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(Coordinador)
Apuntes sobre las funciones de la motivación*
MICHELE TARUFFO
l. ALGUNAS PREMISAS
A ntesestablecer
de afrontar el tema de las funciones de la motivación resulta oportuno
algunas premisas para explicar la perspectiva que se adoptará
en
las siguientes líneas, y también para eliminar algunas ideas equivocadas que se
encuentran frecuentemente en la literatura y la jurisprudencia que se ocupan
del tema de la motivación.
Una premisa esencial es la referente a qué se entiende cuando se habla de
"motivación" de la sentencia. Parece difundida la idea de que la motivación sea
una descripción, un informe o incluso un registro del procedimiento que el
Juez ha seguido para llegar a la decisión. Esta idea es completamente
equivocada. De un lado, parece imposible que el Juez de cuenta de todo
aquello que ha pensado desde que comenzó a ocuparse del caso (y por tanto,
quizás, desde el inicio del proceso) hasta el momento en que llegó a una
decisión. En otras palabras, esta sería una mera descripción de aquello que ha
pasado por la mente del Juez durante todo el tiempo que ha puesto su atención
al caso que debía resolver. Esta descripción es imposible, pero incluso si fuese
posible describir algún momento del razona miento decisorio, este sería inútil.
Si, por ejemplo, el Juez dijese "he pensado que el testimonio de Pedro era
creíble a las 4 de la mañana saliendo embriagado de una discoteca", tendremos
quizás una descripción verdadera, pero que sería del
Traducción a cargo de Mayté Chumberiza Tupac Yupanqui, alumna de 11° ciclo de la Facultad
de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
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2. BREVES ANTECEDENTES
En la larga historia de los ordenamientos jurídicos procesales europeos, la
motivación de la sentencia ha conocido diversos senderos. En muchos casos
los jueces explican, quizás sintéticamente, las razones de sus decisiones,
incluso si no están obligados a hacerlo. Por ejemplo, ya los jueces longobardos
y francos del Regnum Italicum motivaban sus sentencias en un "buen latino"
en los siglos VII y VIII. La práctica de la motivación se difunde después en los
Tribunales de varios Estados: Italia, Francia y España. Se trata de una práctica
que todavía no es generalizada, pero son ejemplos significativos de la
concepción según la cual la sentencia debe indicar de algún modo las razones
del fallo. En cualquier caso, después, como en la Florencia de 1500, se preverá
que los jueces deban motivar en forma escrita sus sentencias, las cuáles
posteriormente serían depositadas en una oficina pública.
Otras veces, en cambio, sucede que la motivación se encontrará ausente
del todo, e inclusive existe a veces una prohibición de motivación. Es el caso
del pro ceso canónico, en el que los abogados dicen -y estamos ya en el 1700-
que los jueces deben tener cuidado de no dar razones de sus decisiones. La
explicación dada es que si el Juezjustifica su decisión, la sentencia pierde su
autoridad: la idea esencial es que el verdadero poder, sobre todo si se trata de
un poder absoluto, no se justifica. Se requiere la obediencia sin ninguna
explicación.
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donde se ha previsto que no siempre el Juez debe motivar la sentencia, sino que
debe hacerlo (dentro de los tres días!) si cualquiera de las partes lo solicita con
el fin de decidir si apelar el fallo y cómo hacerlo.
La segunda razón que justifica el control se deriva del hecho que, cuando la
sentencia es recurrida, el Juez de apelación debe poder evaluar si el recurso es
fundado y si la sentencia merece ser confirmada o anulada. Este análisis debe
lle varse a cabo sobre la base de las razones que el Juez de primer grado ha
esgrimido en la motivación de su sentencia.
En algunos casos, la previsión de control sobre las razones de la decisión
tiene un desarrollo posterior, porque a veces 1se prevé que el Tribunal de última
instancia (normalmente las Cortes Supremas) realice un control de la existencia,
suficiencia y logicidad de la motivación de la sentencia recurrida. Cabe destacar
que, incluso cuando no se encuentre previsto expresamente este control de la
motivación, los Tribunales de Apelación y los Tribunales Supremos lo realizan,
aunque de forma indirecta: si, de hecho, como está previsto en la norma, se
requiere la motivación bajo pena de nulidad de la sentencia, el Tribunal de
Apelación que debe deter minar si la sentencia es nula o es válida tiene el poder
de juzgar si la motivación existe, es suficiente para justificar la decisión y no es
contradictoria, ya que si la motivación es de alguna manera defectuosa, la
sentencia es nula.
Se trata, sin embargo, de un control endoprocesal, ya que este tiene lugar
por iniciativa de las partes o por la intervención del Tribunal de Apelación,
dentro del proceso y de sus diversas etapas.
Tal como se recoge en el artículo 360 numeral 5 del Código de Procedimientos Civiles
italiano, modificado en un sentido diferente por una reciente reforma, y en el actual artículo
606 del Código de Procedimientos Penales italiano
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que ver con todas las pruebas aportadas al proceso (tanto aquellas favorables
como contrarias a la hipótesis que el Juez adopta como "verdadera" en la
decisión), y también se refiere a las inferencias que el Juez elabora para
justificar, en base a las pruebas, su decisión sobre los hechos. Es, por lo tanto,
en primer lugar, un control sobre la completitud y la logicidad de los
argumentos que el Juez aduce para explicar racionalmente su decisión.
El segundo aspecto es el reguarda a lajustificación de la decisión "en
derecho". Esta debe comprende, por una parte, una referencia a las razones por las
que el Juez se remite a la norma "A" en lugar de a otras normas hipotéticamente
aplicables al caso; y, por otro lado, a los argumentos por los cuáles se adopta una
determinada interpretación de dicha norma, eligiéndola -especialmente con
referencia a los hechos objeto de la decisiones- con preferencia a otras
interpretaciones posibles. Este aspecto es muy importante ya que el respectivo
control sobre este aspecto será -incluso aquí- sobre la suficiencia y logicidad de
los argumentos, y sobre la verificación de si el Juez ha respetado el principio
fundamental de legalidad.
Si se tiene en cuenta el hecho de que -como ya hemos dicho varias veces
- una "buena" motivación debe consistir en un conjunto de argumentos
justificativos lógicamente estructurados en grado de formar una justificación
racional de la decisión, se puede entonces observar que la motivación también
posee una fun ción esencialmente "racionalizante". De hecho, esta lleva a que
el Juez realice un ejercicio racional y no sólo se base en intuiciones subjetivas
no justificables. Como se mencionó anteriormente, si el Juez "inteligente"
sabe que deberá justificar racionalmente su decisión, se puede intuir que para
llegar a su fallo haga uso de criterios lógicos y racionales, que finalmente
deberá plasmar en la motivación de la sentencia.
Todo ello supone, por supuesto, que se adopte una concepción racional de la
decisión y de su justificación. La situación cambia por completo si, como sucede
en Francia, en particular en el proceso penaF, se sostiene que la decisión del Juez
sobre los hechos depende sólo de su "intime convíctíon" y no necesita ningún
razonamiento ni ningún criterio de racionalidad intersubjetiva. No es casual, de
hecho, que se excluya la posibilidad de que el Juez motive su decisión. De manera
más general, de hecho (y algo similar ocurre en España), se puede decir que cada
discurso sobre la motivación de la sentencia piérde sentido, y la motivación se
torna esencialmente inútil, si la premisa se basa en la idea de que la decisión no
es más que el resultado de una especie de intuición subjetiva, no atribuible a
ningún criterio de la razón.
S. EL CONTROL EXTRAPROCESAL
Un momento de gran y decisiva importancia en la historia de la
motivación de la sentencia, y de su relativa obligación, es aquel en el cual la
necesidad de esta
6. LA MOTIVACIÓN Y EL PRECEDENTE
Una función distinta de la motivación surge en una perspectiva adidonal, y
en cierto modo más limitada, respecto a las observaciones realizadas hasta este
punto. Esta perspectiva está vinculada a un tema que en los últimos añosha
atraído la atención de gran parte de la doctrina procesalista, y que se refiere al
uso y la eficacia de los precedentes. En este sentido, es conveniente una doble
precisión.
En primer lugar, debemos señalar que el "Stare decisis" es un fenómeno
típico de los sistemas procesales del Common law, y en particular se refiere a
los efectos de las decisiones de los Tribunales Superiores y Supremos. Vale la
pena señalar que mientras en Inglaterra la práctica se orienta a que el Juez de
primer grado motive sus decisiones, incluso en ausencia de la obligación de
motivación a nivel normativo, en los Estados Unidos -como se dijo- no
existen la obligación nor mativa de motivar y, normalmente, la decisión de
primer grado no es motivada. En estos sistemas, por lo general, son motivadas
las decisiones de los Tribunales de segundo grado y de último grado. Se
tratan, por tanto, de decisiones referentes, esencialmente, a cuestiones de
derecho, dado que las cuestiones de hecho no son abordadas. Por lo tanto, en
estos casos, la motivación jurídica no es importante
El artículo 111de la Constitución italiana refiere "Todas las decisiones jurisdiccionales deben
ser motivadas"
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