya sido
r ~ i a lCon . queremos decir que si los aportes previsionales no se efectua-
~ ~ esto
n, o si se realizaron por un importe menor, no se puede compeler al empleador
I al deudor solidario a confeccionar tos respectivos certificados, asentando datos
ndaces.Tampoco sería viable la aplicación de astreintes hasta tanto se efectua-
ran y acreditaran los aportes, porque el accionantesólo habría reclamado la entre-
ga de los respectivoscertificados.
Ahora bien, el ultimo párrafo del art. 11 de la ley 25,013 estableció que las dis-
posiciones insertas en este artículo resultan aplicables ai régimen de solidaridad
especifico previsto en el art. 32 de la ley 22.250. Adviertase que este parrafo es el
único que no forma parte de la modificacion introducidaen el art. 30. En efecto, e[
articulo comienza diciendo: "Sustituyese el segundo párrafo del art 30 del Regí-
men de Contrato de Trabajo (ley20.744,t o . 1976)por elsiguiente texto", y luego
circunscribe la modificación a los tres primeros párrafos que se encuentran entre-
comillados para,finalrnente, agregar el último párrafoantes expuesto, que no far-
ma parte de la sus'cituciandel art. 30, sino del propio art. 17 de la ley 25.013.
Esta aclaracion resulta importante, puesal no formar parte del art,30de la ICT
"no es necesario que se contraten o subcontraeen trabajos correspandientes a ia
actividad normal y específica propia del establecimiento de los contratante^"^^.
Estos tampoco deben exigir el adecuado cumplimiento de las normas relativas a!
trabajo ya los organismos de la seguridadsocial, sinosólo ior extremos contenidos
en los dos primeros párrafos entrecomillados (párrs. S0y4", art. 30 actual). Es decir,
!os empresarios, los propietarios y los profesionales que contraten o sucontraten
iosserviciocde contratistas osubcontratistas de la construcción, deberán requerir,
además de la constancia desu jnscripción en el Registro Nacional de la Industria de
la Construcción, el número de CUlL de cada uno de los trabajadores que presten
servicios y la constancia de pago de las remuneraciones, copia firmada de los com-
probantesde pago mensuales al sistema de la seguridadsocial, una cuenta corrien-
te bancaria de la cual sea titular y una cabertura por riesgos del trabajo.
Asimismo, por la res. 1897 de la AFIP, deberán requerir la "Clave de Alta Tem-
prana" previa al ingreso del trabajador, De igual modo este conrrol deberá ejer-
cerse en forma personal, no pudiendo delegarseen terceros y deberá ser exhibido
cada unode ioscornprobantesy constanciasa pedidodel trabajadorylo de laauto-
ridad administrativa.La falta de inscripciónde los contratistas o subcontratistasen
et Registro Nacional o el incumplimiento de alguno de los requisitos antes señaia-
dos hará responsable solidariamente al principal por las obiigacionesde aquéllos
respecto del personal que ocuparen en la prestación de dichos servicios y que fue-
ren emergentes de la relación iaboral, incluyendo su extinción, y de las abiigacio-
nes de la seguridadsocial.
Es decir, aderniisde la totalidad de los rubros salariales, el principal deberá res-
pondereventualmentepor el pago del Fondo de Desempleo, encasodequeef con-
CCNAT, Sala 1l,4/8100,"Navarro, tinoc. Altairac, Jorge y ofros/Ley 22.250", DT, 2007-A-644.
51 "Díaz ACAteonardo y otro c. Goldzen, Alejandro Javier y otrossitey
CNAT, Sala IV, 30/3/12,
22.250", en intranetpjn.gov.ar.
52 CNAT, SalaV, 13/9/02, "[barra, Aldo L.c. Surec S.A. y otro stley 22.250", TySS, 2003-142.
3 16 Ricardo D.Hierrezuelo Pedro E Mú?iez
U- - - . - - - -
53 CNAT, Sala I, 29111/02, "Alderete, Miguel A. c . Kioshi S.A. y otras stDespido", TySS, 2003-
127.
54 CNAT, Sala V, 3113111, "Núñez, lavier c. Caicaterra S.A. y otro s/Ley 22.25OW,en intranef.
pjn.gov.ar.
'5 CNAT, Sala IX, 8/2/12, "Alvarado, Luis Oscar c. Ursa Ingeniería y Construcciones S.A. y otro
siDespido", en intranet.pjn.gov.ar.
Responsabilidad solidaria en elcontrato de trabajo 3 17
S6 CLNAT,sala iV, 1814111, "Battaglia, Franciscoc. Empresa Distribuidora Sur S.A. Edesur S.A. y
otro JDespido", en intfanet.pjn.gav.ar.
57 CNAT, Sala X, 21/2/13, "Saborniani, Horacio Joaquínc. Maxener UTE y otrbsslDespido", en
3 18 Ricardo D.Híerrezuelo - Pedro E Piúñea
-------.--1_3.---.------,--,-.----
58 CNAT, Sala 11,1615/14, "Farías, Manuel Domingo c. Garnma S.R.L. y otrossiUespido", Boie-
tin Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no 343. may. 2074.
59 CNAT, Sala 1, 16111/09, "Altamirano, Alejandro Ariei y otro c. Maxener U.T.E. y OtrosiDw-
pido", en intranetpjn.gov.ar.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trgbajo 319
-- ---- -"
.-U
. -,
§ 38. Introducción
En este orden de ideas conviene destacar que, para algunosautores, los méto-
dos de agrupación podrían ctasificarse en dos grandes bloques: los que agrupan a
las sociedades bajo forrnassocietariasy los que lo hacen bajo farmascontractuales:
a) Agrupación de sociedades bajo formas (iocietarias: en primer lugar, com-
prende el grupo desociedades en el cual reviste importancia predominante
el control, en el sentido de posibilidad de imponer can permanencia y conti-
nuidad normas para dirigir la gestiónsocial, Este, a su vez, puedeser: un gru-
po industrial (que es el formado por compañías que tienen actividades eco-
nómicas iguales, conexasocomptementarias, yqueseencuentransometidas
a una dirección Gnica a cargo de la llamada "sociedad madre". Estedominio
se ejerce por el juego de participaciones financieras múltiples); un grupo
financiero (se presenta como una unidad de decisión por parte de una com-
pafiia cuyo objeto social es puramente financiero y que, merced a SUSparti-
cipaciones, controla a lassociedades que componen el grupo); un grupo per-
sonal (que esun conjunto de sociedadescuya unidad decicoria resulta de una
comunidad de dirigentes y que, por lo común, carece de consistencia jurídi-
322 Ricardo D. Wierrezuelo-Pedro F. Niíñez
)__-_lI__ _
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- l . l l l _ l - - - l X I I I C - - - I I I _ ~ - - ~ - -
Otras veces, aun cuando el tipo de relaciones que se entablan no permiten de-
terminar ia existencia de una sociedad dominante, en cambio, existe una confu-
sión patrirnonia! tan intensa, que ias mismas actúan conformando una unidad eco-
nómica,
También es factible que una determinada empresa cuya casa matriz se encuen-
tra en el exterior decida extender sus operaciones en nuestro pais, para lo cual crea
una filial, que bajo la apariencia de total independencia, actúa de conformidad
con las directivas impartidas por la central,
Mas la actuación de las rnuitinacionales puede tener para el pais en que se ins-
talan lassiguientes desventajas:
a) Exportación de utilidades.
b) Importación eventual de tecnología de segunda clase, por la que se paga un
precio desproporcionadopor royalties (regalias)queen realidad estransfe-
rencia disfrazada de utilidades, con evasión impositiva.
c) Empleodelahorro nacionalen la medidaenque utiliza-ose le permjte uti-
tizar-e! crédito bancario local, lo que influye en contra del desarrollo dei
país por la insuficiencia del ahorro nacional para afrontar las necesidades
de credíto de las industrias iocales.
Todos estos fenómenos, que producen una verdadera telaraña por las interco-
nexiones que se entabian entre lasdistintassociedades, repercuten, sin hesitación,
en el Derecho del trabajo, pues el trabajador se encuentra muchas veces en el cen-
tro de ese circuito inter-empresarial, sinsaber con certeza quien !e paga, quién lo
dirige ni a quién debe obedecer.
La problemática laboral que este tipo de relaciones genera desborda notoria-
mente la regulación legal, por lo quevolveremos sobre este punto, sin perjuicio de
lo cual abordaremosenéste los remedios legales previstos en la Ley de Contrato de
Trabajo, para evitar que, mediante distintasmaniobraspergeñadas por iar socieda-
deso por algunas de ellas, se soslayen los derechos laboralesy de la seguridadsocial
de los asalariados. El Derecho del trabajo, como bien apunta justo López siguiendo
a Carnerlynck, buscara proteger al trabajador contra una ubicaciónjurídica, en par-
te artificial, alargando su competencia más allá del empleador nominal, a conse-
cuencia de la unidad del grupo al que se considerará coma ligado al trabajador3.
Sin embargo, forzoso es reconocer de antemano que nuestra legislación ha ex-
perimentado un profundo retroceso en este punta, pasando de una regulación
netamente protectoria, de cardcter objetivo y que se verificaba por la simple rela-
"LOpez - Centeno- Fernandez Madrid, Ley de Contrato de Trabajo comentada, t. 1, ps. 262-
-
onsabilidadsolidariaen el contrato de trabajo
-.- m
- - - * - -"- . .
325
S ~ p i(caord.),
~t Trabajoy ernpieo. Transformaciones de! trabajo y futura del derecho del
trabajo en Europa, ps. 84 y 85.
Atonso Otea - Casas Baamonde, Derecho del trabajo, ps. 173 y 174.
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 327
a) Regulacibn legal
Elart. 31 de la LCT, luegodela reforma de la ley 21.297, prevé: "Siemprequeuna
nque tuviesen cada una de ellas personalidad jurídica propia,
tuviesen bajo la dirección, control o administraci6n de otras, o de tal modo rela-
onadas que constituyan un conjunto econdmico de carácter permanente, serán
los fines de las obligacionescontraídas por cada una de ellas con sus trabajadares
s de la seguridad social, solidariamente responsables, cuando
iobrix fraudulentas o conduccibn temeraria ".
rtícuio se advierte que el mismo presenta diversas aristascuyo
? - El control societarjo
E! vocablo "control" es de introducción reciente en la lengua cas.te!lana con el
n este capítulo se te asigna, En efecto, las versiones de 1925 del
ionario de la lengua española, de la Real Academia Española, no consignan ia
"control" como perteneciente a la lengua. En la edición del año 1970aparece
da de "inspección, fiscalización, intervención", y también con el
"dominio, mando o preponderancia", Indica como fuente la voz francesa con-
e las definicionesserá la que nos interesa, acorde con el vocablo
inglés, que denota "el poder de dirigir, mandar, restricción" (The Oxford Dictio-
ral y el poder de elegir la mayoría de los administradores; y 6) usa efectivamente su poder para
dirigir ias actividadessociales y orientar el funcionamiento de los 6rganos de la sociedad.
Es el mismo criterio de la legislación itafiana: el art. 2359 del CC establece que son considera-
das sociedades controladas las sociedades en las cuales otra sociedad, en virtud de las acciones o
cuotas poseídas, dispone de la mayoría requerida para las decisiones de la asamblea ordinaria, así
como las sociedades controladas por otra sociedad mediante las acciones o cuotas poseidas por
sociedades controladaspor esta -Dobson, Eiabusa de la personalidadjuridica (en eiderechapri-
vado), p. 64-.
l6 Halperin - Otaegui, Sociedades anónimas, p. 155.
l7 I-ialperin - Otaegui, Sociedades anonimas, p. 156.
onsabilidadsolidaria en e/ contrato de trabajo 331
-~- -
Cabe agregar
- que para que exjsta control externo dr
nante debe tener un interés econbrnico para ejercer el poder de dominacibn y ese
poder debe encontrar un correlato en el interés de la dominada, para seguir la vo-
luntad de ta dominante.
LO importante a resaltar es el tercer requisito que lo incluye como causa deter-
minante del control externo y que es la posibilidad de la controlada de tener la
opción para resolverseguir adelante con la dominación o rebelarsecontra la misma,
soportando el correspondiente perjuicio. Si no existe la posibilidadde la opción se
está ante la presencia dei control interno y no del externo24.
Por último, para ser tal, el control societario debe ser duradero y completo.
Duradero porque una situación transitoria no podría tener incidencia en la adrni-
nistración de los negocios o en la actividad de la sociedad influida. Completo y no
parcialsobre alguno de los aspectos de !a actividad de la sociedad influida porque
lo esencial consiste en que la saciedad influida se vea condicionada en la adrninis-
tración de sus negocios25.
~ , quien la relacibn de dominación
En idéntico sentido se expide ~ o b s o n *para
externa debe estar dotada de ciertas características de permanencia, así como de
particular intensidad. No se tienen en consideración, por ello, los actos aislados de
imposición, sino que debe tenerse en cuenta la actividad entera de la persona do-
minada. Fosactosde dominación, en algunos ramosde su actividad, que no impor-
ten sujeción de la actividad económica toda no son tenidos en consideración a los
finesde fijar el concepto de influencia dominante,
Los particulares vínculos que posibilitan imponer conductas económicas de
sujeción pueden admitir resquicios pero comprenderán la parte massustancialde
la economía de la empresa dorninada:será una cuestiónde medida que permitaso-
pesar la influencia dominante, de manera tal que ésta se manifieste en la genera-
lidad de la actividad de la dominada, aun cuando ejerza ramos menores o acceso-
rios con autonomía de decisión.
2 - El conjunto económico
El conjunto econi~mico,tambien denominadogrupo de sociedades o grupo eco-
niimico, supone una relación empresaria, en principio, distinta a la que se da entre
las sociedades controladas y controlantes.
Se trata de supuestos en los cuales es difícil estabtecer la separación entredivei-
sossujetos que mantienen personaiidadjurídica independiente, pues utilizan los
mismos bienes para perseguir sus Fines económicos, existiendo una superposición
patrimonial y una confusiónen la titularidad y usufructo de los bienes. En ertossu-
puestos, las nociones de control, aunque pueden darse, se diluyen, pues este con-
juntode personas (generalmente jurídicas) funcionan con el mismo patrimonio, ya
sea que constituya éste ia totalidad del que compone cada una de sus diversas per-
sonalidades o participen de bienes comunes afectados a sus respectivos objetivos.
Dobson, diferenciando los supuestos de control con los de conjunto econbmico,
señala que en el control externo, el patrimonio "ajeno" debe utilizarse desviando
los objetivos para fos cuales fue constituido. En el control interno el patrimonio
"propio" de la sociedad debe ser utilizado para fines ajenos. Pero en ambos casos,
la individualidadyseparaci6n de los patrimonios se mantiene. Por oposicivn a los
conceptos expuestos, puede existir confusiun patrimonial -absoluta o reiativa-
de manera que la individualidad de los participantesse confunda en un grupo de
bienes de utilización indistinta y común. Asi, la separación nose rnantieney puede
establecer la existencia de una unidad o ~ o n j u n t o * ~ .
Más adelante, agrega que esta unidad económica se traduce en una confusión
patrimonial, que al producirse impide establecer la existencia de otro ente hacien-
do, al contrario, obligatorio establecer presencia de un sujeto único, Así, entonces,
nos encontramos con un supuesto de hecho 136sgrave que el del controi, aun des-
viado. Se trata de una intensidad de grado mucho mayor, en el cuai se ha avanta-
doaun rnássobre la sola deterrninacidn de la conducta ajena o la elaboración de lz
conducta propia para allanar los limites, haciendo desaparecer la identidad propia
del patrimonio,
Por cierto que en todos Iw casas de confusión patrimonial habrá una determi-
naciOn de! destino de ios bienes, ya que éstosson propios, Para el ejercicio del con-
trol econbmico deben administrarse los bienes ajenos como si fueran propios, lo
que no ocurre en este caso. Determinada la existencia de confusión patrimonial,
aparecerán necesariamentetodos los rasgos delineantesdel control, pero no ocu-
rrirá fo rnisrnaa la inversa. Puede haber control desviadosinconfución patrimonial,
puede haber dominación abusiva sin perdida de identidad. Por último, el control
necesariamentesupone una relación duradera y permanente entre la controlante
los bienes e n cabeza de los otros titulares aparentes" y con fundamento en la doc-
rina de la "verdad jurídica objetiva" del misma Tribunal Supremo. Agrega que la
nidad socioeconómica con ia faliida se produce en razón de no poder ser distin-
uidos las bienes, en rariin de hallarse canfundidos los patrimonios.
En consecuencia, los efectos de la quiebra decretada a Swift SAF también se
imputaron a Deltec internatianal Limited, como deudora real y responsable de las
obligaciones de la fallida aparente cuya propiedad y respectivo control ie perte-
control o administración de otras" y, por el otro, a empresas "de tai modo relacio-
nadas que constituyan un conjunto económico de carácter permanente".
Es conveniente efectuar esta aclaración, pues muchas vecesse han confundido
ambossupuestos o se le ha dado a uno mas preponderancia que ai otro. De ahí que
se hayan soslayado, tanto doctrinaria como jurisprudencialmente, los supuestos
de control, seguramente por el inconveniente probatorio que genera acreditar di-
cho tipo de relacion subordinada, como a continuación veremos. Empero, con el
afdn de proteger a! trabajador, se ha pretendido encuadrar estas situaciones tan-
to en ei art. 30 de la LCT(subcontraiaci6nde la actividad principal) como en el se-
gundo supuesto regulado por el art. 31, esto es, el conjunto económico.
39 De Djego, Manual de derecho del trabajo y de la seguridad social, ps. 152 y 153.
40 Lópcz - Centeno Fernández Madrid, Ley de Contrato de Trabajo comentada, t. 1, p. 266.
Ricardo D,Hierrezuel~- Pedro E iVúñer
-
340 -,.- .- ---------,- -
-
-
-.
d
-
41
Vázquez Viatard jdjr.), Tratada de derecho del trabajo. t, 2,ps. 367 y 368.
42 -
Halperin Dlaegui, Sociedadesanonimas,ps. 800 y 801.
onsabiiidadsolidariaen el contrato de trabajo 341
- 4
sufra el controi. De ahí que el control puede ser ejercido tanto sobre personasfísi-
o sobre jurídicas, las que, a la vez, pueden ser controlantes. Por ende, pue-
controladaso controlantes una sociedad de cuaiquiertipo, una asociación,
rupo de personas, un consorcio, etcétera. Lo quesies imprescindible, ec la pre-
ia de dos sujetos: uno de ellos, el controlante, tiene sometido a otro, el con-
lado, a su voluntad, a su poderío, en una relaciónde dependencia, de vasallaje,
e le permite determinar la conducta de este tjltirno a su propio arbitrio. Es esta
eción, esta servilidad, la que determina la presencia del control43.
No obstante ello, repetimos que este artículo no esaplica ble cuando se trata de
una sala empresa perteneciente a una sociedad comercial que es dominada por
una persona individual, pues en este caso no habria sujeción sino identidad y ma-
nejo persona: de la persona jurídica, creada mediante una maniobra fraudulenta
como simple pantalla para violar ia ley, por lo que seria un supuesto previsto por el
art. 14 de la Ley de Contrato deTrabaío.
Conviene destacar que gran parte de las modernas formas contractuales que
han aparecido en el derecho comercial o cuya utilización se ha generalizado, im-
portan verdaderos supuestos de control externo en que la actividad principal de la
controlada queda supeditada a los designiocde la controlanre. Ello así, por cuanto
la controlada recibe toda su actividad vital de la controlante, que la convierte, por
así decirio, en un parásito con escasa o aun sin vida propia. la decisibn de la con-
troIante de dejar de insuflar esta actividad, revocandocu impulso vital, ilevaríaa la
ruina económica de la controladaa.
Ejemplo de este tipo de control lo encontramos en los contratos de agencia,
concesibn, dis.t.ribución, suministro y franquicia, en las cuales la revocación del
mandatoa la representación, la falta deentrega de la mercaderia, de ta utilización
de una determinada marca o de la exploracjón de una licencia, trae aparejado el
fin de la existencia económica de la sociedad controlada.
Es cierto que la acreditación be tales extremos se torna dificultosa; pero no cre-
emos, como losostieneVázquet Vialard, que esta situaciiin sólo se produzca cuan-
do existe un verdadero dominio que provoca el control de la voluntad social. De ser
asi, estaríamos en presencia de un control interno y no externo. En este último
supuesto, siempre debe existir la posibiiidad de la controlada de rebelarse, sufrien-
do los perjuicios correspondjentes.Por ello, desde nuestra perspectiva, es suficien-
te con demostrar que la controlada sólo comercializa los productos de la contro-
lante o explota su marca o licencia, estando sujeta a las condiciones y cursos de
acción impartidos por esta última, para que se configure el supuesto de control
previsto por el art. 31 de la LCT. Verificada tal relacibn, que necesariamentees per-
81 Reseña de failos
La jurisprudencia ha resultado muy productiva a la hora de definir cua lec son las
elementos necesarios para configurar e l conjunto económico.
2-- Si tres empresas poseen el mismo domicilio y están compuestas por hermanos y
losempleados en relacibnde dependencia de una de ellas pasarona integrar la nómi-
na de otra con reconocimjento de antigüedad, deben responder solidariamente de
conformidad con lo dispuesto por el ai-t. 31 de la ICT, toda vez que un conjunto eco-
nómico está integrado por empresas con estrechos puntos de contacto, reveladores
de intereses comunes que necesariamentellevana concluir que deben respondersoii-
dariamente en las obligaciones taboralesdesu personal. [CNAT, Sala X, 20/4¡01, "Me-
neses Gutiérrez, Ornar A. c. Brugastro S. A. y otros", DT,2001-3-16981.
3 -Cabe considerar que dos sociedades integran un Unico centro económico si están
constituidasyforrnadaspor losmismossocios,tienen un mjsmodomicilio común yuna
es encargada de la administracióny auditoría de la otra. [CNAT, Sala i,3011 7/00, "Ver-
gel González, Augusto A. c. Global FoodArgentina S. A. y otras", DT, 2001-A-7941.
sujeto empleador. La sociedad local, integrante del grupo económico que tiene su se-
de principal en ef extranjero, debe asumir el pago de las diferencias indemnizatorias
reclamadassobrela base de la antigüedad, que surgen de computar losservicios prcs-
tados por el dependiente en otras subsidiarias, integrantes del mismo grupo, radica-
das en e l exterior. [CNAT, Sala 11, 29/11/02, "Kwasinski, Natalio J. c. General Motors de
Argentina S.A.", TySS, 2003-5231.
9-- Un conjunto económico esta integrado por empresas con estrechos puntos de
contacto reveladoresde intereses comunes que, necesariamente, iieva a concluir que
deben responder sotidariamenteen las obligaciones laborales con su personal, máxi-
me si una de ellas aparece limitada en su responsabilidad por un estado economico
deficitario. [CNAT,Sala X, 26/7/99, "Afcaraz, Antonia c. Carlos León Nuss S.R.L.", N,
2000-A-911.
16- En el caso, dado que ha quedado probada la estrecha vinculación entre los de-
mandados, que ambas sociedades demandadas contaban con los mismos directivos
segitn sus estatutos cocietarios, como asi también que las personas fisicas codernan-
dadas integrantes de ambas sociedades hubieran registrado a! actor solo en una de
ellas y sin registro de ias horas extra laboradas, cabe tener por configuradas manio-
brasfraudulentasy evasi6n a la ley laborat por parte de las codemandadas. En conse-
cuencia, habiendo quedado probada la existencia de un grupo económicoconcomu-
nidad de medios personales e instrurnentalesy un accionar fraudulento conformado
por las demandadas, correspondeaplicaral caso la sofidaridad prevista en el at-t. 31 de
la LCT, ICNAT, Sala X, 19/12/14, "Yrala, LucianoRñmonc.J & G S.A. sIDespido", Boletín
Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no349, dic. 20141.
5' CSJN, 2311 7/95,"Pellegrino, Jorge Eugenio c. High Band S . A. y otros", DT, 1996-B-1465.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 349
--~. - --~---.----
Adviértase que este recaudo solo se exige para e l supuesto de conjunto econó-
micoy no para el control empresario, aunque en este último caso, la permanencia
es unode Jor rasgostípicos del control externo, pues nose tienen en consideraciOn
10s actos aisladosde imposiciónsino la actividad entera de la persona dominada.
La exigencia de que e1 grupo sea de carácter permanente excluye los nuclea-
mientosde duración transitoria del 5rnbito materialde aplicación del precepto.Se-
gún la doctrina especializada, habiendocecondicionado la aplicación de la norma
a la acreditacibn de maniobras fraudulentas o conduccian temeraria, tio se ve ra-
zón alguna para distinguir en función de la permanencia o transitoriedad del gru-
po en cuyoseno se cometió el ilícito. Ensinck acota que no le parece acertada la re-
ma introducida en 1976 en el texto legal, porque los grupos económicos, nacio-
es o internacionales, acttian en $asmismas condiciones y determinando las mis-
mas consecuencias, ya sea que constituyan un grupo económico permanente o
constituido ad hoc para su intervenciónen un negocio determinados2.
Et carácter permanente no estaba en el texto origina! del art. 33 de la ley 20.744
(actual art. 31) que hacía referencia a "grupo industrial, comercial o de cualquier
otro orden, de caracter permanente o accidente, o para ia reaiización de obras o
trabajos determinados". La permanencia fue introducida por la reforma de la ley
21.297 con el propcisito de excluir de su normativa a los denominados contratos de
colaboración empresaria, hoy denominados por el Código Civil y Comercial, como
contratos asociativos, como son las agrupaciones de colaboración, la unión transi-
toria y los consorcios de cooperacibn.
53 SCBA, 616101, "Lauria, Osvaldo N.c. Tecnología de Avanzada S.A. y otros -Welco S.R.L.-.
Despido indirecto", inedito.
54 Cactello, "Grupo de empresas", en Las transformaciones de la empresa en e/ derecho del
trabajo, p. 525.
rponsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
- - -M- --
351
-
r a la presunción de ausencia de registración de la demandante y un supuesto de
asión de normas laborales que tornaron aplicable lo dispuesto en el citado art.
la 1 ~ 0 ' En ' ~términos
~ . similares, se ha dicho que: "Habiéndose probado la
ricia de un conjunto económico en los términos de lo dispuesto por el art. 31
ta LCT, para considerarse configurada la responsabiiidad empresaria solidaria,
debe probarse el dolo del empleador o un propósito fraudulento de su parte.
se requiere intencion subjetiva de evasión de normas laborales, tuitivas del tra-
ador, ni la demostración de una intenciónevasiva.Basta que la conductaempre-
al se traduzca en una sustracción a esas normas laborales, como por ejemplo, la
ectuasa inscripcibn registra{ del dependiente. De esa forma, el fraude queda
nfigurado con intenciones o sin ella^"^^^
También se resolvió que: "Si bien el art. 31 de !a LCTsupedita la procedencia de
solidaridad pasiva a queseverifiquen maniobras fraudulentaso una conducción
meraria, en supuestos en que se produce una fragmentación de la antigüedad
I trabajador es innecesario probar el dolo de los involucrados o un propósito
audulento de estos, ya que resuha suficiente con acreditar que lo que en apa-
encia eran vincuios distintos en realidad era uno solo, Es decir, que e! trabajador
debe probar la intención subjetiva de evadir normas labora les, bastando para
r con Iaexjgencia normativa que !a conductaempresarial se traduzca en una
ción de las normas laborales, con intención o sin ella"".
or ende, las maniobras fraudulentasson todas aqueilasconductastendientesa
frustrar los derechos del trabajador a través del accionar de este tipo de empresas.
Se verifican cuando, aprovechándose de la reiación o subordinación existente
entre las distintas empresas, se producen traspasos, registraciones o manejos de
trabajadores, cualesquiera que sean, con el iinico prapósito de evadirse de la apli-
cadón de !a normativa laboral o de la seguridad social. Este tipo de maniobrasse
verifica cuando no se registra la relaci6n laboral o se lo hace en forma defectuosa,
a cuandose io asienta en una de las sociedades del grupo que no tiene patrimonio
o que ha sido descapitalizada, o cuando se fracciona la antiguedad del trabajador
entre las distintas integrantes del conjunto económico para no tener que abonar
[os distintos adicionales o importesque se devengan como consecuencia de la anti-
CNAT, Sala iil, 30/11/06, "Fernández, Luis A. c. Eficast S.A. y otro", en "Revista de Derecho
Laboral y Seguridad Social", no10, may. 2007, p. 901.
m CNAT, $ala Vi, 21/8/03, "Lápez, Analia V. c. Polimal S.A. y otros", en Manual de jurispru-
dencia, Juiio Grisnlia (dir.), p. 783.
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 353
CCNAT, Sala VII, 3113110, "VAzquez, Ezequiel c. Cuore Consumer Research S.A. y otros sIDes-
pido", Boietin MensualdeJurisprudencia de /a CNAT, n0299,Oficina deiurisprudencia, rnar.2010.
CNAT, Sala 11,414108, "Borkowki, Enrique Ignacio y otros c, Dunlit S.A. y otros slDespido",
en Raña Sa, "Cuestionessocietariasvincuiadasal derechodel trabajo", en Cuestionessociebriasy
fideicomiso en e\ derecho de/ trabajo, p. 452.
CNAT, Sala iV, 26/8/13, "Guerra, Maria HeIvecia c. Valneif S.A. y otro slDespido", Boletín
Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no335,ago. 2013.
65 Para Vazquez Vialard, las "maniobras fraudulentas tambien estariancomprendidasenel
art. 74 de la LCT, ya que se tra.taría de un vulgar operativo para disminuir ia responsabilidad de la
354 Ricardo D.Hierreruelo - Pedro F; NriRez
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cia o dolo se fe ocasione al trabajador un daño como consecuencia del cual en defi-
nitiva reclame. Esdecir, ~rpareceuna conducta reprochable en la dirección de lasac-
tividades del conjunto económico, por ejemplo, insolvencia del ernpleador -di-
recto- por maniobras imprudentes, o vaciamiento de una de las empresas inte-
grantes del mismo, por io que frente a eventuales reciamosquese originen, puede
desencadenar la responsabilidadsolidaria que se Ferreirbs refiere que
en este supuesto se trata de actitudes imprudentes e inapropiadas, según el nor-
mal devenir de los hechos en un lugar y en u n tiempo, sin quesea necesario probar
culpa en los términos del art. 522 del CC (conc. art. 1724, CCCN),alcanzanda cor la
inadecuaciónde la conducta a los fines de lucro perseguidos por el La dis-
yuncídn "o" utilizada para separar las maniobras fraudulentasde la conducción
temeraria permite inferir que no es necesario que se verifiquen ambos recaudos,
bastando que se acreditesólo uno de ellos para responsabilizar en forma solidaria
a todos sus integrantes.
sociedad o persona 'madre' (o 'tia') a traves de la creación de una estructurajuridica que más allá
de la apariencia, era fa 'persona interpuesta'. Es posible que la intención del legislador hriya sido
extender ia responsabilidad en los casosen que el 'ernpleador' hubiere actuadofraudulentamen-
t e (por lo tanto, con dolo) en negocios que en definitiva le acarrean una situación de insolvencia,
o sin quese diera esa circunstancia agravante, cuando son resultado de una accibn temeraria.
Agrega que deacuerdocon ello, parecería que no obstanteel control, el grupoeconómico {sus
diversos integrantes) no serla responsablesino se da eseactuar fraudulento, noen l a constitucion
de la sociedad que actuó como empleadora, sino en su operar, o por lo menos cuando a éste se le
puede imputar una "conducdbn temeraria". De esa manera, nose podria ejercer la acción que pre-
ve la norma cuando ia insolvencia se deba a una consecuencia del riesgo propio de una actividad
económica o civil, en la que no ha mediado fraude otemeridad ai realizar los negoc~ossocialec.
Senala que no obstante esa interpretacibn, que podria surgir del estudio de la norma, entien-
de que probado el control internooexterno, corresponderia la extensión de la responsabilidad,y
en aigún caso, la imputación de elia directamente, cuando se acredita que la empresa empleado-
ra actuaba como "dependiente" del grupo económico. Al efecto, seria aplicable en el caso la teo-
ría dola desestimación de la persona juridka, o bien, cuando pudiera acreditárselo, que faconsti-
tución de la sociedad controlada lo fue a fin de interponer una personatart, 14, LCT). Mientasque
en este último caso seria necesario acreditar la existencia de un fraude laboral, en el otro bastaria
demostrarla realidad de los hechos: la exisrencia de un grupo econbrnicaque pese a la muliiplici-
dad de personas juridicas por medio de las que actuaba, en realidad constituía una unidad jilrídi-
ca. En arnboscasos, a su juicio, no tendría relevancia e! hecho de que ei conjunto tuviera un carác-
ter permanente (come lo estabiece el ar?. 31, LCQ o transirorio, ya que con prescindenciade ello,
seconfigurarion lospresupueslocpara aplicar la rnencionadateoríadeia penetración o la del frau-
de laboral (Vatquez Vialard, Tratado de derecho del trabajo, ps, 370 y 371).
O' López -Centeno - Fernandez Madrid, ley de Contrato de Trabajo comentada, t. I, p. 267.
esponsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 3 57
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m-
neficiado con sus servicios y mediante maniobras que llevaron a la empresa a su si-
tuación de falencia o déficit7'.
73 En idenrico sentido, Vázquez Vialard estima que: "en el caso de solidaridad a que hace
referencia el art. 31 de la f CT cabe entender que las demis sociedades que son deudoras vicarias,
Responsabilidad solidaria en e/ contrato de trabajo 3 59
-- ,"---'~ -,.-,-
en cuanto integran una unidad (conjunto económico), deben satisfacer esa exigencia: otorgar el
certificado detrabajo. Las mismas han sido traídas al juicio en su calidad de miembros de un cuer-
posocietarioque haasumidoelcarácterdeempieador. Noobstantequecada uno delos entes que
conformaron esa realidad tienen personeria jurídica propia, en tanto dependían de un centro en
el que se adoptaban las decisiones que se ejecutaban a esos diversos niveles, integraron una mis-
ma persona. En realidad, el citado art. 31 de la LCT, con i a limitación que establece, constituye una
aplicación deiafígura de la desestimación de la personajuridica, par lo que, en ratiinde la autPn-
ticasituacibn planteada,selevantóelveloquedisimulaba la realidad, porioqueksta queddaldes-
cubierto: un hoidíng que manejaba una serie de empresas que ficticiamenteaparecíancomo indi-
vidualidades independientes, en tanto eran departamentos de una sociedad madre que, en los
hechos, actuaba como única empleadora. De acuerdocon elio, la entidadtraídaal juicioen carác-
ter decodeudora vicaria, en realidad no tiene ese carácter, en tanto es parte de un complejo jurí-
dico que actuó como ernpleador" (V6rquezVialard, La posibilidadqueelacreedorlaborallererla-
me directamente aldeudor vicaiio, TySS, 2082-807).
T4 Ackerrnan, la modificacirjn del art: 80 de la LCT (f.o.), en "Revista de Derecho Laboral",
número extraordinario, "La reforma Jaboral-ll", p. 45.
360 Ricardo D.Hierrezuelo -Pedro E Nufiez
deudores. Empero, hay que efectuar una distinción entre el pago realizado por
cada uno de ellos, para una eventual acción de regreso. Si es el empleador el que
satisface el crédito del trabajador, en principio, no tendría ninguna acción de re-
gresocontra la controlanteo lasdemás integraniesdel grupo, deconformidadcon
lo dispuesto por el art. 841, inc. 6)del CCCN, por ei cuai debe estar a la fuente y la
finaiidad de la obiigacidn o, en su caso, la causa de la responsabilidad. Reiteramos
que el deudor directo y principal responsabiedel pago es el empleador, con quien
se ha entablado la relación laboral, por io que no sería procedente una acción de
regreso contra quien la ley ha erigido como deudor solidario de esa obligación.
En cambio, si fue el contratante quien debió pagar total o parcialmenteel cré-
dito laboral al trabajador, estará legitimado para repetir del obligado principal la
totalidad de lo abonado (conf. art. 841, CCCN).
Por último, si ei empleador fuera insoivente y hubiere varios deudores sofida-
rior jndirectos, la responsabilidad deber4 distribuirse entre todos éstos (conf. art.
842, CCCN),estándose a lo pactado si la situacidn se hubiere previsto.
En cuanto a la cosa juzgada, rige el principio general establecido en el art. 832
del CCCN, que determina que la misma no esoponible a los codeudores que fueron
parte en el juicio, los cuales pueden, sin embargo, invocarla contra el coacreedor
que sí fue parleen iacausa cuando nose funde en circunstanciaspersonalesdelco-
deudor demandado. Es decir, los efectos de la cosa juzgado se expanden a tos co-
deudores en la medida del beneficio (esto ES,cuando la cosa juzgada los favorece)
y Únicamente contra el coacreedor que intervino en el iitigio.
9 43. Pluriempleador
a) Conceptualización
AFJP vendían los productos del Banco Río de la Plata y eran supervisados por un
mismo personal jerárquico comun a ambas organizaciones, repartiendosu jorna-
da de trabajo entre sus tareas para ambassociedades.En casos como el citado, con
desempeño simultáneo en el mismo horario y lugar para varias empresas pertene-
cientes al mismo grupo económico, cabe conciuir sobre la existencia de una Unica
reiacidn iaborai can un empreador plural, constituido por todas las empresas que
integran ef grupo, de manera que el trabajador no puede pretender de cada una
de ellas el salario íntegro de convenio (del voto del doctor Guisacf~)"~~,
También se ha estabIecido que: "No cabe soslayar que la falta de registro del
contrato de trabajo se torna significativa en la determinacián del sujeto emplea-
doryque, a taf fin, cabe remitirsea la nocidnsucinla que brinda el art,26de la LCT,
en Tanto permite identificarlo como aquel que "requiera los cerviciac de! trabaja-
dor", ya sea que se trate de una persona física o conjunto de elias, o jurídicas que
tenga o no, personalidadjurídica propia. Se trataría de una única prectacióndeser-
vicios, ya sea en forma conjunta, sucesiva o alternada, respecto de los integrantes
de un empteador pluripersonal, y siendo as!, ef trabajador puede reciamar la tota-
lidad de su crédito indistintamentea cualquiera de ellos (art. 26, LC?')"~~.
Se ha dicho asimismo que: "Si bien la accionantesostuvoque Texrnec5.A. era ia
continuadora de KicobtexS.A., en los terminos del art. 228 de la LCT, de la inforrna-
ción recaudada en la causa, no se verificó una transferencia de establecimiento ni
de personal, sino la existencia de un grupo de interés ecanómico, es decir como un
conjunto de empresas, forma! y aparentemente independientes,que están entre-
lazadas recíprocamente,formando un todo, ya que respondena un mismo interés.
Ello, porque existe una unidad en el fondo, bajo la forma de pluralidad de perso-
nas, aparentemente distintas yío autónomas. Luego, por e! principio de primacía
de la realidad, fas sociedades juridicamente independientes, en realidad actuaron
coma una unidad económica, que se asimila a una sola empresa; esdecir, las empre-
sas codemandadas, conformaron un conjunta económico, y en dicha calidad, ac-
tuaron en forma indistinta como empleadoras de la accionante (art. 2 6 , 1 ~ 7 ) ' ) " ~ ~ .
También se ha dicho que: "Debe acogerse la pretensión del accionante de ex-
tender la condena a los co-accionados Enrique Rahr y Javier Daniel Ben Rohr que
junto con ia condenada FabianaJudith Rohr como empkadoresejercíanalternati-
vamente el poder de dirección de la unidadtécnica de ejecución que se denornina-
ba 'Estudio Rohr y asociados' en la que prestaba servicios el reclamante. La situa-
77
CNAT, Cala IV, 3113109, "Contreras, Luis Angel c. Banco Río de fa Plata S.A. y otro siDespi-
do", Boletín Mensual de lurisprudencia de ia CIVAT, no289, Oficina de Jurisprudencia, abr. 2009.
78 CNAT, Sala V111, '13112111, "Silva, Mariela Giseiac. Serebrinski, Aiberto Mario y otro $/Des-
pido, en intrünet.pjn.gov.ar.
7 9 CNAT, Sala lli,271311 3, "Ayala García, Aydee c. Kicorex y otr~ssiDespido",en intranet.pjn.
gov.ar.
sponsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 363
-- -.-
n cae dentro del art. 26 de la LCT, es decir que es un conjunto de personas físicas
e actúan como empleadores, constituyendo un emprendimientocomOn -Estu-
Rohr y asociados-, con espacio común para el desarrollo de su actividad, gas-
y caja compartida, sin que signifique un obstáculo atendible que se llevara a
o la gestión a través de una división del trabajo que quienes ejercian el poder
ernpleador disponiana fin de atender los requerimientos de los clientes. En esa
teligencia, ios co-accionadosEnrique Rohr y Javier Daniel Ben Rohr deberán res-
nder soiidariamente frente ai crédito reconocidoa favor del actor"80.
Recientemente, se ha sostenido: "Corresponde responsabilizar en forma sali-
ria a ambas codemandadas en tanto revistieron el carácter de empleadoras en
S términos del art. 26 de ia LCT, puesto que, si bien la sociedad extranjera, cuya
íal en Argentina era la empleadora de las actoras, cesó su actividad comercial
bido a que perdió la unidad productiva luego de un proceso concursal, iastra-
jadoras continuaron realizando tareas propias de esta última mis allá de la
cha en que tuvieron lugar los despidos masivos, lo que -no por casuatidad-
cedió luego de que la adjudicataria obtuviera la autorización por parte de la
arta deTrancporte para explotarservicios regulares internacionalesdetrans-
aéreo de pasajeros"81.
Una de las cuertiones que se debaten es cómo deben responder cada uno de los
integrantes de este ernpleador complejo, porque si bien la responsabilidad,en al-
gunos casosestá determinada por el ordenamientojuridico extra laboral (cupues-
tos de las agrupaciones de colaboración, las UTES y los consorcios de cooperaci6n
en el Código Civil y Comerciai), lo cierto es que corresponde adoptar una única so-
lución dentro del ordenamiento laboral.
Si bien hay quienes sostienen que a falta de disposición expresa que establezca
la solidaridad en el art. 26de la LCT, no cabría otra solución que concluir que la res-
ponsabilidad es simplemente mancomunada, lo cierta es que creemos que cada
uno de los integrantes debe responder solidariamente, Ello es así, porque si bien
no existe norma expresa alguna que establezca la solidaridad, fo cierto es que tal
circunstancia se infiere de la finalidad del ordenamiento jurídico laboral, que
intenta protegerelcr6ditodel trabajador. Si la LeydeContratodeTrabajohace res-
ponder a quien no es empleador en forma solidaria por ta totalidad del crédito la-
boral (conf. arts. 29 bis, 30,31,228 y 229, LCn, quien /o es no puede responder en
menor término. Noteseque, según el art. 828 del CCCN, nose exige que la solidari-
dad sea expresa, sino que surja inequívacamentede la ley, como sucede en esteca-
so, si se efectúa un anáiisis integral del ordenamiento iaboral
$0 CNAT, Sala IX, 2813112, "Cartoy, Javier Justo c. Rohr, iudith y otros sIDespido", Boletín de
Jurisprudencia de ia CNAT, no 325, sep. 2012.
CNAT, Sala 11, 281911 5, "Broggi, Magdalena Eulogia c. S.A. Viacao Area Ria-Grandense y
otrosslDespido". Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no 356,sep. 2015.
364 Ricardo D.Wierr~zuelo- Pedro E Muñej
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Pero aun cuando se entendiera que la obligacibn es simplemente mancomuna-
da, de tadas formas el trabajador podria dirigirsu accibn contra uno, variosotodos
los integrantes del empleador comptejo. Ello es así, por cuanto el Código Civii y Co
mercial, a diferencia del anterior, ya no regula específicamente las obligacione
mancomunadas, sino que e! art. 826 prevé que sus efectos se rigen par lo dispues
to en la Sección 6"del Capiiuio 3" según que su objeto sea divisibie o indivisible. Y
en este casó, consideramos que estamos frente a una obligación indivisible, ya que
cualquiera de tos integrantesde estesujeto plural puede demandarle al trabajador
la totalidad de la prestación laboral, y no en forma proporcional segUn la jornada
de trabajoy !a cantidad desujetos. Corno lógica consecuencia de tal circunstancia,
ei trabajador puede requerir ei pago de la totalidad de la deuda a cualquiera de los
integrantes del pfuriempleador. De ahí que nos encontremos frente a un supcies-
tos de indivisibilidad por imposibilidad material de dividir la prestación (conf. art.
815, inc. a, CCCN), y resulte aplicable el art. 816 del CCCN por ef cual el trabajador
podría exigirle la totalidad del pago a cualquiera de los deudores, o a todos ellos,
simuithnea y sucesivamente.
Desde el punto de vista jurisprudencia! existen fallos que condenan solidaria-
mente a cada uno de los sujetos integrantes, Así, se ha dicho que: "Ante el caso en
el cual dos personas juridicas han utilizado en forma conjunta e indistinta losservi-
cios de un trabajador, corresponde aplicar anaibgicarnente ia solución que can-
templa el art. 26 de la LCT(cuando actíran conjuntamente varias personas fisicas),
puesto que resulta evidente que dichas sociedades asumieron en forma conjunta
el rol de 'empleador' (pluripersonal) que describe la norma y las consecuencias de
su obrar como tal. No se trata de contratos diferentes ni de diferentes ernpleado-
res, sino de uno solo de carácter plural pues está integrado por dos personas jurl-
dicas y, como la totalidad del objeto de las obiigaciones laborales emergentes de
ese única vínculo puede ser reclamado por el trabajador insolidum acuaiquiera de
ellas, es indudable que deben responde en forma solidaria por !as obligaciones
emergentes del
Se ha sostenido asimismo que: "Si el trabajador se desempeR6 en calidad de
dependiente para un sujeto plural, indistintamente, no resulta necesario demos-
trar maniobras fraudulentasen tos términos del art. 31 de ia LCT,pues lo relevante
es ta participacidn en el ejercicio del poder de dirección y organización empresarial
unitario en aras de la satisfacción de un propio interés econ6rnico p r o d u ~ t i v o " ~ ~ .
82 CNAT, Sala il, 11/11/14, "Centurión, Marco Hilario y otroc. Prophos5.A. y otrosstDespido".
Boietin de Jurisprudencia de /a CNAT, no 348,nov. 2014.
83 CNAT, Sala VI, 10/3/59, "Vizcaino. Pablo A. c. Emernort S.A. y otros", en "Revista de Dere-
cho Laboral y Seguridad Social", no 15, ago. 2009, p. i362.
onsabilidadsolidariii en el contrato de trabajo 365
-- - -
arnbien se ha resuelto que: "El desempeño simuitaneo, en el mismo horario,
ra varias empresas pertenecientes al mismo grupo económico, setrata de una re-
n laboral única con un empleador plural, constituido por todas las empresas
tntegran el grupo, de manera que el trabajador no puede pretender, de cada
de ellas, el salario íntegro de! convenio"84.Asimismo, se indicó que: "Ambas
ciedades codernandadasdeben ser consideradas responsabIessolidarias respec-
de las obligaciones derivadas del despido del trabajador accionante, pues se
reditó que arnbasestabansocietariarnentevinculadas, que la administración de
rtacgerenciasceencontraba unificada y que aquél prestaba tareas en beneficio
b) Contratos asociativos
Ei nuevo Código Civil y Comercialen el Libro Tercero, Título IV, Capítulo 16 regu-
oscontratosasociativos,que antes se encontraban previstos en las leyes 19.550
6.005. El art. 1442 del CCCN prevé que las disposiciones de este capítulo se apli-
n a todo contrato de co/aboracion, de organización o participativo, con comuni-
d de fin, que no sea sociedad. Señala que a estos contratos no se les aplican las
rmas sobre la sociedad, no son, ni por medio de ellos se constituyen, personas
idicas, sociedades ni sujetos de derecho.
Siguiendo la regulación anterior, el Código Civil y Comercial no le asigna a este
tipo de contratación el carácter de sujeto de derecho, sin advertir que, muchasve-
cesla realidad nos demuestra queestasagrupacionesactúan como verdaderas per-
sonas jurídicas, al tener patrimonio y responsabilidaddiferenciada de cada uno de
los integrantes, y únicamente no cuentan con personalidadjurídica propia, por la
ncilla razón que el ordenamiento jurídico se la deniega. Volveremos sobre este
nto al analizar especificamente la situaci8n de las UT.
Ef Capitulo mencionado regula como contratos asociativos los negocjos en for-
mación, las agrupaciones de colaboraci6n, las uniones transitorias y los conrorcios
de cooperación. De ellos nos referiremos a los tres ÚItimos, portener una inciden-
cia directa en la temática abordada en el presente libro.
1 - Agrupacianesde colaboración
El art. 1453 las define estableciendo que hay contrato de agrupación de cola-
boracióncuandolas partesestablecen una organización comdn con la finalidad de
CNAT, Sala IV, 27/2/08, "Gafván Estigarribia, Anibai Rornán c. HSBC Bank Argentina S.A.",
DT, alío LXVIII, noVIII,ago. 2008, p. 910.
85 CNAT, Saia Vlt, 30/4/10, "Arias, Martín Diego c. Aroma Café S.A. y otro", DT, año LXX, no7,
ji~l.2010,p.1791.
366 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Múñez
L
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2 La responsabilidadlaboral de lasunionestrarisitoria~~~
1 - Reguiación legal de la unión transitoria
Las uniones transitorias encuentran reguladas en los arts. 1463 a 1469 del
CCCN.Anteriormenteestaban previstas en el Capitulo lll de la LSC, bajo el título de
"Contratos de coiaboraciónempresaria", que fuera introducidoen 1983 por la ley
22.903.
El fenómeno de Ia agrupación empresaria responde a las necesidades de un
mercado cada vez mas competitivo, y asi como en un principio el hombre creó a la
sociedad para unir voluntades y potenciar recursos, estas han debido agruparse de
distinta manera para el cumplimientode sus objetivos88.
En el Derecho extranjero, los antecedentes inmediatos de las uniones transito-
riasde empresas los encontrarnosen iosjoint venturedel Derechosajón, en la agru-
pacián temporaria de empresas (aggruppamento temporanea di imprese) regu-
lada por la iey italiana 584177;~por su denominacián ysimilitud regutatoria, en las
uniones temporales de empresa del Derecho espa fiol, creadas por la ley 196163.
El art. 1463 del CCCN la conceptuaiiza diciendo que hay contrato de unián tran-
sitoria cuando las partesse reUnen para el desarrollo o ejecución de obras, servicios
osurninistrosconcre.tos, dentro0 fuera de la Republica; pudiendodesarrollar oeje-
cutar las obras y servicios comptementariosy accesorios al objeto principal.
Tienen naturaleza contractual y no constituyensociedades ni son sujetos de de-
recho.
89 En estose asemeja al consorcio de Brasil, prevista eri la ley 6404176, en el que no son con-
sideradossujetos de derecho y no se presume la soiidarjdad de sus integrantes.
90 Otaegui, De los contratos de roiaboracion empresaria, RDCO,1983-886 y 887.
9' VerOn, sociedades comerciales, t. 4, ps. 867 y 868.
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 3 69
-
Ei contratose debe otorgar por instrumento público o privado con firma certi-
ficada notarialmente, que debe contener:
a) El objeto, con determinación concreta de las actividades y los medios para
su realización.
b) La duración, que debe ser igual a la de la obra, servicio o suministro que
constituye el objeto.
E) La denominación, que debeser la de alguno, algunosotodos los miembros,
seguida de la expresiiin "uniOn transitoriat1.
d) El nombre, razón social o denominación, el domicilio y, si !os tiene, losdatos
de la inscripción registra1 del contrato o estatuto o de la rnatriculaci6n o
individualizaciónque corresponde a cada uno de los miembros. En el caso
de sociedades, la relación de fa resolución de! órgano social que aprueba la
celebración de la unión transitoria, su fecha y número de acta.
e) La constituci6n de un domicilio especial para todos los efectos que deriven
del contrato, tanto entre partes como respecto de terceros.
f) Las obligaciones asumidas, las contribucionesdebidasal fondo común ope-
rativo y los modos de financiar las actividades comunes en su caso.
g) E! nombre y el domicilio del representante, que puede ser persona humani:
o juridica.
h) El metodo para determinar la participaci8n de las partes en la distribución
de las ingresos y la asunción de iosgastosde la unión o, en su caso, de los re-
sultados.
El art. 1455 del CCCN, al igual que el anterior art. 379 de la LSC prevé que el
representantetendra ioc poderes suficientes de todos y de cada uno de los rniern-
bros para ejercer los derechos y contraer las obligacionesque hicieren ai desarrollo
o ejecución de la obra, servicio o suministro. Cabedestacar, que los representantes
no lo son del contrato, sino de 10s partícipes (de todos y cada uno de los miembros)
n negocios que tengan por causa la funcionalidad del mismo, estando en ptesen-
ia de un mandato representativog5.
En materia de responsabilidad, a diferencia de lo que acontece con las agrupa-
iones de colaboración, donde la misma es ilimitada y solidaria; en la unióntransito-
ria, el 1467 del CCCN, siguiendo a su antecesor (art. 381,LSCj establece que, salvo
isposición encontrario del contrato, nose presume iasolidaridaddelosmiembros
por losactosyoperacionesquedeban desarrollar o ejecutar, ni por lasobligaciones
contraídas frente a terceros. La distinta solución, que se encontraba plasmada en
la Exposición de Motivos de la ley 22.903, encuentra fundamento en el carácter
transitorio de la relación y en que, en estos supuestos, de lo que se trata es básica-
mente de disponer de derechos y obtigacionesde lossujetos contratantes en rela-
ción ron la colaboración relativa a la obra o servicio tenido en vista y a la cual nor-
malmente sólo dedican una parte, de tiempo o de cantidad, de la actividad desa-
rrollada por cada una de las empresas reunidasg6.
97 Véase entre otros, CNAT, Sala iV, 24/2103,"Caruso, María del C. c. Lime $.A, UTf y otros",
citados en Ferreirós - Hierrezuelo, la responsabilidad laboral de la unión transitoria de empresas,
en "Revista de Derecho Laboral y SeguridadSocial", no 1, ene. 2006, p. 1 y siguientes.
48 En doctrina, Martorell señala que en ninguna oportunidad deberán responder todas las
empresas y sociedades agrupadas por las obligaciones que individualmente tuviera cada una con
su plantilla de personal, porque elcardcrer degrupoaccidental propiodela unión repugna la apfi-
caci6n de la normativaque rige a lasempresas subordinadaso relaciones de la Ley de Contrato de
Trabajo y la solidaridad no se presume. Agrega que cuando se hubiera convenido con el adminis-
tradorqueeste establezca dentro desu propia estructuralosmedios necesariospara Ir! gestión del
proyecto común, y asume una posición simiiar a la de un operador o gestor a través de un contra-
to de managernent yloservicios auxiliares, si bien la UTdebera responder ante e! personal conrra-
tado par aquel para la operaioria cons,orcial con su fondo comiin operativo, tendr:, derecho de
repetir contra e/ primero lo abonado, siempre y cuando ello no repugne las previsionesdel conve-
niodeinanagement que hubieransido adoptadasen sentidocontrario(MartorelI, iosgruposeco-
nómicos y desociedades, p. 191).
99 CNAT, Sala V,28/12/01, "Shamme, Jorge c. Tom Ema S.A. y otros s/Despido"; Ídem, Sala iX,
31/10/00, "Etelechea, Emilio A. c, Huarie Sideco S.A. U.T.E. siAccidente iey 9688"; ídem, Sala I,
-
28/2/03, "Martin, Marcelo F. y otros c. Doid S.A. y otros", citados en Ferreirór; ~i&rezuelo,La res-
ponsabiiidadlaboraide la unión transitoria de empresas, en "Revista de Derecho Labora! y Segu-
ridad Social", no 1, ene. 2006, p. 1 ysiguientec.
Responsabilidadsolidaria en elcontrato de trabajo 373
-"--- "".*
ai caso concreto. Uno de los principios rectores del Derecho del trabajo es el priri-
cipio protectorio, al que se contrapone toda limitación en materia de solidaridad
que puedan pactar los interesadosen desmedro de los derechos de los trabajado-
res, a quienes les resultará inoponible, sin perjuicio de las acciones de reembolso
que pudieran existir. En consecuencia, los contratos de colaboraciOn empresaria y
las unionestransitorias de empresas (que no son sociedades, ni sujetos de derecho
-art. 377, LSC-) no pueden ser empieadores en los términos del art. 26 de la LCT,
porto que sus integrantes responden frente al dependiente (art. 378, incs. 6"y, '8
LSC) soiidariamente" Io0.
Por su parte, la Sala 111 sostuvo que cuando el trabajador formó parte de los me-
dios personales de la Unión Transitoria y los servicios que prestaba estaban enca-
minados a la concreción del objeto que determinó ese contrato de colaboración
empresaria, aun cuando una sola de las empresas apareciera formalmente romo
empleadora; debe considerarse que ambas sociedades actuaron como sujeto em-
pleador en los términos de los arts. 5"y 26 de la LCT. Se consjderó que, en atencion
a las particularidadesdel caso, ambas sociedades demandadas debían afrontar la
condena en forma so[idaria, no obstante que la ley 22.903 dispone que no existe
sotidaridadentre lassociedadesque integran ia UT(art.381, ley 19.550).Asimismo,
se tuvo en cuenta que ambas sociedadesactuaron como empleadorasy, por consi-
guiente, resultó inoponibIe al actor el contrato de colaboracibn empresaria que
~elebraron'~~.
Y la Sala IV, resolvio: "El art. 381 de la LSCestablece, al referirsea la responsabili-
dad de las empresas que integran la UT, que-salvo disposicidnen contrario-no se
presume ia solidaridadde las empresas por losactos y operacionesque deben desa-
rroIIar o ejecutar ni por las obligaciones contraídas frente a terceros. Sin embargo,
este principio general debe dejarse de lado cuando, como en el caso, está demos-
tradoqueeitrabajador form6 partede losmedios personalesde la UT, y losservicios
que prestaba estaban encaminados a la concreción del objeto que determino ese
contrato de colaboración empresaria. Desde tal orden, y visto que las sociedades
demandadas actuaron comosujeto empleador conforme los arts. 5"y 26 de la LCT
(empleadormúltiple) se concluye que ambasdeben responder soiidariamente" 'O2.
'O0 CNAT, Sala X, 12iZ2/03, "FitzMaurice, Marioc. Coconor SA UTEy otros", citados en Ferrei-
ros tlierrezuelo, La responsabilidad laboralde !a unidn transitoria de empresas, en "Revista de
DerechoCaboral y Seguridad Social", no1, ene. 2006, p. 1 ysiguientes.
'O1 CNAT, Sala 111,2617105, "Varone, Daniel N c. Cinarsa S.A. y otros";citadosen Ferreiros-Hie-
rrezueio, La responsabilídad laboral de la unicin transiíorja de empresas, en "Revista de Derecho
Laboral y Seguridad Social", no 1, ene. 2006, p. 1 y siguientes.
w2 CNAT, Sala lV, 26/4/11, "Estkvez, Rafael Albertoc. 513AU.T.E.yotross/Despido", en intra-
net.pjn.gov.ar.
374 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedp E IWúfi~r
Desde nuestra perspectiva, hay que distinguir las distintas situaciones que se
pueden plantear según si el trabajador fue cohtratado por el administrador de ia
UT, o por algunos de sus miembros. No obstante ello, se impone destacar que en
materia laboral no rige el art, 1467 del CCCN, que regula la reiacióilentre los inte-
grantesde la UTcon los terceras que no sean trabajadores, pues en este caso, resuf-
ta apjicable la Ley de Contrato de Trabajo.
Si se trata de una Unión Transitoria que ha exorbitado los términos del contra-
to, y actúa como sujeto de derecho con autonomía e individualidaddiferenciada
de cada uno de los integrantes, deberá conciderarse que estamos en presencia de
una sociedad irreguiar y, en consecuencia, cada uno de los miembros deberá res-
ponder en forma solidaria e ilimitada por las obligaciones emergentesdel contra-
to de trabajo.
tos trabajadores que pertenecena cada una de las empresasque integranel gru-
po deben considerarse dependientes de la empresa para quien prestan servicios, y
será 6sta ta Unica que eventualmente deberá responder por las obligaciones iabo-
raies. Esta situacibn nose modifica aun cuando el trabajador realicetareas inheren-
tes ai contrato celebrado, es decir, de utilidad común o consorcial, pero s61o en la
medida en que cada uno de los integrantes efectúe trabajos diferenciados de los
otros y no existaconfusiónoperacionalni técnica. Endefinitiva, continuarándepen-
diendo de un iinicc ernpleador cuando los miembros se hubieran repartido las ta-
reas a curnpiir en la obra, lo que n ; es habitual en los grandes ernprendirnientos
(como cons~ruccioneshidroeléctricas ocomunicacionesf,dondese recurre general-
mente a la licitación. Si ia individualidad operacional no se mantiene (como sucede
'O3 CNAT, Sala 11,22/3/13, "Carrizo, Rene Rafael c. Cooperativa deTrabajo Gastronomia Apli-
cada L.T.D.A. ACTEA S.A. UTE y otro slDespido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de ia CNAT: no
330, mar. 2013.
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 375
--.- - - -m- . - - - -.
n la mayoría de los casos), se habrá producido una mutación del sujeto empleador
a partir de ese momento, ei trabajador pasará a tener tantos empleadores como
ersonac (fisicaso jurídicas) integren ia UT, como a continuaciónveremos.
nalmente, en relacion con los trabajadores contratados por el administrador
cumplircerviciosen!a agrupacibnde colaboración, consideramos que la posi-
n mayoritaria no armoniza con Iasdisposicionesdela Ley de ContratodeTraba-
En efecto, si la Unión Transitoria no es persona juridica ni sujeto de derecho, y
r ende, no puede adquirir derechos ni contraer obligaciones; es decir -y en lo
e a nosotros nos interesa-, no puede contratar.Ahora bien, la contratación que
el administrador realicese debe entender efectuada en beneficiode todoslos inte-
grantes de !a UTy ai trabajador en relacibn de dependencia con cada uno de ellos.
En consecuencia, estaamos en presencia de una pluralidad o conjunto de emplea-
dores, tal como prevé el art. 26 de la LCT, aunque por una omisión se lo limita sólo
a las personas físicas.
El punto neurálgico de la cuestián radica en determinar cómo debe responder
cada uno de ioc empleadores, Para Justo López-quien aplicaba analógicamente
el art. 1747 del CC,ley 340, sobre responsabilidadde los socíos de las sociedades ci-
vjles- deben responder en partes iguales, ya que !a solidaridad no se presume y
ebe ser expresada en términos inequívocos o impuesta,también en forma expre-
sa, por la ley. Este criterio, desde nuestro punto de vista, no se condice con el espí-
ritu, ni con tas previsiones de la Ley de Contrato de Trabajo.
Como señalamos anteriormente, si bien no existe una norma expresa que esta-
blezca ta solidaridad, lo cierto es esa norma se torna innecesaria cuando existen
otras que imponen la solidaridad a terceras personas que no revisten e! status jurí-
co de empleador. Si la ley, con ei finde garantizar eI créditodel trabajador, impu-
so que determinadas personas -pese a no ser empleadoras-debian actuar como
garantes de los derechos del dependiente, al menosel ernpleador debe responder
en esos mismos términos, esto es, por la totaiidad de las obligaciones contraídas
por la pluralidad de sujetos. De lo contrario, llegaríamosal absurdo de que frente
a una pluralidad de ernpleadores contratistas integrantes de una UT, éstofideberian
responder sola por la parte que le corresponde, mientrasque el contratante, que
no es empleadar, debería responder en forma solidaria por la totalidad del crédito
del trabajador. Dicha en otros t4rrninos, seria el único caso en que una persona que
no es empleador, estaría en peorescondicionesdequien ioes, debiendo responder
por la totalidad de l a deuda; mientrasque cada uno de los empleadores, sólo debe-
ría hacerlo por la parte, circunstancia que no resiste el menor anilisis,
i
3 - Consorcios de cooperaci6n
El art. 1470 del CCCN de define sosteniendo que hay contrato de consorcio de
cooperaci6n cuando las partes establecen una organización común para facilitar,
376 Ricardo D,ffierrezuelo- Pedro E IVdñez
-,- ,-.--- -,-,-"-
3 44. Introducción
Uno de los temas que más interbs ha despertado en los últimos tiempos es la
sibitidad de extender la responsabilidad en forma solidaria a personas diferen-
de lassociedadescomerciales empleadoras (aunque sean integrantesdeia mis-
a) cuando se verifican reclamos de trabajadores que han tenido una relación
aboral total o parcialmente irregular.
Esta línea argumentar la inici6 la jurisprudencia mediante la decicibn de la Cá-
mara Nacional de Apelaciones del Trabajo, al resolver en 7997, con dictamen favo-
rable del fiscal general Eduardo Aivarez, la extensiiin de la condena a los socios de
sociedades, aplicando el art. 54, párr. 3"de la ley 19.550 (reformada por ley 22,9031,
en lo5 autos "Deigadilla linares" l . Ai año siguiente, la misma Salaseexpidió en los
autos " D ~ q u e l s y "condenando
~ en forma solidaria a uno de los directores (en el
caso al presidentedel directorio), comenzado la polkmica sobre este punto que ha
divididos los distintos tribunales del país, así como también ha generado adhesio-
nes y críticas desde el punto de vista doctrinario.
El propósito de este Capitulo consiste justamente en analizar cada una de las
posicionesexistentes sobre este tema, para lo cual deberemos, en primer término,
estudiar el fenómeno de la personalidadjurídica y et tratamiento dado tanto por
el Código Civil como por la Ley de Sociedades Comerciales. Luego, examinaremos
6) lVaturalezajurídica
Son tan complejas y variadas las teorías que intentaron explicar la naturaleza
es colectivos, que su análisis pormenorizado agoearia la pacien-
ia del lector y excedería el propósito de este trabajo.
1 - Teoria de la ficción
Esta teoría se remonta al Derecho romano, como vimos anteriormente, y luego
la encontrarnosen la doctrina de los caraonistas (especialmenteen la obra del Papa
Inocencia IV) y sus continuadores, los postglosadores, quienes dividen a las perso-
nas en naturales y fjctas.
Pero es Savigny el mayor expositor de esta teoria, el cual partiendo de la con-
cepción de{ derechosubjet¡va,define a la persona jurídica como el sujeto del clere-
cho de bienes creada artificialmente por la ley. Y los denomina personas jurídicas
porque solosonadmitidos para un objetode Derechoquequeda ubicadoen elsec-
tor patrimonial.
382 Ricardo D. Hierrestuelo - Pedro E Illúñez
-.--
3 - Teorias realistas
Estas teorias cuestionan abiertamente ia teoría de la ficciiin y propugnan el re-
conocimiento de la existencia de ias personasjuridicascomo verdaderos sujetosde
Derecho. Indican que la unidn de las personas individuales que persiguen fines co-
munes por medias comunes engendra una unidad superior y distinta de la perso-
nalidad de los componente^^^.
lo Planiol, citado por Ilarnbias, Tratado de derecho civil. Parte gsnerai, t. II, p. 17.
j1 Capitant, Vocabulariojuridico, p. 170.
'' Orgaz, "Concepto y elementos de las personascofectivas", en Nuevosestudios de derecho
civii, p. 231.
l3 EsTa dasificaciion es seguida por Lavalle Cobo, en Codigo Civily ieyes complementarias.
Comentado, anotado y concordado,t. 1, p. :42 y siguientes.
l4 Liarnbias, Tratado de derecho clvii. Parte general, 2.11, p. 20.
onsabilidad solidaria en el contrato de trabaja 385
"-. _C_I_IC_Ip
-. -
hecho de su unión, viene a constituir moralmente un ser nuevo, distinto de
los componentes de quienes recibe la vida social15.
b) Teoría de /a realidad abstracta: para esta teoría la realidad sólo puede en-
contrarse en el mundo de las ideas. Así, para Jellinek, aun cuando acepta
que la personajurídica no tiene voluntad filosófica, sostiene q u e s i tienevo-
luntad jurídica, la cual está constituida por verdaderas unidades aglutina-
das y cimentadas por la unidad del fin1< Este autor parte del planteamien-
to de Zitelrnann, pero la voluntad no la concibe psicológica como éste, sino
jurídica.
Para Michoud la verdadera realidad del ente colectivo radica en la existencia
de un interés colectivoy permanente de los grupos humanos, los que son ele-
vador a la categoría de derechos subjetivos, interés propio del grupo que es
distinto a! de las personas que locompaneny quedebeser amparadoy prote-
gido por el Estado medianteel reconocimiento de ta personalidadjurídicaI7.
Ferrara sostiene que la persona jurídica es [a vestimenta jurídica con la que los
upos de hombres o establecimientos se presentan en la vida del Derecho, es la
nfiguracion legal que reciben para participar en el comercio jurídico, por lo que
bajo toda entidad hay un sustrato o soporte
La teoria de la insritución, originalmente expuesta por Hauirou y luego desa-
rrollada por Renard, también se encuentra comprendida en las teorías realistas.
Para estos autores la persona jurídica constituye una jnstitución, es decir, una em-
presa a idea de obra que se realiza y dura jurídicamente en un medio social y que
sujeta a su servicio voluntades indefinidamente renovadas19.
En nuestropaisadhirierona esta posturajuristasde !a talla de Busco, L6pezOIa-
ciregui, Borda y Liarnbías. Este última señala que en la realidad social están !os ele-
mentos de la institucióny el Derecho se limita a verificarlos para reconocera la ins-
titución como sujeto de Derecho, Y agrega que cuando el Estado actija arbitraria-
mente y desconoce esa realidad objetiva que es la institución, negandole con la
calidad de persona el acceso al comerciojurídico, tortura la naturaleza de las cosas,
asi comorarnbién impone un desorden cuando niega a los individuos humanos la
calidad de personas de derecho que les c~rresponde*~.
j5
Michoud, lepersonaliléji~ridique,t. I,n036,p. 77 y siguientes.
j6
Llambías, Tratado de derecho civil. Parte general, t. If, p. 21.
17 Michoud, Lepersonalité juridique, t. 1, nros. 47 y 51 a 54.
l8 Ferrara, citado por Liambias, en Tratado dederecho civil. Parlegeneral, p. 23.
Ig Hauriou, "Théorie de 1' institution et de la fondation", en Cahiersde la nouvellejournke,
p. 10.
20 Llarnbias, Tratadode derecho civil. Partegeneral, t. II, p. 25.
386 Ricardo D. Hierrezueio- Pqlro E Núñez
4 - Teorías normativas
Para los juristas que sostienen esta postura, la persona juridica es un concepto
exclusivamente jurídico y debe ser extraído del Derecho mismo, sin referencias ni
elaboraciones extrajurídicas. La persona como suje"r del Derecho no es un orga-
nismo biológico individual o colectivo sino un concepto formal y técnico, aunque
posea un sustrato en la realidad, de cuatquier clase que sea2'.
Kelren, luego de definir a la persona como todo ente susceptible de adquirir
derechos y contraer obligaciones, señala que la persona moral no existe fuera del
orden juridico que la reputa tal, siendo los actos realizados por los individuos
imputados a un sujeto ficticio que representa la unidad de un orden jurídico par-
cial o
5 - Utilidad de la clasificación
Como bien apunta ~ o g l i ala~ diferencia
~, de criterios es importante, particular-
mente frente a abusos de la personalidad jurídica de los entes coiectivos, ya que
según la doctrina prenormativa (como por ejemplo lateoria de ia ficcibn deSavig-
ny) no sería posible ultrapasar a los mismos, por cuanto constituyen un centro de
imputación diferenciado y único de primer grado.
Encambio, en la concepcibn normativa y en la eclecrica (sostenida por Tullio As-
careili a la que adhiere Foglia, que sefiala que ia personalidad jurídica de las perso-
nas físicas es un dato prenormativo, siendo normativo el caso de los entes colecti-
vos) aquello es posible ya que se configuran dos centros de imputación normativa,
el del ente colectivo, como primer grado, y el de los socios como cegundogrado.
Para este autor, el otorgamiento de la personalidad jurídica a las personas de
existencia ideal es un mediotécnico utilizado por el hombre para fa conrecuciónde
algunos de sus fines24.En idéntico sentido se expide Ferreiros, para quien la socie-
dad comercial (persona jurídica) es un medio tkcnico-juridico adecuado ai cuat
puede acudirse como cobertura jurídica de la empresa25;y Fargosi, quien sostiene
que ellos mismos, en forma personal, se hubieran obligado como fiadores o man-
comunado con elia. Sin embargo, como a continuación se verá, el nuevo Código
introduce una norma en materia de inwponibilidad de la persona juridica enei art.
144 del CCCNI similar al art. 54 de la LGS,que analizaremos en su oportunidad,
Asimismo, el art. 154establece que ta persona juridica debe tener patrimonio,
de toquese colige que los bienesde la persona jurídica pertenecensoloa ella, sien-
do, por ende, titular de los derechos reales o personales, asi como tambien de las
obligaciones contraidas, que como principio deberá garantir con los bienes que
conforman su patrimonio y sóio excepcionalmente lo harán los miembrosen tan-
to exista una disposicibn lega t que lo establezca expresamente.
Las personas jurídicas son públicas o privadas. "Son personasjurídicas pubiicar:
a) el Estado nacional, las Provincias, la CiudadAutónoma de BuenosAires, Inrmuni-
cipios, las entidadesautárquicasy lasdemásorganizaciones constituidasen la Repú-
blica a las que el ordenamientojurjdico atribuya ese carácter; bj las Estados extran-
jeros, las organizaciones a las que el derecho internaciona~públicareconozcaperso-
nalidadjurídica y toda otra personajurídica constituida en el extranjero cuyo carác-
ter público resulte de su derecho aplicable; c) la Iglesia Católica " (art. 146, CCCN).
El art. 147 del CCCNprevé que las personas jurídicas públicas se rigen en cuanto
a su reconocimiento, comienzo, capacidad, funcionamiento, organización y fin de
su existencia, por las leyes y ordenamientos de su constitución.
En cambio, son personas juridicas privadas: "a) las sociedades; b) las asociacio-
nes civiles; c) lassimplesasociaciones; d) las fundaciones; e) las iglesias, confesio-
nes, comunidades a entidades religiosas; f) las mutuales; g) las cooperativas; hJ
el consorcio de propiedad horizontal; i) toda otra contemplada en disposiciones
de este Código o en otras leyesy cuyo carácter de tal se establece o resulta de su
finalidady normas de funcionamiento " (art. 148, CCCN).
Las personas jurídicas privadas constituidas en el país se rigen: "a) por las nor-
mas imperativasde la ley especial o, en su defecto, de este Código; b) por /as nor-
mas del acto constitutivo con sus modificaciones y de los reglamentos, preva!e-
riendo las primeras en caso de divergencia; c) por las normas supletorias de leyes
especiales, o en su defecto, por /as de este T;fulo". En cambio: "las personasjurídi-
cas privadas que se constituyen en el extranjero se rigen por lo dispuesto en la ley
general desociedades" (art. 150, CCCN).
. I
El carácter de sujeto de derecho de [associedades comerciales se infiere de los
tres primeros artículosque integran la SecciBn I del Capitulo 1, cuyo epígrafe es jus-
tamente "De fa existencia de la sociedad".
También se aprecia en la "Exposición de Motivos" de la ley 19.550, donde los
legisladores, respecto del art. 2°s~stuvieronque: "... la sociedad resulta así no solo
esponsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 389
ricto control estatal, que luego, y por la velocidad creciente de las transaccionesy
el trafico mercantil, este contrator fue paulatinamente dejado de lado3'.
Como hemosvisto anteriormente, la limitación de la responsabitidadsurgió por
ecesidad de fomentar losernprendirnientos personalesocoiectivos, tendientes
crernentar tos negocios que de otra forma se hubieran estancado, si el indivi-
uo, por una mala inversión, adernásde perder lo aportado, debiera también res-
onder con la totalidad de su patrimonio. Por el to, la concesibn de ta recponsabili-
ad [imitada se otorga en forma de verdadero privitegio personal pata una perso-
o un grupo de individuos. Se concede una ventaja que se niega a! resto de la
oblacibn, a saber: el derecho de responder frente a las deudas con sóio un sector
esu patrimonio, mientras que los demás deben responder por las deudas deriva-
as de su actividad con todos sus bienes.
No resulta ocioso destacar que actualmente existe una seria vertiente que pro-
ugna la creación de la sociedad unipersonal o del empresario individual con res-
onsabiiidad limitada. Es cierto que algunos sostienen que representan figurasde
etigroode riesgo, pero tarnbien lo esque algunos propugnan de lege ferenda su
egulación, aunque con una ciausula que disponga la inoponibilidad de la herra-
ienta jurídica y la extensibn de la responsabilidad solidaria e ilimitada al socio
nico o empresario individual de responsabilidad por abuso de control32.
Messinea da dos ejemplos ilustrativos tomadas del Codigo Civil italiano: "La
ejecucibri sobre tos frutos de los bienes totales no puede tener iugar por deudas
que el acreedor sabía que se habían cantraído por el marido para fines extraños a
las necesidades de la familia" (art. ?88),y: "tos bienes gananciales no responden
de iasoblígacionec, tanto del marido como de la mujer, anterioresa Ia constitución
de la comunidad; quedando a los acreedores la facultad de accionar sobre los bie-
nesdesu deudor, auncuando el goce de ellos haya sido conferido a la comunidad"
(art. 224, parte 2").
Lo expuesto implica, entonces, que dos san las posiciones en que'puedeencon-
trarse un socio:
1. Asumiendo toda la deuda que contrajere la sociedad.
2. Asumiendo una responsabilidad inferior a la totalidad de la deuda. La inter-
ferencia de ia figura sociedad complica el concepto enunciado de deuda y
responsabiiidad, por io que esmenester una considetaci6n para reafirmarlo.
- 393
c) La limitación de /a responsabilidad
en la Ley General de Sociedades
i bien el art. 56 de la LGS establece el principio general de la responsabiiidad
onai de los socios de acuerdo con el tipo de sociedad de que se trate (aunque
beneficio de excusión), lo cierto esque la regulaciónde cada una de las tipolo-
ueactualmente lassociedades más utilizadas
las sociedades de responsabilidad limitada y las sociedades anónimas, ha con-
iendo el princjpio de la responsabilidad per-
de directores, administradore3ysocios
36 l-iighton, F., ~esponsabílidad~a~rimoniaIsoIidaria
combatir el abuso. Fue incluso en dicho país donde tuvo tnayor auge la doctrina del
allanamiento de la personalidad jurídica, bajo diversas denominaciones, princi-
palmente c<disregardo f legal en tity», «liftirtg of the corporate veih, o r<piercingo f
the v e í l ~Francia
. encontró m65 áspero el camino, pero su derecho concursa! ela-
borósoluciones drásticas para poner remedio a algunos de los inconvenientes más
notoriosirente a la insolvencia de la sociedad anónima4O.
Conviene aclarar que en los Estados Unidos la teoria del disregardoflegal entity
supone la pérdida de la autorización de la corporafion (que posee responsabilidad
limitada) para actuar comosujeto dederecho, quedando limitada a un simplecon-
junto de personas físicas. Por el contrario, en nuestro país, como la totalidad de las
sociedades están dotas de personalidad juridica, incluso las sociedades en forma-
ción, en algunos casos será conveniente desestimar su personalidad jurídica, y en
otros supuestosese mecanismoserá exagerado. De ahíque haya que distinguir dos
supuestos bien diferentes. Uno consiste justamente en prescindir de la personali-
dad misma de la sociedad, ya que eI abuso se hace con el uso de la forma juridica.
En cambio, en otros, sólo se abusa de los privifegios que importan ciertos tipos so-
ciales que ofrecen la posibilidad de limitar la responsabilidad del sbcio al capital
aportado o comprometido. En el primer casa, se niega la existencia autónoma del
sujeto de derecho, mientras que enel otro se mantiene su personalidad, pero se !e
niega al socio la responsabilidad limitada.
d) Antecedentes nacionales
1 - Legislativos
Los primeros antecedentes legistativosen lo que respecta a la extensión de res-
nsabilidadasocios y directivosde las sociedades comerciales los encontramosen
teria impositivay en cuestiones de seguridad de Estado.
Asi, el decr. 6755143 se valió del principio de primaciade la realidadcon el fin de
evitar la evasión del impuesto a la transmisión gratuita de bienes a través de la
constjtución desociedades pantalla, y unos añosantes, la ley impocitiva 11-683ha-
bía introducido el criterio de realidad económica en materia fiscal.
Tres años después, se dicta e! decr. 11.599/46 -relativo a los bienes pertene-
cientes a los gobiernos o siibditos de Alemania y el Japón-, buscando determinar
51
Foglia, La extensibn de lacondena a lossocios~administradores y cedentes de acciones de
sociedades comerciales con dependientes "en negro", Ty58, 1999-634.
iE
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 405
2 - Jurisprudenciales
i - De la Corte Suprema de justicia de la Nación
y de otros fueros
Al aplicarse jurisprudencialmente la teoría del disregard en las mas variadas
materias, no hemos de restringirnos a rerefiar sólo los surgidos dentro del ámbito
del Derecho del trabajo, y nos abocaremos en primer lugar a la doctrina sentada
por la Cámara Nacional de Apelacionesen lo Civil, por la CorteSuprema de Justicia
de la Nación y por la Suprema Cot-te de la Provincia de Buenos Aires.
Uno de los primeros antecedentes en materia de intervención de una sociedad
anónima se trató de una medida precautoria solicitada en un juicio de divorcia,
invocándose que su patrimonio pertenecía a uno de loscónyugesen su mayoría5*.
También han de mencionarse los casos " P a t r ~ c i n i o " consistente
~~, en una de-
manda por daños y perjuicios a raíz de un accidente ferroviario donde fa Carnara
resolvió, por aplicación de la teoría del corrimiento del velo societario, que la exis-
tencia de una personeria juridica distinta no destruye el hecho esencial de que
€FEA no es sino una rama del Estado; y " G ó m e ~ " ~ ~ , !e era adeudada a un
donde
particutar una suma de dinero en d6lares por parte de la CornisiC}nAdrninistrada-
ra de Emisoras Comerciales-organismo con personalidadde Derecho pú blicoyde
Derecho privado segun ia ley 16.907- que le cedió un crédito contra el Ministerio
de Obras y Servicios PUblicos, que no pudo hacerse efectivo. La Corte resolvió que,
siendo el deudor cedido la Nación misma y el cedente una empresa propiedad de
aquélia, no cabría distinguir entre los bienes de unay otra ya que en definitiva su
titular es el Estado.
Asimismo la Carnara Nacional de Apelaciones en lo resolvió en un juicio
de divorcio la intervención de la sociedad anónima, constituida con participación
del marido poco antes de la promoción del juicio, con aporte de bienes ganancia-
les, que integraban más del 90% del capital social, considerando que era ei dnico
medio idóneo para garantizar los derechos de la esposa.
Por su parte, la Suprerria Corte de la Provincia de Buenos Aires, resaivió en un
primer momento, que no existía cesiOn prohibida de la locación por el traspaso de
éstaa la sociedad de responsabilidad limitada, que era en realidad transformación
de ia sociedad colectiva, l ~ c a t a r i aUn
~ ~año
. después, el mismo Tribunal decidió
52 CCiv. 2'Cap., 21/10/48, LL, 52-742; CNCiv., Sala C, 17/6/66, ED, 16-58.
53 Véase CNCiv,, Sala A, 32/3/66, "Patrocinio, Faustino R. c. Gobierno Nacional", ED, 16-512.
54 CSJN, 28/2/69, "Gomez, Gerardo c. Comisión Administradora de Emisiones Comercialesy
LS 82 n/ Canal 7",ED,29-1 86.
55 CNCiv., Sala C, 1716166,fallo 13.703.
SCBA, 15/3/66,
406 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Múfim
-. ----- -.--
57 SCBA, 2514167.
58 Halperin, Sociedades anbnimas, ps. 135 y 136.
59 CSJN, 31/7/73, "Parke Davis y Cía. S. A.", Ea, 49-487.
CSJN, 4/9/73, "Compañía Swiftde La Plata S. A.", ED, 51-223.
61 CSJN, 18110173, "MellofGoodwinm,ED, 51-341.
6"addaloni, citando a Foglia en Jurispfuo'enciaacerca de la extensibn de responsabilidad
a los socios y directivos de sociedades comerciales,en "Revista de la Sociedad Argentina de Dere-
cho Laboraf", no 15, sep.-oct.2002, ps. 38/43.
olidaria en el contrato de trabajo 407
.-
"la comprobacibn de identidad real frente a una diversidad simuiada entre de-
erista, es decir, la ausencia de tercero -desde que este se confun-
e con una de las dos partes-impone el rechazo de la tercería. Ai ser notoria la uti-
zacidn in fraude legis del principio de la personalidad de las sociedades comer-
ciales, eslicito que el juzgador prescindadelmismo, y, aventando [o ficticio, apoye
u juicio en la realidad ..."".
En similar sentido, se expidió en los autos "R~balcaba"~~, donde no aplica la
eoria de ta desestimacibnen sentido estricto, pero demuestra el interes de los jue-
ces para "encontrar el hombre detrás de la máscara" que es en definitiva otra de
las formas de la teoria del disregard.
Aquí, el actor trabajaba comovendedor de librosde la demandada, pero había
suscriptoa su ingreso un contrato con la misma a nombre de Sociedad Rubalcaba.
La Cámara entendió que la Sociedad Rubalcaba no era tal, por no haber sido cons-
tituida conformea las prescripcionesdelCodigode Comercio,y ser una mera deno-
naciónde fantasía destinada a ocultar la verdadera naturalezade lavincuIación
63 CNAT, Sala 1, 2717167, "Mecánica Italiana S.R.L. snerceria en autos 'Muscolino, Eduardo y
otroc. La Pavoni S. R. L.' ",sent. 26.732, LL, 133-731.
64 CNAT, Safa IV, 10111/67, "Rubalcaba, Miguei c. La Ley S.A.", E#, 31-873.
65 CNAT, Sala 11,3117169, "Corvetto,Osvaldoc. La Ley S. A. Editora e Impresora", ED,32-645.
66 CNAT, Sala ll1,30/3/73, "Castro Fuentes, Constantino C. Main S.R.L. y otro", DT, 1973-857.
408 Ricardo D, Hierrezuelo - Pedro E N6ñez
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67 CNAT, Safa 11,9/5/73, "Aybar, Rubén y otro i. Pizzería Viturro SAL. y otros", DT, 1974-67.
68 CNAT, Sala 11, 31/7/73, "Rodriguez, Emiiio y otros c. Lago del Bosque S.R.L. y otro", TyS5,
1973174-620.
onsabilidad solidaria en el rontrato de trabajo 409
cio Iglesias. Coincidiendo con lo dictaminado por el a quo, la Cimara conriderá co-
rrecta la aplicacibn de dicha doctrina al caso por entender que el fraude a la ley o
buso de la personalidadjurídica consiste en la reducción de la persona colectiva a
era figura estructural, a puro recursatécnico, utilizándola como instrumento pa-
ra obtener objetivos puramente individuales, muy distintos a tos que son propios
e la realidad social que justificaria aquella personalidad, la cual es meramenteuti-
izada para conveniencias individuales que no serían suceptibles deser alcanzadas
irectamente" o que de intentar hacerlo aparejarían a los individuos riesgos y
ravámenes mayores.
Tanto "Rodriguez" como "Aybar" merecieron un comentario de Vázquez Via-
lard, para qujen no basta que foc bienes de la sociedad hayan desaparecido para
que los socios gerentes respondan en forma directa, y es necesario que esa desa-
parición haya sido consecuencia de la desviación de [a sociedad en el ejercicio de
sus actividades, dado que si los bienes se han "esfumado" por un riesgo propio de
la actividad, ello no convierte a una sociedad reat en una mera "pantalla", debien-
do acreditarse (o por lo menos surgir de una fuerte presunción) que la figura utili-
zada lo fue al solo efecto de hacer un uso abusivo de la máscara para limitar la res-
ponsabilidado cometer un fraude.
Finalmente, señata que losautores, especialmente loscornercia~istas,están con-
testes en que la teoría debe aplicarse con carácter excepcional, no debe destruir el
principio de la personalidadjurídica, sino únicamente asegurar el recto uso de la
misma. Debe evitarse entonces una utitizaci5n indiscriminadaquedejaria sin valor
un instrumento valiosom.
Las palabras de este prestigioso autor, que fueron esbozadas mucho antes de la
reforma de la ley 22.903, reflejaban el pensamiento de la mayoría de la doctrina
comercialista, entre los que seencontraban los redactoresde la citada ley, quefue-
ron los mentores de[ actual párr. 3' del art. 54 de Ia LGS. Adviertase la desconfian-
za que generaba la recepción normativa de la teoría de la desestimación, que Vaz-
quez Vialard, citando a Halperín, expresaba en esa oportunidad que: "aunque no
sedescarta que la /ey recoja sus principiosfundamentales, como ocurre entre otros
en Derecho fiscal, sesostiene la ventaja -por momento-que continúe siendo un
instrumentode carácter pretoriano que en función de 10s hechosy a fin de impedir
injusticias, fraudes, soluciones repugnantes a la buena fe, allane la personería
cuando su aplicación resulta arbitraria"70.
7' CNAT, Sala V, 18/2/35, "fncfran, Roman y otros c. Arroyc S.R.L.y otro", DT, XLV-A-654.
72 CNAT, Sala V, 6/10/88, "Pacheco depugiiese, Amelia Raque! y otro c. Abreviar Editores 5. A.
ylu otros", LT, XXXVI-921.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 41 1
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5 - Responsabilidad de los socios y controlantes
de sociedades comerciales
g 48. El are. 54,parr. 3"de la Ley General de Sociedades
a) Introducción
En la legisiación comparada no encontramos antecedente alguno que introdu-
jera la teoria de la desestimación en un dispositivo legal, sinoque, por el contrario,
son los jueces los que utilizan esta herramienta en aquellos casos en que se deba
ullanar la personalidadjurídica de la sociedad comercial.
Incluso, nada se dijo en la ley I9,550sabreectetema, que reciénse incorporóen
1983 con la reforma de ta ley 22.903, al modificarse el art, 54 de la ley 19.550. Pos-
teriormente, esa disposición fue receptada por el derecho uruguayo en términos
similares en 1989. También el art, 50 de la Iey 10,406 preve en Brasil la desestima-
ción de la personalidadsocietaria por abuso de lossocios.
Ef art, 54 de la LGS dispone: "...lnoponibilidad de la personahdad jurídica, La
actuación de la socí~dadqueencubra la consecución de fines extrasocieiarjoscons-
tituya un mero recurso para viokar la ley, el orden público o la buena fe o para frus-
trar derechos de terceros, se imputara dírectament-ea los socios o a los controlan-
tes que la hicieron posible, quienes responderánsolidaria e ilimitadamente por los
perjuicios causados".
Parte de la doctrina sostiene que no estamos frente a un supuesto de decesti-
mación de la personalidad similar al disregard norteamericano, sino a una aitera-
cion de las reglas del tipo, lo cual tiene la ventaja de que mantiene ia personalidad
de la sociedad en beneficio de los acreedores sociales y de los socios como tales, y
de que se puede desconocer la limitación de responsabilidadsin desconocer tam-
bién la personalidadj u r i d i ~ a ~En~ .cambio, Otaegui, en términos que comparti-
mos, entiende que la desestimación de !a personalidadjurídicano implica invalidar
todos los efectos de la personalidad, sino solamente no tomarla en cuenta para
determinadosfines.Sehala que la inoponibilidad del art. 54de la LGS,importa una
alteración dei régimen de responsabilidaddel socio, que es un efecto de la perso-
nalidady configura, por tanto, una regulación de la desestimacibn de !a persona-
lidad. Esreenfoquetiene laventaja de que mantienes la inoponibilidaddei art. 54,
dentro del campo de la desestimación, con el aprovechamientode la doctrina y la
jurisprudencia existentes sobre la materiaT4.
Razones de herrneneutica jurídica nos llevan a tener en cuenta tanto los ante-
cedentes como las motivaciones que llevaronal legislador a incorporar el presente
75 CSJN, 513102, "Cingiale, María C.y otro c. Polledo Agropecuaria S.A. y otros", TySS, 2002-
507
76 CSJN-Fallos, 302:973,304:1007; 305: 538 y 308:1745, entre otros.
77
5an MilIAn, Responsabilidadpenonal de iossociospoudeudas laborales, en ED,ejemplar
del 3/5/00, ps. 1 y 2; TySS, 1999-1028,
~esponsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 413
-.-
De ello se colige que el párr, 3" del art. 54 fue incorporado para extender la res-
onsabilidad a quienes hicieron un uso abusivo del fenómeno societario y utiliza-
n la personalidadde la misma para violentar su objeto genéricoy abstracto, que
conformidad con ei art. 1" de la ley citada, consiste en la producción o inter-
mbio de bienes o servicios.
A partir de esta premisa, podemos distinguir en el citado párrafo dos partes
ien diferenciadas.
La primera se verifica "cuando la actuación de la sociedad encubre la consecu-
cion de fines extrasocietarios", Las finalidades extrasacietarias se definen por con-
traposición a las societarias, por lo que las mismas deben derivarse de la doctrina
del art. 1" de la ley 19.550 y sus fuentes históricas y de Derecho comparado, que a
SU vez reenvían a las relacionesentre las nociones de empresa, hacienda empresa-
ria, sujeto empresarioy s o ~ i e d a d ~ ~ .
La determinacien de los supuestos que suponen la consecución de fines extraso-
ietarios no es pacifica. Así, según ~ i l i p p icitando
~ ~ , opiniones de diversos autores,
xpresa que Dobson sostiene que la teoría del abuso del detecho es suficiente para
egar a la invalidez del acto cuando se persigan fines extrasocietarios, resultando
entonces la nulidadatenuadaconel institutode la inoponibilidad; que Otaegui en-
tiende que la consecucibn de finesextrasocietarioses unsupuesto desimulación i(í-
cita, por lo que fundamenta su posición en losartc.955,957,958y954-para el caso
de los efectos- del CC [hoy arts. 332,333,334, CCCN], y que Richard y Moeremans
por su parte consideran la consecuciónde finesextrasocietarioscorno un abuso ins-
titucional entendido este corno la persecuciónde fines que son contrarios al objeto
establecido en el contrato social y que tienden a lograr intereses particulares.
Finaimente, Butty señala que la inoponibilidadde la persona jurídica que consa-
gra el art. 54de Ialey 19.550difieredel disregardde la doctrina yjurisprudencia con-
tinental europea y anglosajona en tanto dicha doctrina supedita la desestirnacidn
de ia personalidad societaria a la concurrencia de causa iiicita en la constitución o
gestión: la inoponibilidad, en el art. 54, no necesariamentesupone la concurrencia
de causa iiicita. Considera necesario para e! funcionamiento de la inoponibilidad
(art. 54, LGS)que ia actuación de la sociedad encubra la persecución de una finali-
dad extrasocietaria, aunque puede ser lícita en el sentido de no fraudulenta.
Refiere que el limite para la licitud del ocultamientopersonalo patrimonialtras
la máscarade la personalidadjurídica diferenciada (o privilegiamientodela estruc-
tura corporativa) debe establecerse por referencia a la nociónde causa final media-
78 Butty, Enrique M., Inoponibiiidad, en !ibro de ponencias del "V Congreso de Derecho SO-
cietario", ps. 643 y 644.
79 Filippi, Laura L., E l a n 54, parr. 3"yia "consecucibnde fhes extrasocietarjos", en libro de
ponenciasdel "V Congreso de Derecho Societario",p. 633 y siguientes.
414 Ricardo D.Hierrezuefo-Pedro E Nhñez
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ta de la concentración de la sociedad. Sin embargo, termina expresando que no
necesariamente Ia causa final mediata de fa concertación o gesti6n social sea licita^
por ende determine el mantenimiento de la operatividad jurídica de la personali-
dad juridica diferenciada como enmascaramiento, implica que no funcione -se-
gún los supuestos- la inoponibilidad contemplada en e! art. 54 de la ley 19.55080.
Cualquiera sea la postura que se adopte, lo cierto es que la consecución de fines
extrasocietarios se verifica cuando una persona juridica no es constituida para la
producción o el intercambio de bienes y serviciosque es su finalidad societaria.
Si trasladamos este razonamiento a los supuestos de irregularidad registra(, srj-
lo se podria desestimar fa personalidad jurídica por fa consecución de fines extra-
societarios, si se demuestra que la misma 5610 fue constituida para contratar tra-
bajadores total o parciatrnente en negroo para retener indebidamente los aportes
de la seguridad socia! o sindicales; io cual resulta impensable.
La segunda parte se produce cuando la actuación de la sociedad constituye un
mero recurso para violar la ley, ei orden pública o la buena f e a para frustrar dere-
chosde terceroc. En este caso, la sociedad es utiiizada por las personas mencionadas
en el artícuiocomo una pantalla para ei fraude. Nose trata de iiícitcs cometidos por
la propia sociedad, sino iIicitoscomeridos por fossociosy controlantes, que se ampa-
raron tras [amáscara de la sociedad mercantilcon el objeto de evitar la aplicación de
normas que de otra forma se les hubieran imputado a ellos en forma personal. De
ahí que ta norma !es imponga !a obligación de tener que responder en forma soli-
daria e ilimitada por los perjuicios causados.
De lo expuesto concluimos con Vhzquez Vialard que sólo procede el allana-
miento de la personalidad cuando los socios y controlantes la uli!izaron como una
pantalla para privilegiar sus propios intereses por sobre los del enlesocietario, y no
cuando ia ilicitud fue cometida por la persona jurídica, entendida como individua-
lidad distinta desus integrantes.
En efecto, cabe distinguir los motivosque ha tenido el socio para constituir o ad-
quirir cuotassociales y los fines de esta última que constituye la causa fin de lasocie-
dad y marca su actuación, En ei caso, se sanciona la actitud del socio controlante que
ha utilizado a la sociedad como un instrumento formal para satisfacer intereses pro-
pios distintos de los intereses de la sociedad -sin duda, se trata de un
Para este autor, la utilización de la expresión mero recurso pareceria denotar
que la disposición se dirige exclusivamente a una sociedad ficticia (pantalia), a un
ser de paja, aunque cabe destacar'que, aunque la norma se refierea esa situación,
84
Foglia, La extenrionde /a condena a los socios, administradores y cedenter de acciones de
sociedades comerciates con dependientes "en negro", VSS,1999-631.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 417
1 - Tesis amplia
I - Interpretación doctrínaria
Este excepcional beneficio sólo puede tener vigencia cuando se presentan los
siguientes requisitos:
a) Que la sociedad se encuentre suficientemente capitalizada, esto es, que el
capital social, concebido como garantía de los acreedores, guarde relación
con el pasivo de aquélla o con el nivel de gastosde la compañia,
b) Que toda la actuación de la sociedad esté enderezada a la consecuci6n de
fines societarios, entendidos éstos como la obtención de bienes y servicios
(arts. l o y 54, ley 19.550).
Destaca este prestigioso autor que existe intima vincuiacion entre el excepcio-
nal beneficio de la limitación de la responsabilidad y fa función de garantía que
cumple el capital social, sobre el cual los administradores de la compañía carecen
de toda poder de disposición, pues tal beneficio sb!o cobra sentido cuando la socie-
dad cuenta con un capital socia1 suficiente para satisfacer sus obligaciones.
Puede, pues, afirmarsejunto con Nissen que iassociedadecanónirnas infracapita-
!izadas constituyen una burda caricatura de lo que debe entenderse por sociedades
anónimas y se convieflen en instrumento de fraude para los terceros, cuya pratec-
ción debe ser prioritaria en toda legislación que reglamente el funcionamientode las
sociedades comerciales. l a harto criticabie exigencia prevista por el art, 186 que
requiere un capital sociai mínimo absurdo para las sociedades anónimas ($ 12.000,
hoy $100.000segirn decr. 1331112), de manera algunajustifica la existencia desot:ie-
dades infracapitalizadas, pues tal capital social sólo podri servir para lassociedades
que tengan un nivel de gastos equivalente, pero de ninguna manera tal norma pre-
dica que basta con contar con tan irrisoria cifra para que resulte operativa la limita-
ción de la responsabiiidad de los socios, cuando el pasivo o ei nivel de gastos de la
empresa sea superior.
Respalda tales conc~usionesel panarama que presenta ef mercado decociedades
anónimas en nuestro país, en donde su mayoría son sociedades colectivas disfraza-
das de anónimas, y en lar;cuales el gobierno de las mismas no esta esc'indidode su
administración, en lo que a sus integrantesse refiere, En este tipo de compañías, no
es invocabie, en principioy salvo contadas excepciones, el desconocimiento por los
accionistas del giro empresario o el real desenvoivirniento de los negocios sociales,
Las obligaciones de los accionistas en esta particular clase de sociedades no se ago-
ta con los aportes originales,cuando lasurnatoria de todosellos no guarda ta menor
relación con el nivelde gastos o con el pasivo de ia sociedad. Por ello es requeribie a
10s accionistas, para conservar el excepcional beneficio de la limitación de la res-
ponsabilidad, la permanente obligación de efectuar nuevos desemboisosa los efec-
tos de equilibrar el capital social con las reales necesidades de la empresa.
Nissen sostiene que desde el punto de vista normativo, tampoco es cierto que
losaccionistas no respondanen forma solidaria e ilimitada pues los arts. 38y ?9cas-
tigan de esa manera a las sociedades de obje.to ilícito o que desarrollan actividades
iiícítas, salvo buena fe, la cual no se presume, sino que debe ser acreditada por
quien invoqüeserajenoa la operatoria habitual de la sociedad y e! art. 254, p6rr. 1"
establece esa sanción por las consecuencias patrimoniales que a la sociedad trae
aparejada la declaracibn de nulidad de tina resoiuciiin asarnbiearia adoptada con
el voto de los mismos.
Agrega quesi bien tal actuación (el no registrar la rclacibn laboral o hacerlopar-
cialmentej es propia de los administradores de Ia sociedad, bien pueden ser exten-
didas sus consecuencias a los sacios, pues la ley responsabiiisa no solo a quienes
decidieron o ejecutaron tal proceder, sino a quienes la hicieron posible, debiendo
incluirse en esta categoría a todos quienes, conociendo o pudiendo conocer esa
manera de actuar, nada hicieron para ajustar el funcionamiento de lasociedad a la
ley o al estatuto,
sponsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 419
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h..
Para FerreirósS8,las sociedades son medios técnicos que los seres humanos han
reado y que forman parte de! derecho. Esto les permite a ios hombres actuar de
manera asociada, y a esa asociación se le ha otorgado la personalidadjurídica como
un atributo que tiene queestar al serviciodel interksgeneral. Si los hombresquese
asocian se apartan de los finesque tuvo presente el legislador al conferirlesesafor-
ma juridica, ya sea a través del fraude o no, la imputación de los derechos y obliga-
ciones no debe hacerse damente a la sociedad, sino debe extenderse a los socios,
desestimándose la personalidadjurídica aludida,
Las Herasy D ' ~ u r i z i osi~bien
~ , consideran que el recurso de la desestimaciónde
la personalidadsocietaria debe estar previsto para casos excepcionales, cuando se
configuren los presupuestos establecidos por et legislador en la norma positiva, es-
to es, la consecución defines extrasocietarios, la violación de la ley, del orden públi-
co, o frustrar derechos de terceros, los tribunales no pueden desconocer ni dudar
de la apiicaciónde la fuente legal ante tan claros preceptos:deben utilizar el reme-
11 - interpretación jurisprudencia1
II. 1 - Carnara Nacionalde Apelaciones del Trabajo
- «Delgadillo Linares, Adela c. Shate1lS.A. yatrossi~espido»~~. Fue el primer
falio que se dictosiguiendo la tesisamplia. l a actora se desempeñaba para lasocíe-
dad anónima empleadora, la que le pagaba una parte de la remuneración en ne-
gro. Demandó a la sociedad anbnirna empleadara (en quiebra) y a dos personasen
su carácter de "... directivos, socios, gerentes, administradores o controlantest' de
la misma, el pago de las indemnizaciones por despido incausado y las previstas por
la ley 24.013. En primera instancia el juzgado rechazó la extensi6n de la responsa-
bilidad a los integrantes de la sociedad demandada,
EI 7 1 de febrero de '1997, eI fiscal general del trabajo, Eduardo Alvarez, dicta-
minó considerando que procedía extender la condena a los demandados inte-
grantes de la sociedad por aplicación de los arts. 54y 274de la ley 19.550, por cuan-
to ". . . se habría creado una hipbtesis automática de ta caida del velo societario en
90CNAI, Sala 111, 11/4/91, "Delgadilln Linares, Adela c. Shatell C.A. y otros siDespido", TySS,
1999-667.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 42 1
~
-.--
- ~ G a r r i a Gabriel
, A. c. Eurovial S. A. y otro s l D e s p i d ~ » Las
~ ~ .personas que
estuvieron al frente de la explotación personal de una empresa en la cual han ejer-
cidode modo directo tareas de dirección y supervisidnsobre iosdependienres, han
pagado sueldos y comunicado pautas o parámetros a seguir para la atencibn a la
clientela, lleva a considerar que se han desernpefiado como controiantes o admi-
nistradores reales de dicha empresa. Dado que dicho carácter los incluye -en vir-
tud de las irregularidades comprobadas en ia causa, especialmente el pago en ne-
92 CNAT, Sala N, 29/8/01. "WÍnter, Jorge c. l a Casa de los Hules S.C.A. siílespido", Boieiin
informativo de la CNA?; no6,1U7/02.
93 CNAT, Sala VI], 4/6/04, "ChAvez, Oscar A.C.Eye S.R.L. y otro", DT, 2085-8-968.
94 CNAT, Sala lll,26/2/07, "García, Gabriel A. c. Eurovial S.A. y otross/Despido", Boletín Men-
sual deJurisprudencia de ia CNAT, no266, Oficina de Jurisprudencia, feb/2007.
esponsabiliáad solidaria en el contrato de trabajo
-- - -"- - m
- - -&
"m-
423
gro al actor de la mayor parte de sus haberes- en ia iiltirna parte del art. 54 de la
19.550, correspondesucondenaso~idaria,envirtud de losfundamentosexpuer-
reiteradamente en la causa "Delgadillo Linares, Adela c. Shatell S.A. y otros S/
espido".
95 CNAT, Sala VI, $2111103, "Caceres, Flavia c. Lomvita 5,R.L y otro s/Despido", Boletín Temá-
ticodeJurisprudencia de la CNAf, voz "Responsabilidadsolidaria. Socios y administradoresde per-
sonas juridicas", Oficina defurisprudencia, jul. 2006.
g6 CNAT,Sala X, 3011 1/05 "Ruiz, i~iisc.TiempoNuevoS.R.L. y otrosIDespido", Boletín Ternd-
ticodelurisprudencjadek CNAT,voz "Responsabitidadsofjdaria.Sociosy administradoresdeper-
sonas jurídicas", Oficina de lurisprudencia, jul. 2006.
424 Ricardo D. Hierrezudo - Pe$ro E IVúher
. - ---
- <<Sananes,Susana Mercedes c. Belgrano Imprenta Propiedades S.R.L. y otros
s / ~ e s p i d o » No
~ ~podría
. decirseque la incorrecta registracion-o fa falta deeila-
encubra la consecución de fines extrasocietarios, puesto que el principal fin de la
saciedad comercial es el iucro, por lo que sí constituye un recurso para violar la ley
y el orden público laboral a que aluden los arts. 7", 12,13 y 14de la I C T y para frus-
trar derechos de terceros, es decir la trabajadora y el sistema previsionai, integran-
te del sector pasivo (en este caso por el menor ingreso de aportes y contribuciones
que resulta de computar el sueldo correspondiente a una jornada de trabajo par-
ciaij. Por elfo y conforme lo previsto por los arts. 59 y274 de la ley 19.550 las persa-
nas físicas deben responder solidariamente.
97 CNAT, Sala Vfll, 10/9/12, "Sananes, Susana Mercedes c. Befgrano Imprenta Propiedades
S.R.L. y otros slciespido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAf,nQ325,sep. 2012.
CNAT, Salalii, 31/5/12, "Pasquaiini, Fioreliac. í3eautyrnaxS.A. y otrossiDespido", enintra-
net.pjn.gav.ar,
99 Maddaloni, jurisprudencia acerca de la extensión de responsabiiidad a /os socios y direc-
tivosde sociedadescomerciafes,en "Revista de la SociedadArgentina de Derecho Laboral", no 15.
sep.-oct.2002, ps. 38 a 43.
loO Trib. Trab. no 1 La Matanza, 24/10/95, "Peixoto, Hugo y otro c. Carrocerias Lider S.R.L. y
otro", DT, 1996-8-1209, citado por Maddaloni, Jurisprudencia acerca de la extemión de respoma-
bilidada I~ssociosydirectivosdesociedadescornerciaies,en "Revista de la Sociedad Argentina de
Derecho labora{", no15, sep.-oct. 2002, ps. 38a 43.
Responsabifidad solidaria en el contrato de trabajo 425
".- p, --M
-- ~ --.- -
la sociedad de responsabiiidad limitada se hallaba regutarmente constituida, io
cierto es que se produjo un abandono de la explotación simultáneamente con !a
cesión de las cuotassociales por parte del socio gerente.
De esta forma se produjo la virtual desapariciónde la empresa ya que nadieasu-
mi6 la posición de titular de la misma quedando el trabajador en total desamparo.
La extensiiin de responsabilidad al socio gerente se basó en los arts. 54 de !a ley
19.550~1071 de! CCfconc.art. 10, CCCN],entendiendoquemediante la utilización
del recurro técnico legal del reconocimiento de la personalidadjuridica a entes de
ficción y de la limitación desu responsabilidad, se arribó a consecuencias que con-
trarían el orden público laboral y configuran un supuesto de abuso de la persona-
iidad jurídica, habiéndose recurrido a !a actuación de una persona ideal para fines
ajenos a íos previstos por la ley.
La Cámara Laboral y de Paz Letrada de la Provincia de Corrientes, en autos
"Márquez Sanabria"102,resolvi6 que: "la teoría de la penetración de la personali-
dad del ente societario autoriza a los jueces a desestimar la formalidad que impli-
ca la persona jurídica para poner en evidencia la situación personal y patrimonial
de aquélla y de [as personas que la integran".
Por SU parte, en autos "Machado" ?O2, se expidió Ea Cámara del Trabajo de la pro-
vincia de Córdoba. En esos autos la actora demandó a la sociedad anónima y a los
socios de la misma. En el casoconcreto, lasociedad demandada-según el informe
de la Inspecciónde Sociedades Jurídicas-estaba en mora respecto de la presenta-
ción de los balances de losiiltirnos cinco ejercicios. Sumado a ello, resulto probado
en autos que la firma habla cerrado tiempoatrás pasandovariosdesuc empleados
a otro establecimiento con las mismas miquinas de la sociedad demandada, en el
mismo domicilio y vincuiados a los mismos socios de la accionada.
En consecuencia, el Tribunai resolvió que: "las circunstancias anotadas perrni-
ten sostener que la personalidadjurídica que ínviste Luan'sS,A. resulta inoponible
en el caso concreto de autos, porque admitirla importaria consentir que un recur-
so técnico iitit -comoes la constituciónde una sociedad-sea empleado para frus-
trar derechos de terceros". En virtud de ello condena solidaria e iiimitadarnente a
los socios demandados (a& 54, párr. 3", ley 19.550).
'O1 Cám. Apei. Lab. Paz Letrada Corrientes, 25/4/97, "Márquez Sanabria, h a n A. c. Amcor
S.A. ylu otros", citado por Maddaloni, /vrisprudencia acerca de ¡a extensibn de responsabilidada
lossociosy directivosde soríedadescomerciaies,en "Revista de la Sociedad Argentina de Derecho
laboral", no 15, set.-ocp. 2002, ps. 38 a43.
'O2 CAm. Apel. Trab. Córdoba, SalaVI11,19/3/98,"Machado, Josefa Inés c. Luan's y otrosslDes-
pido", citado por Maddaloni, Jurisprudencia acerca de la exrensidn de responsabi!idada iossocios
ydirectivosde sociedadescomerciales, en "Revistade la SociedadArgentina de DerechoLaboral",
no 15, sep.-oct. 2002, ps. 38 a 43.
426 Ricardo D. Hierreruelo - Pedro F: NÚ5ez
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' -__-c,--<- C--l.l_i---_ll_~~
parte de la remuneraciónen negro, hecho este út.timo que quedó probado por tic-
k e t confeccionados
~ por uno de los socios.
Dice ia sentenciante que: "la actitudfraudulenta significó, en el caso, un fraude
a la ley, utilizandocomosuele enseñar Rivera, una norma legitima como es la cons-
titución de una sociedad, con el fin de violar el totum del ordenamientojurídico.
Tal actuaci6n conlleva la necesidad de descorrer el velo que autorizó la propia ley
y que merced también a ella, en cuanto a lo establecido por el art. 54 de la ley
19.550 permite descorrer ante laexistenciade irregularidades.Surgeentoncespal-
maria la responsabilidadde las personasfísicasdemandadas, con caráctersolidario
yacompañando la condena que propongo para la sociedad accionada (artc. 2', 54,
59 y concs., ley 19,550)".
I - Interpretación doctrinaria
Entre los varios autores que postulan la tesis estricta se encuentra varela106
quien luego de analizar tos casos jurisprudenciales donde $e aplicó la teoria de la
desestimación de personalidadjuridica -referidas a cuestiones de Derecho suce-
sorio, concursos y quiebras y familias; y en todos los cuales [as sociedades fueron
constituidaspor alguno de lossociosconfines absolutamenteextrasocietarios,vio-
latorias de la ley y con un clara interés en perjudicar a terceros o en fraude a sus
acreedores- expresa que en la exposición de motivos de la ley 22.903 se sostuvo
que: "Procede señalar que la solución proyectada es coherente con la estructura
técnica y 16gicade la ley 19.550, desde quesu propio art. 2" ha establecida una pau-
ta plena de consecuenciasya utilizadas por la jurisprudencia y la doctrina, ya que
se inspira, precisamente, en los criterios que en punto a iosalcances de la persona-
lidad ha rneritado la Comisidn, tal como resuita del pta. 2 de la Sección l del Capi-
tulo 1 de la Exposiciónde Motivos de la Ley de Sociedades Comerciales, ocea que la
misma constituye un mero recurso tkcnico para tratar en Forma unitaria a ciertos
efectos y dadas determinadas hipbtesis, a un sustrato piuripersonal".
Entiende que no se puede condenar a los socios por tener a un trabajador total
oparcialmente en negro pues no ha quedado demostrado e,n el fallo que ia actora
haya solicitado ei corrimiento del velo o ia inoponibilidad de la personajurídica; cí
solicito la sanción de responsabilidad para el presidentede la sociedad. No ha que-
dado demostrado que la sociedad Fuar 5,A. haya sido constituida con el único pro-
pósito de contratar personal encondicionesmarginalesoenviolación a las leyesde
la seguridad social y del trabajo; no ha quedado demostrado que la sociedad per-
siga fines extrasocietarios tal cual lo especifica el are. 54, in fin@.
10"areta, La interpretaciena contrario sensu del fallo "Duquelsy c, Fuar", LL, 1999-D-950.
428 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro F, Núñez
__________-I_C_---_II----I_IY_----
111_
'O9 Brignole, Horacio A,, Algo massobre /a teoria de la inoponibiiidad de \a persona juridica
y su aplicación por íos tribunales deitrabajo, en libro de ponencias del "XXXI Encuentro de Insti-
tutos de Derecho Comercial de! Colegio de Abogados de la Provincia de Buenos Aires", San Mar-
tin, 4y 5/5/00, p. 71 y siguientes.
Ricardo D. Nierreruelo - Pedro E Ni%ez
-
430 --- ,.A,., -
h} Su aplicación debe ser prudente y restrictiva y antes de desestimarse la per-
sonalidadsocietaria, debe verificarse si et Derechosubjetivo afectado no se
encuentra amparado por otras normas que responsabilicen igualmente a
los administradores.
c j S6fo debe desestimarse la personalidadsocietaria en situctciones concretas,
excepcionales y de suma gravedad en cuanto a la actuación desviada clel
ente.
d) Es inadmisible cualquier tipode autornaticidaden la aplicación de [ateoria,
pues ello acabaría con el principio de la personalidadsocietaria, su tipalo-
gía y la división patrimonial pertinente, y la seguridad juridica y la propia
existencia de! Derecho societario estarían amenazadas.
e) El Derecho del trabajo tiene principiosy caracteres propios que lo insuflan,
ya que regula relaciones juridicas donde una de las partes-ef trabajador-
es hiposuficientey de ahí que sea protec.t.orio y sus normas sean de orden
públíco, Sin embargo, ello no implica que se busquen soluciones que pug-
nen con otras instit~icianecjurídicas que puedanser avasalladas, al desorbi-
tarse una excepción doctrinaria, máxime cuando puede y debe arribarse a
similares resultados con la aplicación de normas legales vigentes del Dere-
cho societario.
''-.-?:L.,r*-*,;VF7<-
Foqlia resalta que son supuestos de sociedades comerciales de objeto lícito coi7
actividad iliciia, impuesta esta última por los socios o los controlantes, y de ahi
ernerge su responsabilidaddirecta. El art. 19 de la ley 19.550 estabiece que: "cuan-
do la sociedad de objeto lícito realizare actividades ilícitas, se procederá a su diso-
lución y liquidación a pedido de parte o de oficjo, aplicándose las normas dispues-
tas en el a r t 18. Los socios que acrediten su buena fe quedarán excluidos de lo dis-
puesto en las pirrs. 3"y4*del arrjculo anterior".
Siguiendo el razonamiento de losdecisorios comentados hasta sus últimas con-
secuencias,y por aplicacibnde las normas indicadas, se podría llegar a la conclusión
de que la sociedad que tenga varios dependientes en negro en forma total o par-
cial constituiría "... un mero recurso para violar la ley, elorden público o la buena
fe apara frustrar derechos de terceros ... ", y su actividad ilícita, correspondiendo,
en consectrencia, su disolución o liquidación aun de oficio, independientemente
de la resporrsabitidadsolidaria de los socios o controlantes. Si se considera que el
objeto también es ilícito, ta misma sería nula, debiendo procedersede igual forma
(art. 18, ley 19.550).
La consecuencia seria la subsecuente extinción de todos tos contratos de traba-
jo. Señala que ello no sólo no parece razonable, sina que además ia existencia de
trabajadores en negro en unasociedadno constituye ni importa que la misma per-
siga, a través de la voluntad de los socias o controlantes, O... fines extrasociefa-
rios ..." o constituya "... un mero recurso ..." o pantalla, sino sirnptemente implica
la realizaci6n de un hecho iiicito por una sociedad comercial de la cual la misma
será responsable, hecho este diferente al presupuesto contemplado por el art. 54
de la ley 19.550.
En cuanto a la consecuencia de la norma, el párr. 3" del art. 54 señala que: "La
actuación de /a sociedad.. . " en el sentido definido por la norma ". ..se imputara
directamente a los socios o a los contro~antes que la hicíeron posible, quienes res-
ponderán soljdaria e ilimitadamente por los perjuicios causados". La responsabili-
dad directa de los socios o controlantes es una consecuencia de la caída del velo
societario: se prescinde del acto simulado (sociedad) y ernerge la responsabilidad
directa de los socios o controlantes intervinientes en el acto ilícito oculto real, los
que responden en forma solidaria e ilimitada frente a los damnificados.
Manifiestaque, por otra parte, el phrr. 3 O del art. 54 responsabi!iza, en las con-
diciones y situaciones antedichas, a los socios o con-trolantes, no a los administra-
dores de la sociedad. De modo que, aun desde este aspecto y prescindiendode lo
que es la ". .. consecuciónde fines extrasocietarios ...",aun desde este punto de vis-
ta, la norma es insusceptiblede responsabilizar a los directoresde la sociedad anS-
nima o a los socias gerentes de lassociedadesde responsabilidadlimitada.
Foglia expresa que en lo que respecta a lossocios y a las sociedades controlan-
les, cabeseríalar que la norma del párr. 3P del art. 54 no establece una responsabi-
lidad genérica o presunta de los mismos, sino que únicamente serán responsables
434
- ----- -
-,
-
-
Ricardo D.Hierreruelo Pedro E R(kíñ
en forma solidaria e ilimitada aquellos que con su actuación "... hicieron pos
ble ..." la ". .. consecuciónde finesextrasocietarios . . . ". De este modo, y en tal i
tigencia, deberá probarse, con criterio restrictivoy excepcional, en cada caso y
quien fa invoque, fa responsabilidad que le cupo a cada socio y a cada socie
controlante.
Ello es así, por cuanto se trata de la imputación de responsabilidada un ter
ajeno a ia relación origjnal, producida como conecuencia dei avasallamierit
la personalidad jurídica otorgada por ley, Pero, reitera, en definitiva, en ning
caso dicha norma alcanzaría a recponsabilizar a los socios o controiantesporalg
o algunosempleados que tuvieran en negro ya que elio, s i bien es un iticito, no e
ni una actuación extrasocietaria ni la utilización de la sociedad como un mer
recurso para violar ta ley, el orden pirblico, la buena fe o frustrar ios derechas d
terceros,
Como reflexián final sobre este tema señala que, si bien fa norma no lo prev
esta doctrina -con referencia a tos terceros- tiene sentido en tanto y en cuant
la sociedad aparente o encubridora sea insolvente, ya que si la misma tiene u
patrimonio que le permita afrontar sus obligaciones o responsabilidades, no 5
advierte cuál sería el interés concreto de los acreedores en perforar la personalida
jurídica si suscréditos estar)garantizados. Y digo ello por cuanto si se pierde devi
ta el concepto puede suceder una utiiizacion a blisiva de dicha institución(canf, ar
1071, CC,[conc. art. 10, CCCNJ).Por elfo, y para evitar esta circunstancia, por raza
nes de econornia procesal y a fin de evitar un nuevo juicio, el socio conrroiante
podria ser demandado en forma subsidiaria jun.to con )asociedad, para el caso que
se acreditara la insolvencia de ésta.
En otro trabajo posterior112,Foglia destaca i a exigencia del dolo de los socios o
controlantes; surge del propio texto del art. 54 de la ley 19.550, cuando exige que
los mismos utiiicen a la sociedad para encubrir fines extrasocietarios o como un
mero recurso para violar la ley, el orden público, la buena fe oparairustrarderechos
de terceros. Esta deliberada intencibn de utilizar a la sociedad es típica del dolo, sea
como "... aserción de lo que es faisa o disimulación de lo verdadero, cualquier arti-
ficio, astucia o maquinación quece emplee con este fin" (art. 931, CCIconc. art. 277,
CCCN], referido al dolo en materia de hechos jurídicos) o corno "... acto ilícito eje-
cutado a sabiendas y con intención de dañar la persona o los derechos de otro ..."
(art. 1072, CC [ronc. a&, 1726 y í 728, CCCNJ relativo al dolo en materia-deobliga-
ciones extracontractuales).
Por otra parte -como toda norma que establece la responsabilidad solidaria, y
más aun del dolo como factor subjetivo de atribución-, la norma es de interpre-
?j3
CNCiv., Saia E, 18/2/97, citado por Foglia, La responsabiljdad de los sociosy controlantes
por las deudas Iahoraies de ia sociedad frente a los trabajadorer "en negrocr,TySS, 2001-916.
436 Ricardo D.Hierre~uelo- Pedro F; IVUñez
-~-,". -,"-
(1 - interpretaci0n jurisprudencia!
II. 7 - Cámara Nacionai de Apelaciones de/ Trabajo
- ~Acosta,Florentina c. Vadra, Carlos y otros s / ~ e s p i d o » No~ ~ habiéndose
.
acreditado fa prestaciónde tareas a favor de los socios, sino de la sociedad, resultan,
en principio,deaplicación lasarts. 33 del CCIconcs. arts. 145,146,748~168, CCCN];
39 Iconc. art. 143, CCCNI y 2' de ia ley 19.550 que establecen que las personas jurb
dicasconstituyenuna persona distinta de los miembros que la integrany que éstos
no responden por los actos de la sociedad. Sostener que la "actuación de la socie-
dad demandada constituye un mero recurso para violar la ley, el orden público la.,
borat y la buena fe y frustrar derechos de terceros" en los términos de dicha norma
por una falencia registra1 (ya debidamente sancionada por los demás, por la apii-
c a c i ~ nal casa concreto de las disposiciones pertinentes de la ley de empleo), luce
excesivo a la luz de un criterio que, por su carácter de excepción, debe ser interpre-
tado restrictivamente,
- rilayza Morales, Maria L. c. Sevicsa S.A. y otros»' 16, Ei art. 54de la ley 19.550
no está previsto para responsabilizar a los socios por los incumpiimientos de tos
actos de la vida societaria, sino en lossupuestosde uso desviado de la figura tipica,
y no es un supuesto de la actuaciónsocial, sino mas bien de lossocios, quienes usan
la figura societaria, sean éstos los administradores o representantes. La solución
excepcionai que admite la teoría de la penetración en la personalidadjurídica exi-
ge, invariablemente, la prueba acabada de un uso abusivoode~viadodedicha per-
sonalidad, es decir, que e1 ente societario sólo enmascara la responsabilidad de sus
integrantes frente a los posibles acreedores, cuyos interesesse intenta defraudar.
'Id
CNAT, Sala IV, 27/2/04, "Acosta, Florentino c. Vadra, Carlos y otros s/Despido0, Boletín
Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Responsabilidad solidaria. Socios y administradores
de personas jurídicas", Oficina de jurisprudencia, jul, 2006.
CNAT, SalalV, 28110105, "Sanchez,ClaudioG.c.Cafédel PilarS.R.L. yotros", DT, 2006-A-385. 1
'IG CNAT, Sala I, 30/11/06, "Layza Morales, María L. c. Sevicsa5.A. y otros", D7,2007-A-186.
sponsabilidadsolidaria en elcontrato dde trabajo 437
---. "---e-p
- ~Olivieri,Mario c. ~ r ~ e n h i r e r ~ . ~ . ~La
. »omisión
II! de lostrámi'tesliqtiidato-
rios de una sociedad -que no implica otra cosa que desaparecer fácticamente de
' un determinado lugar-no puede dejarsubsistente,para lossociosde\amisma, los
beneficios del tipo de sociedad elegido, y mucho menos, la limitación de la res-
ponsabilidadde aqueiioc por las obligaciones de la sociedad.
La omisión de los trámites iiquidatoriosde una sociedad autorizan ia aplicación
para estos casos de la norma prevista por el art. 54, in fine de la ley 19.550.
n 7 CNAT, Sala Vlli, 2811 1/06, "Storanj, Siivia Nwmí c. Mediconex S.A. y otros s/DespidoM,
: Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, ne264, Oficina de Jurisprudencia, nov. 2006.
CNAT, Sala il,1~110106,"Bennet, Ruben Eduardoc. Monroe 2444S.A. y otross/Despido",
Boietin Mensual delunsprudencia de la CNAT,no263, Oficina de Jurisprudencia, oct. 2006.
'j9 CNAS, Sala l,2315108, "Olivieri, Marioc. Meiihires S.R.L.", en "Revista de Derecho Laboral
y Seguridad Social", no16, ago. 2008, p. 1449.
438 -
- -,-,--,,-..,.
-
Ricardo D.Hierrezuelo F d r o E Núñez
Iao n a ~ ~ ~ ~ o m u n i c a c i o n otrossl~es-
CNAT, Sala 1,1719i08,"Mena, ~ o r r n a ~ r j s t iotrosc. es~.~.~
pido", Boieiin MensuaideJurisprudenciade la CNAT, n" 284, Oficina deJurisprudencia, sep. 2008.
f21 CNAT, Sala VI, 77/10/08, "Kirco, Oscar c, FirmeSeguridad S.A. y otro", en "Revistade Dere-
cho Laboral y Seguridad Social", no9, may. 2009, p. 781.
CNAT, Sala IX, 21110/08,"Amarilla, Acosta Rornánc. Lytmet5.R.L. y 02rosstDespido", Boje-
tin Mensualde Jurisprudencia de la CNAT, no285, Oficina de Jurisprudencia,oct. 2008.
'23 CNAT, Sala li,8/4/09, "Flores, Claudia María c. Medical Power5.A.y otros s/Despids", Bole-
tín Mensual deJurísprudencia de /a CNAT, no288, Oficina deJurisprudericia, feb. 2009.
onsabilidad solidaria en nl contrato de trabajo
-- - U - - - - - - - - - - "
439
11.2 *'
- jurisprudencia de otrasjurisdicciones1
Dentro de la postura estricta encontramos, en primer lugar, Ia jurisprudencia
que emana de la Suprema Corte de Ia Provincia de Buenos Aires, la cual, en los au-
tos "Avila" Iz6, resolvió que: "El pago desalaríos total o parcialmente 'en negro' no
importa la realización de maniobras, fraude o abuso de la personalidadjurídica de
'~"NAT, Sala iX. 11/12/09, "Fimura Martuchi, Selva c. lnfohelp S.A. y otros/Despidon,Bole-
tin Mensualde Jurisprudencia de la CNAT, no297, Oficina de Jurisprudencia, dic. 2009.
'25 Maddaioni, Jurkprudencia acerca de /a extensión de responsabilidada lossoOosy direc-
tivos de sociedades comerciales, en "Revista de la Sociedad Argentina de Derecho Laboral ",no 15,
sep.-oct.2002, ps. 38a 43.
'26 Véase SCBA, 37/8/05, "Avila, Carlos A. c. Benjamín GurfeinS.A. y otros", TySS, 2005-737.
440 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Múñez
--A-- --_Ip-I___*---_f-.----.-II_^L
í27 Trib. Trab. no 5, ''Caceres Pefia, Reinaido c. Metales Dar S.A. y otro s/DespidoM,citado por
Maddaloni, Jurisprudencia acerca de /a extensión de responsabilidad a los socios y directivos de
sociedadescomercia/es,en "Revista de la Sociedad Argentina deDerecboLaborai", no25,sep.-oct.
2002, ps. 38 a 43.
12$ C6m. Apel. Trab. Córdoba, Sala VI, 1615102, "Filonzi. Alfredo c. La Agropecuaria S.R.L. y
otros", citado por Maddaloni,jurisprudencia acerca de la ext@nsiánderesponsabilidadalossocior
y directivos desociedadescomerciaies, en "Revista de la Sociedad Argentina de Derecho Laboral",
no 15,sep:oct. 2002, ps. 38 a 43.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 441
LI_C__I_I-CI I_-C-I_I-.~__IY"-I - -
trabajador, el Tribunal pasa a tratar el tema de la extensiónde responsabilidada ioc
socios. Esinteresantedestacar quesi bieneiTribuna1 resuelve hacer lugar a la exten-
sión, 10 hace basándose en el arta59 de la ley 1 9 . 5 5 0 ~no en el arl. 54 de la misma ley.
Dice el sentenciante: "En mi criterio, ia desestimaciónde la personalidadjuridi-
ca, segiin el art, 54 de la ley 19.550, es posible cuando la actuación de la sociedad
encubra fines extrasocietarios ilícitos, tendientes a perjudicara un tercero o a vio-
lar la ley. Si bien la falta de registración de la relación laboral comporta una viola-
cibn a la ley que perjudica al actor y al sistema previsionat, lo cierto es que ella per
se no demuestra que la actividad de la sociedad demandada haya procurado la
obtención de fines extrasocietarios y estado dirigida a violar la ley o a frustrar los
derechos del actor. No hay en autos elementos de juicio que permitan afirmar con
la certeza que requiere un pronunciamientojudicial, que la constitución y funcio-
namiento de la sociedad estuvo dirigida a tales fines".
Concluye que por elfo no puede extenderse la responsabilidaden base a! art, 54
de !a ley 19.550. Sin embargo, 10 hace invocando el a r t 59 de la misma ley, en tan-
to este artículo extiende de manera solidaria e ilimitada la responsabilidadde los
administradores cuando por incumplimiento de sus obligaciones se perjudique a
terceros.
Por su parte, la Cámara Civil y Comercial de la 2" Nominación de Cordoba sostu-
vo que: "No corresponde desestimar la personalidad jurídica de una sociedad y
hacer responsables en forma directa a los socios -en el caso, a fin de hacer valer
una condena par un juicio laboral-si no fue aportada ninguna prueba tendiente
a demostrar que el ente era utilizado para encubrir la realización de actos extraso-
cietarios o constiruyera un mero instrumento para violar la ley, el orden púlbico,
buena fe o frustrar derechosde terceros" 129.
Cam. Apel. tiv. y Com. 2" Nom., Cdrdoba, 13/5/02, "Heredia de Olazábai, W. Andreac. La
Noria S.R.L.y otros", D7,2002-B-2171.
CSIN, 5/3/02, "Cingiale, María C. y otroc. Polledo Agropecuaria S.A. y otros",Ty55,2002-
507.
442 Ricardo D. Nierreruelo - Pedro E Nuñez
7 -
A
13' CSJN, 314103, "Palomeque, Aldo Renéc. Benerneth5.A. y otro", TySS, 2003-692.
444 Ricardo D. Hierrezuelo -Pedro E MGfiez
-
'--
---
u -
- -
tractual como instrumento para alcanzar fines individuales, distintos delos
propios de la personalidad.
4. Soslaya que tos dichos aislados de un testigo no bastan para probar que la
sociedad fue utilizada como vehículo para burlar la ley.
132 CSJN, 29/5/07, "Daverede, Ana Maríac. Mediconex S.A. y otros", inédito,
Respon~abi!idadsolidaria en el contrato de trabajo 445
c) Nuestra opinión
---
"Con respecto a la teoria de ia aplicacibn de !a desestimación de la personalidadjurídica, que
precisamenteen estos momentocse discute en el Arnbito del derecho de! trabajo, creo que ia mis-
ma, respecto de este ámbito, merece una consideración especial, que quizá no sea adecuada en el
derecho comercial, es decir, en el referido a las relaciones entre una sociedad y sus acreedores co-
mercialesofinancieros, puesto estos últimos tienen la posibilidad de adoptar medidas respecto de
la responsabilidadde la sociedad, asisuefenhacer, adoptar loscorrespondientes recaudos(en ecpe-
cial los financieros, que solicitan el aval de lossocios o de terceros), pero ello no puede darse en ei
caso de lostrabajadores, a quienes se les desconoce la garantia de sus derechos bajo la mascara de
una sociedad, que, en realidad, no funciona comotaf, en tanto: a) es dirigida exciusivamente por
una sola persona que, por otra parte, suele ~o cumplir con los recaudos propios de la registracibn
contable (que no existe); b) noconstituye la expresión de un conjunto de personas iguales entresí
por un objetivocomún, respedodelcualseasocian,quedeli beran respectoa laconduccibndeeflos
que exclusivamente queda a cargo de una persona que obviamente actúa para sí.
"Si ei demandado tenía el plenodominio de la sociedad accionada, los efectos de la condena a
esta tiltima deben ser extendidos a aquel por aplicaciiin de \o dispuesto en los arts. 54, pirr. 3 O de
la ley 19.550 y 31 de la LCT, y en consecuencia no puede oponerse a los actores la diferenciación
entre la persona delentesocietario y la desus socios, propia del derecho comercial y civil, pero que
caenen situacionesanormales,ta\comoocurre en el caso de la no registraciónde la relación labo-
ral" (Highton, F., Responsabilidadpatrimonialso\idaria de directores, adminisrradorerysociospor
demandas laborales contra sociedades comerciales, ps. 62 a 64).
Ricardo D. Ijierreruelo - Pedro E Nuñez
-448
~-., ------__
'" CCAT, sala IX, 17110106,"Franco, Diego A. c. Avetlaneda 4899S.R.L. y otro", DT, 2007-A-87.
136 CNAT, Sala 11, 5/2/07, "FrankeCarballo, Facundo N.c. Expoyer5.A. y otro", "RevistadeDe-
recho Laboral y Seguridad Sociair',no 5, mar. 2007, p, 425.
CNAT, Sala i,31110106, "Giúdice, María P.C. Aranibe, Mat-tín y otro", "Revista de Derecho
Laboral y Seguridad Social", no5, mar. 2007, p. 432.
450 Ricardo B.Hierrezuelo -Pedro E IVúfiez
,-- -. -------.p,
d) Aspectos procesales
1 - Posibiiidadde elección del deudor
El primero de los temasque se plantea es la posibilidadde demandar a lossocios
o controlantes, sin haber demandado a la sociedad. Este supuesto, a nuestro crite-
rio, no presenta conflicto alguno, ya que venirnossosteniendoen forma sistemati-
ca la posibilidad de condenar al deudor solidario sin demandar al e r n p l e a d ~ r l ~ ~ .
Ademhs, los mismos argumentosvertidospor la postura mayoritaria en el pfenario
"Ramirez", sirven de fundarnenilación para admitir la posibilidad de elección de
deudor. Claro que, de sostenerse la postura defendida en el punto anterior y apii-
carse el art. 14 de la LCT, ios socios van a ser losverdaderos empleadores y la socie-
dad, sólo una persona jurídica interpuesta que debe responder en forma solidaria
en los términos del art. 29 de la LCT. Pero en el caso de empresas controladas o de
138 Ensentido contrariose ha expedido la Sala il, en losautos "Lewandowski,Jorge C.C. PRP
Malipa S.R.L. y otro", sentencia de!191U03, inédito, en la cual entendio que si el trabajar ante la
quiebra de su real empleador ha desistido de la acción contra el mismo, a influjode lo previsto por
el art. 133 de l a ley 24.522, no resulta procedente la condena solidaria del restante codemandado
(socio en es.tecaso) en su carácter de responsable solidario, en tanto necesariamente debe involu-
crarse en el iitigio a quien se ha reconocido expresamentecomo Único sujeto empleador, y respecs
to del que la controversia comiin fuera inescindible. Agregó que si el actor !nuocli supuestos de
solidaridad derivada o subsidiaria (artr. 54 y 274. LGS),necesariamente debe demandar al ernple.
ador principal, puesto que la solidaridad prevista en tales normas se apiica como garantía acceso-
ria de la obligacibn principal.
Responsabi/idadso/idariaen el contrato de trabajo 45 1
m
-.--- U
----,-
'" CCNAT, 5aia 11, 2911211 1, "Ffeita, Víctor Alfredo c . Martinez, Sergio Raiando y otros siDes-
pido", en intranetpjn.gov.ar.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 453
--- m
-
-
En lo que hace a las cuestionesde indole procesal que plantea el tema, suele ser
frecuente que el accionante pretenda hacer extensiva una sentencia dictada con-
tra una persona jurídica, a los socios controlantes o directivos que no fueron de-
mandados, Aqui vale detenerse a examinar si resulta competente el mismo juez
quecondenóa la personajurídica, y resulta factible extender la responsabilidaden
el mismo juicio o si, por ei contrario, debe iniciarse una nueva acción.
En este sentido, tanto la doctrina como la jurisprudencia se encuentran dividi-
das. Asi, Alvarez adhiere a la postura estricta al expresarque la concreción de la res-
ponsabilidad impone materializar un planteo concreto, esbozado en una dernan-
da que, sea o no en un marco de litisconsorcio pasivo que incluya al ente societario
ya lossocios, debe generar un proceso pleno de cognición, en el cual los imputados
tengan derecho a ser oídos y puedan exponer sus defensas.
No es factible extender la condena en el ámbito reducidode un incidentede eje-
cución, en la inteligencia de que rige el efecto relativo del procesa y de la cosa juz-
gada y que e[tramite incidental no permite un debate adecuado, ni conlleva una
etapa de cognicibn idónea para ejercer el derecho de defensa en juicio, garantita-
do por el art. 18 de la C N ~ ~ .
Finalmente, este autor recuerda que por más que esté litigando para extender
imputación en un caso con sentencia firme, la naturaleza de la cuestión laboral
ue se ventila beberá exigir como requisito la capacidad o aptitud que la ley reco-
a estos jueces para ejercer sus funcionescon respecto a esa categoria de asun-
como medida de su jurisdicción. Esto es asi porque la extensián de la imputa-
lidad no transforma la naturaleza del litigio, que siemprees laboral, ni hace refe-
ncia a una nueva responsabi1idad;yasíes porque si estuviéramosanaiitando una
nueva responsabilidadpara el socio, director, administrador o quien fuere que te
corresponde habría que conjugar !a existenciade los cuatro presupuertosde la res-
biiidad, que son: el incumplimiento dei deudor; la imputabilidad de ese in-
imiento en razón de factor de atribución; el dafio sufrido por el acreedor y la
relación de causatidad.
Ferreirós aclara que si no se dan los cuatro elementos queda exento de respon-
sabilidad, por eso es bueno recordar en este caso que los tres elementos objetivos
no se involucran: lo que se extiende ese1 elemento subjetivo de la irnputabilidad.
Para ello no basta que el deudor haya obradocondiscernimiento, intenciónyliber-
tad (imputabilidad de primer grado), sino que es necesario que su conducta sea
pasible de reproche (imputabilidad de segundo grado),
En cuanto a !a jurisprudencia, conviene destacar, en primer t&rmino, si resulta
competente la justicia del trabajo. En este sentido, la Cámara Nacional de Apelacio-
nes del Trabajo, en "Grassi" 14s, sostuvo que de acuerdo al art. 6', inc. í 0 del CPCCN,
el juezdel proceso principalserá competente en los incidentes,tercerías, obiigacio-
nes de garantia, citación de evicción, curnplirnien%s de acuerdos de conciliación o
transacción celebrados en juicio, ejecución de sentencia, regulacióny ejecucibn de
honorarios y costas devengadas en el procesoy acciones accesorias en general.
En cambio, la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, en "Vera" 149 dic-
tarninb que: "de conformidadcon tos términos de la demanda y más allá de su pro-
cedencia, estando enjuego normasconstitucionalesy de Ia ley desociedades, la mis-
ma resulta ajena a \a competencia de los Tribunales del Trabajo y propia de la Justi-
cia Civil y Comercial, desde que no se trata de ninguno de lossupuestos contempla-
dos en el art. ?de la ley 11.653".
La posibilidad de extender la responsabiiidad en el mismo juicio, también ha
suscitado diversas opiniones doctrinarias.
CNAT, Sala VII, 24110l05, "Pereira Amaya, Maria C. Rosana Echt5.R.L. y otross/Despidoi',
Boletín Temático de Jurisprudencia de /a CNAT, voz "Extensión de responsabilidaden la etapa de
ejecución", Oficina de Jurisprudencia, mar. 2006.
'" CNAT, Saia V11, 1419107, "Rivas Navia, Rufo c. Machuron Normando Norberto y otros si
Extensión de responsabilidad. Recurso de hecho", Boletín Mensualde Jurisprudencia de la CNAT,
no 273, sep. 2007, de! dictamen del fiscal general, al que adhiere la Sala.
esponsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 457
.--- . "----.-.--
se discutieron las condiciones del contrato de trabajo), por cuanto lo que se deba-
te en esta instancia es la transformación y10 vaciamiento que impediria el cumpli-
miento de la sentencia originaria. Respecto de la codemandada, cabe decir que no
solo fue arrendatariadel inmueble donde anteriormenteexplotaba su gira comer-
cial la firma Charcas SO02 S.A., sino que también aprovechó de esta iiltima su nom-
bre de fantasia así como su clientela. Asimismo, en cuanto al nombre de fantasía
cabe agregar una presunción, la que surge de la homonimia entre el antiguo y el
nuevo nombre, lo que no puede favorecerles dada ia confusián a la que se presta y
que por lo tanto los coloca, en principio, en situación de probar su buen fe (conf.
CNCom., Sala E, 29/6/87, 'Norfabri1S.R.L.c. Norfabril S.A.'). Por lo tanto, habria una
efectiva transferencia del establecimiento puesto que la codemandada recibió el
fondo de comercio de la sociedad demandada en el expediente principal, en las
términos de la ley 11.867 y nunca se perfecciond la debida publicidad de la trans-
ferencia. En es.tos casos, se da una responsabilidadsolidaria pasiva, referida a las
obligaciones en las que un trabajador es acreedor, Además, la codernandada no
podía desconocer la existencia de la condena ya que formaba-necesariamente-
parte del pasivo de la empieadora al tiempo de operar la transferencia. Por ello, y
en atención a lo dispuesto por el art. 255 de la LCTy la doctrina sentada en el ple-
nario 'Baglieri', corresponde confirmar el fallo de la sede de grado en cuanto a !a
extensiiin de responsabilidadde la codemandada" Is2.
Por el contrario, no admiten esta posibilidad y exigen que la discusión se enta-
ble en una demanda autonoma tanto el fiscal general, como las Salas I,11, IV, VI, 1X
y xIs3.Así, \a Saia It, en el precedente mencionado, sostuvo que: "Si la demandada
se ha dirigido exclusivamente contra la sociedad de responsabilidadlimitada y, por
ende, ésta hasido la única condenada, ante el efecto relativodel procesoy de la co-
sa juzgada, no es posible, desde una perspectivaadjetiva por vía incidental, perse-
guira lossocios. Esta pretensibn, comotal, en el marco del derecho de defensa, exi-
ge un trámite bilateral y autónomo. Si bien es cierto que en diversas oportunida-
desse ha propiciado la responsabilidadde lossocios con sustento en el art. 54de la
ley 19.550, ello ha sidosobre la base de la exigencia de un juicio ordinario autbno-
154 CNAT, Sala 11, 20110114, "Labate, Maria Cecilia c. Gie Editores S.A. slDespido", Boletín
Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no 247, oct. 2014.
155 CNAT, Sala IV, 25/11/08, "Vassallusso, Livio c. Casa Bonavena S A. y otroslCobro de sala-
rios", Boletin Mensualde jurisprudencia de /a CNAT, no 286, Oficina delurisprudencia, nov, 2008.
l 6 Dictamends la Fiscalía General de18/10/04, "Orru, Carlos Aiberloc. Sucari, iuan facaboy
atrosslExt~nsi6nresponsabilidadsolidaria", inédito.
solidaria en el contrato de trabajo 459
~--- --"--U-- -
en su órbita la efectívizacion de una responsabilidadque ernergeria de una sen-
, por lo que resulta competente el magistrado que conoció en
e generó laaiegada solidaridad, en función del principiode iaper-
onir y la naturaleza de una demanda que impone el anáiisis de
vas responsabilidadesen el marco de una única relación laboral (art. 6', inc.
En cambio, podría oponer la cosa juzgada sobre lo5 rubros que fueron desesti-
mados*De ahí, que inclusa podria discutirse hasta la aplicación del principio de la
perpetuatio jurisdiccionis, toda vez que, si bien ta relación laboral es única, las de-
mandas son distintas, y los efectos de la anterior sentencia no le son oponibles al
socio o controlante demandado (salva en aquellos aspectos que lo benefician).
3 - Prescripcibn
j5'
CNAT, Sala ili,29/12/05, "Longas, Hkctor y otrocc.Villa Niloroxy otros siExtensidn de res-
ponsabilidadsolidaria, Boletín TemáticodeJurisprudencia de la CNAT, voz "ExtensiOn de respon-
sabilidad en la etapa de ejecucibn", Oficina de Jurisprudencia, mar. 2006.
460 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Mufiez
"-__"- -ik'-_lj.-II-C---------.-liX
Ib6 CNCom., Sala 1,2113/00, "Crear Credito Arg. S.A. c. Campos y orros", "Revista Colegio Pú-
blicode Abogados de la Capital Federal", suplemento LL, no5,jun. 2001, p. 37.
367 Rivera, Responsabilidad de los administradoressoria/esy síndicos, en "Revista de Dere-
cho de Daños", n02001-3, "Daños en la actividad comercial", ps. 50 y 51. SegUn este autor, este
criterio fluye de algunos de los antecedentes de la ley 22,903 que incorporo el bárr. lodelart, 274
de fa LGS, en concreto, en EI caso "S.A. Compañia Azucarera Tucumana", la Cámara Comercial
había resueiro que frente a un gran valumen de negociosy complejidad de la gestión, los direc-
tores que no tuvieron la gestión inmediata y directa de las empresas, aun aplicando la vigilancia
y el celo exigidos a todo buen hombre de negocios, nt? pudiendo estar en condiciones de coho-
nestar las inconductas de los directamente implicados. Es decir que el conocimiento de Ia con-
ducta antijuridica de los otros directores es un recaudo de la atribucibn de responsabilidad a
quien no haya participado de esa conducta; a lo cual debe agregarse que el que conocib, debiá
haber protestado y dado noticia al sindico.
De alli en adelante es fácil sostener que no hay responsabilidad por el hecha de otro, puesla
atribución de responsabilidad requiere conductas propias del sujeto a quien se propaga, las cua-
les deben consistir en:
1. Que haya conocido y no haya protestado y dado noticia al síndico (conductaomisiva anti-
juridicasegUn previsiónexpresa de la ley).
2. Que no haya conocido porsu culpa, de modo que s i ei director no conoció la deliberacibno
resolución dafiosanopuedeatribuírsele responsabiiidad,salvo, reiteramos, quesu faitade
conocimiento sea cufpabte.
3. Esa culpa en el noconocimiento existe cuando el director omite concurrir a las reuniones
sin causa justificada, delega sus funciones, permite que el presidente del directorio mono-
police la conducción de fa sociedad, o de cualquier otro modo abdica de cumplir con el rol
que la ley y los estatutos /e asignan; o cuando se abandonan las funciones.
4. La culpa no existe cuando media atribuciún defunciones, en lostkrminosdel art. 274, parr.
2" de la LGS, si la conducta antijurídica del agente es ajena a esas fuficiones atribuidas al
director a quien se pretendiera propagar la responsabilidad,y cuando no ha podido-aun
obrando con diligencia-la deiiberación, resolución uotraconductadañosa; de allí queei
director no es responsablesi otro administrador realiza una compleja maniobra defrauda-
toria u oculta el incumplimiento de las obligaciones laboraies, fiscales o previsionalesde la
sociedad, etcétera.
5. Quehaya incuriidoen alguna otra omisión que fuese concausa del daño.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 465
---- --- -.-,-
las reglas que mencionan los párrs. 2"y de los arts. 274y 275 de la ley 19.550. De
modo tal que puede resultar que alguno o algunos de los directores sean respon-
sables en las condiciones indicadas y otro u otros no. Refiere que el art. 274110esta-
bíece ni la responsabilidad exctusiva del presidente del directorio, ni la conjunta y
genérica de las directores, sino que únicamente responcabilizaen forma ilimitada
y solidaria a quienes resulten responsables de los actos señalados en dicho artícu-
lo, hecho este, reitero, que debera probarse en cada caso porquien invoque dicha
responsabilidad.
Ello así, pues no debe olvidarse que se trata de un supuesto de responsabilidad
reguladoy establecida por !a ley mercantil de modo tal que la cuestión debe resol-
verse conforme su sistema y principios resultando desacertado aplicar o recurrir a
principios o interpretación de otro sistema juridico, en el caso el laboral, para re-
solver dicha cuestión, aunquesea consecuenciao derivaciónde un contrato de tra-
bajo. Y en este aspecto, cabe agregar que en la materia indicada, la soiidaridad no
se presume, siendo por ende de interpretacibn respectiva y la prueba a cargo de
quien la invoca.
Cañal, siguiendo a Ferrer y Roitrnan, expresa que si bien del juego armónico de
los arts. 274,279~59 de ia LGSsurge que el director que viola ley debe indemnizar
el daño causado; no todo crédito laborai que se adeude al trabajador afectado
podrá ser considerado, sin más, como proveniente del dafio causado por el direc-
tor. Considera que este tipo de diferenciación debe ser tenido en cuenta, no 5610
porque la letra de la normativa en cuestión parece exigirlo, sino porque en la gran
organización empresarialde nuestrocdiases posibleque, en ciertosdaños que pro-
vocan los incumptimientos en que incurren las personasjurídicas, no se encuentre
el actuar negligente0 la omkión inexcusablede un director determinado. En pocas
palabras. No siempre -aunque si muchas veces- la violacibn de una obligación
por parte de! director será motivo para extender hacia su persona la responsabili-
dad del ente idea!. Solo cuando el daño sufrido por el tercero -en su caso, el tra-
hjdor-tenga por causa aquella vioIaci6nl procederá la condena personal772.
Por último, Vázquez Vialard sostiene que si en la gestión del negocio los admi-
nistradores societarios incurren, por io menos, en culpa grave, deben responder,
entre otros, ante el tercero -en ei caso eltrabajador-que, como consecuencia del
incumplimiento, sufre un daño.
Esa obligaciónse genera respecto de iassituacionesque,concierta frecuencia,se
plantean a raíz de la relación laboral. Entre ellas cabe citar la falta de pago en tér-
mino (cuando existen fondos disponibles para ello),pago en negro, no inscripciOn
de la relación en los respectivos registros, En esos casos, la responsabilidad directa
2 - lnterpretacibnjurisprudencia!
En jurisprudencia se aprecia la polarización existente en este punto entre aqu.e-
110s que sostienen la tesis amplia, para los cuales la simple acreditación de la irre-
gularidad registra1 habilita ta condena del directorio incluido su presidente, y ios
que postulan la tesis estricta, para quienes la responsabilidad no es presunta y re-
quiere ser debidamente demostrada, siendo insuficiente la mera comprobación
del pago en negro.
Acontinuacion, pasaremos a reseñar los fallos más importantes donde se. refie-
jan ambas opiniones.
i - Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo
1.1 - Tesis amplia
17SCNAT, Sala lli, 12110105, "Bevaqua, Carlos O. c. Frigorífico Avícola Basavilbaso S.A. y
otros", DT,2006-A-380.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 469
L * ^ C ~ , ~ ~ " . ~ k - - - - " - -
'76 CNAT, Sala X, 19/4/05, "Doniinguez, Adotfo c. Matriplast S.A. y otro", DT, 2005-B-1630.
177 CNAT, Sala V, 3013107, "Novoa, Raúl AIejandro c. l a Mercantil Andina S.A. y otros s/Despi-
do", Boletín Mensual de Jurisprudencia de /a CNAT, no 267, Oficina de jurisprudencia, mar. 2007.
CNAT, SalaVII, 2012107, "Ovicrdo, GladjisEdithc. WassermanTextiiS.R.i.y otrosiDespido",
Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no266, Oficina de lurisprudencia, feb. 2007.
279 CNAT, Sala IV, 3011 1/06, "Socolovsky,Pailla Ana c. Campos Salva, Fernando y otro", DT;
2007-A-201.
470 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Múñez
~
--,- -.M
, -, .--,
' ,---
Del votodel doctor ~ailestrinipor la mayoría en CNAT, Saja IX, 25/4/06, "Del Hoyo, Nico-
16sc. Air Plus Argentina S.A. y otrossIDespido". Boletin Temático dejurisprudencia dela CVAT, voz
"Responsabilidad sotidaria. Socios y administradores de personas jurídicas", Oficina de iuiispru-
dencia, jul. 2006.
18' CNAT, Sala VHI, 10110t08, "Angeleri, Diego A. c. l a Corte S.R.L. y otro", en "Revista de
Derecho Laboral y Seguridad Social", no3, feb. 2009, p.233.
182 CNAT, Sala V, 10/6109, "Mendoza Toledo, Rosana de los A. y otros c. Defensa 873 S.R.L. y
otros", en "Revista de Derecho Labora4 y Seguridad Social", no 16, ago. 2009, p. 1454.
en el contrato de trabaja
~esponsabilidadsolidLiria 471
-"-. -,.- --
Ia3 CNAT, Saia 11, 2/7/13,"Cotar, Viviana Laura c. Distribuidora Fitopharma S.C y otros $/Des-
I
pido ", Bolerín Mensualde Jurjsprudenria de la CNA1; no334, jui. 2013.
CNAT, Sala Vi, 13/2/15, "Pulcinelli, Alicia Noemi c. del Sagrado S.R.L. y otros slDespido",
DT,año LXXV, no7, jul. 201 5, p. 1417.
CNAT, Sala l. 2Oi3103, "Ikei,Sebastian J.c . Galdar S.A. y otro siDespido", TySS, 2003-513.
472 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núñez
----e,--- - ---, .---___
CNAT, Sala VI, 314103, "Medina, Javier C.c. El Emporio de Papas Fritas S.R.L. y otros", en
Manualdejurisprudencja, JulioGrisolia (dir.), p. 149.
18'
Is8
CNAT, Sala 1,24¡6104, "Pingaro, ElbioM. c. Rottgardt, Federico y otro", DT, 2004-8-1526. i
CNAT, Sala V. 5/1U05, "Maflinet, Isabel C. Body Magic S.A. y otra slbespido", Boletín
Temdtico de jurisprudencia de la CNAT, voz "Responsabilidad solidaria. Socios y administradores
de personas jurídicas", Oficina de Jurisprudencia, jui. 2006.
Responsabilidad solidaria en d contrato de trabajo 473
._llllll-^ll_----
CNAT, Sala Vili, 30112103, "Alomo, Domingo T. c. Calderas Modernas S.A. y otros", TyrjS,
474 Ricardo D. Hierrezidelo :Pedro E Núñez
-
--
-,
--
-,
--
-,
-u km--
-
- «Palmuchi, Gabriela B. c. Jardin Maternal El Oso Clarinete S.R.L. y otro»lg0,
La deficiencia en la registracion del contrato de trabajo (relativa a lo acontecido
durante ei primer mes de una relaciónque se extendió por casi cuatro años) carece
de razonable significaci6n, y no se han demostrado otros comportamientosrepro-
chabies de la sociedad que autoricen a inferir una actualion encuadrable en los
supuestas que prevé la ley 19,550 para establecer la solidaridad de la persona físi-
ca codemandada,
Ig0 CNAT, Sala VI, 2015108, "Pairnuchi, Gabriefa B. c. Jardín Maternal El Oso Clarinete S.R.L. y
otro", en "Revista de Derecho Laboral y Seguridad SodaV"' ria 20, oct. 2008, p. 1836.
19' CNAT, Sala Ii, 31/7/13, "larrosa, Carina Mariel c. Numericon S.A. y otro siDespido", Bole-
tío Mensuai cieJurisprudencia de /a CNAT, no334, jul. 201 3.
lg2 CNAT, Sala!, 8/8/14, "Robledo, Pabio Roberloc. Papel 2.0slDespido", enintranetpjn,gov.ar.
jg3 CSJN, 31/10/02, "Carbaflo, Atilario c. Kanmar S.A. (en liquidacidn) y otros", "íySS, 2002-934.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 47 5
I
II
II
II
_ CI
II
_ .
IC-
---
--_I
^ -
.-" --.--
'96 CNAT, Sala Vlli, 1711U13, "Chiarelli, Daniel Adriin c. Aback S.A. y otross/Despido", Boje-
tín Mensual deJurisprudenria de la CNAT, no339,dic. 207 3.
478
-----u-, ,__Lm.___-----ll_-----
-
Ricardo D.Hierreroelo Pedro E IVtiñez
res los miembros del directorio (art. 255, ley citada) y su representante legal es el
presidente dei directorio (art. 268). Nose encuentra inciuido en el ámbito subjeti-
vo de aplicacion del art. 59 ley 19.550 el director suplente respecto de quien no se
encuentra demostrado que haya ejercido la función de director de la sociedad, ni
realizado tareas de administración o conducción propias del director. Para que ope-
re la responsabilidad es necesario la existencia de culpa, la cual se erige como fun-
damento de fa responsabilidad, siendo una nocidn adecuable a cada caso y persona
en concreto a apreciar prudencialmente por el juez. Dicha apreciación debe hacer-
sea Ialuzdelaspautascaniiguradasenlosarts. 59dela ley 19,550y572del CC[conc.
an. 1724, CCCN]y 902 [conc.art. 1725, CCCN]
También se senalb: "La ley 19.550 no ha creado para el suplente obligaciones
simifares a la persona que reviste la titularidad, solamente tiene fa expectativa de
ser llamado a cubrir la ausencia o vacancia de éste. Al ser suplente no tiene respon-
sabilidades ni obligaciones y no integra el órgano administrativo pues ei desern-
perio de la titularidad es excluyente. En el mismo orden de ideasse ha dicho que al
director suplente no le cabe responsabilidad alguna por las deudas laborales de la
sociedad, por cuanto, de acuerdo con el art. 274de la ley 19.550,e/ director respon-
de por el mal desempeño de su cargo y un suplente no tiene ejercicio efectivo del
cargo, a menos que en algún momento entrase af directorio como titular" Ig8.
En cuanto al segundo tema, se impone destacar que el art. 274 de la ley 19,550
dispone la responsabilidad solidaria e ilimitada por el daño concretamente causa-
do por el mal desempeño o el acto violatorio de la ley, ei estatuto o el reglamento,
pero no una responsabilidad universal por todas las deudas societarias y hacia to-
dos los acreedores societarios por el hecho de haberse cometido una violacion de
la ley Ig9.
Es decir, los adminis.tradores bnicamente responderán por los perjuicios ocasio-
nados al trabajador coma consecuencia de ia falta de regularización laboral, o de
su irregularidad registra!, pero no de la totaiidad de la deuda salarial que la socie-
dad comercial pueda tener con respecto af tra bajador, de la cual deber&responder
sólo la persona juridica,
Volviendo al ejemplo del pago de haberes, si el mismo se efectúa por falta de
diligencia oculpa grave de¡ director, en un determinado mes, éste deberá respon-
der solidaria e ilimitadamente. Pero si al mes siguiente, el pago no se produce por
Ig7 CNAT, Sala V, 2513113, "Rojas, Mari0 Alonso c. Trasiego S.A. y otros slDespido", Boletiri
Il/lenruaIdeJurisprudencia de la CNAT, ri" 330,mar. 2013.
Ig8 CNAT, Sala 1, 19/12/12, "Faciano, Woracio Antonio c. Garay, Eduardo Miguel y otros
5iExlensión resp. solidaria", BoierínMensualde Jurisprudencia de la CNAT, n0328, dic. 2012.
'99 i-iighton, F., Responsabifidad patrjmoniai solidaria de directores, administradores y
sociospor demandas laborales contra sociedades comerciales, p 50. i
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 479
-." -_,-___.----- .
nizatorias que tienen relación causal con ta antijuridicidad que se ie imputa a títu-
lo de culpa"z01.
Por su parte, fa Sala II resolvio que: "Respecto de la responsabilidad prevista en el
art. 157 de la ley 19.550 para los gerentes, administradores y representantes de la
S.R.L., resulta razonable fijar la parte que a cada uno corresponde en la reparaci6n
de los perjuicios, atendiendoa su actuación personal en el asunto de quese trate. En
la causa, la retención de apoeessin efectivizaciónconcreta ante los organismosco-
rrespondientesdurante varios meses resulta de modo inequívoco unaviotacióri a la
ley, a la cual atendiendo a las pautas del ap. 2" def art. 274 de Ia ley 19.550, tmto
como a fa calidad de socio gerente de una S.R.L., se exhibe como una actuación indi-
vidual que le es imputable. En cambio, sobre 10s rubrocsalariales impagos no surge
la necesaria vincuIacióndel codernandacloen ei incumplimiento, por lo que ccrres-
ponderia exonerarlo de responsabiiidad al r e s p e ~ t o ' ' ~ ~ ~ .
La Sala IV entendió que: "La registraci~nde la actor2 en una fecha de ingreso
posterior a la real (conducta dofosay en violación de tíf ley), genera la responsabili-
dad del socio gerente codemandado en los términos de los arts. 54,59,157 y 274 de
la ley 19.550, perosólo respecto de los perjuicios que sean consecuencia de esa iiici-
tud. Ello esasí, porque Ia acción de responsabilidad contra los directores está sujeta
a los presupuestos de la teoría general de la responsabilidad civil, entre los que se
encuentra ia adecuada relación de causalidad entre fa inconducta y el daño causa-
do (def vota de [a doctora Marino. La doctora Pinto Varela deja a saivo su postura
sosteniendo que no corresponde limitar la condena del socio, sin embargo dado
que la mayoría de la Sala establece la limitación desu responsabilidad, por razones
de economía procesal, adhiere en el tema a la propuesta de la dactora ~ a r i n o ) " ~ ~ ~ .
En este sentido, la Saia V sostuvo que la ". ..conducta dolosa y en violaciiin a la
ley genera la responsabilidad de los codemandados (directores), pero5010 respec-
to de los perjuicios que sean consecuencia de esa ilicitud que, en el caso, estan re-
presentados por tas indernnizaciones derivadas de las irregularidades registrales y
de la ruptura del contrato motivada, entre otras razones, por la negativa de la de-
mandada de subsanar dicha i r r e g ~ l a r i d a d "Asimismo,
~~~. la Sala Vindicó que: "En
2g1 CNAT, Sala i, 23/8/13, "Baiacco, Daniela Mónica c. Odontologia Personalizada S.A. y otros
s/Despidor',Boleliri Mensual de Jurisprudencia de ¡a CNAT, no335, ego. 201 3.
202 CNAT, Sala 11,211805, "Barrios, Ricardoc. Defence5.R.t. y otro siDespido!', Bolerín Tema-
rico deJurisprudencia de fa CNAT, voz "Responsabilidad solidaria. Sociosy administradores de per-
sonas jurídicas", Oficina de Jurisprudencia, jul. 2006.
'O3 CNAT, Sala IV, 30/5/14, "Ibarra, Claudia Beatriz r La Sala S.R.L. y oiro sIDespido", Boletín
Mensualdelurisprudencia de la CNAT, n0343.may, 2034. E
"4 CNAl, Sala IV, 20110106, "Resta, Andr6sAveiinoc. PiaiaforrnaCero S A. y otrosslDespido",
Boletin Mensual dejurisprudencia de la CNAT, no 263,Oficina de Jurisprudencia, oct. 2006.
482 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núfie~
~
-,--.-'-
2'0 CNAT, Sala ili, 2711U06,"Toledo, Juan Carios c, Asociacibn Atlktica Argentinos Juniors y
otro slDespido", Bolerin Mensual de Jurisprudencia de la CNA7, no265, Oficina de jurisprudencia,
djc. 2006.
484
------- --- D.Hierrezuelo - Pedro F. NBñez
-Ricardo lli-llllllllll
2'' CNAT, Sala lif, 31/8/09, "Tejer!na Mealla, Yolanda R.C. Mele, Josb M.", en "Revista deDere-
cho Laboral y Seguridad Social", nQ24,dic. 2009, p. 2200.
a2 CNAT, Sala iV, 11/12/06, "Martinez Baena, Monica c. La Providencia Asociacibn Civil y
otro", "Revista de Derecho Laboral y Seguridad Social", no 9, rnay. 2007, p. 803.
213 CNAT, Sala IV, 201211 5, "Segui, Andresc. Casa de Madrid en Argentina Asoc. Civil y Cultu-
ral sin finesde lucro s/DespidoW,Boletín Mensual de Juris,orudenciade la CN.47; no350, feb. 2015.
2'4 CNAT, Sala IX, 28\5/08, "Costa,Maria Guadaiupec.ALPl Asoc. Civil y otrosiDespido", Bale-
tin Mensualdeiurisprudencia de la CNAT, n" 280, Oficina de Jurisprudencia. rnay. 2008.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 485
tras que la5 asociaciones civiles se caracterizan por ser personas juridicas que se
constituyencon un objeto de bien comun (conf. art. 33, CC[conc. at-ts, 145,146,.148
y 168, CCCN]) y sin propósito de lucro. De tal modo, aunque se haya demostrado
que la asociación demandada mantuvo el vínculo con la actora en Ia ciandestini-
dad, de ello no podría inferirse un enriquecimienio iIícito por parte de los directi-
vos de !a entidad, razón por la cual no se configura uno de los presupuestos que
habilitan la responsabilidadpersonal"215.
Por su parte, la Sala X expreso que: "La condición de organizaciones civiles sin
fines de iucro (no comerciates), excluye la posibilidad de aplicárseies una normati-
va referida a la ley de sociedades comercialer; ni es trasladableanalógicamente ese
marco normativa para establecer supuestos de responsabilidad previstos para
otras situaciones y ámbitos, porque saivo convencibn en particular, la solidaridad
sólo puede ser impuesta legalmente. (En el caso, la actora demandó a Ia que fuera
su empleadora, una asociación civii sin finesde lucro, yei jueza quo la condenó ha-
ciendo extensiva dicha condena contra la presidente de la comisión directiva de la
asociación civit demandada y con base en las disposiciones de los artc. 1933,1935 y
1930del CC[conc. arts. 376,371,370, C C C N ] ) " ~También
~~. resolvió que: "Si bien se
ha demostrado la existencia de violacitin de normas laborales, lo cierto es que la
norma que regu!a la constitución y funcionamiento de lasfundaciones, no admite
la aplicación en forma supietoria al caso de las normas de la ley 19.550 ni tampoco
de las sociedadescivi les. Ello es asi, toda vez que cabe memorar que en las socieda-
des lo quese persigue es obtener alguna utilidad que serádistribuida a cadasocio
integrantey, en cambio, las fundaciones tienen como objeto el bien común que, a
diferenciade lassociedades, no tienen propósitode lucro, el aporte patrimonial de
sus integranfesse destina al logro de los fines por la cual fue constituida.~eniendo
en cuenta las diferencias existentes entre la finalidad de una sociedad y la de una
fundación, en que el régimen legal específicode estas últimasnodeterminala apli-
cación analógica de los citados artc. 1713 y 1720 del CC, corresponde revocar la
extensión de responsabilidaddispuesta en el fallo de grado contra !a codemanda-
da Pastor de 60naSini" 2v.
En sentido contrario, se ha dicho que: "En el caso se dio una situación clandesti-
na de la relacibn de la trabajadora quien pretende la extensión de la condena res-
215 CNAT, Saia IV, 2811 2109, "Lorenzo, Maria Cristina Delia c. AsociacMn Argentina de Ozono
y otro slDespido", Boletjn Mensuaide lurisprudencia de la CNAT, no297, Oficina de jurispruden-
cia, dic. 2009.
'16 de Acción
CNAT, Sala X, 3/2/35, "Pascuales, Susana Reatrit c. Asociación Civil ~lovin~iento
Comunitaria y otro s/DespidoU,Bo¡ei;n ínen3uai delurisprudencia de /a CNAT, no 350, ieb. 2015.
CNAT, SalaX, Z3115, "Gutierrez, Patricia Noemí c. Fundación ~ a d r e s d Plazade
e Mayo Y
otro $/Despido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de a¡ CCNAT, no 350, feb. 2015.
486 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núñez
--
pecto del presidente de la fundación para la cual laboraba. El presidente de la fun-
dación debe respondersoiidariamen~econ la misma aplicando por analagia las dis-
posiciones del Código Civil en materia de responsabilidad de lossocios por losactos
de la sociedad, En este sentido, el art. 1720considera aplicables en ei caso de [osda-
Aos causados por los administradores las disposiciones del título de las personas jurí-
dicas. Además, los acreedores de la sociedad, son acreedores al mismotiempo de los
socios(art. 2713, CC).Aellodebe agregarse que, como principiogeneral en materia
de responsabilidaddebe admitirse que no es necesario recurrir a las disposicionesde
la Ley de Sociedades Comerciales, inaplicabtes a la demandada, ya que ha existido
un fraude a la ley a través de la asociación civil, y el presidente de ésta no puede ex-
cluir su responsabilidad pues, en estos casos es posible prescindir de {a forma adop-
tada por la asociación para responsabilizar también a la persona de su representan-
te legal, que tiene autoría en los hechosdolosos(del voto del doctor Fernández Ma-
drid, en rnay~rÍa)"~~*.
Y la Saia Vil indicó que: "i-fabiéndoseestablecido la existencia de actosdolosos
por parte de la asociación civil demandada, no cabe duda acerca de que su presiden-
ta debe responder solidariamente, aplicando por analogía tas disposiciones del
Código Civil [ley 3401, en materia de responsabifidadde los socios por los actos de
la sociedad. En este sentido, el art. 1720 considera aplicables, en el caso de {asda-
ños causados por los administradores, las disposiciones del título de las personas
jurídicas. Porsu parte, losacreedores de la sociedadson acreedores, al rnisrnotiern-
po, de Iússocios (art. 1773, CO.No es necesario recurrir a las dicposicionesde /a ley
de sociedades, inapiicablesa ia demandada, ya que ha existido un fraude a !a ley a
través de la asociación civil y su presidente no puede excluir su responsabilidad
pues, en estos casos, es posible prescindir de la forma adoptada por la asocíación
para responsabilizar también a la persona de su representante legal, que tiene
autoría en los hecho d ~ l o s o s " ~ ~ ~ .
CNAT, Sala VI, 1911U08, "Odurico, Alicia Laura c. Fundación Cornisi6n de Intercambio
Educativo COlNED y otro siDespido", Boietin Mensuaide Jurisprudencia de la CNAT, no287,Ofici-
na de Jurisprudencia. dic. 2008.
2'9 CNAT, Safa VI, 17/12/07, "Toledo, Juan Carlos c. Asociacibn Civil Tupa Rape y otros/~espi-
do", en Rana Sá, "Cuestiones societarias vinculadas al derecho del trabajo", en Cuestionessocie-
tariar y fia'eicamiso en el derecho del trabajo, p. 445.
488 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núijez
-
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5 50. Introducción
El conZratodetrabajosecaracteriza por suvocacióndecontinuidadl . Es que, en
principio, las relaciones que se anudan entre las partes no están direccionadas a
terminar con el cumplimiento de una prestación,sino que tienden a proyectarseen
el tiempo. De ahí que \a relación laboral no sea de ejecución única o instantánea,
sino de ejecución continuada, periódica o detracto sucesivo. Pero además, la mis-
ma es, como principio general, de duración indefinida o indeterminada, en la me-
dida que no se estabiece el tiempo de extinción o de terminación do ia misma.
Debemos recordar que el Derecho del trabajo, como rama autónoma escindida
del Derecho común, cuenta con medios técnicos y jurídicos, asi como también con
priricipios propios que lo diferencian de éste, entre los que se encuentra el princi-
pio de continuidad. Según este principio, en caso de duda entre la continuaci6n o
nodel contrato de trabajo, o respectodesu duración, se debe resolvera favor dela
existencia de un contrato por tiempo indeterminado. Grisolia señala que este prin-
cipio apunta al mantenimientode la fuente de trabajo, puesto que el contrato de
trabajo tiene vocación de permanencia, lo cual otorga seguridad y tranquilidad al
trabajador desde el punto de vista economico y psicoiógico, ya que /a ocupación
fija le asegura ingresos para su subsistencia y lo aleja de ia frustración que provoca
el desempleo, y se vincuia con el concepto de estabifidad, es decir, la expectativa de
conservar su empleo mientras cumpla adecuadamente con las obligaciones con-
tractuales.
Esto beneficiatarnbien a lasempresarios, ya que la excesiva rotacionde empleo
produce un alto costo económico (tarea de reclutamiento y aprendizajede las nue-
vos-trabajadores)y la continuidadse manifiesta en mayor experiencia y se colicre-
ta en los plus (premios) por antigüedad, que es un reconocimiento al trabajador
por los servicios prestados a la empresa a lo largo del tiempo2.
El principio de conservación se encuentra tipificado en el ara. 10 de la LCTque
dispone que: "En caso de duda, las situaciones deben resolverse a favorde la con-
tinuidadosubsistencia del contrato", y su consecuencia más importante ia encon-
tramos en los arts. 90 de fa L C T y 27 de la LNE,el primero de los cuales consagra y el
segundo ratifica ef principia de indeterminación del contuat~,para luego exigir
específicos requerimientos para autorizar la contratación bajo algunas de las mo-
dalidades reguladas (plazo fijo, eventual), que se caracterizan por su determina-
ción (expreso y por escrito, y condicionado a que las modalidadesde las tareas ode
la actividad, razonablemente apreciadas, así lo justifiquen).
Es que no debe olvidarse que el Derecho del trabajo es la base de ia garantía de
estabilidad en las relaciones laborales, nacido como respuesta a una cuestión so-
cial, y que una norma que prive en forma global a toda eventual parte de un con-
trato de naturaleza laboral de pactar iibremente sobre la duración de! contrato,
coloca a los actores sociales en territorio peligroso dado que, como indicara Deve-
ali: "la necesidad del consentimientoes la mejor garantía de la libertad individual,
cuya existencia y tuteta constituyen respectivamente la condicirjn y el objeto del
derecho. El prescindir de la voluntad de una parte hace posible que mañana se
prescindade la otra oexclusivamente de éste (...)e!términoseestipulain.tuifupeer-
sonae, en consideración de la situación especial de cierto tipo de trabajadores res-
pecto de cierto tipo de empresas" y "la estabilidad constituye pues, una forma de
amparo general, del cual brotan a su vez derechos individuales. La estabilidadtie-
ne por función la consecución Por parte de los trabajadores de cierta seguridad en
el empleo" 3.
Por esa razón, en los hechos, tienen mucho mas relevancia desde el puntodevis-
tade la relación humana que vincula al trabajadorconsussuperioresjerárquicos,las
personas que cumplen funciones en los distintos nivelec jerárquicos dentro de la
organización empresaria y en virtud de ello tienen contacto personal con él, trans-
mitiéndole las instrucciones a través de las cuales se concreta la facultad de direc-
ción, que la de aquellos que ocupan la cúpula de la organizacibn, a los que normal-
mente los trabajadores n! siquiera conoceng.
Por otra parte, los vertiginosos cambios producidos en las relaciones interem-
presarias lleva a que los grandes holdings realicen habitualmente innumerables
transacciones, entre las que se encuentran la compra y venta de compañías, que
trae aparejado un cambio en la titularidad de la empresa, sin que el trabajador
conozca por lo general, no ya la sociedad transnacional de la que forma parte sino
siquiera la operación comercial concertada. El cambio de titularidad de la empre-
sa, que nunca pudo ser concebido en la concepción romana que unía a la persona
de! acreedor y del deudor, es hoy una práctica habitual que debeser atendida y re-
gulada por el Derecho en general (especiaImenteel comercial) y en particular por
el Derecho del trabajo, para desalentar cualquier tipo de maniobra por la cual re
intente, a travks de estas operaciones, eximirse de responcabiiidad por las obliga-
ciones que la contratación de personal genera,
l4 En la ExpasiciOn de Motivos se lee que el Poder Ejecutivo: "se orienta por.la aceptación de
las obligaciones propter rem, por mis que la caracterización como tal en los supuestos contem-
pladosse vealterada por la soiidaridadqueseasigna al transmitenre, mientrasquepareceserpro-
pio de aquéllas fa liberación de quien con la cosa transmite ia obligacilin. Ello sólo responde a una
razón de política legislativa y como técnica de asegurarnientode los derechos del trabajador a fa-
vor de quien se dirige la tutela. Sin desconocer la divisian que existe respecto de la existencia de
tales obligaciones reales en la doctrjna del Derecho civil, en lo que es propio del Derecho del tra-
bajo, se reconocen antecedentes ...".
P" -
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo
--"--~-."-.
499
la obligación viaje, tanto activa como pasivamente con la coca con la cual accede, la
quese explica muy ficilrnente parque siendo una obtigacibn que comprende al que
ha transmitido una cosa, respecto a la misma cosa, pasa al sucesor universal y al
sucesor particular. Por lodemás, el cr&ditopropterrern,debeser consideradocorno
un accesorio al objeto adquirido que pasa con éste del autor de la transmisión a su
sucesor 15.
De ellose infiereque la noción de obligaciónpropterrem nosecorrespondacon
la solidaridad del cedente, es decir, que e! transmitente o antiguo titular de la
empresa permanezcacomo deudor soiidario.Además, no parece posible hablar de
señorío respecto de Ia empresa o establecimiento laboral -otorgándole al térmi-
no el sentido de un derecho reai de propiedad o posesión- porque la empresa
laboral supone, como elemento sine qua non, la existencia de las personas y de su
actividad, y las personas no son susceptibles de dominio, posesión, ni de ningún
otro derecho reaiI6.
En realidad, lo que pretendióel legislador al efectuar tal comparación fue dejar
bien sentado que la transmisión del establecimientotraería aparejada, necesaria-
mente, la transmisión de las obligaciones que el cedente tenía con susirabajadores.
El propio Centeno, mentor de la Ley de Contrato de Trabajo, reconoció que: "La
relación empleador trabajador configura una típica relación personal, pero la ley
ha querido crear además una vinculaciDn entre esa relación y el establecimiento
(cosa); de ahi ta adopción sóto parcial e imperfecta, como hemos dicho, de las obli-
gaciones reales, puesto que de éstas faltan elementos tan esenciales como la reia-
ción real, en la que el sujeto de !a obligacibn debe encontrarse con la cosa, y su ex-
tjncibn con la cesación de la relación respecto de la cosa; mientrasque por !a ley ella
subsiste al asignarse solidaridad al transrnitente, para stitoseñalar alguna"; y agre-
gó "de la obligación real se tiene que la relaci0n contractual se desplaza con Ia co-
sa (el estabIecimiento)"17.
Justo Fópez, con la claridad conceptual que !o caracteriza, señala que hubiera
sido mucho mas sencillo explicar el mecanismo arbitrado por el legislador de 1974,
diciendo que se trata de una sucesiónen iasobiigaciones,con el aditamentode una
garantía de solidaridad del deudor anterior, cuya telesis se hallaría en la vocación
de quien concibió el texto kgal de prevenir toda forma de fraude en perjuicio del
trabajador, corno consecuencia de una derivaci6n mas de la aplicación al caso de
que se trata del principio p~otectorio'~.
j9
Para mCisdetaliev&asePerugini - Hierrezuelo, Elp~ncipiodeitrenunciabBdadyeiejercicio
abusivo delius variandi, en "Doctrina Laboral Errepar", t. XV, no191, jul. 2001, p. 584 y siguientes,
Véase Tosca, Diego M., Disminuciónde derechos de/ trarabajadorconvenidorporsobre los
mínimos inderogables. Estado #e situación y propuesta de cambio, ponencia presentada en las
"XXV Jornadas de Derecho Laboral ", Mar del Plata, nov. 1999.
Responsabilidadso/idariaen elcantrato de trabajo 501
- -- ------ --."
23 AIonso Otea - Casas Baamonde, Derecho de/ trabajo, p. 392. Agregan estos autoresque el
fenómeno primario, supuesto y favorecido por el ordenamiento jurídico, es la continuidad en la
explotación, la transferencia a cambio detitularidad que tiene por objeto la empresa ocentro de
trabajo, y a los dosempresariosentre !os que ocurre el cambio por sujetos. Del cambio derivan ope
legis !os efectos subrogatorios -o de la transferencia ope legis..,la novación-, que a su vez tie-
nen porobjeto, en loque aquíimporta, elcontratodetrabajoentoda~ucompIejidad Fáctica,y por
sujetos a los dos empresarios, ai adquirente ante todo, y a los trabajadores que prestan sus servi-
cios en ia empresa o centrotrasmitidos.
24 Cabrera Bazári- Puig Brutau, citados por ~bpez-centeno-~ernándezMadrid,
Leydeton-
trato de Trabajo comenfada, t. Ii, ps. 852 y 853.
25 Martorell, La transferencia de /a ernpresa: probkmática laboral, p. 75.
504. Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro F. Núñe~
-" ---
Algunos autores critican esta expresión ~sostienenque, en realidad, tanto gra-
matical como jurídicamente seria mSs correcto hablar de transmisión y -más pre-
cisamente- transmisión deobligaciones, ya que de lo que se trata es de un cambio
de deudor con continuación del vínculo obiigatorio. Esto en rigor deverdad resul-
t a incompleto, pues no contempla todo el espectro de posibilidades que el plexo
normativo recepta. Así, por ejemplo, cuando el vinculo laboralse extingue con an-
terioridad a la transferencia, no hay un cambio de deudor, pues el cedente man-
tiene su status de obligado directo, sino que se le agrega un deudor solidario, que
es justamente el cesionario.
En definitiva, si nos atenemos estrictamente a la semántica de cada una de ias
palabras que se utilizan para definir este instituto, ya sea gramaticalrnenteo com-
parándola con expresiones de igual termino usadas por otras ramas del Derecho,
no encontraríamos ninguna que estrictamentese adecuara a las situacionesy con-
secuencias que encierra este instituto, lo que por otra parte resulta insustancial.
Por to tanto, consideramos apropiado continuar utiiizanda ia expresión novación
subjetiva para referirnos a este fenómenocomplejo, que presenta d[versasaristas.
5 53. Concepto
La transferencia del estabiecimientoimporta una modificación en la figura de la
persona (sea física a jurldica) de quien dirige y organiza la unidadtécnica o de ejecu-
cicin, cualquiera sea la causa o título por la cual se haya gestado. Es decir, existe
transferencia de estabiecimiento siempre que haya un cambio de empieador, o
sea, del titular de los poderes jerárquicos (empresario, art. so, párr. 2", LCT) a que
hacen referencia los arts. 64 a 68 de la LCT, y de los créditos y deudas relacionados
con la actividad del rnismo16.
El concepto de transferencia del establecimiento que regula nuestra Ley de
Contrato de Trabajo es sumamente extenso, puesto que después de establecer el
principio general en el art. 225, en el sentido que la misma puede producirse por
cualquier título, a lo largo de su articulado establece una serie de ejemplificacioner
meramente enunciativas.
Así, el art. 227 se refiere al arrendamiento o cesión transitoria del estableci-
miento; el art. 228, párr. 3 O hace mención ai arrendatario, usufructuario y hasta
tenedor a título precario o por cualquier otro modo; finalmente, el último párrafo
26 Lopez - Centeno - Fernandez Madrid, Ley de Contrato de Trabajo comentada, t . li, p.863.
ResponsabiIidad solidaria en el contrato de trabajo 505
- -. -----U -
del mismoartículomenciona el contrato de locación deabra, de explotación u otro
análogo, cualquiera sea ia naturaleza y el carácter de los mismos.
Coma bien apunta Martore!l, el legislador Iaboralen su afán de extender la tute-
la, llega a extremos tales que impone la responsabilidad solidaria inclusive a cam-
bios de empleados motivados por la transferencia de un contrato de locacion de
obra odeexplotación, figura esa quecarecedean~ecedentesennuertro~ e r e c h o ~ ~ ,
Para Guisado, ia transferencia se verifica cuando, por cualquier motivo, se pro-
duce, de manera transitoria o definitiva, el cambio de titularidad de una a varias
unidades prod~ctivas~~.
Nos dice Javillier, referido al Derecho francés que, para que se verifique ei su-
puesto de sucesión de empleadores previsto en el Cbdigo laboral francés, art. L.
122-12, numeral 2 deben darse tres condiciones: por un lado, la existencia de un
contrato de trabajo, a transferencia de una entidad econbrnica, y finalmente, !a
continuidad de iaactividad.lndica quedebe tratarse de una transferenciatal como
está definida en ladirectivadel29de juniode 1998, esdecir "lade unaentidadeco-
nómica que mantiene su identidad, entendida como un conjunto organizado de
medios adecuados al objetivo de una actividad econbmica, sea esa última impres-
cindibleosuperflua". La entidad presenta entoncesdascaracterísticas. Por un lado
es autónoma. Por el otro conserva su identidad con posterioridad a la transferen-
cia, que se acompaña de la continuidad en Ia actividad.
Enorden a ias relaciones individualesdetrabajo, en aplicación del art. L. 122-12,
numeral 2, "todos los contratos de trabajo vigentes al dia de la modificación, sub-
sisten entre et nuevoempleadory el persona! de la empresa". Es la estabilidad(rela-
tiva) dei empleo. El mantenimiento de los contratos de trabajo se impone tanto al
nuevo empleador como al asalariado. La negativa de este último con la ejecucibn
del contrato equivaie a su renuncia. La renuncia puede ser recalificada en despido
en caco en que el nuevo empleador modifique sustancialmente algún elemento
del nuevo contrato. Excepto en la hipótesis de la renuncia del asalariado, el con-
trato se prolonga en las mismas condiciones que anterio~rnente~~.
teriales, ordenados bajo una dirección para el logro de fines económicos o bené-
fico~'~.Esta conceptualización ha sido fuertemente criticada por la doctrina3', y si
bien gran parte de los reparos que se le efectúan son correctos, creemos en realidad
que en el art. 5" el legislador justamente intentó diferenciar los conceptos de em-
presa y de empresario, remarcando la naturaleza económica y objetiva (abstrac-
ción) de la primeray el carácter jurídico y personal (subjetivo) dei segundo32.La Ley
de Contrato delrabajo trata a la empresa tal cual se presenta en la realidad, es decir,
30 En Cursos de derecho del trabajo, dirigido por Rodriguez Mancini, ps. 355 a 360, se dife-
rencian tos conceptos de empresa y de empleador. El primera esde naturaleza esenciaimente eco-
nómica y se halla configurado por la organizacibn instrumental de medios de distinta naturaleza,
mientras que el segundo, el empleador, es de carader juríd~coy se hatla configurado por la titula-
ridad de las relaciones de trabajosubordinadas.
En la empresa, consecuentemente,coexisten dos elementos: a) uno persona¡, configurado por
lostrabajadoresjurídicamentesubordinados,y cuyas prestacionesnopuedensertransferidacpor los
propiostrabajadores; y b) un elementodirector,configurado por la persona del empleador-empre-
sario, quien puedetransferir como titular del dominio todos y cada uno de los elementos y dere-
chos que integran la explotación.
La empresa como organizacibn econámica, por consiguiente, puede sufrir transformaciones
tales como la modificación de sustatus jurídico, por ejemplo, al convertirse de empresa individual
en unasociedad, o al transformarsede urtasociedadde responsabilidad limitadaen sociedadanó-
nima. Tarnbikn puede ser transferida total o parcialmente por venta o sucesión, o a tituloternpo-
ral corno locación, usufructo o cesión precaria. Estos cambios afectan la titularidad de loscontra-
tos de trabajo, cuyo poder de ciireccibn pasa de un empleadora otro, con una serie de efectos juri-
dicas que resulta necesario analizar en cada caso.
3' Martorefl cuestiona laredacci6n del art. 5"de la LCT,al sostener que: 7) No puedeconce-
bine a \a organización corno un bien con consistencia jurídica, en cuanto es una "pura abstrac-
ción", que no puede existir si prescinde de los elementos materiales a los cuales se refiere, porque
en tal caso no pasaría de ser "una forma sin sustancia"; 2) Le recuerda aspectos corporativos del
instituto, esto es, a ia empresa como institución, concebida como una organizacibn especiai de
personas, quesort sus colaboradores; 3) te parece irrilaote que se hable de "organización instru-
mental de medios personaies", cuando en rigor de verdad, la sola idea de que se puede deducir
que los integrantesde la comunidad adúan como "medios de un instrumento" preocupa, porque
ef hombre constituyeel núcleo de la vida socia), siendo sumamente peligroso que se cirestionesu
protagonismo en aquélla, rebajandola a la condición de "medio"; 4)Cuestiona la mención que
efectúa la ultima parte de la definición a los "fines benéficos", que asu criterio resulta una impro-
piedad, puesto que, siguiendo a Fontanarrosa. señata: "toda empresasupone, por definición, una
actividad organizada a las fines de obzener beneficios económicos; pero a los efectos desu comer-
cialidad, dentro del régimen de nuestro Cbdigo, no interesa el destino quese dé a los beneficios",
acotando que tal afirmación "ha de entenderse en el sentido de que no es esencial ei lucro subje-
tivo; pues el lucro objetivo existe en todas, aun en ias que persiguen fines ecanórnicos desinterc.
sados" (Minat-torell, La transferencia de la empresa: problen;2rica iaboral, ps. 26.a 30).
32 Mas desacertada resulta la terminologia empleada en el art. 31 de la LCT, cuandosubjeti-
virando el concepto de empresa, se llega a asignarle personalidadjuridica propia.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 507
-
-A- --- ---
como un conjuntode elementos personales, materiales e inma'ieriaiesorganizados
y ordenados para la explotación de una determinada actividad económica.
La empresa es fruto de la actividad organizativadel empresario, constituye una
entidadfuncional enderezada a la obtenciónde la anotada finalidad p r o d ~ c t i v a ~ ~ .
Adviérlase que la ley se timita a describir los distintos elementos que la componen
haciendo mencibn a todos ior mediosmateriales(bienesmuebles, inrnuebles, etcé-
tera), inmateriales (nombre, marca, patente, etcétera) y especialmente a las per-
sonas (la ley se refiere peyorativamente a medios personales), cuaiquiera sea su
jerarquía y especiatidad, inctuyendo tanto a {ostrabajadores, directivos, como al
propio empresario.
En cambio, el establecimiento está definido por el art. 6'de la LCTcomo ".../a
unidad r4cnica o de ejecucibn destinada al logro de /os fines de la empresa, a tra-
vés de una o más explotaciones". Es decir, ei establecimiento es sólo una unidad
técnicaodeejecuciónque nogoza de independenciaeconbmicanijurídica en rela-
ción con ia empresa. Se ha dicho que "el establecimientoconctituye la unidad t4c-
nica de produccibny puede ser definido como la reunión de medias rnaterialesy de
un personal permanentequetrabaja en general enel mismo lugary que está sorne-
tido a una dirección técnica
En principio se puede afirmar que el establecimiento es uno de los elementos
que componen la empresa. Empresa yestabtecimientoseconfunden cuandoaqu6-
Ila sólo cuenta con un establecimiento, Sin embargo, ambos conceptos importan
nocionesdistintas.Así, mientras la empresa alude a una noción económica e inclu-
ye toda una serie de elementos materiales, inrnateriales y personales, el estableci-
miento comporta un elemento técnico y comprende la unidad funcional en la cual
se lleva a cabo la actividad productiva.Y esto nos lleva indefectiblementea la no-
ción de explotación, que se refiere concretamenteel tipo de actividad que consti-
tuye el objeto de los negocios de la empresa. En un establecimiento se pueden
efectuar variasexplotaciones, así como también una explotación puede realizarse
en varios establecimientos. Solo se confunde establecimiento con explotacibn
cuando hay un solo establecimiento por explotacibn,
Esta diferenciaciónya habia sido puesta de manifiesto por Deveali, quien, con
!a claridad que acostumbraba, había distinguidoempresa (unidadeconomica), ex-
plotación (unidad productiva) y estabkcimiento [unidad lacal) yseñalaba que sea
en el caso de coincidencia entre empresa y exploración, o en el de una empresa con
más explotacioner, la actividad productiva puede realizarse en un irnico local o es-
tablecimiento o en diferentes establecimientos. Y agregaba que cada estableci-
como sinónimo de empresa o firma y no en el sentido especifico del art. 6"de l a LCT, destacando
que por lo general, fa transferencia cornprendea la empresa, no sólo a una u n i d a d t h i c a quefor-
rna parte de eila.
37 Aunque generalmente l a trasmisión incluye los elementos materiafes que se utilizan para
la expfotación de la unidad transferida, ello tampoco es un requisito esencial, poniéndosecomo
ejemplo, una decisibn judiciai de la Sala Vi de la CNAT que determinó que la continuidad en ia
explotación de un espacio radial que se transfirió debía ser asimilada a la de un estabiecirnicnto
(conf. art. 228, parr. 3", LC-T}.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 509
4'
Vazquez Vialard (dir.), Tratado de derecho del trabajo, t. 5, p. 28.
42 CNAT, Sala 11, 14/5/14, "De los Santos, faqueline Elizabeth c. Bocchietti, María Zulerna
slE.utensión resp. solidaria", Boietin Mensual de luriiprudencia de /a CNAT, n 9 4 3 , may. 2014.
Resgonsa bilidadsolidaria en el contrato de trabajo 511
48 En contra de esta opinión puede citarse un fallo de la CNAT, Cala V, 29112i98, en "Brandan,
Graciela del Carmen c. Rakitins de isakow, Regina y otro s/DespidoN,inédito, exp. 34.156195, sent.
60.41 8, en el cual sesostuvo que: "Dentro de nuestro sistema positivo cuando fa sucesión tiene lu-
gar entre ascendientes, descendientes y cónyuge, el heredero entra en posesión de la herencia
desdeel día de la muerte del autor de la sucesión, sin necesidadde formalidad afguna o interven-
ción de los jueces y, en el caso a estudio, los demandados han reconocido su vocación hereditaria
-es decir, la condición de cónyuge e hijo del empleador fallecido-. sin dar mayores predsiones
sobre !a suerte del sucesorio, esto es s i aceptaron o no la herencia vacante, si se peticionó al juez
civil la apertura del pertinente proceso y si existían o no otros herederos con potencial s~cesoria
ylo en caso quien resultaba el administrador de !os bienes del difunto.
"Dentro de ese contexto, su defensa fue contradictoria ya que-por un lado- afirmaron que
nunca habian despedido a tosco-actores pero, por ef otro, tampoco desconocieronla autenticidad
de los telegramas que fueron suscripros por la viuda del empieador y mediante los cuales se tes
comunicaba a los co-accionantesla rescisión contractual por iailecimiento del empleador.
"Cabedestacar que la emisibnde tal tipodetefegramapor partede laco-accionadaRegina Isa-
kow excede con mucho losactosadministrativosquepuede realizar unsucesorde buena fe, ya que
implica un acto de disposicibn efectuado en nombre propio y/o en representaciiin de los suceso-
res. Empero, en definitiva, dentro de! ámbito de la relación de trabajo, la muerte del empleador
sólo autoriza la extinción del vínculocuando las condiciones personales o legales del empleador
hayansido determinantespara la existencia de la relación de trabajo, lo que nocabe aceptar en ei
casoa estudio ya que el accionado noexpiotabaotracosaque una fabrica dedicada a.la confeccibn
de articulas de marroquinería.
"Esta explotación industrial pudo, en principio, ser asumida por sus sucesores yio -en su :a-
so- declinada por esros, pero sin mengua del derecho de los co-actoresaf cobro de las indernni-
zaciones emergentes del despido ya que, en definitiva, media voluntad rescisoria expresa de uno
de los demandados (la viuda del trabajador} y el restante heredero no demostrb la declinación de
su voluntad sucesoria (renuncia a l a herencia} como para que pueda eximirse de las obligaciones
propiasquederiven de su condición de sucesor del causante, elio sin perjuiciode tac accioneslega-
ies de reintegro que los condenados conserven contra ios potenciales sucesores que concurran a
aceptar l a herencia dejada por el ernpleador".
49 CNAT, Salalil, 19\5/08, "Garcia, GabrielWalter c. Pellicer, José LuciosfSucesiOn s/Despido",
Boletín Mensual de jurisprudencia de ia CrilAT, no280, Oficina de Jurisprudencia, may. 2008.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 515
---.+."----
La amplitud con que la ley regula la transmisiun inter vivos obedece a dos raro-
nes; la primera, tratar de comprender la mayor cantidad de posibilidades que se
pueden presentar y la segunda, evitar todo intento de fraude escondido en apa-
rentes transferenciasde contrato.
Sin embargo, la laxitud con que encontramos regulados los supuestosde trans-
ferencia en la ley se desdibujan a ia hora de incluir o excluir las distintassituaciones
posibles, como a continu.ición vamos a ver, y ha dado origen a dos posturas, una
amplia y otra estricta sobre este punto.
La postura estricta fue sostenida por Krotoschin quien siguiendo una antigua
jurisprudencia de la Cámara de Paz de la Capital Federal, señaló que para que se
concrete la hipótesis de la transferencia debe haber un víncuto de sucesi6n directa
y convencionalC3,Justo Lopez adhiere a esta postura con una salvedad respecto a
la sucesión convencional para dar lugara la transferencia rnortiscausa. Y agrega que
lo que debe admitirse es que se requiere, en todos tos casos, una sucesi6n propia-
mente dicha y no el mero hecho, por así decir, material, de que un nuevo ernpIeador
aparezca cumpliendo la misma actividad que antes había cumplido otro: hace fal-
ta un vínculo (jurídico) sucesorio, legal o negocia1(pues puede ser testamentario,
también en la sucesión rnortis causae, y no convencional, ya que el testamento es
un negociojurídico unilaterai).
La jurisprudencia se ha expedido en los siguientes tkrminos: "Ante la cesacibn
en la expiotación de la traza de una linea por parte de una empresa de transporte
automotor por haber caído en quiebra, la eventual asunción por otra de dicha
explotación de la misma línea o recorrido, a título precario o definitivo; no permi-
t e encuadrar la situación en el'rkgimen de los arts. 225 a 228 de la LCT respecto a
esta última. Para quese concrete una hipótesisdetransferencia regida por losmen-
cionados preceptos, debe existir un vincuto de sucesión direc~ay convencional.No
se considera transferencia a los fines de ia LCTla compraventa en subasta pública,
5"NAT, Sala fl, 21/8/07, "Zubiria, Hkctor Marcelo c. Transporte Automotor Plaza S.A. slDes-
pido", Boletín Menstialdejurisprudencia de !a CNAT, n0272,ago. 2007.
CNAT, Sala 11,25/2/13, "Adduci, Diego Javier c. Aiiment AR S.A. y otro slDespido", 80leEffi
Mensual de Jurisprudencia de !a CNAT, no 229, feb. 2013.
S"CNA7; Saia I1,l 1/8/92, "Lopez, RaUt J. y otros c. Entel slDif. desalarios", DT, 1992-B-2061.
5 18 Ricardo D.Nierreruelo - Pedro F, Niñez
---"-~ -- --.LII--_IIXIII_II
1 - Transferencia definitiva
Es la situación más común. Se produce cuando el cedente transfiere el establc-
cimiento o ia unidad productiva autdnoma por aigiin titulo que no importará que
eventualmente vuelva a asumir la titularidad de aquél (la compraventa es el con-
trato habitual).
No es necesario que la novación se produzca sin solución de continuidad, pues
es posible que el establecimiento deba permanecer un tiempo cerrado para reali-
57 Vazquez Viafard nos indica que en el contrato de locación de obra, una parte que se ha
comprometido a ejecutar uno o varios objetos que deberá entregar a la otra, crea una organiza-
ci9nempresariaa la queotras personas quedecempeñendiversosrofes que hacen a láconsecución
del objetivo fijado contribuyen con su aporte en trabajo humano prestado en relación de depen-
dencia. En los caso5 de locación de servicios (que corresponde asimilarlos a los de obra), ia explo-
tacibn a queelloobliga puedeno requerir el usode un gran instrumental, aunquesiexigirá estruc-
turar una organizaciónquecombine, por lo menos, las prestacionesque realizan!os distinfoscola-
boradoresentrabajo humano, determinar el lugar en quecada unodeeflos ha de realizarsutarea,
ejercer el respectivo controi de Ia debida realización, impartir las instrucciones necesarias, etcete-
ra (Fernández Madrid, Tratado practico de derecho del trabajo, t. II, p. 39).
Mariorell, La transferenciade la empresa:probiemAtica laboral, ps. 109 y 1 10.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 5 19
-- -.,M- u-,- - - e - - , , -
-
m
59 CNAT; Sala VI¡, 24/2/05. "Maza, Reimundo A. c. Parila S.R.L. y otros", en Manual de j ~ ~ j s -
prudencía, Juiio Grisolía (dir.), p. 340.
CNAT, Sala IX, 22/9/03, "Foster, Nkstor O, c. Salunia S.A. y otro", en Manual de jurispru-
dencia, julio Grisolia (dir.), p. 341.
CNAT, Sala IV, ZU4f06, "Rueda, Carlos A. c. Piarza Fontana 5.A.y otros", en Manualdejuris-
prudencia, Julio Grisolia (dir.), p. 342.
CCNAT, Sara tll, 2918K18, "Mopardo, Elba C. r, Corporación General de Alimentos S.A. Y
otro", en "Revista de Derecho Laboral y SeguridadSocial", n021, nov. 2008, p. 1912.
520 Ricardo D. Hierrezuelo -Pedro E iüúñez
-, ----,--,--,-- -----
señala que hay que diferenciar que el objeto de la locación sea un establecimien-
to (en todo o en parte, que pueda constituir en sí mismo una unidad técnica) y no
meramente un inmueble o un conjunto de muebles compatible con afectaciones
distintas.
Y agrega Machado que no es igual fa situación de las estaciones de servicio o
salas de espectáculos o buques, bienes todos ellosque tienen un destino prefijado
desde su concepción, que el hecho de que se alquile ovenda un local comercíaf a/
que, por azar, el nuevo titular decida explotar en idéntico ramo que el anterior. Es
un indicio fuerte, en el sentido de la continuidaddel establecimiento, el que, ade-
más de la identidad de ramo, la explotari6n continUe sin más intervalos de tiempo
que ioseventualrnentenecesarios para adecuaciones o cambios menores63,
la transmisibn yqueloafectaren. Por lotanto, estarian a su cargo, entre otros, los de-
beres de ocupación, seguridad, protecciiin, igualdad de trabajo, pago de fa remu-
neraciíin, dar preferencia en el ascenso e ingreso, depositar los fondosdeseguridad
social y lossindicales, en cuanto los mismosemergendelcontrato laboralal momen-
to de la transferencia, aun cuando se devenguen con posterioridad".
€1 criterio que Martorelt juzga más adecuado a derecho es el de Justo Lbpez,
quien entiende que no tiene sentido imaginar esos deberes en quien -precisa-
mente por la transferencia del establecimiento operada- ha perdido los poderes
jerárquicos que los acompañan. Solamente entonces existiria responsabilidad del
transmitente respecto a las obligaciones contraídas por el adquirente luego deefec-
tuada la transferencia, en doscasos: cuando Ia transferencia oculte una situaciórr de
fraude; y cuando la transferencia no estuviese destinada a surtir efectos permanen-
tes, o sea, en los casos de arrendamientoo cesión transitoria de! establecimientoS8.
Y en este último caso, cabria agregar que esto se produce con posterioridad a ia
recuperación del establecimiento.
Finalmente, el parr. 2" del at-&. 227 de la LCTestabiece que al vencimiento de tos
plazos concertados en el contrato celebrado entre las partes -sea ciétto o incier-
to-, el propietario de! establecimienro, con relación al arrendatario y en todoslos
demás casosde cesiirn transitoria, el cedenre con relación at cesionario, asumirá las
mismas obligaciones del art. 225, cuando recupere el estabiecimiento cedido pre-
cariamente. Es decir, la titularidad del establecimiento y con ella la condici6n de
ernpleador no se vuelven a adquirir automáticamente con el vencimiento del pia-
zo, sino can la recuperacióndel establecimiento.
Al término del plazo convenido puede que el arrendatario no reintegreel esta-
blecimiento y continúe ejerciendo de hecho las funciones de empleador. En ese
supuesto, conprescindenciadesu responsabiiidadpor losdañosy perjuicios que su
actitud le haya ocasionado al primer transmitente, éste no podrá negarse a reco-
nocer como trabajadores a los que hayan sido contratados con posterioridad a la
fecha en que debi6 devolversele la expiotación y que lo fueron por el titular apa-
rente de ella yque la ejercía de hechoc9.
También podría ocurrir que a la fecha delvencimientodel plazocelebreun nue-
vo contrato que determine un nuevo cambio en la titularidad del establecimiento
y, par ende, una nueva transmisión de aquél, cuyo titulo es el mismo negocio jurí-
dico constitutivo del arrendamiento o la cesión, en cuanto determina la precarie-
dad (sometimientoa plazo) de la transferencia precedente70.
c) Supuestosparticulares de transferencia
Existen algunas situaciones que, por [as particulares circunstancias en que se de-
sarrollan, han sido reguladas especificamente, coma la transferencia del fondo de
comercio, o bien, se discute la aplicación del articulado relativo a la transferencia,
camo ser los supuestos de licitación, concesiiin (pública0 privada), subasta judicial,
fusión, escisi~ny transformaci~nde sociedades comerciales, entre otros. También
merece destacarse la posición que ocuparán las relaciones laboralesfrente a la quie-
bra del ernpleador a la luz de las modificacionesintroducidas por la ley 24.522.
"
Varangot, citado por Martoreli, La transferenciade la empresa:problernática laboral, ps.
157a 159.
524
-- - - , -
Ricardo D. Wierfezuelo -Pedro E Núñez
---
por la cual la transmisión de las obligacionl;~emergentes de la relación laboral por
estas causas opera automáticamente, sin necesidad de que el trabajador deba ma-
nifestar la oposición prevista por el art. 4' de la ley 11.687o deba cumplir con las de-
m65 cargas establecidas en esas dicposiciones.
De todas formas, el trabajador podríci invocar el regimen de responsabilidad so-
lidaria de la ley 11.867, que involucra no $610al adquirente y transmitente, sino
también al martiliero o escribano actuante. Así el arz. 10, in fine, de la ley citada es-
tablece que si habiendo oposición el rematador hiciera pagos o entregas al vende-
dor, quedara obligado solidariamente con éste respecto de los acreedores, hastis ei
importe de las sumas que hubiera aplicado a tales objetos.
Por su parte, et ai-t. 11 prevé que las omisiones o transgresiones a lo establecido
en la ley haran responsables solidariamente al comprador, vendedor, marfil eroo
escribano que las hubierancometido, por el importe de ioscr4ditosque resutten im-
pagos, como consecuencia de aquéllas y hasta el monto del precio de lo vendido.
Esto en materia Iaborai debe entenderse solo referido al escribano y al rnartillero,
pues transrnitente y adquirente responden solidariamente por todas las obligacio-
nes laborales, aun en exceso del precio de lo vendido (conf. arts. 225 y228, LCn.
2 - Licitacion y concesión
La doctrina se inclina por considerar que en estos supuestos no se aplican las dis-
posiciones de la transferencia.
Así, VazquezViaiard nos indica que no opera este instituto cuando un empleador,
por concesión pijblica o privada, realiza una explotación que antes realizaba otra
persona fisica o jurídica que ceso en eflapor vencimientodel plazo fijado al efecto,
o por otro motivo. En el caso, en la medida en que no exista transferencia de la uni-
dad económica, sino simple continuación de la misma explotación, no puede con-
siderarse que el nuevo empleador se subroga en la situación del anterior; las rela-
ciones que vinculaban a éste pudieron ser extinguidas por una u otra de las partes
con motivo del hecho que puso fin a la explotación.
Por lo tanto, tales relaciones no continúan con el nuevo concesionario, ni éste
estávinculado con loscréditos laborales nocancelados porel anterior. En esasitua-
ción, no existe vinculo de sucesibn directa; no se da por la simple circunstancia de
que otra persona aparezca cumpliendo la misma actividad que antes ejercia un
empieador. En la medida en que no se acredite la existencia de un fraude a traves
de la simutacion de un intermedio de esas características, cuando en realidad ha
habido una continuación real de la actividad, no se puede sostener que se haya
operado una transferencia7*.
79CNAT, Sala VI, 77/8/06, "Fenoglio, Juan Carlos c. Teba S.A. s/Despido", Boletín Mensualde
lurisprudencia de la CNAT, no261. Oficina d e Jurisprudencia, ago. 2006.
O' CNAT, Sala 1, 15110108, "Pujana, Mariano Martin c. Punta tarrasco S.A. y otro s/Despido",
Boktin Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, nv285, Oficina de Jurisprudencia, oct. 2008.
*' CNAT, SaiaVI, 2119112, "Zerda, Alicia Rosa c. Lessiver S.R.L. y otross/Despido", Boletín Men-
sualdejurjsprudencia de la CNAT, n0325,sep. 2012.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo
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-
que exista una disposición legal que establezca lo contrario.Volveremossobreeste
punto al hablar de las privatizaciones.
Sin embargo, existen dos supuestos en que ambos cesionarios deben responder
solidariamente. Ei primero se produce cuando se verifica la presencia de fraude que
se da cuando el primitivo concesionario desaparece y el nuevo (que SQIO se diferen-
cia de aquél por el nombre societario, ya que está integrado por los mismos socios)
aparece con-tratando a los trabajadores de! anterior sin reconocerles ni la antigüe-
dad ni !os demás derechos (categoría, remuneración).Se trata de una maniobra per-
geñada con el iinico propósito de eximirse de las responsabilidades laborales. Ei
segundo se da cuando el nuevo concesionario mantiene tanto los medios producti-
vos, como la organizaciónempresaria! del anterior, es decir, cuando ia concesión va
acompafiada de la entrega de toselementospatrimoniaiesfundamentales para con-
tinuar con la actividad económica.
Referido a este punto, la jurisprudencia ha dicho que: "Debe concluirse que no
existió interrupción de la relación laboral entre un trabajador y !a compañia gas-
tronómica concesionaria de un restaurante ubicadoen un hospitaf, al momento de
ceder dicha concesi6n a otra empresa, pues, esti última no negó haber contratado
a los mismos empleados, los cuales se habian desempeñadosin cambios aparentes,
rnixirne cuando de los recibos de sueldo del actor,surge que ambas sociedades te-
nian el mismo domicilio
En este sentido, en España, y a la Iuzde lodispuestapor el art.44del Estatuto de
los f r a bajadores Españo!es, se planteó el interrogante de determinar ri la sucesibn
de contratistas en la prestación de un servicio que puede, incluso, obedecer a una
necesidad permanente, integra el supuesto de hecho previsto en ese artículo, en
los casos en que t a l sucesión va acompañada de transmisiónde los elementos patri-
moniales necesarios para llevar a cabo la actividad. La doctrina mayoritaria y, ac-
tualmente, también la jurisprudencia entienden que la sucesión o cambio de con-
tratistas o concesionariosno puede ser considerada como transmisión de empresa
ni unidad productiva autónoma, cuando no va acompafiada de entrega de los ele-
mentos patrimonialesfundamentales para continuar Ia actividads3.
3 - Subasta pijbiica
También se encuentra controvertida la doctrina sobre este supuesto especial,
pues mientras Krotoschin y Vazquez Vialard lo excluyen, fernández Madrid y Jus-
82 CNAT, Sala 1,231U09,"Silva Giméner, Marioc, Goiden Chef S.A. y otras", DT, ano LXIX, no
X,oct. 2009, p. 1 133.
El ari. 44 del Estatuta be los Trabajadores EspaAoles, establece que el cambio de la titula-
ridadde la empresa, centro detrabajo0 unidad productiva autónoma deelia no extinguirá la rela-
ción fabcral; el nuevo empresario queda subrogado en los derechos y obligaciones laborales del
528 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núñez
_I~__--U-~I-_.-"_I_-l__l_l--l
-
to L6pez lo admiten. Para esos ú1Timos la transmisibn por subasta pública se en.
cuentra incluida en las previsiones del an. 225 de la LLT, ya que la norma no efec-
túa distincián alguna. Y Justo López puntualiza que la ejecución judicial sobre los
bienesdel deudor titular de un estabiecimiento noes un obstáculo insalvable para
la existencia de unvinculo (jurídico) desucesión entre el anterior titular y el adqui-
rente de un establecimientoque se mantiene como tal, es decir, como unidad pro-
d~ctiva~~,
Comparten esta ijltirna posición Alonso Olea y Casas Baamonde, quienes seña-
lan que en lasadquisicionesensubasta judicial haytambién subrogaciónsi Io sidjtl-
dicado es la empresa o el negocio como totalidad o conjunto operante de bienes y
derechos, osi comprende los elementos necesarios y por si micmossuficientes para
continuar la actividad empresarial. No así, en cambio, si lo adquirido son bienes
muebles o inrnuebles, o derechosaisiados, resuleantesdela descomposición(porel
embargo o para la subasta} de la explotaci6n sin posibilidad ulterior de funciona-
miento como unidad p r o d ~ c t i v a ~ ~ .
anterior, y ambos respondensolidariamente durante tres años de las obligaciones laborales naci-
das con anterioridad y que no hubieran sido satisfechas.
En consecuencia, no hay transmisibn si no va acornpafiada de transferencia de los medios ma-
teriales y humanos necesarios para cantinuar l a actividad de que se trate.
Concurriendo el supuesto de hecho, las consecuencias labaralesserían, de un lado, la subro-
gación del nuevo empresarioen la posicibn contractual del anterior, estS obligado a mantener las
condiciones que regían el contrato; y de otro, la responsabilidad solidaria por deudas anteriores
durante tresanos, e incluso, posteriores s i la transmisibnfuedeclarada deiito. La subrogacibn sbio
puedeafectar lasreiacionesiaboraiesvigentes, io cua! excluye aquellas que previamentesehubie-
ran extinguidovalidamente y, en caso de transmisión de unidad productiva autóiioma -entidad
que "sin tener la condicibn de centro de trabajo, sea susceptiblede integrar un conjunto produc-
tivo dotado de au'ronomiav-, la responsabilidad solidaria s610 alcanza "a los trabajadores que
presten servicios en dicha unidad0.Al hecho de prestar servicios en una determinada unidadse lo
denomina, también, en termino)agía carentede referente lega/,estar adscritos.Lasubrogacion es
obligatoria para los trabajadores si así io acuerda el cedente, aunque cabe pacto en contra si así
conviene a los intereses de los trabajadores afectados, de forma que pueden continuar prestando
servicios en otra unidad de la empresa cedente {García Ortega, La sutesián de contratistas, en
"Anuario de Derecho del Trabajo de la Universidad Austral", ps. 135 y 136).
Fernandez Madrid, Tratado práctico de derecho del trabajo, t. li, ps. 965 y 966.
85 Afonso Ofea -Casas Badmonde, Derecho del trabajo, p. 398.
Responsabi/idadsolidaria en el contrato de trabajo 529
--- . , ----*
e iiimitada anterior de tos socios, aun cuando se trate de obtigaciones que deban
cumplirse con posterioridada la adopción del nuevo tipo, salvo que los acreedores
lo consientan expresamente. En cambio, si en razdn de Ia transformación existen
sociosque asumen responsabilidad ilimitada, ésta nose extiende a iasobiigaciones
sociales anteriores a la transformación, salvo que la acepten expresamente (aris.
75 y 76, LSC).
La mayoría de la doctrina, en términosque compartimos, es conteste en señalar
que no estamosante un supuesto de novaciónsubjetiva, pues no hay un cambio de
sujeto, sino que continira la misma persona, aunque con un tipo societario distinto.
Tanto 5ardegnag6corno Vázquez Vialard sostienen, en cambio, la postura con-
traria. Para este teUtimoautor, si bien continca la misma personajuridica, aunque con
distinto ropaje legal, existe una modifiracjbn que puede producir un perjuicio al tra-
bajador, en cuanto a través de ella se disminuya la responsabilidad del ernpleador.
Una sociedad coiectiva que obliga ilimitadamentea sus integrantes respecto de las
deudas del ente puede convertirse en otra (S+A.,S.R.L+) en que ia responsabilidad
respecto de iacabligacionesquese devenguen en el futuro queda restringida a los
aportes realizados por los integrantes, con lo cual disminuye la garantia de los cre-
ditos que el trabajador pudiera tenera7.
Aun cuando no compartimos esta última posiciiin, debemos reconocer que
efectivamente la adopcibn de otro tiposocie~ariopodría traer aparejado, según el
caso, una disminución de la garantía del trabajador. Para VGzquez Vialard, si no se
dieran en este caso tos presupuestos a que se refiere el art. 225 de la ICT, el traba-
jador no podria objetar [a transformación en cuanto le causa un perjuicio. Discre-
pamos con este criterio pues, a nuestro entender, la no apiicacíón del art. 226 de la
LCTen nada inhabilita al trabajador a considerarse despedido con justa causa. Ad-
viértase que e! perjuicio al que hace aiusion el mentado articulo debe apreciarse
según el criterio del art. 242 de la LCT, por lo que, configurada Ia injuria, el traba-
jador podría vilidamente rescindir el vínculo laboral en esos términos. De masesta
decir que también procedería resolver el contrato de trabajo si se demuestra que
la transformación sóio fue una maniobra que tuvo por finalidad limitar ia respon-
sabilidad de los socios frente a actos que ia sociedad realizó con posterioridada la
misma y que perjudicarondirectamente al trabajador,
Por úttimo, no hay que descartar la posibilidad que la garantía crediticia deltra-
bajador aumente hacia el futuro.
Se pasa entonces de un tipo de responsabilidadlimitada a otro que obliga a 10s
socios ilimitadamente.
f
88 Manorell, l a transferencia de /a empresa: problemática labora/, ps. 240 y 242.
89 Vitola, Reflex~onessobre continuacidn de la expiotacidn de /a empresa en quiebra ysdi-
daridadiaboralen su transferencia, en "Revista de Derecho Laboral", no 2001-1, "La solidaridad
en el contrato de trabaja", p. 286.
532 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E lVúñer
-*M- ---_.--I__U_-.i-l_
94 CNAT, Sala li, 22/6/09, "Beneiii, Yoianda Zunilda c. Montevideo 1999 S.R.L. y otro slDespi-
do", Boletín Mensualdeiuri~prudenciadela CNAT, no 292, Oficina deilirisprudencia,jun.-jul. 2009.
$"NAT, Sala IV, 1012109, "Marcuzzi, Andrea R. M. c. Gas Natural Ban S.A. y otro", en "Revis-
ta de Derecho Laboral y Seguridad Social", no%, abr. 2009, ps. 696 y 697.
538 Ricardo D. Hie~rezuelo- Pedro E Núiiez
-'---------------"----
args, arts. 228 y 229, L C n sino $610 la de reconocerle los derechos derivados de la
antiguedad adquirida en ia cedente, por lo que el hecho de que no se hubiera con-
rignadoen los registros laborales la fecha en que se produjo el ingreso respecto de
la antecesoraconsidero que no puede reputarse un incumplimiento registra1en los
términos de los arts. 7" y 9" de la LNEy 52 de la LCT. Por ello no procede la sanción
prevista en el art.1° de la ley 25.323"95.
Como bien apunta Justo López, del texto del art. 225 de la LCTse infieren, cfa-
ramente, dos efectos de la transferencia del establecimiento:
1. La transferencia de las relaciones de trabajo, tema sobre el cual ya nos he-
mos expedido en el punto anterior.
2. La transferencia de deudas dei transmitente al adquirenteg7.
En relación con este Ultimo punto, la primera parte del art. 225 de la LCTes con-
tundente al determinar que en caso de transferencia por cualquier título del esta-
blecimiento, pasaran al sucesor o adquirente todas fas obligaciones emergentes
del contrato que el transmitente tuviera con el trabajador al tiempo de la transmi-
sión. Es decir, que pasa al adquirente la totalidad de lasobiigaciones (deudas) que
el cedente tenía con su personal con anterioridad a la transmisión, cualquiera sea
la naturaleza de las mismas -haberes adeudados, aguinaldos no abonados, vaca-
ciones pendientes de goce, etcetera-.
Pero el cedente no se Iibera de las obligaciones por éi contraídas hasta ef mo-
mento de la transferencia, sino que se convierte en deudor solidario por todas esas
obligaciones, de conformidad con lo dispuesto por el art. 228 de la LCT.
De la simple lectura de este ultimo articulo se puede apreciar la amplitud con
que se han regulado las situaciones que originan solidaridad entreet transmitente
y el adquirente, pues la misma opera ya sea que la transmisión se haya efectuado
para surtir efectos en forma permanente o en forma transitoria, y en este Último
caso, aclara específicamente en los dos ÚItimos párrafos que la solidaridad opera-
ra con relacióna las obligacionesemergentes del contrato de trabajo existentes al
tiempo de la restitucion del establecimiento, así como tarnbitin cuando el cambio
de empleador fuese rnufivado por la transferencia de un contrato de locacion de
96 CNAT, Sala 11, 29/4/73, "Marelli, Rosa Inés c. Rapi tim S.R.L. y otras slDespido", en inlra-
net,pjn.gov.ar.
97 Lopez - Centeno - ~ernandezMadrid, Ley de Contrato de Trabajo comentada, t. II, p. 867.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 539
Esta es una de las situaciones que mas controversias ha generado tanto en doc-
trina como en jurisprudencia, así como también es un claro ejemplo de lasfluctua-
cionesde nuestra disciplina, pues una posiciiin que hasta hace unos años era mino-
trabajo ...' que es una expresión sustantivada en singular. Por lo tanta, y mas allá
de la crítica que podría esbozarseen torno al pleonasmoen que se incurre, es impe-
rativo concluir afirmando que las'existentes' sólo pueden ser las obligaciones y no
'el contrato de trabajor. Me conocido personas que, en ef lenguaje oral, ornitian la
ese final, pero no he conocido a nadieque ia agregara".
Por su parte, Guibourg, en el plenario "Bagiieri", luego de coincidir con este
argumento, indica que: "esta horma tiende a impedir que por vía de la transferen-
cia se prive al trabajador de toda garantía de su crédito, al desaparecer el obligado
99 CNAT, 8/8/97. plenario 289, "Baglieri, Osvaldo D. c. Nemec, Franciscoy Cía. S.R.L. y otro",
DT, 1997-B-2013.
'O0 Grisolia, Derecho del trabajo y de la seguridad social, ps. 200 y 201.
Responsabilidad solidaria en el contrafa de trabajo 54 1
___l___l_ll___l_-_ -,- ~"-- - ~--
directo. Los acreedores en general -incluidos Ios trabajadores-tenian ya a su dis-
posición un media procesal de asegurar sus créditos a través de las disposiciones de
la ley 11.687. Pero la ley laboral, recogiendo el principio del anterior aiic. 157, inc. 4 O
del CCorn. (ley 11.729)~la amplitud con que la jurisprudencia lo había interpretado,
consagra una garantía de fondo, no sujeta al requisitoformal de la oposición en tér-
mino, de dificil curnptimiento para los trabajadores. Ei caso de la transferencia en-
tre personas privadas es un ejemplo típica de la obligación de garantía impuesta a la
persona solvente capaz de controlar los hechos que pueden causar perjuicio (como
en el caso de! intermedio en la ley 5 1.687). Existe una justificación para imponer al
cesionario el pago de deudas que no contrajo y cuya existencia tal vez no conozca:
en el acto de adquirir el establecimiento, é! esfa en condiciones de averiguar el pasi-
vo que pesa sobre el transmitente; y, en toda caso, puede exigir de éste las garantías
adecuadas para no verse perjudicado mas allá de lo previsto. El trabajador, en cam-
bio, carece de estas facilidades y, desaparecido el empIeador originario, no tiene
otro punto de referencia que el lugar de trabajo y la persona de su nuevo titular".
Fernándet Madrid expresó, en el plenario mencionada, que: "cedente y cesio-
narioson responsablespor la totalidadde lasobligacioneslaboralescontraidaspor
el cedente antes de la cesión y aun respecto de los créditos de los empieados des-
vinculadoscon anterioridad a la tansmisión. La iiteraiidad del art.225de !aLCTrnen-
ciona a 'todas las obtigaciones' que el transmitente 'tuviera con ei trabajador al
tiempo de la transferencia', portanto si la ley no distingue entre los trabajadores
en actividad y los trabajadorescuyos contratos hayan concluido con anterioridada
la transferencia, no corresponde formular distincibn alguna".
Por otra parte, agrega que, "del espíritu de la norma surge que lo que busca es
asegurarle al trabajador la garantía que da la titularidad del establecimiento en
orden al cobro de su credko, puesto que el transmitente del mismo no deja de ser,
tarnbién, deudor en virtud de la solidaridad que establece el art. 228 de la LCT, por
loque teniendo en vista tal finalidad es que no resultaviablela diferenciaciónpro-
puesta en orden a considerar incluidos en la norma sOlo a los crkditos derivados de
!os contratos de trabajo todavía vigentes al momento de efectuarse la transferen-
cia''. "La ley apunta a formar el principio de unidad de empresa en términos tales
que impiden el fragmento de la responsabilidad de los créditos laborales anterio-
res y posteriores a la transferencia. Así, como e! trabajador mantiene su antigüe-
dad y su régimen jurídico porque trabaja en la misma empresa cuaiquiera fuera el
titular, el adquirente que continiia dicha explotación no puede pretender que se
divida el riesgo empresario, eximiéndose de responsabilidad, porque cuando se
adquiere una empresa en marcha sesucede a! anteriortitular y ello implica laasun-
ción de todas las responsabilidadesconsiguientes. De otro modo, dicho acto origi-
naría una liberaciónde deudas prohibidasen el ámbito laboral".
En cambio, la postura minoritaria entiende que deben ser analizados los arts.
225 y 228 de la LCTen concurrencia, ya que este ÚItimo se refiere a las "...obliga-
542 L_II_.--,-,-III-----
-
Ricardo D,Hierrezuelo Pedro E Núñez
'O2 Sirnon, J. C. - Simón, J. C. (h), Acerca delplenaria "Baglieri", en "Revista de Derecho Labo-
ral", no 2001-1, "La solidaridad en el contratode trabajo", p. 267.
'" Pose, Bre~esprecisionessobre eisistema de solidaridad laboraly eiplenario "Baglieri",
ar, 1997-~-2013.
'O4 Prado, Régimen de contrato de trabajo, ps. 331 y 332.
544 Ricardo D. Nierrezudo - Pedro F: MGñez
->, - --.- +"-.----
comercio que puede verse obligado a cubrir importantes cr6di.t.o~que le son des-
conocidos al momento de la adquisición y lo somete al riesgo de ser victima de si-
tuaciones de colusidn o fraude en contra de sus intereses, y contra los cuales -razo-
nablemente- poco puede hacer para precaverse, máxime cuando lo que prolife-
ra es la existencia de relaciones laborales en negro que no tienen ningún control
registral y del mas recóndito rincón puede aparecer el más insólito acreedor labo-
ral, acreedor totalmente desconocido para el comprador del establecimiento.
Prado ratifica esta opinión y agrega que se ha optado de este modo en el árnbi-
t o capitalino por asegurarle protección al ex trabajador de un fondo de cornercic,
en desmedro de los derechos dei adquirente del mismo, quien se ve de este modo
obligado a correr un riesgo irnprevisibie e indeterminable, que ciertamente con-
tradice la ietra y el espíritu de la ley 11.867~atenta contra el derecho de propiedad
y el libre comercio que garantiza nuestra Constitución Nacional. Manifiesta que
parece mas acertado el criterio de la minoria, que ha entendido que las directivas
del art. 228 de la LCTtienen que analizarse en conjunción con las del art. 225 de la
misma ley que delimita el terreno de operatividad, estableciendo que sólo pasan al
..
sucesor o adquirente ". todas las obligaciones emergentes de¡ contrato de traba-
jo que eI transmitente tuviera con el trabajador al tiempo de la transferencia ...",
y no así entonces las derivadas de contratos inexistentes al tiempo de la ruptura.
No compartimos estas posturas, sinoquecreernosqu~t la posición mayoritaria es
la que más se compadecebtantocon ia letra como con el espíritu de la ley, cuyo fin
protectorio impregna todo el articulado.
Además, la extension de la solidaridad al adquirente se justifica por la fina tidad
propia de dicho instituto, que en nuestra disciplina tieridea proteger el créditodel
trabajador. Entre garantizar los interesesdel adquirente y los de los trabajadores,
la ley ha optado por estos últimos, en fa inteiigencia de que aquéilos cuentan con
más herramientas para cubrirse de estas situaciones, como por ejemplo retenien-
do determinada suma del precia pactado y caucianándola por e! plazo de pres
cripción, vencido el cual el cedente puede retirarlo libremente.
Para ialanne una situación particular se da con la fusión, en ia cual noseriaapli-
cable fa tesis minoritaria sustentada en el plenario Baglieri. Funda su posición en
queen la fusión hay una transferencia integral de todoel activo y pasivo de lasern-
presasa disoiver, es decir, uria confusiónde los patrimoniosdetodas las sociedades
involucradas, sin distinción aiguna. La doctrina considera que este fenómeno de
traspaso en bloque de patrimonios es una suerte de sucesibn universal inter-vivos.
Este aspectosepara el instituto en anátisisdeotrossupuestos de transferencia -en
/osterminos del art. 225-como por ejemplo, la transferencia del fondode comer-
cio o ia venta de activas, ya que: en primer lugar, en estos casos la sociedad trans-
mitente continiia existiendo y no se extingue como sucede en la fusiun; en segun-
do lugar, se trata de supuestos en ios cuales el transferente cede una universaiidad
que, de suyo, no comprende todos los derechos yobfigaciones que integran la em-
Responsabilidad solidaria en ei confrato de trabajo 545
L___I-,p- --_-_- -p IC_ I I - - - l .
/
jzz
Herrera, Extinción de la relacibn de trabajo, p. 393.
l2 Etala, Contrato de trabajo, p. 526.
548 Ricardo D.Wierrezuelo - Pedro E Núñez
---,--.-,-'- --_l-----_ll_ll-~
do. Lo que avala que éste formule la correspondiente denuncia extintiva, es el he-
cho de que se mute sustancialmente la relaci6n de tal manera que se le infiera un
perjuicio que, valorado con ajuste al art. 242 de la LCT, justifique ia resolución. €1
ordenamientosustantivoaspiraa 'establecer cierto equilibrio entre el derecho del
trabajador a oponerse a la transferencia y ei carácter no personal de la relacibn de
trabajo respecto del empleador, y la protección de la subsistencia del estableci-
miento como unidad de producción" '13.
Ahora bien, la pauta para estabjecer si el empleado tiene derecho a resolver ei
contrato con motivo de la transferencia, está relacionada con la acreditación real,
actual o futura (nosolo hipotética) de un daño. Si bien ia reforma introducida por
la ley 21.297 al texto primitivo de la Ley de Contrato de Trabajo suprimió ia expre-
sion actual o futuro para referirse a los perjuicios causados al trabajador, ello en
modo alguno obsta a que el trabajador acredite que tal transmisión le ocasionara
un perjuicio real (no potencial) en e l futuro para justificar la rescision del vinculo
contractual.
Elloasí, puesla redacciónoriginai habiadado pie a innumerablesabusos, porque
-50 capa de perjuicios futuros- se convalidaban rupturas contractuaies fundadas
en daños que quizá sólo eventuafmentesepodrían Hegar a producir; fa determina-
ción de actualidad del daño no podrá efectuarse can sentido cronoiógico sino jurí-
dico. Se deberá tomar el negociojurídico transferencia como una unidadtemporal
única, aunque se perfeccione en varias etapas (como ocurriria en una fusiOn de so-
ciedades), considerándose como daños actuales no sdlo los que se produzcan con
motivo de la cesión, sino aquellos que indefectiblementehabrán de suceder como
consecuencia de &a, por hallarse en un orden de causalidad adecuada a elIa1l4.
Aun cuando de la letra de ley se imponga la aplicación del criterio restrictivo, el
juzgador deberá tener en cuenta, al momento de resolver, la difícil situación que
se le plantea al trabajador de tener que decidir la continuaci6nde ia relación labo-
ral con el nuevo empleador, perdiendo la posibilidad de ejercitar en el futuro ac-
cíán alguna contra ei anterior. El trabajador se encuentra, de esa forma, en el dile-
ma de rescindir el vínculo laboral, perdiendo su fuente de trabajo y debiendo
afrontar la obligación de acreditar e l perjuicio, pero con la posibilidad de reda-
marle tanto ai transmitente como al adquirente las deudas laboral es,.^ continuar
el vinculo laboral con la incertidumbre de que el nuevo adquirente sea insolvente.
Es cierto que s i se detecta la existencia de fraude, ei cedente va a tener que res-
ponciersolidariamentepor las obligacíones posterioresa ia transferencia, perotam-
bien loesque nosiempre la situación de deficiencia patrimoniai se producepor este
"3 CNAT, Saja Vlll, 28/9/07, "Iglesias, Ornar Lorenzo c. Aiuar Aluminio Argentino S.A. $/Des
pido", Boletín Mansuaideiurísprudencia de fa CNAT, n0L73, sep. 2007.
1!4 Martorell, l a transfere'ncia de la ernpresa:prokiemática iaboral, ps. 125 a 132.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 549
&.,
accionar, sino que puede producirse por distintas causas, algunas generadas como
consecuenciamismade la transferencia, comosería la pérdida deactivos, De ahíque
en toda transmisión que importe despatrimonializacióndel nuevo ernpleador des-
de la óptica de! trabajador, yante la intimaciónque formule éste para requerirle las
explicaciones pertinentes, obtenga respuestas insatisfac.torias, consideramos que
debería tenerse por justificadoel despido, independientemente de que esa medida
haya sido sólo una política de emprendímiento o expansión empresarial.
AcI, el redimensionamiento de una firma, mediante la venia de activos o por
mecanismoscomo el downsizing, puede parecer-a losojos de un noconocedor-
un verdadero achicamiento, cuando muchas veces significa una verdadera revita-
lización de una compañía o un holding que se halla en estado agónico. Esto no
podrá serle opuesto al trabajador que formuló denuncia de! contrato de trabajo
invocando el perjuicio patrimonial, si frente al emplazamiento efectuado por el
mismo exigiendo a la empresa explicaciones, la misma guardara silencio o se limi-
tara a responder en forma genérica e imprecisa.
La segunda parte del art. 226 de la LCTenurnera tres supuestos, que en modo
alguno constituyen una enunciación exhaustiva de posibilidades en que el traba-
jador puede co[ocarseen situación de despido indirecto. No obstante, la ejernplifi-
cacion no es feliz, por cuanto de los supuestos que menciona solo el Ultimo tiene
relaci6n directa con la transferencia, mientras que los dos primeros no son conse-
cuencias necesariasdela transmisión, sino decisionesdel adquirenteque importan
una verdadera mutación de las condiciones de trabajo existentes hasta ese mo-
mento, o dicha de otra forma, constituyen casos de novación objetiva.
Según la ley, deben ponderarse especialmentetres situaciones:
a) Cambio de objeto de la explotación: se produce cuando se modifica la acti-
vidad de la empresa, es decir, en su unidad productiva, io que necesaria-
mente Traerá aparejado una modificación en la calificación contractual del
trabajador y con etloen las tareas. Empero, como bien apunta Martínez Vi-
vot, la exigencia de cambio del objeto total de la explotación parece des-
medido e irracional. Ello es así, por cuanto existen situaciones en que, en
principio, un establecimientoonegocio se adquiere para su continuidad en
el mismo ramo o actividad, aunque además pudieran incorporarse algunas
otras o modificarse las existentes.
Es decir, requerir el cambio total de objeto de explotación para poder justi-
ficar que el trabajador se considere en situación de despido, seria exagera-
do aun cuando un cambio parcial puede llevar a igual resultado según las
~ircuns:ancias~~5. El cambio de actividad trae aparejado la modificación del
'15
Mattlnez Vivot, Eiernentos de derecho del trabajo y de /a seguridad socia/, p. 339 y si-
guientes.
550 Ricardo D, Hierrezuelo - Pedro E, Múñesi
+ --,- ,-. .,-- .11_.-
standard según informe del Veraz y del Banco Central de la Repriblica Ar-
gentina" 12*.
120 CNAT, Sala VIII, 28/9/57, "Iglesias, Ornar Lorenzo c. Aluar Aluminio Argentino S.A. slOes-
pido", Boletín Mensua/dejurisprua'encia deja CNAT, nb273,sep. 2007.
Iz1 Etala, Contratu de trabajo, ps. 498 y 499.
VVazquesVialard (dir.), Tratado de derecho del trabajo, t 5, ps. 66 y 57.
Responsabílidadso~idariaen el contrato de trabajo 553
Justo López indica que carecerá de efectos respecto del trabajador la cláusula del
negocio de transferencia (es decir, pactada entre el transmitente y el adquirente)
"libre de personal", en cuanto no haya habido un despido debidamente notificado
anterior al acto constitutivo de la transferencia, declarado por el transrnitet~tel~~.
Por último, Martorell expresa que el convenio celebrado entre cedente y cesio-
nario es res iriteralios acta para e! personal del bien iransferjdo. Consecuentemen-
te, el nuevo empleadar (o sea el adquirente) deberá continuar con la "dación de
trabajo" y si no lo hace ytrasser intimado sin resultado positivo porsusempleados,
éstos deciden darse por despedidos {art.242, LCn, deberá afrontar las indernniza-
riones legales. Obviamente, y en virtud de la cláusula libre de persona! con la cual
transmitió el bien, el enajenante cedente -o como se lo denomine- deberá rein-
tegrar al nuevo titular de la empresa lo que este haya debido pagara1 personal por
la ruptura de loscontratosdetrabajo, ya queello nosería otra cosa quecumplircon
lo que se pactó en su momento, al concertarse la aperacibn originaria'24.
Por nuestra parte, aun cuando aceptamos que la posición de Centeno tiende a
proteger al trabajador agregando un deudor solidario, nos inclinamos por esta úi-
tima posición. Ello es así por cuanto la transmisión de la relación laboral se produ-
ce ope legis para todo e[ personal, sin necesidad de notificacióno comunicación al
mismo, Por otro lado, demás esta decir que los acuerdos arribados entre el trans-
mitente y el adquirente no son oponibles a los trabajadores, por lo que sólo puede
verificarse el dictracto, en el momento mismo que llega a la esfera de conocimien-
to de cada uno de !os empleados, pues el despido es un acta uniiateral pero recep-
tivo. Cuando es incausado no ce exige formalidad alguna, hasta puede incluso ser
verbal (sin perjuicio de tos inconvenientes para poderdemostrartal decisión), pero
tiene necesariamente que ser conocido por el tra bajador (saivo que se repute váli-
da la comunicacitin rescisoria, circunstancia que se produce cuando la misma no es
recibida por el trabajador por razones sólo endilgables a éste).
5i el transmitente omite extinguir las relaciones de trabajo, las mismas pasan a l
adquirente, y si éste decide resolver todos los contratos deberá abonar personai-
mente la totalidad de las indernnizacioneslegales, por ser obligacionescontraidas
después de la transferencia, sin perjuicio de la acción de daños y perjuicios que
eventualmente podrá ejercer contra et transmitente por el incumplimiento con-
tractual. De todas formas, creemos que el trabajador anoticiado de este acuerdo,
aunque no se ie haya notificada e! diseracto, puede resolver el vinculo laboral en
los términ~sdel art. 226 de la LCTen el misma momento de la transferencia, con lo
cual ambas partes deberán responder solidariamente.
'13 López-Centeno- Fernández Madrid, Ley de Contratode ~rabajocomentada, t. 11, ps. 868
y 869.
Martorell, La transferencia de la empresa:problemática laboral, ps. 125 a 132.
554 Ricardo D. Hierreruelo - Pedro E IYÚñez
--- -, --
Sobre la posibilidad de considerarse injuriado como consecuencia de la transfe-
rencia se ha resuelto que: "El art. 226 de la LCTimponeal trabajador, en ios casos&
transferencia del establecimiento,la carga de demostrar en juicio que ha habidocir-
cunstancias justificativas para rechazar el cambio de empieador. En principio, eI tra-
bajador no puede considerarse despedido por la sola transferencia del estableci-
miento, pero si ello le ocasionara u n perjuicio ostensible -valorado con ei critcrrio
del art. 242 de la LCT- podri configurarse una injuria que irnposibiiite la consecu-
ción del contrato, por lo que estará habilitado para extinguir el vinculo laboral.
"Debe considerarse que se encontraba en todo su derecho a darse por despedi-
da ia trabajadora que, al momento de efectuarse el traspaso de estabtecimiento
pudo notar un perjuicio en la decisión unilateral de los empleadores, ia que lieva-
ría fas condiciones pactadas claramente a la baja, lo que veda el art, 12 de ia LCTy
el esquema general de irrenunciabilidadde dicha ley. En el caso, la traiisferencia
por parke de fa empresa Bebidasde Calidad de la Argentina S.A. a Casa lsenbeck le
ocasionaba numerosos perjuicios patrimoniales: privaci6n de beneficios que con-
cedería el CCT85/89def gremio vitivinicoia (pasaría al de cerveceros), perdida de ia
condiciónde viajante, y falta de pago de las comisiones generadas por tal carácter,
desconocimiento de las tareas de gestora comercial, y por último un nuevo esque-
ma saiarial, basado en incentivosen lugar de cornisior~es''~~~.
'25 CNAT, Sala lli, 28/9/12, "Forniz, María Alejandra€. BCA Bebidas de Calidad para Argenti-
nas S.A. y otro slDespido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no325, sep. 2012.
'26 En el Derecho español, al producirse la transferencia, el nuevo empresario queda subro-
gado en los derechos y obligaciones iaborales del anterior, conforme a fa regla general del art.
44.1, ET, lo que quiere decir que, en vírtud de la subrogaciiin, el nuevo empresario es responsable
frente a los trabajadores del cumplimiento de todas las obligaciones, tanto anteriores como pos-
teriores a la transmisión, derivadas de los contratos de trabajo. Pero este principio general tiene
dos excepciones en las transmisiones inter vivos, a saber: 1 ) Durante los tres afiossiguientesa la
cesión, cedente y cesionario son responsablessolidariosde lasobligacionesanterioresa la misma;
la jurisprudencia ha razonadoconvincen'iemen'ieque este plazo no empece el juegode un añodel
art. 59, E< lo que en sustancia quiere. decir que el plazo de la responsabilidad solidaria juega res-
pecto de las obligacioner; no prescriptas; el dies a quo de aquel plazo es el de la cesión; 2) Si la
cesión fuese declarada delito romo incursa en el an. 31 1.2 del CP, esto es, si conociendo el cesio-
nario el carácter delictivo de !as condiciones de trabajo del cedente las mantiene, respcnden am-
bos independientemente de su respectiva responsabilidad penal, tarnbien solidariamente, de las
obiigaciones posteriores a la cesión, hasta que el delito prescriba. Por otro lado, conforme el ark.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 555
mente este supuesto, por lo que la doctrina mayoritaria (salvo Vázquez Vialardj
entiende que ias obligaciones nacidas después de la transferencia son exclusivas
del adquirente.
Por su parte, Vázquez Viaiard, luego de reconocer que esta interpretación se
adecua al sentido del instituto ya que no parece razonable que quien cede la tini-
dad técnica de produccion continúe siendo garante respecto de una obligación
que no leincumbea él, entiende, por el contrario, queei art. 228al utilizariaexpre-
sión "soiidariamenteresponsable" contempla ia solución opuesta"E! fundamento
de su opinión radica en que e! parr, 1" del articulo citadose refiere a obligaciones
que en un casa correspondíanai transrnitentey en otro, al adquirente y de las que
el otro es solidariamente responsable como garante, ya que no puede admitirse
que una persona sea calificada de responsable solidario de sus propias deudas.
Aun cuando esa opinión es técnicamente correcta y se basa en una interpreta-
ción literal de la norma, relacionada con iasconsecuenciasjurídicas de los vocablos
que utiliza la ley (especialmenteIa palabra solidariamente),et mismo autor señaló
que tanto la doctrina como la jurisprudencia neutralizaron los efectos disvatiosos
quesu literaiidadgeneraba, y recurriendo al principio de equidad optaron por una
interpretación generai y adecuada de su sentido.
Por su parte, la jurisprudencia ha sostenido que: "Si la ruptura del contrato de
trabajo se produjoconposterioridada la transferencia del fondo de comercio y por
una causa distinta (el enlace de la trabajadora), sólo resulta responsable por las
indemnizaciones emergentes de dicha ruptura quien decidió la misma, es decir, el
nuevo empleador, pues, por aplicación de lo normado en el art. 225 de la tCT, la
solidaridad sólo abarca los créditos devengadosa favor del trabajador hasta e! mo-
mento de la transmisión del establecimiento, incluyendo los derivados de la de-
nuncia del contrato de trabajo a raiz de la injuria que le puede provocar al trabaja-
dor dicha transmisión, pero no comprende las deudas devengadas con posteriori-
dad, salvo el caso de fraude laboral (art. 14, ley citada)".'21
Tambibn se resolvió que: "Al no haberse probado que en la especie se den los
presupuestos del art. 29, párr. lo de la LCTy, dado que el despido se produjo con
posterioridad a la transferencia del establecimiento, frente a lo dispuesto por los
arts. 225y228de la ICT, no correspondecondenar a iacodemandadaWilson Rosa-
les LA.por el despido dispuesto por quien fuera la empleadora dcf actor al momen-
to de la extinción. Ello, por cuanto ia transrnitente sólo es responsable por las obli-
gaciones existentes con anterioridad y al momento de Ia transferencia pero no por
aquellas que nacen con posterioridada dicha transferencia. Empero, ello no obsta
a que deba responder en forma soiidaria por los créditos anteriores que pudieren
existir"128.
Y en lo que respecta concretamentea redarnosformuladoscon posterioridada fa
transferencia se ha dicho que: "Si el reclamo en los términos de los arts. 9" y 15 de
la ley 24.013 se formuló con posterioridad a fa fecha de transferencia, devengán-
dose a partir de tales interpelaciones la obligación cuyo curnp~irnientointiman,
corresponde considerar como único responsabfeal adquirente del estab/ecirnien-
to en virtud del art. 228 de la LCTpor tratarse de una obligación que no existía ata
fecha de la transferencia" 129.
Conviene señalar que existe un caso donde el cedente responde por las deudas
contraidas por el cesionario con posterioridad a la cesión y ello se produce cuando
la misma es precaria o transitoria, pero ella al momento de recuperar el estableci-
miento y de conformidad con lo estabiecido por el art. 227 de la LCT:
Este artículo expresamente establece que ai momento de producirse la segun-
da transmisión del cesionario a l cedente original, pasana este úitimo todasfasobli-
gaciones que aquél tuviera al momento de ia transferencia, que inciuyen aquellas
deudas generadas con posterioridad a la primera transmisión. Par lo demás, esto
se encuentra igualmente consagrado enel párr. 4"deI art. 228, que prevé que laso-
lidaridadtambién operara can relación a las obligaciones emergentes del contra-
to de trabaja existentes al tiempo de ia restituri~n del establecimiento cuando la
transmisibn no estuviere destinada a surtir efectos permanentesy fuese de apiica-
ción lo dispuesto en la última parte del art. 227. También cedente y cesionario re-
sultan solidariamente responsables por las obligaciones contraídas incluso con
posterioridada la transmisión cuando estemos en presencia de un fraude, es decir,
de una maniobra pergeñada por las partes para defraudar los iegitimos interesesde
los trabajadores. En estos casos, el cesionario generalmente ec insolventey cumple
la función de aparecer a la luz de los trabajadores como el nuevo ernpieador, deso-
btigandode ese modo al anterior.
En este sentido, la jurisprudencia ha sostenido que: "Si despues del despida de
los actores, en ia misma actividad y tras un breve recesotemporal, se constituyó en
el mismo eczabiecirnierito un nuevo titular, codemandada en autos, que tenía co-
i"
CNAT, Sala IV, 19117/12, "Cardozo, Hector Orlando c. Ciub Atldtico River PIate Astic. Civif
y otros siDespido", en intranetpjn.gov.ar,
'29 CNAT. Sala IX, 20/?0100, "iabie, Carlos E.y otrosc. Encotel- Empresa Nacionalde Correos
y Teic!cjrafos S. A. y otrosiDespida", Ty55,2001-244
Responsabilidad solidaria en elcantrato de trabajo 557
- --- -"-
CNAT, Sala 111, 12/8/02, "leiva, Armando c. ilanni Development S.A. y otro $/Despido",en
"Revista de Derecho Laboral y Seguridad Social", f a v quincenal, 2003, ps. 212 y 21 3.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
-,
559
------"-
232 CNAT, Sala IV, 2212/01, "Fontes, Hugo M. y otro c. Consorcio Conexim S.R.L. y otros", DT,
2002-A-300. En sentido contrariose expide Vázquez Vialard, para quien dicha disposicibn se refie-
re a las oblrgaciones que asume el empleadorcorno contraprestacióndel trabajo: pagodel salario,
aun en el caso de enfermedades o accidente incuipable, paraimpuestos que surgen como conse-
cuencia de esa prestacion, pero no a aquellos a que se refieren o certifican constancias que surgen
de un libro que exclusivamente debe llevar el ernpleador. Por otra parte, el tercero no dispone de
los elernentosdejuicio para poder confeccionar esecertificadoque es posible que deba contener
constancias anteriores al rnomenro en que nace la obligación solrdaria (Vazquez Vialard, La ,505;-
biiidad que elacreedor iaboralle reclame directamente ddeudor vicario, en 7~55,2002-801).
233 CNAT, Sala il, 2811 1108, "Ojeda, Carios,Reinaldo c. Calores S.A. s/DespidoU,Boietin Men-
sual de Jurisprudencia de /a CNAT, no286, Oficina de Jurisprudencia, nov. 2008.
Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro Á IVÚñez
560 ---IXIII,Illl_-,-
-
rente o cesionario no está obligado a incluir en el certificado de trabajo el tiempo
anterior a la ceciiin, durante el cuai no revisti0 el carácter de empleador"'34.
Con respecto a la relación interna entre las partes, en este caso particular hay
que tener en cuenta no tanto quién es el empleador al momento de efectuar ei re-
clamo, ni quien es e! titular de la obfigaci6ninvestido legalmente, sino quién con-
trajo originalmente la deuda reclamada.
De ahi que en materia de extinrion, si bien rigen las disposicionesgenerales (y
por elfo, e! pago, la transacción o cualquier otra forma de extinción efectuada por
unc se extiende al restante), sea necesarioefectuar una distinción en quien efectub
concretamente el pago para una eventual acción de regreso. Si el pago ioefeauó el
transmitente, en principio, no tendría ninguna acción de regreso contra el izdqui-
rente, de conformidad con lo dispuesto por el art. 841, inc. ú)del CCCN, p<jrelcual
deberá estarse a ia fuentey la finalidad de la obligacióno, en su caso, la causa de la
responsabilidad,
En cambio, si fue el adquirente quien debiópagar total o parcialmente el créd
t o laboral al Trabajador, y se trataba de obligaciones contraídas con anterioridad
la transferencia, estará legitimado para repetir del cedente la totalidad de lo abo-
nado (conf. art. 841, CCCN).
En cuanto a fa cosa juzgada, rige el principio general establecido en el art. 832
del CCCN, quedetermina que la misma no es oponibie a loscodeudoresquefueron
parte en el juicio, los cuales pueden, sin embargo, invocarla contra el coacreedor
que si fue parte en la causa.
Es decir, los efectos de la cosa juzgada se expanden a toscodeudores en la rnedi-
da dei beneficio (esto es, cuando la cosa juzgada los favorece)y Unicamente contra
el coacreedor que intervino en ei litigio.
Finalmente, corresponde analizar los supuestos en que la transferencia se pro-
duce con posterioridad, o el trabajador toma conocimiento después de haber ini-
ciado las actuaciones contra el cedente, o contra éste y el o los cesionarios tratán-
dose de una cadena de transferencias.Como bien apunta Machada, ai trabajador
se le planteará una serie de escoilos procesales entre los cuales el principal ser5 el
provisto por et art. 71 5 del CClhoy art. 832, CCCNj en orden a la inaponibiiidad de
ia cosa juzgada respecto de los codeudores que no hubieren sido parte en el pro-
ceso y contra los que, por lo mismo, no puede intentarse directamente la ejecución
de la condena.
Creernosconeste autor y e s i bien en la generalidad de los casosce requerirá un
proceso de conocimiento pleno, este principio admite excepciones.que,dejando a
salvo ei debido proceso (ser oido, producir prueba), atiendan también a la celeri-
'j4 CNAT, Saia IV, 73/4/12, "Rossi, Brunoc. Seinar S.A. y otros/Despida", inedito.
Responsabilidad soijdaria en el contrato de trabajo 561
'" SSCBA, 1819102, "Gafcia Santin, Josbc. Juan Cincotta S.A. Diferencia de indemnizacióndes-
pido, etcétera", inédito
Rei;ponsabilidadsolidariaen el contrato de trabajo 563
p
*"
"
-p -
m"
dor, como está previsto en el art. 226 de la LCT, pero esto es así en los supuestos de
transferencia de establecimiento incluido ei personal" l4I.
La exigencia de forma er que esa aceptación sea expresa y par escrito: este re
caudo descarta la expresión de la voluntad mediante el comportamiento inequi
voco del trabajador (tácita) y aun dentro de la forma expresa, la verbal. Para Váz
quez Vialard no se trata de un requisito ad solemniiatern al que el negocio dt? Ia
cesión esta condicionado, sino quesolo se refiere a la iimitación de la prueba admi
tida para su acreditación, por lo que la misma sólo puede hacerse por ese medio o
por el reconocimientojudicial que realice el propio trabajador142.Justo López a
hiere a esta postura y agrega que no parece que haga falta mas para proteger, por
ejemplo, los intereses del trabajador y que si éI confiesa judicialmente su acepta-
ción de ia transferencia, no considera que haya que darla a ésta por no producid
en defecto de constancia escrita de aceptación143.
Sin embargo, en un supuesto en que fa relación no había sido registrada se pres-
cindió de la conformidad expresa del trabajador, al sostenerse que: "Para que i
cesi6n del contrato de trabajo se lleve a cabo conforme a derecho se requiere ia con
formidad escrita del trabajador. Pero ante la ciandestinización de un contrato des
de su inicio, prolongado posteriormente a la cesión del personal, sin respetar en
modo alguno las normasvigentes, no puede pretenderse que las normas iaborales
que ellas mismas desconocieron se apliquen como fundamento para desconocer la
reparaciónque en derecho le corresponde al trabajador. Para no responsabilizar
futuro cedente es necesario en principio que el personaldependiente esté recon
cido como tal, y fuego que la cesión se haya aceptado por escrito" 144.
Cierta doctrina entiende que no Rabria inconveniente para permitir, siempre
que nose viole el orden público laboral, que la cesián implicara una modificación
de las condiciones de trabajo, modo y lugar de fa prestaci6n, horarios, etcétera. Se
trataría en este caso de una novación objetiva, que al iguai que la subjetiva, noalte-
raria la identidad de la relación laboral,
Por lo tanto, no habria óbice para que la transferencia se operara sólo con res-
pecto a parte de ia jornada pactada, con lo cual ia reiacion laboral se desdoblaria
en dos: una con eI anterior -en ia que quedaria reducido el horario de la presta-
ción laboral- y otra can el nuevo. En contra de esta postura se expedía Cente-
j4'
CNAT, Sala Vli, 10/8/98, "González, Rodolfo Rubén C. Compafiía tnteramcrricana de Auto-
mEiviles S.A s/DespidoV,DT, 1999-A-78.
Vazquez Vialard (dir.), Tratado de derecho del frabajo, t . 5, p. 45.
'43 -
López Centeno - fernández Madrid, Ley de Cofitratode Trabajo comentada, t. 11, p.877.
CCNAT, Sala VI, 29/12/09, "Flory, Rodolfo C. Ideas del Sur y otros stDespido", Boletín Men-
suaidejurisprudenciade /a CNAT, n" 297,Oficina de Jurisprudencia,dic. 2009.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 565
'46 Lopez -Centeno- Fernandez Madrid, Leyde Contrato de Trabajo comenrada,t 11, ps. 877
y 878.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabaja 567
147 Fernandez Madrid, Tratadopráctico dederecho del trabajo, t. II, p, 972. En id4nticostkr-
minosse manifiestan Etala, Contrato de Trabajo, ps. 502 y 503; y Herrera, Ley de Contratode Tra-
bajo,t.2, p. 355. Etalaexpresa quede manera apuesta a una interpretación meramente literal del
phrr.2"deiai-t. 229, LCT, cabe entender que la solidaridad establecidaselimitaa las deudasdeven-
gadas en el momento de la transferencia de la fetación y no alcanza a Iasque se generan en el cur.
so posterior de la relación transferida, salvoel casodefraude laboral (art. 14, LCT).
348 Vázquez Vialard (dir.), Tratado de derecho del trabajo, t. 5,p. 79.
149 CNAT, Sala II, 311U03, "Salinas, Segundo E. c. Rodríguez, Alberto H. y otro", en "Revista
de Derecho Laboral y Seguridad Social", 2004, p. 354.
CNAT, Sala 111, 3016108, "Gargajo, 5ergib Darnián c. Asociacjón Francesa Filantrópica y de
Beneficencia y otro $/Despidow,en intranet.pjn.gov.ar.
568 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E NYñe
CNAT, Sala lil, 22/10/12, "iglesias, Antonio Jesiis c. Sirnón Cachan S.A. yotros sf~espido",
en intranet.pjn.gov.ar.
'52 CNAT, Sala VIII, 2918103, "Etchegaray Zarate, Ana M. c. Aguas Dadone de ArgentÍna5.A. Y
otro", en Manual de jurisprudencia, Julio Grisoiia (dir.), p. 342.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 569
"P
condiciones de trabajo existentes hasta ese momento, y sobre todo, sin que haya
responsabilidad solidaria entre las partes.
EI interrogante quese planteaal leer detenidamente el artículo essaber qué de-
be entenderse por Estado, pues en la actualidad, el mismo cumple una gran varie-
dad de funciones, y aun cuando en Ios Stltimos años se ha desprendidode una gran
cantidad de ellas, todavia conserva algunasque exceden el ejercicio del poder pú-
blico, por lo que escapan de la esfera de! Derecho administrativo para ubicarse en
elsector privado. 0,inciuro, hay supuestosdetrabajadores,queaunsiendodepen-
dientes de la Administración Pública Nacionai, provincial o municipal, se les aplica
Ia Ley de ContratodeTrabajo por un actoexpreso o porquese losinciuye en el régi-
men de las convenciones colectivas de trabajo. Si prescindi4rarnosdel art. 230 de la
iCTy nos preguntaramossi seria razonable no aplicar el Título XI de ia ICT, pese a
que al personal transferido, por la índole de la actividad, se le va a aplicar despues
de la transferencia el mismo régimen juridico, deberíamos respondernos negati-
vamente, rndxirne cuando el art. 225 de la LCTcontempla una definición amplia de
transferencia al utilizar la expresión por cualquier titulo. Volveremos sobre este
tema cuando nos refiramos a las privatitaciones,
Al no poder abstraerse de dicho articulo, debemos senalar que existen dos por-
turas bien diferenciadas sobre la extensión que debe asignarsele a ese artículo. La
primera postura es sustentada por Vazquez Vialard153,quien entiende que e[ t6r-
mino Estado utilizado en el art. 230 de ia LCTsólo es aplicable a la administración
central, organismos descentralizados, entes autárquicos, pero no a las demás per-
sonas juridicas cuyo patrimonio es de propiedad del Estada o se integra con paraim-
puestos o contribucionesestabiecidospor ley, pero que desenvuelven su acción den-
tro del ámbito del Derecho privado. Estima que la exclusión que determina el art.
230 de la LCT,en cuanto al régimen que ai efectoestablece el art. 225yss. de la LCT,
sólo corresponde a la transferencia que se opera a favor de organismos que des-
pliegan su actividad de conformidad con las normas del Derecho administrativo.
Por lo tanta, cuando la cesiónse hace a favor de una personajurídica cuya actividad
no está comprendida dentro de ese ámbito, o por lo menos, no lo están las relacio-
nes con su personal, no ve razón alguna para excluir la transferencia de las dis-
posiciones de! Titulo Xi de la LCT.Segijn refiere Vázquez Vialard, compartían esta
posición tanto Centeno como Herrera.
En cambio, para justo López la expresión Estado no se refiere a la adrninistra-
ción pUblicacentraio descentralizada (que incluye la administración nacional, pro-
vincial y municipal y iocentes autirquicos) porque en ella ía relación de trabajo es
de empleo piibfico y está regida por el Derecho canstituciona~y el administrativo,
y quienes trabajan bajo esa relaci~nestán exciuidos de la Ley de Contrato de Tra-
153 V&zquez Vialard (dir.), Tratado cie derecho del trabajo, t. 5, ps. 82 y 83.
570 Ricardo D.Hierrezuela - Pedro E Nuñez
--U
--, --.-,-~ ---
bajo por el art. 2'. Tampoco se refiere a los entes púbiicos no estatales, creados por
ley y sometidos al Derecho privado que, por definici6n, no son el Estado. Tiene que
tratarse, entonces, de entes de propiedad del Estado regidos laboralmente por 1
Ley de CantratodeTrabajo, como lasernpresasdel Estado, sociedadesanSinirnasde
capital estatai o de mayoría estatai y~ernejantes~5~.
Por nuestra parte, adherimos a esta última postura, pues creemos que al 170
efectuar distincibn alguna, la expresión Btado debe admitirse en su mas amplia
extensión, con prescindenciadel r6girnen jurídico al que se encuentra sometido el
personal del ente estatai al cual se va a transferir el establecimiento. Apoya esta
tesis la M i m a parte del art. 230 de la ICT, que cuando menciona el régimen legal
que ha de aplicarse a los trabajadores transferidos dice que hasta-tantose conven-
gan estatutos o convenios particulares, los trabajadores podrán regirse por los
estaturos o convenios deernpresasdel Estado similares, to que parece insinuar que
se ha previsto que el Estado absorba una actividad comercial o industrialpara con
tinuaria bajo e l régimende la actividad privada155.
La transferencia a favor del Estado puede producirse por un acuerdo entre ést
el cedente (negocio jurídico bilateral) o mediante expropiación. En ambos ccis
y salvoactoexpresoencon?rario, comoal trabajador no se le reconocerá ni ia a
güedad ni e/ régimen jurídico ni las condiciones de trabajo que tenia con su em-
pfeador, puede no aceptar el cambio y considerarse en situación de despido indi
recto en lost6rminos del art, 246 de la LCT.
Conviene aclarar que como nose aplican los artículos de transferencia, noexis-
te responsabilidadsoiidaria, por lo que incluso en los casos de expropiación, será el
ernpleador quien deba abonar las indemnizaciones por despido incausado de
aquellos trabajadores que se consideren en situación de despido indirecto al no
aceptar pasar a trabajar para el Estado. Claro que en el supuesto de expropiación,
esta circunstancia deberá ser tenida en cuenta por el Estado a la hora de indemni-
zar al ernpleador. Asimismo, cuando la transferencia se produzca por un negocio
jurídico bitaterai, en el precio a pagar se deber6 incluir la indemnización de aque-
llos trabajadores que rescindan el vinculo laboral,
Por uitirno, y en lo que respecta a la segunda parte del art. 230 de la LCT, de la
fiteralidad del mismo pareceria desprenderse que la soia transferencia crea la su-
presión de cuaiquier régimen jurídico para el personal cedido. Este párrafo es un
injerto hecho en el Senado al primitivo proyecto del Poder Ejecutivo y no se refiere
a ia transferencia de la relación.detrabajo sino a las condiciones de trabajo de los
trabajadores transferidos al ente de propiedad estataf.
154 -
Lbpez Centena - Fernández Madrid, Ley de Contr~tode Trabajo comentada, t. li, ps. 879
y 880.
155 Fernender Madrid, Tratado práctico de derecho del trabajo, t. 11, p. 975.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 571
- ---- "-A
5 58. Privatiraciones
a) Introducción
En los primeros ahos de [a década del '90 se inició en nuestro pais un proceso de
privatización por el cual el Estado, a través de diferentes mecanismos legales, co-
menzó a desprenderse de la mayoría de las empresas o entes de su propiedad que
brindaban servicios piiblicos, los que fueron transferidos a manos privadas con casi
todo el personal que en ese momento se encontraba trabajando.
Esto generó ciertas perplejidades respecto a la aplicación de las disposiciones
contenidasenel TítufoXJ de la Ley de Contrato deTrabajo, puesenrigor deverdad,
nunca se le habría pasado porta cabeza ni al legislador de 4974ni al de 1976que el
Estado podría llegar a restringir la gran cantidad de funciones que desplegaba a
ese momento, que nose limitaban a las propiasde la función pública, sinotambién
abarcaba un abanicodeactividadespertenecientesalsector privado. Deahíqueen
la mentalidad dei legislador que redactó la Ley de Contrato de Trabajo cupiera !a
posibilidad de que el Estado adquiriera nuevos estabiecimientos, por lo que regu-
Iótal situación en el art. 230 de la LCT; pero rio imaginó el praceso inverso, crean-
do una suerte de laguna legal, que segdn la postura quese adopte puede incluirse
o no en el concepto amplio de transferencia regulado por e! art. 225 de ia LCT,
Concretamente, el problema que se plante6 consistió en determinar quién de-
bia afrontar las deudas laborales del personal de la empresa estatal que pasó a ma-
nos privadas. Las posturas que antes referenciábamosson dos: una postura amplia
que cansidera que tanto ei ente estatal residual como la empresa privada son soli-
dariamente responsable5 frente a los trabajadoresy otra tesis restrictiva que, des
cartando fa solidaridad, considera que únicamente la primera es deudora frentea
trabajador por !os eventuales créditos anteriores a la transmisión.
b) Marco regulatorjo
1 5 ~ Pinto, La responsabiiidad solidaria derivada delart. 225 de la LCT. Si; anaiisis en elproce-
so deprivatizarion de empresaspúblicas,en "Revista de Derecho Laboral", no 2001-1, "La solida-
ridad en eicontrato de trabajo", p. 312.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 573
1 - El fallo«Di Tuiliov
La Corte Suprema de Justicia de la Nación tuvo oportunidad de expedirse sobre .
la causa "Di Tuliio", en "Gonralez, Carlos Cergio y otros c. ENTel s1Cobro de austra-
les, exp. 29.542 siincidente de ejecución de sentencia" 158.
La Cámara Federal de Apelaciones de Bahia Eianca había revocado e! pronun-
ciamiento de la anterior instancia por el que se habfa dispuesto levantaref ernbar-
go trabado sobre un bien de propiedad de Telefónica de Argentina S.A. y en con-
secuencia mantuvo aquella medida, que había sido solicitada por la ejecutante de
un crédito de naturaleza laboral devengado -y reconocidojudicialmente- con-
tra la Empresa Nacional de Telecomunicaciones. Respecto de tal decisión Telefóni-
ca de Argentina S.A. dedujo el recurso extraordinario, el cual le fue concedido.
'j8 CSJN, 17112/96, "Di Tullío, Niida", en autos "Oonzaiez, CarlosSergio y otros c. ENTel d C 0 -
bro de australes, exp. 29.542 s/lncidente de ejecución de sentencia", citado por Grisolia, Derecho
deltrabajo y de la seguridadsociai, ps. 225 y 226.
574 Ricardo D.Hiermuelo - Pedro E N ú ñ e ~
>
-- m-
-
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1_1
Entre estas cabra una particular relevancia la que tutela el crédito laboral en el
cacode transferencia de establecimientos, ya quese trata de una previsiónlegisla-
tiva que tiene una directa relación con el hecho que se verifica con el traspaso del
patrimonio del ente estatal a las sociedades licenciatarias. Por lo tanto, cabe con-
cluir que, en raz6n de lo dispuesto en el art. 42 de la ley 23.696, el Poder Ejecutivo
no puedeválidamente desconocer la aplicación en los procesosde privatizaciónde
lo dispuesto en los arts. 225 a 228 de la LCT-como lo ha hecho implícitamente en
el último pirrafo del art. 44 del decr. 1105/S9 y, en forma expresa en el decr.
1803/92-, pueselloimplica transgredirei marco legislativoque el Congreso ha im-
puesto a ia ejecución de la politica de reforma del Estado y, por ende, importa que-
brarel principio constitucional de lasubordinación del reglamentos la ley. Noobs-
t a a tal conciusi6n el hecho de que el Poder Ejecutivo, al referirse a sus facultades
para dictar el decr. 1803192, haya invocado-además de las conferidas por losincs.
l o y 2" del art. 86de la CNy de ias emergentes de la ley 23.696- "razones de nece-
sidad y urgencia" que lo autorizarian --según lo expresado en los considerandos
de ese decreto- a ejercer facultades legislativas. Ello es así puesto que encierra
una evidente rontradiccidn que el Poder Ejecutivo, so color de la "necesidad y ur-
gencia" de llevar adelante ce! proceso de privatizacionec previsto en aquella ley,
transgreda el marco normativo fijado a tal efecto por el legislador en el mismo tex-
t o legal puesto que tiene inequívocamente esa implicancia establecer y declarar,
como lo hace el art. lodel citado decreto, la inaplicabiiidad en aquellos procesosde
los arts. 225 a 229 del regimen de contrato de trabajo aprobado por la ley 20.744
frente a lo dispuesto por el art. 42 de la ley 23.696.
Precisa la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en ei voto de la mayoría, que en
el presente caso se encuentra claramente al margen de los supuestos contemplados
en la segunda parte del art. 10 de la ley 23.696 -en los que se faculta al Poder Eje-
cutivo a dejar de lado disposiciones legales, ya que los citados preceptosde la Ley de
Contralo deTrabajo no establecen una situación de privilegio puesson normas con-
Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E ibiúfi
576
V
a
-. -- ,- . - -----
tenidas en el ordenamiento general y ordinario del derecho laboral- y ninguna
semejanza tienen con las "cláusulas monopáiicas" ni con las "prohibiciones discri
rninatorias"aludidas en el referidoart. 10. Por atroiado, la conclusiónantesexpuec
ta se corrobora si se advierte que el hecho de que la ley Caculte al Poder Ejecu~ivo
disponer que ei Estado asuma el pasivo de la empresa a privatizar (confr. inc. 12, a
1 S, ley 23.696) no puede traducirse, sin más, en la liberación de la responsabilida
de quien sucede a ella como titular de un patrimonio especial -que englaba clct
vos y pasivos-; en cuanto al deudor pritnitivo sólo puede ser liberado a través d
una declaración expresa del acreedor en tal sentido, conforme al principio gener
establecido en el art. 814 del CC, pues las efectos de la norma citada en primer té
minoson asirnilables,en principio, a los que resultan de una delegacibn imperfect
2) Que en el presente caso ha mediado fa "transferencia de un establecimiento", en
Ios términos del art. 225 y concordantes de la LCT, ya que el procedimientoseguido
para concretar la privatizacionconsistió en la constitución-como licenciatarias-de
sociedades anónimas, cuyo Único objeto social seria la "prestación de servicios ptibli-
cosde telecomunicaciones" (decr,60190) a las quese transfirieron "todos los derechos
de ENTel. y del Estado Nacional sobre la totalidad de los activosafectados al servicio",
según lasdistintasáreasen lasqueeste fue dividido (ronfr.art. 8", decr, 731189, modi-
ficado por el decr. 59190, y punto 7.1.1 del contrato de transferencia), Los paquetes
accionarios de tales sociedades se adjudicaron mediante concurso público interna-
cional (decr. 62/90). De manera tal que Telefónica de Argentina constituyó su patri-
monio con una universafidadde hecho escindida de la que antes había pertenecidoal
ente estatal y sucedió a éste - e n la regibnque le fue asignada--en !a prestación del
servicio público de telecomunicaciones.
EsTe hecho objetivo es el que debe considerarse para la aplicacion de los princi-
pios a que alude el art. 42 de la ley 23.696.
1) Que resulta aplicable a l presente supuesto la tutela que la Ley de Contrato de Tra-
bajo otorga a los créditos laborales en ocasiun de la transferencia de establecimien-
tos (arts. 225 y 2281, imponiendo respecto de las obligaciones correspondientes a
aquéllos ia solidaridad entre el transmitente y el adquirente.
2 ) Que lo establecido en el pliego de bases y cundicionesen el sentido de que las so-
ciedades Iicenciatarias no sustituyena ENTel. en sus obligadones yresponsabilidades
y en el pto. 9.2 del contrato de transferencia en el que se apiica esa pauta no piiede
tener otro alcance que el de otorgar a la sociedad licenciataria el derecho a una acción
de regreso contra el Estado nacional. Tal conclusiónse impone puesto que el objeto de
loscontratospúblicosdebeadecuarse a ioestablecidoen las leyes dictadas por el Con-
greso; es conveniente recordar que el Estado se halla sometido al principio de legali-
dad, que se vería vulnerado si se desconociese la existencia de fa solidaridad a la que
anteriormentese hizo mención.
3) Que no media unconflicto normativo entre la aplicación de la Iey 23.696 o de dis-
posiciones de otro ordenamiento, por lo que el art. 69 de fa ley citada no puede con-
Responrabiiklad solidaria en el contrato de trabajo 577
-
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ducira una conciusión distinta. Ello esasi puesto que la vigencia en iosprocesosde pri-
vatizaciones, de las institucionesde\ Derecho laboral que tutelan ai trabajador, esta
contempiada en la propia ley 23.696.
4) Que en el sub litese encuentra en juego el mantenimiento del amparo del traba-
jador frente a la privatización misma, en tanto ella implica la enajenación de ios bie-
nes que canstituian el patrimonio del ente estatal en el que aquéi prestaba sus servi-
cios. Por lotanto, esclara la iriclusióndefcasoen la norma delcitadoart.42. Entalsen-
tido cabe concluir que, mas allá de la !imitación en el tiempo que emerge de su texto,
es evidente que no pueden sustraerse del amparo estab\ecidoen dicho precepto los
perjurios cuya causa es inescindible de la privatizacibn efectuada.
Asl se llega al decr. 2332190 que aprueba los contratos de transferencia susciip-
tos entre el Estado nacional, ENTel y los adjudicatarios. Es de advertir que en sus
considerandosse deja expresa constancia de los diversos actos cumplidos, partien-
do del dictado del decr. 7311 89, "en ejecución de la ley 23.696". Nuevamente, en
cuanto aquí importa, allíse dispone que: "todas las contribuciones laboralesy las
deudacdevengadasde ENTel con el personal hasta /atoma de posesion estarán a car-
go de ENTei" (pto. 9.2; conf. fs. 73). Finalmente, señala que con posterioridad a la
interposición del recurso extraordinario se dictó el decr. 1803/92 en el cual se "esta-
blece y aclara" que en los procesos de privatizaci6n concretados o a concretarse en
cumpiimiento de la ley 23.696 sus normas complementarias y sus reglamentacio-
nes, noserán aplicables, a ningúnefecto, la iey 11367 ni losarts. 225a 229 del régi-
men de contrato de trabajo aprclbado por la ley 20.744,
3) Que de dicha reseñase infiere un sistemajuridico integrado por las normas citadas
cuya conformidad con la Constitucibnno fue cuestionada por la ejecutante en aspec-
toaiguno. Tampoco jnvocósiquiera esta parte que el aludido pto. 9,2 del contrato de
transferencia, en cuanto atribuye a ENTel la responsabilidad por las contribuciones
laborafesy lasdeudasdevengadashastala toma de posesiónde la nueva titular, resul-
te contrario a alguna de aquellas disposiciones.
4) Que, en esas particutarescondiciones, no puede sino reconocerse que [as normas
antes indicadas, en cuanto consagran específicamente la absoluta irresponsabilidad
de la adjudicataria por las deudas laborales contraídas por EN%l con anterioridad a
la privatizacion, deben prevalecer tanto sobre lo dispuestoen losarts. 225 a 228 de la
LCTcomo sobre !o establecido en cualquier otro precepto de alcance máxi-
me cuando por mandato del propio legislador, todo conflicto normativo relativo a ia
aplicaci~nde la ley 23.696 debe resoiverse en beneficiode ésta (art. 69).
51 Que dicho criterio no encuentra obstaculo en la disposicibn contenida en el art. 42
de la ley 23 696, d a ~ d e s establece
e qiie duranre el procesa de privatizacion ejecuta-
do por cualquiera de las modalidades y procedimientos previstos en los arts. 17 y 18.
"el trabajador seguiri amparado por todas las institucioneslegales, convendonalesy
administrativasdel Derecho del trabajo". En efecto, si bien en abstracto correspon-
dería ubicar entre aquellas a ia tutela que la Ley de Contrato de Trabajo otorga a los
créditos laborales en ocasion de la transferencia de establecimientos, imponiendo
Responsabilidad solidaria en elmntrato de trabajo 579
-m- - - -."- - -
respecto a tales obligaciones fa solidaridad entre el transrnitente y adquirente (arts.
225 a 228, cit,), corresponde sostener que -en la inteligencia de !a Ley de Emergen-
cia Econbmica- !a norma comentada (art. 42) no se refiere a esta institución; de lo
contrario, carecerían de sentido las específicas previsiones de los arts. 15, inc. 12, de ese
mismo ordenamiento y 44 del decr. 1105189, que -como se ha visto- expresan de
manera inequivuca la voluntad del legislador de permitir que el Estado nacional asu-
ma e! pasivo tatalo parcial de ia empresa a privatizary,en particular, ladeeximirabso-
iutarnente de responsabilidad al ente privatizado por los incumplimientos laborales
o previsionales anteriores a la privatizacibn. En ese sentido, debe ponderarse que la
inconsecuencja ofalta de previsión del legislador no se suponen, por lo que ia inter-
pretación debe evitar asignar a la ley un sentidoque ponga en pugnasusdisposiciones,
destruyendo las unas por las otras, correspondiendo adoptar como verdadero -en
cambio- el criterio que las concilie y suponga la integral armonización de sus pre-
ceptos (CSJN-Falios,306:721; 307:518 y 993, entre otros).
6) Que, ni en la sentencia apelada ni en las presentacionesde ia actora en las instan-
cias anteriores se expuso razón alguna demostrativa deloceventuales perjuicios que,
de manera directa e inmediata, podrían irrogarse al trabajador como consecuenciade
la liberación de responsabilidadaladquirente poriasdeudas iaboralesgeneradascon
anterioridad a la privatizaci6r-1.Tal invocación, aun cuando pudiera no ser suficiente
para fundar la procedencia del reciamo, resultaría en todo caso necesaria cuando, a
la par de dicha exención, se garantiza la subsislencia de la obligaciiin en cabeza de'
quien -en definitiva-!a contrajooriginalmente, esto es, el propio Estado nacional.
2 - El fallo «Taschowsky>>
La Corte Suprema de Justicia tuvo la oportunidad de pranunciarse en los autos
"Taschowsky" T59.
La Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata modificó parcialmente la
sentencia dictada en primera instancia y condenó en forma solidaria a Telefónica
de Argentina S. A. a responder por la indemnización fundada en la ley especial de
accidentes de trabajo devengada cuando aún la Empresa Nacional de Telecomuni-
caciones no había transferido su patrimonio a aquélla. Contra tal pronunciamien-
toTelefónica de Argentina S.A. dedujoel recurso extraordinario, cuya denegacibn
dio origen a la queja.
Ei mentadoTribuna1sostuvo por mayoría que si bien el decr. 1803192 excluyó ex-
presamente ia aplicación de lo dispuesto por los arts. 225 a 229 de la LCTal caso de
transferencia a manos privadas de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones,
como modo de reglamentar las facultades que ie habian sido conferidas al ser san-
cionada ia ley 23.696, correspondía destacar que tiempo después, al sancionarse el
Por dichos argumentos, /a disidencia entendía que habia que revocar el fallo re-
currido en cuanto estableció que en ese supuesto de transferencia de estableci-
miento concretada mediante licitación pública en el marco de la ley 23,696, la em-
presa adquirente resultaba aIcanzada por la responsabilidad solidaria impuesta
par los arts. 225 a 229 de la LCTI pues ello no se compadecia con la recta intetigcn-
cia que covrecpondía atribuir a las normas federales en juego, las cuaies no fueron
tachadas de inconstitucionales.
'60 CSJN, 1315101, "Saddakni, Lidia inés c. ENTel, Empresa Nacional deTelecomunicacionesy
otro sIDespidow,en intranet. pjn govar.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 583
4 - El fallo i<Barrientos»
CSJN, 611 1/01, "Manoilov, Roxana Alicia y otrosc. ENTel Residual y otro", inédito.
CSJN, 9/5/06, "Barrientos, Hugo Luis y otrosc. E.N.Tel.Empresa Nacional delelecomuni.
caciones s1Diferentia de salarios", en intranet.pjn.gov.ar.
584 Ricardo D. Hierrezuela - Pedro E Ndñ,
- --.,-----,-u
Estose encuentra corroborado por el decr. 48/93, que estableció que lasrelacio-
nes individuales de trabajo vigentesen lasempresas, sociedades, establecimientos
o haciendas productivacque se privaticenose hubieren privatizado, dentro del ré-
gimen de la ley23.696, continuarán con el adquirente oel concesionario y Iostra-
bajadarectransferidoso incorporadosa la nueva empresa conservarán ia remune-
ración y la antigüedad adquirida con el trancrnitente y los derechos que de ella se
deriven, conforme a la Ley de Contrato de Trabajo y disposiciones convencionales
aplicables.
Si ia norma debió aclarar dichas circunstancias, es porque tal extremo no surgia
del régimen iegal específicamente instaurado para las privatizacionesyporellose
debió establecer expresamente que esos derechos, remuneración y antigüedad,
se transmitían al licenciatario. Como norma de excepción es de interpretación res-
trictiva, de modo tal que no cabe extenderla m6s a116 de Ia remuneración y anti-
güedad. Por otra parte, dicho decreto no establece ninguna solidaridad, sino sim-
plemente un reconocimiento de la antigüedad anterior, lo que es diferente.
Citando a Justo López-en opinión que comparte-sehala que: "... existiendo
un plexo legal especifico regulatoriode la situación no se constata Ia necesidad de
recurrir a otras fuentes del Derecho, a norinas análogas ni a principios interpreta-
tivos de índole diversa a la del Derecho administrativo, pues no existe vacío legal
alguno que llenar en la materia. De ahí que la previsión del art. 814 del CC [conc.
arts. 936 y 1624, CCCN] que requiere la conformidad del deudor para los casos de
cesión de deudas resulte ajena a la materia debida" q65.
Agrega Foglia que es indudable que todas las normas reglamentariasmencio-
nadas adquieren una particular entidad si se Ias considera y analiza dentro del
marco del proceso de privatizacióny conio un estatuto especifico, y no en forma
aislada y fragmentaria. Además, y como, según Foglia, lo expresa VárquezVialard
refiriéndose a los arts. 225 y 228 de la LCT: "el objetivo de las referidas normas
laborales es evitar que a través de un fraude, el trabajador quede perjudicado en
el goce de sus derechos, en el caso que, como consecuencia, se esfume el patrirno-
nio que es prenda de su acreencia a cuyo efecto se utiliza una herramienta jurídi-
ca: se agrega un nuevo deudor solidario, ei adquirente. En autos, esa situaci~nno
podría darse, toda vez que el débito pesaba sobre el propio Estado (queasume las
obligacionesdesus empresas), por loque nocabe la posibilidad (ni porasomo)que
en e l caso se pudiera haber intentado la comisión de un fraude en perjuicio de los
trabajadores. El crédito de la actora, fruto de un incumplimiento contractual por
parte de la empresa del Estado, estaba suficientemente garantizado por la sofven-
cia de éste".
Foglia reitera que la solidaridad debe ser expresamente establecida por la ley o
por el contrato corno excepción que es al principio de la responsabilidadpersonal
de las sujetos de derecho. Ninguna de las normas específicas regulatorias del pro-
ceso de privatizaciiin la estableció en forma expresa. Mas aún, del plexo regulato-
rio y de la naturaleza del mecanismo utilizado se desprende quese descartbexpre-
samente la aplicación de dicho mecanismojuridico al procesode las privatiraciones.
Por ella se ha soslayado un principio esencial que regula la instituciónde la solida-
ridad, en base a la cual se dictO el pronunciamiento.Además, y esto no debe per-
derse de vista, se trataba en la especie de una deuda devengada, siendo Entd ia
empleadora y generadora de la misma, por cuanto ahn no se había transferído ef
patrimonio de aquella al adquirente, en la forma y con el procedimiento específi-
camente establecidos por la ley, procedimiento del ámbito del Derecho publico
que excede el marco del Derecho privado a l quese refieren los artículos en cuestión
de la Ley de Contrato de Trabajo.
Considerarnos oportuno extendernos en la cita de este autor, para no parciali-
zar su posici6ny porque creemos que nuestro distinguido colega es quien con ma-
yorseriedady fundamentación ha sustentado ta tesis restrictiva en apoyo a lassóli-
das argumentaciones vertidas por Moliné O'Connor y López en su disidencia.
No obstante ello, nos permitimos respetuosamentediscrepar consusfundamen-
tos, pues a nuestro entender la tesis amplia es la correcta. En primer lugar, no cree-
mor que deba compararse esta situación con el fallo " R o d r í g u e ~ sirnilared,
"~~~~
pues la estrictet con la quese encuentra redactadoel art. 30de la LCT, contrasta con
la amplitud contenida en la expresión "por cualquier titula", inserta en ei art. 225
de la LCT. De ahí que el diferente tratamiento obedezca justamente a la distinta
redacciónde ambas normas.
Debemostener en cuenta que a los empleados de las empresasdel Estado antes
de su privatizaciónse les aplicaba el mismo régimen jurídico que se les siguió apfi-
cando cuando fueron transferidos a las licenciatarias, esto es la Ley de Contrato de
Trabajo. Por esa razón, sólo no se aplicaría el Titulo X1 de dicho cuerpo normativo
si se hubiera dictada alguna disposición legal en contrario, particular del proceso
de privatización que vedara su aplicación, o si se considerara que los mecanismos
irnplementadospor laley (principaimentelicitación) no encuadranen la definición
de transferencia, por no ser un vínculo de sucesión directa y convencional, como lo
sostiene la postura estricta.
Con respecto al primer punto, considerarnosque la ley 23.696, lejos de neutra-
lizar los efectos de las disposiciones legales del Derecho dei trabajo, 'entre las que
se encontraban la solidaridad entre el transmitente y el adquirente, amparaba su
protección, tal como se impone del epígrafe del Capítulo Vl de la ley 23.696, y espe-
cialmente de su art. 42. De ahí que cualquier norma emanada del Poder Ejecutivo
que desvirtuara dicha tutela, como el decr. 1803192, excedería !os limites reglamen-
tarios, al vedarle al trabajador la posibilidad de reclamar a! nuevo empleador las
obligaciones contraidaspor el anterior. En cuanto al decr. 48193, el mismo es redun-
dante, pues no hace más que repetir las consecuencias propias que se desprenden
del art. 225 de la LCT, que ya resultaba aplicable.
En este sentido, la jurisprudencia ha sostenido que: "En razOn de lo dispuesto
en el art. 42 de la iey 23,696, el Poder Ejecutivo no podia válidamente desconocer
la aplicación en los procesos de privatizacion de lo dispuesto en los arts, 225 a 228
de la LCT, pues ello implicaba transgredir el marco legirlativo que el Congreso ha
impuesto a la ejecucibn de ia polltica de reforma del Estado y, por ende, irnporta-
ba quebrar el principio constitucionalde la subordinación del reglamento a la ley,
mientras que el hecho de que \a ley facuíte al Poder Ejecutivoa disponer que el Es-
tado asuma el pasivo de la empresa a privatizar no podia traducirse sin más en la
Iiberación de la responsabilidad de quien sucede a ella como titular de un patri-
monio especial que engloba tanto activos y pasivos" l U 7 .
En idt5nticosentido se expidió la Sala 1, la que adernásseñaj6 que: "Los arts. 225
a 229 de la LCTno establecen una situación de privilegio, pues son normas conte-
nidas en el ordenamiento general y ordinario del derecho laboral y no tienen nin-
guna semejanza con las cláusulas monopólicas o con las prohibiciones discrirnina-
toriasa que se refiere la segunda parte dei art. 10 de la ley 23.696, por lo que estin
excluidos de esa normau7".
Tampoco nos convence el argumenta de la solvencia del Estado para hacerfren-
t e a sus deudas, máxime si tenernos en cuenta que la ley 23,982 consolidó la total¡-
dad de las deudas anteriores al 114191, con !o cual los trabajadores debían cobrar
con bonos a diez años, que secomercializabanen el mercado muy por debajodesu
valor real.
En lo que respecta al segundo punto, repetimos que a nuestro entender, et art.
225 de la LCT, con la amplitud que la expresibn "transferencia por cualquiertítulo"
adquiere, no se limita sólo a la transmisión directa y convencional. No se explica
cómo de los términos del art-ticulomentado se puede interpretar la inclusión de la
sucesión mortis causa y no de la licitación y de la subasta ptjblica. Se podría argu-
mentar que ello se infiere de lo dispuesto por el art. 249 de la LCT, pero en realidad
et mismo sólo consagra el principio general de prosecusión del contrato de traba-
jo en caso de muerte del empleador, sin especificar lascondicionesen que la misma
CNAT, Sala 111, 2013101, "Fournier, Sergio N.y otros c. Entet",DT, 2001-A-798
lSB CNAT, Saia 1,30/8/02, "Almirbn, Margarita y otros c. E.F.A.~mpresaFerrocarrilesArgenti-
nos", DI; 2002-8-1968.
588 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núñez
se produce, pues la da por supuesta ante una norma de tal amplitud como el ya
mencionado art, 225. TambiBn podría decirse que este artículo no se aplica al pro-
ceso de privatizacibn, pues cuando fue redactado no estaba en la mente de[ legis-
lador que el Estado se pudiera desprender de alguno de sus establecimientos, por-
que regía ia tendencia opuesta. Este fundamento tampoco resiste el menar análi-
sis, pues la generalidad y amplitud del dispositivo permite incluir todas aquelias
situaciones que, aunque inexistente5en ese momento, re adecuan perfectamente
a sus términos.
En cuanto al argumentoque dice queen realidad setrata de hacer afrontar una
deuda a un tercero que no tuvo incidencia alguna en la causación de la misma, esto
es, que se transforma en deudor a un sujeto de derecho que no lo era al momento
de contraerse ia obligación, cabria responderle que la situación descripta essimiiar
a la que dio origen al plenario "Baglieri", por lo que valen los mismos furrdamen-
tos vertidos en esa oportunidad.
No obstante ello, creemos que frente a una disposicion tan clara como la del
decr. 1803/92 se debió cuestionar su validezconstitucionai pava aplicar las normas
de la Ley de Contrato de Trabajo.
Capítulo X
La solidaridad en el nuevo merco
de las rel/a~i~raeá
1abora!es
-
l Car balio Mena, César A,, E¡ derecho del trabajo frente a la giobalización. i La estrategia
de 1067,ponencia presentada en el "V Congreso Nacional de Estudiantes de Relaciones Indus-
triales" y "IX Jornadas Académicas del 1ndustriólogo:'El industriólogo de cara al nuevo milenio'",
ceiebradas del 27 a! 29/10/98 la Unjversidad Católica Andrés Beilo.
Para el autor, los elementos definirorios de la globaliaación son:
a) Dominiodeiasfinanzassobre la produccibn L..).
b} La importancia en aumenta de fa es.tructura delsaber(...).
c) El aumento en la rapidez de la redundancia de ciertactecnologíasy (suacelerada...)trans-
nacionalizaciónI.,.).
d) E l ascenso de losoligopoliosglobales en Ia forma decorporacionesm~ltinacionales(..J.
e) La sensible erosión del poder regulatorio del Estado, con ocasión de un modero que desa-
rr.olia la producdbn, el conocimiento y las finanzas en esferas supraestatales y que, por
ende, apareja el desmontaje de las barreras arancelariasy de las medidas de protecciónde
los mercados nacionales.
f ) El abaratamiento de tos transportes y defas comunicaciones.
g) Losefic~entessistemasdeinformaciónquepermiealcapitalistaunavisibnho/i~tica-pa~-
ticipando así del atributo divino de la omnipresencia- del mercado mundial, y de los as-
pectos políticos, económicos y sociales de los paises queconforman el planeta.
h) El impresionante desarrollo en el área de la inforrnacidn (junto con el referido abarata-
miento dei transporte y lascomunicaciones) hanconducidoaias~andarizaciondelaspau-
tas de consumo mundial.
590 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E IVúñe~
-,.
do Perugini pedía: "Por favor, alguien haga algo para que el trabajo humano entre
en el mercado y sea, por lo menos, una mercancíaH5.
Mbdava un paso másail6 a l afirmar que debernossuperar nuestrasdificuttades
para aceptar que el proceso de escasos doscientos años en los cuales el trabajo, tal
y como hoy lo entendemor, ocupó un sitio neuridgico, se encuentra agotado; y
afrontar el desafío de entrar en otra era donde el trabajo deje de ser, tal vez, un va-
lor central6.
Aun cuando no nos resignemosa enroiarnos en visiones tan pesimistas, sídebe-
mos reconocer que se han producido diversas transformaciones a nivel mundial
que, obviamente, repercuten en nuestra discipIina ygeneran difemasque es nece-
sario dilucidar.
Ellas son: la creciente globalizacibn, con la consiguiente transnacionalización
empresaria y deslocalización de los productos; la incorporación de nuevas tecno-
logías; la tercerizaci~ny fragmentación de la actividad, las nuevasformas deorga-
nización de! trabajo y las nuevas relaciones interemprecarias7,
Sin perjuicio de señalar que este tema ha sido desarrollado detenidamente por
Alejandro Perugini, basta aquí señalar que hoy mismo se discuten, en el seno de
nuestra especialidad, las fronteras de la relación de dependencia. Incluso diversas
legislacioneseuropeas, tales como la alemana y la italiana, han incorporado nor-
tarniento como empleador, condición desde la cuñi, en los últimos tiempos, pretende aparecer
como modelo paraelsector privado, aunque, en algún caro, al preciodela contradicciónconaque-
lla función. Transformaciones estas que resuitan influidas, a su vez, por ia penetración de una cut-
tura privatista y descaliiicadora del estotisrno y las regulaciones, y que, en el cambo de las relacio-
nesdeltrabajo, se traducen en una tendencia hacia la desestatutarización -esto es, el paso de las
vinculaciones e~tatutariasa las contractuales-que supone, a su vez, una flexibilización compara-
ble a la desiaboralizacibn quese produce en el sector privado; c) Cambios en los procesos produc-
tivos que, por la introducción de nuevastecnoiogias, han modificado radicalmentelas calificacio-
nes laborales y provocado, ademgs, un mayor desarrollo de los sectores terciarios frente a los
manufacturerosy una progresiva esfumación de las diferencias entre trabajadores manualesy no
rnanuaies; 6)Tendencia hacia puestos de trabajo escasos, altamente calificados y tal vez bien re-
munerados pero acompañada de una rápida pérdida de las calificaciones; e) Prevalendadecon-
trataciones temporarias o a tiempo parcial en perjuicio de los contratos permanentesy a jornada
completa; fl Reapariciony nuevodesarrollo del trabajo a distancia; gf Coexistenciade unsector
moderno o estructurado con el que se ha dado en llamar no estructurado, queconforma un nue-
vo y atípico colectivo faborai cuyas carencias lo hacen más vulnerable pero que, al mismo tiempo,
entraña novedosos riesgos para los intereses del Estado y de los actoressocialestradicionales; hf
Deslaboralizaciónde las relaciones de trabajo, que puedesertotal, con modalidades de contrata-
cibn de prestaciones personales no laboralesexcluidas así del imbito regdado por el derecho del
trabajo, o parcial, por la vía de la desal&rizaciánde una parte de las remuneracionesque reciben
!os trabajadores; i } Cambios en ioc roles tradicionales del hombre y fa mujer, tanto en el mundo
del trabajocomo frente a la asuncián y ei ejercicio de derechos y responsabilidades familiares; j )
Cuestionamientode la representatividadde los sindicatostradicionales, agravado por la presencia
creciente de colectivos no sindicalizadoso con menor tendencia a ia sindicalización--profesiona-
les, técnicos altamente calificados, mujeres, trabajadores a domicilio, trabajadores precarios e in-
formales, etcétera-; k ) instalaci~nde un desempleo ya no cíclico ni coyuntural;sino estructural,
con signos preocupantes de permanencia e incremento. aun en contextos de progresoeconómico,
lo que permite habiar de crecimiento sin empleo; I ) Severa crisisfinanciera de la seguridad social.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 593
--m"- m-
l 1 Goldin, las fronterasde.la dependencia, en "Revista Derecho deITrabajou, año 1x1, n o 11,
noviembre 2001, p. 2039 y siguientes.
Responsabiiidad solidaria en el contrato de trabajo 595
----- "-
l6
RasoDeigue, LacontrataciOnatipica deltrabajo, ps. 15 y 16.
Perez Amorós, Desempleo y nuevas formas de empleo, DT,2003-A-319.
la P16 Rodríguez, "la descentratización empresarial y el derecho del trabajo", en Cuarentay
dos estudios sobre la descentraiizacion empresarial y el derecho del trabajo, ps. 11 a 21.
598 Ricardo D. Hierrezuelo - P e h E RIUhec.
- _ _
papel formal del empleador cuando no de la propia huida del Derecho de! traba-
jo. Nose trata sólo de una mayor perrnisibilidadsinode una clara aceptación, como
legítimas, de fórmulas que suponen la no asunción de Ia condición de empleador
directode trabajadoresdelempresarioprincipalo de la utiliracibn deformasautó-
nomaso no subordinadas de empleo que han encontrado incluso una nueva nor-
malización legal en algunos sistemas como el francés. Eso ha favorecido conside-
rablemente ei incremento de la descentraiizaciún productiva y el surgimiento de
nuevas figuras, también de empleo, como el t e l e t r a b a j ~ ~ ~ .
2o Rodríguez Piieiro - Bravo-Ferrer, Prblago dei libro de ponencia del " X Congreso Nacionai
de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social",Zaragoza, 28y 29/5/99, Colecciónlnform@s~ Estu-
dios, Serie Relaciones Laborales n028, ps. 13 a 16.
2; Pl&Rodriguez, "La descentraljzación empresarial y ei derecho de! trabajo", en CuarenTaY
dos estudios sobre la descentralízacián empresarial y elderecho del trabajo. ps. 1 1 a 2 1.
22 Vease Cruz Villalon, Outsourcing yreiaciones laborales,en ii bro de ponencias dei "X con-
greso Nacional de Derecho dei Trabajo y de la Seguridad Social", Zaragoza, 28 y 2915199, Colección
Informes y Estudios, Serie Relaciones Laborales no 28,ps. 251 a 326.
600 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Múfiez
.
-
e
- "-~_._.-
c) Caracteres
26 Valdésilal-Re,Descentralizaciónprúductivayderorganizaci~ndelderechodeltrabajo, DT,
2002-A-682. Asimismo, agrega: "Desde luego, estos cambios no se han traducido en un único tipo
de organización. La formación de redes de subcontratacibnquegiran en torno a grandes empresas
difiere de la constitución de las redes horizontaiesque agregan pequeñas y medianas empresas en
drstritosindustrialec.Ylaestrucruradetelarañadelasalianrasestrategicaseritrelasgrandesempre-
sasosdistinta de la mudanza hacia la empresa horizontal. Pero el elementocomúna todaseIlasesla
red, forma organizativasocialmentetípica en la econornia globalizada.
La descentralizaciónproductiva es entendida como forma de organizar el procesodeelabora-
ción de bienes y de prestación de servicios mediante el recursoa la contratacibn de proveedoresy
suministradoresexternos para la ejecucibn de ciertasfaseso actividades. Ladeccentraljzaciónpro-
ductiva se caracteriza por dos rasgos, que constituyensus notas de identidad: la Cragmentacion o
segmentación del ciclo productivo y la externaiizacibnoexteriorizacián deciei-tasfases,funciones
o actividades de dichos ciclos. Desde una perspectiva macro, la descentrafizaciánproductiva lleva
asociada, por tanto, dos consccuencia~esenciales. La primera, de caracter econbmico, consiste en
la introduccibn de un principio de divisian del Trabajo entre las organizaciones empresariafes. El
viejo principio de división del trabajo interempresarial, estructurado en Torno a la diversificación
de las prestaciones de trabajo y a la estratificación jerárquica de los trabajadores en categorías
monovalentes, da pasoa una versión en la que la ecpecializaciiin alcanza l a propia organizacibn.
La segunda consecuencia, ya de impronta jurídica, reside en el tipo de relacionesinterempresaria-
les que la descentralización productiva pide, sustentadas en víncuios de cooperación, de coordi-
nación o de dependencia.
La generalización y diversificación de losinstrumentosjuridicos al servicio de ia descentraliza-
ciónexterna han cotocadoen unasituacióndeobsolescencia la norma de proteccibnenunciadaen
e l art. 42 del ET; por decirlo con rnayorconrundencia, la han privado de eficacia jurjdjca y de efec-
602 ~
--.. -,.
-
Ricardo D. Hierrezuelo Pedro E Núñez
tividad social. Por lo pronto y en la medida en que el objetodei negociojurídico al que se refiere
aquel precepto, que esel arrendamiento de obra, se presenta como el resultadode un hacer, queda
extramuros de latuteladispensada por la tecnica de lacorresponsabiiidadempresarial la mayoría de
los nuevas contratos a través de los cuales circula actualmente la exteriorización de actividades: los
que, auncuandocomporianuna obligaciónde resultado, notienencomoobjeto la ejecución defun-
ciones especificas a realizar por encargo deuna empresa principal e integradasensu ciclo(gesti6nde
serviciosajenosodistribucian); losquecomportan un daren lugar de un hacer(suministrode bienes)
o, en fin, los que, aun teniendo como obligación un hacer, esta no es de resultado sino de actividad
(mantenimiento de informática).
Pero al margen del acierto o inadecuación de las respuestas de nuestro ordenamiento laboral
en relacidn con ias formas de exteriorización de actividades, Ia descentralización productiva, ai
multiplicarloscentrosdeimputacióndecargas y responsabilidadesydiversi.ficarlos poderesdearga-
nizacjdn, ha desorganizadoel patrbn clásico de la figura del empresario. En el sistema tradicionaide
relaciones laborales, en el que ef empresario controla e#entero ciclo productivoy, en razón de ello,
la fuerza de trabajo necesaria para producir el bien o prestar el servicio, no resulta difícil conocer
ni ia iden.tidad ni la ubicacibn del titular de los derechos y deberes nacidos del contrato detrabajo
las más de las veces; este, incluso, puede ser designado con un ligero movimiento de la mano. En el
sistema actual, /a figura del empresariotiendea difuminarse o, al menos, a perder la transparencia
que el principio do seguridad jurídica pide, a disolverse en una red de telaraña cuyo efecto so~ial
mas inmediato no está ciendo &roque el de acrecer ia posición de fuerza de las empresas ubica-
das en el epicentro de la red sobre el rrieicado de trabajo globaiizado.
Responsabilibad solidaria en el contrato de trabajo 603
-
-
"
-
"
P-
,-
-
-
29 Lyon-Caen, Sur le transfert des emplois dans les groupes rnulfinationaux, " Droit Social",
no 5, may. 1995,p. 489.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
--~-------- -- ". --605
Es.te fenbrneno se aprecio durante parte de ia década del noventa entre ia Ar-
gentina y Brasil donde, como consecuencia del grave problema de competitividad
que tuvo el primero de los países, provocó que empresas alli radicadas se traslada-
ran a Brasil, donde producíanel producto a bajo costo, para luegovender en la Ar-
gentina, con ias ventajas económicas que ello orig ¡naba.
d) Causas
Entre las causas que han contribuido al surgimientoy expansión de este fenó-
meno se encuentran, en primer lugar, los cambios tecnológicos, pero también se
pueden mencionar factores económicos, organizativos, políticas, tributarios y por
supuecto, laborales.
a) Cambiostecnológicos: losavancestecnoiógicos, sobre todo en el área de la
informática yde lascornunicaciones, han permitido una descentralización
geográfica entre las diversas unidades productivas integrantes de la red, o
que participan en el proceso productivo, incluso en niveles transnaciona-
les, facilitando la realizaci6n de una estrategia en común, una mayor espe-
cialidad (al concentrar una determinada parte de! proceso productivo en
cada unidad) y una reduccibn de costos fijos, como los relacionados con la
inversión en infraestructura productiva (que son absorbidos por la ernpre-
sa satélite).
b) Factores económicos: fa globatización y con eila el modelo económico mun-
dial hantenido repercusionesirrefutables en este fenómeno, así como tam-
bien el desarrollo del sector servicios, que son los que más comúnmentese
externaiizan, fomentando de esa forma la creación de empresas pequeñas
y medianas.
c) Factoresorganizativos:durante los últimostiernposseha valorizado la con-
tratación con empresas pequeñas y medianasque, por sus dimensiones, es-
tán en mejores condiciones de adaptarse a los cambios productivosy de dar
una respuesta rdpida a los probfemasquese plantean. Estas, ademas, seen-
cuentran dotadasde alta tecnología y gran especializaciónen un determina-
do segmento det proceso productivo, lo que torna economicamente Qtil la
contratacióndesusservicios. Asimismo, como bien apunta RasoDelgue, laex-
ternalización promueve la competencia de las trabajadores independientes
y de lossubcontratistaspara ofrecer a la empresa central mejores productos
a menor costo. Es decir, el empresario sustituye la producción con la adqui-
sición y contratara lo que le asegure la rnayor productividad posible.
df Factores políticos: esta forma de organización dei trabajo no sólo ha sido
impulsada por los Estados, sino que incluso fueron ellos los que Ia imp!e-
mentaron, tercerizando distintas actividades que antes realizaba con per-
606------ Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núñez
- -- -u-
sonal propio mediante distintos mecanismos, entre los que se pueden men-
cionar las privatisaciones, licitaciones,concesiones y contrataciones,
e) Factores tributarios: el desarroilo y la profileracibn de empresas satkli-tes
conformadas par pequeñasy medianas empresasson alentados por el Esta-
do a travesde exenciones fiscales y demás beneficios tributarios que incen-
tivan su instalacibn.Por su parte, iadescomposición de la estructura empre-
sarial en un grupo de pequeñas o medianas empresas y el establecimiento a
la par de relaciones comerciales entre ellas -un tercio de las transacciones
comerciales mundiales se realiza en el seno de las muitinacionales-perrni-
t e a ésta jugar con ios llamados precios detransferencia, que tan difíciles son
de controlar por las autoridades tributarias30.
f) Factores laborales: demás esta decir que la reducción de personal a través
de fa externalización supone una reducción en los costos de la empresa, ya
que la contratación con terceras empresas o con trabajadores autónomos
resulta generalmente mis económica. Tarnbikn contribuyó \a falta de reac-
cián de los principales interesadosodesusrepresentantes,motivado por los
altos indices de desacupación y el temor de perder el empleo en el primer
caso, y la disminución del control sindical producida por la pérdida de repre-
sentatividad y fuerza que lo caracteriza actualmente, en el segundo.
más dinamismo porque sevan transformando, creciendo, ampliando, sin tener una
consolidación tan firme y extendida como las anteriores.
En cuanto a la tercera clasificación, cabe señalar que las actividades normales
son lasque resultan de las razones productivasprovenientes de la misma indolede
iastareasque debancumplirsey que pueden requerir una mayor especialidad, ido-
neidad o instrumentos adecuados. Las patológicas son las que buscan eludir res-
ponsabilidadesy bajarcostos.Sean ellasdecarácter labora! u organizativo,seande
carácter tributario o vinculadas con la seguridad rocial.
La cuarta clasificación es muy similar a la anterior. Las reales son aquellas en las
que existen motivosjustificados para recurrir a la especializaciónde técnicos parti-
cularmente capacitados para producir una obra técnicamente superior o econó-
micamente mis favorable. Las ficticiasson las que ni siquierabuscan mejorar oaba-
ratar las operaciones sino que lo que buscan a través del fraude o la maniobra es
eludir obiigacione~~~.
Por su parte, Herbert y Silveira realizan una doble clasificaci6nsegíinsetrate del
objetivo buscado por la empresa o de [aestrategiade descentralizaciónproductiva.
Finalmente, Fernández Brignoni indica que desde fa perspectiva del rol empre-
sa/ernpleador las formas de tercerización podrían agruparse de acuerdo con los si-
guientes criterios:
a) Por su finalidad, derivada del cambio tecnológica o especialización: la fina-
lidad puede referirsea ia necesidad de acompañar los cambios tecnológicos
ocurridos, con el objetivo de mantener un nivel de cornpetitividad que la
haga viable.
b) Por su finalidad, para lograr mayor capacidad de competencia en el merca-
do: a través de las estrategias de descentralización, la empresa realiza su ac-
tividad atendiendo estrictamente a la demanda que recibe y al tiempo en
que le llega la misma Oust in time), iogrando desprenderse del costo que le
ocasiona el mantenimiento del stockde mercaderías.
c) Por su finalidad, para eludir las normasdel derecho laboral: en este caso las
formas de descentralizaci6n aparecen como formas fraudulentas o evaso-
ras de las normas de protección de los trabajadores y/o de las normas tribu-
tarias o fiscales.
d) Porsu estructura, descentralizacidn productiva horizontal: este tipodedes-
centraiizacion refiere a una estructura de empresa disefiada bisicamente
como una red, es conocida con el nombre de redes emprerariales. Consiste
en contratar con proveedores externos o ciertas fases o actividades de la
empresa no consideradas competencias basicas de ésta, que con anteriori-
dad y de haber sido necesarias, las hubiera desempeñado ella misma.
e) Por su estructura, descentralización productiva vertical: la descentraliza-
ción vertical supone, a! igual que laanterior, la contratacióncan terceros pa-
ra la realizaci8n de parte de la actividad o de los bienes que ia empresa con-
tratante necesita para funcionar o producir, pero con la que
la relación no es entre iguales. En este caso, una de las empresas tiene sobre
"
Moreno Gene, Algunas cuestionessobre la deterrn!naridn delempresario en las procesos
de filializadón, en libro de ponencias-del "X Congreso Nationai de Derecho del Trabajo y de la
Seguridad Social", Zaragoza, 28 y 29/5/93, Colección Informesy Estudios, Serie Relaciones tabora-
lesnQ28,ps. 705 a 725.
m PPérezde IosCobosOrihuei, Fi)ialiración. Gruposdeernpresas, en libro de ponenciasdel "X
Congreso Nacional de Derechodel Trabajo y de la Seguridad Social", Zaragoza. 28y 29/5/99, Colec-
cibn Informes y Estudios, Serie RelacionesLaboralesn028, ps 629 a 665.
Garmendia Arigbn, "Filializacián", en Cuarenta y dos estudiossobrela descenfra/tzacion
empresartaiy eiderecho del trabaja, ps. 201 a 21 3.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 613
g) Consecuencias
La descentraiizaciót~productiva produce importantes consecuencias en ntiestra
disciplina, tanto en el Derecho individual del trabajo como en el Derechocolectivo
y de fa seguridad social.
En el Derecho individual, la externalización defunciones ha resultadosumamen-
t e ventajosa para las empresas ya que les ha permitido desprenderse de ciertas acti-
vidades para concentrarse en las que más ier interesan, Esto permite reducir costos
no solo en infraestructurasino tarnbien laborales al parar el personal a trabajar para
las empresas satélites. Asimismo, las pequeñas o medianas empresas con las cuales
contratan osubcontratan losservicioscuentan con tecnologia de ultima ~eneración
y están sumamente especializadas, lo que redunda en una mejor calidad del traba-
jo. En definitiva, este fenbrneno ha sido altamente positivo para las empresas pues
les ha permitido sobrevivir en un período de grandes convulsiones económicas y
enfrentar el desafío de la competitividad dentro del ámbitode la m~ndialización~~.
Como efectos negativos, se destaca la pérdida de identidad o compromiso de
los trabajadoressubcontratadoshacia la empresa principal, lo que dificulta la pro-
ductividad. Además, en algunoscasoc ¡a tercerización hacia empresas no especiali-
zadas puede generar una disminución de la cafiFicacion del personal.
La sucesión de contrataciones y subcontrataciones también lleva, no ya a una
imperronalizacion sino a un desvanecimiento de la figura del empleador, quien
desaparece (se haceevanescente, al decir de Rivero Lamas) frentea la pluralidad de
sujetosque intervienen en el proceso productivo, ioque creaserios inconvenientes
a la hora de ejercitar los poderesjerárquicos, así como también el momento de res-
ponder por las obligaciones laborales y de la seguridad social.
43
P6rezdelosCobos Orihuel. Filialtzacion. Gruposdeempresas, en libro de ponencias del "X
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ción informes y Estudios, Serie Relaciones Laborales no28, ps. 629 a 665.
4"P16~drígue~, "Ladescentralización empresarial y el derecho dettrabajo", en Cuarentay
dos estudios sobre la descentralizaciónempresaria/ y eiderecho del trabajo, ps. 1 1 a 21.
Responsabilidad solidaria en elcantrato de trabajo 615
--- -m
" Raso Delgue, "Outsourcing", en Cuarenta y dos estudios sobre /a desrentrairzación em-
presaria! y elderecho del trabajo, ps 37 a 45.
47 Para Sotelo Marquez y Moreira Roca la crisis sindical obedece a causas exogenas y endo-
genas. Entre las primeras encontramasios cambios económicos y políticos jgiobalizarión dela eco-
Responsabilidad solidaria en el contrafo de trabajo 617
-
productivo hace que trabajadores que antes prestaban servicios e n la empresa
pasen a depender de la empresa contratista, produciendo una reducciirn de losafi-
liados del sindicato de la primera, puesahora estastrabajadores pasarán a depen-
der de la ásociaciónsindicai que ejerza la representación en la empresa tercerizada,
de acuerdo con la actividad que la misma realice. Además, la precariedad laboral o
!a disminución de condiciones de trabajo que generalmente acarrea la descentrali-
zacion productiva, sumado al temor d e perder el empleo, genera un fenómeno d e
insolidaridad en la clase trabajadora, que atenta contra uno de los principios del
que se valibei sindicato para el cumpfimiento d e sus Cines.
No le faita razón a Raso Delgue al sostener que: "el modelo taylorista-fordista
con suseiernentos rígidos (fabrica, subordinaci8n1 categoría, salario fijo) contribu-
y6 al desarrollo y fortalecimiento de la organización sindical. La solidaridad obre-
ra, base d e la acción sindical, se construyó sobre la base de trabajadores reunidos
durantejornadas completas d e trabajo en un mismo lugar, con similares funciones
y con las mismas recompensas. La moderna fragmentación de [a fábrica, la compe-
titividad de tos trabajadores dependientes e independientes, la poiivalencia y la
desigualdad de las retribuciones ponen en crisis la solidaridad obrera. El sindicato
encuentra dificultad en representar intereses de trabajadores, muchas veces can-
trapuestos. Se comprueba, por l o tanto, e n toda empresa queterceriza susservicios
un debilitamiento de la influencia sindical, que esen definitiva u n objetivo incon-
fesado, pero real de los e m p I e a d o r e ~ " ~ ~ .
Pero la externalización d e funcioi?cs n o se produce sólo mediante la contrata-
ción con otras personas jurídicas, sino también -reiteramos- con trabajadores
43 Alusión hecha al enjundioso trabajo escrito por Valverde, "El discreto retorno del arren-
damiento de servicios", en Cuestiones actuales de derecho de¡ trabajo, estudios en homenaje a
Manuel Atonso Olea, p. 225 y siguientes.
Pld Rodriguez, "tadescentralizacibn empresarial y el derecho del trabajo". en Cuarenta y
dos estudios sobre la descentralización empresaria/y el derecho del trabajo, ps. 1 ? a 21.
Rosenbaum Rímolo, esce centralización empresarjal y rtegociacibn colectiva", en C u a r ~ n -
ernpresariaiy el derecho deltrabajo, ps. 491 a SI I .
ta y dos estudiossobre /a descentralizarió~>
Responsabilidadsolidariaen el contrato de trabajo 619
u--
hj La descentra/iraciónproductiva y la Ley
de Contrato de Trabajo
ria, esta modalidad ha dejado de ser utilizada con la habitualidad con la que se
recurría a él durante ta vigencia de! decreto 1455/85.
En la que respecta a1 art. 30 de la K T S 2 ,este tipo de contratacionesconcentra la
mayor cantidad de loscasosdedescentralizacidnproductiva. Por ello ei tema posee
vincuiación con la formuia utilizada por la norma laboral bajo comentario, ya que
se trata precisamente de la dispersión espacial de las unidades productoras, tanto
dei sector industrial como especialmente del comercial o de servicios, donde se
observa un desplazamienta notablede unidadesdeexplotación,quedesmembran
el concepto de empresa tradicional, en cuyo seno se suponía que se realizaban las
mas impcirtantesdelas operaciones, valiéndose de personal contratado por el titu-
lar de la empresa o del establecimiento. El traslado de esas operaciones conduce
naturalmente a fa transferencia de mano de obra desdeel centro hacia la periferia,
configurándose el panorama que se conoce como la enjambrización a la que se
refiere Weiss, Pues bien, estas transformacionesseoperan jurídicamente mediante
una infinidad deformas, algunasde las cuales nisiquíeraseernparentanconlastra-
dicionalestenidasen cuenta porel legisladoral momentodeelaborariaf6rrnulade
la cesión, la contratacióno la subcontratacion, abarcadassin embargocon una 56r-
mula preventiva inteligentemente incorporada bajo la expresión "cualquiera sea
el acto que le d4 origen ".
Sin embargo, la apticación de este artículo ce encuentra circunscripta a las for-
mas de externaliracion expresamente establecidas, que han sido analizadas con
estrictez por nuestra más Alto Tribunal, a lo quese suma, como vimos en el capitu-
lo correspondiente, la existencia de algunos negociosjurídicos que producen la in-
versión de las posicionesempresariaies, tornando inaplicabie el artículo bajo aná-
iisis (franquicia, suministro, etcétera). Como si esto fuera poco, la ley 25.01 3 refor-
mó el art. 30 de la LCT, modificando la responsabilidadsolidaria del contratante,
que pasOde ser objetiva, y como consecuencia de la simple interrelacidn ernpresa-
ria, a ser subjetiva, por el incumplimiento de tos deberes de control que el ordena-
miento pone a su cargo.
Enei art. 31 deja LCTnosencontramosconlos mismosobstaculosqueeneiante-
rior, pues no sólose debe acreditar la existencia de control o la presencia de un con-
junto económico de carácter permanente, con locual se excluyen las agrupaciones
empresarias, sino también, para extender la responsabilidadsolidaria a la contro-
lante oa las demás integrantes del grupo, se exige ia acreditación de un eierne~to
subjetivo de responsabilidad, como es la existencia de maniobras fraudulentas o
conducción temeraria, Estre extremo, que fuera agregado por la ley 21.297, pues
en el texto original de la LCT no se encontraba, torna dificultosa la aplicación de
este artículo.
5Z
Rodríguer Mancini, losalcancesde\arl: 30dela LCT, en "Revista de Derecho Laboral", no
2001-1, "La solidaridad en el contrato detrabajo", mar. 2001, ps. 158y 759.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 62 1
-. *
21.297 de c6mo las operaciones de desactivación del Derecho del trabajo no son
patrimonio exctusivo de los anos '90.
Y agrega Perugini que una perspectiva laboraiista de ningUn modo implica la
condena prejuiciosa de los nuevos fenómenos de transformación de las estructu-
ras económicas y organizacibn empresarial, acontecimien~ade carácter mundial
generado por raíces de orden financiero y productivo, manifestado por la transna-
cionaiización de las inversiones y la implementaciOn de sistemas que alteran la
reiación entre el capital y el trabajo.
Pero sí se trata de entender que en las decisiones que llevan a taies estructuras
no existe una previa determinación del destinosino una deliberada decisiónde los
agentes de aquel orden financiero y productivo en miras a la obtención de mayo-
res beneficios, que no por ser irreprochables desde el punto de vista legal o ético
pueden dejar de tener una significación dentro del tejido social en el que enczen-
tran localizaci6n.
Por otra parte, conviene reiterar, que en esta era post-industrial, asistimos al
mismo tiempo a una relajaciónformal de las prácticasdesubordinación, a una pre-
carización del trabajo, y a una cada ver mas intrincada red de conexiones interem-
presarias que tornan cada día más complicada la relacitrn entre empresariosytra-
bajadores. Esta se traduce, tal como acertadamentese advierte en el "Informe Su-
piot", en un crecimiento del grado de inseguridad de las persnnasy la extensión de
esa zona gris situada entre el trabajo dependiente e independiet~te~~.
Al comenzar a desarroliarse fas relaciones de tipo empresa-trabajador en un
marco de redes de empresas, sin que exista corresponsabilidad de ellas para con el
trabajador, la situación para quienes desarrollantareas remuneradas bajo estas mo-
dalidades se vuelve más compleja. Asi, los criterios más o menos precisos a los que
estuvimos acostumbrados por largo tiempo a ia hora deseparar lo dependiente de
lo nodependiente y al empleador del que no lo es, sedesdibujan, re hacen difusosy
terminan por desaparecer al caer ese precepto que nos guiaba a identificar al em-
pleador con quien obtiene tos beneficios finales del trabajo dependiente.
Uno de !os mis claros ejemplos al respecto se materializa en et fenómeno de la
dislocación territorial, donde un bien o una serie de bienes relacionadosse produ-
cen dentro de una jerarquia de diferentescujetos jurídicos, contratos y subcontra-
tos, que incluyen todosycada unode los aspectocinherentesalproducto: nombre,
diseno, manufactura, distribución, venta, etcétera.
Es innegable que lo que ha cambiado es el supuesto de hecho, por haberse dis-
gregado los centros productivos de tipo fordista en auténticas redes de'coordina-
ci6t-1,que incluyen la subcontrataciónmasiva tanlode productoscomo deservicios,
no pueda ser aplicable a todo el espectro de relaciones del tipo de las que se esta-
blecen actualmenteCs.
Si bien en un primer momento nosencontramostentados a encontrar esas cau-
sas en una simple falta de regulación o nominación de los tipos contractuales que
dan lugar a las redes empresarias, la comparación de la redacción actual de la ley
21.297con la Ley de Contrato deTrabajooriginal nos hace dudardesi esa exclusión
no fue intencional, rnixirne cuando, recordemos, la ley 25.073 pasó a sustituir un
sistema de solidaridad amplia y automática (objetiva) por otra basada principal-
mente en el incumpiimicnto de los deberes de control (subjetiva}.
Es posible que lo que haya que dejar de tener esmiedoa la admisión de que en las
decisiones legales a adoptar en la materia existe una evidente cuestión de ideologí-
as, pero que ello no sólo no supone una nota vergonzosa sino la admisión de que
quienes pretenden esconder sus decisiones en el pragmatismo tambien operan
ideológicamente. Sostener que la normativa laboral no está preparada para dar
solución a los problemas derivados de las franquicias, la tercerizaci6r1,o la globali-
zación es sOlo parcialmenteverdad, sobre todo cuando no se enuncia a efectos de
dar una mayor operatividad a las normas tuitivas sino a condenarlas por intentar
compensar los mayores beneficios obtenidos con mayores responsabilidades de
orden socials.
A aquella desconfianza hay que sumarle el paradójico destino del instituto de
la solidaridad en nuestra materia, donde pesea encontrarse reforzadopor Iosprin-
cipios tutelares que rigen el Derecho laboral, se io ha analizadoy aplicado con ma-
58 Lorelizetti sostiene acertadamente que en las relaciones internas, las redes presentan un
nexo que estlvinculado a la colaboración entre las partesque la integran. El elemento unificador
es la conexidad, que debemos diferenciar ciaramente de la integración total o parcial, de natura-
leza societaria. La referida conexidad es un componente que fundamenta la existencia de ele-
mentos propiosde ia red, como la causasistemática, la finalidad supracontractual y la reciprocidad
sistemhtica de las obligaciones. Asimismo, da origen a obfigaciones sistemáticas, de modo que las
partes tienen entre s i obiigaciones principales, accesorias y deberes secundarios de conducta y,
además, deberes referidosal sistema que integran. Agregaque, en el aspectoexterno, como regla
general para losterceros (entre tos que se encuentran iostrabajadores) el contrato celebrado por
los integrantescie la red es un hecho jurídico, razón queobstaculiza la existenciadirecta deaccio-
nes basadas en el contrato, no obstante io cual puede haber responsabilidad por cantrol, por la
apariencia, o por la estructura del vinculoobligatorio. Estimamos, empero, que fa responsabilidad
deberia extenderse a todos los integrantes de la red, para todos los trabajadores ocupados en la
misma, por la propia finaiidad negocia1 supracontractual que justifica el nacimiento y funciona-
miento de fa red. Lorenzerti, E l fraccionamienro de la responsabjlidad iaboral, en "Revista de
Derecho Laboral", n02001-1, " l a soiidaridad es el contrato de trabajo", p. 113 y siguientes.
59 Perugini, Trabajo subordinado y trabajo independiente. ¿Exige la reaiidad un repianteo
de ¡os postulados de/ derecho del trabajo?, en libro de ponenciar del "1 Congreso Trasandino de
Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social", realizado por la Sociedad Argentina de Derecho
Laboral, Mendoza, 3 a1 6/4/02, p. 219 y siguientes.
626 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro F. Núñez
_ I _ _ _ . A . _ I . _ _ I I ' - L - - _ I _ ^ - - - w
Nos dice Supiot que ei Derecho del trabajo presenta la ventaja de ser una rama
del Derecho que, estando vinculada a la legalidad burguesa, es al mismo tiempo
uno de los objetivos preferentes de los teóricos de la derregu~acion,y agrega que
parece posible incluso distinguir, con claridad y a primera vista, das partes de este
Derecho: una parte de inspiraciún liberal, articulada sobre los conceptos de pro-
piedad yde contrato, y una parte de intervencionismoestatalque incluye los dere-
chos colectivos (derecho sindical, derecho de huelga .,.)y las normas de protección
individual del trabajador (salarios minirnos, duración máxima de la jornada, higie-
ne y seguridad ...)".
Sin embargo, cada vezexiste un desbalance más pronunciadoentrecada una de
estas dos partes que enumera Supiot, materializadas justamente en una pérdida
de peso par parte del Estado a la hora de determinar las politicas laborales, como
contrapartida de una influencia de muy fuerte contenido ideolbgico.
No creemos, como claman algunos, que io que debemos plantear sea una dis-
cusión acerca desucontinuidad, perosl ampliar sus limites para comprender al tra-
bajo en todas sus formas (en el sentido que te da el art. 14 bis de nuestra CN),ysal-
var asi los dilemas que supone la problemática de las fronteras de la dependencia
y las relacionesinterempresarias.Y si la definición misma de trabajadorse encuen-
tra hoy debatida, cuanto mas la de empleador:¿podemosseguir ilamando asi a su-
jetos que no dirigen ni tienen poder decisorio alguno dentro de la red empresaria,
especialmentecuando no se benefician, en definitiva, con las gananciasgeneradas
con el trabajo dependiente?Consideramos que no.
Es, a nuestro criterio, imperioso un replanteoserio de nuestra normativa que sí
tenga en cuenta estos nuevos fenómenos en cuanto sean legítimos, perotambikn
es necesario que la legislacidn esté dispuesta y preparada para dar un paso atrás
con el fin de que el Estado recupere parte de su funcibn protecroria e intervencio-
nista, porqueei idearia del individualismo nos ha probado concrecessercapazsólo
de brindarnos iosfruros mas amargos: atomización, perdida de cohesion y fuerza
sindical, flexibiiizacion y precarización en las relaciones de trabajo; y en el ámbito
la seguridadsocial, un sistema de capitalizacibn qiie dej6 de lado el sistema desoli-
daridad anterior.
Es hora de que nuestra especialidad se reencuentre con los valores humanistas,
extendiendo su manto protector a los sujetos hoy excluidas de una tutela que el
art. 14 bisde la CN les garantiza y que inspiraron a los grandes maestros del Dere-
cho del trabajo, e introduciendo un sistema de solidaridad objetiva coma mecanis-
mo de proteccióndel trabajador, en el que no sólo deba responder quien dirige el
trabajo sino especialmente quien en última instancia se beneficia con él.
§ 63. Conclusión
67 Supiot (coord.),Trabajoy empieo. Transformaciones del trabajo y futuro del derecho del
trabajo en Europa, p. 305.
68 Carbalfo Mena, César A,, Eiderechode~trabajofrenteaiag/oba/izarión.~La esrrategia de
Job?, ponencia presentada en el "VCongreso Nacional de Estudiantesde Relaciones Industriales"
y "IX Jornadas Académicas del Industriólogo: 'El industriofoga de cara al nuevo milenia"', cele-
bradas del 27 al 29110J98 en la Universidad Católica Andres Bello.
Anexo
Cuadro de C O B I C O ~ ~ B P P C ~ B S
art. 33 ". -- .,. .. - ,., - 145,146,148~168 art.814 --u ------i-----l. 936y 1624
art. 39 .+ - -- .+743 + -- - -
a% 902 - _ ---- . - -
- - - - - 1725
--e
art. 505 -. - - - - ..
U - -- ,- - - 7 3 0 ~ 7 3 1
- - U
art. 954 - - - - -- ..- - -. m 332
- - + - - - - - -
art. 701 -- - - -
l. .+ - - . .- -... _ -- .-828 - arr. 1072 .- ... - - - - - 1726 y 2728
m - -. -.
art. 704 -- .- ,~----,-+- ..- - .-836 art. 1195 --- --- 1021,1022 y 1024
art. 705 m - - .. - - - - - - . - - - -833 y 844 + a&. 1197 ------ - - - - 959, '1021
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