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CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA
Por Pablo Gomes Pereira
OPCIÓN 2
Artículo 5º.- Todos los cultos religiosos son libres en el Uruguay. El Estado no
sostiene religión alguna. Reconoce a la Iglesia Católica el dominio de todos los
templos que hayan sido total o parcialmente construidos con fondos del Erario
Nacional, exceptuándose sólo las capillas destinadas al servicio de asilos,
hospitales, cárceles u otros establecimientos públicos.
Los templos consagrados al culto de las diversas religiones no serán beneficiarios
de exenciones impositivas de tipo alguno por el solo hecho de ser tales.
Sin detrimento de lo establecido en el inciso precedente, los templos religiosos en
los que se brinden ayudas caritativas podrán solicitar exenciones impositivas con
la finalidad de asegurar la continuidad de dichas ayudas. Para acceder a este
beneficio, las organizaciones que administren los templos exentos de impuestos
tendrán prohibido:
a) Fijar la adhesión a su culto religioso y/o la asistencia a ceremonias religiosas
como requisito para acceder a las ayudas caritativas.
b) Intervenir de cualquier manera en campañas político-partidarias a favor de o
en oposición a una candidatura para un cargo público.
La más mínima vulneración de las prohibiciones contenidas en el inciso presente
implicará la revocación de la exención impositiva a partir de la fecha en la que haya
podido constatarse la vulneración más antigua.
Este pasaje es lo único que diferencia a la opción 2 de la opción 1.
Su redacción surge de una respuesta que tuve en redes sociales de parte de un usuario que
dijo apoyar la idea de una reforma constitucional y a la vez ser cristiano practicante.
Este usuario remarcó que, en su opinión, si bien no existe justificación para que los templos
religiosos en general estén exentos de impuestos, no puede dejar de tenerse en cuenta que en
algunos de ellos se brindan ayudas caritativas de suma utilidad para personas que viven en
situaciones de contexto crítico, por ejemplo merenderos, entrega de elementos básicos como
víveres, vestimenta o útiles escolares, tratamiento para adicciones, etc.
Me parece un punto válido, por lo que decidí incluir una segunda opción en la que se tenga
en cuenta estas situaciones.
En la redacción que propongo, los templos que brinden ayudas caritativas tendrían la
posibilidad de solicitar exenciones impositivas, las cuales se otorgarían sola y únicamente
con la finalidad de asegurar la continuidad de dichas actividades.
Además, este beneficio traería aparejado una serie de prohibiciones destinadas a asegurar
que las exenciones no sean utilizadas como una suerte de ventajismo para hacer de los
beneficiarios de las ayudas el blanco perfecto para hacer proselitismo, o lo que es lo mismo,
que las ayudas sean brindadas de manera desinteresada y no con el objetivo de lograr otros
fines espurios.
En primer lugar, la adhesión a la religión que profesan quienes administran el templo exento
de impuestos y/o la asistencia a servicios religiosos no podrían ser requisitos para acceder a
las ayudas. Es decir que se deberían brindar las ayudas sin distinguir a los beneficiarios por
sus creencias religiosas.
En segundo lugar, quienes administren los templos exentos de impuestos no podrían
intervenir de ninguna manera en campañas político-partidarias. Esto para asegurar que la
exención no sea utilizada para financiar a un determinado candidato o partido político
(recuérdese la polémica existente por la relación de Verónica Alonso con la iglesia Misión
Vida) y que los partidos candidatos o partidos políticos no se sirvan de estos templos como
una forma de lograr ventaja en sus campañas. Es lo que en la legislación estadounidense se
conoce como Enmienda Johnson (Johnson Amendment).
Finalmente, se establece que la sanción para quienes no respeten las prohibiciones detalladas
en los párrafos anteriores es la revocación de la exención con efectos retroactivos.
La enseñanza de religión en los locales de educación pública se permitirá siempre
que se lleve a cabo desde un punto de vista analítico-comparativo y bajo un
programa de estudios libre de juicios valorativos y en el que se incluyan en pie de
igualdad las diferentes creencias religiosas y las concepciones filosóficas diferentes
a las puramente teístas, como el ateísmo o el agnosticismo.
Los locales de educación pública jamás serán utilizados para adoctrinar a los
educandos en dogmas religiosos como si se tratasen de verdades incontrovertibles.
Los bienes de propiedad nacional no serán utilizados para instalar en ellos figuras
ni símbolos religiosos con ánimo de permanencia. Aquellos que hayan sido
instalados con anterioridad a la fecha de entrada en vigencia de este artículo serán
removidos en tiempo y forma que determinará una ley sancionada por mayoría
absoluta de componentes de cada Cámara.
Toda persona que haya sido formalmente incorporada a un culto religioso tiene
derecho a que sus datos personales sean completamente eliminados de cualquier
registro en el que hayan sido inscritos como consecuencia de dicha incorporación.