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Ricardo Diego Hierrezuelo -AbogadoIUBA).

Magisteren DerechodelTrabajoy RelacionesLabora-


les InternacionalesjUNTREF),Secretariode Primera Instancia de /a Justicia Nacionai dettabajo. Docen-
t e de Derecho del Trabajo y de ia Seguridad Social en la Facultad de Derecho de la Universidadde Bue-
nos Aires (UBA), en la Universidad del Salvador (USAL), en la UniversidadArgentina de la Empresa (UA-
DE), en la Maestría en DerechodelTrabajoy Relacionestaboraleslnternacionalesde la UniversidadNa-
cional de Tres de Febrero (UNTREF) y en la Maestria en Derecho del Trabajo yde la Seguridad Social de
la UniversidadSan Carlos de Guatemaia.Vocaf de la Comisión Directivayde la Comisión de Actividades
Académicas y Publicacionesde la Sociedad Argentina de Derecho Laboral (SADL), y Comité Cientifico
de !a Revista "Laboral" de la entidad. Doctor en Derecho del Trabajo, Previsión Social y Derechos
Humanos.

Pedro Fernando Núñez - Abogado JUBA), Escribano (UBA) y Licenciado en Relaciones Industriales
IUADE). Magister en Derecho del Trabajo y RelacionesLaborales internacionales (UNTREF). Consuitor
de empresasen temasde relaciones laboralesy arganizacibn empresarial. Coordinador de fa Maestria
en Derecho del Trabajo y Relaciones Laborales Internacionales de la Universidad Nacional de Tres de
febrero(UNTREF). Director de RelacionesdelTrabajode la UniversidadKennedy (UK). Profesortitular
de Derechodel Trabajo y la Seguridad Social en la UniversidadArgentina de la Empresa {UADE), en la
UniversidadKennedy IUK), en la UniversidadNacionaldeTresde Febrero (UNTREF) yen / a Maestríaen
DerechodeiTrabajoydela Seguridad Social de la UniversidadSan Carlosde Guatemala.Presidente de
la Asociación de RelacionesdelTrabajode la RepúblicaArgentina (ARTRA).Vocal de la ComisiónDirec-
tiva de ta Sociedad Argentina de Derecho Laboral JSADF) y Comité Científico de la Revista "laboral"
de la entidad. Miembro de la Comisión Politica de fa Unión Industrial Argentina (UIA} y de la Asocia-
ción Industriales Metalúrgicos de la Argentina {ADIMRA). Doctor en Derecho del Trabajo, Previsión
Social y Derechos Humanos.
I I

i' Ii
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LA".".--
4"dición i Ricardo D, Hierrezuelo - Pedro E Núfiez

contrato
Análisis bajo el Código Civil y Comercial de la Nacibn

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - + - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Solidaridad laboral: incidencia de los contratos asociativos.


Interrelación, intermediación e interposición de personas. Agencias
de calocacion y de servicios eventuales, Cesión total o parcial
y transferencia del establecimiento. Contratación y subcontratación.
Tercerización. Pluriernpleador. Responsabilidad de los miembros
y representantes de sociedades comerciales y de personas jurídicas
que no son sociedades
Prólogo de Estela M. Ferreirós

1 trabajo
/ y seguridad social

Sutio A. Griscalie
dirección
l%dicion: abril de2003
2%ediciÓn: marzo de 2008
3" edición: abrii de 201 1
O Copyright by 4" edición: abril de 201 6
editorial harnmurabi s.r.1.
-
Talcahuano481 4 O piso
-
C1013AAl- Buenos Aires Argcn'iina
'[el.: (54-: 1)4382-3586 -1ineas rotativas-
-
E-mail: infa@hammurabi.~omar win~w.hammurabi.com.at

Producción integral

concapt dssign
de Fernando Lucas Depalma
Tel ,4382-2080 -1ineas rotativas--

Esta edicibn se tenniri6 de imprimir


en el mes de abril de 2016
en {{DocuprintS.A.»
Tacuatí 123, Buenos Aires - Argentina

Hecho el depbsito de ley 11.723


Derechos re~rvados
Prohibida su reproducció~?tolai o parcial
Impreso en Argentina/ Printed in Argentina
iSBN: 978-950-741 -752-8 {rtistica)

Ricardo D. H~errezueio- Pedro F. Niiñez


Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo
4aedición, Buenos Aires, Hammurabi, 202 6
646 ps., 23 x 16 cm,
ISBN: 978.950-741 -752-8
1 . Derecho del trabajo. 2. Contrato laboral
CDR 345 0 Fecha de ralalogaciDn: 5/4/20 16
A mi mujer Sandra,
a rnir hijos Rodriga y Victoria,
a mi madre Teresa
y a la memoria de mi padre y abuelos

Ricardo D. Nierrezuelo

A mis hijos Pedro Fernando y Victoria


con todo mi amor

Pedro E IVuTiez
Sobre la colección ((Trabajay SeguridadSaciab
Como lo expresara en la primera edición de este libro hace trece anos atris -y también
hace cincoanosen la tercera edición-, fue para mi un placer haber dirigido esta colección de
cuatro temasde Derechodel trabajo yde laseguridadsocialque se iniciaracon la publicación
de este primer volumen, reuniendoel trabajo intelectual que desde hace varios afiossedesa-
rrolla en la Comisión de Actividades Académicas y Publicacionesdela Sociedad Argentina de
Derecho Laboral (SADL) que tengoel honor de presidir, EstaCornisi9ntienea su cargo la revis-
ta "Laboral" de la entidad, y también colabora en ia Maestría en Derecho del Trabajo y Rela-
ciones Laborales Internacionalesdela UniversidadNacional deTres de Febrero, dictada en e l
Centro Cultural Borges en las Galerias Pacífico, Ciudad AutOnoma de Buenos Aires, en Men-
doza y en modalidad virtual (a distancia), además de organizar cursos y congresos.
La idea rectora de esta colecciónfue presentar al lector diversas obras en las que se efec-
tuaran exhaustivos análisis tecnico-juridicosde iasproblemáticas ytemasmas trascendentes
y actuales de la disciplina laboral. Su objetivo fue hacer conocer las posturas doctrinarias y
jurisprudencialessobre el institutoelegido, desarrollando el particular puntode vista de los
autores, y destacar su implicancia prhctica. los demis volúmenes abordaron La relación de
dependencia (Alejandro Perugini), Laprobiemática de /os emaiisde losdependientes (María
N . Oviedo} y Los procesos urgentes en el derecho del trabajo ( h a n M. Morando).

Sobre los autores integrantes del presente volumen


Los autores de este primer volumen son integrantes de la Comisión de Actividades Aca-
demicas y Publicacionesde la Sociedad Argentina de Derecho Laboral ISADL) y vocales de la
Comisión Directiva Centrai de la SADL; son especialistas en la materia con Ópticas diferentes
en virtud de sus disímiiesexperienciasprofesionales y docentes, lo que asegura una transmi-
sión adecuada de sus sólidos conocimientos.
Pero, ademds, se trata de dos queridos amigoscon ioscuales desde hace tiempo compar-
timos proyectos y actividades académicas, con la misma filosofía deelaborar posturasdesde
la honestidad e independencia intelectual sin introducir sutilmente matices interesados en
los contenidos; adscribimos a quienes hacen y no se ocupan de destruir o menospreciar lo
1O --- ,,,. --~--"- Palabras previas
-.-

valioso que haga e! colega, es decir, no actuamos como los cuervos que roban iris huevos de
otro nido en lugar de construir el propio. En esencia, tenemos la misma visión de un Derecho
del trabajo argentino moderno y protector de todos los trabajadores en relación de depen-
dencia, que defienda la justicia social y la dignidad del hombre que trabaja.

Sobre el contenidoy alcance del terna de /a solidaridad en el contrato d@trabajo


La problemática que genera la solidaridad en el contrato de trabajo se erige hoy en una
de las mas polémicas de! Derecho laboral. Los autores, con meridiana claridad, efectúan un
análisis abarcativo e integrador del tema abordado.
Seguidamentehare referenciaal contenido esencial de cada capitulo, evidenciándose en
esta cuarta edición una actualización de la jurisprudencia, en todos loscapítulos.

oCapitulo I
Aborda el tema de la solidaridad en general; comienza por susorígenes, fuentes, finali-
dad; luego presenta las características fundarnentaies, hacienda especial hincapie en los
efectos de la solidaridad activa y pasiva en el Derecho civil, incluyendo l a nueva regulación
en este tema a la luz de las disposicionesdel nuevo Código Civit y Comercial de la Naciiin.

Capitulo ll
Se refiere a la inserción de la solidaridad en el Derecho del trabajo, sefialando que nues-
tra disciplina no modifica la estructura del Derecho común, sino que se limita a imputar res-
ponsabilidadsolidaria en determinados casos, De ahíque su interpretaciin nodeba ser m6s
desfavorableque la del Derecho civil, rnáximecuandosedebe pasar por el filtro del art. gOde
la LCT. Por elloes que los autorecse refieren al paradójicodestinode lasolidaridaden el Dere-
cho del trabajo, en el cual, a diferencia del Derecho común, se exige que se demande con-
juntamente al empleador y al deudor solidario. Se aborda con profundidad el Pfenario
"Rarnírez", dictado por la CNAT en febrero de 2006, por ei cuai, en los supuestos de cesibn,
contratacibn y subconrratación se permite condenar al deudor solidario cuando no se ha
demandado o se ha desistido de la accion con el ernpleador.

* Capitulo III
Trata sobre lossupuestos de interposición e interrelaciiin, diferenciando semántica yjuri-
dicamente ambos conceptos. Luego se iodividuaiiza cada uno de los supuestos de interposi-
ción de personas (dependientes, hombres de paja, personas jurídicas, etcétera) y se analiza
la interrelacion a la luzde lo dispuesto por el art. 29 de la Ley de ContratodeTrabajo. Se ana-
liza asimismo, el Plenario "Vásquez", dictado por la CNATenjunio de2010, por el cual sedis-
cutia la procedencia del ñrt. 8' de la LNE, cuando estarnos en presencia del supuesto previs-
to en e l art. 29 de la LCT.

Capitulo lV
En primer lugar, se estudia el funcionamiento de las agencias privadas de empleo en el
arden nacional y en e l internacional, con especial detenimiento en ias agencias de coloca-
ción y las selectoras de personal; finalmente, se realiza un estudio profundo y medular del
accionar de las empresas de servicios eventuales a lo largo de los distintos periodos: su naci-
miento, su apogeo con el reconocimiento de la ley 2 1.297 y su debacle a partir de la sanción
Palabras previas 11
-" --,M,

de la ley 24.013, que estableció la responsabilidad objetiva, Se analiza pormenorizadamen-


t e e l decr. 2694106, quesurtituyo al 342192, que reglamenta losartículosde la LCTyde la LNE
referido a las empresas de servicios eventuales.

4 CapítuloV
Examina pormenorizadamente los fenómenos de cesión y, más especialmente, los de
contrataci~nysubcontrataci~n,con la evolución del criterio de la Corte Suprema y de lasdis-
tintas Salas sobre uno los puntos más álgidos de este tema, que se presenta cuando hay una
actividad principal o una secundaria y se arriba a la conclusiónde que existe una difusa linea
divisoria entre ambas que [leva a distintos resultados, aun sosteniendo la misma postura.
También se efectiia una diferenciación entra la contratación y la subcontrataciiin, como aci-
mismo, tos supuestos de tercerización horizontal y vertical. Finalmente, se estudia la inci-
dencia que locnuevoscontratos-que suponen verdaderossupuestos de tercerizacibn hori-
zontal- tienen sobre el art. 30de la LCí;y especialmentecuál es la interpretación que debe
darse al art. 1520 del CCCNen materia de franquicia.

CapituloVI
Realiza un profundoanalisisde la reformaintroducida porel ait. 17de la ley 25.013 al art.
30 de la LCT, con especial bniasis en e l cambio de sistema de responsabilidadsolidaria,que
pasódeserobjetiva-ya quesurgía de ia sola interrelación empresaria-asersu bjetiva, esto
es, que sólo procedefrente al incumplimiento de los deberes de control que la ley ponea car-
gode los cedentes y contratantes.

CapítuloVll
Este es una de los capitulos mis innovadores, pues se destaca la importancia del control
societario y, mis especialmente, ei control externo de hecho, como supuesto que permite
incluir todos aquellos contratos que l a Corte Suprema de justicia de ia Nación ha excluido de
la apiicacibn del art. 30.Además, se efectúa un meticuloso estudio de la figura del pluriem-
pleador, y la responsabitidad soiidaria de cada uno de los integrantes de este sujeto plural,
juntamente con Ia regulación actual de los contraeosasociativos(agrupaciones de colabora-
ción, unión transitoria y consorcios de colaboración).

Capitulo Vlil
Sección A- Seocupa de la responsabilidad de los miembroso administradoresdesocie-
dades cornerciaies y se establece una diferenciación entre la persona juridica y cada uno de
sus integrantes, y entre la personalidadjurídica con la limitación de la responsabilidad. Lue-
gose efectiia una evolución doctrinal yjurisprudencial de la teoría de la desestimaciónde la
personalidadjuridica.
Sección B- Sedetiene esta secciónen l a extensión de responsabilidad a losrociosy con-
trolantes, realizando un análisis estricto del art, 54de la LGS, y considerando que la solución
no debe buscarse en otras ramas del Derecho, sino en la propia teoría general del Derecho
del trabajo, en el cual el art. 14de la lCTpermite responsabilizara lossocioscuandola socie-
dadesutilisada comouna pantalla para burlar la ley, y el art.31 dela LCTresponsabilimaalos
controlantes en forma solidaria cuando mediaron conductas fraudulentas 0 conducción
temeraria, que severifican cuando la relación no está registrada o lo esta en forma parcial.
12 l _ _ _ . I _ _ - C I _ - ~ I I ~ L _
Palabras previas
C - _ I " I _ - _

Sección C- Se refiere a la posibilidad de condenar en forma soiidaria e ilimitada a los


directores, gerentesy administradoresdesociedadescomerciales,indicandoque en este caso,
se puede hacer extensiva la condena, aunque con dos aciaraciones: la primera, que no corres-
ponde condenar indiscriminadarnente a todo e/ directorio, presidente incluido, sino a aquel
a a aquellos directores que cometieron el acto ilicita; la segunda, que sólo responden por las
consecuenciar derivadas de su accionarviofatarioa la ley yno de la totalidadde la deudasaia-
rial o indemnizatoriaque puedaexistir.Tambiense estudia Irr actualidadjurisprudencialde las
distintasSalasdela CNATenmateria de sociosy controlantesyde directores, gerentes y repre-
sentantes de sociedades cornerciafes, y la postura de la CSJN en su actual integración. Por útti-
mo, se estudia el impactoque losarts. 144y 16Odef CCCNtienensobrelos representanteslega-
les de personasjurídicasque noson sociedades comerciales.

* Capitula lX
Analiza extensamente los distintos supuestos de transferencia que regula nuestro orrje-
namiento jurídico. Los autores se detienen en los casos de transferenciadel establecimiento,
definiendo a este último y diferenciándolo con la empresa. Asimismo, describen los casos de
sucesiOn rnortis causa, por actos entrevivos, transferencia definitiva y transitoria, licitación,
concesión, subasta pública, etccltera. Luego detallan uno a uno !os efectos de la transferen-
cia del establecimiento, con especial menciun del plenario "Baglieri". Finalmente, se tratan
los supuestos de cesión de persona!, transferencia a favor del Estado y lar privatizaciones,
estas últimas con la opinibn de ia doctrina y la jurisprudencia de la Corte Suprema de justicia
de la Nación.

CapÍtuIwX
Trata sobre tos problemas que generan las transformaciones producidas en nuestra dis-
ciplina, a la hora de imputar responsabilidadsolidaria.Indican que en el Derecho individual
del trabajo los temas que más interks despiertan son: las nuevas fronteras de la dependen-
cia, la mutación en el paradigma organizacional de la empresa y las relaciones interempre-
sarias; y cbrnose ha pasado de un sistema de inierrelaciónverticaf a unoorbital osatelital, en
el cual varias pequeñas empresas, o incluso emprendimientos unipersonales, giran alrede-
dor de la empresa principal, que es la encargada de dar cohesibn al conjunto.
Posteriormente, se aborda con profundidad y detenimiento uno de los temas de más
actualidad: el de la descentralización productiva; se analiza su concepto, sus causas, fa clasi-
ficacion efectuada y las consecuencias que este fenómeno produce en el Derechodel traba-
jo (individual, colectivo y en la seguridad social).

Corolario
En distintas ocasiones tuve oportunidad de plantear ia necesidad de un nuevo Derecho
social. De allí que comparta plenamente con los autores una feliz reflexión del último capi-
tulo: "Es hora de que nuestra especialidadse reencuentrecon iosvaioreshumanistas, exten-
diendo su manto protector a los sujetos hoy excluidos de una tutela que el art. 14 bis de la
Constitución Nacional les garantiza y que inspiró a los grandes maestros del Derechodel tra-
bajo, e introduciendo un sistema desolidaridad objetiva como rnecanismode protecdón del
trabajador, en el que no sólo deba responder quien dirige el trabajo sino especialmente
quienen Cltirna instancia se beneficia con el".
Palabras previas 13

Ratificando io expresado, resulta claro que el Derecho del trabajo se encuentra ante un
panorama mundial con nuevas condicionesde produccion -en que las empresasse plante-
an en términos de organizaciones con marcada externalizaciiin de funciones, desarrollo de
relaciones interempresariales de colaboracián, surgimiento de empresas "dependientes" y
desarrollo de formas alternativas de trabajo- que imponen nuevas respuestas jurídicas,
pero eflo no implica la desaparicibn de valores y principios.
En síntesis, entiendo que esta cuarta edición del primer volumen de la colección consti-
tuye un estudio pro.fundo, integral y actualizadode la solidaridad en el contrato de trabajo
que, sin dudas, sera sumamente útil para los especialistas. De m6s esta decir que cuenta con
el valor agregado de un prólogo de la doctora Estela Milagros Ferreirós, magistrada, docen-
te, académica, pubficista y-esencialmente-una brillante jurista, que con su aporte presti-
gia esta obra.

Julio Armando Grisolía


Febrero de 2016
"Ciegos lasculpas, e l destino puedeser despiadado con las mínimas distracciones", dijo
Borges; por eso la celebración de una obra como !a presente resulta bienvenida, nos010 por
su enjundia juridica, sino porque resulta tranquilizador saber que hay juristas que no estan
distraídosen los tiempos que corren.
Losautores trazan, a !o largo de las páginas de este nuevo libro, un itinerario imprescin-
dible para ahondar en ei conocimiento del Derecho del trabajo y sobre todo, como ellos
dicen, en un momento de inflexión del mismo donde los acontecimientos de cada día nos
condicionan.
Tal vez podría pensarse que, justamente por eso, debiera ser propio del estudioso abo-
carse a temas no previstos y que, por lo tanto, la solidaridad se aparece como algo sabido y
antiguo. Nada más lejosdeello; nuestra disciplina viene asomandodesde hacetiempomrno
un acontecer rectoo plano en el que "losdistraidos" sienten deseos de huida y, sin embargo,
es indudable que en la actuaiidad nos encontramos en un punto de una curva en el que se
cambia elsentido de ia misma: en un punto de inflexión, como indican NUfiez y Hierrezuelo.
Es queal Derechodeltrabajose lo quisoflexibilizar y ese intento encontro resistenciasde
tanta interisjdad como la de ias fuerzas de cambio; en ese tironeo y en la intención de cur-
varlo frente a la rigidez que se opuso, es donde nació el punto de la curva a que me refiero y
que sirvió a los autores para graficar e l estado actual de esta rama jurídica.
Es más, podría creerse que este punto de inflexión aleja el pasado; aleja lo estudiado; ale-
ja losabido; aleja lo tradicional.
Creoqueen materiadeuerechodeitrabajo noexiste unpasadoiejano,sino más bien una
conjunciiin donde se fija en un solo punto todo el contenido de la curva: lo sabida, lo anaii-
zado en la actualidad yei horizonte que seguramente nos entusiasma.
Entiendo que fue por eso que NCñez y Hierrezuelo eligieron un tema tan antiguo con
connotaciones tan modernascomo la solidaridad.
La obra parte de ¡a base del estudio de lasobiigacionessolidarias, una especie de las obli-
gaciones mancomunadas que tienen acogida legislativa en e1827 del CCCN, y que ya fueron
motivo de estudio en el Derecho romano a travks de las obligaciones correates.
Esta pluralidad de vínculos coligados que constrjñe al deudor con cada acreedor, o a l
acreedor con cada deudor, con una independencia que no es absoluta, posee una propaga-
cion de efectos que surgen de su fundamento, que es la representación recíproca frentea la
unidad de prestacibn.
Fa finalidad de este tipo de obfigaciones es facilitar el cobro del acreedor, y tan antiguo
instituto se torna entonces de absoluta modernidad en tiempos de incumplimientos cons-
tantes.
Esto solo bastaría para tornar casi de consulta diaria la obra de estos juristas; esto solo
sería suficiente para demostrar su actualidad en tiempos de relacionescomplejas, de dificul-
tades econ6micas, de fraude y de simulacion; esto solo resulta relevante para detenernos en
los complejos temas jurídicos planteados.
Los juristasqueelaboraron la presente obra no sólo profundizaron en el Derechocomiin
sino que, abrevando en él yelevándose desde las raícesde matriz jurídica, se adelitraron en
la especificidaddel Derechodeltrabajoy ahondaron en los temascentrales de la solidaridad.
Así, la interposición, mediación, intermediacibn e interreiación; lasempresasdeservicios
eventuales, las agencias de colocación y las selectoras de personal se encuentran considera-
das de manera exhaustiva.
Tanto la cesión total y parcial, la contratacibn y subcontratacibn, fa reforma del art. 30 de
la LCT, como las empresas relacionadas y subordinadas son analjzadas a la luz del viejo con-
cepto de solidaridad y de los nuevos desafios que generan nuevas formas en el Derecho del
trabajo. No puede dejar de destacarse la incidencia que los nuevos contratos introducidos en
el CCCH, que suponen verdaderos supuestos de tercerización horizontal tienen sobre el art.
30 de la LCT, y especialmente cuál es la interpretación que debe darse al arl. 1520 CCCN en
materia de franquicia.
Asimismo, losautores abordan tarnbihn losactuales y complejosdecafíos que conlleva la
responsabilidad de las socios, directores, gerentes y administradores de sociedades comer-
c i a l e s ~la transferencia del contrato de trabajo.
La trayectoria de Nh7ez como consultor de empresas en temas de relaciones laboralesy
organizacibn empresarial, comodocente calificado, conferencista y miembro de destacadas
institucionesdedicadas al quehacer del Derechodel trabajo, como la de Hierrezuelo, magis-
trado del Poder Judicial de la Nación, pro.iesor que honra mi catedra en la Facultad de Dere-
cho de la UBA, autor de numerosos trabajos, me relevan de mayores comentarios sobre sus
personas,
Empero, no puedodejar de destacar que despues de haber leído la obra, profusa en citas
doctrinaies, jurisprudenciales y legales, he sentido la satisfacciún de contemplar el esfuerzo
exitoso de quienes uno admira.
Esta cuarta ediciiin ampliada y actualizada con las modificaciones introducidas por el
nueva Código Civil y Carnercial de la Nación confirma lo que sostenía en el prólogo a la pri-
mera edición: "Tengo la convicción de que estoy presentado un árbol que dará frutos, bue-
nos frutos, que podremos aprovechar todos; y ello me alegra, ya que en los tiempos que
corren son bienvenidasa la comunidad jurídica las obras que florecen y dan luz como conse-
cuencia de una entrega 'solidaria'".

Estela Milagros Ferreirbs


~ebrerode 201 6
Cndice general
-
__
Palabras previas - - - - .,- ,- ..- - - - - - - -. ... .* ...- - - - - - - ., - - - - - - - - - 9
Prólogo .. - - - -. ... ._ _ -
m .. -.- - - - - - - - - ..-- ... .... ..-- - - - .-,- ,- -
+ + _ 15
Abreviaturas .,.. .,- - - - - -- - ..
&
, + - - - - -.- - ... - - - .- .- -.- - - - -
m m ,A
27

Capitulo I
La solidaridad en general
S 1. Concepto I..,--..----.-------I
_
_ - I - - - - - - - - - -U-.--

§ 2. Antecedentes histbricos _ + _ _ - - + _ - _ _ - - - - -... --- - -- -


-.,. --.--.-

S 3. Caracteres de la soiidaridad -u---..- ... . - - - m - m - - - --- A .- .


--+--+-u

5 4. Fuentes - . , . - + _ - - - + f - - - . . . , . A - - - - - - - - + - - - - - . .
5 5. Fundamento - + _ - _ - 1 . , 1 - - - - - - - - _ . - - - - - - - ~ . I d - - - - + - - u . I b . - 4 - -
5 6. Finalidad - - - - - . - _ . - _ . - - - - - - I I I - . ~ , . . ~ . - ----------..--..-----.--
5 7. Prueba de la solidaridad - _ _--.. ... ....-- - - ..---. -- -
+ --
5 8. Renuncia de la solidaridad . , . _ _ - - - - - - _ _ _ _ _ - - - , ~ . - .-. - - .,--
5 9. Defensas - - - - ~ . . , ~ - - - - - - - - - - - - . . . - - - - - - - - - - - . . . Y
f 10. Efectos de fa solidaridad - - - ---.-- -- - - m - - - - - - - - - --+

a) Solidaridad activa - - - . - - . - . - - - - - + . - - - - . I I , d -------...- .-....----.-


1. Efeaas principales - - - + - L . . - - _. - - m m m - - - - - ---
2. Efectos secundarios - - - A - -- - _
- + u u - A - - - - - - - - - m -- - - - " m m

3. Efectos en !a relación interna - - A u - ..---------- --..,a - - - - m - - +

b) Solidaridad pasiva .. -- - - - _... - --------- -.-.--


m --- .. A - - A

1. Efectos principaies _ . - ._- - - - - - - - .+ - - -


+ - - - .. - - +

l. Derecho al cobro total _ . - - - _ A - _ _ - d - .. - - m

1). Extincion de la obligación por pago u otro medio equivalente - + -_


2. Efectos secundarios .. - - ..- -. - .. - - - . -. - - - - + - _ _ - - . . I -.- --
3. Efectos en la reiación interna .. .,...~-.1.---------A1.4-_-

Capítulo tl
La soiidaridksd en el Derecho de8 trabajas
5 11. in~roducción - - - .. . .
+ .. .-- - - - - - _.- ..- - - - - -..+ - .,.,.- - - -.- 47
5 12. Finalidad de la solidaridad en el Derecho del trabajo . ,.. ...,-.+4------L- 49
18 indice general

3 13. Caracteres de la solidaridad en el Derecho del trabajo L-_.+---.".k _--,. _ +

5 14. Efectos de la solidaridad en el Derecho del trabajo


a) Efectos principales .-A *.- -
- .- _ _ - _ U - -,
- - ...- --e --__ m -_
_
I . Derecho al cobro total ... -_... - - - - - - - - -.. .- _ - A

l. Teorías que niegan la posibiiidad de demandar al deudor solidario, si


no se demandó af empleador ._--- ,- - - - . _ - - ._ - --- -. -- + - ,<

If. Teorías que admiten ia posibilidad de demandar conjunta o indistin-


tamente al deudor solidario y al principal _ _ ._ - --- - _- - - _ - -
111. El pienario 309 de la CNAT - -. ... .. - - . . _ - - _. ,- - .,. - -- ..- - _ +.

!V. Nuestra opinibn ---


- - m -
- A - , A - "._.
+- - - m _ - A -_-_,---.-.-L._

2. Extinción por pago u otro medio equivalente - - _ - --- ,* - - m _ + - - ,A _


b) Efectossecundarjos --------.. --.,----,-_--.,----.,~

c} Acciones internaso de regreso - - - -. ,a - .& - _,


. - -- - _ - - - - - - - ,- _ _ -
5 15. t a solidaridad en las normas laborales .. ... u------..,e --- _ -----
a) La solidaridad en la Ley deContratodeTrabajo ",- ..- - -_-...--- ... _ _
_ _ -_ - _
- - m

bf La solidaridad en los estatutos profesionales - - -, --- .- - .,. - .-


l . Trabajo a domiciiio. Ley 12.713 - . - - - - -- _ _ ..-A _ -...- --, .- -- _ -
_
+

2. jugador de flitbol profesional. Leyes 70.160 y 24.622 --- _. _--- --


3. Estatuto del Periodjsta Profesional. Ley 12.908 --.. - - - - - 1. - -
4. Estatuto del Empleado Adrninistra.tivode Empresas Periodísticas. Decr.-ley
13.839146, ratificado por ley 12.92'1 ...--_-.. ..+_..._-----_-_-
S. Estatuto de los Trabajadores de la Consiruccian. Ley 22.250 _. ._ . ,- -- .
-_
m M

6. Estatuto de fos Trabajadores Agrarios _. - - - - - _ _ _ - -- - _ _ - -

Capítulo ttl
Interposicidjiny mediaclbn
5 16. Introducción ---+.,.A.L--------_-- ..
5 17. Fraude - - - -..,- -
.,
A - - - ...
- - m - _ _- - - - -- ....-A
- - ._
5 18. Sirnulacion ----..,--------... ---..-+--,A----__-_.----.,--_--_--
19. Interposición, intermediacián e interrelacion - - - _
., - .. + --,-L---.,~_- -
a) Iniroduccion
_
-_--,d---,----

b} Distinciónsemántica - ... - - - - _._ _ - - - .- - - - - - - - - - - .._ _ - - -


_
- A + A

c) Distinciónjurídica _ - .,. . - - - .._ _ - -,- --- .. _ - -- ... - - -


- .., A

di Distinci6nfactica _ - . , ~ - _ - - - - _ _ - . - - - - .- _ -...__--_.---..-a-__. --
S 20. Regia general. Art. 14 de la LCT .,- .,. _---- ..- - - A - e - - m A M - - m ._ - u

a) Principio de primacía de la realidad _ -- - - ._ _ - - _ - -. . .. . ..


b) Distintos supuestos de interposicion contemptados par el art. 14 de la LCT .. _,
1 . Interposición del dependiente _ ..--..__ - - ,. _ -- - -. - - - - .. -..+ .. _ - A

2. Interposición de personas fisicas, testaferros u «hombres de paja)) {no de-


_
pendientes) _ _ - - .., - - - -, ._- .. .- - - - - - .. _ - . ._- - - -, ... - - - -. _
3. Interposici~nde personas jurídicas (falsas empresasj - .. - _ .. ,. - - -. ..
+" _ _
_.

4. Creación de una persona juridica como mera pantalia para burlar la ley -
5 3 . El art. 29 de la LCT. Mediacidn - . - - -
.....-A----A.---- .,. . _ - m.. ----
5 22. Qué se puede reclamar y relaciones internas entre las empresas - - - ,- --_....__
5 23. El Plenario 323 de la CNAT jnV.3squez c. Telefbnica de Argentina S.A.») . .. ---.
lnclice general
.-

Capitulo IV
Las empresas de servicios eventuales.
Las agencias dé srolocaci6n y selectaras de personal
24. Las agencias de cotocación -------.-_iL -- -_------
,,
a) Introduccton - + + - - - - - - . . - - - - - - - - . - . , . - - - - - + - - - - - - - - - - - - -
b) Los convenios de l a OIT y el Derecho comparado --- u..- -. . .- --- - - -.
A u u -
c) La regulación en nuestro pais ,--- _ -- .. ----
- - m -- - -- - -
S 25. Las selectoras de personal - &. - -- - _ - -.I,...-+------..,.. -
5 26. Las empresas de servicios eventuales ----+---.,.-----------....-_--- -
a) Antecedentes legislativos internacionales - -._. - - - - _ _ + - - - ----- - -
m

1. Convenio 181 de la OIT - _ + - - L - _ . . . . , . - . . . - - - - - - - - - - - . - - 4 1 - .... -.


2. Las consecuencias normativas del Convenio - _.------- ,- --
.,
b) La situacion legislativa en nuestro país - -. .. - ---
.,
1. lntroduccion -L-.._.-.......--------I,+...-_-------d.-------
_ - + - - _ -

2. Ei decrero 2491180 - - - - - + + _ .. . - - - - - - + - A - - . .... - - - - - -.

3. Ei decreto 1455185 ... -.


4. Loc decretos 342192 y 951199 -----+-+---.--_......------.I -. -. - --

5. Régimen actual ..------i--...h.------


.,
i. Concepto y delimitacion _ - - -*. _.-..- - - - - - + - - - - - ..
li. Requisitos para funcionar y contratar ------- ...- - -
11.7. Habilitación administrativa u u m.* -...---------- -.-;m ..-
11.2. Cubrir necesidades eventuales de las empresas usuarias _- --+

11.3. Incumplimiento de los requisitos _u--- A u- - ---


.M A .. m m m m

H.4. El pienario c(V5squez)) y el art. 13 del decreto 1694/06 - - - - -+ +

11.5. Jurisprudencia posterjor al plenario «Vasquez» _.- ---


ill. Relaciones entre las partes - - - - - _ - - - - -- - . b . + _ - - - - - . - A . --
111.1. lnterrelacibn triangular *. - - -.
--_--.a- - . --.-m - -
A - - A m

lll.2. Relación entre la empresa de servicios eventuales y sus trabaja-


_
dores - - - - - .--. ....- - - - - - - - ...-.- - - - - - - - -- - - - -
+ +

111.3. Relación entre la empresa usuaria y #ostrabajadores proporcio-


nados por la empresa de servicios eventuales
111.4. RelaciOn entre ia empresa usuaria y la empresa de servicios even-
tuales - ..- - - -
m .. - ..-. - - - - - - - - . - - - - - -
+
. m

lit.5. Observatorio de Buenas PrBlticas - ., - - - _ + u .. -

Capitulo U
Cesi6n total 0 parcial.
Contratacirjrn y subcontrataci8a
5 27. Anilisis preliminar - - - + - _ - .....----------...I.+.---4--I.. 185
5 28. Deljrnitación del ámbito de aplicación del art. 30 de la LCT ------.._----.- 185
a) lesión total o parcial - ..-.... _ -- - ..
+ - - + - a - - - - - + - - -- 185
6) Contratacióny subcontratacion, cualquiera sea el acto que le dé origen, de tra-
bajos o servicios correspondientes a la actividad normal y específica propia de!
establecimiento,dentroofuera desu Ambito _-.+ -..- ---- - - - .......--. - 190
f . Contratación y subcontratacion -- --- - - . ...._ .+ - . -. - - - - -- - + 191
2. La problemática conceptual de la subcontratación --- ..._--..,. -
3. Contratación vertical y horizontal ..- - - -
-_,-_. - -- -..-,-_.
4. Actividad principal y actividad secundaria - . , * . . . - - - - --- -_, -- A

l . Posición amplia - -. --- . ,- - - - . . _


_ _
II. Posición estricta - - - . _ - ,. ._- .-, - - - - .., - - - - - - .." .- - - _ _
Ilf. Nuestra posición A.L+_. ,- - - - - -- - w.,~ ..& - - m A

!V. Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de ia Nación u--+

1V. 2. «Rodriguez, Juan R. c. Compafiia Embotefladora Argentina L A .


y otro». Suc consecuencias jurídicas .. -- _.... - --... ._ -. ..._
.+ _ +

IV. 2. ((Luna, Antonio R. c. Agencia Maritjrna Rige! S.A. y otros» . m

IV. J. «tauna, folentino y otros c. Agencia Maritima Rigel S.A. y Ni-


dera Argentina S.A. y otros)^ ._- _-... -------.. -
{V. 4. <(Sandovat,Daniel Orlando y otro c. Compañía frnborelladora
Argentina S.A.y otros» - - _ -- _ -- -
- - m _
IV. 5. ({Mendez, Qscar Cleofk c. Seven Up Concesiones S.A. y otra» _
IV. 6. ((Vuoto, Vicente y otro c. Cornpahía Embotelladora Argentina
S.A. y otros» ,. -- _ - -._.- -,- -_---.---..._. -.-
- - + - -

\V. 7. ~Benítez,Julio Daniel y otros c. Empresa CornpaBía Argentina


de Fetrofeo S.A. y otra» -, __
- -- --- - - _ -_, --
IV. 8. ctEscudero, Segundo R. y otros c. Nueve A S.A. y otro^ -..,..-+-
!V. 9. «Dubo Pedeinera, Carlos Alberto y otro c. Jozami, Alfredo y
Otro)) - - .,. ._ - _ .. - - .- - ++ _ -- .+ _ _.

IV.lO. ((Barreto, Roberto ~ a r c e f oc. Instituto Rosenbuch S.A. y otro),


IV.11. ((Fernández, Juan R. c. Buenos Aires Magic S.R.L. y otro$»- - -
IV.12. i(Fiorentino, Roxana María Luján c. Sociaimed y otro» - - - _
lV.13. <(Robledo,Oscar c. Cordón Azul S.R.L. y otro» -_---
iV.14. ((Benítez, Horacio Osvaldo c. Plataforma Cero S.A. y otros» .. m

iV.15. rtGómez, Claudia Patricia c. Saden S.A. y otro siDespido), - _ +

V. Jurisprudencia de la Cámara Nacional de Apeiaciones del Trabajo _


1. Vigilancia ------_.-4---- ,u----dL--.,...-

2. Limpieza
3. Gastronomia --- - --, _ . - - - Y A _ --- --_.-m-- -.u u _ --
4. Telefonia celutar -I-+-,--------.~--- - -- -. +.

5. Planes de ahorro - - - - - - - ..- -..- - - - _ -


6. Fragrnentacidndel proceso productivo - - - ... - - - + _
7. Varios - . _ - _ . - . . - - - - . . A _ - - _ - - - . -----_-_.
_ _
a. Productos alimenticios - _ - - .- - - - ._- _ ._.. - - -
_
- - m

b. Empresa de electricidad _ -. - - - - , A - -
.. - - - ._ _ + - -

c. Reposición de productos en un supermercado - m--.--

d. Prestaciones médicas . - - + - --
._- - - . - _ _. - .- ...- + --
e. Venta de gaseosas en un estadio deportivo - -
f. Servicio de cafeteria en una agencia de noticias -- ." bu

g. Venta final de automotores - - +- m ----d. .- - +- .>

h. Empresa de ambulancias contratada por el INSSJP -, - - ---


i. Tendido de cable en una empresa de televicibn por cable
j. Productor teatral y dueno del teatro --- --- ....-
...- _
k. Prestadorar del Consejo del Menor y !a Familia -- - -,.., _ _ - -
1. Transporte - . . _ - _ _ - - _ - - - - L + - - - - - - - . . - + _ . . ~ - ~ - -
m.Actividad propia y especifica .. - _ _ - _-
- ..- - -- - .,. ,m - _
n. Empresa explotadora de taxis - - - ., _ -
_ - - - - ,- - ..-- ,. -
\#dice general
"P-" -~-2 1
h. Tareas de acondjcionamiento de infraestructura para la provisi611
de agua potable - - ---- -...
- _ - + - - - .m-..--- - - - + u - - 270
Empresa que traslada productos elaborados por otra - - - -
o. + 271
p.
Establecimiento Caritas -.*.- -- + 271
Franquicia
q. -,----- 272
r.
Servicios informaticos ...-.- ..---- ---. -. - 274
Desmalezamiento y mantenimiento de caminos ...----_--
s. 275
t. Alquiler de local de un shopping ------.-----i- - - 275
u. Fideicomiso + - - d - . - - - - - - l . ^ . . . - . . . - - - - . - - - - - - - - - . - - 277
VI. Condena al Estado en las términos del art. 30 de la LCT-. 278
5 29. La solidaridad antes de la reforma -.-_.----_u ------ -m..c --- + - - - .- 285

Capitulo VI
El ar%.30 de la LCT a la luz de Ia reforma
introducida por la ley 25.013
g 30. Antecedentes __---------...--------------------.--------. 287
5 31. El art. 17 de la ley 25.013 ------A---.--....-...--------_-+---.-.--- 289
5 32. Análisis de la reforma -...-.------.- -. -. - ---. - - - - ------------ 290
5 33, Alcances de l a responsabilidad solidaria despues de la reforma - - ---- -- 296
a) iesisamplia - . . . - . - - - - - - . ~ - - - - - - - - - - - - - - 4 - - . - - - - - - - - - - - - -. 298
4) Tesis restrictiva - - - - - - - - - - 4" -- -. .. - - m - - - i- .M. - 299
r) Tesis intermedia - - _..,.------.. A -- - 301
.,
5 34. A quienes se deben efectuar los reclamos --- + _ --------m. -- 304
5 35. Que se puede reclamar - - . . + - - - - - - .-m - - - --- - - - - - - - .. -_ -- 306
5 36. Efectos de la solidaridad y relaciones internas entre las empresas - - - + - - - -- 31 1
g 37. La incidencia de la reforma en la ley 22,250 .. - - - - - m --------..,.+---- 312

Capítulo Vtl
Las empresas subordinadas y reiaciisasadas,
La figura del <cpluaiemp8eador~~
.,
S 38. Introduccian _ - -...h.---+.-~.......-----..c-.----.---- --
S 39. Antecedentes y Derecho comparado .. ...---- u u -u--- - . - m ..- -. ---- - - - -
5 40. Las empresas subordinadas y relacionadas
., - - --- ^.

a) Regulacion lega! _...,--+-u - - - - - - ..- - - - - - -. --


6) La empresa, el empresario y et problema de la personalidad jurídica - - - - - - -
c) El control de empresas y el conjuntoeconómicode carácter permanente -- - -
1. EI control societario
' - *. - - -- -- m m -- - - - - M _ + - - - - m .& - - - - - u m

2. El conjunto económico ......-m .... ..--- - -,,.--


3. El control y el conjunto económico en la Ley de Contrato de Trabajo - - -
1. El control en la Ley de Contrato de Trabajo - - - ... .-- ,". ._.+- _ - - - - ...
11. El conjunto económico en la Ley de Contrato de Trabajo - - - _. + m

Reseña de fallos
+ _ _ - - A - - - - - - 4 - - - - L L L _ - - - - &,hh&-------... '"-m 344
. .
111. La exigencia de la permanencia , A - - - . - - - - - - - - - - - - + - - - 349
IV. Maniobras fraudulentas y conducción temeraria _ .,- - - + - ..- - 389
22 indice general

5 41. La solidaridad en las sociedades subordinadas y relacionadas .. --- ., _ - ...- --


g 42. ~spectrssprocesales - - .U - - - - - -
- -. _ - - -, - ,- ._- - - -, _ _ + m - .+ - -_
5 43. Pfuriempleador ---. - _ -...-----_+--.,.---_._--,--.-
..
a) Conceptuaiizacton
___ _
-..--.,.-_-+A------ A------,_L--.

b) Contratos asociativos - ._ - - - __ .,"- --


U A - - - "-, - - - - *. - - - u A - _
1. Agrupaciones de colaboracibn - - - - _ ". -- ._ - - "..- - - - -
_
A ---,A

2. La responsabilidad laboral de las uniones transitorias - .. -.--.-_,+_ +

l. Regulacibn lega! de ia unión transitoria - - - - - - _ - - . - - + - . . . - - _ -


11. Los criterios jurisprudenciales en materia de trabajadores contratados
por la UT -- _ - - .,. ._ -- ,..--- -. _. "," - A -

111. Nuestra opinión -- .----...----__+


- - - - - . . - - - _ L - - L - - m

3. Consorcios de cooperación _ _ - - - - . - - - _ - -- + .- -,,_ _ -

Capitulo VIll
Responsabilidad de los r~ocbeas;,
dirrec2srea, gerentes y administradores
de c;ociodadeseomerriafies

A - La persona jurídica y la limitación.


Teoría de la desestimación de la personaiidad jurídica
5 44. Introducción - - - - - - - _ - - - _ -- A - , - - - - - - _+- _ -- ,- .. + _ - + -

§ 45. Persona jurídica - - - - _- ..-.,._+ _ - -.+ - _-_ .-- - - --.,. _ -


m -,A

a) Antecedentes --... u + - - . - - - . - _ - - , A - - , , - - - . - . . .
b} Naturaleza juridica - - - .- - _ -.- - .---....._-.,.-A -
- - m - - - _ - ._- - _ m

1. Teoría de fa ficcián -+.,. - - - - _ - - _ -- ,* --, _ - _ --- - - _


_ _- _
- - _ _ A .

2. Teorías negatorias de ia personaiidad - ..- - - _


_
- - - - - - - - L _ .%

3. Teorías realistas ..,...- - . .. _-.,. - -- ._ - - - - -- --- ..._A-.,. - - - ..-- _


4, Teorías normativas ---_...---.------_-.-----_--._--m_.--_-
5. Utilidad de la clasificacibn -- ,- ,,- - - - _ - - _-"- -- ,_ - -- -- - _ _ __ ---
C) La persona jurídica en el Cbdigo Civii - - _ - - - - __ - m

d) La persona juridica en la Ley de Sociedades Comerciales - - _ - +.- - - - - M _


5 46. imitación de la responsabilidad _ - _ - .- - - - - - - - ,- _ - .L _ - + 390
a) Evolución histórica - - - - - - - ---_--.. - - - .. 390
b) Personalidadjurídica versus limitación de la responsabilidad --.---- - -- .,"-. 39 t
C) La limitacjirn de la responsabilidad en la Ley General de Sociedades - - -. - - - _ 393
5 47. Teoria de la desestimacibn de la personaiidad jurídica _ -- .. ---.,.U -_--
a) Concepto - - _ - - - - _ . __ - - - - , _
6 ) La postura de Rolf Cerick - - .- . . _ . ..- - -..,. --- _--.,-_ -.
_
- A -

c) Antecedentes en el Derecho comparado - . - ., - - - _ - _ ..- --


_
+ U U V. u

6) Antecedentes nacionales _ -, - - - . _ - ,- ._- ._ - - _. - - - ---_- - ..


1. Legisiativos .~.L_,.---L--+--------L2_+----..
2. lurisprudenciaies _ - - - -- - - - .. -.- - - - -- - .- - - i - ....-
l. De la Corte Suprema de lusticia de la Nacion y de otros fueros --- ,..
_ _
II. Fuero del trabajo .-._.- ".- - - ._ - .. -- . .._ - - ..,"- - - -.-.- .-- - <.
índice general

B - Responsabilidad de los socios y controlantes


de sociedades comerciales
5 48. El art. 54, párr. 3' de la Ley General de Sociedades - _- - .. - - - -
,.
m A

a) lntroducc~on .,...~--------.-+.__--I--------...-.-_+i-l.------
b) Anilisis de diversas posturas interpretativas del art. 54 de la LGS - - - - - ,
1. Tesis amplia - - - .._--
., -.._-----
_ - + - - ...-- -- _ - ----
- m - - - - - -

l. Interpretacion doctrinaria - - - - - - -- - - -. - - - - - .-- - - A +

II. Interpretación jurisprudencial - - - - -. , - - - _ _ - _ . _ ,


+ . - - , m ---,
41.1. Camara Nacional de Apelaciones del Trabajo ------ -
11.2. Jurisprudencia de otras jurisdicciones ------4----+-- -.
2. Tesis estricta - - - - - - - .. - -- _ -.. -. --...
__
M - - - -

l. fnterpretacibn doctrinaria - - -- -- - - ._ ----- - - - - - _ - _ -


&.

11. Interpretacibn jurisprudencial - - - - - -.., m ----u m m m 11

11,:. Camara Nacional de Apelaciones del Trabajo ., - ..-


- - - _ + - -

lt.2. Jurisprudencia de otras jurisdicciones ---,


--._d.------_.-

11.3. Primera aproximación de la Corte Suprema de Justicia de la Na-


.,
cion -- + - - - - -.- - - - - _ --- - .. d
. +

11.4. El fallo de la CSJN «Palomeque, Atdo René c. Bertemeth S.A. y


otro)) _.- -. - - - - - - - - - -- -- -. -.-
m _ _ ..... - -
l . EI fallo de la CS1N «Daverede, Ana María c. Mediconex S.A. y
otrosii - ,. - - - --------.I.-- ---- --- --- .
. ..
--u +

c) Nuestra opinion . _ _ - _- A- - - -+---A-L--- .h --


__
m - - - -

03 Aspectos procesales - - _ _ - .".+ - - - - - - _.- - - - - - - - - - - - - - - - -


+ +

1. Posibjlidad de eleccibn del deudor --- - -._---,-- -- .. - + -

2. Posibiiidad de extender la condena en !a etapa de ejecución - - --


.,
3. Prescripcion ..._--_--------_,---,-A---.-----2.-.....------
---+

C -- Responsabilidad de directores, gerentes y administradores


de sociedades comerciales
5 49. Alcances normativos y procesales - - ..- +- m .. - - m - - - - -

a) Regulaci6n normativa .. - - - - - - . + + - + u L --......------ u m

b) Anaiisis de diversas posturas - -


.. - - _. - - - -,+ -- - - - -
1. interpretacion doctrinaria - - - - - - - _ . - - - - - - - - - - - - - - - - .-- - --
2. Interpretación jurisprudencial - - - A - _ . .. ..- - - - _,
A u m m -- M A - - - - - u

l. Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo -...h_.4-A---- ._ --


1.1. Tesis amplia - .- ._ - + - -
- _, u -,--u ---.-m -
a - - - .,. - - - m - -
1.2. Tesis estricta - - ..+ - u - - . _ - -_ _ _ - .. - - - - - - -
11. Corte Suprema de Justicia de la Nación _, - - -- .. - -- -
11.1. ((Carbalfo, Attilano c. Kanmar S.A. (en liquidaci6n) y otros» ... ,--
11.2. ~Tazzoli,Jorge A. c. Fibracentro S.A. y otros)) ----- - -
.,
-- __
c) Nuestra opinion - _ - . _ _ _ - -. ------ - - - - -- 4 4 - - - - _ _ _
d) Aspectos procesales de la responsabilidad de ios directores, gerentes, adminis-
tradores y representantes de sociedades comerciaies - - - _. - ... - - - + _ -

e) Responsabilidad de los integrantes y representantes de personas jurídicas que


no ron sociedades comerciales - - - - - - - - ,* .+. _ - - - _ - _ - - - -
1. Jurisprudencia anterior al Codigo Civil y Comercial _ - - - - - .* .. - m

2 . La reforma introducida por el Código Civii y Comercial . - --


24 lndice general
."~----,. ,- ---- -.-" -, -,-

Capitulo IX
Transferencia de[ contrato
do trabajo
A - Novacián subjetiva del contrato de trabajo

§ 50. introduccion
., ------ - --.& . _ - m ~ - _ - . . . . - - - - . , ~ - - ~ ~ + 491
5 51. Antecedentes nacionales e internacionalesde fa norma _ - _- _ - _- m +--.-m 495
a) Disposicionesanteriores a la Ley de Contrato de Trabajo _ - , _ - -._ - -" - _ - L 495
b) La Ley de Contratode Trabajo --- _ - - - _ - _ -. - - - . " u _ - 4 . - ----_-.d.__ 498
5 52. Novacion subjetiva del contrato de trabajo - - - - _ - _ . - - - n- ._ _ -"," - -- ,- SO0
a) teneratidades -_-,___+.------_,_--,----_--_._----_--....._- 500
6) Terminologia - - . - - - - _ - - . . . _ - 4 . - - - m , , -_ -_L+d-----.__-k, _--- 502

B - Transferencia del estab/ecimiento

5 53. Concepto ..--- - - _ ._- -- _ 504


_
---,-u- - - A ,,--

S 54. Delirnitacibn del establecimiento y su diferenciación con la empresa - - _._ _ - .. 505


Distintos supuestos de transferencia. Clasificación .- - _ - - - . _ _
5 55.
a) Sucesión mortis causa - ._ - + ._.- - - - - ..- - -. - -~- - - -. - -
b) Transferencia por actos entrevivos - _ - _ --- -_-
.,. ,

- - -- ,",---
,,. +

"d
_ +
- - m

U - - _
m, _ _ m
51 1
51 1
515
1. Transferencia definitiva _ -.-u.-_- ._ - - _ _ _ -.- .- _-- "m _ - m 578
2. Transferencia transitoria o precaria ..,-,----- ,_ .. .-" _ - - - - . - -- - - - 520
c) Supuestos particularesde transferencia - ,. - ,- ,- m _ + _ - _ - _ ,- _ _ + -A 523
1. Transferencia del fondo de comercio - - --, ,_ - - ,- _ - _ _--- - ,- - - _ 523
_ _
_ + .,+

2. Licitación y concesibn ,- - - - _ - - .- _. -- ~-- - _ -- _ - _-- +-- 524


3. Subasta pública -_-.,A -_. _ + 527
4. Transformación _.-_-..,__----_.~. - - - - - - - - _ __ 528
., ., _
~ - _ _ , , k - - - , - ~ u - - - _

5. Fusion y escision - _ -.. ---, _.,L - - - U L _ _ ,-m 530


6. La quiebra de! empleador -- .. - _---_ _ -- _ _ .- ,. - - e + m L 531
d) Efectos de la transferenciadel
. ,estabiecimiento ---- _ -- - -- _ -- S34
_
--e ,-

7 . Continuacibn de la reiacion de trabajo ----_---- - 534 - - U U -

2. Obligaciones devengadas con anterioridad a la transferencia respecto a re-


laciones laborales vigentes al momento de la misma - - --- - - _ _ - - 538
3. Obligaciones contraídas con trabajadores cuyos contratos de trabajo se ex-
tinguieron con anterioridad a la transferencia --- _ -- - _- -- -.- - 539 -, _
4. Obligaciones contraídas al momento de la transferencia. Posibilidad del
trabajador de rescindir el contrato de trabajo fundado en justa causa ,_545
5. Obligaciones contraidas con posterioridad a la trans.ferencia --_ - - .- 554 _
6. Aspeaos procesales de la rransferencia del establecimiento - - - - - . _ .- 557 -,

C Otros supuestos de transferencia


5 56. Cesión de personal - - - . . . - - _ _ L _ -- .-- -.," - - _ 562
_
w _ - - ~ h L + - . - - - - - L

5 57. Transferencia a favor del Estado _ - _.. - - _ - - - _ , ~ . - - - - _ _ - + _ -


- _ - A . 568
S 58. Privatizaciones - - - L - - . . _ - - L - _ - - . . 7 L - - - 571
a ) Introducción _ -.-- .,. - - - ~---- _.-- - - - - _
..+-~d--m-_---_-+-_.---

__ 571
_ _
+ . - m m _ - A + -,- ,,,

b) Marco regulatorio - ..- - - - - - - -, ..- - - _ - .. - - - - _ - _ .. - _


- +
, , A ., ", 572
índice general 25
-- m"
""
-v
--

c) Jurisprudenciade la Corte Suprema de Justiciade la Nación - ._ - - ---- .. - - -


1. El fallo (<DiTul"uilio» . , 4 4 4 - - - - _ - - . . . - - + - _ . - _ . - - - - . - - - - 4 - - . . . - - - -
2. El fallo «Taschowsky» - ._....---.I.-_+-
+ --u ... ".- - - - - .- - - _ - - -.

3. Los fallos ({Saddakniiiy ~Manoilova m.----- ......_ - - -- - ...- - - - -


4. El fallo «Barrientos» ----u -.....- ---- -..,. ..------
á)
.,
Opinion de l a doctrina _.-- --- -- ---

Capitulo X
La solidaridad rin e! nueva marco

5 59, Las transformacjones producidas y su incidencia en ei derecho individual del tra-


bajo ..*. -. .. - - - - _.- - - - - - - - - - - - -.- -
- + - - - - ., - - - - - I
. + m

a) Las fronteras de la dependencia _.- - - - - - - - - - . ......- - - - -


- - A m - - A

b) La mutacibn del paradigma organizacional de la empresa - - - - -+-u

c) Las relaciones interempresarias -, --- --- - - ...,- - - - - - - - - - - +

.,
§ 60. La descentralitacion productiva --- -..-- - - --.-- -.-
- + - - m

a) La descentralizacibn productiva como estrategia de organizacion empresarial


b) Delimitaci6n y concepto de descentralizacibn productiva - - - .. - - - - - - - - -
.,
1. Diferencia con la tercerizacion .. -- -- - .--_---u-.- ...-.---
2. Diferencia con la intermediaciún y la interposícibn ------ -.l_-----
3. Diferencia con la contratacibn y la subcontratación - - - - - ~ . l - - - - - - -
4. Diferencia con el outsourcing - - . _ - - A --- - ... --- - - - -. ...- - A - - m A

5. Concepto de descentralización productiva ------+---+u- ------


c) Caracteres _ - - - - - - -.
m ----_-u-... --..-----.
+ A - - - + - _ - u - u m

di Causas --1.._4---L-...I-----------..,-..-----.-.1..,++----...---
.,
e) Clasificacion - - ..- - - ..- - - ....--
f ) Dcscentralizacibny concentración. Losgruposde empresasy lafilialización m m

g) Consecuencjas
h) La descentralización productiva y la Ley decontrato deTrabajo -. -- -- -
5 61. Las relaciones interempresarias y l a solidaridad ++-u - --- .. - - - - -. - - m _
5 62. Disparadores para un nuevo Derecho social _.- ----...+---__.-- - - ---- --
5 63. Conclusión - _ - __ - ._. .. M m m _
- - - - - --u- - - - - - - .. - - - - ..,- . m m A + u u

Anexo
Cuadro de concordancias de normas

Bibliografia general _ ,m ,. -- -- u - u - m - - - - -. ... - -. - - - - - - - -


Abreviaturas
-
AA.VV. Autores varios
AFA Asociacibn del Fútbol Argentino
AFlP Administración Federal de Ingresos Públicos
ANSES Administración Nacional de la Seguridad Social
ART Aseguradora de Riesgosdel Trabajo
art./artc. artícutolarticulos
BU Boletín Oficial
Cam, Lab, Cámara de Apelaciones laboral de ...
Cám. Trab, Cámara de Apelaciones de! Trabajo de ...
CC Código Civil (iey340)
CCCN Código Civil y Comerciai de la Nación (ley 26.994)
CCom. Codigo de Comercio
CCT Convenio Colectivo de Trabajo
CE Constitución Espanola
cfr. comparese, confróntese, véase
CN Constitución Nacional
CNAT Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo
CNCiv. Cámara Nacianai de Apelaciones en lo Civil
CNCorn. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial
conc,/concs. concardante/concordantes
conf. conforme
coord. coordinación/coordinador
CP Cbdigo Penal
CPCCN Código Procesa! Civil y Comercial de la Nación
CS Corte Suprema
CSl N Corte Suprema de justicia de la Nación
CSJN-Fallas Publicación de iallosde la Corte Suprema de Justicia de la
Nación
Clave Onica de Identificación Laboral
Abreviaturas
& -.,-~,-,.--".--",---,--. ~--."-

CUfT Clave Única de Identificación Tributaria


decr. decreto
dir. direccibnidirector
DT Revista Derecho del Trabajo
ED Revista El Derecho
ET Estatuto de los Trabajadores {España)
En Empresas de trebajo ternporai
expte. expediente
iasc. fascículo
fs, fojas
GCBA Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
inc.lincs, incisolincisos
L CQ Ley de Concursos y Quiebras
IC J Ley de Contrato deTrabajo
L GS Ley General de Sociedades (ley 19.550 rnodif. por ley
26.994)
LL Revista Jurídica La Ley
LNE Ley Nacional de Empleo
LO Ley Orgánica
LRT Ley de Riesgos del T r a b a j ~
LSC Ley de Sociedades Comerciaies
1T Revistz Legislación del Trabajo
MTEySS Ministerio de'rrabajo, Empleo y Seguridad Social
n0/nro5. númeroJniimeros
O IT Organización Internacional defTrabajo
p,/ps* páginalpáginas
párr,ipirrs. pirraioiparrafoc
RCy.5 Revista Responsabilidad Civil y Seguros
RDL Revista de Derecho Laboral
RDLSS Revista del Derecho Laboral y de la Seguridad Social
res. resolución
S,/FS. siguiente/siguientes
S.A. Sociedad AnEinirna
S.R.L. Sociedad de Responsabilidad Limitada
5CBA suprema Corte de Justicia de ta Provincia de Buenos Aires
sent. sentencia
SUR1 Sistema Único de Registracion laboral
t,/ts. tomoltornos
t.0. texto ordenado
Trib. Trab. Tribunal del Trabajo de ...
TySS Revista Trabajo y Seguridad Social
Abreviaturas 29

UTE UniSn Transitoria de Empresas


v. gr. verbigracia
V.E. Vuestra Excelencia
voi.lvols* vol urnen/volúmenes
vta. vueira
Capítulo 1
La adidaridad en general
___I

3 1. Concepto
El art.827del CCCNdefinea lasobligacionessolidariasen tossiguientestérminos:
"Hay solidaridad en las obligaciones con pluralidad de sujetos y originadas en una
causa única cuando, en razón del t;tulo constitutivo o de la ley, su cumplimiento
totalpuede exigirse a cualquiera de los deudores, por cualquiera de los acreedores".
El Código Civil y Comercial de la Repiiblica Argentina, aprobado por ley 26,994
(BU,8/10/14), que entró a regir el lade agosto de 201S (según tey27.077) regula las
obligaciones solidarias en los 55 2", 3Oy4" de la Sección 7: "Obligaciones de sujeto
plural", del Capítulo 3, "Clases de obligaciones", del Titulo 1, 'ObIigaciones en gene-
ral". del LibroTercero. "Derechos personales". La Sección 7amencionada se dedica
a establecer dicposiciones en materia de obligaciones de sujeto piurat, y además de
las obligaciones solidarias, regula también las mancomunadas. Por su parte, en la
Sección gase introducen como novedad, las obligaciones concurrentes.
Conviene recordar que el Código Civil definia a las obligaciones solidarias en el
art. 699 [concs. arfs. 827 y 828, CCCN] expresando: "La obligación mancomunada
es solidaria, cuando la totalidad del objeto de el fa puede, en virtud del título cons-
titutivo o de una disposición de la ley, ser demandada por cualquiera de los acree-
dores o a cualquiera de los deudoresn2.

Como la recuerdan Pianioi y Ripert (Tratadapracticadederecho civilfranc@s,t.VII, p. 373,


no 1059), la palabra "solidario" procedeetimológicarnentedesolidum, queexpresa la idea deto-
talidad, cosa entera, nodividida, y significa que cada acreedor o cada deudor loes "por el todo",
in solidum.
Por su parte, para Josserand (Derecho civil, t. II, vol. 1, p. 605, no 754), es una modalidad que
produce obstacuio a l a divisign de una obligacibn, en si y por su naturaleza, divisible: es el todo
(solidurnj lo que ce debe a cada uno o que deba cada uno; de ahí el nombre desolidaridad, que
indica una obligación al todo. Esta es la'solidezdenuestrosantiguosautores, lacorrealidaddeios
romanos.
32 -
-
, -- Ricardo-uD.
-.w-
- Pedro Núñez
Hierrezuelo-----

De acuerdo con este texto, para Rezzónico, la obiigacibn mancomunada es soli-


daria cuando por voluntad de las parteso de la ley existe exigibilidad de ia presta-
ción total, sea porque cada uno de los deudores se ha comprometido a pagar al
acreedor toda la deuda, o porque el deudor Únicose obligo asimismo a pagarla a
cualquiera de los acreedores, o porque cualquier acreedor puede cobrarla de cual-
quier deudor2.
Es decir, las obligaciones solidarias son una especie dentro de las obligaciones
mancomunadas,que son aquellasque tienen variossuje~osactívoso pasivos, oque
tienen a su vez pluralidad de acreedores y deudores, sea cualquiera la naturaieza
de su objeto, vale decir, de la prestaciondebida, la cual es única.
Pero, como claramente loexpresa ~larnbias~, la mancornunacionessimpfecuan-
do el hecho de coexistir en la obligación varios acreedores o deudores no ha Intro-
ducido asociación de intereses entre ellos: por tanto, la pluralidad de sujetos es
extrinseca a la estructura de la obligación que sigue gobernada por ei principio
general de división o fraccionamiento.
En cambio, la mancornunacion es solidaria cuando la concurrencia de los cuje-
tosactivoso pasivos es un elemento intrínsecoque hace a la estructura unitaria de
la obligaci0n y proyecta una asociacidn de intereses entre ias personas afectadas:
de ahí surge un principiode concentraciónde efectos que desplaza al principio de
división propio de las obligaciones de sujeto plural.
El objetode Iasobligacionessolidariaspuedenser, por ende, tanto prestaciones
divisibles como indivisibies; en el primer caso, la virtualidad del vínculo impide la
divisi8n del crédito entre losacreedoresen sus relacionescon el deudor único, oen-
tre los deudores en sus relacionesconel acreedor único; mientras que en el segun-
do supuesto, a pesar de que el crédito no es tampoco fraccionable de acuerdo con
la indole del objeto, al ser solidaria la obfigacibn posee característicastípicas que la
diferencian de la obligación indivisible, que tienen trasceildencia en caso de no
existir la voluntad de las parteso la disposición legal que establezca lasolidaridad4.

La solidaridad puede clasificarse en activa, pasiva o mixta.


a) Es activa cuando hay pluralidad de acreedores.
b) Es pasiva cuando hay pluralidadde deudores,
c) Es mixta cuando es activa y pasiva al mismo tiempo.

f n el Código Civil y Comercial se introducen profundasrnodificacione~respecto


a la regulación anterior. Así, en lo que respecta a los efectos de las obligaciones

Rezzonico, Estudio de ¡as obiigaciones en nuestro derecho civil, vol. 1, p. 627.


Liarnbias, Tratada de derecho civil. Obliga«ones, t. Il-A, p. 475.
Ameal, en Cbdigo Civily leyes compiementarias. Comentado, anotado y concordado,A.
C. Belluscio (dír.) - E. A. Zannoni icoord.), t. J. ps. 299 y 300.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo
m--

mancomunadas, el art. 826remite a laSe~ción6~del Capitulo3,segunsu


divisible o indivisible. De esta forma fue receptada una modificaci6n que era recla-
mada por la doctrina para evitar una doble regulación, por cuanto la clasificación
entre obligaciones divisibles e indivisiblessólotiene sentido en tanto haya manco-
munación, y no se justificaban reiteraciones innecesarias.
Por su parte, se introduce por primera vez en e! Código Civil a las obligaciones
concurrentes, que son aquellas que, si bien al igual que las solidarias tienen plura-
lidad de sujetos y unidad de objeto, en carnbioce diferencian porque lascausasson
diferentes y no única como acontece con las obt igaciones solidarias,

5 2. Antecedentes históricos
Et origen de las obligacionessolidariasse encuentra en la correalidad del Dere-
cho romano. Segúnalgunosautoresfranceses, como Mourlon,Aubry y Rau, yalgu-
nos de [a escuela alemana, en el Derecho romano se distinguía a las obligaciones
correales -correus- (expresión que equivale a colitigantes, es decir, a varios inre-
resadosen el mismoasunto, que podían ser losacreedores-correicredendi-o los
deudores -corre¡ debendi-) que nacían de los contratos; de las ín solidum, que
eran las impuestasen ciertos casos por la ley.
La solidaridad era "correal a perfecta" cuando se producían todoslosefectos o
consecuenciasprincipales y secundarios de !a solidaridad; era "in soliduh o imper-
fecta" la quesólo producia lasconsecuenciasoefec~osprincipales, primariosofun-
damentales de la solidaridad -es decir, el derecho de prevenci6n-y la particula-
ridad de los mediosextintivos, mientras que no producia los efectossecundarios, y
así, por ejemplo, la culpa o la mora y deuda de intereses, o la interrupción de la
prescripción, ocurridoscon relación a uno de tosdeudores, carecía de influencia so-
bre los otros.

Entre las obligaciones "correales o de solidaridad perfecta" y las obligaciones


"insolidum o de solidaridad imperfecta" existían lar siguientes diferencias:
a) En las primerasjugaba una estiputacióno promesa de solidaridad; en lasse-
gundas, no.
b) En la obligación correal concurrían varios vínculos en una sola obligación,
mientrasque en las obligaciones insolidum había tantasobligaciones como
sujetos exisiían, aunque todas las obligaciones distintas recaían sobre un
mismo objeto y derivaban del mismo hecho.
c) La /itiscontesta;a.aiotrabada con u n acreedor o deudor comprendido en la
obligacibn correal extinguia la obligación con respecto a los demás acree-
dores o deudores, lo que no ocurria tratándose de obtigaciones insolidum.
34
"
-
-
m -
- -,, - Ricardo D. Hierrezueko - Pedro E IVúñez
-,--*
-

Esta dic'iincíón fue combatida, entre otros, por Dernokxnbe, quien rechazó de
plano la idea de una solidaridadimperfecta y señal^ que la solidaridad es una sola,
sin que rea posible ai interprete limitar sus efectos.
Hay solidaridad o no la hay. Y si el fa existe, es siempre perfecta.
La doctrina nacional ha negado casi unánimemente esas dos clases de solidari-
dad, con excepci6n de Busso y De Gasperi. Busso, según Rezzónico, acepta la exis-
tencia de Tales obligaciones como una categoría juridica, innominada de deudas
conjuntas en las cuales cada obligado es deudor del todo, aunque no haya solida-
ridad entre los varios obiigados, y destaca que aquellos falios que en determina-
dos casos establecen la responsabilidad integral de varias personas por un hecho
dañoso, con prescindenciade toda idea de solidaridad, vienen a desarroliar el con-
cepto de fa obligacibn insolidum, aunque nose refierenexpresamentea esa figu-
ra juridica.
Para De Gacperi el art. 1082 del CCanterior, reguiaba la solidaridad imperfecta
en el caso de la responsabitidadque pesaba sobre los autores, consejeroso cómpli-
ces de un delita, ya que: "indemnizando uno deellos todoel daiio, no tendrá dere-
cho para demandar a los otros, las partes que le correspondieren", hecho este que,
a su juicio, no sucedía en la solidaridad perfecta,
Tam bien consideraba que otrosupuesto desoiidaridad imperfecta era la acci6r1
recursoria de la responsabilidad cambiaria que se otorga por el total, y e n cambio,
en la solidaridad perfecta la acción se concede en ta medida del interés de cada
obligado.
Por otra parte, sostiene Galii, en opinidn coincidente con la de Cotmo y Rezzó-
nico, que no está probado que el Derecho romano reconociera las variantes de
"obligaciónsolidaria" y "obligación insolidum" -esdecir,de correalidadydesoli-
daridad simple-, generalmente relacionadascon la fuente y origen de la solidari-
dad, ni las variantes de "solidaridad perfecta" y "coiidaridad imperfecta", relacio-
nadas con la medida o alcance de los efectos de la solidaridad; y agrega que en
nuestro Cbdigo el art. 701 [CC,conc. con art. 828, CCCN] descarta el distingo entre
obiigaciones solidarias y obligaciones in sofidum, pues expresamente considera
comunes y semejantes esas expresiones y otras equivalentes de las que resulte que
cada deudor está obligado por el todo, ef uno por iosotros, etcétera5.
Ni et Código Civil de Veles, ni e! C6digo Civil y Comercial distinguen entre coii-
daridad perfecta e imperfecta, y lo que ocurre en una obligacióncon respectoa u n
deudor o a un acreedor se extiende a los demás. Es decir, hay un único tipo de soli-
daridad regulado por el art. 827 y cs. del CCCIV.

Rezzbnico, Estudio de las obligaciones en nuestro derecho civii, vol. i, p. 630.


Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo
--35
S 3. Caracteres de la solidaridad
Los caracteres típicos de las obligaciones solidarias son:
a) Pluralidad de sujetos: al ser una especie de las obligaciones mancomuna-
das, se exige una pluralidad de acreedores (sujetos activos) o de deudores
(sujetos pasivos), o de acreedores y de deudores (sujetos activos y pasivos).
b) Unidad de prestación o de objeto: los múltiples sujetos acreedores o deu-
dorestienen derecho ydeben, respectivamente, la misma prestación.Es de-
cir, el objeto de [a obligación debe ser único e idéntico para todos los deu-
dores y acreedores.
c) Unidad de causa: el derecho de todos los acreedores y, en su caso, igual-
mente el deber de todos los deudores, referentes a la misma prestación, de-
rivan del mismo título o hecho justificante. La unidad de causa con identi-
dad de objeto o prestación es lo que diferencia a las obligaciones solidarias
de las concurrentes, en las que hay pluralidad de deudores e identidad de
prestación, pero diversidad de causas -por ejemplo, compañía de seguros
con el autor de un hecho ilícito-.
ú) Exigibilidad total de laprestacidn: el acreedor o cada acreedor puede exigir
a cualquier deudor el cumplimiento integro de la prestación, con prescin-
dencia de su naturaleza divisible o indivisible, El pago efectuado por un
codeudoracualquierade losacreedoresextinguetotalmente la obligació~~.
e) Pluralidadde vinculoscoligados: el tema ha dividido a la doctrina tanto en
nuestropaís como en el Derecho comparado. Para una primera concepcidn
existiría unvínculo único comprensivode una pluralidad desituacionessub-
jetivas. Otro sector de la doctrina proclama la existencia de una linica obli-
gación con una pluralidad de vinculos cotigados o concentrados, que con-
vergen en un haz que infunde a [a obligación una estructura unitaria7.
Nos dice Llambías que la pluralidad de vínculos existente en la obligación
solidaria origina importantes consecuencias, entre las que se destacan:
1. La obligación puede ser pura y simple para un acreedorodeudor, y estar
sujeta a plazo u otra modalidad con respecto a otros acreedores o deu-
dores (art. 830, CCCNJ.
2: Posibilidaddel juegode la nulidad parciai: [a invalidezdelvínculo deter-
minada por la incapacidad de un acreedor o deudor no afecta la vaiidez

"Pjzarro- Vailespinos, Institucionesde dererhoprjvado. Obiigaciones, t. 1, p. 572.


Pizarra - Vailespinos, Instituciones de derecho privado. Obiigaciones, t. 1, ps. 573 y 574
36 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núñez
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de la obligación con respecto a los demás integrantes del respectivo


grupo que fueren capaces (art. 830, CCCN).
3. Nulidad proveniente del vicio de la voluntad: si aigunos de los deudores
ha padecido un error esencia! o ha sido víctima de dolo principal o de
violencia, et acto juridico obrado por el es anulable.
4. Posibilidad de renunciar a la solidaridad con respecto a alguno solo de
fús deudores (art. 837,CCCN).
5. Finalmente, se advierte en el juego de Ia independencia de defensas
que pueden hacer valer los distintosobligados, segiín lo previene eI al?.
831, CCCN8,Por el contrario, quienes sostienen la teoría unitaria adu-
cen que ellasson meras excepcionesal principio general.
Foglia sostiene que el Codigo Civil y Comercial adscribe, en el art. 829, a /a
tesis de la representación recíproca de fuente legal cuando prodama: "Con
sujecibn a lo dispuesto en este Parágrafo y en los dos siguientes, se conside-
ra que cada uno de loscodeudoressolidarios,en la solídaridadpasiva, y cada
una de los coacreedares, en la solidaridadactiva, representa a los demar en
1osactosque realiza como
Excepcionalidad: la solidaridad es de carácter ~xcepcional,por eso el art,
828 de! CCCN, expresamente dispone que la solidaridad no se presume y
debe surgir inequívocamentede la ley o del título constitutivo de !a obliga-
ci6n. Sin embargo, la redacción actual no exige que la solidaridad se en-
cuentre expresamente incluidaen la norma (como lo requeria el art. 701 del
CC,-conc. art. 828, CCCN-), sino solo que surja "inequívocamente de la
ley", por !o que consideramos que dicha exprcsion deja abierta la posibili-
dad de que se pueda inferir tácitamente la solidaridad cuando, si bien no
surja del texto de la norma, se infiera inequívocamente del ordenamiento,
comosucede con el art. 26de la ICT, y e!supuesto de piuriernpleador, al cual
nos referiremos en el capitulo correspondiente.

54. Fuentes

Se desprende claramente del art. 828del CCCNque la solidaridad puede prove-


nir de dos fuentes: la ley y tituto constitutivo de ¡a obligaci6n (autonomia de la vo-
luntad).

Llarnbías, Tratado de derecho civil. Obligaciones, t. fl-A, ps.485 a 488.


Foglia, "0biigaciones.Tasas de interés. Obfigacioncsen moneda extranjera.0bligaciones
de hacer y no hacer", en Cbdigo Civil y Comercial y su proyeccidn en el derecho del trabajo, Jorge
Radríguez Mancini (dir.),201 5, ps. 543 y 544.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 37

La autonomía de la voluntad, quees la fuente mas importante de la solidaridad


en el Derecho común, es excepcional en el Derecho del trabajo. Sin embargo, pue-
de señalarse esta última tanto en su manifestaciónindividual (ya sea unilateral co-
mo bilateral) cuanto en la colectiva; ésta, claro está, como fuente posible en el
ámbito de !as reiaciones laborales.
La autonomía individual puede imponer la solidaridad como voluntad tecta-
mentaria, si ésta ha sido impuesta por voluntad del testador, a cargo de sus here-
deros~ a favor de legatarios. En la regulacion anterior, dicha causa estaba prevista
en el art. 700 del CC. Ninguna mención se efectúa en el Código Civil y Comercial,
pero ello noes obstáculo para que la autonomía de lavoluntadsea expresada uni-
lateralmente por el testador.
La otra fuente de solidaridad es la ley, la cual es impuesta en aquellos supuestos
en que el legislador quiere proteger con el maximo rigor posible la situación del
acreedor, de manera de asegurarle el cobro de su crédito, como sucede en nuestra
discipiina. La solidaridad puede resultar de ta ley respecto de los deudores, lo que
se ha interpretado que no puede haber sotidaridad legal respecto de los acreedo-
res, o sea, activa.
El art. 700 del CCdisponia que la solidaridad podía ser constituida por decisión
judicial, disposici6n que había sido criticada por la doctrina civilista. Así, sostenía
Liarnbias, que es unanime la opinión que considera que los jueces no están habili-
tados para crear una solidaridad al margen de la ley, "pues la sentencia judicial es,
por principio, declarativa y no creativa de derechos, Iirnitándoseaverificar lasitua-
ción que viene regida por el ordenamiento jurídico"lO.
Sin embargo, tambiénse ha dichoque ia sentencia es una fuente desolidaridad
cuando es errónea, porque fuera de ese caso sería declarada cuando ya existe; pe-
ro, dice Llambias, esa es una concepcián inconveniente, porque ateniéndose a la
cosa juzgada como expresión de la verdad lo que define la sentencia se estima ver-
daderoen el mundo del Derecho, por lotanto, no hay manera de discriminar lasoii-
daridad genuina de la espuria, si ia sentencia la admite ha de entenderse que es
convencional, testamentaria o legal.
Los redactoresdel Código Civil y Comercial, seguramente influenciados por esta
corriente civilista que criticaba las decisiones judiciales como fuente de solidari-
dad, suprimieron dicha regulación, a nuestrocriterio en forma desacertada. Ello es
así, por cuanto creernos que Vélez Sarsfield, que era un gran civilista, no descono-
cia las objeciones que se le formulaban a esa fuente de obligación, y si aun asi la
incluyófue porque era una herramienta iitil para que los jueces, de manera excep-
cional, pudieran imponerla en determinados casos, cuando no existía una disposi-
ción expresa, pero la solidaridad se desprendia de la finalidad de la norma analiza-

lo Llarnbias, Tratado de derecho civil. Okiigaciones, t. 11-A, p. 493


38 Ricardo D. Wierrezuelo - Pedro E Piúñez

da, como sucede en nuestra disciplina, siendo el art. 26 de la LCT, un destacado


ejemplo.

5 5. Fundamento
Para un sector de fa doctrina, el fundamento de ta solidaridad radica en fa iclca
de representación recíproca que existe entre quienes integran el frente de acree-
dores y deudores, derivados del interés comunitario existente entre los mismos, de
forma tal que cuando uno de ellos lleva a cabo un acto io hace actuando en nombre
y por cuenta del frente de sujetos del cual forma parte; por ejemplo,en el caso de la
solidaridadactiva, un acreedor que demanda al deudor común interrumpe la pres-
cripción de la acción, beneficiandoa tos demás coacreedores. Esa es la función eco-
nómico-jurídica de la solidaridad que propende a la mayor seguridad del acreedor
en las deudas solidarias y a la facilidad del pago tratándose de creditos solidarios.
En cambio, otro sector considera que el fundamento de la soiidaiidad no seria
aquel, sino que radicaría en ta unidad de la prestaci~ny en la pluralidad de vincu-
los, pudiendo demandar el acreedor el cobro íntegro del credito en razón de que
sería acreedor de toda la prcstaciónll, o de que los deudores serían recíprocamen-
t e garanteso fiadores los unosde los otrosl2.

5 6 . Finalidad
Para Alterini, la finalidad de la solidaridad activa es facilitar e4 pago de ta obli-
gación al deudor corniin, que tiene derecho a efectuarlo a cualquiera de 105 acree-
dores mientras no sea prevenido por alguno de ellos. Tarnbien se ve favorecido el
cobro, porque cualquiera de los acreedores tiene facultades, en representación de
todos, para exigir el pago. Pero conlieva el riesgo de que el acreedor que percibió
el totaldel créditosetorne insolvente antesde haber distribuidosus partesa losde-
más acreedores. La finalidad de la solidaridad pasiva -que es mucho mas frecuen-
te- es asegurar al acreedor la percepción del crédito, ya que tiene derecho a re-
querir ei pago integro a cualquiera de los c~deudores~~. En idéntico sentido, para
Borda la solidaridad pasiva (que es fa forma más frecuente e importante desoiida-
ridad) tiene por objeto asegurar al acreedor el pago de su crédito, poniéndolos cu-
bierto contra la posible insolvencia de alguno de losdeudores: ímpouta,.por lo tan-
to, una garantía personal, uniifianza.

" Bibiloni, Anteproyecto de reformas a / Código Civiiiirgentino, nota al art. U45.


' Colmo, De ¡as obiigaciones en general, p. 374, no533; Laf ailie, Curso de obligaciones,t. II,
no 438; Ídem, Derecho civii. Tratado de lasobligaciones, t. II, nros. 1125 a 1141.
l3 Aiterini -Ameal - Lbpez Cabana, Derecho de obligaciones. Civilesy comerciales, p. 526.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 3--9
"- -

Tiene además, para e! acreedor, la gran ventaja de que, en caso de incumpli-


miento, no se verá obligado a intentar tantos juicios camo deudores haya (como
tendria que hacerla si la obligación fuera simplemente mancomunada), sino que
le bastará con demandar a uno de ellos por el totalI4.

5 7. Prueba de la solidaridad
Al ser decarácterexcepcionaldebeser probada porquien iaalega, conel corres-
pondiente instrumento (contrato, testamento), rigiendo los principios generales
en materia probatoria, ya que no existe disposicibn modificatoria al respecto.
Esto es válido para la solidaridad de origen convencional; en cambio, en lo que
interesa principalmente al Derecho del trabajo, ia solidaridad legal no requiere
prueba, puesto que el Derecho es provisto por el juez.

5 8. Renuncia de la solidaridad
La renuncia de la solidaridad puede ser absoluta o relativa, y expresa o tacita.
Dicho acto abdicatorio proyecta susefectos sobre la estructura de los vinruloc obli-
gatorios, generando una sensible mutación del mismo.
Es absoluta cuando el acreedor expresamente renuncia a la solidaridad, consin-
tiendo en dividir la deuda entre cada uno de los deudores (art. 836, CCCM.
La obligación se convierte en mancomunada, resultando aplicable el régimen
tegal previsto para esta especie, según tenga objeto divisible o indivisible.
En cambio, es relativa cuando el acreedor renunciare sólo en provecho de uno
de los deudores, continuando la obligación siendo solidaria para los otros, Con de-
ducci6n de la cuota correspondiente al deudor dispensado de la solidaridad (art.
837, CCCN). En este caso, la obligacjónque pesa sobre el beneficiado par la renun-
cia a la solidaridad pasa a ser mancomunada simple. Los restantes codeudores, no
favorecidos con la renuncia parcial, continúan obligados de manera solidaria por
el todo, con deducción de la cuota correspondienteal deudor dispensado de lasoli-
daridad.
Desde otra perspectiva, esexpresa si la manifestación~devoluntadde renunciar
es positiva y practicada con ta intención de exteriorizarlaen esesentido; es tAcita si
resulta deactosque permiten conocer con certidumbre la existencia de la voluntad
del acreedor de renunciar a la solidaridad.
La renuncia de la solidaridad relativa puede ser expresa o tacita. La absoluta es,
a por lo general, expresa, pues difícilmente puede admitirse un cambio en la estruc-
:

'"arda, Tratado de derecho civil argentino Obligaciones, t. 1, p. 406.


40 Ricardo D.Wierrezuelo- Pedra E Núñer

tura de la obligación, sin una manifestaciónpositiva y explícita en t a l sentido, ema-


nada del acreedor. Sin embargo, ci el acreedor se limita a demandar su parte a cada
deudor, se concreta así una renuncia de esta clase, en forma tácita. Esto demuestra
que e1 "único" caso que indicaba ei art. 704 del CCno era tal, pues se inducía con
certidumbre la extinción de fa solidaridad con respecto a todos los deudores si el
acreedor se autolimitaba demandando s61o su parte a cada uno de eilos15.Las mis-
mas consideracionescorrespondenefectuar al a@.836 del CCCN, ya que si bien para
la extinción absoluta de [asotidaridad se requiere la renuncia expresa, nada impide
al acreedor demandar su parte a cada deudor. En cambio, el art. 837 del CCCN, dis-
pone que la extinción reiativa de la solidaridad puede producirse por renuncia
expresa o tacita del acreedor a la solidaridad.
l a renuncia puede ser retractada mientras no hubiese sido aceptada por el res-
pectivo beneficiario.

39. Defensas

El art. 715del CCIconc. art. 831, CCCN] disponía que "cada uno de los deudores
puede oponer a la srcci6n del acreedor, todas las excepciones que sean comunes a
todas los codeudores, asi como también las que fueran personales, pero no la que
los sean a losdemisdeudores".
El art. 831 del CCCN tarnbihn distingue entre defensas cornunesy personales,
En cuanto a las primeras, indica que cada uno de los deudores puede oponer al
acreedor las defensas comunes a todos ellos.
Con respecto a las defensas personales, sólo pueden ser opuestas por el deudor
o acreedor a quien correspondan, y sólo tienen valor frente al coacreedor a quien
se refieran. Sin embargo, pueden expandir limitadamente sus efectos hacia losde-
más codeudores, y posibilitar una reducción del monto torat de la deuda que se les
reclama, hasta la concurrencia de la parte perteneciente en la deuda a l codeudor
que las puede invocar,

5 10, Efectos de la solidaridad


Razanesde orden metodoiógico imponen escindir ei tratamiento de los efectos
jurídicos de la solidaridad, según esta sea activa o pasiva, aunque solamente nos
detendremosen esta última, por ser propia de nuestra disciplina. La activa, en cam-
bio, es ajena al Derecho del trabajo.

'5 Llarnbias, Tratadode derechocivil. Obligaciones, t. 11-A, p. 475.


Responsabilidadsolidaria en elcontrato de trabajo 41

al Solidaridad activa
Los efectos de la solidaridad activa pueden ser principaleso necesarios,ysecun-
darios o accesorios.
1 - Efectos principales

Entre los efectos principales podemos mencionar:


a) La exigibilidad de la solidaridad activa. Todos los acreedores tienen dere-
cho a l cabro total del crédito.
Este derecho está contemplado en el art. 844deI CCCN, que establece que el
acreedor, ocada acreedor, o todosellosconjuntarnente, pueden reclamar al
deudor la totalidad de la obligación,
El deudor tiene, en principio, amplias facultades para abonar la deuda a
cualquiera de los acreedores.
Este derecho cesa cuando ya ha sido demandada judicialmente por algún
acreedor que le requiere el cobro. En tal caso, el pago debe hacerse a éste.
Esto se denomina principio de prevención y está previsto en el art. 845 del
CCCNque dispone: "Siuno delosacreedoressolidarios ha demandado judi-
cialmente el cobro a/ deudor, el pago sólo puede ser hecho por éste alacre-
edor demandante".
b) La extinción de la obligación para todos los acreedores. Se produce por el
pago u otro medio equivalente realizado por cualquiera de las deudores
practicado con intervención de un solo acreedor.
Actualmente el art. 846 de! CCCN regula los modos extintivos, en los ci-
g uientes térm inos: "Sujeto to disposiciones especiales, los modos extintivos
inciden, según el caso, sobre la obligación, o sobre la cuota de algdn acree-
dor solidario, conforme a lassiguientes reglas: a) la obligación se extingue
en el todo cuando uno de los acreedoressolidarios recibe elpago del credi-
to; b) en tanto alguno de los acreedores solidarios no haya demandado el
pago al deudor, la obligacibn también se extingue en el todo si uno de ellos
renuncia a su crédito a favor del deudor, o sise produce novación, dación en
pago o compensación entre uno de ellos yeldeudor; c) la confusión entre el
deudory uno de los acreedoressolidariossolo extingue la cuota del crédito
que correspondea éste; d) la transacción hecha por uno de los coacreedores
solidarios con el deudor no es oponible a los otros acreedores, excepto que
estos quieran aprovecharse de 6st.a ",

2 - Efectos secundarios
Entre los efectos secundarios pueden distinguirse los siguientes:
a) Perdida inculpable de la cosa debida. Estaba prevista en el art. 709 del CC,
reiterando, innecesariamente un principio básico al disponer que: "5i la co-
42
p-_II---I_ILI.- -,
-
Ricardo D. Hierrezuelo Pedro E Nuñez
u
-
.

sa objeto de ia obligación ha perecido sin culpa del deudor, la obligaci6n se


extingue para todos los acreedores solidarios". El Código Civil y Comercial
vigente no establece regulación alguna al respecto.
6) Mora. El CIdigo Civil y Comercial noefectija menciónalguna en materiade
solidaridadactiva, a diferencia de lo que sucede con la solidaridad pasiva,
c) Prescripción. A diferencia de lo que sucedia en la regulación anterior, no
existe disposición alguna específica de prescripción en materia de solidari-
dad activa,
d) Cosajuzgada. De conformidad con to previsto en ei párr. 2"dei art, 832 del
CCCN, ei deudor no puede oponer a los demás coacreedares la sentencia ob-
tenida contra uno de ellos, pero los coacreedores pueden oponerla al deu-
dor, sin perjuicio de lasexcepcionespersonales que este tenga frentea cada
uno de ellos. En este aspecto, no existe modificación alguna respecto a la
regulación anterior.
e) Sucesión. Si muere uno de los acreedoressolidarios, el crédito se divide en-
tre sus herederos en proporción a su participación en la herencia. Después
de la partición, cada herederotiene derechoa percibir según la cuota que ie
corresponde en al haber hereditario (conf. art. 849, CCCIV).

3 - Efectos en la retaci6n interna


De conformidad con lo dispuesto en el art. 847 del CCCN: "Participacidn. Los
acreedores solidarios tienen derecho a laparticipacióncon lossiguientesalcances:
a) si uno de los acreedores solidarios recibe la totalidad del crédito o de la repara-
ción del daño, o mas que su cuota, los demas tienen derecho a que les pague el va-
lorde lo que les corresponde conforme a la cuota de participación de cada uno; b)
en los casos del inc b) del a r t 846, los demás acreedores solidarios tienen derecho
a laparticipación, si hubo renuncia a l crédito o cornpensacián legalpor la cuota de
cada uno en e l crédito original; y s i hubo compensaciónconvencíonalo facultati-
va, novacíón, dación en pago o transacción, por la cuota de cada uno en e l crédito
original, oporla que correspondería a cada uno conforme lo resuhantede losactos
extintivos, a su elección; c) el acreedor solidario que realiza gastos razonables en
interés común tiene derecho a reclamar a los demás /a participacidn en el reem-
bolso de su valor".
Con respecto a la cuota de participacitin de fos acreedores solidarios, el art. 848
del CCCNrernite alart,841 que prevéquelas mismas sedeterminande acuerdocon
el siguiente orden: a) lo pactado; b) la fuente y fa finalidad de la obligación o, en
su caso, la causa de fa responsabilidad; c) las relaciones de los interesados entresi;
6)las demás circunstancias. El articulo aclara que s i por aplicación de estos criterios
no es posibte determinar las cuotas de contribución, se entiende que participan en
parres iguales.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 43

6) Solidaridad pasiva
Al igual que en la anperior, los efectos de la solidaridad pasiva pueden ser prin-
cipales o necesarios,y secundarios o accesorios.

/ - Derecho alcobro totai


El acreedor de la obligación pasivamente solidaria puede reclamar la totalidad
de la prestación debidaa cualquiera de losdeudores, o a algunosde ellos, oa todos
conjuntamente, Esto se desprende de lo previsto en el art. 833 del CCCN,que dis-
pone: "El acreedor tiene derecho a requerir el pago a uno, a varios o a todos los
codeudores, simultAnea o sucesivamente".

Como bien apuntan Pizarro y ~allespinos~~,


las situaciones a tener en cuenta
son lassiguientes:
a} Puede demandar a todos los deudores solidarios en forma conjunta, o a va-
riosdesus integrantes, dando lugar a un titicconsorcio facultativo. Este pro-
cedimiento brinda al acreedor la ventaja de lograr una sentencia con efec-
to de cosa juzgada contra todos los demandados.
b) Puede dirigir su acción solamente contra alguno de los codeudores, sin ne-
cesidad de demandar a los demás. Esto tiene especial importancia desde el
punto de vista de la mayor simplicidad y celeridad del proceso entablado
contra un demandado singular, particularmenteen fossupuestosen losque
el deudor demandado es suficientementesolvente como para no justificar
la citación a juicio de otros obligadas,
c) Si el acreedor opta por demandar solamente a alguno -o a lgunos-de los
codeudores, pueden darse entonces las siguientes situaciones posibles:
1. Que perciba la totalidad del crédito, en cuyo caso se agota la relación
entre el grupo acreedory el grupo deudory queda por dilucidar la cues-
tión relativa a las acciones internas ode regreso.
2. Que renuncie en forma parcial a la solidaridad y perciba solamente la
parte que a ese deudor le correspondía en la deuda. En t a l caso tendrá
acción contra los restantes por la totalidad de la deuda, con deducción
de la parte correspondiente al deudor a cuyo favor operó la renuncia
relativa de !a solidaridad.
3. Que no pueda percibir el crédito, en razón de ser el demandado insot-
vente. En tal supuesto podra accionar contra las demás, reclamando la

'15
Pizarra- Vallespjnos, inslitvcionesdedererhoprivado. Obligaciones, t. 1, ps. 5 8 8 589.
~
44 Ricardo D. Nierrezuelo - Pedro E Núñez
-. ~ " ---- - ----.---

totalidad de la deuda. Teniendo en la cuenta la redaccióndel par. J0dei


art. 705 del CC, la mayoría de la doctrina sostenia que en este supuesto,
el acreedor debía probar la insolvencia del demandado como requisito
necesario para la procedencia de una nueva acción contra los restantes
obligados.
El Código Civil y Comerciai vigente no establece norma alguna similara
la del art, 705 del CC,por lo que debe entenderse que actualmente, ya
no se requiere probar la insolvencia del demandado para dirigir la ac-
ci6n contra los restantes deudores obligados.

Volveremos sobre este efecto principal de la solidaridad pasiva para desrrii-tifi-


car una postura que hasta hace poco tiempo prevalecia en el Derecho del trabajo:
cual era la exigencia de demandar ai empleador como requisito ineludible para
condenar al deudor soiidario.

11 - Exrjnción de la obligación por pago u otro medio equivaiente


Remitimos a lo referido anteriormente sobre fa solidaridad activa, aclarando
que, cuando el acreedor percibe la totalidad del crédito por cualquier medio, la
obligación se extingue con respecto a la totalidad de los deudores, aunque haya
sidosoio uno quien haya dadosatisfaccibnal acreedor {conf. art. 835, inc. a, CCCN).
La obfigación también se extingue en el todo si el acreedor renuncia a su crédi-
to a favor de uno de los deudores solidarios, o si se produce fiovacion, dación en
pago o compensación entre el acreedor y uno de los deudores solidarios (con. art.
835, inc. b, 0.
En caso de canfusión entre el acreedory uno de los deudoressolidariossólo ex-
tingue la cuota de la deuda que corresponde a éste. la obligación subsistente con-
serva el caractersolidario(conf. art. 835, inc. c, CCCN).
Finalmente, la transacción hecha con uno de los codeudores soiidarios, oprove-
cha a los otros, pero no puede serles opuesta (ranf. art. 835, inc. d, CCCN).

2 - Efectos secundarios
Los efectos secundarias que se presentan son tos siguientes: 3
1

a) Culpa y dolo en el incumplimiento de le obligaciónsolidaria. Se encuentra


regulado en el art. 838 del CCCN, que prevé que si el incumplimientose hace
imposible porcausasirnputablesaun codeudor, losdemás responden por el
equivalente de la prestacibn debida y la indemnización de daños y perjui-
cios. En cambio, las consecuencias propias del incumplimiento doloso de
uno de [osdeudores no son soportadas por los otros.
b) Mora. Deacuerdoal párr. lodelart.838del CCCN, la mora de uno de losdeu-
doressofidarios perjudica a los demás.
Responsabilidadsolidaria en elcontrato de trabaja 45
"- ".-.-"A~+- --" ----

c) /ndemnizaciónpordañosyperjuicios. Rernitimosa lo expuesto en el ap.a).


d) Sucesión. Si muere uno de los deudores solidarios y deja varios herederos,
la deuda ingresa en la masa indivisa y cualquiera de los acreedores puede
oponerse a que tos bienes se entreguen a los herederos o legatarios sin ha-
ber sido previamente pagado. Después de la partición, cada heredero esta
obligado a pagar según la cuota que lecorresponde en el haber hereditario
(conf. art. 843, CCCN).
e) Prescripción liberatoria. El art. 839 de[ CCCN prevé que la interrupción y la
suspensibn de la prercripci6n están regidas por lo dispuesto en el Titulo t del
Libro Sexto. De esta manera, y a diferencia de lo sucedido can la regulación
anterior, tanto la suspensión como la interrupción producenefectos expan-
sivos a los demas vínculos (conf. arts. 2540 y 2549, CCCN). En la legislación
anterior srjio lo in~errupcionproducia efectos expansivos.
13 Cosajuzgada. EstB regulada en la primera parte del arL. 832 del CCCN, de!
cual surge que la sentencia dictada contra uno de tos codeudores noes opo-
nible a los demás, pero estos pueden invocarla cuando no se funda en cir-
cunstancias personales del codeudor demandado.

3 - Efectosen ia relación interna


AI estar cualquiera de los deudores obligado a pagar la totalidad de la obliga-
ción, tiene derecho, una vez abonado el crédito, a reclamar al restode los codeudo-
resel reintegrode la partequeacada unolecorrespondíaen laobligación {conf.art.
840, CCCN). Fa norma aclara que la acción de regreso no procede en caso de haber-
se remitido gratuitamente la deuda. La partey porción que le corresponde a cada
uno de Ioscodeudoresse determina conforme la dispuesto por el art. 841 del CCCN.

En lo que se refiere a las acciones recursorias, la doctrina está conteste en des-


tacar que el codeudor que paga la totalidad de !a prestación tiene derecho de ejer-
citar entre las siguientes acciones:
1. Acción de mandato o de gestión de negocios (derivada de la comunidad de
interesesy de la pluralidad coligada de vínculosjurídicos~,
2. Acción nacida del pago con subrogación (art. 91 5, inc. a, CCCN) can Ias limi-
taciones previstas en el art. 919, inc. c), del mismo Código, esto es, que sólo
puede reclamar a los demás codeudores la parte que a rada uno de ellos les
corresponde cumplir.

Finalmente, el art. 842 del CCCN dispone que la cuota correspondiente a los
codeudores insotventes es cubierta por todos los obligados. Es decir, si uno de los
deudores es insolvente, dicha parte debe ser soportada tanta por ei deudor que
46 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro F: niuñez

efectuti el pago, como por los demás, a prorrata de[ interés que cada uno de ellos
hubiera tenido en la deuda.
Capitulo II
La solidaridad en @B Derecho del trabajo

5 1l.Introducción
La solidaridad no es un instituto propiodel Derecho del trabajo, sinoque hasido
receptado por éste del Derecho civil, como una herramienta para tutelar la obser-
vancia de las normas imperativas que conforman ei orden público laboral y evitar
el fraude.
Si bien las caracteristicas particulares de la relación entablada entre las partes
justificó la escisión de nuestra disciplina con la del Derecho cornllin, ello, en modo
alguno, importa una separación total, una incomunicación entre una y otra.
Como bien apunta VázquezVialard, "la refación entre el Derecho general (re-
presentado por el civil, que gráficamente puede representarse como !o que queda
de aquél, una vezquede su troncose han desprendido-por lo menos respecto de!
Derecho privado- las otras ramas: comercial, laboral, e2cétera)y el del trabajo, Ie-
jos de ser perniciosa, resulta altamente beneficiosa en la medida en que permite
dar unasolucióna cituacionesque no han sido contempladas poreste último-aun-
que tampoco era necesario-a travésde los institutosy principiosgenerales, como
-entre otros-los concernientes a las obligaciones"'.
Deahíque resultara innecesario que nuestra materia tuviera que regulartodos
y cada lino de tos inctitutos regulados por el Derecho cornijn, los cuales son aplica-
bles en ia medida en que no secontrapongan con los principios generales de la ra-
ma especial.
Esto es justamente lo que sucede con !a solidaridad, pues la Ley de Contrato de
Trabajo no efectúa una teoría general de las obligaciones solidarias, sino que se
limita a imputar, en varios artículos, ia responsabilidad solidaria de diversas perso-
Rasfrente al trabajador en virtuddel provecho que han recibidodel trabajodepen-
diente.

Vazquez Vialard Idir.), Tratado de derecho del trabajo, t. 2, p. 97.


48 Ricardo D.Wierrezuelo- Pedro L Nuñez
---u- - --------,-----"--

Lo expuesto significa dos cosas:


a) Que salvo en cuanto a lo que la ley impone con relación a ciertas prestacio-
nes a las que los trabajadoressubordinados tienen derecho, el régimen de
la solidaridad, en sí mismo, hay que buscario en ef Derecho civil.
6 ) Que, sin embargo, eso no significa, sin mis, que las normas civiles referen-
tesa la solidaridad y !as elaboraciones de la jurisprudencia y la doctrina civi-
les referentes a esta materia, hayan de aplicarse sin examen y discernimien-
to en el ámbito laboral.

Por el contrario, al respecto habrá que examinar si yde qué modo lassoluciones
elaboradas en el Derecho civil resultan aplicables en el ámbito laboral, según sean
compatibles o no con los principios especiales del Derecho del trabajo2.
En consecuencia, al producirse la recepción en nuestra disciplina, debemos re-
cordar quesu marco regulatorioen el Derecho común no puede ser distinto, y mu-
cho menos, mas restringido, cuando se lo aplique en el Derecho laboral.
Ello en virtud de que la ley especial no modificó la forma o el modo de reguia-
ci6n del instituto de la solidaridad, sino que se limitó a imponer su aplicación en
casos determinados.
Es así que ~ o g l i nos
a ~ dice que: "dicho trasvasamiento presenta las siguientes
características: I) la Ley de Contrato deTrabajo no modifica la forma como regula
el Derechocivil el instituto de la solidaridad. Adviértase que la Ley de Contrato de
Trabajo ce limita a imponerla en ciertos y determinados casossin alterar la estruc-
tura normada por el Código Civil; 2) implica que la referida institución 'pasa' por
ei 'iiltro'dei art. 9" de la Ley de Contrato de Trabajo".
Agrega este autor que, para que ei instituto de la soiidaiidad sea aplicable es
menester que ia ley, o el convenio de partes, la establezcan expresamente a una
situación dada, luego de la cual, y ya subsurnida la situación por dicho instituto,
esto es dentro del mecanismo de la solidaridad, si hubiere dudas en cuanto a su
interpretación o alcance, se deberá estar "...en elsentido más favorable a l traba-
jador" (art. 9", ICT).
Se altera de esa manera el principio de interpretación restrictiva de la solidari-
dad que impera en el ámbito del Derecho civil, ya que en el ámbito laboral la duda
debe interpretarse a favor de la solidaridad, De ahí que la aplicación de la solidari-
dad en nues-tra especialidad, que ce encuentra inspirada por el halo-tuitivoy pro-

Lopez, J., La solidaridad en las relaciones obligatorias laborales, en "Revista de Derecho


Laboral", no 2001-1, "Lasolidaridad en el contrato de trabajo", p. 22.
Foglia, Un recíentepronunciamientode la Corte Suprema de Justicia de la Nacióny algu- t
5
nas consideraciones sobre /a solidaridad en /a Ley d e Coniraro de Trabajo, TySS, 2000-683
Responsabilidad solidaria en elcontrato de trabajo 49
*-""A--.- -- A
--.
"..--

teclor que la caracteriza, no pueda ser tratada con una excepcionalidad y restric-
ción mayores que las del Derecho común.

5 12. Finalidad de la solidaridad


en el Derecho del trabajo

Nuestro ordenamiento jurídico reacciona frente a las conductas que intentan


tiansqredir
- las normas de orden ptiblico laboral de tres maneras diferentes:
a) Declarando la nulidad de todo contrato cuando las partes actuaron con si-
mulación ofraudey aplicando la norma labora[ (art. 14, LCT).
b) Imputando la relaci6n de dependencia directamentea quien se beneficia o
aprovecha el trabajo (art. 29, LCT).
c) Disponiendo la solidaridad entre los sujetos que intervienen en el negocio.

Pero a diferencia de loque acontece en los dos primeros supuestos, en el ÚItimo


no siemprese requiere la acreditación de culpa o de conductas fraudulentas para
tender la responsabilidad, sino que se prescinde de aquellas para aplicarla en
rma objetiva. Es [o que sucede con las empresas de servicios eventuales, en los
puestos de transferencia del establecimiento y lo que acantecia con el art. 30 de
ICThasta antes de la reforma del art, 17 de la ley25.013.
Desde esta perspectiva, no podemos más que inferir que la finalidad de la sol¡-
daridad en el Derechodeltrabajoexcede la prevención de maniobras fraudulentas.
Dentro del ámbito civil, el instituto de la solidaridad se presenta como un ins-
rumento idóneo para la mejor consecución del interés común que interesa a cada
sector plural -sea el de los acreedores o el de los deudores-.
En nuestra disciplina, empero, tal como la consagrara el legislador, es básica-
ente un medio destinado a responder a la funcion esencial del Derecho de[ tra-
a j ~ plasmada
, en el "principio protectorio", y cuya rnisián es asegurar el crédito
el trabajo frente a la posible insoivenciade uno de los contratantes.
1 propósito por el cual la solidaridad se trasvasa desde el Derecho común a
uestra disciplina, es el de tutelar y asegurar el crédito del trabajador dependien-
En efecto, la extensidn de la responsabilidad al contratante encuentrajustifica-
n, por un lado, en proteger al dependiente de los contratistasfrente a posibles
solvencias; y por otro, intenta disuadir posibles tentaciones de fraude.
Por último, como bien indican Maza y ~ f a i s a n ten~ , general en el Derecho del
rabajo, por su finalidad tuitiva por naturaleza, 5e recurre como técnica garantista
a la atribuciiin de responsabilidades solidarias, merced al provecho que un deter-
50 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro F. IVúñer
--- -~-,-~ -
.
."
--
-I
I
1 -
--
_ _I
I
---
-C_.
_ _

minado sujeto, que no es considerado empieador, puede obtener del depenciien-


te contratado por otro y que vuelca su actividad personal en beneficio de aquél.
Pero aqui, y conviene rescatarlo, como derivación lógica del principio tuitivo
que insufla todo el Derecha del trabajo, Ia imputación de responsabilidad difiere
sustancialmente de las demás ramas del Derecho, siendo común, como bien expre-
sa ~ u i b o u r gqueseobiiguea
~, un tercero-ajenoa la relación-a garantizar fren-
te ai trabajador el cumpiimiento de una obligación que no /e incumbe directa-
mente, cuando exista una presunción de que esa situación encubre una operación
fraudulenta, y aun cuando ello resulte dificit de comprobar y hasta de evaluar en
cada caso.
En síntesis, en el Arnbito de las relaciones laborales, la solidaridad responde al
principio esencial del Derecho del trabajo, que es el protectorio, par io que consti-
tuye una herramienta juridica para tutelar el crcidíto del dependiente en las cir-
cunstancias expresamente contempladas por el legislador. En eila, los deudores
solidarios no tienen un interés común: uno de ellos es el obligado directo y uno o
varios son deudores solidarios sobre la base de víncuios que los relacionan con
aquél parqueson beneficiarios indirectosde la tarea efectivarnen.tecumpiida; por-
que intervinieron en la contratación; porque respecto de algunos créditos esdificil
determinar en Iws hechos fa identidad del obligado directo; porque su vinculo con
el principal hace sospechar la posibilidad de un fraude y, en general, cuando el ter-
cero constituye una real garantía (solvencia) para garantizar un crédito laboral en
el que ha tenido algún control en sugestión6.

§ 13. Caracteresde la solidaridad


en el Derecha del trabajo

Ya hemos hecho referencia en el capitulo anterior a que en el Derecho civil la


solidaridad puede ser activa, pasiva o mixta; así corno también que las fuentes de
la misma pueden ser tanto ia ley como la autonamia de la voluntad.
Empero, en el marco de las relaciones laborales, la solidaridad ec siempre par;¡-
va y esta referida a obiigaciones en las que el trabajador resuita acreedor (créditos
de tipo salariales e indernnizatorios), siendo generalmente de origen legal, Aun
cuando no corresponde descartar la autonomía de la voluntad como fuente de icr
solidaridad, la existencia de un titulo constitutivoconvenciona I de la obligación re-
sulta, al menas, poco frecuente. Y esto esválido tanto en su faz individual como en
la colectiva.

G~ibourg,las obligacionessolidaricis en elderecho laboral, i T, XXV1-969.


S Zuretti (h), Acciun fecunoria o de regresa en lasreiacjanes laborales,en "Revista de Dere-
cho Laboral", no2001-1, "La solidarfdadenel contratode trabajo", ps. 430y 431.
Responsabilidad solidaria en elcontrato de trabajo
----,A*-- -- --A --5 1
En el primer supuesto, por cuanto resulta impensable queei trabajador, queen
la mayoría de los casos ni siquiera puede discutir las condiciones de trabajo (aten-
to a la disparidad negocia1existenteentre las partes), tenga la posibiiidad de obte-
ner una garantía tan excepcional como ésta. En el segundo, puesto que si bien las
partes que suscriben el convenio colectivo se encuentran, al menos formalmente,
en un pie de igualdad, la dificultad se plantea con la representatividad que la enti-
dad osujetos encargados de negociar el convenio por la parteempresarial puedan
tener sobre las empresas a las cuales se les va a aplicar el convenio.
De más está decir que no se puede establecer la solidaridad a un sujeto que no
seencontró representadoen la comisión negociadoray al cual nose le aplica el con-
venio colectivo de trabajo. Por ejemplo, el convenio gastronórnico o el de rnaes-
tranza no podría contener ninguna disposición que estableciera la solidaridad de
las empresas que subcontratan esos servicios y que realizan actividades distintas
(hospitalaria, bancaria, recreativa, etcéteraI7,
Por el contrario, sería perfectamente vSlido, como forma de desalentar la ter-
cerización laboral, que el convenio colectivo aplicable a los contratantes estable-
ciera la responsabilidad de éstos, por Ias obligaciones laborales correspondientea
lactrabajadoresde 1osconrra.iistas. Así, el art. 54de la Convención Colectiva de Tra-
bajo 302/98aplicable al personal de maestranza, técnico sin cargo, administrativo
y de oficina de administración de la industria del petróleo y gas privado, luego de

Esto es io que sucede con el ari. 64 de la Convención Colectiva derrabajo 281196 prorro-
gadoy actualizado por el CCT74199 de maestranza que establece que: "Toda persoriaiísicao jurí-
dica, incluyendolos organismos y ernpresasdelEstado, quecontrate o subcontrate losservicios de
una empresa de limpieza, ser$ solidariamente responsabie con ella de todo incumplimiento de
esta última respecto de las disposiciones legales y todas las previstas en !a presente Convencion
Colectiva de Trabajo". La jurisprudencia ha resuelto en este sentido, referido concretamentea la
contratación del servicio de limpieza efectuada por el Estadoque: "El Gobiernode la Ciudad Auto-
noma de Buenos Aires no es una 'empresa', ni su actividad consiste en prestar servicios de lirnpie-
zasino que es una autoridad política-administrativa que en cumplimiento de ese rol específico(y
no con inotivo de una actividad empresaria), entre otras cosas, dirige un establecimientohospita-
lario donde prestaba tareas de limpieza el accionante. El GCBA no es una empresa y el manteni-
miento y limpieza no es una actividad que pueda considerarse incluida en el objeto propio de la
que esa autoridad politica despliega en el ámbito de un hospital público. por lo cual n o cabe res-
ponsabili?ar16enlos términosdei art. 30de la LCT.Tampocoresulta viable establecer su responsa-
bilidad por via de to establecido en el art. 64 del CCT281J96, ya que es evidente que la Asociación
de Empresasde Limpieza quesuscribiódicho convenio no representaba en modoalgvnoa la aai-
vidad del Gobierno de la Ciudad Au.tbnorna de Buenos Aires, ni a su vez este bltirno quien dirigey
administra el establecimientohospitalario en el que trabajóelactor, nointervinonisuscribiódicha
ConvenciOn colectiva. Así, no puede resultar aplicable a las relaciones de una empresa o entidad
con su personal un convenio colectivo que no succribib y en cuya celebración no estuvo represen-
tada" (CNAT, Sala 11,28/8/06,S.D. 94.408;exp. 22.75612002, "Osores, Josk Luisc. Rodríguez, floren-
cio Osvaldo y orro", Boletín Mensualde Jurirprudencia de la CNAT, ago. 2006).
52 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro F. Núñez

establecer un compromiso del empresario petrolero de no contratar con terceros


trabajos o tareas perrnanentesasociadas a tos procedimientostécnicos de la indus-
tria petrolera privada en determinadasáreas, prevé que las empresas serán solida-
riamente responsables de las obligaciones labarales y previsionales originadas en
las relacionesentre el personalde sus contratistascon éstos, por /ostrabajos que se
ejecuten dentro desu ámbito.
En cambio, se impone desestimar plenamente /a posibilidadde disponer la soli-
daridadcon respectoa la prestacibn del trabajador en la relación individualdel tra-
bajo. Ello es así, por cuanto el art. 37 de la LCTes categbrico al disponer que: "U
contrato de trabajo tendrá por objeto la prestación de una actividad personal e
infungible... ", lo cual significa que el trabajador no puede sustituir la prcstacidn
desu actividad por otra persona, aunqueeventualmentese permita en aigurios es-
tatutos especiales que la misma sea complementada o participen los miembros de
su familia -por ejemplo, encargados de casa de renta y trabajo a domicilio-.
Es decir, el trabajo constituye una obligación personalisirna e! indelegable del
trabajador, y por lo tanto, no puedeser cumplido por una persona distinta, esdecir,
que es intuitupersonae8.Como sostuvo Monziin, el objeto del contrato de traba-
jo no es la persona del trabajador, ni el uso de ella, ni la energia concebida como
cosa que se arrienda, sino la acción, el hacer del trabajador, la actividad personali-
sima e inescindiblede su persona9.
Por su parte, Legazy Lacambra señalaron que la prestación del trabajo no pue-
de separarse de la total personalidaddel trabajador, que entra íntegramente en ia
relación mediante vínculos comunitarios y, por tanto, primordialmente k t i ~ o s ~ ~ .
El carScter personalisirno de la prestación de trabajo justifica la disposición del
art. 254 de la LCTque establece la extinción del contrato por incapacidadfisica o
mental del trabajador para cumplir con sus obligaciones, sobrevinientea la inicia-
ciOn de la prestacionde losservicios (arts. 254~212,párr. 4", LCT)''. Y es ese carác-
ter personalisirno el que impide establecer la solidaridadsobre ta prestaciónde la
actividad del trabajador. En consecuencia, el cardcter intuitupersonae del trabajo
con relación al trabajador trae aparejado que en ese ámbito sólo puedan darse
obligacionesmancomunadaspasivíts,~no activas, pues el acreedor siempre es una
persona, y por ende, y en razón del propio titulo jurídico, no puede haber dosacre-
edores.

De la Fuente, en Vazquez Vialard fdir.}, Trarado de derecho deltrabajo, t. 3, p. 365.


Monzón, Sobre eiconcepfo y aicance de la subordinación,DT, IX-87.
Cegaz y Cacambra, Estudio de doctrina jurídica ysociai, Barcelona, 1940, p. 254,citado por
Cabanellas, eo "Eiementos esenciales del contrato de trabajo", AA.W., Estudios sobre derecho
individuaidel trabajo, homenaje a! pro.fesor Mario L. Deveali, p. 110.
'' Fernández Madrid. Tratado práctico de derecho del trabajo, t. 1, p. 588.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 53
- --.

Como contrapartida, la utilidad de la solidaridad de origen legal es innegable,


al brindar a los trabajadores una mayor certeza sobre las chances de hacer efecti-
vossuscréditos, especialmente en aqueliossupuestosde intermediacibn en la con-
trataci6n o de transferencia en la relación laboral, que son los que mas se prestan
a la realización de maniobras de tipo fraudulento.

5 44. Efectos de la solidaridad en el Derecho del trabajo


a) Efectosprincipa les

Señalamos anteriormente que el Derecho del trabajo no establece, por innece-


saria, ninguna teoria general de las obligaciones solidarias laborales, sino que se
limita a imputar ia solidaridad en determjnadascituaciones,sin modificar la forma
y la estructura en quese encuentra regutada en nuestro Derecho civii.
De ahi que los efectos de la solidaridad pasiva en nuestra disciplina sean exac-
tamente los rnisrnosque losdel Derecho común, esto es, en primer lugar el derecho
al cobro total y, en segundo lugar, la extinción por pago u otromedioequivaien2e.

Y - Derecho a l cobro total


Hasta la sanción del plenario 309 de !a CNAT, tanto la doctrina coma la jurispru-
dencia mayoritaria sostenian la imposibilidad de condenar al deudor solidario, si
no se había demandada o se había desistido de la acción contra el empleador. Sin
embargo, este criterio doctrinario, que por una suerte de inerciajurídica se repitió
sistemáticamente en la jurisprudencia, comenzó a ser cuestionado por otra co-
rriente que postulaba la decisión opuesta, hasta que, finalmente, con el dictado
del plenario "Rarnírez", prevaleció esta irttirna, aunque con alcanceslimitadosa la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y a [asprevisiones del art. 30 de la LCT.

I - Teoríasque niegan /a pasibilidad de demandar al deudor solidario,


si no se demando al ernpleador
Los que sostienen estateoria indican que por tratarsede una solidaridad pasiva
que cumple una función de garantía con respecto a las obligaciones en !as que el
trabajador es acreedor, no puede soslayarse ni perdersede vista quesu fuente es la
ley, y es Urticarnente ella la que define en cada casa concreto sus alcances.
€1 esquema es semejante al de la fianza solidaria en ei Derecho civil, en el cual
existe un obiigado directo {el ernpleador bajo cuya dependencia nace la obliga-
c i o ~y) otro indirecto ovicario (el contratista principal, es decir, la empresa vincula-
da, 0 el ernpleador permanente en caso de cesión temporaria, etcltera).
A~í,frentealcaracterde obligado indirectoovicario, no podría ejercersea su res-
pecto una acción de responsabilidad cuando no se demanda al obligado principal.
54 --- --,.-
-
Ricardo D. Wierrezuelo Pedro E Núñea
..

Desde este enfoque, en la solidaridad laboral no podría afirmarse que entre el


deudor principal y el codeudar o codeudores solidarios exista una verdadera co-
munidad de intereses, en tanto el principio general es que no existe tal comunidad,
salvo en el caso de varias personas que contraten conjuntamente a un trabajador
para tareas de beneficio común. Por ello, cabría definirla como una responsabili-
dad mancomunada -su objeto es una sola prestación-, pero de solidaridad irn-
propia 12+
Para Piroia, en cambio, deben diferenciarse dw situaciones. Así, "los casos en
los que un trabajador pretende que la responsabilidadque corresponde a su em-
pfeador se extienda al 'principal' cedente de un establecimiento o explotación en
ios términos del art. 30 de la LCT, o a aqueilos en los que persigue que las obliga-
ciones contraidas por su empleadora resulten exigibles a otras personas fisicas o
jurídicas por vía del disregard o de lo dispuesto en el arta31 de la IC T<o incluso, en
los que se pretende la responsabilidad del cesionario o adquirente de un eslable-
cimiento en vir'rud de una relación de trabajo extinguida con anterioridad a la ce-
sión (art. 228, LCTy plenario 2891, constituyensupuestos paradigmaticos de accio-
nes que deben deducirse contra un litisconsorcio pasivo necesario.
En efecto, a diferencia de las hipótesis contempladas en los arts. 29,29 biso 225
y concordantesdelaLCT, en ia qu.e todoslosdeudoressolidariosde una misrnaobli-
gación son considerados por la ley como empleadores directos de los servicios (sal-
vedad hecha del supuesm considerado en ei plenario 289), en los ejemplos que
hemos mencionado, las obligaciones contraídas por el empleador en e! marco de
un contrato de trabajo son simplemente mancomunadas con solidaridad irnpro-
pia, por lo queel codeudorsubsidiarioo accesorio (al que la ley no ie atribuye carác-
ter de empieador sino que ie imputa responsabilidad por las obligaciones contraí-
das por éste) puedeser alcanzado porta solidaridadqueprevén tosarts. 30,31 y228
de la LCTIen el caso de este último artículo, respecto de los contratos extinguidos
antes de la transferencia), sólo en caso de que la existencia.de la obligación sea pre-
viamente establecida en cabeza del deudor principal,
De acuerdo con ello es evidente que cuando se pretendeextender la responsa-
bilidad de un determinado empleador a quien fe cedió su establecimiento o explo-
tación para ta realización de tareas especificas propias de aquél, o bien a otras em-
presasque integran un conjunto económico permanente, o, acaso, al cesionario de

l2 Pollero, La responsabilidad solidaria de los integrantes de grupos económicos,en "Revis-


t a de Derecho Laboral", no2001-1, "La solidaridad en el contrato de trabajo", ps. 352 y 353. Com-
parten esta postura, en.tre otros, Zuretti (h), Accion recursoria o de regreso en \as relacioneslabo-
rales, en "Revista de Derecho laboral", no 2001-1, "La solidaridad en el contrato de trabajo", ps.
431 y 432; Moreno. Algunos aspectos de la solidaridad en elderecho del Trabajo. inlerposicíún y
mediación, subcontrataciónydelegacibn, en LT, XXXIV-A-561; Fernández Madrid, Tratadopracti-
co d e derecho deirrabajo, t. 1, ps. 939 y 940.
Responsabilidad solidaria en elcontrato de trabajo
- A
-- -55

un establecimientoen el que se desenvolvió un vinculo ya extinguido, es necesario


que haya sido admitida previamente la existencia y extensión del crédito con rela-
ción al deudor principal (empleador).
Por tal motivo, cuando el acreedor omite demandar a! empleador-ya sea por-
que lo considera insolventeo porque nocumpleconalguna intimacjbn previa refe-
rida a éste (art. 67, Ley de Organizacióny Procedimiento de la Justicia Nacional del
Trabajo), o, acaso, porque desiste de la acción originalmente instaurada contra él
(v. gr., art. 133,lCQ)- y pretende que su responsabilidad sea imputada a otros
posibles codeudores solidarios en !os términos de las normas que venimos anali-
zando, la pretensión será -normalmente-desestimada porque no habrá posibi-
lidad de establecer la existencia de la deuda con relación al deudor principal (y
siempre, claro está, que no haya sido establecidaen un juicio anterior seguido con-
tra éste)" ".
Conteste con esta línea doctrinal, y con anterioridad al dictado del plenario
"Rarnirez", en la jurisprudencia re había resuelto que: "En el marco de la solidari-
dad establecida por el art. 30 de la LCT, si el actor desistió de la demanda contra el
principal para verificar su crédito en el concurso (art.133, LCQ), no puede preten-
derquesecondenea losobligadossolidarios". "Del juegode Iosarts. 523,524,525,
689 y 717 del CC [concs. con arts. 820,821,841,842,856,857, CCCN] surge que no
se puede condenaraldeudor accesor~oobligadoenvirtudde la norma laboral cita-
da, si no se condena al deudor principal porque setrata de una obligación manco-
munada con solidaridad i r n p r ~ p i a ~ " ~ .
En este sentido se decidió que: "Si en la demanda se reconocib que el actor sus-
cribió con la cooperativa de trabajo codemandada documentación tendiente a
pretender que el vinculo era de socio cooperativo, y que dicha organización es una
empresa dedicada a la provisión de servicios de vigilancia y seguridad a terceras
empresas que la contratan, se desprende la adrnisiiin de la condición de socio de Ia
cooperativa -simulado a real- y haber sido enviada a prestar servicios a otra
empresa, por lo cual, si la cooperativa no fue demandada porque se hizo efectivo
el apercibimiento previsto en el art. 67 de la ley 18.345 (DT,1969-625, t.o.1998-A-
333) no cabe sino desestimar la demanda, sin que obste a esa conclusión la circuns-
tancia de que se haya invocado no solo la previsibn del art. 30 de la LCT(DT, 1974-
805,t.o. 1976-238), sino también lo establecido en el art. 14 del mismo cuerpo le-
gal, ya que la acción promovida contra la empresa que contrataba aquellos servi-

j3
Pirolo, Aspectosprocesales de la responsabilidadsolidaria, en "Revista de Derecho Labo-
ral", no 2001-1. "La solidaridad en el contrato de trabajo", p. 417.
'4 CNAI, sala 1, 18/12/89, "Terradillos, lulioc. Edit. NuevaGertteS.R.L.", DT, 1991-A-62; ídem,
~aiaVI11,15/6/01, "Pérez, Alberto c. Raster S. A. y otros s/DespidoM,Manualde jurisprudencia, Julio
Grisolia (dir.), p. 375.
55 Ricardo D. Híerrezuelo - Pedro E Mudez
-.""M-, -,-

ciosse encontraba subordinada a la acreditacion de la simulación ilícita aducida, a


cuyo fin necesariamente se debib demandar a la cooperativa y ofrecer y producir
las pruebas atinente5 a los hechos esgrimidos, de losque, eventualmente,se habrían
desprendido las responsabilidades en cue~tión"'~.
Asimismo, se ha resuelto en un caso que: "La demanda contra eI deudor y la ob-
tención de un pronunciamiento expreso acerca de la existencia de una obligacitin
concreta en cabeza de &te, son imprescindibles, por necesidad lógica, para hacer
efectiva la responsabitidad de quienes, de no mediar las disposiciones legales en
cuya virtud se los demanda, serian perfectos terceros. tos pretensores deben de-
mostrar, por una parte, la existencia y exigibilidad de sus créditos respecto dei de-
mandado principal y, por otra, alegar y probar los presupuestasdeoperatividad de
las normas invocadas para traer a juicio a esos terceros" 16.
García Martinez compara la solidaridad laboral con las obligaciones insolidum
del Derecho francés, ya que setrata "de un caso de solidaridad imperfecta que no
requiere la existencia de una vinculación entre Ioc partícípes, a pesar de encon-
trarse obligados íntegramente a una prestación, sobre la base de una disposición
legal, pero sin que exista una reciproca representación" 17.
A nuestro entender, esta tesis soslaya que ni el Código de V&lez, ni el vigente
Ciicfigo Civil y Comercialacogieron aquella vieja diferenciaciónde lasobligaciones
solidarias.

li - Teorias que admiten la posibilidad de demandar conjunta


o indistintamente al deudor solidario y alprincipal

En cambio, admiren la tesis que postulamosGuibourg, Mancini, Pizarro, Macha-


do, Perugini y Vázquez Viaiard.
Para Guibourg, el dependiente puede reclamar sus créditos a cualquiera de los
responsables solidarios, en forma conjunta o indistinta, aunque aclara que el víncu-
lo de rada deudor no es enteramente independiente del otro, pues existe entre
ellos cierta relaciónjerdrquica que, aunque no esen principio oponible al trabaja-
dor, incide, sin embargo, en el papel que cada deudor cumple y en diversas conse-
cuenciasjuridi~as'~.

CNAT, Sala IV, 2#/12/00;"Cristatdo, Daniel G. c. Cooperativa de Trabajo El Alcazar Ltda.",


QT, 2002-A-976.
l6 CNAT, Sala VIII, 6/12/02, "Luque, JuanRicardo y otros c. Doblametaf S.A. y otros", citado
por Mark, Art. 30de la LCT, en "Revista de la Sociedad Argentina de Derecho Laboral", no18, jun.-
jul. 2003, pc. 28/30.
'7 García Martinez, Lasoljda~dadcomotutela de!ostrarahajadores,libro de ponencias del "VI
Congreca Nacional de Derecho de( Trabajo", Buenos Aires, 1983.
Guibourg, Las obligaciones~olidariasen elderecho labora¡, LI; XXVI-969.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 57
--

Por su parte Mancini y Pizarro entienden que las normas del Código Civil [hoy
CCCN] que regulan la solidaridad, en general, y lasotidaridad pasiva, en particular,
son aplicables íntegramente en el Derecha del trabajo (arg. arts. 7", 9", 11 yconcs.,
LCT), Agregan que en todos los supuestos en los que la legislación del trabajo con-
sagra la soiidaridad pasiva -v. gr., interposición y mediación, subcontratación y
delegación y en los casosde ernpresassubordinadaso relacionadas-frente al tra-
bajador y a los organismos de la seguridad social, el denominado deudor directo
(empieador) y el obligado vicario o indirecto se encuentran frente al acreedor
exactamente en el mismo plano y están, en consecuencia, en similar situación que
cualquier codeudor solidario, conforme al régimen previsto por el Código Civil
[hoy CCCRi]. De allí que el deudor vicario o indirecto no pueda invocar ninguna
situación de privilegio que mitiguecualitativa o cuantitativamenteel alcance desu

Machado, luego de señalar que la opinión tradicional es la predominante, ex-


presa que: "es en el Código Civi t donde encontramos la mejor refutación a esta dis-
torsión conceptual". Vélez, siguiendo a Demolombe, no hizo propia la distinción
romanistaentre unas obligaciones correales,generadoras de solidaridad perfecta,
y otrasinsolidum que dieran lugar a una imperfecta. Enelart. 701 del CCIcanc. art.
828, CCCN] incluía a estas últimas bajo el mismo régimen común que, reglado en el
rt. 699 y SS. del CC [concs. arts, 827 y 828, CCCN], constituye una suerte de parte
enerat de las obligaciones solidarias, a ta que no cabe sino atenerse cuando otro
epartamento del Derecho refiere a las mismas sin aditamentos ni especificacia-
nes, tal como lo hizo ia Ley de Contrato de Trabajo.
No ignoramos que la doctrina civilista ha precisado exhumar de algún modo
ueIla diferencia bajo e! nambre de obligaciones concurrentes, a los fines de dar
supuestos especiales, como el motivado por el contrato de segu-
ro o por la responsabilidad civil por ilicitas ajenos; pero esta diferencia carece de
en el contexto de la institución que estudiamos.
En efecto, en uno u otro caso el actor puede demandar a los obligados conjun-
o separadamente por el todo; cada obligado puede valerse de defensas comu-
s o propias la cosa juzgada será oponibie a todos los que hubieren intervenido
omo parte en el proceso, no a los restantes deudores.
La extinción total de la obligación por pago, novación, compensación o remi-
ión de ta deuda apravecha a todos los deudores; la dispensa de la solidaridad res-
pecto de uno de los deudores produce la mancornunaci6n de la deuda a su respec-
to, pudiendo perseguirse el cobro contra los restantes codeudares con deducción
@ la Parte imputable al deudor así desinteresado, no por el total.

j9
Mancini- Pizarro, Algunas reflexiones en torno a ¡as obligacionessdidarias en el derecho
a de Derecho Laboral", no2001-2, "La solidaridad en el contrato de .traba-
58 "--- ----- -
Ricardo D.Hiefrezuelo Pedro E: Núñer
---~-
SegUn el art. 705 del CC [concs. arts. 833 y 844, CCCN]:"El acreedor, o cada
acreedor, o losacreedoresjuntos puedenexigirel pagode la deuda por enterocon-
tra todos los deudores solidarios juntamente, o contra cualquiera de ellos". Con-
scuenternen"i, la situación de paridad de ambos deudores solidarios frente ai
acreedor común no autoriza a realizar ningún distingo procesal y, en cambio, con-
voca a la aplicación de todo el régimen previsto en la normativa civil antes anaiiza-
da. No fluye de la letra legal ni de su espiritu que estemos ante un régimen ad hoc
o de una solidaridad especifica del Derecho laboraI2O.Si bien estas expresiones fue-
ron vertidas bajo e[ amparo del Código Civil anterior, se encuentran periectamen-
te vigentes teniendo en cuenta la redacción del Codigo Civil y Comercial.
Afejandro Perugini también se inclino por esta postura al dictaminar en la cau-
sa "3el¡ini"21.En la misma, el actor planteaba la incanstitucionalidad del art. 932
de ia ley 24.522 y propiciaba la aplicación del parr. 3" del art. 733 de la misma ley,
que implicaría la continuidad del proceso ante el tribunal originario respecto de
todos 10s demandados, la ejecución de la sentencia contra los nofailidoc y la opor-
tuna verificación dei crédito contra ia quebrada en sede concursai.
Perugini, luego de sostener que en el caso concreto no se apreciaba el agravio
constitucional, en la medida en que ei actor contaba con la facultad de proseguir
el trámite ante los fallidos no concursados en sede laboral, sin perder por ello la
facultad de verificar su crédito, indicó: "Claro esta que los inconvenientes que se
plantean no provienen del desronocimiento de la disposición sino de la dificultad
de aplicarla en casos en los que, como el presente, se invoca unasituacion configu-
rativa de lo que la jurisprudencia ha denominado 'solidaridad impropia', que ¡m.
plica la existencia de u n obligado principal y otros secundarios, y la necesidad de
queel primero sea demandado coma condición de responsabilidad de los otros. No
obstante, la restricción no es necesariamente cierta, ello así, en primer t6rmin0,
porque ta referida doctrina essolo una elaboracidn jurisprudencia1 que no cuenta
con respaldo normativo alguno y, por lo tanto, su aplicación at caso es hipotética.
En segundo lugar, porque aunque así no fuera, o V. S. la aplique normalmente, el
desistimiento operado en los términos dei art, 733 de la Ley de Concursos y Quie-
bras debe entenderse dentro de fa particularidad del sistema y no corno si fuese ia
simple manifestacibn del accionante de no traer a juicio al obiigado principal. En
otras palabras, no se trata de una manifestación devaluntad plenamente libre ten-
dientea no involucrar a un deudor, sino de una opción limitada a las reglas de jue-
go y realizada para permitir un juicio de conocimiento plenocontra quienes noes-

20 Machado, Solidaridad generada por la tranrferencia deí establecimiento, en "Revista de

la Sociedad Argentina de Derecho Labotal", no 14, p. 32.


21Fiscalía del Trabajo no 7, 22/10/98, "Betlini, María Ofelia c. Centro de Actividades Termo-
mecanicasS.P. y otrossiDespido", dictamen 3270, inkdito.
Responsabilia'iid solidaria en el contrato de trabajo 59
.- -- -*

tan faliidas, a quienescabria condenar, si asi correspondiera, con o sin la interven-


ción de la obligada principal. Lo contrario importaría dar a la norma una interpre-
tación que la haría ciertamente incompatiblecon ei derecho al acceso a la jurisdic-
ción en procura del reconocimiento de los derechos, aspecto positivo de ia defen-

Concluye el dictamen senalando que el juego de opciones previsto en ei pirr. 1"


de/ art. 133 de ia iey 24.522 no deberá significar la imposibilidad de condenar a
otros codeudores considerados subsidiarios en los términos del concepto de soli-
daridad impropia porque el desistimiento del principal no obedece a un propósito
de desobiigarlo y una interpretacióncontraria afectaría gravemente el derechade

zquez Vialard entiende que en la relación obligacional manco-


munada solidaria hay pluralidad devínculos; en el caso de! Derecho del trabajo, esa
situación esentre el trabajador y cada uno de los deudores, por lo que aquél pue-
e reclamar el total de Ia deuda a cualquiera deéstos (art. 705, CC-concs. arts*833

El acreedor laboral, en consecuencia, y en virtud de las normas establecidas en


el Codigo Civil, puede reclamarlea cualquiera desusdeudores (a su empleador oal
deudor vicario, persona que ha recibido su tarea en virtud de haber sido remitido
por una agencia de cervicios, art. 29 bis, LCT, por cesión de la actividad, etcétera) el
total de ia obligación. Por lo tanto, et demandado, con prescindencia de que sea el
deudor principal o vicario, debe satisfacer el total de lo reciamado; éste, en su caso,
odrá solicitar, ya sea al deudor principal u otro codeudor solidario, le reintegre la
arte proporcional del importedel créditoqueéi ha cancetado (art. 717, CC-concs.
rtS. 841 y 842, CCSN-) *'.
111 - EIplenario 309 de la C N A T ~ ~

El 3 de febrero de 2006 la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo dictó el


enario 309 en !os autos caratulados "Rarnírez, María lsidora c. Russo Comunica-
ese 1nsumosS.A. y otrostDespido", por el cual se resolvia que esaplicableel art.
del CC [concs. arts. 833 y844, CCCNj a la responsabilidad del art. 30de la LCT.

22 Vkquez Vialard, Laposibi\idaddequeelacreedoriaborallereclamedirectamenteaideu-


vicario, TySS,2002-801.
23
Sin soslayar lo dispuesto en el art. 12 de la ley 25.893, consideramos oportuno continuar
losdistintospienariosquese han dictadoen materia desolidaridad pordosmotivos. El
primero, porque no es pacífica Ia jurisprudencia respectoa este puntoa la luz de lo dispuesto en el
art.15 de la norma mencionada. En segundo lugar, por la importancia jurídica y la riqueza argu-
mentativaque seaprecian en tosplen~~ioscomentados, tanto lasposturasmayoritarias, como mi-
Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro F. NDííez
II
C
_ -, .-,
_ I I I -- I I "
_
60
_
_- _,-,-, -._--.-_- --
El tema de la convocatoria presenta varias aristas, y su complejidadya se apre-
cia en la imprecisa y parcial redacción de la cuestión sometida a plenario (¿esapli-
cable el art. 705del CC[concs.arts. 833 y 844, CCCN] a la responsabilidaddel art. 30
de ia LC??),que encubre un debate mas arnpiio quese traduce en la posibilidad, en
nuestra disciplina, de condenar al deudor solidario, si no se demandó o se desistí6
de la demanda contra el empleadar.
La imprecision que se advierte en fa redacción se encuentra salvada coi2 la dac-
trina plenaria que en definitiva fuesentada, ya que la mayoría de ioscamaristasce
expidieron por la postura afirmativa, En cambio, entender que el art. 705 del CC
[cona. arts. 833 y 844, CCCNJ, no e5 aplicable a la lC7, en modo alguno permitiría
inferir vatidamente que al trabajador ie estaría vedado elegir a qu6 deudor de-
mandar, y ello por la sencilla razón de que el artículo bajo análisis se !imita a expli-
citar una situación que se encuentra en la misma definición de la obligación soii-
daria que el codexforrnuia en el art, 699 [concs. arts. 827 y 828, CCCNI cuya aplica-
ci6n no fue incluida en el temario.
Cabe destacar que los alcances del plenario son limitados, y que se restringen a
las supuestos de cesión total o parcial del estabiecimiento, y a los de contratación
o subconrratacidnprevistosenel art. 30de la ICT;y nose proyectanal restodelarti-
culado de la LC7,donde tarnbien se impone la solidaridad. Y esta conclusión no es
menor, porque, por ejemplo, la doctora Garcia Malgarejo, si bien voló por la afir-
mativa, aclaroque elio no implica abrir juicio de valor alguno sobre ia soluciónque
eventualmente corresponda en otros supuestos en que la ley establece la solidari-
dad. Aun cuando la doctrina y la jurisprudencia está conteste en extender esta in-
terpretación a ioscasosde interposicióne intermediaciondispuestos en los arts. 24
y 29 de la 1CT;todavía quedarian sin resolver los supuestos de interrelacidn (em-
presas de servicios eventuales), subordinación y relación (empresas controiadas y
conjunto economico), transferencia del establecimiento, cesi6n de personal y ex-
tensión de responsabilidada los socios, directoresy gerentes de sociedadescorner-
ciafes, en los cuales fa discusión se podrla seguir manteniendo. Además, este pie-
nario tiene alcances limitados al ámbito de la Ciudad Autiinorna de Buenos Aires,
sin que sea obligatorio para el resto de los juzgados y tribunales del pais. Adviérta-
se que la postura contraria al plenaria es aún sostenida por la Suprema Corte de la
Provincia de Buenos ire es^^, la Corte Suprema de justicia de ~ u c u r n a nla~ ~ , It
Sala

24 SCBA, 14/4/04, "Vulcano, Eduardo Marioc. Provincia de Buenos Airesy otrosiDespido, dife-
renciassalariaies, horasextras, etcétera", falto L 77.790; ídem, 1/6/99, "Marchan, RubénA. y otros c.
Empresa Wipira Argentina slMedidas cauteiares". fallo L 73.838. Conf. Loustaunau, Responsabili-
dadsolidariapor obligaciones iaboraies: iiitisconsorcio necesario o facultarívo?,DT,2006-A-327.
25 CS "íucurnán, 7/6/00, "Quinteros, Hernan Ornar y otros c, Cía. circuito Cerrado S.A. s/Dife-
rencias", RDL, 2001-1-716. Conf. Loustaunau, Responsabilidad solidaria por obiigaciones labora-
les: litisconscrcio necesario o facuitativo ?", DT,2006-A-327.
~esponsabilidadsolidariaen el contrato de trabajo
--
a Corte de Mendozar6 y las Salas VI1 y X de la Cámara de Trabajo de

Ahora bien, la postura mayoritaria realiza una fundamentación estrictament


jurídica y justifica su posiciónen ia inexistenciade recepción en nuestro Derechod
la solidaridad propia e impropia que se le imputa al Derecho romano. Asimism
invoca como precedente un fallo dictado por la CorteSuprema de Justicia de la Na-
ción en la causa "Cabeza, Audelia y otros c. Sanz y Cia. y otrass/Recurso extraordi-
nario" (CSJN-Fallos, 306-2:1421).
El fiscal general doctor Eduardo Alvarez, quien defendiera ia postura mayori-
taria, sostuvo que la caracteristica esencial de esta tipologia de las obligaciones
reside en el derecho del acreedor a exigir a cada deudor el pago integro, vale decir,
en la posibilidad irrestricta de demandar, como diría lorge Joaquín Llarnbías, a to-
dos, a algunos o a uno en particular, sin decir por qué28.El art, 699 del CC jconcs.
arts. 827 y 828, CCCN]resalta esta faceta como base de la definición misma y esta-
blece que una obijgacibn es solidaria cuando "... la totalidad del objeto de ella
tud del título constitutivo o de una dirposicibn de la ley, ser deman-
cualquiera de los deudores ...". El art. 705 del CC[concs, ai-ts.833~844,
, que se menciona en e! interrogante de la convocatoria, es clave en la diná-
ropia de estasobligaciones.VelezS&rsfieldhace conftuir, en un solo texto, la
ducción que hizo Andrés Bello de los arts. 1200, 1203 y 1204 del CCfrancés y la
rma abunda en la descripción de !as potestades det titular del crédito. La dispo-
reitera con énfasis que las sujetos activos del vínculo "... pueden exigir
la deuda por entero contra todos [os deudoressolidariosjuntamente, o
ntra cuaíquiera de ellos ..." y aclara que si se reclamó ".,. el todo contra uno de
S, y resultase insolvente, pueden reclamarlocontra los demás, ,.",
eñaló que "esta característica hizo que Josserand, al comentar la solidaridad
iva como manifestación de las obligacianes con sujetos rnúltipies, sostuviera
denre y definitoriocuandose mencionala expresión 'obligaciónsoli-
erecho del acreedor a elegir, con libertad, cin condicionarnientos, a
ien se persigue para el cobro, enfuncibn de una estrategia que a nadietieneque
tificar. Donde hay solidaridad, dice Josserand, hay eleccion libre del acreedor y

'' SC Mendoza, Cala II, IIU97, "Quevedo, Seigio G.c. Petromen S.A. e YPF S.A. s/Demanda
rdinaria", f asación, Mza. no 59.305. Conf. Loustaunau, Responsabi/idad solidaria por obligacio-
es laborales: iiticconsorcío necesario o facultativo?, DT; 2006-A-327.
*' Cám. Trab. Córdoba, Sala Vil, 12/3/04, "Toiedo. Luis M. c. Armando López S.A. ylu otro";
ídem, 5alaX,'15/1~03,"Górnez, Luis A. c. Vanguardia S.A. y olrossiDernanda", Conf. LousZaunau,
Responsabilidad solidaria por obiigaciones laboraies:i/iti~consorcianecesario o facultativo?, DT,

Llambias, Tratado dederecho civil. Obiigaciones,t. 11, p. 452.

b
62 Ricardo D.Merreruelo - Pedro E Núfiez
-C_- -
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- --.-...----

esta elección se funda en que en las obfigacionessolidarias 'no hay un deudor prin-
cipal, todasson deudores principale~'"~~. "Esta afirmación última es decisiva y per-
mite comprender algoquesefialaba desde ia catedra de Derecho romano el retar-
dado Luis María Berrotarán, quien fuera titular del Juzgada Nacional de Primera
Instancia en lo Civil no72: las obligaciones solidarias son una superación histórica
de la fianza, ya que se crea un vincuto en el cual todos los deudores son principales
pagadores y no existe et beneficio de excusión, o sea, no hay que convocar prime-
roa alguno de lossujetos pasivos, ni traerio a juicio, ni procurar cobrarle anteseje-
cutando su patrimonio".
Expresd que el art. 30de la LCT, que también se cita en el temario que nos reúne,
impone de una manera inequtvoca la responsabiiidadsolidaria, como medio para
proteger a1 trabajador (acreedor), en el marco de una segmentaciun del proceso
productivo que, más a l b de su legitimidad, puede traer aparejada, al menos en ei
terreno de las hipótesis, la afectación o licuación de la solvencia. El Derecho del tra-
bajo, para tutelar al dependiente, recurrió a una institución decantada del Derecho
civil (las obligaciones solidarias) que, como vimos, fue precisamente pensada para
garantizar ei cobro, potencializar Ia responsabilidad pcitrirnonialy evitar la necesi-
dad de tener que reclamar el pago a una persona determinada cuando se sabe que
es ocioso o, simplemente, no se la quiere perseguir. Nuestra disciplina no es autosu-
ficiente, ni tiene una autonomia plena y cuando una norma laboral dice "rerponsa-
biIidad solidaria" se esta refiriendo a las pauias normativas del Cbdigo Civil, al igual
que cuando dice "pago", o "persona jurídica de existencia ideal". Existe, entonces,
como io advirtiera Justc tópez, una vocación de aplicabiiidad de las normas civiles,
que sólo puede ceder ante das circunstancias concretas: !a presencia de una norma
laboral expresa distinta; y la incompatibilidad de la norma civii con principiosgene-
rales del Derecho del trabajo30. En la Ley de Contrato de Trabajo no existe un régi-
men especificoy distinto de la responsabilidad soiidaria y no se advierte incompati-
bilidad alguna entre lo dispuesto por losarts. 699y 705 del CC fconcs.arts. 827,828,
833 y 844, CCCN]y el principio protectorio. Muy por el contrario, [adoctrina coinci-
de, de una manera unánime, en que el art. 30 de la 1CTesta destinado a garantizar
e! cobro de los créditos, para lo cual crea sujetos pasivos múitiples, aun en la ausen-
cia de fraude o ilicitud, con la finalidad de tutelar al dependiente3'.

29 Josserand, Quatre /esson$du droit civil, 45ed., p. 235,


30
Lopez, J., Incidencia delderecho civilen elderecho de/ trabajo, en "LegiriaciOn del Traba-
jo", XXX-194.
Véase Carcavallo, Los alcances del art. 30 de la LCT, en "Revista de Derecho Laboral",
2007-i, "La solidaridad en ei contrato de trabajo"; López, l., La solidaridaden las reíaciones obli-
gatorias laborales,en "Revista de DerechoLaboral", 2001- 7 , "Lasolidaridad en el contrato detra-
bajo", p. 9 y SS.; Feroández Madrid, Tratado de derecho del trabajo, t. 1, p. 925 y SS., y fa reseña alli
efectuada.
Responsabilidad solidaria en elcontrato de trabajo 63
--"

En consecuencia, consideró "que corresponde aplicar las claras disposiciones


del Código Civil [hoy CCCN], cuyos alcances he reseñado y no cabe privar al acree-
dor laboral de ese derecho esencial de elegir que tienen todos los acreedores de
obligaciones solidarias y que consiste en demandar, como dice Llambías, a todos
(empleadory contratista), o a uno (el contratista o el empleador)".

Finalmente, criticó la postura tradicional por cuanto la misma:


1. Carece de todo respaldo normativa.
2. Implica fa creaciiin voluntarista de un sistema autónomo de responsabili-
dad solidaria que no responde a ninguna disposición del ordenamiento.
3. Prescindede lo esencial en materia desolidaria pasiva, que ecel principiode
libre elección del acreedor, que puede demandar "a todos, a algunas o a
uno", al mismo tiempooen formasucesiva;sin tenerque explicarel porqué.
4. Incurre en el error de aludir a obligados "principales" y "vicarios" o "acce-
sorios",cuando loquecaracteriza a la solidaridad es la ausencia de un "deu-
dor principal".
5. Impone para los rrabajadares un régimen de menor beneficio, peyorativo
en relación con lo dispuesto en el Derecho civil, al privarlosde la posibilidad
de optary conminarlosa reclamaral empleador, al quese lo erigecarnodeu-
dor principal.
6. Materializa una diferencia de trato hacia el acreedor laboral, que consagra
una inadmisible discriminación, porque el trabajador es el irnico titular de
una obligación solidaria en el pais, al cual un órgano jurisdiccionai le exige
ejercer una conducta con un contenido preciso: incluir al empleador en el
reclamo.

Ademasde toss6lidosfundamentosvertidospor el doctor Eduardo Alvarez, en-


tre los votos de la mayoría merecen destacarse los de los doctores Euibourg, Scot-
ti, Catardo, Rodriguer Brunengo y Ferreiros, a los que nos remitimos por su clari-
dad conceptual.
Así Guibourg, luego de desconocer lasolidaridad impropia, reiteró y ratific6 su
postura sentada en otra opor~unidad", Manifestó que, a pesar del tiempo trans-
currido, sigue sosteniendo ioqueentoncessostenía;y no por tozudez, sino porque
e1 art. 705del CC[concs.arts.833 y 844, CCCN] ha mantenidodesdeentoncecel mis-
mo texto, que autoriza expresamente al acreedor a demandar su crédito de cual-
quiera de los deudores solidarios, a su elección y sin [a condición de hacerlo can-
juntarnerite. Advirtió las diferencias que subsisten entre los deudores y sobre las
dificultades que puede enfrentar el vicario si se lo demanda por separado, pero

32 Cuibaurg, ias obligaciones solidarias en e/ derecho laboral, LT, XXVI-1978-969.


64 Rícardo D. Nierrezuelo - Pedro F: Núñez
--,-"-+~ ,-.-- -, -
indica que las mismas no son suficientes para introducir por via pretoriana, en per-
juicio del trabajador, una distinción que la tey no autoriza; y las mencionadas difi-
cultades, que el legislador no pudo dejar de considerar a la hora de crear las leyes
civil y laboral, pueden prevenirse mediante una actuación prudente, mitigarse
medianteel usoadecuadodelas institucionesprocesales y, en última instancia, for-
man parte del riesgo que la ley-en cumplimiento del principio protector- quiso
alejar de la parte más débil.
Scotti, Iuegode destacar que noexisteenel ámbitode nuestra discipiina una re-
gulación específica en torno al concepto de solidaridad, por lo que parece obvio
que deba recurrirse a los postulados del Derecho común con relación a este tema,
afirmó que no parece adecuado, a falta de disposicion expresa sobre el pi:nto, exa-
minar una institución como la de la "solidaridad" {incorporada a nuestro ordena-
miento laboral para proteger adecuadamente el derecho de los trabajadores)con
un prisma restrictivoy, para más, asimilándoia a regulacionesinexistentesennues-
tro Derecho o que se refieren a instituciones diametralmente opuestas. A esto
agregó que no deja de resultar paradójico que -rigiendo para ambos Ios mismos
preceptos- los obstáculos que nadie se atrevería a oponerfe a un acreedor civil o
comercial que enfrente a codeudores solidarios, se constituyanen escollos insalva-
~ el trabajador en relación de dependencia.
b l e para
Finalmente, Ferreiros entendió que no existe un régimen de duplicación de res-
ponsabilidadsolidaria, sino que el tinico existentese encuentra en el Derecho civil
y consideró que es el que se debe aplicar. Agreg6 que se deben dejar de fado tos
resabios de un Derecho antiguo y aplicar la ley (que no hace distinción alguna) la
moderna doctrina y la actual jurisprudencia predominante.
Por su parte, la minoría mantuvo la tesis tradicional que tiene en cuenta tanto
el aspecto procesal, como la disímil situación jurídica que se aprecia entre los dis-
tintossujetos que componen el vinculo jurídico obligacional. 5e insiste en sostener
quedel juegode los arts. 523 a 525,689 y71 7del CClcancs. arts. 856,857,820,821,
841 y842, CCCN],se desprende que no se puede condenar al deudor accesorioobii-
gado si no se condena al deudor principal, porque se trata de una obligación man-
comunada con salidaridad impropia.
Conviene centrar la atencion en los fundamentosvertidos por los doctores Gon-
zalez, Morando y Corach, quienes reflejan claramente y con s61idas argurnentacio-
nes, el pensamiento de fa minoría pienaria.Así, para la doctora González no puede
considerarse que ambor deudores se encuentren en un mismo plano, ya que uno
resulta ajeno al vinculo obligacionalque une al trabajador con su empleador, por lo
que ante una demanda que sólo lo involucre a el no podría articular ninguna defen-
sa de fondo en cuanto a los presupuestos de hecho y de derecho, lo que podría Ile-
vara afectar lagaranlíadedefensa enjuicio, sin que ta citacián del ernpleador como
tercero ni la mayor exigencia probatoria permitan conjurar los efectos perniciosos
dela posturacuestionada.Por su parte, Morando, luego de resaitar la imposibilidad
Responsabilidadrolidaria en e/ contrato de trabajo 65
-.""--- p-

de responder en forma unívoca en los términos en que fuera planteado el recurso


de inaplicabilidadde ley, entendidque el art, 30de ta LCTseria unode lossupuestos
(conjuntamente con ios detitos civiles y la solidaridad cambiaria) en que las normas
comunes no tienen apticación total. Para sustentar su postura sostuvoque no existe
identidad de causa entre la obligación de empleador y la del empresario principal.
Aquél responde por incumplimiento de una obligación contractual; este, por inob-
ervancia de ciertos deberes de contralor, enderezados, genéricamente, a combatir
a evasión de cargas fiscales y parafiscales, Finalmente, para Corach e[ obligado
directo es el empresario principal y para que pueda declararse la existencia de soli-
daridad es necesario que ella haya sido expresamenteinvocada; razón por la cual es
improcedente !a condena al empresario principal en forma directa.

IV - Nuestra opinión
Por nuestra parte, reiteramos[a opinión vertida en eI "1 CongresoTrasandinode
rechodel Trabajoyde la Seguridad Sociai",dondesostuvimosque la Ley decon-
to de Trabajo y las normas laboralesen general, no modifican la forma como re-
la el Derecho civil al instituto de la solidaridad, por lo que no hay motivo alguno
apartarse del efecto principal de este instituto, que consiste en que cuaiquie-
los deudores solidarios está expuesto a que se le reclame la totalidad de la
a. Estosurgia claramente de lo dispuesto porel art. 699del CC[cancs.arts.827
,CCCN],cuandoexpresaque faobtigación mancomunada essalidaria cuando
ser demandada a cualquiera de los deudores. En idénticosentido, e! art. 705
[concs. arts. 833 y 844, CCCN], cuando en forma concreta y categóricadispo-
ue: "El acreedor, o cada acreedor, o los acreedores juntos pueden exigir el
de fa deuda por entero contra todos los deudores solidarios juntamente, o
ra cualquiera de ellos ...".No vemos la razón para hacer jugar artícutos quese
ren a las obiigaciones principalesy accesorias, o a la relación entre acreedores
ores entre sí, para inferir una conclusiljn desfavorable para el trabajador,
o existen otros articulas que resuelven en forma concreta la controversia.
ahí queen aquella oportunidad hayamos aludidoal paradójico destino de la
aridad en nuestra materia, donde pese a encontrarse reforzada por los princi-
Stutetares que rigen el Derecho del trabajo, se la ha analizado y aplicado con
Yor excepcionaljdad y rigor que en el ámbito de! Derecho común. No resulta
9ico que un determinado instituto importadode otra disciplina, al insertarse en
Derecho del trabajo, y por ende, tutelado por ese halo protector, se lo interpre-
n forma peyorativa a los interesesdel t r a b a j a d ~ r ~ ~ .

33
Hierrezuelo - Ahuad, La solidaridaden elnuevo marco de /as rekcionesde trabajo, iibro
epofiencias del "1 Congreso TrasandiTio de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social", reali-
zado Por la Sociedad Argentina de Derecho Laboral, Mendora, 3 al 6/4/02, p. 157 y siguientes.
66 Ricardo D.Hierrezueio - Pedro E Nutíer
-.,-
--,---,-,- -------,--

No desconocemos que en ia mayoría de los casos sera conveniente y oportuno


demandar a ambos deudors. Pero conveniencia u oportunidad en modo alguno
implican necesidad u obligatoriedad.
Lo contrario obligaría al acreedor a tener que demandar indefectiblemente al
ernpfeador, aunque éste sea insolvente, a tener que desistir de la acción contra el
deudor solidario, cuandose tenga por no presentada la demanda contra aquél en
los r4rrninos del art. 67 de la LO, o a someterse a un irremediable rechazo de la
demanda.
En conclusi6n,el trabajador puede optar por estas acciones:
a) Demandar al empleador y al deudor solidario en forma conjunta, dando lu-
gar a un Iiticconsorcio facultativo. Este procedimiento brinda al trabajador
la ventaja de lograr una sentencia con efecto de cosa juzgada contra todos
los demandados.
6) Dirigir su acción solamente contra alguno de los codeudores, sin necesidad
de demandar al restante. Esto tiene la ventaja de obtener una mayor sim-
plicidad y celeridad en el proceso entablado contra zlguno de los deudores
solidarios, especialmente en los supuestos en que éste es lo suficientemen-
te solvente como para no justificar fa citación en juicio del otro obligado.
Por su parte, como bien apunta Machadc, e! deudor solidaria puede asumir al-
guna de estas posiciones:
a) Coadyuvar a la defensa del deudor originariamente demandado oponien-
do todas las defensas comunes al litisconsorcio.
6) Limitarse a defender su propio interés en orden a la negación de los presu-
puestos de su responsabilidad solidaria.

Obviamente, el éxito de la primera alternativa redundara en beneficio comUn


del frente de deudores. El de la segunda, en cambio, sólo aprovechara al liticcan-
sorte que la hubiera opuesto. Además, la apetación que uno interponga contra lo
decidido en la primera instancia aprovechará o no a ambos (aunque el restante no
hubiere recurrido) según se trate de uno u otro de los supuestos.
De modo que, por ejemplo, si se decide la inexistencia de relación laboral o la
justificación de un despido, ello no puede ser diferente para uno u otro de los co-
deudores. En cambio, sí puede ser distinta la suerte del pleito respecto de la exis-
u e La situación se asemeja, en
tencia ono de solidaridad dei ~ o d e m a n d a d o ~ apelo.
esto, a cuanto ocurre con la situacidn de asegurado y aseguradora, según la anali-
zan ~ o r e n z e t toi ~S~t i g l i t ~en
~ ~donde
, es tambien claro que haya una drbita de

34
Lorenzerti, La legitimación pasiva y el litisconsorcioen elproceso dedaños,LL, 1991-E-586.
35 -
Vease Stiglitz, R., en Stiglitz, R. Stiglitr, G.,Seguro conri-2 la responsabilidadcivil, p. 577.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 67
~

intereses comunes {por ejemplo, la inexistencia del siniestro) y otra propia de cada
litisconsorte (por ejemplo, la vigencia o caducidad del
Pese a reconocer que la situación jurídica de ambos deudores es distinta, por
uanto uno es empleador y el otro no lo es, locierto es que losargumentosvertidos
orla postura tradicional, plasmada en el voto minoritario del plenario, no nos re-
tar: convincentes para apartarnos del principio general en materia de obliga-
nessolidarias, cual es la libre elección del deudor. Escierto, que el estatusjurídi-
o de ambos es disímil, de ahi que se haga alusión a un deudor principal y a otro
icario, peroesta distinci6n soloesválida para diferenciar la posiciónjurídicade los
eudores, pero no para establecer la obligación de demandar a! empleador como
dición necesaria para que prospere la demanda contra el deudor solidario.
Fa postura tradicional sostiene que estamos en presencia de una "obligación
ancomunada consolidaridad impropia". Sin embargo, lasolidaridad impropiaes
ena a nuestro ordenamiento juridico, y la soiidaridad imperfecta o in solidum,
ueen el Derecho romano era de origen Iegal, por oposición a lasobligacionecco-
alesquesurgíande los contratos, no fuereceptada por Vélez Sársfield. Pero aun
ndo hubiera sido regulada, el resultado nose hubiera modificado porcuanto la
erencja principal entre una y otra, en cuanto a los efectos, es que la solidaridad
perfecta no producía los efectos secundario, siendo la libre elección.dei deudor
ibilidad total del crédito) un efecto principal en este tipodeobligaciones.
m bien se la asirnilba la fianza, sin tener en cuenta que, cuando la misma esso-
daria, no juega el beneficio deexcusión, siendo que el acreedor puede demandar
ndistintamente al deudor o al fiador, aunque éste no se erija en obligado directo
nf. art. 2004, CC). En lo único que se parecen es en la acción de regreso entre
bos deudores, pues si paga el deudor principal, no tiene ninguna acción contra
dor solidario o fiador, mientras que si es este Cltirno el que abona la deuda,
e reciamar integramente la misma contra aquel. Ademas, como bien apunta
glia, la solidaridad es una institución que pertenece al ámbito de las obiigacio-
5, en cambio la fianza (sea solidaria o no) pertenece al mundo de los contratos.
queV4lez Sársfield en la nota ai art, S05 del CCexpresa: "El Código francés
os de Europa que regularmente lo siguen, confunden losefectosde toscon-
tos con losefectosde tasobiigaciones. '¿Cómotomar como una misma cosa, dice
rcadé, el efecto del contrato y ei efecto de la obligación, cuando las másveces la
ligación no es sino un efecto del contrato? Los efectos del contrato son: 7) crear
ligaciones; 2) extinguir obligaciones; 3) transferir la propiedad o sus desmem-
cienes. En cuanto a los efectosde la obligación, consicten únicamente en per-
tira! acreedor emplear los medios legales: 4) para forzar a su deudor a procu-

36
Machado, So/idaridadgenerada por la transferencia deiestablecimiento, en "Revista de
a Sociedad Argentina de Derecho Laboral", no14, p.32.
68 Ricardo D.Hierreauelo - Pedro F, Múñez
..---- -, -
,
- -
rarle aquello a que se obligó; 2) para hacerselo procurar por otros, si hay lugar, a
costa del deudor; 3) como írltirno recurso, para obtener del deudor las indemniza-
ciones correspondientes ...' "".
Relacionadocaneste úitirno tema, también se ha dicho que estarnos en pri-sen-
cia de una obligación accesoria, de ahí que se haga alusión a losarts.523 a 525,689
y 717 del CC [concs. arts. 856,857,820,821,841,842, CCCN],Pero aun cuando no
compartamos esta apreciaciísn, cabe destacar que comosucede en la fianza, el he-
cho de ser una obligación accesoria, no le quita el carácter de solidaria cuando así
ha sido expresamentepactada por las partes (Ia fianza solidaria sólo puede se: con-
vencional). toustaunau señala con acierta que la alusión a los articulosantes men-
cionados hacen referencia a la relaci0n interna entre los deudores solidarios,y no
a la externa con el acreedor. Este autor, además, diferencia la solidaridad de laacce-
soriedad y la subsidiariedad. La accesoriedad representa una cierta posición de
subordinación que se refleja ante todo en la necesidad de que exista y se encuen-
tre válidamente la obligación constituida en la obligación principal garantizada y
que las vicisitudes de la principal repercutan sobre la accesoria. La cubsidiariedad
implica un determinado orden en la respon~abilidad~~.
Taambiénsesostuvoqueestamosen presenciade un Iitisconsorcionecerarioy no
facultativo. Perodeserasi,de conformidadcon lo dispuesto por el art. 89 del CPCCN,
lo que correspondería es integrar la litis y no rechazar la demanda. De todas for-
mas, s i coincidimos en que el Iitisconsorcioes necesario cuando la sentencia que se
dicte hará cosa juzgada respecto a todos los litisconsortes (de ahí la necesidad de
integrar la litis), lo cierto es quese contradice con los efectos propios de las obliga-
cionessolidarias, porque la sentencia dictada no hace cosa juzgada para el deudor
que no fue parte en el juicio, pero puede ser invocada por éste,
Finalmente, tampoca la supuesta violacion del derecho de defensa en juicio
parece ser categórica, porque traslada la discusión a la esfera procesal, donde el
deudor solidario cuenta con herramientas procesales para resolver el conflicto,
como ser traer como tercero al empleador en los términos del art, 94 del CPCCN. De
todas formas, de nodemandar aI empleador, el trabajadortendrá una doble carga
probatoria, ya que previo a resolver si hay soiidaridad, se deberá acredirar [a exis-
tencia del crédita laborat a su favor.
En definitiva, ei trabajador podrá optar por demandar al ernpleadoryal deudor
solidario, o sólo a uno de ellos. Primero deberá acreditar exhciustivamen.te la pro-
cedencia de los crBditos fa-boralesoriginados como consecuencia del vínculo labo-

37
Foglia, El faiioplenario nu309de id Cámara Nacionalde Apelaciones del Trabajose ajusta
$
a derecho, TySS, 2006-196. C
" Loustaunau, Responsabilidad roiidana por obligaciones laborales: ,litiscansorcio neresa- Er
rio o facuilativo?. DT, 2006-A-334 y 335.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 69
-.- --- -u"-

ral con el empleador no demandado, sin poder valerse de ninguna presunción le-
al contra &te (por ejemplo, art. 55 de ia LCT), para luego recién demostrar que se
ncuentran reunidos los extremos legales que habilitan a extender la condena a
uien no inviste el carácter de empleador, sino dedeudorsofidario.
En este sentido, la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, el 24de agosto
e 2007 ha resuelto que: "La medida de la responsabilidadsolidaria de tos miem-
ros del directorio codernandados solidariamente, queda definida por el monto
al que adeude el demandado principat respectode iosconceptosrectamadosen
tos, circunstancia que es difícil de establecer cuando la empleadora (es decir la
ligada directa al pago de los rubros adeudados) dejó de ser parte por su desisti-
ento de las actuaciones. La anernala situación que implica tener que definir la
edida de Ia responsabilidad de los deudores vicarios cuando no existe condena
inida respecto del deudor principal ycuandoéste no fue parteen el procesodu-
nte la etapa probatoria, constituyesindudas una dificultad para el juzgador sólo
perable mediante [a estimación de la deuda que -lógicamente- puede resul-
más o menos exacta de acuerdo a los eiernentos probatorios incorporados a la

mbien se ha dicho que: "Los efectos de[ Acuerdo Pienario 309, de[ 3/2/06, en
slRarnírez, María Isadora c, RussoCornunicacioneselnsumosS.A.y otrosslDes-
o', no eximen al reclamante de! deber procesal de acreditar en la causa la cabal
tencia de las obligaciones nacidasdel contrato de trabajo con su empleadora o
pleadoras y el supuesto fáctico indispensable para atribuir la responsabilidad
lidaria exlegeque regiaet art. 30 de la LCT. La demostracióndebeser cabal pues-
ue debe garantizarse al extremo el derechodedefensadequien es traído a jui-
ra responder por obligaciones ajenas sin que haya mediado un contrato
mo causa de la solidaridad" 40.
simismo, conviene recordar que el Plenario309se limita al art. 30de [a LCTy si
los fundamentos del voto de la mayoría pueden proyectarse en los demássu-
s de solidaridad, esta conciusión no es pacifica. Asi, la Sala II rechaz6 la de-
en la quesedemandó únicamente a lossocios, por no haber sidoincluida [a
a jurídica empleadora en calidad de litisconsorte. Sefialóque: "La extensiiin
dena a los socios requiere, necesariamente, la prosecución de ia acción con-
sociedad respectoa la cual seasignaconductascomprendidasenel citadoart.
la ley 1 9 . 5 5 0 " ~ ~El. acreedor se halla obligado a demandar previa o conjun-

CNAT, Saia 111, 2418107, "Nalbandián, Jorge Marlín c. Lbpez, Osvaldo Abei yotros s/Des~i-
",Boletín Mensual de Jurisprudenria de la CNAT, no 272, ago. 2007.
40
CNAT, Sala 11,22/5/08, "Laucirica, Nkstor jose c. 5aden S.A. y otros/Ciespido", en intraranet.

o , y orro c. Santanni y Cardona S.A. y otros",


CNAT, Saia Vltl, 2Ui2/03, " ~ i a z ~ t i f i nPedro
70 Ricardo D.Nierrezuelo -Pedro E Huñez
llllll---._l_-_l-,--,- - -'-

tamente a su deudor principal y, de acuerdo con ello, en la medida que en autos el


actor noacciono c o m a la Anchorena 897 S.R.L., Charcas3358S.R.L. y Guemes4001
S.R.L., la demanda promovida conrra sus integrantes debe ser rechazada. Cabe re-
cordar que, aunque con referencia a otros supuestos de responsabilidadindirecta,
mediante fallas dictados con anterioridad al Faflo Plenario no309 -cuya doctrina
noesanaiogicamenteaplicabtea un casocomo el de autos-, distintassalas de esta
Cámara consideraron que noera factible demandar rinicamenteal posible co-deu-
dor solidario (al que, en el caso, la ley de sociedades no le atribuye el carácter de
"empleador" sino que le imputa responsabifidad por ciertos actos iiíci~oscometi-
dos por la saciedad) cuando media una obiigación mancomunada con solidaridad
impropia que no puede exigirse al co-deudor subsidiario o acces0ri.s sino se ha
establecido previamente su existencia en cabeza del deudor p r i n c i ~ a lY~tal
~ . es el
supuesto que se configura en esta causa porque ec evidente que la norma de la que
podría derivar la responsabilidad de los codernandados, en su supuesto carácter de
integrantes de los órganos de dirección, frente al trabajador contratado por Icis
mencionadas sociedades (art. 274, ley 19.550), no atribuye a dichos directivos el
carácter de "empleadores" de los servicios de aquéllas, sino que sólo extiende a
quienes hayan conducido las entidades la responsabitidad que pudiera atribuirse
a Ias sociedades con motivo de actos defraudatorioso violatorias de la ley que los
involucre43.
El Cddigo Civil y Comercial no introduce diferencia sustancial alguna que per-
mita modificar nuestra opinión respecto a la posibilidadde demandar indistinta o
conjuntamente al empleador y al deudor principal. Por el contrario, creemos que
sigue la misma línea que el anterior, cuando en el art. 827 preve que la obligacion
puede exigirse a cualquiera de los deudores, y en el art. 833 dispone que el acree-
dor tiene derecho a requerir el pago a varios Q a todos Ias codeudores, simultánea
o sucesivamente,

2 - Extinción por pago u otro medio equivalente


Rigen los mismas principios senalados al estudiar la solidaridad pasiva; es decir,
que el pago efectuado al trabajador por alguno de los deudores solidarios extin-
gue la obiigacion con respecto a todos los dem8s. Si el pago fuese parcial, debe 're-
nerse camo pago a cuenta en virtud de lo dispuesto por el art. 260 de !a LCT, sub-

42 ConC CNAT, Sala 11, 28/8/03, "Tausch, Daniel c. Centro de Actividades Termornecánrcas y
otros", S.D. no91.934; idem, Sala 1,18117/03,"Peralta,Joséc. Teyrna Abengoa S.A.", S.D. no 81.231,
idem, Sala IV, 30/9/85,"San Feiippo, Norberto c. Chictil Construcciones 5.A ", sent. 54457; entre
otros.
a CCNAT, Sala 11,29/12/11, "Fleita, Victor Alfredo c. Martínez, Sergio Rolando y otros siliespi-
do", en intranet.pjn.gov.ar.
~esponsabilidadsoiidariaen el contrato de trabajo
-- -A -"

sistiendo la obligacibn por el remanente con el mismo caracter de solidario

En materia de transaccibn, que en el Código Civil y Comercial es regulada co


un contrato en tos arts. 1641 a 7648, resulta plenamente aplicable lo dispuesto e
el art, 835, inc. 4, que preve: "La transacción hecha con uno de loscodeudaresrol
s, aprovecha a los otros, pero no puede serles opuesta". Empero, conviene
dar que el art. 15 de la LCTsupedita la validez de los acuerdostransaccionales
e los mismosse realicencon intervención de la autoridad judicial oadministra
ion fundada de cualquiera de estas que acredite que me-
a alcanzado una justa composición de los derechos e inter

orlo demás, la novación, compensación, dación en pago, remisióny confusión


menos frecuentes, aunque en principio, resultan aplicables las normas esta-
rechocamún, en tanto no se contradigan con ios principios recto-
de nuestra disciplina.
na situacián particular se plantea con el desistimiento de la acción o del dere-
o al primer punto, cabe destacar que esta controversia ha sido
nario 309, del cual se infiere la posibilidad de desistir de la acción
lgunos de los deudores y seguir contra los restantes sin que ello
ique renuncia 0 remisión de ia deuda. Tambiénse ha resuelto que: "Si los acto-
mitan el desistimientode la acción y el proceso por el cual perseguíandiversos
sótocontra una de lascodemandadas, pero rnantienenvivastan-
cción como el proceso conira otra, resulta improcedentela aplicación del art.
rt. 836, CCC#],ya que nose trata de renuncia a solidaridad algu-
ia necesariamente coma presupuesto necesario quese haya
o desistimientode derecho contra uno o todos los deudores, lo
la4. También se dijo que: "El desistimiento de la acción y el pro-
perseguían diversos créditos laborales, sólo contra una de las
andadas, resulta improcedente para tener por extinguida la obligación y
a contra el supuesto obligado solidario, dado que no se trata
uda, ni parcial ni total, y tampoco de la novación o cornpen-
quisitos que establece el art. 707 del CC [concs. arts. 835 y 846,
la ob[igacionu.Sin embargo, en el fallo bajo análisis, con res-
Q del derecho, se dispuso que: "En caso de desistimiento de fa
ecto todos los actos del procedimiento, pero no hay impedi-
ara queel accionante, en una nueva demanda, hagavalersus
mente cuando se opera el desistimiento del derecho -que
72 Ricardo D. Hierrwuelo Pedro E Múfiez

lleva implícitoel de la acción-nosolose extingue el proceso sino también el dere-


choy, por lo tanto, ese no podrá ser reproducidoen otro juicio". García Viorsostie-
ne que hay que diferenciar si ei desistimiento del derecho se produce contra el
empleador o contra un tercero. Indica que si el trabajador desiste del derecho con-
tra el empleador, la obligación se extingue, ya que si carece de derecho contra su
ernpieador, con mas razíin carece de derecho contra un obligado accesorio ajeno
al vínculo. En cambia, y pece a las previsiones del art. 707 del CC [concs. arts. 835 y
846, CCChl],entiende que e/ desistimiento del derecho contra el tercera (deudor
solidario), no importa ia extinción de la obiigacidn por remisión de deudad5,
En cambio, Ma~hado~~sefiala que hay que distinguir si el actor desiste "del pro-
ceso" o "dei procesoy de la acción" contra uno de los codeudores.
En e i primer caso, del mismo modo en que originariamente tuvo la opciiin dei
art. 705 del CC [concs. atts. 833 y 844, CCCNI para demandar sólo d uno de los co-
obligados, puede decidir continuar el pleito por ia totalidad de lo debido contra
cualquiera de ellos sin que su decisión implique una rernisián de deuda ni una
renuncia a ta solidaridad. Incluso, dada la insolvencia del condenado, podrá inten-
tar un nuevo proceso contra el codeudor, respecto del que hubiere desistido.
En cambio, en ei segundo supuesto, ia obligaciónse extinguede modo parcial y
la prosecucidndel pleito contra efrestaante codeudor solo será por el saldo una vez
desagregada la parte del deudor liberado de la solidaridad,
Con respecto a la renuncia, se ha resuelto que: "No se verifica vioiación alguna
a normas de orden público en el analisis de un acuerdo conciliatorio por el cual las
partes, con intención de poner fin a un proceso tendiente a extender colidaria-
mente la condena recaída en otra causa al tercero adquirente del establecimiento
en tos términos de los arts. 225 y 228 de la LCT, pusieronfin a la contienda median-
te el reconocimiento de una suma de dinero a favor de la actora, renunciando esta
Ultima a hacer efectiva la responsabilidadsolidaria del tercero adquiriente del es-
tablecimiento. Dicha transacción involucra una dispensa de solidaridad en los ter-
minos del art. 704 del CC Econc. art. 836, CCCIV], en función de la cual el tercero
adquirente queda liberado de la recponsabilidadquese le irnputóen la pretensidn
de extensión de responsabilidad deducida por la accionante. De modo que corres-
ponde homologar dicho acuerdo y dar por concluido el proceso, sin que ello irnpii-
que emitir pronunciamienlosobre la que pudiera acontecer en los autos principa-
les donde tramita la ejecución contra el ex empleador anterior titular del estabie-
~irniento"~'.

45 Vhase Garcíti Vior, la soiidaridad kbora/sigue ocupando escenarios, DT,2006-8-1 51 1.


46 Machado, Soiidaridad generada por ¡a transferencia de/ establecimienro, en "Revista de
la Sodedad Argentina de Derecho Laboral", no14, p. 32.
47
CNAT, 27/4/09, "Alcaraz, Beatriz Liliana c. Casas Maneiro Carlos slExtensión resp. solida-
ria", en intranet.pjn.gov.ar.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
C _ _ C I *

b) Efectos secundarios

Rigen en esta disciplina los mismos efectos accesorioc que las estudiados en la
[idaridadpasiva, especialmentelos referidos a la mora, prescripciónliberatoria y
sa juzgada. Con respecto a esta última, sus efectos, de conformidad con lo dis-
el CCCN, se expanden a los deudores solidarios en la medi-

on relaci6n a la cosa juzgada se ha dicho que: "La verificación de crédito en


comercial tieneefecto decosa juzgada, nosiendo posible reclamar losmismos
icción. Empero, si bien eilo reviste prístina claridad cuando
pasivo, no ocurre lo mismo cuando el concursado er dis-
sede laboral, a quien se le atribuye responsabilidad soli-
n distintas normas del plexo legal (arts. 29, 30, 225,229,
étera, LCn. Si bien por apiicación de los principios que rigen la solidaridad, el
efectuado por cualquierade ioscodeudoressolidariocextinguela obtigación
rre lo mismo en el caso contrario. En efecto, en casode in-
de [Oacordado o de resultar insolvente eI obligado, no
hacerse valer la sentencia obtenida contra el codeudor solidario que no ha
mandadosi no se ventila en un proceso de conocimiento pleno la responsa-
t a a quien se considera c~-obIigado"~*.
Sala II,apartandosedel principiogeneral en materia de cosa juzgada reguia-
el Código Civil, y teniendo en cuenta las particularescircunstancias del caso,
o que: "Tal como ocurre en los casos de contrataciiin y subcontrataciónem-
a, previstasenel art. 30 de la LCT, cuando se demanda a lossocios, adminis-
S ylo gerentes de las sociedades comerciales, en los términos de los arts. 54
e la ISC, los coobligados solidarias no se constituyen, en virtud de lasofida-
establecida por la ley, en coempleadores del trabajador. Simplemente, se
n o añaden comocodeudorer solidarios, en función de una obligación legal
rantía. Ubicadas las demandadasenesa situación, no puedeválidamentesos-
se que, para poder hacerlesextensiva la condena recaida mediantesentencia
r principal, ei trabajadortenga que volver a plantear las mis-
uestiones contra los obligados solidarios; máxime, cuando estos no han sido
mpleadores.Ademásderesultar contraria a la teoria del 6rgano aplicable a las
nas jurídicas, de avalares iasituación planteada por las demandadas con suc-
en el art, 715del CC[conc. afl. 831, CCCN], podría llegarse a!
surdo de obtener contra terceros coobligados, una sentencia diversa a !a recaí-
contra el principal. En resumen, en casos como el de autos, la norma civil invo-
anodebeser aplicada según la hermeneutica planteada por lasquejosas-des-

4 " ~ ~ ~ Sata
, 11,31/8109, "De Mená, Lidia lnésy otrosc. ExpresoParanáS.A. UniÓnTransitoria
de Empresas y otrossiDespido", en intranet.pjn.gov.ar.
74 Ricardo D,Hierrezuelo -Pedro E Múfiez
---.- .-- A
,.-.

de el ángulo de la doctrina y jurisprudencia civilista-, sino de modo armónico con


las previsiones normativas que hacen al derecho de fondo que se intenta hacer valer
y teniendo especialmente en cuenta la Índole de las relaciones que subyacen en el
planteo, que el trabajador prestó servicios para una sociedad comercial que, can e!
concurso o no de sussocioso administradores, incurrió en fraude a la ley. En la even-
tual acción autónoma dirigida el coobligado solo podrán plantearse las defensas
relativas a su supuestos atributivos de responsabilidad, pero resultan inadrnisibks
planteos que pudieran conmover las conclusiones de la sentencia cuya efectiviza-
ción se persigue. En este aspecto, se admite que la mayoría de la jurisprudencia se
inclina por no desconocerie plena valor a la sentencia dictada sólo contra unode los
coobligaciosporque se interpreta que se trata de extender dicha condena ai codeu-
dorque no fue parte en e/juicioy no de establecer otra. Es.tasi.tuaci6n revela que no
se interpreta el alcance de la cosa juzgada en la forma prevista en ei art. 715 del CC
[conc.arl. 831, CCCIV]"49.
Asimismo, con respecto a las defensas opuestas por una de los deudores favo-
recen a los restantes codeudores. En este sentido se ha dicho que: "Al demandarse
a un litisconsorcio pasivo, las defensas opuestas por ios deniandados que contesta-
ron la acciirn favorecen a ios restantes iitisconsortes que no lo hicieron. Así, la rebe[-
día de uno no permite tener por ciertos los hechos para el otro, debiendo el pre-
tensor demostrar sus afirmaciones" 50.

cJ Acciones internas o de regreso

En el Derecho del trabajo, y dada la particular situación que se entabla en la re-


faciiin interna entreamboscodeudares, donde uno ese! verdadero ernpleador y el
otro está obligado por una disposición legal para proteger e! crédito del trabaja-
dor, consideramos que hay que efectuar una distinción entre el pago realizado por
cada uno de ellos.
Si es el empleador el que satisface efcrédito del trabajador, en principio, na ten-
dría ninguna acción de regreso contra el deudor vicario. Ello se desprende clara-
mente de lo dispuesto en et art. 841 del CCCN, que en materia de cuotas de conrri-
bución remite a io pactado; a la fuente y la finalidad de la obligación o, en su caso,
a la causa de la responsabilidad; a las reiacionesde 10s interesados entre sí a las de-
más circunstancias; y sola si por aplicación de los demás criterios no es posible de-

69 CNAT, Sala li, 26/8/09, "Cibeira, D. c. Lodeiro, C. y otros s/Exlensián de responsabiidad $011-
daria"; Raña Ta, "Cuestiones societariasvinculadas al derecho del trabajo", en Cuestionersocieta-
rias y fideicomiso en elderecho del trabajo, Andrea Garcia Vior (coord.), 2009, ps. 475 y 476.
S"N~T. Sala IV, 28/5/09,"lncaurralde, Jorge c. COlM S.R.L. y otros s/Accidenre - Acción civil",
en Boietín Mensualde Jurisprudencia de la CNAT, n" 291, may. 2009.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo
--
terminar iascuotac de contribución, se entiende que todos losdeudores partici

En ei Derechodeltrabajo, de más esta decir queel deudor directo y principa


es el ernpleador, con quien se ha entablado la re1
por lo que no seria procedente una acción de regreso contra quien la ley ha erigi-
fidariodeesa obligación. En estesentido, fortosoesseñaIarque
a acción de regreso debe concederse no en forma absoluta o mecánica, sino en [a
edida del interéscomún que liga a los codeudores solidarios. Para ello, es rnenes-
r indagar cuhles han sido las relaciones internas entre los coobligadossofidarios
pago. De esa investigación surgirá la existencia o inexistencia de una acción de
egreso ysu medida"57.
En cambio, si fue el deudor vicario quien debió pagar total o parcialmente el
édito laboral al trabajador, estará legitimado para repetir del obligado principal
totalidad de lo abonado (conf. art. 841, CCCN). Empero, esta regla no se aplica
do la solidaridad surja como consecuencia de un acto simulado, pues en este
debe estarsea lo dispuesto por e1 art. 335 del CCCN, por el cual: "losqueotor-
un acto simulado ilícito o que perjudica a terceros no pueden ejercer acci6n
el otro sobre la simulación, excepto que las partes no puedan
lías del ejercicio de la acción de simulación".
te, se infiere que si el actor no demandó al deu-
leador no podría traerlo como tercero en los términos del art.
de\ CPCC'N, por cuanto carecz.de una acci~nde regreso contra éste. En cambio,
udor solidario, éste puede citar como tercero al
e una acción de regreso en la cual podrá recla-

leador en los términos del art. 26 de la LCT, es


tegrada por una pluralidad de personasfisicaso
icas, o ambas, pues desde nuestra perspectiva cada unode tos integrantes res-
den también solidariamente, como desarrollaremos en su oportunidad. En es-
supuesto, recobra plena vigencia el art. 841 del CCCN, y cada uno de los inte-
de la norma mencionada.
e insolvente y hubiere varios deudores solida-
deberá distribuirse entreiodos éstos (conf, art.
2, CCCN),.estandosea lo pactado si la situación se hubiere previsto.
En un caso particular, se desestimó el pedido de embargo de una codernandada
ara asegurar su crédito por una futura accion, al sostenerse que: "En el caso una
elas codemandadas (la otra no contestb demanda) pretende el embargo sobre

51
Maynz, Eiéments de droit romain, citado por Pjzarro, Código Civil ynormas compiemen.
rias. Análisis doctrinaly jurisprudencial, A. J. Bueres (dir.) - E. i. Highton (cootd.}, t. 2A, p. 701.
76 Ricardo D.Hierrekuelo -.PedroE Muñez

bienes de una citada como tercero, ante 13 eventualidad de ser condenada en los
términosdel art. 30de la LCT. El hipotéticoderecho futuro a intentar una acción de
regreso contra el tercero recién naceria cuando la codernandada fuera condenada
(si se diera esa circunstancia), en cuyo caso ésta podría promover dicha acción ante
la Justicia en lo Comercial y -sise lo considerara pertinente-solicitar ante el juez
competente las providencias cautelares que estime procedentes, en los términos
del art. 195 del CPCCN. Es decir, la codernandada debería esperar el resultado del
proceso laboral, y si (y sólo si) resultara condenada mediante sentencia firme,
podría, recién a partir de esa sentencia, requerir una medida cautelar, antes o des-
pues de deducida la eventual demanda de regreso, pero siempreante el juez com-
petente para intervenir en esa futura demanda (at-t. 6", inc. 4O, C P C C N ) " ~ ~ .

g 15. La solidaridad en las normas laborales


a) La solidaridad en la Ley de Contrato de Trabajo

En la Ley de Contrato de Trabajo a la salidaridad pasiva laboral la encontramos


en dosgrupocde normas biendiferenciadas. La primera de ellas, enel Tituloil, "Del
contrato de trabajo en general", Capitulo2, "De los sujetos def contrato de traba-
jo" (arts. 29 a 31). El segunda, en el Título XI, referido a los supuestos de transfe-
rencia del contrato de trabajo (arts. 225,228~229).
Los distintos supuestos contemplados por la Ley de Con-trato de Trabajo serán
desarrollados en los capítulos siguientes, por lo que aquí nos limitaremos a enun-
ciarlos.
Los dos primeros párrafos del art. 29 de f a LCTse refieren concretamente a los
supuestos de mediación e interposición de personas, por los cuales los trabajado-
resson contratados par terceros con vistas a proporcionarlos a las empresas.
El úítirno párrafo del art, 29 de la LCT, así comotambien el art. 29 bis, los arts. 77
a 80 de la LNE y el decr. 1694106, regulan las empresas de servicios eventuales que
son las que, constituidas como personas jurídicas, tienen por objeto exclusivo po-
ner a disposición de las empresas usuarias al personal industrial, administrativo,
técnico o profesional, para cumplir en forma temgoraria servicios extraordinarios
determinados de antemano o exigencias extraordinarias y transitorias de la em-
presa, exploración o establecirn~ento,tada vez que no pueda preverse un plazo
cierto para la finafización del contrato.
El art. 30 de la LCT regula dos supuestos bien distintos, como ser la cesion total
o parcial del establecimiento o explotación habilitado a su nombre, por un lado; y

CCNAT,Sala IV, 3019108, "Roman Vázquez, Rosaiina c. E. G.Marketing Promocional S.R.L.


slDespida", en Boietin Mensual de jurisprudencia de la CNAT, no 284, sep. 2008,
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 77
-'-."- ~
-,

la contratación de trabajos o servicios correspondientes a la actividad normal y


específica propia del establecimiento, dentro o fuera de su imbito, por el otro.
El art. 31 de la LCTcontempla los supuestos de empresas subordinadas o rela-
cionadas, que son justamente lasquese encuentran bajo la direccibn, control o ad-
ministración de otras, o retacionadas de t a l modo que forman un conjunto econ6-
mico de carácter permanente.
Finalmente, los arts. 225 y 228 de la LCTreguian los casos de transferencia del
establecimiento por cualquier título, mientras que el art. 229 se refiere específica-
mente a la cesidn del personal sin que comprenda el establecimiento.

bf La solidaridaden los estatutosprofesionales

Los estatutos especiales o profesionales, como bien dice Grisolia, son leyes que
se ocupan exclusivamente del personal de determinada actividad, arte, oficio o
profesión. Se tirata de un conjunto de normas que regulan las relaciones laborales
que caracterizan cada actividad, arte, oficio o profesián, y contienen mecanismos
antifraudesS3.Uno de estos mecanismos es, justamente, la imputación de respon-
sabilidad solidaria, y lo encontramos en los estatutos de los trabajadores a domici-
lio, del futbolista profesional, del periodista profesional, del empleado adminis-
trativo de empresas periodísticasy de los trabajadores de la construcción.
Previo a analizar las disposiciones que en materia de solidaridad contiene cada
uno de estos estatutos, coincidiremos con justo López, cuando, luego de asumir
que la solidaridad laboral es una institución del Derecho del trabajo, agregoque la
adopción diminuta o disminuida de este instituto en tal o cual estatuto particular
no configura la incompatibilidad con el régimen juridico de ia Ley de Contrato de
Trabajo, a que se refiere su afl. 2", sino meramente una reguiacibn distinta que no
tiene por quéexcluir la regulación dedicha leysobreei punto, en tanto pueda pro-
yectarse sobre la relaciiin particu~ar'~.

1 - Trabajo a domicilio. Ley 12.713

El personal comprendido es aquel que realiza trabajo a domicilio, que es el que


se lleva a cabo en la vivienda del obrero, o en un lugar elegido por él, o en tavivien-
da o iocal de un talllerista, para un patrono intermediario o tallerista.
El pago de la remuneracióndel trabajadora domicilioestáacargodel principal,
es decir, del dador de trabajo. Sin embargo, existe responsabilidad solidaria entre

53 Grisolia, Derecho del trabajoy de /a seguridad social, ed., p. 677.


SVLSpez, La roiidaridad en /as relaciones obiigatorias laborales, en "Revista de Derecho
laboral", no 2001-1, "La solidaridad en el contrato detrabajo", p. 41.
78 Ricardo D.Nierreduelo - Pedro E Nuñez
-, , , -
+
-
-
-1
_
-
',.
1
-'

los empresarios, intermediarios y talleristas que contraten trabajo a domiciiio. No


obstante ello, cuando el patronocontrata el trabajo por medio de un intermedia-
rio o talierista, sólo responde por dos meses de remuneración.
Asimismo, el empleada responde por accidentes de trabajo ocurridos en el ta-
ller, excepto cuado el trabajo se lleve a cabo o el accidente ocurra en el domicilio
privado del obrero. En igual sentido, los empresarios, intermediarios y talleristas
son responsablesenfarrnasoiidaria por las multas irnpuestasen los casos de reduc-
ción,suspensión o supresión arbitraria o injustificada de la dacibn de trabajo, a be-
neficio de la persona afectada por la reducción, suspensión o supresión de s l i tra-
bajo a domiciiio,

2 - jugador de fútbol profesional. Leyes 20.160 y 24.622


La ley 20.160 regula las relaciones jurídicas que víncufan a las entidades depor-
tivas con quienes practican fútbol profesionairnente,sin perjuiciodel contrato que
éstos suscriban. Dispone que se aplicará subsidiariamente la legislación laboral
vigente en la medida en que resulte compatible con las características de la activi-
5 de la ley 20.160 establece que el pago de las remuneracio-
dad deportiva. €1 art. '
nesde tos jugadores profesionales debe efectuarsedentro de los diez diassiguien-
tes y corridos a! vencimiento del mes que corresponda, debiendo los cIubes infor-
mar a ia AFA (Asociacibn del Fútboi Argentino) las remuneraciones que mensual-
mente abonen asusjugadores.Ahora bien, si el club no pagare las remuneraciones
devengadas.de dos mesescorridosa un jugador, éste puedesolicitar por escritoa la
AFAque dentrode las setenta y dos horas de recibida la reclamaciónintimeal club,
por telegrama colacionado, a depositar dentro de los diez díassubsiguientesel im-
porte reclamado por el jugador en la tesorería de la misma. Si el club no justificare
fehacienlemente ia improcedencia del reclamo del jugador, o si no hiciese efecti-
vo el depósito dentro de los términos de la intimación, el jugador quedará auto-
maticamente libre y el club obligado a pagar las remuneraciones devengadas re-
clamadas, y )as que hubiere tenido que percibir el jugador hasta la expiración del
contrato extinguido.
Pero si la AFA omitiere efectuar la intirnaciondentro del plazo establecido, la
entidad gremial reclamará su cumplimiento a laasociaciún,yésta debe, dentro de
las cuarenta y ocho horas, efectuar la intimaci0n, En su defecto, ia AFA será solida-
riamente responsable de las sumas debidas, cuyo pago deberá efectuar dentro de
losiérrninos estabtecidos, si no el jugador quedara automáticamente tibre.
Por otro lado, el párr. 2" del art. 15 de la ley 20.160, er: caso de cesión ternpora-
ria del contrato por el piazo máximo de un ano, dispone que la misma no podrá
importar una disminucionde la remuneración establecida y la entidad cedente res-
ponderá solidariamente por el cumplimiento de las obligaciones económicas del
cesionario, hasta la concurrencia de lo regulado en el contrato originario.
Responsabilidad solidaria en el contrata de trabajo 7~-
9
-- -----
I

3 - Estatuto del Periodista Profesional. Ley 72.908


Integran la categoría de periodistas profesionales, a los fines del estatuto, aque-
llos que realizan en forma regular actividad periodística en publicacionesdiariaso
periódicasy agencias noticiosasy en empresas radiotelefónicas,cinematográficas
o de televisión.
En cambio, nose consideran periodistas profesionales fosque intervengan en la
redacción de diarios, periódicos o revistas con fines de propaganda ideológica,
política o gremial, sin percibir cueidos.
Por su parte, el art. 77 de la ley 12.908 veda a las empresas periodísticas la posi-
bilidad de utilizar losserviciosdecontratistas,subcontratistasocesionarios, si éstos
no pagaran a su personal el salario mínimo, no estuvieran dentro de la escala de
sueldos básicos y no efectuaran los aportesjubilatorios correspondientes.
Aclara que alcanzan a loscontratistas, subcontratistaso concesionarios de cual-
quiera de las formasde trabajo periodisticas todas las ob!igaciones de los emplea-
dores establecidas en ia ley. Agrega que cada empresa periodística será respon-
sable solidariamente del incumplimiento de las obligaciones por parte de los con-
tratistas, subcontratistas o concesionarios cuando estos adeudaran el importe
correspondiente hasta dos meses de remuneración. Esta solidaridad se extiende a
los casos de accidentes y enfermedades sobrevínientes a consecuencia dé las tareas
encomendadas,

4 - f statuto del Empleado Administrativo de Empresas Periodísticas.


Decr,-ley 73.839/46, ratificado por ley 12.921

Integran la categoría de empleado administrativo, a los fines del estatuto,


quelios que presten servicio en forma regular en publicaciones diarias o periódi-
as, agencias noticiosas, empresas radiotelefónicas, cinematográficas, fílrnicas o
televisión. Están excluidos los periodistas profesionales y los operarios gráfjcos
e las talleres de impresión, salvo los encargados, capatacesojefesde esos talleres.
A! igual que e! art, 77 de ta ley 12.908, el art. 28 de la ley 12.921 veda a las empre-
5 periodisticas utilizar los servicios de contratistas, subcontratictas o cesionarios,
os no pagaran a su personal el salario rninirno, noestuvieran dentro de la esca-
sueldos básicos y no efectuaran los aportes jubiiatorios correspondientes.
clara que alcanzan a los contratistas, su bcontratistaso concesionarios de cuai-
ra de las formas de trabajo periodísticastodas las obligaciones de los emplea-
res establecidas en este estatuto. Agrega que cada empresa periodística será
Ponsable solidariamente del incumplimiento de las obiigacionec por parte de
0s contratistas, subcantratis'caso concesionarios cuando éstos adeudaran el im-
correspondiente hasta dos meses de remuneración. Esta solidaridad se ex-
ende a {os casos de accidentes y enfermedades sobrevinientes a consecuencia de
las tareas subordinadas.
80
.--.-.--------.-----
-
Ricardo D. Hierreruelo Pedro E fúúñez
+-,--

5 - Estatuto de los Trabajadores de fa Construcción. Ley 22.250


Elart. ?"delaley22.250deterrninael ambitode aplicación personalde la norma,
estableciendo que comprende at "... ernpleador de la industria de la construcción
que ejecute obras de ingeniería o arquitectura . . . " -excavaciones, construcciones
nuevas o modificaciones, reparación, conservación o demolición de las existentes,
montaje o instalaciónde partes ya fabricadas, vias y obras-. Y también a ",.. aquel
que elabore elementos necesarios o efectúe trabajos destinados exclusivamente
para la ejecución de aquellas obras, en instalaciones o dependencias de su propia
empresa, establecidascon carácter rransitario ypara ese único fin" (inc,a).
Asimismo, están comprendidos los empleadores ". .. de las industrias o de lasac-
tividades complementarias o coadyuvantesde la construcción propiamente dicha,
únicamente con relación a l personal que contrate exclusivarnenft?para ejecutar
trabajos en las obras o lugares ...",indicados anteriormente (inc. 6).
LOS trabajadores dependientesde aquellos empleadores que realicen las activi-
dades enumeradas precedentemente, que se desempeñen en las obras o lugares
de trabajo mencionados o en los ".. . talleres, depdsitos o parques destinados a /a
conservaci0n, reparaci~n,almacenaje o guarda de los eiementos de trabajo , . . "
utilizados en dichos lugares Y... cualquiera fuere la modalidad o denominacion
quese acuerde a su contratacídn o a la forma de su remuneración.,.") están alcao-
zados por la normativa especifica (inc. cj.
Las personasexcluidasexpresamentepor la normason: el personai de dirección,
el administrativo, ei técnico, el profesional, el jerárquicc y el de supervisión; el pro-
pietario del inmueble y los trabajadores de la Administración Pública (art, 2', ley
22.250)~~.
En cuanto a la solidaridad, el art. 32 de la ley22.250 le exige a quienes contraten
osubcontraten losservicios de contratistasosubcontratistas,que requieran a estos
la constancia de inscripciónen el Registro Nacional de la Industria de ia Construc-
ción, y que comuniquen a &te ia iniciación de obra ysu ubicación.Y agrega que los
empresarios, los propietarios y ior profesionales, cuando se desempeñen como
constructores de obra que contratan contratistas asubcontratistas que no hayan
acreditado su inscripción en el Registro Nacional, serán, por esa sola ornisibn, res-
ponsables solidariamente en las obligaciones de dichos contratistas o subcontra-
tistas, respecto del personal que ocuparen en la obra y que fueren emergentes de
la relación laboral referida a la misma. Sin embargo, el úttimo párrafo del art. 17 de
la ley 25.013, que no fue incorporado al art. 30 de la LCT, dispuso: "Las disposicio-
nes insertas en este artículo resultan aplicables a l régimen de solidaridad específi-
co previsto en el art. 32 de la ley22.250". Voiverernos sobre este punto al anaiizar
el art. 30 de la Ley de Contrato de Trabajo.

Grisolia, Derecho del trabajo y de la seguridadsociaí, ps. 678 y 679.


--

6 - Estatutode los Trabajadores Agrarios


egula el régimen jurídico de

materia de solidaridad, el art. 12 de la ley, referido a la contratación, sub-


ratación y cesión prevé: "Quienes contraten o subcontraten con terceros la
ervicios propios de actividades agrarias, o cedan, total o
1 establecimiento o explotación que se encontrare a su
e, para la realización de dichas actividades, que hagan a su actividad princi-
ccesoria, deberán exigir de aquéllos el adecuado cumplimiento de las nor-
e las obligaciones derivadas de los sistemas de la seguri-
los casos solidariamente responsables de las obligacio-
cualquiera sea elacto o esti-

cualquiera sea el acto que le d4 origen,


d normal y específica pro-
mbito, se considerará en todos los casos
ntratación o subcontrata-

aun cuando el trabajador


cianar conf a el contratista, subcontra-

rtículo a aquellos propietarios que den


que no constituyan esfablecimientos o
del a r t 5" de la presente ley".
COS,y más específicarnen-
as dispone: "Siempre que una o mas
S personalidad jurídica propia, estu-
ción de otras, o de tal moda relacio-
e cualquier índole, de carácter per-
cualquiera de las actividades pre-
ran, a los fines de las obligaciones
res y con los organismosde segu-
ocial, solidariamente responsables",
, el art. 14de la ley mencionada
e la autoridad de fiscalizaciOn
de inspección de trabajo esta-
tivas de trabajo a los efectos
rjf~car~~cumplimiento de lasnormaslaboralesy de la seguridadsocialen rela-
Con 10s trabajadores dependientes a su servicia, así como a los socios de ella
@Sedesempeñarenen fraude a la ley laboral.
82 Ricardo D. Hkrrezuelo - Pedro E ~Vúñez
.--+ .--,-,-,A ..,. - - - -u- ,..

Estos últimos serán considerados trabajadores dependientes de quienes con-


traten, subcantraten o cedieren total o parcialmente trabajo~o serviu'os que inte-
gren el proceso productivo normal y propio del establecimiento a los efectos de /a
aplicación de la legislacion laboraly d e la seguridadsocialyserán responsables con
sus contratktas, subcontratistas o cesionariosdel cumplimiento de las normas rela-
tivas al trabajoy a la seguridad social.
Si en el ejercicio de sus funciones losservicios de inspección de trabajo compro-
baren que se ha incurrido en una desnaturalizaciónde la figura cooperativa con el
propósito de sustraerse, total o parcialmente, a la aplicacidn de la legislacirjn del
trabajo, sin perjuicio del ejercicio de su facultad de constatar lar infraccionesa las
normas laborales y proceder a su juzgdmíento y sanci~n,deberán denunciar esa
circunstancia a /a autoridad especifjcade fiscaliraciónpúblicaa los efectosdelart.
1O í y concordantes de la Ley de Cooperativas20.337, y sus modificatorias.
Las cooperativas de trabajo no podrán actuar en el ámbito de la presente ley
como empresasdeprovisiónde trabajadorespara.aervicios ternporarios,nide cual-
quier otro modo bríndarservicios propios de las agencias de colocación".
Finalmente,el art. i5 prohibe la a~uaci0ndeempresasdeservicios temporarios,
agencias de coIocaciOn o cualquier otra empresa que provea trabajadores para la
realización de las tareas y actividades incluidas en la presente ley y de aquellas que
de cualquier otro modo brinden servicios propios de las agencias de colocación.
Capítulo 111
Interposición y mediación
-

Desde los albores mismos de nuestra disciplina, y como rnecanicrno para, de al-
guna manera, restablecer y mantener el equilibrio del contrato, frente a la mani-
fiesta disparidad negocia1 que existe entre ambas partes del sirialagma laboral, el
Derecho del trabajo ha contado y cuenta con dos herramientasjurídicas, cuyo ras-
go tipificante es restringir la autonomía de la voluntad, imponiendb mínimos im-
perativos que deben ser respetados por las mismas.
Estas técnicas jurídicas la constituyen, por un lado, e! intervencionismo estatal,
que se evidencia a través de una serie de normas coactivas que regulan distintos
aspectos de la relación individual; y por ei otro, ei reconocimiento de las autono-
mías colectivas, cristalizado en la gran cantidad de convenios colectivos que fijan,
entre otras materias, condiciones de trabajo que las partes deben respetar, que
reducen aUn más el margen de discrecionalidad de los contratantes, en especia!,
del empleador.
Ambas técnicas jurídicas conforman el orden público laboral, es decir, el con-
junto de normas de carácter imperativo que forma un piso mínimo inderogable in
pejus y que debe ser respetado por las partes índividuales, o, en otros términos, el
conjunto de normas imperativas (de ley o de convenio colectivo) que se impone a
la voluntad de las partes en tanto éstas no establezcan condiciones más favorables
a! trabajador. Demás está decir que éste es un marco heterónomo, ajeno y cam-
biante que debe ser respetado por las partes del contrato.
Ahora bien, la preocupacibn por tutelar la observancia de ias normas imperati-
,
vas que conforman el orden público laboral, ha llevado al legislador a establecer
disposicionesgeneralesyespecificas tendienresa evitar que, a través de maniobras
evasivas, tos empleadores puedan sustraerse del cumplimienro de las mismas, y
consecuentemente, de los derechos y obligaciones que se generan del mentado
plexo normativo. De ahí que el orden público laboral y la simulación y el fraude
sean el anverso y reverso de una misma moneda, pues como bien indica Fernández
84 Ricardo D, Hierrezuelo - Pedro F. Muñez
--".LL_-" ___I_I-.---. ^

Madrid, "a la exigencia decumplimiento de un orden imperativo, se contraponen


las maniobras y los ardides para evadir la aplicación de ese orden imperativo"1.
Sin embargo, conviene distinguir el incumplimientodirecto de laevasión. Et pri-
meroseverificacuando el empieador noobserva las exigencias quedispone la nor-
ma en forma lisa y liana, es decir, reconoce el contrato de trabajo, descuenta los
aportes, pero no los integra a! sistema previsional de obra social osindical. En este
supuesto, a diferencia de la evasión, nose recurre a ningún artificio para no cum-
plir con la norma laboral. Se deja de lado, de manera frantal, el cumplirnicinto de
las obligaciones, por lo que la sanción consistirá en la observancia del marco irutpe-
rativo o de la cláusula contractual.
La evasión, en cambio, se realiza cuando el empieador, recurriendo a fa adop-
ción de figuras no laborales o a la interposición de personas, procura asegurarse la
violación de la norma laboral y, a la vez, evitar los efectos propios del incumpii-
miento, Se pretende su incumplimiento, pero no así sus concecuencias adversas, y
seactiia para neutralizarla,originando una situación distinta a jaque constituye el
supuesto de hecho que funda la apticabitidad de las normas que se trata de eludir.
O como bien apunta Justo López, la evasión de normas laborales imperativas exis-
'CP porque el empieador obligado a cumplirlas determina no hacerla pero, al mis-
mo tiempo, pretende no caer en la situación jurídica (de responsabilidad) coose-
cuente al incumplimiento: se requiere un iticumplimiento que no resulte incum-
plimiento. Podria decirse que ei objetivo de incumplimiento va indisolublernente
conectado a otro objetivo, afiadido, de irresponsabilidad por aquél; el mero in-
curnplimiento,sin conexion concreta a este otro objetivo, no constituye evasión de
normas, sino directa y exclusiva actuación ¡licita (contra legem agerd2.
En definitiva, el interés en evadir esas normas imperativas se apoya en que el
cumplimiento de las mismas le irroga un costo económico -cargas sociales- al
cual se le suman otros castor determinados por las normas, también imperativas,
del Derecho de la seguridad social, e incluso, eventualmente, de convenciones co-
lectivas, que disponen aportes legalmente permitidos a favor de las asociaciones
profesionales de trabajadores. El mero incumplimiento del empleador de normas
laborales imperativasno constituye evasión de éstas, sino una actuacibn ilícita; pe-
ro cuando ello se conecta con el propósito de aquel de no caer en la situación juri-
dica -de responsabiiidad-consecuente a l incumplimiento -éste que no resulta
jurídicamente incumpfimjento-, entonces si se trata de una evasión de normas
laborales imperativas.En resumen, el evasorquiereei incumplírnieriio,pero nosus
consecuencias desfavorables, y actúa para evitarias3.

Fernandez Madrid, Tratado practico de derecho del trabaja, t. 1, p. 505.


* véase lópez -centeno - ~ e r n á n d e z ~ a d r i~d ,y d contratode
e irabajo comentada, t. 1, p.
139.
Rodríguez Mancini (dir.), Curso dederecho delfrabajoyde la seguridadsocial, ps. 95 a 98.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabaja 85

La doctrina distingue dos tipos de técnicas elusivas, que son la simulaci8n y el


fraude laborat. Por su parte, la Ley de Contrato &Trabajo contempla ambasfigu-
ras y les asigna un tratamiento idéntico, pues en el principio general contenido en
el art. 14dela ley citada declara nulo todo contrato por el cual las partes hayan pro-
cedido con simulación o fraude a ia ley laboral, sea aparentando normas contrac-
tuales no laborales, interposición de personaso de cualquier otro medio. Y agrega
que, en tal caso, la reiación quedará regida por esta ley.
Teniendo en cuenta que en estos supuestos de interposición, intermediación e
interrelación campea la idea de fraude y elusión de la legislación laboral, se torna
necesario precisar algunos conceptos y situaciones antes de analizar los arts. 29 y
29 bis de la LCT. Previamente deberemos distinguir la simulación y el fraude, así
como también loscupuestosdeinterposición, intermediacióne interrelación, para
luego sí analizar el principio general contenido en el art. 14 de la 1CTcon toda la
variedad de supuestos que se han visto en la realidad.

9 17. Fraude
La palabra fraude no es unívoca, sino que tiene varias acepciones. Asi, segíin el
Diccionario dirigido por Capón Filas y Giorlandini4, el término "fraude laboral"
puede considerarse como una expresión genérica que incIuye todas las formas de
evasión del cumplimiento total o parcial del derecho del trabajo, formando el cua-
dro de la !!amada patología jurídica.
En sentido restringido, el término esti referido a la bdsqueda de caminos indi-
rectos para eludir el cumplimiento de la ley, a través de negocios reales.Tambiénse
lo ha definido como la ingeniosa elección de caminos desviados para lograr que ef
incurnpfimiento de normas imperativas quede a salvo de toda sanción (responsa-
biiidad)5.
Para Ferreiros, el fraude a vecessignifica ardid, engaño y entonces es sinónimo
de dolo; pero ta mayoría de lasveces, o se identifica con un vicio del consentimien-
to y entonces es el fraude a los acreedores, o lisa y llanamente está haciendo refe-
rencia a la burla a la ley. Tal situación queda configurada cuando la conducta obe-
dece a la letra de la ley, pero a la vez viola su finalidad (su télesis) y10 su espíritu.
Entonces nos encontramos frente a un fraude a la ley. Se trata de actos cuya cele-
bracibn, considerada aisladamente, resulta conforme a la normativa jurídica, pero
que a la luz de todo el ordenamiento jurídico integral produce un resultado con-
'
trario a él. Es que ecta forma de actos oculta la realización de un cornportan~iento

Capón Filas- tiorlandini, Diccionariodederechosocial. Derecho del trabajoylaseguridad


socia/. Relación individual del trabajo, ps. 341 y 342.
-
lopez- Centeno Fernández Madrid, Ley de Contrato de Trabajo comentada, t. 1, p. 140.
86 Ricardo D. Hier~ezuelo- Pedro E MUñez
,-- -, --a- -
que persigue infringir el ordenamiento establecido, con una apariencia de cum-
plimiento adecuado de la norma vigente6.
Los negocios fraudulentosconnegocios reales, indirectos, que tienden a conse-
guir, con liicarnbinaci8ndediversosmediosjurídicosseriamente realizados, el mis-
mo resultado que la ley prohíbe o, por lo menos, uno equivalente. Existe fraude a
la ley cuando al amparo de una norma jurídica y dentro de la máxima legalidad se
obtiene un resuitado prohibido por otra norma juridica. La intencionaiidadno de-
be probarse. Basta acreditar un resultado vioiatorio de la normativa imperativa
apiicabie. El acto sera fraudulento simplemente porque viola el arden público fa-
boral. La intencionalidades intrascendente, lo que interesa e5 el resultado sin ad-
mitirse eximentes ni pruebas en contrario. Lo mismo puede decirse de la simula-
ción. La intencionaiidadde las partes que crearon un negocio simulado deja paso
al negocio verdadero y aparece la figura laboral con todossus efectos7,
Para (irisolia8, el fraude a la ley frustra la finalidaddeia norrna,aunqueel nego-
cioes real e indirecto y tiende a buscar un resultado similar al que la norma prohí-
be. Se producecuando, amparado en una disposición lega!, se obtiene un resutta-
do prohibido por otra norma jurídica. Por ejemplo, el fraude por interposición de
persona, cuyo objeto es eludir deliberada y rnaiiciosamente las obligaciones im-
puestas por el contrato de trabajo, y la interposicibn sucesiva de renuncias, a fin de
fragmentar ta antigüedad del trabajador: EI fraude i?orequiere ia prueba de la in-
tencionalidad.
Distintasdisposicionesde la Ley de Contrato de Trabajo están dirigidas a evitar
el fraude en el contrato de trabajo y a proteger los derechos del trabajador que
podrian ser conculcados mediante actosy conductas fraudulentas.
€1 art. 29 de la LCTdisponeque los trabajadoresque hayan sido contratados por
terceros con el fin de proporcionarlos a las empresas, serán considerados emplea-
dos directos de la persona que utilice su prestacibn, Cualquiera que hayasido el ac-
to o estipulación que hayan concertado, los terceras contratantesy la empresa pa-
ra la cual los trabajadores presten servicios serán solidariamente responsabies de
todas iasabligaciones emergentes de la relación laboral y de las derivadas de la sa-
guridad social.
El art. 146 de dicha ley, al prever la posibilidad de fraude, expresa asimismo que
la autoridad administrativa puede establecer en determinadas circunstancias los
requisitos que aseguren la validez probatoria de los recibosy otros comprobantes

Ferreiios, Responsabilidad personal e ilimitada de gerentes, representantes ydirectores


desociedadescomercialesporcrédi~tos(aborales,en 'Doctrina Laboral Errepar", no169, sep. 1999,
p. 708.
Fernindez Madrid, Tratado practico de derecha del trabajo, t. 1, ps. 555 y 557.
* Crisolia, Derecho deltrabajo y de la seguridadsocial, ps. 171 y 172.
Responsabilidadsolidariaen el contrato de trabajo
-" - - ---87
que ce deban expedir al trabajador, la veracidad desus enunciaciones y la intangi-
bilidad de la remuneración.
En la transferencia del establecimiento, el adquirente osucesor es responsable
de las obligaciones de los trabajadoresque continúan en la empresa, debiéndose
computar la antigüedad desde su ingreso a la empresa cedida (art. 225, LCT). El art.
228 dispone el carácter solidario de la responsabilidad entre el transmitente y el
adquirente del establecimiento por las obIigacionesderivadas del contrato de tra-
bajo existentes a la época de la transmisiSn. El art. 229 expresa que en la cesión del
personal, sin comprender e! establecimiento, se requiere la aceptación expresa y
escrita del trabajador, aunque cedente y cesionaria respondensolidariamente por
las obligaciones derivadas de! contrato de trabajo.
Los casos mas comunes de fraude son tos siguientes:
a) Empleadoce1de Ia interposicibndel seudoempleador, generalmente insol-
vente, entre el trabajador y el auténtico ernpleador (que dirige el trabajo y
se beneficia con él) para evitarla responsabilidad establecida en la leylabo-
ral (art. 29, LC7).
b) Trabajador: el del trabajador que realiza maniobras o actos desleales para
generar una injuria que provoquesu despido, ylograr el cobrode las indem-
nizaciones pertinentes por despido sin justa causa,

5 18. Simulación
El art. 333 del CCCN dispone: "La simularión tiene lugar cuando se encubre el
carácter jurídico d e un acto bajo la apariencia de otro, o cuando el acto contiene
áusulas que no son sinceras; o fechas que no son verdaderas, o cuando por él se
nstifuyen o transmiten derechos a personas interpuestas, que no son aquellas
ra quienes en realidad se constituyen o transmiten".
Asu vez, el art. 957 del CC[conc. art. 834, CCCN] que la simulación es ilícitacuan-
do es reprobada por la ley o perjudica a otro. El Código Civil y Comercia[ no la con-
ceptualiza, aunque en el art. 334 establece que la simulación ilicita o que perjudi-
a a un tercero provoca la nulidad del acto ostensibl'e. En principio, conviene seña-
r que a diferencia de lo que sucede en el Derecho común, en nuestra disciplina la
mulación absoluta resulta inoficiosa, pues mediante ella se intenta hacer apare-
cer un acto que nada tiene de real, pues justamente, de lo que se trata es de disi-
dar una realidad que existe y se encuentra protegida por ei Derecho del trabajo,
Por lo que se la cubre para que no se pueda determinar su carácter laboral, para así
poder legalizar el incumplimiento y evitar las respectivas consecuencias.
En cambio, son innumerableslos ejemplosde simulación relativaqueseverifican
en nuestra materia, ia cual se caracteriza por el ocultamiento de la relaci6n ver-
dadera o del acto verdadero con el propósito de producir una situacien jurídica

-9
88 "----e-
-
Ricardo D,Hierrezuelo Pedro E Núñez
-
-
m

aparente y privar de derechos al trabajador por la vía de eludir el cumplimiento de


las prestaciones laborales obligatorias. Se presenta bajo la forma de evctribn total
(creación aparente de una figura contractual no laboral) o de evasión parcial (se
crea una figura, por ejemplo: renuncia que encubre ef acto real despido; se intro-
duce una categoríasuperiorcomo personaljerdrquico para no pagar horas extrasl9.
Estafigura, propia del Derechodeltrabajo, essirnilar a la queseconoce en Dere-
cho civil como simulaciónrelativa, o sea, aquelia por medio de fa cual se trata de ca-
muflar un acto real, poniendo delante de él (a f i n de impedir su visión) un telón en
el queaparece otro (simulado); hay realmente un enmascaramiento de ia realidad.
Se diferencia del fraude pues en éste hay una situación real (el negocio es serio
y busca obtener un resultado prohibido)mientrasque enlasimulacior,hay una me-
ra apariencia (el negocio simulado es Ficticio). Mientras la simulaciUn es un medio
para encubrir la violación de la ley, el fraude es una violación a la ley mediante un
negocio real, Así, en ia simulación ilicita se trata de aparentar una situación típica,
distinta de la real, fa que juzgada en la forma que es presentada no exhibe la exis-
tencia de incumplimientoaiguno. $e disfraza un acto. El ejemplo típico es la adop-
ción de figuras contractuales no laborales y, en consecliencia, la falta de cumpli-
miento de ciertas prestaciones impuestas por la ley o converccionalrnente para el
supuesto de trabajo dependiente; estas no le resultan exigibles al empleador,
alcanzándose la evasien total del Derecho imperativa laboral,
En cambio, el fraude consiste en la ingeniosa elección de caminosdesviados pa-
ra lograr que el incumplimiento de normas imperativas quede a salvo de toda san-
ción -responsabilidad-, porque otras normas, mañosamente elegidas, parecen
consentirlo, configurando una violaci6n indirecta u oblicua de la ley u otra norma
imperativa. Ejemplo de esta técnica es la interposición fraudulenta de personas
entre ei trabajador y el empteadar. Por eso, cuando se dejan de cumplir las normas
imperativas directamente y sin disimulo, el remedio consiste en la imposicióncoac-
tiva de la norma soslayada (o, en su caso, una reparación satisfactoria); cuando una
norma imperativase deja de cumplir con disimulo o mediante algún artificioso ro-
deo, el remedio consistirá en ia imposición de ia norma evadidajo.

5 19, Interposición, interrnediacióne interrelacibn

La distinción entre estos conceptos resulta importante a la hora de anaiitar las


consecuencias jurídicas que la Ley de Contrato de Trabajo !e asigna a cada uno de
ellos.

Fernandez Madrid, TratadoprcSctico de derechodel~rabajo,t. 1, p. 557.


Rodriguez Mancini (dif.), Curso de derecho deltrabajo y de la seguridadsocial. ps. 95 a 98.
Responsabílidadsolidaria en elcontrato de trabajo
-
Para ejemplificar, baste recordar que la expresión interposición se encuentra
mencionada tanto en el art. 14 de la ICTcomo en el epígrafe del art. 29 de dicha
normativa; pero mientras en el primer caso, la sanción es la nulidad, en e[ segund
se impone la respansabilidadsolidaria.
Asu vez, el origen del intermediario en el Derecho laboral se lovincula con la fi-
ura jurídica que en el antiguo Derechofrancés se denominaba marchandage. Los
rimeros comentarios relativos a la existencia de un intermediario tomaban, en
enera!, dos vertientes: una, considerando como tal al gestor de personal para
restar servicios en determinadas obras o empresas-en e! proceso de industriali-
ción, reclutamiento de campesinos para llevarlos a las fabricas-; otra, identifi-
ndolo con el subcontratista o lo que los franceses llaman subempresario -pre-
rentemente en el ramo de la construcción-, es decir, el que se encargaba ante
n contratista de realizar ia obra o parte de la misma, para cuyo efecto contrataba
abajadores por su cuenta, mediante salarios a veces muy bajos y en condiciones
recuencia injustas1l .

b) Distjncion semantica
El Diccionario de la lengua española se refiere al intermediario así: "lnterme-
ario: (de intermediar), adj. Que media entre doso mas personas, y especialrnen-
tre el productor y e! consumidor de géneros o rnercaderias; y asíse dice de los
icanles, acaparadores, proveedores, tenderos, tablajeros, etcétera, U.t.c.s.". Y
cuanto al verbo de donde proviene, expresa: "Intermediar: (de intermedio),
mediar, existir una cosa en mediode otras".
rsu parte, define la interposición como "acción y efecto de interponer", yec-
ma palabra como "poner algo entre cosaso entre personas".
or último, define interrelacióndiciendoque es "correspondencia mutua entre
nas, cosas o fenámenos".

c) Dirtincidn jurídica

De las tres expresionec, la más fácil de diferenciar es la de interrelación, que he-


0s incluido al sólo efecto derecordar que el último párrafo del art. 29 de la LCT,
igual que el artículociguiente, regulan un supuestodeinterrelaciónempresaria,
m0 es el caso de las agencias de servicios eventuaier, en la cual no hay ninguna
mona que se inmiscuya o interrnedie entre el trabajador y el empleador, sino
Por el contrario, se trata de una situación de interrelación triangular, Como .

'' Caidera, "El in.terrnediarioen el derecho laboral", en AA.W., Eiiudjossobre derecho indi-
vidualdeltrabajo, homenaje al profesor Mario L. Deveali, ps. 333 y 334.
90
---', -,.--~
-
Ricardo D. Hierrezuelo Pedro E Núhez

Mis compleja resulta la distinciónentre los otros dosvocablos. Asi, en el Diccio-


nario de Capón Fifas y Giorlandini, no se encuentran definidas ninguna de las dos
palabras, y sólo hallarnos la palabra mediaciDnlr, que se la define en idénticoster-
minos a los dos primeros párrafos de! art. 29 de la LCT.
Por su parte, en ef Vocabulariojurídico de Capitant encontrarnos ambas pala-
bras. Así, "Intermediario: derivado del latín intermedius 'que estA en el medio'. Pa-
labra privada de significaciónestrictamentejurídica, con ella se designa a la perso-
na que acerca a otras dos o m&, para la celebración entre ellas de un contrato de-
terminado. Por ejemplo: agente de cambio, corredor, agencia de colocaciones y
ventas de de paria mento^"^^. En cambio, "interposición de personas(interposition
de personnel: del latín inferpositio (del verbo interponere, interponer). Procedi-
miento juridico consistente en reempiazar, en un acto jurídico, al verdadero ínte-
resado por otra persona que, aparentemente, actúa en su propio
Para Caldera, intermediarioes la persona que contrata la labor de uno ovarios
trabajadores para una obra o servicio cuyo beneficiarioes otro, sin ejercer ni invo-
car la condición de representantefrente a ios trabajadores15.
Para FernGndez Gianotti hay que distinguir entre la intermediacibny la inter-
posición, ya que el intermediario desarrolla de diversas maneras, en interés de
otro, una actividad tendiente af establecimiento de relacionesjurídicas entre dos
o mas sujetos, permaneciendo extraño a las relaciones mismas, pues quien intervi-
niese en t a l carácter no asume directamente ninguna de las obligaciones y dere-
chos que constituyenel contenido de la relación; es una relación material, de mero
acercamiento.
En Uruguay, el art. l o de la ley 18.251 define a! intermediario coma el empresa-
rioque contrata o interviene en la contratación de trabajadores para que presten
serviciosa untercero. No entrega directamentelosservicios uobras a l público, sino
a otro patrono o empresario principal.
En cambio, en la interposición, se reconoce a un sujeto ia facultad de inmiscuir-
se en la esfera de otro, volcando en ella su propia actividad, y supone asentimien-
to del propio interesado o, en casos especiaies, su adrnisian por el ordenamiento
jurídico fsituaciones normales son el mandato, la gestión de negocios, la comisión
y la expedición)q6.

l2 Capón Filas- Giorlandini, Diccionariode derechosocial. Derecho deitrabajoylaseguridad

socia!. Relación indjvídual del trabajo, ps. 341 y 342.


j3 Capitant, Vocabulario juridico, p. 328.
Capitant, Vowbu/ariojur/dico,p. 329.
j4

l5
Caldera, "El intermediario en el derecho laborai", en AA.W., Estudiossobre derecho indi-
viduaidei trabajo, homenaje al profesor Mario L. Deveaii, ps, 338 y 339.
l6 Fernandez Gianotti, Incorporación de 10s principios de fraude laboral a la Ley de Conrra-
to de Trabajo, DT, 1975-257.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
u ~ " - ~ - " ~ - --
- - - - -"M

Deveali, diferenciando la figura del representan% o delegado con la del


mediario, nos decía que el primero contrata para el principal que le ha enc
dado el negocio y, en consecuencia, lo obliga tal como si éste hubiese celeb
convención personalmente. Noer necesario,sin duda, queestedelegado haya si
investido en forma previa de tal facultad mediante mandato formal, pues se pre-
sume, en ausencia de tal autoridad escrita, que posee aquellas facultades en virtud
e la posición que ocupa en !a empresa misma. En realidad, el delegado o repre-
tante no es generalmente sino un empleado del principal, por cuya cuenta y
en concluye el convenio individual.
En cambio, la figura del intermediariose confunde con la del verdadero emplea-
or. El intermediario se obliga por s i mismoaunque, en ultima instancia, su propia
ctividad sea destinada tarnbien a aquel para quien el trabajose ejecuta. El inter-
ediario o contratista está ligado al d u d o de la tarea encomendada mediante
na locación de obra; es, pues, un empresario y corre con los riesgos de su ernpre-
a, segiin la regla general en esta materia. Asu turnocontrata con otras personas
jecución total o parcial del trabajodeque se trate, y estas personasson locado-
de servicios o trabajadores en sentido técnico estricto17.
Por nuestra parte, y ciñéndonocestrictamentea la regulaciónque efectúa la Ley
e Contrato de Trabajo de ambos términos, consideramos que la distinción se cen-
en fa posición jurídica en que se coloca esta tercera persona, lo que torna su ac-
nar iicitoo ilícito. En efecto, la mediación0 intermediaciónseverificacuando una
ersona contrata trabajadores con vistas a proporcionarlosa las empresas. Se trata
eunasituación perfectamentelícita en la cual el verdadero empleadores laempre-
ue se beneficia con el trabajo, mientras que el tercero contratante, que contra-
ra otro, es soiidariamente responsabie por las obligacion@slaborales y previ-
les. Es la situación regulada por el art. 29 de la Ley de Contrato deTrabajo.
cambio, la interposiciónde persona se trata de un supuesto de fraude, cuyo
bjeto es la evasión de todo el ordenamientojurídico laboral, ya que inter-
el tercero entre ei trabajador y el empleador, éste aparece completamente
igado, recayendo toda la responsabilidad en aquél. De ahí que sea necesa-
eclarar la nulidad de esta operación para erigir at empresario como verdade-

embargo, esta sanciiin implicaría imputar !a relación de dependencia entre


ajador y el empresario, desobligandoal tercerointerpuesto. Empero, la pro-
Ley de Contrata de Trabajo asimila esta situacidn a la mediación Ifcita prevista
n su art. 29, imputcíndoleal tercero interpuesto responsabilidad solidaria.
or iiltimo, hay que diferenciar estas figuras de la del representantedel emplea-
ory la del contratista.

l7
Deveali, Tratado de derecho del trabajo, t 1, ps. 632 y 633
92 Ricardo D.Hierremelo - Pedro E Núñez
..--- .----, "---

El representante del empleador es aquel que, en virtud de una disposición lega!,


y en ejercicio de un mandato expreso o implíciro, obliga al ernpieador en cuyo
nombre actúa, en relacibn con los trabajadores. Es que, a diferencia de lo que ocu-
rre con el trabajador, la figura del empleador se encuentra despersonalizada, a
punto tal que cada día son menos frecuentes las personas físicas que cumplen di-
chas funciones por haber sido sustituidas por personas jurídicas. incluso en estos
casos, y de acuerdo a la magnitud de la sociedad comercial, es común que ios tra-
bajadores no tengan contacto, y muchas veces ni siquiera conozcan a los socios, ni
a los directores, siendo el supervisor y el capataz las personas que, desde fa pers-
pectiva de !os trabajadores, imparten las directivasy organizan el trabajo.
En nuestra legislacibn, el art. 5' de ia LCTdefine al empresario como ia persona
que dirige la empresa por sí o por medio de otras personas, y con la cual se retacio-
nanjerárquicamente los trabajadores, cualquierasea la participación que las leyes
asignen a éstos en la gestión y direcci6n de la empresa. Y esas otras personas de las
que se vale el empresarioson sus representantes.
El art. 36 de la LCTestablece que: "A los fines de la celebraciún delcontrato de
trabajo, se reputarán actos de las personasjurídicas los de sus representantes lega-
les o de quienes, sin serlo, aparezcan como facultados para ello".
Por su parte, es contratista la persona que tiene elementos propios y determi-
nada solvencia económica, y presta servicios o realiza obras para otro, aunque
manteniendo su independencia y autonomia.

dl Distinción fictica
Existen claras diferencias entre la inierposicion y la intermediacidn, Así, en la
primera, el sujeto interpuesto actúa como ernpleador. Es el el que registra al tra-
bajador, el que dirige el trabajo, el que da Ordenes e instrucciones, el que reparte
los elementos para realizar las tareas y el que paga ia remuneración. En este caso,
el verdadero empleador se encuentra oculto detrás de esta pantalla, pero es en
realidad el único que posee la infraestructura necesaria para contratar trabajado-
res, mientrasqueelsujeto interpuesto carece de una empresa yes una persona (sea
física o jurídica} generalmente insolvente.
En la intermediación, el intermediariose limita a contratar al trabajador, regis-
trándolo, pero lo provee a una tercera empresa que es la que se beneficia con su
trabajo, E l trabajador pksta servicios en el edificio de esta última, las herramien-
tas de trabajo (computadoras, mobiliario, útiles, etcétera) pertenecen a ésta, las
órdenes son impartidas por personal de la tercera empresa, etcétera. Existe una
verdadera insercióndel trabajador en la estructuraempresariitde esta empresa. La
única diferencia es que a fin de mes, la que le paga el suelda es la intermediaria, a
nombre de quien también figuran tanto el reciba de haberes, como los ticket5 ca-
nasta o restaurante percibidos.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de erabajo 93
- - - . . U - - - " -

5 20, Regla general. Art. 14de la LCT


a) Principio de primacía de la realidad

Si bien este principio no es exctusivo del Derecho del trabajo, en nuestra disci-
plina adquiere connotaciones particulares, producto de la preocupacicjn del legis-
ladar por contrarrestar las maniobras de tos que intentan sustraerse de la aplica-
ción de las normas laborales. De ahi que tanto en [a Ley de Contrato de Trabajo
romo en los estatutos profesionales (por ejemplo, viajante de comercio, art. lo,ley
14.546), se recurra a expresiones como las contenidas en el art. 21 de ia LCT(cua1-
quiera sea su forma o denominación), para recordar que resulta irrelevante la cali-
ficación juridica que le hayanasignado las partes, debiendo considerarse laboral si
se verifican los elementos tipifjcantes del contrato de trabajo.
En este sentido, como ha sostenido en forma reiterada nuestro más Alto Tribu-
nal, hay que investigar la verdad material por encima de la formal, y es tarea iun-
amental que compete ai servicio propio de la justicia el desentrañar dicha verdad,
or encima de las apariencias. En cambio, en el Derecho común, puesto que se tra-
t a de un ius dispositivum, la tentaci6n de disimular la realidad no es tan intensa
como en esta rama del saber.
Es que, en realidad, como bien apunta PIá Rodríguez, si bien no se trata de un
criterio extraño al que informa la teoria general de los contratos, en materia labo-
ral es de aplicación constante porque la desigualdad de las partes determina que
el contrato, con frecuencia, no responda a ia realidad y que encierre ctáusulas que
usquen la evasión total o parcial de /as normas imperativas del Derecho laboral y
seguridad social18.
Se impone, de esta manera, la verdad de los hechos (no la forma) sobre Ia apa-
ciao por encima de los acuerdos, de lo documentado, de la ficción jurídica. Para
quetenga valor la estipulación contractual, el empleador debe acreditarlo por me-
dia de la prueba. Es que debe primar la realidad sobre la forma, lo que en el proce-
sose ha de traducir en el relativo valor de [a prueba documental respecto de la tes-
timonial y en la apreciación de los reconocimientas efectuados por via de confe-
sibn en orden a otros elementos de pruebalg.
De mas estA decir que este principio actúa como una directiva dirigida al juez,
Pues no es extraño que el empleador quiera prevalerse de la utilización de figuras
no iaborales para eludir con ias disposiciones legales, y será en definitiva el magis-
trado el que deberá declarar la naturalezajuridica de la relaciónentablada con las
Partes, para lo cual contará, entre otras herramientasjuridicas, con las presuncio-
nes, entre la que se destaca, en este caso, la contemplada por el art. 23 de la LCT,

l8
PIá Rodríguez, lospríncipiosde/derecho del trabajo, p. 265.
l9
Fernandez Madrid, Tratado práctico de derecho del trabajo, t. l. p. 31 1.
94 Ricardo D.Nierrezuelo - Pedro E Múfiez
X_,--__I_--.--k,-_.----,-.4-,-----

por la cual: "El hecho de la prestación de servkios harepresumiria existencia de un


contrato de trabajo, salvo que por lar circunstancias, /as relaciones o causas que io
motiven se demostrase lo contrario. Esa presunción operará igualmente aun cuan-
do se utilicen figuras no laborales, para caracterízaral contrato, y en tanto que por
las círcunstancias no sea dado calificar de empresario a quien presta el servicio".
Esto debe correiacionarse necesariamente con el art. 14 de la LCTque fulmina con
!a nulidad este tipo de maniobras y las sanciona aplicando lisa y llanamente ei dis-
positivo legalz0.

b) Distintos supuestos de interposiri6n contemplados


por elaPt Id de la LCT

El art. 14 de la LCT, que tipifica el principio de primacía de la realidad, se erige


como la norma general antievasi6n e impone iaaplicaci~n de la Ley de Contrato de
Trabajo en los supuestos de interposiciónde personas (o de cualquier otro medio)
que el artículo menciona al sOio efecto de ejempiificar una situación concreta de
fraude a la ley.
Sin embargo, la casuistica nos muestra que existen numerosas variantes en las
cuales una persona se inmiscuye entre los verdaderos contratantes, puesto que, en
rigor de verdad, esta figura revistesingular importancia, pues de lograr su cometi-

VazquezVialardseñala que este principio, comprendido dentro del protecrorio, respecto


del cual juega un complemento a fin de que este no pueda ser marginado en los hechos mediante
la adopción de aiguna figura jurídica que disimula ia realidad, con lo cual lanlbien perderíasenti-
do la imposiciónde una determinada forma decontrato, es calificado segirn diversas expresiones:
"prima la verdad de los hechos (no la forma) sobre la apariencia o por encima de los acuerdos",
"valen los hechosy no la ficción jurídica", "interesa iaverdad real y noel nomem iuriso verdadfor-
mal", "los documentos no cuentan frente a los datos do la realidad", "la verdad vence a la apa-
riencia". Entre la discordanciaentre uno y otro debe estarse a lo primero. De lo contrario, bartaria
adoptar una forma juridica nolaboral queseexpresaraen Forma escrita osirnpiementeporladesig-
nacibn de la categoría profesional dei que presta el servicio, para burlar el propósito de toda esta
rama jurídica. Ello na significa que fa estipulación contractual notenga valor, perosi que ella pue-
de ser desvirtuada por medio de la prueba que debe ofrecer ei que pretende acreditar su falta de
veracidad, a menos que io pactadosea tan burdo que par unasimple presunciónhominis haya que
desechar su eficacia.
En casG de acreditarse 1a.discordancia entre lo pactado y los hechos ejecutados en curnpii-
mientodela relación, lo pactadodebeserdeclarado nulo y portanto, carece de eficacia, por locuai
lo acordado en violación de las disposiciones de la ley queda reemplazado por !as pertinentes dis-
posiciones de orden público laboral que se ha querido dejar de lado. Para ello el trabajador cuen-
ta con una presunción, establecidapor el art. 23 de la LCT, mediante la cual "el hecho de la presta-
ción de s~rvicioshace presumir ia existencia de un contrato de trabajo, salvo que por las circuns-
tancias, !as relacionesocausas que lo motiven sedemostraselocontrario". Deigual manera, la pre-
suncibn va[e en el caso de que se hubieran utilizado figuras no laborales, para caracterizar el con-
trato-VázquezVialard (dir.), Tratadode derecho deítrabajo, t. 2, p. 277 y siguientes-.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 95

do, provoca la evasión de todo el ordenamiento laboral y nosólode algunas de sus


cláusulas. La interposición puede hacerse por una persona fisica (interposición del
dependiente, testaferro, hombre de paja, etcétera) o jurídica (interposición de so-
ciedades comerciales).
Cabe señalar quequedan fuera del presente estudio lossupuestosenque el em-
pleadar recurre a figuras contractuales no laborales para evadir totalmente las
normas laboralesyde laseguridadsocial. Eltoesasi, pues nosólosetratade un acto
simulado y no fraudutento, sino también porque al ser pergeiado por el emplea-
dor con la anuencia forzada (en casi todos tos casos) del trabajador no hay poribili-
dad de que entren en juego las normas relativas a la solidaridad, sino que la solu-
ción legal consiste en no aplicar la norma civil o comercial que correspondería de
acuerdo al tipo de contrato usado como pantalla, y en consecuencia, las cláusulas
de1 contrato celebrado son reemplazadas por la normativa laboral, si fuera mas
favorable.
Eiloec así, puesel tipo contractual imperativo esde orden públicoabsolutoy las
cláusulas contractuales nulas son sustituidas por las disposiciones imperativas y se
mantienen las cláusulas válidas y rnásfavarables (efecto de acumulación). Es usual
que el contrato de trabajo se disimule bajo contratos comerciaies o civiles que im-
plican prestación de servicios o la gestión bajo distintas formas de un negocio aje-
no. Como criterio general se establece que toda ver que haya un contrato de em-
presa, queda excluida una vinculación contractual laboral y, a su vez, en todos los
casos en que la contratación implique la prestación de servicios personales infun-
gibles por cuenta y a riesgo ajeno habrá contrato de trabajoaunque la modalidad
contractual elegida por las partes hayasidoel contrato deagencia, el de concesión,
el de distribución, el de venta en exclusividad, el de aprovisionamiento, el de man-
dato comercial, tos contratosde obra, el contrato de sociedad o el de transp~rte*~.

1 - Interposicióndel dependiente

E! primer supuesto de interposición de persona fisica está dado cuando el em-


pleador, para sustraerse de las normas laborales, interpone un empleado entre él
y los demás trabajadores, el que aparece formalmente corno dirigiendo la relación
laboral.
La Ley de ContratodeTrabajo, para evitar este tipo de maniobras, considera de-
pendientes del empleador a los que auxiliaren al trabajador. Esta situación se en-
cuentra regulada en ei art. 28 de la ley citada, al disponer que: "Si el trabajador
estuviese autorizado a servirse de auxiliares, éstorserán considerados como en re-
lación directa con el empleador de aquél, salvo excepción expresa prevista por esfa
ley o ios regímenes legales o convencionales aplicables".

2' Fernandez Madrrd, Tratadopractico de derechodei trabajo,t. 1, ps. 559 a 561.


96 Wcardo D.Hierremelo - Pedro E NUñez
,. ,-----l_.---,--,------

Se exceptúan aquellos supuestos expresamente previctos en ia Ley de Contrato


de Trabajo, o en los regímeneslegales o convencionaiesaplicables, como por ejem-
ploei estatuto de los encargados de casa de renta,
Tampoco se aplica en aquellos casos en que el trabajador se hubiera valida de
ayudantes sin autorizacián del ernpleador, en cuyo caso aquél deberi responder
por las consecuencias de tal incumplimiento.Sin embargo, la situacián no resulta
tan sencitla, pues al ernpteador le bastaria con señalar que el trabajador no estaba
autorizado o lo hiciere suscribir un documento en t a l sentido, ptra endilgarle la
responsabilidad de tal contratación, loque obliga a analizar tal excepcirjn ci>n es-
trictez, debiendo considerarse que el trabajador que se valga normalmente de
ayudantes, se encuentra debidamente autorizado por el empleador, si no objetó
oportunamente su contratación.
Justa Lapez acota que fa solución legal importa una regutaci8n precisa de ia si-
tuación que en ta doctrina alemana se plantea como relación de trabajo mediata,
solución que excluye tal relación rnediata puesto que la ley impone el reconoci-
miento de una relacibn inmediata entre losauxiliaresdel trabajo principaly el em-
pleado~de éste22.
Krotoschin, por su parte, sefiala que el concepto de relación mediata de traba-
jo no tiene cabida en nuestra disciplina y que respecto de los intermediarios se dis-
tingue entre los verdaderos contratistas y otros que noson masque encargados de!
empleador o de los trabajadores. En este último supuesto, la relación de trabajo se
establece directamente entre el empresario y el trabajador y no hcly fugar a una
relacidn rnediata.
Pero fuera delsupuesto previsto por el art. 28de la LCT, esfactibiequeel ernpte-
ador interponga a un dependiente bajo la aparienciade un empresaria, el cual, por
su propia condición de subordinado, no cuenta con una organización instrurnen-
tal de medios materiales e inrnateriales, ni con herramientas de trabajo, ni con di-
nero para abonarle al personal aparentemente bajo su mando, para io cual recu-
rre al verdadero empresario, quien además le imparte las órdenes e indicaciones a
él, para que a su vez se las transmita a los restantes trabajadoresz3.

22 López - Centeno- Fernandez Madrid, Leyde Contrato de Trabajo comentada,t. 1, p. 247.


23 Krotoschinlo ejempliYicaclaramentealceñalarque: "cuando el intermediario es, a su vez,
un empresario independiente (contratista), nose establece por lo genera! ninguna relación labo-
ral entre loscomponentes del conjuntoy el empresarioprincipal. Pero podría suceder que el inter-
mediario actúe por mandato expreso del empresario principal, aunque contrate formalmente en
nombre propia a los miembros del conjunto {caso de los conjuntos formados ad hoc), siendo la
finaljdad economica del contrato la de favorecer al empresario principal. Si en tal caso, el trabaja-
dor contratado, conforme a /as circunstancias y las reglas de buena fe, puede considerar que en
realidad es el empresario principal quien acume ias obligacionesemanadas del contrato, o por lo
menos la garantia con respecto a ellas -como en fa hipiitesis de los trabajadores contratados por
ResponsabilidadsoUdaria en el contrato de trabajo 97
- -- A
-
--
"

En estos casos, y puesta en evidencia la maniobra pergeñada por el ernpleador,


el juez debe considerar al trabajador como empleado directo del verdadero em-
presario, pero tam bién, como consecuencia de lo dispuesto por el art. 29 de la 1CT,
condenar saf idariamente al trabajador interpuesto.
La extensión de lasolidaridad aldependiente, aunquejurídicamente resulta co-
rrecta, merece algunos reparos, pues la disparidad negocia1existente entre el em-
presarioy el trabajador interpuesto 11ev6 a este último a someterse a esta situación
como condici6n necesaria para conservar su trabajo. Odicho de otra manera, el so-
metimiento del dependiente interpuesto es consecuencia misma de la subordina-
ción laboral.

2 - lnterposicibn de personas físicas, testaferros u ((hornbresde paja))


(no dependientes)

Asi comoei empresario puede interponer entre él y los trabajadores a otro tra-
bajador, también puede valerse de terceros, quienes, sin ser contratistas por care-
cer de empresa y de solvencia económica, contratan al personal con ei Unico propó-
sitode que el verdaderoempleadorseeximadel cumplimientode la legislación tabo-
ralLLa maniobra pergeñada nose limita a contratar trabajadores para proveerlos
al beneficiario (mediación)sino que, especialmente, tiende a hacer figurar al fal-
so contratista interpuesto corno empleador. De esta forma, al integrarse el traba-
jador en la empresa del empresario, el testaferro u "hombre de paja", que carece
de toda organización empresarial, quedará interpuesto como empleador. Demás

contratistas a que expresamentese refieren las disposiciones legales- es dable admitir también
una relaciónjurídica correspondientecon el empresario principal. En cambio, cuando el interme-
diario (director o jefe de equipo) no es nada mas que un encargado de grupo, economica y sociai-
mente en la misma situación que los dem6s componentes, a quien se dele96 la funcion de buscar
trabajo a! conjunto, entonces ese mismo director o jefe es a su vez trabajadar dependiente, igual
que los demdsejecutantesdeftrabajo,ysblose estabiece una relación laboral entretodos los com-
ponentes del equipo y el empresario. Cuando ocurre una y otra hipótesis, es principalmente una
cuestián de hecho. Mas para que seconsidere al directorcomoautentico empresario, debe reunir
10s rerequiritosnecesarios de trabajador autónomo, sobre todotener suficiente solvencia econbrni-
ca que l e asegure la independenciafrente a las penonas de las que recibe los encargos. Si nofue-
ra as¡, sería ficil para un empresario poco conscienteeludir !as obligaciones que le impone el con-
trato de trabajo, at encargar a cualquier individuo que se haga jefe de un equipa y contrate, en
nombre propio a otras trabajadores, con grave perjuicio para los intereses de éstos. En las muy
\iariadassituacionesque pueden presentarse deben escudriñarsesiempre cuidadosamentelas cir-
cunstancias y la realidad sustancial de los hechos, sin dejarse iinpresionar porias apariencias, para
llegar a soluciones conformes con los propbsitos del Derecho del trabajo" (Tratado practico de
derecho del trabajo, 2*ed., 3Veimpr., ps. 143 y 144). Adviertaseque Krotoschin prescinde detoda
connotación jurídica y utiliza el vocablo "intermediaria" indistintamentecomosin6nimo de "con-
tratista" o de "persona interpuesta".
98 - - -
Ricardo D.Nierrerueio Pedro F: Núñez

está decir que, en la mayoria de loscasos, lascontratacionesse realizan en una total


clandestinidad, puesto que estos falsos contratistas no desean asumir ningUn tipo
de compromiso frente a los trabajadores.
Comoa ta hora de las responsabilidades (safarialesoindemnizatorias) la empre-
sa utiiizadora de los servicios personales niega su carácter de empieador, intentará
descargar ese rol en este particular sujeto al que recurrió. Este, por su parte, en ia
gran generalidad, apoya esa pastura (sacando provecho de su falta de solvencia
econbmica) para no perder a su empresaicliente, que le permite lucrar con \a inter-
mediacion. En algunas circunstancias, en cambio, niega su rol y sostiene ser un
empleado -capataz, supervisor, etcetera- de ia empresa, o un mand;tario, con
lo que se simplifica la reclamación del trabajador, aunque raramente esto se obser-
va judicialmente. Esta es una forma frecuente defraude laboral por la asunción de
riesgos por personas insolventes. Resulta irrelevante que esa persona sea un terce-
ro a la empresa o un miembro del directorio de la misma o un integrante del per-
sonal superiorz4.
Jurisprudertcialmente se ha dicho que "corresponde considerar tercero inter-
puesto en los términos de lo normado en la primera parte de los arts. 29y 14 de la
LCTai locatario del vehículo utilizado como taxímetro cuando se demuestra que
éste era encargado de los choferes, carácter que surge acreditado si de los elemen-
tos de juicio aportados surge que cuando e! actar requeria algo para el vehículo
éste ie contestaba que debia consultarlo con el dueño, mientras en este contexto
carece de efecto el contrato de Iúcacion que se pretende hacer

3 - Interposición de personas juridicas (falsas empresas)


Cuando la persona interpuestatorna, además, la forma de unasociedadcomer-
cial, la situación se torna más dificil de apreciar y es más compleja de dilucidar*Es
que el sujeto que aparece contratando al trabajador ya no es un testaferro, sino
una personajurídica, debidamente inscripta en la inspecciónde Personasluridicas
y en los demas organismos estatales (AFIP, ANSES, etcktera). Demás está decir que
en la generalidad de los casos, la inscripcidn es io único real con lo que cuenta esta
entidad, ya que carece de autonomía financiera, máquinas y herramientasde tra-
bajo, y sólo pasee un inmueble tocado con el mínimo equiparniento.
Esta maniobra puedesurgirtanto de la iniciativa del falso empresarioquereclu-
t a persona! para asignarlo a empresas verdaderas, actuando como si se tratara de
una agencia (art. 29, LCT),figurando ser una empresa que es contratada por otra
para realizar determinada tarea en ella (art. 30, LCT), como del acto rirnulatorio de

" Maza- Plaisant, Intermediación laboral, ps. 108y 109.


Véase CNAT, Sala 11,3016198, "Díaz, Esteban R. c. tarbei; Horacio A.", DT,999%-B-2430.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 99
---mM "
-
A - -
la propia beneficaria de la labor que da vida a la empresa aparente para tratar de
eludir el vínculo laboral.
En estos supuestos 5e verifica la presencia de fraude, ya que la relacion laboral
se entabla entre un trabajadory una organizaciónempresaria, considerándoset a l
a la que posea una organización instrumental de medios personales, materiales e
inmateriales, ordenados bajo una dirección para el logrodefines económicos o be-
nkficos, en el marco de la cual ésta inserta el trabajo como un medio productivo, lo
ordena y dirige a fin de prestar un servicio o producir un bien, aprovechando sus
beneficiosa cambio de un salario.
Por eso, cuando el sujeto interpuesto o testaferro, unipersonal o no, carece de
talesvisos de organizaci~n,la teoría de ia prirnacia de la realidad lleva a desestimar
a esa persona aparente, a ese sujeto que se interpone vistiendo los ropajes que lo
hacen parecer, sin serlo, una verdadera empresa, para dejar al descubierto la au-
téntica relación que se tiende entre el trabajador y la empresa que lo inserta en su
organización, y aprovecha su trabajoz6.
En este sentido se ha resueito que: "Corresponde confirmar la sentencia que
condenó a la codemandada en carácter de empleadora del actor, al determinar la
existencia de un fraude por interposición de persona en los términos del art. 29 de
la LCT, pues, ha quedado acreditado que cumplió servicios administrativos que
exorbitaban tos de vigilancia para los cualesse había contratado a la empresa que
organizaba su trabajonz7.
Dentro de estos supuestos, encontramos la interposición de la cooperativa de
trabajo en fraude a la ley, pues es factible que se lo haga pasar al trabajador como
socio de la cooperativa, con el fin de eludir la responsabilidadlaboral de la empre-
sa que se beneficia con las tareas de los supuestos socios.
De ahíque el art. 4" de la ley25.250, en un primer momento, yel art. 40de la ley
25.877, en la actualidad, hayan prohibido a las cooperativas de trabajo actuar co-
mo empresas de provisiónde serviciar eventuales, ni de temporada, ni de cualquier
otro modo de brindar servicios propios de las agencias de colocaci6n. Cabe desta-
car, que este párrafo de la norma fue criticado, ya que se sostuvo que restringía
notoriamente el campo de acción de las cooperativas de trabajo, que estaba diri-
gido a la provisión de servicios a terceras empresas que contrataban actividades
complementarias a las realizadas por éstas, las que no siempre tienen propósitos
evasivos como los que se pretenden erradicar. Asimismo, se afirmó que constituia
un prejuzgamiento presumir que se puedan constituir cooperativas con el fin de
evadir, lo cual lesiona su conducta ysu transparencia de gesti6n.

26 Maza - Plaisant, Intermedíaciónlaboral, ps. 113.


27 VeaseCNAT, Sala VI, 8/2/06, "Jirnener, Reina V. c. Carbess5.R.L. y otro", DT, 2006-8-1704.
100 Ricardo D.Hierrezueio - Pedro E NúFiez
--. --.-

También 5e debe recordar que ia res. 2015/94 del Instituto Nacional de Acción
Cooperativa veda a las cooperativas de trabajo actuar camo empresas de servicios
eventuales, yque el art. 10 dela ley 13.591 prohibióei funcionamientodelasagen-
cias privadas de colocaciones con fines de lucro. Este úitimo fue ratificado por ei
decr. 489/01 que, al regular el funcionamiento de las agencias de coiocaciones y
aprobar la reglamenlacidn del art. l ode la Parte 1 y de los arts. 1 0 , l I y 12dela Par-
te ili del Convenio 96de la OIT, vedó también que las cooperativas pudieiran actuar
en tai sentido28.
Al respecto, la jurisprudencia ha resueltoque: "La dernandadasevalii de la ma-
no de obra de personal ajeno para satisfacer necesidades propias y permanentes
para el cumplimiento de su objeto social, aunque formalmenteaparentaba una fi-
gurada contratación e intervención de una empresa prestataria de servicios. Con
dicha mecánica, las accionadas vulneraron el esquema legal laboral de contrata-
ciOn del trabajador en forma permanente y por tiempo indeterminado, circuns-
tancia que perrni'ce involucrarlas, conjuntamente, en los términos de los arts. 14 y
29 de la LCT. En el caso, se advierte que f a cooperativa soto actuó como una mera
intermediaria de mano de obra para prestar servicios er; otro establecimiento lo
que constituye el casa más común de fraude"29.También se ha dicho: "El simple
cumplimiento de los recaudosformaies tales como la debida inscripciónde la coo-
perativa ante los organos correspondientes, registros conforme a derecho, per-
cepción de ingresos en concepto de 'anticipo de retorna', o realizarirjn periódica
de asambleas; no resulta suficiente para descartar la pasibilidad de que ia verda-
dera naturaleza del vínculo haya sido laboral, en aquellos casos -como el presen-
te-en los que el trabajador no ha tenido efectiva injerencia en ia formación de la
voluntadsocial mediantesu participación en las asambleas convocadasatai fin, ca-
racteristica esencial delvínculocooperativo. Sumadoa elioel hechodeque ei actor
desarroiló tareasdechofer a favor de Edesur, transportando personas y material de
la empresa, cumpliendo u n horario determinado, recibiendo órdenes de personal
jerárquico con control de sustareas, mediante la percepción de una suma de dioe-
ro mensual, lleva a la coricluci6n de que rode6 ei vínculo en cuestión justifica el en-
cuadramiento de dicha relación en el pdrr. 1" del art. 29 de la 1 ~ 7 " ~ ~
Empero, hay que diferenciar estos supuestos, en donde se produce una verda-
dera interposicidn de personas jurídicas, de aquellos otros en los cuales existe una

Grisolia - Nierreruelo, Leyde ordenamiento labora/, p. 248.


29 CNAT. SalaVII,24/4/13, "Villaroe!, Oscar Antonioc. Empresa Ferrocarrif Gral.Belgrano5.A.
y otro s/Cobro de salarios", Boletín Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "fnlerposición y
mediación. Solidaridad (arts. 29 y 29 bisdela LCT]". Oficina de Jurisprudencia, Actualización 201 S.
" CNAT, Saia Vi, J0/8113, "Rasquela, Ariei Ornar c. Empresa ~isribuidoraSur S.A. Edesur y
otro stttespido", Boletín TemStico de Jurísprudencia de la CNAT, voz "Interposición y rnediaciún.
Solidaridad (arts.29 y 29 bisde la LCT)". Oficina de Jurisprudencia, Actuafizaci6n 2015.
~esponsabílidadsolidariaen elcontrato de trabajo
"- - -"---
101

contratación o subcontracion de actividades, los que corresponde analizar a la luz


e lo dispuesto por el art. 30 de la I c T ~ ' .
En esresentido, la CorrteSuprernaen lacausa "Carrizou-campafliendo losfun-
arnentosy conclusiones del dictamen del procurador general-admitió los agra-
ios federales pianteadospor "Massaiin Particulares S. A. ", respecto de la condena
lidaria en su contra (conf. art. 29, parr. lo, LCi) por obligacionesde la empresa de
pieza "Emsei S. A." con sus propios trabajadores destinadosa !a planta de aque-
. En lo concreto, en el dictamen del Ministerio Piiblico';e señaló que io afirmado
r el a quo (que las tareas que cumplían los actores padrian ser efectuadas por el
ersonal de la firma tabacalera, y que de la prueba testifical surgia [a inserción de

31 En el sistema español, ambos supuestos estan contemplados en el art. 42 del Estatuto de


os Trabajadores, que regula los casos de contratas y subcontratas de la propia actividad; y el art,
,E i , que preve la cesión ilegal de mano de obra,
La frontera entre unoy otra supuesto ha sidozanjada por la jurisprudencia para la cual, en ter-
inos generales, habracesión ilegal cuando la empresacontratistafuese "una empresa aparente,
estructura ni entidad propias, sin bienes, patrimonio ni verdadera organiracibn empresarial"
2611 1186,Ar. 12.556). Y a la inversa, hay contrata "cuando la empresa contratista ejerce acti-
empresarial propia y cuenta, por tanto, con patrimonio, instrumentos, maquinaria y orga-
bles, pudiendosele imputar efectivas responsabilidades contractuales, aportando en
ción de la contrata su propia dirección y gestión, con asunción del riesgocorrespondiente,
niendo, en todo caso, a los trabajadores de su plantilla dentro del hmbito de su poder de
ón conservando respecto de los mismos los derechos, obligaciones, riesgos y responsabili-
que son inherentesa lacondición de ernpleador" (Sentencia Tribunal Supremo, 17/7/91, Ar.
+Asimismo,lostribunales han concretado lossiguientes criterios para delimitar la existencia de
a verdadera contrata: 1 ) en primer lugar, hay cesión iiegai y no contrata cuando la supuesta
ratista es una empresa aparente o ficticia.A la inversa, para que existacontrata, esnecesario
el contratista disponga de esa verdadera organización empresarial; 2) no basta con que la
ontratista disponga de una organizaci6nformal y material, sino quedebe ejercer los poderesque
on propios de su condición de empleador laboral. Al contrario, si tales poderes están mermados
nificalivamente, no se fe puede reconocer al supuesto contratista la condición de empleador y,
r ende, de verdadero contratista; 3) la condición deverdadero empresario del contratista pre-
pone que éste asuma los riesgosinherentes a una verdadera gestibn empresarial, asunción o no
riesgas quese puede manifestar en distintos aspectos; 4) lostribunales han efectuado una in-
pretacibn del art. 43, E7, que cabría calificar de subjetiva, exigiendo una finalidad especvlato-
ofraudulenta {inimo de lucro en el cedente, evitación de responsabilidades en el cesionario,
erjuicios a los derechos del trabajador), interpretación subjetiva que, aunque no uniforme, ha
~biertoespaciosopermitidosupuestosdecesioneslegales; Npar último, los tribunales advierten
que la cesion ilegal de trabajadores se puede producir no solo cuando la empresa contratista no
Posee una organización empresarial propia, sino también, incluso, en el caso de que se trate de
una verdadera empresa, cuando tal organizacibn empresarial no se ha puesto en juego, limitin-
dore su actividad al suministrode la mano deobra ofuerza de trabajo necesaria para el desarrollo
de tal servicio, íntegramente concebido y puesto en practica par la empresa contratante (STS. en
unificacian de doctrina, 19/1/94, Ar. 352) -Ramírez Martínez, La responsabilidadsolidaria en el
derecho del trabajo er;panol, en " ~ n u a r i ode Derecho del Trabajo de la Universidad Austral", ps.
102 Ricardo D.Hierrezuelo -Pedro E Nuñez
---,-.- -------
los demandantes en el proceso productivo de " Massalin") no alcanzaba "para dar
debida cuenta de la supuesta contratación de los operarios por Emsel 'con vistas a
proporcionarlos's una empresa directa, operandoasícomotercero mediador o in-
terpuesto en la real relación de trabajo lart. 29, parr. lo, LCTi, máxime frente a la
abundancia probatoria que obra(ba) en los actuados ..."32.
f l procurador puso de manifiesto, además, que fa juez de primera instancia ha-
bia hecho un prolijo detaalle y minuciososseñalamientos"tanto en orden a la exis-
tencia de límites borrosos entre las tareas propiasde rnaestranza en una planta fa-
bril compleja y de envergadura (...) y las propias de producción y mantenimiento,
comode !a relativa integración e involucramiento en la actividad tabacalera de los
actores en tanto adquirian experiencia y formación especializada en el cumpli-
mientade su labor especifica" JJ.

También se ha resuelto que: "El caso de un laboratorio que contrató con una
empresa (también codernandada) un servicio de limpieza, y no ia simple provisión
de trabajadores, escapa al ámbito del arí. 29 de la LCTy sólo cabe plantearse si
resulta encuadrable en las previsiones del art. 30 de la l C ~ ' ' ~ 4 ,

4 - Creaci6n de una persona juridica como mera


pantalla para burlar la iey

Es un supuesto muy similar al anterior, pues la sociedad es constituida al solo


efecto de ocultar a la o a [as personas físicas que bajo la apariencia de integrar la
persona jurídica en calidad de socios o directores, en realidad la dirigen personal-
mente y utilizan la figura societaria como una mera pantalla para eludir la ley.
Se crea la sociedad con el único propósito de que asuma todas las responsabili-
dades y evitar, de esa forma, que sus integrantes ocupen el verdadero statusjuridi-
co frente a los trabajadoresy a los organismos previsianales, pero también ante ei
sistema impositivo.
La contratación del personal se produce generalmente en fa rnásabsoiuta clan-
destinidad, o consignandouna antiguedad y remuneración distinta a la real, y des-
preocupándose por el cumplimiento de las normas laborales, pues a1 producirse la
extincíbn del vínculo laboral, deberá responder !a persona jurídica insolvente.

32 CSJN, 30/10/01, "Carrizo c. Ernsel S.A.", causa C.974.XXXV, citado por Alvarez Magliano -
Fera, en E / derecho del trabajo segrin la Corte Suprema de iusficia de la Nación, p. 18.
33 Alvarez Magliano - Fera, El derecho del trabajo segun la Corte Suprema de Justicia de ia
Nacido, p. 178.
34 CNAT, Sala IV, 26/4/06, "Merlo, Ernesto c. Los Soles Internacional S.A. y otro siDespido",
Boietin Temitic0 deiurisprudencia.de k CNAT, voz "Interposición y rnediaci~n.Solidaridad (arts.
29 y 29 bis, LCT)", Oficina de jurisprudencia, nov. 2007.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 103
- p
d
-p
---.-

Esta situación, que no resulta extraña en nuestra disciplina, se encuentra per-


ectamente contemplada por el arr. 14 de la LCT,y debe ser resuelta dentro de la
eoría general del Derecho del trabajo, sin necesidad de recurrir a otras ramas del
Derecho para obtener la protección y tutela de! crédito del trabajador.Volveremos
sobre este punto en el Capitulo VI11, aps. A, B y C.

5 21. El art. 29 de la LCT. Mediación


Reza el art. 29 de 1a LCT "Los trabajadores que habiendo sido contratados por
erceros con vista a proporcionarlos a las empresas, serán considerados empleados
irectos de quien utj/icesu prestación, En tal supuesto, y cualquiera que sea el acto
estipulaciónque al efectoconcierten, los terceros contratantesy la empresa para
a cual los trabajadores presten o hayan prestado servicios responderán solidaria-
ente de todas las obligaciones emergentes de la relación laboral y de las que se
eriven del régimen de /a seguridad social, Los trabajadores contrabdos por
mpresas de servicios eventuales habi/itadas por la autoridad competente para
empeñarse en los términos de los arts, 99 de la presente y77a 80 de la Ley Nacio-
de Empleo, serán considerados en relación de dependencia, con carácter per-
nente continuo o discontinuo, con dichasempresasW-párrafo agregado por el
75 de la LNE-.
En principio, es llamativa la peculiar estructura del art. 29 de la LCTque regula,
n primer lugar, en sus dos primeros párrafos, los presupuestos no queridos por la
ey, y recién en el últimocontempta la situaciónde lasempresas habilitadas*Lologi-
co hubiera sido regular previamente la situación normal o deseada, para luego in-
cluir los supuestos distorsionantes o patológicos. Sin embargo, el legislador con
uen criterio, decidió incluir como último párrafo, al reformar la ley 20.744 (ya que
o se encontraba previsto en la Ley be Contrato de Trabajo original) la siruaciónde
las empresas de servicios eventuales, que hasta la reforma de !a Ley Nacional de
Empleo gozaban do una posición excepcional, ya que no se les aplicaba la exten-
sión de la responsabilidad solidaria prevista en la primera parte.
Los dos primeros párrafos del arl. 29 contemplan los casos en que una organi-
zación contrata personal, no para utilizarlo en su propio beneficio, sino para pro-
veerlo a otras empresas, quienes aprovecharán los servicios del trabajador y se
favorecerán con sur trabajos. Así, la jurisprudencia ha resuelto que: "Si el trabaja-
dor fue contratado por unaempresa para ser proporcionados un cansorciode pro-
piedad horizontal (sin que se trate de servicios eventuales), debe ser considerado
como empleadodirecto de quien utilice su prestación por aplicacidn de la presun-
ción contenida en el parr. lodel art. 29de ia Ley de Contrato de T r a b a j ~ " ~ ~ .

35 CNAT,SalaX, 2811U98,"Marucci, NorberioC.c. ConsorcioSti~packa3359", DT,1999-8-1320.


104
---.------"A-- --
Ricardo D,Hierrezyelo Pedro E Múíiez
--
Convieneseñalarque la ley no prohibe este tipo de relaciones, aunque carecen
de utilidad productiva, ya que la empresa proveedora nada aporta a la actividad
económica (salvo su propio beneficio), sino que, por el contrario, perjudica al tra-
bajador, toda vez que deberá reducirse su salario para afectar una cantidad deter-
minada ai pago del intermediario. Al ser un supuesto de contratacióniícita se pres-
cinde de la acreditación de conductas fraudulentas. Así se ha señalado que "el
suministro de trabajo profesionala una sociedad permite considerar configurada
la solidaridad prevista en el art. 29de ia LCTla cual se da por ministerio Iegis,sin que
sea necesariopara que ellosuceda que quien suministra famanode obra haya ceie-
brado ei negocio jurídico vinculante con el propósito de defraudar a terceros acre-
edores" 36.
La norma laboral, independientementedeloque hubieranacordadoambasem-
presas, procede a imputar la relación de dependenciaen forma directa con quien se
beneficia de los servicios de los trabajadores, aunque sin desobligar al intermedia-
rio, quien de todas formas, deberá responder en forma solidaria por las obligacio-
nes laboraiesy de la seguridad social.
Maza y Plaisant, quienes efectuaron un pro.fundoymeduloso estudiosobrees-
t e tema, apuntanque el porqukdeesta disposición debe buscarse en el aspecto pa-
trimonial fundamentalmente.La agencia nosueie poseer bienes ni radicaciOnsufi-
ciente para conformar una garantía patrimonial para los trabajadores tanto fren-
t e a las deudas salariales e indemnizatorias como para los sistemas de seguridad
social por las deudas relativas, por ejemplo, a la previsiónsocial. Ello es una reali-
dad dinámica pese a que tas normas que reglan la constitución y funcionamiento
de este tipo de empresas requieran ciertas garantías.
Este constituye un caso de interposición, ya que la presencia de la agencia es
artificial y no necesaria. Se trata de una persona que consigue entrometerse entre
una empresa que necesita trabajadores y éstos. Agregan que en este supuesto es
importante discernir quién esel empleador para poder ejercer los poderes discipfi-
narios. A la inversa, ese rol debe determinarsea finde conocer a quien debe reque-
rir el trabajador ante incurnptirnientospatronales.Segíin lo establece la propia ley,
el empleador es ei tomador de trabajo, es decir, la empresa requirente,
Por ende, el dependiente está habilitado para dirigir todos Sús cuestionamien-
tosa quien la ley atribuye el carácter de empleador, sin perjuicio de que ia agencia
resulte responsable solidaria en el plano económico, Es la empresa requirente a la
cual el trabajador debe avisar las ausencias par enfermedad la que organiza y diri-
ge el trabajo, la que ejerce el poder dirciplinarioy las intimacibnesen caso de falta
de pago o negativa de la relación laboral. Aclaran que se trata de casos de agencia
real-empresa dedicada a proveer personal propio a otras organizacionesempre-

36 CNAT, Sala X, 31112/96, "Greco, Héctor C. c Consultas S.A. y otro", DT, 1997-8-2037. E
C
tB
L
F
-
Responsabilídad solidaria en elcontrato de trabajo
-- 105

caria5 ajenas a cambio de un precio que se factura, precisamente, por su interposi-


económicos propiosydistintosde los de lasempresasa las que

Cuando la agencia prestadora de mano de obra carece de una organizaciónmí-


esuobjeto en relacióna una sola empresa requirente, oamuy
istinguir si realmenteexiste como agencia osi se trata de una
rsonal desgajada de la empresa requirente. Finalmente, rernar-
tres ideas: ei ernpleador real es ia empresa requirente; !a agencia es responsa-
solidaria en el plano patrimonial por las obligacjones de la empresa tornadora
n el trabajador y el sistema de seguridad social; y el contrato entre agencia y em-
esa es válido entre ellas, ya que la ley no proclama la iiicitud de la situación pese
fraude laboral37.
o por RodríguezMancinise destaca que lossupuestosdepro-
a se dan cuando una empresa, organización o agencia (pro-
veedora de mano de obra) contrata trabajadores para proporcionarios a otra
empresa (usuaria)que tiene una necesidad-normalmente transitoria- de perso-
nal. Esta modalidadtrae aparejado riesgospara los trabajadores, ya que puede ocu-
rrir que el proveedor-que aparece cornoempleador de aquéllos-sea insolvente.
Por eso ha señalado la doctrina que este tipo de interposición constituía un instru-
ea1 para el fraude a la ley laboral -interposición fraudulen-
rustra el resultado esperado-la evasión de normas labora-
I empresario que utiliza los servicios de los trabajadores contra-
adoc por e! intermediarjo es el ernpleador directo y, por lo tanto, está directa e
metido a todas las obligacionesy a todos los deberes y cargasde
relacitin laboral. Para reforzar el esquema protectorio del trabajador, la norma
, cual es que el proveedor responderá solidariamente con la
presa beneficiaria respecto de todas las obligaciones emergentes de ia relacibn
oral y de las que se deriven del régimen de la seguridad social, y ello con inde-
ndencia de lo que estos sujetos hayan estipulado entre ellos (art. 29, párr. 2°)38.
En cambio, la Sala X, en una sentencia que versaba sobre trabajo marítimo,
esolvió: "El agente marítimo no es alcanzado por [a responsabilidaddel art. 29 de
a ICTporque actúa en representaciony por cuentadel armador, siendo ésteel irni-
CO titular de la relacion jurídica que aquel constituye en su
La misma Sala, en un caso donde se había contratado a trabajadores para pra-
veerlo a una tercera empresa que era cliente de la primera resolvi6 que: "Ante una
intermediación fraudulenta habrá de coiocarse al trabajador en relación directa

37
Maza - Plajsant, Intermediacidn laboral, ps. 45 a SI.
Rodríguez Mancini jdir.), Curso de derecho del trabajo y de la seguridadsocial, ps. 95 a 98.
39
CNAT, Saia X, 2017101, "Bartoluti, Inbsc. EarosServicios MaritimosS. A.", DT, 2002-A-312.

'Y.
106 Ricardo D.Nierrwuelo - Pedro E lilUñez
-,-

con quien aprovecha de sus servicios, mientras que s i una sociedad niega ser una
empresa de servicios eventuales, pero asegura haber contratado al actor para
desernpefiarse en otra que era su cliente, la situaci6n ha de encuadrarse en lo esta-
blecido en el art. 29 de Ia 1Cr'40,
En un caso donde se intentaba fragmentar el vínculo laboral def trabajador a
través de diversas intermediarias, se resolvió: "En el caso, Telef~nicaMDviies Ar-
gentina S.A. incurre en fraude al fragmentareivínculoconel actor-valiéndosede
otras empresas intermediarias- con la finalidad de sustraerse a sus obligaciones
laborales, resuitandodeaplicaciónla solidaridad prevista en el art. 29de la LCT. No
eiirnina tal responsabilidad miidaria el hecho de que el actor desarrollara tareasde
'mensajería', siendo utiiizado para llevar documentacióny cefujaresde la empresa
telefónica demandada a los distintos destinos adonde era enviado, lo cual permi-
t e deducir que cumplía labores que contribuían a la finalidad de !a actividad de di-
cha empresa telefónica, resultando en consecuencia un 'mensajero'de ella"4".
Asimismo, se ha dicho que: "El art. 29 de la LCTfuesancionado con la clara fina-
lidad de evitar ta interposiciónde personas fraudulentas d e personas físicas o jurí-
dicas, generalmente insolventec,Se trata de 'pseudoernpieadores' que se interpo-
nenentreel auténticoempleador, quedirigeel trabajo yse beneficia deel para evi-
tar fa responsabilidadinterpuesta por la ley laboral. En el caso, el fraude se paten-
tiza con la aplicaciónal trabajador de un convenio diferente al vigente en el drnbi-
to de DiscoS.A., el cual resultaba mas beneficioso, En consecuencia, el despido indi-
recto en que se colocó el actor, par falta de registración de quien fue su verdadero
empleador (Disco S.A.), fue ajustado a derecho y corresponde acoger las partidas
indemnizatorias reclamadas en la demanda"4r.
De igual modo, se ha resuelto que: " l e asiste razón a la parte actora en cuanto
consideró acreditada la reiación laboral invocada respecto de la codemandada
Boehringer ingelheim S.A., por lo que cu responsabilidad como titular del contra-
to deviene indiscutible, careciendo de total relevancia que otras firmas hubieran
asumidoen las formas O en aspectos meramente instrumentales(comoserel surni-
nistro de ropa de trabajo) la titularidad de la relación porque, en definitiva, no ce
trató de una tercerización real de actividades, sino de la interposiciónfraudulenta

CNAT, Sala X, 2310104, "Casteiiano, Gabricl O c. American Express Argentina y otro",


lySS,2005-A-826.
4'
CNAT, Sala IX, 28/6/13, "Cornes,Hugo Enrique c. Telefónica M6vilesArgentina S.A. y otro
sIDespido", en htranet,pjn.gov.ar.
" CCNAT, Sala VIII, 30/8/11, "Gafeano,Vístor Fvliguei c. Disco S.A. y otros slDespido", Boletín
Tematico de jurisprudencia de /a CNAT, voz "Interposición y mediacián. Solidaridad farts. 29 y 29
bis de la LCTf", Ofidna de jurisprudencia, Actualizacion 2015.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 107

de personasenla contrataci~n"~~.~ambiénse dispuso que: "bastareas de lademan-


danre consistían en la venta de productos bancarios y m65 allá de que dicha labor
precisamenteno puedecansiderarse ajena a aquel, cabe convenirquelambiénarri-
ba sin cuestionamiento que las tareas fueron decarroltadas por la actora durante
casi ocho años en las oficinas propias del banco codernandado y bajo las órdenes
directas de un empleado del mismo (art. 116,lO). Dichaccircunstancias conllevan a
considerar configurado el supuesto contemplado por el art. 29 de la ICT (párr. lo)
por cuanto la propia norma por imperio ilegal dispone que los trabajadores que
hayan sido contratados por un tercero con vista a proporcionarlos a las empresas,
serán consideradosempieadoc directos de quien utilicesu p r e ~ t a c i ó n " ~ ~ .
Por su parte, la Sala VI resolvió que: "El art. 29 de Ia LCTdispone que 'los traba-
jadores que habiendo sido contratados por terceros con vista a proporcionarlosa
las empresas, serán considerados empleados directos de quien utilice su presta-
ción', y tiene la finalidad de prevenir el fraude consistenteen la interposiciónentre
el ernpieador yel trabajador de un sujeto que formalmente contrata a este último.
Ello pues, resulta evidente la presencia de una forma particular defraude dadoque
las empresas son interpuestas por el empleadoídirecto con el fin evadir SUSobli-
gaciones laborales, con el consecuente perjuicio para el trabajador y la realidad es
que el obligado a registrar el vinculo laboral, pagar la remuneración, hacer los
aportes correspondientes, entre otros, es el empteador directo, real y único de la
t-elación; o sea, el que recibe los servicios del Zra bajador a su cargo y no un tercero
intermediario que deviene irrelevante al no ser su verdadera ernplead~ra"~~.
La misma Sala ha dicho: "El actor se desempeñó en tado momento en el esta-
blecimiento de la codemandada Massalin Particulares desde su ingreso, habiendo
sido contratado en fraude a ia ley laboral porsucesivasempresasque actuaron co-
mo meras intermediarias de quien fue su real empleadora, por lo que la situación
debió ser encuadrada en las previsiones del art. 29 de la LCTresuItando respons-a-
bles de la condena las demandadas por haber sido participes de la irregular con-
tratacibn. En taies condiciones, acreditado que el actor cumplió tareas propias de
la actividad tabacalera se debe considerar de aplicación al caso lo dispuesto en ei

43 CNAT, Sala II,1313/12, "Teves, lvan Al bertac. Boehringer lngelheim S.A. yotros/Despido",
Boletín Temático de Jurisprudencia de /a CNAT, voz "lnlerposicion y mediacitin. Solidaridad (arts.
2 9 ~ 2 bisde
9 la LCT)", Oficina de Jurisprudencia, Aceualizacian 2015.
44 CNAT, Saia X, 27/3/12, "Amor, Eliana Florencia c. Banco Patagoriia S.A. y otrossiDespido",
Boletín Temático de Jurisprudencia de ia CNAT, voz "lnterposicibn y mediación. Solidaridad (arts.
2 9 ~ 2 bisde
9 la ICT)", Oficina de Jurisprudencia, Actualización 2015.
45 CNAT, Sala VI, ISilOli3, "Ruiz,PabloGerardoc. Sistemas Temporarios S.A. y otro s/Despi-

do", Boletín Ternririco de Jurisprudencia de la CNAT, voz "InterposiciCin y rnediacjbn. Solidaridad


(aris. 29 y 29 bis de la LCT)", Oficina de Jurisprudencia,Actualización 2015.
108 Ricardo D. Hier~ezuelo- Pedro F; Núñez
-m
-- - - - - - -
CCT 565109 y sus precedentes, propio de dicha actividad el cual prevé en sussucesi-
vas renovaciones la categoria de 'operario de limpieza general' en la cual debióser
encuadrado el actor"46.Se ha sostenido también que: "Si ia actora fue contratada
por Sanitor S.R.L. (empresa que se dedica al servicio de limpieza} y esta la deriv6 a
cumplir funciones en la Clinica Santa Isabel que gira bajo la denominación de CS
Salud S.A. y, en el caso se acreditó que tos servicios eran prestados en el r e n o de la
clínica y q u ~su; personal efectuaba la supervisión correspondiente a fin de que se
cumpliera con el manuat de procedimientosde higiene hospitalaria, corresponde
condenar solidariamentea la Clinica Santa isabel S.A.,en los términos del art. 29 de
la LCT, t o d a vez que ha asumido el carácter deempleador directo"47.
Finalmente, la Sala Xentendió que: "Si las tareas de la demandante consistían
en la venta de productos bancarios y, más allá de que dicha labor no puede consi-
derarse ajena a i giro normal y específico de la entidad bancaria, lo cierto es que las m

tareas fueron desarrolladas por la actara durante más de tres años en las oficinas
propias del Banco codemandado y bajo las ordenes directas de un empleado del
mismo. Estas circunstancias conlleuan sin más a considerar configurado en el caso
el supuesto contemplado en el art. 29 de la LCT (parr. 1") par cuanto la propia nor-
ma por imperio legal impone que los trabajadoresque Fiayansido contratados por
un tercero con vista a proporcionarlos a las empresas, serán considerados emplea-
dosdirectos de quien utilice su prestaci0nn4*.
Lossupuestos más usuales de aplicación de los dos primeros párrafos del art. 29
de la LCTse configuran cuando los trabajadoressoncontratados por personas juri-
dicas que no reúnen los extremos legales para ser consideradas empresas de servi-
cioseventuales, o cuando aunsi4ndol0, proveentrabajadores para cumplir una ta-
rea ordinaria y permanentede la empresa usuaria, y no para satisfacer una necesi-
dad eventual de ia misma.
Jurisprudencialmente, se ha resuelto que: "No puede hablarse de fa existencia
de un contrato eventual por el cual Telefónica de Argentina contratara a la actora
a travésde una empresa de serviciaseventuales, en la medida en que prestó tareas
durante seis años, y tratándose de las mismas que había efectuado previamente
durante una pasantia y que continuó realizando una vez que fue contratada en

46 CNAT, Saja VI, 23110/13, "Ocarnpos, Walter Alejandro c. Massalin Particufares S.A. y otros
s/Despido". Boletín Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "lnterposicion y mediación. Sol i-
daridad (arts. 29 y 29 bis de la LCT)", Oficina de Jurisprudencia, Actualización 2015.
47 CNAT, SalaVI, 12111/14, "Zalazar, Fiiiana Lorena C. Sanitor S.R.L. y otro s/DecpidoNen infra-
net.pjn.gov.ar.
CNAT, Sala X, 26/11/14, "Fernandez, Liiiana Haydee c. Banco ItaU Argentina S.A. y otro
sIDespido", Boletín ínematico de Jurisprudencia de la CNAT, voz " lnferposicion y mediación. Soli-
daridad (aits. 29y 29 bis de la LCT)", Oficina de Jurjsprudencia, Actualizacion 201 5.
109
--
e medi6 una inlerposiciónfrau-
cuat la verdadera titular de la

I en materia de contra-
ectacionescontinuas.Asi-
a la intermediaciónfrau-
lenta de mano de obra disponiendo que quien utitiza la prestacián de servicios
Itrabajador debe ser considerado empleador directo, másalla de la responsabi-
ad solidaria del intermediario. La excepcion a esta regla esta prevista en el Oíti-
rrafo en el que se prevé que 'los trabajadorescontratadospor empresas de
os eventuales habilitadas por la autoridad competente para desempeñarse
S términos de los arts. 99 de la presente ley y 77 a 80 de la Ley Nacional de
eo, serán considerados en relación de dependencia ron carhcter permanente
S! el actor prestó labores
no se compadece con la
turaleza extraordinaria y transitoria que surge delart. 99 de la LCTni con los pla-
s máximos dispuestos en el art. 72 de la ley 24.013"*O.

5 22. Que se puede reclamar y relaciones internas


entre las empresas

sa para la cual prestan


ción laboral. Asimismo,
que no es necesario, el deber de buena fe impone también cursar la perti-
te será quien deba res-
der en forma soiidaria-Tantoel empieador como el intermediarioo la persona
rpuesta deben responder por la totalidad de los créditos laborales e indemni-
onec legales, así como también por la entrega de los correspondientes certifi-
os de trabajo y aportes previsionales.Con respecto a este último aspecto, es be-
ionales, la jurispruden-
,en terminos generales, coincide en condenar solidariamente a ambos deudo-
.En efecto, la mayoría de lassalasde la Cámara NAcionaf de ApelacionesdelTra-
o, se ha expedido acerca de la procedencia de la condena solidaria. Así, la Sala 1,

43
CNAT, Saia IX, 1517111, "Gouid, CarinaVanesa c.Teleiónica deArgentina5.A. y otrosdDife-
rencias de saiarios", Boietin Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Interposición y media-
ción. solidaridad (artc. 29 y 29 bis de la LCT)", Oficina de Jurisprudencia, ActualizaciSn 2015.
50
CNAT, Saia tV, 31110112, "Sanabria, Daniel Manuel Amiicar c. Cosmeticos Avon S.A.y otro
qDespido", Boletín Temdtico de~uris~rudencia de la CNAT, voz "lnterposicián y mediacibn. Soli-
daridad (arts. 29 y 29 bisde ia LCT)", Oficina de lurisprudencia, Actualización 2015.

>
? 10 Ricardo D. Hier~ezueio- Pedro E Múfier
h. - -~- - -,-"

ha resuelto que: "En los supuestos de responsabilidadsolidaria contemplados por


el are. 29 de la 1CT, corresponde la condena a entregar los certificados previstos por
el art. 80 de la LCTsin distinguir entre el responsable directo y aquél a quien se ie
atribuye responsabilidad solidaria. Tal decisión encuentra su fundamento en ia
letra clara de la norma citada que determina que ia responsabilidadse extiende a
todas las obligaciones emergentes de i a relación laboral y de las obligaciones de
seguridad social, obligaciones que incluyen naturalmente el oPorgamiento de los
certificados previstos por el art. 80 de la LCT'51.
La Sala IX ha dicho que: "Cabe considerar que media responsabilidadsolidaria
en ia obligaciiin deotorgamiento de los certificados previstosenei art, 80 de la LCT
y la sanción aplicada por su falta de cumplimiento en tiempo propio, como conse-
cuencia de la formulación amplia de la solidaridad que se impone a los terceros
contratantesy fa empresa para la cual el trabajador prestaserviciosenel art. 29de
la ley citada, comprensiva de todas lasob~igacionesemergentes de la relaciónlabo-
ral y de las que se deriven del régimen de la seguridad social"52.
En idéntico sentido, la SaiaVl indicó: "Si la codemandada fue condenada en los
términos del art. 29, primera parte de la LCT, es decir, en calidad de ernpieador di-
recto, es indiscutiblesu deber de extender y entregar el certificado de trabajo se-
gún lo dispuesto en el art. 80 de la LCT"".
Y la Sala X, en terminos similares res~lvió:"Por aplicación del art. 29 de la LCT,
ambas empresas demandadas resultan solidariamente responsablesde las obliga-
ciones contraídas con los trabajadores y la seguridad social, entre las que se en-
cuentran lasque establece el art. 80 de la LCT, por io que cabe confirmar fa conde-
na a la entrega de los certificados correspondientesy ai pago de la indemnización
fijada en la norma de mención"".
En cambio, para la Sala II sólo ei empleador debe hacer entrega de los certifica-
dos previstos en el art. 80de la 1CTaI remarcar que: "Como los certificados de tra-
bajo del art. 80 de la LCTresultande los datos que obran en los libros de la ernpre-

5' CNAT, Sala 1, 241611 1, "Palmieri, Santiago Alberto c. Caja de Ahorro y Seguro S.A. y otro
siDespido", Boletín Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Interposición y mediación. Soli-
daridad (arts. 29 y 29 bisde ia LCT)", Oficina de Jurisprudencia, Actualización 2015.
52 CNAT, SaiaIX, 16/91?1, "Baran, lariosAlbertoc.XeroxArgentina!.C.S.A. y otrosiDespido",
Baietin Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Interposición y mediación. Solidaridad (arts.
29 y 29 bisde la ICT)", Oficina de Jurisprudencia, Actualización 2015.
53 CNAT, Sala VI, 18/12/12, "Scagliarini, Lorenzo c. LAN Argentina S.A. y otro s/Despidotr,
Boletín Temitito de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Interposición y rnediacibn. Sofidaridad (atls.
29 y29 bisde l a LCT)", Oficina de Jurisprudencia, Actualización 2075.
54 CCNAT,Sala X, 26/11/14, "Ferndndez, Liliana Haydée t. Banco ltaU Argentina S.A. y otro
siDespido", Boletin Temdticodelurisprudencia de la CNAT, avoz "lnterposicióri y mediacibn. Sofi-
daridad (arts. 29 y 29 bisde la LCT)", Oficinade Jurisprudencia, Actualización 2015.
dadso/iciaria en el contrato de trabajo 111
---~ "-----.

S codernandada, careceria de objetodisponer una doble entrega con-


bién a la empresa usuaria, quien no posee los registros y tampoco ha
pagos, consecuentemente corresponde exonerarla de la entrega de
sdocumentos, sin perjuiciode subsistir su responsabilidad respecto de las mul-
sderivadas del eventual incurnplimient~"~~, Asimismo, resolvióque:
1 empleador quien debe hacer entrega de los certificados de trabajo previstos
art. 80 de la LCT, teniendo en cuenta que correspondeenmarcar el caso en las
iones del parr. l odel art. 29 de la ICTy bajo esta óptica corresponde a quien
el auténtico empieador por encima de maquinaciones, apariencias e inter-
tender tales documentos. Por ende, Roux Ocefa S.A. debe extender
nes por la totalidaddel tiempoen que los pretensoresfuerunsusem-
os pese a haber intentado eludir su rol interponiendo a terceros, dada que
a con los datos reales y necesarios para confeccionar el certificado, ya que,
uando nos encontráramos ante el supuesto previsto en el parra3' de! art. 29
LCT, por apticación de dicho articulo el empleador que ocupe trabajadores a
presa de servicioseventuales no solo serásoIidariamente respon-
Ila por todas las obligaciones laborales, sino que deberá retener de
S los pagosqueefectúe a ésta los aportes y contribuciones respectivos para fos
nismos de la seguridad social y depositarlos en
lo que respecta a la solidaridad entre la intermediariay la principal la jurispru-
a resoivió: "Si bien su interrnediaciónfue fraudulenta siendo un dependiente,
liga de !a responsabitidadsolidariaquedimanadel art, 29, parr.2Ode
císarnente contempia el caso del ernpleador aparente (capataz o
rvisor) que es a su vez empleado del beneficiario de los servicios. Por ello, surge
o que el codernandado (Morvaltevich) resultesolidariamenteresp~nsable"~~.
mbiénce ha dicho que: "La trabajadora fue contratada por Consolidar quien la
serviciosal Banco Francés, de manera que la iabor desarrollada por
e incorporó en forma directa a la estructura empresarial de la enti-
barando a órdenes y bajo.ladirecta subordinacibnde esta empresa
no para Consolidar, por lo que porapiicaci6ndela regla del art. 29,ap. I0delaLCT,
fue ernpleador directo de la trabajadora quien desarrollb tareas

CNAT, Sala 11, 3014104, "Bouza, Carios c. Esege Logística y Terceriración S.R.L. y otro slDes-
1, sent. 92.500, Boletín Temdticode Jurisprudencia de la CNAT, voz "Certifi-
.80, LCT)", Oficina de Jurisprudencia, jul. 2007.
CNAT, SaSaai II,2919111, "Aranda, David Leandro y orroc. Roux Ocefa S.A. y otros/Despido",
Boletin Temático de jurisprudencia de la CNAT, voz "tnterposidbny mediación. Soiidaridad (arts.
29 Y 29 bis de la LCTi", Oficina de Jurisprudencia, Actualizacibn 2015.
57
CNAT, Sala VI, 201511 3, "Reynoso, Maria Teresa c. Pioios S.A. y otros $/Accidente- AAcrión
Jem6tico de iurisprudencia de la CNAT,voz "Interposición y mediacibn. Solidaridad
arts. 29 y 29 bis de l a ICT)", Oficina de Jurisprudencia, Acluatización 2015.
112 Ricardo D. Hierrepelo - Pedro E NLíñez
----. -p-

bajo su organización, aunque formalmente figuró como empleada de Consolidar,


quien debe ser condenada en forma solidaria pues resultocer interrnediariafraudu-
lenta, en la medida que fa actora no fue contratada para cubrir una exigencia tran-
~ ~ . se sostuvo que: "La ibgica
sitoria ni una necesidad eventual del ~ a n c o "También
que surge de la LCTnos lleva a comprender la inteligencia que entraña el art. 29: la
de la imposibilidad de distinguir entre empleador principal y accesorio, en el senti-
do que a estos términos les otorga el Código Civil, puesto que arnbostienen obfiga-
ciones 'dírectas' para con el trabajador y 'cruzadas' (o de control, que derivan en la
obligaciónde cumplir cuando e! otro no cumple) y resultan solidariamente respon-
sables. La intimación del trabajador frente a los incumplimientos, surte efecto en
relación can todo el conjunto de empresas que resulta constitutiva de la figura del
empleador, segiin lo entiende ia LCTIarts. So, 26,29,29 bis, 31, 136,225 y c o n ~ s . ) " ~ ~ .
Por su parte, la Sala VI indicóque: "Si la actora fue contratada por Sanitor S.R.L.
(empresa que se dedica al servicio de limpieza)y esta la derivó a cumplir funciones
enla Clínica Santa Isabel quegira bajo la denorninacidndeCS Salud S.A.y, en el caso
se acreditóque losservicioseran prestadosenet senode la clínica y quesu personal
efectuaba la supervisión correspondiente a fin de que se cumpliera con el manual
de procedimientos de higiene hospitalaria, corresponde condenar solidariamente
a la Ciinica Santa Isabel S.A., en los terminos del art. 29 de la LCT, toda vez que ha
asumido el carácter de ernpleador directo"60.
Se puede iniciar la itccion contra ambosdeudoreso contra cualquiera de ellos, y
en este sentido, tanto la doctrina como la jurisprudencia resultan contestesen ron-
cluir que en este aspecto la responsabilidades directa y no refleja, y por ande, éste
no seria un supuesto de solidaridad impropia.
De este modo, se ha resuelto que: "El art. 29 de la LCTestabiece la soiidaridad
entre la empresa contratantey la destinataria de los servicios, respecto de todas las
abligacionesemergentesde la relacióndetrabajo y, el fundamento de la misma, es
la creación de una garantía para el dependiente que determina que el usuario sea
considerado empleador de aqu4llos, por io que en t a l supuesto et trabajador tiene
una acci6n directa contra la empresa destinataria de los servici~s"~'.

CNAT,Sala 11,8/8/13, "Ferraris, Gisela Romina c. BBVAi3ancoFrancesS.A.y olroslDespido",


Boletín Temático de jurisprudencia de la CNAI, voz "Interposición y mediación.Solidaridad(arts.
29 y 29 bis de la LCT)", Oficina de Jurisprudencia, Actualización 2015.
59 CNAT, Sala 111, 3019113, "Álvarez, Luna Gonzalo Hernan c. Bayton S.A. y otro siDespido",
Boietin Tematico de Jurisprudencia de ia CNAT; voz "lnterposicion y mediación. Solidaridad (arts.
29 y 29 bis de fa LCT)", Oficina de lurisprudencia, Actualización2015.
60 CNAT, Sala VI, 1U11114, "Zalazar, Liliana Lorenac.Sanitor S.R.L.y otro slDespido", Boletin
Temático de jurisprudencia de ia CNAT, voz "lnterposicián y mediación. Soiidaridad(arts. 29 y 29
bisde la LCT)", Oficina de jurisprudencia, Actuaiización 2015.
CNAT, Sala 1, 2511 1/98, "Diaz, Josc D. c. A1pargatasS.A. y otro", DI; 1999-A-576.
onsabilidad solidaria en elcontrato de trabaja 113

Ytambién se dijo, aunque con alcances más generales que: "Tratándose de obli-
ciones solidarias el trabajador puede reclamar su crédito a cualquiera de los deu-
res solidarios, hasta su completa satisfacción, y no esta obligado a demandarlos
mente según el art. 705 del CC [concs.arts.833y 844, CCCNI, aunqueello es
porque la eventual condena que se dicte contra uno tiene efecto de cosa
da respecto del deudor que no ha sido parte en el juicio y que, sin embargo,
invocarla contra el demandante. Intimadostantael empieador directo como
ndirecto por el trabajador para que procedierana su inscripción laboral y previ-
nal, ante la negativa de toda vinculación jurídica, le asiste raz6n a aquél para
acer efectivo el apercjbimiento de despido, ya que concurren los ingredientes de
seguridad, inestabilidad y clandestinidad que caracterizan el trabajo precario,
n una finalidad sirnutatoria y evasora alcanzada por los arts. 14y 29 de la L C T " ~ ~ .
abedestacar que si la empleadora era la quese beneficiabacon losserviciocdel
abajador, era esta la línica que podía válidamente extinguir el vínculo laboral,
reciendo de valor alguno la comunicación rupturicta efectuada por la interrne-
iaria. En este sentido se ha resuelto que: "La comunicación instrumentada a tra-
sde la pieza postal dirigida a fa empresa intermediaria carece de eficacia extin-
a y resulta inoponible al trabajador, pues fue emitida por una persona que no
estia la calidad de empleadora del trabajadornG3.
En lo que respecta a la relación interna entre ambos contratantes, hay que dis-
nguir los supuestos de mediacjúny de interposición. En e! primero, como estarnos
entea un casodecontratacibn lícita, y teniendo en cuenta que el tomador del ser-
cio es ei empleador, si éste efectuii el pago, en principio, no tendría ninguna ac-
ón de regreso contra et contratante, de conformidad con lo dispuesto por e[art.
de[ CCCN. En cambio, si fue el intermediario quien debió pagar total o parcial-
ente el crédito laboral al trabajador, estar6 legitimado para repetir del obligado
rincipal la totalidad de lo abonado (conf. art. 841, CCCN), En cambio, en el segun-
,tratándose de un supuesto de simulación ilícita, resulta aplicable el art. 335 del
CCN,que veda ejercer acción alguna el uno contra el otro.

5 23. El Plenario 323 de la CNAT (~Vasquezc. Telefbnica


de Argentina S.A.»)

El 30 de junio de 2010 se dictó el Plenario no323 en la causa "Vásquez, María


Laura c.TelefÓnica de Argentina S,A. y otro cIDespido", en la cual se discutió la pro-

62 Trib Trab. no 1 Avellaneda, 22/6/00, "Bravo, FranciscoH. c. Plast S.A.", inkdita.


63 CNAT, SalaV, 24/21/09, "Cortopassi, Luis C A, c. Banco Hipotecario S.A. y otro", en "Revista
de Derecho Laboral y Seguridad Social", no9, may 2009, p, 803.
!14 Ricardo D.Hierrezueii - Pedro E Núñez
-, -,-I-.I--'I_-. ,-" -A-.. ,
-
,
P .

cedencia del art.8Ode la LNE, cuandose verifica el supuesto previsto en el art. 29 de


la LCTy quien regislrá la relación laboral fue la intermediaria. Conviene recodar,
que el art, 29regu!a los casosde interrnediación laboral, cuando una persona con-
trata trabajadores para proveerlos a otra que se beneficia con la prestación labo-
ral. En ese supuesta se produce una multaci~n del status jurídico de ambos sujetos
y quien lo contrató pasa a ser solidariamente responsable, mientras que se consi-
dera empieador a quien se beneficia con e trabajo prestado por los dependientes.
Ahora bien, hasta antes de la sancián del plenario baja análisis se discutía si en
los casos en que la intermediaria hubiera registrado la relaci6n laboral, debía pro-
ceder la indemnización dispuesta en los arts. 8" y 15 de !a LNE, y en el art. lo de la
ley 25.323.
Básicamente había tres posturas distintas sobre este punto, dos de las cuales
fueron receptadas en el plenario (mayoritaria y minoritaria). Una primera posición
que podríamos denominar exegetica (que fue la que en definitiva prevaleció), se
atenía a !a redacci6n del art. 7' de ia LNE,y entendia que al no haber el verdadero
empleador registrado la relacibn laboral en !as libros previstos en la normativa
mencionada correspondía admitir las indernnizaciones en los articuloc
precedentemente mencionados.
Una segunda postura, que podriarnos denominar finalista {tesis minoritaria),
centraba su fundarnentación en cuales habrían sido los motivos que ilevaron al
legislador a sancionar la LNE, que no habríansido otros que combatir la evasi6n fis-
cal, lo que no se verificaba en estos casos, porque aunque defectucsa, la registra-
cion laboral se habría efectuado por el intermediario, quien tarnbiPn habría reali-
zado los aportes al sistema de )a seguridad social, por lo que la finalidad de ¡a nor-
ma se habría cumplido.
Finalmente la tercero postura, que podríamos llamar ecféctica,tenía en cuenta
las dos anteriores, razbn por la cual, aplicando analógicamente el art. 16 de la ley
24.01 3 (relaciones dudosas), reducía las indemnizaciones establecidas en los arts.
8"y 15 de la LlVEy l0de la ley 25.323.
Ahora bien, en el Plenario comentado se estableció la siguiente doctrina:
"Cuando de acuerdo con el primer párrafo del art, 29 de la LCTse establece que el
trabajador ha sido empleado directo de la empresa usuaria de sus servicios, proce-
de la indemnizacibn prevista en el art. 8'de la ley24.0'13 aunque el contrato de tra-
bajo haya sido inscripto solamente por fa empresa intermediaria".
Así, el fixal general doctor Eduardo Alvarez, que fue uno de los defensores de
la postura mayoritaria y expresó: "El art. 7Ode la ley 24.013 ectabtece algo que, en
su momento, cuando se public0, me pareció sobreabundante y ahora, frente a lo
que se discute, me parece trascendente y decisivo. La norma dice de una manera
terminante: 'Se entiende que la reiacibn o contrato de trabajo ha sido registrado
cuando el empleador hubiere inscripto a l trabajador'. Esta afirmación irnponecon-
cluir que, un contrato de trabajo no ha sido regisTrado para nuestro Derecho posi-
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
+A-
115

tivo, cuando ta inscripción n o la ileva a cabo el ernpleador sino una persona 'ajena'
a la relación laboral y que no es porte de ésta en el sentido sustancial del termino.
La ley24.013, con ciertasabiduría nacida de la experiencia cotidiana, consideraque
no se puede sostener con seriedad que la relación de empleo se ha 'regularizado'
cuando el registra lo realiza alguien que no es el ernpleador responsable, sino un
sujeto periférico. El art. 8" de la reiteradamente citada ley 24.023, que debemos
interpretar en instancia plenaria, establece, en coherencia con et reseñado art. 7 '
que: 'El ernpleador que no registrare una relación laboral abonará al trabajador
afectado una indemnizacibn equivalente a una cuarta parte de las rernuneracio-
nes devengadas desde el comienzo de la vinculación, computadasavalores reajus-
tadosde acuerdoa la normativa vigente'. Comoseadvertirá, ia norma dispone una
sanción dirigida a1 'empleador', que no cumple con algo tan básico e indelegable
corno lo es el registro y, para evaluar si se configura o no la tipologia que origina la
c0ni;ecuencia Iegal de contenido pecuniario, cabe remitirse al concepto de 'regis-
tración'dei art. 7OaI que ya me he referido-Lasrazonesexpuestasme inclinan asos-
tener que la existencia de un registro efectuado por un sujeto que se atribuye un
caracterqueno posee, noeseficaz para desplazar lasanciónde rnarras'y una inter-
pretacibn disímil podría favorecera que tuvieran 'beneficiossecundarios' las inter-
mediaciones no queridas por el ordenamiento protectorio. El argumento, que se
ha vertido en algunos precedentesjurisprudenciales, referido a que la indemniza-
ción no seria admisible porque, al existir -al menos- algi5n registra se cumpliría
con la 'finalidad de la ley', me parece equivocado, porque lo que la ley ha querido
esquesea e['ernpleador' el que registra ai trabajador y no, comodirían losjóvenes,
'cualquiera'. La finalidad de la ley esta regularizacióndel empleoyel combatecon-
tra el trabajo 'no registrado' por la persona que tiene la carga legal de hacerlo. La
alusión a la 'faha de perjuicio', efectuada en algunassentencias,tampoco es com-
patible porque, como es sabido, las sanciones tarifadas no exigen la acreditación
del daño y han sido impuestas, en general, no para 'resarcir', sino para 'disuadir',
mas allá del nomen iuris. Por otra parte, ni para el trabajador, ni para ei sistema, es
neutro un registro que no responde a la realidad. Creo necesario poner de relieve,
asimismo, que no es correcto afirmar, al menos en forma tan dogmática, que se ha
registrado 'una misma relación iaboral', porque lo que ha hechoel tercero, o inter-
mediario, es registrar otro contrato bilateral en el cual una de las partes (nada
menos que ei ernpleador) era distinta y en e! que otro asumía tal condición, inde-
bidamente. Nadie ha dudado (en teoría general, se entiende) que, m i s allá de la
tenue fungibiiidad admisible, un contrato es el mismo solo cuando tiene coinci-
dencias de identidad entre sujetos, objeto y fecha de celebraci~n.No debería sos-
layarse que, tal como lodispone la norma, lo quese registra es el 'contrato', la'rela-
cion laboral' y no al trabajador como persona física. Por último, no creo que deba
interpretarse en contra del dependiente una normativa tan clara, destinada a
sanear el sistema de relaciones laborales".
1'16 Ricardo D. Hierre?uelo - Pedro E Nhñez
-,.-,-- - -. . . . .-.S
-

Asimismo, por su fundamentación y ciaridad merecen destacarse, por la maya-


ría los votos de los doctores Fernández Madrid, Ferreiros, Corach y Fontana,
En cambio, de la postura minoritaria merecen destacarse iosvotos d e tos docto-
res Pirolo, Gonzáiez y Maza, el Yltimo de !os cuales señaló que "... estimo que no
debe perderse de vista que el Título 11 de la ley 24.013, dentro del cual se enmarca
el Capítulo 1 que contiene las reglas sancionatarias, fue titulado 'De ia regulariza-
cion del ernpieo no registrado'. Este dato, a mi modestojuicio, así como el recuer-
do histiirico del debate parlamentario -extenso e intenso, como corresponde en
democracia- desde 5989 hasta la sancidn de la ley, me llevan a pensar que el Con-
greso Nacional procuró atacar la raiz del problema que era la triada siguiente: a)
clandestinizacion de trabajadores, es decir dependientes que prestan servicios en
forma totalmente irregular, sin ser inscriptos en los libros pertinenres y sin ser da-
dos de alta ante la seguridad sociai, sea por la mera omisión o mediante la simula-
ciOn de contratos de naturaleza no taboral; b} ocultamiento de parte de la retri-
bucibn, abonada de manera marginal y no documentada o simulando prestacio-
nes nosalariales; c) cercenamiento de la real antigüedad, haciendo constar fechas
de ingreso posteriores a las auténticas. Las tres conductas, tan generalizadas la-
mentablemente en nuestra sociedad con carácter crbnico, afectan groseramente
los derechos de los dependientes tantoen el planocontractual como en el de la se-
guridad social. Y a mi juicio los efectos de este seg~ndoámbito son los más graves
porque el trabajador no registrado, que no consta para los brganos gestores de la
seguridad social coma un dependiente,notendrá cobertura inmediata de una ART
ante ei infortunio; no gozará de los beneficios de contar con una obra social; no
recibir&ia ayuda social de las asignaciones farniliares;sisufre una incapacidadtotal
y permanente no podri en principio obtener el retiro por invalidez; si fallece sus
derecho-habienles no tendrán derecho a una pensión; ante el desempleo no acce-
derán al subsidio instaurado por la iey 24.013; en su hora de vejez no podrá obte-
ner la jubiIaci8n ordinaria; etcétera. Creo, pues, que el legislador de 1991 propi-
ciaba terminar con estas prácticas tan nocivas y censurables mediante dos instru-
mentos: Por un lado, un rbgirnen d e blanqueo con facilidades, perdones tributa-
rios y otras medidas para acoger al empleador arrepentido, régimen que se pro-
longó porvariosrneses; y por el otro un sistema sancionatoriocompiementariopa-
ra disuadir a quienes no mostraban voluntad propia de salir de la situación de in-
fractores en la que estaban. S010 falt6cornpletaresas acciones con un ejercicio efi-
caz de la Inspección de/ Trabajo, realizado con la frecuencia y el esmero exigidos
por IasConvenios81 y 129 de la OIT, que nuestro país ratificara, omisión que, en mi
opinión, ha jugado un papel preponderante para e! fracaso de los objetivos de la
ley 24.013. Recuerdo, en esa línea de pensamienta, que las sanciones reguladas en
los arts.''8 gO, 2 Oy 15 de la LNE-corno toda norma represiva- no buscaban prio-
ritariamentesancionarsinovenceria pertinazactituddeaquellosempresarios que
mantenían trabajadores desernpeñindose en la clandestinidad, o con salarios sólo
~esponsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 7 17
, - C , . . " " _ _ .

parcialmentereconocidoscomo tales yfo a los que se les había reconocido y anota-


do una antigüedad inferior a la real mediante la inscripcióntardía. En abono de la
tesis que sustento, en el sentido de que la clandestinidad sancionada por ia ley
24.013 es la que priva al dependiente de la cobertura de la seguridad social y no la
mera irregularidad en el sujeto que aparece como empieador, quiero recordar que
autoridad administrativa del trabajo nacional parece participar de esta idea
es, según consigna en su página weh en el capitulo virtual 'El rol de la inspec-
ón', lo que persigue la inspeccióndel trabajo es que los.trabajadores no registra-
os recuperen sus derechos, accedan a una coberturasocial: obra social, jubilaciiin,
condiciones de salud y seguridad laboral, jornada de trabajo que no exceda los li-
mites legales y el cumplimiento de las normas emanadas de los convenios colecti-
vos de trabajo. Por eso, a mi modo de ver, lo que debe sancionarse es la conducta
tenida en miras por ei legislador, es decir mantener un contrato en la clandestini-
dad, partede la retribución disimulada o en lassombras y/o unsegmentode laanti-
üedad oculto y no registrado".
De lo expuesto se infiere que procede la indemnización prevista en el art. 8" de
la LNE, aun cuando la intermedaria haya registrado la relación laboral. En el ple-
nario no se hace distinción si ésta es una simpie proveedora de mano de obra, o si
por e! contrario es una empresa de servicios eventuales, en los supuestos en que no
se provee personal para cumplir una finalidad eventual, por lo que parecería que
se aplica a ambas situaciones pese a lo dispuesto en ei art. 13 del decr. i694106, que
será tratado en ei capítulo siguiente.
Capitulo IV
Las empresas de servicioos eventuales.
Las agencias de ~ 0 1 ~ c a l ~ l Ó l a
y seledores de personal
-

§ 24. Las agencias de colocación

a) Introducción

Tanto las agencias de colocación como las de servicios eventuales son especies
dentrode lasdenominadas "agenciasde empleo privadas", que adquirieron un re-
ciente protagonismo con el dictado del Convenio 781 de la Organizacion lnterna-
cional del ~rabajol.
Siguiendo a la Organización Internacional det Trabajo, podemos definir a la
agencia retribuida de colocación coino toda persona, sociedad, instituci6r-1,oficina
u otra organizaciónque sirva de intermediario para procurar un empleo a un tra-
bajador o un trabajador a un empieador, que buscandoo no un beneficio material,

El art. lodelConvenio 181de la OlTdesigna a la agencia de empleo privada como "a toda
persona Física o jurídica, independiente de las autoridades públicas, que presta uno o mas de los
servicios siguientes en relación con el mercado detrabajo: a) servicios destinados a vincular ofer-
tasy demandas de empleo, sin que fa agencia de empleo privada pase a ser parte en las relaciones
laborales que pudieran derivarse; b) servicios consistentes en empleartrabajadores con el fin de
ponerlosa disposición de una tercera persona, fisica o jurídica (en adelante "empresa usuaria"),
que determine sus tareas y supervise su ejecución; c) otros servicios relacionados con la bosque-
da de empleo, determinados por la autoridad competente, previa consulta con las organizacio-
nes mis representativas de empieadores y de trabajadores, como brindar informaci~n,sin estar
por ello destinadosa vincular una oferta y una demanda específicas.
Asimismo, en el informe Vl de !a Conferencia internacional del Trabajo (Ginebra, 1994) la
Organización Internacional del Trabajo enumera dieciseis tipos de agencias de empleo privada
divididos en cinco categorías, encontrándose ias agencias de colocaciones en la primera catego-
ría (agencias intermediarias entre la oferta y la demanda de empleos); mientras que las empresas
deservicios eventuales se ubican en la segunda categoria (agencias que establecen una relacibn
contractual triangular entre ellas y !ostrabajadores sujetos a un contrato de trabajo regular, por
un lado, y con lasempresasusuaríasqueestániigadaspor uncontratode empresa, obraomisión).
120 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núñez
---------I___----

perciba del empleador o del trabajador por dichos cervicios, un derecho de entra-
da, una cotización o una remuneracióncualquiera (conf. art. lo,Convenio 96, OlQ.
La diferencia entre las agencias lucrativasde colocacíón y las empresas de servi-
cios eventuales es, af decir de justo Fópez, que las primeras se limitan a poner en
contactoaquienesvan aconcertar un contrato detra bajo o,eventualmente, a con-
tratar por cuenta de un empleador; vale decir, la agencia no contrata para sí sino
para otro o, en su caso, se limita a poner en contacto la oferta y la demanda de tra-
baja y en ningfin momento es ella misma parte de un contrato de trabajo; se pue-
de decir, en todo caso, que sólo contrata respecto a la colocación, en otra empresa,
del trabajador. En cambio, la empresa de servicios temporarios contrata con el tra-
bajador comprometiéndolo a prestar ei trabajo para las otras empresas que lo re-
quieran y contrata con esas otrasempresas el suministro de trabajo ternporario. A
diferencia de la agencia decolocacion, cuyo compromiso y funcion terminan con el
acto d e acercamiento de la oferta y la demanda de trabajo, el compromiso y la fun-
ción de la empresa de trabajo temporario subsiste respectoal empresario que se lo
requiere mientras aquél dura y lo mismo y airn más allá respecto del trabajador2.
Es decir, mientras que la agencia de colocación se limita a acercar a quienes van
a celebrar un contrato de trabajo-o, a losurno, a contratar por cuenta de un cm-
pleador-, la empresa de servicios eventuales contrata -a nombre propio-con el
dependientecomprometiéndoloa prestar e! trabajo para las empresas que requie-
ran ese tipodeservicios. Por otra parte, la agencia de colocación concfuyesuactua-
ción con el acto de acercamiento o con {a celebración del contrato de trabajo par
cuenta de las partes. El compromiso de las empresas de servicios eventuales, en
cambio, subsiste respectode las usuarias mientras dure fa necesidadque dioorigen
al requerimiento; y aun más allá con respecto a los trabajadores, dado el carácter
permanente del vínculo que establece con ellos3.
Di Sabatina seiiala que la agencia de colocación funciono como bolsa de traba-
jo, que se limitaba a conseguirlo y a cobrar por elfo una comisión al trabajador cer-
cenándoiecusueldo; osea, una mera actividad de mediación; el actoabusivode 6s-
tas consistió en que se aprovechabande la necesidad de trabajo para incrementar
sus beneficios a costa del sueIdo o patrimonio del contratado. La empresa de tra-
bajo temporario consiste en una empresa con capitat de riesgo propio, que aseso-
ra a ia empresa usuaria sobre el perfil del trabajador que necesita, la selecciona, lo
deriva a trabajar en el establecimiento de esta última en las mismascondicionesju-
rídicas que ios empleados propios, asume todas las obligaciones y riesgos labora-
les, nada cobra a l trabajador y cuando éste es dado de baja, trata de ubicarle tra-

2 Lopez - Centeno - Fernandez Madrid, Ley de Contrato de Trahajo comentada, t. 1, p. 252.


Rodríguez Mancini (dir.), Curso de derecho de¡ trabajo y de la seguridad social, p. 147.
---
en el contrato de trabajo
~esponsa;abilidadsolidaria
m
--
- - --121
bajo en otro establecimiento. O sea, no es una actividad meramente mediadora
sino proveedora de mano de obra transitoria4.

6) Los convenios de la OlTy el Derecho comparado

Fa Organización Internacional del Trabajo dicto tres convenios en materia de


enciás retribuidas de colocación, dos que se refieren especificamente a este tipo
eagencias,y el Ultimo, que se dedica rnisgenéricarnentea lasernpresasdeempleo
ivadas (nos estamos refiriendo al Convenio 7851, que será analizado posterior-
ente. Previamente, la Recomendación 1 de 1919tambiénhabíaalentado la priva-
ción de crear nuevas agencias retribuidasde colocación y, en cuanto a lasexistentes,
unsistema de licencia y su eliminacibnpaulatina de acuerdo a las posibilidades.
El primero de los conveniassobreeste punto fueel Convenio34del2916133, que
entróenvigencia el 18t10136yfueposteriormente revisado por el Convenio96,por
o que ha sido dejado de lado.
Luego de definir las agencias de colocaciCin con fines y sin fines lucrativos, en
6rrninos identicosa losque macadelantese refirierael Convenio96,señala que las
primeras deberán suprimirse dentro de un plazo de tres anos a partir de la entrada
n vigor del mismo. Durante el períodoque preceda a esa supresión: a) no se esta-
Íeceráninguna nueva agencia retribuida de colocaciOnconfines lucrativos; b)lac
gencias retribuidas de colocacion con fines lucrativos estarán sujetas a la vigilan-
ia de la autoridad competente y sólo podrán percibir losderechosy los gastos que
iguren en una tarifa aprobada por la autoridad. Se admitirán excepciones pero
610 en casosqueseapartende la regla y previa consutta de iasorganizacionesinte-
esadas de trabajadores y empleadores.

En cambio, las agencias retribuidas de colocación sin fines de lucro debersn:


a) Poseer la autorización de la autoridad competente y estarán sujetas a la vi-
gilancia de dicha autoridad.
b) No podrán percibir una retribución superiora la tarifa fijada por la autori-
dad competente, habida cuenta estrictamente de los gastos ocasionados.
cl No podrán colocar o reclutar trabajadores en el extranjero, a menosque la
autoridad competente lo autorice y fasoperacionesseefectiien en virtud de
un acuerdo entre !os países interesados.

Finalmente, se prevé que la legislación nacional deberá establecer sanciones


penales apropiadas, que comprenderán, si ello fuere necesario, incluso la cance-

Di Sabatina, Anslisisde las empresas de servicios eventuales en nuestra legislación. Su rea-


{idad.Bases para una futura legislación, DT, 1996-A. 1 1 69.
3 22 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Iilúfiez
V
,-.,-,-- ---------
lacibn de la licencia a d e la autorización previstas en el convenio para cualquier in-
f raccion de las disposiciones de los artículos del mismo o de la legislación que les
dé efecto.
Este convenio fue revisado por el Convenio 96 del 1/7/49, que entrara en vigen-
cia el 18/7/51,
Al igual que el anterior, define las agencias retribuidas de coIocación y aciara
que n o se aplicará a la colocación de la gente de mar.
Sin embargo, se establece que e! país que ratifica el convenio deberá indicar en
su instrumento de ratificación si acepta las disposiciones de la Parte 11, que prevén
la supresión progresiva de las agencias retribuidas de colocación con fines lucrati-
vos y la reglamentación de las demás agencias de colocación, os¡ acepta las dispo-
siciones de la Parte 111, que preven la regiamentacion de las agencias retribuidas de
colocación.Si optan por la supresión, deberán hacerlo por un plazo limitado, pero
a diferencia del Convenio 34que Io establecía en tres años, Qte io deja librado a la
autoridad competente. Empero, indica que estas agencias no deberán suprimirse
hasta que se haya establecido un servicio publico de empleo.

En cambio, si se opta por la reglamentación, lasagencias confines lucrativosde-


berán:
a) Estar sujetas a la vigilancia de la autoridad competente.
b) Poseer una licencia anual, renovable a discreción de la autoridad compe-
tente.
c) 5610 podrán percibir las retribucionesy los gastos que figuren en una tarifa
que haya sido sometida a la autoridad cornpe-tentey aprobada por la mis-
ma o que haya sido fijada por dícha autoridad.
4 No podrán colocar o reclutar trabajadores en el extranjero sino de acuerdo
con las condiciones fijadas por la iegisfaci~nvigente y si la auroridad com-
petente lo autoriza.

Por su parte, las agencias retribuidas de colocación sin fines lucrativos, deberán
cumplir con los siguientes requisitas:
a) Poseer un permiso de la autoridad competente y estarán sujetas a ia vigi-
lancia de dicha autoridad,
b) No podrán percibir una retribución superior a la tarifa que haya sido some-
tida a ia autoridad competente y aprobada por la mism,a a que haya sido fi-
jada por dicha autoridad, habida cuenta estrictamente de los gastos oca-
sionados.
c) No podrán colocar o reclutar trabajadores en el extranjero sino de acuerdo
con las condiciones fijadas por ia legislación vigente y si la autoridad com-
petente lo autoriza.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 123
--
finalmente, este convenio fue revisado por el Convenio 181 de! 19/6/97, que en-
tró en vigencia e! 20/5/00, pero que no se limita a las agencias retribuidas de colo-
cacion sino que se refiere más ampliamente a las agencias privadasde empleo, por
lo que será tratado más adelante.
En Europa, el tratamientode estacagenciasvaria en cada país. En España, el art,
16.2 del Estatuto de los Trabajadores (ET) prohibe la existencia de agencias priva-
dasde colocación con fines lucrativos y admite, previa autorización administrativa
(inicial de un ano, prorrogable por otro y tras Bste, indefinidamente) la existencia
de agencias de colocaciónsin fines de lucro, entendiendo que tal será el caso cuan-
da no perciban precio o el que perciban del empresario o de! trabajador se [imite a
los gastos ocasionados por tos servicios prestados.
Agregan Alonso Olea y Casas Baamonde que se les impone a las agencias priva-
das, con rigor, el mantenimientodel principiode igualdady de nodiscriminación en
el accesoal empleo, en la realización de su actividad; no pudiendoestablecer discri-
minación alguna basada en motivos de raza, sexo, edad, estado civil, reIigión, opi-
nión política, afiliaciónsindical,origen, condicion social y lengua dentrodel Estado,
crucial precepto éste, pues justamente !as prácticas contrarias a sus principios eran
uno de los motivos del profundo receloquesuscitaban lasagenciac privadasdecolo-
cación; por lo demás, téngase en cuenta que las empresas de trabajos temporarios,
ensustancia, son agencias de colocación para trabajosde duración determinada5.
En cambio, Suiza nunca prohibió la colocación privada, que ha jugado siempre
un papel más importante queei de los servicios públicosde empleo. Según una ley
federai de 1989, la catocación privada está sometida a control administrativo. Es
ejercida, a título iucrativo, por la agencia, que puede exigir del demandante de
empleo una tasa de inscripcióny, en caso de éxito, una comisión que no exceda del
5% del salario mensua 1 bruto convenidocon el trabajador asícolocado. La agencia
factura libremente sus honorarios al empresario. Las agencias de colocación son
solicitadas por los empresariosque buscan un personal cualificado o que ayudan a
su personal a encontrar un empleo en caso de reestructuración.Tambi4ncolocan a
los trabajadores que desean cambiar de empleo. Dado el costo de su intervención,
los parados apenas acuden a estas agencias. Se estima que el número de empleos
conseguidos por la intervención de una agencia privada esseis veces mayor que el
de los empleos conseguidos por la mediación de las agencias pijblicas6.

cj La regulación en nuestro pais

En nuestro país, en septiembre de 1949 se ratific8 el Convenio 34 mediante la


ley f 3.560, yen consecuencia, enese mismo mesy afiosedictó la ley 13.591, quedis-

Afonso Olea - Casas Baarnonde, Derecho del trabajo, 17%d., ps, 521 y 522.
Aubert, Dialcctica empleo~desempleoy derecho social, p. 189.
124 Ricardo D.Hierreruelo - Pedro E Núñez
- ,-A-. ~--- -, -.e--

puso en su art, 10: "Prohibese el funcionarnienlo de lar agencias privadas de colo-


caciones con fines de lucro. Entiendese comprendida en la prohibición toda activi-
dad lucrativa relacionada con la colocación de trabajadores"; y en el crrt. 11: "Para
la instalación de agencias privadas que no persigan fines de lucro deberá mediar
autorización de la Dirección Nacional del Servicio de Empleo". Es decir, mediante
la normativa mencionada se prohibían ias agencias lucrativas de colocación y se
exigía autorización para las renovaciones, lo que llevó asuprirnir este tipodeagen-
cias. Las motivos de esta decisión los encontramos en el accionar de las mismas, las
que para ubicar a los trabajadoresen ior respectivos empleos les cobraban urta su-
ma fija o un porcentaje mensual, reduciendo de esa forma sus remuneraciones,
además del importe que le facturaban a la empresa que los contrataba. Ei sentido
de la ley fue terminar con este tipo de operaciones.
Sin embargo, lejos de desaparecer, este tipo de agenda sigui6 operando nor-
malmente, loque llevó a decir a algún sector de la doctrina que esta prohibiciónse
encontraba derogada por la costumbre. Además, no veian razones justificantes
para extender la prohibición a aquellas empresas que eran gratuitas para los tra-
bajadores, y las asimilabana las consultoraso selectoras d e personal. Para otras, en
cambio, el accionar de este tipo de agencias podía desdibujarse, sobre todo en épo-
cas de gran desocupaciQn, ya que la necesidad del trabajador por obtener un em-
pleo, lo godia llevar a resignar parte de cti remuneracibn. Cabe agregar que la
prohibicion tegal no hacía más que amparar al trabajador, pues en caso de funcio-
nar (como de hechosucedía)estetipodeagencias únicamente cumplían fa función
de ubicar al trabajador en las empresas requirentes, lo que en principio no lo per-
judicaba en absoluto, y por ende, no invalidaba tal proceder, salvo que la agencia
pretendiera cobrarle al trabajador, en cuyo caso, y sin perjuicio de lassanciones fe-
galesquesufuncionamiento iegeneraban, la prohibición normativa le impedía re-
querirle al empleado la ruma exigida,
En 1996, nuestro pais aprobó, mediante ia ley 24.648, ei Convenio 96de la OlT,
optando por las disposiciones:de !a Parte lli, lo que significaba permitir su funcio-
namiento y reglamentar su accionar.
Resulta curioso que la Argentina ratificara este convenio, luego de casi cin-
cuenta años de vigencia, cuando dos años antes de SU aprobación se habia cele-
brado en Ginebra ia 81 Reunión de la Asamblea General de la Organización Inter-
nacional del Trabajo, que había centado las bases para un nuevo convenio, que no
sblo se limitaba a las agencias de coiocación, sino que analizaba e1 papel de las
agencias privadas de ernpieo en el funcionamien~ode los mercados de trabajo.
Erto culminó con el dictado del Convenio 181, que aun no fue ratificado por nues-
tro país y que es más beneficioso para los trabajadores, ya que dispone que las
agencias de empleo privadas no deberan cobrar a los mismos, ni directa ni indirec-
tamente, ni en todo ni en parte, ninglin tipo de honorario o tarifa, salvo contadas
excepciones.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 125
--- -
Por el contrario, el decr. 48912001 ( 6 0 2/5/01) aprobó la reglamentacióndel art.
!"dela Parte I yde los arts. 10,lf y 12de la Parte 111 del Convenio96de la Organiza-
ción Internacionaldel Trabajo. El decretomencionado permite la habilitación como
agencias de coiocación retribuidas con fines iucrativos a las personas físicas y las
sociedades regularescontempladasenla ley 19.550ysus modificatorias,no pudien-
do hacerlo lassociedadesirregulares, iascooperativasdetrabajo ni las empresas de
servicioseventuales. En cambio, podrán habilitarsecomoagenciasdecolocaciónre-
tribuidas sin fines lucrativos a las personas juridicas, con lo cual se diferencia de ta
anterior, que se circunscribe a las sociedades regulares.

El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social es la autoridad de apiica-


ción, y en tal caricter, además de encantrarse facultado para dictar las normas de
aplicación, deberá:
a) Llevar un Registro Unico de Agencias de Colocación, en el que deberán re-
gistrarse las agencias de colocación gratuitas, las agenciasde colocaci6n re-
tribuidas con fines lucrativosy las agencias de colocación retribuidas sin fi-
nes lucrativos; en dicho registro se inscribirán las attas, las bajas y las reno-
vacianes anuales de las habititacionesotorgadas.
6) Determinar $osrequisitos que los interesados deber6n cumplir y acreditar
para obtener !a autorización de funcionamiento y sus renovaciones.
c) Otorgar las habilitaciones administrativas cuando correspondiere, expi-
diendo la documentación que loacredite.
6) Actualizar las tarifasque las agencias de colocación retribuidas podrán per-
cibir en concepto de retribucionesylogastor, según su tipo, fijadas en el de-
creto.
e) Fiscalizar el cumpiimiento de la normativa que regula la figura, aplicando
las sanciones que correspondieren.
f ) Determinar las mecanismos de contraIor necesarios para constatar Ia gra-
tuidad de las operaciones reaiizadaspor las agencias no retribuidasde coto-
carión.

Por su parte, las agencias de coiocación deberán gestionar su habilitación ante


dicho organismo,siendolos requisitosminirnos indispensables para la misma lossi-
guientes:
a} Incluir en su denominación la expresión "Agencia deColocación", indicando
el Tipo: "no retribuida"; "retribuida con fines lucrativos" o "retribuidasin fi-
nes lucrativos".
b) Cuando se trate de personas jurídicas, agregar los documentos constituti-
vos y copias de las actas de directorio en las que se designen administrado-
res, directores o gerentes, cuando así lo exigiere el tipo social.
126 Ricardo D. Hierreruelo - Pedro F: nlúñea
-, --.

c) Declarar lasareasgeográficiisdentrodelas que desarrollari 1a actividad, in-


formando el domicilio de la sede central, locales, sucursales, etcétera.
6) Constituir domicilio en la sede de su administracióna los efectos legales.
e) Acreditar las inscripcionesimpositivasy de la seguridad social pertinente.
fl Llevar un Libro Especial rubricado por la Autoridad de Aplicacibn, en el que
se registraran las operaciones de intermediación realizadas.
g) El instrumento que acredite el otorgamiento de la habilitaciíin adrninistra-
tiva o su copia autenticada deberá ser exhibido en lugar visible, en eI domi-
ciiio legal de la agencia de colocaciOn y en cada una de las sucursales,

Cualquier madificacióno ccrrnbiode dichas condidonesdeberá ser comunicado


a la autoridad de aplicación con una antelacidn de diez días hábiles a su realira-
cion, Asimismo, si la agencia de colocación brindara cualquier tipo decapacitación
a los poctulantes, deberi informar al Ministerio de Trabajo los programas de for-
mación específicosenlos que constarán los objetivos, accionesa desarroflar y dura-
ciOn de la actividad.
En lo que respecta a sus honorarios, el decretodistinguesegOnsetrate deagen-
cias de colocación retribuidas con o sin fines de iucro. En el primer caso, le permite
percibir por única vez, en concepto de retribución y gastos, una suma no superior
af equivalenteal 10% de la primera remuneraciónmensual bruta convenida entre
el trabajador y empleador, la cual deber6 ser abonada por aquéi en el plazo de 72
horas de haber percibido su remuneración. En ese caso, la agencia deberá exten-
der por duplicado recibo a favor del trabajador donde figure lugar y fecha, nom-
bre de la agencia, Clave trnica de Identificación Tributaria -CUIT-, domicilio le-
gal, suma percibida y concepto. En el segundo supuesto, el importe se reduce al
equivalente al 3% de ia remuneración, debiendoselo imputar a gastos.
Es llamativo que no se haya reglamentadoel art. 13 del Convenio 96 de la OIT,
que obliga a establecer sanciones penales apropiadas, incluso la c(;ncelación de la
ticencia o de la autorización prevista en el convenio, a las agencias que infrinjan
cualquiera de las disposiciones contenidas en el mismo o en la legislación del país.
No obstante, debemos recordar que el decreto compele a la autoridad de aplica-
ción a fiscalizar el cumplimiento de la normativa y a aplicar las sanciones que co-
trespondiere, por lo que creemos que el Ministerio de Trabajo se encuentra debi-
damente facultado para.dictarla pertinente normativa en mater/asancionatoria.

5 25. Las selectoras de personal

En la actualidad, es habitual que las empresasque requieran la contratación de


personal, en vez d e hacerto por sus propios medios recurran a otras empresas que
convocan, estudian, analizan, seleccionan y, muchas veces, eligen al personal re-
querido.
t
I Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 127
- -~-
í
i La participación de esa empresa selectora es de simple mediación: convoca can-
didatos anunciando que lo hace para otros, los selecciona y, finalmente, presenta
a lossujetos del contrato, es decir, candidato y empresa requirente. En dicha activi-
dad, la selectora no se involucra, en ningún momento, en la relación laboral que
anudarán rrabajador y empresa tomadora.
La intermediación no implica para la selectora obligación alguna frente al tra-
bajador como contratado por la empresa requirente, ni comodeudordirecto ni co-
mo deudor solidario, siendo considerada un tercero frente a la relacibn laborativa
que [levenadelante trabajadory empresa requirente; salvosi no se respetan dichas
pautas y el trabajador tiene motivos fundados para considerar que la selectora lo
contrató para si (con el fin, luego, de prestarlo a otras empresas). En definitiva, la
selectora e5 contratada por una empresa con necesidades laborales, de manera
que la función de la organización intermediaria se agota en la presentación de las
partes. Siendo indiferente que ia empresa le derive la decisión final, pues en ese
supuesto, la selectora, cuando contrata, lo hace por otro (y no para otro) en base a l
contrato de mandato que la une con su cliente7.
No deben confundirse las agenciasdecoiocacionescon aquetlasotrasqueselec-
cionan personal para !as empresas que lo requieran. En estas Ultimas, quien selec-
ciona al personai sustituye al empteador (mediante un acuerdo previo) en la bús-
queda del trabajador idóneo para un empleo determinado, y el servicio prorneti-
do es la búsqueda del empleado que se adapta a lasexigencias del cargo, a quien
se le pueden realizar los exámenes y pruebas pertinentes, debiendosele requerir
todos losantecedentesque permitanformarjuicio al respecto, La agencia deselec-
ción de personal cumple una función auxíiiar y actúa en negocio propio. De ahique
el proceso de selección no origine responsabilidadalguna para el empresario res-
pecto del trabajador descartado.
Es decir, la agencia de colocaciiin trata de conseguirle empleo a un trabajador
quese inscribe en la misma, por el cual te cobra a éste un determinado importe. En
cambio, las consultoras o selectoras de personal tratan de ubicarle un trabajador a
un ernpleador. Es este último el que lascontrata y el que [es paga para que le consi-
gan personal can el perfil deseado. Cabe destacar que, en ambos casos, mientras
no haya fraude, ninguna relación se da entre las agencias de colocación y la selec-
tora de personal con tos trabajadores, ya que el vínculo jurídica se entabla con la
empresa que en definitiva los contrata. Lo que sucede muchas veces es que la pro-
pia consultora que lo entrevista, o la empresa deservicios eventualesque pertene-
ce a un mismo grupo económico, son las que contratan a los trabajadores y tos pro-
veen a la tercera empresa, por lo que nos encontramos frente a1 supuesto de inte-
mediación laboral regulado por los dos primeros párrafos dei art. 29de fa ICT.
128 Ricardo D. Hierrezoelo - Pedro E Aiúñez
-. - ---,-----. -----

5 26. Las empresas de servicios eventuales


aJ Antecedentes legislativos internacionales
A diferencia de lo acontecido con las agencias de cotocación, la Organización
internacional del Trabajo ornitióen un principio referirsea este tipo deempresasy
su primer análisis sobre este punto lo constituye un dictamen del director general
de la Organizacion InternacionaldelTrabajoen 1965 ante una concutta del Gobier-
no de Suecia cn relación a agencias de mecandgrafas, en la cual se asimilaron las
empresas de servicios eventuales con ias agencias de colocación lucrativas, desa-
consejando su aceptación8.
La confusión existente entre ambos tipos de agencias llevb a que varios países
prohibieranel funcionamientode las empresas de servicioseventuales, entre elios,
España, Italia, Grecia y Suecia. En cambio, otros paises como el nuestro, Francia,
Beigica, Noruega, Suiza y Alemania las regulan y reglamentan expresamente.
Por ejemplo, en España, hasta hace algunos años, se inciuian estas empresas en
las previsiones de/ art. 43, inc. l o del ET, por el cual: "se prohibe el reclutamiento y
la contrataci6n de trabajadores para prestarlos o ceder405 temporalmente a un
empresario, cualquiera que sean los títulos de dicho trAfico de mano de obra, así
como la utiiización de los servicios de dichostrabajadores, sin incorporariosai per-
sonal de la empresa". Y la prohibición era de tal intensidad que el ETsancionabaa
ambas empresas con responsabilidadsolidaria, administrativamente se imponían
multas y penalmente se tipifiraba el delira del art. 499 del CP de España como
"atentado contra la libertady la seguridad en el trabajo portráfico ilega! de mano
de obra", norma que permitía imponer de un mes y un día a seis meser de arresto
mayory una fuerte multa (de 100.000 a 2,000.000de pesetas) a quien "por cesión
de mano de obra (...) suprima o restrinja los beneficios de la ectabiiidad en ei
empleo y demás condiciones deTrabajoU,sancionándose igualmentea quien "tra-
fique de cualquier manera ilegal con la mano de obra (...) aunque de ello no se
derive perjuicio para el trabajadormg.
Sin embargo, en la década del '90 se producen cambios en el seno mismo de la
Organización Internacionaldel Trabajo referentes a las agencias privadas de em-
pleos, que repercutir6n en la legislación de los distintos paises,
Así, en 1994 se celebró en Ginebra la8IaReunión de la Asamblea General de la
Organización Internacional del Trabajo, que trató en profundidad ei papel de las
agencias privadas de empleo en el funcionamiento de los mercados de trabajo. E!
punto más destacable de las conclusiones del dictamen producido en la Organiza-

Schick, Etnpresas de vabajo eventual, vehkulo de fraude y del resquebrajamiento del


derecho deirfabajo, en "Derecho Laborai", 1987, p. 150.
Sala Franco, citado por Maza- Plaisanxen Intermediacion laboral, ps. 32 y 33.
~esponsabilidadsohdaria en el contrato de trabajo
-- --- --- 129

ión Internacional del Trabajo es el Punto 26: la Comisián concluyó que un buen
ncionarniento de las empresas de trabajo temporario, podía contribuir a que el
ercado de trabajo funcionase con eficacia.
Las empresas de trabajo ternporario podían, en muchos casos:
a) Reducir el tiempo necesario para llenar vacantes.
b) Hacer publicas lasvacantesen el mercado abierto.
c) Percibir cambios en !as necesidades del mercado de trabajo y adaptarse ra-
pidamente a ellos, evitando retrasosy desequilibrios.
d) Equilibrar ia oferta y la demanda de competencias a través de adecuado5
métodos de selección y contratación, ahorrando así los gastos debidosa una
rotación inSItiI de mano de obra.
e) Dar satisfacción a las necesidades no atendidas por las agencias púbiicasde-
bido a la creciente comp!ejidad de la oferta y de la demanda de calificacio-
nes.
f ) Construir un puente entre el desempleo y el empleo permanente, propor-
cionando, específicamente a través de tareas de caráctertemporal, una in-
corporacióngradual de los solicitantes de empleo (especialmente los incor-
porados y reincorporados recientes) ai mercado de trabajo.
g) Multiplicar las fuentes de información sobre oportunidades de empleo, in-
crementando de ese modo la reserva de la información disponible sobre el
mercado de trabajo.
h) Reducir el tiempo de despIatamiento de un trabajo a otro, a través de téc-
nicas de recolección, contri buyendode ese modo a una mejor movilidad de!
mercado de trabajo,
i) Proveer empleo de formación de corta duración, contribuyendo asía cubrir
el desequilibrio entre la oferta y la demanda de calificacioneslO.

1 - Convenio 181 de la OIT

El 19 de juniode 1997, la Organización Internacional del Trabajo adopta el Con-


venio sobre tal, agencias de empleo privadas, que entró en vigencia perse el 10 de
mayo de 2000, y ;u Recomendación Complementaria, que constituye un verdade-
rogirocopernicanoen la actitud de !a Organiraci6n internacional del Trabajo con
relación a formas flexibles de acceso al emplea que por primera VEZ no sólo inclu-
Yeensu campo de actuación, en forma expresa, iosserviciosconsistentesen ernple-

l o Di Sabatina, Aniliris de las emp~esasdeservicioreventualesen nuestra /legislación.Su rea-

lidad. Baser para una futura iegislacion, Di',1996-A-l 169.

3
130 Ricardo D.ffierreruelo- Pedro F. Núñes
,-"-,---- "---

ar trabajadores con el fin de ponerlos a disposición de una tercera persona, física o


jurídica (en adelante empresa usuaria) quedeterminesustareas y supervisesu eje-
cución sino que se aleja de las dirposiciones prohibitivas para instalarse en las de
control y pr~mocionales~~,
De los considerandos mismos del convenio surge el cambio de contexto apre-
ciada respecto a las condiciones exjstentes cuando se procedió a la adopci6n del
Convenio 96, asi como tambikn el reconocimiento del papel que ias agencias de
empleo privadas pueden desempeñar en el buen funcionamiento del mercado de
trabajo, sin perjuicio de recordar la necesidad de proteger a los trabajadores con-
tra los abusos que al respeczose puedan generar.

El art. l adel Convenio designa agencia de empleo privada a toda persona física
o juridica, independiente de las autoridades públicas, que presta uno o inis de los
servicios siguientes en reiación con el mercado de trabajo:
a) Servicios destinados a vincular ofertas y demandas de empleo, sin que la
agencia de empleo privada pase a ser parte en las relaciones laborales que
pudieranderivarse.
b) Servicios consistentes en emplear trabajadores con el fin de ponerlos a dic-
posicibn de una tercera persona, física o jurídica (en adelante "empresa
usuaria"), que determine sus tareas y supervise su ejecución.
c) Otros servicios relacionadosconla búsqueda de empleo, determinados por
la autoridadcompetente, previa consulta con las organizaciones mas repre-
sentativas de empleadores yde trabajadores, como brindar informacion, sin
estar por ello destinados a vincular una oferta y una demanda específicas,

Por su parte, define como trabajador a Ios solicitantes de empleo y corno "tra-
tamiento de losdatos personalesde los trabajadores" a la recopilación, airnacena-
miento, combinacióny cornunicaci6n de los datos personales, o todo otro uso que
pudiera hacerse de cualquier información relativa a un trabajador identificado o
identificable.
El convenio se aplica a todas las agencias de empleo privadas, a todas Ias cate-
gorías de trabajadoresy a todas las ramasde la actividad económica, con excepción
del reclutamientay colocación de la gente de mar. Su finalidad consiste en permi-
tir el funcionamiento de'las agendas de empleo privadas, así como la protección de
los trabajadores que utilicen sus servicios, en el marco de sus disposiciones.

" Corradetti, Responsabilidad solidaria en ios supuestos de intermediacibn en /a contrata-


ción labaral(arts. 29,29bis), en "Revista de Derecho Laboral", no2001-1."La solidaridad enei con-
tratodetrabajo", p. 325.
I
2 Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 131
-m
-. , . -
Se faculta a los miembros, previa consulta con las organizaciones más represen-
I tativas de empleadores y de trabajadores interesadasa lo siguiente:
I

a) Prohibir, en determinadascircunstancias,el funcionamiento de lasagencias


de empleo privadas con respecto a cierras categorías de trabajadores o en
ciertas ramas de actividad economica en lo que atañe a ia prestación de uno
o mas de los servicios a que se refiere e! párr. 1" del art. lo.
b) Excluir, en determinadas circunstancias, a los trabajadores de ciertas ramas
deactividadeconomica, ode partesdeestas, del campode aplicación del pre-
sente convenio, o de algunas de sus disposiciones, siempre que se garantice
por otros medios a los trabajadores en cuecti0n una protecciónadecuada.

El art. 4 O exige la adopción de medidas para asegurar que los trabajadores con-
tratados por las agencias de empleo privadas que prestan estosservicios no se vean
privados del derecho de libertad sindical y det derecho a la negociacion colectiva;
y el articulociguiente les requiere a los miembros quevelen porque las agenciasde
empleo privadastraten a los trabajadoressin discriminaciónalguna por razanesde
raza, color, sexo, religión, opinión política, ascendencia nacional, origen social o
cualquier otra forma de discriminacióncubierta en la legislación, promoviendo de
esa forma la igualdad de aportunidadesy de trato en materia de accesoal empleo.
Ello en modo alguno obstaculiza que las agenciasde empleo privadasfaciiiten ser-
vicios especiaieso apliquen programas destinados a ayudar a los trabajadores más
desfavorecidos en sus actividades de búsqueda de empleo.
Las agencias de empleo privadas no deberan cobrar a !os trabajadores, ni direc-
ta ni indirectamente, ni en todo ni en parte, ningún tipo de honorarioo tarifa, con
excepción de determinadas categorías de trabaiadores o de determinados servi-
cios prestadospor las agencias, que re podrán autorizar previa consulta con las or-
ganizacionesrnás representativas de empleadores y de trabajadores. No obstante,
cuando se autoricen estas excepciones, se deberá suministrar la correspondiente in-
formación a la Organización Internacional del Trabajo, y motivarlasdebidamente.
Para los trabajadores migran'íes se les requiere a los Estados Miembros que ins-
trurnenten iac medidas necesarias para protegerlos adecuadamente y para irnpe-
dir que sean objeto de abusos. Esas medidas comprenderan leyes o reglamentos
que establezcan sanciones, inciuyendo la prohibición de aquellas agencias de em-
pleo privadas que incurran en practicas fraudulentas o abusos. También se les exi-
ge a los países que tomen medidas para asegurar que las agencias de empleo pri-
vadas no recurran al trabajo infantil ni lo ofrezcan.

Por el art, 11 se establece que los Estados Miembros deberdn adoptar ias medi-
das necesarias para asegurar que los trabajadoresempleados por agencias de em-
pleo privadas gocen de una proteccicln adecuada en materia de:
a) Libertad sindical.
132
--------," --Ricardo B. Nierrezuelo - Pedro F. Núñer
--"--

6 ) Negociacion colectiva.
c) Salarios rninimos.
6 ) Tiempo de tra bajo y demás condicionesdetrabajo.
e) Prestaciones de seguridad sociaf obtigatorias.
f ) Acceso a la formacibn.
g) Seguridad ysaiud en el Trabajo.
h) Indemnizaciónen caso de accidente de trabajo oenfermedad profesional.
11 IndemnitaciOnen caso de insoivenciay protección de los créditos laborales.
j Proteccióny prestaciones de maternidady protección y prestacionesparen-
tales.

Por último, se prevé que todo miembro deberá determinar y atribuir, de con-
formidad con ia iegisiacidny la práctica nacionales, las responsabilidadesrespecti-
vas de las agencias de empleo privadas y de las empresas usuarias, en relación con:
a) La negociación colectiva.
b) El salario mínimo.
c) El tiempo de trabajo y las demás condiciones de trabajo.
d) Las prestaciones de seguridad social obligatorias.
e) El acceso a la formación.
f) La protección en el ámbito de la seguridad y la salud en el trabajo.
g} La indemnizacihn en caso de accidente de trabajo o enfermedad profesio-
na!,
h) La indemnización en caso de insoivenciay la protección de los créditos labo-
rales.
i) La protección y las prestaciones de maternidad y la protección y prestacio-
nes parentales.

2 - Lasconsecuencias normativasdel Convenio


La sanción del Convenio 181 Ilevba varios paises a modificar sus respectivas le-
gislaciones para adecuarlas a la nueva realidad, aun sin ratificar este documento,

Así, en España, la Ley de Empresas de Trabajo Temporal (14194, del 1" de junio),
modificada por la 29/99, del 16de juiio, reguió por primera vez ese tipo de empre-
sas, hasta ese entonces prohibidas. Esta ley enlaza tres sujetos, a saber:
l . La empresa de trabajo temporal, "cuya actividad consiste en poner a dispo-
sición deotra empresa usuaria, concaráctertemporat, trabajadores por ella
contratados". El requisito basico es el de ser una empresa, esto es "disponer
de una estructura organizativa que le permita cumplir lasobligacianes que
asume" en relación ron su actuación, que la Administración quierevigiiar.
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Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo
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2. La empresa usuaria, en la cual el trabajador presta sus servicios, cedido pd


rQ;,;
la empresa de trabajo temporal.
3. El trabajador, ligado por un contrato de trabajo celebrado entre él y la em-
presa de trabajo temporal para prestar sus servicios en la empresa usuaria.

Entre la empresa de trabajo temporario y la usuaria se celebra un contrato atipi-


co cuyo objeto es la "cesión del trabajador por la primera a la segunda para que
preste servicios en ésta", el cual puede celebrarse en Im mismos supuestos, condi-
ciones~requisitos en los que la empresa usuaria podria celebrar un contrato de du-
raci6n determinada (arts. 6.2,7.1 y 15, Efi. En cuanto al contratoentre el trabajador
y la empresa de trabajo temporario, puede celebrarse el de puesta a disposicibn.
€1 contrato temparario sigue en vigor durante la cesión, yesese mismo contrato
de trabajo el que liga al trabajador cedido con la empresa usuaria; ésta asume el
ejercicio del poder de dirección sobre el trabajador, incluido el disciplinario, y es res-
ponsable de ia seguridad e higiene en el trabajo. Ocurre así el fenómeno de diso-
ciaciónde la función de empresario, del cual es ejemplo la reguiacidnde la potestad
disciplinaria, incluido el despido, queseatrjbuye a la empresa de trabajo ternpora-
rio, a la que la usuaria ha de comunicar, atales efectos, los incumplimientosdel tra-
bajador.
Es además la empresa usuaria responsable subsidiaria de las obligaciones sala-
riales y de la seguridad social durante el contrato de puesta a disposición, respon-
sabilidad que pasa a ser solidaria con la de la empresa de trabajo temporaria, si
aquel contrato lo ha sido para actividad no permitida o excluida. En definitiva, co-
mo consecuencia de la iey 14/94se modificó el art. 43.1 del ET, que en su nueva re-
dacción autoriza "la contrataciónde trabajadores para cederlos temporalmente a
otra empresa (...) a travks de empresas de trabajo temporal; así como tarnbikn el
art. 312.1 del CP, al castigar a quienes trafiquen de manera ilegal con mano de
obra, excluye a quienes Io hagan conforme a ia ley 14/94"".
Von Potobrky agrega que en la Exposición de Motivos de la ley 29 se señalaba
que las empresas de servicios eventuales habían incrementado notablemente su
actividad, a la vez que los derechos laborales y la protección social de los trabaja-
dores ha idodisminuyendo.De modoque el recursoa la contratación por mediode
estas empresas constituia no sólo un medio para atender las necesidadestempora-
les de la empresa usuaria, sino que además se habia constituido un medio para re-
ducir los costoscalariales. De ailique la nueva ley, entre otras garantías, aseguraba
a 10s trabajadores contratados por lasernpresasde trabajo temporal el rnisrnosala-
rio aplicable en ias empresas usuarias por los convenios colectivos en vigor.

l2 Alonso Olea -Casas Baarnonde, ~erechodeitrabajo, 17" ed., ps. 523 a 525.
134 Ricardo D.Hierrwuelo - Pedra E Múñez
-, . .-...--, -,--"

Agrega que esta ley fue criticada por las empresas de trabajo ternporai, sobre
todo en lo que concierne al aspecto salarial. Al cabo de varios meses de aplicación
de la ley, las empresas sefialan que ha disminuido en un 20% la utilización de este
tipo de contrato, no sólo debido a la igualación del salario, sino también por el au-
mentodeotros costos, como las contribuciones a laseguridadsocialy los costos ge-
nerales de administración.También arguyen que la disposición que prohíbe el em-
pleode trabajadores temporales en lasempresascon un elevado riesgo en materia
de seguridad e higiene es la más restrictiva en Europa. En definitiva, parece que
existeactualmenteun númerocrecientedetrabajadoresextranjerosqueobticnen
contratos de trabajo temporal, en vista de ia disminucibn de candidatos de nacio-
nalidad espafiolct 1 3 .
En Grecia, donde también se prahibia este tipo de empresas, fue sancionada la
Iey 2639, la cual autorizó, ahora, el funcionamiento de las empresas de servicios
eventuales, siguiendo de esta manera la tendencia de otros países mediterráneos
que habían sido reacios en esta materia, es decir, España e Italia. El decreto regla-
rnentarioestableceuna lista no exhaustiva de categoriasde trabajadores que pue-
den ser contratados por medio de estas empresas. Conforme lo dispuesta por el
Convenio 181 de la OIT(1997),sobre las agencias de empleo privado, las empresas
no podrán cobrar honorarios a estos trabajadores14.
En /os países de América Latina ei trabajo temporario por agencias esta mucho
más difundido que en Europa. En Chile, por ejemplo, cerca del 40% de ios asalaria-
dos trabajaban bajo esta figura o ia subcontratación de obras y servicios. Ambas
modalidades se prestan al fraude labora, por to que recientementese adoptaron
nuevas iegislaciones en Colombia, Chile, Ecuador y Uruguay para contrarrestares-
te fenómeno.
En Colombia, el decr. 4369 de 2006 reglamentael capítulosobre ias ernpresasde
servicios temporaies contenido en la ley no SO de 1990 y prevé una serie de sancio-
nes severas contra estas empresas y las usuarias por las infracciones que pudieran
cometer de las normasvigentes, entre lascuales figuran las que limitan loscasos en
que puede recurrirsea tales servicios temporales. La ley chilena de 2007 sobre sub-
contratación y puesta a disposiciónde trabajadores reglamenta por primera vez le
trabajo temporario por agencia, en el que la relaciDn taborai se establece entre la
agencia y los trabajadores, pero con la responsabilidad subsidiaria de la empresa
usuaria. Se sanciona especiaimente el fraude laboral, quedan la empresa usuaria
como empleador directa de los trabajadores interesados. La ley uruguaya (tam-
bién de enero de 2007) sobre la respon~abilidadsolidaria de la empresa usuaria es-
tablece esta regla tanto en relación con las agencias de trabajo ternporario como

l3
Van Potobsky, Tendencia delderecho del trabajo (crónica inrernacionai), TySS52000-601.
' V o n Potobsky, Tendencia delderecho del trabajo (crónica ínternarional), 'ij/Sj, 2000-601.
I

1
I
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
i ~"--
1t
L
para las subcontrataciones. En el caso de las agencias, los trabajadores no pueden
i
i recibir beneficios inferiores a los que rigen para los trabajadores de la plantilla 15.
En este último país, ei art. 1' de la ley 18.251 define a agencia de empleo priva-
da o empresa suministradora de mano de obra a l a que presta servicios consisten-
tesen empteartrabajadorescon el fin de ponerlos a disposicion de una tercera per-
sona fisica o juridica (empresa usuaria), que determine sus tareas y supervise su
ejecución.

6) l a situacibn legislativa en nuestro país


4 - Introduccibn
Las empresas de servicios eventuales comienzan a funcionar en nuestro país,
aproximadamente, a partir de lasegunda mitad del siglo XX, sin que su actuacibn
fuera normativamente reglamentada, razón por la cual se las toleraba, ya que no
se las prohibia ni se las regulaba. Di Sabatino indica que en esta etapa de wcuran-
tismo, la empresa de trabajo ternporarioactuó tímidamente con el estigma de una
actividad prohibida, mal vista, apenas tolerada. No obstante, ello fue expandien-
dose, sorprendiendo al propio empresario de la actividad y a todos los actores del
inundo labora 1 16.
Como bien apunta Goldin, en 1974 se sancion6 la ley 20.744, cuyo art. 37 dispo-
nía que: ". . . los trabajadores que habiendo sido contratados por terceros con vistas
a proporcionarlos a las empresas, serán considerados empleadosdirectosde quien
utilice su prestación. En tal supuesto, y cualquiera que sea el acto o estipulación
que al efecto concierten, los terceros, contratantes y la empresa para la cual los tra-
bajadores presten o hayan prestada servicios responderán solidariamente de ta-
das lasobligacionesemergentesdela relación laboral y de lasquesederiven del re-
gimende la seguridad social". Debía entenderse, pues, que en el marco de la recor-
dada prohibicion del art. IOde la ley 13.591, el nuevo texto fijaba lasconsecuencias
contractuales de la transgresión (relación directa con la empresa usuaria, solidari-
dad de ésta y ia agencia en retación con los derechos de los trabajadores y las obli-
gaciones que derivan del régimen de ia seguridad social)17.Es decir, al no existir
ningún régimen legal que lasregulara, porel art. 31 sedebia interpretarque inde-
pendientemente de ia relación que existiera entre [as empresas, para la legislaci6n
laboral, la relación se había entablado con quien recibía loscerviciosdel trabajador.

Von Potobsky, Modalidades laborales y su encuadramiento normativo. Tendencias en


Europa y en América Lafina, DT, ano LXX, no 6,jun. 2010, p. 1385.
16 Di Sabatino, Analisisde las empresas de servicjosevenruaiesen nuestra legisiaci0n. Su rea-

lidad. Bases para una futura /egislación,-DT, 1996-A-?169.


" Coidin, Las empresas de trabajo temporal en la Argentina, DT, 1993-A-1031.
136 Ricardo D.Hierretuelo - Pedro E ~Vúñez

La situación se modifica en 1976, con la sanción de la ley 21.297, cuyo art. 29 (ex
art. 31) quedó redactado de la siguiente manera: "Los trabajadores contratados
por terceros para desempeñarseen otras empresas seran considerados empleados
directos de quienes utilicen sus ~ervicios.Las empresas contratantes seran soiida-
riamente responsablesde todas las obligaciones que emanen de la relación labo-
ral y fiscal. Se exceptúa de esta norma las empresas quesean reconocidaspor el Mi-
nisterio de Trabajo de la Nacióny contraten personal eventual".
Fue la ley 21.297 la que marco el instante en que las empresas dedicadas a la
prestación de servicios eventuales comenzaron a dejar de ser una mera realidadde
hecho tolerada, para advenir en un instituto admitido por el ordenamiento juridi-
co -veanse considerandos decr. 2497180-. Esto motivó la expansión de la activi-
dad porque implicaba que la Argentina se enroiaba en el criterio de la regulación
y no de la prohibicióny porque aventó el temor de las usuarias que la actividad sea
prohibida, con lo cual ampliaronsuscontratacionesl*. De los términos del artículo
mencionadose infiere que la ley supeditaba el funcionamientodees"reipo de em-
presas a que las mismasestuvieran reconocidaspor el Ministerioderrabajo, y a que
sólo mediaran en la contratación de trabajo eventual.
Sin embargo, se debióesperar cuatro anos para que tal disposición fuera regla-
mentada por el decr. 2491180, el que fue modificado por ef decr. 1152/82.
En 1985, se dictó el decr. 1455185 que derogú los das decretos anteriores, dispo-
niendo una nueva regulación mis rigurosa y restrictiva, en un intento por desa-
lentar el funcionamientode lar empresasde servicios eventuales, constituyéndose
en la primera norma que sictematiz8seriamentelas mismas.
En 1991, la ley 24.013, en sus arts, 75 a 80, rnodificdel art. 29 de la LCT, incorpo-
ró el art, 29 bisde la misma y estableció pautasy requerimientoca los que debieron
ajustarse las empresas de servicios eventuales para ser habikadas por la autoridad
administrativa. Estas normas fueron reglamentadas por el decr. 342192, que tam-
bién derogo el decr. 1455185,
El decr. 951/99 agregó nuevas exigencias y requisitos para gestionar la habilita-
ción administrativa, e introdujo modificacionesrespectoa las garantias que debian
constituir las empresas de servicias eventuales, con el consiguiente incrementode
las multas que se debería abonar por el incumpiirniento. Cabe destacar que en los
autos "Federación Argentina de Empresas de Trabajo Temporal y otros c. Estado
Nacional, Poder Ejecutivo amparo"'^, la Sala 1 de la Cámara Nacional de Apela-

l B Di Sabatina, Anáiisisde lasempresasdeservicioseventuales ennuestra legislación. Su rea-


lidad. Bases para una futura legislacicjn, DT, 1996-A-l 169.
j9 CNAT, Sala 1, 2/3/00, "Federación Argentina de Empresas de Trabajo Temporal y otros c.
Estado Nacional, Podar Ejecutivo slAmparo". exp. 1570100, citado por Alejandro, Las empresas de
servicios eventuales y el decreto 95?/99,DT,2000-A-840.
~esponsabilidadsolidariaen el contrato de trabajo 137
-
-"~--- .A
---

cienes del Trabajo, en un primer momento, ordenó mediante resolución judicial


de! 2 de marzo de 2000, la suspensión de la aplicación del citado decreto, mientras
se sustanciara el proceso. Posteriormente,el 19 de septiembre de 2003 declaró la
inconstitucionalidad de los arEs. 14, inc. b) y 18 del decr. 3421'92 (modificado por
decr. 951t99).
Si bien esta reso~ucióntenía efectos limitadosalas partesreclamantes,en la prác-
tica, el Ministerio de Trabajo optó por no aplicar esta norma en forma genérica.
Finalmente, el 27 de noviembre de 2006 fue publicado en el Boletín Oficial el
decr. 1694106 que deroga los decrs. 342/92 y 95-Y/99, y reglamenta la contratación
de personal mediante empresas de servicios eventuales, a la vez que regula las
relaciones entre éstas y sus dependientes. Al no haberse efectuada mención algu-
'
na sobre la fecha de su vigencia, se aptica e! criteriogeneral previsto por el Código
Civil, y en consecuencia, el presente decreto comenzó a regir a partir del 6 de di-
ciembre de 2006.

2 - El decreto 249 1/80

El citado decreta fue dictado el 2 de diciembre de 1980y publicado en el Bole-


tín Oficialel 9 de diciembre del mismo año, reglamentandola última parte debart.
29 de la Ley de Contrato de Trabajo.
Ya en sus considerandos se reconocía que estas empresas habían crecido en el
país lo suficiente en número y envergadura como para reclamar la atención de los
poderes públicos, de manera que con la caracteritaciónde su individualidad y con
el reconocimiento de su legalidad se dejaba atrás una etapa de indefinición y de
inseguridad jurídica que sólofue corregida, de aEgún modo, según pautasavtoge-
neradas por la misma ley.
El decreto, luego de seialar que quedaban sujetas a la regl'amentación del mis-
moaquellasempresasdedicadas a !a prestación deservicios eventuales, conforme
lo establecido por el art. 29de !a LCT, definía a las mismas como aquellasque, cons-
tituidas por personasfísicas o jurídicas, tengan por fin específico el de poner a dis-
posición de terceras partes, designadas en adelante empresas usuarias, personal
administrativo, industrial o técnico, para cubrir tareas en estas últimas de forma
ternporaria en alguna de las contingenciasreferidas por el art. 99 de la ley de Con-
trato de Trabajo.
Preveia que el personal contratado por estasempresasera considerado en rela-
ción de dependencia para con las mismas, dependiendo fa extensión de los dere-
chos y deberes de las partes frente a la ley laboral, de la índole de la actividad, de
las modalidades del contrato entre las empresas de servicios eventuales y el traba-
jador~de los requisitos exigidos porcada unode los institutos.También se lesapli-
caba a estos trabajadores !os beneficjosestablecidosen el régimen previsionalyen
las leyes de asignacionesfamiliares, seguro de vida y obras sociales.
138 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núñes

Las personas físicas o jurídicas que desarrollaban estas actividades debían ins-
cribirse obligatoriamente en ei Registro Especíai que era llevado por la Dirección
Nacional de Servicio de Empleo del Ministerio de Trabajo de la Nadón, exigiendo-
se para la inscripci0n:
a) Individualización del titular con enunciacidn y referenciasacerca de los an-
tecedentes y responsabilidaddel solicitante.
b) Agregación de losdocumentossocie~arios,designándose losadrninistrado-
res, directores y gerentes del ente social.
c) Declaraciónde las áreas tanto geográficas como profesionalesdentro de las
que proveeran trabajadores a las empresas usuarias.
d} Habilitación municipal de sus focaiesu oficinas.
e) Acreditacibn de las correspondientesinscripciones impositivas, previsiona-
les y deseguridad social.
f ) Constitución de la garantía a que se refieren tos artículossiguientes.

Se fesexigía, aderniis de los datos que debían consignarse en el libro del art. 52
de la LCT, que lasempresas llevaran en una sección partic~tardelmismo, constan-
cia de:
a) Nombre, denominación o razOn socialy domicilio de fa empresa usuaria del
servicio.
b) Situación o circunstancias que en cada caso dan lugar al requerimiento det
trabajador temporero.
c) Individualizacióndel trabajador asignado.
4 Categoria profesional.
e) Fecha de ingreso y egreso en cada destino,

El decreto vedaba a las empresas de servicioseventualespercibir de los trabaja-


dores suma alguna por su inscripción o contratación quedándoles estrictamente
prohibido practicar otros descuentos que no sean los autorizados por fa ley. Final-
mente, a partir dei art. 7" y hasta el art. 13, el decreto establecia las garantías con
que debian contar estas empresas para poder funcionar.
Conviene destacar que con fecha 24 de junio de '1982, ei decr. 1152182 sustituyó
el art. 11 del decr. 249fi80 por uno nuevo.

3 - E l decreto 1455185
Con fecha 8 de agosto de 1985 se dictó el decr. 1455185 que derogó los decrs.
2491J80 y 1152/82, y estableció una pormenorizada regulación de las empresas de
servicioseventuaiesa las que definía comoaquellaentidad que,constituida por per-
sonas fisicas O jurídicas, tenga por objeto exclusivo poner a disposición de terceras
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 139

partes, designadas empresas usuarias, personaladministrativo, industrial o técnico,


para cumplir tareas en estas Ultimas, en forma terngoraria, a fin desatisfacer servi-
cios extraordinarios determinados de antemano o atender a exígencias extraordi-
narias ytransitorias de la empresa, explotaci0n o establecimiento de quese trate.

Se consideraba que el trabajador era asignado por una empresa de servicios


eventuales a una empresa usuaria, cuandose verificara alguna deestassituaciones:
a) En cacode ausencia de un trabajadorasalariado regular, durante el periodo
de ausencia.
b) En caso de suspensión del contrato de trabajo, durante el período que se ex-
tienda, excepto cuando dicha situación sea producto de una huelga o que la
suspensi~nestb dispuesta por fuerza mayor, Salta o disrninuciDn de trabajo.
c) En caso de un pico de~rabajoocasional.
6) Organización de congresos, conferencias, Ferias, exposiciones o prograrna-
ciones.
e) En caso de un trabajo que requiera ejecución inapiazable pata prevenir ac-
cidentes, por medidasde seguridad urgentes o para reparar equipos del es-
tabiecimiento, instaiacioneso edificios que hagan peligrar a los trabajaba-
res o a terceros, siempre que las tareas no puedan ser realizadas por perso-
nal regular de la empresa usuaria.
f ) En general, cuando atendiendo a necesidades extraordinarias y transito-
rias, hayan de cumplirse tareas ajenasal giro normal y habitual de la empre-
sa usuaria.

Al igual que el anterior, disponía expresamente queei personal contratado era


consideradoen reiación de dependencia con la misma, así como también que la ex-
tensión de losderechosy deberesde las partesfrente a la ley laboral dependería de
la Índole de la reiación, de los requisitos exigidos por cada uno de los institutos, de
las modalidades del contrato entre la empresa de servicios eventuaiesy el trabaja-
dor y del carácter de ia prestación de este ú!tirno respecto de la empresa usuaria.
Sin embargo, agregaba que la excepción al principio general previsto en el art. 29
decaía de pleno derecho y no podía ser opuesto cuando el trabajador asignado
cumpliera tareas de carácter permanente en la empresa usuaria. Tampoco se les
podia abonar a estos trabajadores salarios inferioresa los fijados para su categoría
por la convención colectiva o estatuto aplicables a la actividad. El contrata entre la
empresa de servicios eventuales y la usuaria debía ser celebrado por escrito, con-
signando expresamente los motivosque llevaron a iacontratación Bajo esta moda-
tidad. Asimismo, Ia empresa de servicios debía proveer al trabajador de una libreta
de trabajo debidamente rubricada por la autoridad deaplicación, en la cual debía
constar: empresa prestataria, empresa usuaria, domicilio de ambas, Iügar de tra-
140 Ricardo D. Wierrezuelo -Pedro F; Nuñex
~
-,-, -- e

bajo, horas y jornadas trabajadas, salarios percibidos, fecha de inicio y conclusión


de sus prestaciones.

Asimismo, el trabajador debía ser registrado en la documentación laboral, la


cual, además de contener la totalidad de los datos previstos en el art. 52 de la LCT,
debían asentarse los siguientes:
a) Nombre, denominacion o raránsociai y domicilio de la empresa usuaria del
servicio.
b) Número de legajo del respectivocontrato de asignación.
c) Situacionocircunstanciaqueen cada caso da lugar al requerimientodeltra-
bajador eventual,
d) Individualización del trabajador asignado.
e ) Categoría profesional y tarea a desarrollar.
f) Remuneración establecida.
g) Fecha de ingreso y egreso en cada destino.

iasernpresas, al igual que en el anterior, debían inscribirse en ei Registro Especial


llevado por la autoridad de aplicación, debiendo reunirse lossiguientes requisitos:
a) Individuaiización del titular, con enunciación y referencia acerca de los an-
tecedentes~responsabilidad del solicitante.
b) Agregación de los documentos societarios, designándose los adrninistrada-
res, directores y gerentes del ente social.
c) Declaración tanto de lasareasgeográficascomo profesionalesdentro de ias
que proveerán trabajadores a las empresas usuarias, entendiéndose por
areas geográficas las que queden comprendidas y delimitadas de acuerdo a
la jurisdicción que le corresponde a cada Deregacion Regional del Ministe-
rio de Trabajo y Seguridad Social.
d) Habilitación municipal de sus locales, oficinas y/o agencias correspondien-
tes a las áreas geográficas en que se ejercerán sus funciones.
e) Acreditación de las correspondientes inscripciones impositivas prevísiona-
les y de seguridadsociai.
0 Constancia de la contratación del seguro de vida obligatorio, de seguros por
accidentes del trabajo y cobertura médico-asistencial.
g} Constituci8n de la garantía a que se refieren iosarticulossiguientes.

Este reconocimiento, para funcionar como tal, podía ser dejado sin efecto, dis-
poniéndose la canceiaciOn de la inscripciónen el Registro Especialen iossiguientes
casos:
a) Por solicitud expresa del titular.
~esponsabilidadsolidaría en el contrato de trabajo 141
-~ -
-- - - - m

b) Por haberse extralimitado el área geográfica de actuación autorizada.


c) Por prestación de servicios que no encuadren en lo establecido en el decreto.
a') Por no haberse cumptimentada el reajuste de! dep~sitoen garantía.
e) Por disminuciiin del monto de la garantía no imputable a desvalorización
monetaria,
.f) Por incumplimiento de cualquiera de las obligaciones emergentesdel pre-
sente decreto.

Por Oitimo, también se exigia una determinada garantía para poder funcionar
como empresas de servicios eventuales,

4 - Los decretos 342192 y 951199


El primero de los decretos, que rigió hasta diciembre de 2006, reglamentó los
arts. 75 a 80 de la ley 24.01 3, quedando sujeto a sus normas las empresas dedicadas
a la prestación de servicios eventuales. Por su parte, el decr. 951t99, como ya se ex-
plicO anteriormente, agregó nuevasexigenciasy requisitos para gestionar ia habi-
litación administrativa, e introdujo modificaciones respecto a las garantías que
debían constituir las empresas de servicios eventuales.

5 - Regimen actual
\ - Concepto y delirnitacidn
En términos generales y siguiendo la tradicional definición realizada porJusto
Ldpez, las empresas de servicios eventuales son aquellas que tienen por objeto pro-
porcionar o, si se prefiere, cedertra bajadores a otras empresas (o a utitizadores de
su;servicios)para efectuar en ellas un trabajo de duración temporaria, a vecescali-
ficado de misión.
La fbrrnula general consiste en que las empresas conciertan un contrato con el
trabajador temporero, que ponen despues a disposición del usuario, incumbién-
doles la responsabilidadde pagar el salario, de efectuar diversas formalidadesy de
asumir las cargas sociales relacionadas con el trabajo ejecutado2*.
Es corniin que las empresas dedicadas a la realizacidn de bienes o servicios se
encuentren en la necesidad de contratar temporalmente a determinados trabaja-
dores para cubrir supfenciaso para hacer frente a una demanda extraordinaria de
trabajo. Justamente, el objeto de las empresas de servicios eventuales consiste en
cederles a aquétlac trabajadores propios, para que los utilicen en la realización de
Su ciclo productivo, sin tener que contratarfos personalmente, y condicionado a
que se trate de una necesidad eventual. Es decir, las empresas de servicios even-

20
lópez- Centeno- FernAndez Madrid, Ley de Contratode Trabajo comentada, t. 1, p. 251.
Ricarda D.Hierrezuelo - Pedro F. MURes
-
142 ."-,- -,-~- .-

tualesson aquellas que cuentan con trabajadores en relacibn de dependencia des-


tinados a cubrir necesidadeseventuales de otras empresas por el tiempo que se ex-
tienda la eventualidad, yen funciónde un contrato comercial entreellaylaempre-
sa usuariaZ1.
Como señafa Di Sabatino, en estesupuesta de inlerrelaciónempresaria, en rea-
lidad se disocia el tradicional rol de empleador; por un lado, la empresa de trabajo
temporario -entre o.tras funciones- selecciona al trabajador, realiza ef examen
preocupacional; Io contrata; lo inscribe en sus registros y en ios organismos pubii-
cos de la Seguridad Social; toma una cobertura de accidentesde trabajo; lleva ei le-
gajo y sus antecedentes; paga su sueldo; es la obligada fiscal; efectúa el control
médico; es la obfigada a otorgar tareas; tiene a su cargo el servicio de asistei~cia
médica; es la que asume la totaiidad del riesgo labora!; es la responsable por acci-
dente de trabajo; es a quien la autoridad de aplicación inspecciona verificando si
cumplimenta las obligaciones formales impuestas a los empleadores; es quien de-
be afrontar los pagos iridemnizatoriosde cualquier índole. Por su lado, la empresa
usuaria organiza, dirige y recibe directamente los servicios del trabajador; desen-
tendiendose de toda otra obligaci~no riesgo laboral".
Goldín apunta que estas empresas son objeto de nuevas prevencionesa partir,
precisamente,de los rasgos que las distinguen de sus devaluadas predecesoras. En
efecto, en primer lugar al asumir ei papel del emplaador, la ETTrnediatiza la rela-
ciun que norrnairnente se vincula a quien presta el servicio con quien recibe esa
prestación, atrayendo de t a l mndosobresí la desconfianza con que se contemplan
desde la óptica del derecho del trabajo las diversas formas de intorposici0n con-
tractual y, en segunda lugar, al enmarcarsedentro de los Iímitesdesufigura, la ETT
debe reivindicar la temporariedadextraordinaria y eventual decada una delasmi-
siones, colocando prestacionesy puestosde trabajo aI margen del principiade con-
tinuidad del contrato de trabajo y, en su consecuencia, del de indeterminación del
plazo contracttlai sobre el que todavia descansa el sistema de protección laboral,
pese a la cada vez mis amplia habilitaciónde excepciones23.
Ni la Ley de Contrato de Trabajo ni la Ley Nacional de Empleo las definen, aun-
quesílo hacía el decr. 342/92, y lo haceactualmente ei decr. 1694106, cuyoart. S0dis-
pone: "Se considera Empresa de Sen/icios Eventuales a la entidad que, constituida
como persona juridica, tenga por objeto exclusivo ponera disposición de terreras
personas -en adelante empresas usuarias- a personal industrial, administra fjvo,
técnico, comercial o profesionai, para cumplir, en forma Temporal-/a,servicios ex-

De Diego, Manual de derecho del trabajo y de la seguridad social, p. 107.


22 Di Sabatino, Análisísdelasempresasdeservicioseven~uales
ennuestra ¡6gis¡acidn. Su rea-
lidad. Basespara una futura iegislación, DT, 1996-A-l 169.
23 Goidín, Las empresas de trabaja temporai en la Argentina, DT, 1993-A-103 7 .
Responsabilidadsolidaria en elcontrato de trabajo 143
U - - - - " .-

fraordinariosdeterminados de antemano o exigencias extraordinarias y transito-


rias de la empresa, explotación o establecimiento, toda vez que no pueda prever-
se un plazo cierto para la finalizacidn del contrato ".
Este decreto, si bien sigue la deficiente técnica de los anteriores de efectuar de-
finiciones, restringe notoriamente su ámbito de actuacián, ya que, de conformi-
dad con lodispuesto por el art. 77 de la LNE,se lesexige a estasempresasertar cons-
tituidas exclusivamente como personas jurídicas y con objeto único, ademas de
quesolo podrán mediar en la contrataci6t-tbajo la modalidad de trabajo eventual.
En lo que se refiere a la forma jurídica societaria, la Iey no formula limitación algu-
na, lo que implica que pueden constituirse como sociedades anonimas, en cornan-
dita por acciones, de responrabilidadlimitada, etcetera; esto es, sólo no puedenser
sus titulares personas físicas osociedades irregulares. En cambio, fa ley le impone a +

dichas empresas el objeto único, es decir, exige que tengan por finalidad exclusiva
la prestación de servicioseventua!es a empresas usuariasy no otras por más vincu-
ladaso conexas que pudieran estimarse, talescomos@lecciónde personal, psicolo-
gia laboral, higiene yseguridad en el trabajo, etcétera24,
La obligacion de que estasempresascolaquenla leyenda "empresa deservicios
eventuales" y su numero de habilitación en toda documentación, especiafmente
laboral (folietos, tarjetas, contratos con las empresas usuarias, carteles quelas
enuncieny cuando se las promocioneo publicite), tiene por finalidad identificar el
tipo de contratación que se va a realizar y que, a los fines administrativos, se en-
cuentran debidamente habilitadas para actuar como t a l por [a autoridad compe-
tente (este requisito es exigido tanto por el art. 29 como por el art. 29 bisde la LCi).

11 - Requisitospara funcionary contratar


Tanto !a ley como ei decreto reglamentan con extremo rigor y estrjctez el accio-
nar de estas empresas a !as que, además de las exigencias relativas a la conforrna-
ies impone dos requisitos ineludi-
cidn societaría y a ia exclusividad de su objetoci,
bles, uno para quese les permitafuncionarcomotaIesy el otro para proveerles per-
sonal a las empresas usuarias.

11. i - Habilitacidn administrativa

La habilitaci~nadministrativa es el requisito indispensable para el funciona-


miento de la agencia, ya que de lo contrario seven impedidasdeactuar como tales.
La ley es clara y categbrica al exigirle tal recaudo, y lo recuerda constantemente,
Así, el párr. 3" del art. 29 de la LCT (agregado por el art. 75, LNE) comienza dicien-
do: "Los trabajadores contratados por empresas de servicios eventuales habilita-

24 Etala, Contrato de trabajo. p. 96.


144 Ricardo D,P;lierrezuelo- Pedro F. Núñer
- . -,-.,-*~
-.- -
--m-
-k

das por la autoridad competente ...", y el art. 29 bis de ia LCT(agregad0por el art.


76, LNE) dispone: "El ernpleador que ocupe trabajadoresa travésde una empresa
deservicios eventuales habilitada por la autoridad competente ...".
Según el art. l ode la res. MTEySS 1225/07 del 22/10/07, que reglamenta el decr.
1694/07, el carácter de Autoridad de Apiicacián y Control en todo el país en reia-
ción a /as empresas de servicios eventuales, ser6 ejercido por la Dirección de lnii-
pecci6n Federal.

El art. 14 de! decr, '1 694106 establece cuáles son tos requisitos indispensablespa-
ra su otorgamiento, entre los que se encuentran:
a) Tener como mínimo un capital social inicial equivalente a cien sueldos basi-
cos mensuales del personal administrativo, categoria A, del CCT 130/75, pa-
ra empleados de comercio, o el que io reemplace, vigente en la Ciudad Au-
tónoma de Buenos Aires por la jornada legal o convencional, excluida la
antigüedad.
b) Presentar los documentos constitutivos de la sociedad y de la designación
de administradores, directores, gerentes o respansables iega/essegúnel ti-
po societario de que se trate. Al igual que como estaba regulado en el decr.
342192, la reglamentacibnseaparta del decr. 1455t85, que requería "la indi-
vidualización del titular, con enunciación y referenciasacerca de los antece-
dentes y responsabilidad del solicitante", toda vez que las empresas cven-
tuales sólo pueden estar constituidas por personasjuridicas.
c) Declarar las areas geográficas dentro de las que se prestara el servicio a las
empresas usuarias. Et art. 8' de la res. MTEySS 1225/07 considera área geo-
gráfica a la CiudadAutónoma de Buenos Aires y respecto del territorio del
conurbano de la Provincia de Buenos Aires, lo divide en [as zonas indicadas
en el Anexo I de la resolución.Agrega que en el territorio de la Provincia de
Buenos Aires, no comprendídoen laszonascitadasendichoanexo y en rada
una de las provincias restantes, se entiende por áreas geogrdficas las que
queden comprendidasy delimitadas de acuerda a ia jurisdicci~nque le co-
rresponde a cada Delegación Regional del Ministerio deTrabajo; Empleo y
Seguridad Social. Las empresas de servicios eventuales deberán contar con
un local, oficina o agencia en cada una de las áreas geográficasen que desa-
rrollen sus actividades (conf. art. 7', res. 1225/07).
6) Denunciar el domiciliode la sede central, locales, oficinas y sucursales.
e) Acreditar )as inscripciones impositivas y de la seguridad social.
f ) Acreditar la contratación del seguro de vida obligatorio.
g) Constituir las garantías a iac que se refiere ef art. 78 de la ley 24.013, punto
que a continuación refomaremos.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 145
- pv -
h) Constituir domiciiio en la sede de su administración el que surtirá efectos
respecto de los trabajadares, las empresas usuarias, la autoridad de aplica-
ción y demásorganismosfiscaiesy de la seguridad social. Cualquier cambio
o modificaciónde los precitadcisrequisitos, asícomotambién la apertura de
nuevos locales, oficinas, agencias o sucursales, debera ser comunicado a la
autoridad de aplicación con una antelacibn de diez dias hábiles a su real¡-
zación.

Además, el art. 16 prevé que antes del 31 de marzo de cada año la empresa deser-
vicios eventuaies deberá presentar una declaraciónjurada certificada por un conta-
dorptjblico nacional confirma legalizadapor el Consejo Profesionaldeciencias Eco-
nómicas que corresponda, actuaiizando los datosde la inscripción, el total de remu- ,-
neraciones brutas abonadas por la empresa de servicios eventuales a sus depen-
dientesdurante el año inmediatoanterior, cantidad real de trabajadores ocupados,
el coeficiente de garantia y de la descripción detallada de !a operación aritmética
efectuada para arribar a dicho resultado, así como también deberá acreditarce la
constituciónde las garantías a valores actualizados acordes a esa declaración.
Asimismo, bimestralmente lasempresasdeservicioseventualesdeberán prove-
er al Ministerio de Trabajo un resumen de su actividad, en el que constará el deta-
lle de la nómina completa de los trabajadores contratados para prestar servicios
bajo la modalidad de contrato de trabajo eventual, individualizando respecto de
cada uno de ellos: a) Su nUmero de CU1L; b) la empresa usuaria en la que presta o
prestó tareas, señalando su número de LUKy lugar de prestación deservicios; c)
la fecha en que el trabajador eventual comenzósu prestaciónde servicios en la em-
presa usuaria; d)calificación profesional y remuneración del trabajador; e) si ai
cese en esas tareas fue incorporado como trabajador por tiempo indeterminado
de la usuaria (conf. art. 10, decr. 1694/06).
Mención especial requiere el requisito de la constitución de garantia, ya que el
art. 78de la INEobliga a lasempresasde servicios eventualesa caucionar una suma
de dinero o valores, además de una fianza o garantia real, delegando en la regla-
mentación los montos y condiciones de arn bas.
La garantía principal consistir6 en un depósito en caución dedinero en efectivo,
valores o títulos púbiicos nacionalesequivalentes a cien sueldos básicos mensuales
del personal administrativo, categoría A, del CCC 130/75, para empleadosde comer-
cio, o el que lo reemplace, vigente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por la
jornada legal o convencional, excluida la antiguedad25. Ademas de! depósito de
caución, en forma accesoria, ias empresas de servicios eventuales deberán otorgar,
afavordel MinisteriodeTrabajo,unagarantía por una sumaequivalentealtriplede

25 Adiciernbre de 2005esta garantia ascendía aproximadamentea S 107.000.


146 - - - - - - - - - - - - - , - - , -U-
-
Ricardo D. Hierresuelo Pedro F: Múñez

la mencionada precedentemente. "Esta garantia se otorgara, a elección de la em-


presa de servicios eventuates, a través de lossiguientes medios: a) dinero en efecti-
vo, valores o rítuios pSIblicos nacionales; 6) avai bancario o póliza de seguro de cau-
ción emitido por una entidad autorizada por la Superintendencia de Seguros de la
Nación, los que deberán tener vigencia hasta el 31 de marzo de cada año; c) consti-
tución de un derecho real de hipoteca sobre un inmueble propio de la empresa de
servicios eventuales, cuya valuación fiscal, a la fecha de constitucián de la garantía,
sea igual o superior al importe que garantice, la quese inscribirá en el Registro de la
PropiedadInrnuebIeque corresponda a la jurisdicción en queseencuentre ubicadc.
Ef irimueblesobreelque se pretenda constituir el derecho real de hipoteca nodebe-
rá tener otra gravamen y su titular debe estar libre de inhibicionesy s6io se proce-
derá al levantamiento de la hipoteca cuandosea reemplazada la garantia porcuai-
quiera de las previstasen los incs. a) y b) de este apartado o, en su caso, cumpiidos los
recaudos del art. 18dei decr. 1694106" (conf. art. 15, decr. ?694/06},
La norma agrega que ambasgarantíassereajustarananualmente sobre la base
de la escala quesedisponeacontinuación:el total de las remuneracionesbrutasde
cada mes abonadas durante ei año inmediatamenteanterior, que surjan de las de-
claraciones juradas mensuales que deben presentarse ante la AFIP, será dividido
por el sueldo básico del persoilal administrativo, categoria A, del CCC 730175, para
empleados de comercio, o el qtie lo reemplace, vigente en !a Ciudad Autdnoma de
Buenos Aires por la jornada lega! o convencionai, excluida la antigiíedad. El suel-
do anual complementario se lo incluirá en el mes en que figura abonado. Se suma-
rá el resultado obtenido en cada uno de los mesesy ese total se lo dividira por tre-
ce y el niimero que resulte se denominará "coeficiente de garantía" y será el que
se aplicara para el reajuste de las garantias previstas en este artículo, Si el "coefi-
ciente de garantia" fuese menor a mil regirhn ias garantías establecidas en los aps.
lQyZQalosvaloresvigentesaltiempodel reajuste.Apartir deeste niirnero porcada
cien o fracción mayor de treinta que arroje el "coeficiente de garantía" las garan-
tías principaly accesoria, se incrementarán respectivamente con uno y tressueidos
bisicos del personal administrativo, categoría A, del CCT 130175 para empleados
de comercio, o el que lo reemplace, vigente en la Ciudad Autónoma de Buenos Ai-
res por la jornada legal o convencional, excluida la antiguedad.

- Régimen sanrionatorio: La inobservancia de las empresasde servicios even-


tuales a la ley y a su reglamentación, las hará pasibies de diversas sanciones, pu-
diendo llegar incluso hasta la canceiaci6n de la habiiitación para funcionar. El art.
79 de la IAiE dispone que tales violaciones e incumplimientos serán sancionados
con multas, clausura o cancelación de la habilitación para funcionar, las que serán
aplicadas por la autoridad de aplicación; todo ello sin perjuicio de las responsabili-
dades que puedan corresponder a la empresa usuaria en caso de violación del art.
29 bis de la LCT, de acuerdo a las disposiciones de la ley que regula el régimen de
Responsabilidadsolidaria e0 el contrato de trabajo
--- 147
--- &-~+"-m
""

sanciones por infracciones a las normas laborales. Hacemos esta aclaracidn, puessi
bien la ley remite a la ley 18.694, la misma fue deragada por el art, 15 de la ley
25.212, la que actualmente regula el régimen general de sanciones par infraccio-
nes laborales, El Capítulo il de la ley 25.21 2 establece las infracciones y sanciones
emergentes de las acciones u omisiones violatorias de las cláusulas normativas d e
los convenios colectivos de trabajo, de las leyes y reglamentos de condiciones, sa-
lud, higiene y seguridad en el trabajo. Distingue entre infracciones leves (art. 2 O ) ,
graves (art, 3') y muy graves (art. 4') -además de las de obstrucción (art. 8')-,
efectuando una enurneracion detallada de las diferentes conductas sancionadas
en cada caso26.
El arl. 20 del decr. 1694106 prevé que, además de las sanciones antes menciona-
das, la violación a las disposiciones de este decreto serán sancionadas conforme al -
procedimiento previsto en la ley 18,695, según et siguiente régimen: "a)Lasperso-
nas firicas ojurídicas de cualqu~ercar6ctero denominación, sus coautores, córnpli-
ceso encubridores, que pretendiesen actuar o actuaren, porsío encubiertamente,
como empresas de servicios eventuafes autorizadas, o que por cualquier medio in-
vocaren, indujeran o publicitaren esa calidad, sin ajustar su ejercicio a las normas
de habilitación y reconocimiento estatuidas por la iey24.07 3 y el presente decreto,
serin sancionadas con la clausura de sus oficinas ysecuestro de toda la documen-
tación existente y una muka que se graduara de veinte a cjen sueldos básicos del
personal administrativo, categoría A, del CCTno130175para empleados de comer-
cio, o el que lo reemplace, vigente en la Ciudad Autónoma de Buenos Airespor la
jornada legal o convencional, excluida la antjgdedad. 6)las empresas deservicios
eventuales que no cumplieran efectivamente, en tiempo y forma, con las obliga-
ciones establecidas en este decreto, serán pasibles de una multa en pesos que se
graduará entre el 1% y el4% de las garantias que debieran tener constituidas en
dicho momento. Agrega que adema5 de esta multa, la empresa de servicios even-
tuales que no tuviese su garantía constituida en legal tiempo y forma en la fecha
establecida en el art. 16 (3 I de marzo), deberá cumplir can esa obligación dentro
de los diez días de intimada por la autoridad de aplicacidn. Transcurrido dicho pla-
zo o, en su caso, el establecido en el art. 16, párr. 64 delpresenTe decreto, sin que
la empresa de servicios eventuales curnplimenre lo requerido, se la sancionará con
la pérdida de la habilitaciOn administrativa, la cancelacídn de la inscripción en el
Registro Oficial y la clausura en caso que continúe con la actividad. c) lar empre-
sas de servicios eventuales que perciban del trabajador alguna suma por su ins-
cripción o contratacibn, opractiguen a éstos por tales hechos otros descuentos que
no sean los autorizados por ley o convenio, serán sancionadas con la ptirdida de la
habilitación administrariva y cancelación de la inscripción en el Registro Oficial.
148 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Múñea
-,- -'-,-- - -

En todos los casos, encontrandose firme la pérdida de la habilitación adminis-


trativa y la cancekación de la inscripción en el registro especial, se publicarán edictos
por un día en el Boktin Oficial y en el provincial que corresponda al área o áreas
geogrificas de actuacidn, con cargo a la empresa de servicios eventuales".
El art. 23 del decreto, aclara queen caso que la prestación de servicios a favor de
una empresa usuaria de personal sea provista por una empresa de servicios even-
tuales no habilitada por la autoridad de aplicación, se aplicarán los dos primeros
párrafos del art. 29 de la LCT, es decir, se producirá una mutaci8n del status jurídi-
co de cada uno de lossujetos pasivos de la obligación, pasando la empresa usuaria
a ser la empleadora, mientras que la empresa de servicios eventuales será la deu-
dora solidaria, De ahi, que /a norma señale que en taiessupuestos, el Ministerio de
Trabajo o ia AFIP, podran requerira la empresa usuaria el cumplimientode las obli-
gaciones que al empleador fe imponen los distintos regímenes de la seguridad so-
cial, computándose como fecha de ingreso la fecha en que hubiese comenzado ta
prestación de servicios en la empresa usuaria. Asimismo, ia empresa usuaria sera
solidariamente responsable con la empresa de servicios eventuales no habilitada,
sin perjuicio de las demás sanciones que le pudieran correspondera titulo directo,
de una multa que se graduara de veinte a cien sueldos básicos del personal admi-
nistrativo, categoria A, del CCT no 130/75 para empleados de comercio, o el que lo
reemplace, vigente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por {a jornada legal o
convencional, excluida la antigüedad.
De lo expuesto precedentemente, surge que ia cancelaci6n de la habilitación
para funcionar es la máxima de las sanciones quese puede aplicar a la empresa de
servicios even~uales,máxime cuando el art. 80 de la INE preve que en esos supues-
tos la caución no será devuelta y la autoridad de aplicación fa destinará a satisfacer
los creditos laborales que pudieran existir con tos trabajadores y organismos de la
seguridad social, y en caso de existir remanente será destinado al Fondo Nacional
de Empleo.
Cabe destacar que para que proceda la asignación del remanente en todos los
demascosos en que la empresa de servicios eventuales haya sido sancionada con la
cancelación, deberiin cumplirse los siguientes requisitos:
a) Haber transcurrido el plazo de cinco años desde que la cancelación de la ha-
bilitación ce encuentre firme.
b) Una vez vencido dicho plaza, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Sociat oficiará a los tribunalesqueentiendan en materia laboral correspon-
dientes a las áreas geográficas de actuación, a fin de que informen si la em-
presa tiene juicios en trámite. Si de las respuestas surgiera la inexistencia de
juicios pendientes,se publicaran edictos por ufidia en ei Boletín Oficiaiy en
el provincial que correspondan al área o Areas geograficas de actuación,
Cumplido esto y sin que se presenten acreedores, se procederá a ia asigna-
~esponsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 149
""---- -
'

c i ~ de!
n remanente en forma inmediata. Encambio,encasodeexistirjuicias
pendientesse dispondrá del remanente cuando hayan concluido y el tribu-
nal que intervenga otorgue certificado en ef que conste que la parte actora
fue desinteresada de las acreencias que emanan de ia sentencia dictada o,
en su caso, que nada tiene que reclamar en la causa.
c) La solicitud de informes relativosa loscréditosde la seguridadsocial se cum-
plirá con una requisitoria a los entes recaudadoresque correspondan.

En caso de que se cancele la autorizacidn para funcionar de la empresa de servi-


cioseventuales, se extinguirán de plenoderecho los contratosde trabajoquela mis-
ma hubiera celebrado para prestar servicios bajo la modalidad de trabajo eventual,
debiéndose abonar a los trabajadores las indernnizaciones iegales por despido
injustificado. La cancelación de la autorización para funcionar de la empresa deser-
vicios eventuales extinguirá, con los mismos alcances, los contratos de trabajo per-
manentesy continuos, losque podrán continuar su ejecución sólo por el tiempo ne-
cesario para la conclusión de las operaciones pendientes. Ello es así, por cuanto en-
tre que se produce la cancelacióny terminan las operaciones transcurre un tiempo
en el cual es necesario que eI personal permanente y continuo siga prestandoservi-
cios, para, por ejemplo, abonar las indemnizaciones a los trabajadores perrnanen-
tes y discontinuos, abonar las deudas con el resto de tos acreedores, etcétera.

Cuando se requiera la restitución de iosvaloreco titulos públicos nacionales de-


positadosencaución, la empresa de servicioseventualesdeberá solicitar la baja de
la habilitación y cumplir con los siguientes recaudos:
a) Acompañar declaración jurada en [a que conste: fecha de cesación de acti-
vidades, nómina del personal ocupado, haber abonado la totalidad de las
remuneracionese indemnizaciones, detalle de loscindicatas, obrassociales
y regímenes de la seguridad social en las que se encuentren comprendidas
las actividades desarrolladas. Esta declaración deberá estar certificada por
contador público nacional, con firma legalizada por ei Consejo Profesional
de Ciencias Econdmicasque corresponda, e l que deberá detallar la fecha de
vencimiento de los pagos de aportes y contribuciones y el cumplimiento en
tiempo o el pago de los recargos, intereses, multas y actualizaciones por los
efectuados tardíamente.
b) Acompañar certificados de libre deuda o constancia equivalente otorgados
por la AFIP, en relaciónconsusobligaciones con destino a ia seguridadsocial.
c) Publicar edictos por el termino de cinco días en el Boletín Oficiaiy en el pro-
vincial que corresponda a las áreasgeográficasdeactuación, emplazando a
las acreedores labora les y de la seguridad social, por el término de noventa
días corridos. Estas publicaciones deberán ser efectuadas por el interesado.
Hierrezwlo - Pedro E Núñez
150
-~.--~.~- ---~-Ricardo D.-
.-,-, . -,-

d) No tener juicios laborales en trámite, Ataf efecto, el Ministerio de Trabajo,


Empleo y Seguridad Social deberá oficiar a los tribunalesque entiendan en
la materia laboral correspondiente a lasáreasgeogrAficac de actuación afin
de que informen si la empresa que requiere su cancelación tiene juicios la-
borales o de ta seguridad social pendientes, corriendo su diligenciamiento
por cuenta de ia empresa de servicios eventuales.
e) No tener anotados embargos o cualquier otra medida caliteiar, En caso de
que la empresa peticionantese halle afectada por un embargo ejecutorio o
preventivo o cualquier otra medida cautelar, no lesera restituida la parte de
los valores depositados en caución afectados por dicha medida u las garan-
tías o avales caucionados de no ser suficientes aqut$llos, salvo aceptaciún
judicial de susti.tución de embargo.
f) No habersidosancionada con la cancelaciónde habilitacionpara funcionar,
en cuyo casose procederá conforme lo establecido por el art. 80 de la LNE.

El art, 19 del decr. ?694/06agrega que una vez curnpiidoc todos los requisitos es-
tablecidos en este decreto, y na existiendo otros impedimentos, la autoridad de
aplicaci6n autorizará la restitución de los valores, títulos públicos nacionales y la
liberación o cancelación de los avales y garantiac otorgadas en caución dentro del
plazo de treinta días.

11.2 - Cubrir necesidades evenruales de las empresas usuarias


El segundo de los extremos necesarios es que los trabajadores destinados por la
empresa de servicios eventuales realicentrabajos de naturaleza eventual, es decir,
cumplan en forma temporaria servicios extraordinarios determinados de antema-
no o exigencias extraordinarias y transitorias de ia empresa, explotación o estable-
cimiento, toda ver que no pueda preverse un plaza cierto para la finalización del
contrato (conf, art. 2*, decr. 1694106). Esto se infiere no sólo de ios términos del
decreto, sino también del parr, 3" del art. 29 de la LCT, luego de la reforma del art.
75 de la LNE, que estabtece que: "los trabajadorescontratadosporempresasde ser-
vicios eventuales (...) para desempeñarse en los términos de los aris. 99 de la pre-
sente leyy 77a80 de la Leyniacionalde Empleo ,..", Asimismo, el art. 77 de la INE es
categárico al sentenciar que: ". ..-501opodranmediar en ia contratacióndi trabaja-
dores bajo la modalidad de trabajo eventual".
Desde esta perspectiva, y atento la rernisi8n expresa que el art. 29 d'e la LCTefec-
túa al art, 99 de la misma ley, se permite la contratación de este tipo de personal
para la "satisfacción de resuitadosconcretos, tenidos en vista por éste, en relaci6n
a servicios extraordinarios determinados de antemano, o exigencias extraordina-
rias y transitorias de ia empresa, explotación o estabiecimiento, toda vez que no
puede preverse un plazo cierto para la Finalización del contrato".
Responsabilidadrolidaria en elcontrato de trabajo 151
--
El quid de la eventualidad no ha de buscarse en ias tareas cumplidas por et tra-
bajador, que pueden acomodarse a las ordinarias de la empresa, sino en ia iridole
de la necesidad empresaria que ha de ser intrínsecamente pasajera27.
A diferencia de las anteriores regulaciones, el art. 6"del decr. 1694106, enume-
ra de manera taxativa las causas por las cuales la empresa de servicios eventuales
puede asignar trabajadores a la empresa usuaria. Sin embargo, los supuestos son
tanarnpliosy genericosque permiten inciuirtodos loscasasen quese recurre a esta
contratación.
Ellas son las siguientes:
a) En caso de ausencia de un trabajador permanente, durante el período de
ausencia: el personal permanente de laempresa usuaria puede incurrir, oca-+
sionalmente, en ausenciasjustificadas o injustificadas, quesin llegar a cons-
tituir una suspensión legai, origine la necesidad de su reemplazo para con-
tinuar con el buen funcionamiento de la empresa.
b) En caso de licencias o sucpensiones legales o convencionales, durante el pe-
riodo en que se extiendan, excepto cuando la suspensión sea producto de
una huelga o por fuerza mayor, falta o disminución de trabajo: se permite
la contratacibn bajo este sistema siempre que se trate de suspensiones o li-
cencias legales o convencionales que no sean provocadas por causas econó-
micas, o por el ejercicio del derecho constitucional de huelga,
Por ejemplo, si el trabajador se encuentra haciendo uso de una licencia por
enfermedad o durante el periodo de reserva del puesto.
Estos supuestos guardan similitud con los estabiecidosen locarts.69a 71 de
la LNE referidos al trabajo eventual. Sin embargo, éstos son más amplios,
pues no se limitan a huelga, sino que se hace alusión a l ejercicio de medi-
das legitimas de acción indica!. Asimismo, prohiben utilizar esta modali-
dad cuando se intente reemplazar personal afectado por una suspensión o
despido producido por faltaodisminución detrabajo durante losseis meses
anteriores.
Empero, considerarnosque la empresa usuaria debe enestoscasos indicarel
nombre del trabajador que esta haciendo uso de una licencia o suspension
legal o convencional, pues en caso de que éste se reincorporara o hubiera
vencido el plazo de licencia o de reserva del puesto, y el trabajador provisto
por la empresa de servicios eventuales continuara trabajando, debe consí-
derarse a este último cama empleado de la usuaria vinculado con ésta por

27
CNAT, Sala IV, 11/7/07, "Cedrón, Martín c. Térmica San Luis S.A. y utroslDespído", Bolerin
Temático de jurisprudencia de la CNAT, voz "lnterposici6n y mediacjbn. Solidaridad (arts. 29 y 29
bis, LCT}", Oficina de Jurisprudencia, nov. 2007.
152 Ricardo D.Hierremelo - Pedro E Núñez

un contrato por tiempo indeterminado. Una situacibn especial se presenta


con respecto a /lasvacacionesanuales, ya que la jurisprudencia le ha negado
el carácter de eventual a la contrataciónde personal para cubrir estas licen-
cias, Así, se ha dicho que: "No cabría calificar de eventual la prestación cie
serviciosordinariosdeun ente cuando éstos no puedenser cumplidos porsu
personal permanentedebido al goce de las correspondientesvacaciones or-
dinarias. Se supone que una organización debe contar con suficientes em-
pleados para cumplir adecuadamente su actividad comercial ordinaria, de
mado que no necesite recurrir a trabajadoreseventualessino en supuestos
de servicios extraordinarios o necesidadesextraordinariasy transitorias, er!
la medida en que no pueda preverse un plazo cierto para su cumplimiento.
En síntesis, la simple circunstancia de que los empleados de la organización
gocen de sus vacaciones ordinarias en determinado periodo del año no jus-
tifica la contratación de personal eventual. Por lo que la falta de eventuali-
dadde las tareas prestadas por el actor en la empresa usuaria (enel caso aun
con posterioridad a que los empleados que se hallaban de vacaciones vol-
vieran a sus puestos) impone considerar que su verdadera y única emplea-
dora fue la usuaria (art. 29, parr. lo,
LCO, sin perjuicio de la responsabilidad
solidaria que cabe a la empresa de servicios eventuales que operó como
intermediaria entre el trabajador ysu emptcad~rri"~~.
c) En caso de incrementoen !a actividad de la empresa que requiera, en forma
ocasional y extraordinaria, un mayor número de trabajadores: es común
que en determinadas circunstancias, y debido a requerimientosesporádicos
del mercado, se genere una mayor demanda de productos que obligue a la
empresa a contratar una mayor cantidad de trabajadores para hacer frente
a esa necesidad, Esta necesidad no debe ser estaciona{, pues en ese caso es-
tariarnos frente a un contrato de temporada atípico. Noobstante elio, pue-
de darse el caso que, aun cuando en determinada epoca del ano se incre-
menta la demanda de ecos bienes (elaboracibn y venta de helado durante
los meses de verano), un año el gusto de la gente se incline por un determi-
nado producto que obligue a los fabricantes a recurrir a personal de ias em-
presas de servicios eventuales, además de los trabajadores por temporada
que siempre convocan en esas fechas (por ser, por ejemplo, un verano con
temperaturas mucho más altas que los normales, o porque se prolongue
mas de ia habitual}.

a CCNAT, Sala IV, 31/10/07, "Gonzsieii, Diego c. Bank Boston N.A. y otrossiDespido", Boietín
Temático de~ilrisprudenciade la CNAT, voz "ln.terposiciOn y mediación. Solidaridad (arts. 29 y 29
bis, LCT)", Oficina de Jurisprudencia, nov. 2007.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 153

d) En caso de organizaciiin de congresos, conferencias, ferias, exposiciones o


programaciones: con el fin de promocionar un determinado producto, ele-
var la venta de otros, mejorar la imagen de la empresa, etcétera, se suele or-
ganizarocasionalrnenteeste tipode eventos que requieren la contrataciiin
de personal eventuai durante el tiempo en que se extiendan los mismos.
e) En caso de un trabajo que requiera ejecución inaplazable para prevenir ac-
cidentes, por medidasde seguridad urgentes o para reparar equipos del es-
tablecimiento, instalaciones o edificios que hagan peligrar a los trabajado-
res o a terceros siempre que las tareas no puedan ser realizadas por perso-
nal regular de la empresa usuaria: entre los deberes del trabajador se en-
cuentra el de prestar los auxilios que se requieran en caso de peligro grave
o inminente para las personas o para las cosas incorporadas a la empresa *

(art. 89, LCT) está obligado incluso a prestar estosservicios en horas suple-
mentarias (art. 203, LCT). 5in embargo, la rapidezcon la cual debe llevarse a
cabo el trabajo para evitar las consecuencias no deseadas puede desbordar
el esfuerzo del personal de la usuaria y requerir en forma urgente y transi-
toria la contratacióndetrabajadoreseventuales;así como también en aque-
Iloscasos en que fa complejidad y premura de la tarea a realizar (reparación
de un equipo) exceda las posibilidades de los trabajadores de la empresa.
Cuando atendiendo a necesidades extraordinarias o transitorias hayan de
cumplirsetareasajenasal giro normal y habituai de la empresa usuaria: este
último caso, que también se encontraba en los decretos que precedieron al
1694106, incluye todas aquellassituaciones no contempladas en los anterio-
res supuestos, pero que, debido a su carácter de eventual, pueda ser cubier-
t a por personal perteneciente a este tipo de empresa.

La inobservancia a estas previsiones dará lugar a la aplicación de las sanciones


previstas en fa ley 25,212, asi como también a una multa en pesos que se graduará
entre el 1% y el 4% de las garantiasque las empresas debieran tener en el rnomen-
to de aplicada la misma, En cambio, cuando se trate de una empresa de servicios
eventuales no habilitada por el Ministerio de Trabajo, tanto ésta como la empresa
usuaria, seran solidariamente responsables de una multa que se graduará entre
veinte y cien sueldos básicos del personal administrativo, categoría A del CCT no
130175, excluida la antigüedad.
El art. 7" del decr. 1694/06 introduce una limitación a la contratación bajo esta
modatidad, tanto en relación con la cantidad de trabajadores, como con la exten-
sion temporal de los servicios, delegando en ia convencidn cofectivade cada acti-
vidad osector, las pautas para ta determinaciónde dichos limites. De todas formas,
conviene recordar que, aunque referido concretamente al contrato de trabajo
eventual, el art. 72, inc. b) de la L N E , prevéque la duración de la causa que dieraori-
154 Ricardo D. Hierre~uelo- Pedro E IVúñex

gen a la contratación eventuai no podrá exceder de seis meces por ano y hasta un
máximo de un año en un período de tres años. Asimismo, el art, 25 dispone que las
infraccionesa los limites fijados en las convencionescolectivasdetrabajo si se refie-
ren a un exceso en la extensión temporal, se imputarán a la empresa usuaria y a la
empresa de servicios eventuales; mientrasque cuando se trate de una despropor-
ción irrazonable e injustificada de trabajadores eventuales con el nYmero de tra-
bajadores permanentes de la empresa usuaria, se imputara como infractor a quien
corresponde,
Estas disposicionesse refieren a lasdistintassancionesquese pueden aplicarad-
ministrativarnentetanto tt las empresas de servicios eventuaiescornoa las usuarias,
por el incumplimientode los requisitos legales. Sin embargo, cabe destacar que en
relaci6n con el personal contratado, cuando no se cumplan los extremos normati-
vos para justificar la contratación bajoecta modatidad, esto es, cuando estemos en
presencia de una empresa de servicios eventuales que no se encuentra habilitada
por la autoridad de aplicación, o cuando nosea contratado para cumplir una nece-
sidad eventuai, se aplican los dos primeros párrafos del art. 29 de la LCT, y se pro-
duce una mutación de! status juridico de cada uno de los sujetos contratantes, pa-
sando ia empresa usuaria a ser la real ernpieadora, mientrasque la empresa deser-
vicios eventuales se convierte en deudora solidaria. Esta interpretación, aunque se
desprendede los propiostérminosdelart. 29dela LCT, también seencuentra regu-
lada en el art. 23 del decreto reglamentario, el cual agrega que en esos casos, tan-
to el Ministerio de Trabajo como la AFlP podrán requerir a ta empresa usuaria ei
cumplimiento de las obligaciones que al ernpleador le imponen los distintos regí-
menesde la seguridad social, debiéndosecomputar como fecha de ingreso la fecha
en que hubiese comenzado la prestacidn de servicios en la empresa usuaria.
Una situación particuiar contempla el art. 8" del decr. 1694/06, al disponer que
cuando el ernpleador requiera trabajadores para destinarlos a prestar servicios en
eventos ternporarios de exhibición, promoción, o venta de sus productos (ferias,
congresos, exposiciones o programaciones), deberá optar entre contratarios per-
sonalmente mediante las modalidades permitidas en la Ley de Contrato de Traba-
jo (Titulo Ill -eventual, plazo fijo, temporada-), contratarlos mediante empresas
de servicios eventuales, o subcontratar el evento a terceras empresas, cuya activi-
dad sea de pubiicidad y promoción. En este ultimo caso, la contratante deberá,
además de curnpiir con los recaudos previstos en el parr. 2" dei art. 30, retener las
contribucionescondestino a la Seguridad Social que deban efectuarse por los tra-
bajadores destinados a la promoción, exhibición y venta de sus productos, confor-
me la normativa que dicta la AFIP. Es decir, la contratante, además de retener las
contribuciones con destino a la Seguridad Social, deber2 exigirie a estas empresas
el niimero de CUlLde cada uno de los trabajadores que presten servicios y la cons-
tancia de pagode las remuneraciones,copia firmada de ioscomprobantesdepago
mensuaies a l Sistema de la Seguridad Social, una cuenta corriente bancaria de la
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo
-_ I I ^ _ _ I ~ ~ - ~ . I155l p

cual sea titular y una cobertura por riesgos de trabajo. De más está decir, que el in-
cumpiimiento de estos recaudas, sólo podrá ser sancionado mediante las medidas
que eventualmente dicte la reglamentacien, sin que elio convierta a la contratan-
te en responsable solidaria con la empresa de publicidad y promoción, salva que se
trate de una contratación de servicios encuadrable en el párr. lo del art. 30 de la
LCT, es decir, aquéllos correspondientes a la actividad normal y especifica propia
de! establecimiento.

- Imposibilidad de contratara plazo fijo: La doctrina en general cuestiona la


aparente imposibilidad de recurrir a este tipo de contratación en el marco de con-
tratos de plazo fijo. Esque advierten, con razbn, que con ese criteriose podría con-
tratar con una empresa de servicios eventuales para cubrir una iicencia por enfer- *

medad, pero no se podría recurrir a este método para reemplazar a una trabaja-
dora que esta haciendo uso de una licencia por maternidad, estado de excedencia
o período vacacional.
Maza y Plaisantsefialanquesi bienes ciertoqueel art. 29de la LCTrerniteymen-
ciona sóIo el art. 99y no alude a los casos de los arts. 92 a 95 de la LCTno ven moti-
vaciones justificantesde una !imitación como la descripta, sobre iodo cuando am-
bos contratos (de plazo fijo y eventual) tienen una misma esencia (!a determina-
ción del plazo de duración con base objetiva) y lo Único que los diferencia es la cer-
teza o incerteza de tal
En idéntico sentido, Etala indica que de la literalidad de las términosdel art. 77
de la LNE parecería excluir como modalidad de contratación la de plazo fijo. Sin
embargo, esta conclusión parece excesiva si se tiene en cuenta que tanto el con-
tratode trabajoa plazo fijo como el eventual son madalidadesde contratación por
tiempo determinado, de plazo cierto la primera e incierto la segunda. La intención
de la ley es que bajo la prestaciiin de servicios eventuales no se encubra el suminis-
tro de personal permanentea Iasempresasusuariasy asegurar que se dectineefec-
tivamente el personal eventual a cubrir necesidades transitorias de las empresas,
tengan estas necesidades un plazo cierto o incjerto de finalización siempre que
estén destinadas a agotarse en algún
Coincidimos con estos autores en que no existen razones válidas para permitir
la contratación en un caso y vedarta en el otro, lo que por otra parte estaría respal-
dado por las causas descriptas por el art. 6 O del decr. 1694106, entre las que se en-
cuentran algunris propias de la contratación a plato fijo (por ejemplo, licencias o
sucpensiones legales o convencionaies y organización de congresos, conferencias,
ferias, exposiciones o programaciones, que culminan con la reaIiración del evento),

'' Maza- Plaisant, interrnediacibn laboral, p. 30.


30 Etala, Contrato de trabajo,ps. 97y 98.
156 Ricardo D. Hierreruelo - e d r o E Múfiez

Sin embargo, creernosque esa no fue la intención del legislador. Es que, a fa Iitera-
lidaddel art. 77de la LNE,quesóioadmite la contratación bajo la moda tidad de tra-
bajo eventual, se le suma la modificaciOndel art. 99 de la LCT por el art. 68 de la LNE,
donde 5810 se agregó: "toda vez que no pueda preverse un plazo cierto para la fi-
nalización del contrato", como para distinguir concretamenteentre una y otra mo-
dalidad contractual.Y es justamenteesta expresión, ta que utiliza el art. 2"del det:r.
1694106 para definir a la empresa de servicios eventuales, despejando cualquier
tipo de incertidumbre sobre la naturaleza de los trabajossujetos a contratacion.

11.3 - incumplimiento de los requisitos

Fa falta de habilitación administrativa para funcionar o la contratación de tra-


bajadores bajo este método para cumplir funciones permanentes de ia empresa
tomadora del servicio torna aplicable losdos primeros parrafos del art, 29 de la LCT,
y por ende, convierte a la empresa usuaria en empleadora y a la empresa de servi-
cios eventuales en tercero solidario.
Esto es importante remarcarlo pues hasta antes de la sanción de la Iey24.013 era
habitual quese utitizarael mecanismodecontrataciónde trabajadoresconempre-
sas de servicios eventuales, muchas veces creadas por la propia usuaria, para exi-
mirse de responsabilidad por las obligaciones laboralesy de la seguridad social. Es
que, como bien indica Justo López, la actividad de estas empresas debe ser objeto
de especia! atención legislativa, para que no se constituyan en instrumento de in-
terposición fraudulenta, pues fuera de la órbita en la cual se justifica su actuación
podrían ser utilizadas, por las empresas usuarias, responsabilidades relativas a ne-
cesidades de trabajo permanentey no meramente temporarias31.
En este sentido, se ha resuelto que: "Cabe tener presente que la regla general
fue y sigue siendo que, cuando una empresa contrata personal a través de otra,
aquel debe considerarse empleado de la usuaria (art. 29, párrs. lo y 2");sOlo que el
derogado párr. 3" consagraba una excepcibn que operaba únicamente cuando se
acudía a una intermediaria autorizada para cubrir necesidades 'eventuales'. Vale
decir que no sólo el carácter de la intermediaria sino, además, la cabai demostra-
ción de que se utiiizaron los servicios del trabajador para cubrir una necesidad o
exigencia transitoria u ocasional, era lo que autorizaba a eximir de toda responsa-
bilidad a la usuaria. En la actuaiidad, tal posibilidad liberaioria no existe no sólo
porquese haderogadoel citado párr. 3" (art.75,LNE)sino porque, además, seagre-
gó como 'art. 29 bis'de la LCT(art. 76, LNE) una disposición que consagra invaria-
blemente la responsabilidaddirecta de la usuaria respecto de todas las obligacio-
nes nacidas del vínculo que la intermediaria establece con el trabajador cantrata-

López -feriteno - Fernandez Madrid, Ley de Cont.ratode Trabajo comentada, T. 1, ps.252


y 253.
Responsabilidadrolidaria en ei contrato de trabajo 157
-
-
'

do, aun cuando la contratación se hubiera efectuado para cubrir una exigencia
entual de aquélla. De acuerdo con ello y con la directiva que emana de los artr;.
y29 bisde la LCT, cabe concluir que, en el caso, la Unica demandada (Nobleza Pic-
dú5.A.) usuaria de losserviciosprestados por ei actor, debeser considerada 'em-
adora'directa de iosserviciosdelactor en el lapso durante eI cual iniermedió en
relación la agencia"32.
Tambikn se ha dicho que: "Si el actor trabaj6 desde ei principio de su contrata-
al servicio dei Banco Comafi -primero a través de Prevent y luego mediante
.A. Recursos Humanos-, efectuando tareas de venta de productos de dicha
dad bancaria como vendedor de tarjetasde créditos, cuentas corrientesy pres-
os, todo ello durante e! tiempo que 5e prolongó la relación,sinque dichas tare-
as se hayan debido a exigencias extraordinarias de fa empresa, ello evidencia q u e
el actor era empleado directo de aquella empresa. Máxime cuando no se expresó
zón alguna que justifique la contratación del actor en los términos dei art. 29,
rr. 2", y art. 29 bis de la LCT. En ese sentido, no basta con invocar una causal, re-
oduciendo a! efecto tos términos del aré. 3" del dect. 342/92 (actualmente decr.
94/06), sino que es menester demostrar acabadamente que la contratación
entual del trabajador respondió a las concretas causas que requiere la normati-
vigente, lo q u e no se logró en el raso de autos. Por lo tanta, ante la falta de de-
ostración de la eventualidadde las tareas, lo cierto es que en el caso, existió una
ara negativa por parte de las demandadas a registrar correctamente ia relación,
ue justifica la decisión del actor de considerarse despedido. Y, como derivaci~n
110, corresponde confirmar el derechadel actor a estar encuadrado bajo el CCT
8/75 aplicable a la actividad de la real empleadora, resultando procedentes las
iferencias salariales fundadas en ei erróneo cálculo de! bhsico correspondiente
según la norma convencional del CCT 130175 que aplicó la a~cionada"~~.
En idéntico sentido, se ha sostenido: "Mientras la empresa de servicios even-
tuales y la usuaria cumplan su cometido en los tkrminos de la ley, ninguna respon-
sabilidad puede caber a la irltirna, pues ambos sujetos de derecho están actuando
conforme a una norma jurídica que ias habilita para llevar a cabo el negocio ex-
puesto. Sin embargosi no se cumpliera algunos de los requisitos legales, como por
ejemplo que las tareas no fueran eventua tes, entonces cae todo el andamiaje y se
produce uriverdaderofraudeala ley, porquese ha utilizadoel art.29del LCT, como

32 CNAT, Sala 11,4/10/12, "Ferreyra, Raúl Albertoc. Nobleza PiccardoS.A.s/Decpido", Boletín


Temático de jurisprudencia de la CNAT, voz "lnterpocicibn y mediacion. Solidaridad (arts. 29 y 29
bis, LCT)",Ac.tualización2015.
CCNAT,Sala Vi, 32/10/12, "Frette, Danjel tgnacio c. Banco Comafi S.A. y otro $/Despido",
Boietin Ternáiko de Jurisprudencia de la CNAT,'voz "interposicibn y mediación. Solidaridad (arts.
29 y29 bis, LCTJ", Actuaiización 2015. Actuaiización 2015.
158 Ricardo D. Hierrezuela - Rdro E Muñez
.----------,u,--- -
norma de cobertura a los efectos de violar el orden publico laboral. Existe, enton-
ces, un vicio en la causa fin del negociojuridico (el contrato de trabaja) y la norma-
tiva pretendida pasa a ser autom6ticamente reemplazada por la que corresponde
en su conjunto. De tal manera la tisuaria deja de ser tal y pasa a ser empleadora. La
empresa de servicioseventualeslaacompafia en la solidaridad que, en estecaso, el
fegisiador le ha impuesto con fuente legal como sar~cion"~~.
lambiPn se ha indicado: "Dada la orfandad probatoria por parte de la code--
mandadas respecto a la concurrencia dealgunode lossupuestosfácticos que auto-
rizaban ia contratación de personal eventual a través de las empresas previstas en
el art. 29 bis de la LCT-necesidad de cubrir necesidades transitorias y eventuales
del personal o reaiización de tareas extraordinarias-, sumado a que la duraci6n
del vinculo superó los !imites previstos en el art. 72, inc. b) de la ley 24.013, llevan a
concluir que, por aplicación del art. 29 de la CCT, la accionada que se benefició con
la prestaciónde los serviciosde la trabajadora ostentó la calidad de empleadora di-
recta, mientras que ia otra no fue más que una mera intermediaria, lo que las tor-
na solidariamente responsables de las obligaciones emergentes de la relación la-
boral y de Ias que derivan de la seguridad
Porsu parte, la Sala II resolvid: "Al operar la regla del párr. lodel art. 29de la LCT,
debe considerarse ernpleador a la empresa usuaria de los servicios personales de
los trabajadoresy al tercero interpuesto-sea o no una empresa deservicioseven-
ruales autorizada- como responsable o garante solidario. El nhcleo o sustancia
del régimen de este articulo no havariado tras las modificacionesintroducidas por
la ley24.013, El párr, lodescartaaI sujeto intcrrnediarioparaconsiderar, en tales hi-
pótesis, que el empieador es sólo aquel que pidió la provisióndel personal, lo incor-
poróasu estructura empresarial, lodirigió y aprovechó losfrurosde tat trabajo. Ca-
be remarcar que el concepto de fraude a \a ley laboral no requiere dolo, bastando
la violación objetiva de las normas. Consecuentemente, la responsabilidad adicio-
nal solidaria de los sujetas interpuestosentre los trabajadores y quienes deben ser
concideradossusauténricos empleadores se justifica por su intervención en la ma-
niobra que la ley reputa objetivamente fraudulenta y no por considerarlas coem-
pieadoras. El art. 26de la LCTno define el concepto de coempieadora, IirnitAndo-
se a admitir un hecho material factible y frecuente de que el sujeto ernpleador sea
compiejo, es decir que esté formado por un conjunto de personas fisicac (del voto
del doctor Maza; el doctor Pirolo adhiere por razones de economía procesal, pues
en su opinión la usuaria y la agencia intermediaria se integran en un sujeto 'ernptea-

34 LNAT, Sala 1,2Ii9211i, "Chaneton, Juan Atbertoc. Ciudad Cultural S.A. y otrossiDespido",
en intranetpjn.gov.ar,
35 CNAT, Sala VI, 26\8/14, "Del Castiilo, Claudjo Daniel c. Tiempo Laboral 5.A. y otro síDespi-
do", en !nrranet.pjn.gov,ar.
Responsabilidadsolirlaria en el contrato de trabajo 159
- ---- -"

dor' plural. La postura mayoritaria quedó consagrada en la causa 'Vázquez, María


L. c. Telefónica de Argentina y otro slDif. desaiariosf,S.D. n096061,del 25/9t08)"36.
Si la contratación del trabajador no se hizo respetando los presupuestos exigi-
dos, sino para cubrir una actividad permanente y propia del giro empresario, ante
la asignación de un nuevo destino por parte de ia empresa de servicios eventuales,
el trabajador podria oponerse, sosteniendo laap[icaciónde los dos primeros parra-
fos del art. 29 de la LCTy reclamando el cumpiimientodel deber de ocupación a su
verdadera empleadora (la empresa usuaria). Asi !o ha resuelto la jurisprudencia, al
decir que: "En la medida en que las normas relacionadasconla 'interposición y me-
diación'-tantolasde los arts. 29y 29 bisde la LCTcomo tasde la ley24.013yeldecr.
342192- están puestas a favor del trabajador, este se encuentra legitimado para
desdeñar la posibilidad de nueva ocupación con la empresa de servicios eventua-
las, y dirigirse únicamente a la usuaria para que continúe ocupándolo. En tal caso,
todo lo que puede exigir de la intermediaria es la responsabilidad solidaria por los
créditos, remuneratorios e indernnizatorioc, que pudieran haber nacido en cabe-
~ ~ . recientemente, se ha resuelto que: "Si bien la relación
za dedicha u r ; ~ a r i a "M65
transcurrió, formalmente, entre el actor y el 'contratista' -que lo registrá, le abo-
nó las remuneracionesy actuó como ernpleador-, aquél se encontraba legitima-
do a requerir directamente al 'usuario'asurnir el rol de empieador. Es verdad que
la solidaridad legalmente impuesta y el adecuado cumplimiento por parte del
'contratista' de las obligaciones legales y convencionales y de las cargas fiscales y
parafiscales disefian un sistema que, en foque se refierea la identificaci6n del em-
pleadorsólo tiene relevancia respecto de cargas ajenasa la extinción de la relacibn.
Pero no lo es menosque el sistema de fa ley distribuye los rolesde un modo deter-
minado y que es legítima la pretensión del interesado de que eliossean asumidos
de ese modo por cada uno de los componentes de la relacióntriangular generada
por la intervención de! 'contratista'. Además, las normas sobre interposicióny me-
diación -las de la LCT, coma las de !a ley 24.013 y tas del decr. 1694106-, están
puestas a favor del tra bajador, éste está legitimada para desdefiar la posibilidad de
nueva ocupaci6n con el intermediario y dirigirse Gnicamente al 'usuario' para que
continile ocupándolo, casa en et que aqué! conserva su responsabilidad solidaria
por los créditos nacidos en cabeza del 'usuario' " 38+

36 CNAT, Sala lf, 5/3/14, "Torres,Alejandra Romina c. Schneider Elecrric 5.A y otros/Despido",
en intranetpjn.gov,ar.
, 37 CNAT, Sala Vlli, 19/7/01, "Suhrez, Nestor c. Ofsten Ready y Office S. A. y otrosiDespido",
"Revista de Derecho Laborai y Segundad Social", fasc. quincenal, 2003,ps. 99 y 100,
38 CNAT, Sala Vlli, 18í7i14, "Acosta Fernández, Alejandro Rodrlgo c. Gestión Laboral S.A. y
otro slDespido", Bolctin Tematico de jurisprudencia de la CNAT, voz "Interposición y mediación.
Solidar~dad(arts. 29 y 29 bis, LCT)", Actualizacjón 2015. Actualización 2015.
160 Ricardo D, Hierrezuelo - Pedro E IVúñer

Como estamos en presencia de una excepción al régimen general, se debe acre-


ditar fehacientemente el carácter eventual de los servicios contratados, siguiendo
fas siguientes pautas:
a ) tos trabajadores contratados a través de una agencia de servicios eventua-
les deben prestar servicios eventuales.
b) Estos no están caracterizadas por la brevedad de la prestación contratada
sino por el hecho de que la tarea que se preste corresponda a una necesidad
objetiva de la empresa, en virtud de la cual el trabajo esti sujeto a extincióri
por un hecho conocido con anterioridad por ambas partes.
c) Noessuficientepara afirmar queel contratode trabajo invista la modalidad
de eventual, que el trabajador se hubiere relacionado con la empresa en la
que presti, servicios, por intermedio de otra dedicada al suministrode mano
de obra, aunquese encuentre inscripta en el registro especial.
d) La primera condición quedebe cumplirse es la de la prueba de la eventuati-
dad de los servicios requeridos oportunamente por la empresa cliente.
e) E l reconacimiento adminirtrativo de la empresa de servicios temporarios es
un requisito que-en ningún caso-permite calificar la modalidad de lasta-
reas que se prestan para la empresa cliente, quees la que debeacreditar que
los servicios requeridos revisten las características a las que hace referencia
el art. 99 de la LCTpara pretender excluir su responsabilidad

La Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires ha establecidoque: "El art. 29


de la LCT estabiece como regia la solidaridad entre la empresa contratante y la
usuaria de losserviciosdeltrabajador cualquiera sea el actoo estipu lación que con-
cierten. Por el OItirno psrrafo del precepto -agregado por el decr.-ley21.297- se
establece como excepci6n a dicha regla el supuesta de los servicios eventuales que
se presten por empresas reconocidas al efecto por la autoridad de aplicaci~n.
"En consecuencia, a quien pretende encontrarse alcanzado por la referida ex-
cepción, le incumbe fa acreditación de dichos extremos, esto es, que se trata de tal
tipo de servicios y el reconocimientopor partede la autoridad de a p l i c a c i ~ n " ~ ~ .
Jurisprudencialmente se ha resuelta lo siguiente: "La modalidad eventual de
contratacibn,se trata de una cesióntemporaria de trabajadores propios-que rea-
liza una empresa constituida exclusivamente a tal fin- para cubrir tareas en ern-
presas usuarias que requieren trabajadores eventuales. Mientras estas empresas
cumplan su cometido en los termirios de la ley, ninguna responsabilidadpuede ca-

39 Fernández Madrid, Tratado practico de derecho de/ trabajo,t. i, p. 912.


40
SCBA, 2014/99, "Rotnero, Ricardo A. c. Servi 2 S.A. y otra. slDespido", inldito.
Responsabilidad solidaria en e/ contrato de trabajo 161
---- ____p
l .--- -

ber a la usuaria, pues arnbossujetos de derecho están actuando una norma jurídi-
ca que las habilita para llevar a cabo el negocio expuesto. Más, si no se cumpliera
algunos de esos requisitos, como por ejemplo que las tareas no fueran eventuales,
entonces cae todo el andamiaje y se produce un verdadero fraude a la iey, porque
se ha utilizado el art. 29 de la LCT, como una norma de cobertura, generando una
tensión entre la misma y el orden pliblico laboral. Se produce entonces un vicio en
la causa fin del negocio jurídico, esto es en el contrato de trabajo, y la normativa
pretendida pasa a ser automáticamente reempiazada por la que corresponde en
su conjunto. En tal sentido, la usuariadeja deser tal y pasa a ser empleadora. La em-
presa deservicioseventualesla acompaña en la solidaridadque, en este caso, el Ie-
gislador ta ha impuesto como fuente legal y ~ancióln"~~.
También se ha dicho al respecto que: "Las empresasde servicios eventualessbia
se encuentran autorizadas para proveer personal a terceros, para cumplir en for-
ma ternporariaservicio~determinados de antemano, o responder a exigencias ex-
traordinarias y transitorias de la empresa, explotación o establecimiento, toda vez
que no pueda preverse un plazo cierto para la fjnalizacibn del contrato Iarls. 29,
'2 decr. 342/92). Ni la celebración por escrito de un
parr. 3", LCT;77, iey 24.013; la y ,
contrato de trabajo eventual, ni ia intermediación de una empresa de servicios
temporarios inscripta en el registro que lleva e¡ Ministeriode Trabajo eximen be la
prueba de la necesidadobjetiva eventual, justificativa del modelo, Ello asi, pues en
nuestro ordenamientojurídico no basta el acuerdo de voluntades sanasy la obser-
vancia de las formalidades legales, para generar un contrata de trabajo cierto o in-
cierto. Debe mediar también una necesidad objetiva del proceso productivo que
legitime el recurso a aiguna de esas rn~dalidades"~~.
Se ha sostenido asimismo que: "La empresa de servicios eventuales que contra-
t ó al actor para desempefiarse como telernarkefer y la usuaria de esos servicios,
deben ser responsabilizadas solidariamente en los términos del art. 29, párrs. 1°y
2"de la LCT, respecto de las indemnizaciones derivadasdel despido, ante la inexis-
tencia de prueba alguna que acredite la eventualidaddeservicios que fueron pres-
tados por más de dos anos y por la mera invocacibnde necesidadesextraordinarias
o el hecho de que la empresa de servicios eventuales estuviera habilitada son insu-
ficientes para acreditar la legitimidad de aquella r n e d i a c i ~ n " ~ ~ .

CNAT, Saja Vll, 28/8/08, "Gaona, Fredy Héctor c. Cencosud S.A. y otro slOespido", en intra-
net,pjn.gov.ar,
42 CNAT, Saia IV, 11/2/10, "Machado, Luis Eduardo c. Complementos Empresarios S.A. y otro
slDespidon, Boletin Mehsualdejurisprudencja ddela CNAT, no298, Oficina de Jurisprudencia, feb.
2010.
43 CNAT, Sala VI, 3113109, "Manzetto Issi, Aian Marreloc. 5prayetteS.A.y otro", DT, afioLXIX,
no 11, nov. 2059, p. $ 1l.
162 Ricardo D. Hierrezueio - Pedro E NúRez

Además, se ha agregado que: "Dado que no se demostró la eventualidad invo-


cada para proceder a la contratación de personal en los términos del art, 29 bisde
la LCT, sino quesesuministróla prestación por parte del trabajadordeserviciosque
en sí mismos no son eventuales sino permanentes, la relación cae bajo el principio
general que rige a la subempresa de mano de obra yse establece una relación di-
recta y permanente con el empresario que utilizó los servicios del trabajador sir)
perjuicio de la responsabilidad solidaria del interrnediari~"~~.
En el mismo sentido se ha resuelto que: "El hecho de que la prestación de tare-
asse haya efectuado en períodos discontinuos no permite concluir que el contrato
de trabajo haya sido celebrado con carácter eventual si no se cumplen los requisi-
tos que en formaacumulativa establece ef art. 72de la ley 24.013, cuando como en
el caso se excedieron los plazos legales y no se acreditaron las verdaderas causas
que habrían provocado lasalegadasnecesidadesextraordinariasy transitorias. Ha-
biéndose comprobado que la relación que unió al actor con su empleador fue u n
contrato de trabajo portiempo indeterminado, corresponde responsabilidadsoli-
dariamente a la empresa de servicios eventuales intermediaria por los créditos la-
borales reclamados, pues en el caso es encuadrabfe en las previsiones del art. 29 de
la 1CT"".
Más recientemente, se ha dicho que: "Las empresasdeservicioseventuales sólo
se encuentran autorizadas para proveer persona¡ a terceros, para cumplir en for-
ma ternporaria servicios determinados de antemano, o responder a exigencias ex-
traordinarias y transitorias de la empresa, explotacion o establecimiento, toda vez
que no puede proveerse un plazo cierto para la finalizacion del contrato (arts. 29,
pirr. 3*, LCT; 77, ley 24.01 3; 'TOy2",decr. 342/92). Ni ia celebraciónpor escrito de un
contrato de trabajo eventual, ni la intermediación de una empresa de servicios
temporarios inscripta en el registro que lleva el Ministerio &Trabajo eximen de ia
prueba de la necesidad objetiva eventual, justificativa del modelo. Ello así pues en
nuestro ordenamiento jurídico no basta el acuerdo de voluntades sanasy Ia obser-
vancia de las formalidades legales, para generar un contrato de trabajo de plazo
cierto0 incierto"46.
Cabe recordar que el art. 40 de la ley 25.877 veda a las cooperativas de trabajo
actuar como empresas de provisión de servicios eventuales, reiterando las disposi-
cionesinsertaien ia res. 2015194del Instituto Nacional de Acción Cooperativa. Ello

44 CNAT, Sala III, 30/5108, "Lescano, Marcela del Valle c. Griffo S.R.L. y o.tron, DT, a ñ o LXVIII,
nuXi, nov. 2008, p. 1034.
CCNAT, Sala 11, 2015109. "lajarn, Miguel Angel c. Hidrovia S.A. y otro", DT, año LXIX, noIX,
sep. 2009, p. 1030.
CNAT, Sala IV, 11t5110, "Moreno, Leopoldo Javierc. Undever de Argentina S.A. s/Despido",
Boletín Mensualde Jurisprudencia de !a CNAT, no301,O.firinade Jurisprudencia, may. 2010.
onsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 163

j, porque era una practica cornitn de las usuarias contratar trabajadores de las
rativasdetrabajo para cumplir tareasnormalesy propiasdesugirucomerciai.
jurisprudencia resolvió que: "las cooperativasde Trabajo no pueden actuar
las empresas de servicios eventuales, es decir, como cotocadoras de personal
ceros establecimientos, pues ésta es una forma sencilla de alterar toda ia es-
ctura de la ley laboral y de privar de la tutela respectiva ai personalso pretexto
la existencia de actos cooperativosentreel trabajadory la empresa donde pres-
rvicios, por lo que en tal supuesto, la empresa usuaria debe responder como
leadora directa y la cooperativa como intermediaria, solidariamente respon-
en los térrninosdel art. 29 de la L C T " ~ ~ .
mpoco las empresas de servicios eventuales pueden celebrar con su personal
ratos de aprendizaje, de conformidad con lo establecido por el art. 1: in fine
ley 25.01 3. Los términos en que fuera redactado el articulo hacen inferir que
lo abarcan a los trabajadores destinadosa la empresa usuaria, sino tarnbien a
contratados para cumplir tareas en su organización, razón por la cual si en vio-
n a la iey, ia empresa de servicioseventuatesefectúa este tipo de contratos, los
osse entenderán celebrados por tiempo indeterminado.
inalrnente, no resulta ocioso senalar que si bien es extraño que el sector púbii-
recurra a este tipo de contrataciones, si !o hace, debe entenderse que ha opxa-
por el especial régirnenjurídico previsto, y por ende, ser considerado como una
presa usuaria más y responder solidariamente. Asi Io entendió la jurisprudencia
indicar que: "Si e! organismo de derecho público ocupó al trabajador por inter-
dio de una empresa de servicios eventuales, se sometió voluntariamente a las
osiciones de la Ley de Contrato de Trabajo, por lo que no corresponde eximir-
la responsabilidadsolidaria que dicha norma prevé"48.

11.4 - Elplenario «Vásquer»y el art. 13 deldecreto 1694106


omo se analizó en el capítulo anterior, en el plenaria "Vásquez, Maria Laura
lefónica de Argentina S.A. y otro s/DespidoU,se resolvió que: "Cuando de
rdo con el párr. l o del art. 29 de la LCTse establece que el trabajador ha sido
pleado directo de la empresa usuaria de sus servicios, procede Ia indemnización
evista en ei art. 8" de la ley 24.013 aunque el contrato de trabajo haya sido ins-
pto solamente por la empresa intermediaria,
Aún cuando, de los claros términos del plenario debe entenderse que resulta
aplicable a todos los casos, desde nuestra perspectiva la situación no es tan clara
cuandose la confrontacon la última parte del art. 13del decr. 7694106, elcual admi-

CCNAT, Sala 1,2114/97, "Ricco de Guarino, Rosa A. c. Laboratorios Andrbmaco S. A. y otro",


47
DT,1997-8-2484,
48
CNAT. Sala 111,9110100, "Caniza, Claudia G . c. Sepa S.R. l.y otro siDespido", TySS, 2001 -858.
164 -
Ricardo D. Hierrezoelo Pedro E Nufiez

te dos lecturas, como se aprecia en los votos de los doctores Zas y Maza en uno y
otro sentido. En efecto, no existen dudas que procede las indernnizacionesprevic-
tasen ta LNE (arts. 8"y t 5) yen el art. 1'de la ley25.323, cuando ia intermediaria no
es una empresa de servicios eventuales legalmente autorizada, ni para las situa-
ciones reguladas por el decr. 34292. Sin embargo, con la derogaci6n de ese decre-
to y la sanción del decr. 169.4106 la solución no es tan sencilla a la luz de la reforma
introducida en el art. 13 del mismo,
En efecto, el art. 13, luego de disponer que tanto la empresa usuaria como la de
servicioseventuates deberan llevar una sección particuiardel libro especial del art.
52 que contendrá los datos de los trabajadores destinados a las primeras, agrega
que lasregisTraciones quese realicen de conformidad con lasexigencias de estear-
ticulo, además de \as que efectúe la empresa de servicios eventuales de conformi-
dad con lo dispuesto en el art. 7 O de la LNE,respecto de los trabajadores que pres-
tan servicios en las empresas usuarias, en todos los casos surtirán plenos efectos,
respecto de estas últimas, en loque hace a !a obligación de regislraciíin. De esta 01-
tima parte del articulo no se entiende si ia expresión "en todas los casos" incluye
también aquellos supuestos en los cuates corresponde considerar a la empresa
usuaria como verdadera empieadora, porque contrató trabajadores para cumplir
funciones propias del giro normal de la empresa,
Hemos dicho en otra oportunidad y volvemos a repetirlo que de aceptarse la
interpretación que la registracibn en la parte especial prevista en el art. 52 de la
LCT, como trabajadores de otros, en todos los casos surten plenos efectos en lo que
hace a la obligación de registración de las empresas usuarias, constituiria un exce-
so de reglamentación, por cuanto se estaría validando el fraude pergefiado por
ambas empresas, porque la registración efectuada por !a usuaria en el iibro espe-
ciai del art. 52 de ia LCT, no sería como empleadora, por lo que no se cumpliría ia
formalidad prevista en ei art. 7' de ia LNE, sin perjuicio de destacar que en los de-
más registros previstos en el inc. b de ese articuio quien rea tmente registró la rela-
ción laboral no fuesu empieadora, sino la deudora solidaria.
Adviertase que mientras las, al votar en ei pienario señaló, que el art. 13 debe
entenderse limitado a las regisfraciones efectuadas por empresas de servicios
eventuales habilitadas por la autoridad de aplicación en la modalidad con"cactual
prevista en e! art. 29, úItímo párrafo de la LCTy en el art. 4O, párr. 2" del decreto
reglamentario. indicó que una interpretación que permitiera inctuir en el ámbito
de aplicación del último párrafo del art. 13 del decr. 1694/06 la situaciiin descripta
por los dos primeros párrafos del art. 29 de la LCT(hipótesis que descarta) implica-
ría una vulneración de la ietra y el espíritu del art. 7Ode la LNf,con el consiguiente
quebrantamiento del principio constitucional de Ia subordinación del reglamento
a la ley (conf.art. 99, inc. 2", CM.
En cambio, el doctor Maza, quien se expidio por la negativa, refirióque no pue-
de ser soslayado en el examen det supuesto bajo análisisy para aquelloscasos en /os
onsabilidadsoIidariaen el contrato de trabajo 165
+ - ' l " _ l l l l -

ue e l sujeto interpuesto hasido una empresa deservicios eventualmente debida-


nte autorizada por el Ministerio de Trabajo, lo dispuesto en la parte menciona-
del art. 13, expresión normativa que expresa la postura del propio Poder Ejecu-
,autoridad encargada de perseguir, detectary sancionar administrativamente
abajo clandestino mediante susservicios de inspeccidn.

11.5 - jurisprudencia posterioral plenario «Vasquer»


n respecto a lar multas de ia iNEl con posterioridad al dictado del plenario
ionado las Salasse expidieron haciendo lugar a las indemnizacionesprevistas
arts. 8"y 15 de la ley mencionada.
i, la Sala iil resolvió: "Si bien Temporaria S.A. registró e! vinculo con el accio-
e, en definitiva fue la empresa Serenity S.A. codemandada quien utilizo la
tación deaquél y por lo tanto, e! empleadordirecto (conf. art.29, párr. 1O, LCT),
1 lleva a concluir que el registro no ha sido correcto. En sentido similar, este
o ha sido ratificado por esta Cámara, en pleno, al dictar el plenario no323 de
30lSil O, in re 'Vdsquez, Maria L. c. Telefónica de Argentina S.A. y otro sIDife-
iac de salarios', que establece que: 'Cuando de acuerda con el párr. 1" del art.
la LCTse establece que el trabajador ha sido empleado directo de ia empre-
ria de sus servicios, procede la indemnización prevista en el art. 8" de la ley
aunque el contrato de trabajo haya sido inscripto solamente por ia empre-
intermediaria'. (Sin perjuicio del criteriode la doctora Cañal sobre la inconstitu-
aiidad del art. 303 del CPCCN, aplica la doctrina del plenario 'Vásquez' por
to comparte la misma)"49.
n términoscimilares,la Sala IXentendió: "Otorgar eficacia al despido decidida
uien s6lo ofició como tercero interpósito-Sitel Argentina- entre los verda-
sujetos de la relación habida, en el caso entre el ador y Hewlett Packard Ar-
na S.R.L.,y consecuentemente participe necesario del fraude, significaría
r tasituación orquestadaen perjuiciodelatrabajadora.Por etlo, ia intimación
ticada por ei actor a la última de las nombradasseentiende realizada mientras
lación laboral se encontraba aún vigente, al carecer de eficacia el pretendido
xtintivodeSitet Argentina que el trabajador intentara llevar a cabo primero,
o consecuencia de etlo, procede también la indemnización reclamada con
fundamento en el art. 8Ode la LNE" (del voto del doctor Balestrini, en

49 CNAT, Sala 111, 281311 1, "Vera, Luis Ezequiel c. Temporaria S.A. y otro s/Despido", Boletin
Temático de Jurisprudencia de ia CNAT, voz "fnterposicion y mediacibn. Solidaridad (artc. 29 y29
b b LCT)", Actualización 2015.
O' CNAT, Sala IX, 29/6/12, "Comba, Oscar Alberto c. newlett Packard Argentina S.R.L. siDes-
pido", Boletin Tematico delurisprudencia de la CNAT, voz "interposición y mediacibn. Solidaridad
(arts. 29 y 29 bis, LCT)", Actualizacian 201 5
166 -
Ricardo D. Hierrezuelo Pedro E Núñez

Por su parte, la Sala V ha dicho: "Resulta irrelevante que Ami hubiese registra-
do el vínculo y abonado los salariosde la trabajadora, pues el análisis de los hechos
que han quedado acreditados a la luzdel principio de primacía de la realidad con-
duce a concluir, que la actora fue en todo momento empleada de la entidad pres-
tataria del servicio de energía eléctrica, mientras que Ami se desempeñó como una
mera intermediaria cuya única función consistió en proveer la actora-entre otros
trabajadores-a la mencionada rúdernandada (conf. art. 29, LCT). Pordicha razón,
re encuentra acreditado que la accionante fue contratada por Ami, para trabajar a
favor de Edesur quien se comportó como empleadora, mientras que la primera re-
sultóser una interpdsit-apersona en la configuración del vínculo, situación que cae
bajo la órbita del art. 29 de la LCT, En virtud de ello, corresponde condenar a Ede-
sur a abonar las multas previstasen los arts. 8"y 15 de la Iey 24.01 3, todavez que no
dio cumplimiento con las obligaciones registrales. En t a l contexto, resulta aplica-
ble lo dispuesto por esta Cámara en el plenaria no323, en el sentido de que 'cuan-
do deacuerdo al parr. 1" del art. 29de la LCTseestablece que el trabajador ha sido
empleado directo de la empresa usuaria de sus servicios, procede 12 indemnización
prevista en el art. ' 8 de la ley 24.033 aunque el contrato de trabajo haya sido ins-
rripto solamente por la empresa intermediaria'. En definitiva, en virtud de dicha
doctrina plenaria, corresponde confirmar el decisario de grado en cuanto conde-
nó al pago de la multa prevista en el art, 8" de la LiVEy, en tanto sus fundamentos
resultan extensivosa lasdisposicionesdet art. 15, también en cuantOdeciaróla pro-
cedencia de la multa prevista en esta
Asimismo, la Saia II resolvió: "En atención a que [a real empleadora resultó ser La
Caja de Seguros S.A. y no la empresa de servicios eventuales, la relación de trabajo
nose encorrtrabci registraday por ello resultan procedentes las multas previstas en
la N E . Y, si bien ia cuestiOn que atañe al reclamo fundado en el art. 15de dicha nor-
ma no seencuentra formalmente alcanzada por lo resuelto por la CNAT en el fallo
plenario n0323dictadoenlos "Vásquer c,Telefonica deArgentinaU,es innegable la
estrecha vinculación -casi inescindible- que ambos temas guardan, por lo que la
doctrina del mentado plenario debe aplicarse analógicarnentea este caso"",
Más recientemente se estableció: "Si en la causa se verificó que fa relación de
trabajo quedó constituida con Thorsa S.A. (y no con la contratisra), lo que eviden-
cia que nose encontró registrada en su contabilidad, esta circunstancia conduce a

51 CNAT, SalaV, 1514113, "Rodriguez, María Graciela c.Edesur Empresa DistribuidoraSur S.A.
Edesur S.A. y otro $/Despido", Boletín Tema'tico de Jurisprudencia de la CNAT, voz "interposición
y mediación. Solidaridad (arts. 29 y 29 bis, LCT)", Aclualizaci6n 201 5.
52 CNAT, Sala 11,2712114, "Trezza, Victor Adrian y otroc.CRFServicios ErnpresariosS.R.L.y otro
s/Despidon, Bo/etin Temático de Jurisprudencia de la CNAT; voz "interposicibn y mediacibn.501i-
daridad (arts. 29 y 29 bis, LCT)", Actualización 201 S.
sabilidad solidaria en el contrato de tabaiw 167
m
-
* -~---"-

la conclusión de que mediaron deficiencias registrales susceptibles de sanción no


o en el marco de! art. 8" de la LNE' según (a doctrina del plenario no 323 'Vas-
ez', sino también del art. 15 de la citada ley" 53.
La Sala I indici>: "Toda vez que iaactorafue trabajadoradependiente de lacode-
ndada DirectTV Argentina S.A. (y no de Suple S.A., la cual solo la destinó a pres-
reas como operadora de 'cal1 center'en los !ocales explotados por aquella), se
gura una hipótesis de clandestinidad registral, por lo cual corresponde con-
rmar la procedencia de! recargo previsto por el art. 8"de ia ley 24.013 por apiica-
6n de la doctrina sentada por esta Cámara a partir del fallo plenario del 3016110
re 'VAcquezf, cuyos efectosdeben ser extendidos a la multa prevista por el art, 15
la misma normatíva (véase esta Sala en SD no 86.258, del 1011?/lo, en autos:
amos, Norma Beatriz c. Fratelli Branca Destilerías S.A. y otros/~@spido')"~~.
Con relación a la indemnización prevista en el art. l o de ta ley 25.323,tarnbién
Ias Salas, con posterioridad al plenario "Vásquez", continuaron adrnitikndola.
Así se ha dicho que: "Si llegó firme la condena solidaria en !os terminos de los
rts. 29 y 29 bis de la LCT, y encontrándose acreditado en autos que la empresa de
rvicios eventuales -codemandada Vademecum S.A.-era la que tenia registra-
o al actor y no así !a empleadora directa de los servicios prestados por el accio-
ante-M Royo S.A.C.1,I.F. y F.-, y toda vez que la situación factica que da marco al
resente, deriva de circunstanciasanálogas a Ias del fallo plenario CNAT no323, in
'Vásquez, María Laura c. Telefónica de Argentina S.A. y otro s/Despidol, corres-
pondeviabilizar la indemnizaciónestablecidaen el art. 'lode la ley25.323, toda vez
que la inscripcióndel actor en la empresa intermediaria no libera al empieador di-
recto desu obligaciiin de regutarizaret vinculo en debida forma ante la intimación
ertinenrey destinada a tal finusS.También se ha dichoque: "Si la empresa Perte-
necer S.R.L. operó en el presentevínculocontractual como una simple proveedora
de personal, oseaencalidad de intermediadora en lostérminosdelart. 29de la LCT
y lacodernandadaresultó ser la verdadera empleadora de la accionante, resulta de
aplicación la doctrina plenaria del falla no323 del 3016110, 'Vásquez, Maria Laura c.
Telefónica de Argentina S.A. y olroslDespido', que resolvio: '... cuando deacuerdo

53 CNAT, Sala VIII, 18/7/14, "Acosla Fernindez, Alejandro Rodrígo c. Gestibn laboral S.A. y
otro slDespido", Boletín Temático de Jurisprudencia de l a CNAT, voz "InterposiciOny mediación.
Solidaridad (arts. 29 y 29 bis, LCT)", Actualizacibn 2015.
54 CIJAT, Sala i, 22/9/14, "Barrera, Arialía Beatriz c. Direct W S.A. y otro slDespido", Boletín
Temáticode Jurisprudencia de la CNAT, voz "Interposicióny nediacibn. Solidaridad (arts. 29 y 29
bis, LCT)", Actualización 2015.
55 CNAP, Sala IX, 281611 1, "Antezana Hinojosa, Cesar Marcos c. M. Royo S.A. y otro siDespi-
do", Boletin Temitico de Jurisprudencia de /a CNAT, voz "Interposición y mediación. Solidaridad
íarts. 24 y 29 bis, LCT}", Actuaiización 2015.
168 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedw E Múñez
-"--.~.--.,-' ------
con el párr. l odei art. 29 de la lCTse establece que el trabajador ha sido empleado
directode la empresa usuaria desusservicios procede la indemnizacibn prevista en
ei art. 8" de la ley 24.013 aunque el contrato de trabajo haya sido inscripto cola-
mente por ia empresa intermediaria' y, por lo tanto, corresponde hacer lugaral ru-
bro art. lode la l e ~ 2 5 . 3 2 3 " ~ ~ .
En térrninossirnilaress~ha señalado que: "Aun cuando lo decidido en el plena-
rio no323 CNAT sólo está referida al ar2.8' de ia LNE, ei sometimiento leal al crite-
rio de la mayoría de este tribunal y su consideración coma fuente material de sig-
nificativa relevancia para decidir este caso conducen a apiicar una solución analo-
ga a i tratamiento del reclamo basado en el art. i o d e la ley 25.323.Enconsecuencia,
habida cuenta que la real empleadora del actor fue siempre Nobleza Piccardo S.A.
y que ésta no tenia registrado el vinculo desde el verdadero momento inicial, a la
luz de la doctrina que emerge del citado acuerdo plenario y que, se impone repu-
tar como fuente material de derecho analógicamente aplicabie al caso de autos,
resulta procedente la indemnización establecida en el art. lodela ley 25.323. (Enel
caso, el doctor Pirolo asívató, pese a dejar sentada su postura contraria a lo resuel-
to en ei plenario '~ásquez')"~~. Tambien se ha dicho que: "Al tener por acreditado
que la real empleadora del actor desde el inicio de la relación ha sido Cosméticos
Avon S.A., empresa que no registró al dependiente, se torna aplicable la doctrina
del fallo plenario de esta cámara en autos 'Vásquez, María Laura c. Telefónica de
Argentina S.K,del 30/6/íOen el que seadmitió la indemnizaci6n por falta de regis-
tro contempladaen la ley de empleo porque se consideró que, aunque e! contrato
de trabajo haya sido inscripto por la empresa intermediaria, no lo fue por el verda-
dero empleador. Esta doctrina resulta aplicable en este caso ya que justamente el
ar't. lodeia ley 25.323establece una indemnizacibn para el supuestoen quee! con-
trato de trabajo no estuviere registrado o hubiese sido deficientemente registra-
do, extremo que se acreditir en la c a ~ c a "Finairnente,
~~. se ha indicado: "Si en el
caso la relación de trabajo quedó constituida con Benteler Automotive S.A. (y no
con la contratista), lo que evidencia que no se encontr6 registrada en su contabili-
dad en el periodo controvertido, esta circunstancia conduce a la mnclusiOnde que

56 CNAT, Sala VI, 30/6/11, "Velasquttz, Marisa Elcira c. Pertenecer S.R.L. y otro siDespido",
Bc~letinTemitico de Jurisprudencia de i a LNAT, voz "lnterposicibn y mediación. Solidaridad (arts.
29 y 29 bis, LCT)", Actualizacibn 201 5.
57 CNAT, Sala Ir, 4/10/12, "Ferreyra, Raiii AlbetTo c. Nobleza Piccardo S.A. siDespidoW,Boletín
TemáticodeJurisprudencia de la CNAT, voz "lnterposiciiin y mediación.Sofidaridad(arts. 29 y 29
bis, LCT)", Actualizacibn 2015.
CNAT, Sala IV, 31/10¡12, "Sanabria, Daniel Manuel Amilcar c, CosrnéticosAvonS,A, y otro
slDespido", Boletín Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "lnterposicibn y mediación. S d i -
daridad (arts. 29 y 29 bis, LCT)", Actualización 2015.
onsabiiidad solidaria en el contrato de trabajo
-'" .-
169

ediaron deficiencias registrales surceptibles de sanción. Por lo que cabe remitir-


e a la doctrina del plenario no323 'Vasquez', la cual puede ser aplicada a los su-
uertos del arl. 1' de !a ley 25.323" 59.

ill - Relaciones entre /as partes


//l.1 - Interrelación tríangular
a contratación mediante agencias de servicios eventuales presenta diversas
stas a ia hora de determinar las relacionesque se entablan entre las partes. Ello
si, pues nose trata ni de un supuesto de interposición (nadiese inmiscuyeentre
bas partes), ni de intermediación (nadie intercede entre el ernpleador y el tra-
ajador). Se trata, al decir de Justo López, de un supuesto de interreiacion trian-
ular, pues por un lado existe una relación contractual entre el trabajador y la em-
esa de servicios eventuales (que puede ser anterior o posterior al pedido det
ente), por el atro, existe una entre el trabajador y la empresa usuaria, y una ter-
ra, que cierra el triángulo entre ésta y [a empresa de servicios eventuales.
e produce de esta forma una suerte de disociación del contrato de trabajo,
pues mientras el empleador es la empresa de servicios eventuales que abona la re-
uneración y debe cumplir con todas las obligaciones laborales, la empresa usua-
a es la que se beneficia con las tareas de los trabajadores y es Ia que debe respon-
er solidariamente, así como también retener y depositar los aportes y contribu-
ctones correspondientes al sistema de seguridad social.

111.2 - Re{aciDn entre la empresa de servicios eventuales


y sus trabajadores

La empresa de servicios eventuales entabla dos tipos de relaciones con sus tra-
bajadores,según: a) los contrate para prestar servicios en su sede, filiates, agencias
u oficinas o; 6) los contrate para prestar servicios en las empresas usuarias bajo la
modalidad de trabajo eventual.
El art. 29, in fine de la LCTes claro al determinar que los trabajadores contrata-
dos por empresas de servicios eventualesserán considerados en reiación de depen-
dencia, con carácter continuo o discontinuo, con dichas empresas.
En este sentido, el más Alto Tribunal ha resiieita que: "En las empresas de servi-
cios ternporarios, reguladas por fa ley de contrato de trabajo, la ley de empleo y su
decr.-regi. 342192, además del personal en relación de dependencia con carácter
Permanente continuo, hay trabajadores que realizan tareas bajo !a modalidad de

59 CNAT, Sala Vlil, 2/'10114, "Sosa, Marcelo Rvbén c. Benteier Automotive S.A. slDespido",
Boletín Temático de jurisprudencia de la CNAT, voz "Interposición y mediación. Solidaridad (arts.
9 LCT)", Actuaiización 2015.
2 9 ~ 2 bis,
2 70
-,-~--.,--. -- e---.,
-
Ricardo D, Hierrezuelo Pedro E Nuñez

trabaja eventual yquedan vinculados por un "contrato permanentediscontinuot'.


En este último caso, el empleado debe estar individualizado bajo la modalidad de
su contrato, categoría profesional que reviste y tareas que realiza; earnbien se ne-
cesita queconsteenlos iibrosdela empieadora la fecha de ingreso y egreso en cada
destino, la remuneración pactada y el nombre y fa denominación social de la em-.
presa usuaria de los servicio^"^.

- Trabajadores contratadospara trabajar en su sede, filiales, agencias u ofici-


nas: Se encuentran vinculados con fa empresa de servicios eventuales por un con-
trato de trabajo permanente continuo. El art. 4 O del decr. 342/92 prevela la posibi,-
lidad de utitizar las modalidades promovidas previstas por la ley 24.013 para con-
tratar este tipo de trabajadores, las cuales fueron derogadas por la ley 25.013.
De todas formas, y toda vez que se trata de un contrato por tiempo indetermi-
nado, debe entenderse celebrados prueba duranteei plazo correspondiente(tres
meses), de conformidad con lo dispuesto por el ari. 92 bisde la LCT(texto según ley
25.877). A estos trabajadoresse les aplica la Iegisfación general, por la que deben
ser inscriptosenel libro especial del art. 52de la LCT,abonarleslos haberesmedian-
t e recibos oficialescon lasformalidadesprevistaspor el art. 138yss. de la LCT, otor-
garles las vacaciones en las fechas y condiciones dispuestas, etcétera.
El art. 4 O del decr. 1694106 prevé que los trabajadcjres que la empresa de servi-
cios eventuales contrate para prestar servicios en su sede, filiales, agencias u ofici-
nas, serán canciderados vinculados por un contrato de trabajo permanente conti-
nuo, pudiéndose utilizartambién las modalidades previstasenel TRuIo 141 de la Ley
de Contrato de Trabajo (plazo fijo, temporada, eventual), cuando circunstancias
excepcionalesasílo justifiquen. Agrega, en forma redundante, que a todos los tra-
bajadoresdependientesde la empresa de servicioseventuales, ya sea que presten
servicios continuos o discontinuos, les serán de aplicación toda disposición legal,
estatutaria, convencional, laboral y de la seguridadsocial vigente.

- Trabajadores contratados para prestar servicios en la empresa usuaria: 5i


bien de los ar.ts,4"yEi0del decr. f 694106se infiere que estos trabajadores seráncon-
siderados vinculados a la empresa de servicios eventuales por un contrato de tra-
bajo permanente discontinuo, el art. 29 de la LCTes categórico al disponer que el
trabajador puede estar tarnbien.vinculado por un contrato de trabajo permanen-
t e continuo. La continuidad odiscontinuidad de las prestacionesdei trabajaaiorde-
penderá de la continuidad o discontinuidad de las misiones o destinos que pueda

CSJN, 19/8/04, "Faster S.R.L. c. AFIP", Boletitin Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz
"Interposición y mediación. Solidaridad (arts. 29 y 29 bis, LCT)", Oficina de Jurisprudencia, nov.
2007.
onsabilidadsolidaria en el contrata de trabajo 171
-- p.-""------d -p.--

ignarle la empresa deservicios eventualesu. Es importante remarcar que la reia-


ón laboral siempre es continua, pudiendo ser discontinuas las prestaciones que
penderán de la posibilidad de la empresa de servicios eventuales de asignarles
stinos a sus trabajadores en las usuarias.
Maza y Plaisantsostienenque la relaciónsiempre es continua con la empleado-
en tanto el deber del trabajador de estar a disposición del empleador es cons-
nte, en el marco de la semana laboral típica. Lo que diferencia este tipo de vin-
ones de otras más genéricas es que la agencia sólo tiene obligación de dar
ción efectiva en la medida que posea necesidadesoclientes.Asimismo, plan-
la posibilidad de que la agencia tenga una necesidad eventual que la lleve a
ratar personal bajo esta modalidad~Pornuestra parte, creemos que si bien
to es posible respecto de los trabajadores que la empresa destina para prestar
rvicios en sus filiales, debe descartarse cuando se trata de personal que se debe
tinar a otrasempresas, pues Ia eventualidad DO sería propia de la empresa pro-
dora de mano de obra, sino de la requirente.
Itratarse de un contrato de trabajo permanente pero discontinuo, existen pe-
os de prestacibriefectiva de servicios y períodos de inactividad. Estose encuen-
a expresamente regulado en el art. so, inc. a) del decr. 1694106queestablece que
i período de interrupciónentre losdistintoscontratosde trabajo eventual en em-
esas usuarias no podrá superar !os cuarenta y cinco días de corridos o los noven-
días alternados en un año aniversario. En este sentido seaprecia una diferencia
n la regulación anterior (decr. 342/92), que preveía un piazo de susperrsion de
ea sesenta dias corridos o ciento veinte alternados.
ara Etala, durante esos períodosde inactividadlaboralderivados de ia imposi-
lidad de la empresa de servicios eventuales de asignar al trabajador una misión
corde con fa categoría y especialidad para la que fue contratado, cesa el deber de
cupación de la empresa de servicios eventuales y el trabajador no percibe remu-
eración, los cuales renacen cuando se excede dicho lapso, aunque la empresa no
nga ocupación efectiva para darleb3.
En cambio, otro seaor doctrinario entiende que l a empresa de servicios even-
üales, por la naturaleza permanente y continua del contrato, esta obligada a abo-
narsalario (el minirno pactado o de la categoría) durante todo el tiempo en que el
agente se halle a su disposición, ya que el hecho de que la empresa pueda o noapro-
vechar el aporte laborativo del trabajador constituye un riesgo de ia empresaS4.

" Etala, Contrato de trabajo, p. 99.


62 Maza - Piaisant,'/ntermediacidn labora/,ps. 36 a 39.
Etala, Contrato de trabajo, p. 100.
64 Mara - Plaisant, intermediación iaborai, P. 36. Estos autores, ademBs, agregan que: "Más
allá de que consideromos inválida la regiamentacibn en tanto califica -sin apoyo de la ley regfa-
172 Ricardo D. Wierrezudo - Pedro E Núñez
- --,-,- ,--, --
Por nuestra parte, creemos que hsy que tener en cuenta las características par-
ticulares de la relación entablada, sumado al hecho que, de exigirle la obligación
de abonar continuamente el salario, aunque se encuentre dentro del período de
interrupción, tornaría antieconomica la actividad. Además, et art. 29 de !a LCTpre-
ve que la relación puede tener carácter de discontinuo. De más está decir que du-
rante ese lapso de inactividad, la empresa no está obligada a dar trabajo, pero el
trabajador tampoco se encuentra obligado a estar a disposicion de la misma, pu-
diendo realizar ozras actividades a la espera de ser nuevamenteconvocado.
A nuestro entender, la empresa no tiene obligación de remunerar durante ese
período, debiendo hacerlo, por el contrario, durante el tiempo de ocupación efec-
tiva o cuando re hayan excedido los plazos previstos por el art. So,inc. a) del decr.
1694106, sin que pueda otorgarle nueva ocupaci6n y ei trabajador se mantenga a
su disposiciónsin hacer uso del derecho de rescindir ef contrato de trabajo por inju-
ria de la empresa. De igual modo, la empresa debe otorgar ocupación al trabaja-
dorsiempre que la hubiera para la categoría y especialidad para la que fue contra-
tado el mismo, aunque el nuevo destino que se le asignara fuera er! otra actividad
o convenio colectivo. Excedidos los plazos máximos de interrupciónsin que la em-
presa pueda asignarle una nueva ocupación, el trabajador puede optar entre per-
rnanecera las órdenes de la empresa, percibiendosuremuneración, o denunciar el
contrato de trabaja, haciéndose acreedor de las indernnizaciones legales.
Conviene destacar que durante el período en que la empresa de servicios even-
tualesse encuentra eximida de otorgar ocupacion efectiva, ciilose encuentransus-
pendidas las prestaciones centrales del contrato, esto es, la obligación de prestar
servicios y la de pagar la remuneración. En cambio, consideramos que ese período
de interrupción debe computarse como tiempo de servicios a todos los efectos le-

--
mentada- de un modo determinado -discontinuos- los contratos del personal que se presta a
ias requirentes, es necesario puntualizar que el regimen del art, 6'de dicho decretoesdoblemen-
te incongruente, Por un lado, su inc. 19 al sostener que el~rabajadorsólotiene derecho a trabajar
efectivamente como rnaxirno con interrupciones de 60 dias corridos o 120 alternados en un año
aniversario, estáconrradjciendo toda la teoría de la dependencia laboral y, en especial, la idea de
inserdbn económica en la empresa, asícomo io establecido por ei art. 103de la LCT,norma de apli-
cación plena a los contratos del ar?. 29 de dicho cuerpo, y a tenor de la cual el salario se devenga
por la mera circunstancia de estar el dependiente a disposición del empleador. siendo a cargo de
este e( riesgo económico de poder utilizar o no esa prestación. Por el otro, es irrazonable la previ-
sión del inc. 6Oque autoriza al trabajador a considerarse despedido si el empleador no l e da ocu-
pación efectiva mediante nuevo destjno. Ello así toda vez que la agencia podría no cumplir el
deber del art. 78 de la LCTpor carecer de destinos o misiones, y no incurriría en incumptimiento
siempre que -en tales casos- lo mantenga en su sede a la espera de ocasión detrabajar pero co-
brandoel salario de su categoría. Justamenteen esta clase decontratos el deber de dar ocupación
efectiva se rnorigera y se debe adecuar a la posibiiidaddeque la agencia posea clientela en condi-
ciofiesde ser provista del personal en cuestión, segun su categoria. puesto o capacitación.
onsabilidd s l i d en el contrato de trabajo
-- --
2 73

ales, ya que de lo contrario se estaría castigando doblemente ai trabajador, que


ercjbe salario alguno durante ese lapso.
rabajador que ingrese como dependiente de una empresa de servicioseven-
les para prertar servicios en la empresa usuaria debe ser inscripto en e! libro es-
ial previsto por el art. 52 de la LCT, pero además, la empleadora deberá llevar
seccián particular de ese libro, donde deberán consignarse los siguientes da-
+ a) individualización del trabajador que preste servicios bajo la modalidad de
trato de trabajo eventual; b) categoría profesionaly tarea a desarrollar; c) fe-
de ingreso y egreso en cada destino; d) remuneraci6n; fl nombre, denomina-
ratóncocial, número de CUITydomiciliodelasempresar usuariasdondefue-
tinado el trabajador (art. 13, decr. 1694/06).
stos datos resultan importantes, pues a la hora de asignarle un nuevo destino,
podrá otorgar otra actividad o incluso otro convenio coiectivo, pero sin me-
bar los derechos correspondientesal trabajador, es decir, se le debe respetar
!a categoría profesional como la remuneración (art. 5', inc. b, decr. 1694f06).
I art. 'IOdeldecr. 1694106, afinde desalentar lacontratacióndeestetipode tra-
dores con el objetivo de abonar menores remuneraciones, dispone que !os
ritos que en concepto de sueldos y jornales paguen las empresas de servicios
ntuales no podrán ser inferiores a los que correspondan por la convención co-
de la actividad o categoría en la que efectivamente preste el servicio con-
oy a Ios efectivamenteabonados en la empresa usuaria, en relación a la jor-
a legal total o parcial desempeñada.
as particulares características de la relacisn entablada llevan a que el límite
ontractual del ius variandi(no afectar condiciones esenciales del contrato de tra-
jo) sea más elástico, de ahí que el nuevo destino pueda variar el horario de la jor-
ada de trabajo, pero el trabajador no está obligado a aceptar un trabajo noctur-
o o insalubre, o a tiempo parcial o total, cuando no lo haya aceptado anterior-
ente (arr. 5*, inc. c, decr. 2694106). Asimismo, el nuevo destino que le otorgue la
presa deberá estar comprendido dentro de un radio de treinta kilámetros del
icilio del trabajador (art. so, inc. d, decr. 1694f06).
La asignacien del nuevo destino, durante el período de interrupcion deberiser
notificada por la empresa al trabajador, con intervención de la autoridad adminis-
trativa, por telegrama colacionado o carta documento, informándole nombre y
domiciliode la empresa usuaria donde deberá presentarsea prestar servicios, cate-
goría iaboral, régimen de remuneraciones y horario de trabajo (art. 5', inc. d, decr.

Al igual que a !os trabajadores contratados para prertar servicios en la propia


empresa de servicios eventuales, a éstos tambiitn se les aplican las leyes sobre ries-
gos del trabajo, jubilaciones y pensiones, asignaciones familiares, seguro de vida
obligatorio, asociaciones sindicales, negociacibn colectiva y obras sociales. Sin em-
bargo, para evitar ia fragmentación del cotectivo obrero y la división en distintos
174 Ricardo D. Hierrezuelo -.Pedro15Núñez
- , -A- - -" --,-.,'--,- ---
segmentos en el seno del persona/ de la empresa usuaria, el art. 29 bis de la LCT
determina que el trabajador contratado mediante una empresa de servicios even-
tuales estará regido por ia convención cofectiva,será representado por el sindicato
y beneficiado por la obra social de la actividad o categoría en la que efectivamente
preste servicios en la empresa usuaria6" Esto crea un gran inconveniente en lo que
respecta al ejercicio de !os derechos sindicales, ya que si bien al trabajador se le apii-
ca la ley 23.551, y en consecuencia, puede elegir y ser elegido, es prhcticamente
imposible que pueda Ifegara ejercer cargo gremial alguno, pues la representacion
del sindicato finaliza con la expiración de las tareas. Justo López puntualiza con
todo acierto que si esa norma se interpretareen el sentido de prohibir la formación
de un sindicato específico de los trabajadores temporeros debería considerarsela
violatoria del principio de la libertad sindical y, en consecuencia, inconstitucional.
Desde luego, la hipotética existencia de un tal sindicato podría plantear complejos
conflictosde representación; en lo relativoa la negociación colectiva, fa norma que
motiva este comentario pareceriadeterminar que las condiciones de trabajo que se
pactaron en un hipotético convenio específico celebrado por un sindicato de tem-
poreros sólocerían aplicables en tanto fueran mas favorables af trabajador que ias
que fijara en cada caso el convenio vigente de la empresa usuaria66.

- Extinción por incumplimiento: Los incs. f ) y g) del art. 5" del decr. 1694106se
ocupan de lossupuestosen que alguna de las partes incumpla consu obfigaci6n de
dar ocupación efectiva o reintegrarse a prestar tareas.
El primero de los incisos establece que una vez transcurrido ei plazo maximo de
interrupciónsin que la empresa de servicios eventuales hubiera asignado al traba-
jador nueva destino, éste deberá intimar en forma fehaciente par un plazodevein-
ticuatro horas la dacián de tareas, y en caso de no obtener resultado positivo, po-
drá denunciar el contrato de trabajo haciéndose acreedor de las indemnizaciones
establecidas en los arts. 232 y 245 de la LCT.

De másestá decir queeseno esei único incumplimientocontractuai en que pue-


de incurrir la empresa de servicios eventuales que justifique la ruptura del vínculo
laboral fundado en justa causa, pudiendo citarse entre otros:
1. La negativa de tareas pese a no haber finalizado las necesidades eventuales
de fa empresa usuaria.
2. La asignación de un nuevo destino sin respetar la categoría o fa rernunera-
ci6n del trabajador.

65 Etala, Contmato de trabajo, p. 104.


6"Ópez, J., Las empresas de trabajo temporal y /os trabajadores temporeros, TySri, 1992-
913, citado por Goidin, Las empresas de trabajo temporal en ia Argentina, DT,1993-A-?031.
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 175

, La asignación de otro destino dondese le otorgue un trabajo nocturno o in-


salubre, o a tiempo parcial o total, cuando el trabajador no lo hubieraacep-
tado anteriormente.
, E! otorgamiento de un nuevo destino ubicado a más de treinta kilómetros
del domicilio del trabajador.

onviene destacar que a l ser !a empresa de servicios eventuales la verdadera


Ieadora del trabajador, cualquier incumplimiento contraclual que se produz-
el ejercicio de sus funciones debe ser comunicado a la misma, así como tam-
será a ella a ta que se deberán dirigir loscorrespondientesemplazamientos o
spacho rescisorio en su caso. Debernos tener en cuenta, asimismo, que salvo
la contratación se hubiera producido sin cumplimentar los requisitos legal-
te exigidos, es la empresa de servicios eventuales la principal responsable por
btigaciones laborales y de la seguridadsocial.
n cambio, cuando se trata de una contratación irregular, la verdadera emplea-
es la empresa usuaria, razón por la cual el trabajador puede intimarla para
registre la relación laboral asumiendo el carácter de empleadora y frente a la
gativa o al silencio de la misma, considerarse en situación de despido en los tér-
100sdel art. 242 de la LCT. En este sentido se ha establecido que: "Conform'e el
men de los arts. 29 y 29 bis de ia LCT, en los casos de contratacibn de trabaja-
res por un empresario para ceder sus servicios a terceros, la regla es que la rela-
n queda constituida entre el trabajador y ei beneficiario de su tarea. El contra-
de manode obra essolidariamente responsableconel empleador por las obli-
ones derivadas de ia ejecución y extinción de [a relación. Cuando el interrne-
rio es una empresa de servicios eventuales inccripta en el registro ad hoc, se in-
rten !os roles, manteniéndoseia solidaridad, siempre que la asignación del tra-
dor al usuariose encuentrejustificada por un requerimiento eventual del giro
resario o tenga por objeto el reemplazo de un trabajador en uso de licencia.
caso, si bien fa relacidn transcurrió formalmente entre el trabajador y ei con-
tista, quien lo registró, le abonó los salarios y actuó como empleador, aquél se
ncontraba legitimado par la regla ya citada para requerir directamente al usua-
que asumiera el rol de verdadero ernpteador. Si el usuario, intimado en tal sen-
o, no cumplió consu obligacibn, tal situacibn pudo ser razonablemente invoca-
a por el actor como justa causa de denuncia (art. 242, LCT)"~'.
Por su parte, el inc. g) del art. 5"dei decr. 1694/06 prevé el supuesto en que el tra-
ajador incurra en abandono de trabajo, Disponequeen caso de que la empresa de

67 CNAT, Sala VIII, 11/5107, "Lobo, Miguel c. Gestión Laboral S.A. y otro siDespido", Boletín
Temático de Jurisprudencia de ia CNAT, voz "lnierposición y mediación. Solidaridad (arts. 29 y 29
bis, FCT)", Oficina de Jurisprudencia, nov. 2007.
176 Ricardo D. Hierrezuelo -Pedro E Múñez
-" , .a-.-,-. L ----------

servicios eventualeshubiese asignadoal trabajador nuevo destino laboral en forma


fehaciente y el mismo no retornara sus tareas en el término de 48 horas, aquélla
podrá denunciar el contrato de trabajo en los términos del art. 244de la LCT.
Adviertase que de los términos en quese encuentra redactado el articulo, se in-
fiere que la notificación del nuevo destino sirvea la vezcomo intirnaci6n para rein-
tegrarse a prestar servicios bajo apercibimiento de considerarlo incurso en aban-
dono de trabajo, apercibimiento que podrá hacer efectivo si el trabajador no se
presentara a trabajar en ei término de 48 horas.
Hubiera sido más prudente y acorde con ef principio de continuidad del contra-
t o de trabajo exigir una intimación concreta a presentarsea trabajar en caso que el
trabajador no hubiera concurrido a tomar servicios en ef destino asignado,

111.3 - Relación entre /a empresa usuaria y 105 trabajadores


proporcionados por la empresa de servicios eventuales
Desde el punta de vista contractual, no existe ningiin tipo de relación entre ia
empresa usuaria y los trabajadores de la empresa de servicios eventuaies. Es que la
relación se da entre la empresa usuaria y los trabajadores con la empresa de servi-
cios eventuales. No obstante ello, hay que reconocer que la usuaria utiliza los tra-
bajos de dicho personal, as! como también que esta inediatización de servicios
conrtituyá una maniobra de la que se valían los empieadores para no responder.
Hasta antes de la reforma de la iey 24.013, mientras se encontraba vigente el
decr. 1455/85, el cumplimiento de los extremos previstospor la reglamentación (ec-
to es, que ta empresa deservicioseventualesse hallara legalmente habilitaday que
la contratación se hubiera producido para cubrir necesidades eventuales), eximia
de toda responsabilidada la empresa usuaria por las obligaciones laborales y pre-
visionales de los trabajadores provistos por la empresa de servicios eventuales.
Eilo así, por cuanto si bien la usuaria se beneficia de ior servicios de los treibaja-
dores provistos por la empresa de servicios eventuales, no es empleadora de los mís-
mosy por ende, ningun tipo de obligación laboral te generaba dicha contratación.
La ley24.013 importo unverdaderogirocopernicano respectoa la forma en que
se había regulado la relación entre ambos sujetos, pasando desde fa eximición to-
tal a la responsabilidadobjetiva. Es que e/ art. 29 bis de la ICT, texto incorporado
por el art. 76 de la LNE, es categórico y contundente al disponer que la empresa
usuaria (la ley utiliza incorrectamente ia palabra "empleador") que ocupe traba-
jadores a Iraves de una empresa de servicioceventualeshabilitada por la autoridad
competente, será soiidariarnente responsabte con aquella por todas las obligacio-
nes laborales y deberá retener de los pagos que efectúe a la empresa de servicios
evenruaies los aportesy contribucionesrespectivos para los organismocde la segu-
ridad social y deposit.arlos en término.
En este sentido, la jurisprudencia ha resuelta que: "El art. 29 bis de la LCTesta-
blece que el empleador que ocupe trabajadores a través de una empresa de servi-
onsabifidad solidaria en el contrato de trabajo 177
-
"-

eventuales será solidariamente responsable con aquéila de todas las obliga-


es laborales y las que se deriven de#regimen de ia seguridad social, debiendo
ner de los pagos que efectúe a ia empresa de servicios eventuales losaportesy
tribuciones destinados a la seguridad social, que precisamente la empresa
ntedeberádepositar en legal término, extremo que la receptora de servicios no
e ignorar porque involucran obligaciones a su r e s p e ~ t o " ~ .
texto bajo análisis le impone a ia beneficiaria del servicio dos obligaciones
que son la responsabilidadsolidaria yser agente de retención en mate-
uridad sodal. En cambio, las empresas de servicios eventuales abonaran
a directa a los sindicatos que correspondan las cuotas sindicales, los apor-
resarialesy las retencionesa los trabajadoresque resultendel convenio co-
vo de trabajo apiicable a la actividad de la empresa usuaria.
ernis, el art. 13 del decr. 1694J06 le exige llevar una sección particular del li-
pecial del art. 52 de la LCTque deberá contener:
lndividualizacjón del trabajador que preste serviciosa travbs de una empre-
sa de servicios eventuales.
Categoría profesional ytareas a desarrollar.
Fecha de ingresoy egreso.
Remuneración denunciada por ia empresa de servicios eventuales o el irn-
porte total de la facturación.
Nombre, denominación o razón social, número de CUIT, número de habili-
tación y domicilio de la empresa de servicios eventuales a través de ia cual
fue contratado el trabajador.

n cuantoa la responsabilidadsolidaria, cabe sefialar que ia misma esobjetiva,


ue surge como consecuencia misma de la contratación interempresarial, con
escindencia de la acreditacióndecuafquier conducta o maniobra fraudulenta, y
unque la ley no lo aclara se extiende sólo al período en que la usuaria aprovechó
S servicios de! trabajador. En este sentido, la jurisprudencia ha resuelto que:
unque ia ley no lo diga expresamente, debe entenderse que la solidaridad de !a
empresa usuaria se limita exclusivamente a las obligaciones laboralesoriginadaso
vengadas durante el tiempo que ella aprovech6 los servicios del trabajador
eventualcontratado y nornás alta de dicho lapso. Por ello, si la vinculación dei actor
con la usuaria había finalizado dosmesesantes de la ruptura del vínculo, ocurrida
ésta como consecuencia de ¡a falta de asignacibn de un nuevo destino laboral, ya
vencido el plazo legalmente previsto para eilo y habiéndose cursado un emplaza-

68 R. c. Productos Mayca5. A. y otro", DT, 1999-3-


CNAT, Sala X, 29/5/98, "lenbersky, ~iaudia
2297.
178 Ricardo D. Hierrezuelo - , k d r o E Buhez
--.,"-".- -a--

miento a tal efecto, no corresponde la responsabilidadsolidaria de la usuaria can


respecto a las indernnizacianes derivadas del despido. Ello así por cuanto ios su-
puestos de soiidaridad objetiva de fuente legal impuestos por la LCTson de inter-
pretación restrictiva. No obstantesi corresponde mantener la condena a la usuaria
referida a la extensión de las constancias del art. 80 de la LCT(arts. 7 O y 13, decr.
34292; y 29 bis y 80, L C T ) " ~ ~ .
Abarca la totalidad de las obligaciones laborales y de la seguridadsocial, y no se
timita a las obligaciones dedar sumas de dinero, sino que también incluyeaquelias
otrasquesegenerancomo consecuencia delsinalagma laboral, como por ejemplo,
la entrega del certificado de trabajo y constancia de aportes previsionales, etcéte-
ra. Eri estesentidose ha dicho que: "Cuando ambas codemandadas resultaronres-
ponsables solidariamente de la relación habida, tanlo desde 105 terminas del art.
29 como del art. 30 de la LCT, ia empresa usuaria está en condiciones, aunque no
hubiera retenido aportes y tampoco contribuido comoempleadorformal, a exten-
der la certificación del art. 80 de la LCTdonde consten esas circunstancias que sur-
gen de autos sin perjuicio de expresar en ella el carácter en que obra y lo extiende,
con arreglo a lo establecido en la sentencia definitiva con individualización sufi-
ciente del expediente. Lo propio debe decirse acerca del certificada de trabajo en
iost4rminos del párr. 2" del art. 80 ya citadoo70.Tambien se ha dicho que: "Si bien
es cierto que la obligación prevista en el art. 80 de ta LCTresuIta exigible en esen-
cia a la empresa usuaria, es decir al ernpleador directo y verdadero de ta trabaja-
dora, la solidaridad establecida en la norma (art. 29, párr. 2", L C i ) alcanza al deber
de extender las constancias documentadas a la empresa de servicioseventirales en
la medida en que ésta asurnib voluntariamente el rot desempeñado (ernpleadorfor-
mal)al interponerseen la relaciOncontractualhabida entre las partes,Porello, resul-
ta solidariamente responsable respectode la entrega de tales certificados. Esta solu-
ción no controvierte el criterio sostenido por esta sala en el supuesto contemplado
en et art. 30 de la LCTdado que en taies casos no corresponde extender la responsa-
bilidad a quienes no fueron empfeadores del trabajador, puesto que la responsa-
bilidad vicaria es puramente objetiva sin que el contratante haya participado de
modo alguno en el vínculo contractuaf habido entre su contratista empleador y
los dependientes de éste. Tal constancia deberá indicar quién fue el verdadero
ernplead~r"~~.

CNAT, Sala 11,1713108, "Mena, Adrián c.5EAS.A. y otroslDespido", en intranet.pjn.gov.ar.


70 CNAT, Sala V, 19/3/04, "Selva, Héctor c. Desilta S.A, y otro s/Despído", Boletín Terndtico de
lurisprudencia de /a CNAT, voz "Certificado de trabajo (art. 80, LCT)", Oficina de Jurisprudencia,
jul. 2007.
71 CNAT, Sala 11,911 2109, "Lolo Aiforisiri, Silvia C. Prevent Empresa de Servicios Eventuales5.A.
y otro siilespido", Boletín Mensualde Jurispíudencia de la CNAT, no 297, Oficina deiurispruden-
solidaria en el contrato de trabajo 179
-"- -
io, se ha resuelto que: "en el caso de una empresa que ocupa
mediante una agencia de servicios eventuales habilitada por la auto-
administrativa para tal fin, los efectos de la solidaridad previstosen el art. 29
LCT no pueden extenderse a la entrega del certificado de trabaja que esta-
el art. 80 de dicha ley, pues la agencia de trabajo es la responsable directa de
[as obligaciones y, por esto, cuenta con los elementos necesarios para expe-
T2. También se ha expresado que: "Cuando como en el caso existió solidari-
re las codemandadas, en base al art. 29 de la LCT, corresponde se condene
ega del certificadode trabajo (art.80, LCT) a la empresa que pagó las remu-
nesa la actoray retuvo los fondos destinados a losorganismw de laseguri-

caso de incumplimiento contractual, y a u n cuando el intercambio epistolar se


entablar con la empresa de servicios eventuales, el deber d e buena fe impone
nicar los mismos a la empresa usuaria en virtud de que eventualmente será
ien ésta la que deberá responder. Rigen también los efectos principaies de las
olidarias, por lo que e! trabajador podrá dirigir su acción indistinta-
e contra la empresa de servicios eventuales, contra la usuaria, o contra ambas,
cse sí diferenciando la disímil posición que ocupan una y otra, ya que Ia prime-
era empleadora mientras que la segunda es la deudora solidaria..

la misma Sala resoivió que: "Cuando una empresa contrata los ser-
ubrir una exigencia extraordinaria de su giro empresario, no cabe
da que se halla unida al accionante por un vinculo de carhcter eventual (art. 99 y concs., LCT).
ro ia prueba de eventualidad de losservicjos no impide apreciar que, detodos modos, fue usua-
restación laboral del actor y que a la luz del párr. 3" del art. 29, y en e! art. 29 bis
considerada 'empleadora' a todos los fines legales. En cualquier caso, la usuaria
beser considerada empleadora del trabajador contratado por una irttermediaria, y a diferencia
10s supuestos contemplados en el art. 30 de la ley citada, su responsabilidadno es vicaria sino
ecta" (del varo del doctor Pirolo en mayoría).
"En el caso de solidaridad regulado en el art. 29 bis de la LC7; ahn cuando la empresa usuaria no
esplace en su rol de empleador al sujeto contratante -corno acontece en el supuesto previsto
n tos pirrs. l oy 2" del art. 29 de la LCT-, noes untercero en el contrato, asume el rol de empleador
tiene específicas obligaciones en materia registral, porto que a! menos en ios aspectos regula-
9 y 80 de i a citada ley, y en el ceñido marco de lo dispuesto en el decr. 1694106
ponsabilidada la empresa usuaria" (del voto de la doctora González, en mayo-
riai-CN~~,Sala l1,2314/10, "Aquino, Félix c. Cargos S.R.L. y otro slDespidoV,Boletín Mensualde
.Iurisprudencia de /a CNAT, no300, Oficina de Jurisprudencia, abr. 203 O-.
'' CNAT, Sala Iil,1114/00, "Calvo, Ana L. c. Edenor S. A. y otro", DT, 2000-3-1820.
73 CNAT, Sala VJll, 26/4/04, "Agastinellj, Hugo c. Suministra S.R.L. y otro siDespido", Boletin
Te~emAticodeivrisprvdenciade la CNAT, voz "~eriificadodetrabajoIart.80,LCT)", Oficinadeluris-
prudencia, jtii. 2007.
180 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E IVriñez

Finalmente, con respecto a este punto, es necesario destacar que la extensión


de la responsabilidadsolidaria para todos los supuestos desalentó la contratacírjn
de personal por empresas de servicios eventuales, con la evidente disminución de
la litigiosidad, a l menos en el ámbito nacionai, a punto tal que son contados lossu-
puestos que se presentan en los juzgados de la Capital Federal.
VázquezViatard puntualiza acertadamenteque la redacción del art. 29 bisde la
LCTpodria llevar a una confusión en cuanto a quién es el deudor de los referidos
créditos de seguridad social. De acuerdo con nuestro régimen legal, la obligciciíjn
deabonar dichascuotas y contribucionesa través del depósito esdei empleadordi-
recto (art. 2 O , ley 18.820). El prestarariodelservicio puedeserconstituidoengaran-
te legal solidario (comose establece respecta del paga de lossalarios y demás abli-
gaciones laborales derivados de ia relación contractual), pero nunca en deudor
principal.
Ef legislador,para asegurar la percepciónde dichos créditos por parte de su titu-
lar, estableció en cabeza del prestatario una obligación accesoria: retener el irnpor-
te que corresponde en eI referido concepto y depositarlo (para lo que debe infor-
mársete la designación de la cuenta en que debe hacerlo). La facultad que le con-
fiere a aquél el art. 136, párr. 2" de la LCT, ha sido convertida en una obligación le-
ga¡. Ante la falta de depósito de los respectivos importes, ia agencia de seguridad
social podrá demandar conjunta o separadamente el cumplimiento de ia obliga-
ción (de pago, que es única)al deudor principal y a la persona que redbi6 iosservi-
cios; a este último, en virtud de no haber satisfecho su débito de depositar (para lo
que estaba autorizado a retener). En el caso de que éste deba cancelar la deuda y
no hubiera procedidoa retenerlea! deudor principal, podrá requerirle el pago del
importe. Por su parte, la empresa de servicios sólo podra excepcionarse ante el
acreedor si prueba que el pagose ha realizado (por ella o por la persona a la que la
norma le impuso la obligación de depositar)74.

111.4 - Relación entre la empresa usuaria y la empresa


de servicios eventuales

La relación que se entabla entre ambasempresas es una típica relación corner-


cial, por lo que deberá estarse a los términos del contrato celebrado entre fas mis-
mas, que deberá hacerse por escrito.
Empero, hay que distinguir la situación jurídica de ambas empresas, pues la de
servicios eventuales es ia verdadera empleadora y por ende, la obligada directa,
mientras que la usuaria es la obligada solidaria, que sólo responde por una exi-
gencia legal y en virtud del beneficio que obtiene del trabajo efectuado por el
dependiente de aquélla.

74 VázquezViaiard, Derecho de! trabajo y de la seguridadsocial, t. 1, ps. 209 y 210.


onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
--
5 81
~--
e--

I art, 11 dei decr. 1694106 prevé que las empresas de servicios eventuales, res-
to de la facturación de sus servicios a las empresas usuarias deberán, además de
piir las normas que al respecto establezca la AFIP, observar lassiguientesdispo-
nes: "7. La factura o documento equivalente que emita la empresa de servicios
nfualesa la empresa usuaria del servicio deberá contener en forma discrimína-
tre otros, los siguienter datos: a) Precio del servicio de intermediación. 6)
eptos e importes de los gastos relacionados ron los rubros a que se refiere el
so preceden te. Deberáincorporarseen la factura como elemento informativola
tidad de trabajadoresque prestaron servicio en la empresa usuaria y el jmporte
de los ccinceptosasentados en el Anexo regulado en e l ap. 2" del articulo. 2.
ara parte integrantede dicha factura o documento equivalente, al solo efecto
la exigibilidad de su cobro y acreditación de pago, un anexo que deberá conte-
r la leyenda 'Anexo decreto no...'y cumplir con las formalidadespara su confec-
registracibn que a tal efecto determine e( Ministerio de Trabajo, Empleo y
dadsocial, en el que como mínimose deberá especificar: a) Importetotal de
rubros remuneratoriosy no remuneratorios, que correspondana los salarios de
trabajadoresque prestaronel servicio en la empresa usuaria. 6) Detalleeimpor-
de las contribuciones con desfino a la SeguridadSocial, originadaspor las rernu-
raciones aludidas en el incisoprecedente, indicando las que deben ser retenidas
r la empresa usuaria. c) El número de la factura de la que es anexo. Dicho anexo
ber4 conservarse en archivojunto con Ia respectiva factura o documento equiva-
te, por el mismo plazo establecido para estos últimos, conforme a las normas
ecificas a tal efecto, 3, l a falta de cumplimiento a lo dispuesto en los apartados
recedentes, esfará sujeta a la aplicaciónde lassancionesprevist~s en la Iey 7 7.683".
demás el art. 14 de la res. 1225/07 preve que las empresas usuarias, previo a
contratar una empresa de servicios eventuales, deberán contar con una certifica-
ción expedida por la Direcciónde Inspección Federai o con una impresiónde la pá-
gina web oficial de! MinisteriodeTrabajo en la que consteque se trata de una em-
presa habilitada, de acuerdoa loestablecidoenel artículoanterior.La normaagre-
ga que para aquellos casos en que hubiere sido imposible a la usuaria y a la empre-
sa de servicioseventualesacceder a la citada página web, bastará con que el dia de
la contratación una de las dos empresas lo solicite formalmente a! Ministerio de
Trabaja a través de ta oficina de ia jurisdicción, quien deberá expedirse en ei térmi-
no de cinco días hábiles.
En materia de extinción, el pago, la transacción o cualquier otra forma deextin-
ción efectuada por una de las empresas se extiende a la restante codeudora. Sin
embargo, hay que efectuar una distinción entre el pago realizado por cada uno de
ellas, para una eventual acción de regreso. Si es la empresa de servicioseventuales
la que satisface el crédito del trabajador, en principio, no tendría ninguna acción
de regreso contra ef contratante, de conformidad con lo dispuesto por el art, 841,
inc. 2"del CCCIV, por el cual debera estarse a la fuente y ia finalidad de la obligación
182 Ricardo D+Hierrezuelo - Pedro F. Múñer
*,----.- --,~-- -
o, en su caso, la causa de la responsabilidad.Esque el deudor directoy principalres-
ponsable del pago es el empleador, con quien se ha entablado la relación laboral,
por io que no sería procedente una acciór, de regreso contra quien la ley ha erigi-
do como deudor solidario de esa obligacidn.
En cambio, si fue la usuaria fa que debió pagar total o parcialmente el crédito
laboral al trabajador, estará legitimada para repetir del obligado principal la abo-
nado (art. 841, CCCN).
En cuanto a la cosa juzgada, rige el principio general establecido en el art. 832
del CCCNque determina que la misma no es oponiblea la codeudora que fue par-
teen el juicio, la cual puede, sin embargo, invocarla contra el coacreedor quesi fue
pane en la causa. Es decir, los efectos de la cosa juzgada se expanden a ia codeu-
dora en la medidadel beneficio(estoes, cuando la cosa juzgada tosfavorece)y úni-
camente contra el coacreedor que intervino en el litigio.
Volvemos a repetir que la solidaridad abarca sólo las obligaciones contraídas
por la empresa de servicios eventuales durante el lapso de extensión de los Zraba-
josefectuados para la usuaria, por lo que no podría exigirsele a ésta que su obliga-
ción comprendiera períodos ajenos a la contratación respectiva, sean éstos ante-
riores al inicio de los servicios o posteriores a su finalización.
Cabe destacar que en materia de Riesgos del Trabajo, el art. 2 O del decr. 762/14
estableció que los trabajadores provistas por las Empresas de servicios eventuales
para la prestación de las tareas definidas en el decr. no1694/06 deberán incluirse
dentro de la nómina salarial de la empresa usuaria, mientras se encuentren pres-
tando servicios para ella. Por su parte, el art. 3" dispuso que la ART contratada por
la empresa usuaria deberá cumplir con las prestaciones correspondientesestable-
cidas por 1a ley 24.557 y sus modificaciones, mientras el trabajador se encuentre
prestando servicios para dicha empresa.
Esta obligación cesa por las causales previstas en la LRTo cuando el trabajador
deje de prestar servicios para la empresa usuaria (conf.art. 4').
En sintonía con lo dispuesto en ei art. 29 bisde ta LCT, el art. SWdel decreto pre-
vé que la empresa usuaria deberá retener de los pagos que deba efectuara la em-
presa deservicioseventuaJes,los importescorrespondientesa ias cuotas de las ART,
que se deban pagar por los trabajadores eventuales que presten servicios en ella y
hacer el depósito respectivo.
Finalmente, el art. 6Oprevé que la empresa usuaria está obligada a denunciar a
su ART inmediatamente de conocido, todo accidente de trabajo o enfermedad
profesional que sufran los trabajadores dependientes de ta empresa de servicios
eventuales, que presten servicios pava la usuaria.

111.5 - Observatorio de Buenas Prácticas

Finalmente, como novedad que introduceel decr. í694106,se puede destacar la


constitución de un Observatoriode Buenas Prácticas en materia de servicioc even-
onsabi/idadsolidariaen el contrato de trabajo 183

es, compuesto por representantesde los sindicatos con personería gremial con
ito de actuación personal en ia actividad principal de ta empresa usuaria, de la
iacion representativa de las empresas de servicios eventuales y de lasasociacio-
esentativasde las empresas usuarias, y tendrá por objeto evaluar las condi-
eneralesy particulares en quesedesarrolla la actividad para una mejor apii-
n de las disposiciones de la presente medida.

ara ello, el Observatorio de Buenas Prácticas podrá:


) Recibir denuncias o pedidos de convocatoria de cualquiera de sus integran-
tes, a los fines de analizar si los servicios denunciadosse ajustan a las pautas
del presente decreto y, en su caso, dar intervencidn a ia autoridad de apli-
cación del mismo,
b) Solicitar y recibir informes de la inspección de trabajosobre los relevarnien-
tos efectuados y sobre sus resuttados.
) Procurar arribar a fórmulas de acuerdo en las controversiasquevrítuntaria-
mente le sean sometidas.
Analizar los casos particulares cuando se denuncie una proporción irrazo-
nabie e injustificadaen e! número de trabajadores eventuales contratados
en relación con el número de trabajadoresperrnanentesdela empresa urua-
ria, asi como también cuando no respete una extensión temporal adecuada
con los servicios eventuales a brindar.
) Elaborar recomendacionesde buenas practicas en materia de servicios even-

f l Proponer, con carácter no vinculante, modificaciones a la reglamentacjtin


de la actividad de las empresas de servicios eventuales.
Capitulo V
Cesi6n total o parcial.
Contrataci6n y ieubeontaatación

5 27. Análisis preliminar


El art. 30 de la LCTes, sin duda, el que más controversias ydiscusiones ha gene-
rado tanto en torno a la interpretación de su ámbito de aplicación como a su ade-
cuación a las nuevas modalidadescontractuales, pues las relacionesinterernpresa-
rias se van modificando vertiginosamente y resulta cada vez más complejo poder
encasillarlasen alguno de los supuestoscontempladosen el párr. 1" del artículo.
Sin embarga, hasta antes de la reforma del art. 17 de la ley 25.033, el ari. 30 era
categórico en materia de solidaridad, al establecer un supuesto desolidaridadob-
jetiva, que surgía por !a sala contratación interempresarial. Empero, la modifica-
ción introducida por la ley 25.01 3, lejos de aclarar el panorama, produjo una serie
de perplejidades que nosurgían del primitivo articulo, que ya de por sí había pola-
rizado ia doctrina y la jurisprudencia.

(i 28. Delimitación del ámbito de aplicación


del art. 30 de la LCT
El articulo bajoanáliris, en su párr. lo,que no hasido alterado por la reforma le-
gislativa, prevé dos supuestos diferentes: fa cesión total o parcial del estableci-
miento oexplotación habilitados su nombre, y ia contratación y su bcontratación,
cualquiera sea el acto que le de origen, de trabajos o servicios correspondientesa
la actividad normal y específica propia del establecimiento, dentro o fuera de su
ámbito. En ambas casos, los cedentes y contratantesdeberán exigir desuscesiona-
rios, contratistasy subcontratistas ei adecuado cumplimientode las normas relati-
vas ai trabajo y las organismos de seguridad social.

a) Cesión total0 parcial

El presente supuesto regula la situación en que u n a persona (cedente) cede el


derecho que tiene sobre un ectahlecimiento o explotación, para que la actividad
186 Ricardo D. Hierrezuelo Pedro E Wñez
,-~--, "M--.

sea realizada por otrosujeto (cesionario), sea la cesión parciaio total, aunque aquél
conserva [a habilitación a su nombre.
Adviértase la amplitud de la norma que recuita irrelevantesi la misma es total o
parcial, o si lo que se cede es el establecimiento o la expiotación, siendo que ambos
términos son diferentes. En efecto, el establecimiento esta definido por el art. 6 O
de la LCTcomo ".., la unidad tkcnica o de ejecución destinada al logro de los fines
de la empresa, a travésde una o masexplotaciones". Es decir, el establecimientoes
5610 una unidad tecnica o de ejecuciiin que no goza de independencia económica
ni juridica en relaciOn con la empresa. Por su parte, se ha entendido por expiota-
ción el negocio continuado, la sucesiiin de actos mediante !os cuales una misma
empresa ejerce cierta actividad, Resulta irrelevante que los actos sean continuos o
intermitentes, ni que la empresa tenga propósito de lucro u otro diferente7.
Con respecto a ia habilitaci0n se la ha definido como el reconocimientoformal,
emitido por quien tenga autoridad para hacerlo, de que cierta persona es resgon-
sable de determinado establecimientoo explotación. En términos generales, es to-
do permiso de explotación o la obtención de una autorización para desarrollar cier-
tas actividades, utilizar espacios o prestar determinados servicios (corno por ejem-
plo, la utilización del espacio akreo; la explotación o utilización de trayectos otra-
zasviales, féreas, fluviales, aéreas, etcétera; licencias para explotar vehículos para el
transporte de pasajeros; habilitacionesadministrativaspara desarrollar actividades
específicas, v. gr. Aduaneras; el permiso concedido para instaiaryexplotar un quios-
co de periodicos).También debe incluirse la autorizacián conferida por una empre-
sa a otra, para que ejerza cierta actividad queesexclusiva de la primera. En este úiti-
mo supuesto, la autorización debe reunir dos condiciones para ser considerada
habilitación: ?)sernecesaria para el desarrollo lícito de la actividad, y 2) referirse a
toda la expiotación del cesionario o a la parte principal de ella2.
En cambio, se torna necesario diferenciar este supuesto de los previstos en los
arts. 225,226,227,228 y 229 de la LCT, pues no resulta de buena técnica creer que
el legislador haya regulado una mismasituaciOnjurídica en dos normas diferentes.
Así, mlentras e[ art. 30 de la LCTse refiere a la cesión total o parcial del estableci-
miento~ de la explotacibn habilitada a nombre del cedente, los restantesartículos
regulan la transferencia del establecimiento y la cesión de personal.
En el primer caso, se trata de una cesión de derechossin personal, ya que los tra-
bajadoresson provistos por el propio cesionario, sin que el cedente haya en algún
momento revestido el carácter de ernpleador de estos.

"Análisisde criterios dedecisión judicial -el articulo 30de la LCT", GAC (Grupo de Anali-
sjsde Criterios) dirigido por Ricardo Guibourg. 2004, p. 17.
GAC. "Anilisis de criterios de decisión judicial. El articulo 30 de la LCT", 2003, citado por
D'Arruda, "Cesión del establecimientosin carnbiodetitularidad", en Solidaridad/abora\enlacon-
tratación y subrontraracibn de servicjos, 2008, p. 50.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 187
_CIICII_-__lt -
En cambio, los arts. 225 a 229 de la LCTse refieren a verdaderos supuestos de
novación subjetiva a cambio de ernpleador, ya que, sea que se haya producido la
transferencia del establecimiento (artc. 225 a 228,lCJ) o la cesi8n de personal sin
esta blecimiento, los trabajadores previamente fueron dependientes del transrni-
tente o cedente, para luego pasar a las órdenes del adquirente o cesionario. En
efecto, el art. 225 prev6: "En e l caso de transferenciapor cualquier t/tu/odel esta-
blecimiento, pasarán al sucesor o adquirenre todas las obligaciones emergentes
del contrato de trabajo que el transrnitente tuviera con el trabajador al tiempo de
/a transferencia ...",el art. 226 establece que: "El trabajador podrá considerar ex-
tinguido el contrato de trabajo si, con motivo de la transferencia del estableci-
miento ...", y el art. 227 hace extensiva las disposiciones de tos dos articulos ante-
riores a los supuestos de arrendamiento o cesión transitoria del establecimiento.
Finamente, el art. 229 de la ICTregula la cesion de trabajadores sin estabfecimien-
lo, de ahí que se requiera la aceptación expresa y por escrito del trabajador.
En definitiva, mientras eI art. 30 de la LCTpreve la cesión de derechos de! esta-
blecimiento de la explotación parcial o total sin trabajadores, los arts. 225 a 229
regulan la transferenciadel estabiecimientocon el personal, o !a cesión de éstos sin
el e~tablecimiento.
Como bien apunta Foglia, la situación, entonces sería, !a de un sujeto de dere-
cho que cede su establecimiento en forma total o parcial, para que otro la explote,
a cuyo efecto este último, cesionario, cuenta con su propio personal. La norma ex-
tiende la responsabitidad por la via de la solidaridad a quien cede un estableci-
miento o expiotación a otro para que éste lo haga producir con sus empleados, por
cuanto de ello podría derivarse una situación de fraude. Considera que el legisla-
dor intentó prevenir el fraude que podría configurarse en el caso de insolvente e!
cesionario, ya que los trabajadores quedarían desamparados si no tuviesen acción
contra el que cedió las instalaciones para que la unidad productiva funcione, de-
biendo recordarsequeambos(cedentey cesionario) colaboran con el proceso pro-
ductivo. Ella sin considerar la hipótesis del fraude bilateral que podría configurar-
se si un sujeto le cede a otro, que es insolvente, un establecimiento o explotación,
contratando este UItirnoa lostrabajadores, y eventualmente compartiendo ambos
las utilidades3.
Por ende, y deconformidad conecte supuesto, quien ceda total o parcialmente
a otros el establecimien~ooexplotaciónhabilitado a su nombre, debe exigir al ce-
sionario ei adecuado cumplimiento de las normas reiativas al trabajo y losorganis-
mos de la seguridad socia!, siendo solidariamente responsabie de las obligaciones
contraídas con estos últimos durante el plazo de duración del contrato o al tiempo

Foglia, en ley de Contrato de Trabajo. Comentada, anotada y concordada, Jorge Rodri-


guet Mancini (dir.), 2007, t. 11, ps. 325 y 326.
188 Ricardo D. Hierreauelo - Pgdro E Núñea
.-. ,.- -

de la extinción, cualquiera sea e! acto oeestipulación que al efecto hayan concerta-


do, sólo si omitió ejercer los deberes de control que el artículo pone en cabeza del
cedente, como veremos a continuación.
Este supuesto no ha sido muy profundizado por la jurisprudencia, encontrán-
dose algunos antecedentes en materia de cesión de servicios gastronórnicos y de
expiotación de estaciones de servicios. En este iiltirno caso, hay que destacar que
muchas de las empresas petroleras son titulares de varias estaciones de servicios,
cuya actividad se encuentra habilitada a su nombre, cediendo sólo la exptotacihn
deservicio,a la vez quemediantelasuscripciónde un con~ratodesuministrosease-
guran que los productos que ailí se comercialicen sean los elaborados par las pro-
pias petroleras4.También se ha resuelto que: "La empresa de supermercados que
cedió parcialmenteenei establecimiento habilitadoa su nombre, aunque fuera de
la sede comercial propiamente dicha, un local de comidas rápidas en virtud de un
contrato de locacióncelebradocon el empleadar del trabajador despedido, essoli-
dariamente responsable con aquél en ios términos del ert. 30 de Ia LCTpor las obii-
gaciones derivadas de la condena en juicio" 5+
La Sala X resolvió que: "El cedente, en ninguna de las etapas por las cuales tran-
sitó el proceso de transferencia se desligó de su resultado y, lo que es más impor-
tante aún, detentó en toda momento facultades de control conforme surge del
acuerdo acompañado. Si la cedente no se desentet-idió a posterior¡ de la transfe-
rencia de los activos yde la cesihn de marca acordadas, se advierte una cesión de la

En sentido contrario se ha expedido la Sala VI11 de la CNAT, al resolver que: "En el casa, la
empresa Shell CAPSA dio en locación un inniueble, adaptado. mediante la construcción de tan-
ques y otros elementos puramente edilicios, y la instalacibn de cañerías, bombas, fosos, sistemas
de lubricación, etcktera, para la explotación de un establecimientodel genero 'estación de servi-
cios', Pero ello nosignifica que, necesariarnente,setrataradeunestablecimientoque hasta enton-
ces era explotado por elia directamente, presupuesto 16gico y juridico de la cesian de su explota-
ción, en los?érrninosdel art. 30de ia LCT. Este noextiendecaprichosamente la responsabilidad a i
tercero, paraotorgaral trabajador un deudor m6s, cualquierasea, con la finalidad deafianzarsus
créditos, ioquecaracterizaa iassituacionesquedefineesque, de no haber mediadoel negociodel
que resuitb la asunción por el cesionario de la calidad de titular de la explotación, el empresoirio
princigaf hubiera sido ernpleador de ios trabajadores de aquél, Si no explotaba directamente la
estación de servicio desu propiedad, por ella instaiada y adaptada para esa explotación, no era
titular de ese establecimiento concreto, y no pudo, en el marco del art. 30 ya citado, cederlo de
cualquier manera y pasar a ser el empresario principal en la dirtribucibn de roles derivada de esa
norma. Se encuentra en la misma situación en la que se encontraríael otro codemandadosi, en lu-
gar de explotar la estación de servicio, hubiera cedido a un tercero sus derechos como locatario"
(CNAT, Sala Vlli, 29/12/04, "Medori, Darío y otros c. Shell CAPSA y otro siDespido", sent. 32.329,
Boietín Temático de Jurisprudencia de ia CRIA7; voz "Soiidaridad. Art. 30, LCT", Oficina de luris-
prudencia, jun. 2007).
CNAT, Sala iit, 14/3/05, "fernandez, Maria J.c.Servi BurgS.A. y otros", TySS, 2005-414.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 189
h "m

actividad 'sin cambios de habilitación', todo lo cual torna operativa ia aplicación


del art. 30 de la L C T " ~ .
En cuanto a a cesión total, se ha señaladoque: "OSUOMRA debe ser considera-
da deudora solidaria por las obligaciones laborales declaradas en la sentencia a
cargo de BASA S.A. en virtud de tornarse operativo el presupuesto de responsabi-
lidad soiidaria, contemplado en el art. 30 de la LCT, por cesión del establecimiento
sin cambio de titularidad. La obra social demandada cedió a BASA S.A. las inctala-
cionesdel Policlinico Central que posee en Capital Federal con el objeto de brindar
prestaciones médico-asistencialesa sus afiliados, hecho a partir del cual se torna
aplicable el primer supuesto contenido en el art. 30 de la LCT, que habilita la con-
dena solidaria a OSUOMRA y no es óbice para ello que el actor sólo se colocara en
situacjón de despido con respecto a BACA S.A., toda vez que, en eI citado articulo,
a diferencia del régimen de los arts. 225 a 228 de la LCT, no se establece distinción "

alguna entre obligaciones anteriores y posteriores a la cesión de! establecimiento


y se prevé que quien cede una parte de su establecimiento respondevicariamente
por las obligaciones laborales del cesionario a partir de tal acton7.
Con relación a la cesión parcial se ha dicho que: "Resulta de aplicación lo dis-
puesto en el art. 30 de la LCTante la celebracibn de un contrato entre Señal Eco-
nómica S.A. y el Obicpadode San Justo, por el cual este tjltirno actuaba como usua-
rio de una frecuencia radial y en tal carácter habría encomendado a la primera el
asesoramiento, producción artística, asistencia técnica, caordinacion de la admi-
nistración de la radio, selección y ejecución de ctintenidos y la coproducción del
30% de la programación, Sumado a ello debe destacarse el hecho de que el Obis-
pado de San Justo, usuaria de la frecuencia radial, cedió en parte a Señal EconOmi-
ca S.A. la explotación de la emisoran8.
Tarnbien se ha resuelto que: "Debe juzgarse vicariamente responsable a Super-
mercados Ekono S.A. por las obligaciones laborales declaradas en autos respecto
de la actora, pues aquella cedió parte desu establecimientoa la codemandada pa-
ra que esta desarrollara su explotación comercial (en el caso revelado de fotogra-
fias) y Ia accionante trabajo en dicho espacio fisico cedido. La sola circunstancia de
que [a explotación comercial de ia empleadora de la demandante se haya desarro-

CNAT, Sala X, 22112108, "Olivea Piazzoli, Richard M. c. Provincia Servicios de Saiud C.A. y
otro", en "Revista de Derecho Laboral y Seguridad Socia t", nD7,abr. 2009, p. 616.
CNAT, Saia ll,23/6/09, "~iscitelli,~odolfoc.3ASAS.A. yotrosl~espido",en RañaSa, "Ctres-
times societarias vinculadas ai derecho del trabajo", en Cuestiones rocietarias y fidPicomiso en el
derecho del trabajo, 2009. ps, 468 y 469.
CNAT, Sala lll. 23/7/08, " ~ a ~ a v e d r aalt
, ter ~ s v a l d oy otro c. Señal Económica S.A. y otros
slDespidoU,en intranet.pjn.gov.ar.
190 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro P: ~Vtiñez
I I ~ - - - I I I I I - ' I I I I 1 l - I i - ~ l ~ ~ . ~ " I I . " .

Ilado dentro del espacio cedido por el Supermercadoensu propio establecimiento


activa la responsabilidadsolidaria del art. 30 de la L c T " ~ ,
Y: "La actividad principal de la empresa Casino Buenos Aires $.A, es el entrete-
nimientomediantejuegosdeazar quealliseofrecenal pública, surgiendodeesrri-
tosconstitutivosde dicha empresa la decisión de integrar a ia explotación un servi-
cio de traslado d e concurrentes, desde y hacia el casino, mediante remises y que,
para cumplir con tal objetivo contrató con la empresa Trayion S.A. Esto así, cabe
concluir que el servicio de remises integro la explotación habiiitada a nombre de
Casino Buenos Aires S.A., actividad que centralizó en su propio predio, y el hechls
de que hubiera cedido este servicio que integraba su propia explotación constiru-
ye una cesión parcial en los términos contenidos en la primera parte del art. 30 de
la LCTy la hace solidariamente responsable por las obligaciones del cesionario, en
el caso, ia empresa Traylon S.A." lo.
Recientemente, la Suprema Corte de Buenos Aires ha dicho que: "El hiperrner-
cado que delega a un tercero la explotación de uno de los locales ubicado dentro
de sus instalaciones, lo que implica una cesior, parcial de establecimien~oregulada
en la primera parte del art. 30 de la LCT,debe responder solidariamente por /oscré-
ditos laborales reclamados al ce~ionario"~~.

bJ Contratación y rubcontra&ción, rualquiera sea elacto que le d&origen,


de trabajos o servicios correspondientesa la actividadnormal
y especifica propia del establecimiento,dentro o fuera de su ámbito

Mas complejo resulta, en cambio, el análisis del segundo de los supuestos, cuya
extensión yalcancesdesper'caronel interés de la doctrina y de la jurisprudencia, in-
mediatamente después de la sanción de la ley 21.297, dando lugar a dos posturas
polarizadas, que se siguen manteniendo hasta el presente,
Por ello, se torna necesariodeterminar, en primer término, los fenómenos de la
contratación y lasubcontratacióny, más modernamente, tos de externalizaciónde
funciones y descentralización praductiva, con la consecuente tercerización y frag-
mentacibn de los procesos productivos (aunque en forma somera, ya que se estu-
diaran con profundidad en el último capítulo); para finalmente analizar los alcan-
ces que se le han asignado a la expresión "actividad normal y especifica propia del

CNAT, Sala II, 25/9/08, "Riti, Paola c. Techno Retaii S.A. y otross/Despido", en intranet.pjn.
gov.ar.
'O CNAT, Sala VI, 30/9109, "Midolo, Sebastián c. Traylon 5.A. y otro siDespidoW,Boietin Men-
sualde Jurisprudencia de la CNAT, no294, Oficina de Jurisprudencia, sep. 2009:
SCBA, 10/12/14, "Ballerena, Enrique E. c. Pascua!, Craciela M. y otro slDespido", DI",ano
LXXV, no 7, jul. 201 5, p. 1388.
i
1
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
-"- - e - -
191

establecimiento", y la evolución jurísprudenciai tanto de nuestro más Alto Tribu-


nal, como de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo.

El empresario, para alcanzar los fines de la empresa que dirige, puede utilizar a
sus propios empleados, a los cuales contrata directamente.Pero también puede de-
legar parte de su actividad mediante la contrataciónde otra u otras organizaciones
empresariales, lasqueconrnediosypersonal propio contri buyen,en mayor o menor
medida, al logro delos objetivosde la primera. Esta delegación, que encuentra jus-
tificación en razones de especialización, complejidad, estrategia o simple conve-
niencia, ha dado lugar a la aparición de las figuras del contratista y subcontratista,
cuya identificaciónse impone porque en la actualidad resulta impensable que una
empresa pueda cumplir sus metas sin recurrir a este tipo de contrataciones.
Como bien enseñaba Krotocchin, es contratista quien, disponiendo de elemen-
tos propios de trabajo y cierta solvencia econámica, presta servicios o realiza obras
para otro por su cuenta; dependiendo su caiificación de criterios económicor y so-
ciológicos más que jurídicos12.Para De Diego, empresa contratista es !a que con-
trata una empresa principal, sea para desarrollar su actividad en el estabfecimien-
'io de ésta o para ejecutar fuera de él, dentro de la misma actividad, alglin servicio
o trabajo13.
En la doctrina españoia, Alonso Ojea esboza una definición comprensiva de
ambas figuras al decir: "El empresario real (contratista) que 'asumiendo los ries-
gos, obligaciones y responsabilidades propios de dicha condición de empresario'
(Sentencia del Tribunal Central de Trabajo, 3Qdemayo de 1977), con 'una organi-
zación y gestión propias' (Rodríguez-Piñero), asume la realización de obras o ser-
vicios cuya ejecución le confía a otro (empresario principal), para s i propio o para
la ejecución de un encargo que a su vez ha recibido de otro empresario, en cuyo
caso 6ste es el principal, lo que quiere decir que el ~ontratistasubcontrataparte de
su encargo (apareciendo entonces la serie empresario principal -contratista-
subcontratista)" 14,
García Ortega expresa que mediante la contrata (y la jurisprudencia españota
ha equiparado la concesión administrativa a ella) un empresario (principal) enco-
mienda parte de su actividad (ya sean obras o servicios) para que, a cambio del pa-
go de un precio, sea ejecutada por otro empresario (empresarioauxiliar o contra-
tista principal) quien, a cu vez, puede desgajar parte de la actividad asumida y en-

'2 Kro~oschin,Tratado priictjco de derecho del trabajo, t. 1, p. 148.


'3 De Diego, Manualde derecho del trabajo y de la seguridadsociai, p. 109.
l4 Alonso Olea - t a s a s Baamonde, Derecho del trabajo, p. 104.
7 92 -
Ricardo B. Hierrezuelo Pedrq.E Núñea

comendarla a un tercero (subcontratista), y así sucesivamente. De tal forma que la


cadena de contratas y subcontratas puede ser extremadamente compleja. Lo cier-
to e5 que el empresario que encomienda una obra o servicio a otro se beneficia de
las actividadesde lostrabajadoresque este último aporta, dato este que justifica el
establecimiento de responsabilidades, incluso en caso de contratas absolutarnen-
te legales1s,
En definitiva, es contratista aquella persona que tiene elementos propios de
trabajo y determinada solvencia económica, y presta servicios o realiza obrar para
otro. En algunos casos, deiega parte de su trabajo a un subcontratista que debe
tener las mismas características. En realidad, estas personas -verdaderos empre-
sarios-cuando contratan trabajadores establecen una relaciónjurídica de traba-
joentre estos y el contratista (osubcontratista), sin vincular al duefio de la obracon
los trabajadores mediante un contrato de trabajoI6,
Porsu parte, Capbn Filassefialaquedadas lasmodalidadesdeciertasactividades,
sobre todo las relacionadasconla industriade la construcci0n,quien contrata la rea-
lizaciónde un trabajo con un iercero nosiempretiene ta posibilidadde realizarioen
su totalidad, por lo menos, no le resulta conveniente hacerlo, por lo cual subcontra-
ta determinadas partes de él con empresas especiatizadas. Esta situacion, normal
dentro de ciertas actividades, se ha prestado a fraudes, a través de la interposición
de contratistas ocubcontratistas insolventesdesde ei punto de vista no s610 econb-
mico sino también técnico, a fin de lagrar de esa manera frenar la acciiin de los tra-
bajadoresfrente al contratista principal. En doctrina y en jurisprudencia se estable-
c i i i que cuando el subcontratista no tiene solvencia técnica ni econ9mica para diri-
gir su organización empresaria, se considera que actda como hombre de pajaJ7.
Cabe agregar que ia contratacibn y subcontratación de trabajos o servicios es
perfectamente lícita, siempre y cuando se trate de contrataciones reales, pues de
locontrario nose aplicaría el art. 30de la LCTsinoeIart. 29y, llegadoel caso, el prin-
cipio general receptado en el art. 14del mismo cuerpo legal.
Con esto queremos decir que quedan fuera de este tipo de contrataciones los
supuestos del dependiente empleador (interposición de empleado) y los falsos
contratistas. Es decir, el trabajador puede valerse de auxiliares para realizar el tra-
bajo y en ese supuesto, éstos serán considerados como en relación directa con el
empleadorde aquel, deconformidad con lo dispuesto por el art. 28 de la LCT. Pero
puede que el dependiente haya contratado a trabajadores en nombre propio, pe-
ro a beneficio de su empleador, y en este supuesto, salvo que exista una prohibi-

Garcla Ortega, La reforma laboralespañoia de2001, en "Anuario de Derecho del Trabajo


de la Universidad Austral", p. 321.
l6 Crisolia - Nufiez, La reforma laboralde la ley25.013. Análisis reorico-practico, p. 72.
"
Capón Filas, Derecho deltrabajo. p. 208 y siguientes.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 193

ción expresa, es este último quien asume la titularidad de la contratacion respec-


tiva, trasladandose a su égida [a totalidad de los riesgos inherentes al contrato de
trabajo.
En cuanto a los falsos contratistas, es factible que el empleador, para burlar la
ley laboral,sevaiga de personasinsolventes, quienesaparecen contratando iosser-
vicios de los trabajadores, pera que carecen de una empresa, autonomía financie-
ra, establecimientos, materialesy hasta herramientas propias, que Ie paga al per-
sonal con el dinero que recibe directamente del principal y no dirige personal-
mente el trabajo, sino que esta sujeto a las indicaciones formuladas directamente
por el empresario principal. En este caso, estarnos en presencia de un trabajador
dependiente y no de un verdadero contratista, y por ende, no resulta aplicable lo
dispuesto por el art. 30 de la LCT, al no revestir este último el status jurídico de
empleador. De ahíque la responsabilidad del comitente no sea refleja sino directa.
Lo expuesto no sosiaya que la intencibn del legislador, al extender la responsa-
biiidad en el art. 30, fue prevenir el abuso o el fraude por la interposición de per-
sonas insoiventes(contratistas), al evitar que el empresario principal eluda lasobli-
gaciones derivadas de la relación laboral. La extensien de la solidaridad más allá
del ernpleador directo del trabajador está vinculada con el orden público laboral y
con la situacibn de simulación y fraude a fa ley.

2 - La problemitica conceptual de la subcontratación


Más dificil resulta conceptualizar lo quedebe entenderse por subcontratación,
puesesa palabra tiene significados diferentes en los distintos idiomas. Y este tema
no es menor, pues fue materia de discusión tantoen la "85"Conferenciade la Orga-
nización Internacional del Trabajo" (Ginebra 1997), como en la 86" Conferencia
(Ginebra 1998), con !a finalidad de dictar un Convenio y una Recornendacibnrela-
tivos al trabajo en régimen de subcontratación. No se logró llegar a un acuerdo, lo
que llevó al presidentede la Comiribn de trabajo encubcontratacibn de la 86" Con-
ferencia a informar: "Los términos inglesescontractlabour, sub-contrarting y out-
sourcing no son sinónimos, aunque la traducción espafiola utilizada en los docu-
mentos distribuidas por la oficina dé esta irnpresión.Auncuando la secretaria haya
aclarado que no hay otra expresión española o francesa para traducir el término
inglés contract labour, aparte de subcontratación a de travaiHeur employé en
sous-traitance, los distinguidos delegados de los paises de América Latina y del
Canadá las consideran erróneas. Independientemente de que el término contract
labourse utilice para designar un grupo, de que el terminosub-contracting se uti-
$icepara designar un proceso, de lo que deverdad deberíamos preocuparnos es de
la suerte y de los problemas de estos trabajadores".
En nuestro idioma, la delimitación del término subcontratacióndista deser pa-
cifica; se pueden diferenciar dos posiciones.
194 Ricardo D.Hierreauelo - Pedro.; Muñez
--,*-- "A - --
La Tesic restringida exige inexorablemente la existencia de un contrato princi-
pal (encargo base) y por ende, para que se configure este fenómeno se requiere:
a) Dos contratos: uno principal y uno derivado.
b) Que entre amboscontratosexista identidad de naturalezajuridica y objeto.
c) La existencia de tres partes: comitente, contratista y subcontratista.

Desde una óptica laboralista puede sostenerseque, sin perjuicio de que lossuje-
tos partes en la subcontratación son tres, vinculados por dos contratos de natura-
leza civil o comercial, la subcontratacibn proyecta susefectos sobre los dependien-
tes del subcontratista, quienes sin integrar la estructura negocia1descripta, apare-
cen involucrados en la misma por imperio legal1*.
En cambio, la tesis amplia asimila la subcontratací0na la descentralización pro-
ductiva, por lo que entrarían dentro de la figura todos los supuestos en los cuales
una empresa externaliza parte de su actividad en otras, que se valen de !a presta-
ción de servicios de personal dependiente para el cumplimiento de la labor enco-
mendada.
Rivero Lamas se refiere a esta dualidad terminolbgica al expresar que la sub-
contratación designa en el lenguaje econ6mico empresarial, y también en su ver-
sión inglesa, la forma mas común de descentratización productiva mediante el uso
de contratas, esto es, la exteriorización de una parte del proceso productivo de la
empresa utilizando la contratación con otras empresas, cualquiera que sea ;a for-
ma contractual que se utilice, denominándose genéricamente subcontratista al
que ejecuta directamente las funciones descentratizadas. Sin embargo, el uso que
se hacedel término subcontratación en ef contexto del art. 42 del ETpretende ex-
tenderse tanto a la mencionada significación económica como a los supuestos en
los que ei contratista, que se ha comprometido a realizar obras o servicios para !a
empresa principal, decide pactar con otrou otros contratistas ia realizaciónde una
parte de aquellos1g.
Raso Delgue, si bien coincide con la posición estricta, esdecir, aquellaque supo-
ne la existencia de doscontratos, ambosde naturaleza civil o comercial, considera
que el contrato principal no debe identificarse necesariamente con un contrato
importante en términos económicos. Ejemplifica con [a relación existente entre eI

Gauthier - Pratt - Gari, "Subcontratación e intermediación", en Cuarenta ydos estudios


sobre la descentralizacidn emprerariaiy elderecho del trabajo, Fundación de Cultura Universita-
ria, ps. 341 y 342.
I q i v e r o Lamas. La deicentraiizaciónproductiva y ¡as nuevas fdrmulas organizativas de tra-
bajo, en libro de ponencias del "X Congreso Nacional de Derecho del Trabajo y de la Seguridad
Social",Zaragoza. 28y 2915199, Colección informes y Estudios, Serie Reiaciones Laborales no28, ps.
17a94.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 195

banco, su cliente y la empresa transportadora de valores. En este caso, el contrato


base sería el celebrado entre el depositante (cliente) y el banco, mientras que et
subcontrato se acordaría entre el banco y la empresa transportadora de valores20.
Nuestro país reguló, en ei art. 30 de la LCT, tanto los supuestos de contratación
como iosdesubcontratacion, tornando estéril la discusiCInseñatada. En cambio, en
el Derechouruguayo lasituaciónera m6scomplejaJporque hasta el año2007 elart.
3" de la ley 10.449, sancionada el 12 de noviembre de 1943 disponía: "Todo patro-
no o empresario que utilice subcontratistas o intermediarios, permanecerá, no
obstante, obligado subsidiariamente al pago de los salarios mínimor fijados". l a
postura estricta fue receptada porta Suprema Cortede Justicia uruguaya en lasen-
tencia no 4 del 17 de febrero de 1992, al sostener que la tercerjzación de los servi-
cios de limpieza en un laboratorio no encuadran dentro de las previsiones del art.
3" de !a ley 10.449, por cuanto en ese caso no se verificaba un "subcontrato", pues
41 supone un "contrato principal", del cual aquél ocupe parte del objeto de éste.
No existiendo subcontrato, no puede aplicarse la responsabilidadsubsidiaria, que
tiene como presupuesto la existencia comprobada de subcontrataci9n. Por su par-
te, la posición de Raso Delgue, logró la adhesián del Tribunal de Apelaciones del
Trabajo no3, quien entendió que se configuraba su bcontratación en un caso en el
cual una empresa que opera servicios de telefonía móvil contrató a una empresa
independiente para la cornercializacibn, promoción y venta de sus productos en
stand1ubicados en centros comerciales, considerando que habia un contrato base
entre el consurnidar y el operador de telefonía móvil, y un contrato derivado entre
este úItimo y la empresa dedicada a las promocionesy ventasz1.
Posteriormente, la ley 18.099 del 24/1/07 introdujo, aunque con limitaciones la
responsabilidad solidaria, al sostener en su art. 1" que: "Todo patrono o empresa-
rio que utilice subcontratistas, intermediarioso surnini.;tradores de mano de obra,
sera responsable solidarío de las obligaciones laborales de éstos hacia los trabaja-
dores contratados, asicomo del pago de /as contribudoner a /a seguridadsocial a
/a entidadprovisional que corresponda, de /a prima de accidente de trabajo y en-
fermedad profesionaly de las sanciones y recuperas que se adeuden al Banco de
Segurosdel Estado en relaribna esto5 trabajadores". Sin embargo, esteartículo no
establecía que debia entenderse por subcontratación razón por la cual se dict6 la
ley 18.251 del 6/1/08, cuyo art. 1' dispone que existe subcontratación "cuando un
empleador, en razón de un acuerdo contracrual, se encarga de ejecutar obraso ser-
vicios, porsu cuenta yriesgo y con trabajadoresbajo su dependencia, para una ter-
cera persona física o jurídica, denominada patrono o empresa principal, cuando

20 Raso Delgue, La contrataciónatipica del trabajo, ps. 236 a 242.


2' Castello, La solidaridad en las obligacion~slabordes, en "XV Congreso Nacional de Dere-
cho del Trabajo y de la Seguridad Social", Parani, ago. 2004.
196 -
Ricardo D. Hierrezuelo Pedco E Múñez

dichas obras o servicios se encuentren integrados en la organización de éstos o


cuando formen parte de la actividad normal o propia del establecimiento, princi-
pal a accesoria (mantenimiento, limpieza, seguridad o vigilancia), ya sea que se
cumplandentro o fuera delmismo". Comosevese utiliza una expresión amplia del
término.
Sin embargo, la responsabilidaddel principal no siempre es solidaria, sino sólo
cuando no se ejerza el derecho a ser informado por sus subcontratistas sobre e
monto y el estado de cumplimiento de las obligaciones laborales, previsionalec,
por accidentes de tra bajo y enfermedades profesionalesde los trabajadores de és-
tos. En caso que se ejerza el derecho a la informaci6n, la responsabilidad essubsi-
diaria (véanse arts. 4"y 6", ley 18.251). La responsabilidadqueda limitada al perío-
do de la subcontratacidn y nunca podrá ser superior de que se hubiera devengado
si los operarios trabajasen en forme directa para el principal.
En Ecuador la reacción del Gobierno ha sido drástica por ios abusos incurridos a
través de lo$sistemas precarias de contratación laboral, según rezan las conside-
rando~del Mandato Cons.ritucional n08del 3014/08. La nueva norma prohibe Ter-
minantemente la tercerizaciiin y fa intermediación laboral y solo reconoce la rela-
ción laboral directa y bilateral entre trabajadory empleador. Anteriormente (20061,
en Venezuela, el Reglamento de la Orgánica del Trabajador había dispuesto (para
las agenciasde trabajo temporaria) la relaci6ndirecta entre trabajadores y empre-
sas usuarias, actuando las agencias como meras intermediarias, pero con recpon-
sabilidad solidaria. Lasnuevas disposiciones de Ecuador dejan sin efecto la modifi-
cación de 2006 del Código de Trabajo por fa cual se regulaba fa tercerización, pero
que no impidio que las empresas usuarias hayan abusado de estas formas de con-
tratación. Entre las disposicionesse destacan las que prohiben todo vínculo rocie-
tario entre empresas usuarias y las actividades complementarias. Si se llegara a
comprobar este vinculo, la empresa usuaria se transformará en empleadora direc-
ta, además de las sanciones pecuniarias que le corresponden, La subcontrztación
sólo sera admitida para actividades de vigilancia, seguridad, aiimentación, mensa-
jería y limpieza (con responsabilidad solidaria de la empresa usuaria), asi como
para los llamados servicios técnicos especiaiizados tales como contabilidad, publi-
cidad, auditoria, etcétera. Los trabajadores de las empresa de actividades comple-
mentarias tienen asegurada la remuneracion minima vigente, la participacionen
las utilidades de las usuarias o de las empresas de actividad complementaria y tam-
bién la protección de la legislación laboral y de la seguridad
Convieneseríalar que el Código Civil y Comercial ha regulado al subcontrato en
los arts. 1069 a 1072. Define al subcontrato como un nuevo contrato mediante et

22 Von Potobsky, Modalidades laboraies ysu encuadramiento normativo. Pendencias en Eu-


ropayenAmérica Latina, D i , afioLXX, n06, jun. 2010, p. 1387.
bilidad solidaria en el contrato de trabajo 197
-- -- .-

cual el subcontratante crea a favor del subcontratado una nueva posición contrac-
derivada de la que aquel tiene en el contrato principal (conf. art. 1069, CCCN).
blece que en los contratas con prestaciones pendientes estas pueden ser sub-
ratadas, en el todo o en parte, a menos que se trate de obligaciones que re-
ten prestaciones personales (conf. art. 1070, CCCN).

3 - Contrataciónvertical y horizontal

En doctrina, ia contratación o tercerizacibn taboral se clasificaenver?icalu hori-


zontal segiin el contratante realice total o parcialmente el procesa productivo de
la actividad que desarrolla.
Asi, la contratación es vertical cuando el contratante efectúa íntegramente su
actividad, tercerizandootrasque, ya sean principaleso periféricas, no hacen al pro-
ceso productivo de aquella. La tercerización de la limpieza o la vigilancia constitu-
yen claros ejemplos de contratación vertical.
En cambio, la contratación es horizontal cuando se produce ia fragmentación o
segmentación del proceso productivo. En estos casos, el contratante realiza única-
mente una parte del mismo, descargando en otras empresas !as restantes etapas
hasta la Sina/izacibncompleta del producto. Claro ejemplo de este tipo de con.tra-
tación fue el fallo "Rodriguet c. Compañía Embotelladora", resuelto por nuestro
más Alto Tribunal el 15 de abril de 1993, donde se trataba de la fragmentacidn del
proceso productivo de Pepsi-Cola, por el cual ésta sálo realizaba eljarabe, mientras
que en una etapa posterior, Compañia Emboteliadora diluía y emboteilaba el pro-
ducto para su venta posterior.
5i bien ~onceptuatmenteesta clasificación es clara, en la realidad [a distincidn
no es tal, por cuanto una misma empresa puede efectuar amboctiposde contrata-
cionesal mismo tiempo. Pensernosenunsanatorio, cuya actividad principal es la de
brindar servicios sanitarios. Esta institución puede tercerizar tanto la limpieza co-
mo la gastronomía, las que (sin entrar a analizar si forman parte de su actividad
principal osi sonsecundarias)noafectanel proceso productivo del nosocomio, que
es el sanitario, Sin embargo, este mismo sanatorio puede tercerizar tanto el servi-
cio de tornografía computada, comotodo el sector de neonatología, con lo cual es-
taría fragmentando su propio proceso productivo.
Otro ejemplo característico se da en la industria automotriz. La fabricante de
automóviles puede tercerizar el servicio devigilancia, pero también puede contra-
tar con otras empresas la realización de las distintas partes del automóviI, o inclu-
so, el ensamble de la unidad. Conviene recordar que en la actuatidad, fábricas co-
mo Volvo o Saab sólo realizan en su planta el 25% del automóvil, mientras que el
75% restante lo efectúan empresas tercerizadas.
Cabe destacar, que ioscantratosquesesuscribenen uno y otrocupuestoson dis-
tintos, por cuanto mientras ia contratación verticai se lleva a cabo mediante con-
7 98 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Nuñez

trataciones de arrendamiento o locación de obra o de servicios; en la contratación


vertical el contrato paradigmático es la compraventa, y no siempre este tipo de ter-
ceriracibnse encuentra receptada en la legislación como, despuesveremos,sucede
en la legislación espafiola. Esta clasificación se ha revitalizado a ta luz del nuevo
Codigo Civil y Comercial, que ha introducido varios contratos que crean verdaderos
supuestos de tercerizacion horizontal, como son los contratos de suministro (arts.
1176 a 1186), agencia (arts. 1479 a 1SO?),concesión (arts. 1502 a 1511) y franquicia
(arts. 1512 a 1525), en loscuales se produce el fraccionamiento del proceso produc-
tivo. Si bien algunos doctrinarios, sobre todo durante la vigencia del fallo "Rodri-
guez", cuestionaron la procedencia de IacontraTacionhorizontal dentrodel art. 30
de la LCT,lo cierto es que nos permitimos discrepar con esta postura, que no ha sido
seguida por la jurisprudencia, porque a nuestro entender, la expresión "cuaiquiera
seael acto que le déorigen", habilita incluir contratos distintos a la locación.
Corresponde, sin embargo, efectuar algunas reflexiones respectoal art. 1520del
CCCN, en materia de franquicia, que establece las responsabilidades entre e! fran-
quiciante y ei franquiciado. Dispone el artículo mencionado: "Responsabilidad. Las
partes del contrato ron independientes,y no existe relacibn laboral entre ellas. En
consecuencia: a) el franquiciante no responde por las obligaciones del franquicia-
do, excepto disposición legalexpresa en contrario; b) los dependientesdel franqui-
ciado no tienen relacionjun'dica iaboral con el franquiciante, s/n perjuicio de la apli-
cacibn de las normas sobre fraude laboral; c) el franquiciante no responde ante e/
franquiciado por la rentabilidad delsistema otorgado en franquicb.
El franquiciado debe indicar claramentesu calidad de persona independiente en
sus facturas, contratos y demás documentos comerciales; esta obligación no debe
interferir en la identidad común de la red franquiciada, en particular en sus nom-
bres o r6tulos comunes y en la presentación uniforme de sus locales, mercaderías o
medios de transporte".
Excede la tematica de este libro el tipo de relación entre los sujetos del contra-
to, los cuales, demás está decir, si estamos en presencia de una verdadera franqui-
cia, esajena al ámbito laboral. 5íen cambio, podría darse el supuesto previsto en el
inc. b) del artículo mencionado, en el cual el franquiciado sea una persona fisica o
jurídica interpuesta, en cuyo caso, el verdadero empleador seria el pseudofranqui-
ciante, quien habría simulado una relación intercocietaria para ocultar su verda-
dero status jurídico, resultando plenamente aplicable las disposiciones previstas
en los arts. 14y29de la LCT.
Con respectoal inc, a),desde nuestra perspectiva no reviste la extensión que al-
gunos pretenden asignarles, eximiendo de responsabilidad ai franquiciante de ias
obligaciones contraídas por el franquiciado respecto a sus trabajadores en los tér-
minos del art. 30 de la LCT. Adviértase que la norma es categórica al disponer que
la exención de responsabilidadse verifica cuando no existe disposición legal expre-
sa en contrario. Y en estecaso, justamente el art. 30 de la 1CTconFigura un supues-
Responsabilidadsolidaria en el contrato de frabajo 199

to de excepción a las disposiciones de la norma civil, al establecer la responsabili-


dad solidaria del franquiciante, si severifican losdemásextremosprevistosenla le-
gislaci6n laboral. Nótese queel art. 30de la LCT,si bien es una disposiciongeneral,
incluye todos lossupuestosdecontratación, cualquiera sea el actoque ledéorigen,
razón por la cual, a nuestro criterio, si se acredita que estarnos frente a la terceri-
zación de una actividad normal y específica propia del establecimiento, y los in-
cumplimientos de los deberes de control, el franquiciante deberá responder soli-
dariamente frente a las obligaciones iaborales y de la seguridad social respecto a
los trabajadores del franquiciado.

4 - Actividad principal y actividadsecundaria


Las consecuencias juridicas que se derivan del art. 30 de la LCTno abarcan cual-
quier tipo de contratación o subcontratación (cualquiera sea eI acto que le de ori-
gen), sino sóto aquellas que se refieran a "trabajos o servicios correspondientes a
la actividad normal y especifica propia del establecimiento, dentro o fuera de su
ámbito". La diiucidacitin de [o que debe entenderse por "actividad normal y espe-
cifica propia del establecimiento" despertó el interés de la doctrina y de la juris-
prudencia, inmediatamente después de la sanción de la ley 21.297, dando lugar a
dos posturas polarizadas, que se siguen manteniendo hasta el presente.
Cabe senalar, que no resuIta imprescindibleque el contratista sóto presta servi-
cios para el contratante, ya que la exclusividad no es un extremo exigido por el art.
30 de la LCT, sino 5610 que se trate de la contratación de trabajos o servicios corres-
pondientes a la actividad normal propia y específica del establecimiento. En este
sentido, se ha dichoque: "Tiene dicho esta Corte al respectoque la solidaridad pre-
vista en el art. 30de la LCTno está subordinada a que se demuestre la realizaciónde
tareas específicas de terceros de manera exclusiva, sino que es preciso acreditar la
contratación o subcontrataciónde trabajos y10 servicios correspondientesa la acti-
vidad normal y específíca del estabiecimientoprincipal (conf. causas L. 45.107, sent.
del 28/9/90; L. 61.890, sent. del 21/10/97; L. 63.720, sent, del 19/10/99; 1.72.41 1, sent.
del 19/12/01)J123.
1 - Posícibn amplia
Una primera posicion propone una interpretacibn arnpiia det art. 30 de la LCT,
comprendiendo no solo la actividad principal sino también las accesorias y secun-
darias.
Justo Lópezsostieneque: "por actividad normal y específica propia del esrable-
cimiento no debe entenderse colo la actividad principai -en e4 sentido de que lo

a SCBA, 23/9/03, "Zelaya, Nelida Adelinac.D'ispezS.R.1.y otro. Indemnizaciónpordespido",


inedito.
200 u"-
-
Ricardo D. Hierrezuelo Pedrp E Huñez

principal se suele oponer a lo accesorio-; la expresión comprende también a las


actividades que pudierctnsercalificadas desecundariaso de accesorias, con tal que
estén integradas permanentemente al estabiecimiento", con lo cual sólo se exclui-
rian las extraordinarias o ex~epcionales~~.
Vázquez Vialard entiende que la actividad normal debe determinarse en fun-
ción de ia decisión que haya tomado el empresario a fin de encarar las tareas desti-
nadas al cumplimiento de la finalidad econbmica perseguida.
Sin perjuiciode ello, puedendarse-de acuerdo con e! modo de operar-situa-
ciones en las que corresponda aplicar ta doctrina referente a la llamada relación la-
boral mediata (cuando el proveedor de insumos puede ser catalogado como un
simple hombre de paja, o de empresas subordinadas o relacionadas).
En ese caso, la extensión de la responsabilidad se restringe al personal vineula-
do con la labor relacionada con la que encomendó el contratista. En cuanto al otro
eiernentoqueestablece la ley: "específica", debe distinguirse, en el proceso de efa-
boración de un bien o servicio, aquello que es principal de lo que no lo es. Al efec-
to, no 5610 corresponden a la primera calificaci6n aquellas labores que.atañendi-
rectamente a[ cumplimiento del fin perseguido, sino también aquellas que resul-
tan coadyuvantes y necesarias (aunque cecundarias), de manera que no obstante
ser auxiliareso de apoyo, resultan imprescindibles para que se puedan cumplir las
otras (ya que normalmente integran -como auxiliares- la actividad)*S.
La referencia a actividades auxiliares o de apoyo parece tener una amplitud
mayor que la interpretación propuesta por la Corte Suprema, en tanto en ei falio
aludido conforme a la visión de Vizquez Vialard resultaría excluida la solidaridad
solamente cuando la cesión o subcontratación importe la segmentación horizon-
tal de una actividad (referida al fraccionamienlo en etapas del proceso de que se
trate, v. gr., productivo, de distribución, etcétera), más no en los casos en que sea
vertical (actividades propias de un ciclo que en parte se transfieren a un tercero, v.
gr., el mantenimiento permanente de la maquinaria del establecimiento).
En idéntico sentido se expidió Moreno, para quien corresponderia incluir los
trabajos accesorios o secundarios que se presten normalmente, y que además hu-
biesenestado integradosal establecimiento,fueran coadyuvantesy necesarios pa-
raque pudierancumplir los principales,y el trabajador los hubiera reaiizadoenfor-
ma permanente. En cambio, se encontrarian excluidos los trabajos secundarios o
accidentales que se prestan en forma accidental, excepcional eventual^^.

24 -
López Centeno - Fernandez Madrid, Ley de Contratode Trabajo comentada, t. 1, ps. 258
y 259.
VVazquez Vjalard (dir.), Tratado dederecho del trabajo, t . 2, p. 358.
Moreno, A/gunosaspectos de la soiidaridad en elderecho del trabajo. Interposición y rne-
diacion, subcontratati6n y delegación, LT,XXXIV-A-561.
-Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 201

Porcu parte, Fernández Madridadhiere a esta línea deopinión, al postular "que


por actividad normal y especifica debe entenderse toda aquella que haga posible
el cumplimiento de la finalidad de la empresa y que puede ser relativa tanto al nú-
cleo det giro empresario (por ejemplo, fabricacion de cubiertas en una fábrica de
cubiertas) como a las trabajos que coadyuvan ai cumplimiento del objetivo corres-
pondiente, pues empresa es un todo y no puede ser fraccionada en partes a efec-
30s de establecer la posible existencia de responsabilidadsolidaria"27.
Maza y Plaisant consideran que la postura amplia es la acertada y, sobre todo, la
justa. Estiman que e! vocablo "especifica" no da pie a excluir aquellasactividades
que, riendo normales, confluyen en forma aun secundaria e indirecta, para lograr
el objeto de la empresa. Por el contrario, señalan que el conceptode exclusi6n esel
de la "no participación", esto es que una actividad sólo se considera extraña o aje-
na al objeto propio y específica de la empresa cuando no integra el proceso pro-
ductivo o prestador de servicio de esa organización, agregándose como actividad "

adicional, no necesaria para e ~ e o b j e t o ~ ~ .


Ferreiros entiende que la expresión u-tiiizada por el legislador en el art. 30 no
hace referencia a que un empresario debe responder por los contratos de trabajo
que celebren ias otras empresas con quienes establece contratos comerciales, pero
si está indicando en una interpretación teteoiógica que quedan aprehendidas por
la regla, tareas que a primera vista parecen accesorias, pero que en realidad son
engranajes imprescindibles para la obtención del objetivo empresario, como son
los servicios de gastronomía en lugares donde no se podría permanecer todo el
tiempo necesariosi nose comiera, oempresasdonde la manutención de lasrnáqui-
nas es imprescindible para su funcionamiento y consecuentes operaciones técni-
cas. Es que la empresa es una unidad técnica de ejecución y toda actividad que
coadyuva al funcionamiento ejecutivo y se orienia al fin queda comprendida. No
así aquellas otras de las cuales se puede prescindir por resultar anexas o secunda-
rias y prescindible^^^.
Para Capón Filas /a teoria sistémica considera las tareasconducentes para tipifi-
car la vinculación empresaria. Actividad normal y específica propia en una econo-
mía cerrada t a l vez pudo interpretarse como tareas propias del establecimiento o
de la explotacibn, dejando fuera otras que, si bien importan, no son propias. Al
contrario, en una economía abierta y competitiva deben ubicarse las tareas del es-
tablecimiento~explotación dentro delsegmento económico marco (actividad)en
ei que la empresa se desarrolla, por lo que, por ejemplo, podrá dedicar cinco de sus

27 Fernhndez Madrid, ratad do práctico de derecho de/ trabajo, t. 1, p. 929.


28 Mara-Plaisant, Intermediación laboral, p. 68.
29 ferreiros, E / articulo 30 de la LCTdespves de /a reforma de la ley25.013y /a consecuente
saiidaridad, "Doctrina Laboral Errepar", XIV-41.
202 Ricardo D. Hierreauelo - Pedro E Wúñez

establecimientosa la actividad extractiva, tresa la actividad comercial, uno a ta ac-


tividad financiera, dispersando asC los factores de riesgo para superar la crisis. Plan-
teado así el tema, en el establecimiento existen diversas tareas, esenciales unas,
conducentes otras. Estas últimasdeninguna manera con prescindiblesyaque, si no
se realizaran, al corto tiempo seria imposible concretar las primeras, lo que mues-
tra que su existencia condiciona la de la empresa. Mientras las tareas esenciales ia
definen, lasconducenteslacondicionan,por loquearnbasson importantes, deben
ser atendidas por igual y responsabilizande idéntico modo a la ernpresa3O.
En esta línea de interpretación se ha expedido recientemente la Suprema Corte
de la Provincia de Buenos Aires, a l resolver que: "€1 art. 30 de la LCTcomo su simi-
lar art. 4Ode la ley 24.028, en cuanto concierne a ia especifica responsabilidad por
accidentes de trabajo, sujetan la solidaridad a la comprobación de ia contratcición
o subcontratación de servicios que, aun no configurando la actividad especifica y
principal del establecimiento, sean secundarios o accesorios, pero q u e se encuen-
tren permanentemente integrados a elia y coadyuven en la consecución de los fi-
nes empresarialesu3'.

il - Posición estricta
En cambio, la corriente que postula una interpretacibn estricta de los alcances
de esta expresión, entiende que sOlo deben incluirse aquellos servicios o trabajos
que están Intimamente reiacíonados con la actividad de la empresa, y que no se
pueden escindir de la misma sin alterar el proceso productivo, con exclusión de
aquellos que resultan secundarios o accesorios.
En esta línea argumenta1 se encuentra el pensamiento de Guibourg, quien re-
marca la importancia de la reforma introducida por la fey21.297, paraconcluir que
en principio se encuentran excluidas las actividades acce~orias~~. También Lima,
anatizando el antiguo art. 32 de la LCT, explicabaque "actividad normaly específi-
ca es la habitual y permanente del establecimiento, osea la relacionadacon la uni-
dad técnica o de ejecución destinada al logro de los fines de ta empresa (art. 6',
LCn", debiendo descartarse fa actividad accidental, accesoria o c ~ n c u r r e n t e ~ ~ .
Fernandez Gianotti refiere que ei texto es claro en el sentido de limitarse a los
supuestos en q u e analizadas las finalidades para las cuales funciona el estableci-
miento-acuyo efecto resultará esclarecedor examinar el contratosocial, locesta-

30 Capbn Filas, Derecho deltrabajo, p. 208 y siguientes.


31 SCBA, 27/7/05, "Suarez, Ornar A. c. De La Rosa, Ereneo y otro", TySS, 2205-734.
32 Guibourg, Las obiigacionesso/jdarias en elderecho labora/, LT, XXV~-972.
j3 Lima, interposión, mediación, subcon.tratacián y empresas subordinadas o relacionadas
Responi;abilidadsolida~iaen el contrato de trabajo 203
-- -
tutos, la concesión u otro acto que las enmarque y sin descuidar las que realmente
cumpla-, que en caso de discordia han de prevalecersobre Ias enunciadas, se des-
prenda cuál es la actividad a su cargo. Logicamente, para cumplir esas actividades
se ha de valer, además, de otras secundarias o colaterales que se reputen impres-
cindibles o coadyuven a que la propia pueda alcanzarse plenamente.
Pero ellas se desenvuelven, aunque sea en forma normal, ordinaria y perrna-
nente, paralelamentea la principal,sin confundirse con ésta. E l bancova a cumplir
sus operaciones propias, que son las bancarias, y las anexas relacionadas con cuan-
to negocio se conecte con el mundo de la banca. Es su aperatividad la que lo lleva
a ser también agente, comisionista o recaudador, pera de ningún modo entende-
mos que puede decirse que haga lo propio con el servicio de limpieza, vigilancia o
de custodia de caudales tan necesarios para que la institución funcione regular-
mente. Su quehacer en estos rubros no es el propio, por más que se los repute fun-
damentales como presupuestopara hacer factiblesu gesti6n bancaria34.
Mancini y Pizarro entienden por actividad normal y específica de una empresa
aquella que, conforme al curso normal y ordinario de las cosas, es habitual y per-
manente del establecimiento, o lo que es igual, relacionada con la unidad técnica
de ejecución destinada al logro de los fines de la empresa. Se trata de la contrata-
ción de prestaciones que completan o complementan la actividad propia del esta-
blecimiento. Ello supone que la asignación de responsabilidad solidaria deba ser
determinada caso por caso, atendiendo a las particularidadesde la vinculaciiin y a
la asunción de riesgos empresariales.P,gregan que !a contratación de servicios se-
cundarios~accesorios, en principio, está al margen de toda idea de solidaridad la-
bora!, salvo cuando se trate de actividades que pudiendo revestir aquel carácter, se
hatlen integradas en forma permanente al e~tablecirniento~~.
Por último, Rodríguez Mancini expresa que la norma exige que la actividad sea
"propia del establec!miento", debiéndose tomar esta i5ltima expresi6n con el sig-
nificado legal: el que contiene el art 6Ode [a LCT, o sea, "la unidad técnica ode eje-
cución destinada al logro de [osfines de la empresa, a través de una o másexplota-
ciones", Agrega que es con relación a la actividad concreta del establecimiento que
deberá efectuarseencualquierclare de confrontación con la que realiza la empre-
sa contratada, o subcontratada o cedida para derivar de elllo la decision de la soli-
daridad establecida en la

34 FernAndez Gianotti, Subcontratacion en el contrato de rrabajo, DT,f 986-8-1365.


35 Mancini - Pizarro,Aigunas reflexjones en tornoa las obligacionessolidariasen el derecho
del trabajo, en "Revista de Derecho laboral", no2001-1, "La soiidaridad en el contrato de traba.
jo", p. 45.
36 Rodriguez Mancini, E / contrato de franquicia comercia/ y /as obligaciones Iaboraks, LL,
1992-6963,secc. doctrina.
204 -
Ricardo D. Hierrefuelo Pedro,! Múfiez

111 - Nuestra posición


Por nuestra parte, entendemos que los términos "específica" y "propia" utili-
zados porel legislador para calificarla actividad contratada, aluden sóloa aquellas
servicios o trabajos permanentemente integrados e inseparabiemente reiaciona-
doscon la actividad quesedesarrolla en el establecimiento (sea quese efectúe den-
tro o fuera de su ámbito). De ahí que deban excluirse aquellas tareas que, aunque
necesarias para el funcionamiento del establecimiento, resulten accesorias y pet-
fectamenteescindibiesde la actividad desarrollada por la contratante, por nofor-
mar parte del giro normal y específico (propio) de la empresa.
Admitimos que esta interpretación puede no resultar ia más justa, pero cree-
mos que es la única posible, a la luz de los antecedentes legislativosqueinspiraron
la redaccidn del párr. lodelart. 30de la LCT. Enefecto, en el art. 32 de la ley 20.744
(ahora art. 30) no sólo se utilizaba el vocablo "accesorio" para regular una situa-
ción similara ia actua1,sino que, además, por el segundo párrafo deese artículo, en
loc casos en que se contrataran servicios correspondientes a la actividad normal y
específica propia del estabfecimiento(aunque timitada dentrodesu ámbito), la re-
lación de trabajo de ese personat quedaba constituida con el principal -contra-
tante-. De lo expuestose puede inferir que éste era un supuesto excepcionalque
debía ser analizado con estrirtez, pues estabiecía una relaciijn directa entre el con-
tratante y los trabajadores del contratista o subcontratista; rigiendo para las de-
más situaciones el párr, l" del art. 32.
Sin embargo, forzoso es reconocer que, de este modo, quedan excluidas de la
protección ofrecida por la responsabilidadsolidaria de este articulo, precisamen-
t e aquellas actividades -limpieza, seguridad, restauración- más necesitadas de
tutela, por ia poca infraestructura que requieren tales actividades y el riesgo de
insolvencia de esos contratistas; es decir, quedan desprotegidos quienes mas lo
necesitan37.
Cabe señalar que actualmente, ha surgido una corriente doctrinaria, con poco
acogimiento jurisprudenciat, que entiende que la tercerízacion de Ia limpieza y
seguridad, se ajustarían más a las previsiones del art. 29 de la LCT, que del 30. Des-
de el punto de vista doctrinario ia terceriracibn de actividades ha planteado dis-
tintos interrogantes, comenzando justamente con su diferenciación con la terceri-
zación de mana de obra, Si bien desde el punto de vista teórico las diferencias son
cfaras, ya que en este último casúestamos en presencia de una mera provisión de
mano de obra, mientras que en el primer caso se trata de una contratación de un
servicio o de una actividad, en ia practica esta distinci~nno re aprecia con total da-
ridad, porque como bien lo dice Machado, la confusión semántica la introduce fa

37 Ramirez Martíner, La responsabiljdad solidaria en el derecho del trabajo espafiol, en


"Ailuariode Derechodel Trabajo de la Universidad Austral", p. 115.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 205

mención del art, 30 referida a los "trabajos o servicios" puesto que, literatrnente
entendido, eso es io que hace también el intermediario.
Asi, porejemploen Uruguay, algunocautoresafirmanque !a Iercerizacióninvo-
lucra a las actividades secundarjas o compiementarias y no a aquéllas que consti-
tuyen la actividad principal y básica de la empresa.
En nuestro país, esta discusión que se da en el pais vecino resulta abstracta, ya
que del análisis del art. 30 de la LCT, no sota se infiere que esta distincion es acep-
tada, sino que incluso las actividades periféricas o secundarias no son materia de
regulación, y se encuentras excluidasde cualquiertipo de protecciónen la que res-
pecta a la responsabilidadsolidaria.
No obstante lo expuesto, la discusión en Argentina gira en torno a los supues-
tos en que ia subcontratación encubre una provisiun de mano de obra. Así, Tosca
señala que se observa cuando una empresa aprovecha los servicios personales de
trabajadores enviados por otro sujeto, quien no reconoce, o no deja ver nitida-
mente su calidad de proveedor de personal, sino que se presenta como una orga-
nización que con su propia estructura provee un servicio u obra; pero resulta que
tampoco logra observarse una estructura autónoma complementando, con me-
dios técnicos propios, propios, la actividad de quien aprovecha los servicios. Macha-
do coincide con esta posición y señala que cuando tos trabajos o servicios prometi-
dos por /a subconeratista sesuperponen hasta la confusióncon los trabajadores mis-
mos que los prestan, por ser ellos el medio exclusivo o daramente preponderante
de Ios que se vate para aicanzar el resu!tado contractual, corresponde aplicar Ia
normativa propia de la intermediación que no distingue en punto a la inherencia
o na del objeto de la tercerizacián. Ejernplifica con la contratación de los servicios
de limpieza y vigilancia, en losque la provisióndel servicio se agota con el suminis-
tro de las personas que realizan ese trabajo, produciendo en algunos casos, el des-
plazamiento de ciertos oficios tradicionales (portero o sereno en el caso de la vigi-
lancia), con la única diferencia formal dequeel contratoviene imputadoa unsuje-
to distinto de quien en realidad se sirve de Ia prestación.
Esta posición exige necesariamente que el subcontratista cuente con un esta-
blecimiento propio, lo que lleva a reformuiar este concepto, ya que el art. 30 per-
mite que los trabajos realizados por aquél sean prestados dentro del estableci-
miento de la contratante, estableciendo en este caso la solidaridady no la imputa-
ción de relacion de dependencia directa como lo hacia originalmente el art. 32 de
!a ley 20.744.
Por otra parte, conviene remarcar que aun cuando adhiramos a la postura es-
tricta, conviene señalar que existe una difusa línea divisoria entre lo principal y lo
accesorio, que ha dado lugar a opiniones encontradas, incluso entre los que sos-
tienen esta postura.
Por ejemplo, !a Sala V de la Cirnara Nacional de Apelaciones del Tra bajo, enten-
dió que las tareas de vigilancia eran accesorias y secundarias, cuando la actividad
206 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núñez

principal era la telefonía pero, a la inversa, concluyo que era propia y es-
pecifica cuando ia empresase dedicaba al negocio
Esto en modo alguno importa concluir queestamocen presencia de sentencias
contradictorias, sino que marca la elasticidad de fa expresión utilizada por el legis-
lador para que la descentralización de una misma actividad pueda ser inescindibie
de la principal en un caso, y secundaria en el otro.
Desde esta perspectiva,es perfectamente factibleque dos personas o juzgados,
o incluso máximos tribunaies, adhiriendo a una misma postura, arriben a concfu-
siones opuestas al tener que decidir sobre la naturaleza principal o accesoria de
una determinada actividad tercerizada.
Nuestro Maximo Tribunal en su integracibn anterior reiteró sistematicamente
el criterio rígido en la interpretación del art, 30 de la LCT,a partir de los famosos
fallos "Rodríguez, luan R. c. Compañía EmbotelladoraArgentina 5.~."~Oy "Luna,
Antonio R. c. Agencia Maritima Rigel S.A."47, sosteniendo en este último que: "la
solidaridad está impuesta ex lege a las empresas (organizacian y gestión propia
que asume los riesgos, obligacionesy responsabilidades), que teniendo una activi-
dad propia normal y específica o habiéndose encargado de ella, estiman conve-
niente o pertinente no realizarlo por sí en todo o en parte, sino encargar a otra u
otros esa realizaciiin de bienes o servicios. Ello debe determinarse en cada caso
atendiendo al tipo de vinculación y asunción de riesgos empresariales. La asigna-
cian de responsabilidad no ha sido establecida por la ley sin m i s requisitos que la
sola noción de que algunas actividades resultan coadyuvantes o necesarias para el
desenvolvimientoempresario. Si tanta amplitud fuera admitida mediante la inter-
pretación judicial, caería en letra muerta no solo el texto legal, sino la posibilidad
cierta de que más ernpresasasuman los riesgos propiosdei desarrolto económico".
Concretamente en los autos "Escudero, Segundo R. y otros c. Nueve A s . A . " ~y ~
"Pedernera, Carlos A. y otro c. Jozarni, Alfredo y otro"43-que después analizare-
moscon detenirniento-, la Cortesupremaencu integración anteriarconcluyóque
las servicios de gastronomía son accesorios cuando la actividad de la principal es la
"defensa, fomento y promoción de todo lo concerniente aI patrimonio agropecua-

Vease CNAT, Sala V, 31/8/00, "Conzátez, Anibalc. Catexis5.R.t. y otro", TySS,2001-158.


39 CNAT, Sala V. exp. 23.270194, sent. 6520,22/2/02, "Ramos, Modestoc. Finanflower Bursátil
S.A. yotroslDespido", TySS, 2003-141.
4"~~N, 15/4/93, "Rodríguez, Juan R., c. Compañia Embotelladora Argentina S.A. y otro",
Tj/SS,1993-417.
43 CSJN, 2/7/93, "Luna, Antonio R. c. Agencia Marítima Rige1 S.A. y otros", DT, 7993-8-1407.
CSIN, 1419100, "Escudero, Segundo R. y otros C. Nueve A L A . y otro", TySS, 2001-13'1.
4"~~N, 1515101, "Dubo ~edernera,Carlos Alberto y otroc. Jozarni, Affredoy otro", en intra-
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabaja 207

rio del país", en el primer caso (Sociedad Rural); o cuando estamos en presencia de
un Club (Libanks) cuya actividad es social, recreativay cultural, en el segundo.
Por su parte, en Espana, el art. 42 del ET está redactado en términos similares a
nuestroart.30de la LCT, ydio lugara dos posturassimilaresa las que sedebaten en
nuestro país.
Ahora bien, el Tribunal Supremo espafiol tuvo oportunidad de unificar la doc-
trina, oscilando la cuestión entredos posicionesque atendían a lo "indispensable"
y a lo "inherente". Lo indispensable {postura amplia) permitia integrar al concep-
t o todas aquellas actividades que fueran necesarias para la organización del ira-
bajo y lo inherente (postura estricta) sólo inciuia las actividades propias del proce-
so productivo. El Tribunal Supremo, en una sentencia del 24de noviembre de 1998,
resolvió inclinarse por Ia segunda posición dedarando que: "si se exige que las
obras y servicios que se contratan o subcontratan deben corresponder a la propia
actividad empresarial del comitente, es porque el legislador esta pensandoenuna
limitación razonable queexcluya una interpretacidn favorable a cualquier clase de
actividad empresarial y que la interpretación amplia anula el efecto del mandato
de! art. 42 del Estatuto de los Trabajadores que no puede tener otra finalidad que
reducir lossupuectos de la responsabilidaddel ernpresari~"~~.
Lo paradójico es que el Tribunal Supremo español consideró en ese caso con-
creto que el servicio de comida en un colegio formaba parte esencial de su activi-
dad; nuestra Corte Suprema, en relación con el servicio gastronómico, sostiene lo
contrarío.
Eso se debe a que la solución no es semántica sino esencialmente cacuística, y
aun cuandose sostenga la misma línea de pensamiento, en el casoconcretosepue-
de arribar a condusiones disimiles. Así, en lo que se refiere a la concesión del servi-
cio de restaurante, dos Saias arribaron a soiuciones opuestas, pese a tratarse de la
misma actividad e inciuso de la misma demandada. La Sala l resolvió que "...el Cen-
tro Argentino de Ingenieros es una asociación civil que agrupa a profesionales, sin
que en la causa se haya demostrado concretamenteque su actividad esté referida
o subsidiariamente determinada por la actividad gastronomica que, mediante
concesión, se despliega en su sede, ya quesuprimida esta, noseveríanalterados los
fines y propósitos de la entidad ni los derechos de los socios. Por ello debe conside-
rarseque no integra la actividad normal y específica de dicha institución. Bien pue-
de considerarse una actividad accesoria o coadyuvante, pero eso no significa que
este incfuida dentro del art. 30 de Ia LCTde acuerdo al textci vigente al momento

44 Del Rey Guanter, Apropasiio de losrequi~itasdeia~~culo42.1 TRET,y en especiaisobre la


propia actividad: notas a la luz de /a STS de 24 de noviembre de 1998,en libro de ponencias del "X
Congreso Nacional de Derecho de Trabajo y de la seguridad ~acial",Zaragoza, 28y'29/5/99;Coiec-
ción informes y Estudios, Serje Relaciones laborales no28,2000, ps. 329/392.
208 Ricardo D.Hierrezuelo - PelJrp E Núñer

de los hecho~debatidos"~~. Encambio, la Sala illentendió que: "El restauranteque


funciona dentro de tas dependencias del Centro Argentino de Ingenieros, y que se
encuentra cancesionado a un tercero, brindaba almuerzos, cenas, servicios de
lunch y servicios gastronómicos en eventos programados por la institución. Dichas
actividades resultan esenciaies para el cumplimiento de los fines sociales y cultura-
les que caben considerar primordiales en la demandada, dado que brindan el mar-
coadecuado para fomentar la interrelación entre lossociosy, en general, entre las
personas que intervengan en las actividades organizadas y llevadas a cabo por di-
cho Centro. Para más, en el caso los preciosde los diferentes servicios, así como los
menUes como sus modificaciones, debían ser aprobados por el concedente, esta-
bieciendoet mismo lascondicionesdel personal queailise desempefiaba, los hora-
rios de los servicios, etcétera. Por ello, corresponde en este caso fa aplicación de fa
solidaridad establecida en el art. 30 de la L C T " ~ ~ .
El hechodeser la solución casuisticay no conceptual irnpidióla unificariónjuris-
prudencial pretendida par el Tribunal Superior, dando lugar a sentencias encon-
tradas entre las distintas Salas del fuero. Es que para determinar si estamos en pre-
sencia de fa externafización de una actividad principal hay que tener en cuenta la
actividad de ambas empresas, por lo que es factible que una misma actividad sea
principal en un caso, y secundaria en el otro.
Pero se debe descartar la asunción de posiciones iiiaximalistas a ultranza que
llevan a la inaplicabilidaddel articulo. En efecto, no se puede considerar la posición
amplia en forma radical, porque por def inición, lo secundario se opone a lo princi-
pal,~ en esecaso, cualquier actividadtercerizadaentrariadentrode la égida de! ar-
tículo.Tampocose puede afirmar la postura estricta en forma extrema por cuanto,
como bien indica CruzVilialón, desde el instante en que una empresa opta por des-
centralizar, concertando una contratación de obras o servicios con una empresa,
esa actividad deja de constituir parte integrante desu ciclo productivo y, por ende,
en puridad, deja de formar parte de su propia actividad; en una perspectiva dia-
crónica, esa propia actividad en el pasado deja de serloa partir del instanteen que
los descentraliza por medio de la celebración de la correspondiente contratacidn
de obras o de servicios47.

45 CNAT, Sala 1, 30/8102, "Dani Sancugaro,Rubén c. Centro Argentino de Ingenieros y otros


slDespido", expte. 12.183100, sent. 79.778, Boletín Tematiro de Jurisprudencia de la CNAT, voz
"Solidaridad. Art. 30, LCT", Oficina de Jurisprudencia, jun. 2007.
46 CNAT, Sala lll, 20/7101, "Porley, Orfilio c. Centro Argentino de Ingenieros y otros s1Despi-
do", expte. no 1481100, senr. 82.500, Boletín Temáticode Jurisprudencia de la CNAT, voz "Solida-
ridad. A&. 30, LCT", Oficina de jurisprudencia, jun. 2007.
Cruz Villalóit, Outsourcing y reiaciones laboraiej,en libro de ponencias del "X Congreso
Nacional de Derecho de Trabajo y de la Seguridad Social", realizado en Zaragoza los días 28 y
2915199, Colección informes y Estudios, Serie Relaciones Laborales no28, Subdirección General de
Responsabilidadsotidaría en el contrato de trabajo 209
I _ _ . ~"-~,- I ~ -.- u
--
--
-

En idéntico sentido Rivero Lamas, refiriéndose a losargumentos utilizados por


el Tribunal Supremo, señala que tantoéstoscomo los otros que defienden iatesises-
tricta acusan una patente debilidad, porque se trata de argumentostambién apii-
cablesa la interpretación extensiva que propicia Ia línea interpretativa que-para-
dójicamente- traduce propia actividad por actividades indispensables, ya que
también en este casose repara en que iasfunciones subcontratadas son necesarias
para la organización de/ trabajo, y si Jo son -y también si no io fueran- se incor-
poran al resultado fina! de la actividad desarrollada por la empresa principal48.

--p.-

Publicaciones del Ministerio &Trabajo y Asuntos Sociales, 2000, ps. 251 a 326. Agrega este autor
que: "La idea de propia actividad puede funcionar con coherencia cuando nos movemos dentro
de un modelo generalizadanientecentralizadode ejecución del conjunto del ciclo productivo por .
parte de una misma empresa, pero se compadece mal con el paso a formulas en las quecadavez se
acentúa mas la descentralización y, en particular, cuando la misma afecta al sector servicios de la
economia. En efecto, dentro deun modelocentraiizado, las cantratasconRituyen eiernentoscorn-
plementariosdentro del conjunto de la organización empresarial, por lo que, de un lado cuanti-
tativamente resultan poco relevantes en lo econOrnicoy en el numero de asalariados afectados y,
sobre todo, habilita con cierta facilidad una identificación cocioiiigica de las funciones que coristi-
tuyen la llamada genericamentepropia actividad de la empresa principal y, por exciusión, lascon-
tratas no cubiertas por esta garantía de respansabiiidad solidaria").

Rivero Lamas, La descentralizacidnproductiva y las nuevas fórmulas organizativas de tra-


bajo, en libro de ponencias del "X Congreso Nacional de Derecho de Trabajo y de la Seguridad
Sociai", Zaragoza, 28 y 2915199; Colección Informes y Estudias, Serie Relaciones Laborales no28,
2000, ps. 17 a 94. Señala este autor que: "Ia exclusión de un valor preceptivay delimitadordei rhgi-
men de responsabilidades a la expresión legal sobre la propia actividad viene avaiada en el pre-
sent~tambienpor la misma realidad de la descentralización productiva o, si se prefiere, de loscon-
tratos de outsourcing. Objeto de esos contratos pueden ser tanto actividades poco importantes
Ioutsourcjng operatjvo) como muy importantes (outsourcing estrategico), lo que no se puede
determinar con carácter general atendiendo al sector al que se aplique tal estrategia organizati-
va, ya que son fruto de las decisiones que al respecto adopte el empresarioejercitando su Iibertad
de organizar la ptoducción empresarial. Por consiguiente, partiendo de la realidad presente de la
descentralización productiva, que puede suponer la exterioritacion de actividades del ciclo pro-
ductivo respectode una gran parte de las funciones que integran el mismo con el limite-en cada
caso- de las core bussines, queda privado desentido un criterio delimitador que parta de la posi-
bilidad de objetivar las actividades propias de la empresa en cada caso. Y si tal objetivo es imposi-
ble, io que constituya para cada empresa su propia actividad no puede ser contro[able judicial-
mente, ya que dependerá exciusivamente de las decisiones estratégicas adoptadas par el empre-
sario ejercitando i a libertad de empresa. En definitiva, si algUn vaior delimitador del régimen de
responsabilidades empresariales pudo tener el criterio iegislativo sobre la propia actividad, hoy
resulta vacia de contenido, salvo que se pretenda reconducir su significado a las actjvidadessub-
contratadas que se ejecutan der.trodeioscentrosde trabajo de la empresa oeninstalacionesy ac-
tividades externas piapias de aquélla y por ella controladas. No obstante, este criterio locativ~
también resuita en el presente cuestionado en suvalor delimitador por las posibilidadescontrola-
doras que brindan las riuevas tecnologías de la informática ...").
2 10
--".d ----A-
Ricardo D. Híerr@zue/o Pedro E Núñez
--
En esta linea de pensamiento se encuentra Ramírez Martínez, quien refirién-
dose a la postura estricta adoptada por el Tribunal Supremo, indica que este crite-
rio resulta también bastante ampfio, ya que, para el AltoTribunal, el concepto de
propia actividad incluye las tareas que corresponden al "ciclo productivo", las que
se "incorporan al producto o resultado final", pero también las actividades "corn-
plernentarias", aunque no todas, sino las "absoIutamente esenciales o nucleares"
para el desarrollo de fa actividad ernpre~ariaf~~.
A lo expuesto hay que agregar que no todo negocio juridico genera eventual-
mente la responsabilidad del contratante, sino que se ha de tratar de la contrata..
cion o subcontratación de obras o servicios, Se trata básicamente del contrato de
iocación o arrendamiento de obra o de servicios y que, por lo tanto, hay que dis-
tinguirlo de otros negociosjurídicos como la compraventa o el suministro, en los
cuales no correspondería extender, en principio, ia responsabilidad al principal.
Empero, esta discusión na se ha producido en nuestro pais debido a la lucidez del
legislador en este aspecto, al incluir en el are. 30 de ia L CT, la expresión ". . cual- .
quiera sea elacto que le de origen ..+ ", con lo cual no sólo esta tratando de evitar
cualquier tipo de fraude, sino también alude a la pluralidad de negocios jurídicos
distintos a los mencionados, bajo los que se pueden presentar supuestos de des-
centralización productiva50.

49 Ramíre;! Martinez, La responsabiiidad soiidaria en e/ derecho del trabajo español, en


"Anuariode Derecho del Trabajode la Universidad Austral", ps. 114 y 115.
En cambio, en Espaiia la situación es sustancialmente distinta, a tenor de la redaccibndel
art.42 del ET. En este sentido, nos indica Del Rey Guanter que: "El segundo elemento importante
que el art. 42. 1 utiliza a efectos de la delimitaci~nde su aplicación es el del negociojurídico que
vincula a los sujetos referidos. En efecto, nos indica que se ha de tratar de la contratación o sub-
contratación para la realizadón de obras o servicios. Se trata básicamente del contrato de arren-
damiento deobra odeseniicios y que, portanto, hay que distinguirio de otros negocios jurídicos
en loscuales no pareceque puedaestablecerseel sistema de responsabilidadesa efectos laborales
que ahíse preven.
"Se trata de un negocio jurídico que implica prestaciones laborales para un ernpfesario -e!
contratista- que no es el empresario principal, pero en el que éste se beneficia de tales prestacio-
nes. La configuración juridica es completa si tenemos en cuenta que e! arrendamiento de obra o
servicios para la realización de (una parte de) la propia actividad es asi una vía para quese haga a
través de otro empresario lo que sigue siendo parte integrante de la actividad de la empresa.
"La cuestibn se complica cuando, como consecuencia de la exrensibn de la descentralización
productiva, elarrendamientodeobraoserviciaes solo uno mis de los rnultiplesnegociosjurídicos
que puede utilizar una empresa a efectos de obtener las diversas prestaciones necesarias para su
objeto sociai. La extensión de la descentralización productiva o, con otros términos, de la desinte-
gración del producto o servicio, hace que una empresa principal tenga progresivamente una cons-
telacibn mayor de empresas auxiliarescuyasrelacionesjuridicaspueden tener una naturaleza jurí-
dica distinta: suministro, compraventa, etcktera.
"El caso paradigrnáticoeselde la compraventa.En ella no existe un arrendamiento para la rea-
ijzacion de obras o servicios, sino para la entrega de un objeto o prestación. Sin embargo, segiin
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 21 1
___C.l_____ll___ll&_II1p - -m

IV - Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de /a Nación


La Corte Suprema de Justicia de la Nacibn, a partir del caso "Rodríguez", ha
adoptado el criterio rígido de interpretacibn del art. 30 de la LCT,postura que ha
reiteradosistemáticamentedurante másde una década, Sin embargo, en su actual
integración el MaximoTribunaI, nosólo no ha emitidoopinión,sinoque porelcon-
trario, dejó sin efecto la interpretacibn sentada en el precedente mencionado a
partir del caso "Benítez".

/V. 1 - «Rodríguex, Juan R. c, Compañía Embotelladora


Argentina S.A. yotro». Sus consecuenriasjur;dicas5~

En el fallo de referenciase abordó uno delos temasque massedebatían en juris-


prudencia, y que, por la disparidad de criterios, había dado lugar a sentencias con-

Es por ello que el Máximo Tribunal nose limito a descalificar lasentencia corno
acto de imparcial administraci6n de justicia5* sino que, en uso de iac facultades

---
nosindica la doctrina civitistay la jurisprudencia, aunque la distincidnreórica entre ambos negocios
esta clara, no ocurre lo mismo con su diferenciaciiin práctica. En efecto, se nos indica que el arren-
damiento de obra {empresa) se diferencia de la compraventa de cosa futura en que en el arrenda-
mientodeobra la actividad del empresario le es encargada por el dueno, y hasta la cuiminación de
l a obra es el dueno el que asume la titularidad o propiedad de !os avances, porciones o parciaies
resultados que se obtengan. El empresario se obliga a ejecutar y, al tiempo que ejecuta, el pro-
dudo entra en el patrimonio del duefio. Por e{ contrario, en la compraventa a lo que se obliga el
vendedor esa entregar, diferencia quese acentúa en loscasosenquelaobra que se entregaoque
se ccmpratiene por base l a edificacibn urbana.
"En lacompraventa nosólo existe un producto oservicio dispensado por la otra parte, sinoque
puede ser condicionadopor instruccionesdela empresa principai, deforma que nose adquiera un
producto oservicioestandarizado, sino uno especificamentedisehado para el comprador -el de-
nominado fenómeno de la personalitación-, lo cual oscurece aun mas la distinción entre arren-
damiento y compraventa, en tanto que la misma se ha hecho residir precisamente en la ausencia,
en este tiltimocaso, de ins.trucciones por la empresa principal, locuaisisedabaen e! primero". Del
Rey Guanier, Apropbsilo de los requisjtosdelarticulo42. T TRET y en e$ppecia/sobrela propia acti-
vidad: notas a la luzde la STSdel24 de noviembre de 1998, en libro de ponencias del "XCongreso
Nacional de Derecho de Trabajo y de la Seguridad Socíal", Zaragoza, 28 y 29/5/99; Coleccion infor-
mes y Estudios, Serie Reiaciones Laborales n028,2000, ps. 329 y 352.
5t CSJN, 75/4/93, R 317, XXIII, "Rodríguez, h a n R. c. Cornpahia Emboteltadora Argentina S.
A. y otro", TySS, 1993-47 7.
tos fundamentosvertidos por la Corte Suprema para descalificar la sentencia por arbitra-
riedadfueron tres: omitir examinar la distinciónentreobjetoy actividad social; limitarsea afirmar
que Pepsi habia segrnentadosu proceso productivo y segregadofuncionesque le son propias, sin
considerar la negativa que al respecto planteolarecurrente; y omitir unaapreciacíbncrítica de los
elementos relevantcsde la iitis en el punto discutido (veanseconsids. So y 6').
-
A
212
-
*-
-
-
Ricardo D.Hierrezuelo Pedro E Núiez
",-

conferidas por el art. 16 de la ley 48 e invocando la significativa importancia para


et desarrollodel comercio internoe internacional (conf. art. 67, inc. 12, CM-actual
art.75, inc. 1 3 4 y el propósito de afianzar la seguridadjurídica, decidió resoiver el
fondo del asunto, que consistía en determinar si el art. 30 de la LtTresultaba apli-
cable a los "contratos de empresa"53.
La Corte Suprema se expidió en forma negativa, por entender que el art. 30 de
la LCT no alcanza a los contratos de suministro, "... concesidn, distribución, fran-
quicia y otros que permiten a los fabricantes, o en su caso, a los concedentes de una
franquicia comercial, vincularre exclusivamentecon una empresa determinada sir1
contraer riesgo crediticio alguno por las actividades de esta Qitirna, que actúa en
nombre propio y a su riesgo", y expresó "esta finalidad económica de la referida
contrataciOncomsrciaise frustraría siel derechoaplicabie responsabilizarasin más
a losconcedentespor las deudas laborales de lasconcesionarias, con perjuicio para
la economía naciona! por las indudables repercusiones que ello tendría en las in-
versiones".
Asimismo, delimitó la extensión del articulo al señalar que: "el art, 30de !a LCT
contempla supuestos distintos de los que son materia de recurso. La norma com-
prende las hipbtecis en que un empresario encomienda a un tercero la realizacidn
de aspectos o facetas de la misma actividad que decarrolta en su establecimiento.
Son supuestos en los que se contrata prestacíonesquecompletan o complementan
la actividad del propio establecimiento ...". En cambio, "en los con'tratos de con-
cesión, djstribucion y los demás mencionados, la actividad normal del fabricante o
concedente excIuye {asetapas realizadas por el distribuidor o concesionario, por lo
que no existe cantratacibn de servicios en los t&rminas del art. 30 de ia LCT". Por
otra parte, indica que a fin de determinar la apiicación del art. 30, se debe estar a
la actividad real propia del establecimiento,con abstracciónde la capacidad socie-
taria del objeto, que ordinariamente tiene por fin asegurar la capacidad y ei ámbi-
to de actuación eventual de la persona jurídica. Finalmente, deja a saivo tos dere-
chos del trabajador, en los supuestosque aquella contratación sea tan sólo ta apa-
riencia para evadir la responsabilidad laboral {arts. 14y 31, LCT).

lV.2 - duna, Antonio R, c. Agencia Maritirna Rigel S.A.y


La Corte Suprema de Justicia de la NaciOn tuvo oportunidad de expedirse en el
caso de referencia, en el que un grupo de trabajadores (estibadoresen el Puerto de

53 También denominados "contratos en serie" o "contratos en masa", como los individuali-


ra Podetti, siguiendo a Zabafa Rodríguez. (Vease Podetti, Elart. 30de ¡a Ley de Contrato de Tra-
bajo, t.0. Directivas jurisprudenciales de la Corte Suprema de Jusr-icia de la ~ a i o para
n su inter-
pretación, DT, 1993-B-871).
54 CSJN, 217193, "Luna, Antonio R. c. Agencia MaritÍma Rigel 5 . A. y otros", DT, 1993-B-1407.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 213-
p"ppp

San Nicotás) demandó a su empleadora -la Agencia Marítima Rigel S.A.- y a


varias empresas más por diferencias de salarios abonados durante el periodo com-
prendido entre mayo de 1984y marzo de 1985, reclamo que después hicieron ex-
tensivo a la codemandada Nidera S.A. Segiin se decprendedelveredictoy de lasen-
tencia del tribunal degrado, la demandada principal 5e dedicóa la carga de buques
con cereales, no así las otras dos codernandadas; en cuantoa Nidera S.A. -recona-
cidosu objetocomo exportadora de cereales-se relaciano contractualmente con
la empresa de trabajos portuarios para la carga de cereal, a realizarse en el muelle
después de ser traído en camiones y a granel hasta el lugar. De tal modo, la senten-
cia desestimó el reclamo en cuanto a dos codemandadas, la admitió contra la em-
presa de estibajes empleadora e hita extensiva la responsabilidad por la condena
a la exportadora, ya que la primera "le atendía las tareas de estibaje, es decir car-
gar en barcos el cereal que ella exportaba".
La Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, al confirmar la sentencia del .
tribunal de trabajo, impuso la responsabilidadsolidaria de Nidera S.A. al sostener
que se había reconocidoque Rigel ie atendía las tareas de estibaje, es decir, cargar
en barcos el cereal que exportaba, que esa diferencia entre empresa y estableci-
miento en lo que respecta a la aplicación del art. 30 de la LCTresuliaba irrelevante
en el caso, en virtud de la relaciónentre la específica actividad de la empresa Nide-
ra -la exportación- y la coadyuvante y necesaria por la que se vinculó contrac-
tualmentecon la otra Rige#-la estiba de los productos exportados-. Agreg6 que
no se había demostrado el quebrantamiento del citadoart. 30, toda vez que la co-
demandada contratbcon Rige1servicios quesi bien podían calificarsede accesorios
correspondían a su actividad normal y especifica.
Contra tal pronunciamiento, la codemandada Nidera S.A. interpuso recurso ex-
traordinario cuya denegacibn motivó la queja. La codemandada vencida bas6 su
postura en la doctrina de la arbitrariedad desentencia, pues en su opinión el aquo,
sin dar razones para ello, incurrió en un violento apartamiento del texto lega!, ya
que no sólo extendió desmesuradamente la aplicación del art. 30 de la LCT, sino
que no consideró los conceptos que fa misma Ley de Contrato de Trabajo expresa
respectode la empresa y el establecimiento.
Al igual queen "Rodriguez", la Cortesuprema de la Nación nosOlodeclar6 pra-
cedente la apelación (por prescindir de circunstancias concretas del caso, omisión
de una adecuada exégesis de las normas invocadasy el apoyo de pautas de excesi-
va latitud) sino que, además, habilito la vía extraordinaria y, haciendo uso de la fa-
cultad que le concede el art. 16 de la ley 48, se expidió sobre el fondo del asunto.
Ello en virtud de que, a su entender, concurrían en ei sub examine lar circuns-
tancias excepcionales en relación con la trascendencia y significaciiin del caso re-
queridas por el art. 280 del CPCCN tanto desde el punto de vista de Ias relaciones
laborales como de las diversas modalidades de contratación comercial, pues la
solución del presente caso podia contribuír a afianzar la seguridadjurídica y poner
214 Ricardo D. Hierreruelú - Pedro E Nuñer

un necesaria aquietamiento en la evolución de las diversas tendencias jurispru-


denciales que -en relación con la aplicación del art. 30 de la LCT- distan de ser
pacificas, como surge de numerosos pronunciamientosdictados en distintos fue-
ros laborales.
La Corte resolvió declarar procedente el recurso extraordinario deducido y re-
chazar la demanda contra Nidera S.A. al sostener que: "habida cuenta deque la tu-
tela de los créditos laborales constituye una de las derivaciones del principio pro-
tectorio, el intérprete debe extremar su cautela frente a las hipótesis de insolven-
cia o fraude; pero no a riesgo de poner en tela de juicio otros derechos tarnbien ga.-
rantizados constitucionalmente,pues ello podría conducir a debilitar la con-fianza
en el régimen jurídicocomosistema de contrapesosdestinadoaotorgar seguridad
a las relaciones económicas, entre otras. De tal modo, resulta imperativa para la la-
bor judicial la fijación de pautasclarasqueaseguren el adecuado balance entre los
intereseseventualmentecontrapuestosdetrabajadores y empleadores, no ya con
mirasexclusivasal 6mbito jurídico nacional sino también al internacional, máxime
cuando -como en el sub examine- la actividad atañe a ia ~3xportación".
Advirtió además que: "por ejemplo, en la aprobación parlamentaria, mediante
la ley23.981, del Tratado para i a Constituciónde un Mercado Comhn entrela Repú-
blica Argentina, la República Federativa del Brasil, la RepiSblica del Paraguay y la
República Oriental del Uruguay, Mercosur, uno de /oseleinentos claves puestos de
relieve por el legislador, consid6 en la modernización de las economías a fin de
ampliar la oferta y la calidad de bienesyserviciosdisponiblesyel mejoramientode
las condiciones de vida de ioc habitantes. En ei marco de dicho tratada se ha efec-
tivizado ya la constituciónde! subgrupo dedicado a las ineludiblescuestiones labo-
ralesysociales propias de un proceso de integración. Frenteaesa importancia reco-
nocida por et legislador en el marco del derecho internacional, a la vinculación
entre losaspectoscomercialesyel derechodeltrabajo, las paut3sde interpretaciirn
deeste último-mencionadas en locconsids.4"y 6"deesta sentencia-deben con-
templar necesariamente la estabilidad de las relaciones jurídicas de modo de no
soslayar la imprescindible previsión de riesgosquese le tienen en mira al contratar
y realizar inversiones (confr. Cámara de Senadoresde la Nación, DiariodeSe~iones,
dias 24y 25 de julio; Cámara de Diputadosde la Nación, Diario de Sesiones, días 14
y 15 de agosto, ambosde 1991)".
Seiialóasirnisrnoque "la finajidad perseguida por el art. 30de la LCTes evitar la
interposición de 'hombres de paja' entre un trabajador y su verdadero empieador,
y realizar los fines del ordenamiento laboral y del sistema deseguridadsocial (confr.
opinión del senador Pennisi, Diario de Sesiones de la Cimara de Senadores del
Honorable Congresa de la Naridn, t. 1, ps. 480 y 481, ano 1974). Para ello, el artícu-
locitadose refiere al establecimiento, esto es, 'la unidad tecnicaodeejecucióndes-
tinada al logro de los fines de la empresa, a través de una o mas explotaciones' (art.
6", LCT), en los casos en que se complete o compiernenre su real actividad, aunque
~esponsabilidadsolidaria en ni contrato de trabajo 21 5
-m" " . - -

ésta sea inherente a la dinámica del giro comercial y no se persiga el propósito de


ude".
Agregó nuestro más AltoTribunal que: "en el sub examine, dadas sus particula-
idades, cabe agregar a esa distincibn entre empresa y establecimiento, que debe
enerseen cuenta que la regulación legal no implica que todo empresariodeba res-
onder por las relaciones laborales que tengan todos aquellos otros empresarios
n quienes establece contratos que hacen a la cadena de cornercia~izacidno pro-
ducción -ya se trate de bienes o servicios-, máxime frente a la gran variedad de
contratos que se generan actualmente en ei seno de las relaciones interempresa-
riales y el vasto campo comercial de relaciones que asíse manifiestan. Puede seña-
larse, a modo de ejemplo, el suministro de productos determinados con desliga-
miento expreso de su ulterior procesamiento, elaboración y dictribuci6n; los con-
tratos de concesión, distribucibn, franquicia, engineering, fabricación de partes,
accesorios, etcétera. Y su posterior venta, entre muchosotras. Elloesasí, pues dada
a redaccion del precepto en cuestión queda en claro que la solidaridad esta im-
uesta ex lege a las empresas -organización y gestión propia que asume los ries-
os, obtigaciones y responsabilidadec- que, teniendo una actividad propia nar-
mat y específica o habiéndoseencargado de ella, estiman conveniente o pertinen-
e no realizarlo por 5í en todo o en parte, sino encargar a otra u otros esa realiza-
n de bienes o servicios. Ello debe determinarse en cada caso atendiendo al tipo
vinculación y asunción de riesgos empresariales. La asignación de responsabili-
ad no ha sido establecida por la ley sin más requisito que la sola noción de que
algunas actividades resulten coadyuvantes o necesarias para el desenvolvimiento
empresario. S i tanta amplitud fuera admitida mediante la interpretación judicial,
caería en letra muerta no s6Io el texto legal sino la posibilidad cierta de que más
empresas asuman los riesgos propios del desarrollo económico. Máxime si el resul-
tadode la interpretación deja pleriamentevigente ladeblda tutela de losderechos
del trabajador en los supuestos en que sus créditos, así como los de la seguridad
social, puedan estar afectadas".
Indicótambiénque: "en el sub examine, esclaroque-comoexpresóel a quo-
la carga de los cereales en los buques es un paso necesario para su exportación, así
como su transporte antesy despuesde la salida de puerto. No se podríaconcebir de
otro modo, También ioes-y ha sido probado en ia causa-que la actividad de una
de las empresas esta destinada a la carga y otra -de la otra empresa-a la expor-
taci6n mediante la utilización de diferentes buquesy por determinados periodos.
Está asimismo acreditado que los demandantes eran dependientes de la primera
de elias, sin vinculacibn iaborai con la segunda. No se ha probado ni alegado que
exista relación entre las codemandadas mis allá de la atención de esa carga duran-
t e el periodo encuestion en los días señalados en losinformesde la Administración
General de Puertos, de la Prefectura Naval Argentina y de la Capitanía de Puertos
de! Litoral Fluvial, durante los cuales la empresa de estibaje atendió también a
216 Ricardo D. Hierreruelo - Pedrp E Núiiez

otras exportadoras; ni que los créditos laborales afrontarán posibilidad alguna de


insolvencia".
Concluye sosteniendo el Alto Tribunal que: "colegir de aquellas coincidencias
-corrientesen quienes participan en el desenvolvimientodeun procesocomercial
que se desarrolla en diversas fases complementarias- que se ha configurado en
este caso una hipótesis de la prestación por un tercero de una 'actividad normal y
especifica propia del establecimiento',en los terminos del ai-t. 30 de la LCT,gene-
radora de solidaridad por cesión total o parcial, es extender desmesuradamente el
ámbito de aplicación de la norma de un modo que su texto no consiente, desnatu-
ralizando su contenido al asignarle un significado que excede inaceptablemente
sus fines, y que por eso debe ser descartado",

IV.3 - «Gauna, Tolentinoy otroros c. Agencia Marítima Rigei5.A.


y Nidera Argentina S.A. y otros»5s

El SuprernoTribunal se expidió en esta causa, en la que la Suprema Corte de Jus-


ticia de ia Provincia de Buenos Aires había confirmado la sentencia del tribunal de
trabajo que había impuesto la responsabilidadsoiidariade Nidera S.A, por e! pago
de las diferencias de salarios reclamados por un grupo de trabajadores contra su
empleadora yotras empresas; la codemandada vencida dedujo el recurso extraor-
dinario federal cuya denegación motiv6 la queja en examen, Para asi decidir -en
10 que interesa- el a quo sostuvo que los esfuerzos de la recurrente para que se
modificara lo resuelto, como le había sucedido en otros casos, eran infructuosos,
pues la diferenciación entre empresa y establecimiento resultaba irreievante en
virtud de la especifica actividad de Nidera --!a exportación- y coadyuvante y nne-
cesaria por la que se vinculó contractualmente con Rigei -la estiba de los produc-
tos a exportar-. Agrega que no se había demostrado el quebrantamiento del art.
30 de la LCT, toda vez que dicha contratación comprendía servicios que si bien
podían calificarse de accesorios, estaban "profundamente irnbrincados en su acti-
vidad específica".
La Corte Suprema de Justicia de la Nación señaló que si bien las cuestiones traí-
das a su conocimiento, tales como las relacionadas con losalcancesotorgadosauna
norma de derecho común, son ajenas por su naturaleza a la esfera del recurso extra-
ordinario, en el subexamine corresponde hacer excepción a dicho principioconsus-
tento en la doctrina de la arbitrariedad. Entre las causalesde procedencia de laape-
tacibn planteada invocó la prescindenciade circunstanciasconducentes, la omisidn
de una adecuada exégesis de las normas invocadas y el apoyo en pautas de excesiva
latitud; pues ellas, a criterio de Ia Corte, redundan en el menoscabo de la adecuada

55 CSJN, 14/3/95, "Gauna, Tolentino y otro c. Agencia Marítima Rige1 S. A. y otros", TyS.5,
1995-351.
-- 2 17
Responsabilidadsolidariaen el contrato de trabajo
""-.-, +
-'"-.

fundamentación exigible a los fallos judiciales y, por ende, lesionan gravemente el


derecho de defensa en juicio de la impugnante.
AI igual que en "Luna" indicó que la Ley de Contrato deTrabajo impone la soli-
daridada lasempresas-organizacion ygestibn propia queasume los riesgos, obii-
gaciones y recponsabiiidades-que, teniendo una actividad propia normal y espe-
cífica o habiéndose encargado de ella, estiman conveniente o pertinente no reati-
zarla por sí en todo o en parte, sino encargar a otra u otros esa realizaci6n de bie-
nes o servicios. Ello debe determinarse en cada caso atendiendo al tipo de vincula-
ción y a las circunstancias particulares que se hayan acreditado. Agregó que en el
subexaminese ha acreditado que la actividad de una de lasempresas codemanda-
das esta destinada a la carga y otra a la exportacibn de granos mediante la utiliza-
ción de diferentes buquesy por determinados períodos. También se ha acreditado
que los dernandanteserandependientes de !a primera de ellas, sin vinculación la-
boral con la segunda.
No se ha probado ni alegado que exista reiación entre las cúdemandadas mas
allá de Ia atenci~nde esa carga durante el periodo en cuestión en los diasseñala-
dos en los inforrnesoficiales. Es ciaro que-corno expresbel a quo-la carga de tos
cereales en tos buqueses un paso necesario para su exportación, asi comosu trans-
porte antes y después de la salida de puerto; tambien, como se puntualizó en la
sentencia del tribunal del trabajo, que ello esasí a punto t a l que una empresa "no
podría haber exportado una sola bolsa de cereal (..,)si alguien no estiba ei cereal
en los barcos, la que acá hizo Rigel ..." (cfr. fs. 3253).
En tales circunstancias, colegir de aquellas coincidencias -corrientes en quie-
nes participanen el desenvolvimientode un procecocomercial quese desarrollaen
diversas fases complementarias- que se ha configurado una hipótesis de ia pres-
tación por un tercero de una "actividad normal y especifica propia del estableci-
miento", enlosterminosdelart.30dela LCT,generadoradesolidaridad por cesión
total o parcial, es extender desmesuradamente el ámbito de aplicación de la nor-
ma de un modo que su texto no consiente, desnaturalizando su contenido al asig-
narle unsignificadoque excede inaceptablementesusfines,y que por ello debeser
descartado.
Por ello concluyo, habida cuenta de lo expuesto, que mediaba en ei casoel nexo
directo e inmediato entre lo debatido y resuelto y las garantías constirucionales
que se dicen vulneradas (art. 15, ley 48)) pues el inferior basó su pronunciamiento
en afirmaciones dogmáticas que no constituyen fundamento suficiente y que, por
su excesiva latitud yapartamientode Ias constanciasprobadasde la causa, lesionan
gravemente ei derecho de defensa de la apelante. En consecuencia, descalificó la
sentencia de acuerdo can la doctrina citada en el considerando segundo, hizo
lugar a la queja, declaró procedente el recurso extraordinario y dejó sin efecto !a
sentencia apelada, devolviendo los autos.al tribunal de origen para que, por quien
corresponda, se dictara un nuevo fallo con arreglo al presente.
2 18 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedw F: Núñez
--.p- " .p- -

IV.4 - asandovai, Daniel Orlando y otro c. Cornpa fija Embotelladora


Argentina S.A. y o r r ~ s u ~ ~

La Corte Suprema se expidióen la causa "Sandoval", en la que fa SalaVI de laca-


mara Nacional de Apelaciones del Trabajo había confirmado la de primera instan-
cia, imponiendo la responsabiiidad solidaria de Pepsi Coia Argentina 5.A.C.i. y Pep-
siCo Capital Corporation N.V. por el pago de diferencias de indemnizaciones por
despido que los actores habían reclamado desu empleadora. Contra dicha senten-
cia, las vencidas interpusieron sendos recursos extraordinarios que, denegador,
dieron origen a las quejas que examinó el más Atto Tribunal.
La SalaV1, por mayoría, consideróqueia elaboración yventa de concentrados y lü
fabricación de bebidasa partir de aquéllos, constituían parte de unsolo y único pro-
ceso. Agregó que dicha segregación de la producción vinculaba estrechamente a
Pepsi Coia Argentina y a la demandada principal en términos que hacían proceden-
te la responsabitidad soiidaria prevista en el art. 30 de la LCT, toda vez que ei vinculo
generado mediante la comercialización del producto configuraba, a su juicio, "un
caso de la actividad de una empresa que hace a l giro normat y especíiico de la otra"
(canfr. fs. 3801382de los autos principales, foliatura que se citará en losucesivo).Hizo
extensiva la condena a PepciCo Capital Corporation por ser la accionista mayoritaria
de Pepsi Cola Argentina, con fundamentoenel art. 31 deiaLCT, alafirmarque lafor-
rnasocietariano puedeconstituir un medio para eludir responsabilidad, focualsuce-
deria si se desconociera que ambas ernpresasson una sola y misma cosa.
Pepsi Cola Argentina, en el recurso extraordinario planteado, impugnó ia sen-
tencia con fundamento en la doctrina de la arbitrariedad. Sostuvoque con la prue-
ba producida en autosse ha demostrado que la actividad normal y específica pro-
pia de su establecimiento es la elaboración de concentrados, sales y jugos, que
constituyen el producto final que eiabora y comercializa en la hnica planta indus-
tria{ que posee, y que no la ha cedido ni subcontratado total ni parcialmente a
empresa alguna. Por su parte, fa codemandada PepsiCoCapital Corporation N.V. se
agravió por considerar que el a quo incurrió en una errónea apreciación de la prue-
ba y asignó responsabilidad solidaria por la sola comprobación de ia forma socie-
taria adoptada, sin tener en cuenta los presupuestos de apiicación del art. 31 de la
Ley de Contrato de Trabajo.
El más Alto Tribunal trató ambos recursos en forma conjunta, y al igual que en
el decisorio anterior, sena16 queii bien lascuestiones traídasa su conocimiento, ta-
les como las relacionadas con los alcances otorgados a una norma de derecho co-
mún, son ajenas por su naturaleza a ia esfera del recurso extraordinario, en el sub
examine corresponde hacer excepción a dicho principio con sustento en la doctri-

56 CSJN, 18/7/95, "Sandoval, Daniel Orlando y otroc. Compañia ErnboteiladoraArgentina 5.


A. y otros", TySS, 1995-785.
esponsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo S 19
-

a de la arbitrariedad. Entre las causales de procedencia de la apelación planteada


ocó la prescindencia de circunstancias conducentes, la omisián de una adecua-
exégesis de \as normas invocadas y el apoyo en pautas de excesiva latitud; pues
las, a criterio de la Corte, redundan en el menoscabo de la adecuada fundarnen-
ción exigible a los Callos judiciales y, por ende, lesionan gravemente e! derecho
efensa en juiciode la impugnante.
efirió que, demostrados los presupuestos fácticos invocados por Pepsi Cota
ntina-esto es que mediante contratos como los agregados en autos provee
presasdel concentrado base para la elaboraci6ndeotro producto-, naes po-
ble colegir que, por la participación en el desenvolvimiento del proceso comer-
al, desarrollado en diversas fases complementarias, por personas y en unidades
ecnicas distintas, se haya configurado una hipbtesis de la prestacibn por un terce-
de una "actividad normal y específica propia del establecimiento", en tos térrni-
sdel art, 30 de la LCT, generadora de solidaridad por cesión total o parcial. ,
Ello es así porque no encuadra en la hipótesis legal -contrariamente a lo dicho
or el a quo- ia mera circunstancia de que la comercializaciónseria "la iinica for-
a a través de la cual dicha actividad industrial tiene entrada en el mercado", m i -
xime cuando no surge de autos que haya existido vinculación entre las empresas
allá de tos citados contratos. Aquella conclusión implica extender desmesura-
ente el ámbito de aplicación de la norma de un modo que su texto no con-
te, desnaturalizando su contenido al asignarle un significado que excede ina-
ceptablemenle susfinesy que por ello debe ser descartado.
De igual modo admitió los agravios expuestos por la rodemandada PepsiCo Ca-
ital Corporation N.V. en cuanto plantea que la extensión de la condena solidaria
su respecto aparecía como una solidaridad de segundo grado sin fuente legal,
asada en ia sola conjetura de que, por ser accionista, encuadraria en la hipbtesis
del art. 31 de la Ley de Contrato de Trabajo.
Ello es así, habida cuenta que la sentencia impugnada impuso !a condena sobre
la base de considerar que la apelante:
a) Habia celebrado un contrato de concesión con la demandada, pero sin ad-
vertir que el instrumento que cito en su apoyo pertenecía a otra empresa.
b) Que poseía la mayoría de! paquete accionario de Pepsi Cola Argentína
S.A.C.I., pero omitió todo examen sobre el ara. 3 t de la LCTen cuanto esta-
blece que las empresas ".. . que constituyan un conjunto económico de ca-
racter permanente, seran f.. .) so/idarhmente responsables, cuando hayan
mediado maniobras fraudulentas o conducción temerariaw,aspectos ex-
presamente planteados en los agravios de la recurrente.

De tal modo, laverificación de la incorrecta apreciación de la prueba en puntos


que resultaron determinantes de la atribución de responsabilidad,asi como la fal-
220 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Muñez
-~-.-'-- - - - -
M - -

ta de tratamiento de las cuestiones propuestas, conducentes para la solución del


litigio, determinaron ia admisión del recurso extraordinario con sustento en la
doctrina de la arbitrariedad de sentencias.

iV.5 --crMéndez, Oscar Cleofe c. Seven Up Concesiones S.A.yotra,)57


El MáximoTribunaituvo oportunidadde expedirseen este caso, en el que la Sala
IV de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, habia confirmado en lo prin-
cipal la de primera instancia, haciendolugara las indemnizacionesyotroscréditosde
índole laboral reclamados por el actor. Para fundamentar la responsabilidadsolida-
ria de Pepsi Cola Argentina 5. A., sostuvo que el actor "se desempeñti como peón de
reparto para 'Seven Up', la que, a su vez, se encargaba de la venta y distribución
de los productos elaborados por 'Pepsi Coia' ";y agregó que ello, unido a la inteli-
gencia de que el demandante era "un dependiente genuino de la primera que lue-
go se fusionó con Pepri Cola", conducía a confirmar la sentencia impugnada.
Contra dicha sentencia la demandada Pepsi Cola Argentina S.A.C.I. interpuso
recurso extraordinario cuya denegación motivó la queja de ia misma.
La Corte e x p r e s ~que los agravios de ta apelante referentes a la prescindencia
de cuestiones esenciales, a la falta de fundarnentacion del failo y al desconoci-
mientode los hechos de la causa, habilitaban la vía extraordinaria en los términos
de la doctrina de la arbitrariedad, Ello es as!, en primer lugar, porque la afirmación
del Tribunal acerca de que Seven Up tenía a su cargo la venta ydistribución "de los
productos elaborados por Pepsi Cola", colísiona abiertamente con las constancias
de la demanda y aun con las dei peritaje contable, que el propio fallo cita en apo-
yo de esa conclusión. En efecto, en el escrito inicial se expresó claramente que era
la propia Seven Up Concesiones S.A.I.C. quien fabricaba las bebidas gaseosas que
vendía; y en el peritaje aludido se expresó que Pepsi Cola Argentina S.A.C.I. sola-
mente ce dedicaba "a comercializar sales, jugos, conservadores, acidulanter;, con-
centrados basey edulcorantes para bebidas sin alcohol".
En segundo termino, la aseveración de que la supuesta empleadora del actor
"se fusionocon Pepsi Cola" traduce un gro~eroapartamientode lasconstancias de
ia causa, asi como tarnbi4n una inadmisible confusidn respecta de las sociedades
demandadas. En efecto, segúnsurge de las propias rnanifestacionesdeiactor, ia fir-
ma fusionada por absorcibn no había sido precisamente la supuesta empleadora
-Seven Up Concesiones S.A.I.C.- sino la restante codemñndada -Seven Up Ar-
gentina 5.A.I.C.-, extremo corroborado por las expresiones de Pepsi Cola Argen-
tina S.A.C.I. y por las fotocopias autenticadas que esta acompañó.

"CSIN, 23/11/95, "Mendez, Orcar Cleofb c. Seven Up Concesiones S. A. y otra", en intra-


net.pjn.gov.ar.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 22 1
-
En virtud de las condiciones expuestas, hizo lugar a la queja al recurso extraor-
dinario interpuesto por Pepsi Cota Argentina S.A.C.I.

iV.6 - üVuoto, Vicentey otro c. Campa Aía Embotelladora


Argentina S.A.y otros, 58

La Corte Suprema de justicia de la Nación se expidió en el caso "Vuoto", en el


que la SalaV1 de la C6mara Nacional de ApelacionesdelTrabajo había confirmado
la de primera instancia que había hecho lugar a la demanda por cobro de indem-
nización por despido, y extendido la condena en forma salidaria a ia codernanda-
da Pepci Cola Argentina S.A.C.I., al considerar que el contratodecompraventa con-
certado entre tas codemandedas encubría el modo de comercialización del pro-
ducto, insrrurnentadocon el fin de evitar los gastos de la cadena de distribución.
Sostuvo la Cámara quea travésde la empresa interpuesta a la que le vendería el
producto, se evitaban laserogacionespropias de las contrataciones laborales, cor- '
tina detrás de la cual se escudaba la subcontratación contemplada en el art. 30 de
la LCT, Agregó que la recurrente sedesembarazaba asíde una función que hace a
la actividad normal, sin la cual perdería sentido el fabricado de concentrado.
Pepsi Cola Argentina seagravib porque a su entender la Cámara novaloródebi-
damente la prueba pericia1contable en la que se describió en forma clara cuál era
su actividad propia y específica en los términos del art. 30 de la LCTy de la que sur-
gia que no tenia licencia ni autorización para fabricar, embotellar ni comercializar
gaseosas, por lo que mal podría ceder tal actividad a empresa aiguna.
Indicó que se había asignado un alcance ilimitado a la norma en cuestión por
'falta de apreciación de [os presupuestosde hecho y de derecho determinantesde
su aplicación y del control de su efectiva concurrencia en el caso de autos, que pri-
vsban desustento a !asconclusjonesy, en tal medida, de validez a la sentencia con
base en la doctrina invocada.
La Corte resolvió que en la decisión recurrida se extendió infundadamente el
ámbito de aplicacibn de ia norma invocada a partir de la prescindencia del mate-
rial probatorio obrante en la causa. En efecto, se omitió valorar elementos de tras-
cendencia para e[ esclarecimiento de la cuestión controvertida, tales como que
Pepsi Cola Argentina S.A.C.I. sólo producía y vendía el concentrado base para la
elaboración de bebidas gaseosas, que la única autorizada por Pepsico Inc. para
embotellar en forma exclusiva las bebidas be la marca era desde 1968 la Compañía
Embotelladora Argentina S.A.I.C., que los productos finales de ambas codeman-
dadas eran claramente distintos y que entre ellas no existia vinculación juridica en
los términos de los arts. 31,32 y 33 de !a Ley de Sociedades.

58 CSIN, 2516196, " ~ u o t o~, i c e n t ye otro c. ~ h p a f i i Embotelladora


a Argentina S.A. y otros",
TySS, 1997-26.
222 Ricardo D.Nierrezuelo - PedrqE Nuñez
U- --~-&"~

La mera participación en fa cadena de cornercialización, que comenzaría con la


fabricacibn del concentrado base, procesoquecon?inuaríaa cargode otrasempre-
sas por contrato al que seria ajena la recurrente, no lleva a concluir que se ha con-
figurado una hipótesis de subcontratacibn de trabajos correspondientes a una
actividad normal y especifica propia del establecimiento ni que la recurrente haya
evitado así asumir las erogaciones propias de las contrataciones laborales, si ni
siquiera se han advertido las diferencias que existirian entre los productos finales
que las codemandadas elaboraban ni losa lcancesdesus respectivasautorizaciones
para participar en dicha cadena de producción.
De tal modo, la verificación de la incorrecta apreciación de la prueba en puntos
que resultaron determinantes de la atribución de responsabilidad, así como la fal-
ta de tratamiento de cuestiones conducentes para la solución del litigio, deterrni-
nan la admisión del recurso extraordinario con sustento en la doctrina de la arbi-
trariedad de sentencias.

IV.7 .- ((Beníter, Julio Daniel y otros c. Ernprexa Compañia Argentiria


de Petrbleo S.A.y otraras 59

El AltoTribunaI tuvo oportunidad de expedirse en este caso, en el que el Tribu-


nal Superior de Justicia de la Provincia de Santa Cruz había hecho lugar ai recurso
de casación interpuesto por fa actora y había revocado parcialmente la sentencia
dictada en la instancia anterior, admitiendo la pretendida responsabilidad colida-
ria de la codemandada Totai Austral S. A. por créditos laborales de los actores con-
tra su empleadora, Para resolver asi, en lo que interesa, el a quo tuvo por dernos-
trado el tiempo de trabajo denunciado en la demanda, la relación de dependencia
de los actores con C.A.P.E.S.A. y la contratación entre ésta y Total Austral S.A. para
el transporte de carga líquida y sólida en la zona de El Huemul, tarea que habian
cumplido los actores.
Tuvo en cuenta el informe del perito ingeniero, quese refirióa la prestación del
servicio de transporte y el tiempo de trabajo que ello requeria; sobre dicha base
estim8 que se había demostrado que las unidades de C.A.P.E.S.A. debían asistir
iogísticarnenteenel campo a losequiposde la empresa Total Austral S.A., con inde-
pendencia de la cantidad de viajes que realizaran; que la coordinación de la asig-
nación de los viajes estaba a cargo del personal de C.A.P.E.S.A. y que Total Austral
S. A. simplemente supervisaba el cumptimiento de la carga contractual.
Despuesde transcribirel informe,sostuvo el tribunal que las tareasde provisión
de agua están integradas permanentemente en ei proceso de explotación petro-

59 CSJN, 16/3/99, "~eníter,'~ulio


Daniel y otros c. Empresa Cornpafiía Argentina de Petróleo
S. A.y otra", Ty55, 1999-660.
Respansabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 223
- -
lera, a tal punto necesarias que es imposible sustraerse de su ejecucibn, llevada a
cabo, en el caso, mediante personal de terceras empresas, de lo cual surgia la res-
ponsabilidad del art. 30de !a Ley de Contrato de Trabajo.
Total Austral S.A. interpuso la apelación federal, la que fue denegada, por lo
que acudió en queja al superior.
La Corte Suprema comenzo mencionando la jurisprudencia que viene repitien-
do sistemáticamente desde el casa "Gauna", en el sentido de que la Ley de Con-
trato de Trabajo impone la solidaridad a las empresas -organizaciOn y gestión
propia que asume los riesgos, obligaciones y responsabilidades- que, teniendo
una actividad propia norma 1 y específica o habiéndoseencargado de ella, estiman
conveniente a pertinente no realizarla por sí en todo o en parte, sino encargar a
otra u otros esa reaiizacibn de bienes o servicios. £110 debe determinarse en cada
caso atendiendo al tipo de vincuiación y a las circunstancias particulares que se
hayan acreditado.
Agregó que de las constancias obrantes en la causa surge que los actores tra-
bajaron en relación de dependencia para la empresa C.A. P.E.S.A, con la cual la
recurrente contrató el servicio de transporte de agua y cañerías. Dichos elemen-
tos, por necesarios e imprescindibles que resulten para el logro de los fines de la
empresa petrolera, han sido suminjrtrados sin intervencián alguna de su provee-
dora en las tareas propiasde expIotaci6nde petróleo que reaIizaTotaI Austral S,A.
y que hacen a l procesodeindustrialización de otro productodistinto a los quefue-
ron transportados. No se ha demostrado vincuiación o participación alguna de la
empresa C.A.P.E.S.A. en las actividades propiasde'TotaIAustral S.A. ni se ha alega-
do vincuIaci6n entre las codemandadas, mas allá del suministro de las materias
mencionadas.
"Por ende, no puede concluirse válidamenteen que se ha configurado una hi-
po~esisde prestación por un tercero de una "actividad normal y específica propia
del establecimiento". No ha mediado contratación ni subcontratación en los tér-
minos del art. 30 de la LCT, generadora de solidaridad, ni puede considerarseque
en el caso haya mediado fraccionamiento aparente del proceso productivo me-
diante la cesibn de tareas a un tercero, como lo expresó el a quo.
Ello es así pues no encuadra en la hipótesis legal la mera circunstancia de que
C.A.P.E.S.A. haya suministrado productos determinados con desligamiento de su
ulterior procesamiento, sin otra vinculación entre las empresas que la preceden-
temente relatada,
La aplicación del art. 30 de la LCTen el caso de autos implica extender desmesu-
radamente el ámbito de aplicación de la norma de un modo que su texto no can-
siente, desnaturalizando su contenido a! asignarle un significado que excede ina-
ceptablernentesusfines y que par ello debe ser descartado.
En consecuencia, hizo Iugar a la queja, declará procedente el recurso extraordi-
nario y se dejó sin efecto la sentencia recurrida,
224 Ricardo D. Hierreruelo - Pedr0.E Nuñer

/V.8 - ccEscudero, Segundo R. y otros c. Nueve A S.A. y o ~ r o » ~ ~


La Corte Suprema de Justicia, adhiriendo al dictamen del procurador fiscal, se
expidió en el caso "Escudero" en el que la Sala V1I de la CNAT había revocado la sen-
tencia de grado que rechazó extender solidariamente a la Sociedad Rural la con-
dena impuesta a la demandada principal, por entender inaplicable al caso fas dis-
posiciones del art. 30 del régimen de contrato de trabajo. La Carnara sostuvo que
no cabe apreciar el servicio de gastronomía del Predio Ferial de Palermo como una
actividad extraordinaria o excepcional de la impugnante, desde que forme parte y
se aúna para beneficiar la propia y especifica, de índoleagropecuaria, de la Socie-
dad Rural Argentina.
Puso énfasis en la interrelación e integraiidad que atañe a las co-demandadas,
del que dan cuenta, entre otros elementos, las limitaciones de horario, de ingreso
y admisión impuestas por la aqui quejosa a Ia libertad de comercio de la accionada
principal.
La presentante reprochó arbitrariedad en la sentencia, aduciendo que: 1 ) se
aparta de lo previsto en el art. 30 de la LCTy de la doctrina actual a su respecto ela-
borada por el Alto Cuerpo; 2) omite los hechosy las pruebas relevantes; 3) se apar-
ta de tos términos de la fitis. Del dictamen del procurador fiscal al que adhirió la Cor-
re se desprende que tada norma o interpretación que obligue al pago de una deu-
daen principioajena, adolecede una fuerte presunci6ndeinconstitucionalidadpor
agraviar !a intangibilidad de! patrimonio, extremo que no obsta a que en la tutela
decréditos laborales el intérprete debe extremar su cautela frente a las hipótecisde
fraude o insoivencia,
Par las graves consecuencias que derivan de la extensión de fa responsabilidad
a terceros ajenos, en principio, a la relación sustancial, se requiere la comproba-
ción rigurosa de los presupuestos establecidos en el art. 30 de la Ley de Contrato
de Trabajo.
A los efectos de Ia asignacián de responsabilidad solidaria no basta la índole
coadyuvante de fa actividad para el desenvolvimientoempresario, máximesi no se
alegó ni probo que exista vinculación y/o participación económica o jurídica entre
las accionadas, mhs allá de la concesión del servicio.
Dado que ia actividad de la Sociedad Rural consiste básicamente en la defensa,
fomento y promoción de todo lo concerniente al patrimonio agropecuario del
país, no cabe aplicar en su contra ias previsiones del art. 30 de la LCTen merito a las
obfigaciones laborales asumidas por el prestador de servicios gas~ronómicosden-
tro del predio feria1 que explota fa referida entidad, sin que la circunstancia que
dicha actividad resulte coadyuvante a su fin societario permita una conclusidn
diferente.

CSJN, 14/9/00, "Escudero. Segutido R. y otrosc. NueveA5.A. y otro", TySS, 2001-131


ResponsabiIidad solidaria en el contrato de trabajo 225

Para que nazca el reproche de solidarjdad previsto por el art, 30 de !a LCTes


menester que una empresa contrate o subcontrate servicios que complementen o
completen su actividad normal; debe existir una unidadtecnica de ejecucibn entre
ta empresa y su contratista.

1V.9 - «Dubo Pedernera, Carlos Alberto yotro


c. Jozami, AITredo y otro>j6j

La Sala iV de la C6rnara Nacional de ApelacionesdelTrabaja, de Capital Federai,


confirmo la sentencia de la anterior instancia que declar~al Club Libanéc solida-
riamente responsablecon !a sociedad codernandadaAlfredo jozarni 5.R.L.y locon-
denó a indemnizar por despido a los actores.
En cuanto a los antecedentes del caso, cabe destacar que los demandantes re-
clamaron el pago de las indemnizaciones derivadas de la Ley de Contrato de Tra-
bajo y del art. 8 O de la LE, como consecuencia de una relación laboral "en negro",
que prestaroncomo mozosen el restaurante de propiedad del Club Libanés, arren-
dado para su explotacidn por el señor Alfredo KhaIil Yazbec Jozarni desde el año
1954 hasta i980y luego por AIfredo lozarni S.R.L. hasta el 6 de mayo de 1993, cuyo
socio gerente era el citado en primer término.
Es dable señalar, de conformidad con los dichos de los actores, que la relación
laboral se habría interrumpido bruscamente al rescindirte el codemandado Club
Libanés al demandado AifredoJozarni S.R.L. el contrato de IocaciSn del inmueble
donde funcionaba el restaurante, considerándose los señores Dubo Pedernera y
Vázquez despedidos sin justa causa, ante la negativa de trabajo de que fueran
objeto, conforme intercambio telegráfico efectuado.
Tanto el demandado como el codemandado negaron Ios hechos y e! derecho
invocados por los actores, asi comotambién que huhiere existido con ellos relación
de dependencia, rechazando en un todo sus pretensiones. Asimismo, sostuvieron
que entre ellos solamente existid un vínculo de carácter locativo, resultando incon-
ducente el planteo de solidaridad prescripto por el art, 30 de la LCT, que los actores
le atribuyeran al codemandado Club Libanés.
Las pretensionesde los accionantesfueron acogidasfavorablernenteen ambas
instancias, por ia que contra eI pronunciamiento de !a Sala 1V interpuso el code-
mandado los recursos de inaplicabilidad de ley y extraordinario. El primero fue
declaradoformalmente inadmisible por noexistir,acriteriode la Sala Vdela Cárna-
ra Nacional de Apelacionesdei Trabajo interviniente, contradicción doctrinaria en
los términos del art. 288 del CPCCN, pues tanto en e/ fallo atacado como en Ios pre-

61 CSJN, 1515101, "Dubo Pedernera, CarlosAiberto y otro c. Jozami, Alfredo y otro", 0.22.
XXXV,en in.lranet.pjn.gov.ar.
226 Ricardo D. Hierrezueio - Pealro E Múñer

cedentes citadosse concluyó que para la aplicación de la solidaridad prevista en el


art. 30 de la LCT, la actividad cedida debi6 ser "normal y especifica" dei cedente y
su determinación correspondió a los jueces de cada una de las causas, en función
de los hechos y pruebas producidas.
Por su parte, el recurso extraordinario incoado también fue rechazado por la
Sala, decisión contra la cual se alzó en queja el codernandado Club Libanés.
En relación con los agravios vertidos por el codemandado, el mismo reprochó
arbitrariedad en la sentencia. En concreto, adujoque la sentencia impugnada orni-
ti0 deliberadamente todo análisis y consideración de los hechos del caso y de las
pruebas producidas, lesionando los derechos de igualdad, propiedad, defensa en
juicio y jerarquía de las leyes que garantizan los arts. 16 a 18 y 31 de la CN y que se
expresan en el derecho al debido proceso, a l hacer extensiva la condena al Club
tibanés por una presunta responsabilidad solidaria, emergente de laaplicaci6n de
lo normado por el art. 30 de la LCT* Se agravió también de la sentencia de Alzada
en cuanto la condena a la entrega de los certificados de servicios, aportes y cese
previstos en el art. 80 de la LCT. Sostuvo que la decisibn soslayó que el reclamo de
los actoresalcanzó a servicios prestados para el demandado Alfredo Khatil Yazbec
Jozami yio Alfredolozarni S.R.L., quien explotaba la actividad gastronomica, en un
inmueble locado de propiedad del codemandado, el que se encontraba abierto al
público en general, ubicado fuera de la sede del club, con funcianamientoy hora-
rios independientes, y sin participaci~nde este en sus ganancias o pérdidas.
Puntualizó que la sentencia recurrida fundó su decisorio en la convicción del
juzgador, sobre fa presunta notoriedad de susconclusiones. Hizo hincapie en ta ín-
dole restrictiva del criterio de extensión de la responsabilidad sentado por el Alto
Cuerpo y en la necesidad, también puesta de relieve por el Tribunal, de ponderar
en cada caso concreto y conforme las circunstancias particulares que lo rodean, si
existió efectivamente una cesión a un tercero de la explotación de servicios que
hacen a su actividad propia, normal y específica.
El procurador fiscal dictamino el 27 de abril de 2000, y a su entender, de la sen-
tencia recurrida no surgía que el a quo se hubiera excedido o apartado de los he-
chos y pruebas producidas en autos, conforme se agravió la recurrente, así como
tarnpocoqueaquélla hubiera sido infundada. Indicóque fueel Club Fibanesquien,
al negar la relación de dependencia solidariamente invocada por los actores, no
efectuó la acreditación de tal extremo de conformidad con lo prescripto por'el art.
377 del CPCCNde aplicación analógica.
Destacóque de la sentencia de Cámara, que ratificó fa del inferior, ernergía, a su
juicio, un análisis pormenorizado de la prueba, basado fundamentalmente en el
contrato de locación acompañado como prueba documental por los demandados
y en los estatutossociaies del club para acreditar la sciidaridad, así como también
en las pruebas testimonial y pericia! contable producidas, para acreditar \a relación
de dependencia invocada.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 227
A
-
-- *-

Conforme lo señaló el a quo, de los sucesivos contratos de locación suscriptos


entre la demandada y el codernandado, desde el año 1954 hasta 1993, surgía que
la última, además de dar en locación el inmueble de la planta baja sito en Junin
1460, donde funcionaba e[ restaurante Horizonte, también cedi6 la explotación
del bar y restaurante ubicado en el primer piso de las instalaciones de! club, así co-
mo también el patio andaluz que funcionaba en determinados periodos del ano,
al cual asistían exclusivamente socios de la institución, y que el locatario se obliga-
ba a equipar y atender, pactandose un trato preferencial y un precio especial para
los mismos, los que debían fijarse con intervencion de la Comisión Directiva del
club, quiense reservabael derechoa supervisarfosy reajustartos,asícornotambién
a pactar los días y horario de atención al pijblico (ctáusutas cuarta, decirnoprimera
y decimotercera), lo cuat evidenciaba la participación ejecutiva en cabeza de la
codernandada, quien tenía ingerencia en los precios, controlaba el uso de las ins-
talaciones y el cumplimiento de las normas fijadas.
Tal probanza no fue objeto de controversia por parte de la recurrente, quien se
iimitó a reiterar en memorial recursivo que la prestación de los servicios de comedor
y bar a sus asociados no constituía una actividad específica propia del club. Ello sin
perjuicio de haber reconocido en su recurso de apelación, aludiendo a las citadas
cláusulas, que las decisiones tomadas hacían a [a explotaci~ndel comedor y bar de
lossocioc, con lo cual ratificó que esta era una actividad normal del club, cuya explo-
tación había sido cedida al locatario, y su atención al personal de éste. Cansecuen-
temente, no podía negar la quejosa que entre ellos se encontraban losaccionanfes
Dubo Pederneray Vázquez, quienesse desempefiaron para la accionada, por el tér-
mino de quince y ocho años, respectivamente, conforme se desprende de las sen-
tencias de primera y segunda instancias, que fundaron su decisorio en los testjmo-
nios coincidentes de la totalidad de testigos propuestos por ambas partes, prueba a
lacual se leatorgó plenavalor convictivo conforme las reglasde la sana critica,Tam-
bjén tuvo en consideración el a quo, a[ momento de fallar, los estatutos sociales del
club, con los que acredito que [a actividad desarroilada era de carácter eminente-
mente social y cultural, resultando la gastronomía un complemento que colabora-
bacon la ejecución dedichosobjetivos,razón por la cual contaba con un salón corne-
dory bar propios, quesi bien eran ajenosal inmueble locado, obligatoriamente con-
forme las cláusulas del contrato, reitero, debían ser atendidos par el señor lozarni.
Finalmente, concluyóque, ensu opinión, la sentencia recurrida no se apartó de
las probanzas de autoso de io prescripto por la normativa laboral vigente sino que,
por el contrario, de ella se desprendia la ratonabiiidad de la interpretación y su
congruencia con el sistema en que está engarzada la norma. Máxime -conforme
'
enfatizara V. E.-si el resultado de la interpretación dejaba plenamentevigente la
debida tutela de los derechos del trabajador en los supuestos en que sus crkditos,
asícoma los de laseguridad social, puedan estar afectados. Por ende, entendió que
debía desestimarse el recurso de queja.
228 Ricardo D. Hierrezuelo - P e d p E ~Vúñez
- 4
--
---

La Corte Suprema se expidi6 el 15 de mayo de 2001, admitiendo la queja, ha-


ciendo lugar al recurso extraordinario y dejando sin efecto la sentencia de la ins-
tancia anterior. Para decidir así, sostuvo que la Cámara tuvo por no cuestionada la
decisiónde primera instancia en lo relacionado con lostérminosdetcontrato de loca-
ción que, dijo, también previeron la prestacibn por los iocafarios de! servicio de co-
medory bar en dependencias de la instiiución.Sinembargo, de la expresión de agra-
vios se desprendía que contrariamente a lo afirmado, fueron llevados a conoci-
miento de ia aizada argumentos serios y conducentes para ta correcta solución del
litigio, basadosenque losterminocdedichoacuerdo-que ni siquiera fueron invo-
cados al demandar-en modo alguno permitían arribara fa conclusión de que ei
ciub tenía injerencia en el negocio explotado porsu inquilino.
Indicó el Superior que el memorial abundó en la cita de párrafos que, según el
recurrente, demostraban aca badamente que se trató del simple alquiler de un IocaI
en ef cual funciono en forma independiente el restaurante Horizonte. Además, el
apelante argumentó que ei fallo de primera instancia se habia apoyado en clausu-
las que no llegaron a cumplirse, y también puso de relieve que los actores no aduje-
ron que se hubieran desempeñado dentro de la sede social en la prestación de ser-
vjciosdecomedary bar. Agregóque en talescondiciones, el tribuna! desegunda ins-
tancia incurriden un evidente dogmatisrno cuando sostu~.oque no se habían cues-
tionado las referencias del pronunciamiento de grado al contenido del contrato.
Refirió que la deficiencia apuntada no resultaba suplida por las genéricas consi-
deraciones de la Cámara según las cuales seria un hecho público y notorio que la
actividad social, recreativa y cultural de una institución como la codemanciada no
puede escindirse del complemento gastronomico, máxime cuando se omitió la va-
loración de elementos trascendentes para el esclarecimientode la cuestión contro-
vertida, tales como que de las pruebasdocumentaf, testifical y conta blese despren-
día que entre ambos codemandados media un contrato de locación, que el local
alquilado tenia una entrada propia e independiente del acceso a la sede del club, y
que allí se explotó -bajo un nombre diferenciado- un restaurante que estaba
abiertoaf públicoyreparadode lasactividadessociales y cu\turalesdela institución.
De tal modo, la verificacibn de la incorrecta apreciación de las circunstancias
comprobadas de la causa en puntosque resultaron determinantes de la atribución
de responsabilidad, así como la falta de tratamiento de cuestiones conducentes
para la soiución de! litigio, determinaron la admisión del recurso con sustento en
la doctrina de la arbitrariedad de sentencias.

/V. 70 - «Darreto, Roberto tvlarreio c. instituto Rosenbuch S.A.y otro»62


La Corte Suprema de Justicia se expidió en el caso "Barreto", en el que la Cáma-
ra Nacional de Apelaciones del Trabajo, al confirmar ei fallo de primera instancia,

62 CSJN, 9/8/01, "Barrelo, RobertoMarceloc. lnstitutoRosenbuch5.A.yotro", DT, 2002-A-67.


~esponsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 229
-u- -- -~.--~--

había hecho lugar a la demanda contra la empresa para la cual trabajaba el actor
haciendo la condena extensiva a ta firma cademandada por aplicación del art. 30
de la ICT,señalando que para determinar la solidaridad cabe establecer si los tra-
bajas o servicios contratados corresponden a la actividad normal y especifica del
establecimiento principal.
Contra dicho pronunciamiento, el Instituto Rosenbuch S. A. interpuso recurso
extraordinario que al ser denegado motivó la queja del mismo.
La Corte hizo lugar al recurso interpuesto y rechazó la demanda, al adherir a los
fundamentosvertidosporei procuradorgeneralde la Nación. Paraasídecidir,seña-
ló que: "Resultan inaplicables lar previsionesdel art. 30 de la LCT,contra la empre-
sa cuya actividad principaly propia es la de producir una vacuna animal con referen-
cia a las obligaciones laborales asumidas por la empresa contratada a fin de surni-
nistrarle la materia prima necesaria para producir el medicamento de referencia".
Asimismo indicá que: "Incurre en arbitrariedad el pronunciamientojudicial que,
sobre la base de una pauta de excesiva laxitud, aplica contra una empresa las pre-
visiones del art. 30 de la LCTpara hacerla responsable del pago de una deuda aje-
na ya que, en resguardo del derecho de propiedad, debió extremar el análisís del
supuesto particular atendiendo a los hechosínvocadosy las pruebas aportadas". Y
"La télesis del art. 30de la LCTes la de evitar situaciones defraude que pueden dar-
sea partir de la utiIizaci6n por parte de las empresasde tercerascontraladososub-
contratados para la realización de tareas que fe son propias con ei objeto de diluir
la responsabilidad del obligado principal frente al trabajador, siendo, en conse-
cuencia, inaplicabletal norma cuando entre las empresas sólo existe una relación
comercial destinada a promover una determinada materia prima osutransporte".

IV. 1 Y - c<Fernandez,Juan R. c. BuenosAjres Magic5,R.L. y otros»63


Al hacersuyos losfundarnentocdelprocurador general de la Naciiin en el recur-
so de hecho deducido por ta Asociación Civil Club Atlético Boca Juniors, en la cau-
sa "Fernández", la Corte Suprema procedió a hacer lugar a la queja, declarar pro-
cedente ei recurso extraordinarioy dejar sin efecto la sentencia dictada por la Sala
Xde ta Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo.
la Sala había modificado parcialmenteel falIoque hizo lugar a la demanda por
despido, extendiendo la condena en forma solidaria a las codemandadas Coca Co-
la Femsa de3uenosAiresyAsociacion Civil Club Atlbtico Boca Juniors. Paraasideci-
dir, la Sala fundó su decisorio, esencialmente, e n que medió entre ambasfirmas un
contrato de concesión de venta de bebidas durante la realizacibn de los espectá-
cu~os~cotejosdeporti~osen el Club, actividad que, en una institucióncomo la refe-

CSJN, 13/12/02, "Fernandez, Juan Ramónc. B u e n o s ~ i r e s ~ a ~ iyotros",


c ~ . ~ . ~"Revista
. de
Derecho Laboral y ~e~uridadSocial", fase. quincenal, no 3, 2003, ps. 219 ~ 2 2 0 .
230 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Múñez

rida, resulta de vital importancia y corresponde enmarcar en los términos de! art.
30 de la LCT. Ello es asi, dado que se trata de una prestación integrada en forma
normal y permanenteal establecimiento ysi bien, de naturaleza secundaria, coad-
yuvante y necesaria o imprescindible respecto de la actividad principal de la aso-
ciación civil.

Contra dicha decisión, el Club Atlético Boca Juniars dedujo recurso extraordi-
nario, el cual fue denegado, lo que provoc6 la queja dedicha codemandada, pues
a su entender la sentencia era arbitraria y vulneraba las garantías establecidas en
los arts. 16 a i 9 y 34 de la Ley Fundamental, por cuanto:
a) Se trataba de una asociación civil que desarrollaba una actividad eminente-
mente deportiva y los trabajos en examen no complementan ni coadyuvan
a l cumplimiento de su fin u objeto normal.
6) No se ha probado que existiera una unidad técnica de ejecución entre la
apelante y su contratista de acuerdoal art. 6' de la ley 20.744, maximefren-
te a la doctrina de C5jIV-Fallos,316:713.
c) La cancesión fue pactada por la apelante sin contraer riesgo crediticio res-
pecto de la actividad de la concesionaria, que actúa por su cuenta y propio
riesgo, sin que medie posibilidad de ingerencia en el manejo de su personal
por la concedente.
d) Carece de sustento et juicio por el que se derivaba de la concesión la conde-
na solidaria de la codernandada.

E l procuradar general de la Nación, luego de destacar que el juez de grado ha-


bía desestimado el reclamo dirigido contra el Club Atlético Boca luniors y de seña-
lar que el actor se hallaba vinculado labaralmente a Buenos Aires MagicS.R.L., em-
presa subconcesionaria de Coca Cofa Fernsa de Buenos Aires S.A., titular, a su tur-
no,de la concesión del expendiode bebidassinalcohol enei interiordel estadiodel
Club Atlético Boca Juniors, advirri6 que el failo no proveía untratamiento adecua-
doa la causa y al derechoaplicable6" desde queomitio una correcta exégesisde las
normas invocadas y se apoyaba en pautas de excesiva latitud, extremos que, por
cierto, hacían a la procedencia de la via federals5.
Y es que, reiterando pronunciamientosanteriores de la Corte Suprema, señalo
que: "la asignación de responsabilidad roiidaria no ha sido establecida por la ley
sin más requisito que fa nociOn de que algunas actividades resulten coadyuvantes
o necesarias para el desenvoivirnienro de la empresa -argumento este, en defini-

64 CSjhl-Fal/os, 308:2077, entre otros


CSlN-Fallos, 324:1595.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 23 1
-
tiva, sobre el que descansa centralmente el fallo (v, fs. 394 vta.1- puesto que, si
tamaña amplitud fuera admitida mediante la interpretación judicial, caería en
letra muerta no sólo el texto de ia ley sino la posibilidad cierta de que mas empre-
sas asuman los riesgos propios del desarrollo económico (confr. CSJM-Fallas, 316:
1610, entre varios otros)".
Agregó el Máximo Tribunal que: "para que nazca esa solidaridad, ha puntuali-
zado V.E., es menester, por el contrario, que una empresa contrate o subcontrate
servicios que complementen o completen su actividad normal y especifica, de
modo tal que exista una unidad técnica de ejecución entre !a empresa y su contra-
tista en los términos del art. 6" de la LCT (CSJN-Fallos,316:713, entre otros); aspec-
tosestossobre los que !a Sala, en rigor, no ha abundado".
Finalmente, la Corte destacb que: "la amplitud de las pautas suministradas por
laaquo, donde la alzada igualmentehacía hincapiéen la integracibnhabitualyper-
manente de actividades accesorias o secundarias -con !a principal dei estableci-
miento- soslaya la apreciación rigurosa de los presupuestos del art. 30 de la LCTy
el escrutinio estricto de los recauda legales que condicionan la obligación de
garantíade unterceroqueV.E. encarecióen el precedentedeCSJKFallos, 316:713".

IV.12 - ~Fiorentino,Roxana Maria Lujdn c. Socialmedy otro,>66


La Corte Suprema, en su nueva integración, y hasta el dictado del fallo "Beni-
tez", nose había expedidosobreeste puntosinoque procedió sistemáticamente a
declarar inadmisible los recursosde queja presentados, en los terminos del art. 280
del CPCCN, como aconteci6 en el presente supuesto.
Sin embargo, merece destacarse la disidencia del doctor Lorenzetti, quien fren-
t e a la tercerización de! servicio de atención médica a tos afiliados de una obra so-
cial expreso que el art. 30 de la LCT "establece un primer requisito que es la exis-
tencia de un supuesto delimitado por subcontrataci6no contratacíbn de trabajos
o servicios que correspondan a su actividad normal y específica. El objeto de las
obras sociales, de acuerdo con su regulación legal, no es prestar por sí con cu pra-
pio persona! servicios de atención médica a sus afiliados. La ley no las obliga a ello,
sino a destinar la parte principalde sus recursos para posibilitar el acceso a tales pres-
taciones, lo cual llevan a la practica mediante la celebración de contratos con ter-
ceros que son los efectivos prestadores. En consecuencia, en el presente caso, no se
trata de la cesión total o parcial del estabiecirniento ni tampocodesubcontrato, sino
de la simple contratación de servicios prestados por un tercero. En la cesión del esta-
blecimiento se trata de una rnodificacion subjetiva por cambio de ia figura del em-
pleador, pero los créditos y deudas se transmiten como una posición contractual
232 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedr0.E Nuñez

global, lo que justifica la solidaridad pasiva de! cedente y cesionario. En el subcon-


trato, hay un contrato principal y uno derivado, loque permite al acreedor del sub-
contratista accionar contra el deudor del contrato principal, dada la coincidencia
de objetosy dependencia unitaria".
Agrega que: ''En cambio, cuando se trata de un contrato que celebra una parte
con otra, la regla es que no hay acción directa de los empleados de ia segunda res-
pecto de la primera, parque se aplica el principio de efecto relativo. Las múltiples
contrataciones que puede realizar una empresa con terceros, están sujetas a la res-
ponsabilidadlimitada que deriva de lo pactadoentre ellosy la circunstancia de que
ningrin acuerda que celebra una de ellas con terceros puede perjudicarla (art.
1195, CCley340)".
Propone una interpretación estricta del art. 30de la LCT,al expresar que: "La in-
terpretación estricta de esa norma es clara toda vez que es una excepción a la regla
general del Derecho común. Pero también dentro del sistema de la propia ley labo-
ral esevidente que el citado art. 30 contempla supuestos que guardan cierta analo-
gia, y por ello, es necesario interpretar que la contratación en e/ caso de una activi-
dad norma! y específica debe tener alguna relación con los supuestos de subcontra-
to, es decir, con actividades propiasque se delegan con dependencia unilateral. La
IOgica de esta norma es evidente, ya que no es posible responsabilizar a un sujeto
por las deudas laborales que tengan Ias empresas que contrate, aunque los bienes o
servicios sean necesarios o coadyuvantes para ia actividad que desernpehe, porque
en tal caso habría de responder por las deudas Iaborales de los proveedores de luz,
teikfono, aireacondicionado, informática, publicidad, serv!cios educativos, alimen-
tación, vigilancia, gerenciamiento, y muchosotros". Agrega que: "Una interpreta-
ción laxa borraria toda frontera entre la delegación laboral, en la que predomina el
controlsobreel hacer de la persona,con losvíncutosdecolaboracióngestoria, en los
queel control, aunque existe, es sobre la prestación. La subordinaciónjurídica, eco-
nbrnica y técnica de la trabajadora se da, en el casa, respecto del prestador del servi-
cio médico, quien, por otra parte, es el titular del interés, lo que es claramente diie-
rente a la deiegación gestoria en la que no se da ninguno de esos elementos".
Finaliza sehaiando que: "...en los supuestos de contratos con terceros, la soli-
daridad se produce cuando se trata de una actividad normal y específica, enten-
diéndose aquélla inherente al proceso productivo".
Conviene señalar que el doctor Lorenzetti ya habia votado en disidencia con
anterioridad, adoptando la postura estricta, en un supuesto de contratación de!
servicio de hoteleria de una asociación sindical y obra social",

67 En estesupuesto, ia Corte Suprema también había declarado inadmisibleel recurso extra-


ordinario {véase CSJN, 18110/06, "Páez, Augusto y otro c. Sindicato del Segurode la RepGbiica Ar-
gentina y otros", en "Revista de Derecho Laboral y Seguridad Social", no 4,feb. 2007, p. 307.
En el presente caso, la mayoria de los integrantesdel Máximo Tribunal decidió
no abrir el recurso en el punto que nos interesa, invocando el art. 280 del CPCCN.
Sin embargo, merece destacar la disidencia de los doctores Petracchi, Maqueda
y Zaffaroni, quienes consideraron que debía descalificarse la sentencia de primera
instanciaque habia desestimado la condena solidaria de la Asociación Círculo Mili-
tar por !a tercerización de servicio de gastronomía, al sostener: "Que, finalmente,
la cámara tampoco apoyD en fundamentosvalidos la conclusion deque no media-
ba el supuesto de contrataciónde servicios correspondientes a la actividad normal
y específica propia del establecimientoalque alude el art. 30de la LCT, respecto de
la Asociación Círculo Militar",
En tal sentido, asentó como premisa que: "la situación prevista por la ley rnodu-
la sobre un supuesto básico, la existencia de un establecimiento (...) preexistente
a! negocio en virtud del cual aparece la figura de! (...) contratista", y que "son los1
rabajosy servicios queen él se rea tizan o prestan losque puedenconstituir el obje-
o de la contratación".
Sin ern bargo, a 1 abordar el estudio de las circunstanciascomprobadas de la cau-
sa, se redujo a sostener que "los servicios de gastronomía que desarrollb el 'conce-
sionario', CordónAzu/S.R.L., en el establecimiento de la 'concedente', Círculo Mili-
tar, no eran inherentes a la actividad normal y específica de esta entidad, consti-
tuida para cumplir una actividad diferente de la de aquél (véase estatuto de cons-
titución agregado a fs. 307)".
Con ello, por cierto, perdió de vista el presupuesto del que había partido, esto
es, el indicado en el párrafo precedente, en orden a que el recordado art. 30 apun-
taba menos al objeto enunciado en el estatuto de la entidad contratante que a la
actividad efectivamente desarroliada en su establecimiento".
Sirmase a ello que, incluso bajo el enfoque circunscripto al estatuto, tampoco
efectuó un examen acabado desu texto, En efecto, según este, una de las "finalida-
des fundamentales del Circulo Militar" era "ofrecer a sus socios e invitados (perso-
nasosociedadesdebidamenteautorizadas)el uso desus sedes para actossociales",
y, justamente, medianteelcontratocetebradoconCordónAzul 5.R.t., el Círculo Mili-
tar le dio "en concesión" a esta tlltirna " la explotación de los servicios de restau-
rante, lunchs, recepciones, fiestas y otros eventos sociales que se realicen en su
Sede Centrai de la Av. Santa Fe 750, en los lugares habilitadosa tales efectos, y Bar
de la Sala de Juegos (piso 13 Edificio Palacio)", servicios que serían prestados a los
socios y a "terceros no socios autorizados" (cfr.fs, 307 y 31 7/317 vta.).

68 CSJN, 11/8/09, inkdito.


2 34 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Múñez

IV. 74 - ~Benitez,Horacio Osvaldo c. Plataforma cero S.A. y otros»69


La Corte Suprema por mayoría decidió dejar sin efecto la sentencia de la Sala 1X
en lo que respecta a la extensión de solidaridad de la codemandada Club River Pla-
te, al entender que la decision del a quo no se apoyaba en un criterio propio de in-
terpretación y alcances del art. 30 de la LCT, sino que se redujo a un estricto apego
a la doctrina mayoritaria de "Rodríguez",
Para ello, no tuvoen cuenta el dictamen de la ProcuraciónFiscal, que habiaacon-
sejadodesestirnar los agravios relativos a fa inteligenciay aplicaciándel art. 30 de la
LCT, porque "sólo trasuntan una mera discrepancia con la practicada y con la pon-
deracibn de los hechosy las pruebas efectuadas porlosjuecesdet caso, loque nosus-
tenta la tacha dearbitrariedad formulada por elapelante t...) máxime, enel supues-
to del art. 30, in fine de la ICT,dado lo genérico y colateral de la crítica esgrimida".
En cambio, nuestro más AltoTribunal optó por dejarsin efecto la interpretación
del art. 30 de la LC7; acuñada a partir de fallo Rodríguez y que fue sistemática-
mente mantenida durante más de diez años; por las siguientes razones: ?)es im-
propio de su cometidojurisdiccional en el marco de un recurso extraordinario, far-
rnutar una determinada interpretación de la norma citada, dado e[ car6cter común
que esta posee; 2) fa intervenci6n de la Corte se circunscribe a descalificar los pro-
nunciamientos que, por !a extrema de sus desaciertos u omisiones, no pueden ad-
quirirvalidezjurisdiccional; pero no tiene por objeto sustituira losjuecesde la cau-
sa en materia de derechocomún, en temas que, como el indicado, lesan privativos,
ni corregir fallos equivocados o que se reputen tales; 3) la alegación de haberse
dictado sentencies que se dicen contradictoriasen materia de Derecha corntlin, no
plantea problema cons2i.tucionalni autoriza la intervenciónde la Cartea fin de uni-
ficar pronunciamientosen temas no federales; 4) si la Corte entrara a conocer el
fondo de un litigio con el propósito de fijar la recta interpretación de !a ley común
aplicable y conseguir, por ese medio, la uniformidad jurisprudencia sobre este pun-
to, en realidad so color de restablecer ia igualdad cons~itucionalsupuestamente
violada por fallos contradictorios de diversos tribunales del país sobre la misma
cuestión en material iaboral, ejercería una facultad ajena al recurso extraordina-
rio; 5) debe advertirse el marcado desarrollo que ha tenido en los ordenamientos
procesales de las provincias los medios o recursos tendientes a uniformar la juris-
prudencia en esos Arnbitos. Tampoco ha sido ajeno a ello el régimen federal y (la-
cional, locual ha llevado a que el tribunal sostuviera que la vía para obtener la uni-
ficación de la jurisprudencia entre las salas de una carnara nacianaI es la del recur-
so de inaplicabilidad de ley, y no la extraordinaria.
Por su parte, ia doctora Argibay, en disidencia, si bien compartió las objeciones
formuladasal mantenimiento de la interpretación del art. 30 de la LCT, efectuada

69 CSJN, 22/12/09, inedit0.


Responsabiiidadsofidaria en el contrato de trabajo 235
-- --

en "Rodríguez", entendió que los jueces habían faliado segiín la interpretación


que los mismos hicieron de una norma de derecho no federai, en la que concluye-
ron que se encontraban verificadas las circunstancias excluyentes de la responsa-
bilidad de la codemandada Club River Plateen Ius términosdedicha norma. Seíía-
Ió que la sentencia de alzada fue confirmatoria de la dictada por la jueza de pri-
mera instancia, quien, a su vez, había resuello en el mismo sentida sin siquiera
mencionar ei caso l'Rodríguez" y sobre la base de los elementos de juicio que pro-
porcionaba la prueba rendida. Por ello concluyú que los agravios del apelante no
habilitaban la competencia de la Corte en los términos del art. 14 de la ley48.
Las transformacionesproducidas en las últimas décadas en la forma de organi-
zación y direccióndel trabajo, sumado a la atomización de la empresa fordista, tra-
jo como consecuencia que las empresas comenzaran a limitar su actividad produc-
tiva, realizando solo su actividad principal, tercerizando las perifericas, o directa-
mente fragmentando el proceso productivo.
Este fenómeno de la descentralización productiva encuentra específica regula-
ci6n en el art. 30de la LCT(y también en alguna medida en el art. 311, y es la razón
de que este articulo haya tomado una notoriedad particular en los uttimos tiem-
pos. En un primer momento fue la doctrina la que se abocó a interpretar los alcan-
ces de dicha normativa, dando lugar a las posturas antes expuestas, y posterior-
mente la jurisprudencia comenzó a expedirse cada vez con mis frecuencia, adop-
tando una u otra postura, al incrementarse los casos de tercerización laboral.
Esto fue lo que llev6 a ia Corte de los anos '90 a resolver como lo hizo en "Rodri-
guez" con el fin de establecer los alcances de esa norma, y la interpretación que los
tribunales inferiores debian darle, sin tener en cuenta que es una cuestión casuís-
tica, y que con independenciade Ia postura quese adopte (amplia o estricta) cada
caso es distinto. Es decir, que aún cuando se sostenga la misma línea de pensa-
miento se puede arribar en ei caso concreto a soluciones distintas.
De ahí que Rodriguez, lejos de producir el quietus deseado provocó una reac-
ción en los tribunales inferiores, encontrándose algunos que lo seguían estricta-
mente, otros que se apartaban de suc lineamientos invocando la inexistencia de
acatamiento obligatorio de los fallosdel superior, y finalmente otros que, siguien-
do la interpretación estricta esbozada por la Corte en "Rodríguez:", e incluso trans-
cribiendo algunos de sus párrafos, !legaban a una conclusibn distinta en el caso
concreto.
Cierto es que "Rodríguez" importaba inmiscuirseen cuestiones de derecho co-
mún, excediendo el ámbito de competencia del recurso extraordinario, por lo que
en "Benitez", con acierto, la Corte no hace mis que reconocer esa circunstanciay
deja sin efecto la interpretación de esa primera parte del art. 30 de la LCT, referida
a la contratación y subcontratación que había hecho su predecesora.
Pero no cambia el criterio de interpretación adoptando postura atguna. Por el
contrario, se autolimita sosteniendo que el establecimiento de losalcancesde una
236 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Múfiez
- - "p- -w- . , ~ ,p- - - - -.

norma de Derecha corniín, es propia de losjueces inferiores (sean nacionalesopro-


vinciales) y que no corresponde ai MáximoTribunaI su determinación. Por ende, a
partir del fallo bajoanáiisis, yteniendoencuentaque elart.30de la LCTes una nor-
ma de derecho no federal, la intervenciónque efectúe la Corte Suprema sobreeste
tema sera por el excepcionalísirno supuesto de arbitrariedad de sentencia; cuando
los pronunciamientos, por la extrema gravedad de sus desaciertos u omisiones, no
puedan adquirirvaiidezjurisdiccional (salvoque sedicte la inconstitucionalidad de
dicho norma),
Por último, 5i bien de los términosdel falloce infiere que mediante el recursode
inaplicabilidadde iey se podría arribar a una doctrina pfenaria para unificar la in-
terpretación de esta parte de la norma, lo cierto es que siendo !a solución casuisti-
ca, a lo sumose podría definir por esa via si debe prevalecer ta postura amplia o la
estricta.
Pero en el caso concreto, das jueces que sostengan la misma pastura, podrían
arribar a solucionesdiferentes. Es que, para determinar si estarnosen presencia de
la externalización de una actividad principal, hay que tener en cuenta la,actividad
de ambasempresas, por lo q t l es ~ factibleque una misma actividadsea principalen
un caso, y secundaria en el otro. Induso, una actividad tercerizada hacia otra mis-
ma actividad, puede ser principal o secundaria, según el caso+
Siguiendo los lineamientos de la Corte Suprema, ia jurisprudencia ha resuelto
que: "Envirtud de loexpuestopor la CorteSupremaen el caso: 'Benitez, HoracioOs-
valdo c. Plataforma Cero S.A. y otro' (fallo E-75 Xtll, del 2Uf 2/09), parece claro que
al momento de evaluar la procedencia de [a responsabilidad solidaria de una em-
presa en los términos del art. 30 de la LCT, debe examinarse si se verifican en cada
supuesto los presupuestosdeprocedencia de la norma y, en su caso, resolver lo cues-
tión con total independencia de criterios expuestos en otros precedente^"^^.

1K 15 - «Gdrnez, Claudia Patricia c Saden S.A. y otro s i l l e s p i d o ~ ~ ~

Nuestromas AltoTribunal dejósinefecto la sentencia dictada por la Sala IV, que


había extendido la responsabilidad a la Obra Socia! de la Actividad de Seguros,
Reaseguros, Capitalizacióny Ahorro y Préstamo para la Vivienda (OSSEG),por ha-
ber contratado los servicios de Saden S.A., empresa que ce dedicaba a prestar ser-
vidos de atención odontológica a sus afiliados.
Recordó quesi bien en el precedente "Benítez" remarcó que era impropio desu
cometido jurisdiccional formular una determinada interpretación de. normas de

CNAT, Sala IX, 31/3/70, "Górnez, Florencia Reneec. PuntoTrading S.A. y ~~trosc/f)espido",
Boletín Mensualdelurisprudencia dela CNAT, n0299,Oficina delurisprudencia, mar. 2010.
CSJN, 3011U14, incidito.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 237
--"-

derechocomún como lasdel art. 30 de fa I t T , también puntualizó que el excepcio-


nalísimo supuesto de la arbitrariedad autorizaba a que el tribunal revisara decisio-
nes de losjueces de la causa, pues su intervenciónen estos casos no tenía por obje-
to sustituirlos en temasque les eran privativos, sino que se circunscribia a descalifi-
car a aquellas sentencias que, por la extrema gravedad de sus desaciertos u omi-
siones, no podían adquirir validez constitucional,
Indicó que el fallo en crisis no reflejaba una adecuada ponderacion del rol que
cumplen las obras sociales en su carácter de agentes naturaies del Sistema Nacio-
nal del Seguro de Salud. Aclaró que los preceptos legaies que regulan ese desern-
peño, son muy claros al establecer: 7) que el cometido prioritario de las obras so-
ciales es administrar Ios recursos económicos con los que cuentan de modo ta! que
una parte sustancial de etios sea destinada a garantizar a sus beneficiarios la pres-
tación de los servicios de atencitin de la salud previstos en el seguro; 2) que para
dar tal cobertura las obras sociaies no necesitan asumir la actividad de prestación,
sino que pueden celebrar contratas de prestadores de servicios de atención de sa-
lud; 3) que incumbe al organismo estatal encargado de la conducci6n y supervi-
sión del sistema tanto regular [as modalidades de contratación como llevar un re-
gistro de prestadores, siendo la inscripción en dicho registro requisito indispensa-
bIe para que estos puedan contratar con los agentes del seguro; y 4) que dentro
del sistema del seguro de salud las obras sociales asumen, además, el rol de presta-
dores, y deben por ende inscribirseen el registro respectivo,sólo cuandoposeenes-
tablecimientosasistenciaies(cfr.arts. 3', 4O, 5'y concs., ley 23.660; y 2 O , 7O, 9') 73,27,
29 y concs.. ley 23.661) -véase consid. 4"-.
Destacó que el a quo incurrió en un inaceptabie dogrnatismo al afirmar que la
prestacibn de servicios de asistencia odontoiógica era una actividad propia de la
obra social recurrente que fue delegada en la restante codemandada, y que, por
tal motivo, se verificaban en sublite los presupuestosfacticosque-según Ia inter-
pretación que hizo la cámara del art. 30 de la LCT- daba lugar a la irnputacion de
responsabilidadsolidaria.
Finalmente, señaló que ia prioritaria aplicación de los recursos económicos de
las obras socia [es a garantizar la prestaciónde servicios de asistencia rnkdica es una
condición indispensable para que éstas puedan cumplir adecuadamente con su
función de agentes naturales de un sictema de seguro cuyo objetivo fundamenta!
es proveer el otorgamiento de prestacionestendienteca la promoción, protección,
recuperación y rehabilitación de la salud, que responden al mejor nivel de calidad
posible (cfr. art. 2 O , ley 23.661). Y que el logro del mencionado objetivo puede ser
puesto en jaque si aquelios recursos resultan afectados por decisiones judiciales
que, como la aquí apelada, incurren en una arbitraria atribución de responsabíli-
dad solidaria por obligaciones laborales ajenas.
El 20 de agosto de 201 5 la CSJN ratificó esta pasición en los autos "Cribeilati,
Marisol c. Obra Social para ia Actividad de Seguros y otro slDespido".
238 R h r d o D. Hierrezuelo - Pedro E IVúíiez

V - Jurisprudencia de la Cdmara Nacional


de Apelaciones del Trabajo
En la jurisprudencia de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo no se
aprecia uniformidad de criterios, y se advierten pronunciamientas sosteniendo
una u otra postura frente a la contratación, tercerización o fragmentacibn de un
mismo tipo de actividad, especialmente en las relacionadas con [a vigilancia, lim-
pieza, gastronomía y telefonía celular.
Así, en loque respecta a la tercerización del servicio gastronómicoen un club, se
ha resueIto en sentido amplio que: "Si el bar y restaurantecurnplia con la finalidad
de brindar un servicio adicional a /os socios y personal del club codemandado, éste
resulta solidariamente responsableen los términos del art. 30de la LCTcon lasobii-
gaciones del concesionario, Especialmente, si, como en el caso, surgía del contrato
de concesión que debía dar de comer aI personal del club, no podía orglinizar fes-
tejoso reunionessinsu conformidad, y e l propio club le facilitaba los rnuebles,vaji-
Ilas y dem6s artefactos necesarios. Surge claro el carácter propio de la actividad
cedida"72.En idéntico sentido se resolvió que: "La expresión uti tizada por el legis-
lador en el arE. 30 de la LCTestá indicando, en una interpretación teleológica, que
quedan aprehendidas por la regla, inciuso áreas que a primera vista podrían apa-
recer accesorias, pero que en realidad son engranajes imprescindibles para la ob-
tención del objetivo empresario, ya que la demandada, entre otras cosas, en este
caso, suministraba el almuerzoa su personal que trabajaba en lasinslalaciones del
hipódromo. Es que la empresa es una unidad técnica de ejecución y toda actividad
que coadyuba al funcionamientoejecutivoyse orienta a su fin, queda comprendi-
da. No así aquellas otras que se pueden descartar por resultar anexas, o secunda-
rias y prescindibles. Los servicios suministrados por ei actor --mozo de salón en
eventos del jockey Club- no pueden ser escindido5 de aquellas actividades consi-
deradas propias de ia principal, por lo que debe encuadrarse dentro de las previ-
siones del art. 30 de la L C T ' ~ ~ .
En cambio, en sentido opuesto, se ha expedido la Sala VIII, que ha dicho: "Esta
Sala hasostenido que el concepto sobre el que giran las disposicionesdel art. 30 de
la LCTes el de establecimiento, esto es, la unidad técnica o de ejecución caracteri-
6 de la LCT. Es el establecimientoel que puedeser objeto de cesión.
zada por el art, '
Son los trabajos o servicios correspondientes a la actividad normal y específica del

72 CNAT, Sala 11, 25/8/05, "Otazo, Rosa C. Club Francés Asoc. Civil y otros sIDespido", expte.
7356104, sent. 38.71 8. Boletin Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Solidaridad. Art. 30,
LCT", Oficina de lurisprudencia, jun. 2007.
73 CNAT, Sala Vil, 2214105, "Monteo, Lirio c. Jockey Club Asoc. Civil y otros slDespidoU,expte.
6890103, sent. 311.439, Boletín Temático de Jurisprudencia de !a CNAT, voz "Solidaridad. Ari. 30,
LCT", Oficina de Jurisprudencia, jun.2007.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 239
- - -+- - - -

establecimiento-definidos por la naturaleza de la expIotación que en éf se reali-


zan-, los susceptibles de ser contratados o subcontratados a terceros. En el caso,
la actividad del Yacht Club Puerto Madero S.A. no se limita a servicios gastronámi-
cos. La circunstanciade que complemente su actividad cediendoun espacio en con-
cesión a empresariosdel ramo no lo convierte a su vez en empresario, precisamen-
te, concede. En consecuencia, el presupuesto de operatividad del art. 30 citado es
de imposible verificación práctica"74.
En materia de contratación del servicio de comedor en empresas, la Salt VI ha
resuelto que: "... el servicio de comedor dentro de una empresa interesa a l ritmo
de producción de dicha empresa, siendo conducente a su finalidad parque los tra-
bajadores logran un alimento sano y adecuado, pudiendo trabajar mejor. Siendo
así, sidichaserviciuesrealizado por otra empresa (codemandada en autos) la prin-
cipal es solidariamente responsableen los términos del art. 30 de la I c T ' ' ~ la
~ ;Sala
1Vse ha expedido en sentido opuesto al afirmar que: "E! servicio de refrigerio para
Ios trabajadores de una empresa (en este caso una editorial) si bien constituye una
actividad 'normal' de cualquier establecimiento, no es una actividad específica y
propia porque la empresa puede cumplir adecuadamente con su objeto, provea o
no provea de refrigerio a su personal. Además, es necesario tener en cuenta que,
en este caso, el establecimientoen cuesti6n se halla ubicado en plenocentro de es-
ta ciudad y que en sus inmediaciones existen muchos locales a los que los emplea-
dos pueden recurrir. Ello así, por cuanto distinto seria el caso, si dicho estableci-
miento se hallara en una zona aislada o de difícil acceso que impusiera necesaria-
mente ia provisión de un servicio de refrigerio interno a fin de asegurar su normal
funcionarnien~o.En consecuencia, en este caso, el servicio para e! que concreta-
mente se desempefió el actor no encuadraría en las actividades a las que hace refe-
rencia el art. 30 de la l ~ f ' ~ ~ .
En cuanto a la contratación de! servicio de distribuci&n, mas concretamente el
reparto de mercaderias a domicilio, también se aprecian sentencias contradicto-
rias. Así, en sentido ampliose expidieron las Salas 111 y>(, al expresar que: "La distri-
bución de mercaderías a domicilio es accesoria a la actividad de venta de !as mis-
mas, y si bien es cierto que la segunda se mantendrá sin Ia existencia de fa primera,

74 CNAT, Sala Vlli, 31/5/04, "Aicaraz, Angel c. jet Flash S.A. y otros s/Despido", expte,
16.314/00, sent. 31.902,Boletín Rrnatico de jurisprudencia de /a CNA'I; "Solidaridad. Art. 30.
LCT", Oficina de jurisprudencia, jun. 2007.
75 CNAT, Sala VI, 79/12/02, "Gigante, Sergio c. Food 8r Co. S.A. y otro slDespidoW,
expte.
17.845101, sent. 55.653, inédito.
76 CNAT, Sala 1V, 22/2/01,"Vernazza Paganini, Patricia c. Comidas Argenlinas S.A. y Otro
sIDesp~do",expte. 9106t98, sent. 86.378, Boletin Ternirico de Jurisprudencia de /a CNAT, voz "50li-
daridad. Ari. 30, LCT", Oficina de Jurisprudencia,jun. 2007.
240 Ricardo D.Wierrezuelo- Pedr0.ENúñez
- - -m -~*---"-

no lo es menos que el supermercado demandado mantiene dicha actividad de mo-


do permanente. Dicha permanencia e integración a la actividad principal coadyu-
va al logro del objeto final, pues a esta altura no puede negarse que los clientes
concurran a ia compra de mercaderias con la certeza de que las mismas pueden lie-
gar a sus domicilios a través del servicio que la propia demandada ofrece, advir-
tiéndose que los dependientes utilizaban remeras con el logo empresario y, asi-
mismo, las unidadesdetransporte lucen con la misma característicaidentificíitoria
de la empresa principal"77.En cambio, la Sala IX arribó a opuesta conclusión, al
recoiver que: "Toda vez que la actividad comercial que desarrolla la codemandada
Coto ClCSA es ia de supermercadista, dedic4ndosea fa compraventade mercaderías,
la cual se agota con la culminación de la transacción cuando el comprador paga el
precio de los productosvendidos, cabe concluir que, no siendo la entrega a dorni-
cilio de ia mercadería parte integrante de ese contrato de compraventa que cele-
bra e[ supermercado con el cliente, puesto que el mismo tiene la posibilidad de
trasladarla o solicitar eseservicio, que, además es un accesorio dei principal y no es
imprescindiblepara decidir la compra de los productosofrecidos, reculta evidente
que la actividad desarrollada por el actor de entrega de mercaderíaa domicilia no
completa ni complementa la actividad principaldel supermercado demandado, de
modo tal que no puede considerarse que existe una unidad técnica de ejecución
entre la empresa y su contratista en los terminos del art. 6Ode la L c T ' ' ~ ~ .
La misma disparidad decriterioseverifica en la tercerización del cerviciodevigi-
lancia, bastando ejemplificar en el transporte de pasajeros y en un consorcio.
En el primer caso, mientras !a Sala VI resolvi6que: "La Organización Centauro,
donde prestabaservicioset actor, tienecomoobjeto la prestación del servicio dese-
guridad de bienes y10 personas, la custodia de personas o cosas y la vigilancia del
establecimiento.Tales tareas conforman ia actividad propia y especifica de Trenes
de Buenos AiresS.A, que brinda servicio público de Transporteferroviario de pasa-
jeros. El art. 30 de la LCTestabiece la solidaridad cuando la contrataciiin ysubcon-
tratacian de trabajos o servicios correspondan a la actividad normal y especifica
propia del establecimiento, como ocurre en este caso"79;la Sala Vlll dispuso que:

77 CNAT, Sala 111,10111103, "turti, lorge y otros c. Guiierrer, Nartcy y otro slDespida", expte.

7973102, seni. 85.394; Ídem, Saia X, 17110/05, "Herrera, Nerio c. Degac S.A. y otros siDespido",
expte. 12,935, sent. 13.970, Boletín Temát~codelurisprudenciadelaCNAT,voz "Solidaridad. Art.
30, LCT", Oficina de lurisprudencia, jun. 2007.
78 CNAT, Sala IX, 13/5/04, "Pantuso, Jorge c. Desag S.A, y otros s/Despidon,expte. 20.206l02,

sent. 11.487, Boletin Tematko de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Solidaridad. Art. 30, ICT", Ofi-
cina de jurisprudencia, jun. 2007.
79 CNAT, Sala VI, 16/11/04, "Barrera, Javier c. Organizaci6n Centauro S.A. y otro siDespidoN,
expte. 30.437102, sent. 57.631, Boletín Temático delurisprudencia de la CNAT, voz "Solidaridad.
Art. 30, ICT", Oficina de Jurisprudencia, jun. 2007.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 241
--

"Una empresa de transportes de personas por vía ferroviaria tiene un objeto dife-
rente a una empresa de vigilancia, y ambasempresas también difieren en cuanto a
su actividad normal y específica, por lo que no corresponde declararlas salidaria-
mente responsables en los términos de! art. 30 de la LCT80.
En el segundo caso, mientras la Sala 111 consideró que la vigilancia en el consorcio
no formaba parte de su actividad principal, la Sala V arribó a un criterio diferente.
En efecto, la Sala ili señaló que: "Si bien no puede negarse que ia seguridad resulta
hoy dia un elemento de importancia para un consorcio de propietarios, ello no
implica calificar a tal tarea romo normal y especifica de la codemandada. Por el con-
trario, se trata de una típica actividad accesoria y conceptuaimente escindible, ya
que no conforma una entidad técnica de ejecución entre la misma y su contratista,
pues, de hecho, podría no prestarrey en nada afectaría al funcionamiento esencial
del edificio, lo que imponedesechar la aplicación al caso de las disposicionesdel art.
30 de la L C T " ~ ' .En cambio, la Sala V ha dicho: "Tantode la ley 12.981 comode la CCT
306198 surge que las tareas de vigilancia del edificio constituyen labores o servicios
que se hallan dentro de Ios propios del consorcio, a punto tal que se prevé conven-
cionalmente !a categoría respectiva por las partescolectivasfirmantesdel convenio
ya citado. Por ello, si el actor sedesempeñó curnpliendotareasde vigilancia del con-
sorcio, éste debe responder solidariamente en los términos del art. 30 de la I C T ' ~ * .
Finalmente, en lo que respecta a la contratacibn de los servicios de limpieza,
también se aprecian sentencias en ambos sentidos. Así, en !o que respecta a la lim-
pieza en un supermercado, la Sala 111 rer;oIviÓ: "En un supermercadode la enverga-
dura de los que explota la codemandada (Norte S.A.), dedicados a la venta, entre
otros, de productos alimenticios, lo que es público y notorio, no se puede prescin-
dir en modo alguno de la limpieza en forma continua, motivo por el cual la misma
constituye una actividad normal y específica del establecimiento que posibilita ei
cumpijmientodesufinalidad empresaria; estoes, la canfiabilidad de los productos
provenientes en un lugar adecuadamente limpio e higiéni~o"~3. En sentido con-

80 CNAT, Sala Vlfl, 26/8/04, "Carrara, Arnhrico c. SeguridadGrupo MaipD S.A. y otro s/Despi-
do", expte. 22.104/02, sent. 32.035,Boletin TemaUco de Jurisprudencia de la CIVAT, voz "Solidari-
dad. Art. 30, LCT ",Oficinadelurispruden~ia,jun. 2007.
CNAT, Sala Iil, 29/11/02, "Lodi, Bernardo c. Phoebus S.R.L. y otro siDespido", expte.
23.335100. senr. 84.335, Boletin Temático delurisprudenria de la CNAT, voz "Solidaridad. Art. 30,
LCT", Oficina de Jurisprudencia, jun.2007.
82 CCNAT, Sala V, 29/4/03, "Arague, iuan c. Segubank S.R.L. y otros siDecpido", expte.
10.363100, senl. 66.410, Boletín Temático delurisprudencia de la CNAJ,voz "Soiidaridad. Art. 30,
LCT", Oficina delurisprudencia,jun. 2007.
83 CNAT Sala lli, 21/5/04, "Asia, Lidia c. Supermercados Norte S.A. $/Despido", expte.
17.852102, sent. 85.863, Boletín Temático de Jurisprudencia de /a CNAT, voz "Solidaridad.Art. 30,
LCT", Oficina de Jurisprudencia, jun. 2007.
242 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Mrifiez

trario, ia Sala Vlll en relación con el mismo supermercado, indicó que: "El art. 30 de
la LCTgira en torno dei concepto de "establecimiento", esto es, de la "midad téc-
nica de ejecuci6n" del proceso productivo de bienes o servicios (art.,'6 LCi). Si no
hay estabiedmiento no existe sustrato material de la cesibn, contratación o sub-
contratación, y nose configura la situación regulada por el art. 30citado. Es lo que
ocurre con un supermercado, en el caso Norte S.A., pues no es una empresa de lim-
pieza, por ello no explota un establecimiento de esa naturaleza, y no es responca-
ble, en los términos de la norma en cuestión, por las deudas del concesionario del
supermercado explotado por quien sí lo es"84.
A continuación realizarnos una reseña jurisprudencia1 marcando las distintas
posturas asumidas por las distintas Salas de la Cámara Nacional de Apelaciones del
Trabajoy de la Suprema Cortede la ProvinciadeBuenosAiresen los últimostiempos.

Reseña de fallos

1. Vigiiancia

1 - En una empresa cuya actividad principal es la teiefonia celular, la tarea de vigi-


lancia es secundaria y accesoria, sin que integre su objeto principal ni sea un cornpte-
mento imprescindiblepara su giro comercial. {CNAT, Sala V, 3118100, "Gonzalez, Aní-
bal c. Catexis5.R.L. y otro", TySS, 2001-1581.

2 - No resulta concebible que una empresa quese dedica a l negocio bursitil pueda
cumplir su objetivo sin custodia alguna, sobre todo teniendo en cuenta la constante y
permanenteexistencia de títulos y valores de toda clase, casi asimilable a la operato-
ria de una entidad bancaria. De tal modo, tanto la empresa de vigilancia como fa bur-
sátil son solidariamente responsables en los términos del art. 30 de la LCTde las obli-
gaciones'derivedasde la relación de trabajo. {CNAT, Sala V, 22/2/02, "Ramos, Modes-
to c. Finanflower Bursitil S , A. yotro siDerpido", TyS5,2003-1411.

3 - El art. 30 de la LCTestablece la solidaridad de las empresas contratistasosubcon-


tratistas cuando los servicios contratados correspondan a la ",..actividad normaly
específica ..." propia del establecimiento, dentro o fuera de su dmbitw, y en el caso
concreto, las tareas de vigilancia en un banco resultan inescindibles de la actividad
normal propia del establecimienp, en tanto se encuentran integradas a dicha enti-
dad y coadyuvan al objetivo final de la misma. [CNAT, Sala tfi, 16/4/02, "Lamarca, ior-
ge c. 5egubank S.R.L. y otro s/Despidon, "Revista de Derecho laboral y Seguridad
Social", fasc. quincenal, na3, 2003, p. 1091.

84 CNAT,SalaVill, 14/8/01, "Busto, Cristinac. Plus0nceS.A. y otrosiDespido", expte. 1132199,


sent. 29.956, Boletín Terna tic0 de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Solidaridad.Art. 30,LCT", Of i-
ciiia de Jurisprudencia, jun. 2007.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo

4- Corresponde ia condena solidaria a !a codemandada IRSAcon sustentoen lo nor-


madoporel art. 30 de la LCTpuestoque, rnasallá de losargumentos queexpusiera en
cuantoa que su actividad principal radicaba "en distintos emprendimientosde índo-
le inmobiliaria, como es la venta y adquisicibnde distintos inmueblesyloempresasde
envergadura", lo cierto es que las tareas de vigilancia desempeñadas por el personal
de Seguridad Integral Empresaria S.A. -entre los que se encontraba el actor-den-
tro del centro comercial "Buenos Aires Design" aparecian como necesarias e inescin-
dibles de su actividad principal, normal y especifica, en tanto hacian posible lograr la
finalidad de la empresa, pues se encontraban vincuiadas con !a seguridad de ias per-
sonas que concurrían al establecimientocomercial. [CNAT, Sala IV, 27/2/15, 'Tartola-
no,Nicoias Gonzalo Bernabec. Seguridadintegral Empresaria S.A. yotrosslDespido",
Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNA7; no350, feb, 20151.

5 - Las tareas de vigilancia resultan indispensabies para ia operatoria de un aero-


puerto, en tanto la vigilancia ec de indiscutible importancia en dicho establecimien-
to. Para analizar la atribución de responsabilidad prevista en el art. 30 del LCTdebe
tenerse en cuenta no sólo el modo en que se estructura la actividad de la prestataria,
sino la índole de la actividad por la que se reconoce a la usuaria en el mercado. Para
que resultedeapiicación el supuestoatributivode responsabilidad encuestión, esne-
cesario determinar que dentro de la actividad subcontratada, el trabajador (no ya la
actividad) cumple su tarea en beneficio directo del principill. Esta condición aparece
en el cuarto párrafo del referido art. 30, donde la solidaridad generada por las condi-
ciones anteriores queda limitada al grupo de beneficiarios conformado por el "per-
sonal que ocuparen en la prestación de dichos trabajos o servicios". [CNAT, Sala 11,
91211 5, "luarez, Juan Ram6n c, Seguridad Argentina S.A. y otro slDespido", Boletjn
Mensualde Jurisprudencia de la CNAT, no350, feb. 20151.

6 - Las tareas que realizaba ei actor como vigilador principal en un hotel, que incluían
supervisiOn general como así también fiscalizar el trabajo del restante personal de
vigilancia haciendo recorridas, realizando un control general de los accesos y movi-
mientos dentro del hotel, tenia una importante injerencia para que por su interme-
diose lograra el objetivo final que era brindaruna mayorseguridada las personas que
se alojaban en el hotel, y en deiinitiva beneficiarse con ello. Aunque esta actividad es
coadyuvante y accesoria a la actividad del hotel, lo cierto es que de esa forma brinda
una mayorseguridada quienesallisealojan(consecuenciadeiincrementodela delin-
cuencia), que en definitiva hace a la actividad normal y habitual aunque accesoria de
la principal. Por ende dicho servicio resulta inescindible para cumplir con ei objeto
social del consorcio demandado. Losserviciosdeseguridadprestados por intermedio
de¡ actor encuadran en su actividad "normal y especifica", determinada según el cri-
terio de unidad técnica o de ejecución (arl. 6", LCT).De allí que el consorcio code-
mandado deba responder solidariamente junto a la empresa de seguridad frente ai
actor, en iostérminosdelart. 30de la f CT. LCNAT, Sala f, 3019/14, "Sosa, Víctor Damiin
c. Urban Prevention S.A. y otro slDespido", Boletín Mensua! de Jurisprudencia de la
CNAT, no 346, sep. 20241.
244 Ricardo D.Hiermuelo - Pedro E Núñer
*,----u ,- - k" "---

7 - La mera circunstancia de que un consorcio de propietarios de un inmueble haya


decididodiscrec~onalmentecontratarlos servicios de una empresa de seguridad, obs-
ta a la tesis de que habria contratado con los empleados de 6sta, trabajos o servicios
correspondientes a la actividad normal y especifica del propio establecimiento. Con-
secuentemente, no lecabe ia condenasolidaria prevista en el art. 30 de la LCTdebido
aque la responsabilidaddelempleadoren estossupuestosdebeceñirseal casoenque
encomiende a un tercero la realización de aspectos o facetas en la misma actividad
que desarroila en su establecimiento. [CNAT, Sala VIII, 23/6/06, "5aicedo Adelqui, Ro-
bertoc.Organizaci6n RB S.R.L.yotros/Despido",expte. 17.643103, sent.33,376, Boje-
tín Temático deJurisprudenciadela CNAT, voz "Solidaridad. Art. 30, LCT", Oficina de
jurisprudencia, jun. 20071.

8- La vigilancia en los consorcios no es normal y especifica propia de ellos y por lo


tanto no involucra su responsabilidad solidaria, ya que aún cuando se admita la con-
veniencia de contratar seguridad anteei incremento de la delincuencia, no es objeti-
vo del consorcio brindar otra seguridad que la que provea e l personal de portería, tal
condición no integra su actividad normal y especifica a menos que se trate de un
barrio cerrado. [CNAT, Sala 111, 7213109, "Pintos, Mercedes Benito c. ~rganizaciónJ. G.
S.A. y otro slDespido", DT, año LXIX, nOV1,jun. 2009, p. 6601.

9.- La actividad relativa a la vigilancia no coincide con la específica y propia de un


consorcio de propietarios de un edificio no pudiendo considerarse que éstetenga por
actividad brindar servicios deseguridad a terceros. De alli que con fundamento en el
art. 30de la LCT, no pueda extenderse la responsabilidad de la ernpieadora directa el
actor al consorcio codemandado. Si bien los se~viciosde seguridad pueden conside-
rarse coadyuvantes o necesarios en todo consorcio, no resultan inescindiblesdela ac-
tividad desarrollada por quienes administran las partes comunesdel edificio. Por ello
el consorcio de propietarios no es responsable en lo5 terminos del art. 30 de la LCT.
[CNAT, Sala l1,6/5/08, "Avalos, Darniánc. Consorciode Propietarios del Edificio Nút7ez
3649 y otros s/Despido", en intranetpjn,gov.ar].

10- El tipode tareas realizadas por el actor, limitadasal serviciodevigilancia del edi-
ficio donde prestó tareas, no torna aplicable la solidaridad prevista en dicha norma.
Tal tarea no resulta la normal y especifica propia del consorcio, El mismo claramente
puede funcionar sin contar con un servicio devigilancia, tai como sucede con cientos
de edificios donde no se contrata t a l servicio adicional. [CNAT Sala i, 19/9/06,, "Mal-
donado, Gonzalo Martin c. ~uestraSeñora del Palmar S.R.L. y otro s/DespidoV, en
Zanorto, "jurisprudencia sistematizada. Articulo 30 de la LCT", en Soiidaridad labo-
ral en la contratación ysubcontratacidn de servicios, 2008, p. 2601.

1 1 -. El servicio de seguridad integra lo que requiere el consorcio para su debidofun-


cionamienroy así lo han entendido los consorcistasai requerir su contratacibn. De es-
t e modo, al estar comprendidaslasactividades complementarias de la actividad espe-
cifica en la norma del art. 30 de la LCT, corresponde la extensión de responsabilidad
Responsabilidad soljdaria en el contrato de trabajo 245
- --
solici.tada. [CNAT, Sala VI, 19/2/73, "Solosa, Carlos Alberto c, Kellensego S.R.L. yotros
slDespido", Bolelin Mensual de lurisprudencia de la CNAT, nQ330. mar. 2013f.

12- Si bien /aasociacióncodemandadanotiene como objeto principal proporcionar


los servicios de seguridad a los propietarios de los lotes residenciales del barrio priva-
do, no es posible soslayar que tales servicios resultan de vitai importancia y constitu-
yen un factor atractivo para ias personas que pretenden vivir en barrios cerrados, lo
cual explica la contratación de empresas del rubro destinadas al control de ingreso
tanto de los socios como de los nosocios. A partir de eilo, resulta incuestionableque
la actividadde seguridad provee el mejor desenvolvimientoy consecuciondelos fines
perseguidos por el consorcio, ya que permite el desarrollo de las actividades que for-
man partedesu objetopriricipal y posibilita un mejor servicio a quienes por seguridad
pretenden vivir en 61. Por ello la asociación que administra el barrio cerrado essoiida-
riamente responsable en los términos de! art. 30 de la LCTjunto a la empresa presta-
dora del servicio de vigilancia que contratara al ac.tar. [CNAT, Sala iX, 21/10/14, "Ver-
cheifi,Daniel Adrián c. Securitas Argentina S.A. y otros/Despido", Boletin Mensualde
Jurisprudencia de /a CNAT, no347, oct. 20141.

13 - Los empleados de las empresas de seguridad no son empleados del consorcio a


los efectos del marco regulatorio respectivo, en principio y sin perjuicio de ioque po-
dría llegar a decidirse en cada caso concreto, ante un planteo individual instado por
estos que pretendiera responsabilizarlosatribuyéndoleselcaricter de principal,y más
alla de lo que cabría resolver acerca de la responsabiiidadsolidaria emergente de las
rubcontrataciones para el supuesto que se sostuviera que la seguridad está insita en
la actividad de los consorcios. De todos modos, si por vía de hipótesis se entendiera
que el consorcio pudiera ser eventualmente responsable solidario por los incumpli-
mientos laborales y convencionalesen que incu,rriera eI titular de la relación juridica
sustancial-en el caso: ia empresa de vigilancia-esa hipotética solidaridad operaria
frente a tos trabajadores de esta última y respecto de la entidad gremial que las nu-
clea, mas no respecto de las obligaciones convencionales enumeradas en el CCT no
398104que no resulta de aplicación al personal de seguridad. [CNAT, Sala IV, 2711 1111,
"Consorcio de Propietariosdel Edificio Dock 5 Puerto Madero c. Federacibn Argenti-
na de Trabajadores de Edificio de Rentas y Horizontal EATERYW JReint. p/Sumas de
Dinero", en intranet.pjn.gov.ar1.

14- Los servicios de vigilancia, tanto de las partes y cosas comunes del edificio como
de las personasque habitan en él, constituyeuna actividad normal y especifica propia
del consorciode propietariosde la ley 13.512, una de cuyas finalidadesconsiste en ar-
bitrar los medios tendientes a que la vida comunitaria sea segura para los consorcis-
tas, tanto en el piano personal como en el patrimonial. Por ello, el consorcio de pro-
pietarios demandado por quien prestara tareas de vigilancia en el edificio debe res-
ponder solidariamentejunto con la cooperativa proveedora del vigilador, en los ter-
rninos dei art. 30 de la LCT. [CNAT, Sala V111; 47/4/12, "Sena, Martín Sebastián c. Cata-
dores Cooperativa de Trabajo y otro slDespido", en intranet.pjn.gov.ar1.
246 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núñez

15"- l a provisión del servicio de vigilancia resulta inescindible de la "actividad nor-


mal y específica propia del establecimiento" cuando se trata de un banco, institución
precisamentedestinada a la custodia de losvcriores en ella depositados, aparte de la
actividad propiamente financiera de! establecimiento. [CNAT, Sala lli, 2513104, "FIo-
res, Julio c. Vanguardia S.A+yotroslDespido", expte. 29.572/02, sent. 85.702, Bo/&ín
Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Solidaridad. Art. 30, L l f " , Oficina de
Jurisprudencia, jun. 20071.

16.,-"-Ei banco demandado debe responder solidariamente con el empleador en los


términos del art. 30 de la LCTpor las consecuencias deT despido de un trabajador que
desempenaba tareas de vigilador en cu establecimiento, pues no puede admitirse que
el giro empresarial que realiza pueda ser lievadoadelante en un espaciosinseguridad:
la cual es indispensablepara el cumplimiento de la actividad normal y especifica er! la
que existe manejo de dinero o valores. [CNAT, Sala 1, 51U15, "Damiani, fulio Oscar c.
Seguridad Argentina S.A.y otros/Despido", DT, año NXV, n07,jul. 201 5, p, 14021.

17 -Corresponde responsabilizar en ios términos del art. 30 de la LCTa la entidad


bancaria codemandada toda vez que las tareas de vigilancia que desernpehaba e l ac-
tor resultan inescindiblesdesuactividad normal y específica, en tantose trata de una
institución destinada a la custodia de valores en ella depositados. [CNAT, Sala Vll,
20/12/06, "Báez, JoskO. c. Vanguardia Seguridad Integr21Empresarial y Privada S.A. y
otro", DT, 2007-A-2141.

18- 5i bien no toda tarea de vigilancia de un supermercadoconstituye su actividad


normal y habitual, en el caso, dadoque lostrabajosdel actor nose Iimitaban a uncon-
trol general v a una guardia disuasiva, sino m i s bien a Ia custodia activa de los bienes
de propiedad de la demandada como de los clientes, ysumado a ello ta magnitud del
supermercado, debe conduirsequesusfunciones hacían a la actividad normal y espe-
cífica del supermercado, por lo que reculta solidariamenteresponsableen los ter minos
del art. 30 de la LCT. [CNAT, Sala 111,20/10106,"Lanfredi, Cesar Ariel c. Securitas5.R.L. y
Otro s/DespidoU,expte. 27.592/04, S.D. 88.205, Boletín Mensual de Jurisprudencia de
la CNAT, no263,Oficina de Jurisprudencia, oct. 20061,

19- Puesto que la actividad principal de un supermercado es la comercializición de


productos, ia tarea devigilancia resulta accesoria y esencialmente escindikle, ya que
no conforma una unidad tbcnica de ejecución entre la misma y su contratista nj es
identificada por los consumidores como parte del servicio que se les presta, lo que im-
pone descartar la solidaridad prevista en el art. 30 de la LCT. [CNAT, Sala lll, 16/4/07,
"Lanzavecchia, Abei Pablo y otro c. SupermercadosHipermarc5.A. y otrasslDespido",
expte. 18.624IO2,5.D. 88.659, Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no 268,
Oficina de Jurisprudencia, abr. 20071.

20.- Las tareas devigilancia en unestabiecirniento comercial como el supermercado,


can importante cantidad de mercaderíasy multitud de público, se encuentran estre-
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 247
A- - -
-
u

charnentevinculadasaicurnplirnientodela actividad normal yespecifica de la empre-


sa, debido a que resultaría inimaginable sin la existencia de un servicio de vigilancia
que vele tanto por la seguridad de los clientes que concurren a tal estabiecimiento,
corno de los ernpieados que se desempeñen en 61, cuanto por la conservación de las
mercaderíasque sevenden y que se encuentrana libre disposicióndel público. De allí,
que e l supermercado sea solidariamente responsablefrente al trabajador en los tér-
minos del art. 30de la LCT. [CNAT, SalaVI, 2911 1/12, "Villa, Manuel Ángel c. INC S.A. y
otro s/Despidof', en intranet.pjn.gav.ar1.

21 - Las tareas de vigilancia complementan y son inescindíblesde la actividad típica


que correspondealobjeto principal delsupermercado, puessetrata de un servicio im-
prescindible para el normal desempefio de la comercialización, debido a que la mis-
ma existencia de un ámbitocomo el establecimientode la demandada, resultaría ini-
rnaginablesin la existencia de un servicio devigilancia que vele tanto por la seguridad
de los clientesque concurren a tal establecimientoy de los empleadosquese desern-
peñen en él, cuanto por la conservación de iasmercaderiasquesevenden y queseen-
cuentrana libredisposicióndel público, [CNAT,SalaVII,2819104, "García, Juan c. Vigiar
S.R.L. y otro slDespido", expte. 22.809102, sent, 37.909, Boletín Temática de Jurispru-
dencia de la CNAT, voz "Solidaridad. Art. 30, LCT", Oficina de Jurisprudencia, jun.
20071.

22- La actividad normal de un establecimientonoes solo aquetla que atahedirecta-


mente al objeto ofin perseguido por la demandada, sino también aquellas otras que
resultan coadyuvantes y necesarias de manera que, aun cuando fueran secundarias,
son imprescindibles e integran normalmente-con carácter principal o auxiliar- la
actividad, debiendo excluirse solamente las actividades extraordinariaso eventuales.
En tal sentido, el art. 30de la ECTsupedita la solidaridad en las obligaciones a que ios
trabajos yservicios que se contraten sean propios de la actividad normal y especifica
del establecimiento, debe interpretarse extensivamente, comprendiendotodasaque-
llas actividades que hacen posible el cumplimiento de la finalidad de la empresa. De
acuerdo a eilo, las tareasde vigilancia en un establecimientocomercia! comoel super-
mercado Dia Argentina S.A., con importante cantidad de mercaderías y multitud de
público, se encuentran estrechamente vinculadas al cumplimiento de la actividad
normal y específica de la empresa. ICNAT, Sala X, 22í10104, "AlarcOn, Rubén c, Securi-
tas S.R.L. y otro siDespidon, expte. 629203, sent. 13.107, Boletín Temático de Juris-
prudencia de la CNAT, voz "Solidaridad, Art. 30, LCT", Oficina de jurisprudencia, jun.
20071.

23 -- Las tareas de seguridad, aún en el caso de cali'ficar\ascomo secundarias a acce-


sorias respecto de la función principal de un supermercado, san necesarias y se pres-
tan normalmente a diario, por lo que están integradas al establecimiento y coadyu-
van para que la empresa cumpla con sus fines, de alli que el supermercado sea solida-
riamente responsable junto a la empresa de seguridad en los términos del art. 30 de
la LCT(del voto de la doctora Ferreiros, en mayoría). [CNAT, Sala iV, 30/9/09, "Gonza-
lez Silvia Mónica c. Seguridad ycustodia S.A. s/Despido", en intranetpjn.gov.ar].
Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro F. Nufiez

24- Corresponde atribuir responsabilidad solidaria, en los t6rrninos del art. 30de la
LCT, a la empresa dedicada a la explotación de un establecimientocomercial, por las
obligaciones laboralesde la sociedad contratada para la prestación del servicio devi-
gilancia. l a vigilancia e5 propia de un estahlecimientoromercial ya que no puede ad-
mitirse que la actividad que realiza puede ser desarrollada en un espacio sin seguri-
dad; la cual es indispensablepara el cumplimiento de la actividad normal y especifica,
como coadyuvante y complementaria. ICNAT, Sala V, 10/6/09, "Salinas, Martin c. CAO
Servicios Empresarios S.R,L. y otro", en "Revista de Derecho Laboral y Seguridad So-
cial", n" 17, sep. 2009, p. 15521.

25- El hecho de que el actor se desempeñara en tareas de vigilancia en Farmacity


S.A., no justifica la extensión de responsabilidad deésta última en los terminosdel art
30 de la LCT. En efecto, el actor se desernpefiaba para una empresa de vigilancia que
enviaba personal para tal fin a los distintos iocaies de Farrnacity, perocomo eslasede-
dica a la actividad farmacéutica y afines, parece claro que las mencionadas tareas de
vigilancia no pueden considerarse como pertenecientes o propias del giro normal y
específicode las actividades de la demandada, por lo que noseconfiguran los presu-
puestos de solidaridad exigidos por la norma expresada. [CNAT, Sala IX, 12/8/58,
"Gonza/er Hector c. GPS S.A. y otroslDespido", en intranetpjn.gov.ar1.

26- Si bien la vigilancia dentro del estahlecimienro educativo puede considerarse


normal, en el sentido de controlar el ingreso ai iugar y especialmente el cuidado de
susvalorespecuniarios, no puedecalificarsecomoespecifica y propioyen rnadoalgu-
no que integra la unidad deejecución. [CNAT, Sala Vlll, 28/3/08, "Gutiérrez, Ricardo D.
R. y otros c. Sacom S.A. y otro", en "Revista de Derecho Laboral y Seguridad Social", no
14, jul. 2008, p. 12601.

2. Limpieza
27- Es impensable que un establecimien'co educativo pueda funcionar sin que se
cumplan los recauda de higiene. Por elfo, la actividad desplegada por la empresa de
limpieza resulta una "actividad normal y especifica propia" de dicho estabiecimien-
to. En el taso, los servicios de limpieza habían sido contratados por la Asociación Coo-
peradora del establecimientoescolar, por lo que esta resulta solidariamente respon-
sableen lostérminosdel art. 30de la LCT. En cuanto a la presunta responsabilidad del
Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, no se ha probado, en e l caso, una
activa participación de la escuela en la decisión de contratar al personal de iimpieza,
independientemente de la inicial inaplicabilidad de la ICTal Ambito pUbiico'(art.ZO,
LCQ. [CNAT, Sala VII, 21/11/06, "Recaide, Roxana c. Mangone, Ernesto yotros slDespi-
do", expze. 8802103, sent. 39.755, Boletín Temático de lurisprudencia de la CNAT, voz
"Solidaridad. Art. 30, LCT", Oficina de Jurisprudencia, jun. 20071.

28- Lo relevante para la determinacion de los alcancesdei art. 30 de la LCTes la no-


cibn de "establecimiento", ta! como la define, a los fines de la misma ley, el art. :'6 la
unidad técnica de ejecución de un proceso productivo en sentido amplio, comprensi-
vo de la produccibn y distribucibn de cosas o bienes y la prestación de servicios.
sponsabiiidad solidaria en d contrato de trabajo 249--
p
.-,".p-p --~ ~
Ni un estudio jurídico ni un banco son empresas de limpieza o seguridad, servicios
ue, en el marco preciso de dicha norma, no podrían ceder, contratar ni subcontratar.
NAP, Sala Vlll, 2818106, "Enriquez, Rosa N. yotros c. América Servicios S.R.L. y otro",
anual dejurisprudencia, Julio Grisolia (dir.), 20071.

29- Resulta solidariamente responsable en los términos del art. 30 de la LCTla cli-
nica y maternidad codernandada, ya que si bien esta sostiene que las tareas de iim-
pieza se deben sustraer a su actividad normal y específica, es dable destacar que en
los institutos de restablecimientode salud como el que regentea, el mantenimiento
del ambiente librede elementos potencialmente contaminantes apunta a la asepsia
primordial para el cumplimiento desu objetivo. [CNAT, Sala IX, 14/3/07, expte. 30361
2005, S.D, 14.041, "Siz,Alejandro Felix c. Safeguard S.R.L. y otros slDespido", Boletín
Mensualde Jurisprudencia de la CNAT, no 267, Oficina de jurisprudencia, mar, 20071.

30- No cabe responsabilizar solidariamente a Coto en los términos del art. 30 de la


lCTante el caso de no haberse probadoque los demandantes recibian instrucciones
del personal de dicho supermercado para la realización de las tareas de limpieza devi-
drios, y por haberse probado por otro lado que realizabanesta tarea en otrosestable-
cimientos pertenecientes a ernpresasdistintas de la referida; todo lo cual ileva a con-
cluir que dicha tarea no hace a la normal, especifica y propia de su giro empresario
(comercializacióndebienes). [CNAT,Sala II,25/11/08, "Diaz,luan Pabloc.Varela,Julián
Fernando, Taverna, Mafia Verónica 5. H. y otros/Despido", en intranetpjn. gov.ar].

31 - Las tareas de limpieza complementan y son inescindibles de la actividad tipica


que correspondeal objeto principal de un supermercado, pues se trata de un servicio
imprescindible para el normal desempeño de la comercialización, debido a que la
confiabilidad de los productos que un supermercado comercializa, debe provenirine-
ludiblemente de un lugar adecuadamente limpio e higiénico. De alli que sea aplica-
nle la solidaridad prevista en el art. 30de fa LCTa la sociedad que explota el superca-
do "Jumbo" (del voto de la doctora Ferreirós, en mayoría). [CNAT, Sala lb', 25/11/08,
"Tabaré, Cayetana Delicia y otros c. Urbaser Argentina S.A. y atro slDespido", en in-

32-toda vezque las tareasde limpieza complementan y son inescindihlesde la adi-


vidad típica que corresponde al objeto principal de un supermercado, puessetrata de
un servicio imprescindiblepara el normal desempeñode la cornercializaciC>n,debido
a que la confiabilidad de los productos que se comercializan debe provenir ineludi-
blernente de un lugar adecuadamente limpio e higignico, Coto S.A. debe responder
solidariamente, en lostérrninosdel art. 30de ia LCT, por la indemnizacibncorrespon-
diente al accidente sufrido por el trabajador. ICNAT, Sala VIiI, 9/6/09, "Domínguez,
Sergio Oscar c. Clitec S.A. y otro slAccidente - Acción civil", Boietin Mensuai de Juris-
prudencia deja CNAT, no292, Oficina de Jurisprudencia,jun.-jul. 20091.

33- La limpieza diaria del supermercado no hace a la actividad normal y especifica


propia del establecimiento, cual es la venta de diversos productos, ya que es eviden-
2 50 Ricardo D.Hierreruelo - Pedro E Múiiez
-~--*- -
te que todas las plantasfabriles, oficinas, comercior y establecimientos en general la
realizan. Deallique noquepa extender la responsabiiidadsolidariaprevista en el art.
30 de la LCTa la sociedad que explota un supermercado, pues de considerárselo así
debería extenderse en practicamente todos los casos, dado que la limpieza es nece-
saria en cualquier ámbito, y en tanto no es concebible ninguna actividad (comercial,
industrial, de servicios o de cualquier otra índole) que pueda prescindir de ella.
ICNAT, Sala I,26/2/10, "Romero, German Darío Arnkrico c. Ciitec S.A. y otro s/Despi-
do", Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, na 298, Oficina de Jurispruden-
cia,feb. 20101.

34- En el hrnbito del art. 30 de la LCT, por actividad normal no debe entenderse
aquella que directamente se vincula al objeto o fin perseguido por la empresa, sino
también aquellas otras que resultan coadyuvantes y necesarias, de manera que aun
cuando puedan ser consideradas secundarias o accesorias resultan irnprescindibiese
integran normalmente la actividad. En tal sentido, las tareas de limpieza cvmple-
mentan de manera irnprescindibielas de un hipermercado que se dedica a la comer-
cializacion de mercaderías diversas, alimentos inclusive, pues hace a la confiabilidad
de los productos que se consumen en un lugar adecuadamente limpio e higie'nizodo.
[CNAT, Sala V, 30/10/13, "Gonzhlez, Carina f lizabethc.Vadelux S.A. y otros/Despido",
en intranet.pjn.gov.arJ,

35- Al nosurgir de la prueba producida que la actora prestara .tareas de limpieza en


los iugares donde Aerolineas Argentinas S.A. desarrolla sus fines comerciales ni tam-
poco en los lugares donde se brinde atención af publico, sino en los hangares y en las
oficinas donde "se arreglaban equipos de aviones", en e! caso, no se encuentran reu-
nidos los requisitos para considerar que la actividad de Iimpieza pueda predicarse ine
cluida en la actividad normal y especifica propia del establecimientode la codernan-
dada Aeroiineas Argentinas S.A. Si bien las tareas de limpieza resultan necesarias en
una amplia gama de actividades, ello no puede llevar a concluir lisa y lianarnenre que
!as mismas sean parte de las que pueden considerarse en cada caso como normales y
especificas propiasde los establecirnientosenlos que se las preste, debiendo ser ana-
lizada cada situación en particular (del voto de la doctora Fontana, en mayoría).
ICNAT, Sala VI, 3016108, "Rotundo, María c. Sanecar S.A. y otro slDespido", expte. no
7375103, Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no 281, Oficina de Jurispru-
dencia, jun. 20081,

36- Resultasolidariamenteresponsable en los~6rrninosdel art. 30 de la LCTia.code-


mandada (Grupo Estrella S.A.) dedicada a la fabricacibn, transformación ofracciona-
miento de productos medicinales y de curación, higiene y tocador-la cualno puede
prescindir en modo alguno de realizar la limpieza de sus instalacionesen forma con-
tinua-, junto a la empresa empleadora del actor, quien desempeñaba tareas de lim-
pieza en ia planta industrial de ia primera, coadyuvantes y necesarias para su activi-
dad. [CNAT, Sala lli, 26/5/10, "Elverdi, Carlos Gabriel c. Limefio S.A. y otra siDespido",
Bo/etinMensualdeiurisprudenciade/a CNAT, n0301, Oficina de Jurisprudencia, may.
2010j.
~esponsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo
, - . . . - -
-
p.
.
-
25 1

37 - No puede afirmarse válidamente que las tareasde limpieza cumplidas por ia ac-
tora en ciertossectoresde la Autopista del Oeste -cuya concesibri se encuentra a car-
go del grupo Concesionario del Oeste S.A. que ha sido codernandado-, contribuye-
sen a la conformación de una unidad tecnica o de ejecuciónque posibilitara la deter-
minación de la "actividad normal y específica propia" de dicha empresa. Esas tareas
de limpieza no completan ni complementan la actividad normal y especifica propia
delacodemandada Grupo CwncesionarioOesteS.A., porto que ia misma no debe res-
ponder soiidariamenteen lostérminos del art. 30del LCT. [CNAT, Sala IX, 28/6/13, "Ri-
vas Riquelme, María Herminda c. Vadelux S.A. y otro slDespidoU,Boletín Mensualde
Jurisprudencia de la CNAT, no333, jun. 20131.

38- Para que nazca la solidaridad prevista en el art. 30de la LCT, es menester que una
empresa contrate o subcontrate servicios que se complementen o completen su acti-
vidad normal. Debe existir una unidad técnica de ejecuciónentre la empresa ysu con-
tratista, de acuerdo a ia írnpiícita rernisibn que hace la norma en cuestibn al art. 6Odei
ordenamiento laboral. En este caso, tratándose de tareasde limpieza participa nece-
sariamente de las funciones de la entidad, ya que estas labores resultan indispensa-
bles para cumplir con ei objeto social de la empresa, y que el mismo pueda realizarse
eficientemente. A su vez, es necesaria destacar que en este caso se trata de un servi-
cio imprescindible. {CIVAI; Sala ili, 27112112, "Ortiz Solar DaFne Miguel c. Flop S.A. y
otro sIDespidov,Boletln Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no 229, feb. 20131.

39- Si bien es público y notorio que la actividad normal y especifica de Galerías Paci-
fico5.A. es la de ceder en locación sus espacias a tercerosa fin de llevar a cabosus acti-
vidades comerciales dentro del centro comercial, no puede soslayarse que para e l
cumplimiento de sus fines empresariales debe realizar toda una serie de actividades
cornpiementariasdeaquella tenida por principal, entre los cuales sin duda debe con-
tarse al iimpieza e higiene de los establecimientos donde desarrolia aquellasfuncio-
nes propias. Estas tareas, si bien pueden calificarse comosecundarias, están integra-
dasperrnanentementeal establecimientoy coadyuvana su objetivo final. [CNAT,Sala
VI, 20/12/12, "Salega, Adriana delVailec.Todoii Hnos. S.R.C. yotrostliiferenciasdesa-
larios", Boletín Mensualde Jurisprudencia de la CNAT, no 328, dic. 20121.

3. Gastronomia

40- l a empresa dedicada a la fabricación de vehículos de carga no resulta solidaria-


mente responsable en los térrninosdel art. 30de la lCTpor iasobligacioneslaborales
de la empresa contratada para brindar servjciws gastronomicos a sus dependientes,
pues no media subcontratación de actividad normal y habitual del concedente. ITS
Córdoba, Saia Laboral, 2Y6102,"Ponce, Juan D. c. Ballester, Francisco y otro", DT,
2003-A-3771.

41 -- E i tribunal a quo al extender la condena a ia Municipalidad de La Plata por apli-


cacióndelart. 30 de la LtTincurrióentransgresián de dicho preceptolegal yde ladoc-
trina legal elaborada sobre el mismo.
252 Ricardo D. Hierfe~uelo- Pedro F: IVijñez
- -- - - - - - M

Ello es asi toda vez que al cerebrar el contrato en virtud del cual la comuna otorgó el
permiso precarioa la empleadora del actor como resultadode la adjudicaciúnpor lici-
tación privada para la prestacion del servicio indicado en un espacio del dominio co-
munal, el municipio actuó como persona de Derecho público, en ejercicio de una po-
testad que le es inherente y dentro de la órbita del Derecho administrativo. Es indis-
cutible al respecto que constituye una función típicamente estatal la regulación del
uso de los bienenes del dominio piiblico.
En tal sentido, en aquella oportunidad el ente comunal actuóensu carácter de admi-
nistrador de intereses locales del Partido de La Plata reglado por ef art. 190 y SS. de la
Const. provincial,enejerciciode lasatribucionesconferidasespecíficamentesobrelos
bienes raíces del dominio comunal por el art. 192, inc. 5' de la Carta local, resultando
evidente que no reviste ia calidad de empresa ni cuenta con establecimientos desti-
nados al logro de sus fines a los que expresamentese refiere el art. 30 de la LCTpara
que pueda responsabiiizarsela en los términos del citado precepto.
Por tanto, la comuna se encuentra en el caso excluida de las normas del derecho pri-
vado, debiendo diferenciarse el acto administrativo quedioorigena la ocupación del
espacio y explotacibn del servicio sefialado en el Complejo Turístico Recreativo Repii-
blica de los Ninos del ámbito comunal de los negocios jurídicos que constituyen ios
presupuestos de apiicación de la dispuesto por art. 30de la LCT.
Tanto el carácter pUblicodei permiso otorgado por el ente cornunal sobre un bien de
sudominioconcontraprestacióndel canondeexplotaci6nprevistoenel contrato, co-
mo la total independencia en el desarrollo de la actividad de la empleadora dei pro-
motor del juicio, excluyen la can:iguraciÓn de 105 tiposdevincuiacibn, habilitantesde
la operatividad dei art. 30 de la LCT. [SCBA, 3/7/02, "Aliende, Carlos A.c. D'Arnbrag-
gio, Ana j , y otro", DT, 2003-A-5691.

42- Las actjvidades culturales desarroliadas en el Museo Malba (exhibici6n deobras


de arte, visitas guiadas, rnuestrasde cine, espectácufos musicales y todas aqueiiasvin-
culadas af arte en general) se ven estrechamente ligadas, hasta fortalecidas, con el
servicio gastronómico brindado por e{ concesionario, cuya actividad contribuye a¡ fo-
mentode tales actividades. De ahi que la Fundación Constantini resulte, frente al tra-
bajador despedido por el concesionario, responcabie soiidariamente en los terminos
del art. 30 de la LCT. Se trata de actividades que si bien pueden parecer secundarias
respecto de la principal, lo cierto es que se encuentran integradas al establecimiento
y coadyuvanalobjetivofinalde iac mismas. {CNAT,SalaVlf, 5111108, "Maldonado, Eze-
quiel Ricardo c. Fricton S.A. y otro slDespidoV,en infranet,pjn.gov.ar].

43 -- La empresa Whirpool S.A. suscribió un contrato de concesibn con la empieado-


ra del trabajador a fin de brindar, dentro de su establecimientofabril, un servicio de
comedor exciusivamentea su personaly no a terceros en forma indiscriminada. Esevi-
dente entonces, que la prestacibn del actor constituyó uno de los medios personales
que la codemandada Whirpool S.A. utilizaba por vía de ia subcontratación de la em-
pfeadora, para brindarasu personal unserviciodegastronomia enel rnarcodesuacti-
vidad empresaria (arg. art. so, LCT), loque hace caer la situación en la responsabilidad
onsabilidad solidaria en elcontrato de trabajo
- - "--
253
--
solidaria descripta en cualquiera de los supuestos del art. 30 de la LCT. [CNAT, Sala 11,
3/20108, "Castilio, Marjo c. Whirlpool S.A. y otro", Boletín Mensual de Jurisprudencia
de l a CNAT; no285, Oficina de Jurisprudencia, oct. 20081.

44- Con prescindencia de cual es ia actividad normal, propia y especifica de la uni-


versidad, resulta de aplicación lo dispuesto en el art. 30 de la 1CTanZ.eel caso del tra-
bajador que se desempeñaba como cocinero en el bar restaurante que se encontraba
dentrodel establecimientodela Fundación UniversidadCatólica Argentina Santa Ma-
ría de los Buenos Aires. En razón de haber cedido a quien explota e! bar restaurante
parte del establecimiento habilitado a su nombre, y ei hecho de que en el estableci-
miento de la codemandada existiera un ámbito destinado a bar y restaurante evi-
dencia que dichos servicios estaban integrados de modo permanente a su actividad
propia y especifica. No se concibe una universidadde la magnitud que tiene la que po-
see la fundación demandada que no cuente con un servicio de bar o comedor, [CNAT,
Sala 111, 3016109, "López, jorge Anibal c. fundación Universidad Católica Argentina
Santa María de los Buenos aires y otro slDespido", BolefinMensualde Jurisprudencia
dela CNAT, n0292,Oficina de ~uris~rudencia, jun.-jul. 20091.

45- El art, 30 de (a LCTdispone la responsabilidad solidaria de la empresa principal


en dos hipótesis diferentes: a) cuando !e cede a otra organización empresarial su es-
tab\ecimienroo partedeél para quedecenvuelvasu actividad, y bjcuando la empre- ,
sa principal encomienda a otra la realizaciónde trabajos oservicios correspondientes
a fa actividad normal y específica propia del establecimiento. En el primer casoce en-
cuadra la prestación de servicios del trabajador realizada en el local explotado por el
concesionarioy que está ubicado dentro de las instalacianes de la universidadcode-
mandada, Desde esta perspectiva, carece de relevancia comparar las actividades de-
sarrolladaspor el exernpleado~de la reclamante y por esta última, puesto que el caso
se enmarca en la primera de lar hipóteds contemplada en la norma ya citada. [CNAT,
Sala 11, 2815110, "Vilches, Nancy c. Fundación Universidad Católica Argentina y otro
sIDespido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no 301, Oficina de luris-
prudencia, may. 20101.

46- Si bien !a actividad normai y específica propia de la codemandada Aeropuertos


Argentina 2000 S.A. es la administración del servicio aeroportuario y no la elabora-
ción yventa decomidas al público, I~relevanteesqueen estasituacionsedael primer
supuesto de extensión de responsabiiidadestablecido en el art. 30 de la LCT,ya quese
verifica una cesión parcial de! establecimientoa los fines de ia explotación gastronó-
mica al decidir no expiotarlo por cuenta propia. De alii que Aeropuertos Argentina
2000 S.A. sea solidariamente responsable en los términos del art, 30 de la FCT. [CNAT,
Sala 111, 2311 1109, "Romeo, María Fernanda c. Areas~rgentinaS.A. y otrosiDespido",
Boletín MensualdeIurisprudencia de l a CNAT, no 296, Oficina de Jurisprudencia, nov.
20091

47 - En el caso, las condicionesde la explotación y funcionamiento del predio o esta-


blecimiento gastron~rnicoque funcionaba en el Club House, cuya titularidad osten-
254 Ricardo D,Hierremelo - Pedro E ::diez
--~"- -- ~ ---"- -

taba la cademandada y empleadora del trabajador, eran fiscalizadas y controladas


por pautas puntualmente determinadas por el Clubde Campo accionado, loque de-
muestra que no existía ajenidad en dicha actividad. Además, el objetosocial ypartici-
pativoquesurgede laactividaddecuaIquierinstituciÓn como la demandada, se nutre
esencialmentede un espacio gastronbmico, Útil a la realización de sus.fines y en mu-
chos casos explotado a travks de un tercero, lo cuai responsabilizaa ambas codeman-
dadas en los términosdel art. 30 de fa LCT,[CNAT, Sala VII, 22/4/08, "Anchen Frascare-
lli, Luis c. Saint Thomas Sur S,A. s/DespidoU,Boletjn Temático delurisprudencia de la
CNAT, voz "Solidaridad. Art. 30, FCT",Oficina de Jurisprudencia, mar. 20101.

48- Existe solidaridad en los términos del ari. 30 de la LCTa los fines de sfrontar las
obligacionesderivadas de la relación laboral existente entre el actor, trabajador que
prestaba servicios para el concesionario, como cocinero en el restaurante queiuncío-
naba en el cornptejo urbanistico residencia\ "San Jorge Viijage", y la codemandada
que se encargaba de administrar dicha complejo. Ello así por cuanto no pueden con-
siderarsesecundarias ni eventuales las tareas realizadaspor el accionante pues el ser-
vicio gastronbmico en estas institucionesintegra su actividad normal y habitual yco-
adyuvan asu objetivo final. MAxirne cuando de las pruebas rendidas su;ge que djcha
codemandadttejercía control sobre la actividad desarroliada por el trabajador y que
e l serviciogastrondmicoera utilizado exclusivamente por los socios del country, invi-
tados ypersonalde mantenimiento. ICNAT, SaIaX,26/5/09, "Soliz Flores, Nésrorc, Ras-
ger, Ariei yotroslDespidoU, Boletín TemiticodeJurisprudencia uela CNAT, voz "Soli-
daridad. Art. 30, LCT", Oficina de lurisprudencia, mar. 20lOj.

49- El hospital que brindó un servicio de confitería y aiirnentacion a sus pacientes y


pública en general a través de un concesionario, resulta responsable solidariamente
por los incurnp/imientoslaboralesde esta último, pues, eiservitiode gastronomía inte-
gral resulta indispensable para el cumplimiento de la actividad prapia yespecifica del
centro asistencial, /ocual torna operativo el art. 30de ¡a LCT. [CNAT, Sala 1,231309, "Sil-
va Gimenez, Mario c. Golden Chef S.A. y otros", DT,año LXIX, nOX,oct. 2009, p. ? 1331,

50 - Resuita innegable que la actividad gastron~micahasido favorable para ei mejor


desenvolvimientoy consecuciánde los fines económicos del casino, en tanto permite
el desarrollo de una importante actividad complementaria que posibilita brindar un
mejor servicio a quienes concurren a jugar. [CNAT, Sala V, 31/3/09, "Ruiz, Rubkn E. c.
Casino Buenos Aires S.A. y otro", en "Revi~tade Derecho Laboral y Seguridad Social",
no 1 1, jun. 2009, p. 9961.

51 - El segundosupuestocontempiado en el art. 30 de la LCT(modif, por art. 17, ley


25.013), es decir, ia contratación o subcontratación, Únicamente alcanza a fa delega-
ción en un tercero de trabajos o servicios correspondientes a la actividad normal y es-
pecifica propia del establecimiento. Esta expresión comprende no sólo a la actividad
principal sino también a iasaccesoriasosecundarias, con tal que estén integradas per-
manentementeal establecimiento, lo que conduce a exctuir del supuesto en análisis
Responsabilidadsolidariaen el contrato de trabajo 255
*,-",-~ --
sólo a las extraordinariaso excepcionales, del mismo modo, se considera que el pre-
cepto debe alcanzar a las tareasdestinadas al cumplimientode la finalidad ecanómi-
ca del establecimiento, comprendiendo también a Iris coadyuvantes, necesarias o de
apoyo que resultanimprescindiblesparaquesepuedacumplir \aactividad. En el caso,
ei actor cumplia tareasen un establecimientogastron6mico dentro de ia universidad
demandada, ya sea atendiendo a los alumnos en general, a Jos profesores y a todo e!
que concurriera al centro educativo. La UADE efectub la concesión del espacio gas-
tronomicoa la codemandada para brindar el serviciode comidas, por lo tanto dichas
tareasconctituyenlas propiasdeunestablecimiento educativo como lo es la sociedad
demandada, l a cual no podría funcionar adecuadamente sin contar con tal servicio, el
cual resulta indispensable para el cumplimento de su actividad normal y específica.
[CNAT, Sala i, 29/12/14, "Lech, Matías Hernan c. Brugnola, Nélida María yotro s/Des-
pido", Boletín Mensualde Jurisprudenciade la CNAT, no349, dic. 20141.

52- Resulta improcedente condenar solidariamente a la codemandada irsa Inver-


siones y RepresentacionesS.A, con sustento en el art. 30 de la LCTen tantosu activi-
dad principal estaba constituida para ia realizacibn de negocios inmobiliarios, los
cuales son ajenosa la actividad gastronbmica y deeventossocialesypublicitariosque
concretamente desarrollaba la empleadora de la actora. [CNAT, Sala X, 1/12/14,
"Carrizo, Nadia Patricia c. Renault Argentina S.A. y otrussiDespido", Boletín Mensual
de jurisprudencia de la CNAT, no349, dic. 20141.

53- La solidaridad emergente del art. 30 de la LCTcorrespondedeterminarla en ca-


da concreto y particular caso en función de las círcunstanciasfacticac que circunscri-
bieron la pertinente cesih, contratacibn o subcontratación. Es menester interpretar
la exigencia de la norma legal referente a "trabajos o servicios correspondientes a la
actividad normal y especifica propia" en armonía can el concepto de "estabiecirnien-
to" que preve el art. 6 O de la LCTen cuanto establece que es "la unidad técnica o de
ejecución destinada al logro de $05 finesde !a empresa a través de una o más explota-
ciones". En el caso no resulta controvertido que la actora laboro como empleada en
un local gastronómíco de comida japonesa explotado por la demandada sito en los
shoppings "Alto Palerrno" y "Paseo Alcorta".
Para dar cumplimiento a su objetiva social, ia codemandada Alto Palermo S.A.,se nu-
trió de varias etapas -entre ellas, las labores desarralladas por la actora en el local
gastronomico objeto de locación del contrato ubicado en el patio de comidas de los
centros cornerciafes aludidos- que constituyeron una actividad, normal, habitual y
parte necesaria para el desarrolio de su actividad principai (arts. 6"y 30, LCI). [CNAT,
SalaX, 31/5/12, "Varela, Claudia Patricia C. Spinetto Meat S.A. y otros/Despido", Bole-
tin Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no334, jul. 20131.

4. Telefonia celular
54 --La venta de conexiones al servicio de radiocomunicaciónm6vii que realizan los
agentes oficiales de la empresa de telefonia celular corresponden a su actividad nor-
mal y específica si entre ias operaciones que efecrlía se encuentra tambien la contra-
256 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Msiñez

tacióndirecta. [CNAT, Salavi, 23/6/00, "Depetro, Graciela N. c. Miniphone S.A.yotro",


TySS,2001-1 561.

55- La circunstancia de que la empresa de telefonía celuiar realice algunas de Ias


operaciones comerciales de sus agentes distribuidores permite ubicar la situación
fuera del campo de apiicación de la solidaridad que atribuye el art. 30 de la LCTjdel
votoen minoría del doctor De la Fuente en "Depetro").
La empresa que tiene como actividad especifica la prestación del servicio de teiefonia
celular, lo lleva a cabo a través de agentes que venden las conexiones a dicho servicio,
por lo que resulta soiidariamente responabie en los términos del art. 30 de la LCT,
ECNAT, Sala Vil, 28/6/00, "Roser Atriel, Horacio V. c. RVComunicarionesS.R.L. y otro",
TySS, 2001-357; ídem, Sala VI!, 18/72/00, "Lavergne, Raquelina M. c. Casado, Ricarday
otro", TySS, 2001-1 571.

Se-- Si Ia empresa codemandada -Cornpafiia de Radiocomunicaciones Mfiviles


S.A.- no tenia como actividad normal, especifica propia la venta oaiquiler de apara-
tos celulares sino que su giro empresarial lo constituía ia prestación de servicios de te-
lefonia celular, contratando agentes para la comercialiraci6n de los mismos (confor-
mesurgedesu estadosocial),talescircunstanciaspermiten inferirque no resulta apli-
cable la solidaridad emergente del art. 30de la LCT, con relación a la agencia deman-
dada. [CNAT, Saja 11,28/210I, "Fosati, Amalia c. Celred S.R.L. y otrodDespido", "Revis-
ta de Derecho Laboral y Seguridad Social", fasc. quincenai, no3,2003, p. 1051.

57"- Las empresasdedicadasa la venta de serviciosdetelefonía celular incluyen den-


tro& su actividad "normal y específica" la venta de aparatos deteiefonía celuiar, sin
los cuales sería imposible la prestacibndeiserviciodecomunicaciónofrecido. Par ello,
resulta inescindiblela provisión del aparato respectivo del servicio de telefonía móvil
que comercializaba ia principal y la solidaridad del art. 30 de la LCTse impone sobre
ambas empresas. [CNAT, Sala VI\, 'IBi12i00, "Patiño, GIadys c. Marksaie 5. A. y otro
slDespido", DT, 2001-A-9931.

58- Corresponde confirmar la condena solidaria fundada en el art, 30 de fa LCT, ya


que no es posible entender que la venta de Iineas telefbnicas y de equipos de comuni-
cacibn móviles provistos por la propia codernandada no constituya parte de ia activi-
dad normal y específica que le es propia en tanto esta directamente reiacionadaconla
"operación del sistema de radicomunicaciones mbviies celular", que la accionada de-
nuncia como su objeto principal, y se persigue la obtención de lucro, que es el fin últi-
mo de toda empresa comercial y cuyo cumplimiento no podría alcanzarse sin opera-
ciones comerciales que impliquen ingresos para la empresa (venta, locación, etcétera).
No resulta eficaz para evitar la solidaridad estabiecida por el art. 30de la LCTlososte-
nido por la quejosa en el sentido de que su objeto social está constituido exclusiva-
mente por la operación de un sistema de comunicaciones, ya que es evidente que tal
actividad es parte de un proceso mas amplio que necesariamente debe incluir, como
actividad normal y específica prapia del establecimiento, la comercializacion de 10s
sabilidad solidaria en elcon trato de trabajo 257
,-..-- u",-

servicios (en e l Caco, venta de líneas); una postura como ia propiciada por la empresa
implicaría convalidar una artificiosa segmentación de su actividad comercial, cuyas
consecuencias, si bien pueden ser satisfactorias desde el punto de vista comercial u
operativo, no pueden ser opuestasa iostrabajadares en ella involucrados. ICNAT, Sala
lil, 711 1/02, "Barrientos, María L. c. Celular Talk S.R.L. y otro", DT,2003-5-19651.

59"- Corresponde confirmar la condena solidaria impuesta en iostérminos del art. 30


de ia lCTa la empresa que presta servicios de telefonía celular, pues, el montaje e ins-
talación de antenas y equipos de red celular a los que se dedica la empleadora del ac-
tor, hacen a la actividad normal y específica de aquélla, a quien ieseria imposiblepres-
tar e l servicio de telefonía celular sin la contratación de empresas que realicen aque-
llas tareas. [CNAT, Sala l, 1814106, "Rodriguez, lose O. y otro c. Microwave de Naimo-
gin, fany yotros", DT, 2006-8-11661.

60- E l Alto Tribunal ha sostenidoque: " ...las directivas del art, 30de IaLCTno impli-
can que todo empresario deba responder por las relaciones laborales que tengan to-
dos aquellos otros empresarios con quienesestablece contratos que atañena la cade-
na de cornercializaci6n o producción de bienes o servicios que elabore, E l sentido de
la norma es que las empresrls que, teniendo una actividad propia, normal y especifica
y estimando conveniente opertinente no realizarla por sí, en todooen parte, nopue-
dan desligarsede sus obligaciones laborales, massin que correspondaampliar laspre-
visiones de tal regla ..," (CSJN, 2/7/93, "Luna, Antonio c. Agencia Marítima Rigel S.A.
y otros", DT, 1993-3-1407).En consecuencia, la codemandada Telecom Personal S.A.
no tenía como actividad especifica y propia la venta o alquiier de aparatos celulares,
ni la comercializacián de los servicios de telecomunicaciones, sino que su giro ernpre-
sariai lo constituia la prestaciónde servicios de telefonía celular móvil, etapa econó-
mica claramente distinta de la subsiguiente de comercialización. Y tates extremos
permiten inferir que la actividad propia, normal y especifica desarrollada por ambas
empresas codemandadasdifieren en lo sustancial, en tanto persiguen objetos distin-
tos, por to que en modo alguno podría considerarselasenmarcadas en el supuesto de
solidaridad que prevkel rnencionadoart. 30 de la LCT. [CNAT, Sala li, 21112104, "Maio-
rana, Patricia c. 5oundworkS.A. y otra JDespido", expte. 13.607100, sent. 93.168, Bo-
letin Temático de jurisprudencia de la CIVAT,voz "Solidaridad. Art. 30, LCT", OfMna
de iurisprudencia,jun, 2007).

61 - Aunque la codemandada Compañía de Radiacomunicaciones Moviles S.A. haya


sostenido que su objeto social esta constituido exclusivamente por fa "operación" de
un sistema de cornunjcaciones, esto no resulta eficaz para evitar la solidaridad esta-
blecida por el art. 30 de la LCT, ya que es evidente que tal actividades parte de un pro-
ceso mas amplio que necesariamentedebe incluir, como actividad normal y específi-
ca propia del establecimiento, la comercializaciún de serviciosIan et caso, laventa de
lineas), Una postura contraria implicaría convalidar una artificiosa segmentación de
su actividad comercial cuyas consecuencias, si bien pueden ser satisfactorias desde el
punto de vista comercial u operativo, no pueden ser opuestas a los trabajadores en
ella invo[ucrados. [CNAT, Sala lli, 24/8/04, "Buscaglia, Gonzaloc. Cia. deRadiocomuni-
2 58 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Muiiez

caciones Móviles S.A. y orroslDespido", expte. 24.426/01, sent. 86.083, Boletín Temd-
t i c 0 de Jurisprudencia de la CIVAT, voz "Solidaridad. Art. 30, LCT", Oficina de Juris-
prudencia, jun. 20071.

62- La ICrimpone la solidaridad a lasempresas-organizacih ygestión propia que


asume los riesgos, obligaciones y responsabilidades- que, teniendo una actividad
propia, normal y específica o habikndose encargado de ella, estiman conveniente o
pertinente no realizarla por s i en todo o en parte, sinoencargar a otros esa reaiización
de bienes o servicios, Ello debe determinarse en cada caso atendiendo al tipo de vin-
culacion y a las circunstancias particulares que se hayan acreditado (CSJN, 14/3/95,
"Gauna Toentino y otros c. Agencia Maritima Roget S.A. y otro", G 46 XXVI; ídem,
25/6/96, "Vuoto, Vicente c , Cia. Embotelladora Argentina S.A.", V. 41 1 XXVIII). Para
que nazca la solidaridad prevista por ei art. 30 de la L C T ~ menester
S que una empre-
sa contrateosubcontrateser~ic~osque complementeno completen su actividad nor-
mal. Debe existir una unidadtdcnicadeejecucion entre la empresa y su contratista, de
acuerdo a la implícita remisión que hace la norma en cuesti6n al art. 6' del ordena-
miento laboral (CSIN, 15M193, "Rodriguez, Juan c. Cia. Ernboteiladora Argentina
S.A.", DT, 1993-A-754). En variados casos se ha resuelto que existió soliciaridad entre
la empresa de telefonía (en el caso, Telefónica de Argentina 5.A)) y la otra empresa
que comercializaba tas líneas telefónicas, para quien trabajaba la actora. Sin embar-
go, es dabledestacar que lasdistintasdecisionesqueestetribuniil ha adoptadosobre
ei punto han estado referidas puntualmente a ias circunctancias invocadas y acredi-
tadas en cada caso, sin que de ello puedan derivarse conclusiones generaies. [CNAT,
Sala V, 23/12/04, "Surace, Beatriz yotros c. Telefónica de Argentina S.A. y otrosslDes-
pido", expte. 18.752/02, sent. 67.41 6, Boletín Temáfico de Jurisprudencia de /a CNAT,
voz "Solidaridad. Art. 30, L a " , Oficina de Jurisprudencia, jun. 20071.

6 3 --- No se advierte que la actividad normal y especifica de Telecom Personal S.A.


-atinente a la prestaciónde servicios para la realización decomunicaciones rniiviles-
pueda dejar afuera, razonabfemente,la actividad de comercial~zacion,venta y cone-
xidn que realizaba la empresa codemandada. Por el contrario, esta última aparece
como necesariamenteintegrada a aquélla en tanto la complementó o completii para
su normal desarrollo. Se aprecia entonces, la unidad tecnica de ejecución a que se re-
fiere el art. 6"deta LC7"por remisión del art. 30de la LCT, aunapreciado e! asuntodes-
de la perspectivacon que esta Corte Suprema en reireradas ocasiones sefialoque co-
rrespondía evaluar la configuración del supuesto especial de responsabilidad de que
se trata {CSJN-Falallos, 316~713,1.609; y muchos otros posteriores). [CNAT, Sala Vi,
6/7/06, "Pbrsico, Alicia c. Shopping Power S,R,L. y otros sIDespido", expte, 757102,
seni. 58.970, Boletín Temitico de lurisprudencia de la CNAT, voz "Solidaridad. Art.
30, LCT", Oficina de Jurisprudencia, jun. 20071.

64- Existe solidaridad en !os terminos del art. 30 de la LCT entre las codemandadas
Telefónica Comunicaciones PersonalesS.A. y Way Service S.A., para quien trabajaba el
actor, vendiendo equipos telefónicos. Ello así, puesto que entre las codemandadas
existe una vincuiaciiin necesaria, cumpliéndose el presupuesto fáctico de la norma
~erponsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 259
---_I
_ 1I
ICI
- -"

mencionada en tanto el servicio telefónico no puede prestarse sin la comercializacibn


de sus productos (del voto del doctor Fernandez Madrid, en mayoría),{CNAT, Saia VI,
29/8/03, "Reggieri, Mectorc. Way Service S.A. y otro slDespidoM,expte. 27,040101, sent.
56.3881.

65- Toda vez que el actor se desempeñii para una empresa que contrató5eiefónica
de Argentina S.A., que a través de "programas de aplicación" y "programación d e
base" manejaba el procesamiento de datos de telecomunicaciones", no e! procesa-
miento de la inforrnacion administrativa interna, sino el de los sistemas utiiizados en
la prestación del servicio de telecomunicaciones que constituye el objeto principal de
aquella, incluidos los que prestan !asempresas que integran el grupo que lidera, am-
bas empresas son responsables en los terminos del art. 30 de la LCT por los créditos
subsistentes, si los hubiera. También debe incorporarse a esta situación la empresa
que subcontrató Telefónica para los mismos servicios y que reemplazó a la anterior
ernpleadora del trabajador(enelcaso, IBMdeArgentina S,A.), [CNAT, FiaiaVlll,31/3/05,
"Cardaci, Victor c. Telefónica de Argentina S.A. y otros slDespido", expte. 31.809/02,
sent. 32.446, Boletin Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Solidaridad. Art.
30, LCT", Oficina de Jurisprudencia, jun. 20071.

66- La venta de tarjetas tetefbnjcas desarrollada por la empresa empleadora de ta


actora no es apta para configurar un supuesto de responsabilidaden los términos del '

art. 30 de la LCT, dado que no completa ni complementa la actividad principal desple-


gada por la empresa telefonica codemandada que consiste e n !a prestación, por cuen-
ta propia o de terceros o asociada con terceros, de servicios públicosdetelecomunica-
ciones. [CNAT, Sala IX, 19/4/06, "Gaíavano, Evana G.c. DICom S.A.", DT, 2006-B-15491.

5. Planes de ahorro
67 - Cuando una empresa dedicada a la fabricación de electrodomésticos contrata
con otra la administración de los planes de ahorro para la adquisición de productos
que ella comercializa, quien a su vez subcontrata con un tercero vendedor-agehte
que venderá los planes a! phblico consumidor, puede concluirse que existe solidari-
dad a la que hace referencia el art. 30 de la LCTentre tales empresas por las obliga-
cionesemergentes de la relación laboral quevincula al empleadode la empresa ven-
dedora. Para mas, no estamos en presencia de contratacionesque tengan por fin últi-
mo la "inversi6n con mirasal desarrolloyexpansi0n económica y comercial", sinoa la
ingeniosa implementacion de un modo de adquisición de un pequeño producto Util
de uso doméstico mediante un cornpiejo sistema de pago de numerosas cuotas que
persiguió en definitiva el aprovechamientode una especial circunstancia econbmica
local. [CNAT, Sala IV, 20/5/96, "Spinedi, Adriana c. ElectrodomesticosPlan Center 5. A.
slDiferencias salariales", expte. 74.456, en intranet.pjn.gov.ar1.

6. Fragmentación del proceso productivo


-
68 En los contratos de concesión, distribucibn y franquicia, !a actividad normal del
fabricante o concedente (en el caso concreto Seven Up Arg. S.A.1.C.) excluye las eta-
260 Ricardo D. Hierreauelo - Pedro E Múñez

pas realizadas por el distribuidor o concesionario, por /o que no existe contratación


de servicios en los terminos del art. 30 de la ICT. En tal sentido, debe aplicarse al caso
/odecidido por la Corte Supremadelusticia en la causa "Rodriguez, Juanc. Cía. Embo-
teiladora Arg." (R 31 7 XXIII, 15/4/93) en virtud de la actitud de seguimiento que co-
rresponde adoptar respecto de iosfallos del Superior. (Sin perjuicio de lo expresado,
la doctora Porta dejb a salvo su opinión en sentido contrario, expresada en los autos
"Pugliese". [CNAT, Saia fll, 30/4/96, "Hernández, Osvaldo c. Seven Up5.A.I.C. $/Despi-
do", IA, 1497-1, síntesis].

69- Existe solidaridad en los términos del art .30de la LCTenrre el Autom6vil Club
Argentino (concedente)y la empresa (concesionaria)que se encargaba de la explota-
ción de losservicios de expendio de combustible, venta de lubricantes, lavado, engra-
se, gomeria, estacianarniento, venta de baterías, venta de neum6ticos, expo ACA y la
venta de repuestos y accesoriosen la estación del concedente, pues esta situación im-
porta la delegadonen un tercero de tareacque l e son propiasdesu giro comercial ha-
bitual en los términos del art, 30 de la LCT. No corresponde aplicar a este caso et fallo
de la Corte Suprema, "Rodríguez, Juan c. Cía, Ernboteiladora Argentina S. A,", del
1514193, pues en ia presente se advierte una simbiosisentre concedente y concesiona-
rio del servicia y no una clara diferenciación entre las etapas realizadas por el prime-
ro y las llevadas a cabo por el segundo. [CNAT, Sala X, 1018196, "Simeone, Hector c.
Enjor S.R.L. slDespido", expte. 89, en intranet.pjn.gov.ar].

70- Si no existe establecimiento, falta el sustrato material de la cesiiin, cantratación


o subcontratación, no se verifica el fraccionamiento del proceso productivo y no se
configura el presupuestode hecho del art. 30de la Ley de Contrato de Trabajo. ICNAT,
Sala Vlil, 10/3/00, "Pasín, Marcelo R. c. Comal S. A. Corporación Minera del Aider S. A.
yotro", DT, 2000-3-16061.

71 -Para la existencia de una verdadera tercerizacion debe acreditarse la vincula-


ción comercial entre dos personasjuridicas absolutamentedistintas (un contrato por
escrito entre ambas), que determine el margen de movimiento de cada una de ellas,
especificando nombres propios, sedes con registros independientesy, sobre todo, la
asuncidn de riesgos por parte de cada una de ellas.
El riesgo es parte esencial del negocio empresarioy su inexistencia deja de lado Ia po-
sibilidad de acreditar la organización empresaria con fines propios, y ajena a la de
fraude alguna.
En la terceriraci6n se contrata a una tercera empresa a los efectos deque lleve a cabo
Qna parte (y sólo una) del proceso productivo, externalirando ese tramo de la pro-
duccjbn de una compaAia.
No puede concluirse que ello siempre implica existencia de fraude, pero sique tal ex-
cepción a la continuidad de dicho proceso requiereatención en el anifisisde la situa-
ción. En suma, se trata de un negocio jurídico aparentemente lícito por reaiizarse a l
amparode una determinada ley vigente denominada ley de cobertura, peroque per-
sigue la obtención de un resultado análogo o equivalente al prohibido por una nor-
Responsabilidadsoliclariaen el contato de trabajo 261
------
ma imperativa que deviene en ley defraudada. La tensión entre estas dos normas en
e l seno del negociojurídico, evidencia la existencia defraude laborai, que no requie-
re prueba por partedel trabajador. [CNAT, Sala VI!, 31/3/10, "Galo, Natalia Elizabeth
c. Orbe Proyect S.A. y otro slDespido", Boktín Mensual de Jurisprudencia de /a CNAT,
n0299,Oficina de Jurisprudencia, mar. 20101.

72 - Es antijurídica, por abusiva, aquella tercerización que contraria los fínes que la
ley tuvo en mira al reconocer el derecho o bjen aquélla por cuyo conductose excede
los limites impuestos por la buena fe, la moral o las buenas costumbres. La iiicitud se
concreta cuando una empresa contrata a otra para que ie provea servicios propios de
su actividad normal y específica, a ser cumplidosen el establecimientodeaquélia, pe-
ro no con la aspiración licita de que la especialidadde ia tercera contratada aporteex-
celencia o mejores recuitados en la gestión debidoa su experiencia en el rubro (segu.
ridad, limpieza, etcétera), sino con el mero afán de evadir el pago del superior salario
de convenio que debería abonar si la tarea fuera realizada a través del empleo de
aqueilos trabajadores que, según las categorías específicas existentes en el convenio
colectivo de su actividad propia, tienen asignadas esas funciones en su organizacibn
ordinaria. [CNAT. Sala VIII, 30/4/fO, "Altamirano, Norma c. City Hotel S.A. yotro s/Des-
pido", Boletín Mensualdelurisprudencia de la CNAT, n0300,Oficina de Jurispruden-
cia, abr. 20101.

73 - En el caso, Bridgestane Firestone Argentina S.A.I.C., cuya actividad principal


consiste en la fabricacibn yventa de neumáticos, contrató con otra empresa tareas de
mantenimiento de determinadas máquinas e instalaciones de equipos para la fabri-
cacián de 10s productos. La actividad contratada iiitegró la normal y especifica de la
demandada. Si esta empresa, por motivos de conveniencia propia, mayor eficiencia,
etcétera, "fragmentó" su actividad, justo es que respanda de igual modo que si hu-
biera utilizado su propia estructura productiva y personal para llenar funciones ines-
cindibles dei núcleo de suactividad. Cabe recordar que el art. 30 de iaLCTestablecela
solidaridad del contratista principal cuando e! subcontratista de trabajos o servicios
"correspondientes a la actividad normal y específica propia del establecimiento"
omita, respecto de su personal, el cumplimiento "de las normas relativas al trabajo y
a los organismos de la seguridad social". ICNAT, Sala IV, 31/3/11, "Schoenfeld, Alber-
to Andrés c. Bridgestone Firestone Argentina S.A.I.C. y otro s/Despido", en intra-
netpjn.gov.ar1.
7. Varios

74- E i art. 30 de la LCTcomprende la hipótesis en que un empresario encomienda a


un tercero la reaiizacibnde aspectos ofacetas de la misma actividadque desarrolla en
su estabiecimiento (CSJN, "Rodriguer"). En tal sentido, si bien es cierto que la activi-
dad normal y especifica de la codemandada Matarazro T. A. resulta seria producción
y comercializaci6n de productos aiimentkios al por mayor y menor (pastas aiirnenti-
cias y sus derivados), no es menos cierto que con los eventos denominados Matarazzo
262 Ricardo D.Wierrezuelo - Pedro F. Núñez

Partyqueorganizaba a travésde la subcontrataciónde un tercero, promovía ycomer-


ciaiizaba tales productos exclusivamente, incrementando la venta y promoción de los
mismos. De manera que si los productos que se usaban en dichas reuniones y restau-
rantes donde se realizaban eran de la marca de la codemandada y hasta la ropa que
usabael personalque lasorganizaba llevaba el logotipode tal empresa, cabeconcluir
que existesolidaridad en los términos de! art. 30 ya citado entre las codemandadas a
los fines de las obligaciones laborales. ICNAT, SalaVlll, 19/2/97, "Poiitis, Primo c. Dia-
mante, Ana y otro s/Despido", DT, 1997-A-11261.

b. Empresa de electriddad
75 - La empresa de electricidad es responsable poraplicacibn del art. 30de la iCTpor
fasobligaciones de la contratista que efectuaba actividades referidasa clientes moro-
sos, autoconectados, cambio de medidores y otros trabajos de distribucibn y corner-
cialización de energía eikctrica. [CNAT, Sala VIII, 26110100, "Vallejos, Ramón O. c. Ute-
ba S , A. y otro", TySS, 2001- 1 571.

76 - Laconstruccióndeobras no es una actividadque pueda considerarse incluida en


el objeto propio de Ia que despliega en su establecimiento Edesuf S.A. (distribución
de energiaeféctrica) por loque nose !a puedeconsiderar solidariamente responsable
en los terminos del art. 30 de la LCT. La circunstancia de que las tareas de un emplea-
do de una empresa constructora resulten imprescindibles para el cumplimiento del
objetivoal quese dedica Edesur S.A., no revela queseverifiqueel supuestodel art. 30
de la ICT, en tanto su actividad especifica propia no es la construccibn. [CNAT, Sala Il,
27/4/11, "Olivera Francio c, Tecnocin S.R.L. y otro s/DespidoU,en intranet.pjn.gov.ar].

c. Reposición de productos en un supermercado


77 - La reposicionde productos de una determinada empresa en lasgóndolasdesu-
permercadosnopuedecalificarsecomo una tarea normal y habitual de laempresafa-
bricante de tales productos. Si bien tal ocupación resulta comparable a ia publicidad
que busca incentivar lasventas, es típicamente accesoria y conceptualmenteescindi-
ble de la actividad especifica de fa principal, lo que lleva a desestimar la solidaridad
del art. 30 de la LCT. ICNAT, Sala 111, 14/10/98, "Betran, María c. Unilever Argentina S.
A. y otrus/Despido", expte.77.556, citado por Grisolia, Derecho del trabajoydela se-
guridadsocia/, p. 2'171,

d. Prestacionesmédicas
78- Una empresa que se dedica a realizar prestaciones médicas damiciliarias y que
celebró un contrato de "cooperación" con otra por el cual cuando no podía cumplir
algúnservicio recurrías aquélta, encaja dentrode lasolidaridadestabiecida por el art.
30 de la LCTen cuanto a lasobiigacionesderivadas de las relaciones laborales mante-
nidascon sus dependientes.En ningún momento la ley exige que la contrata en cues-
tión io sea en exclusiva ni que su duracibn sea permanente. [CNAT, Sala fV, 27/8/99,
"PérezTrigas, Delia c. Amid S. A. y otros/Despido", expte. 84.108, cirado por Grisolia,
Derecho del trabajo y de la seguridad social, p. 21 5 ) .
~esponsabilidadsolidaria en el contraSo de trabajo 263

79- E l instituto rnedico que subcontrata la prestaciiin de servicios de cardiología es


soiidariamente responsable en virtud de lo establecido por el art. 30 de la LCT, por el
cumplimiento de las obligaciones de la ernpresis contratada. [CNAT, Sala IV, 1515100,
in6ditoI.

80- No cabe responsabilizarvicariamente en loslérrninoc del art. 30 de la LCTa una


obra social por eventuales obligaciones laborales de un prestador asistencia1 contra-
tada, en et caso, presracibn del serviciode odontología. Se configura una relación en-
tre ia obra social como agente del seguro desalud y una empresa dedicada a la presta-
ción del servicio de odontología que en modo alguno constituye la tercerización o
cesióndel objetoconcernientea la finalidad propia en lostérminosdel art. 30delaICT
pues las obrassociales, como agentesdel sistema de prestacionessocialesregido por la
ley 23,660 no tienen por objeto específico propio otorgar en forma personal ni directa
la atención prestacionai (véanse arts. GOyconcs., ley 23,660). (En el caso, la obra social
no tenia un establecimiento propio donde se otorgasen a los afiliados prestaciones
odontol0gicas, de manera que no puede considerarse que la demandada haya cedido
partede una actividadque realizaba por sí y por lota nto no resulta solidariamente res-
ponsable en los términos del art. 30 de la LCT). [CNAT, Sala tl, 22/5/08, "Laucirica, Nes-
tor lose c. SADEN S,A, y otro slDespido", en íntranet.pjn.gov.arj.

81 -- Las tareas desempeñadas por los accionantes bajosubordinaciOndel codeman-


dado, relativas al traslado de pacientes afiliados a la aseguradora de riesgos del tra-
bajo, desde sus domicilios a los respectivos centros médicos y viceversa, resultan con-
ceptualmente inescindibles a íos fines que aqui interesan, de las correspondientes a
la actividad asumida como normal y especifica propia de ésta úitima (estoes, brindar
las prestacionesy demasacciones previstasen la ley 24.557), loque determina ef con-
creto encuadramientodel caso en el art. 30 de la LCT. ICNAT, Sala 1X, 3018113, "Odria,
Gustavo Marcos y otro c. Cassicca, julio Cesar y otros sJDespido", Boletin Mensual de
Jurisprudencia de ia CNAT, no335, ago. 20131.

e. Venta de gaseosas en un estadio deportivo


82- Resulta solidariamente responsable en los términos del art. 30 de la LCTla em-
presa que fabricaba las bebidasgaseosasqueotraempresa, concesionaria de un club
de fútbol, distribuía yvendia en su estadio. No puede negarse que dentro del objeto
social de Coca Cola Fernsa se halla la comercializacionyventa de las bebidas que ela-
bora. Especialmente si la subconcesión realizaba la venta de t a l producto en forma
exclusiva. Pero tal solidaridad no es extensible a la entidad deportiva (en este caso el
club River Plate) porque la venta de gaseosas no constituye una actividad normal de
dicha institución. Tan esasíquesi decidiera suprimirla no afectaría sus objetivossocia-
lesni podríaser exigida por partede lossocios. [CNAT, Sala 11,2811 1100, "Encalada, José
c. Hecmir S.R.L. y otrosslDespido", expte. 88.834, "Revista de Derecho LaboralySegu-
ridad Social", fasc. quincenal, no3,2003, ps. 108y 1091.

83 - Habiendo suscripto Cervecería y Malteria QuílmesS.A. un contrato con un club


de fíitbol para comercializar con "exciusividad" en las dependenciasde laentidadde-
264 Ricardo D. Hierremuelo -Pedro E Núiiez
-
-
A -
A- ----
portiva bebidas sin alcohol que ella misma elabora, y habiendo suscripto, asu vez, la
demandada Monroe 2444S.A. (para quien trabajaba el actor) un contrato de conce-
sión con dicha cervecería para cubrir determinados eventos, resulta de ese modo una
delegación de su actividad propia a los finesde la facturación de los productos sumi-
nistrados para la venta y la contratacibn del personal, por lo que cabe su responsabi-
lidad en los terminos del art. 30 de la LCT. [CNAI, Sala li, 1Uf0106, "Bennet, Rubkn
Eduardo c. Monroe 2444 S.A. y otros s/Despidon, expte. 835/05,S.D. 94.534, Boletín
Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no263, Oficina de Jurisprudencia, oct. 20061.

84- La venta ambulante y en puestos fijos de bebidas gaseosas y de productos ali-


menticios en un estadio de fútbol, no determina la responsabilidad soiidaria de este
último en los términos dei art. 30 de la iCT. Ello así, toda vez que tales actividades nc
hacen a la actividad específica y propia del club. Así, la realizaciónde los eventos de-
portivos no depende de este servicio y además el club no tiene participación a!guna
en su resultado, dado que percibe un canon fijo locativo. [CNAT, Sala IV, 20110106,
"Resta, Andrés Avelino c, Plataforma Cero S.A. y otros sIDespido", expte. 19.167/04,
S.D. 91.793,Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT; no 263, Oficina de Juris-
prudencia, oct. 20061.

85- Resulta solidariamente responsable en 105 terminos del art. 30 de la LCTel Club
Atlktico River Plate junto con el concesionario "Plataforma Cero S.A." frente al actor,
vendedor ambulante de bebidas, helados ygolosinas, pcr el despido indirecto en que
se coloco por desconocimlento del vínculo.
Elloasi, toda vezque la codemandada River Plate posee instalados quioscos y depósi-
tos necesarioscomo parte integrantedesu estadio para permitir una mayor facilidad
en fa venta ambulante de los productos de bebidas gaseosas, helados y goiosinas du-
rante el desarrollo de eventos deportivos o especticulos, recibiendo como conrra-
partida de las concesiones que brinda a distintas empresas, el pago de cánones que
insumen, sin duda, un significativo beneficio económico para la institución departi-
va. Aelloseagrega que resulta publico y notorio que una institución detal magnitud,
al permitir en sus instaiaciones la explotacibn de este tipo de servicios en los días en
que se desarrolian los eventos que brinda, con gran cantidad deconcurrencia de pfi-
blico, favorece a un mejor desenvolvimiento de su función social en tanto está ofre-
ciendo a los concurrentes un mejor servicio, lo que implica posicionarse de la mejor
manera frente a otros clubes competidores atrayendo mayor cantidad de.público a
cada evento can el consiguiente beneficio económico que ello implica en los ingresos
de un club. Esta venta ambulante que a primera vista parece una actividad accesoria,
en realidad resulta un engranaje imprescindible para la obtencián del objetiva em-
presario. ICNAT, Sala Vil, 21/6/06, "Humerez, Catalina Josh c. Plataforma Cero S.A. y
otros siDespido", expte. 15.32F1104, S.D. 39.31 7, Boletín Mensuaide Jurisprudencia de
la CNAT, no269, Oficina de Jurisprudencia, rnay. 20071,

f. Servicio de cafetería en una age:icia de noticias


86- Partiendo de la base'deque no procede una interpretación lata del art. 30 de la
1CTquc extienda desmesuradamente su ámbito de aplicacibn por la cesión de tareas
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 265
-"

y/oserviciosque no hacen a la actividad normal y específica propia del establecimien-


tocomercial explotado (conf.CSJN, 2/7/93, "Luna c. Agencia Marítima Rigef S.A.", DT,
993-B-1407) no se advierte que la contratación de un servicio de cadetería en moto
aga a la actividad normal yespecifica propia de una agencia de noticiac.TaI servicio
puede revestir la categoría de actividad complementaria y10 coadyuvante, pero no
normal y específica, ICNAT, Sala V, 25/2/99, "Barla, Angel c. PaIffy, Brigida y otros sIDes-
pida", expte. 60.647, en intranet.pjn.gov,ar].

g. Venta final de automotores


87 - La fabricación de automotores siempre incluyó la "verificación final" y este carác-
ter ordinario de la tarea nose altera por la circunstancia de que una empresa automo-
triz (en el raso, "Autolatina") haya decidido "tercerizarla" concediendo a otra empre-
sa dicha actividad final. Tal actividad no constituye una novedad respecto del proceso
productivo en beneficio del cual es desplegada y no puede calificarse como tal por la
sola circunstancia de que la principal hayaquerido contratar a otra empresa ("Furiong",
n este caso) para la realizaciónde trabajos que leson propios, [CNAT, Sala VI/, 26110/00,
López, Mercedesc. Transportes Furlong S.A. y otros slDespido", expte. 34.268, "Revis-
t a de Derecho Laboraiy Seguridad Social", fasc. quincenal, n03,2003, p. 1021.

h Empresa de ambulancias contratada por el lNSSlP


8- El Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados es soli-
ariamente responsable en los términos del art. 30 de la LCTde las obligaciones in-
cumplidasemanadasde la relación laboral de quien prestaba 'careasen el serviciode
ambulancias por aquella institución contratado. Resulta inoponible al accionante la
alegada función social y consecuente ausencia de fines de lucro o los meramente hi-
potéticos perjuicioseconómicos que ocasionarían al instituto hacerse cargo de todos
los reclamos de los empleados de sus prestadores contratados ocasionalmente, con-
secuencra atribuible eventualmente a la ausencia de los controies sobre los contratis-
tas o subcontratistas que impone el régimen aplicable. ICNAT, Sala IX, 23/3/01,"Cas-
tro, Gastón c. Cervone, Vicente yotros s/Despido", citado en Crisoiia, Derecho del tra-
bajo y de l a seguridad social, p. 2161.

i. Tendido de cable en una empresa de televisión por cabk


89-Toda vez que el potencial de ganancia facturado por la empresa de televisión
por cable demandada depende directamente de la instaiaciiin y cableado domicilia-
rio, tal actividad debe calificarse como necesaria y coadyuvante de la principal, y si
aquella la delegó en otra empresa, ambas son responsables solidariamente de las
obligaciones derivadas de las reiacianes laboralesen ¡ostérminos del art. 30de la LCT.
ICNAT, Sala X, 3014101, "Rodríguez, fuiioc. Nasa lnstaiacionesS.R,L. y o~roslDespido",
"Revista de Derecho Ca borai y Seguridad Social", fasc. quincenal, no3,2003, p. 1021,

j. Productor teatral y dueño del teatro


90- Corresponde extender la responsabilidadsolidaria en iostérminos del art. 30de
la l C i a la empresa propietaria del teatroque oportunamente celebrara un contrato
266 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E MiSñez

con los productores de una obra teatral, quienes a su vez contrataron a los actores.
Esto es así porque en el caso se ha configurado un supuesto de cesión de estableci-
miento en ioc términos de la norma citada, pues no se trata de un mero alquiler del
inmueble porque del contratoceIebradoresulta que ta locadora dio en locación a la
locataria lasdependenciasdel teatro con su personal establede boletería, control de
puertas, acomodadores, maquinistas, sonidistas e iluminador (del voto de Porta, en
minoría), [CNAT, Sala 111,20/7/01, "Callau, Manuel yotrosc. Carlassare, Viviana y otros
silncumplimiento de contrato", TyS, 2002-3991.

91 .--La actividad propia de un teatro es mantener en funcionamiento su edificio y


toda la organización del mismo, a fin de que los productoresde espectáculos puedan
alquilar o en su caso formular contratos acerca de la utilización de ias respectivas sa-
las, mas no lo es la concreta puesta en escena de la obra teatral, extremo que forma
parte del riesgo del empresario productor. En tal sentido no opera la disposición que
expresa ef art. 30 de la LCTcon respecto a los trabajadores (actores) contratados por
los productores para llevar a cabo un espectáculo que finalmente no se estrenó (del
vota del doctor Eiras, en rnayoria), [CNAT, Sala l!l, 2017101, "Callau, Manuel y otros c.
Carlascare, Viviana y otros s/iricumplimiento de contrato", TySS, 2002-3991.

k. Prestadoras del Consejo del Menor y la Familía


92 - E i Consejo del Menor y la Familia utiliza diferente: servicios de institucionespar-
t'icularesafin de cumplir consu objetivo deayuda a los menoresyfamiiias desvalidas.
Sobre aquéllas ejerce un control y vigilancia en ei cumpljrnienta de los diferentes
acuerdos que suscribe, pero esto no implica que deba responsabilizarse solidaria-
mente de las obligaciones suscitadas entre ias instituciones mencionadas y su perso-
nal. No cabe formular reprochealguno de solidaridad contra e l Consejo Nacional del
Menor yla Familia -entidad estatal-por las obligaciones laborafes asumidas por las
instituciones particularesque contrató a los fines del otorgamiento de becas, subsi-
dios y prestacionesen el marco de programas destinadosa la protección de la minori-
dad, ya que de aceptarse la tesis contraria se cargarian sobre las espaldas de quien
paga los servicios las consecuencias derivadas de las actividades desplegadas por la
prestadora. [CNAT, Sala IX, 2017101, "Gonzátez, Wilda c. fundación Hogar Madre e
Hijo y otro slDespido", DT, 2002-A-4981.

i. Transporte
9 3 4 - Resulta improcedentecondenar en los t6rminosdelart. 30de la LCT, a laernpre-
sa que contrató al ernpieador del actor para la realizaciiin de tareas de transporte y
custodia de su mercadería, ya que esa actividad subcontratada no encuadra en la hi-
p~tesisde actividad normai y especifica propia a que alude la norma, sino a una ter-
cerización. [CNAT, Sala fV, 28/4/06, "Talavera, Gustavo A. c. Codecop5.R.L. y otro", DT,
2006-5-15301.

94- E i servicio de transporte de mercaderia constituye una actividad normal y espe-


cífica propia del establecimientode una empresa cuya actividad específica compren-
onsabilidadsoiidaria en el contrato de trabajo 267

de la de producción de distintos productos comestibles para su posterior comerciali-


zación, y no seria posible cumplir con la última etapa de su actividad (comercializa-
ción) sin hacer uso de medios de transportes que lleven la mercadería a los clientes,
respecto de tos que resulta usual que las mercaderías por ellos adquiridas le sean en-
tregadas en la sede de sus respectivos negocios. En mérito a ello, resulta aplicable la
solidaridad contemplada en e! art, 30 de \a LCT. ICNAT, Sala 111,2812í07, "fieitas, Fer-
min R, c. Quickfood S,A. y otro sIDespido", expte. 5095/05,S.D. 88.547, Boletín Men-
sual de jurisprudencia de la CNAT, no266, Oficina de Jurisprudencia,feb. 20071,

95 - A los fines de la solidaridad prevista en el art. 30 de la LCT. la distribución de mer-


caderías a domicilio debe considerarseaccesoria a la actividad desu venta, ysi bien es
cierto que esta se mantendría sin la existencia de la primera -aún cuando el super-
mercado desarrolle rai actividad de modo permanente- no puede vididamente con-
cluirse que dicha permanencia e integración a la actividad principal, que coadyuva al
logro del objetivo final, no deja de ser un servicio más que la empresa presta a sus
clientes -que en su mayoría no usan dicha ventaja-, obviamente escindible de la
actividad propia del establecimiento. De allí que el supermercado coaccionado no
resulta solidario en iosterminos del articulo referido. ICNAT, SaIaVIIl, 1718107, "Casti-
llo Silvio Gastón c, Transportes D.D.S.R.L. y otros/DespidoM,Ooletín Mensualde Juris-
prudencia de la CNAT, no272, ago, 20071.

%-"Toda vezque el reparto a domicilio de los productos quecomercializa unsuper-


mercado configura un aspecto inescindibte de su actividad propia normal y especifi-
ca, corresponde condenar al supermercado solidariamente en lostérminosdel art. 30
de la LCT junto con ia empresa de transporte empleadora del actor. [CNAT, Sala IV,
31/3/09,"Vener, Elbio Lucas c. DegacS.A, y otro slDespido", en intranet.pjn.gov.ar1.

97- El reparto de envíos a domicilio de un supermercado al que los dientes concu-


rren muchasvece.;a fin de hacer usode dicho beneficio, constituye parte de la activi-
dad normal y especifica propia del establecimiento. Cabe destacar que los clientes
contratan el envío de la mercadería a su domicilio con el supermercado, can inde-
pendencia de quiénsea laempresaopersonafísicaencargadadetrarisportarla,dealli
que el supermercadosea soiidariamente responsableen los terminos del art. 30 de la
LCT. JCNAT, Sala 11, 1212109, "Vener, Leonei Alexis c. DEGAC S.A. y otro slDespido",
Boletín Mensualde~urisprudenciadela CNAT, no 288, Oficina de Jurisprudencia, feb.

98- Danone S.A. resulta solidariamente responsableen los términosdel art. 30de la
lCTjunto a Buenos Aires Alimentos S.A.por cuanto las tareas que esta CItima desa-
rrollaba de cornercializaciónyfraccionamiento, distribución y transporte de produc-
tos ysubproductas aiimenticioselaboradospor Danone S.A. hacen al objetosocial de
esta empresa. [CNAT, Sala Vi, 14/5/09, "Lopez, Karina Paola c. Buenos Aires Alimentos
S.A. y otros slDespido", Bolerjn Mensual de jurisprudencia de la CNAT, no291, Ofici-
na de iurisprudencia, may. 20091.
268 Ricardo D. Hierreauelo -Pedro E Núñer

99- El transporte es una actividad normal yespecifica de un establecimientocomer-


cial como Sancor Cooperativas Unidas Ltda, dedicado a la producción de una variada
línea de productos 1árteos. ya que no puede admitirse que ta actividad que realiza
pueda ser desarrollada sin transporte -propio o de tercero- ya sea para la adquisi-
ción, traslado y10 entrega de la mercadería que comercializa. E l transporte es indis-
pensable para el cumplimiento de la actividad normal y especifica, cornocoadyuvan-
t e y complementariade la compraventa de mercaderías.ÍCNAT, Sala Vlil, 19/3/10, "Ca-
ceres, Carlos Martin c. Russo, Danieljorge y otroslDespido", Boietin Mensualdejuris-
pruaencia dela CNAT, n0299,Oficina de Jurisprudencia, mar. 20101,

100- En el ceso el actor trabajaba para Degac S.A. que se dedica al transporte de mer-
caderíasyquecuentaentresus~liente~aCoto C.IC.5.A. Prestoserviciosdefletero,trans-
portando mercaderia de Colo a domicilio, de sucursal a sucursal, en "viajes de correo
interno" yde "imprenta" cansu propiovehícuioel quetenía el logode Cota.Todoello
hacea su actividad normaly habitualyaque esunservicio que la complementay la cam-
pleta. E l supermercado referido brinda asus clientes el servicio de entrega de la rnerca-
deria adquirida en sus establecimientos, y ello hace al giro propio desu actividad, tor-
nándose aplicable ci su respecto fa responsabilidadsolidaria prevista en el ari. 30 de la
LCT. [CNAT, Sala X, 16/9/74, "Meloni Arevalo, Alejandro Andrés c. Degac S.A. y otro
slDespido", #o/et-inMensuai de Jurisprudencia de la CNAT, no346, sep. 20141.

301 -.- Dadoque CTSCompaFiía Transportadora SÚperS.k..lienecorno actividad princi-


pal la explotación de una planta embotelladora de bebidas, donde se realizan el ! h a -
do y embotellado de ias bebidas quevende y distribuye ia codemandada Aguas Dano-
ne de Argentina S.A. y, en atención a las tareas realizadas por el actor corno supervisor
de coritrof de calidad y a la presencia de ,,auditores. o empleados pertenecie~tesa
"Aguas Danone" que daban instrucciones de llenado y embotellado a los operarios,
puede deducirse que las referidas laboresde llenadoyembotellado de bebidas llevadas
a cabo en el estabtecimientode "CTS" no constituyeronuna tarea ajena aiobjetosocial
de la codemandada Aguas Danone de Argentina S.A, Por ende, toda vez que el objeto
social de dicha empresa no se concreta solamente en Ia cornercializacion de las bebidas
y aguas rnineraiesqueproduce, sinoquese nutre devarias etapas de Ia cadena produc-
tiva, siendo la desarrollada en la planta de "CTS" (esto es, su llenado y envasado) una
actividad normal, habitual einescindible, correspondeconsiderarlasolidariamenteres-
ponsahie porvia deIart. 30 de ia ICT. [CNAT, CaiaX, 22W12, "Baimaceda, Victor Amado
c. CTS Compafíia Transportadora Super S.A. y otro s/Despido", en intranetpjn.gov.ar].

m. Actividadpropia y específica
102- La actividad normal y específica del establecimiento comprende no iolo la prin-
cipal, sino también ¡as secundarias de aquella, con tal que se encuentren integradas
habitual y permanentemente al mismo y con lascuales se persigue el logro de !os fines
empresariales. [SCBA, 19110f99, "Morello, V. c. Giuliano, L. y otra", ]A, 2000-11, síntesis].

103- La solidaridad prevista en el art. 30de la LCT, no esta subordinada a demostra-


ción de tareas específicasde terceros de manera exclusiva, sinoquees preciso dernos-
onsabilidad solidaria en elcontrato de trabajo 269
4"

trar la contratacibn o subcontratación de trabajos y10 servicios correspondientesa¡a


actividad normal y específica del establecimiento principal.
Concurren los presupuestosdelart30dela 1CTsisecompruebaquelostrabajososer-
vicioscontratadosseencuentranintegradoscon permanencia y habitualidad a la que
constituye la actividad principal de la contratista y consisten en la realización de una
etapa del procesamiento de la cual esta no se desentiende ni de la que se desprende
definitivamente.
a empresa pesquera essolidariamente responsable de la condena impuesta a la file-
eadora, si entrega su propia materia prima -ei pescado fresco- para que sea file-
teadoy luego Io recupera a fin de continuar el resto de la elaboracióny comercializa-
ción del producto final. [SCBA, 19/12/02, "Valleja, Rubkn A, c. Pesquera Sur SAL.",
TySS, 22002-3071.

104- Si bien el art. 32 de la LCT, en su texto primitivo, estableció la solidaridad para


quienes contrataran o subcontrataran obras o trabajos que hicieran a su actividad
principal o accesoria, dicha disposicionfue modificada por la ley21.297, excluyindo-
se la segunda, o sea, la actividad que no era nornial y específica de la empresa (en el
caso, se revocii la sentencia que incluyó ef servicio gastronbmico prestado en el Cen-
tro de Ingenieros dentrode la actividad normal de dicho establecimiento).
La actividad normaly específica es la habitual y permanentedei establecimiento, osea,
la relacionada con la unidad técnica de ejecución destinada al logro de los fines de la
empresa: es la referida al proceso normal de fabricación y debe descartarse la activi-
dad accidental, accesoria o concurrente.
La actividad secundaria, aunque haga a la actividad permanente y habitual del esta-
blecimiento, no genera la responsabilidadsolidaria consagrada por el art.30de la LCT.
El art. 30 de la LCTcomprende ia hjpotesis en que un empresario encomienda a un ter-
cero la reaiización de aspectos o facetas de las mismas actividades que desarrolla en
su establecimiento. Ton supuestos en los que se contratan prestaciones que comple-
mentan ia actividad del propio establecimiento, esto es, la ".., unidad técnica o de
ejecucibn destinada al logro de los fines de la empresa, a través de una o mas explo-
taciones" (a&. 6', LCn.
Pece a que los principios esenciales que informan el Derecho del trabajo tienden a la
tutela de ios créditos laborales, ello no implica que todo empresario deba responder
por las telacioneslaborales quetengan todosaqueilosotrosempresarioscon quienes
establece contratos que hacen a la cadena de comercializacion o producción-ya se
trate de bienes oservícios-, rn6ximefrente a la gran variedad de contratosque se ge-
neran actualmente en el seno de las relaciones interempresarias y el vasto campo co-
mercial de relaciones que asi se manifiestan, ICNAT, Sala l, 3018102, "Dani Sansugara,
Rubén D. c. Centro Argentino de Ingenieros y otros", DT, 2002-B-19651.

105- Debeser rigurosa ia comprobaciónde iospresupuestosfacticosestablecidosen


el art. 30 de la ICT, en razón de las gravisimas consecuencias que derivan de !a exten-
si611de responsabilidad patrimonial a terceros ajenos, en principia, a la relación sus-
tancial que motivó /a reciamacibn.[CSTucuman, Saia iab. y Cont. Adm., 3/9/08, "Carn-
270 Ricardo D. Hierrezuels -Pedro E Núñez
m
--, ~.- -- -.-

pos, Francisco E. c. GAlvez, Viviana M. y otros", en "Revista de Derecho Laboral y Segu-


ridad Social", no13, jui. 2009, p. 11911.

106- Por actividad normal y especifica propia del establecimiento no debe enten-
derse solo la actividad principal-en elsentidoenque lo princjpalsueleoponersea lo
accesorio-; la expresibn comprende también a las actividades que pudieran ser cali-
ficadas de secundarias o accesorias, con tal que estén integradas permanentemente
al establecimiento,[CNAT, Sala V, 31/3/09, "Ruiz, Rubén E. c. Casino Buenos Aires S.A.
y otro", en "Revista de Derecho Laboral y Seguridad Social", no 1 1, jun. 2009, p. 9961.

107 -- Para definir el ámbito de aplicación del art. 30 de la lCTdebe considerarse que
una actividad resulta inescindible de la principal si integra la definición del producto
(bien o servicio) ofrecido o esperado por los destinatarios, según las expectativas del
mercado o que se trata de aspectos ofacetas de Ia misma actividad que se desarrolla
en el establecimientoprincipal. Al analizarse la atribucibn de responsabilidad previs-
taen es"iartícuiodebetenerseen cuenta nosolo el modo en quese estructura laacti-
vidad de la prestataria, sino la índole de la actividad por la que se reconoce a la usua-
ria enei mercado. Asu vez, a losmisrnosfines, el trabajador-yno ya la actividad sub-
contratada-cumpiesutarea en beneficiodirecto del principal. Ei trabajadordelsub-
contratista debe llevar a cabo una tarea normal y específica propia del contratista
principal y dichos servicios deben ser aprovechados exclusivamente por el principal.
[CNAT, Sala 11,30/4/13, "Fernández Agriano, FernandoOscar c. Atento Argentina S.A.
y otro slDespida", Boletín Mensualde Jurisprudencia de la CNAT, no331, abr. 20131.

n. Empresa explotadora de taxis


108- Lo~propietariosdelosvehículosqueselimitarona alquilarlosa una empresaex-
plotadora de una flota de taxis, sin asunción de riesgoempresarioy mediante la per-
cepción de un canon, no pueden cer responsabiliradossolidariamente por las obliga-
cionesemanadas de! contrato de trabajo entre los choferes y la empresa expiotadora
del servicio.
La empresa que presta un servicio de radiocomunicaciónentre el potencial pasajero
y la explotadora de una flota de automóviles taxímetros no puede ser responsabili-
zada solidariamente con la principal, en los términos del art. 30 de la LCT: No corres-
pondeextenderdesmesuradamenteelámbito deaplicaciondeesta última norma, ya
que ia asignacibn de responsabilidad no ha sido establecida por la leysin más requisi-
to que la sola n o c i ~ nde que algunas actividades resulten coadyuvantes o necesarias
para el desenvolvimiento empresario. [CNAT, Sala 1, 23/6/00, "Mancuello, Adrián c.
Taxi Rin S.A. y otro,slDespido", "Revista de Derecho Laboral ySeguridadSocialV,fasc.
quincenal, n03,2003, p. 1011.

ñ. Tareas de acondicionamjento de infraestructura


para la provisión de agua potable
109 - No es concebible la provisión de agua potable sin la infraestructura adecuada
para que esta llegue a los usuarios, por lo que debe considerarseque el acondiciona-
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 271
----~-----
miento de la infraestructuraforrna parte de la actividad normal yespecífica propia de
la coaccionada(en este caso Aguas Argentinas5.A.). Noesconcebibleque la finalidad
la provisión de agua potable pueda llevarse a cabo sín redes idóneas y no se trata
una actividad lateral sino de un eslabón fundamental en la actividad lucrativa de
empresa. [CNAT, Sala lll, 31/5/02, "Neman, Ricardo c. Aguas Argentinas S,A, y otro
pido", "Revista de Derecho Laboral y Seguridad Social", fasc, quincenal, no3,

10- Aguas Argentinas S.A. es una empresa que presta servicios de provisión de
agua potable y cloacalesa la comunidad, por loque l a realizacióndetrabajos de cons-
trucción de cañerías e instalaciones no implica cesión del establecimientoo explota-
ción ni contratacibn osubcontratación deservicios carrespondientesasu actividades-
pecífica, fraccionando la actividad productiva o generando una unidad técnica de
ejecución. [CNAT, Sala Vlii, 42/3/03, "Ledesma Hipólito R. c. Surec S.A. y otro", citado
en Mark, Art. 30de la LCT, en "Revista de la Sociedad Argentina de Derecho Laboral",
8, jun.-jul. 2003, ps. 28 a 301.

o. Empresa que traslcida productose~aboradospor otra


11 1 -El traslado de los productos que eIabora una empresa -en el caso Coca Cola
S.A.-constituye una actividad "perfectamente escindible" (doctor Hierrezuelo, No.-
vedades Legislativas, Sociedad Argentina de Derecho Laboral) de su objetivo princi-
pal y por ello, aun sosteniendo un criterio amplio en cuanto a la solidaridad estahie-
cida por el art. 30 de la LCT, nocabriaconsiderarla como "normal y habitual". Ello así,
torna improcedente la responsabiiidad sotidaria entre ia empresa elaboradora y la
empresa transportista, a la cual pertenecia el actor. [CNAT, SaiaX, 26/12/01, "Castillo,
lose c. Coca Cola S.A. y otro slAccidenteW,"Revista de Derecho Laboral y Seguridad
Social", fasc. quincenal, no3,2003, p. 1131

112 - La constancia dei carácter de "distribuidor oficiai de Arcor S A , " en la papele-


ria de la empresa codemandada, constituye un indicio a favor de la denuncia conte-
nida en la demanda del carácter de la ultima, como distribuidora oficia! de los pro-
ductos que elaboraba la primera. Y sin perjuicio del derecho de Arcor S.A. de delegar
la comercializació~mediantecontratosdedistribucibn,ello no la exime de su obliga-
ción de control tal como lo dispone el art. 30 de la LCT, por lo que se torna proceden-
t e la solidaridad impuesta en dicha norma. [CNAT, Sala VI, 5/3/10, "Soteio, Erica c.
Arcor 5,A. y otro JDespjdo", Boletin Mensual delurisprudencia de /a CNAT, no299,
Oficina de Jurisprudencia, mar. 201 DI.

p. Estabiecimiento Caritas
113- La extensión de responsabilidad establecida en el art. 30 de la LCT modula so-
bre el concepto de establecimiento, esto es, la unidad técnica ode ejecucióndestina-
da al logro de los fines de aplicación de esta norma; puede ser objeto de cesibn total
o parcial, a l igual que sólo los trabajos o servidas que en un estabiecimientose cum-
plen o producen pueden ser objeto de contratación o subcontratacion. Desde esta
Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núñez
m
272
-".--"- --
perspectiva no constituyen establecimiento organismos de pastoral de la Iglesia, co-
mo Cáritas. [CNAT, Sala Vlll, 16f4íü2,"Sanagua, Rosana y otro c, E! principado S.A. y
otrosslDespido", "Revista de Derecho Laboral ySeguridadSocial", iasc. quincenal, no
3,2003, p. 1O1 l.

q. Franquicia
114-- En el caso de mediar un contrato de franquicia, el franquiciante y el franqui-
ciadosonsolidariamente responsables en los términos delarl. 30de la ICT. [CNAT, Sa-
la l, 61711 1, "50sa, Julieta Mariel c. Café Alda S.R.L. y otro s/Despidom,en intra-
net.pjn.gov.ar1.

115 - Si bien la citada como tercero en momento alguno desconoci~e l carácter de


franquiciada de la demandada, no puede olvidarse que la franquicia es una defensa
no contra el tercero, sino contra losaclores-entanto pretende desplazar el carácter
de empleador de la demandada que pasaría, en todo caso, a responder en 10s termi-
nos del art. 30de la LCTsi ello hubiera formado parte de la causa petendi en autos-.
En este orden de ideas, si bien es discutible que se haya separado de ia responsabili-
dad al citado como tercero en tanto fue quien actuó Ia clandestinidad (art. 36,43 y
1081, CC), no puede olvidarse que respecto de la demanda la relación se produce en-
tre actory demandado por lo que frente a estos {y no frente a terceros} debía probar
la inexistencia de la relación laboral por no ser empieador, Por este motivo es irrele-
vante para la determinación de la relacibn laboral que el tercero no hubiera exhibido
Iibrosal peritooque e l tercero no hubiera negadoei caricterde franquiciado. Debía
demostrar objetivamente en el expediente la existencia de la franquicia y no por el
asentimiento ficto del tercero (por falta de negativa al contestar ia citación o por fal-
ta de exhibición de los libros). [CNAT, Sala V, 23/12/11, "Albornoz, Mayra Eiizabeth y
otro c. Día Argentina S.A. slDespido", en intranetpjn.gov.ar1.

116- La franquicia no se limitóa la mera conceci6n del usodc una marca o logo, ode
una modalidad en la cual elfranquiciante notuviera ningYn gradode iniervención ni
de participación en la actividad desplegada por la franquiciada. Por e! contrario, esta
claramente evidenciado que la franquiciante tenía injerencia y participacidn directa
en Ia actividad de la franquiciada pues, Psta debia comerciaiizar los productos de pe-
luquería de la marca "Siro y Gerard" bajo las condicionesestablecidas y controladas
por la codemandada, De modoque lafranquiciantedebeseralcanzadaenformasoli-
daria en 10s terminos del art. 30 de la ICT. [CNAT, Safa 11,30112/11, "Bellorini, Alberto
Alejandroc. Mostovy, Valeria Mabel y otro s/Despidow,en intranet.pjn.gov.ar1.

117 - En el caso el actor fue despedido por quien se comportaba como dueño del lo-
cal que llevaba el nombre "Medialunasdei Abuelo", lugara donde la mercadería Ile-
gaba preparada en cajas, para ponerla directamente en eI horno. La sociedad anóni-
ma codemandada comercializa logos y el nombre de fantasía de su propiedad "Me-
dialunas del Abuelo" con iocales mediante contratos de franquicia. Es decir, que por
parte de ia sociedad codemandada medió una cesion de fa expiotacion al principal
(franquiciado), de conformidad con el art. 30 de la LCT, por lo cual el franquiciante es
onsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 273

solidariamente responsable frente al actor, [CNAT, Sala IX, 23/3/12, "González, Ger-
rnian Marcefoy otros sIDespido", en inrranetpjn.gav.ar1.

solidaridad en los términos del art, 30 det lCTante el caso


uicia celebrado entre "Cepas Argentinas S.A," (franquiciante) y
Eor It S.R,L. (franquiciado), siendo la primera quien fabrica los productos que co-
rciafiza la segunda, bajo el uso de la marca " E l Noble Repuigue". El franquiciante
stablecera e l precio de venta al pcbiico de los productos a ser vendidos por el fran-
uiciado, Este deberá llevar un registro completo ya1 dia,de lasventas efectuadas. Es
ecir que ia actividad del franquiciado es propia de la actividad normal y especifica
rcializacionde los productos del franquiciante. [CNAT, Sala
z Varas, Cristian Martín c. Go For It S.R.L, y otros s/Despidon,en

ranquicia comercial ha sido caracterizado como un metodo o


la cornercialización de productos o servicios, a través del cual el
iciante, consciente de poseer un producto o servicio que satisface las necesida-
mercado, arma una estructura particular a fin de que el negocio se expanda a
sindependientes.En el caso,se presenta una fuerte injerencia en
uiciado por parte del franquiciante y ello implica que las activi-
esde unoy otro no son ajenassinoque la delfranquiciante se integra de manera
escindible a la actividad normal y especifica propia del establecimientoque explo-
el franquiciado (desarrollo de la cadena denominada "La Parolaccia" y "La Biste-
", consistente en una red de puntos de venta identificados con una imagen y una
Sala i,619112, "Cobben, Carlos Omar c. Satrincha S.A. y otros
ios", Boletín Mensualde Jurisprudencia de la CNAT, no325, sep.

0- Del contrato de concesión celebrado entre Sabores Suizos S.A, -operador de


estle S.A.- y el concesionario Polar Group S.A., surge que en virtud de un acuerdo
previo, el operador pasee los derechos suficientes otorgados por Nestle para proce-
der a otorgar una concesibn a efectos que "el coricesionario" pueda establecer yope-
rar en la República Argentina, una heiadería identificada bajo la marca "Frigor". Asu
vez, las obljgacjones entre las partes excedíari el uso del logo o de la marca pues en el
caso, Nestle tenía participación en la actividad comercial, ejerciendo además un con-
trol de la actividad del franquiciado. Por ello, y teniendo en cuenta que la celebracibn
de este tipo de contratos implica la acción conjunta y unidireccionalde todas las @m-
presas intervinientes para la consecuciónde la mayor eficacia posibie para e! logro de
sus fines, es procedente fa condena solidaria en los términos del art. 30 de la LCT.
[CNAT, Sala VI, 22/3/13, "Ojeda, Gustavo José c. Polar Group S.A. yotros stDespido",
Boletin Mensualde jurisprudencia de la CNAT, no 330, mar. 2013).

121 -Ha quedado acreditada la relacibn entre la invocada franquiciante -Sushi


Club 5.R.L.-con las restantessociedadespaca las que trabajó la demandante, en un
complejoentramadoque noaparece individualizado e independientecomosostiene
274 Ricardo D. Hierrezuelo - S d r o E Múñez
,-.- -"-"-P.

la recurrente, sino que por el contrario, evidenció la metodología de utilización de la


fuerza de trabajo de los dependientes de cualquiera de ellas -incluso la de fa acto-
ra- para exigir su prestaciún en cualquiera de las otras sucursales del grupo. Por lo
tanto, aparece evidenciada la conducta fraudulenta que denuncia la trabajadora en
el escrito de inicio y que, por tal razón, justifica la condena solidaria en los términos
del citado art, 31 de la LCT por haberse verificado el supuesto que la norma justifica
para su aplicación. [CNAT, Sala IX, 30112/13, "Hoet, Adriana Maria c. Sushi Club S.R.L.
y otros s/Despido", Boletín Mensualde Jurisprudencia de la CNAT, no339, dic. 20131.

122- Los servicios prestados por el trabajador a las Ordenes de las codemandadas y
la actividad desplegada por éstas para FranquiciasArgentinasS,A., con quienes había
contratado mediante el otorgamiento de una franquicia ia colocación en el mercado
de empanadas elaboradas segiin su propio metodo y sistema bajo el nombre de ian-
tasía "Solo empanadas", listasyaptaspara el consurno,configuraron la actividad nor-
mal y especifica de esta última. Tal cornercialización no sólo coincide con la actividad
principal de la comitente principal, sino que además se lleva a cabo bajosu poder de
organización y control forma directa, circunstancia que constituye el presupuesto
CActicoineludibleal cual el art.30de la LCTsupedita la viabilidad de la solidaridad que
consagra. [CNAT, Sala IV, 18/2/14, "NúTiet, Sergio Hernánc. Madejo5.A. yotrosslDes-
pido", en intranet,pjn,gav.ar].

123- Si bien del contratode franquicia y degestión administrativa surgequeseacor-


dó como regla general, que el franquiciadosera responsabledela contrataciOndesus
empleadosyque para ello dispondrá de total autonomía, tambienseadvierte fa inje-
rencia del franquiciante en fa contratación, elección, capacitación y control de los re-
gistros del personal de la sociedad franquiciada, en contratar un seguro de riesgosy
accidentes de trabajo, evidenciándose una fuerte intromisión en las relaciones del
franquiciadoconsur;empleados, circunstanciasque impiden considerar como ajena a
los interesesdeifranquiciante, la actividad de aquél.Y, una interpretación integra! de
los terminos det contrato permite concluir que a través del mismo se habilita al fran-
quiciado para llevar adelante el desarrollo de tareas propias de la actividad normal y
especifica del franquiciante, Por lo tanto, resulta adecuado y razonable encuadrar la
situación ventilada en la normativa prescripta en el art. 30, más allá de las cláusulas
referidas a la indemnidad en la que se obtiga eI franqtjiciado a mantener al franqui-
ciante, propias del acuerdo bilateral entre ellos celebrado, las cuales son de eficacia
restringida frente al trabajador, a quién esas limitacionesde responsabilidad le resui-
tan inoponibies de acuerdo a lo dispuesto por el art. 30 de la LCT. [CNAT, Sala Vifl,
14/3/14, "Suarez, Jorge Antonio c. Food & Service Consulting S.A. y otro sIDespido",
en intranetpjn.gov.arj.

r. Servicios in furmd tiros

124- La actividad de la gerenciadora del sistema de tarjetasdecrédito no puedecon-


cebirse ni llevarse a cabo sin un adecuado sistema informhtico y, por consiguiente,
constituye un eiementofundamental e indispensablepara la consecución de su obje-
n el contrato de trabajo 275

nczei, Melina P.c. lntenatjonal Micro Computers


dencia, luiio Grisolia idir.), 20071.

estación de trabajos y servicios de operacivn del


segmentodel mercadoen el queactiia y destinados,
rello, al cumplimientodel objeto de las explotaciones que realiza, esto es, norma-
y específicosde losestabiecírnientosque explota, involucra la responsabilidad pre-
ta por el art. 30 de la LCT. [CNAT, Sala Vlll, 31/3/05, "Cardaci, Víctor A. c. Telefónica
Argentina S.A. yotros", Manual dejurisprudencía, lufio Grisolia (dir.), 20071.

s. Desma/ezamiento y mantenimiento de camino5

6-- Las tareasde desmalezamientoy mantenimiento de caminos internosdei pre-


e producciónde la contratante realizadas por la ern-
ituyen trabajos de tipo accesorio o secundario que
ermanentemente en la actividad de l a primera, no
eden sin embargo considerárselos incluidos entre aquéllos con los cuales se persi-
e el logro del objetivo principal de la empresa.
claro que toda actividad desarrollada dentro del ámbito físico de una empresa co-
yuvadealgún rnodoa la consecucibn desusfines, pero hay laboresque lo hacende
anera indirecta o tangencia1 -como acontece en el caso de autos- y no generan
consecuencia la responsabilidad solidaria que especificamente determina el art.
de ia ICT, máxime teniendo en cuenta que la interpretación de la solidaridad que
pone es de carácter excepcional y restrictivo, en tanto extiende ia responsabilidad
patrimonial a quien resulta, en principio, ajeno a la relación sustancial (conf. causa L.
81-336,sent. del 2-X-2002).
onsidero que el casa que nos ocupa sevincula con un aspectosecundario,que si bien
ebe estar cubierto por la empresa con ciertos recaudos de permanencia o continui-
za ycirculaci6n de los espacios comprendidos den-
ablecirniento demandado, lo cual tiene una inci-
n~iasecundaria,compiementaria o adicional en relación a lo que constituyesu ob-
jeto. La prescindibilidad de la tarea o fa posibilidad desu realizacióncon prestaciones
esporádicas o disconrinuas en el marco de !a producción llevada a cabo por la contra-
Pante, pone de relieve que se trata de una actividad marginal en ordena losfinesprin-
cipaies y específicos de la empresa y, por lo tanto, ajena a aquéllasprevistasporla nor-
ma en examen -3rt.30, LCT-, que son las que coadyuvan directamente a la conse-
cucibn del objetivo empresario específico. ISCBA, 2815103, "González, FklixTomas c.
Vial Paraná S.A. y otra s1Diferencia indemnizaciún por despido, etcétera", inédito].

t. Alquiier de /oral de un shopping

127- Los contratos de locación revelan que la actividad de Shopping Alto Pafermo
S.A., Alto PaiermoS.A. (APTA), es ia explotación de complejos comerciaies destinados
a la cornercializacibnen forma organizada de bienes y servicios. Obsérvese, además,
que ia demandada alquila los locales ubicados en ias paseos de compras de su propie-
276 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Múñer

dad contra el pago de un canon equivalentea un porcentaje de la recaudación bruta


mensual.
Desde tal perspectiva se advierte que las sociedades demandadas desarrollan !a rnis-
rna actividad. La empleadora se dedica a la cornercializaciónde artículos de li breria en
formadirecta. La actividad del Shopping Alto PaimeroS,A,seconcentraen la locación
de los locales ubicados en los complejos comerciales de su propiedad, destinados a la
comercialización en forma organizada de bienes y servicios. No se puedesoslayarque
las ganancias obtenidas por esta última dependen directamente de la facturación
bruta mensual derivada de la comercialización de los bienes yservicios por los locata-
~ complejo comercial. Fa actividad desarrollada por Produ Media S.A. es nece-
r i o del
saria para el cumplimiento de los finesdel Shopping Alto Palermo S.A. yforman par-
te del giro normal y habitual de sus negocios. Por esoambasdemandadas resultan50-
lidariamente responsables de lasobiigacionesderivadasde la relación laboral habida
entre la adora y la primera, en los términos del art. 30 de la LCT". [CNAT, 5aia lli,
37/8/07, "Deluca, Daniela Vanesa c. Produ Media L A , y otro", in&dito],

128-Tal como la normativa del art. 30 de la LCTfo establece, para que nazca la res-
ponsabilidadsolidaria de una empresa por las obligaciones laboralesde la otra, debe
existir una unidad técnica de ejecución. Así la actividad que desarrolla la codeman-
dada Shopping Alto Palermo S.A, consicte en el alquiler de locales existentes en cen-
tros comercialeso "shoppings", que fueronconstruidoso adquiridos por ta misma, sin
que tenga injerencia la actividad de la otra codemandada Sepia BeautyS.A,, dedica-
da a la comercialización de productos de belleza. Siendo Ia Unica vinculación entre
ambos sujetos codemandados la locacian de un local, Shopping Alto Palermo S.A. no
resulta solidariamente responsable en los términos det art. 30 de la LCTfrente a la
actora. [CNAT, Sala Vfli, 3016109, "Fiszman, Tamara c. Sepia 6eautyS.A. y otrosiDespi-
do", en intranetpjn.gov,ar],

329- Noseconfiguran los requisitos del art. 30de la LCTanteel casode una trabaja-
dora que sedesempeñaba bajo las órdenes y dependencia de una ernpresaqueexplo-
taba un comercio dentro de las instalacionesdel Shopping Abasto, prestando tareas
consistentesen la venta de productos de merchandisjng del club Boca Juniors. El obje-
to social de dichashopping es el de inversión, explotacibny desarrollos inmobiliarios,
inversiones mobiliarias, construcción y10 explotación de obras, servicios y bienes pii-
blicoc, creación, desarrolio y operacibn de ernprendirnientos, sitios o proyectos vin-
culados a Internet. Por lo que parece claro que las tareas de la reclamante no pueden
considerarse pertenecientes o,propias del giro normal yespecifico de la actividad de
dicha codemandada. [CNAT, Sala IX, 31/3/10, "Górner, Florencia Rsnee c. Punto Tra-
ding S.A. y otros slDespido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de ia CNAT, no299,
Oficina de Jurisprudencia, mar. 20101.

130- Cencosud5.A.essolidariamenteresponsable juntoal locatario, en lostérminos


del art. 30 de la LCT, en razón de que la actividad desplegada por este Ultimo en el lo-
cal comercial de venta de ropa unisex informal ubicado en el complejo comercial de
propiedad de Cencosud S.A., constituye una "actividad normal y específica" de Psta
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 277
-,----.

ijltima (cfr. art. 30, LCÍ).Ello es así por cuanto ia actividad de ia persona juridica men-
cionada en Uitirno tPrmino, consiste, esencialmente, en la concesión y administración
de los locales ubicados en ei complejo de su propiedad, denominado Centro Comer-
cial Quitmes Factory, destinadosa la carnercialización en forma organizada de bienes
servicios, todo ello a fin deobtener ".,, la optimizaciOn de lasactividades comercia-
sque en é i se desarrollan". [CNAT, Sala VI, 19/9/14 "Saloni, José Ariel c. Hnaiuk, Ca-
rjel Nicolás y otro slDespido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no346,

u. Fideicomiso

131 -- El fideicomiso es organizado camo emprendirnienta por quien a su vez, para


convertir eJ fundo estéril en ernprendirniento productivo necesita de un comerciaii-
zador (el empleador)queestavinculadodernodofundamental aldesarroitodelfidei-
cornisoque pone en juego el fiduciante. Si quien contratóal desarrolladorfue elfidu-
ciante (y ei beneficio de su actividad que era convertir ai contratante en beneficiario
I fideicomiso era el fiduciante queasí pone en valor el inmueble objeto del fideico-
iro) es éste quien debe responder por iocgastos que corresponden a la venta del in-
mcieblequese pretendedesarrollar, Por el contrario, ninguno de estossupuestosque
nfiguran e l art. 30 de ta 1CTpueden ser aplicados por el fiduciario cuya función se
ota en la custodia de ese patrimonio diferenciado que es el fide!comiso (del voto
Idoctor Arias Gibert).
las decisiones relativas a la actividad económica que se encararía a trevésdel fidei-
comiso, el rol del desarrollador es tan importante como el del fiduciario, puesto que
por mas diligencia que aplique este último en la administración del fideicomiso en to-
do lo queexcedade la gesti6ndel negociosubyacente, si e\ administrador fuera negli-
nteenoperar el negociosubyacente, no habrá provecho para losinversores.Justa-
ente respectodeesa diligenciadel administrador, noes procedente responsabilirar
iduciario, porque implica contar con una experiencia y conocimientos especiales
det negocio que escapa a los de control de aquél (del voto de la doctora Garcia Mar-
galejo), [CMAT, Sala V, 30/12/11, "Vega lracelay, Lucio c. Nación Fideicomisos S.A. y
otros slDespido", en intranet.pjn.gov.ar].

132- S i del Contrato de Gerenciamientofirmado entre Racing Club Asociacibn Civil


y BlanquicelesteS.A., surge que durante fa relación laboral el mismo se encontraba
vigente y, en el art. II de dicho contrato se estabiece que su objeto es O , , , la cesión del
Club (Racing Club Asociación Civil) a1 Gerenciador (Blanquiceleste S.A.) de !a direc-
cian, operacibn, cornercialiraci¿\ny administracjón, por si y para si, libre de toda res-
tricridn, iimifación o condicionamientosimpuestos por contratos o cesiones de dere-
chos, conentera libertad y autonornia, de la Actividad Futbolisrica del Club ...",esevi-
dente que e l objeto de dicho contrato, encuadra en el instituto previsto en la prime-
ra partedel art. 30dela LCT cesibn del establecjmientoo explotación, lo cual nopue-
de llevar a otra conciusibn que la responsabilidad solidaria decidida. ICNAT, Sala Vlll,
18/3/14, "Silva, Jorge Luis c. Blanquiceleste S.A. y otro siDespido", en íntranetpjn.
278 -
Ricardo D.Hierremelo Pedro 6 Núñez

133-- En el caso, el actor, kinesiólogo en Racing Club codemanda a Blanquiceleste


S.A. que gerenciara a l a codemandada Racing Club Asociación Civil en virtud de !a ley
25.284, defideicomirodeportivo, afin de quese lo indemniceen virtud de haber exis-
tidouna relación laboral. Dicha ley no excluye [o normado por el art. 35de la ICT; sino
que, por el contrario, lo supone, o sea, el objeto de la ley invocada por Racing Club
(25.284), implica necesariamentela cesión del ectablecimientooexplotación por par-
te del club a un tercero (Blanquiceleste S.A.), constituyendo precisamentetal circuns-
tancia el presupuestodehechoquetornaaplicable !o dispuesto en el art. 30 de la I t T ,
Los servicios médicos (kinaiológicos) que prestb el accionante para Racing Club Aso-
cíacibn Civil coadyuvan a la actividad normal y especifica propia del mismo, siendo
ellos imprescindiblespara el cumplimiento de su objeto. ICNAT, Sala VI, 30/9/15, "Gra-
nese, FabjBn Enrique c. Racing Club Asociación Civil y otro slDespido", en Boletín
Mensuafde Jurisprudencia de la CNAT,sep. 20151.

Vi - Condena a/ Estado en los terminos del art. 30 de la ICT


En terminas generales, y con algunas excepciones, se ha desestimado ia exten-
sión de condena al Estado nacional o a algunas de sus reparticiones, por no serle de
aplicación las disposiciones de la iey de Contrata deTrabajo.
Así, la CortesupremadeJusticia de la Nacirín en el Fallo "Mánaco" resolvioque:
"La Administración Pública Municipal no esernpleadorasegYnel Régimende Con-
trato deTrabajo-salvo que por acto expresose incluya a susdependientes dentro
de su ámbito- por lo que mal puede ser alcanzada entonces, por una responsabi-
lidad solidaria que sólo es inherente a esta clase de sujetos del contrato de trabajo
(arts. So, inc. a, y 26)".Yagrego que: "Corresponde dejar sin efecto la sentencia dic-
tada por la CArnara, con posterioridad a que la Corte dejara sin efecto un anterior
pronunciamiento, si al declarar responsable solidaria a la Municipalidad de la Ciu-
dad de Buenos Aires por diversas indernnizaciones emergentes del Régimen de
Contrato de Trabajo, que la concesionaria de la expiotación de playas de estacio-
namiento debía a los adores, omifi6 considerar la incidencia de la relación con-
tractual de Derecho público que vinculaba a las partes, de acuerdo con las expresas
directivas sefíaladas en su oportunidad por la
Tres años después, volvió a expedirse en idénticos tfirminos, al resolver. que:
"Corresponde dejar sin efecto la sentencia que no valoro adecuadamente la gra-
vitación del caricter administrativo del contrato que tigb al Estado nacional y la
demandada -prestacibn de un servicio destinado a cumplir un fin pliblico, cual es
laseguridad de un organismoestatal-, afin de establecer si el art. 30de ia LCTdei
Régimen de Contrato de Trabajo permitia vincular de manera solidaria a una per-

as CSJN, 2/9/86, "Mónaco, Nicoiasy otros c. Cafiogai S.R.L. y otro", CSJN-Failos,307':958; ~ o k -


'ín Temático de Jurisprudencia de la CWT, voz "Condena al Estado por Solidaridad.Arl. 30, LCT,
Jficina de Jurisprudencia, may. 2006.
ilidad solidaria en e/ contrato de trabajo

xciuida expresamente del citado cuerpo legal"86.Esta postura


aren 1991 enel caso "Godoy, Epifanía yotroc. Breke Argentina S.R.L.

el criterio estricto fue reiterado por el Máximoiribunal al expresar


escaiificableel pronunciamientoque condenó al ANSSALal pago de una
salarial ajena -correspondiente a obligaciones contraídas por la Asocia-
Obras Sociales de Tucurnán-, pues ello importa el desconocimiento de la
aturaleza administrativa de la vinculacibn entre las demandadas, de carácter pú-
Iico e insusceptible,sin un acto expreso, de originar responsabilidad solidaria ati-
ente a las normas del contrato de trabajo"88.
En lo que respecta a la Cámara Nacional de ApeIaciones del Trabajo, a partir de
segunda mitad de la década del 2000, !a mayoría de las Salas comenzó a dictar
llosque extendían la condena al Estado, mientras que otras mantuvieronru pos-
ra desestimando ta solidaridad.
El fundamento que se aprecia en casi todos los precedentes que rechazan la
xtensión de condena es la aplicación del principio de legitimidad de los actos de
los órganos del Estado, por lo que no cabe presumir que se incurra en fraude a la
ley; asícomo tambiénqueet gobierno noes una empresa, establecimientooexplo-
ación en los términos de ia Ley de Contrato de Trabajo.
En idéntico sentido se ha expedido la Suprema Corte de Buenos Aires, a l resol-
er que: "Debe revocarse la sentencia del Tribunal de Trabajo que hizo extensiva la
condena a la Municipalidadde La Plato -en el caro, el actor prestaba servicios en
una empresa concesionaria, en virtud de la licitación privada, de gastronomía en el
complejo turístico recreativo Repcblica de los Niños y demandó el pago de habe-
res e indernnizaciQn por despido- toda ver que, al celebrar el contrato en virtud
del cual la comuna otorgó el permiso precario a la empleadora del actor, el muni-
cipio actuó como persona de Derecho publico, en ejercicio de una potestad que le
es inherentey dentro de la órbita de! Derecho adrninistrati~o"~~.
Entre las Salas que habian resuelto extender la condena al Estado encontraba-
mos las siguientes: 111, iV, V, VI, VI[, VI11 y X.

86 CTJN, 9/2/89, "Vafdez, Luis c. Andes Investigaciones S.R.L. y otro", CSJN-Fallos, 312:146;
Boletín Temdtíco de lurisprudencia de la CNAT, voz "Condena al Estado por Solidaridad. Art. 30,
LCT", Oficina de Jurisprudencia, rnay. 2006.
87 CSJN, 2112i91, "Godoy, Epi.fania y otro C. Breke Argentina S.R.L. y otro", CSJN-Fallos,
314:1679; Boletín Temático de jurisprudenciade la CIVAT,voz "Condenaal EstadoporSolidaridad.
Art. 30, LCT", Oficina de Jurisprudencia, may. 2006.
8s CSJN, 25/8/98, "Toll, Enrique y otros c. Asociación de Obras Sociales y otra", CSJN-Faiios,
321 :2345; Bolerín TemaricodeJurisprudencia deia CNA T, voz "Condena af Estado por Solidaridad.
Art. 30, LCT", Oficina de Jurisprtldencia, rnay. 2006.
89 Véase SCBA, 3/7/02, "Aiiende, Carlos A.C. D'Ambroggio, Ana I. y otro", DT, 2003-A-570.
280
--.-.- ---- u---- --Ricardo D.Hierrezueio - Pedro F. Núñez
--A- +.
---
L .
.--
-

Así, la Sala ill señal6 que: "La ley excluye al Estado de ciertas responsabilidades
solidarias, como las derivadas de la transferencia del estabiecirniento (art. 230,
LCT), pero ninguna norma hace lo mismo respectode ia responsabilidad del art. 30.
En este sentido ha de notarse que esta ultima norma no requiere que el responsa-
ble sea ernpleador del reclamante ode persona alguna: se limita a imponer al con-
tratista principal el control del cumplimiento, par parte del subcontratista, de !as
normas hborates y de la seguridad social respecto de sus propios trabajadores y,
para mejor garantizar este controi y asegurar que su incumplimiento no redunde
en perjuicio de los trabajadores privados empleados por un subcontratista even-
tualmente insolvente, extiende al principal responsabilidad solidaria por las deu-
das de éste último. Así puede observarse que ej Estado es doblemente responsab!e:
porque la ley se lo impone y también porque forma parte de sus objetivos institu-
cionales promover y asegurar, en cuanto de ét dependa, el cumplimiento de las ie-
yes y la satisfacción puntual de los
Por su parte, la Sala IV entendió que: "La actora quien se desernpeñ6 en Bingo
Lavalle S.A. demanda solidariamente, en los términos del art. 30 de la LCT, a tote-
rla Nacional S.E. La explotaciói~de una sala eri la quece lleven a cabo lossorteosdel
denominadojuego"Loto Familiar o totode Salóno LotclBingo", tal el casode Bin-
go Lavalle LA.,forma parte inescindiblede la actividad normal y especifica propia
de la Lotería Nacional Saciedad del Estado, la cual tiene por objeto la organiracibn,
dirección, administración y exptotacion de juegos de azar y apuestas mutuas y acti-
vidades cornerciafes;para lo cual puede disponer las reglas de los juegos de azar y
de apuestas mutuas, establecer casinosy otros locales de juegos, hipódromos y ac-
tividades concurrentes, reglar su funcionamiento y explotarlos, por lo que resulta
responsable solidario en los t6rminos del art, 30 de la LCT, Dicho artículo no nece-
sariamente presupone la cornisionde un fraude en perjuiciodel trabajador (infrac-
ción en la que bien podría incurrir el Estado): por el contrario, a fin deevitar juzgar
acerca de fraudes de difícil acreditacibn, impone al contratista principal una res-
ponsabilidad solidaria objetiva" (del voto del doctor Zas, en r n a y ~ r i a ) ~ ~ .
La Saja V señaló que: "Parte de la jurisprudencia sostiene que no es posible ex-
tender la responsabilidad delair. 30de la LCTa la Administración Pública cuando se
haya vinculado con un contrato de cariicter administrativo con un empresario pri-
vado, ya que la presunción de legitimidad de los actos administrativosaparecería en
pugna con lo dispuesto por el artículo referido, en la inteligencia de que su aplica-

90 CNAT, Sala lll,2712109, "Sánchez, María c. LirnVal S.A. y otro slfiespjdo", Boierin Temárico
deiurisprudenria deia CNAT,voz "Solidaridad.Art. 30, LCT". OficinadeJurisprudencia, mar,20?0.
91 CNAT, Sala IV, 3/3/09, "Retamar, Celia c. Bingo LavalleS.A. y otros/Despido", Boietin Men-
sualde jurisprudencia de la CNAT, n0289,Oficina de Jurisprudencia, abr. 2009.
onsabijidad solidaria en elcontrato de trabajo
--.

presupone la reaiizacionde una actividad en fraude a la ley respecto de los tr


ores. Sin embargo, la obligacibn de responder del contratista principal que
la norma aludida no está condicionada a que setrate de una "empresa" oque
en mirase! "fin de lucro"; la previsión legal utiliza el pronombre "quienes" y
luye a las personas pírblicasdetal órbita especifica de responsabilidadug2.
n idénticosentido, la Sala VI resolvióque: "El servicio de limpieza prestado por
empresa privada para la que laboraba el actor, dentro del ámbito del Ministe-
e Salud, forma parte de la totalidad de la organizaciiín y contribuye al resul-
fina! de dicha institución, por lo que t a l Ministerio es responsable solidario
con ta co demandada en cuanto a la entrega de los certificados de trabajo
rme al art. 80 de la LCTy la multa por no haberlo cumplido (del varo del doc-
r Fernández ~ a d r i d ) " ~ ~ .
ambién la Sala VI1 indicóque: "En el casoei trabajadorsedesempehaba en una
ia técnica municipat y ante ei despido incausado nosólo demanda al estable-
ducativo municipal, sino también solidariamente al Gobierno de la Ciu-
d de Buenos Aires-Secretaria de Educación-. S i bien es claro que el Estado no
una institución comercial con fines de lucra, por lo que no es habitual ltarnarlo
", no menos io es el hecho de que su actividad responde perfectamente
pción del art. 5"de la LCT. Entre IasactivIdadesquetieneasucargo el Go-
de !a CABA se halla la gestión de la escuelas públicas de su jurisdicción, y Io
s que las tareas realizadas por el trabajador como "encargado de paño"-las
les consistian en el aprovisionamientoa alumnos y profesores de los materiales
esarios para poder reatizar sus trabajos-forman parte inescindible de la acti-
ad normal y especifica propia de una escuela técnica. De allí que el GCBA sea
idariamente responsable en los términos del art. 30 de la LCYg4.
En térrninossimilares, la Sala VI11 resolvi6 que: "Las constancias de la causa per-
miten imputar la falta de un servicio médico específico, de carácter priblico, al Go-
bierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quien suplió tal falencia de mane-
ra irreguiar a través de la empleadara de la reclamante, circunstancias que com-
prometen su responsabitidad extracontractual, toda vez que resuita patrimonial-
mente responsable por ia prestación irregular de dicho servicio. Corresponde ex-

92 CNAT, Sala V, 3011 1/09, "Nosmor, Rosa Natalia c. National Game S A. y otro slDespido", en
intranetpjn,gov,ar.
93 CNAT, SalaVI, 16111105, "Gamarra,Corinac.Servicios Auxiiiares5.A.y otroslDiferenciasde
salarios", Boletín Ternatico de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Soiidaridad. Art 30, LCT", Oficina
de Jurisprudencia, mar. 2010.
94 CNAT, Sala VI], 2314110, "Sedano, Oscar c. Asociación Cooperadora Prkstamo de Honor Es-
cuela Técnica no9 D.E. 7 RegiSn IV Asoc. Civil y otros s/Despido", Boletín Mensual de Jurispruden-
cia de la CNAT, no 300, Oficina de Jurisprudencia, abr. 2010.
282 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núñez
--- --- -- - LI_- -llll_l--------

tender la condena contra ef empleador al Gobierno de fa Ciudad Autónoma de


buenos Aires, en los términos de los arts. 901 a 904,1109 y 1 112 del C C " ~ ~ .
El 17 deseptiembre de 2013 la Cortesuprema dictó dosfailossosteniendo la im-
procedencia de la extensión de responsabilidad at Estado con invocación del art. 30
de la LCT EIJos son, "GOmez, Susana Gladysc. Golden Chef S.A. y otros s/Despido",
y "Monrroy, Elsa Alejandra c. Infantes S.R.L. y otro s/DespidoU.En ia primera de las
sentencias mencionadas, nuestro más Alto Tribunal dejó sin efecto ia sentencia de
la Sala V, que había extendida la condena al GCBA en un supuesto de tercerizacibn
del servicio de elaboración y distribuciun de comidas en hospitales dependientes
de aquél.
ManifestB que la cámara no vaior~la gravitaci6n del caricter administrativo
del contrato de concesidn entre las demandadas, para establecer si ef art. 30 de la
LCTpermitía vincular de manerasolidaria a una persona de derecho púbfico noso-
metida expresamente a la regulación laboral común, máxime cuando el regimen
legal en que sefund6 la responsabilidad de! Gobierno de Ia Ciudad de BuenosAires
está condicionado en su aplicaciiin a que resulta compatible con la naturaleza y
modalidades de la actividad de que se trate y con el especifico régimen jurídico a
que se haile sujeta (at-t. 2"' párr. lo, LCT),
Rernarcó que el a quo ha desconocido, en primer termino, que el GCBA no es
ernpleador según la LCT-salvo que por acto expreso se incluya al dependiente
dentro de su ámbito- por lo que mat puede ser alcanzado, entonces, por una res-
ponsabilidad solidaria que sólo es inherente a esta clase de sujetos del contrato de
trabajo jarts. 2", inc, a y 26), Y, en segundo lugar, que dicha regulaci6n es incompa-
tible con el regimen de derecho publico (art. So, párr. lo) a que, en la hipótesis de
autos, se halla sujeta la apefante.
Recientemente, la CSJN ratificd esta posición en los autos, "Orue, Mariana i a u -
ra c. incucai y otro sIDespidoVy "Coduras, Javier Andrés c. Comisión Nacional de
Regulación del Transporte y otras s/Despidor',ambos del 2018115.
Con posterioridad a dichos fallos, algunas Salas de la CNAT, receptando la juris-
prudencia de la Corte Suprema, procedieron a desestimar la solidaridad de! Estado
(nacional, provincial o municipal) en los t6rminos del art. 30 de la LCT.
Así, la Saia X resolvió: "Ei Estado Nacional no es sujeto de la LCT, es decir del
derechodel trabajo en su totalidad, y, por lo tanto, no puede ser convertido en tal
por una vía indirecta como la dispuesta en los ara. 29,30,316 225 a 229 de dicha
ley. La única forma ert que un organismo de la administracibn resulte alcanzado
por una norma laboral -sea cual fuere-es que, con anterioridad al acto envirtud
del cual se formula e! rectamo, hubiera habido expresa sujecion de aquel a dicho

95 CNAT, Sala Viil, 22/9/03, "Mazzei, Maita A. c. AsociaciOn de Lucha contra la Bulimia y Ano-
exja y otros", en "Revista deDerecho Laboral y Seguridad Eiocial", no 1, ene. 2010, ps.36 y 37.
onsabiíidad solidaria en el contrato de trabajo

imen, esdecir, que la apiicabilidad de cualquier disposición del derech


ende de un acto expreso en ese sentido o bien de una djsposi
inistrativo (art. 2", inc. a, 1Cn. Por lo tanto, mientras no exista
tro la adrninisti-acibn pública resulta ajena a la ovbita del derecho
ende, a la extensión de rerp~nsabilidad"~~.
r cu parte, la Sala 1 seiialó: "Si bien el actor Fue contratado cam
codemandada Cardiovascular Aeronautico Central SAL.y el Estado Nacio-
Argentina) requirió los servicios médicos de esta tlltirna, carres-
rina de La Corte Suprema y declarar la improcedencia de ex-
bilidad a Entes Públicos, en la inteligencia de que esta emerge-
to claramente inaplicable al Estado en sus diversas formas.
ez, Luis c. Los Andes Investigaciones S.R.L. y otro', Fallos, 312:
). A su vez, la Corte sostuvo recientemente en autor: 'Eórnez. C. Gotden Chef
o', REM G.78.XLV y 'Monrroy, Elsa Alejandra c, InfantesS.R.L.y
trosIDespido', REH M 530, XLV, ambos del 17/9/73) que la Administración Pública
acional o municipal) no es empleadora según el Regimen de Contrato de Traba-
-salvo que por acto expreso se incluya a sus dependientes dentro de su ambi-
1 puede ser alcanzada entonces por una responsabilidad soli-
aria que sólo es inherente a esta clase de sujetos del contrato de trabajo. Asirnis-
o, destacb que la actiiación de organismos administrativosestá regida por un sis-
ema jurídico diferente que se sustenta en principios propios, no compatibles con
eria de derecho común y puso de relieve que la presuncion de
legitimidad de !os actos administrativos aparece en pugna con la contenida en el
3 0 de la .&U, que presupone una actividad de fraude a ia ley par parte de los

La Sala 11 refirió: "En el caso, el actor no adujo haber estado unido a l Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires por u n contratode trabajo, sino quesolo requiribque
se le hiciera extensiva en forma solidaria la responsabitidadde su empleadora. Por
otra parte, el GCBA no es una 'empresa', ni se ded ica a la actividad teatral sino que
es una autoridad política-administrativaque, en cumplimiento de ese rol específi-
co (y no con motivo de una actividad empresaria), entre otras cosas, dirige y admi-
nistra el establecimiento teatral en el funciona la Eundaci6n Teatro Colón para la
que trabaji, el accionante. Por ende, el servicio de isitas guiadas que brinda ia Fun-
dación para hacer conocer las instalaciones de! mencionado teatro no es una acti-

96 CNAT, Sala X, 76/5/14, "Giliert, Dan&! Marcelo c. Fundación Madres de Plaza de Mayo y
otros sIDespido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no343, may. 2014.
97 CNAT, Sala 1, 30/9/13, "Ybalo, Hugo Rene c. Hospital Aeroniutico Central slDespido", en

intranet pjn-gov ar
2 84 Ricardo D.Hr'errezuelo- Pedro E IVUñez
-- ~,-".-- -
---
---
---
--, -
vidad que pueda considerarse incluida en el objeto propio de la que esa autoridad
poiítica despliega en el ámbito de un teatro que funciona en el ámbito del Minis-
terio de Cultura de! GCBA, por lo que, indudablemente, no se verifica el prcsu-
puesto esencia! conternpiado por el art.30 de la LCTen orden al reconocimiento de
la solidaridad pretendida. En estesentido, cabe recordar que, la hipótesis de que la
responsabilidad solidaria que preve el citado ari. 30 de la LCTpudiera llegar a ha-
cerseextensiva a un 6rganode fa administración pública fue descartada por la Cor-
te Suprema en el pronunciamiento del 17/9/13 con motivo del recurso extraordi-
nario concedido en los autos 'Górnez, Susana GIadys c. Golden Chef S,A, y otro:;
s/Despidof(G. 78 XLV. R E w ) " ~ ~ .
También la SalaV receptó la jurisprudencia de la CorteSuprema al expresar: "Si
bien las sentencias de ta Corte Suprema sólo deciden en los procesos concretos que
le son sometidos, ysus fallos no resultan obligatorios para casos análogos, los jue-
ces inferiores tienen el deber de conformar susdecisiones a aquéllas. Este deber de
los tribunales importa el reconocimiento de la autoridad que inviste y, en canse-
cuencia, la necesidad de controvertir sus argumentos cuando se aparten de dicha
jurisprudencia al resolver lascausassometidasasu juzgamiento. Porende,ce impo-
ne acatar lealmente la doctrinade la CorteSuprerna en Iascausas'Gornezc. Golden
Chef' y 'Ciancio c. GCBA', máxime si e! actor ni siquiera aport6 ratones no exami-
nadas o no resueltas en ellas. Por ende, debe rechazarse la demanda contra d Go-
bierno de la Ciudad de Buenos Aires (del voto del doctor las, en mayoria y dejando
a salvosu opinión contraria sustentada en Ia primer causa rnen~ionada)"~~,
La Sala IV resolvió: "Sobre ia extensión de responsabiiidad solidaria en los tér-
minos del art. 30 de ia LCT a un organismo de! Estado (SENASA), debe estarse a lo
resuelto por la Corte Suprema en el precedente 'Monrroy, Elsa Alejandra c. Infan-
tes S.R.L. yotro sIDespido', sent. del i7/9/13. ta Corte remite al dictamen de ia pro-
curadora fiscal en donde sostiene que '... la Administración Pública (nacional o mu-
nicipal) no es empleadara según el Régimen de Contrato de Trabajo -salvo que
por acto expreso se incluya a sus dependientes dentro de su ámbito-, por lo que
mal puede ser alcanzada, entonces, por una responsabilidad solidaria que sbio es
inherente a esta clase de sujetos dei contrato de trabajo (...) la actuación de los or-
ganismos administrativas está regida por un sistema jurídico diferente que se sus-
tenta en principios propios, no compatibles con los aplicables en materia de dere-
cho común t.,.) la presunción de legitimidad de los actos administrativos aparece

98 CNAT, Sala 11,17112/13, "Muñoz, Daniel Maxirno c. FundaciónTeatro Colón de la Ciudad de


Buenos Aires y otroslDespido", en intranetpjn.gov.ar:
99 CNAT, Saja V, 31/3/14, "Valdiv~eso
Ramos, Luis Segundo c. Murata S.A. y otro sIDespidoq,
en intranet,pjn.gov.ar.
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
---- "u

pugna con la contenida en el ari. 30 de la LCT, que presupone una actividad d


be a la ley por parte de 1osernpleadores' ..."loO.
inaimenle, la Sala Vil!, ha dicho que: "Dado que la normativa que rige ai est
cimiento de !a codemandada en los tbrminos del art. 30 de la LCT, es ajena
bito privado por cuanto se trata de un ente de carácter público que, incluso,
iene con sus empleados una reIacián de empleo público, no puede concluirse
icha corporacion efectuó en favor de la empleadora del actor una delegación
la actividad normaly especifica propia del establecimientoya que lasactividades
ambasdemandadas eran ajenasy ercindibles, El hechodequeen el pliegode iici-
ación se previese el cumplimiento de obligaciones similares a las del art. 30 de la
CT, no importe la admisión de una eventual responsabilidadsolidaria del entede
er pirbliro codemandado, sino solo la exigencia de condiciones mínimas
ensabler de adecuación a la iegisiación vigente, propias de un empresario
igente, y acordesa 1 Institucióndonde los servicios deben ser prestados, pues, no
admisible que e l Estado a travks de cualquiera de sus &ganas se desinterece en
bsaIuto del cumplimiento de las obligaciones que pesan en cabeza desuscontra-
Stas, pero no por ello será solidariamente responsable"101.

5 29. La solidaridad antes de la reforma


Hasta antes de la reforma introducida por la ley 25.013, los cedentes y conira-
tantes debían exigir de sus cesionarios, contratistas osubcontratistas, el adecuado
cumplimiento de las normas relativas al trabajo y los organismos de la seguridad
social, siendo "en todos los casos" responsabtesde las obligacionescontraidascon
tal motivo con los trabajadores y la seguridad socia[ durante el plazo de duracidn
de tales controtoso al tiempo de su extinción, cualquiera sea eI acto o estipuiaci6n
que al efecto hayan concertado.
Es decir, se establecía una verdadera responsabilidadobjetiva, que surgía de la
propia contratacián interernpresarial. Esto en modo alguno implicaba que el con-
tratante se constituyera en empleador de los trabajadores del contratista, sino que
por una disposiciOn legal se convertía en obligado vicario de los créditosemergen-
tesdeesa relación laboral (con los trabajadoresy tosorganismosdelasegurjdadso-
cial). La solidaridad era pasiva,surgía en caso de contratación con empresas reales
y abarcaba sólo las obligacionescontraídasdurante el lapso de duraciíln de la obra
y con motivo de su realización

CNAT, Sala IV, 22/8/14, "Sánchez, María lsabef c . Lim-Val S A. y otro s/Despido", en intra-
net.pjn.gov.ar.
lo' CNAT, Sala Vill, 2012115, "Mansilia, Luis Roberto c. Pontoriero, Pascua1y otro slDespido",
DT, aAo LXXV, no7, )uI. 2015, p. 1442.
El artE30 de Ia LCT a la luz de la reforma
introducida por la ley 25,013
-

5 30, Antecedentes
Nos dice Carcavallo que en 1925 ya Unsain exponía que: "la legislación obrera
se niega a reconacer ia existencia del intermediario" y que no acepta la interven-
ciónen el contrato de otrossujetosque el trabajadory el obrero, ejemplificandosu
aserto con la ley9688, que responsabilizaba al empleador por losaccidentes de los
obreros del contratista y con la reglamentación de la entonces Ley de Trabajo a
Domicilio 10.505, que equiparaba al intermediario ron el patrón; acerca del ari. 6"
de la ley 11.278de proteccióndel salario, antecedente del actual art. 136de la LCT,
entendió que reconocia la intervención de contratistas o intermediarios, dando
acción al obrera para no dejarlo a merced de un confratista irresponsable econo-
micamente o de mala fe, que reciba el dinero de la obra y no lo emplee en el pago
de los jornales" l .
Agrega este prestigioso autor que fue la Ley de Contrato deliabajo en su art. 32
(actualmente, art. 30) la que introdujo en la regulación general la solidaridad entre
el dador principal de trabajo y !os contralistase intermediarios, manteniendoel a&.
150 (actualmente, art. 136)-con afiadidos a favor de las fondos de la seguridad
social- la facultad que el precitado art. '6 de la ley 11.278 reconociera a tos deperr-
dientes de los contratistas, o sea, exigir la retención y pago de los salarios adeuda-
dos, mecanismo que previamente paso al art. 13 de la ley 18.596~que no importa-
ba unaverdaderasolidaridad2.Esque, como vimosen el Capítulo II,antes de la san-

Unsain, Legislación del trabajo, t . 1, p. 356,citado por Carcavallo, Elartículo3Ode /a LCT-


Susantecedentes, alcances yproblemas, en "Revista de Derecho laboral", no2001-1, "La solidari-
dad en el contrato de trabajo", ps. 137 y 138.
Carcavallo, El articuh 30 de la LCT. Susantecedentes, alcances y problemas, en "Revista
de Derecho laboral", no2001 -1, "La solidaridad en ef contrato de trabajo", ps. 137 y 138.
2 88
_
_L_ ~ - I - - _ l l _ l ^ i l - L I - - l - - _ . - - - L >
-
Ricardo D, Wierrezuelo Pedro Blilúfiez

ción de la LCT, y con excepción del rPgimen de accidentes de trabajo (ley 9688), la
solidaridad solo se encontraba regulada en cantados estatutos profesionales.
Cabe destacar con Cornaglia ef intento fallido de la Ley 16.881 (primera Iey de
contrato de trabajo y antecedente obligado e inmediato de la ley 20.744), que en
su original art. 32, que fuera verado, sostenía ampliamente la solidaridad de los
principafesy los contratistas osubcontratistas que empleara, con la condición de la
demanda conjunta. En efecto, sostenía la norma vetada que: "Todo empleador
que desarrolle su actividad, total o parcialmente, por intermedio de contratistas o
subcontratistas, respondera por todas las obligaciones ernergentesdel contrato de
trabajo, can relación a sus trabajadores que fueren contratados por los contratis-
tas a subcontratistas. El trabajador deber2 demandar conjuntamente a ambos. i a
responsabilidaddel empleador principalse hará efectiva ante la sola falta de depó-
sito judicial, por parte del contratista o subcontratiras, de la suma a qbe ha sido
condenadon3.
Por su parte, el primitivo art, 32 de la ley 20.744 establecía dos situaciones bien
diferenciadas, aunque en ambas se utiiizaba la expresión "en todos loscasof"' En
ei primer supuesto para imponer la responsabilidadsolidaria de [os contratantes y
cedentes en los supuestos de realización d e obras o prestación de servicios que hi-
cieran a su actividad "principai o accesoria". En el segundo caso, para imputat-di-
rectamente la relacibn de trabajo respectiva del personal afectado con el principal,
en loscasosde contratacibn osubcontratación de obras, trabajos oservicios corres-
pondientes a la actividad normal y específica propia de! establecimiento y dentro
de su ámbito.
Posteriormente, con la reforma introducida por la ley 21.297, el art. 32 pasO a
ser el actual art. 30, en el cual, como dijimos anteriormente, si bien se limitó la res-
ponsabilidad solidaria, en todos los casos, a los supuestos de contratación de tra-
bajos o servicios correspondientes a ia actividad normal y especifica propia de!
establecimiento (dentro o fuera de su dmbito), la misma continuí, siendo objetiva,
ya que surgia de la propia contratacibn interempresarial,
Como bien apunta tala^, el 19 de agosto de 1993, el Poder Ejecutivo Nacional
envió a! Congreso un proyecto de ley (Mensaje i740) en el que proponía la refor-
ma del art. 30de la LCTen virtud de fa cual el deber del empresario principal de exi-
gir a los cesionarios y contratistas el adectiado cumplimiento de las normas de tra-
bajo y seguridad social y la responsabilidad soiidaria consiguiente no tenía lugar
"cuando exista una relación entre empresas que suponga una segmentacibn del
proceso de producci6n o comercialización, ni cuando se cedan, contraten o sub-

Cornaglia, Tras la bruma de la tercerizacion, a responsabilidad de la empresa. La jurirpru-


dencis deja CSiN en rnaterca desoiidaridadiaboral, D7,afio LXX, nQ7,jul. 2010, p. 1701ysiguientes
Etala, Cesidn, contratación ysubcont~ataciónen la jy 25.073,DT, 1999-A-617,
onsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 289
l_l_l_"-___"

ontraten actividadesaccesoriaso compiementariar,siempre que no exista la posi-


lidad de que en una de !as empresas re ejerzan las facultades de organizacibn y
rección sobre los trabajadores de la otra". Ei proyecto nunca llegó a tratarse en

Finalmente, el 18 de marzo de 1998, el Poder Ejecutivo Nacional envió af Con-


reso un proyecto de ley destinado a introducir diversas reformas en las norrnasde
abajo, entre las cuales se encontraba ta del art. 30. El art. 17 del proyecto propo-
ia sustituir el segundo párrafo del mencionado artículo de la Ley de Contrato de
rabajo par el siguiente texto: "Los cedentes, contratistaso subcontratistasdebe-
n exigir además a sus cesionariososubcontratistas ei número de Código Unico de
entificación Laboral de cada uno de los trabajadores que presten servicios, la
remuneraciónque-tendrá cada uno deetlos, copia firmada de los comprobantesde
pago mensualesalsistema de seguridad socia!, una cuenta corriente bancaria de la
cual sea titutar y una cobertura por riesgosdel trabajo.
"La falta de algunodeestoc requisitos hará responsablesolidariamente al prin-
r las obligacionesde dichos cesionarios, contratistas o subcontratistasres-
personal que ocuparen en la prestación de tales trabajos o servicios y las
obligaciones de la seguridad social".
En el Mensaje que acompañaba at proyecto, el Poder Ejecutivo justificaba la
propuesta de modificaci61-1 de ia siguiente manera: "Para garantizar al trabajador
y a! sistema de seguridad social et cumplimiento de las obligaciones asumidas a su
respecto por e! empleador,se propone introducir una rnodificacion en el art. 30del
régimen de contrato de trabajo estableciendo el recaudo que los cedentes, con-
tratistas o subcontratistasdeben requerir a sus co-contratantes para liberase de la
responsabilidadsolidaria". El Congreso introdujo modificaciones en el texto pro-
puesto por el Poder Ejecutivo Nacionai de las que da cuen.ta et texto finalmente

El art. 17 de la ley 25.013 mantuvo el párr. l o del art. 30 de la LCT, sustituyó el


párr. 2" y en su lugar incorporó ios siguientes párrafos: "los cedentes, contratistas
o subcontratistas deberán exigír además a sus cesionarios o subcontratistas el
nYmero del Código Unico de Identificaciónlaboral de rada uno de los trabajado-
res que presten servicios y la constancia de pago de las remuneraciones, copia fir-
mada de los comprobantes de pago mensuales al siskrna de la seguridad social,
una cuenta corriente bancaria de la cualsea titulary una cobertura por riesgos del
trabajo. Esta responsabilidad del principal de ejercer el control sobre el cumpli-
miento de lasobligacionesque tienen loscesionariososubcontratistas respecto de
cada uno de los trabajadores que presten nervicios, no podrá delegarse en terceros
y deberá ser exhibido cada uno de los comprobantesy constanciasa pedido del tra-
290 Ricardo D, Hierrezuelo - Pedro E Ntiñez
-.-,- ---__11+"--"---_1__----

bajador ylo de la autoridad administrativa. El incumplimiento de aigunos de los


requisiros hará responsable solidariamente alprincipal por las obligaciones de los
cesionarios, contratistas o subcontratistas respecto del personal que ocuparen en
la prestación de dichos trabajos o servicios y que fueren emergentes de /a relación
laboral incluyendo su extincióny de las obligacionesde la seguridad social ,..",
Finalmente, y ya sin formar parte de las modificaciones introducidas a! art. 30 de
la LCT, previó que: Las disposiciones insertas en este artículo (se esti refiriendo
".+,

al arl. 17 de ia Iey 25.013) resultan aplicables al régimen de solidaridad especifico


previsto en elart. 32 de la Iey22.25OW,

5 32. Análisis de la reforma


Como sefiatarnosprecedentemente, ei art. 17de la ley 25.013sustituyo e! párr. 2"
del art. 30 de la LCT, eliminando consecuentemente la expresión "entadosloscasos"
utilizada para establecer la responsabilidad solidaria del empresario principal.
Ensu lugar, incorporó otr~scuatropárrafos, cuyo analisirse impone para deter-
minar si ce ha producido moclificación alguna en materia de responsabilidad.
El párr. 2" del art. 30 de la LCT,conforme la redaccihn actual, dispone que los
cedentes y contratantes (la ley utiliza inadecuadamenteioc términos "contratista"
y "subcontratista "1de beran exigir a quienes contraten, ei número de CUlL de cada
uno de los trabajadores que presten servicios y la constancia de pago de las remu-
neraciones, copia firmada de loscotnprobantes de paga mensuales al sistema de la
seguridad social, una cuenta corriente bancaria de ia cual sea titular y una cober-
tura por riesgos del trabajo. Además, en el tercer párrafo, les impone la responsa-
bilidad de ejercer e1 control sobre el cumplimiento de las obligaciones que tienen
los cesionarios o subcontratistas respecto de cada uno de sus trabajadores, no
pudiendo delegarla en terceros; debiendo exhibirse cada uno de los comproban-
tesy constancias a pedido del trabajador y/o de la autoridad administrativa5.
Aello hay queagregar las existencias contenidas en Ia res. ?891/05AFIP, que de-
rogó la res. 899/00,que había irnplementado por primera vez la "Clave de Alta Tem-
prana". Cabe destacar que el art. 20 de la res. i891f05 prevé que: "Los empleado-

En este sentido, la jurisprudencia ha resuelto que: "El art. 30 de la LCIposee, en e! párra-


f o segundo, recaudos que los cedentescontratistas osubcuntratistas deberán exigir a succesiona-
rios o contratistas. Así, el código único de identificacibn iaboral de cada uno de los Trabajadores
que presten servicios y las constancias de pago mensuales al sistema de seguridad socia!, una cuen-
ta bancaria de la cuaf sea titular y una cobertura de riesgos del trabajo. no son m6s que un anexo
de lasexigenciasprevistasen el pBrrafoprjmero. Setrata de una obligación decontrol, queno pue-
de delegarse en terceros, de cuinpfimientopersonal y continuo, iinpuesta a favor. de cada uno de
las trabajadores" ICNAT, Sala VII, 26/26/08, "Miraballes, Carfas c. Telefbnica de Argentina S.A. y
otros siDespido", en intranet.pjn.gov.ar').
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
+ ---
S que reciban servicios de trabajadores que se encuentren en relación de depen-
con otro responsable-arts. 288 37 de la Ley de Contrato de Trabajo 20.744
edificaciones-, deberán solicitar a este último y previo al inicio de lapres-
fectjva deserviciosen su establecimiento, copia delacuse de recibo que res-
alta en el 'Registro'emitidoporeste organismo y gestionada por eiemple-
dorprincipaL Dicha copia delacuse de reciba deberá ser conservada a disposicidn
esta Adminislracidn Federar, como también de /os distintos organismos de la
guridad social. En ningún caso e l trabajador deberá concurrir a cumplir con sus
nciones adjuntando sólo una simple constancia que acredite su condicidn de
ndie n te ".
tas exigencias adicionales establecen concretos deberes de control en cabeza
tos contratantes, tendientes a conseguir el cumplimiento de ias normas labora-
y de la seguridad social de parte de los cesionarios o contratistas.Así, por ejern-
se deberá confeccionar una copia más del recibo de haberes (triplicado) que
erá ser suscripta por el trabajador, y de los comprobantes de pagos mensuales
1 sistema de la seguridadsocial, constancias que deberán quedar en poder del em-
resario principa! para ser exhibidas ante el requerimiento del trabajador y/o de la
utoridad administrativa.
Conviene destacar que, de todas formas, tos trabajadores todavía cuentan con
derecho de exigir al empresario principal que retenga lo que deben percibir'los
sionarias o contratistas y ie hagan pago del importe de lo adeudado en concep-
t o de remuneraciones u otros derechos apreciabtes en dinero pr-ovenientesde la
relacidn laboral (conf.art. 136, párr. lo,lC7). De igual modo, los contratantesestan
facuitados para retener, de la que deben percibir las contratistas, tos impartes que
éstos adeudaren a los organismos de seguridad social con motivo de la relacibn la-
boral con los frabajadores contratados, y deberán depositarlosdentro de los quin-
ce dias de retenido al organismo correspondiente (conf. art. 136, párr. ZO,LCT).
El cuarto párrafo del articulo comentado, al reemplazar la expresion "en todos
loscasoc" por "e! incumplimiento de alguno de locrequisitos", modifica el sistema
de responsabiiidad soiidaria de los contratantes estructurado a partir de la ley
20.744. Es que anteriormente, la responsabilidadsurgía por el simple hecho de la
contratación. En cambio, ahora sóto se responde solidariamente ante la inobser-
vancia de alguno de ias requisitos contemplados en el articulo, por !o que resulta
determinante establecer concretamente cuáies son los recaudo5 que debe obser-
var el empresario principal para eximirse de responsabilidad.
No existen dudas de que el principal deber6 requerir el nUmero de cuIL-cddi-
go Unico de identificación Laboral-de cada uno de lostrabajadores dei contratis-
ta, la constancia de pago de ias remuneraciones,copia firmada de los comproban-
tes de pago mensualesalcisterna de la seguridad social, una cuenta corriente ban-
caria y una cobertura por riesgos del trabajo; así como Zambitin deberá ejercer e!
control cobre e¡ cumplimiento de las ob¡igacionesde los contratistasen forma per-
Ricardo D.Hierrekue/o- Pedro E IVÚñez
292 - ----- -L.-1IICI-'
- -----

sonal y exhibir los comprobantes y constancias ante el pedido del trabajador y/o la
autoridad administrativa. La ornision de alguno de estos recaudos lo convierte en
responsable solidario.
Pero también debera requerir la satisfacción de las exigencias previstas en el
párr. I Ddel arr. 30, esta o,el adecuado cumplimiento de sus contratistas o subcon-
tratistas de las normas reiativas al trabajo y los organismos de seguridad social. Es
decir que el contratante deberá hacer respetar a sus contratistas las normas labo-
rales; y la inobservancia de alguna de ellas por parte de estos últirnoc lo convieite a
aquél en responsable solidario de las obligaciones emergentes de Ia reiaci6n labo-
ral, incluyendo su extinci~n,y de las obligacionesde la seguridad socia!.
Esto genera una dificultad interpretativa puesel adecuado cumplimiento d~ las
normas reiativasai trabajoes una expresión amplia y nose limita a la registraciónde
fa relación laboral, al pago de las remuneraciones, al respeto de lajornada51los des-
cansos, etcétera; sino que válidamente puede entenderse que el acatamiento de las
normas laborales incluye ei pago de las indernnizaciones iegaies que se deben
como consecuencia de la extincibn del vinculo labaral. Sin embargo, y aun cuando
esa interpretación contaría con el apoyo de la regia prevista en el art. 9", párr. 2 O de
la LCT, creemos que esa no fue la intenci~ndel iegislador al modificar el art. 30 de la
LCT. EHo es así, puesde esta forma ei principal debería responder en todos lascasos,
tornando esterii el artículo, y en especial, el sentido de la reforma, que apunta a
limitar la responsabilidad de los contratantes cuando acrediten haber observado
los recaudo5 dispuestos por ia norma.
Todavía cabría preguntarse qué pasaria en lossupuestasen queel contratista no
consigne en Ios recibosde haberes Ia totaiidadde las remuneradonesabonadasa su
personal, ya que podría alegarse que esa maniobra escapa a la esfera de control del
principal. Empero, la exigencia del adecuado cumplimiento de las normas, que
impone el art. 30, es una obligación de resultado y no de medio, por lo que el prin-
cipal no podría eximirse aduciendo !as razones apuntadas, maxime ahora, que se
encuentra compelido a ejercer activa y personalmente el control sobre ei curnpli-
miento de las obligaciones laborales y de la seguridad social de sus contratistas. En
idéntico sentido, Guibourg apunta que Ia obligaciándel art. 30 no es de medir, sino
de fin: la ley impone al principal el pago de toda obligación que adeude el ernplea-
dor directo, de modo que exigir este cumplimiento redunda en su propio beneficio
y no obtener el resultado implica asumir como propia la obligaci~nincumplida6.
No se nos escapa que actualmente la distinción entre obligaciones de medio y
resultado no tiene rerepcidn unánime en la doctrina civilista, y tiene una finalidad
más académica que practica; pero lo cierto es que lo Y nico que debe acreditar el tra-
bajador es ei irtcurnpfirniento del contratista, pues como bien !o indica Rodríguez

Cuibo~rg,"Ramírez"y /as perspectivas de /a doctrina laboral, DT, 2207,A-.i42.


onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
*
---
*
-

cini: "La mejor prueba del incumplimiento del deudor respecto de su obli
'exigir el adecuadocumplimiento'es que tal formalidad nofue eficatat
errnitio la infracción de parte del cesionario, contratista orubcantratis
ctefue el criterio de la Sala lll de fa Cámara Nacionalde Apelaciones del Tra
resolver que: "la obligación de control del cumplimiento de las normas re/
altrabajoy iaceguridadsocial que el art. 30delaLCTjrnponeal empresario re
to de sus contratistas y subcontratistas, es de resultado y no de medio, p
el primero no puede eludir su responsabilidad acreditando haber dirigido
~ , misma Sala indi
oritratista alguna exhortaciónformal en tal ~ e n l i d o " La
ie: "La solidaridad que impone el art. 30dela LCTai subcontratisíasy contratis
rincipal respectodel curnpiirnientodelasobligacionestaboraiesyprevisionale
a obligaciónde resultado, y no de medio, por lo que el principal no puede elu
responsabiIidad acreditando haber dirigido al subcontratista alguna exh
ón formal en tal sentidoug.
También se ha dicho que: "La obligación de control que se establec
sisde tercerizaciónestablecida en el art. 30de la LCTdeccartatoda p
ajenidad del cesionario respecto de las obligaciones laborales y de la segurid
cial contraidas por el subcontratista, por lo que mal puede invocar su desc
miento de lascondicioner;laborales del actor como eximente de la respons
daria dispuesta en autos" lo.
Por su parte, la CalaVI resolvió que: "De la simple lectura del art, 30de la L
su actual redacciónse desprende con toda claridad queel párr. 2"contjene unagr
gado que se suma a la responsabilidad prevista ya en el parr. lo.No puede ser o l
el sentido de las palabras '... deberán exigir adernas a sus cesionarios osubcont
tistas ...'. Es decir, que la codemandada debía exigir el adecuado cumplimiento
las normas relativasal trabajo y losorganismosde la seguridad social, lo que obvia-
mente incluye el debido registro de la jornada cumplida y el pago de ia remunera-
ción acorde con la jornada efectivamente cumplida. Además de eilo la codema

Rodriguez Niancini, Los alcances delartlcula 30 de la LCT, en "Revista de Derecho Labo-


ral", nQ2001-1, "La solidaridad en el contrato de trabajo", p. 167, f mpero, discrepamos con este
autor porque entendemos que después de la reforma del art. 17 de ia ley 25.013, la responsabiii-
dad es subjetiva y no objetiva, puesto que 5610 se verifica por "los incumplimientosde los deberes
de control de los contratantes" y no por la simple contratación interempresariai.
CNAT, Sala 111, 18/3/99, "Untoiglic, Vanesa A, c. Radio Difusora Esmeraldas.A.", TySS, 1999-
682.
CNAT, Sala 111, 3016109, "Quiroga, Lorenzo Humberto c. Hawk Security S.R.L.y otro", DT,
afi0 LXIX, no 12, dic. 2009, p. 399.
lo CNAT, Sala VI,2811 7/08, "GonzAiez Duarte, Victoria c. Garbarino S.A. y otro sníespido", en
intranet.pjn.gov.ar.
294 _
I_
X
I_
II_
-L
-&
,--.
Ricardo D.Nierrezuelo Pedro E Núíiez

dada debía exigirle a la empleadora las constancias establecidas en el pBrr. 2 O del


arr. 30 de la LCT. Pero la responsabilidad solidaria establecida en el parr. 4OdeI art,
citado corresponde al incumplimiento de cualquiera de los requisitos previamen-
te mencionados" ll.
Por su parte, la Sala VIli señaló que: "La mera circunstancia que la quejosa haya
controlado ioscornprobantec de pago a la seguridad social y al sindicato no !a libe-
ra de las consecuencias patrimoniales previstasen el art. 30 de la LCT. La responsa-
bilidad de esta norma es objetiva y entraña una herramienta legal de protecci6n
del crédito Moral. El cedente o contratista no se exime de responsabilidad pro-
bando que efectuó el control de los recaudos específicos incorporados por la ley
25013.De alii el giro "además", que emplea el art. 30, párr. 2" de la LCT, indicativo
de que a más de las exigencias que incluy6 la ley 25.013 ha quedado incblume e1
deber general de responder, concerniente al amplio espectro de las obiigaciones
lab~rales"~.
La Sala IIexpresí, que: "La obligaciDn de control derivada del art. 30 de la LCTe5
de resultado y no de medios, por lo que aún cuando se entienda que se ha cumpli-
do un control forma!, sise encuentran acreditadoslos incumplimientosalegados por
la trabajadora, /a cedente no puede etudir ia responsabilidad derivada de/ vínculo
laboral que la actora mantuvo con ésta. En el caso, se trataba de la percepción de
parte de salario en negro, por lo que la responsabilidad también se extiende al
pago de las sanciones derivadas de Ia ley de empleo (del voto del doctor Pirolo)".
Y: "La reforma introducida por el art. 17 de la ley 25.013 no ha pretendido eximir
de responsabilidad solidaria al empresario que deleg6 tareas que son parte de su
objeto propio y especifico por la mera circunstancia de haber efectuado aquellos
controles formales, El controt, introducido como deber del contratante, no exime
de responsabilidad -as! como su falta tampoco la determina por si- por lo que
carece de fundamento la tesis de que el deudor vicario, por aplicación de la regla
del art. 30 de la LCTna deba responder por las sanciones previstas en la ley 24.043,
La solidaridad que proyecta la norma de la LCT alcanza a todas las obligaciones
dinerarias sin distinción alguna (det voto del doctor Maza)" 13.
Por su parte, /a Sala VIli resalviir: "La mera circunstancia de queei cedente o con-
tratista haya controlado los comprobantes de pago a la Seguridad Social y sindicato
no lo libera de lasconsecuencias patrimoniales previstasen el art. 30 de la LC7: l a res-

" CNAT, Sala VI, 30/7/09, "Juárez, Nora c. Data Un line S.R.L. y otro s/Despidor', en intra-
nef.pjn.gov,ar.
12 CNAT, SalaV111,20/11108,"Waldovino,Gabrielac. Elkariet5.R.L. yotroslClespido",enintra-
net.pjn.gov.ar.
l3
CNAT, Saala li, 6/5/30, "Plescia, Selva c. SYM Sistemas y Microfifrnaci6n S.R.L. y otro stDespi-
do", Boierín Mensualdeiurisprudemh de /a CNAI, no 301, Oficina de lurisprudencia. may. 2010.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 295
-- """..-._~~_c_-.--- ---
ponsabilidad de esta norma es objetiva y entraña una herramienta legal de protec-
cián del crédito laboral. El cedente no se exime de responsabilidad probando que
efectuó el control de los recaudos específicos incorporados por la ley 25.013. De allí
el giro'además', que emplea el referido artículoensu parr,2O, indicativode queade-
más de las exigencias que incluyó la ley25.013 ha quedado incblurne el deber gene-
ral de responder concerniente al amplio espectro de las obligacioneslaborales" 14.
Finalmente, cabe destacar que la Sala X se expidi6 sobre este punto, aprecián-
dose en la mayoría y en la minoría ambas posturas. Así, en mayoria, el doctor Co-
rach refirió: "El hecho de que el 'trabajador esté incorrectamente registrado impli-
ca que el deber de control exigido por e l art. 30 de la LCTresulta insuficiente, por
lo cual la contratista debe responder solidariamente por el incumplimiento de di-
chodeber". Porsu parte, el doctor Brandolini,en minoría indicó: "El deber de con-
trol impuesto por el art. 30 de la LCTes una obligación de medio y no de resultado,
e modo que si el codemandadocolidariodernuestra haber realizado los controles
specíficos exigidos porta norma aludida, queda eximido de responsabilidad"j5.
Desde esta perspectiva, la reforma instrumentada mediante la ley 25.013 ha re-
ultado significativa, pues ha restringido los alcances de la coiidaridad de! ernpre-
sario principal, quien ahora sólo responde cuando no haya ejercido debidamente
los deberes de control. Huelga decir que el cumplimiento de estos recaudos for-
males debe ser analizada con estrictez, extendiendo la responsabilidad al detec-
tarse la más mínima omisión de alguno de ellos.
Estimo que en este sentido !a reforma ha resultado inconveniente, pues al iibe-
rar al contratante de responder por las obligadones laborales de sus contratistas,
con sólo observar determinadas exigencias formales alienta nuevamente la utili-
zación de estas figuras con fines evasorcs, a la vez que suprime la protección con la
que contaban los trabajadores frente a la posible insoivencia del contratista,
En definitiva, !a reforma transformó una responsabilidad que era objetiva -y
que surgía de iasirnplecontratacióninterempresarial-en una subjetiva, no porque
se deba exigir la acreditación del fraude, pero sí la demostración del incumplirnien-
to de los extremos que la legislación pone en cabeza del principal, Con esto quere-
mos señalar que si el empleador cumplib sistemáticamente las obligacionesa su car-
go y despidió al trabajador, sólo él responderá por las indemnizaciones legales ori-
ginadas como consecuencia del despido, y su eventual insolvencia no transformará
al principal en deudor solidario, saivo el supuesto de fraude. Esta es la importante
consecuencia que se aprecia con la reforma introducida por la ley25.013.

34 CNAT, Sala Vil[, 1919111, "Manau, lvana Lorena c . Synapsis Argentina S.R.L. y otro s1Despi-
do", en intranetpjn.gov.ar.
CNAT, Saia X, 15/7/7 1, "Fernandez, Raúl Victor c. Construcsur S.R.L. y otros slDespido", en
296 Ricardo D. Hierresuelo - Pedro 6 IVúñez

Aunque hay que reconocer que, en definitiva, son tantas las exigencias que re-
caen sobre los contratantes, que hacen que recuite muy dificil su seguimientoen ia
práctica, siendo ias grandes empresas las únicasque podrian encontrarse estructu-
radas para supervisar tadosy cada unode los requisitasqueia nueva ley pone ensu
órbita. En este sentido coincidimas con Carcavalio, para quien el cumplimiento de
los requisitos establecidos en el segundo y tercer párrafos del art. 30 es prártica-
mente imposible para el común de las empresas y que solo contadas organizacio-
nes grandes podrían instalar un sector odepartamento afectado a todos esos me-
nesteres, por cierto que a un costo elevado y iogrando una dudosa seguridadJ6,
Finalmente, el Ultimo párrafo del art. 17 establece que las disposjcionesde este
articulo resultan aplicables af régimen de solidaridad específico previsto en el art.
32 de la ley 22.250. Es decir que ahora quienes contraten o subcontraten los servi-
cios de contratistas o subcontratistasde la construcción deberán exigir a estos últi-
mos, además da la inscripción en el Registro Nacional de la industria de la Cons-
trucción, todos y cada uno de los recaudos previstos en los p6rrc. 2 O y 3" del art*30
de la LCT, pues de lo contrario, ser& responsables solidariamente de las obiigacio-
ne5 de dichos contratistac o subcontratistas respecto al personal q u e ocuparen en
la obra.

5 33. Alcances de la responsabilidad solidaria


despues de la reforma

Aun cuando previamente adelantamos nuestraopiniónrespectoa queel art. 17


de la ley 25.01 3 introdujo profundas modificacionesal art. 30 de la LCT, pasando de
un esquema de solidaridad objetiva, que surgía por la simpie contratación inte-
rernpresarial, a uno de tipo subjetivo, que se configura por el incumplimiento de
los deberes de control, debemos reconocer q u e esta opinión no es uniforme.
Tampoco hay coincidenciaen el tipo de obiigaci6n que el art, 30lesimponea los
cedentes y contratantes, sin perjuicio de concluir que a nuestro criterio se trata de
u n a obiigación de resuttado, por lo que el principal no podria eximirse de respon-
sabilidad aleganda que exhortó a sus contratistas a cumplir con las obligaciones
laborales y de la seguridad social.
Para Rubiol7,hay dos interpretaciones posibles. Señala que si debemos enten-
der que "ei incumplimiento de alguno de los requisitos hará responsable solida-
riamente al principal por las obligacionesde ioscecionarios ..." (se refierea losque
se enuncian en ese párr. iO,que consisten en un deber de control del cedent'esobre

I6 Carcavallo, Elartículo 30 de la LCK Sus antecedentes, alcancesy problemas, en "Revista d e

Derecho laboral", na2001-1,"La soiidaridad en el contrato defrabajo", ps, 137 y 138.


'7 Rubio, Derecholaboral, t. 1, p. 33 y siguientes.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 297
-"-" ,--- ."--

el cumplimiento de determinadas obligaciones laborales y de !a seguridad social)


ello implicaráqueacreditandoeicedenteque ha cumplidocon tal obiigacióndesit-
parecería la responsabilidad que esfabiecía el anterior párr. 2"del art. 30 de la LCT.
Nos encontraríamos, entonces, ante una normativa que ha modificado sustancial-
mente la esencia de lo normado en el art. 30 de la lCT.
El autor citado manifiesta que otra interpretación posible es que la nueva nor-
ma ha impuesto una mayor carga de vigilancia al cedente sobre el cumplimiento
por loscesionariosdesus obligaciones laborales y de seguridad social, pero que no
se ha alterado la responsabilidad solidaria que consagraba el texto anterior, y que
al referirse la norma a "algunos de los requistios" no solamente se refiere a los del
segundo párrafo del art. 30 de la LCTsino también a los del primero, que sustan-
ciaimente consiste en que se trate de actividades normales y especificas.
~erreirósl~ expresa que el legislador se refiere a una obligaci6n de control per-
manente, impuesta a favor de cada uno de los trabajadoresy que no puede dele-
garse en terceros, es decir, que es de cumplimiento personal y continuo. Con esa
decisión, la ley presume, sin admitir prueba en contrario, un vínculo permanente
entre cedentes, contratistas o subcontratistas para con los cesionarios o subcan-
tratistas, ya que no se trata de obiigaciones que se agotan en una vez sino que se
mantienen en el tiempo; esesevinculo juridico contractual entre ambasempresas
el que faculta a la primera a ejercer un cierto control, acotado por la norma, sobre
la segunda.
Claroestáquetambién, ypor imperio legal, el trabajadorylo la autoridad admi-
nistrativa pueden pedir que se les exhiba cada uno de los comprobantes y constan-
cias. La simple negativa de exhibición denota la existencia de incumplimiento y la
consecuente vioiación de la ley, que ampara al requirente y loautoriza a recurrir a
la justicia, sir1que en ese ámbito y a posteriorise pueda revertir el incumplimiento
habido. Ei art. 17 de ia ley 25.013 incorporo recaudosque loscedentes, contratistas
o subcontratistas deberán exigir a suscesionarios o contratistas, siendo los mismos
un anexo a las exigencias ya grevistac en el párr. lo.
Resalta la autora citada que Ia ley traslada las consecuencias de un hecho que
causa un dañoa un sujetacuya conducta no necesariamenteesreprochable, ya que
lo que se pretende es enjugar un daño que tai vez no ha sido injustamente causa-
do, pero que ha sido injustamente sufrido. Allí es donde entran las causas de atri-
bución objetiva. En este escenario, parece lógico concluir que el principal no se li-
bera por el ocultamiento o engaRo dei contratista, como por ejemplo en el caso de
que mantenga empleados en negro, porque no se requiere reproche en la con-
ducta del corresponsable.

18 Ferreirbs, E l articulo 30 de la LCT después de ia reforma de !a lley25.013y la consecuente


solidariad, "Doctrina Laboral Errepar", XIV-41.
298 Ricardo D.Hierrezuelo -Pedro E Núñez
-
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M -
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,
-
-
- ._C_--,C__-

En definitiva, Ferreirós considera que el empresario principal mantiene su res-


ponsabiiidadsolidaria porque en términos más generales es el garante del cumpli-
miento efectivo de las obligaciones de aquetlas empresas que realizan tareas pro-
pias de su actividad específica, que le permiten obtener el beneficio que busca. No
sería admisible en un régimende reparación de darios como el vigente en nuestro
país que el empresaria principal se beneficie a costa de los trabajadores de las
empresas con las cuales se ha relacionada,
Por su parte, Scotti indica que se aprecia así la sustancial diferencia con el sis'te-
rna anterior, ya que en éste, dados los presupuestos mentados en ei p6rr. ? O del art.
30 de la LCK Ia responsabilidad sotidaria no estaba sujeta a ningiin requisito; en
cambio, con la modificación impiementada por la ley 25.0'13, en tanto el subcon,.
tratista o cesionario cumpla -asi sea forma fmente- con las exigencias ya rnencio-
nadas, el principal quedará eximido de toda responsabilidad por las obligaciones
laborales de ios terceros. El contratante o cedente sólo resultará resporisable soii-
dario con el empleadar directo del trabajador cuando éste no cumpla con deter-
minados recaudos que deberán ser controlados por aquél jg.
Carcavalla critica la reforma y sostiene que a los dadores principales de trabajo
se les endilga, "ademds", una complicada tarea de verificacibn, recopilacióny ar-
chivode un niimero de datos, cornprobantres y documentos, que puede llegar a ser
extraordinario en actividades que, sin ningún ánimo fraudulento, contratan cisub-
contratan servicios, tarea que "no podrá delegarse a terceros" (art, 30, párr. 3'1,
pese a que -por ejemplo- la saturación de espacios disponibles está producien-
do la rnultipiicación de empresas uedicadas a ordenar y archivar documentos, he-
cho en ei que se traduce una moderna especie de descentraliracion. Asegura que,
en definitiva, la iey25.013 agrava la situación preexistente y endosa al dador prin-
cipal de trabajo pesadas cargas, atibuyendowle funciones que debieran desarro-
liar los organismos estatales de control existentes y con los consabidos ítems pre-
supuestaria~~~.
En cambio, para €talaz1,la principai cuestión interpretativa generada por la
modificación legislativa consiste en Ia armonización del párr. 2" con el texto del
parr. lo,para lo cual se aprecian tres posturas:

a) Te$isamplia

Conformeesta tesis, la ley rnantendrla unsupuestode responsabilidad objetiva


del empresario que ejerce su actividad por medio de otras personas o empresas, res-

l9 Scotti, Reforma laboral:Anaiisis, DT,1999-A-403.


20 Carcavallo, Reflexionessobrela llamada reforma laboralde /a leyZ5.013, DT, 1999-A-203.
2' Eiala, Cerián, contratación y subcontratacidn en la iey 25013, DT, 7999-A-617.
sponsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 299
--- - 4%-

ponsabiiidad que se basa en el principio de que quien obtiene utilidades de un de-


terminado comercio o industria debe estar obligados soportar los riesgos que por
ello se originen, dentro de los cuales se involucran los que resulten del incumpii-
mientode lasobligaciones laborales por partede los contratistasasubcontraristas.
Conforme este criterio, la responsabifidad emergente de la ley deriva de una
bligación de resultado y no de medios, por lo que el empresario principal no po-
ria eludirla acreditando haber dirigido al contratista osubcontratista alguna ex-
ortacibn formal en tal sentidoo supervisado sus libros.
Con la modificación legislativa, esta postura no cambiaría sustancialmente su
tesis. Aunque el empresario principal acreditara haber exigido a sus contratistaso
subcontratirtas el cumplimiento de las obligaciones que ernergen del párr. 2" del
nuevo art. 30, igual operaria la responsabilidad solidaria del empresario principa 1
en caso de verificarse un incumplimiento de sus obligaciones laborales o de segu-
ridad social por parte del contratista o subcontratista, porque ello seria la mejor
demostración de que aquél (el empresario principal) no ha exigido a éstos (loscon-
tratistas o subcontratistas) el adecuado curnpljrniento de las normas relativas al
trabajo y los organismos de la seguridad

b) Tesis restrictiva
Pueden mencionarse en esta postura las siguienter condiciones:
f . El empresario principal no es erripleador de los trabajadores, de modo que
no está en condiciones de asumir las obligaciones materiales o de conducta
del patrón, ni cuenta con los medios necesarios para hacer cumplir efectiva-
mente !as que incumben al personal empleado por sus cesionarios, contra-
tistas y subcontratistas.
2. El nuevo art. 30 después de la modificaciónsólo impone a t empresario prin-
cipaI el deber de exigir; con lo que éste, para evitar su responsabit ¡dadsoli-
daria, sólo deberá acreditar el cumplimiento de este deber sin que se fe pue-
da imponer una responsabilidadsoiidaria inásallá de la literalidadde Ia ley.

22 En estesentido. se ha dicho que: "Se encuentran reunidos los presupuestos previstosenel


art. 30 de la LCTpara decretar !a existencia de responsabilidad solidaria entre Edesur S.A., y otra
sociedadanónimaa quiencediópartedesuactividad norrnai,cuyoobjetoera la prestacióndeser-
vicios de corte y rehabilitación de energía eléctrica e instalación y retiro de medidores (actividad
que era efectuada en nombre y representación de Edesur S.A.). Ello es así puestoque Edesur S.A.
delegotareas llevadasa cabo por lasociedad. Noenerva estasituacibn ei hechodequearnbascum-
plierancon toscontrolesprevistosen el artículoreferido, modificado por la ley 25.013, en razón de
que el cumplimiento de tales deberes formales no neutraliza la responsabilidad solidaria dispues-
ta en la ley" (CNAT, Sala Ir, 23120/09, "Torres, Segundo Mario c. Seiom S.R.L. y otrosl~espido",en
intranet.pjn. gov.ar).
300 Ricardo D.Nierrauelo - Pedro E Núñez
-,_IIw--.-__I-I_-----L-C--II__I*L_I_-----

3. Conforme esta interpretación, el empresario cumpliría su deber legal exi-


giendo a sus contratistas o subcontratistas el adecuado cumpiimienta de las
normas relativas al trabajo y los organismos de la seguridad social al igual
que los demás recaudos agregados por la reforma. De cumplir Ios mismos
quedaria exento de la responsabilidad legal solidaria.
4. El deber de exigir impuesto por la ley al empresario principal es una obliga-
ción de medios o de actividad en las que ia diligencia opera como criterio
par2 valorar la exactitud del cumplimiento, Por medio del criterio de [a diii-
gencia se determina en el caso concreto cual es el comportamiento debido
por el deudor.
5. La interpretación restrictiva estaría abonada por el Mensaje que acompafió
al proyecto del Poder Ejecutivo cuyo texto señala que la modificacibn pro-
puesta estableced recaudo que loscedentes, contratistas osubcontratistas
deben requerir a sus co-contratantes para liberarse de la responsabilidad
solidaria.
6 . Esta interpretación ectaria reforzada por la circunstancia de haberse supri-
mido en el nuevo texto del párr. 2" del art. 30 la expresión: "En todos los
rasos ...",
La interpretación estaria respaldada por la doctrina de la Corte Suprema
sentada en los autos "Rodriguez" sobre la interpretación que debía otor-
gársele a la norma de! art. 30 de la LCT, al sostener que "las gravísirnas con-
secuencias que derivan de la extensión de responsabilidad patrimonial a
terceros ajenos en principio a la relación sustancial (...) requiere la compro-
bación rigurosa de los presupuestos fácticos ectabtecidosen el art. 30 de la
LCT. Esta exigencia de un escrutinio estricta de los recaudos legales que con-
dicionan Ia obligación de garantía de un tercero tienesu fundamento en Ia
fuerte presunción de inconstitucionalidad que brota de toda norma -o de
su interpretación- que obligue al pago de una deuda en principio ajena,
soluci6n que se aparta de la regla general consagrada por los arts. 1195 y
1713 dei CCIconc. arts. 1021,1022 y 1024del CCCN] y 56de la ley 79.550,vin-
culados, en este aspecto, con la intangibitidad d e l patrimonio establecida
por el art. 17 de la CN". Esta doctrina de la Corte debería principalmente
tenerse en cuenta para la interpretación del nuevo texto del art. 30 de la
LCT, en atención al criterir~sen'tadoennumerosasoportunidades por el Alto
Tribunal en el sentidode que: "en la interpretación de los preceptos legales
debe preferirse la que mejor concuerde con los derechos y garantías consti-
tucionales" (Fallos: 285:60; 3 12: 185).
8. La responsabilidad solidaria establecida por el nilevo texto del art. 30 de la
LCTes sustancialmente distinguible de las establecidas por la misma ley en
losarts. 29,29 bisy228, yaque estas Ultimas disposiciones imponen una soli-
~esponsabilidadsolidariaen el contrato de trabajo 301-
I
_ I
c _.
---

daridad Iegal directa sin subordinarla al previo incumplimiento por el res-


ponsablesolidariode un deberdeexigirasu codeudor un determinadocom-
gortamiento.
c) Tesir intermedia

Comparte básicamente !os fundamentos expuestos por la tesis restrictiva pero


entiende que la obligación del empresario principal no sedetienesimplementeen
el "deber de exigir" a sus contratistasy su bcontratistas el adecuado cumplimiento
de iasnormasdeltrabajo yde la seguridad social,s4noque ha de observarsesucom-
portamiento posterior. Conformea esta postura, si el empresario principal ha veri-
ficado el incumplimiento por parte de cesionarios, contratistas, o subcontratistas
de sucobligaciones laboralesy de seguridad social respecto del personal, debe po-
ner en movimiento los rnecanisrnor previstos contractualmente destinados a res-
cindir el contrato celebrado porque, de otro modo, su conducta omisiva ha de in-
terpretarse como la asunción de los riesgos del incumplimiento de su contratista o
subcontratistay, por consiguiente, se hará pasible de la responsabilidad legal soli-
daria consecuente.
Rodríguez Mancini y Confalonieri (h) expresan que la redacción de! párr. !"del
art. 30 de Ia LCTfija una obligación genérica de "exigir" a los contratistas o sub-
contratistas el "adecuado cumplimiento de ias normas relativas al trabajo y los or-
ganismos de seguridad social", obligación que importa un "control" y va más allá
del mero acto de "exigir"; a tan arnplisimo deber el párr. 2" enmendado le suma,
"además", la observancia de varios y complejos requisitos, bastando el incurnpii-
miento de uno de ellos para hacer responsable solidariamente al principai por las
obligaciones contraidas por los cesionarios, contratistas y sub contratista^^^,
Montoro Gil entiende que el contratista principal, para liberarse de la solidari-
dad (por cesion de actividad normal y específica) frente al ernpleador por los in-
cumplimientos del subcontratista, debe observar con este que e! referido subcon-
tratista cumpla con tos requisitos nuevos prescriptos, !os cuales se articulan con la
última parte del phrr. lo del art. 30. Ssjlo en caso de algún incumplimiento de los
recaudos referidas, el principal será solidario por los incumplimientos del contra-
tista o subcontratista frente al empleado, por la cesi6n de una actividad normal y
especifica. Es necesario que nose cumplan alguna o algunas de las medidas reque-
ridas por \a nueva ley 25.01 3 para que el principal sea solidario24,
Yasinseñala que la reforma del art. 30fue un intento fallido de restringir la res-
ponsabilidaddel contratante o cedente, pero que en el desarrollo práctico no po-
drá exonerarse nunca de la responsa biIidad solidaria, siempre que se trate de la ac-
tividad normal y específica propia del estabtecirniento.En efecto, tal es el sentido

23 Rodriguez Mancini - Canfatonieri (h), Reformas laborales, ps. 119 a 125.


l4 Montoro Gil, La reforma de /a ley25,DII Principales modificaciones, DT,1999-A-1058
302 Ricardo D.Híerrezueio - Pedro E Núñez
_ _ d _ - ^ - - _ l - - _ l _ l l l - - - - - - - - ~ -

que ie encontramos a la palabra exigir, que así como se expresara en la estructura


del párrafo nuevo, donde primero se establece la obligatoriedad de exigir -pero
ello no es una causal de exoneracitin sino que exigiera y el contratista cumpliera,
repito a modo de énfasis- por eso dice el incumplimiento de alguno de los requi-
sitos y no del único requisito cual seria el de exigir del principal, lo hace responsa-
blea &te. Su objetoesenfatizar el mayor control del principal especificando requi-
sitos puntualesaexigirafin de distribuir el poder de policia oprivatizaria en la per-
cona del principal, pero de ningún modo debiiita la garantía dei trabajador del
cobro de sus remuneraciones e indemni~aciones~~.
Rodriguez NIanciniz6resalta el adverbio "adernas", ya que su empleo indica que
el legislador ha querido mantener el deber genérico de control (referido amplia-
mente a las obligaciones laborales y de la seguridad social) que ya pesaba sobre el
cedente o contratante y acumular a ese deber el de requerir aquellos datos y ele-
mentos tendientes a verificar que sus co-contratan.tesacrediten un mínimo de sol-
vencia {de ahí la exigencia de contar con una cobertura de riesgos del trabaja y de
tener una cuenta corriente) ycumplan ciertas obligaciones básicas (inscuibir,alos tra-
bajadoresen el Sistema Unicode Registracidn Laboral-SURL-, abonarles las remu-
neraciones y depositar las cargas sociales).Los cornprabantesy constancias deberhn
ser exhibidos cada vez que lo pida el trabajador o la autoridad administrativa.
En el caso de que el principal incurnpiiera alguno de los requisitos (tanto el ge-
nérico de exigir fa observancia de las normas relativas al trabajo y los organismos
de seguridad social como el especifico de exigir tos datos y ejementas indicadas),
sera solidariamente responsable, junto con los cesionarios, contratistas o subcon-
tratistas, por las obligaciones laborales y de la seguridad social respedo del perso-
nal que éstos ocuparan en la prestación de los trabajos o servicios indicados al co-
mienzo. Las estipulaciones limitativas de responsabilidad pactadas entre los con-
tratantes son res inter alias acta respecto de los trabajadores y, consiguienternen-
te, inoponibles a éstos. Sin perjuicio de la solidaridad indicada, los dependientes
del contratista tienen derecho, además, a exigir al contratante principal que reten-
ga -de lo que éste debe a aquél- los importes correspondientes a sus créditos
laborales y que se los abonen (art. 136, LCT).
De Diegosostiene que con un enunciado como et del art. 30despues de larefor-
rna se plantea la duda desi, a contrariasensu de la norma precitada, quien cumpla
con los requisitac bloquea su responsabilidad solidaria, y por ende, no responde
por ¡as obligaciones incumplidas poi el cesianario, contratistas y subcontratistas.
A l respecto debemos destacar que el primer párrafo continúa vigente y es el que
fija el principio generai, de modo tal que si la empresa controló no debería haber

Yasin, Solidaridad en la contratación y subcontrataci0n luego de la reforma, 'DT, 1998-B-


2408.
z6 Rodríguez Mancini(dir.), Cursodederecho del trabdjoydelaseguridadsociai, ps. 142 y i43.
Respsnsabii/dad~úlidariaen el contrato de trabajo 303
- -.-

incumplimiento, y si hubo inrumplimientos es porque los controles fallaron. Con


este argumento, y en su caso, por la circunstancia de que la norma debe ser anali-
zada en su conjunto, es difícil apreciar si se ha creado un sistema de bloqueo de !a
responsabilidad, que aisie al principal de las contingencias de sus contratados en
general. Las consecuenciasprevistas por la Ley de Contrato de Trabajo son impera-
tivas y se imponen a !a voluntad de las partes, cualquiera haya sido la estipulacibn
entre ellas, en todo lo referido a los derechos de los trabajado re^^^.
Para Cerruttj, se trata de una obligación de resultado pues a la periodicidad en
el control que emana de los párrs, 2" y 3" del art. 30 nuevo se suma que lo que se
debe exigir por parte del principal es el adecuado cumplimiento de las obtigacio-
nes y eilo no se agota con el mero seguimiento. Con el dictado de la ley 25.01 3 el
contratante príncipai puede eximirsede responsabilidadsi, cornprobadoel incum-
plimiento a una norma relativa al trabajo o a laseguridad social, o noacreditados
("además" dice ia ley) el CUlLde cada una de los trabajadores, los recibos, los com-
probantes mensuales de aportes previsionalesy de obra social, etcétera, procede a
la retencien de lo que debe abonar asu contratista y a la canceiacidn a que alude el
art. 136 de la LCT. Agrega, siguiendo a Etala, que la responsabilidaddel empresa-
rio principal es de carácter objetivo, legal, se basa en la idea de riesgo y es ajena a
l a de toda c~lpabiiidad~~.
Fernández Madridzgexpresa que en la nueva redaccióndel art.. 30 de la LCT, se
advierte que se han especificado las obligaciones de las que resulta solidariamen-
t e responsable el principal, en definitiva comprensivas por las prestacionestabora-
les y las derivadas de la seguridad social.
Al respecto, la enunciación que se hace en el párr. 2" la considera meramente
ejernplificativa, con la acbracion de que los respaldos documentales pertinentes
tienen que obrar en poder del empresario principai, en copia certificada o de algún
otro modo fehacientemente, pues el derecho de los trabajadoreso de la autoridad
administrativa para pedir la exhibiciónde cada unode tos comprobantes y constan-
ciasdebeser entendido corno lo dice literalmentela norrna,comodirigidoai empre-
sario principal. De otro modo, el tercer parágrafo de la norma carecería desentido.
ContinUa diciendo el autor que se trata, en definitiva, de una obligación de ga-
rantía, y el nuevo texto legal está en realidad dirigido a reforzar la solidaridad, ali-
gerandola prueba dejos incumplimientos:la falta dedocumentacióncrealisay Ila-
namente la responsabilidaddel empresario principal.
Manciniy Pizarrosostienen que el contratante debe adoptar lasmedidas perti-
nentes a los fines de controlar el cumplimiento por parte de la contratista de sus

27 De Diego, ManuaI de derecho del trabajoy de /a seguridadsocial, ps. 154 a 1 56.


2s Cerrutti, Se reduce fa garantía de /osdependienter;iuegode la reforma delaflicuio 30 de
ia Ley de Contrato de Trabajo por la ley25.013,DT, 1999-3-1563.
29 Fernández Madrid, TTatadwprácticodederectiodel trabajo, t. 1, ps. 974 y 975.
304 Ricardo D. Nierrezuelo - Pedro E Núirea
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obligaciones iaborales y previsionales; a tal fin tendrá que sopesar si se encuentra
o no en condiciones de hacerlo ai momento de contratar o asumir los riesgos que
pueden derivar del incumplimientode su contraparte.
Esta postura amplia guarda armonía asimismo con lo dispuesto en el art. 30 de
la LCT, que consagra una verdadera obligación de resultado, por lo que si el con-
tratista incurnpie sus obiigaciones no le alcanzarla al contratante con probar que
fue diligente en el sentido de que requirió o exigió ef curnplimien.tode la normati-
va laboral. Mientras dure la vinculación contractual, se extenderá su responsabili-
dad; sotucion, por otra parte, coherente con lo dispuesto por ei art. 136 de la I C T y
con las directivas básicas que inclusive en el Derecho privado regulan el incumpli-
miento contractual. Los riesgos que derivan de este último deben pesar sobre las
partes y nunca sobre terceros30.

5 34, A quienes sedeben efectuar los reclamos

Frente a un incumplimíentocontractual,el trabajador debe intimar a su emplea-


dor la observancia de las normas laborales y de ¡a seguridadsoriaf, pues es con éste
con quien ha entablado la relación laboral. De todas formas y aunque no es obli-
gatorio, el principio de buena fe impone comunicar tal circunstanciaEII empresario
principal, en virtud de la eventual responsabilidadque recaer6 sobre el mismo. En
sentido contrario, se ha establecido que: "La circunstancia de que no se haya intima-
do previamente a la codernandada responsable en los térrninosdel art. 30 de la iCT
no es óbice para que se la condene, por cuanto la empresa contratante no es la em-
pleadora y sólo es respansable solidaria por las obligacianes patrimoniales de Ia
organización empresaria contratista empleadora, frente a la cual se activan los
deberes y derechas del trabajador, al que no cabe exigirle la intiinación previa res-
pecto de la responsabilidads~tidaria"~'.
Convieneseñalarque la solidaridadse verifica ante la acreditación de los incum-
plimientos de los deberes de control, por eso decimos que la misma es subjetiva.
Con esto queremos señalar, se vuelve a repetir, que si el empieador curnplib siste-
maticamente las obligaciones a su cargo y despide al trabajador, sólo 41 responde-
rá por las indemniraciones legales originadas como consecuencia del despido y su
eventual insoivencia no transformara al principal en deudor solidario, salvo el su-
puesto de fraude.
Como ya señalararnos en el Capítulo 11, a l cual remitimos, se puede demandar
conjunta o indistintamente, en caso que así corresponda, al ernpleador y al con-

30 Mancini - Pizarro, Algunasreflexiones en tornoa las obligaciones solidariasen el derecho


del trabajo, en "Revista de Derecho Laboral", no 2001-1, "La solidaridad en el contrata de traba-
jo", p. 45 y siguientes.
31 CNAT, Sala VI!, 18112100, "Lavergne, Raquelina M. c. Casada, R. y otros", DT, 2001-A-991.
onsabiiidad solídaría en e¡ contrato de trabajo 305
-- - m..

tratante o principal, aunque sí diferenciando la distinta situacidn juridica de am-


, pues uno es el obligado directo, mientras que el otro es el deudor solidario,
,el trabajador puede:
a) Demandar a! empleador y al contratante (o cedente) en forma conjunta,
dando tugar a un litisconsorciofacu!tativo,con laventaja que implica lograr
una sentencia con efecto de cosa juzgada contra todos los demandados.
b} Demandar sólo a uno de los codeudores, con la ventaja de obtener una ma-
yor simpficidad y celeridad en el proceso entablado contra aiguno de ellos,
especialmente si cuenta con la solvencia suficiente como para no justificar
la citación en juicio del otro co-obligado.
De ahí que no deba rechazarse ia demanda contra el contratante, ri el actor
apto por o demandar al empleador, o si se le tuvo por no presentada la demanda
los términos del art. 67 de la 10.
Por otra parte, demas está decir que la rebeldía de uno de los codeudores no li-
era al trabajador de su obligación de acreditar las extremos en que sustenta su
pretensión con respecto al otro, sin que los efectos de aquélla en modo alguno
puedan perjudicar a este úitimo. Por ejemplo, si el trabajador adujo en su deman-
da que se desempeñó en negro bajo las órdenesde un contratista y éste se encuen-
tra rebelde, y al contestar demanda el contratante desconoció la relacion laboral o
aun admitiendo la misma, negara la antigüedad, categoría o remuneracibn, es ob-
vio que si el trabajador pretende exterider la condena al deudor solidario code-
mandado, no le bastarán los efectos de la rebeldía para demostrar la relación labo-
ral o los hechos desconocidos, sino que deber6 producir la prueba carrespondien-
t e en tal sentido, sin perjuicio de que por el principio dinámico de la prueba el con-
tratante también deberá ofrecer los elementos probatorios necesariostendientes
a demostrar e i carácter autónomo de los servicios o /a real fecha de ingreso, cate-
goria o remuneración. En cuanto al deudor solidario, éste puede o bien acompa-
ñar a la defensa del empleador oponienda todas las defensas comunes al litiscon-
sorcio, o bien limitarse a defender su propio interés en orden a la negación de los
presupuestosde su responsabilidad solidaria.
Conviene reiterar que e5 necesario dejar planteado en la demanda (aunque
muchas veces se torne dificultoso) el status jurídico de cada uno de los demanda-
dos, diferenciando al ernpleador del deudor o los deudores solidarioc en los térmi-
nosdel art. 30de la ICT.Esto es importante, pues l a Cortesuprema de Justicia de la
Nación, compartiendo los fundamentos del procurador general de la Nación, re-
solvió dejar sin efecto la demanda en la cual el deudor solidario, ni siquiera subsi-
diariamente, fue demandado en razón del art. 30 de la LCT, introduciendo la acto-
ra el tema reciPn en oportunidad de la audiencia prevista por el art. 94 de la 10,
pues si bien es cierto que los jueces no se encuentran vinculados por la calificación
juridica que las partes dan a SUSpretensionesy pueden enmendar o reemplazar el
306 Ricardo D.P-lierrezuelo- Pedro E Muñer

derecho mal invocado por aquéllas, elfo es así en la medida que no alteren las bases
fácticas del litigio y la causa petendi, lo que acontece cuando ia pretensibn origi-
nariamente deducida reprochando responsabilidad a un presunto ernpleador
directo se convierte en otra en virtud de /a cual se lo termina condenando como
garante solidario del verdadero en~pleador~~.

4 35. Que se puede reclamar


Esobvioqueef contratante o cedente resukan solidariamente responsables por
todas las obligacionesemergentesdel contrato de trabajo y de la seguridad social,
entre las que se encuentran,sin hesitación, ei pago de las indernnizacionespor des-
pido (arts. 232,233y 245, LCT), los salarios o diferencias salariaies adeudadas, los
sueldos anuales cornpiemenlarios debidos y las vacaciones no gozadas, así como
también ia totalidad de las indemnizaciones legales previstas a favor dci trabaja-
dor (multas de la ley24.013, indernnizacionesde la ley25.323y25.345,etcétera)33.
Mas complejo resulta establecersi el contratanteestá obligado a hacer entrega
de los certificados de trabajo y apartes previsionales previstos por el art. 80 de la
LCT<En este sentido, ia jurisprudencia ha sido contradictoria.
Así, el presente cuadro, muestra las distintas posturas que se aprecian en ias di-
ferentes Salas de dicho Tribunal.

PROCEDENCIA IMPROCEDENCIA

Sala I ((Martinezc. Deher S.A.)),


1312108
Sala lll «Herrera c. Edenor S.A.»,
19/5/08
Sala IV «Balizanc. Soifer Hermanos)),
3111O108
SalaV «Vioia c. intelligent com S.A.»,
2413104
Sala VI ((Mercadoc. FST S.A.»,
5/31! O
Sala VI1 (~Eikhtinskyc. Arkte S.A.)),
9172103
Sala IX {(Gutiérrezc. Sistemas Eléctricosy Serv. S.R.L.r>,
13/5/03
Sala X ((Sondereggerc. Arnerican Expfess S.A.»,
13111103

32 CSJN, 19/11/02, "Girnenez, lrma M.C. Rocha, Teresa y otro", DT,2003-A-352.


33 En nuestro pais la extensibn de responsabilidades mas ampiia que en el sistema español, en
elcualsólocomprenden a las obligacionesdo naturalezasalarial y a lac referidasaiaseguridadsociai.
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 307
- -A" ,-.,- -
En efecto, la Sala IVrecolviÓque: "Debe hacer entrega de los certificadosdetra-
jo el responsable solidario aunque no haya sido ernpleador en sentido estricto.
o se desprende de to dispuesto en el art. 30 de la LCTque en su parte pertinente
spone: '... El incumplimiento de algunos de los requisitos hará responsable soli-
ríamente at principal por las obligaciones de los cesionarios, cantratistas o sub-
ntratistas respecto del personal que ocuparen en ia prestación de dichos traba-
soservicios, y que fueren emergentes de la reiacion laboral incluyendo su extin-
ón y de las obligaciones de la seguridad social'. Y dentro del ámbito cornprendi-
o en la solidaridad esta incluida la obligación de entregar el certificado de tra ba-
jo" (del voto del doctor Zas, en r n a y ~ r i a ) ~ ~ .
En idéntico sentido, la Sala VI ha dicho que: "Cuando las accionadas resultan
responsables e n los términos del art. 30 de la LCT, que abarca las obligaciones
emergentes de ia relación laboral y de la seguridad social, sin distinguir entre las
bligacionesdedarsumas de dinero o de hacer, no resulta -a los finesde ia entre-
a de las certificaciones del art. 80 de la LCT- argumento válido sostener que no
secuenta con la informaciónoqueseob~igariaafalseardatosde la realidad, ya que
en todo caso, la certificaciónpuede confeccionarsecon los datos que han quedado
comprobados en ia causa" (del voto del doctor Fernandez Madrid, en
Por su parte, la Sala VI!dispuso que: "La condena solidaria de hacer entregadel
certificado del art. 80 de la LCT tiene plena justificación toda vez que hay respon-
sabilidad solidaria de quien contrata asubcontrata trabajos o servicios correspon-

Las primeras se interpretan restrictivamente,en el sentido de que no sólo no incluyenlas pres-


taciones extrasalariales fTS España, sentencia del 19/1/98, Ar. 9981, sino tampoco los llamados
"salariosdetramitación" -es decir, la indemnizaciónconsistenteenunacuantia equivalente a los
salarios dejados de percibir entre ei momento del despido y la notifjcacibn de la sentencia que 10
declare improcedenteo nuio; indemnizacion a la que tiene derecho el trabajador junto con otra,
quese calcula a razón de45 días desalario porafio deservicios-(?S Espafia, sentenciasdel lrU7/98
y del 28/4/99, Ar. 8544 y 4648).
Respecto de ias segundas, hay que tener en cuenta que se puede exonerar la responsabiiidad
solidaria del empresario principai. Este esta obligado a solicitar a la Tesorería General de la Segu-
ridad Social informacibn acerca del pago de cuotas (anteriores a la contrata) por parte del contra-
tista. Solici.tada la información, si \ a tesorera da un informe negativo (no hay impagos o descu-
biertos de cuotas) o no contesta en el plazo detreinta días, el empresario principal queda exone-
rado de responsabilidadsolidariareferida a la seguridad social por el tiempo que dure la contrata
(Ramirez Niartínez, La responsabilidadsolidaria en el derecho del trabajo espafioi, en "Anuario de
Derecho del Trabajo de la Universidad Austral", ps. 116 y 117).
34 CNA"T,ala IV, 31/10/08,"Balizan, Rosario del Carmen c. Soifer Hermanos S.A. y otro s1Des-
pido", Boletiri Mensuaibefurisprudencia dela CNAT, riq 285, Oficina delurisprudencia, oct. 2008.
35 CNAT, Sala VI, 513110, "Mercado, Mariei'a c. F5TS.A. y otrossíüespido", ~oletin
Mensualde
iurisprudencia de la CNAT, no299, Oficina de Jurisprudencia, mar. 2010.
308 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro F, Núñea
, _ _ - _ - I . - " - _ I - _ _ C I . - " ~ . ~ - - - - - ~ - - ~ - . - - - -

dientes a su actividad normaly especifica con un tercero (art. 30, LCO y se extiende
a todas las obligacionesderivadas del contrato de trabajo.
Ello ciertamente incluye el otorgamiento de los certificados previstos en el art.
80 de !a L c T ' ' ~ ~ .
En la misma iinea de pensamiento se expidieron las Salas IX y X. Así, la primera
resolvió que: "La responsabilidad solidaria del principal respecto de !os incumpli-
mientos en que haya incurrido la subcontratante resulta omnicomprensiva de to-
das las obligaciones derivadas del contrato de trabajo y su extinción, y entre elras
se incluye ia entrega de ias certificaciones previstas en el art. 80 de ta LCT, sin que
ello implique que aquél esté obligado en carácter de empleador, sino a asumir di-
cho deber consignando los datos que surjan de la sentencia firme" 37.
La Sala X dispuso que: "Cuando se condena solidariamente a ambas empresas
codemandadas, corresponde extender tal responsabilidad solidaria también al
otorgamiento de los certificados de trabajo, pues t a l solidaridad es extensible a
todos los efectos emergentes de la vinculación laboral, por lo que tarnbien abarca
la expedición de los certificados expresados en el art. 80 de la LCT,los cuales debe-
rBn ser confeccionados de conformidad con las pautas que emanan de la decisibn
judicial" 38.
En sentido contrario, fa Sala II1 indicó que: "La solidaridad prevista en el art. 30
de la LCT no se hace extensiva a fa entrega del certificado de trabajo, pues dicha
solidaridad no constituye a !os empleados de los contratistas en empleados direc-
tos de ta principal, motivo por el cual mal podría estar obligada a entregar certifi-
caciones de trabajo. Al no haber sido la principal empleadora del actor en sentido
estricto sino sólo responsable en virtud de un vinculo de solidaridad, no puede ha-
cer entrega de los certificados de trabajo, pues carece de los elementos necesarios
para su confeccibn" 39.
En términossirniiares, ia Sala I ha dicho que: "La solidaridad fundada en el art. 30
de la LCTno puede hacer extensiva la entrega de loscertifícados del art. 80 de la 1CT

3"~~T, SalaVIi, iZfl1103, "Storino, Claudioc. Exitet S.R.L. y otrosslOesp~do",expte. 23.687,


sent. 37.148, Boietín Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Certificado de trabajo (art. 80,
LCT)", Oficina de Jurisprudencia, jul. 2007.
37 CNAT, Sala IX, 1315109, "Gutierrez, lsidoro Lidoro c. Sistemas Eléctricos y Servicios S.R.L. y

otros s/Despidor', Boletín Mensuaidefurisprudencia de a¡ CNAT, no 294, Oficina de Jurisprudencia,


may. 2009.
38 CNAT, Sala X, 13/11/03, "Sonderegger, Fabial c. American Express Argentina S.A. y otro
s/DespidoU,expte.9672102, sent. 12.243, Boletín TemáticodeJurísprudencia dela CNAT, voz "Cer-
tificado de trabajo (a& $0, LCT)", Oficina de Jurisprudencia. jul. 2337.
39 CNAT, Sala ilf, 14/5/08, "Herrera, Vicente Ceferino c. Edenor S.A. y otros rlDespido", en
intraret.pjn,gov.ar.
~esponsabiiidadsulidaria en elcontrato de trabajo 309
-- -p".-

a quien no fue empleador, toda vez que no cuenta con los etementos necesarios
para su canfeccion. Yen t a l inteligencia,tampoco resulta procedente el paga de la
ulta prevista en el último párrafo del art. 80ya citado, conforme ley 25+345"40.
Asimismo, se ha resuelto que: "La ob\igación de confeccionar el certificado
e impone el art. 80 de la LCT constituye una obligación de hacer de curnpli-
ento en especie estrictamente personat a cargo del empleador en base a sus
ros y registros empresarios y, por lo tanto, t a l acto material sólo puede ser Ile-
adoacabo-salvo la suplantaciónjudicial en casosde extrema contumacia-por
l empleador o quien lo reemplace en ese rol específico, pero no por otros empre-
sarios ajenos a la explotación, aun cuando éstos puedan responder vicariamente
por otras obligaciones nacidas de los contratos de trabajo, incluidas las multas y
sancjones derivadas del incumplimiento de aquel deber, y que no posean esta
caracreristica per~onal"~'.
Finafmente, la Sala V se expidió en !os siguientes terminos: "La responsabilidad
olidaria de quien contrata o subcontrata trabajos o servicios correspondientesa
actividad normat y específica con un tercero (art, 30,LCT) se extiende a todas las
ligaciones 'emergentes de ta relacidn laboral incluyendo su extinción y de las
obligaciones de la seguridad social'. Ello ciertamente incluye el otorgamiento de
los cer.tificadosde trabajo del art. 80 de la LCTen tanto la ley no ha efectuado d,is-
tinción ni salvedad alguna" 42.
Conviene destacar la posición asumida por la Sala IV, donde se exime a l contra-
tantedel deberdeentregar Ioscorrespondientescert~Rcados, pero node la indem-
nización estabiecida en el art. 80 de la LCT. Asl, ha dicho: "Si bien la obligación de
hacer entrega de! certificado de trabajo no puede recaer sobre quien es responsa-
ble por un vínculo de solidaridad por no haber sido empleador en sentido estricto,
ycarecer de los elementos necesarios para confeccionar las respectivasconstanciits,
no ocurre 10 mismo con la multa por falta de entrega del certificado, en cuyo caso
opera en ptenitud la conceptualizaci9n que efectúa el art, 30 de la L C i , que esta-
blece la solidaridadentre el principaly los cesionarios, contratistas o subcantratis-
tas respecto del personal que ocuparen en la prestacidn de los trabajos o servicios

40 CNAT, Sala i, 33/2/04, expte. 22.055102,sent. 81388,"Martínez, Ramón c. Deher S.A. y otro
dDecpidoW,criterio ratificado en expie. 13,189105, sent. 84.370 del 24/5/07, "ponce. Fernando c,
RecorridosS.R.L. y otros/DespidoV,Boletín Tematico deJurisprudencia de /a CNAT, voz "Certifica-
dodetrabajo (art. 80, LCS)", Oficina de Jurisprudencia, jul. 2007.
I " CCAT, Sala II, 15iU07, "Mops, Hernin Alejandro c. Collectivernind Argentina S.A. y otros
siDespido", expte. 36.120/02, S.D. 94.752, Boieiín Mensual de Jurisprudencia de la CNA'I; no 266,
Oficina de Jl~risprudencra,feb. 2007.
42 CNAT, SalaV, 416113, "DIAiessandro, Guadaiupe Sofedad c. Full Cornunicaciones5.A.slDes-
pido", Boletín Mensuaidelurísprudencia de /a CNAT, n0333,jun. 2033.
3 10 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núñez
----- --u--w- -.-,-.- m

'y que fueren emergentes de la relación laboral incluyendo su extincion y de las


obligaciones de la seguridad social'
Por nuestra parte, consideramos que no existe motivo alguno que permita apar-
tarse de Ia regia general contenida en el art. 30 de fa LCT, que expresamente con-
vierte a los contratantes y cedentes en responsables solidarios por todas las obii-
gaciones contraidas por los cesionarias, contratistas o subcontratistas respecto del
personal que ocuparen en la prestación de dichos trabajos oserviciosy que fueren
emergentes& ia relaribn iaboral, incluidas lasdesu extinciony de las obiigaciones
de lareguridad social. Cuando ei artículose refiere a "todas" las obligaciones nase
circunscribe súio a la de dar sumas de dinero, sino que también incluye tas obiiga-
cíones de hacerM. En idéntico sentido, Pirolo señala que la responsabilidad que la
ley les atribuye con respecto a dichas obligaciones-entre las cuales se encuentra
la de otorgar certificado-es de carácter solidario, por lo que nove razón que jus-
tifique apartarse de fa regla de solidaridad con respecto a la obligación estableci-
da en el art. 80 de la LCT. Agrega que la circunstanciade que aquel que no fue em-
pfeador directo carezca de registrossobre los cuales basar la certificación, no reve-
Ia una imposibilidada bsoIuta de otorgamiento ni difiere de iasiruación que se pre-
senta en numerosas ocasiones con respecto al propio empleador.
En efecto, cuando un ernpleador no registra la relación -ya sea porque niega
ia existencia del vinculo osimpIenente porque lo mantuvo en forma marginal- o
bien cuando asienta defectuosamente la fecha de ingreso o las remuneraciones,
tiene igualmente laobiigaciondeentregar el certificadoque estabieceel art. 80de
la LCT; pero no sobre la base de sus registros (que, incluso, puede que sean inexis-
tente~), sino con arreglo a los hechos que se hayan tenido por acreditados en la sen-
tencia. La cuestion tiene importancia frente a los casos cada vez más frecuentesde
vaciamiento o decaparicibn del deudor principal.
En consecuencia, asl como un empleador que omitió registrar la relación puede
y debe cumplir con la obligacibn que establece ej art. 80de la LCTsobre la base de
lo admitido en la sentencia, del mismo modo está en condiciones de cumplir con

43 CNAT, Sala IV, 29/3/12, "Fumagalfi, Paola Daniefa c. FCT S.A. y otros sillespida", en h t r a -
netpjn.gov.ar.
44 En sentido contrario se expide Vizquez Vialard, para quien dicha disposicion se refiere a
lasobfigacionesque asumeelempleadarcomo~on'rraprestaciOndel trabajo: pago de! salario, aun
en el caso de enfermedades o accidente "incutpable", para impuestos que surgen como conse-
cuencia de esa prestacibn, pero no a aqueHos quesc refieren a certificar constanciasquesurgen de
un fibro que exclusivamente debe llevar el empleador. Por otra parte, el tercero no dispone de los
elementos de juicio para poder cotifeccionar ese certificado que es posible que deba contener
constancias anteriores al momento en que nace la obligación solidaria (V6zquez Vialard, La posi-
bilidad que elacreedor lsborai /e reclame directamente al deudor vicario, TySS, 2002-806).
sponsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 31 1
- -
[a un codeudor que es declarado responsable solidario de todas las obligaciones
cidas de un contrato de trabajo (aunque haya sido celebrado con un
osotros creemos que esto es válido sblo con respecto al certificado de trabaja
ue importa una obligación de hacer, por lo que el empleador o, de corresponder,
I deudor solidario cumplen con su obiigación entregando la certificaciónque con-
nga la información asentada en los registros laborales, o en caso de diferir con la
alidad, con losdatosacreditadosenlasentencia. Incluso esta certificaciónpodria
r confeccionada por el propio tribunal.
istinto es eI supuesto del certificado de aportes y servicios, pues, como bien
punta Ackerman, la entrega de las constanciasdocumentadas,sin llegar a ser una
bligacion accesoria del deber de efectuar las cotizaciones a la seguridad social y
dicales, no es plenamenteautónoma, dado que el cumplimiento de aquella sólo
podrá producir cuando haya habido efectivo depósito, aunque éste haya sido
r ~ i a lCon . queremos decir que si los aportes previsionales no se efectua-
~ ~ esto
n, o si se realizaron por un importe menor, no se puede compeler al empleador
I al deudor solidario a confeccionar tos respectivos certificados, asentando datos
ndaces.Tampoco sería viable la aplicación de astreintes hasta tanto se efectua-
ran y acreditaran los aportes, porque el accionantesólo habría reclamado la entre-
ga de los respectivoscertificados.

g 36, Efectos de la solidaridady relaciones internas


entre las empresas

La solidaridad es pasiva y referida a las obligaciones en que el trabajador es


acreedor. Hay que diferenciar la situacitin jurídica de ambas empresas, pues ei con-
tratista es el verdadero ernpleador y por ende, el obligado directo, mientras que el
contratante es el obligado vicario, que sólo responde por una exigencia legal y en
virtud del beneficio que obtiene del trabajo efectuado por el dependiente de aquél.
En materia de extinción, el pago, la transacción efectuada por uno de los deu-
dores solidarios, o cualquier otra forma de extincián se extiende a los restantes
codeudores.
Empero, hay que efectuar una distinción entre el pago realizado por cada uno
de ellos, para una eventual acción de regreso.$¡ es ei contratista el que satisface el
crédito de! trabajador,enprincipio, no tendria ninguna acción de regresocontrael
contratante, de conformidad con lo dispuesto por ei art. 841, inc, b) del CCCN,por

Pi rolo, Aspectos procesalesde la responsabilidadso/idaria, en "Revista de Derecho labo-


ral", no 2001-1, "La solidaridad en el contratode trabajo", ps.427 y 422.
46 Ackerman, La modificación del a r t 80 db la LCT(t.o.), en "Revista de Derecho Laboral",
niirnero extraordjnario, "La reforma laboral-ll", p. 45.
-312 -M--- -Ricardo D.Hierreruelo - Pedrp F. Núñez
el cual deberá estarse a la fuente y la finalidad de la obligación o, en su caso, la cau-
sa de la responsabilidad.
Reiteramos que el deudor directo y principal responsable del pago es el em-
pieador, con quien se ha entablado Ia relaci6n laboral, por lo que no seria prace-
dente una acción de regreso contra quien fa ley ha erigido como deudor solidario
de esa obligación. En cambio, si fue el contratante quien debió pagar totai o par-
cidmente .el crédito iaborcil al trabajador, estará legitimado para repetir del obli-
gado principal la totalidad de lo abonado (conf. art. 841, CCCN).Por úttirno, si el
empieador fuera insolvente y hubiere varios deudores solidarios indirectos, la res-
ponsabilidad deberá distribuirse entre todos éstos (conf. 842, CCCN), estándose a
lo pactado si la situacion se hubiere previsto.
En cuanto a ia cosa juzgada, rige ei principio general estabiecido en el art. 832
del CCCN que determina que la misma no es oponible a los codeudores que fueron
parte en el juicio, los cuajes pueden, sin embargo, invocarla contra el coacreedor
quesi fue parte en la causa cuando nose funda en circunstanciaspersonalesdel co-
deudor demandado. Es decir, los efectos de ta cosa juzgada se expanden a los co-
deudores en la medida del beneficio -esto es, cuando la casa juzgada los favore-
ce-y únicamente contra el coacreedor que intervino en el litigio.
Huelga decir que ia solidaridad abarca sOlo las obligaciones contraídas por el
contratista durante ei lapso de extensibn de la obrcr ycomo concecuencia de su rea-
iización y, por lo tanto, nose le podrían exigir al empresario principal obligaciones
que comprendieran periodos ajenosa la contratación respectiva, sean éstos ante-
rioresal inicio de la obra o posterioresa su finalizaci6n.
Como bien indica Fernandez Madrid, las relaciones entre el empresario princi-
pal y el subcontratista, en principio, son ajenas al trabajador, a quien no se le pue-
deoponer la ruptura del contrato de obra o la falta de pagode tos certificados res-
pectivo~.Por ello, la rescisión contractual injustificada efectuada por la empresa
principal, que torna imposible la continuación de tos servicios del trabajador afec-
"ido en esa contratación, no libera de la responsabilidadsolidaria a ia empresa
contratista, toda vez que ésta debe brindarle ocupación efectiva u ofrecerle la que
corresponda y, en todo caso, responder frente a su subordinado par la inejecucibn
del contrato de trabajo, sin perjuicio de los derechos que pudieren derivarse entre
ambas empresas por la invocada rescisián inj~stificada~~.

5 37, La incidencia de la reforma en la ley 22.250


Hasta antes de la reforma efectuada por el art. 17 de la ley 25.01 3, sólose [esexi-
gia a quienes contrataran o subcontrataran los servicios de contratistas o subcon-

47 Fernández Madrid, Tratadopráct/co de derecho del trabajo, t. i, ps. 979 y 980.


ffesponsabilidadsolidariaen el contrato de trabajo 3 13
-"-,-" -.-~-,"- -
tratistas de l a construcción que les requirieran la constancia de su inscripciónen el
Registro Nacional de la Industria de la Construcci6n, así como también que comu-
nicaran a este organismo ta iniciación de la obra y su ubicación (art. 32, parr. lo,ley
22.250). El art. 16 de! decr.-regi. 1342f81 agrega que el requerimiento de la cons-
tancia de inscripción procederá cuando tos contratistas o subcontratistas configu-
ren la calidad de empleador de la industria de la construcción.
El párr. 2" del art. 32 de la iey 22.250dispone que los empresarios, los propieta-
rios y los profesionales, cuando se desempefien como constructores de obra que
contraten contratistas o subcontratistas que no hayan acreditado su inscripcion en
eI Registro Nacional, serán, por esa sola omisión, responsablessolidariamente de las
obligaciones de dichos contratistaso subcontratistas respecto al personal que acu-
paren en la obray quefuerenemergentes de la relacion laboral referidaa la misma.
Es decir, que el empresario principal no respondía solidariamente por (asobli-
gaciones contraidas por el contratista o subcontratista respecto del personal que
ocuparen en ia obra, siempre y cuando éstos hubieran acreditado ante el principal
su inscripción ante el Registro Nacional de la Industria de la C~nsrrucción,
Por su parte, el art. 30 de la LCTen su antigua redacción, que regulaba el insti-
tuto d e ta solidaridad en el régimengenera! del contrato de trabajo, contemplaba
un espectro más amplio, ya que aun cuando se requería que el principalexigiera a
[OS contratista el adecuado cumplimiento de las normas relativas a la actividad
laboral y a losorganismos de la seguridadsocial, lo consideraba siempre solidaria-
mente responsable por las obligaciones de los contratistasy subrontratistas, origi-
nadas en el contrato de trabajo.
Esta norma inspiró Ia postura sostenida por parte de la doctrina, según la cual !B
solidaridad, en lo que hace al estatuto de Ia construcción, debiaser extendida al co-
mitente, aun cuando se acreditare que dio estricto cumplimiento al supuesto de la
ley especifica, exigiendo la constancia de inscripción que ésta exige, y que el con-
tratista o subcontratista invisten, efectivamente, el carácter de empleadoresde la
industria de la construcci6n. Parte de Ia doctrina y de la jurisprudencia fomentaron
!a aplicación de esta postura, por resultar la solución más adecuada al texto del art.
9"de la Ley de Contrato de Trabajo.
En cambio, la opinibn mayoritariaentendió que e!art. 30de la LCTno era aplica-
ble a los supuestas de contratación y subcor?.trataciónque podían darse dentro del
ámbito de !a industria de ia construccitin, puesto que de tal manera se introduciría
una diferente hipótesis de solidaridad que desnaturalizaría el sistema y método del
~ ~el. ámbito de !a Capital Federal, como todos sabemos, fa solución fue
e s t a t u ~ oEn
resuelta en el Plenario 265 antes referido por el cual se resolvió que: "El art. 30 de la
Ley de Contrato de Trabajo no es aplicable a una relación regida por la ley 22.250".

~ a z -aPerdigues - Tabernero, Trabajadoresde la construcción. Ley 22.250, ps. 159 y 160.


314 Rjcardo D.Hierrezuelo - Pedro F. tVúñez
L_I_--l_^___I_-----

Ahora bien, el ultimo párrafo del art. 11 de la ley 25,013 estableció que las dis-
posiciones insertas en este artículo resultan aplicables ai régimen de solidaridad
especifico previsto en el art. 32 de la ley 22.250. Adviertase que este parrafo es el
único que no forma parte de la modificacion introducidaen el art. 30. En efecto, e[
articulo comienza diciendo: "Sustituyese el segundo párrafo del art 30 del Regí-
men de Contrato de Trabajo (ley20.744,t o . 1976)por elsiguiente texto", y luego
circunscribe la modificación a los tres primeros párrafos que se encuentran entre-
comillados para,finalrnente, agregar el último párrafoantes expuesto, que no far-
ma parte de la sus'cituciandel art. 30, sino del propio art. 17 de la ley 25.013.
Esta aclaracion resulta importante, puesal no formar parte del art,30de la ICT
"no es necesario que se contraten o subcontraeen trabajos correspandientes a ia
actividad normal y específica propia del establecimiento de los contratante^"^^.
Estos tampoco deben exigir el adecuado cumplimiento de las normas relativas a!
trabajo ya los organismos de la seguridadsocial, sinosólo ior extremos contenidos
en los dos primeros párrafos entrecomillados (párrs. S0y4", art. 30 actual). Es decir,
!os empresarios, los propietarios y los profesionales que contraten o sucontraten
iosserviciocde contratistas osubcontratistas de la construcción, deberán requerir,
además de la constancia desu jnscripción en el Registro Nacional de la Industria de
la Construcción, el número de CUlL de cada uno de los trabajadores que presten
servicios y la constancia de pago de las remuneraciones, copia firmada de los com-
probantesde pago mensuales al sistema de la seguridadsocial, una cuenta corrien-
te bancaria de la cual sea titular y una cabertura por riesgos del trabajo.
Asimismo, por la res. 1897 de la AFIP, deberán requerir la "Clave de Alta Tem-
prana" previa al ingreso del trabajador, De igual modo este conrrol deberá ejer-
cerse en forma personal, no pudiendo delegarseen terceros y deberá ser exhibido
cada unode ioscornprobantesy constanciasa pedidodel trabajadorylo de laauto-
ridad administrativa.La falta de inscripciónde los contratistas o subcontratistasen
et Registro Nacional o el incumplimiento de alguno de los requisitos antes señaia-
dos hará responsable solidariamente al principal por las obiigacionesde aquéllos
respecto del personal que ocuparen en la prestación de dichos servicios y que fue-
ren emergentes de la relación iaboral, incluyendo su extinción, y de las abiigacio-
nes de la seguridadsocial.
Es decir, aderniisde la totalidad de los rubros salariales, el principal deberá res-
pondereventualmentepor el pago del Fondo de Desempleo, encasodequeef con-

49 En sentidocontrarioseexpidió la Sala !, quien para confirmar la condena solidaria a Ede-


nor, no sólo tuvo en cuenta el incumplimiento de los deberes de control, sino que además consi-
deró que: "el zanjeo y acceswiasconrratadas hacen a la actividad normal y especifica de Edenor
S.A., ya que le seria imposible proveer energia eléctrica sin la contratación de empresasque reali-
cen aquellastareas antes señaladas que, en definitiva, le permiten concretar su togro ofin Ultimo"
(CNAT, Sala 1,2911 1102, "Alderete,Miguel A. c. Kjoshi S.A. y otrossiDespido", TySS, 2003-127).
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 315
-l*---LI_III<-p---..-.-CI-.l -"

tratista no hubiera efectuado iosdepCisitos correspondientes, así como también de


las indemnizaciones previstas en los arts. 18 y 19 de la ley 22.250, y de las contem-
pladas en ia Ley Nacional de Empleo.
Enel sentido antes expuesto se ha expedido la Cámara Nacional de Apelaciones
el Trabajo en autos " ~ a v a r r o " al
~ ~disponer
, que: "Ante la contundenciadel nue-
o texto del art. 30 de la LCTtmodificado por et art. í7#iiey 25.013) aplicable a su-
puestos en los que el principal subcontrata ciertos servicios con terceros, ahn no
sumiendo aquél e! carácter de empleador directo de los trabajadores del contra-
sta, debe responder por las obligaciones laborales incumplidas por esre en tanto
no adopte las medidas de contralor que específica y puntualmente establece el
párr. 2" del art, 30 ya citado, por lo que la mera inscripcióndel subcontratista en el
Registro Nacional de la Industria de la Construcción resulta a todas luces insufi-
ciente para eximir a la principal de la responsabilidad que en forma solidaria le
impone la norma". Idéntica postura adoptó la Sala IV, la que señaló: "La ley 25.013
agregó alart. 30 de la ICTun párrafoque estabiecequesur disposiciones'resultan
plicabies al régimen de solidaridad especifico previsto en ei art. 32 de la ley
2,250'. A partir de esta reforma, la situación de quien contrata la realización de
una obra ha variado de manera importante, toda vez que se pone en cabeza del
comitente mayores obligaciones que las impuestas por el art. 32 de la ley 22.250,
ue mantiene su vigencia, de manera que a las cargas legales establecidas por la
orma citada en primertérmino, cabe agregar la carga impuesta por e! art+32cita-
do. Novale aquí aquella regla queda relevancia al régimen particular porsobreel
general, pues el iiltirno párrafo del reformado art. 30 refiere expresamente la apli-
cación be sus regias al regimen previsto en la ley 22.250"~~.
En términos opuestos se expidió la Sala V, que exigió el cumplimiento genérico
de lasobli~acionesla boralec y previsionalesalsostener que: "No basta para eximir
de responder en forma soridaria a Ia contratante que el contratista esté inscripto
en el registro pertinente, ya que aquella empresa debió exigir del subcontratista et
cumplimiento de las obligaciones laboralesy previsionalesreferidasen el art. 30de
~ . línea de razonamiento es compartida por la Sala 1, que señalo que:
la L c T ' ' ~Esta
"confundamentoenel art. 17deia ley 25.013, las d!sposicionesdel art. 30de la LCT,
serán aplicables al régimen específico de solidaridad allí establecido. Así se intro-
duce una obligacibn adicional a la fijada en el art. 32 de la ley 22.250, por lo que el
empresario, además de controlar la inscripción, deberá verificar el correcto cum-
plimiento de los requisitosexigidos por el ar.t. 30 de ia LCT, y cualquier violacibn lo

CCNAT, Sala 1l,4/8100,"Navarro, tinoc. Altairac, Jorge y ofros/Ley 22.250", DT, 2007-A-644.
51 "Díaz ACAteonardo y otro c. Goldzen, Alejandro Javier y otrossitey
CNAT, Sala IV, 30/3/12,
22.250", en intranetpjn.gov.ar.
52 CNAT, SalaV, 13/9/02, "[barra, Aldo L.c. Surec S.A. y otro stley 22.250", TySS, 2003-142.
3 16 Ricardo D.Hierrezuelo Pedro E Mú?iez
U- - - . - - - -

hará responsable solidariamente de las obligaciones de los contratistas, subcon-


íratistas o cedentes, respecto del personal que ocuparen en la obra y que fueren
emergentes de ia relación laboral referida a la citada obra"53.
Cabedestacar, que para la mayoría de las Salas, la modificaci6nintroducidapor
/a ley 25.013, dejósinefecto la aplicación del plenario 265. Así, se ha dicho que: "La
subcontratación de servicios que hacen a la actividad especifica de la principal
(construccibn)determina la solidaridad en los términos del art. 30 de fa 1CTapiica-
blea la industriade la construccióna partir de la recordada ley 25.250. Es cierto que
el codemandado no debería responder en los términos del art. 32 de la regla esta-
tal 22.250, pera la modificación de la norma lo coloca en la situación de responsa-
bie salidario del contratista"54.
También se ha resuelto que: "Si bien Ia doctrina que emerge del falfo plenario
no261, 'Lora, José R. y otro c, Vitialba, Francisco y otro', establece que el píopieta-
rio que no se desempefia como constructor de obra no responde en los términos
del art. 32 de la ley 22.250, lo cierto es que la ley 25.013 ha modificado el régimen
de responsabilidad del art, 30 de la LCTy ha incluido en sus alcances a las relaciones
de trabajo regidas por la ley especial (22.250). A partir de ahí, cuando se trata de
contrataciones o subcontrataciones entre empresas de la industria de la construc-
ción, la responsabilidad solidaria de1 principal por las obligaciones de sus contra-
tistas o subcontratistasderiva de la aplicación del art. 32de la ley 22.250, resuitan-
do irrelevante analizar si se ha encomendado-o no- la realización de trabajos o
servicios correspondientes a la actividad normal, especifica y propia del estableci-
miento. Asu vez, cuando e! comitente no es un operador de la industria de la cons-
trucción, si bien no resulta aicanzado por el régimen de solidaridad previsto en ta
norma mencionada, lo cierto es que ie son aplicables las obligaciones impuestas
por el ai-t, 30 de la ICTiart, 17, ley 25.013)"~~.
La Sala IV adoptd igual criterio al disponer: "Resulta inoficiosa la invocación de
la doctrina del plenario no 265 de la CNAT que efectiian ambas coaccionadas en su
defensa, pues el hecho de que el vínculo laboral del actor se encontrara compren-
dido por las disposiciones de la ley22.250 (extremo que llega firme a esta alzada),
no constituye óbice para la aplicación de lo normado por el art. 30de la LCT, Es que
la doctrina de1 fallo plenario no265 citado, carece de vigencia a la luz de'las modi-
ficaciones que fa ley 25.01 3 introdujo a/ dispositivo legal citadoen su Ultimo párra-

53 CNAT, Sala I, 29111/02, "Alderete, Miguel A. c . Kioshi S.A. y otras stDespido", TySS, 2003-
127.
54 CNAT, Sala V, 3113111, "Núñez, lavier c. Caicaterra S.A. y otro s/Ley 22.25OW,en intranef.
pjn.gov.ar.
'5 CNAT, Sala IX, 8/2/12, "Alvarado, Luis Oscar c. Ursa Ingeniería y Construcciones S.A. y otro
siDespido", en intranet.pjn.gov.ar.
Responsabilidad solidaria en elcontrato de trabajo 3 17

fo, que establece "resukan apticables al régimen de solidaridad específico previs-


o por el art. 32 de la ley 22.250, En orden a ello, esta Sala ha sostenido, que 'a par-
de la reforma introducida a este hitirno precepto por el art, 17 de ta ley 25.013,
situación de quien contrata la realización de una abra ha variado de manera
importante, toda vez que se pone en cabeza del comitente mayores obligaciones
que las impuestaspor e[ art. 32de la ley 22.250, que mantiene su vigencia, de mane-
ra que a las cargas legalesestablecidaspor la norma citada en primer término, cabe
agregar la carga impuesta por el art. 32 citado. No vale aqui aquella regla que da
relevancia al régimen particular por sobre el general, pues el último párrafo del
itado art. 30 reformado alude expresamente a l a apticacibn de sus reglas al régi-
men previstoen la ley 22.250'. De igual modo,rarnpoco resultaría relevante la doc-
trina del fallo plenario no261, "Losa, José Roberto y otro c, Villalba, Francisco y
otro', que Edesur S.A. invocó al contestar la demanda, pues no necesita ser empre-
constructora para ser condenada, dado que su responsabilidadse deriva del art.
de ia LCT, en la medida en que ha encomendado a un contratista la realización
e tareas que corresponden a la actividad normal y específica propia de su esta-

Asimismo, la Sala X indicii: "En el caso, al momento de plantearsee! conflicto en


rnoa la responsabilidadde !a contratante, se encontraba plenamentevigente la
odificacibriqueel art. 30de la LCTintrodujo al art. 17 de [a Iey25.013en cuyo Qlti-
o párrafo expresamente establece que 'iasdisposicionec insertasen estearticulo
resultan aplicables al régimen de solidaridad específico previsto en el art. 32 de la
ley 22.250', por lo que a partir del dictada de ia ley 25.013 perdió vigencia la doc-
trina plenaria sentada inre: 'Medina, Santiago c. Nicolásy Enrique Herndn Flamin-
yo S.A.', del 27112/88 (plenario no 265 C N A T ) " ~ ~ .
En sentido contrario por la Sala 11 sostiene que: "€1 párrafo incorporado por la
ley 25.01 3 al art. 30 de la LCTnoestableceque sus normasseanaplicabIes a las rela-
ciones regidas por el estatuto de la construcción independientemente de !o esta-
blecido por el art. 32 de la ley 22.250; sino que, por el contrario, ello sólo es por¡ble
dentro del marco de solidaridad específico prevista por et citado art. 32 de1estatu-
to. La cuestión tiene significativa importancia porque el art. 30de la LCTexige que
exista coincidencia entre la actividad de la contratista y la norrncil y específica pro-
pia del establecimiento del contratante principal; en tanto que el art, 32 de la ley
22.250 sólo prevé la posibilidad de extender solidariamente la responsabilidad
contemplada en la norma a los empresarios, propietarios y profesionalescuando

S6 CLNAT,sala iV, 1814111, "Battaglia, Franciscoc. Empresa Distribuidora Sur S.A. Edesur S.A. y
otro JDespido", en intfanet.pjn.gav.ar.
57 CNAT, Sala X, 21/2/13, "Saborniani, Horacio Joaquínc. Maxener UTE y otrbsslDespido", en
3 18 Ricardo D.Híerrezuelo - Pedro E Piúñea
-------.--1_3.---.------,--,-.----

éstos se desempefien 'coma constructores de obra'. Por lo .tanto, en el esquema


previsto por el referido art. 32 -dentro de cuyo marco específico de regulación
pueden considerarse aplicables lasdisposiciones del art. 30de la LCT-sólo es posi-
ble extender la responsabilidad en forma solidaria a! contratante principal, en Ia
medida que este despliegue una actividad comprendida en el ámbito de ta indus-
tria de la construcción (voto del doctor Piroio al cual adhiere la doctora Gonzalez
por razones de economía p r o ~ e s a f ) " ~ ~ .
En esta línea argumentalse había expedido la Sala 1, al sostener: "Enel caso Ede-
nor S.A.contrató los servicios de una empresa encargada de la instalacián de pos-
tes y el montaje y desmontaje de redes (tareas propias de la industria de la coni-
truccibn), Segiin sostuviera el doctor Pirolo en la causa 'Saierni Hugo Osvaldo y
otros c. Sintelar 5.A. y otra slDespidol (SD84.750del 16110107del registro de esta 5a-
.
la 1) '. . en el esquema previsto por ef art. 32 de la ley 22.250 -dentro de cuyo mar-
co específico de regulacidn pueden considerarse apiicables las disposiciones del
art. 30 de la LCT-solo es posible extender la responsabilidad en forma solidaria al
contratante principal, en la medida que éste despliegue una actividad comprendi-
da en el hrnbito de la industria de la construcrión ...'+Esta interpretación conlleva
admitirlaaplicabilidaddel art. 30de ia LCTenla medida en queresutte-asuvez-
aplicabie ei art. 32 de la ley 22.250, fo que lteva a descartar la responsabilidad de
Edenor S.A. Dicha empresa no se dedica a la industria de la construcción, sino que
su actividad principal consiste en la distribuci6n de energía electrica, extremo que
excluye su responsabilidad solidaria"^.
Con respecto a la aplicación del plenario "Medina", y sin perjuicio de lo dis-
puesto en el art. 12 de la ley 26.853, conviene reiterar que Ia expresión: "Las dispo-
siciones insertas en este artículo resultan aplicablesal regimen de soiidaridad espe-
ciiico previsto en el art. 32 de Ia ley 22.250", no forma parte del art. 30 de la LCT,
sino del art. 17 de la ley 25.013, por lo que al menos parece dudoso que por ese
motivo el plenario mencionado perdiera vigencia.
Desde nuestro punto de vista, la discusión se centra en si corresponde conside-
rar a estos contratantes como empresarios o contratantes de la construcción en los
términos de la ley 22.250. En este sentido, se impone aclarar que aun cuando tét-
nicarnente no lo son, porque su actividad principal es distinta y se rige por las dis-
posiciones de ia Ley de Contrato de Trabajo respecto a sus propios trabajadores, lo
cierto es que al contratar contratistas osubconrratistas para realizar trabajos regi-
dos bajo esa normativa, están actuando como verdaderos empresarios de la indus-

58 CNAT, Sala 11,1615/14, "Farías, Manuel Domingo c. Garnma S.R.L. y otrossiUespido", Boie-
tin Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no 343. may. 2074.
59 CNAT, Sala 1, 16111/09, "Altamirano, Alejandro Ariei y otro c. Maxener U.T.E. y OtrosiDw-
pido", en intranetpjn.gov.ar.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trgbajo 319
-- ---- -"
.-U
. -,

tria de la construcción.Adviértase que el art. 2", inc. b) de la iey22.250sólo excluye


de la aplicación de esa ley al propietario del inmueble que, no siendo empieador
de la industria de la construcción, construya, repare o modifique su vivienda indi-
vidual y a \os trabajadores ocupados directamente por ei a esos efectos.
Cierto esque si el contratante los contratara personalmente,esos trabajadores
se encontrarían regidos por la Ley de Contrato deTrabajo, pero ello noes óbice pa-
ra descartar su responsabilidaden los f6rrninos de Ia ley 22.250 cuando requieran
los servicios de contratistas de la industria de ta conrtrucción para realizar ese tra-
bajo, máxime cuando, como se vio anteriormente, aquéllos actúan comoverdade-
rosempresariosde la construccióny, en este caso, no hace falta acreditarquesetra-
t a de la actividad normal y específica propia del contratante.
Sin embargo, conviene aclarar que en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Bue-
nos Aires, rige el plenario no261,el cual, noobstanteelto, tiene losalcances limita-
dos al propietario que no se desempeha como constructor de obras.
Capitulo VII
Las empresas subordinadas y reiaeioriadas.
La figlsra del «pluriemplead~r~
-

§ 38. Introducción

Como consecuencia de las transformaciones que se producen constantemente


en las relaciones inrerernpresariasse acentúa, cada vez con más énfasis, la existen-
cia de sociedades que, aunque conservando su independenciajurídica, mantienen
conexiones de distinta intensidad unas con otras.
Las relaciones en gran cantidad de ocasionesson tan estrechas que la doctrina,
haciendo una comparación con el derecho de familia, les ha asignado vínculos pa-
rentales, otorgando el carácterde sociedad madre a aquella que ejerce el dominio
sobre el grupo, y hermanas a aquellas que, aun con personalidades jurídicas pro-
pias, se encuentran bajo la égida de la anterior.

En este orden de ideas conviene destacar que, para algunosautores, los méto-
dos de agrupación podrían ctasificarse en dos grandes bloques: los que agrupan a
las sociedades bajo forrnassocietariasy los que lo hacen bajo farmascontractuales:
a) Agrupación de sociedades bajo formas (iocietarias: en primer lugar, com-
prende el grupo desociedades en el cual reviste importancia predominante
el control, en el sentido de posibilidad de imponer can permanencia y conti-
nuidad normas para dirigir la gestiónsocial, Este, a su vez, puedeser: un gru-
po industrial (que es el formado por compañías que tienen actividades eco-
nómicas iguales, conexasocomptementarias, yqueseencuentransometidas
a una dirección Gnica a cargo de la llamada "sociedad madre". Estedominio
se ejerce por el juego de participaciones financieras múltiples); un grupo
financiero (se presenta como una unidad de decisión por parte de una com-
pafiia cuyo objeto social es puramente financiero y que, merced a SUSparti-
cipaciones, controla a lassociedades que componen el grupo); un grupo per-
sonal (que esun conjunto de sociedadescuya unidad decicoria resulta de una
comunidad de dirigentes y que, por lo común, carece de consistencia jurídi-
322 Ricardo D. Wierrezuelo-Pedro F. Niíñez
)__-_lI__ _
C - l
- l . l l l _ l - - - l X I I I C - - - I I I _ ~ - - ~ - -

ca); en segundo lugar, comprende la sociedad de sociedades, en la cual no


existen ni ei control ni la jerarquia, sino únicamente ia coordinación.
b) Agrupación de sociedades bajo formas contractuales: *talcomo ocurre en
lasformassocietariasde agrsrpacián,en el caso de las compañías quese agru-
pan bajo formas contractuales la finalidad perseguida es lograr una unidad
de decisiOnsobreios patrimonios involucrados para alcanzar un poder eco-
n6mico que permita producir o distribuir de un modo mas económico omás
masivo. Entre estos contratos se destacan los de dominadbn, de transferen-
cia de beneficio, de comunidad de beneficio, de arriendo de explotacibn, de
cesibn de explotación, de asociación momentánea,jointventurel.

Otras veces, aun cuando el tipo de relaciones que se entablan no permiten de-
terminar ia existencia de una sociedad dominante, en cambio, existe una confu-
sión patrirnonia! tan intensa, que ias mismas actúan conformando una unidad eco-
nómica,
También es factible que una determinada empresa cuya casa matriz se encuen-
tra en el exterior decida extender sus operaciones en nuestro pais, para lo cual crea
una filial, que bajo la apariencia de total independencia, actúa de conformidad
con las directivas impartidas por la central,

Son éstas Ias conocidassociedadesmuttinacionales,que para Halperin2suponen:


a) Una entidad madre, que actúa desde determinado país corno promotora o
gestora de actividades que se desarrollan en otro u otros países, por medio
de sucursales o entidades subsidiarias,afiliadas o asociadas.
b) La participación de todas en una suerte de fondo comun de recurcos.
c) La adhesidn a una estrategia global comirn.

Lassociedadesmultinacionalesseinstalan en determinado pais para producir a


un menor costo, por:
a} Menores salarios directos o indirectos (v. gr., mano de obra barata por el
atraso de la organización previsionaf).
b) Menor costo de transporte (sea de la produccibn, sea de los elementos nece-
sarios para esa produccibn).
c) Ventajas fiscales (aduanas, impuestos a las utilidades).
d) Conquista de ventajas en el mercado invadido (sea por los méritos de,la pro-
ducción, sea por las preferencias o privilegios que aicanzan por los medios
mhs dispares).

MartoreII, Los grupos económicosy de sociedades, p. 112 y siguientes.


Walperin - Otaegui, Sociedades andnimas, ps.817 y 818.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 323

En io que respecta al país en que se instalan, las sociedades multinacionales le


producen ciertas ventajas:
a) Ocupación.
b) Adelanto tecnológico (normalmente, ya que por lo común emplean la tec-
nología mas avanzada).
c) Retencibn de técnicos e investigadores, que no emigran.
d) Nuevos rubros de exportación (incluso de trabajo por las materias primas
elaboradas}.

Mas la actuación de las rnuitinacionales puede tener para el pais en que se ins-
talan lassiguientes desventajas:
a) Exportación de utilidades.
b) Importación eventual de tecnología de segunda clase, por la que se paga un
precio desproporcionadopor royalties (regalias)queen realidad estransfe-
rencia disfrazada de utilidades, con evasión impositiva.
c) Empleodelahorro nacionalen la medidaenque utiliza-ose le permjte uti-
tizar-e! crédito bancario local, lo que influye en contra del desarrollo dei
país por la insuficiencia del ahorro nacional para afrontar las necesidades
de credíto de las industrias iocales.

Todos estos fenómenos, que producen una verdadera telaraña por las interco-
nexiones que se entabian entre lasdistintassociedades, repercuten, sin hesitación,
en el Derecho del trabajo, pues el trabajador se encuentra muchas veces en el cen-
tro de ese circuito inter-empresarial, sinsaber con certeza quien !e paga, quién lo
dirige ni a quién debe obedecer.
La problemática laboral que este tipo de relaciones genera desborda notoria-
mente la regulación legal, por lo quevolveremos sobre este punto, sin perjuicio de
lo cual abordaremosenéste los remedios legales previstos en la Ley de Contrato de
Trabajo, para evitar que, mediante distintasmaniobraspergeñadas por iar socieda-
deso por algunas de ellas, se soslayen los derechos laboralesy de la seguridadsocial
de los asalariados. El Derecho del trabajo, como bien apunta justo López siguiendo
a Carnerlynck, buscara proteger al trabajador contra una ubicaciónjurídica, en par-
te artificial, alargando su competencia más allá del empleador nominal, a conse-
cuencia de la unidad del grupo al que se considerará coma ligado al trabajador3.
Sin embargo, forzoso es reconocer de antemano que nuestra legislación ha ex-
perimentado un profundo retroceso en este punta, pasando de una regulación
netamente protectoria, de cardcter objetivo y que se verificaba por la simple rela-

3 ~ó~~~- Centeno- fernández Madrid, Ley de Contrato de Trabajo comentada, t. 1, p. 260.


324 Ricardo D, Njerrezuelo - Pedro F: flúñez
_--____I_-CIII-_L__------- -,--

ción interernpresarial, a una regulaciiin basada en una responsabilidad subjetiva,


can la adición de requisitos que en la practica tornaron dificultosa la aplicación del
artículo que regula esta situación.

3 39. Antecedentes y Derecho comparado


El antecedente inmediato del actual art. 31 de la LCTlo constituye el art. 33 de
fa fey 20.744, que expresamente disponía: "Siempre que una o más empresas, aun-
que tuviesen cada una de ellas personalidad jurídica propia, estuviesen bajo la di-
rección, control o administración de otras, o de tal modo relacionadas que consti-
tuyan un grupo industrial, comercial o de cualquier otro orden, de caracter per-
manente o accidental, o para la realización de obras o trabajos determinados se:an
a los fines de las obligaciones contraídas por cada una de ellas con sus trabajado-
res, y con los organismos de la seguridad social, solidariamente responsables".
Nunerososson los cuestionamientos que se le formularon a este artículo, porsu
excesiva laxitud y su deficiente redacción.
Se lo consideraba extrernadamerite amprio, pues si se interpretaba la ixpresión
''un grupo (industrial, comercial o) de cualquier otra orden" como referida a acti-
vidades que no fuesen comerciales ni industriales, tal interpretación llevaría a ex-
tremos insospechados. Por ejemplo, lievaría a sostener que todas las empresas de
la CBmara de la Construcción, o de la Camara de Sociedades Anónimas, de la Con-
federación General EconDrnica o de !as que tienen domicilio en la Ciudad de Bue-
nos Aires, o en el edificio Oliv@tti,constituyen ciertamente un grupo "de algún or-
den", lo cual no puede estar en la mente de los autores; no es a estos casos a las que
puede referirse fa ley4.
También se sostuvo que su composiciónera harto deficiente, tanto por su redac-
ción como por la imprecisión de la terminología por ella utilizada. Así, se incluía
dentro del ámbito de aplicación del artículo a los grupos "de carácter permanente
o accidentai, o para la reaIizacion de obras o trabajos determinados", no puaien-
do entenderse como podía llegar a considerarse "pernianente" a un grupo "cons-
tituido para la realización de obras o trabajos determinados".
El disiate no podía ser salvado ni aun concluyendo que la coma debía estar colo-
cada a continuación de la palabra "accidentaf", y que ia disposicion estaba dati-
nada a cubrir tanto los casos en que intervinieran grupos permanentes corno.acri-
dentales, para " [ arealizacidn de obras o trabajos determinados", porque la rcdac-
ción de la norma contribuía en nada a esclarecer los reales alcances del precepto.
Este estaba redactado en forma parecida a la del art. 2" de la Consalidaci6n de
Leyes de Trabajo Brasileña, cuyo párrafo segundo establece: "Siempre que una o

"LOpez - Centeno- Fernandez Madrid, Ley de Contrato de Trabajo comentada, t. 1, ps. 262-
-
onsabilidadsolidariaen el contrato de trabajo
-.- m
- - - * - -"- . .
325

S empresas, aún manteniendo cada una de ellas su propia personalidad juridi-


,estuviera bajo la direccibn, control o administración de otra, constituyendo un
upo industrial, comercial o de cualquier otra actividad económica, a los fines de
relación de trabajo, la empresas principal y cada una de las subordinadas seran
lidariamente responsabie~"~.
s criticasque se te formularon, aunqueciertas, nososlayan queesta redacción
laba los grupos accidentales, y su finalidad protectoria era incuestionable, ya
e para que operara ia solidaridad bastaba con demostrar que se trataba de
presas integrantesde 10s denominados gruposeconomicos, permanenteso no.
ernis, nose le exigía ningún extremo relacionado con [a conducta o comporta-
ento del grupo para establecer su responsabilidad.
La reforma, como a continuación veremos, al exigir ambos extremos (cardcter
permanente y conducta fraudulenta o temeraria) tornó excepcional la aplicación
del artículo en su actual redaccion. Esto es otra muestra de la mentalidad visiona-
del legislador del texto originat (más allá de sus irnprecisionesterminológicas),
I como tambien de la incidencia de !os grupos de poder sobre quienes dispusie-
n la reforma, bajo cuya gestión sesentaron las bases para un modelo económico
que persiste hasta nuestros días. Y una vez más, ce rubjetivizó una responsabilidad
que hasta ese momento se infería de la propia relaciiin interempresaria16. .
El Derecho comparado, más precisamente la Comunidad Económica Europea,
ofrece una amplia gama de posibilidades, pues algunos Estados no reconocen, en
los casos de grupos de empresas, la existencia de varios empresarios, mientras que
otros la admiten parcial o totalmente, Asi, mientras que en Alemania las relaciones
laborales con distintas sociedades de un misma grupo se tratan generalmente por
separado, esta misma regla conoce excepcionesjurisprudenciales en España cuan-
do lastrabajadores se ocupen indiferente ysimultáneamen~een lasdiferentesern-
presasdel grupo,si existe un patrimonio único, una unidad externa o una dirección

La jurisprudencia francesa ha establecidotambién algunas excepcionesen caso


de despidos por causas eronomicas: !a gravedad de la razón económica se aprecia
en el marco del sector general de actividad del grupo, analizando la posibilidad de
ofrecer otro empleo al trabajadar afectado en' cualquiera de las sociedades del
grupo cuyas actividades y organización permitan trasladar total o parcialmente al
personal. En terminos más generales, el Derecho francés admite iacontinuidad del
contrato de trabajo realizado en el seno de un grupo que constituya una misma

Martoreli, Los grupos económicos y de sociedades, ps. 1361137.


Hierrezuelo - Ahuad, La solidaridad en el nuevo marco de las relaciones de trabajo, libro
d e ponencias dei "ICongreso Trasandino de Defecho del Trabajo y cle la Seguridad Social", orga-
nizado por la Sociedad ArgenPina de Derecho Laboral, Mendoza, 3 al 6/4/02, p. 157 y siguientes
326 Ricardo D,Nierrezuelo - Pedro E Muñez
- .

unidad economica y social. La fegislación británica considera que lasempresas per-


tenecientes a los mismos accionistas están relacionadas entre si y conforman un
empresario Unico. Ello facilita la movilidad en el interior del grupo, permitiendo la
continuidad de los servicios prestados7.
Agregan Aionso OIea y Casas Baamonde, refiriéndose concretamente al casa
español, aunque con alusión tangencia1 a la Comunidad Econirmica Europea, qué
las agrupaciones, asociaciones y uniones de empresas constituidas conforme las
leyes 196/063, del 28 de diciembre, y 78/1982, del 26 de mayo, tengan o no persona-
lidad jurídica -no la tienen Ias uniones temporales (art. 7O.2, ley 18/1982)-, pue-
den ser empresarios frente a terceros, incluidos los trabajadores; la responsabilidad
de sus miembros será en toda caso solidaria e ilimitada (arts. C0, 7" y 8". 8, ley 181
1982), solución que es también ia de la CEen sus primeros intentos deregulacidn de
las asociaciones de empresas comunitarias,yque debe aplicarseal supuesto del gru-
po formado por una empresa dominante y una o varias dominadas al que se refie-
re, a efectos contables, el arta42 del CCorn. español, y al que por cierto remite a sus
efectos la disposición adiciona! 4", 1FPD (Ley de Medidas Urgentes sobre Fomento
del Empleo y Proteccibn por Desempleo -2211392,30de julio-).
Señalan estos autores que "los grupos de empresas --aparte de contradecir el
postuIado fundamental del Derecho de sociedades: Ia independencia de la socie-
dad (Antunas), y generar nuevas formas de dependencia entre las sociedades (Qr-
ganizaci6n Internacional del Trabajo), raíz de las dificultades jurldicas de su enfo-
que-cobran especial retieve cuandosus varias unidades están situadas en territo-
rios sometidos a distintas soberanias nacionales (Bueno Magano, Pli Rodríguez};
es éste uno de los muchos problemas que suscitan iasdenominadas empresas mui-
tinacionales o supranacionales, entendiendo por tales las que est9n asentadas en
varios paises e integradas por una piuralidad de sociedades (...) dotadas (...) de
propia personalidad jurídica y nacionalidad, probablemente regidas ocontroladas
por otra también con personalidad y nacionalidad propias (Montoya)o en común
asociadas para promover y mejorar su actuación, supuesto del Reglamento dtado
de la hoy Comunidad Europea, donde la cuestión tiene relevancia especial ante la
ola de fusiones y adquisicionestransfronterizas de empresas (CE, 1993), tanta que ha
motivado ia aprobación de una directiva (94/45, CE),transpuesta por ley iOf1997,
de1 24 de abril, sobre la que existe ya alguna jurisprudencia, sobre ia constitucián
de un comité de empresa europeo, o de un procedimiento de información y con-
sulta a los trabajadores en las empresas y grupos de empresas de dimensión comu-
nitaria (europea),farragosamente descriptos en sus arts. 3'y 4 O U B .

S ~ p i(caord.),
~t Trabajoy ernpieo. Transformaciones de! trabajo y futura del derecho del
trabajo en Europa, ps. 84 y 85.
Atonso Otea - Casas Baamonde, Derecho del trabajo, ps. 173 y 174.
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 327

§ 40. Las empresas subordinadas y relacionadas

a) Regulacibn legal
Elart. 31 de la LCT, luegodela reforma de la ley 21.297, prevé: "Siemprequeuna
nque tuviesen cada una de ellas personalidad jurídica propia,
tuviesen bajo la dirección, control o administraci6n de otras, o de tal modo rela-
onadas que constituyan un conjunto econdmico de carácter permanente, serán
los fines de las obligacionescontraídas por cada una de ellas con sus trabajadares
s de la seguridad social, solidariamente responsables, cuando
iobrix fraudulentas o conduccibn temeraria ".
rtícuio se advierte que el mismo presenta diversas aristascuyo

b) La empresa, el empresario y el problema


de la personalidadjurídica

El primer problema que se plantea es determinar qué quiso decir el legislador


cuando se refirió a empresas, aunque tuviesen cada una de ellas personalidadjuri-
dica pr0pia.Y justamente !a deficiencia normativa noes menor, puessihay algoque
no tiene la empresa es personaiidadjurídica. El art. 5" de la LCTdefinea la empresa
como: "la organizacióninstrumental de medios personales, ma terlalese inmateria-
les, ordenados bajo una direccion para el /ogro de Fines economicoso ben&ficosW.
El que sí tiene personalidad jurídica propia es el empresario, que para la Ley de
Contrato de Trabajo es quien dirige la empresa por si, o por medio de otras perso-
nas, y con el cuat se relacionanjerárquicamente tos trabajadores, cualquiera sea la
participación que las leyes asignen a éstos en la gestión y direcci6n de ia empresa
(a:t. 5", párr. 24 LC7). Y el empresario puedesertanto una persona física como jurí-
dica. Sin embargo, las opiniones se encuentran divididas. ~artcrrell~, al criticar la
redacción del texto actual, sostiene que se cae en el viejo error conceptual de utili-
zar ia voz empresa como sinOnimo de sociedad, Agrega que ello ha sido alga muy
frecuente dentro de la Ley de Contrato &Trabajo, y ha nacido por la proclividad
del legislador laboral en concebir a la empresa como un organismo autónomo (lo
que no 5e compadece con nuestro ordenamiento positivo), y de su costumbre de
copiar normas extranjeras (en la especie, la Conso/idaqau),sin siquiera analizar si
no resufran inarmónicas con e! resto del plexo legislativovigente.
En cambio, Justo Lopez entiende que el legislador, verocimilmente, quisodecir
algo así: "Siempre que una o mas empresas aunque perteneciesen cada una de
ellasa sujetos (que pueden ser sociedades)con personalidadjurídica propia ...". In-
dica que desde este punto de vista, es decir, juzgando la disposición legal referida

9 Martoreli, Los grupos econúrnicos y de sociedades, p. 136 y siguientes.


3 28 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Nriñez
-----_e_---_ll-"---.--,- ,- --
a empresas y no a sociedades solamente, aquélla resulta más amplia que si se ia
aplicara nada m8s que a grupos o agrupamientosde so~iedades'~.
En idéntico sentido se expide Vázquer Vialard, quien señala que el texta legal
no hace referencia a sociedades o personas sino a empresas, que en nuestro orde-
narniento iegal no gozan de personería juridica, por lo cual cabe entender que tal
expresidn alude al empresario (persona física o juridica), por lo que la disposición
alcanza tanto al empresaria individual como a! que está organizado bajo una for-
ma societaria j.
Por nuestra parte, y aun cuando a esta altura del desarrollo ccon6mico parece
un supuesto de laboratorio el sostener que alguna de estas empresas pueda estar
dirigida por una persona física, Io cierto es que adherimos a esta última postura
porque creemos que la iey confunde empresa con empresario, y éste puedesertan-
to una persona física como una jurídica. Sin embargo, debemos aclarar que en lo
que respecta al control empresario, es necesaria la existencia de, al menas, dosem-
presascuya titularidadsea detentada por, al menos, dos empresarios(peisonasfisi-
cas o jurídicas) distintos.
Así, y reiterando la imperfeccibn terminológica que afecta al dispositivo legal,
la primera parte del art. 31 debería leerse: "Siempre que una o más empresas, aun-
que tuviesen cada una de ellas personalidad juridica propia, estuviesen bajo la
dirección, control o administración de otras, aunque también éstas tuviesen cada
una de ellas personalidad juridica propia". En consecuencia, quedarían fuera los
rupuestosde interposición fraudulenta de persona jurídica, cuandose trate de una
empresa única perteneciente a una sociedad dominada por una persona indivi-
dual. En este caso, no se da estrictamente una situación de control sino de uso abu-
sivo de la personalidad juridica como pantaiIa para evadirse de la normativa iabo-
rat; resuita en consecuencia aplicable el art. 94 de la Ley de Contrato de Trabajo.

C) El control de empresas y el conjunta econtimico


de carácterpermanenle

El art. 31 de la LCTse refiere concretamente a dos tipos distintos de intercone-


xión empresaria. De ahl que en su epígrafe se haga alusión a ernpresassubordina-
das y relacionadas. Cuando hablamos de subordinación, nos estamos refiriendo a
control de empresas. Cuando hablamos de relación o de empresas relacionadas,
nosestamos ocupando del conjunto~oconómicoque,conforme el plexo lega!, debe
ser decarttcter permanente. En consecuencia, en primerterminodebernos.precisai
cada uno de los conceptos en general, para luego anaiizarlos específicamente en

lo Vease Lápez - Centeno-FernándezMadrid, Ley de Contrato de Trabajocomentada, p.262.


' Vazquez Viaiard (dir.), Tratado de derecha del trabajo, t. 2, p. 366.
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 329

1 marco del Derechodel trabajo, y finalmenteestudiar el carácterpermanenteexi-


o por la ley y su relación con la agrupación de sociedades.

? - El control societarjo
E! vocablo "control" es de introducción reciente en la lengua cas.te!lana con el
n este capítulo se te asigna, En efecto, las versiones de 1925 del
ionario de la lengua española, de la Real Academia Española, no consignan ia
"control" como perteneciente a la lengua. En la edición del año 1970aparece
da de "inspección, fiscalización, intervención", y también con el
"dominio, mando o preponderancia", Indica como fuente la voz francesa con-
e las definicionesserá la que nos interesa, acorde con el vocablo
inglés, que denota "el poder de dirigir, mandar, restricción" (The Oxford Dictio-

encia, puede decirse que existe control cuando una persona o un


nas se hallan en condiciones de determinar, con caracteres de cier-
permanencia, la voiuntad de otra persona 13. Para Rouiilón, e! con-
trol se configura cuando una persona -controlante- dirige, gobierna, domina o
influye sobre otra controlada de modo que se determinan las decisiones de ésta
según la voluntad de ta primeraI4.
En el ámbitodel Derechosocietario, el control está regulado por los arts. 30a 33
y 63 a 66 de la ley 19.550.
La noción de control está dada por el art. 33 de la ley 19.550 de Cociedades
Comerciales por el cual se consideran sociedades controladas aquellas en que otra
sociedad, en forma directa o por intermediode otra sociedad a su vez controlada,
posea participación, por cualquier título, que otorgue los votos necesarios para
formar la voiuntad sociaio ejerza una influencia dominante como consecuenciade
acciones, cuotas o partes be interés poseidas o por los especiales vínculos existen-
tes entre las sociedades1?

j2 (en el derecho privado), p. 360.


Dobson, El abuso de la personalidad jurídica
$3 Dobson, Elabuso de la personalidadjuridica {en el derechopn'vado), p. 361.
l4 Roui!hn, Reformasa/regimen de los concursos, p. 743.
'5 Nos dice Dobson que, en el mismo sentido, ei ari. 243 de la ley brasileña 6404 determina
queseconsideracontrolada a la sociedad en la cual la controlante, diredamenteo por medio de
otrascontroladas, es titular dederechocde socio que le aseguran en forma permanente prepon-
derancia en las deliberacionessocialesy el poder de elegir la mayoría de los administradores. Tal
concepto seve reiterado en el art. 11S de la misma ley 6404 donde, al fijar e+concepto de accionis-
ta controiante, se establece que es fa persona natural o jurídica oel grupo de personas vinculadas
por acuerdo de voto o sujetas a subcontrol común que: a) es titular de derechos de socio que le
aseguran de manera permanente la mayoria de votos en las deliberaciones de la asamblea gene-
330 Ricardo D. Hierreruelo - Pedro E Niíñer
-.-.V.--- - --,---

Se aprecia de esta forma que es factible clasificar los supuestos de control en


interno y externo, los que a su vez pueden ser de derecho o de hecho.
El control iriterno de derecho se encuentra regulado en el inc. 1" del art. 33 e
implica cantar con losvotos necesarios para imponerse en las reuniones sociales o
asambleas ordinarias de la sociedad controiada, pues es justamente la asamblea
ordinaria la competente para nombrar, remunerar, remover y responsabiiizara los
directores (art. 234, incs. 2"y 3O, ley 19.550). Es interno porque se lo ejerce desde el
interior de la sociedad, mediante participaciones societarias y de derecho, porque
la participacidn societaria que tiene el controlante le permite, de por si, formar la
voluntad social en ia asamblea. Se trata, pues, de un control participacional incon-
dicionad~'~.
Esto es así en fa medida en que la sociedad ejerza activamente dicho control.
Dicho de otra manera, el contar con iosvotos necesarios para imponer la voluntad
social en la asamblea crea una presunción iuris tanti~rnde que existe un control
interno de derecho, presunción que puede ser desvirtuadasi se acredita que no hay
tal controi y que la saciedad participada sigue una política independientea la de la
participante. A este tipo de control se refieren los autores cuando hablan de "fil-
ial" "madres y hermanas", erc6tera.
Por su parte, el control interno de hechose encuentra previsto en ei inc. 2" del art.
33 de la ley 19.550e importa el ejercicio de una influencia dominante como conse-
cuencia deacciones, cuotaso partes de interés poseidas. Es interno porque se loejer-
ce desde el interior de la sociedad a través de participaciones sociales, y de hecho,
pues la influencia que se ejerce noes autosuficiente sino que depende de conductas
ajenas, coma por ejemplo el riusentisrnoasambleario y ei otorgamiento de poderes.
E l ausentismo de otros accionistas osocios le permite al controlante formar quú-
rum y mayoría. El otorgamiento de poderes para concurrir a ia asamblea posibilita
otro tantaI7.
Este fenómeno se presenta en las grandes sociedades anonimas de capital
abierto, en las cuales la gran dispersión de los accionistasy el fenómeno del desin-
terésde estos accionistas por la conducciónde la administración de la sociedad, de-

ral y el poder de elegir la mayoría de los administradores; y 6) usa efectivamente su poder para
dirigir ias actividadessociales y orientar el funcionamiento de los 6rganos de la sociedad.
Es el mismo criterio de la legislación itafiana: el art. 2359 del CC establece que son considera-
das sociedades controladas las sociedades en las cuales otra sociedad, en virtud de las acciones o
cuotas poseídas, dispone de la mayoría requerida para las decisiones de la asamblea ordinaria, así
como las sociedades controladas por otra sociedad mediante las acciones o cuotas poseidas por
sociedades controladaspor esta -Dobson, Eiabusa de la personalidadjuridica (en eiderechapri-
vado), p. 64-.
l6 Halperin - Otaegui, Sociedades anónimas, p. 155.
l7 I-ialperin - Otaegui, Sociedades anonimas, p. 156.
onsabilidadsolidaria en e/ contrato de trabajo 331
-~- -

minan que un número no mayoritario de acciones de la sociedad pueda permi-

ontrol no es menor, pues de tratarse de un con-


inc. lo),las sociedadescontrolantes deben presen-
entaria, estados contabies consolidados, extremo
n control interno de hecho Iart. 33, inc. 2").
ose produce cuando Ia sociedad controlanteejer-
una influencia dominante por los especiales vínculos existentes entre ella y la
la saciedad controlante externa no dispone del
remover y responsabilizítr a los administradores
e la sociedad controlada, pero estA en condicionesde imponer una dirección uni-
minante, para ser tal, debe ser completa yno par-
de la actividad de la sociedad influida, porque lo
d influida se vea condicionada en la adrninistra-

El control externo de derecho supone un acuerdo expreso por el cual la contro-


stración y direccidn a las decisiones de ia sociedad contra-
cho no se admite ta diferencia del Derecho brasiletioo por-
gués) porque al no haber norma expresa, seria contradictoriacon la Ley deSocie-
ades Comerciales (art. 266) que prescribe que el cargo de director es personal.
En cambio, el control externo de hecho, cuyo primer antecedente regulatorio lo
encontramos en el art. 33 de la ley 20.744 (actual art. 31, ICT) importa el ejercicio
de una influencia dominante desde el exterior, en virtud dedeterminadosvínculos
que pueden ser contractuales o noy que condicionan la administración de ia con-
trolada a las directivas de la controlante.
Cabe destacar que la presencia de la relación contractual no tipifica al control,
sino que es e! desvía de los efectos propios del contrato lo que hace derivar la rela-
ción contractual en una de dominación, y su correlativa subordinación. Esta des-
viación de los fines propios del contrato original es la que da nacimiento al con-
rol^^. En e[ control externo, a diferencia del control interno, la desviación se halia
presente siempre.
O t a e g ~ ia~quienseguimos
~, en este punto, cita comovínculoscontractuales los
contratosde subintegraciónempresarial, eri loscuates toda la actividad de la socie-
dad subintegrada está destinada a la sociedad integrante; !a sociedad integrante
puede custituir a la sociedad subintegrada por otra sin que ello afecte su giro, en

Dobson, Elabuso de la personaiidad;urídica (en el derecho privado), p. 362.


l9 Halperin - Otaegui, Sociedadesancinimas,p. 799.
20 Dobson, Elabuso de la personalidadjurídica (en el derecho privado), p. 368.
2' Halperín - Otaegui, Sociedades an6nimas, ps. 799 y 800.
tanto que la existencia de la sociedad subintegrada depende desu vinculación con
la sociedad integrante. Agrega que determinadoscontratos de suministra, agen-
cia, distribución, franquicia y licencia puedenconstituir,en ciertossupuestos, espe-
ciales vínculos contractuales, configuradores de control.
l i ~ ~ de dominación;son convenios de
Estos son los contratos que M a r t ~ r e llama
complementaciónque, tras un marcode aparente igualdadjurídica, instrumentan
una relación hegerndnica de una de las partes, que se plasma por io convenido en
las distintas cláusulas pactadas. Ejemplos de estos contratos, además de los antes
individualizados, serían los de concesibn y ta soustraitance.
La influenciadominante se ejerce a través de un pacto de exclusividadquegene-
ra la subordinación económica de una parte sobre ia otra. Asimismo, la parte dúrni-
nante impone a la otra una dominación técnica ylo económica, traducida en siste-
mas contables especiales, audítorías y controles periódicos, obligaci61-1 de recurrir
a determinadas instituciones financieras ylo empresas de seguros, imposiciones
en materia de comercialización y service, pautas de administración y/o gestión, y
-en ocasiones- le fija la política, ios precios de venta, las modalidades publicita-
rias, etcétera.
Continúa sosteniendo Martorefl que la retribucibn se establece contractual-
mente en base a porcentuales sobre los volirmenec de producción, comerciaiiza-
ción o venta, ios que -a su vez- están determinados o los va determinando du-
rante el transcurso de la relación el sujeta dominante.
La resolucibn anticipada unilateral y arbitraria por parte de quien ejerce la
influencia dominante no suele pactarse, por su evidente antijuridicidad, salvo
aquellos casos en que se conviene la posibilidad de rescindir el contrato a favor del
principal, sinderecho a indemnizacion, sieridolocomúnquesedeje la extinciónde
la vinculación librada a la muerte lenta del sujeto dominado.
En cuanta a los casos de vínculos especiales no contractuales, OtaeguiZ3señala
dos supuestos:
1. la existencia de accionistas comunes a distintassociedades, accionistas que
imponen una dirección unificada en aras de una integración empresarial
basada en una sociedad cabeza de grupo, sin mediar contratos entre las so-
ciedades.
2. lasi%uación del deudor sobreendeudadorespectode su acreedor, caso en ei
cual no hay una integraciónempresarialentredominanteydominada; pero
la acreedora puede ejercer su influenciasobre la administraciónde su deu-
dora.

22 Martorefl, Los grupos econcimicosy de sociedades,p. 112 y siguien'res.


23 Halperin- Otaegui, Sociedades aricinimas, ps. 799 y 800.
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~ewonsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo . +, .GL+?

Cabe agregar
- que para que exjsta control externo dr
nante debe tener un interés econbrnico para ejercer el poder de dominacibn y ese
poder debe encontrar un correlato en el interés de la dominada, para seguir la vo-
luntad de ta dominante.
LO importante a resaltar es el tercer requisito que lo incluye como causa deter-
minante del control externo y que es la posibilidad de la controlada de tener la
opción para resolverseguir adelante con la dominación o rebelarsecontra la misma,
soportando el correspondiente perjuicio. Si no existe la posibilidadde la opción se
está ante la presencia dei control interno y no del externo24.
Por último, para ser tal, el control societario debe ser duradero y completo.
Duradero porque una situación transitoria no podría tener incidencia en la adrni-
nistración de los negocios o en la actividad de la sociedad influida. Completo y no
parcialsobre alguno de los aspectos de !a actividad de la sociedad influida porque
lo esencial consiste en que la saciedad influida se vea condicionada en la adrninis-
tración de sus negocios25.
~ , quien la relacibn de dominación
En idéntico sentido se expide ~ o b s o n *para
externa debe estar dotada de ciertas características de permanencia, así como de
particular intensidad. No se tienen en consideración, por ello, los actos aislados de
imposición, sino que debe tenerse en cuenta la actividad entera de la persona do-
minada. Fosactosde dominación, en algunos ramosde su actividad, que no impor-
ten sujeción de la actividad económica toda no son tenidos en consideración a los
finesde fijar el concepto de influencia dominante,
Los particulares vínculos que posibilitan imponer conductas económicas de
sujeción pueden admitir resquicios pero comprenderán la parte massustancialde
la economía de la empresa dorninada:será una cuestiónde medida que permitaso-
pesar la influencia dominante, de manera tal que ésta se manifieste en la genera-
lidad de la actividad de la dominada, aun cuando ejerza ramos menores o acceso-
rios con autonomía de decisión.

24 Dobson, Elabuso de la personalidadjurídica {en el derechoprivadol, p. 370. Dobson agre-


gaque la infiuencia dominante no puede sertan absorbente y totalizadoracomo para sometera
la controlada a un estado de pasividadtal que elia actúe en contra de sus propias inlereses. Paste-
ris llama a esto "econornicidadde gestibn", significando con ello que la reiacibn debe traducirse
en cierta conveniencia para la controlada y no solamente para la controlante, aun cuando se siga
que, de no existir la reiacián de control, la actividad pudiera habersido presumiblementernáscon-
veniente aun que la efectivamente desarrollada. La subordinación total y absoluta {levaríaa esta
pasividad, con lo cual ya nos hallaríamos con un mecanismo jurídico que permitiría ubicar a f a
sitoacion como de control interno.
25 Hafperin - Otaegui, Sociedadesandnimas, p. 799.
26 Vease Dobson, E l abuso de la personalidadjurídica (en elderecho privado), ps. 370 y 371.
334 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedrq F; IVúRez

2 - El conjunto económico
El conjunto econi~mico,tambien denominadogrupo de sociedades o grupo eco-
niimico, supone una relación empresaria, en principio, distinta a la que se da entre
las sociedades controladas y controlantes.
Se trata de supuestos en los cuales es difícil estabtecer la separación entredivei-
sossujetos que mantienen personaiidadjurídica independiente, pues utilizan los
mismos bienes para perseguir sus Fines económicos, existiendo una superposición
patrimonial y una confusiónen la titularidad y usufructo de los bienes. En ertossu-
puestos, las nociones de control, aunque pueden darse, se diluyen, pues este con-
juntode personas (generalmente jurídicas) funcionan con el mismo patrimonio, ya
sea que constituya éste ia totalidad del que compone cada una de sus diversas per-
sonalidades o participen de bienes comunes afectados a sus respectivos objetivos.
Dobson, diferenciando los supuestos de control con los de conjunto econbmico,
señala que en el control externo, el patrimonio "ajeno" debe utilizarse desviando
los objetivos para fos cuales fue constituido. En el control interno el patrimonio
"propio" de la sociedad debe ser utilizado para fines ajenos. Pero en ambos casos,
la individualidadyseparaci6n de los patrimonios se mantiene. Por oposicivn a los
conceptos expuestos, puede existir confusiun patrimonial -absoluta o reiativa-
de manera que la individualidad de los participantesse confunda en un grupo de
bienes de utilización indistinta y común. Asi, la separación nose rnantieney puede
establecer la existencia de una unidad o ~ o n j u n t o * ~ .
Más adelante, agrega que esta unidad económica se traduce en una confusión
patrimonial, que al producirse impide establecer la existencia de otro ente hacien-
do, al contrario, obligatorio establecer presencia de un sujeto único, Así, entonces,
nos encontramos con un supuesto de hecho 136sgrave que el del controi, aun des-
viado. Se trata de una intensidad de grado mucho mayor, en el cuai se ha avanta-
doaun rnássobre la sola deterrninacidn de la conducta ajena o la elaboración de lz
conducta propia para allanar los limites, haciendo desaparecer la identidad propia
del patrimonio,
Por cierto que en todos Iw casas de confusión patrimonial habrá una determi-
naciOn de! destino de ios bienes, ya que éstosson propios, Para el ejercicio del con-
trol econbmico deben administrarse los bienes ajenos como si fueran propios, lo
que no ocurre en este caso. Determinada la existencia de confusión patrimonial,
aparecerán necesariamentetodos los rasgos delineantesdel control, pero no ocu-
rrirá fo rnisrnaa la inversa. Puede haber control desviadosinconfución patrimonial,
puede haber dominación abusiva sin perdida de identidad. Por último, el control
necesariamentesupone una relación duradera y permanente entre la controlante

27 Dobson,Elabuso de /a personaiidadjurídica (en el derecho privado), p. 420.


Responsabilidad solidaria en e/ contrato de trabaja 335
>_ _ I _ C _ _ I _ _ _ I - .

y la controlada, mientras que en el conjunto económico, esa relaciónpuede ser sólo


transitoria o para un determinado emprendimiento. De ahi que se haya debido
aclarar en e\ art. 31 de ia LCT, que e! conjunhtoeconbrnico, para tornar apiicable el
rtículo, debe ser permanente.
Martorell expresa que existen problemas interpretativos para esta btecer el ele-
nto determinante del grupo, pues mientras para algunos autores el elemento
inar ofactor preponderantees la tenencia del capital, para otros debe aplicar-
se una mayor amplitud de criterio, ponderándosecuaiquierdrcunstancia, como la
de comunidad de origen de los capitales, la unidad de dirección de los negocios o
el reparto de utilidades entre ios mismos titularesAPara Fiorino, acercindose ya
más al criterio imperante en materia laboral, lo reairnente relevante es la dirección
efectiva del negocia, sin defecto de reconocerse que-por la complejidad del pro-
blema- hay que brindarle un margen a la evaluación subjetiva de los elementos
de juicio, debiendo siempre prevalecer la realidad econbmica por sobre las formas
o estructuras jurídicas adoptadas, por tratarse el instituto que nos ocupa de una
elaboración antifraudeZ8.
De Juano, en términos que compartentanto ~ a r t o r e l l ~ ~ c oCapón
r n o Filas, de-
finióat conjunto económico como el integrado por aquellasentidades, sociedades
o personas vinculadas entre sí, que pudiendo considerarsejurídicamente indepen-
ientes, tienen entre ellas tan estrechos lazos de uniOn en cuanto a sus capitales,
irección y distribución de utiiidades, que se permite unificarlas fiscaimentefren-
t e al hecho imponibley asignarles el tratamiento que corresponde a un solo sujeto
pasivo del tributo30.Mariore/Iagrega que no ha de bastarcualquierconjunciónde
capitales o fa existencia de nexos económicos entre empresas para verificar ia pre-
sencia de una unidad econbmica con el significado otorgado a dicho concepto,
sino que resulta indispensablela concurrencia de los requisitosque tipifican alcon-
junto económico, que son aquellos que nos indiquen una verdadera vinculaci6n, y
nos610 meras relaciones comercialeso industriales que no lleguen a permitir supo-
ner una subordinación o interdependenciaentre las empresas, que acarree conse-
cuencias laborales.
Este conceptoes muy utitizado en el derecho fiscal, cuyo objeto ha sido evitar la
evasibn impositivay permitir al fisco apreciar la verdadera realidad económica que
intentan en algunos casos disimular los contribuyentespor su actuación conjunta.
De esta manera se le permite al fisco prescindir de la persona jurídica de ambas so-
ciedades, considerando a sus integrantes como los reales contribuyentes, los cua-

28 Fiorino, La vinculación economica en el impuesto a las ventas, kl; XIX-508.


29 Martorell, Los grupos económicosy de sociedades, p. 140.
30 De Juano, Curso de finanzas y de derecho tributario, t. I, p. 236; ídem, Tratamiento impo-
sitivo deiconjunfo econúmico, "Derecho Financiero", XVI-386.
336 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núñer

lesdeberán responder en materia irnpositivacon la universalidad patrimonial cuya


confusi~nno permite distinguir a losverdaderostitulares,
Jtlstamente en referencia al Derecho fiscal, conviene recordar que la Corte Su-
prema rechazó la pretensionde Parke Davis Argentina de computarcomo gasto en
el balgnce impositivo las regalías abonadas a Parke DavisDetroit, reduciendoasí ia
base irnponible para el pago de! impuestos lasganancias, atendiendo a que loque
interesaba en la especie era la situaciíin económica real, con prescindencia de las
estructuras jurídicas utilizadas que pueden ser inadecuadas o no responder a la
realidad econbrnica, concluyéndose que existía una relación orgánica de depen-
dencia con la sociedad foranea, que si bien no suprimía la personalidadjurídica de
la sociedad dependiente tampoco anuiaba su capacidad jurídica t r i b ~ t a r i a ~ ~ .
Señalo que por contrato se debe entender el acto jurídico bilateral y patrimo-
nial, en el cual están en presencia dos partes, que formulan una declaración de vo-
luntadcomiin con directa atinencia a relaciones patrimonialesyquese traduce en
crear, conservar, modificar, transmitir o extinguir obiigaciones. Agrego que si los
interesesde los que concurren al acto no son opuestos sino concurrenteso parale-
los, no existe contrato sino acto complejo. Además, no puede pensarse en la liber-
tad de elección que informa el principio de autonomía de ia voluntad, habida
cuenta de ia falta de independencia real de las dosempresas vincuiadas mediante
lo que se ha llamado contrato, pero que en realidadtraduce aporte de capital. Ad-
viertase que se había probado en ese caso que la empresa beneficiara del exterior
era titular del 99,95% de las acciones de la obligada.
En el Derecho comercial, y más precisamente en el Derecho concursal, tampoco
resultan ajenas las nociones de conjunto econdmico, habiéndose desarrollado la
teoría de la unidad patrimonial, quecornprendea gruposde personas físicaso juri-
dilas, cuyos interesessehallan enlazados entre sf, con una unidad de dirección y un
designio comhn, participando las mismas personas y las cosas en la actividad per-
seguida por todos los íntegrar~tes~~.
En este orden de ideas, la Corte Suprema tuvo oportunidad de expedirse en ef
~ ~ , entendió procedente extender Ia quiebra a Deltec Interna-
caso " S ~ i f t " donde
'rionat lirnited -propietaria de la Compañía Swift- sobre ia base de sostener que
el régimen de la personalidad juridica no puede utilizarse en contra de los intere-
ses superiores de la sociedad ni de los derechos de terceros.
El concepto de unidadpatrimonial fue descripto por el Alto Tribunal como "la
apariencia de formas juridicas que asumen distintas fracciones del mismo grupo,
estructuralmente unificadas" con el efecto de considerar en "función patrimonial

31 CSJN, 33/7/73, "Parke Qavis Argentina", ED,49-487.


"ase Dobson, Elabuso de la personalidad jurídica {enel derecho privado). ps.422 y 423.
33 CSJN, 4/9/73, "Cornpañia5wift de La Plata S.A. s/Quiebra", &D, 51-223.
esponsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 337
- mp h - - u

los bienes e n cabeza de los otros titulares aparentes" y con fundamento en la doc-
rina de la "verdad jurídica objetiva" del misma Tribunal Supremo. Agrega que la
nidad socioeconómica con ia faliida se produce en razón de no poder ser distin-
uidos las bienes, en rariin de hallarse canfundidos los patrimonios.
En consecuencia, los efectos de la quiebra decretada a Swift SAF también se
imputaron a Deltec internatianal Limited, como deudora real y responsable de las
obligaciones de la fallida aparente cuya propiedad y respectivo control ie perte-

Finalmente, en el precedente "Meltor G ~ o d w i n " se


~ ~resotvióque
, los tribuna-
les pueden descorrer el velo societario en el interés de los mismos que lo han crea-
do, haciendo aplicación positiva de !a teoría de la penetracióny, asimismo, pueden
admitir la invocación de la teoría del conjunto económicoosusequivalentes, ya que
de io que se trata es de la necesaria prevalencia de la raz6n del derecho sobre el ri-
tuaiismajurídico formal, sustitutivo de la sustancia que define a la justicia aprehen-
iendo la verdad jurídica objetiva, sea ksta favorableal fisco oai contribuyenteA

3 - El control y el conjunto econbrnico


en la Ley de Contrato deTrabajo
El ari. 31 de ¡a LCTregula dossupuestos diferentes reparador por la diryuniiin
"o". Así se refiere, por un lado, a "empresas (... que) estuviesen bajo fa dirección,

34 Advibrtanse ias relaciones existentes entre lasdistintassociedadesdel grupo, cristalizadas


en los siguientes datos que enumera Dobson: a) Swift absorbió a dos empresas subsidiarias de
Deltec, Armour y La Blanca, tenikndosecorno única motivación para tal fusión por absorción la de
evitar la disolución de estas iiltirnas por perdida total de su capital, por lo que Ia asfixia económica
de Swiftfue en considerabie medida determinada por Deltec, a lo cual cabe agregar que la ende-
b1ezfinancieradeSwift:fuevoiuntariamenteaumentada; b) Otra causal deegresosdefondasde
Swift fueron los préstamosque ella hizoa otras empresas del mismo grupo Deltec, entre ioscuales
se hallaban las transferencias de medios financieros a otra empresa del grupo-denominada Pro-
vita- por volúmenes sorprendentes,tanto mas así que quien prestabael dinero padecia de gran-
des penurias financieras. Fue tambien decisivo que mientras Swift transfería fondos a las otras
empresas que aparecían coma acreedoras, las que eran deudoras se abstenían de devolver ios
prestamos hechos por Swift; c) El comportamiento exportador de Swift observaba una tendencia
según la cual realizaba transferencias de bienes a precios más bajoca las otras ernpresasdel mismo
grupo, a las cuales dirigia lo masdesu producción, aun cuandovendía también a extraños t..) 0
Deltec Argentina S. A. habia afianzado a Swift S. A., de lacualera titular, del 99% frentea unaobli-
gacidn contraída con Deltec Banking Corp. Ltd. portres millones de dolares estadounidenses; g)
Los paquetes accionarios de Frigorífico Armour de Fa Plata y La Blanca S.A. pertenecian practica-
mente en su totalidad al grupo Deltec, y lafusiondelasempresasserealizo en un momento en que
Fa Blanca y Armour arrojaban perdidas considerables, siendo que Swift tambien había arrojado
quebrantos-Dobson, Elabusode la personalidad jurídica (en e/ derecho privado), ps. 436 y 437-.
35 CSJN, 18110/73, "MeIIor Goodwin S.A.", ED, 157-341
Ricardo D. Wierreruelo - Pedro E Múñer
_338
_llll- --------------- .-

control o administración de otras" y, por el otro, a empresas "de tai modo relacio-
nadas que constituyan un conjunto económico de carácter permanente".
Es conveniente efectuar esta aclaración, pues muchas vecesse han confundido
ambossupuestos o se le ha dado a uno mas preponderancia que ai otro. De ahí que
se hayan soslayado, tanto doctrinaria como jurisprudencialmente, los supuestos
de control, seguramente por el inconveniente probatorio que genera acreditar di-
cho tipo de relacion subordinada, como a continuación veremos. Empero, con el
afdn de proteger a! trabajador, se ha pretendido encuadrar estas situaciones tan-
to en ei art. 30 de la LCT(subcontraiaci6nde la actividad principal) como en el se-
gundo supuesto regulado por el art. 31, esto es, el conjunto económico.

I - El control en /a Leyde Contrato de Trabajo


La primera de las situaciones contempladas por el art, 31 de la LCTse encuentra
redactada con tal arnpritud que fa doctrina se ha preguntado a qué tipo de rela-
ciones se refiere.
Para Martorell, las palabras utilizadas en la redacción del art, 31 de la LCT, direc-
rion, control o administración de otras empresas, dan a entender que el legisfador
laboral ha optado por la idea de la llamada influencia dominante, como concepto
que indica subordinación a una sociedad o empresa madre que, en cuanto tal, es
mucho más amplia que la idea de controi accionario, comprendiendo también los
supuestos de sujeción por víncuioscontractuaies3? En idéntico sentido se pionun-
cia Capón ~ i l c i s ~ ~ .
Para Cura, cuando la ley utiliza la expresión "bajo la direccion, control o admi-
nistración de otras" se confunden tres hipotesis de naturaleza diferente. La direc-
ción se refiere a un aspecto estrictamenTe empresarial, atinente a la organización
del negocio; el controles un concepto que comprende !as alternativas de hecho y de
derecho y, finalmente, la adrninisiraciOn es una de las funciones intrasocietariac
cuyo desempeño por empresas reculta técnicamente imposible, ysu atribución de
otrassociedadeses, cuanto menos, materia objeto de debate en nuestra doctrina38,

Por su parte, De Diego efectúa la siguiente distinción:


a} Controlaccionario: son las empresas que se encuentran dirigidas o conduci-
das por otra u otras, en función de ejercer el control de mayorías reiativits o
absolutas sobre el paquete accionario, y con ella se puede ordenar su desti-
no a través de los resortes que e1 tipo legal permita. Normalmente se trata

36 Ma~torelf,Los grupos económicos y desociedades, ps.144y 145.


37 Capbn Filas, Derecho del trabajo. p. 210 y siguientes.
38 Cura, Las sociedades controladas -Su enfoque singuiar en el derecho dei trabajo-, DT,
1991-A-231.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 339
---
m
"-
-- m- - - - - - - - - -

de sociedades anónimas, en donde fa sociedad o sociedades que detentan


fa mayoría pueden, por ejemplo, designar a !os miembros del directorio y, a
través de él, a los gerentes que conducen la compañía.
b) Administración o dirección: san las empresas cuya administración a direc-
cidn dependen de la resoluciónde otra que ejerce sobre ia primera alguna
de las formas regales que permiten controlar sus destinos, Puedetratarsede
una hipótesisendonde los controles no tienen reiaci6nconel manejoaccio-
nario, pero están cautivas, como es el caso de la compañía que sólo le pres-
t a servicio a una empresa en forma exclusiva, ya sea por los contratos que
suscribíó, ya sea por el tipo de prestaciónque realiza.
c) Controladasycontrolantes:son las empresas que se vincuían por medio de
distintos mecanismos -accionarios, contractuales, de cornpIementación,
de objeto transitorio cornGn, etcétera-en donde una de ellas dirige y con-
duce los destinos de la otra.
d) Conjunto económico: es el caso de las empresas que respondena un tronco
común, yacea porqueson comunes !os accionistas locales o internacionales,
porque cuentan con el mismo directorio, o en su caso, parque son parte de
una cadena de interrelaciones jurídicas, económicas, financieras y de prq-
du~ción~~.

Justo López, luego de preguntarsequetipo de control es el contemplado en ei


art. 31 de la LCT, señala que no existen dudas en cuanto a que estd comprendido el
control interno, sugerido por expresionesque la ley usa cuando, por ejemplo,se re-
fiere a empresas que estuviesen bajo la dirección o administración de otras, situa-
ciiin que se lagra con perfecta nitidez precisamente mediante los mecanismos de
control interno de sociedades empresarias. Pero de ahí no se sigue que haya que
descartar, sin más, el control externo puesto que e! texto legal también se refiere a
empresas bajo el control (sin distincion entre el interno y e! externo) de otras y,
dicho control puede asumir una u otra de aquellas formas40.
ParaVázquezVialard,el elementodefinitorioesel control de la dirección, no el
de fa administración (que esta sujeto a aquél). Puede ser interno o externo según
se caracterice por el hecho de que el dominio de la empresa tiene lugar desde ei
interior, de t a l manera que su voluntad resulte ser, en ÚIlimo término, la de la per-
sona o personas que ejercen aquel dominio o cuando este se reaiice por otra em-
presa que le imponga suvolunrad, utilizando para ellasu potencia (o prepotencia)
econ0mica. Agrega que el control externo no requiere una integraciiin juridica

39 De Djego, Manual de derecho del trabajo y de la seguridad social, ps. 152 y 153.
40 Lópcz - Centeno Fernández Madrid, Ley de Contrato de Trabajo comentada, t. 1, p. 266.
Ricardo D,Hierrezuel~- Pedro E iVúñer
-
340 -,.- .- ---------,- -
-
-
-.
d
-

sino un estado de efectiva subordinación económica de una empresa a otra o a un


grupo que se manifiesta a través de una relacion contractual que otorga a la em-
presa subordinante un efectivo poder(dominio)quepuedeconcretarse a travésde
variadas formas.
De cualquier manera, lo decisivo en el caso es que a pesar de la aparente liber-
tad del entesubordinado, éste no puede ejercerla y se comporta como un apéndi-
ce del otro, que la dirige. Sin embargo, entiende que sólo puede decirse que existe
control cuando la influencia es t a l que se traduce en un auténtico dominio por el
que la direccibn de las otras empresas cede a las directivas que se le imparten d ~ !
hecho y cuya aceptación es un requisito para poder sobrevivir.
No cree Vizquez Vialard que pueda constituirse un control en el sentido a! que
se refiere ia norma (art. 31, LCg, cuando una empresa concesionaria tiene que
ajustarse en el cumplimiento de su actividad a ciertas directivas (precios a veces
máximos, en otroscasos, mínimos; condicionesdeventa; sector de influencia; etcP-
tera) que forman parte del negocio, que sin duda imponen ciertos limites en la ca-
pacidad de acción, pero que no impiden mantener la dirección de los.negociosso-
ciales. Para que se constituya dicha situación de control, tiene qLie darse una efec-
tiva subordinación económica a travks de la cual ia empresa perifkrica pierda su
independencia para actuar como ente con capacidad propia"'.
Por nuestra parte, pensamos que la laxitud ron ta que se encuentra redactado
el art. 31 dela ICTno permitedistinguirentre unoy otro tipode control, por fo que
se aplica a ambos. Adviertase que el art. 33 de ia ley 20.744 fue la primera norma
que introdujo en nuestro derecho un dispositivo relativo al control externo, pues-
to que en la Ley de Sociedades (Comerciales recién se iricorpor6 en 1983, con la
reforma de 1a ley 22,903; y lo hizo con tal amplitud, que hasta se ref rió a la admi-
nistracibn, aunque to importante esei ejercicio del control en la dirección, a la que
la administración se subordina, y se limita a ejecutar las acciones determinadas por
los niveles superiores.
En el Derecho socie.tario,el ar5.33 es aplicable a un gruposocietario cuya matriz
es unasociedad, lo cual entraña determinadosefectos en cuanto a la exposicióndel
control en los estados contables (art. 62, "Aplicacián", último párrafo, LGS},res-
pecto de las participacionesreciprocas (art. 32),de la sindicatura (art. 286) y ef con-
sejo de vigilancia (art. 280),y de la fiscalización estatal permanente (art. 299, inc.
6").En cambio, no abarca a los grupos societariciscuya dirección unificadaseacien-
ta en la existencia de accionista~com~nec~~,
Por el contrario, en el concepto de control aplicable en nuestra 'disciplina, la
categoría de persona física o jurídica no es trascendental, ya sea que se ejerza o se

41
Vázquez Viatard jdjr.), Tratada de derecho del trabajo. t, 2,ps. 367 y 368.
42 -
Halperin Dlaegui, Sociedadesanonimas,ps. 800 y 801.
onsabiiidadsolidariaen el contrato de trabajo 341
- 4

sufra el controi. De ahí que el control puede ser ejercido tanto sobre personasfísi-
o sobre jurídicas, las que, a la vez, pueden ser controlantes. Por ende, pue-
controladaso controlantes una sociedad de cuaiquiertipo, una asociación,
rupo de personas, un consorcio, etcétera. Lo quesies imprescindible, ec la pre-
ia de dos sujetos: uno de ellos, el controlante, tiene sometido a otro, el con-
lado, a su voluntad, a su poderío, en una relaciónde dependencia, de vasallaje,
e le permite determinar la conducta de este tjltirno a su propio arbitrio. Es esta
eción, esta servilidad, la que determina la presencia del control43.
No obstante ello, repetimos que este artículo no esaplica ble cuando se trata de
una sala empresa perteneciente a una sociedad comercial que es dominada por
una persona individual, pues en este caso no habria sujeción sino identidad y ma-
nejo persona: de la persona jurídica, creada mediante una maniobra fraudulenta
como simple pantalla para violar ia ley, por lo que seria un supuesto previsto por el
art. 14 de la Ley de Contrato deTrabaío.
Conviene destacar que gran parte de las modernas formas contractuales que
han aparecido en el derecho comercial o cuya utilización se ha generalizado, im-
portan verdaderos supuestos de control externo en que la actividad principal de la
controlada queda supeditada a los designiocde la controlanre. Ello así, por cuanto
la controlada recibe toda su actividad vital de la controlante, que la convierte, por
así decirio, en un parásito con escasa o aun sin vida propia. la decisibn de la con-
troIante de dejar de insuflar esta actividad, revocandocu impulso vital, ilevaríaa la
ruina económica de la controladaa.
Ejemplo de este tipo de control lo encontramos en los contratos de agencia,
concesibn, dis.t.ribución, suministro y franquicia, en las cuales la revocación del
mandatoa la representación, la falta deentrega de la mercaderia, de ta utilización
de una determinada marca o de la exploracjón de una licencia, trae aparejado el
fin de la existencia económica de la sociedad controlada.
Es cierto que la acreditación be tales extremos se torna dificultosa; pero no cre-
emos, como losostieneVázquet Vialard, que esta situaciiin sólo se produzca cuan-
do existe un verdadero dominio que provoca el control de la voluntad social. De ser
asi, estaríamos en presencia de un control interno y no externo. En este último
supuesto, siempre debe existir la posibiiidad de la controlada de rebelarse, sufrien-
do los perjuicios correspondjentes.Por ello, desde nuestra perspectiva, es suficien-
te con demostrar que la controlada sólo comercializa los productos de la contro-
lante o explota su marca o licencia, estando sujeta a las condiciones y cursos de
acción impartidos por esta última, para que se configure el supuesto de control
previsto por el art. 31 de la LCT. Verificada tal relacibn, que necesariamentees per-

43 Dobson, Eiábuso de ia personalidadj~ridica(eneiderechoprivado),p. 359.


44 Dobson, EIabuso de la personalidadjurídica {en etderehoprjvad~),p. 371.
Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Múfiez
3 42
A-
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manente, como acontece en todos los supuestos de control, resta sólo acreditar el
componentesubjetivo requerido por la última parte del artículo.
En sintesis, en casi todos los tipos de contratos indicados, se verifica un cuadro
de control externo de hecho, que trae aparejada una situación de dependencia
econbmica y técnica del controlante respecto del controfado. Adviértase que la
propia CorteSupremade Justicia en losautos "Rodriguez"~descart6la apiicacihn
del art. 30 de la LCTen los contratos de franquicia, suministro, distribución, etcéte-
ra; aunque dejandoabierta la posibilidad de invocar el art. 31, cuando en el consid.
9" señaló: "Este entendimiento resulta válido por cuanto deja plenamente vigen-
te la debida y severa tutela de los derechos del trabajador en los supuestos en que
aquella mntrataciónsea tansóiola apariencia para evadir !a responsabilidad laba-
ral (arts. 14y 31, LCn".
Empero, como veremos mas adelante, siempre se torna necesario acreditar el
elemento subjetivo, que está dado por la existencia de maniobras fraudulentas o
conducción temeraria. En este sentido, la propia Corte Suprema ai expedirse en la
causa ando val"^^, admitió los agravios expuestos por la codemandada PepsiCo
Capital Corporalion N.V. en cuanto planteó que la extensión de la condena sofida-
ria asu resgectoaparecía como una solidaridad de segundo grado sin fuente legal,
basada en la sola conjetura de que, por ser accionista, encuadraría en la hipótesis
del art. 31 de la ley de Contrato de Trabajo.

Ello es así, habida cuenta de que la sentencia impugnada impuso la condena


sobre la base de considerar que fa apelante:
a) Habia celebrado un contrato de concesisn con la demandada, pero sin ad-
vertir que el instrumento que citó en su apoyo pertenecia a otra empresa,
b) Que poseia la mayoría del paquete accionario de Pepsi Cola Argentina
S.A.C.I., pero omitió todo examen cobre el art. 31 de la lCTen cuanto esta-
blece que las empresas "... que constituyan un conjunto económico de ca-
rdcfer permanente, seran (,,.)solidariamente responsables, cuando hayan
mediado maniobras fraudulentas o conduccicjn temeraria", aspec.tos ex-
presamente planteados en los agravios de la recurrente. De tal modo, la
verificación de fa incorrecta apreciación de la prueba en puntos que resul-
taron determinantes de la atribución de responsabilidad, así como ia falta
de tratamiento de las cuestiones propuestas, conducentes para la solución

45 CSJN, 1514193, "Rodriguez, Juan R. c. Compañía Embotelladora Argentina S. A. y otro",


TySS, 1993-417.
46 CSJN, 18/7/95, "Sandova!, Daniel Orlando y otro c. Compaiiia Embotelicdora Argentina S.
A. y otros", TySS, 1995-785,
Respansabilidadsolidaria en elconfrafo de trabajo 343
,.- m - ,

del litigio, determinaronla admisión del recurso extraordinariocon susten-


to en la doctrina de la arbitrariedad de sentencias,

li -- Uconjunto económico en la Ley de Contrato de Trabajo


Este supuesto, a diferencia del anterior, ha sido analizado por la doctrina y apli-
cado por la jurisprudencia con mayor intensidad, y como sostiene Justo López, tie-
ne importancia práctica desde varios puntosdevista, a saber:
a) El de la identificaciónde[ empleadar,
6) El de la vinculaciOn sucesiva del trabajador con las distintas empresas del
grupo.
cj El de la evasión de las normas laborales.
dj El de la responrabiiidad patrimonial en la medida en que la conexión entre
las empresas integrantes del grupo permita transferencias patrimoniales
(manifiestas u ocultas) de una a otra4'.

Es común que con el fin de sustraersede lasobligaciones laborales, ocon el úni-


co propósito de fraccionar la antigüedad del trabajador, el mismo aparezca con-
tratado por una de lascompanentesdelgrupoque nocuenta con patrimonio algu-
no, o segmentada Ia antigüedad entre las diferentes sociedades con ei fin de no
abonar los correspondientes adicionales y eventualmente, la indemnización por
todo el tiempo trabajado. Otras veces, la vinculación entre las sociedades es de tal
magnitud queel trabajador nosabe con certeza para cuál de ellasiirabaja, máxime
si no se cumple con la obligación legal de registrar la relacion laboral.
En este punto, convieneseñalar que la aplicacióndel art. 31 de la LCTse produ-
ce en la medida en que el trabajador preste servicios para alguna de las integran-
tes del grupo, puesto que si presta servicios para todas, debe entenderseque exis-
t e un pluriempleadar, aplicándose en consecuencia el art. 26 de la L U y debiendo
responder cada uno de ellos por la totalidad de las obligaciones contraidas con el
trabajador y los organismos de la seguridad social.

47 López - Centeno - Fernández Madrid, Ley de Contrato de Trabajo comentada, p. 262. En


términos similares se expideVázqvez Viaiard, para quien: "La aplicación de este criterio en el 6m-
bito de las relaciones laborales tiende, entre otrasfinalidades, a: a) provocar una identificación
del empteador o por lo menos extender ta responsabilidaddel que aparece como tal a aquel otro
quecontrola o dirige sus acciones; b)evitar que, mediante la transferencia del personalentre so-
ciedades de un mismo grupo, se fragmente la antigüedad; c) desvirtuar la posibilidad de ia utili-
zación fraudulenta de personas jurídicas para evadir la responsabilidad de otra persona (física o
juridica)que la dirige; d)impedirquea travbsde "transferencias patrimoniales" dentro de un mis-
mo grupo, se empobrezca a un integrante en beneficiode otro componentedel conjunio" -Vaz-
quezvialard, Tratado de derechode/trabajo,t . 2, ps. 363 y 364-.
344 Ricardo D, Hierrezuela - Pedro F; Múñez
----. ----
Si bien en todas las ramasdel Derecho existe la duda de cómo considerar al gru-
po o conjunto econffrnico, si en forma reparada o íntegramente como una sola en-
tidad, hemos visto que el tema aparece resuelto para el legislador laboral: las em-
presas y/osociedades integrantes del conjunto mantienen su autonomia, existien-
do únicamente responsabiiidcidsolidaria por los pasivos laborales, y ello, siempre
y cuando se cumplen los extremos previstos para que opere dicha extensión48.
Para Pose, la noci6n de conjunto económico de carácter permanente que rei-.
vindica ei art. 31 de la LCTpara tornar operativo uno de los supuestos.tipicos de res-
ponsabilidad soiidaria laboral, se apoya en fa idea de que determinadas institucio-
nes empresariaspueden encontrar conveniente desdibujar su gestión mediante fa
inrroduccidn de sociedades y/o entidades controladas que respondan a una ges-
tión de marido comun o, en su caso, soportar los riesgos del mercado de compe-
tencia capitalista mediante la gestión de entidades con similar fin e igual rango,
pero con una administración y patrimonio independiente que ias tornan invulne-
ra blesa la acciOn de acreedoresque padríanser cornunesde no acudirse al régimen
de la personaIidad ficticia, autorizadas par las normas sustantivas --arts. 2"' ley
19.550 y 39, CC (conc. art. 143, CCCN)-~~.

En cuanto a lascaracteristicasque debe tener el conjuntoeconómico,Plá Rodrí-


guez enumera las siguientes:
a) Unidad de domiciiio patrimonial de la empresa.
b) Similitud o analogía de los giros por concomitancia osucesividad.
c) Utilización en común de implementos industriales.
d) Identidad de organización administrativa ocornercial.
e) Utilización de locales comunes.
f ) fdentidad e n la integración de los directoreso mandatariosdelasempresas
referidas a alguno o algunos de sus miembros.
g) ImposiciCln de una empresa a otra de condiciones a fugar de comercialisa-
ción de sus productoso con referencia a sus serviciosde manera de crear una
situación reaiw.

81 Reseña de failos
La jurisprudencia ha resultado muy productiva a la hora de definir cua lec son las
elementos necesarios para configurar e l conjunto económico.

48 Martorell, Losgruposecon~micosydesociedades, ps. 140 y 141


49 Pose, Presupuestos operativos para la aplicacibn de responsabilidadsolidaria que emana
dejart. 31 de /a Ley de Contrato de Trabajo, DT,7997-8-2024.
FPIá Rodríguez, Curso de derecho laboral, t. 1, p. 154.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 345
-- --"
-

1 -Si un trabajador inició y mantuvo un contratode trabajocon una empresa que ha


estado bajo la dirección, control o administración de personas que luego han sido in-
tegranter de otra sociedad, para la que también trabajúel actor, y que sededican a fa
misma actividad, cabe concluir que ambas empresas constituyen un conjunto econó-
mico de sociedades e integrantes. [CNAT, Sala X, 20/11/00, "Rornanazzi, Pedro M. c.
Capacitacióny Desarrollo S. A. y otros", DT,2001-A-8091.

2-- Si tres empresas poseen el mismo domicilio y están compuestas por hermanos y
losempleados en relacibnde dependencia de una de ellas pasarona integrar la nómi-
na de otra con reconocimjento de antigüedad, deben responder solidariamente de
conformidad con lo dispuesto por el ai-t. 31 de la ICT, toda vez que un conjunto eco-
nómico está integrado por empresas con estrechos puntos de contacto, reveladores
de intereses comunes que necesariamentellevana concluir que deben respondersoii-
dariamente en las obligaciones taboralesdesu personal. [CNAT, Sala X, 20/4¡01, "Me-
neses Gutiérrez, Ornar A. c. Brugastro S. A. y otros", DT,2001-3-16981.

3 -Cabe considerar que dos sociedades integran un Unico centro económico si están
constituidasyforrnadaspor losmismossocios,tienen un mjsmodomicilio común yuna
es encargada de la administracióny auditoría de la otra. [CNAT, Sala i,3011 7/00, "Ver-
gel González, Augusto A. c. Global FoodArgentina S. A. y otras", DT, 2001-A-7941.

4- Cabe considerar quese configura un conjunto económico de carácter permanen-


t e si las tressociedades demandadas, m á s allá de sus personalidadesjuridicas propias,
se encontraban bajo !a dirección o control de una persona que aparecía yse conducía
como propietario de\ negocio con el evidente propbcitode defraudar los derechosde
sus trabajadores, por lo que corresponde declarar que son solidariamente responsa-
bíesporsu actuaciónfraudulenta, ya sea por aplicación del art. 14de ia l C T a bien del
art. 31 de la LCT. En el caso, el fraudesecancretóal privar a lostrabajadoresdesu real
;ntiguedadtransfiriéndolos de una empresa a otra. [CNAT, Sala VI, 8/2/02, "Vallejos,
Benjamín y otroc. Minquia S. A. yotro", DT,2002-B-14251.

5- Es admisible la posibilidad de que e! art. 31 de la LCTseapiique también respecto


de personas físicas que tengan !a dirección y control de las personas jurídicas, en los
supuestos en que existe interposición fraudiilen? de la suciedad que actiia como
'pantalfa' frente al verdadero ernpieador. ICNAT, Sala 1,2912100, "Puente, Graciela A,
y otros c. Djiveiekian, Ohannes y otros", DT,2000-B-15941.

6- Si ambas codemandadasoperaban en el mercadocorno una unidad empresarial,


es decir, que hacian uso común de los medios personales, materiaies e inmateriales
mencionados en el art. 5" de Ia LCT, es inevitable conciuir que se trata de un conjunto
econ6mico en !os términos del art. 31 de la 1CT. [CNAT, Sala VII, 14/12/99, "Mora,
Ernestina c. Biomédica S.R.L. yotro", DT, 2000-A-19451.

7 - La existencia devariassociedadesjuridicamentediferenciadas desd. el punto de


vista del Derecho privado no empece a la consideración del grupo económico como
346 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro F. Aiúñet
U
-
- - -."-

sujeto empleador. La sociedad local, integrante del grupo económico que tiene su se-
de principal en ef extranjero, debe asumir el pago de las diferencias indemnizatorias
reclamadassobrela base de la antigüedad, que surgen de computar losservicios prcs-
tados por el dependiente en otras subsidiarias, integrantes del mismo grupo, radica-
das en e l exterior. [CNAT, Sala 11, 29/11/02, "Kwasinski, Natalio J. c. General Motors de
Argentina S.A.", TySS, 2003-5231.

8- Se encuentra ripificada la circunstancia táctica prevista en el art. 37 de la LCTque


habilita ia responsabiiidadsolidaria alliestablecida, cuandose demuestra que lasde-
mandadas se manejaron con unicidad de criterios empresariales a la manera de un
grupo economico, con intereses comunes, mutua interposición en su carácter de em-
pleadores, entrecruzamiento de directivos o dueños y un funcionamiento adminis-
trativo en corniin al utilizar ambas codemandatias los mismos establecimientos, ya
que tales extremos conducen a considerar fa existencia de fraude laboral o cori.duc-
ción temeraria máxime si se considera que las demandadas se presentarona contes-
tar fa demanda bajo el mismo patrocinio letrado, constituyendo identicos domicilios
procesales e incluso instrumentando sus respectivos poderes ante e l mismo notario.
[CNAT, Sala X, 2015198, "Kacenelson, Raúl F. c. Bidema S.A. yotro", DT, 1999-A-6941.

9-- Un conjunto económico esta integrado por empresas con estrechos puntos de
contacto reveladoresde intereses comunes que, necesariamente, iieva a concluir que
deben responder sotidariamenteen las obligaciones laborales con su personal, máxi-
me si una de ellas aparece limitada en su responsabilidad por un estado economico
deficitario. [CNAT,Sala X, 26/7/99, "Afcaraz, Antonia c. Carlos León Nuss S.R.L.", N,
2000-A-911.

10 - Dos o más sociedades conforman un conjunto económico permanente cuando


a la comunidadde capitales ydirectores que hay en las empresas integrantesde aquél,
se añade la comunidad de personal, el que es intercambiable:y pasa de una sociedad
a otra, de modo que queda configurada una sofa relaciiin laboral que vincula al tra-
bajador con aquéllas. [CNAT, Sala l i f , 2311U04,"Beceiro, Paola A. c. Manuel Tienda
León STA,y otros", en Manual de jurisprudencia, julio Grisoiia (dir.), 2007, p. 1823.

1 1 - S i bien se encuentra a cargo del accionante demostrar la existencia de un con-


junto económico por parte de lasdemandadas, si estas son tres sociedadescasihomb-
nimas, dedicadas todas a cuestiones relacionadascon el ámbito de la salud, que pose-
en idbntico domicilio societario y sus registraciones laborales y contables se encuen-
tran en el mismo lugar y a cargo d i la misma persona, no parece irrazonable invertir
la carga probatoria y poner a cargode las accionadas la demostracidn de que no pose-
en ninguna vinculaciOnentresiy que no conforman unconjuntoeconómicodecarác-
ter permanente. [CNAT, Sala X, 13/4/05, "Laporte, Ricardo A. c. AsaciaciBn Argentina
de Agentesde Propaganda Médica de Ayuda Mutua yotros", DT, 2005-B-13071.

12 - Si se dan los siguientes elementos comunes entre dos empresas: a) Unidad de


domicilio patrimonial de la empresa; b) similitud o anaiogia de los giros por conco-
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabaio

mitancia o sucesividad; c) identidad de organización administrativa o comercial; d)


utiiización de locales comunes; e) identidad en la integración de los directores w
mandatarios de ias empresas a otra de condicioneso lugar de cornercializacionde sus
productos o con referencia a sus servicios, de manera decrear una situación red, co-
rresponde tener por cumplidos los requisitosexigidos en el art. 3'1 de la LCT, en cuan-
to a la existencia de conjunto económico. [Cam. Apet. Trab. Córdoba, Sala X, 2215106,
"Aspitia, Julieta y otra c. Main Cable S.A. y otros", en "Revista de Derecho Laboral y
Seguridad 5ocialN,no1, ene. 2007, p. 631.

13 Resulta configurado el supuesto previsto en el art. 32 de !a LCT, si se ha demos-


trado la existencia de un conjunto económico entre ambas sociedades demandadas,
dado que estaban integradas par las mismas personas físicas y que existib una suerte
devaciamientode unadeetla';afavordelaotra. [CNAT, Sala Ilf, 30111106, "Fernández,
Luis A. c. Efica5ZS.A. y otro", DT, 2007-A-1991.

14-- Existe responsabilidadsolidaria en los términosdel art.31 de la LCTentre la Aco-


ciación Francesa FilanZrbpica y de Beneficencia y Provincia Servicios de Salud S.A. con
respecto a las obiigaciones derivadas del contrato de trabajo que uniera a las code-
mandadas con el actor, toda vez que de las constancias de la causa se deriva que lue-
go de la renuncia del trabajador a !a relación que existió con una de ellas continuó
desempeiiando las mismas tareas para la otra, y sus remuneracionesfueron deposi-
tadas en la misma cuenta en la que se l e depositaba el sueldo de la anterior relacián,
sin que fuera registrado debidamente. La antigüedad del actor se fragmentó por la
existencia de dos vínculos aparentemente distintos, cuando en verdad fue uno solo y
si en el mejor de los casosse considerase que no existió malicia en tales conducta5, lo
cierto es que debe calificarse como reprochable el manejo imprudente de ambas
codemandadas {del voto del doctor Catardo, en mayoría). ICNAT, Sala VIiI, 22/8/08,
"Lomana, Diegoc. Asoc. Francesa Fiiantrópica y de Beneficenciay otroslDespido", en
intranetpjn.goit.arj.

15 - Los arts. 31 y 229 de la LCTtralan supuestos atributivos de responsabilidad dife-


renciados y autónomos que, aunque en algunos caros pudiesenconcurrir, no se auto-
implican,Así, para que resulte operativa la extensidn de responsabilidad prevista en
el art. 31 de la LCTrespecto de las distintas personas físicas o jurídicas integrantes de
un conjunto económico de carácter permanente no resulta necesario demostrar la
existencia de sucesivas cesiones de personal entre ellas, y mucho menos que los even-
tuales traspasos operados-a efectos de permitir la rotación o e l uso común de cierto
personal-se hubieran efectuado bajo las formalidades previstas en el art. 229 de la
LCT. Nótese que incluso el dispositivo legal en cuestión (art. 31, LCV no limita la res-
ponsabilidadsolidaria allí prevista soloa las personas osociedadesque bubieren asu-
mido formalmente ia titularidad de la relacibn laboral de que se trate, bastando al
respecto con que se configure un conjunto económico de caracrerpermanenteen los
términos y bajo las condiciones ecpecíficamente previstos en el dispositivo legal en
cuestión. [CNAT, Sala 11,612/13, "Giussani, Jorge Guillermo c. ACS ~ctividadesde Conc-
348 Ricardo D. Hierreruelo - Pedro E NNúñez

truccibn y Servicios S.A. y otros $Despido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de la


CNAT, n0229, feb. 20131.

16- En el caso, dado que ha quedado probada la estrecha vinculación entre los de-
mandados, que ambas sociedades demandadas contaban con los mismos directivos
segitn sus estatutos cocietarios, como asi también que las personas fisicas codernan-
dadas integrantes de ambas sociedades hubieran registrado a! actor solo en una de
ellas y sin registro de ias horas extra laboradas, cabe tener por configuradas manio-
brasfraudulentasy evasi6n a la ley laborat por parte de las codemandadas. En conse-
cuencia, habiendo quedado probada la existencia de un grupo económicoconcomu-
nidad de medios personales e instrurnentalesy un accionar fraudulento conformado
por las demandadas, correspondeaplicaral caso la sofidaridad prevista en el at-t. 31 de
la LCT, ICNAT, Sala X, 19/12/14, "Yrala, LucianoRñmonc.J & G S.A. sIDespido", Boletín
Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no349, dic. 20141.

Por su parte, la Corte Suprema de Justicia tuvo oportunidad de expedirsesobre


este tema en iosautos " ~ e l l e g r i n a " ~El' . aquo había consideradoen el casoun gru-
po económico en los terminos de! art. 31 de la LCT, al sostener que High Band S.A.
resultaba solidariamente responsable pues continuo fa explotación de la restante
codemandada -Videco S.A.-, utilizando la documentaciCin de esta úitima, ha-
ciéndose cargo de sus deudas e incorporando a su personal. También considerd re-
levante que High Band S,A. se hubiera hecho "cargo de u n número importante de
deudas de Videco".
En cambio, para el AitoTríbunal, tal circunstancia (amén de que podria encon-
trarsu causa en lostérminos del convenio firmado entreambasempresas) no resul-
tó por sí sola concluyente para acreditar una relación de carácter permanente en
los terminosexigidos por ei art. 31 de la LCT.
Tampoco lo fue el paso de empleados de Videco S.A. a High Band S.A. y a !a uti-
lización por parte de esta última de documentación perteneciente a la primera;
máxime cuando el alcance que se les atribuyó resultó claramente excesivo si se
atiende tanto al número de dependientes de Videco S.A. que se vinculó laboral-
mente con High Band S.A.-cuatrotrabajadores-frentea losque permanecieron
en aquélla, como al breve período durante el cual, en todo casa, se habría produ-
cido fa sostenida utilización de documentos.
Señaló que estas deficiencias adquieren singular gravedad pues, ci bien incum-
be a ios magistrados de la causa la función de apreciar la configuración de la hipó-
tesiscontemplada en el art. 31 de la LCTsegiin su prudente juicio, es evidente que
ello exige una muy cuidadosa ponderación de los presupuestos ficticos estableci-
dos en la norma. Por elfo, admitió el recurso extraordinario E! invalidó lo resuelto
en la instancia anterior.

5' CSJN, 2311 7/95,"Pellegrino, Jorge Eugenio c. High Band S . A. y otros", DT, 1996-B-1465.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 349
--~. - --~---.----

iil - La exigencia de la permanencia


No a cualquier grupo de empresas se les aplican las disposiciones del art. 35 de
LCT,sino sóia a aquellas que revisten caracter de permanente, por oposición a

Adviértase que este recaudo solo se exige para e l supuesto de conjunto econó-
micoy no para el control empresario, aunque en este último caso, la permanencia
es unode Jor rasgostípicos del control externo, pues nose tienen en consideraciOn
10s actos aisladosde imposiciónsino la actividad entera de la persona dominada.
La exigencia de que e1 grupo sea de carácter permanente excluye los nuclea-
mientosde duración transitoria del 5rnbito materialde aplicación del precepto.Se-
gún la doctrina especializada, habiendocecondicionado la aplicación de la norma
a la acreditacibn de maniobras fraudulentas o conduccian temeraria, tio se ve ra-
zón alguna para distinguir en función de la permanencia o transitoriedad del gru-
po en cuyoseno se cometió el ilícito. Ensinck acota que no le parece acertada la re-
ma introducida en 1976 en el texto legal, porque los grupos económicos, nacio-
es o internacionales, acttian en $asmismas condiciones y determinando las mis-
mas consecuencias, ya sea que constituyan un grupo económico permanente o
constituido ad hoc para su intervenciónen un negocio determinados2.
Et carácter permanente no estaba en el texto origina! del art. 33 de la ley 20.744
(actual art. 31) que hacía referencia a "grupo industrial, comercial o de cualquier
otro orden, de caracter permanente o accidente, o para ia reaiización de obras o
trabajos determinados". La permanencia fue introducida por la reforma de la ley
21.297 con el propcisito de excluir de su normativa a los denominados contratos de
colaboración empresaria, hoy denominados por el Código Civil y Comercial, como
contratos asociativos, como son las agrupaciones de colaboración, la unión transi-
toria y los consorcios de cooperacibn.

IV - Maníobras fraudulentas y conducción temeraria


Además de !os extremos antes indicados, la reforma le incorporó un requisito
subjetivo como presupuesto para extender la responsabilidaden forma solidaria a
la controlante o a las demás empresas del grupo y es que "hayan mediado manio-
bras fraudulentas o conducción temeraria ".
En cuanto a la acreditación de estos requisitas, la Suprema Corte de Buenos Ai-
res ha dicho que: "A la luz de lo dispuesto por ei art. 31 de la LCTsedesprende que
no basta la existencia de un conjunto económico para considerar la corresponsahi-
lidad de sus integrantes en cuanto a las obiigaciones iaborales y de seguridad

Martoreil, Los grupos económico^ y de sociedades, p. 142.


350 -,----,- ._-,-v.-
-
Ricardo D. Hierrezuelo Pedro F; Núñez

social, sino que es necesario la demostracion de una conducta reprochable en la


dirección de las actividades del mismo" '3.
Téngase en cuenta que esta exigencia no aparecía en el art. 33 de la ley 20.744,
en la cual la solidaridad procedia por la sola relación interempresarial, mientras
que ahorase le ha adicionado un factor subjetivo de extensión de responsabilidad.
Como bien apunta Justo López, en la primera redacción la solidaridad era un modo
de prevenir el fraude a la ley laboral haciéndolo itnposible de antemano, ya que,
impuesta para todos los casos la responsabilidad laboral (solidaria), resultaba im-,
posible deeludirciempre, claro esta, que se dieran las circunstanciastípicas deapli-
cación de la norma. Ahora bien, cancelada esa prevención imposibilítante de! Frau-
de, este, valga la perogruliada, no resulta imposible; tanto no Io resulta que es uno
de los presupuestos de aplicación de la solidaridad.
Castcllo apunta que en Uruguay, donde los grupos de empresas no han sido nor-
mativamente reguiados, la doctrina yjurisprudencia han edificado un régimen de
responsabilidad objetiva del grupo de empresas, desligadas de la noción de "dolo",
"fraude" o "abuso de derecho". En otras palabras, en materia laboral la sola pre-
sencia de la estructura grupa1 habilita el "descorrimiento dei velo societario" de las
empresas integrantesdel grupo de empresas, sin tener que alegar y probar una es-
pecial conducta o comportamiento culpable del grupo o su agente controlante, La
autonomía de la disciplina y los principios del Derecho laboral (en especial, el de
primacía de la realidad) son los argumentos fundamentales para aceptar ia comu-
nicación de responsabilidad en el seno del grupo, De esa forma, en el Derecho del
trabajo uruguayo el grupo de empresas resulta personificadoy, por ende, conside-
rado como sujeto empleadors4.
Pero no resulta ocioso reiterar que fraude no implica intencionalidad. El fraude
se produce cuando bajo ei amparo de una norma juridica y en la rn6sabsoiuta lega-
lidad seviúla otra norma jurídica distinta, Lo que importa es ei resultado y no la in-
tencionaiidad o el dolo de las partes.
En este sentido, la jurisprudencia ha resuelto que: "Para la configuracion dei
grupoeconómicodescripto en el art. 32 de la LCT, noes necesario probar el dolode
tos involucrados o un propósto fraudulento en los mismos, dado que no se exige
una intención subjetiva de evasiOn de las normas laborales, bastando para cumplir
ia exigencia normativa que la conducta empresarial se traduzca en una sustraccion
a esas normas laborales, con intenciones o sin ellas (en el caso, la empleadora omi-
tibexhibir a1 experto contable el Registro de sueldos y jornales, extremo que dio lu-

53 SCBA, 616101, "Lauria, Osvaldo N.c. Tecnología de Avanzada S.A. y otros -Welco S.R.L.-.
Despido indirecto", inedito.
54 Cactello, "Grupo de empresas", en Las transformaciones de la empresa en e/ derecho del
trabajo, p. 525.
rponsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
- - -M- --
351
-
r a la presunción de ausencia de registración de la demandante y un supuesto de
asión de normas laborales que tornaron aplicable lo dispuesto en el citado art.
la 1 ~ 0 ' En ' ~términos
~ . similares, se ha dicho que: "Habiéndose probado la
ricia de un conjunto económico en los términos de lo dispuesto por el art. 31
ta LCT, para considerarse configurada la responsabiiidad empresaria solidaria,
debe probarse el dolo del empleador o un propósito fraudulento de su parte.
se requiere intencion subjetiva de evasión de normas laborales, tuitivas del tra-
ador, ni la demostración de una intenciónevasiva.Basta que la conductaempre-
al se traduzca en una sustracción a esas normas laborales, como por ejemplo, la
ectuasa inscripcibn registra{ del dependiente. De esa forma, el fraude queda
nfigurado con intenciones o sin ella^"^^^
También se resolvió que: "Si bien el art. 31 de !a LCTsupedita la procedencia de
solidaridad pasiva a queseverifiquen maniobras fraudulentaso una conducción
meraria, en supuestos en que se produce una fragmentación de la antigüedad
I trabajador es innecesario probar el dolo de los involucrados o un propósito
audulento de estos, ya que resuha suficiente con acreditar que lo que en apa-
encia eran vincuios distintos en realidad era uno solo, Es decir, que e! trabajador
debe probar la intención subjetiva de evadir normas labora les, bastando para
r con Iaexjgencia normativa que !a conductaempresarial se traduzca en una
ción de las normas laborales, con intención o sin ella"".
or ende, las maniobras fraudulentasson todas aqueilasconductastendientesa
frustrar los derechos del trabajador a través del accionar de este tipo de empresas.
Se verifican cuando, aprovechándose de la reiación o subordinación existente
entre las distintas empresas, se producen traspasos, registraciones o manejos de
trabajadores, cualesquiera que sean, con el iinico prapósito de evadirse de la apli-
cadón de !a normativa laboral o de la seguridad social. Este tipo de maniobrasse
verifica cuando no se registra la relaci6n laboral o se lo hace en forma defectuosa,
a cuandose io asienta en una de las sociedades del grupo que no tiene patrimonio
o que ha sido descapitalizada, o cuando se fracciona la antiguedad del trabajador
entre las distintas integrantes del conjunto económico para no tener que abonar
[os distintos adicionales o importesque se devengan como consecuencia de la anti-

55 CNAT, Sala X, 23/6/04, "Lanzavecchia, María Laura c. 3MES.A. y otrossiDespido", enintra-


net,pjn.gov.ar; también, Cam.Apei. Trab. Córdoba, Sala X, 22/5/06, "Aspitia, Juiieta y otra c. Main
Cable5.A y otros", en "Revista de Derecho laboral y Seguridad Social", nV, ene. 2007, p. 63.
CNAT, Sala VII, 26/2/06, "Fignataro, Maria Paula c. Canadian Line Argentina S.A. y otros
slDespido", BoletínMensualde Jurisprudencia de la CNAT, no263, Oficina de Jurisprudencia, oct.
2006.
57 CNAT, Sata Vi, 2011 7/12, "Paz, Maria Eva.c. The Exxel Group S.A. y otros siDespido", en
intranet,pjn.gov.ar.
352 Ricardo D. Hlerrezuelo - Pedro E Mdfiez
--.--,-----,--A.

güedad adquirida en el mismo. Ferreírós señala que son maniobras fraudulentas


los contratos de trabajo en negro o las registradones defectuosas, ei no pago de
horas extras laboradas, los recibos adulterados, la invocaciónde modalidades ine-
xistente~que pretenden convertir un puro y simple contrato de trabajo en un con-
trato con dichas rnodalidade~~~.
Conviene, sin embargo, destacar dos circunstancias. La primera es que cuando
el trabajador presta serviciosindistintamente para varias personas integrantes del
grupo, la relacidn laboral se entabla con todas ellas aunque aparezca registrado
sólo en una o en ninguna, y todas deben responder en forma solidaria por las obii-
gaciones laborales y de la seguridad social. la segunda es que resulta intrasceil-
dente que las distintassociedades o personas que componen el grupo hayan inter-
venido en la maniobra fraudulenta, bastando solamente que algunas de las irre-
gularidades antes indicadas hayan sido pergeñadas por la que contrato los cervi-
cios del trabajador.
iurisprudenciolmente se aprecia en los ditimos tiempos una mayor utilización
de este artículo con la configuración del elemento subjetivo "maniobras fraudu-
lentas". Así, se ha dicho que: "La maniobra fraudulenta llevada a cabo por empre-
sas que conforman un conjunto económico, consistente en intercambiar el persa-
nal entre ellas, previa renuncia de los trabajadores con el fin de fragmentar su anti-
güedad, arnerita la condena solidaria al conjunto en los términos del art. 31 de la
L C T " ~También
~. se ha resuelto que: "El traspaso de clientela de una empresa a
otra, del misma grupo económico, constituya una operatoria cuanto menos teme-
raria, en Ios términos del art. 31 de la lCT, ya que ocasionó un incuestionable per-
juicio a ios derechos del trabajador, en tanto Io privóde la garantía de! cobro de rus
acreenciasprovenientes de la relación laboral a la vez que iicuó su patrimonio, que
es la garantía be los acreedores, en beneficio de la nueva La Sala VI
expresó que: "Las maniobras fraudulentas quedan consumadas, a l pretender una
de lasempresas eludir su responsabilidad a través de la interposición de una terce-
ra y la actora con su prestación beneficiaba a todas elias, que, sin embargo, no la
rcgistraror) como empleada propia, por 10 que es aplicable el art. 31 de la L C T ' ~ .
Por su parte, la Sala Vil, en términos similares dispuso que: "El art. 31 de la LCT
hace referencia a la solidaridad de empresassubordinadas o relacionadasque cons-

Ferreirós, Relaciones entre empresas y solidaridad, "Doctrina laboral Errepar", no 235,


mar. 2005, t. XtX, p. 302.
S9 CNAT, Saia X, 18/3/05, "ibañet, Osvaldo R. c. Belgrano 1700 S.R.L. y otros", DT, 2006-A-86.

CNAT, Sala iil, 30/11/06, "Fernández, Luis A. c. Eficast S.A. y otro", en "Revista de Derecho
Laboral y Seguridad Social", no10, may. 2007, p. 901.
m CNAT, $ala Vi, 21/8/03, "Lápez, Analia V. c. Polimal S.A. y otros", en Manual de jurispru-
dencia, Juiio Grisnlia (dir.), p. 783.
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 353

yen unconjunto econ6rnico de carácter permanente, en casode haber mediado


iobras fraudulentas o conduccibn temeraria. El fraude a [a ley supone actos
a celebración considerada aisladamente, resulta conforrnea la normativa jurídi-
pero que a la luz de todo el ordenamientojuridico integral produce un resulta-
antrario a él. Es que esta forma de actos oculta la realización de un comporta-
nto que persigue infringir el ordenamiento establecido, con una apariencia de
lirniento adecuado de la normativa vigente. Debe dejarse de lado la intencio-
rueba del fraude a la ley y lo que interesa es la prueba de la viotacion
finalidad de la norma utilizando para ello la cobertura referida"".
la Sala il dispuso que: "El hecho de que las codemandadas, que conformaban
n grupo econtimico de carácter permanente, llevaran a cabo conductas que ten-
' n a burlar los derechos de los trabajadores y de los organismos de la seguridad

al ai mantener los contratos parcialmente registrados, así como también la


tencia de una unidad económica y de intereses, en la que se verifica una dispa-
e solvencia economica entre las empresas integrantes del grupo, evidencia
sian e conductas fraudulentas, por lo que se encuentran tipiflcadas las con-
icianessubjetivasdeaplicacián del art. 31 de la LCT. Asimismo, habiendosido pro-
adas las conductas fraudulentas que tendían a perjudicar intereses ajenos al gru-
,no resulta necesario, a fines de aplicar la solidaridad prevista en la norma cita-
que se pruebe la intención de causar perjuicio"63.
También se resolvió: "La responsabilidad solidaria consagrada por e[ art. 31 de
LCT, apunta a situacionesen que exista una cierta subordinación entre personas
ídicas-aunque posean su propia entidadsocietaria-quedetermina el control
la dirección de una por parte de la otra, conformando un 'conjunto econiimico
anente' y a las que las declara solidariamente responsables cuando un traba-
se ve afectado o sufre un perjuicio coma consecuencia de Ia realización de
'maniobras fraudulentas o conducción temeraria' por parte de aquellas. Este tipo
de maniobrasseverifica, por ejemplo, cuando no se registra la relación laboralose
lo hace en forma d e f e c t u ~ s a " ~ ~ .
Por su parte, en [a conducción aparece una idea de culpabilidady
consiste en un manejo irresponsablede [a empresa que por negligencia, impruden-

CCNAT, Sala VII, 3113110, "VAzquez, Ezequiel c. Cuore Consumer Research S.A. y otros sIDes-
pido", Boietin MensualdeJurisprudencia de /a CNAT, n0299,Oficina deiurisprudencia, rnar.2010.
CNAT, Sala 11,414108, "Borkowki, Enrique Ignacio y otros c, Dunlit S.A. y otros slDespido",
en Raña Sa, "Cuestionessocietariasvincuiadasal derechodel trabajo", en Cuestionessociebriasy
fideicomiso en e\ derecho de/ trabajo, p. 452.
CNAT, Sala iV, 26/8/13, "Guerra, Maria HeIvecia c. Valneif S.A. y otro slDespido", Boletín
Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no335,ago. 2013.
65 Para Vazquez Vialard, las "maniobras fraudulentas tambien estariancomprendidasenel
art. 74 de la LCT, ya que se tra.taría de un vulgar operativo para disminuir ia responsabilidad de la
354 Ricardo D.Hierreruelo - Pedro F; NriRez
_i_-.-..++--l-l__---,---

cia o dolo se fe ocasione al trabajador un daño como consecuencia del cual en defi-
nitiva reclame. Esdecir, ~rpareceuna conducta reprochable en la dirección de lasac-
tividades del conjunto económico, por ejemplo, insolvencia del ernpleador -di-
recto- por maniobras imprudentes, o vaciamiento de una de las empresas inte-
grantes del mismo, por io que frente a eventuales reciamosquese originen, puede
desencadenar la responsabilidadsolidaria que se Ferreirbs refiere que
en este supuesto se trata de actitudes imprudentes e inapropiadas, según el nor-
mal devenir de los hechos en un lugar y en u n tiempo, sin quesea necesario probar
culpa en los términos del art. 522 del CC (conc. art. 1724, CCCN),alcanzanda cor la
inadecuaciónde la conducta a los fines de lucro perseguidos por el La dis-
yuncídn "o" utilizada para separar las maniobras fraudulentasde la conducción
temeraria permite inferir que no es necesario que se verifiquen ambos recaudos,
bastando que se acreditesólo uno de ellos para responsabilizar en forma solidaria
a todos sus integrantes.

sociedad o persona 'madre' (o 'tia') a traves de la creación de una estructurajuridica que más allá
de la apariencia, era fa 'persona interpuesta'. Es posible que la intención del legislador hriya sido
extender ia responsabilidad en los casosen que el 'ernpleador' hubiere actuadofraudulentamen-
t e (por lo tanto, con dolo) en negocios que en definitiva le acarrean una situación de insolvencia,
o sin quese diera esa circunstancia agravante, cuando son resultado de una accibn temeraria.
Agrega que deacuerdocon ello, parecería que no obstanteel control, el grupoeconómico {sus
diversos integrantes) no serla responsablesino se da eseactuar fraudulento, noen l a constitucion
de la sociedad que actuó como empleadora, sino en su operar, o por lo menos cuando a éste se le
puede imputar una "conducdbn temeraria". De esa manera, nose podria ejercer la acción que pre-
ve la norma cuando ia insolvencia se deba a una consecuencia del riesgo propio de una actividad
económica o civil, en la que no ha mediado fraude otemeridad ai realizar los negoc~ossocialec.
Senala que no obstante esa interpretacibn, que podria surgir del estudio de la norma, entien-
de que probado el control internooexterno, corresponderia la extensión de la responsabilidad,y
en aigún caso, la imputación de elia directamente, cuando se acredita que la empresa empleado-
ra actuaba como "dependiente" del grupo económico. Al efecto, seria aplicable en el caso la teo-
ría dola desestimación de la persona juridka, o bien, cuando pudiera acreditárselo, que faconsti-
tución de la sociedad controlada lo fue a fin de interponer una personatart, 14, LCT). Mientasque
en este último caso seria necesario acreditar la existencia de un fraude laboral, en el otro bastaria
demostrarla realidad de los hechos: la exisrencia de un grupo econbrnicaque pese a la muliiplici-
dad de personas juridicas por medio de las que actuaba, en realidad constituía una unidad jilrídi-
ca. En arnboscasos, a su juicio, no tendría relevancia e! hecho de que ei conjunto tuviera un carác-
ter permanente (come lo estabiece el ar?. 31, LCQ o transirorio, ya que con prescindenciade ello,
seconfigurarion lospresupueslocpara aplicar la rnencionadateoríadeia penetración o la del frau-
de laboral (Vatquez Vialard, Tratado de derecho del trabajo, ps, 370 y 371).

Pollero, La responsabilidad solidaria de los integrantes de grupos económicos, en "Revis-


ta de Derecho Laboral", no2001-1, "La solidaridad en o1 contrato de trabajo", p.'360.
" Ferreiros, Reiaciones entre empresas y solidaridad, "Doctrina Laboral Errepar", no235,
mar. 2005, t. XIX, p. 302.
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 355
-"-

No obstante lo expuesto, la incorporaciónde estas exigencias, sumado a l requi-


de permanencia del conjunto econumico, introducido por Ia ley21.297, tornó
cuitosa la aplicación de este dispositivo, por la gran canridad de recaudos que
acreditar la parte con menos posibilidades para hacerlo en el limitado proce-
conocimientodel litigio laboral.
este orden de ideas, se ha resuelto que: "En los casos de empresas retacio-
o subordinadaso que constituyan un conjunto económico de carácter per-
ente, rige el art. 37 de la LCTque les impone responsabilidadsolidaria por ios
itosde Iastrabajadore5,cuando hayan mediadom~niobrasfraudulentasocon-
ón temeraria. Esta frase final destacada, incorporada por la ley 21.297 al pri-
o art. 33 de ia LCT, ha establecido una exigencia propia de los procesos con-
sales, ya que en ei marco de una controversia individualdetrabajoes, cino impo-
e, ciertamente difícil, la valoración de la conducción del conjuntoque la norma
uierecomo presupuestode operatividad de la extensión de la responsabilidada
componente^"^^. También se ha indicadoque: "Si bien no ha habido fraude en
contratación o en el registro de la relación, se impone la condena solidaria por
nducción temeraria en tanto se encuentran acreditados el manejo conjunto de
S cuentas bancarias, [a intervención de los directivos de la coaccionada en el pro-
eso que llevara a t cese de la actividad de la sociedad empleadora y la deficitaria
ituaciónfinanciera par la que atravesara ia empleadora, máxime sise toma encon-
deración que la sociedad que asumiera la titularidad de la relaciónya no opera en

5 41. t a solidaridad en las sociedades


subordinadas y relacionadas

La consecuencia de la acreditación de todos y cada uno de los presupuestos re-


queridos por la norma es ta solidaridad de todos los integrantesde la red interem-
presariai, sean personas físicas o jurídicas, aunque rídebentener personalidadjurí-
dica propia.
Los extremos a demostrar son de dos órdenes; primero se debe verificar la exis-
tencia de personas que se encuentran bajo la dirección, control o administraciiinde
otra u otras, o bien que se hallen de tal modo relacionadas que constituyan un con-
junto económico de carácter permanente. Una ver acreditado tal supuesto, se de-
be también corroborar que hayan mediado rna niobras fraudulentas o conducción

68 CNAT, Sala Vl11. 19/4/01, "Muente, 5iro y otrac. LaboratoriosAmstrong 5. A, y otrosslCobro


desalarios", "Revista de Derecho Laboral y Seguridad Social", fasc. quincenal, no3,2003, p. 115.
69 CNAT, Salall, 31/5/05, "Botta,Adriana L.c.Sky ArgentinaS.C.A.yotro", en Manualdejuris-
prudencia de derecho deltrabajo y la segurida social, 2007, p. 184.
356 Ricardo D.Hierreruelo - Pedro E Nufiez
-"-*-,--------.-..---,--"rL,.--r~,~

temeraria, para que se extienda la responsabilidaden forma soiidaria a todos los


integrantes de¡ grupo.
Esto en modo alguno significa considerar empleadores a cada uno de los suje-
tos con personalidad propia, sino que la relación se mantiene con aquel que los
contratá, y es éste el que debe inscribirloy cumplir con todas lasobiigacionesiaho-
rales y de fa seguridadsocial. Este caco admite una excepcibn y es cuando ef traba-
jador, pese a haber sido registrado en una de las sociedades, presta servicios indis-
tintamente para tadoslos componentesdel grupo, y en ese caso se entiende que el
trabajador tiene una pluralidadde empleadores.
Una situacibn particular se genera con los trabajadores de los sujetos contro-
lantes. Para Justo López, sise aplica la norma a lossupuestosde control externa, re-
sulta equitativo-y la equidad es un principiode integraci~n de la fey,según el ad.
11, LCT- no hacer solidariamente responsable al sujeto de derecho titular de la
empresa subordinada o dominada que, en cierto modo análogamente a los traba-
jadores respecto de su ernpleador, está en posicián de inferioridad frente a /a em-
presa dorninan~e~~.
Con el mayor de los respetos que nos merece este distinguido autor, nos permi-
timosdiscrepar con esta posiciói~,puesentendemcisque aun en este supuesto, am-
bacsujetas, controlante y controlado, deben responder solidariamente. Ello es asi
por das razones. La primera, por cuanto de los claros términos en que ce encuentra
redactadoei art. 31 de fa Lf Tsurge que la solidaridad debe apiicarse a ambas. Ad-
viértase que cuando el articulo utiliza por segunda vez la expresión "por cada una
de ellas", no se está refiriendo sólo a las empresas controladas (aunque tuvieran
cada una de ellas personalidad juridica propia) sino a ambas, esto es a éstas, pero
también a la contraiante. De lo contrario, el articulo notendria sentido, pues en e!
supuesto que hubiera más de un sujeto bajo el controt de otro, las controladasde-
berian respondersoiidariamente por los trabajadores de cada una deeilas, aunque
no tuvieran ningún tipo de relación entre sí, mientras que se encontrarían exirni-
das de responder coiidariamente par los trabajadores de la controlante, pese al es-
trechovíncufoque las une. La segunda razbn, pues con esta interpretaciónse evi-
t a !a posible despatrimonializaci~nde la controlante a favor de la controlada, con
la consecuente necesidad de los trabajadores de aquélla de tener que recurrir al
principiogeneral plasmado en el arl. 14de la LCT.
El fundamento de la solidaridad prevista en el art. 31 de fa LCTradica en prote-
ger el crédito del trabajador sobre la base del interbs común que tienen los sujetos
subordinados o integrantes del conjunto económico. Sería injusto que el trabaja-
dor viera frustradosu crédito debido al estado de insolvenciay/o vaciamiento de ia
empresa en la que figura como empleado cuando ei grupo en su canjunto fue be-

O' López -Centeno - Fernandez Madrid, ley de Contrato de Trabajo comentada, t. I, p. 267.
esponsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 3 57
-----
m-

neficiado con sus servicios y mediante maniobras que llevaron a la empresa a su si-
tuación de falencia o déficit7'.

5 42. Aspectos procesales


Frente a un incumpiirnientocontractual, el trabajador debe intimar asu ernple-
ador la observancia de las normas laborales y de la seguridad social, pues es con
este con quien ha entablado la relación laboral. De todas formas, y aunque no es
obligatorio, el principio de buena fe impone comunicar t a l circunstancia a la con-
trolanteoa cada una de las personasque componen el conjunto económico, en vir-
tud de la eventual responsabilidad que recaerá sobre el mismo. No obstante ello,
c~nvieneseñalarque la SalaVII participa de un criterio distinto, puesentiende que
la ausencia de intimacibn previa no esóbice para quese condene a la deudora soli-
daria, por cuanto la misma no es empleadora ysólaes responsablesolidaria por las
obligaciones patrimoniales de ia organización empresaria empleadora, frente a la
que no cabe exigirle la intimaci6n previa respecto de la responsabilidadsolidaria72.
Comoyasefiaiáramos enei Capitulo llalcuaI remitimos, sepuededemandarcon-
junta o indistintamente, en caso que asi corresponda, por un lado, al ernpleador, y
por otro a la controlante o a todos y cada uno de los componentes del grupo eco-
n6rnic0, aunque sí diferenciando la distinta situacibn jurídica de ambos, pues uno es
el obligado directo, mientras que el otro o los otros son los deudores solidarios.

Así el trabajador puede:


a) Demandar al ernpleador y a la controlante (o sociedades relacionadas) en
forma conjunta, dando lugar a un litisconsorcia facuitativo, con la ventaja
que implica lograr una sentencia con efecto de cosa juzgada contra todos
los demandados.
b) Demandar solo a uno de los codeudores, con la ventaja de obtener una ma-
yor simplicidad y celeridad en el proceso entablado contra alguno deellos,
especialmente si cuenta con la solvencia suficiente como para no justificar
la citación en juicio del otro co-obligado.

Deahíque nodeba rechazarse la demanda contra las sociedadessolidarias, si el


actor optó por no demandar al empleador, o si se le tuvo por no presentada la de-
manda en los términos del art. 67 de la LO.

'' Mancini - Pizarro, Algunas reflexionesen torno a las obligacionessolidariasen elderecho


de/ trabajo, en "Revista dc Derecho Laboral", no 2001-1, "Ea solidaridad en e1 contrato detraba-
]O", p. 95.
72 CNAT, Sala Vll. 18/12/00, "Lavergne, Raqtielina ]Vi- Casada, Ricardo y otros", TySS, 2001-
157; a u n cuandoen este caso se aplicóel art. 30 de la iCTlossupuestossonsimitares.
3 58 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núfiez
--- .u.-- "---,- -
Por otra parte, de más está decir que la rebeldia de uno de los codeudores no
libera al trabajador de su obligación de acreditar los extremos en que sustenta su
pretensión con respecto al otro, sin que los efectos de aquélfa en modo alguno
puedan perjudicar a este último. Por ejemplo, si ei trabajador adujo en su deman-
da que se desempeñó en negro bajo lasordenesde uno de los integrantes del gru-
po y éstese encuentra rebelde, y al contestar demanda los demás componentes ne-
garon la relación laboral o aun admitiéndola, negaron la antigüedad, categoría o
remuneración, es obvio que si el trabajador pretende extender la condena al deu-
dor soiidario codemandado, no fe bastarán los efectos de la rebeldía para dernos-
trarla relaciónIaboraf o los hechosdesconocidos, sinoquedeberá producir la prue-
ba correspondiente en tal sentido, sin perjuicio de que por el principia dinámico de
la prueba el contratante también deberá ofrecer los eiementas probatorios nece-
sarios tendientes a demostrar el carácter aut6nomo de los servicios o la real fecha
de ingreso, categoriao remuneración. Huelga decir que tambiendeberd acreditar
tanto la conformación del conjunto económico como las maniobras fraudulentas
o la conducciCin temeraria, aunque fa irregularidad registra1será suficiente para
demostrar tal extremo, El deudor o deudores solidarios, pueden acompañar a la
defensa del ernpieador oponiendo todas las defensas comunes al litisconsorcio, o
bien limitarse a defender su propio interés en orden a la negación de los presu-
puestos de su responsabilidadsolidaria.
En cuanto a tos rubros que se puedenreclamar, no existe controversia en que las
controlanteso relacionadas resultansoiidaijamenre responsables por todas ias abli-
gaciones emergentes del contrato de trabajo y de la seguridad social, entre las
que se encuentran, sin hesitación, ef pago de las indemnizaciones por despido
(arts. 232,233 y 245, LCT), tos salarios o diferencias salariales adeudadas, los Suei-
dos Anuales Complementarios debidosy las vacaciones no gozadas, asi como tam-
bien la totalidad de las indemnizaciones Iegaies previstas a favor del trabajador
(multas de la ley 24.013, indernnizaciones de las leyes 25.323 y 25.345, etcétera).
Más complejo resulta establecer si el contratante esta obligado a hacer entrega
de los certificadosde trabajo y aportes previsionaies previstos por el art. 80 de la
LCT. En este sentido, la jurisprudencia ha sido contradictoria, como io hemos des-
tacado en ei Capitulo VI al cual nos remitimos.
Empero, reiteramos que a nuestro criterio no existe razón alguna que permita
apartarse de la regla general contenida en el art. 31 de la LCT, que expresamente
conviertes loscontrotantesa miernbrosdel grupoeconomico en responsablessofi-
darios por todas las obligaciones contraídas por las controladas o reiacionadas.
Adviertase que el artículose refiere a "las obtígaciones", sin hacer diferencia entre
las de dar sumas de dinero y las obtigacionec de hacer7'.

73 En idenrico sentido, Vázquez Vialard estima que: "en el caso de solidaridad a que hace
referencia el art. 31 de la f CT cabe entender que las demis sociedades que son deudoras vicarias,
Responsabilidad solidaria en e/ contrato de trabajo 3 59
-- ,"---'~ -,.-,-

Hay que distinguir entre la obligación de entregar el certificado de trabajo y la


ortes y servicios. En el primer supuesto, ello importa una obli-
lo queempleador, ode corresponder, eldeudorsolidariocurn-
len con su obligación entregando \a certificación que contenga la información
sentada en los registros laborales, o en caso de diferir con la realidad, los datas
creditados en la sentencia. Incluso esta certificación podría ser confeccionada por

esto del certificado de aportes y servicios, pues como bien


entrega de iasconstancias documentadas, sin llegar a ser una
del deber de efectuar las cotizaciones a la seguridad social y
menteautónoma, dadoqueel cumplimientode aquélla sólo
cuando haya habido efectivo depbsito, aunque este haya sido
a r ~ i a lCon
~ ~ esto
. queremos decir que si tos aportes previsionales no se efectua-
on por un importe menor, no se puede compeler al empleador
al deudor solidario a confeccionar los respectivos certificados, asentando datos
endaces. Tampoco sería viable !a aplicación de astreintes hasta tanto se efectua-
n y acreditaran losaportec, porque el accionantesólo habría reclamadala entre-
a de los respectivos certificados.
que se refiere a las relaciones internas entre los codeudores,
situacibn jurídica de ambos sujetos, pues uno es el verdade-
nde, el obligado directo, mientras que el o Ios otros son los
S, que sólo responden por una exigencia legal y en virtud del
beneficio que obtienen del trabajo efectuado por el dependiente de aquél.
En materia de extinción, el pago, la transaccibn efectuada por uno de los deu-
dores coiidarios, o cualquier otra forma de extinción se extiende a los restantes co-

en cuanto integran una unidad (conjunto económico), deben satisfacer esa exigencia: otorgar el
certificado detrabajo. Las mismas han sido traídas al juicio en su calidad de miembros de un cuer-
posocietarioque haasumidoelcarácterdeempieador. Noobstantequecada uno delos entes que
conformaron esa realidad tienen personeria jurídica propia, en tanto dependían de un centro en
el que se adoptaban las decisiones que se ejecutaban a esos diversos niveles, integraron una mis-
ma persona. En realidad, el citado art. 31 de la LCT, con i a limitación que establece, constituye una
aplicación deiafígura de la desestimación de la personajuridica, par lo que, en ratiinde la autPn-
ticasituacibn planteada,selevantóelveloquedisimulaba la realidad, porioqueksta queddaldes-
cubierto: un hoidíng que manejaba una serie de empresas que ficticiamenteaparecíancomo indi-
vidualidades independientes, en tanto eran departamentos de una sociedad madre que, en los
hechos, actuaba como única empleadora. De acuerdocon elio, la entidadtraídaal juicioen carác-
ter decodeudora vicaria, en realidad no tiene ese carácter, en tanto es parte de un complejo jurí-
dico que actuó como ernpleador" (V6rquezVialard, La posibilidadqueelacreedorlaborallererla-
me directamente aldeudor vicaiio, TySS, 2082-807).
T4 Ackerrnan, la modificacirjn del art: 80 de la LCT (f.o.), en "Revista de Derecho Laboral",
número extraordinario, "La reforma Jaboral-ll", p. 45.
360 Ricardo D.Hierrezuelo -Pedro E Nufiez

deudores. Empero, hay que efectuar una distinción entre el pago realizado por
cada uno de ellos, para una eventual acción de regreso. Si es el empleador el que
satisface el crédito del trabajador, en principio, no tendría ninguna acción de re-
gresocontra la controlanteo lasdemás integraniesdel grupo, deconformidadcon
lo dispuesto por el art. 841, inc. 6)del CCCN, por ei cuai debe estar a la fuente y la
finaiidad de la obiigacidn o, en su caso, la causa de la responsabilidad. Reiteramos
que el deudor directo y principal responsabiedel pago es el empleador, con quien
se ha entablado la relación laboral, por io que no sería procedente una acción de
regreso contra quien la ley ha erigido como deudor solidario de esa obligación.
En cambio, si fue el contratante quien debió pagar total o parcialmenteel cré-
dito laboral al trabajador, estará legitimado para repetir del obligado principal la
totalidad de lo abonado (conf. art. 841, CCCN).
Por último, si ei empleador fuera insoivente y hubiere varios deudores sofida-
rior jndirectos, la responsabilidad deber4 distribuirse entre todos éstos (conf. art.
842, CCCN),estándose a lo pactado si la situacidn se hubiere previsto.
En cuanto a la cosa juzgada, rige el principio general establecido en el art. 832
del CCCN, que determina que la misma no esoponible a los codeudores que fueron
parte en el juicio, los cuales pueden, sin embargo, invocarla contra el coacreedor
que sí fue parleen iacausa cuando nose funde en circunstanciaspersonalesdelco-
deudor demandado. Es decir, los efectos de la cosa juzgado se expanden a tos co-
deudores en la medida del beneficio (esto ES,cuando la cosa juzgada los favorece)
y Únicamente contra el coacreedor que intervino en el iitigio.

9 43. Pluriempleador
a) Conceptualización

€1 art. 26, de fa LCTregula al empleador, y en una redacciónque a esta altura de


las relacionespodernosconsiderar al menos arcaica, señala que: "Se considera'ern-
pleador' a la persona Tísica o conjunto de ellas, o jurídica, tenga o no personalidad
jurídica propia, que requiera iosservicios de un trabajador",
Adviértase que, según se desprende de la exégesis del articulo, ia existencia de
un pluriempkador sólo podría canfigurarse cuando hay una pluralidad de perso-
nas físicas,
Sin embargo, con la mutación del paradigma organización de la empresa, que
llevó a un cambio en la forma de dirección y organizacion empresarial,es habitual
en la actualidad que un trabajador se encuentre vincutado por un contrato de tra-
bajo con una pluralidad de personas jurídicas, en una única reiación laborai. Es
decir, que el trabajador presta servicios para un empleador complejo, empleador
plural o pluriempleador.Conviene diferenciar estasituaciónde la del.pluriempleo,
que es definido por el diccionario de la lengua española como la situación social
caracterizada por el desernpefio de varios cargos, empleos, oficios, etcétera, por la
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
"-

misma persona. En este caso, no se descarta la existencia de distintos contrat


trabajo para diferentes empleadores. En cambio, se vuelve a repetir, en el su
tó del pluriernpleador hay una sola relación laboral con varias personas fí
jurídicas, o ambas.
Cornagtia destaca el rico art. 26 de la LCTque define al ernpleador rnúlti
que obliga a no considerar dogmaticamente los arts. 5" y 6"de ese cuerpo no
tivo. El contrato de trabajo tiene par sujeto al empleador y éste, a partir del p
pio de primacía de la realidad, encuentra que el art. 26 preve que ese sujeto
den rerlo múltiptes personas físicas o jurídicas, lo que hace que la asociación de las
mismas las relaciones solidariamente. Quienes se asocian para la apropiación, de-
ben responder en conjunto y solidariamente por ello y a partir del principio de aje-
nización de los trabajadores del riesgo de la empresa75.
Por su parte, Raso Delgue indica que en la moderna organizacitin del trabajo
aparece cada vez con mas frecuencia la siguiente situación: una pluralidad de em-
pteadores-independientesy separados-, quese benefician en forma conjunta de
la prestación de trabajo. tos anglosajones hablan de joint- employed o empleador
conjunto, en nuestra doctrinayjurisprudenciaseempiean lasexpresiones"ernplea-
dorcomplejo", "empleador múltiple", "ernpleador plural". Castelloexpresaque la
figura del empleadorcompiejo esafín pero distinta a la del conjuntoeconómico: !a
noción se aplica en casos en que existe una pluralidad de empresas que organizan,
dirigen yse benefician simultáneamente de tos beneficios de un trabajador, pero
que --a diferencia del conjunto econ0mico- carecen de lazos de dependencia
entre sí y no están sometidas a un mismo centro de dirección. Sotelo entiende que
la expresión empleador complejo refleja Ia idea de una empresa de estructura com-
pleja. Fa noción de empleador complejo -agrega-no es una figura residual, sino
que ec abarcativa de las diversas expresionesdeconcentración empresaria I7f'.
En la jurisprudencia de Estados Unidos, paicque por su situación hegemónicaen
el contexto global es sede de numerosas empresas "cabezas de red", se debate
cada vez con mas frecuencia los conceptos de joint-employment y joint-Empoyer
para referirse al trabajo realizado por dos o mas empleadores, La jurisprudencia
norteamericana ha avanzado en las formas de detectar la coexistencia de emplea-
dores y su conclusión es que cada co-empleadores respansable de la totalidad de
las obligaciones laborales.
Con respecto al ernpleador piural, jurisprudenciaimente se ha señalado que:
"En el caso, la figura del empleador se integraba con las empresas del grupo Orí-
genes y el Banco Rio de la Plata. Los actoresademasde ser promotoresde Orígenes

75 Cornag'lia, Tras /a bruma de /a tercerizaciijn, a responsabilidad de /a empresa. La jurispru-


dencíadeia CSJNenmateriadesolidaridad/abora¡, DI,afio LXX, n07,jul. 2010, p. 1701 ysiguientes.
Raso Delgue, La contratación atipica del trabajo, 2" ed., p. 274.
362 Ricardo D.Mierrezuelo - Pedro E I V U ~ ~
-m -----~---- - . - - . - / - -

AFJP vendían los productos del Banco Río de la Plata y eran supervisados por un
mismo personal jerárquico comun a ambas organizaciones, repartiendosu jorna-
da de trabajo entre sus tareas para ambassociedades.En casos como el citado, con
desempeño simultáneo en el mismo horario y lugar para varias empresas pertene-
cientes al mismo grupo económico, cabe conciuir sobre la existencia de una Unica
reiacidn iaborai can un empreador plural, constituido por todas las empresas que
integran ef grupo, de manera que el trabajador no puede pretender de cada una
de ellas el salario íntegro de convenio (del voto del doctor Guisacf~)"~~,
También se ha estabIecido que: "No cabe soslayar que la falta de registro del
contrato de trabajo se torna significativa en la determinacián del sujeto emplea-
doryque, a taf fin, cabe remitirsea la nocidnsucinla que brinda el art,26de la LCT,
en Tanto permite identificarlo como aquel que "requiera los cerviciac de! trabaja-
dor", ya sea que se trate de una persona física o conjunto de elias, o jurídicas que
tenga o no, personalidadjurídica propia. Se trataría de una única prectacióndeser-
vicios, ya sea en forma conjunta, sucesiva o alternada, respecto de los integrantes
de un empteador pluripersonal, y siendo as!, ef trabajador puede reciamar la tota-
lidad de su crédito indistintamentea cualquiera de ellos (art. 26, LC?')"~~.
Se ha dicho asimismo que: "Si bien la accionantesostuvoque Texrnec5.A. era ia
continuadora de KicobtexS.A., en los terminos del art. 228 de la LCT, de la inforrna-
ción recaudada en la causa, no se verificó una transferencia de establecimiento ni
de personal, sino la existencia de un grupo de interés ecanómico, es decir como un
conjunto de empresas, forma! y aparentemente independientes,que están entre-
lazadas recíprocamente,formando un todo, ya que respondena un mismo interés.
Ello, porque existe una unidad en el fondo, bajo la forma de pluralidad de perso-
nas, aparentemente distintas yío autónomas. Luego, por e! principio de primacía
de la realidad, fas sociedades juridicamente independientes, en realidad actuaron
coma una unidad económica, que se asimila a una sola empresa; esdecir, las empre-
sas codemandadas, conformaron un conjunta económico, y en dicha calidad, ac-
tuaron en forma indistinta como empleadoras de la accionante (art. 2 6 , 1 ~ 7 ) ' ) " ~ ~ .
También se ha dicho que: "Debe acogerse la pretensión del accionante de ex-
tender la condena a los co-accionados Enrique Rahr y Javier Daniel Ben Rohr que
junto con ia condenada FabianaJudith Rohr como empkadoresejercíanalternati-
vamente el poder de dirección de la unidadtécnica de ejecución que se denornina-
ba 'Estudio Rohr y asociados' en la que prestaba servicios el reclamante. La situa-

77
CNAT, Cala IV, 3113109, "Contreras, Luis Angel c. Banco Río de fa Plata S.A. y otro siDespi-
do", Boletín Mensual de lurisprudencia de ia CIVAT, no289, Oficina de Jurisprudencia, abr. 2009.
78 CNAT, Sala V111, '13112111, "Silva, Mariela Giseiac. Serebrinski, Aiberto Mario y otro $/Des-
pido, en intrünet.pjn.gov.ar.
7 9 CNAT, Sala lli,271311 3, "Ayala García, Aydee c. Kicorex y otr~ssiDespido",en intranet.pjn.
gov.ar.
sponsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 363
-- -.-

n cae dentro del art. 26 de la LCT, es decir que es un conjunto de personas físicas
e actúan como empleadores, constituyendo un emprendimientocomOn -Estu-
Rohr y asociados-, con espacio común para el desarrollo de su actividad, gas-
y caja compartida, sin que signifique un obstáculo atendible que se llevara a
o la gestión a través de una división del trabajo que quienes ejercian el poder
ernpleador disponiana fin de atender los requerimientos de los clientes. En esa
teligencia, ios co-accionadosEnrique Rohr y Javier Daniel Ben Rohr deberán res-
nder soiidariamente frente ai crédito reconocidoa favor del actor"80.
Recientemente, se ha sostenido: "Corresponde responsabilizar en forma sali-
ria a ambas codemandadas en tanto revistieron el carácter de empleadoras en
S términos del art. 26 de ia LCT, puesto que, si bien la sociedad extranjera, cuya
íal en Argentina era la empleadora de las actoras, cesó su actividad comercial
bido a que perdió la unidad productiva luego de un proceso concursal, iastra-
jadoras continuaron realizando tareas propias de esta última mis allá de la
cha en que tuvieron lugar los despidos masivos, lo que -no por casuatidad-
cedió luego de que la adjudicataria obtuviera la autorización por parte de la
arta deTrancporte para explotarservicios regulares internacionalesdetrans-
aéreo de pasajeros"81.
Una de las cuertiones que se debaten es cómo deben responder cada uno de los
integrantes de este ernpleador complejo, porque si bien la responsabilidad,en al-
gunos casosestá determinada por el ordenamientojuridico extra laboral (cupues-
tos de las agrupaciones de colaboración, las UTES y los consorcios de cooperaci6n
en el Código Civil y Comerciai), lo cierto es que corresponde adoptar una única so-
lución dentro del ordenamiento laboral.
Si bien hay quienes sostienen que a falta de disposición expresa que establezca
la solidaridad en el art. 26de la LCT, no cabría otra solución que concluir que la res-
ponsabilidad es simplemente mancomunada, lo cierta es que creemos que cada
uno de los integrantes debe responder solidariamente, Ello es así, porque si bien
no existe norma expresa alguna que establezca la solidaridad, fo cierto es que tal
circunstancia se infiere de la finalidad del ordenamiento jurídico laboral, que
intenta protegerelcr6ditodel trabajador. Si la LeydeContratodeTrabajohace res-
ponder a quien no es empleador en forma solidaria por ta totalidad del crédito la-
boral (conf. arts. 29 bis, 30,31,228 y 229, LCn, quien /o es no puede responder en
menor término. Noteseque, según el art. 828 del CCCN, nose exige que la solidari-
dad sea expresa, sino que surja inequívacamentede la ley, como sucede en esteca-
so, si se efectúa un anáiisis integral del ordenamiento iaboral

$0 CNAT, Sala IX, 2813112, "Cartoy, Javier Justo c. Rohr, iudith y otros sIDespido", Boletín de
Jurisprudencia de ia CNAT, no 325, sep. 2012.
CNAT, Sala 11, 281911 5, "Broggi, Magdalena Eulogia c. S.A. Viacao Area Ria-Grandense y
otrosslDespido". Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no 356,sep. 2015.
364 Ricardo D.Wierr~zuelo- Pedro E Muñej
---,- ----------
Pero aun cuando se entendiera que la obligacibn es simplemente mancomuna-
da, de tadas formas el trabajador podria dirigirsu accibn contra uno, variosotodos
los integrantes del empleador comptejo. Ello es así, por cuanto el Código Civii y Co
mercial, a diferencia del anterior, ya no regula específicamente las obligacione
mancomunadas, sino que e! art. 826 prevé que sus efectos se rigen par lo dispues
to en la Sección 6"del Capiiuio 3" según que su objeto sea divisibie o indivisible. Y
en este casó, consideramos que estamos frente a una obligación indivisible, ya que
cualquiera de tos integrantesde estesujeto plural puede demandarle al trabajador
la totalidad de la prestación laboral, y no en forma proporcional segUn la jornada
de trabajoy !a cantidad desujetos. Corno lógica consecuencia de tal circunstancia,
ei trabajador puede requerir ei pago de la totalidad de la deuda a cualquiera de los
integrantes del pfuriempleador. De ahí que nos encontremos frente a un supcies-
tos de indivisibilidad por imposibilidad material de dividir la prestación (conf. art.
815, inc. a, CCCN), y resulte aplicable el art. 816 del CCCN por ef cual el trabajador
podría exigirle la totalidad del pago a cualquiera de los deudores, o a todos ellos,
simuithnea y sucesivamente.
Desde el punto de vista jurisprudencia! existen fallos que condenan solidaria-
mente a cada uno de los sujetos integrantes, Así, se ha dicho que: "Ante el caso en
el cual dos personas juridicas han utilizado en forma conjunta e indistinta losservi-
cios de un trabajador, corresponde aplicar anaibgicarnente ia solución que can-
templa el art. 26 de la LCT(cuando actíran conjuntamente varias personas fisicas),
puesto que resulta evidente que dichas sociedades asumieron en forma conjunta
el rol de 'empleador' (pluripersonal) que describe la norma y las consecuencias de
su obrar como tal. No se trata de contratos diferentes ni de diferentes ernpleado-
res, sino de uno solo de carácter plural pues está integrado por dos personas jurl-
dicas y, como la totalidad del objeto de las obiigaciones laborales emergentes de
ese única vínculo puede ser reclamado por el trabajador insolidum acuaiquiera de
ellas, es indudable que deben responde en forma solidaria por !as obligaciones
emergentes del
Se ha sostenido asimismo que: "Si el trabajador se desempeR6 en calidad de
dependiente para un sujeto plural, indistintamente, no resulta necesario demos-
trar maniobras fraudulentasen tos términos del art. 31 de ia LCT,pues lo relevante
es ta participacidn en el ejercicio del poder de dirección y organización empresarial
unitario en aras de la satisfacción de un propio interés econ6rnico p r o d u ~ t i v o " ~ ~ .

82 CNAT, Sala il, 11/11/14, "Centurión, Marco Hilario y otroc. Prophos5.A. y otrosstDespido".
Boietin de Jurisprudencia de /a CNAT, no 348,nov. 2014.
83 CNAT, Sala VI, 10/3/59, "Vizcaino. Pablo A. c. Emernort S.A. y otros", en "Revista de Dere-
cho Laboral y Seguridad Social", no 15, ago. 2009, p. i362.
onsabilidadsolidariii en el contrato de trabajo 365
-- - -
arnbien se ha resuelto que: "El desempeño simuitaneo, en el mismo horario,
ra varias empresas pertenecientes al mismo grupo económico, setrata de una re-
n laboral única con un empleador plural, constituido por todas las empresas
tntegran el grupo, de manera que el trabajador no puede pretender, de cada
de ellas, el salario íntegro de! convenio"84.Asimismo, se indicó que: "Ambas
ciedades codernandadasdeben ser consideradas responsabIessolidarias respec-
de las obligaciones derivadas del despido del trabajador accionante, pues se
reditó que arnbasestabansocietariarnentevinculadas, que la administración de
rtacgerenciasceencontraba unificada y que aquél prestaba tareas en beneficio

b) Contratos asociativos
Ei nuevo Código Civil y Comercialen el Libro Tercero, Título IV, Capítulo 16 regu-
oscontratosasociativos,que antes se encontraban previstos en las leyes 19.550
6.005. El art. 1442 del CCCN prevé que las disposiciones de este capítulo se apli-
n a todo contrato de co/aboracion, de organización o participativo, con comuni-
d de fin, que no sea sociedad. Señala que a estos contratos no se les aplican las
rmas sobre la sociedad, no son, ni por medio de ellos se constituyen, personas
idicas, sociedades ni sujetos de derecho.
Siguiendo la regulación anterior, el Código Civil y Comercial no le asigna a este
tipo de contratación el carácter de sujeto de derecho, sin advertir que, muchasve-
cesla realidad nos demuestra queestasagrupacionesactúan como verdaderas per-
sonas jurídicas, al tener patrimonio y responsabilidaddiferenciada de cada uno de
los integrantes, y únicamente no cuentan con personalidadjurídica propia, por la
ncilla razón que el ordenamiento jurídico se la deniega. Volveremos sobre este
nto al analizar especificamente la situaci8n de las UT.
Ef Capitulo mencionado regula como contratos asociativos los negocjos en for-
mación, las agrupaciones de colaboraci6n, las uniones transitorias y los conrorcios
de cooperación. De ellos nos referiremos a los tres ÚItimos, portener una inciden-
cia directa en la temática abordada en el presente libro.

1 - Agrupacianesde colaboración
El art. 1453 las define estableciendo que hay contrato de agrupación de cola-
boracióncuandolas partesestablecen una organización comdn con la finalidad de

CNAT, Sala IV, 27/2/08, "Gafván Estigarribia, Anibai Rornán c. HSBC Bank Argentina S.A.",
DT, alío LXVIII, noVIII,ago. 2008, p. 910.
85 CNAT, Saia Vlt, 30/4/10, "Arias, Martín Diego c. Aroma Café S.A. y otro", DT, año LXX, no7,
ji~l.2010,p.1791.
366 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Múñez
L
--,- ---,-----5--i5--i5--i

facilitar o desarrollar determinadas fases de ta actividad de sus miembros o de per-


feccionar o incrementar el resultado de tales actividades.
Las agrupaciones de colaboración revisten carácter esencialmente mutualisti-
co, pues tienden a establecer una organización común entre los sujetos consorcia-
dos para facilitar determinadas fases u operaciones propias de la actividad empre-
sarial de ellos. En cambio, las Uniones Transitorias tienen por objeto el desarrollo o
ejecución de una obra, servici~o suministro concreto a favor de un tercero deno-
minado comitente8<El art. 1454del CCCNestabtece que las agrupacionesde cola-
boracion no pueden perseguir fin de lucro, y las ventajas económicas que genera
su actividad deben recaer directamente en el patrimonio de las partes agrupadas
o consorciadas. Tampoco la agrupación puede ejercer funciones de dirección sobre
la actividad de sus miembros.
El contrato debeser otorgado por instrumento púbiico o privado con firma cer-
tificada notarialmente y se debe inscribir en el Registro Público que corresponda
(conf.art. 1455,CCCIV). La duración no podrá exceder dediez anos (conf. art. 1455,
inc. b, CCCN).
Las resoluciones relativas a la realización del objeto de la agrupación se adop-
tarán por el voto de la mayoría absoluta de las participantes, salvo disposicióncon-
traria de! contrato fconf.art. 1456, CCCN).
De conformidad con el art. 1457del CCCN, la dirección y administraciOndebees-
tar a cargo de una o más personas humanas designadas en el contrato, o poste-
riormente por resolución de los participantes, siendo aplicab!es las reglas de! man-
dato. En caco de ser varios los administradores, si nada se dice en el contrata pue-
den actuar indistintamente.
El contrato debe contener las obligaciones asumidas por los participantes, las
contribuciones debidas al fondo común operativoy !os modos de financiar !as acti-
vidades comunes (conf. art. 1455, inc. f, o.
Las contribuciones de los partici-
pan%%y los bienes que con ellas se adquieran, constituyen el fondo corniin apera-
tivo de la agrupación. Durante el término estabiecido para su duración, se rnan-
tendrá indiviso este patrimonio sobre ei que no pueden hacer valer su derecho los
acreedores particulares de los participantes (conf. art. 1458, CCCN).
Losparticipantesrespondenilimitada ysolidariamente respectode terceros por
las obligacionesque sus representantes asuman en nombre be la agrupación, que-
dando la acción expedita despues de haberse interpelado infructuosamente al ad-
ministrador de la agrupación. El demandado por cumpiimiento de fa obligaci6n
tiene derecho a oponer las defensas personales y las cornunesque correspondan a
la agrupación. El participante representado responde solidariamente con el fondo
común operativo por las obligaciones que los representantes hayan asumido en

86 NNissen, Curso de derecho sbcietario, p. 589.


esponsabiiidadsolidaria en el contrato de trabajo 367
p+.
"p-
.p"
.-F

representaciónde un participan-te,haciéndolo saber al tercero al tiempo de obli-


garse (conf. art. 1459, CCCN).
Es decir, que en lo que se refierea la responsabiiidadde las agrupaciones de co-
aboración, cada persona fisica o sociedad que ia integre deberá responder perso-
almente por lasobligacioneslaboraiesy de Iaseguridadsocial, Cuando se tratede
rabajadores contratados para la adrninistracitinde la agrupación todos los parti-
ipantes responderán en forma solidaria e ilimitada, siempre ycuando fasobliga-
ciones hubieransido asumidas por los representantesennombre de la agrupación
y previa interpelación en forma infructuosa que se le formule al administrador. Un
supuesto particular se genera cuando el representantehubiera celebrado un con-
trato de trabajo por cuenta de uno de los participes, y lo hubiera hecho saber a l
tiempo de obligarse, pues en ese caso, este deberá responder frente al trabajador
solidariamente con el fondo común operativo.

2 La responsabilidadlaboral de lasunionestrarisitoria~~~
1 - Reguiación legal de la unión transitoria
Las uniones transitorias encuentran reguladas en los arts. 1463 a 1469 del
CCCN.Anteriormenteestaban previstas en el Capitulo lll de la LSC, bajo el título de
"Contratos de coiaboraciónempresaria", que fuera introducidoen 1983 por la ley
22.903.
El fenómeno de Ia agrupación empresaria responde a las necesidades de un
mercado cada vez mas competitivo, y asi como en un principio el hombre creó a la
sociedad para unir voluntades y potenciar recursos, estas han debido agruparse de
distinta manera para el cumplimientode sus objetivos88.
En el Derecho extranjero, los antecedentes inmediatos de las uniones transito-
riasde empresas los encontrarnosen iosjoint venturedel Derechosajón, en la agru-
pacián temporaria de empresas (aggruppamento temporanea di imprese) regu-
lada por la iey italiana 584177;~por su denominacián ysimilitud regutatoria, en las
uniones temporales de empresa del Derecho espa fiol, creadas por la ley 196163.
El art. 1463 del CCCN la conceptuaiiza diciendo que hay contrato de unián tran-
sitoria cuando las partesse reUnen para el desarrollo o ejecución de obras, servicios
osurninistrosconcre.tos, dentro0 fuera de la Republica; pudiendodesarrollar oeje-
cutar las obras y servicios comptementariosy accesorios al objeto principal.
Tienen naturaleza contractual y no constituyensociedades ni son sujetos de de-
recho.

87 Conf. Ferreirós - Hierrezuelo, La responsabilidadlaboraldela unión transitoria de empre-


sas, en "Revista de Derecho Laboral y Seguridad Social", no 1, ene. 2006, p. 1 ysiguientes.
8a Conf. Guyenot: - Kleidermacher, Lasagrupamientos ernpresariosy de colaboracidn, p. 17.
Ricardo D.Nierrezuelo - Pedro E AfÚRez
368
-.-~--~-- .- -
Sin embargo, fa carencia de personalidad juridicaB9ha sido reiteradamente
cuestionada por la doctrina, y hasta el más Afta Tribunal lo ha consideradosujeto
de derecho en materia tributaria. Para D'caegui, esta declaracibn no parece com-
patibilizarse con la existencia de un fondo común; la concreta posibilidad de dis-
tribuir ganancias, que no veda el fin de lucro; una gesti0n común; y la affectia
societaf.isgO,Por su parte, Verón entiendeque por mas terminanteque sea la expre.
sion utijizada por ia norma, la reafidad asociacional puede, sin titubeos, sobrepa-
sar la imperatividad de la norma, y constituirse una especie de saciedad (llámese
comose llame, "an6mala", "regular" o "irregular"), más que una suertede conve-
nio o contrato innominado o circunstancizilgl.
La Corte Suprema, en !a causa "IBM Argentina S.A. c. DGI s/Dirección General
Impositiva", del 4 de rnarzode2003, le atribuyó el carácter de sujeto de derecha en
materia tributarla, basándose en el principiode realidadeconómica.Se trataba de
una acción de repetición promovida por 1BM Argentina contra la DGI, poriassurnas
pagadas al organismo recaudador a raiz de Ici intirnacíbn que este le había efec-
tuado por considerar improcedenteelcómputo de ciertas retencionesen susdecla-
raciones juradas de Impuesto al Valor Agregado; las que habían sido efectuadas
por la DGI en su condición de contratante y agente de retencibn cn pagos por eHa
realizados a la unión transitoria de empresas (UTE) constituida entre IBM y Banei-
co S.A. La Corte Suprema sostuvo que: "en el campo del Derecho tributario tales
agrupamientos empresarios tienen aptitud para revestir la calidad de contribu-
yentes (conf. art. So de la ley 14.683 y, en particular, en lo referente al Impuesto al
Valor Agregado, an. 4", párr. 2" de ia ley 23.349)" (véase consid. 5"). Agrego que:
"Constituida entonces la unión transitoria de empresas con la especifica finaiidad
de cumplir e! objeto de ese contrato, resulta evidente que las prestaciones realiza-
das en el marco de dicha contratación son atribuibles írnpositivarnente a dicho
agrupamiento. No pueden las empresas proceder como si aquél no existiera, atri-
buyéndose cada una la realizacibnde los hechos gravados, y computando a las re-
tenciones efectuadas a la UT coma propias en una determinada proporción cuan-
do ellas mismas constituyeron ese agrupamiento para poder obtener la contrata-
ción" (véase consid. 7").Finalmente, recolvi0 que: "En consecuencia, más a116 de la
posición adoptada por la ackora, derivada de su errónea consideración de que el
hecha irnponible se produjo en cabeza de ella y no de la UTE, lo cierto es que la rea-
lidad económica (art. l*, ley 2 l.683),según ha sido apreciada por la misma Direc-
ción General tmpositiva, indica que hubo una transferencia de los créditos resui-

89 En estose asemeja al consorcio de Brasil, prevista eri la ley 6404176, en el que no son con-
sideradossujetos de derecho y no se presume la soiidarjdad de sus integrantes.
90 Otaegui, De los contratos de roiaboracion empresaria, RDCO,1983-886 y 887.
9' VerOn, sociedades comerciales, t. 4, ps. 867 y 868.
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 3 69
-

tes de las retenciones practicadas a ese agrupamiento empresario a favor de


una de las sociedader que lo componen" (véase consid. 15).
n embargo, y aun cuando la mayoría de la doctrina, frente a ios claros térmi-
del art. 377 de la LSC(hoy art. 1467, CCCN), le había negadoe! carácter de suje-
e derecho a la unión transitoria, no dudaban en asignárselocuandose pradu-
una exorbitación de los limitesoperativos del contrato celebrado y, en la practi-
,actuaban y actúan como un sujeto distinta de cada uno de los miembros que la
mponen. En este sentido, Richard señala que las zonas grises generadas en el
recha argentino al asociacionisrnodesegundogrado, a tosriesgosde formalizar
egocios de participación atipicos, ha hecho que muchos contratantes exorbiten
S Iímitesoperativos de los contratos de UT, procediendoa actuar como sujetos de
echo, registrando bienes a nombre del agrupamiento de colaboración ernpre-
ia en vez de a nombre de los participes como propiedad en mano común some-
tida a la funcionalidad del contrato, o a otorgar factura por la unión transitoria de
presas en vez de en representaciande los participes. Indica que la "personifica-
n" irnpositiva de ta UT acaece por atipicidad funcional y exorbitacion de ba
representaciónde las partícipesy su aceptación generaría la existencia de un suje-
to societerio atípico, actuante cama sociedad (devenida) de hechog2.
AelIo habría que agregarle un dato curioso a este tipo de agrupaciones y esque
arte de la doctrina entiende que, mientras no SE! inscriban en el Registro Publico
ue corresponda, deben considerarse sociedades de hecho y, por ende, con persa-
nalidadjurídica, status jurídico que pierden ai proceder a la inscripción; salvo que,
como se señaió anteriormente, exorbiten los límites del acuerdo celebrado,
Aiguna jurisprudencia le ha asignado, aunque sin decirlo expresamente el ca-
rácter de sujeto de derecho, a l disponer: "El servicio de vigiiancia prestado a una
UTE encargada de ejecutar un obrador en una ruta provincial resufta indispensa-
ble para el cumptimiento de su actividad normal y específica. De modo que, aun
cuando la UTsegun el art. 377 de la ley 19.550 no es un sujeto de derecho, sí consti-
tuye un centro de impuración de normas, por lo que resulta solidariamente res-
ponsable junto con la empresa de vigilancia empleadora del trabajador, en los tkr-
minas del ar.t. 30 de la LCT" 93.
La finalidad de la unión transitoria consiste en reunirse para e! desarrollo o eje-
cución de una obra, servicio o suministro concreto, dentro o fuera del territorio de
la Repirblica,pudiendo desarrollar o ejecutariasobrasyservicioscompIementarios
y accesorios a l objeto principal. En este sentido, ce alejan de las agrupaciones de

92 Richard, Unitin transitoria de empresas, jsujeto de derecho?, LL, "Derecho Tributario",


2003-111-471.
93 CNAT, Sala Iil, 28/6/12, "FaicOn, Roque c. Previniendo S.A. y otros 5lDespido", en intra-
netpjn.gov,ar.
Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núñez

colaboraciónque revisten carácter esencialmente mutualista, pues tienden a esta-


blecer una organización comiin entre lossujetosconsorciados para facilitar deter-
minadas fases u operaciones propias de su actividad empresaria.
En cambio, la Unión Transitoria tiene por objeto la realización de grandes ern-
prendimientos de infraestructuras o tecnoliigicos (represas hidroeléctricas, obras
viales, comunicaciones, etcétera), que es muchas veces requeridoen las condiciones
insertas en el pliego de licitación de la obra a realizar. Las modalidades de la inte-
gración o coordinación dependen de Ias características de la obra a construir, pu-
diendc ser vertical u horizontal.Será vertical cuando el objeta de la prestación sea
tal de no poder ser cumplida sin la coordinación de actividades diversar, no homo-
géneas, si bien funcionatrnente coherentes. En cambio, será horizontal, cuando el
operar en forma conjunta no este condicionado por las particulares técnicas de ta
obra, sino más bien por su aspecto dimensional, por exceder las capacidades o dis-
ponibifidades de empresas operantes en forma auttinornag4.

Ei contratose debe otorgar por instrumento público o privado con firma certi-
ficada notarialmente, que debe contener:
a) El objeto, con determinación concreta de las actividades y los medios para
su realización.
b) La duración, que debe ser igual a la de la obra, servicio o suministro que
constituye el objeto.
E) La denominación, que debeser la de alguno, algunosotodos los miembros,
seguida de la expresiiin "uniOn transitoriat1.
d) El nombre, razón social o denominación, el domicilio y, si !os tiene, losdatos
de la inscripción registra1 del contrato o estatuto o de la rnatriculaci6n o
individualizaciónque corresponde a cada uno de los miembros. En el caso
de sociedades, la relación de fa resolución de! órgano social que aprueba la
celebración de la unión transitoria, su fecha y número de acta.
e) La constituci6n de un domicilio especial para todos los efectos que deriven
del contrato, tanto entre partes como respecto de terceros.
f) Las obligaciones asumidas, las contribucionesdebidasal fondo común ope-
rativo y los modos de financiar las actividades comunes en su caso.
g) E! nombre y el domicilio del representante, que puede ser persona humani:
o juridica.
h) El metodo para determinar la participaci8n de las partes en la distribución
de las ingresos y la asunción de iosgastosde la unión o, en su caso, de los re-
sultados.

9"~t~lfi, Ei contrato iinternacionaide "j0in.t.venture", cit. por Veron, Sociedades comercia-


les, t. 4, p. 948.
~espansabilidadsolidariaen el contrato de trabajo 37 1
"- ".---.'.- ""-&

I Los supuestos de separación y exclusián de los miembros y las causates de


extincibn del contrato.
fi Los requisitosde admisión de nuevos miembros.
k} Las sanciones por incumplimiento de obligaciones.
i) Las normas para la elaboración de losestadosdesituaci8n, a cuyo efecto los
administradores deben llevar, con las formalidades establecidas en el art.
320 y SS.,tos libros exigibles y habilitados a nombre de la unión transitoria
que requieran la naturaleza e importancia de !a actividad comiin.

El art. 1455 del CCCN, al igual que el anterior art. 379 de la LSC prevé que el
representantetendra ioc poderes suficientes de todos y de cada uno de los rniern-
bros para ejercer los derechos y contraer las obligacionesque hicieren ai desarrollo
o ejecución de la obra, servicio o suministro. Cabedestacar, que los representantes
no lo son del contrato, sino de 10s partícipes (de todos y cada uno de los miembros)
n negocios que tengan por causa la funcionalidad del mismo, estando en ptesen-
ia de un mandato representativog5.
En materia de responsabilidad, a diferencia de lo que acontece con las agrupa-
iones de colaboración, donde la misma es ilimitada y solidaria; en la unióntransito-
ria, el 1467 del CCCN, siguiendo a su antecesor (art. 381,LSCj establece que, salvo
isposición encontrario del contrato, nose presume iasolidaridaddelosmiembros
por losactosyoperacionesquedeban desarrollar o ejecutar, ni por lasobligaciones
contraídas frente a terceros. La distinta solución, que se encontraba plasmada en
la Exposición de Motivos de la ley 22.903, encuentra fundamento en el carácter
transitorio de la relación y en que, en estos supuestos, de lo que se trata es básica-
mente de disponer de derechos y obtigacionesde lossujetos contratantes en rela-
ción ron la colaboración relativa a la obra o servicio tenido en vista y a la cual nor-
malmente sólo dedican una parte, de tiempo o de cantidad, de la actividad desa-
rrollada por cada una de las empresas reunidasg6.

II - Las criterios jurisprudenciaies en ma teria de trabajadores


contratados por la UT
Hasta no hace mucho tiempo, existían en la jurisprudencia dos posturas en rela-
ción con los trabajadores que prestaban servicios en !a agrupación empresaria, se-
gúnfuerancontratadosporalguno~desusmiembrosoporel representantede la UT.
Para la primera postura, los integrantes de una UT no tenían responsabilidad
alguna respecto de las obligaciones laborales, en la medida en que los trabajado-

95 Richard, Unián transitoria de empresas, ¿sujeto de derecho?, Lt, "Derecho Tributario",


2003-111-466.
96 Veron, Sociedader comerciales, t. 4, p. 961.
372 Ricardo D.ffierrezuelt, - Pedro E Núñer
+-..-,- .--' ,--,--'p. -.

res hubieran sido contratados por los miembros individualmente considerados y


no por el representante de la agrupacióng7.
En la segunda, cuando los dependientes eran contratados por el representante
para realizar tareas de utilidad comlrn o consorcia!, se consideraba que se debla
responder sóio por el fondo común operativoy no con el patrimonio individual de
cada miembro de la unión, en atención a dos razones, Primero, porque es una figu-
ra que se caracteriza por su transitoriedad, resuitándole inaplicable el art, 31 de la
tCT. Segundo, porque la solidaridad de las empresas por fas obligaciones contrai-
das frente a terceros no se presumeg8.En este sentido, se Iia sostenido que: "Si en-
tre las empresas demandadas se habia celebrado un contrato de Union Transitoria
de Empresas, contemplado en el art. 377 de la Ley de Sociedades, debe tenerse en
cuenta lo dispuesto por el I I ~381
. de Ia misma ley, según la cual, salvo disposiciánen
contrario de lo que emerja del contrato, no se presume la solidaridad de las empre-
sas por los actos y operaciones que deban desarrollar o ejecutar, ni por las obliga-
ciones contraidas frente a tercerosfrg9.
Sin embargo, dos Salas de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo,
resolvieron que cada uno de los integrantes de la Unión Transitoria deben respon-
der solidariamente por las obligacioneslaborales de los trabajadores contratados
por la agrupación empresaria. Así, la Sala X indicó que: "La limitación de la res-
ponsabilidad a que alude ia Ley de Sociedades no puede ser oponible a acreedores
protegidos como son los trabajadores, correspondiendo al juez aplicar el derecho

97 Véase entre otros, CNAT, Sala iV, 24/2103,"Caruso, María del C. c. Lime $.A, UTf y otros",
citados en Ferreirós - Hierrezuelo, la responsabilidad laboral de la unión transitoria de empresas,
en "Revista de Derecho Laboral y SeguridadSocial", no 1, ene. 2006, p. 1 y siguientes.
48 En doctrina, Martorell señala que en ninguna oportunidad deberán responder todas las
empresas y sociedades agrupadas por las obligaciones que individualmente tuviera cada una con
su plantilla de personal, porque elcardcrer degrupoaccidental propiodela unión repugna la apfi-
caci6n de la normativaque rige a lasempresas subordinadaso relaciones de la Ley de Contrato de
Trabajo y la solidaridad no se presume. Agrega que cuando se hubiera convenido con el adminis-
tradorqueeste establezca dentro desu propia estructuralosmedios necesariospara Ir! gestión del
proyecto común, y asume una posición simiiar a la de un operador o gestor a través de un contra-
to de managernent yloservicios auxiliares, si bien la UTdebera responder ante e! personal conrra-
tado par aquel para la operaioria cons,orcial con su fondo comiin operativo, tendr:, derecho de
repetir contra e/ primero lo abonado, siempre y cuando ello no repugne las previsionesdel conve-
niodeinanagement que hubieransido adoptadasen sentidocontrario(MartorelI, iosgruposeco-
nómicos y desociedades, p. 191).
99 CNAT, Sala V,28/12/01, "Shamme, Jorge c. Tom Ema S.A. y otros s/Despido"; Ídem, Sala iX,
31/10/00, "Etelechea, Emilio A. c, Huarie Sideco S.A. U.T.E. siAccidente iey 9688"; ídem, Sala I,
-
28/2/03, "Martin, Marcelo F. y otros c. Doid S.A. y otros", citados en Ferreirór; ~i&rezuelo,La res-
ponsabiiidadlaboraide la unión transitoria de empresas, en "Revista de Derecho Labora! y Segu-
ridad Social", no 1, ene. 2006, p. 1 ysiguientec.
Responsabilidadsolidaria en elcontrato de trabajo 373
-"--- "".*

ai caso concreto. Uno de los principios rectores del Derecho del trabajo es el priri-
cipio protectorio, al que se contrapone toda limitación en materia de solidaridad
que puedan pactar los interesadosen desmedro de los derechos de los trabajado-
res, a quienes les resultará inoponible, sin perjuicio de las acciones de reembolso
que pudieran existir. En consecuencia, los contratos de colaboraciOn empresaria y
las unionestransitorias de empresas (que no son sociedades, ni sujetos de derecho
-art. 377, LSC-) no pueden ser empieadores en los términos del art. 26 de la LCT,
porto que sus integrantes responden frente al dependiente (art. 378, incs. 6"y, '8
LSC) soiidariamente" Io0.
Por su parte, la Sala 111 sostuvo que cuando el trabajador formó parte de los me-
dios personales de la Unión Transitoria y los servicios que prestaba estaban enca-
minados a la concreción del objeto que determinó ese contrato de colaboración
empresaria, aun cuando una sola de las empresas apareciera formalmente romo
empleadora; debe considerarse que ambas sociedades actuaron como sujeto em-
pleador en los términos de los arts. 5"y 26 de la LCT. Se consjderó que, en atencion
a las particularidadesdel caso, ambas sociedades demandadas debían afrontar la
condena en forma so[idaria, no obstante que la ley 22.903 dispone que no existe
sotidaridadentre lassociedadesque integran ia UT(art.381, ley 19.550).Asimismo,
se tuvo en cuenta que ambas sociedadesactuaron como empleadorasy, por consi-
guiente, resultó inoponibIe al actor el contrato de colaboracibn empresaria que
~elebraron'~~.
Y la Sala IV, resolvio: "El art. 381 de la LSCestablece, al referirsea la responsabili-
dad de las empresas que integran la UT, que-salvo disposicidnen contrario-no se
presume ia solidaridadde las empresas por losactos y operacionesque deben desa-
rroIIar o ejecutar ni por las obligaciones contraídas frente a terceros. Sin embargo,
este principio general debe dejarse de lado cuando, como en el caso, está demos-
tradoqueeitrabajador form6 partede losmedios personalesde la UT, y losservicios
que prestaba estaban encaminados a la concreción del objeto que determino ese
contrato de colaboración empresaria. Desde tal orden, y visto que las sociedades
demandadas actuaron comosujeto empleador conforme los arts. 5"y 26 de la LCT
(empleadormúltiple) se concluye que ambasdeben responder soiidariamente" 'O2.

'O0 CNAT, Sala X, 12iZ2/03, "FitzMaurice, Marioc. Coconor SA UTEy otros", citados en Ferrei-
ros tlierrezuelo, La responsabilidad laboralde !a unidn transitoria de empresas, en "Revista de
DerechoCaboral y Seguridad Social", no1, ene. 2006, p. 1 ysiguientes.
'O1 CNAT, Sala 111,2617105, "Varone, Daniel N c. Cinarsa S.A. y otros";citadosen Ferreiros-Hie-
rrezueio, La responsabilídad laboral de la unicin transiíorja de empresas, en "Revista de Derecho
Laboral y Seguridad Social", no 1, ene. 2006, p. 1 y siguientes.
w2 CNAT, Sala lV, 26/4/11, "Estkvez, Rafael Albertoc. 513AU.T.E.yotross/Despido", en intra-
net.pjn.gov.ar.
374 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedp E IWúfi~r

Y la sala il resolvió: "Se trata de un caso en el cual varias personasjurídicas han


utilizado en forma conjunta e indistinta, los servicios de un trabajador por lo que,
aplicando analógicarnente la solución que contempla el art. 26 d e la LCT(cuando
actúan conjuntamente varias personasfísicas),es evidente que las integrantesde ia
UTasumieronen forma conjunta el rol de 'empIeadorf(pluripersonal)quedescribe
la norma y las consecuencias de su obrar como tal. No se trata de contratos diferen-
ter ni de varios empleadores, sino de uno colo de carácter plural pues está integra-
do por variossujetos-en el caso personasjurídicas- y, como la totalidad del obje-
t o de las obligaciones laborales emergentes de ese Unico vinculo puede ser recla-
mado por el trabajador in solidum a cualquiera de ellas, es indudable que todos
ellos deben responder en forma colidaria por ias obligaciones ernergenTes del cori-
trato'' Io3.
11 - Nuestra opinión

Desde nuestra perspectiva, hay que distinguir las distintas situaciones que se
pueden plantear según si el trabajador fue cohtratado por el administrador de ia
UT, o por algunos de sus miembros. No obstante ello, se impone destacar que en
materia laboral no rige el art, 1467 del CCCN, que regula la reiacióilentre los inte-
grantesde la UTcon los terceras que no sean trabajadores, pues en este caso, resuf-
ta apjicable la Ley de Contrato de Trabajo.
Si se trata de una Unión Transitoria que ha exorbitado los términos del contra-
to, y actúa como sujeto de derecho con autonomía e individualidaddiferenciada
de cada uno de los integrantes, deberá conciderarse que estamos en presencia de
una sociedad irreguiar y, en consecuencia, cada uno de los miembros deberá res-
ponder en forma solidaria e ilimitada por las obligaciones emergentesdel contra-
to de trabajo.
tos trabajadores que pertenecena cada una de las empresasque integranel gru-
po deben considerarse dependientes de la empresa para quien prestan servicios, y
será 6sta ta Unica que eventualmente deberá responder por las obligaciones iabo-
raies. Esta situacibn nose modifica aun cuando el trabajador realicetareas inheren-
tes ai contrato celebrado, es decir, de utilidad común o consorcial, pero s61o en la
medida en que cada uno de los integrantes efectúe trabajos diferenciados de los
otros y no existaconfusiónoperacionalni técnica. Endefinitiva, continuarándepen-
diendo de un iinicc ernpleador cuando los miembros se hubieran repartido las ta-
reas a curnpiir en la obra, lo que n ; es habitual en los grandes ernprendirnientos
(como cons~ruccioneshidroeléctricas ocomunicacionesf,dondese recurre general-
mente a la licitación. Si ia individualidad operacional no se mantiene (como sucede

'O3 CNAT, Sala 11,22/3/13, "Carrizo, Rene Rafael c. Cooperativa deTrabajo Gastronomia Apli-
cada L.T.D.A. ACTEA S.A. UTE y otro slDespido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de ia CNAT: no
330, mar. 2013.
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 375
--.- - - -m- . - - - -.

n la mayoría de los casos), se habrá producido una mutación del sujeto empleador
a partir de ese momento, ei trabajador pasará a tener tantos empleadores como
ersonac (fisicaso jurídicas) integren ia UT, como a continuaciónveremos.
nalmente, en relacion con los trabajadores contratados por el administrador
cumplircerviciosen!a agrupacibnde colaboración, consideramos que la posi-
n mayoritaria no armoniza con Iasdisposicionesdela Ley de ContratodeTraba-
En efecto, si la Unión Transitoria no es persona juridica ni sujeto de derecho, y
r ende, no puede adquirir derechos ni contraer obligaciones; es decir -y en lo
e a nosotros nos interesa-, no puede contratar.Ahora bien, la contratación que
el administrador realicese debe entender efectuada en beneficiode todoslos inte-
grantes de !a UTy ai trabajador en relacibn de dependencia con cada uno de ellos.
En consecuencia, estaamos en presencia de una pluralidad o conjunto de emplea-
dores, tal como prevé el art. 26 de la LCT, aunque por una omisión se lo limita sólo
a las personas físicas.
El punto neurálgico de la cuestián radica en determinar cómo debe responder
cada uno de ioc empleadores, Para Justo López-quien aplicaba analógicamente
el art. 1747 del CC,ley 340, sobre responsabilidadde los socíos de las sociedades ci-
vjles- deben responder en partes iguales, ya que !a solidaridad no se presume y
ebe ser expresada en términos inequívocos o impuesta,también en forma expre-
sa, por la ley. Este criterio, desde nuestro punto de vista, no se condice con el espí-
ritu, ni con tas previsiones de la Ley de Contrato de Trabajo.
Como señalamos anteriormente, si bien no existe una norma expresa que esta-
blezca ta solidaridad, lo cierto es esa norma se torna innecesaria cuando existen
otras que imponen la solidaridad a terceras personas que no revisten e! status jurí-
co de empleador. Si la ley, con ei finde garantizar eI créditodel trabajador, impu-
so que determinadas personas -pese a no ser empleadoras-debian actuar como
garantes de los derechos del dependiente, al menosel ernpleador debe responder
en esos mismos términos, esto es, por la totaiidad de las obligaciones contraídas
por la pluralidad de sujetos. De lo contrario, llegaríamosal absurdo de que frente
a una pluralidad de ernpleadores contratistas integrantes de una UT, éstofideberian
responder sola por la parte que le corresponde, mientrasque el contratante, que
no es empleadar, debería responder en forma solidaria por la totalidad del crédito
del trabajador. Dicha en otros t4rrninos, seria el único caso en que una persona que
no es empleador, estaría en peorescondicionesdequien ioes, debiendo responder
por la totalidad de l a deuda; mientrasque cada uno de los empleadores, sólo debe-
ría hacerlo por la parte, circunstancia que no resiste el menor anilisis,

i
3 - Consorcios de cooperaci6n
El art. 1470 del CCCN de define sosteniendo que hay contrato de consorcio de
cooperaci6n cuando las partes establecen una organización común para facilitar,
376 Ricardo D,ffierrezuelo- Pedro E IVdñez
-,- ,-.--- -,-,-"-

desarroilar, incrementar o concretar operaciones relacionadascon la actividad eco-


nómica de sus miembros a fin de mejorar o acrecentar sus resultados.
Al igual que las agrupaciones de cotaborarión, los consorcios de cooperaci6nno
pueden ejercer funciones de dirección o control sobre la actividad de sus miembros.
El contrato debe otorgarse por instrumento público o privado con firrnacet-tifi-
cada notarialmente, e inscribirse en ei Registro Público que corresponda.

De contener los siguientes datos:


a) E l nombre y datos personales de los miembros individuales, y en el caso de
personas jurídicas, el nombre, denominación, domicilio y, si las tiene, d a t ~ s
de inscripcióndel contrato o estatutosocialde cada uno de los participarites.
Las personas juridicas, ademds, deben consignar la fecha del acta y, ia men-
ción del órgano social que aprueba la participación en el consorcio.
6 ) €1 objeto del consorcio.
c} El plazo de duración del contrato.
d) La denominación, quese forma con un nombre de fantasía integrado con la
leyenda "Consarcio de coaperación".
e) La constitución de un domicilio especial para todos los efectos que deriven
del contrato, tanto respecto de las partes como con relación a terceros.
fl La constitución del fondo comúnoperativoy la determinación desu monto,
asi como la participación que cada parte asume en el mismo, incluyéndose
la forma de su actualizacitin o aumento en su caco.
g) Las obligacionesy derechos que pactan los integrantes.
h) La participacibn de cada contratante en la inversión del o de los proyectos
del consorcio, si existen, y la proporcibn en que cada uno participa de tos
resultados.
í} La proporción en que los participantesse responsabilizanpor las obligacio-
nes que asumen los representante en su nombre.
fi Las formas y ámbitos de adopción de decisiones para el cumplimiento del
objeto. Debe preverse la obligatoriedad de celebrar reunión para tratar los
temas relacionadoscon tos negocios propios del objeto cuando así to solici-
ta cualquiera de los participantes por s i a par representante. Las resolucio-
nesse adoptan por rnayo'ria absoluta de las partes, excepto que el contrato
de constitución disponga otra forma de cómputo,
k) La determinación del número de representantes del consorcio, nombre, do-
micilio y demds datos personales, forma de elección y de sustitución, asi co-
mosusfacultades,poderesy, en caso deque la representaciónsea plural, for-
mas de actuación. En caso de renuncia, incapacidad o revocaciónde rnanda-
to, el nuevo representantese designa por mayoría absoluta de los miembros,
ansabilidad solidaria en el contrato de trabajo 377
___"-^ ----_
-_
-/. -
excepto disposición en contrario del contrato. Igual mecanismo se debe re-
querir para autorizar la sustituciánde poder.
Las mayorías necesarias para la modificacián del contrato constitutivo. En
caco de silencio, se requiere unanimidad.
) Las formasde tratamientoy lasmayorías para decidir la exclusiOn y la admi-
sión de nuevos participantes. En caso de silencio, la admisión de nuevos
miembros requiere unanimidad,
) Las sanciones por incumplimientosde Ios miembrosy representantes.
j Las causales de extinción de! contrato y Ias formas de liquidación del con-

o) Una fecha anual para el tratamiento del estado de situaci~npatrimonial


por los miembros del consorcio.
p) La constitución del fondo operativo, el cual debe permanecer indiviso por
todo e i plazo de duración del consorcio.

En materia de responsabilidad, el art. 1477 establece que el contrato puede


tablecer la proporción en que cada míembro responde por las obligacionesasu-
idas en nombre del consorcio, pero en caso de silencio todos los miembros son
lidariamente responsables.
Cabe sehalar que en materia laboral rigen las mismas consideraciones efectua-
das precedentemente,por lo que a nuestroentender, tratándose de un supuesto de
pluriernpleador, cada uno de los integrantes responde solidariamente por las obii-
ciones emergentes del contrato de trabajoy de !a seguridad social, con indepen-
ncia de lo que establezca el contrato respecto a la responsabilidadde cada uno.
Capitulo VI11
Responsabilidad de loa socios, ~PTBC~OP~I;,
gerentes y administradereo
de sociedades come~iales
-

A - La persona jurídica y la limitación.


Teoría de la desestimacibn de la personalidad jurídica

3 44. Introducción
Uno de los temas que más interbs ha despertado en los últimos tiempos es la
sibitidad de extender la responsabilidad en forma solidaria a personas diferen-
de lassociedadescomerciales empleadoras (aunque sean integrantesdeia mis-
a) cuando se verifican reclamos de trabajadores que han tenido una relación
aboral total o parcialmente irregular.
Esta línea argumentar la inici6 la jurisprudencia mediante la decicibn de la Cá-
mara Nacional de Apelaciones del Trabajo, al resolver en 7997, con dictamen favo-
rable del fiscal general Eduardo Aivarez, la extensiiin de la condena a los socios de
sociedades, aplicando el art. 54, párr. 3"de la ley 19.550 (reformada por ley 22,9031,
en lo5 autos "Deigadilla linares" l . Ai año siguiente, la misma Salaseexpidió en los
autos " D ~ q u e l s y "condenando
~ en forma solidaria a uno de los directores (en el
caso al presidentedel directorio), comenzado la polkmica sobre este punto que ha
divididos los distintos tribunales del país, así como también ha generado adhesio-
nes y críticas desde el punto de vista doctrinario.
El propósito de este Capitulo consiste justamente en analizar cada una de las
posicionesexistentes sobre este tema, para lo cual deberemos, en primer término,
estudiar el fenómeno de la personalidadjurídica y et tratamiento dado tanto por
el Código Civil como por la Ley de Sociedades Comerciales. Luego, examinaremos

* CNAT, Salalii, 11/4/97, "DelgadilloLjnares,Adela c. Shatell S.A.stDespido", TySS, 1999-667.


CNAT, Sala 111, 12/2/98, "Duquelsy, Silviac. Fuar S. A. y otrosiDespidoU,TyS5, 1999-675.
380 Ricardo D.Hr'erreauelo- Pedro E Núñez
----e -.,1_1,---~

la teoría de fa desestimación de la personalidad jurídica, para finalmente detener-


nos en cada uno de los supuestos controvertidos.
Con respecto a este último punto, desde ya se impone diferenciar si la respon-
sabilidadse pretende extender a lossociosocontrolantes, por un lado, o a los admi-
nistradores-directores, gerentes-o representantes, por el otro; pues el sustrato
normativo difiere en uno y otro caso.

5 45. Persona jurídica


a ) Antecedentes

El reconocimiento de fa personalidad juridica de losentes ideales se remonta a


la antigüedad, aunque su conceptualizacidn tecnica y su regulación ncrmativa
recih haya operado en el siglo XIX.
Asi, los griegos llamaban persona a la mascara que utiiizaban 105 actores para
sus representaciones, detrás de la cual permanecía su verdadera personalidad,
dando paso al "personaje" quesurgía det uso del adminículo y de la ínterpretaci6n
que se hacia siguiendo al autor elegido3.
En Roma, la idea be la personalidad moral aparece recién en la época del irnpe-
rio, pues en sus orígenes solo los individuos humanos eran personas de derecho.
Aun cuando con anterioridad encontramos algunuc antecedentes (knaius pwpu-
lusque romanus -el Senado y pueblo romanos- y ficur-canasto- términos que
denotaban un concepto cotectivo), la idea de persona jurídica aparece por primera
vez delineada cuando las ciudades vencidas por Roma resultan, por raz6n de la de-
rrota, privadas de su soberanía y reducidas al jussingulorum o derecho de los parti-
culares, para !a gestión de los bienes que les quedaban; admitiéndose de esa forma
u n ente colectivo que actuaba en el derecho a la par de los ciudadanos, usando las
formas propias del comercio jurídico y compareciendo ante los jueces de acuerdo a
las reglas del procedimiento4.
El aporte del cristianismo fue fundamental, sobre todo al distinguir el concepto
de la igtesia como unidad orgánica, diferenciada de los fieles o miembros que la
integraban.
Durante la Edad Media nació la idea o concepción teórica de la persona juridi-
ca, aunque limitada a instituciones de Derecho pUblico (Iglesia, Estado, etctstera),
ya que las corporaciones necesitaban una previa autorizaci9n del rey para'erigirlas
como personas jurídicas.

? Ferrsirós, Responsabiiidadpenonal e iiimitada de gerentes, representantesy directores

desociedades comercialesporcréditosiaborales, en "Doctrina laboral Errepar", no 169, sep. 3999,


p. 700.
Ilambías, Tratado de derecho civil. Parte general, t. If, p. 9.
lidaria en el contrato de trabajo 381
-
.--

La exigencia de un acto de autoridad soberana conZinuó en el siglo XVI, cuando


ización en forma extendida, pues sólo podían intervenir en el
mercio exterior las corporaciones que contaran con una autorización expresa

Esta política se mantuvo en el antiguo Derecho francés hasta la Revolucibn


mieriza un proceso de repudioymarginación de todo loquese
pusiera a la libertad individual, enve las queseencontraban los entes colectivos.
De ahí que la noción de persona juridica se encontrara latente y relegada a un
ta el siglo XIX, en el cual, como consecuencia de[ auge del
o, producto de la revoiucion industrial, se produjo un notario
tes colectivos, motivadoen la necesidad de reunir capitales y
tización de emprendirnientus económicos que trascendieran

6) lVaturalezajurídica
Son tan complejas y variadas las teorías que intentaron explicar la naturaleza
es colectivos, que su análisis pormenorizado agoearia la pacien-
ia del lector y excedería el propósito de este trabajo.

Empero, en forma por demássucinta, yateniendonos a la clasificación efectua-


da por la doctrina mayoritaria, podemos dividirlas en:
a) Teoria de la ficción, para la cuai las personasjurídicas son meras creaciones
del legislador, que por una ficción legal se asemejan a la persona fisica.
6) 'Teoríasnega-iorias, las cuales desconocenla existencia del sujeto de derecho
colectivo, condenando la ficci~n.
: Teorías realistas, para las cuales la persona jurídica es una realidad social,
asentando su existencia en los miembros que la componen.
4 Teorías normativas, para Ias cüales la persona juridica es un instrumento de
técnica legislativa creado por ei Derecho.

1 - Teoria de la ficción
Esta teoría se remonta al Derecho romano, como vimos anteriormente, y luego
la encontrarnosen la doctrina de los caraonistas (especialmenteen la obra del Papa
Inocencia IV) y sus continuadores, los postglosadores, quienes dividen a las perso-
nas en naturales y fjctas.
Pero es Savigny el mayor expositor de esta teoria, el cual partiendo de la con-
cepción de{ derechosubjet¡va,define a la persona jurídica como el sujeto del clere-
cho de bienes creada artificialmente por la ley. Y los denomina personas jurídicas
porque solosonadmitidos para un objetode Derechoquequeda ubicadoen elsec-
tor patrimonial.
382 Ricardo D. Hierrestuelo - Pedro E Illúñez
-.--

Para este autor lascaracterís~ticas


mas importantes que poseen las personas jurí-
dicas son dos: derivan de una creaci6n artificial de la ley ygozan de una capacidad
puramente patrimonial5.

A esta concepción se le han formufado diversas objeciones, entre las cuales se


encuentran:
a) No dan una explicaciónsatisfactoria del fenómeno observado, esto es, de la
existencia de personas ideales en el campo del Derecho.
6 ) La voluntad no es elemento esenciai de la existencia del Derecho sino de sii
actuación, entra en la dinámica del Derecho, no en la estática, y hace al ejer-
cicio de los derechos y no a ';u goce.
c) No pueden explicar la existencia del Estado, al que consideran persona de
existencia natural y necesaria, para diferenciarla del resto de las personas
juridicas que tendrían una existencia artificial o voluntaria.
Este pensamientoconduce a consecuencias manifiestamente injustas, tales co-
mo:
a ) Falsea el sentido del reconocimientoestatal de fa personajurídica, ai que in-
terpreta como una creación exnihilo y camola concesión gratuita de un pri-
vilegio.
b) Cansiguientemente,atribuyea un arbitrioilimitadodef Estado laconcesión
de la personeríajurídica, faque esespecialmente ruinoso en materia de aso-
ciaciones.
c) Establece un divorcio entre la persona juridica y sus miembros y ofrece un
cuadro deficiente de los mediosdeex~inciónde tales entidadecalreducirlo
todo a la destrucción par obra del legislador.
ú) Arriba a ta funesta, pero ineludible irresponsabilidadde la persona juridi-
ca par las consecuencias de la actividad ilícita de sus gestores, lo cual sería
bastante, por su manifiesta injusticia, para descartar una doctrina que la
impone6.

2 - Teorias negatoriasde la personalidad


Surgen como reacción de la teoría de la ficción, que era mayoritaria en el siglo
XIX, y presentan como rasgosco&unessu rechazoa todo lo que sea ficticio, es decir,
no basado en datos reales provistos por la realidad social y, concuerdari que la úni-
ca persona existente en el campo juridico es la persona humana.

Savigny, Sistema de derecho romano actuai, t. 11, n085, p. 60 y siguientes.


Llambias, Tratado de derecho civil. Parte general, t. 11, ps. 12 y 13.
~esponrabitidadsolidaria en el contrato de trabajó
A-"" ---- 383
Entre estas teoriasse destacan:
a) Teoría del patrimonio deafectacián: fue sostenida por Bekker y Brinz, para
quienes si bien hay una sola clase de personas (los individuos humanos), hay
en cambio dos clases de patrimonio, los pertenecientes a penonasdetermi-
nadas y los atribuidos a un fin o destino especial, pero que no pertenecen a
un sujeto distinto de la persona fisica, ya que ésta es la única que puede ser
titular de una y otra clase de patrimonios7.Se le ha criticado a esta teoría la
contradiccibnque importa sostener la existencia de derechoso de bienes sin
sujeto que sirva de soporte a la relación jurídica pertinente, pues nose pue-
de tener algosin que alguien lo tenga,
b) Teoría de los bienessin sujeto: esta teoria fue sostenida por Duguit, quien
niega la existencia misma del derecho subjetivo e indica que los individuos
no tienen derechos sino funcionessocia!es: el deber de regular su conducta
en concordancia con el ordenamientojuridico y en beneficio de lasociedad.
De ahíque, si no existen titulares indMduaLes,tampocopuede admitirse los
institucionales; aunque la persona jurídica persigue un fin conforme a la
solidaridad social y, por consiguiente, conforme al Derecho objetivo, todos
los actos realizados con ese fin deben ser reconocidos y protegidosjurídica-
mente, acicomola afectacibnmisma de los bienesa ese fin tambiendebeser
protegida8.Se ie ha objetado que la idea detitularo sujeto de!derecho sub-
jetivo resulta de presencia indispensable para su existencia, con indepen-
dencia de la concepcion de Derecho subjetivo a la cual se adhiera,
c) Teoria de los derechos individuales o del interés jurídicamente protegido:
fue defendida por Ihering, para quien la persona jurídica no es un sujeto
real sino aparente, que encubre al verdadero titular, que son las personas
físicas. Por ende, entiende que la persona jurídica es un interés jurídica-
mente protegido, que no es otro que ei de !os miembros de la organización
que ta componen, quesonlos reales beneficiariosquea ellase leatribuyeng,
d) Teoría de /a propiedadco1ectiva:fueexpuesta por Pianioi y Barthélemy, pa-
ra quienes l a pretendida persona jurídica no es sino una concepción simple
pero superficial, que esconde a los ojos la persistencia, hasta nuestros días,
de la propiedad colectiva al cabo de !a propiedad individual.

Llambias, Tratado de derecho civil. Parte general, t. il, p. 16.


5 Lavalie Cobo, en Código Uvil y (eyes compiementarias. Comentado, anotado y concorda-
do, A. C. Beliuscio (dir.) - f . A. Zannoni (coord.), t. 1, p. 141.
Ihering, Eiespír!tudel derecho romano, t. IV, p. 65.
384 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núñez
-a--- -
-
,a-
-
"

En verdad esta propiedad colectiva se aproxima ai condominio, con la dife-


rencia que en el condominio cada titular es dueño exclusivo de una cuota
ideal, en tanto que en la propiedad colectiva es el conjunto de propietarios
el único titular: hay asociación de propietariosT0.
A ia Boria de la propiedad colectiva, al igual que a la anterior, se le objeta
quesoslayan que los fenómenosasociativos no se reducen a la faz patrirno
nial; corno así tampoco puede dar razón de la personalidaddel Estado coma
una masa de bienesque perteneciera a todos los nacionalesI1.

3 - Teorias realistas
Estas teorias cuestionan abiertamente ia teoría de la ficciiin y propugnan el re-
conocimiento de la existencia de ias personasjuridicascomo verdaderos sujetosde
Derecho. Indican que la unidn de las personas individuales que persiguen fines co-
munes por medias comunes engendra una unidad superior y distinta de la perso-
nalidad de los componente^^^.

Se pueden dividir en teorías de la realidad concreta o según partan


de la definiciónde derechosubjetivo esbozada por Savigny (poder atribuido a una
voluntad) o conciban a la persona jurídica como una realidad abstracta, un con-
cepto jurídico que corresponde a un fenómeno sociológico.
a) Teorías de la realidad concreta: para estas teorías, la voluntad colectiva es
una voluntad independiente y distinta a la ruma de las voluntades indivi-
duales de aquellos que concurren a conformarla. Dentro de esta teoría en-
conTrarnos la posicion organicista y ias teoríasde Zitelrncinny de lellinek.
Los arganicistas comparan a la sociedad con organismos con actos de vofi-
ción semejantes a tos actos humanos, siendo estos las células que integran
el tejidosocial y constituyen el organismo totaI que delibera y decide porsus
asambleas 14.
Para Zitelrnann fa pluralidaddevoluntadesqueconcurrena fa formación de
la persona jurídica se unifica, constituyendo una unidad real, can existencia
en el orden psicológico. Agrega que un conjunto de individuos, por el sólo

lo Planiol, citado por Ilarnbias, Tratado de derecho civil. Parte gsnerai, t. II, p. 17.
j1 Capitant, Vocabulariojuridico, p. 170.
'' Orgaz, "Concepto y elementos de las personascofectivas", en Nuevosestudios de derecho
civii, p. 231.
l3 EsTa dasificaciion es seguida por Lavalle Cobo, en Codigo Civily ieyes complementarias.
Comentado, anotado y concordado,t. 1, p. :42 y siguientes.
l4 Liarnbias, Tratado de derecho clvii. Parte general, 2.11, p. 20.
onsabilidad solidaria en el contrato de trabaja 385
"-. _C_I_IC_Ip
-. -
hecho de su unión, viene a constituir moralmente un ser nuevo, distinto de
los componentes de quienes recibe la vida social15.
b) Teoría de /a realidad abstracta: para esta teoría la realidad sólo puede en-
contrarse en el mundo de las ideas. Así, para Jellinek, aun cuando acepta
que la personajurídica no tiene voluntad filosófica, sostiene q u e s i tienevo-
luntad jurídica, la cual está constituida por verdaderas unidades aglutina-
das y cimentadas por la unidad del fin1< Este autor parte del planteamien-
to de Zitelrnann, pero la voluntad no la concibe psicológica como éste, sino
jurídica.
Para Michoud la verdadera realidad del ente colectivo radica en la existencia
de un interés colectivoy permanente de los grupos humanos, los que son ele-
vador a la categoría de derechos subjetivos, interés propio del grupo que es
distinto a! de las personas que locompaneny quedebeser amparadoy prote-
gido por el Estado medianteel reconocimiento de ta personalidadjurídicaI7.

Ferrara sostiene que la persona jurídica es [a vestimenta jurídica con la que los
upos de hombres o establecimientos se presentan en la vida del Derecho, es la
nfiguracion legal que reciben para participar en el comercio jurídico, por lo que
bajo toda entidad hay un sustrato o soporte
La teoria de la insritución, originalmente expuesta por Hauirou y luego desa-
rrollada por Renard, también se encuentra comprendida en las teorías realistas.
Para estos autores la persona jurídica constituye una jnstitución, es decir, una em-
presa a idea de obra que se realiza y dura jurídicamente en un medio social y que
sujeta a su servicio voluntades indefinidamente renovadas19.
En nuestropaisadhirierona esta posturajuristasde !a talla de Busco, L6pezOIa-
ciregui, Borda y Liarnbías. Este última señala que en la realidad social están !os ele-
mentos de la institucióny el Derecho se limita a verificarlos para reconocera la ins-
titución como sujeto de Derecho, Y agrega que cuando el Estado actija arbitraria-
mente y desconoce esa realidad objetiva que es la institución, negandole con la
calidad de persona el acceso al comerciojurídico, tortura la naturaleza de las cosas,
asi comorarnbién impone un desorden cuando niega a los individuos humanos la
calidad de personas de derecho que les c~rresponde*~.

j5
Michoud, lepersonaliléji~ridique,t. I,n036,p. 77 y siguientes.
j6
Llambías, Tratado de derecho civil. Parte general, t. If, p. 21.
17 Michoud, Lepersonalité juridique, t. 1, nros. 47 y 51 a 54.
l8 Ferrara, citado por Liambias, en Tratado dederecho civil. Parlegeneral, p. 23.
Ig Hauriou, "Théorie de 1' institution et de la fondation", en Cahiersde la nouvellejournke,
p. 10.
20 Llarnbias, Tratadode derecho civil. Partegeneral, t. II, p. 25.
386 Ricardo D. Hierrezueio- Pqlro E Núñez

4 - Teorías normativas
Para los juristas que sostienen esta postura, la persona juridica es un concepto
exclusivamente jurídico y debe ser extraído del Derecho mismo, sin referencias ni
elaboraciones extrajurídicas. La persona como suje"r del Derecho no es un orga-
nismo biológico individual o colectivo sino un concepto formal y técnico, aunque
posea un sustrato en la realidad, de cuatquier clase que sea2'.
Kelren, luego de definir a la persona como todo ente susceptible de adquirir
derechos y contraer obligaciones, señala que la persona moral no existe fuera del
orden juridico que la reputa tal, siendo los actos realizados por los individuos
imputados a un sujeto ficticio que representa la unidad de un orden jurídico par-
cial o
5 - Utilidad de la clasificación
Como bien apunta ~ o g l i ala~ diferencia
~, de criterios es importante, particular-
mente frente a abusos de la personalidad jurídica de los entes coiectivos, ya que
según la doctrina prenormativa (como por ejemplo lateoria de ia ficcibn deSavig-
ny) no sería posible ultrapasar a los mismos, por cuanto constituyen un centro de
imputación diferenciado y único de primer grado.
Encambio, en la concepcibn normativa y en la eclecrica (sostenida por Tullio As-
careili a la que adhiere Foglia, que sefiala que ia personalidad jurídica de las perso-
nas físicas es un dato prenormativo, siendo normativo el caso de los entes colecti-
vos) aquello es posible ya que se configuran dos centros de imputación normativa,
el del ente colectivo, como primer grado, y el de los socios como cegundogrado.
Para este autor, el otorgamiento de la personalidad jurídica a las personas de
existencia ideal es un mediotécnico utilizado por el hombre para fa conrecuciónde
algunos de sus fines24.En idéntico sentido se expide Ferreiros, para quien la socie-
dad comercial (persona jurídica) es un medio tkcnico-juridico adecuado ai cuat
puede acudirse como cobertura jurídica de la empresa25;y Fargosi, quien sostiene

Lloveras, M. E., en Código Civil y normas complemenfar:'as.Análisis doctrinal y jurispru-


dencial,A. f . Bueres(dir.)- E. 1. Highton (coord.),t. 1, p. 292.
22 Kelsen, Teoría pura delderecho, p. 92 y siguientes.
23 Foglia, Ricardo A,, Responsab.iiidadrolidaria de /a sociedady de los socios y controlanPes
de la misma frente a /os trabajadores no registrados o registrados en forma irreguiar,en libro de
ponencias del "f CongresoTrasandinode Derecho Laboral y de ia seguridad 5ocial". realizado por
la Sociedad Argentina de Derecho Labora;, Mendoza, 3 al 6/4/02, p. 103.
24 Foglia, l a extensión de la condena a los socios, administradoresy cedentes de acciones de
sociedades comerciales con dependientes "en negro 7 TySS, 1999-634.
25 Ferreirós, Responsabiiioiad personal e ilimitada de gerentes, representantesy directores
desociedadescomerria/e~porcr~ditosIaboraies, en "Doctrina Laboral Errepar", no169, sep. 2999,
p. 701.
onsabilidadsolid;rria en el contrato de trabajo 3 87
.p-"-",4----.-.---- -.-A-

ue la sociedad es un medio técnico dispuesto por el orden jurídico para la saiis-


cción de determinados intere~es*~.
Por nuestra parte, adherimos a esta postura que ve a las personas de existencia
1 como un medio tecnico al cual ei ordenamiento positivo le debe reconocer
onalidad juridica, pues la voluntad de los hombres, por si sola, no puede pro-
ucireseefectojurídico.De ahí queel acreditamientode la calidad de persona jurí-
ica se resuelva siempre en el marco del Derecho positivo,
€lbno obsta a reconocer en las personas jurídicas ia existencia de un elemento
aterial y otro formal. E! primero, también llamado sustrato, !o constituye un gru-
o organizado para la consecución de un fin o una organización patrimonial a ese
fec.tu, Dentro de ese elemento material encontramos, en primer lugar, una finali-
ad propia de la persona juridica, esto es su objeto, a la que se agrega una organi-
acion humana -que puede estar compuesta o no por un grupo de hombres-, un
atrirnonio propio de la persona juridica y órganos que actiian en su nombre, a los
uedebensumarse los requisitos propiosdecada especie particular de personajurí-
ica de que se trate. Porsu parte, el elemento formal consiste en su aptitud para ad-
uirir derechosy contraer obligaciones, y en las personasjurídicas esta aptitud está
onstituida por el reconocimientode la personalidadjurídica del ente colectivo27.

c) La persona jurídica en el Código Civil

El COdigo Civil y Comercial en su art. 141 dispone que: "Son personasjurídicas


odos los entes a los cuaia el ordenamientojurídico les confiere aptitud para ad-
uirir derechosy contraer obligaciones para e l cumplimiento de su objeto y 10s fi-
de su creación". Y en el articulo siguiente señala que: "La existencia de la per-
a juridica privada comienza desde su constitucjón ...",sin que necesite autori-
zación legal para funcionar, excepto dispasicibn legal en contrario. Agrega que en
los casos en que se requiere autorización estatal, la personajuridica no puede fun-
cionar antes de obtenerla.
Por su parte, ei art. 143 estableceque la personajurídica tiene una personalidad
distinta de la de sus miembros. Esta distincibn erige al ente colectivo en un sujeto
de derecho diferente a sus socios, capaz de adquirir derechos, y en el tema que nos
interesa, contraer obligaciones en forma independientede las personasfisicasque
actúan por ella. Y la norma aclara que los miembros no responden por las obliga-
ciones de la persona juridica, excepto en lossupuestos que expresamente se pre-
ven en esteTítuio y lo que disponga la ley especial. Es decir, que la persona jurídica
responde en forma independientey distinta a los miembros que la integran, salvo

26 Fargosi, Notas sobre sociedades comerciaies ypersonalidadjurídica, LL, 1988-5796.


27 Lloveras, M . E., en Cridigo Civil y normas compiementarias. Análisis doctrinal y jurispru-
-
dencia!, A. l. Bueres{dir.f E. I. Highton (coord.), t.!, ps. 2 9 5 ~ 2 9 6 .
388 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro F. Nvñez
- - ' -S- , - - - - -
,-.

que ellos mismos, en forma personal, se hubieran obligado como fiadores o man-
comunado con elia. Sin embargo, como a continuación se verá, el nuevo Código
introduce una norma en materia de inwponibilidad de la persona juridica enei art.
144 del CCCNI similar al art. 54 de la LGS,que analizaremos en su oportunidad,
Asimismo, el art. 154establece que ta persona juridica debe tener patrimonio,
de toquese colige que los bienesde la persona jurídica pertenecensoloa ella, sien-
do, por ende, titular de los derechos reales o personales, asi como tambien de las
obligaciones contraidas, que como principio deberá garantir con los bienes que
conforman su patrimonio y sóio excepcionalmente lo harán los miembrosen tan-
to exista una disposicibn lega t que lo establezca expresamente.
Las personas jurídicas son públicas o privadas. "Son personasjurídicas pubiicar:
a) el Estado nacional, las Provincias, la CiudadAutónoma de BuenosAires, Inrmuni-
cipios, las entidadesautárquicasy lasdemásorganizaciones constituidasen la Repú-
blica a las que el ordenamientojurjdico atribuya ese carácter; bj las Estados extran-
jeros, las organizaciones a las que el derecho internaciona~públicareconozcaperso-
nalidadjurídica y toda otra personajurídica constituida en el extranjero cuyo carác-
ter público resulte de su derecho aplicable; c) la Iglesia Católica " (art. 146, CCCN).
El art. 147 del CCCNprevé que las personas jurídicas públicas se rigen en cuanto
a su reconocimiento, comienzo, capacidad, funcionamiento, organización y fin de
su existencia, por las leyes y ordenamientos de su constitución.
En cambio, son personas juridicas privadas: "a) las sociedades; b) las asociacio-
nes civiles; c) lassimplesasociaciones; d) las fundaciones; e) las iglesias, confesio-
nes, comunidades a entidades religiosas; f) las mutuales; g) las cooperativas; hJ
el consorcio de propiedad horizontal; i) toda otra contemplada en disposiciones
de este Código o en otras leyesy cuyo carácter de tal se establece o resulta de su
finalidady normas de funcionamiento " (art. 148, CCCN).
Las personas jurídicas privadas constituidas en el país se rigen: "a) por las nor-
mas imperativasde la ley especial o, en su defecto, de este Código; b) por /as nor-
mas del acto constitutivo con sus modificaciones y de los reglamentos, preva!e-
riendo las primeras en caso de divergencia; c) por las normas supletorias de leyes
especiales, o en su defecto, por /as de este T;fulo". En cambio: "las personasjurídi-
cas privadas que se constituyen en el extranjero se rigen por lo dispuesto en la ley
general desociedades" (art. 150, CCCN).

d) La persona jurídica en la Ley de Sociedades Comerciales i

. I
El carácter de sujeto de derecho de [associedades comerciales se infiere de los
tres primeros artículosque integran la SecciBn I del Capitulo 1, cuyo epígrafe es jus-
tamente "De fa existencia de la sociedad".
También se aprecia en la "Exposición de Motivos" de la ley 19.550, donde los
legisladores, respecto del art. 2°s~stuvieronque: "... la sociedad resulta así no solo
esponsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 389

a regulacióndel derecho constitucional de asociarse con fines útiles y una forma


ejercer libremente una actividad econ6mica, sino que constituye una realidad
ridica, esto es, ni una ficción de la ley -reñida con la titularidad de un patrimo-
o y demás atributos propios de la personalidadcomo el domicilio, el nombre, la
pacidad- ni una realidad física, en pugna con una ciencia de vaiores. Realidad
ídica que la ley reconocecomo mediotbcnicopara que todo grupo de individuos
eda realizar el fin lícito que se propone ...".
De tal exposiciónsurge palmariamente e! reconocimiento como personajurídi-
de lassociedadescomerciales, las cuales están dotadas, al igual que las personas
cas y demás personas de existencia ideal, de atributos de la personalidad, entre
que se encuentran el nombre (que es la designaciónque permite identificarse y
ferenciarsedelos restantessujetos),el domicilio (que difiere de! regulado en ma-
ria civil por los arts. 74 y 152 del CCCN,en tanto se refiere a la jurisdicción o ciu-
d en donde se encuentra radicada la sede social de la sociedad), la capacidad
ra adquirir derechas y contraer obligaciones y un patrimonio propio distinto del
sus socios que está compuesto por el conjunto de bienes de la sociedad.
La Ley General de Sociedades, luego de sostener que: "Habrá sociedad siuna o
s personas en forma organizada conforme a uno de los tipos previstos en esta
se obligan a realizar aportes para aplicarlos a la producción o infercambio.de
nes o servicios, participando de los beneficios y soportando las pérdidas. La
iedad unipersonal sólose podrá consfitujrcomosociedadanbnima. La sociedad
ersonal no puede constituirse por una sociedad unipersonal" (ail.. lo, texto
n ley 26.994); indica en el a rt. 2" que: "La sociedad es un sujeto de derecho con
akcance fijado en esta ley".
en cuanto le asigna a la sociedad comercial el caracter de sujeto de
El art. ;lo,
derecho con los alcances fijados por la ley, debe retacionarseconla caracterizacicin
de @!lascomo personas jurídicas que se hace en el art. 148, inc. a) del CCCN, el cuat
dispone que son tales ". .. Lassaciedades".
El reconocimiento de la personalidadjurídica de las sociedades comerciales se
funda en fines eminentemente prácticos, ya que satisface múltiples necesidades
del mundo de los negocios pues: por una parte y fundamentalmente, satisface los
intereses de los terceros vinculados de una manera u otra con la saciedad comer-
cial, a quienes se les ofrece un patrimonioespecial (el de la compañía) destinadoa
satisfacer lasdeudascontraidaspor losrepresentantesdela entidad, y porotra par-
te, permite a los sociosobtener en mejorescondiciones lasventajas de los capitales
aportados y de los esfuerzos asociados, independizándose el patrimonioformado
para el desarrollo de la actividad comercial del patrimonio desus integrantes, que
en principio pernianece indiferente al riesgo ~rnpresario~~.

Z8 Nissen, Curso de derecho societario, p. 125.


390 Ricardo D.Wierretuelo-Pedro E Núñez
.------, ------. -.-

En definitiva, el carácter de la personalidad juridica de las sociedades cornercia-


les es meramente instrumental y por ello otorgado por el legislador cuando de tal
reconocimiento se derivan beneficios para el tráfico rner~antii2~.
Finalmente, conviene destacar que de ios térrninas del art. 2"de la LGS, se des-
prende que no sólo tienen personalidad juridica las sociedades por acciones, o
aquellas en las cuales los socios responden en forma limitada, sino que tarnbien la
poseen tantolassociedadesen formación, como lasde hechoo irregulares. Por eso,
no hay que confundir personalidad juridica con limitación de la responsabifidad,
que son dos conceptos sustancialmente diferentes, romo veremos en el próximg
punto.

5 46. Limitación de ia responsabilidad


a) Evolución histbrica
La limitación de la rsponsabitidad debeser distinguida de la personalidad jurí-
dica de los entes colectivos, pues son dos conceptos completamente diferentes.
incluso este último concepto surgió histdricamente con anterioridad a aquél.
En efecto, los motivos que originaron la limitación de la responsabilidad se
remontana la época de la iolonizaci6n de América y en la necesidad de que el Esta-
do consiguiera fondos para financiar ia expediciári. Como a hasta ese momento se
respondia íntegramente con la totalidaddel patrimonio, los ricosdel reino no que-
rían arriesgar sus fortunas en un emprendimiento aleatorio. Por ello, ia reina Isa-
bel les aseguró a todos aquellos que invirtieran en la aventura que 5610 responde-
rían por el monto comprometido y, en caso de fracasar, no se iría contra et resto de
su patrimonio.
La raz6n de ser de esta ventaja esta en el interés del Estado en que se desarro-
llen ciertas actividades, Por eso, adernas de las actividades rnaritimasy mineras, se
agregó muy pronta la de la colonización de ios territsriocdescubiertos en la época
de los grandes navegantes. Son ejernplosclásicos las de las Compañias de las indias
Orientales, delas tndiasOccidentales,de la Hudson Bay Company, de ia indica Com-
pany. Todas éstas respondieron al creciente interés que representaban las empre-
sas coloniales para iaj comunidades europeas y las perspectivas de riqueza que
ellas implicaban e irnpli~aron~~.
Mis tarde, con el industrialirrnose consideró que el interés individuajdcbia ce-
der al interés colectivo de expansión y crecimiento económico y, por ende, se acre-
centó la tendencia a la limitari~nde responsabilidad con la característica de unes-

29 Nissen, Curso de derecho societario, p. 125.


30 Dobson, El abuso de ia personaiidadjurídíca (en el derechoprivado), p. 64.
esponsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 391
"
-
,-
~-"
+"
.
-

ricto control estatal, que luego, y por la velocidad creciente de las transaccionesy
el trafico mercantil, este contrator fue paulatinamente dejado de lado3'.
Como hemosvisto anteriormente, la limitación de la responsabitidadsurgió por
ecesidad de fomentar losernprendirnientos personalesocoiectivos, tendientes
crernentar tos negocios que de otra forma se hubieran estancado, si el indivi-
uo, por una mala inversión, adernásde perder lo aportado, debiera también res-
onder con la totalidad de su patrimonio. Por el to, la concesibn de ta recponsabili-
ad [imitada se otorga en forma de verdadero privitegio personal pata una perso-
o un grupo de individuos. Se concede una ventaja que se niega a! resto de la
oblacibn, a saber: el derecho de responder frente a las deudas con sóio un sector
esu patrimonio, mientras que los demás deben responder por las deudas deriva-
as de su actividad con todos sus bienes.
No resulta ocioso destacar que actualmente existe una seria vertiente que pro-
ugna la creación de la sociedad unipersonal o del empresario individual con res-
onsabiiidad limitada. Es cierto que algunos sostienen que representan figurasde
etigroode riesgo, pero tarnbien lo esque algunos propugnan de lege ferenda su
egulación, aunque con una ciausula que disponga la inoponibilidad de la herra-
ienta jurídica y la extensibn de la responsabilidad solidaria e ilimitada al socio
nico o empresario individual de responsabilidad por abuso de control32.

6) Personalidadjurídica «versus» limitacián


de la responsabilidad

Siendo la limitación de ia responsabilidad la frontera patrimonial destinada a


garantizar el ernprendimiento realizado, o como dice Foglia, el patrimonio afec-
tado que constituye ia prenda común de los acreedores, tal concepcion difiere sus-
tanciatrnentede la personalidadjurídica.
Baste señalar que la limitaci6n de la responsabilidad no es un instrumento dis-
tintivo de la persona jurídica, sino que también ta encontramosen la persona física.
Así, los arts. 19 y '175de !a Ley de Navegación permiten ia limitación del arrna-
dor que bien puede ser una persona física. tos arts. 160y 16i del Cód. Aeronáutica
habilitan la lirnitaciónde responsabilidad del explotador de !a aeronave, quetam-
bien puede ser una persona física. El art. 20 de la LCTestabiece que ia vivienda del

32 Foglia, Ricardo A,, Responsabiiidad solidaria de la sociedad y de los socios y controlantes


de la misma frente a los trabajadores no registrados o registrados en forma irregular, en libro de
ponenciasdel " i Congreso irasandino de Derecho Laboral y de la Seguridad Social", realizado por
la Sociedad Argentina de Derecho Laboral, Mendoza, 3 a 6/4/02, p. 103.
32 Escarguei, Julio M., Abuso de controi delsocio único en ia sociedad unipersonalo del em-
presarioen \a empresa individual de responsabilidad limitada, en ii bro de ponencias del "V Con-
gresode Derecho Societario", p. 647.
392
.-.-----,- A
",-- '
-
Ricardo D.Wierreruelo Pedro E Niiñ

trabajador o de sus derechohabientes no podrá ser afectada al pago de costas e


caso alguno. EI art. 84del CPCCN, enscu pirr. lo, limita la responsabilidad por {asco
tas de quien obtuvo el beneficio de litigar sin gastos.
Finalmente, el instituto del bien de familia, que antes de fa sanción del Cbd
Civil y Comercial estaba regulado en la ley 14.394 (derogada)yque ha sido supf
tada por las disposiciones de los arts. 244 a 256, que permite afectar un inmuebl
destinado a vivienda por el total o hasta una parte de su valor, constituyendc ot
forma de limitar la respancabilidad.
Deahíque en variossupuestosel tegislador haya limitado la responsabilidad 6'
determinadas personacfísicas,sea esrabiecienda un máximo por el cual se respo
de o excluyendo determinados bienes de la prenda común de los acreedores,
En cambio, los socios de una persona jurídica pueden responder ilimitadamen-
te, como sucede en las sociedades colectivas o en las irregulares.
Incluso cuando se habla de iimiracibn de responsabilidad se está haciendo refe-
rencia a lossociosque integran la misma, y noa la persona juridica propiamentedi-
cha, que en principio responde ilimitadamente con la totalidad de su patrimonio,
Desde esta perspectiva, Colornbres señala que la responsabilida'd constituye la
segunda de las dos fases lógicas de la obligación. La primera-teniendo en cuenta
fa parte pasiva-, el débito o deuda. Esta essiempre iimitadasalvo quesea iliquida.
La responsabilidad, por ei contrario, es por principio ilimitada.

Excepcionalmente la responsabilidad es limitada cuando:


l. Se responde solamente can determinado bien o solamente con deterrnina-
dos bienes. Ejemplo típico es la responsabilidad del heredero que acepto la
herencia con beneficio de inventario.
2. Se responde solamente por determinadas obiigaciones.

Messinea da dos ejemplos ilustrativos tomadas del Codigo Civil italiano: "La
ejecucibri sobre tos frutos de los bienes totales no puede tener iugar por deudas
que el acreedor sabía que se habían cantraído por el marido para fines extraños a
las necesidades de la familia" (art. ?88),y: "tos bienes gananciales no responden
de iasoblígacionec, tanto del marido como de la mujer, anterioresa Ia constitución
de la comunidad; quedando a los acreedores la facultad de accionar sobre los bie-
nesdesu deudor, auncuando el goce de ellos haya sido conferido a la comunidad"
(art. 224, parte 2").
Lo expuesto implica, entonces, que dos san las posiciones en que'puedeencon-
trarse un socio:
1. Asumiendo toda la deuda que contrajere la sociedad.
2. Asumiendo una responsabilidad inferior a la totalidad de la deuda. La inter-
ferencia de ia figura sociedad complica el concepto enunciado de deuda y
responsabiiidad, por io que esmenester una considetaci6n para reafirmarlo.
- 393

as deudas que contrajere la sociedad serán limitadas, como lo es toda deuda


dad es ilimitada, cornoes en prin-
e excepción apuntadas anterior-
SegUn sea el tipo social y el tipo de socio, éste responderá por la totalidad
eudasque contrajere la saciedad (obligación de garantía ilimitada), o sólo
na medida menor, fijada ésta por el aporte prometido tcapita t suscripto). En un
,la deuda deí socio cubre la deuda de la sociedad; en el otro, la deuda del socio
ita a la obligacibn voluntariamente contraida.
sentido similar, Maiagarriga, refiriéndose a las sociedades de responsabili-
encionar la limitación de la res-
sabilidad nose hace, en estecasoc~motampocoalllamar limitada a unasocie-
anbnima, para referirsea la limitación de responsabilidadde lassociedad, que
,con la totalidad de su patrimo-
responsabilidadde los ocios^^^

c) La limitación de /a responsabilidad
en la Ley General de Sociedades
i bien el art. 56 de la LGS establece el principio general de la responsabiiidad
onai de los socios de acuerdo con el tipo de sociedad de que se trate (aunque
beneficio de excusión), lo cierto esque la regulaciónde cada una de las tipolo-
ueactualmente lassociedades más utilizadas
las sociedades de responsabilidad limitada y las sociedades anónimas, ha con-
iendo el princjpio de la responsabilidad per-

31 5de la LGS, que regulan lassocie-


poniendo que loscocios comandita-
rno los socios de la sociedad colecti-
(subsidiaria, ilimitada y solidariamente), mientras que los comanditarios solo
ponden con el capital que se obliguen a aportar (sociedaden comanditasimple)
ciones (sociedad en comandita por
ia de sociedades de responsabi-
io a la integración de las cuotas que
suscriben. Por último, el art. 163, referido a !as sociedades anónimas, limita la res-
ponsabilidadde los socios a la integración de las acciones suscriptac. Sin embargo,
fa Ley General de Sociedades, cuando ha querido imputar responsabilidad ilirnita-

" Coiombres y Malagarriga, citados por Highton, F., Responsabilidadpatrimoniaisolidaria


de directores, administradores y sociospor demandas laborales contra sociedades comerciales, ps.
da y solidaria sea a los socios, gerentes, administradores o síndicos, lo ha hech
expresamente y atendiendo a la situacidn concretamente determinada. Así, en
caso de nulidad de la sociedad por objeto iliciio o de disolución o liquidación p
actividad iiicita de !a sociedad de objeto ilícito, los socias o !os administradores
quienes actuaren como tales responden ilimitada y solidariamente por el pasiv
social y los perjuicios causados, de conformidad con lo dispuesto por los arts, 1
19 de la LGS.
En la sociedad de hecho o no constituida regularmente los socios o quienes con
trataron por la sociedad quedaran solidariamente obligados por Ias operacione
sociales conforme el art. 23. Por el art. 32, en caso de constituciOn de sociedad
aumento de capital mediante participaciones recíprocas, serán ilimitada y solida
riamente responsables ios fundadores, administradores, directores y sindicas.
También el art. 34 consagra una hipótesis de responsabilidad ilimitada y solidaria,
imputándola al socio
Ei art. 125 de la misma ley establece para la sociedad colectiva ia responsabili
dad subsidiaria, ilimitada y solidaria de los socios por las obligaciones sociales, al
iguai que el art. 134 para tossocioscomanditados de la sociedad en comanditacim-
pie y el art. 315 para los mismos de la sociedad en comandita por acciones. El socio
capitalista de la sociedad de capital e industria responde ilimitadamente como los
socios de la sociedad colectiva, tal como lo establece el art. '141. El socio industrial,
cuya responsabilidad es normalmente limitada según el misma art. 141 pasa a res-
ponder solidariamente en caso de violación de lo prereptuado por el art. 142.
Los socios de las sociedades de responsabilidad Iimjtada garantizan ilimitada-
mente a los terceros ia integración de los aportes según el art. 150. Tarnbikn el art.
293 establece responsabilidad personal por la mora en la integración de los apor-
tes de fa saciedad anónima. El art. 254 impone la responsabilidad ilimitada y soli-
daria de los accionistas que hayan votado favorabremente las resolucianes que se
declaren nulas. A su turno, el art. 315 atribuye al socio comanditado de ias socie-
dades en comandita por acciones la misma respansabitidad que tienen los sociosde
la sociedad colectiva35.
En lo que respecta a administradores y representantes de las sociedades, res-
ponden ilimitada ysolidariamentrtpor los dañosque resultaren desu acciOn u omi-
sión aquellos que Faltaren asus obfigaciones,segúnsurge del art. 59 de la ¿CS.Res-
ponden asimismo por los perjuicios el administrador de la sociedad colectiva que

34 Highton, F., Responsabiiidadpatrimoniaisoiidaria de directores, administradoresy socios

por demandas iaboraies contra sociedadescomercia/es,ps. 2 1 y 22.


" Mighlan, F., Responsabilidadpatrimonia/solidaria de directores, adminis~radores~socios
por demandas iaborales contrasociedadescomerciai~s,ps. 21 y 22.
sabilidad solidaria en e/ contrato de trabajo 395
-+-,. -"" - -
ncie intempestivamente, conforme el art. 130, así como también lo hace soli-
ente quien firme en violación de las normas de administracjón de la socie-
comandita simple en los.terminos del art. 136, párr. 2". El socio comandita-
inmiscuye en la administración será responsabk ilimitada y solidaria-
acuerdo con el art. 137, como en el caso del incumplimiento desus obli-
nes legales en el art. 1 4 0 ~ ~ .
r último, en cuantoa las gerentesy directores, conviene señalar que el geren-
asociedadde responsabilidad limitadase hara responsable ilimitadaysolida-
nte por ios actos en los cuales no conste la indicacirjn del tipo societario seglln
t. 147.Tambiénlo hacen en losterminosdelart. 157. Los promotoresdeIa socie-
anónima en formación, así como los directores y fundadores responden ilimi-
y solidariamente por las obligaciones contratdas en Ia etapa de constitucibn,
scasosde los a&. 182y 183, asicorno por losdafiosy perjuicios del art. 184.
n caso de emisiones efectuadas en violación al régimen de oferta piiblica, el
200 estabiece la responsabilidad solidaria e ilimitada de losdirectores, miern-
del consejo de vigilancia y síndicos por tos daños que se originen. El art. 27'1
blece la responsabíiídadsolidaria de directores y sindicos en caso de no ratifi-
n por la asamblea de los contratoscelebrado-Spor ellas con Ia sociedad en vio-
n de la incompatibilidad derivada de sus cargos, Asimismo, el art. 274sancio-
con responsabiIidad ilimitada y solidaria a los directores que incurran en mal
sempeño del cargo. Los arts. 276 a 279 regulan las diversas acciones de respon-
biiidad persona! contra los directores. La sociedad civil de profesionales investi-
para ejercer la sindicatura societariaseghn e/ art. 285, inc. a) implica responsa-
lidad solidaria. Ei art. 305 establece la responsabitidad ilimitada y solidaria de
ectores y síndicos por ocultamiento de las circunstancias quedan lugar a la apli-
ción de! art. 299.A su vez, el art. 358 dice que los directoresresponden ilimitada
olidariamente por los perjuicios que la violación de tac normas respectivas pro-
zca a los debenturistas.
Hemos realizado esta resefia siguiendo a Highton, de la cual se puede colegir
ue cuando el legislador ha querido imputar responsabilidada los integrantes o
drninistradores de las sociedades lo ha regulado especificamente, encontrando
en la normativa societaria innumerahlessupuestosque el autor antes mencionado
ha resumido, Pero la Ley General de Sociedades no ese! único dispositivo legal don-
de se dispone la responsabilidad de los socios o directores. Highton menciona el
ai-t. 273 de la ley 24,522 de quiebras que prevé la responsabilidad personal de !os
representantes, adininistradores, mandatarios o gestores de negocias del fallido
por los perjuicios causado.

de directores, administradore3ysocios
36 l-iighton, F., ~esponsabílidad~a~rimoniaIsoIidaria

Por demandas laborales confra sociedadescomer~iai@~,


p. 23.
396 Ricardo D. Nier~.erueloPedro F; Múfiez
- --- . +-h.,- -., --
También se puede agregar que ei inc. 6)del art, '6 de la ley 11.683 ( t . ~2998) .
define los sujetos que son responsables por el cumplimiento de deuda ajena, entre
ios que se encuentran los directores, gerentes y demis representantes de las per-
sonas jurídicas, sociedades, asociaciones, entidades, emprescisy patrimoniosa que
se refiere ei art. 5" en sus incs. 6)y c). Por su parte, el inc. e) se refiere a los adrniiiis-
tradores de patrimonios, empresas o bienes que en ejercicio de sus funciones pue-
dan determinar íntegramente la materia imponible que gravan las respectivas
leyestributarias con relación a los titulares de aquelios y pagar el gravamen corres-
pondiente, y en las mismas condiciones, los mandatarios can facultad de percibir
dinero. El art. gOdeta ley 11.683 identifica quiénes responden en forma personal
con sus bienes propios y solidariamente con tos deudores, entre ellos todos los res-
ponsables enumeradasen los incs. @ y e) del art. 6 O .
En materia penal, el Capitulo V, titulado de los "Quebrados y otros deudores
punibles", contiene una sección que camprende los arts. 176 a 180 donde estable-
ce distintas penas para tos directores, síndicos, administradores, miembros de ia
comisi6nfiscalizadora o gerentes. También el art. 14de fa ley 24.769 (Ley Penal Tri-
butarla) preve: "Cuando alguno de 105 hechos previstos en esta ley hubiere sido
ejecutado en nombre, con la ayuda o en beneficio de una persona de existencia
ideal, la mera asuciacíon de hecho o un ente que a pesar de no tener calidad de
sujeto de derecho, las normas le atribuyan condición de obligado, la pena de pri-
sión se aplicará a 10s directores, gerentes, síndicos, miembros del consejo de vigi-
lancia, administradores, mandatarios, representantes o autorizados que hubiesen
intervenido en el hecho punible, inclusive cuando el acto que hubiera servido de
fundamento a la representación sea ineficaz".
Finalmente, el art. 32, ap. 5Ode la ley 24,557 de Riesgos del Trabajo, en materia
de sanciones preve que: "Cuando se trate de personasjurídicas /a pena de prisión
se aplicará a los directores, gerentes, síndicos, miembros del consejo de vigilancia,
administradores, mandatarios o representantes que hubiesen intervenido en e/
hecho punible".

5 47. Teoria de la desestimaciónde Ia personalidad jurídica


a/ Concepto
La teoría de ia desestimación de la personalidad jurídica, denominad; también
allanamiento o redhibición de la personalidadjurídica, importa un remedio juridi-
co mediante el cual resulta posible Prescindir de la forma de sociedad o asociación
con que se halla revestido un grupo de personas y bienes, negando su existencia
autiinoma como sujeto de derecho frentea una situación jurídica particular3'.

37 Dobson, E/ abuso de ¡a personaíidad jurídica (en el derecho privado), p. 11.


f?esponsabiiidadsolidaria en el contrato de trabajo 397

También se la conoce como teoría de la penetración de la persona jurídica, pues


iante un mecanismo legal se permite correr el velo de la personalidadjuridica
imputar directamente la responsabilidad a los integrantes de la Al
ir de Halperín, el denominado allanamiento consiste en ia fijación concreta de
límites de esa personalidad, que es sólo una disciplina, un instrumento para la
Itiplicación de centros de imputación de segundo grado que luegose resuelve
unaatribuci6n dedistintas legitirnacionesenrelacióna diversos bienesy en una
rrespondiente discriminación entre dos series de acreedores (los nacidos de la
tividad cornirn y lossurgidosdela actividad individual) o, más generalmente, en-
e la serie de acreedores correspondiente a las varias actividades comunes y la
rie de acreedores correspondiente a la actividad it~dividual~~,
Tiene sus orígenes en los comienzos del siglo XIX, como consecuencia de la uti-
lizaci6n masiva de las sociedades anónimas, lo que sumado al crecimiento indus-
trial acelerado llevó, en los países másavanzados, a la utilización abusiva de ia tipo-
logia societaria de responsabilidad limitada y a la necesidad de establecer medidas
eficaces para contener dichos abusos.
Aparecieron así, principalmente en los Estados Unidos de Norteamérica y en
Francia, procedimientos que hicieron posible una regresidn, haciendo responsa-
bles patrimonialmente por las deudas sociales a los socios o a quienes actuaron
detrhs de ia maquinariasocial en beneficio propio y en detrimento de los terceros.
El primero de los países nombrados, dotado de un sistema juridicode particularfle-
xibilidad y aptitud para el cambio, elaboró rápidamente un sistema eficaz para

38 Borda, lapersonajuridjcayelcorrimiento deivelosocierarjo, p, 69. "La doctrina distingue


'
el allanamiento, !a desestimación y la inoponibilidad, El allanamiento de la personalidadjurídica
es la prescindencia que se hace de su estructura para así responsabilirarlajurldicamente tanto a
ella, como a quienes la integran y la utilizan en perjuiciodeterceroso en fraude a la ley, l a deses-
timación de la personalidad juridica no implica invalidar todos losefectosde la personalidadsino
que simplementeen determinados casos no se la tiene en cuenta, para así identificar la figura de
lasociedadcon la persona del socio. Por itltimo la inoponibilidad no importaría una alteración del
regimen de responsabilidades de los socios, sino que lo que se intenta es proteger al tercero de
buenafe sin afectar, en prirtcípio, la normal actuación de la sociedad, tanto presente como futura,
perrnitiendoasi que no se oponga, en una sítuacion jurídica determinada, una personalidaddife-
renciada con el tercero damnificado".
No obstante lo expresado anteriormente, Borda, a quien seguimos en este punto, cree que
esta es otra de las disquisjciones de los juristas. Agrega que de lo que se trata es que, si cuando se
utiliza la figura de la persona jurídica para obtener un beneficio, en perjuicio de sus socios, O en
fraude a terceros, corresponde desestimar o allanar a la persona jurídica para así penetrar en ella
y responsabilizara quienes utiiizan la figura socieraria, negando sil existencia autónoma osiendo
esta inoponible al quesufre el daño, por cuanto ei uso que se hacede la figura juridica esen abu-
so de los privilegios que la ley confiere.
39 Halperin, Sociedadesanonimas, p. 128.
398 Ricardo D.Hjerrezuelo - Pedro F: NL;iñez
-
-m-
- .----.- ----.--,- ,

combatir el abuso. Fue incluso en dicho país donde tuvo tnayor auge la doctrina del
allanamiento de la personalidad jurídica, bajo diversas denominaciones, princi-
palmente c<disregardo f legal en tity», «liftirtg of the corporate veih, o r<piercingo f
the v e í l ~Francia
. encontró m65 áspero el camino, pero su derecho concursa! ela-
borósoluciones drásticas para poner remedio a algunos de los inconvenientes más
notoriosirente a la insolvencia de la sociedad anónima4O.
Conviene aclarar que en los Estados Unidos la teoria del disregardoflegal entity
supone la pérdida de la autorización de la corporafion (que posee responsabilidad
limitada) para actuar comosujeto dederecho, quedando limitada a un simplecon-
junto de personas físicas. Por el contrario, en nuestro país, como la totalidad de las
sociedades están dotas de personalidad juridica, incluso las sociedades en forma-
ción, en algunos casos será conveniente desestimar su personalidad jurídica, y en
otros supuestosese mecanismoserá exagerado. De ahíque haya que distinguir dos
supuestos bien diferentes. Uno consiste justamente en prescindir de la personali-
dad misma de la sociedad, ya que eI abuso se hace con el uso de la forma juridica.
En cambio, en otros, sólo se abusa de los privifegios que importan ciertos tipos so-
ciales que ofrecen la posibilidad de limitar la responsabilidad del sbcio al capital
aportado o comprometido. En el primer casa, se niega la existencia autónoma del
sujeto de derecho, mientras que enel otro se mantiene su personalidad, pero se !e
niega al socio la responsabilidad limitada.

kl La postura de Rolf Seríck


La obra de este profesor de la Universidad de Heidefberg resulta de fundarnen-
tal importancia pues fue el primero que sisternatizó esta
Para este autor existe abuso de la personalidad jurídica cuando por intermedio
de una persona jurídica se posibilita la burla a una disposicibn legal, a una obliga-
ción contractual o se causa un perjuicio a terceros. Sólo en estos tres casos puede
alegarse que ha sido violada la buena fe, ya que de 10 contrario la invocación de la
misma trastorna todo el sistema de la personalidad jurídica.
Señala que puede desestimarse la personalidad cuando la persona jurídica es
una pantalla para ocultar que en realidad existe identidad con las personas que in-
tervienen en determinado acto, y para que la norma jurídica se cumpla se requiere
que ia identidad de lossujetos interesados no sea puramente nominal sino efectiva.
Agrega que para desestimar.ia persona jurídica no es suficiente con alegar que
tal remedioes preciso para quesecumplacan la leyo un contrato determinado, sal-

do Dobson, E l abuso de ¡a personaiidadjuridica {en e/ derecho privado). ps. ?. y 3.


NCfr. Serik, Apariencia y realidad de /as sociedades mercantiles. El abuso del derecho por
medio de ía persona jurídica.
onsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 399
--. A-
~- A

cuando se trate de la vio!adbn de normas creadas específicamente para asegu-


que la persona jurídica pueda cumplir con sus funciones.
Para Serick, la desestimación de la persona jurídica es un capitulo del abuso del
echo, entendiendo que la persona jurídica puede ser alIanada en dos supues-
el primero cuando se la utiliza abusivamente, y el segundo a los fines de enIa-
determinadas normas con las personas jurídicas. También le otorga suma tras-
dencia a la noción de fraude, pues a su entender sólo se podrá prescindir de [a
sonalidad jurídica cuando haya abuso de ella, y sOlo habrá abuso cuando se
nte con ella burlar una ley, quebrantar obligaciones~ontractualesoperjudicar
dulentamente a terceros.

c) Antecedentes en el Derecho comparado

ay autores que ubican el primer antecedente de esta doctrina en la BubbleAct


de la Burbuja) de 1720 dictada a raíz del fraude de la South 5ea Campany
pañía de los Mares del Sur), y lo paradójico fue que t a l maniobra fue perge-
por el propio Estado inglés, más precisamente por su primer ministro Walpo-
quien atentó a los titulares de títulos de la deuda pública (cuya renta anual era
pagable por el Estado) a canjearlos por accionesde la Compañia de los Mares del
atento los importantesdividendos que en los comienzos había repartido esta
pañia, hasta que en un determinado momento, y como consecuencia del ge-
eratizado clima deespeculaci0n que generaron lasaccionesquesubieronhasta el
oble desu valor pasaron a novaler nada, originando el escandalo que en la histo-
inglesa se conoce como The South Sea Bubble (La Burbuja del Mar del Sur}.
En el Derecho ingles, la doctrina del disregard o f legal entity se desarrolla sobre
los pilares de la equidad y del fraude. La teoría de la equidad, que pasó de aplicarse
exclusivamente por los tribunales de equidad a ser aplicada también por tos del
Commonlaw, tuvo también una importancia trascendental para el desarrollode la
teoría de la desestimacián y ha resultado provechoso para la solución de casos de
abuso de las formas jurídicas, y el abuso de la personalidadjurídica aparece así co-
mo su campo natural de actuación, y los remedioscontra esos abusossurgen con to-
da fluidezde susconstrucciones. En cuanto al fraude, en el De-rechoinglesesta refe-
rido a la idea de falsear la rea tidad para inducir a una personaa la realizacibn de una
accián o de un derecho sin que tenga correspondencia con lo real o verdadero.
Pero es en el Derecho norteamericano donde esta teoría tiene amplia difusión,
sobre todo a partir de das fallos dictados por el famoso juez MarshalI de la Corte
Suprema. El primerode 1819en el caso"TheTrusteesofDartmouth Collegev. Wood-
ward", en el cual expresó: "Una corporación es un ente artificial, invisible, intangi-
ble y existente rolo a la vista de ia ley. Siendo la mera criatura de la ley posee sólo
aquellas propiedades que !a carta de su creación le confiere, ya sea enforma expre-
saoenforma incidental a su propiaexistencia". Unosañosdespués,en el caso "Bank
400 Ricardo D. Nierrezuelo - Pedro E IVtífiea
-- ~----.-. -- -> -----
of UnitedStaiesv. Deveaux", señaló: "Eseser invisible, intangibfeyartificial,esa me-
ra entidad legal, la corporation agregate, no es ciertamente un ciudadano"42.

De esta forma, la doctrina jurisprudencial ert3dounidense aparece como per-


misiva del allanamiento en los siguientes casos:
a) Cuando los accionistas controlantes comerciansin tener en cuenta esa per-
sonalidad, empleándola como pantalla.
b) Cuando la noción de legal entíty es usada para burlar una norma de dere-
cho público Cpublic conveniente), justificar un dafio, proteger e l fraude o
amparar un crimen, el derecho considerará a la corporation corno una mera
asocíacion de personas.
c) Cuando la sociedad es utilizada como artificio para eludir la propiedad res-
ponsabitidad del controlanre (accionista u otra sociedad) o por financiación
insuficiente, violadón del fiduciary duty por parte del director4'.

Por su parte, la legislaci6t-tinglesa prescinde de la personalidad:


1. Cuando el número de componentesse redujo por debajo del rninirno legal.
2. Cuando existe actuaci6n fraudulenta en sus fines o respecto de los acreedo-
res, por la responsabilidadsolidaria que crea.
3. Si existe responsabilidaddel firmando si emplea ei nombre de la sociedad
incompleto.
4. Cuando hay grupo económico. La ley inglesa ha empleado un doble criterio
para juzgar Ia existencia del control: control de la composición del directa-
rio o la posesión de mas de ia mitad de! capital emitido (no comprende el
control de facto, en razón de la dispersión de la mayoría).
5. En materia de impuestas.Y la jurisprudencia tambiénaparto esa personali-
dad.
6.Cuando actha como agencydeotra.
7. Para determinar el domicilio.
8. Por ratificación de actos deI directorio, individualmente por los accionisTas
a en reuniones informales.
9. Cuando existe fraude.
10. Cuando hay actuación cuasi-criminal.
? l . Portas obligacianesdelgrupo de empresas que integram.

d2 Dobson, El abuso de ia persona/idadjuridita (en el o'erechoprivadoj, p:57.


43 Halperin, bciedades anoniamas,p. 129.
4"~lperin, Sociedades aoonimas, ps. 129 y 130.
esponrabilidadsolidaria en el contrato de trabaja
"- ---,.--~-.
'
40 1

En Francia, los primeros atisbosse presentan en e! campo concursal. Lassolucio-


es que se otorgan a los problemas derivados del abuco de la persona jurídica se
cibieron asi en el país galo en forma segmentada, para resotver casos particuia-
y sin intención alguna de crear una doctrina orgánica. En algunossupuestos, la
ución invocada importó fa variación de los principiosaplicables al sector, con lo
que !a regla obtenida importaba una excepción. Tal es el caso, por ejemplo, del fa-
llo precursor dictada por la Corte de Casación francesa en 1908, "Mary Raynaud",
n el cual, extendiendo fa quiebra a quien controlaba una sociedad, modificó en lo
ue a las personasjurídicasse refiere, los principios en materia de interposicionde
ersonas vigentes hasta entonces en el mundo galo.
Posteriormente, en el caso "Vida!", la Corte sostuvo: "aunque la sociedad haya
nido una existencia propia y una apariencia regular, Vidat no ha sido por ello
enossu dueño (...) ha ejercido e! comercio por su intermedioy debe serconside-
rado como responsable de sus actos y del pasivo de la sociedad".
El derecho francés en materia concursa! consagra un verdadero sistema de ex-
ension de la quiebra en tressupuestos distintos:
a) El caso de la extensión de la quiebra social por haber actuadosu animador
como rnaitre de I'affaire (dueño del negocio), siguiendo los lineamientos
del caso "Vidal".
6) E! caso de extensiónde la quiebra por tratarse la fallida de una sociedad fic-
ticia, siguiendo losviejos principios del caso "Mary-Raynaud".
c) El caso de extensión de la quiebra por confusión de patrimonios: el moder-
no derecho de los grupos de

En materia de quiebras la ley permite extender la quiebra de una sociedad al


dueño del negocio que se simulaba bajo e! nombre de aquella, y el reglamento ju-
dicial faculta a las tribunales, ya sea de oficio o a pedido del síndico, a que ias deu-
dassocjates sean cargadas a !os socios aparentes u ocultoc, etcétera.

EI Código de Comercio (reformado en el año 1985) establece en sus arls. 180,


181 y 190 que en caso de una persona moral, se puede abrir un procedimientode
redrersementjudiciare respecto de todo dirigente de derecho o de hecho de ésta,
remuneradoono, contra el que se pueda probar que ha incurrido en alguno de los
hechossiguientes:
1, Haber dispuesto de los bienes de la persona moral como suyos propios.
2. Que bajo la protección de la persona moral y encubriendo sus maquinacio-
nes, haya realizado actos de comercio en interés personal.

Dobson, Elabuso de la personalidadjurídica (en eiderecho privado), p. 554.


402 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Nlíñez
-.-p.-- -,-" , -. . -----
3 Que haya hecho uso de los bienes o del crkdito de la persona moral en con-
tra del interés de ésta y para fines personales o para favorecer a otra perso-
na moral o empresa en la cual estaba directa o indirectamente interesado.
4. Que haya continuado abusivamente, en interés personal, una explotación
deficitaria que no podia sino conducir a la cesacidn de pagos de la persona
moral.
5. El mantener una contabilidad ficticia, el haber hecho documentos conta-
bles de la sociedad, el no llevar en legal forma los libros de !a persona mural.
6. Ei hecho de haber desviado todo o parte del activo de la persona moral.
7. Incrementar fraudulentamente el pasivo de la sociedad. En todos lo, casos
referidos precedentementese puede responsabilizar y extender la quiebra
a la persona que la dirigiera, yen ei caso dequeseanvariostos responsables,
se podrá decidir que las deudas sean soportadas por uno o por parte de
ellos, en forma solidaria o nod6.

Por su parte, para la doctrina italia~a,q w encabeza la corriente más crítica, {a


única forma de superar este estado de incertidumbrees revisar el conceptode per-
sona jurídica, dejando de fado toda concepción formalista regresando a una con-
cepción nominalista que la considere un mero instrumento lingfiistico y determi-
nando cuáles son las condiciones de su El art. 2362 del CC italiano dispone
que e! único accionista de la sociedad responde en caso de insolvencia de ésta, en
forma ilimitada, con io cuai se pone de manifiesto que para la iey italiana ei signi-
ficado de la personalidadjurídica en las sociedades es

En cambio, la doctrina alemana, ante la imposibilidadde encontrar un principio


rector, ha elaborado una clasificación 0 gruposdecasos,como pautas de aplicación
y que distingue estos grupos:
a) Confusián de patrimonios o esferas: esta situación se da cuando la persona
jurídica se está utilizando para fines para los cuales no ha sido creada, su-
puesto de elusidn de cumplimiento de obligacionesfrente a terceros.
b) Direccidn externa: son supuestosdecontrolo direcciónefectivaexternay se
da en Ios casos en que ia voluntad controlada es la vofuntad de la sociedad
dominante, con la consecuente desviación de intereses.

6orda, La persona juridica y e/corrimienrode¡ velo societario, ps. 69 y 70.


47 Brignole, Horacio A., Algo mas sobre la teoria de la inoponibilidadde a¡ persona jurídica
y su aplicacion por los tribunalesde¡ trabajo, en libro de ponencias del "XXXI Encuentro de Insti-
tutos de Derecho Comercial del Colegio de Abogados de la Provincia de Buenos Aires", San IVlar-
tín, 4 aI VSi00, p. 74.
4S Borda, La persona jurídica y el corrimiento del velo societario, p. 74.
esponsabiiidadsolidaria en el contrato de trabajo
~-.- --- 403
-
c) InfracapitalizaciCIn: la insuficiencia del capital se da cuando iossocios no do-
tan ai ente de locrecursos patrimonialespara llevar adelante el objetosocial.
d) Abuso de la personajuridica en fraude de ley o en incumplimiento de obli-
gaciones: es eI supuesto más antiguo en cuanto ai descorrimiento del velo

Consiste en la utilizaciOn instrumental, objetivamente determinable, de Ja so-


edad -persona jurídica-, violandase con ello obligaciones contractuales, pro-
uciéndosedolosamente daños a terceros, etcétera. Se estaría en presencia de una
usula residual en la que, según se dice, "cabe incluir circunstancias y supuestos
terogéneos no encuadrables en ninguna de [as restantes ca~egorias"~~.
finalmente, se puede decir que en el Derecho español, se ha admitido que co-
espande [evantare! velo de la personeríajurídica y penetrar en el el la a fin de ver
substractum, cuando se simula la constitución de una sociedad para eludir el
umplimientode un contrato, o para burlar los derechos de los terceros, o eludir la
o bien para evitar que un grupo de personas al amparo de la personificación
disfruta, pueda dedicarse a actividades que están prohibidas a ios individuos
ia componen, para analizar los verdaderos intereses de sociedades aparente-
ente extraiías pero que respondena una misrnaconducci6nya un mismo interés,
ra llegar a extender la quiebra a un tercero si se demuestra una red conexión
ntre estey el quebrado5*.

d) Antecedentes nacionales
1 - Legislativos
Los primeros antecedentes legistativosen lo que respecta a la extensión de res-
nsabilidadasocios y directivosde las sociedades comerciales los encontramosen
teria impositivay en cuestiones de seguridad de Estado.
Asi, el decr. 6755143 se valió del principio de primaciade la realidadcon el fin de
evitar la evasión del impuesto a la transmisión gratuita de bienes a través de la
constjtución desociedades pantalla, y unos añosantes, la ley impocitiva 11-683ha-
bía introducido el criterio de realidad económica en materia fiscal.
Tres años después, se dicta e! decr. 11.599/46 -relativo a los bienes pertene-
cientes a los gobiernos o siibditos de Alemania y el Japón-, buscando determinar

q9 Brjgnole, Horacio A,, Algo mássobre \a koria de la inoponibilidadde la persona juridica


ysu apiicación por ¡os tribunales del trabajo, en libro de ponencias del "XXXI Encuentro de Insti-
tutos de Derecho Comercial del Cofegiode Abogados de l a Provincia de Buenos Aires", San Mar-
tin,4al 5/5/00, ps. 74y 75.
Borda, La persona jurídica y ei coirimiento de/ velo societari~p. 73.
- -
404
-m - - -
Ricardo D.Nierrezuelo Pedro E IVúñez
---
el origen de dichoscapitales. Tal normativa declarb comprendidos en el mismo a las
personas o entidades comerciales y los créditos, títulos y valores o cualquier otro
bien situsdosen la Repúblicay "... perlenecienrtesasúbditosoentidadesjaponesas
y aiernanas domiciliadas en Japón o Alemania o a sus representantes, sucursales,
filiales, o agentes de otros países". Por su parte, el art, 3* determina las circunstan-
cias que deben considerarse al respecto y expresa: "El origen del capital, la verdii-
dera participaciónque en el capital tengan las personas que dirijan las empresas; la
relación que la empresa tenga con otras de propiedad enemiga sea en cuanto a su
dirección, a la participación, como al personal directivo; la atribución de ganancias
o retribucionesa personaso entidades domiciliadas en países enemigos ...".
La ley 17.401 establecioensuarticulo que serían calificadas corno comunistas las
personasdeexistencia ideal que realizaranactividades comprobadas de indudable
motivación ideológica También pueden citarse como antecedentes
legislativos que sirvieron de apoyo normativo a esta construcción orgánica, el art.
73 de la ley 11.682, de impuesto a los réditos; el art. 5Ode la ley 12.143, de irnpues-
to a las ventas y el art. 10dei decr.-ley 18.061,de entidades financieras,
Adentrándonosahora específicamenteen laesfera laboral, la teoría de la pene-
tracidn de la personalidadjurídica aparece, con declarada finalidad de combatir el
fraude, en la ley 16.593-conocida como Ley Bogliano-que en su art. 2' reza que
el contrato por el cual una sociedad se obligue a la prestaciónde servicios o tareas
típicas de una relación de trabajo por parte de sus integrantes, a favor de un terce-
ro, en forma permanente y exciusiva, será considerado contrato de trabajo por
equipo y cada uno de sus integrantes, trabajador dependiente dei tercero a quien
hubiere prestadoefectivamente los mismos; y tuvo como efecto inmediato dar por
tierra con la figura de las sociedades de capital e industria tipificadas en el COdigo
de Comercio, Este dispositivo posteriormentefue receptado por la Ley de Contra-
to de Trabajo en su art. 2 02, que repite casi textualmente a su antecedenle.
Tampoco debemos olvidarnos det art. 33 de la iey 20.744, en materia de grupos
económicos y sociedades controladas, CITE, que ya fue materia de estudio en el
capitulo anterior.
Empero, ia consagración tegislativa de la teoría del disregard IIeg6 de la mano
de la ley 22.903, queagregbat art. 54dela ley 19.550 unp8rr. 3°quedice:."Laactua-
cidn de la sociedad que encubra la consecución de fines extrasocietarios constitu-
ya un mero recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe opara frustrar
derechosde terceros, se imputara directamente a los socios o a los controlantes que
la hicieron posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por losperjui-
cios causados ".

51
Foglia, La extensibn de lacondena a lossocios~administradores y cedentes de acciones de
sociedades comerciales con dependientes "en negro", Ty58, 1999-634.
iE
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 405

2 - Jurisprudenciales
i - De la Corte Suprema de justicia de la Nación
y de otros fueros
Al aplicarse jurisprudencialmente la teoría del disregard en las mas variadas
materias, no hemos de restringirnos a rerefiar sólo los surgidos dentro del ámbito
del Derecho del trabajo, y nos abocaremos en primer lugar a la doctrina sentada
por la Cámara Nacional de Apelacionesen lo Civil, por la CorteSuprema de Justicia
de la Nación y por la Suprema Cot-te de la Provincia de Buenos Aires.
Uno de los primeros antecedentes en materia de intervención de una sociedad
anónima se trató de una medida precautoria solicitada en un juicio de divorcia,
invocándose que su patrimonio pertenecía a uno de loscónyugesen su mayoría5*.
También han de mencionarse los casos " P a t r ~ c i n i o " consistente
~~, en una de-
manda por daños y perjuicios a raíz de un accidente ferroviario donde fa Carnara
resolvió, por aplicación de la teoría del corrimiento del velo societario, que la exis-
tencia de una personeria juridica distinta no destruye el hecho esencial de que
€FEA no es sino una rama del Estado; y " G ó m e ~ " ~ ~ , !e era adeudada a un
donde
particutar una suma de dinero en d6lares por parte de la CornisiC}nAdrninistrada-
ra de Emisoras Comerciales-organismo con personalidadde Derecho pú blicoyde
Derecho privado segun ia ley 16.907- que le cedió un crédito contra el Ministerio
de Obras y Servicios PUblicos, que no pudo hacerse efectivo. La Corte resolvió que,
siendo el deudor cedido la Nación misma y el cedente una empresa propiedad de
aquélia, no cabría distinguir entre los bienes de unay otra ya que en definitiva su
titular es el Estado.
Asimismo la Carnara Nacional de Apelaciones en lo resolvió en un juicio
de divorcio la intervención de la sociedad anónima, constituida con participación
del marido poco antes de la promoción del juicio, con aporte de bienes ganancia-
les, que integraban más del 90% del capital social, considerando que era ei dnico
medio idóneo para garantizar los derechos de la esposa.
Por su parte, la Suprerria Corte de la Provincia de Buenos Aires, resaivió en un
primer momento, que no existía cesiOn prohibida de la locación por el traspaso de
éstaa la sociedad de responsabilidad limitada, que era en realidad transformación
de ia sociedad colectiva, l ~ c a t a r i aUn
~ ~año
. después, el mismo Tribunal decidió

52 CCiv. 2'Cap., 21/10/48, LL, 52-742; CNCiv., Sala C, 17/6/66, ED, 16-58.
53 Véase CNCiv,, Sala A, 32/3/66, "Patrocinio, Faustino R. c. Gobierno Nacional", ED, 16-512.
54 CSJN, 28/2/69, "Gomez, Gerardo c. Comisión Administradora de Emisiones Comercialesy
LS 82 n/ Canal 7",ED,29-1 86.
55 CNCiv., Sala C, 1716166,fallo 13.703.

SCBA, 15/3/66,
406 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Múfim
-. ----- -.--

prescindir de la personalidad de la sociedad anónima, integrada por una persona


fisica sancionada por el Estado-eliminada del registro de proveedores-, que po-
seía e! 75% del capital s o ~ i a 1 ~ ~ .
Se utilizaba a la persona jurídica para burlar una prohibicidn, Io que importaba
fa desnaturalización de sus fines licitos, un ejercicio abusivo de su persanalidad: el
ordenamiento jurídico no puede proteger el abuso de una institución juridica. Se
señal6 asimismo que nada se oponía a no parar mientes en la forma adoptada por
el ente colectivo e indagar la realidad oculta bajo el manto de la personalidad juri-
dica cuando ésta es utilizada con una finalidad antifuncional o cuando la justicia
material del caso concreto así lo exiges8.
Más conocidos resultan los cl&sicoscasos"Parke Davis y Cia. S.A."", "Cornpailia
Swift de La Plata S. A . " y~ "Meilor
~ ~ ~ , resueltos también por la
~ o o d w i n " todos
Corte Suprema de Justicia de la Nación, como Io vimos en el capítulo anterior.

// - Fuero del trabajo


En materia laboral, la ieoria de! disregard se materializó con dos finalidades
bien distintas: para desestimar a \as sociedades constituidas para encubrir un frau-
de o una reladon laboral frauduIenIa, y para atravesar el velo ~orporativoy res-
ponsabilizar a los socios y controlantes de la
Con anterioridad a la reforma introducida al alt. 54de la ley 19.550 en 1983, en
el ámbito del Derecho del trabajo remitían casi exclusivamente al fraude, mencio-
nando sólo ocasionatmente la doctrina del disregard, situación que varió sustan-
cialmente luego de la reforma citada.
Así, y como ejemplo be esa primera etapa, fa Cámara Nacional de Apejaciones
del Trabajo debió resolver una tercería da dominio planteada por la actora-cuyos
socios eran los mismos de La Pavoni S.R.L., sociedad cuyos bienes habían sido em-
bargados-, rechazándose la misma por entender que surgía de autos que: "la eje-
cutada y ia tercerista son una misma empresa, aunque con nombre y apariencia
jurídica distintos y resulta dificil imaginar t...) que esa coexistencia tenga otro fin
que posibihtar la iniciación de juicios como el presente". Asimismo, se destacó que:

57 SCBA, 2514167.
58 Halperin, Sociedades anbnimas, ps. 135 y 136.
59 CSJN, 31/7/73, "Parke Davis y Cía. S. A.", Ea, 49-487.
CSJN, 4/9/73, "Compañía Swiftde La Plata S. A.", ED, 51-223.
61 CSJN, 18110173, "MellofGoodwinm,ED, 51-341.
6"addaloni, citando a Foglia en Jurispfuo'enciaacerca de la extensibn de responsabilidad
a los socios y directivos de sociedades comerciales,en "Revista de la Sociedad Argentina de Dere-
cho Laboraf", no 15, sep.-oct.2002, ps. 38/43.
olidaria en el contrato de trabajo 407
.-

"la comprobacibn de identidad real frente a una diversidad simuiada entre de-
erista, es decir, la ausencia de tercero -desde que este se confun-
e con una de las dos partes-impone el rechazo de la tercería. Ai ser notoria la uti-
zacidn in fraude legis del principio de la personalidad de las sociedades comer-
ciales, eslicito que el juzgador prescindadelmismo, y, aventando [o ficticio, apoye
u juicio en la realidad ..."".
En similar sentido, se expidió en los autos "R~balcaba"~~, donde no aplica la
eoria de ta desestimacibnen sentido estricto, pero demuestra el interes de los jue-
ces para "encontrar el hombre detrás de la máscara" que es en definitiva otra de
las formas de la teoria del disregard.
Aquí, el actor trabajaba comovendedor de librosde la demandada, pero había
suscriptoa su ingreso un contrato con la misma a nombre de Sociedad Rubalcaba.
La Cámara entendió que la Sociedad Rubalcaba no era tal, por no haber sido cons-
tituida conformea las prescripcionesdelCodigode Comercio,y ser una mera deno-
naciónde fantasía destinada a ocultar la verdadera naturalezade lavincuIación

Poco después, en un contexto fáctico similar planteado en autos " ~ o r v e t t o " ~ ~ ,


la mencionada Cámara concluyó que también se estaba aquí en presencia de una
relación laboral, y que la argumentación de la accionada, basada en la existencia
de un contrato de sociedad, resultaba inadmisible, ya que era evidente que era
conducente a evitar e [ cumplimiento de las leyes laborales y revestía el carácter de
figura fraudulenta, mediante la creaclbn de un ente jurídico que no era tal (del
voto de Goyena). Nose trataba de un casode fraude por interposici6ndepersonas,
perosí un simple intento de simulación ilicita: la asunción de una figura no laboral
(societaria) con el objeto de crear una falsa apariencia para eludir la aplicación de
[as leyes laborales (del voto de Pettoruti).
En los autos "Castro decidió que: "Existe identidad de empleador
entre una supuesta sociedad anónima, para la cual se desempeñara el actor y su
continuadora, unasociedadde responsabilidadlimitada de posteriorconstitucion,
sobre la cual deben recaer las responsabilidadeslaborales, si, pesea su distinta apa-
riencia juridica, media entre ambas identidad de intereses acreditada por las cir-
cunstancias de llevar el mismo nombre de fantasía, tener igual domicilio y la trans-
misión, quese habria operado, del activoficico, que constituyen suficiente presun-
ción, conforme al art. 163, inc. sodelCPCCN, aplicable en el fuero labora!".

63 CNAT, Sala 1, 2717167, "Mecánica Italiana S.R.L. snerceria en autos 'Muscolino, Eduardo y
otroc. La Pavoni S. R. L.' ",sent. 26.732, LL, 133-731.
64 CNAT, Safa IV, 10111/67, "Rubalcaba, Miguei c. La Ley S.A.", E#, 31-873.
65 CNAT, Sala 11,3117169, "Corvetto,Osvaldoc. La Ley S. A. Editora e Impresora", ED,32-645.
66 CNAT, Sala ll1,30/3/73, "Castro Fuentes, Constantino C. Main S.R.L. y otro", DT, 1973-857.
408 Ricardo D, Hierrezuelo - Pedro E N6ñez
-
-
--
.-
-
-,
A- --
-
,' .-_L.I_IIIIXI----

La posibilidad de extender la responsabilidad a Ios socios basada en ei abuso de


la personalidad juridica, también mereció recepci6n por parte de !la Cámara de Ape-
laciones del Trabajo pudiendo citarse los casos "Aybar" y "Rodríguez".
En el raso " A ~ b a r "el~juez
~ , de primera instancia, Rodriguez Aldao, mediante
sentencia del 6 de diciembre de 1972, condenó a la persona jurídica y decidió ex-
tender la condena a tres de sus integrantes (eran cinco socios gerentes, tres de los
cuales fueron demandados), pues a su entender "iasociedad que secreó con un fin
licito como es el de explotar una pizzería, funcionb irregularmente al no hacer
aportes jubilatoriosa sus dependientes a los que burió dejándolos sin trabajo y sin
pagarles indemnizaciones ni salarios mediante el simple recurso de desaparecer,
cosa fácil en una persona jurídica que no tiene existencia real. Sus iinicos bienes
eran instalaciones que fueron retiradas y ni siquiera existe hoy el edificio, que era
propiedad deesa sociedad L..) Losdemandados lucraroncon el trabajo de los acto-
resy se beneficiaron con la venta de las insta!acíonesde la sociedad de manera que
es justo que respondan por las obligaciones de ésta frente a sus ex dependientes",
Porsu parte, la Sala II, con voto de Podetti, confirmo la sentencia de primera ins-
tancia, af sostener que: "cuando la ley positiva prevt! la constituciOn de,sociedades
atribuyéndoles una personalidad jurídica distinta de la de sus integrantes, no cabe
hacer m6rjto de ella si se contradicen con ¡a misma !os propósitos que el ordena-
miento jurídico ampara. De ahí que quepa desestimar dicha personalidad, con la
consiguiente imputación de responsabilidad persona! de los socios, y, en casos ex-
cepcionales, corresponde que se levante et velo de la persona jurídica que oculta
las circunstancias de hecho (...) En rigor, se trata de remediar el fraude consiguien-
te: fraude que en materia laboral ha sido estudiado por Justa López como el que se
realiza por intcrposicidn del sujetocolectivo. ..".
El sentenciante agreg6 que: "Esasí que excepcionairnente, pero con claro crite-
rio la jurisprudencia nacional ha hecho reiterada aplicación de la desestimación de
la personalidad societaria (. ..) En la especie (...)se dan a mí juicio circunstanciasqtie
permiten hacer caso omiso de la forma regida por la ley 11.645,de manera que apa-
rezca en primer plano el sustractum humano, la persona de los socios; no obsta a
ello lo dispuesto en losarts. 30y31 del CC-ley 340-(., .) toda vez que de lo que se
trata es justamente de prescindir del sujeto cofectjvocuando como en el caso a tra-
vésde él se atenta abusivamente contra intereses tutelados por el derecho, lo que
este no ampara (conf. art. 1071, párr. 2", CC, ley 340)".
En el caso " ~ o d r í g u e z "ef~ ~actor
, demandó por diferencias salariales al esta-
blecimiento, pretendiendo la extensionde la condena al socio mayoritario Floren-

67 CNAT, Safa 11,9/5/73, "Aybar, Rubén y otro i. Pizzería Viturro SAL. y otros", DT, 1974-67.
68 CNAT, Sala 11, 31/7/73, "Rodriguez, Emiiio y otros c. Lago del Bosque S.R.L. y otro", TyS5,
1973174-620.
onsabilidad solidaria en el rontrato de trabajo 409

cio Iglesias. Coincidiendo con lo dictaminado por el a quo, la Cimara conriderá co-
rrecta la aplicacibn de dicha doctrina al caso por entender que el fraude a la ley o
buso de la personalidadjurídica consiste en la reducción de la persona colectiva a
era figura estructural, a puro recursatécnico, utilizándola como instrumento pa-
ra obtener objetivos puramente individuales, muy distintos a tos que son propios
e la realidad social que justificaria aquella personalidad, la cual es meramenteuti-
izada para conveniencias individuales que no serían suceptibles deser alcanzadas
irectamente" o que de intentar hacerlo aparejarían a los individuos riesgos y
ravámenes mayores.
Tanto "Rodriguez" como "Aybar" merecieron un comentario de Vázquez Via-
lard, para qujen no basta que foc bienes de la sociedad hayan desaparecido para
que los socios gerentes respondan en forma directa, y es necesario que esa desa-
parición haya sido consecuencia de la desviación de [a sociedad en el ejercicio de
sus actividades, dado que si los bienes se han "esfumado" por un riesgo propio de
la actividad, ello no convierte a una sociedad reat en una mera "pantalla", debien-
do acreditarse (o por lo menos surgir de una fuerte presunción) que la figura utili-
zada lo fue al solo efecto de hacer un uso abusivo de la máscara para limitar la res-
ponsabilidado cometer un fraude.
Finalmente, señata que losautores, especialmente loscornercia~istas,están con-
testes en que la teoría debe aplicarse con carácter excepcional, no debe destruir el
principio de la personalidadjurídica, sino únicamente asegurar el recto uso de la
misma. Debe evitarse entonces una utitizaci5n indiscriminadaquedejaria sin valor
un instrumento valiosom.
Las palabras de este prestigioso autor, que fueron esbozadas mucho antes de la
reforma de la ley 22.903, reflejaban el pensamiento de la mayoría de la doctrina
comercialista, entre los que seencontraban los redactoresde la citada ley, quefue-
ron los mentores de[ actual párr. 3' del art. 54 de Ia LGS. Adviertase la desconfian-
za que generaba la recepción normativa de la teoría de la desestimación, que Vaz-
quez Vialard, citando a Halperín, expresaba en esa oportunidad que: "aunque no
sedescarta que la /ey recoja sus principiosfundamentales, como ocurre entre otros
en Derecho fiscal, sesostiene la ventaja -por momento-que continúe siendo un
instrumentode carácter pretoriano que en función de 10s hechosy a fin de impedir
injusticias, fraudes, soluciones repugnantes a la buena fe, allane la personería
cuando su aplicación resulta arbitraria"70.

Vázquez Vialard, La aplicación de la teoría de la desestimaciíonde /a forma de ta persona


jurídica en e/ derecho del trabajo, TySS, 1973174-620.
7"ázquez Vialard, La aplicación de la woria de la desestirnacion de la forma de la persona
jurídica en elderecho del trabaja, TySS, 197Y74-620.
Con posterioridad a fa sanción de [a Iey 22.903, ia Cámara Nacional de Apela-
ciones del Trabajo tuvo la oportunidad de expedirse en dos Fallor sobre este tema,
ambos con el voto de Cascelli. En el primero, " ~ n s f r a n "se~ resolvió
~ que: "cuando
una persona juridica, apartándose de los fines para los que fue creada, abusa desu
forma para obtener un resultado querido al olorgársele esa prerrogativa, debe
descorrerse el veio de su personalidad para penetrar en la real esencia de su sus-
tracto personal o patrimonialy poner de rnanifierto los f ines de los miembros cabi-
j a d a tras la máscara". Se indicó que "la teoría de la penetración de la desestima-
ción de la personalidad societaria ha sido efaborada a propbsito del uso desviado
de ésta como cuando, prevaliéndose de dicha sociedad, ce afectan los interesesde
terceros, de los mismos socios y aun de carácter público, resultando aplicable en
materia laborai cuandosetrata de remediar una situación de fraudea losderechos
de los trabajadores".
Finalmente, se expresó que si la sociedad no habría cumplido con sus obtigario-
neslaborales, sinoquese trataríade un ente ficticio integrado por los rniernbrosde
la sociedad conyugal, lo que si bien está autorizado por el art. 27 de la ley 19.550,
llevaría a pensar que se pretende disminuir la responsabilidad patrimonial ante
terceros, situación reforzada apenas se visualiza que el domicilio del ente no seria
otro que el de sussocios y no habría otro aporte que el monetario de sus integran-
tes para formar el sustracto físico y patrimonialde un ente que, para más, mudaba
su domicilio regularmente sin haber cumplido deberes esenciales como el de de-
nunciar fa iniciación de obras al Registro Nacional de fa Construccibn, resulta pro-
cedente la condena a la sociedad y a ios socios",
En ef segundo de los falios, "Pacheco de Pugliese" 72, se destacó que la ley admi-
te, como uno de los efectos de Ia personalidadjurídica reconocida a la sociedades,
la separación patrimonia! de estossujetosde derechos respectode sus integrantes,
principioque debe mantenersey respetarseen tanto no se violen reglas superiores
del ordenamiento jurídico que hagan aplicable e l criterio de funcionatidad sus-
tentado por el art. 2Ode la ley ? 9.550, pero ello no impide que se aplique la doctri-
na de la penetracibnde la persona jurfdica cuando se advierte la utilizaciónabusi-
va de t a l ficción legal en perjuicio de los trabajadores.
Asimismo, se sostuvo que si de las constancias de la causa surge la inexistencia
de documentación respaldatoria de una efectiva gestión social, ausencia de sol-
vencia econdmica y responsabilidadpatrimonial, asícomo presiones cobre tos tra-
bajadoresque permiten concluir en la utilizaci0n de la personalidadjurídica con el
objeto de afectar intereses& terceros, corresponde rcsponsabilizar solidariarnen-
t e a los integrantesde la sociedad.

7' CNAT, Sala V, 18/2/35, "fncfran, Roman y otros c. Arroyc S.R.L.y otro", DT, XLV-A-654.
72 CNAT, Sala V, 6/10/88, "Pacheco depugiiese, Amelia Raque! y otro c. Abreviar Editores 5. A.
ylu otros", LT, XXXVI-921.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 41 1
"- - _
5 - Responsabilidad de los socios y controlantes
de sociedades comerciales
g 48. El are. 54,parr. 3"de la Ley General de Sociedades
a) Introducción
En la legisiación comparada no encontramos antecedente alguno que introdu-
jera la teoria de la desestimación en un dispositivo legal, sinoque, por el contrario,
son los jueces los que utilizan esta herramienta en aquellos casos en que se deba
ullanar la personalidadjurídica de la sociedad comercial.
Incluso, nada se dijo en la ley I9,550sabreectetema, que reciénse incorporóen
1983 con la reforma de ta ley 22.903, al modificarse el art, 54 de la ley 19.550. Pos-
teriormente, esa disposición fue receptada por el derecho uruguayo en términos
similares en 1989. También el art, 50 de la Iey 10,406 preve en Brasil la desestima-
ción de la personalidadsocietaria por abuso de lossocios.
Ef art, 54 de la LGS dispone: "...lnoponibilidad de la personahdad jurídica, La
actuación de la socí~dadqueencubra la consecución de fines extrasocieiarjoscons-
tituya un mero recurso para viokar la ley, el orden público o la buena fe o para frus-
trar derechos de terceros, se imputara dírectament-ea los socios o a los controlan-
tes que la hicieron posible, quienes responderánsolidaria e ilimitadamente por los
perjuicios causados".
Parte de la doctrina sostiene que no estamos frente a un supuesto de decesti-
mación de la personalidad similar al disregard norteamericano, sino a una aitera-
cion de las reglas del tipo, lo cual tiene la ventaja de que mantiene ia personalidad
de la sociedad en beneficio de los acreedores sociales y de los socios como tales, y
de que se puede desconocer la limitación de responsabilidadsin desconocer tam-
bién la personalidadj u r i d i ~ a ~En~ .cambio, Otaegui, en términos que comparti-
mos, entiende que la desestimación de !a personalidadjurídicano implica invalidar
todos los efectos de la personalidad, sino solamente no tomarla en cuenta para
determinadosfines.Sehala que la inoponibilidad del art. 54de la LGS,importa una
alteración dei régimen de responsabilidaddel socio, que es un efecto de la perso-
nalidady configura, por tanto, una regulación de la desestimacibn de !a persona-
lidad. Esreenfoquetiene laventaja de que mantienes la inoponibilidaddei art. 54,
dentro del campo de la desestimación, con el aprovechamientode la doctrina y la
jurisprudencia existentes sobre la materiaT4.
Razones de herrneneutica jurídica nos llevan a tener en cuenta tanto los ante-
cedentes como las motivaciones que llevaronal legislador a incorporar el presente

73 Dobson, E l abuso de ia personalidadjurídica (en elderecho privado), p. 71.


7"~aegui, "inoponibilidad de la personalidad jurídica", en Anomalíassocietarias, p. 81.
412 Ricardo D. Híerrezuelo -Pedro E hiufiez
.- -+-,-.

párrafo, pues,como lo ha dicha la Corte Suprema deiusticia de la Nación y lo ha rei-


terado en numerosos pronunciamientos, incluso en el consid. 5" de Ia minoría en
"~ingiale"'~ que, en io relacionadocon los métodos de interpretacibnde la ley, la
primera regla consiste en respetar la voluntad del legislador, pueses misión de los
juecesdar pleno efectoa los normasvigentessinsustituirla voluntad del legislador,
y sin juzgar sobre el mero acierto o convenienciade las disposiciones adoptadaspor
él en ejercicio de sus prapias faculta de^^^.
En este cenrido, conviene recordar que Ia Cornisión designada por resolución di31
Ministerio de Justicia de la Nación, constituida por JaímeL. Anaya, Enrique M. Butty,
Raúl A. Etcheverry, Horacio P. Fargosi, luan C. Palmero y Enrique Zaldivar con fecha
15 de diciembre de 1982, para la reforma de la Ley de Sociedades Comerciales (lue-
go ley 22,903) elevó un informe ai ministro de justicia, Lucas Jaime Lennon, por el
cual funda el punto de la reforma del art, 54 de la LGS: "La doctrina y ia Jurispru-
dencia nacional se han visto enfrentadas en los años más recientes con complejos
fenómenos, especíairnente cuando se abren procesos concursales y es: menester
hacer valer los mecanismos generales sobre un régimen de responsabiiidad. Del
analisis de esta problemática, teniendo en cuenta los sistemas existentes en las le-
gislacionescontemporaneas y la necesaria compatibilizaci6nquedebe existir con la
legislaciiin cornirn y con la ley de concurso, esta CorniciSn considera necesariointro-
ducir a la normativa vigente un dispositivo extendiendo la responsabilidad a los
casos de uso abusivo del fenbrneno societario. La Comisión esta persuadida que el
fenómeno grupal, en todo caso, se resuelve siempre en el terreno de la responsabi-
lidad, de lo que se concluye que si esto está previsto por la ley, en sustancia puede
considerarse superado el problema, máxime habida cuenta que la manifestacibn
del grupo se deberá efectuar a traves de la noción de control societario y de ia for-
ma de presentacibn de IosesEadoscontabies. Plodebe olvidarse, para ei enfoque de
este problema, que el sub. 5.4. se propone la íncorporaci~ndel control de hecho o
externo y que, por lo dern&s,la ley ya regula las participaciones recíproca^"^^.
Asimismo, en e1 Mensaje de Elevcicibn del Poder Ejecutivo Nacional de la ley
22.903, se señala en sustentación del dispositivo legal que: "Vale decir, que el tex-
to proyectado, a partir de una vertiente ética, se adecua jurídicamente a la razón
misma del reconocimiento de ta personaIidad que no puede servir para violentar
lo que constituye el objeto genbrico y abstracto de las sociedades comerciales a la
ley d e lo expuesto en ei art. la de la ley 19.550",

75 CSJN, 513102, "Cingiale, María C.y otro c. Polledo Agropecuaria S.A. y otros", TySS, 2002-
507
76 CSJN-Fallos, 302:973,304:1007; 305: 538 y 308:1745, entre otros.
77
5an MilIAn, Responsabilidadpenonal de iossociospoudeudas laborales, en ED,ejemplar
del 3/5/00, ps. 1 y 2; TySS, 1999-1028,
~esponsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 413
-.-

De ello se colige que el párr, 3" del art. 54 fue incorporado para extender la res-
onsabilidad a quienes hicieron un uso abusivo del fenómeno societario y utiliza-
n la personalidadde la misma para violentar su objeto genéricoy abstracto, que
conformidad con ei art. 1" de la ley citada, consiste en la producción o inter-
mbio de bienes o servicios.
A partir de esta premisa, podemos distinguir en el citado párrafo dos partes
ien diferenciadas.
La primera se verifica "cuando la actuación de la sociedad encubre la consecu-
cion de fines extrasocietarios", Las finalidades extrasacietarias se definen por con-
traposición a las societarias, por lo que las mismas deben derivarse de la doctrina
del art. 1" de la ley 19.550 y sus fuentes históricas y de Derecho comparado, que a
SU vez reenvían a las relacionesentre las nociones de empresa, hacienda empresa-
ria, sujeto empresarioy s o ~ i e d a d ~ ~ .
La determinacien de los supuestos que suponen la consecución de fines extraso-
ietarios no es pacifica. Así, según ~ i l i p p icitando
~ ~ , opiniones de diversos autores,
xpresa que Dobson sostiene que la teoría del abuso del detecho es suficiente para
egar a la invalidez del acto cuando se persigan fines extrasocietarios, resultando
entonces la nulidadatenuadaconel institutode la inoponibilidad; que Otaegui en-
tiende que la consecucibn de finesextrasocietarioses unsupuesto desimulación i(í-
cita, por lo que fundamenta su posición en losartc.955,957,958y954-para el caso
de los efectos- del CC [hoy arts. 332,333,334, CCCN], y que Richard y Moeremans
por su parte consideran la consecuciónde finesextrasocietarioscorno un abuso ins-
titucional entendido este corno la persecuciónde fines que son contrarios al objeto
establecido en el contrato social y que tienden a lograr intereses particulares.
Finaimente, Butty señala que la inoponibilidadde la persona jurídica que consa-
gra el art. 54de Ialey 19.550difieredel disregardde la doctrina yjurisprudencia con-
tinental europea y anglosajona en tanto dicha doctrina supedita la desestirnacidn
de ia personalidad societaria a la concurrencia de causa iiicita en la constitución o
gestión: la inoponibilidad, en el art. 54, no necesariamentesupone la concurrencia
de causa iiicita. Considera necesario para e! funcionamiento de la inoponibilidad
(art. 54, LGS)que ia actuación de la sociedad encubra la persecución de una finali-
dad extrasocietaria, aunque puede ser lícita en el sentido de no fraudulenta.
Refiere que el limite para la licitud del ocultamientopersonalo patrimonialtras
la máscarade la personalidadjurídica diferenciada (o privilegiamientodela estruc-
tura corporativa) debe establecerse por referencia a la nociónde causa final media-

78 Butty, Enrique M., Inoponibiiidad, en !ibro de ponencias del "V Congreso de Derecho SO-
cietario", ps. 643 y 644.
79 Filippi, Laura L., E l a n 54, parr. 3"yia "consecucibnde fhes extrasocietarjos", en libro de
ponenciasdel "V Congreso de Derecho Societario",p. 633 y siguientes.
414 Ricardo D.Hierrezuefo-Pedro E Nhñez
"--+"--- "-.---- -
ta de la concentración de la sociedad. Sin embargo, termina expresando que no
necesariamente Ia causa final mediata de fa concertación o gesti6n social sea licita^
por ende determine el mantenimiento de la operatividad jurídica de la personali-
dad juridica diferenciada como enmascaramiento, implica que no funcione -se-
gún los supuestos- la inoponibilidad contemplada en e! art. 54 de la ley 19.55080.
Cualquiera sea la postura que se adopte, lo cierto es que la consecución de fines
extrasocietarios se verifica cuando una persona juridica no es constituida para la
producción o el intercambio de bienes y serviciosque es su finalidad societaria.
Si trasladamos este razonamiento a los supuestos de irregularidad registra(, srj-
lo se podria desestimar fa personalidad jurídica por fa consecución de fines extra-
societarios, si se demuestra que la misma 5610 fue constituida para contratar tra-
bajadores total o parciatrnente en negroo para retener indebidamente los aportes
de la seguridad socia! o sindicales; io cual resulta impensable.
La segunda parte se produce cuando la actuación de la sociedad constituye un
mero recurso para violar la ley, ei orden pública o la buena f e a para frustrar dere-
chosde terceroc. En este caso, la sociedad es utiiizada por las personas mencionadas
en el artícuiocomo una pantalla para ei fraude. Nose trata de iiícitcs cometidos por
la propia sociedad, sino iIicitoscomeridos por fossociosy controlantes, que se ampa-
raron tras [amáscara de la sociedad mercantilcon el objeto de evitar la aplicación de
normas que de otra forma se les hubieran imputado a ellos en forma personal. De
ahí que ta norma !es imponga !a obligación de tener que responder en forma soli-
daria e ilimitada por los perjuicios causados.
De lo expuesto concluimos con Vhzquez Vialard que sólo procede el allana-
miento de la personalidad cuando los socios y controlantes la uli!izaron como una
pantalla para privilegiar sus propios intereses por sobre los del enlesocietario, y no
cuando ia ilicitud fue cometida por la persona jurídica, entendida como individua-
lidad distinta desus integrantes.
En efecto, cabe distinguir los motivosque ha tenido el socio para constituir o ad-
quirir cuotassociales y los fines de esta última que constituye la causa fin de lasocie-
dad y marca su actuación, En ei caso, se sanciona la actitud del socio controlante que
ha utilizado a la sociedad como un instrumento formal para satisfacer intereses pro-
pios distintos de los intereses de la sociedad -sin duda, se trata de un
Para este autor, la utilización de la expresión mero recurso pareceria denotar
que la disposición se dirige exclusivamente a una sociedad ficticia (pantalia), a un
ser de paja, aunque cabe destacar'que, aunque la norma se refierea esa situación,

Butty, Enrique M.,


Inoponibilidad, en libro de ponencias de! "V Congreso de Derecho So-
cietario", ps. 643y 644.
Vazquez Vialard, Teoría de la desesf.irnación de la persona jurídica, en "Revista de Dered
cho Laboral", no2001-1, "La solidaridad en elcontrato detrabajo", p. 226.
Responsabilidad solidaria en el confatode trabajo
--475

está lejos de indicar que ia misma es la Única situacion. La disposiciOn no se centra,


y es importante destacarlo, en la persona de la sociedad, sino en su actuación, que
constituye el recurso para obtener la finalidad extrasocietaria (pr~hibida}~'.
Agrega queen realidad, nose trata de un supuesto deactuación de Ia sociedad,
sino de los socios o controlantes, quienes usan en forma desviada la figura socie-
taria, No se trata estrictamente de la actuación de l a sociedad -en actos relativos
a su objeto-sinod del usoque se hacede la figura desde afuera-con losotros pro-
pósitos que justamente no son los de la sociedad-.
Dado que se trata de una norma de carácter comercial, lo que no es óbice para
quese aplique respectode relaciones laborales, la misma debe ser interpretada en
el sentidoque ha querido darte el legislador. Este, al efecto, ha tenidoen cuenta las
siruacionesenvirtud de las cuales la doctrina judicial -aun sin ia existencia de una
norma concreta sobre el caso (en especial, por aplicación de la figura del abuso del
derecho, receptada en el art. 1071, CC Ihoy art. 10, CCCN,l)- hizo aplicación de la
figura de la desestimación de la persona jurídica. Es indudable que el legislador
tuvo en cuenta, en especial, la realidad planteada como consecuencia del accionar
de los grupos económicos que, con frecuencia, utilizan en forma desviada la figu-
ra societaria de alguno de sus miembros, a fin de lograr ventajas ¡licitas.
Por su parte, San Millán resulta categórico al distinguir losactos reflexivosde tos
transitivos. Los primeros son los actos emanados de un sujeto y cuyas consecuencias
le repercuten.Transitivos son aquellos cuyas conr;ecuencias recaen directamente en
otros sujetos. Reflexivwsonlosactossocietarios, o sea, realizados por la sociedad (a
travésdesusbrganos), en tanto susefectos recaigan directamente sobre la sociedad
(por ejemplo librar un cheque sin fondos).Transitivosson aquellos actos cuyas con-
secuencias recaen sobre un tercero por el efecto de la personalidad usada para
beneficiara sus accionistas o controlantes (autores o instigadoresdel acto). En este
casose debe probar el dolo del órgano y el del accionista. Aquí, la responsabilidad
transitiva opera por aplicación del principio según el cual cada persona responde
por sus propios actos. Ei intérprete debe desentrañar, entonces, s i fue un actaencu-
bierto por el tercero (accionista) para beneficiarse usando la figura ~ o c i e t a r i a ~ ~ .
Huelga decir que este segundosupuesto esfactib1e que se produzca en nuestra
disciplina, pero a nuestro entender, resulta innecesario recurrir a normas de otras
especialidades, cuando la teoría general de[ Derecho del trabajo cuenta con las he-
rramientas jurídicas adecuadas para solucionar este tipo de situaciones e inctuso,
con mayor amplitud, como veremos al volcar nuestra opinión.

V&zquezVialard, Teoría de /a desestimación de /a persona jurldica, en "Revista de Dere-


cho Laboral", no2009-1,"la solidaridad en e!contratode trabajo", p. 216.
83 San MilIán, Responsabilidadpersonal de los socios por deudas laborales, en ED, ejemplar
dei 3/5/00, ps. 1 y 2; TySS, 1999-1028.
41 6 Ricardo D.Hierreruelo - Pedro E: Núñet
-__,-.--.-.-- ,----,-, ------ ---,---.-,-_II_II~

Por último, y referidoa este pirrafo, resraseñalaraquiénesafectayen quécon-


siste la sancibn.
En lo que respecta ai primer punto, ia norma es clara a! decir que se imputará a
ios socios y controlantes. Los socios son aquellas personas fisicas o jurídicas (dos o
más) que en forma organizada, conforme a uno de los tipos previstos en ia ley, se
obligan a realizar aportes para aplicarlosa la producciiin o intercambio de bieneso
servicios participandodelos beneficias ysclportandolas pérdidas(conf.art. lo,LGS).
Por su parte, y como ya vimos en el capitula anterior, los cantro/antesseencuentrari
definidos en el art. 33 de la LGSque hace alusión tanto al control interno (de hecho
y de derecho)como al controt externo, en los siguientes t4rrninos: "Sociedadescon-
troladas: Se consideran sociedades controladas aquellas en que otra sociedad, en
forma directa a por intermedio de otra sociedad a su vezcontrolada: 1 ) Posea par-
ticipación, por cualquier título, que otorgue los votos nece-iariospara formar /a uo-
/untad social en las reuniones sociales o asambleas ordinarias; 2) Ejerza una in-
fluencia dominante como consecuencia de acciones, cuotas o partes de interéspo-
seidas, opar los especiales vínculos existentes entre las sociedades.
Sociedades vinculadas. Se consideran sociedades vinculadas, a los efectotos de la
Sección IX de este Capítulo, cuando una participe en más del diez por ciento del
capitalde otra, l a sociedadque participe en masdel veinticíncoporciento delcapi-
talde otra, deberá comunicárselo a fin de que sir próxima asamblea ordinaria tome
canocirnienfodel hecho".
La iillirna parte del art. 54 de la LGSestabfececuál es la sanciOn que se les impo-
ne a los socios y controlantes, que es la responsabilidad solidaria e ilimitada por los
perjuicios causados. Sin embargo, canviene destacar que esta sanción no se irnpo-
ne en forma generalizada a la totalidad de los socios y controlantes, sino sólo a los
que "la hicieron posible". De ese modo y en esta inteligencia, se debe probar, con
criterio restrictivo y excepcional, en cada caso y por quien ia invoque, la responsa-
bilidad que le cupo a cada socio y a cada sociedad controIante. Ello esasí, porcuan-
tose trata de la imputación de responsabilidad a un tercero ajeno a la relación ori-
ginal, producida como consecuencia dei avasaliamiento de la personalidad juridi-
ca otorgadam.

6) Análisis de diversasposturas interpretativas


del ai-r, 54 de la L t 5
La responsabildad de los socios y controlantes de las sociedades comerciales es
uno be los 'remas que mas ha dividido tanto a la doctrina coma a la jurisprudencia

84
Foglia, La extenrionde /a condena a los socios, administradores y cedenter de acciones de
sociedades comerciates con dependientes "en negro", VSS,1999-631.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 417

segUn la interpretación que se efectúe de! artículo en cuestión. Nuestro propósito


consiste en estudiar cada una de ellas, comenzando por e[ análisis de la controver-
sia en la opinión doctrinaria, para luego detenernos en el ámbito judicial, desta-
cando las ideas más trascendentes de ambas posiciones.

1 - Tesis amplia
I - Interpretación doctrínaria

La postura, que podríamos denominar amplia, ya que permite extender la con-


dena a lossocios frente a los supuestas de falencia registra1total o parcial, o aque-
Ifosotrosqueimporten un grave incumplimiento contractual, fue inmediatamente
acogida por cierto sector de los comercialistas y por gran parte de los laboralistas.
Entre los primeros, sedestaca la apinionde Martorell, quien luegodeelogiar las
conclusiones de "Duquelsy", sostiene que este es un remedio eficaz para impedir ,
que se delinca mediante el simple recurso de contar con 12.000 pesos, un contrato
inscripto en la Inspección General de Justicia y un sello de goma que diga "Socie-
dad ~ n o n i r n a " * ~ .
n ~ ~ que la limitación de la responsabilidad de una so-
Por su parte, ~ i s s e indica
ciedad anónima (o de lossocios de !as S.R.L.) noconstituye un princjpioabsoluto e!
nuestro derecho, ni es contemporáneo con el origen de lassociedades comerciales
y constituye una excepción al principio general de la unidad y universatidad del
paf rimonio consagrada por nuestro Código Civil.

Este excepcional beneficio sólo puede tener vigencia cuando se presentan los
siguientes requisitos:
a) Que la sociedad se encuentre suficientemente capitalizada, esto es, que el
capital social, concebido como garantía de los acreedores, guarde relación
con el pasivo de aquélla o con el nivel de gastosde la compañia,
b) Que toda la actuación de la sociedad esté enderezada a la consecuci6n de
fines societarios, entendidos éstos como la obtención de bienes y servicios
(arts. l o y 54, ley 19.550).

Destaca este prestigioso autor que existe intima vincuiacion entre el excepcio-
nal beneficio de la limitación de la responsabilidad y fa función de garantía que
cumple el capital social, sobre el cual los administradores de la compañía carecen

Martorell, Responsabílidad solidaria de directores y socios de sociedades anónimas por


fraude laboral,LL, 1999-F-831.
86 Niscen, Un magnífico fallo en materia de inoponibiiidad de ¡a personalidad jurjdica, LL,
'1999-B-1 y siguientes.
Ricardo D. Hierretuelo - Pedro E ::úñe~
___
418 __l_.-_,__I --,---.-.----"-,-..-u
1_11_

de toda poder de disposición, pues tal beneficio sb!o cobra sentido cuando la socie-
dad cuenta con un capital socia1 suficiente para satisfacer sus obligaciones.
Puede, pues, afirmarsejunto con Nissen que iassociedadecanónirnas infracapita-
!izadas constituyen una burda caricatura de lo que debe entenderse por sociedades
anónimas y se convieflen en instrumento de fraude para los terceros, cuya pratec-
ción debe ser prioritaria en toda legislación que reglamente el funcionamientode las
sociedades comerciales. l a harto criticabie exigencia prevista por el art, 186 que
requiere un capital sociai mínimo absurdo para las sociedades anónimas ($ 12.000,
hoy $100.000segirn decr. 1331112), de manera algunajustifica la existencia desot:ie-
dades infracapitalizadas, pues tal capital social sólo podri servir para lassociedades
que tengan un nivel de gastos equivalente, pero de ninguna manera tal norma pre-
dica que basta con contar con tan irrisoria cifra para que resulte operativa la limita-
ción de la responsabiiidad de los socios, cuando el pasivo o ei nivel de gastos de la
empresa sea superior.
Respalda tales conc~usionesel panarama que presenta ef mercado decociedades
anónimas en nuestro país, en donde su mayoría son sociedades colectivas disfraza-
das de anónimas, y en lar;cuales el gobierno de las mismas no esta esc'indidode su
administración, en lo que a sus integrantesse refiere, En este tipo de compañías, no
es invocabie, en principioy salvo contadas excepciones, el desconocimiento por los
accionistas del giro empresario o el real desenvoivirniento de los negocios sociales,
Las obligaciones de los accionistas en esta particular clase de sociedades no se ago-
ta con los aportes originales,cuando lasurnatoria de todosellos no guarda ta menor
relación con el nivelde gastos o con el pasivo de ia sociedad. Por ello es requeribie a
10s accionistas, para conservar el excepcional beneficio de la limitación de la res-
ponsabilidad, la permanente obligación de efectuar nuevos desemboisosa los efec-
tos de equilibrar el capital social con las reales necesidades de la empresa.
Nissen sostiene que desde el punto de vista normativo, tampoco es cierto que
losaccionistas no respondanen forma solidaria e ilimitada pues los arts. 38y ?9cas-
tigan de esa manera a las sociedades de obje.to ilícito o que desarrollan actividades
iiícítas, salvo buena fe, la cual no se presume, sino que debe ser acreditada por
quien invoqüeserajenoa la operatoria habitual de la sociedad y e! art. 254, p6rr. 1"
establece esa sanción por las consecuencias patrimoniales que a la sociedad trae
aparejada la declaracibn de nulidad de tina resoiuciiin asarnbiearia adoptada con
el voto de los mismos.
Agrega quesi bien tal actuación (el no registrar la rclacibn laboral o hacerlopar-
cialmentej es propia de los administradores de Ia sociedad, bien pueden ser exten-
didas sus consecuencias a los sacios, pues la ley responsabiiisa no solo a quienes
decidieron o ejecutaron tal proceder, sino a quienes la hicieron posible, debiendo
incluirse en esta categoría a todos quienes, conociendo o pudiendo conocer esa
manera de actuar, nada hicieron para ajustar el funcionamiento de lasociedad a la
ley o al estatuto,
sponsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 419
-~ -
--.
p
-
h..

Dentro de la doctrina laboral, puede citarse la posiciónde Eduardo~lvarez~~, fis-


l general del trabajo, para quien este debate es inexplicable, porque a cualquier
tima de una ilicitud se le reconoce el derecho a alegar la inoponibilidad del ente
cietario y a perseguir a las personas físicasque lo integran corno~ociosy que, es 10-
o presumir, se beneficiaron indebidamente con el resultado de [a antijuridicidad
conjurada que, obviamente, influye en los aspectos cuantitativosde la renta. Lo
e una sociedad comercial ahorra portenertrabajadores en negro, o por registrar
muneracionec inferiores a las que abone, no es un elemento neutroen la vincula-
i6n patrimonial que existe entre el ente de presencia ideal y [os socios, y ésta es [a
razón científica que anida en la responsabilidad solidaria e ilimitada de éstos.
Se trata de la vertiente ética a ia que hiciera mención la ya referida Exposición
Motivos be la ley22.903, y no considera a esta jurisprudencia peligrosa, pues no
alcanza a comprender por qué es mas riesgoso cumplir con una norma de sus-
tento valorativo que utilizar la figura societaria para llevar a cabo conductas iiici-
as, que benefician indebidamente a lossocios, perjudican a lostrabajadorescomo
reedoresdesumas alimentariase implican un abuso de la limitación de la respon-

Para FerreirósS8,las sociedades son medios técnicos que los seres humanos han
reado y que forman parte de! derecho. Esto les permite a ios hombres actuar de
manera asociada, y a esa asociación se le ha otorgado la personalidadjurídica como
un atributo que tiene queestar al serviciodel interksgeneral. Si los hombresquese
asocian se apartan de los finesque tuvo presente el legislador al conferirlesesafor-
ma juridica, ya sea a través del fraude o no, la imputación de los derechos y obliga-
ciones no debe hacerse damente a la sociedad, sino debe extenderse a los socios,
desestimándose la personalidadjurídica aludida,
Las Herasy D ' ~ u r i z i osi~bien
~ , consideran que el recurso de la desestimaciónde
la personalidadsocietaria debe estar previsto para casos excepcionales, cuando se
configuren los presupuestos establecidos por et legislador en la norma positiva, es-
to es, la consecución defines extrasocietarios, la violación de la ley, del orden públi-
co, o frustrar derechos de terceros, los tribunales no pueden desconocer ni dudar
de la apiicaciónde la fuente legal ante tan claros preceptos:deben utilizar el reme-

8' Alvarez, Elarticulo 54 de la ley Y 9.550,la responsabiiidadsolidaria de lossociosy un deba-


te inexplicable, en "Revista de Derecho Laboral", nq 2001-1, "La solidaridad en el contrato de tra-
bajo", p. 251 y siguientes.
Ferreirbs, Responsabilidad personal e ilimitada de gerentes, representantes y direcrores
a'esoriedadescomercia~esporcréditor;laborales, en "Doctrina Laboral Errepar", no169, sep. 1999,
p. 700 y siguientes.
89 Las Heras - DrAurizio, La responsabilidadsolidaria de administradores y $ocios frente al
trabajador, Di,2001-A-599.
420 Ricardo D.Híermuelo -Pedro E Núñez
.- ,--- .
1 .
1_
__--
1
11
1_
1-
1
1_
4C
1
1--
~ I -- I I

dio jurídico previsto, desestimar la personalidad jurídica y extender la responsabi-


lidad solidaria e iiirnitadamente a quienes se esconden detrás de la misma.
Aunque entienden que el reniedio tiene carácter excepcional, en materia labo-
ral consideran que deben atenerse a una tesis amplia sobre la doctrina de la inopo-
nibilidad. Esta solución esta dada por la particular desigualdad que se configura en
las relaciones laborales, agudiilada por fa debilidad negocia1 y el estado de necesi-
dad que tiene el trabajador frente a la concentración económica que significa ac-
tualmente la nación deempresa, quien como contrapartida disponede medios téc-
nicos, económicosy jurídicos para enfrentar una realidad que lo coloca en una \?-te-
jor posición socioeconómica.
Consideran que frente a la practica empresarial de mantener relaciones de tra-
bajo total o parcialmente al margen de las registraciones contables y laborales que
prescriben las normas vigentes son,en primer lugar, responsables los administra-
dores de la misma (arts. 59 y 274, LGS}. Existiría respecto de ellos una responsabili-
dad primaria frente a este ilícito, Son quienes saben o deben saber que se ha con-
tratado en violación a la ley, a! orden púbfico laboral y a la buena fe.,
En cambio, ia responsabilidad de los socios estará dada cuando conozcan del
incumplimiento y no hayan hecho las observaciones para que sus administradores
modifiquen ese proceder (culpa in vigilando); en ese aso corresponderá considerar
inoponibles ia personalidad para el caso concreto y la responsabilidad solidaria
caerá también sobre los accionistas o socios.

11 - interpretación jurisprudencia1
II. 1 - Carnara Nacionalde Apelaciones del Trabajo
- «Delgadillo Linares, Adela c. Shate1lS.A. yatrossi~espido»~~. Fue el primer
falio que se dictosiguiendo la tesisamplia. l a actora se desempeñaba para lasocíe-
dad anónima empleadora, la que le pagaba una parte de la remuneración en ne-
gro. Demandó a la sociedad anbnirna empleadara (en quiebra) y a dos personasen
su carácter de "... directivos, socios, gerentes, administradores o controlantest' de
la misma, el pago de las indemnizaciones por despido incausado y las previstas por
la ley 24.013. En primera instancia el juzgado rechazó la extensi6n de la responsa-
bilidad a los integrantes de la sociedad demandada,
EI 7 1 de febrero de '1997, eI fiscal general del trabajo, Eduardo Alvarez, dicta-
minó considerando que procedía extender la condena a los demandados inte-
grantes de la sociedad por aplicación de los arts. 54y 274de la ley 19.550, por cuan-
to ". . . se habría creado una hipbtesis automática de ta caida del velo societario en

90CNAI, Sala 111, 11/4/91, "Delgadilln Linares, Adela c. Shatell C.A. y otros siDespido", TySS,
1999-667.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 42 1
~
-.--

supuestos de ilicitud que, romo en el caso concreto, excederian el mero incurnplí-


miento de Ias obligaciones emergentes del contrato, al relacionarsecon la indebi-
da instrumentacion de los importes remuneratorios reales, configurativa de un
arquetípico fraude laboral".
La Cámara Nacional de Apelaciones de! Trabajo dicta sentencia en Ia que expre-
sa que: "la conducta asumida por la empleadora constituye un tipico fraude labo-
ral y previsionai,ya que tiene normalmente por objeto y efectodisminuir en forma
ilegítima la incidencia del salario normal en las prestaciones complementarias o
indernnizatoriasy en los aportes al sistema de seguridad social. €1 pago en negro
perjudica al trabajador, que se ve privado de aquella incidencia, al sector pasivo,
que esvíctima de ia evasión, y a la comunidad comercial en cuanto, al disminuir los
costos laborales, ponen al autor de la maniobra en mejor condición, para competir
en el mercado, que la reservada ci otros empleadores respetuosos de la ley".
Ahora bien, el art. 54 de la ley 19.550, en el último párrafo agregado por ia ley
2.903, dispone: ",,,La actuación de la sociedad que encubra la consecución de
finesextrasocietaríos, constituya un mero recurso para violar la ley, -?/orden púbii-
ca o la buena fe o para frustrar derechos de terceros, se imputara directamente a
los socios o a los controlantesque la hicieronposible, quienes responderán solida-
ria e ilimitadamentepor losperjuicios causados".
No podrá decirse que el pago en negro encubre en este raro la consecutiónde
fines exlracocietarios, puesto que el principal fin de una sociedad comercial es el
lucro; pero sí que constituye un recurso para violar la ley -!as normas antes cita-
das-, el orden público -el orden público laboral expresado en los arts. 7",12, 13
y 14, LCT-, la buena fe-que obliga al empresario a ajustar su conducta a lo que
es propio de buen empleador, art. 63, LCT-y para frustrar derechos de terceros (a
saber, el trabajador, el sistema previsianal, los integrantes del sector pasivo y la
comunidad empresarial, según ya se ha indicado).
No obsta a esta sotución et hecho de que la actora haya trabajado para la socíe-
dad anónima Shatell y no para los socios directivos de ésta en forma individual. La
demanda contra los socjas no se funda en un inexistente contrato de trabajo con
ellos, sino en la responsabilidad de éstos por los hechos y deudas de la sociedad
cuando se aplica a ésta la cláusula de desestimación de la personalidadprevista en
el citado art. 54 de la ley 19.550.

- ~Acosta,Bibiana c. Establecimjentos Metalúrgicos de Poli S>A.slAcciden-


fe»g1.En la causa "Acosta" la Cámara sostuvo que: "El art. 54 de la Ley de Socie-
dades establece expresamente que el daño ocurrido a la sociedad por dolo o culpa

CNAT, Sala V, 10/10/00, "Acosta, libian'a c. Establecimientos Metalúrgicos de Poli S.A. si


Accidente", Boietin Informativo de la CNAT, nQá, 1217M2.
422
-",u
-.,-.
-
Ricardo D. Niert-ezuelo Pedro E Núfiez
-
de los socios o de quienes no siéndafo la controlen, constituye a sus autores en la
obligaci6n solidaria de indemnizary tal obiigación es operativa tarnbiencuandoce
sustenta en la negligencia ylo desinterésde quien debió asumir la conducta de un
hombre de negocias responsable, con el objeto de evitar que los restantes asocia-
dos de la entidad la disolviesen en fraude a los derechos crediticios de los trabaja-
dores (conf. art. 512, CC[conc. art. 1724, CCCNJ)".

- «Wjnter, Jorge c. La Casa de los Hules S.C.A. s l ~ e s p i d o » ~Si~bien


. las socie-
dades anónimas con parte del grupo de sociedades comercialesy por ello dotadas
de personalidadjurídica y tituiaresde un patrimonio pertenecientea un sujetoju-
rídico perfectamenteaut0norno, siendo en consecuencia, sujeto activo y pasivc de
derechos, la naturaleza de la persona societaria puede ser dejada de lado cuando
existe un abuso de derecho o fraude a terceros -en el caso se acreditii la vincula*
ción existente entre las codemandadas, mediante la cual se propició la divisiánfic-
ta de capital que dio lugar a la rustracción de responsabilidadesemergentes de la
Ley de Contrato de Trabajo-.

- r(CAdver, Oscar A c. Eye S.R.L. y otro»93. Es solidariamente responsable ei


socio gerente de la sociedad demandada por el despido de un empleado, si se ha
logrado acreditar que ésta incurnplió con las obligaciones laborales -en el caso,
deficiente registracionde la relación y pagos en negro-, pues para que opere la
inoponibilidadde fa persona jurídicaconsagrada en el art. 54 de la iey 79.55Onoes
necesario probar la intenci~nde utilizar a la sociedad como escudo de incumpii-
miento, sino que es suficiente con la demostraciónde la violación de las normas de
orden pUbiico por parte de la sociedad.

- ~ G a r r i a Gabriel
, A. c. Eurovial S. A. y otro s l D e s p i d ~ » Las
~ ~ .personas que
estuvieron al frente de la explotación personal de una empresa en la cual han ejer-
cidode modo directo tareas de dirección y supervisidnsobre iosdependienres, han
pagado sueldos y comunicado pautas o parámetros a seguir para la atencibn a la
clientela, lleva a considerar que se han desernpefiado como controiantes o admi-
nistradores reales de dicha empresa. Dado que dicho carácter los incluye -en vir-
tud de las irregularidades comprobadas en ia causa, especialmente el pago en ne-

92 CNAT, Sala N, 29/8/01. "WÍnter, Jorge c. l a Casa de los Hules S.C.A. siílespido", Boieiin
informativo de la CNA?; no6,1U7/02.
93 CNAT, Sala VI], 4/6/04, "ChAvez, Oscar A.C.Eye S.R.L. y otro", DT, 2085-8-968.
94 CNAT, Sala lll,26/2/07, "García, Gabriel A. c. Eurovial S.A. y otross/Despido", Boletín Men-
sual deJurisprudencia de ia CNAT, no266, Oficina de Jurisprudencia, feb/2007.
esponsabiliáad solidaria en el contrato de trabajo
-- - -"- - m
- - -&
"m-
423

gro al actor de la mayor parte de sus haberes- en ia iiltirna parte del art. 54 de la
19.550, correspondesucondenaso~idaria,envirtud de losfundamentosexpuer-
reiteradamente en la causa "Delgadillo Linares, Adela c. Shatell S.A. y otros S/
espido".

- ~Cáceres,Flavia c. Lomvita S.R.L. y El art. 54 de la Ley de Sociedades


hace mención expresa a la inoponibilidad de la persona jurídica y se refiere, con-
cretamente, a las actuaciones de la sociedad que encubran la consecución de fines
extrasocietarios, constituyendo un mero recurso para violar la ieyo el orden públi-
ca. Si bien puede ser dificil demostrar que !a sociedad fue utilizada con el fin de no
cumplir oviolar la ley, no es necesaria la prueba de la intencionalidad de utilizar la
sociedad para que las obligaciones pendientes resulten imputables al socio o pre-
sidente responsable que deberá hacer frente con su patrimonio a las mismas. No
puede admitirse que el tipo societario permita burlar Ia ley a través del desconoci-
mientodelasnormasimperativasdel Derechodeltrabajoy del orden pUbiico labo-
al, af registrar deficientementea la remuneración del dependiente, Por cierto, la
ociedadsiguesiendoel sujeto obhgado, sólo quese extiende la relacibn pasiva por
suaccionar abusivo, lo que hace caer la cobertura técnica condicionada que le pro-
porciona esa personalidad limitada.

- ~Ruir,Luis c. ~ i e m p o~ u e v o ~E. y. otrasl~esp;pido»~~.


~. Si se utiliza una socie-
dad comercial, que limita la responsabilidadde sus socios para evadir cargas socia-
les, es posible extender la misma a los que han obrado beneficiándose con la ope-
ratoria ilegal. Elto puede hacerse mediante la aplicación del art. 14 de la LCTque
puede utilizarse en forma complementaria con el art. 54 de la LGS, párr. 3", que
tambiPn aprehende -entre otras- la noción de fraude. En t a l supuesto, operara
la inoponibilidad de la personalidad jurídica, lo cual no implica que la misma se
anule. Por consiguiente, no cabe interpretar el art. 54 ya citado como lo hiciera la
Corte Suprema en "Palomeque", esto es, en el sentido que puede aplicarse 5610
cuando ta sociedad sea ficticia o fraudulenta, constituida en abuso de derecho y
con el propósito de burIar la ley -lo cual supone intencionalidad en el momento
de su constituci6n-yque, prevaleciendose de la personalidad,afecte el orden pú-
blico laboral o evada normas legales.

95 CNAT, Sala VI, $2111103, "Caceres, Flavia c. Lomvita 5,R.L y otro s/Despido", Boletín Temá-
ticodeJurisprudencia de la CNAf, voz "Responsabilidadsolidaria. Socios y administradoresde per-
sonas juridicas", Oficina defurisprudencia, jul. 2006.
g6 CNAT,Sala X, 3011 1/05 "Ruiz, i~iisc.TiempoNuevoS.R.L. y otrosIDespido", Boletín Ternd-
ticodelurisprudencjadek CNAT,voz "Responsabitidadsofjdaria.Sociosy administradoresdeper-
sonas jurídicas", Oficina de lurisprudencia, jul. 2006.
424 Ricardo D. Hierrezudo - Pe$ro E IVúher
. - ---
- <<Sananes,Susana Mercedes c. Belgrano Imprenta Propiedades S.R.L. y otros
s / ~ e s p i d o » No
~ ~podría
. decirseque la incorrecta registracion-o fa falta deeila-
encubra la consecución de fines extrasocietarios, puesto que el principal fin de la
saciedad comercial es el iucro, por lo que sí constituye un recurso para violar la ley
y el orden público laboral a que aluden los arts. 7", 12,13 y 14de la I C T y para frus-
trar derechos de terceros, es decir la trabajadora y el sistema previsionai, integran-
te del sector pasivo (en este caso por el menor ingreso de aportes y contribuciones
que resulta de computar el sueldo correspondiente a una jornada de trabajo par-
ciaij. Por elfo y conforme lo previsto por los arts. 59 y274 de la ley 19.550 las persa-
nas físicas deben responder solidariamente.

- ~Pasqualini,Fiorella c. BeautymaxS.A. y otros s l ~ e s p i d o ) , ~El~hecho


. que la
empleadora -persona juridica- haya mantenido a una trabajadora en condicio-
nes de registraciBn irregular torna aplicable el art. 54 de la iey 19.550, pues si una
sociedad se sirve del incumplimientode una norma para beneficiarse, perjudican-
do a su vez a los terceros - e n et caso un trabajador- ello habilita a descorrer el
velo societario, y en ese caso puntual responsabilizar a las personas físicasque tie-
nen responsabilidad en mal uso de la ficci6n societaria. Por lo tanto, no constituye
un "simple hecho" ser presidentede una sociedad anónima, pues en la ley de Socie-
dades Comerciales, la que determina que ante un ~isoabusivo de las formas socie-
tarias, los socios, controlantes a funcionarios deben ser responsabilizados.

tl.2 - lurisprudencia de otras jurisdicciones g9


Siguiendo un orden cronologico, el primer fallo que se aprecia, que incluso es
anterior a "Delgadillo" fue emitido por el Tribunal de Trabajo no 1 de La Matanza
en autos "Peixoto" Io0, con voto en primer término de López, en el cual se resolvió
extender la responsabilidada uno de los socios gerentes de fa demandada. Si bien

97 CNAT, Sala Vfll, 10/9/12, "Sananes, Susana Mercedes c. Befgrano Imprenta Propiedades
S.R.L. y otros slciespido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAf,nQ325,sep. 2012.
CNAT, Salalii, 31/5/12, "Pasquaiini, Fioreliac. í3eautyrnaxS.A. y otrossiDespido", enintra-
net.pjn.gav.ar,
99 Maddaloni, jurisprudencia acerca de la extensión de responsabiiidad a /os socios y direc-
tivosde sociedadescomerciafes,en "Revista de la SociedadArgentina de Derecho Laboral", no 15.
sep.-oct.2002, ps. 38 a 43.
loO Trib. Trab. no 1 La Matanza, 24/10/95, "Peixoto, Hugo y otro c. Carrocerias Lider S.R.L. y
otro", DT, 1996-8-1209, citado por Maddaloni, Jurisprudencia acerca de la extemión de respoma-
bilidada I~ssociosydirectivosdesociedadescornerciaies,en "Revista de la Sociedad Argentina de
Derecho labora{", no15, sep.-oct. 2002, ps. 38a 43.
Responsabifidad solidaria en el contrato de trabajo 425
".- p, --M
-- ~ --.- -
la sociedad de responsabiiidad limitada se hallaba regutarmente constituida, io
cierto es que se produjo un abandono de la explotación simultáneamente con !a
cesión de las cuotassociales por parte del socio gerente.
De esta forma se produjo la virtual desapariciónde la empresa ya que nadieasu-
mi6 la posición de titular de la misma quedando el trabajador en total desamparo.
La extensiiin de responsabilidad al socio gerente se basó en los arts. 54 de !a ley
19.550~1071 de! CCfconc.art. 10, CCCN],entendiendoquemediante la utilización
del recurro técnico legal del reconocimiento de la personalidadjuridica a entes de
ficción y de la limitación desu responsabilidad, se arribó a consecuencias que con-
trarían el orden público laboral y configuran un supuesto de abuso de la persona-
iidad jurídica, habiéndose recurrido a !a actuación de una persona ideal para fines
ajenos a íos previstos por la ley.
La Cámara Laboral y de Paz Letrada de la Provincia de Corrientes, en autos
"Márquez Sanabria"102,resolvi6 que: "la teoría de la penetración de la personali-
dad del ente societario autoriza a los jueces a desestimar la formalidad que impli-
ca la persona jurídica para poner en evidencia la situación personal y patrimonial
de aquélla y de [as personas que la integran".
Por SU parte, en autos "Machado" ?O2, se expidió Ea Cámara del Trabajo de la pro-
vincia de Córdoba. En esos autos la actora demandó a la sociedad anónima y a los
socios de la misma. En el casoconcreto, lasociedad demandada-según el informe
de la Inspecciónde Sociedades Jurídicas-estaba en mora respecto de la presenta-
ción de los balances de losiiltirnos cinco ejercicios. Sumado a ello, resulto probado
en autos que la firma habla cerrado tiempoatrás pasandovariosdesuc empleados
a otro establecimiento con las mismas miquinas de la sociedad demandada, en el
mismo domicilio y vincuiados a los mismos socios de la accionada.
En consecuencia, el Tribunai resolvió que: "las circunstancias anotadas perrni-
ten sostener que la personalidadjurídica que ínviste Luan'sS,A. resulta inoponible
en el caso concreto de autos, porque admitirla importaria consentir que un recur-
so técnico iitit -comoes la constituciónde una sociedad-sea empleado para frus-
trar derechos de terceros". En virtud de ello condena solidaria e iiimitadarnente a
los socios demandados (a& 54, párr. 3", ley 19.550).

'O1 Cám. Apei. Lab. Paz Letrada Corrientes, 25/4/97, "Márquez Sanabria, h a n A. c. Amcor
S.A. ylu otros", citado por Maddaloni, /vrisprudencia acerca de ¡a extensibn de responsabilidada
lossociosy directivosde soríedadescomerciaies,en "Revista de la Sociedad Argentina de Derecho
laboral", no 15, set.-ocp. 2002, ps. 38 a43.
'O2 CAm. Apel. Trab. Córdoba, SalaVI11,19/3/98,"Machado, Josefa Inés c. Luan's y otrosslDes-
pido", citado por Maddaloni, Jurisprudencia acerca de la exrensidn de responsabi!idada iossocios
ydirectivosde sociedadescomerciales, en "Revistade la SociedadArgentina de DerechoLaboral",
no 15, sep.-oct. 2002, ps. 38 a 43.
426 Ricardo D. Hierreruelo - Pedro F: NÚ5ez
-
-
--
-,
-
~ -
' -__-c,--<- C--l.l_i---_ll_~~

El Tribunal de Trabajo no 5 de Lomas de Zamora se expidio en los autos "A¡-


ve"Io3, señaiando que: "probado y acreditado que la empleadora abonó parte de
los haberes del actar fuera de las registraciones Iegaies, es decir 'en negro', esta ac-
ción constituye una conducta antijurídica que tipifica el fraude laboral que viabili-
za a la responsabilidad personal y salidaria de los integrantes de la sociedad de-
mandada, conforme lo establecen los arts. S9y 54, párr. 3Ode la fey 19.550.Tal con-
ducta constituye mal desempeño en el cargo, destinada a violar explícitamente la
ley, en perjuicio no s6lo del trabajador, sino también de todo el sector pasivo y del
resto dei empresariado, y por lo tanto corresponde responsabilizar solidariarnen-
le al socio individualmente demandado",
El Tribunal de Trabajo no4 de San lsidro dictó sentencia en lasautos "Perez" 'O4,
con voto de Trybolowicz, en un caso sobre un trabajador de la construcción que no
había sido registrado. Demandada la empresa y sus socios gerentes, el tribunal re-
solvió que: "la falta de registraci~n,con fa consiguiente evasión de aportes y con-
tribuciones previsionaies y sociales, et no otorgamiento de recibos de remunera-
ciones, y finalmente fa demostrada intención de evadir el pago dei fondo de de-
sempleo y hasta remuneraciones adeudadas, constituye un típico fraude laboral y
previsional ejecutado en perjuicio tanto de la actara, como del sistema previsional
y hasta de la propia comunidad empresarial, en cuanto coloca a ia beneficiaria de
tales evasiones en situación de competencia desfeal en relación a los ernpieadores
respetuoso5 de la ley ...", Cita la sentencia los fallos "Duquelsy" y "Español" de la
Cgrnara Nacional de Apelaciones del Trabajo y canciuye que fossocios gerentes de
ia sociedad demandada deben responder sclidariamente por cuanto ia personali-
dadsocieraria fue utilizada para violar la ley, el orden pirblico laboral y previsional,
ia buena fe y para la frustración de derechos de terceras.
El Tribunal de Trabajo na2 de San Isidro, con voto de Ferreirós, se expidió en los
autos "~tderete""~.En el caso el actor fue registrado tardíamente y se le abonaba

'O3 iTib.Trab. n05LornasdeZamora, 30¡7/01, "Aive, Ati1ioA.c. CicióndeBanfieldS.R.t.y otro


sfDespido", citado por Maddaloni, lurisprudencia acerca de la extensi6n de responsabiiidada los
socios y directivos de sociedades cornerciaies, en "Revista de la Sociedad Argentina de Derecho
Laboraf", no 15, sep.-oct. 2002, ps. 38 a 43.
Ib4 Trib. Trab. no 4 San Isidro, 36/8/07,"Perez, Miguel c, Con-Ser-Man S.R.L. y otros síiey
22.250b, citado por Maddatoni, jurisprudencia acerca de la extensión de responsabilidada los so-
ciosydirectivosdesociedadescornerciafes.en "Revistade la SociedadArgentina de Derecholabo-
rai", no 15, sep.-oct. 2002, ps. 38 a 43.
'O5 Tfib. Trab. t P 2, San isidro, 28/6/02, "Alderete, José c. Santa Rita S.R.L. y otros siCobro",
citado por Maddaloni, jurispfudenciaacerca de /a extensiónde responsabílidad a lossociosydirec-
tivosdesociedades comerciales, en "Revista de la Sociedad Argentina de Derecho Laboral", no 15,
sep.-oct. 2002. ps. 38 a 63.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 427

parte de la remuneraciónen negro, hecho este út.timo que quedó probado por tic-
k e t confeccionados
~ por uno de los socios.
Dice ia sentenciante que: "la actitudfraudulenta significó, en el caso, un fraude
a la ley, utilizandocomosuele enseñar Rivera, una norma legitima como es la cons-
titución de una sociedad, con el fin de violar el totum del ordenamientojurídico.
Tal actuaci6n conlleva la necesidad de descorrer el velo que autorizó la propia ley
y que merced también a ella, en cuanto a lo establecido por el art. 54 de la ley
19.550 permite descorrer ante laexistenciade irregularidades.Surgeentoncespal-
maria la responsabilidadde las personasfísicasdemandadas, con caráctersolidario
yacompañando la condena que propongo para la sociedad accionada (artc. 2', 54,
59 y concs., ley 19,550)".

I - Interpretación doctrinaria
Entre los varios autores que postulan la tesis estricta se encuentra varela106
quien luego de analizar tos casos jurisprudenciales donde $e aplicó la teoria de la
desestimación de personalidadjuridica -referidas a cuestiones de Derecho suce-
sorio, concursos y quiebras y familias; y en todos los cuales [as sociedades fueron
constituidaspor alguno de lossociosconfines absolutamenteextrasocietarios,vio-
latorias de la ley y con un clara interés en perjudicar a terceros o en fraude a sus
acreedores- expresa que en la exposición de motivos de la ley 22.903 se sostuvo
que: "Procede señalar que la solución proyectada es coherente con la estructura
técnica y 16gicade la ley 19.550, desde quesu propio art. 2" ha establecida una pau-
ta plena de consecuenciasya utilizadas por la jurisprudencia y la doctrina, ya que
se inspira, precisamente, en los criterios que en punto a iosalcances de la persona-
lidad ha rneritado la Comisidn, tal como resuita del pta. 2 de la Sección l del Capi-
tulo 1 de la Exposiciónde Motivos de la Ley de Sociedades Comerciales, ocea que la
misma constituye un mero recurso tkcnico para tratar en Forma unitaria a ciertos
efectos y dadas determinadas hipbtesis, a un sustrato piuripersonal".
Entiende que no se puede condenar a los socios por tener a un trabajador total
oparcialmente en negro pues no ha quedado demostrado e,n el fallo que ia actora
haya solicitado ei corrimiento del velo o ia inoponibilidad de la personajurídica; cí
solicito la sanción de responsabilidad para el presidentede la sociedad. No ha que-
dado demostrado que la sociedad Fuar 5,A. haya sido constituida con el único pro-
pósito de contratar personal encondicionesmarginalesoenviolación a las leyesde
la seguridad social y del trabajo; no ha quedado demostrado que la sociedad per-
siga fines extrasocietarios tal cual lo especifica el are. 54, in fin@.

10"areta, La interpretaciena contrario sensu del fallo "Duquelsy c, Fuar", LL, 1999-D-950.
428 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro F, Núñez
__________-I_C_---_II----I_IY_----
111_

Si quedó demostrado, como reza el fallo, que la sociedad actuó en violación a \a


tey y en fraude a terceros, pero a pesar de que ello se encuentra especificadoen el
art. 54, in finede la ley 19.550, noquierecignificar que por dichas causasdeba apli-
carse dicha sanción, o sea, Ia inoponibilidad de la personalidad jurídica ya que si
pensamos de esa forma deberíamos aplicarle ese remedio a más del 90% de las
sociedades que giran en plazo por las distintasviolaciones a la ley que se cometen
a diario.Si ef actor hubiera probado en el juicioque Fuar5.A. fue constituida alsolo
efecto de contratar personal en negro, aunque efio no estuviese plasmadc en su
objeto por razones obvias de su ilicitud, sería el único caso en el cual podríamos
hablar de ia aplicación de este tipo de sanción.
~ ~ , fuera Secretario de la Comisión de Reforma de la Ley de
San ~ i 1 1 6 n lquien
Saciedades Comerciales (ley 22.903), sostiene que el art. 54 fue modificado para
atender la responsabilidad grupa1 por uso abusivo del fen6rneno societario y no
para atender la responsabi1idad por incumplirnientos meramente societarioc. Se-
ñala que esta reforma fue coordinada con el nuevo art. 33 de la LGS y para cerrar la
frase enigmática del art. 2'que dice: "ron elalcance fijadoen esta ley". Agrega que
el análisis contextuai del art. 54 permite apreciar que la inoponibilidad de la socie-
dad resurta toda vez que la personalidad sea causa eficiente para lograr el propó-
sito antijurídico.
En otras paIabras,si solo con !a personalidad como herrarnientase puede lograr
ese propósito, sólo así resulta posible descorrer el velo de la personalidad, impu-
tando tas consecuencias del acto a los socios o controlantes. No curnphr una obli-
gación iaboral de la sociedad no requiere como causa eficiente el usa de la perso-
nalidad. En cambio, si se necesita este recurso para eiudir obligaciones tales como
las emergentes del régimen impositivo, el rkgimen patrimonial del ma.trirnonio,el
disregardserá procedente.
l ~ que ia disposición del art. 54 de la ley 19.550es solo de apli-
~ u g u i l l oIndica
caciOn cuando la operatoria de la figura "sociedad" se produce, específica y pun-
tualmente -de allC también lo restrictivo de su apreciacibn y aplicación-: en pri-
mer lugar, a 10s efectos de encubrir la consecución de fines extrasocietarios o, en
segundo lugar, cuando su utilización constituya un mero recurso para aquellos
casosque prevé (notaxativamente) la norma, como son violar la ley, el orden ptibii-
co, la buena fe, o frustrar derechos de terceros. Agrega que es solo la formal o abu-
siva utilización de la figura o de la forma cocietaria la que debe estar direccionada
a los supuestos indicados que son los que prevé la ley (actos ilícitos o afectación a

'O7 Can MiIlan, Responsabiiidadper,sondlde lossociospordeudas laboraies, ED, ejemplar del


3/5/00,ps. 1y 2; TySS, 1999- 1028.
'O8 Mugui!lo, Responsabilidad de lasadministradores societarios o inoponibíiidadde la for-
ma societaria porpagos desalarios en negro, en "Verba lustitiae", revista de la Facultad de Dere-
cho y Ciencias Sociales, año VI, n" 13, Universidad de Morón, p. 25 y siguientes.
ponsabilidad solidaria en el contrato de tuabajo 42 9

rceros), lo que la norma condena para juzgar aplicable la inoponibilidad de la


ersonatidadjurídica.
Los actos aislados -aun reiterados- que puedan encuadrar en una situación
e ilicitud o de frustración de derechos de terceras, pero que por sí solos no permi-
encuadrar el hecho como para concluir que lá figura societaria está siendo uti-
da para laconsecuciónde fines extrasocietarjoso como mero recurso para tales
itos, deben analizarre en relación con otro campo distinto y ajeno al de la ino-
nibilidad de la persona juridica del art. 54, in fine de la LGS.
Por ello advierte que, sin afectar a ia sociedad y a todos ios socios integrantes
ue por lo general no han tenido parte en tal operatoria y que pueden descono-
rese actuar), existen normas que permiten lograr una idéntica yjusta conclusión
on menor agravio de[ orden jurídico societario, aplicandolo en su adecuada téle-
issin afectar el régimen ni el orden público laboral y lograrasí un adecuadoy equi-
ibrado juego de las normas laborales y societarias, que se ven agraviadas (las nor-
S cocietarias) por un exceso de su aplicación, ya que el soto ilicito por que el se
ndena no conforma un supuesto específico de abuso de la personalidad.
~rignole~~%omienza interrogándose qué quedaría del Derecho societario si
desapareciese la distinción entre la persona juridica y losmiembrasque la integran
y, consecuentemente, la limitación de /a responsabilidad. Sí un pago laboral no
registrado o en negro -que es obviamente una vioiación a la normativa laboral y
previsional vigente y lo que de ninguna manera justifica- ocasionara automáti-
camente laaplicacióndel art. 54de la ley 19.550, iquépodríasuceder con cualquier
violación o incumplimiento legal en el amplio espectro de la legislación vigente?
Un atraso en el pago de salarios, el rechazo bancario de un cheque, el no pago de
un impuesto, etc4tera, como simples ejemplos, descorrerían el velo de la persona
juridica y responsabilizan también a los socios o controlantes.
En expresa referencia a "Dukelsy" refiere que el criterio del falla importa en los .

hechor borrar la distinción entre la personalidaddelossociosylade lasociedad por


ei mero hecho de incumpiir con disposicioneslegales relativas al cumplimiento de
obligaciones laborales. El fallo se opone, además, a[ tradicional criterio restrictivo
en la desestimación de la personalidad societaria.

Finaimente, formula las siguientes consideraciones:


a) El origen, la cons.truccióny sistematizaci6n de la doctrina han recorrido un
largo camino y su recepción legislativa ha sido parcializada careciendo de
un "eje" o principio rector.

'O9 Brignole, Horacio A,, Algo massobre /a teoria de la inoponibiiidad de \a persona juridica
y su aplicación por íos tribunales deitrabajo, en libro de ponencias del "XXXI Encuentro de Insti-
tutos de Derecho Comercial de! Colegio de Abogados de la Provincia de Buenos Aires", San Mar-
tin, 4y 5/5/00, p. 71 y siguientes.
Ricardo D. Nierreruelo - Pedro E Ni%ez
-
430 --- ,.A,., -
h} Su aplicación debe ser prudente y restrictiva y antes de desestimarse la per-
sonalidadsocietaria, debe verificarse si et Derechosubjetivo afectado no se
encuentra amparado por otras normas que responsabilicen igualmente a
los administradores.
c j S6fo debe desestimarse la personalidadsocietaria en situctciones concretas,
excepcionales y de suma gravedad en cuanto a la actuación desviada clel
ente.
d) Es inadmisible cualquier tipode autornaticidaden la aplicación de [ateoria,
pues ello acabaría con el principio de la personalidadsocietaria, su tipalo-
gía y la división patrimonial pertinente, y la seguridad juridica y la propia
existencia de! Derecho societario estarían amenazadas.
e) El Derecho del trabajo tiene principiosy caracteres propios que lo insuflan,
ya que regula relaciones juridicas donde una de las partes-ef trabajador-
es hiposuficientey de ahí que sea protec.t.orio y sus normas sean de orden
públíco, Sin embargo, ello no implica que se busquen soluciones que pug-
nen con otras instit~icianecjurídicas que puedanser avasalladas, al desorbi-
tarse una excepción doctrinaria, máxime cuando puede y debe arribarse a
similares resultados con la aplicación de normas legales vigentes del Dere-
cho societario.

Porsu parte, ~ a z q u e z ~ i a l ano ~ ~ ~ del criterio sostenido por el trihu-


r bparticipa
nal fundado en el art. 54 de la ley 19.550, pues estima que se ha hecho una aplica-
ción muy lata de lo dispuesto por la ley. Esta se refiere a la consecuci6n de fines ex-
trasocietarios, es decir, ajenos a/ objeto social, mientras que en la sentencia sólo se
hace referencia a un grave incumplimiento contractual por parte del ente social
lesivo del ordenamiento publico laboral. El rnisn-ro no es más grave, respecto del
orden píiblico, que cualquier incumplimiento de un débito, por lo que no justifica
la exrensibn de la evidente responsabilidadde la sociedad empleadora a lossocios
dirigentes. La norma hace referencia a fos socios que hicierari posible el operativo
ilícito para obtener ia concreción de fines extrasocietarios, lo que sin duda es dis-
tinto de haber incumplido obiigaciones socialesque exigian registrar debidamen-
t e los pagos o realizarlosen virtud de mantener una relación en negro.
Parecería que por olvido no hubiéramos incluido el pensamientode f ~ g l i a ? ' ~ ,
pero esa omisión ha sido intencional, pues a nuestro entender, es este prestigioso
autor quien mejor ha sistematizado los puntos de esta controversia, razon por la

"O Vdzquez Vialard, Teoria de la derestimacjon de la persona jurídica, en "Revista de Dere-


cho Laboral", no2001-1,"Lasolidaridad en el contrato detrabajo", p. 205 y siguientes.
jl'
Fogiia, La extensibndeia condena a iossocios, adminisrradoresycedentesdearciones de
sociedades comerciaies con dependientes "en negro", TySS, 1999-6311.
Responsabilidadsoiidarr'aen el contrata de trabajo
- ------- "-.~, -- 43 1
cuai io hemosseguidoa lotargodel desarrollodel art. 54de la ley 19.550, y losegui-
remos en nuestra opinión.
Luego de analizar los antecedentes históricos, normativos y jurisprudenciales,
expresa que en el año 1983 se reforma parcialmente la ley f 9.550 mediante la ley
22.903 que agregó el párr. 3" del art. 54. La primera inquietud que plantea la nor-
ma es si ia misma contempla una sola situación o dos situaciones diversas con una
consecuencia única. En efecto, una primera lectura del texto abonaría la tesis que
la norma prevé el caso de ". .. la consecución de fhes extrasocietarios ...", los que
serian ". .. un mero recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe o para
frustrarderechor de terceros ...". En este sentido el mensaje de elevación de fa ley
22.903 se refiere al artículo como un supuesto único de " ...usodesviado de la per-
sonalidad reconocida a las sociedades comerciales por la IegisIaciCInvigenle ...".
Y agrega Foglia acontinuacibn: "De ahi que cuando a travésdelsujeto se persi-
gan finesque conlleven la violación de la ley, del orden público, o de la buena fe, o
se frustren derechos de terceros, se establece que [as consecuenciac se imputarán
directamente a los socios o a quien controle la sociedad, siendo inoponible la per-
sonalidadjurídica". Verón, en cambio, senala que la norma contempla dossupues-
tos diferentes: una hipótesis " ,..la consecución de fines extrasocietarios ..." y otra
distinta, la sociedad como recurso para violar la ley, el orden phbiico, la buena feo
para frustrar derechos de terceros.
Foglia sostiene que la Sala 111 de la Camara Nacional de Apelaciones del Trabajo
tambiérise inclina por esta interpretación de la norma partiendode dossupuestos
diferenciados y autónomos que generan una misma consecuencia. En cuanto a [a
primera (consecución de fines extrasocietarios), en las sentencias analizadas se
considera que no abarca el caso de los trabajadores en negro " ...puesto que el fin
primordial de una sociedad comercial es el iucro.. . ",a lo que se agrega el iucro Iíci-
to. Foglia entiendeque e! fin primordial noesel lucro, puesla sociedades un medio
técnica creado por los hombres de modo tal que no podemos referirnos a que un
ente de creacion ideal tenga, en sí mismo, fines propios. Las sociedades comercia-
lesse crean para cumplir con el objetosocia! tal como está definido en forma gené-
ricay abstracta en el art. fode la ley 19.550. Esto es, constituyen un medio utiliza-
do por el hombre para la "producciOn o intercambio de bienesy servicios".
Este objeto genérico se cristaliza en el estatuto correspondiente. El fin de lucro
es de los socios de la misma, para lo cual constituyen el medio técnico-lega! deno-
minadosociedadcomercial. De esta manera, tassociedadestienen objeto, los socios
fines.
En cuanto al segundo supuesto (la actuación de la sociedad como un mero re-
curso para violar la ley, el orden piiblico o la buena fe o para frustrar derechos de
terceros), como se expresa en el Mensaje de ElevaciOn de la ley 22.903, cuando se
utilizael reconocimientode la personalidadjurídica "... paraviolentar lo queconc-
tituye el objeto genérico y abstracto de las sociedades comerciales ...", el mismo
432
*---,----- ,- -- -
Ricardo D, Hierrezuelo Pedro E AJúñez
--M-_

cede y en consecuencia, la norma respoi.isabiiiza a fossocios o controiantes que lo


hicieron posible.
Adviértase que la norma dei art. 54, párr. 3"se refiere a "la actuaci~nde la socie-
dad +.."en la dirección reputada como disvaliosa, y ello lteva a efectuar una distin-
ción central entre uno o muchos actos ilicitoscometidos por ta sociedad y la actua-
ción contraria a la ley, el orden público, la buena fe o ios derechos de terceros. La
diferencia no essólo cuantitativa, es esencialmente cualitativa. El art. 54, parr. 3"
de la ley49.55Osólo es aplicable al último caso.
Este autor refiere que en el Mensaje de Eievacion del Poder Ejecutivo Nacional
de la ley 22.903, se expresa que la especie legal se configura cuando la sociedadsir-
ve "... para violentar /o que constituye el objeto genérico y abstracto de lassocie-
dades comercialec a ta luz de lo dispuesto en el art. l o de la ley 29.550". Por su par-
te, el art. iDde dicha ley señala que: "Habrá sociedad comercial cuando dos o mas
personasen forma organizada, conforme a uno de 10s t?iposprevistosenesta ley, se
obliguen a realizaraportespara aplicarlos a la producción o intercambio de bienes
o servicios participando de los beneficiosysoportando laspérdidas".
Cuando una sociedad actúa como ". ,. un mero recurso para violar la ley, el or-
den público o la buena fe o para frustrar los derechos de tercero1..." la norma del
p6rr. 3" del art. 54 impura responsabilidadsolidaria a aquellos en aptitud de des-
viar la personalidad socielaria, esto es a los socios Q controlantes; de este modo, si
una sociedad comercial realiza un hecho ilícito o varios (v. gr., librar un cheque sin
fondos a varios), ello no implica que la misma constituya una pantalla o la utiliza-
ción de un recurso para, a través de ella, desarroltar una actuaci6n violatoria de la
ley, el orden público, la buena f e o frustrar derechos de terceros.
Y es asi por cuanto ese acto, en s i mismo considerado e independiente desu lici-
tud o ilicitud, esta dentrodel objeto de la misma. Distintoesel caso, y entiendeque
éste es el supuesto que contempla el párr. 3" del art. 54, cuando los sociosocontro-
iantes usan (destaca) la personalidad jurídica reconocida por fa leya una sociedad
comercial para encubrir una finalidad propia de ellos (socios o controiantes) in-
compatible y ajena a la personalidad otorgada a la sociedad utilizada. Ce trata de
un supuesto de simulación ilicita relativa y genérica, por cuanto la personalidad
otorgada a la sociedad para que cumpla con el objeto permitido por la ley es usa-
da en los hechos para disimular una actividad incompatible con elloy cuyo sincera-
miento no hubiese dado lugar al otorgamiento de tal personería.
Agregaque la norma del párc 3Odel art. 54de la ley 19.550abarca lossupuestos
de sociedades lícitamenteconstituidas, pero cuyos socioso controlantes la utilizan
para desarrollar una actividad sustaricialmente violatoria de los standard5 fijados
en la norma. Como ejemplo de ello podemos mencionar, por ef caso, una sociedad
anónima constituida para desarrollar actividades agropecuarias y que se dedique
a la plantación, cultivo y venta de marihuana o, también, el remanido caso de las
cooperativas fraudulentas de trabajo.
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Resaonsabilidad solidaria en el contrato de trabajo $$;%$,,m r ,,~, : ."'":
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''-.-?:L.,r*-*,;VF7<-
Foqlia resalta que son supuestos de sociedades comerciales de objeto lícito coi7
actividad iliciia, impuesta esta última por los socios o los controlantes, y de ahi
ernerge su responsabilidaddirecta. El art. 19 de la ley 19.550 estabiece que: "cuan-
do la sociedad de objeto lícito realizare actividades ilícitas, se procederá a su diso-
lución y liquidación a pedido de parte o de oficjo, aplicándose las normas dispues-
tas en el a r t 18. Los socios que acrediten su buena fe quedarán excluidos de lo dis-
puesto en las pirrs. 3"y4*del arrjculo anterior".
Siguiendo el razonamiento de losdecisorios comentados hasta sus últimas con-
secuencias,y por aplicacibnde las normas indicadas, se podría llegar a la conclusión
de que la sociedad que tenga varios dependientes en negro en forma total o par-
cial constituiría "... un mero recurso para violar la ley, elorden público o la buena
fe apara frustrar derechos de terceros ... ", y su actividad ilícita, correspondiendo,
en consectrencia, su disolución o liquidación aun de oficio, independientemente
de la resporrsabitidadsolidaria de los socios o controlantes. Si se considera que el
objeto también es ilícito, ta misma sería nula, debiendo procedersede igual forma
(art. 18, ley 19.550).
La consecuencia seria la subsecuente extinción de todos tos contratos de traba-
jo. Señala que ello no sólo no parece razonable, sina que además ia existencia de
trabajadores en negro en unasociedadno constituye ni importa que la misma per-
siga, a través de la voluntad de los socias o controlantes, O... fines extrasociefa-
rios ..." o constituya "... un mero recurso ..." o pantalla, sino sirnptemente implica
la realizaci6n de un hecho iiicito por una sociedad comercial de la cual la misma
será responsable, hecho este diferente al presupuesto contemplado por el art. 54
de la ley 19.550.
En cuanto a la consecuencia de la norma, el párr. 3" del art. 54 señala que: "La
actuación de /a sociedad.. . " en el sentido definido por la norma ". ..se imputara
directamente a los socios o a los contro~antes que la hicíeron posible, quienes res-
ponderán soljdaria e ilimitadamente por los perjuicios causados". La responsabili-
dad directa de los socios o controlantes es una consecuencia de la caída del velo
societario: se prescinde del acto simulado (sociedad) y ernerge la responsabilidad
directa de los socios o controlantes intervinientes en el acto ilícito oculto real, los
que responden en forma solidaria e ilimitada frente a los damnificados.
Manifiestaque, por otra parte, el phrr. 3 O del art. 54 responsabi!iza, en las con-
diciones y situaciones antedichas, a los socios o con-trolantes, no a los administra-
dores de la sociedad. De modo que, aun desde este aspecto y prescindiendode lo
que es la ". .. consecuciónde fines extrasocietarios ...",aun desde este punto de vis-
ta, la norma es insusceptiblede responsabilizar a los directoresde la sociedad anS-
nima o a los socias gerentes de lassociedadesde responsabilidadlimitada.
Foglia expresa que en lo que respecta a lossocios y a las sociedades controlan-
les, cabeseríalar que la norma del párr. 3P del art. 54 no establece una responsabi-
lidad genérica o presunta de los mismos, sino que únicamente serán responsables
434
- ----- -
-,
-
-
Ricardo D.Hierreruelo Pedro E R(kíñ

en forma solidaria e ilimitada aquellos que con su actuación "... hicieron pos
ble ..." la ". .. consecuciónde finesextrasocietarios . . . ". De este modo, y en tal i
tigencia, deberá probarse, con criterio restrictivoy excepcional, en cada caso y
quien fa invoque, fa responsabilidad que le cupo a cada socio y a cada socie
controlante.
Ello es así, por cuanto se trata de la imputación de responsabilidada un ter
ajeno a ia relación origjnal, producida como conecuencia dei avasallamierit
la personalidad jurídica otorgada por ley, Pero, reitera, en definitiva, en ning
caso dicha norma alcanzaría a recponsabilizar a los socios o controiantesporalg
o algunosempleados que tuvieran en negro ya que elio, s i bien es un iticito, no e
ni una actuación extrasocietaria ni la utilización de la sociedad como un mer
recurso para violar ta ley, el orden pirblico, la buena fe o frustrar ios derechas d
terceros,
Como reflexián final sobre este tema señala que, si bien fa norma no lo prev
esta doctrina -con referencia a tos terceros- tiene sentido en tanto y en cuant
la sociedad aparente o encubridora sea insolvente, ya que si la misma tiene u
patrimonio que le permita afrontar sus obligaciones o responsabilidades, no 5
advierte cuál sería el interés concreto de los acreedores en perforar la personalida
jurídica si suscréditos estar)garantizados. Y digo ello por cuanto si se pierde devi
ta el concepto puede suceder una utiiizacion a blisiva de dicha institución(canf, ar
1071, CC,[conc. art. 10, CCCNJ).Por elfo, y para evitar esta circunstancia, por raza
nes de econornia procesal y a fin de evitar un nuevo juicio, el socio conrroiante
podria ser demandado en forma subsidiaria jun.to con )asociedad, para el caso que
se acreditara la insolvencia de ésta.
En otro trabajo posterior112,Foglia destaca i a exigencia del dolo de los socios o
controlantes; surge del propio texto del art. 54 de la ley 19.550, cuando exige que
los mismos utiiicen a la sociedad para encubrir fines extrasocietarios o como un
mero recurso para violar la ley, el orden público, la buena fe oparairustrarderechos
de terceros. Esta deliberada intencibn de utilizar a la sociedad es típica del dolo, sea
como "... aserción de lo que es faisa o disimulación de lo verdadero, cualquier arti-
ficio, astucia o maquinación quece emplee con este fin" (art. 931, CCIconc. art. 277,
CCCN], referido al dolo en materia de hechos jurídicos) o corno "... acto ilícito eje-
cutado a sabiendas y con intención de dañar la persona o los derechos de otro ..."
(art. 1072, CC [ronc. a&, 1726 y í 728, CCCNJ relativo al dolo en materia-deobliga-
ciones extracontractuales).
Por otra parte -como toda norma que establece la responsabilidad solidaria, y
más aun del dolo como factor subjetivo de atribución-, la norma es de interpre-

112 Foglia, La responsabilidadde iossoriasycontrolantesporlasdeudas iaborales dela socie-


dad frente a los trabajadores "en negro': TySS, 2001-916.
onsabilidadsolidaría en el contrato de trabajo 435
-
-A- *
- "--e

ación y apticacibn restrictiva, quedando a cargo de quien la invoca la carga pro-


atoria, Y a este respecto cabe agregar que no es una responsabilidad genérica,
no que se deberá probar la responsabilidad que le cupo en el hecho a cada socio
controlante. El art, 54 de la ley 19.550 responsabiliza rolamente a lossocioso
'l...

tus controlantes que la hicieron posible ... "+

La jurisprudencia de los tribunales comerciales siempre fue restrictiva a la hora


e interpretar la norma, considerando que contempla el caso de uso desviado de
personalidadjurídica. Esto es cuando se la utiliza como una suerte de pantalla
ra encubrir una reaiidad genérica yabstracta (desde el punto devista del objeto
social) diferente. La sociedad es usada como un mero instrumento, t a l como io se-
aia el propio art. 54.
Por el contrario, na se da fa situación cuando ese desvio esencial nose produce,
para regular las cuesPiones referidas a las deudas sociales estaban los efectos de
da tipo societario.
Sostiene este autor que la corriente jurisprudencia1 de !a Cámara Nacional de
pelaciones del Trabajo parece crear una falsa oposición entre trabajo en negro y
ersonalidad juridica, como si !os problemas del primero se solucionaran elirni-
nando la segunda. Evidentemen.te no es así. Cada uno de ellos tiene sus propios
problemasy soiuciones, y la norma del art, 54 de la ley 19.550 tiene por fin resolver
I del uso de la personalidadjuridica de las sociedades como una pantalla para &-
ubrir una realidad oculta, que nada tiene que ver con el objeto genérico y abs-
tracto de las mismas, definido en el art. lode ia ley citada.
Foglia afirma que para resolver lascuestiones referidas al trabajoen negro exis-
euna normativa específica y, hueigadecirlo, resultaría absurdo, por ejemplo, tras-
lantar las normas laborales para soiucionar problemassocietarios, Se refiere a las
leyes24.013,25.250,25.323y 25.345, entre otras. informa que hay un interés gene-
ral en combatir y erradicar el empleo no registradoo defectuosamente registrado.
Pero también hay un interés general en el cisterna societario, uno de cuyos piiares
es la personalidadjuridica atribuida a las mismas. Resulta, por ello, irrazonable y
desproporcionado arrasar con esta última para solucionar un problema que tiene
respuestasespecificasypropiasdela rama del Derecho (Derecho del trabajo), en la
cual se ubica la prob1erna"ícaen cuestión. Finaliza citando un precedentejurirpru-
dencjal donde re resolvió que: "La desestirnacion de la forma de la personalidad
juridica debe quedar limitada a casos concretos, verdaderamente excepcionaies,
pues ei daño que resulta de no respetar las instituciones del Derecho puede ser
mayor que el que proviene del mal uso que de ellas se hace" I l 3 .

?j3
CNCiv., Saia E, 18/2/97, citado por Foglia, La responsabiljdad de los sociosy controlantes
por las deudas Iahoraies de ia sociedad frente a los trabajadorer "en negrocr,TySS, 2001-916.
436 Ricardo D.Hierre~uelo- Pedro F; IVUñez
-~-,". -,"-

(1 - interpretaci0n jurisprudencia!
II. 7 - Cámara Nacionai de Apelaciones de/ Trabajo
- ~Acosta,Florentina c. Vadra, Carlos y otros s / ~ e s p i d o » No~ ~ habiéndose
.
acreditado fa prestaciónde tareas a favor de los socios, sino de la sociedad, resultan,
en principio,deaplicación lasarts. 33 del CCIconcs. arts. 145,146,748~168, CCCN];
39 Iconc. art. 143, CCCNI y 2' de ia ley 19.550 que establecen que las personas jurb
dicasconstituyenuna persona distinta de los miembros que la integrany que éstos
no responden por los actos de la sociedad. Sostener que la "actuación de la socie-
dad demandada constituye un mero recurso para violar la ley, el orden público la.,
borat y la buena fe y frustrar derechos de terceros" en los términos de dicha norma
por una falencia registra1 (ya debidamente sancionada por los demás, por la apii-
c a c i ~ nal casa concreto de las disposiciones pertinentes de la ley de empleo), luce
excesivo a la luz de un criterio que, por su carácter de excepción, debe ser interpre-
tado restrictivamente,

- ~Sanchez,Claudio G.c. Café del Pilar S.R.L. y o t r ~ , ) ' ~Resulta


~. inaplicable el
art. 54 de ta ley 19.550 por el cual pretende extender los efectos de la condena de
indemnización por despido en forma solidaria a las personas físicas demandadas,
toda vez que no ha sidoalegada la existenciade irregularidades registrales ni la uti-
lización #e la personajurídica para la consecuciCin defines extrasocietarios. La me-
ra existencia de una deuda por conceptossalariales, indemnizatorioso previciona-
les no implica una utilización abusiva de la personería jurídica y no justifica la apli-
cación de las normas de excepción previstas en los arts. 54,59y 274 de la ley 19.550,

- rilayza Morales, Maria L. c. Sevicsa S.A. y otros»' 16, Ei art. 54de la ley 19.550
no está previsto para responsabilizar a los socios por los incumpiimientos de tos
actos de la vida societaria, sino en lossupuestosde uso desviado de la figura tipica,
y no es un supuesto de la actuaciónsocial, sino mas bien de lossocios, quienes usan
la figura societaria, sean éstos los administradores o representantes. La solución
excepcionai que admite la teoría de la penetración en la personalidadjurídica exi-
ge, invariablemente, la prueba acabada de un uso abusivoode~viadodedicha per-
sonalidad, es decir, que e1 ente societario sólo enmascara la responsabilidad de sus
integrantes frente a los posibles acreedores, cuyos interesesse intenta defraudar.

'Id
CNAT, Sala IV, 27/2/04, "Acosta, Florentino c. Vadra, Carlos y otros s/Despido0, Boletín
Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz "Responsabilidad solidaria. Socios y administradores
de personas jurídicas", Oficina de jurisprudencia, jul, 2006.
CNAT, SalalV, 28110105, "Sanchez,ClaudioG.c.Cafédel PilarS.R.L. yotros", DT, 2006-A-385. 1
'IG CNAT, Sala I, 30/11/06, "Layza Morales, María L. c. Sevicsa5.A. y otros", D7,2007-A-186.
sponsabilidadsolidaria en elcontrato dde trabajo 437
---. "---e-p

- «Storani, Silvia Noemi c. Mediconex S.A. y otros dDespido» j l 7 . La eventuai


abilidad de Iw socios y administradores por las actos de la sociedad nace
se acredite que la figura societaria ha sido utilizada como mero instrumen-
para la consecuciónde finalidades extrasocietarias. La irregularidad registra1no
nstituye uno de los supuestos de procedencia de ia norma (art. 54, ley 19.550),
pecialrnente cuando resulta claro el objetivo comercial del emprendimientoy su
ectiva actuaciónen ei ámbito de la salud, prestando servicios propios de su obje-
to. Nosiendo posible inferir que ei errtesocietario hayasidocreado con la finalidad
de materializartos presupuestosde hechoque refiere la normativa en cuestión, no
hay razón para extender la condena en forma solidaria e ilimitada, soslayando la
normativa referente a la personalidadjurídica en general y a la de las sociedades
comerciales en particular. Ef art. 54 de la ley 19.550 se refiere a la utilización de la
forma socieratia. Sólo si este comportamiento es el sujeto de aquello que se predi-
ca, cobra razonabilidadel allanamiento de la personalidadjurídica previsto como

- ~Bennet,Auben Eduardo c. Monroe 2444 S.A. y otros s l ~ e s p i d o » l ~La~cir-


.
cunstancia de que se hubieren verificado irregularidades registrates o incumpli-
mientos de tipo fiscal no resulta suficiente para imputar al socio gerente responsa-
bilidad directa respecto de actos, en principio sólo imputablesa la persona de exis-
tencia ideal. Para que ello resulte factible, debe invocarse y acreditarse eficazmen-
t e que ha existido una utilización fraudulenta de la personalidadsocietaria, o que
se ha desviado su objeto con e! propósito de encubrir la realización de fines extra-
societarios, constituir un mero instrumento para violar la ley, el orden pbblicoo la
buena fe, o para frustrar derechos de terceros (conf. art. 54, ley 19.550).

- ~Olivieri,Mario c. ~ r ~ e n h i r e r ~ . ~ . ~La
. »omisión
II! de lostrámi'tesliqtiidato-
rios de una sociedad -que no implica otra cosa que desaparecer fácticamente de
' un determinado lugar-no puede dejarsubsistente,para lossociosde\amisma, los
beneficios del tipo de sociedad elegido, y mucho menos, la limitación de la res-
ponsabilidadde aqueiioc por las obligaciones de la sociedad.
La omisión de los trámites iiquidatoriosde una sociedad autorizan ia aplicación
para estos casos de la norma prevista por el art. 54, in fine de la ley 19.550.

n 7 CNAT, Sala Vlli, 2811 1/06, "Storanj, Siivia Nwmí c. Mediconex S.A. y otros s/DespidoM,
: Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, ne264, Oficina de Jurisprudencia, nov. 2006.
CNAT, Sala il,1~110106,"Bennet, Ruben Eduardoc. Monroe 2444S.A. y otross/Despido",
Boietin Mensual delunsprudencia de la CNAT,no263, Oficina de Jurisprudencia, oct. 2006.
'j9 CNAS, Sala l,2315108, "Olivieri, Marioc. Meiihires S.R.L.", en "Revista de Derecho Laboral
y Seguridad Social", no16, ago. 2008, p. 1449.
438 -
- -,-,--,,-..,.
-
Ricardo D.Hierrezuelo F d r o E Núñez

- <<Mena,Norma Crirrina y otros c. CW Comunicaciones S.A. y otror sfDesp


do»'2o. La lirni.taciónde la responsabilidad permite a lossocios, ysegun el grado d
intensidadcon que este beneficioes otorgado porel legislador, oponer al acreed
de la sociedad los bienes que componen el patrimonio de ella, para que aquel o
tenga satisfacción, ya con carácter previo a la agresibn de sus bienes particulares,
liberandola definitivamente por las deudas sociales. A ello cabe agregar que ia i
debida utifización de! contrato de sociedad para encubrir fines ilegítimos o co
trarios al espíritu del legislador explica la necesidad de poner limites a los bene.fi-
ciosde ta personalidadjurídica de fassociedades comerciales (cfr. art. 2*,ley 19.550,
en Nissen, Ricardo A., Ley de sociedades comerciales, Abaco, t.1, p. 63 y ss.), El prin-
cipio general es que la personalidad jurldica no debe ser desestimada sino cuando
se dan circunstanciasde gravedad institucional, que permitan presumir fundada-
mente que la calidad de sujeto de derecho fue obtenida al efecto de generar el
abuso de ella o violar la ley.

- «Kirco, Oscar c. Firme Seguridad S.A. y otro»x2, Si en el manejo societario


se ilevaron a cabo maniobras irregulares, conduciendoa la personajurídica empie-
adora a la situaciónde insolvencia en la que actualmente se encuentra, frustrando
los derechos del trabajador, en su carhcter de acreedor laboral, el propietario del
90% de las acciones de dichasociedad debe respander solidariamentepor las obli-
gaciones de la misma, pues resulta titular y responsable de dicha empresa ya que
tenía el control de la sociedad y el dominio absoluto sobre sus decisiones.

- «Arnari/laAcosta, Román c. Lytmet S. R.l, y otross/Despido»lZ2, Si la irregu-


laridadregistralverificada no tuvovinculacióncon el desenlace de la relación habi-
da entre las partes (el actor se limitó a intimar por negativadetareas, pagode sala-
rioscaídos, arignacionesfamiliaresyaportesprevisionales),no puedeefectuarseel
reproche de responsabilidada lacodemandada socia de la S.R.L., ya que resuttacla-
ro que el despido se produjo por otras causales y no obedeció a un accionar ilegal
por parte de )a codemandada, en los supuestos normados por la ley 19.550.

- «Flores, Claudia María c. Medical Power5.A. y o t r o s s / ~ e s p i d o > >La~SO!U-


~~.
ción excepcional que admite la teoría de la penetración en la personalidadjurídi-

Iao n a ~ ~ ~ ~ o m u n i c a c i o n otrossl~es-
CNAT, Sala 1,1719i08,"Mena, ~ o r r n a ~ r j s t iotrosc. es~.~.~
pido", Boieiin MensuaideJurisprudenciade la CNAT, n" 284, Oficina deJurisprudencia, sep. 2008.
f21 CNAT, Sala VI, 77/10/08, "Kirco, Oscar c, FirmeSeguridad S.A. y otro", en "Revistade Dere-
cho Laboral y Seguridad Social", no9, may. 2009, p. 781.
CNAT, Sala IX, 21110/08,"Amarilla, Acosta Rornánc. Lytmet5.R.L. y 02rosstDespido", Boje-
tin Mensualde Jurisprudencia de la CNAT, no285, Oficina de Jurisprudencia,oct. 2008.
'23 CNAT, Sala li,8/4/09, "Flores, Claudia María c. Medical Power5.A.y otros s/Despids", Bole-
tín Mensual deJurísprudencia de /a CNAT, no288, Oficina deJurisprudericia, feb. 2009.
onsabilidad solidaria en nl contrato de trabajo
-- - U - - - - - - - - - - "
439

a exigeinvariabtementela prueba acabada de un usoabusivoodesviadodedicha


sonalidad. El párr. 3" del art, 54 de la ley 19.550 Irnodif. por ley 22.093), no está
visto para responsabilizara lassocios por los incumplirnientosde los actosde la
da societaria,sino para los su puestos de uso desviado de la figura tipica. La deses-
mación de la personalidad jurídica de una sociedad comercial constituye un re-
dio a aplicar cuando esta ha sido creada yJo utilizada para cometer actos ilícitos
ien cuando reflejasolo una apariencia de auténtica sociedad resultandoque,en
alidad, se ha tratado de una mera fachada o construcción aparente para disimu-
r el actuar personal directo de una a más personas. Este recurso, incluso, está pre-
o en la ley laboral, pues lo normado en su art. 14 permite neutralizar cuaiquier
strucción simuiada o fraudulenta que sea interpuesta entre el verdadero em-
eador y los trabajadores.

- {climura Marturhi, Selva c, lnfohelp S.A. y otro s l ~ e s p i d o » l ~Si~no. se ha


mostrado en los autos que la persona física codemandada hubiera incurrido en
aniobras fraudulentas, no corresponde la aplicación del art. 54de la LGS. La sola
reditación de su calidad de socio o administrador resulta insuficiente, se requie-
además que la persona fisica haya incurrido, participado o permitido la confi-
guración de alguna maniobra fraudulenta ya sea en forma dolosa o crilposa. Por
ello es necesario indagar en cada casa, en sana critica y a la vista de lo afirmado'y
robadodurante el desarrollo del pleito, la configuración de algunode lossupues-
os excepcionales previstos en el régimen de la ley 19.550; sin soslayar las implican-
c i a ~que tiene la diferenciación entre !a personalidadde la sociedad y la de los so-
cios y administradores. Ni la existencia de una deuda salarial -que constituye un
grave incumplimiento contractual- ni la deficiente regístracion del contrato de
trabajo habilitan per se a tener por configurada una maniobra fraudulenta por
parte de la persona física codemandada.

11.2 *'
- jurisprudencia de otrasjurisdicciones1
Dentro de la postura estricta encontramos, en primer lugar, Ia jurisprudencia
que emana de la Suprema Corte de Ia Provincia de Buenos Aires, la cual, en los au-
tos "Avila" Iz6, resolvió que: "El pago desalaríos total o parcialmente 'en negro' no
importa la realización de maniobras, fraude o abuso de la personalidadjurídica de

'~"NAT, Sala iX. 11/12/09, "Fimura Martuchi, Selva c. lnfohelp S.A. y otros/Despidon,Bole-
tin Mensualde Jurisprudencia de la CNAT, no297, Oficina de Jurisprudencia, dic. 2009.
'25 Maddaioni, Jurkprudencia acerca de /a extensión de responsabilidada lossoOosy direc-
tivos de sociedades comerciales, en "Revista de la Sociedad Argentina de Derecho Laboral ",no 15,
sep.-oct.2002, ps. 38a 43.
'26 Véase SCBA, 37/8/05, "Avila, Carlos A. c. Benjamín GurfeinS.A. y otros", TySS, 2005-737.
440 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Múñez
--A-- --_Ip-I___*---_f-.----.-II_^L

la sociedad que habilite el corrimiento del velo para comprometer !a responsabili-


dad individual de sus integrantes,directores o administradores".Asimismo, dispu-
so que: "La teoría del abuso de la personalidadjurídica no opera cuando una socie-
dad está regularmente constituida, con fines auténticas, y en su actividad comete
actos ilegalessancionados por la ley, como esel casodelempleo no registradoode-
ficientemente registrado, ya que no se utiiiz0 a la sociedad como un insrrumeni:~
para la comisión de dichas irregularidadec". Finalmente, indicó que: "Bajo el pre-
texto de asegurar la proteccióncontra la evasión y el fraude laboral no carrespon-
de desbordar la gama de los legitimados pasivos de las pretensiones indemnizato-
rias mediante una hermeneútica que desconozca los alcances del art. 54 de la ley
19.550, lo que no importa negar la posibiiidad de imputar diversas actividades de
la sociedad o de lossocioso controlantes, o extender [a recponsabilidada tos direc-
tores de la entidad cuando en el caso se han alegado y demostrado sus presupues-
tos de aplicaci0n". Esta postura fue mantenida posteriormente en fos autos "Cor-
tina, Carlos c. Power Tool S.A.C.I.F.", del 25/4/07,
Asimismo, cabe mencionar dosiailos, que fueron reseñados por Maddaloni. El
primerodeeilos es del Tribunal deTrabajo nos,en los autos "Cáceres Peña"127,con
voto de Casteili, ei cual resolvió no hacer extensiva la condena a un integrante de
la sociedad, tal como lo solicitaba la actora. Se basó para ello en quesi bien el actor
nose hailaba registrado(lo cual implicaba una vioiacijn de! orden phblico laboral,
el principio de buena fe y frustraba derechos de terceros) para hacer extensiva ia
condena a un integrante del directorio, se requieren pruebas claras que permitan
correr el velo sin riesgo a atribuir responsabilidades propias de la persona juridica,
a uno de sus integrantes.
"Ello así, porque la extensión de responsabilidad de una persona jurídica a la
persona física íntegrante no es la regla sino la excepci6n, y debe quedar claramen-
re probada la responsabilidaddel socio que hizo posibles lasviolaciones legales, lo
que no se dio en autos".
E/ segundo fallo es de la Sala 6" de la Cámara de Trabajo de Córdoba, causa
" F i i o n ~ i " ~Se
~ *trataba
. de un trabajador no registrado, a quien la demandada le
negó la relacidn de dependencia. Producida la prueba y resuelto el caso a favor del

í27 Trib. Trab. no 5, ''Caceres Pefia, Reinaido c. Metales Dar S.A. y otro s/DespidoM,citado por
Maddaloni, Jurisprudencia acerca de /a extensión de responsabilidad a los socios y directivos de
sociedadescomercia/es,en "Revista de la Sociedad Argentina deDerecboLaborai", no25,sep.-oct.
2002, ps. 38 a 43.
12$ C6m. Apel. Trab. Córdoba, Sala VI, 1615102, "Filonzi. Alfredo c. La Agropecuaria S.R.L. y
otros", citado por Maddaloni,jurisprudencia acerca de la ext@nsiánderesponsabilidadalossocior
y directivos desociedadescomerciaies, en "Revista de la Sociedad Argentina de Derecho Laboral",
no 15,sep:oct. 2002, ps. 38 a 43.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 441
LI_C__I_I-CI I_-C-I_I-.~__IY"-I - -
trabajador, el Tribunal pasa a tratar el tema de la extensiónde responsabilidada ioc
socios. Esinteresantedestacar quesi bieneiTribuna1 resuelve hacer lugar a la exten-
sión, 10 hace basándose en el arta59 de la ley 1 9 . 5 5 0 ~no en el arl. 54 de la misma ley.
Dice el sentenciante: "En mi criterio, ia desestimaciónde la personalidadjuridi-
ca, segiin el art, 54 de la ley 19.550, es posible cuando la actuación de la sociedad
encubra fines extrasocietarios ilícitos, tendientes a perjudicara un tercero o a vio-
lar la ley. Si bien la falta de registración de la relación laboral comporta una viola-
cibn a la ley que perjudica al actor y al sistema previsionat, lo cierto es que ella per
se no demuestra que la actividad de la sociedad demandada haya procurado la
obtención de fines extrasocietarios y estado dirigida a violar la ley o a frustrar los
derechos del actor. No hay en autos elementos de juicio que permitan afirmar con
la certeza que requiere un pronunciamientojudicial, que la constitución y funcio-
namiento de la sociedad estuvo dirigida a tales fines".
Concluye que por elfo no puede extenderse la responsabilidaden base a! art, 54
de !a ley 19.550. Sin embargo, 10 hace invocando el a r t 59 de la misma ley, en tan-
to este artículo extiende de manera solidaria e ilimitada la responsabilidadde los
administradores cuando por incumplimiento de sus obligaciones se perjudique a
terceros.
Por su parte, la Cámara Civil y Comercial de la 2" Nominación de Cordoba sostu-
vo que: "No corresponde desestimar la personalidad jurídica de una sociedad y
hacer responsables en forma directa a los socios -en el caso, a fin de hacer valer
una condena par un juicio laboral-si no fue aportada ninguna prueba tendiente
a demostrar que el ente era utilizado para encubrir la realización de actos extraso-
cietarios o constiruyera un mero instrumento para violar la ley, el orden púlbico,
buena fe o frustrar derechosde terceros" 129.

11,3 - Primera aproximaciónde Ia Corte Suprema


de justicia de la NaciOn
La Corte Suprema tuvo oportunidad de expedirse en "Cingiate" I3O, donde, por
mayoría, decidi6 desestimar fa queja, d e conformidad con lo dictaminado por el
procurador general, en virtud de que el recurso extraordinario no refutaba todos
y cada uno de los f undamentos de la sentencia apelada.
Cabe destacar que el fatlo nose limitó a invocar el art. 280dei CPCCN, sino que,
y a modo de advertencia, dejó abierta Izt puerta respecto de la posibilidad de rever

Cam. Apel. tiv. y Com. 2" Nom., Cdrdoba, 13/5/02, "Heredia de Olazábai, W. Andreac. La
Noria S.R.L.y otros", D7,2002-B-2171.
CSIN, 5/3/02, "Cingiale, María C. y otroc. Polledo Agropecuaria S.A. y otros",Ty55,2002-
507.
442 Ricardo D. Nierreruelo - Pedro E Nuñez
7 -
A

esta doctrina, en el supuesto que se desvirtúe la totalidad de los fundamentos de


la sentencia, entre los queseencuentran la caida autornitica de la personaiidadju-
rídica de la sociedad comercial y la imputacibn de responsabilidaden forma ilimi-
tada y solidaria a cada uno de los socios,
Sin embargo, dos de los ministros de la Corte Suprema (Lbpez y Moliné O'Con-
nor) votaron en disidencia pues a su entender el Tribunai invoc6 lo dispuesto en ei
art. 54 de la ley 19.550 sin indagar si, como tal disposición lo exige, se había confi-
gurado en el caso un uso indebido del negocio societario.
En ese marco, la conclusión de que los hechos ilicitos cometidos por ia sociedad
debían ser-por razón de su ilicitud- imputados a sussocios, aparece desprovista
de base legal suficiente, en tanto se sustenta en una interpretación de la referida
norma que, efectuada sin consicieracihn de sus fines, condujo ai tribunal a atri-
buirle un alcance que no tiene.
Consideraron que el sentenciante debió ponderar que ia normaen cuesti8n se
orienta a sancionar la utilizacibn ilegal del contrato de sociedad y no la ilegalidad
de losactos por ésta realizados, óptica desde lacual hubiera eventualmente podi-
do advertir que su aplicación no se habilitaba por la sola cumprobación de aque-
llos hechos, sino que era necesario acreditar, ademds, un desviado uso de l a per-
sonalidad societaria, por no haber sido ésta utilizada por los socios como estruc-
tura jurídica para una gestión empresaria --arts. loy 2", ley 19.550-, sino como
mero instrumento para realizar actos de aquella índole sin asumir sus consecuen-
cias. Agregaron que, concebido para preservar los fines que justifican el reconoci-
miento Iegal de la sociedad romo técnica para que sus miembros actúen bajo otra
personalidad, el instituto previsto en la citada norma no pudo ser aplicado sin que
el Tribunal hiciera cargo de la necesidad de explicar de quP modo tales fines ha-
bian sido incumplidos en ei caso, esto es, cu6les eran las razones que permitian
descartar una efectiva vocación empresaria en la demandada, o llevaban a soste-
ner que ella habia sido utilizada como pantalla al servicio de encubiertos fines de
sus miembros.
Concluyeron que tales defectos de la sentencia hacían procedente el recurso,
toda vez que, en desmedro de una adecuada hermenéutica de la norma en juego,
se arrib6 a una solución que no sólo no se compadece con sus ya resehadosfines de
proteger e / tráfico negocia1 por ta vía desandonar ia abusiva utiiizacióndel rneca-
nismo societario, sino que atenta contra eilos; pues, al introducir la posíbitidad de
soslayar sin respaldo legal la persoriatidadde las sociedades comerciales, priva al
sistema de la certidumbre sin la cual no esconcebible que la tecnica societaria cum-
pla los fines que le asignó el legislador, servir de herramientafecunda para la reu-
nidn de capital de riesgo destinado a la producción.
En tales condicianes, y dado que ello ha redundado en sevio menoscabo de las
garantías invocadas por los recurrentes, corresponde la ciescalificación del fallo
por arbitrariedad, io cual torna inoficioso el tratamiento de los restantes agravios.
Responsabiiidadralidaria en elcontrato de trabajo 443

/1,4 - E¡ fallo de la CSJN «Palomeque,Aldo René


c. Benemeth S.A. y otro» j3'

La Corte Suprema, en el recurso de hecho deducido por Gabriel Lipovetzky,Ja-


cobo Lipovetzky y Sergio Lipovetrky, en la causa "Palomeque, Alda Rene c. Bene-
meth S.A, y otro", compartió los fundamentos y conclusionesdel dictamendei pro-
curador fiscal, haciendo lugar a la queja, declarando procedente el recurso extra-
ordinarioydejandosinefectola sentencia dictada por lasala Xdela Cámara Nacio-
nal de Apelaciones del Trabajo.

La mencionadaSala, había modificado lasentencia de primera instancia y exten-


didosolidariamente la condena contra loscodemandadosensu carácter dedirecto-
res y socios de la sociedad anónima empleadora, fundando su decisorio en que:
a) La práctica de no registrar ni documentar una parte del salario convenido y
pagado constituye un fraude labora! y previsional.
b) La falta de registrode partedel salariode untrabajador constituye unrecur-
so para violar la ley (arts, 140, LCTy 10, LNE), el orden público (arts. 7Oy 12 a
14, LCO, la buena fe (art, 63,lCO y para frustrar derechas de terceros (tra-
bajador, sistema previsional, sector pasivo y comunidad empresarial).
c) Los codemandadcs son accionistas de la condenada principat e, incluso,
miembros de su directorio.
d) El actor, según conciusion del fallode grado, noestuvocorrectamen~eregis-
trado, por lo que cabe aplicar la teoría de la desestirnacionde la persanati-
dad juridica y condenar directamente a los socios de la sociedad an6nirna
(arr. 54, ley 19.550).

Contra dicho pronunciamiento los codemandadasplantearon el recurso extra-


ordinario, que al ser denegado, motivdsu queja, aduciendo arbitrariedad, basado
en que el fallo:
1. funda la existencia de pagos en negro en los dichos de un solo testigo, olvi-
dando que la apreciación relativa a supuestos pagos irreguIarec debe ser
restrictiva y ellos no hallan respaldo en la restante prueba testimonia[.
2. Omite que ei actor cursó todossusreclamos a "Benemeth S.A." y nunca adu-
jo ni acreditó haber laborado para los otros demandados.
3. Basa la condena en una construcción jurisprudencia1errónea desconocien-
do que, para considerar responsables a iossocios de una persona ideal, éstos
deben haberia utiIizado en forma abusiva, reduciendola a una figura con-

13' CSJN, 314103, "Palomeque, Aldo Renéc. Benerneth5.A. y otro", TySS, 2003-692.
444 Ricardo D. Hierrezuelo -Pedro E MGfiez
-
'--
---
u -
- -
tractual como instrumento para alcanzar fines individuales, distintos delos
propios de la personalidad.
4. Soslaya que tos dichos aislados de un testigo no bastan para probar que la
sociedad fue utilizada como vehículo para burlar la ley.

Dice, finalmente, que se hallan vulneradas las garantias de los arts, 16 y 17 de


la CN.
El procurador fisca!, si bien tuvo por acreditado que ef actor fue registrado por
la empfeadora en fecha posterior a la reai y en una categoria que no era la propia,
así como también la existencia de pagos no registrados, entendió que la sentencia
no cumplía con los reccludosde validez de tos fallosjudiciales (que sean fundados y
constituyan derivación razonada del derecho vigente con arreglo a las circunstan-
cias comprobadas de la causa), pues no había quedado acreditado que estuviéra-
mos en presencia de una sociedad ficticia o fraudulenta, constituida en abuso del
derecho y con el propósito de violar la Iey que, prevaliéndose de dicha persanali-
dad, hubiera afectado ef orden pdbiico laboral o evadido normas legales, así como
tampoco que se hubieran reunido los elementos necesarios para considerar que
entre los codernandedos a título personal y el actor existía un contrato de trabajo.
Finalmente, agrego que "en ei marco precedentemente descrito, aprecio que
los jueces han prescindidode considerar que ia personalidad diferenciada de laso-
ciedadysussociosy administradores constituye el ejesobreel queseasienta !a nor-
mativa sobre sociedades andninas y que esta configura un régimen especial por-
que aquéllas constituyen una herramienta que ei orden jurídico provee ai comer-
cio como uno de los relevantes motores de la economía. Desde esta perspectiva, no
alcanzo a advertir queel contexto probatorio del caso posea virtualidad suficiente
como para generar la aplicación de una causal de responsabilidad en materia socie-
taria de orden excepcional,sin ia suficiente y concreta justificación, ni que iosrnoti-
vos expresados provean del debido sustento a la inteligencia conferida ai precep-
to en examen", razón por la cual opinó que correspondía hacer lugar a la queja,
dedarar procedente ef recurso extraordinario, dejar sin efecto la sentencia y resti-
tuir ios autos al tribunal de origen para quese dictara un nuevo fallo con arreglo a
lo indicado.

11.5 - E/ fallo de la CSJN «Daverede, Ana María


c. Mediconex S.A. y otras)) 332
Cabe destacar, que fa Corte Suprema en su actual cornposiciOn ha declarado
inadmisibles los recursos extraordinarior; interpuestos en los términos dei art, 280
del CPCCN, con disidencia del doctor Lorenzetti, quien ha ratificado la postura res-

132 CSJN, 29/5/07, "Daverede, Ana Maríac. Mediconex S.A. y otros", inédito,
Respon~abi!idadsolidaria en el contrato de trabajo 445

trictiva "porque, de lo contrario, se dejaría sin efecto el sistema legal estructurado


sobre la base de tos arts. 2" de la ley 19.550 y 33 del CC [concs. arts. 145, 146, 148 y
168, CCCN] y 39 Iconc. art. 143, CCCN].En t a l sentido, no es ocioso destacar queen
el Mensaje de Etevacion de la ley 22.903 se sefialó que el supuesto que contempla
se configura cuando la sociedad se utiliza 'para violentar la que constituye el obje-
to genérico y abstracto de lassociedadescomerciales a la luz de lo dispuesto en el
art. l o d ela ley 19.550'. Esdecir, queel propósitode la norma essancionarelempleo
instrumental de la sociedad para realizar actos ilícitos y no los que ésta reaiiza. La
ley responsabiliza a los socios únicamente en !os supuestos de uso desviado de la
figura societaria, en lasqueéstaencubresituacionesajenasal objetivo social, como
loson las hipótesis relativas a la utilización para posibilitar la evasibn impositiva, la
iegitirna hereditaria, el régimen patrimonial del matrimonio o la responsabilidad
de una parte del patrimonio ajeno a la sociedad. Por lo tanto, quedan fuera de!
ámbito de aplicación de la norma los incumplirnientosdeobligacioneslegalesque,
aunque causen daño a terceros, no tienen su origen en el uso indebido de la per-
sonalidad (...) De lo expuestosesigueque ladoctrina de la desestimacibnde la per-
sonalidad jurídica debe emplearse en forma restrictiva. Su apiicación requiere la
insolvencia de la sociedad, to que en el caso no se ha probado, pues ante la inexis-
tencia de un perjuicio concreto a un interés público0 privado nose advierten razo-
nes que justifiquen su aplicacicin. Sin embargo, aun en este supuesto es preciso
acreditar e l uso abusivo de la personalidad, pues no cabe descartar que la irnpo-
tencia patrimonial haya obedecido el riesgo propio de la actividad empresaria".

c) Nuestra opinión

Como se habra podido apreciar a lo largo de estas paginas, participamos de la


postura que podría considerarse estricta, respecto de la posibilidad de extender la
solidaridada fossoc~osocontrolantes,n o d l o porque ledamos una interpretación
distinta a l art. 54 de Ia LGS de !a que se vislumbra en el fallo "Delgadillo" y en las
demás sentencias dictadas en esta direccibn, sino porque creemos que esta citua-
ción puedeser resuelta dentro de la propia teoría general del Derechodeltrabajo.
En efecto, la falencia registra1total o parcial constituye uno de \osgravesflage-
los que azotan actualmente al trabajo, a punto t a l que el 40% de los trabajadores
se encuentran en la mas absoluta informalidad, cifra que se extiende considera-
blemente si además incluirnos a aquellos trabajos en los cuales se los registra con
una fecha de ingreso o una remuneración distinta.
Sin embargo, existen normas concretas que sancionan estos incumplimientos,
entre las que se encuentran las leyes 24.013, 25.323 y 25.345, entre otras, sobre
cuya eficacia no es oportuno discutir en este momento.
Pero esas omisiones, por más graves quesean, no dejan de ser actos imputables
a la sociedad comercial y constituyen incumplimientos conlractuales, graves por
446 Ricardo D.Hierre~uela- Pedro E Núñee
-.---- ---u- ---1___--

cierto, pero que no se diferencian en esencia de las restantes inobservanciasen que


puede incurrir la persona jurídica. Es decir, no existiría una diferencia sustancial, o
dicho de otro modo, sólo habria una distinción gradual entre no registrar el con-
trato de trabajo y atrasarse en el pago de la remuneraci6n.
Ambos supuestos, con diferente intensidad, violan la ley (la Ley de Contrato de
Trabajo), el orden piiblico (el orden público laboral), la buena fe (principio estable-
cidoen eiart. 63, LCT) yfrustran iosderechosde terceros(de1trabajador). Sinembar-
go, ni siquiera los sostenedores de la postura amplia defenderían la extension de la
responsabilidad ai socio ocontrolante por el atraso momentáneodel pagode /a re-
muneración. En este sentido, conviene reiterar el pensamiento de Brignoie, quien
se pregunta que quedaría del Derechosocietariosi desapareciese la distinción entre
la persona juridica y las miembros que la integran y consecuentemente la iimitaciún
de la responsabilidad. Esto se produciria si cualquier acto iiicito cometido por la
sociedad se imputara directamente a iossocios y a los controlantes.
Por otra parte, no resulta ocioso recordar que ya existen sanciones especificas
para reprimir las vioiaciones relacionadas con la informalidad contractual, razón
por la cual si el legislador hubiera querido extender ia responsabilidad por esas ma-
niobras a todos los integrantes de la sociedad, lo hubiera explicitado a través de
normas que así lo dispusieran expresamente.
Adviertase que cada vez que e¡ legislador ha querido extender la respansabiii-
dad a los integrantes lo ha hecho concretamente a lo largo de toda la ley 19.550,
sin embargo, fuera del Derecho societario, la extensión de responsabilidad no está
direccionada a los integrantes, sino a los directores, gerentes, adrni~istradoresy
demás representantes de la persona jurídica, como se aprecia en !a ley 11.683o en
materia penal, en la Ley sobre Riesgos del Trabaja.
Al analizar el párr. 3Odel art, 54 de la LGS,apreciamos que sólo se podrfa aplicar
tal dispositivo legal, si la sociedad hubiera sido constituida con el único fin de con-
tratar trabajadores en la mas absoluta informalidad, o si la sociedad hubiera sido
utilizada como una pantalla -mero recursa- para encubrir una actuacibn iiicita
oculta l33.

'33 Consustentoenel art.54delaley 19.550seexpidió1aCNAT, Saiaf, 2912/00enautos: "Puen-


Te, Graciela y otros c. Ohannes Duvelekian y otros stDespido", inldito, dondesostuvo: "Si el code-
mandado utilizó la figura de una sociedad de responsabilidad limitada que no tenía entidad real y
en los hechos no actuaba como tal, a punto tal que no mantuvo el recurso de apelación interpues-
toriontralasentericia rondenatoriadictadacontra la misma, siendotitularde190%delcapitaisocial
de la referida entidad, desernpefiando asimismo la administración y representacibn del a firma
sociaf. ocupando el cargo de gerente en forma individuat, con duración ilimitada, sumado a la cir-
cunstancia que aquel solía, respecto de todos sus bienes, aun con respecto a su propia casa, poner-
los a nombre de una sociedad, ello autoriza la aplicación del art. 54 in fine de la ley 19.550,atento
que las actores no habíansido inscriptosen el libro correspondiente,loquesupone un grave incum-
plimiento por parte de la sociedad demandada, respecto de la forma de llevar su contabilidad.
en elcontrato de trabajo
_ResponsabilidadsoIidaria__III_^_____I__ICyl."..-
- . + _ . _ _ _
447

El primer supuesto es impensable, pero el segundo es usual en nuestra diccipli-


na, a punto tal que tenemos herramientas jurídicas propias para sancionar este
tipo de maniobras muy utilizadas por los empleadores para evadir el cumplirnien-
to de la normativa laboral.
El Derecho del trabajo cuenta con normas que permiten prescindir de la perso-
naiidadjurídica de la sociedad comercial e imputar responsabilidad directamente
a lossocios y controlantes, desde mucho antesde la reforma introducida por la ley
22,903. Nos estamos refiriendo a los supuestos de rimulación ilícita o fraude por
interposicion de personajurídica contemplada en el art. 14de la LCT, y af de sacie-
dades controladas o pertenecientes a un conjunto económico de carácter perma-
nente establecidas en e/ art.. 31 de la LCT.
En es.te último caso, ni siquiera se requiere la acreditación de que la sociedad
estksiendo utilizada como pantalla, puessóloseexige (y esmasquesuficiente)que
haya mediado conducción temeraria o maniobrasfrauduientas.Hueiga decir que
el no registrar la relación laboral o hacerloenforma parcial, parcializar la antigüe-
dad del trabajador entre todas las sociedades de[ grupo económico o inscribir al
personal en una persona jurídica integrante del conjunto insolvente, san supues-
tos de conduccibn temeraria o maniobras fraudulentas previstos en la norma.
El segundo caso se produce cuando se intenta simular una relación laboral m.e-
diante otra figura contractual no iaboral o cuando se interpone una persona jurí-
dica, que no es más que una pantalla para encubrir la actuación personal de los sa-

---
"Con respecto a la teoria de ia aplicacibn de !a desestimación de la personalidadjurídica, que
precisamenteen estos momentocse discute en el Arnbito del derecho de! trabajo, creo que ia mis-
ma, respecto de este ámbito, merece una consideración especial, que quizá no sea adecuada en el
derecho comercial, es decir, en el referido a las relaciones entre una sociedad y sus acreedores co-
mercialesofinancieros, puesto estos últimos tienen la posibilidad de adoptar medidas respecto de
la responsabilidadde la sociedad, asisuefenhacer, adoptar loscorrespondientes recaudos(en ecpe-
cial los financieros, que solicitan el aval de lossocios o de terceros), pero ello no puede darse en ei
caso de lostrabajadores, a quienes se les desconoce la garantia de sus derechos bajo la mascara de
una sociedad, que, en realidad, no funciona comotaf, en tanto: a) es dirigida exciusivamente por
una sola persona que, por otra parte, suele ~o cumplir con los recaudos propios de la registracibn
contable (que no existe); b) noconstituye la expresión de un conjunto de personas iguales entresí
por un objetivocomún, respedodelcualseasocian,quedeli beran respectoa laconduccibndeeflos
que exclusivamente queda a cargo de una persona que obviamente actúa para sí.
"Si ei demandado tenía el plenodominio de la sociedad accionada, los efectos de la condena a
esta tiltima deben ser extendidos a aquel por aplicaciiin de \o dispuesto en los arts. 54, pirr. 3 O de
la ley 19.550 y 31 de la LCT, y en consecuencia no puede oponerse a los actores la diferenciación
entre la persona delentesocietario y la desus socios, propia del derecho comercial y civil, pero que
caenen situacionesanormales,ta\comoocurre en el caso de la no registraciónde la relación labo-
ral" (Highton, F., Responsabilidadpatrimonialso\idaria de directores, adminisrradorerysociospor
demandas laborales contra sociedades comerciales, ps. 62 a 64).
Ricardo D. Ijierreruelo - Pedro E Nuñez
-448
~-., ------__

cíos, queson iosverdaderostitulares.En este úitirnoaspecto,Turrindestaca ia gran


cantidad de sociedades que llevan ínsiro desde su nacimiento el perjuicio para 10s
terceros, como ser aquellas generadas al colo efecto de limitar ia responsabilidad
patrimonial de sus socios -al patrimonio de la sociedad 5610 compuesto de deu-
das- y no para la realización de una actividad negocia! seria y continuada, con
intenciónde asumir {os beneficios y riesgos que ella implica; en estos casos, luego
de realizadoeinegocio, por el cual ingresan fondos que retienen lossocios, encon-
tramos una sociedad que carece de patrimonio social, no tienen sede o domicilio
social ni lugar desde donde se administren sus negocios, sólo es un nombre y ctirn-
pie la finalidad -luego de ingresados los beneficios a los socios- de evitar que
estos respondan patrimonialmente por lasdeudassociafes, atento el car6cter iirni-
tado de la responsabilidad que implica, generándose una masa de acreedores que
no verán satisfechos rus créditos.
Agrega este autor que en otras sociedades cornerciaies, se produce una confu-
sión patrimonialentre una persona de existenciavisibley una~ociedadodocsocie-
dades. A lo cual hay que añadir la importanciaeconómica de los bienes muebles en
la actualidady su fácil transmisión. También ia existencia de abusos a que se presta
la complejidad de las relaciones negociales entabladas por ciertas sociedades da
lugar a la generación de sociedades insolventes intermediarias -hombres de
paja- que asumen todas las responsabilidades, carecienda de garantia patrimo-
nial para ello, cuando los ingresosde fondos de tales actividades negocialesse rea-
lizan a través de otra u otras sociedades, que no asumen ninguna responsabilidad,
pese a que sí tienen respaldo económico patrimonial para garantir '34.
Se trata de casos en que los socios dirigen en forma personal la sociedad, la que
utilizan para limitar su responsabilidad, obteniendo beneficios en forma personal
y descargandotodas las pérdidas en la personajurídica. La mayoría de esiasempre-
sascuentancon un minimo o inexistente patrimoniosocial, quese ve en la genera-
lidad de los casos desbordado por las deudassociales, Son las sociedades infracapi-
talizadas de las que habla Nissen, aquellas que es imposible diferenciarlas de sus
integrantes, puesexisre una suerte de identificación con ellos,
Los trabajadores se encuentran en fa más absohta clandestinidad, prestan ser-
vicios en un espacio físico locado, con los elementos indispensables para realizar el
trabajo, no se les entrega recibo de haberes ni constancia documental alguna
cuando perciben la remuneración.Reciben órdenes en forma directa de-lasperso-
nas físicas que en realidad son los verdaderos titufares y empleadorer, y que se
escudan bajo la persona juridica, que sólotiene de real la inscripcion'enel registro
pertinente y el minimo capital exigida legalmente para poder constituiria.

Turrin, Daniel M.,l a desestjmaci0n de fa personalidad: eionusprobandi a cargo de laso-


ciedadcomerciai, en iibro de ponencias del "VCongresode Der~cho Societario", p. 638.
Responsabilidad solidaria en e/ contrato de trabajo 449
- - . ~ " I ~ I c L . - I C I . . ~ -
-~-
~ -
-'

En estas casos, !a situacibn se resuelve por el propio art. 14 y la solidaridad


impuesta por el art. 29 de la LCT, sin necesidad de incursionar en otras ramas del
Derecho, que se manejan con principios propiostotalmente disimiles. En esta inte-
ligencia, no es indispensable que la sociedad comercial sea totalmente insolvente,
pues la desestimación como persona jurídica surge de su utiiizacion como escudo
para esconder al verdadero empleador y no de su situación patrimonial. Es obvio
que /a insolvencia, sumada a la informalidad total, constituyen una fuerte presun-
ción de que estarnos en presencia de una sociedad interpuesta; pero que ésta sea
solvente, en cambio, no autoriza a descartar por esa sola circunstancia, la aplica-
ción de la desestimación laboral.
Siguiendo este orden de ideas, se ha resuelto jurisprudencialmente que: "Es
procedente la condena al sacio gerente de la sociedad demandada, si se encuentra
demostrado que existió una relaci6n laboral 'no registrada' y la consecuente eva-
sión de aportes previsionales, pues dicha situación encuadra en el art. 14 de la LCT
y no surgen motivos que justifiquen su ajenidad ante dicha situación, sino que por
el contrario el codemandado no actuó de buena fe y con la djligencia que corres-
ponde a un buen hombre de Asimismo, se ha dicho que: "El art. 14
de la LCT permite neutralizar cualquier construcciBn simulada o fraudulenta que
sea interpuesta entre el verdadero ernpleador y los trabajadores" 13< También se
ha indicado que: "La falta de registración laboral, cuando es completa, puede re-
sultar eficaz para ocultar al verdadero ernpleador, pero producida esa situación,
todos aquellos que contribuyeran a facilitar la simulacidn ilicita sancionada por el
art. 14 de la LCT, quedan comprendidos en la responsabilidad laboral y deben res-
ponder ante el trabajador como verdaderos empleadores. Los socios de la sociedad
de responsabilidad limitada que exploraba el fondo de comercio actuaron como
titulares aparentes de la relación laboral, por lo que deben responder en forma
directa frente a! trabajador" 13'.
Desde esta perspectiva, no podemos más que compartir los f undamentos verti-
dos por el procurador fiscal en el fallo "Palomeque", al que adhirió la Corte, pero
sólo en lo que respecta a la interpretación del art. M d e la ley 19.550. Sin embargo,
creemos que el fallo se queda a mitad de camino, pues aun reconociendo que los
codemandados además de socios eran directores de la sociedad anónima, no ana-
lizosu responsabilidada ta luz de lodispuesto por los arts. 59 y 274de la ley 19.550.

'" CCAT, sala IX, 17110106,"Franco, Diego A. c. Avetlaneda 4899S.R.L. y otro", DT, 2007-A-87.
136 CNAT, Sala 11, 5/2/07, "FrankeCarballo, Facundo N.c. Expoyer5.A. y otro", "RevistadeDe-
recho Laboral y Seguridad Sociair',no 5, mar. 2007, p, 425.
CNAT, Sala i,31110106, "Giúdice, María P.C. Aranibe, Mat-tín y otro", "Revista de Derecho
Laboral y Seguridad Social", no5, mar. 2007, p. 432.
450 Ricardo B.Hierrezuelo -Pedro E IVúfiez
,-- -. -------.p,

Por ultimo, cabe destacar que no re desconoce que la extensión de recponsabili-


dad a lossociosfue una respuesta dada por la jurisprudencia a un problema real, ya
que mediante este mecanismo se pretendió terminar con aquellas conductas frau-
dulentas pergeñadas por ciertos individuos que, favorecidos por el ordenamiento
jurídico que permite constituir sociedadesconun mínimo capital, perjudicabarilos
intereses de terceros, entre los que se encuentran trabajadores. Sin embargo, la
extensión ilimitada de responsabilidad por cada acto ilícito realizado supone des-
conocer la distinción que el plexo legal efectúa entre personas fisicas y juridicas.
Para queesto último sea posible, se requiere una reforma legislativa que dispong*
la responsabiiidad personal de los socios por cada comportamiento antijurídico
realizado por la sociedad. La teoría de la penetracidn no resulta idónea para con-
templar estos supuestos, pues supone el uso desviado de la personalidad juri'dica
por los socios o controlantec en forma personal; que no debe confundirse con los
actos, sean licitoso iiici'ios, cometidospor la propia sociedad comercial para el cum-
plimiento de sus fines.

d) Aspectos procesales
1 - Posibiiidadde elección del deudor
El primero de los temasque se plantea es la posibilidadde demandar a lossocios
o controlantes, sin haber demandado a la sociedad. Este supuesto, a nuestro crite-
rio, no presenta conflicto alguno, ya que venirnossosteniendoen forma sistemati-
ca la posibilidad de condenar al deudor solidario sin demandar al e r n p l e a d ~ r l ~ ~ .
Ademhs, los mismos argumentosvertidospor la postura mayoritaria en el pfenario
"Ramirez", sirven de fundarnenilación para admitir la posibilidad de elección de
deudor. Claro que, de sostenerse la postura defendida en el punto anterior y apii-
carse el art. 14 de la LCT, ios socios van a ser losverdaderos empleadores y la socie-
dad, sólo una persona jurídica interpuesta que debe responder en forma solidaria
en los términos del art. 29 de la LCT. Pero en el caso de empresas controladas o de

138 Ensentido contrariose ha expedido la Sala il, en losautos "Lewandowski,Jorge C.C. PRP
Malipa S.R.L. y otro", sentencia de!191U03, inédito, en la cual entendio que si el trabajar ante la
quiebra de su real empleador ha desistido de la acción contra el mismo, a influjode lo previsto por
el art. 133 de l a ley 24.522, no resulta procedente la condena solidaria del restante codemandado
(socio en es.tecaso) en su carácter de responsable solidario, en tanto necesariamente debe involu-
crarse en el iitigio a quien se ha reconocido expresamentecomo Único sujeto empleador, y respecs
to del que la controversia comiin fuera inescindible. Agregó que si el actor !nuocli supuestos de
solidaridad derivada o subsidiaria (artr. 54 y 274. LGS),necesariamente debe demandar al ernple.
ador principal, puesto que la solidaridad prevista en tales normas se apiica como garantía acceso-
ria de la obligacibn principal.
Responsabi/idadso/idariaen el contrato de trabajo 45 1
m
-.--- U
----,-

conjunto economico, ya vimos en el capitulo séptimo que es perfectamente facti-


ble demandar a la controlante sin haber accionado contra la controlada emplea-
dora pues sóio integran, de ejercer esa opción el trabajador, un litisconsorciofacul-
tativo y no necesario,
Pero si se recurre a la Ley General de Sociedades, por realizarse una interpreta-
ción amplia del art. 54, párr. 3Ode dichocuerpo normativo, la responsabilidadcon-
tinúa ciendo solidaria e ilimitada, por io que el trabajador puede reclamar el pago
del crédito íntegro a cualquiera de los socios oa todos ellos, e incluir o excluir a la
sociedad comercial. Como bien indica ~ i v a r e r l ~la~iey
, cercena toda posibilidad
de que el socio se ampare en un límite cuantitativo de su responsabilidadaiegan-
dosu participaciónsocietaria parcial, sin perjuicio, obviamente, de lo que pudiese
llegar a decidirse arlte eventuales pretensiones de regreso, en la sede y en el ámbi-
to respectivo.
Este autor destaca correctamente que la norma es precisa y enfática y no per-
mite interpretar que opera una suerte de beneficio de excusión pretorianoy que
sóio puede perseguirse a tossocios unavezagotada la posibilidadde cobrar el cr4-
ditoal ente societario.Agrega que no estamos frentea un relación de garantía sino
ante una solidaridad pasiva clara, y donde la ley no distingue, no corresponde dis-
tinguir. Por otra parte, la responsabilidad, en el instituto que nos convoca, presen-
ta una clara autonomía en relación con el concepto de insolvencia.
Sin embargo, conviene destacar que ta doctrina plenaria sentada en "Rarní-
rez" se restringe al art. 30 de la LCT, y s i bien -volvemos a repetir-!os argumen-
tos allí vertidos son idóneos para justificar la posibilidad de demandar sólo a !os
socios, en este caso, no existe obligación de respetarla, por lo que válidamente se
podria defender la postura tradicional. Esto último ha sucedido recientemente,
ya que la Sala ll ha resuelto que: "tos efectos de la doctrina plenaria del fallo no
309 'Ramirez, María lsidora c. Russo Comunicaciones e lnsurnos S.A. y otro s/Des-
pido' (de! 3/2/06) habilita a litigar exclusivamente contra aquel a quien se postula
como responsable solidario en los rérminos del art. 30 de ia LCT,pero no eximen
al reclamante del deber procesal de acreditar en la causa la cabal existencia de ias
obligaciones nacida del contrato de trabajo con su empleadora o empleadoras.
Dicha doctrina no se aplica por analogía a los supuestos de los arts, 29 y 31 de la
LCTy 54 de la LGS"14D.La misma Sala resolvió: "La extensión de condena a los

139 Aivarez, Elarticulo 54 dela iey 19.550,la responsabilidadsolidaria de lossociosyun deba-


t e inexplicable, en "Revista de Derecho Laboral", no 200'1-1, "La solidaridad en el contrato de tra-
bajo", ps. 257 y 258.
CNAT, Sala 11, 1512/07, "Mops, Wernin Aiejondro c. Collectivemind Argentina S.A. yotrOS
s/Despidol', Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no266, Ofjcina de Jurisprudencia, feb.
2007.
452 Ricardo D. Wierreludo - Pedro E Múfiez
..- -.."-------- ,-.--,u

socios requiere, necesariamente, la prosecución de la accidn contra la sociedad


respecto a la cual se asigna conductas comprendidas en el citado art. 54 de la ley
? 9.550 (CNAT, Sala VIII, 2211 2/03, 'Díaz Rufino, Pedro y otro c. Santanni y Cardona
S.A. y otrosf, S.D. no 31.636), El acreedor se halla obligado a demandar previa o
conjuntamente a SU deudor principal y, de acuerdo con ello, en la medida que en
autos el actor no acciono contra la Anchorena 897 S.R.L., Charcas 3358 S.R.L.y
Güemes4001S.R.L., la demanda promovida contra sus integrantes debe ser recha-
zada. Cabe recordar que, aunque con referencia a otros supuestos de responsabi-
lidad indirecta, mediante fallos dictados con anterioridad al fallo plenaria no 309
-cuya doctrina no es anafógicarnenteaplicable a un caso corno el de autos-, dis-
tintas Salas de esta Cámara consideraron que no era factible demandar Gnica-
mente al posible codeudor solidario (al que, en el caso, la ley de sociedades no le
atribuyeel caracterde 'empleador'sino que le imputa responsabilidad por ciertos
actos iiícitos cometidos por la sociedad) cuando media una obligacidn rnancornu-
nada con solidaridad impropia que no puede exigirse al codeudor subsidiario o
accesorio sino se ha establecido previamente su existencia en cabeza del deudor
principal (con?.CNAT, Sala 11,28/8/03, 'Tausch, Daniel c. Centro de ~ctividades~er-
momecánicas y otros';Sala l,78/11/03, 'Peralta, José c, Teyma Abengoa S.A.', S,D,
no 81.231; Sala IV, 3019/85, 'San Felippo, Norberto c. Chictil Construcciones S.A.',
sent. 54,457; entre otros), Y tal es e! supuesto que se configura en esta causa por-
que es evidente que la norma de la que podría derivar la responsabilidad de los
codemandados, en su carácter de integrantes de ios órganos de dirección, frente
al trabajador contratado por las mencionadas socjedades(art. 274, ley 19,550),no
atribuye a dichos directivos el carácter de 'empleadores' de los servicios de aqué-
llas, sino que sólo extiende a quienes hayan conducido las entidades la responsa-
bilidad que pudiera atribuirse a las sociedades con motivo de actos defraudato-
rioso violatorios de la ley que los in~olucre"~~".
También se encuentra controvertida la obligación de los socios respecto a! cer-
tificada de trabajo.
En sentido negativo se ha expedido la Sala 11, al sostener que: "La condena a
entregar el certificado de trabajo previsto en el art. 80 de Ia LCTes una obligación
de hacer en cabeza del sujeto empleador, calidad que no revisten las codernanda-
dos cuando estamos en presencia de u n supuesto de fraude por interrnediaci6n
laboral en los tkrminos del art. 14 de la ICTo de una saciedad ficticia que torne
aplicable la teoría del disregard prevista en ef art. 54 de la ley 19.550. Si bien los
codemandados responden en forma solidaria, en este caso, por su actuar iiicito,
ello rio los transfarrna en empleadores del actor y los daros necesarias para la con-

'" CCNAT, 5aia 11, 2911211 1, "Ffeita, Víctor Alfredo c . Martinez, Sergio Raiando y otros siDes-
pido", en intranetpjn.gov.ar.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 453
--- m
-
-

fección de tal certificado surgirán de los Iibrosde ia sociedad empleadora. Carece


de objeto disponer una doble entrega de t a l documentación, por quienes, a títu-
lo personal no poseen los registrosy carecen de elementos necesarios para su con-
fección" 142.
En sentido contrario, aunque referido a la responsabilidad de directores, se re-
solvió: "Lasolidaridad impuesta por losar%.59y274de laley 19.550, al noefectuar
distinciones entre obligaciones de dar cosas o dar sumas de dinero, resulta exten-
sible a todas las obligaciones derivadas de[ contrato de trabajo entre las que cabe
incluir la entrega de certificados previstos por el art. 80 de la LCT(de1 voto del doc-
tor Stortini, en mayoría)"143.

2 - Posibilidad de extender la condena


en la etapa de ejecuciiin

En lo que hace a las cuestionesde indole procesal que plantea el tema, suele ser
frecuente que el accionante pretenda hacer extensiva una sentencia dictada con-
tra una persona jurídica, a los socios controlantes o directivos que no fueron de-
mandados, Aqui vale detenerse a examinar si resulta competente el mismo juez
quecondenóa la personajurídica, y resulta factible extender la responsabilidaden
el mismo juicio o si, por ei contrario, debe iniciarse una nueva acción.
En este sentido, tanto la doctrina como la jurisprudencia se encuentran dividi-
das. Asi, Alvarez adhiere a la postura estricta al expresarque la concreción de la res-
ponsabilidad impone materializar un planteo concreto, esbozado en una dernan-
da que, sea o no en un marco de litisconsorcio pasivo que incluya al ente societario
ya lossocios, debe generar un proceso pleno de cognición, en el cual los imputados
tengan derecho a ser oídos y puedan exponer sus defensas.
No es factible extender la condena en el ámbito reducidode un incidentede eje-
cución, en la inteligencia de que rige el efecto relativo del procesa y de la cosa juz-
gada y que e[tramite incidental no permite un debate adecuado, ni conlleva una
etapa de cognicibn idónea para ejercer el derecho de defensa en juicio, garantita-
do por el art. 18 de la C N ~ ~ .

142 CNAT, Sala i1,12/12/09, "Tognetri, Daniel c. CuatroCabezas5.A. y otrosslDespido", Bole-


tín Mensualdeiurisprudencia de la CNAT, no 297, Oficina de Jurisprudencia, dic. 2009,
'43 CNA?; Sala X, 10117/11, "Macchi, Angei Alberto c. EmpresadeTransporteArgentur S.R.L.
y otros s/Despidon, en intranet,pjn.gov.ar.
'44 Alvarez, Elartícuio 54 de ia ley 19.550, la responsabilidadsolidaria de lossociosyundeba-
t e inexplicable, en "Revista de Derecho laboral"; no2001-1, "lasolidaridad en el confratode rra-
bajo", p. 258.
454
e------ . --- Pedro F: Núijer
---Ricardo D. iiierrezuelo
La tesis intermedia es sostenida por ~ a c f - i a d o para
l ~ ~ ,quien si bien la opinión
de Alvarez es válida como regla, se admiten excepciones que, dejando a salvo el
debido proceso (ser oído, producir prueba}, atiendan también a la celeridad inhe
rentea los créditos alimentarios y que no requieran, en el puro interés de la forma
una antieconómicaduplicaciánde procesosordinarios. Así, por ejemplo, para este
autor procedería la vía incidental cuando, actuando bajo diferentes personalicl
des jurídicas, sean las mismas personas físicas las que han intervenidoen el proc
so ya sentenciado otorgando poder, absolviendo posiciones, ofreciendo pruebas
etcétera.
La tesis amplia es defendida por Cañal, para quien, sea por vía incidental o por
un procedimiento aut0nom0, resulta claro que el juez. que dictó la sentencia defi-
nitiva puede llegar a producir prueba para verificar la comisión del fraude (el que
se torna evidente puesto que existe una sentencia condenatoria, cuyo cumpli-
mientose pretende obviar), biensea que, una vez condenada la sociedad, se distiei-
va de manera iiegitima ysea posible responsabilizar a lossocios; que se transforme
en otra sociedad en perjuicio del demandante, o bien, que se disuelva en un con-
junto econbmico. Sefiala que por ratonesde celeridad procesat lo más convenien-
te es que el reclamose efecttje en ei mismo proceso y para no ceder, precisamente,
ante el juego del abuso; pero esto sucede siempre y cuando al sentencia obtenida
en primer termino no sea meramentedeclciratival".
En esta última postura tambiénse encuentra Ferreiró~I~~ para quien puede ocu-
rrir que en el proceso iaboral en que reclama ei trabajador, se haya demandado
tanto a la sociedad como a aqueltos a quienes se pretenda alcanzar con la condena
solidaria, pero también puede ocurrir que los hechos surjan en el curso del proce-
so, o ya dictada fa sentencia, en cuyo caso, como no estarnos hablando de una nue-
va responsabilidad sino de la extensión de la imputación, entiende que el mismo
juez puede, teniendo en cuenta lo que surge de las constancias de autos, y garan-
tizando la defensa en juicio y el debido proceso, extender la imputación; esta no
tiene por que ser la misma, ya que puede ser para la sociedad i a falta de cumpli-
miento del salario y para el socio la extensión que se produce por ei desborde a los
Iímitessocietariosque lo impidió.

i45 Véase Machado, ~oiidaridad~enerada~or /a transferencia delestabiecirnien.to,en "Re-


vista de la Sociedad Argentina de Derecho Labora!", no 14, jun.-jul. 2002, ps. 31 a 33.
146 Cañal, Responsabilidad ih'rnitadriy solidaria de directoresy socios de sociedades comer-
ciales, p. 163 y siguientes.
Id7 Ferreiros, Estela M., Elderecho del trabajo y la desestimacián de /a pe~onalidadjuridica
de las sociedades, libro de ponencias del "ICongreso Trasartdino de Derecho det Trabajo y de ia
Seguridad Social", rcsaiizado por la Sociedad Argentina de Derecho Laboral en Mendoza 3 a!
esponsabilidad solidaría en elcontrato de trabajo 455
"---- --* -.-

Finalmente, este autor recuerda que por más que esté litigando para extender
imputación en un caso con sentencia firme, la naturaleza de la cuestión laboral
ue se ventila beberá exigir como requisito la capacidad o aptitud que la ley reco-
a estos jueces para ejercer sus funcionescon respecto a esa categoria de asun-
como medida de su jurisdicción. Esto es asi porque la extensián de la imputa-
lidad no transforma la naturaleza del litigio, que siemprees laboral, ni hace refe-
ncia a una nueva responsabi1idad;yasíes porque si estuviéramosanaiitando una
nueva responsabilidadpara el socio, director, administrador o quien fuere que te
corresponde habría que conjugar !a existenciade los cuatro presupuertosde la res-
biiidad, que son: el incumplimiento dei deudor; la imputabilidad de ese in-
imiento en razón de factor de atribución; el dafio sufrido por el acreedor y la
relación de causatidad.
Ferreirós aclara que si no se dan los cuatro elementos queda exento de respon-
sabilidad, por eso es bueno recordar en este caso que los tres elementos objetivos
no se involucran: lo que se extiende ese1 elemento subjetivo de la irnputabilidad.
Para ello no basta que el deudor haya obradocondiscernimiento, intenciónyliber-
tad (imputabilidad de primer grado), sino que es necesario que su conducta sea
pasible de reproche (imputabilidad de segundo grado),
En cuanto a !a jurisprudencia, conviene destacar, en primer t&rmino, si resulta
competente la justicia del trabajo. En este sentido, la Cámara Nacional de Apelacio-
nes del Trabajo, en "Grassi" 14s, sostuvo que de acuerdo al art. 6', inc. í 0 del CPCCN,
el juezdel proceso principalserá competente en los incidentes,tercerías, obiigacio-
nes de garantia, citación de evicción, curnplirnien%s de acuerdos de conciliación o
transacción celebrados en juicio, ejecución de sentencia, regulacióny ejecucibn de
honorarios y costas devengadas en el procesoy acciones accesorias en general.
En cambio, la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, en "Vera" 149 dic-
tarninb que: "de conformidadcon tos términos de la demanda y más allá de su pro-
cedencia, estando enjuego normasconstitucionalesy de Ia ley desociedades, la mis-
ma resulta ajena a \a competencia de los Tribunales del Trabajo y propia de la Justi-
cia Civil y Comercial, desde que no se trata de ninguno de lossupuestos contempla-
dos en el art. ?de la ley 11.653".
La posibilidad de extender la responsabiiidad en el mismo juicio, también ha
suscitado diversas opiniones doctrinarias.

148 CNAT, Salalli, 31/10/96, "Grassi, liiianac. D0ctorsS.A. y otros/Accionesdeclarativas",cita-


do por Maddaloni, Aspectoslaborales de la extensión de responsabilidada /os socias, rontroiado-
resydircctivos desodedades comerciales, TySS, 2002-897 y siguientes.
149 SCBA, Y10101, "Vera, Beatriz c. Arneduri, Jose y alros sllncidente de ejecución de senten-
cia", citado por Maddaloni, ~spectos.laboralesdelaextensidn de responsabiiidada lossocios, con-
tioladores y directivos de sociedades comerciales, TySS, 2002-897.
4561 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro F. IVúñe~
----- h

En ei ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, esta posibilidad ha sida


analizada con criterio restrictivo, y salvo casos excepcionales, sólo era admitida por
la Sala VI{, quien había dicho que: "La parteactora promovi6 un incidenteen ia eta-
pa de ejecución a fin de extender la condena a sujetos no comprendidos en fa $en-
tencia definitiva. El juez a qua desestimo Tal solicitud y ia actora apela. Renunciar
a la averiguaciónde la verdad en esta instancia y sugerir a1 peticionante la prorno-
ción de un nuevo proceso para intentarla sería frustratorio de losderechos en jue-
go. El dolo y la malicia no puedenser fuente de derechos. Por otra parte, no se ad-
vierte afectación ai principio de congruencia, ni desconocimiento de ia cosa juzga-
da en la pretensión de probar, si una demanda ha incurrido en ardides o armado
figuras societarias ficticidts, precisamente, para burlar el principio de congrijencia
e incumplir con fa secuencia logicadel proceso cuya culminación esel cumplirnien-
to de la sentencia. 5i frente a !a gravedad de las denuncias que formula, en este ca-
so la parte actara, se despachara el recurso acudiendo a un formalismo ritual para
impedir la averiguación de la verdad, se escamotearíael valor de la justicia. En con-
secuencia, cabe hacer lugar al recurso impetrado,y habilitar al peticionante con los
debidos traslados a la contraparte, que preserven el derecho de defensa en juicio
para que en gradose proveanlas pruebaspertineritesy, asi, determinar a posterior¡
la procedencia o no de lo solicitado"
Sin embargo, la misma Sala, siguiendo los heamientos de la Fiscalía General
sostuvo el critero opuesto, al resolver que: "Las controversiasque conciernen a la
invocaci6n de responsabilidadsolidaria de personas no comprendidas en el limite
subjetivo de !a cosa juzgada, exceden el prieto diseño procesal del incidente y, en
resguardo del derecho de defensa, la cuestión debe ventilarse en un proceso ordi-
nario pleno. No es factible extender la condena en el ámbito reducida de un inci-
dente de ejecuciónya que el rrdrnite incidentalno permite un marco adecuado, ni
conlleva una etapa de cognición idbnea para ejercer el derecho de defensa en jui-
cio, garantizado por el art. 18 de la CN" l5l.
También !a Sala IlIsostiene un criterio ampiio al señalar: "En el caso, la preten-
sión de laactora a travésdel incidenteiniciado es la extensidn de condena a lasuce-
sora o adquirente del negocio y establecimiento en el que trabajara su esposo y
también hacia los socios y directivos de la sociedad anónima quebrada por fraude
a la ley, es decir, que la causa del incidentees diferentes la de la principal (en ia que

CNAT, Sala VII, 24110l05, "Pereira Amaya, Maria C. Rosana Echt5.R.L. y otross/Despidoi',
Boletín Temático de Jurisprudencia de /a CNAT, voz "Extensión de responsabilidaden la etapa de
ejecución", Oficina de Jurisprudencia, mar. 2006.
'" CNAT, Saia V11, 1419107, "Rivas Navia, Rufo c. Machuron Normando Norberto y otros si
Extensión de responsabilidad. Recurso de hecho", Boletín Mensualde Jurisprudencia de la CNAT,
no 273, sep. 2007, de! dictamen del fiscal general, al que adhiere la Sala.
esponsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 457
.--- . "----.-.--

se discutieron las condiciones del contrato de trabajo), por cuanto lo que se deba-
te en esta instancia es la transformación y10 vaciamiento que impediria el cumpli-
miento de la sentencia originaria. Respecto de la codemandada, cabe decir que no
solo fue arrendatariadel inmueble donde anteriormenteexplotaba su gira comer-
cial la firma Charcas SO02 S.A., sino que también aprovechó de esta iiltima su nom-
bre de fantasia así como su clientela. Asimismo, en cuanto al nombre de fantasía
cabe agregar una presunción, la que surge de la homonimia entre el antiguo y el
nuevo nombre, lo que no puede favorecerles dada ia confusián a la que se presta y
que por lo tanto los coloca, en principio, en situación de probar su buen fe (conf.
CNCom., Sala E, 29/6/87, 'Norfabri1S.R.L.c. Norfabril S.A.'). Por lo tanto, habria una
efectiva transferencia del establecimiento puesto que la codemandada recibió el
fondo de comercio de la sociedad demandada en el expediente principal, en las
términos de la ley 11.867 y nunca se perfecciond la debida publicidad de la trans-
ferencia. En es.tos casos, se da una responsabilidadsolidaria pasiva, referida a las
obligaciones en las que un trabajador es acreedor, Además, la codernandada no
podía desconocer la existencia de la condena ya que formaba-necesariamente-
parte del pasivo de la empieadora al tiempo de operar la transferencia. Por ello, y
en atención a lo dispuesto por el art. 255 de la LCTy la doctrina sentada en el ple-
nario 'Baglieri', corresponde confirmar el fallo de la sede de grado en cuanto a !a
extensiiin de responsabilidadde la codemandada" Is2.
Por el contrario, no admiten esta posibilidad y exigen que la discusión se enta-
ble en una demanda autonoma tanto el fiscal general, como las Salas I,11, IV, VI, 1X
y xIs3.Así, \a Saia It, en el precedente mencionado, sostuvo que: "Si la demandada
se ha dirigido exclusivamente contra la sociedad de responsabilidadlimitada y, por
ende, ésta hasido la única condenada, ante el efecto relativodel procesoy de la co-
sa juzgada, no es posible, desde una perspectivaadjetiva por vía incidental, perse-
guira lossocios. Esta pretensibn, comotal, en el marco del derecho de defensa, exi-
ge un trámite bilateral y autónomo. Si bien es cierto que en diversas oportunida-
desse ha propiciado la responsabilidadde lossocios con sustento en el art. 54de la
ley 19.550, ello ha sidosobre la base de la exigencia de un juicio ordinario autbno-

ls2 CNAT, Salalll, 2211211 1, "Dedieuc, EstherNoemic.Charcas 5002S.A.s/Segurodevidaobli-


gatorio - Incidente de extensibn de responsabilidad", Boletín Temático de Jurisprudencia de la
CNAT, voz "Extensión de responsabilidad en #aetapa deejecucibn".
153 Dictamen de la Fiscalía General 39.329, del 15111/04, "Zarnpedri c. Oxia S.R.1,"; CNAT,
Saia I,2U10104, "lribarnec. ENTEL"; idem, Saia 11, 18/8/04, "Nordheim c. Jai AIai S.R.L."; ídem, Saia
111, 17/6/05, "Vecino c. Scotiabank"; ídem, Sala IV, 29/12/05, "Sanabria c. Corrientes 2900"; jdern,
Sala VI, 912i05, "Carcía c. Schuster e hijo"; ídem, Saia IX, 10111/04, "Carnoriano c. ENTEL"; ídem,
Sala X, 27/5/04, "Guti&rrez c. Defaroloz S.A.", Boletín Temático de Jurisprudencia de la CNAT, voz
"Extensión de responsabilidad en la etapa de ejecucibn", Oficina de Jurisprudencia, mar. 2006.
458 -,-~-,"-,---,'
-
Ricardo D.iiierrezuelo Pedro E NúAez
-
mo,en resguardo del debido proceso y de las mis elementalesgarantias constiru-
cionales relacionadas con la existencia de la condena, en lo que hace a las personas
fisicas". La misma Sala resoivió: "La pretensión de extensión de rccponsabiiidad
respecto de terceros en la etapa de ejecución de sentencia escapa al límite subjeti-
vo de la cosa juzgada y, todo intento de responsabilizarla o de desentrañar ia reat
titularidad del bien o la deuda en cuestibn, excede el prieto diseno procesal del in-
cidente y se debe ventilar en un juicio pleno, en tanto ei trámite incidentalno per-
mite un marco adecuado, ni conlleva una etapa de cognición iddnea para ejercer
el derecho de defensa en juicio. Por ende, en resguardo del derecho de defcnca
(art. 18, CN),la discusión sobre la posible exrensiOn de responsabilidad a perscnas
no demandadas originalmenteexige un tramite biiareraly autónomo, un juicio de
conocimiento a fin de garantizar una mayor amplitud de debate, en ei cual la im-
putada tenga derecho a ser oíday pueda oponer defensas"354.
Sólo excepcionalmentese ha admitido la vla incidental, sefialandose que: "5i
bien la pretensiónde extensión de responsabilidad a sujetos que no han sido con-
denados, excede el marco incidentaly debeser ventilada a través de,unjuicio ordi-
nario autónomo, esta regla cede cuando se invoca fundadamente la existencia de
acciones de los integrantes de lasociedad condenada, dirigidas a transferir el patri-
monio social configurando una maniobra fraudulenta para frustrar derechos de
terceros acreedores"
Sin embargo, hay uniformidad en sostener que, por el principio de la perpetua-
tio jurisdiccionis, es competente para entender en el juicio de extensión de conde-
na, el mismo juez que resolvió el expediente que generá la solidaridad. Así, se ha
indicado que: "Ante fa doctrina elaborada en torno al art. 6O, inc. l odel WCCN, re-
ferida al principiadeperpetuatio jurisdiccionis y la naturaleza de una demanda que
impone ei analisisde sucesivas responsabilidadesen el marco de una unica relacion
laboral, resutta competente el magistrado que conociú en el expedienteque gene-
ra la solidaridad, respectode la cual el demandante pretende extender contra otras
personas la condena allídicrada. Nosería razonable que fuera otro juez el que tuvie-
ra en su Brbita la efectivizacidn de una responsabilidadque emergeria de una sen-
tencia que no dictó'L156. En términos similares, se ha resuelto que: "De acuerdo a la
forzosa conexidad existente, no seria razonable que fuera otro juez el que tuviera

154 CNAT, Sala 11, 20110114, "Labate, Maria Cecilia c. Gie Editores S.A. slDespido", Boletín
Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no 247, oct. 2014.
155 CNAT, Sala IV, 25/11/08, "Vassallusso, Livio c. Casa Bonavena S A. y otroslCobro de sala-

rios", Boletin Mensualde jurisprudencia de /a CNAT, no 286, Oficina delurisprudencia, nov, 2008.
l 6 Dictamends la Fiscalía General de18/10/04, "Orru, Carlos Aiberloc. Sucari, iuan facaboy
atrosslExt~nsi6nresponsabilidadsolidaria", inédito.
solidaria en el contrato de trabajo 459
~--- --"--U-- -
en su órbita la efectívizacion de una responsabilidadque ernergeria de una sen-
, por lo que resulta competente el magistrado que conoció en
e generó laaiegada solidaridad, en función del principiode iaper-
onir y la naturaleza de una demanda que impone el anáiisis de
vas responsabilidadesen el marco de una única relación laboral (art. 6', inc.

Desde nuestro punto de vista creemos que el incidente de ejecución no es ade-


uado para resolver este planteo, el cual debe ser efectuado por una demanda
utonoma, que no puede tampoco Jirnitarse a la extensión de la condena en forma
solidaria contra el socio o controlante demandado.
€!loes asi, por cuanto la sentencia recaída contra uno de los deudores no hace
cosa juzgada con el deudor que no fue parte en e! juicio, el cual, en cambio, sí pue-
de hacerlavaler (conf. art. 832, CCCN).Por consiguiente, el demandado en el nue-
ía no sólo discutir la extensión de la responsabilidad solidaria,
no de los conceptos por los cuales prosperó la demanda en el
iigencia que la cosa juzgada que emana de ese expediente no le

En cambio, podría oponer la cosa juzgada sobre lo5 rubros que fueron desesti-
mados*De ahí, que inclusa podria discutirse hasta la aplicación del principio de la
perpetuatio jurisdiccionis, toda vez que, si bien ta relación laboral es única, las de-
mandas son distintas, y los efectos de la anterior sentencia no le son oponibles al
socio o controlante demandado (salva en aquellos aspectos que lo benefician).

3 - Prescripcibn

En cuanta a la prescripción, para Cañal estarnos en presencia de una pluralidad


de acciones que deben ser analizadas por reparado:
a) Si se trata de una demanda común, donde el trabajador conoce desde el va-
mos quienes son los sujetos contra !os que debe accionar, el plazo prescrip-
tivo es el bianuat de la Ley de Contrato deTrabajo.
bj Si se trata de una maniobra fraudulenta sobreviniente, recultaria contrario
con un esquema de buena fe pretender aplicar ¡a misma regia computando
desde la oportunidad de la desvinculación, Obviamente, el plazo bianual
(lapso escogido por tratarse de una deuda de naturaleza laboral), deberáco-
rrer desde el momento en que se produce et conocimientodel acto viciado.

j5'
CNAT, Sala ili,29/12/05, "Longas, Hkctor y otrocc.Villa Niloroxy otros siExtensidn de res-
ponsabilidadsolidaria, Boletín TemáticodeJurisprudencia de la CNAT, voz "ExtensiOn de respon-
sabilidad en la etapa de ejecucibn", Oficina de Jurisprudencia, mar. 2006.
460 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Mufiez
"-__"- -ik'-_lj.-II-C---------.-liX

c) S i el acreedor laboral realiza su reciamo luego de que conoce ei decreto de


quiebra fraudulenta, la oportunidad para computar la prescripción nace a
partir del momento en que el auto d e quiebra quedó firme.
d) En el concurso, las acciones del acreedor prescriben a los dos años de la pre.
senlación en

Alvarez, en materia de prescripción, considera que los mismos principios que


rigen la solidaridad pasiva imponen partir de !a premisa de una pluralidad de stije-
tos deudores, una vez corroborada la situación fáctica que genera la apiicaci61-Ide
la norma y que, por lo tanto,si el crédito emerge de una relación individual de tra-
bajo, rige lo dispuesto por el art. 256 y concs. de la LCT, y el plazo debe ser compu-
tado desde la fecha del nacimiento del crédito y no a partir de la sentencia que con-
dena a la sociedad en la existencia de un reclamo ulterior porque no se trata de una
hipótesis de garantia con e x c ~ s i ó n ~ ~ ~ .
Por nuestra parte, consideramos que como principio general la prescripción
-que como surge de una relacion individual de trabajo es la prevista por el art, 256,
LCT-comienza a correr desde que cada suma fue debida, salvo que el trabajador
tornara conocimiento de fa persona que causó el acto ilícito, con posterioridada
esa fecha, extremo que deberá ser debidamente acreditado por et trabajador. Sin
embargo, hay que destacar que por imperio de lo dispuesto por los arts, 2540 y
2549 la suspensión y la interrupción de la prescripciónse extiendes losdernasdeu-
dores, y el art. 2546 dispone entre itnode los supuestos de interrupcibn, toda peti-
ción ante la autoridad judicial que traduzca la intención de noabandonar el dere-
cho. De ahí que la demanda iniciada contra la sociedad comercial sea idónea para
interrumpir la prescripción contra ior restantes deudores (socios o controlantes).
La jurisprudencia ha resuelto que: "En los pleitos denominados como extensi6n
de responsabifidad solidaria en los que el accionante busca fa extensión de la con-
dena a lossocios de la sociedad empleadora, et plazo aplicable respecto de la pres-
cripción liberatoria es el de dos afias, porque, en definitiva, se trata de reclamos de
crPdítos laborales de causa individual y rige, pues, en pIenitud, el termino fijado
por la normativa específica, es decir, el art. 256 de la LCT' I6O.

'" Canal, Re$ponsabilidad iiimitada y solidaria de directores y socios de sociedades comer-


ciales, ps. 767 y 68.
lT9
Afvarez, Elarticuio54dela ley 79.550,la responsabiiidads~/idariii
deiossociosy undeba-
t e inexplic~ble,en "Revista de Derecho Laboral", no2001-1. "La solidaridaden cf contrato de tra-
bajo", p. 258.
F. C. Djctarnen no47.514, 17/12/08, "ChAver, Orlando Antonio c. GonzBJez Moreno, Mi-
guel y otro siDaiios y perjuicios", Boielin MensualdeJurisprudencía de la CNAT, n0287,Oficina de
Jurisprudencia, dic. 2008.
Responsabilidadsolidaria en elcontrato de trabajo 461
-
A.
-- -. ----
Responsabilidad de directores,
C -

gerentes y administradores de sociedades comerciales

5 49. Alcances normativos y procesales


a) Regulación normativa

Si en la Sección B de este capítulo la confusiónse planteaba por la interpretación


de la norma jurídica, en el caso de los directores, gerentes y administradores, [a
controversia se traslada a la esfera excIusivarnente procesal, pues, como veremos,
mientras a tgunos exigen la acreditación de conocimiento o la participacióndel di-
rector en la maniobra iiícita, otros directamente lo presumen por la función que los
mismos ocupan dentro de la sociedad comercial.
En lo que se refiere a la regulación legal, cabe destacar que del juego armónico
de los arts. 59 y 274 de la LCS, surge que los directores, administradoresy represen-
tantesde lassociedadesanónimas responden en forma ilimitada y solidaria hacia la
sociedad, los accionistas y Ios terceros por el mal desernpefio de su cargo, segtjn el
criterio de lealtad y diligencia previsto por el primero de los artículos, así como por
la violacion de la ley, el estatuto o el reglamento, y por cualquier otro daño produ-
cidopor dolo,abusodefacu~tadesoculpagrave.Asimisma,elart. 157delaLGShace
extensiva a los gerentes de las sociedades de responrabilidad limitada los deberes,
obligacionesy responsabilidadecde ia tipología anterior.
Ei deber de obrar con iealtad es resultadodelavinculacibnde confianza que ins-
pira la designación y ta tarea de administraciCin de bienes ajenos. De ahí su deber
deobrar con lealtad, porquetodas tasatribucionesconferidasson paraemplearsede
buena fe y parafineslegitimos.Por su parte, el deber de obrar con la diligencia de un
bueri hombre de negocios, impone ajustarsu conducta a unstandardjuridico, pre-
cisandola obiigación que el art. 1725 del CCCNimponeentoncesalobrar.l a noci6n
de buen hombrede negocios establece una autbntica responsabilidadprofesional,
ya que implica capacidad, técnica, experiencia, conocimientos.

Para apreciarlo en el caso concreto se tendrá en cuenta:


a) Ladimensióndeiasociedad.
b) Su objeto.
c) Las funciones genéricas que le incumben como director y las específicas que
se le hubieran confiado.
d) Las circunstancias en que debió actuar (urgencia, acopio de datos, antece-
dentes e informaciones, etcetera), y cómocumpliósudeber de d i l i g e n ~ i a l ~ ~ ,

'" Halperin - Otaegui, Sociedades anónimas, ps. 546 a 549.


--
462 ,-"A
- -p.
-
Ricardo D, ffierrezuelo Pedro F. IVúñe~

El incumplimiento de tales deberes importa un mal desempeño de su cargo y


genera la obligación de responder por los perjuicios que irroguen tales inobser-
vancia~.
Tarnbibn deben responder en caso de violaci~nde la ley, el estatuto o el reg
mento. Adviértase que cuando se habla de ia ley, no se esta refiriendo sólo a la 1
de sociedades comerciales, sino a las leyes en general, entre las que se encuentra I
Ley de Contrato de Trabajo. Asimismo, los directores deben cumplir el estatuto
contratosocial, y si lo hubiera, también el reglamento de la sociedad.
E i párr. l o del a h 274 de la LGSfinaiizadisponiendo que los directores deberii
responder por cualquier otro dano producido por dolo, abuso de facultades o cul-
pa grave. Nótese que la ley 19.550 al describir [os hechos generadores de respon-
sabilidad de losdirectoresde las sociedades anónimas, ha incluido a la culpa grave
en ei entendimiento de que el riesgo empresario que caracteriza al trafica mer-
cantil impone adoptar con celeridad determinados criterios que pueden resultar
posteriormente desafortunados.
De ello se deriva ia necesaria gravedad de la culpa como fuente de.responsabi
lidadde losdirectores, aunque tal standarddeactuacióndebeserinterpretadores
trictivarnente, habida cuenta la precisa aplicacion a dichosiuncionariosdel princi-
pio establecido en el art. 1725 del CCCN, conforme al cual cuanto mayor sea el de-
ber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas, mayor será la dili-
gencia exigible al agente y la valoración de la previsibilidadde las consecuenciasl~.
En térrninossirnilares, Rivera sostiene que es preciso que ei sujeto haya actuado
-por acción u omisión- una conducta antijuridica que tesea atribuibiea título de
culpa odolo. Si no hay tal acción no haycomunicaci6n de la responsabilidad.Agre-
ga que la atribución de responsabilidadpor el solo hecho de pertenecer al órgano
de administración prescindede uno de los presupuestos de la responsabilidadcivil,
cual es la autoría. Este criterio encuentra respaldo en el mismo texto del art, 59 de la
LGS, queatribuye responsabilidad solidaria e ilimitada a "losque faltarena sucobli-
gaciones", par lo queen todos loscasosserá necesarioacreditar que et administra-
dor demandado haincumplidosusobligacionesseapor acción uornisi6n. Par lode-
mas, la atribución de responsabilidadpor el soto hecho de pertenecer al directorio
importaríatanto como prescindir de ia culpa e imponer una responsabilidadobje-
tiva, que en manera alguna esta prevista en [a Ley de ~ociedades~omerciales~~~.
Por último, no resulta ocioso destacar que el abuso de facultadesmentadoenla
ley 79.550,noconstituyeun nuevo factor objetivo de responsabilidad, sinoquede-
beconjugarseconeldoloo la culpagrave del imputado.S i bien esciertoque el abu-

'62 Nissen, Curso de derecho societano, p. 125.


'63 Rivera, Resporisabilidad de \os administradores sociales y síndicos, en "Revista de Dere-
chodeilaños", n02001-3, "Dafiasen la actividad comercial", ps. 44 y 45.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
- +
"
-.. ----- -p
463

so de facultades suele producirse en e1ámbito de las actividades del director con el


procedimientode usar la firma social y los fondos de la empresa para negocios por
cuenta propia, en un caso concreto se resolvió que, para que se pueda imputar a los
directores de una compañía que ésta abuso del crédito en relaci~na la capacidad
patrimonial, ese abuso debe informar todas las conductas cuyo resultado se repu-
anifiestamente de tal vicio;el abuso esejercicjoantifunciona/ y noes tal el cre-
,pues tiende a evitar oatenuar situaciones patrimonialesnegativas, mediante
recursos financiero^^^.
En cuanto ai párr, 2"del art. 274de la LG5, éste dispone que: "... Sin perjuicio de
lo dispuesto en elparrafo anterior, la imputacidn de responsabilidadse harS aten-
diendo a /a actuacidn jndividual cuando se hubieren asignado funciones en forma
personal de acuerdo con ICJ establecido en el estatuto, eel reglamento, o decisiun
asamblearia. La decisión de la asamblea y la designación de ias personas que han
de desempeñar las funcionesdeben ser inscriptasen el Registro Público de Comer-
cio como requisito para la aplicacitíndelo dispuestoen estepárrafo.. .".Este párra-
fo, que fue introducido por la ley 22.903, no implica en modo alguno atenuar o
atemperar la responsabilidad de los integrantes del Órgano de administración, si-
no atender a la actuación individual cuando se dan las circunstancias establecidas
por la ley, como requisitosformales para que esta hipotesissea operativa y que se-
rán de constatación efectiva; esto supuesto, será necesaria una previsión estaruta-
ria o decisión asamblearia que atribuya las funciones especiales, con la pertinente
inscripciónen el Registro PUblico de Comercio, tanto de dicha atribución como de
la designacion del director que las cumpla165.
Finalmente, ei tercer y último párrafos establecen la exención de responsabili-
dad del director que participóen la deliberación o resoiucibno que la conoció, si se
verifican dos extremospuntuales: que dejare constancia escrita de su protestay que
diere noticia al síndico antes deque su responsabilidadsedenuncieal directorio, al
síndico, a la asamblea, a la autoridad competente, ose ejerza la acción judicial.
ER este sentido, la jurisprudencia comercial tiene dicho que: "Toda vez que los
directores asumieron una actitud pasiva frente al manejo irregular de los fondos
sociales, sin hacer constar su disidencia por escrito o mediante denuncia al sindico,
resultan coiidariamente responsabies junto al presidente del directorio por el in-
curnptirniento de los deberes impuestos por la ley de sociedades a quienes ejercen
la administracion de la sociedad (...) €S improcedente para eximir de responsabili-
dad a los directores por el manejo irreguiar de los fondossociales, la circunstancia
de que éstas desconocieran la documentación que no cumplía con las forrnaiida-
des necesarias o cuál era el destino de Iocfondos obtenidos, pues ello resulta alta-

164 Veron, Sociedades comerciales,Actualización, p. 313.


16' Verón, Sociedades comercia/es,Actualización, p, 314.
464
--- ~-------*- -+------__I--
-
Ricardo D. Hierreruelo Pedro E Alúñez

mentedernos2ra~tivo del incumpiimieotodesusfuncionesy de io establecido porel


art. 59 de la ley 19.550,que impone el deber de obrar con lealtad y con la dilige
cia de un buen hombre de negocios" 166.
Por su parte, Rivera entiende que en el art. 274 de la IGS no hay una responsa-
bilidad por e l hecho de otro, lo cual supone que no debe responder quien no haya
conocido (sin culpa) la resolución o cualquier otra conducta antijurídica de otro u
otros directores, Elfola deriva del párr. 3" del mentado artícuio cuando dispone la
exencí6n de responsabilidad para el director que, habiendo conocido la resoluci6n
(antijurídica) del órgano, hubiera protestado contra ella167.

Ib6 CNCom., Sala 1,2113/00, "Crear Credito Arg. S.A. c. Campos y orros", "Revista Colegio Pú-
blicode Abogados de la Capital Federal", suplemento LL, no5,jun. 2001, p. 37.
367 Rivera, Responsabilidad de los administradoressoria/esy síndicos, en "Revista de Dere-
cho de Daños", n02001-3, "Daños en la actividad comercial", ps. 50 y 51. SegUn este autor, este
criterio fluye de algunos de los antecedentes de la ley 22,903 que incorporo el bárr. lodelart, 274
de fa LGS, en concreto, en EI caso "S.A. Compañia Azucarera Tucumana", la Cámara Comercial
había resueiro que frente a un gran valumen de negociosy complejidad de la gestión, los direc-
tores que no tuvieron la gestión inmediata y directa de las empresas, aun aplicando la vigilancia
y el celo exigidos a todo buen hombre de negocios, nt? pudiendo estar en condiciones de coho-
nestar las inconductas de los directamente implicados. Es decir que el conocimiento de Ia con-
ducta antijuridica de los otros directores es un recaudo de la atribucibn de responsabilidad a
quien no haya participado de esa conducta; a lo cual debe agregarse que el que conocib, debiá
haber protestado y dado noticia al sindico.
De alli en adelante es fácil sostener que no hay responsabilidad por el hecha de otro, puesla
atribución de responsabilidad requiere conductas propias del sujeto a quien se propaga, las cua-
les deben consistir en:
1. Que haya conocido y no haya protestado y dado noticia al síndico (conductaomisiva anti-
juridicasegUn previsiónexpresa de la ley).
2. Que no haya conocido porsu culpa, de modo que s i ei director no conoció la deliberacibno
resolución dafiosanopuedeatribuírsele responsabiiidad,salvo, reiteramos, quesu faitade
conocimiento sea cufpabte.
3. Esa culpa en el noconocimiento existe cuando el director omite concurrir a las reuniones
sin causa justificada, delega sus funciones, permite que el presidente del directorio mono-
police la conducción de fa sociedad, o de cualquier otro modo abdica de cumplir con el rol
que la ley y los estatutos /e asignan; o cuando se abandonan las funciones.
4. La culpa no existe cuando media atribuciún defunciones, en lostkrminosdel art. 274, parr.
2" de la LGS, si la conducta antijurídica del agente es ajena a esas fuficiones atribuidas al
director a quien se pretendiera propagar la responsabilidad,y cuando no ha podido-aun
obrando con diligencia-la deiiberación, resolución uotraconductadañosa; de allí queei
director no es responsablesi otro administrador realiza una compleja maniobra defrauda-
toria u oculta el incumplimiento de las obligaciones laboraies, fiscales o previsionalesde la
sociedad, etcétera.
5. Quehaya incuriidoen alguna otra omisión que fuese concausa del daño.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 465
---- --- -.-,-

El problema que se plantea en nuestra disciplina con la registración irregular, es


ue el art. 274 de la LGS se refiere a deliberaciones o resoluciones, en cuyos conte-
idos difícilmente pudo incluirse la decisión de pagar salarios en negro, Highton
indica que no puede exigirse que un director se haya opuesto o haya denunciado
al síndico cuestionado de hecho que no figuran en las actas, como modo de exo-
erarse de responsabilidadpor las rnirmac. Entiende que el párrafo final de ese ar-
iculo es inaplicable a todo toque no forme parte de deliberaciones o resoluciones
egistradas en actas. Lo contrario sería exigir la pratesta escrita respecto de cues-
ionesque no estdn expresadas por escrito, lo cual implica un singular estado de in-
defensión e incertid~mbre'~~.

b) Analiris de diversas posturas


1 - InterpretaciOndocrrinaria
En doctrina, se observan distintas posturas con relación a los extremos que se
deben acreditar para permitir la extensión de responsahilidada los directores, ge-
rentes, administradoresy representantes de sociedades comerciales.
Para Ferreirós, e! art. 274de la LG5 hace referencia al mal desempeño en e! caso
de los directores de sociedades, dandote un alcance también ilimitado y solidario
hacia la sociedad, ios accionistas y (osterceros, encuadrando en el criterio del art.
59, así como por la violación de la ley, el estatuio o el reglamento y por cualquier
otro daño producido por dolo, abuso de facultades o culpa grave. Se trata de con-
ductasantijurídicaspor acción u omisión que hayan producido daños a la sociedad,
a los accionistas o a terceros y que los encaja tarnbien en el standard jurídico de
obrar con lealtad y con la diligencia de un buen hombre de negocios y que en caso
de que así no fuere los convierte en deudoressolidarios pasivos'69.
Para ~ u g u i i l o ' ~
los~ administradores
, societarios serán personal y solidaria-
mente responsables por los hechos u omisiones violatorios de ia ley (societaría, la-
boral o tributaria) en que incurrieren, no sólo por ante la faz civil (comerciala labo-
ral), sino en sede penal. Ei respeto a ias pautas del art. 59 de la LGS y a las normas

16* Highton, F., Rerponsabilidadpatrimoniaisolidaria de directores, administradores yso-


ciospor demandas laborales contra sociedades comerciales, p. 53.
169 Ferreirós, Estela M.. Elderecho del trabajo yla deses*imaciO~
de la personaiidadjurídica
de lassociedades, en libro de ponencias del "1 CongresoTrasandinodeDerecho de) Trabajoy de la
Seguridad Social", realizado por ia Sociedad Argentina de Derecho Laboral, Mendoza, 3 al 6/4/02,

M uguilio, Responsabilidadde los administradores societarios o inoponibilidadde la for-


ma societaria porpagos de salariosen negro; en "Verba lustitiae", revista de la Facuitad de Dere-
cho y Ciencias Sociales de la Universidad de Morón, afio VI, no 1 2 , ps. 34,37 y 38.
466 Ricardo D. Nierrezuelo - Pedro F. Núñez
--.-"--" -------L."---"-

vigentecen general, es fa primera obligaciónde los administradoresy su incumpli-


miento hace responsable a la persona jurídica ya1 administrador, sin por ello tener
que introducirnos en un analisisque-incorrec~amentea nuestro criterio- tiende
a la aplicación de una norma tan especial y restrictiva en su utilizacidncomo lo es fa
del art. 54 cobre desestimación de la personalidadjuridica.
Posteriormente, sostiene que la sola circunstancia de efectuarse pagos-total o
parcialmente- en negro, no puede generar la directa aplicación de la via de la
desestimación de fa personalidad jurídica, pues la norma laboral y societaria arbi-
tran adecuados medios para la defensa del tercero y en elfo encuadra esa respoos3-
biiidad de/ administrador socictario que precisan los arts. 59 y 274 de la ley i 9.550,
sin necesidad de recurrir al principio del dirregard o legal entity, que es un recurso
excepcional y restrictivo a los casos de consecución de fines extrasocietsrioc o ciel
USO de esa forma como "mero recurso" para aqueilos fines ilicitosque indica la ley.
Para Rivera, la existencia de trabajo no registrado o en negro constituye una
violación de la ley y, en principio, tal violación no puede haber sido cometida sin
conocimiento del directorio; por lo que si esa conducta se ha convertido en causa
de un daño al trabajador, al Fisco (entendido como conjuntatributario y previsia-
nal) y a la misma sociedad, Ios integrantesdeldirectorio deberán responder del da-
ño efectivamente causado que guarde adecuada relacióndecausalidad con la con-
ducta. Expresa, siguiendo a Ferrer, que es refevante aclarar el tema de la relacibn
de causalidad, pues en el caso "Duqueisy" la sentencia extendió lisa y iianamente
la condenadispuesta contra la sociedad af director únicodemandado, ya1 obrarde
ese modo prescindió dei examen de la relación causal, creando pretorianamente
una hipótesis de solidaridad laboral no prevista en fa ley.
' ~ ~ que la responsabilidad que establece la norma citada (art.
~ o g i i a destaca
274) no es del presidente del directorio de Ia sociedad anónima, sino de aquellos
dire~tores-incluido su presidente- que hubiesen desempeñado mal su carga
conforme iosstandardsdel art. 59, o bien violado la ley, el estatuto o el reglamen-
to o producido daños por dolo, culpa grave o abuso de sus facultades. Citando a
Gagliardo, indica que en el caso de las socíedades por acciones " ... la obligación del
director queda enmarcada dentro de las obligaciones de medios", y agrega: "Tra-
tándose de obligaciones de medios, la carga de la prueba recae sobre ei acreedor
que deberá probar la culpa del deudor, es decir que éste no puso de su parte los
medios razonablementeexigibles para cumplir su obligación".
Manifiesta que la responsabilidadde los directoresde las sociedadesan0nimas,
y por ende su responsabilidad solidaria e ilimitada, no es presunta, sino que debe
probarse, por quien la invoca, en cada casa y con relacibn a cada director conforme

l7I Foglia, La extensión deia condenaa iossocios, administradoresycedentesde accionesde


sociedades comerciaies con dependientes ""en negro", TySS, '1999-631.
R~sponsabilidadsolidariaen elconfraeo de trabajo 467
--.

las reglas que mencionan los párrs. 2"y de los arts. 274y 275 de la ley 19.550. De
modo tal que puede resultar que alguno o algunos de los directores sean respon-
sables en las condiciones indicadas y otro u otros no. Refiere que el art. 274110esta-
bíece ni la responsabilidad exctusiva del presidente del directorio, ni la conjunta y
genérica de las directores, sino que únicamente responcabilizaen forma ilimitada
y solidaria a quienes resulten responsables de los actos señalados en dicho artícu-
lo, hecho este, reitero, que debera probarse en cada caso porquien invoque dicha
responsabilidad.
Ello así, pues no debe olvidarse que se trata de un supuesto de responsabilidad
reguladoy establecida por !a ley mercantil de modo tal que la cuestión debe resol-
verse conforme su sistema y principios resultando desacertado aplicar o recurrir a
principios o interpretación de otro sistema juridico, en el caso el laboral, para re-
solver dicha cuestión, aunquesea consecuenciao derivaciónde un contrato de tra-
bajo. Y en este aspecto, cabe agregar que en la materia indicada, la soiidaridad no
se presume, siendo por ende de interpretacibn respectiva y la prueba a cargo de
quien la invoca.
Cañal, siguiendo a Ferrer y Roitrnan, expresa que si bien del juego armónico de
los arts. 274,279~59 de ia LGSsurge que el director que viola ley debe indemnizar
el daño causado; no todo crédito laborai que se adeude al trabajador afectado
podrá ser considerado, sin más, como proveniente del dafio causado por el direc-
tor. Considera que este tipo de diferenciación debe ser tenido en cuenta, no 5610
porque la letra de la normativa en cuestión parece exigirlo, sino porque en la gran
organización empresarialde nuestrocdiases posibleque, en ciertosdaños que pro-
vocan los incumptimientos en que incurren las personasjurídicas, no se encuentre
el actuar negligente0 la omkión inexcusablede un director determinado. En pocas
palabras. No siempre -aunque si muchas veces- la violacibn de una obligación
por parte de! director será motivo para extender hacia su persona la responsabili-
dad del ente idea!. Solo cuando el daño sufrido por el tercero -en su caso, el tra-
hjdor-tenga por causa aquella vioIaci6nl procederá la condena personal772.
Por último, Vázquez Vialard sostiene que si en la gestión del negocio los admi-
nistradores societarios incurren, por io menos, en culpa grave, deben responder,
entre otros, ante el tercero -en ei caso eltrabajador-que, como consecuencia del
incumplimiento, sufre un daño.
Esa obligaciónse genera respecto de iassituacionesque,concierta frecuencia,se
plantean a raíz de la relación laboral. Entre ellas cabe citar la falta de pago en tér-
mino (cuando existen fondos disponibles para ello),pago en negro, no inscripciOn
de la relación en los respectivos registros, En esos casos, la responsabilidad directa

'72 Ca ha!, Responsabilidad ilimitada y solida.ria de directores y socios de sociedades comer-


468
~-.- -C_--I
_ -___.
- --l
,---
-
Ricardo D.Hierrezuelo Pedro E Núnez

que le cabe a la sociedad como empleadora se extiende al administrador que, por lo


menos, por razonecde negligencia, ha dada motivo a la comisión del ilícitol73.

2 - lnterpretacibnjurisprudencia!
En jurisprudencia se aprecia la polarización existente en este punto entre aqu.e-
110s que sostienen la tesis amplia, para los cuales la simple acreditación de la irre-
gularidad registra1 habilita ta condena del directorio incluido su presidente, y ios
que postulan la tesis estricta, para quienes la responsabilidad no es presunta y re-
quiere ser debidamente demostrada, siendo insuficiente la mera comprobación
del pago en negro.
Acontinuacion, pasaremos a reseñar los fallos más importantes donde se. refie-
jan ambas opiniones.
i - Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo
1.1 - Tesis amplia

- <<Duquelsy,Silvia c. Fuar S.A. y otro s l ~ e s p i d o » l ~La~Cámara


. Nacional de
Apelaciones del Trabajotuvo oportunidad de expedirse en esta causa, ya que en su
momento, si bien no se había acreditado que la persona física fuera socia, en cam-
bio surgia de las actuaciones que era presiderite riel directorio. En consecuencia,se
resolvii, que: "Sin embargo, en su carácter de presidente del directorio de dicha
sociedad y en virtud de lo dispuesto por e! art. 274 de dicho cuerpo legal responde
ilimitada y solidariamente ante los terceros (entre quienes se encuentra la actora),
por IaviafaciOn a la ley -supuesto que se encuentra configurado en el caso, en vir-
tud de io señaIado precedentemente-ya que no ha probado que se opusiera a
dicho actuar societario, ni mucho menos que dejara asentada su protesta y diera
noticia al sindico de lo misma, irnico medio de eximirse de tal responsabilidad (cfr.
tjltirno párrafo, art. 274 citado)".

- ~Bevaqua,Carlos 0.c. FrigoríficoAvícafa Basavilbaso S.A. y Co-


rresponde confirmar la sentencia que condenó solidariamente a tos codernanda-
dos en los t4rrninos del art. 31 de la LCT, pues la falta de registro de la relación labo-
ral del trabajador justifica la extensión de responsabilidad en los términos de los
arts. 274 y 59de !a ley 19.550, entanto dicha conducta constituye un típico fraude

'73 Vazquez Vjalard, Teoria de la desestimación de ia persona jurídica, en "Revista de Dere-


cho Laboral", no 2001-1, "Fa solidaridaden el contrato deTrabajo", p.242.
174 CNAT, Sala HI, 12/2/98, "Duquelsy, 5. c. Fuar S.A. slOespido", TySS, 1999-675.

17SCNAT, Sala lli, 12110105, "Bevaqua, Carlos O. c. Frigorífico Avícola Basavilbaso S.A. y
otros", DT,2006-A-380.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 469
L * ^ C ~ , ~ ~ " . ~ k - - - - " - -

laboral y previsional, ya que tiene normalmente por objeto y efecto disminuir en


forma ilegítima ia incidencia del salario norma 1 en las prestaciones complementa-
rias o indernnizatorias y en los aportes al sistema de seguridad social.

- «Dorninguez,Adolfo c. ~atriplastS.A. y otro»176.Debe responder en for-


ma solidaria el presidente de la sociedad anónima demandada cuando el trabaja-
dor no se encontraba registrado, toda vez que tal conducta, al constituir fraude
laboral, importa un incumpiimiento del deber de obrar con leaitad y con la dili-
gencia de un buen hambre de negocios (arts. 59 y 274, ley 19.550).

- «Novoa, Raúl Alejandro c. l a Mercantil Andina S.A. y otros s / ~ e s p í d o » l ~ ~ .


Toda vez que el presidente del directorio de la sociedad demandada consintió la
comisión del fraude laboraly previsional por partede la personajurídica demanda-
da, mediante la falta de registracióndel vinculo contractual con e! actor, cabe res-
ponsabilizarlosolidariamente en los términos de los arrs. 59 y 274 de la ley 19.550.

- ~rOviedo,Gladys Edith c. Wasserman Textil S.R.L. y otro ~ / l i e s p i d o » l E!~ ~ .


juego armónico de los arts. 59 y 274 de la ley 19.550 es muy claro en cuanto con-
templa la responsabilidad personal, solidaria e ilimitada de los administradores,
representantes y directores que a través de sus conductas u omisiones, al margen
de su comportamiento en relacibn a la normativa interna de! ente societario, vio-
len la tegislacibn vigente (..,) En estos supuestos no es necesaria la prueba de la
iniericionalidad de utitizar !a sociedad como escudo de incumplimiento, sino que
es suficiente con la demostración de la violación de las normas de orden pdblico
por parte de la sociedad. Así, existió una conducta antijurídica al no haber la socie-
dad demandada registrado a la aclora, por locual ei socio gerente resulta respon-
sable sotidariamen2e.

- «Soco/ovsky,Pauh Ana c. CamposSaiva, ~ernandoy otro»77! Corresponde


confirmar !a sentencia que responsabilizó al presidente y vicepresidente de Ia so-
ciedad demandada en tos terminos de los a&. 59 y 274 de la ley 79.550, toda vez
que se encuentra acreditado que dicha sociedad habia incurrido en 12 práctica de

'76 CNAT, Sala X, 19/4/05, "Doniinguez, Adotfo c. Matriplast S.A. y otro", DT, 2005-B-1630.
177 CNAT, Sala V, 3013107, "Novoa, Raúl AIejandro c. l a Mercantil Andina S.A. y otros s/Despi-
do", Boletín Mensual de Jurisprudencia de /a CNAT, no 267, Oficina de jurisprudencia, mar. 2007.
CNAT, SalaVII, 2012107, "Ovicrdo, GladjisEdithc. WassermanTextiiS.R.i.y otrosiDespido",
Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no266, Oficina de lurisprudencia, feb. 2007.
279 CNAT, Sala IV, 3011 1/06, "Socolovsky,Pailla Ana c. Campos Salva, Fernando y otro", DT;
2007-A-201.
470 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Múñez
~
--,- -.M
, -, .--,
' ,---

no registrar la relación laboral existente, así como también la imposibilidad de la


actora de percibir sus créditos alirnentarios.

- «Del Hoyo, Nicolás c. Air Plus Argen tina 5-A.y otros s / D e ~ p i d o De


~ ~acuer-
~.
do a la nueva doctrina humanista sentada por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación en los fallos "Aquino" y "Viszotti", en fosque a la luz del art. 14bisde la CN
y de los pactos internacionales con jerarquía constitucional (art. 75.22, Cíü),se hizo
especial hincapié en que el trabajador es sujeto de preferentetutela, y que el Esta-
do, anTe todo derecho humano, debe proteger al hombre adoptando medidas
para velar que las empresaso los particulares no lo priven de taies derechos, corres-
ponde otorgarles una protecciónespecial al trabajador y verificar s i realmente los
integrantes de ia saciedad demandada lo perjudicaron con su accionar extrasocie-
tario. En el caso existió una relaciOn laboral defectuosamente registrada y al abo-
narle partedel salarioen negrose incurrió en evasión previsional, estasituaci6n no
sólo beneficióa laempresa,sinotambiéna ~0~5ociosyadministradores (rnenorcos-
to laboral, mayor incremento en las ganancias) de la misma y como contrapartida
perjudicó al dependiente. Para más, la principalcerró intempestivamentey no hu-
bo justificación de motivos como para considerar a las personas físicas dernanda-
das como ajenas a tales conductas. Por lo que tal situacion se enmarca en mal
desempeño de sus funciones (art.274, ley 19.550).

- aAngeleri, Diego A. c. La Corte5,R.L. y otra»181.Corresponde responsabiii-


zar al representante legal de la persona jurídica codemandada, que permitió, des-
de la accibn o desde la mera pasividad, la existencia de un vínculo laboral ai mar-
gende la normativa aplicabte,quees de orden público, y que prescindedelavofun-
tad de las partes.

- (~MendoraToledo, Rosana de los A. y otros c. Defensa 873 S.R.L.y o t r ~ s x ~ ~ * .


Los fallos "Carballo" y "Palomeque" no están referidos específicamente a la res-
ponsabilidadde los administradoresylo representantes ylo directores de las socie-
dades, sino más cancretamentealcaso del art. 54de la iey 79.550 y con relación a la
teoria del disregard of legal entity, corrimiento del velo o desestimaciónde la per-

Del votodel doctor ~ailestrinipor la mayoría en CNAT, Saja IX, 25/4/06, "Del Hoyo, Nico-
16sc. Air Plus Argentina S.A. y otrossIDespido". Boletin Temático dejurisprudencia dela CVAT, voz
"Responsabilidad sotidaria. Socios y administradores de personas jurídicas", Oficina de iuiispru-
dencia, jul. 2006.
18' CNAT, Sala VHI, 10110t08, "Angeleri, Diego A. c. l a Corte S.R.L. y otro", en "Revista de
Derecho Laboral y Seguridad Social", no3, feb. 2009, p.233.
182 CNAT, Sala V, 10/6109, "Mendoza Toledo, Rosana de los A. y otros c. Defensa 873 S.R.L. y
otros", en "Revista de Derecho Labora4 y Seguridad Social", no 16, ago. 2009, p. 1454.
en el contrato de trabaja
~esponsabilidadsolidLiria 471
-"-. -,.- --

sonalidad juridica, que presupondria la existencia de una sociedad ficticia o frau-


dulenta. De conformidad con lo dispuesto en el art. 157 de la ley 19.550, corres-
ponde extender la condena dispuesta en primera instancia en forma solidaria a los
sociosgerentessise invocóy probó ia conducta asumida por la empleadora de rete-
ner aportes sin ingresarlos a losorganismos pertinentes. Partiendosobre ta base de
que iógicamenre en principio es casi imposible, o virtualmente improbabie al me-
nos, que quede documentada en actas de la sociedad la decisión de realizar actos
que conlleven un perjuicio en contra de losorganismos deseguridad Social u otras
instituciones,y la evasi6n de aportesque aquéllos deben percibir, cabe presumir la
participación de todos los administradoresen t a l cuestión si no está probado que
fuere ajeno a sus funciones yla conocimiento todo lo relativa al pago de sueldos y
las correspondientes retenciones.

- «Catar, Viviana Laura c. Distribuidora Fitopharma S. C y otros slDespido>jl 83.


El art. 59 de Ia ley 19.550 establece que los administradoresy representantes son
responsablesilimitada y solidariamente con la sociedad por los dai'ios que causen
con sus acciones u omisiones dalosas o arin negligentes. Pues bien, noca be ningu-
na duda que los coaccionados, coma administradores y apoderado de la entidad
empleadora, han violado radicalmentelas leyes iaborales de orden público al rce-
ner indebidamente lo deducido en concepto de aportes, amén de que, con esta
maniobra, la sociedad ha evadido obligaciones patrimonialesfrente al sistema de
seguridad socia!.

«Pulcine/!;, Alicia Noemíc, del Sagrado S.R.L. y o t r o s s / ~ e s p i d o » ~


- La~con-
.
dena en una acci8n por despido debe extenderse en forma solidaria aisociogeren-
t e codernandado si se acreditó que, al no registrar en forme debida la relación la-
bora!, violó !as teyes laborales de orden publico y las normas de seguridad social,
provocando perjuicio al trabajador y a la comunidad en general, lo que justifica la
extensión de responsabilidad en los términos de Ios arts. 59 y 157 de la ley 19.550.

1.2 - Tesis estricta


- «/kei, Sebastian J. c. Galdar S.A. y otro s l ~ e s p i d o j j ~
No~~
cabe
. tener por
acreditada la responsabilidad solidaria del codemandado sóloen base a la afirma-
ción que era presidentedel directorio de la sociedad codemandada y porque esta-

Ia3 CNAT, Saia 11, 2/7/13,"Cotar, Viviana Laura c. Distribuidora Fitopharma S.C y otros $/Des-
I
pido ", Bolerín Mensualde Jurjsprudenria de la CNA1; no334, jui. 2013.
CNAT, Sala Vi, 13/2/15, "Pulcinelli, Alicia Noemi c. del Sagrado S.R.L. y otros slDespido",
DT,año LXXV, no7, jul. 201 5, p. 1417.
CNAT, Sala l. 2Oi3103, "Ikei,Sebastian J.c . Galdar S.A. y otro siDespido", TySS, 2003-513.
472 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núñez
----e,--- - ---, .---___

ba al tanto de las irregularidades de registracion, ya que dichos extremos no son


hechos que caigan bajo la presunción del art, 71 de fa LO, sino que son circunstan-
cias que merecen una fundarnentacióne inciuso una acreditaciiinque diera unsus-
tento serio a la pretensibn, sobre todo porque la norma cuya aplicación se preten-
de es de interpretaciónrestrictiva.

- ({Medina, Javier G. c. El Emporio de Papas Fritas S.R.L. y La res.


ponsabilidad personal coiidaria e ilimitada de los directores de la sociedad anóni-
ma no se presume, sino que debe probarse por quien ia invoca, en cada caso y en
relación con cada director, conforme Ias reglas que mencionan los parrs. 2"y 3"de
los arts. 274 y 275 de la ley 19.550, de modo t a l que puede resultar que alguno o
afgunosde losdirectoressean responsablesen las condiciones indicadasyotrosno.
La responsabilidad quedará configurada en aquelios casos en que se conjuguen
cuatro elementos esenciales: ei incumplimiento del director, que se traduce en fa
disconformidadentre la conducta obrada y aquetla que era debida; ia imputabili-
dad o arribuci~nde aquel incumplimientoal director, en razón del dolo o la culpa;
el daño efectivamente sufrido por el sujeto, que podrán ser tanto la sociedad, los
socios o fosterceros; el nexo de causalidad suficiente entre la conducta y el perjui-
cio que alcanza al damnificado.

- ccPingaro, Elbio M. c. Rottgardt, kderico y otro»187.Recul.ta improcedente


extender al presidente dei directorio de la empleadora la responsabilidad por el
pago en negro de las rernuneracionesdel actor, si nose ha logrado acreditar la rea-
lización por su parte de maniobras defraudatorias tendientes a encubrir la exis-
tencia de un contrato de trabajo, pues la circunstancia de que haya impartido di-
rectivas o abonado salarios, no permite inferir que haya sido beneficiario directo
de los servicios prestados por el actor ni que la sociedad empleadora haya sido uti-
lizada para lograr fines personales ajenas a la finalidad societaria en los términos
de los arts. 59 y 274 de la ley 19.550.

- ~Martinez,lsabelc. Body Magic5.A.y otroslDespidox j8*. "El factor de atri-


bución de responsabilidadde lossubsistemas regulados por los arts. 59 y 274 de la
ley 14.550 es subjetivo, teniendo en cuenta, además, que en las sociedades por ac-

CNAT, Sala VI, 314103, "Medina, Javier C.c. El Emporio de Papas Fritas S.R.L. y otros", en
Manualdejurisprudencja, JulioGrisolia (dir.), p. 149.
18'

Is8
CNAT, Sala 1,24¡6104, "Pingaro, ElbioM. c. Rottgardt, Federico y otro", DT, 2004-8-1526. i
CNAT, Sala V. 5/1U05, "Maflinet, Isabel C. Body Magic S.A. y otra slbespido", Boletín
Temdtico de jurisprudencia de la CNAT, voz "Responsabilidad solidaria. Socios y administradores
de personas jurídicas", Oficina de Jurisprudencia, jui. 2006.
Responsabilidad solidaria en d contrato de trabajo 473
._llllll-^ll_----

ciones el principio es que los directores no contraen responsabiIidad personal ni


solidaria por losactos realizados por el organismo que integran, y que para que tal
responsabilidadopere es necesario al menos !a existencia de culpa, la cual se erige
como fundamento be la responsabilidad, siendo una nociónadecuablea cada caso
y persona en concreto a apreciar prudencialmente por ef juez, a la iuzde las pautas
configuradas en los arts. 59 de la ley 79.550y 512 del CC [conc, art. 1724, CCCNJy
902 fconc. art. 1725, CCCN](,..) Para que se configure la responsabiiidad civil es
necesario que tos hechos u omisiones hayan ocasionado un perjuicio, de donde
resulta que no basta demostrar que el administrador incumplio sus obligaciones
tegalesy estatutarias, oque incurrió en negligencia culpable en su desernpeFio,sino
que, para que configure su responsabilidad,deben concurrir los otros presupuestos
de la teoría genera! ode la responsabilidadcivil (conf. Verón, A. V., Manualdesocie-
dades comerciales, t. Itl, p. 1695},entre los que se encuentra el adecuado nexo de
causalidad entre la inconducta y ei daño causado (conf. CNCom., Sala A, 7111/02,
'Cancela Echegaray,Guillermo c. CompartimeS.A.yotrosl, RCyS, junio2003, ps. 115
a 118). En el casa quedó acreditado que el codernandado era director y presidente
del directoriode la sociedad anónima empleadoray que era participedirecto en las
maniobrasfraudulentas vinculadasa la irregularidaden el pagodel salario (partese
abonaba en negro}, incorrecta consignación de la categoría laboral de la trabaja-
dora, así como falta de depósito de las retenciones por aportes sindicales y de la
seguridad social. En consecuencia, el accionar del presidente del directorio consti-
tuyó un acto ilícitoen iostérrninosdelart, 9066 del CC[conc. arts. 1717,I718,1719
y 1720, CCCN] y dicha ilicitud constituye un quebrantamiento de la lealtad y la dili-
gencia exigible a un buen 'hombre de negocias' (arts. 59 y 274, ley ?9.550)",-del
voto del doctor Zar, al que adhiere la doctora Garcia Margaiejo por cuanto "en este
caso concreto, está presente la situación contumaz de rebeldia de la parte deman-
dada, lo cual hace deban presumirsecomo ciertos los hechos relatjvosa la conducta
del codemandado, con más lasdeclaracionestestimoniatesobrantesen la causa"-.

- «Alomo, Domingo T. c. Cajderas Modernas S A . yotros»la9. La responsabi-


lidad de los arts. 274y 275 de la ley 19.550 no se presume, sino que se debe probar,
por quien la invoca, en cada caso y con retacibn a cada director, de modo que la
cuestión debe resolverse de acuerdo con ei sistema y principios propios de la ley
mercantil y si aquél hubiese sido el encargado de tomar ia decisión, en el caso, de
no registrar ei contrato de trabajo, deberá responder por los perjuicios que t a l fa-
lencia le hubiera causado al trabajador, pero no por e! resto de las obligacionesen
las cuales no tuvo participación.

CNAT, Sala Vili, 30112103, "Alomo, Domingo T. c. Calderas Modernas S.A. y otros", TyrjS,
474 Ricardo D. Hierrezidelo :Pedro E Núñez
-
--
-,
--
-,
--
-,
-u km--
-
- «Palmuchi, Gabriela B. c. Jardin Maternal El Oso Clarinete S.R.L. y otro»lg0,
La deficiencia en la registracion del contrato de trabajo (relativa a lo acontecido
durante ei primer mes de una relaciónque se extendió por casi cuatro años) carece
de razonable significaci6n, y no se han demostrado otros comportamientosrepro-
chabies de la sociedad que autoricen a inferir una actualion encuadrable en los
supuestas que prevé la ley 19,550 para establecer la solidaridad de la persona físi-
ca codemandada,

- «larrosa, Carina Mariel c. Nurnericon S.A. y otro despido>>^^^, Resulta in-


dudable que no todo incumplimiento del ente ideal en materia laboral y/o prrrvi-
sional posee virtualidad para activar la responsabilidad personal de sus socias o
directores sino solo aquellos que importen maniobrasdeifrautatoriaso actossimu-
latorios ilicítos, dado que el mero incumplimiento de obligaciones contractuales
materializado, por ejemplo, en la falta de pago de indernnizacioneso salarios aun
cuando importen graves inobservancias no constituyen actos deiictivos ni defrau-
datoriosdeslinadosa eludir la leyysusceptiblede extender la responsabitidadsoii-
daria a los socios. En consecuencia, no se advierte la concurrencio de los presu-
puestos fácticos que habiliten la extensi6n de responsabilidad pretendida en los
términos de la ley 19.550, con relación al presidente de la sociedad.

- aRobkdo, Pablo Roberto c. ~ape/2,0s/~espido),~~~.


Dado que el codeman-
dado fue presidente del directorio contemporáneamente con lassucecos en deba-
te y que el despido tuvo lugar con posterioridad a su intervención en la adrninis-
tración, no puede conciuirse que hi~bierapodido tomar conocimiento de la ctan-
destinidadde ia relación, máxime cuando se trata de un trabajador colaborador de
la editorial radicado en el extranjero. Por ende, cabe eximirlo de responsabilidad
en tanto no existen elementos que vincuien la participación de dicho coaccionado
en el ilicito que se sanciona -clandestinidad del contrato de trabajo-.

N - Corte Suprema de Justicia de la Nación


II. I - r(Carbal10, Atilano c. Kanmar S.A. (enIíquídación) yotrosu 193
El mas AltoTribunaI se expidiben los autos "Carballo, Atilano c. ~ a n r n a r ~(en
.~.
liquidacion)y otros" y, al hacer suyos losfundamentosvertidospor el procuradorfis-

Ig0 CNAT, Sala VI, 2015108, "Pairnuchi, Gabriefa B. c. Jardín Maternal El Oso Clarinete S.R.L. y
otro", en "Revista de Derecho Laboral y Seguridad SodaV"' ria 20, oct. 2008, p. 1836.
19' CNAT, Sala Ii, 31/7/13, "larrosa, Carina Mariel c. Numericon S.A. y otro siDespido", Bole-
tío Mensuai cieJurisprudencia de /a CNAT, no334, jul. 201 3.
lg2 CNAT, Sala!, 8/8/14, "Robledo, Pabio Roberloc. Papel 2.0slDespido", enintranetpjn,gov.ar.
jg3 CSJN, 31/10/02, "Carbaflo, Atilario c. Kanmar S.A. (en liquidacidn) y otros", "íySS, 2002-934.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 47 5
I
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_ .
IC-
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.-" --.--

cal de la Nacidn, declar6 procedente el recurso extraordinario y dejó sin efecto la


sentencia dictada por la Sala IX de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo,
El juez de primera instancia habiatenido por acreditado que el actor trabajó en
relación de dependencia para la demandada Kanrnar5.A. e hizoextensivas lasobli-
gaciones resultantes del contrato de trabajo a un grupo de empresas, con base en
que habrían existido maniobras fraudulentas y conducción temeraria que hacían
aplicahie ia responsabilidadsolidaria previstapor el art. 31 de la LCT. En lo que res-
pecta al codemandado Kancepoiski, encuadró su situación en lo dispuesto por el
art. 59 de la LCT, teniendo en cuenta que la demandada Kanmar S.Aano produjo el
peritaje contable ofrecido, a partir de lo cual juzg6 que esa omisiiin indicaba que
existió la conducta irregular señalada en la demanda, con aptitud para generar la
solidaridad de los terceros vinculados.
La Sala IX confirmó Ja sentencia apelada, a! entender que el recurso no contenia
una crítica razonabay concreta del fallo apelado, pues el apelante Kancepoiski ha-
bía centrado sus agravios en el examen de la presunción de! art. 55 de la LCT, pero
que había consentido la aplicación del art. 59 de la ley 19.550en que se habia apo-
yado ei pronunciamientoen su contra.
El procurador fisca!, a cuyo fundamento adhiere ia Corte Suprema, entendici
que el pronunciamientodel a quo no constituía una derivación razonada del dere-
cha vigente, carecía de fundarnentación y no tomaba debidamente en cuenta'las
alegaciones decjsivasformuladas por las partes; pues vulneró las garantias consti-
tucionales invocadas por el recurrente. relativas al derecho de propiedad y de de-
fensa en juicio, en tanto extendi6 al director de una sociedad anbnirna la condena
dictada contra la empresa, subvirtiendo tas reglas sobre carga probatoria aplica-
bles en la materia. Señaló además que "los jueces laborales han hecho aplicación
de una disposición de la ley de sociedades que no constituye una derivación razo-
nada del derecho vigente, pues se contrapone con principios esenciales del régi-
mensocietario. Han prescindidode considerar que la personalidaddiferenciadade
la sociedad y sus administradoresconstituye el eje sobre el que se asienta la nor-
mativasobresociedadesanónimasyque ésta conforma un régimen especial quese
explica porque aquéllasconstituyen una herramienta que el orden juridjco provee
al comercio como uno de los principales motores de Ia economia. Desde esta pers-
pectiva, resulta irrazonableque el simple relato del actor, sin mencionar el respal-
do de otras pruebas producidasen la causa, tenga la virtualidad de generar la apli-
cación de una causal de responsabilidad en materia societaria que tiene carácter
excepcional, sin la debida justificación",
finalmente, estimó que había que hacer lugar a losagraviosvinculadosa que la
sentencia habia omitido el tratamiento de cuestiones conducentes para la ade-
cuada solución de la causa, por cuanta aquétla no se hizo cargo de las objeciones
del apelante relativas a la falta de acreditación de tos extremos que tornaban apli-
cable ei art. 59de ta ley 19.550.
476 ~- Ricardo D. Hierreruelo -Pedro E Núfiez
.~-.,- -

En idénticostérminos que el anterior, el 4 de julio de 2003 la Corte Suprema de


Justicia de la Nación reiteró la postura estricta, al adherir al dictamen del procura-
dor fiscal quien sostuvo que: "La faiencia registra1 sancionada en virtud de la ley
24.01 3 no puede dar lugar a la desestimación de la personalidad ni a la aplicación
de nuevas sanciones a través de la ley 19.550".
Cabe destacar que el m i s Atto Tribunal, en su actual integración, ha declarado
inadmisibles los recursos extraordinarios interpuestos en los términos del ari, 280
dei CPCCN, con disidencia del doctor Lorenzetti, quien en ecte punto, resolvióque:
O , . . respecto de los arts. 59 y 274 de la ley 19.550 cabe señaiar que la responsabili-

dad de los administradores, representantes y directores hacia terceros (corno los


trabajadores) es la del Derecho común, que obliga a 'indemnizar el daño', la cual
es diferente a la del obligado solidario en las obligaciones laborales. En conse-
cuencia, resulta imprescindibleacreditar la concurrencia de los presupuestosgene-
raies del deber de reparar, lo que no se ha hecho en la especie. Eilo por cuanto la
soiidaridad nose presume (art. 701, CCjconc. art. 828, CCC'NIydebeserjuzgadaen
forma restrictiva. Por fo tanto, es necesariodemostrar el daño que ha mediado mal
desernpefio, violación de la ley, estatuto, reglamento, dolo, abuso de facultades y
culpa grave. Por lo demás, la responsabilidad es por la actuacibn personal y no por
alcanzar a otras que no correspondan a la gestión. Aquélla ha de juzgarse en con-
creto, atendiendoa las específicas funciones asignadas personalmentepor e! esta-
tuto, reglamento o decisión de la asamblea en e1 área de la empresa propia de su
inc~rnbencia"'~~.

Tratándose de una cuestión eminentemente procesal, hay que analizar en cada


caso concreto si ha existido mal desarnpeño det cargo de director, administrador,
gerente o representantede la sociedad comercial, o si deben responder en virtud
de la violaciDn de la ley, el estatuto o el reglamentoy par cualquier otro daño pro-
ducido por dolo, abuso de facultades o culpa grave.
Pero, en principio, cabría aclarar dos cosas. La primera, que la irregularidad re-
gistra] n o permite por sí misma, extender la responsabilidad en forma solidaria al
presidentey a todo el directorio. La segunda, que el director, gerente o represen-
tante no debe responder por la iotatidad de ladeudasaiarial o indemnizatoria del
trabajador, sino sOlo por aquella generada como consecuencia de. su conducta
antijurídica.

'94 CSJN, 4/7/03, "Tazzoli, Jorge A. c. Fibracentro S.A. y ~tros",TySS, 2004-'76.


j9$ Disidencia del doctor 1orenze.tt.ien CSJN, 29/5/07, "Deverede, Ana Maria c. Mediconex
S.A. y otros", inédito.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
"------
477

Con respecto al primer punto, convieneseñalar que en la actualidad, las moder-


rrassociedadesanónirnascuentancon órganosdentro de loscuaieslas funcionesse
distribuyen en un abanico de sectores que se encargan de diferentes materias, te-
niendo cada una de ellas a su cargo el cump!imiento de determinadas tareas asig-
nadas. De ello se desprende que cualquier incump~imientolaboral no debe nece-
sariamente imputarseal presidentedel directorio0 a todos los directores que inte-
gran iasociedadanónima (maximesiestarnosen presencia de ioquecedenominan
sociedades abiertas), sino sólo al director o a los directoresencargadosdel manejo
y de la toma de decisión de la persona jutidica para con su personal.
Parece claro queestosdirectoresdeberán extremar la diligencia para el cumpli-
miento de la legislación labora!, y en casa de inobservancia, deberá responder no
solo la sociedad comercial, sino tarnbien ellos mismos por incumplimiento de los
deberes dispuestosen los arts. 59y274de la LCT4Así, por ejemplo, si el pago de ha-
beres no se efectiviza por no haber adaptado el mismo la diligencia necesaria ten-
diente a que los trabajadores tuvieran depositado sus remuneracionesen sus res-
pectivas cuentas antes del vencimiento del plazo legal otorgado, sera el director a
cargo de esa operad6n el que deberá responder por el incumplimiento contrac-
tual. Pero ello en la medida en que existan fondos disponibles, pues de no haber-
los,t a l circunstanciaescaparía del marco de sus posibilidades, eximiéndolo de res-
ponsabilidad.
En consecuencia, en lo que se refiere a este punto, Ia extensión de condena en
forma ilimitada y solidaria sóio procede contra el representante que dio motivo a
la comisión del ilícito y no al directorio en forma generalizada. Huelga decir que la
acreditación de tales extremos se ateniia cuando estarnos en presencia de una so-
ciedad cuyo directorio esta compuesto por un presidente, un vicepresidente y un
director, que a ta vez san los iinicos socios de la sociedad, que la dirigen en forma
personal y en \a que existe una suerte de confusi~nentre la persona jurídica y SUS
integrantes.
En este sentido, se ha resuelto que: "Si bien el art, 274 de la ley 19.550 determi-
na la responsabilidad soiídaria e ilimitada de los directores y accionistas por el mal
desempeño desu cargo, ello es así según el criterio del art. 59 de la ley 19.550, de
modo que necesariamente su conducta debe evaluarse en funci6n de la participa-
cián en la toma de decisiones. Cuando no media participación en ello no cabe ex-
tender la responsabilidad"Ig6.
Asimismo, tratindose de un director suplente se ha dicho: "€1 art. 59 de la ley
19.550 imputa responsabilidad a 105 administradoresy representantes de la socie-
dad. Tratandose de una sociedad anónima, revisten ia condición de adrninistrado-

'96 CNAT, Sala Vlli, 1711U13, "Chiarelli, Daniel Adriin c. Aback S.A. y otross/Despido", Boje-
tín Mensual deJurisprudenria de la CNAT, no339,dic. 207 3.
478
-----u-, ,__Lm.___-----ll_-----
-
Ricardo D.Hierreroelo Pedro E IVtiñez

res los miembros del directorio (art. 255, ley citada) y su representante legal es el
presidente dei directorio (art. 268). Nose encuentra inciuido en el ámbito subjeti-
vo de aplicacion del art. 59 ley 19.550 el director suplente respecto de quien no se
encuentra demostrado que haya ejercido la función de director de la sociedad, ni
realizado tareas de administración o conducción propias del director. Para que ope-
re la responsabilidad es necesario la existencia de culpa, la cual se erige como fun-
damento de fa responsabilidad, siendo una nocidn adecuable a cada caso y persona
en concreto a apreciar prudencialmente por el juez. Dicha apreciación debe hacer-
sea Ialuzdelaspautascaniiguradasenlosarts. 59dela ley 19,550y572del CC[conc.
an. 1724, CCCN]y 902 [conc.art. 1725, CCCN]
También se senalb: "La ley 19.550 no ha creado para el suplente obligaciones
simifares a la persona que reviste la titularidad, solamente tiene fa expectativa de
ser llamado a cubrir la ausencia o vacancia de éste. Al ser suplente no tiene respon-
sabilidades ni obligaciones y no integra el órgano administrativo pues ei desern-
perio de la titularidad es excluyente. En el mismo orden de ideasse ha dicho que al
director suplente no le cabe responsabilidad alguna por las deudas laborales de la
sociedad, por cuanto, de acuerdo con el art. 274de la ley 19.550,e/ director respon-
de por el mal desempeño de su cargo y un suplente no tiene ejercicio efectivo del
cargo, a menos que en algún momento entrase af directorio como titular" Ig8.
En cuanto al segundo tema, se impone destacar que el art. 274 de la ley 19,550
dispone la responsabilidad solidaria e ilimitada por el daño concretamente causa-
do por el mal desempeño o el acto violatorio de la ley, ei estatuto o el reglamento,
pero no una responsabilidad universal por todas las deudas societarias y hacia to-
dos los acreedores societarios por el hecho de haberse cometido una violacion de
la ley Ig9.
Es decir, los adminis.tradores bnicamente responderán por los perjuicios ocasio-
nados al trabajador coma consecuencia de ia falta de regularización laboral, o de
su irregularidad registra!, pero no de la totaiidad de la deuda salarial que la socie-
dad comercial pueda tener con respecto af tra bajador, de la cual deber&responder
sólo la persona juridica,
Volviendo al ejemplo del pago de haberes, si el mismo se efectúa por falta de
diligencia oculpa grave de¡ director, en un determinado mes, éste deberá respon-
der solidaria e ilimitadamente. Pero si al mes siguiente, el pago no se produce por

Ig7 CNAT, Sala V, 2513113, "Rojas, Mari0 Alonso c. Trasiego S.A. y otros slDespido", Boletiri
Il/lenruaIdeJurisprudencia de la CNAT, ri" 330,mar. 2013.
Ig8 CNAT, Sala 1, 19/12/12, "Faciano, Woracio Antonio c. Garay, Eduardo Miguel y otros
5iExlensión resp. solidaria", BoierínMensualde Jurisprudencia de la CNAT, n0328, dic. 2012.
'99 i-iighton, F., Responsabifidad patrjmoniai solidaria de directores, administradores y
sociospor demandas laborales contra sociedades comerciales, p 50. i
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 479
-." -_,-___.----- .

ausencia de fondos, o por una decisión asamblearia, no deberá extenderseal direc-


tor la responsabilidad por tal incumplimiento.
Con el pago en negro sucede lo mismo. 5i el director fue e! encargado de tomar
la decision de no registrar el contrata de trabajo de algunos trabajadores, deberá
responder (juntamente con la sociedad comerciai) por todos los perjuicios que a
éstos les cause la falencia registrai, pero no por el resto de las obligaciones en las
cuales no haya tenido participación alguna.
Asi, !a circunstancia de que el director deba responder por las indemnizaciones
previstas en la Ley Nacional de Empleo (arts. 8" a 1O} que se deban por no haber
registrado la retación laboral o por haber efectuado pagossin recibos respaldato-
ríos, no importa necesariamente que también deba responder por las indemniza-
ciones debidas por despido incausado, cuando éste no tuvo relación con la falta de
registración, par ejemplo, un despido directo no probado, o un despido por rees-
tructuracion decidido por la sociedad. No obsta a esto último que el propio direc-
tor hubiera comunicado /a voluntad rescisoria, en tanto hubiera actuada como re-
presentantedel empleador y en cumplimiento de la gestión por el encomendada;
salvo que hubiera incurridoen dolo, abuso de facultades oculpa grave.
En este sentido se han expedido las Salas I, tl, IV, V y VI11. Así, la Sala I ha dicho
que: "Maniobras taiescomoencubrir la relaciónlaboral o disminuir la antiguedad
real, o bien, ocultar toda o parte de la remuneración, más alI6 de ser un tipico
incumplimiento de índole contractual, configuran maniobras defraudatorias de
las que resultan inmediatay directamente responsableslas personas físicas que las
pergeñan.De modo que cuando en una sociedad se realizanactossimutatoriosilí-
citos con tales caracteristicas, resulta pertinente extender excepcionalmente la
responsabilidad patrimonial de la entidad a los directores por via de lo dispuesto
por el art. 274 de !a ley 19,550. En el caso, uno de ios codernandados fue condena-
do solidariamente, aunque sólo limitados los dañ~socasionadosde manera direc-
ta por su accionar antijurídico, a las indemnizaciones derivadas de la deficiente
registración de la fecha de ingreso del trabajador y de aquella que fueron conse-
cuencia directa de ia ruptura contractual, que guardan directa vinculación con la
negativa de la entidad a subsanar tal deficiencia, más no ha de responder por los
cr4ditos sa tariaies diferidos a condena"200.También resolvió que: "Si bien corres-
ponde extender la responsabilidadal presidente y vicepresidente de la sociedad
demandada, ante el caso de la trabajadora que solicit6 la registración de su vincu-
lo laboral y ante la negativa se dio por despedida, el quantum debe limitarse a las
partidas de los arts. 8"y 15 de la ley 24.013, pues, como la responsabiiidadque les
cabe transita por las reglasdel derecho común, otoc comprende las partidas indem-

200 CNAT, Sala i, 3013107, "Vilcatorna Burga; Daríoc. Montagne0utdoorsS.A. y otroslDespi-


do", Boieth Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no267, Oficina de jurisprudencia, mar. 2007.
480
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-
Ricardo D.Nierresue¡o Pedro E Núñez
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nizatorias que tienen relación causal con ta antijuridicidad que se ie imputa a títu-
lo de culpa"z01.
Por su parte, fa Sala II resolvio que: "Respecto de la responsabilidad prevista en el
art. 157 de la ley 19.550 para los gerentes, administradores y representantes de la
S.R.L., resulta razonable fijar la parte que a cada uno corresponde en la reparaci6n
de los perjuicios, atendiendoa su actuación personal en el asunto de quese trate. En
la causa, la retención de apoeessin efectivizaciónconcreta ante los organismosco-
rrespondientesdurante varios meses resulta de modo inequívoco unaviotacióri a la
ley, a la cual atendiendo a las pautas del ap. 2" def art. 274 de Ia ley 19.550, tmto
como a fa calidad de socio gerente de una S.R.L., se exhibe como una actuación indi-
vidual que le es imputable. En cambio, sobre 10s rubrocsalariales impagos no surge
la necesaria vincuIacióndel codernandacloen ei incumplimiento, por lo que ccrres-
ponderia exonerarlo de responsabiiidad al r e s p e ~ t o ' ' ~ ~ ~ .
La Sala IV entendió que: "La registraci~nde la actor2 en una fecha de ingreso
posterior a la real (conducta dofosay en violación de tíf ley), genera la responsabili-
dad del socio gerente codemandado en los términos de los arts. 54,59,157 y 274 de
la ley 19.550, perosólo respecto de los perjuicios que sean consecuencia de esa iiici-
tud. Ello esasí, porque Ia acción de responsabilidad contra los directores está sujeta
a los presupuestos de la teoría general de la responsabilidad civil, entre los que se
encuentra ia adecuada relación de causalidad entre fa inconducta y el daño causa-
do (def vota de [a doctora Marino. La doctora Pinto Varela deja a saivo su postura
sosteniendo que no corresponde limitar la condena del socio, sin embargo dado
que la mayoría de la Sala establece la limitación desu responsabilidad, por razones
de economía procesal, adhiere en el tema a la propuesta de la dactora ~ a r i n o ) " ~ ~ ~ .
En este sentido, la Saia V sostuvo que la ". ..conducta dolosa y en violaciiin a la
ley genera la responsabilidad de los codemandados (directores), pero5010 respec-
to de los perjuicios que sean consecuencia de esa ilicitud que, en el caso, estan re-
presentados por tas indernnizaciones derivadas de las irregularidades registrales y
de la ruptura del contrato motivada, entre otras razones, por la negativa de la de-
mandada de subsanar dicha i r r e g ~ l a r i d a d "Asimismo,
~~~. la Sala Vindicó que: "En

2g1 CNAT, Sala i, 23/8/13, "Baiacco, Daniela Mónica c. Odontologia Personalizada S.A. y otros
s/Despidor',Boleliri Mensual de Jurisprudencia de ¡a CNAT, no335, ego. 201 3.
202 CNAT, Sala 11,211805, "Barrios, Ricardoc. Defence5.R.t. y otro siDespido!', Bolerín Tema-
rico deJurisprudencia de fa CNAT, voz "Responsabilidad solidaria. Sociosy administradores de per-
sonas jurídicas", Oficina de Jurisprudencia, jul. 2006.
'O3 CNAT, Sala IV, 30/5/14, "Ibarra, Claudia Beatriz r La Sala S.R.L. y oiro sIDespido", Boletín
Mensualdelurisprudencia de la CNAT, n0343.may, 2034. E
"4 CNAl, Sala IV, 20110106, "Resta, Andr6sAveiinoc. PiaiaforrnaCero S A. y otrosslDespido",
Boletin Mensual dejurisprudencia de la CNAT, no 263,Oficina de Jurisprudencia, oct. 2006.
482 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núfie~
~
-,--.-'-

cuentran reunidos los presupuestosfa~ticos para la aplicación de la normativa so-


c'retaria que dispone la extensión de responsabilidades a los integrantes del ente
societario mencionados por las mismas, porque es justamente este caracter el que
no se a ~ r e d i t 3 " ' ~ ~ .

d) Aspectos procesaies de la responsabilidad de los directores, gerentes,


administradoresy representantesde sociedades comerciales
En la esfera procesal se encuentra ei punto neurálgico de esta controversia, ya
que mientras para algunos el trabajador solo debe probar la faita de registración
oei pago en negro para que se presuma la responsabilidad del director, para otros
tal responsabilidad no es presunta y debe analizarse en cada caso concrett] el
incumplimientoque fe cupo al o a iosdirectores involucrados+
En materia de solidaridad, tanto el art. 59 romo los arts. 157 y 274 de la LGSson
categbricos al imponer a los administradores, gerentes y directores responsabili-
dad soiidaria e ilimitada, razón por cual, al igual que lo que acontece para la res-
ponsabifidad de tos socios, resultan aplicables los principios básicos de ta soiidari-
dad pasiva regulados en el Libro Tercero, Titulo i, Seccidn 7", arts, 827 y ss., por los
cuales ei acreedor puede reclamar el pago del crédito en forma íntegra a todos las
deudores, oa cualquiera de ellos.
Rige tarnbihn para este supuesto io analizado en la responsabilidadde los so-
cios, con relación a la oportunidad en que es factible solicitar /a extensión de con-
dena, dividiéndose los autoores entre los que sostienen la postura estricta (proceso
plena de conocimiento), intermedia fadrniteexcepciones)y amplia (que habilita la
vía incidental para poder obtener la extensión de condena).
La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, ante un pedido de ampiiación
de la demanda a la presidencia de lasociedadanónimaaccionada, resolvió que: "El
pedido del actor tendiente a iograr la ampliación de su reclamo judicial contra el
ex presidente de ia codemandada requiere quese suspenda ei proceso hasta tanto
se lleve a cabo el procedimiento establecido por la iey 24.635 respecto de esa per-
sona. Esto es así, porque si se pretende extender la responsabilidad solidaria a
quien detentara la presidencia de la sociedad demandada por incumpfirnientade
las obligaciones laboraies emergentes de la relación, debe integrarse la litiscon él,
para salvaguardar el ejercicio eficaz de la j u r i s d i c ~ i i i n " ~ ~ ~ .
En lo que respecta a la prescripción, nos remitimos a las manifestaciones efec-
tuadasen la responsabilidadde tos socios.

20B CNAT, Sala V, 1518113, "DrtizMaidonado, Hernan Caspar c. ResponsabilidadPatronal ART


S.A. y otro siDespido", expte. no 2 5221/07, sent. def. no 75.487, Boletín Mensual delurisprudencia
de /a CNAT, fiO 335,ago, 201 3.
CNAT, Sala V, 12/5/00,exp. 20.759.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 483-
-".""-.---- -.--- --
e) Responsabilidad de los integrantes y representantes de personas juridicas
que no son sociedades comerciales
1 - Jurisprudencia anterior al Código Civil y Comercial
Si bien en un primer momento, bajo la regulación del código anterior, la juris-
prudencia desestimo la ex.tensióna Jos representantesde personasjurídicas distin-
tasa lassociedades comerciales, sobre la base de que noexistía ninguna normajurí-
dicacorno losarts. 59y274de la iey 19.550, que habilitarasucondena en forrnasoli-
daria, y destacando la finalidad de bien c o m h y la exclusión de todo propbsito de
lucro que caracterizaba a algunas de ellas; posteriormente, las decisjones no fue-
ron tan uniformes.
Así, la Sala lli, señaló que: "No existe norma que contemple la responsabiiidad
solidaria de los integrantesdel órgano directivo de las asociacjones civiles frente a
terceros y no corresponde aplicar en forma anaiógica las disposiciones que la ley
19,550 estabiece al respecto, porque las sociedades comerciales tienen por objeto
obtener alguna utilidad apreciable en dinero, mientras que tasasociaciones civiles
se caracterizan por ser personasjurídicas que se constituyen con un objeto de bien
comúnysin propósito de lucro (conf. art. 33, CC[conc. arts. 145,146~148, CCC'N])".
Y agregó que: "Aun cuandose haya demostrado que una asociación civil mantuvo
parte del vínculo con la actora en la clandestinidad, no puede inferjrse de ello Un
enriquecimiento ilícito por parte del presidente de la entidad y, en consecuencia,
no se configura uno de los prerupuestos que habilitarian su responsabilidad per-
sonal, máxime si se repara en que lasasociacionescivilessecaracterizanporser per-
sonas jurídicas que se constituyen con un objeto de bien cornUn y sin propósito de
lucro (conf, art. 33, CC), como.t'ambién,enquelaresponsabilidadsalidariadelsocio
de una sociedad comercial resulta de la ganancia que obtuvo en forma indebida,
supuesto distinto a t que se presenta en ef caso de una asociaci0n, en la cual el pre-
sidente noobtiene un mayor reparto de \as utilidadescornoconsecuenciade la fa!-
ta de registro delvínculo laboral ode abonar parte de lossalariosfuerade registro
~ontable"2~~. Posteriormerite, la misma Sala resolvió que: "No puede condenarse
en forma solidaria al presidente de la instituribn deudora, ya que se trata de una
asociación civil sin fines de lucro que está regida por e! Código Civil (arts. 33 y 39)y
a la que no se aplican las disposicionesde la ley 19.550. El Cbdigo Civil no contem-
pla la responsabilidad soiidaria de \os integrantesdel brgano directivo de las aso-
ciaciones civiies frente a terceros yen ningún momentodispone ta remisión a la {ey
19.550. El art. 39 del CC[conc. art. 143, CCCN], claramente establece que las corpo-

2'0 CNAT, Sala ili, 2711U06,"Toledo, Juan Carios c, Asociacibn Atlktica Argentinos Juniors y
otro slDespido", Bolerin Mensual de Jurisprudencia de la CNA7, no265, Oficina de jurisprudencia,
djc. 2006.
484
------- --- D.Hierrezuelo - Pedro F. NBñez
-Ricardo lli-llllllllll

raciones asociaciones, etcétera, son consideradascomo personas enteramente dis-


tiinlasdesu miembros. Los bienes que petTenezcan a fa asociación no pertenecena
ninguno de sus miembros; y ninguno de sus miembros ni todos ellas, están obliga-
dos a satisfacer las deudas de la corporación, si expresamente no se hubiesen obti-
gado como fiadores, o mancomunados con
En esta misma línea ia Sala IV sostuvo que: "El principio de separación patrímo-
nial que impone la personalidad jurídica (arts. 33 del CC [conc. sirts. 145,146,148 y
168, CCCNJy 39 fconc. arl. 143, CCCN];2 O y 263,ley 19.550) impide imputar unadeu-
da lisa y llanamente al patrimonio de sus funcionarios (en este caso, a la vicepresi-
denta de la asociación civil), a menos que haya una pretensióndesestimatoria ron-
creta debidamente fundaday probada"212,La misma Safa resolvió que: "Tal como
lo ha sostenido esta Sala, no existe norma alguna que contemple ia responsabili-
dad solidaria de los integrantesdelorganadirectivode lasasociacionescivilecfren-
te a terceros y tampoco corresponde aplicar en forma analógica las disposiciones
que Irt iey 19,550 establece al respecto, pues las sociedades comerdalestienen por
objeto obtener alguna utilidad apreciable en dinero, mientrasque las asociaciones
civiles se caracterizan por ser personasjurídicas que se constituyen con un objeto
de bien corniin y sin proposito de lucro. Por ende, aun en el caso de que se hubiera
demostrado que entre actor y demandada se mantuvo un vínculo en la clandesti-
nidad -lo que no se da en el caso-, de ello no podría inferirse un enriquecimieri-
to ilícito por parte del presidente de la entidad. En consecuencia no se encuentra
configurado uno de los presupuestosquehabilitan la responsabilidadpersona/del
presidenteU2l3.
También se ha dicho que: "No cabe extender solidariamente la responsabilidad
a la presidenta de una asociacidn civil todavez que resulta inaplicable ei art. 274de
la ley 19.550 en que se fundaría dicha r e s p ~ n s a b i l i d a d " ~ ~ ~ .
Por su parte, la Sala IV resolvió que: "No existe norma alguna que contemple la
responsabilidad solidaria de tos integrantes del órgano directivo de las asociacio-
nes civiles frente a terceros y tampoco coi-respondeaplicar en forma analógica las
disposicionesque la ley 19.550estabieceal respecto. Ello es as;, pues las saciedades
comercialestienen por objeto obtener alguna utilidad apreciabfeen dinero, mien-

2'' CNAT, Sala lif, 31/8/09, "Tejer!na Mealla, Yolanda R.C. Mele, Josb M.", en "Revista deDere-
cho Laboral y Seguridad Social", nQ24,dic. 2009, p. 2200.
a2 CNAT, Sala iV, 11/12/06, "Martinez Baena, Monica c. La Providencia Asociacibn Civil y
otro", "Revista de Derecho Laboral y Seguridad Social", no 9, rnay. 2007, p. 803.
213 CNAT, Sala IV, 201211 5, "Segui, Andresc. Casa de Madrid en Argentina Asoc. Civil y Cultu-
ral sin finesde lucro s/DespidoW,Boletín Mensual de Juris,orudenciade la CN.47; no350, feb. 2015.
2'4 CNAT, Sala IX, 28\5/08, "Costa,Maria Guadaiupec.ALPl Asoc. Civil y otrosiDespido", Bale-
tin Mensualdeiurisprudencia de la CNAT, n" 280, Oficina de Jurisprudencia. rnay. 2008.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 485

tras que la5 asociaciones civiles se caracterizan por ser personas juridicas que se
constituyencon un objeto de bien comun (conf. art. 33, CC[conc. at-ts, 145,146,.148
y 168, CCCN]) y sin propósito de lucro. De tal modo, aunque se haya demostrado
que la asociación demandada mantuvo el vínculo con la actora en Ia ciandestini-
dad, de ello no podría inferirse un enriquecimienio iIícito por parte de los directi-
vos de !a entidad, razón por la cual no se configura uno de los presupuestos que
habilitan la responsabilidadpersonal"215.
Por su parte, la Sala X expreso que: "La condición de organizaciones civiles sin
fines de iucro (no comerciates), excluye la posibilidad de aplicárseies una normati-
va referida a la ley de sociedades comercialer; ni es trasladableanalógicamente ese
marco normativa para establecer supuestos de responsabilidad previstos para
otras situaciones y ámbitos, porque saivo convencibn en particular, la solidaridad
sólo puede ser impuesta legalmente. (En el caso, la actora demandó a Ia que fuera
su empleadora, una asociación civii sin finesde lucro, yei jueza quo la condenó ha-
ciendo extensiva dicha condena contra la presidente de la comisión directiva de la
asociación civit demandada y con base en las disposiciones de los artc. 1933,1935 y
1930del CC[conc. arts. 376,371,370, C C C N ] ) " ~También
~~. resolvió que: "Si bien se
ha demostrado la existencia de violacitin de normas laborales, lo cierto es que la
norma que regu!a la constitución y funcionamiento de lasfundaciones, no admite
la aplicación en forma supietoria al caso de las normas de la ley 19.550 ni tampoco
de las sociedadescivi les. Ello es asi, toda vez que cabe memorar que en las socieda-
des lo quese persigue es obtener alguna utilidad que serádistribuida a cadasocio
integrantey, en cambio, las fundaciones tienen como objeto el bien común que, a
diferenciade lassociedades, no tienen propósitode lucro, el aporte patrimonial de
sus integranfesse destina al logro de los fines por la cual fue constituida.~eniendo
en cuenta las diferencias existentes entre la finalidad de una sociedad y la de una
fundación, en que el régimen legal específicode estas últimasnodeterminala apli-
cación analógica de los citados artc. 1713 y 1720 del CC, corresponde revocar la
extensión de responsabilidaddispuesta en el fallo de grado contra !a codemanda-
da Pastor de 60naSini" 2v.
En sentido contrario, se ha dicho que: "En el caso se dio una situación clandesti-
na de la relacibn de la trabajadora quien pretende la extensión de la condena res-

215 CNAT, Saia IV, 2811 2109, "Lorenzo, Maria Cristina Delia c. AsociacMn Argentina de Ozono
y otro slDespido", Boletjn Mensuaide lurisprudencia de la CNAT, no297, Oficina de jurispruden-
cia, dic. 2009.
'16 de Acción
CNAT, Sala X, 3/2/35, "Pascuales, Susana Reatrit c. Asociación Civil ~lovin~iento
Comunitaria y otro s/DespidoU,Bo¡ei;n ínen3uai delurisprudencia de /a CNAT, no 350, ieb. 2015.
CNAT, SalaX, Z3115, "Gutierrez, Patricia Noemí c. Fundación ~ a d r e s d Plazade
e Mayo Y
otro $/Despido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de a¡ CCNAT, no 350, feb. 2015.
486 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núñez
--
pecto del presidente de la fundación para la cual laboraba. El presidente de la fun-
dación debe respondersoiidariamen~econ la misma aplicando por analagia las dis-
posiciones del Código Civil en materia de responsabilidad de lossocios por losactos
de la sociedad, En este sentido, el art. 1720considera aplicables en ei caso de [osda-
Aos causados por los administradores las disposiciones del título de las personas jurí-
dicas. Además, los acreedores de la sociedad, son acreedores al mismotiempo de los
socios(art. 2713, CC).Aellodebe agregarse que, como principiogeneral en materia
de responsabilidaddebe admitirse que no es necesario recurrir a las disposicionesde
la Ley de Sociedades Comerciales, inaplicabtes a la demandada, ya que ha existido
un fraude a la ley a través de la asociación civil, y el presidente de ésta no puede ex-
cluir su responsabilidad pues, en estos casos es posible prescindir de {a forma adop-
tada por la asociación para responsabilizar también a la persona de su representan-
te legal, que tiene autoría en los hechosdolosos(del voto del doctor Fernández Ma-
drid, en rnay~rÍa)"~~*.
Y la Saia Vil indicó que: "i-fabiéndoseestablecido la existencia de actosdolosos
por parte de la asociación civil demandada, no cabe duda acerca de que su presiden-
ta debe responder solidariamente, aplicando por analogía tas disposiciones del
Código Civil [ley 3401, en materia de responsabifidadde los socios por los actos de
la sociedad. En este sentido, el art. 1720 considera aplicables, en el caso de {asda-
ños causados por los administradores, las disposiciones del título de las personas
jurídicas. Porsu parte, losacreedores de la sociedadson acreedores, al rnisrnotiern-
po, de Iússocios (art. 1773, CO.No es necesario recurrir a las dicposicionesde /a ley
de sociedades, inapiicablesa ia demandada, ya que ha existido un fraude a !a ley a
través de la asociación civil y su presidente no puede excluir su responsabilidad
pues, en estos casos, es posible prescindir de la forma adoptada por la asocíación
para responsabilizar también a la persona de su representante legal, que tiene
autoría en los hecho d ~ l o s o s " ~ ~ ~ .

2 - La reforma introducida por el Código Civil y Comercial


El nuevo Código Civil y Comercial regula la responsabilidad de los integrantesy
administradores de las personasjuridicas en las a&. 144y 160 re.spectivarnente.De
esa forma procede a reeditar en materia de personas jurídicas que no'son socieda-
des, !a misma discusidn que se planteó con respecto a estos sujetos de derecho.

CNAT, Sala VI, 1911U08, "Odurico, Alicia Laura c. Fundación Cornisi6n de Intercambio
Educativo COlNED y otro siDespido", Boietin Mensuaide Jurisprudencia de la CNAT, no287,Ofici-
na de Jurisprudencia. dic. 2008.
2'9 CNAT, Safa VI, 17/12/07, "Toledo, Juan Carlos c. Asociacibn Civil Tupa Rape y otros/~espi-
do", en Rana Sá, "Cuestiones societarias vinculadas al derecho del trabajo", en Cuestionessocie-
tariar y fia'eicamiso en el derecho del trabajo, p. 445.
488 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núijez
-
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to contractual, lo que torna aplicable io dispuesto en el art. 15 de la Ley Orgánica


de Mutuales 20.321 "2zo.
En sentido contrario se expidió la Sala fX, al sostener que: "No corresponde ex-
tender la responsabilidad en forma solidaria a dos miembros de una mutual con
fundamento en la iey 19.550, puesdicho plexo normativo no resulta apiicable a la
actividad demutuales, las quese encuentran regidas por la Icy20.321. Porotra par-
te, el art. i5 de la ley 20.321 no impune responsabilidadalguna de los integrarites
de la mutual respedo de terceros, sino que tan sólo los responsabilina frente a ella,
por lo que no existiendo una directiva similar a ia de la ley 19.550, que eventual-
mente permita interpretar que ampara a los terceros por el accionar de sus inte-
grantes, no cabe condenar solidariamentea $05 rniembro~codemandados"~~.
En l o que respecta a las mutuales, Maddaloni sostiene que el art. 15 de la ley
20.321, al referirse a ios Órganosdirectivosy de fiscalización, lo5 responsabilizasoli-
dariamente "de la gestión administrativa desu mandato y ejercicio de sus funcio-
nes''. Así, deja en claro que sus directivos son mandatarios (art. 13, iey 20.321). Por
tanto, les cabe responsabilidad frente a terceros por los daños que causen, salvo
que en forma fehaciente se opongan al acto que perjudique los interesesde la aso-
ciacibn (art, 15)222,
Finalmente, Maddaloni considera que los mismos fundamentos resultan apli-
cables para condenar a losconsejerosde la ~ocperativa'~~.
Cabeseñalar, que la ley

220 CCNAT,Safa ii, 6/4\05, "Arnbrosini, SusanaM.c.AsociaciÓnMutualdeObrerosy Empleados


Municipalesy otros", en Manualdejurisprudencia, JulioCrisolia(dir.}, p. 151.
22' Del voto de la doctora Pasini por la mayoría en CNAT Sala IX, 15/3/07, "Antufia, Claudia
Aiejandra c. Mutual Medicos Municipaies La Mutual y otros slDespidon.En cambio, por !a minoría,
el doctor Bailestrini resolvi~que:"Dadoquela mutuaf demandadamantuvoelvínculacontractual
dei actor parcialmenteclandestino, no registrando la remuneración real ante ioc organismos de-
pendientes, lo que implica no haber efectuado los aportes a l sistema de seguridad sociai en debi-
da forma y no haber cumplido con las cargas impositivas relativas a ese contrato, situación que no
s61o beneficio a la demandada sino también al presidente, directores y miembros de los órganos
directivos, resulta plenamenteaplicable ef art. 15 de fa ley 20.321 y as! corresponde responsabiti-
zar solidariamenteaf directivo y al presidentecodemandados" (Boletín Mensual de Jurispn~den-
cia de la CNAT, nV67,Oficina delurisprudencia, mar. 2007).
12* Maddaloni, ¿Son responsables solidaria e iiimitadarnente -por incumplimientos labo"
rales- los directivos de personasjurídicas que no revisten el caracter de sociedades comerciales
(asociaciones civiles, fundaciones, mutuales y cooperativas)?, en "Revista de Derecho Laboral y
Seguridad Social", no f 6 , ago. 2009, p. 1419 y siguientes.
223 Maddaloni, ¿Son responsables solidaria e ilimitadamente -por incumplimientos labo-
rales- (os directivos de personas jurídicas que no revisten el carácrer de sociedades cornerciaíes
(asociaciones civiies, fundaciones, mutuales y cooperativasj?,en "Revista de Derecho Laboral y
Seguridad Social", no 16, ago. 2009,p. 1419 y siguientes.
~espansabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 489
--u.- -m
-- - - -

20.337 que regula a lascooperativasde trabajo, tampocofuederogadoporel nue-


vo Código.
En este sentido se ha indicado que: "Acreditado el vinculo laborai fraudulento,
corresponde condenar solidariamente a los integrantes de! Consejo de Adminis-
tración de ia cooperativa, por las obligaciones Iaboralesde ésta, toda vez que con-
forme el art. 74de ta Ley de Cooperativas sólo puedenser eximidos de responsabi-
lidad por vioiaci6n a la ley, et estatuto o el reglamento, mediante la prueba de no
haber participado en la reunión que adoptó la resolución impugnada o la cons-
tancia en acta de su voto en contra"224.
También se resolvió que: "El presidente de la cooperativa de trabajo accionada
debe respondersolidariamente juntocon el empleador por lasindemnizacionesde-
bidas al accionante que se consideró despedido, si se acreditó la realización de una
maniobra fraudulenta para encubrir la existencia de un contratode trabajo entre el
actory la Cooperativa y la actuacibn de aquél como presidente de la entidad"225.
De todas formas, demás está decir que el art. 160 del CCCN, también le es apli-
cable a los administradores de mutualesy cooperativas, por lo que también corres-
ponderá la recponsabiiidaden caso de verificarse Ios presupuestosprevistos por la
norma.
Finalmente, cabe destacar que se ha dispuesto la responsabilidadsolidaria a un
directivodeuna obrasocial, al sostenerseque: "El pirr,2Odel art. 13 de la ley23.660,
que rige a las obras (;ociales, preve en relación a los cuerpos de conducción de di-
chas entidades que: "serán personal y solidariamente responsables por los actosy
hechos ilicitos en que pudieren incurrir con motivoy en ocasien del ejercicio de las
funciones de conduccióny administración de dichas entidades". Si, en el caso, se
encubrió la verdadera relación labora! mediante un contrato de locación de servi-
cios, con la intervención directa y personal del presidente de la obra social, con el
objeto de evadir la debida regirtración del víncuio y de tal manera las cargasfisca-
les y previsionaies correspondientes, debe responsabilizarse a dicho directivo en
forma personaly solidaria. iodo ello con prescindencia de la eventual solvencia de
los empleadoresuD6.

2m CNAT, Sala X, 1 1/9/08, "Marczewski, HernanJ.c. Cooperativa de Trabajo El Gran Epicureo


Ltda. y otros", en "Revista de Derecho Laboral y Seguridad Social", n024, dic. 2008, p. 2220.
225 CNAT, Sala V,24/2/15, "Albitrati, Diego Matías c. Cooperativa de Trabajo Fenix Salud
Ltda. y otro s/0espido1',DT, año LXXV no7, jul. 201 5, p. 1406.
22"CNAT, Sala IX, 30J9109, "Pedace, Carmelo c. Obra Social del Rrsonal de la Industria del
Hielo y otros s/Despido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no294, Oficina de Juris-
prudencia, sep. 2009.
Capitulo IX
Traiasfenriciet del contrato de trabajo
----C-P=n

A -- Novación subjetiva del contrato de trabajo

5 50. Introducción
El conZratodetrabajosecaracteriza por suvocacióndecontinuidadl . Es que, en
principio, las relaciones que se anudan entre las partes no están direccionadas a
terminar con el cumplimiento de una prestación,sino que tienden a proyectarseen
el tiempo. De ahí que \a relación laboral no sea de ejecución única o instantánea,
sino de ejecución continuada, periódica o detracto sucesivo. Pero además, la mis-
ma es, como principio general, de duración indefinida o indeterminada, en la me-
dida que no se estabiece el tiempo de extinción o de terminación do ia misma.
Debemos recordar que el Derecho del trabajo, como rama autónoma escindida
del Derecho común, cuenta con medios técnicos y jurídicos, asi como también con
priricipios propios que lo diferencian de éste, entre los que se encuentra el princi-
pio de continuidad. Según este principio, en caso de duda entre la continuaci6n o
nodel contrato de trabajo, o respectodesu duración, se debe resolvera favor dela

Utiiitamos i a expresión contrato de trabajo, pues aunque receptamos la diferenciación


efectuada por Justo López respecto a la ambigüedad de la palabracontrato, consideramos quesi
bien es cierto que ei acto negocia1es intantineo, el mismo, cuando no se agota en una sola pres-
tacion, proyecta sus efectos hacia el futuro, justo López, por su parte, indica que i a palabracon-
trato es ambigua porquese la usa: 1) para designar el negocio (acto decontratar o contraer); 2)
para designar las normas de autonomía privada (cláusulas) puestas por las parles mediante el
negocio jurídico contractual, y 3) la relacibn juridica (relación obligatoria o compiejo de posicio-
nes juríciias favorables y desfavorables) constituiday regulada por esas normas. Y agrega que
acto negocia1 es siempre instantáneo-aunquela negocación previa nofo hayasida-, puesexis-
t e en el momento mismoen que seda el acuerdo de partessaivo, talvez, en algunoscasocdeexpre-
sión tacita de la voiuntad (vease Ltipez- Centeno - Fernández Madrid, Leyde Contrato de Traba-
jo comentada, t. 11, ps. 849 y 850).
492 Ricardo D.Hierrezuela - Pedro E Núñet
--"

existencia de un contrato por tiempo indeterminado. Grisolia señala que este prin-
cipio apunta al mantenimientode la fuente de trabajo, puesto que el contrato de
trabajo tiene vocación de permanencia, lo cual otorga seguridad y tranquilidad al
trabajador desde el punto de vista economico y psicoiógico, ya que /a ocupación
fija le asegura ingresos para su subsistencia y lo aleja de ia frustración que provoca
el desempleo, y se vincuia con el concepto de estabifidad, es decir, la expectativa de
conservar su empleo mientras cumpla adecuadamente con las obligaciones con-
tractuales.
Esto beneficiatarnbien a lasempresarios, ya que la excesiva rotacionde empleo
produce un alto costo económico (tarea de reclutamiento y aprendizajede las nue-
vos-trabajadores)y la continuidadse manifiesta en mayor experiencia y se colicre-
ta en los plus (premios) por antigüedad, que es un reconocimiento al trabajador
por los servicios prestados a la empresa a lo largo del tiempo2.
El principio de conservación se encuentra tipificado en el ara. 10 de la LCTque
dispone que: "En caso de duda, las situaciones deben resolverse a favorde la con-
tinuidadosubsistencia del contrato", y su consecuencia más importante ia encon-
tramos en los arts. 90 de fa L C T y 27 de la LNE,el primero de los cuales consagra y el
segundo ratifica ef principia de indeterminación del contuat~,para luego exigir
específicos requerimientos para autorizar la contratación bajo algunas de las mo-
dalidades reguladas (plazo fijo, eventual), que se caracterizan por su determina-
ción (expreso y por escrito, y condicionado a que las modalidadesde las tareas ode
la actividad, razonablemente apreciadas, así lo justifiquen).
Es que no debe olvidarse que el Derecho del trabajo es la base de ia garantía de
estabilidad en las relaciones laborales, nacido como respuesta a una cuestión so-
cial, y que una norma que prive en forma global a toda eventual parte de un con-
trato de naturaleza laboral de pactar iibremente sobre la duración de! contrato,
coloca a los actores sociales en territorio peligroso dado que, como indicara Deve-
ali: "la necesidad del consentimientoes la mejor garantía de la libertad individual,
cuya existencia y tuteta constituyen respectivamente la condicirjn y el objeto del
derecho. El prescindir de la voluntad de una parte hace posible que mañana se
prescindade la otra oexclusivamente de éste (...)e!términoseestipulain.tuifupeer-
sonae, en consideración de la situación especial de cierto tipo de trabajadores res-
pecto de cierto tipo de empresas" y "la estabilidad constituye pues, una forma de
amparo general, del cual brotan a su vez derechos individuales. La estabilidadtie-
ne por función la consecución Por parte de los trabajadores de cierta seguridad en
el empleo" 3.

Grisolia, Derecho del trabajo y de la seguridad rocidi, ps. 69 y 75.


Deveali, citado por Hierrezuelo - Ahuad, Periodo de prueba. Constitutionalidad y marco
regulatorio, en "Doctrina laboral", no 181, sep. 2000, p. 749 y siguientes.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 493

Además de la consecuencia señalada anteriormente, Ias derivaciones de este


principio las encontramos a lo largo de todo el articulado de la Ley de Contrato de
Trabajo (arts. 43, 58, 91 al 100, 241, 245, etcétera). Finatrnente, la rnanifestacion
que nos interesa, porser materia de este capítulo, es la posibilidad de continuación
del contrata de trabajo pese a la modificación del crnpieador o, dicho de otra ma-
nera, la pos¡bilidad de novaciones subjetivas, subrogándose un nuevo empresario
corno parte del contrato en el lugar y derechos del anterior, sin soluci6n de conti-
nuidad en las prestacionesysin pérdida de la identidad contractual4.
Al ser el contrato de trabajo dinámico por naturaleza y, por ende, perrneable a
losdiversoscambios que se puedan producir en su seno, es posible que una de esas
modificacionesconsista justamente en la persona del empleador, sea ésta una per-
sona física o jurídica, lo que determina necesariamenteuna transferencia de tituta-
ridad de la posicion jurídica que poseía como consecuencia del contrato laboral.
Teniendo en cuenta las caracteristicas propias de la relaciónentablada, esto se tor-
na posible atento la disímil importancia que nuestra disciplina le asigna a la figura
del trabajador y del ernpleador, con relación al carácter de lar prestacionesque se
encuentran a cargo de cada uno de ellos. Asi, la prestación personal es condición
necesaria para Ia configuración del contrato de trabajo. El trabajador debe prestar
servicios personalmente,sin que su trabajo pueda ser suplantado por otro, aunque
ocasionalmente re permita en algunos estatutos especiales que el mismosea com-
plementadoo que participen los rniembrosde su familia (por ejemplo, encargados
de casa de renta ytrabajo a domicilio). El art. 4'er;tablece que el contratodetraba-
jo tiene como principal objeto la actividad productivay creadora del hombre en si,
y el art. 37 es definitorio al sostener que el contrato de trabajo tendrá por objeto la
prestación de una actividad personal e infungible. Es decir, e! trabajo constituye
una obligación personalísima e indelegable, por lo que no puedeser realizado por
otra persona, es decir, es intiutu personae. En idéntico sentido, Fernández Madrid
señala que el trabajo que es objeto del contrato de trabajo constituye un hacer in-
fungibte, porque atiende exclusivamente a la tarea y a !as condiciones personales
del contratado, por lo que el contrato es personalisirno respecto del trabajador5.
El carácter infungible de la prestación tiene sentido no tanto por el hecho de
que no puede ser realizada por otro -si puede serlo en algunos casos, especial-
mente en labores rutinarias o que pueden ser realizadas por una máquina-, sino
por el carácter de persona de quien lo presta, que en su realización compromete su
responsabilidad, su propia vida; que ella sí es diferente de ia de cualquier otro tra-
bajador, por to cuai su acci6n da a la labor realizada un tinte particular. Este pro-
viene no sólo de su habilidad técnica sino también del sentido de fidelidad, cum-

"lonco Olea - Casas Baamonde, Derecho deitrabajo. p. 391.


Fernandez Madrid, TratadoprGcticodederecho de/trabajo,t. 1, p. 632.
494 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Michez
---+-- -U
, -, --, --
plirniento del débito, etcbtera, elementos todos ellos que dependen de su perso-
na. Por lo tanto, no puede considerarse esa actividad equivalente, cambiable, sus-
tituible con la que realice otra persona6.
En cambio, la prestación del ernpleador no consiste en un hacer infungible, y
aun cuandosus obligaciones no se [imitan al pago de la remuneración, el resto d e
!OSdeberes (aun 40s de conducta), pueden ser perfectamente reemplazables. De
ahi que la figura del empteador nosea condición necesaria para la continuación de
ia explotación (salvo supuestas de excepción en las cuales la persona del empiea-
dor sea indispensable para la continuación d e la actividad, por ejemplo, cuando
desarrolla personalmente una profesión particular-médico, abogado, contador,
eicbtera-). Krotoschin, luego de expresar que un cambio en la persona dei trabaja-
dor supone, regularmente,la disolucióndel contratoanterior y la conciusion de uno
nuevo, afirma que la persona del empleador (patrono) es, por lo general, de mucho
menor importancia en el contrato de trabajo que ia del trabajador y es mas facif
que el ernpIeador sea sustituido por otro, sin que ello influya en la existencia y el
contenido del contrato7.
l a inmunidad de la empresa ante tos cambios subjetivos de las que personas
agrupa debe ser carácter que en principio se predique de ella para su consistencia
y continuidad como unidad productivay como anclaje del sistema de relacionesde
trabajo. El cambio de un trabajador destruye, es cierto, su contratode trabajo; si se
predicara lo mismo del cambio de empresario serían todos los contratasen bloque
los que se destruirían, por lo que es comprensibleen este supuesto la opción por la
persistencia de los contratos; aparte de que, si tal no fuera la solución, se estaría
concediendo al empresario, en las transmisiones voluntarias inter vivos, un poder
resolutorio unilateral de los contratos, sin mas que aceptar lo que habría ocurrido
ope legis por la transrnisi6n8.
Tampocose puede desconocer que la realidadnos demuestra que la persona del
ernpieador es, en la generalidad de los casos, intrascendente. Huelga decir que ca-
da vez con más intensidad se avizora el fenómeno de la despersonalización del
empleador, a punto tal q u e en la mayoría de lossupuestosel trabajador, aun cuan-
do conozca (por estar consignado en los recibos si tiene fa suerte de estar debida-
mente registrado) el nombre de la persona jurídica, desconoce la integración so-
cietaria, o incluso, la conformacióndel aparato gerencial, y únicamente se identi-
fica con el supervisor o el capataz (representantedelempleador en lostPrminosde1
art. 36 de la LCI), que es el que les da las órdenes concretas, y quien, en definitiva,
dirige el trabajo bajo 5u óptica.

V2zquezVialard (dir.), Tratadode derecho deltrabajo, t. 5, ps.4 y 5.


c o derecha del trabajo, t. 1, ps. 447 y 448.
Krotoschin, l r a t a d o p r ~ c ~ de
Afonso Olea - Casas Baamande, Derecho de/ trabajo, p. 392.
Responsabilidadsolidaria en el contrata de trabajo 495

Por esa razón, en los hechos, tienen mucho mas relevancia desde el puntodevis-
tade la relación humana que vincula al trabajadorconsussuperioresjerárquicos,las
personas que cumplen funciones en los distintos nivelec jerárquicos dentro de la
organización empresaria y en virtud de ello tienen contacto personal con él, trans-
mitiéndole las instrucciones a través de las cuales se concreta la facultad de direc-
ción, que la de aquellos que ocupan la cúpula de la organizacibn, a los que normal-
mente los trabajadores n! siquiera conoceng.
Por otra parte, los vertiginosos cambios producidos en las relaciones interem-
presarias lleva a que los grandes holdings realicen habitualmente innumerables
transacciones, entre las que se encuentran la compra y venta de compañías, que
trae aparejado un cambio en la titularidad de la empresa, sin que el trabajador
conozca por lo general, no ya la sociedad transnacional de la que forma parte sino
siquiera la operación comercial concertada. El cambio de titularidad de la empre-
sa, que nunca pudo ser concebido en la concepción romana que unía a la persona
de! acreedor y del deudor, es hoy una práctica habitual que debeser atendida y re-
gulada por el Derecho en general (especiaImenteel comercial) y en particular por
el Derecho del trabajo, para desalentar cualquier tipo de maniobra por la cual re
intente, a travks de estas operaciones, eximirse de responcabiiidad por las obliga-
ciones que la contratación de personal genera,

5 54. Antecedentes nacionalese internacionalesde la norma

a) Disposiciones anterioresa la Ley


de Contratode Trabajo

Hasta la sanción de la ley 11.729 no existia en nuestro país disposición alguna


que regulara este instituto. En 1934 se dicto la ley 11.729 que introdujo modifica-
ciones al Código de Comercio (concretamente los arts. 154 a 160), receptando por
primera ves el hecho de la transferencia del fondo de comercio y sus consecuencias
jurídicas en el dmbitr, laboral.
Estaba reglado por el inc. 4"del art. 157 del CCorn., que expresamentedisponía:
"Cuando se produzca la cesión a cambio de firma, o cuando !a precedente no haya
dado el aviso previo en las plazos ya enunciados y en los casos de suspensión de
tareas o rebaja injustificada de las retribuciones, pasaran a la nueva firma las obli-
gaciones que establecen este artículo y los dos anteriores".
De los términos del artículo bajo análisis se desprendía que la nueva firma era
considerada sucesora de la anterior en todas las obligaciones a cargo de esta en lo

VázquezVialard (dir.), Tratado de derecho deltrabajo, t. 5, p. 13.


496
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Ricardo D.Wierrezuelo Pedro E MúRez

referente a los contratos de trabajo en curso de ejecución, derivadas de la aplica-


ción de la ley 11.729, así como tambien que la transformaciónen forma jurídica ari-
ginaria de la empresa o ei cambio de firma no podíanser invocadoscomojusta cau-
sa de rescisi6ndel vinculo contractuai. El cambio de firma o transferencia de la em-
presa, en cuanto tal, no justificaba la resoluci6n del contrato, no obstante lo cual
-por no existir norma que lo impidiera- el trabajador podia invocarjusta causa
de dimisión cuando, en virtud del cambio, se hubiese trasformado fundamental-
mente-~ sin su consentimiento- la relacirjn de trabajo, al igual que en cualquier
otra hipótesis de alteración unilateral de él.
El trabajador no se hallaba obligado a observar ei tramite de la ley 11.687, Por
otro lado, en el concepto de cesiún o cambio de firma incluido en el regimen de
tutela, se consideraban comprendidos todos los casos en que una empresa o esta-
blecimiento era cedido o traspasado de una firma a otra, ya sea por transferencia,
fusiOn o cualquier otro mecanismo. Asimismo, las normas prutectorias del contra-
toen materia de transferencia de la empresa cubríantarnbién lossupulistosdedes-
composición física de aqu6ila10.
Empero, VázquezVialarcf, citandoa Krotoschin, señala que el ámbito de lamen-
cionada norma era m& reducido que el de la actual, ya que se limitaban los casos
de cesión de las obligaciones a las transferencias de empresas comerciales, por lo
cual quedaban excluidas las relaciones laborales integradas dentro de una organi-
zación que no tuviera ese carácter. Ello era una consecuenciade haber establecido
normas que regulaban la relación contractual de trabajo vinculada excIusivamen-
t e con la explotación de un c o r n e r ~ i o ~ ~ .
El antecedente del art. 157, inc. 4" del CCom. era ei art. 11 del Real Decreta ita-
liano 1825/1924 del 13 de noviembre, del cual se tamo aun el error de sustituir la
conjunción "y" por la disyuntiva "o", e importaba dos efectos: la obiigacibn del tra-
bajador contratado por ¡a firma cedente de continuartrabajandocon la firma cesio-
naria; y la obligacióndeesta última, encuanto a los.trabajadoresqueriofuerondes-
pedidas por la cedente, de reconocerles ia antighedad correspondiente a los servi-
cios prestados a esta dtirna12.
En efecto, ei art. 11 de la ley del 13 de noviembre de 1924 sobre empleo privado
establecía: "En caso de cesión o de transformación de cualquier naturaleza de fa fir-
ma,cuando no re prapusiera contratar al empleado con todos los derechos y obiiga-
ciones que le corresponden por losservicios prestados, deberá cumplir las obiigacio-
nes que incumbieren a fa firma anterior, como si mediare despido". Y, a su vez, ia
declaración XVlil de la Caria del Lavoro italiana disponía: "En lasempresas cuyo tra-

to Vease Martorell, l a transferencia de la empresa:problernática iaborai, p. 75 y siguientes.


" Vazquer Vialard (dir.), Tratado de derecho del trabajo, t. 5, p. 19.
12 ~eveali,Lineamientosde derecho deitrabajo, p. 245 y siguientes.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
-
F
A
' --,"- --

bajo es continuo, la cesión del establecimientono resuelve el c


persona! de la empresa conserva sus derechos re
No obstante ello, la normativa nacional superaba a su
tanto y en cuanto mientras que para esta ultim
mado permanentemente por la casación, la firma primitiv
subsidiariamente por las obligaciones laborales(lo q
demandar al cedente únicamente en la medida en
ción del cesionario), nuestro régimen perrnitia reclamar en
quiera de ellos o a ambos.
Por otro lado, para la ley italiana sólo se transferi
dad patrimonial porel preavisoy la indemnizacióndecesantia,
co de la ley 11,729,el tema, aun cuando na resultab
día beneficios mayores. La discusión se centraba en que paraalgu
las obligaciones en la persona dei cesionario no se
contrato de trabajo sino 5 8 0 a tas fijadas en los arts. 1
cio miiitar, vacaciones y preaviso, indemnización de ce
para otros, si bien la transrnisian de las restantes obligacionese
lo laboral no surgían expresamente de la ley (habe
debían e! mismo régimen, pordesprenderseeliod
instituto: osea, de su función de garantia para Io
En idéntico sentido se expedía la ley francesa
zaba jurídicamente al mantener !a vigencia de I
los casos tradicionales de sucesión y venta sino también en los de tran
fusión de la sociedad ernpleadora},~el art. 23 d
"En caso de transferencia a cualquier título del
o adquirente todas las obligaciones emergent
transrnitente tuviera con el trabajador al tiempade la transferencia aun
gínen con motivo de ia misma".
Otras legislaciones disponían directamen
taba ioscontratosdetrabajo,es decir,que éstos
ejemplo, Brasil, arr. 448, Ley deTrabajo brasileña.También el art. 35dela Ley Fe
raf del Trabajo de México preveía la sustitución del nuevo patrono en todos
derechos y obligaciones del patrono anterior, a
ses de responsabilidades:la del nuevo patrono que asurnia solidariamente las del
empleador originario, sin limitación de ninguna especie, y la del anterior, cuyas
obiigacionessobreel punto cesaban a losseis meses de haberse producido la susti-
tucibn. Disponiancriteriossimilares el art. 79 de la ley española de contrato de tra-
bajo y el art. 10 de la iey portuguesa. Finaimente, el precepto contenido en la ley

'3 Véase Martoreil, La transferencia de la empresa:probiemitica laboral, p. 75 y siguientes.


498 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro F; Núñez
._ll_-,___--_l_,--- -,-,-_1- -L1_

mexicana fue reproducidoporatras legislacioneslatinoamericanas, entre ellas 30-


livia, Colombia, Costa Rica, Guatemaja, Panamá y Venezuela.
Como antecedente general en nuestro país, también puede citarse el del art. 30
del decr.-ley f 740/45, que extendi6 el régimen de vacaciones a todo e! personal que
trabajara bajo la dependencia de un empleador, al disponer que a los efectos delos
periodos de descanso, la antigüedad en cl contrato de trabajo no iba a ser rnoclifi-
cada por la sustitución del ernpleador.
El principio del art. 157 fue adoptado por algunos estatutos profesionales dic-
tados con posterioridaden nuestro país, como el art. 56del Estatuto dei Periodista
Pro$esional(ley 22.908)segun el cual fas cesiones, cambios de firma, transforma-
ción de empresa, de organización o de formas en la publicación, no perjudicarán
en ningún caso la antigüedad; y el art. 6" del Estatuto de los Encargados ue Casas
de Renta (ley 12.981) por el cuaf, en caso de venta del edificio, quedarán a carga del
comprador las obligaciones del titular.

bf La ley de Contrato de Trabajo


En 1974, se sancionó la ley 20.744 que regulo de~alladamenteel instituto, am-
plió su ámbito de aplicación, aunque no introdujo sustanciales modificaciones,
sino que por el contrario, se limito a receptor normativamente la que hasta ese
momentose había interpretadotanto en doctrina como en jurisprudencia,
Dos años después, la ley 21.237 mantuvo en términos generales la normativa
anterior, efectuando soto una reforma menor en el art. 226 de la misma.
Lo que sí sorprende es que en la Exposición de Motivos formulada por el Poder
Ejecutivo que acompañó ei proyectode ley remitido a1 Congreso, se asimilara este
instituto a las obligaciones propter rem, cuando existen evidentes diferencias en-
tre arnbos14.
Como bien apunta Llambías, lo característico de las obligacionespropter rem
reside en que se constituyen e n funcibn de cierta relacióndeseñorío que tiene una
persona indeterminada sobre una cosa determinada.Y agrega que setrata deobli-
gaciones concernientes a una cosa que n o gravan a una o m i s personas deterrni-
nadas, sinoindeterminadamentealposeedor de una cosa determinada. Deahíque

l4 En la ExpasiciOn de Motivos se lee que el Poder Ejecutivo: "se orienta por.la aceptación de
las obligaciones propter rem, por mis que la caracterización como tal en los supuestos contem-
pladosse vealterada por la soiidaridadqueseasigna al transmitenre, mientrasquepareceserpro-
pio de aquéllas fa liberación de quien con la cosa transmite ia obligacilin. Ello sólo responde a una
razón de política legislativa y como técnica de asegurarnientode los derechos del trabajador a fa-
vor de quien se dirige la tutela. Sin desconocer la divisian que existe respecto de la existencia de
tales obligaciones reales en la doctrjna del Derecho civil, en lo que es propio del Derecho del tra-
bajo, se reconocen antecedentes ...".
P" -
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo
--"--~-."-.
499

la obligación viaje, tanto activa como pasivamente con la coca con la cual accede, la
quese explica muy ficilrnente parque siendo una obtigacibn que comprende al que
ha transmitido una cosa, respecto a la misma cosa, pasa al sucesor universal y al
sucesor particular. Por lodemás, el cr&ditopropterrern,debeser consideradocorno
un accesorio al objeto adquirido que pasa con éste del autor de la transmisión a su
sucesor 15.
De ellose infiereque la noción de obligaciónpropterrem nosecorrespondacon
la solidaridad del cedente, es decir, que e! transmitente o antiguo titular de la
empresa permanezcacomo deudor soiidario.Además, no parece posible hablar de
señorío respecto de Ia empresa o establecimiento laboral -otorgándole al térmi-
no el sentido de un derecho reai de propiedad o posesión- porque la empresa
laboral supone, como elemento sine qua non, la existencia de las personas y de su
actividad, y las personas no son susceptibles de dominio, posesión, ni de ningún
otro derecho reaiI6.
En realidad, lo que pretendióel legislador al efectuar tal comparación fue dejar
bien sentado que la transmisión del establecimientotraería aparejada, necesaria-
mente, la transmisión de las obligaciones que el cedente tenía con susirabajadores.
El propio Centeno, mentor de la Ley de Contrato de Trabajo, reconoció que: "La
relación empleador trabajador configura una típica relación personal, pero la ley
ha querido crear además una vinculaciDn entre esa relación y el establecimiento
(cosa); de ahi ta adopción sóto parcial e imperfecta, como hemos dicho, de las obli-
gaciones reales, puesto que de éstas faltan elementos tan esenciales como la reia-
ción real, en la que el sujeto de !a obligacibn debe encontrarse con la cosa, y su ex-
tjncibn con la cesación de la relación respecto de la cosa; mientrasque por !a ley ella
subsiste al asignarse solidaridad al transrnitente, para stitoseñalar alguna"; y agre-
gó "de la obligación real se tiene que la relaci0n contractual se desplaza con Ia co-
sa (el estabIecimiento)"17.
Justo Fópez, con la claridad conceptual que !o caracteriza, señala que hubiera
sido mucho mas sencillo explicar el mecanismo arbitrado por el legislador de 1974,
diciendo que se trata de una sucesiónen iasobiigaciones,con el aditamentode una
garantía de solidaridad del deudor anterior, cuya telesis se hallaría en la vocación
de quien concibió el texto kgal de prevenir toda forma de fraude en perjuicio del
trabajador, corno consecuencia de una derivaci6n mas de la aplicación al caso de
que se trata del principio p~otectorio'~.

'S Llambias, Tratado de derecho civil. Obligaciones,t. 1, p. 7 T .


j6 Martarell, ¿a transferencia de la empresa: problemática /ahora/, ps. 135 a 138.
IZ Centeno, La franskrencia delcontrato de trabajo en la LCT, L7; XXVI-771.
:8 Vease López, J., Hacia una teoría generalde las obligaciones laborales,LT,XXXII-0-1184.
500 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núñez
~--. ' -- --------
5 52. Novación subjetiva del contrato de trabajo
a) Generalidades
La novación del contrato de trabajo, según faclásica divisibn efectuadaen dac-
trina, puede ser objetiva o subjetiva.
Es objetiva cuando las modificaciones introducidas afectan las condiciones de
trabajo pactadasal momento de Ia celebraci~ndel contrato, produciendo mutacio-
nes en tas prestaciones debidas por las partes {remuneración,categoria, jornada,
etcétera). Ya sea dentro de un marco de estructurasde mando verticales u horizofi-
tales, lo cierto es que la empresa capitaiisra, como toda organización, necesita una
conducción y reglas para que la acción sea dirigida en pos de la finalidad comiin de
producir bienes o servicios y por que no, lucro, cuya implementación nuestro orde-
namiento jjuridico confiere, al menos en lo que se refiere a empresas privadas, a su
"dueño", de&rminadooindeterminado, aquiense le reconoce la capacidaddediri-
girla y organizarla, y dentro de tafesfacultades, aplicar restricciones disciplinariasa
sus empleados e introducir todos aqueilos cambios necesarios para impedir que la
empresa pierda comperitividad y continúe siendo econ~micamenterentabie.
Desde esta perspectiva, el ius variandi, pues asi se llama a tal facultad, se pre-
senta como una consecuencia lógica de aquel poder de direccibn y organización
con que cuenta el empleadar a efectos de adecuar la accion de la empresa a las exi-
gencias del mercado y se justifica por el carácter dinámico de ia comunidad labo-
ral. Puede decirse, en t a l sentido, que la legislación laboral, a pesar de haber sido
desarrollada en Eiempoc de menor movilidad social, consideró desde un principio
la posibilidad que el ernpleador debiera introducir modificaciones en ias rnodali-
dades de Ia prestación de los servicios de sus.trabajadores, a efectos de adecuarlas
a las exigencias y necesidadesdel mercadolg.La posibilidady tos Iímitesde la facul-
tad que tiene eI empfeador de modificar los términos dei contrato, materiatizados
en condiciones de trabajo menos favorables para el dependiente, han sido, desde
larga data, motivo de arduos debates en la doctrina y en la jurisprudencia, y ad-
quieren nueva actualidad en el contexto socioIaboraf actua120.
En cambio, hablamosde novación subjetiva cuando lo que se modificaes la per-
sona del ernpleador. Se configura en todos aquellos supuestos en que en forma
transitoria o definitiva rurge un nuevo receptor y director del trabajo, se trate de
un particular o del Estado.

j9
Para mCisdetaliev&asePerugini - Hierrezuelo, Elp~ncipiodeitrenunciabBdadyeiejercicio
abusivo delius variandi, en "Doctrina Laboral Errepar", t. XV, no191, jul. 2001, p. 584 y siguientes,
Véase Tosca, Diego M., Disminuciónde derechos de/ trarabajadorconvenidorporsobre los
mínimos inderogables. Estado #e situación y propuesta de cambio, ponencia presentada en las
"XXV Jornadas de Derecho Laboral ", Mar del Plata, nov. 1999.
Responsabilidadso/idariaen elcantrato de trabajo 501
- -- ------ --."

Se encuentra reguladoen el TítufoXI de la Ley de Contrato deTrabajo (arts. 225


a 230) bajo el epígrafe "De la transferencia del contrato de trabajo" y contempla
dos casos bien diferenciados:
1. La transferencia del establecimientoo actividad (arts. 225 y 228), en la que
cambia la persona física o jurídica del empleador (con prescindencia de su
carácter civil o comercial) y no se requiere conformidad del personal trans-
ferido (aunque puede objetare! cambio si resulta lesivo para sus derechos).
2. La cesión del trabajador sin transferencia del establecimiento(arr. 2291, en
la cual la modificación afecta al trabajador individualmente, resultando
condi80n esencial su conformidad.

En lo que respecta ai primero de los supuestos, cabe señalar que la transferen-


cia del establecimiento o actividad (colectiva] puede manifestarse de dos formas:
a) Como cesión del estabiecimjenEo o cesión de la titularidad det dominio.
Puede ser definitiva0 transitoria: enel supuesto del art. 227 de la lCTsedan
dos transferencias sucesivas (del titular al arrendatario, y vencido el plazo
del contrato, de éste a aqu4l); en ei casa del art. 228, párr. 3" "...comoarren-
datario como usufructuario o como tenedor a fítulo precario o por cual-
quier otro modof', venta, cesión, donacibn, etcétera.
bj Como transferencia de la actividad a la que estuviere afectado e! grupo,
cesión del contrato de iocación de obra, explotaciáil, concesión u otro an4-
logo, en forma definitiva o transitoria (art. 228, párr. 5"). En la práctica, esto
produce no solo la transferencia de las personas que integran el grupo sino
tarnbien la de! servicio o plan de trabajo (por ejemplo, se da en la explota-
ción minera y en losservicjos pírbli~oc)~~.

En cambio, en la cesión del personal, e! cambio de empteador no se produce por


el traspaso del establecimiento, sección, actividad (cesion de locación de obra, ex-
plotación, concesión) sino que es el propio trabajador -con su expresa conformi-
dad-el que es destinado en forma definitiva o transitoria a otra empresa. Lasitua-
ción es frecuente en la práctica profesional del fiitbot (y otros deportes), a tal pun-
to que ella esta prevista expresamente en el estatuto respectivo (arts. 14 y 15, ley
20.160). No lo es, en cambio, en otras actividades. Para que se admita su transfe-
rencia, el trabajador tiene que dar par escritosuconformidad expresa. De no cum-
plirse con este requisito(doble), no hay transferencia. Encaso de producirse, no hay
otro contrato laboral: continúa el mismo con cambio de la persona del empleador.

23 Grisolia, Derecho del trabajo y de ¡a seguirdadsocia/,p. 198.


502 Ricardo D. Hierrezueko - Pedro E Ni;rñez
--,- --. -" --
El anterior respondecoiidariamenteportodas ias obligaciones resultantesde la re-
lación de trabajo cedida (art. 229)22.

Desdeque Devealiutilizó por primera vez la expresión novación, la mismafuere-


ceptada en forma casi uniforme por fa doctrina nacional, aunque también fuema-
teria de crítica, pues se la comparó con una de las formas de extinción de las obiiga-
ciones dispuestas en el Código Civil, que [o Único que tienen en común es el nombre,
El propio Deveali reconoció haber utilizado el termino del art. 803 del CC; iey
340, que regula la novación extintiva, pero aclar6 que !as normas legalesde ampa-
ro a los trabajadores no tomarian en cuenta ese efecto extintivo sino que se fijan
en la relaciónde trabajo, o sea, en la circunstancia de hecho de la continuación de
losservicios, con referencia a la cual se determinarfa la antigüedadque condiciona
la amplitud e incluso, a veces, la existencia de los beneficios.
Para nuestro Código, la novación es la extinción de una obfigación por la crea-
~a
ci6n de otra nueva, destinada a desplazarla (conf.art. 933, CCCN). novacion sub-
jetiva, es decir, la defegacibnpor la cual un deudor da a otro que se obliga hacia el
acreedor, s6to se produce cuando este expresamente manifiesta su voluntad de
eximir al deudor origina!. En cambio, en nuestra disciplina, la manifestación expre-
sa de voluntad del trabajador sólo se exige cuando se produce la cesión del perso-
nal, pero no cuando la novaciónse produce por transferencia del establecimiento,
y en ninguno de los dos casos, el cedente queda desabligado por las deudas con-
traídas con anterioridad a la transferencia, o a l momento de la misma.
Además de Deveali, utilizan esta expresión en nuestro país, entre otros, Vaz-
quez Viatard y Cirisolia,yen la doctrina española Baybn Chacón, Perez Botija, Aion-
so Ole8 y Casas Baamonde. Estos dos últimos utiiizan indistintamentelos términos
novación, transmisión y subrogación (que es empleado por el Estatuto de IosTra-
bajadores EspaRoles). Asi señalen que el cambio de titularidad en la empresa es
causa, en sentido amplia, de una novacion subjetiva en virtud de ia cual una per-
sona sustituye a otra como parte de un contrato; digo en sentido amplio porque el
sustituido es a ia vez acreedor y deudor contractual, con lo que ocurren al tiempo
dos de las modificacionec n o exlintivas previstas en el art. 1203 del CC, y porque la
novación no ocurre en una sola relación de crédito y de deuda, sino norrnairnente
de una multiplicidadde ellas; tantas como contratos de trabajo liguen al empresa-
rio con los trabajadores,
Efectode ia novación es la subrogación de un tercero, no limitadamenteen los
derechos del acreedor, sino en los derechos y obligaciones de quien a la vez es

22 Vazquer Vialard, Derecho del trabajo y de la seguridadrodal, p. 593.


Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 503
_---. ~-4--p---p-"-"- -
acreedor y deudor, por la que la expresion subrogación empresarial resulta ade-
cuada como descriptiva del fenómeno, además de ser usada por la ley: ". ..quedan-
do el nuevo empresariosubrogado en los derechos y obligaciones del anterior" 23.
Cabrera Bazán, al igual que los autores es paño le^, habla de novación rnodifica-
tiva y noextiniiva, y aquél observaqueel CodigoCivil español enumera la novación
entre los modos de extinción de las obligadones; pero, agrega, el mismo Código la
describe "como un medio de modificación de las obligaciones, en que éstas no se
extinguen, sino que permanecen convariación de sus condicionesprincipales". Por
su parte, Puig Brutau agrega que como una empresa dificil y arriesgada nos es pre-
sentada la que ha consistido en demostrar que la novación puede ser también pu-
ramente modificativa y no extintiva de la obligación de que se trate. Perosi en lu-
gar de hablar de que la novacion puede ser modificativa se discutiera simptemen-
te la sencilla cuestión de saber ci las partes de una relación obligatoria pueden mo-
dificarla, la indudable respuesta afirmativa no hubiese tenido que saltar tantos
~bstáculo~~~.
Martorell no comparte esta terrninoiogía y señala que resulta sumamente difí-
cil encajar la figura de la sucesión en la empresa dentrode lossupuestos de la nova-
ción contractual, pues falta el supuestoinicial queseria la extinción del contrato de
trabajo y laaparición de uno nuevoy, citandoa Alonso Garcia, agrega que la trans-
ferencia tiene una naturaleza mixta decesión de creditoyasunci6n de deuda, para
lo cual sigue a la doctrina alemana sobre la materiaz5.
Para otros autores, estamos ante una sucesión-a la cual también denominan
sustitución de patrono-siempre que la empresa transmitida nosufraalteraciones
en los fines para los cuales se constituyb, por trabajar los ernpieados en los mismos
puestos, o por prestar o poder continuar prestando los mismos servicios.
Nuestra legislacionutiliza el término transferencia para incluirtanto !a transfe-
rencia del establecimiento como la cesión de! personal, e inciuso cuando el sujeto
cesionario sea el Estado; aunque en este último actara expresamente que no se
aplicarhn las disposiciones anteriores.

23 AIonso Otea - Casas Baamonde, Derecho de/ trabajo, p. 392. Agregan estos autoresque el
fenómeno primario, supuesto y favorecido por el ordenamiento jurídico, es la continuidad en la
explotación, la transferencia a cambio detitularidad que tiene por objeto la empresa ocentro de
trabajo, y a los dosempresariosentre !os que ocurre el cambio por sujetos. Del cambio derivan ope
legis !os efectos subrogatorios -o de la transferencia ope legis..,la novación-, que a su vez tie-
nen porobjeto, en loque aquíimporta, elcontratodetrabajoentoda~ucompIejidad Fáctica,y por
sujetos a los dos empresarios, ai adquirente ante todo, y a los trabajadores que prestan sus servi-
cios en ia empresa o centrotrasmitidos.
24 Cabrera Bazári- Puig Brutau, citados por ~bpez-centeno-~ernándezMadrid,
Leydeton-
trato de Trabajo comenfada, t. Ii, ps. 852 y 853.
25 Martorell, La transferencia de /a ernpresa: probkmática laboral, p. 75.
504. Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro F. Núñe~
-" ---
Algunos autores critican esta expresión ~sostienenque, en realidad, tanto gra-
matical como jurídicamente seria mSs correcto hablar de transmisión y -más pre-
cisamente- transmisión deobligaciones, ya que de lo que se trata es de un cambio
de deudor con continuación del vínculo obiigatorio. Esto en rigor deverdad resul-
t a incompleto, pues no contempla todo el espectro de posibilidades que el plexo
normativo recepta. Así, por ejemplo, cuando el vinculo laboralse extingue con an-
terioridad a la transferencia, no hay un cambio de deudor, pues el cedente man-
tiene su status de obligado directo, sino que se le agrega un deudor solidario, que
es justamente el cesionario.
En definitiva, si nos atenemos estrictamente a la semántica de cada una de ias
palabras que se utilizan para definir este instituto, ya sea gramaticalrnenteo com-
parándola con expresiones de igual termino usadas por otras ramas del Derecho,
no encontraríamos ninguna que estrictamentese adecuara a las situacionesy con-
secuencias que encierra este instituto, lo que por otra parte resulta insustancial.
Por to tanto, consideramos apropiado continuar utiiizanda ia expresión novación
subjetiva para referirnos a este fenómenocomplejo, que presenta d[versasaristas.

3 - Transferencia del establecimiento

5 53. Concepto
La transferencia del estabiecimientoimporta una modificación en la figura de la
persona (sea física a jurldica) de quien dirige y organiza la unidadtécnica o de ejecu-
cicin, cualquiera sea la causa o título por la cual se haya gestado. Es decir, existe
transferencia de estabiecimiento siempre que haya un cambio de empieador, o
sea, del titular de los poderes jerárquicos (empresario, art. so, párr. 2", LCT) a que
hacen referencia los arts. 64 a 68 de la LCT, y de los créditos y deudas relacionados
con la actividad del rnismo16.
El concepto de transferencia del establecimiento que regula nuestra Ley de
Contrato de Trabajo es sumamente extenso, puesto que después de establecer el
principio general en el art. 225, en el sentido que la misma puede producirse por
cualquier título, a lo largo de su articulado establece una serie de ejemplificacioner
meramente enunciativas.
Así, el art. 227 se refiere al arrendamiento o cesión transitoria del estableci-
miento; el art. 228, párr. 3 O hace mención ai arrendatario, usufructuario y hasta
tenedor a título precario o por cualquier otro modo; finalmente, el último párrafo

26 Lopez - Centeno - Fernandez Madrid, Ley de Contrato de Trabajo comentada, t . li, p.863.
ResponsabiIidad solidaria en el contrato de trabajo 505
- -. -----U -
del mismoartículomenciona el contrato de locación deabra, de explotación u otro
análogo, cualquiera sea ia naturaleza y el carácter de los mismos.
Coma bien apunta Martore!l, el legislador Iaboralen su afán de extender la tute-
la, llega a extremos tales que impone la responsabilidad solidaria inclusive a cam-
bios de empleados motivados por la transferencia de un contrato de locacion de
obra odeexplotación, figura esa quecarecedean~ecedentesennuertro~ e r e c h o ~ ~ ,
Para Guisado, ia transferencia se verifica cuando, por cualquier motivo, se pro-
duce, de manera transitoria o definitiva, el cambio de titularidad de una a varias
unidades prod~ctivas~~.
Nos dice Javillier, referido al Derecho francés que, para que se verifique ei su-
puesto de sucesión de empleadores previsto en el Cbdigo laboral francés, art. L.
122-12, numeral 2 deben darse tres condiciones: por un lado, la existencia de un
contrato de trabajo, a transferencia de una entidad econbrnica, y finalmente, !a
continuidad de iaactividad.lndica quedebe tratarse de una transferenciatal como
está definida en ladirectivadel29de juniode 1998, esdecir "lade unaentidadeco-
nómica que mantiene su identidad, entendida como un conjunto organizado de
medios adecuados al objetivo de una actividad econbmica, sea esa última impres-
cindibleosuperflua". La entidad presenta entoncesdascaracterísticas. Por un lado
es autónoma. Por el otro conserva su identidad con posterioridad a la transferen-
cia, que se acompaña de la continuidad en Ia actividad.
Enorden a ias relaciones individualesdetrabajo, en aplicación del art. L. 122-12,
numeral 2, "todos los contratos de trabajo vigentes al dia de la modificación, sub-
sisten entre et nuevoempleadory el persona! de la empresa". Es la estabilidad(rela-
tiva) dei empleo. El mantenimiento de los contratos de trabajo se impone tanto al
nuevo empleador como al asalariado. La negativa de este último con la ejecucibn
del contrato equivaie a su renuncia. La renuncia puede ser recalificada en despido
en caco en que el nuevo empleador modifique sustancialmente algún elemento
del nuevo contrato. Excepto en la hipótesis de la renuncia del asalariado, el con-
trato se prolonga en las mismas condiciones que anterio~rnente~~.

5 54, Detimitación del estabfecimiento y su diferenciaci6n


con ta empresa

La Ley de Contrato de Trabajo, en forma por demás imprecisa, define a la em-


presa como la organizaciiin instrumental de medios personales, materiateseinma-

27 Martoreil, La transferencia de /a ernpresa:problemática laboral, p. 109.


28 Guisado, "La transferencia del contrato derrabajo", en ~raratauode derecho del trabajo, t.
III, p. 770.
29 laviliier, Derecho deltrabajo, ps. 219,222 y 223.
506
-- .--,u -,-.,----.,-
-
Ricardo D,Hierrezuelo Pedro F. íüúñer
--u._-

teriales, ordenados bajo una dirección para el logro de fines económicos o bené-
fico~'~.Esta conceptualización ha sido fuertemente criticada por la doctrina3', y si
bien gran parte de los reparos que se le efectúan son correctos, creemos en realidad
que en el art. 5" el legislador justamente intentó diferenciar los conceptos de em-
presa y de empresario, remarcando la naturaleza económica y objetiva (abstrac-
ción) de la primeray el carácter jurídico y personal (subjetivo) dei segundo32.La Ley
de Contrato delrabajo trata a la empresa tal cual se presenta en la realidad, es decir,

30 En Cursos de derecho del trabajo, dirigido por Rodriguez Mancini, ps. 355 a 360, se dife-
rencian tos conceptos de empresa y de empleador. El primera esde naturaleza esenciaimente eco-
nómica y se halla configurado por la organizacibn instrumental de medios de distinta naturaleza,
mientras que el segundo, el empleador, es de carader juríd~coy se hatla configurado por la titula-
ridad de las relaciones de trabajosubordinadas.
En la empresa, consecuentemente,coexisten dos elementos: a) uno persona¡, configurado por
lostrabajadoresjurídicamentesubordinados,y cuyas prestacionesnopuedensertransferidacpor los
propiostrabajadores; y b) un elementodirector,configurado por la persona del empleador-empre-
sario, quien puedetransferir como titular del dominio todos y cada uno de los elementos y dere-
chos que integran la explotación.
La empresa como organizacibn econámica, por consiguiente, puede sufrir transformaciones
tales como la modificación de sustatus jurídico, por ejemplo, al convertirse de empresa individual
en unasociedad, o al transformarsede urtasociedadde responsabilidad limitadaen sociedadanó-
nima. Tarnbikn puede ser transferida total o parcialmente por venta o sucesión, o a tituloternpo-
ral corno locación, usufructo o cesión precaria. Estos cambios afectan la titularidad de loscontra-
tos de trabajo, cuyo poder de ciireccibn pasa de un empleadora otro, con una serie de efectos juri-
dicas que resulta necesario analizar en cada caso.
3' Martorefl cuestiona laredacci6n del art. 5"de la LCT,al sostener que: 7) No puedeconce-
bine a \a organización corno un bien con consistencia jurídica, en cuanto es una "pura abstrac-
ción", que no puede existir si prescinde de los elementos materiales a los cuales se refiere, porque
en tal caso no pasaría de ser "una forma sin sustancia"; 2) Le recuerda aspectos corporativos del
instituto, esto es, a ia empresa como institución, concebida como una organizacibn especiai de
personas, quesort sus colaboradores; 3) te parece irrilaote que se hable de "organización instru-
mental de medios personaies", cuando en rigor de verdad, la sola idea de que se puede deducir
que los integrantesde la comunidad adúan como "medios de un instrumento" preocupa, porque
ef hombre constituyeel núcleo de la vida socia), siendo sumamente peligroso que se cirestionesu
protagonismo en aquélla, rebajandola a la condición de "medio"; 4)Cuestiona la mención que
efectúa la ultima parte de la definición a los "fines benéficos", que asu criterio resulta una impro-
piedad, puesto que, siguiendo a Fontanarrosa. señata: "toda empresasupone, por definición, una
actividad organizada a las fines de obzener beneficios económicos; pero a los efectos desu comer-
cialidad, dentro del régimen de nuestro Cbdigo, no interesa el destino quese dé a los beneficios",
acotando que tal afirmación "ha de entenderse en el sentido de que no es esencial ei lucro subje-
tivo; pues el lucro objetivo existe en todas, aun en ias que persiguen fines ecanórnicos desinterc.
sados" (Minat-torell, La transferencia de la empresa: problen;2rica iaboral, ps. 26.a 30).
32 Mas desacertada resulta la terminologia empleada en el art. 31 de la LCT, cuandosubjeti-
virando el concepto de empresa, se llega a asignarle personalidadjuridica propia.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 507
-
-A- --- ---
como un conjuntode elementos personales, materiales e inma'ieriaiesorganizados
y ordenados para la explotación de una determinada actividad económica.
La empresa es fruto de la actividad organizativadel empresario, constituye una
entidadfuncional enderezada a la obtenciónde la anotada finalidad p r o d ~ c t i v a ~ ~ .
Adviérlase que la ley se timita a describir los distintos elementos que la componen
haciendo mencibn a todos ior mediosmateriales(bienesmuebles, inrnuebles, etcé-
tera), inmateriales (nombre, marca, patente, etcétera) y especialmente a las per-
sonas (la ley se refiere peyorativamente a medios personales), cuaiquiera sea su
jerarquía y especiatidad, inctuyendo tanto a {ostrabajadores, directivos, como al
propio empresario.
En cambio, el establecimiento está definido por el art. 6'de la LCTcomo ".../a
unidad r4cnica o de ejecucibn destinada al logro de /os fines de la empresa, a tra-
vés de una o más explotaciones". Es decir, ei establecimiento es sólo una unidad
técnicaodeejecuciónque nogoza de independenciaeconbmicanijurídica en rela-
ción con ia empresa. Se ha dicho que "el establecimientoconctituye la unidad t4c-
nica de produccibny puede ser definido como la reunión de medias rnaterialesy de
un personal permanentequetrabaja en general enel mismo lugary que está sorne-
tido a una dirección técnica
En principio se puede afirmar que el establecimiento es uno de los elementos
que componen la empresa. Empresa yestabtecimientoseconfunden cuandoaqu6-
Ila sólo cuenta con un establecimiento, Sin embargo, ambos conceptos importan
nocionesdistintas.Así, mientras la empresa alude a una noción económica e inclu-
ye toda una serie de elementos materiales, inrnateriales y personales, el estableci-
miento comporta un elemento técnico y comprende la unidad funcional en la cual
se lleva a cabo la actividad productiva.Y esto nos lleva indefectiblementea la no-
ción de explotación, que se refiere concretamenteel tipo de actividad que consti-
tuye el objeto de los negocios de la empresa. En un establecimiento se pueden
efectuar variasexplotaciones, así como también una explotación puede realizarse
en varios establecimientos. Solo se confunde establecimiento con explotacibn
cuando hay un solo establecimiento por explotacibn,
Esta diferenciaciónya habia sido puesta de manifiesto por Deveali, quien, con
!a claridad que acostumbraba, había distinguidoempresa (unidadeconomica), ex-
plotación (unidad productiva) y estabkcimiento [unidad lacal) yseñalaba que sea
en el caso de coincidencia entre empresa y exploración, o en el de una empresa con
más explotacioner, la actividad productiva puede realizarse en un irnico local o es-
tablecimiento o en diferentes establecimientos. Y agregaba que cada estableci-

33 Fernández Madrid, Tratadoprbctjro de derecho del trabajo, t. II, p. 948,


3a Rouact y Durant, Droit du travail, p. 120, no 96,citado par Fernandez Madrid, Tratado
práctico de derecho deltrabajo, t. Ii, p. 952.
"
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508
A -----~ ---- -
RicardoD.Hierre~ueio Pedro E IVuñer

miento, por razones funcionales, reúne actividades homogéneas o íntimamente


vinculadas,
En consecuencia, si el concepto de establecimiento responde ante todo a un cri-
terio funcional, esto es, si se refiere a una parte separada del todo en el espacio,
implica al mismo tiempo la existencia de una unidad t4cnica más o menos compie-
ja. Así, la tintorería o hiIandería puede funcionar en el mismo local donde se reali-
zan las otras actividadesdela fabrica de tejidos, y en este caso, no es menester invo-
car el concepto de establecirnienTo, que se configura, en cambio, cuando ellas f'in-
cionan en un sitio distinto35,
Delimitados de esta forma los conceptos de empresa, establecimiento y explo-
tación, cabe preguntarse a cual de ellos se refieren los artículos de !a Ley de Con-
trato de Trabajo, o mejor dicho, cuál es la unidad rninima inescindibie.Adifcrei~cia
de lo que entendía ~ r ú t o s c h i nla
~~doctrina
, coincide en que basta que se transfie-
ra un estabiecimientode faempresa para que se aplique la normativa legal. Demás
está decir que si se enajenan varios estabiecimientos o la totalidad de la empresa,
también estamos en presencia de un supuesto de transferencia.
Desde nuestra perspectiva, coincidimos conVazquezViaiard en que noes nece-
sario que se transfiera la totalidad del establecimiento, sino que puede serlo una
desus partessoiamente, con tal deque constituya una cierta unidad de producción
autónoma. Por ejemplo, la unidad productiva dondese desarroiia una de iasexplo-
taciones que se realizan en et establecimiento, o determinadas dependencias o
secciones del mismo que operan con autonomía3,
La finalidad del instituto no requiere que la cesión comprenda la totalidad del
establecimiento; también se aplica cuando ia transferencia invoiucra uno o varios
puestos de trabajo que integran una explotaciOn que puede efectuarse indepen-
dientemente. Lo que importa, por tanto, es que en el caso, con prescindencia de la
dimensión de la organización que se transfiere, aunque siempre la hay, exista una
cesión del puesto de trabajo que ocupa el ernpleadory que corresponde a una uni-
dad operativa. Este puede o no ser el desmembramiento de una unidad a la que
antes estaba integrada; lo que se requiere es que pueda funcionar como unidad

35 Deveati, Lineamientosde derecho del trabajo, ps. 149,248 y 249.


jG Para Kratoschin la expresión utilizada en la norma se usaba en su signiSizacián'sem6ntica

como sinónimo de empresa o firma y no en el sentido especifico del art. 6"de l a LCT, destacando
que por lo general, fa transferencia cornprendea la empresa, no sólo a una u n i d a d t h i c a quefor-
rna parte de eila.
37 Aunque generalmente l a trasmisión incluye los elementos materiafes que se utilizan para
la expfotación de la unidad transferida, ello tampoco es un requisito esencial, poniéndosecomo
ejemplo, una decisibn judiciai de la Sala Vi de la CNAT que determinó que la continuidad en ia
explotación de un espacio radial que se transfirió debía ser asimilada a la de un estabiecirnicnto
(conf. art. 228, parr. 3", LC-T}.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 509

productivaaut~noma38. E~tosurge,además, de [odispuesto por el art. 226de la LCT


que prevé la posibiiidad de separación entre diversas secciones, dependencias o
sucursales de la empresa.
En definitiva, lo que se requiere es la transferencia de una unidad funcional
autónoma, a u n q u e nose exige que se trate de una autonomía actual y completa,
basta con que sea potencial, es decir, basta con que lo transmitido sea susceptible
de funcionamiento autónomo, aun requiriendo de aportaciones suplementarias.
Lo esencial es que se trate de una unidad productiva diferenciada susceptible de
poder disgregarse de la empresa y actuar de modo autónomo, aunque haya que
dotársele de aquellos soportes complementariosde ese quehacer autónomo y di-
ferenciado, susceptible de vida propia, que antes recibía de la unidad empresarial
a la que estaba i n c ~ r p o r a d a " ~ ~ .
En idéntico sentido, Alonso Olea y Casas Baamondeseñalan que la transferen-
cia puede darse respecto de la integridad de la empresa o respecto de un centrode
trabajo ode una unidad productiva autónoma de la misrna(art,44.1, EQ, nociones
que parecen coincidentes si se tiene en cuenta que el centro de trabajoes una uni-
dad productivacon organización específica, según e! art. 1°.5.La disyuntiva (o) con
seguridad quiere comprender tanto el supuestodel centro de trabajo identificado
localmente como el supuesto del centro de trabajo como organizaci0n, lo que de
hecho supone la existenda posible de dos o más centros en un solo iocal -como
pueden existirvarios locales que, por falta deautonomía entresi, sean un solo cen-
tro-, y de derecho el uso de dos nocionesde dentro, aunque exigiendo para am-
bas la autonomía relativa que la noción misma de centro exige.
En cualquier caro, centrode trabajodebeser aestosefectocentendidocongran
amplitud, comprendiendo servicios y actividades parciales, consintiendo, como
marca la Directiva de la Comunidad Económica Europea 77/187, modificada por la
98/59(arts. 1",1-2; 2O, b; 4", 11, el traspaso -además, por supuesto, del de empre-
sa- tanto de un centro de actividad como de una parte del centro de actividad. Se
produce entonces una subrogación parcial, referida a los contratos de los trabaja-
dores adscritos exclusiva o predominantementeal centro a unidad autónoma, cu-
ya titularidad
Por el contrario, no opera la novación subjetiva de la relación laboral cuando la
cesión no es de la unidad técnica de producción, aunque sea simple, sino de una
parte de ella (maquinaria, inrnuebies, etcétera), aunque suficiente para realizar

38 Vazquezvialard idir.), i rata do dederechodeltrabajo, t. 5,p. 26..


39 Pérez de IosCobos Orihuel, Filialización. Gruposdeempresas,en libro de ponenciasdel "X
Congreso Nacional de DerechodeiTrabajo y de la Seguridad Social", Zaragoza, 28 y 29/5/99, Colec-
ción Informes y Estudios, Serie RelacionesLaborales no 28, ps. 629 a 665.
40 Alonso Olea - Casas ~aamonde,Derecho de/ trabajo, ps. 392y 393.
510 Ricardo D. Hierreruelo - e d r o F. MúÍíer
-----,---- -.

una explotación, Lo que resulta definitorio es que no se cede la unidad en marcha


que comprende los recursos humanos, técnicos, econOmicos y bienes instrurnenta-
les quese utilizan al efecto4I.
lurisprudencialmen.te, se ha resuelto que: "Para que se configure el supuesto
previsto en losarts.2 2 5 ~ 2 2 de8 la LCT, basta para ello conque quien lo exptotasea
desplazado por un nuevoTitular en el establecimientode que se trate, pues /as nor-
mas de referencia consagran un concepto amplio de transferencia del estahleci-
miento por io que, cualquiera fuera el titulo por el quese concrete la transferencia
o transmisión, la circunstancia dirimente para establecer !a extensión de responsa-
bilidad es si ha habido un cambio en la titularidad en la explo.tación comercial o
industrial de un mismo establecimiento o negocio. Por aplicacion de ia doctrina
establecida en el acuerdo plenario no289'Baglieri, Osvaldo D. c. Nemec Francisca
y Cia. S.R.L. y otro' (8/8/97), resuita indudable que la demandada debe hacerse car-
go de las obiigacionesemergentesdel contrato de trabajo ya extinguidoque la ac-
tora había mantenido con quien tuvo a su cargo la explotación def establecimien-
to (lavadero de autos) con anterioridad a la transferencia, transmisión o cesión de
la explotación empresaria aun cuando haya mediado una transferencia de fondo
de comercio, porque [a Iey 11367 no desplaza la operatividad de las normas de
orden pirblico laboral que regulan la transmisión de un es~ablecirnieneo"~~.
Tambiiinse ha dicho que: "En el caso, el fidudanie no era quien fuera ernpleador
del trabajador (Massuh S.A.), que es lo que normalmente ocurre,comoun modo
de evitar, salvo situaciones de fraude, la agresión sobre los bienes del ernpleador
afectados af fideicomiso (conf. arts.14 y 15, ley 24.441), sino ANSeS y las personas
fisicas o juridicas que adhirieran el contrato de Fideicomiso Financiero y de Admi-
nistración, y que para llevar adelante el mismo cetebrb, representado por e! fidu-
ciario como administrador y con la conformidad del señor juez interviniente en
(aquella epoca) el concurso de Massuh S.A.,contratosdealquiIer por tos inmuebles
y bienes muebles (maquinarias) de propiedad de ésta, que resultaban necesarios
para producir pulpa de papel, todos sus productos y subproductos derivados a tra-
vés del ernprendimiento comercial, denominado 'Empresa Papelera de Quilmer',
siendo el alquiler el equivalente a l 30% de las ventas netas. Y es esta última cir-
cunstancia, o sea, la locacibn de los inmuebles y maquinarias, que no son bienes fi-
deicornitidoso que integren el patrimonio fideicomitido lo que permite encuadrar
la situación en el supuesto previsto por el art. 225 de /a LCT, porque se trata de un
supuesto de transferencia cualquier título' del establecimiento que poseía
Massuh S.A. a favor del emprendimiento denominado 'Empresa Papelera de Quil-

4'
Vazquez Vialard (dir.), Tratado de derecho del trabajo, t. 5, p. 28.
42 CNAT, Sala 11, 14/5/14, "De los Santos, faqueline Elizabeth c. Bocchietti, María Zulerna
slE.utensión resp. solidaria", Boietin Mensual de luriiprudencia de /a CNAT, n 9 4 3 , may. 2014.
Resgonsa bilidadsolidaria en el contrato de trabajo 511

mes'; independientemente de que el fondo fiduciario0 el emprendimiento noren-


gan personalidadjuridica propia, pues a los efectos del art. 26 de la LCT, ello es in-
necesario; pero además, no se lo está rresponsabilizandocomo empleadar, sino co-
mo continuadora en la explotación; o dicho de otro modo, no se trata de respon-
sabilizarla solidariamente por una obligación pendientede cumplimiento no pre-
vista en la conformación del fondo fiduciario, sino generada a consecuencia de ia
transferencia operada"43.

5 55. Distintos supuestos de transferencia. dasificación


Como hemos dicho, la Ley de Contrato deTrabajo prevé un amplio espectro de
posibilidades en que se puede producir la transferencia de! establecimiento (o de
una unidad productiva autónoma), al prescindir de la forma, modo o titulo juri-
dico en que la misma se realice, tal como se infiere del art. 225 de la ley citada q u e
comienza enunciando: "En caso de transferenciaporcualquier título ,.."#.
La amplitud de supuestos comprendidos ilevóa la doctrina a clasificar la transfe-
rencia, diferenciando loscasosenquela misma se producemorfir;causade iasubro-
gación poractos entre vivos. Si bien denirode cada una de arnbascausasseabre un
abanico de posibilidades, podemos distinguir en la primera de ellas, la sucesibn uni-
versal de la particular y, en la segunda, la transferencia definitiva y transitoria.
En efecto, en la transmisión mortir causa, hay que distinguir a l heredero del le-
gatario, y en este último caso, el legado de cuota del Iegado particular.
Sin embarga, es en la transferencia por actos entre vivos donde se presenta una
casuistica más diversa e interesante, y donde veremos determinadas situaciones
que han dividido a los autores respecto a su inclusión o no en este instituto.
Finairnente, abordaremos aquellas situaciones en que la transmisión es perma-
nente (definitiva), distinguiéndolasde los casos en que el cedente recupera el ca-
rácter de empleador, luego de transcurrido cierto tiempo (transitoria0 precaria).
SOio excluiremos los supuestas de cesión de personal, tema que será abordado
con mayor detenimiento en otro punto.

a) Sucesión «mortis causa»

El contrato de trabajo es intuitu personae para el trabajador, por lo q u e su


muerte produce indefectiblemente la extincion del vínculo laboral.
En cambio, la muerte del ernpleador solo excepcionalmente produce la extin-
ciOn del contrato de trabajo, "... cuando sus condicionespersonaleso legales, acti-

43 CNAI,SalaX, 2314il3, "Salas, Marta Yolanda porsiy en representación desu hijamenorA.,


D.R. c. Massuh S.A. y otro slindemnización por fallecimiento", en intranet.pjn.gov.ar.
44 La cursiva es nuestra.
512 Ricardo D,Wierrezuelo - Pedro E iüiiñez
-,

vidad profesional u otras circunstancias hayan sido la causa determinante de la re-


iacidn laboralysin lascualesésta nnopodria proseguir ...",según reza el art. 249 de
la ICT:
Es decir, que en la generalidad de los casos, la muerte del ernpfeador no es óbi-
ce para la continuidad de la explotación, salvo que la relación de trabajo sea tam-
bien intuitu personae para e! ernpleador, la que se produce en contadas situacio-
nes, que la ley simplemente enuncia, y que son, en primer lugar, cuando el desa-
rrollo de la actividad exige la tenencia de una habilitaci~no licencia de la autor¡-
dad competente que no puede pasar a las herederos (caso de los farmacéuticos,
despachantes de aduana, martilleros, médicos, abogadas, odont6logos, etcétera),
y en segundo lugar, cuando las tareasson de estrecha confianza personal o ligadas
exclusivamentea la persona del ernpleador que no pueden ser continuadas por los
sucesores del causante (secretario privado, enfermera, entre otros)45.
El fallecimiento del empleador produce que su posición jurídica sea ocupada
por sus sucesores, y si bien no existe en la ley mención alguna que ubique concre-
tamente estossupuestos.en las disposiciones de! Título X i de la Ley de Contrato de
Trabajo, lo cierto es que la amplitud en que se encuentra redactadoel irt. 225 de la
LCT, al decir: "En caso de transferencia porrualquierfifulodelestablecimien~o,..",
sumado a la expresión "sucesor" (que no e5 reiterada en los artículos posteriores),
permite considerar comprendida esta situación dentro su ámbito de aplicación.
En idéntico sentido la Suprema Corte de /a Provincia de Buenos Aires, ha resuel-
to que: "La muerte del empleador y solo en los casos excepcionales detalladas en
el art. 249 de ia Ley de Contrato de Trabajo (no observados en la especie atento la
naturaleza de la prestación que vincutó a las partes) implica la extincián de la rela-
cibn de trabajo.
"Consecuente con ello el art. 225 del mismo ordenamiento legal citado, deter-
mina que en caso de transferencia por cuaiquier titulo del establecimiento, pasa-
ran al sucesor o adquirente todas las obligaciones emergentesdel contrato de tra-
bajo queel transmitente tuviera conei trabajadoral tiempodel traspaso. De la nor-
ma se desprende que no interesa el modo, forma o título jurídico por medio del
cual se transfiere ia unidad técnica productiva, es decir por acto entre vivos o mor-
ti5 c a u ~ a ' ' ~ ~ .
La transmisibn del establecimientose efectiia a favor de lossucesores y en nues-
tro Derecho hay dos clases de sucesores rnoriiscausa: los herederos y los legatsrios,
El art. 2278 del CCCN denomina heredero a la persona a quien se trasmite la uni-
versalidado una parte indivisa de la herencia; legatario, al que recibeun bien par-
ticular o un conjunto de ellos.

" Etala, Conrratode trabajo, p. 563.


46 SCBA, 2812102. "Diaz, Juan Antonioc. Gadda, Ana María. Indemnización despido", in4dito.
Responsabilidadsolidaria en elcontrato de trabajo 513
"- -- p.",.."-"-. --

Este modo de transferencia puedetraervariascompficaciones. Enefecto, si el he-


redero o ei legatario aceptan la herencia y comienzan a explotar el establecimien-
to, no existe problema alguno, pues se produce una transmisión en el status jurídi-
co de empleador, razón por la cual, si eventualmente deciden extinguir el vínculo
laboral, deberán afrontar personalmente las obligaciones laborales y previsiona-
les de su personal. Tampoco habría dificultad si no aceptaran Ja herencia o e! lega-
do en caso de ser la herencia manifiestamente insoivente, pues lo contrario impor-
taría hacersecargo de todas las deudas existentes en el establecimiento, cuya con-
tinuidad seria imposible, debiendo adernic despedir a la totalidad del personal
con el agravante de tener que soportar el pago de las indernnizaciones legales.
Sin embarga, el gran inconveniente se plantea al determinar cuándo se adquie-
re e! status jurídicodeernpieador, puesa partir de ese momento se produce la tranc-
misióndel establecimiento;e! sucesor comienza su explotaci6n, yenconsecuencia,
puede ser demandado en forma personal y debe responder no sólo con los bienes
de la empresa sino también con lossuyos propios.
Previamente, es necesariodestacar que si bien la transmision hereditariase pro-
duce en el instante mismo de ta muerte del autor de la sucesión, queda supeditada
a la aceptaciónde la herenciaque puede ser expresa o tacita (conf. art, 2293, CCCN).
Por otra parte, es común que no haya en Ia generalidad de tos casos unsoio he-
redero sino varios y que casi todos acepten la herencia, por lo que será necesario
abrir el suceswrio y designar un administrador que podrá realizar actos conserva-
torios y de administración, e incluso algunos de disposición con autorizaciónjudi-
cial, pero que no lo hará a tituio personal, sino como representantede la sucesión
(conf. art. 2345 y SS., CCCN). Eflo esasi, por cuantose reconozcao noa la sucesión per-
sonería jurídica, lo cierto es que actúa con entera independencia de los herederos
a los cuales, incluso, puede demandar o ser demandada por ~ I I O S ~ ~ .
Ahora bien, dentro de esos actosque puede realizar el heredero designado ad-
ministrador se encuentra la continuación de la explotación del establecimiento,
pero aun cuando frente a los trabajadores pareciera actuar como verdadero em-
pleador, en realidad no es mas que un representante de !a sucesión. El interragan-
t e que se plantea es cuándo se produce la adjudicación al heredero de los bienes de
la herencia; y la respuesta es: en la particidn. Ahíse conacera con certeza el o los he-
rederos que continuaran con la actividad y que revestirán e! status juridico de em-
pleador, aunque esa situación se retrotraiga hasta e! momento mismo de la muer-
t e (conf. art. 2403, CCCN,que le asigna a la partición efectos declarativos y no tras-
lativos de derechos). Hasta ese momento, tos contratosde zra bajo extinguidos tan-
to antes de ta muerte del causante como después del deceso pero con anterioridad

Borda, Manuai de derecho civil. Sucesiones, p. 1 I S y siguientes


m
514
-- . , - . --
Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núñez
-
a /a partición, deberán dirigir su acci6n contra la sucesión y no contra los herederos
en forma individual4*.
Distinto es el caso cuando el heredero realiza verdaderos actos de disposición,
pues allí debe entenderse que ha asumido el caracter de empleador. En este senti-
do, se ha dicho que: "La heredera del ernpleador Faliecidoque remitió y firmb una
carta documento en la cual notificaba al trabajador la extinción del vinculo labo-
ral, asume ante éste el caracter de empleadora en reemplazo de aqu61. Y la falta
de inscripción de ia declaratoria de heredero no imptica eximirla de responsabili-
dad, máxime cuando la conducta de aquélla fue propia de un empleador (cfr, crrt.
225, L C T ) " ~ ~ .
Finalmente, cabe serialar que la doctrina española inspirada en el art. 49.1~3,
del Erasimila la muerte con la incapacidad o la jubilación del empresario. Ei-1 cuan-

48 En contra de esta opinión puede citarse un fallo de la CNAT, Cala V, 29112i98, en "Brandan,
Graciela del Carmen c. Rakitins de isakow, Regina y otro s/DespidoN,inédito, exp. 34.156195, sent.
60.41 8, en el cual sesostuvo que: "Dentro de nuestro sistema positivo cuando fa sucesión tiene lu-
gar entre ascendientes, descendientes y cónyuge, el heredero entra en posesión de la herencia
desdeel día de la muerte del autor de la sucesión, sin necesidadde formalidad afguna o interven-
ción de los jueces y, en el caso a estudio, los demandados han reconocido su vocación hereditaria
-es decir, la condición de cónyuge e hijo del empleador fallecido-. sin dar mayores predsiones
sobre !a suerte del sucesorio, esto es s i aceptaron o no la herencia vacante, si se peticionó al juez
civil la apertura del pertinente proceso y si existían o no otros herederos con potencial s~cesoria
ylo en caso quien resultaba el administrador de !os bienes del difunto.
"Dentro de ese contexto, su defensa fue contradictoria ya que-por un lado- afirmaron que
nunca habian despedido a tosco-actores pero, por ef otro, tampoco desconocieronla autenticidad
de los telegramas que fueron suscripros por la viuda del empieador y mediante los cuales se tes
comunicaba a los co-accionantesla rescisión contractual por iailecimiento del empleador.
"Cabedestacar que la emisibnde tal tipodetefegramapor partede laco-accionadaRegina Isa-
kow excede con mucho losactosadministrativosquepuede realizar unsucesorde buena fe, ya que
implica un acto de disposicibn efectuado en nombre propio y/o en representaciiin de los suceso-
res. Empero, en definitiva, dentro de! ámbito de la relación de trabajo, la muerte del empleador
sólo autoriza la extinción del vínculocuando las condiciones personales o legales del empleador
hayansido determinantespara la existencia de la relación de trabajo, lo que nocabe aceptar en ei
casoa estudio ya que el accionado noexpiotabaotracosaque una fabrica dedicada a.la confeccibn
de articulas de marroquinería.
"Esta explotación industrial pudo, en principio, ser asumida por sus sucesores yio -en su :a-
so- declinada por esros, pero sin mengua del derecho de los co-actoresaf cobro de las indernni-
zaciones emergentes del despido ya que, en definitiva, media voluntad rescisoria expresa de uno
de los demandados (la viuda del trabajador} y el restante heredero no demostrb la declinación de
su voluntad sucesoria (renuncia a l a herencia} como para que pueda eximirse de las obligaciones
propiasquederiven de su condición de sucesor del causante, elio sin perjuiciode tac accioneslega-
ies de reintegro que los condenados conserven contra ios potenciales sucesores que concurran a
aceptar l a herencia dejada por el ernpleador".
49 CNAT, Salalil, 19\5/08, "Garcia, GabrielWalter c. Pellicer, José LuciosfSucesiOn s/Despido",
Boletín Mensual de jurisprudencia de ia CrilAT, no280, Oficina de Jurisprudencia, may. 2008.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 515
---.+."----

to a la incapacidad, seiialan que es dudoso s i esta expresián se utiliza en su sentido


estrictoy técnica de concurrencia de causal civil de incapacitacióno en el amplio de
incapacidad para la profesian conforme a las normas de seguridad social, o en el
aun mas amplio de inhabilidad manifiesta de hecho que le imposibiiítedesarroilar
sus facultades directivas; esta Ultima interpretación es !a acogida por fa jurispru-
dencia anterior y posterior al Estatuto de !os Trabajadores Españoles,
Por su parte, en el segundo de los supuestos indican que ' l . . . la jubilación del
empresario en la actividad en que ocupara a los trabajadores, administrativarnen-
te reconocida (...) lasituación" de jubilado si trabaja personalydirectamente;sólo
en este caso estará afiliado, como trabajador autónomo, a ia seguridad social, y
podrá formaimente jubilarse. Agregan que en ambos supuestos, la presencia o no
de un sucesor de hecho o de derecho en la explotación es la decisiva para que se
produzca bien la continuidad, bien la extinción de los contratosdetrabajo50.
Esta posiciónno es compartida por VázqtiezVialard, quien señala que losque la
sustentantoman en cuenta que la direcciónde la empresa está condicionada a que
la realice personalmenteel empleador. Por lo tanto, la imposibilidad de seguir ka-
ciéndolo en el futuro, lo que empece la continuidad de la explotación, daría lugar,
en la medida en que la persona de aquél constituyó una condición intuitu perso-
nae en la celebración del confrato, a la extinción de la relación.
Y agrega que en la generalidad de loscasos, cuando la dirección de la explotación
debe estar a cargo de un tecnico que no forzosamente tiene que ser el empleador
(podría ser un empleado, aunque de superior jerarquia}, la inhabilidad que recae
sobre el titular del establecimiento, por causas naturales o por retiro de la respec-
tiva autorizaci&n, no tiene efectos sobre las rehciones laborales que se anudaron
con motivo de! contrato de trabaja oportunamente celebrado. Aquél deberá ser
sustituido por otra persona que ejercerá las funciones, si es el caso, propias del
empteador y en su En lo que respecta a Ia jubilación, pareceria existir
una imposibilidad legal de continuar con la explotaci0n y en ese casa, de existir
.transferencia del establecimiento, seria inter vivos.

b) Transferenciapor actos entre vivos

Estos supuestos presuponentasubsistcncia y presencia actual de un empresario


transmitente como persona no extinta cuya votuntad es causa de ia transmisidn, y
un empresario a d q ~ i r e n t e l~a~transmisión
. por actos entre vivos comprende un
gran numero desituaciones que la ley trata de incluir.

Alonso Olea - Casas Baamonde, Derecho deitrabajo, p. 395.


Vizquez Vialard (dir.), Tratado de derecho del trabajo, t. 5, p. 37.
52 Alanso Olea - Casas Baamonde, Derecho de! trabajo, p. 396.
516 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E NLifiez
*----Illlt_r~Lc.-I--___111-b,-IC-.-illlllll-CI_.ll_

La amplitud con que la ley regula la transmisiun inter vivos obedece a dos raro-
nes; la primera, tratar de comprender la mayor cantidad de posibilidades que se
pueden presentar y la segunda, evitar todo intento de fraude escondido en apa-
rentes transferenciasde contrato.

Deahi que la norma se refiera a la transmisión:


1. Por arrendamientodel establecimiento.
2, Por usufructo.
3. A título precario,
4. Por cualquier otro modo.
5. Por contrato de locación de obra.
6. Por contrato de explotación,
7. Por contrato análogo a los precitados,
8. Por cualquier titulo.

Sin embargo, la laxitud con que encontramos regulados los supuestosde trans-
ferencia en la ley se desdibujan a ia hora de incluir o excluir las distintassituaciones
posibles, como a continu.ición vamos a ver, y ha dado origen a dos posturas, una
amplia y otra estricta sobre este punto.
La postura estricta fue sostenida por Krotoschin quien siguiendo una antigua
jurisprudencia de la Cámara de Paz de la Capital Federal, señaló que para que se
concrete la hipótesis de la transferencia debe haber un víncuto de sucesi6n directa
y convencionalC3,Justo Lopez adhiere a esta postura con una salvedad respecto a
la sucesión convencional para dar lugara la transferencia rnortiscausa. Y agrega que
lo que debe admitirse es que se requiere, en todos tos casos, una sucesi6n propia-
mente dicha y no el mero hecho, por así decir, material, de que un nuevo ernpIeador
aparezca cumpliendo la misma actividad que antes había cumplido otro: hace fal-
ta un vínculo (jurídico) sucesorio, legal o negocia1(pues puede ser testamentario,
también en la sucesión rnortis causae, y no convencional, ya que el testamento es
un negociojurídico unilaterai).
La jurisprudencia se ha expedido en los siguientes tkrminos: "Ante la cesacibn
en la expiotación de la traza de una linea por parte de una empresa de transporte
automotor por haber caído en quiebra, la eventual asunción por otra de dicha
explotación de la misma línea o recorrido, a título precario o definitivo; no permi-
t e encuadrar la situación en el'rkgimen de los arts. 225 a 228 de la LCT respecto a
esta última. Para quese concrete una hipótesisdetransferencia regida por losmen-
cionados preceptos, debe existir un vincuto de sucesión direc~ay convencional.No
se considera transferencia a los fines de ia LCTla compraventa en subasta pública,

53 Krotoscfiin, Trafadoprártico de derecho de¡trabajo, t . 1, ps. 447 y 448.


Responsabilidadsolidaria en elcontrato de trabajo 537
----- , -~- , ---

cambio por expropiación, cese de una adjudicacióny otorgamiento de otra en Iici-


tacián, o cuando cesa una concesión y la empresa es seguida por asignación direc-
t a a otra. Y en el caso no medio trato entre la quebrada y la empresa que ha toma-
do la expiotacion como resultado de un acto de la administración. No hubo, pues,
sucesión directa yvoiuntaria entre ambos titulares de la explotación, con lo que no
resultanaplicables al caso las reglas de ios arts. 225 a 228 de la L C T ' ' ~ En ~ . términos
similares, se ha rciruelto que: "Cuando la continuidad de la actividad no se deriva
de un acuerdo de vo!untades, sino que emerge de un acta de autoridad pública, no
se configura una transmisión directa o convencional (derivada) sino una adjudica-
ci6n nueva (originaria), En tales supuestos no resuftan aplicables los arts. 225 y ss.
de la LCTreferidosa ia solidaridad del adquirente por no existir vinculo que una ai
nuevo explotador del servicio con su anterior titular. Esta circunstancia impide
hacer aplicacilin de las normas atributivas de responsabilidad previstas en dichos
artículos, como así también extender a las nuevas contratistas o iicenciatarias las
eventualesresponsabilidadesque se deriven de Ios incumplirnientosen que hubie-
re incurridosu antecesor en la prestación del servicio contratado, rnaxirne cuando
aquéllas ninguna vinculación habrían tenido con los hipoteticos acreedores de
quien !as pre~ediera"~~,
En cambio, se inclina por la tesisamplia el fiscal general Eduardo Alvarez, quien
ai emitir dictamen en los autos "López" 5 ~ ~ s t uque: v o "en verdad, siempre me he
pronunciado por la 'tesis amptia' porque he considerado que la expresión termi-
nante sea cual fuere el titulode la transferencia ...' no permitiría diferenciacio-
l...

nes como ias descriptas, en especial si se tiene en cuenta la tendencia genérica de


nuestra disciplina de soslayar los elementos subjetivos de las posibles hjpótesis
fraudulentas y el sistema especifico de tutela del acreedor laboralfrente a supues-
tos que, más allá desu causa, podrían implicar el cambio cabal de! sujeto pasivo de
los vínculos obligacionales".
Nosotros nos adherimos a esta última postura, pues er la que se compadececon
la amplitud que se infiere del articulado de la Ley de Contrato de Trabajo, que en
su art. 225 se refiere concretamente a "... transferencia por cualquier titulo del
establecimiento ...". insiste sobre este punto et parr. 3" del art. 228cuando utiliza
la expresión ". ., seconsideraráadquirenfe a todo aquei quepasare a ser titular del
. ~ ~ por cuafquier otro modo ... ". La exigencia de una sucesión
e ~ t a b l e c i r n i e n(...)

5"NAT, Sala fl, 21/8/07, "Zubiria, Hkctor Marcelo c. Transporte Automotor Plaza S.A. slDes-
pido", Boletín Menstialdejurisprudencia de !a CNAT, n0272,ago. 2007.
CNAT, Sala 11,25/2/13, "Adduci, Diego Javier c. Aiiment AR S.A. y otro slDespido", 80leEffi
Mensual de Jurisprudencia de !a CNAT, no 229, feb. 2013.
S"CNA7; Saia I1,l 1/8/92, "Lopez, RaUt J. y otros c. Entel slDif. desalarios", DT, 1992-B-2061.
5 18 Ricardo D.Nierreruelo - Pedro F, Niñez
---"-~ -- --.LII--_IIXIII_II

directa y convencional no se corresponde ni con la letra ni con el espíritu de la ley,


y no podría explicar la inclusión en este instituto de los supuestos desucesión mor-
tis causa, pese a los loabies esfuerzos de Justo López para sostener lo contrario.
Desde esta perspectiva, no podemos mis que concluir que la nocion de transfe-
rencia que maneja la Ley de Contrato de Trabajo es sumamente amplia, lo que re-
sulta de una vasta serie de expresiones empleadas para contemplar diversas figu-
ras, sobre las cuales no fija un numerus clausus (arts. 225,227 y 228, LCT). Aclviérta-
se que en su afhn de extender la tutela, el legislador laboral llega a extremos tales
que impone fa responsabilidadsoiidaria inciusivea carnbiosde empleados motiva-
dos por la transferencia de un contrato de locación de obra5' o de explotacidn, fi-
gura esta que carece de antecedentes en nuestro Derecho. En la interpretación
mas válida posible, que es la de Centeno, presentada por Martorell, lo que revela
Ia referencia a un contrato de explotación u otro análogo es la intencibn de regu-
lar un conjunto de situaciones de orden contractual innorninadas o atípicas que
tienen de comiin la utilización (explotación) de bienes materiales (cosas) a inma-
teriaies (incluidas los derechos) con vistas a la obtención de un fin y para lo cual se
hace menester el empleo del trabajadors8.
La transferencia del establecimiento puede ser definitiva o transitoria según el
cedente se desprenda permanentementede la unidad productiva o retorne la ges-
tión de ta misma luego de un determinado plazo.

1 - Transferencia definitiva
Es la situación más común. Se produce cuando el cedente transfiere el establc-
cimiento o ia unidad productiva autdnoma por aigiin titulo que no importará que
eventualmente vuelva a asumir la titularidad de aquél (la compraventa es el con-
trato habitual).
No es necesario que la novación se produzca sin solución de continuidad, pues
es posible que el establecimiento deba permanecer un tiempo cerrado para reali-

57 Vazquez Viafard nos indica que en el contrato de locación de obra, una parte que se ha
comprometido a ejecutar uno o varios objetos que deberá entregar a la otra, crea una organiza-
ci9nempresariaa la queotras personas quedecempeñendiversosrofes que hacen a láconsecución
del objetivo fijado contribuyen con su aporte en trabajo humano prestado en relación de depen-
dencia. En los caso5 de locación de servicios (que corresponde asimilarlos a los de obra), ia explo-
tacibn a queelloobliga puedeno requerir el usode un gran instrumental, aunquesiexigirá estruc-
turar una organizaciónquecombine, por lo menos, las prestacionesque realizan!os distinfoscola-
boradoresentrabajo humano, determinar el lugar en quecada unodeeflos ha de realizarsutarea,
ejercer el respectivo controi de Ia debida realización, impartir las instrucciones necesarias, etcete-
ra (Fernández Madrid, Tratado practico de derecho del trabajo, t. II, p. 39).
Mariorell, La transferenciade la empresa:probiemAtica laboral, ps. 109 y 1 10.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 5 19
-- -.,M- u-,- - - e - - , , -
-
m

zar todas aquellas refaccioneso modificacionesque considere oportunas el nuevo


adquirente. Lo que sí se requiere es la existencia de algún título (cualquiera) que
permita considerar adquirente a quien continúa con la explotación. Elio es así,
pues explotar en un mismo toca[ idéntica actividad que la que redesplegaba antes,
no importa necesariamentela presencia de una transferencia cuando ta explota-
ción anterior finaiizó y el local fue ofrecido en IocaciCin.
En este sentido, se ha resuelto que: "El alquiler de un local, aun cuando en el
mismo se desarrolle identica actividad que la que efectuaba el anterior locatario,
no constituye una transferencia del estabiecimiento en los términos del art, 225 de
la LCT, ni tampoco arrendarnientoocesión transitoria de éste'159.Asimismo, se ha
dichoque: "No exirte cesión de establecimientosi la nueva empresa ha entrado en
escena, {levando a cabo la misma actividad que la anterior, pero sin ser su conti-
nuadora jurídicaum.También se ha sostenido que: "El derecho af iocal constituye
un elemento primordial de la transferencia, pues por lo común su ubicación, tra-
tándose especialmentedecomercios al por menor, esdeterminante para atraer la
clientela, La simple circunstancia de explotar en un mismo local idkntica actividad
que la que se desplegaba antes no es desuyo argumento para acreditar la existen-
cia de una cesión, mhxime cuando el establecimiento anteriorces6 en su actividad
y el inmueble fue ofrecido en
Claro ejemplo de esta situación son los tocales adaptados para explotar la acti-
vidad gastronómica que a la finalización del plazo locativo no renuevan el contra-
to ni transfieren e! fondo de cornercioy posteriormenteel mismo inmueble es loca-
do por otra persona que desarrolia identica actividad pero que no es continuado-
ra de la anterior,
Siguiendo esta línea de razonamiento se ha dicho que: "Para que resultede apli-
cación lo dispuesto en el art. 225 y ss. de la LCT, es necesario que la transferencia se
realice mediante un vinculo desucesión directa o convencional entre el transmiten-
te y el adquirente, y no mediante el mero hecho material de que un nuevo emplea-
dor aparezca cumpliendo ia misma actividad que antes habia cumplido otra"62'.
Machado, en cambio, desconfía de los titulares que aparecen explotando se-
cuenciatmente un establecimientosin relacibn de sucesi6n convencionat entre sí, y

59 CNAT; Sala VI¡, 24/2/05. "Maza, Reimundo A. c. Parila S.R.L. y otros", en Manual de j ~ ~ j s -
prudencía, Juiio Grisolía (dir.), p. 340.
CNAT, Sala IX, 22/9/03, "Foster, Nkstor O, c. Salunia S.A. y otro", en Manual de jurispru-
dencia, julio Grisolia (dir.), p. 341.
CNAT, Sala IV, ZU4f06, "Rueda, Carlos A. c. Piarza Fontana 5.A.y otros", en Manualdejuris-
prudencia, Julio Grisolia (dir.), p. 342.
CCNAT, Sara tll, 2918K18, "Mopardo, Elba C. r, Corporación General de Alimentos S.A. Y
otro", en "Revista de Derecho Laboral y SeguridadSocial", n021, nov. 2008, p. 1912.
520 Ricardo D. Hierrezuelo -Pedro E iüúñez
-, ----,--,--,-- -----
señala que hay que diferenciar que el objeto de la locación sea un establecimien-
to (en todo o en parte, que pueda constituir en sí mismo una unidad técnica) y no
meramente un inmueble o un conjunto de muebles compatible con afectaciones
distintas.
Y agrega Machado que no es igual fa situación de las estaciones de servicio o
salas de espectáculos o buques, bienes todos ellosque tienen un destino prefijado
desde su concepción, que el hecho de que se alquile ovenda un local comercíaf a/
que, por azar, el nuevo titular decida explotar en idéntico ramo que el anterior. Es
un indicio fuerte, en el sentido de la continuidaddel establecimiento, el que, ade-
más de la identidad de ramo, la explotari6n continUe sin más intervalos de tiempo
que ioseventualrnentenecesarios para adecuaciones o cambios menores63,

2 - Transferencia transitoria o precaria


Canfjrmando la amplitud con que la Ley de Contrato de Trabaja regula los su-
puestos de transferencia, su art, 227 prev4 la aplicabilidad de las situaciones con-
templadas en los do5 anteriores a los casos de arrendamiento o cesion transitoria
del establecimiento; es decir que también en estos casosse transfiere a/ arrendata-
rio o cesionario (adquirente) transitorio tanto la relación de trabajo como la res-
ponsabilidad por las deudas devengadas al tiempo de la transferencia, U origina-
das en la misma, as! como también el derecho de los trabajadores de considerarse
despedidos si se verifican los supuestos previstos en el art. 226 de la LCT. l a trans-
misibntransitoria o precaria puede configurarse por medio de un contratode loca-
ción de cosas, comodato, usufructo, arrendamiento u otro similar,
En este sentido, ia jurisprudencia ha establecido que: "En lo que atañe a la res-
ponsabilidad que se atribuye al codemandado Lencetti, cabe sefialar que de con-
formidad a lo establecida por los arts. 225 y 227 de la LCT, el mismo resulta solida-
riamente responsable en su reconocido carácter de continuador de la explotación
del restaurante del que las actoras eran trabajadoras de temporada, situacion que
se encontraba vigente al momento de la transferencia.
"Etloes asi aun cuando el citado codemandado no hubiera recibido intimación
ocomunicación atgunadela desvincuiacióncontractual ocasionada por ia falta de
reincorporacibn de las promotoras del juicio, porque la responsabilidadque esta-
blecen los arts. 225 y 227 de la LCTes de origen legal y está prevista en protección
del trabajador, trasmitiéndose, por imperio de dicha normativa, al sucesor o ad-
quirente por cualquier título y atin al de caricter transitorio, todas las obligacio-
nes emergentes de los contratosde trabajo, incluidas las que se originen con mati-

63 Machado, Soljdafidadgenerada porta transferencia del estabiecimiento, en "Revista de


la Sociedad Argentina Derecho laboral", no 14, jun.-jul. 2002, p. 33.
Responsabiiidad solidaria en el contrato de trabajo 521
--,~---.+,- ,-- +
.-","-

vo de la transferencia. Ello, claro está, sin


pudieren existir entre los mismos
entre ellostarts. 1195, ? 197,1199, CCfco
CCCN])" 64.
En estos casos, atento la precariedad c
transrnitentesereserva la reversión del
parteshayan convenido. Es decir, pasana
mine a quien ha asumido Iw poderes de
obligaciones propias de! cedente o arr
tras dura el plazo de la cesion o arr
vuelvea ser responsable directo de !as
Cuando nos referimos a todas !as obligac
c i ~ an las que surgen del convenio colectivo,
pactadas en acuerdos pluri-individuales o en
bre este tema, la jurisprudencia ha resuelto
cibn de la autoridad competente (Ministerio
ción precaria a una UniónTransitoria de E
cio phb!ico de transporte de pasajeros, est
cargo de las obligaciones convencionales em
comprendetambién no sólo las derivadas del
a la actividad, sino también las dei ac
el cual se acordaba un plussalarial
de las obligaciones convencionales e
tes imponían el total cumpiimiento de los aspe
de trabajo individua\e~~'~~.
Como consecuencia de la transitoriedad de la c
so, en primer lugar, del primer empi
exclusivo la gestión transitoria de I
trato, el reintegrode la explotación
cedente originario. En este caso, el cedente es so5
obligaciones emergentes al mome
ParaVazquez Vialard, en opinión que ~ a r t o r e lnl
nuaria obligado por las prestacion

64 SCBA, 2W12198, "Capra, Susana Norma c. Giacagiia, Mariano. 5


inédito.
Ensinck, Leyde Contrato de Trabaloanorada, p. 666.
CNAT, Salal, 19/7/01, "Alvarado, h a n c. Dota S.A. y 07rosslDifere
de jurisprudencia, Julio Grisotia jdir.), 2003, p 202.
67 Erala, Contratode trabajo, pc. 499 y 500.
Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro F; iüiíñez
-522 --~*
-,'

la transmisibn yqueloafectaren. Por lotanto, estarian a su cargo, entre otros, los de-
beres de ocupación, seguridad, protecciiin, igualdad de trabajo, pago de fa remu-
neraciíin, dar preferencia en el ascenso e ingreso, depositar los fondosdeseguridad
social y lossindicales, en cuanto los mismosemergendelcontrato laboralal momen-
to de la transferencia, aun cuando se devenguen con posterioridad".
€1 criterio que Martorelt juzga más adecuado a derecho es el de Justo Lbpez,
quien entiende que no tiene sentido imaginar esos deberes en quien -precisa-
mente por la transferencia del establecimiento operada- ha perdido los poderes
jerárquicos que los acompañan. Solamente entonces existiria responsabilidad del
transmitente respecto a las obligaciones contraídas por el adquirente luego deefec-
tuada la transferencia, en doscasos: cuando Ia transferencia oculte una situaciórr de
fraude; y cuando la transferencia no estuviese destinada a surtir efectos permanen-
tes, o sea, en los casos de arrendamientoo cesión transitoria de! establecimientoS8.
Y en este último caso, cabria agregar que esto se produce con posterioridad a ia
recuperación del establecimiento.
Finalmente, el parr. 2" del at-&. 227 de la LCTestabiece que al vencimiento de tos
plazos concertados en el contrato celebrado entre las partes -sea ciétto o incier-
to-, el propietario de! establecimienro, con relación al arrendatario y en todoslos
demás casosde cesiirn transitoria, el cedenre con relación at cesionario, asumirá las
mismas obligaciones del art. 225, cuando recupere el estabiecimiento cedido pre-
cariamente. Es decir, la titularidad del establecimiento y con ella la condici6n de
ernpleador no se vuelven a adquirir automáticamente con el vencimiento del pia-
zo, sino can la recuperacióndel establecimiento.
Al término del plazo convenido puede que el arrendatario no reintegreel esta-
blecimiento y continúe ejerciendo de hecho las funciones de empleador. En ese
supuesto, conprescindenciadesu responsabiiidadpor losdañosy perjuicios que su
actitud le haya ocasionado al primer transmitente, éste no podrá negarse a reco-
nocer como trabajadores a los que hayan sido contratados con posterioridad a la
fecha en que debi6 devolversele la expiotación y que lo fueron por el titular apa-
rente de ella yque la ejercía de hechoc9.
También podría ocurrir que a la fecha delvencimientodel plazocelebreun nue-
vo contrato que determine un nuevo cambio en la titularidad del establecimiento
y, par ende, una nueva transmisión de aquél, cuyo titulo es el mismo negocio jurí-
dico constitutivo del arrendamiento o la cesión, en cuanto determina la precarie-
dad (sometimientoa plazo) de la transferencia precedente70.

68 Martorell, La transferencia de ¡a ernpresa:prob/emáticalabora¡, ps. 132 a 134.


69 Vázquez Vialard (dir.), Tratado de derecho del trabajo, t. 5, p. 42.
López - Centeno - ~ernindezMadrid, ley de Contrato de Trabajo comentada, t . ii,p. 872.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 523

c) Supuestosparticulares de transferencia

Existen algunas situaciones que, por [as particulares circunstancias en que se de-
sarrollan, han sido reguladas especificamente, coma la transferencia del fondo de
comercio, o bien, se discute la aplicación del articulado relativo a la transferencia,
camo ser los supuestos de licitación, concesiiin (pública0 privada), subasta judicial,
fusión, escisi~ny transformaci~nde sociedades comerciales, entre otros. También
merece destacarse la posición que ocuparán las relaciones laboralesfrente a la quie-
bra del ernpleador a la luz de las modificacionesintroducidas por la ley 24.522.

1 - Transferencia del fondo de comercio


Se puede definir el fondo de comercio como el conjunto organizado de fuerzas
productivas, bienes y derechos cuya unidad funcional se ubica en el plana comer-
cial o industrial y que se dirige a obtener lucro para su titular7I.
En nuestro pais, la transferencia del fondo de comercio se rige por la ley 1 1.867,
cuyo art. lo considera elementos constitutivos de un establecimiento comercial o
fondo de comercio, a los efectos de su transmisión por cualquier título: las instala-
ciones, las existencias en mercaderías, el nombre y la enseña comercial, la cliente
la, el derecho al local, las patentes de invención, las marcas de fábrica, locd
modelos industriales, las distinciones honoríficasy todos los demas derech
vadosde la propiedad comercial e industrial o artística.
Para que la enajenación de un fondo de comercio tenga validez frente a t e
es menester no sólo la publicación de edictos, sino también otorgar el ins
to de venta y cumplir con ia inscripcion en el Registro Público de Come
que no se verifiquen esos extremos, el acto no puede ser opuesto a los a
del vendedor (conf. arts. 2O, 4" y 7", íey 11.687). Empero, el art. 8" dispo
podrá efectuarse ninguna enajenación de un establecimiento comercial
trial por un precio inferior al de los créditos constitutivos del pasivo confes
el vendedor, más ei importe de loc créditos no confesados por el vended
cuyos titulares hubieran hecho la oposición autorizada par el art. 4O, salvo el
de conformidad de la totalidad de losacreedores. Estoscréditosdebenproceder
mercaderias u otros efectos suministrados al negocio o de los gastos generales
mismo. Y el art. g0 presume simuladas juris et de jure las entregas que aparezcan
efectuadas a cuenta o como seña que hubiere hecho ei comprador al vendedor Y
en cuanto ellas puedan perjudicar a fosacreedores.
En materia laboral, conviene destacar que las disposiciones del art. 225 y 5
guientesde la LCT, incluyentambién la transferencia del fondo de comercio, r a z h

"
Varangot, citado por Martoreli, La transferenciade la empresa:problernática laboral, ps.
157a 159.
524
-- - - , -
Ricardo D. Wierfezuelo -Pedro E Núñez
---
por la cual la transmisión de las obligacionl;~emergentes de la relación laboral por
estas causas opera automáticamente, sin necesidad de que el trabajador deba ma-
nifestar la oposición prevista por el art. 4' de la ley 11.687o deba cumplir con las de-
m65 cargas establecidas en esas dicposiciones.
De todas formas, el trabajador podríci invocar el regimen de responsabilidad so-
lidaria de la ley 11.867, que involucra no $610al adquirente y transmitente, sino
también al martiliero o escribano actuante. Así el arz. 10, in fine, de la ley citada es-
tablece que si habiendo oposición el rematador hiciera pagos o entregas al vende-
dor, quedara obligado solidariamente con éste respecto de los acreedores, hastis ei
importe de las sumas que hubiera aplicado a tales objetos.
Por su parte, et ai-t. 11 prevé que las omisiones o transgresiones a lo establecido
en la ley haran responsables solidariamente al comprador, vendedor, marfil eroo
escribano que las hubierancometido, por el importe de ioscr4ditosque resutten im-
pagos, como consecuencia de aquéllas y hasta el monto del precio de lo vendido.
Esto en materia Iaborai debe entenderse solo referido al escribano y al rnartillero,
pues transrnitente y adquirente responden solidariamente por todas las obligacio-
nes laborales, aun en exceso del precio de lo vendido (conf. arts. 225 y228, LCn.

2 - Licitacion y concesión
La doctrina se inclina por considerar que en estos supuestos no se aplican las dis-
posiciones de la transferencia.
Así, VazquezViaiard nos indica que no opera este instituto cuando un empleador,
por concesión pijblica o privada, realiza una explotación que antes realizaba otra
persona fisica o jurídica que ceso en eflapor vencimientodel plazo fijado al efecto,
o por otro motivo. En el caso, en la medida en que no exista transferencia de la uni-
dad económica, sino simple continuación de la misma explotación, no puede con-
siderarse que el nuevo empleador se subroga en la situación del anterior; las rela-
ciones que vinculaban a éste pudieron ser extinguidas por una u otra de las partes
con motivo del hecho que puso fin a la explotación.
Por lo tanto, tales relaciones no continúan con el nuevo concesionario, ni éste
estávinculado con loscréditos laborales nocancelados porel anterior. En esasitua-
ción, no existe vinculo de sucesibn directa; no se da por la simple circunstancia de
que otra persona aparezca cumpliendo la misma actividad que antes ejercia un
empieador. En la medida en que no se acredite la existencia de un fraude a traves
de la simutacion de un intermedio de esas características, cuando en realidad ha
habido una continuación real de la actividad, no se puede sostener que se haya
operado una transferencia7*.

72 Vázquez Vialard (dir.), TraTado de derecho del trabajo, t. 5, p. 29.


Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 525

En idéntico sentido se expidieron ~rotoschin~" Justo Ltipe~o~~yFernandez Ma-


drid75.Este último señala que en caso de adjudicaci6n de una licitación no hay
transferencia porque no existe unvínculo que una a tos dos conceslonarios. Lo que
liga al ganadorde ia concesión con el negocioeselactodeadjudicación,que no tie-
ne en principio relación alguna con la anterior concesión.
Por su parte, CandaI entiende quese está en presencia de un supuesto de conti-
nuidad sin solidaridad. En efecto, concidera que el art. 228 de ia LCTnose aplica a
los supuestos donde no se presenta un acto de transmisión directa, como en estos
casos. indica que la reiación que cobra relevancia en éstos es la de concedente y
concesionario, y el primero no se identifica con el anterior titular del estableci-
miento concesionado. Por lo tanto, no hay un acto de transmisibn directa, ya que
e! anterior titular del establecimiento no es, técnicamente, un transmitenteJ6.
La jurisprudencia ha sido pacífica a la hora de considerar que en la concesión no
hay transferencia. Así, se ha dicho que: "La continuidad del vínculo entre el actory
su empleadora, durante los nueve meses posteriores a la conclusión del permiso
precario con que contaba para la explotación y uso comercial en un aeropuerto,
releve que ninguna responsabilidad solidaria le cabe a la codemandada continua-
dora de dicha explotación y uso comercial, pues, en tos casos de adjudicación de
una concesion o permiso no hay transferencia de establecimiento, porque no exis-
te un vinculo que una al concesionario anterior con el p o s t e r i ~ r "En
~ ~términos
.
similares, se recolvió que: "Si bien ei actor reaiiz6 venta ambulante de productos
alimenticiosy de caf6 para otras empresas que tuvieron la concesión con anteriori-
dad a la empresa demandada, no se puede responsabilizar a esta última en los tér-
minocde losarts. 225 a 228 de la LCT, puesen las casosde adjudicaciánde una con-
cesión (pública o privada) no hay transferencia del establecimiento, debido a que
no existe un vinculo que una al concesionario anterior con el p o ~ t e r i o r " ~ ~ .
Por su parte, la Sala VI sostuvo que: "Habiendo mediado transferencia de esta-
blecimienro con cesión de personal mediante licitación pública de Estación Termi-
nal de Omnibus de Retiro a Teba S.A., no resulta válido e1 acuerdo por el cual la ce-
sionaria no se haria cargode la antigüedad de los%rabajadoreseri cuestión. Ello re-

73 Krotoschin,Tratadoprdctico de derecho del trabajo. t. 1, p. 435.


74 López- Centeno- Fernández Madrid, Ley de Contrato de ~rabajocomen~ada,
t. 11, p. 864.
fernandez Madrid, Tratado práctico de derecho del trabajo, t. il, p. 965.
76 Candal, "La regulación jurídico-laboral de la transmisión de empresas", en Las transfoF
maciones de /a empresa en e / derecho del rrabajo, p. 624.
77 CNAT, Sala I,20/10/06,
"Gbrnez,lavier 0. c. Agencia Ecuador y otro", DT, 2006-A-373.
78
CNAT, Sala iV, 20/10/06, "Resta, Andrés Avelino c ~laraformacero S.A.y otros siDespid0".
Boletín Mensual de jurisprudencia de la CNAT, no263, Oficina de Jurisprudencia,oct. 2005.
526 Ricardo D.Hierreruelu -Pedro E iüdfiez
-.-- --~. -&p. ----
sulta de aplicar lo dispuesto por el Ivlaxirno Tribunal nacional en el precedente 'Di
Tullio' -sent. del 17/12/96, registrada en CSN-Fallos, 319:3071-, donde se esta-
bleció que: a) no se puede desconocer validamente -aun cuando la decisión de
hacerlo involurre al Estado mismo y este invoque razones de necesidad y urgen-
cia- io dispuesto en los arts. 225 a 228 de la LCT mediante la subordinación de
éstos a norma de inferior jerarquia; b) corresponde habtar de transferencia de es-
tablecimiento frente a un procedimiento licitatorioefectuado por ei Estado oen-
tes estatales en el contexto de áreas o activos afectados af servicio"79.
Con respecto a la licitacicin, la Sala 1 resolvióque: "La transferencia de estableci-
miento se produce de manera transitoria o definitiva por el cambio de titularidad
de una o varias unidades productivas-conf. Guisado, Méctor, en Tratado de dere-
cho del trabajo, Mario Ackerrnan (dir.), t. ilf, p. 770-, cambia de titularidad que
presupone un vínculo de sucesión jurídica entretransrnitente y adquirente de con-
formidad con lo preceptuado en los arts. 225,229 y concs. de la LCT. No hay trans-
ferencia de establecimiento en el caso de la adjudicacion por licitación realizada
por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires pues está ausente lz. sucesión juridi-
ca como requisito inelud~bie"~~.
La Sala VI, resolvió que; "En los casos de adjudicación de una concesión no pue-
de haber transferencia de establecimientoen los terminas previstos en tos arts. 225
a 229de la LCT, ante ia inexistenciade un vincuio jurídico que una al concesionario
anterior con el a c t ~ a l " ~ ' .
Por nuestra parte, entendemos que no existe ningrin tipo de relación entre !os
concesionarios, sino que la misma se da con el concedente. Para ejemplificar, cabe
sefiaiar que para que se produzca la transferencia tiene que haber un transrniten-
te, un adquirentey un título de transmisión-cualquiera sea éste-. Tanto en la li-
citación como en la concesidn, ambos concesionarios revisten la posición juridica
deadquirente y no hay ningún tkulo que los una. Pero etio no quiere decir que no
haya transferencia, pues ella se produce con et concedente.
Este no hace mas queotorgar transitoriamenteal concesionario la autorización
para ta explotación de determinada actividad que de otra forma debería reatizar-
la personalmente(sea quese trate de una concesi8n pública o privada). Desdeesta
perspectiva, corresponde aplicar, en principio, las normas establecidas en el Título
XI de la LCTa la relación que se produce entre concedente y concesionario, salvo

79CNAT, Sala VI, 77/8/06, "Fenoglio, Juan Carlos c. Teba S.A. s/Despido", Boletín Mensualde
lurisprudencia de la CNAT, no261. Oficina d e Jurisprudencia, ago. 2006.
O' CNAT, Sala 1, 15110108, "Pujana, Mariano Martin c. Punta tarrasco S.A. y otro s/Despido",
Boktin Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, nv285, Oficina de Jurisprudencia, oct. 2008.
*' CNAT, SaiaVI, 2119112, "Zerda, Alicia Rosa c. Lessiver S.R.L. y otross/Despido", Boletín Men-
sualdejurjsprudencia de la CNAT, n0325,sep. 2012.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo
----u- -
p --"
u -
527
-
que exista una disposición legal que establezca lo contrario.Volveremossobreeste
punto al hablar de las privatizaciones.
Sin embargo, existen dos supuestos en que ambos cesionarios deben responder
solidariamente. Ei primero se produce cuando se verifica la presencia de fraude que
se da cuando el primitivo concesionario desaparece y el nuevo (que SQIO se diferen-
cia de aquél por el nombre societario, ya que está integrado por los mismos socios)
aparece con-tratando a los trabajadores de! anterior sin reconocerles ni la antigüe-
dad ni !os demás derechos (categoría, remuneración).Se trata de una maniobra per-
geñada con el iinico propósito de eximirse de las responsabilidades laborales. Ei
segundo se da cuando el nuevo concesionario mantiene tanto los medios producti-
vos, como la organizaciónempresaria! del anterior, es decir, cuando ia concesión va
acompafiada de la entrega de toselementospatrimoniaiesfundamentales para con-
tinuar con la actividad económica.
Referido a este punto, la jurisprudencia ha dicho que: "Debe concluirse que no
existió interrupción de la relación laboral entre un trabajador y !a compañia gas-
tronómica concesionaria de un restaurante ubicadoen un hospitaf, al momento de
ceder dicha concesi6n a otra empresa, pues, esti última no negó haber contratado
a los mismos empleados, los cuales se habian desempeñadosin cambios aparentes,
rnixirne cuando de los recibos de sueldo del actor,surge que ambas sociedades te-
nian el mismo domicilio
En este sentido, en España, y a la Iuzde lodispuestapor el art.44del Estatuto de
los f r a bajadores Españo!es, se planteó el interrogante de determinar ri la sucesibn
de contratistas en la prestación de un servicio que puede, incluso, obedecer a una
necesidad permanente, integra el supuesto de hecho previsto en ese artículo, en
los casos en que t a l sucesión va acompañada de transmisiónde los elementos patri-
moniales necesarios para llevar a cabo la actividad. La doctrina mayoritaria y, ac-
tualmente, también la jurisprudencia entienden que la sucesión o cambio de con-
tratistas o concesionariosno puede ser considerada como transmisión de empresa
ni unidad productiva autónoma, cuando no va acompafiada de entrega de los ele-
mentos patrimonialesfundamentales para continuar Ia actividads3.

3 - Subasta pijbiica
También se encuentra controvertida la doctrina sobre este supuesto especial,
pues mientras Krotoschin y Vazquez Vialard lo excluyen, fernández Madrid y Jus-

82 CNAT, Sala 1,231U09,"Silva Giméner, Marioc, Goiden Chef S.A. y otras", DT, ano LXIX, no
X,oct. 2009, p. 1 133.
El ari. 44 del Estatuta be los Trabajadores EspaAoles, establece que el cambio de la titula-
ridadde la empresa, centro detrabajo0 unidad productiva autónoma deelia no extinguirá la rela-
ción fabcral; el nuevo empresario queda subrogado en los derechos y obligaciones laborales del
528 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núñez
_I~__--U-~I-_.-"_I_-l__l_l--l
-
to L6pez lo admiten. Para esos ú1Timos la transmisibn por subasta pública se en.
cuentra incluida en las previsiones del an. 225 de la LLT, ya que la norma no efec-
túa distincián alguna. Y Justo López puntualiza que la ejecución judicial sobre los
bienesdel deudor titular de un estabiecimiento noes un obstáculo insalvable para
la existencia de unvinculo (jurídico) desucesión entre el anterior titular y el adqui-
rente de un establecimientoque se mantiene como tal, es decir, como unidad pro-
d~ctiva~~,
Comparten esta ijltirna posición Alonso Olea y Casas Baamonde, quienes seña-
lan que en lasadquisicionesensubasta judicial haytambién subrogaciónsi Io sidjtl-
dicado es la empresa o el negocio como totalidad o conjunto operante de bienes y
derechos, osi comprende los elementos necesarios y por si micmossuficientes para
continuar la actividad empresarial. No así, en cambio, si lo adquirido son bienes
muebles o inrnuebles, o derechosaisiados, resuleantesdela descomposición(porel
embargo o para la subasta} de la explotaci6n sin posibilidad ulterior de funciona-
miento como unidad p r o d ~ c t i v a ~ ~ .

El art. 74 de la ley i9.550 dispone que la transformaciónse produce cuando una


sociedad adopta otro de los tipos previstos, y que noce disuelve nise alteran sus de-
rechos y obligaciones. La transformación no modifica la responsabilidadsolidaria

anterior, y ambos respondensolidariamente durante tres años de las obligaciones laborales naci-
das con anterioridad y que no hubieran sido satisfechas.
En consecuencia, no hay transmisibn si no va acornpafiada de transferencia de los medios ma-
teriales y humanos necesarios para cantinuar l a actividad de que se trate.
Concurriendo el supuesto de hecho, las consecuencias labaralesserían, de un lado, la subro-
gación del nuevo empresarioen la posicibn contractual del anterior, estS obligado a mantener las
condiciones que regían el contrato; y de otro, la responsabilidad solidaria por deudas anteriores
durante tresanos, e incluso, posteriores s i la transmisibnfuedeclarada deiito. La subrogacibn sbio
puedeafectar lasreiacionesiaboraiesvigentes, io cua! excluye aquellas que previamentesehubie-
ran extinguidovalidamente y, en caso de transmisión de unidad productiva autóiioma -entidad
que "sin tener la condicibn de centro de trabajo, sea susceptiblede integrar un conjunto produc-
tivo dotado de au'ronomiav-, la responsabilidad solidaria s610 alcanza "a los trabajadores que
presten servicios en dicha unidad0.Al hecho de prestar servicios en una determinada unidadse lo
denomina, también, en termino)agía carentede referente lega/,estar adscritos.Lasubrogacion es
obligatoria para los trabajadores si así io acuerda el cedente, aunque cabe pacto en contra si así
conviene a los intereses de los trabajadores afectados, de forma que pueden continuar prestando
servicios en otra unidad de la empresa cedente {García Ortega, La sutesián de contratistas, en
"Anuario de Derecho del Trabajo de la Universidad Austral", ps. 135 y 136).

Fernandez Madrid, Tratado práctico de derecho del trabajo, t. li, ps. 965 y 966.
85 Afonso Ofea -Casas Badmonde, Derecho del trabajo, p. 398.
Responsabi/idadsolidaria en el contrato de trabajo 529
--- . , ----*

e iiimitada anterior de tos socios, aun cuando se trate de obtigaciones que deban
cumplirse con posterioridada la adopción del nuevo tipo, salvo que los acreedores
lo consientan expresamente. En cambio, si en razdn de Ia transformación existen
sociosque asumen responsabilidad ilimitada, ésta nose extiende a iasobiigaciones
sociales anteriores a la transformación, salvo que la acepten expresamente (aris.
75 y 76, LSC).
La mayoría de la doctrina, en términosque compartimos, es conteste en señalar
que no estamosante un supuesto de novaciónsubjetiva, pues no hay un cambio de
sujeto, sino que continira la misma persona, aunque con un tipo societario distinto.
Tanto 5ardegnag6corno Vázquez Vialard sostienen, en cambio, la postura con-
traria. Para este teUtimoautor, si bien continca la misma personajuridica, aunque con
distinto ropaje legal, existe una modifiracjbn que puede producir un perjuicio al tra-
bajador, en cuanto a través de ella se disminuya la responsabilidad del ernpleador.
Una sociedad coiectiva que obliga ilimitadamentea sus integrantes respecto de las
deudas del ente puede convertirse en otra (S+A.,S.R.L+) en que ia responsabilidad
respecto de iacabligacionesquese devenguen en el futuro queda restringida a los
aportes realizados por los integrantes, con lo cual disminuye la garantia de los cre-
ditos que el trabajador pudiera tenera7.
Aun cuando no compartimos esta última posiciiin, debemos reconocer que
efectivamente la adopcibn de otro tiposocie~ariopodría traer aparejado, según el
caso, una disminución de la garantía del trabajador. Para VGzquez Vialard, si no se
dieran en este caso tos presupuestos a que se refiere el art. 225 de la ICT, el traba-
jador no podria objetar [a transformación en cuanto le causa un perjuicio. Discre-
pamos con este criterio pues, a nuestro entender, la no apiicacíón del art. 226 de la
LCTen nada inhabilita al trabajador a considerarse despedido con justa causa. Ad-
viértase que e! perjuicio al que hace aiusion el mentado articulo debe apreciarse
según el criterio del art. 242 de la LCT, por lo que, configurada Ia injuria, el traba-
jador podría vilidamente rescindir el vínculo laboral en esos términos. De masesta
decir que también procedería resolver el contrato de trabajo si se demuestra que
la transformación sóio fue una maniobra que tuvo por finalidad limitar ia respon-
sabilidad de los socios frente a actos que ia sociedad realizó con posterioridada la
misma y que perjudicarondirectamente al trabajador,
Por úttimo, no hay que descartar la posibilidad que la garantía crediticia deltra-
bajador aumente hacia el futuro.
Se pasa entonces de un tipo de responsabilidadlimitada a otro que obliga a 10s
socios ilimitadamente.

86 Sardegna, Ley de Contrato de Trabajo, p. 539.


Vazquez Vialard (#ir.), Tratado de derecho del trabajo, t. 5, p. 30.
530 Ricardo D. i-lierreauelo-Pedro F. NúRetr
-------
5 - Fusión y escisión
Ambas figuras están reguladas en la Sección XI de la ley 19.550. El art. 82 de
dicha ley establece que: "Hay fusión cuando dos o más sociedadesse disuelven sin
liquidarse, para constituir una nueva; o cuando una ya existente incorpora a otra u
otras que, sin Iiquidarse son disueltas. . . ". Y agrega que: ". .. l a nueva sociedad o la
incorporante adquiere la titularidad de los derechos y obligacionesde lassocieth-
des disueltas, produciéndose la transferencia totalde sus respectivos patrimonios
alinscribirseen el Registro Público de Comercio elacuerdo definitivode fusión!/el
contrato o estatuto de la nueva sociedad, o elaumento de capitalque hubíere teni-
do que efectuarla incorporante".

La doctrina distingue dos categorías de fusi0n:


1. La fusi6n propiamentedicha: tiene lugar cuando doso mas sociedades se di-
suelvensinliquidarse para constituir una nueva, que en lo sucesivoasume la
titularidad de los derechos y obligaciones de aquélfas.
2. La fusión por incorporaciíin: se concreta cuando una sociedad incorpora a
otra u otras que, sin iiquidarse, se disuelven, en virtud de lo cual la sociedad
incorporante asume todos los derechos y obligaciones de las anteriores,

En cuanto a la escisión, el articulo 88 de la ISCprevO que la misma se produce


cuando:
1. Una sociedad sin disolverse destina parte de su patrimonio para fusionarse
con sociedades existentes o para participar con eIlas en la creación de una
nueva sociedad.
2. Una sociedad sin disolverse destina parte de su patrimonio para constituir
una o varias sociedades nuevas.
3. Una sociedad se disuelvesin liquidarse para cons.tituir con ia totalidad desu
patrimonio nuevas sociedades.

Marlorelf divide la escisión en cuatro ciases:


1. Escisión-incorporaci6noescisión con absorciiin: se concreta cuando una so-
ciedad -sin disolverse- destina parte de su patrimonio a otra sociedad ya
existente.
2. Fusión-escisión:se produce cuando una sociedad participa con otra u otras
aportando todas ellas parte de sus patrimonios para la creación de una nue-
va compañía.
3. EscisiOn propiarnen.tedicha: se configura cuando una sociedad destina par-
t e de su patrimonio para crear una o varias sociedades nuevas.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 531

4. Escisibn-división:contempla el casode una sociedad quesedisueIvesin liqui-


darse, para constituir sociedades nuevasconla totalidad de su pairim~nio*~.

Infiere que tanto la fusión como ia escisión se encuentran incluidas en la nor-


mativa prevista e n el Título Xi de la Ley de Contrato de Trabajo y sobre este punto
no hay controversia, la cuals61o se genera a la hora dedeterminar la posibilidad del
trabajador de disolver el vinculo laboral en los términos del art. 226 de !a LCTpor
esa sola circunstancia.

6 - La quiebra del empleador


La ley 19,551,a diferencia del régimen actual, protegía la conservación de la
empresa y en esa inteligencia, una vez decretado el estado de quiebra, e! juez o el
síndico, con conocimientode aquél, podían disponer la inmediata cantinuaciónde
l a explotación de la empresa o de algunos de sus establecimientos.
Por su parte, el art. 189de la ley 19.551 disponia que estando ia empresa en mar-
cha, el adquirente de la misma era considerado sucesor del fallido y del concursocon
relación a todos Iw contratos iabora!esexistentesa la fecha de la transferencia a su
favor, Sin embargo, los importes adeudadosa los dependientes por el fallido0 por el
concurso eran objeto de verificación o pago en e! mismo. Es decir, la propia ley esta-
blecía una excepción al principio general de cesión ope legisde las deudas devenga-
das con anterioridad a la fecha de la adquisición, pues los trabajadores debían veri-
ficar sus créditos en e[ concurso. Pero al menor se mantenía su fuente de trabajo y
se debía reconocer la antigüedad adquirida en su anterior empleador.
Con la sanción de la iey 24.522, el principio de conservación de la empresa sufre
profundas transformaciones pues ahora el sindico puede continuar de inmediato
con la explotación de la empresa en forma excepcional, y sólo en aquellos casos en
loscualer de la interrupci6n de la explotaci6npudiera resultar, con evidencia, un da-
no grave al interés de los acreedores y a ta conservacióndel patrimonio. Aun otar-
gada la autorizaciónpara su continuación, ei juez puede poner fin a la misma antes
del vencimienta del plazo fijado, si la explotación resulta deficitaria o de cualquier
otro modo impar.ta un perjuicio para los acreedores89.
Se sustrajo la competenciade los jueces laborales en el conocimienPo de dichas
causas, con las desfavorablesc~nsecuenciasqueello implico. Porsuerte, con la san-
ción de la ley 26.086 la justicia del trabajo recuperó nuevamente la competencia
para entender en aquellas causas donde los demandados se encuentren concursa-

f
88 Manorell, l a transferencia de /a empresa: problemática labora/, ps. 240 y 242.
89 Vitola, Reflex~onessobre continuacidn de la expiotacidn de /a empresa en quiebra ysdi-
daridadiaboralen su transferencia, en "Revista de Derecho Laboral", no 2001-1, "La solidaridad
en el contrato de trabaja", p. 286.
532 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E lVúñer
-*M- ---_.--I__U_-.i-l_

dosoquebrados. Al igual queen el régimenanterior, la quiebra no produce ladiso-


lución del contrato de trabajo sino su suspensión de pleno derecho por ei término
de sesenta días corridos; vencido el plazo, si no se hubiera decidido la continua-
ción de la empresa, el contratoqueda disueito a la fecha dedeclaraciónen quiebra
y los créditos que deriven de él pueden ser verificados.
En cambio, si dentro de ese término se decide la continuacibnde la explotación,
se considerará que se reconduce parcialmente e\ contrato de trabajo con derecho
por parte del trabajador de solicitar /a verificación de los rubros indemnizatorios
devengados, adicionándose a éstos los que se devenguen durante el periodo de
continuación. tos trabajadorestienen derecho a percibir sus haberes aun cirrindo
no se reinicie efectivamente la labor. Sin embargo, esto no se aplica en el caso que
la continuidadde la explotación sea a cargo de una cooperativa de trabajadores o
de trabajo,
De más esta decir que [a con-tinuaciQn de la explotación no importa transferen-
cia, pues la actividad la realizan los trabajadores por cuenta del concurso, rnante-
niéndose las relaciones laboralesen las mismas condiciones anteriores. No obstan-
te ello, los sueldos, jornales y demás retribuciones que 5e devenguen durante la
etapa de continuación deben ser pagados por el concurso en los plazos legales y
son considerados gastos del juicio.
La gran novedad que introduceestaleyes queei adquirente de la empresa cuya
explotacibn haya continuado no es (a diferencia de lo que establecia el art. 189 de
la ley 19.551) considerado sucesor del fallido y del concurso respecto de todos los
contratos laborales existentes a la fecha de la transferencia. Asimismo, los impor-
tes adeudados a los dependientes par et fallido o por el concurso, los de carácter
indemnizatorio y los derivados de accidentes del trabajo y enfermedades profe-
sionales con causa u origen anterior a la enajenación son objeto de verificación o
pago en el concurso, quedando liberado el adquirente respecto de los mismas
(conf. art. 199, Jey24.522).Es decir, de acuerdo a la actual redacción, el adquirente
queda totalmente liberado respectode ios trabajadores, por loque, de producirse
esa situación, las relaciones laborales con el personal de/ fallido, se consideran co-
ma recién concertadas.
De lo expuesto se infiere que se crea una nueva relación laboral con la conse-
cuente pérdida de la antigüedad y los derechos y expectativas del trabajador vin-
culados a ésta, incluidas las acreencias ensu favor devengadas hasta ese momento,
y sin desmedro de los derechos que el trabajador puede hacer vater en el concurso
como acreedor del mismo. La eventual incorporaciónde estos trabajadores no im-
porta el reconocimiento de la antigüedad que pudieren tener con la fallida, salvo
aclierdo individual en contrario con el adquirente. Los términos de la relación de-
penden de lo que las partes han pactado, ya en forma expresa o implícita, mejo-
rando para el trabajador las condicionesqu~lestabieceelconveniocolectivodetra-
bajo vigente en fa actividad.
Asimismo, deberán negociar nuevas condiciones de trabajo, categorias profe-
sionaies, salarios distintos y aun inferiores a los que gozaba el trabajador con su
anterior empleador, en tanto lo pactado no vulnere los rninimos legales y del con-
venio colectivo aplicable (que no puede ser alterado en perjuicio det trabajador).
La circunstancia de que no medie interrupción de la prestación al tiempo de con-
cretarse la transferencia no modifica ni altera la no responsabi!idad del adquiren-
te prevista en la ley, habida cuenta que ei contrato se extingue de pieno derecho
tal como lo estipula ef art. 199 de la I C T ~ * .
De ahí que el adquirente Gnicamenteasume obligaciones (que le son propias) a
partir del momento en que opera la transferencia (no antes); no es deudorsolida-
rio respecto de los débitos de su antecesor en !a explotación, como ocurre en el
régimen comUn. Al efecto, la norma ha ectablecido una separación absoluta entre
ambos procesosde actividadg1.En cambio, se produce una situación distinta cuan-
do en el proceso del concurso preventivo, el concursado, de acuerdo con las posi-
bilidades de negociacióna que hace referencia el art. 43 de la ley 24.522, procede
a la entrega de bienes. Esta podría consistir en la transferencia total o parcial del
fondo (o de varios de ellos) de comercio. De darse esa situación, se produce-res-
pecto de las relaciones laboralesvigentes en el ámbito cedido- una transferencia
del contrato de trabajo reguIada por el art. 225 de la LCT.
Es más, el art. 198 de la ley 24.522 dispone que los convenios colectivoc de tra-
bajo relativos al personal que se desempeñe en el establecimiento o empresa del
fallido, se extinguen de pleno derecho respectodel adquirente, quedando las par-
tes habiiitadas a renegociarlos. Es obvio que se está refiriendo a los convenios de
empresa aplicableseneiestablecimientotransferidoy noa los de actividado rama,
pueseiloscontinúanvigentesy son aplicables en tantoel adquirente no modifique
la actividad del establecimiento.
Sobre este tema, la jurisprudencia ha resuelto que: "Sin perjuicio de la referen-
cia imprecisa y equivoca al 'concurso' contenida en el art. 199 de la ley 24.522, des-
de el momento en que está incluida en la Sección 1II del Capítulo lV destinada a re-
gular los 'efectos de la quiebra sobre el contrato de trabajo', no puede entenderse

Prado, Regimen de contrato de trabajo, p. 109 y siguientes.


" En este sentido, la jurisprudencia ha resuelto que: "La regulacibn para ei supuesta de
transferencia del contrato de trabajo inserta en el Título X1 de la LCTesta prevista con akance
general, Pero cuando ese negocio jurídico esta vinculado con la declaración de quiebra del ante-
riortituiardei contratode trabajo, lasolución esta especialmente contemplada en el art. 199 de la
ley 24.522 que establece: 'El adq~irentede la empresa cuya explota~iónhaya continuado, no es
considerado sucesor del fallido y dei concurso respecto de todos los contratas laborales existentes
a la fecha de la transferencia' ..." (CNAT, Sala lli, 14/10/09, "De Giuli, Nkstor Pedro c. Eskabe S.A.
s/Riferencias de salarios",BoieTín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no 295, Oficina de Juris-
prudencia, o d . 2009).
534
-
.
e -.-. ----------Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E AIÚiiez
_I_

relacionada con un concurso de carácter meramente preventivo que no supone el


desplazamiento de las autoridades societarias naturales ni el desapoderamiento
de los bienes. Es la situación de quiebra la que provoca e! desplazamiento deauto-
ridades y el desapoderamiento de bienes y la que determina que la transferencia
de un establecimiento(y la del personal que se desempeña en él) a un nueva titu-
Iar no pueda reputarse derivada de un vínculo de sucesión convencional, pues
resuita obvio que la causa fuente de la nueva titularidad no es un nexo contractual
entre la fairida y el adquirente sino una resolución judicial de adjudicación nor-
malmente precedida de un trámite l i c i t a t o r i ~ " ~ ~ .
Fa única excepción que contempla el art. 199 de la ley 24,522, es cuandose haya
continuado la explotaci0n, yen ese caso el adquirente de la empresa es considera-
do sucesor del concurso con respecto a los derechos laborales de los trabajadores
cuya relaciónse mantuvo en ese periodo. Sin embargo, no es sucesor del fallido sino
en ese concepto, y los importes adeudados con anterioridad a la quiebra seran ob-
jeto de verificación o pago en e1 concursa. La norma culmina señalando que cuando
el adquirente sea una cooperativa, deber4 estarse al régimen de la ley 20.337.

d) Efectos de la transferencia del establecimiento


Resta analizar lasconsecuenciasjurídicas que se generan al producirse la trans-
ferenciade la empresa, del estabiecirnientoodela unidadtécnica productivaaut6-
noma, respecto de la relación de trabajo del personal que presta servicios en ese
lugar, así coma tarnbikn, con relación a las obligaciones devengadas antes de la
transferencia, ya sea quese tratede trabajadoresque aUn continúan unidos por un
vlnculo laboral o, por el cantrario, estemos en presencia de relaciones laborales
terminadas con anterioridad a la transferencia. Luego analizaremos aquellas abli-
gaciones que se generan af momento de la transferencia, incluyendo el estudia de
los motivos a causas que justifican Ia rescisión contractual del trabajador, para fi-
nalmente estudiar aquellas obligaciones contraídas después de la transferencia.

1 - Continuación de la relación de trabajo


l a principal consecuencia juridica que se produce con la transferencia dei esta-
blecimiento es la mutación en la persona jurídica del ernpleador. Es que, salvo
aquellos casosexcepciones enque la relación laboralse extingue con la muerte del
empleadar, en la generalidad de las casos la figura del ernpleador no resulta tras-
cedental para la prosecucióndel vínculo laboral, el cual semantiene'cinsolucidn de
conPinuidadcon el nuevo ernpleador.

, 11, 12/9/07, "Revoredo, Rafael Raúl y otro%c.Mediral Power S.A. y otrosiDespi-


9 v C N A ~Sala
do", Boletín Mensualde lurispiudencia de la CNAT, no 272,ago. 2007.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 535

El art. 225 de la LCT,iuegode disponer la transmisión de las obligacionesdel ad-


quirente al sucesor,es categórico al prever que: "... Elcontratode trabajo, en tales
casos, continuará con el sucesor o adquirente, y el trabajador conservará la anti-
güedad adquirida con el transmite& y los derechos que de @/lare deriven". En
idénticos terminos, el art. 227 de la LCT, referido a la transferencia transitoria del
establecimiento, dispone que ei art. 225 se aplica a estos supuestos, tanto al mo-
mento de la transmisión precaria o transitoria, como en el instante que el propie-
tario del estabtecimiento o el cedente original recuperenel establecimientocedido.
El adquirente viene a ocupar la misma posición jurídica que antes ocupaba el
transrnitente, es decir, pasan a aquel la totalidad de las relaciones laborales vigen-
tes hasta ese momento, así como también la totalidad de derechos (crkditos)y de-
beres (deudas), u para utilizar una expresibn acufiada por Justo López, una trans-
misión de posicionesjuridicassubjetivasfavorabies y desfavorables.
Se transmiten todas las relacioneslaborales vigentes hasta el instante mismo de
la transferencia, inclusive aquellas preavisadas, mientras el preaviso se encuentre
cumplidndose. También se transfieren tadosaquetlos contratos quese encuentran
suspendidos por alguna disposiciónlegal o convencional, esdecir, licencia por exa-
men, vacaciones, accidentede trabajo, enfermedad o accidente inculpables, inclu-
so durante el período de reserva del puesto, así como tambien aquellos trabajado-
res que se encuentran suspendidos preventiva o precautoriamente,
De mas esta decir que corresponde incluir dentro de las relaciones laborales
transmitidas, aquelIas que no hansidoregistradas por el anterior empleador o que
lo fueron incorrectamente (por ejemplo, porque se consignó una remuneración
inferioro una fecha de ingreso distinta a la real). El nuevo empleadordebera pro-
ceder a inscribir debidamente a los trabajadores totalmente en negro o con algu-
na falencia registra1en ia documentación estabiecida en el art. 7" de la ley 24.013.
La inobservancia de este requisito io hará pasible eventualmente del pago de las
multasestableridasen iosarts.8"al10y 15,yen estoscasostambi4nse deberácom-
putar el tiempo trabajado para el anterior empleador.
Al transferirse el universo de derechos y deberes que tenia el anterior emplea-
dor, el adquirente debe reconocer a los trabajadorestanto la antigüedad como la
categoría, jornada de trabajo, remuneracióny demáscond~cionesmantenidas con
el transmitente, ciendo res inter alios acta los acuerdos que hayan celebrado las
partes en sentido contrario. Incluso, al trabajador le estaría vedado renunciar anti-
cipadamente a reclamar iasobligacionecque el anteriory el nuevo ernpieador han
asumido por imperio de la ley.
No sólo se transfieren ias obligaciones de ejecucibn, sino tarnbien las de con-
ducta, es decir, aquellos imperativos morales que deben ser respetados por las par-
tes {buena fe, colaboración, solidaridad, diligencia, etcétera). De ahíque los ante-
cedentes tanto favorables como desfavorables del trabajador deben y pueden
(respectivamente)ser tenidos en cuenta por el nuevo ernpleador. Por ello, las san-
536 Ricardo D. Nierrezuelo - Pedro E MYñez
--~- - - - 1 _ - - - _ _

cionec disciplinarias con que contaba e¡ trabajador antes de la transferencia pue-


den ser computadas por el empleador a la hora de disponer una sucpensidn mayor
o directamente el despido, sin que pueda aiegarse que es la primera después de la
transferencia, si, teniendo en cuenta losantecedentesdisciplinarioscoriel anterior
empleadar, constituyen injuria grave que habilita la ruptura del vínculo laboral
fundado en justa causa.
Con respecto a la antigüedad, por imperio de lo dispuesto por el art. 18de la LCT;
debe computarse la totalidaddel tiempotrabajado para el anteriorempleador y no
sálo en ei establecimiento, si la empresa tenía varios y el trabajador se desernpefio
en olgunosdeellos. Sin embargo, unsector dela doctrina, adhiriendoa unaantigua
jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, en-
tiende que, transferido un estabjecirniento al cual estaba afectado el dependiente
en ese momento, la antigüedad a computar ser&Onicamente aquella con la cual
contaba en la unidad transferida. Los que sostienen esta fa postura soslayan que
tanto la empresa como el establecimiento y la expfotación son caricep-tosobjetivos,
por lo que carecen de subjetividad (noson sujetos de derecho}y, huelga decir, ta re-
lación de dependencia se entabla con un ernpieador, que es por definición una per-
sona (conf.art. 26, LCT), sea ella jurídica, física o un conjunto de ellas.
Al mantenerse la relacion laboral, la antigüedad que pasa al nuevo empleador
es la que el trabajador tenia ose le había reconocido, con prescindencia del fugar
en que prect0 funciones. La relación no sesecciona en ra2C.nde los lugaresde pres-
tación, sino que corresponde al tiempo real de servicio transcurrido a consecuen-
ciade la concertación del negocio jurídico celebrado entre empieador y trabajador
o la que a tai efecto o con posterioridad se hubiere reconocidog3.
Finalmente, la doctrina se encuentra dividida a la hora de determinar si se le de-
be reconocer la antiguedada un trabajador que antes se había desempeñada para
el antiguo titular y reingresa a la empresa bajo la dependencia del nuevo emplea-
dor. Justo Loper entiende que deacuerdo con la interpretación que cabe asignar a
la norma que al efecto dice: "... conservará ia antigüedadadquirida con el trans-
mitente ylosde~echosquede ella se deriven ",lo cuat hay quecoordinar con la refe-
rencia a que ". ,.pasarán al sucesor a adquirente todas Ias obligaciones ernergen-
fesdel contrato de trabajo que el transmilente tuviera con el trabajador al tiempo
de la transferencia ..."(art. 225, LCT), en el casodel reingresante no puede acurnu-
lar la anterior antigüedad que hubiera tenido.VázquezVialard sostiene la postu-
ra contraria, pues considera que sise tiene en cuenta que lo relevante en ta relación
laboral no es ia persona física (sin duda, si !o fuera una persona jurídica, la misma
no tendria ninguna o por lo menos muy escasa importancia), sino fa organización
dentro de la cual ef empleado se integra al puesto de trabajo que desempeña, no
es exagerado admitir un cierto grado de ptirsonalización de la empresa.

93 Vázquez Vialard (dir.), Tratado de derecho del trabajo, t. 5, p. 564


Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 537

Lo cierto es que para el trabajador lo que tiene relevanciaes el grupo integrado


porsuscompaSierosde trabajoy jefes inmediatos, con iosquetiene relación huma-
na efectiva. La circunstanciade que cambie [atitularidad del empresario no modi-
fica Ias retaciones que mantiene can el grupo que integra, noobstante las modifi-
cacionesqueocurrancon la persona del titular de la explotación(así corno~ambién
la de los demás).
Sin embargo, no hay que confundir antigüedad con fecha de ingreso, ya que si
bien el adquirente debe reconocerle la antigüedad adquirida en su anterior em-
pleador, debe registrarloa partir de la fecha de la transferencia, pues de otro modo
estaría fa tseando los asientos, consignando una fecha distinta de la real.
Asi, se ha dicho que: "El sucesor adquirente del establecimiento no tiene laobii-
gación de inscribir en el iibro del art. 52 de la LCTla fecha de ingreso del trabajador
con su antecesor, sino que sólo est6 obhgado a reconocer la antigüedad del depen-
diente, puesto que no es empleadora del trabajador desde que éste ingreso a tra-
bajar para otroentesocietario. La directiva queemana de losarts.2251228dedicho
cuerpo legal no instituye a l sucesor o adquirente en ernpteador del dependiente
con efecto retroactivo desde el inicio del vinculo con el transmitente, sino que úni-
camente loobliga a respetar la antigüedady derechosadquiridos por el trabajador
en el empleo, por lo que sólo está obligado, a los fines registrales, a anotar coma
fecha de ingrecoa susórdenesaquella en quese hizo cargodelestabte~imiento"~~.
En idéntico sentido, sedijoque: "No debeconfundirseantigüedadcon fecha de
ingreso. Si bien el art. 229 de la LCT, impone e! reconocimiento de la antigüedad
provenientede los servicios prestadosa favor del cedente, no puede exigirse al ce-
sionarioque reconozca una fecha de ingresodistinta a la consignada en los recibos
de haberescuando, por el períodoanterior, el contratoseencontró registrado bajo
la titularidad del antiguo ernpleador, de manera que resulta inadmisible un doble
rey istro por el mismo período. Tanto en la cesión de personal (arta229, LCO, como
en la transferenciadel establecimiento (art. 225, LCT), lascargas registrales del art.
52 de la LCT, se curnpien debidamente con el asiente de la fecha de ingreso real,
pues na existe ninguna norma que obligue a registrar la antigüedad fictangs.
De ahí que, la jurisprudencia haya negado la indernnizacibn prevista en el art.
l a de la ley 25.323, cuando la irregularidad registra1 no se habia producido con el
adquirente, sino que severificaba con el transrnitente. Así, se dijo que: "Tal como
acontece en los casos de transferencia de establecimiento, la cesionaria o adqui-
rente no tiene la obligación de registrar el contrato en una fecha distinta a la que
se produjo la incorporación del personal o al adquisicióndel establecimiento (conf.

94 CNAT, Sala li, 22/6/09, "Beneiii, Yoianda Zunilda c. Montevideo 1999 S.R.L. y otro slDespi-
do", Boletín Mensualdeiuri~prudenciadela CNAT, no 292, Oficina deilirisprudencia,jun.-jul. 2009.
$"NAT, Sala IV, 1012109, "Marcuzzi, Andrea R. M. c. Gas Natural Ban S.A. y otro", en "Revis-
ta de Derecho Laboral y Seguridad Social", no%, abr. 2009, ps. 696 y 697.
538 Ricardo D. Hie~rezuelo- Pedro E Núiiez
-'---------------"----

args, arts. 228 y 229, L C n sino $610 la de reconocerle los derechos derivados de la
antiguedad adquirida en ia cedente, por lo que el hecho de que no se hubiera con-
rignadoen los registros laborales la fecha en que se produjo el ingreso respecto de
la antecesoraconsidero que no puede reputarse un incumplimiento registra1en los
términos de los arts. 7" y 9" de la LNEy 52 de la LCT. Por ello no procede la sanción
prevista en el art.1° de la ley 25.323"95.

2 - Obligaciones devengadas con anterioridad


a ia transferencia respecto a relaciones laborales vigentes
al momento de fa misma

Como bien apunta Justo López, del texto del art. 225 de la LCTse infieren, cfa-
ramente, dos efectos de la transferencia del establecimiento:
1. La transferencia de las relaciones de trabajo, tema sobre el cual ya nos he-
mos expedido en el punto anterior.
2. La transferencia de deudas dei transmitente al adquirenteg7.

En relación con este Ultimo punto, la primera parte del art. 225 de la LCTes con-
tundente al determinar que en caso de transferencia por cualquier título del esta-
blecimiento, pasaran al sucesor o adquirente todas fas obligaciones emergentes
del contrato que el transmitente tuviera con el trabajador al tiempo de la transmi-
sión. Es decir, que pasa al adquirente la totalidad de lasobiigaciones (deudas) que
el cedente tenía con su personal con anterioridad a la transmisión, cualquiera sea
la naturaleza de las mismas -haberes adeudados, aguinaldos no abonados, vaca-
ciones pendientes de goce, etcetera-.
Pero el cedente no se Iibera de las obligaciones por éi contraídas hasta ef mo-
mento de la transferencia, sino que se convierte en deudor solidario por todas esas
obligaciones, de conformidad con lo dispuesto por el art. 228 de la LCT.
De la simple lectura de este ultimo articulo se puede apreciar la amplitud con
que se han regulado las situaciones que originan solidaridad entreet transmitente
y el adquirente, pues la misma opera ya sea que la transmisión se haya efectuado
para surtir efectos en forma permanente o en forma transitoria, y en este Último
caso, aclara específicamente en los dos ÚItimos párrafos que la solidaridad opera-
ra con relacióna las obligacionesemergentes del contrato de trabajo existentes al
tiempo de la restitucion del establecimiento, así como tarnbitin cuando el cambio
de empleador fuese rnufivado por la transferencia de un contrato de locacion de

96 CNAT, Sala 11, 29/4/73, "Marelli, Rosa Inés c. Rapi tim S.R.L. y otras slDespido", en inlra-
net,pjn.gov.ar.
97 Lopez - Centeno - ~ernandezMadrid, Ley de Contrato de Trabajo comentada, t. II, p. 867.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 539

obra, de explotación u otro análogo, cualquiera sea la naturaleza y el carácter de


los misinos.
De lo expuesto se infiere que la solidaridad establecida en el art. 228 de la LCT
se extiende al nuevo titdar del establecimiento, aun cuando haya adquirido esta
calidad en forma transitoria o se trate de un arrendatario, de un usufructuarioode
un tenedor a título precario; lo que permite subrayar que lo que importa es la per-
manencia de la empresa o de! estabIecimiento en actividad, correspondiendo de-
terminar la nueva titularidad al colo efecto de establecer los responsables soiida-
rios de los créditos laborales. Elio asi, pues las ulteriores transferenciasdel estable-
cimiento agregan nuevos responsablessolidariospuessetrata deobligacionesque
van anexas a la empresa o establecimiento, ron independenciade su tituiar.
En su caso el adquirente, el arrendatario o el tenedor precario deberán acredi-
tar la fecha desde la cual se han convertido en titulares de la explotación para po-
der reclamar al transmitente eI pago de dichos créditos. El transmitente, para des-
lindar su responsabilidaden el juicio laboral, debe probar el momento en que dejó
de ser titular de los respectivos contratos de trabajo, pues su responsabilidad ter-
mina en el rnomenta de la transferencia y no se hace cargo, por cierto, de los crédi-
tos que se devenguen en el futuro. El trabajador debe reclamarsuscréditoscontra
el nuevoycontra el anteriortitularsin que esté obligados acreditarel títuiaen vir-
tud del cual se efectuó ia transferencia, ya que lo importante es que se pruebe Que
hay un nuevo empleador y, par /o tanto, un nuevo obligado: la causa de la obliga-
ción surge de la leyg8.
Por último, conviene destacar que también se produce la transmisibn de aque-
ilasobiigacionesque se hubierandevengadoconanterioridad, peroque no fueran
exigibles al momento de la transferencia, pues su vencimiento opera con posterio-
ridad. La doctrina en general pone ei ejemplo del sueldo anual complementario
que si bien se devenga día a dia, se abona dos veces en el año (30 de junio y 31 de
diciembre), si la transmisión se produce por ejemplo el 30 de setiembre, el adqui-
rente nosólo deberá pagar la parte proporciona! devengada desde esa fecha y has-
t a ef 31 de diciembre, sino todo Io devengado en el semestre íntegro. Lo mismosu-
cedería con cualquier adicional (premio por productividad, por ejemplo) que nose
abonara mensualmentesino en forma trimestral, semestral o anual.

3 --- Obligacionescontraidas con trabajadores cuyos contratos de trabajo


se extinguieron con anterioridad a la transferencia

Esta es una de las situaciones que mas controversias ha generado tanto en doc-
trina como en jurisprudencia, así como también es un claro ejemplo de lasfluctua-
cionesde nuestra disciplina, pues una posiciiin que hasta hace unos años era mino-

% F~rnandezMadrid, Tratado práctico de derecho del trabajo, t. 11, ps. 9 6 7 ~ 9 6 8 .


540 Ricardo D.Nierrezuelo - Pedro E Aiúñez
M----'-"---

ritaria, paso a imponerse no sólo como mayoritaria, sino incluso en el ámbito de la


Capital Federal,como doctrina plenaria, y por ande, obligatoria para todos las jue-
ces del trabajo de esa jurisdicci6n. No obstante ello, justo es reconocer que la dis-
cusión todavía no se encuentra zanjaday que se han expedido varios autores criti-
cando la postura asumida por la Cdmara Nacional de Apelacionesdel Trabajo.
En efecto, la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo dict6 el plenario 289,
"Baglieri", donde resolvió que: "El adquirente de un establecimiento en ias condi-
ciones previstas en ei art, 228 de la LCT es responsable por las obligaciones del
transmitente, derivadas de relaciones laborales extinguidas con anterioridad a l;l
transrnisi~n"~~.
La postura mayoritaria en dicho plenario-avalada por la opinión del fiscal ge-
nerat del trabajo y los votos de Guibourg y Fernández Madrid-sostiene que e~1st.e
una necesidad imperante de proteger al acreedor laboraly afirma que la intención
de! legislador fue otorgar al trabajador la tuteta de sus derechocsin f.orrnalismosde
dificil curnp1irnient0~~~.
€1 fiscal general, Eduardo Alvarez, señaló que; "la lectura detenida del art. 228
de la L CTno dejaría lugar a dudas acerca de que se consagró una solidaridad pasiva
amplia y la solución está muy lejos de ser incoherente con el espiritu de nuertradis-
cipiina, porque se quiso proteger de manera singular al acreedor laboral estable-
ciendo un régimen en el cual no le fuera indispensable transitar por los cauces de la
fey 11.687 para poder invocar la responsabilidadde los pai-ticipesdeun negociojurí-
dico que, más aliá de su licitud, implicaba transmisión patrimonial de relevancia.
"Además, no encuentra elemento alguno que permita sostener que es un re-
quisito esencial la subsistencia del contrata al momento de fa transferencia, para
tornar operativa la soiidaridad y ni siquiera la literalidad de la norma permite una
interpretación restringida. En efecto, el legislador ha utilizado la proposición gra-
matical concerniente ala existencia en plural ('...existentes ...')y por lo tantodebe
entenderse referidas a las '... obligaciones emergentes ...' y no al contrato de l...

trabajo ...' que es una expresión sustantivada en singular. Por lo tanta, y mas allá
de la crítica que podría esbozarseen torno al pleonasmoen que se incurre, es impe-
rativo concluir afirmando que las'existentes' sólo pueden ser las obligaciones y no
'el contrato de trabajor. Me conocido personas que, en ef lenguaje oral, ornitian la
ese final, pero no he conocido a nadieque ia agregara".
Por su parte, Guibourg, en el plenario "Bagiieri", luego de coincidir con este
argumento, indica que: "esta horma tiende a impedir que por vía de la transferen-
cia se prive al trabajador de toda garantía de su crédito, al desaparecer el obligado

99 CNAT, 8/8/97. plenario 289, "Baglieri, Osvaldo D. c. Nemec, Franciscoy Cía. S.R.L. y otro",
DT, 1997-B-2013.
'O0 Grisolia, Derecho del trabajo y de la seguridad social, ps. 200 y 201.
Responsabilidad solidaria en el contrafa de trabajo 54 1
___l___l_ll___l_-_ -,- ~"-- - ~--
directo. Los acreedores en general -incluidos Ios trabajadores-tenian ya a su dis-
posición un media procesal de asegurar sus créditos a través de las disposiciones de
la ley 11.687. Pero la ley laboral, recogiendo el principio del anterior aiic. 157, inc. 4 O
del CCorn. (ley 11.729)~la amplitud con que la jurisprudencia lo había interpretado,
consagra una garantía de fondo, no sujeta al requisitoformal de la oposición en tér-
mino, de dificil curnptimiento para los trabajadores. Ei caso de la transferencia en-
tre personas privadas es un ejemplo típica de la obligación de garantía impuesta a la
persona solvente capaz de controlar los hechos que pueden causar perjuicio (como
en el caso de! intermedio en la ley 5 1.687). Existe una justificación para imponer al
cesionario el pago de deudas que no contrajo y cuya existencia tal vez no conozca:
en el acto de adquirir el establecimiento, é! esfa en condiciones de averiguar el pasi-
vo que pesa sobre el transmitente; y, en toda caso, puede exigir de éste las garantías
adecuadas para no verse perjudicado mas allá de lo previsto. El trabajador, en cam-
bio, carece de estas facilidades y, desaparecido el empIeador originario, no tiene
otro punto de referencia que el lugar de trabajo y la persona de su nuevo titular".
Fernándet Madrid expresó, en el plenario mencionada, que: "cedente y cesio-
narioson responsablespor la totalidadde lasobligacioneslaboralescontraidaspor
el cedente antes de la cesión y aun respecto de los créditos de los empieados des-
vinculadoscon anterioridad a la tansmisión. La iiteraiidad del art.225de !aLCTrnen-
ciona a 'todas las obtigaciones' que el transmitente 'tuviera con ei trabajador al
tiempo de la transferencia', portanto si la ley no distingue entre los trabajadores
en actividad y los trabajadorescuyos contratos hayan concluido con anterioridada
la transferencia, no corresponde formular distincibn alguna".
Por otra parte, agrega que, "del espíritu de la norma surge que lo que busca es
asegurarle al trabajador la garantía que da la titularidad del establecimiento en
orden al cobro de su credko, puesto que el transmitente del mismo no deja de ser,
tarnbién, deudor en virtud de la solidaridad que establece el art. 228 de la LCT, por
loque teniendo en vista tal finalidad es que no resultaviablela diferenciaciónpro-
puesta en orden a considerar incluidos en la norma sOlo a los crkditos derivados de
!os contratos de trabajo todavía vigentes al momento de efectuarse la transferen-
cia''. "La ley apunta a formar el principio de unidad de empresa en términos tales
que impiden el fragmento de la responsabilidad de los créditos laborales anterio-
res y posteriores a la transferencia. Así, como e! trabajador mantiene su antigüe-
dad y su régimen jurídico porque trabaja en la misma empresa cuaiquiera fuera el
titular, el adquirente que continiia dicha explotación no puede pretender que se
divida el riesgo empresario, eximiéndose de responsabilidad, porque cuando se
adquiere una empresa en marcha sesucede a! anteriortitular y ello implica laasun-
ción de todas las responsabilidadesconsiguientes. De otro modo, dicho acto origi-
naría una liberaciónde deudas prohibidasen el ámbito laboral".
En cambio, la postura minoritaria entiende que deben ser analizados los arts.
225 y 228 de la LCTen concurrencia, ya que este ÚItimo se refiere a las "...obliga-
542 L_II_.--,-,-III-----
-
Ricardo D,Hierrezuelo Pedro E Núñez

ciones emergente5 del contrato de trabajo existenTes a la época de la transmi-


sión ...", sin obligar al adquirente del establecimiento por obligaciones de contra-
tos no existentes.
Morando sostuvo en e¡ plenario que: "en la normativa del art. 225 de Ia LCTse
verifica un apartamiento de ia regla del efecto relativo de los contratos, que ha si-
do objeto de estérifes tentativas de clasificacibn dentro de las categorías tradicio-
nales del derecho de las obligaciones-corno la novación, pese a que, lejos de ex-
tinguir el contrato de trabajo, Ia norma dispone su continuacibn en circunstancias
en que normalmentese hubiera extinguido; la delegación imperfecta, o, en el ven-
samiento del autor del anteproyecto, !a fallida intención de diseñar una variante
de las obligaciones propter rem-.
"En verdad, el iegislador, con el propdsito de evitar que los cambios de tituiari-
dad del estabfecimientooriginen,necesariamente,la extinci6n de loscolitratosde
trabajo, ha dispuesto su continuaci0n1en las condiciones de existencia, con el ad-
quirente de aquél, aI margen de aquellas categorías tradicionales, por interpretar
que de esa manera se protege mejor el interés de fa generalidad de los trabajado-
res, para quienes, habida cuenta de que el objeto de !a prestación remuneratoria
es meramente patrimonial-Ia causa típica del contrato de trabajo es, para el tra-
bajador, ta obtención de ia remuneración- resulta en principio indiferente la per-
sona del empleador".
Reforzandos u opinidn Morando cita a Centeno, pata quien: "Las obligaciones
con respecto a las cuales se consagra fa solidaridad, son aquellas que, en las circuns-
tancias normales del art 225, habrían pasado al sucesor o adquirente (...) de modo
tal de conferir al trabajador (...) una mas amplia garantía personal como es la que
resulta de tener dosdeudorespara responder por una sola obligación. De lodicho se
extrae que transmitente y adquirente no son deudores solidarios de todas las obli-
gaciones emergentes del contrato de trabajo 'existentes a la epoca de la transmi-
sión' que afectaren al primero,sino de aquéllas que correspondan aconlratosvigen-
tes a la época de la transmisión y que hubieran podido continuar con el adquirente
por extensibn, las que se originen con motivo de Iacesión.Lasobligacionesquederi-
van de contratosextinguidosno pasanal sucesor o adquirente y nocomprometensu
responsabiiidad en la forma solidaria que establece la norma q u e comentarnos.
Estas obligaciones quedan con el transrnitente, pero el trabajador puede formular
oposician a la versión o transferencia en los términos de la ley 17.687" l o f .
Finalmente, agregó que: "la opinibn transcripta da cuenta de su propio punto
de vista al respecto, con una salvedad que contribuye a despejar definitivamente
el origen de la perplejidad en cuanto al significado de ciertas expresiones que el
procurador genera! del trabajo, en su dictamen, procura concordar. Cuando la ley

'Oi Centeno, La tranrferenciadelcontrafode trabajo en la Leyde Contratode Trabajo,en LT,


t. XXXVI-769.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 543
-. p-m
--""-
-
menciona al trabajador se refiere, obviamente, a una de las partes de un contrato
de trabajo. Quien fue parte de un contrato de trabaja extinguido, no es, t4cnica-
mente, trabajador, ni interesa a la Ley de Contrata de Trabajo, que regula la cele-
bración, ejecución, efectos y extinción de ese contrato, no más. De! mismo modo,
la iocución contrato de trabajosignifica en el contexto normativo, un contrato de
trabajo vigente y en ejecucibn. Uno extinguido es un no contrato de trabajo, y, por
lo tanto, constituye uno de los infinitos supuestos ajenos al conjunto sobre e! que
inciden las disposiciones de la Ley de Contrato de Trabajo. Por eso sostiene que lo
que tosartr. 225y228tienen en cuenta son loscontratosde trabajoen cursodeeje-
cución al tiempo de la transferencia, para disponer su continuación con el abqui-
rente en las condiciones en que se encontraran cuando ella tiene Iugar (art, 225);
para extender al adquirente las obligacioner que pesaban sobre e! empleador, sin
liberar a éste y para consagrar la solidaridad entre ambos respecto de ellas (art.
228). De tal suerte, lo que el adquirente asume son trabajadores con sus créditos,
no, en general, acreedores laborales, Estos, en cuanto hayan dejado de ser traba-
jadores por extinción de las respectivasrelaciones, tienen a su disposición, como et
resto de los acreedores, el régimen de oposiciones regulado por la ley 11367 para
intentar la satisfacción de sus acreenciac sobre los bienes que integran el fondo de
comercio-establecimiento- transferido".
Sirnón y Sirnón, al comentar el fallo plenario, destacan que la diferencia sustan-
cial entre la mayoría y la minoría no se basa tanto en una visi6n diametralmente
opuesta de un mismo texto legal, sino más bien en que mientras ta mayorfa se atu-
vo al texto expreso de la ley, la minoría analizó la conveniencia de una u otra soiu-
ción con relación a los efectos prácticos del fallolo2.
Entre Ior autores que criticaron la postura asumida por el plenaria se encuen-
tran Poseto3y Prado'O4. El primero sostiene que desde el punta de vista practico, la
doctrina plenaria referida coloca a las trabajadores en una condición privilegiada
frente a los restantes acreedores de un fondo de comerciotransferido, ya que estos
iiitimos tendrán que acudir al procedimiento establecido por la ley 11'867(oposi-
cion formal a la transferencias fin de que se retenga el importe de su crbdito) para
tutelar sus derechos.
Para el trabajador cuyo vínculo haya fenecido, la única preocupacionconsistirá
en efectuar reclamo judicial antes de que se produzca la prescripcibnde su respec-
tivo crédito (art. 256, LCT). Por el contrario, perjudica al adquirente del fondo de

'O2 Sirnon, J. C. - Simón, J. C. (h), Acerca delplenaria "Baglieri", en "Revista de Derecho Labo-
ral", no 2001-1, "La solidaridad en el contratode trabajo", p. 267.
'" Pose, Bre~esprecisionessobre eisistema de solidaridad laboraly eiplenario "Baglieri",
ar, 1997-~-2013.
'O4 Prado, Régimen de contrato de trabajo, ps. 331 y 332.
544 Ricardo D. Nierrezudo - Pedro F: MGñez
->, - --.- +"-.----

comercio que puede verse obligado a cubrir importantes cr6di.t.o~que le son des-
conocidos al momento de la adquisición y lo somete al riesgo de ser victima de si-
tuaciones de colusidn o fraude en contra de sus intereses, y contra los cuales -razo-
nablemente- poco puede hacer para precaverse, máxime cuando lo que prolife-
ra es la existencia de relaciones laborales en negro que no tienen ningún control
registral y del mas recóndito rincón puede aparecer el más insólito acreedor labo-
ral, acreedor totalmente desconocido para el comprador del establecimiento.
Prado ratifica esta opinión y agrega que se ha optado de este modo en el árnbi-
t o capitalino por asegurarle protección al ex trabajador de un fondo de cornercic,
en desmedro de los derechos dei adquirente del mismo, quien se ve de este modo
obligado a correr un riesgo irnprevisibie e indeterminable, que ciertamente con-
tradice la ietra y el espíritu de la ley 11.867~atenta contra el derecho de propiedad
y el libre comercio que garantiza nuestra Constitución Nacional. Manifiesta que
parece mas acertado el criterio de la minoria, que ha entendido que las directivas
del art. 228 de la LCTtienen que analizarse en conjunción con las del art. 225 de la
misma ley que delimita el terreno de operatividad, estableciendo que sólo pasan al
..
sucesor o adquirente ". todas las obligaciones emergentes de¡ contrato de traba-
jo que eI transmitente tuviera con el trabajador al tiempo de la transferencia ...",
y no así entonces las derivadas de contratos inexistentes al tiempo de la ruptura.
No compartimos estas posturas, sinoquecreernosqu~t la posición mayoritaria es
la que más se compadecebtantocon ia letra como con el espíritu de la ley, cuyo fin
protectorio impregna todo el articulado.
Además, la extension de la solidaridad al adquirente se justifica por la fina tidad
propia de dicho instituto, que en nuestra disciplina tieridea proteger el créditodel
trabajador. Entre garantizar los interesesdel adquirente y los de los trabajadores,
la ley ha optado por estos últimos, en fa inteiigencia de que aquéilos cuentan con
más herramientas para cubrirse de estas situaciones, como por ejemplo retenien-
do determinada suma del precia pactado y caucianándola por e! plazo de pres
cripción, vencido el cual el cedente puede retirarlo libremente.
Para ialanne una situación particular se da con la fusión, en ia cual noseriaapli-
cable fa tesis minoritaria sustentada en el plenario Baglieri. Funda su posición en
queen la fusión hay una transferencia integral de todoel activo y pasivo de lasern-
presasa disoiver, es decir, uria confusiónde los patrimoniosdetodas las sociedades
involucradas, sin distinción aiguna. La doctrina considera que este fenómeno de
traspaso en bloque de patrimonios es una suerte de sucesibn universal inter-vivos.
Este aspectosepara el instituto en anátisisdeotrossupuestos de transferencia -en
/osterminos del art. 225-como por ejemplo, la transferencia del fondode comer-
cio o ia venta de activas, ya que: en primer lugar, en estos casos la sociedad trans-
mitente continiia existiendo y no se extingue como sucede en la fusiun; en segun-
do lugar, se trata de supuestos en ios cuales el transferente cede una universaiidad
que, de suyo, no comprende todos los derechos yobfigaciones que integran la em-
Responsabilidad solidaria en ei confrato de trabajo 545
L___I-,p- --_-_- -p IC_ I I - - - l .
/

presa, ya que su activo estaré integrado, cuandomenos, por la contraprestaciónre-


cibida como consecuencia de la transferencia; en tercer lugar, y esto es juridica-
mente lo más importante, se trata de sucesiones a título particular en donde cabe
la discusiiin acerca de quién se debe hacer responsablede las obligaciones deriva-
das de una relación laboral en particular que no haya sido transferida, debate que,
en el caso de la fusión, no tiene razón de ser porque las sociedades fusionantes
transmitentodas las obtigacionesde que se son deudoras, sin excepci6nlo5.
Finaimente, hay que señalar que el art. 228 de la LCThace referencia a las obli-
gaciones emergentes de! contrato de trabajo existentes a la época de su transmi-
sión, las que incluyen no sófo las deudas salariales y las indernnizacionespor despi-
do, sino también las previstas en las leyes 24.013, 25.323 y 25.345, entre otras, así
como también las correspondientes el régimen deseguridad social,todavezque el
art. 79 de la LCTestableceel deber de diligencia e iniciativa del ernpleador, y el ar-
ticuiosiguiente impone el deber de ingresar los fondosdeseguridadsocialy lossin-
dicales a su cargo, ya sea como obligado directo o como agente de retención, eri-
giendola en una obligacibn contractual.

4 - Obligacionescontraídas al momento de ia transferencia.


Posibilidaddeltrabajador de rescindir
el contrato de trabajo fundado en justa causa
Et art. 225 de la ICTdispone que en caso de transferencia pasarán al sucesor las
obligacionesemergentes del contrato de trabajo que se originen con motivo de la
misma, y la doctrina es conteste en señalar que éstas sólo pueden ser !as indemni-
zaciones por despido indirecto, en e/caso que la transferencia cause un perjuicio
grave al trabajador que no consienta !a prosecución del vínculo laboral y que lo
obligue a rescindir el contrato en los términos del art. 226 de la LCT.
Con anterioridad a la sanción de la Ley de Contrato de Trabajo, y estando vigen-
t e el art. 157, inc. 4" del CCom,, se cfiscutió, aun reconciéndosequeel contrato de tra-
bajo no es intuitupersonae para el ernpleador, si ef cambio de su figura no era un
elemento sustancial de esa reiacibn, y por ende, si producida la transferencia del
establecimientosin el consentimiento del trabajador, éste podriaválidarnentecon-
siderarse en situación de despido indirecto. Así, se sostenía que ei ernpleador no es
una mercadería fungible que puede pasar de mano en mano por el hecho de la
cesión del establecimiento, pues de aceptarse t a l situación, el trabajador estaría
reducido a una condición parecida a la de la servidumbreantigua, atadoasu rnáqui-
oa comoantes lo estaba e! siervode la glebaIo6.

'O5 laianne, "Cuestiones y conflictos laborales originados en l a fusi6n de sociedades", en


Cuestionessocietarias y fideicomiso en e/derecho del trabajo, p. 357.
'O6 La expresión pertenece a Peretti Griva, citado por Mosset Iturracpe, La empresa yel Wa-
bajo, ps. 137 y 138.
Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E MUñer
546
-- -- A
,
-
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-.- -
Sin embargo, ya en 1930 un fallo de la casación italiana, al referirse concreta-
mente al art. 11 del Real Decreto 1825 del 1 3 1 1/24 (antecedente directo del art.
157, inc. 4", CCom.), habia resuelto que el simple hecho de la transferencia no pue-
de ser utilizado como factor rexisorio del vinculo laboral en [os siguientes térmi-
nos: "La cesion o transformaciónde la hacienda no autoriza al empleadaa resolver
la relación de empleo y a pretender la indemnización de los arts. g0 y 10 de la ley
sobre contrato de empleo privado; aquel que dejase el puesto perderá estos dere-
ch~scornoen el caso de dimisibn" 'O7.
En idéntico sentido, Deveali, al comentar el articulo citado manifiesta que ta
obiigación del trabajador de aceptar la sustituci~ndel viejo empleador por el
cesionario de la empresa, se justifica por la tendenciadel Derecho laborala dar pri-
macla al elemento objetivo de la empresa, frente al elemento subjetivo de la per-
sona del ernpleador. En ia generalidadde Ioscasos resulta indiferente para el obre-
ro de una fabrica que ésta pertenezca a una persona o a otra, a una sociedad o a
otraIo8. Para Justa López ef reproche se supera considerando e l doble fin de pro-
tección encarado por la ley: protecci0ndel trabajador (conservandol~el empleo y
la antigüedad) y protecciór! de la continuidad del establecimiento como unidad
productiva, protecciónesta otorgada en interésdel bien general de la sociedad (en
la eficacia de las unidades productivas de bienes y10 servicios) e incluso de la comu-
nidadde trabajadoressubordinados (para quienes el establecimientaes fuente de
ocupacibn y de mantenimientode las respectivas relaciones de trabajo) 'Og.
Con fa sancitin de la Ley de Contrato de Trabajo la diccusibn se tornóanecdbti-
ca, puesto que, con meridiana claridad, el art. 226 en su párr. lo, establece que el
trabajador podrá considerar extinguido el contrato de trabajo si, con motivo de la
transferencia, se le infiere un perjuicio que, apreciado con el criterio del art. 242,
justificare el acto de denuncia.
La ley no vino más que a positivizar una posicibn que ya era mayoritaria en [a
doctrina y unánime en la jurisprudencia, cual era que el cambio de titularidad no
habilita al trabajador a rescindir el contrato con justa cause, si no acredita asirnis-
moel perjuicio que tal mutación leacarrea. Vázquez Vialard admiteunaexcepción
cuando ia persona del empieadar adquiere relevancia (que corresponde a Ioscasos
en que ese aspecto hasido decisivoen el negocioconcertado), yagrega queel cam-
bio de dicha persona produce la extinción de la relación (cuando el hecho ha sido
provocado por ia muerte) o da derecho a/ trabajador para rescindir fa relación por
incumplimiento de las condiciones pactadas7'0.

Io7 Martorell, l a transferencia de la empresa: probiemática iaboral, p. 127.


Deveali, Linearnientos de derecho del trabajo. p. 245 y siguientes.
'O9 Lbpez- Centeno- Fernandez Madrid, l e y d e Contrato de Trabajo comentada, t.ll, p. 870.
""Vazquez Viaiard (dir.), Tratado de derecho del Trabajo, t. 5, p. 58.
Responsabílídadsoiidaria en el contrato de trabajo 547
---- ,,, ~ -- .. +

fuera de estos supuestos de excepción, que se materializartan cuando la susti-


tución del empieadorfuera porsímisma constitutiva de injuria, eltrabajadorse en-
cuentra imposibilitado de extinguir e! contrato de trabajo con justa causa. Podrá
renunciar, ya que nada lo obliga a continuar vinculadocon una persona que posee
característicasdistintas a su anterior ernpieador, pero no tendrá derechoa percibir
las indemnizaciones legales, sino que por ei contrario, deberá preavisar la extin-
ción de la relación de trabajo.
El art. 226 de la LCTdefine en la primera parte el principiogeneral que da dere-
cho a rescindir el vínculo laboral, para luego, en la segunda parte efectuar una
enunciación no taxativa y a nuestro criterio poco feliz.
Las situaciones que justifican la ruptura del vínculo laboral por parte del traba-
jador deben ser analizadas con criterio restrictivo, segYn se ha admitido uniforme-
mente en doctrina.
Asi, I-terrera sostiene que fuera de supuestos francamente excepcionaies, del
sólo hecho de la transferencia no puedenseguirsesituacjonesinjuriosas para el tra-
bajador, si se mantiene el objeto esencial del c a n t r a t ~ l~~á~z .q u e Vialard
z arriba a
idéntica solución justificándola en la estructura de la relacion laboral que admite
la novación subjetiva de !a persona del empleador y el principio de la conservaciirn
de! negocio que recepta el art. 10 de la LCT-el que si bien no debe operar en per-
juicio del trabajador, da a la relación una caracteristica especial-. Justo ~ ó ~ex- e t
presa que el despido indirecto sin un motivo serio seria abusivo, con relacióna esos
otros intereses (social general y colectivo de los demás trabajadores) comprometi-
dosy, en definitiva, fuente de un beneficio(las indemnizacionescorrespondientes)
no justificabie. Justifica esta medida en la idea de que la leytrata deestablecercier-
to equilibrio entre el derecho del trabajador a oponerse a la transferencia de la
relacióny cl carácter no personal de !a relaciirn de "trabajo respecto del empieador
y la protección a la subsistencia de#establecimiento como unidadde produccibnde
bienes y10 servicios.
Por nuestra parte, coincidimos con esta posición, pues el art. 226 de la LCTes
contundente al obtigar a apreciar el perjuicio sufrido por el trabajador a la luz de
lo dispuesto por e! art. 242 de la LCT. Es decir, que el perjuicio debe ser lo suficien-
temente grave como para no consentir la prosecución de[ vínculo laboral y consli-
tuir injuria, entendidaésta como todo acto u omisión contratrio a derecho que im-
porte una inobservanciade deberes de prestacibn o deconducta, imputable a una
de las partes, que lesione el vínculo laboral1I2,
l a jurisprudencia ha resuelto que: "La sola transferencia de la unidad producTi-
va no extingue el contrato ni autoriza perse al trabajador a considerarse despedi-

jzz
Herrera, Extinción de la relacibn de trabajo, p. 393.
l2 Etala, Contrato de trabajo, p. 526.
548 Ricardo D.Wierrezuelo - Pedro E Núñez
---,--.-,-'- --_l-----_ll_ll-~

do. Lo que avala que éste formule la correspondiente denuncia extintiva, es el he-
cho de que se mute sustancialmente la relaci6n de tal manera que se le infiera un
perjuicio que, valorado con ajuste al art. 242 de la LCT, justifique ia resolución. €1
ordenamientosustantivoaspiraa 'establecer cierto equilibrio entre el derecho del
trabajador a oponerse a la transferencia y ei carácter no personal de la relacibn de
trabajo respecto del empleador, y la protección de la subsistencia del estableci-
miento como unidad de producción" '13.
Ahora bien, la pauta para estabjecer si el empleado tiene derecho a resolver ei
contrato con motivo de la transferencia, está relacionada con la acreditación real,
actual o futura (nosolo hipotética) de un daño. Si bien ia reforma introducida por
la ley 21.297 al texto primitivo de la Ley de Contrato de Trabajo suprimió ia expre-
sion actual o futuro para referirse a los perjuicios causados al trabajador, ello en
modo alguno obsta a que el trabajador acredite que tal transmisión le ocasionara
un perjuicio real (no potencial) en e l futuro para justificar la rescision del vinculo
contractual.
Elloasí, puesla redacciónoriginai habiadado pie a innumerablesabusos, porque
-50 capa de perjuicios futuros- se convalidaban rupturas contractuaies fundadas
en daños que quizá sólo eventuafmentesepodrían Hegar a producir; fa determina-
ción de actualidad del daño no podrá efectuarse can sentido cronoiógico sino jurí-
dico. Se deberá tomar el negociojurídico transferencia como una unidadtemporal
única, aunque se perfeccione en varias etapas (como ocurriria en una fusiOn de so-
ciedades), considerándose como daños actuales no sdlo los que se produzcan con
motivo de la cesión, sino aquellos que indefectiblementehabrán de suceder como
consecuencia de &a, por hallarse en un orden de causalidad adecuada a elIa1l4.
Aun cuando de la letra de ley se imponga la aplicación del criterio restrictivo, el
juzgador deberá tener en cuenta, al momento de resolver, la difícil situación que
se le plantea al trabajador de tener que decidir la continuaci6nde ia relación labo-
ral con el nuevo empleador, perdiendo la posibilidad de ejercitar en el futuro ac-
cíán alguna contra ei anterior. El trabajador se encuentra, de esa forma, en el dile-
ma de rescindir el vínculo laboral, perdiendo su fuente de trabajo y debiendo
afrontar la obligación de acreditar e l perjuicio, pero con la posibilidad de reda-
marle tanto ai transmitente como al adquirente las deudas laboral es,.^ continuar
el vinculo laboral con la incertidumbre de que el nuevo adquirente sea insolvente.
Es cierto que s i se detecta la existencia de fraude, ei cedente va a tener que res-
ponciersolidariamentepor las obligacíones posterioresa ia transferencia, perotam-
bien loesque nosiempre la situación de deficiencia patrimoniai se producepor este

"3 CNAT, Saja Vlll, 28/9/07, "Iglesias, Ornar Lorenzo c. Aiuar Aluminio Argentino S.A. $/Des
pido", Boletín Mansuaideiurísprudencia de fa CNAT, n0L73, sep. 2007.
1!4 Martorell, l a transfere'ncia de la ernpresa:prokiemática iaboral, ps. 125 a 132.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 549
&.,

accionar, sino que puede producirse por distintas causas, algunas generadas como
consecuenciamismade la transferencia, comosería la pérdida deactivos, De ahíque
en toda transmisión que importe despatrimonializacióndel nuevo ernpleador des-
de la óptica de! trabajador, yante la intimaciónque formule éste para requerirle las
explicaciones pertinentes, obtenga respuestas insatisfac.torias, consideramos que
debería tenerse por justificadoel despido, independientemente de que esa medida
haya sido sólo una política de emprendímiento o expansión empresarial.
AcI, el redimensionamiento de una firma, mediante la venia de activos o por
mecanismoscomo el downsizing, puede parecer-a losojos de un noconocedor-
un verdadero achicamiento, cuando muchas veces significa una verdadera revita-
lización de una compañía o un holding que se halla en estado agónico. Esto no
podrá serle opuesto al trabajador que formuló denuncia de! contrato de trabajo
invocando el perjuicio patrimonial, si frente al emplazamiento efectuado por el
mismo exigiendo a la empresa explicaciones, la misma guardara silencio o se limi-
tara a responder en forma genérica e imprecisa.
La segunda parte del art. 226 de la LCTenurnera tres supuestos, que en modo
alguno constituyen una enunciación exhaustiva de posibilidades en que el traba-
jador puede co[ocarseen situación de despido indirecto. No obstante, la ejernplifi-
cacion no es feliz, por cuanto de los supuestos que menciona solo el Ultimo tiene
relaci6n directa con la transferencia, mientras que los dos primeros no son conse-
cuencias necesariasdela transmisión, sino decisionesdel adquirenteque importan
una verdadera mutación de las condiciones de trabajo existentes hasta ese mo-
mento, o dicha de otra forma, constituyen casos de novación objetiva.
Según la ley, deben ponderarse especialmentetres situaciones:
a) Cambio de objeto de la explotación: se produce cuando se modifica la acti-
vidad de la empresa, es decir, en su unidad productiva, io que necesaria-
mente Traerá aparejado una modificación en la calificación contractual del
trabajador y con etloen las tareas. Empero, como bien apunta Martínez Vi-
vot, la exigencia de cambio del objeto total de la explotación parece des-
medido e irracional. Ello es así, por cuanto existen situaciones en que, en
principio, un establecimientoonegocio se adquiere para su continuidad en
el mismo ramo o actividad, aunque además pudieran incorporarse algunas
otras o modificarse las existentes.
Es decir, requerir el cambio total de objeto de explotación para poder justi-
ficar que el trabajador se considere en situación de despido, seria exagera-
do aun cuando un cambio parcial puede llevar a igual resultado según las
~ircuns:ancias~~5. El cambio de actividad trae aparejado la modificación del

'15
Mattlnez Vivot, Eiernentos de derecho del trabajo y de /a seguridad socia/, p. 339 y si-
guientes.
550 Ricardo D, Hierrezuelo - Pedro E, Múñesi
+ --,- ,-. .,-- .11_.-

convenio colectivo apiicable e inclusive puede originar el cambio de[ régi-


men legal (estatuto profesional),
Etala señala que, en este caso, no es necesario para legitimar la situación de
despidoen quese coloque el trabajador, quael nuevo régimensea en cucon-
junto menos favorable que ei anterior, sino que basta con que, al modificar-
se el régimen juridico iaboral del trabajador, éste pierda ciertos derechos
adquiridos, tales como la antigüedad, para apreciar lo cual habrá que recu-
rrir al criterio de conglobamiento por instituciones consagrado en el art. g0
de la LCT116.
Desde nuestra perspectiva, sólo se requiere que el cambio legal o convcn-
cional afecte condiciones esenciales del contrato de trabajo, sin importar
que el iiltirnosea maso menos beneficioso; puesauncuando represente pa-
ra el trabajador mayores beneficios, puede exigirle una mayor responsabi-
lidad que no está dispuesto a afrontar.
6) Alteraci6n de funciones, cargo o empleo: éste es un caso típico de ejercicio
abusivo del iusvariandi, previsto por e l art. 66 de la LCT. Nose produce nece-
sariamente como consecuencia de la transferencia, síno que puede obede-
cer a una decisión posterior del adquirente de reestructurar internamente
la empresa.
Krotoschinsostenia que en el conflicto que aquí se produceentre la libertad
del empresario cedente de disponer de !a empresa y las obligaciones que
tiene, como ernpleador, frente a su personal, sobre todo en cuanto a los fí-
rnitesdel derecho de dirección, deben prevalecer, respectode la relaciónla-
boral, los aspectos que a este hltimo se refieren. Quiere ello decir que cuan-
do los cambios que para el trabajador importa la cesi6n de la empresa, no
podrían ser dispuestos por el ernpleador dentro de sus facultades directivas
independientemente de la cesi6n; el trabajador tampoco tendría que tole-
rarlos al realizarse esta 17.
c) Separacicin entre diversas secciones, dependencias o sucursales de la em-
presa, de modo quese derive de ello disminución de la responsabilidadpa-
trimonialdelempleador:~omovimosanteriormente,no es necesarioquese
transfiera la empresa en su totalidad, ni siquiera el establecimiento bastan-
do que se produzca la transmisión de una unidad tdcnica de producción
autónoma. Es obvio que cuandose produce una transmisiónfraccionada de
la empresaocuando una sociedad se escinde, se produce una división deacti-
vos que modifica la potencialidad económica del establecimiento.

EPaIa, Contrato de trabajo, p. 498.


Krotoschin, Traradopráctico de derecho de¡ trabajo, p. 441
~esponsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 55 1
-- -,- --
Esto también se verifica cuando en el caso de fusión, una de las personas
jurídicas cuenta con un gran pasivo, lo que acarrea una importante disminu-
ción de la responsabilidad económica del empleador. En este caso, lo quever-
daderamente importa es que se haya disminuido la solvencia del ernpieador
a raíz de la transferencia en forma tal que ponga en peligro !a efectivización
de los créditos del trabajador, independientemente de que se trate o no de
una hipótesis de fraude a la ley laborainB. En cambio, se ha sostenido que:
"Deccentraiizar o tercerizar una simple 'división' de la estructura empresa-
rial no configura el caso de transferencia del estabiecimiento previsto en el
art. 226 de la L C T " ' ~Sobre
~ . este tema la jurisprudencia ha dicho que: "En
el supuesto del art. 226 de la LCTal actor que se da por despedido le corres-
ponde acreditar que ta novación subjetiva sobreviviente a la transferencia,
implica laapariciónen el eccenariovincularde un nuevoempIeadorcon una
responsabilidad patrimonial inferior a la del transmitente (disminución) y
además, desde un juicio de valor objetivo y serio, la prospectiva razonable
de no contar en el futuro inmediato y mediato, con un deudor en condicio-
nes de seguir afrontando las obligaciones a su favor derivadas del contrato
de trabajo. De allí que na tenga trascendencia e! ulterior desarrollo econo-
mico que pudo alcanzar la adquirente de la sección enajenada, ya qu,e la
estimación del daño (actual o futuro) que esta en condiciones de provocar
el cambio deernplriador, es decir !a justa causa de ia resoluci6n1debemedir-
seen baseai estadodesituacionimperante en el tiempode tadenuncia, que
esel momento enque el trabajador enfrenta a la alternativa de proseguir o
no ef ~(nculocon esa nueva persona-e/adquirente-ymidesi exhibe0 no,
objetivamente solvencia patrimonial. Lo que importa es que objetivamen-
t e haya disminuido la solvencia del empleador a raiz de la transferencia en
forma tal que haya peligra en la efectivización de los créditos del trabaja-
dor. En el caso, el actor ejerció de modo regular y con razonessuficientes,su
facultad de considerarse despedido en los términos del art. 226 de [a LCT,
toda vez que al momento de la transferencia, la adquirente (Envases Del
Plata LA,), tenia cinco pedidos de quiebra, una deuda importante en con-
cepto de impuestosde tasa del partido de Morón, numerosos juicios ejecu-
tivos y laborales por despido, numerosos cheques rechazados, descubiertos
proiongados con entidades financieras y atrasos en los pagos. En contra-
posición, la siluaci8n financiera de Aluar S.A. (transmitente) se mantenía

Fernandet Madrid, Tratado practico de derecho del trabajo,t. Il, p. 969.


'19 CNAT, Sala Vil, 1018/98, "Gonzalez, Rotlolfo Ruben c. Compañia lnteramericana de Auto-
móviles S. A. sIDespido", DT, 1999-A-78.
552 Ricardo D. Hierrezuelo -Pedro E IViifiez
~
-.,-.,-

standard según informe del Veraz y del Banco Central de la Repriblica Ar-
gentina" 12*.

Finalmente, cabe destacar que para parte de la doctrina, si la transferencia del


establecimiento se efectud con la cthusula libre de personal, la relacibn laboral en
tal caso podía considerarse extinguida por voluntad del transrnitente, sin perjuicio
del trabajador de recurrir doconformidad con 10 dispuesto por los arts. 699y 705 del
CC[concs. arts. 828,833~ 844, CCCN].Esta postura fue sostenida por Centenoycon-
16 can la adhesion de Herreray Etala. Este último señala que cuando la transferen-
cia se opera libre de personal, ello significa el automático despido de todos los tra-
bajadoresde ia empresa, razón por lacual los trabajadoresquecontinúansudesem-
peño con el nuevo empleador tienen derecho a las indemniraciones por despido.
Se trata de una relación laboral nueva directamente concertada por 91trab
dor con el nuevo empleacior y no de una transferencia de ta anterior, raz6n p
cual no corresponde el reconocimientode fa antiguedad,en tanto ef trabajador
de ser indemnizado por la antigüedad anterior. Tanto el adquirente como el tran
mitente son responsables ante el trabajador del pago de la iiidemnización, no obs-
tante lo convenido entre ellos (art. 228, LCQ l2I.
En cambio, no comparten esta posición Vhzquez Vialard, Justo Lopez y Marto-
rell, Así, ei primero de losautores sostiene que la subrogaci~nen Ia posiciónjuridi-
ca del anterior empleador seoperaopelegis, por locual aqi~éllano puede serener-
vada por losacuerdosdelas partes contratantes, Por lo tanto, la obligaciijndel em-
pleador de recibir esasumida por ef cedido, quien debe cumplir su respectivodébi-
to frente a los empleados.
Si no lo hace el incumplimiento que le es imputablea él, es posterior y ajenoa la
transferencia. Ante esa situacien, eI trabajador a quien se le niega la recepcibn de
su prestacion tiene que intimar el cumplimiento de ese débito, lo cual debe hacer
en ia persona del empieador de ese momento (que para éi, e5 como si fuera el mis-
mo de antes; puede ser que no se haya enterada del cambio). SOIo ante la actitud
de éste podrá ei empleado considerarsedespedido.Y termina señalando Vazquez
Vialard que el incumplimiento del transmiten-teen extinguir el contrato de traba-
jo le dará eventualmente derecho a l subrogado (adquirente) a solicitar el reinte-
gro de las sumas que tenga que abonar con motivo del o de los distractos que !OS
trabajadores hayan declarado por el incumplimiento del empleador al negarse a
recibir la prestación'22.

120 CNAT, Sala VIII, 28/9/57, "Iglesias, Ornar Lorenzo c. Aluar Aluminio Argentino S.A. slOes-
pido", Boletín Mensua/dejurisprua'encia deja CNAT, nb273,sep. 2007.
Iz1 Etala, Contratu de trabajo, ps. 498 y 499.
VVazquesVialard (dir.), Tratado de derecho del trabajo, t 5, ps. 66 y 57.
Responsabílidadso~idariaen el contrato de trabajo 553

Justo López indica que carecerá de efectos respecto del trabajador la cláusula del
negocio de transferencia (es decir, pactada entre el transmitente y el adquirente)
"libre de personal", en cuanto no haya habido un despido debidamente notificado
anterior al acto constitutivo de la transferencia, declarado por el transrnitet~tel~~.
Por último, Martorell expresa que el convenio celebrado entre cedente y cesio-
nario es res iriteralios acta para e! personal del bien iransferjdo. Consecuentemen-
te, el nuevo empleadar (o sea el adquirente) deberá continuar con la "dación de
trabajo" y si no lo hace ytrasser intimado sin resultado positivo porsusempleados,
éstos deciden darse por despedidos {art.242, LCn, deberá afrontar las indernniza-
riones legales. Obviamente, y en virtud de la cláusula libre de persona! con la cual
transmitió el bien, el enajenante cedente -o como se lo denomine- deberá rein-
tegrar al nuevo titular de la empresa lo que este haya debido pagara1 personal por
la ruptura de loscontratosdetrabajo, ya queello nosería otra cosa quecumplircon
lo que se pactó en su momento, al concertarse la aperacibn originaria'24.
Por nuestra parte, aun cuando aceptamos que la posición de Centeno tiende a
proteger al trabajador agregando un deudor solidario, nos inclinamos por esta úi-
tima posición. Ello es así por cuanto la transmisión de la relación laboral se produ-
ce ope legis para todo e[ personal, sin necesidad de notificacióno comunicación al
mismo, Por otro lado, demás esta decir que los acuerdos arribados entre el trans-
mitente y el adquirente no son oponibles a los trabajadores, por lo que sólo puede
verificarse el dictracto, en el momento mismo que llega a la esfera de conocimien-
to de cada uno de !os empleados, pues el despido es un acta uniiateral pero recep-
tivo. Cuando es incausado no ce exige formalidad alguna, hasta puede incluso ser
verbal (sin perjuicio de tos inconvenientes para poderdemostrartal decisión), pero
tiene necesariamente que ser conocido por el tra bajador (saivo que se repute váli-
da la comunicacitin rescisoria, circunstancia que se produce cuando la misma no es
recibida por el trabajador por razones sólo endilgables a éste).
5i el transmitente omite extinguir las relaciones de trabajo, las mismas pasan a l
adquirente, y si éste decide resolver todos los contratos deberá abonar personai-
mente la totalidad de las indernnizacioneslegales, por ser obligacionescontraidas
después de la transferencia, sin perjuicio de la acción de daños y perjuicios que
eventualmente podrá ejercer contra et transmitente por el incumplimiento con-
tractual. De todas formas, creemos que el trabajador anoticiado de este acuerdo,
aunque no se ie haya notificada e! diseracto, puede resolver el vinculo laboral en
los términ~sdel art. 226 de la LCTen el misma momento de la transferencia, con lo
cual ambas partes deberán responder solidariamente.

'13 López-Centeno- Fernández Madrid, Ley de Contratode ~rabajocomentada, t. 11, ps. 868
y 869.
Martorell, La transferencia de la empresa:problemática laboral, ps. 125 a 132.
554 Ricardo D. Hierreruelo - Pedro E IYÚñez
--- -, --
Sobre la posibilidad de considerarse injuriado como consecuencia de la transfe-
rencia se ha resuelto que: "El art. 226 de la LCTimponeal trabajador, en ios casos&
transferencia del establecimiento,la carga de demostrar en juicio que ha habidocir-
cunstancias justificativas para rechazar el cambio de empieador. En principio, eI tra-
bajador no puede considerarse despedido por la sola transferencia del estableci-
miento, pero si ello le ocasionara u n perjuicio ostensible -valorado con ei critcrrio
del art. 242 de la LCT- podri configurarse una injuria que irnposibiiite la consecu-
ción del contrato, por lo que estará habilitado para extinguir el vinculo laboral.
"Debe considerarse que se encontraba en todo su derecho a darse por despedi-
da ia trabajadora que, al momento de efectuarse el traspaso de estabtecimiento
pudo notar un perjuicio en la decisión unilateral de los empleadores, ia que lieva-
ría fas condiciones pactadas claramente a la baja, lo que veda el art, 12 de ia LCTy
el esquema general de irrenunciabilidadde dicha ley. En el caso, la traiisferencia
por parke de fa empresa Bebidasde Calidad de la Argentina S.A. a Casa lsenbeck le
ocasionaba numerosos perjuicios patrimoniales: privaci6n de beneficios que con-
cedería el CCT85/89def gremio vitivinicoia (pasaría al de cerveceros), perdida de ia
condiciónde viajante, y falta de pago de las comisiones generadas por tal carácter,
desconocimiento de las tareas de gestora comercial, y por último un nuevo esque-
ma saiarial, basado en incentivosen lugar de cornisior~es''~~~.

5 - Obligaciones contraidascon posterioridad a la transferencia


A diferencia de lo que ocarre en ia IegislaciOn española, donde se mantiene la
solidaridad entre cedente y cesionaria durante determinado tiempo o en determi-
nadas circun~tancias~~~, la Ley de Contrato de Trabajo no contempla especifica-

'25 CNAT, Sala lli, 28/9/12, "Forniz, María Alejandra€. BCA Bebidas de Calidad para Argenti-
nas S.A. y otro slDespido", Boletín Mensual de Jurisprudencia de la CNAT, no325, sep. 2012.
'26 En el Derecho español, al producirse la transferencia, el nuevo empresario queda subro-
gado en los derechos y obligaciones iaborales del anterior, conforme a fa regla general del art.
44.1, ET, lo que quiere decir que, en vírtud de la subrogaciiin, el nuevo empresario es responsable
frente a los trabajadores del cumplimiento de todas las obligaciones, tanto anteriores como pos-
teriores a la transmisión, derivadas de los contratos de trabajo. Pero este principio general tiene
dos excepciones en las transmisiones inter vivos, a saber: 1 ) Durante los tres afiossiguientesa la
cesión, cedente y cesionario son responsablessolidariosde lasobligacionesanterioresa la misma;
la jurisprudencia ha razonadoconvincen'iemen'ieque este plazo no empece el juegode un añodel
art. 59, E< lo que en sustancia quiere. decir que el plazo de la responsabilidad solidaria juega res-
pecto de las obligacioner; no prescriptas; el dies a quo de aquel plazo es el de la cesión; 2) Si la
cesión fuese declarada delito romo incursa en el an. 31 1.2 del CP, esto es, si conociendo el cesio-
nario el carácter delictivo de !as condiciones de trabajo del cedente las mantiene, respcnden am-
bos independientemente de su respectiva responsabilidad penal, tarnbien solidariamente, de las
obiigaciones posteriores a la cesión, hasta que el delito prescriba. Por otro lado, conforme el ark.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 555

mente este supuesto, por lo que la doctrina mayoritaria (salvo Vázquez Vialardj
entiende que ias obligaciones nacidas después de la transferencia son exclusivas
del adquirente.
Por su parte, Vázquez Viaiard, luego de reconocer que esta interpretación se
adecua al sentido del instituto ya que no parece razonable que quien cede la tini-
dad técnica de produccion continúe siendo garante respecto de una obligación
que no leincumbea él, entiende, por el contrario, queei art. 228al utilizariaexpre-
sión "soiidariamenteresponsable" contempla ia solución opuesta"E! fundamento
de su opinión radica en que e! parr, 1" del articulo citadose refiere a obligaciones
que en un casa correspondíanai transrnitentey en otro, al adquirente y de las que
el otro es solidariamente responsable como garante, ya que no puede admitirse
que una persona sea calificada de responsable solidario de sus propias deudas.
Aun cuando esa opinión es técnicamente correcta y se basa en una interpreta-
ción literal de la norma, relacionada con iasconsecuenciasjurídicas de los vocablos
que utiliza la ley (especialmenteIa palabra solidariamente),et mismo autor señaló
que tanto la doctrina como la jurisprudencia neutralizaron los efectos disvatiosos
quesu literaiidadgeneraba, y recurriendo al principio de equidad optaron por una
interpretación generai y adecuada de su sentido.
Por su parte, la jurisprudencia ha sostenido que: "Si la ruptura del contrato de
trabajo se produjoconposterioridada la transferencia del fondo de comercio y por
una causa distinta (el enlace de la trabajadora), sólo resulta responsable por las
indemnizaciones emergentes de dicha ruptura quien decidió la misma, es decir, el
nuevo empleador, pues, por aplicación de lo normado en el art. 225 de la tCT, la
solidaridad sólo abarca los créditos devengadosa favor del trabajador hasta e! mo-
mento de la transmisión del establecimiento, incluyendo los derivados de la de-
nuncia del contrato de trabajo a raiz de la injuria que le puede provocar al trabaja-
dor dicha transmisión, pero no comprende las deudas devengadas con posteriori-
dad, salvo el caso de fraude laboral (art. 14, ley citada)".'21
Tambibn se resolvió que: "Al no haberse probado que en la especie se den los
presupuestos del art. 29, párr. lo de la LCTy, dado que el despido se produjo con
posterioridad a la transferencia del establecimiento, frente a lo dispuesto por los
arts. 225y228de la ICT, no correspondecondenar a iacodemandadaWilson Rosa-

127.2, de la Ley Genera! de la Seguridad Sociai, respecto de ias responsabiiidades empresariales


por prestacionesy cotizacionec de seguridad social, el adquirente respondera solidariamente con
e¡ anterior del pago de \as causadas o devengadas antes de dicha sucesibn en la titularidad fAlon-
so Otea - Casas Baamonde, Derecho de¡ trabajo, p. 400).
Iz7 CNAT, SaiaVIII, 23/10/97, "Rein, Myriam J. c. farmacia Av, De Mayo 1102S.C,S.y0tr0", DK
1998-A-548.
556 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núñez
--,---------u- ---- -1-11-

les LA.por el despido dispuesto por quien fuera la empleadora dcf actor al momen-
to de la extinción. Ello, por cuanto ia transrnitente sólo es responsable por las obli-
gaciones existentes con anterioridad y al momento de Ia transferencia pero no por
aquellas que nacen con posterioridada dicha transferencia. Empero, ello no obsta
a que deba responder en forma soiidaria por los créditos anteriores que pudieren
existir"128.
Y en lo que respecta concretamentea redarnosformuladoscon posterioridada fa
transferencia se ha dicho que: "Si el reclamo en los términos de los arts. 9" y 15 de
la ley 24.013 se formuló con posterioridad a fa fecha de transferencia, devengán-
dose a partir de tales interpelaciones la obligación cuyo curnp~irnientointiman,
corresponde considerar como único responsabfeal adquirente del estab/ecirnien-
to en virtud del art. 228 de la LCTpor tratarse de una obligación que no existía ata
fecha de la transferencia" 129.
Conviene señalar que existe un caso donde el cedente responde por las deudas
contraidas por el cesionario con posterioridad a la cesión y ello se produce cuando
la misma es precaria o transitoria, pero ella al momento de recuperar el estableci-
miento y de conformidad con lo estabiecido por el art. 227 de la LCT:
Este artículo expresamente establece que ai momento de producirse la segun-
da transmisión del cesionario a l cedente original, pasana este úitimo todasfasobli-
gaciones que aquél tuviera al momento de ia transferencia, que inciuyen aquellas
deudas generadas con posterioridad a la primera transmisión. Par lo demás, esto
se encuentra igualmente consagrado enel párr. 4"deI art. 228, que prevé que laso-
lidaridadtambién operara can relación a las obligaciones emergentes del contra-
to de trabaja existentes al tiempo de ia restituri~n del establecimiento cuando la
transmisibn no estuviere destinada a surtir efectos permanentesy fuese de apiica-
ción lo dispuesto en la última parte del art. 227. También cedente y cesionario re-
sultan solidariamente responsables por las obligaciones contraídas incluso con
posterioridada la transmisión cuando estemos en presencia de un fraude, es decir,
de una maniobra pergeñada por las partes para defraudar los iegitimos interesesde
los trabajadores. En estos casos, el cesionario generalmente ec insolventey cumple
la función de aparecer a la luz de los trabajadores como el nuevo ernpieador, deso-
btigandode ese modo al anterior.
En este sentido, la jurisprudencia ha sostenido que: "Si despues del despida de
los actores, en ia misma actividad y tras un breve recesotemporal, se constituyó en
el mismo eczabiecirnierito un nuevo titular, codemandada en autos, que tenía co-

i"
CNAT, Sala IV, 19117/12, "Cardozo, Hector Orlando c. Ciub Atldtico River PIate Astic. Civif
y otros siDespido", en intranetpjn.gov.ar,
'29 CNAT. Sala IX, 20/?0100, "iabie, Carlos E.y otrosc. Encotel- Empresa Nacionalde Correos
y Teic!cjrafos S. A. y otrosiDespida", Ty55,2001-244
Responsabilidad solidaria en elcantrato de trabajo 557
- --- -"-

mo fin la misma explo~aciónempresarial que venia desarroliando quien fuera em-


pleadora de las actores, lo que implica un fraude por interposiciónde persona a fin
de eludir deliberadamente obligaciones irnpue9as por ia Ley de Contrato deTraba-
jo, en consecuencia el fraude laboral cometidoobliga a la codernandadaa responder
solidariamente respecto a las obligaciones nacidas con anterioridad de la cesión
(arts. 225 y 228, LCT;699y 705, CC [concs, arts. 828 y 833, CCCN].El sistema taboral
ha consagrado un desplazamientopatrimonial de garantía para el trabajador, regu-
lando un sistema reparador mediante la intensa protección del acreedor laboral,
basada en una solidaridad que multiplique el concepto de sujetodeudor, neutrali-
zando posibles maniobras de vaciarnientoque afecten et patrimonio con garantía
común, poreso, el art. 228de la LCT, al señalar que ioquese tranrrnitenson lasobli-
gaciones aunque el contrato esté extinguido antes, consagra una solidaridad
amplia, estableciendo \a ajenidad del trabajador al riesgo empresario y procura
que resulte indemne frente a iosavatares de [a

6 - Aspectos procesales de la transferencia


del estaklecimiento

Antes de la transferencia y hasta el momento en que la misma se produce, el


transrnitente conserva el status jurídico de empleador, razón por la cual cualquier
intimación frente a un incumplimiento contractual debe ser formulada a éste.
En cambio, producida la transferencia, además de producirse una rnutacibn de la
figura del empleador, también se produce [a transmisidn de todo el universo de
obligaciones hacia el adquirente (conf. art. 225, LCI), por lo que cualquier ernpIa-
zarnienlo, aun anterior a la transferencia debe ser dirigido al sucesor. En este iilti-
mo caso y aunque no es obligatorio, el principio de buena fe jmponecomunicar tal
circunstancia a su anterior ernpleador que, si bien fue quien contrajo originaria-
mente la deuda, la misma pasóaf adquirente pero sin desobligarlo, por lo queeven-
tualmente deberá responder en forma solidaria.
De igual forma, tratándose de relacioneslaboralesextinguidasconanterioridad
a la transferencia, eiirabajador deberá, al rnen~s~anoticiar al sucesor, con quien no
tuvo ninghn tipo de vínculo, pero que igualmente deberá responder de lar obtiga-
ciones que el transrnitente mantiene como consecuencia del vínculo laboral res-
cindido.
Se puede demandar conjunta o indistintamente, en caso que así corresponda,
a{ cedente y a f cesionario, aunque sidiferenciando Ia distinta situación jurídica de
ambos, pues uno esel obligado directo, mientras queei otro es el deudor solidario.
Lo paradójico es que, tratándose de obiigaciones devengadas con anterioridad a

3 130 Trib.Trab. n03 La Matanza, 23/9/99, "Glenon, ~ u c a sy~otrosc.


. laboniaS.R.1.y otro", DT,
3 2000-A-897.
558 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro F.Riúijer
---- ---- --,.-...-----

la transferencia, el deudor directo (sucesor} no fue quien contrajo la obiigaciiin,


pese a lo cual le fueron transferidas la totalidad de las mismas, sino que lo hizo el
deudor solidario (transmitente). En este caso también el trabajador puede optar
entre: a) demandar al ernpleador y al contratante (o cedente) en forma conjunta,
dando lugar a un iitisconsorcio facultativo, con la ventaja que implica lograr una
sentencia con efecto de cosa juzgada contra todos los demandados; o b) puede
demandar sólo a uno de los codeudores, con la ventaja de obtener una mayor si
plicidad y celeridad en el proceso entablado contra alguno de ellos, especialrnen
si cuenta con ia solvencia suficiente como para no justificar la cilacion en juicio d
otro coobligado.
De ahí que no deba rechazarse fa demanda contra el contratante, si el actor
optó por no demandar al ernpleador, o si se le tuvo por no presentada !a dsmand
en los términos del art. 67 de fa Ley de Procedimiento Laboral 18.345.
De todas formas, el trabajador deberá acreditar fehacientemente la existencia de
los créditos laborales que reclama, cuando, tratándose de obligaciones contraídas
con anterioridad a la transferencia, decide dirigir su accion contra el cesionario.
Así, la jurisprudencia ha establecido que: "Si bien eI régimen de solidaridad entre
el cedente y el cesionario (art. 228, LCT) ha sido interpretado en sentido amplio, a
la luzde loexpresado en fa doctrina del pIenario1Bagiieri'(plenario 289,818/97,
1997-B-2013), la no intervenciónde éste en cuanto a las obligacionessurgidas
anterioridad, pone en cabeza del trabajador la carga de probar la existencia de los
créditos que reciama. No cabe exigir a la sociedad adquirente la prueba de circuns-
tancias de hecho respectodelasqueno tuvo participaciónni control por habersi
ajena al vínculo del que derivarian" 13'.
Por otra parte, de mas esta decir que la rebeldia de uno de los codeudores no
libera a i trabajador desu obligación de acreditar los extremos en que sustenta su
pretensión con respecto al otro, sin que los efectosde aquélla puedan perjudicar a
este último.
Al resultar cedente y cesionario solidariamente responsables respecto de las
obligaciones emergentes del contrato de trabajo existentes a la época de la trans-
mision y que lo afectaren, considerarnos que se encuentran incluidosel pago de las
indemnizaciones por despido (arts. 232,233 y 245, LCT), los salarios o diferencias
salariales adeudadas, los sueldos anuales complementarios debidos y las vacacio-
nes no gozadas, así como también la totalidad de las indemnizaciones legales pre-
vistas a favor del trabajaclor-multas de fa ley 24.01 3, indemnizacionasdelas leyes
25.323 y 25.345, etcktera-.
Por idénticas razones a las esgrimidas en los f apitulos 1V y VI, creemos que tan-
to el adquirente como el transmitente est&nobligados a hacer entrega de los cer-

CNAT, Sala 111, 12/8/02, "leiva, Armando c. ilanni Development S.A. y otro $/Despido",en
"Revista de Derecho Laboral y Seguridad Social", f a v quincenal, 2003, ps. 212 y 21 3.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
-,
559
------"-

tificados de trabajo y aportes previsionales previstos por el art. 80 de la LCT, aun-


que se trate de relaciones laborales extinguidas con anterioridad a la transferen-
cia. Ello en tanto y en cuanto lar aportes previsionalesse hubieran efectuado y por
el importe correcto, ya que de lo contrario (cuando no se realizaron o lo hicieron
por un importe menor) no se puede compeler al adquirente a confeccionar los res-
pectivos certificados de aportes previsionalesasentando datos mendaces.
En rigor de verdad, lo que correspondería a\ rransrnitente es que, al momento
de ia transferencia, te entregara al trabajador las certificados de trabajo y de servi-
cios y remuneraciones, pues es hasta ese momento que reviste e\ carácter de em-
pleador, el que lo registro y el que efectuó los aportes.
En /o que hace a la entrega del certificado de trabajo, la jurisprudencia ha re-
suelto que: "Si se acredita que hubo una cantinuidad en la explotación del esta-
blecimiento, entendido éste como la unidad tecnica o de ejecución que describe el
art, 6"de la LCT, que entreambosempleadoresse operó una transferencia del mis-
mo en tos términos del art, 2125 de la LCT, la sucesora debe respetar la antigüedad
adquirida por sus dependientes, bajo !as órdenes de la transmitente. El art. 225 de
la LCTestablece la responsabilidad solidaria del adquirente frente al trabajador
de todas las obligaciones emergentes del contrato de trabajo que el transmitente
tuviera con ei trabajador al tiempo de ta transferencia, entre las que se encue~tra
ei certificado del art. 80 de la LCTpor todo e! período de
En sentido contrario, se ha resuelto que: "Si bien la accionada al adquirir la ex-
plotación se hizo cargo también del persona! y lo incorporocon los derechosy obli-
gaciones respectivos, reconociendole al actor tos beneficios de la fecha de ingreso
operada para el anterior titular de la relación laboral, a los efectos de/ despido ello
no significa que deba hacer entrega de la certificaci6n prevista en el art. 80 de la
LCTpor periodos anteriores a aquel en que comenzó a desempefiarse como em-
pieadora, pues no resulta posibleexigirle una constancia de aportes por losque no
estuvo obligada y que por ende no efectuó"133.También se ha resuelto que: "En
tos casos de transferencia del establecimiento o de cesión de personal, el adqui-

232 CNAT, Sala IV, 2212/01, "Fontes, Hugo M. y otro c. Consorcio Conexim S.R.L. y otros", DT,
2002-A-300. En sentido contrariose expide Vázquez Vialard, para quien dicha disposicibn se refie-
re a las oblrgaciones que asume el empleadorcorno contraprestacióndel trabajo: pagodel salario,
aun en el caso de enfermedades o accidente incuipable, paraimpuestos que surgen como conse-
cuencia de esa prestacion, pero no a aquellos a que se refieren o certifican constancias que surgen
de un libro que exclusivamente debe llevar el ernpleador. Por otra parte, el tercero no dispone de
los elernentosdejuicio para poder confeccionar esecertificadoque es posible que deba contener
constancias anteriores al rnomenro en que nace la obligación solrdaria (Vazquez Vialard, La ,505;-
biiidad que elacreedor iaboralle reclame directamente ddeudor vicario, en 7~55,2002-801).
233 CNAT, Sala il, 2811 1108, "Ojeda, Carios,Reinaldo c. Calores S.A. s/DespidoU,Boietin Men-
sual de Jurisprudencia de /a CNAT, no286, Oficina de Jurisprudencia, nov. 2008.
Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro Á IVÚñez
560 ---IXIII,Illl_-,-
-
rente o cesionario no está obligado a incluir en el certificado de trabajo el tiempo
anterior a la ceciiin, durante el cuai no revisti0 el carácter de empleador"'34.
Con respecto a la relación interna entre las partes, en este caso particular hay
que tener en cuenta no tanto quién es el empleador al momento de efectuar ei re-
clamo, ni quien es e! titular de la obfigaci6ninvestido legalmente, sino quién con-
trajo originalmente la deuda reclamada.
De ahi que en materia de extinrion, si bien rigen las disposicionesgenerales (y
por elfo, e! pago, la transacción o cualquier otra forma de extinción efectuada por
unc se extiende al restante), sea necesarioefectuar una distinción en quien efectub
concretamente el pago para una eventual acción de regreso. Si el pago ioefeauó el
transmitente, en principio, no tendría ninguna acción de regreso contra el izdqui-
rente, de conformidad con lo dispuesto por el art. 841, inc. ú)del CCCN, p<jrelcual
deberá estarse a ia fuentey la finalidad de la obligacióno, en su caso, la causa de la
responsabilidad,
En cambio, si fue el adquirente quien debiópagar total o parcialmente el créd
t o laboral al Trabajador, y se trataba de obligaciones contraídas con anterioridad
la transferencia, estará legitimado para repetir del cedente la totalidad de lo abo-
nado (conf. art. 841, CCCN).
En cuanto a fa cosa juzgada, rige el principio general establecido en el art. 832
del CCCN, quedetermina que la misma no es oponibie a loscodeudoresquefueron
parte en el juicio, los cuales pueden, sin embargo, invocarla contra el coacreedor
que si fue parte en la causa.
Es decir, los efectos de la cosa juzgada se expanden a toscodeudores en la rnedi-
da dei beneficio (esto es, cuando la cosa juzgada los favorece)y Unicamente contra
el coacreedor que intervino en ei litigio.
Finalmente, corresponde analizar los supuestos en que la transferencia se pro-
duce con posterioridad, o el trabajador toma conocimiento después de haber ini-
ciado las actuaciones contra el cedente, o contra éste y el o los cesionarios tratán-
dose de una cadena de transferencias.Como bien apunta Machada, ai trabajador
se le planteará una serie de escoilos procesales entre los cuales el principal ser5 el
provisto por et art. 71 5 del CClhoy art. 832, CCCNj en orden a la inaponibiiidad de
ia cosa juzgada respecto de los codeudores que no hubieren sido parte en el pro-
ceso y contra los que, por lo mismo, no puede intentarse directamente la ejecución
de la condena.
Creernosconeste autor y e s i bien en la generalidad de los casosce requerirá un
proceso de conocimiento pleno, este principio admite excepciones.que,dejando a
salvo ei debido proceso (ser oido, producir prueba), atiendan también a la celeri-

'j4 CNAT, Saia IV, 73/4/12, "Rossi, Brunoc. Seinar S.A. y otros/Despida", inedito.
Responsabilidad soijdaria en el contrato de trabajo 561

dad inherentea !os crkditos alimentariosy que no requieran, en el puro interés de


la forma, una antieconbmica dupiicaci6ri de procesos ordinarios.
Así, agrega, la vía incidental o abreviada podría ser procedente cuando el ad-
quirente, citado a pleito tras la sentencia, se limite a negar las presupuestosde su
responsabi\idadcomo tal sin argumentar sobre las situaciones de hecho tocantes
al nacimiento del crédito asumiendo, de algún modo, los efectos de la cosa juzga-
da entre trabajador yempleador.
También parece proceder cuando, aunque actuando bajo diferentes personali-
dades jurídicas, sean las mismas personas físicas las que han intervenidoen e! pro-
ceso ya sentenciado otorgando poder, absolviendo posiciones, ofreciendo prue-
bas, e t ~ t i t e r a ~ ~ ~ .
Aellocabria agregarle el supuesto en que la transferencia se produzca despues
de la sentencia, y como forma de evitar que ei trabajador pueda acceder al cobro
inmediato del crédito y deba iniciar un nuevo juicio contra la nueva adquirente,
que al ser condenada habrá transferido nuevamente los activos a otra sociedad, y
así indefinidamente, La vía incidental es un buen remedio excepcional para evitar
este tipo de maniobrasy desalentarlas.
En sentido contrario, se resolvi6 que: "No resulta idónea fa vía incidental para
determinar la procedencia o no de los efectos propiosde la sentencia a quienes no
fueron demandadosenel juicio principal, siendoel procesoordinariola vía quega-
rantiza un debate pleno en resguardo del derecha de defensa en juicio. Si la trans-
misión del establecimiento se produce después de que el trabajador mantuvo la
refaci6n con el transmitente lleve a cabo un proceso judicial en procura del cobro
de deudas, se requiere perseguir la deuda contra e1 nuevo titular del estabieci-
miento que originariamente no había sido demandado. Hacer uso de la vía inci-
dental para extender los efectos de la condena a quien no fue demandado, apare-
ce como una estrategia manifiestamente inconsistentee inconciliable con el desa-
rrollo amplio del debate que ofrece un proceso ordinario"136.
En materia de prescripción, se ha dicha que: "En una accibn auttrnoma iniciada
para ejecutar una sentencia favorable en los términos de los arts. 225 y 228 de Ia
LCT, debe rechazarse la excepción de prescripción opuesta por Ia demandada, en
tanto no puede soslayarse el efecto interruptivoque habría provocado en perjuicio
de aquella el reclamo efectuado por el actor contra la sociedad ernp~eadora"'~~.

135 Machado, Solidaridad generada por la transferencia delestabiecimienYo, en "Revista de


la Sociedad Argentina de Derecho Laboral", nP 14, jun.-jul. 2002, p. 33.
'36 STCorrientes, 29110108, "Silva, Nancy A. c. Librería Cisei y otros", en "Revista de Derecho
laboral y Seguridad Social", n07, abr. 2009, p. 621.
137 CNAT, Sala Vill, 5/2/15, "Cases, Blanca Alicia y otros c . Pichirna S.A. siDespido", DT, ano

LXXV, no 7, jul. 2015, p. 1428.


562 Rícardo D.Hierremuelo - Pedro E NÚfie
A- - - - - A - -

C - Otros supuestos de transferencia


S 56. Cesión de personal
Hemos visto los casos en que se producia la transferencia del estabiecirnie
con él, todo o parte del personal. En cambio, el art. 229 de la LCTregula un sup
to distinto al previsto en loserts. 225 a 228, cual es la transmisibn del personals
establecimiento o, siguiendo a Justo Lópeir, ia transferencia pura de ia relació
trabajo.
En este sentido, la Suprema Corte de Buenos Aires resolvió que: "€1 actual r4
men del contrato de trabajo prevé dos supuestos distintos de transferencias. En
caso, mediante los arts. 225 y 227 de la LCTse reglamenta la transferencia del
trato de trabajo como consecuencia de la transferencia o cambio de la titular
del establecimiento. Aparece en la relación de trabajo un nuevo empleador,
nuevo titular de los poderesdirectivos o jerárquicos que rigen la actividaddel es
bfecimientoy responsable de los deberes y obligacionesque origina esa misma
tividad. En este supuesto, la transferencia de la reiacionse produce con indep
dencia de la voluntad del trabajador. Hay transferencia de la relacibn de traba
porque la hay del establecimiento(conf.causa L. 36.603,sent. del 2/9/86). Por or
lado el art. 229 de la LCTconternpla, en cambio, una situación distinta: la tran
rencia pura de la relacibn de trabajo con independencia de todo cambio de tit
ridad del establecimiento. Eneste caso, no existe, en realidad, una transferencia de
trabajadores, sino una cesión decontratode trabajo, con todossusderechosyobl
gaciones. Para que esta última tenga tugar,se impone un requisitoadprobationim
y no adsolemnitatem: la aceptación del trabajador expresa y por escrito (conf. cau
sa L. 36.603, sent. del 2/9/86). Efectivamentetoda cesión de relaciónde trabajo re-
sulta eficaz cuando el negocio se integra con la voluntad expresa y por escrito d d
propio trabajador" 138.
Las diferenciasentre ambas situacionessonnotorias, pues mientras en el primer
caso la transferencia de la relaciónse producecomo consecuenciade la transmisión
del establecimiento,siendo irrelevante la conformidad del trabajador, enelsegun-
do caso la figura del trabajador es imprescindiblepara la configuración de la trans-
ferencia, pues es de carácter individual y lo afecta directa y exclusivamentea él. La
novaciónen la cesión se debe a un acuerdo de voluntades concertado en un nego-
cio complejo, triangular; mientrasque en el otro negocio, opera la novación a con-
secuencia de la transferencia de la unidad productiva que lleva írnplicita la subro-
gación de la persona del empleador respecto de la totaiidad de los trabajadores

'" SSCBA, 1819102, "Gafcia Santin, Josbc. Juan Cincotta S.A. Diferencia de indemnizacióndes-
pido, etcétera", inédito
Rei;ponsabilidadsolidariaen el contrato de trabajo 563
p
*"
"
-p -
m"

que integran el grupo que se desempeñaba en aquélla al momento de producirse


la tran~ferencia'~~. Fa aceptación del trabajador es condici6n necesaria para que
seconfigureeste supuesto; deahíquese tratede un negocio jurídico triangular, en
el cual la aceptación del trabajador tenga mayor importancia que el acuerdo arri-
bado entre el cedente y el cesionario.
Por esa razbn la ley extrema los recaudos al regular este tipo de transferencia,
puesel iegislador quiso estar plenamentesegurode la conformidaddel trabajador
en pasar a depender de otro empleadar sin que con él se traslade la unidad tecnica
productiva donde prestaba servicios hasta ese momento, ni tampoco sus compa-
ñeros de trabajo (salvo que se trate de una transferencia pluri-individual).
Ei art. 229dela LCTirnponedosexigencias,una de fondo yotra deforma. La exi-
gencia de fondoes la aceptacióndel trabajador: resulta intrascendente el acuerdo
arribado entre el cedente y el cesionario con relación a l trabajador individualmen-
t e considerado si no existe conformidad de este último. Este acuerdo es ineficaz por
sisolo y únicamente será válido sise integra con la conformidad del trabajador. El
trabajador puede negarse a aceptar la cesidn si0 expresar causa ni agravio alguno,
pues importa un verdadero desarraigo del lugar y del grupo humano donde venia
desarrollando tareas hasta ese momento, La jurisprudencia ha resuelto que: "Si
das personas explotan dos negocios diferentes, con contabilidades independien-
tes y registros laborales individuales aunque suelan despIazar personal de uno a
otro establecimiento, ello no los convierte en socios o partícipes de un ernprendi-
miento único. Y si alguno de los empleados pasa a trabajar de uno a otro estable-
cimiento, o bien la primera relación queda extinguida y comienza una nueva con
diferenteempleador, o si concurren las circunstanciasdel art. 229 de la 1117,se pro-
duce la cesibn de personal, inoponibleal trabajador si no ha mediado su conformi-
dad, expresada por escrito (art. 229, L c T ) " ~ ~También
~. se ha decidido que: "La
transferencia del contrato de trabajo sin que medie transferencia del estableci-
miento (entendido éste como unidad de producción verdaderamente autónoma y
no una mera división de otro) puede ser rechazada por el trabajador, sin explíca-
ción alguna, puesto que tal es lasituacibn previstaen eI art. 229 de la LCT. El art.229
de la LCT no impone al trabajador ninguna condición para no suscribir conformi-
dad con ei ser cedido o transferido su contrato a otro empleador. Simplemente re-
quiere su conformidad expresa y por escrito. Sólo en otra hipótesisosituacion dife-
rente el trabajador tiene la obligación, o más bien la carga, de demostrar en juicio
que haya habido circunstancias justificativas para rechazar el cambia de emplea-

Vázquez Viaiard (dir.), Tratado de derecho del trabajo, t. 5, p. 43.


CNAT,SalaVfII, 27/5/99, "Ríos,Mónica c. BekJin Hoy otrosiDespido",en "RevistadeDere-
cho Laboral y Seguridad Social", fasc. quincenal, 2003, p. 95.
564 Ricardo D, Hierrezuelo - Pedro F: IVcfie~.
-
"- - - - - p , - - .D- .

dor, como está previsto en el art. 226 de la LCT, pero esto es así en los supuestos de
transferencia de establecimiento incluido ei personal" l4I.
La exigencia de forma er que esa aceptación sea expresa y par escrito: este re
caudo descarta la expresión de la voluntad mediante el comportamiento inequi
voco del trabajador (tácita) y aun dentro de la forma expresa, la verbal. Para Váz
quez Vialard no se trata de un requisito ad solemniiatern al que el negocio dt? Ia
cesión esta condicionado, sino quesolo se refiere a la iimitación de la prueba admi
tida para su acreditación, por lo que la misma sólo puede hacerse por ese medio o
por el reconocimientojudicial que realice el propio trabajador142.Justo López a
hiere a esta postura y agrega que no parece que haga falta mas para proteger, por
ejemplo, los intereses del trabajador y que si éI confiesa judicialmente su acepta-
ción de ia transferencia, no considera que haya que darla a ésta por no producid
en defecto de constancia escrita de aceptación143.
Sin embargo, en un supuesto en que fa relación no había sido registrada se pres-
cindió de la conformidad expresa del trabajador, al sostenerse que: "Para que i
cesi6n del contrato de trabajo se lleve a cabo conforme a derecho se requiere ia con
formidad escrita del trabajador. Pero ante la ciandestinización de un contrato des
de su inicio, prolongado posteriormente a la cesión del personal, sin respetar en
modo alguno las normasvigentes, no puede pretenderse que las normas iaborales
que ellas mismas desconocieron se apliquen como fundamento para desconocer la
reparaciónque en derecho le corresponde al trabajador. Para no responsabilizar
futuro cedente es necesario en principio que el personaldependiente esté recon
cido como tal, y fuego que la cesión se haya aceptado por escrito" 144.
Cierta doctrina entiende que no Rabria inconveniente para permitir, siempre
que nose viole el orden público laboral, que la cesián implicara una modificación
de las condiciones de trabajo, modo y lugar de fa prestaci6n, horarios, etcétera. Se
trataría en este caso de una novación objetiva, que al iguai que la subjetiva, noalte-
raria la identidad de la relación laboral,
Por lo tanto, no habria óbice para que la transferencia se operara sólo con res-
pecto a parte de ia jornada pactada, con lo cual ia reiacion laboral se desdoblaria
en dos: una con eI anterior -en ia que quedaria reducido el horario de la presta-
ción laboral- y otra can el nuevo. En contra de esta postura se expedía Cente-

j4'
CNAT, Sala Vli, 10/8/98, "González, Rodolfo Rubén C. Compafiía tnteramcrricana de Auto-
mEiviles S.A s/DespidoV,DT, 1999-A-78.
Vazquez Vialard (dir.), Tratado de derecho del frabajo, t . 5, p. 45.
'43 -
López Centeno - fernández Madrid, Ley de Cofitratode Trabajo comentada, t. 11, p.877.
CCNAT, Sala VI, 29/12/09, "Flory, Rodolfo C. Ideas del Sur y otros stDespido", Boletín Men-
suaidejurisprudenciade /a CNAT, n" 297,Oficina de Jurisprudencia,dic. 2009.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 565

no145,para quien el contrato sólo puede cederce en una unidad y no seccionado


en partes. Por nuestra parte, novemos problema alguno en que la cesiiin del per-
sonal sea sOio parciaI,siernpre y cuando no se trate de una maniobra fraudulenta
y cuente con la conformidad expresa y por escrito del trabajador.
Una vez curnplirnentador losextremos formales y de fondo exigidos por la nor-
mativa laboral, el trabajador en forma individual pasa a tener un nuevo emplea-
dor, transfiriendo al cedidoel conjuntode derechosydeberesque recaíanencabe-
za del cedente. Aunque la norma no lo prevé expresamente, no existe ningún in-
convenienteen que la cesión de persona 1 sea sólo transitoria, y al cumplimiento del
plazo pactado entre cedente y cesionario, con acuerdo del trabajador, éste pase
nuevamente a depender de su empleador original.
Arnbossupuestosse encuentran regulados en el Estatuto del Jugador de Fútbol
Profesional.
Así, el supuesto de transferencia definitiva es regulado por el art. 14 de la ley
20.1 60, que dispone: " E / contrato de un jugador podrá ser objeto, estando vigen-
tes los términos de duración del mismo, de transferencia a otro club con el consen-
timiento expreso del jugador. En ese caro corresponderá al jugador el 10 % del
monto total que se abone para producir la transferencia del contrato yeipago de
esepúrcentualestard a cargo del club cedente, debiendo depositar ese importe en
la asociación respectiva, sin cuyo requisito no se podrá autorizar la transferencia.
Si la transferencia del contrato se efectúa por una suma de dinero y la cesjón de
pase de jugadores, el porcentaje que !e corresponderá al jugador se determinará
sobre el total de la valuacibn que los clubes interesados efectúen del o de los pases
de losjugadores comprendídosen la negociación con más elimporte en dinero que
las partes hayan convenido. Losjugadores cuyo(;pasesconstituyen en este caso una
parte del valor de la transferencia, percibirán del club cedente el porcentaje esta-
blecido del 10% del va/orque re le hubiere fijado para completar el monto total de
la negociación de la transferencia. El jugador cuyo contrato haya sido transferido
debe convenir con el club al cual se incorpora la formalización de un nuevo con-
trato con sujecidn a lo establecido en el arf. 12, inc. 6) -que obliga al club que
incorpore a un jugador de veintiún años o mas por transferencia a formalizar con
dicho jugador un contrato por un año con opción del club para prorrogarlo por dos
años más-, yregistrado conforme alart, 3Ode la presente leyfJ.
Porcu parte, eiarr. 15 dela ley20.160prevéel supuestode cesibn transitoria por
el plazo máximo de un año y es uno de los cosos de imposición de solidaridad con-
tenida en los estatutos profesionales, comovirnosen el Capitulo 11. €1 mencionado
artículo establece: "Durante la vigencia del contrato érfepodra sercedido ternpo-

'45 Centeno, La transferencia de/ ronfrat'o de trabajo en /a ley de contrato de trabajo, en


"Revista Legislación del Trabajo", t. XXXVI, p. 769.
566 Ricardo D. Nierrezuelo - Pedro E Núñe
-
---
..-
-u l___,-l__---l----

rariamente por el término máximo de un año. La cesión temporaria no podrá /m-


portar una disminución de la remuneración esfablecida en el contrato cedido y /a
entidad cedente responderá so/idariamentepor e/ cumplimiento de /as obligaci
nes económicas del cesionaria hasta la concurrencia de 10 regulado en el contrat
originario. La cesión temporaria del contrato no constituye causal de interrupcid
o de suspensión del término máximo de duración del contrato a que se refie
arl: '12(no mayor de cuatro anos). Vencido el termino de la cesión, la entidad
dente reasumirá lasobligaciones contenidas en el contrato cedido, con mas los
mentos generales producidos, con exclusión d e las mayores remuneraciones c.
venidas por el jugador con la entidad cesíonaria. E/ club cesionario y eljuga
deberán forrnalizary registrar de acuerdo con el art. 3"del contrato que los vinc
lar2 durante e lperíodo de cesiún ".
El párr. 2 O del art. 229 de la LCTdispone que aun cuando mediare tal conformi-
dad, cedente y cesionario respondensolidariamente por todas las obligaciones r
sultanres de la relación de trabajo cedida.
Nose discute que ambas partes respondentanto por las obiigaciones deve
das con anterioridad como por las originadas como consecuencia misma de I
transferencia de fa relación de trabajo.
En cambio, se encuentra cori~rovertidoasimismosi la responsabilidadseextie
de mas allá del acto mismo de la transferencia, es decir, si debe responder por I
abfigaciones generadas con posterioridad a la cesión.
Justo López, si bien cuestiona la confusa redacción del artículo, apoya la tesis
restrictiva, esto es, que ia solidaridad establecida se limita a fasdeudasdevengadas
en ei momento de la transferencia de la relacióny no alcanza a las que se generanen
el cursode la relacibntransferida, salvo casodefraudea la ley laboral.Sostiene que
de interpretarse lo contrario, el cedente seguiría ligado a losavataresdefa relación
con el cesionario, con lo que quedaría en todos los casos, en la situaci8n contem-
plada por ios párrs. 1°y 2Odel art. 229; lo cual convertiría en prácticamenteinhtifal
mismo párr, 2"dei art. 229 de la LCT.
Agrega que no hay raz6n para someter los casos de cesión eventual de la rela-
ción al régimen dispuesto para los sujetos interpuestos y mediadoresenja relación
de trabajo que son, de acuerdo a antecedentes nacionales e internacionales, salvo
caso de fraude a la ley laboral, supuesto en el que la cesidn sería nula respecto al
trabajador, aunque hubiera dado su aceptaciórt por escrito14<En idéntico sentido,
Fernández Madrid indica que los alcances de la solidaridad son los mismos que 10s
previctosen el art. 228de ia LCT, pues cuando el art. 229 de la 1CTd.iceque: "... Ce-
dente y cesionario responden solidariamente por todas las obligaciones resultan-

'46 Lopez -Centeno- Fernandez Madrid, Leyde Contrato de Trabajo comenrada,t 11, ps. 877
y 878.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabaja 567

tes de la relación de trabajo cedida", naturalmente que no quiere involucrar al


cedente en las obligaciones posterioresa la cesión ya que ello carecería de toda 16-
gica y obtigaría a la partequese hadesligadodel personal con la aceptacióndeeste
a seguir ia suerte de obligaciones no contraídas y a responder por un trabajo del
que no obtiene rédito alguno147.
En sentido contrario, y desde una óptica estrictamente literal, VázquezVialard
manifiesta que de la lectura del artículo surge que e! ex ernpleador contintia vin-
culado como garante por las obligaciones de la persona que lo sustituye en esa
posición juridica. Estima que en este supuesto, frente a los térrninosernpleados por
el legislador que responden a la finalidad por él perseguida, no obstante los incon-
venientes que su aplicación pueda suscitar, no hay posibitidad de formuiar seme-
janteinterpretación, puesel legislador ha contempladotalsituación,en cierta ma-
nera, con disfavor148.
La jurisprudencia hasido pacifica en determinarque lasobligacionesdelceden-
Ee se extienden sólo hasta el momento de la transferencia. Así, se ha resueltoque:
"De manera opuesta a una interpretación meramente literal del párr, 2" del art.
229 de la LCT, cabe entender que la solidaridad establecida en dicha norma se limi-
ta a las deudas devengadas hasta el momento de la transferencia de la relacibn y,
por lo tanto, no afcanza a ias que se generaran con posterioridad" Im9.
Sin embargo, ia Sala 111 ha sustentado el criterio opuesto, al resolver que: "El ce-
dente y el cesionario, de acuerdo con e! art. 229 de la LCT, responden solidaria-
mente por todas las obligaciones emergentes de la relación laboral cedida, sin de-
terminar un tímite en el tiempo para la misma, lo que [levaa afirmar que dichasoli-
daridad rige respecto de lasobligaciones anteriores y posterioresa la cesión, situa-
ci6n distinta a fa prevista por el art, 228 de dicho cuerpo legal que dispone que la
solidaridad rige respecto de las obligaciones existentes a Ia época de fa transrni-
~ i ó n "Y~más ~ ~recientemente,
. ha dicho que: "El art. 229 de la ICT, en lo que ata-
fíe a la solidaridad estabIece que el 'cedente y cesionario respondensolidariamen-

147 Fernandez Madrid, Tratadopráctico dederecho del trabajo, t. II, p, 972. En id4nticostkr-
minosse manifiestan Etala, Contrato de Trabajo, ps. 502 y 503; y Herrera, Ley de Contratode Tra-
bajo,t.2, p. 355. Etalaexpresa quede manera apuesta a una interpretación meramente literal del
phrr.2"deiai-t. 229, LCT, cabe entender que la solidaridad establecidaselimitaa las deudasdeven-
gadas en el momento de la transferencia de la fetación y no alcanza a Iasque se generan en el cur.
so posterior de la relación transferida, salvoel casodefraude laboral (art. 14, LCT).
348 Vázquez Vialard (dir.), Tratado de derecho del trabajo, t. 5,p. 79.
149 CNAT, Sala II, 311U03, "Salinas, Segundo E. c. Rodríguez, Alberto H. y otro", en "Revista
de Derecho Laboral y Seguridad Social", 2004, p. 354.
CNAT, Sala 111, 3016108, "Gargajo, 5ergib Darnián c. Asociacjón Francesa Filantrópica y de
Beneficencia y otro $/Despidow,en intranet.pjn.gov.ar.
568 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E NYñe

te por-todas las obligaciones resultantes de la relacibnde trabajo cedida'. Es de ob


servar que la norma no hace distinción alguna entre obligaciones anteriores o pos
teriaresa la cesión del personal, y desde esa ~ptica, conforme a la m8xirna 'Ubidi
tjnguif,necnor;distinguir4 debemur', forzoso resulta conciuir que el cesionario
guesiendo responsable de lasconsecuenciasbe la relación laboral cedida, aun r
pecto de las obligaciones generadas con posterioridada la cesión. Existe, aderna
una razón de peso, para concluir de esa forma. Cuando se produce !a transfererici
del establecimiento conjuntamente con el personal, &te sigue ligado al bien prin
cipai que resulta ser el asiento del privilegio de que gozan los créditos del mism
conforme lo determina el art. 268 de la LCT. En cambio, cuandose cede el persona
sin que comprenda al establecimiento, el mismo queda expuesto a la eventual i
solvencia del cesionario" '".
Cabe destacar que el cesionariodeberá reconocerle la antigüedad adquirida e
ei anterior empleador, pero registrarlo a partir de la fecha en que se produce I
transferencia.
En io que respecta a la entrega del certificado de trabajo, se ha dicho que: "
supuesto que prevé el art, 229 de la LCT implica el reconocimiento de la antigüe
dad a todos los efectos para los cuales es relevante, pero no incluye la entrega del
certificado de trabajo por el tiempo anterior al actor be cesión, durante el cual no
revistió el carácter de empleadora" 152.

5 57. Transferencia a favor del Estado


El ultimo artículo del Titulo XI de la Ley de Contrato de Trabajo (art. 230) esta-
blece que las disposiciones de ese título no operan cuando la cesi6n o transferen-
ciase producea favor del Estado. Aunque no lo especifica, parece Iógico queseesta
refiriendo especialmente a ia transferencia del establecimiento y no del personal,
pues es utópico que el trabajador cedido acepte expresamente pasar a desernpe-
ñarce a favor del Estado en esas condiciones.
De los términos del artículo bajo análisis se infiere que cuando la transferencia
se produce a favor del Estado, no existe transmisión de deudas ni reconocimiento
de antigüedad a favor del trabajador, quien en caso de pasara trabajar bajo lasur-
denes del adquirente se considerará vinculado a éste por una nueva relación iabo-
ral,sin que se le deba respetar ni el régimenjuridica, ni el convenio colectivo, ni las

CNAT, Sala lil, 22/10/12, "iglesias, Antonio Jesiis c. Sirnón Cachan S.A. yotros sf~espido",
en intranet.pjn.gov.ar.
'52 CNAT, Sala VIII, 2918103, "Etchegaray Zarate, Ana M. c. Aguas Dadone de ArgentÍna5.A. Y
otro", en Manual de jurisprudencia, Julio Grisoiia (dir.), p. 342.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 569
"P

condiciones de trabajo existentes hasta ese momento, y sobre todo, sin que haya
responsabilidad solidaria entre las partes.
EI interrogante quese planteaal leer detenidamente el artículo essaber qué de-
be entenderse por Estado, pues en la actualidad, el mismo cumple una gran varie-
dad de funciones, y aun cuando en Ios Stltimos años se ha desprendidode una gran
cantidad de ellas, todavia conserva algunasque exceden el ejercicio del poder pú-
blico, por lo que escapan de la esfera de! Derecho administrativo para ubicarse en
elsector privado. 0,inciuro, hay supuestosdetrabajadores,queaunsiendodepen-
dientes de la Administración Pública Nacionai, provincial o municipal, se les aplica
Ia Ley de ContratodeTrabajo por un actoexpreso o porquese losinciuye en el régi-
men de las convenciones colectivas de trabajo. Si prescindi4rarnosdel art. 230 de la
iCTy nos preguntaramossi seria razonable no aplicar el Título XI de ia ICT, pese a
que al personal transferido, por la índole de la actividad, se le va a aplicar despues
de la transferencia el mismo régimen juridico, deberíamos respondernos negati-
vamente, rndxirne cuando el art. 225 de la LCTcontempla una definición amplia de
transferencia al utilizar la expresión por cualquier titulo. Volveremos sobre este
tema cuando nos refiramos a las privatitaciones,
Al no poder abstraerse de dicho articulo, debemos senalar que existen dos por-
turas bien diferenciadas sobre la extensión que debe asignarsele a ese artículo. La
primera postura es sustentada por Vazquez Vialard153,quien entiende que e[ t6r-
mino Estado utilizado en el art. 230 de ia LCTsólo es aplicable a la administración
central, organismos descentralizados, entes autárquicos, pero no a las demás per-
sonas juridicas cuyo patrimonio es de propiedad del Estada o se integra con paraim-
puestos o contribucionesestabiecidospor ley, pero que desenvuelven su acción den-
tro del ámbito del Derecho privado. Estima que la exclusión que determina el art.
230 de la LCT,en cuanto al régimen que ai efectoestablece el art. 225yss. de la LCT,
sólo corresponde a la transferencia que se opera a favor de organismos que des-
pliegan su actividad de conformidad con las normas del Derecho administrativo.
Por lo tanta, cuando la cesiónse hace a favor de una personajurídica cuya actividad
no está comprendida dentro de ese ámbito, o por lo menos, no lo están las relacio-
nes con su personal, no ve razón alguna para excluir la transferencia de las dis-
posiciones de! Titulo Xi de la LCT.Segijn refiere Vázquez Vialard, compartían esta
posición tanto Centeno como Herrera.
En cambio, para justo López la expresión Estado no se refiere a la adrninistra-
ción pUblicacentraio descentralizada (que incluye la administración nacional, pro-
vincial y municipal y iocentes autirquicos) porque en ella ía relación de trabajo es
de empleo piibfico y está regida por el Derecho canstituciona~y el administrativo,
y quienes trabajan bajo esa relaci~nestán exciuidos de la Ley de Contrato de Tra-

153 V&zquez Vialard (dir.), Tratado cie derecho del trabajo, t. 5, ps. 82 y 83.
570 Ricardo D.Hierrezuela - Pedro E Nuñez
--U
--, --.-,-~ ---
bajo por el art. 2'. Tampoco se refiere a los entes púbiicos no estatales, creados por
ley y sometidos al Derecho privado que, por definici6n, no son el Estado. Tiene que
tratarse, entonces, de entes de propiedad del Estado regidos laboralmente por 1
Ley de CantratodeTrabajo, como lasernpresasdel Estado, sociedadesanSinirnasde
capital estatai o de mayoría estatai y~ernejantes~5~.
Por nuestra parte, adherimos a esta última postura, pues creemos que al 170
efectuar distincibn alguna, la expresión Btado debe admitirse en su mas amplia
extensión, con prescindenciadel r6girnen jurídico al que se encuentra sometido el
personal del ente estatai al cual se va a transferir el establecimiento. Apoya esta
tesis la M i m a parte del art. 230 de la ICT, que cuando menciona el régimen legal
que ha de aplicarse a los trabajadores transferidos dice que hasta-tantose conven-
gan estatutos o convenios particulares, los trabajadores podrán regirse por los
estaturos o convenios deernpresasdel Estado similares, to que parece insinuar que
se ha previsto que el Estado absorba una actividad comercial o industrialpara con
tinuaria bajo e l régimende la actividad privada155.
La transferencia a favor del Estado puede producirse por un acuerdo entre ést
el cedente (negocio jurídico bilateral) o mediante expropiación. En ambos ccis
y salvoactoexpresoencon?rario, comoal trabajador no se le reconocerá ni ia a
güedad ni e/ régimen jurídico ni las condiciones de trabajo que tenia con su em-
pfeador, puede no aceptar el cambio y considerarse en situación de despido indi
recto en lost6rminos del art, 246 de la LCT.
Conviene aclarar que como nose aplican los artículos de transferencia, noexis-
te responsabilidadsoiidaria, por lo que incluso en los casos de expropiación, será el
ernpleador quien deba abonar las indemnizaciones por despido incausado de
aquellos trabajadores que se consideren en situación de despido indirecto al no
aceptar pasar a trabajar para el Estado. Claro que en el supuesto de expropiación,
esta circunstancia deberá ser tenida en cuenta por el Estado a la hora de indemni-
zar al ernpleador. Asimismo, cuando la transferencia se produzca por un negocio
jurídico bitaterai, en el precio a pagar se deber6 incluir la indemnización de aque-
llos trabajadores que rescindan el vinculo laboral,
Por uitirno, y en lo que respecta a la segunda parte del art. 230 de la LCT, de la
fiteralidad del mismo pareceria desprenderse que la soia transferencia crea la su-
presión de cuaiquier régimen jurídico para el personal cedido. Este párrafo es un
injerto hecho en el Senado al primitivo proyecto del Poder Ejecutivo y no se refiere
a ia transferencia de la relación.detrabajo sino a las condiciones de trabajo de los
trabajadores transferidos al ente de propiedad estataf.

154 -
Lbpez Centena - Fernández Madrid, Ley de Contr~tode Trabajo comentada, t. li, ps. 879
y 880.
155 Fernender Madrid, Tratado práctico de derecho del trabajo, t. 11, p. 975.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 571
- ---- "-A

En realidad, cuando la norma dispone: n . . . hasta tanto se convengan estatutos


o convenios particu/ares, los trabajadores podrán regirse por los esta tutos o con-
venios de empresa del Estada similares. ..",está otorgando al Estado ia opciOn en-
tre mantener el regimen jurídico al cual estaban sometidos los trabajadores antes
de la transferencia o aplicarles los estatutos o convenios vigentes similares apiica-
bles bajo su égida. Todo elio hasta que se convenga un régimen particular.
Jurisprudencialrnentese ha dicho que: "Se considera aplicable el precepto con-
tenido en el art. 230 de la LCTen cuanto dispone que lo dispuesto en el titulo Xi de
dicho cuerpo legal referido a la transferencia del contrato de trabajo no rigecuan-
do la cesión o transferencia se opere en favor del Estado, entendido éste de con-
formidad con la doctrina mayoritaria, en forma arn plia, esdecir, comprensivo de la
Administración publica central o descentralizada coma las empresas del Estado y
aquellas en las que este último tenga participación mayoritaria" 156.

5 58. Privatiraciones
a) Introducción

En los primeros ahos de [a década del '90 se inició en nuestro pais un proceso de
privatización por el cual el Estado, a través de diferentes mecanismos legales, co-
menzó a desprenderse de la mayoría de las empresas o entes de su propiedad que
brindaban servicios piiblicos, los que fueron transferidos a manos privadas con casi
todo el personal que en ese momento se encontraba trabajando.
Esto generó ciertas perplejidades respecto a la aplicación de las disposiciones
contenidasenel TítufoXJ de la Ley de Contrato deTrabajo, puesenrigor deverdad,
nunca se le habría pasado porta cabeza ni al legislador de 4974ni al de 1976que el
Estado podría llegar a restringir la gran cantidad de funciones que desplegaba a
ese momento, que nose limitaban a las propiasde la función pública, sinotambién
abarcaba un abanicodeactividadespertenecientesalsector privado. Deahíqueen
la mentalidad dei legislador que redactó la Ley de Contrato de Trabajo cupiera !a
posibilidad de que el Estado adquiriera nuevos estabiecimientos, por lo que regu-
Iótal situación en el art. 230 de la LCT; pero rio imaginó el praceso inverso, crean-
do una suerte de laguna legal, que segdn la postura quese adopte puede incluirse
o no en el concepto amplio de transferencia regulado por e! art. 225 de ia LCT,
Concretamente, el problema que se plante6 consistió en determinar quién de-
bia afrontar las deudas laborales del personal de la empresa estatal que pasó a ma-
nos privadas. Las posturas que antes referenciábamosson dos: una postura amplia
que cansidera que tanto ei ente estatal residual como la empresa privada son soli-

lS6 CCNAT, Sala X, 28/2/13,"Gagliano, Jose Franciscoc. CorreoOficial de ¡a Repiiblica Argenti-


na S.A. siiliferencias de salarios", Boletín n/lensualdejurisprudencia dela CNAT, no229, feb. 2013.
572 Ricardo D. Níerremlo - Pedro E Núñe
----- -+,.-,.m.

dariamente responsable5 frente a los trabajadoresy otra tesis restrictiva que, des
cartando fa solidaridad, considera que únicamente la primera es deudora frentea
trabajador por !os eventuales créditos anteriores a la transmisión.

b) Marco regulatorjo

Ei proceso de privatizaciónse inicio en nuestro pais con la sanción de la ley23.69


ia cual dispuso un plan de privatizacionesconcebido dentro del marco de la ref
ma del Estado, previkndoceen los arts. 17 y 18 las modalidadesa través de las c
les se podía materializar la privatización (venta de activos de las empresas c
unidad o separada, venta de acciones, cuotas partes, establecimientoso haci
productivas en funcionamiento, locación con o sin opción a compra, admi
ción con osin opción a compra, concesión, licencia o permiso)y tos procedirnien
para ejecutar dichas modalidades: licitación pública, concurso publico, remate
blico o venta de acciones en 301sasy Mercadosdel país157.
Por su parte, el Capitulo IV de la ley citada esta expresamente referido a la pr
tección del trabajador y se concreta en dos disposiciones, los arts, 42 y 43. Por el p
mero se establece que durante el proceso de privatizacian el trabajador segui
amparado por todas las institucioneslegales, convencionaiesy adrninistrativasd
Derecho del trabajo. En cambio, ei art. 43 aclara que el proceso privatizalo
producirá alteraciones en la situación de encuadramiento y afiiiación en m
sindical, salvo resoiución de fa autoridad competente.
No debemos olvidar que el art. 11 de ia ley 23.696 preveía que en ef decreto de
ejecución se establecerian en cada supuesto las alternativas, procedimientosym
dalidadesqueser;eguirian;ei inc. 12del art. 15 autorizóal Poder Ejecutivo parad
poner que el Estado nacional asumiera el pasivo, total o parcial, de las empresas a
privatizar, a efectos de facilitar o mejorar las condiciones de contratación, y el inc.
13 del mismoarticulo leconfirió al Poder Ejecutivoampiias facultades paracurnplir
con tos objetivos perseguidos por el legislador.
Ahora bien, el Poder Ejecutivo, en ejercicio de su poder reglamentario, dictó
una serie de normas que establecieron la inaplicabilidad de las disposiciones de/
Títuio XI de la Ley de Contrato de Trabajo al proceso de privatizaci0~,y cuya vol¡-
dem constitucional fue resuelta por ia torre Suprema en fa140 dividido.
Entre los decretos cuestionados se encuentran:
1. Decr. 731/89:faculta al Poder Ejecutivoa decidir en oportunidaddeapiobaf
los pliegos respectivos, sobre la asunción de los pasivosde la empresa.

1 5 ~ Pinto, La responsabiiidad solidaria derivada delart. 225 de la LCT. Si; anaiisis en elproce-
so deprivatizarion de empresaspúblicas,en "Revista de Derecho Laboral", no 2001-1, "La solida-
ridad en eicontrato de trabajo", p. 312.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 573

7. Decr. 1105189: el art. 44 estaableci~en forma expresa que en ningún caso el


ente privatizado seria responsable por los incumplimientos laboraleso pre-
visionales anteriores a la privatización, los que pasarían desde ese mornen-
to a estar a cargo del Estado nacional.
3. Decr. 60190: si bien se refiere concretamente a la privatización de ENTei su
inclusión resulta necesaria pues originó el pronunciamiento de la Corte
Suprema de justicia de la Nación. Por ese decreto se aprobb el pliego de ba-
ses y condiciones, que en el pta. 7.5 establecia que quienes resulten licen-
ciatarias nosustituirían a ENTeI ni a título universal ni particular en sus deu-
das, obligacionesy responsabilidades.
4. Decr, 2332/90:aprobó loscontratos de transferenciasuscriptoscon losadju-
dicatarios, establecjendo en su pto. 9.2que todas las deudas devengadasde
ENTeI con el personal hasta la toma de posesión estarán a cargo de ENTel,
5. Decr. 7803192: cuyo art. l o establece y aclara que no serán aplicables a nin-
gún efecto la ley 11.867 ni los arts. 225 a 229 de la LCTen los procesos de pri-
vafización concretados o a concretarse, en cumplimiento de /a ley 23.696,
sus normas complementariasy sus reglamentaciones.
6. Decr. 48/93: expresamente previóque las relaciones individualesdetrabajo
vigentes en !as empresas privatizadas continuarán con el adquirente y los
trabajadoresconservarán su rernuneraciúny antigüedad.

c) lurisprudencia de la Corte Suprema de justicia de la Nación

1 - El fallo«Di Tuiliov
La Corte Suprema de Justicia de la Nación tuvo oportunidad de expedirse sobre .

la causa "Di Tuliio", en "Gonralez, Carlos Cergio y otros c. ENTel s1Cobro de austra-
les, exp. 29.542 siincidente de ejecución de sentencia" 158.
La Cámara Federal de Apelaciones de Bahia Eianca había revocado e! pronun-
ciamiento de la anterior instancia por el que se habfa dispuesto levantaref ernbar-
go trabado sobre un bien de propiedad de Telefónica de Argentina S.A. y en con-
secuencia mantuvo aquella medida, que había sido solicitada por la ejecutante de
un crédito de naturaleza laboral devengado -y reconocidojudicialmente- con-
tra la Empresa Nacional de Telecomunicaciones. Respecto de tal decisión Telefóni-
ca de Argentina S.A. dedujo el recurso extraordinario, el cual le fue concedido.

'j8 CSJN, 17112/96, "Di Tullío, Niida", en autos "Oonzaiez, CarlosSergio y otros c. ENTel d C 0 -

bro de australes, exp. 29.542 s/lncidente de ejecución de sentencia", citado por Grisolia, Derecho
deltrabajo y de la seguridadsociai, ps. 225 y 226.
574 Ricardo D.Hiermuelo - Pedro E N ú ñ e ~
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-- m-
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1_1

Et Tribunal habia considerado que lo estipulado en et contrato celebrado entre


et Estado Nacional y ENTeI con el grupo económico que se adjudico el paquete ma-
yoritario de acciones de la Sociedad LicenciatariaSur S.A. carece de validez norma-
tiva frente a terceros y no puede ser opuesto a estos, aun cuando haya sido aproba-
do mediante un decreto, pues tal aprobación sólo tiene efectos internosen la admi-
nistración y no modifica la naturaleza contractual de lo acordado. Entendió que
resultaba de aplicaciónel principiores interaliosartct establecido por el Codigo Civ
y, por ende, concluyó que debia mantenerse el embargo en razón de lo prescripto
en los arts. 225~228de la LCT. Citóen apoyo de tal concfusión lo dispuesto en el a
42 de la ley 23.696.
Telefónica basó sus agravios en el hecho de haber decidido el a quo sobre nor-
mas de Derecho privado, desconociendo lo dispuesto por los arts. 8", 11 y 15, incs.
do, 12 y 13 de la ley 23.696; por el at?. 44 del decr. *i 105189 y por los decrs. 73 1/89,
59/90,60190,61/90,62/90 y 2332f90,disposicioneseslasde caracter federal y de orden
pirblico. Extrajo de tales normas que lo actuado con relacidn a fa privatización de
ENTef produjoefectosjurídicoshacia terceros. Afirmoque~etrataba en el casabe
"contrato de la Administración", cuyo objeto se regia por el Derecho pfiblic
podía ser opuesto a aquéllos, en tanto se fundaba en el beneficio e interés pú
cos que guiaban la actividad de la administración. Tarnbien se agravió por cuanto
entendió que los arts. 225 y 228 de fa LCTno eran aplicabtes al caso, en razón de la
existencia de expresas disposicionesde la ley 23.696 y de los decretos dioados en su
consecuencia, que prevalecian sobre aquelfas previsiones de la ley laboral, dado
su carácter de normas especiales posteriores.
Agregó, en Tal sentida, que la propia ley 23.696 en su art. 69 determina que de-
berá resolverse en beneficio de ella todo conflicto normativo relativo a su aplica-
ción. Adernas, neg8 que su parte revistiera el carácter de continuadora de E N T ~
por ef hecho de haber adquirido parte de sus bienes mediante un proceso iicitato-
rio. Sostuvo al respecto que en el pto. 7.5 del pliego de basesy condiciones-apro-
bado por el decr. 62í9O- se sentó el principio de que las sociedades licenciatarias
no sustituían a ENTel ni a titulo universal ni particutar en sus deudas, obligaciones y
responsabilidades, y que en materia laboral fueron excluidas de las obligaciones
que debía asumir Telefbnica las derivadas de juicios en curso y las devengadas a la
fecha de toma de posesión,
Señaló que el art. 42de la ley 23.696 nootorgaba fundamento apto a la conclu-
sión de que el caso se regia por !os arts. 225 y 228 antes mencionados, en razón de
los restringidos alcances que asignaba a aquella norma, la cual sólo debia aplicar.
sesegún su criterio en el lapso comprendidoentre el comienzo y el final del proce-
so de privatización
La Corte Supremadelusticia de la Nación, por mayoría desus miembros, luego
de declarar admisible el recurso extraordinario y señalar que se trataba de un em-
bargo trabado para ejecutar una deuda de indole laboral de la empresa del ~stado
Responrabilidadsolidaviaen el contrato de trabajo 575

devengada con anterioridad a quese privatizara el respectivo servicio, se pronun-


cio por !a tesis amplia basando sus posturas en los siguientes fundamentos:
La ley 23.696 contiene un Capítulo -el IV- destinado a "la protección del trabaja-
dor" en el cual se establece que durante el proceso de privatización ejecutado por
cualquiera de las modalidades yde los procedimientos previstosenfosarts. 17 y 18de
dicha ley, ". . . el trabajador seguirá amparado por todas las institucioneslegales, con-
vencionales y administrativasdel derecho del trabajo" (art. 421,
1) Si bien el objetivo de! legislador ha sido impulsar un programa de privaliraciones
tendiente a superar la grave crisisfinanciera del Estado, y a tal efecto le ha otorgado
amplias facultades a l Poder Ejecutivo, tambien ha queridoque en la ejecución de ese
programa los trabajadores no dejen de estar amparados por las instituciones del De-
recho del trabajo (art. 42, ley 23.696).

Entre estas cabra una particular relevancia la que tutela el crédito laboral en el
cacode transferencia de establecimientos, ya quese trata de una previsiónlegisla-
tiva que tiene una directa relación con el hecho que se verifica con el traspaso del
patrimonio del ente estatal a las sociedades licenciatarias. Por lo tanto, cabe con-
cluir que, en raz6n de lo dispuesto en el art. 42 de la ley 23.696, el Poder Ejecutivo
no puedeválidamente desconocer la aplicación en los procesosde privatizaciónde
lo dispuesto en los arts. 225 a 228 de la LCT-como lo ha hecho implícitamente en
el último pirrafo del art. 44 del decr. 1105/S9 y, en forma expresa en el decr.
1803/92-, pueselloimplica transgredirei marco legislativoque el Congreso ha im-
puesto a ia ejecución de la politica de reforma del Estado y, por ende, importa que-
brarel principio constitucional de lasubordinación del reglamentos la ley. Noobs-
t a a tal conciusi6n el hecho de que el Poder Ejecutivo, al referirse a sus facultades
para dictar el decr. 1803192, haya invocado-además de las conferidas por losincs.
l o y 2" del art. 86de la CNy de ias emergentes de la ley 23.696- "razones de nece-
sidad y urgencia" que lo autorizarian --según lo expresado en los considerandos
de ese decreto- a ejercer facultades legislativas. Ello es así puesto que encierra
una evidente rontradiccidn que el Poder Ejecutivo, so color de la "necesidad y ur-
gencia" de llevar adelante ce! proceso de privatizacionec previsto en aquella ley,
transgreda el marco normativo fijado a tal efecto por el legislador en el mismo tex-
t o legal puesto que tiene inequívocamente esa implicancia establecer y declarar,
como lo hace el art. lodel citado decreto, la inaplicabiiidad en aquellos procesosde
los arts. 225 a 229 del regimen de contrato de trabajo aprobado por la ley 20.744
frente a lo dispuesto por el art. 42 de la ley 23.696.
Precisa la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en ei voto de la mayoría, que en
el presente caso se encuentra claramente al margen de los supuestos contemplados
en la segunda parte del art. 10 de la ley 23.696 -en los que se faculta al Poder Eje-
cutivo a dejar de lado disposiciones legales, ya que los citados preceptosde la Ley de
Contralo deTrabajo no establecen una situación de privilegio puesson normas con-
Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E ibiúfi
576
V
a
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tenidas en el ordenamiento general y ordinario del derecho laboral- y ninguna
semejanza tienen con las "cláusulas monopáiicas" ni con las "prohibiciones discri
rninatorias"aludidas en el referidoart. 10. Por atroiado, la conclusiónantesexpuec
ta se corrobora si se advierte que el hecho de que la ley Caculte al Poder Ejecu~ivo
disponer que ei Estado asuma el pasivo de la empresa a privatizar (confr. inc. 12, a
1 S, ley 23.696) no puede traducirse, sin más, en la liberación de la responsabilida
de quien sucede a ella como titular de un patrimonio especial -que englaba clct
vos y pasivos-; en cuanto al deudor pritnitivo sólo puede ser liberado a través d
una declaración expresa del acreedor en tal sentido, conforme al principio gener
establecido en el art. 814 del CC, pues las efectos de la norma citada en primer té
minoson asirnilables,en principio, a los que resultan de una delegacibn imperfect
2) Que en el presente caso ha mediado fa "transferencia de un establecimiento", en
Ios términos del art. 225 y concordantes de la LCT, ya que el procedimientoseguido
para concretar la privatizacionconsistió en la constitución-como licenciatarias-de
sociedades anónimas, cuyo Único objeto social seria la "prestación de servicios ptibli-
cosde telecomunicaciones" (decr,60190) a las quese transfirieron "todos los derechos
de ENTel. y del Estado Nacional sobre la totalidad de los activosafectados al servicio",
según lasdistintasáreasen lasqueeste fue dividido (ronfr.art. 8", decr, 731189, modi-
ficado por el decr. 59190, y punto 7.1.1 del contrato de transferencia), Los paquetes
accionarios de tales sociedades se adjudicaron mediante concurso público interna-
cional (decr. 62/90). De manera tal que Telefónica de Argentina constituyó su patri-
monio con una universafidadde hecho escindida de la que antes había pertenecidoal
ente estatal y sucedió a éste - e n la regibnque le fue asignada--en !a prestación del
servicio público de telecomunicaciones.

EsTe hecho objetivo es el que debe considerarse para la aplicacion de los princi-
pios a que alude el art. 42 de la ley 23.696.
1) Que resulta aplicable a l presente supuesto la tutela que la Ley de Contrato de Tra-
bajo otorga a los créditos laborales en ocasiun de la transferencia de establecimien-
tos (arts. 225 y 2281, imponiendo respecto de las obligaciones correspondientes a
aquéllos ia solidaridad entre el transmitente y el adquirente.
2 ) Que lo establecido en el pliego de bases y cundicionesen el sentido de que las so-
ciedades Iicenciatarias no sustituyena ENTel. en sus obligadones yresponsabilidades
y en el pto. 9.2 del contrato de transferencia en el que se apiica esa pauta no piiede
tener otro alcance que el de otorgar a la sociedad licenciataria el derecho a una acción
de regreso contra el Estado nacional. Tal conclusiónse impone puesto que el objeto de
loscontratospúblicosdebeadecuarse a ioestablecidoen las leyes dictadas por el Con-
greso; es conveniente recordar que el Estado se halla sometido al principio de legali-
dad, que se vería vulnerado si se desconociese la existencia de fa solidaridad a la que
anteriormentese hizo mención.
3) Que no media unconflicto normativo entre la aplicación de la Iey 23.696 o de dis-
posiciones de otro ordenamiento, por lo que el art. 69 de fa ley citada no puede con-
Responrabiiklad solidaria en el contrato de trabajo 577
-
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ducira una conciusión distinta. Ello esasi puesto que la vigencia en iosprocesosde pri-
vatizaciones, de las institucionesde\ Derecho laboral que tutelan ai trabajador, esta
contempiada en la propia ley 23.696.
4) Que en el sub litese encuentra en juego el mantenimiento del amparo del traba-
jador frente a la privatización misma, en tanto ella implica la enajenación de ios bie-
nes que canstituian el patrimonio del ente estatal en el que aquéi prestaba sus servi-
cios. Por lotanto, esclara la iriclusióndefcasoen la norma delcitadoart.42. Entalsen-
tido cabe concluir que, mas allá de la !imitación en el tiempo que emerge de su texto,
es evidente que no pueden sustraerse del amparo estab\ecidoen dicho precepto los
perjurios cuya causa es inescindible de la privatizacibn efectuada.

En cambio, votaron en disidencia Moliné O'Connor y López, quienes propusie-


ron hacer lugar al recurso y revocar el fallo apelado por lossiguientesargumentos:
1) Que la ley 23.696 declaró en estado de emergencia la prestación de los servicios
públicos, la ejecucíin de los contratos a cargo del sector pYblico y la situación econó-
mico-financiera de la administración piíblica centralizada y descentralizada, entida-
des autárquicas, empresas del Estado y otros entes en los cuales aquel tuviese cual-
quier tipo de participación (art. lo). El legisladorcvncibiócomoremediopara superar
tal emergencia-además de otros mecanismos-la privatizacibn de ciertas empresas
que hasta entonces pertenecían en forma total o parcial al Estado nacional (art 8');
entre las cuales incluyó a la Empresa Nacional de Telecornunicacioner(anexo 1 de la
citada disposición). La ley faculto al Poder Ejecutivo a proceder a la privalizacion de
aquellas y dispuso que: "en el decreto de ejecución de esta facultad se establecerán,
en cada caso, lasalternativas,los procedimientosy modalidades quese seguiran" (art.
11). De manera particular, ai referirse a tales "alternativas de procedimiento", ren-
dientes a cumplir "los objetivos y fines de la ley" (art. 1 3 , el iegisiador facuitóexpre-
samente al Poder Ejecutivo a disponer que "el Estado Nacianal asuma el pasivo total
o parcial de \a empresa a privatizar, a efectos de facilitar o mejorar las condiciones de
la contratación" (inc. 121, yasimismo loautorizó a "llevara cabo cualquiertipode ac-
to juridico o pracedimiento necesarioo conveniente" para cumplirconaquellosobje-
tivos (inc. 13).
2) Que al reglamentar esa ley mediante ei decr. 1 105189, el Pader Ejecutivo estable-
: las condicionesde privatizacián podra convenirsequeel Estado nacional
~ i ó q u e"en
se har6 cargo, total o parcialmente,de aquellas obligacionescuyas causas se origínen
antesde la privatizaci~n,aunque seexterioricen con posterioridad a ella ...",a locual
añadió que "en ningifn caso ser6 responsable el ente privatizado por los incumpli-
mientos laborales o previsionalesanteriores a ia privatizacióti, los que estarán a car-
go del Estado Nacional" jart 44, pjrrs. 1" y 3", Anexo 1). Asuvez, en par"ccu!ar,para la
privatizaci~ndel servicio de telecomunicaciones que culminó con la adjudicación de
unadesus Areas a !a empresa apeiante se dictó el decr. 731189 el cual, en cuanto aqui
jnteresa, dispuso que, para facilitar el proceso de que se trata, "el Poder Ejecutivo
Nacionaldecidirá, en oportunidad de aprobar los pliegos respectivosy previa opinión
del Ministerio de Economía, sobre la asunción de los pasivos de la empresa" (art. 6 '
)
.
578 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Nfifiez
-+"--- .
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-d.
.--
-..
-
Posteriormente, por medio de: decr. 62/90 se Ilarnó a un "concurso phblico interna-
cional" y se aprob6 "el pliego de bases ycondiciones", en cuyas disposiciones se sen-
ta, como principio en materia de pasivos, que "las sociedades licencizrtarias no susti-
tuyen a ENTel ni a título universal ni particular, en sus deudas, obligaciones y respon-
sabilidadescontíngentes" (pto. 7.5). En el pto.7.5.3seestablecióque lasobligaciones
a cargo det empleador derivadas del régimen laboral, previsianaly de seguros consti-
tuirán una salvedad a tal principio, "excepto: a) los juicios en curso; b) lasobligacio-
nes de pagar sumas de dinero por los conceptos antedichos que estén devengadosa
la fecha de la torna de posesión".

Asl se llega al decr. 2332190 que aprueba los contratos de transferencia susciip-
tos entre el Estado nacional, ENTel y los adjudicatarios. Es de advertir que en sus
considerandosse deja expresa constancia de los diversos actos cumplidos, partien-
do del dictado del decr. 7311 89, "en ejecución de la ley 23.696". Nuevamente, en
cuanto aquí importa, allíse dispone que: "todas las contribuciones laboralesy las
deudacdevengadasde ENTel con el personal hasta /atoma de posesion estarán a car-
go de ENTei" (pto. 9.2; conf. fs. 73). Finalmente, señala que con posterioridad a la
interposición del recurso extraordinario se dictó el decr. 1803/92 en el cual se "esta-
blece y aclara" que en los procesos de privatizaci6n concretados o a concretarse en
cumpiimiento de la ley 23.696 sus normas complementarias y sus reglamentacio-
nes, noserán aplicables, a ningúnefecto, la iey 11367 ni losarts. 225a 229 del régi-
men de contrato de trabajo aprclbado por la ley 20.744,
3) Que de dicha reseñase infiere un sistemajuridico integrado por las normas citadas
cuya conformidad con la Constitucibnno fue cuestionada por la ejecutante en aspec-
toaiguno. Tampoco jnvocósiquiera esta parte que el aludido pto. 9,2 del contrato de
transferencia, en cuanto atribuye a ENTel la responsabilidad por las contribuciones
laborafesy lasdeudasdevengadashastala toma de posesiónde la nueva titular, resul-
te contrario a alguna de aquellas disposiciones.
4) Que, en esas particutarescondiciones, no puede sino reconocerse que [as normas
antes indicadas, en cuanto consagran específicamente la absoluta irresponsabilidad
de la adjudicataria por las deudas laborales contraídas por EN%l con anterioridad a
la privatizacion, deben prevalecer tanto sobre lo dispuestoen losarts. 225 a 228 de la
LCTcomo sobre !o establecido en cualquier otro precepto de alcance máxi-
me cuando por mandato del propio legislador, todo conflicto normativo relativo a ia
aplicaci~nde la ley 23.696 debe resoiverse en beneficiode ésta (art. 69).
51 Que dicho criterio no encuentra obstaculo en la disposicibn contenida en el art. 42
de la ley 23 696, d a ~ d e s establece
e qiie duranre el procesa de privatizacion ejecuta-
do por cualquiera de las modalidades y procedimientos previstos en los arts. 17 y 18.
"el trabajador seguiri amparado por todas las institucioneslegales, convendonalesy
administrativasdel Derecho del trabajo". En efecto, si bien en abstracto correspon-
dería ubicar entre aquellas a ia tutela que la Ley de Contrato de Trabajo otorga a los
créditos laborales en ocasion de la transferencia de establecimientos, imponiendo
Responsabilidad solidaria en elmntrato de trabajo 579
-m- - - -."- - -
respecto a tales obligaciones fa solidaridad entre el transrnitente y adquirente (arts.
225 a 228, cit,), corresponde sostener que -en la inteligencia de !a Ley de Emergen-
cia Econbmica- !a norma comentada (art. 42) no se refiere a esta institución; de lo
contrario, carecerían de sentido las específicas previsiones de los arts. 15, inc. 12, de ese
mismo ordenamiento y 44 del decr. 1105189, que -como se ha visto- expresan de
manera inequivuca la voluntad del legislador de permitir que el Estado nacional asu-
ma e! pasivo tatalo parcial de ia empresa a privatizary,en particular, ladeeximirabso-
iutarnente de responsabilidad al ente privatizado por los incumplimientos laborales
o previsionales anteriores a la privatizacibn. En ese sentido, debe ponderarse que la
inconsecuencja ofalta de previsión del legislador no se suponen, por lo que ia inter-
pretación debe evitar asignar a la ley un sentidoque ponga en pugnasusdisposiciones,
destruyendo las unas por las otras, correspondiendo adoptar como verdadero -en
cambio- el criterio que las concilie y suponga la integral armonización de sus pre-
ceptos (CSJN-Falios,306:721; 307:518 y 993, entre otros).
6) Que, ni en la sentencia apelada ni en las presentacionesde ia actora en las instan-
cias anteriores se expuso razón alguna demostrativa deloceventuales perjuicios que,
de manera directa e inmediata, podrían irrogarse al trabajador como consecuenciade
la liberación de responsabilidadaladquirente poriasdeudas iaboralesgeneradascon
anterioridad a la privatizaci6r-1.Tal invocación, aun cuando pudiera no ser suficiente
para fundar la procedencia del reciamo, resultaría en todo caso necesaria cuando, a
la par de dicha exención, se garantiza la subsislencia de la obligaciiin en cabeza de'
quien -en definitiva-!a contrajooriginalmente, esto es, el propio Estado nacional.

2 - El fallo «Taschowsky>>
La Corte Suprema de Justicia tuvo la oportunidad de pranunciarse en los autos
"Taschowsky" T59.
La Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata modificó parcialmente la
sentencia dictada en primera instancia y condenó en forma solidaria a Telefónica
de Argentina S. A. a responder por la indemnización fundada en la ley especial de
accidentes de trabajo devengada cuando aún la Empresa Nacional de Telecomuni-
caciones no había transferido su patrimonio a aquélla. Contra tal pronunciamien-
toTelefónica de Argentina S.A. dedujoel recurso extraordinario, cuya denegacibn
dio origen a la queja.
Ei mentadoTribuna1sostuvo por mayoría que si bien el decr. 1803192 excluyó ex-
presamente ia aplicación de lo dispuesto por los arts. 225 a 229 de la LCTal caso de
transferencia a manos privadas de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones,
como modo de reglamentar las facultades que ie habian sido conferidas al ser san-
cionada ia ley 23.696, correspondía destacar que tiempo después, al sancionarse el

159 CSJN, 21/3/00, "Taschowsky, ~ionisioE.c:


Empresa~ a c i o n ade~elecomunicacionesy
l otro",
TySS, 2000-706.
Ricardo D. Hierreruelo - Pedro E IVÚñez
-580
---- ""--- --
decr. 48193, éste dispuso, a fin de garantizar los derechos laborales-luegode pon-
derar la necesidad de su preservacion-que las relaciones individualesde trabajo
vigentes en tales supuestor; continuarían con el adquirente o concesionario y los
trabajadores transferidos conservarían tanto la remuneracióny la antigüedad ad-
quirida con el transmitente y los derechos que de ella sederiven conforme a la Ley
de Contrata de Trabajo y disposiciones convencionaies aplicables (art. lo).Reparó
en que et citado decreto, dictado aposteriori del inicio de esta acción, aunque an-
tes de la fecha del pronunciamiento recurrido, era aplicable a las consecuencia:; de
las relaciones existentes que no re habían extinguido al no haberse operada e!
cumplimiento de la obligación que se discutía en la causa. Por tales razones con-
cluyó en que debía rechazarse la excepción de falta de iegitimacion pasiva inter-
puesta por la licenciatariadel servicio telefónico codemandada.
La codemandadaTelefónica de Argentina S. A, fundó su apelación tanto en la
existencia de cuestión federal como en la doctrina de la arbitrariedad. Indicó que
ef accidente que motivó el reclamo de autor acaeció con anterioridad al traspaso
dei patrimonio de la exernpresa estatal, por lo cual su resarcimientosólo debía ser
soportado por ella. Afirmó que en el caso no se trataba de una transferencia que
naciera de una sucesión directa o convencional sino de una licitacióri, con un mar-
co regulatorio propio. Por lo demás, se agravió por haberse hecho prevalecer las
disposiciones del decr. 48/93 por sobre ia fegisiar-iónde caracter federal que sus-
tentó el proceso de privatización y, fundamentalmente, contrariando las bases
contenidas en el pliego de licitación.
La Corte Suprema, por mayoría, desestimó la queja, pues las circunstanciasdel
casoeran sustanciafmente análogas a las consideradasen "DiTullio", sin que la re-
currente hubiera aportado nuevosargumentosquejustificaranrevisar loscriterios
adoptados sobre el tema.

En cambio, ia disidencia de MolinÉ. O'Connor y López, además de ratificar los


argumentosvertidosen su voto en los autos "Di Tullio",aporto nuevosfundamen-
tos, a saber:
f ) Que,existiendo un piexo legal específico reguiatorio de la situación no se consta-
ta ia necesidad de recurrir a otras fuentes del Derecho, a normas análogas ni a princi-
pios interpretativos de indoie diversa a la del Derecho administrativo,pues no exirte
vacio legal algunoque llenar en la materia. De ahíque la previsión del arr. 874 del CC
[concs. arts. 936 y 1624, CCCN]-que requiere l a conformidad del deudor para los
casos decesian de deudas-resulte ajena a ia materia debatida. Ello esasi, pues no se
trata aquiexactamente de un supuesto de delegación imperfecta de obligaciones y,
aun cuandosecoligiera lo contrario, no es factibiecostener la prevalenciade una nor-
ma de contenido general sobre disposiciones concretas del Derecho laboral y admi-
nistrativo que rigen especialmente el caso. En efecto, el pliego de condiciones con-
tiene disposiciones generales y especiales destinadas a regir al contrato en su forma-
ci6n y ~osteriorejecuciónsinque existan razones que justifiquen apartarse desu con-
Responsabilidadsolidaria en elcontralo de trabajo 581
-
tenido en tanto, como lo ha sostenido esta Corte, tiene carácter de documento inte-
grantedei contrato y sus normassonde acatamiento ineludible para las partes (doctri-
nade CSJN-Fallos, 316:38).
2) Que la conceptualización apuntada es coincidente con la interpretación efectua-
da por la doctrina especializada en ioconcernienteal régimen normativoaplicable en
tos supuestos de transferenciadeestablecimiento mediante licitación pública. Es me-
nester recordar al respecto que lasdirectivas legales contenidas en especial en el art.
228de la LCT, encuanto imponen la responsabilidad solidaria tantoal adquirenteco-
rno al Zransmitente respecto de lar obligaciones emergentes del contrato de trabajo
existentes a la epoca de fa transmisibn, han sido concebidas por el legislador para
aventarla posibilidad deque, medianteel mecanismode"la transferencia", conarre-
glo a negociaciones de Índole privada se configure un supuesto de fraude laboral,
fundamentalmente en razóti de la virtual mengua de la responsabilidad patrimonial
que pueda presentar el adquirentefrente iila habida por el transmitente. En este sen-
tido, resulta iiustrativa la menciónque efectUa el art. 226del mismo cuerpo normati-
vo de las razones que, ante un supuesto de transferencia, deben ponderarse a fin de
justificar la denuncia del contrato de trabajo por parte del trabajador, a saber: "las
casos en que, por razón de la transferencia, se cambia el objeto de la explotadbn, se
alteran lasfunciones, cargo oempleo, os¡ mediare una separación entre diversassec-
ciones, dependencias o sucursales de la empresa, de modo que se derive de ello dis-
minución de la responsabilidadpatrimonial del empleador". Esta posibilidad apare-'
ce, en principio, ajena a lasoperacionesdecompraventa en subasta pública ode adju-
dicacibn por licitación que a los fines de su encuadre de la normativa del a&. 228 en
examen, no constituyen "transferencia propiamente dicha". Tal inteligenciase basa,
entonces, en razones de indole históricas relacionadas, como se señalb, con una fina-
lidad antifraude de la disposición legal, asi como con las reservas con que la teoría
general de! derecho reacciono, en líneas generales, frente a los vínculos complejos
que conllevaban cesiones de deuda sin consentimiento expreso del acreedor (conf.
Krotoschin, Ernesto, TTatadopractico de derecho del trabajo, t. 1, p. 449 y SS.). En lo
que al caso concierne, la exclusióndelregimenestabiecidoen iosartículoscitados,en-
cuentra suficiente aval en el hecho de que el Estado, tal comose apuntó en el consid.
8" de fa presente, haya tornado expresamentea su cargo los pasivos de las empresas
privatizadas, lo cual aventa fa virtual desprotección de los trabajadores frente a la
hipotética insolvenciao disminución patrimonial de la empresa adquirenteque tales
disposiciones procuran resguardar.
3) Que el decr. 48/93 -dictado durante fa tramitación de la causa- no ha tenido por
finalidad modificar el criteriode prescindenciade la regla de la solidaridad en los pro-
cesos de privatización establecida por el decr. 1803192. En efecto, de los consideran-
dos de aqud se desprerrde nitidamente que la intención del Poder Ejecutivo a l dictar
la nueva norma fue aclarar que la adopcion o no del criterio de!a solidaridad consti-
tuja una facultad del Estado nacional cuyo ejercicio se halla sujeto a determinados
presupuestos y requisitos. En ese sentido es esclarecedor el tramo del considerando
que expresa que: "el Estado, por intermedio de1 llamado a iicitaciiin y ponderando la
necesidadde garantizar los derechos laborales, cuando no perjudiquen u obstruyan
582 Ricardo D. Hierrezuela Pedro E Niíñez
- -, l . l l l l ^ _ l _ l l - l l l l _ . , '.

las condiciones de la contratación, puede disponer la continuidad y respeto por par-


t e de los adjudicatario$de la antigüedad que los trabajadorestuvieran con la empre-
sa a privatizar y los derechos que de ella se deriven". De! pfirrafo transcripto se des-
prende, pues, la ratificación del principio establecido en el decr, 1803192 relativo a la
exclusiónde la regla de la solidaridad en los procesos de priva.tizaciones;y, asimismo,
la necesidad de que la excepción a dicha normativa debe ser producto de un acto
expreso esto es, que el Estado debe establecerla concretamente y, sin lugar a dudas,
en el llamado a licitacibn circunstancia que no ocurrió en el sub lite.

Por dichos argumentos, /a disidencia entendía que habia que revocar el fallo re-
currido en cuanto estableció que en ese supuesto de transferencia de estableci-
miento concretada mediante licitación pública en el marco de la ley 23,696, la em-
presa adquirente resultaba aIcanzada por la responsabilidad solidaria impuesta
par los arts. 225 a 229 de la LCTI pues ello no se compadecia con la recta intetigcn-
cia que covrecpondía atribuir a las normas federales en juego, las cuaies no fueron
tachadas de inconstitucionales.

3 - Los fallos ítSaddakni» y (~Manoilovo


El más Alto Tribunal continuo la misma línea argumenta1que e n los pronuncia-
mientos vistos hasta ahora en los autos "Saddakni"150.
La Cámara Nacional de Apeiaciones del Trabajo había condenado soiidaria-
mente a las codemandadas Telefónica de Argentina S.A., Telecom S.A., Telintar C.
A. Servicios de Competencia Startel S.A., por el pago del crédito que en la senten-
cia se reconoci6 a favor de la actora en concepto de indemnización por despido.
Contra ese pronunciamiento, solamente Telecorn Argentina Stet France Telecom
S.A. y Tetecomunicaciones Internacionales de Argentina S.A. - Telintar S.A. inter-
pusieron sendos recursos extraordinarios, los que fueron concedidos.
Los recurrentesadujeron que consideraban inapropiada la aplicación de la doc-
trina sentada en "Di Tullio", por cuanto la situaci6n jurídica de la actora -profe-
sional que se desempeñaba en la Obra Social de la Empresa Nacional de Tereco-
municaciones-no podíaasirnilarse a lascircuns~anciasdelprecedente "Di Tullio",
por cuanto el art. 4' del acta complementaria del Contrato de Transferencia esta-
blecía claramente que losprofesionaiesquese desempeñabanen la obrasocial no
serían transferidos a las licenciatariasy continuarían su iabor bajo la dependencia
de ENTel.
La Corte Suprema indicóque dichoargumento quedaba desvirtuado por las pre-
cisiones cornpiemen~tariasdel acta que citaron los propios apelantes (ap. e, Anexo

'60 CSJN, 1315101, "Saddakni, Lidia inés c. ENTel, Empresa Nacional deTelecomunicacionesy
otro sIDespidow,en intranet. pjn govar.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 583

V1.3), de donde resultaba que el estatuto especial dei personal profesionalafectado


a la obra social no desvincuió a las licenciatariasde la responsabilidad patronal por
la cesación de la relaciOn laboral o por la implernentación del plan de retiro volun-
tario, de acuerdoa las previsionesal tiempo de [a suscripción del acta de! 811 7/90.En
tales condiciones, no existía diferencia sustancial entre la deuda que en autos se
reclama y la que motivó el pronunciamiento de "Di Tullio", al que se remitió para
confirmar la sentencia apelada.
Por su parte, la minoría ratificó su postura sentada en los fallos antes citados.
Finalmente, ia Cortese expidió en los autos: " ~ a n o i l o v I6l,
" en donde resolvió
que resultaba aplicable al caso en que se reclamaba una deuda de indole laboral
devengada con anterioridad a que se privatizara e1servicio de telecomunicaciones,
la tutela que la Ley de Contrato de Tra bajo otorga a los créditos labora les en oca-
si6n de la transferencia de establecimientos (arts. 225y 228), imponiendo respecto
de lasobiigacionescorrespondientesaaquéllos la soiidarjdad entre el transmiten-
te y e! adquirente.

4 - El fallo i<Barrientos»

Con fecha 9 de mayo de 2006, la Corte Suprema de Justicia de la Nación con su


actual composición, en los autos " ~ a r r i e n t o s "adhirió
~ ~ a[ dictamen del procura-
dor general de fa Nación, que había indicado que: "En los casos en que se reclama
una deuda de índole laboral, devengada con anterioridad a que se privatizara el
serviciode telecomunicaciones, esaplicable la tutela que la LeydeConlrato deTra-
bajo otorga a los créditos laborales en ocasión de !a transferencia de estableci-
mientos (arts. 225 a 228), imponiendo respectode las obligaciones correspondien-
tes a aquéllos la solidaridad entre el tranrmitente y el adquirente".

Vazquez Vialard cuestiona losdecretosdictados por el Poder Ejecutivo ysostie-


ne que el decr, 1803192 ha establecido y aclarado que noserán aplicables, a ningiin
efecto, la ley f 1.867 ni los arts. 225 a 229 de la LCT, a los procesos de privatizaci6n
concretados o a concretarse, en cumplimiento de la ley 23.696 (art. lo). Esrima que
de conformidad con el régimen de lasanción de las teyesysu reglamentación (arts.
68 a 70,72,86, inc. 2"y concs. de la numeración correspondiente al texto vigente
de la Constitución Nacional al momento de la sanción de la norma; hoy arts. 69,77,
80,83,99, inc. 2"), el citado decreto carece dr validez jurídica, puesto que una nor-

CSJN, 611 1/01, "Manoilov, Roxana Alicia y otrosc. ENTel Residual y otro", inédito.
CSJN, 9/5/06, "Barrientos, Hugo Luis y otrosc. E.N.Tel.Empresa Nacional delelecomuni.
caciones s1Diferentia de salarios", en intranet.pjn.gov.ar.
584 Ricardo D. Hierrezuela - Pedro E Ndñ,
- --.,-----,-u

ma de esa indole no puede modificar lo que ha establecido una ley. No basta, al


efecto, la comunicación al Congreso que dispone el decreto.
€1 Poder Ejecutivo, anteriormente (decr. 48/93}, había establecido que las rela-
ciones del personal con las empresas privatizadar continuaban con el adquirente
o, en su caco, concesionario, asi como que ios trabajadores conservaban la remu-
neración y la antigüedad adquirida can el trancrnitente y los derechos que de &la
se deriven, conforme la Ley de Contrato de Trabajo y disposicionesconvenciot~ales
apficables. El criteria aque hace referencia esta norma-masalia de que esa decla-
ración excede el ámbito de competencia del Poder Ejecutivo-se ajusta a derecho
respecto de una transferencia de acuerdo con ta prescripto en et art. 225 y SS. de !a
LCT. Las relacionesiaboraiesque vinculaban a los organismos transferidosa la act
vidad privada (en su casi totalidad, realizabanexplatacionesdecaractercomercia
correspondian al anbito del Derecho privado (Ley de Contrato de Trabajo}i63.
Por su parte, fogiia, quien se inclina por la postura estricta, critica el fallo de la
Corte Suprema, "Taschowsky", puesa su entender choca con losostenidopor el Tri-
bunal en otras oportunidades, como por ejempto en el caso de contratación ysub-
contratación, cuando la Corte expresamente se refiri6 a la de inconsti-
tucionalidad y al efecto que dichas normas traían sobre los inversores. Señala que
la cuestión resulta trascendente, nosólo desde ei punto de vista practico e instru-
mental, sino también desde el ingulo conceptual y filosófico ya que, en definitiva,
se trata de hacer afrontar una deuda a un terceroque no tuvo incidencia atgunaen
lacausaciándela misma: estoes, se transformaen deudora un sujeto de derecho que
no lo era al momento de contraerse la obligación. Aello cabe agregar que el deudor
original, que provocd la deuda, es solvente -Estado nacional- y que el tercer
adquirente lo es de buena fe y conforme a un procedimiento de IicitaciOnpública
nacional e internacional estabiecido por el propio Estado.
Foglia'"refiere que paraVázquezVialard (en cuanroa iaaplicaciondelart. 225
y SS. de la LCT,en el caso detas privatizaciones), el art. 225 yss. de ia LCTfueron dise-
ñados para regular las transferencias que se daban en el ámbito del Derecho pri-
vado, distintas (sin duda) a las que corresponden al proceso de privatización, res-
pecto del cual la mencionada norma 23.696 estableció un ordenamiento especial.
Manifiesta que dicha ley fue reglamentada primeramente mediante el dccr.
1105/89; posteriormente fueron dictados ias decrs. 731/89,62/90,2332/90, y final-
mente el decr. 7803192 que declaró la inaplicabilidadde los arts. 225 a 229 de la LCT
en los procesos de privatizaciones.

'6j VázquezVialard, Derechodel trabajo y de la seguridadrocial, t. 1, p. S91 y siguientes.


IG4 VázquezVialard, citado por Foglia, Unrecientepronunciamienro de i'a ~orte~uprema de
iusticia de /a Nación y algunas consideracionessobre la soljdaridad en /a Ley de Contrato de Tra-
bajo, TI/SS, 2000-38.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 585

Estose encuentra corroborado por el decr. 48/93, que estableció que lasrelacio-
nes individuales de trabajo vigentesen lasempresas, sociedades, establecimientos
o haciendas productivacque se privaticenose hubieren privatizado, dentro del ré-
gimen de la ley23.696, continuarán con el adquirente oel concesionario y Iostra-
bajadarectransferidoso incorporadosa la nueva empresa conservarán ia remune-
ración y la antigüedad adquirida con el trancrnitente y los derechos que de ella se
deriven, conforme a la Ley de Contrato de Trabajo y disposiciones convencionales
aplicables.
Si ia norma debió aclarar dichas circunstancias, es porque tal extremo no surgia
del régimen iegal específicamente instaurado para las privatizacionesyporellose
debió establecer expresamente que esos derechos, remuneración y antigüedad,
se transmitían al licenciatario. Como norma de excepción es de interpretación res-
trictiva, de modo tal que no cabe extenderla m6s a116 de Ia remuneración y anti-
güedad. Por otra parte, dicho decreto no establece ninguna solidaridad, sino sim-
plemente un reconocimiento de la antigüedad anterior, lo que es diferente.
Citando a Justo López-en opinión que comparte-sehala que: "... existiendo
un plexo legal especifico regulatoriode la situación no se constata Ia necesidad de
recurrir a otras fuentes del Derecho, a norinas análogas ni a principios interpreta-
tivos de índole diversa a la del Derecho administrativo, pues no existe vacío legal
alguno que llenar en la materia. De ahí que la previsión del art. 814 del CC [conc.
arts. 936 y 1624, CCCN] que requiere la conformidad del deudor para los casos de
cesión de deudas resulte ajena a la materia debida" q65.
Agrega Foglia que es indudable que todas las normas reglamentariasmencio-
nadas adquieren una particular entidad si se Ias considera y analiza dentro del
marco del proceso de privatizacióny conio un estatuto especifico, y no en forma
aislada y fragmentaria. Además, y como, según Foglia, lo expresa VárquezVialard
refiriéndose a los arts. 225 y 228 de la LCT: "el objetivo de las referidas normas
laborales es evitar que a través de un fraude, el trabajador quede perjudicado en
el goce de sus derechos, en el caso que, como consecuencia, se esfume el patrirno-
nio que es prenda de su acreencia a cuyo efecto se utiliza una herramienta jurídi-
ca: se agrega un nuevo deudor solidario, ei adquirente. En autos, esa situaci~nno
podría darse, toda vez que el débito pesaba sobre el propio Estado (queasume las
obligacionesdesus empresas), por loque nocabe la posibilidad (ni porasomo)que
en e l caso se pudiera haber intentado la comisión de un fraude en perjuicio de los
trabajadores. El crédito de la actora, fruto de un incumplimiento contractual por
parte de la empresa del Estado, estaba suficientemente garantizado por la sofven-
cia de éste".

Foglia, Un recjeotepronunciamienfo de la Cortesuprema de justicia de la Nacion y algu-


nas consideraciones sobre la solidaridaden la Ley de Contrato de Trabajo, T@S, 2000-38.
586 Ricardo B. Hierrezuelo - Pedro E Núiiez
- ~ - - _ 1 1 - - , - - - , - - - -1--."-

Foglia reitera que la solidaridad debe ser expresamente establecida por la ley o
por el contrato corno excepción que es al principio de la responsabilidadpersonal
de las sujetos de derecho. Ninguna de las normas específicas regulatorias del pro-
ceso de privatizaciiin la estableció en forma expresa. Mas aún, del plexo regulato-
rio y de la naturaleza del mecanismo utilizado se desprende quese descartbexpre-
samente la aplicación de dicho mecanismojuridico al procesode las privatiraciones.
Por ella se ha soslayado un principio esencial que regula la instituciónde la solida-
ridad, en base a la cual se dictO el pronunciamiento.Además, y esto no debe per-
derse de vista, se trataba en la especie de una deuda devengada, siendo Entd ia
empleadora y generadora de la misma, por cuanto ahn no se había transferído ef
patrimonio de aquella al adquirente, en la forma y con el procedimiento específi-
camente establecidos por la ley, procedimiento del ámbito del Derecho publico
que excede el marco del Derecho privado a l quese refieren los artículos en cuestión
de la Ley de Contrato de Trabajo.
Considerarnos oportuno extendernos en la cita de este autor, para no parciali-
zar su posici6ny porque creemos que nuestro distinguido colega es quien con ma-
yorseriedady fundamentación ha sustentado ta tesis restrictiva en apoyo a lassóli-
das argumentaciones vertidas por Moliné O'Connor y López en su disidencia.
No obstante ello, nos permitimos respetuosamentediscrepar consusfundamen-
tos, pues a nuestro entender la tesis amplia es la correcta. En primer lugar, no cree-
mor que deba compararse esta situación con el fallo " R o d r í g u e ~ sirnilared,
"~~~~
pues la estrictet con la quese encuentra redactadoel art. 30de la LCT, contrasta con
la amplitud contenida en la expresión "por cualquier titula", inserta en ei art. 225
de la LCT. De ahí que el diferente tratamiento obedezca justamente a la distinta
redacciónde ambas normas.
Debemostener en cuenta que a los empleados de las empresasdel Estado antes
de su privatizaciónse les aplicaba el mismo régimen jurídico que se les siguió apfi-
cando cuando fueron transferidos a las licenciatarias, esto es la Ley de Contrato de
Trabajo. Por esa razón, sólo no se aplicaría el Titulo X1 de dicho cuerpo normativo
si se hubiera dictada alguna disposición legal en contrario, particular del proceso
de privatización que vedara su aplicación, o si se considerara que los mecanismos
irnplementadospor laley (principaimentelicitación) no encuadranen la definición
de transferencia, por no ser un vínculo de sucesión directa y convencional, como lo
sostiene la postura estricta.
Con respecto al primer punto, considerarnosque la ley 23.696, lejos de neutra-
lizar los efectos de las disposiciones legales del Derecho dei trabajo, 'entre las que
se encontraban la solidaridad entre el transmitente y el adquirente, amparaba su

l6"5~Id, 15/4/93, R 317 XXII, "Rodríguez, Juan R. c. Cornpafiía Embotelladora Argentina 5.


A. y otro", TySS, 1993-417.
Responrtabi~idadsolidariaen el contrato de trabajo 587
---- - -u"-+--&-

protección, tal como se impone del epígrafe del Capítulo Vl de la ley 23.696, y espe-
cialmente de su art. 42. De ahí que cualquier norma emanada del Poder Ejecutivo
que desvirtuara dicha tutela, como el decr. 1803192, excedería !os limites reglamen-
tarios, al vedarle al trabajador la posibilidad de reclamar a! nuevo empleador las
obligaciones contraidaspor el anterior. En cuanto al decr. 48193, el mismo es redun-
dante, pues no hace más que repetir las consecuencias propias que se desprenden
del art. 225 de la LCT, que ya resultaba aplicable.
En este sentido, la jurisprudencia ha sostenido que: "En razOn de lo dispuesto
en el art. 42 de la iey 23,696, el Poder Ejecutivo no podia válidamente desconocer
la aplicación en los procesos de privatizacion de lo dispuesto en los arts, 225 a 228
de la LCT, pues ello implicaba transgredir el marco legirlativo que el Congreso ha
impuesto a la ejecucibn de ia polltica de reforma del Estado y, por ende, irnporta-
ba quebrar el principio constitucionalde la subordinación del reglamento a la ley,
mientras que el hecho de que \a ley facuíte al Poder Ejecutivoa disponer que el Es-
tado asuma el pasivo de la empresa a privatizar no podia traducirse sin más en la
Iiberación de la responsabilidad de quien sucede a ella como titular de un patri-
monio especial que engloba tanto activos y pasivos" l U 7 .
En idt5nticosentido se expidió la Sala 1, la que adernásseñaj6 que: "Los arts. 225
a 229 de la LCTno establecen una situación de privilegio, pues son normas conte-
nidas en el ordenamiento general y ordinario del derecho laboral y no tienen nin-
guna semejanza con las cláusulas monopólicas o con las prohibiciones discrirnina-
toriasa que se refiere la segunda parte dei art. 10 de la ley 23.696, por lo que estin
excluidos de esa normau7".
Tampoco nos convence el argumenta de la solvencia del Estado para hacerfren-
t e a sus deudas, máxime si tenernos en cuenta que la ley 23,982 consolidó la total¡-
dad de las deudas anteriores al 114191, con !o cual los trabajadores debían cobrar
con bonos a diez años, que secomercializabanen el mercado muy por debajodesu
valor real.
En lo que respecta al segundo punto, repetimos que a nuestro entender, et art.
225 de la LCT, con la amplitud que la expresibn "transferencia por cualquiertítulo"
adquiere, no se limita sólo a la transmisión directa y convencional. No se explica
cómo de los términos del art-ticulomentado se puede interpretar la inclusión de la
sucesión mortis causa y no de la licitación y de la subasta ptjblica. Se podría argu-
mentar que ello se infiere de lo dispuesto por el art. 249 de la LCT, pero en realidad
et mismo sólo consagra el principio general de prosecusión del contrato de traba-
jo en caso de muerte del empleador, sin especificar lascondicionesen que la misma

CNAT, Sala 111, 2013101, "Fournier, Sergio N.y otros c. Entet",DT, 2001-A-798
lSB CNAT, Saia 1,30/8/02, "Almirbn, Margarita y otros c. E.F.A.~mpresaFerrocarrilesArgenti-
nos", DI; 2002-8-1968.
588 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núñez

se produce, pues la da por supuesta ante una norma de tal amplitud como el ya
mencionado art, 225. TambiBn podría decirse que este artículo no se aplica al pro-
ceso de privatizacibn, pues cuando fue redactado no estaba en la mente de[ legis-
lador que el Estado se pudiera desprender de alguno de sus establecimientos, por-
que regía ia tendencia opuesta. Este fundamento tampoco resiste el menar análi-
sis, pues la generalidad y amplitud del dispositivo permite incluir todas aquelias
situaciones que, aunque inexistente5en ese momento, re adecuan perfectamente
a sus términos.
En cuanto al argumentoque dice queen realidad setrata de hacer afrontar una
deuda a un tercero que no tuvo incidencia alguna en la causación de la misma, esto
es, que se transforma en deudor a un sujeto de derecho que no lo era al momento
de contraerse ia obligación, cabria responderle que la situación descripta essimiiar
a la que dio origen al plenario "Baglieri", por lo que valen los mismos furrdamen-
tos vertidos en esa oportunidad.
No obstante ello, creemos que frente a una disposicion tan clara como la del
decr. 1803/92 se debió cuestionar su validezconstitucionai pava aplicar las normas
de la Ley de Contrato de Trabajo.
Capítulo X
La solidaridad en el nuevo merco
de las rel/a~i~raeá
1abora!es
-

5 59. Las transformaciones producidas y su incidencia


en el derecho individual del trabajo
Estamos asistiendo a una profunda reformulación de lo que entendimos hasta
no hace mucho por Derecho del trabajo, lo que se encuentra motivado por facto-
res de diversa indoie, entre los que se encuentran los tan mencionadosfenOrnenos
de la giobalizaciónl y nuevo orden económico mundial, que, sumados a los cada
vez mas altos índices de desempleo, han llevado a varios autores de ámbitos diver-

l Car balio Mena, César A,, E¡ derecho del trabajo frente a la giobalización. i La estrategia
de 1067,ponencia presentada en el "V Congreso Nacional de Estudiantes de Relaciones Indus-
triales" y "IX Jornadas Académicas del 1ndustriólogo:'El industriólogo de cara al nuevo milenio'",
ceiebradas del 27 a! 29/10/98 la Unjversidad Católica Andrés Beilo.
Para el autor, los elementos definirorios de la globaliaación son:
a) Dominiodeiasfinanzassobre la produccibn L..).
b} La importancia en aumenta de fa es.tructura delsaber(...).
c) El aumento en la rapidez de la redundancia de ciertactecnologíasy (suacelerada...)trans-
nacionalizaciónI.,.).
d) E l ascenso de losoligopoliosglobales en Ia forma decorporacionesm~ltinacionales(..J.
e) La sensible erosión del poder regulatorio del Estado, con ocasión de un modero que desa-
rr.olia la producdbn, el conocimiento y las finanzas en esferas supraestatales y que, por
ende, apareja el desmontaje de las barreras arancelariasy de las medidas de protecciónde
los mercados nacionales.
f ) El abaratamiento de tos transportes y defas comunicaciones.
g) Losefic~entessistemasdeinformaciónquepermiealcapitalistaunavisibnho/i~tica-pa~-
ticipando así del atributo divino de la omnipresencia- del mercado mundial, y de los as-
pectos políticos, económicos y sociales de los paises queconforman el planeta.
h) El impresionante desarrollo en el área de la inforrnacidn (junto con el referido abarata-
miento dei transporte y lascomunicaciones) hanconducidoaias~andarizaciondelaspau-
tas de consumo mundial.
590 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E IVúñe~
-,.

sos y encabezados por la sociologia francesa y norteamericana a interrogarse n o


~81osobt-ela continuación d e nuestra disciplina t a l y c o m o la entendemos actual-
mente, sino incluso a preguntarcesi noestarnosasistiendo al f i n del trabajomismo.
No resulta ilamativo que Iererny Rifkin titulara una de susmás conocidas obras,
precisamente, El fin del trabajo, d o n d e se aboca ai tratamiento de la probiemhtica
q u e presentan las nuevas tecnologías a! mercado de trabajo, y plantea cówio se
hace necesario, a su criterio, reformular u n nuevo m o d e l o post-mercado desde una
visión del m u n d o orientada hacia lo q u e él denomina "el t e r c e r ~ e c t o r " ~ .
Tampoco resulta llamativo que Forrester, e n una visión un t a n t o mas apocalíp-
tica, predijera ya no la continuidad de la explotación del hombre por el hombre, si-
nosimplemente una "ausencia de expfotación", materializadaen ta posibilidad de
que la mayoria de losseres I.iurnanos, a l pasar a ser consideradossobrcabundantes
o productivamente inútiles, teman ante ia posibilidad de no seguir siendo expla-
tablec, oser tenidos por innecesarios para l a explotación3. En idénticosentido, Cas-
te1 se refiere a los "inútiles para e l mundo", al efectuar una comparaci6n entre los
vagabundos antes de la revotuci6n industrial y las diferentes categorías de inem-
pleabies de hoy4. En nuestro medio, y coincidente con la idea de Forrester, Eduar-

Cfr. Rifkin, E/finde/trabajo.


Forrester, El horror económico, p. 25. "Y aún no e5 poca cosa que los detentadores del
poder económico, es decir, del poder, tengan a sus pies a esos agitadores que hasta ayer reclama-
ban, reivindicaban, combatían. Queplacerverlosimplorar por aquello que hastaayerdenostaban
y hoy anhelan con fervor. Y tampoco es poca cosa tener a su merced a los otros, los que al poseer
un salario, un puesto, se cuidarán de la menor agitación, temerosos de perder esas conquistas tan
escasas, tan preciosasy precarias, para unirse a lacohorte porosade los 'hundidosen la miseria'. En
vista de camo descaflan a hombres y mujeres en función de un mercado de trabajo errático, cada
vez másvirtual, comparable a la 'piel dezapa', un mercado del cuai dependen ellos y susvidas, pero
que no dependen más de eilas; de c6mo con frecuencia no se ios contrata ni se los contratará más,
y como vegetan, sobre todo los jóvenes, en un vacío sin límites, degradante, en el cual se las ven
negras, de como, a partirdeentonces, la vida los maltrata y se la ayudaa maltratarlos; deque hay
algo peor que la explotacibn def hombre: la ausencia de exptotacion (...)iCómo evitar la idea de
que al volverse inexplorables, imposi blec deexplotar, innecesariaspara iaexplotación porqueesta
se ha vuelto inútil, las masas y cada uno dentro de ellas, pueden echarse a temblar? Pues bien, la
pregunta'jesútjiunavida queno ledagananciasa lasganancjas?',queasuvezesecode'jesn@ce-
sario merecerla vida para tener ei deirechode vivir?', despierta el miedo insidioso, el pavor difusa,
pero justificado, de que se tenga por superfluo a un gran nGrnero de seres humanos, incluso a ia
mayoría. No inferiores ni réprobos: superfluos. Y por ello nocivos. Y por ello ...",'ps. 9 a 25.
Castef, La metamorfosi$ de /a cuestidn social, p. 18. Asimismo, agrega que: "La imposibili-
dad de procurarse un lugar estable en las formas dominantes de organizaciiin del trabajo y en 105
modos conocidos de pertenencia comunitaria {pera que entretanto han cambiado por completo)
genero a los 'supernumerarioc' antiguos y recientes, y sigue generando a los de hoy ..."y "...Pero
lossupernumerariosnosonni siquiera explotados, para serlo hay quetener periciasconvertibres en
valores sociales. Son superfetatorios.No re advierte como podrían representar una fuerza de pre-
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 591
--- m
"-*

do Perugini pedía: "Por favor, alguien haga algo para que el trabajo humano entre
en el mercado y sea, por lo menos, una mercancíaH5.
Mbdava un paso másail6 a l afirmar que debernossuperar nuestrasdificuttades
para aceptar que el proceso de escasos doscientos años en los cuales el trabajo, tal
y como hoy lo entendemor, ocupó un sitio neuridgico, se encuentra agotado; y
afrontar el desafío de entrar en otra era donde el trabajo deje de ser, tal vez, un va-
lor central6.
Aun cuando no nos resignemosa enroiarnos en visiones tan pesimistas, sídebe-
mos reconocer que se han producido diversas transformaciones a nivel mundial
que, obviamente, repercuten en nuestra discipIina ygeneran difemasque es nece-
sario dilucidar.
Ellas son: la creciente globalizacibn, con la consiguiente transnacionalización
empresaria y deslocalización de los productos; la incorporación de nuevas tecno-
logías; la tercerizaci~ny fragmentación de la actividad, las nuevasformas deorga-
nización de! trabajo y las nuevas relaciones interemprecarias7,

sibn, un potenciat de fucha, puestoque no gravitan en ningúnsector neuralgicode la vida sociai.Sin


duda, de este modose inaugura una problemáticateóricay practica. Si ya noson 'actores'en el sen-
tido propio del tbrrnino, porque no hacen nada socialmente útil. jctirno podrian existir socialmen-
te? Desde juego, por 'existir socialmente' entendernos ocupar un lugar en la sociedad. Pues, al mis-
mo tiempo, están muy presentes, y éste es todo el problema, ya que están demas ..,", p. 22.

Perugini, El trabajo humanodebesermercancia, en "RevistaTrasiondo", no?,1999, p. 10


y siguientes.
MBda, El trabajo: Un valoren peligro de ex8ncibn, p. 231 :"...El .trabajosjgnificapara las
sociedades modernas mucho más que una relación social, mucho mas que un mecanismo para la
distribución de la riqueza y para alcanzar una hjpoteticasituacibn deabundancia. El trabajoesta,
de hecho, cargado de todas las energías utópicas que se te han atribuido a lo largo de los dos Últi-
mos siglos; el trabajo está 'encantado' en el sentido de que ejerce sobre nosotros una fascinacion
de la que somos prisioneros. Lo que se impone ahora es romper el hechizo y desencantar el traba-
jo (...) Desencantarel trabajo le exigirá a la sociedad adoprar una decisión dolorosa y arriesgada,
pero más grave seria no adoptarla".
Señala Ackerman en Entre elexabrupto y ia esperanza, DT, 2003-A-293, que: "La vorági-
ne del cambio tecnológico, en un contexto de globalización de los mercados y de redefinicibn de
las estrategias empresariales, ahora caracterizadas por procesos de concentración, fusión e inte-
gracibn de sociedadesy descentralizaciónproductiva -acentuadas sino promovidos por aquel-,
sumado todo ello al debilitamiento de! poder de los estados nacionales y las recurrentescrisiseco-
n6micas y las consecuentes politicas de ajuste-más severas a mayor condicionamiento dei poder
político nacional por los organismos financieros internacíonaíes-, supone l a concurrencia decau-
sas quellevaaqueel mundo del trabajo hoy exhiba como notas relevantes: a) Modificacionesper-
manentesde la estructura de las empresas y su organización y del empleo y, con éstas, de lossiste-
mas de relacionesdetrabajo en general; b}Cambios en el desempeño del estadocomo regulador
y garante de objetivosdeernpleos, salarios y condiciones de trabajo, pero tambien en su compor-
592 Ricardo D. Hierwuelo - Pedro E ~Vúñez
. " -"-- -4

Se trata de un debate todavía incipiente que provoca verdaderas perplejidades


en tos juristas acerca de cuál es el futuro del Derecho del trabajo en este contexto,
dado que las transformaciones a nivel económico y tecnológico-productivo ponen
enteia de juicio su ámbito de aplicación en lo mediato.
Sin mencionar las profundas transformaciones que se están produciendo en el
Derecho colectivo, podemos resumir el debate dentro de ia égida del Derecho la-
boral en tres: las fronteras de ta dependencia, las nuevas formas de organización
de la empresa y 105 cambios generados en las relaciones interernpresarias.

a} Las fronteras de la dependencia

Sin perjuicio de señalar que este tema ha sido desarrollado detenidamente por
Alejandro Perugini, basta aquí señalar que hoy mismo se discuten, en el seno de
nuestra especialidad, las fronteras de la relación de dependencia. Incluso diversas
legislacioneseuropeas, tales como la alemana y la italiana, han incorporado nor-

tarniento como empleador, condición desde la cuñi, en los últimos tiempos, pretende aparecer
como modelo paraelsector privado, aunque, en algún caro, al preciodela contradicciónconaque-
lla función. Transformaciones estas que resuitan influidas, a su vez, por ia penetración de una cut-
tura privatista y descaliiicadora del estotisrno y las regulaciones, y que, en el cambo de las relacio-
nesdeltrabajo, se traducen en una tendencia hacia la desestatutarización -esto es, el paso de las
vinculaciones e~tatutariasa las contractuales-que supone, a su vez, una flexibilización compara-
ble a la desiaboralizacibn quese produce en el sector privado; c) Cambios en los procesos produc-
tivos que, por la introducción de nuevastecnoiogias, han modificado radicalmentelas calificacio-
nes laborales y provocado, ademgs, un mayor desarrollo de los sectores terciarios frente a los
manufacturerosy una progresiva esfumación de las diferencias entre trabajadores manualesy no
rnanuaies; 6)Tendencia hacia puestos de trabajo escasos, altamente calificados y tal vez bien re-
munerados pero acompañada de una rápida pérdida de las calificaciones; e) Prevalendadecon-
trataciones temporarias o a tiempo parcial en perjuicio de los contratos permanentesy a jornada
completa; fl Reapariciony nuevodesarrollo del trabajo a distancia; gf Coexistenciade unsector
moderno o estructurado con el que se ha dado en llamar no estructurado, queconforma un nue-
vo y atípico colectivo faborai cuyas carencias lo hacen más vulnerable pero que, al mismo tiempo,
entraña novedosos riesgos para los intereses del Estado y de los actoressocialestradicionales; hf
Deslaboralizaciónde las relaciones de trabajo, que puedesertotal, con modalidades de contrata-
cibn de prestaciones personales no laboralesexcluidas así del imbito regdado por el derecho del
trabajo, o parcial, por la vía de la desal&rizaciánde una parte de las remuneracionesque reciben
!os trabajadores; i } Cambios en ioc roles tradicionales del hombre y fa mujer, tanto en el mundo
del trabajocomo frente a la asuncián y ei ejercicio de derechos y responsabilidades familiares; j )
Cuestionamientode la representatividadde los sindicatostradicionales, agravado por la presencia
creciente de colectivos no sindicalizadoso con menor tendencia a ia sindicalización--profesiona-
les, técnicos altamente calificados, mujeres, trabajadores a domicilio, trabajadores precarios e in-
formales, etcétera-; k ) instalaci~nde un desempleo ya no cíclico ni coyuntural;sino estructural,
con signos preocupantes de permanencia e incremento. aun en contextos de progresoeconómico,
lo que permite habiar de crecimiento sin empleo; I ) Severa crisisfinanciera de la seguridad social.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 593
--m"- m-

mativamentefigurasintermedias, para incluira aquellostrabajadores que sonjurí-


dicamente independientes pero económicamente dependientes8, para paliar la
alternativa entre trabajo autbnomo y trabajo subordinado, con el fin de que las
mismas puedan ofrecer una graduación articulada del conjunto de derechos yga-
rantías que constituyen el standard medio de tutela asignado al trabajador prote-
gido por el Derecho del trabajo.

6) la mutación del paradigma organi;sacionalde la empresa


El pase progresivo de un modelo industrial de tipo ford-taylorista a otrode tipo
post-fordista confirió una mayor participacióna lostrabajadorestalmenosenel as-
pecto formal. Así, los antiguos métodos de gestión del trabajo (como e[ fordismo y
el taylorismo, que caracterizaron el capitalismo de bienestar) son sustituidos por
nuevas configuraciones(toyotismo, kalmarismo, onhisrno, sistema kaizen, etcéte-
rajdonde, teóricamente, se le otorga mayor participaciónal obreroa través defor-
mas de organización y dirección como el just in time, los equipos de trabajo, o los
círculosde control de calidad, provocándose cambiossustanciales en los modos de
organización del trabajo, y determina también qué categoríastradicionalesdeban
ser recalificadasy reclasificadas tearicamente, con el fin de reinventartanto el ob-
jeto como e[ contenido del derecho laboralg.
O sea, puesta en teta de juicio la existencia misma del Derechode trabajo por las
transformaciones económicas, productivasy tecnológicas de los filtirnos tiempos,
se impone una reclasificacióny recatificación teórica de sus categorías tradiciona-
ies y una redefinición de su objeto y contenidos.
Señala Grisolial*que una de las características primordialesde la etapa post-in-
dustrialconsiste en la reformulaciónde los mecanismos legales necesarios para ob-
tener una mayor produccióny mejores utilidades por medio de la reducción de los
costos laborales, lo cual se conoce como flexibi tización laboral.
Esta postura escriticada desde distintossectorecsociales porque tiende a elimi-
nar los derechos de trabajadores y a restringir el poder de lossindicatos.

Agrega el mencionado autor que en el plano internacional predominan lascon-


dicionesde trabajo elásticas y que el sistema presenta las siguientescaracterísticas:
a) El trabajador se transforma en mul.liprofesional, es decir, que está capacita-
do para trabajar en distintas tareas.

Son loscasos, tantasvecesmencionadosen doctrina, delos llamados para subordinado^"


"

de la iegblación italiana, y los cuas¡-dependientes del derecho alemhn.


9 Sotelo Valencia, tlobalizaci6n y precariedad del trabajo en MÉxica. p. 84.

'0 Grisolia, Derecho del trabajo y de la seguridad social, p. 1034.


594 Ricardo D.Hierreuelo - Pedro E Núñm
--.-~
.-.+
, --*l-______.--ll_l_-

b) Aparece e /conceptade polivalenciafuncional, en el cual las tareasquedesa-


rrolla el trabajador se adaptan a Ias necesidades de fa empresa (cambio de
una rnhquina a otra o a categoríasde distinto nivel).
c) La jornada de trabajo es variable de acuerdo con la intensidad del trabajo
(hora flex, jornada intensiva).
ú) Los descansos y vacaciones se adaptan a iar caracteristicas del trabajo y pue-
den fraccionarse.
e) El régimen indernnizatorio es flexible.
0 Redefinicióndel concepto mismo de relación de dependencia,
De lo expuesto por Grisolia, son consecuencia directa de las transformaciones
producidas en el seno de la empresa la polivatencia funcional y la jornada flexible
o ultraflexible,con ia lógica incidencia en el sistema de descansos y vacaciones.
Sin embargo, como bien expresó Goldin, no puede dejarse de lado que debates
de este tipo, en un con2extocomclel latinoamericano, resultan en alguna medida
relativizados, atento que: "... los sistemas de protección laboral se encuenlran la-
cerados por una creciente incidencia de la clandestinidad laboral, aitas tasas de
desempleo, fraude y elusion, descalificación ideolbgica y demandas siempre ina-
cabadas de Siexibilidad y desregulación (...) y con una critica escasez de recursos
económicosy organizacionales", por loque hace falta recordar que fa cuestión aún
no tiene una "centraiidad ~uantitativa"'~.

C) Las relaciones inferempresarias


Las transformaciones producidas noson Unicamente intrasocietariassino, espe-
cialmente, intersocietarias,pasando de un modelo de empresa integral y autbno-
rna a uno nuevo caracterizado por la reducción de las dirnerisionesde la empresa o
downsizing,que pcisóde realizar la rnayoria de las actividadesenelseno desu esta-
blecimiento a externatizar no sólo aquellas periféricas sino, incluso, parte de su
proceso productivo principal, contratando para ello los servicios de otros empre-
sarios, con los cuales mantiene una relación de dominación o de coordinación, lo
que varía de acuerdo con el grado de dependencia que ejerza una sobre la otra.
Cabe remarcar que los hasta aqui enunciados, son roloatgunosejernplosdo las
transformaciones acontecidas en ei mundo del trabajo, que han llevado a m~chos
a plantearse si ante esta realidad es posible una continuidad, o se hace necesario
un redespliegueo refundaciónde nuestra disciplina, os¡ se impone reemplazcir es-
t e derecho del trabajo por otro derecho más abarcalivo y social que no se limite a
tutelar sólo a ios asalariados sino que contenga y comprenda los derechos y nece-

l 1 Goldin, las fronterasde.la dependencia, en "Revista Derecho deITrabajou, año 1x1, n o 11,
noviembre 2001, p. 2039 y siguientes.
Responsabiiidad solidaria en el contrato de trabajo 595
----- "-

sidades de sectoressociales másamplios, e incluya a aquellos trabajadores que de-


cernpefian actividades fronterizas, teniendo en cuenta que el art. 14 bis de la CN
protege el ara bajo en todassus formas.
De la quesí estarnosseguroses que para que nuestra disciplina conservesu inde-
pendencia (sea que lo sigamos rotulando Derecho del trabajo, Derecho social o
alguna otra denominación) es imprescindible un verdadero aggiornamiento nor-
mativo para adecuarse a este nuevo escenario12. un que cabria preguntarse: ~dis-
pone todavia nuestra materia de la capacidadde cambiary de reinventarsea si mis-
ma a traves de las ideas, de sus confiictos y sus esperanzas?13.

5 60. La descentralizaci6n productiva


3
7 a) la descentralizaciónproductíva como estrategia
de organización empresarial

La descentralizaciónproductiva constituye una estrategia de organización em-


presarial que se inserta dentro del poder de dirección-organizacibndel empresa-
rio, en la medida en que es él quien, como titular de la empresa, tiene la facultad
de organizarla económica y técnicamente.
En virtud de esa facuttad, que se erige como un poder constituyente y funda-
cional, el empresario puede elegir, organizar y ordenar el conjunto de elementos
personales, materialese ínmaterialesque integran la empresa (y de la cual él tam-
bien forma parte).Así, podrá seleccionar el establecimiento donde desarroilarh su
actividad y la maquinaria con /a que se realizara el trabajo, contratara a tos traba-
jadores, distribuirá las horasde trabajo y efectuará la diagramacióndelos horarios,
para poner algunos ejemplos.
Perotambién, en ejerciciodeese poder organizacional,el empresario podrá de-
terminar iasdistintasactividades que desarrollara en el establecimiento, pudiendo
abarcar la mayor cantidad de etapas que integran la realización del producto, o
sólo efectuar una de etlac, externaiizando las restantes. Podrá circunscribir los tra-
bajoso servicios a la actividad principal, cor?tratandoo subcontratando las perifé-

Este es el auténtico sentido que debe asignarsele, a l menos en nuestra especialidad, a la


palabra "flexibilización", dado que más allá de laconno.iaciónsubjetivaquegenera fa utilización
del vocablo en nuestro entorno, debe entenderse como una adecuación o adaptación del plexo
normativo a los cambios tecnol9gicos, económicos, sociales, culturales y productivos. En cambio,
las diferentes normasdictadas más acentuadamente durante la última década, peroquetarnbien
sevislumbraenta reforma de laley 21.297, la utilizaroncomosinónimode "precarización" O "des-
regulación".
l3 Aiain Touraine inicia con este interrogante, aunque referido a fa sociedad, toda su obra
i Como salir del iiberaiismo ?
596 Ricardo D.Wierreauelo Pedro E Núñez
U.-.,----,,-----< p.-.,
-
ricas; o bien podrá, incluso, ceder a terceros la realización de trabajos propios del
giro norrnai de la empresa.
Y en este aspecto de la gestibn, el empresario tiene plena libertad, con la única
restricción de que la medida tomada sea lícita, y sin perjuicio de la responsabilidad
que la ley pueda imponerle, con respecto a los trabajadores dependientes de las
empresas con las que haya contratado. Este derecho se encuentra plasmado en las
constituciones bajo diferentecdenominaciones(por ejemplo, el art. 38de la Const.
española lo cansagra como libertad de empresa). Por ello, si la libertad de ernpre-
sa en ef marco de una economía de mercado tiene raigambre constitucional, está
clara que esta iibertad no se puede limitar sólo a! momento de constitución de las
empresas sino quese extiende también a decidir sobresus objetivosy dotarla de ia
estructura organizativa para defender SU productividad y situarta en condiciones
de competir en un mercado libre, sin que las exigencias de la economía general y,
en su caso, de la planificación puedan llegara privar designificado real al conteni-
do constitucional del derecho?4.

b) DelimitaciOny concepto de descentralizaciónproductiva


Las transformaciones producidas en las formas de organización del tra bajo y en
las relaciones interempresarias, han originado una desconcentración de los cen-
tros de gestión empresaria, con la consecuente fragmentación del proceso pro-
ductivo~ta reducción de las actividades realizadas por la empresa.
Hasta hace escasos años la organizaci6n del sistema de producción de las em-
presas más significativas estaba basado en lo que los estudiosas de las relaciones
industriaiesdenominanmodelafordista, es decir, basado en una empresa de tarna-
ño regular o grande que realiza una producción en masa, no fragmentada y poco
diversificada. En dichasempresasios trabajadores, impersonales, simplernentedis-
ciplinados y bajo una organización piramidal, realizan tareassimples, especiaiiza-
das ofragmentadas, monótonas y reiterativas (rutinizacibr~)~~.
Como bien afirma Raso Detgue, la fabrica fordista fue el fruto de una nueva or-
ganización del trabajo y expresión de la segunda revolución industrial, ya que co-
menzó a producir un modelo en serie sobre líneas de montaje a partir de 1913. Por
su parte, fue Frederik Taylor el hombre que supo racionalizar los procesos produc-
tivos, buscando mayor regularidad y rentabilidad del trabajo asalariado. Su mayor
preocupación fue aumentar la producción y elegir la mejor vía-laone best way-

Rivero lamas, La descentralización produrfiva y lasnuevas fórmulas organizativas de tra-


bajo, ponencia general del libro de ponenciasdel " X Congreso Nacional de Derecho del Trabajo y
de la Seguridad Social", Zaragoza, 28 y 29/5/99, Colección Informes y ~studios,'Serie Relaciones
Laborales no28, ps. 17 a 94.
l5
Pkrez Amoros, Desempieo y nuevas formas de empleo, DT, 2003-A-319
Responsabilidad solidaria en elcontrato de trabajo
m""..-.."---- .- -- 597
para aumentar la productividad de hombres~miquinas. E! metodo taylorista re-
quería que el trabajador realizara en determinado espacio físico (la fábrica) una
pequena tarea en el proceso productivo, repitiéndola al infinito. La organización
científica del trabajo se volvió un instrumento de anulacion del hombre y de rápi-
do deterioro de su existencia. Este también fue un método que dividió a los traba-
jadoresen categorias rígidas, que los mismostrabajadores más tarde defenderían.
El método exigía, por otra parte, una rigida supervisión y control por parte be los
mandos medios y superiores, lo que desarrollo con especial fuerza la idea de poder
disciplinario, cuya otra cara era la s u b o r d i n a c i ~ n ~ ~ .
Ecte modelo de produccián fordista se ha visto asimismo superado por ia apari-
ción de nuevas experiencias empresariales (postaylarismoy neofordisrno), basadas
fundamentalmente en ta externalisacióny deccentra tización productiva, novedo-
sas formas de organizar el trabajo y que adquieren nueva dimensión a partir de la
globalitación económica y de la flexibilización laboral, y que consecuentemente
requieren de nuevas formas de trabajar que satisfagan sus nece~idacfes'~. Sin em-
bargo, se han utilizado diferentesexpresionespara designar este fenómeno, expre-
siones muchas veces utilizadas como sinbnimo, pero que sólo describen una parte
del mismo, sin comprender el abanico de situaciones que incluye la descentratiza-
ción productiva. De ahíque existan diferenciasentre la descentralizaci~nproducti-
va, por un lado, y !a tercerización, intermediación, interposición, cantratacióny sub-
contratacióny el outsourcing, por el otro.
Existiría una suertedevinculación jerárquica entre el ghnero (descentralización
productiva)y la especie (rercerizaciiin, intermediación, interposición, contratacion
y subcontratación, outsourcing, etcétera).

i Diferencia con la tercerización


La tercerización pone el acento en la intervención de un tercero. Pero dentrode
las variedades de manifestacidn no es ese el rasgo predominante. La palabra des-
centralización tiene la ventaja de destacar la pluralidad de empresas en términos
lo suficientemente genericos como para comprender todos los casos1*.

2 -- Diferencia con la intermediación y la interposicion

La interrnediaciiin, forzoso es repetir, se verifica cuando una persona contrata


trabajadores con vistas a proporcionarlos a las empresas y, por ende, supone 5610
una de las facetas de la descentralización, que es cuando intervienen intermedia-

l6
RasoDeigue, LacontrataciOnatipica deltrabajo, ps. 15 y 16.
Perez Amorós, Desempleo y nuevas formas de empleo, DT,2003-A-319.
la P16 Rodríguez, "la descentratización empresarial y el derecho del trabajo", en Cuarentay
dos estudios sobre la descentraiizacion empresarial y el derecho del trabajo, ps. 11 a 21.
598 Ricardo D. Hierrezuelo - P e h E RIUhec.
- _ _

rios entre los trabajadores contratadosy el empresario que, en definitiva, se bene-


ficia con el trabajo de aquéllos.
La interposición, en cambio, es un clarosupuesto de fraude, que consisteen in-
terponer un tercero entre el trabajador y et empfeador, apareciendo este último
desobligado y recayendo fa responsabilidaden aqu@l.En este supuesto, estamos
en presencia de una retacibn triangular, al haber, además del trabajador y de! ern-
pleador, un sujeto que se interpone entre ambos. Sería un supuesto ilícito de des-
centralización productiva.
Por ese motivo, la interposición guarda notoria similitud con la dcscentraliza-
cion productiva licita, a punto tai que muchas veces se torna dificultoso establecer
cuándo estarnosen presencia de uno uotrosupuesto. l a dificultaddedeslinda~na-
cede ia propia estructura, jurídicamente próxima, de ambas figuras.
En ia interposición nos encontramos ante una relación tripolar -de la que se
derivan vínculos jurídicos para los sujetos que configuran los vértices de la refa-
cion- donde en la prestación de trabajo aparece otro sujeto empresarioi que for-
malmente se presenta como ernpleador de los trabajadores contratados. También
en tos fenómenos de descentralizaciDn a travks de contratación de terceras se re-
produce el esquema triangular, donde ia prestación de los servicios realizados por
los trabajadores de lasempresascontratadasse desarrolla, en definitiva, en prove-
cho de la empresa principal.
Junto a la similitud de fa estructura juridica de figuras próximas, no puede es-
condersequedesde ta antedicha libertad empresarial de organizar la empresa, de-
ba admitirse que entre las motivaciones que llevan al empresario a descentralizar
una paree del proceso productivo se encuentra la exteriorizacion del empleo, a tra-
vés de la cual un empresario intenta limitar los costes laborales mediante su des-
plazamiento hacia las empresas contratistas. No puede esconderseque en la inter-
posici6n se encuentren presentes igualmente una intención de reducciiin de Ios
riesgos a través de la limitación de la dimensión de la
La similitud y asirnilaciiinseñaladas no es casual. Es que e( intento de elusiitn de
/a condición de ernpleador es un viejo conocido del Derecho del trabajo, que desde
sus inicios ha cuestionado figuras como el rnerchandage, ha reaccionado frente al
empleador aparente, ha regulado de forma restrictiva fa subcontratación de obras
y servicios, etcétera.
La novedad ahora esta en que tos elemenros de fraude o abusa por la existencia
de falsos empresarios no son los mas frecuentes y, además, que ahora, se mira de
modo positivo lo que hasta el momento se entendia como huida de la asunción del

l9 Martínez Fons, Los limitecen la descentraiizaciónproductiva:la fronpra con los fenóme-


nos de cesión ilegalde trabajadores, en libro de ponencias dei "X Congreso Nacional de Derecho
del Trabajo y de la SeguridadSocial", Zaragota, 28 y 29/5/99, Colección Informes y Estudios, Serie
Relaciones Laborales n028,ps. 121 a 145.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 599

papel formal del empleador cuando no de la propia huida del Derecho de! traba-
jo. Nose trata sólo de una mayor perrnisibilidadsinode una clara aceptación, como
legítimas, de fórmulas que suponen la no asunción de Ia condición de empleador
directode trabajadoresdelempresarioprincipalo de la utiliracibn deformasautó-
nomaso no subordinadas de empleo que han encontrado incluso una nueva nor-
malización legal en algunos sistemas como el francés. Eso ha favorecido conside-
rablemente ei incremento de la descentraiizaciún productiva y el surgimiento de
nuevas figuras, también de empleo, como el t e l e t r a b a j ~ ~ ~ .

3 - Diferencia con la contratacióny la subcontratación


Tanto la contratación como la subcontratación se refieren a un tipo de rnodali-
dad de descentralización. No es conveniente utilizar la misma palabra para desig-
nar la parte y el todo. Este problema se agranda a medida que la descentralización
tiene mayor desarrollo y manifiesta mayor número de variedades2'.

4 - Diferencia con el «outsourcing»


El autsourcing, que proviene de la experiencia empresarial americana y cuya
traducción literal sería "de fuente u origen externo" (source fuente, origen), de-
signa, en sentido estricto, la externatización de \os servicios informiticos de una
empresa. Se trata de subcontratar este tipo de servicios con empresas de informá-
t i c a especialitadasqueofrecen a [as empresas usuarias Ia posibilidadde contar con
los adelantos tecnológicosen esta materia de un modo rápido, sencillo y adaptado
a sus necesidades,con el fin de mejorar su competitividad.
Escierto que, debido a la expansión que ha experimentado, se ha utilizado este
termino para designar toda estrategia empresarialen la cual el titular de la empre-
sa decide externalizar parte de la actividad que antes desarrollaba personalmente.
Pero, en ese caso, como bien apunta Cruz Villaión, "puede que estemos incurrien-
do en ei riesgo de utilizar innecesariamente un anglicismo, cuando ta riqueza de
nuestro idioma ya ha identificado con faciiidad un término autóctono, que cuadra
a la perfección con el fenómeno americano del outsourcing, me refiero tanto al
término externalizaciOncomo a la expresión descentralizacidn productiva"22+

2o Rodríguez Piieiro - Bravo-Ferrer, Prblago dei libro de ponencia del " X Congreso Nacionai
de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social",Zaragoza, 28y 29/5/99, Colecciónlnform@s~ Estu-
dios, Serie Relaciones Laborales n028, ps. 13 a 16.
2; Pl&Rodriguez, "La descentraljzación empresarial y ei derecho de! trabajo", en CuarenTaY
dos estudios sobre la descentralízacián empresarial y elderecho del trabajo. ps. 1 1 a 2 1.
22 Vease Cruz Villalon, Outsourcing yreiaciones laborales,en ii bro de ponencias dei "X con-

greso Nacional de Derecho dei Trabajo y de la Seguridad Social", Zaragoza, 28 y 2915199, Colección
Informes y Estudios, Serie Relaciones Laborales no 28,ps. 251 a 326.
600 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Múfiez
.
-
e
- "-~_._.-

5 - Concepto de descentralización productiva


Se ha definido la descentralización productiva como una forma de organizar el
proceso productivo para la obtención de bienes y servicios, basada en una técnica
de gestión que consiste en contratar con proveedoresexternos ciertas fases o acti-
vidades de la empresa no consideradas competencias básicas de &a, con inde-
pendencia de que con anterioridad lasviniera desempefiando o no23.
Es decir, la descentralizaciónproductiva consiste en una forma de organizaci6n
del proceso de elaboración de bienes o de prestación de servicios para el meraclo
final de consumo, en virtud del cual una empresa decide no realizar directamente
a travesde sus medios rnateriaiesy personales ciertas formas o actividades precisas
para alcanzar el bien final de consumo, optando en su lugar por desplazarlas a
otras empresas o personas individuales con quienes establece acuerdos de coope-
ración de muy diverso tipo. Con ello se lleva a cabo una segmentación del proceso
productivo, en la generalidad de las ocasiones a través de una desintegración ver-
tical del ciclo de praducci6n, por el que las empresas transfieren al exterior activi-
dades hasta entonces asumidas internamente2$.

c) Caracteres

La descentralizaci~nproductiva inciuye, como componentes definitorios, dos


ideas centrales: por un lado, una división del trabajo entre empresas y, por el otro,
la exteriorización (o externalizaciónj de fuiiciones que una empresa podría reali-
zar, pero que para desarrollarias decide recurrir a una cooperación interempresa-
rial. Y son estas notas, justamente, [as que separan !a descentralizaciónproductiva
externadela interna. Esta uWma cuenta con una estructura demediosycon los pro-
pios trabajadores de la empresa, descentralizando funciones y atribuyendo a sus
propias unidades de gestión un mayor grado de iniciativa y de capacidad de auto-
~rganización*~.

23 Rivero Lamas, La desceritraiizacion productiva y iasnuevas fórmulas organizativas de tra-


bajo, ponencia general del libro de ponencias dei "X Congreso Nacional de Derecho del Trabajo y
de la Seguridad Social", Zaragoza, 28 y 2315199, Colección Informes y Estudios, Serie Relaciones
Laborales no28, ps. 17 a 94.
24 Cruz Viilalon, Outsourcing y relaciones iaboraler, en libro de ponencias del "X Congreso
Nacional de Derecho del Trabajo y de l a Seguridad Social", Zaragoza, 28 y 29/5/99, Cofeccibn Infor-
mes y Estudios, Serie Reladones Laboraies no28, ps. 8 y 9.
25 Rivero Lamas, l a descentralización productiva y las nuevas fórmulas organizativas de tra-
bajo, ponencia general dei libro de ponenciasdel "X Congreso Nacional de Derecho dei Trabajo y
de la Seguridad Social", Zaragoza, 28 y 29/5/99, Colecciun Informes y E~tudros,Serie Reiaciones
Laborales no 28, ps 17 a 94.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 601
-7" ~-"" -p
"p
-,-

Con esto no queremosdecir que losfenómenosde la contratación osubcontra-


tación sean novedosos, sino que la utilización de taies modalidades se ha extendi-
do considerablemente, tanto en la cantidad de ernpresasquelas reaiizan, como en
las actividades que delegan en otras, sea por razones de especjaiizacion, campleji-
dad, estrategia o simple conveniencia. A ello hay que agregar o.tros tipos de rela-
ciones interempresarias que se realizan mediante negocios jurídicos distintos a los
mencionadosanteriormente.
En este sentido, Valdes Dal-Ré es categórico al indicar que "en un tempus histó-
rica muy breve, de apenas quince años, había tenido lugar una suctituci6ndel para-
digmade ia empresa a, por mejordecirlo, del paradigmaorganitativode la empre-
sa. El modelo de organizacibn tradicional descansaba sobre tres pilares: el control
del entero ciclo de producción de bienes y servicios (integración vertical), la auto-
nomía de cada empresa en sus relaciones con otros y una gestión funcional jerár-
quica. Este modelo había sido sustituido por otro con rasgos estructuralesdesigno
opuesto: fragmentación del ciclo productivo (integración horizontal), dependen-
cia, coordinación y articulación en las relaciones interernpresariales y una gestión
que privilegia la autonomia funcional. La centralizaciónorganizativa cederá el pa-
so a la descentralizacibn, y la autonomía, a la interconexión, interna y externa"26.

26 Valdésilal-Re,Descentralizaciónprúductivayderorganizaci~ndelderechodeltrabajo, DT,
2002-A-682. Asimismo, agrega: "Desde luego, estos cambios no se han traducido en un único tipo
de organización. La formación de redes de subcontratacibnquegiran en torno a grandes empresas
difiere de la constitución de las redes horizontaiesque agregan pequeñas y medianas empresas en
drstritosindustrialec.Ylaestrucruradetelarañadelasalianrasestrategicaseritrelasgrandesempre-
sasosdistinta de la mudanza hacia la empresa horizontal. Pero el elementocomúna todaseIlasesla
red, forma organizativasocialmentetípica en la econornia globalizada.
La descentralizaciónproductiva es entendida como forma de organizar el procesodeelabora-
ción de bienes y de prestación de servicios mediante el recursoa la contratacibn de proveedoresy
suministradoresexternos para la ejecucibn de ciertasfaseso actividades. Ladeccentraljzaciónpro-
ductiva se caracteriza por dos rasgos, que constituyensus notas de identidad: la Cragmentacion o
segmentación del ciclo productivo y la externaiizacibnoexteriorizacián deciei-tasfases,funciones
o actividades de dichos ciclos. Desde una perspectiva macro, la descentrafizaciánproductiva lleva
asociada, por tanto, dos consccuencia~esenciales. La primera, de caracter econbmico, consiste en
la introduccibn de un principio de divisian del Trabajo entre las organizaciones empresariafes. El
viejo principio de división del trabajo interempresarial, estructurado en Torno a la diversificación
de las prestaciones de trabajo y a la estratificación jerárquica de los trabajadores en categorías
monovalentes, da pasoa una versión en la que la ecpecializaciiin alcanza l a propia organizacibn.
La segunda consecuencia, ya de impronta jurídica, reside en el tipo de relacionesinterempresaria-
les que la descentralización productiva pide, sustentadas en víncuios de cooperación, de coordi-
nación o de dependencia.
La generalización y diversificación de losinstrumentosjuridicos al servicio de ia descentraliza-
ciónexterna han cotocadoen unasituacióndeobsolescencia la norma de proteccibnenunciadaen
e l art. 42 del ET; por decirlo con rnayorconrundencia, la han privado de eficacia jurjdjca y de efec-
602 ~
--.. -,.
-
Ricardo D. Hierrezuelo Pedro E Núñez

Esta descentralizaciónproductiva,como ya dijimos, permite a i a empresa $levar


a cabosus procesos productivos, ya no contratando a trabajadoressinoa otras ein-
presas, por lo general pequehas (aunque no necesariamente), mediante las cuales
obtiene el mismo resuitado productivo, aunque sin llegar nunca a ser empleador
de quienes realizan estos trabajos.
En idéntico sentido y referido concretamente a las transformaciones aconteci-
dasen nuestro pais, Poseseñala: "cabe destacar que un razonahleanAtisisdela rea-
lidad econámica argentina demuestra que, en los últimostiempos, existe una ten-'
dencia cierta hacia lo que la doctrina ha denominado tercerización de Iosservicios
productivos pues son numerosas las empresasque, apartándose de un marcoorga.
nita-tivo integral, prefieren derivar en terceros la realización de actividades, alta-
menteespecializadasquehacen a las necesidades propias desuorganización, tales
corno las de limpieza, vigilancia, atención técnica, transporte, etcétera.
"En lugar de ocupar recursos humanos propios dichos puestos de trabajo, los
empresarios prefieren acudir a los mecanismos de contratación, subcontratación
ylo delegacibn a fin de que otras empresas --especialistas en la prestacibn de ser-
vicios-asuman tareas quecriadyuvan a su finaiidad productiva, pero que resultan
sólo conexas con su objetivo primordial. El fenómeno de referencia produce-por
lo general- un disbalance en las relaciones de trabajo ya que, normalmente, las
empresasdeservicios que funcionan comosubcon.tt-aristasno están en condiciones

tividad social. Por lo pronto y en la medida en que el objetodei negociojurídico al que se refiere
aquel precepto, que esel arrendamiento de obra, se presenta como el resultadode un hacer, queda
extramuros de latuteladispensada por la tecnica de lacorresponsabiiidadempresarial la mayoría de
los nuevas contratos a través de los cuales circula actualmente la exteriorización de actividades: los
que, auncuandocomporianuna obligaciónde resultado, notienencomoobjeto la ejecución defun-
ciones especificas a realizar por encargo deuna empresa principal e integradasensu ciclo(gesti6nde
serviciosajenosodistribucian); losquecomportan un daren lugar de un hacer(suministrode bienes)
o, en fin, los que, aun teniendo como obligación un hacer, esta no es de resultado sino de actividad
(mantenimiento de informática).
Pero al margen del acierto o inadecuación de las respuestas de nuestro ordenamiento laboral
en relacidn con ias formas de exteriorización de actividades, Ia descentralización productiva, ai
multiplicarloscentrosdeimputacióndecargas y responsabilidadesydiversi.ficarlos poderesdearga-
nizacjdn, ha desorganizadoel patrbn clásico de la figura del empresario. En el sistema tradicionaide
relaciones laborales, en el que ef empresario controla e#entero ciclo productivoy, en razón de ello,
la fuerza de trabajo necesaria para producir el bien o prestar el servicio, no resulta difícil conocer
ni ia iden.tidad ni la ubicacibn del titular de los derechos y deberes nacidos del contrato detrabajo
las más de las veces; este, incluso, puede ser designado con un ligero movimiento de la mano. En el
sistema actual, /a figura del empresariotiendea difuminarse o, al menos, a perder la transparencia
que el principio do seguridad jurídica pide, a disolverse en una red de telaraña cuyo efecto so~ial
mas inmediato no está ciendo &roque el de acrecer ia posición de fuerza de las empresas ubica-
das en el epicentro de la red sobre el rrieicado de trabajo globaiizado.
Responsabilibad solidaria en el contrato de trabajo 603
-
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P-
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de asegurar puestos de trabajo estables a sus dependientes (su dación de trabajo


dependerá de las necesidades de su clientela empresaria, rnutables y altamente
subordinadasa la eficiencia de la gestión) y tampocose encuentran en condiciones
económicas de enfrentar reclamos perentorios pues, en rigor de verdad, poco o
ningíln capital social tienen como reserva ya que pocos son los recursos económi-
cas que se necesitan para organizar una empresa de servicios,
"Basta, a tal fin alquilar un local, instalar un par de líneas telefónicase incorpo-
rar operarios no especiaiizados para intentar, al menos, ofrecer un servicio de natu-
raleza empresarial (es decir, ocultos bajo un ropaje de organización de trabajo pro-
pia),a los potenciales interesadosen utilizarlosque, por la general, serán empresas
dotadas de mayor solvencia económica (con instalaciones,inmueblesyoficinaspro-
pias) ynosusceptibies de esfurnarseodesaparecerante losembate~econ0micos"~~.
Para De Diego, la tercerización de servicios es una forma especial de organiza-
ción y división del trabajo en función de la cual la empresa principalse reserva una
ocupación central oesencial,y todos iosservicios periféricos, noesencialesosecun-
darios, son encomendadosa otrasernpresas especializadas en cada una be lasacti-
vidades. La tercerizacion u outsourcing, también Ilamada exiernaiización, com-
prende hoy no sólo tareas que son consideradas ajenas o periférjcas, sino inclusive
las que son parte de la producción normal, como es ei caso de tas empresas de ma-
nufactura de prendas, que diseñan los modelas, y Iuego el restante proceso pro-
ductivo, dividido en segmentos, se produce en pequeñasempresas de corte, costu-
ra, ojalillado, pegado, tintoreria, estampado y hasta planchado y empaque. Este
proceso, en general, esta incluido en las figurasdel contratista y delsubcontratista
del art. 30 de la LCT, con sus pautas y consecuencias.
En cualquier caso, también se estan desarroilando dentro del contrato entre
empresas-la principaly el contratista- formas y cláusulasespeciales para asegurar
que e! contratista responda íntegramente por sus obligaciones, todo ello sin desme-
dro de la solidaridad que alcanza a la principal. Seguros de caución, derecho de
retención sobre las facturas del contratista, auditorías de control, verificación del
cumptimiento de las obljgaciones laboralesy de la seguridad social previo pago de
las facturas, etcétera, son algunos de esos mecanismosque en alguna medida neu-
tralizan los riesgos de la solidaridad previstos por la Ley de Contrato de Trabajo
sobre el principal. A propósito de estosdatosde la realidad se han pergeiiadofigu-
ras que tienen por objeto generar cadenas articuladas o sistemas interconectados
para desarrollar nuevos negocios o ampliar los existentes, Uno de los mecanismos
es a traves de iacfranq~icias~~.

27 Paw, l a responsabilidad solidaria emergente de la contratación de servicios de limpieza.


Breve informe jurisprudencia!, DT, 1999-A-229..
28 De Diego, Manua/derecho del trabajo y de la seguridadsocial, ps. 154a 156.
604 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Muñer
h
-p
v,m
*-.
-
Sin perjuicio de la clasificaciónque efectuaremosa continuación, conviene ade-
lantar, por merecer un detalle pormenorizado, que la descentralización producti-
va, desde la óptica del proceso productivo externalizado, puede ser vertica 1 u hori-
zontal. La descentraiizacion productiva vertical supone el dermembramiento de
ciertas actividades que normalmente realizaba la empresa, para encomendarlas a
otras empresas especializadas en las mismas. Conviene señalar que en un primer
momento, solose externalizaban lasactividadesperiféricas, para luego descentra-
lizar inctuso, parte de los trabajos propios de su giro empresario.
En cambio, la tercerización horizontal consiste en fa fragmentacidn o segmen-
tación del ciclo productivo, es decir, la empresa se reserva fa realización de una de-
terminada etapa a faceta del producto, derivando a terceras empresas la5 restan-
tes actividades hasta su finalización.
Desde esta perspectiva, se observa que se deja progresivamente la verticalidad
de las relaciones interempresarias y se pasa a un modelo que podriamos calificar
como orbital o satelital, donde toda una red de pequeñasy medianas empresas, e
incluso empresas unipersonales o trabajadores autónomos, todoseltossuperespe-
ciaiizados, giran alrededor de una gran empresa de la cual son muchas veces sco-
nómicamente dependientes, y que es la encargada de dar cohesión al conjunto.
También es frecuente que cada una de las partes de un producto sean producidas
por distintasernpresas, en diferentes países, todas bzjo la coordinación de otra, que
paradójicamente esta radicada en untercer país, que es la encargada de dar cohe-
sión al conjunto. Este fenómenose conoce con el nombre de dislocaci~nterritorial
y crea serios inconvenientesnormativos a la hora de imputar responsabilidades.
Aun cuando pudiera considerarse una consecuencia de la descentralización
productiva, conviene destacar el fenSmeno de la deslocalización de {osproductos,
que supone la decisión de trasladar la elaboración de un determinado producto a
una regibnque resulta económicamentemás provechosa (mano de obra más bara-
ta, beneficiotributario, menor costo de transporte, etcétera), para luego reirnpor-
tarla en el país donde primeramente se realizaba. Nos dice Lyon-Caen que será
indispensabte distinguir las irnpiantaciones nuevas en un país nuevo (cualquiera
sea el motivo) y la deslocalización, en sentido estricto, cuyo motivo es reimportar,
en el país donde estaba hasta ahora el producto fabricado antes, evidentemente a
menos costo; dicho de otra manera, distinguir la nueva inversión de la desinver-
sión: el nuevo establecimiento del desestablecimiento. De la misma manera que
antes se hablaba de importación y exportaciOn de mercaderías, se necesitará una
palabra para expresar ese doble movimiento incesante de imporlacion y exporta-
ción de la actividad, e indirectamente del empleo29.

29 Lyon-Caen, Sur le transfert des emplois dans les groupes rnulfinationaux, " Droit Social",
no 5, may. 1995,p. 489.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo
--~-------- -- ". --605

Es.te fenbrneno se aprecio durante parte de ia década del noventa entre ia Ar-
gentina y Brasil donde, como consecuencia del grave problema de competitividad
que tuvo el primero de los países, provocó que empresas alli radicadas se traslada-
ran a Brasil, donde producíanel producto a bajo costo, para luegovender en la Ar-
gentina, con ias ventajas económicas que ello orig ¡naba.

d) Causas
Entre las causas que han contribuido al surgimientoy expansión de este fenó-
meno se encuentran, en primer lugar, los cambios tecnológicos, pero también se
pueden mencionar factores económicos, organizativos, políticas, tributarios y por
supuecto, laborales.
a) Cambiostecnológicos: losavancestecnoiógicos, sobre todo en el área de la
informática yde lascornunicaciones, han permitido una descentralización
geográfica entre las diversas unidades productivas integrantes de la red, o
que participan en el proceso productivo, incluso en niveles transnaciona-
les, facilitando la realizaci6n de una estrategia en común, una mayor espe-
cialidad (al concentrar una determinada parte de! proceso productivo en
cada unidad) y una reduccibn de costos fijos, como los relacionados con la
inversión en infraestructura productiva (que son absorbidos por la ernpre-
sa satélite).
b) Factores económicos: fa globatización y con eila el modelo económico mun-
dial hantenido repercusionesirrefutables en este fenómeno, así como tam-
bien el desarrollo del sector servicios, que son los que más comúnmentese
externaiizan, fomentando de esa forma la creación de empresas pequeñas
y medianas.
c) Factoresorganizativos:durante los últimostiernposseha valorizado la con-
tratación con empresas pequeñas y medianasque, por sus dimensiones, es-
tán en mejores condiciones de adaptarse a los cambios productivosy de dar
una respuesta rdpida a los probfemasquese plantean. Estas, ademas, seen-
cuentran dotadasde alta tecnología y gran especializaciónen un determina-
do segmento det proceso productivo, lo que torna economicamente Qtil la
contratacióndesusservicios. Asimismo, como bien apunta RasoDelgue, laex-
ternalización promueve la competencia de las trabajadores independientes
y de lossubcontratistaspara ofrecer a la empresa central mejores productos
a menor costo. Es decir, el empresario sustituye la producción con la adqui-
sición y contratara lo que le asegure la rnayor productividad posible.
df Factores políticos: esta forma de organización dei trabajo no sólo ha sido
impulsada por los Estados, sino que incluso fueron ellos los que Ia imp!e-
mentaron, tercerizando distintas actividades que antes realizaba con per-
606------ Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro E Núñez
- -- -u-

sonal propio mediante distintos mecanismos, entre los que se pueden men-
cionar las privatisaciones, licitaciones,concesiones y contrataciones,
e) Factores tributarios: el desarroilo y la profileracibn de empresas satkli-tes
conformadas par pequeñasy medianas empresasson alentados por el Esta-
do a travesde exenciones fiscales y demás beneficios tributarios que incen-
tivan su instalacibn.Por su parte, iadescomposición de la estructura empre-
sarial en un grupo de pequeñas o medianas empresas y el establecimiento a
la par de relaciones comerciales entre ellas -un tercio de las transacciones
comerciales mundiales se realiza en el seno de las muitinacionales-perrni-
t e a ésta jugar con ios llamados precios detransferencia, que tan difíciles son
de controlar por las autoridades tributarias30.
f) Factores laborales: demás esta decir que la reducción de personal a través
de fa externalización supone una reducción en los costos de la empresa, ya
que la contratación con terceras empresas o con trabajadores autónomos
resulta generalmente mis económica. Tarnbikn contribuyó \a falta de reac-
cián de los principales interesadosodesusrepresentantes,motivado por los
altos indices de desacupación y el temor de perder el empleo en el primer
caso, y la disminución del control sindical producida por la pérdida de repre-
sentatividad y fuerza que lo caracteriza actualmente, en el segundo.

La doctrina, teniendo en cuenta una diversidad de factores, ha efectuado dis-


tintas ctasificaci~nesde este fenómeno.
Así, PlA Rodriguez realiza una clasificacidn en cuatro tipos segUn sean activida-
des periféricas o centrales, tradicionales o recientes, formas normales o patológi-
cas, y reales o ficticias.
Las actividades secundarias son las ajenas a la actividad central de la empresa.
Las centrafes son aquellas esenciaies para cumplir el ciclo productivo que constitu-
ye el objetivodel funcionamiento de la empresa.
En cuanto a la segunda clasificación, si bien parece tener un significado crono-
lógico, sirve para disTinguir aquellasdescentralizaciones que fueron surgiendo es-
pontáneamente en la práctica (construcción y algunas actividades agrarias, como
la esquila, la forestación y otras actividades zafrales) y aquellas que han sido fruto
de una tendencia moderna a actual, que muestran mucha menor antigüedad pero

Perez defosCobosOrihuei, Filializacian. ~ r u p o ~ d e e m ~ r e sen


a slibr6deponenciasdef
, "X
Congreso Nacional deDerechddet Trabajo y de la Seguridad Social", Zaragoza, 28 y 29/5/99, Colec-
cibn Informes y Estudios, Serie Relaciones Laborales n028,ps. 629 3665.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 607
- --U- -&-m

más dinamismo porque sevan transformando, creciendo, ampliando, sin tener una
consolidación tan firme y extendida como las anteriores.
En cuanto a la tercera clasificación, cabe señalar que las actividades normales
son lasque resultan de las razones productivasprovenientes de la misma indolede
iastareasque debancumplirsey que pueden requerir una mayor especialidad, ido-
neidad o instrumentos adecuados. Las patológicas son las que buscan eludir res-
ponsabilidadesy bajarcostos.Sean ellasdecarácter labora! u organizativo,seande
carácter tributario o vinculadas con la seguridad rocial.
La cuarta clasificación es muy similar a la anterior. Las reales son aquellas en las
que existen motivosjustificados para recurrir a la especializaciónde técnicos parti-
cularmente capacitados para producir una obra técnicamente superior o econó-
micamente mis favorable. Las ficticiasson las que ni siquierabuscan mejorar oaba-
ratar las operaciones sino que lo que buscan a través del fraude o la maniobra es
eludir obiigacione~~~.
Por su parte, Herbert y Silveira realizan una doble clasificaci6nsegíinsetrate del
objetivo buscado por la empresa o de [aestrategiade descentralizaciónproductiva.

Desde el punto devista del objetivo buscado por la empresa se puededistinguir:


a) D@scentralizaci6nproductiva fwcal: está determinada por las exigenciasdel
mercado comercial acrual, sea mundial o regional, que determina que las
empresas deban concentrar todas sus energias y estrategias en la actividad
que mejor saben hacer, aquella que les otorga su perfil diferenciador en el
ámbito donde actúan.
b) DescenTralizaciSn por costos: es el resultado de una decisión empresarial
necesaria e impuesta por las condiciones del mercado pero no planificada.
En este caso las condiciones de empleo se caracterizan por la pérdida en las
nivelesde ingresosy beneficios laborales, pérdida de los beneficiosde la Se-
guridad Social y progresivo deterioro en la calificaci6n profesional, ante la
obligación de tener que cubrir varias funciones en diferentes sectores de la
actividad. La descentralización por costos tiende a aumentar la informali-
dad y precarizar las condicionesde trabajo.

Desde el punto devicta de la estrategia de descentralización productiva, encon-


tramos:
1. Estrategias de red: una gran empresa dominante elabora la producción es-
table mientras que las pequeñas empresas elaboran la producción fluc-
tuante.

37 Pla Rodríguez, "La descentraiización empresarial y ei derechodeitrabajo", en Cuarentay


dos estudiossobre la descentralización ernpresarjaiy el derecho del trabajo, ps. l i a 21.
608 Ricardo D. Hkrreruelo - Pedrq E Núñez
-" -- -
2. Distrito industrial y conglomerado regianal: necesariamente vinculadas a
un territorio y en las que no existe una empresa dominante.
3. Empresascabezay empresas mano: las primeras dirigen y ejecutan la parte
más importante del procesoylassegundas realizan lastareas mas intensivas
de mano de obra.
4. Trabajo a domicilio.
5. ~eletrabajoo trabajoelectrónico a domicifio3*.

Finalmente, Fernández Brignoni indica que desde fa perspectiva del rol empre-
sa/ernpleador las formas de tercerización podrían agruparse de acuerdo con los si-
guientes criterios:
a) Por su finalidad, derivada del cambio tecnológica o especialización: la fina-
lidad puede referirsea ia necesidad de acompañar los cambios tecnológicos
ocurridos, con el objetivo de mantener un nivel de cornpetitividad que la
haga viable.
b) Por su finalidad, para lograr mayor capacidad de competencia en el merca-
do: a través de las estrategias de descentralización, la empresa realiza su ac-
tividad atendiendo estrictamente a la demanda que recibe y al tiempo en
que le llega la misma Oust in time), iogrando desprenderse del costo que le
ocasiona el mantenimiento del stockde mercaderías.
c) Por su finalidad, para eludir las normasdel derecho laboral: en este caso las
formas de descentralizaci6n aparecen como formas fraudulentas o evaso-
ras de las normas de protección de los trabajadores y/o de las normas tribu-
tarias o fiscales.
d) Porsu estructura, descentralizacidn productiva horizontal: este tipodedes-
centraiizacion refiere a una estructura de empresa disefiada bisicamente
como una red, es conocida con el nombre de redes emprerariales. Consiste
en contratar con proveedores externos o ciertas fases o actividades de la
empresa no consideradas competencias basicas de ésta, que con anteriori-
dad y de haber sido necesarias, las hubiera desempeñado ella misma.
e) Por su estructura, descentralización productiva vertical: la descentraliza-
ción vertical supone, a! igual que laanterior, la contratacióncan terceros pa-
ra la realizaci8n de parte de la actividad o de los bienes que ia empresa con-
tratante necesita para funcionar o producir, pero con la que
la relación no es entre iguales. En este caso, una de las empresas tiene sobre

32 Herbert- Silveira, "Repercusión de iadescentralizaci6nenei problemadel desempleo", en


Cuarenta y dos estudios sobre la descentralización empresarialy elderecho de¡ trabajo, ps. 59 a 66.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 609

las obras una capacidad de direccionque no existe en el otro tipo descripto.


Es el caso de las empresas filiales que actúan bajo !as instrucciones de la
empresa

Por nuestra parte, consideramos que el proceso de desceniraiización producti-


va, teniendo en cuenta distintos factores, se puede clasificar en cuatro:
Por /a actividad descentralizada: puede ser principal osecundaria. Es princi-
pal si se externalizan actívídades que forman parte del ciclo productivo de
ia empresa. Es secundaria si se contratan actividades que, aunque necesa-
rias, son simplemente accesorias o coadyuvantes y, por ende, perfectarnen-
t e eccindiblede la actividad normal y específica propia del establecimiento.
Por /a finalidad del empresario frente al régimen juridico laboral: se clasifi-
can en reales o fraudulentas. Las reales importan verdaderos procesos de
descentralización empresaria fundados en razones de especialización osim-
ple conveniencia, pero que se realizan con la transparencia necesaria para
enfrentar eventualmente las obiigaciones que el ordenamiento jurídico
laboral pudiera imponer al principal. Las fraudulentas o patológicas están
pensadasconel Unjco propósitodeeludir Ia norma laboraly exirnirsedec~al-
quier responsabilidad por las obligaciones emergentes del contrato de tra-
bajo y del sistema de seguridad social, con relación a los trabajadores de la
empresa auxiliar.
Por la estructura: la descentralización productiva puede ser horizontal o
vertical. Es vertical cuando se externalizan actividades principales o secun-
darias, pero la empresa comienza y termina el proceso productivo. En cam-
bio, es horizontal cuando la empresa fragmenta o segmentiza dicho proce-
so, realizando sólo una parte del mismo y derivando a otras empresas las
etapas sucesivas hasta su finalización.
Por la relación existente entre lasernpreras: !a descentralizaciónseri verti-
cal si la empresa principal externaliza distintas partes de su actividad o del
proceso productivoen empresasfiliales,quese encuentran bajo ia dirección
y el control de la primera, que es la encargada de dar cohesión a la red
empresaria. En cambio, en la descentralización horizontal sblo se estable-
cen relaciones de cooperación entre las empresas y la tercerizacibn se reali-
za hacia empresas que mantienen una posición de relativa igualdad con la
contratante, sin que ésta ejerza ni una influencia dominante ni un poder
hegemónico sobre la contratista.

33 Fernandez Brignoni, "Lasactuaiesforrnbs de descentralización productiva",en Cuarenta


y dos estudio5 sobre la descentralizaciiin empresariaiy e / derecho del trabajo, pc. 57 a 77.
610 Ricardo D. Wierrezuelo- Pedp F. Núiez
--- -I__X-__I^I_

f) Descentralizacidny concentración. Los grupos


de empresas y la filializaciiin

Los grupos de empresas constituyen la manifestación mas destacada y perfecta


de la descentralizaci6n productiva, ya que permiten conciiiar dos exigencias inelu-
dibles de la economia actual, queson fa descentralizacióny la concentración.
En ia descentralizaciónproductiva confluyen dos tiposde fuerzasdistintas, cen-
trífugas unas, centrípetas otras. Las primeras producen ia fragmentación del pro-
ceso productivo mediante la externafizacion en una miriada de actividadesquean-
tessedesarrollaban en ia empresa principal. Pero también es habitual queestedes-
membrarniento sea coordinado por ia sociedad matriz, mediante la creación de
filiales que realizan determinadasfacetas del proceso productivo, bajo fa dirección
y coordinacián de lasociedad principal que es la que concentra (fuerza centripetaj
el poder de
Como bien apunta Bennet Harrison, si bien la producción está siendo cada vez
masdescentratizada, ello no implica el final del poder económicodesigual entre em-
presas ni tampoco entre las diferentes clases de trabajadores que están empleados
en ias distintas fases de estas redes empresariales.
Todo ello justificaría entonces el nacimiento de un paradigma de !a producción
en red que se ha caracterizado como concentración sin clentrali~acion~~.
Ermida Uriartedefine al grupo de empresas como el conjunto de empresas, for-
mal yaparentemente independientes, que están, sin embargo, reciprocamente en-

34 En identicosentido,sefialaCarballoMena que: "La reduccióndelasdimensionesdelaem-


presa o downsizing,canservando sólo la expiotación directa del núcleo de lasactividades praduc-
tivac y, en consecuencia, externalizando (tercerizacionj parte del proceso productivo mediante la
contratación de servicios de apoyo o perif4ricosfácilmente adaptables a las necesidades, prescin-
dibles según las exigencias del mercado, excluidos -prima facie- del ambito devaiider del dere-
cho det trabajoe inhibitorios de actividadessindicales por virtud de la dispersibn del personal y la
precariedad del empleo. El modelo descrito tiende a generar una especie de microsistema plane-
tario, donde entornoa la empresa-núcleodel sistemay objeto deexternalizacibndeciertasfases
del proceso productivo originario- orbitan otras (empresas satklites} que ejecutan aquellos ser-
vicios periflricos. Así, de ia empresa niicleo dimanan fuerzas encontradas, centrípetas unas y cen-
trífugas otras. Aquellas tienden a mantener en su periferia a las empresas-satblites requeridas
para la expfotaciónde las aludidas actividades compiementarias; mientras que estas-en sentido
inverso- las repelen, preservando una distancia prudencial que evite interacciones excesivas,
como mecanismopara extrañar losriesgosderivados de la aplicacióndela legisfaci6nlaboral.(Cap
ballo Mena, Elderecho del trabajo frente a /a globa/iración. i La estrategia deiob?, ponencia pre-
sentada en el "VCongreso Nacional defstudiantes de Relacionesindusrriales" y "IXJornadasAca-
demicas del Industriólogo: 'El industrióiogo de Cara al Nuevo Milenio"', celebradas del 27 al
29110/98 en la Universidad Catofica Andrés Bello).
Bennet Harrison, citado por Rubio, E /proceso de descentraiiracidn de /a empresa y su5
efectossobreel derecho del trabajo, en "Revista deDerecho Laboral", no2001-1, "La solidaridad
en el contratode trabajo", mar. 2001, p. 186.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 61 1
"-

trelazadas, at punto de formar un todo complejo pero compacto, en cuanto res-


ponden a un mismo interés36.
Desde esta perspectiva se infiere que para que exista un grupo de empresas es
necesario tanto la presencia de una relación económica entre las distintas empre-
sas, como la existencia de sujetos de derecha independientes entre los distintos
integrantes del grupo.
Esta estructura del grupo tiene ia fundamental virtualidad de consentir la uni-
dad económica y la diversidad jurídica, con la limitación de responsabilidad inhe-
rente a ésta. Lo que hace, en efecto, del grupo un moda de organizaciónernpresa-
riai atractivo y alienta su diversificación-suverdadera esencia, en palabrasdeGa1-
gano-esqueen él coexisten la unidad económica y la pluralidad de lossujetosque
la conforman; una pluralidad jurídica de la que deriva una legitima Iimitacibn de
responsabilidad, no fraudulenta, salvo que se demuestre lo contrario. Este acota-
miento, esta segmentación de las responsabilidades es un activoeconómico de pri-
mer orden3'.
La descentralizaciónproductiva se proyecta sobre la estructura constituida por
el grupo de empresas fundamentalmente en tresvertientes: de un lado, mediante
la celebraciónde contratos de ejecuci6n de obra o prestaciónde servicios entre so-
ciedades pertenecientesat grupo, lo quees perfectamenteadmisible,siempre que
tales contratosse ajusten a las reglas generales sobre la materia; de otro lado, por
la puesta en práctica de estrategias en ia organización del trabajo y de la produc-
cibn entre las empresas del grupo, que permitan conseguir una division del traba-
jo y proyectarse con mayor eficacia en el mercado bajo una dirección cornun; por
iiltimo, a través de una diferenciación entre tos estatutos del personal de las em-
presas, lo que, de ordinario, está en función de! concreto modelo que se haya se-
guido en la formación del grupo (fiiialización, constitución por vía deagregacion,
etcétera) y de la estrategia del grupo en materia de poiítica de personal, atenbien-
do a tal fin al ciclo productivo de cada empresa, al grado de especiaiizacióny for-
maci8n de los trabajadores, a la ubicacibri geográfica de !as empresas, a la mayor o
menor independencia en su funcionamiento, e t ~ e t e r a ~ ~ .

36 Ermida Uriarte, citado por PérezdeiCastillo, "Conjuntaecon6rnicoogrupodeempresas",


en Cuarenta y dos estudios sobre /a descentralizaciónernpresarialy e/ derecho del trabajo, ps. 175
a 199.
37 Pérez de IosCobos Orihuel, Filializacion. Gruposde empresas, en iibrode ponenciasdel "X
Congreso Nacional de Derecho del Trabajo y de la SeguridadSocial", Zaragoza, 28 y 2915199, Calec-
ción Informes y Estudios, Serie Relaciones Laborales n028,ps. 629 a 665.
3s Rivero Lamas, La descentralizacionproductiva y las nuevas formulas organizativas de tra-
bajo, ponencia general del libro de ponencias del "X Congreso Nacional de Derechodel Trabajo y
de la Seguridad Social", Zaragoza, 28 y 2915199, Colección Informes y Estudios, Serie Relaciones
Laborales no28, ps. 17 a 94.
612 Ricardo D.Nierrezuelo - Pedro F. Mrjñez
- A ~ - - - - - + . " . ~ - ~ p.-

La concentración empresarial adopta distintas formas que se pueden clasificar


atendiendo al grado de intensidad de la relación entre las diversas ernpresasagru-
padas; así, por ejemplo, partiendo de las de menor intensidad se encuentran, en
primer lugar, los simples acuerdos de cooperaci6n empresarial (acuerdos de pro-
ducción omarketing); en segundo lugar, las asociaciones limitadascon unión de re-
cursas; en tercer lugar, empresas mixtas con creacibn de empresas aut6nomas; en
cuarto iugarseencuenrranlasaiianzasestratégicas(la propiedadparcial); en quin-
to lugar, las adquisiciones de empresas y, finalmente, la fusión en que es plena ia
integración de las empresas39.
De los distintostipos de relaciones empresarialesantes señalados merecen des-
tacarse, por ser los que más interesan a nuestra disciplina, las ernpresassubordiiia-
das y relacionadas por un lado, y la filialización, por el otro. l a s primeras ya fcieron
analizadas en e l CapítuloVli.
Por su parte, ef proceso de filialización empresarial es un proceso de descompo-
sición de una empresa, nornlalmente de grandes dimensiones -aunque no siem-
pre-y de configuraciónsocietaria, en toda una miríada de empresas menores, ca-
da una de las cuales compareceen el mercado como una sociedad provista de per-
sonalidad jurídica diferenciada, pero que mantienen entre ellasestrechas relacio-
nes, económicas y de todo tipo, como consecuenciade su pertenencia a un mismo
grupo Este procesode fragmentación de la empresa matriz en una
gran cantidad deernpresasconpersonaiidadjurídica propia, suefeconstituirmera-
mente una estrategia organizacionalque no necesariamente implica una sirnuit6-
nea descomposición del poder empresarial y que -por el contrario-en la mayo-
ría de los casos se utiliza como una eficaz herramienta para lograr una mayorcon-
centración de dicho poderío.
Mientras que en algunos casos la descomposición de la organizaciDn tambihn
va acompañada de un desmembramiento real de las fases del proceso productivo,
en otros ia atornizacidn de la empresa constituye exclusivamente una estrategia
decidida, planificada y dirigida por ella misma y en consecuencia, el desprendi-
miento y delegación de fases del proceso productivo se mueven en un plano más
formal que real4'.

"
Moreno Gene, Algunas cuestionessobre la deterrn!naridn delempresario en las procesos
de filializadón, en libro de ponencias-del "X Congreso Nationai de Derecho del Trabajo y de la
Seguridad Social", Zaragoza, 28 y 29/5/93, Colección Informesy Estudios, Serie Relaciones tabora-
lesnQ28,ps. 705 a 725.
m PPérezde IosCobosOrihuei, Fi)ialiración. Gruposdeernpresas, en libro de ponenciasdel "X
Congreso Nacional de Derechodel Trabajo y de la Seguridad Social", Zaragoza. 28y 29/5/99, Colec-
cibn Informes y Estudios, Serie RelacionesLaboralesn028, ps 629 a 665.
Garmendia Arigbn, "Filializacián", en Cuarenta y dos estudiossobrela descenfra/tzacion
empresartaiy eiderecho del trabaja, ps. 201 a 21 3.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 613

La .Filializaci8naparece caracterizada por las siguientes notas:


a) Es una manifestacibn de los procesas que genéricamente pueden identifi-
carse como de atomización o descomposiciónempresarial.
b) Supone la existencia de una piuralidaddeentidadesque, al menos en et pla-
no jurídico-formal, se presentan como autónomas.
c) Es una estrategia deorganización, decididay ejecutada por y para la ernpre-
sa matriz -o su sustento económico real- que siempre mantiene algún
grado de control osupervigilancia de la actividad de las empresas que pasan
a conformar el grupo quese genera una ver realizado el cambio.
d) Dicho control o supervigilancia no es meramenteel resultado natural de un
fenómenode mercado, sino que forma parte de una estrategia organizacio-
nal quese asegura mediante instrumentosjuridicosdediversa índole-par-
ticipación societaria, contratos de outsourcing condicionados, etcétera-.
e) Es un proceso continuo, din6mico y que usualmente resulta objeto de suce-
sivas profundizaciones.
Como consecuencia de lo antedicho es, al mismo tiempo, instrumento de
descompocición y delegacion -0rganizaciona1, funcional, juridica, etcéte-
ra- y mecanismo de concentración de capitales.
g) Puede presentarse bajo distintas variedades y graduaciones, tanto en lo
referente a la forma en que se origina, como en lo que tiene relación con el
nivel de dependencia o autonomía con que se manejan las f i i i a i e ~ ~ ~ .

La validez de la fitializaciónquedasupeditada al cumpfimientodedosextremos:


a) Que se transmita un centro de trabajo o unidad productiva susceptible de
funcionamiento autónomo, es decir, que se transfiera un establecimiento.
6) Que no constituya un fraude tendiente a eximir de responsabilidada la so-
ciedad matrizde las obligaciones faboralesy de la seguridad social de lostra-
bajadores pertenecientes a la filial.

El efecto típico de la transmisión parcial de empresa y la filializacion no es sino


uno de los supuestos de ésta, consiste en que ios trabajadores adscritos a la parte
de la empresa objeto de transmisión quedan desvinculadosdel empresaria ceden-
tey pasanadependerplenamentedelcesionario,quesesubroga exlegeen la por;¡-
ción jurídica de aquél. Lasubrogacióndel nuevo empresario en los derechos y obli-
gaciones del anterior se produce en bloque respecto del conjunto de condiciones
de trabajo que los trabajadores objeto de transmisidn venían disfrutando, cual-

42 Cjarmendia Arigón, "Fil~aliracibn",en Cuarenta y dos estudiossobrela descentralización


empresarialy elderecho del trabajo, ps. 201 a 21 3.
644 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro E Núñer
-,-,-,m
--- -- ---
quiera fueresu origen normativo~ con.tractua1. Los principales problemasquesus-
cita la transmisión parcialde laempresa,en general, y las estrategiasdefilializa~i6n~
en particular, son los que derivan del mantenimiento de las condiciones de trabajo
pactadasen el convenio quesedisfrutaba en la empresa de origen. El asunto es de-
licado porque, como essabido, a menudo el outsourcing tiene por principal fina ti-
dad reducir costes laborales en la empresa cedente y esa reducción pasa, casi siem-
pre, por soslayar la aplicación del convenio colectivo que venía siendo
Volveremos sobre este tema al abordar la regulación de esta transmisión en nues-
tro ordenamiento jurídico,

g) Consecuencias
La descentraiizaciót~productiva produce importantes consecuencias en ntiestra
disciplina, tanto en el Derecho individual del trabajo como en el Derechocolectivo
y de fa seguridad social.
En el Derecho individual, la externalización defunciones ha resultadosumamen-
t e ventajosa para las empresas ya que les ha permitido desprenderse de ciertas acti-
vidades para concentrarse en las que más ier interesan, Esto permite reducir costos
no solo en infraestructurasino tarnbien laborales al parar el personal a trabajar para
las empresas satélites. Asimismo, las pequeñas o medianas empresas con las cuales
contratan osubcontratan losservicioscuentan con tecnologia de ultima ~eneración
y están sumamente especializadas, lo que redunda en una mejor calidad del traba-
jo. En definitiva, este fenbrneno ha sido altamente positivo para las empresas pues
les ha permitido sobrevivir en un período de grandes convulsiones económicas y
enfrentar el desafío de la competitividad dentro del ámbitode la m~ndialización~~.
Como efectos negativos, se destaca la pérdida de identidad o compromiso de
los trabajadoressubcontratadoshacia la empresa principal, lo que dificulta la pro-
ductividad. Además, en algunoscasoc ¡a tercerización hacia empresas no especiali-
zadas puede generar una disminución de la cafiFicacion del personal.
La sucesión de contrataciones y subcontrataciones también lleva, no ya a una
imperronalizacion sino a un desvanecimiento de la figura del empleador, quien
desaparece (se haceevanescente, al decir de Rivero Lamas) frentea la pluralidad de
sujetosque intervienen en el proceso productivo, ioque creaserios inconvenientes
a la hora de ejercitar los poderesjerárquicos, así como también el momento de res-
ponder por las obligaciones laborales y de la seguridad social.

43
P6rezdelosCobos Orihuel. Filialtzacion. Gruposdeempresas, en libro de ponencias del "X
Congreso Nacional de Derecho del Trabajo y de la SeguridadSocial", Zaragora.28y2915199,Colec-
ción informes y Estudios, Serie Relaciones Laborales no28, ps. 629 a 665.
4"P16~drígue~, "Ladescentralización empresarial y el derecho dettrabajo", en Cuarentay
dos estudios sobre la descentralizaciónempresaria/ y eiderecho del trabajo, ps. 1 1 a 21.
Responsabilidad solidaria en elcantrato de trabajo 615
--- -m

De ahí que la descentralización productiva trastoque en este aspecto los dos


supues~osdeIoscualespartíatradicionalmente el Derechodeltrabajo, asaber: par
un iado, la empresa como unidad productiva exclusiva, verticalmente integrada y
ubicada de un modo excluyente dentro de un ámbito geográfico determinado e
incompartido; y por otro un linico sujeto empresarial que era el que monopoliza-
ba los poderes de dirección, control y disciplina sobre el personal45.
Sin embargo, este proceco, lejos de favorecer al sector trabajador, lo perjudicó
notablemente.
En efecto, en primer lugar produjo un aumento del desempleo al no absorber
las empresas satélites la gran cantidad de trabajadores que fueron despedidos co-
mo consecuencia de la segmentación funcional, los cuales pasaron a integrar de
esa manera la extensa lista de desocupados.
En segundo lugar, la externalizaciOn precariza las condiciones de trabajo, al ser
los trabajadores que prestan servicios para las empresas auxiliares peor rernunera-
dos que los que trabajan en la empresa principal, lo que crea un marcado descon-
tento entre estos, máxime si prestan servicios en el mismo lugar físico, fracturando
al colectivo laboral en trabajadores de primera o de segunda, s e g h se desempe-
ñen en una u otra empresa. Demás está decir que esto incrementa el recelo entre
la masa trabajadora, sólo contenido por el temor a perder el trabajo, y dejar de ser
trabajador para convertirseen un desempleado mas.
En tercer lugar, la búsqueda de las empresas por obtener menores costos, las lle-
va muchasveces a contratar con empresas ficticias que contratan trabajadores sin
ningún tipode registracián, incentivando de esta forma el trabajo clandestino, ins-
cripto en el mundo de la economía sumergida, del cual nuestro país es un claro
ejemplo al contar con un 40% de los trabajadores en negro.
Desde esta perspectiva, se habla de un capitalismo molecular para referirse a la
tendencia a conservar al interno de la empresa principal una fraccidn reducida de
dependientes, deslocalizandoel resto de la produccidn al externa a travésde prác-
ticas descentralizadoras.
El fenómeno parece responder a una verdadera nueva ideología del trabajo,
que en forma más o menos consciente esta dirigida a alterar y despedazar los tra-
dicionales vinculos de solidaridad y poder social en la contraposición capitalltra-
bajo. La externalizacidn funciona[ pone en discusión los paradigma5tradicionales
del Derecho del trabajo y promueve un desequilibrio entre trabajadores integra-
dos al mismo proceso productivo, excluyendo a una parte de ellos desu protección
-v. gr., la contratación con trabajadores independientes o pseudoindependien-

45 Dieste, "Responsabilidad laboral derivada de \as distintasformas de tercerización de! tra-


bajo", en Cuarenta y dos estudios sobre la d f ? $ ~ e ~ t r ¿ i ! /empresarialyel
~a~i~n derecho de/ trabajo,
ps.317a331.
616 -
Ricardo D, Herreruelo Pedro F: Nuñez

tes-odisminuyendo las responsabilidades de la empresa principal anteeltos. Esta


nueva ideologia del trabajo propuesta por este fenómeno logra alcanzar niveles
de elasticidad en la regulación del trabajo, que eran desconocidos en los planteos
sobre flexibilidad de los años ochenta.
La flexibitidad que en definitiva reconoce el Derecho del trabajo tiene como fi-
nalidad aligerar sus aspectos más rígidos. Este proceso nos conduce a una era de la
postflexibilidad, porque la empresa a1 externalizar el proceso productivo, en defi-
nitiva, excluye al trabajador externo de la tutela del contrato de trabajo típico
reservado para los trabajadores internos.
A la empresa ya no le interesa f/exibilizar la reiación por el simple hecho que a
través de la externalización, ha logrado bypaaear (valga el anglicismoj al propio
Derecho del trabajo. Es cierto que el trabajador, como dependiente de la empresa
externa, podrá recibir de ésta las tutelas del ordenamiento jurídico, pero no es me-
nos cierro que la descentralización (el autor hace referencia a! outsourcing enten-
dido como sinonirno de externalizacbn) revela fa existencia de vínculos laborales
mas débiles: trabajadores independientes, trabajadores temporales de.ernpresas
externas, asalariados;dependientes desubcontratistassin capitales, nasta alcanzar
las amplias franjas de informal ¡dady el trabajo en negro. En efecto, el outsourcing
puede, en algunas de sus expresiones, volverse el nexo entre la informalidad y la
economía
La huida del Derecho de! trabajo es total cuando se recurre a la contratación de
trabajadores autónomos. Las empresas, en un primer momento, comenzaron a
tercerizar sus actividades perifericas en otras empresas o bien en trabajadores au-
tónomos, para luego externalizar actividades de su propio giro comercial. Los tra-
bajadores autbnomos le resukan a la empresa sumamente provechosos, ya que
son ellos los que deben afrontar todas las responsabilidadesempresarias, al tener
que soportar loscompromisostributarios y las contribuciones al sistema de seguri-
dadsocial que la normativa legal les impone. Esto hagenerado unaumento del tra-
bajo autbnomo, de! trabajo parasubordinadoy del teletrabajo.
Pera ia descentralización productiva también produce consecuencias tanto en
el Derecho colectivo como en la seguridad social, afectando a otros sujetos del De-
recho del trabajo, aunque ajenos a la relacion de trabajo individual. Nos estamos
refiriendo concretamente a los sindicatosy al Estado.
En el Derecho colectivo, ha sido uno de los factores (aunque no el único) que ha
contribuido a agudizar la crisis del c i n d i c a ? ~Así,
~ ~ .la segmentación del proceso

" Raso Delgue, "Outsourcing", en Cuarenta y dos estudios sobre /a desrentrairzación em-
presaria! y elderecho del trabajo, ps 37 a 45.
47 Para Sotelo Marquez y Moreira Roca la crisis sindical obedece a causas exogenas y endo-
genas. Entre las primeras encontramasios cambios económicos y políticos jgiobalizarión dela eco-
Responsabilidad solidaria en el contrafo de trabajo 617
-
productivo hace que trabajadores que antes prestaban servicios e n la empresa
pasen a depender de la empresa contratista, produciendo una reducciirn de losafi-
liados del sindicato de la primera, puesahora estastrabajadores pasarán a depen-
der de la ásociaciónsindicai que ejerza la representación en la empresa tercerizada,
de acuerdo con la actividad que la misma realice. Además, la precariedad laboral o
!a disminución de condiciones de trabajo que generalmente acarrea la descentrali-
zacion productiva, sumado al temor d e perder el empleo, genera un fenómeno d e
insolidaridad en la clase trabajadora, que atenta contra uno de los principios del
que se valibei sindicato para el cumpfimiento d e sus Cines.
No le faita razón a Raso Delgue al sostener que: "el modelo taylorista-fordista
con suseiernentos rígidos (fabrica, subordinaci8n1 categoría, salario fijo) contribu-
y6 al desarrollo y fortalecimiento de la organización sindical. La solidaridad obre-
ra, base d e la acción sindical, se construyó sobre la base de trabajadores reunidos
durantejornadas completas d e trabajo en un mismo lugar, con similares funciones
y con las mismas recompensas. La moderna fragmentación de [a fábrica, la compe-
titividad de tos trabajadores dependientes e independientes, la poiivalencia y la
desigualdad de las retribuciones ponen en crisis la solidaridad obrera. El sindicato
encuentra dificultad en representar intereses de trabajadores, muchas veces can-
trapuestos. Se comprueba, por l o tanto, e n toda empresa queterceriza susservicios
un debilitamiento de la influencia sindical, que esen definitiva u n objetivo incon-
fesado, pero real de los e m p I e a d o r e ~ " ~ ~ .
Pero la externalización d e funcioi?cs n o se produce sólo mediante la contrata-
ción con otras personas jurídicas, sino también -reiteramos- con trabajadores

no:nia, expansión de las empresas multinacionales, multiplicación de los tratados de integración


regional, crisisdel Estado de Bienestar, augede ia ideología neotiberal), loscambiosenla organi-
zaciondeltrabajo (empresa fiexible, transformacibnde fa gran empresa en un conjuntodepeque-
ñasempresas), los cambios tecnológicos (introduccián de nuevas maquinarias, desarrollo de la in-
formática), loscambios sociales (nueva actitudfrente altrabajocoincidente con una exacerbación
del individualismoque va en detrimento del vaior solidaridad, revalorizacibn de la figura dei em-
presario). Existetambiln un cambio en la composición de la población económicamente activa, la
que registra una disminución de#empleo en la agricultura (sector primario) y en la industria fsec-
tor secundario), y un aumento del sector servicios (sectorterciario)y del empleo femenino (que se-
ría menos proclive a lasindicatizacion). Hay también un aumento del sector informal y del trabajo
precario y atipico.
Las causas endogenas estan dadas por las dificuitades internas que debe afrontar el sindicato
y que son la falta de representatividad, la baja tasa de sindicalizarion (que no necesariamentese
identifica con la primera), la carencia de rnilitancia interna, ia burocratizacion e incluso lacorrup-
cion. 5olelo Marquez - Moreira Roca, "DescentrakiraciOny conflicto colectivo", en Cuarentay dos
estudiossobre la descentraiira~onernpresarialyel derecho del trabajo, ps. 525 y 526.
Raso Delgue, "Outsourcing", en Cuarenta y dos estudiossobre /a descentralización em-
presarialy el derecho del trabajo, ps. 37 a 45.
618 Ricardo D.Hierremuelo - Pedro E Múñez

autónomos, verificándose un retorno del arrendamiento de servicios, que ya ha


dejadodescrdis~reto~~ para convertirse en habitual, cotidianoe incontrofable. En
el Derecho colectivo, no es pensable la cindicalización de trabajadores convertidos
en titulares de empresas unipersonalec o distribuidos en numerosas pequeñas em-
presas. Tampoco es posible la negociación colectiva por rama, su propia dispersión
física en locales distintos y pequeños-a veces en el propio domicilio- constituye
una forma de debilitamiento para cualquier eventual negociacion posterior5*.
Es precisamente frente a este contexto que se ha cuestionado el hecho de que,
bajo ciertos condicionarnientostan extremos (que derivan del riesgo de subsisten-
cia de las fuentes de trabajo, [a amenaza de despidos masivos y la presión externa
del propio mercadode trabajo), en realidad et ernpleador pueda utilizara la orga-
nización de trabajadores para instrurnentar libremente loscambios, siendo que fa
actuación sindical implica un ejercicio de autonomía colectiva que carece de pari-
dad. Se repiantea, en el planocolectivo,el dilema que dioorigen al Derechodeltra-
bajo: la verificación de una desigualdad entre las partes, que traduce un claro pre-
dominiodel ernpleador que nisiquiera el agrupamiento y la solidaridad delos tra-
bajadores estructuradosen torno a una organizaciónsindical están en condiciones
efectivas de superar, En realidad, lo que se pone en tela de juicio es ia autonomía
colectiva y, en consecuencia, el propio derecho colectivo del trabajo5'.
La experiencia argentina es muestra clara de este debilitamiento sindical. Prue-
ba de ello es que los sindicatos, atcjmizados unos, cooptados otros, se ven en la
necesidaddeaferrarse al mantenimientode convenioscolectivosdictadoshace ca-
si tresdécadas, algunasde cuyas cláusuias resultan inoperantese inaplicables, para
no tener que negociar un nuevo convenio en el cual deberán resignar muchas de
las conquistas alcanzadas en susriemposde grandeza.
En el ámbitode laseguridadsocial, ei aumentodel desempleoy la precarizacibn
laboral que genera la descentralización productiva, produce una disminución de
ingresos en concepto de aportes y contribuciones, con la consecuente descapitali-
zación del sistema.
Finalmente, e! Estado no sólo ha fomentado la externalinación de funciones,
sino que en los últimos afiosse observa una tendencia a reducir sus propias dimen-
siones (downsiring) mediante distintas estrategias que llegan incluso a disfrazar

43 Alusión hecha al enjundioso trabajo escrito por Valverde, "El discreto retorno del arren-
damiento de servicios", en Cuestiones actuales de derecho de¡ trabajo, estudios en homenaje a
Manuel Atonso Olea, p. 225 y siguientes.
Pld Rodriguez, "tadescentralizacibn empresarial y el derecho del trabajo". en Cuarenta y
dos estudios sobre la descentralización empresaria/y el derecho del trabajo, ps. 1 ? a 21.
Rosenbaum Rímolo, esce centralización empresarjal y rtegociacibn colectiva", en C u a r ~ n -
ernpresariaiy el derecho deltrabajo, ps. 491 a SI I .
ta y dos estudiossobre /a descentralizarió~>
Responsabilidadsolidariaen el contrato de trabajo 619
u--

relaciones laborales, Esto responde a factores netamente ideológicos que, jusfifi-


cándose en la supuesta inoperancia estatal provocada por una suerte de elefantia-
sis y burocratizaciónque le impediria rea[izar eficazmente sus funciones, tendie-
ran a limitar10 al cumplimiento de loqueeufemísticamentedenominan funciones
esenciales.
Este adelgazamiento estatal se llevo a cabo mediante distintos métodos, empe-
zando por las privatizaciones y continuando con la reducción del empleo público
mediante la eliminación de distintos organismos; contratación con empresas pri-
vadas mediante licitacibn pública, concesionesy convenios; contratación de perso-
nal dependiente pero sin estabilidad (contratados); utilizacibn de trabajadores
autónomos; y hasta contratación bajo figuras contractuales civiles o comerciales
que encubren una relación laboral.

hj La descentra/iraciónproductiva y la Ley
de Contrato de Trabajo

La Ley de Contrato de Trabajo establece disposiciones que incluyen distintas


manifestaciones del proceso de descentra Iización productiva en losarts. 14,29a 31
y 225 a 229. De todos ellos, los que resultan más cornunesactualmente son los ai'ts.
30,31y 225 a 228, estos hitirnosen la medida que se produzca una transferencia del
establecimiento por escisi0n, mediante la cual la empresa principal desmembre
una parte del proceso productivo.
Con esto no estamos diciendo que la interposición, ia intermediacidn o la con-
tratación de trabajadores mediante agencias de servicios eventuales no formen
parte de este fenómeno, sino que han dejado de ser atractivos, pues en todos los
casos e! contratante principal debe responder en forma solidaria.
En efecto, la interposición es una forma fraudulenta o patológica de externali-
zacióndefunciones,queessancionadaporel art. 34de la LCTcon la nulidad, irnpu-
tándose la relación de dependencia de los trabajadores contratados a quien se
beneficia con el servicio, sin perjuicio de tener que responder tanto éste como el
sujeto interpuesto en forma solidaria por las obligaciones emergentes del contra-
to de trabajo y de la seguridad social. Algo similar sucede con la intermediación,
donde si bien estamos frente a una situacibn Iícita, los efectos (con excepción de la
nulidad) son similares al supuesto anterior (imputación de reiacion dedependen-
cia al principaf y solidaridad).
l a razón por la que se dejaron de usar en forma habitual estos dos tiposde rela-
ciones, es porque hoy se puede arribar al mismo resultado sin tener que responder
: por las obligaciones laborales.
En cuanto a las empresas de servicios eventuales, lo cierto es que desde que la
iey 24.013 (Ley de Empleo) incorporo el art. 29 bis de la LCTestableciendo la res-
ponsabilidad solidaria entre la empresa de servicioseventualesy la empresa usua-
620
-, -, ,d-'--,4---
-
Ricardo D. Hierrertrelo Pedro E NúRez
-I^___IIIIL_--

ria, esta modalidad ha dejado de ser utilizada con la habitualidad con la que se
recurría a él durante ta vigencia de! decreto 1455/85.
En la que respecta a1 art. 30 de la K T S 2 ,este tipo de contratacionesconcentra la
mayor cantidad de loscasosdedescentralizacidnproductiva. Por ello ei tema posee
vincuiación con la formuia utilizada por la norma laboral bajo comentario, ya que
se trata precisamente de la dispersión espacial de las unidades productoras, tanto
dei sector industrial como especialmente del comercial o de servicios, donde se
observa un desplazamienta notablede unidadesdeexplotación,quedesmembran
el concepto de empresa tradicional, en cuyo seno se suponía que se realizaban las
mas impcirtantesdelas operaciones, valiéndose de personal contratado por el titu-
lar de la empresa o del establecimiento. El traslado de esas operaciones conduce
naturalmente a fa transferencia de mano de obra desdeel centro hacia la periferia,
configurándose el panorama que se conoce como la enjambrización a la que se
refiere Weiss, Pues bien, estas transformacionesseoperan jurídicamente mediante
una infinidad deformas, algunasde las cuales nisiquíeraseernparentanconlastra-
dicionalestenidasen cuenta porel legisladoral momentodeelaborariaf6rrnulade
la cesión, la contratacióno la subcontratacion, abarcadassin embargocon una 56r-
mula preventiva inteligentemente incorporada bajo la expresión "cualquiera sea
el acto que le d4 origen ".
Sin embargo, la apticación de este artículo ce encuentra circunscripta a las for-
mas de externaliracion expresamente establecidas, que han sido analizadas con
estrictez por nuestra más Alto Tribunal, a lo quese suma, como vimos en el capitu-
lo correspondiente, la existencia de algunos negociosjurídicos que producen la in-
versión de las posicionesempresariaies, tornando inaplicabie el artículo bajo aná-
iisis (franquicia, suministro, etcétera). Como si esto fuera poco, la ley 25.01 3 refor-
mó el art. 30 de la LCT, modificando la responsabilidadsolidaria del contratante,
que pasOde ser objetiva, y como consecuencia de la simple interrelacidn ernpresa-
ria, a ser subjetiva, por el incumplimiento de tos deberes de control que el ordena-
miento pone a su cargo.
Enei art. 31 deja LCTnosencontramosconlos mismosobstaculosqueeneiante-
rior, pues no sólose debe acreditar la existencia de control o la presencia de un con-
junto económico de carácter permanente, con locual se excluyen las agrupaciones
empresarias, sino también, para extender la responsabilidadsolidaria a la contro-
lante oa las demás integrantes del grupo, se exige ia acreditación de un eierne~to
subjetivo de responsabilidad, como es la existencia de maniobras fraudulentas o
conducción temeraria, Estre extremo, que fuera agregado por la ley 21.297, pues
en el texto original de la LCT no se encontraba, torna dificultosa la aplicación de
este artículo.

5Z
Rodríguer Mancini, losalcancesde\arl: 30dela LCT, en "Revista de Derecho Laboral", no
2001-1, "La solidaridad en el contrato detrabajo", mar. 2001, ps. 158y 759.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 62 1
-. *

Por su parte, al tratarse la filializaci6n empresarial de un proceso de descompú-


siciOn de una empresa por escisión, resultan aplicables los arts. 225 a 228 de la LCT,
siendo tanto la transrnitente como la adquirente solidariamente responsables res-
pecto de las obligaciones emergentes del contrato de trabajo existentes a la época
de la transmisión.
Asimismo, pasaran al adquirente todas lasobligacionesemergentes del contra-
to de trabajo que se transmite, conservandoel trabajador la antigüedad adquirida
con eltransmitente y los derechos que de ella sederiven. Empero, tratándose de una
transferencia del establecimiento por escisiiin, lo que importa una suerte de des-
patrimonialirnaciónen perjuicio de la adquirente, consideramos que el trabajador
podrá cansiderarse despedido en los términos del art. 226 de la LCT.
De más esta decir que no existe incompatibilidad entre las empresas que da
cuenta el art. 31 de la LCTy la filiatización, sino que, por el contrario, este proceso
puede conducir a la creación de sociedades subordinadas o a un conjunto econo-
mico, lo que dependerá del tipo de relación entablada entre lasdistintasempresas.
El problema que se plantea es si ia empresa matriz debe responder por las obli-
gaciones laborales de los trabajadorestransferidos, generadas con posterioridad a
la transmisión. En ese caro, habrá que indagar qué tipo de relacidn existe entre am-
bas empresas, pudiendo aplicarse el art. 31 de la LCT, o incluso el art. 30 de la mis-
ma, sí se produjo una segmentación de una parte de su actividad principal.

5 61. Lar relaciones interernprerariasy la solidaridad

Como bien apunta ~ e r u g i n i la


~ ~lectura
, de los textos originales de la ley de
ContratodeTrabajoda cuenta deque la posibilidad de ejerciciode la actividadeco-
nori>icaa través de redes o uniones de empresas no era un fenómeno, por menos
frecuente, desconocido. Escierto que la idea defraudeosimulaci0n ha estado pre-
sente desde el mismo origen de la normativa laboral, sin perjuicio de lo cual una de
las peculiaridadesde la solidaridad en el derecho del trabajo ha sido el no requerir
de aquéilas a efectos de sumar responsables tendientes al cumplimiento de tas
obligaciones para con el trabajador.
En definitiva, lasolidaridad enel Derecho laboral es una clara manifestación del
carácter tuitivo de la especialidad, pero no es necesatiamente cierto que sea una
técnica tendiente a evitar s81o situacionessirnuladasofraudulentas. El texto origi-
nal del actual art. 31 de la LCTes muestra elocuente de ello, ysu reforma por la ley

53 Perugini, Trabajo subordinado y trabajo independiente. iExige b realidad un replanteo


de /os postuiados de/ derecho del trabajo!, en libro de ponencias dei " 1 Congreso Trasandino de
Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social", realizado por la Sociedad Argentina de Derecho la-
boral, Mendoza, 3 al 6/4/02, p. 219 y siguientes.
622 Ricardo D.Hierrezuelo - Pedro F. Niiñez
-"- --

21.297 de c6mo las operaciones de desactivación del Derecho del trabajo no son
patrimonio exctusivo de los anos '90.
Y agrega Perugini que una perspectiva laboraiista de ningUn modo implica la
condena prejuiciosa de los nuevos fenómenos de transformación de las estructu-
ras económicas y organizacibn empresarial, acontecimien~ade carácter mundial
generado por raíces de orden financiero y productivo, manifestado por la transna-
cionaiización de las inversiones y la implementaciOn de sistemas que alteran la
reiación entre el capital y el trabajo.
Pero sí se trata de entender que en las decisiones que llevan a taies estructuras
no existe una previa determinación del destinosino una deliberada decisiónde los
agentes de aquel orden financiero y productivo en miras a la obtención de mayo-
res beneficios, que no por ser irreprochables desde el punto de vista legal o ético
pueden dejar de tener una significación dentro del tejido social en el que enczen-
tran localizaci6n.
Por otra parte, conviene reiterar, que en esta era post-industrial, asistimos al
mismo tiempo a una relajaciónformal de las prácticasdesubordinación, a una pre-
carización del trabajo, y a una cada ver mas intrincada red de conexiones interem-
presarias que tornan cada día más complicada la relacitrn entre empresariosytra-
bajadores. Esta se traduce, tal como acertadamentese advierte en el "Informe Su-
piot", en un crecimiento del grado de inseguridad de las persnnasy la extensión de
esa zona gris situada entre el trabajo dependiente e independiet~te~~.
Al comenzar a desarroliarse fas relaciones de tipo empresa-trabajador en un
marco de redes de empresas, sin que exista corresponsabilidad de ellas para con el
trabajador, la situación para quienes desarrollantareas remuneradas bajo estas mo-
dalidades se vuelve más compleja. Asi, los criterios más o menos precisos a los que
estuvimos acostumbrados por largo tiempo a ia hora deseparar lo dependiente de
lo nodependiente y al empleador del que no lo es, sedesdibujan, re hacen difusosy
terminan por desaparecer al caer ese precepto que nos guiaba a identificar al em-
pleador con quien obtiene tos beneficios finales del trabajo dependiente.
Uno de !os mis claros ejemplos al respecto se materializa en et fenómeno de la
dislocación territorial, donde un bien o una serie de bienes relacionadosse produ-
cen dentro de una jerarquia de diferentescujetos jurídicos, contratos y subcontra-
tos, que incluyen todosycada unode los aspectocinherentesalproducto: nombre,
diseno, manufactura, distribución, venta, etcétera.
Es innegable que lo que ha cambiado es el supuesto de hecho, por haberse dis-
gregado los centros productivos de tipo fordista en auténticas redes de'coordina-
ci6t-1,que incluyen la subcontrataciónmasiva tanlode productoscomo deservicios,

54 Supiot (coord.),Trabajo y empleo. Transformacionesdel trabajo y futuro del derecho del


trabajo en Europa, p. 305.
Responsabilidadsolidaria en el contrato de trabajo 623
m
-"
-

y su difusión a nivel nacional e internacional. Debe evaluarse cual es el lugar que


ocupara el trabajador dentro de este marco de multiplicidad de acuerdos contrac-
tuales entre los diferentes propietarios de los medios de produccibn, que pese a
compartir objetivoscomunes,tarnbien contratan por separado, celebran entresí y
con terceros contratos de disímil contenido.
No seria serio que negasemos que el empresario esta movido por un legítimo
deseo de ganancia, pero habremos de recordar también que su afán por generar
riquezas debe acotarse a los Iimitesde la legalidad.
Vale recalcarla, porque en ocasiones se tiende a olvidar estos preceptosy a en-
dilgar a las avances tecnológicos y al progreso en el campo de las comunicaciones
los cambios en los métodos productivos, sin hacer mención alguna a que la flag-
inentación de los procesos productivosy el modo en quese llevan a cabo se funda-
mentan, en primer lugar, en ese legítimo interés en obtener mayores dividendos.
Como ya señaláramos, ello es legítimo en la medida en que no se logre a costa
de aquellos con cuyo trabajose benefician.
Con ello queremos significar que si bien buena parte de las modificacionesque
ha venido experimentando el mercado global responden a necesldadece intereses
legitimoc, no puede obviarse !a problemática que se genera cuando grandes em-
presas, con el fin de descargar pérdidasodesligarsede las obligaciones para con los
trabajadores con cuyo trabajo se benefician, con un evidente e inmoral propósito
acumulativo, evaden las normas laborales, pero tambien impositivas, yrecurren al
fraude, lesionando losderechosygarantiasde la persona humana. Estetipodefrau-
de, muchas veces indetectabie, dondecorno en el sonado caso "Enrón", en Estados
Unidos, se crean empresas de tipo fantasma para descargar perdidas, lo esaun mas
en el limitado espectro de conocimiento de un litigio laboral.
La finalidad es la misma, aunque los métodos se tornan cada vez más sofistica-
dos. En efecto, mientrasantes se recurría a la interposición de personas bajo la apa-
riencia de un contrato de distribución, hoy se terceriza t a l actividad contratando
con una genuina, real e independiente (jurídica, no siempre económicamente)
persona jurídica, que distribuirá sus productos, ta que a suvez contratara trabaja-
dores frente a los cuales sólo ella deberá responder. En el primer caso, se le imputa
la relacibn de dependencia directarnentea la contratante. En el segundo, nisiqtiie-
ra responde en forma soiidaria por las obligaciones laborales y de la seguridad
social de la distribuidora.
Se torna imperativo un método eficaz para distinguir cuándo estamos en pre-
sencia de una genuina y real independencia de personasjurídicas y cuindo de un
supuesto de fraude a las leyes. Si estarnos ante un empleador tratando de hacer
pasar empleados propios por ajenos, o si se trata de un distribuidor que ha contra-
tado dependientes, sin perder de vista que hoy por hoyes licito tercerizar parte del
proceso productivo, y que determinadas actividades que antaño sólo podían reali-
zarsedentrode la empresayen el marco de un contratode trabajo, hoy es factible
624 Ricardo D. Wlerrezuelo- Pedro E Muñez
+ - - - " - l - - - l _ _ . , . - L _ . " . - . - - ~ ~ ,

ponerlas en cabeza de otras empresas o incluso de personas individuales, que no


son subordinados jurídicos, pero si económicamente dependientes.
Esto en modo alguno importa desconocer estos fenbmenos de transformación
de las estructuras económicas, especialmente en materia organizativa empresarial,
ni mucho menos despreciarlos o descalificarlos con una suerte de condena ideoló-
gica o simplemente preconceptual; pues se trata de un acontecimiento mundialge-
nerado por raíces de orden financiero, pero también productivo, manifestado por
la transrtacionaiización de las inversiones y la irnplernentaciQnde sistemas que
alteran fa relaciónentre el capital y el trabajos5.Pero tampoco debe desconocerse,
que la oryanizaci6nde la empresa es, en definitiva, una decisi6n desu tituiar, el que
eventualmente, deber&asumir la responsabilidadpor la potestad otorgada.
Esoportuna recordar, una vez más, que el propósito por el cual la solidaridadse
importa desde el Derecho comUn a nuestra disciplina es el de tutelar y asegurar el
crédito del trabajador dependiente. En efecto, la extensión de la responsabilidad
ai contratante encuentrajustificacibn, por un lado, en proteger al dependientede
los contratistas frente a posibles ins0ivencias;y por otro lado, intenta disuadir posi-
bles tentaciones de fraude,
Por último, como bien indican Maza y P I a i ~ a n tpues
~ ~ , en general en el Derecho
del trabajo, porsu finalidad tuitiva por naturaleza, se recurrecomu técnica garan-
tista a la atribución de responsabilidadessolidarias,mercedal provecho que un de-
terminado sujeto, que no es considerado empleador, puede obtener del depen-
diente contratado por otro y que vuelca su actividad personal en beneficio de
aquél. Es que en nuestra especialidad es común que seobiigue a un tercero (ajeno
a la relación) a garantizar frente al trabajador el cumpiimien~ode una obiigacion
que no le incumbe directamente, cuando exista una presunción de que esa situa-
ción encubre una operación fraudulenta, y aun cuando ello resulte díficii de com-
probar y hasta de evaluar en cada caso57.
Se deriva de lo expuesto cuán evidentemente desactualizadase encuentra nues-
tra normativa actual, incapazde aprehender y regular ias relaciones de tipo laboral
nacidas dentro del nuevo entramado de relacionesempresarias y tipos de gestión,
con la consecuente desprotección al trabajador. Pese a ello, los fundamentos que
llevaron al legisiador a establecer solidaridad en lossupuestoscontemptados por la
ley, se adecuan perfectamente a ios nuevos tipos de reiación antes expuestos, y no
encontrarnosobstáculoalguno para que, dentro de un marco normativoadec.uado,

55 Rodriguez Mancini, Losalcancesdelart 30de la LCT, en "Revista de Derecho Labora!", no


2001.1, "La solidaridad en el contratode trabaj~",mar. 2001, ps. 458 y 159.
56 Maza-Pfaisant, IniermediaciónlaboraI, ps. 93 y 94.
57 G~ibourg,Las obligaciones solidarias en el derecho iaborai, LT, XXVl-972.
i Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 625
--"

no pueda ser aplicable a todo el espectro de relaciones del tipo de las que se esta-
blecen actualmenteCs.
Si bien en un primer momento nosencontramostentados a encontrar esas cau-
sas en una simple falta de regulación o nominación de los tipos contractuales que
dan lugar a las redes empresarias, la comparación de la redacción actual de la ley
21.297con la Ley de Contrato deTrabajooriginal nos hace dudardesi esa exclusión
no fue intencional, rnixirne cuando, recordemos, la ley 25.073 pasó a sustituir un
sistema de solidaridad amplia y automática (objetiva) por otra basada principal-
mente en el incumpiimicnto de los deberes de control (subjetiva}.
Es posible que lo que haya que dejar de tener esmiedoa la admisión de que en las
decisiones legales a adoptar en la materia existe una evidente cuestión de ideologí-
as, pero que ello no sólo no supone una nota vergonzosa sino la admisión de que
quienes pretenden esconder sus decisiones en el pragmatismo tambien operan
ideológicamente. Sostener que la normativa laboral no está preparada para dar
solución a los problemas derivados de las franquicias, la tercerizaci6r1,o la globali-
zación es sOlo parcialmenteverdad, sobre todo cuando no se enuncia a efectos de
dar una mayor operatividad a las normas tuitivas sino a condenarlas por intentar
compensar los mayores beneficios obtenidos con mayores responsabilidades de
orden socials.
A aquella desconfianza hay que sumarle el paradójico destino del instituto de
la solidaridad en nuestra materia, donde pesea encontrarse reforzadopor Iosprin-
cipios tutelares que rigen el Derecho laboral, se io ha analizadoy aplicado con ma-

58 Lorelizetti sostiene acertadamente que en las relaciones internas, las redes presentan un
nexo que estlvinculado a la colaboración entre las partesque la integran. El elemento unificador
es la conexidad, que debemos diferenciar ciaramente de la integración total o parcial, de natura-
leza societaria. La referida conexidad es un componente que fundamenta la existencia de ele-
mentos propiosde ia red, como la causasistemática, la finalidad supracontractual y la reciprocidad
sistemhtica de las obligaciones. Asimismo, da origen a obfigaciones sistemáticas, de modo que las
partes tienen entre s i obiigaciones principales, accesorias y deberes secundarios de conducta y,
además, deberes referidosal sistema que integran. Agregaque, en el aspectoexterno, como regla
general para losterceros (entre tos que se encuentran iostrabajadores) el contrato celebrado por
los integrantescie la red es un hecho jurídico, razón queobstaculiza la existenciadirecta deaccio-
nes basadas en el contrato, no obstante io cual puede haber responsabilidad por cantrol, por la
apariencia, o por la estructura del vinculoobligatorio. Estimamos, empero, que fa responsabilidad
deberia extenderse a todos los integrantes de la red, para todos los trabajadores ocupados en la
misma, por la propia finaiidad negocia1 supracontractual que justifica el nacimiento y funciona-
miento de fa red. Lorenzerti, E l fraccionamienro de la responsabjlidad iaboral, en "Revista de
Derecho Laboral", n02001-1, " l a soiidaridad es el contrato de trabajo", p. 113 y siguientes.
59 Perugini, Trabajo subordinado y trabajo independiente. ¿Exige la reaiidad un repianteo
de ¡os postulados de/ derecho del trabajo?, en libro de ponenciar del "1 Congreso Trasandino de
Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social", realizado por la Sociedad Argentina de Derecho
Laboral, Mendoza, 3 a1 6/4/02, p. 219 y siguientes.
626 Ricardo D. Hierrezuelo - Pedro F. Núñez
_ I _ _ _ . A . _ I . _ _ I I ' - L - - _ I _ ^ - - - w

yorexcepcionalidad y rigorque en el ámbitodel Derechocomún. Bastecomoejem-


pio el requisito de exigir quese demande al contratista (empleador) como recaudo
necesario para condenar solidariamente a l cantratante.
Desdeque se equiparóestasiturición a la de la fianza solidaria del Derechocivil,
se ha venido sosteniendo casi por una suerte de inercia juridica, que existe un obfi-
gado directo y otro indirecto o vicario sobre el ruar no podría ejercerse a su res-
pecto una acción de responsabilidad cuando no se demandare al principal. De ahi
que fa definan como una responsabilidad mancomunada, pero con solidaridad
impropia. Los que sostienen esta postura, reiteramos una vez mas, a nuestro crite-
rio soslayan que la Ley de Contrato de Trabajo no modifica la forma como regula
el Derecho civil el instituto de la solidaridad, por lo que no habría motivo alguno
para apartarse del efecto principal de este instituto que consiste en que cualquie-
ra de tos deudores sotidarioc esta expuesto a que se le reclame la totalidad de fa
deuda",

!j62. Disparadores para un nuevo Derecho social

Nos dice Supiot que ei Derecho del trabajo presenta la ventaja de ser una rama
del Derecho que, estando vinculada a la legalidad burguesa, es al mismo tiempo
uno de los objetivos preferentes de los teóricos de la derregu~acion,y agrega que
parece posible incluso distinguir, con claridad y a primera vista, das partes de este
Derecho: una parte de inspiraciún liberal, articulada sobre los conceptos de pro-
piedad yde contrato, y una parte de intervencionismoestatalque incluye los dere-
chos colectivos (derecho sindical, derecho de huelga .,.)y las normas de protección
individual del trabajador (salarios minirnos, duración máxima de la jornada, higie-
ne y seguridad ...)".
Sin embargo, cada vezexiste un desbalance más pronunciadoentrecada una de
estas dos partes que enumera Supiot, materializadas justamente en una pérdida
de peso par parte del Estado a la hora de determinar las politicas laborales, como
contrapartida de una influencia de muy fuerte contenido ideolbgico.

.4síI0prescribeel art.699del CC, cuando expresa que fa obligación rnancomunadaessoli-


daria cuando puede ser demandada a cuaiquiera de los deudores. En idéntico sentido, ef art. 705,
cuando reza: "Elacreedor, o cada acreedor, o losacreedoresjuntospuedenexigir elpago dela deu-
da por entero contra todos los deudorei; solidariosjuntamente, o contra cualquiera de eilos .. . ".
6' Hiefrezuelo - Ahuad, La solidaridad en el nuevo marco de las relaciones de trabajo, en li-
bro de ponenciasdel "f CongresoTrasandinode Derecho del Trabajo y de la Seguíidad Social", rea-
lizado por la Sociedad Argentina de Derecho Laboral, Mendoza, 3 al 6/4/02, p. 157 y siguientes.
SUPIO~,Crítica delderecho del trabajo, coleccion "Informes y Es.tudios",p. 217.
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 627
---- -~ -
Elioobedeceamotivosde índalediversa,algunosya expuestos aquí; pero habrá
de tenerse en cuenta que los grupos empresarios, al haber superado los limites de
la nacionalidad y adquirido un status que excede el concepto de territorialidad,
han ido obteniendo un poder gravitatorio en loque hace al hmbito de decisión en
los aspectos normativo y de regulación en la materia, influyendo incluso en paliti-
ca de Estado.
En este marco se introdujo en el debate nacional la idea de imponer una flexi-
bilización desregulatoria como único remedio para terminar con el ftagelo del de-
sempleo estructural producido por el avance tecnológico y la progresiva suplanta-
ción de mano de obra por maquinarias. La realidad termino demostrando sobra-
damente que esto no era así y que pese a la elirninacibn vertiginosa de esa rigidez
que se le reprochaba desde diversos puntos a las normas tutelares, los Índices de
desocupación y la desigualdad, lejos de disminuir, se han incrementado.
No podemos menos que inferir que setrató de una maniobra destinada a forzar
a la normativa a justificar la reducción de los costos y optimizar los recursos empre-
sarios, todoa costa de los derechos de los tra bajadores y con el visto buenodei Esta-
do. O, como bien sostiene Barbagelata: "la respuesta tiene que ver con lo que en
realidad buscan tales empresas, que no era la mera flexibilidad laboral, sino toda
una serie de facilidades de diverso orden que, en fo laboral, incluyen salarios bajísi-
rnos, trabajo infantil o adulto en ~andicionesdesemiesclavitud, inexistenciadecon-
trotes administrativos y judiciales efectivos, ausencia o escasa presencia de organi-
zaciones sindicales independientes y combativas, y, en general, manos libres a las
empresas para alcanzar lo que eufemísticamente se califican como 'ventajas com-
parativas' "63.
Perovale la pena preguntarse,tal como lo hace Méda, cuál es el Iímitede la desi-
gualdad. Según la autora, este modelo económico no puede promover una idea de
sociedad diferente porque es en esencia individualista y desigualitaria, porque el
mayor crecimiento económico, aunque traiga consiga una mayor desigualdad, es
su verdadero objetivo. Diseñada por y para un grupo reducido de "individuos au-
tosuficientesque tienena lasociedad por mera decoración(...) que intentan al mis-
mo tiempo preservar la cohesibn social, curando las heridasy aminorando lasdesi-
guaidades provocadas por una economía individualista y de~igualitaria"~~.
Nuestra disciplina, como consecuencia de las transformacionesproducidas por
la globaliración de la economia y los fenomenosque ella trajoconsigo, está actual-
mente en un punto en el que se impone su redefinición.

63 Barbagelata, Hablemos de fiexibilídady globalización, en "Derecho Laboral". no194, t.


Xlli, abr.-jun. 1999, p. 218.
" MMBda, El trabajo: un valorenpeiigro de extincibn, p. 2 3 1 .
628 Ricardo D.Hierrezuelo -Pedro E Núñer
__~I_
-___lL~
-,"-.,-

No creemos, como claman algunos, que io que debemos plantear sea una dis-
cusión acerca desucontinuidad, perosl ampliar sus limites para comprender al tra-
bajo en todas sus formas (en el sentido que te da el art. 14 bis de nuestra CN),ysal-
var asi los dilemas que supone la problemática de las fronteras de la dependencia
y las relacionesinterempresarias.Y si la definición misma de trabajadorse encuen-
tra hoy debatida, cuanto mas la de empleador:¿podemosseguir ilamando asi a su-
jetos que no dirigen ni tienen poder decisorio alguno dentro de la red empresaria,
especialmentecuando no se benefician, en definitiva, con las gananciasgeneradas
con el trabajo dependiente?Consideramos que no.
Es, a nuestro criterio, imperioso un replanteoserio de nuestra normativa que sí
tenga en cuenta estos nuevos fenómenos en cuanto sean legítimos, perotambikn
es necesario que la legislacidn esté dispuesta y preparada para dar un paso atrás
con el fin de que el Estado recupere parte de su funcibn protecroria e intervencio-
nista, porqueei idearia del individualismo nos ha probado concrecessercapazsólo
de brindarnos iosfruros mas amargos: atomización, perdida de cohesion y fuerza
sindical, flexibiiizacion y precarización en las relaciones de trabajo; y en el ámbito
la seguridadsocial, un sistema de capitalizacibn qiie dej6 de lado el sistema desoli-
daridad anterior.
Es hora de que nuestra especialidad se reencuentre con los valores humanistas,
extendiendo su manto protector a los sujetos hoy excluidas de una tutela que el
art. 14 bisde la CN les garantiza y que inspiraron a los grandes maestros del Dere-
cho del trabajo, e introduciendo un sistema de solidaridad objetiva coma mecanis-
mo de proteccióndel trabajador, en el que no sólo deba responder quien dirige el
trabajo sino especialmente quien en última instancia se beneficia con él.

§ 63. Conclusión

Nadie puede dudar de que el Derecho del trabajo se encuentra en un punto de


inflexidn. Un punto en el que es necesario efectuar replanteos Fundarnenlalrnen-
te en lo que hace a los alcances que habrán de asignársek de aquí aI futuro, pero
también respecto a los sujetos tutelados y su relación con las nuevasformas de or-
ganización del trabajo.
La incidencia del modo en que ce entretejen hoy por hoy las relaciones inte-
rempresarias con el mundo del trabajo y nuestra disciplina son demasiado impor-
tantes y también complejas corno para seguir sin reaccibn. No sirve a este efecto
intentar unavuelta al pasado parque nosóloestariamospecandodeutdpicos, sino
también de faltos de visian y espíritu creativo. Tarnpocovale continuar en el rum-
bo precarizadar-flexibilizadorde las normas dictadas en la úitima década, puesto
que han probado nosolosu ineficacia para combatir el desempleoestructural,sino
también un desapego marcado por los principios tutelares de nuestra disciplina y
los derechos humanos y la justicia social en general. No en vano Lyon-Caensostie-
Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo 629
-- -U -"-"-"-

ne que la nueva economía es en sí misma destructora de empleo y que el pleno em-


pleo no puede conseguirse utilizando un Derecho del trabajo llevado al extremo
de la Rexibilización, o incluso de su d e s t r ~ c c i b n ~ ~ .
Aparentemente en una encrucijada, no nos queda más que aceptar el desafio
que un mundo siempre cambiante impone y adaptarnos a 8,sin perder de vista al
hombre, cuyo mejoramiento y bienestar es y debe seguir siendo nuestra preocu-
pación primera.
Hemosexplicadoa lo largo deeste capítuloque la extensión de responsabitidad
a las nuevas formasde relaciones interempresas-individuos que rigen el trabajo en
la aldea global es perfectamente compatible con la finalidad protectoria que ad-
quiere la solidaridad al insertarseen nuestra disciplina, y c6mo la desactualización
del ordenamiento laboral en esta materia se puede ser salvada, con un marco nor-
mativo adecuadoque contemple tal omisión.
Resulta necesario que nuestra materia se transmute en un auténtico Derecho
social, como ya se aprecia en el viejo con1inente, que englobe todas las formas de
trabajo, y no sólo aquellas caracterizadas por la subordinación estrecha del traba-
jador, tal vez incluyendo nuevas categorías de trabajadores que no son ni asalaria-
dos ni empresarios independientes, del modo en que lo hicieron hace unos años
algunas legislacioneseuropeas.En la óptica expuesta, señaia Carbailo Mena queel
desafío verdadero que enfrenta el Derecho del trabajo no es conservarse sin alte-
ración alguna a pecar de iassensiblesmutacionesoperadas a su alrededor sino, más
bien, afrontarlas con sus propios instrumentos y dentro de [a Iágica que las anima.
Se aboga así por un Derecho del trabajo que retorne a su originaria capacidad de
adaptación a las realidades que le corresponda atender; desarrollado a nivel mun-
dial en torno a un núcleo -en potencial expansión- constituido por un catalogo
de derechos fundamentalesde los trabajadores (li benad sindical, erradicación del
trabajo infantii, prohibición del trabajo forzoso e igualdad de trato y oportunida-
des) que encarne la globalizacidn del Derecho social; y -por último- la abdica-
ción del Derecho del trabajo -de fuente estática-a favor de la autonomía colec-
tiva de la voluntad66.
Las complicaciones, sin embargo, no son pocas ni fácilmente calvables, puesto
que implican dejar de lado el individualismo intrínseco del presente orden econó-
mico mundial y abrazar una vez más los ideales de los padres fundadores del Dere-
cho laboral. Osea, desplazar del centro al mercado para que el individuo recupere

65 Lyon-Caen, Dialéctica empleo-desempleo y derecho social, p. 322.


66 Carballo Mena, Cesar A,, Elderecho deltrabajo frentes /a g/obalización.iLa estrategia de
iob?, ponencia presentada en el "VCongreso Nacional de Estudiantes de Relaciones Industriales"
y "IX jornadas Académicas del industriólogo: 'EI industri6logo de cara ai nuevo rnilenio"', cele-
bradas del 27 al 29110198 en la Universidad Católica Andrer Bello.
630 Ricardo D.Hierrerueio - Pedro E: Yuñez
--u
m--- --- .A- --

su espacio. AI decir de iasconclusionesdelllamado "InformeSupiot": la proclama-


ción de los derechos sociales totalmente desvinculados de [a inserción de los indivi-
duos en la esfera económica, la protección del trabajador contra la dependencia y
la exigencia deseguridad individual, basada en un abanicode derechos socialesw.
Quienes defiendan la estrategia de Job-esperar con paciencia sin limite el fin
de la globalización de la economía para, entonces, reconstruir el Derecho de[ tra-
bajo- seguramente apuntaran, con toda razón, que el santo bíblico, luego de
padecer la pérdida de rebaños y tierras, ia muerte de hijocy servidumbre, la uice-
racion de toda su piel, fue recompensado con el doble de cuanto antes habia pose-
ido. Es ciertoque Job, en su nueva vida, según se asevera en las Sagradas Escrituras,
poseyó catorce mil ovejas y seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas; tuvo
catorce hijosy tres hijas; y vivió hasta los ciento cuarenta años. Es cierto. Sin embar-
go, no puedo evitar creer que Job nunca mas concilió el suefio. Cada noche sus pe-
sadillas celebraban el

67 Supiot (coord.),Trabajoy empieo. Transformaciones del trabajo y futuro del derecho del
trabajo en Europa, p. 305.
68 Carbalfo Mena, César A,, Eiderechode~trabajofrenteaiag/oba/izarión.~La esrrategia de
Job?, ponencia presentada en el "VCongreso Nacional de Estudiantesde Relaciones Industriales"
y "IX Jornadas Académicas del Industriólogo: 'El industriofoga de cara al nuevo milenia"', cele-
bradas del 27 al 29110J98 en la Universidad Católica Andres Bello.
Anexo
Cuadro de C O B I C O ~ ~ B P P C ~ B S

Concordancias del Cddiga Civil con el Código Civil y Comercial la Nación

art. 33 ". -- .,. .. - ,., - 145,146,148~168 art.814 --u ------i-----l. 936y 1624
art. 39 .+ - -- .+743 + -- - -
a% 902 - _ ---- . - -
- - - - - 1725
--e

art. 90 --- . - - - - .. ..-74y 152 + - arl. 931 .. .. - - m --- - - - -271


+

art. 505 -. - - - - ..
U - -- ,- - - 7 3 0 ~ 7 3 1
- - U
art. 954 - - - - -- ..- - -. m 332
- - + - - - - - -

art. 512 - - - - - - ~ , -..._- - - - - - +-1724 - art. 955 - - .. - - . .- - - - - - - - - -333


_ _
+ +

art. 523 A-. - + - - -- -


- -. --856 + -- - -
art. 957 .- - ..--- .. - - - - 336 y 958 -
arr. 525 - . M - - -- .--+U ,* - -..---857 art. 1071 -- --- --- --- ---10
art. 689 - - M _ -
u. - - - .," . - - 820 y 827 + + arT. 1066 - - - - _-_..---..--- ?717,1718,
art. 699 .. . - - - --
.-- - .
. - -, .. 827 y 828 1719y1720
_
A

art. 701 -- - - -
l. .+ - - . .- -... _ -- .-828 - arr. 1072 .- ... - - - - - 1726 y 2728
m - -. -.

art. 704 -- .- ,~----,-+- ..- - .-836 art. 1195 --- --- 1021,1022 y 1024
art. 705 m - - .. - - - - - - . - - - -833 y 844 + a&. 1197 ------ - - - - 959, '1021
. - + + - -

art. 707 - - _.- .. ....- - - - -... -835 y 846 + ^.


1067 y 2651
art.715 - _ . - - - . - - - + . , M - - . - - . .--- ...-- 831 art. 1199 - - - - - --_ -.* +-- ---- --?O21
art.717 ......-_..__.-LI +--841~842
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