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Ingeniería Inca: últimos descubrimientos

Primero, algo sobre el contexto: Diplomacia cultural


En un reciente artículo (“El Quechua |Runa Simi| como herramienta de promoción
cultural”) en la Revista de la Academia Diplomática del Perú, Carlos Manuel Reus aboga por la
causa de que el Perú ponga en práctica una política cultural exterior, basada en el legado de los
Incas y, sobre todo, en su lengua nativa, el quechua. Esa lengua es hablada también en Bolivia
y Ecuador, y por algunas comunidades en Colombia, Chile y Argentina. El porcentaje de la
población en general que habla quechua ha venido disminuyendo notablemente, pero el Perú
sigue siendo el país con más hablantes nativos del runa simi.
El prestigio de la civilización Inca es la causa de que el Perú atraiga a muchos turistas de
todo el mundo, y de que esos turistas quieran principalmente visitar el Cuzco y sus sitios
arqueológicos. Por consiguiente, está claro que Reus tiene razón en cuanto a que el bagaje
cultural de nuestra historia, su patrimonio arqueológico y sus expresiones vivas, deberían dar
lugar a una política cultural que se constituya en instrumento de la política exterior.
Además de su impacto en la economía a través del turismo, la cultura inca despierta el
interés de científicos y estudiosos de múltiples disciplinas, en muchos países del mundo. Por una
parte es decepcionante constatar que esos científicos conocen más de nuestros antepasados
que nosotros mismos, por lo que hay que llamar la atención de nuestras autoridades competentes
en la materia.

Ingeniería Inca en la prensa internacional esta semana que termina


Pero por otro lado, esa comunidad peruanista en el exterior puede también ayudar a una
política de prestigio basada en nuestro legado, así como contribuir al intercambio de información
y a la difusión de este conocimiento. En este punto queremos destacar la reciente investigación
de un geólogo brasileño, que aporta datos del mayor interés sobre la arquitectura de Machu
Picchu.
En la reunión de la Geological Society of America (GSA) realizada el lunes 23 de
septiembre en Phoenix, Arizona, el geólogo Rualdo Menegat, de la Universidad Federal de Rio
Grande do Sul, presentó un trabajo titulado “Cómo usaron los Incas las fallas geológicas para
construir sus asentamientos”. Un resumen de ese trabajo fue publicado por la prestigiosa revista
Science en su número del 24 de setiembre 2019.
Para ponerlo en pocas palabras y de un modo simple, diremos que, según Menegat, las
imágenes satelitales y el trabajo en el terreno demuestran que el sitio en donde se ubica Machu
Picchu está atravesado por una red de fallas y fracturas geológicas. Desde pequeñas fisuras en
las rocas hasta una falla de 107 km. de largo, que define la orientación del valle por donde fluye
el río Urubamba. Las principales fallas forman la figura de una equis, y la ciudadela fue construida
precisamente en el centro de esa equis. Las edificaciones, los canales subterráneos de drenaje
y en general todo el plano de la ciudad, siguen la orientación de las fracturas y fallas.
Las ventajas de esa estrategia son múltiples: las fallas reciben el agua procedente de los
deshielos y de las lluvias, y las transportan a la ciudad. Al mismo tiempo, sirven de drenaje en
caso de que caigan lluvias torrenciales. Las fracturas geológicas también causaron la fisura de
gran parte de las rocas, lo que hace más fácil tallarlas.
La construcción se halla adaptada a las fracturas de las rocas, mitigando peligros
geológicos y condiciones climatológicas difíciles. Por último, se trata de un sitio en el que los
incas pudieron encontrar numerosas rocas que ya estaban fracturadas, que usaron como cantera
para la construcción. Muchas de ellas tenían formas geométricas como triángulos o rombos, que
usaron en la construcción de los muros, dando a éstos gran equilibrio y solidez, con gran ahorro
de esfuerzo. Si las rocas no hubieran estado ya fisuradas o fracturadas, no habría sido posible
construir esa ciudadela, sin herramientas de metal.
Según la revista del Instituto Smithsoniano (25/9/2019) esta investigación responde por
primera vez a la pregunta de por qué los Incas construyeron esa ciudadela colgada en lo alto de
la montaña, al borde de un acantilado que da hacia el valle, un sitio aparentemente tan
inaccesible y difícil para la construcción. Todo esto revela una técnica de construcción bastante
madura, que también fue utilizada para edificar Ollantaytambo, Pisac y la ciudad del Cuzco.
Entrevistado por la revista Newsweek del 24/9/2019, Menegat explica que, en la zona de
alta montaña, las condiciones de vida son demasiado duras, si no imposibles. Sólo es posible
habitar en los lugares en los que el agua se filtra por entre las rocas, lo que los convierte en
pequeños oasis. Esas condiciones se dan en Machu Picchu. Y no es casualidad que los incas
hayan descubierto el lugar, ya que aparentemente, ellos sabían que al final de un falla se
encuentra el agua. La existencia de la palabra quechua “quijlos”, con la que designan a las
grandes fallas geológicas, demuestra indubitablemente que ya tenían conocimiento de este
accidente geológico, antes de la llegada de los conquistadores.

Roca fracturada. Foto: Rualdo Menegat

Conclusión
Los medios de prensa citados aquí concluyen con la idea de que la resistencia de estas
construcciones a los embates de la naturaleza durante siglos se debe a la técnica arquitectónica
y de ingeniería utilizada. Es algo de lo que podemos hablar con orgullo a las demás naciones.
Una tecnología nativa, original y perfectamente adaptada al entorno, hizo posible que la montaña
rocosa sirviera de cómodo y funcional hábitat urbano y, a la vez, de monumento histórico,
testimonio de la grandeza del Hijo del dios Sol.
Aunque medios como el Smithsonian, Le Courrier International, The Guardian, The
Chicago Tribune, entre otros, también se ocupan de las amenazas que pueden afectar a Machu
Picchu, esta exposición puede resultar beneficiosa, si es bien utilizada. El año pasado, el portal
TripAdvisor designó a Machu Picchu como el monumento No. 1 de su lista, debido a la cantidad
de opiniones publicadas en ese sitio web, muy positivas en su mayoría.
El Perú debe invertir en poner en valor otros sitios arqueológicos, otras maravillas que
también crearon nuestros antepasados, y que siguen creando sus herederos. Y debe difundir
masivamente esos logros. La inversión en Cultura no sólo se recuperará con creces, sino que
además le dará al Perú el prestigio que se merece, y le permitirá ocupar un espacio en la prensa
internacional, proyectando una imagen positiva. Descubrimientos como el que ha sido
presentado esta semana deben ser ampliamente conocidos, en el Perú y en el mundo
Foto: Rualdo Menegat

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