Un conjunto de principios sentados hace más de dos siglos ha dado
forma a la estructura, la administración y el desempeño de las organizaciones durante los siglos XIX y XX. Muchas de esas organizaciones están definidas bajo pautas de la era industrial; pautas concebidas por más de hace 200 años y convertidas en paradigmas empresariales en los años 20; pero que ya no son tan exitosas. Se supone que el mal desempeño se debe a que el mundo en que operan ha cambiado y rebasa los límites de su capacidad de adaptarse o revolucionar a esos cambios, que el éxito de toda organización se debe a la mayor productividad o rentabilidad, sin detenerse a pensar que el éxito de la misma recae en el recurso humano que la conduce, en las relaciones interpersonales que se mantenga, entre otros factores inherente a la calidad de profesionales que allí laboren. Por consiguiente, la ventaja competitiva básica de las empresas a inicios del siglo XXI no radicará en los recursos naturales, ni en los recursos energéticos, no radicará en los recursos financieros, ni siquiera en la tecnología, sino en el nivel de preparación de los recursos humanos. De allí, la era actual, la tecnología y la información están al alcance de todas las organizaciones, la única ventaja competitiva que puede diferenciar una empresa de otra es la capacidad que tienen las personas, dentro de ella, de adaptarse al cambio. Esto se logra mediante el fortalecimiento de la capacitación y aprendizaje continuo en las personas a fin de que la educación y experiencias sean mediales y más aún, valorizadas conforme a un sistema de competencias. Tal es la afirmación Márquez (2008) cuando sostiene que “el ciclo tradicional de recursos organizacionales estaban enmarcados por la rentabilidad en contraposición al individuo” (p.30). En contraposición a la anterior teoría surge el hombre como recurso y como persona en el mismo el hombre gira en torno a la entalpia empresarial de allí que son los seres humanos quienes participan de manera compleja los sistemas empresariales tomando en cuenta los recursos administrativos, humanos, financieros y tecnológicos Sin embargo, en la actualidad los continuos cambios presentes en el entorno exigen la participación oportuna de una gerencia calificada, capaz de enrumbar a la organización hacia la productividad y la excelencia Dentro de estas transformaciones aprender es aumentar la capacidad para producir los resultados que uno desea. Desde esta perspectiva, la creación, asimilación, transformación y diseminación de conocimiento pasa a ser una estrategia central en la vida organizacional constituyendo un esfuerzo regular y perdurable de desarrollo de capacidades, condición necesaria para la preservación de la competitividad. Por ende, una organización que aprende a aprender es aquella que transfiere conocimientos a sus miembros, que construye un capital que no sólo se refleja en las cuentas de resultados de las empresas sino también en el potencial de sus miembros. Es por ello, que la gestión del componente humano es vista con un enfoque estratégico para adquirir, desarrollar, gestionar, motivar y lograr el compromiso de los recursos claves de la organización: los hombres que trabajan en ella y para ella. Ofrece una posición de cambio y renovación, perfeccionamiento permanente y diario de los métodos y estilos de dirección de la empresa. Uno de los aspectos básicos de la gestión moderna del componente humano va encaminada a reclutar, seleccionar, preparar, estimular, conservar y fidelizar a esos trabajadores de resultados elevados. El mundo moderno exige cambiar y transformar el estilo y las formas de gestionar el componente humano de las organizaciones. Lo anterior presupone mayor interés y dedicación de recursos y esfuerzos en las acciones encaminadas a asegurar la formación y superación de las personas que se puede definir como un proceso sistemático y continuo, de carácter y contenido pedagógico y político, encaminado a la elevación creciente de su profesionalidad para la mejora constante de su desempeño y los resultados de la organización. Otro aspecto de abordaje dentro de las gerencias de sistemas son los subsistemas que lo componen, cuando se indica que el mismo está formado por partes o cosas que forman el todo. De allí, que estos conjuntos o partes pueden ser a su vez sistemas (en este caso serían subsistemas del sistema de definición), ya que conforman un todo en sí mismos y estos serían de un rango inferior al del sistema que componen. Al reflexionar sobre estos subsistemas de las ciencias gerenciales, muchos de sus planteamientos se entrelazan con hallazgos que enriquecen la visión de complejidad nuevas formas de organizar el conocimiento como la transdisciplinariedad. Se advierten tendencias y demandas para la gerencia del Siglo XXI: de operar en un medio definido y de cierta estabilidad a uno poco definido y en constante cambio. Se exige entonces aprender a gerenciar la incertidumbre y la complejidad; de la disposición para la realización reiterada de tareas concretas, a la habilidad para realizar actividades generando expectativas y motivación a sus seguidores; de la capacidad de trabajo individual a la capacidad de trabajo en equipo; de una formación técnico-específica a una formación integral que permita la comprensión y anticipación adecuada de los fenómenos y tendencias del contexto La importancia del estudio de Márquez, radica en aseverar que actualmente no sólo hay más competencia, sino que además de existir ésta es muy variada. Ya no basta ofrecer un producto o servicio satisfactorio. La gerencia de hoy implica mayor capacidad, eficiencia y resultados y las instituciones educativas deben enfocar más su atención en la persona. En tal sentido, entre los elementos relevantes en el profesional del siglo XXI cabe destacar que el profesional de hoy se desempeña en un medio más exigente que el siglo pasado y las variables que se manejan en un proceso de toma de decisiones en las instituciones educativas son más complejas; las características innatas del profesional y las estrategias utilizadas para lograr los objetivos deseados son factores relevantes en el proceso de su formación. Es un hecho que en tales acontecimientos el único agente de transformación social es el hombre y que con el cultivo del desarrollo de la persona humana a través de la educación crecerán las oportunidades y las posibilidades de progreso social. Entonces, es necesario definir las bases conceptuales del proceso educativo porque cualquier tipo de educación no necesariamente conduce al logro de ese objetivo. De allí la importancia que tiene el enfoque humanista en la gerencia educativa donde se aspira que el individuo asuma una postura innovadora permanente, creadora y no como una extensión de la máquina. Aquí cobra valor la idea de Leal (2001): El éxito no tiene tanto que ver con los recursos naturales, la mejor financiación, la estrategia, la tecnología o el activo humano, sino con la capacidad organizacional. Los conceptos de gerencia están cada vez más de moda y más estudiados (p. 23)
En este sentido, se desprende que, la gerencia, dentro de una
perspectiva amplia, es la administración de los recursos existentes en todas sus variantes y el gerente es la persona que planifica, organiza, dirige y controla una organización a fin de lograr los objetivos propuestos. Este mismo concepto aplica en la gerencia educativa, pero en la búsqueda de objetivos y metas propuestas en un Diseño Curricular, entendiendo que la meta principal de una institución educativa y de su administración es conseguir un beneficio social: La formación de recursos humanos de la más alta Calidad y Excelencia. Desde un enfoque más amplio Márquez (2008) instruye en la naturaleza y conceptualización de las organizaciones transcomplejas las cuales permiten inferir sobre el futuro ya cierto de la significación e importancia que tienen para la sociedad el desarrollo de entidades organizacionales que se conviertan en paradigmas que construyan sistemas de vida que mejoren y garanticen un nivel optimo basado en el conocimiento adquirido a través del aprendizaje organizacional. Permitiendo que la organización debe hacer énfasis en ciertos elementos o factores que intervienen directamente y cuyo éxito es proporcional a la aplicación pertinente que se haga de ellos. Entre ellos pueden observarse algunos que de modo subjetivo intervienen: la eficacia de los individuos, las relaciones de trabajos entre dos o más individuos, el funcionamiento de los grupos, las relaciones entre los grupos y la eficacia de la organización como totalidad. Es importante subrayar que en la época actual, la complejidad de los fenómenos sociales exige una nueva sensibilidad y cambio no sólo de lenguaje, sino también de pensamiento. La ética en la gerencia educativa puede ser considerada el prototipo de tema transversal pues, más que un cuerpo de conocimientos, es una forma de pensar más humana que conduce actuar con base en los valores asumiendo un comportamiento ético y la inserción del individuo en la sociedad, su ambiente natural y en la comunidad como ciudadano en el ejercicio de su profesión como ser activo y de relaciones. Referencias Bibliográficas
LEAL, A. (2001). El Factor Humano en las Relaciones Laborales. Manual de
Dirección y Gestión. Madrid-España: Ediciones Pirámide.
MÁRQUEZ, L (2008) Gerencia del Sistema de Relación Hombre – Empresa.
Tesis de MirnaPROPUESTA DE UN PROGRAMA DE CAPACITACIÓN PARA EL FORTALECIMIENTO DE LAS COMPETENCIAS EN LA GERENCIA DE PROYECTOS MAYORES PDVSA DIRECCION EJECUTIVA PRODUCCIÓN ORIENTE (DEPO) DIVISION FURRIAL MATURÍN ESTADO MONAGAS