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El Campesino y la Roca

La historia cuenta que un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino
y luego se escondió para ver si alguien la quitaba.

Algunos de los comerciantes y cortesanos más adinerados del reino pasaron


por allí y simplemente rodearon la roca sin intentar moverla.

Muchos culparon al rey de no mantener los caminos despejados, pero ninguno


intento moverla.
Cierto día, pasó por allí un campesino con su carreta cargada de verduras, al
aproximarse y ver la roca, bajó la carga que traía y con su carro y los caballos
trato de moverla hacia un lado del camino. Después de mucho trabajo logró
moverla y despejar el camino.

Mientras recogía su carga de vegetales, notó que en el lugar donde estaba la


roca había una bolsa que contenía una gran cantidad de monedas de oro y una
nota del Rey que decía: Las monedas de oro son para la persona, que logre
mover la piedra del camino.

El obstáculo que para muchos era un impedimento para seguir adelante, para
el campesino solo fue una oportunidad de demostrar que nada puede
entorpecer el camino de nuestra vida. Con sabiduría y coraje hizo lo que otros
jamás hubieran hecho.

“En el transitar por esta nos encontramos con muchos obstáculos, si los
enfrentamos con una actitud correcta y no tratamos simplemente de evitarlos,
aprenderemos a ser sabios y valientes, y a su tiempo recibiremos el premio
oportuno, como le ocurrió al campesino”

“Siembra tu semilla por la mañana, y por la tarde siémbrala también, porque


nunca se sabe qué va a resultar mejor, si la primera siembra, o la segunda o si las
dos prosperarán” Eclesiastés 11: 6

El campesino aprendió lo que los otros nunca entendieron. Cada obstáculo


presenta una oportunidad para mejorar la condición de uno.

El consejo de la historia: 
¡Mira cada obstáculo como algo que debe ser resuelto!

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