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Saber la anatomía es importante para entender los procesos fisiopatológicos, la clínica y también
clasificaciones.
Los cálculos en cualquier parte de la vesícula o vía biliar se denominan colelitiasis, en la vesícula
biliar es colecistolitiasis, en el conducto cístico es cisticolitiasis (6), en el conducto colédoco es
coledocolitiasis. Si es en la vía biliar intrahepática es hepatolitiasis, si es en el conducto hepático
común es hepaticolitiasis (6). Puede afectar en cualquier lugar.
La vesícula biliar mide entre 7-10 cm, contiene de 30-50 cc de bilis, aunque cuando se obstruye
puede hasta 300 cc. Se compone de un fondo, cuerpo, infundíbulo y cuello. Esta irrigado por la
arteria cística, rama de la arteria hepática derecha y drena directamente hacia el hígado. Algunas
de las referencias anatomías son el triángulo de Calot (hepatocistico quirúrgico) y el hepatocistico.
En la mucosa de la parte proximal del conducto cístico se encuentran las válvulas de Heister, los
cuales son pliegues anatómicos de la mucosa.
Fisiopatología.
La bilis (800 cc diario) está formada por bilirrubina (80% viene de catabolismo hemoglobina y 20%
de eritropoyesis inefectiva), colesterol, sales biliares, mucina, proteínas, agua y electrolitos.
La colelitiasis se debe a la precipitación por sobresaturación de sustancias que contiene la bilis,
fundamentalmente de colesterol y bilirrubina. También se asocia a la colestasis (de origen
neurógeno u hormonal). Se cree que el lodo o barro biliar es el precursor de los cálculos, causado
por la sobresaturación de componentes, y por si mismo puede causar dolor biliar y colecistitis
aguda.
El 80% de los litos vesiculares son de colesterol (amarillos-café). El otro 20% mixtos o son
cálculos pigmentarios negros o pardos compuesto principalmente por bilirrubinato de calcio, no
suelen tener caras, sino que son de la forma de dónde se producen que generalmente es en los
mismo conductos, por lo que son alargados, es decir, no suelen venir de la vesícula. Saber cuál tipo
se puede tener importancia clínica saberlo, puesto que el tipo de cálculo está relacionado a la causa.
Sin embargo, su etiología es multifactorial, hay un componente genético y ambiental. Según un
estudio es 25% genético y 75% ambiental.
Factores de riesgo.
● Antecedentes familiares y grupos étnicos.
● Sexo femenino. Prevalencia es el x2 o x3 que hombres.
● Obesidad, dislipidemia, baja de peso rápida y fibratos.
● Edad avanzada.
● Estrógeno. ACO y multíparas.
● Diabetes es aún es controversial (6).
*Referencias 9 y 10 profundizan en por qué son factores de
riesgo*
Y también hay factores exógenos:
Clínica.
La mayor parte de las personas son asintomáticas, hay sintomatología cuando inducen
inflamación o produce obstrucción. Es decir, en cólico biliar, colecistitis, colangitis,
coledocolitiasis, etc.
En el caso de cálculos pequeños (< 8 mm de diámetro) que está en la vesícula o pasan al ducto biliar
común producen síntomas dispépticos y cólico biliar.
El cólico biliar es un dolor intenso y episódico que se ubica en el hipocondrio derecho y/o
epigastrio, suele durar entre 30 minutos a 3-5 horas, es cólico en el sentido de que llega a un peak
y luego baja, pero el dolor no cesa. Mejora con analgésicos o cesa espontáneamente. Se puede
acompañar de meteorismo, flatulencias, distensión, náuseas y vómitos. Puede irradiarse en el
hombro o espalda. Suele agravarse con la ingesta de comidas altas en grasas.
Manual gastroenterología clínica UC.
Este dolor se produce porque los cálculos son desplazados hacia el bacinete donde obstruyen
transitoriamente la salida del conducto cístico, la vesícula biliar se contrae para vaciarse, pero la
obstrucción no lo permite, generando dolor cólico inicialmente y luego la gran tensión de las
paredes genera dolor constante. Este cólico tiene una recurrencia de 60-70% en 2 años y 1-5%
evoluciona a una complicación dentro del año. Los AINES son más efectivos que otros analgésicos
y antiespasmoliticos, pero se suele usar AINES, antiespasmódicos y ayuno para el manejo
analgésico del cólico simple.
Cuanto tenemos un paciente con síntomas no atribuibles típicamente al cólico biliar, pero con
colelitiasis confirmada, el paciente puede tener alguna enfermedad digestiva crónica que son
altamente prevalentes y que coexista con los cálculos, por lo que debeos aclararle al paciente que
esta la posibilidad que los síntomas persistan después de la cirugía.
Ahora, se denomina cólico biliar complicado cuando aparece fiebre, colestasis (ictericia, coluria y
prurito), dura más de 5 horas, no mejora con analgésicos o el dolor se irradia al dorso y se
acompaña de vómitos, lo que alarma una posible complicación asociada. Es decir, cuando hay
otros síntomas que pueden orientar a una complicación: El dolor prologando orienta a colecistitis, la
fiebre puede orientar a colangitis o colecistitis (menos frecuente), el síndrome colestásico a
coledocolitiasis, en ictérica puede ser una coledocolitiasis, colangitis, colecistitis o absceso
hepático y el dolor epigástrico irradiado al dorso + vómitos profusos a pancreatitis.
En el caso de los cálculos más grandes tienen más posibilidad de obstruir el flujo y producir
síntomas como ictericia, prurito, coluria.
Complicaciones.
La mitad de los paciente sintomáticos, desarrollar complicaciones.
→ Cólico biliar prolongado.
→ Colecistitis aguda o crónica. Principal complicación.
→ Perforación vesicular.
→ Empiema vesicular.
→ Gangrena vesicular.
→ Fistulas. Síndrome de Mirizzi, comunicación anormal colecistocoledociana. Síndrome de
Bouveret, comunicación anormal entre la vesícula biliar y el duodeno o estómago, que finalmente
genera impactación de cálculo en la zona antro-pilórica, lo que provoca mal vaciamiento gástrico.
Íleo biliar, que es una obstrucción mecánica alta producido por una fistula colecistoduodenal donde
el cálculo se impacta en el íleo distal.
→ Cáncer de vesícula. 90% de estos canceres se asocian a colelitiasis.
→ Coledocolitiasis.
→ Colangitis. Infección de la vía biliar.
→ Pancreatitis aguda.
→ Absceso hepático. Derivado de colecistitis aguda.
● Colangiografía directa. Era considerado el gold standard para el estudio de la vía biliar por su
alta sensibilidad y especificidad, pero tiene contras como que es muy invasivo, riesgo de
translocación bacteriana, poco disponible, caro y pierde eficacia en cálculos menores a 3 mm,
llegando a 70%.
Es la administración de medio de contraste a la vía biliar, se puede realizar de diferentes
maneras como endoscópica (ERCP), vía intraoperatoria o sonda T.
● Colangiopancreatografia endoscópica retrograda (CPRE). Bajo sedación, se introduce un
endoscopio a través de la boca hasta el duodeno, ahí se identifica la ampolla de Vater y se canula
con un catéter, se puede inyectar medio de contraste visualizando la vía biliar o el ducto
pancreático lo que permite identificar cálculos tumores, estenosis y fistulas (ante la salida de
contraste). También se utilizar como método terapéutico ya que se pueden utilizar varios
instrumentos, de hecho, en patologías biliar benigna su uso diagnostico ha disminuido y se
reserva como terapia, por su elevada tasa de complicaciones y mortalidad. (3,5,7)
Derivación.
Como médicos generales debemos saber cuándo y dónde derivar.
En caso de sospecha de coledocolitiasis, es decir, paciente típico con historia de dolor abdominal
+/- transfixiante que se puede acompañar de ictericia, coluria y acolia; derivar para estudio en
centro ambulatorio (6).
En caso de sospecha de colecistitis aguda, es decir, en paciente típico con historial reciente de
cólico biliar con intensificación de los síntomas al momento de la consulta + Murphy (+); derivar a
urgencias.
En caso de sospecha de colangitis, es decir, dolor al momento de la consulta, Murphy (+), ictericia
y fiebre; derivar a urgencias.
En caso de sospecha de pancreatitis aguda, es decir, dolor abdominal en faja, vómitos y +/-
ictericia; derivar a urgencias.
Cuando se haga la interconsulta describir bien el dolor, si hay ictericia, coluria, vómitos, baja de
peso o anorexia; signos y síntomas que orientan a diagnósticos o complicaciones. Que vaya con los
exámenes realizados. La ecografía debe ir bien detallada, como están la paredes, si hay
distención vesicular, características de litios y la vía biliar. Si no se describe lo anterior en la
ecografía, repetirla.
GES.
Incluye:
→ Colecistectomía preventiva en adultos de 35 a 49 años con colelitiasis, colecistitis o
coledocolitiasis.
→ Ecografía abdominal selectiva.
→ Se garantiza la confirmación del diagnóstico en 60 días desde la sospecha.
→ Colecistectomía dentro de 90 días de la confirmación diagnóstica.
• http://www.supersalud.gob.cl/difusion/572/w3-article-600.html
• http://web.minsal.cl/portal/url/item/72205a1420599f92e04001011f016d02.pdf
Casos especiales.
→ Vesícula en porcelana: La inflamación crónica genera fibrosis y depósito de calcio en las
paredes. Los pacientes con vesícula en porcelana tienen mayor riesgo de cáncer (alrededor del
10%). Muchas veces requieren cirugía clásica por su dificultad técnica.
→ Vesícula biliar escleroatrófica: Cuando la vesícula biliar permanece largo tiempo con cálculos
en su interior, se producen cambios inflamatorios crónicos. Estos pueden llevar a una vesícula de
pequeño tamaño, lumen estrecho y de paredes fibrosas amoldada sobre los cálculos del lumen.
Este tipo de vesícula biliar se conoce como escleroatrófica, tienen mayor riesgo de cáncer vesicular
y de fístulas colecistocoledocianas. Además, tienen mayores tasas de conversión a cirugía abierta y
de complicaciones quirúrgicas por su mayor dificultad especiales.
→ Vesícula de WES: WES viene de los hallazgos ecográficos y significa sombra ecográfica de
pared (“Wall, Echo, Shadow”) y se refiere a vesículas biliares que están llenas de cálculos en su
interior que generan una gran sombra acústica, por lo que no es posible distinguir las paredes
de la vesícula. Presentan mayor riesgo de conversión a técnica abierta por su dificultad técnica.
Colelitiasis en el embarazo:
La colecistectomía es la segunda cirugía no obstétrica más frecuente del embarazo después de
la apendicectomía. Los estrógenos aumentan la secreción de colesterol y la progesterona
disminuye la solubilidad de los ácidos biliares y el vaciamiento vesicular por lo que las
embarazadas tienen mayor riesgo de patologías biliares que la población general. El cuadro clínico
es similar a las pacientes no embarazadas y el estudio inicial también es con ecografía; los
exámenes de laboratorio pueden estar normalmente alterados en la embarazada (recuento de
blancos y fosfatasas alcalinas). Siempre deben descartarse las complicaciones obstétricas que
pueden presentarse con dolor en el hipocondrio derecho, en especial el síndrome de HELLP, de
graves complicaciones maternas y fetales. La cirugía puede tener más riesgos en la embarazada,
aunque existen pocos estudios que lo demuestren. La colecistectomía es más segura para el feto en
el segundo trimestre, aunque mientras más avanzado el embarazo es técnicamente más difícil por el
tamaño uterino. En pacientes con cólicos biliares simples se prefiere siempre el tratamiento
conservador, aunque existe un 50-70% de recurrencia de los síntomas. En pacientes con
colecistitis aguda no complicada se puede intentar también un tratamiento conservador, sin
embargo, si existe sospecha de gangrena, perforación, colangitis o pancreatitis debe darse soporte
inicial y luego resolución quirúrgica definitiva. Puede ser laparoscópica en el primer y segundo
trimestre, luego es más difícil y aumentan los riesgos.
Síndrome poscolecistectomia.
Se define de esta forma al conjunto de pacientes que continua con síntomas después de la
colecistectomía. A pesar de que la colecistectomía es una intervención con alta tasa de éxitos,
puede suceder esto debido a una alteracion en la vía biliar extrahepática.
Eso sí, la causa más frecuente de clínica persistente es un trastorno extra biliar como esofagitis
por RGE, ulcera péptica, síndrome posgastrectomia, pancreatitis crónica o síndrome de colon
irritable. Por lo que siempre debemos descartar otro origen primero.
Una vez descartado el origen extrabiliar de los síntomas, el mejor método diagnóstico de síndrome
poscolecistectomia es la CPRE.
Bibliografía.
1. Fisiopatología, Porth 9na edición.
2. Patología estructural y funcional, Robbins y Cotran, 9na edición.
3. Clase Patología biliar benigna. Dr. Nicolas Jaruffe, Cirujano digestivo. Jefe departamento
de cirugía digestiva UC, CIES 2020.
4. Clase patología biliar benigna. Dr. Hans Lembach, Cirujano digestivo y docente hospital
clínico UCH, Zoom a la cirugía.
5. Manual de enfermedades quirúrgicas, UCH 2020.
6. Página y podcast cirugía docente.
7. Manual de patología quirúrgica PUC, 2014.
8. Manual de cirugía, Universidad de los Andes, 2016.
9. Manual CTO de medicina y cirugía Chile, digestivo y cirugía general. Primera edición año
2015.
10. Manual de gastroenterología clínica, Universidad católica de Chile, segunda edición año
2015.