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LAS OFERTAS
1
Como lo mencionamos en esta obra, no existe consenso respecto de que exista un derecho de
incidencia colectiva a la legalidad objetiva ni, consiguientemente, que su afectación legitime a quien
invoque su vulneración para interponer acciones judiciales para restablecerla.
212 RÉGIMEN DE CONTRATACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN NACIONAL
En virtud del principio de unicidad de las ofertas, cada interesado puede pre-
sentar sólo una en un mismo proceso de selección. No resulta legítimo que lo haga
simultáneamente como parte integrante de diferentes empresas, consorcios o unio-
nes temporarias de empresas, ni bajo ninguna otra forma que le posibilite volver
a ofertar solo o con otros en el mismo procedimiento. La supuesta competitividad
sería, en esos supuestos, una injustificable y engañosa ficción que la ley no ampara.
Aun cuando se trate de personas jurídicas diferentes, el principio a proteger con tal
restricción resulta similar 3.
Sin perjuicio de ello, existe la posibilidad de presentar ofertas alternativas pero
sólo si esto ha sido contemplado en los pliegos, en tanto resulta necesario contar con
propuestas homogéneas a fin de poder compararlas. No obstante, en criterio que no
compartimos, pues resultaría violatorio del principio antes expuesto, la PTN admitió
la presentación por un mismo oferente de dos ofertas independientes y diferenciadas
para un mismo renglón, en un supuesto en el que el objeto a suministrar era diferente
en cada caso y se había integrado en ambas la garantía por separado 4.
2
Conforme lo señalara, en ese sentido, la C. Nac. Cont. Adm. Fed., sala 3a, 19/2/2002, “Yamil
Ekel Milgron v. DGI (Estado nacional) s/proceso de conocimiento”. La sala 1a de la misma Cámara, a
través del voto emitido por el Dr. Pedro J. J. Coviello, en la causa “Castro, Ángel Norberto v. Minis-
terio de Salud y Acción Social s/empleo público”, del 23/9/1999, en igual sentido sostuvo –en auspi-
ciosa jurisprudencia– que ya no resulta posible discutir la legitimación para impugnar judicialmente
un acto administrativo dictado durante un proceso de selección. Comparar con el criterio postulado
por CASSAGNE, Juan Carlos, El contrato administrativo, 3ª ed. AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2009, ps.
79/80. Coincidimos con lo expuesto por URRUTIGOITY, Javier, “Derecho subjetivo e interés legítimo
en la contratación administrativa”, en AA.VV., Contratos administrativos, Jornadas organizadas por
la Universidad Austral, Facultad de Derecho, RAP, Buenos Aires, 1999, p. 419, en el sentido de que
se debe considerar superada la distinción entre derecho subjetivo e interés legítimo para categorizar la
situación de los administrados en la etapa de formación del contrato administrativo.
3
En sentido contrario, BARRA, Rodolfo, Contrato de obra pública, t. II, Ábaco, Buenos Aires,
1986, ps. 603/604, aun cuando reconoce que en ciertas situaciones se acude a este mecanismo precisa-
mente para burlar dicho principio, en cuyo caso (situación que, a su juicio, será una cuestión de hecho
que habrá que probar) la oferta también debe ser desestimada.
4
PTN, Dictámenes 2189:48.
LAS OFERTAS 213
5
Corte Sup., 1993, “Espacio SA v. Ferrocarriles Argentinos s/cobro de pesos”, Fallos 316:3157,
consid. 7º, expresando que “no corresponde admitir que, por su condición de reglamentos, las pre-
visiones de los pliegos de condiciones generales prevalezcan sobre lo dispuesto en normas de rango
legal”.
6
Corte Sup., “El Rincón de los Artistas SRL v. Hospital Nacional Prof. Alejandro Posadas s/ordinario”,
Fallos 326:3700, con nota de MERTEHIKIAN, Eduardo, “Perfeccionamiento de los contratos administrati-
vos. Procedimiento administrativo contractual y el conocimiento por el interesado del vicio que afecta
su celebración, en un fallo de la Corte Suprema”, LL 2004-C-645 .Ver también el comentario sobre el
mismo fallo de COMADIRA, Julio R., “Valiosos aportes de la Corte Suprema a la teoría general del acto y
el contrato administrativo”, en COMADIRA, Julio R., Elementos de derecho administrativo. Colección de
análisis jurisprudencial, La ley, Buenos Aires, 2005.
7
Ampliar en CASSAGNE, Juan Carlos, El contrato administrativo, cit. Ver también BERÇAITZ, Miguel
Ángel, Teoría general de los contratos administrativos, Depalma, Buenos Aires, 1980, p. 330, quien
atribuye a los pliegos una naturaleza compleja.
8
En tal sentido, la PTN sostuvo que, en virtud del principio de legalidad de la actividad adminis-
trativa, el carácter general de la reglamentación de las contrataciones del Estado no permite su violación
mediante actos administrativos de carácter individual o singular (Dictámenes 123:406). El pliego de
condiciones generales constituye una reglamentación de tal carácter y, consiguientemente, se aplica el
criterio expuesto por el mencionado organismo asesor. En sentido contrario, ver GÓMEZ SANCHIS, Da-
niel, “Pliego de condiciones”, en FARRANDO (h), Ismael (dir.), Contratos administrativos, LexisNexis
- AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2002, Cap. VI, ps. 205/261.
214 RÉGIMEN DE CONTRATACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN NACIONAL
1. Finalidad
Las condiciones y formalidades que deben reunir las ofertas se establecen te-
niendo en cuenta la necesidad de hacer efectivos principios propios de la contrata-
ción administrativa, como lo son, entre otros, el de legalidad o razonabilidad, el de
igualdad, el de publicidad y el de concurrencia.
Se han establecido, en relación con dichas condiciones, ciertos recaudos gene-
rales, sobre todo en lo vinculado al precio ofrecido, el que debe consignarse de modo
preciso 10 imponiendo la necesidad de que se formule sin condicionamientos 11, no
admitiéndose modificaciones luego de ser presentadas las propuestas.
La obligación de suscribirlas deriva de la necesidad de que ellas sean consi-
deradas como un acto jurídico, sin perjuicio de la posibilidad, como veremos más
adelante, de poder subsanarse aspectos no esenciales luego de su presentación.
El eventual silencio de la Administración, en caso de que las ofertas se apartaran o
no cumplieran con las condiciones previstas en el marco jurídico que rige su presen-
tación, resulta indiferente y no implica, en consecuencia, que de ello se derive una
tácita aceptación de tal situación. Ha sido éste, por otra parte, el criterio sostenido
por la Corte Suprema, quien resolvió que, en estos casos, tal omisión o silencio no
constituye manifestación alguna positiva de voluntad, pues el silencio debe ser inter-
pretado en sentido negativo 12.
9
Corte Sup., 1993, “Espacio SA v. Ferrocarriles Argentinos s/cobro de pesos”, Fallos 316:3157.
10
Así, el art. 66, dec. 436/2000, prevé que la oferta debe especificar: “a) El precio unitario y cierto,
en números, con referencia a la unidad de medida establecida en las cláusulas particulares, el precio total
del renglón, en números, y el total general de la oferta, expresado en letras y números, determinados en
la moneda de cotización fijada en el Pliego de Bases y Condiciones Particulares, todo ello en el formu-
lario original proporcionado gratuitamente por el organismo contratante. b) La cotización por cantidades
netas y libres de envase y de gastos de embalaje, salvo que el Pliego de Bases y Condiciones Particulares
previera lo contrario”. El proponente podrá formular oferta por todos los renglones o por algunos de
ellos. Podrá también hacerlo por parte del renglón, pero sólo cuando así lo admita el Pliego de Bases y
Condiciones Particulares. Como alternativa, después de haber cotizado por renglón, podrá ofertar por el
total de los efectos ya propuestos o grupo de renglones, sobre la base de su adjudicación íntegra.
11
Ejemplo de ello puede verse en PTN, Dictámenes 254:63.
12
Corte Sup., 1986, “Hotel Internacional Iguazú SA v. Nación Argentina”, Fallos 308:618, consid. 8º.
LAS OFERTAS 215
El art. 28, dec. 1023/2001, contempla taxativos supuestos en los que determina-
das personas físicas o jurídicas no pueden ofertar ni contratar con la Administración.
No pueden disponerse a través de los pliegos generales otras limitaciones más que
las normativamente autorizadas.
Se encuentran impedidos de ofertar quienes hubieren sido sancionados, en los
términos previstos en los aparts. 2º y 3º, inc. b), del art. 29, de aquella norma.
La misma restricción tienen los agentes y funcionarios del sector público na-
cional o las empresas en las cuales aquéllos tuvieren una participación suficiente
para formar la voluntad social. La norma remite, en este caso, a lo establecido en la
ley 25.188 de Ética Pública y al porcentaje accionario que los funcionarios tuvie-
ran en dichas empresas, requisitos estos que dicha ley no menciona para que se
configuren las prohibiciones establecidas en sus arts. 13 y 15. La referencia a que
este supuesto se aplica de conformidad con lo establecido en la aludida norma es
parcialmente incorrecta. La mención debería ser a las empresas en las cuales dichos
funcionarios tuvieran participación social.
No pueden presentarse a ofertar los fallidos, concursados e interdictos, mien-
tras no sean rehabilitados, los condenados por delitos dolosos por un lapso igual al
doble de la condena, las personas que se encontraren procesadas por delitos contra
la propiedad o la Administración Pública nacional, contra la fe pública o por delitos
comprendidos en la Convención Interamericana contra la Corrupción, aprobada por
ley 24.759, ni aquellas personas físicas o jurídicas que no hubieren cumplido en
tiempo oportuno con las exigencias establecidas por el último párrafo del art. 8º,
216 RÉGIMEN DE CONTRATACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN NACIONAL
13
Dictada en uso de las facultades conferidas por la res. 20/2004 de la Jefatura de Gabinete de Mi-
nistros, por el art. 2º de la res. 834/2000 del Ministerio de Economía y por el art 2º de la res. 515/2000
de la Secretaría de Hacienda.
14
Circular 19/2005 de la Oficina Nacional de Contrataciones (ONC).
LAS OFERTAS 217
15
Sobre el particular, ver lo sostenido por la PTN en Dictámenes 259:424.
16
Como se señalara a través del consid. 10 de la sentencia recaída en la causa “Transportes y
Construcciones SA v. Municipalidad de General San Martín”, LL 1994-B-400, con nota de Carlos A.
Botassi, a la que nos referimos infra.
17
PTN, Dictámenes 259:424. Tal como con acierto se ha manifestado en relación con esta cuestión
“el hecho de tener un juicio contra el Estado, o sea, el ejercicio del derecho a la tutela jurisdiccional,
no debería alterar la igualdad de oportunidades de participar en un eventual contrato con el Estado”,
conforme lo señalan BOGUT SALCEDO, Esteban J. - CIMINELLI, Darío, “El formalismo no pasa de moda.
Imposibilidad de subsanar defectos formales”, LL 2008-B-1126.
218 RÉGIMEN DE CONTRATACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN NACIONAL
18
PTN, Dictámenes 213:147.
19
En igual sentido, BOGUT SALCEDO, Esteban J. - CIMINELLI, Darío, “El formalismo...”, cit.
20
Corte Sup., 2004, “Astorga Bracht, Sergio y otro v. COMFER - dec. 310/1998 s/amparo
ley 16.986”, Fallos 327:4185.
21
Ver, al respecto, BOTTASSI, Carlos A., “Demanda de amparo para cuestionar un pliego de licita-
ción”, LL 1994-B-400.
LAS OFERTAS 219
22
PTN, Dictámenes 259:424.
23
Ampliar en MAIRAL, Héctor A., Licitación pública. Protección jurídica de los oferentes, Depal-
ma, Buenos Aires, 1975, p. 17.
24
De todos modos, en estos casos resulta imprescindible que las circulares o modificaciones pos-
teriores vinculadas al pliego original sean puestas en conocimiento de todos los interesados, a quienes
deberá hacerse conocer el texto de las consultas que hubieran originado alguna aclaración y la respuesta
o circular específica. Si algunos de ellos hubieran retirado el pliego, ello debe hacerse al domicilio que
hayan constituido en dicha oportunidad o a la dirección de correo electrónico que hayan notificado. Para
los restantes, será suficiente con agregar tales documentos a los pliegos como parte integrante de éstos y
consignar asimismo igual información en la página web donde se hayan publicado los originales.
25
Ver PTN, Dictámenes 259:415, entre otros.
220 RÉGIMEN DE CONTRATACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN NACIONAL
Deben, sin embargo, comunicarle a éstas que los obtuvieron a través de ese medio,
mediante el envío de un mensaje a la dirección de correo electrónico institucional,
indicando datos tales como el número de la clave única de identificación tributaria
y la razón social o nombre y apellido completos de los que lo hayan hecho de este
modo, los datos del procedimiento de selección de que se trate y una dirección de
correo electrónico en la que serán válidas las circulares y demás comunicaciones que
deban cursarse hasta el día de apertura de las ofertas. La misma circular exige que los
organismos contratantes confirmen, por la misma vía, la recepción de dicho mensaje,
verificando previamente que los datos del procedimiento de que se trate sean correc-
tos. A su vez, los interesados deben imprimir los mensajes enviados al organismo
contratante y la constancia de recepción que les sea remitida y presentarlos junto
con la oferta, para dar cumplimiento de esa forma al requisito de presentación de la
constancia relativa al retiro del pliego de bases y condiciones particulares.
Claro está que las aludidas previsiones son aplicables sólo en caso de pliegos
que hubieran sido puestos a disposición de los interesados en internet.
En lo concerniente a los contratos de obra pública, el aludido mecanismo no es
válido, en tanto ha sido sólo previsto para los procedimientos o contratos respecto de
los cuales tenga competencia la ONC, salvo, claro está, que se hubiera contemplado
en los respectivos pliegos un sistema similar para obtenerlos de una página web y
ello haya sido anunciado en la convocatoria.
En los procedimientos de selección vinculados a contratos de obra pública suele
exigirse, además, la declaración de haber visitado el lugar donde se deberán ejecutar
los trabajos. En ese caso, tal exigencia resulta de obligatorio cumplimiento, en tanto
con ella se acredita por parte del oferente la debida diligencia para presentar su oferta
y constituye un elemento probatorio de entidad para limitar luego su derecho a alegar
eventuales vicios en el proyecto que pudieran haber sido verificados y evitados de
obrarse de tal modo. El art. 26 de la ley 13.064 hace responsable al contratista de
la correcta interpretación de los planos para la realización de la obra, lo que supone
conocer también el lugar donde ésta se ejecutará. De allí que esta norma prevé que
cualquier deficiencia o error que se constatara en el proyecto o en los planos deberá
ser comunicado al funcionario competente antes de iniciar los trabajos.
1. El principio general
26
GORDILLO, Agustín, “El informalismo y la concurrencia en la licitación pública”, en Después
de la reforma del Estado, FDA, Buenos Aires, p. VII-5. Con todo, para cierta doctrina, la finalidad
del procedimiento de selección no es obtener el mayor número de oferentes, sino la oferta más con-
veniente, lo que a nuestro juicio se facilita cuando más concurrencia exista. COMADIRA, Julio R., “Al-
gunos aspectos de la licitación pública”, en AA.VV., Contratos administrativos, Jornadas organizadas
por la Universidad Austral, Facultad de Derecho, Ciencias de la Administración, Buenos Aires, 2000,
ps. 319 y ss., coincide en que rige en la materia el principio de informalismo moderado, con la adver-
tencia de que debe asegurarse que no se otorguen a algunos facilidades que se les denieguen a otros, en
iguales circunstancias.
27
Como lo señala ZUBIAUR, Carlos A., “El principio de concurrencia en la licitación pública. Res-
tricciones y garantías”, en CASSAGNE, Juan Carlos (dir.), Derecho administrativo. Libro en homenaje al
Prof. Miguel S. Marienhoff, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1998, ps. 993 y ss., “considerando que la
licitación constituye un procedimiento dirigido a obtener las mejores condiciones, lo cual implica nece-
sariamente la participación del mayor número posible de postores en la puja, entendemos que la concu-
rrencia constituye el principio rector de la licitación, el cual no sólo rige en lo que hace a la presentación
de las ofertas a la Administración, sino que debe estar garantizada a través de todo el procedimiento de
selección”. Coincide con que es éste el más importante objetivo de la licitación GORDILLO, Agustín “El
informalismo...”, cit., p. VII-5.
28
Se vincula, asimismo, con la defensa de la competencia y la necesidad de no distorsionar el
mercado, conf. CASSAGNE, Juan Carlos, El contrato administrativo, cit., p. 57.
29
PTN, Dictámenes 198:19.
30
PTN, Dictámenes 206:364.
222 RÉGIMEN DE CONTRATACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN NACIONAL
ofertado diversos interesados 31, criterio con el que no acordamos. Entendió que, en
estos casos, la conducta de la Administración debe ajustarse a las pautas establecidas
en el pliego de condiciones, por lo que no correspondería admitir ninguna posibili-
dad de subsanación, a fin de no violentar la igualdad de los oferentes. Disentimos
con tal conclusión, en tanto el aludido principio se resguarda, suficientemente, en la
medida en que se dé la misma posibilidad a todos los interesados. Tal como lo afirma
Gordillo, el principio de igualdad no se postula en abstracto sino para asegurar el
carácter competitivo del procedimiento 32. No existe tensión entre ambos principios
al momento de acordar a todos los oferentes la posibilidad de subsanar errores u
omisiones intrascendentes.
No es el cumplimiento de las formas un principio en sí mismo, por lo que debe
primar su inexigibilidad o la posibilidad de excusarlas o subsanarlas cuando ellas no
respondan a las finalidades del procedimiento, si de tal modo no se otorgan ventajas
para comparar las ofertas. No es suficiente con afirmar, casi dogmáticamente, que
en caso de admitirse o facilitarse la posterior subsanación de una formalidad no
cumplida o de un defecto u omisión no sustancial, se alteraría la igualdad entre los
concurrentes. Si con esto no se da a unos ventajas objetivas por encima de otros a la
hora de evaluar cuál será la oferta más conveniente, no se lesiona en modo alguno
tal principio.
2. Errores no sustanciales
31
PTN, Dictámenes 213:147.
32
GORDILLO, Agustín, “El informalismo...”, cit., ps. VII-5 y ss.
33
Dispone el artículo citado que será declarada inadmisible la oferta: “a) Que no estuviere firma-
da por el oferente o su representante legal. b) Que estuviere escrita con lápiz. c) Que careciera de la
garantía exigida o no se presentaren las muestras que el Pliego de Bases y Condiciones Particulares
indicare. d) Que fuera formulada por personas inhabilitadas o suspendidas para contratar con el Estado
nacional. e) Que contuviere condicionamientos. f) Que tuviere raspaduras, enmiendas o interlíneas en
el precio, cantidad, plazo de entrega o alguna otra parte que hiciere a la esencia del contrato, y no estu-
vieren debidamente salvadas. g) Que contuviere cláusulas en contraposición con las normas que rigen
la contratación. h) Que incurriere en otras causales de inadmisibilidad que expresa y fundadamente el
Pliego Único de Bases y Condiciones Generales hubieren previsto como tales”.
LAS OFERTAS 223
34
BARRA, Rodolfo, Contrato..., cit., t. II, p. 629.
35
Ha sido Agustín Gordillo quien ha puesto, en el ámbito del derecho administrativo, mayor énfa-
sis en esta última cuestión. Su An Introduction to Law, Prefacio de Flogaïtis, Spyridon, Esperia Publi-
cations, London, 2003, es una muestra de ello. Ver también NIETO, Alejandro - GORDILLO, Agustín, Las
limitaciones del conocimiento jurídico, Trotta, Madrid, 2003.
36
SESIN, Domingo J., “El principio del formalismo atenuado y sus consecuencias prácticas”, en
AA.VV., Cuestiones de procedimiento administrativo, Jornadas organizadas por la Universidad Aus-
tral, Facultad de Derecho, RAP, Buenos Aires, 2006, p. 93.
224 RÉGIMEN DE CONTRATACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN NACIONAL
37
No coincide con esta interpretación BARRA, Rodolfo, Contrato..., cit., t. II, ps. 627 y ss., para
quien “el darle una nueva oportunidad a quien dejó de cumplir significa otorgarle una ventaja por so-
bre el que realizó oportunamente los esfuerzos necesarios para poder responder a todas las exigencias
licitatorias. En definitiva no deja de ser un premio a la negligencia, admitiendo una oferta que, por sus
omisiones o defectos, ya demuestra de por sí que proviene de un oferente descuidado, mal organizado,
ineficiente, ya que ni siquiera es capaz de cumplir con requisitos que otros efectivamente completaron”.
Por nuestra parte, estimamos que el procedimiento de selección del contratista estatal no está previsto
para premiar al más diligente o castigar al que lo fuera en grado menor. El citado autor admite, no obs-
tante, la posibilidad de subsanación en el caso de omisiones que no hagan a la esencia de la propuesta
frente a la necesidad de conseguir una mayor concurrencia. Sin embargo, restringe la posibilidad de
sanear defectos formales si ello se hace en el mismo acto y para ello entiende que debe ser una norma
expresa la que defina de antemano y de manera general y abstracta cuáles defectos pueden ser subsana-
dos y cuales no, interpretando tales supuestos de modo restrictivo. Entendemos que ello no surge ni de
las normas que regulan la materia ni de los principios que rigen el procedimiento. Como lo dijéramos,
la posibilidad de subsanar cuestiones que no impidan la exacta comparación no puede perjudicar a los
participantes en tanto ello no traduce una indebida ventaja.
38
Como lo han señalado FIORINI, Bartolomé - MATA, Ismael, Licitación pública. Selección del
contratista estatal, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1972, p. 74, “los recaudos excesivos, la severidad
en la admisión y la exclusión ante omisiones intrascendentes, deben ser reemplazadas por aclaraciones
oportunas y actos de subsanación. En este punto corresponde aplicar el principio de saneamiento, o sea
que debe darse la oportunidad de subsanar las deficiencias de carácter leve que no vulneran la esencia
del trato igualitario. La Administración tiene la carga de obviar inconvenientes y permitir la mayor
afluencia posible de ofertas, en la inteligencia que la concurrencia no rige a favor de los oferentes sino
en beneficio del Estado”.
39
Igual criterio adoptan CANOSA, Armando - MIHURA ESTRADA, Gabriel, “El procedimiento de se-
lección del contratista como procedimiento administrativo especial”, JA 1996-IV-774, pues de esta ma-
nera resulta para dichos autores “asegurada la mayor concurrencia de ofertas, al no descalificárselas por
incumplimientos formales, y de esta forma la posibilidad de efectuar una más completa comparación de
propuestas para asegurar una mejor contratación administrativa”.
LAS OFERTAS 225
La PTN tuvo ocasión de pronunciarse en un caso que ilustra el tema aquí con-
siderado y las conclusiones a las que allí arribó pueden resultar útiles al momento
de adoptar una solución en torno a esta cuestión 40. Un oferente, que había cotizado
vehículos que la Administración se proponía adquirir, informó en su propuesta que la
carga útil que éstos admitían era inferior a la mínima exigida en los pliegos. A través
de una presentación posterior a la apertura de los sobres que contenían las ofertas,
informó que los allí mencionados permitían una carga mayor. Se entendió en ese
caso que con tal información, aun incorporada ex post, se acreditaba el cumplimiento
de las especificaciones requeridas y que ello constituía una aclaración y no una mo-
dificación de la oferta 41. Por lo que era posible en tal caso la subsanación respecto
de información imprescindible para resolver. El criterio se ajusta, como se observa,
a los principios en juego.
En otra intervención del mismo organismo asesor se admitió subsanar la omi-
sión en firmar ciertas hojas de la oferta que no habían sido oportunamente suscriptas,
considerando que tal defecto constituía una mera deficiencia formal 42. No se trata de
la oferta en sí misma, pues de lo contrario ésta no existiría como acto jurídico, sino
sólo de algunas de las páginas que la integran.
La PTN admitió también, en alguna oportunidad, la presentación tardía por par-
te de un adjudicatario de cierta documentación que se había previsto que acompañara
con la oferta como recaudo indispensable, atento a las dificultades que, como oferen-
te, había tenido su representada para obtenerla, así como la inmediata presentación
de aquélla cuando le fue requerida 43.
5. Finalidades en juego
40
PTN, Dictámenes 247:560.
41
Sobre esta última cuestión, ampliar en FARRANDO (h), Ismael, “Contratación administrativa, in-
modificabilidad de la oferta y la prueba en la solicitud de medidas cautelares”, JA 2009-I-34/37.
42
PTN, Dictámenes 248:231.
43
PTN, Dictámenes 238:350.
44
Al respecto, ver CELORRIO, Hernán, “Sobre régimen de contrataciones”, RAP, nro. 187, ps. 38 y ss.
45
De acuerdo con lo previsto por el art. III, apart. 5º, de la citada Convención.
226 RÉGIMEN DE CONTRATACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN NACIONAL
uso adecuado de los recursos 46. Los criterios para admitir la subsanación de errores u
omisiones deben formularse teniendo en especial consideración tal recomendación.
El limitado número de interesados en contratar con el Estado puede resultar un
indicio de que, en ocasiones, muchos potenciales interesados desisten de contratar
con el Estado frente a una Administración más atenta o preocupada porque se cum-
plan recaudos formales que por obtener la oferta más conveniente.
La finalidad parece a veces no centrarse en lograr un procedimiento compe-
titivo, sino en determinar qué ofertas no cumplen con las formalidades exigidas 47.
Así, proveedores que no están posiblemente en condiciones de cumplir con el objeto
contractual presentan propuestas sabiendo que, con frecuencia, ciertos controles se
focalizan en verificar sólo el cumplimiento de requisitos de forma 48.
En materia de procedimiento administrativo existe un principio que, con la
debida adecuación, debe en estos casos aplicarse para resolver estas cuestiones. La
regla indica que rige el de in dubio pro actione 49, conforme el cual debe estarse a la
interpretación más favorable al ejercicio del derecho, en este tema, el de presentar
la oferta y que ella sea considerada, para contar en un marco de concurrencia, igual-
dad y transparencia, con ofertas válidas para ser comparadas, consideradas, evalua-
das y poder adjudicar, de entre ellas, a la más conveniente.
Existen algunas opciones a partir de las cuales es posible contar con medios
adecuados para corregir deficiencias, antes de conocerse el precio o el objeto oferta-
do y evitar que se frustre la concurrencia, se viole la igualdad o se otorguen ventajas
a unos sobre otros.
Una de ellas puede ser el prever la presentación de un sobre independiente, den-
tro de otro que contenga la oferta económica, en el que se acompañe documentación
respaldatoria, de carácter formal, como certificados, balances, constancias y todo
46
Ver, al respecto, REJTMAN FARAH, Mario (autor) - BARAGLI, Néstor (coord.), Bases del proyecto
de plan de acción para la implementación de la CICC, publicación de la Oficina Anticorrupción y la
Organización de los Estados Americanos, en el marco de la propuesta formulada por el suscripto en su
calidad de consultor nacional del proyecto encomendado por la OEA, Oficina Anticorrupción, Buenos
Aires, 2006.
47
Como lo señala BARRA, Rodolfo Contrato..., cit., t. II, ps. 452 y 627.
48
Ampliar en GORDILLO, Agustín, Problemas de control de la Administración Pública en América
latina, Civitas, Madrid, 1981. Nos hemos referido también a este tema en REJTMAN FARAH, Mario, “El
(des)control de la Administración Pública”, en Res Publica Argentina 2006-1, RAP, Buenos Aires,
2006, y en “Algunas propuestas superadoras frente a una concepción formalista en relación al derecho
al control”, en AA.VV., Cuestiones de control público, Jornadas organizadas por la Facultad de Dere-
cho de la Universidad Austral, RAP, Buenos Aires, en prensa.
49
Conforme lo ha dicho la PTN, Dictámenes 133:240. Ver también Sup. Corte Bs. As., causa B
59.979, Chaix, S. 216.000. En el mismo orden de ideas, ver la posición de GAMBIER, Beltrán “El proce-
dimiento administrativo: algunas cuestiones que suscita el principio del informalismo”, JA 1992-III-674
y ss., y la posición de SESIN, Domingo J., “El principio del formalismo...”, cit., ps. 67 y ss. Por su parte,
para CASSAGNE, Juan Carlos, Derecho administrativo, t. II, 9ª ed., AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2009,
ps. 673 y ss., las formalidades no esenciales se vinculan con irregularidades intrascendentes cuyo in-
cumplimiento no provoca vicio alguno. Se trata de aplicar en el procedimiento licitatorio el principio ge-
neral del informalismo, lo que no supone la inexistencia de formalidades, sino su excusación en caso de
inobservancia en la medida en que no se consideren –fundada, objetiva y razonablemente– esenciales.
LAS OFERTAS 227
aquello que no se vincule con el precio, la calidad o las características del producto,
bien, servicio u obra ofrecida. Abierto tal sobre, puede permitirse el saneamiento
de omisiones o vicios que contenga dicha documentación, lo que contribuiría a que
se difiera para el momento de la adjudicación la declaración de inadmisibilidad por
cuestiones sustanciales, en el supuesto de que exista falta de adecuación de fondo en-
tre la oferta presentada y las condiciones licitarias, como haber cotizado en moneda
distinta, no suscribir la oferta, contener condicionamientos, etcétera.
No se trataría estrictamente del sistema de doble sobre, sino de la apertura pre-
via de uno, presentado dentro de aquel que contiene la propuesta técnica o la eco-
nómica, en el que se agregarían las constancias o la documentación formal que se
vincule con el oferente o con su legitimación o habilitación para ofertar. Verificada
aquélla, y subsanadas las omisiones o defectos que pudieran existir, se abriría el so-
bre con la información específica relacionada con las condiciones de la propuesta.
Este procedimiento probablemente permita obrar con mayor libertad para la sub-
sanación de errores, sin conocerse todavía el precio ofrecido o la propuesta técnica.
Podría establecerse también una instancia general donde se decidieran todas las
impugnaciones que pudieren presentar los interesados respecto de la documentación
acompañada por sus competidores. Resolver estas cuestiones, en una etapa prelimi-
nar, coadyuvaría al dictado de una adjudicación con mayor control respecto de su
legitimidad y posibilitaría una defensa de los derechos afectados en tiempo útil.
Las licitaciones en las que se presenta y abre primero el sobre que contiene la
información vinculada con antecedentes o condiciones que se prevean como necesa-
rias reunir para ejecutar el contrato y luego, en una etapa posterior, sólo el de aqué-
llos que cumplen con dichas condiciones constituye también un mecanismo posible
para verificar, anticipadamente, la documentación que respalde las ofertas y permitir
la subsanación de errores u omisiones cuyo incumplimiento no provoque la imposi-
bilidad de una justa e igualitaria comparación posterior de aquéllas.
Existen otros mecanismos tradicionalmente utilizados en licitaciones cuyo ob-
jeto reviste cierta complejidad. En lo que aquí nos ocupa, la intención es poner énfa-
sis en la necesidad de buscar instancias oportunas en las que, sin violar el principio
de igualdad ni de legalidad, puedan sanearse errores o acompañarse documentación
complementaria para contar con un procedimiento con mayor concurrencia.
VII. LA PRESENTACIÓN
50
Así, por ejemplo, en licitaciones internacionales, las normas y los principios que rigen las contra-
taciones financiadas por el Banco Mundial prevén que dicho plazo no debería ser normalmente inferior
a cuatro semanas ni superior a tres meses.
228 RÉGIMEN DE CONTRATACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN NACIONAL
X. LA PRESENTACIÓN TARDÍA
Las ofertas tardíamente presentadas deben ser rechazadas por extemporáneas 55,
sin perjuicio del derecho de los interesados a solicitar que se mantengan sin abrir los
sobres que las contengan debidamente reservados, dejándose constancia de ello en el
acta respectiva, así como de los motivos que originan el rechazo.
Tal como lo sostuvo la PTN, es necesario para permitir que la presentación de
las ofertas sea temporánea exigir una diligencia del postulante, que excede la común,
dada precisamente la seriedad y relevancia del acto 56.
Cabe preguntarse si sostener este criterio, aparentemente restrictivo, constituye
un rigorismo formal en violación al principio de libre concurrencia o un exceso ritual
contrario al informalismo que rige a favor del oferente, incluso en caso de que el acto
no hubiera tenido inicio a la hora fijada, o si la demora en que se incurriera fuera de
escasos minutos 57.
Hemos sostenido, en general, la necesidad de flexibilizar las consecuencias dis-
valiosas que pueden derivarse de rechazar, en el marco del procedimiento administra-
53
Conforme lo previsto por el art. 10, ley 13.064.
54
Que al respecto prevén que el acto “deberá sustentarse en los hechos y antecedentes que le sir-
van de causa y en el derecho aplicable” y que “deberá ser motivado, expresándose en forma concreta
las razones que inducen a emitir el acto, consignando, además, los recaudos indicados en el inc. b) del
presente artículo”.
55
En sentido contrario, GORDILLO, Agustín, Tratado de derecho administrativo, t. II, 8ª ed., FDA,
Buenos Aires, 2006, p. XII-7, sostiene que no corresponde en estos casos rechazarlas automáticamente
en tanto el primer sobre no haya sido abierto. Ello en la medida en que quien pretenda hacerlo tardía-
mente no conoce aún el precio ofertado.
56
PTN, Dictámenes 163:477.
57
La Corte Suprema ha considerado viciada por tales razones la resolución que dio por decaído el
derecho a ofrecer prueba a quien lo hizo pocos minutos después de vencido el plazo de gracia, Fallos
302:674.
LAS OFERTAS 231
tivo, presentaciones fuera de plazo 58. Sin embargo, las situaciones aquí expuestas se
vinculan con presentaciones tardías que perjudican o lesionan el principio de igualdad
y el de transparencia y que, además, otorgan ventajas indebidas a quien pretenda ha-
cerlo fuera de plazo. No se trata de un privilegio potencial, frente a otros proponentes,
consecuencia del simple hecho de contar con más tiempo que otros para preparar la
oferta. Tampoco de una lesión abstracta al principio de igualdad respecto de quienes
hayan presentado sus propuestas en el lugar, el día y la hora fijados. La ventaja –de
admitirse la presentación más allá del límite horario– sería concreta, pues permitiría, a
quien lo intente hacer, tener conocimiento sobre qué empresas se presentan, cómo es
la integración de los demás proponentes o incluso las características de lo ofertado, y
con ello darle la posibilidad de presentar su oferta en función de tal información resol-
viendo qué precio ofertar y elegir alguno de los diferentes sobres que haya llevado. No
importa si los restantes sobres han sido o no abiertos, pues muchas veces sólo conocer
quiénes los han presentado otorga una ventaja a la hora de presentar una oferta.
Por las razones expuestas, cualquier demora que pudiera sufrir el inicio del acto
de apertura no provoca una prórroga en la hora fijada para la presentación. Ésta debe
efectivizarse en la prevista para la apertura.
Como lo sostuviera la PTN, las estrictas previsiones horarias para la entrega
de las ofertas no violentan los principios de publicidad o igualdad, en tanto aqué-
llas tienden a un mejor ordenamiento del procedimiento, evitando actos de último
momento que lo puedan entorpecer o perturbar en desmedro de la transparencia,
seriedad y diligencia propias del caso 59. Los oferentes deben contar con suficientes
garantías de seguridad al momento de formular y presentar sus ofertas 60.
En un caso en el que uno de los postulantes presentó el sobre que contenía su
oferta fuera del plazo previsto para hacerlo, cuando había expirado el horario para su
recepción y, por lo tanto, ya se conocía la cantidad de oferentes presentados y quiénes
eran éstos, la PTN entendió, con acierto, que dicho sobre no debía ser abierto. Fundó
tal criterio, entre otros argumentos, en el hecho de que una extemporánea presentación
otorgaría a quien lo hiciera una indebida ventaja frente a sus competidores, vulneran-
do la total igualdad de los participantes que debe regir en el procedimiento 61.
El criterio expuesto es coincidente con el expresado por dicho organismo ase-
sor en un caso donde los proponentes alegaron haber llegado tarde por demoras del
personal encargado de registrar su entrada en el edificio donde se llevaría a cabo la
apertura, así como en el ascensor que los llevaría hasta el lugar fijado a tales efectos.
Como allí se sostuviera, la Administración debe asegurar la protección igualitaria de
los derechos de los administrados cuando éstos compiten ante ella, evitando que la
58
Ampliar en REJTMAN FARAH, Mario, “La cuestión de los plazos en el procedimiento administra-
tivo”, en AA.VV., Cuestiones de procedimiento administrativo, cit., ps. 807 y ss. La Corte Suprema,
en materia de plazos procesales, ha flexibilizado la fatalidad de éstos al admitir la presentación de un
escrito judicial más allá del de gracia en un caso donde se habían invocado razones de fuerza mayor.
Ver, al respecto, Corte Sup., 2005, “Cantera Timoteo SA v. Mybis Sierra Chica SA y otros”, Fallos
328:271. La situación no es a nuestro juicio similar. En el procedimiento de selección, como fuera
dicho, los principios en juego son diferentes y las consecuencias de adoptar uno u otro criterio inciden
directamente sobre ellos.
59
PTN, Dictámenes 199:383.
60
Ampliar en GRECCO, Carlos M., “Apuntes para una teoría de las autolimitaciones de la Adminis-
tración Pública”, RAP, nro. 14, Depalma, Buenos Aires, 1993, ps. 317/342.
61
Al respecto, ver PTN, Dictámenes 233:094.
232 RÉGIMEN DE CONTRATACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN NACIONAL
62
PTN, Dictámenes 213:147 y 213:153. La inadmisión de ofertas extemporáneas había sido ya
firmemente sostenida por la PTN, tal como surge de Dictámenes 211:370.
63
En el mismo sentido FARRANDO (h), Ismael, “La oferta”, en AA.VV., FARRANDO (h), Ismael (dir.),
Contratos administrativos, cit., p. 299, ha señalado que si se establecieran plazos diferentes para la
presentación de los sobres y para su apertura, se beneficiaría incluso la posibilidad de enviarlos por
correo.
64
Así lo afirma BARRA, Rodolfo, Contrato..., cit., t. II, p. 608.
65
Es posible, así, mantener su vigencia saneando el acto a través de su confirmación, convalidación
o ratificación. El dec.-ley 19.549/1972 admite el saneamiento como género y sus especies la ratifica-
ción y confirmación. La PTN ha afirmado, por su parte, que la ratificación y la confirmación son los
dos remedios previstos por la Ley de Procedimientos Administrativos para sanear el acto anulable y, por
ende, otorgarle validez, para lo cual es indispensable que el acto administrativo que se pretenda sanear
sea anulable; esto es, un acto en el que, en su dictado, se hubiese incurrido en alguna irregularidad u
omisión, o que contenga algún vicio, que no impidan la existencia de alguno de sus elementos esencia-
les (art. 15, dec.-ley 19.549/1972). Tal es el caso del vicio de incompetencia en razón del grado (siempre
y cuando la delegación y la avocación resultaren procedentes), al que la LNPA no incluye entre aquellos
que provocan la nulidad absoluta (PTN, Dictámenes 237:519, 238:327 y 238:553).
LAS OFERTAS 233
66
Compartimos asimismo lo sostenido por COMADIRA, Julio R. La licitación pública: nociones,
principios, cuestiones, 2ª ed., LexisNexis, Buenos Aires, 2006, cuando señala, respecto de la posibi-
lidad de que la Administración requiera o admita la mejora de ofertas, que ello implica transformar la
licitación pública en una contratación directa, lo que resultaría nulo por violación de las formas esen-
ciales previas a la adjudicación, de conformidad con lo previsto por los arts. 7º, inc. d), y 14, inc. b),
dec.-ley 19.549/1972, salvo con posterioridad a la adjudicación.
67
Ver, al respecto, lo previsto en los arts. 29, inc. a), 31, dec. 1023/2001 y 14, ley 13.064.
234 RÉGIMEN DE CONTRATACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN NACIONAL
guros de caución 68, modalidades que deben cubrir todo el período de mantenimiento
y sus posibles prórrogas. Constituye tales fianzas o seguros un contrato de garantía a
través del cual el asegurador o garante se obliga a pagar a la Administración la suma
debida en caso de retiro anticipado o extemporáneo, o al solo incumplimiento del
principal obligado.
Realizada la adjudicación, estas garantías son devueltas a todos los oferentes.
Al que resulte adjudicatario, luego de formalizada la contratación. A los demás, una
vez resuelta aquélla.
En ciertos contratos, total o parcialmente financiados por organismos internacio-
nales, por ejemplo en el caso del Banco Mundial, suele recomendarse no exigir este
tipo de garantías. Así, para la contratación de servicios de consultoría, se ha señalado
que ella tiende a aumentar los costos que eventualmente son incluidos por el proponen-
te como parte del precio ofertado, sin producir beneficios que la justifiquen 69.
No existe previsión expresa de la que surja si el importe de la garantía de man-
tenimiento constituye la suma total y definitiva a la que se encuentra obligado a
pagar el oferente incumplidor, como indemnización derivada de su retiro, o si es
posible reclamar, además, otros daños y perjuicios derivados de tal conducta.
La mayoría de nuestra doctrina se inclina por sostener que no es posible de-
mandar ningún otro pago por este concepto para quien desista de su propuesta 70,
a diferencia de las garantías de ejecución del contrato, ni requerir ningún otro re-
sarcimiento en caso de retiro anticipado. Coincidimos con tal opinión, aun cuando
es cuestión abierta a debate encontrar un adecuado equilibrio entre la necesidad de
que el porcentual fijado como garantía no sea demasiado oneroso, atento a que el
oferente lo imputará al monto del contrato, y la posibilidad de que su bajo monto no
produzca el efecto disuasorio buscado al momento de prever su constitución.
Se ha entendido que debe desestimarse la oferta de quien constituye una garan-
tía a través de un instrumento inadecuado en razón del monto a garantizar, aunque
luego lo sustituya 71. En sustento de tal conclusión, se argumentó que tal deficiencia
no se trataba de aquellas susceptibles de ser saneadas en tanto constituía una omisión
sustancial y trascendente. Para la PTN, en estos casos, la cuestión excede un aspecto
ritual para constituirse en una vulneración sustancial a las normas vigentes.
No se ha previsto entre las causales de inadmisibilidad de las ofertas la de aque-
llos que no hubiesen mantenido las presentadas en anteriores procedimientos, aunque
propiciamos que en alguna futura reforma normativa se tenga ello en cuenta. Esto
contribuiría a prevenir la existencia de posibles actos colusorios entre los oferentes.
68
Como en su momento lo previó la ley 17.804.
69
Así surge de las normas que regulan la selección y contratación de consultores por parte de países
prestatarios del Banco Mundial (versión de mayo 2004, revisada en octubre 2006).
70
Ver, al respecto, BARRA, Rodolfo, Contrato..., cit., t. II, ps. 640 y ss. En el mismo sentido, CAS-
SAGNE, Juan Carlos, El contrato administrativo, cit., p. 82, para quien la garantía de oferta cubre toda la
responsabilidad del proponente.
71
PTN, Dictámenes 265:105.
LAS OFERTAS 235
de la oferta, cuya conveniencia luego ha de ser ponderada con criterio de razonabilidad en forma previa
a la adjudicación.
74
Ver también lo expuesto en este sentido por MAIRAL, Héctor, Licitación pública..., cit.
75
REJTMAN FARAH, Mario, “Examen de admisibilidad: el rechazo in limine”, en CASSAGNE, Juan Carlos
(dir.), Amparo, medidas cautelares y otros procesos urgentes en la justicia administrativa, LexisNexis -
Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2007, ps. 181 y ss.
76
Conf. REJTMAN FARAH, Mario, “La consagración legal de la habilitación de instancia de oficio”,
en AA.VV., CASSAGNE, Juan Carlos (dir.), Derecho procesal administrativo. Libro en homenaje a Jesús
González Pérez, t. I, Hammurabi, Buenos Aires, 2004, ps. 917 y ss.
77
Corte Sup., 1994, “Chillar SA v. Junta Nacional de Granos”, Fallos 317:80.
LAS OFERTAS 237
78
En ese sentido, la C. Nac. Civ., sala A, 1976, “Confitería El Zoológico SRL v. Municipalidad de
la Ciudad de Buenos Aires”, LL 1977-D-114, resolvió que anular una licitación fundando tal decisión
en causas de trámite constituía un acto administrativo carente de motivación.
79
Corte Sup., 1992, “Raffo y Mazieres SA s/contencioso administrativo de plena jurisdicción e
ilegitimidad”, Fallos 315:1561.
80
Ver C. Nac. Cont. Adm. Fed., sala 2a, 18/10/1994, “Fundación Hermandad Internacional de Es-
corpiones v. Estado nacional - Ministerio de Trabajo”.
238 RÉGIMEN DE CONTRATACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN NACIONAL
81
PTN, Dictámenes 174:78. Ampliar en MONTI, Laura, “Consecuencias de la revocación del llama-
do a licitación por razones de oportunidad, mérito y conveniencia”, en AA.VV., Contratos administra-
tivos, cit., ps. 346 y ss., y en SEIJAS, Gabriela, “Responsabilidad precontractual de la Administración”
RDA 2002-361, LexisNexis - Depalma, Buenos Aires, 2002, ps. 361/392.
82
Ver, entre otros antecedentes, PTN, Dictámenes 89:260.
83
No obstante, COMADIRA, Julio R., “Algunos aspectos de la licitación pública”, cit., ps. 319 y ss.,
reconoce que cuando no existan cláusulas expresas que excluyan la admisibilidad de las impugnacio-
nes posteriores a la presentación de las ofertas, por aplicación de la idea de amplitud impugnatoria, el
oferente puede impugnar el pliego general incluso después de la oferta, no así el particular, en tanto
carecen éstos de fuerza normativa.
84
Respecto de contratos celebrados ad referendum o sujetos a aprobación, ampliar en REJTMAN
FARAH, Mario, “Los contratos administrativos sujetos a aprobación: un supuesto de escisión competen-
cial”, LL 1997-C-306.
85
Aun cuando la ley 13.064 impone requisitos adicionales tales como el afianzamiento de las
obligaciones contraídas mediante el depósito de una garantía (art. 21), la necesidad de entregar al con-
tratista copia de los planos y presupuestos y demás documentos del proyecto (art. 23), cumplido todo lo
cual recién queda perfeccionado el contrato, conforme art. 24 de la misma ley.
86
En el mismo sentido, el art. 1191, CCiv., prevé que los contratos que tengan una forma deter-
minada por las leyes no se juzgarán probados si no estuvieren en la forma prescripta. Sin embargo,
algunos autores han entendido que el contrato de obra pública queda concluido en el momento en que
la entidad administrativa remite al oferente la resolución mediante la cual adjudica la obra, sin otro trá-
LAS OFERTAS 239
mite posterior (conf. MÓ, Fernando, Régimen legal de la obra pública, Depalma, Buenos Aires, 1966,
p. 171). Disentimos con tal opinión, en tanto existe una disposición legal al respecto, aun cuando pueda
admitirse que como principio general resulta suficiente la notificación de la adjudicación. En el caso se
trata de una excepción expresa a tenor de lo previsto por los arts. 21 y ss., ley 13.064.
87
Para algunos aspectos particulares vinculados a la forma de los contratos administrativos y las
consecuencias que su omisión trae aparejada, ver BONINA, Nicolás - DIANA, Nicolás, “Contrapunto.
Sobre la forma en los contratos administrativos”, LL 2007-A-780. La Corte Suprema ha dicho, por su
parte, que “cuando la legislación aplicable determina una forma específica para la conclusión de un
contrato, dicha forma debe ser respetada pues se trata de un requisito esencial de su existencia” (Fallos
323:1515; 324:3019). Esta condición, que se impone ante las modalidades propias del derecho adminis-
trativo, concuerda con el principio general también vigente en derecho privado, en cuanto establece que
los contratos que tengan una forma determinada por las leyes no se juzgarán probados si no estuvieren
en la forma prescripta (arts. 975 y 1191, CCiv.). Ver Corte Sup., 2006, “Punte, Roberto Antonio v. Tierra
del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur s/cumplimiento de contrato”, Fallos 329:809.
88
Ver al respecto REJTMAN FARAH, Mario, “Suspensión de oficio del acto administrativo y revoca-
ción tácita. (Una sentencia saludable)”, LL 1995-E-485.
89
Conforme surge de C. Nac. Cont. Adm. Fed., sala 1a, 1995, “Vizcarra, Enrique A. y otros v. Es-
tado nacional - Ministerio de Defensa”, LL 1995-E-485.
240 RÉGIMEN DE CONTRATACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN NACIONAL
lar. Si fuera así, no sería aquél un carácter del acto, sino una circunstancia contingente
que dependería de la voluntad personal de algún funcionario. La suspensión sin plazo
se constituiría, de tal modo, en una anómala vía de extinción del acto de adjudicación,
a través de la cual éste dejaría de producir efectos sin que exista un acto expreso que
así lo disponga. Tal como lo expresara calificada doctrina, el acto administrativo se
dicta para que produzca un efecto determinado y previsto, para que tenga vigencia 90.
La Administración se encuentra, pues, obligada a cumplir el acto regular del que hu-
bieran nacido derechos subjetivos a favor de los administrados.
Según lo aquí analizado, se reafirma así la inhibición de revocar implícitamen-
te el acto administrativo de adjudicación a la oferta más conveniente, debidamente
notificado, que ha generado derechos subjetivos a favor del particular, bajo la mo-
dalidad de disponer de oficio su suspensión. Tal temperamento resulta contrario al
principio de irrevocabilidad de los actos declarativos de derechos que consagra el
art. 18, dec.-ley 19.549/1972. Si la norma priva en ciertos supuestos de la potestad
revocatoria a la Administración para no lesionar derechos subjetivos que se estén
cumpliendo, con igual razón tampoco se puede diferir, paralizar o suspender, sin
plazo determinado, la adjudicación. Lo contrario llevaría a admitir la posibilidad de
violar la garantía que la norma quiso proteger a través de una decisión administrativa
disfrazada bajo la figura de la suspensión 91.
Cabe al adjudicatario afectado por la mora, mediante algunos de los mecanismos
previstos por el dec.-ley 19.549/1972 y su decreto reglamentario, impulsar la firma del
contrato, sea a través de una queja por defecto de tramitación (art. 71, dec. 1759/1972),
pidiendo pronto despacho (art. 10, dec.-ley 19.549/1972) o acudiendo a la justicia a
través de un amparo por mora conforme el art. 28, dec.-ley 19.549/1972 92.
90
Así, ver DE ESTRADA, Juan R., “La revocación por ilegitimidad del acto administrativo irregular.
(El art. 17 de la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos)”, LL 1976-D-820.
91
Han señalado GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo - FERNÁNDEZ, Tomás R., Curso de derecho adminis-
trativo, t. I, con notas de Agustín Gordillo, 1ª ed. argentina, Thomson - Civitas - La Ley, Madrid - Bue-
nos Aires, 2006, ps. 593 y ss., que la suspensión es, en principio, una medida de carácter provisional
y cautelar. Por ello, en el supuesto aquí tratado, se trata más que de una suspensión, de una verdadera
revocación que puede producirse, incluso, por motivos de mera oportunidad, lo cual pugna con los
principios y garantías que han de presidir todo procedimiento revocatorio.
92
Aunque existen algunos precedentes jurisprudenciales conforme los cuales se ha entendido que
esta última norma no es aplicable en materia contractual. Ver al respecto C. Nac. Civ., sala B, noviem-
bre 1983, “Autopistas Urbanas SA v. Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires”, fallo anotado por
CREOBAY, Horacio, “Viejas y nuevas cuestiones del amparo por mora de la Administración”, LL 1984-
C-475, quien efectúa una fundada crítica, que compartimos, a tal postura.