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La actitud del terapeuta juega un papel importante en la psicoterapia infantil. Ser asertivo, empático, buen oyente, observador y flexible ayuda a establecer una relación de confianza con el niño y sus padres. El terapeuta debe dar al niño libertad para jugar solo o incorporarlo en su juego, y ser paciente si el niño se muestra hostil o no cooperativo al inicio de la terapia.
La actitud del terapeuta juega un papel importante en la psicoterapia infantil. Ser asertivo, empático, buen oyente, observador y flexible ayuda a establecer una relación de confianza con el niño y sus padres. El terapeuta debe dar al niño libertad para jugar solo o incorporarlo en su juego, y ser paciente si el niño se muestra hostil o no cooperativo al inicio de la terapia.
La actitud del terapeuta juega un papel importante en la psicoterapia infantil. Ser asertivo, empático, buen oyente, observador y flexible ayuda a establecer una relación de confianza con el niño y sus padres. El terapeuta debe dar al niño libertad para jugar solo o incorporarlo en su juego, y ser paciente si el niño se muestra hostil o no cooperativo al inicio de la terapia.
Ensayo: Actitud del terapeuta en psicoterapia infantil
Cuando hablamos de terapia infantil podemos abarcar varios temas, entre los principales están las técnicas que se utilizan a la hora de hacer una intervención con el niño o la niña, si bien a pesar de que es una población delimitada, existen diversos problemas, factores y situaciones por las que un infante llega a consulta, y así mismo, es importante tomar en cuenta que casi nunca llegará solo, la mayoría de las veces llegará al consultorio acompañado de un adulto, sean sus padres o tutores, que para esto, serán con los que se tendrá el primer contacto para que así, se abra un espacio donde se pueda exponer el motivo de consulta.
La conducta del psicólogo juega un papel importante en la terapia infantil, desde
hacer el rapport con los padres o tutores del infante, hasta “ganarse" la confianza del niño, pero ¿qué habilidades y aptitudes favorecen la relación con el paciente? Se pueden mencionar algunos puntos importantes tales como:
Ser asertivo: esta capacidad permite expresar opiniones, sentimientos,
ideas, de la mejor manera, apegándonos al contexto de la conversación y sin que este diálogo afecte a terceros, es decir, comunicarse de manera correcta.
Empatía: Ser empático no sólo implica comprender lo que siente o piensa el
paciente, sino también la validación de dichos sentimientos y pensamientos que lo están afectando de cierta forma, al validarlo se puede trabajar de manera óptima en su proceso terapéutico.
Escucha activa: Es fundamental e imprescindible saber escuchar, prestar
atención al relato del niño o la niña, sin hacer juicios ni divagar en lo que posiblemente esté padeciendo, si esto ocurre, puede que exista un sesgo en nuestra intervención. Observación: La capacidad de ser observador es otra característica importante en el psicólogo, en cualquier población con la que se trabaje, sin embargo, con los niños/as, se ponen en práctica ciertas técnicas como el juego, el dibujo, el cuento, etc. que requieren de observación total, ¿por qué hace lo que hace? ¿por qué dice lo que dice? ¿qué conductas tiene al realizar estas actividades? Son preguntas que debemos considerar a la hora de observar su desarrollo en terapia.
Flexibilidad: esta es la capacidad de aceptar distintas situaciones creadas
en el contexto de la intervención, pero también con saber responder de manera creativa y novedosa ante los problemas que puedan surgir.
Al tomar en cuenta estas habilidades, también se consideran algunos aspectos
que pueden suceder dentro de terapia con algunos pacientes, por ejemplo, es importante que, al estar presente con el niño o la niña al momento de la técnica del juego, él o ella son quienes tienen la libertad de jugar solo o con el terapeuta, para esto, el terapeuta debe crear un espacio donde se genere la creatividad del infante, y si el niño desea incorporar a su juego al psicólogo, éste debe ser flexible para poder llevar a cabo esta actividad. Asimismo, suele ocurrir que lleguen pacientes con una actitud negativa o poco cooperativa, es decir, si se comporta de manera hostil en terapia y/o se niega a hablar, el terapeuta le debe dar a entender que él está ahí con un fin, y si no está listo para comenzar, se tomará el tiempo necesario para que él solo pueda dar inicio a una conversación. Para esto, también juegan un papel fundamental los padres por ser la red de apoyo (en algunos casos) de los niños y las niñas, sin embargo, en el caso de que éstos no colaboren con el proceso terapéutico o en el contexto en el que se desenvuelve el infante, se consideran las únicas herramientas con las que se pueden trabajar al momento con el paciente, es decir, que le vamos a dar herramientas de afrontamiento para poder manejar sus emociones, pensamientos, conductas etc, ante la realidad que esté presentando.