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VIAL
CLASE Nº: 2
Autor: Lic. Gustavo Eduardo Hollmann
INDICE
Introducción 3
Clasificación de rastros
Rastros transitorios 4
Huellas de neumáticos 5
Tipo de huellas
Huella de rodadura o impronta 5
Huellas de frenado 5
Huellas de aceleración 9
Huellas de derrape 9
Huellas intermitentes 12
Punto de impacto
Punto de impacto sobre los vehículos 12
Punto de impacto sobre la calzada 13
Rastros Permanentes 16
Conclusión 31
Bibliografía 32
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INTRODUCCIÓN
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CLASIFICACIÓN DE RASTROS
a) Rastros transitorios: Son todos aquellos rastros que solo están a la vista
durante un tiempo determinado. Ese tiempo depende, fundamentalmente,
de la rapidez con la que se aísle la zona del siniestro y de las condiciones
atmosféricas.
Básicamente, este grupo está constituido por todo tipo de deposición de
material sobre el suelo que pueda ser realizada por el vehículo antes,
durante o después de la colisión. Se puede tratar de huellas de neumáticos,
deposición de tierra, fragmentos de cristales, plásticos, fluidos, etc. Todos
estos rastros tienen la particularidad que pueden ser barridos por el tránsito,
o lavados con la lluvia. Por esta razón, los rastros de esta naturaleza deben
ser los primeros en ser relevados, conjuntamente con las posiciones finales
de los rodados.
RASTROS TRANSITORIOS
En el lugar del hacho, el encargado del relevo puede encontrarse con una amplia
variedad de rastros de este tipo. La importancia de saber identificarlos radica en
que, en función de su ubicación se deberá determinar que zona del camino deberá
ser aislada al tránsito para evitar la perdida de las pruebas debido al barrido del
tránsito. Siempre se debe tener en cuenta que es muy raro que todos los rastros
se encuentren en el lugar donde quedan los vehículos luego de la colisión, sino
que, por lo general, este tipo de rastros están en las inmediaciones de las
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posiciones finales de los vehículos, razón por la cual, de nada sirve vallar
únicamente los vehículos, ya que el resto de las pruebas se perderían.
Huellas de neumáticos
Las huellas que los neumáticos dejan sobre la calzada o demás superficies se
deben a un incremento de la temperatura en la zona de contacto neumático-piso.
Dicho incremento en la temperatura provoca la fusión del caucho, ablandando los
compuestos del neumático facilitando el desprendimiento de partículas sobre
superficie adyacente.
Los tipos de huellas que puede imprimir un neumático sobre la vía son diversos,
ya que varían según:
Tipo de Huellas
Son las que producen los vehículos equipados con sistema de frenos
convencionales, en los cuales, al presionar demasiado el pedal de frenos las
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ruedas se bloquean completamente. Al bloquearse las ruedas, el neumático se
desliza una determinada distancia con la misma zona de contacto. Este fenómeno
provoca el recalentamiento progresivo de la zona de contacto produciendo la
degradación del material, el cual queda depositado sobre la vía cuando se trata de
una superficie de igual o mayor dureza que la de la banda de rodamiento del
neumático.
Las huellas que son puramente de frenado son relativamente rectas, salvo que
durante el frenado actúe una fuerza exterior que provoque un cambio en la
trayectoria del vehículo. En tal caso se debe evaluar si no se trata de una huella
de derrape con frenado.
Este tipo de huellas se caracterizan por iniciarse de manera irregular, tenue, con
un color claro y a medida que la huella se extiende va tomando un color más
oscuro y los contornos y canales longitudinales del neumático quedan bien
definidos.
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más ancha que la banda de rodadura depende de la carga vertical que actúe en la
rueda y de la presión de inflado del neumático.
Este tipo de huellas no está tan definido como las anteriores, por lo general es de
un color mas claro, y pueden ser curvas, ya que el vehículo puede maniobrar
mientras frena sin el riesgo del bloqueo permanente de los neumáticos y la
posterior perdida del control de la dirección.
Hay que tener en cuenta que no todos los vehículos dotados del sistema ABS
dejan huellas de frenado. Esto es importante para no cometer errores y determinar
que el vehículo no frenó porque no existen huellas en la calzada.
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Huellas de frenado con neumáticos con presión de inflado deficiente:
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Esta situación de sobre-presión en el neumático provoca que la hulla de frenado
tome un tono más oscuro en la zona central y que los bordes externos estén
menos definidos.
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convencional. Los vehículos con sistema de frenos ABS presentan
aspereza en la totalidad de perímetro del neumático.
Huellas de derrape: Cuando actúa sobre el vehículo una fuerza exterior que lo
obligue a cambiar de trayectoria, se genera una Fuerza Centrífuga. Si la magnitud
de esa fuerza supera el límite de adherencia transversal del neumático, se
produce un deslizamiento lateral del vehículo, y puede generarse una huella.
Cuando se produce el derrape, el vehículo puede estar acelerando, frenando, o sin
realizar ninguna de estas dos maniobras (rodadura libre). El ancho de este tipo de
huellas puede ser variable, en función de la inclinación del eje longitudinal del
vehículo con respecto a la dirección de avance, es decir, si el vehículo está
iniciando la perdida de control, o si el trompo se encuentra ya en una fase
avanzada. Las huellas que se encuentran en el lado externo de la curva suelen ser
más oscuras que las internas, esto se debe a que por el rolido que sufre el
vehículo, son las ruedas externas las que soportan la mayor carga en una
trayectoria curva.
Pueden aparecer estriaciones que pueden dar indicio sobre si el vehículo estaba
acelerando, frenando, o no hacía ninguna de las dos cosas, cuando se producen
las huellas sobre la vía.
Es posible que una huella correspondiente a un mismo neumático se inicie como
huella de frenada y se transforme en huella de derrape.
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del conductor y del sentido de avance.
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Fig. 9. Huella que se inicia con frenado y termina en derrape.
La huella de derrape pude también evidenciar un giro del vehículo sobre su eje,
que de ser completo, hará que nos encontremos con cruces entre las huellas de
las diferentes ruedas.
PUNTO DE IMPACTO
Cuando hablamos de punto de impacto hay que tener bien claro a que nos
referimos, ya que no es lo mismo el punto de impacto en los vehículos (en su
carrocería), que el punto de impacto de los vehículos sobre la calzada.
También hay que tener en cuenta que cuando nos referimos al punto de impacto,
estamos haciendo referencia, en realidad, a la zona de impacto, ya que determinar
un punto, de impacto primario sería imposible.
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Fig. 11. Punto de impacto sobre los rodados.
Además, pueden quedar restos de pintura, raspaduras, y demás marcas que dan
indicio de la dirección y el sentido de la colisión. Es muy importante poder
determinar si se trata de daños que corresponden al suceso investigado o si
corresponden a algún otro hecho anterior.
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es colisionado por otro de menor peso, el quiebre de huella puede no ser angular,
pudiendo adoptar la huella una determinada curvatura que la disminución de su
radio será progresiva desde el punto de colisión hasta el fin de la desviación.
Este fenómeno no siempre se presenta, sino que ocurre cuando uno de los
vehículos se desplaza con los neumáticos bloqueados y colisiona con otro rodado,
y éste último ejerce una presión sobre el primero, o sea, se monta, ejerciendo una
sobrecarga en los neumáticos, la cual se ve reflejada en las huellas del mismo.
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El ensanchamiento puede estar ubicado en cualquier sección de la huella. Su
ubicación dependerá del instante en que se colisione con el otro objeto en relación
al instante en que se accionaron los frenos.
Cualquier vehículo, por mas nuevo que sea o lavado que esté, si rodó previamente
por la calzada u otro tipo de terreno, poseerá depósitos de tierra o barro en sus
guardabarros, elementos del mecanismo de dirección, suspensión, etc. Al
producirse la colisión, dichos depósitos se desprenden y quedan sobre la calzada,
indicando la ubicación de la zona de impacto. Es de vital importancia para la
conservación de este indicio la rápida intervención y los factores climáticos, ya que
la lluvia lavaría la calzada.
Muchas veces, estos rastro quedan debajo de los rodados. Para evitar pasarlo por
alto, siempre se debe observar detenidamente debajo de los rodados, y si existen
dudas, marcar en la calzada la posición del vehículo y posteriormente removerlo
para podes observar la calzada detenidamente.
Depósito de fluidos:
Hay ocasiones en las que los fluidos del vehículo (aceite, agua, refrigerante, etc.)
se derraman en la zona de impacto debido a que se rompen o fisuran los
recipientes que los contienen. Cuando se presenta este caso, hay que observar y
analizar muy bien la zona, porque los rodado pudieron haber sido removidos, y el
derrame se da en otro lugar, el cual no es la zona de impacto. Otra situación que
puede presentarse es que el derrame sea retardado. Siempre hay que observar la
superficie de la calzada para determinar si el vehículo no ha sido removido, lo cual
queda indicado por el derrame del líquido, porque si existía derrame y el rodado
fue removido durante el mismo, la trayectoria del vehículo quedará indicada en la
calzada.
Cuando la sobrecarga que ejerce un rodado sobre el otro es muy grande, puede
que queden impresos sobre la calzada los roces de elementos metálicos que
constituyen la suspensión, bastidor, carter de motor o el chapón cubre carter. Este
tipo de rastros tiene un aspecto tal que parece como si se hubiese rastrillado la
calzada, ya que las partes metálicas de los vehículos desgarran el material de
calzada.
Si en el incidente en investigación se presenta un caso de vuelco hay que estar
atento y no confundir los roces de la zona de impacto con los de la carrocería. Los
roces de la zona de impacto presentan características similares a un arañazo de
gato, por esta razón se los denomina roce de carrocería o arañazos.
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Fig. 14. Marcas en la calzada producidas por la carrocería
como consecuencia del vuelco.
RASTROS PERMANENTES
Los rastros permanentes son todos aquellos rastros que no sufren ningún tipo de
modificación en un tiempo (considerando períodos no muy extendidos), salvo que
el hombre los modifique.
Como se enunció anteriormente, estos rastros pueden ser arañazos en la calzada,
daños a inmuebles, daños sobre los rodados, etc. También, dentro de este grupo
se introduce las características del lugar del hecho (ancho de la vía, ochavas, tipo
de calzada, aceras, etc).
La virtud que tienen este tipo de rastros es que no es necesario realizar su relevo
de inmediato, sino que, por lo general, se pueden relevar posteriormente y ampliar
o detallar el relevo de ser necesario.
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RELEVAMIENTO EN EL LUGAR DEL HECHO
Debido a que todos los hechos viales son distintos, ya que, si bien pueden ser
similares, nunca se repiten exactamente todas las circunstancias que se dan en
los instantes previos, durante y después del incidente.
Por esta razón, a la hora de realizar un relevamiento, no se puede establecer un
procedimiento determinado en el cual se determine que es lo que se debe hacer y
en que orden, ya que, de existir tal procedimiento, quien realice el relevo se
encontrará muchas veces con que no podría aplicar los pasos del mismo.
Los escenarios y circunstancias viales y atmosféricas inciden directamente sobre
las decisiones que debe tomar el encargado del relevo.
El único paso que se coloca siempre en primer lugar en orden de prioridades a la
hora de trabajar en la vía pública es la protección de las pruebas y del personal
que se encuentre trabajando en la zona. Una vez protegido el lugar y los
trabajadores, el hecho de que primero se mida una huella o se releven los daños
en los vehículos no afecta el resultado final del procedimiento.
Vallado del lugar del hecho: A los efectos de lograr una adecuada continuidad
de la circulación del tránsito durante todo el tiempo en el cual la función normal de
una calzada es modificada o suspendida, debe efectuarse una adecuada
planificación para el control temporario del tránsito en la zona en la cual ello
ocurre.
La zona en la cual la función normal de la calzada esta suspendida, se denomina
zona de trabajo y es aquella porción de calzada cerrada al tránsito y destinada al
movimiento de los obreros, equipos y materiales.
Cuando exista más de una zona de trabajo en el mismo camino, separadas por
una distancia tal que no permitan ser tratadas como una única zona de trabajo,
cada una de ellas deberá ser adecuadamente señalizada.
La realización de un adecuado control temporario del tránsito facilita la seguridad y
eficiencia de la circulación vial, sin tener en cuenta el momento en el cual se
realizan las tareas de construcción, mantenimiento o en el que haya ocurrido algún
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incidente o accidente en la calzada de la vía.
Por otra parte ese mismo adecuado control debe tener en cuenta la seguridad de
los trabajadores, como así también la de los peatones y usuarios de la vía, y al
mismo tiempo asegurar una eficiente terminación de cualquiera de las tareas que
hayan dado origen a la suspensión del uso normal de la calzada.
El perímetro que determine la zona que debe ser aislada al tránsito y la
señalización que deberá ser colocada en la vía depende básicamente de los
siguientes factores:
La mayoría de las zonas de control temporario del tránsito pueden ser divididas en
cuatro áreas: el área de prevención anticipada, el área de transición, el área de
actividad y el área terminal.
Al llegar a esta zona los conductores son informados acerca de lo que ellos van a
encontrar más adelante. El señalamiento anticipatorio puede variar desde una
única señal de prevención o luces destellantes o intermitentes colocadas sobre un
vehículo, a una serie de señales emplazadas con anticipación al área de
transición.
En toda autopista la primera señal de prevención anticipatoria, de la serie que se
utilice, deberá estar colocada, como mínimo, a una distancia de MIL QUINIENTOS
METROS (1500 m) del área de transición. Todo personal que realice tareas en el
camino deberá estar vestido con indumentaria de color claro, con logotipo o
elementos reflectantes en pecho y espalda. Asimismo deberá usar casco de
seguridad con una franja roja en la parte posterior y una blanca en el frente. Si la
actividad no supone riesgo específico de accidente, el casco podrá ser
reemplazado por una gorra de color claro.
Area de transición:
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Las áreas de transición normalmente involucran el uso estratégico de los
abocinamientos.
Todas las personas que se encuentren en la zona de obra y que no integren el
plantel de personal obrero, deberán vestir chaleco reflectivo.
Area de actividad:
Espacio de trabajo:
Espacio de amortiguación:
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antelación a la zona de trabajo, únicamente el espacio ubicado corriente arriba de
ese vehículo, es considerado como espacio de amortiguación.
Área terminal,
Espacio para el permite al tránsito
tránsito, permite a retomar su
los vehículos pasar trayectoria normal
30 m
abocinamiento
corriente abajo
Espacio de trabajo
establecido para
trabajadores, equipos,
y almacenamiento de
materiales. Área de actividades
es donde se llevan a
Espacio de cabo las tareas
amortiguación
lateral
Espacio de
amortiguación, provee
protección para el
tránsito y obreros
Área de transición,
moviliza el tránsito
fuera de su
trayectoria normal
Área de prevención
anticipada, se informa
a los conductores lo
que van a encontrar
más adelante
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Longitud del espacio de amortiguación:
VELOCIDAD LONGITUD
Km/h metros
40 17
50 29
60 43
70 61
80 83
90 107
100 136
110 168
120 205
130 245
Abocinamiento de la calzada:
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observando el comportamiento de los conductores, después de que el control
transitorio del tránsito haya dado comienzo.
Hay que tener en cuenta que, cuando por razones de infraestructura vial, magnitud
de los daños y dispersión de los rastros sobre la zona de camino, etc, de ser
necesario se deberá cortar el transito vehicular durante el periodo necesario para
que se efectúen los estudios necesarios sin poner en riesgo a los usuarios de la
vía ni al personal que se encuentre trabajando en la investigación.
Relevamiento de rastros: Una vez asegurada la zona del lugar del incidente, y
bajo la supervisión de una persona idónea, se está en condiciones de comenzar
con el relevo de rastros.
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Por lo expuesto anteriormente en la sección de clasificación de rastros, si bien no
existe un procedimiento estricto que determine qué deberá ser relavo primero, por
una cuestión de permanencia del rastro, se aconseja siempre relevar primero
todos los rastros transitorios.
Esto se debe a que la permanencia de los mismos en la zona del incidente no es
permanente, o sea que, ante la presencia de tránsito vehicular, lluvia, etc, los
rastros podrían llegar a perderse.
Para poder ubicar un rastro en el croquis, lo que se debe hacer es lo siguiente:
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Fig. 16. Cotas a tomar para la posterior ubicación
en el plano de las huellas de frenado.
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El procedimiento para el relevo de huellas de aceleración es el mismo que el
empleado para las huellas de frenado ya que las características de ambas huellas
son prácticamente iguales. Lo que es fundamental es determinar el sentido de
marcha del rodado que produjo dichas huellas para poder determinar si se trata de
aceleración o frenado.
En caso de existir varias huellas en el lugar del hecho se deberán medir todas y a
su vez se debe especificar a que rodado pertenece, y de ser posible establecer
también con que rueda la produjo.
El acompañar un plano con varias vistas fotográficas es muy útil para el posterior
estudio del siniestro. Las fotos, a través del empleo de las técnicas de
fotogrametría, permiten establecer mediciones a posteriori.
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Ubicación de los rodados, personas y demás objetos:
Muchas veces, la necesidad de liberar la vía al tránsito lleva a que los vehículos
involucrados en el incidente sean removidos lo antes posible. También puede
darse que algún tipo de rastro quede debajo de los rodados, y que para poder
analizarlo sea necesario remover el vehículo.
Ante estas situaciones lo que se debe hacer es, previamente a remover los
vehículos o cualquier objeto, tomar tantas fotografías como sean necesarias y
demarcar sobre el suelo el perímetro del objeto a remover. De esta manera se
cuenta con la posibilidad de ver lo que estaba debajo del rodado y a su vez saber
cual era la ubicación del mismo respecto a los rastros que no estaban a la vista
anteriormente.
Cuando se trate de personas o animales, el procedimiento es el mismo.
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La virtud que tiene este tipo de rastros es que prácticamente no cambia con el
tiempo, al menos que el hombre lo modifique. Por esta razón, el investigador
cuenta con un tiempo mayor para poder realizar un relevo adecuado
posteriormente al momento del incidente vial.
Se debe tener la precaución de que, si bien prácticamente no varía la geometría
del lugar del hecho, si puede cambiar la señalización, la presencia de objetos fijos
o móviles, etc. Es por ello que estos datos si o si deberán ser relevados en la
primer instancia de la investigación vial.
2
L2
R h
2
R2
4
L2
R2 R 2 2 Rh h 2
4
L2
2 R
R 2 2 Rh h2
4
L2 h2 L2 h 2
R
4 2 h 2h 8 h 2h
L2 h 2
Fig. 20. Determinación de la R
cuerda y flecha de una curva. 8 h 2h
Por lo tanto, en el lugar del hecho se deberá realizar las mediciones que se
ejemplifican en la Figura 21, en la cual se trata de una curva de radio único.
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Fig. 21. Esquema de medición en el lugar del hecho
para el posterior cálculo del radio de la curva.
Hay que tener en cuenta que el ángulo que se forma entre la línea que define la
cuerda y la que define la flecha debe ser de 90 º.
Cálculo de pendientes:
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de vehículo, neumáticos, etc, se determinarán los distintos coeficientes de
adherencia para los cálculos de velocidad, distancias de frenado, etc.
Lo que se debe establecer es lo siguiente:
Acompañar todos los datos anteriores con algunas fotografías que ilustren
lo mejor posible el estado de la superficie.
Daño por colisión con o contra cuerpo duro: Son aquellos daños
ocasionados por colisión con otro cuerpo de igual o mayor dureza que el
elemento que se está inspeccionando. La particularidad que tienen es que
copian el perfil del objeto que lo provocó. Los pliegues de chapa forman
ángulos y se generan desprendimientos de pintura.
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Daño por colisión con o contra cuerpo blando: Este tipo de daños es
ocasionado por cuerpos que son más blandos que el objeto que se está
inspeccionando. La particularidad que tienen es que por lo general no
ocasionan pliegues de chapa, sino que la abollan, y es muy raro que se
produzcan desprendimientos de pintura.
En el caso de atropellos, muchas veces se puede observar la remoción de
suciedad en la chapa del rodado e incluso, dependiendo de la magnitud de
la colisión, se puede llegar a ver en la pintura las marcas que deja la textura
de la vestimenta del atropellado. También es común hallar restos de
cabello, tejidos humanos, etc.
Toma de fotografías: Para que las fotografías tomadas en el lugar del hecho le
sirvan al investigador como apoyo al relevamiento, las mismas deben ser tomadas
de forma tal que ilustren puntualmente cada uno de los puntos que se han visto
anteriormente.
No hay un número mínimo ni máximo de fotografías, pero de nada sirve contar con
gran cantidad de ellas si ninguna muestra nada de utilidad para el investigador.
Siempre se deben tomar cuatro vistas panorámicas, en las cuales se incluyan
todos los elementos involucrados en el incidente.
Las huellas deben ser identificadas mediante números de referencia, los cuales
deben aparecer en la fotografía, y el encargado del relevamiento deberá tener
detallado en una hoja a que vehículo corresponde cada huella, su longitud y
clasificación. De este modo se evita la confusión y la errónea adjudicación de
huellas a los vehículos.
Las fotos que pretendan ilustrar los daños de los rodados deberán tener las
siguientes características:
Se debe tomar una foto que abarque todo el frente, otra para la parte
posterior del rodado y una para cada lateral.
Hay que tener cuidado que la luz o el flash no saturen la imagen debido a la
reflexión en la chapa del vehículo.
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CONCLUSIÓN
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BIBLIOGRAFÍA
Juan josé Alva Lopez, Jesús Monclús González, Alberto Iglesia Pulla, “
Accidentes de tráfico: Manual básico de investigación y reconstrucción”.
Grupo de seguridad vial y accidentes de tráfico. Universidad de Zaragoza.
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