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TEMA 70: PERSONALIDAD

¿Qué es la personalidad?

Por personalidad se entiende el conjunto de dinámicas psíquicas que son características de una
misma persona, es decir, a su organización mental interior, que determina el modo en que dicha
persona responderá ante una situación determinada.

Dicho de otro modo, la personalidad es un patrón de actitudes, pensamientos y sentimientos


recurrentes, que son más o menos estables a lo largo de la vida de un individuo y que permiten
cierto grado de predictibilidad respecto a su modo de ser.

Este término, tomado de la psicología, es de uso corriente en el lenguaje cotidiano, pero su origen se
encuentra en el término latino «persona», que era la máscara empleada por los actores del teatro
de la antigüedad, a la hora de representar personajes reconocibles.

Así, inicialmente dicha palabra tenía que ver con los roles encarnados por los actores, y de algún
modo luego se trasladó a otras áreas de la vida, pasando a ser «personas» únicamente los
ciudadanos de pleno derecho (y no, por ejemplo, los esclavos). Eventualmente el término engendró
el adjetivo «personal» y de allí provino personalidad.

Hoy en día entendemos que la personalidad es una serie de rasgos mentales que permiten
distinguirlo de los demás, y que además son más o menos fieles a sí mismos a lo largo del tiempo.
Sin embargo, la personalidad puede cambiar, modificarse paulatinamente a partir del tiempo y de
las experiencias vividas.

Características de la personalidad

La personalidad es un patrón funcional coherente consigo mismo (aunque no exento de


contradicciones), generalmente consolidado y resistente al cambio. Sin embargo, es capaz de operar
de forma diferente en situaciones distintas, dado que se trata de formas psíquicas interiorizadas,
que no dependen tanto del afuera.

Por otro lado, los elementos de la personalidad tienen que ver no sólo a las respuestas ante
estímulos y situaciones determinadas, sino también al estilo de vida, las creencias y motivaciones, e
incluso las concepciones del mundo.

Componentes de la personalidad

Conforme a la escuela y el modelo de pensamiento del psicoanálisis, especialmente de los estudios


de Sigmund Freud (1856-1939), la personalidad de los individuos está conformada por tres factores
importantes que operan en conjunto y por separado:

El Yo. También conocido como lo consciente o la consciencia, es el componente de nuestra mente


del cual más percepción tenemos, ya que está constantemente diciéndonos dónde estamos y
haciendo qué, o cómo estamos. Ello implica tanto la percepción del mundo externo, como los
pensamientos y el mundo interior. Su función es brindarnos un Principio de realidad respecto a la
existencia.
El SuperYo. Comprendido como el conjunto de interiorizaciones que definen el «deber ser» sobre a
nosotros mismos, es decir, es la instancia en donde se encuentran grabadas las leyes existenciales,
sociales, culturales, etc., que provienen del exterior, y que sirven para brindarnos un Principio de
perfeccionamientorespecto de nosotros mismos.

El Ello. Identificado como el inconsciente de Freud (aunque no son sinónimos), se refiere al


contenido bloqueado o reprimido de nuestra mente, que se vincula con nuestras necesidades
primarias y biológicas, como la alimentación, la reproducción, etc. Está encargado de brindarnos el
Principio del placer.

Factores de la personalidad

Conforme al modelo de los Grandes Cinco (Big Five, en inglés), todas las personalidades están
determinadas por una serie de factores que se dan en distinta proporción en cada individuo. Estos
cinco factores son:

Factor O (de Openness o apertura). Se refiere al grado de apertura que un individuo presenta
respecto a las nuevas experiencias, al cambio y la variedad, e incluso la curiosidad. Los individuos
dotados de gran apertura son inquietos, imaginativos, originales y deseosos de valores no
convencionales. Su polo opuesto lo constituyen sujetos más conservadores en lo social y en la vida,
que prefieren el ámbito familiar y las experiencias más controladas.

Factor E (de Extraversion o extroversión). La extroversión se refiere a un alto grado de sociabilidad y


de interés por situaciones sociales, por la compañía de otros y la tendencia a evitar la soledad. Los
individuos extrovertidos requieren de estimulación social constante y están muy volcados al mundo
externo, a diferencia de sus opuestos, los introvertidos, que le rehúyen a las situaciones sociales, se
sienten a gusto en su mundo interior y suelen valorar la soledad.

Factor C (de Conscientiousness o responsabilidad). Alude al autocontrol, la planificación y el


compromiso, tanto en la organización como la ejecución de las tareas. También se la conoce como
“voluntad de logro” y los individuos que la poseen en altas dosis suelen ser los llamados workaholics
o adictos al trabajo, que manifiestan altísimos grados de compromiso con las tareas emprendidas.
Por el contrario, sus opuestos son personas poco confiables y poco comprometidas, informales o
laxos con sus principios morales.

Factor A (de Agreeableness o amabilidad). Se refiere a las tendencias interpersonales,


específicamente a la empatía y la capacidad de vínculo con el otro. Las personas con alto nivel de
amabilidad tienden a ser consideradas, altruistas, confiadas y solidarias, mientras que las personas
con baja amabilidad tienden a relacionarse de maneras más hostiles.

Factor N (de Neuroticism o neuroticidad). Este último rasgo tiene que ver con la inestabilidad
emocional fruto de ansiedad, preocupación y percepciones catastróficas de las cosas, que son
consecuencia de la imposibilidad de la mente de prever y controlarlo todo. Las personas con alto
nivel de neuroticidad suelen ser ansiosas, estresadas, poco sociables, y pueden incurrir a menudo en
la depresión, la irritabilidad o la vulnerabilidad. Por el contrario, los bajos niveles de este rasgo
tienden a personalidades más estables, menos preocupadas por el control y más relajadas.

Tipos de personalidad

Existen muchas y muy diversas formas de clasificación de la personalidad, dependiendo del enfoque
psicológico o psicoanalítico y del método específico que se emplee para comprenderla. Por citar un
ejemplo, el psicoanalista Carl Gustav Jung (1875-1961) propuso una clasificación de 8 tipos de
personalidad, que son:

Pensamiento-introvertido. Aquellas personalidades que están más interesadas por las ideas que por
los hechos, es decir, por su realidad interior que por los demás. Son propensas a las reflexiones, los
pensamientos abstractos o los desafíos teóricos.

Sentimental-introvertido. Personalidades contenidas en su propio mundo emocional, poco


propensas a lidiar con el mundo exterior, pero capaces de hacerlo a partir de lo emotivo, en lugar de
lo reflexivo del caso anterior. Son propensas al apego, pero en un círculo íntimo y cerrado.

Sensación-introvertido. Típica de artistas y creadores, esta es la personalidad más preocupada por la


experiencia subjetiva del ser, lo cual puede conducirlos a vivir en un mundo irreal, construido a su
propia medida.

Intuición-introvertido. La típica personalidad de los soñadores, es decir, de quienes están más


pendientes de lo que pasará, lo que podría pasar o lo que les gustaría que pasara, que con el
presente real. Están, a su manera, en contacto con su contenido inconsciente y pueden ser
talentosos creadores.

Pensamiento-extrovertido. Aquellas personalidades más interesadas en los hechos y en el afuera,


que su mundo interno, sobre todo como fuente de teorías y reflexiones, ya que se vincula
racionalmente con el mundo. Sus emociones y sensaciones son, por ende, reprimidas, y suele
descuidar sus vínculos socio-afectivos.

Sentimiento-extrovertido. Es el perfil de las personas más empáticas, sociales y ajustadas al entorno


comunitario, típicas de aquellos a quienes gusta cuidar de los demás o que se sienten bien
protegiendo a terceros. Su actividad intelectual se enmarca necesariamente en lo que sienten.

Sensación-extrovertido. Se vincula con lo real a partir de las sensaciones que le evoca, es decir,
prestando mucho interés a lo que el entorno real y los demás le hacen sentir. Es la personalidad
típica de quienes viven en busca del placer, y por lo tanto suelen buscar nuevos estímulos
constantemente.

Intuición-extrovertido. La personalidad del aventurero, de quien cambia de perspectivas una vez que
consigue el objetivo deseado, pero nunca para de moverse. Suelen ser carismáticos y entusiasman a
terceros con sus ideas, siéndole fiel a su intuición más que a sus sentimientos y sus razonamientos.

Trastornos de personalidad

Los trastornos de personalidad son rasgos de la personalidad que se muestran inflexibles,


desadaptativos, en lugar de contribuir a la adaptación y al desempeño vital. Sabotean el desempeño
social o emocional de los individuos, y a menudo conducen a complicaciones más serias.

No suelen tener cura o tratamiento fácil, ya que forman parte de la personalidad del sujeto, o sea,
son parte de él.

Los trastornos de personalidad pueden ser muy distintos entre sí y siempre obedecen a condiciones
sumamente particulares del paciente, pero a grandes rasgos pueden resumirse en tres grupos:0

Personalidades excéntricas y raras, como el Trastorno de Personalidad Paranoide, Trastorno de


Personalidad Esquizoide o Trastorno de Personalidad Esquizotípico.
Personalidades erráticas, emocionales y teatrales, como el Trastorno de Personalidad Histriónico,
Trastorno de la Personalidad Antisocial, Trastorno de la Personalidad Naricisista o Trastorno Límite
de Personalidad.

Personalidades con marcada ansiedad, como el Trastorno de Personalidad Dependiente, Trastorno


de Personalidad Obsesivo-Compulsivo, Trastorno de la Personalidad Evitativo.

¿Qué son las teorías de la personalidad?

En psicología, se conoce como teorías de la personalidad a las distintas aproximaciones teóricas


propuestas por los estudiosos de la personalidad en sus respectivas épocas, es decir, los intentos
psicológicos formales por definir y clasificar las personalidades humanas en base a algún tipo de
rasgos mínimos compartidos.

La personalidad es un conjunto estable y recurrente de reacciones y de conductas humanas, que


forman parte de nuestro modo de ser y en cierta medida nos definen.

La personalidad nos hace más semejantes a ciertas personas y menos semejantes a otras, dado que
existen elementos compartidos y no compartidos entre las diversas personalidades de las personas
que conocemos a lo largo de la vida. Se trata, como se verá, de generalizaciones estadísticas, que
sirven para tratar de clasificar la manera de ser de las personas.

Existen numerosas teorías de la personalidad, adscritas a ciertos enfoques psicológicos o


psicoanalíticos según la escuela a la que pertenecieron sus autores. El objetivo de cada una es
construir un modelo de análisis que se fije en los rasgos mínimos de las personas, para poder así
clasificarlas y establecer comparaciones, o comprender la manera en que la personalidad se
construye.

Teoría de la personalidad de Freud

Según Freud, la personalidad se funda en aquello que amamos y perdimos.

Propuesta por el célebre padre del psicoanálisis, el austríaco Sigmund Freud (1856-1939), esta teoría
propone que la personalidad de los individuos se forma a lo largo de su historia de vida, mediante la
sumatoria de todos los objetos amados y perdidos.

Dichos “objetos” vendrían a ser, en primera instancia, los padres, por quienes se produce
inicialmente un vínculo de amor, que el llamado “Complejo de Edipo” nos hará superar mediante la
renuncia. Pero posteriormente serán otros quienes ocupen ese lugar de objeto amado y luego
perdido, como los amigos, parejas, colegas, etc.

Esta dinámica de amor y renuncia va formando al “yo”, una de las tres instancias básicas de la psique
para Freud (junto con el “superyó” o la ley, y el “ello” o el inconsciente), a medida que éste asimila
como propios algunos de los rasgos de cada objeto perdido. Así, de un profesor muy querido
podemos “heredar” nuestra vocación, o ciertos gustos de algún amigo, etc.
En todo caso, según Freud la personalidad vendría a ser una suerte de “colección” de objetos
perdidos, que nos confieren un recorrido afectivo único, pero con muchos puntos de encuentro con
los demás.

Teoría de la personalidad de Jung

Carl Gustav Jung propuso ocho perfiles posibles de la personalidad.

Elaborada por uno de los discípulos de Freud, el psiquiatra y psicoanalista suizo Carl Gustav Jung
(1875-1961), esta teoría de la personalidad de 1921 propone que ciertos arquetipos determinan la
conformación de nuestra mente, los cuales permiten la existencia de ocho perfiles posibles de la
personalidad, que son:

Pensamiento-introvertido. Personalidades centradas en su mundo interior, mucho más que en el


afuera, e interesadas por el pensamiento abstracto, reflexivo y teórico.

Sentimental-introvertido. Personalidades empáticas, que valoran su vínculo con los demás, aunque
no sean muy dadas a expresarlo de manera abierta y franca.

Sensación-introvertido. Personalidades enfocadas en fenómenos subjetivos, introspectivas, pero


más vinculadas con lo que captan sus sentidos, o sea, con su propia sensibilidad.

Intuitivo-introvertido. Personalidades soñadoras, que se desapegan de lo real inmediato y son dadas


a la fantasía.

Pensamiento-extrovertido. Personalidades que disfrutan de la explicación, o sea, de registrar lo que


ocurre a su alrededor y constituir con ello un sistema mental, abstracto.

Sentimental-extrovertido. Personalidades muy sociables, que disfrutan de la compañía de los demás


y presentan baja propensión al pensamiento y la reflexión de tipo abstracto, al ser más inmediatistas
en sus intereses.

Sensación-extrovertido. Personalidades que anhelan nuevas sensaciones provenientes del afuera y


de los demás, por lo que suelen ser dadas a la búsqueda del placer y ser muy abiertas a lo nuevo.

Intuición-extrovertido. Personalidades aventureras, carismáticas y dotadas de liderazgo, que tienden


a ocupar roles protagónicos en su comunidad y a liderar causas sociales, políticas o comunitarias,
dado que se realizan ante los demás.

Teoría de la personalidad de Carl Rogers

Obra del psicólogo estadounidense Carl Rogers (1902-1987), esta teoría propone un abordaje
fenomenológico de la personalidad, es decir, en la manera de captar la realidad y asumirla como
propia. Para ello, Rogers definió lo que es una “persona altamente funcional”, cuyas características
servirían para definir los distintos tipos de personalidad que hay.

De esta manera, Rogers propuso que las personalidades consistieran en combinaciones de siete
rasgos fundamentales:

Apertura a la experiencia. Qué tan dispuestos estamos a la exploración de las nuevas posibilidades y
a las nuevas experiencias vitales, o qué tan defensivos nos mostramos ante ello.
Estilo de vida existencial. Qué tanto le damos sentido propio a las experiencias que vivimos, creando
así un significado personal para nuestra vida, o qué tanto tendemos a esperar que la vida encaje en
parámetros prejuzgados.

Autoconfianza. Qué tanto creemos o no creemos en nosotros mismos ante las situaciones que se
nos presentan.

Creatividad. Qué tan dados somos a la imaginación, a la elucubración o a la inventiva.

Libertad de elección. Qué tanto podemos asumir nuevas formas de comportamiento frente a las
tradicionales en situaciones en que no nos funcionan bien, creando así nuestras propias decisiones
sobre la marcha.

Carácter constructivo. Qué tanto podemos conservar el equilibrio vital a la hora de darle respuesta a
nuestras necesidades.

Desarrollo personal. Qué tan dispuestos estamos a asumir el cambio constante como un proceso de
crecimiento que no posee un fin.

Teoría de la personalidad de Kelly

Derivada del cognitivismo y constructivismo, esta teoría propuesta por el psicólogo estadounidense
George Kelly (1905-1967) se conoce como la Teoría de los constructos personales.

Este autor propone que cada individuo organiza su experiencia de la realidad en base a un conjunto
ordenado de constructos, mediante sistemas binarios de oposición (bonito-feo, verdadero-falso,
etc.) que sirven para evaluar las situaciones y para predecir los eventos futuros.

A medida que tenemos experiencias, estos constructos se irían remodelando constantemente,


implicando que nuestra personalidad está en constante cambio y restructuración mientras vivamos.

Teoría de la personalidad de Allport

Allport clasificó los rasgos de la personalidad en cardinales, centrales o secundarios.

Para el psicólogo estadounidense Gordon Allport (1897-1967), la personalidad es la integración de


un conjunto de rasgos únicos, que nos distinguen de los demás, organizados en un sistema de
respuestas que, de manera inconsciente, intentamos usar para responder a todas las situaciones de
una misma manera.

Pero como ello no funciona, lógicamente, nos adaptamos al medio, incorporando o eliminando
elementos fundamentales de la personalidad, que Allport llamó “rasgos”.

Los rasgos pueden ser cardinales, centrales o secundarios, dependiendo de su importancia


estructural en el sistema de nuestra mente y, por ende, algunos serán más sencillos de cambiar que
otros. La personalidad vendría a ser el conjunto de los rasgos que perduran en nosotros.

Teoría de la personalidad de Cattell


Esta es quizá una de las teorías de la personalidad más conocidas, propuesta por el psicólogo
británico Raymond Cattell (1905-1998), la cual tiene muchos puntos de encuentro con la de Allport.

Por ejemplo, Cattell plantea que la personalidad consiste en la función de un conjunto de rasgos,
comprendidos como tendencias a reaccionar de una determinada manera. Dichos rasgos pueden ser
temperamentales (cómo actuar), dinámicos (por qué actuar) o aptitudinales (qué se necesita para
actuar).

De este modo, Cattell desarrolló los factores primarios de la personalidad, que son 16 en total y se
miden con el célebre test de personalidad 16PF, y serían: afectividad, inteligencia, estabilidad del yo,
dominancia, impulsividad, atrevimiento, sensibilidad, suspicacia, convencionalismo, imaginación,
astucia, rebeldía, autosuficiencia, aprehensión, autocontrol y tensión.

Teoría de la personalidad de Eysenck

Hans Eysenck (1916-1997) es el psicólogo inglés autor de esta teoría centrada en lo biológico, para el
cual ideó el modelo PEN, una explicación de las motivaciones de la personalidad en base a
elementos internos del organismo. Así, Eysenck determina tres factores centrales para definir la
personalidad:

Psicoticismo. O tendencia a actuar con dureza, que dependería de la activación del Sistema de
Activación Reticular Ascendente (SARA).

Neuroticismo. O estabilidad de las emociones, que dependería del sistema límbico.

Introversión/extraversión. O tendencia a focalizarse en el mundo interno o externo, el cual se


vincula con los niveles de andrógenos y de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina.

En base a los niveles de estos factores, las personalidades podrán ser de una u otra manera, según
Eysenck.

Teoría de la personalidad de Costa y McCrae

Conocida como el Modelo de los cinco grandes (Big Five en inglés), esta teoría propone la existencia
de cinco factores alternativos de la personalidad, que serían rasgos “básicos” en los cuales se
fundamenta. Cada uno se compone de una dupla cuyos extremos denotan cierto rasgo básico de la
personalidad, y que son:

Extraversión-Introversión. La alta o baja sociabilidad y tendencia al disfrute de la compañía de los


demás.

Apertura a la experiencia. La imaginación activa, la sensibilidad estética, el atrevimiento vital, por un


lado, y las conductas más convencionales y familiares por la otra.

Responsabilidad. El grado de compromiso y autocontrol del individuo, no solo ante sus impulsos sino
en la planificación, ejecución y organización de sus tareas.

Amabilidad-Egocentrismo. También considerada cordialidad o afabilidad, representa la empatía y el


grado de conexión emocional con los demás, aunque en su grado opuesto está la competitividad y el
escepticismo.
Neuroticismo o inestabilidad emocional. Se trata del afán de control o de orden de los individuos, o
de su capacidad para “dejar estar” las cosas. Los altos niveles de neuroticismo se traducen en
ansiedad, hostilidad, depresión o vulnerabilidad.

Teoría de la personalidad de Gray

Esta teoría también se conoce como el Modelo de BIS (Behaviour Inhibition System o Sistema de
inhibición de la acción) y BAY (Behaviour Approximation System o Sistema de aproximación a la
acción).

Jeffrey Gray explica que existen dos mecanismos de activación o inhibición de la conducta humana,
anclados por un lado en la introversión y la ansiedad, y por otro en la impulsividad y extroversión.
Ambos sistemas actuarían conjuntamente para formar nuestra personalidad.

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