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Cambia tu vida, 4º DE PEDAGOGÍA

salva la suya.

"ACOGIMIENTO
FAMILIAR"
-GRUPO 7-
REALIZADO POR:

-NOELIA ESPÍ RUEDA

-MARIA JOSÉ GONZÁLEZ PICAZO

-NURIA CIFUENTES ZARAGOZA

-ANDREA FIDES JALÓN

PROFESORA: VERÓNICA RIQUELME

AÑO ACADÉMICO: 2020-2021


ÍNDICE
1. Introducción Y Justificación .................................................................................................. 2
2. Objetivos Generales ............................................................................................................... 2
3. Marco Teórico ........................................................................................................................ 2
3.1. La Familia ........................................................................................................................ 2
3.2. La Protección Del Menor ................................................................................................. 4
3.2.1. Origen Y Evolución Del Acogimiento Familiar ........................................................ 6
3.3. Conceptualización Del Acogimiento Familiar ................................................................ 8
3.4. Tipologías De Acogimiento Familiar ............................................................................11
3.5. Normativa Que Regula El Acogimiento Familiar En La Comunidad Valenciana ........12
3.6. Población A La Que Se Dirige El Acogimiento Familiar .............................................13
3.6.1. Principales Motivos/Factores De Riesgo Por Los Que Se Inicia El Acogimiento Familiar
.................................................................................................................................... 15
3.7. Estrategias De Intervención Que Se Llevan A Cabo En Los Centros ...........................19
3.8. Centros Que Trabajan En La Comunidad Valenciana El Acogimiento Familiar ..........20
3.9. Perfil De Los Pedagogos/as En El Acogimiento Familiar .............................................21
4. Marco De La Investigación Bibliográfica Seguida ..............................................................23
4.1. Objetivos ........................................................................................................................23
4.2. Metodología ...................................................................................................................24
4.3. Proceso De Selección De Los Materiales Teóricos Consultados ..................................25
4.4. Muestra ..........................................................................................................................25
5. Conclusiones Finales ............................................................................................................26
6. Referencias Bibliográficas ...................................................................................................28
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1. Introducción Y Justificación

Este trabajo está enfocado en materia del Acogimiento Familiar. La selección de este
tema es debido al interés que nos ha suscitado la importancia que existe desde hace años de
atender y cuidar a niños y niñas tutelados tras la vivencia de ser separados de sus padres y
madres y, por ello, la necesidad que existe en éstos de poderse situar en un entorno protector
durante su etapa de crecimiento y desarrollo moral, afectivo y social. Pretendemos profundizar
en dicho tema, extrayendo los detalles y conclusiones más esenciales y tratarlo de una manera
más cercana a la realidad.

Además, queremos destacar y evidenciar la diferencia que existe entre el Acogimiento


Familiar que necesitan muchos niños/as y el por qué en estos casos es la “solución” más
correcta frente a aquellos que son enviados a centros residenciales, pisos, aldeas, etc.
acompañados de adultos. Por ello, hablaremos sobre la ley que avala este concepto, las
modalidades que tiene, sus objetivos, su metodología, y, por consiguiente, planteamos una
propuesta de mejora desde una perspectiva pedagógica.

2. Objetivos Generales

1. Buscar información en las diferentes bases de datos sobre el Acogimiento Familiar.


2. Conocer los aspectos más importantes del Acogimiento Familiar.
3. Identificar el papel que tiene el pedagogo/a en los casos de Acogimiento Familiar.
4. Saber los indicadores relevantes para que se dé el Acogimiento Familiar.

3. Marco Teórico

3.1. La Familia

La familia es la institución social más antigua, estable, numerosa e importante de la


humanidad. En ella se forma la vida de las personas, los procesos, propiedades y formaciones
psicológicas, la personalidad y sus elaboraciones culturales y sociales históricas que han sido
la base del progreso y la conservación de la propia especie humana y de la civilización. Para
todo ser humano la familia es fundamental, por todo lo que se recibe de ella, lo cual incluye la
organización y formación inicial y desarrollo permanente de los procesos cognoscitivos,
aspectos muy importantes de la inteligencia humana y también los componentes afectivos
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motivacionales, los valores, las cualidades y rasgos del carácter. Lo que ocurre en determinadas
situaciones y en la interacción y relaciones con los demás miembros influye en la construcción
de la personalidad, en el desarrollo intelectual, en la calidad afectiva moral de las personas, en
la salud física o mental, felicidad, autovaloración, autoestima, el carácter e incluso de la
regulación motivacional y cognitivo instrumental de las personas y la personalidad (Martín y
Tamayo, 2013).

Así pues, podemos decir que la familia es un sistema dinámico, donde las relaciones
que se dan son recíprocas, y están enmarcadas en diferentes contextos de influencia, que están
ligados a procesos sociales, culturales y cambios históricos (Cánovas y Sahuquillo, 2014).

La familia es una sociedad natural, donde destacan algunos valores como el respeto, la
solidaridad, el altruismo…Estos valores facilitan los procesos que la sociedad actual necesita,
que van desde el encuentro, el amor y la cooperación, hasta la educación y humanización de
los más pequeños/as, que han de convertirse en futuros ciudadanos/as (De Bofarull, 2005).

Según Cánovas y Sahuquillo (2014, p.599-601), la familia debe cumplir una serie de
funciones:

● Función económica. Se considera a la familia como unidad de reproducción económica,


que se convierte en una unidad de consumo
● Función protectora. Hace referencia a la necesidad de protección que se necesita por
parte de las familias.
● Función afectiva. Se centra en la importancia y valor de las familias que tienen en la
estabilidad emocional de los/as hijos/as.
● Función educativa. Con el paso del tiempo, las familias han delegado esta función a
otras instituciones, como los centros escolares. Educar se refiere a la maduración
afectiva, desarrollar al máximo los potenciales de cada uno/a para conseguir autonomía,
adquirir valores, integrarse en la sociedad…Todo esto no es posible sin la presencia de
la familia.
● Función socializadora. Se refiere a la importancia que tiene la familia sobre la
construcción de la persona sociocultural, donde aprenden a relacionarse, interactuar y
comunicarse con las demás personas de manera correcta.
● Función recreativa. Se asocia a las necesidades secundarias de carácter psíquico y
cultural.
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Como se puede ver, la familia ha de reunir una gran cantidad de características, para
conseguir un buen desarrollo de los/as hijos/as y también buenas relaciones con la familia y
con el entorno que lo/a rodean. Existen diversos factores considerados como de riesgo y pueden
agruparse en individuales, familiares, sociales culturales, económicos…, que pueden dificultar
dicho desarrollo. Por un lado, las familias pueden presentar factores de vulnerabilidad, que
hace referencia a miembros de la familia con dificultades en la salud, cualquier tipo de
diversidad funcional, problemas de conducta… Pero también se asocian con problemas de la
familia en general, como problemas económicos, inexistencia de cohesión familiar, los
progenitores no ejercen sus funciones. Por otro lado, podemos hablar de factores externos o
del entorno, que puede ser la ausencia de servicios sociales, descoordinación entre servicios…
Otros factores son los protectores, que se refieren al compromiso hacia la familia por parte de
todos los componentes, cohesión familiar, relaciones de apoyo, tiempo en familia, confianza
para expresarse libremente y comunicarse, adaptación a las situaciones que vayan surgiendo,
relaciones sociales satisfactorias… entre otros (Álvarez y Bisquerra, 2018).

De esta manera, se puede afirmar que los progenitores no son los únicos/as que influyen
en el desarrollo integral y educación de sus hijos/as (Cánovas y Sahuquillo, 2014).

3.2. La Protección Del Menor

La gran mayoría de los/as menores encuentran en su familia la protección, el afecto y


la estimulación que les son necesarios para una satisfactoria atención a sus necesidades y un
correcto desarrollo de su personalidad y su integración social. Sin embargo, hay niños/as que
tienen circunstancias familiares muy distintas, pues su hogar no es el lugar de la protección. Se
trata de aquellos/as menores para los que nuestra legislación tiene prevista la puesta en marcha
de actuaciones protectoras de muy diverso tipo (Palacios, 2011).

El Sistema de Protección a la infancia en España se caracteriza por estar basado en una


filosofía de derechos, que en el caso de la infancia por su especial vulnerabilidad, tiene un
carácter jurídico, y por tanto pueden llevarse ante los Tribunales de Justicia. Las medidas que
aparecen en este Sistema de Protección son: la ayuda o apoyo familiar en situaciones de riesgo;
la asunción de la tutela por ministerio de la Ley; la guarda; el Acogimiento Familiar; el
acogimiento residencial, y la adopción (Domínguez y Mohedano, 2014).

El Sistema de Protección de la Infancia requiere profundizar tanto en el significado,


como en el alcance de las medidas que en distintos niveles se articulan en nuestro entorno. Así
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pues, se puede hablar de tres enfoques para analizar la infancia. En el primero, se considera a
los/as niños/as como actores sociales, es decir, agentes participantes. Otro enfoque indica que
el concepto de infancia es una construcción social a través de discursos, y a partir de estos lo
que se debería hacer es reconstruirlos. El último, define la infancia como una estructura social,
que pretende relacionar cualquier acto de la niñez con los macroniveles y estructuras. Con todo
esto se quiere que los/as niños/as tengan un rol activo en las sociedades, dejando de lado la
concepción de niñez sólo como preparación para la vida adulta (Villar, Cánovas y Sahuquillo,
2019).

Es importante entender que un/a menor es ante todo un ciudadano/a, y tiene los mismos
derechos que los/as demás, por lo que, todas sus necesidades deben estar cubiertas, de modo
que ellos/as se puedan desarrollar satisfactoriamente y poder alcanzar así su madurez. Cuando
pensamos en el Sistema de Protección a la Infancia tenemos que atender y entender la
importancia del desarrollo evolutivo de los niños/as, y cómo la Administración es responsable
de velar por el bienestar de los menores (Villar et al., 2019). De esta manera, es evidente que
un/a menor no puede desarrollarse bien en cualquier ambiente, con cualquier oferta afectiva y
social (Cánovas y Sahuquillo, 2014). Siguiendo las ideas de estas autoras, estos/as niños/as en
el Acogimiento Familiar, necesitan familias que:

- Se hagan cargo de su crianza y les presten atención.


- Tengan suficiente tiempo para educarlos/as, y tengan ya experiencias de crianza.
- Colaboren con profesionales y autoridades durante la acogida.
- Entiendan la historia previa del menor, por lo cual va a ser necesario mantener contacto
con la familia de origen.

Es importante la atención que se presta a escuchar al menor para incluirlo en la toma


de decisiones. Remarcar que para que puedan ejercer su derecho a ser escuchados/as se tendrá
que valorar su maduración. Así pues, es necesario el diseño de programas para poder valorar
la maduración del menor, así como revisar las técnicas utilizadas para escuchar a los/as niños/as
y poder entender su realidad, puesto que se debe de poner la mirada en las necesidades que
tienen. Esto significa trabajar desde las realidades de las familias para conocer cuáles son las
necesidades que se han de trabajar con cada miembro, de manera individualizada, con el fin
último de minimizar y/o contrarrestar el riesgo que tiene esa familia (Villar et al., 2019).
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3.2.1. Origen Y Evolución Del Acogimiento Familiar

El origen del Acogimiento Familiar, se remonta a los siglos XVIII y XIX, en los que
ya había figuras que sin ser idénticas a lo que hoy entendemos como Acogimiento Familiar
tienen ciertas semejanzas (Amorós y Palacios, 2004).

Según Del Valle, Bravo y López (2009), el Acogimiento Familiar cuenta con una larga
tradición, que parte de la idea de que los niños/as que carecen de una familia puedan ser
acogidos/as por otra que pueda llevar a cabo la responsabilidad de la educación y el cuidado
de estos niños en todos los aspectos necesarios. En el reglamento de la inclusa de Madrid en el
siglo XVIII, junto a la normativa que regulaba la recogida de los niños/as, se recomendaba
mantener al menor número de menores en la institución, y que fueran en su mayoría
educados/as en los pueblos cercanos a la capital. Existió también la figura del prohijamiento,
regulada ya en la Ley de la Beneficencia de 1822, e incluso en una Real Cédula de 1796, por
la cual los/as niños/as se incorporan a la convivencia con una nueva familia con carácter
permanente que es similar al acogimiento preadoptivo actual.

De forma más específica, es en la orden del 1 de abril de 1937 en la que se define “el
Acogimiento Familiar como una colocación de la infancia abandonada” (Amorós y Palacios,
2004). Para Del Valle et al. (2009), esta colocación familiar sería el antecedente más similar al
Acogimiento Familiar, para la atención a niños/as huérfanos/as y abandonados/as. Sin
embargo, no es hasta el decreto de 11 de junio de 1948 (Texto Refundido sobre Tribunales
Tutelares de Menores y Protección de Menores) donde se regula que un niño/a puede ser
confiado/a a una persona, a una familia, o a un establecimiento (Amorós y Palacios, 2004).

Otro antecedente ha sido la práctica de la forma jurídica de la guarda y custodia llevada


a cabo en España por el Movimiento de Atención a Cierta Infancia, llevado a cabo en Cataluña
desde 1975 (Del Valle et al., 2009). Este periodo se caracteriza por la sensibilización social y
una búsqueda de alternativas para la normalización, a través de la introducción de
procedimientos para la selección y la valoración de las familias candidatas al Acogimiento
Familiar (Poyatos, 2012). Por otro lado, hay que hablar también del acogimiento preadoptivo,
donde ya el menor podía ser acogido por otra familia, de manera temporal o sustitutiva, que
estaba ya presente en nuestra legislación desde los años cuarenta (Del Valle et al., 2009).
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En España, mediante la Ley 21/1987, de 11 de noviembre, de Reforma del Código Civil


y de la Ley de Enjuiciamiento Civil en Materia de Adopción y de Otras Formas de Protección
de Menores, el Acogimiento Familiar queda definido como aquella situación en la que el menor
obtiene la plena participación en la vida de la familia acogedora. Esto se caracteriza en nuestro
país por el movimiento de institucionalización, que se vio reforzada durante el franquismo con
la actuación de distintos organismos como el Patronato de Protección de Menores, el Auxilio
Social, o las obras benéficas de las diputaciones (Del Valle et al., 2009). Esta Ley fomentó la
creación de programas de Acogimiento Familiar en el 60% de las distintas delegaciones
territoriales de protección de menores existentes en España. Al cabo de 2 años, sólo un 4% de
delegaciones no utilizaban todavía el Acogimiento Familiar (Poyatos, 2012).

Siguiendo las ideas de esta última autora (Poyatos, 2012), otra ley importante que
influye en la evolución del Acogimiento Familiar es la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero,
de Protección jurídica del menor. Aquí se reconoce a los/as menores como sujetos activos y de
derechos de protección modificando de manera parcial el Código Civil y la Ley de
enjuiciamiento Civil, con la que se ha pretendido abordar de una forma más adecuada la
protección de la infancia. En esta ley, se les da prioridad a las necesidades de los menores,
reconociéndoles como personas activas, participativas y creativas.

En Estados Unidos, en el siglo XIX tuvo lugar el movimiento llamado “tren de


huérfanos”, por el cual transportaban a los huérfanos/as y abandonados/as desde las grandes
instituciones urbanas hasta las colonias rurales donde estos/as niños/as eran acogidos/as por
familias. La profesionalización del trabajo social y la incorporación de la psicología y otras
ciencias sociales al terreno de la protección infantil hace que ya a principios del siglo XX en
Inglaterra y Estados Unidos se plantee la prioridad del Acogimiento Familiar, e incluso del
apoyo a las familias en el tratamiento de estos casos. En España, hemos tenido que esperar
hasta 1987 para que la figura del Acogimiento Familiar fuera regulada y definida (Del Valle et
al., 2009).

Los años ochenta y noventa han sido el escenario de protección infantil, basado en los
derechos del menor y su supremo interés. En este contexto el Acogimiento Familiar viene a
dar respuesta al derecho fundamental de todo menor de crecer y desarrollarse en el contexto de
una familia (Cánovas y Sahuquillo, 2014).
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3.3. Conceptualización Del Acogimiento Familiar

El Acogimiento Familiar consiste en que una familia de forma voluntaria se ofrezca a


atender y cuidar a un/a menor, mientras sus progenitores biológicos no pueden hacerlo. Deben
de integrarlo/a e incluirlo/a en ese nuevo hogar, en sus vidas y entornos como otro miembro
más de la familia. Por ello, tienen que cubrir todas las necesidades básicas, y educarlo/a.
Además, debe de prepararlo/a para su regreso con su familia biológica (Cánovas y Sahuquillo,
2014). Podemos decir así, que se trata de la incorporación a una familia del menor sin ser un
miembro de ella jurídicamente ni cesar de serio de la suya, pero sí integrándose de forma plena
en la vida de aquella como miembro suyo más, debiendo quien lo/a acoge tenerlo en su
compañía, alimentarlo, educarlo y procurar una formación íntegra (García, 1992). De esta
manera, el Acogimiento Familiar sirve como ayuda a las familias que por diversos motivos
tienen problemas para hacerse cargo de sus hijos/as, y que puedan beneficiarse de la
colaboración solidaria de otras familias (Ripoll-Millet y Rubiol, 1990).

Amorós y Palacios añaden otros aspectos diferentes sobre este término:

Es un recurso social, en el que el niño afecto de una concreta problemática sociofamiliar


recibe, por parte de una determinada familia, el ofrecimiento de ser acogido en su hogar,
dado que su familia biológica no puede (o no quiere) hacerse cargo de las obligaciones
que conlleva ser padres. Este acogimiento, hipotecado por la mayor o menor
persistencia de las causas que lo motivaron, puede ser vivido a corto, a medio o largo
plazo, pero siempre como una medida temporal abierta a una de estas tres soluciones:
la reinserción del menor en su propia familia, la adopción en caso de no ser posible la
reinserción del menor en su familia biológica o la independencia en caso de que llegara
a ser mayor de edad el niño. (2004, p.31)

Por ello, el objetivo final de este Acogimiento Familiar trata de asegurar un núcleo
familiar al niño/a, que, por una serie de factores y condiciones negativas, no puede permanecer
en su entorno biológico de forma temporal. Además, se pretende preservar y fomentar las
relaciones del menor con su familia biológica, interviniendo en las circunstancias que causaron
la separación con la intención de reinsertarlo/a de nuevo en su familia, si se consiguiera poner
una solución al problema existente (Ballester, 2010).
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Este Acogimiento Familiar implica un proceso en el que existen diferentes fases. Las
fases de dicho programa son: captación de familias de acogida; valoración y formación de las
familias de acogida; asignación, adaptación y acoplamiento; seguimiento, acompañamiento y
visitas; y cierre/despedida (Cánovas, y Sahuquillo, 2014). La finalidad de cada una de las fases
se concreta en:

1º Captación → Según Ballester (2010): “las administraciones responsables de la protección a


la infancia deben de crear mecanismos de sensibilización a la sociedad y captar familias que
puedan asumir el reto del acogimiento” (p.33-34). Estas campañas deben de informar sobre la
existencia y necesidad de estos/as menores desprotegidos, y concienciarse de los beneficios del
Acogimiento Familiar. Lo que se quiere con esto es, motivar para que haya más familias de
acogida (Cánovas y Sahuquillo, 2014).

2º Valoración/ Formación → Comienza cuando ya se ha ofrecido alguna familia para realizar


el Acogimiento Familiar, y hay que evaluar si dicha familia reúne las características adecuadas
para este acogimiento. Esta valoración “sirve para garantizar al menor una familia capaz de
hacerse cargo de éste, que haga frente a las dificultades que puedan surgir y garantice la
cobertura de las necesidades específicas del menor.” (Cánovas y Sahuquillo, 2014, p.426).
Siguiendo las ideas de estas autoras, se puede definir la formación como la preparación a las
familias para el acogimiento del menor. Se trata de ayudar a las familias para que formen parte
del buen funcionamiento del servicio; desarrollar grupos de identificación con otras familias de
acogida; ayudar a que los acogidos/as reflexionen sobre sus ideas de familia de acogida;
aumentar los conocimientos respecto al Acogimiento Familiar; preparar a las futuras familias
de acogida… Una vez realizado esto, la familia ya está preparada para realizar el Acogimiento
Familiar (Ballester, 2010).

3º Asignación, adaptación y acoplamiento → Cuando ya se ha valorado las características


individuales de cada menor, tiene lugar la asignación, es decir, “qué familia de acogida se prevé
que responderá mejor a las necesidades de un/a menor concreto.” (Cánovas y Sahuquillo, 2014,
p.428). Cuando ya se ha seleccionado una familia adecuada para un/a menor concreto en
disposición de ser acogido, se informa a la familia de acogida sobre las características del
menor, características del acogimiento, planificación de la llegada y características de la familia
del niño/a. Es necesario que la información que se dé a las familias acogedoras sea la suficiente
como para poder entender al menor, sus reacciones y su adaptación (Ballester, 2010). De esta
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manera, tiene lugar el acoplamiento, que consiste en que el menor y la familia acogedora se
vayan conociendo (Cánovas y Sahuquillo, 2014).

4º Seguimiento, acompañamiento y visitas. Ballester lo define como:

Consiste en facilitar aquellos aspectos que puedan favorecer la adaptación del niño/a y
de la familia de acogida y ayudar a resolver los conflictos que puedan surgir. A lo largo
del seguimiento se plantean un conjunto de demandas que se pueden agrupar en: formas
de mantener la vinculación afectiva del menor con su familia y con la de acogida, pautas
educativas para la resolución de conflictos, actitudes ante los contactos y visitas del
menor con su familia, existencia de recursos especializados, posibilidad de retorno del
menor y la evolución de la familia biológica del niño/a. Para lograr un estado óptimo de
comunicación e información entre los miembros implicados en el acogimiento se
deberían realizar seguimientos individuales con el menor y las familias de acogida, y
seguimientos grupales con las familias de acogida. (2010, p.35)

5º Cierre/despedida → Este Acogimiento Familiar tiene un carácter temporal, y es en esta


última fase donde finaliza. Es el momento donde se separa de su familia de acogida a la que se
ha vinculado, estas personas que de forma voluntaria acogieron al menor deben de ser fuertes
y mostrarles su apoyo y confianza ante la nueva oportunidad que se le brinda, y se da el retorno
a su familia biológica (Cánovas y Sahuquillo, 2014).

Las circunstancias que dieron lugar a la separación del menor de su familia biológica
pueden ser muy diversas. Hay familias en las que la inadecuada atención a las necesidades de
sus hijos/as obedece a crisis transitorias, que pueden ser superables si se reciben las ayudas
adecuadas. Hay otras en las que se prevé también esa posibilidad, pero con mayor margen de
incertidumbre respecto a la duración o al éxito de las intervenciones. Existen también aquellas
en las que la reintegración familiar no se ve como viable ni en el corto, ni en el medio o largo
plazo. Ante esta diversidad de situaciones no puede haber una única respuesta; ya que, cada
una de ellas requerirá de un enfoque diferente (Palacios, 2011).

Es evidente que, las protagonistas de este proceso de acogimiento son las familias
acogedoras. Que pueden ser familias de acogidas extensas, si ya habían tenido algún tipo de
contacto con el menor, o en el caso contrario familias de acogida ajena. De esta manera, en el
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primer tipo, esta acogida se realiza por una predisposición absoluta, o por una cierta
obligatoriedad. Aquí, el menor ya ha tenido relación con esa familia, por lo que ya hay lazos
afectivos. En cambio, en las familias de acogida ajena, este acogimiento se realiza de manera
altruista para ayudar a un niño/a y a una familia. En este caso no ha habido ningún contacto
entre el menor y la familia, así pues, los vínculos afectivos se van creando poco a poco
(Cánovas y Sahuquillo, 2014).

3.4. Tipologías De Acogimiento Familiar

Dentro del Acogimiento Familiar podemos diferenciar diversos tipos, los cuales pueden
variar dependiendo desde el enfoque o perspectiva que se quiera desarrollar. Así pues, dentro
del acogimiento, pueden darse diversos modelos (Palacios, 2011). Según su finalidad puede
ser de dos tipos, el primero llamado acogimiento simple, de breve duración y con finalidad de
retorno a la familia, una vez superada la situación que originó el problema (Del Valle et al.,
2009), y además se identifica por su carácter transitorio, ya que en la situación del niño o niña
se prevé la reinserción en su propia familia o mientras se adopta una medida de protección que
tenga un carácter más estable (Ministerio de Sanidad del Gobierno de España, s.f.). El segundo
es llamado acogimiento permanente, el cual consta de casos más prolongados, y sin fecha de
regreso a la familia biológica, siempre y cuando la edad u otras circunstancias del menor y su
familia así lo aconsejan (Ministerio de Sanidad del Gobierno de España, s.f.). Además, según
Del Valle et al. (2009), piensan que tal vez pueda darse el caso de un acogimiento preadoptivo,
que posteriormente es el paso de la adopción.

Desde otra perspectiva, Poyatos afirma que:

La tipología del Acogimiento Familiar, este puede ser un acogimiento en familia


extensa o un acogimiento en familia ajena o educadora. El primer tipo ha pasado a ser
la primera opción a valorar cuando un menor tiene que ser separado de su familia
biológica. Esta modalidad no siempre es una alternativa viable, porque debe haber
parientes dispuestos a ser una alternativa familiar para los menores, y no siempre es
deseable. Deben proporcionar seguridad, para afianzar el bienestar, para cubrir las
necesidades y para mantener los contactos y los lazos con la familia biológica. En
cambio, el acogimiento en familia ajena es la alternativa al acogimiento en familia
extensa, es decir, puede darse la situación de que haya familiares dispuestos a acoger al
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menor, pero que la valoración que hacen los/as profesionales de sus capacidades
educativas sea negativa. En este caso la opción familiar que conviene a los menores
afectados debe buscarse fuera de las relaciones de parentesco. (2012, p.27)

El último enfoque se centra en acogimientos especializados que responden a


necesidades de menores con problemas más graves y concretos. Podemos diferenciar entre
acogimiento de urgencia-diagnóstico y acogimiento de familiar profesionalizado. El primero
de ellos, se caracteriza por la protección inmediata que necesita dicho menor, evitando así la
institucionalización (Cánovas y Sahuquillo, 2014). Además, es principalmente para menores
de seis años, que tendrá una duración no superior a seis meses para decidir su Acogimiento
Familiar (Generalitat Valenciana, 2015). En cambio, en el acogimiento profesionalizado lo que
se hace es otorgar a una persona (no a una familia) la guarda de un menor, que ha sido
separado/a de su familia de origen (Cánovas y Sahuquillo, 2014). Esta tiene como objetivo la
adopción, la cual se determinará cuando la entidad pública lo considere adecuado (Generalitat
Valenciana, 2015).

3.5. Normativa Que Regula El Acogimiento Familiar En La Comunidad Valenciana

A lo largo de los años, la normativa que regula el Acogimiento Familiar en la


Comunidad Valenciana ha tenido un largo recorrido evolutivo. La primera ley se instauró en el
año 1986, llamada Orden de 20 de marzo de 1986, de la Conselleria de Treball i Afers Socials,
en la cual se creó el recurso para las familias educadoras. A pesar de ello, en menos de un año
se estableció la Ley 21/1987 que modificó la anterior añadiendo aspectos importantes, así como
las características y principios del Acogimiento Familiar. Por consiguiente, surge otra ley en
1988, en este destaca la siguiente modificación: la organización de las medidas y la existencia
de las llamadas instituciones de integración familiar (García, 2012).

Cuando hablamos de quién tendrá el poder de poseer la guarda potestad de los menores,
será quien tenga competencias y responsabilidades sobre ellos/as. Esto se recoge en la Ley
7/1994, de 5 diciembre de la Infancia de la Generalitat Valenciana. Y no es hasta el 2001, con
el Decreto 93/2001, de 22 de mayo, el Reglamento de medidas de protección jurídica del menor
en la Comunidad Valenciana, donde se desarrolla la finalidad, los principios y el procedimiento
sobre la medida del Acogimiento Familiar (García, 2012). Gracias a esta evolución y en base
a las anteriores leyes se crea una nueva la Ley 12/2008, de 3 de Julio, de protección integral de
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la infancia y la adolescencia de la Comunitat Valenciana, la cual crea un nuevo concepto sobre


Acogimiento Familiar (García, 2012).

Actualmente, la ley que se encuentra en vigor, en materias de adopción y menores, es


la Ley 26/2018, de 21 de diciembre, de la Generalitat, de derechos y garantías de la Infancia y
la adolescencia, el cual consta de un preámbulo, con 197 artículos, estructurados en un título
preliminar y siete títulos, a los que cabe añadir cuatro disposiciones adicionales, tres
disposiciones transitorias, una disposición derogatoria y nueve disposiciones finales (Ley Nº
8450, 2018). La finalidad de dicha ley es garantizar e implantar los derechos de los menores
desde una función protectora, a todas las administraciones públicas y los/as ciudadanos/as de
la Comunidad Valenciana, dando así el protagonismo que se merecen (Diario La Vanguardia,
2017), y también de coordinar actuaciones y cuidar la mejor manera de proteger a la infancia
y a la adolescencia, ya que esta es muy vulnerable, en esta nuestra sociedad. Además, cabe
añadir, que esta ley vigente se centra en la protección de los intereses superiores de los/as
niños/as y adolescentes de la Comunidad Valenciana (Ley Nº 39, 2019).

Como bien dice el Diario La Vanguardia (2017), sobre la ley 12/2008, de 3 de Julio, de
protección integral de la infancia y la adolescencia de la Comunidad Valenciana, afirma:

Entre las novedades introducidas por esta reforma figuran la regulación de la situación
de riesgo y su declaración o las medidas para dar preferencia al Acogimiento Familiar
respecto del residencial. También recoge la limitación de la posibilidad de
institucionalización de los niños y niñas más pequeños, los derechos de las personas
acogedoras y acogidas, o la adopción abierta, que requieren cambios en la legislación
autonómica para su concreción práctica.

3.6. Población A La Que Se Dirige El Acogimiento Familiar

En la actualidad, el marco jurídico que regula la guarda y el acogimiento de menores


dentro del Sistema de Protección de Menores en España queda recogido en el Código Civil de
1996, en el artículo 172.1, que trata de la guarda y el acogimiento de menores, y en el que se
otorga a las administraciones públicas su tutela en situaciones de desamparo. En el mencionado
artículo se expone lo siguiente:

Cuando un menor se encuentra en situación de desamparo [la Administración], tiene


por ministerio de la Ley la tutela del mismo y deberá de adoptar las medidas de
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protección necesarias para su guarda, poniendo en conocimiento del Ministerio Fiscal,


y notificando en legal forma a los padres, tutores o guardadores, en un plazo de cuarenta
y ocho horas. (Código Civil, 1996, p.252)

Por tanto, la población a la que va dirigida el Acogimiento Familiar es a menores en


situaciones de desamparo dentro de su núcleo familiar de origen. Este procedimiento tiene la
misión de proteger a estos menores para proporcionarles un entorno social y familiar
integrador. Según las autoras Cánovas y Sahuquillo (2014), estos/as menores que son
redirigidos/as a un Acogimiento Familiar suelen cumplir una serie de características, que son:

Derivación ambiental. Cuando hablamos de que un menor proviene de una situación de


abandono esto implica, en la mayoría de casos, que se ha producido una desatención y
una falta de cuidados desde antes de su nacimiento, es decir, en el periodo de gestación,
tanto por la escasa presencia de un adulto como por la carencia de estímulos, lo que
conforma un entorno poco favorecedor del desarrollo psicosocial del menor. (p.395)

Estado de salud. Todas aquellas carencias sufridas por el menor, tanto físicas como
emocionales, van influir de manera considerable en la evolución del menor, teniendo
como consecuencia un retraso en el desarrollo tanto evolutivo y madurativo como
emocional, presentando en la mayoría de los casos la imagen de un niño de edad inferior
a la cronológica. (p.395)

La historia previa del menor. El menor en situación de desamparo no parte de una


realidad aséptica sino de una realidad donde ha habido experiencias de abandono y sus
necesidades básicas no han sido cubiertas. Todos estos menores han podido vivir
experiencias traumáticas de abusos, de negligencia, de malos tratos, etc. (p.395)

Su propia historia personal. Abandono acontecido a una edad más o menos temprana y
al que se le irán sumando otros varios, este proceso termina imprimiendo en los niños
una huella que, dependiendo de varios factores será más o menos profunda y llevará
acarreados duelos por resolver. (p.396)

Institucionalización del menor. Socialización deficiente que no favorece la


interiorización de normas, valores y actitudes. Tampoco facilita la creación de vínculos
15

con el adulto, que es percibido tan sólo como figura de autoridad a la que incluso se le
puede tener temor. Si tenemos en cuenta la importancia que la relación con el adulto
tiene en la formación del autoconcepto y la autoestima del niño, comprendemos que el
denominador común en estos niños es precisamente el deterioro de su propia imagen y
de la valoración de la misma dando el distanciamiento emocional. (p.396)

Asimismo, Canovas y Sahuquillo (2014) nos comentan también que es bastante posible
que aquellos/as menores que han sido protegidos tengan estas dificultades:

● “En el proceso de desarrollo y de maduración” (p.396).


● “En su proceso de socialización y de aprendizaje escolar” (p.396).
● “En la capacidad para reparar los daños” (p.396).
● “En su capacidad para apegarse a las personas y, por tanto, para aprovechar el contacto
y la relación” (p.396).

3.6.1. Principales Motivos/Factores De Riesgo Por Los Que Se Inicia El Acogimiento


Familiar

Para analizar y detectar los posibles factores de riesgo que pueden provocar el inicio
del proceso del Acogimiento Familiar se debe comenzar por el estudio del caso de forma
particular, sopesando las circunstancias específicas de cada familia y cada menor, los recursos
y potencialidades de las que disponen y tras este proceso se realizará el diseño del Plan de
Protección que mejor se ajuste a las características de cada caso (Domingo y Martín, 2019).

En el Código Civil (1889), en el artículo 172 apartado 1.2, se establece que se considera
como situación de desamparo:

La que se produce de hecho a causa del incumplimiento, o del imposible o inadecuado


ejercicio de los deberes de protección establecidos por las leyes para la guarda de los
menores, cuando éstos queden privados de la necesaria asistencia moral o material.
Siendo necesario, por tanto, que se dé esta situación, a partir de la cual, será la
Administración la que constituya una tutela "ex lege" y adopte, mediante resolución
administrativa, todas las medidas de protección necesarias para la guarda del menor.
(p.252)
16

Las necesidades las cuales se tienen que satisfacer para que no exista un desamparo o
un maltrato del menor son: las necesidades de carácter físico-biológico, las necesidades
cognitivas y las necesidades emocionales y sociales, cualquier desatención será un motivo o
un factor de riesgo que podría poner en movimiento los mecanismos de Acogimiento
Familiar, es necesario especificar que el Acogimiento Familiar se dará cuando muchas de
estas necesidades se vean insatisfechas (López, 2008).

Otras autoras que hablan sobre los motivos o factores que pueden producir el inicio del
Acogimiento Familiar son Cánovas y Sahuquillo (2014). Exponen las situaciones
problemáticas que se pueden encontrar en la familia de origen y que pueden llevar a aplicar
un Acogimiento Familiar. Por un lado, definen los motivos iniciales que por no atenderlos
correctamente se desencadenan en situaciones de desamparo. Las situaciones serán en todos
los casos de forma leve, esporádicas o de poca gravedad si siguen las siguientes
características:

● “La negligencia en la atención física, psíquica o educativa del menor por parte de los
padres, tutores o guardadores” (p.376).
● “La utilización del abuso físico o emocional sin patrón crónico de violencia” (p.376).
● “Aquellas situaciones potencialmente perjudiciales para el desarrollo físico, psíquico y
emocional” (p.376).
● “Aquellas situaciones de precariedad, dificultad de afrontamiento de la realidad social,
dificultades parentales y relacionales u otras eventualidades potencialmente
perjudiciales para el menor” (p.376).
● “Cualquier otra situación que produzca en el menor un prejuicio en su desarrollo físico
o psíquico” (p.376).

Por otro lado, dichas autoras afirman que las situaciones de desamparo serán en todos los casos
graves, sistemáticas o de gran gravedad:

● “La negligencia en la atención física, psíquica o educativa del menor por parte de sus
padres, tutores o guardadores” (p.376).
● “La utilización del abuso físico o emocional hacia el menor, con episodios graves de
maltrato por parte de los padres, tutores o guardadores” (p.376).
17

● “Aquellas situaciones perjudiciales para el desarrollo físico, psíquico y emocional


porque el menor no dispone de una relación satisfactoria y adecuada con algún familiar”
(p.376).
● “Aquellas situaciones de precariedad, dificultad de afrontamiento de la realidad social,
dificultades parentales y relacionales u otras situaciones potencialmente perjudiciales
para el menor” (p.376).
● “Cualquier otra situación que produzca en el menor un perjuicio grave en su desarrollo
físico o psíquico (asunción de la tutela por el ministerio de la Ley)” (p.376).

Sobre este tema también se pronuncia el observatorio infantil del Gobierno de España.
En este documento se pueden observar los motivos o factores más frecuentes por los cuales se
da el acogimiento. Del Valle et al. (2009), hablan sobre dicho documento y extraen
informaciones y datos de gran interés sobre esto.

Para los niños y niñas de familia ajena la categoría más frecuente es negligencia física
(42,3%) seguida de imposible cumplimiento de las obligaciones parentales (40,3%). En
familia extensa también son éstas las categorías con mayor porcentaje de casos, pero
siendo más frecuente el imposible cumplimiento (42,8%) que la negligencia física
(39,4%). Otras categorías que se presentan en aproximadamente una cuarta parte de los
casos son las de maltrato emocional y modelos parentales inadecuados en el hogar. Los
únicos motivos de protección en los que se encuentran diferencias significativas entre
niños y niñas acogidos son el abuso sexual, con una frecuencia mayor entre las niñas
(4,8%) que entre los niños (1,6%), y el abandono total o renuncia, esta vez con una
mayor frecuencia entre los niños (26,3%) que entre las niñas (18,6%). (p.85)

El Protocolo de actuación de los SEAFI de la Generalitat Valenciana determina una


serie de criterios en los que el/la profesional se deberá apoyar para determinar una situación
donde el menor esté en riesgo o desamparo. Si se da alguno de estos criterios se justificará una
intervención especializada que podrá derivar un Acogimiento Familiar (Cánovas y Sahuquillo,
2014). Así pues, las situaciones de riesgos que plantea el SEAFI según estas autoras son:

● “Cuando la situación de riesgo está claramente influida por características individuales


de los padres o cuidadores principales que influyen claramente en su capacidad parental
18

(dificultades emocionales, déficits intelectuales, desconocimiento de pautas educativas,


uso de métodos de disciplina inadecuados, etc)”. (p.19)

● Cuando la situación de riesgo está claramente influida por la dinámica relacional


familiar como las características de la interacción cuidador/niño, relación de pareja,
violencia de un miembro de la pareja hacia el otro (violencia de género, violencia física,
verbal, sexual, psicológica y económica) y conflicto con el entorno familiar inmediato,
etc. (p.19)

● Cuando la situación de riesgo del menor está causada o acentuada por la presencia de
conductas y actitudes violentas por parte de alguno de los progenitores o por parte de
algún hermano y los padres o adultos responsables no son capaces de contener o
resolver el conflicto y de proteger al miembro más vulnerable. (p.20)

● “Cuando aparecen dificultades en las relaciones paterno-filiales en las que los padres
se sienten o son incapaces de contener o encauzar la presencia de conductas desafiantes
de los hijos, desobediencia, problemas de disciplina, aceptación de normas y límites,
etc”. (p.20)

● Cuando la situación de riesgo y las características de la dinámica familiar genera o no


es capaz de contener la aparición en los menores de síntomas relacionados con
problemas de conducta, dificultades emocionales y de autocontrol, inicio de cuadros
depresivos y tentativas de suicido, problemas de adaptación al entorno educativo,
abandono escolar, falta de hábitos y rutinas, inicio de consumo de tóxicos, etc. (p.20)

● “Cualquier otra circunstancia que coloque al menor en una situación de riesgo o que se
considere potencialmente perjudicial para su desarrollo físico, psíquico o emocional,
siempre y cuando guarde relación con el inadecuado ejercicio de las responsabilidades
parentales”.(p.21)
19

3.7. Estrategias De Intervención Que Se Llevan A Cabo En Los Centros

El autor Fernández afirma que: “El Acogimiento Familiar consiste en la ubicación en


un medio familiar de un menor que ha tenido que ser separado de su familia de origen” (2004,
p.7).

Cuando se da esta intervención el principal objetivo es intentar mejorar la situación del


menor sin necesidad de separar al niño o a la niña de sus padres, pero cuando esta situación no
se puede dar o persiste el desamparo del menor es necesario adoptar medidas de protección que
implican la separación de la/el menor de su familia biológica cuanto antes.

El Acogimiento Familiar es una tarea compleja porque implica a una gran variedad de
profesionales y plantea una multiplicidad de acciones y tomas de decisiones profesionales, es
por ello que esta intervención puede llegar a tener éxito si los/as profesionales no están a la
altura de la complejidad de las necesidades de todos los implicados.

En España, a lo largo de los años 80 y 90 se llevó a cabo una reforma legal que prioriza
el Acogimiento Familiar como medida de protección para aquellos menores que han de ser
separados de su familia de origen. Este cambio, ha contribuido al impulso de los programas de
acogida, si bien su desarrollo todavía se presenta en una expresión más baja que la mayoría de
los países europeos (Del Valle et al., 2009).

Por tanto, el Acogimiento Familiar es una medida de protección relativamente reciente


y que para llevar a cabo una buena intervención es necesario contar con una serie de estrategias
o ideas claves. Según Madariaga (2009), las estrategias que se tienen que llevar a cabo para
tener una buena intervención son:

● “Conocer cuál va ser la finalidad del plan de intervención” (p.19).


● “Según el caso determinar la medida legal de protección, la temporalización de la
medida y características que debe poseer la familia o centro que acoja el menor para
responder las necesidades específicas del menor” (p.19).
● “Objetivos, actuaciones y recursos a aplicar” (p.19).
20

● “Estimación temporal para el desarrollo del plan de intervención” (p.19).


● “Plan de contingencia, es decir, intervención a poner en marcha si el plan principal
fracasa (si procede)” (p.19).
● “Acuerdos y compromisos con la familia y con otros servicios” (p.19).
● “Fecha y lugar previstos para la revisión del plan (revisión periódica)” (p.19).
● “Servicio o profesional que va a coordinar la ejecución del plan” (p.19).

3.8. Centros Que Trabajan En La Comunidad Valenciana El Acogimiento Familiar

Tal y como hemos aclarado anteriormente, el Acogimiento Familiar se creó con el fin
de darle una alternativa a aquellos niños y niñas que necesitasen una familia después de haber
sido separados de la suya. Así pues, existieron y existen diversos centros que trabajan dentro
de este ámbito en España y, en este caso, nos centraremos en la Comunidad Valenciana.

Para llevar a cabo dicho proceso de acogimiento en nuestra Comunidad se diferenciaron


cuatro etapas, según García (2012):

● Primera → En esta surgió el interés por la infancia y la humanización de los grandes


centros y de nuevas familias que surgen para ocuparse de los menores internados
(Estellés, García y Mondaza, 1999, citados por García, 2012).

● Segunda → Esta se centraba más hacia la necesidad de disminuir los espacios de los
grandes centros y la creación de hogares funcionales y residencias comarcales. En
dichos lugares conviven las familias educadoras con los niños/as (Estellés et al., 1999,
citados por García, 2012).

● Tercera → En esta la posición es bastante contraria a la etapa anterior. Surgió la opinión


de las familias a favor del desaislamiento como alternativa, con el fin de evitar así la
reducción de espacios de grandes centros y poner en marcha otro modelo de
intervención más eficaz. Así es como surgen las familias educadoras, en marzo de 1986
(Estellés et al., 1999, citados por García, 2012).
21

● Cuarta - actualidad → En esta el Acogimiento Familiar empieza a regularse en cuanto


a normativas, nuevas modalidades, procedimientos de respuesta a diferentes situaciones
de desamparo del menor, etc (García, 2012).

Cabe destacar que solo en la Comunidad Valenciana se utiliza el concepto de “familias


educadoras”, ya que en el resto de España el término utilizado normalmente es “familias
ajenas”. Además, ésta fue una de las fundadoras de este recurso (Traval, 2009, citado por
García, 2012).

Por último, se hará alusión a algunos ejemplos de los centros que trabajan el
Acogimiento Familiar en el caso de la Comunidad Valenciana son:

● AVAF: Asociación de Voluntarios de Acogimiento Familiar (Valencia).


● Asociación SPAM: Servicio de Asistencia Técnica al Acogimiento Familiar en Familia
Educadora (Castellón).
● Fundación Diagrama: Programa de Fomento del Acogimiento Familiar (Alicante,
Castellón y Valencia).
● Asociación Centro TRAMA: Centro de Intervención en Acogimiento Familiar
(Alicante).
● Acaronar (Valencia).

3.9. Perfil De Los Pedagogos/as En El Acogimiento Familiar

El papel del pedagogo/a consta de vital importancia en las situaciones de Acogimiento


Familiar, ya que, según Juanpere y Morral (2014):

Éste es el eje fundamental en el ámbito de apoyo a los niños y a las familias para
garantizar así la guía y seguimiento del estilo educativo y sus consecuencias en el
desarrollo integral del menor, a nivel personal, formativo y socializador. (p.1)
22

Además, dichos autores también afirman que:

La intervención del pedagogo ya tiene un reconocimiento en los Equipos de Atención


a la Infancia y la Adolescencia (EAIA). En cambio, en los equipos de apoyo a los niños
acogidos en familia extensa (ICIF, Institución colaboradora de integración familiar), el
pedagogo/a no está como profesional de referencia básica y fundamental. Las funciones
de estos equipos son las que ya desarrollan actualmente los EAIA, y todas ellas son
mayoritariamente del ámbito pedagógico. (p.1)

Así pues, aunque sigan existiendo muchos aspectos comunes entre las tres disciplinas
de intervención social, ninguna puede reemplazar a otra. Por ello, es esencial la
complementación entre las tres y de dicha forma es únicamente como se garantiza la eficacia
y eficiencia necesarias en toda intervención multidisciplinaria. Cualquier ausencia de un
pedagogo/a en centros o proyectos que traten el Acogimiento Familiar evidenciaría una clara
falta de inversión en educación, formación, socialización del niño/a acogido/a, el apoyo a la
paternidad y la orientación familiar. Se debe asegurar, pues, la figura del pedagogo/a en estos
casos independientemente del contexto económico y político que haya en cada momento
(Juanpere y Morral, 2014).

De esta manera, en el ámbito familiar o de servicios sociales el pedagogo o pedagoga


tiene un rol fundamental, así como asegura la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y
Acreditación del Libro Blanco de Pedagogía:

Puede tratar el diseño y desarrollo de programas y actuaciones en la atención y


prevención de problemáticas sociales (maltrato, drogas, delincuencia, marginación
social); diseño y desarrollo de programas y actuaciones en centros penitenciarios y de
acogida; dirección, coordinación y asesoramiento de servicios y acciones de
reeducación y de inserción social de personas con dificultades de adaptación social,
infancia y adolescencia en situación de desamparo, abandono y riesgo; valoración de
procesos de acogida o de adopción; participación en programas de educación familiar
y comunitaria, de educación para la salud, de cooperación social; participación en
centros y servicios de orientación e información de recursos sociales y atención a
funciones de mediación socio-cultural, familiar y escolar en relación con la inmigración
y la multiculturalidad. (2005, p.122)
23

En definitiva, la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación del Libro


Blanco de Pedagogía concluye de la siguiente manera:

El pedagogo en general, como profesional, debe estar capacitado para detectar y


diagnosticar necesidades de formación en cualquier grupo humano y en los diferentes
contextos en los que estos se desenvuelven. A partir de ellos son capaces de diseñar
planes, proyectos, programas y acciones formativas adaptadas a agentes y
circunstancias concretas. A la vez que son capaces de gestionarlas, implementarlas,
seguirlas y evaluarlas. Los ámbitos de intervención del pedagogo son tan amplios, como
el propio desarrollo humano demanda educación. De ahí que estemos ante un sector
profesional muy dinámico e innovador, ya que la propia evolución social es la que
demanda formación para saber enfrentarnos con una realidad cada vez más cambiante
y diversa (2005, p.134).

4. Marco De La Investigación Bibliográfica Seguida

4.1. Objetivos

La bibliografía es un instrumento fundamental para realizar cualquier trabajo si


queremos que este tenga una buena validez y fiabilidad, a su vez son necesarias las referencias
bibliográficas y las citas, para no plagiar a ningún autor/a. Por tanto, las fuentes que hemos
utilizado para conocer toda esta información enriquecedora vista anteriormente sobre
Acogimiento Familiar, son las siguientes:

➢ Google (foros y diarios)


➢ Google Académico
➢ Dialnet
➢ Libros electrónicos y físicos
24

OBJETIVOS

● Sistematizar un proceso de búsqueda bibliográfica en relación al tema del


Acogimiento Familiar.
● Ordenar la información adquirida de más importancia a menos.
● Escoger o seleccionar la información pertinente de cada fuente sobre el apartado
del trabajo seleccionado.
● Redactar la información recogida y saber en qué apartado del trabajo corresponde.
● Añadir correctamente las referencias y citas teniendo en cuenta las normas APA
7ed.
● Reflexionar sobre el tema tratado.

4.2. Metodología

La realización de este trabajo ha implicado un proceso con diversas etapas. En primer


lugar, nos reunimos de forma online las componentes del grupo al saber el tema que nos había
tocado. En esta conversación decidimos cuál iba a ser el índice de nuestro trabajo, y además
quedamos en que íbamos a realizar una búsqueda de información sobre el tema del presente
trabajo. Para realizar esta búsqueda tuvimos que consultar diversas bases de datos, como puede
ser dialnet, google académico, páginas web… Después de esta primera revisión bibliográfica
que realizamos cada una de forma individual, acordamos un día para conectarnos online, poner
en común todo lo que habíamos encontrado, y valorar qué información nos servía y cual no.
Toda esta información obtenida a través de las bases de datos, cada miembro del grupo buscaba
introduciendo las palabras claves de los apartados que le habían tocado, y todas pusimos como
otro indicador que fueran documentos en español; ya que no sabemos leer con soltura
documentos en otros idiomas. Además, otras fuentes para extraer información fueron libros, en
los cuales resultaba imposible buscar por palabras, por lo que nos llevó más tiempo, porque
tuvimos que ir buscando en los índices, y después leernos toda la información que había sobre
ello para seleccionar la más importante para nuestro caso.

Una vez que hicimos esta selección de contenidos y de información, y habíamos


desechado la que no nos interesaba, nos pusimos a redactar el marco teórico. Conforme íbamos
avanzando en este punto, nos dimos cuenta que para contestar de forma adecuada y completa
a algunos apartados, necesitábamos más información sobre el Acogimiento Familiar. Además,
esta falta de información fue corroborada por la profesora, la cual nos indicó dónde podíamos
25

sacar más información, y libros interesantes. Por ello es que, buscamos más libros sobre el
tema, utilizamos libros de años anteriores, e incluso fuimos a la biblioteca para sacar
determinados libros. Después de recabar más información, nos reunimos de nuevo el grupo
para consultar, leer y revisar todas las nuevas fuentes bibliográficas que habíamos conseguido.
Volvimos a seleccionar los contenidos que más nos interesaban, la redactamos, la incluimos y
añadimos en el marco teórico. Una vez que estábamos seguras de que el marco teórico estaba
completo, quedamos de forma virtual para leer esa parte entre todas, revisar las citas y
referencias, mejorar la redacción, y revisar las faltas de ortografía.

Finalmente, cuando terminamos de supervisar todo esto y cada miembro del grupo dio
el visto bueno, dimos por finalizado el marco teórico, y nos pusimos entre todas a dar opiniones
y diversas perspectivas sobre el trabajo realizado, y del tema mismo, para poner realizar las
conclusiones de este trabajo.

4.3. Proceso De Selección De Los Materiales Teóricos Consultados

● Buscar información únicamente en la lengua española, ya que no dominamos ningún


idioma extranjero de forma óptima.
● Utilizar información de calidad y validada científicamente.
● Tener objetividad y originalidad a la hora de escoger las fuentes.
● Contar con contenido con relevancia y en relación con otros materiales utilizados.
● Información vinculada al conocimiento necesario para desarrollar el trabajo.
● Escoger la información idónea para cada uno de los puntos del trabajo.
● Dedicar el tiempo necesario a la búsqueda de fuentes de información de calidad, así
como la lectura de una gran cantidad de material.
● Escoger materiales o recursos al alcance de nuestra mano, es decir, disponibles.
● Acudir a fuentes de información seguras y veraces.
26

4.4. Muestra

En cuanto a los materiales que hemos utilizado como muestra para nuestro trabajo
actual, la cuantificación y clasificación correspondiente de estos es la siguiente:

PÁGINAS WEB Y ARTÍCULOS ARCHIVOS INFORMES BUSCADORES


LIBROS DIARIOS O DE REVISTA EN PDF Y LEYES UTILIZADOS
BOLETINES

En total: 6 En total: 8 En total: 9 En total: 3 En total: 2


Google
- Álvarez y - Juanpere y Morral - Amorós y - Ballester - Artículo Académico:
Bisquerra - Domingo y Martín Palacios - Palacios 172 del Ocho
- Bofarull - Ministerio de - Del Valle, - Poyatos Código Civil
- Cánovas y Sanidad, Consumo y Bravo y López - Del Valle, Google (foros y
Sahuquillo Bienestar Social - Domínguez y Bravo, diarios): Ocho
- ANECA - Generalitat Mohedano Montserrat y
-Félix-López Valenciana - García López. Libros
-Ripoll- - Diario La - Martín y electrónicos y
Millet y Vanguardia Tamayo físicos: Seis
Rubiol - Diario Oficial de la - Villar,
Generalitat Cánovas y Dialnet: Seis
Valenciana Sahuquillo
- Boletín Oficial del - Fernández
Estado - Madariaga
- Conselleria de - López,
Bienestar Social Delgado,
Carvalho y Del
Valle
27

5. Conclusiones Finales

Para concluir el trabajo consideramos, como futuras profesionales de la Pedagogía, que


la intervención en los menores en situación de Acogimiento Familiar debe llevarse a cabo de
una forma adecuada y segura para que el/la menor no sufra ninguna situación de riesgo durante
el proceso y que las necesidades que se vulneran en el ámbito familiar sean, por fin, cubiertas.

Así pues, creemos que, como profesionales, nuestra función es esencial para velar por
la protección y seguridad de estos menores, evitando que dichos factores puedan derivar en
situaciones de riesgo o desamparo que los perjudiquen. Y para ello, se plantea la opción del
Acogimiento Familiar, que permite que los/as menores sean cuidados/as y escuchados/as como
se merecen y mediante él se les ayuda también a tener una nueva oportunidad de vida y
equilibrar la balanza entre sus recursos y necesidades. Nuestro objetivo consiste, en colaborar
en todo aquello que beneficie y proteja al menor.

Por ello, determinamos que ante una situación de riesgo, la opción de Acogimiento
Familiar da paso a que el menor permanezca temporalmente con su familia extensa o familia
educadora y, así, podremos evitar la influencia negativa que pueda haber en su desarrollo, con
el fin de seguir trabajando con los factores de riesgo hasta reducirlos o solucionarlos por
completo. Y sin olvidarnos que debemos proporcionar al menor circunstancias y/o influencias
que mejoren su calidad de vida y bienestar, con el objetivo de generar en él una red de
protección de apoyo.

En estos casos de Acogimiento de Familiar, podemos citar a diversos/as profesionales


que intervienen como educadores/as sociales, pedagogos/as, psicólogos/as… No importa en
quién, sino que lo relevante está en ser personas empáticas con el contexto que viven los niños
y las niñas ante situaciones de abandono y desinterés por parte de sus progenitores, lo que
supone decepción y sentimientos de frustración e infravaloración de sí mismos/as. Por ello, es
necesario saber cómo actuar con ellos/as teniendo, no sólo inteligencia emocional para poder
intervenir socio-educativamente, sino también fortaleza para continuar ejerciendo nuestra labor
de forma adecuada, ya que es un trabajo que supone un desgaste psicológico.
28

En definitiva, se trata de un trabajo formado por un equipo interdisciplinar, que se


ayuden entre sí, que se coordinen, y que entre todos podamos dar la mejor respuesta a los
menores. No se trata de profesiones individualistas, sino que se trata de un proyecto
compartido.

6. Referencias Bibliográficas

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Corporativa.

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enfoque ecológico [Tesis doctoral, Universidad Jaume I].
https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/10532/ballester.pdf?sequence=1

Cánovas, P. y Sahuquillo, P. M. (2014). Familias y menores. Retos y propuestas pedagógicas.


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Del Valle, J., López, M., Montserrat, C., y Bravo, A. (2008). El Acogimiento Familiar en
España. Una evaluación de resultados. Madrid: Gobierno de España

Del Valle, J. F., Bravo, A., y López, M. (2009). El Acogimiento Familiar en España:
implantación y retos actuales. Papeles del psicólogo, 30(1), 33-41.
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consideración: El acogimiento preadoptivo. Recuperado de: https://elderecho.com/el-
acogimiento-familiar-en-espana-especial-consideracion-el-acogimiento-preadoptivo

Domínguez J. y Mohedano R. (2014). El acogimiento de menores en el actual sistema de


protección a la infancia: La importancia del contexto. Revista Internacional de
Trabajo Social y Bienestar, 3, 149-155.

Fernández, M. (2004). Los estudios españoles sobre adopción y Acogimiento Familiar 1974-
2004. Boletín de psicología, 81, 7-31.

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escolar y social . Pirámide.

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familias que acogen a menores? Recuperado el 22 de octubre de 2020, de Colegio de
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Ley 26/2018, de 21 de diciembre, de derechos y garantías de la infancia y la adolescencia.


Boletín Oficial del Estado, 39, de 14 de febrero de 2019, 1-80.
https://www.boe.es/buscar/pdf/2019/BOE-A-2019-1986-consolidado.pdf

Ley 26/2018, de 21 de diciembre, de la Generalitat Valenciana, de derechos y garantías de la


Infancia y la adolescencia. Diario Oficial de la Generalitat Valenciana, 8450, de 24
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