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© Plaza y Valdés, S. A. de C. V.
Alfonso Herrera núm. 130, int. 11, Col. San Rafael
Ciudad de México, 06470. Teléfono: 5097 20 70
coeediciones@gmail.com
www.plazayvaldes.com.mx
ISBN: 978-607-8624-63-8624-63-8
El trabajo de edición de la presente obra fue realizado en el taller de edición de Plaza y Valdés,
ubicado en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte en la Ciudad de México, gracias a
las facilidades prestadas por todas las autoridades del Sistema Penitenciario, en especial,
a la Dirección Ejecutiva de Trabajo Penitenciario.
A
las naciones originarias de América.
A quienes me encargaron verificar si en el Continente Americano hay
paralelismo con el pensamiento Hiuhu, en especial a don Pedro por sus
grandes conocimientos compartidos y a tanta gente que es demasiada para nombrarla
en México y en varias partes del continente americano; a mi familia, a mis amigos.
Con agradecimiento a la UACh por el financiamiento parcial de esta obra y a los
profesores y alumnos de los institutos, universidades de México y otros países, así
como a los pueblos originarios que siguen este trabajo.
Prólogos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Tridimensión:
Epistemología de América como un nuevo orden al mundo . . . . . . . . . . 125
Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
E
ste año se cumplen 500 años del encuentro de dos culturas, es momento de
reflexión para redefinir nuestra identidad, resaltar lo maravilloso y sorprendente
de nuestros pueblos originarios.
La Organización de las Naciones Unidas proclama a 2019 como Año Internacional
de las Lenguas Indígenas, el propósito es que los pueblos originarios ejerzan su derecho
a revitalizar, utilizar, fomentar y transmitir a las generaciones futuras sus lenguas,
sus tradiciones, su sistema de escritura y su literatura. La obra que nos presenta el
Dr. Luis Pérez Lugo es un importante espacio de reflexión, que, ante el actual entorno
internacional de crisis económicas y amenazas de guerras, analiza la importancia
de las culturas originarias que han mantenido su existencia a través de su permanente
reflexión acerca de su ser y su misión.
Esta obra plantea, de forma reflexiva y con originalidad, el retorno a un nuevo
orden mundial, propuesto desde la perspectiva del pensamiento nativo de América,
se analizan temas como el infinito y los tres ejes que guían la explicación del mundo:
tierra, agua y fuego.
Plantea la necesidad de consolidar acciones para promover la hermandad, el
trabajo colaborativo y principalmente propone la importancia de la espiritualidad
del ser humano como acción esencial para analizar nuestro entorno y construir un
nuevo ordenamiento para la convivencia, para la producción, no sólo en el orden
económico, sino en lo que respecta a la generación de ideas que permitan rescatar
nuestros ejes sustantivos que aseguran nuestra existencia: la tierra, el agua y el
fuego.
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El año pasado tuvimos un evento al que invité a un amigo boliviano. Él sostiene que la
idea de buen vivir se relaciona más con el sentido de ser, lo que lo hace más occidental,
para él sería mejor existir mejor “Sumancañataki”, esto nace de la relación de los seres
humanos con la naturaleza. En eso quedamos de acuerdo, el desacuerdo fue cuando de
nuevo hechó mano del dualismo para sustentar su posición teórica. Fue cuando Lugo
le dijo: hay otro elemento más fuerte que está interactuando en la paridad, por ejemplo, el
Yatiri, se inicia no arriba de la montaña, ni abajo, la hace en el lomerío, en medio, en el
Taypi, cómo explicas eso. El colega Mario Pachaguaya respondió: eso no lo sé.
La obra de Lugo ofrece un espacio de coincidencia para los pueblos originarios
de América, para la reconstrucción por escrito de un modo de vida que vale la pena
seguir cultivando.
P DF M M
Aymara de Los Andes
Tihuanacu, verano de 2019
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Esta obra que Pérez Lugo presenta ahora, pone en entredicho también al
llamado pensamiento verdadero: la razón, la ciencia en muchos de sus terrenos, con
el que la Secretaría de Educación Pública sigue colonizando el pensamiento de
nuestros niños, jóvenes y adultos.
J I
Jefe Supremo Otomí
Altiplano mexicano, invierno de 2019
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J G
El Centro de la Raza
La Universidad de Nuevo México, Estados Unidos de América
Albuquerque, Nuevo México, 15 de febrero del 2019
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O G P
Badí Hiuhu de México
Huasteca, Sierra Madre Oriental, México, febrero de 2019
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M .L .J B N
Licenciada en Psicología de la Universidad Mayor de San Andrés
Magister en Educación Superior de la Universidad de Aquino Bolivia
Académica de Número de la Academia Boliviana de Educación Superior
Secretaria General de la Académica Boliviana de Educación Superior
Académica de Número de la Academia de Genealogía y Heráldicas de Bolivia
Vicepresidenta en Bolivia por la Sociedad Boliviana de Escritores
Representante en Bolivia por la Unión Mundial de Emprendedores, por la
Cultura la Ecología y la Paz ( )
Representante en Bolivia por la Federación de Clubes y Asociaciones
( ).y el Instituto de Evaluación y Desarrollo Educativo (INEDE)
Representante en Bolivia por la Fundación Especial de Medio Ambiente
(FUNEMA)
Misionera de Paz por el Movimiento Acción de Paz–Argentina
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Ahora voy para mi pueblo, estoy haciendo una casa, encima pondré palma para
techarla y la pared es redonda, así como me enseñó mi papá, mi abuelo y quienes les
enseñaron a ellos también, en medio de la casa está el fuego. Aquí nos vemos mañana
para seguir hablando.
M C ,M K
Palabras desde la Guajira
Traducción de su hijo Narciso Coronado, redacción Luis Pérez Lugo
Tungueka, Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia a 4 de febrero de 2019
Participante en la película Aluna
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orden de las cosas y al cacicazgo local de su región. Donde, por este hecho, el precio
por sus cabezas llegó a tener valor en especie, específicamente en semovientes.
Esto nos explica por qué este hombre natural evolucionaría a un Otomí Ñuhu de clase
mundial. En palabras del capitán Rafael Rueda León, piloto aviador del comandante
Ernesto Guevara de la Serna, que en el diario del Che aparece como guerrillero León.
Formado en otro tiempo de la Universidad Autónoma Chapingo, donde su vocación
por la sociología rural encaminó las preocupaciones conscientes que traía in natura.
Quien hizo su aporte al margen de los que son reconocidos ahora públicamente por
la actual cuarta transformación.
En su etapa de estudiante, se caracterizó por ser del tipo de chapinguero antiguo.
Trabajador cabal, idealista, pero, sobre todo, alegre. El cual se extinguió hace mucho por
aquí. Este tiempo transcurrió entre poesía, a ritmo de música de protesta, huapangos,
música cardenche, y temazcales.
Luis Pérez Lugo fue discípulo personal del doctor Arturo Fregoso Urbina, filósofo,
matemático y estadístico chapinguero. Es ahijado generacional del Obispo de los
indígenas, Samuel Ruiz García, defensor de los derechos indígenas e ideólogo de la
pastoral indígena y de mediador entre el gobierno federal y el en el conflicto
de Chiapas.
En esta etapa, ha compartido ya rito y tradición con otros pueblos originarios, y
con otros nativos del continente, especialmente con Pieles Rojas, Navajos, Hopis;
indígenas nativonorteamericanos y de Sudamérica.
A mediados de la década del 2000, y siendo ya profesor investigador en la
Universidad Autónoma Chapingo, reemprendió un itinerario de investigación, que
ya había hecho en otras universidades, lo acompañé por más de una década. En
calidad de amigo y colega menor, tuve la fortuna de colaborar, recorriendo regiones
y localidades; pertenecientes la mayoría de éstas a la Nación Otomí. Recorrió los
puelos de los Ñuhu en la Sierra veracruzana e hidalguense, los Ñatho en el altiplano
mexiquense, los Ñhañhu en el semidesierto hidalguense, los Ñhoñhu en el
semidesierto queretano, los Yumhu en el altiplano tlaxcalteca; y así, hasta completar
en su totalidad a la Nación Otomí. Abarcando hasta la zona media y huasteca de San
Luis Potosí con los Pames. Así como Mayonikha, centro ceremonial de los Otomíes,
que ni los celos, ni las arbitrariedades de ciertos círculos pudieron coartar. Como es
típico, no es muy del agrado de la pigmentocracia eurocentrista y citadina que de las
comunidades decanten sus propios investigadores, quienes trabajan para las mismas.
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No para las instituciones. En cambio, ellos están como guardianes de las modas e
imposiciones teóricas enviadas principalmente de Europa a los países pobres no solo
materialmente también colonizados epistémicamente.
El actual pensamiento nativoamericano ya es tomado en cuenta como nueva
escuela de pensamiento. Dada su relevancia y paridad con el pensamiento de otros
pueblos nativos del continente. Erradicando las comparaciones del pasado que
mencionan que los mexicas tuvieron relevancia porque tenían parecido con los griegos,
y no porque fueran los mexicas. Asimismo, se mencionaba que Netzahualcóyotl era
tan relevante como los presocráticos, porque su capacidad era igual a la de los pre-
socráticos, y no porque fuera Netzahualcóyotl.
El pensamiento indígena nativoamericano es relevante por su respeto a la madre,
al padre, a los hijos, incluyendo darle su propio lugar a los niños y elementos de
principios tecnológicos primigenios como el número de soportes del metate, el número
de soportes del banco; así como el número de piedras del fogón. Comprueba su
tridimensión cósmica para decantar en el trabajo actual del autor con respecto a la
consolidación del tres cómo categoría y alternativa de pensamiento.
En el constructo del autor, no existen categorías extremas, lucha de contrarios. Día–
noche, dios-diablo, bien-mal, Jesucristo-Marx. Ya que el constructo del cosmovisionista
otomiano deja entrever una tercera alternativa. Esto nos lleva a acudir al tres, desde
el pensamiento hasta hacerlo tangible, aplicable a una infinidad de ámbitos.
Actualmente, en su calidad de investigador, líder y documentalista, es uno de los
actores fundamentales, con consciencia y compromiso social. Con él, organizaciones de
la sociedad civil organizada y del ámbito de la conservación de recursos fitogenéticos
de razas de maíces nativomexicanos, que se encuentran en estatus de amenaza, han
establecido una alianza.
Sumándose a la causa y versión paradigmática fitoidentitaria y cosmovisional de
la conservación de recursos fitogenéticos en maíces nativomexicanos. Con los
emprendimientos e iniciativas relacionados con los trabajos de conservación de la
raza de Maíz Otomí, Palomero Toluqueño, mejor conocido como Tolonqui o Denhi
Detha. Su escuela de pensamiento es conocida al interior como al exterior de la
Universidad Autónoma Chapingo.
J S H
Promotor y custodio de Maíces Nativomexicanos
Empecemos México A.C. Texcoco, México, 14 de febrero del 2019
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A
través del tiempo y del espacio, el universo espíritual de los pueblos origi-
narios de Abya Yala o Turlte Island ha persistido en su existencia, a pesar de
toda la fragmentación de su tejido cultural, lingüístico y espíritual.
El profesor Luis Pérez Lugo, a través de su libro Tridimensión. El retorno a un
nuevo orden del mundo desde América nativa, nos pone delante un paradigma del
pensamiento Otomí que nos hace reflexionar acerca de la inmensidad del Universo
de los Pueblos Originarios.
Tres piedras encierran el fuego al centro de sna (casa) en territorio Maya Tzotzil,
para recordarnos el origen del Primer Fuego. Tres espíritus, creemos, forman parte
de nuestra existencia, tres árboles en cada manantial.
Presente/pasado/futuro, nacimiento/vida/muerte.
Son esa trinidad que vale la pena entender y comprender.
Desde la era neolítica ese número y pensamiento estaba presente, los Celtas llamaron
a esto Triskel o movimiento desde su Centro.
Así, entonces, el trabajo del profesor Pérez Lugo, pone en movimiento una nueva
energía en el pensamiento contemporáneo de los Pueblos Originarios, creando una
nueva visión necesaria para entender y aceptar nuestra conexión con el mundo espíritual:
La Madre Tierra y el Universo.
F H O
Territorio Anishinaabe, Canadá
Marzo 19, 2019
Actor de la película Apocalipto
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D
espués de décadas de andar en busca del conocimineto de los pueblos
originarios, encuentro una estrecha relación con los pueblos Hiuhu, otomíes de
la Sierra Madre Oriental, México, desde la década de los ochenta del siglo
pasado, especialmente, en los últimos años con algunos badí y guías que me animaron
a continuar esta verificación de la sapiencia ancestral en el Continente americano.
Al recorrer varios pueblos de Norteamérica para enterarse de sus formas de
pensamiento, algunos en México caen en dudas al decir porqué tanto viaje a Estados
Unidos, después rectifican, dicen que efectivamente tenía que ir para allá, además
para ser enlace con sus hermanos en Norteamérica.
En los Andes, es diferente, en ningún momento hay objeciones por dirigirme
para allá. En varios momentos hay encuentros de líderes norteamericanos y
sudamericanos con mis guías en México, hablan e intercambian impresiones,
conceptos, cultura. Estoy como testigo de lo que ocurre y se habla.
En Norteamérica como en Sudamérica soy sobrino, mis guías así se dirigen, en otros
casos soy hermano, ambos nombramientos los tengo con gran afecto, respeto y admiración.
Agradezco infinitamente el apoyo, la recepción en casa, las palabras, la comida,
la ceremonia, el conocimiento ofrecido por mucha gente de muchos pueblos y
culturas a lo largo del Continente americano.
Como hay constancia en mis trabajos escritos de finales del siglo pasado (de principios
de éste), sobre todo en mi obra Tridimensión cósmica otomí. Aportes al conocimiento de
su cultura (2007) y la serie de documentales Tridimensión cósmica. Paradigma de la
nueva era, en temas tan variados como: El tres, el trueno, el triángulo, relacionalidad, el
centro, la sombra, la tierra, entre otros; como es evidente, sigue otro paradigma para
abordar a los pueblos originarios, a saber, el orden del mundo con base en tres elementos.
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H
ablar de la teosofía de América siempre será un gran reto. Hace algunas décadas
se reveló la gran fórmula para acceder al cosmos de los pueblos originarios de
América, me refiero a un orden del mundo con base en tres elementos, mismos
que serán una gran guía para presentar en esta primera aproximación a la concepción
infinita de la existencia.
El originario de América:
... nunca pretendió que el poder del habla articulada fuera una prueba de superioridad
sobre la creación muda; por otra parte, para él, el habla es un don peligroso. Cree
profundamente en el silencio –la señal de un profundo equilibrio–. El silencio es el
aplomo o equilibrio absoluto del cuerpo, la mente y el espíritu. El hombre que mantiene
su personalidad siempre calmada e inalterada por las tormentas de la existencia –ni una
hoja, por decirlo así, moviéndose en el árbol, ni una onda en la superficie brillante del
estanque–: éstas son, para el sabio iletrado, la actitud y la conducta ideales en la vida
(Serra, Steve, 2011:28).
El kha se manifiesta en forma de luz. Cuando éste creó el mundo se presentó el arcoiris,
fue la puerta del mundo. Muy sagrada es la puerta que lleva el creador donde van
los muertos. En la creación hubo un relampagueo de distintos colores, el paraíso, el
verdadero ngu. Cuando uno pasa a la otra vida se presenta la puerta (goxti); si es negra,
sin luz, todavía no le toca a uno; si se presenta entre sombras tardará en llegar la muerte;
si se ve clara la expiración será rápida (Pérez Lugo, 2007:22).
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estaba sólo el Creador, Taiowa. Todo lo demás era espacio infinito (…)
Entonces él, el infinito, concibió lo finito. Creó primero a Sótuknang para manifestarlo
diciendo:
–te he creado a ti, la primera fuerza y el primer instrumento en forma de persona, para
llevar a cabo mi plan de vida en el espacio infinito. Soy tu tío. Eres mi sobrino. Ahora ve y
tiende estos universos en el orden correcto para que trabajen juntos y en armonía de
acuerdo con mi plan.
Sótuknang hizo lo que se le había ordenado. En el espacio infinito recogió lo que habría
de manifestarse como sustancia sólida. Hizo formas y las dispuso en nueve reinos
universales: uno para Taiowa el Creador, uno para él mismo y siete universos para la vida
que vendría. Al terminar fue con Taiowa y preguntó:
–¿concuerda esto con tu plan?
–está muy bien –dijo Taiowa–, ahora quiero que hagas lo mismo con las aguas. Ponlas en las
superficies de los universos, para que estén divididas por igual entre todos y cada uno.
Así, Sótuknang reunió en el espacio infinito lo que se manifestaría como aguas y las
puso sobre los universos, de modo que cada uno fuese medio sólido y medio agua. Otra
vez fue con Taoiwa y dijo:
–quiero que veas el trabajo que he hecho y si te complace.
–está muy bien –contestó Taiowa–. Lo siguiente es poner las fuerzas del aire en suave
movimiento alrededor de todo.
Sótuknang lo hizo. Recogió en el espacio infinito lo que se manifestaría como aire. Lo
convirtió en grandes fuerzas que dispuso en corrientes suaves y ordenadas alrededor
de cada universo (Waters, Frank, 1996:19).
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Lo primero que tenemos que decir ahora es que, la supuesta adoración del sol como
ser supremo es prácticamente una invención del cronista mestizo el Inca Garcilaso.
Según los otros cronistas, especialmente Polo de Ondegardo, la deidad suprema
incaica era Huiracocha, el Creador, a la cual seguía el Sol, el Rayo “Illapa” en sus tres
manifestaciones, formando una especie de trinidad, la Diosa de la Tierra (Pachamama),
la Luna, el Lucero, el Mar). Mamacocha e infinidad de Huacas, o dioses menores
locales (Querejazu Lewis, Roy, 2011:76).
Los Huihu en voz de don Pedro Mendoza, narran que en un principio la tierra
era solo piedra, do, el agua reúne los elementos para iniciar con los principios de
vida. Al pie de la montaña inicia la vegetación. En ese punto se concentran los
elementos que contienen la fertilidad, donde se ve favorecido el crecimiento de la
vegetación.
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Llenó la Pipa sagrada con la corteza del sauce rojo; pero antes de que la fumemos,
debéis ver cómo está hecha y qué significa. Estas cuatro cintas que cuelgan del cañón
son las cuatro Regiones del Universo: la negra representa el Oeste, en el que viven las
criaturas del Trueno para enviarnos la lluvia; la blanca representa el Norte, de donde
viene el gran Viento Blanco que purifica; la roja representa el Este, de donde brota la
luz y donde mora el Lucero del alba a fin de dar la sabiduría a los hombres; la amarilla
representa el Sur, de donde viene el verano y el poder de crecer. Pero estos cuatro
espíritus no son en suma más que Un Espíritu, y esta pluma de águila simboliza el Uno,
que es como un padre; pero representa, también, los pensamientos de los hombres, que
deben elevarse hacia las alturas como hacen las águilas (Joseph Epes Brown, 1953:16).
En México, los Huihu ven que “El águila, por su parte, reina en los cielos y
es la jefa de todas las aves; se desplaza con libertad sobre lo aéreo, es visionaria
y aguda de vista, localiza a gran distancia su presa, es el arquetipo del curandero,
del que sabe, que también es visionario y agudo como ella y por eso es jefe”
(Pérez Lugo, 2007:66). Es uno de tres animales fuertes junto con el jaguar y la
serpiente.
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Para Isaac Díaz, Ñatho, otomí, de Toluca, el águila le dicen xini porque tiene la
acumulación del conocimiento, de energía, como las hojas que nacen del árbol llenan
todo el tronco y crecen por toda la energía que lleva el árbol, es la expresión de la
energía.
En los Andes el ave más emblemática es el cóndor, para él un yatiri o curandero,
cuando en la cordillera vuela, y hace un círculo a la derecha, para el lado donde el
matrimonio gira, indica que eso que estás haciendo está muy bien. Malku, es el que
manda, es la energía positiva que tiene, el cóndor nunca va a tener energía negativa,
jamás, por eso está en el escudo de Bolivia, nosotros los yatiris tenemos una
protección de cóndor, nos protege como la casa.
Evo Morales, en su desempeño como presidente, es el malku del estado
plurinacional, es jilirimalku, hay malkus menores también, malku provincial,
malku departamental, malku cantonal, según el yatiri, Juan Hidalgo.
En Norteamérica el rezo piel roja expresa:
¡Oh Águila Moteada, que estás cerca del infinito, próxima al Gran Espíritu, tus alas son
poderosas! Tú eres quien vela sobre el círculo de la nación y sobre todo lo que está con-
tenido en este círculo. ¡Que todos los pueblos sean felices y reciban muchas bendiciones!
Vamos a liberar a un alma que parte para un largo viaje, a fin de que los pasos de sus
generaciones futuras sean santificados. ¡Hay un lugar para ti en el Calumet! ¡Ayúdanos
a enviar nuestra voz al Gran Espíritu y danos los días sagrados rojo y azul que tú posees!
¡Oh Wakan–Tanka, vamos a ofrecerte esta Pipa. Inclina tu mirada hacia nosotros y hacia
nuestra Abuela y Madre, la Tierra. Todo lo que lleva nuestra Madre, la fuente terrestre
de toda vida, es sagrado. Nuestro pueblo camina sobre ella! ¡Que sus pasos sean firmes
y fuertes! (Joseph Epes Brown, 1953:62).
Los aquí presentes agradecemos al Gran Espíritu porque nos hemos reunido para alabarlo.
Le agradecemos que haya creado a los hombres y las mujeres y ordenando que siempre
tengan hijos aquí en la tierra.
Le agradecemos por el agua que sale de la tierra y atraviesa nuestras tierras.
Le agradecemos por los animales de la tierra.
Le agradecems por los árboles que crecen y nos dan la savia de sus troncos.
Le agradecemos por las ramas de los árboles que nos dan sombra y refugio.
Le agradecemos por los seres que vienen del oeste, el trueno y los rayos que riegan nuestra
tierra (Navarrete, 2015:22).
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En Sudamérica:
... el mundo cultural de las fuerzas naturales, influido por el mallku, el amaru y la
Pachamama. El mallku, representado por el agua, representa lo alto del aka pacha, se
asocia con las cumbres y los cóndores, y sería el origen de la fuerza vital: principio de la
cultura. El amaru sería la fuerza del aka pacha vinculada con los ríos, las serpientes y los
peces, no representa ni el caos ni el desorden, sino el flujo subterráneo de la fuerza vital
de las cumbres. En medio está la Pachamama, la madre tierra que posibilita la abundancia del
agua, estando asociada al puma, el lagarto y el sapo (Lozada, Blinthz, 2013:106).
... después de adivinar con hojas de coca, el chamán da instrucciones a sus ayudantes
para que enciendan una fogata. Cuando se ha conseguido una buena hoguera ellos deben
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colocar la mesa, orientada hacia el este, sobre el fuego para que se consuma. Mientras
arde la ofrenda, el chamán instruye a menudo los participantes para que se abracen
ritualmente y se ofrezcan perdón unos a otros. Una vez que el paquete ha sido completa-
mente consumido, el chamán revisa las cenizas. Si son blancas el ritual a tenido éxito
(Sharon, Douglas, 2011, 108).
La nube, ngüi, también quiere decir mi sombra, nuestra sombra. Esta sombra representa
la casa en la que se habita y, por extensión, la casa de todos que es la tierra, hoi. “En un
principio las casas fueron de adobe, de tierra, de paja, porque nosotros volveremos a
casa, tierra somos solamente, lo demostrará la muerte. Los abuelos no se empeñan tanto
por el gran lujo de su casa, porque la verdadera es el camposanto”, por ello se empeñan
en cuidar su sombra: su habitar en la tierra. De acuerdo con un informante del Estado de
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México, esta enseñanza procede del dongu, casa ancestral, casa de piedra, la antigua
sombra, la primera (Pérez Lugo, 2007:138).
... señores del Pirú, después del Viracocha y del sol, la tercera guaca o adoratorio y demás
veneración, ponían al trueno, al cual llamaban por tres nombres, Chuquiilla, Catuilla y
Intiillapa, fingiendo que es un hombre que está en el cielo con una onda y una porra, y que
está en su mano el llover, y granizar y tronar, y todo lo demás que pertenece a la región
del aire, donde se hacen los nublados. (...) A estas tres que he dicho: Viracocha, Sol y
Trueno, adoraban en forma diversa de todos los demás (Acosta J, 1963:14).
Buscar el centro para de ahí dirijirse a Okha, es una de la formas para entablar
una relación de balance con la existencia, la pipa “El Calumet está siempre en el
centro de nuestra nación y con él el pueblo ha avanzado y continuará avanzando de
una manera conforme al misterio” (Joseph Epes Brown, 1953:114). La presencia de
la categoría conceptual del centro alcanza grandes proporciones en la imaginaría
otomiana. “En la acción misma de dar gracias –khamadi– dios: kha, dios; madi (de made)
a la mitad, es decir, a la mitad del centro del universo. Made es en medio, el centro; para
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pedir o dar de lo que se está comiendo se dice made gui me, “mitad cada quien”, es la
mitad del círculo que alude también al mero centro (ni ko a mbo)” (Pérez Lugo,
2007:23). En Norteamérica nativa se concibe la paz, “entra en las almas de los
hombres cuando ellos se dan cuenta de su relación, su unidad, con el universo y
todos sus poderes, y cuando se dan cuenta de que en el centro del Universo mora
Wakan Tanka, y que este centro está realmente en todas partes, está dentro de cada uno
de nosotros” (Serra, Steve, 2011:52). En la cotidianidad de un Hiuhu está la alusión
constante a su nombre al ofrecer las gracias, khamadi, que kha, ma de, el que está en el
centro, Okha está en el centro. ”Cuando te levantes en el centro del círculo sagrado serás
la nación, y serás como el Calumet, extendido entre el cielo y la tierra. Los débiles se
apoyarán en ti y serás un sostén para la tribu” (Joseph Epes Brown, 1953:121). Un
punto especial para rehabilitar al cuerpo humano es su parte central, el ombligo “Para
pronunciar la palabra kha se hace una fuerza especial en el estómago, al cual se le se
denomina mui, término que también se interpreta como nacer o existir, pues este órgano
es el que da vida al habitar mismo” (Pérez Lugo, 2007:24).
Toda frase con “sentido interrogatorio es una alusión directa a Dios ¿cómo? o
¿quién?, tekha; ¿porqué?, nkha; quizá, kye nkhapu; porque, onkha; ¿qué?, tokha;
quién sabe, toipagakha. Esta pronunciación se articula desde la lengua –khajne– de
una persona, –khai” (Pérez Lugo, 2007:23).
Para los Hiuhu, en México, Okha crea a Dadá y naná, la abuelas de las abuelas y
los abuelos de los abuelos, de esa creación tienen una hija que es la Madre Tierra, la
Madre Tierra tiene un hijo que es Damu, él anda en toda la tierra y hace cosas como
devolver la vida o salvar a alguien de la muerte, se encarna en esa persona para darle
vida, por eso al revivir ya no es el mismo, cambia. De ahí viene que los muertos
vuelven a nacer.
Okha representa a toda América, representa lo que son las nubes, es el agua, la
lluvia que está cayendo y parte de lo que produce son las cataratas del Niágara en
Norteamérica. Las cataratas de Niágara hunden sus aguas, pasan debajo del
continente, pasan por México como aguas subterráneas, y salen hasta las cascadas
del Iguazú en Sudamérica. Pasan por debajo de la tierra.
Para don Pedro Mendoza, cuando va a llover, el trueno que anuncia la lluvia,
significa Okha. Es el dueño original de la tierra, en las revelaciones dice: yo no he
vendido la tierra. Las tierras que tenemos en forma comunal, ejidal o privada.
Fungimos como guardianes o encargados
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regresar. Porque la misma tierra habla, limpia los caminos. Ellos se definen como
caminantes, Hiuhu, que siguieron el curso del agua, el camino del agua, hasta llegar a
los mares o lagos. La legislación andina también alude a tres leyes: no robar, no mentir,
no ser holgazán. Las tres leyes en los Andes son: “Ama llulla, ama qhilla, ama zuwa: no
seas flojo, no seas mentiroso, no seas ladrón” (Corzón Medina, 2010:77).
El trueno es una de sus palabras de Okha, se anucia antes de la lluvia, al tronar
dice “quien necesita agua”. El trueno en el origen, es la primera palabra del mundo,
luego se pone en medio de hombres y mujeres para servir de mediador y de medio
de entendimiento. El primer relámpago, el destello, fue el primer verbo en el
mundo. El tigre, Jaguar, es palabra Hiuhu, khahuanaya, que quiere decir, aquí está
o aquí hay, khahua. Él representa el trueno, por eso el jaguar tiene manchas como
si fueran nubes, otros dicen que son estrellas. En el origen habló el mundo, por
medio del primer trueno, en la oscuridad de aquella noche, el relámpago se hizo
presente como el primer verbo, la lluvia, el relámpago anunció la existencia para
el inicio de la vida y de los seres. Dando inicio en el centro en la transición de un
conjunto de elementos a otro. En el cambio de la multiplicidad para dar origen al
advenimiento de la vida. Al caer un rayo todo otomí debe ponerse en calma y dejar
de hacer cualquier actividad, incluso un pleito debe pararse. Para los Totonacos
“La lluvia forma parte de la tormenta junto con el viento, el relámpago y el
trueno. Hay tres diferentes relámpagos el blanco no es malo, no es tan peligroso
como los otros dos, el azul es muy malo, mata los árboles, los animales y al
hombre. El relámpago más peligroso es el rojo, que quema a los seres humanos”
(Lamel, 2008: 203–204).
Algunos Hiuhu dicen que la lluvia se anuncia antes con el trueno y dice quien
necesita agua, los Ñatho, por su parte sostienen que:
El kha, el que cae, el que se manifiesta enojado, interpela a la gente para que se ponga en
calma, sin excitación. Es el anuncio de la tormenta, del agua de arriba del mh ý e, del que
manda la lluvia. Por ello, la señal de una palma de la mano hacia abajo con los dedos
colgantes se dice mui ý e. La lluvia tiene que ver con la conformación del humano. Asi
reza el poema:
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Hemos dicho anteriormente que el Gran Espíritu es Dios, no sólo en cuanto Cre-ador y
Señor, sino en cuanto Esencia impersonal; añadiremos que, inversamente, es Dios, no
sólo como puro Principio, sino también como Manifestación: Así pues, él es Dios como tal
y en sí mismo, y por consiguiente Dios como Manifestación cósmica, si está permitido
expresarse así, y por último, Dios como reflejo de sí mismo en esta Manifestación, es
decir, como sello divino en lo creado (Joseph Epes Brown 1953:10).
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Hasta hoy hay formas para diferenciar los estadios de la vida que se marcan
claramente, así como las estaciones del año. Cada etapa tiene sus propios mensajes,
cantos, rezos.
Considerada desde un punto de vista tradicional, la religión trival era lo mismo que la
vida trival; ambas cosas no se distinguían conscientemente.
En vez de emplear libros escritos para ofrecer explicaciones del universo y sus misterios,
los pueblos nativos (…) confiaban en iniciaciones ritualesy en interminables sesiones
orales para transmitir de una generación a otra las explicaciones y creencias de la propia tribu.
Este proceso empezaba inmediatamente después del nacimiento y duraba hasta la muerte.
Formaba parte de todo niño nativo, tanto como el comer, el dormir o el hacerse mayor.
De hecho había oraciones para cada una de estas actividades, y para casi todas las demás
cosas de la vida. Había un reconocimiento continuo de los Poderes superiores, y esto
daba a los niños una fe incondicional, para toda la vida, que es prácticamente imposible
encontrar hoy en nuestro mundo de confusión (Serra, Steve, 2011:24).
El nombre más antiguo de Okha fue Ximhoi, según el badí, sabio, Alfonso García,
curandero mayor de San Pablito Pahualtán, Puebla, México. Por eso dedicaremos un
espacio para analizar las implicaciones de la palabra xi. La unidad mínima del xi
terrestre es la hoja, xi, que a su vez es un pequeño conjunto de pelillos o xi que
conforma la hierba (paxi), las cañas del maíz, el rastrojo y el pasto. La acción de
desyerbar, xa’fi, xa’ki, denota que es el xa lo que molesta al ki de las plantas.
Los frutos tienen xi, cáscara, envoltura, y en muchos casos ésta forma también
parte del nombre, por ejemplo, el plátano o el encino, xiza. El xi de la luz es el xui,
la noche; la mala mujer es la menxui, ortiga, término que lo mismo se emplea
para nombrar la oscuridad.
El xi de la hoja es el haz, el de la caña es la corteza, el de la mazorca es el grano, el
del grano su cutícula y el del olote el tamo. El xi más sagrado de las plantas está en
el maíz, al que le siguen en orden de importancia el frijol, la calabaza (los hermanos
mayores, según los apaches de Nuevo México) y el quelite, xita.
El xi del maíz son sus hojas, y para designar la acción de quitarlas se dice ate ma xi.
Tras la cosecha se deshijan las mazorcas, es decir, se hace el xonti, que significa
“ábrele su xi”. El ayate es xihua, cuya traducción literal es la piel del pie. De ahí se
deriva también xua, el nombre en otomí que recibe Juan.
El xi de los animales es la piel, zalea, xifani. Los xi, el pellejo xinti, los pelos
xifani, el pellejo xinti, petate o xifani, la correa. Al quitar la piel axi, pelar o cortar el
pelo axi.
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La piel de la gente Piel, hgeju, xifani, xingu, xifri. Se hace mención del mismo
término, xiki, para limpiar lana de borrego.
Tampotsi, Jefe víbora, siete narices, muestra superioridad frente a las otras
serpientes por su agilidad, su veneno mortal, su forma de ataque. Cambia de piel
cada año.
El xi la piel de la gente, xi, purificar la envoltura del humano para xiki, abrir (nos)
con xifi, alerta, decir (avisando, diciendo) lo que se va a decir xiki, desde el ki, la
esencia, la sangre.
Otro ejemplo es la nariz, xiñu. En esta palabra el xi son los pelos que tenemos en
los poros de la nariz y el ñu son los poros mismos, el camino del aliento vital, el aire.
La mollera (xo xi mu) es donde el curandero sopla antes de iniciar la curación para
llenar (ñudi) el camino–frente, la olla–boca–cabeza–llenar.
El xi también se encuentra en las partes del cuerpo, como xido, ceja; xine, labios;
xima, senos; xikji,gluteos; y axi, que como en el caso de los animales, se refiere a la
acción de cortar el pelo o rasurar.
Extender, xitze, xi, piel tze, estrella, trascender al cosmos, así lo xine, quiso. Sin
xaxi, provocación, broma; para no axi, pelear; para no provocar exceso de calor (xi
paa, fiebre), es mejor jini, calmar, si no ximo, se infecta, se altera.
Así xi ini, lo extendió y xi eni, lo midió; por ello no xo, medi, lo perdió. Para ello
se necesita el xodi, rezo del xopi, rezandero. Así se mantiene el linaje xingu, lo bello xi
purificada la casa (ngu).
Por otra parte el xi es lo que envuelve la tierra, la piel, la vegetación, el pelo de la
tierra Xa es el xi, la nube, la sombra de la tierra. La noche es la sombra de la Tierra,
por lo tanto él es xi. Ri ngu ni, cuando la nube tapa al Sol, le hizo casa al Sol, esto
beneficia al xi de la tierra, porque le da frescura y los rayos del Sol no queman tanto al xi.
El xi está relacionado con la energía porque, como puede verse, para mantener el
xi del humano se necesita el xijnio, almuerzo, y el oxi, Con esto se mantiene en ñani,
movimiento, de acuerdo a las enseñanzas del tañu, abuelo, como se dice en Ayotuxtla,
Veracruz.
El xi necesita de la noche y el día, del frío y del calor para mantener su equilibrio.
El exceso de frío o de calor perjudica, a veces es para bien, por ejemplo cuando el
frío mata plagas del maíz y así se conserva éste.
Xumí es la sombra de los árboles, las montañas, las nubes al anteponerse sobre el
Sol. Xudi es el claroscuro, son los momentos antes de oscurecer o los instantes antes
de amanecer, la alborada.
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Xi nzaki representa la envoltura purificada del saber vital –nze, arriba, las
estrellas; ki la vitalidad hacia arriba. La sabiduría humana se acumula a medida que
se avanza, se recorre, se levanta uno. Simultáneamente, el individuo se va haciendo
viejo, bite ra nzaki; la energía vital se disminuye, el xi de la cara, la piel, se va
arrugando, puha re xi. Este concepto se extiende a los vegetales, a la fruta cuando se
pudre, por ejemplo, o cuando un animal se está haciendo viejo. También se aplica a
los árboles en invierno, al caerse las hojas (bato exi). Cuestión que alude entonces a
los ritmos de la vida, en este caso expresadas en las estaciones del año.
Se desprende de lo anterior que el xi alude al tiempo. Ra nta ta xi es la generación
más ancestral, cuando se dice ra nta xi tse, se habla de un xi de una generación atrás
que es o fue conocido como un bisabuelo. La generación proveniente de este xi, el
nieto xi pe ́ to. Adentro están las venas de la Tierra. Cuando se cava un pozo para
extraer agua, al encontrarla se dice “¡Aquí está su vena!”. Al encontrar una piedra,
los otomíes exclaman “¡Encontré su hueso!”, y si quiebran una piedra que está dentro
de la tierra dirán “¡Rompí su hueso!”. Escarbar el xi de la Tierra es xi’mi, de xi, y mi,
cara, es decir, la piel de la cara de la Tierra (Cfr. Pérez Lugo, 2007:102–114).
La Madre Tierra como réplica del cuerpo humano femenino tiene lugar en
muchas culturas del continente americano, quizá en todas se concibe de esta forma:
Los indios amaban las fórmulas de culto y de adoración. Desde el nacimiento a la muerte
rendían tributo a su entorno. Creían que habían nacido en el pródigo regazo de la Madre Tierra
y por ello no había ningún lugar que fuera humilde para ellos. Nada los separaba de
Wakan Tanka: el contacto se producía de un modo inmediato e individual, y las
bendiciones de Wakan Tanka llovían sobre los indios como un aguacero caído del cielo
(Serra, Steve, 2011:25).
Hay que decir que Ximhoi, como se dijo anteriormente fue el modo de denominar
al infinito, ahora es más conocido como Okha, los dakotas expresan:
¡Oh Padre y Abuelo Wakan–Tanka!, Tú eres la fuente y el fin de todas las cosas. Padre
mío Wakan–Tanka, Tú eres el Uno que vigila y mantiene a todo lo que vive. ¡Oh Abuela
mía!, Tú eres la fuente terrestre de toda existencia. Madre Tierra, los frutos que llevas
son la fuente de vida de los pueblos de la Tierra. Tú velas sin cesar por tus frutos, como
una madre. ¡Que los pasos que damos sobre Ti durante la vida sean sagrados y sin
desfallecimiento! (Joseph Epes Brown, 1953:48).
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Con esto podemos ver lo abarcante, se deja entrever que también todo lo envuelve,
como la idea del xi. Así cabe la pregunta “–¿Cuántos mundos más habrá en el
Infinito? Intrigado por los constantes cantos y rezos de los lobos, se dijo: –Creo que
esos hermanos ven más mundos que nosotros no vemos” (Díaz, Sánchez, 2010:13).
En cuanto a que hnu ra ndoximhoi pues existe, que se refiere a la visión de la
vida humana; y falta una tercera, que es:
hnu ra nzahki, la visión de toda la existencia. Nuh se traduce como visión, za como
árbol, hki o kjii como esencia, sangre (CLLI, 1997:182); por lo tanto, nzahki es vitalidad,
potencia del todo cósmico. Donde el cosmos tiene nzahki, vida, ánimo y las cosas sin
vida y sin ánimo se integran al resto de la existencia para adherirse y contribuir a su
animación; esto se lleva a cabo a través de la hnu, la forma de vivir o del ñunfeni o
ñonteni (Pérez Lugo, 2011:17).
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... al describir la sábana de tela que contiene la parafernalia ritual de un pastor, que se
abre durante los ritos de fertilidad, Flores llama la atención hacia una pauta de tejido
que delinea tres divisiones: paña (derecha), lloque (izquierda), y pamapa (llanura).
Aparentemente los objetos de poder que están dentro están colocados de acuerdo con
las tres zonas del textil, una vez que la mesa es instalada para los rituales (Flores,
comunicación personal). Este es un interesante paralelismo con los tres campos de la
mesa de Eduardo (Sharon, Douglas, 2011, 108–109).
Para el yatiri antes referido, Aca Pacha es la tierra, la tierra madre ahí están las
achachilas, las uacas, los adoratorios. Alaj Pacha no la podemos ver, están en otros
planetas, estrellas, el sol, la luna y en el infinito, es como un aire, espíritu, le dicen
samana. En el Manca Pacha, están los metales, el oro, las piedras, el agua, el
petróleo, el gas.
El concepto de hijo cumple las funciones de mediador o más bien el que está en
medio de padres y madres, para occidente sería el que está en medio de los contrarios,
para los pueblos originarios de América es el que está en medio facilitando la relación,
en los Andes “Tunupa es el dios del taypi, es decir, del lugar donde se unen las
dos partes antagónicas que componen la geografía qulla: Urco y Uma” (Bouysse–
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Cassgne, Harris y Cereceda, 1987:29). Tunupa es desde luego hijo. La montaña está
ubicada en la provincia de Oruro en Bolivia, hasta ahora se le relaciona con el
relámpago, el rayo y el trueno. Los hijos son montañas menores, son las cumbres
montaña, son neutros en los últimos tiempos, también han madurado como el
kimsachata, entre otras. Condoriri, el Chacaltaya también es hijo, Mururata es hijo
rebelde, Tunupa también es hijo, Quimsachata es hijo también.
En México, la parte media del cuerpo humano, el ombligo se le relaciona con el
trueno, es el carácter relacionado a lo masculino, según el badi Hiuhu, Octaviano
García. Él mismo como badí dice en estado ceremonial es Damu, el nieto, de Okha y
Makha Mbe, en estado ceremonial se dirige al Gran Abuelo o a la Gran Abuela
para interceder por la gente y transferir el mensaje que ambos pasan mediante
el hijo.
Hay una montaña Tunupa, no tan alta como un Achachila o padre, tampoco se
ubica donde está la tierra de cultivo, la Pacha. Su posición en medio sigue indicando
su labor relacional, ayni, en el centro, taypi, su función central y relacionadora
cumple una labor delicada, como en México también el punto medio se relaciona con
el trueno.
Okha y Ma Kha Bhe tuvieron una hija, madre de Damu. Es el nieto de Ma kha
Bhe y Okha. Cuando un badí, está en ceremonia ya no es él, ahora está en comunión
con Damu, comparte su sacralidad. Damu intercede entre los iniciados y sus abuelos.
En los Andes aparece como hijo Tunupa:
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Se habla del tormento de Cuauhtémoc, al quemarle los pies les dijo llévense la
plata, llévense el oro; pero la sabiduría no se la van a llevar. En los pies de Cuauhtémoc le
pusieron un sahumador y Cortés pidió a Cuauhtémoc que dijera la lectura del
humo del sahumador. Para algunos iniciados otomíes del noreste, Cuauhtémoc era
Hiuhu, en el momento que le quemaban los pies estuvo escuchando un Hiuhu lo que
se dijo ahí.
Algunos Hiuhu, mencionan a Moctezuma, hmu, es el guía el que va adelante, te,
significa vida o existencia. Entonces significa que es el guía que puede dar su vida
por su nación o su gente. Para los Hiuhu es Mutecuzoma, fue un traidor. Cuauhtémoc,
cua, quiere decir pie y te, es la vida la existencia y mo el que va adelante, el guía.
Encarnado el Damu en él, no cedió cuando los españoles le pusieron el copal en
frente para preguntarle que decía. Contestó pueden llevarse todo, el conocimiento y
la sabiduría no se los vamos a dar.
Damu, es también Mudó, el jefe de las semillas, los pieles rojas hablaban a la
semilla:
¡Oh alma, tú eres la semilla!. Tú eres como la raíz del árbol Sagrado que está en el centro
del círculo de nuestra nación. ¡Que este árbol florezca! ¡Que nuestro pueblo y los pueblos
alados y cuadrúpedos prosperen! Oh alma, tus parientes han traído este alimento que
pronto comerás y, gracias a este acto, la bondad se extenderá por toda la tribu. Oh alma,
el Gran Espíritu te ha dado cuatro parientes que están sentados en el Norte y que
representan a tus parientes verdaderos: Abuelo y Padre Wakan–Tanka y Abuela y
Madre Maka, la Tierra. Acuérdate de estos cuatro parientes que en realidad no son
más que Uno; y, con ellos en tu espíritu, lanza una mirada hacia atrás sobre tu pueblo
mientras viajas por el gran sendero! (Joseph Epes Brown, 1953:66).
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L
a tierra es sobre todo donde tiene lugar la cotidianidad donde se siembra,
se camina, donde se establece la casa. En los Andes se dice “de veras tiene
huesos, tiene sangre. Tiene pelo también (…) sabe cuidar, como nuestra mamá
nos cuida” (Homer .l. Firestone, 1988:25). En Norteamérica varios pueblos
relacionan a la tierra con el cuerpo humano, tiene pelo, huesos, sangre (agua). Los
Hopi son los que dicen que la tierra no se parece a nosotros, nosotros nos
parecemos a ella. En México también se habla que la tierra tiene huesos (piedras),
sangre (agua) y pelo (cubierta vegetal). “El ximhoi, la piel de la Tierra, se
compone de xi, piel, y hoi, Tierra. Hoi está en estrecha relación con el mui, lo que
hace germinar la faz de la tierra, es el lugar para el asentamiento humano, la
habitación, ngu” (Pérez Lugo, 2007:69).
La ofrenda a la Tierra en Hiuhus se divide en tres tierras. Hoí, es la tierra como
polvo o capa superficial. Mu Hoí, es otra tierra, literalmente se define como jefa
Tierra, finalmente en la ofrenda a la Tierra está Pumbashí. Las tres tierras están
presentes en recortes de espíritus al ofrendar a la tierra para petición a que cuide a
la gente, que rindan los cultivos, que haya salud en sus hijos, comida y demás
requerimientos para habitar la tierra. La ofrenda puede hacerse en una milpa, en el
huerto de una casa, en un potrero.
En los Andes también dividen a la tierra en tres. Lozada citando a “Grabe
menciona que los aymaras de Tarapacá dicen alaj, taipi y, anqha pacha, mientras que
Van Kessel indica araj, aca y manqha pacha” (Lozada, Blinthz, 2013:105).
Además del xi de la Tierra el otro xi sagrado es el de la montaña, xante, cubierto a la
vez por otros xi; xitso, el árbol; paxi, el pasto; nxa, rocío húmedo; xa, la hierba, o también
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“la nube que acude a la montaña la lluvia para alimentar al mhye, guardián del agua que
tiene que ver con el xante (xa del xi, y the del dehe, agua)” (Pérez Lugo, 2007:60).
Los dakotas se dirigen con estas palabras a la tierra “Abuela Tierra, ¡escúchame!
Vamos a establecer sobre ti un parentesco con un pueblo, al igual que tú has
establecido una relación con nosotros al darnos nuestro Calumet sagrado. Los
bípedos, los cuadrúpedos, los seres alados y todo cuanto se mueve sobre ti somos tus
hijos” (Joseph Epes Brown, 1953:157). Todo lo existente en la tierra se manifiesta
según su posición en los hemisferios. Nacimientos, siembras; varían en el
hemisferio norte en comparación con el sur.
Pacha mama...
Es la Madre Tierra, esa madre que acoge a sus hijos les da el alimento, el abrigo, incluso
que puede curar hasta las enfermedades. (…) Es un ser que puede dar a luz hijos nuevos,
en procesos de cambios. Ella entrega la vida en cada ciclo, en el mes de agosto, la tierra está
descansando después de haber entregado producción, por eso en septiembre se contempla el
inicio del tiempo de la siembra. Todo el mes de agosto con las wats´as y luqtas la tierra
engorda con el unto de llama y la “juyra q´uwa”, al parecer se embaraza y dará a luz entre
marzo, abril y mayo que es la cosecha de productos agrícolas (además el ciclo de nueve meses,
coincide con esa fecha). Por eso se sigue día a día el proceso diálogo y cuidado con la
madre naturaleza (Alvarado Quispe, 2007:87)
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Los otomíes Hiuhu en las ensoñaciones ven a una mujer, emergiendo a medio
cuerpo de la superficie terrestre. Es la Madre Tierra. La Tierra tiene tres proyecciones:
es abuela, abuelo o hijo. Tal y como aparece en figuras recortadas en Huihu de
Zicatlán, Veracruz en México.
Alce Negro, el piel roja que se dirigía a la Tierra con estás palabras:
¡Oh Tú, Tierra sagrada de donde hemos salido, tú eres humilde aunque muestres a todas
las cosas; sabemos que eres sagrada y que somos parientes tuyos. Abuela y madre Tierra
fecunda, para ti hay un lugar en este Calumet¡. ¡Oh Madre, que tu nación avance por el
sendero de la vida, cara a los vientos violentos! ¡Que caminemos sobre ti con firmeza!
¡Que nuestros pasos no vacilen jamás! ¡Nosotros y todo lo que se mueve sobre ti enviamos
nuestras voces al Gran Espíritu! ¡Ayúdanos! Todos juntos gritamos al unísono: ¡Ayúdanos!
(Joseph Epes Brown, 1953:57).
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La primera, “Pumapuncu, puerta del león o del puma. Había allí un león de piedra que
guardaba la entrada. Los peregrinos que por allí transitaban y hacían una expiación de
sus pecados, atendidos por un sacerdote.
La segunda puerta, “Kentipunco, llamada así por llevar plumas de tominejos, conocidos
en el Incario como Kantis. En esta puerta, otro sacerdote aconsejaba acerca de la
devoción requerida para luego ser favorecidos por el dios Sol, a quien iban a adorar.
La tercera puerta, llamada Pillcopunco puerta de la esperanza, estaba adornada con
plumas verdes, provenientes de un pájaro muy estimado llamado Pillco, traído desde los
Chunhos, es decir, de la amazonia. El sacerdote de esta puerta persuadía al peregrino
que se hiciese un riguroso examen de conciencia. También se dice que “La isla
Titicaca o del Sol visitada por gente proveniente de todo el reino, tenía a su servicio
tres clases de vírgenes: las primeras muy hermosas, llamadas Guayruro; las segundas no
tan hermosas conocidas como Yuracalla y las del tercer grupo menos hermosas las
Pacactlla” (Querejazu Lewis, Roy, 2011:108).
La tierra no puede tener dueño, de nuestras parcelas solo somos encargados de
cuidar la porción de tierra que trabajamos o la que estamos a cargo. En el pensamiento
de los pueblos originarios de América la tierra es dueña de sí misma, es la Madre Tierra
y ella no se ha vendido a sí misma. “Bopp (2002) menciona que Phil Lane, descendiente
de Crazy Horse, se presentó en abril de 1999 en la Asamblea General de las Naciones
Unidas y dedicó una parte de su discurso a recrear una plática entre ancianos Sioux:
uno de ellos le explicaba a otro los estragos causados a la Tierra por la ciencia occidental,
y el anciano que lo escuchaba “sonrió lleno de sabiduría, moviendo la cabeza, ¡ya
me preguntaba cuándo se darían cuenta de todo eso! Fíjate lo que le hacemos a la Madre
Tierra. Le cortamos el pelo donde no se debe de cortar, le rasgamos la piel donde no
debemos, después le perforamos huecos y le drenamos toda su sangre, le metemos
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toda clase de cosas adentro y le hacemos estallar sus entrañas”. En una ceremonia en
el Caribe, ante nativos de todo el Continente americano, Lane explicó también que la
pipa representa el universo, la parte donde se fuma es la tierra.
Para el yatiri andino, Juan Hidalgo, antes no había lluvia había urpu, lo que se
llama neblina. Hoy en día ya hay lluvia. El Manco Capac llegaba a la Isla del Sol en
forma de Fuego, en la Isla de la luna estaba esperando mama Ocyo se encontraban a
media noche solamente y se podían reproducir.
A diario, relatan los Huihu en México, la Madre Tierra piensa cómo alimentar a
todos sus hijos en la faz de ella.
El 21 de diciembre en el hemisferio norte es el solsticio de invierno, en el hemisferio
sur es el de verano y el 21 junio, es el solsticio de invierno, año nuevo aymara la
celebración es a Pachamama. Mientras se sabe que antes de la llegada española,
también en el hemisferio norte es el solsticio de invierno que corresponde al 21
diciembre era la celebración a la Madre Creadora en México. Los hispanos cambian la
fecha para el 12 de diciembre y la meztizan con la virgen de Guadalupe. Entre Hiuhu, se
sabe que el 21 de diciembre era la celebración a la gran Madre.
En los Andes:
...no hay propiamente sino tres estaciones jullupacha, tiempo lluvioso en que germinana
las plantas, juipfi pacha, o thaya–pacha, tiempo de heladas y fríos, en el que cosechan y
hacen chuño, y lup´ipacha, el estío. A esa última estación le dan también el nombre de
Auti pacha; tiempo seco; dividiéndola en dos periodos; Jacha–auti, que es por corpus
cristi, hasta dos meses después, y en jiska–auti que comprende los meses de septiembre
y octubre (Paredes, Rigoberto, 1995: 152).
Los bioindicadores en los Andes empiezan en agosto, las primeras lecturas del
tiempo, lo observan en el zorro, cómo defeca, dónde hacen los nidos las aves, algunas
plantas que van floreciendo en los primeros días de octubre hasta dicembre. Estos
bioindicadores los utilizan como base para decidir sobre sus siembras.
Agua
El Yatiri de los Andes, Juan Hidalgo, relata en torno a la creación y al agua “En este
lago sagrado de Titicaca es donde empieza la especie humana a nosostros nuestros
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ancestros, nuestros abuelos nos hablaron de esa manera, nosostros seguimos profesando
esa filosofía andina–amazónica. Muchos de ellos se han convertido en montañas, los
Illimanis, Huaina Potosí, Sajamu, Acamani, Kinsachata, Compuco, Samaipata,
Coroico, El Ucumachi, todos ellos han creado a otras especies que son los seres
alados, transportadores de todas las semillas para producir, como el cóndor, las águilas,
todas la aves que conocemos hoy en día, en cuanto a los animales también se
han creado llama, alpaca, vicuña, huanacu, el huanacu ahora está en Perú y la
vicuña en el lado Boliviano.
En la Isla del Sol están los tres pozos, las tres vidas que tiene que vertirse de ahí
llevaban el agua. Uno es pozo de la juventud, otro pozo de la prosperidad, el otro es
pozo de salud. Creada con Mamá Ocyo y Manco Capac, han creado el agua con la
que se ha regado todo”. Los tres pozos también los hay en tierras Hiuhu, como en
Molango, Ixhuatlán de Madero, Veracruz, México, así lo hacen ver madrinas,
mekha, mujeres santas, como mi comadre Toña. Su esposo mi compadre Octaviano
García exclama “¡No sería nadie sin los cerros!”, exclama el badí en la Sierra Madre
Oriental, solo los iniciados tienen entendimiento con las montañas, ellas les dan su
respaldo, su poder, guían sus pasos, en el interior de la Sierra como en cualquier
parte del mundo, antes de salir de las montañas piden permiso y su protección.
Cuida a éste, –tu hijo o hija que se dirige a otra parte, haz que logre a lo que va y
regrésalo alegre como se fue, o mejor. Son algunos de los rezos a las montañas o
petición de permiso para salir de su territorio.
En las cimas viven los hijos e hijas de la tierra, la semilla, el agua. El agua es la
hija de la tierra, en la cima de las montañas se encuentra su residencia para los badi
que la invocan los otopames de la Huasteca, ubicada principalmente en la Montaña
de Chicontepec, la Madre está en Mayonikha; hay otras montañas de la Sierra Madre
Oriental, donde está la xumphe, incluida en esa área la zona otomí de Tulancingo, El
Napateco. Para los del Valle de Toluca, está el Volcán de Toluca, La Verónica, el
Cerro de las Campanas, El Jocotitlán, El Cerro de Acambay, otros lugares en
Michoacán, como en Donaciano Hojeda, las cercanías a San Felipe Los Alzati. En el
Valle del Mesquital, está la Montaña de Bospí, El Texcatl, El Altépetl, El Xicuco; en
Querétaro y Guanajuato la montaña del Zamorano. En los otomíes, Ñuhmu, de
Tlaxcala está la Montaña la Malinche y los volcanes cercanos. En Tolimán y
Querétaro, está la virgen del Xakha, se le relaciona a esa princesa chichimeca, con
los veneros y el agua hasta hoy.
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Hay una gran cantidad de veneros, lagos, lagunas, ríos, y el mismo mar del Golfo
y parte del Pacífico, que es lugar ceremonial también de los otopames. Aunado a una
gran cantidad de cuevas, riscos, acantilados, donde ofrendan también.
La sirena o xumphe, en sus paisajes más poderosos donde están los mandos
mayores, es muy fuerte, no a cualquiera le es permitido arribar ceremonialmente,
solo los más fuertes, la gente de más poder sube y se entrevista con ella.
Solo quien tiene el espíritu de chamán y guerrero, se enfrenta con gran
conocimiento, voluntad y firmeza. –Tengo planeado dar una lección a mis hijos, dice
en sus revelaciones el espíritu del agua –Vengo con el copal, la vela y la comida, al
frente para que si no es suficiente, me hagas a mí, lo que planeas para los otomíes –
dice un badi en ceremonia, en la cima de una montaña. Responde –¿tú estás dispuesto
a responder con tu propia vida, los errores de otros?, –estoy dispuesto, responde el
chamán. –Entonces pasa, las puertas están abiertas para ti.
No solo el valor, la decisión y la voluntad bastan, el chamán o badi en Hiuhu,
cuenta con una preparación, lleva completa su ofrenda a la montaña. Se entiende con
las montañas y son pocos los destinados o marcados para esa misión. Tendrán el
poder para llamar el agua, detenerla si es torrencial para los truenos, predecir
el tiempo, ver las señales del tiempo en la vegetación, los animales, en el viento, en el
cosmos y en la atmósfera. Los opatas “eran capaces de pronosticar cuándo llovería,
habría tormentas o algún otro fenómeno metereológico; gracias a su gusto por los
astros; dormían al aire libre y estaban muy acostumbrados a mirar el cielo e
interpretarlo” (Gutiérrez Schott, 2013:67).
En la llanura huasteca un informante otomí afirmó que Muye, es el que manda el
agua de arriba es hyee ́. Es cuando como ahora –era verano– cada rato está lloviendo,
si hay veces que está lloviendo todo el día y no para, el agua no camina, porque
el aire no corre, a veces se enoja el agua, su hijo se baja hasta abajo y platica, va
hasta abajo y le dice que te va a dar un cigarro, donde quiera cavar y estando solo
te va a dar un cigarro después, y el viento solito lo va a pasar, lo lleva para que
camine la nube. Por ejemplo, cuando viene un ciclón, que le dice el viento al
agua cuando da permiso que haya desastre que tumbe la milpa, en los Andes:
Cuando las nubes están torcidas y agitadas, que habrá remolinos y tormentas. En cuanto
al sol, cuando este astro asciende a su ocaso dejando tras sí nubes rojizas color sangre
anuncia sequía y que habrá revoluciones y guerras; igual vaticinio dan cuando aparece el
sol con un parhelio; si se muestra en la mañana entre nubes densas, o se hunde entre
nubes multicolores o cruzan el cielo listas blancas y rosadas hasta el naciente o se filtran
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detrás de las nubes, que habrá lluvias y el tiempo será húmedo (Paredes, Rigoberto,
1995:155).
Expresan los Hiuhu en la Huasteca “Pero no todo sirve para que no pase el clima,
porque nosotros estamos pagando, la gente se coopera, da una vela, aguardiente, pan,
cerveza o refresco un poquito cada quien ya se junta ahí y ya entregamos al viento y
aparte es al que se muere ahí el agua torrencial. A ese ya se lo cobra es como si en lugar
de la cera, de la ofrenda el agua misma se lo cobra, como no le dan ofrenda” (Cfr. Pérez
Lugo, 2010: 1–12).
Los Kogi, Arahuacos y otras culturas en Colombia dice el Mamo, Manuel Coronado,
tienen claro que el deber número uno es hacer el pagamento a lo que la humanidad
le debe por hacer uso constante es al agua, a la tierra, entre otros elementos, este
tributo es más importante para ellos que los impuestos al gobierno.
Para un otopame con las anteriores características, no habría hambre en el mundo,
si el agua se hiciera presente en forma oportuna para los cultivos, los pastizales, los
frutales y en general para toda la vegetación. El culto al agua se ha disminuido, lo
que trabaja la gente tiene mayor dificultad que antes por los escasez del líquido.
Hay profecías en torno a la disposición de agua en el futuro. Lo que hoy es
abundancia de agua, donde uno puede zambullirse en lagunas, bañarse y nadar, en
el futuro, el baño será solo con unas cuantas jicaradas. El otomí y el otopame
recuerdan en cada ceremonia el respeto y cuidado al agua, para que no los castigue
con lluvias torrenciales, ventarrones, granizadas, sequías, escasez de alimento, de
forraje, enfermedades, entre otras consecuencias que puede traer.
En cuanto el espíritu del agua ordena peregrinar, ofrendar y comunicarse con
ella, debe el badi realizar su tarea, la gente debe estar atenta a su llamado. Por otra
parte:
El que es tocado por el rayo y se salva, adquiere dones: puede ser granicero (el que llama
o detiene la lluvia) y bajar las nubes a la tierra, a los campos de cultivo; también puede
ser un gran poeta, componer versos y cantarle a la vida con el huapango o embriagar
de vida al que de muerte padezca. Otro camino es el de convertirse en curandero, un
gran relator de la tradición. Cualquiera que sea el caso, se transforma en un sanador
en todos los sentidos de la palabra (Pérez Lugo, 2007:31).
Las aguas están ligadas a los colores rojo, negro y blanco. El blanco relacionado
con el agua limpia, el rojo y negro con el agua sucia. Éstas aparecen en ceremonias
en diferentes fases del ritual. Se recorta su figura o su sombra de color según
67
corresponda la fase ritual, al principio se le relaciona con rojo o negro después con
el color azul o blanco. En una ceremonia completa aparecerán los tres colores del
agua en las tres fases ceremoniales.
Muthe, para algunos es la deidad del agua, para otros es la creadora de la vida lo
femenino, su compañero es mutho, lo masculino. También la última palabra significa
pirámide.
Los Hiuhu anduvieron todo el Continente americano, desde Norteamérica hasta
Sudamérica, desde el Niágara hasta el Iguazú. Es una historia que escuché y la
repiten algunos informantes de la Huasteca, con detalle.
Algunos Hiuhu relatan que sus ancestros conocieron las Cataratas del Niágara, el
Lago Ontario y algunos otros lagos. No se sabe en qué época. El actual Phil Lane,
piel roja, descendiente de Caballo Loco, fue bautizado como nacido del trueno, el
rayo y la lluvia. Símbolos que coinciden en los lugares ancestrales y la cosmogonía
Hiuhu. En la memoria de algunos, está que las caratas del Niágara, funcionan como
un gran centro de absorción del agua que se genera por las lluvias, escurrimientos,
deshielos en el extremo norte. Funciona como un vertedero de agua subterránea que
sigue su curso y desemboca hasta unos ocho mil quinientos quilómetros al sur de
América en las cataratas de Iguazú. Lugar que los huihu tienen como emisión de las
aguas del Niágara y en su recorrido pasa en forma subterránea en las tierras
americanas.
El agua en forma de nubes que se ubica en la atmósfera tiene un carácter se
relaciona más a Okha, el trueno, el rayo, el relámpago, la brizna, la nieve, el granizo
y demás fenómenos metereológicos. Es Mu hye. “En la cúspide de las montaña
invoca a los mhye, y en las partes bajas donde hay veneros, a los minte. Los primeros
son guardianes del agua de la parte de arriba, y los segundos de la parte terrestre
donde existe agua. De acuerdo con los cronistas de la colonia, citados por Carrasco
(1987), el nombre otomí de este dios era muy ́ e que significa señor (mü) de la lluvia
(y é ). Esteban García lo menciona (escribiéndolo muye) como Dios de las aguas de
los otomíes de Tototepec”. Hoy la mayoría de los investigadores sigue utilizando la
errónea denominación de “dioses” para referirse a las fuerzas naturales. Si esto
fuera así, las palabras llevarían el prefijo o sufijo Kha, que es la traducción más
cercana de dios en otomí (Pérez Lugo, 2007:100).
El agua que corre por la tierra se le relaciona más con la hija de la tierra. El mar,
dekha, es donde abrevan las nubes y los veneros para la circulación en la atmósfera
y alimentación del ciclo del agua.
68
Al llegar a la rivera de un río, lo primero que hace el indio apenas introduce el pie
adentro es saludar a las aguas, levantar un poco de ellas, echarlas en el hueco de la
mano y tomar dos o tres buchadas de ella aun cuando el líquido esté turbio; en seguida
pedirle que le deje pasar sin causarle ningún daño y después de ofrecerle un poco
de coca o maíz mascado, arrojando a la superficie atravesarlo ya sin temor ninguno
(Paredes, Rigoberto, 1995:197).
Hay una figura, Shumphe Dehe, la ven como una muchacha blanca, conocida
como sirena, algunos conocedores otomíes la relacionan con la cosmogonía de
occidente que se hibridó con la tradición otomí.
Al agua se le clasifica en tres colores. La negra, es el agua sucia, que daña a quien
se relaciona con ella. El agua roja, también dañina. El agua pura, se le relaciona con
la salud, es el agua bebestible.
Por último se ofrece el testimonio de el ex malku andino, Flavio Merlo, cuando
llamaron a la lluvia en 2016, con otras autoridades aymaras se realizó una ceremonia
del agua antes de la siembra, en una uawta, una mesa, el 21 de junio del mismo año.
En las montañas Kalsasaya y Kimnsa Chata, en el cerro más alto en Tihuanaco.
Todos los malkus ayunaron todo un día, solo rezaron. Si persistía la sequía tendrían
que hacer ritual en noviembre, diciembre y enero. En el cerro se capturan ranas y a
medio día se sueltan en la cima del cerro y después llueve. Luego empezaron a croar
a medio día, solo los malkus con dos o tres amautas como encargados en 2016. Se
sube los martes o viernes, ellos fueron a pedir permiso para barbechar subieron el 21
de junio de 2016. A finales de diciembre se hizo la ceremonia de la lluvia, cuando
ya estaba la siembra. Antes de capturar a las ranas ofrendaron con fetos de llamas en
otros lugares.
El agua aparece como segundo jefe entre los Hiuhu en México, también el mar
se le considera gran lugar del agua, también el Amazonas es visto como jefe agua.
Fuego
En México, el fuego es uno de los tres jefes que integran un contexto de lo tridimensinal,
es un gran civilizador, en mayo 2 y 3 se celebra con fogatas en el Valle de Toluca,
son ceremonias ligadas a la humanidad. “La presencia del fuego entre los otomíes es
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vital en todas sus facetas: como purificador, como símbolo de dirección y de fuerza
(espíritualidad), como medicina, como emisor de señales, para prever y conocer estados
propios de los humanos, del comportamiento del tiempo, como elemento central en
las ceremonias, entre muchos otros” (Pérez Lugo, 2007:65). El fuego sigue estando
presente en la humanidad, sigue en las hogueras en todos los hogares, aunque sea de
forma distinta, ahora provocado por gas u otras energías.
La casa debe tener “un fuego en su centro, con una piedra, nyui, al sur, otra al
occidente y una última al norte. Para el oriente se tiene como piedra al Sol mismo,
que entra por la puerta de la casa. Con el fuego en el centro la familia se sienta a
comer en un círculo. La mujer cuida del fuego, tiene su metate al lado y hace las
tortillas” (Pérez Lugo, 2007:42–43).
En Norteamérica el fuego también se sigue ubicando al centro de la habitación
“el interior de los tipis era muy cómodo, pues sus paredes de piel protegían del frío
y del calor a los habitantes, además, había suficiente espacio para que una familia se
acomodara perfectamente alrededor del fogón” (Navarrete, 2015:49).
El fuego otopame como Madre del fuego y padre hace presencia ante sus hijos:
la gente. En los fuegos sagrados se colocarán ceremonialmente tres piedras. Las
piedras son símbolos de los humanos. Colocar tres piedras es como poner de guardias
a tres humanos. Al centro de las tres piedras está el centro, made, es el número y
símbolo cuatro.
Siendo así que para el sioux cada tienda —el tipi— es una imagen del mundo, el fuego
que arde en el centro representa —o más bien ʻesʼ— Wakan–Tanka ʻen el mundoʼ. Para
subrayar el carácter ritual de este fuego central, señalaremos que, en la época en que
los sioux eran todavía nómadas, un hombre designado como ʻguardián del fuegoʼ levantaba
habitualmente su tienda en el centro del campamento circular. Cuando el campamento se
desplazaba, el guardián se llevaba el fuego en un pequeño tronco de árbol, y cuando
el campamento se establecía de nuevo, todas las tiendas encendían su fuego en este hogar
central (Joseph Epes Brown, 1953:60).
El centro madé del fuego, es una alusión a una de las categorías centrales para
abordar el pensamiento otopame. El centro del pueblo, made hnini, es el lugar donde
entre otras cosas, se hace arder el fuego en tiempos ceremoniales, lo mismo en la casa
y la ubicación del fuego de acuerdo a la arquitectura otopame, va colocado al centro
de la habitación para que la hoguera de forma al hogar, en torno al fuego se distribuían
los demás objetos, incluidos los lugares para dormir, algunas casas conservan esa
forma y distribución, con el fuego ubicado en el centro.
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Los cheroquis:
“La fiesta más importante que realizaban los pueblos indígenas de la región eran la
Ceremonia de Maíz Nuevo, que se llevababa a cabo al final de su cosecha y en la que se
celebraba la fertilidad y la abundancia de alimentos. Antes de la fiesta, todas las mujeres y
hombres ayunaban para limpiar su cuerpo de la comida del año anterior y apagaban todas
las fogatas de sus casas. Durante la fiesta prendían una gran hoguera y en ella asaban las
mazorcas de la nueva cosecha para comerlas por primera vez; después repartían el fuego
en todos los hogares. De esta manera iniciaban un nuevo año, con maíz y fuego nuevos”
(Navarrete, 2015:33).
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Los jilacatas, en los Andes, leen en el fuego en los oratorios, wajtas, el compartamiento
del tiempo que se anuncia, con base en su lectura tomarán desiciones para la siembra.
Los oratorios del fuego están en varios lugares sobre todo en la Sierra Madre
Oriental, en santuarios como Mayonikha, hay un santuario del fuego, entrando al
lado izquierdo, su vestimenta es color rojo, aunque los recortes que realizan los badí
son de papel revolución, frecuentemente son para representar al espíritu del fuego,
hay quienes colocan al fuego con los colores que le corresponden. Los colores del
fuego son el rojo, para el fuego dañino, como son un incendio, una quemazón
forestal; otro es el fuego negro, dañino igualmente.
Sierra Madre Oriental, bospi es la ceniza derivada del beespi. La lumbre es lo que arde,
lo que quema, y el bospi, es aquello que mantiene el fuego, ya no rota sino que mantiene el
fuego, de ahí su semejanza con las brasas. El beespi es, entonces, como el espíritu; las fuerzas
quedan en el bospi, que es conocer el todo. Cuando ya no hay fuego, ya no hay lumbre,
Tierra y calor; se convierte en bospi así pero cuando esto sucede el lugar se vuelve sagrado.
Dependiendo de la madera con que se hizo la lumbre, el calor permanece más o menos
tiempo después de haber apagado el fuego (Pérez Lugo, 2002: 36).
72
Los tres pies de este trípode están orientados hacia el Oeste, el Norte y el Este; el trípode
se deja, pues, abierto por el lado Sur, que para los sioux es la dirección que toman
los difuntos. El saquito de misterio se sujeta en este lado, justo debajo del punto de
intersección de los tres bastones. Este punto central representa a Wakan–Tanka, hacia el
cual el alma pronto va a partir, y de este punto pende hasta el suelo una tira de cuero que
representa el camino que conduce de la tierra a Wakan–Tanka. Este camino que el alma
recorre ahora y la posición del saquito indican que el viaje casi ha terminado (Joseph
Epes Brown, 1953:54).
El fuego contiene el arquetipo trinitario del mundo nativo americano: “Para hacer
el fuego en una cocina tiene que haber tres piedras. En las montañas de Temoaya los
ancianos recomiendan ´que se vea que la casa humea para que se vea que hay vida´,
pues se pretende que al reactivar el fuego [...] se siente el calor, se ahuyenta la tristeza.
Un fuego o fogón es diferente a una simple lumbre tsibi [...] porque el primero debe
tener tres piedras y el otro no” (Pérez Lugo,2002).
Las formas medicinales de curar, diagnosticar y tratar seguirán impresionando a
la cultura occidental y otras culturas. Hace unos años, médicos chinos acudieron
a los otomíes para entrenarse en la curación con el fuego, cuando vieron el poder
del fuego para curar las enfermedades y el entendimiento de los otomíes con el
fuego. Dirigen la energía del fuego hacia la enfermedad como gran habilidad. Los
chinos dijeron –pensábamos que nosotros teníamos el mejor dominio sobre el
fuego. Los informantes de la Sierra Madre aseguran que muchas veces las cenizas
vivas las usan como remedio para cuando se está resfriado o cuando hay
inflamación de los huesos o del estómago. En esos casos se hace un baño de cenizas
en seco, el calor que trae la ceniza se transmite al cuerpo para que respire el dolor
de huesos.
También sirve para cuando uno está acalorado de la cabeza, entonces se hace una
agua de ceniza, y el agua que esté fresca, porque la ceniza pica en la piel, entonces
73
es para refrescar, se hace un baño de un día para otro y el otro día te bañas para
quitártelo, de preferencia la cabeza. Mucha gente lo hace durante una semana
consecutiva, por ejemplo hoy me baño y al otro día lo vuelvo hacer, hasta terminar
la semana, según relató uno de nuestros informantes de la alta Huasteca.
“Cuando hablamos del calor nos referimos a la calentura que nos pega, para eso
sirve [la ceniza], así como sirven otras hierbas para eso, pues las cenizas también la
tenemos como medicina, como primer auxilio” (Pérez Lugo, 2007:49).
Curar con el fuego seguirá siendo una de las misiones en este mundo a cargo de
los otomíes, su manejo en el temazcal junto con las hierbas, el vapor se seguirá
ofreciendo para seguir sanando a la gente. La ceniza se pone en el quicio de la puerta
y por la noche pasa el animal en los primeros cuatro días del nacimiento. Entonces
se sabe qué tipo de nahual es, es decir, qué animal acompañará a determinado
individuo. No debe de pisarla nadie, para que al amanecer se fije uno qué tipo de
mano tiene la ceniza. Todavía ahora la mayoría de la gente lo hace.
Aclaramos que nahual se dice puini, ó nshuri. Aranshuri significa tu sombra
secreta, “por eso no se puede andar diciendo entre vecinos. Aunque a veces sí se
dice, por ejemplo, este niño es malo o ese niño se comporta así porque su nahual es
tal animal, también se dice si aquel niño no es sano porque su nahual es un animal
no peligroso, no malo, es un animal débil”.
Según algunos informantes, los animales “malos” –o, en todo caso, fuertes,
poderosos– son el tigre, el águila o la víbora” (Pérez Lugo, 2007:50).
Entre los ñatho del Altiplano, sobre todo del Valle de Toluca, el temazcal es una
institución que resguarda la cultura, utilizado para el saneamiento social, si alguien
perjudica a los pueblos se le somete a consejo ante el temazcal, y ahí tendrá que jurar
ante el fuego su compromiso de reinserción social.
Mientras el calor del fuego y los vapores se dirigen con el ojeador hacia un niño
y se mezclan los vapores del temazcal con los soplidos del temazcalero para tratar a
un niño, se le entonan canciones o consejos –tú eres importante para la comunidad,
no te dejes vencer por estos males, luego hablan con la enfermedad y le piden
abandone el cuerpo donde parasita o se hospeda y vaya a otra parte.
Se ofrenda directo al fuego con comida, bebida, hierbas, sobre todo en lugares
muy alejados de las ciudades. Fuimos invitados a una comisión con otomíes para un
intercambio cultural con varias culturas nativas de Estados Unidos y ahí los Navajos
ofrendaba monedas de dólar al fuego. Los Hiuhu de la Sierra Madre Oriental dan
monedas como una forma de purificarse. Hay lugares donde hay muchas monedas
74
En los Andes el fuego sirve para hacer la lectura del tiempo, en México se puede
leer o diagnosticar un cuerpo con el viento, el humo y el fuego. Éste junto con la
Tierra y el Agua forman el conjunto trinitario que en los Hiuhus de México llaman
los tres jefes.
El fuego aparece como un centro fundador en el hogar, en medio de lo triangular
de las tres piedras en el centro está el fuego, es el número cuatro.
75
E
n la palabra gracias, en la lengua Hiuhu, khamadi, lleva un significado,
quiere decir okha, “está en el centro”. El centro constituye una categoría
nueva que implica hablar de un aspecto que el pensamiento occidental no
tiene en consideración. No son los extremos duales padre–madre, oscuro–iluminado
y el sinfín de ejemplos que se pueden mencionar, es lo que está en medio que
permite al uno ser el otro. Así lo contemplan en parte los lakotas de Norteamérica:
...(cerca de Copacabana) por ejemplo, cerca de las diversas ruinas de origen incaico
existe una piedra de más de dos metros de alto, clavada en la tierra en forma vertical.
Representa, al igual que en el Cuzco Incallacta, el ombligo, es decir el centro (...) también
usan en algunas partes poner en medio de las chacras una piedra luenga para desde allí
invocar la virtud de la tierra y que para que le guarde la chacra.
Polo informa (en la misma obra) de la existencia de nueve seques (líneas imaginarias
que partían del centro del Cuzco y otras ciudades provinciales importantes) y en ellos
ocheta y cinco adoratorios o Huacas ubicados en el camino de Collasuyo (Querejazu
Lewis, 2011:82).
77
Algunos Hiuhu (otomíes) afirman que en los Andes tienen cultura parecida a
ellos. El orden del mundo trinitario se observa claramente en los Andes y las 9 líneas
pueden aludir a tres veces tres.
El occidente centra su mundo en el hombre, el padre, la patria, el patrimonio. Es
decir en el uno, no acepta la diversidad, de hecho a la dualidad la tiene como la
vecina no deseable. El universalismo es la pretensión del uno. La intolerancia al otro
y a los otros.
El pensamiento original americano, tiene a la mujer como el eje principal sin
menospreciar al hombre y sus interacciones. Al padre, la madre y los hijos. Uno de
los resultados de la interacción de hombres y mujeres es la procreación como un
modo de continuidad y recreación de la naturaleza y de las sociedades.
En lo fundacional andino aparecerá continuamente la idea del centro. “El nombre que
tuvo este pueblo antes que fuese señoreado de los incas, era Taypicala tomado de la lengua
aymara que es la materna de sus naturales y quiere decir la piedra de en medio; porque
tenían por opinión los indios del Collao, que este pueblo estaba en medio del mundo, y
que de él salieron después del diluvio los que tornaron a poblar. Llámase Tihuanacu”
(Querejazu Lewis, Roy, 2011:56).
En el centro se da el punto de encuentro, de colaboración, interacción. En el relato
del establecimiento de los colores en el cosmos de los Andes “Los Thakiris debían
descubrir el nacimiento y el final del arcoíris. Para lograr este objetivo, los Yatiris
establecieron el ayni y decidieron que Waynas y Tawaqus serían los encargados de
realizar esta difícil tarea, por lo tanto, había que pedir permiso con una Waxt´a a la
madre tierra para poder transitar caminos desconocidos” (Corzón Medina, 2010:32).
El ayni es la ayuda mutua andina que, como se verá posteriormente, está en
íntima relación con el centro, en el siguiente contexto es tomado como el centro de
un poblado con sus orientaciones al este y oeste, como puede confirmarse en otros
relatos relacionados en los Andes. “Los valientes expedicionarios, representantes de
sus ayllus, partieron hacia el Este. Remontando la cordillera oriental, rumbo a la
peligrosa y desconocida selva Amazónica donde se forma el arcoiris. Otros se
dirigieron al Oeste, escalando la cordillera occidental y descendieron a las orillas del
mar” (Corazón Medina, 2010:34).
Al final, el relato culmina con el hallazgo de los colores, anunciado previamente
por los iniciados con ayuda de la coca. Los expedicionarios retornan al centro de su
ayllu con los colores que habían dado color al cosmos, los siete colores se plasmaron
en la bandera Wiphala previamente Pachamama había ordenado al viento llevar el
78
mensaje y las telas de colores “Pachamama, ordena a todos los humanos que uniesen
los pedazos de tela de colores en siete cuadros horizontales y siete verticales. La tela
unida debería poseer todos los colores para eternizarlos en la memoria de los
humanos” (Corzón Medina, 2010:73). La Wiphala posee un centro, el punto de
interactividad, que puediera ser como el parteaguas andino para mirar hacia el
Pacífico o a la Amazonia.
El hogar no escapa a la categoría de centro, en la década de los 80 del siglo
pasado, en la Huasteca se efectuó un “rito en la casa del enfermo, en compañía de los
amigos del enfermo; al final se curó también la casa: se hizo un hoyo en el centro de la
casa y se enterró ahí comida, bebida, cigarros, velas, y un guajolote negro; el oficiante
manifestó que ahí se curaba al enfermo no sólo de su enfermedad física sino también
del mundo; es decir, regresaba armonizado al mundo” (Pérez Lugo, 2007:102).
Si se construye una casa en un lugar donde las energías son maléficas se deben
reencausar las buenas energías o de lo contrario se debe cambiar la casa a otro lugar.
La curación de un paciente debe ser en su casa para tener buen efecto.
Nótese la primera encarnación de la idea de Tridimensión en el pensamiento
americano originario. Sirva como una prueba más para presentar el orden del cosmos
con base en tres, “cada vez que volvemos al centro es como si volviéramos al Gran
Espíritu, que es el centro de todas las cosas; y aunque podamos creer que nos
alejamos de Él, debemos regresar a Él tarde o temprano, junto con todas las demás
criaturas” (Joseph Epes Brown, 1953:103).
Alrededor del fuego se asegurarán otros utensilios, el molcajete de tres patas, el
metate de tres patas, el banco de tres patas, entre otros muebles y artefactos. Hay otro
símbolo y concepto en la imagen triangular presente en el continente, y en México,
puede observarse en las tres piedras y el fuego en el centro. El trípode para iniciar la
casa tradicional en muchos grupos nativos norteamericanos, también los tres pies de
este trípode están orientados hacia el Oeste, el Norte y el Este; el trípode se deja abierto
por el lado Sur, que para los sioux es la dirección que toman los difuntos.
Hasta hace unos años el fuego “se encontraba en el centro de las casas, pero la
Secretaría de Salud del gobierno federal mexicano obligó a los otomíes a moverlo a una
esquina o a un lado del centro. Según los habitantes de la alta Huasteca, esta disposición
trajo consigo algunas dificultades, entre ellas más enfermedades y la inconformidad
de no tener el fuego en su lugar” (Pérez Lugo, 2007:42). Esto y otras acciones más son
muestra, quien sabe hasta qué punto concientes, del avance de la colonización y, por
ende, de la apuesta por al aniquilación velada de las culturas en América.
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En la Sierra Madre Oriental, Agustina Calderón, abuela de la alta Huasteca, relató que el
fuego se encontraba en el centro de la habitación y las tortillas estaban a un lado de éste,
mientras los comensales estaban alrededor del fuego. En el Estado de México, otro
informante relató que antes el fuego estaba en el centro de la casa y alrededor de él se
colocaban los comensales o se convivía. En ambos relatos se puede observar al fuego como
un civilizador (Pérez Lugo, 2002:46).
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Este rector del tiempo y emisor del calor da sentido a los habitantes, da dirección a la
casa, ordena y vitaliza a la comunidad. El Sol —jiadi—, la cabeza —jia—, la expresión
potente, abarcadora, lo que baña —di— a la frente. El Sol siempre está en lo alto, no hay
quien lo apague, de ahí la alusión a lo alto, a la cabeza; por ejemplo, ma bo jia, lávate
la cabeza. Al saludar, los abuelos inclinan la frente bañando con su energía al otro.
Las plantas necesitan del baño del sol, el agua necesita del sol para su evaporación y
transformación en lluvia. El sol baña nuestra frente de sabiduría (Pérez Lugo, 2007:53).
Las cuatro esquinas, no se orientan al norte, sur, este y oeste. Los puntos quedan
en la parte intermedia de los cuatro rumbos. En el centro, marca el quinto punto, el
más importante. Si se enciman los cuatro rumbos ahora tendremos ocho rumbos y
el centro será el noveno punto. Hay otros centros, como se apreciará más adelante.
Las cuatro esquinas, las intermedias entre rumbos, son los espacios más significativos,
no solo para otomíes, también para muchos pueblos americanos. Recordemos la
línea central de este a oeste pasando por el centro, como base para establecer las
construcciones y los pueblos.
De esta forma se mostró la distribución espacial del cuerpo, el cosmos, la casa,
para estos fines será suficiente; porque faltan otras georeferencias simbólicas.
Al utilizar made como mitad, no se está haciendo uso correcto del término, solo
lo relaciona el hablante con la parte superficial e inmediata de lo que esté hablando.
Al decir made se utilizan dos palabras, ma y de. Al decir solamente de, si se refiere
a la mitad. Al decir made, al unir o utilizar las dos palabras no significa mitad sino
centro. En la cotidianidad se puede escuchar entre pláticas made, made, mitad y
mitad o medio, medio. Es porque en las lenguas indígenas aún no hay la responsabilidad
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para reflexionar si lo que se está diciendo está bien, esto se está reflexionando para
tratar de ordenar y que no ocurran este tipo de errores al hablar o de confundir un
concepto con otro. El escritor cuida, lo que comunica por escrito, las palabras utilizadas
que realmente correspondan entre lo que se pretende decir y el contenido del concepto,
sostiene el antropólogo Ñahñú, Jaime Chávez, del Vallle del Mezquital.
En la concepción de los pueblos originarios de América, el centro está relacionado
con el color blanco, la mesura, la frescura, es la transición. Cuestión que civilizaciones
de miles de años tienen en su origen. Según relatos antiguos Tiahuanaco estaba
en medio del mundo, y de él salieron después del diluvio los que tornaron a poblar
los Andes.
La idea del centro es fuerte aún en la cultura que se cree universal, autodenominada
civilización con sus centros políticos, religiosos, económicos o científicos.
Estos centros han sido desplazados constantemente por centros comerciales; en
la experiencia de quienes quieren deshacerse de la centralidad primigenia.
Aunque es evidente la constitución conceptual de un mundo organizado
predominantemente en tres partes, se han impuesto dos, la dualidad. Lo
tridimensional, un conocimiento de los pueblos originarios, adquiere otra imagen,
sentido y significado, que aporta un nuevo elemento para acceder al mundo de los
pueblos originarios del Continente americano y constituye, a la vez, una aportación
de conocimiento al mundo.
En el libro, La pipa sagrada. Los siete ritos secretos de los indios sioux del Piel
Roja Alce Negro, sostiene que al ser el mundo, el indio que llena la Pipa debe
identificarse con ella y actualizar así no solo el centro del mundo, sino también su
propio centro. En la tierra se le conoce como el corazón. El corazón es el santuario
en cuyo centro se halla un pequeño espacio en el que habita el Gran Espíritu. Esta
alma que guardamos estará en el centro del círculo sagrado de esta nación: gracias
a este centro nuestros hijos poseerán un corazón valiente y avanzarán por el recto
sendero rojo según el misterio.
En 1868, tras dos años de guerrillas devastadoras, este líder siux de la tribu oglala
consiguió blindar durante casi una década a Pahá Sapa, es decir, El corazón de todo
lo existente, como eran conocidas las colinas Black de Dakota del Sur y Wyoming,
la sagrada cuna ancestral y capital de las Grandes Praderas.
Entre el día y la noche: la alborada y el crepúsculo, y tenemos otros puntos en la
mitad de la noche y al medio día; no tan significativos como al oscurecer o al
amancer; que es cuando tiene inicio la ceremonia Hiuhu, correspondiente al trayecto
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85
Pese a que habrían existido tres ventanas en Tampu Toqo, sólo de la ventana central
salieron las cuatro parejas por mandato de Wiracocha, dejando que de las otras dos
86
emergieran los grupos étnicos de los maras y los tambos. La ventana originaria
expresaría la categoría triádica con el centro como mediación y como fuente del
origen y de la riqueza (Lozada, 2013:193).
México
Andes
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Interactividad
Todo lo que hace el Poder del Universo lo hace en forma de círculo. El cielo es circular,
he oído decir que la tierra es redonda como una bola, y también las estrellas son redondas.
El viento, es su fuerza máxima se arremolina. Los pájaros hacen sus nidos en forma
de círculos, pues tienen la misma religión que nosotros. El sol sale y se pone en círculo,
como la luna, y ambos en los redondos. Incluso las estaciones forman un círculo enorme
en su mutación, y vuelven siempre a donde estuvieron. La vida del hombre es un círculo
de infancia a infancia, y lo mismo ocurre en todas las cosas en que el poder reside.
Nuestros tipis eran redondos como los nidos de los pájaros, y siempre se disponían en
círculo, el aro de la nación, nido de múltiples nidos, en el que el Gran Espíritu deseaba
que nosotros empollásemos a nuestros hijos (Serra, Steve, 2011:36).
89
90
Huayra–tata, es el nombre que dieron los indios al dios que origina y produce los vientos
y huracanes. Suponían que vivía en las cumbres de los cerros y en los profundos abismos
o huaycus, que abandonaba su morada, cuando tenía que ostentar su poder y dominio
sobre su consorte la Pacha Mama porque la tierra es la hembra del viento a la que este
fecunda, arrebatando sus aguas al Lago Titicaca, suspendiéndolas al cielo y dejándolas
caer después en forma de lluvia. Le atribuían que cuando se hastiaba de Pacha–Mama se
iba a dormir en las profundidades de Titicaca, cuyas aguas mientras él dormía estaban
tranquilas, pero apenas se levantaba del lecho se agitaban y poníanse furiosas, y entonces
las embarcaciones zozobraban (Paredes, Rigoberto, 1995:107).
... parecen corresponder a una función bastante secundaria de la Divinidad. Una relación
analógica entre los cuatro vientos y los cuatro períodos cíclicos, simbolizados por las
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cuatro plumas de águila que adornan el círculo sagrado utilizado en la Danza del Sol.
“Cuatro Vientos”, en la doctrina de los sioux, parecen corresponder a una función
bastante secundaria de la Divinidad, que se divide en cuatro aspectos subdivididos
cuatro veces; ahora bien, aparte de que no es el simbolismo mitológico de los sioux lo que
nos proponemos estudiar aquí en primer lugar, sino la metafísica de la Cuaternidad
que se transparenta en todas las variantes de la tradición india, la doctrina sioux reconoce
a los cuatro Principios, mediante una notable derogación de la jerarquía mitológica
ordinaria, una preeminencia sobre las demás (Joseph Epes Brown, 1953:18).
El viento demostró todo su poderío cuando hizo temblar de frío a los animales, se
escuchaba el grito de las vicuñas ´wari q´asaya”, luego incrementó sus poderes porque
de frío se regaron las piedras ´qala t´aqaya´, posteriormente dejó todo congelado,
incluyendo todas las aguas, “uma chhunkhaya”, quedaron totalmente eliminados en el
resto la tierra y el agua, solamente quedaba el fuego, pero el viento demostró ser el
vencedor en la contienda; porque el fuego era direccionado por el viento, el viento
con su capricho podía encender más llamas y avivar el fuego o apagarlo definitivamente
y así lo hizo de un soplido apagó las llamas (Alvarado Quispe, 2007:47).
En los Andes también hay un relato el aire como purificador “entrando luego en
la confesión recibía el penitente unos cuantos golpes en la espalda con la piedra y
tenía que escupir en la grama, después de la cual el confesor hacía lo mismo,
arrojando el manojo de grama al riachuelo o río, o haciendo oración porque las aguas
llevaran la grama, y con ella los pecados hasta el mar, a fin de que allí desaparecieran
para siempre. Después de confesar le daba al confesado la piedra y los polvos que
éste debía soplar al aire como saludo a Wiracotza, al Sol o a las Wacas. En los amoles
también hay una dosificación de 3 vientos: negro, rojo y blanco “también se derrama
un poco de chicha como ofrenda y saludo a la Tierra (Mama Patsa) finalmente, el
confesor lo despedía señalándole su penitencia “principalmente el ayuno y dándole
exhortaciones” (Roy Querejazu Lewis, 2011:93).
Los fenómenos meteorológicos que anuncian la lluvia en los Andes “relámpago,
trueno y rayo, y a todos tres en junto llamaron illipa (…) tuvieron que residían en el
aire” (Garcilaso de la Vega, 2006:83).
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Para determinar:
... la fecha y los meses de siembra, ´nayra sata´ (siembra anticipada) en el mes de septiembre,
´taypi sata´ (siembra propicia en el mes de octubre y ´qhipa sata´) siembra retrasada´ mes
de noviembre, se observan también las montañas y la dirección de los vientos exactamente
sobre qué montañas altas se concentran más los vientos, las montañas son también los
achachilas y por un año están pasando el preste y esa montaña que tiene vida es el
´mit´ani´, y del lado opuesto está la montaña que se denomina ´marani (Alvarado Quispe,
Manuel, 2007:78).
Los Pames de San Luis Potosí también consideran que los 4 vientos direccionan
la atmósfera y en parte su cotidianidad con excepción del gobernador; si el viento
es más fuerte que él, entonces será un gobernante débil e incapaz de ejercer su
gobierno.
Los vientos tienen que estar al servicio de los iniciados. Lanzan frijol con paja
al viento y piden al viento se presente para separar la paja del frijol. Relatos que he
escuchado tanto con los ñahñu de Ixmiquilpan como en los Hiuhu de la Huasteca.
La cruz representa no una tendencia centrífuga, sino los puntos cardinales, el
círculo a su vez no indicará una tendencia concéntrica, sino el movimiento circular
de los cuatro vientos alrededor del mundo.
La dirección de los cuatro puntos cardinales no coincide con las direcciones presenta-
das por occidente. Occidente presenta una cruz y los nativos americanos una cruz en
forma de x. Esto los podemos observar en varios documentos antiguos como los códices.
Aquí se presenta otro orden cósmico; el orden del mundo con base en tres: la
tierra, el agua y el fuego. El viento es un agente facilitador. Permite en la tierra
la germinación, la polinización, la oxigenación de plantas, animales, humanos y
demás seres. El viento transporta las nubes con determinada temperatura, las nubes con
aire caliente son llevadas por el viento a otra masa de aire fresco hasta el frío,
provocando el desplome o precipitación de la lluvia. El fuego se hace gracias al viento.
Los agricultores aymaras–quechuas controlan diversos espacios ecológicos y
diferentes macro y microclimas.
Para ellos el “año agrícola comprende tres estaciones marcadamente diferentes:
la juyphipacha, época de heladas y de procesamiento de tubérculos, awtipacha
época de seca y de siembra, y julllupacha, época de lluvias, del desarrollo y de
la maduración de los cultivos anuales” (Hans Van Berg y Norbert Schhifferes,
1992:168).
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Makha ndahi
Es de color rojo se presenta como ventarrón, violento. Se coloca un lienzo rojo en su
santuario para impedir salga a hacer destrozos.
Un día mientras regresaban de la plaza unos Hiuhu, vieron un arcoíris, uno de
ellos dijo si se llama viene.
Entonces pidió un pañuelo rojo, lo amarró a la punta de una vara, luego lo llamó
con un ademán, el arcoíris se movió hacia ellos. Luego lo envío a otro lado y obedeció.
Las mujeres que se encontraban ahí enfermaron posteriormente.
El arcoíris se encarga de que las mujeres vírgenes inicien su primer periodo
menstrual. Si el arcoíris provoca enfermedad. Entonces se cura con 7 velas rojas y 7
velas de 7 colores como el arcoíris.
Al arcoíris le gusta posarse donde hay un charco de agua en un extremo y donde
hay otro charco en otro extremo.
Los charcos son considerados agua sucia, por lo mismo es un agua que enferma.
Aunque para otros este compartamiento del veinto pertenece a Tso ndahi. Para los
Hiuhu Makha ndahi se expresa en forma de remolino. Su santuario se ubica también
en la cueva de Tzdaví en el cañón de Mayonikha, para impedir que salga a hacer
destrozos a milpas, casas, árboles y demás daños; se coloca una tela roja para impedir
que se manifieste, así como ofrendas, flores y velas.
Para los pieles rojas cuando una visión viene de la parte de los Seres del Trueno
del Oeste, viene con terror y como un huracán; pero cuando el huracán de la visión
ha pasado, el mundo es más verde y más feliz; pues cada vez que viene a este
mundo la verdad es revelada, ésta es como la lluvia. El mundo es más feliz después
del Terror del huracán.
El mismo aire tiene fuerzas, y cuando sopla es como si fuera pasando un abuelo. Según
su fuerza, el aire puede ser bueno y malo, en cuyo caso se combate con la misma
naturaleza o con hierbas, entre otras cosas, como hojas con gran cantidad de espinas con
las que se hace una limpia para alejar el mal aire que lo mismo puede contaminar a uno
que a muchos. Éste puede llevar a la muerte si no se ataca, pues enferma a personas,
plantas y animales (Pérez Lugo, 2007:59–60).
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Mundahi o también Makha ndahi. El espíritu del viento fue visto entre los Hiuhu
de la Huasteca. Era un hombre muy alto, sus pasos cimbraban la tierra cuando
caminaba, pidió a quien lo vio no se asustara.
Tzo ndahi
Hay altares dedicados a Tzondahi, en una ceremonia se le ofrece, un pollo negro,
como en el caso del cañón de Mayonikha, donde se encuentra el oratorio en la vega
del río Chiflón, se ofrece un pollo negro, se coloca entre la cueva y el agua,
previamente se le ha dado aguardiente. Se colocan ofrendas y se encienden velas, al
final se coloca una tela negra sobre el altar para impedir salga.
En el centro del cuerpo está la fuerza —tzedi— vital —nza– hki—, el aire —
ntahi—, el espíritu del alma. Este último se localiza en el ombligo. Una “caída del
espíritu” puede provocar trastornos psicológicos, y a su vez puede ser ocasionada
por un accidente, por un susto, o porque dios se ha disminuido en la persona. Por
ende, el levantamiento de la sombra —kha sa nta– hi— tiene la misión de hacer
la conexión con dios en el individuo. También el aire da energía, sabiduría. En
Florida, Sierra Madre Oriental, al aire se le denomina “el abuelo” (Pérez Lugo,
2007:61). Los laguneros, grupo de originarios hoy desaparecidos “le temían a (…)
los remolinos que se levantaban en el aire, y los que los veían se arrojaban en tierra”
(Gutiérrez Schott, 2013:51).
Tzo ndahi es el viento que lleva frío, este viento no llega al suelo, anda arriba en
la atmósfera, envía el granizo, la nieve, las heladas que perjudican a plantas, animales
y a humanos.
Ndahi
Viento fresco, normal, se tapa con lienzo color blanco. Uno de sus santuarios, se ubica
en el centro ceremonial Mayonikha. Es un viento normal, sin remolinos ni vientos
fríos. Los seres del mundo están confortados con este viento, permite una vida estable
en la tierra.
Como se ha mostrado el viento tiene tres personalidades. Es ndahi, viento común, tzo
ndahi, viento frío y makha ndahi, color rojo, este último es Mu ndahi, el Jefe Viento.
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La manifestación del viento se expresa dentro del orden del mundo tridimen-
sional, con sus temperaturas predominantes: caliente, frío, fresco. Con los colores
dominantes rojo, blanco, negro, evidenciados en los espíritus formados con papel
en las ceremonias y sobre todo, en las tres fases ceremoniales de una ceremonia
fuerte.
El viento está a las órdenes de la Madre Tierra. El viento es el aliento del mundo
terrestre en el que vivimos; representa así la respiración cósmica.
El aliento es el vehículo del alma o del espí ritu; es tambié n el vehículo activo de la
vida. Así en los Sioux “El ʻalientoʼ es en cierto sentido el vehículo del ʻalmaʼ o del
ʻespírituʼ; de ahí la conexión etimológica de estas palabras en muchas lenguas;
pero es también el vehículo activo de la vida, pues é l es quien alimenta y purifica la
sangre, soporte pasivo e inferior del elemento vital. El ʻalientoʼ es, pues, al mismo
tiempo, el ʻalmaʼ de la ʻvidaʼ, y está hecho así a imagen del Verbo divino cuyo ʻalientoʼ
creador ha hecho al hombre” (Joseph Epes Brown, 2002:15).
Aspirar es una forma más efectiva de relacionalidad con el mundo. Todo lo
existente hace una labor de comunalidad gracias a la labor del viento.
Lo mismo respira una planta, un animal, el aire que el humano transpira. Eso nos
hace iguales. Una anciana ñatho, al fallecer, pidió se acercara a la ventana para
respirar el último aliento. Después de respirar, expiró. Entre los rezos que le
destinaron, figuraron las invocaciones para que la Madre tierra la recibiera en su seno.
El movimiento del viento desde la costa, el lomerio hasta la Sierra o los altiplanos
hasta las altas montañas; describe la distribución territorial para los americanos
nativos. Cada clima con determinado aire y temperatura contiene un tipo de
vegetación y de animales.
Los nichos ecológicos formados, son utilizados con su debido conocimiento para
la existencia, la salud, y la continuidad de los americanos originarios y de toda la
humanidad que habita la Madre Tierra.
La relacionalidad humana
En los Andes, la comunidad local, Ayllu, conoce, en primer lugar, una extensión
estructural: cada comunidad tiene una duplicación, un espejo en una comunidad vecina.
Las diferentes comunidades de una determinada zona forman a su vez un conjunto más
amplio, llamado tradicionalmente Marka y una más extensa que es el Suyu.
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Parece que el mundo de hoy todo esté pensado para que todo el mundo vaya de prisa que
nunca pueda uno pararse a considerar por qué le ha sido concedido el milagro de la vida.
Es tremendo que la gente malgaste su vida y su inteligencia formando parte de esta
sociedad de la prisa. Si parasen aunque fuese sólo un momento y considerasen el
hecho cierto de que todos van morir algún día y a encontrarse cara a cara con Dios, me
pregunto qué harían.
Una de las causas de que nuestra sociedad sea tan rápida es la máquina. Las máquinas
nos han cambiado la manera de vivir y todos nuestros valores referentes a este mundo.
En los viejos tiempos, hacía falta trabajo manual para casi todo. Cada cual tenía su función,
y cada uno ayudaba a los demás. No había dinero, no podías tenerlo ni acumularlo, de
modo que no podías preocuparte de comprar más cosas que el vecino. Los indios de los
viejos tiempos estaban siempre yendo y viniendo, y no podían cargar más cosas que las que
necesitaban realmente. Lo importante eran las cualidades que tenía dentro un hombre, no
las posesiones exteriores que tuviese (Serra, Steve, 2011:19,20).
También no hacen las ceremonias de paso, solo pretende exhibirse ante el resto
comprando cosas que intentan llenar los vacíos culturales; la ceremonia se vive y es
una celebración que se instituye ante la sociedad como algo que renueva y remarca
el sentido y la apreciación social de la persona celebrada para ser concebida en una
incersión social.
Un otomí de Atixtaca, municipio de Zacualpan, Veracruz, México en referencia
a los actos colectivos y comunitarios relató:
Gorgonio Santos, descendiente de don Casiano, anciano de 120 años, hablante de la lengua
otomí, relató que en ese cerro unos hombres de inmensa estatura organizaban meriendas,
hasta que un día uno de los que las hacían se negó y entonces los que iban a la ceremonia
optaron por irse todos.
En esta montaña se hacían ceremonias dirigidas por don Conrado, un habitante de La
Mesa, congregación localizada en las faldas de la montaña del Toro, quien subía
con toda la gente y danzaba en la cima del cerro para pedir por la bajada de las semillas
(Pérez Lugo, 2007:77).
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(Serra, Steve, 2011:32). El carácter sagrado del parentesco es uno de los aspectos
más importantes de la civilización piel roja:
... al ser la creación esencialmente una, todas las partes están relacionadas. Los indios
se dirigen unos a otros, no con sus nombres particulares, sino con un término que expresa
un grado de relación determinado por la edad más que por los lazos de la sangre. Así, un
joven se dirige a una persona de más edad llamándole ʻpadreʼ o ʻmadreʼ o, si la diferencia
de edad es muy grande, ʻabueloʼ o ʻabuelaʼ; a su vez, los mayores se dirigen a los que son
más jóvenes llamándoles ʻhijoʼ o ʻhijaʼ, ʻnietoʼ o ʻnietaʼ. Para los indios, todos los grados de
parentesco terrestre simbolizan el parentesco metafísico entre el hombre y el Gran Espíritu,
o entre el hombre y la Tierra, considerada como Principio (Joseph Epes Brown, 2002:38).
... cuando dos adultos o ancianos se encuentran (se saludan), hacen un acto de reverencia
muy fuerte, enseguida se cuentan sus sueños, muchos de ellos tratan de la revelación de
los ancestros como los mensajes del minthe (guardián del agua), sobre la contaminación, la
ofrenda o el rito de agradecimiento a los veneros de agua, según relatan varios ancianos
de Temoaya. Otros son los ritos de la milpa (en su centro y las cuatro esquinas); en la
siembra del maíz, en la cosecha, en el consumo y almacenamiento y cuidado del mismo
en la casa (Pérez Lugo, 2011:19).
Los Sioux tienen presente la idea del alma con la siguiente ordenanza: “A menudo
levantarás la cabeza para mirar al cielo. Cada vez que comas un fruto de la Madre
Tierra, alimenta igualmente a tu hijo. Si haces esto y todo lo que te he enseñado, el
Gran Espíritu será misericordioso contigo. Día y noche, tu hijo estará contigo; vela
por su alma todo el tiempo, pues así te acordarás siempre del Gran Espíritu” (Joseph
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En los Andes, cuando no va a llover, solo van a caer heladas y así, salen con alas las
hormigas, hacen su vuelo nupcial, y cuando va a llover se desaparecen. Cuando va a
llover también salen escarabajos negros en la noche y de día aparecen, son cafecitos
como maíz, esos son los que pronostican el día soleado, o va a haber heladas, como
nosotros somos guías espírituales, yatiris, tenemos que guíar a los hipocampos, esas son
las personas que cuidan, hablan con Pacha, o sea, hablan con nubes, hablan con viento,
hablan con granizo, hablan con agua, con todos hablan, y generalmente tienen que
cuidar que no granice dijo el yatiri o chamán andino Juan Hidalgo.
La tierra es el espacio principal donde la interrelación tiene lugar, los lakotas la
invocan “Si el hombre deja de ser recíproco ritualmente en la vida, entonces se
hace antisocial, explotador individualista hasta totalizador, es decir no comprende
la relación íntima entre la vida y la comunidad. De esta manera el uso indígena de
la reciprocidad dinamiza ‘la igualdad inclusiva de la comunidad’ y el mundo. Pues,
se busca la armonía del mundo que es el mismo del espíritu humano” (Vargas
Condori, 2006: 27). La “comunalicracia es diferente de democracia. Este régimen
político, después de siglos, ha sido ya reconocido en el estado de Oaxaca bajo el
nombre de ‘usos y costumbres’” (Martínez Luna, 2003:50).
Las diferencias culturales también provienen de los medios ecológicos:
El territorio ñuhu va desde un ecosistema semidesértico hasta uno frío, y desde clima frío
hasta caliente. La vegetación es muy variada. La actividad agrícola, forestal y ganadera
está diferenciada. La zona desértica se dedica a la minería y al bosque junto con la parte
fría; la parte media se sustenta en la actividad ganadera y forestal, mientras al norte es
más significativa la ganadería y en esta parte existen ya pocos hablantes de la lengua
otomí (Pérez Lugo, 2007:72).
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puedo tocar durante determinado tiempo? eso dijo después de recibir terapia. El
mismo navajo relató que en la asistencia a una ceremonia con Huicholes en
México, tuvo un accidente de volcadura de su vehículo, después de 56 horas pensó
que todo estaba perdido, que sólo esperaba la muerte, de repente vio una parvada
de pájaros, le pidió a uno de ellos avisara a la gente, al poco tiempo llegó gente a
rescatarlo. Ese justamente es un ejercicio relacional.
Rezar constantemente, ser un ejemplo en todas las cosas, tal es su conducta. El
pueblo debe amar y honrar a este santo varón, y llevarle a menudo alimentos y regalos:
a su vez, el guardián del alma deberá ofrecer con mucha frecuencia su Calumet al
Gran Espí ritu, para el bien de todos. “Cuando un grupo de guerreros va a cazar,
el santo guardián del alma debe acompañarles; pero mientras los demás cazan, él
deberá quedarse con su Calumet y enviar su voz a los Poderes de lo alto para que la
caza sea buena, y para el bien de toda la tribu” (Joseph Epes Brown, 2002: 39).
Para estar en sintonía con el medio, uno de sus objetivos puede ser facilitar la
caza “don Juan dijo que íbamos a acampar allí. Que ese era un sitio muy seguro por
ser demasiado poco profundo para cubil de leones o de cualquier otra fiera, demasiado
abierto para nido de ratas, y demasiado ventoso para insectos. Rió y dijo que era un
sitio ideal para el hombre, porque ningúna otra criatura viviente podría soportarlo
[...] Si deseaba descansar, debía trepar a la cima plana de una loma [...] y acostarme
bocabajo con la cabeza hacia el este” Castaneda, citado por (Pérez Lugo, 2007:58).
Los pimas “Poseían una vista increíble, eran capaces de descubrir un venado oculto
en un cerro y seguirlo hasta atraparlo o encontrar un panal siguiendo una abeja sólo
con la vista, sin importar la distancia. También tenían un oído aguzado, podían pegarlo a
la tierra y reconocer las pisadas de quienes se acercaban, aunque vinieran muy lejos”
(Gutiérrez Schott, 2013:66).
Es evidente la diferencia en el pensamiento sudamericano en la sentencia “Desde
nuestras comunidades originarias se promovían el Allin ruray (hacer bien), Allin
yachay (aprender bien) y Allin munay (querer bien)” (Cfr, Vargas, Jaime:2006).
Se observa una intención de relacionalidad muy ajena a la noción sujeto–objeto, que
implica un dominio del primero sobre el segundo, utilizando básicamente el lenguaje
“En este mundo se respeta a la gente, teniendo como intermediaria a la naturaleza.
No se trata de un enfoque tecnológico sino de relaciones naturales que están ligadas
al sonido, a la vista, también al color” (Martínez Luna, 2003: 40).
La ayuda mutua entre Ñatho, otomíes del Valle de Toluca, México se denomina
“El nfoxte se hace más cuando muere alguien, entonces hay que ayudar al ngo foxte,
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vecino. En algunas familias otomíes del valle de Toluca, cuando alguien muere, los
amigos del difunto están alrededor del cadáver, hablan orgullosos de sus buenas
andanzas con él, mientras que los no allegados del difunto están tristes” (Pérez
Lugo, 2007:141).
En referencia a la sociedad actual “No es la globalización, es regionalización. No
es derecho ajeno, es derecho propio, no es competencia, no es soledad, es comunidad,
colectivismo, ser persona (por tanto comunal) en comunidad” (Martínez Luna,
2003: 40). La comunalidad no se restringe al ámbito humano, empatizar con el
medio como cuando “al salir el Sol, se dice levantémonos antes que el Sol venga y
nos encuentre sin hacer nada, que nos encuentre trabajando; antes que el Sol venga no
debemos pelear o reñir porque es una espera reverenciada como una auto ofrenda
con buenas acciones” (Pérez Lugo, 2011:53).
La ayuda mútua entre tojolabales “no se admite la división dualista de la realidad
en dos esferas: la sagrada y la profana. La razón es que estamos viviendo en una sola
comunidad cósmica y, a la vez, sagrada de la cual somos correspondientes en todo
lo que hagamos” (Lenkersdorf, 1996: 171). Así “por medio del trabajo comunitario
que se recibe del vecino, por ejemplo cuando se construye una casa. Otro ejemplo
sería cuando se llega el tiempo de las labores agrícolas y se realiza la ayuda mutua.
El ximfoxte entonces se refiere al trabajo comunitario compartido entre los habitantes
de congregaciones y comunidades.
Además de la disposición al trabajo comunitario por parte de los miembros de la
comunidad, “todos y cada uno deben tener nzahki, ánimo, plenitud, para ejercer su
actividad, su ánimo y su fuerza entre lo comunal” (Pérez Lugo, 2007:141).
El modelo comunal en México solo se considera parcialmente como un modo de
tenencia de la tierra, no se reconocen sus demás implicaciones “La tierra es de
todos, también su defensa es comunal. Se respeta el uso familiar, pero se comparte lo
comunal. Las áreas de bosque, de dispersión natural, podríamos decir que son de
todos. Ahí está lo comunal, lo que es de todos, lo que se comparte, lo que se piensa y
lo que se sueña entre todos” (Martínez Luna, 2003: 33). “La tierra no era de
propiedad privada sino comunal, incluso en las tribus sedentarias y agrícolas” (Oliver,
Victoria, 2015:23). Ahora lo comunal no tiene lugar como pensamiento en la
academia, medio figura solo como un modo de tenencia de la tierra.
Mi Takuyasen por mis relaciones, es el rezo y petición permiso antes de entrar al
temazcal u otro espacio sagrado o especial para los pieles rojas de Norteamérica,
lleva implícito la petición de respesto a todas la criaturas de la Madre Tierra.
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La presencia del temazcal en varios pueblos otomíes funge como una institución de
regulación social, “el temazcal, tihta, padre protector, lava el cuerpo y el alma y revitaliza
la sombra protectora”. Cuando se construye un temazcal primero se cura con hierbas, de
modo que esté listo para cumplir con todas sus funciones, entre las que se cuentan:
• Cohesión del grupo. En cada núcleo familiar hay un temazcal que da armonía y
cohesión al grupo. Cuando se presenta alguna circunstancia que amenaza con
alterar la familia, se realizan sesiones de temazcal. Regularmente hay dentro
de la familia extensa alguien que tiene más autoridad, ya sea un tío o un abuelo,
y éste es reconocido como el indicado para sanear durante el temazcal los
casos más difíciles que se presentan en la familia extensa.
• Curación. Son múltiples las enfermedades que se tratan en el temazcal;
entiéndase por enfermedad un mal físico, espíritual o psicológico.
• Baño cada tres días. Todos los miembros de la familia, sin importar la edad,
lo emplean para mantener el cuerpo sano.
• Fines ceremoniales. Se realiza un temazcal antes de emprender un acto
muy importante, peregrinaciones, ritos de paso para consumar nacimientos,
transferencia de fuerza e inteligencia, cumpleaños, casamientos.
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El nzahki es el más universal y cuentan con él los animales, las plantas y los
humanos. Cuando se refiere a revitalizar o revivir —do koji nu ro nzaki—, se trata
de recuperar el ánimo. Esta voz también se relaciona con nzaki, la vitalidad universal
que, como se verá más adelante, poseen no sólo humanos, sino también las piedras,
las plantas y animales. Esta palabra se desestructura en nza, partícula a su vez
relacionada con nze, estrella, luz que se va llenando.
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2011:82). Aún se tiene memoria en Norteamérica como “el hombre que se sentaba en
el suelo de su tipi y meditaba sobre el significado de la vida, aceptando su parentesco
con todas las criaturas vivientes y reconociendo la unidad que existe en el universo
de las cosas, estaba asimilando la verdadera esencia de la civilización” (Serra, Steve,
2011:22). Así en Sudamérica “Todo esto es parte del Yati: saber del pueblo Aymara–
Qhichwa: Qullana, cuyo cultivo del cosmocimiento se conoce como Yati Amawt´a:
saber y cosmo–cimiento de los sabios andinos” (Yampara Huarachi, 2016: 54).
Para los tojolabales no hay nada que no tenga:
... altzil, voz tojolabal que podemos traducir con las palabras de corazón, alma, pricipio
de vida. Quiere decir, todo vive, hombres y animales, plantas y manantiales, nubes y
cuevas, lumbre y viento, cerros y valles, rocas y ríos, ollas y comales, cruces y caminos,
inframundanos y supramundanos. Ni siquiera los muertos están tan muertos como se
piensa en contextos fuera del mundo indígena. Por ello, los muertos se llaman altzilal,
quiere decir, las almas que viven con el sufijo –al– sufijo generalizador y desindividua-
lizador. Los “muertos”, pues, conviven con nosotros, nos visitan, sobre todo en la fiesta
de los muertos (Lerkersdorf, Carlos, 2003, 39–40).
Los iroqueses vivían en grandes casas, conocidas como “casas largas”, porque
llegaban a tener más e 100 metros de largo pero menos de 10 metros de ancho. Estas
casas largas eran habitadas por familias numerosas. Las casas estaban construidas
con troncos de árboles tiernos, doblados en la punta para hacer el techo, y las paredes
eran de corteza de árbol. En el centro de esas casas había un pasillo con fogones
donde cocinaban las mujeres; a los lados se encontraban separadas las habitaciones
donde dormían los miembros de cada familia. Las casas largas eran ideales para
sobrevivir en el clima extremoso del noreste de América del Norte, porque en verano
eran frescas y en invierno, cálidas (Navarrete, 2015: 20).
La vivienda tiene funciones ceremoniales:
Cuando un hombre va a implorar una visión, es costumbre que sus parientes y amigos se
reúnan en su tienda para cantar y rezar durante los días y las noches que dura su lamentación.
Al menos una vez cada noche, todos salen y miran en silencio hacia el lugar en que se
halla el implorante; observan con atención cualquier signo que pudiera aparecer en esa
dirección; por ejemplo un relámpago, símbolo de la Revelación, se considera un signo
particularmente favorable (Joseph Epes Brown, 1953:107).
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Otro mito es relatado por Graulich (1990): Atando cabos, sabemos que Xochiquetzal dio
origen a Cintéotl el “dios maíz”. Los habitantes de Chalco contaban el mito siguiente: el agua
era “la primera cosa del mundo” estamos en el origen de los tiempos, como en Tamoanchan,
y los dioses descendieron todos a una cueva en la que el dios Piltzintecuhtli, “venerable
príncipe señor”, “estaba acostado” con Xochiquetzal, quien trajo al mundo a Cintéotl. Éste
se enterró y de sus cabellos nació el algodón; de un ojo, la semilla “sanotlhqez”; de la
nariz, la salvia; de los dedos, el camotli, especie de raíz comestible; de las uñas, el maíz,
y del resto del cuerpo otros frutos más que los hombres “recogen y siembran y por ello
era este dios querido de los otros dioses y le llamaban Tlacopili que quiere decir señor
amado” [...] Otras fuentes precisan que Cintéotl Venus vino al mundo el día flor del año,
uno conejo, en las tierras huastecas desde que apareció la tierra (Pérez Lugo, 2007:132).
Debemos comprender que todas las cosas son obra del Gran Espíritu. Debemos saber
que Él está en toda cosa: en los árboles, en las hierbas, en los ríos, en las montañas, y en
todos los cuadrúpedos y los pueblos alados; y, lo que es aún más importante, debemos
comprender que Él es también más allá de todas estas cosas y de todos estos seres. Cuando
hayamos comprendido todo esto profundamente en nuestros corazones, temeremos,
amaremos y conoceremos al Gran Espíritu; entonces nos esforzaremos para ser, actuar
y vivir como Él quiere (Joseph Epes Brown, 1953:34).
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Los tiempos de nfoxte o ximfoxte están dictados por los requerimientos de las labores
culturales de los ciclos vegetativos de las plantas cultivables recibirá o ayudará en
las milpas o a quien lo requiera en cualquier momento la distribución de los periodos
temporales habrá tiempos solamente ocupados de convivencia tanto en familia
como en comunidad; en ella se realiza el nfoxte sin que medie una relación de trabajo
(Pérez Lugo, 2011:53).
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... la confederación o Liga iroquesa: Mohawk, Oneida, Onondaga, Cayuga y Seneca, que
poblaban el norte del actual estado de Nueva York y las riveras del Lago Ontario. El
símbolo de la confederación era una cabaña alargada, en la que los mohawks guardaban la
puerta del Este, y los senecas la del Oeste. Las cinco naciones se habían unido hacia 1570,
gracias a los esfuerzos de un profeta llamado Denagawida y de un hombre medicina
Mohawk, llamado Hiaguatha. Desde entonces las cinco naciones se rigieron por las
mismas leyes y la autoridad suprema descasaba en un Gran Consejo, formada por 50
sachems o grandes jefes. El consejo se reunía en la ciudad de Onondaga (la principal de
las villas de esta tribu), en la que siempre ardía el fuego que representaba el espíritu de la
unión. Los sachems eran elegidos por las mujeres mayores y más venerables de cada
tribu. Se dice que los padres fundadores de los Estados Unidos como Washington,
Jefferson y Franklin, se inspiraron en la liga iroquesa para configurar la estructura de la
joven nación americana (Oliver, Victoria, 2015: 150–151).
En los Andes complementan muy bien la idea: “Si el hombre deja de ser recíproco
ritualmente en la vida, entonces se hace anti–social, explotador, individualista hasta
totalizador, es decir, no comprende la relación íntima entre la vida y la comunidad”
(Vargas Condori, 2006:27).
En el ámbito más reducido a la parcela o la “La chacra, es el escenario de las
relaciones sociales por el trabajo colectivo, el AYNI. La chacra es el lugar de
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La cruz
Cuando acabé el primer borrador de esta obra, platiqué las grandes partes a un
poseedor de conocimientos Hiuhu, José Luis, él dijo que faltaba incorporar la cruz,
fue así que para él la cruz está representada en la cara, por eso cuando se acude a
ceremonia al cruzar o estar frente a un lugar especial, con la frente se hace la cruz
ante el lugar, sin hincarse se mueve la cara y la cabeza en cruz ante el lugar especial.
La cruz está desde las cejas pasando por los ojos. Los ojos están en el centro, por
eso la indicación de colocar un ojo al centro de la cruz, en las cruces ubicadas en
lugares especiales.
De la frente se traza una línea hacia abajo pasando por la naríz. El soporte o base
de la cruz es la boca, iniciando por la parte superior del soporte por la naríz. Las
comisuras que rodean la boca delinean un triángulo, como si fuera una pirámide.
Las cruces Hiuhu están sostenidas sobre una base triangular o pirámide. Arriba de
la frente, la cabeza, es el cosmos.
La cruz debe tener las cuatro extremidades del mismo tamaño, de preferencia
dividida cada extremidad en nueve partes. Uno de los mensajes que explica que
los extremos de la cruz sean iguales es la equidad, la igualdad. Nosotros –
sostienen– todos somos iguales, quien nos hace iguales es el viento. En Bolivia,
dijo un yatiri, chamán: “para que me comunique a alguna montaña o a Argentina
pido al viento lleve el mensaje”.
El viento es el mismo que respiran los vegetales, animales, humanos y todas las
entidades existentes en la Tierra. El hecho de respirar y expirar el mismo viento nos
hace ver que dependemos del mismo aliento de vida. No es un asunto antropocéntrico
quien emite el patrón de igualdad como lo conocemos.
De acuerdo a otro informante cuando murió otro otomí, recibió el conocimiento
de la cruz que tenían que poner en la tumba era con las cuatro extremidades iguales
en tamaño y que además se colocaría la cruz canteada mirando arriba.
La estrella de ocho puntas muestra dos cruces una en forma de x, otra como la
que se hace mención, las dos cruces forman ocho puntas y un centro. En varias partes
del continente americano se hace mención de las cuatro parejas fundadoras, como se
ha dicho anteriormente, eso remite y es concordante con el empalme de dos cruces.
En varios relatos se relaciona este símbolo con la familia; la cruz tiene a lo humano
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Sombra
La sombra trasciende la creencia de la dualidad vivo–muerto. La muerte es el límite de
la vida, la sombra se adquiere desde que un cuerpo vegetal, animal o humano o de otro
tipo, se empieza a formar. Si es hembra adquiere la sombra del padre y al revés.
Todo lo existente tiene sombra, independientemente de si se desplaza o no. El ajayu,
en los Andes cree que puede separarse del cuerpo aún en vida del individuo, mientras
éste duerme o se haya distraido. Así, cuando éste atravieza a prisa, sin fatigarse una
larga distancia, supone que su alma viajó antes por ese camino, allanando de
antemano cualquier obstáculo o dificultad que pudiere quebarantar sus fuerzas o
debilitar la actividad de sus músculos” (Paredes, Rigoberto, 1995:383).
Cuando el cuerpo muere la sombra sigue existiendo, si quedó dañada seguirá
apareciendo a la gente y ésta teme verla. Si alguien con sombra benéfica muere
puede aparecerle a los vivos también por ejemplo en sueños para comunicar
precauciones, pendientes, como la falta del pago de una deuda, para los originarios
americanos, según relatos que coinciden en varias partes del Continente americano.
“Nxuri es la sombra, el animal compañero, la sombra secreta que sólo conoce el que
la porta o los iniciados que pueden distinguirla; es más conocida como nahual”
(Pérez Lugo, 2007:127) entre los mayas se habla de un alter ego animal con el que se
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En los Andes, a los árboles y a las plantas les conceden sensibilidad, sentimientos
y un alma o sombra. Dicen que cuando el hacha penetra a la corteza ésta llora, y
cuando en las noches el viento agita las ramas gimen y murmuran. Los árboles viejos
y frondosos constituyen para los originarios, verdaderos amigos y que los veneran y
a su sombra hacen sus fiestas, adornan sus ramas, los cubren de flores como a una
enamorada (Paredes Rigoberto, 1995:168–169).
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Dominado el colla por la creencia de ser hijo de la montaña, producto de las alturas,
se encontraba convencido de estar enlazado por un origen común con aquellos seres
orgánicos. Al presente solo veneran a los tres primeros (el cóndor, el puma y el jaguar)
invocándoles protección en las empresas que emprenden o cuando en sus viajes los
ven cruzar en su camino (Paredes, Rigoberto, 1995:168–124).
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– Durante la noche ha estado paseándose por ahí. Ha ido de visita, ha estado curioseando
aquí y allá. Al amanecer vuelve a casa.
– ¿Vuleve siempre?
– No, a veces se pierde. Por eso canta tu padre. Estamos en tierras extrañas. Quizá su
sombra haya estado paseándose por ahí y no sepa volver. Pero cuando oye la canción,
entonces dice: “!Ah! Ahí está. Ahí es donde está mi casa”.
– Entonces enfermas y mueres. No se puede vivir sin sombra (Hetmann, Frederik, 1987: 87).
Antes de cortar el árbol sagrado que estará en la ceremonia de la danza del sol,
hay una esmerada petición de permiso, los participantes detienen al árbol para que
éste no caiga al suelo, para después trasladarlo al lugar donde se realizará la danza.
La sombra no abandona al cuerpo. Solo en extremos, en la caída de la sombra, se
separa del cuerpo entonces viene nuevamente la labor del chamán para reintegrarla al
cuerpo. La sombra es parte de un aire, cuando uno lo recibe uno lo anda cargando. Es
una sombra ajena que se agrega a la sombra de otro cuerpo. Se refiere a un cuerpo
dañado, pues “toda cosa es wakan, sagrada, y posee un poder, según el grado de la
realidad espiritual que refleja; así, muchos objetos poseen un poder para el mal, tanto
como para el bien, y todo objeto es tratado con respeto, pues el ‘poder’ particular que
contiene puede ser transferido al hombre; los indios saben bien que no hay nada, en el
Universo, que no tenga su correspondencia” (Joseph Epes Brown, 1953: 11).
La sombra es como el reflejo, el nahual, como cuando se ve uno en el espejo, xo bi
juegui, tu reflejo, tu nahual, parecido a tu sombra.
Los Crow en Norteamérica hacían un conjunro para dormir a sus enemigos antes de
atacarlos y es como sigue:
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En primavera, cuando nos acostamos sobre el pasto verde, bajo los cerezos tiernos y el
sol nos calienta un poco, sentimos ganas de dormir, ¿no es cierto?
En otoño, cuando hay un poco de brisa y nos tumbamos en un refugio y escuchamos las
hojas secas tallándose entre sí, nos gana el sueño, ¿no es cierto?
Durante el día, cuando la llovizna tamborilea contra la tienda y nos tiramos para calentarnos
las plantas de los pies, nos dormimos, ¿no es cierto?
De noche, cuando nos acostamos y escuchamos el viento que silva entre los árboles,
descoloridos, no sabemos cómo, pero nos dormimos, ¿no es cierto?
Encontramos un claro entre los pinos para montar nuestro campamento. El viento sopla
sobre nosostros y nos sentimos cansados.
Nos acostamos y escuchamos a los árboles que susurran hasta que nos quedamos dormidos
(Navarrete, 2015: 52).
Hay quienes relatan que pueden vulnerar un cuerpo con la manipulación de la sombra
física. Un ave que vuela y proyecta su sombra en el suelo, puede derribarse.
El chamán, diagnosticará las afecciones sobre la sombra del paciente. La sombra
es un estado en que las cosas no son vida o muerte, es un tercer estado de existencia,
que los chamanes priorizan para el modo de vivir ante sus interacciones continuas que
vivencian constantemente en vigilia o dormidos en su territorio. Mantener una
sombra fuerte, vitalizada y sana será la prioridad para un otopame.
El chamán pone un fuego humeante, con frecuencia un sahumador y frente al
sahumador una vela, y en tercer lugar se ubica el cuerpo para diagnosticar su sombra.
El viento ayuda a leer el cuerpo mediante comportamiento del humo y la luz. Ahí
intervienen el humo, el copal y la vela.
Lo más común es ver a los chamanes diagnosticar con agua en un vaso y un
huevo estrellado entre el agua, ahí ellos leen si el paciente tiene problemas, lo acosa
alguna sombra o alguna otra afección. Esta forma pertenece menos a la tradición
originaria.
El tratamiento nuevamente se clasificará en tres formas, según el daño a tratar.
Nuevamente los colores y temperaturas tendrán una clasificación en tres que
combatirán el daño. Si el daño es causado por algo frío, se trata con caliente y se
estabiliza con fresco. Entonces si es necesario, vendrán los apoyos con plantas,
animales, minerales, calientes, fríos o frescos.
Para proteger la sombra hay que bañarse con ajo, agua bendita. Algunos ladrones
conocen la forma para afectar la sombra y provocan el sueño a los vigilantes, a los
perros guardianes les impiden ladrar, tratándolos también con ajo.
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Las yerbas para curar la sombra son pirul, estafiate, santa maría, ruda, jarilla.
El ocote se utiliza para alguien con sombra muy afectada, se ilumina su sombra
con el ocote, se le da luz. El ocote prendido es utilizado para limpiar la sombra.
Hay tres tipos de plantas: calientes, frías y frescas, ligadas a enfermedades o
estados del cuerpo saludable. En una terapia deben estar mezcladas máximo tres
plantas.
Cuando se quiere curar se debe enfrentar la sombra que tiene poseído a
determinado cuerpo. Pelea con la sombra hasta vencerla o separarla del cuerpo de
quien se había apoderado.
La curación y fortalecimiento de la sombra, se realizan regularmente en casa del
afectado con un ritual que implica ofrenda a la Madre Tierra, al agua y al fuego. La
fuerza o sombra será restablecida con la presencia de figuras recortadas de animales
rastreros, voladores y cuadrúpedos. Se trata de dotar al paciente del espíritu de los
animales más deseables para auxiliarlo en su existencia. Adquirirá de ellos, la fuerza,
la agilidad, la visión, el camuflaje la defensa, el valor.
El ciudadano común tratará de evitar animales agresivos como el jaguar, la
serpiente. “La vida de los hombres y las bestias no termina con la muerte. Cuando al
final de la vida exhalamos nuestro último aliento, eso no es el fin. Nos despertamos a
la conciencia de nuevo, volvemos a la vida otra vez, y todo esto se efectúa por medio
del alma. Por esto consideramos el alma como lo más grande e incomprensible de
todo” (Serra, Steve, 2011:39).
Los badí que hacen labores de auxilio o curación, se habilitarán de muchos
animales para un mejor desempeño en su trabajo: águilas, gavilanes, jaguares,
pumas, serpientes rápidas, ágiles y agresivas, venados, hormigas, armadillos.
En la sanación los recortes de espíritus de animales se colocan en el altar
de la casa del paciente sobre una rama que simula un árbol, al lado hay comida
como ofrenda: comida sólida, bebida, incienso, luz. Durante 16 días el paciente
no podrá tener relaciones sexuales, conflictos y actividades que alteren el curso
de la vida.
En los Andes “inhuman a sus muertos confiados en que la Pacha Mama los recibirá
en su seno generoso, para devolverlos al mundo las ocasiones en que las almas tengan
necesidad de cubrirse con su antigua envoltura” (Paredes, Rigoberto, 1995:389).
La sombra, es la semilla. El Aymara tiene tres almas. Por eso cuando fallece tiene
que retornar una parte como semilla, otra como vigilante otra como energía. Como
alma, ánima y espíritu. Desde meses antes al dos de noviembre se preparan los
dolientes para celebrar dignamente su fiesta fúnebre. Acopian víveres, se proveen de
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licores y mandan a trabajar panecillos de maíz y trigo, que tienen figuras de aves,
animales y niños, dando preferencia a todo aquello que era del agrado del finado.
El segundo año, la fiesta es menos solemne y el tercero débil y poco entusiasta.
Terminados los tres años quedan satisfechos los celebrantes, descansando con la
conciencia tranquila de haber cumplido, sin omitir ningún sacrificio, las obligaciones
que tenían con su difunto. Después de tres años de haber acaecido el deseso; lo
que origina que durante este tiempo se le rinda cuantos homenajes fúnebres se
puedan. Pasados los cuales suponen que aún puede desprenderse del cuerpo donde
se encuentra morando, mientras éste duerme y venir a entrevistarse en sueños con
los que dejó en el mundo, darles consejos descubrirles secretos, para que cuando
despierten se acuerden de sus sueños premonitores y se guíen por ellos (Cfr. Paredes,
Rigoberto, 1995: 398–404).
La custodia del “espíritu, tras el fallecimiento de un familiar, es para entretener y
apaciguar el nagi del difunto; hunka, el parentesco; el rito de pubertad de las jóvenes,
y el lanzamiento de la pelota. La Búsqueda de la Visión (hanbleceya) es quizá el rito
principal, ʻcentralʼ; Héhaka Sapa dice que Caballo Loco lo practicó toda la vida, al
igual que Toro Sentado” (Dubant, Bernard, 1992:51).
En cuanto a las almas en la agrícultura andina puede observarse en:
Los días en que se ejecutan las cosechas son de regocijo y alegría para los agricultores.
Concurren al lugar, llevando consigo, chicha y coca. Al pricipio de la faena piden a
la Pacha– Mama que la cosecha sea buena y abundante. Derraman algunas gotas de
aguardiente y tiran al suelo algunos pedazos de coca mascada y dan comienzo a su labor
(…) Tal ceremonia se realiza con el fin de no auyentar el alma de los frutos, que se debe
continuar vivificando ese terreno para que al año próximo se manifieste más prodigo en
sus dones (Paredes, Rigoberto, 1995:165).
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V
ivimos una turbulencia mundial, la parte euroamericana empieza a
repreguntarse el rumbo y se ensimisma dando lugar a que otros países y
culturas que retomen el juego tratando de ocupar los espacios que dejan.
El valuarte más grande con que se ha presentado el euroamericano: la razón, el
universalismo.
Ya surgieron posiciones teóricas dentro del mismo occidente que afirman que no
hay universalismo, sino pluriversos, la misma universidad se siente empujada hacia
la pluriversidad. Son tiempos sombríos y de oportunidad para los que aplastados
por la imposición del colonialismo, ahora resurjan.
Aquí te presentamos una vía nueva y ancestral a la vez, primigenia, es el
camino de los primeros y actuales americanos originarios, no quiere reñir como el
pensamiento occidental que donde quiera ve al mundo en dos, o se es como ellos
o si se es diferente en automático es su enemigo, en su mundo bipolar, o se es
universalista que no es más que la forma enmascarada de como ellos se proyectan o
no se es nadie, según ellos.
Aquí no perseguimos continuar con el evolucionismo conflictivo, aquí se quiere
la ayuda, la cooperación y el cuidado permanente de nuestras relaciones humanas,
con la naturaleza y con todas las formas del infinito conocidas y desconocidas. Por
lo tanto, es necesario romper las cadenas del dualismo conflictivo.
El pensamiento, teosofía y modo de vivir de los pueblos de la América originaria
nos da otro rumbo para nuestras vidas, otro conocimiento, entendimiento y práctica
que hace viable seguir habitando en la Madre Tierra, por miles de años más.
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