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Monición de entrada

Buenas noches, hermanos y hermanas, sean todos y todas bienvenidos a nuestra eucaristía de este viernes de la
octava de pascua. Durante toda esta semana hemos estado celebrando este tiempo que es una continuidad del
domingo de resurrección.
En las lecturas de hoy veremos que, Pedro y Juan fueron traídos ante el Sanedrín. Esto ocurrió después que el
lisiado de nacimiento había sido sanado a la entrada del templo y Pedro había predicado su segundo sermón.

En el evangelio, San Juan a través de su relato, nos fijara la mirada en estos “pescadores de hombres” que
intentarán pescar toda la noche sin atrapar nada. Más allá de su lógica, obedecen a un extraño que
manda hacer algo que contrasta con su experiencia. Así lo hicieron aquellos pescadores.
Al igual que los discípulos, acojamos a Jesús que es la Palabra, que nos invita a convertirnos a ella.
Con el canto nos preparamos a recibir a nuestro celebrante y sus acompañantes.

Monición primera lectura (Hechos 4, 1-12)

En esta primera lectura, escucharemos como los sumo sacerdotes y jefes del pueblo, cuestionan a Pedro
y a Juan, sobre la curación del lisiado y le preguntan con que poder o a nombre de quien lo han hecho.
Escuchemos.

Monición del Evangelio (San Juan 21, 1-14)


En el evangelio de hoy se nos narra el tercer encuentro de Jesús con sus discípulos luego de su
resurrección, en el cual les hace esta pregunta: Muchachos, ¿tenéis pescado?» El resultado: se
encuentran con el mar de alegría y con el alimento que reconforta.
De pie y después del canto, escuchemos la proclamación del santo evangelio.

Oraciones de los fieles.

1. Por el Papa, los obispos, los sacerdotes y todos los que predican el Evangelio, para que no
decaigan en su misión, y quienes los escuchen acojan el mensaje y den una respuesta de fe
sincera. Oremos.

2. Por todos los que tienen autoridad en el gobierno y en el comercio, para que basen sus
decisiones en el discernimiento del bien común. Oremos.

3. Por nuestra comunidad parroquial, para que dé siempre testimonio de Cristo resucitado en todas
partes. Oremos.

4. Por nosotros, para que al reconocer a Jesús al partir el pan, también lo reconozcamos en las
vidas quebrantadas de los más necesitados. Oremos.

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