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RESUMEN ORIENTACION EDUCATIVA

EL CEREBRO, LA INTELIGENCIA

Para empezar, ya plantea serias dificultades encontrar una definición de inteligencia que se ajuste
al término en toda su amplitud. Si tomamos la definición del diccionario, la inteligencia vendría a
ser la capacidad de entender, asimilar, y elaborar la información y utilizarla para resolver
problemas. “En realidad, es como no decir nada”, señala Dierssen, “porque esa definición está
compuesta de muchas funciones subyacentes: la memoria, la capacidad de abstracción, la
capacidad de síntesis, etc.”.

El concepto, incluso, tiene una vertiente cultural innegable, lo que vendría a complicar más la
cuestión en lo referente a definir el fenómeno con exactitud. “Para una persona que viva en un
lugar remoto del planeta, quizás su inteligencia consista en saber cazar bien; pero esto, para un
occidental, es algo bastante irrelevante”, recuerda Gustavo Deco, director del Centro Cognición y
Cerebro de la Universitat Pompeu Fabra.

Lo que parece encontrar cierto consenso entre los científicos es que ahora, más que de
inteligencia, se debe hablar de inteligencias múltiples. “Esta teoría viene a decir que cada proceso
puede ser diferente, puede estar sujeto a una variabilidad individual que seguramente depende de
una variabilidad genómica”, recuerda Dierssen. Eso significa que hay personas que, por ejemplo,
pueden ser más hábiles para escribir, pero puede haber otras con más aptitudes para la música, o
para la pintura, o para la arquitectura…
PERZONALISACION, EL ENCUENTRO CONMIGO MISMO

IDENTIDAD

Factor afectivo: Es aquella gama de emociones que experimentamos y desarrollamos hacia ciertas
cosas y personas

¿Quién soy yo?

Factor social: La opinión de otros y de uno mismo presenta diversas formas de proceder de las
personas frente a estímulos que se relacionan con el entorno social

Quién soy yo

Se trata de una construcción en donde intervienen varios factores que son independientes y que a
se vez forman un todo. Existen diversos factores

 Factor cognitivo: Es la percepción mental que el sujeto tiene de si mismo


 Factor emocional: Conocido también como autoestima, es el conjunto de connotaciones
negativas
 Factor conativo: se refiere a la conducta de una persona frente a una situación
determinada

El termino persona se refiere al ser racional consciente de sí mismo; es un ser humano que
presente aspectos psíquicos y físicos concretos.

PERSONALIDAD

Se entiende como el grupo de características de sentimientos, pensamientos, actitudes,


habilidades y conductas con que cada individu cuenta y que se mantienen en un periodo largo de
vida, las cuales hacen al sujeto único y distinto de otras personas

Tipos de personalidad: Fue hipócrates quien habló de cuatro tipos diferentes de personalidad, las
cuales se atribuyen a una características física

Ídolos

El término ídolo hace referncia a una imagen o figura de una deidad pagana excesivamente amada
o adorada de la antigüedad grecorromana

1. Personalidad promedio

En este primer grupo encajarían todos aquellos con altos niveles tanto de neuroticismo como de
extroversión y una apertura baja. Unos rasgos que definirían los rasgos de una personalidad con
tendencias emocionales inestables a su vez que extrovertidas y cerradas. De acuerdo con los
investigadores, aquí encajarían las personalidades promedio.
2. Personalidad reservada

Unos altos niveles de estabilidad emocional unida a un carácter poco abierto o neurótico
caracterizaría a este segundo grupo de personas, entre las cuales destacarían muchas
personalidades agradables y concienzudas.

3. Personalidad egocéntrica

Mucha extraversión pero poca franqueza, amabilidad y escrupulosidad. Así serían las personas
cuya personalidad destaca por estar centrada en sí mismas. Unas características que, de acuerdo a
los investigadores, harían que estos individuos resultaran poco agradables de cara a los demás.

4. Modelo a seguir

Poco de lo malo (neuroticismo) y mucho de lo bueno (extraversión, apertura, amabilidad y


escropulosidad). Así son las personas con una personalidad que encaja en los considerados como
“modelos a seguir”. Un rasgo que, de acuerdo con esta nueva investigación, predominaría entre
las mujeres y que además podría cultivarse con la edad.

Temperamento sanguíneo

Para Hipócrates el predominio de la sangre en el cuerpo da lugar a un físico robusto, bien


desarrollado, de amplia frente, labios carnosos y expresiva mirada. En definitiva, una presencia
inconfundible que se hace notar allá por donde aparece o pasa.

Este notorio físico acompaña a un carácter fuerte y dinámico, una mente en constante
maquinación de proyectos, inquieta. De natural optimista, con furtivos momentos de
pesadumbre y enfados estrepitosos que son superados con rapidez.

La característica indiscutible del sanguíneo es su sociabilidad: líder carismático, al que halaga ser
el centro de atenciones. Suele, por su natural extrovertido y comunicativo, ser el directivo por
naturaleza. Su habilidad de contacto social, unida a su natural sensibilidad le convierte en un ser
empático y buen oyente, aunque, en ocasiones, podría conducir a actitudes un tanto despóticas e
incluso dictatoriales, dado su carácter un tanto invasivo y avasallador.

Temperamento bilioso

En el tipo bilioso predomina la bilis, el equilibrio en sus facetas tanto físicas como caracterológicas.
Su apariencia es generalmente esbelta, con rostro predominantemente anguloso en el que
destaca la mirada profunda, imperturbable y penetrante de una persona observadora, aguda y
sagaz. Su carácter es serio, con gestos firmes y mesurados.

La fundamental característica de su carácter es la reflexión, de intelecto ágil pero seguro, analítico,


de inmensa inquietud por profundizar en pensamientos e ideas. Realista, se rige siempre por la
razón.

De actitud fría y distante, se distingue por su sobriedad, no se emociona ni entusiasma fácilmente


con proyectos sin dar tiempo a su necesaria reflexión y análisis. Pero, una vez tomada su decisión,
es difícil que la varíe. De carácter básicamente introvertido e individualista, toma las relaciones
sociales como un deber. En lo referente a los afectos, su moderación y sobriedad le llevan a
comedirse, controlando sus sentimientos y emociones, evitando en gran medida las
manifestacines afectivas.

Temperamento nervioso

En el tipo hipocrático nervioso predominan los nervios, y, contrariamente al equilibrio apreciado


en el bilioso, en éste destacamos el desequilibrio y la desproporción en sus facetas tanto físicas
como caracterológicas.

En el nervioso suele destacarse la delgadez, el rostro afilado y pálido y la mirada vivaz a la vez que
soñadora. Su apariencia es etérea, y parece vivir siempre en las nubes.

La ambivalencia extroversión-introversión también es característica propia de este tipo


hipocrático, aunque suele haber una tendencia hacia la introversión. Seres intuitivos, creativos, su
vivacidad les hace inquietos y temerosos de la rutina, y su emotividad provoca que antepongan el
sentimiento ante la razón. Su carácter se asemeja al de los románticos del siglo XIX. Su nervio les
hace actuar por impulsos y tan pronto se vuelcan en una actividad frenética, como se rinden a la
tranquila rutina.

En las relaciones sociales dan al entorno lo que de él reciben. Si reciben afecto, si el ambiente es
agradable, serán seres abiertos, comunicativos. Por contrario, si el entorno les desagrada, pueden
ser ariscos y desconfiados. Por lo tanto, apreciamos que los temperamentos nerviosos son
difícilmente encajables, tanto social como laboralmente, en el entorno, pero al mismo tiempo y
paradójicamente tremendamente versátiles.

Temperamento linfático

Se desarrolla en las linfas. Físicamente, los linfáticos destacan por su obesidad, sus movimientos
lentos y su aparente pasividad, que les hace inalterables ante cualquier circunstancia y por lo
tanto, amantes de la rutina y del automatismo. Se caracterizan por su capacidad analítica y
memorística y, aunque su ritmo de vida o trabajo tienda a ser lento, son regulares y metódicos.

Socialmente son de trato agradable y tranquilo, aunque no suelen ser expresivos, y mucho menos
pasionales, en lo que a afectividad se refiere. Su tendencia es a la introversión y a un aislamiento
que puede rayar a veces en egocentrismo. Son personas adaptables, bastante convencionales,
conformistas y sumisas. Si encuentran su lugar y se acomodan a él, difícilmente querrán cambiarlo.
SOY LO QUE HAGO

¿Quién quiero ser?

Somos lo que hacemos, y lo que hacemo esta determinado por nuestras aptitudes. La aptitud se
entiende como la capacidad y buena disposición del sujeto para desempeñarse o ejercer
determinada tarea o función en todo ámbito ya sea deportivo, educativo o laboral

Estereotipos: se entiende por estereotipo a la imagen estructurada y aceptada por la mayoría de


las personas como representativa de un conjunto de individuos, la cual se forma a partir de una
concepción estética sobre las características generalizadas de los miembros de esa comunidad

AUTOESTIMA

la autoestima es lo que piensas y sientes sobre ti mismo, es decir, el valor que te das como
persona. Es el sentimiento de valá que te permite enfrentar o huir de los retos que te presenta la
vida

Autovaloración: es la valoración que hace el individuo de sí mismo. La autoestima es el


sentimiento que resulta de dicha valoración, estima y consideración

Autoactualización: La autoactualización es una parte importante de la autoestima.


Autoactualizarse conlleva delimitar los propios procesos de defensa, identificar las distorsiones
generales dentro de la imagen de uno mismo y las de la realidad superficial mediante el uso de
actitudes como la conrtención, proyección y diversas formas de defensa

Maslow establece una serie de necesidades experimentadas por el individuo dando origen a la
llamada "Piramide de necesidades"

según esta teoría la satisfacción de las necesidades que se encuentren en un nivel determinado
lleva al siguiente en la jerarquía. Maslow indica 5 niveles de necesidades y los clasifica por orden
de importancia
LA FAMILIA Y EL ADOLESCENTE

La vida en familia proporciona la influencia más temprana para la educación de los hijos. Es
determinante en las respuestas conductuales entre ellos y la sociedad, organizando sus formas de
relacionarse de manera recíproca, reiterativa y dinámica que son las interacciones más
importantes en familia. Por eso queremos señalar que la salud mental del adolescente tiene íntima
relación con su vida en familia. La familia se percibe como entidad positiva que beneficia a sus
miembros; de lo contrario, si el ambiente es negativo, existe menor control sobre ellos mismos. El
adolescente es muy sensible a su entorno cultural; si su desarrollo es anormal, aparecerán
dificultades en sus relaciones (familia, escuela, sociedad). Los criterios normales en la vida del
adolescente incluyen: ausencia de psicopatología grave, control de las acciones previas al
desarrollo, flexibilidad en la expresión de sus afectos y del manejo de conflictos inevitables,
buenas relaciones interpersonales aceptando los valores y normas de la sociedad. Las dificultades
entre los padres-hijos adolescentes se presentan, por lo general, alrededor de la autoridad,
sexualidad y valores. La pobre habilidad de los padres para manejar esta etapa del desarrollo de
sus hijos se demuestra cuando hay hostilidad e indiferencias por parte del adolescente. Lo
principal puede ser conducta evasiva, agresión y rechazo de los valores de los padres con el
consecuente pobre o nulo esfuerzo escolar, descuido de los atributos e higiene personal. Los
adolescentes usan de manera abierta o enmascarada las conductas de rebelión. El tratamiento
debe ser abordado por el psiquiatra pediátrico o de jóvenes, puesto que el médico general no
tiene la experiencia en las destrezas ni la calificación necesaria para el manejo de este tipo de
problemas.

LA FAMILIA Y EL ADOLESCENTE

SOCIALIZACION LA IMPORTNCIA DE OTROS

Diferentes autores definen la socialización, en términos generales, como el proceso en el cual los
individuos incorporan normas, roles, valores, actitudes y creencias, a partir del contexto social en
el que se encuentran insertos a través de diversos agentes de socialización tales como la familia,
los grupos de pares, las instituciones educativas, religiosas, recreacionales y los medios de
comunicación.

Somos seres sociales y como tal necesitamos estar en contacto (socialización) para sobrevivir.
Nuestra condición humana está definida por la cultura, y esta no se desarrolla estando aislados.
Incluso, se puede decir que interactuar con otras personas es la mejor manera de desarrollar
plenamente el cerebro.

Por lo tanto, es de suma importancia entablar relaciones de amistad y de compañerismo. No solo


para mantener la salud emocional, sino también para mantener el cerebro lo más activo posible.
De esta manera, toda persona sociable suele favorecer la salud de su cerebro. Protegiendo su
cerebro contra el deterioro cognitivo y la demencia.
Estudios recientes en antropología biológica demuestran la importancia de la socialización en el
desarrollo evolutivo del cerebro. Sin las relaciones sociales no nos hubiéramos actualizado hasta
ser quienes somos. Además, desgraciadamente hay casos muy ilustrativos en cuanto a qué sucede
si alguien pasa sus primeros años aislado. Dentro de estos casos encontramos aquellos que son
conocidos como los “niños salvajes”.

La socialización en el origen del ser humano

El ser humano es el animal con el cerebro más complejo. Un órgano que nos permite desarrollar
un sistema de comunicación a través del lenguaje. Además, además nos da la posibilidad de tomar
decisiones complicadas, crear objetos con sus propias manos e incluso dominar a otras especies y
al medio ambiente.

Según Daniel White, especialista en evolución cerebral, lo que permitió este gran desarrollo
cerebral fue la socialización. Para el experto, la vida en sociedad impulsó nuestra evolución
cerebral.

Efectos de la carencia de socialización en el cerebro durante la infancia

La falta de socialización afecta de diferentes maneras a la maduración cerebral. Es tan perjudicial


que impacta y retrasa el desarrollo cerebral en general, sobre todo, en los primeros años de vida.
Así, la ausencia de relaciones sociales con las que se produzcan interacciones de calidad no solo
afectan el ánimo y la conducta, sino también la salud cognitiva y a la motricidad.

La falta de socialización tiene mayores efectos en la etapa infantil. En los primeros 10 años de vida,
el ser humano adquiere y perfecciona muchos de sus procesos psicológicos superiores, como el
lenguaje. Ejemplos de estos efectos perjudiciales son los casos de los “niños salvajes”.

LA ESCUELA, UNA LATERNATIVA DE FORMACION

Constituir la escuela como escenario de formación y socialización connota dos tipos de reflexiones:
la primera de ellas referida a la configuración de los elementos pedagógicos, metodológicos y
estructurales propicios para la orientación de los procesos de enseñanza y aprendizaje; desde esta
perspectiva la escuela deberá entrañar el objeto educativo de la formación, el cual por su
naturaleza, -según Perkins (2001, p. 18)-, plantea tres metas fundamentalmente: la retención, la
comprensión y el uso activo del conocimiento; la expresión que engloba a estas tres metas, según
el mismo autor, es el conocimiento generador, su propósito es el de ser un conocimiento no
acumulativo sino actuado, a través del cual se enriquezca la vida de las personas y se les ayude a
comprender el mundo y a desenvolverse en él. Así, la escuela deberá intencionar sus prácticas
educativas a la reflexión crítica y a la participación activa de los actores implicados en la
comprensión del conocimiento, el cual, continúa diciendo Perkins, es la capacidad que poseen los
sujetos en formación para explicar, ejemplificar, aplicar y justificar lo aprendido. Se trata,
entonces, de desarrollar la mente de los educandos, de enseñarles a vivir, de aprender no sólo de
los libros sino de la vida, de producir cambios mentales orientados a que cada persona aprenda
por sí mismo acerca de sí mismo (Krishnamurti, citado por Colom y Melich, 1997). Es una intención
formadora que pone sus esfuerzos en hacer que lo aprendido sea significativo y transformador del
actuar humano, que perfila una escuela que en sí misma propone una comprensión del mundo, de
sus relaciones y de las estructuras más adecuadas para vivir humanamente; en ese sentido,
propone una pregunta por el tipo de institución que se debe estructurar para lograr que dichas
opciones sean un hecho; según Corté s (1999, p. 40), se trata de una escuela concebida como el
espacio donde se construyen ambientes estructurales y globales para la transformación del sujeto,
mediante los cuales se propicia el desarrollo del talento como la herramienta más elaborada del
hombre para fabricar un conjunto de abstracciones sobre el mundo real y sobre sus propias
idealidades, y al mismo tiempo, reconocer en las habilidades y destrezas diversas formas de
racionalización que recrean y crean situaciones más propicias para el desarrollo humano de los
sujetos comprometidos en un proceso de formación. De esta forma la escuela es un espacio de
interacción, construcción y desarrollo de potencialidades necesarias para la comprensión del
mundo, sus relaciones y sus posibles transformaciones.

En la escuela se producen intercambios humanos intencionados al aprendizaje de nuevos


conocimientos, al desarrollo de competencias cognitivas, socio- afectivas, comunicativas, etc. y a la
construcción de la identidad de los sujetos como individuos y de la escuela como comunidad que
convoca y genera adhesión. Para que se produzcan esos intercambios, debemos suponer un
escenario; Brunner (1997) lo denomina subcomunidad en interacción, idea que podemos
homologar a un concepto de escuela, pues como mínimo, según este autor, supone un profesor y
un aprendiz; si no un profesor en carne y hueso, si uno vicario (un libro, una película, un
muestrario o un computador interactivo). La subcomunidad es el lugar en el que, entre otras
cosas, los aprendices se ayudan a aprender unos a otros, cada cual de acuerdo con sus
habilidades; y para ello no hace falta que se excluya la presencia de alguien cumpliendo el papel
de profesor, simplemente basta que é l no juegue el papel de monopolio, que los aprendices se
ayuden unos a otros en la apropiación y significación del conocimiento (Bruner 1997, P. 39). A
través de la interacción con otros es como los sujetos en formación examinan, conocen y viven la
cultura, elaboran concepciones del mundo, establecen diversos tipos de relaciones y acceden a sus
lógicas. La interacción implica la intersubjetividad, la cual, según Colwyn, citado por Bruner (1997),
es una habilidad humana para entender las mentes de otros, ya sea a través del lenguaje, el gesto
u otros medios. No son las palabras las que hacen esto posible, sino nuestra capacidad para
aprehender el papel de los contextos en los que las palabras, los actos y los gestos ocurren. Es la
intersubjetividad la que nos permite negociar los significados cuando las palabras se pierden en el
mundo; por esta razón la escuela debe reformularse bajo este principio, para que a partir de él
construya los mecanismos pedagógicos posibles que hagan de la negociación y la comprensión
acciones cotidianas planteadas en diversos tipos de relaciones pedagógicas y en la circulación de
nuevas expresiones y actitudes significadas en prácticas democráticas de construcción del
conocimiento y de los principios morales y normativos que afectan la convivencia.

La segunda reflexión que se connota en la estructuración de la escuela como escenario de


formación y socialización, es aquella que trata de responder a la pregunta por el tipo de relaciones
que configuran un espacio propicio para la interacción, la negociación y la objetivación de nuevos
contenidos y sentidos sobre los cuales significar la identidad individual y colectiva de los actores
implicados en el proceso de formación. Se está hablando de una escuela que como tal desarrolla
una actividad pedagógica, que en términos de Durkheim (1976) propicia una actividad de
"socialización" y una actividad social. Como socialización, hace referencia al proceso de
construcción de la identidad individual y a la organización de una sociedad; como actividad social,
se refiere a los diversos modos de pensamiento que constituyen la coherencia social. La escuela
como escenario de socialización deberá configurarse como un lugar propicio para que los sujetos
que asisten a ella se sientan incluidos y motivados a ser ellos mismos; deberá seguir siendo
pensada alrededor de los posibles sujetos que bajo un criterio de lo humano son educables,
sujetos que, según Zambrano (2000), son portadores de expresiones viajeras, son seres que en su
inacabamiento transitan por múltiples lugares simbólicos; uno de estos lugares es precisamente el
de los saberes. Estos saberes se concentran de manera inteligente en la escuela. Cada sujeto
educable es una experiencia singular, única e irrepetible, que busca ocupar un lugar en un lugar
determinado. La escuela es el lugar del sujeto educable, en especial porque en su interior se
proyectan las acciones formativas necesarias para su desarrollo y socialización. "La escuela es un
referente de viajes que se inician desde la temprana edad para el individuo, un espacio donde se
referencian las obsesiones más dramáticas y se subliman las aspiraciones al deseo" (Zambrano,
2000, p. 52). La escuela así concebida sería como una de esas asociaciones que están situadas más
allá de la familia y a las que según Durkheim habría que revitalizar (Fanfani 1994, p. 113); y la
socialización constituiría la finalidad última del proceso escolar. Aunque la socialización también
tiene su lugar lejos de la acción escolar, en la escuela ella se vuelve prioritaria, en particular
cuando las sociedades humanas están inmersas en un mundo donde la información es uno de los
referentes inmediatos de toda socialidad (Zambrano, 2000)

En términos de Durkheim (1976), la escuela es un lugar donde además de preparar a los individuos
para que hagan parte de la sociedad que los ha acogido, los responsabiliza de su conservación y de
su transformación. Esta transformación ha de evidenciarse en la estructuración de nuevas
prácticas culturales del reconocimiento del otro, en la construcción de argumentos colectivos de
inclusión de la diferencia y en la constitución de marcos comunes para vivir la equidad. Educar en
esta perspectiva es introducir a las nuevas generaciones en los patrones culturales de la sociedad y
prepararlos para su recreación. Esta definición implica la presencia de sujetos formados y
sólidamente socializados, individuos que han transcurrido en su devenir dentro de patrones
culturales establecidos y que, a la par, hacen parte de la cultura ambiente; su actividad social les
permite contribuir y tener incidencia en la construcción de esos patrones y en la educabilidad de
las personas más jóvenes (Zambrano, 2000). De esta forma, la escuela no sólo socializa y educa
para la vinculación de los sujetos a las redes de sentidos sociales, sino que, al mismo tiempo, los
ayuda a implicarse en la construcción de nuevos patrones culturales mediante los cuales movilizar
sus prácticas de relación, sus sentidos valorativos, sus sentires y formas de pensar.

Si bien en la escuela se complementa el proceso de socialización que los sujetos traen de sus
familias (Pé rez G., citado por Zambrano 2000, p. 49), no se podría caer en la ingenuidad de pensar
que allí se resuelve en su integralidad toda su formación; lo que se espera es que cumpla
responsablemente con su función inicial de socializar los sujetos a través de los saberes
socialmente reconocidos, apoyándose en las metodologías que ella construye y aplica para que al
término del proceso escolar se materialice la inserción de los sujetos en formación en un campo
profesional específico (Arendt H., citada por Zambrano, 2000); de esta forma, la escuela es una
entrada a la cultura y no sólo un escenario en el que se prepara para ella; su misión tendrá que
estar direccionada a reevaluarse constantemente para que los implicados en la formación, desde
sus propias capacidades (su sentido de agencia) y posibilidades, se enfrenten con el mundo, tanto
en su vida escolar como fuera y después de ella (Bruner 1997).
La escuela y la familia suscriben un pacto en el que la primera se compromete de manera firme a
entregarle a la sociedad un individuo competente y profesionalmente capaz, un sujeto que sea
respetuoso de los valores y tradiciones de la comunidad a la que pertenece, un individuo
autónomo, responsable y con capacidad de modificar lo existente o de legitimar el orden
establecido con base en criterios ético morales y políticos claros. Para cumplir con este función, la
escuela se convierte en un lugar de vida; de continua lectura reflexiva de lo que está pasando en el
espacio vital de los individuos y de si sus interacciones configuran una cotidianidad del respeto, la
negociación, la inclusión. En la escuela tienen lugar las expresiones más duras de la existencia y se
producen los momentos más trascendentales para los individuos (Zambrano, 2000); por tanto, "la
escuela deberá ser un universal de la cultura, un referente omnipresente y necesario que define la
inclusión de los hombres a la sociedad, lo cual significa que transciende sus límites geográficos y
temporales; es un subproducto de la urbanización del mundo, de la consolidación del lenguaje
escrito, del desarrollo del conocimiento y de la previsión en todos los asuntos para garantizar la
continuidad de la sociedad en el marco del principio de la discontinuidad generacional" (Zapata
S.f., p. 40). En mi perspectiva, la escuela es el escenario del reencuentro, la producción y el
intercambio de formas de pensar, sentir y habitar el mundo; en ella se constituye un universo de
culturas e identidades que exigen la configuración de espacios que acerquen las diferencias y que
excluyan aquellas certezas absolutas que descansando sobre la base de lo ya comprendido no
dejan lugar a la incertidumbre, a lo impredecible, a lo que está por aprender y comprender. Una
escuela que dimensione su accionar pedagógico desde la constitución de nuevas formas de
interacción e intercambio de lenguajes en donde la palabra, el gesto, el valor, la historia, la
biografía son condiciones requeridas para la construcción de un proceso de formación.

La combinación de estas dos reflexiones (la escuela como escenario de formación y de


socialización) articula las intenciones pedagógicas y educativas de la escuela, cuyo propósito,
además de la lectura de los retos de un contexto, debería concretar un tipo de institucionalidad,
normatividad, administración, interacción y valoración sobre la cuales erigir su misión. Así, lo que
se enseña, los contenidos culturales circulantes, el tipo de normas de convivencia en construcción,
las interacciones en juego y la estructura organizativa existente, deberían ser concebidos como
elementos siempre cambiantes que orientan y determinan el quehacer educativo. Se trata,
entonces, de ver la escuela como un escenario de circulación de sentidos, de flujo continuo de
contenidos curriculares intencionados al desarrollo de competencias, de prototipos de interacción
y formalización de las relaciones entre los sujetos, de formas y prácticas de resolución y
negociación de los conflictos, de apropiaciones subjetivas de la intención de formación y la
identificación de las formas particulares de habitar, sentir, conceptuar y configurar ese espacio
educativo en un escenario del reconocimiento.

La escuela será así el espacio del intercambio, de la confrontación continua entre lo que se enseña
y lo que se aprende, de la construcción conjunta de prácticas culturales del reconocimiento de las
subjetividades; será el escenario en donde la responsabilidad educativa se transfigure en un acto,
en una práctica, en un modo particular de leer las necesidades de la comunidad educativa; será el
ambiente natural de la interacción y de la constitución de sentidos culturales, sociales y
pedagógicos que convoquen a los sujetos a vivir bajo el presupuesto de la dignidad humana, el
respeto a la diferencia y la justicia social.
LA IMPORTANCIA DE LA ORIENTACION VOCACIONAL

 Permite conocer cualidades y potencialidades que quizá antes no conocías. Descubrirás


que tienes más fortalezas de las que creías y eso reforzará tu autoestima. Recuerda que
todos tenemos muchos talentos por descubrir.
 Te brinda un espacio para conocer la realidad del mercado laboral. No sólo vas a conocer
tu personalidad, sino también el mundo laboral que te rodea, saber cómo se encuentran
las ocupaciones en el Perú, es decir, conocer que trabajadores necesitan las empresas,
cuáles son aquellas ocupaciones en la que es más difícil conseguir trabajo, y otros datos
importantes de la realidad laboral.
 Aclara tus dudas sobre las carreras u ocupaciones. Podrás conocer cuánto dura la carrera
que te gusta, que cursos llevarás, cómo harás para hacer tus prácticas y otros datos que te
servirán de mucho.
 Contribuye en la orientación de tu plan de vida, donde estarán tus metas y cómo lograrlas.
 La idea es que puedas trazarte un camino en tu vida, de tal manera que logres tus
objetivos (sean familiares, laborales, profesionales y otros) y te sientas feliz logrando tus
metas.
 Te orienta para saber cómo tomar decisiones acertadas. Todos tomamos decisiones pero
hay que aprender a tomarlas con calma, recogiendo información, siendo realistas,
analizando la situación y siendo responsables con lo que nos comprometemos

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