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Expediente: 2007-16521-34-RHC
Distrito: Cochabamba
En revisión la Resolución de 17 de agosto de 2007, cursante a fs. 31 y vta., pronunciada por la Sala
Penal Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Cochabamba, dentro del recurso de
hábeas corpus presentado por Sorel Ponce Sandoval y Filiberto Escalera Álvarez, Defensores
Públicos del Servicio Nacional de Defensa Pública (SENADEP) Cochabamba, en representación sin
mandato de Viviana Grissel Sanabria Montaño contra Zonia M. Zambrana Peña y Mario Delfín
Murillo Mérida, Jueces Técnicos del Tribunal Tercero de Sentencia de la Capital del mismo
distrito Judicial, alegando la vulneración del derecho a la libertad física y de locomoción; la
garantía del debido proceso de su representado, previstos en los arts. 6.II y 16.IV de la
Constitución Política del Estado abrogada (CPE.abrg), ahora en los arts. 23.I, 115.II y 117.I de la
Constitución Política del Estado vigente (CPE).
Por los memoriales presentados el 15 de agosto de 2007, de fs. 17 a 19, los recurrentes exponen
los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
I.1.1. Hechos que motivan el recurso
Una vez concluida la audiencia, si bien se dispuso se expida el mandamiento de libertad; empero,
al no haber respondido con la celeridad pertinente a su solicitud, señalando una audiencia
innecesaria, se ha demostrado un claro desprecio por el derecho a la libertad, lo que repercute en
una detención indebida que se prolonga hasta la fecha de la presentación del recurso, toda vez
que no ha podido efectivizar su libertad.
Los recurrentes alegan la lesión al derecho a la libertad física y de locomoción; y la garantía del
debido proceso de su representado previsto en los arts. 6.II y 16.IV de la CPEabrg, ahora arts. 23.I,
115.II y 117.I de la CPE.
De acuerdo a lo expuesto, presentan recurso de hábeas corpus contra Zonia M. Zambrana Peña y
Mario Delfín Murillo Mérida, Jueces Técnicos del Tribunal Tercero de Sentencia del Distrito Judicial
de Cochabamba, solicitando la reparación a la violación al derecho y garantía y, en consecuencia,
sea declarado procedente el recurso.
La audiencia pública se desarrolló el 17 de agosto de 2007, a horas 9:30, con la presencia de los
recurrentes y el recurrido Mario Delfín Murillo Mérida; y no así de la co-recurrida Zonia M.
Zambrana Peña (fs. 29 a 30), produciéndose los siguientes actuados:
Añade que si bien ha cesado la detención, solicitan que el Tribunal de garantías, en función del art.
18 de la CPEabrg y 91.VI de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC), declare procedente el recurso.
El recurrido presentó informe oral por sí y a nombre de la corecurrida Zonia M. Zambrana Peña,
con los siguientes argumentos:
2. La audiencia se llevó a cabo el 10 de agosto de 2007 porque los días previos eran feriados y se
explicó a la recurrente, los motivos por los cuáles se señaló audiencia, pues en el sistema
acusatorio toda actuación es oral, y se le tenía que advertir el incumplimiento de estas medidas a
tiempo, que la imputada realice la promesa formal; sin embargo, el primer día que se presentó a
firmar el libro “fue en estado de ebriedad y tampoco está en esta audiencia” (sic).
3. El día de la audiencia, se ordenó la expedición del mandamiento de libertad, y ese mismo día se
pasó el mandamiento a la central de notificaciones, para la notificación a la Gobernadora.
Por los argumentos expuestos, solicitó se declare improcedente el recurso y puso en conocimiento
del Tribunal de garantías los antecedentes del proceso respectivo.
I.2.3. Resolución
Por Resolución de 17 de agosto de 2007, la Sala Penal Primera de la Corte Superior de Justicia del
Distrito Judicial de Cochabamba, declaró procedente el recurso de hábeas corpus, sin
responsabilidad por ser excusable, con los siguientes argumentos:
1. La SC 1447/2004-R de 6 de septiembre, ha interpretado los alcances del art. 245 del CPP, en
sentido que, para otorgar la libertad luego de haberse concedido la cesación de la detención
preventiva, sólo es exigible el cumplimiento de las medidas sustitutivas que se hubieren aplicado,
no pudiendo exigirse el acatamiento de otras condiciones, requisitos o realización de diligencias
como condición previa a viabilizar la libertad de los imputados. En tal sentido, en el caso de la
fianza económica, la libertad debe efectivizarse cuando se haya cumplido la fianza.
3. En ese contexto jurisprudencial, el hecho de que las autoridades judiciales recurridas hayan
señalado audiencia de ofrecimiento de fianza, cuando la imputada había previamente oblado la
fianza económica, según consta el certificado de depósito judicial de 3 de agosto de 2007, importa
un acto ilegal que vulnera el derecho a la libertad de la actual recurrente, porque al haber
presentado el mencionado depósito, cumplió con la medida sustitutiva prevista en el art. 240.6)
del CPP, por lo que correspondía a las autoridades judiciales efectivizar directamente la libertad,
sin condicionarla a las resultas de una audiencia de ofrecimiento de fianza.
El presente recurso de hábeas corpus, ahora acción de libertad, fue inicialmente sorteado el 10 de
diciembre de 2007; sin embargo, ante la renuncia de los Magistrados del Tribunal Constitucional,
las causas en trámite quedaron paralizadas. Al haberse designado a las nuevas autoridades y
reiniciado las labores jurisdiccionales, por Acuerdo Jurisdiccional 001/2010 de 8 de marzo, se
produjo la reanudación de sorteos de las causas, mismas que fueron el 22 de marzo de 2010,
siendo la fecha de vencimiento el 20 de abril de 2010, por lo que la presente Resolución se
pronuncia dentro de término legal.
II. CONCLUSIONES
II.1. El 8 de diciembre de 2006, los Jueces Técnicos del Tribunal de Sentencia Nº 3 del Distrito
Judicial de Cochabamba, ahora demandados, dispusieron la cesación de la detención preventiva
de Viviana Grissel Sanabria Montaño, de conformidad al art. 239 inc.3 del CPP, disponiendo las
siguientes medidas sustitutivas: 1. Presentación una vez a la semana ante el Tribunal Tercero de
Sentencia a firmar el libro; 2. Arraigo, sin que la imputada pueda salir del departamento o del país
sin autorización del Tribunal y; 3. Fianza económica en la suma de Bs30000.- (Treinta mil
bolivianos); añadiendo que la imputada debía hacer conocer su domicilio a objeto de hacerle saber
cualquier resolución del Tribunal (fs. 1 a 2).
II.2. Por Resolución de 20 de enero de 2007, los Jueces demandados aceptaron el certificado de
arraigo presentado por la defensa y modificaron la fianza hasta la suma de Bs15000.- (Quince mil
bolivianos) (fs. 3 a 4). Posteriormente, mediante Resolución de 26 de julio de ese año, se modificó
nuevamente la fianza impuesta a la suma de Bs5000.- (Cinco mil bolivianos) (fs. 10).
II.4. Por memorial de 4 de agosto de 2007, Viviana Grissel Sanabria Montaño solicitó se expida
mandamiento de libertad a su favor, al haber cumplido con todas las medidas sustitutivas
impuestas, que cursan en obrados, acompañando para el efecto el Certificado de depósito Judicial
(fs. 12).
II.5. Por decreto de 7 de agosto de 2007, los Jueces Técnicos del Tribunal Tercero de Sentencia
señalaron audiencia para considerar el ofrecimiento de fianza para el 10 del referido mes y año, a
horas 10:00 (fs. 14).
II.6. Mediante memorial de 10 de agosto de 2007, Viviana Grissel Sanabria Montaño solicitó
reposición del decreto de 7 de agosto de 2007, reiterando su solicitud de que se expida
mandamiento de libertad (fs. 15).
Posteriormente, el Presidente del Tribunal advirtió a la imputada sobre la obligación que tiene de
cumplir con las medidas sustitutivas impuestas: firmar el libro en secretaría del Tribunal una vez a
la semana, prohibición de salir del departamento y del país sin autorización del Tribunal;
asimismo, le advirtió de las consecuencias de su incumplimiento, expresando la imputada que
dará cumplimiento a las medidas cautelares.
En dicha audiencia, los Jueces ahora recurridos, al constatar el cumplimiento de todas las medidas
sustitutivas impuestas, ordenaron la libertad provisional de la imputada Vivana Grissel Sanabria
Montaño, señalando que debía expedirse mandamiento de libertad provisional y notificarse a la
Directora del recinto penitenciario “San Sebastián” mujeres a objeto de dar cumplimiento a la
Resolución judicial (fs.16).
II.8. El 10 de agosto de 2007, los Jueces Técnicos del Tribunal Tercero de Sentencia, libraron
mandamiento de libertad provisional a favor de Vivian Grissel Sanabria Montaño (fs. 26). De
acuerdo al informe del oficial de Diligencias, y a la nota de 17 de agosto de 2007, de la Directora
del centro penitenciario femenino “San Sebastián”, Viviana Grissel Sanabria Montaño se encuentra
en libertad desde el día sábado 11 de agosto de 2007, por orden de los Jueces Técnicos del
Tribunal Tercero de Sentencia (fs. 25).
Los recurrentes ahora accionantes sostienen que las autoridades judiciales, recurridas,
(demandadas), lesionaron el derecho a la libertad física y la garantía del debido proceso de su
representada, por cuanto pese a que cumplió con la fianza económica impuesta, no dispusieron su
libertad inmediata, sino que fijaron audiencia para la consideración de la fianza ofrecida, dilatando
innecesariamente la efectividad de su libertad. Corresponde analizar, en revisión, si dichas
aseveraciones son ciertas y si corresponde otorgar la tutela que brinda el recurso de hábeas
corpus, ahora acción de libertad.
Como este recurso, ahora acción, fue presentado y resuelto por el Tribunal de hábeas corpus en
vigencia de la Ley Fundamental abrogada, es pertinente determinar, antes de analizar la
Resolución venida en revisión, qué norma constitucional se aplicará.
Conforme a dichos principios, siendo, por regla general, más garantista la Ley Fundamental
vigente, es natural aplicarla; empero, en cada caso concreto, se realizará el análisis de las normas
constitucionales para dar preferencia a aquellas que resulten más favorables para el recurrente,
actual accionante.
La Constitución Política del Estado abrogada, preveía como medios jurisdiccionales extraordinarios
de protección de los derechos y garantías constitucionales a los recursos de hábeas corpus,
amparo constitucional y hábeas data, los cuales se mantienen en la Constitución vigente, con
algunas modificaciones que pueden percibirse fácilmente, en el caso de la acción de libertad, al
ampliarse su ámbito de protección al derecho a la vida y extender su tutela también a los actos
provenientes de particulares.
El art. 18.I de la CPEabrg, establecía que: “Toda persona que creyere estar indebida o ilegalmente
perseguida, detenida, procesada o presa podrá ocurrir, por sí o por cualquiera a su nombre, con
poder notarial o sin él, ante la Corte Superior del Distrito o ante cualquier juez de Partido, a
elección suya, en demanda de que se guarden las formalidades legales…”.
Similar previsión está contenida en el art. 125 de la CPE, que sostiene que “Toda persona que
considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente
procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de manera
oral o escrita, por sí o por cualquier a su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier
juez o tribunal competente en materia penal…”
Como se puede apreciar, entre ambas normas no existen diferencias substanciales, manteniendo
la Constitución vigente las características esenciales del hábeas corpus: El informalismo, por la
ausencia de requisitos formales en su presentación; la inmediatez, por la urgencia en la protección
de los derechos que resguarda; la sumariedad, por el trámite caracterizado por su celeridad; la
generalidad porque no reconoce ningún tipo de privilegio, inmunidad o prerrogativa, y la
inmediación, porque se requiere que la autoridad judicial tenga contacto con la persona privada
de libertad.
Cabe hacer notar; sin embargo, que la Constitución Política vigente acentúa algunas de las
características anotadas: 1. El informalismo, pues actualmente se amplía la posibilidad de
presentación oral de la acción de libertad, que antes estaba reservada sólo a los supuestos en que
la persona fuera menor de edad o incapacitada, analfabeta o notoriamente pobre y; 2. La
inmediación, ya que; la CPE señala que la autoridad judicial, una vez presentada la acción, debe
disponer que el accionante sea conducido a su presencia o acudir al lugar de la detención, última
posibilidad que no estaba contemplada en la Constitución abrogada y que es fundamental para
comprobar las condiciones en que la persona se encuentra privada de libertad, especialmente
cuando existe denuncia de torturas, tratos crueles, inhumanos o degradantes, o si se ha vulnerado
el derecho a la integridad física o existe amenaza a su vida.
Sin embargo, las modificaciones más importantes, están referidas al ámbito de protección de la
acción de libertad, que alcanza ahora al derecho a la vida y a la posibilidad de presentar la acción
de libertad también contra particulares, conforme se desprende del art. 126 de la CPE.
De la interpretación del art. 18 de la CPEabrg y el art. 89 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC),
en la SC 1579/2004-R de 1 de octubre, el Tribunal Constitucional concluyó que el recurso de
hábeas corpus “…puede ser reparador si ataca una lesión ya consumada, preventivo si procura
impedir una lesión a producirse o correctivo si intenta evitar que se agraven las condiciones en que
se mantiene a una persona detenida”.
En el contexto de la Constitución vigente y de la Ley del Tribunal Constitucional -que aún continúa
vigente- se puede concluir que los tipos de hábeas corpus precedentemente aludidos, también
pueden ser identificados en la nueva Ley Fundamental, e inclusive ampliados, conforme se pasa a
exponer.
Ahora bien, la persecución ilegal, ha sido entendida por la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional como “…la acción de una autoridad que busca, persigue, u hostiga a una persona
sin que exista motivo legal alguno ni una orden expresa de captura emitida por autoridad
competente en los casos establecidos por ley, o cuando se emite una orden de detención, captura o
aprehensión al margen de los casos previstos por ley, e incumpliendo las formalidades y requisitos
establecidos por ella” (Así, SSCC 419/2000-R, 261/2001-R y 535/2001-R, entre otras).
Por otra parte, la SC 1579/2004-R de 1 de octubre, también hizo referencia al hábeas corpus
denominado correctivo, que es aquel que “…protege al detenido de aquellas condiciones que
agravan en forma ilegítima la detención, violando su condición humana. A través de este recurso,
se garantiza el trato humano al detenido, establecido en las Convenciones Internacionales de
Derechos Humanos”.
Este tipo de hábeas corpus no estaba previsto expresamente en el art. 18 de la CPE abrg, como
tampoco está explicitó en el art. 125 de la CPE; sin embargo, su base constitucional está implícita
en ese artículo, y la base legal se encuentra en el art. 89 de la LTC, cuando se refiere a otras
violaciones que tengan relación con la libertad personal en cualquiera de sus formas, siendo una
de ellas el agravamiento ilegal de la situación del detenido o condenado (SC 1579/2004-R).
Este hábeas corpus, ahora está previsto en el art. 125 de la CPE, cuando hace referencia a los casos
en los que la persona considere que su vida está en peligro. Esta ampliación es coherente con la
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que en la Opinión Consultiva OC-
8/87 de 30 de enero de 1987, al absolver la consulta formulada por la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos respecto a la interpretación de los arts. 25.1 y 7.6 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, en relación a la última frase del art. 27.2 de dicha Convención, que
enumera los derechos que no pueden suspenderse durante los estados de excepción; estableció
que, la función del hábeas corpus es esencial como: “…medio para controlar el respeto a la vida e
integridad de la persona, para impedir su desaparición o la indeterminación de su lugar de
detención, así como para protegerla contra la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes”.
La protección del derecho a la vida e integridad personal, por otra parte, está también prevista en
las legislaciones de otros países, como en Costa Rica donde a través del hábeas corpus se protegen
los derechos a la libertad e integridad personal; en el Perú, donde se protege la libertad personal y
otros derechos conexos, así como la integridad y la prohibición de desaparición forzada, último
supuesto que se vincula con el derecho a la vida. Algo similar sucede en Argentina, donde el
hábeas corpus protege la libertad física, el agravamiento ilegítimo de las condiciones de detención
y la desaparición forzada de personas, y en Ecuador, donde se protege el derecho a la libertad, a la
vida y la integridad física de las personas privadas de libertad.
Cabe resaltar que la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, protegió el derecho a la vida a
través del recurso de hábeas corpus, por conexitud con el derecho a la libertad de locomoción, en
las SSCC 470/2004-R, 6512004-R, entre otras.
Por último, se debe hacer referencia al hábeas corpus traslativo o de pronto despacho, a través
del cual lo que se busca es acelerar los trámites judiciales o administrativos cuando existen
dilaciones indebidas, para resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra privada de
libertad.
Este tipo de hábeas corpus, implícito en el art. 125 de la CPE, emerge directamente del art. 89 de
la LTC, que establece que, también procede el hábeas corpus cuando se aleguen “…otras
violaciones que tengan relación con la libertad personal en cualquiera de sus formas, y los hechos
fueron conexos con el acto motivante del recurso, por constituir su causa o finalidad…”, e
implícitamente fue reconocido por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, cuando tuteló los
supuestos de demora en la celebración de la audiencia de medidas cautelares (SSCC 1109/2004-R,
1921/2004-R),o cuando existieron notificaciones ilegales con las resoluciones de medidas
cautelares que lesionan el derecho a la defensa, concretamente el derecho a recurrir, impidiendo
que el tribunal superior revise la resolución del inferior (SC 826/2004-R), o en los casos en que se
ha demorado la efectividad de la libertad, pese a que el imputado ha cumplido con las medidas
sustitutivas impuestas (SSCC 1477/2004-R, 046/2007-R, entre otras).
El art. 245 del CPP, determina que: “La libertad sólo se hará efectiva luego de haberse otorgado la
fianza”.
Conforme a dicha norma, para hacer efectiva la libertad, necesariamente debe haberse otorgado
la fianza, sea juratoria, personal o real; sin que posteriormente, el juez o tribunal que impuso esa
medida sustitutiva, pueda establecer otras condiciones o la realización de nuevas diligencias para
dar curso a la libertad, pues ello implicaría el desconocimiento de las propias determinaciones
asumidas por el juzgador y una lesión al derecho a la libertad del imputado. Si su restricción fue
dispuesta ante el cumplimiento de los requisitos previstos en la Constitución y el Código de
Procedimiento Penal, la cesación de su limitación debe ser inmediata cuando esos requisitos ya no
se cumplen o han sido desvirtuados por el imputado y éste; además, ha cumplido con las
condiciones impuestas por el juzgador.
Conforme a ello, una vez que el imputado ha otorgado la fianza, se materializa el derecho del
atribuido a exigir al Juez su libertad, como también se impone al juzgador la obligación de
concederla sin más trámite (SC 1447/2004-R), y es en ese sentido que debe ser entendida la
norma prevista en el art. 245 del CPP.
Situación diferente plantea el art. 246 del CPP, que no hace referencia a la efectividad de la
libertad, sino al acta que debe levantarse antes de la ejecución de las medidas sustitutivas
impuestas. Efectivamente, dicha norma sostiene:
1) La especificación de las obligaciones que debe cumplir el imputado y la advertencia sobre las
consecuencias de su incumplimiento;
La norma glosada tiene que ser interpretada en coherencia con el art. 240 del CPP, que en el
último párrafo establece: “…Al resolver la aplicación de las medidas enumeradas anteriormente, el
juez determinará las condiciones y reglas que deberá cumplir el imputado, con la expresa
advertencia de que la comisión de un nuevo delito o el incumplimiento de las reglas impuestas,
dará lugar a la revocatoria de la medida y su sustitución por otra más grave incluso la detención
preventiva cuando esta sea procedente”.
Conforme a ello, es en esa audiencia, donde se debe cumplir con lo previsto en el art. 246 del CPP,
no siendo necesaria la realización de una posterior; pues debe entenderse que las medidas
sustitutivas fueron impuestas en una audiencia en la que intervinieron las partes, debatiendo
precisamente sobre la aplicación de dichas medidas, y como resultado se dictó una resolución que
las impuso; la misma que debe ser ejecutada cuando el imputado ha cumplido con los requisitos
ordenados por el juez para hacer efectiva su libertad, sin que está quede supeditada a la
confirmación y contradicción de aspectos que, por su naturaleza, pueden ser verificados
únicamente por el juzgador y no requieren de la intervención de la otra parte y del Ministerio
Público.
En el caso analizado, el 8 de diciembre de 2006, los Jueces técnicos del Tribunal de Tercero
Sentencia del Distrito Judicial de Cochabamba, dispusieron la cesación de la detención preventiva
de la representada por los accionantes, imponiendo las siguientes medidas sustitutivas: 1.
Presentación de la imputada a firmar el libro ante el Tribunal Tercero de Sentencia, una vez por
semana; 2. Arraigo, sin que la inculpada pueda salir del departamento o del país sin autorización
del Tribunal y; 3. Fianza económica en la suma de Bs30000.- (Treinta mil bolivianos); añadiendo
que la imputada debía hacer conocer su domicilio a objeto de hacerle saber cualquier resolución
del Tribunal.
Posteriormente, por Resolución de 20 de enero de 2007, los Jueces ahora demandados aceptaron
el certificado de arraigo presentado por la defensa y modificaron la fianza hasta la suma de
Bs15000.- (quince mil bolivianos), y por Resolución de 26 de julio del mismo año, le disminuyeron
a la suma de Bs5000.- (cinco mil bolivianos), fianza que fue cumplida el 3 de agosto del referido
año.
Otorgada la fianza, la representada por los accionantes solicitó el 4 de agosto de 2007, se expida
mandamiento de libertad a su favor, acompañando para el efecto el Certificado de depósito
Judicial; sin embargo, por decreto de 7 de agosto del mismo año, los Jueces demandados
señalaron audiencia para considerar el ofrecimiento de fianza para el 10 de agosto de 2007, a
horas 10:00; determinación respecto a la cual, la accionante solicitó reposición mediante
memorial de 10 de agosto.
Cabe aclarar que si bien el recurso fue presentado cuando la accionante se encontraba en libertad;
empero, de acuerdo al art. 91.VI de la LTC, “No obstante haber cesado la persecución o la
detención ilegales, la audiencia se realizará necesariamente y si el recurso fuere declarado
procedente, la autoridad recurrida será condenada a la reparación de daños y perjuicios, cuyo
monto será fijado en la misma audiencia (…)”.
Dicha norma ha sido concebida para proteger el derecho a la libertad y evitar que futuras
conductas lesivas a ese derecho se reproduzcan, en virtud a que los derechos y garantías
constitucionales, en especial los derechos a la libertad física y a la vida, se constituyen en la base
del sistema constitucional que irradia a todo el sistema jurídico y que genera en la actuación de
los servidores públicos y de los particulares, el respeto hacia los derechos fundamentales y
garantías constitucionales.
Finalmente, también es necesario hacer referencia a la justificación del Tribunal de hábeas corpus
respecto a la exención de responsabilidad civil de las autoridades demandada, con el argumento
que: “…dieron al art. 246 del CPP, una interpretación distinta a la efectuada por el Tribunal
Constitucional de la Nación, siendo excusable el efecto derivado de su interpretación respecto de
la citada norma procesal” (sic).
Sobre el particular, cabe señalar que de acuerdo al art. 44 de la LTC, que ahora tiene
reconocimiento constitucional (art. 203 CPE), las sentencias, declaraciones y autos del Tribunal
Constitucional son “obligatorias y vinculantes para los Poderes del Estado, legisladores,
autoridades y tribunales”; carácter vinculante que no ha sido desconocido por la Ley 003 de 13 de
febrero de 2010, “Ley de Transición a los Nuevos Entes del Órgano Judicial y Ministerio Público”,
que en su art. 4.II expresamente sostiene que “Los Tribunales, Jueces y autoridades
administrativas del Estado Plurinacional podrán considerar la jurisprudencia constitucional
emitida con anterioridad a la aprobación del nuevo orden constitucional, en tanto no se
contraponga a la Constitución Política del Estado” (las negrillas son nuestras).
La vinculatoriedad implica que la interpretación realizada por el Tribunal Constitucional sobre una
norma -precedente-, contenida en la ratio decidendi de una Resolución Constitucional, debe ser
aplicada para la resolución de los casos que tengan supuestos fácticos similares; pues esa
explicación les vincula. Ahora bien, esto no implica que los jueces no puedan apartarse de los
precedentes constitucionales; lo pueden hacer excepcionalmente, pero siempre y cuando lo hagan
conscientemente y de manera fundamentada, explicando las razones por las cuales consideran
que esa interpretación no desarrolla de manera adecuada el instituto en cuestión, lo que no
sucedió en el caso analizado, en el que los jueces demandadas no justificaron de ninguna manera
el apartamiento de los precedentes contenidos en las SSCC 1477/2004-R, 046/2007-R.
Por los argumentos expuestos, se constata que los jueces demandados dilataron indebidamente la
libertad de la accionante, lo que determina que se otorgue la tutela que brinda el recurso de
hábeas corpus, ahora acción de libertad.
POR TANTO
PRESIDENTE
DECANO MAGISTRADO
MAGISTRADO MAGISTRADA