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Neoclasicismo[editar]

Artículos principales: Estilo Directorio  e  Indumentaria estilo Imperio.

Retrato de madame de Verninac, de Jacques-Louis David (1799), Museo del Louvre, París

La Revolución francesa supuso un cambio radical en la moda, al igual que en todos los


aspectos de la sociedad. La indumentaria se volvió más austera, con influencia de la
sobria moda inglesa, mientras que en vestimenta femenina surgió la «moda griega», una
serie de vestidos inspirados en la Antigua Grecia, aunque reinterpretados de forma
moderna. Durante el Directorio surgió una nueva moda femenina, con falda y corpiño de
una sola pieza, en un vestido de alta cintura sin mangas y con un gran escote (decolleté),
con un viso o una prenda de punto del color de la piel. Se usaban telas finas, como
muselina, batista o percal, mientras que en el calzado estuvieron de moda las sandalias,
por lo que fue una moda poco práctica que llegó a provocar casos de tuberculosis. El
cabello también se llevaba corto, à la Titus.142 En moda masculina se pusieron de moda
los pantalones largos (sans-culottes), así como un tipo de casaca llamada carmagnole.
Entre los revolucionarios se pusieron de moda el gorro frigio, la escarapela tricolor y
los zuecos.136

L'embarras des queues, grabado de Le Bon Genre, n.º 2 (1801). En la imagen, ejemplos
de incroyables  y  merveilleuses

La revolución favoreció un curioso fenómeno entre los detractores del proceso


modernizador en Francia, nostálgicos de un pasado perdido que rememoraban con
añoranza. Surgieron así unos tipos denominados incroyables  y  merveilleuses (para
hombre y mujer, respectivamente), caracterizados por una forma de vestir ampulosa y
extravagante. Su referente era el vizconde de Barras, miembro del Directorio y destacado
por su afectación en el vestir. Su vestuario se inspiraba en la indumentaria aristocrática
prerrevolucionaria, incluidas las pelucas empolvadas, así como diversos objetos de
afectación, como los impertinentes, unas gafas con mango. Algunos llevaban el pelo corto
por detrás (à la victime), en imitación de los guillotinados durante el Terror revolucionario.
Las mujeres en cambio adoptaron el vestido camisa de moda, aunque con colas más
largas.161
Durante el Imperio napoleónico, la moda siguió la misma inspiración, pero con telas más
recias contra el frío y un mayor lujo y suntuosidad. Las faldas eran más cortas, con los
pies a la vista, y llevaban una chaquetilla en torno a la cintura. Los hombres usaban frac,
un chaleco (gilet) con una bufanda anudada al cuello y pantalón largo; en 1805 se
introdujo una casaca corta sin faldones. El nuevo sombrero de moda entre los hombres
era el de copa, que estuvo de moda casi todo el siglo XIX.142

Ejemplo de chaqueta Spencer y vestido camisa, Francia (c. 1815)

En paralelo al movimiento cultural del Neoclasicismo, la indumentaria se inspiró en


modelos clásicos grecorromanos. En moda femenina se llevó el vestido camisa (o vestido
Imperio), unos vestidos rectos de muselina o algodón blancos que ya habían sido
popularizados por la reina María Antonieta en Versalles. Se llevaban con la cintura alta y
con el cuello redondo o cruzado, así como lazos o bordados de punto griego bajo el busto.
Los vestidos de día tenían las mangas largas, mientras que los de noche las tenían cortas
y se complementaban con guantes largos, también blancos. Para abrigarse se usaban
mantones de cachemira o boleros con cierres de pasamanería.nota 4 También fue popular
la chaqueta Spencer, inicialmente masculina pero adoptada luego por las mujeres.163nota 5
En el calzado, se llevaban sandalias tipo gladiador o souliers, unos zapatos salón de
punta redonda y tacón bajo. Como estos vestidos no permitían bolsillos, empezaron a
llevarse un tipo de bolsos pequeños con cordones,
llamados ridículos, balantines o indispensables, unos precursores del bolso moderno. Los
peinados eran de inspiración griega, con un moño alto y pequeños rizos sobre la frente,
complementados con tiaras de piedras preciosas.166
Las campañas napoleónicas difundieron la moda francesa por toda Europa, con diversas
peculiaridades, como la moda egipcia, que se difundió tras la campaña en Egipto de
Napoleón. De igual manera, la Guerra de Independencia española difundió la moda
castiza en el resto del continente, como el uso de la capa española, la mantilla, la peineta
y el abanico.167
El modista más relevante de la era napoleónica fue Louis Hippolyte Leroy, que fue el
principal proveedor de la emperatriz Josefina. Popularizó el color rosa, incorporó al
vestido Imperio un escote balcón e inventó las mangas abombadas.150

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