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Introducción a la Dialectología y Fonología Quechua

Mtr. Sandra Catherine de la Rocha Vedia

Antecedentes

Antes de la llegada de los españoles a América del Sur -entre 1432 y 1436-, el territorio se
encontraba ocupado por numerosas etnias con lenguas diferentes, cada una con su propia
familia lingüística y sus dialectos. A pesar de todos los esfuerzos de los colonizadores por
imponer su cultura y, por ende, también su lengua -el castellano-, no lograron que los
lugareños dejaran de comunicarse empleando la propia y bajo sus propias normativas
lingüísticas.

Esto sucedió con el quechua en el área Andina, cuya variación dialectal era muy amplia, ya
que los hablantes de esta lengua habitaban -y aún habitan- un espacio territorial muy extenso.
Los países que compartían y comparten éste idioma son: Perú, Bolivia, Ecuador, Argentina,
Colombia y Chile; algunos de ellos muy distantes geográficamente, lo que produjo que los
dialectos sean muy diferentes

El “Runa simi” era el idioma que se hablaba en el Tawantinsuyu, éste era el idioma de la
gente que hacía alarde de grandeza frente a otros pueblos sometidos. Pero se empezó a utilizar
el nombre de QUECHUA desde que Fray Domingo de Santo Thomás publicó un vocabulario
de este idioma en Valladolid en 1560. La palabra “quechua” en si proviene de Qichway que
significa torcer y qichwa es una soguilla de fibras torcidas de maguey que los indígenas
denominaban paxpa, el pueblo quechua se dedicaba a la elaboración de éstas por el material
que abundaba en estos sitios.

Por otra parte, los españoles fueron los que difundieron el quechua por el tawantinsuyu más
de lo que estaba antes de la conquista, esto se debe a que la mayor parte de los catecismos
están en este idioma. Además en 1581 el rey de España ordenó que los Arzobispados,
Obispados y Cabildos no ordenasen sacerdotes si no sabían quechua. Y si bien era cierto que
cada pueblo tenía su propio idioma todos entendían el quechua.

Así mismo, los misioneros católicos, tanto en el Bajo, como en el Alto Perú, empezaron a
utilizar como lengua de comunicación el quechua con los pueblos del lugar, aún entre las
tribus que antes no hablaban éste idioma, lo que sin duda llegó a originar un sinnúmero de
dialectos quechuas empleados en todo el territorio de los Andes, desde el Sur de Colombia,
hasta el Norte de Argentina en Chile.

Desarrollo

Cesar Guardia, informa que los quechuas carecieron de escritura, por ende de un alfabeto, por
lo cual su fonética careció de precisión y control dificultando su buen desarrollo. Cuando
llegaron los españoles se vieron en dificultades al querer graficar los fonemas glotalizados y
explosivos, por ese motivo cada cronista lo hizo a su manera.

Alfredo Torero, en su texto “Las sibilantes del quechua yunga y del castellano en el siglo
XVI”, menciona que para medir plenamente la magnitud de la tarea lingüística cumplida por
Domingo de Santo Tomás, cabe recordar brevemente las circunstancias especialmente
difíciles en que debió vivir y desempeñarse en tierras de Indias.

Arribado al Perú en 1540, de unos cuarenta años de edad, presenció la rebelión de los
encomenderos y las guerras civiles entre españoles, que agitaron por varios años el ex imperio
incaico, y participó activamente en la evangelización, la fundación de conventos, el
aprendizaje del quechua y la elaboración de su Grammatica y su Lexicon de la lengua general
del Perú La Grammatica, acabada ya hacia 1550 según noticia del cronista Pedro Cieza de
León (Cieza, 1962: cap. XLIII), presenta una gran coherencia interna. Si bien el dominico no
indica expresamente dónde obtuvo la información fundamental para elaborarla, los rasgos que
exhibe corresponden a los que se esperaría de un dialecto de la costa central y sur del Perú, la
variedad que era al parecer la más prestigiosa en el área andina en los momentos de
producirse la invasión hispana. El propio Cieza señala indirectamente la procedencia costeña
cuando dice que hará la relación de las poblaciones yungas de la costa, en parte por lo que él
mismo observó y en parte por lo que supo "de fray Domingo de Santo Tomás, de la orden de
Santo Domingo, el cual es uno de los que bien saben la lengua y que ha estado mucho tiempo
entre estos indios" (Cieza, 1962: cap. LXI).

El Lexicon, en cambio, da la impresión de consistir en un acopio de apuntes llenados en


libretas de campo en diversos lugares aunque dentro del Perú central y de preferencia en la
costa- a todo lo largo de los quince años que transcurrieron desde el desembarco de DST en
tierra peruana hasta su retorno a España, en 1555, para publicar sus obras. De allí la
disparidad que se advierte en ciertos procedimientos gráficos.
La Grammatica y el Lexicon de DST habrían de ser las obrasde lingüística amerindia que en
el siglo XVI salieron de la imprenta a menor distancia del tiempo de contacto con la lengua
atestiguada; la Grammatica fue, además, el primer estudio gramatical impreso de cualquier
idioma americano. Antes de los libros de DST sólo se publicaron la parte castellana del
Vocabualrio en lengua castellanay mexicana, de Alonso de Molina, en 1955, y el
Bocabulario en lengua de Mechoacan, de Matutino Gilberti, de 1559.

Posteriormente, el padre Domingo de Santo Thomas (1560), ofreció un mejor vocabulario y


una mejor gramática en la lengua quechua y fue el primero en proporcionar datos sobre la
variación dialectal del quechua:

“…muchos terminos los pronuncia los Indios de vna prouincia


distintamente q los de otra. Exemplo unos Indios de una prouincia dice
(xámuy) q significa venir: otros en otra prouincia dizen (hámuy) en la
misma significacio. Unos en una prouincia dice (çára) q significa trigo
otros en otra dizen (hára)…Y lo mismo se dize de otros muchos terminos, q
siendo los mismos, los pronucia y profiere con diuersas letras y en diuersa
manera: no porq sean distinctos ni de distincta significacio, sino por la
distincta manera de pronunciarlos, lo cual procede de vn defecto general y
comun de todas las naciones y lenguas del mundo… ”(Palomino 1987: 84)

“La confesión general de Domingo Santo Tomás” es transcrita por Taylor Gerald para los
confesores de indios en el Perú redactadas por sacerdotes españoles o criollos d los siglos
XVI y XVII:
Estrato del lexicón de Fray de Santo Tomás (Valladolid, 1560)
La confesión general

“Yo muy gran pecador me co(n)fieso y di/go todos mis pecados a Dios y a
san/cta María; y a santo Domingo, y a to=/dos los sanctos, y a vos padre,
que he peca/do mucho en mal pensar, en mal hablar, ha=/blando en vano
comiendo y bebiendo de=/masiado mal obrando riyendo azie(n)do bur/la
de otros, andando en balde, juga(n)do, sie(n)do negligente y perezoso en
bie(n) obrar./ Por tanto, de todos ellos mis pecados me/ pesa y me eme(n)
darle dellos y no bolvere mas/a pecar. Y ruego a señora sancta maría
vir/gen y madre de Dios, y a todos los sanctos/ rueguen a Dios por mi, y en
su nombre me ab=/soluare dellos. Amen”.

“Ñóca ancha hochallicocmi, appo diósta, sancta Maria/cta, sancto


Domingocta, llapa Diospa yananta hó=/chayta villame. Ca(m) padrectapas
holchallicáscayta vil/llayqui. Nanac hochallicurcani, mana allicta rimaspa,
lacimanta rimaspapas yalli/spa mucuspa/Accispa (sec), accipayaspa (sic)
yanga porispa, yanga pucllaspa/ alli cacta ruranpaypac quecllacuspa (sec)
chayrayco, cay/ llapa hochallicuscayma(n)ta llaquipuni guarassami/ñispa
Mana ñatac hochallicussacchu señora sancta/maria tazquin diospa
mamanta llapa diospa. Yanana=/guantac mochan, pay appo Dios
ruraquinchicta, ñoca hochallicocpac randin cac, hochalli=/cuscaymanta
cuspichi vay/ Amen”. (2007:19, 20)

Cristóbal de Molina Cronista español, en 1574 escribió ("El cusqueño") Ritos y fábulas de los
inkas. Incluye un término no mencionado por Holguín, el Wayllina, y cinco variantes de taki
-wari, lawayra, alawi o ayriwa sitva, koyo, chapanwaylo, términos específicos de los cantos
quechuas.

Otro documento importante corresponde al siglo XVI es la “Doctrina Cristiana” del tercer
concilio Limense (1582 – 1583) impresa por Antonio Ricardo en 1584, proporciona datos
sumamente valiosos referentes al quechua y al aymara, donde indica su alto contenido
ideológico religiosos, en relación con la variación dialectal del quechua como de la
pronunciación y las reglas ortográficas que subyacen a la escritura empleada:

“la imperfecio o barbariedad, q ay en los q habla


corruptamente la lengua quichua, no esta tato en la conexio de
las condiciones, quato en la variedad de vocablos q son
differetes de los q vsan en el Cuzco, y algo toscos, tomados de
sus idiomas particulares, o del vso q comunmete rescibiero
todos los q se llama Chinchaysuyos…Tambie esta e la
pronunciacio, q cada prouincia la tiene particular diuersa
dela del Cuzco, pronunciado unos mas guturalmente q otros…
como hara por çara mays, hocta por çocta seis, coha por coça
marido pani por pana hermana. Pis por pas…”(Palomino
1987: 86)

Fray Martín de Murúa en 1591 escribió “Historia del origen y genealogía real de los reyes
incas del Peru”. A mediados del siglo XVII el franciscano Diego de Molina proporciona
valiosa información de las variedades del idioma quechua, que a la par que confirman las
observaciones del dominico y las acotaciones de la Doctrina, introducen nuevas, ciñéndolas
explícitamente ala variedad Chinchasuyo, como por ejemplo que los de esta región en las
segundas personas de cualquier tiempo les falta la N como hamurkayqui por jamurqanqui,
huasichau por huacipi.

El Inca Garcilaso de la Vega en 1609 escribe “Comentarios reales de los incas”. En 1700 se
reedita el “Arte de la lengua Quichua” del jesuita Torres Rubio, esta reedición se enriquece
con un “Vocabvlario de la lengva chinchaisvyo” y algunos modos más usados de dicha
lengua, lo que constituye un incremento valioso en relación con los datos dialectales
consignados hasta entonces. Las peculiaridades fonológico – gramaticales y léxicas
proporcionadas por el jesuita, al dialecto Ancashino se repiten en estudios posteriores. Santa
Cruz Pachacuti Yamqui Salcamaygua en 1613 escribe "Relaciones e antiguedades deste
reyno del Perú”

A fines del s. XVI en la provincia de Huarochirí, se hizo un Manuscrito quechua sin título
recogido perteneciente a la archidiócesis de Lima, Perú, por el sacerdote cuzqueño Francisco
de Avila, conservado en la Biblioteca Nacional de Madrid. La de José Mª Arguedas es la
primera traducción directa al castellano, editada en 1966 junto con la edición completa y
cuidada del original por el Museo Nacional de Historia y el Instituto de Estudios Peruanos, de
Lima. Un fragmento del primer capítulo del libro “Dioses y Hombres de Huarochiri” es el
siguiente:
"Cómo fue antiguamente los ídolos y como guerreó entre ellos y cómo
había en aquel tiempo los naturales"   

En tiempos muy antiguos existió un huaca llamado Yanamca


Tutañamca. Después de estos huacas, hubo otro huaca de nombre
Huallallo Carhuincho. Este huaca venció. Cuando ya tuvo poder,
ordenó al hombre que sólo tuviera dos hijos. A uno de ellos lo
devoraba, al otro, al que por amor escogieran sus padres, lo dejaba
que viviera. Y desde entonces, cuando moría la gente, revivían a los
cinco días, y del mismo modo, las sementeras maduraban a los cinco
días de haber sido sembradas. Y estos pueblos, los pueblos de toda
esta región, tenían muchos yuncas.1 Por eso aumentaron tanto y,
como se multiplicaron de ese modo, vivieron miserablemente, hasta en
los precipicios y en las pequeñas explanadas de los precipicios
hicieron chacras, escarbando y rompiendo el suelo. Ahora mismo aún
se ven, en todas partes, las tierras que sembraron, ya pequeñas, ya
grandes. Y en ese tiempo las aves eran muy hermosas, el huritu y el
caqui, todo amarillo, o cada cual rojo, todos ellos.  (1966)

En la actualidad existen muchos libros sobre el Huarochiri, de los cuales se pueden rescatar a
“Huarochirí, cuatrocientos años despué” por Alejandro Ortiz Rescaniere en 1980, “Agua y
riego en tres ayllus de Huarochirí”, memorias del XXXIV Congreso Internacional de
Americanas Pontificia Universidad Católica del Perú, 1981, Aldemar Espinoza Soriano,
“Traducciones orales andinas” De un discurso y literatura, edición por Margot Beyersdorff y
Sabine Dedenbach-Salazar Sáenz, publicado en Holos, Bonn en 1994, por Willem Adelaar,
“Las actuales comunidades indígenas en Huarochirí” publicado en 1955 en Lima,
Departamento de Antropología, Facultad de Letras, Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, por José Matos Mar, “El Manuscrito de Huarochirí”, es un testamento colonial
andino religioso, que fue traducido del quechua al idioma de Inglés por Frank Salomón y
George Urioste, publicado en la Universidad de Texas en 1991, Austin, Texas. “Huarochirí,
una Sociedad Andina bajo dominio Inca y Española” El libro fue publicado en Ingles en 1984
en la Universidad de Stanford por Karen Spalding sin embargo el más conocido es la de
Taylor Gerald, “Ritos y tradiciones de Huarochirí”. Este el manuscrito quechua de Huarochirí
constituye el testimonio más importante sobre la religión andina y la visión indígena de la
Conquista que nos ha trasmitido la época colonial.

Otros de los libros importantes de la misma índole de Taylor Gerald fueron “El sol, la luna y
las estrellas no son Dios... La evangelización en quechua (siglo XVI)”, “Relatos quechuas de
La Jalca” y “Relatos Quechuas del Alto Imaza (Chachapoyas)”, entre otros.

La determinación de la fonética de las lenguas americanas en el siglo XVI a través del


registro escrito enfrenta dos tipos de problemas: el uno, relativo a la percepción de los sonidos
y de las secuencias fónicas de los idiomas indígenas por gente no habituada a su captación y
distingo; el otro, referido a la graficación de tales sonidos y secuencias mediante las letras del
alfabeto peninsular.
En 1609, el Inca Garcilaso de la Vega publicó sus Comentarios reales de los Incas. Hasta
donde sabemos es una de las primeras historias escritas por un testigo de los primeros años de
la conquista de los Incas. Hijo «natural» o «ilegítimo» de un noble andaluz conquistador y de
una princesa de la alta aristocracia inca. Sin embargo a raíz de este libro se decía que 8 letras
españolas no podían ser utilizadas en el quechua, lo mismo que varias otras letras del
quechua, no podían ser utilizadas en el español, porque no correspondían.

Guamán Poma de Ayala (1980), envió en 1615 una larguísima carta de más de mil páginas y
doscientos dibujos al Rey de España titulada Nueva Crónica y buen gobierno, para darle una
versión de lo que pasó después de 1532 desde el mundo indígena en abierto contraste con los
cronistas españoles y para recomendarle algunas medidas de política que podrían servirle para
gobernar bien.

Rowe (1950) se propone reconstruir el sistema fonológico del quechua del siglo XVI que él
llama “inca clásico”, tronco del cual derivan los dialectos modernos conocidos como los de
Cuzco y Ayacucho. Por otro lado discute la calidad de las fuentes escritas para abordar el
quechua de la época, pues están redactadas a manera castellana, haciendo más difícil la
interpretación recta de las grafías empleadas, así Rowe se propone comparar las variedades
modernas del ayacuchano y del cuzqueño. El sistema fonológico que postula para el siglo VXI
es el resultado de la aplicación cuidadosa del método comparativo, y fue el primero en postular
la existencia de dos sibilantes en el quechua cuzqueño.

Rowe llega a la conclusión de que el dialecto cuzqueño ha sufrido mayores cambios en


comparación al ayacuchano, y por consiguiente, la creencia de que el primero es la variante
“más arcaica en todo respecto”, lo que tiene que ser definitivamente revisado.

El misionero italiano Mossi, en 1889, hace una “Gramática Razonada” de la lengua quechua,
y la manda a imprimir para la exposición universal de París, se decía que no existía alfabeto
que pudiera ser más útil para la lengua quechua. Este proponía 37 letras.

El potosino José David Barrios, se ocupó de la gramática quechua y propuso una escritura
especial, editada en París, en 1904, y reeditada en La Paz, en 1919.

A instancias de Carlos Felipe Beltrán, el Oficial Mayor de Institución Pública, Dr. Macario D.
Escobar, propone un alfabeto para el quechua y el aymara, compuesto por 38 letras.
En lo que se refiere al fonetismo, luego de una historiación de los alfabetos propuestos para el
quechua peruano, Leonardo Villar publica en Lima en 1901 un estudio sobre fonética
quechua.

De la misma manera en 1914 Francisco Choquewanca y Julián Palacios dan a conocer en


Lima su alfabeto científico quechua-aymara, estableciendo el alfabeto fonético para
transcripciones. El folleto publicado en Puno en 1933, el autor del alfabeto para el quechua,
figura con la escritura fonética de su apellido: Dr. F. Choquewanca Ayulo.

En el periódico limeño religioso “El Arado”, de 1915, se hace eco Jorge Allan comentando el
alfabeto fonético en su análisis “nueva ortografía quechua”.
En la cuidad de Cusco, en 1918, el Dr. Mariano C. Rodríguez propone de igual medida en su
obra “alfabeto quechua”, seguido seis años después por José Gabriel Cocío, que publica
“Fonetismo de la lengua Quechua o runa simi”.

En 1939 en Lima, Fernando Tola Mendoza hace conocer un breve estudio, cuyo epígrafe lo
dice ampliamente “notas sobre un problema de lingüística quechua: El sistema fonético”.

En la segunda mitad del siglo XX, en el segundo congreso Indigenista Interamericano,


celebrado en Cusco en 1949 se había invitado a Bolivia para organizar el tercer congreso.
Dentro la parte arqueológica, el estadounidense William Burns considera a la escritura como
"grafías" que se dejan en papel con pluma y tinta o algo parecido. Y si la escritura es vista
como un "sistema para almacenar información", se le puede dar crédito a sus bases, tomando
en cuenta que hay una relación acrofónica entre el sistema decimal, empleado por los antiguos
incas, con grafías (qhillqas) de características geométricas que equivalían a 10 consonantes.
En su libro aparece un dibujo de Huamán Poma, Wiracocha Inca con un tokapu de signos
geométricos. Siguiendo la técnica de Burns se lee: "Urku podrido Inca. Regresa a donde
estabas antes. Haz Inca al hijo que viene después. Es hombre" ("Inka urku utu inka. Ripui,
rurai Inka apa karim").

La escritura de los quipus no estaba basada en la unidad alfabética sino en arreglos de


categorización cruzada, en conjuntos organizados de datos numéricos correspondientes a
categorías. Estos números podían representar cantidades de objetos, ser etiquetas de otras
cosas o simplemente formalizar información con patrones regulares de comportamiento. En
ese sentido, antes que a textos de lenguaje, los quipus eran, formularios de declaraciones de
impuestos, presupuestos familiares, relación de tropas de una determinada región,
instrucciones para interpretar una composición musical.

De hecho, incluían casi siempre en el mismo orden, un resumen de sus rasgos de carácter, el
nombre de la Coya, la cantidad de años que gobernó, sus principales acciones, etc. Pero todo
ello, a pesar de su sofisticación, no es lenguaje en el sentido alfabético.

Conclusiones
Los primeros manuscritos quechuas, se hicieron sin tomar en cuenta la pronunciación del
idioma, al hacer vocabularios y gramáticas de acuerdo al cronista o a quien rescataba el
idioma para convertirlo en las propias grafías del español.

Por otra parte el escribir en quechua para los clérigos españoles, les sirvió de mucho, así
podían catequizar más fácilmente a los indígenas quechuas, teniendo documentos en las
manos la palabra de dios en el idioma que sea se hacía eterna y mandaba sus leyes y
ordenanzas para que se sigan al pie de la letra, con esto la gente del lugar podía entender a la
perfección de qué se trataba la nueva religión y ser tratados por lo menos de una mejor
manera bajo los mandatos divinos.

Asimismo, las reconstrucciones que se han hecho a través de los años para reconstruir una
signografía del quechua, tomando en cuenta desde el protoquechua, es decir desde el quechua
más antigua ha sido imposible hasta el día de hoy, ya que como el quechua era tan extenso
variaba de región a región y con los años y la incursión del castellano la dinámica de la lengua
ha ido transformándose cada día más, sin poder tener hasta el día e hoy una signografía
convencionalmente tratada por todos los quechua hablantes.

Análisis personal
En este trabajo las fuentes etnohistóricas e históricas que tomé tienen un gran valor por que
ayudan en cierta parte a la reconstrucción del protoquechua, es decir al quechua que se
hablaba antes y durante la colonia, dando paso así al conocimiento de las tradiciones, mitos y
ritos de los inkas que se escribieron cuando los conquistaron, también creo que este análisis
sobre los primeros escritos quechuas me ayudará a entender mejor la importancia de una
lengua frente a las otras
Bibliografía
Arqueohistoria Escritura inca : Descifrando quipus
2008
DE LA ROCHA Angulo, Luis “La escritura de la lengua quechua”
1987 Academia Boliviana de la Lengua Quechua.
Cochabamba Bolivia

Francisco de Avila DIOSES Y HOMBRES DE HUAROCHIRÍ 


1975 Ed. Museo Nacional de Historia y el Instituto
de Estudios Peruanos, de Lima. Siglo XXI
Editores, México-Buenos Aires.

GUARDIA Mayorga César A. Diccionario kechwa-Castellano


Castellano-kechwa. Tercera edición Editora
1967 Los Andes. Lima, Perú

Palomino, Cerrón “Lingüística Quechua”


1987 Cusco Perú

Taylor Gerald “Amarás a Dios Sobre Todas Las Cosas” Los


2007 confesionarios quechuas. Siglos XVI y XVII.
Ed. Instituto Francés de estudios andinos
Arequipa, Perú

Taylor Gerald “Ritos y tradiciones de Huarochirí. Edición


2008 Bilingüe. Quechua normalizado-castellano.”
Instituto de Estudios Peruanos
Lima, Perú

Torero Alfredo LAS SIBILANTES DEL QUECHUA


2005 YUNGA
Y DEL CASTELLANO EN EL SIGLO XVI

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