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Cuadernos de Formación Política

UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

AMÍLCAR CABRAL
© Sobre la presente edición
Universidad Bolivariana de Venezuela.

Fidel Castro Ruz, Víctor Dreke, Franz J.T. Lee, Ulises Estrada Lescaille
José Daniel Flerro, José Steinsleger, Arleen Rodríguez Derivet

COORDINACIÓN DE EDICIONES Y PUBLICACIONES / IMPRENTA UBV:


Diseño, diagramación, corrección de pruebas, montaje,
filmación de negativos, fotolito e impresión.

Caracas, Venezuela, agosto de 2006

Impreso en Venezuela
Printed in Venezuela

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AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

PRESENTACIÓN

Hoy comenzamos a publicar una recopilación biográfico-política de


Amílcar Cabral, uno de los africanos independentistas de mayor proyección
mundial a partir de la séptima década del siglo XX, debido a su liderazgo
en las luchas de liberación anticolonialistas de dos de los países africanos
dominados por los imperialistas portugueses aún en los años setenta.
Tal liderazgo estuvo basado en un pensamiento sociopolítico y filosófico
de amplia identidad africana vinculado estrechamente, de una forma
creativa, al materialismo histórico y dialéctico, y a la práctica solidaria de
la Revolución Cubana que en cientos de foros internacionales, escenarios
de las Naciones Unidas y vínculos bilaterales con otros países, siempre
priorizó el apoyo a las causas de los pueblos aún colonizados, como
fueron los casos de Guinea Bissau y Cabo Verde donde actuaba Amílcar
Cabral al frente de sus combatientes y seguidores.
Amílcar Cabral fue un artífice de la unidad africana y -como todo buen
marxista leninista- lo logró con conciencia clara de la situación histórico
concreta existente en esos dos países, poblados por diversas etnias y
expoliados por transnacionales europeas y multinacionales capitalistas,
en estrecha alianza con los sectores oligárquicos africanos. Amílcar Cabral
fue un claro ejemplo para todo el mundo africano de que el complejo
tema étnico no es, en modo alguno, impredecible o, de por sí, fuente
de obstáculos insalvables, pues como Cabral aplicó adecuadamente
el marxismo, a su análisis político, pudo elaborar estrategias de lucha
eficacez contra el colonialismo, donde las llamadas rivalidades étnicas
las hizo pasar a un plano secundario ante la necesidad de la unidad para
vencer al colonialista.
Por ello, el colonialismo tuvo que acudir a la acción encubierta y
malsana contra Amílcar Cabral, para poder vencerlo en un campo de lucha
en el que Amílcar Cabral no estaba adecuadamente preparado, sean por
sus convicciones morales, filosóficas y políticas, como por la de sus más
cercanos colaboradores o personal de su seguridad.
Amílcar fue asesinado el 20 de enero de 1973 y, su muerte en la
Guinea Conakry retumbó en los oidos de muchos más caboverdianos,
y guineanos, que se aprestaron a recibir las armas del caído y, con “un
tableteo de ametralladoras” más intenso aún, provocaron unos meses
después transformaciones profundas en la propia madrigera del poder
colonial portugués que a la postre produjo efectos descolonizadores en
todas las colonias portuguesas en África (Mozambique, Angola, Cabo
Verde y Guinea Bissau).
El asesinato de Amílcar Cabral puede inscribirse en toda esa gama
de acciones emprendidas por el imperialismo mundial, encabezado
por Estados Unidos, en reacción a las crecientes luchas de liberación

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Cuadernos de Formación Política

tercermundistas o del sur que en América Latina, Asia y África habían


avanzado mucho. Recuérdese la resistencia de los vietnamitas ante los
bombardeos yanquis y las batallas victoriosas de los pueblos indochinos
(vietnamitas, laosianos y camboyanos) ante los rangers nortamericanos
desde fines de los 60 e inicios de los 70; los cambios en la composición de
la correlación de fuerzas en América Latina con la acción antimperialista
de Omar Torrijos en Panamá desde 1968, la asunción de los militares
nacionalistas al poder en Bolivia y Perú; el avance de los Tupamaros en
Uruguay; las guerrillas de Mariguela en Brasil; el regreso de Perón a la
Argentina, y sobre todo, el triunfo en las urnas en 1971 del socialista
Salvador Allende. Este cambio de la correlación internacional de fuerzas
se vio reflejado claramente en la propia 4ta Cumbre del Movimiento
de Países No Alineados de Argel donde unánimemente más de 70
países dieron su apoyo incondicional a las luchas anticolonialistas y
antimperialistas en África, Asia y América Latina.
Amilca Cabral es un héroe de la humanidad y a él rendimos el más
profundo homenaje, al recordarlo permanentemente en la Cátedra
de África que el Grupo Parlamentario Venezolano del Parlamento
Latinoamericano, con el apoyo del Despacho de África del MRE, la UBV,
el Instituto Bolívar-Marx y otras instituciones, impulsa y desarrolla para
difundir el conocimiento sobre ese continente, y promover la amistad
entre los pueblos de África y de nuestra América.

Dip. Víctor Chirinos


VICEPRESIDENTE
RELACIONES INTERINSTITUCIONALES
GRUPO PARLAMENTARIO VENEZOLANO
Email: dipvch@yahoo.es

Prof. Ernesto Wong


ASISTENTE LEGISLATIVO Y COORDINADOR DE LA CÁTEDRA
Email: wongmaestre@gmail.com

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AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

NUESTROS ANTEPASADOS TRANSPORTADOS A


AMÉRICA COMO ESCLAVOS, ESTÁN CONTENTOS

Por Víctor Dreke*

Amílcar Cabral, uno de los más brillantes dirigentes africanos,


reveló que el Partido africano para la Independencia de Guinea y
Cabo Verde (PAIGC), valoraba intensamente el apoyo que el pueblo
cubano le prestaba. Así lo hizo saber en un histórico discurso el 30
de agosto del 66, de visita en Brazzaville con otros dirigentes de las
colonias portuguesas en lucha.
Manifestó que no creía en la inmortalidad del alma. «Pero si así
lo fuera —agregó—, podríamos decir que las almas de nuestros
antepasados transportados a América como esclavos, están
contentas al ver en esta hora a sus hijos reunidos de nuevo, dando
una contribución a la liberación e independencia verdadera».
En otro momento de ese discurso señala que «la historia no la
hacen los ríos ni las montañas, la historia la hacen los hombres,
y agradezco a los pueblos y a los hombres que fueron capaces de
probar antes que nosotros esa realidad histórica, principalmente
al pueblo cubano y a Fidel Castro, que lo hicieron a través de su
ejemplo».
Unos tres meses antes, el 29 de abril de 1966, Cabral había
sostenido una reunión con los seis primeros cubanos que pisaron
tierra de Guinea Bissau, de ellos 3 médicos, Labarrere, Rómulo y
Domingo, y 3 artilleros, Aldo, Verdecia y Salabarria, más conocido
por Horacio, «el hombre grande». Estos compañeros participan en
su primer combate el 1º de mayo de ese año, y posteriormente en
meses siguientes arribaron otros grupos.
Amílcar no quería que los cubanos corrieran peligro y estaba
opuesto a que participaran como soldados de infantería. La caída
del primer cubano, Félix Barriento Laporte, el 2 de julio de 1967,
en el ataque al cuartel de Melle, constituyó para Amílcar una gran
preocupación y le produjo un profundo dolor, pues mantenía el
firme criterio de que la guerra tenían que realizarla los guineanos y
caboverdeanos. El aprecio y admiración de Amílcar hacia los cubanos
se expresó en cada momento.
Hoy se ha convertido el 2 de marzo del 2003 en una fecha histórica
e imborrable para los pueblos de Cuba, Guinea Bissau y Cabo Verde,

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al develar en el parque de los Próceres africanos, situado en 13 y


64, Miramar, el busto de ese gran luchador por la libertad de sus dos
pueblos, del África y de la humanidad: Amílcar Cabral.
Este gran hombre nació un 12 de septiembre de 1924 en Bafatá;
en 1932 su familia se desplaza a Cabo Verde, donde continuó sus
estudios hasta 1945 en que se traslada a Lisboa al serle otorgada
una beca.
En su etapa de estudiante se destaca por su lucha contra la
colonia y realiza múltiples actividades como miembro del comité
antifascista.
1950: regresa a Bissau graduado como ingeniero agrónomo,
pero en 1955, debido a sus ideas y actividades anticolonialistas,
el gobernador lo expulsa del país, motivo por el cual se traslada a
Angola y se une a la organización del movimiento de liberación de
ese país (MPLA).
El 19 de septiembre de 1956 se constituye en Bissau el PAI
(Partido africano de la Independencia) y posteriormente adopta el
nombre de PAIGC.
Amílcar prepara las condiciones para iniciar la guerra necesaria
y el 23 de enero de 1962, comienza la lucha armada con el ataque
al cuartel de Titi, en el Sur del país. Cabral traza la estrategia de la
lucha política, militar y económica. En 1964 edita los primeros libros
escolares para la alfabetización, inaugura la escuela piloto para los
hijos de combatientes y niños de las zonas liberadas y organiza la
agricultura en las zonas dominadas por las guerrillas.
Noviembre de 1964: constituye la primera unidad del Ejército
Popular, organiza las milicias, abre el Frente Este y organiza, según
los recursos existentes, las unidades de salud.
Del 13 al 17 de febrero de 1964, se celebra el primer congreso del
PAIGC en armas, en el sur del país (Casacá), constituyendo el Buró
político y el Comité Central.
A principios de 1965 se reúne con el comandante Ernesto Che Guevara
en la República de Guinea, de cuyo encuentro el Che tuvo una valoración
muy positiva que expresó en su mensaje a la Tricontinental.
1966: en ocasión de celebrarse la primera reunión de la
Tricontinental, Amílcar hizo pronunciamientos sobre la unidad
necesaria en la lucha de los pueblos contra el colonialismo, los cuales
han quedado vomo gravamen para toda la humanidad. Recorrió
con nuestro comandante en jefe, Fidel, el Escambray y desde ese
momento Amílcar y su pueblo se unen a Cuba en la batalla por una
patria libre del colonialismo.

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AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

Los cubanos recordamos aquel grupo de valerosos compañeros


caboverdeanos que bajo las órdenes del hoy presidente Pedro Pires y
con la participación directa del capitán Toledo, Coqui y otros cubanos
se prepararon, física y militarmente, llegando a nadar más de 15
kilómetros y haciéndose unos expertos en el tiro de manguera.
Con posterioridad, los vimos en los montes de Guinea Bissau
combatiendo por la libertad de Bissau y Cabo Verde; presentes
también en la emisora Radio Liberación, creada para cumplir la
misión de hacer llegar la verdad al pueblo, y que salió al aire el 16
de julio de 1967, ubicada en la República de Guinea.
Amílcar Cabral fue un luchador incansable por la unidad y la
paz de sus pueblos, por la cultura y el desarrollo de ambos países,
señalando al respecto: «De Portugal sólo necesitamos el idioma para
poder salir al mundo».
No podemos olvidar aquella noche triste del mes de octubre de
1967 en que en la Embajada de Cuba en la República de Guinea se
reunió el Buró Político del PAIGC, encabezado por Amílcar y Arístides
para rendir tributo al comandante Che Guevara al confirmarse la
noticia de su caída en Bolivia.
Al resumir la velada, Cabral dio la palabra de orden: Atacar todos
los cuarteles durante 15 días en la operación que nombró «el Che no
ha muerto».
Es por eso que estamos seguros que Amílcar en estos momentos
estaría al lado de Fidel en la lucha por la unidad de los pueblos y en
defensa de la libertad y el regreso de nuestros Cinco héroes prisioneros
del Imperio. En efecto, nuestros antepasados transportados a
América como esclavos están contentos.
Rendimos homenaje a los combatientes caboverdeanos y
guineanos caídos, y como tributo también recordamos a los cubanos
caídos en Bissau y que a continuación mencionaremos: Tte. Raúl
Pérez Abad, Raúl Mestres Infante, Miguel A. Zerquera Palacio, Pedro
Casimiro Llopíns, Radamés Sánchez Begerano, Eduardo Solís Renté,
Félix Barriento Laporte, Radamés Despaigne Robert, Edilberto
González.

*El coronel (r) VICTOR DREKE fue


el jefe de los combatientes cubanos
en Guinea Bissau durante la guerra de
liberación de ese pueblo.

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APRENDIENDO DE AMÍLCAR CABRAL

«Una revolución social no termina


Cuando se iza la bandera y se interpreta el
himno nacional». A.C.

Por: Franz J. T. Lee

A. Datos Biográficos

Amílcar Cabral nació el 12 de Septiembre de 1924 en Bafata,


Guinea. En 1932 se fue para Cabo Verde. En 1944 terminó su
Secundaria en la isla de Sao Vicente. En 1945 obtuvo una beca para
estudiar agronomía en Lisboa. En 1950 se graduó y dos años después
regresó a Bissau.
En 1955 el gobernador portugués Melo e Alvim lo obligó de irse
para Angola donde se reunió con el Movimiento de Liberación de
Angola (MPLA), liderado por Agostinho Neto. Mientras tanto, en el
mismo año un grupo de países asiáticos y africanos celebraron una
conferencia en Bandung, Indonesia, en la cual nació el Movimiento
de los Países No Alineados. También, como vimos anteriormente,
marcó el fin de la primera Guerra de Independencia de Vietnam y el
comienzo de la revolución armada en Argelia, que fue lanzado por el
Frente Nacional de Liberación (FLN).
El año siguiente fue fundado en Bissau el «Partido africano para
la Independencia de Guinea y Cabo Verde» (PAIGC) por Amílcar
Cabral, Arístides Pereira, Luis Cabral, Júlio de Almeira, Fernando
Fortes y Elisée Turpin. Finalmente, en 1963 comenzó la guerra civil
en Guinea Bissau; el PAIGC atacó a instalaciones militares en Tite.
De inmediato, el Gobernador Portugués de Guinea Bissau formó un
«comando de operación», Green Sea, para asesinar a los líderes
del PAIGC, con base en Conakry en la vecina y amiga República de
Guinea. Este primer intento asesino fracasó.
Entre 1960 y 1962, el PAIGC operaba desde la República de
Guinea, organizando a los militantes y trabajadores del partido y
tratando de obtener apoyo masivo africano e internacional. Cabral
y sus compatriotas desarrollaron una práxis-teoría especial para
su patria, hecho que puede ser presenciado en sus documentos y

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AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

charlas. Al mismo tiempo fueron liberados muchas áreas de Guinea


Bissau por las guerrillas.
En los años siguientes, en el continente e internacionalmente
Amílcar Cabral se convirtió en una personalidad revolucionaria
africana bien conocida, recibiendo apoyo de todas partes, desde
China y los gobiernos «comunistas» hasta los países escandinavos.
El 20 de Enero de 1973 Amílcar Cabral fue asesinado en Conakry.
Ocurrió así:

«La «hora del puñal» en Conakry


Escenario: una casa pintada de blanco, ubicada a solas en el
centro de un patio amplio; un árbol grande de mangos crece delante
de la casa; hay un cobertizo utilizado como garaje; el sitio está en
Conakry, la capital de la República de Guinea cuyo presidente es
Séku Turé. La hora: las 3 de la madrugada, 20 de enero de 1973.
Acción: se estaciona un auto, un Volkswagen debajo del cobertizo.
Dos faros se enfocan en los pasajeros del auto - Amílcar Cabral y su
segunda esposa, Ana María. Desde la oscuridad una voz dura ordena
que se ate a Amílcar. Éste pelea y se niega a ser dominado. El líder
de la incursión hala el gatillo y pega a Amílcar cerca del hígado.
Amílcar, agachado en el piso, sugiere que dialoguen. La respuesta:
una ráfaga de ametralladora encima de la cabeza del fundador del
PAIGC. Su muerte es inmediata. Los agresores: Inocencio Kani que
fue el primero en disparar, un veterano de la guerra de guerrillas y
ex comandante de la armada del PAIGC; los demás son miembros
del partido, todos son guineos.» (Ver: http://www.vidaslusofonas.
pt/Amílcar_cabral_2.htm)
Amílcar Cabral fue sepultado lejos de su patria en un cementerio de
Conakry. Es triste, pero de esta manera, uno de los líderes africanos
más ilustres de su generación, uno de los teóricos principales de la
lucha armada para la liberación africana, desapareció del escenario
político mundial.
Sin embargo, incluso después de su muerte la conspiración
contra los ideales revolucionarios de Cabral continuaba. En los años
siguientes murió muchas veces más. El 14 de noviembre de 1980,
Nino Vieira lideraba un golpe de Estado que destruyó el gran sueño
de Amílcar de reunificar a Guinea y Cabo Verde; esto resultó en un
fraccionamiento del PAIGC.
Inmediatamente Guinea Bissau se hundió en ostentación,
corrupción y odio sangriento en cuanto a la solución de diferencias
políticas, y entrampó a muchos de los líderes guineos. 30 años

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Cuadernos de Formación Política

después de la independencia política, conquistada tan dolorosamente


en la jungla de Madina do Boé, hoy siguen diezmando a sus pueblos
africanos el hambre, la pobreza y las enfermedades. Además, igual
que en otras partes, después de todas las revoluciones sangrientas
exitosas contra el colonialismo, imperialismo y neo colonialismo,
Cabral murió como consecuencia de las vendettas de sus viejos
compañeros que todavía estaban metidos en las peleas fratricidas y
en las borracheras de poder.

B. Cabral y la lucha armada de liberación en Guinea-Bissau

En esta parte de gran importancia para nosotros es la práxis-


teoría revolucionaria de Amílcar Cabral, especialmente lo que expresa
respecto a la liberación nacional y estructura social en países «menos
desarrollados».
Estas ideas revolucionarias están magistralmente ilustradas en un
discurso pronunciado ante la «Primera Conferencia de los Pueblos de
Asia, África y Latino América», celebrada en La Habana, Cuba, entre el 3
y 14 de enero de 1966. Cabral actuó como Secretario General del «Partido
africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde» (PAIGC), como
sabemos, el cual dirigió la lucha de liberación armada en su país.
Este discurso es un excelente ejemplo de principio revolucionario,
de cuidadoso análisis científico y filosófico de las condiciones
históricas específicas de un país pre-capitalista subdesarrollado,
antes de lanzarse a la auto-defensa revolucionaria, a la lucha armada.
También se ve que Cabral ha estudiado el marxismo al fondo, antes
de hacer preguntas o críticas fundamentales.
Cabral dijo: «Cuando el pueblo africano dice en su simple lenguaje
que ‘no importa cuan tibia esté el agua en la primavera, el arroz no
se cuece’, expresa, con simplicidad, un principio fundamental, no
sólo de física, sino también de ciencia política aunque la realidad
de otros sea más hermosa y atractiva, nuestra propia realidad no
se transforma verdaderamente, sin una comprensión concreta. Sin
nuestros esfuerzos, sin nuestros sacrificios». (Las citas, mi traducción,
véase: Class Struggle in África, Panaf, London, 1970; W. F. Pomertoy
(Ed.), Guerrilla Warfare and Marxism. I.P., New York. 1978.)
Según Cabral, la más grande debilidad de nuestra lucha contra el
imperialismo metropolitano en África, Asia, Latinoamérica y en otros
lugares, es la ‘’negligencia dialéctica», la ignorancia de la realidad
histórica que el movimiento de liberación clama por transformar.
«Toda práxis engendra una teoría» (Cabral). Pero, sigue diciendo:

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AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

«Y que, si es cierto que una revolución puede malograrse, a pesar


de las teorías perfectamente concebidas, también es cierto que
uno no puede alcanzar una revolución victoriosa sin una teoría
revolucionaria».
En la actualidad, para la Revolución Bolivariana en América Latina y
Venezuela, más que nunca, ésta es una extraordinaria expresión de la
relación científico-filosófica de la práxis-teoría emancipatoria. También,
Cabral analizó la práxis-teoría revolucionaria marxista, generalmente
aceptada en aquél entonces, sobre la lucha de clases sociales y señaló
la dificultad de aplicarla en el caso de Guinea-Bissau.
Hizo una pregunta muy pertinente: «¿Comienza la historia sólo
en el momento en que el fenómeno de clase se desarrolla, o con
la consecuente lucha de clase?», luego continúa: «...en ese caso,
sería cuestión de considerar -y rehusamos aceptarlo- que muchas
sociedades humanas en África, Asia y Latino América vivieron sin
historia hasta el momento en que fueron sometidas al yugo del
imperialismo. En África, esto significaría que los «Balanta» de Guinea-
Bissau, los «Kouniama» de Angola y los «Maconda» de Mozambique
han vivido, hasta el siglo XX sin historia».
Cabral declaró que «el nivel de las fuerzas productivas» es una
«fuerza motivante de la historia» mucho más definida. El imperialismo
impuesto desde afuera, había interrumpido el desarrollo interno y
normal de la fuerzas productivas de Guinea-Bissau y de cualquier parte
de África, Asia, del Caribe o América Latina y por consiguiente, había
interrumpido su historia. Continúa explicando cómo el Imperialismo
había creado en Guinea-Bissau una «seudo-burguesía», una falsa
burguesía, oligarcas parasíticos y no una burguesía nacional,
simplemente porque esa burguesía no evolucionó normalmente del
crecimiento de las fuerzas productivas, por ende, no acumuló capital
nacional originario. Éste es un factor muy importante, cuando se
considera una alianza dentro del movimiento «colonial» o «neo-
colonial», donde artificialmente las clases sociales y la lucha de clase
ya se hubieran desarrollado.

De este análisis científico concluyó:


«...la liberación nacional del pueblo es la reconquista de la
personalidad histórica de ese pueblo, es su regreso a la historia como
un medio de destruir la dominación imperialista a la cual ha sido
sometida. ...Sólo la libertad, y nada más que ella, puede garantizar
la normalización del proceso histórico de un pueblo. En consecuencia,
podemos concluir, que hay liberación nacional cuando y sólo cuando

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Cuadernos de Formación Política

las fuerzas productivas nacionales están completamente libres


de dominación extranjera. El fenómeno de la liberación nacional
corresponde, esencialmente, a una revolución».
También diferenció entre praxis revolucionaria en una situación
colonial o neo-colonial, es decir, «neo-liberal salvaje», y al respecto
enfatizó la necesidad de un partido político de vanguardia, en un
sentido leninista.
«Sólo una vanguardia revolucionaria, generalmente una minoría
activa, puede estar consciente, desde un principio, de la diferencia
entre genuina independencia política e independencia política artificial,
y a través de la lucha, puede hacerla asequible a la comprensión de
las masas populares».

C. El PAIGC - La vanguardia de la lucha armada

Cabral explicó:
«Esta vanguardia, el PAIGC en Guinea-Bissau, hizo entender a
las masas el carácter político fundamental de la lucha armada de
liberación nacional. En una situación colonial, la marcada estructura
del ‘estado nacional’ en la cumbre, hace más difícil la creación de un
frente unido. Mientras las clases dirigentes nativas se aburguesan
progresivamente, los trabajadores urbanos, el proletariado rural y el
campesinado, se transforman, cada vez más, en una ‘clase laboriosa’.
Esto abre nuevas perspectivas para la evolución de la liberación
nacional, dentro de la estructura o a través de la acción de una fuerte
y bien construida organización política.»
También señaló que existe una diferencia de perspectiva en las
luchas coloniales y neo-coloniales. En el caso colonial, se busca
una solución nacionalista: la lucha está dirigida contra las fuerzas
represivas de la lumpen-burguesía local o del país colonizador.
En el caso neo-colonial (o neo-liberal), la situación demanda
la destrucción de la estructura capitalista implantada (el Estado
opresivo) y justamente «postula una solución capitalista» (Cabral).
Aquí enfatiza también la base económica de estas dos luchas: «...la
diferencia en el nivel de las fuerzas productivas» y el «consecuente
deterioro de la lucha de clase».

D. Cabral y la revolución permanente

En cuanto a la «violencia», de acuerdo con Frantz Fanon, para


Cabral, «una revolución social no termina cuando se iza la bandera y

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AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

se interpreta el Himno Nacional. ... no puede haber liberación nacional


sin el uso de la violencia como factor liberador por parte de las fuerzas
nacionalistas, en respuesta a la violencia criminal de los agentes del
imperialismo». Tenía razón después que la revolución triunfó, Cabral
fue cobardemente asesinado por los «agentes del imperialismo».
También enfatizó que el dilema de la pequeño-burguesía nacional (o
clase media) naciente en una situación neo-colonial (o neo-liberal)
tiene sólo una alternativa: «traicionar la revolución, o, como clase,
cometer suicidio».
Cabral no tenía problemas con «marxistas», «socialistas» o
«países socialistas». En una conferencia celebrada en Dar-es Salaam
en 1965, Cabral explicó:

«Es nuestro deber de declarar aquí claro y raspado,


que tenemos aliados firmes en los países socialistas...
Desde la revolución socialista y los acontecimientos
de la Segunda Guerra Mundial se ha cambiado
definitivamente el rostro de la tierra. En el mundo ha
surgido un campamento socialista. Esto ha cambiado el
equilibrio del poder radicalmente, y este campamento
socialista hoy se está mostrando completamente
consciente de sus deberes tanto internacionales como
históricos, más no morales, porque los pueblos de los
países socialistas nunca han explotado a los pueblos
colonizados.»

Al contrario, él expresó su reconocimiento por su apoyo solidario.


Hablando como jefe de la delegación del PAIGC en la reunión Joint
en el Kremlin, dedicada al 50 aniversario de la Unión Soviética,
Cabral dijo:

«Aprovechando esta oportunidad, queremos expresar


nuestros reconocimientos por parte de nuestro pueblo
al pueblo soviético, al CPSU, su Comité Central, por la
asistencia versátil que nos brindan para nuestra lucha
áspera contra los colonialistas portugueses, contra la
guerra y el genocidio, para la independencia, la paz y el
progreso de nuestra Patria africana.»

(Para las siguientes citas ver: African Communist, No. 53, second
quarter, 1973).

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Cuadernos de Formación Política

Enfatizó que:

«Estamos luchando para que nuestros países, que han


sido martirizados y despreciados durante siglos, no sean
gobernados más por los insultos, para que nuestros
pueblos más nunca sean explotados por los imperialistas,
de paso no sólo por gente de piel blanca, porque no
estamos confundiendo la explotación o los explotadores
con el color de la piel de los hombres; sino nosotros no
queremos ningún tipo de explotación en nuestros países,
ni siquiera por gente negra.»

Conclusión
Resumiendo: ciertamente, el PAIGC estuvo inspirado en la resistencia
Viet Minh y Viet Cong, pero desarrolló su propia y específica estrategia
en la guerra de guerrillas. La lucha armada comenzó en enero de
1963 y la victoria fue asegurada a mediados de 1970. Sin embargo,
esta lucha contra el ultra-nacionalismo portugués por gracia de Dios,
fue parte del movimiento emancipatorio en Angola y Mozambique.
Las victorias revolucionarias en estos países, formaron parte de la
lucha africana total contra el gobierno imperialista portugués. Fue
entonces cuando a mediados de la década de los sesenta, Nkrumah
exigió una guerra africana total contra el imperialismo en África,
y el establecimiento de un alto mando revolucionario continental
unificado, para planificar la guerra revolucionaria.
Por consiguiente: ¡Viva Cabral! ¡Viva la Revolución africana, la
otra cara de la Revolución Bolivariana!

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AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

RECORDANDO A AMÍLCAR CABRAL,


LÍDER ANTICOLONIALISTA DE GUINEA BISSAU

Ulises Estrada Lescaille


Tricontinental

Amílcar continuó sus esfuerzos por la liberación del colonialismo


mediante la lucha armada. Su empeño fue tal que se convirtió en un
obstáculo insalvable para la política colonial. Los principios que defendía
también afectaban los intereses imperialistas. Por eso decidieron
eliminarlo. El 1ro de enero de 1973, cuando ya la victoria era irreversible,
fue asesinado por militantes traidores reclutados por los portugueses,
los cuales pagaron ante la justicia revolucionaria su crimen.
Mestizo, delgado, de mediana estatura, con espejuelos de armadura
oscura, de andar erecto y rostro iluminado por una sonrisa. Fue uno
de los más preclaros líderes fundadores de la nacionalidad africana.
Aunque no era comunista, tenía vastos conocimientos del marxismo-
leninismo. Leyó a los grandes filósofos de la humanidad.
Dirigente político y militar, abrazó la guerra de guerrillas como vía
fundamental para liberar a su pueblo del colonialismo portugués. No
se concentró en el combate anticolonial en Guinea Bissau, sino que lo
extendió también a Cabo Verde, isla poblada fundamentalmente por
mestizos con un alto nivel cultural y económico. Esta operación se frustró
por razones de seguridad, y Pedro Pírez, jefe del grupo caboverdiano se
incorporó con su comando al combate en Guinea Bissau.
Fue solidario, además, con las batallas que se libraban en las
restantes colonias portuguesas. Artífice de la unidad interna, se
enfrentó a las tendencias tribales, religiosas y regionales que dividían
a su país. A todos los llevó a combatir juntos por la independencia,
sentando las primeras bases del sentimiento nacional.
Amílcar Cabral, nacido el 12 de septiembre de 1924, en Bafatá,
Guinea Bissau, marchó con su familia a Cabo Verde a los ocho años
de edad, donde cursó la enseñanza media en la escuela San Vicente.
En 1945 viajó a Lisboa para estudiar en el Instituto Superior de
Agronomía, con excelentes resultados docentes. En 1950 se graduó
de ingeniero y regresó a Bissau a trabajar en su profesión por cuenta
del gobierno portugués.
En Lisboa, junto a otros estudiantes de las colonias portuguesas,
dedicó sus esfuerzos a la búsqueda de las raíces africanas y revitalizó,

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Cuadernos de Formación Política

con ese objetivo, la Casa de África, a la vez que fundaba el Centro


de Estudios africanos. Luego de trabajar en la Estación Agrónoma de
Lisboa, regresó a Guinea Bissau y recorrió el país. A su paso, conoce
de cerca la explotación colonial de que eran víctimas los campesinos
y el pueblo guineano en general. Por sus ideas políticas en 1955 es
expulsado de Bissau y se incorpora a la organización y lucha del
movimiento independentista en Angola. Posteriormente organiza el
Partido africano para la Independencia (PAI), que luego adopta el
nombre de Partido africano para la Independencia de Guinea y Cabo
Verde (PAIGC).
Amílcar no cesa en su batallar y a través del PAIGC inicia la guerra
de guerrillas en Guinea Bissau el 23 de enero de 1962; ya en 1965
combatían en los frentes norte, sur y este del país. Mantuvo siempre,
con toda claridad, la ideología revolucionaria, antimperialista,
anticolonialista, contra el apartheid y todas las formas de racismo y
discriminación que, derivadas de éste, existían en aquellos momentos
en el continente africano, al sur del Sahara.
Es a finales de 1964 que conoce al comandante Ernesto Che
Guevara en la República de Guinea (Conakry), a quien explica en
detalle la causa que defiende, y solicita el apoyo directo de Cuba con
respecto a instructores militares, uniformes, medicinas e instrumentos
agrícolas para cosechar la tierra en las zonas liberadas.
En enero de 1966 participa como fundador de la I Conferencia
Tricontinental, en La Habana. Su discurso fue una clara exposición
de la situación política, económica y social existente en el continente
africano y la lucha que libraban los pueblos en las colonias
portuguesas. Allí se reúne con el Comandante en Jefe Fidel Castro,
quien de inmediato se solidariza con sus pronunciamientos y acción
y lo invita, en compañía de Oscar Oramas, funcionario del Ministerio
de Relaciones Exteriores que servía de traductor, a recorrer las
montañas del Escambray, uno de los escenarios de la lucha contra la
dictadura batistiana, a la vez que le traslada las experiencias vividas
en los combates en las montañas, ciudades y llanos, y la resistencia
del pueblo cubano a las agresiones diversas del imperialismo
estadounidense.

Cubanos en Guinea
Oramas fue designado posteriormente embajador de Cuba en la
República de Guinea con la tarea principal de atender las relaciones
con el PAIGC, mientras que a mí, como oficial de la Inteligencia
cubana vinculado al apoyo a movimientos de liberación nacional, el

16
AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

comandante Manuel Piñeiro me asignó la misión de llevar en abril de


1966, en la motonave cubana Uvero, la ayuda solicitada por Amílcar
y otras prometidas por el Che a diferentes movimientos de liberación
nacional. Paralelamente se unen al PAIGC los primeros tres médicos y
asesores militares cubanos, quienes participan en el primer combate
contra el ejército portugués el primero de mayo de ese año.
Una vez concluida la misión en el Uvero, en noviembre de 1966,
a pesar de la preocupación de Amílcar -que no se encontraba en el
país-, por temor a la muerte o captura de uno de nosotros en los
frentes de batalla, me uno a las guerrillas comandadas por Domingo
Ramos, comisario político del PAIGC, en la primera operación militar
de envergadura en la que participan los instructores militares
cubanos, bajo el principio de convertir el combate en una escuela.
Así, en el Frente Este, atacamos el cuartel de Madina Boé, una
fortaleza muy bien protegida por los tugas (portugueses) con el
apoyo de miembros de la tribu fula, que eran los que estaban en la
superficie, ya que los soldados estaban en trincheras bien cubiertas
o bajo tierra.
Me encontraba al lado de Domingo, quien con la mitad de su cuerpo
cubría el mío para protegerme, cosa que no pude evitar, y abrimos
fuego con un cañón B-10 desde una pequeña elevación situada a
unos 600 metros del cuartel. Los portugueses tenían colimada la
zona y respondieron con certeros disparos de mortero, mientras
nosotros continuamos haciendo fuego con el cañón sin retroceso,
ametralladoras y fusiles.
Un rato después de iniciado el combate, sentí que corría por el
lado derecho de mi espalda un líquido caliente y pensé que estaba
herido por uno de los morterazos que caían a nuestro alrededor. Era
Domingo, sangraba copiosamente. Tomé su cuerpo en unión de otro
compañero y lo condujimos al puesto médico, situado a unos cien
metros de la zona de combate. El médico cubano me informó que
había fallecido. No podíamos dejar el cadáver del dirigente guineano
en manos portuguesas. Tomamos su cuerpo y en un camión nos
trasladamos a través de sembrados de arroz hacia la frontera con
Conakry. Llegamos a Boké, donde se encontraba el puesto de mando
fronterizo y entregamos su cadáver al compañero Arístides Pereira,
para que pudieran darle sepultura y rendirle los honores que merecía
este luchador, que fue uno de los primeros altos jefes del PAIGC en
caer en combate.
Los cubanos continuaron combatiendo junto al PAIGC en
numerosas acciones militares. Nueve de ellos entregaron allí su

17
Cuadernos de Formación Política

sangre generosa: Raúl Pérez Abad, Raúl Mestres Infante, Miguel


A. Zerquera Palacio, Pedro Casimiro LLopins, Radamés Sánchez
Bejerano, Eduardo Solís Renté, Felipe Barriendo Laporte, Radamés
Despaigne Robert y Edilberto González.
Las zonas liberadas crecían por día. Amílcar continuó sus esfuerzos
por la liberación del colonialismo mediante la lucha armada. Su
empeño fue tal que se convirtió en un obstáculo insalvable para
la política colonial. Los principios que defendía también afectaban
los intereses imperialistas. Por eso decidieron eliminarlo. El 1ro de
enero de 1973, cuando ya la victoria era irreversible, fue asesinado
por militantes traidores reclutados por los portugueses, los cuales
pagaron ante la justicia revolucionaria su crimen.
Nueve meses después, Guinea Bissau obtenía su independencia
nacional. Aquel hombre que había sabido llevar a su pueblo a la
guerra liberadora, en un país empobrecido, de menos de un millón
de habitantes, dividido en unos 20 grupos tribales, ofrendó su vida
a cambio de un futuro mejor e independencia para sus hermanos.
Sus ideas han quedado grabadas para siempre en aquellos que se
mantienen leales a su pensamiento, a su valeroso ejemplo y se
proponen hoy construir una Guinea unida, enfrentarse a la pobreza y
alcanzar un escalón más alto en la vida de sus hombres y mujeres.

18
AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

CUBA CONSOLIDÓ LA INDEPENDENCIA DE


ANGOLA Y AYUDÓ A LIBERAR NAMIBIA Y
ZIMBABWE
Fidel Castro hace un repaso a más de 40 años de solidaridad
internacionalista y lucha antiimperialista en el continente africano

José Daniel Fierro


Rebelión

Por vez primera, el Presidente cubano Fidel Castro reveló detalles


de la participación militar de Cuba en la guerra contra las tropas de
Sudáfrica en Angola y otras muchas cuestiones sobre el compromiso
cubano con la emancipación de diferentes naciones de África.
En el discurso pronunciado el pasado 2 de diciembre, con motivo
del 30 aniversario de la misión militar cubana en Angola, el líder
revolucionario hizo un repaso a más de cuarenta años de solidaridad
internacionalista y de lucha antiimperialista en el continente africano.
Fidel se refirió a la historia de pillaje y saqueo neocolonial de
Europa en África, con pleno apoyo de Estados Unidos y la OTAN, así
como “a la heroica solidaridad de Cuba con los pueblos hermanos,
que no han sido suficientemente conocidas, aunque sólo fuese como
merecido estímulo a los cientos de miles de hombres y mujeres que
escribieron aquella gloriosa página que para ejemplo de las presentes
y futuras generaciones no debieran olvidar jamás”.
Durante las últimas décadas el pueblo cubano ha realizado
una tarea sorprendente por su magnitud, extraordinaria por sus
resultados, ejemplar por su dignidad e impagable por la generosidad
y la entrega puestas en la misión.
Cuando las tropas revolucionarias entraron en La Habana (enero
de 1959), la única embajada de Cuba en África era la de El Cairo. Un
año después se establecieron relaciones con Ghana y con Guinea.
En octubre de 1961, llegaron a Cuba 15 jóvenes guineanos a
cursar estudios superiores, gracias a unas becas otorgadas por el
gobierno revolucionario. Ellos fueron los primeros de los miles que
llegarían después. A finales de ese mismo año, cuando el pueblo de
Argelia libraba una desigual lucha por su independencia, un barco
cubano llevó armas a los heroicos patriotas argelinos y a su regreso
traía un centenar de niños huérfanos y heridos de guerra.

19
Cuadernos de Formación Política

La ayuda prestada a Argelia ponía en riesgo las relaciones entre


la Francia de De Gaulle y la Cuba de Fidel. Pese a ello, éste proclamó
con fuerza el apoyo a la causa argelina, siendo Cuba el primer país
del hemisferio occidental en reconocer, en junio del 61, al gobierno
argelino en el exilio. Y así lo reconoció Ahmed Ben Bella, primer
ministro de la joven República de Argelia, a su llegada a La Habana
el 16 de octubre de 1962: “Nunca olvidaremos cómo ustedes [los
cubanos] cuidaron de nuestros huérfanos y a nuestros heridos”.
Fue entonces, tras la conquista de la independencia argelina,
cuando por primera vez tropas cubanas cruzaron el océano acudiendo
a la llamada de un pueblo hermano que estaba siendo agredido desde
el exterior mediante el saqueo de importantes recursos naturales. Y
cuando el imperialismo arrebató al país la mitad de sus médicos,
varias decenas de médicos cubanos fueron enviados a Argelia para
ayudar a su pueblo. Se iniciaba de ese modo, hace 44 años, lo que
hoy constituye la más extraordinaria colaboración médica a los
pueblos del Tercer Mundo que ha conocido la humanidad.
A partir del año 1965, Cuba comenzó a colaborar con la lucha
independentista en Angola y Guinea Bissau, ambas colonias
portuguesas, fundamentalmente mediante la preparación de cuadros
dirigentes y el envío de instructores y ayuda material. Cuando Guinea
logró la independencia, en septiembre de 1974, cerca de sesenta
internacionalistas cubanos, entre ellos una decena de médicos,
llevaban diez años junto a las guerrillas.
Al mismo tiempo, hubo misiones cubanas en Mozambique, en el
Zaire (donde combatió el Che) y en el Congo. Pero nada comparable
a la lucha desarrollada en Angola, para comprender la auténtica
dimensión antiimperialista del compromiso cubano en tierras
africanas.
En el caso de Angola, la más extensa y rica de las colonias
portuguesas, el gobierno de los Estados Unidos puso en acción
un plan encubierto para aplastar al pueblo angolano e implantar
un gobierno títere. Punto clave fue su alianza con Sudáfrica para
frustrar la independencia del país y convertirla en un condominio del
corrupto Mobutu y del fascismo sudafricano, cuyas tropas no vaciló
en usar para invadir a Angola.
Dictadores, terroristas, ladrones y racistas confesos, protegidos por
el llamado “mundo libre”, engrosaban las filas de los “combatientes de
la libertad”, como pocos años más tarde los bautizaría el presidente
norteamericano Ronald Reagan.
A mediados de octubre de 1975, mientras el ejército de Zaire y

20
AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

fuerzas mercenarias reforzadas con armamento pesado y asesores


militares sudafricanos se aprestaban a lanzar nuevos ataques en
el norte de Angola, por el sur columnas de blindados sudafricanos
entraron en el país con el fin de ocupar la capital antes de la
proclamación de la independencia el 11 de noviembre.
En ese momento sólo había en Angola 480 instructores militares
cubanos, en respuesta a la solicitud hecha por el Presidente del
Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) Agostinho
Neto. Pero ante la inminencia del ataque, Cuba acordó enviar tropas
que combatieran a los ejércitos de Sudáfrica, la mayor y más rica
potencia en ese continente, y de Zaire, el más rico y bien armado
títere de Europa y Estados Unidos.
A más de 10 mil kilómetros de distancia, Cuba inició la que dio
en llamarse Operación Carlota, nombre en clave de la más justa,
prolongada, masiva y exitosa campaña militar internacionalista de
cuantas realizara hasta la fecha. El imperio no pudo alcanzar sus
propósitos de desmembrar Angola y escamotear su independencia, y
nunca imaginó que un país del Tercer Mundo, actuando en apoyo de
otro pueblo, les iba a derrotar en un campo de batalla.
La agresión imperialista fue detenida en poco más de un mes. 36
mil soldados cubanos se encargaron de hacer retroceder al ejército
racista sudafricano más de 1.000 kilómetros hasta su punto de
partida, la frontera de Angola y Namibia, enclave colonial del gobierno
del apartheid. Por el norte, en pocas semanas las tropas regulares
de Mobutu y los mercenarios habían sido también expulsados del
territorio angoleño.
Tras esta primera victoria, Cuba acordó la retirada paulatina de sus
tropas a medida que la República Popular de Angola iba formando su
propio ejército. Pero a principios de los 80 los gobiernos de Pretoria
y Washington retomaron su política de agresiones. En esa década
creció la lucha de los pueblos de Namibia, Zimbabwe y Sudáfrica
contra el colonialismo y el apartheid. Angola se convirtió en sólido
baluarte de esos pueblos, a los que Cuba brindó también todo su
apoyo. Los crímenes del régimen del apartheid se sucedieron.
A finales de 1987 se produjo la última gran invasión contra Angola.
Sudáfrica y Estados Unidos lanzaron el último y más amenazador
golpe contra el país. Pese al serio peligro de agresión militar que
también enfrentaba Cuba, el gobierno revolucionario decidió de
nuevo reunir a las fuerzas necesarias para asestar un golpe definitivo
a las pretensiones sudafricanas. Como en 1975, un número ingente
de tropas y medios de combate cruzaron rápidamente el Atlántico,

21
Cuadernos de Formación Política

desembarcando en la costa sur del país, para atacar junto al ejército


angoleño a las poderosas fuerzas sudafricanas.
Esta vez fueron 55 mil los soldados cubanos que pusieron punto
final a la agresión militar extranjera contra Angola. Pero suman
millones los hombres y mujeres que aseguraron desde Cuba el éxito
de cada misión y se esforzaron para que nada faltara a la familia
del combatiente o colaborador civil. La gesta resultó decisiva para
consolidar la independencia de Angola y alcanzar la de Namibia. Fue
además una contribución significativa a la liberación de Zimbabwe
y a la desaparición del odioso régimen del apartheid en Sudáfrica.
En total más de 300.000 combatientes internacionalistas, y cerca
de 50.000 colaboradores civiles cubanos, se ofrecieron de forma
voluntaria para una misión que no tiene parangón en la historia.
Como observó un analista sudafricano: “En Angola, soldados
negros –cubanos y angolanos– derrotaron a las tropas blancas en
combate, esa ventaja psicológica, esa ventaja que el hombre blanco
ha disfrutado y explotado durante más de 300 años de colonialismo
e imperio. El elitismo blanco ha recibido un golpe irreversible en
Angola y los que estuvieron allí lo saben”.
Pocas veces una guerra, la acción humana más terrible, ha
estado acompañada de tal dignidad, honestidad en los principios y
la transparencia más absoluta en cada acción realizada por parte
de los combatientes internacionalistas. Para Fidel Castro “aquella
extraordinaria epopeya nunca ha sido narrada cabalmente”, y
al cumplirse el 30 Aniversario, “el imperialismo yanki realiza un
extraordinario esfuerzo para que el nombre de Cuba no aparezca
siquiera en los eventos conmemorativos”. “Cuba al parecer nunca
tuvo absolutamente nada que ver con la independencia de Angola,
la independencia de Namibia y la derrota de las hasta entonces
invencibles fuerzas del ejército del apartheid”. A su vez, el gobierno
de Estados Unidos no tiene nada que ver con los cientos de miles de
angolanos asesinados, las miles de aldeas arrasadas y los millones
de minas sembradas que aún se cobran muchas vidas de niños,
mujeres y civiles de ese país.
Cuba cumplió con lo que dijera el insigne líder anticolonialismo
Amílcar Cabral: “Los combatientes cubanos están dispuestos a
sacrificar sus vidas por la liberación de nuestros países, y a cambio
de esa ayuda a nuestra libertad y al progreso de nuestra población lo
único que se llevarán de nosotros son los combatientes que cayeron
luchando por la libertad.”
Finalmente, Fidel Castro aseguró que el pueblo de Cuba continuará

22
AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

derrotando cada agresión imperialista, las mentiras de su propaganda


y maniobras políticas o diplomáticas. “Continuaremos resistiendo
las consecuencias del bloqueo, que algún día será derrotado por
la dignidad de los cubanos, la solidaridad de los pueblos y la casi
absoluta oposición de los gobiernos del mundo”.

23
Cuadernos de Formación Política

LA ACTUALIDAD DE LAS RELACIONES


ENTRE CUBA Y ÁFRICA
Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro
Ruz.

Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de


Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en
el acto conmemorativo por el aniversario 30 de la Misión Militar
cubana en Angola y el aniversario 49 del desembarco del Granma,
Día de las FAR, efectuado en el Palacio de las Convenciones, el 2
de diciembre de 2005, «Año de la Alternativa Bolivariana para las
Américas».

(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado- Tomado de Granma)

Distinguidos invitados;
Combatientes internacionalistas;
Compañeras y compañeros:

Hoy se cumplen 49 años del


arribo del yate Granma a las costas
de la patria. Es decir, hoy comienza
el año 50 de la vida del Ejército
Rebelde y las Fuerzas Armadas
Revolucionarias.
Como es conocido, tras el
desembarco y a pesar de los primeros reveses, la lucha se extendió
rápidamente a cada rincón de nuestros campos y ciudades. No
hubo un minuto de tregua hasta alcanzar el impresionante triunfo
popular del Primero de Enero de 1959, en lucha a muerte contra los
opresores que torturaron y asesinaron a decenas de miles de cubanos
y saquearon hasta las últimas reservas monetarias del país.
Pero la grandiosa victoria estuvo muy lejos de significar el fin de
los combates armados.
Pronto la perfidia imperialista, exacerbada por cada medida de
beneficio popular o que consolidara la independencia nacional, nos hizo
permanecer con mochilas y botas puestas; muchos compatriotas tuvieron
que continuar ofrendando la vida en defensa de la Revolución, tanto en
Cuba como en otras tierras del mundo cumpliendo sagrados deberes.

24
AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

Exactamente 19 años después del desembarco del Granma,


en noviembre de 1975, un pequeño grupo de cubanos libraba en
Angola los primeros combates de una batalla que se prolongaría
por muchos años.
La historia del pillaje y del saqueo imperialista y neocolonial de
Europa en África, con pleno apoyo de Estados Unidos y la OTAN,
así como la heroica solidaridad de Cuba con los pueblos hermanos,
no han sido suficientemente conocidas, aunque sólo fuese como
merecido estímulo a los cientos de miles de hombres y mujeres que
escribieron aquella gloriosa página que para ejemplo de las presentes
y futuras generaciones no debieran olvidar jamás. Ello no niega la
necesidad de continuar divulgándola.
En estos días también se ha abordado el tema con frecuencia por
la televisión y el resto de la prensa, y en los actos de homenaje a los
combatientes internacionalistas efectuados en todas las provincias
del país.
Por tanto, en aras del tiempo en momentos de arduo trabajo
revolucionario, me limitaré a reflexionar brevemente sobre algunos
momentos esenciales de aquella gloriosa página de nuestra historia
revolucionaria.
Ya en 1961, cuando el pueblo de Argelia libraba una asombrosa
lucha por su independencia, un barco cubano llevó armas a los
heroicos patriotas argelinos y a su regreso traía un centenar de niños
huérfanos y heridos de guerra. Dos años más tarde, cuando Argelia
alcanzó la independencia, ésta se vio amenazada por una agresión
exterior que despojaba al desangrado país de importantes recursos
naturales. Por primera vez tropas cubanas cruzaron el océano y, sin
pedirle permiso a nadie, acudieron al llamado del pueblo hermano.
También por aquellos días, cuando el imperialismo arrebató al país
la mitad de sus médicos dejándonos sólo 3 000, varias decenas de
médicos cubanos fueron enviados a Argelia para ayudar a su pueblo.
Se iniciaba de ese modo, hace 44 años, lo que hoy constituye
la más extraordinaria colaboración médica a los pueblos del Tercer
Mundo que ha conocido la humanidad.
En ese contexto comenzó, a partir del año 1965, nuestra
colaboración con la lucha independentista en Angola y Guinea Bissau,
que consistió esencialmente en la preparación de cuadros, envío de
instructores y ayuda material.
Tras lo que se llamó la Revolución de los Claveles en Portugal,
debilitado ya por la ruina económica y el desgaste de la guerra, se
inició la desintegración del imperio colonial de ese país.

25
Cuadernos de Formación Política

Guinea Bissau logró la independencia en septiembre de 1974;


allí alrededor de sesenta internacionalistas cubanos, entre ellos una
decena de médicos, habían permanecido junto a las guerrillas diez
años, desde 1964. Mozambique, tras dura lucha de su pueblo bajo la
dirección del FRELIMO y su líder, el inolvidable hermano y compañero
Samora Machel, alcanzó su definitiva independencia a mediados de
1975, y en julio de ese mismo año, Cabo Verde y Sao Tomé lograron
igualmente ese objetivo.
En el caso de Angola, la
más extensa y rica de las
colonias portuguesas, la si-
tuación sería sumamente
distinta. El gobierno de Es-
tados Unidos puso en ac-
ción un plan encubierto para
aplastar los legítimos inte-
reses del pueblo angolano e
implantar un gobierno títere.
Punto clave fue su alianza
con Sudáfrica para compartir la instrucción y el equipamiento de las
organizaciones creadas por el colonialismo portugués, para frustrar
la independencia de Angola y convertirla prácticamente en un condo-
minio del corrupto Mobutu y el fascismo sudafricano, cuyas tropas no
vaciló en usar para invadir a Angola.
Dictadores, terroristas, ladrones y racistas confesos se incluían
constantemente, sin el menor recato, en las filas del llamado «mundo
libre», y pocos años más tarde el presidente norteamericano Ronald
Reagan los bautizó, con particular derroche de cinismo, como
«combatientes de la libertad».
A mediados de octubre de 1975, mientras el ejército de Zaire y
fuerzas mercenarias reforzadas con armamento pesado y asesores
militares sudafricanos se aprestaban a lanzar nuevos ataques en el
norte de Angola, y estaban ya en las proximidades de Luanda, por el sur
amenazaba el peligro mayor. Columnas blindadas sudafricanas habían
penetrado por el sur del país y avanzaban rápidamente en la profundidad
del territorio, con el objetivo de ocupar Luanda con las fuerzas unidas
de los racistas sudafricanos y las tropas mercenarias de Mobutu antes
de la proclamación de la independencia el 11 de noviembre.
En ese momento sólo había en Angola 480 instructores militares,
llegados al país semanas antes en respuesta a la solicitud que nos
hiciera el Presidente del MPLA Agostinho Neto, insigne y prestigioso

26
AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

líder que organizó y dirigió la lucha de su pueblo durante muchos


años y contaba con el apoyo de todos los pueblos africanos y el
reconocimiento del mundo. Sencillamente nos pidió cooperación para
entrenar los batallones que integrarían el ejército del nuevo Estado
independiente. Los instructores sólo poseían armamento ligero.
Un pequeño grupo de ellos, en los primeros días de noviembre,
junto a sus bisoños alumnos del Centro de Instrucción Revolucionaria
de Benguela, enfrentó valientemente al ejército racista. En el
sorpresivo ataque y desigual combate de los sudafricanos contra
decenas de jóvenes angolanos que murieron, ocho instructores
cubanos perdieron la vida y 7 resultaron heridos.
Los sudafricanos perdieron seis carros blindados y otros medios.
Nunca revelaron la cifra de las cuantiosas bajas sufridas por sus
soldados.
Por primera vez, en ese apartado punto de la geografía africana,
la sangre de cubanos y angolanos se unió para abonar la libertad de
aquella sufrida tierra.
Fue en ese momento cuando Cuba, en coordinación con el
presidente Neto, decidió el envío de tropas especiales del Ministerio
del Interior y unidades regulares de las FAR en completa disposición
combativa, trasladadas por aire y mar para enfrentar la agresión del
apartheid.
Sin vacilar aceptamos el reto. Nuestros instructores no serían
abandonados a su suerte, ni tampoco los abnegados combatientes
angolanos, y mucho menos la independencia de su patria, tras más
de 20 años de heroica lucha. A diez mil kilómetros de distancia,
tropas cubanas herederas del glorioso Ejército Rebelde entraban en
combate con los ejércitos de Sudáfrica, la mayor y más rica potencia
en ese continente, y contra Zaire, el más rico y bien armado títere
de Europa y Estados Unidos.
Se iniciaba lo que dio en llamarse Operación Carlota, nombre en
clave de la más justa, prolongada, masiva y exitosa campaña militar
internacionalista de nuestro país.
El imperio no pudo alcanzar sus propósitos de desmembrar Angola
y escamotear su independencia. Lo impidió la heroica y larga lucha
de los pueblos de Angola y de Cuba.
Hoy sabemos mucho más que entonces cómo pensaban y
actuaban las autoridades de Washington, por los documentos oficiales
desclasificados en los últimos años.
En ningún momento el Presidente de Estados Unidos ni su
poderoso secretario de Estado, Henry Kissinger, ni los servicios de

27
Cuadernos de Formación Política

inteligencia de ese país, imaginaron siquiera como una posibilidad


la participación de Cuba. Nunca un país del Tercer Mundo había
actuado en apoyo de otro pueblo en un conflicto militar más allá de
su vecindad geográfica.
A finales de noviembre la agresión enemiga había sido detenida
en el norte y en el sur. Unidades completas de tanques, abundante
artillería terrestre y antiaérea, unidades de infantería blindada
hasta nivel de brigada, transportadas por buques de nuestra Marina
Mercante, se acumulaban rápidamente en Angola, donde 36 000
soldados cubanos iniciaron una fulminante ofensiva. Atacando por
el sur al enemigo principal, hicieron retroceder al ejército racista
sudafricano más de 1 000 kilómetros hasta su punto de partida, la
frontera de Angola y Namibia, enclave colonial de los racistas. El
27 de marzo el último soldado de Sudáfrica abandonó el territorio
angolano. En la dirección norte, en pocas semanas las tropas
regulares de Mobutu y los mercenarios fueron lanzados al otro lado
de la frontera con Zaire.
A decir verdad, Cuba era partidaria de exigir a Sudáfrica un precio
fuerte por su aventura: la aplicación de la Resolución #435 de las
Naciones Unidas y la independencia de Namibia.
El gobierno soviético, por su parte, nos presionaba fuertemente
solicitando nuestra rápida retirada, preocupado por las posibles
reacciones yankis.
Tras serias objeciones por nuestra parte, no nos quedó otra
alternativa que aceptar, aunque sólo en parte, la demanda soviética.
Ellos, aunque no fueron consultados sobre la decisión cubana de
enviar tropas a la República Popular de Angola, habían decidido
posteriormente suministrar armamento para la creación del ejército
angolano y habían respondido positivamente a determinadas
solicitudes nuestras de recursos a lo largo de la guerra. No habría
perspectiva posible para Angola sin el apoyo político y logístico de la
URSS después del triunfo.
Ante la delicada situación creada en abril de 1976, el compañero Raúl,
Ministro de las Fuerzas Armadas, viajó a Angola para analizar con el
presidente Neto la necesidad inevitable de proceder a la retirada gradual
y progresiva de las tropas cubanas que sumaban 36 000 efectivos,
en un lapso de tres años, tiempo que ambas partes, Cuba y Angola,
considerábamos suficiente para formar un fuerte ejército angolano.
Mientras tanto, mantendríamos fuertes unidades de combate en
las alturas de la meseta central, a 250 kilómetros aproximadamente
de la frontera con Namibia.

28
AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

Neto comprendió nuestros argumentos y accedió noblemente al


programa de retirada de las fuerzas cubanas.
Menos de un año después, cuando en marzo de 1977 pude por
fin visitar Angola y felicitar personalmente por la victoria a los
combatientes angolanos y cubanos, ya habían regresado a Cuba
unos 12 000 internacionalistas, es decir, la tercera parte de nuestras
fuerzas. El plan de retirada se cumplía hasta ese instante según lo
previsto. Pero Estados Unidos y Sudáfrica no estaban satisfechos
y, confabulados los gobiernos de Pretoria y Washington, solapado
este último entonces, devino pública la conjura en los años 80
con el «Compromiso Constructivo» y el «Linkage» de Reagan. El
empecinamiento de ambas potencias, así como sus dolorosas y
dramáticas consecuencias, hicieron necesario nuestro apoyo directo
al pueblo de Angola durante más de 15 años, a pesar de lo acordado
en el primer cronograma de retirada.
Muy pocos creyeron que resistiríamos firmemente las embestidas
de Estados Unidos y Sudáfrica a lo largo de tantos años.
En esa década creció la lucha de los pueblos de Namibia, Zimbabwe
y Sudáfrica contra el coloniaje y el apartheid. Angola se convirtió en
sólido baluarte de esos pueblos, a los que Cuba brindó también todo
su apoyo. El gobierno de Pretoria actuó siempre con alevosía.
Kassinga, Boma, Novo Katengue y Sumbe, son escenarios de los
crímenes del apartheid contra los pueblos de Namibia, Zimbabwe,
África del Sur y Angola, y a la vez ejemplos patentes de nuestra
solidaridad combativa frente al enemigo común.
El ataque a la ciudad de Sumbe es particularmente elocuente
acerca de sus criminales intenciones. Allí no había tropas cubanas
ni angolanas, sólo médicos, profesores, constructores y otros
colaboradores civiles que el enemigo pretendía secuestrar, pero
estos hombres y mujeres resistieron con sus fusiles milicianos
junto a sus hermanos angolanos, hasta que la llegada de refuerzos
puso en fuga a los agresores. Siete cubanos cayeron en el desigual
enfrentamiento.
Es sólo un ejemplo, de los muchos que podrían mencionarse, del
sacrificio y valor de nuestros internacionalistas, militares y civiles,
prestos a entregar su sangre y su sudor cada vez que fue necesario,
junto a los hermanos angolanos, namibios, zimbabwenses,
sudafricanos; en fin, de todo el continente, ya que podría añadirse
argelinos, congoleses, guineanos, caboverdianos y etíopes.
Fue una extraordinaria hazaña de nuestro pueblo, muy
especialmente de la juventud, de las decenas de miles de combatientes

29
Cuadernos de Formación Política

del Servicio Militar Activo y de la Reserva, que voluntariamente


cumplieron el deber internacionalista junto a los oficiales y demás
miembros permanentes de las FAR.
Suman millones los hombres y mujeres que aseguraron desde
Cuba el éxito de cada misión, suplieron con más horas de trabajo al
que marchaba y se esforzaron para que nada faltara a la familia del
combatiente o colaborador civil.
Merecen especial reconocimiento los familiares de nuestros
internacionalistas. Con singular estoicismo soportaron la ausencia,
infundieron ánimo en cada carta y evitaron mencionar dificultades y
preocupaciones.
Ejemplo cimero son las madres, hijos, hermanos y cónyuges de
nuestros hermanos caídos. Sin excepción han estado a la altura
del sacrificio supremo del ser querido. Supieron transformar su
profundo dolor, ese que estremeció cada rincón de Cuba durante
la Operación Tributo, en más amor a la patria, en mayor fidelidad
y respeto a la causa por la que conscientemente entregó la vida la
persona amada.
Un pueblo capaz de esta proeza, ¡qué no haría si llegara el
momento de defender su propia tierra!
No narraré hoy —no es el momento adecuado— las diferencias de
concepciones de estrategia y táctica entre cubanos y soviéticos.
Nosotros formamos a decenas de miles de soldados angolanos
y asesoramos en la instrucción y los combates a las tropas de
ese país. Los soviéticos asesoraban a la alta dirección militar y
suministraban generosamente a las Fuerzas Armadas angolanas las
armas necesarias. Acciones originadas en el asesoramiento superior
nos ocasionaron no pocos dolores de cabeza. No obstante, siempre
prevaleció entre militares cubanos y soviéticos un gran respeto y
profundos sentimientos de solidaridad y comprensión.
Como es conocido, a finales de 1987 se produjo la última gran
invasión sudafricana a suelo angolano, en circunstancias que ponían
en peligro la propia estabilidad de esa nación.
Por la fecha mencionada Sudáfrica y Estados Unidos lanzaron el
último y más amenazador golpe contra una fuerte agrupación de
tropas angolanas que avanzaba por terrenos arenosos en dirección
a Jamba, en el límite suroriental de la frontera de Angola, donde se
suponía radicaba el puesto de mando de Savimbi, ofensivas a las
que siempre nos habíamos opuesto si no se prohibía a Sudáfrica
intervenir a última hora con su aviación, su poderosa artillería y sus
fuerzas blindadas.

30
AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

Una vez más se repitió la conocida historia. El enemigo,


sumamente envalentonado, avanzaba después en profundidad hacia
Cuito Cuanavale, antigua base aérea de la OTAN, y se preparaba
para asestar un golpe mortal contra Angola.
Desesperadas llamadas de apoyo a la Agrupación de Tropas
Cubanas se producían, por parte del gobierno angolano, ante el
desastre creado, sin duda el mayor de todos en una operación militar
en la que, como otras veces, no teníamos responsabilidad alguna.
En un esfuerzo titánico, pese al serio peligro de agresión militar
que también se cernía sobre nosotros, la alta dirección política y
militar de Cuba decidió reunir a las fuerzas necesarias para asestar
un golpe definitivo a las fuerzas sudafricanas. Nuestra patria repitió
de nuevo la proeza de 1975. Un río de unidades y medios de combate
cruzó rápidamente el Atlántico y desembarcó en la costa sur de
Angola para atacar por el suroeste en dirección a Namibia mientras,
800 kilómetros hacia el este, unidades selectas avanzaron hacia
Cuito Cuanavale y allí, en unión de las fuerzas angolanas que se
replegaban, prepararon una trampa mortal a las poderosas fuerzas
sudafricanas que avanzaban hacia aquella gran base aérea.
Esta vez se habían reunido 55 000 soldados cubanos en Angola.
De este modo, mientras en Cuito Cuanavale las tropas sudafricanas
eran desangradas, por el suroeste 40 000 soldados cubanos y 30 000
angolanos, apoyados aproximadamente por 600 tanques, cientos de
piezas de artillería, 1 000 armas antiaéreas, y las audaces unidades
de MIG-23 que se apoderaron del dominio aéreo, avanzaban hacia la
frontera de Namibia, dispuestas a barrer literalmente a las fuerzas
sudafricanas que se acuartelaban en aquella dirección principal.
Son muchas las cosas que podrían decirse de todos los combates
e incidencias de aquella lucha.
Aquí están presentes el compañero Polo Cintras Frías, jefe audaz
del frente sur de Angola en aquel momento, y numerosos compañeros
que participaron en aquellos gloriosos e inolvidables días.
Las contundentes victorias en Cuito Cuanavale, y sobre todo el avance
fulminante de la potente agrupación de tropas cubanas en el suroeste
de Angola, pusieron punto final a la agresión militar extranjera.
El enemigo tuvo que tragarse su habitual prepotencia y sentarse
a la mesa de conversaciones. Las negociaciones culminaron con los
Acuerdos de Paz para el Suroeste de África, firmados por Sudáfrica,
Angola y Cuba en la sede de la ONU en diciembre de 1988.
Se les llamó cuatripartitas, porque en ellas participábamos de un
lado de la mesa angolanos y cubanos y del opuesto los sudafricanos.

31
Cuadernos de Formación Política

Estados Unidos ocupaba el tercer lado de la mesa ya que fungía


como mediador. En realidad, Estados Unidos era juez y parte, era
un aliado del régimen del apartheid, le correspondía sentarse junto
a los sudafricanos.
El jefe de los negociadores norteamericanos, subsecretario de
Estado Chester Crocker, durante años se opuso a que Cuba participara.
Ante la gravedad de la situación militar para los agresores sudafricanos,
no le quedó más remedio que aceptar nuestra presencia. En un libro
de su autoría sobre el tema fue realista cuando, refiriéndose a la
entrada en la sala de reunión de los representantes de Cuba, escribió:
«la negociación estaba a punto de cambiar para siempre.»
El personero de la administración Reagan sabía bien que con Cuba
en la mesa de negociaciones no prosperarían la burda maniobra, el
chantaje, la intimidación ni la mentira.
Esta vez no sucedió lo que en París en 1898, cuando norteame-
ricanos y españoles negociaron la paz sin que estuviera presente la
representación de Cuba, el Ejército Libertador, el gobierno de Cuba
en armas.
Esta vez estarían presentes las FAR y la representación legítima
del Gobierno Revolucionario de Cuba, junto al gobierno de Angola.
La misión internacionalista estaba cabalmente cumplida. Nuestros
combatientes iniciaron el regreso a la patria con la frente en alto,
trayendo consigo únicamente la amistad del pueblo angolano, las
armas con que combatieron con modestia y valor a miles de kilómetros
de su patria, la satisfacción del deber cumplido y los restos gloriosos
de nuestros hermanos caídos.
Su aporte resultó decisivo para consolidar la independencia de
Angola y alcanzar la de Namibia. Fue además una contribución
significativa a la liberación de Zimbabwe y la desaparición del odioso
régimen del apartheid en Sudáfrica.
Pocas veces en la historia, una guerra, la acción humana más
terrible, desgarradora y difícil, ha estado acompañada de tal grado
de humanismo y modestia por parte de los vencedores, pese a la
falta casi absoluta de esos valores en las filas de los finalmente
derrotados. La solidez de principios y la pureza de los propósitos
explican la transparencia más absoluta en cada acción realizada por
nuestros combatientes internacionalistas.
Sin dudas, en ello resultó decisiva la tradición sembrada por
nuestros mambises en las gestas independentistas, fortalecida por
rebeldes y luchadores clandestinos durante la Guerra de Liberación
Nacional, y continuada por milicianos, miembros de las FAR y el

32
AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

Ministerio del Interior frente a los enemigos externos e internos


después del triunfo revolucionario.
Aquella extraordinaria epopeya nunca ha sido narrada cabalmente.
Al cumplirse el 30 Aniversario, el imperialismo yanki realiza un
extraordinario esfuerzo para que el nombre de Cuba no aparezca
siquiera en los eventos conmemorativos. Para colmo, pretende
reescribir la historia: Cuba al parecer nunca tuvo absolutamente
nada que ver con la independencia de Angola, la independencia de
Namibia y la derrota de las hasta entonces invencibles fuerzas del
ejército del apartheid; Cuba ni siquiera existe, todo fue obra de la
casualidad y la imaginación de los pueblos. El gobierno de Estados
Unidos no tiene nada que ver en absoluto con los cientos de miles
de angolanos asesinados, miles de aldeas arrasadas, millones de
minas sembradas en suelo angolano, donde constantemente cobran
todavía muchas vidas de niños, mujeres y civiles de ese país.
Esto constituye un insulto a los pueblos de Angola, Namibia y
Sudáfrica, que tanto lucharon, y una grosera injusticia contra Cuba,
el único país no africano que combatió y derramó su sangre por
África y contra el oprobioso régimen del apartheid.
Hoy el imperialismo yanki extrae de Angola miles de millones
de dólares, despilfarra sus recursos naturales y agota sus reservas
petroleras y no renovables. Cuba cumplió con lo que dijera el insigne
líder anticolonialismo Amílcar Cabral: «Los combatientes cubanos
están dispuestos a sacrificar sus vidas por la liberación de nuestros
países, y a cambio de esa ayuda a nuestra libertad y al progreso
de nuestra población lo único que se llevarán de nosotros son los
combatientes que cayeron luchando por la libertad.»
Las ridículas pretensiones yankis de ignorar el honroso papel de
Cuba indignan a los pueblos africanos. Ello se debe, en parte, a que
nunca se escribió la historia de todo lo ocurrido.
Prestigiosos investigadores se esmeran en buscar información. Cuba,
por su parte, que nunca ha querido escribir y se resiste a hablar de
lo que hizo con tanto desinterés y espíritu solidario, está dispuesta a
prestar su modesta cooperación, abriendo progresivamente sus archivos
y documentos a escritores serios y prestigiosos que deseen narrar la
verdadera e irrebatible historia de aquellos acontecimientos (Aplausos).
La hazaña de Angola y la lucha por la independencia de Namibia
y contra el apartheid fascista fortaleció mucho a nuestro pueblo.
Los incontables actos de heroísmo, abnegación y humanismo
protagonizados por más de 300 000 combatientes internacionalistas,
y cerca de 50 000 colaboradores civiles cubanos que de forma

33
Cuadernos de Formación Política

absolutamente voluntaria cumplieron misión en Angola, son un


tesoro de extraordinario valor.
Esa hermosa tradición es hoy dignamente continuada por decenas
de miles de médicos y demás profesionales y trabajadores de la
salud, maestros, entrenadores deportivos y especialistas de las más
diversas ramas, que cumplen con el deber solidario muchas veces en
condiciones tan difíciles como las del combate, como es el caso del
ya glorioso Contingente «Henry Reeve».
El nombre de aquella operación es a la vez símbolo y homenaje a
los miles de esclavos que perecieron en combate o fueron ejecutados
durante las primeras insurrecciones.
En ellas se forjaron mujeres de la talla de Carlota, una negra
lucumí de la dotación del ingenio matancero Triunvirato, que en 1843
encabezó uno de los muchos alzamientos contra el terrible estigma
de la esclavitud y ofrendó la vida en el empeño.
Mambises, rebeldes, luchadores clandestinos, combatientes de
Girón, la Crisis de Octubre y la lucha contra bandidos, internacionalistas,
milicianos, integrantes de las FAR y el Ministerio del Interior, en fin,
el pueblo combatiente, son fruto del vigoroso tronco que creció en
esta tierra con raíces africanas y españolas.
A España marcharon cientos de cubanos cuando en los años
treinta la República fue atacada por el fascismo y la reacción, y allí
no pocos ofrendaron la vida.
A África llegaron los combatientes cubanos cuatro décadas después,
con la fuerza multiplicada de la Revolución, a defender a un pueblo
agredido por los mismos enemigos. Allí cayeron 2 077 compatriotas.
Sin sacudirse el polvo del camino como hizo Martí ante la estatua
de Bolívar, los integrantes del último contingente internacionalista
que regresó a la patria, junto a los principales dirigentes de la
Revolución, fuimos a rendir homenaje, ante la tumba del Titán, a los
caídos en todas las contiendas libradas por nuestro pueblo.
Una vez más, ratificamos el eterno compromiso con nuestros
muertos gloriosos de llevar adelante la Revolución y ser siempre
dignos de su ejemplo; con los cubanos que ayer y hoy han sabido
combatir y morir con dignidad en defensa de la justicia; con los
hombres y mujeres que como Máximo Gómez, Henry Reeve y el Che,
tanto han contribuido a demostrarnos, aquí en nuestra patria y a lo
largo de la historia, el inmenso valor de la solidaridad.
Las actuales y futuras generaciones de cubanos seguiremos
adelante por grandes que puedan ser las dificultades, luchando sin
tregua para que la Revolución sea siempre tan invulnerable en el

34
AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

terreno político como ya lo es en el terreno militar y lo será pronto


en el económico.
Enfrentaremos cada vez con mayor energía nuestras propias
deficiencias y errores. Seguiremos luchando. Continuaremos
resistiendo.
Seguiremos derrotando cada agresión imperialista, las mentiras
de su propaganda y sus arteras maniobras políticas y diplomáticas.
Continuaremos resistiendo las consecuencias del bloqueo, que
algún día será derrotado por la dignidad de los cubanos, la solidaridad
de los pueblos y la casi absoluta oposición de los gobiernos del mundo
como lo demostró una vez más la votación en la ONU, y también
por el creciente rechazo del pueblo norteamericano a esa absurda
política que viola flagrantemente sus derechos constitucionales.
Al igual que los imperialistas y sus peones sufrieron en Angola las
consecuencias de un Girón multiplicado muchas veces, quien llegue
a esta tierra en son de guerra enfrentará miles de Quifangondo,
Cabinda, Ebo, Morros de Medunda, Cangamba, Ruacaná, Tchipa,
Calueque y Cuito Cuanavale (Aplausos).
Nuestros internacionalistas, como el resto de los combatientes
cubanos, que es igual a decir todo el pueblo, están conscientes
de que en caso de una agresión militar propinaremos al invasor la
derrota. ¡Y ustedes, veteranos de la historia patria, serán sin duda
protagonistas decisivos de la victoria!

¡Viva el internacionalismo! (Exclamaciones de: «¡Viva!»)


¡Viva la Revolución! (Exclamaciones de: «¡Viva!»)
¡Viva el socialismo! (Exclamaciones de: «¡Viva!»)
¡Hasta la victoria siempre!
(Ovación).

35
Cuadernos de Formación Política

GUINEA BISSAU Y CABO VERDE


POR LA SENDA DE AMÍLCAR CABRAL
EN LAS RELACIONES CON CUBA

Los dos países africanos por los que Amílcar Cabral luchó para
alcanzar sus independencias y murió en esa batalla, reconocen hoy
la talla y obra del líder africano de mayor proyección internacional en
todo el continente. Ambos sostienen con Cuba estrechas relaciones
diplomáticas y de solidaridad.

Amílcar Cabral
Político nacionalista

Nació el 12 de septiembre de 1924 en


Bafata, Guinea Portuguesa. Cursó estudios
en Lisboa, donde fue el único universitario
guineano que los portugueses habían formado
en más de 400 años de colonización. Uno
de los miembros fundadores del Centro de
Estudios africanos en el año 1948, en 1956
crea y se convierte en secretario general del
Partido Africano para la Independencia de
Guinea y Cabo Verde (PAIGC), además fundó
el movimiento de liberación angoleño junto
con Agostinho Neto. En la década de 1960,
encabezó una guerra de liberación contra Portugal y controló la parte
de la Guinea portuguesa no ocupada por el ejército portugués. En
1972 creó la Asamblea Nacional del Pueblo Guineano. Fue asesinado
en Conakry el 20 de enero de 1973.

Conmemoran natalicio de Amílcar Cabral

La Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y


América Latina (OSPAAAL) celebró hoy el aniversario 80 del natalicio
del legendario dirigente anticolonialista Amílcar Cabral.
Soares Sambu, canciller de Guinea Bissau, calificó a Cabral de
fundador del Partido Africano para la Independencia de Guinea Bissau
y Cabo Verde (PAIGC) y militante número uno de esa organización,
así como padre de las nacionalidades guineana y caboverdiana.

36
AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

Destacó su legado humanista, universal, panafricanista y de


luchador incansable por la emancipación de los pueblos del llamado
continente negro.
También se refirió a la vigencia más que nunca de la OSPAAAL, en
medio de un mundo globalizado y egoísta, para llevar adelante los
ideales de independencia de Amílcar y Fidel.
Humberto Hernández, secretario general de la OSPAAAL, leyó un
mensaje de esa institución a los máximos dirigentes de Guinea Bissau
y Cabo Verde, en el cual se pondera la trascendencia política de Amílcar
Cabral, asesinado por el colonialismo portugués el 20 de enero de 1973.
También hicieron uso de la palabra Crispina Gomes, embajadora
de Cabo Verde en Cuba, el coronel retirado Raúl Gobea, combatiente
internacionalista cubano, y Pedro Machado, subdirector del Centro
de Estudio de África y Medio Oriente.
La ocasión resultó propicia, además, para recordar la figura del
expresidente de Angola, Agosthino Neto, quien falleció un 10 de
septiembre, 25 años atrás.
Se destacó que Neto fue fundador del Movimiento para la Liberación
de Angola (MPLA), organización integrante del Secretariado Ejecutivo
de la OSPAAAL. (AIN)

Celebran la vida de Amílcar Cabral

Miles de gente en la República de Guinea-Bissau celebraron la vida


del revolucionario africano Amílcar Cabral el pasado 20 de enero,
fecha del 30 aniversario de su asesinato por agentes del fascismo
portugués, de acuerdo a la Agencia de Noticias Pan África (PANA).
Según esta agencia noticiosa basada en Dakar, capital de Senegal,
“miles de gente acudieron en masa al mausoleo de Amílcar Cabral en
Bissau, donde el primer ministro Mario Pires presidió las ceremonias”
donde se hizo una ofrenda floral.
Cabral fue uno de los fundadores, en 1956, y dirigente del Partido
Africano de Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC). El
PAIGC encabezó la guerra de liberación nacional para liberar ambos
países del colonialismo portugués. Cabo Verde y Guinea-Bissau
tienen una larga relación viendo que muchos de los caboverdianos
son descendiente del otro país.
Antes de fundar el PAIGC, Cabral también ayudó formar el
Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) en el mismo
año. El MPLA también impulsó una lucha política armada para liberar
ese país africano del colonialismo portugués.

37
Cuadernos de Formación Política

Cabral vino de una familia acomodada y estudió ingeniería agrónoma


en la Universidad de Lisboa en Portugal. Cabral empezó a trabajar
para el Ministerio de Territorios de Ultramar portugués haciendo un
censo agrario. En ese puesto él viajaba por todas las poblaciones y
pudo ver la pobreza del pueblo, producto del colonialismo.
El PAIGC se lanzó a la lucha armada en 1961 después de varios
años luchando en favor de la descolonización pacífica y por mejorar
la situación económica, social y política del pueblo.
Según un artículo en el Comunista Africano, revista teórica del
Partido Comunista Sudafricano, publicado en el 1973, “Cabral vio
la tarea de los movimientos de liberación nacional no meramente
para hacer pasar el poder negro, reemplazando las caras blancas
con las negras; no era sólo para levantar una bandera diferente y
cantar un nuevo himno nacional, sino para quitar toda las formas de
explotación del país.” Por esto el programa del PAIGC estaba orientado
al socialismo como la solución de los problemas del pueblo.
En 1973, tres años después de la muerte del dictador fascista
portugués, Antonio Salazar, oficiales militares empezaron a reunirse
para discutir la situación en Portugal.
Estos oficiales formaron el Movimiento de las Fuerzas Armadas
(MFA). Los tenientes y capitanes del MFA vieron que la situación
económica de Portugal sufría, en parte, porque ese país estaba
peleando contra movimientos de liberación nacional en Guinea-
Bissau, Angola y Mozambique.
Ellos consideraban que las guerras coloniales no se podían ganar
por su apoyo popular. Convencido de que las guerras coloniales no iban
a terminar bajo un gobierno fascista dirigiendo al país, los “capitanes
revolucionarios” hicieron un golpe de Estado y formaron un gobierno
antifascista el 25 de abril del 1974.
Dijo el general Vasco Gonçalves, “La lucha de los movimientos
de liberación en las colonias portuguesas habían decisivamente
influenciado el origen del Movimiento de las Fuerzas Armadas, y
contribuyó mucho al avance de ideas de justicia política entre los
oficiales jóvenes portugueses, notablemente los capitanes, sobre
la necesidad de terminar con la dictadura fascista-colonialista y
las guerras coloniales, así abriendo camino a los derechos de los
colonizados a la autodeterminación y la independencia.”
La luchas en Mozambique, Angola, Guinea-Bissau y Cabo Verde ayudaron
a la lucha por la democracia en Portugal, y esas luchas democráticas, en
turno, ayudaron a traer la independencia a las colonias africanas. En el
1975 Portugal otorga la independencia a todas sus colonias africanas.

38
AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

AMÍLCAR CABRAL (1924-1973)

Por José Steinsleger

¿De qué forma pueden evolucionar los países subdesarrollados


hacia el socialismo? En la primera Conferencia Tricontinental de
los Pueblos de Asia, África y América Latina, el pensador guineano
Amílcar Cabral señaló: “La deficiencia ideológica, por no decir
la carencia total de ideología, en el seno de los movimientos de
liberación nacional -originada básicamente en la ignorancia de la
realidad histórica que estos movimientos pretenden transformar-,
constituye una de las mayores debilidades de nuestra lucha contra
el imperialismo, o quizá, inclusive, su mayor debilidad” (La Habana,
enero de 1966).
En la madrugada del 20 de enero de 1973 Cabral fue asesinado
en Conakry, capital de la vecina república de Guinea, ex colonia de
Francia independizada en 1958. Pero los agentes de la policía política
portuguesa que inmortalizaron al líder del Partido Independentista
de Guinea-Bissau y Cabo Verde (PAIGC, 1956) no pudieron impedir
que la lucha anticolonial continuase su camino. Situadas en la
región occipital del mal llamado continente negro, Guinea-Bissau se
independizó de Portugal en septiembre de 1973 y el archipiélago de
Cabo Verde en julio de 1974. Una dirección confederada del PAIGC
se encargó de conducir los primeros pasos de ambas naciones.
Persuadido de que la lucha de liberación nacional es un acto de
cultura y de que el mayor logro cultural sería la recuperación por el
pueblo de su personalidad, organizó su ejército con integrantes de
distintas tribus: balanzas, fulas, mancaños, pepels, mandingas, majacos
y bijagos, y con hombres procedentes de distintos credos religiosos:
protestantes, islámicos y animistas. De ahí su interés por la obra de
Paulo Freire, exiliado de la dictadura brasileña, y su invitación a Guinea
Bissau, donde el pedagogo dirigió la alfabetización y la educación de
adultos en los territorios liberados primero y con la independencia después.
(Freire, Paulo. Cartas a Guinea-Bissau, Siglo XXI, México, 1977.)
Fuera de la esclavitud, que látigo mediante, conformó las
oligarquías de Brasil, el Caribe y otras del continente y que en Europa
produjo a santos varones de la democracia como Montesquieu,
aquel de la división de poderes, quien de los negros escribió que “es
imposible suponer que esas gentes sean hombres” (El espíritu de las
leyes, 1748), América Latina, con excepción de Cuba, está en deuda

39
Cuadernos de Formación Política

con los pueblos africanos. La cuota de sangre cubana en la lucha


anticolonial de los pueblos africanos fue congruente con los principios
de solidaridad, el pensamiento y la lucha de Amílcar Cabral. Principios
de trascendencia similar a los de Petion en Haití, país que no bien
declaró su independencia hace 200 años ofreció a Bolívar buques,
armas, tropas y las claves ideológicas para llevar a buen puerto la
lucha anticolonial. La solidaridad cubana en África prosigue hoy de
un modo incesante en lo técnico, sanitarista, deportivo y académico.
¿O será que la independencia de Angola, Namibia y la liberación
de Nelson Mandela, como dice Univisión, sólo fue posible merced
a la buena voluntad del régimen racista sudafricano, Washington y
Naciones Unidas?
En 1964, con audacia y una libertad intelectual insólita en el
movimiento antimperialista mundial de entonces, Cabral dijo en
conferencia dictada en Milán: “Existe un preconcepto que afirma
que el imperialismo, en el momento en que inició su aventura en
nuestros países, determinó que ingresáramos a la historia. Este
preconcepto debe ser denunciado: muchos izquierdistas, marxistas
en particular, consideran que la historia significa obviamente lucha de
clases. Nuestra opinión es exactamente la contraria. No bien llegó a
Guinea, el imperialismo hizo que abandonásemos la historia, nuestra
historia. Aceptamos el hecho de que la historia en nuestro país es el
resultado de la lucha de clases, pero tenemos nuestra propia lucha
de clases en nuestro propio país”.
Para América Latina, especialmente para el tercio de habitantes
que hunde sus raíces en los millones de esclavos traídos de África
occidental, la difusión del pensamiento de Amílcar Cabral resulta
indispensable y un modo de profundizar en obras como las de Alejo
Carpentier, Stephen Alexis, Nicomedes Santa Cruz, Pedro Mir, Nicolás
Guillén, Fernando Ortiz, Toña La Negra, Aimé Cesaire, Derek Walcott,
Gilberto Gil, Wilfredo Lam y tantos otros.
Así lo entendió la pequeña comunidad afroargentina que en el
paupérrimo barrio suburbano de Dock Sud, pegado a Buenos Aires,
organizó un ciclo de homenaje en memoria del trigésimo aniversario
del asesinato de Cabral. Diezmados como carne de cañón en la guerra
del Paraguay (1865-70) y durante la epidemia de fiebre amarilla,
en Argentina, oficialmente, no hay negros. Mas debe El Proletario,
primer periódico socialista en el río de La Plata (1858), al intelectual
Lucas Fernández, de ascendencia guineana.

40
AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

AMÍLCAR CABRAL
Sus ideas y su ejemplo perdurarán

Ulises Estrada Lescaille

Amílcar continuó sus esfuerzos por la liberación del colonialismo


mediante la lucha armada. Su empeño fue tal que se convirtió en un
obstáculo insalvable para la política colonial. Los principios que defendía
también afectaban los intereses imperialistas. Por eso decidieron
eliminarlo. El 1 de enero de 1973, cuando ya la victoria era irreversible,
fue asesinado por militantes traidores reclutados por los portugueses,
los cuales pagaron ante la justicia revolucionaria su crimen.
Mestizo, delgado, de mediana estatura, con espejuelos de
armadura oscura, de andar erecto y rostro iluminado por una sonrisa.
Fue uno de los más preclaros líderes fundadores de la nacionalidad
africana. Aunque no era comunista, tenía vastos conocimientos del
marxismo-leninismo. Leyó a los grandes filósofos de la humanidad.
Dirigente político y militar, abrazó la guerra de guerrillas como vía
fundamental para liberar a su pueblo del colonialismo portugués. No
se concentró en el combate anticolonial en Guinea Bissau, sino que lo
extendió también a Cabo Verde, isla poblada fundamentalmente por
mestizos con un alto nivel cultural y económico. Esta operación se frustró
por razones de seguridad, y Pedro Pírez, jefe del grupo caboverdiano
se incorporó con su comando al combate en Guinea Bissau.
Fue solidario, además, con las batallas que se libraban en las
restantes colonias portuguesas. Artífice de la unidad interna, se
enfrentó a las tendencias tribales, religiosas y regionales que dividían
a su país. A todos los llevó a combatir juntos por la independencia,
sentando las primeras bases del sentimiento nacional.
Amílcar Cabral, nacido el 12 de septiembre de 1924, en Bafatá,
Guinea Bissau, marchó con su familia a Cabo Verde a los ocho años
de edad, donde cursó la enseñanza media en la escuela San Vicente.
En 1945, viajó a Lisboa para estudiar en el Instituto Superior de
Agronomía, con excelentes resultados docentes. En 1950, se graduó
de ingeniero y regresó a Bissau a trabajar en su profesión por cuenta
del gobierno portugués.
En Lisboa, junto con otros estudiantes de las colonias portuguesas,
dedicó sus esfuerzos a la búsqueda de las raíces africanas y revitalizó,
con ese objetivo, la Casa de África, a la vez que fundaba el Centro
de Estudios africanos. Luego de trabajar en la Estación Agrónoma de

41
Cuadernos de Formación Política

Lisboa, regresó a Guinea Bissau y recorrió el país. A su paso, conoce


de cerca la explotación colonial de que eran víctimas los campesinos
y el pueblo guineano en general. Por sus ideas políticas, en 1955,
es expulsado de Bissau y se incorpora a la organización y lucha del
movimiento independentista en Angola. Posteriormente, organiza el
Partido Africano para la Independencia (PAI), que luego adopta el
nombre de Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo
Verde (PAIGC). Amílcar no cesa en su batallar y a través del PAIGC
inicia la guerra de guerrillas en Guinea Bissau el 23 de enero de
1962; ya en 1965 combatía en los frentes norte, sur y este del país.
Mantuvo siempre, con toda claridad, la ideología revolucionaria,
antimperialista, anticolonialista, contra el apartheid y todas las
formas de racismo y discriminación que, derivadas de éste, existían
en aquellos momentos en el continente africano, al sur del Sahara.
Es a finales de 1964 que conoce al comandante Ernesto Che
Guevara en la República de Guinea (Conakry), a quien explica en
detalle la causa que defiende y solicita el apoyo directo de Cuba con
respecto a instructores militares, uniformes, medicinas e instrumentos
agrícolas para cosechar la tierra en las zonas liberadas.
En enero de 1966, participa como fundador de la I Conferencia
Tricontinental en La Habana. Su discurso fue una clara exposición de
la situación política, económica y social existente en el continente
africano y la lucha que libraban los pueblos en las colonias
portuguesas. Allí, se reúne con el Comandante en Jefe Fidel Castro,
quien de inmediato se solidariza con sus pronunciamientos y acción
y lo invita, en compañía de Oscar Oramas, funcionario del Ministerio
de Relaciones Exteriores que servía de traductor, a recorrer las
montañas del Escambray, uno de los escenarios de la lucha contra la
dictadura batistiana, a la vez que le traslada las experiencias vividas
en los combates en las montañas, ciudades y llanos y la resistencia
del pueblo cubano a las agresiones diversas del imperialismo
estadounidense.

Cubanos en Guinea

Oramas fue designado posteriormente embajador de Cuba en la


República de Guinea con la tarea principal de atender las relaciones
con el PAIGC, mientras que a mí, como oficial de la Inteligencia
cubana vinculado al apoyo a movimientos de liberación nacional, el
comandante Manuel Piñeiro me asignó la misión de llevar en abril de
1966, en la motonave cubana Uvero, la ayuda solicitada por Amílcar

42
AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

y otras prometidas por el Che a diferentes movimientos de liberación


nacional. Paralelamente se unen al PAIGC los primeros tres médicos y
asesores militares cubanos, quienes participan en el primer combate
contra el ejército portugués el primero de mayo de ese año.
Una vez concluida la misión en el Uvero, en noviembre de 1966,
a pesar de la preocupación de Amílcar –que no se encontraba en el
país–, por temor a la muerte o captura de uno de nosotros en los
frentes de batalla, me uno a las guerrillas comandadas por Domingo
Ramos, comisario político del PAIGC, en la primera operación militar
de envergadura en la que participan los instructores militares
cubanos, bajo el principio de convertir el combate en una escuela.
Así, en el Frente Este, atacamos el cuartel de Madina Boé, una
fortaleza muy bien protegida por los tugas (portugueses) con el
apoyo de miembros de la tribu fula, que eran los que estaban en la
superficie, ya que los soldados estaban en trincheras bien cubiertas
o bajo tierra.
Me encontraba al lado de Domingo, quien con la mitad de su cuerpo
cubría el mío para protegerme, cosa que no pude evitar, y abrimos
fuego con un cañón B-10 desde una pequeña elevación situada a
unos 600 metros del cuartel. Los portugueses tenían colimada la
zona y respondieron con certeros disparos de mortero, mientras
nosotros continuamos haciendo fuego con el cañón sin retroceso,
ametralladoras y fusiles.
Un rato después de iniciado el combate, sentí que corría por el
lado derecho de mi espalda un líquido caliente y pensé que estaba
herido por uno de los morterazos que caían a nuestro alrededor. Era
Domingo, sangraba copiosamente. Tomé su cuerpo en unión de otro
compañero y lo condujimos al puesto médico, situado a unos cien
metros de la zona de combate. El médico cubano me informó que
había fallecido. No podíamos dejar el cadáver del dirigente guineano
en manos portuguesas. Tomamos su cuerpo y en un camión nos
trasladamos a través de sembrados de arroz hacia la frontera con
Conakry. Llegamos a Boké, donde se encontraba el puesto de mando
fronterizo y entregamos su cadáver al compañero Arístides Pereira,
para que pudieran darle sepultura y rendirle los honores que merecía
este luchador, que fue uno de los primeros altos jefes del PAIGC en
caer en combate.
Los cubanos continuaron combatiendo junto al PAIGC en
numerosas acciones militares. Nueve de ellos entregaron allí su
sangre generosa: Raúl Pérez Abad, Raúl Mestres Infante, Miguel
A. Zerquera Palacio, Pedro Casimiro LLopins, Radamés Sánchez

43
Cuadernos de Formación Política

Bejerano, Eduardo Solís Renté, Felipe Barriendo Laporte, Radamés


Despaigne Robert y Edilberto González.
Las zonas liberadas crecían por día. Amílcar continuó sus esfuerzos
por la liberación del colonialismo mediante la lucha armada. Su
empeño fue tal que se convirtió en un obstáculo insalvable para
la política colonial. Los principios que defendía también afectaban
los intereses imperialistas. Por eso decidieron eliminarlo. El 1 de
enero de 1973, cuando ya la victoria era irreversible, fue asesinado
por militantes traidores reclutados por los portugueses, los cuales
pagaron ante la justicia revolucionaria su crimen.
Nueve meses después, Guinea Bissau obtenía su independencia
nacional. Aquel hombre que había sabido llevar a su pueblo a la
guerra liberadora, en un país empobrecido, de menos de un millón
de habitantes, dividido en unos 20 grupos tribales, ofrendó su vida
a cambio de un futuro mejor e independencia para sus hermanos.
Sus ideas han quedado grabadas para siempre en aquellos que se
mantienen leales a su pensamiento, a su valeroso ejemplo y se
proponen hoy construir una Guinea unida, enfrentarse a la pobreza y
alcanzar un escalón más alto en la vida de sus hombres y mujeres.

44
AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

AMÍLCAR CABRAL
(1924-1973)

Amílcar Cabral, Amílcar Lopes «abel Djassi» CABRAL permanece


uno de los más importantes teóricos de la Revolución africana.
Nacido a Bafata (Guinea Bissau) de un padre capverdien y de una
madre guineana, siguió estudios secundarios al Colegio Gil Eanes de
São Vicente (Cabo Verde), prolongados por estudios universitarios al
Instituto de agronomía de Lisboa (Portugal).
En los años cincuenta, esta hoja hace el conocimiento de sus
futuros compañeros de armas con quienes deberá desempeñar un
papel determinante para la independencia de la Guinea portuguesa
y Cabo Verde. En 1952, CABRAL es contratado como agrónomo
al servicio de las autoridades coloniales, dará la vuelta en Guinea
portuguesa para trabajar.
En 1956, se funda el PAIGC (Partido Africano para a Independencia
da Guine e de Cabo Verde) con su hermanastro brilla CABRAL,
Aristide PEREIRA y Rafael BARBOZA a Bissau. El movimiento de
lucha anticolonial comenzará concretamente con la huelga de los
dockers de Bissau en 1959.
El año 1963 señala el principio de la lucha armada sobre el suelo
guineano. Las tropas armadas del PAIGC adquieren varias victorias
ante los soldados del cuerpo expedicionario portugués, pero Amílcar
Cabral no vivirá mucho tiempo para asistir a la independencia de la
Guinea portuguesa y Cabo Verde, ya que se asesinará a Conakry
(Guinea) el 20 de enero de 1973.

45
Cuadernos de Formación Política

CONMEMORAN 80 AÑOS DE AMÍLCAR CABRAL


Con la presencia de Soares Sambú, Canciller de Guinea Bissau,
quien se encuentra de visita en Cuba, la OSPAAAL recordó a uno de
los más brillantes líderes independentistas africanos

Por Arleen Rodríguez Derivet

La Organización de Solidaridad de los pueblos de África, Asia y


América Latina (OSPAAAL), recordó este viernes a uno de los más
brillantes líderes independentistas africanos, el guineano Amílcar
Cabral, fundador del PAIGC y también de la organización solidaria
tricontinental, con un panel sobre su vida y obra y un mensaje del
secretariado general con motivo de la efemérides.
El ingeniero Soares Sambú, ministro de negocios extranjeros de
la Cooperación Internacional de las Comunidades de la República
de Guinea Bissau, quien cumple una visita oficial en Cuba, presidió
la actividad conmemorativa, una de las numerosas que se realizan
en diversas regiones con motivo del 80 cumpleaños de Cabral el
próximo domingo 12 de septiembre.
Al darle la bienvenida al canciller caboverdiano, Humberto
Hernández, secretario general de la OSPAAAL, le comentó los
profundos vínculos del líder histórico del PAIGC con esta institución
y le obsequió un cartel con la imagen de Cabral –obra del pintor
Orlando Yánez, cuyo original ocupa sitio de honor en la OSPAAAL–
y una copia fotostática de su discurso en la Primera Conferencia
Tricontinental de La Habana.
Como “un acto de justicia y de reconocimiento por el legado
moral y político que nos dejó”, calificó la conmemoración la
excelentísima señora Crispina Gomes de Almeida, embajadora
de Cabo Verde en Cuba, quien además significó que a 35 años
de su asesinato (en enero de 1973), el líder africano “sigue
siendo un desafío para los políticos y los intelectuales de nuestro
tiempo...figura compleja y multifacética fue, al mismo tiempo,
un gran político y diplomático, combatientes y estratega militar.
Y también poeta.”
También se refirieron a los notables valores de Cabral, el académico
Pedro Machado, subdirector del Centro de Estudios de África y Medio
Oriente (CEAMO) y Raúl Govea, combatiente internacionalista cubano
que compartió las luchas independentistas de los guineanos.

46
AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

Invitados al panel se encontraban los miembros del Comité


Central del Partido Comunista de Cuba Jorge Risquet Valdés y Rodolfo
Puente Ferro, representantes del cuerpo diplomático acreditado en
La Habana, los miembros del Secretariado Ejecutivo de la OSPAAAL
y combatientes internacionalistas en África.

Dirección General: Dip. Víctor Chirinos, Vicepresidente de


Relaciones Interinstitucionales del Parlatino Caracas.

Compiló: Prof. Ernesto Wong. Escuela de Estudios Internacionales


UCV y Coordinador Cátedra África “Amílcar Cabral”. Parlatino.

Fuentes: Granma Diario, Granma Internacional, Rebelión y Argenpress.

47
Cuadernos de Formación Política

ÍNDICE

PRESENTACIÓN
Víctor Chirinos
Ernesto Wong 5/6

NUESTROS ANTEPASADOS TRANSPORTADOS


A AMÉRICA COMO ESCLAVOS, ESTÁN CONTENTOS
Víctor Dreeke 7/9

APRENDIENDO DE AMÍLCAR CABRAL


Franz J.T. Lee 10/16

RECORDANDO A AMÍLCAR CABRAL, LÍDER


ANTICOLONIALISTA DE GUINEA BISSAU
Ulises Estrada Lescaille 17/20

CUBA CONSOLIDÓ LA INDEPENDENCIA DE ANGOLA


Y AYUDÓ A LIBERAR NAMIBIA Y ZIMBABWE
José Daniel Fierro 21/25

LA ACTUALIDAD DE LAS RELACIONES ENTRE CUBA Y ÁFRICA


Fidel Castro Ruz 26/37

GUINEA BISSAU Y CABO VERDE POR LA SENDA


DE AMÍLCAR CABRAL EN LAS RELACIONES CON CUBA 38/40

AMÍLCAR CABRAL (1924-1973)


José Steinger 41/42

AMÍLCAR CABRAL (Sus ideas y ejemplo perdurarán)


Ulises Estrada Lescaille 43/47

CONMEMORAN 80 AÑOS DE AMÍLCAR CABRAL


Arleen Rodríguez Redivet 48/49

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AMÍLCAR CABRAL / BIOGRAFÍA

COORDINACIÓN DE EDICIONES Y PUBLICACIONES / IMPRENTA UBV


2000 ejemplares
Agosto 2006

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