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TEMA 7: EL SISTEMA VIGENTE (IV). DESARROLLO CONSTITUCIONAL.

LEY ORGÁNICA DE LA
LIBERTAD RELIGIOSA. ACUERDOS CON LA IGLESIA CATÓLICA. ACUERDOS DE COOPERACIÓN.

El ordenamiento jurídico del Estado se ha de interpretar teniendo en cuenta:


− La realidad social del momento en el que se aplica la norma.
− El espíritu y la finalidad de las leyes que integran el ordenamiento jurídico.

El joven Estado laico que nacía en España después de la Constitución de 1978 era consciente
de dos cosas:
− La existencia de una Iglesia Católica como confesión religiosa muy fuerte, que se había
visto favorecida por el llamado consenso constitucional (acuerdo de todos los partidos
políticos para llevar a cabo una constitución que contentase a todos los españoles). En
el artículo 16 se habían concedido ciertas prerrogativas a esta confesión religiosa.

− La existencia de unas confesiones religiosas distintas a la Iglesia Católica que habían


sido relegadas a una situación de ignorancia jurídica durante muchos siglos y que, sin
embargo, era preciso desarrollar de acuerdo con los principios constitucionales
(libertad religiosa, igualdad religiosa y laicidad religiosa).

Con respecto a la primera cuestión, el Estado no quería romper las relaciones con la Iglesia
Católica. Continuó la cooperación y sustituyó el viejo concordato franquista de 1953 por unos
acuerdos parciales sobre temas concretos para adaptar estas relaciones a la normativa
constitucional. Sin embargo, estos acuerdos se habían elaborado por parte de la Iglesia
Católica en paralelo a la Constitución, llegando incluso a aprobarse antes que ella. No obstante
se ratificaron después. La Constitución española se aprueba el 28 de diciembre de 1978 y el 3
de enero de 1979 se promulgan los acuerdos, para entenderse que estaban de acuerdo con la
Constitución. Sin embargo, estos acuerdos habían sido elaborados de forma ambigua o muy
general en alguno de sus contenidos para que precisamente no pudiese considerarse
inconstitucional. Estos contenidos ambiguos y problemáticos eran compatibles con la
Constitución desde un carácter transitorio (financiación y enseñanza).

Acuerdo sobre Asuntos Jurídicos/Acuerdo sobre Asuntos Económicos/Acuerdo sobre la


Enseñanza y Asuntos culturales/ Acuerdo sobre la asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas y
el servicio militar de clérigos y religiosos.

Estos cuatro acuerdos en conjunto son como un concordato, pero tienen cada uno un valor
independiente y se votaron en las Cámaras de manera individual. Tienen una unidad moral
entre ellos.

Se estableció un régimen de financiación, con las siguientes fases:


− El Estado seguía manteniendo a los clérigos y religiosos (sistema de consignación
presupuestaria). Tenía una duración de tres años.
− Sistema mixto entre la consignación presupuestaria con porcentaje impositivo. El
Estado cedía a la Iglesia Católica un porcentaje de un impuesto estatal (poner una X).
Lo que faltaba se pagaba con consignación presupuestaria. Duración de dos años.
− Solo se otorga a la Iglesia lo que se consiguiese por porcentaje impositivo.
− Autofinanciación. El Estado ya no mantiene ni el culto ni el clero.
Pasaron muchos años y seguimos en la segunda fase. El tema de la enseñanza de la religión
“en condiciones equiparables a las demás asignaturas” en centros privados y concertados
también sigue planteando muchos problemas. Son contenidos de dudoso carácter
constitucional. Art. II Acuerdo sobre la Enseñanza y Asuntos culturales:

Los planes educativos en los niveles de Educación Preescolar, de Educación General Básica
(EGB) y de Bachillerato Unificado Polivalente (BUP) y Grados de Formación Profesional
correspondientes a los alumnos de las mismas edades incluirán la enseñanza de la religión
católica en todos los Centros de educación, en condiciones equiparables a las demás disciplinas
fundamentales.

Con respecto a la segunda cuestión, el resto de confesiones religiosas, debido a su debilidad


histórica, pretendían una fuerte protección por parte del Estado. Buscaban una cooperación
que se extendiese a la totalidad de sus relaciones, es decir, un régimen semejante al de la
Iglesia Católica. Sin embargo, esto no fue posible porque:
− Se estableció el criterio sociológico. La mayoría de la población era católica.
− Su naturaleza jurídica era la de leyes ordinarias. Al no ser tratados internacionales, su
importancia jurídica era inferior a la de la Iglesia Católica.

Por todo esto fue imposible que el resto de las religiones se pusieran a la altura de la Iglesia
Católica. Lo que sí lograron fue que todas las materias objeto de la relación entre ambos fue
objeto de regulación por parte del Estado. Pero, como contrapartida, esta regulación implicaba
un mayor control por parte del Estado.

Este control se plasmó en la LEY ORGÁNICA DE LIBERTAD RELIGIOSA, DE JUNIO DE 1980.


Desarrolla el Art. 16 CE. Establece dos tipos de cooperación:
1) Cooperación con las religiones que hayan conseguido inscribirse en el Registro de
Entidades Religiosas.

Se caracterizan por:
− Adquieren personalidad jurídica: son sujetos religiosos reconocidos por el Estado.
− Dejan de estar sometidos al Derecho común y obtienen el derecho especial favorable
(Art. 2 LOLR).

Artículo segundo.
Uno. La libertad religiosa y de culto garantizada por la Constitución comprende, con la
consiguiente inmunidad de coacción, el derecho de toda persona a: a) Profesar las
creencias religiosas que libremente elija o no profesar ninguna; cambiar de
confesión o abandonar la que tenía; manifestar libremente sus propias creencias
religiosas o la ausencia de las mismas, o abstenerse de declarar sobre ellas.
b) Practicar los actos de culto y recibir asistencia religiosa de su propia confesión;
conmemorar sus festividades, celebrar sus ritos matrimoniales; recibir sepultura digna,
sin discriminación por motivos religiosos, y no ser obligado a practicar actos de culto o
a recibir asistencia religiosa contraria a sus convicciones personales. c) Recibir e
impartir enseñanza e información religiosa de toda índole, ya sea oralmente, por
escrito o por cualquier otro procedimiento; elegir para sí, y para los menores no
emancipados e incapacitados, bajo su dependencia, dentro y fuera del ámbito escolar,
la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
d) Reunirse o manifestarse públicamente con fines religiosos y asociarse para
desarrollar comunitariamente sus actividades religiosas de conformidad con el
ordenamiento jurídico general y lo establecido en la presente Ley Orgánica.
Dos. Asimismo comprende el derecho de las Iglesias, Confesiones y Comunidades
religiosas a establecer lugares de culto o de reunión con fines religiosos, a designar y
formar a sus ministros, a divulgar y propagar su propio credo, y a mantener relaciones
con sus propias organizaciones o con otras confesiones religiosas, sea en territorio
nacional o en el extranjero.

Tres. Para la aplicación real y efectiva de estos derechos, los poderes públicos
adoptarán las medidas necesarias para facilitar la asistencia religiosa en los
establecimientos públicos, militares, hospitalarios, asistenciales, penitenciarios y otros
bajo su dependencia, así como la formación religiosa en centros docentes públicos.

− Los requisitos para poder inscribirse se encuentran en el Art. 5 LOLR, completados por
el Real Decreto de Funcionamiento de las Entidades Religiosas, de9 de noviembre de
1981, Art. 2.

Artículo quinto.

Uno. Las Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas y sus Federaciones gozarán de


personalidad jurídica una vez inscritas en el correspondiente Registro público, que se
crea, a tal efecto, en el Ministerio de Justicia.

Dos. La inscripción se practicará en virtud de solicitud, acompañada de documento


fehaciente en el que consten su fundación o establecimiento en España, expresión de
sus fines religiosos, denominación y demás datos de identificación, régimen de
funcionamiento y órganos representativos, con expresión de sus facultades y de los
requisitos para su válida designación.

Tres. La cancelación de los asientos relativos a una determinada Entidad religiosa sólo
podrá llevarse a cabo a petición de sus órganos representativos o en cumplimiento de
sentencia judicial firme.

El Estado comprueba:
− Que está ante una asociación que nace con finalidad religiosa.
− Que esa asociación cumpla los requisitos propios de una confesión religiosa.

La decisión última la tiene el Ministerio de Justicia. Art. 4 RD. Si las confesiones religiosas
cumplen los requisitos del art. 5 de la Ley no se puede denegar la inscripción. Cuando el Estado
creía que se trataba de sectas religiosas (pseudo religiones, grupos destructivos), se denegaba
la inscripción (control previo).

Cuando no se cumple el requisito de fines religiosos (Art. 3.2 LOLR) también se deniega su
inscripción.
“Quedan fuera del ámbito de protección de la presente Ley las actividades, finalidades y
Entidades relacionadas con el estudio y experimentación de los fenómenos psíquicos o
parapsicológicos o la difusión de valores humanísticos o espiritualistas u otros fines análogos
ajenos a los religiosos.”

Artículo 2 RD:
− Credo: creencias a las que las personas se adhieren mediante la fe.
− Organización: estructura de la confesión para actuar en el tráfico jurídico.
− Culto: elemento que cohesiona a los fieles con su divinidad.
La regla general para la inscripción en el Registro de Entidades religiosas, quiebra para la Iglesia
Católica. Resolución de la Dirección General de Asuntos Religiosos de 11 marzo de 1982. Esto
sucede porque la Iglesia Católica es la única confesión con una regulación completa (Código
canónico).

2) Cooperación con las religiones que hayan conseguido inscribirse en el Registro de


Entidades Religiosas y además cuenten con un notorio arraigo en España. Art. 7.1 LOLR:

El Estado, teniendo en cuenta las creencias religiosas existentes en la sociedad española,


establecerá, en su caso, Acuerdos o Convenios de cooperación con las Iglesias, Confesiones y
Comunidades religiosas inscritas en el Registro que por su ámbito y número de creyentes hayan
alcanzado notorio arraigo en España. En todo caso, estos Acuerdos se aprobarán por Ley de las
Cortes Generales.

Sin embargo, el notorio arraigo es un concepto jurídico indeterminado. Tuvo que ser
determinado por el Estado caso por caso. No se cuantifica el espacio, ni el tiempo. Solo se
decía que no era necesaria una configuración en términos absolutos, es decir, no era necesaria
que fuera establecida desde hace mucho tiempo en España y por todo el territorio. El número
de creyentes se tenía en cuenta y estaba determinado por:
− La complejidad orgánica de la confesión.
− Los problemas de adscripción de fieles.
− La poca facilidad que había existido en el derecho español para el desarrollo de las
confesiones.

Habrá que tener en cuenta, a juicio de la Comisión Asesora de Libertad religiosa, los siguientes
criterios para poner de manifiesto el arraigo de la confesión, la notoriedad de la existencia de
la identidad propia y diferenciada, la garantía de estabilidad y la garantía de permanencia hacia
el futuro:
− Historia de la confesión religiosa.
− Aportaciones a la formación institucional y cultural del Estado.
− Continuidad de la confesión en la historia.
− Previsión de su estabilidad futura.
− La implantación externa al propio Estado.
− Las dificultades de implantación en España.

En ningún caso se trata de dar privilegios a las confesiones religiosas, sino desarrollar el
derecho de libertad religiosa. También se puso de manifiesto que estos criterios no era preciso
que se dieran cumulativamente, es decir todos a la vez. Bastaba con que se diesen varios de
ellos.

El Estado, en relación a estos criterios, realizó una interpretación radical. Estableció muchas
trabas para las confesiones que pretendían alcanzar el notorio arraigo, sobre todo en el
concepto sociológico. Creó un concepto artificial del notorio arraigo en España y consideró que
solo tres religiones tenían notorio arraigo: protestantismo, judaísmo e islamismo. Les concedió
el notorio arraigo a estas religiones, en abstracto. Sin embargo, como la religión en abstracto
no es un sujeto jurídico, hubo que crear unas federaciones que agrupasen a estas religiones
como brazos jurídicos. Estas federaciones fueron las que se inscribieron en el Registro:
− Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE).
− Federación de Comunidades Israelitas (FCI).
− Comisión Islámica de España (CIE).
Otras entidades religiosas se añadieron a la FEREDE, porque así lo permitían sus estatutos.
Los acuerdos no se negociaron conjuntamente, ya que los islámicos estaban divididos entre:
− Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI), que recogía a los
chiitas.
− Unión de Comunidades Islámicas de España, que recogía a los sumitas.

Las negociaciones comenzaron con la FEREDE y con la FCI, ya que los islámicos tenían grandes
diferencias entre ellos. En febrero de 1990, ya estaban ultimados los pactos con los judíos y los
protestantes, aunque se decidió esperar al acuerdo con los musulmanes. El Consejo de Estado
obligó a modificar los artículos 10 y 13 (enseñanza y descanso sabático en la empresa privada).
− La enseñanza en centros privados concertados debía respetar el ideario del propio
centro.
− Respecto a judíos y adventistas del séptimo día (ninguno de ellos puede trabajar el
sábado), se planteó un problema respecto a la STC Margarita Costa (empleada de
limpieza que no quería trabajar en sábado).

Se dejó a salvo la libertad del empresario en la empresa privada.


Las negociaciones con los musulmanes comenzaron en octubre de 1991. La FEERI planteó la
poligamia, lo que iba en contra de los principios constitucionales; una financiación similar a la
Iglesia Católica, etc. La FEERI y la UCIE se unieron en la CIE. En 1992 se firmaron los tres
acuerdos.

Los acuerdos son prácticamente iguales. El de la CIE y FCI tienen 14 artículos, mientras que la
FEREDE, solo 12.

En estos dos artículos de diferencia se habla, tanto para musulmanes como para judíos, de:
− Matrimonio histórico.
− Productos alimenticios y cosméticos.

Se pretendió garantizarlos en el ámbito público y que se tuviesen en cuenta en el ámbito


privado. En los acuerdos se pueden distinguir tres tipos de normas:

1. Normas de derecho común. Regulan normas que ya aparecen en la LOLR y otras normas.
2. Normas de derecho especial comunes . Ej.: la posibilidad de celebrar los ritos matrimoniales.
También son redundantes porque están contenidas en el artículo 2 de la LOLR.
3. Normas de derecho especial que reconocen derechos similares de carácter individual :
productos alimenticios y cosméticos. Son propias de cada creencia y sí son la esencia de los
acuerdos. Estas pequeñas diferencias son las que se justifican que cada creencia tuviese su
propio acuerdo.

Vemos que se tiende hacia una desigualdad que va en contra del artículo 14 sobre la base del
9.2 CE. Esto se entendió como una especie de paternalismo o sobreprotección del Estado
sobre ciertas religiones minoritarias.

Desde 1978 hasta la actualidad, en España se puede decir que existe:


− Un Estado laico plenamente aceptado.
− Una sociedad muy secularizada. Consolidación del pluralismo y de los derechos y
libertades individuales.
− Un afianzamiento de una libertad religiosa como consecuencia del multiculturalismo
fruto de la inmigración. En España, existen hoy en día las religiones tradicionales y
grupos ajenos a nuestro ámbito, pero muy importante en otras regiones.
La sobreprotección pudo tener sentido cuando las religiones minoritarias estaban
desarrollándose, pero ya no, al igual que tampoco parece adecuado mantener los privilegios
de la Iglesia Católica.

Para lograr la paulatina igualdad es necesario variar el sentido de la cooperación y enraizar la


cooperación en la dignidad humana. El Estado debe actuar como un canal de desarrollo de
esos derechos fundamentales. Estas expectativas que se empezaron a plantear hace unos
años, se han producido parcialmente. Hay que distinguir entre:

La cooperación ya establecida. Acuerdos con la Iglesia Católica y las Confesiones Minoritarias.


El Estado no quiere modificar estos acuerdos, aunque alguno de ellos tenga un contenido
anticonstitucional.

La proyección de cooperación hacia el futuro. Se están convirtiendo poco a poco en normas


de concesión de privilegios. La Iglesia Católica está de acuerdo con esto porque así justifica su
posición en el sistema. Se está produciendo un cambio en:

− La inscripción en el registro. El cambio ha sido forzado. Los Tribunales de Justicia han


obligado al Estado a variar sus criterios de inscripción. STC 15/02/2001, que ampara a
la Iglesia de la Unificación ante la negativa de inscripción del Estado en el Registro de
Entidades Religiosas, porque el Estado consideraba que era la tapadera de la secta
Moon. SAN Iglesia de la Cienciología (se ordena su inscripción). No se puede hacer una
interpretación rígida de los fines religiosos.
Además, es posible que no existan únicamente fines religiosos, aunque sí son
expresión o consecuencia de las creencias.

− El notorio arraigo. Se ha suprimido el artificio de acudir a las confesiones religiosas en


el sentido de federación. Se ha otorgado notorio arraigo a la Iglesia de Jesucristo de los
Santos de los Últimos días (los mormones) en 2003, a los testigos cristianos de Jehová
(se ha entendido como una iglesia destructiva y Alemania y Francia la consideran
secta, no permitiéndoles la inscripción; tenían problemas porque no respetaban el
orden público, la patria, ni sus símbolos, no podían votar ni recibir transfusiones de
sangre). Destaca el caso de uno niño de 14 años testigo de Jehová que, como
consecuencia de una caída, necesitaba una transfusión de sangre, aunque ni él ni sus
padres querían, teniendo que intervenir el juez. El caso llegó hasta el TS, que dio la
razón a los padres. A día de hoy ya se ha producido el primer trasplante de riñón a un
testigo de Jehová porque han encontrado una fórmula sin necesidad de trasfundir
sangre. Se les da notorio arraigo en 2006, a los budistas en el 2007, aunque tienen más
acogida fuera de España que dentro. Los ortodoxos en el año 2009. Están muy
extendidos en España, pero no lo lograron porque no hubo pacto entre griegos y
rusos. La Iglesia Odinista y el Bahaísmo también han solicitado el notorio arraigo.

Se puede decir, entonces, que se ha variado algo, o así lo parece, el notorio arraigo. No sean
vuelto a firmar acuerdos con confesiones religiosas minoritarias desde 1993, ni hay intención
de ello. La cooperación ya no es global. La CE obliga a cooperar, pero no especifica que deba
hacerse mediante acuerdos. El sentido de los acuerdos ha cambiado, ya no se conciben como
regulación de materia entre Estado y confesiones que culminan convirtiéndose en privilegios
para estas.
El conflicto de materia tampoco debe moverse siempre mediante acuerdo, sino que puede ser
una decisión unilateral del Estado que lleve a una solución. Los acuerdos dejan de ser normas
configuradoras del Estado español para convertirse en normas de gestión de intereses mutuos,
lo cual se acomoda mucho más al objetivo del estado laico que está plasmado en la CE,
debiendo contribuir a la plena realización del derecho de libertad de conciencia, en su visión
más personalista. Esta idea de concepto indeterminado de notorio arraigo se fue desarrollando
desde 1992 hasta aproximadamente 2015, año en el que se promulga el Real Decreto
593/2015, de 3 de julio que regula el notorio arraigo en España para dar una visión más exacta
sobre el mismo.

Se dan unos requisitos bastante rígidos, que recuerdan a, en Derecho comparado, la


protección que llevaba a cabo Rusia con las confesiones tradicionales. Se lleva a cabo la
solicitud de notorio arraigo ante el Ministerio de justicia.

Es analizada en el mismo sitio y, de ser individualizada con identidad propia, sin confundirse
con ninguna otra, que tenga un domicilio y tenga una estructura, junto con los requisitos
mencionados del artículo 3 y 4 del Real
Decreto, se aprueba, dándole 10 días para subsanar posibles errores. El Ministro pide informe
a la Comisión
Asesora de Libertad Religiosa (no vinculante) y es quien dictamina la aceptación o no. Si a los 6
meses no se obtiene respuesta, el silencio administrativo es positivo: se entiende que se ha
otorgado el notorio arraigo. La cancelación del notorio arraigo opera de la misma forma y con
los mismos requisitos, habiendo perdido uno de ellos.

Los requisitos que la confesión ha de reunir son los siguientes (Art. 3 RD):

− Llevar inscrita en el Registro de Entidades Religiosas treinta años, salvo que la entidad
acredite un reconocimiento en el extranjero de, al menos, sesenta años de antigüedad
y lleve inscrita en el citado Registro durante un periodo de quince años.
− Acreditar su presencia en, al menos, diez Comunidades Autónomas y/o Ciudades de
Ceuta y Melilla.
− Tener cien inscripciones o anotaciones en el Registro de Entidades Religiosas, entre
entes inscribibles y lugares de culto, o un número inferior cuando se trate de
entidades o lugares de culto de especial relevancia por su actividad y número de
miembros.
− Contar con una estructura y representación adecuada y suficiente para su organización
a los efectos de la declaración de notorio arraigo.
− Acreditar su presencia y participación activa en la sociedad española.

Artículo 4. Procedimiento de declaración de notorio arraigo.

1. El procedimiento se iniciará mediante solicitud de la entidad interesada dirigida al titular de


la Subdirección
General de Relaciones con las Confesiones, en la que deberán constar los siguientes datos:
a. Identificación de la entidad solicitante con indicación de su número de inscripción en
el Registro de Entidades Religiosas.
b. Identificación de los representantes legales de la entidad.
c. Memoria explicativa que acredite el cumplimiento de los requisitos mencionados en el
artículo anterior
d. Domicilio a efectos de notificaciones.
2. Si la entidad solicitante formara parte de una federación o existiera un órgano superior
inscrito de ámbito nacional, deberán ser estos últimos quienes presenten la solicitud.

3. La solicitud, junto con la documentación que deba acompañarse, podrá presentarse en


formato y con firma electrónica en el Registro Electrónico del Ministerio de Justicia.

4. La instrucción y propuesta de resolución del procedimiento corresponderá a la Subdirección


General de Relaciones con las Confesiones.
5. Si la solicitud no reúne los requisitos que señala el artículo anterior y los apartados 1 y 2 de
este artículo, se requerirá a la entidad solicitante para que, en un plazo de diez días, subsane la
falta o acompañe los documentos preceptivos, con indicación de que, si así no lo hiciera, se le
tendrá por desistida de su petición, previa resolución que deberá ser dictada en los términos
del artículo 42 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.

6. El encargado de la instrucción del procedimiento podrá requerir a la entidad solicitante para


que aporte la información o la documentación complementaria que considere necesaria para
acreditar el cumplimiento de los requisitos establecidos en este real decreto.

7. A efectos de la resolución del procedimiento, y de conformidad con lo previsto en el artículo


3.e) del Real Decreto 932/2013, de 29 de noviembre, por el que se regula la Comisión Asesora
de Libertad Religiosa, se solicitará a esta Comisión Asesora que emita informe, que tendrá
carácter de preceptivo y no vinculante.

8. Instruido el procedimiento, e inmediatamente antes de redactar la propuesta de resolución,


se pondrá de manifiesto a la entidad solicitante para que, en un plazo no inferior a diez días ni
superior a quince, pueda alegar y presentar los documentos y justificaciones que estime
pertinentes.

Si antes del vencimiento del plazo la entidad solicitante manifiesta su decisión de no efectuar
alegaciones ni aportar nuevos documentos o justificaciones, se tendrá por realizado el
trámite.

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