Quemar las naves...

¿Cuáles son tus naves?

El origen de la frase se remonta a los tiempos de Alejandro Magno, en el siglo III a.c.
Aparentemente fue él quien dio vida a esta expresión a partir de una maniobra militar.
Cuenta la historia que al llegar a las costas Fenicias, Alejandro Magno observo que sus
enemigos lo triplicaban en número. Esto era obvio no solo para él, sino para todo su ejército
que estaba observando lo mismo y comenzaba a analizar sus chances de salir con vida de
ahí.

Luego de desembarcar en tierras Fenicias, Alejandro Magno ordeno "quemar las

naves" que los habían traído hasta ahí. Mientras todo ardía, el líder macedonio reunión a su
ejército y les dijo: Observad cómo se queman los barcos... Esa es la única razón por la que
debemos vencer, ya que si no ganamos, no podremos volver a nuestros hogares y ninguno
de nosotros podrá reunirse con su familia nuevamente, ni podrá abandonar esta tierra que
hoy despreciamos. Debemos salir victoriosos en esta batalla, ya que solo hay un camino de
vuelta y es por el mar. “Caballeros, cuando regresemos a casa lo haremos de la única forma
posible, en los barcos de nuestros enemigos”...y así fue.

“Caballeros, cuando regresemos a casa lo haremos de la única forma posible, en

los barcos de nuestros enemigos”

Conocer el origen de esta frase me hizo reflexionar sobre la decisión que tomé hace unos
meses cuando decidí renunciar a mi trabajo para enfocarme en lo que realmente me hace
feliz. Me dí cuenta que esa renuncia fue mi "quemar las naves", mi nave era la
seguridad y tranquilidad de tener un sueldo a fin de mes, un trabajo en relación de
dependencia, quizás un trabajo que ya no me hacía feliz, pero me mantenía en la zona de
confort. Un 3 de febrero de 2020 firmé mi carta de renuncia y así vi arder mi nave. Ahora
no queda otro lugar más que conquistar lo que tengo por delante, continuar con mi plan y
mi estrategia, así que...

"Caballeros, cuando regrese a casa, lo haré de la única manera posible, viviendo

con los que amo y de lo que amo hacer"