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Economía anarquista

Tras una prolongada pausa de casi tres años, voy a intentar arremeter nuevamente con el que
es, según creo, el único blog sobre teoría anarquista argentino. Cuando comencé a mediados
de 2007, la idea era intentar realizar aportes verdaderos a la teoría anarquista, algo que se
estaba haciendo desde hacía algunos años en forma dispersa en algunos lugares del mundo
(principalmente Estados Unidos), ante la situación de estancamiento en que se encontraba
producto de la "vagancia" intelectual de la mayoría de los anarquistas de a pie. Cinco años
después, su actitud a cambiado poco, pero por otro lado se ha desarrollado todo un campo de
teoría libertaria en el mundo de habla hispana que merece seguir creciendo. Como sea, la idea
del blog sigue siendo la misma, y estoy convencido de que todavía quedan multitud de áreas
en las que se pueden realizar aportes y continuar analizando la realidad desde una perspectiva
realmente anarquista.

Un estado anárquico
Casi a diario podemos leer las diversas maneras que se le ocurren a gobiernos y empresas para
poner diques al mar, para invadir este estado anárquico que se regula prácticamente sólo. Así
es internet, un mundo en el que cada uno es libre de expresarse, de contar sus vivencias e
ideas, de gritar a los cuatro vientos… Y de manera natural unos reciben más atención que
otros, pero a todos se les da la oportunidad de expresar sus concepciones del mundo.
Probablemente es internet, un mundo fuera de los límites de lo palpable, un mundo
electrónico, virtual, cibernético, del que podríamos aprender muchas cosas acerca de la
democrácia y la libertad en nuestra vida real y cotidiana.

Evidentemente internet tiene sus limitaciones, un claro ejemplo es que no todas las personas
tienen acceso a la red, aún así cada vez es más fácil poder visualizar sus contenidos. El principal
interés que despierta en mi la web es que a través de la misma se posibilita el libre acceso a la
cultura, el conocimiento, la información en general. Es la enciclopedia más grande del mundo,
en la que podemos incluso comparar varias ideas o criterios acerca de una misma idea. Gracias
a esto no estamos, por tanto, limitados por la realidad que nos quieren contar los medios
oficiales, pues podemos evadir en cierta medida la uniformización del pensamiento único
leyendo, por ejemplo, lo que tiene que contarnos un soldado americano que estuvo en la
guerra de Iraq, que vio con sus propios ojos la realidad que se nos oculta en los medios de
comunicación de masas.

No es casualidad que internet esté en el punto de mira de gobiernos y empresarios, el libre


acceso y la diversidad informativa no convienen a ninguno de los dos conjuntos. Ya en la
antigüedad los poderosos eran conscientes de que teniendo el monopolio del saber, se posee
el poder, y de esta manera el control sobre los vasallos, mantenidos en la ignorancia para
evitar su rebelación. Se han sucedido los siglos, hemos visto pasar diversos sistemas
económicos, maneras de producir y de organizar las sociedades, pero en todos y cada uno de
ellos, se han repetido estos esquemas. Y no es diferente en la actualidad, rodeados de una
fantasía democrática, una ilusión de la libertad, nos creemos conocedores, aprendidos,
instruidos, pero la verdad es que se nos sigue ocultando la verdad, la cortina de humo sigue
nublando nuestra vista, nos dan gafas de cristales opacos para que no podamos ver lo que
realmente hacen con el mundo mientras nosotros sufrimos las consecuencias. Lo que ocurre
es que han planeado tan bien su estrategia, que a pesar de mentirnos o directamente
ocultarnos la verdad, nos han hecho creer que la transparencia es la principal virtud de este
sistema económico.

Pero en todo ese embrollo de mentiras, falsas verdades y hechos contados a medias ha nacido
una vía bastante libre, que se llama internet. Es un estado anárquico en el que no se precisa
establecer normas pues las personas han interiorizado unas maneras de actuar que hacen que
las cosas funcionen sin la indispensable necesidad de recurrir a una autoridad que imponga ley
y orden.

Efectivamente hay quienes atentan contra la buena voluntad de las personas en general, pero
este fenónemo parece difícil de erradicar. Este problema se repite en tantos aspectos de la
vida: hay quien, aún no necesitándola, se aprovecha de la caridad de las personas, quitando de
esta manera a quienes realmente lo necesitan; hay niños que sabiendo que un compañero de
clase nunca pega a nadie, se meten precisamente con él, para descargar su rabia con ese
alguien del que saben que no atentará contra su persona; y de igual manera hay otros tantos
ejemplos de este mismo compartamiento. Pero yo diría que en general, las personas de a pie
se comportan de manera civilizada y ordenada sin necesidad de que haya una presencia
policial o de cualquier otro cuerpo armado represivo, y ni siquiera es preciso que haya unas
leyes establecidas, creo que el sentido común de las personas no las haría actuar de manera
contraproducente, en general, para el resto de la población. Evidentemente excluyo de este
grupo poblacional a empresarios y políticos quienes quedan fuera de esta regla.

Y esto mismo sucede con internet. De alguna manera se regula por si mismo. Pero es un fruto
demasiado jugoso, para que el capitalismo no quiera incarle el diente de una manera mucho
más masiva de lo que ya lo está haciendo. Liderados por los medios de comunicación, los
gobiernos en su propio interés y en el de los empresarios y accionistas de dichos medios de
masas, que de todas a todas generalmente comparten ya de por si los mismos intereses, se
busca irrumpir en la red para sacar tajada de esta gran herramienta que el capitalista considera
está mal aprovechada. Hay mucho zumo por exprimir que ahora mismo se pierde, evaporado
en la libre distribución de información, el principal enemigo para el empresario y el político.
La idea es convertir internet en lo que debería ser según la concepción del capital, un inmenso
centro comercial. Las bibliotecas no le interesan al poder, si pudieran las quemarían todas y las
sustituirían por centros comerciales, para que aborregados corramos y compremos sus
productos creyéndolos indispensables, influídos por la publicidad, cuando realmente no los
necesitamos.

¿qué es un estado anárquico?


La palabra anarquía proviene del griego ἀναρχία, anarchía (de ἄναρχος, ánarchos, prefijo ἀν,
an, que significa 'no' o 'sin', y sustantivo ἀρχός, archós, que significa 'dirigente', 'soberano' o
'gobierno')1 y sirve para designar aquellas situaciones donde se da la ausencia de Estado o
poder público2 volviendo inaplicable el monopolio de la fuerza sobre un territorio. A diferencia
de la autarquía (uno mismo-gobierno), un concepto de filosofía moral, la anarquía se refiere a
una situación del orden político.

En la filosofía política la palabra anarquía es polisémica, o sea que su uso puede referirse a
nociones distintas. La primera noción alude al desorden político producido tras el colapso de
un Estado al no poder aplicar la ley sobre su territorio (ver: estado fallido), o al que puede
darse en medio de un grave conflicto institucional en que nadie alcanza a ejercer la jefatura del
Estado o su reconocimiento está en disputa (ver: acefalía de gobierno), en este caso anarquía
es sinónimo de caos.

La segunda noción alude a una forma de gobierno que prescinde de Estado y donde las
instituciones son formadas por el libre acuerdo, es decir, sin usar la fuerza para obligar a otros,
así como en términos generales el anarquismo plantea una sociedad políticamente organizada
sin Estado.3 4 5 La idea común de los anarquistas es que consideran que el Estado es
innecesario y también directamente perjudicial en la medida en que atenta contra las
libertades de los individuos. Ente concepto de anarquía es sinónimo de acracia, llamada por
algunos autores orden natural. Los anarquistas de diferentes corrientes difieren en gran
medida de la forma exacta de esta sociedad ideal. El principio básico en que están de acuerdo
es en la no-existencia de un Estado central dentro de un sistema de no-agresión o anarquía.
Dentro de este marco, la mayoría de tendencias anarquistas proponen que un sistema de
asociación voluntaria de un tipo u otro puede proporcionar los servicios para los cuales los
seres humanos han confiado en las instituciones coercitivas externas del Estado. Las formas de
asociación deseables y posibles en ausencia de gobierno son objeto de numerosos debates,
según lo expresado en los acalorados debates entre el anarcocapitalismo (que propone que el
mercado libre solucione estos problemas) y el anarcosocialismo (que tiende a defender un
sistema colectivista descentralizado).
En materia de doctrina de relaciones internacionales se llama anarquía a la apreciación de que
los Estados son autónomos frente al derecho internacional en la medida que no existe un
gobierno mundial por sobre los gobiernos nacionales.

Estado Anarquico en la Actualidad


El anarquismo es una doctrina y movimiento radical que promueve la anarquía o acracia, es
decir, la autonomía de cada individuo. Es contrario al gobierno o autoridad obligatoria y
promueve el autogobierno de personas y asociaciones. Los principios fundamentales del
anarquismo son la autopropiedad de cada individuo, y la no coacción. Así, los únicos medios
coherentes con estos principios son las instituciones, los derechos y las obligaciones, que sean
resultado de acuerdos libres o pactos voluntarios entre individuos.

Anarquista, ideológicamente, es la persona que lucha contra la opresión y la desigualdad en


pos de una sociedad solidaria y participativa. Aquel que desafía la autoridad, las instituciones,
la jerarquía y todo tipo de dominación; cuya bandera y escudo es la revolución del poder
político, del poder económico, de las relaciones sociales y culturales. Todo ello, con vistas a la
creación de un mejor futuro para toda la sociedad. En base a lo anterior, en últimas, ¿por qué
se le tiene a éste tan enmasillado como un gran agitador y como un ser sin control?

Todo parte de la visión de anarquismo que se tenga, ya que por ser una ideología tan rica y
diversa, muchos se pueden aprovechar para sacar su lado más vulnerable e influir a que otros
lo vean con malos ojos. El caso es que este movimiento, al oponerse a la autoridad puede
desarrollar muchos cambios de gran importancia, así como también muchos otros de total
irrelevancia, lo cual genera discordia en toda la sociedad. Considerándoseles como una
amenaza por ir en contra del orden ya establecido, o como unos líderes debido a su acción
social. Ahora bien, siendo este un movimiento tan ideológicamente rico e importante, estando
en lo correcto, se ha de esperar que las personas buenas lo admitan y tiendan hacia él. Pero si
éste falla, entonces estas mismas personas tendrán dudas y, tal vez, se muestren hostiles.

Hoy en día, dentro de la sociedad se enmarcan dos concepciones de anarquismo, que aunque
son diferentes, hacen parte de la misma definición que ha sido con el tiempo construida y
desarrollada. Una se caracteriza por ser poco convincente, enfocada primordialmente por el
radicalismo y la falta de ideales claros; y otra, que es mucho más enfática y que tiene que ver
cada aspecto de la sociedad y su desarrollo. El primer tipo de anarquismo, el negativo, se
denota en un ideal muy antiguo y profundo el cual rechaza las formas políticas, las
instituciones, incluso la tecnología y sus aportes innovadores, como estos fueran reflejo de la
autoridad y como si relacionarse con las estructuras sociales actuales para obtener beneficios
limitados fuera automáticamente un signo de hipocresía. Es de suponer que aquellos que
comparten esta visión consideran que la regulación y el uso de la fuerza por parte del Estado
son utilizadas para someter a la mayoría. De esto, deducen que el intento de administrar la
justicia, legislar o llevar a cabo objetivos comunes, o incluso cooperar a gran escala en sí, son la
causa del sometimiento.

Pero, ¿qué hay de la trayectoria positiva del anarquismo actual, omitida por los medios de
comunicación? esta nueva versión del anarquismo -a diferencia de la anterior- se enmarca
primordialmente en la toma de conciencia. Su principal objetivo, es luchar por la igualdad en
todos los aspectos del ser humano; influyendo directamente en los diferentes aspectos de la
sociedad, como son la familia, la cultura, el Estado y la economía. Resaltando, como su mayor
valor, su intento para producir mejoras en la vida actual de las personas y las instituciones. El
anarquismo de hoy trasciende la intolerancia que muchas veces manifestó en el pasado. Ser
anarquista hoy implica cada vez más tener una visión de género, cultura y economía; dando
importancia, no solo a la política como ficha clave, sino, a toda orientación y a cada aspecto
como formador de muchos otros.

Los anarquistas del pasado, a diferencia de los actuales, afirmaban que el análisis hecho desde
un punto de vista estrictamente anti-autoritario podría explicar la familia, la raza y la religión
mejor que un razonamiento basado en conceptos culturales, y, del mismo modo, se podría
explicar la producción, el consumo y la distribución mejor que un análisis fundado en
conceptos económicos. En la actualidad, se denota el gran avance que muchos anarquistas han
demostrado. Muchos de ellos han ampliado su esbozo intelectual, de modo que el anarquismo
actual no se centra solo en el Estado, sino que también en las relaciones de género; y no sólo
enfatiza en la economía, sino que además toma en cuenta las relaciones culturales, la ecología,
la sexualidad y la libertad en todas sus formas. Ahora no sólo condenan, sino que muy por el
contrario han tomado iniciativas para crear, construir y desarrollar nuevas instituciones y
formas políticas, en la cuales se han incluido nuevas formas de encuentro, de toma de
decisiones y de coordinación.

En la actualidad la desinformación y la desconocimiento acerca del anarquismo, observada por


muchos, han sido los principales vayas a superar. Los grupos de poder y los medios
dominantes destacan la peor parte de este movimiento- entre otras la idea de anarquismo
negativo o primitivo- otorgándole mucho más peso y tenacidad de la que de otro modo
tendría. Por otra parte, el lado positivo del anarquismo contemporáneo se ha mostrado, en
muchos aspectos, demasiado impreciso para destacarse sobre los demás, ya que este debido a
su enfoque tan libertario no plantea objetivos claros y convincentes.

Lo que ocasiona la disparidad frente al movimiento, es que este en particular no plantea una
visión decisiva sobre el futuro de la religión, la identificación étnica, la comunidad cultural, o
una visión futura de las relaciones de parentesco, sexualidad, procreación, socialización, o
incluso una visión futura de las relaciones de producción, consumo y/o distribución. Otro
aspecto fundamental, es que este movimiento en particular no tiene lugar en la acción directa
dentro las diferentes agendas políticas. Le expectativa que una corriente tan importante como
ésta, es que desarrolle un conjunto completo de alternativas institucionales positivas a las
legislaturas, los tribunales, la policía y los diversos organismos directivos contemporáneos. Se
ha de esperar un plan de cuáles son las instituciones que buscan los anarquistas pudieran
incrementar la solidaridad, la equidad, la autogestión participativa, la diversidad y cualquier
otra afirmación de la vida y los valores libertarios sobre los que se basan.

Al reconocer la necesidad de los avances sociales alcanzados hasta ahora, como son los
conceptos y las prácticas basadas en la cultura, la economía y el género así como en la política;
al construir una visión política solida del presente, como estructura en la cual se desarrollara
todos planes sociales para el futuro; y al evitar todas las discrepancias en sus ideales, en
cuanto a la tecnología, las reformas, la política y las instituciones en general; el anarquismo
daría a ofrecer una visión política convincente y adecuada a la necesidades de la sociedad
actual.

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