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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN DE AREQUIPA

FACULTAD DE INGENIERÍA DE PROCESOS


Programa de Estudio de Ingeniería de Materiales

Repercusiones de las clases virtuales en los estudiantes


universitarios en el contexto por COVID- 19: El caso de la
UNSA

APELLIDOS Y NOMBRES:

 Torres Zuñiga Nikolee Lizeth

ASIGNATURA: Ética General y Profesional

DOCENTE: Chávez Mazeyra Lourdes

GRUPO: “B”

AREQUIPA-PERÚ

SEMESTRE-2021 A
Repercusiones de las clases virtuales en los estudiantes
universitarios en el contexto por COVID- 19: El caso de la
UNSA

Introducción

Desde sus inicios, la humanidad ha tenido que pasar por cambios abruptos y repentinos que han
sido causa del replanteamiento de sus modelos de vida. El contexto actual, marcado por la
existencia de una nueva pandemia mundial, ha alterado en muchas formas la vida cotidiana de
los peruanos del siglo XXI. Uno de los sectores más ampliamente afectados es, sin duda, la
educación universitaria. Así, la pandemia de la COVID-19 forzó a los centros de educación
superior a postergar las clases dictadas presencialmente y a reemplazarlas por semestres
netamente virtuales (La República 2020, párr. 1). Una coyuntura como esta parece evidenciar lo
mencionado por Chiecher, Donolo y Rinaudo (2005, p. 3) cuando resaltan la importancia de
entrenar a los estudiantes universitarios en nuevas modalidades educativas, en especial en el uso
de la tecnología. Mucho se ha escrito sobre la creciente educación virtual y sus ventajas en la
educación superior. Sin embargo, la mayoría de las universidades peruanas no estaban
preparadas para afrontar los desafíos de una educación no presencial. En especial cuando ella
fue fruto de una adaptación forzosa. Ella no solo nos recuerda las deficiencias del sistema de
educación superior, sino que también es oportuna para reformularnos la calidad de la salud
mental en el contexto universitario y las nuevas complicaciones que la coyuntura actual acarrea
para esta.

Son muchos los autores que han estudiado y propuesto diversas medidas para obtener una buena
experiencia en aulas virtuales. Autores como Área y Adell (2009, p. 8) se centran, en especial,
en la comunicación e interacción entre los agentes involucrados en el e-learning, pues en esta se
encuentra el éxito de la educación netamente virtual. Los autores señalan que las problemáticas
actuales del e-learning giran en torno a la calidad de la educación impartida de forma virtual.
Por su parte, Lara (2001) enfatiza el carácter diverso de las estrategias didácticas en un entorno
virtual y clasifica los recursos en sincrónicos y asincrónicos. Además, propone que se deben
utilizar lo mejor de ambos recursos para obtener una mayor productividad en la educación no
presencial. Chumpitaz (2002, p. 84) estudia tanto al docente como al alumno virtual y ofrece
interesantes alcances sobre las funciones y características de cada uno de estos para una
experiencia virtual fructífera. Sin embargo, a diferencia de los autores antes citados, es
Gagliardi (2020, p. 4) quien se cuestiona sobre algunos de los problemas que los estudiantes
podrían presentar en un aula virtual. Los factores como la disponibilidad de recursos
tecnológicos y la calidad de estos son recogidos por la autora como conceptos que se tienen que
tomar en cuenta para el buen desenvolvimiento de los estudiantes en el nuevo reto de una
virtualización de las aulas inesperada y difícil.

Educación no presencial y educación virtual

La educación no presencial, cuya cualidad principal es la carencia del factor de temporalidad, no


es una novedad en el mundo. Los inicios de la misma se remontan años atrás a la aparición de
educación por correspondencia, radio y televisión. La educación a distancia, naturalmente, es
más susceptible a incorporar tecnologías que su predecesora, la educación presencial (Ruiz y
Domínguez, 2007).

La educación presencial se caracteriza por ubicar al estudiante y al docente en el mismo espacio


temporal y físico (Cursi, 2003). A diferencia de la educación tradicional, en la que el profesor es
la principal fuente de información, en la educación a distancia el estudiante se con- vierte en el
adquisidor activo del conocimiento, mientras que el profesor adquiere un papel de orientador.

La educación virtual es la más reciente modalidad de educación no presencial vinculada a la


utilización de tecnologías de la información y la comunicación para la creación de la enseñanza
aprendizaje. Suele ser percibida como un sistema de aprendizaje innovador, basado en la red
online, que ha roto con las brechas de tiempo y de espacio que suponen la educación presencial
(Garrison y Anderson, citado por Azuaje, 2012, Llopiz, Andreu, Gónzalez, Alberca, Fuster-
Guillén y Palacios-Garay, 2020). Suponiendo el cumplimiento de lo expresado por los autores,
la educación virtual contribuye a los propuesto por Thomas y Loxley (2007) cuando expresan
que una educación de carácter inclusivo implica la democratización de la educación. Sin
embargo, el contexto de postergación de clases presenciales obligó a las instituciones de
educación superior a implementar la educación virtual de una manera apresurada. Aunque
algunos universitarios se han visto beneficiados con el acortamiento de las brechas mencionadas
por los auto- res, son muchos los afectados por otro tipo de brechas, de naturaleza social y
digital. Chaves (2017) dice que, en la denominada sociedad del conocimiento, la educación
tradicional todavía presenta deficiencias en lo referente a la implementación de TIC y al alcance
y calidad de los mismos. Postulados como el anterior son precisos en tiempos de pandemia,
donde dichas deficiencias se acentúan.

Rol del estudiante y del profesor en una educación virtual

Si bien la evaluación de que la sociedad propició el inicio de las clases virtuales, la pandemia de
la COVID-19 ha obligado tanto a los profesores como a los estudiantes a adaptarse a una
educación 100% virtualizada. Ello, a su vez, supone un cambio en las estrategias de aprendizaje
y enseñanza de estos, además de una redefinición de sus roles.

En el caso de los profesores, diversos autores ya han identificado, e incluso utilizado, un


nuevo vocabulario que reemplaza la palabra “profesor” por “tutor” para definir al docente en
aulas virtuales (Chaupart, Corredor y Marín, 1998, Silva, 2010). El término implica una trans-
formación en la metodología y rol que tradicionalmente desempeñan los profesores. En este
cambio, el profesor deja de ser la principal o única fuente de información confiable, pues los
estudiantes tienen en la actualidad infinidad de fuentes de esta, para ser un orientador del
estudiante, quien construye sus conocimientos en conjunto con este (Silva, 2010, Bolívar y
Dávila, 2016). Ello implica, como estamos de acuerdo, un adecuado conocimiento y manejo de
las TIC y demás instrumentos tecnológicos para una buena orientación de los estudiantes (Coll,
2008, Gros y Silva, 2005). Alonso y Blázquez (2016) resumen las funciones del docente virtual
en función docente, elaborando materiales didácticos, función de orientación, desempeñando
estrategias basadas en la empatía y comprensión que faciliten el aprendizaje, y función técnica,
conociendo los conceptos básicos para la utilización de TIC.

Tomando en cuenta el contexto actual que por sí mismo afecta la salud mental de las
personas, es importante que el docente enseñe teniendo en cuenta la función de orientación
mencionada por los autores, con empatía y entusiasmo a los universitarios. Ello, pues, ahora
más que nunca, es imperante una educación desde la ética de la vida que forme posturas
responsables para el desarrollo de una sociedad más justa (Novoa y Pirela, 2020).

De igual manera, la palabra para definir a un alumno en aulas virtuales cambia, trans-
formándose de “estudiante” a “aprendiz”, con todo lo que ello connota (Chaupart, Corredor y
Marín, 1998). El “aprendiz" se diferencia del “estudiante” en que el primero es el protagonista
en el nuevo modelo educativo. Así, los alumnos dejan de ser simples receptores de información
para ser los constructores de sus propios conceptos, orientados por el tutor (Chaupart, Corredor
y Marín, 1998). Lo anteriormente mencionado implica una mejora en la capacidad de
organización y de la autodisciplina en los estudiantes, debido a la libertad que estos disponen
(Rugeles, Mora y Metaute, 2015). Asimismo, aumenta la necesidad de un estudiante capaz de
lidiar con la incertidumbre y ambigüedad que supone el poseer diversas fuentes de conocimiento
(Bautista, Borges y Forés, 2006).

Con respecto a la deserción de alumnos virtuales, La Madriz (2016, p. 23) afirma lo


siguiente:

Si bien es cierto que, el uso de los entornos virtuales de aprendizaje posibilitan mayor
acceso a la educación y mejora las oportunidades de obtener información, estas no
sustituyen todos los recursos pedagógicos tradicionales, sino que claramente aumentan y
di- versifican las posibilidades del aprendizaje, lo que deja en evidencia que es un reto
para las universidades, departamentos o cátedras que oferten este sistema virtual de
educación, disminuir los índices de deserción de dichos entornos, desafío que pasa por
considerar los roles de los participantes en el proceso, las propuestas y estrategias de
enseñanza, los medios u objetos de enseñanza, así como la estructura y diseño de la
plata- forma educativa, en función a que se adapten a las necesidades actuales y futuras
de los usuarios.

Si tomamos en cuenta la coyuntura en la que se iniciaron las clases virtuales y los


efectos que esta tendría a futuro, además de la rapidez con la que se inició el proceso de
adaptación de las mismas, los retos a los que el autor se refiere, que podrían acabar en
deserción, se intensifican y se expanden.

Educación virtual en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa

Desde su fundación hace 193 años, la UNSA se ha caracterizado por su predilección por la
educación presencial. Sin embargo, en los últimos años, la universidad ha venido
implementando diversos espacios pedagógicos y herramientas virtuales como Elab, aulas
informáticas, Clickers, etc. Intranet como herramienta virtual y Paideia como herramienta
pedagógica destacan por su utilidad y diversidad de servicios (Vallejos, 2013). Ambos se
utilizan para las modalidades presencial, semipresencial y virtual. Para el nivel de pregrado, la
modalidad virtual a través de la plataforma Paideia era escasa hasta la postergación de las clases
presenciales a causa de la expansión de la COVID-19 en el Perú, contando solo con algunos
cursos virtuales. No obstante, las modalidades semipresencial y virtual ya estaban totalmente
habilitadas para los estudiantes del nivel postgrado y algunos diplomados y diplomaturas, como
la Diplomatura de Especialización en Enseñanza del Idioma Español a Hablantes de otras
Lenguas.

Como consecuencia directa de la postergación de las clases presenciales y la


implementación de la cuarentena, la UNSA decidió impartir el semestre 2020-1 únicamente en
modalidad virtual. La Universidad decidió que los cursos sean dictados en dos tipos de
modalidades: la asincrónica y la sincrónica. La primera fue la más recomendada por la
Universidad porque indicaba que no todos los alumnos contaban con conectividad sincrónica. Y
para la segunda se optó por usar la plataforma Meet. También tomó diversas acciones en favor
de la comunidad universitaria. Como lo expresa el actual rector de la UNSA, Rohel Sánchez, en
su carta a la comunidad denominada “Pandemia: solidaridad y realismo”. Entre las más
destacadas innovaciones que el rector señaló están el fondo de conectividad, servicio mediante
el cual la UNSA presta módems y aparatos electrónicos a los estudiantes carentes de estos o, en
su defecto, a los estudiantes que presentan problemas con la calidad de los mismos.

Discusión

El objetivo de este ensayo fue estudiar las consecuencias de la educación virtual en los
estudiantes universitarios de la UNSA en tiempo de pandemia. Para la consecución de dicho
objetivo se separó en dos grupos a los estudiantes.
Afecciones en la salud mental de los estudiantes con adecuados recursos
económicos

En este, se encuentran los estudiantes cuyos recursos tecnológicos y, probablemente,


económicos facilitaron, hasta cierto punto, su capacidad para afrontar el proceso de adaptación a
las clases virtuales. Es verdad que este grupo, al poseer tales características, dispuso de una
ventaja sobre otros que, como analizaremos más adelante, vieron afectada más
significativamente su salud mental. Sin embargo, no se libraron totalmente de las consecuencias
negativas que un proceso como el actual acarreó para los estudiantes.

Según Villamonte (2020, párr. 7), los docentes, dadas las circunstancias actuales, deben
adaptarse a un cambio en la enseñanza que, indudablemente, necesita habilidades diferentes a
las requeridas en la enseñanza presencial. Muchos de los profesores, además, tuvieron dificulta-
des en su proceso de adaptación. Por ello, una de las repercusiones características de este grupo
fue la sobrecarga académica por la inexperiencia en el manejo de las clases virtuales que algu-
nos docentes presentaron. Asimismo, el estrés causado por el proceso de adaptación a la nueva
metodología de enseñanza fue otra repercusión latente en estos estudiantes.

Desde que se informó a la ciudadanía sobre la suspensión temporal de las clases


universitarias presenciales, se marcó un hito en la metodología comúnmente utilizada por los
docentes. Para Barberá y Badía (2004, p. 4), en entornos virtuales, el docente debe idear nuevas
formas de integración para el aprendizaje y la enseñanza, aprovechando los beneficios ofrecidos
por los medios tecnológicos. Sin embargo, el contexto de pandemia aceleró súbitamente el
proceso de adaptación virtual, hecho inesperado tanto para los alumnos, como para los
profesores. Además, aunque la Pontificia Universidad Católica del Perú poseía desde antes una
plataforma virtual, esta era usada mayormente como complemento de las clases impartidas de
manera presencial, en especial para los estudiantes de pregrado. Así, la premura con la que los
profesores tuvieron que lidiar para adaptar sus métodos y la prisa con la que se habilitó la
plataforma disminuyeron considerablemente los beneficios mencionados por los autores. Es
acertado el planteamiento de Pavón y Casanova (2007, p. 11) cuando expresan que, en aulas
virtuales, el papel del profesor cambia de proporcionador de conocimientos a incentivador de la
construcción de estos. Por ello, la inexperiencia en el manejo de las clases virtuales por parte de
los docentes se debe entender no solo bajo un concepto de manejo tecnológico, sino también
bajo un concepto de plantea- miento de nuevas estrategias de aprendizaje que se acoplen a las
exigencias de una educación superior impartida de forma virtual. Al respecto, Gagliardi (2020,
p. 4) opina que las clases virtuales, unidas a los efectos propios de la cuarentena, ocasionan
estrés a todos los agentes y no solo a los alumnos como podría creerse. El estrés presentado por
los profesores, sin embargo, tiene otras causas y consecuencias que ameritan un estudio propio.

La adaptación de la enseñanza virtual es un problema causado por la virtualización


forzosa de las clases y afectó directamente a la salud mental de los estudiantes de la UNSA.
El paso de educación presencial a virtual y todos los cambios que esto implica
condicionó también a los estudiantes

Otra dificultad en la adaptación ampliamente presentada por los estudiantes de la UNSA


que también causa estrés académico fue el cambio en las estrategias de aprendizaje en los
mismos. Esto fue producto, en muchas ocasiones, de la ausencia de “beneficios” para la
realización de las labores académicas que la universidad brindaba y la sensación de menor
acompañamiento de los profesores.

Afecciones en la salud mental de los estudiantes con escasos recursos tecnológicos

En segundo lugar, se analizarán las afecciones en la salud mental del segundo subgrupo de
estudio. A diferencia del primero, los alumnos que conforman este poseen escasos recursos
tecnológicos, con los cuales debieron afrontar el proceso de adaptación forzosa a las clases
virtuales. Como bien lo señala Inga (2020, párr. 6), profesor de la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos, no solo existen estudiantes que tienen problemas para el acceso a tecnologías,
también están aquellos que no pueden acceder a “tecnologías de calidad”. Este ensayo se
enfocará en estos últimos. Ellos enfrentaron muchas más dificultades en el proceso de
virtualización de las clases que el primer subgrupo. Estas reflejaron, por ejemplo, en los
problemas por conectividad que este grupo presenta al desarrollar sus clases vía
videoconferencia, el método que fue más utilizado por la UNSA en la modalidad no presencial.

Sin embargo, si utilizamos la modalidad asincrónica (foros, etc.), la dificultad no desaparece,


dado que ahora radica en lo novedosa que la herramienta resulta para los estudiantes (Gagliardi,
2020, p. 4). De lo señalado por Gagliardi, se concluye que este subgrupo presentó dos
complicaciones: las identificadas en el primer subgrupo y las que son exclusivas de este. Se
prestó mayor atención a las afecciones en la salud mental ocasionadas por las últimas. Por un
lado, las desventajas que presenta el conjunto favorecen la frustración en los estudiantes del
mismo, pues no son capaces de desarrollar a plenitud sus actividades académicas de forma
virtual). Los testimonios obtenidos en la encuesta demostraron que los estudiantes sienten que no
aprenden: “No logro captar bien los temas”. En el caso de estos estudiantes, las razones fueron
desde los problemas en la conexión a la hora de recibir clases sincrónicas hasta la imposibilidad
de utilizar programas u otros requerimientos para el desarrollo de sus cursos. Estas dificultades
resultaron, en ciertos casos, más abrumadoras de lo esperado. Fue tal la presión sentida que una
segunda afección típica de este subgrupo es la ansiedad por el miedo a reprobar el ciclo virtual.
Ello, a su vez, podría significar el retiro del ciclo y la deserción universitaria.

Conclusiones

En conclusión, la pandemia de la COVID-19 trajo consigo numerosas alteraciones en la


educación superior, usualmente impartida de forma presencial, y a los agentes que forman parte
de ella. Esta investigación recoge algunas de las principales afecciones en la salud mental y
académica de los estudiantes de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa producto
de las clases virtuales dictadas en el contexto de la cuarentena por la pandemia del coronavirus
en el ciclo 2020-1 en los tres primeros meses de estudio del ciclo.

Se concluye que los problemas que causan repercusiones en la salud mental de este subgrupo
son adaptativos, es decir, temporales. Se analizó, por otro lado, las afecciones de los alumnos
con escasos recursos tecnológicos, carencia que los pone en desventaja con el primer subgrupo.
Este subconjunto presenta las mismas repercusiones que el primero, además de las afecciones
que le son características, como la frustración y la deserción. Por ello, en él convergen la mayo-
ría de las dificultades que, en caso de ser constantes en un siguiente semestre, podrían
desencadenar problemas más graves en la salud mental y el eventual retiro de cursos e, incluso,
la deserción universitaria. Problemas que, según Canales y De los Ríos (2007, p. 174), van en
aumento a pesar de que la matrícula universitaria crece paulatinamente.

Referencias

Álvarez, J. (12 de abril de 2020). Universidades: El reto de las clases no presenciales.


Recuperado de https://larepublica.pe/sociedad/2020/04/12/universidades-el-reto-de-las-
clases-no- presenciales-ante-la-pandemia-del-coronavirus/.
González, M., Álvarez, P., Cabrera, L. y Bethencourt, J. (2007). El abandono de los estudios
universitarios: factores determinantes y medidas preventivas”. Revista Española de
Pedagogía, 78(236), 71-86. Recuperado de
https://revistadepedagogia.org/wp-content/uploads/2007/06/236-07.pdf

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