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UNIVERSIDAD PRIVADA DE TACNA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

TRABAJO
LA MUERTE DEL LEGISLADOR

Alumna :

Curso : Filosofía del Derecho

Turno : Sección :

Docente : Dr. Renzo Yufra Peralta

Tacna-Perú
2021
CUESTIONARIO DE LA MUERTE DEL LEGISLADOR
I. Leer del Material Unidad III lo referente a los métodos de interpretación jurídica.
II. Realizar una síntesis de la Lectura La Muerte del legislador.
Síntesis - La Muerte Del Legislador

La heterodoxia dada por la interpretación, negando asumir a priori de las corrientes


clásicas el estudio del derecho por la filosofía , siendo el punto de partida la experiencia
misma del derecho fenómeno jurídico en su complejidad.
El derecho es la forma de organizar la sociedad de los hombres. La interpretación es el
acto donde el derecho se hace carne, toma la forma de comportamiento efectivo,
autorizado o prohibido. La interpretación de cada persona que usa el derecho, y por el
que cumple o incumple una norma, y el que se aprovecha de las oportunidades siendo o
no siendo juez o abogado. La norma tiene que ser interpretada y corporizada con las
circunstancias, y aplicada dentro de un contexto.
La claridad es en la cual deberíamos penetrar más, saber su significación, ya que no es
un conocimiento perfecto, sino un obstáculo epistemológico. La cercanía a la
interpretación se nos hace difícil, pero ya existe un derecho una verdad jurídica
contenida en la ley, y tiene que ser simplemente puesta de manifiesto. La sociedad se
expresa a través de principios, valores, convicciones de distinto orden, en la cual no
están contenidas en las norma, por la cual le ley siempre admite múltiples significados y
diversas utilizaciones.
La ley puede ser interpretada de diferentes maneras, ya que el derecho efectivo sería
distinto porque esas leyes serían aplicadas con otra mentalidad. La interpretación no es
una mera aplicación mecánica de la ley, es una cierta atmósfera cultural importante
como la ley misma en materia de conductas sociales efectivas.

Interpretación como alusión


La interpretación es una ilusión, ya que supone una verdad a descubrir frente al
intérprete, pero esa verdad no existe en el derecho. La interpretación no se trata de
esfuerzo intelectual, sino la confrontación vital de perspectivas e intereses que se
imponen unas tras otras dentro de las fronteras lingüísticas de las normas.
La interpretación es más del resultado de un conflicto de poderes que una deducción
racional. La interpretación son siempre efímeras, con nuevos puntos de vista que
replantean todo, actividad interpretativa tiene un desorden de intereses caóticos y
temporalmente en orden, y volverse a desordenarse sucesivamente. La verdad supone la
existencia de algo objetivo, que espera ser codificado mediante la interpretación.
La respuesta iusnaturalista
Los romanos comprendieron que la interpretación no consiste en la intelección de una
verdad escondida, si no la invención de verdades. Pomponio afirma que la
interpretación se da con el uso de la prudencia, usar la razón que se limita a comprender,
esto proporciona esa riqueza extraordinaria al derecho romano.
Justiniano y su aversión contra la función creativa de jueces y juristas, la cual privilegia
de manera decisiva la voz del legislador frente a la voz de los intérpretes. Los juristas
de Medievo, dicha interpretación se convirtieron en instrumento de lucha en la Iglesia
(sociedad civil), ya que la Iglesia opone el valor moral. El derecho natural está
constituido fundamentalmente por la revelación, según unos herederos de San Agustín,
que toman por verdad en la palabra de Dios, y la interpretación deberá proceder a una
exégesis estricta del dogma cristiano
El derecho es producto de la razón, según otros herederos de Santo Tomás, toman la
verdad ciertas orientaciones puestas en la naturaleza por Dios, la interpretación
consistirá en buscar la justicia según la naturaleza. El jurista no puede entonces, resolver
sus problemas con la revelación, y la interpretación de un derecho presente en la
naturaleza ofrece dificultades insuperables.
El jurista no puede resolver los problemas solamente con la revelación. La
interpretación del derecho natural traería contradictoria en sus conclusiones. El hombre
actualmente se separa de la naturaleza, asume su papel de creador y la humaniza.
La respuesta positiva
el hombre tiene una aspiración a la seguridad, por lo que se debe inventar dogmas
concretos para cada momento a través de la legislación, volviéndolo laico. Haciendo
que la intención del legislador este a la mano y se pueda encontrar en el simple análisis
del texto legal, por lo que ya no se trata de entender dogmas religiosos, sino, de darle
sentido a la voluntad del legislador. El sentido objetivo que nos propone el positivismo
está en que el intérprete debe encontrar y explicar la verdad en la intensión del
legislador sin cuestionar su valor moral. Sin embargo, la intensión del legislador de que
sea entendida como una voluntad definida, única y estrictamente razonada es una
fantasía, puesto que solamente puede ser encontrada de manera presunta a través de un
método análogo. Ahora bien, el llamado legislador no tiene en su razonamiento una
coherencia perfecta, puesto que al haber un cuerpo colegiado cada legislador tiene sus
propias intensiones.
Semiosis limitada
la conclusión es que el intérprete no tiene una verdad que descubrir detrás del texto, por
lo que el intérprete no va estar sometido a la voluntad del legislador, ya que este vendría
a ser un coinventor del derecho, ya que tiene la libertad de agregarle un nuevo sentido a
la norma. Esta interpretación debe hacerse conforme a lo establecido en el texto, se debe
respetar la ley y no tanto la intensión del legislador.
El derecho como creación permanente, la verdad no existe en el derecho porque no hay
un mundo previo, ya que no es algo que esté ahí o haya que descubrir, sino, que es algo
por hacer, por inventar dentro de los límites impuestos por el texto de la ley. El derecho
no tiene un carácter inmóvil a medida que las sociedades avanzan evolucionan el
derecho también lo hace conjuntamente. El jurista debe asumir su creación permanente
de derecho.
Derecho y conflicto
El derecho siempre va nacer del conflicto, surge como una dialéctica, en donde las
oposiciones juegan un papel fundamental. El conflicto aparece porque existen diferentes
intereses y puntos de vistas sobre cosas que compiten entre sí, y en ese intento de que
los hombres le hacen frente para satisfacer sus necesidades y deseos, se va ir plasmando
el derecho, y van a estar plasmados en contratos, normas, doctrinas, que si bien es cierto
no van a ser para siempre, sino que son temporales. Es por ello que se dice que las leyes
no son el derecho, sino solidificaciones transitorias, reinterpretadas y utilizadas como
armas en esa dialéctica de intereses y poderes.
Inexistencia del derecho
no hay algo en la misma sociedad que se llame derecho, ni siquiera las leyes, doctrinas,
jurisprudencias, son derecho, sino éstos vendrían a ser elementos para construir el
derecho. Entonces, el derecho no es un ser sino un devenir, es algo que se hace
permanentemente, es por ello que no podemos hablar de interpretación sino de
construcción, ya que el abogado y juez, no interpretan las leyes, sino, que las usan para
organizar soluciones.
El orden y el desorden
ambos son recíprocos, ya que uno produce al otro, el orden surge de un movimiento que
busca unificar la diversidad. La razón y la libertad generan un orden dinámico. La
seguridad jurídica no se logra convirtiendo las leyes en dogmas y canonizando
interpretaciones y doctrinas. El derecho no es así una represión de los apetitos del
hombre sino una forma de realizar el petito más importante, que es la libertad.
Ética y razonabilidad libertaria
esta ética debe ser sotenida en un criterio que pueda encarnar la razón y la libertad. El
hombre está hecho para transcenderse, para superarse, para adquirir niveles cada vez
superiores de consciencia y de relación con los demás hombres y con el mundo y la
libertad es la condición de esa trascendencia. No es posible plantear como criterio de
valor y de orden un "así es" ni un "así debe ser" porque toda forma concreta de ser
puede -y debe- ser trascendida: el "así" constituiría una predeterminación y una rigidez
inaceptable para el espíritu libre porque pretendería negar la inventiva de la propia
libertad. La ética sólo puede orientarse a un fin abierto, que se redefine continuamente.
El derecho como arte
el derecho no es tanto una disciplina que descubre o que entiende, sino un obrar que
crea y que transforma, el derecho no es una ciencia: es un arte. Como la guerra. el
derecho propiamente nace cuando a ese conocimiento riguroso de los textos legales se
le da un uso creativo, así el jurista requiere de un conocimiento profundo de las leyes.
Pero no será jurista mientras no invente, mientras no cree soluciones siempre nuevas
con esas leyes.
II. Contestar de la Lectura La Muerte del legislador
1. ¿Por qué dice que puede ser tan importante para la interpretación una
determinada atmósfera cultural?
Toda norma tiene que ser interpretada, porque toda norma tiene que ser aplicada dentro
de un contexto, tiene que ser corporizada con las circunstancias. Hay quienes creen que
la interpretación no es sino un recurso excepcional que se requiere -como un mal
necesario- sólo en determinados casos, debido a un defecto de la ley: si la norma
hubiera sido concebida y redactada con la claridad deseable, se dice, no habría nada que
interpreta.
La sociedad se expresa a través de principios, valores, convicciones de distinto orden,
que no tienen una formulación precisa y que no están contenidos en las normas. Y la ley
misma admite siempre múltiples significados y muy diversas utilizaciones.
La interpretación no es una mera aplicación mecánica de la ley, en la que nada se
agrega; y significa también que el derecho es más que la ley, significa que una cierta
atmósfera cultural puede ser tan importante como la ley misma en materia de conductas
sociales efectivas.

2. ¿Por qué es inoperante el concepto de verdad en el orden jurídico?


El desorden y el orden se implican recíprocamente: uno produce al otro; y el sistema de
relaciones sociales no es un desesperanzado desorden donde cada individuo pelea por lo
suyo sin que de ello surja ninguna visión de conjunto; pero tampoco es un orden
perfectamente establecido, como lo hubiera querido el derecho tradicional.
El orden resulta de un movimiento centrípeta que busca unificar, que pretende totalizar
significativamente la diversidad. Pero si el orden fuera pleno, la diversidad
desaparecería y el sistema perdería su dinamismo interno. Por ello, esas fuerzas
centrípetas presuponen, coexisten y generan fuerzas centrífugas que tienden a cuestionar
el orden, a fragmentar la unidad y a desarrollar la multiplicidad.
La razón concentra, mientras que la libertad desparrama. Pero si la razón concentra
demasiado, mata la libertad y se vuelve totalitaria; y si la libertad desborda a la razón, el
cosmos se disuelve en el caos y la propia libertad se pierde.

3. Frente a la concepción de interpretación ¿Cuál es la respuesta


jusnaturalista? ¿Cuál es la respuesta juspositivista?
Respuesta Jusnaturalista
Los juristas del Medioevo intentaron escaparse de las ataduras incipientemente positivas
de Justiniano, interpretando extensivamente la noción misma de interpretación.8 Más
tarde, la interpretación medieval se convirtió en un instrumento de lucha de la Iglesia y
de lo que ahora llamaríamos la sociedad civil, contra el poder de los príncipes. Frente al
valor positivo de la ley basado en la pura autoridad, la Iglesia opone el valor moral: las
normas no valen simplemente porque son mandatos, sino porque son buenas
moralmente.
Para unos, herederos de San Agustín, el derecho natural está constituido
fundamentalmente por la revelación; para otros, herederos de Santo Tomás, el derecho
natural es un producto de la razón. Los primeros colocan la verdad directamente en la
palabra de Dios; los segundos toman por verdad ciertas orientaciones puestas en la
naturaleza por Dios como guía de nuestros actos.
Para los primeros, la interpretación deberá proceder a una exégesis estricta del dogma
cristiano. Para los segundos, la interpretación consistirá en buscar la justicia según la
naturaleza; teniendo en cuenta, como señala Calasso, que en el pensamiento medieval
hay una ecuación que equipara la naturaleza a Dios.
Como se puede ver, de una manera o de otra, la tarea del intérprete era la misma:
encontrar una verdad elusiva, oculta en el texto religioso o en la naturaleza de las cosas.
Y, una vez establecida tal vaguedad garantizada por Dios, la interpretación tendría un
carácter indiscutible.

Respuesta Juspositivista
El hombre tiene una aspiración a la seguridad; pero ésta no se puede lograr en el campo
del derecho descubriendo ilusorios dogmas universales: lo que hay que hacer es inventar
dogmas concretos para cada momento a través de la legislación. Así el positivismo no
niega el carácter dogmático del derecho sino que simplemente lo vuelve laico.
La intención del legislador parece que estuviera al alcance de la mano y que se puede
encontrar mediante el simple análisis del texto legal. De esta manera, el sentido de la
interpretación cambia (y se hace más científico, según los positivistas), ya no se trata de
entender descubrir dogma religioso o cuasi religioso sino de entender plenamente el
sentido de la voluntad de un legislador humano a la que se le ha otorgado un valor
dogmático.
El positivismo, entonces, sobre todo bajo su forma más naif, nos propone que el
elemento objetivo en las normas legales, el criterio de verdad que el intérprete debe
encontrar y explicar, está constituido por la intención del legislador. Esto implica que
esa intención, cualquiera que sea su valor moral, es verdad incuestionable para el
intérprete por el sólo hecho de que el legislador se propuso positivizarla a través de una
norma.

4. ¿Por qué la voluntad del legislador es una fantasía?


El legislador no es omnisciente, no prevé todas las aplicaciones posibles de la ley ni
tiene un razonamiento puro y perfecto. De manera que, aunque fuera una persona
perfectamente lúcida y coherente en sus intenciones, es probable que carecerá de
intención respecto de muchas cosas en las cuales la ley tendrá posteriormente que
intervenir. Respecto de tales casos no pensados, la intención del legislador sólo puede
ser encontrada de manera presunta, a través de un método analógico que incorpora
mucho de ficción y de subjetividad.
El llamado legislador no tiene una coherencia perfecta en su razonamiento, sin
contradicción alguna, porque no hay un legislador único sino un cuerpo colegiado
donde existe una pluralidad de legisladores, cada uno con sus propias intenciones.

5. ¿Por qué pareciera que la intención del legislador estuviera al alcance de la


mano y que se puede encontrar mediante el simple análisis del texto legal? ¿y por
qué el autor dice que aún ello no es posible?
El hombre tiene una aspiración a la seguridad; pero ésta no se puede lograr en el campo
del derecho descubriendo ilusorios dogmas universales: lo que hay que hacer es inventar
dogmas concretos para cada momento a través de la legislación. Así el positivismo no
niega el carácter dogmático del derecho sino que simplemente lo vuelve laico. Y esto,
de alguna manera, lo hace aún más intolerante; porque tratar de conocer la intención de
Dios a través de la naturaleza es algo que cuando menos admite dudas y puede originar
algunas controversias; en todo caso, es una tarea que obliga a un estudio muy cuidadoso
y cauto de las circunstancias "naturales". En cambio, la intención del legislador parece
que estuviera al alcance de la mano y que se puede encontrar mediante el simple análisis
del texto legal. De esta manera, el sentido de la interpretación cambia (y se hace más
científico, según los positivistas): ya no se trata de entender descubrir dogma religioso o
cuasi religioso sino de entender plenamente el sentido de la voluntad de un legislador
humano a la que se le ha otorgado un valor dogmático.
El positivismo, entonces, sobre todo bajo su forma más naif, nos propone que el
elemento objetivo en las normas legales, el criterio de verdad que el intérprete debe
encontrar y explicar, está constituido por la intención del legislador.

6. ¿La interpretación no tiene límites ni barreras y podemos hacer decir a la


ley cualquier cosa?
No. los textos pueden ser muy abiertos, pero su forma misma impone una semiosis
limitada a los marcos textuales.
Kelsen, al plantear que la ley puede conducir a múltiples interpretaciones, señala, sin
embargo, el análisis racional, científico, de la norma, contribuye a reducir el campo de
las interpretaciones posibles, a establecer los marcos dentro de los cuales pueden caber
las interpretaciones legítimas.
No hay una libertad creativa irrestricta y que, por consiguiente, no todas las
interpretaciones serán correctas, aunque no exista solamente una y sólo una correcta:
aun siendo varias o muchas las interpretaciones válidas, habrá ciertas interpretaciones
que manifiestamente no lo son porque se oponen frontalmente al texto mismo de la ley
o porque no pueden ser extraídas de ella por ningún procedimiento racionalmente
aceptable.
7. ¿Por qué se dice que el Derecho (ley, jurisprudencia, doctrina) no existe?
El derecho como tal no existe; no hay algo ahí afuera, frente a nosotros, ya hecho, que
se llame derecho. Hay leyes, hay doctrinas, hay jurisprudencia; pero todo ello no es
todavía derecho sino elementos para construir el derecho, entendido éste como una
concepción siempre nueva, constantemente en proceso de renovación, cada vez como
una invención para el caso específico.
El derecho, por consiguiente, no es un ser sino un devenir, no es algo hecho sino algo
haciéndose permanentemente; y eso implica que es también algo deshaciéndose
permanentemente.

8. ¿Por qué el derecho nace siempre dentro del conflicto, surge como una
dialéctica, en la que las oposiciones juegan un papel fundamental?
Por eso es que las leyes no son el derecho, sino apenas solidificaciones transitorias,
prontamente cuestionadas, reinterpretadas y utilizadas sea como arma, sea como blanco,
en esa dialéctica de intereses y poderes que no termina nunca.

9. ¿Existe realmente un legislador?


A pesar de que hablamos siempre del "legislador" como si fuera una persona
identificable, el "legislador" no existe: es una ficción. Lo que existen son numerosos
legisladores, cada uno con sus propias ideas, sus propios niveles de conocimiento de las
cosas, sus propios intereses y sus propias limitaciones.

10. ¿Por qué dice que tenemos que respetar el texto, no al autor del texto; lo
que equivale en derecho a decir subversivamente: tenemos que respetar la ley, no
al legislador?
Entre la intención del autor y la intención del lector, existe la intención del texto. Esta
intentio operis no puede ser reducida a una intención pre-textual del autor. Sin embargo,
a pesar de su relativa independencia respecto del autor del texto, genera siempre una
cierta restricción a la intención del lector, aunque basada exclusivamente en el texto
mismo. Dicho de manera más irreverente, tenemos que respetar el texto, no al autor del
texto; lo que equivale en derecho a decir subversivamente: tenemos que respetar la ley,
no al legislador.

11. ¿Por qué se titula el ensayo la MUERTE del Legislador?


Porque el autor en su exposición hace un experimento con la noción de derecho, ponerla
a prueba y observarla desde puntos de vista insólitos, ha hecho ejercicio de irreverencia:
ha querido hacer un esfuerzo de incomprehensión metódica que persigue volver
inaceptable lo que es usualmente aceptable.

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