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revista DE

DERECHO PENAL
Y CRIMINOLOGÍA
DELITOS ECONóMICOS • CONTRAVENCIONAL •
GARANTÍAS CONSTITUCIONALES • PROCESal PENAL •
EJECUCIÓN DE LA PENA
Director
Eugenio Raúl ZAFFARONI

ÁREA PROCESAL
Miguel Á. ALMEYRA

COMITÉ ACADÉMICO
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Carlos Julio Lascano (ARGENTINA)
Lola ANIYAR DE CASTRO (Venezuela)
Luis ARROYO ZAPATERO (España)
David BAIGÚN (Argentina)
Nilo BATISTA (Brasil)
Roberto Bergalli (Argentina)
Jorge DE LA RUA (ARGENTINA 1942-2015)
Edgardo Alberto Donna (Argentina)
Luigi FERRAJOLI (Italia)
José Luis GUZMÁN DALBORA (Chile)
Julio B. J. MAIER (Argentina)
Sergio MOCCIA (Italia)
Francisco MUÑOZ CONDE (España)
Esteban RIGHI (Argentina)
Gladys ROMERO (Argentina)
Norberto SPOLANSKY (Argentina)
Juarez TAVARES (Brasil)
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COORDINADORES
MatÍas BAILONE
Rodrigo CODINO
COMITÉ DE REDACCIÓN

Gabriel Ignacio ANITUA Javier DE LUCA


Fernando ARNEDO Manuel Maroto Calatayud
Alejandro ALAGIA Juliana OLIVA
Javier Ignacio BAÑOS Graciela OTANO
Ricardo basílico Jorge Paladines Rodríguez
María Laura Böhm Nelson PESSOA
Mariano Borinsky Gabriel PÉREZ BARBERÁ
José Angel Brandariz García Marcelo RIQUERT
Sebastián Cabezas Chamorro Guido RISSO
Roberto manuel carlés José SAEZ CAPEL
Carlos CARAMUTI Cristina Sánchez Henríquez
Carlos CHIARA DÍAZ MÁXIMO SOZZO
Horacio Dias Sergio TORRES
Javier de la Fuente Renato VANELLI
Daniel ERBETTA Felipe VILLAVICENCIO
Adrián FERNÁNDEZ Julio VIRGOLINI
Rubén E. FIGARI verónica yamamoto
Gabriela GUSIS Myrna Villegas Díaz
Mariano Gutiérrez Romina ZARATE
Agustina Iglesias Diego Zysman Quirós

con el auspicio de
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sumario

DERECHO PENAL
DOCTRINA

La guerra contra las drogas y los signos de destrucción del derecho penal en la salud pública
Por Eugenio Raúl Zaffaroni y Jorge Vicente Paladines................................................................... 3

La desuetudo del delito de aborto. ¿En miras de una legislación despenalizadora del aborto?
Por Gustavo Ariel Fernández.............................................................................................................. 10

Realismo, punición y reforma


Por Paul H. Robinson, Owen D. Jones y Robert Kurzban............................................................... 19

NOTA A FALLO

Usos y costumbres como fuente creadora de derecho. Su aplicación al derecho penal


Por Ana Laura Palmucci..................................................................................................................... 34

NAUFRAGIO CULPOSO / Colisión entre dos buques. Responsabilidad del capitán del buque que
se encontraba en horario de descanso y de quien lo conducía (CFCasación Penal)........................ 34

CRIMINOLOGÍA
DOCTRINA

El pensamiento jurídico y criminológico de Baratta: crítica al funcionalismo sistémico de Jakobs


Por Daniel Gustavo Gorra................................................................................................................... 65

Orden y desorden del matrimonio: la expansión del “rapto” de la recién casada en Bamako
Por Bouréma Kansaye......................................................................................................................... 70

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • III


PROCESAL PENAL
DOCTRINA

Las atribuciones policiales y el nuevo Código Procesal Penal


Por Natalia Cecilia Caprarulo............................................................................................................. 79

NOTA A FALLO

Un fallo auspicioso que reafirma el juicio por jurados


Por Ricardo S. Favarotto..................................................................................................................... 121

RENUNCIABILIDAD DEL JUICIO POR JURADOS / Efectos respecto de los coimputados. Defensa
en juicio. Garantías constitucionales. Arbitrariedad. Último párrafo del art. 22 bis del Código
Procesal Penal de la provincia de Buenos Aires. Inconstitucionalidad (JGarantías en lo Penal
Nro. 3, San Martín)............................................................................................................................... 121

POLÍTICA CRIMINAL
DOCTRINA

Aspectos involutivos en la normativa europea: funciones de la pena y consecuencias sistemáticas


Por Sergio Moccia ............................................................................................................................... 129

Desfederalización del régimen de estupefacientes y uso de las técnicas especiales de investigación


en Mar del Plata
Por Marcelo A. Riquert........................................................................................................................ 140

La confabulación y el acto manifiestamente revelador, presupuestos de constitucionalidad


Por Isidoro J. Martín Aramburú.......................................................................................................... 162

PENAL ECONÓMICO
DOCTRINA

La responsabilidad penal del compliance officer: algunas consideraciones iniciales sobre el nuevo
delito de omisión culposa de comunicación de operaciones sospechosas en el Perú
Por Luis Miguel Reyna Alfaro............................................................................................................. 191

EJECUCIÓN DE LA PENA
JURISPRUDENCIA AGRUPADA

Control judicial de sanciones penitenciarias


Por Jorge Alberto Diegues.................................................................................................................. 205

IV • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DERECHO PENAL INTERNACIONAL
DOCTRINA

Más allá de Kampala. El espionaje masivo como un crimen de agresión. Hacia una redefinición
del rol del derecho (penal) internacional
Por Guido Leonardo Croxatto............................................................................................................. 211

PÁGINAS CLÁSICAS
DOCTRINA

Omisión en derecho penal


Por Ernesto J. Ure................................................................................................................................ 253

BIBLIOGRAFÍA
La cantidad de pena en el tiempo de prisión. Sistema de la medida cualitativa, de Pablo Andrés
Vacani. Comentado por Gabriel Ignacio Anitua.............................................................................. 263

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • V


Derecho Penal
DPyC Derecho Penal DOCTRINA

La guerra contra las drogas y los signos de destrucción


del derecho penal en la salud pública
Por Eugenio Raúl Zaffaroni y Jorge Vicente Paladines (*)

Sumario: I. La situación actual de la “guerra contra las drogas”.— II. Los


signos de destrucción del derecho penal liberal.— III. Los signos del po-
der punitivo en las políticas de salud.— IV. Conclusión.

I. La situación actual de la “guerra contra ha ocurrido recientemente en los estados de


las drogas” Washington y Colorado. Por su parte, el 17 de
mayo de 2013 la Organización de Estados Ame-
La década de los años sesenta y setenta se ricanos (OEA) publicó el informe intitulado “El
caracterizaron por el ataque al derecho penal problema de las drogas en las Américas”, don-
liberal o de garantías mediante la apelación a de —tardíamente—, además de demandar de
un “derecho penal de seguridad nacional”. En el los países latinoamericanos una indiscutible
marco de la ideología de “guerra contra las dro- despenalización del consumo, refuerza nue-
gas” se subordinaron principios del derecho pe- vamente el enfoque de la salud pública en la
nal en nombre de la salud pública. Como con- perspectiva de centrar su “solución” en el tra-
secuencia, el usuario de cualquier droga ilícita o tamiento y la rehabilitación de los consumido-
prohibida es proyectado públicamente como un res. No cabe la menor duda de que desactivar
anormal, llegando incluso a etiquetárselo en los el derecho penal es un gran paso. No obstante,
gobiernos militares de la Argentina como “sub- el prohibicionismo que ha mantenido la rígida
versivo”. Bajo el ideal de preservar “la salud físi- estructura de la legislación penal puede migrar
ca y moral de la humanidad”, las convenciones a las políticas de salud, donde históricamente
internacionales sobre drogas de 1961 y 1971 han se hallan las mismas funciones del poder puni-
sellado una vez más el compromiso de la comu- tivo por otros medios.
nidad internacional para no tolerar el consumo
de drogas, poniendo en interdicción a la misma II. Los signos de destrucción del derecho
autonomía de la voluntad por ser la fuente del penal liberal
denominado “uso indebido”. Con ello, cualquier
uso voluntario de drogas ilícitas —y por ende su
A medida que fue avanzando la década de los
demanda— queda proscrito.
años ochenta, se sancionaron apresuradamente
leyes anti-droga acordes con el discurso refor-
La guerra a la droga ha transformado en oro
zado por las convenciones de 1961, 1971 y 1988.
cualquier inmundicia con demanda rígida.
Así ocurrió en Perú en 1982, en Venezuela en
Cientos de miles de millones de dólares con-
1984, en Chile en 1985, en Colombia en 1986, en
forman la renta anual de semejante operación
Bolivia en 1988, en Argentina en 1989, en Ecua-
planetaria. Es inaudito, entonces, que el país
dor en 1990, etcétera. Se deterioraron cada vez
consumidor por excelencia no pueda desar-
más los derechos y garantías de todas las per-
mar las redes de distribución dentro de sus
sonas procesadas por cualquiera de los tipos
fronteras. Sin embargo, mientras que desde
penales creados en homenaje a la guerra con-
sus agencias políticas y de seguridad se nos
tra las drogas. Este mecanismo, asentado bajo
envía un mensaje bélico para el manejo de las
una administración del miedo, es reiterativo.
drogas, algunos de sus Estados han comenza-
Recuérdese que todas las leyes penales autori-
do serios procesos de descriminalización de la
tarias fueron siempre leyes de defensa del Esta-
posesión y tenencia para su consumo, tal como
do. A medida que la “guerra” lo requiera, van ca-
(*) Profesor en Derecho Penal de la Universidad Andina yendo más “obstáculos” y, finalmente, como no
Simón Bolivar de Ecuador. es posible tipificar todos los actos del satánico

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DPyC Derecho Penal doctrina

enemigo de turno, caen los propios límites de las definiciones sean cuidadosas en el sentido
la legalidad en aras de precautelar al “gesundes de procurar una precisión de la legalidad típica,
Volksempfinden des deutschen Volkes”. sino en cubrir toda posibilidad con punibilidad.
Cada una de estas previsiones se amplía, lógi-
En este sentido, los signos anti-liberales muy camente, mediante las fórmulas generales de la
marcados de la legislación anti-droga latinoame- tentativa y de la participación, aunque muchas
ricana no tienen nada de originales: son meras de ellas sean, en sí mismas, formas de tentativa,
reiteraciones de fenómenos de deterioro y des- de participación o de preparación. Esto signifi-
trucción del derecho penal liberal, de los que ca que, en tanto que para la generalidad de los
existen múltiples ejemplos en los dos últimos si- delitos es punible la acción típica, su tentativa
glos: se crea (inventa en el plano de lo real) o se y su participación, reconociendo formas de me-
magnifica un peligro social, se lo extrae de con- nor pena para estas últimas modalidades, en los
texto y se lo hace “penal”, se absolutiza la “lucha” delitos referentes a drogas es punible la acción
o la guerra contra ese peligro y se subordina todo típica, la tentativa, la participación y la prepara-
a esa “guerra”. A la larga, la absolutización se des- ción, todos como tipicidades principales.
ploma en perspectiva histórica y la falsedad del
discurso queda en evidencia, pero los poderes en Además de la insólita extensión de la punibili-
juego buscan un nuevo “enemigo” y los enemi- dad que implica esta técnica, quedan equipara-
gos del derecho penal liberal (que parece haber- das a los efectos de la punibilidad las conductas
los por constitución orgánica o de estructura de consumadas a las tentativas, las participaciones
personalidad) retoman los viejos procedimien- secundarias a la autoría e incluso los actos pre-
tos dentro del nuevo discurso de “guerra”. paratorios a los delitos consumados. Esta fue
una clara característica del derecho penal auto-
La guerra se encuentra de manifiesto en la ritario que se hizo evidente en el “Códice Roc-
grosera técnica legislativa en que fueron redac- co”, dando paso a un segundo término a la lesión
tados los delitos de drogas. Es alarmante ob- al bien jurídico. Al respecto huelga recordar la
servar cómo se amplió el espectro punitivo en teoría de la “acción sintomática” de Tesar y Koll-
el espacio público a partir de la reproducción mann a principios del siglo XX, mediante el afa-
de verbos rectores. Esta técnica legislativa —o mado “síntoma” de peligrosidad de los positivis-
mejor, esta grave falla de técnica legislativa— se tas (que desembocó en la peligrosidad sin delito
generaliza en las leyes latinoamericanas como y en el proyecto de Código Penal sin parte espe-
la ley ecuatoriana (ley 108) que engrosa en su cial de Krylenko), decoradas más adelante con
catálogo de delitos los verbos “sembrar”, “culti- las manifestaciones más modernas del “derecho
var”, “cosechar”, “explotar”, “extraer”, “recolectar”, penal de ánimo” o “Gessinnungsstrafrechf”.
“purificar”, “cristalizar”, “recristalizar”, “sinteti-
zar”, “elaborar”, “producir”, “fabricar”, “preparar”, Desde la “moderna” doctrina penal se ha
“envasar”, “ofrecer”, “intermediar”, “comprar”, avalado esta posición a través de la amalgama
“vender”, “entregar”, “distribuir”, “comercializar”, entre el derecho penal y la teoría de la sociedad
“importar”, “exportar”, “traficar”, “transaccionar”, del riesgo (Strafrecht und Risikogesellschaft),
“transportar”, “poseer”, “tener”, “mantener”, “ha- afianzado la anticipación del derecho penal a
llar”, “prestar”, “administrar”, “destinar”, “rece- acciones que aún no han lesionado o puesto
tar”, “despachar”, “falsificar” o “alterar”, entre concretamente en peligro bienes jurídicos. Así
otros. Similar situación podemos encontrar se brinda una “indiscutible” legitimidad a los
en los largos enlistados que se encuentran en denominados delitos de peligro abstracto, es-
el artículo 3 de la ley colombiana. En sentido tableciéndose de esta forma la penalidad sobre
análogo puede verse el artículo 5 de la ley ar- comportamientos que potencial e improbable-
gentina, los 57 y 58 de la ley peruana, el 31 de la mente podrían producir un peligro al resto de la
ley venezolana, etc. sociedad.
Ante todo, está revelando un afán por no de- En la mayoría de nuestros países los delitos co-
jar ningún hueco de punibilidad: quien tenga metidos en estado de intoxicación aguda por uso
“algo” que ver con una droga prohibida comete de drogas ilícitas son muy pocos, y menos aún los
delito. En este aspecto, no debe pensarse que cometidos bajo los efectos del síndrome de abs-

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DPyC Eugenio Raúl Zaffaroni y Jorge Vicente Paladines

tinencia (en algunos países no existen, directa- los convenios internacionales. El artículo 3.4.a
mente). Por el contrario, estos efectos se produ- de la Convención de 1988 señala expresamente
cen en nuestra región a través del abuso de una que: “Cada una de las Partes dispondrá que por
droga que no es precisamente ilícita: el alcohol. la comisión de los delitos tipificados de confor-
Sin embargo, casi todas las leyes anti-droga esta- midad con el párrafo 1 del presente artículo se
blecen penas para el simple consumo a través de apliquen sanciones proporcionadas a la grave-
un soterrado efecto contrafáctico. A la vez que se dad de esos delitos, tales como las penas de pri-
“declara” formalmente no criminalizar al usua- sión u otras formas de privación de la liberad,
rio de drogas ilícitas, se reprime materialmente las sanciones pecuniarias y el decomiso”. Si bien
la mera posesión o tenencia de drogas e incluso el mensaje estimula a la prisionización, de nin-
el cultivo para consumo, convirtiendo con ello a guna manera libera a nuestros países hacia una
miles de consumidores en clientes del sistema predeterminación de penas que no guarde rela-
penal a través de estereotipos. Aquella falacia fue ción con la magnitud de los injustos que trata.
al menos resuelta en Argentina a través del fallo Lamentablemente, la realidad nos ha develado
“Arriola” en 2009, en donde se declaró inconstitu- que las escalas penales en los delitos de drogas
cional la normativa de la ley 23.737 que reprimía son altísimas en comparación con otros tipos
la tenencia y el cultivo para consumo personal. penales como, por ejemplo, el homicidio. Las
más inverosímiles penas se han aplicado inclu-
Sin embargo, aún persiste la falacia sobre el so a personas poseedoras de pequeñas cantida-
bien jurídico protegido detrás de la penalidad des de marihuana en países donde el castigo es
de las drogas ilícitas. Podemos caer en cuenta severamente alto (Bolivia y Ecuador). A ello se
de que el principio de lesividad queda someti- suman también los mínimos altos de las penas,
do a las necesidades de la “guerra”: nadie debe poniendo una clara excepción al principio de
consumir porque si no hay consumidores no culpabilidad y a la gran tarea de los tribunales
hay traficantes; nadie debe consumir porque en efectivizar una duda razonable.
puede confundirse con un traficante; en defi-
nitiva, nadie debe consumir porque favorece Asimismo, suele detectarse el uso de muje-
el tráfico. Queda claro que el “daño” está en el res de los sectores sociales más humildes que
tráfico y no en la lesión a la salud, como se pre- operan como transportadoras (mulas), siendo
tende, o sea: se persigue el tráfico por el tráfico en definitiva las únicas que van a dar en la pri-
mismo. Por tanto, existe el forzado discurso de sión, generando no solo un creciente problema
que si se generalizase el consumo de drogas se penitenciario, sino una mayor impunidad en
paralizaría la sociedad. Independientemente de el descubrimiento del “hombre de atrás” o del
lo artificioso del argumento, que supone que to- autor mediato. El establecimiento de escalas pe-
dos estamos ansiosos por intoxicarnos, su raíz nales altas y, sobre todo, con mínimos altísimos,
autoritaria es bien clara. Muchas veces ha sido impide que los jueces puedan adecuar la indi-
usado para sancionar comportamientos cla- vidualización de las penas a las pautas genera-
ramente inmorales pero no lesivos a terceros, les. Este cuadro se completa con un bombardeo
como el suicidio. Está implicando que la vida no periodístico sobre los magistrados para demo-
nos pertenece, sino que es un patrimonio social nizar a cualquiera que se atreva a proclamar la
del organismo-Estado al que todos pertenece- inconstitucionalidad de estos mínimos; por el
mos y, por ende, se puede penar la lesión contra contrario, para defender a la corporación de la
nuestra propia vida. Similar razonamiento se estigmatización, proceden a imponer gravísi-
usó aun de modo más ridículo, cuando Feuer- mas sanciones a los procesados.
bach sostenía que era necesario penar la homo-
sexualidad como contravención, porque ponía En algunos países con organización políti-
en peligro la subsistencia de la especie humana. ca federal, como Argentina, es de vieja data la
atribución de la competencia en materia de
La destrucción del derecho penal liberal es drogas prohibidas a la justicia federal en detri-
más evidente cuando el principio de proporcio- mento de la competencia ordinaria originaria.
nalidad de las penas resulta claramente afecta- Esta competencia se asigna aunque se trate de
do. Las legislaciones latinoamericanas anti-dro- conductas que no constituyen tráfico interpro-
gas han rebasado incluso el mandato bélico de vincial ni internacional y, por ende, avanzan

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DPyC Derecho Penal doctrina

notoriamente sobre las competencias provincia- a la persona hasta por ocho días y el auto de falta
les, violando las bases de la organización federal. de mérito del juez es de consulta obligatoria, no
Pero, además, se sabe que la justicia federal es así el que cierra el sumario.
“especial” respecto de la competencia ordinaria,
de manera que su atribución implica la consa- III. Los signos del poder punitivo en las po-
gración de una especialidad jurisdiccional que líticas de salud
acarrea la intervención de la policía federal y el En los últimos meses se ha puesto énfasis en
desplazamiento de las locales o provinciales. América Latina en la re-definición del proble-
Las manifestaciones autoritarias en el or- ma de las drogas al campo de la salud pública,
den procesal no se agotan en lo que hace a la logrando con ello reducir la fracasada apuesta
competencia, sino que, siguiendo la tendencia que ha tenido su abordaje penal. Sin embargo,
del derecho procesal penal autoritario, se esta- el campo de la salud no ha estado tradicional-
blecen procedimientos especiales diversos del mente preparado para recibir semejante res-
proceso penal ordinario. Sus características son ponsabilidad, más aún cuando en sus prácticas
también las propias de la “guerra”, es decir, ma- se han evidenciado crudas formas de penalidad
yor rapidez en detrimento de la seguridad del por otros medios. Una de ellas es la denomina-
procesado. Cabe advertir que no se trata de una da prevención primaria a partir de las multitu-
celeridad que procure corregir el defecto del dinarias campañas de información para colocar
proceso ordinario, sino de una celeridad que alertas sobre los riesgos del consumo de drogas.
procure una mayor “eficacia” represiva, la que No obstante, los mensajes para la prevención no
distinguen el momento en que su uso o consu-
se logra en detrimento de su seguridad. Se tra-
mo se convierte en un problema de salud pú-
ta, en definitiva, de una tendencia más o menos
blica real. Se entendería que los consumos oca-
generalizada en todo proceso-autoritario que
sionales, habituales o problemáticos son en ge-
caricaturiza el proceso penal militar (obsérvese
neral adicciones, sin distinguir específicamente
que no lo copia sino que lo “caricaturiza”). Hay
lo que es ocasional (uso), habitual (adicción) o
que añadir también la proliferación de insti-
problemático (dependencia).
tuciones que no corresponden a la ética de un
estado de derecho, tales como: interceptación Al descartarse el reconocimiento del consumo
de llamadas telefónicas, entrega vigilada, agen- voluntario o recreativo de drogas ilícitas para re-
cia policial encubierta, delación premial, entre legarlo al controlado uso medicinal, científico o
otras. Ninguna de estas instituciones garantiza terapéutico, se desarrolla un solo marco ético y
la no autoincriminación o la prohibición de ob- cultural para su prevención, con lo cual la polí-
tención de pruebas por medios ilegítimos. tica de evitación total del consumo partiría del
mismo esquema prohibicionista que mantiene
Esta característica es bastante clara. En Boli- la ley penal. De esta forma, la prevención prohi-
via, basta con la manifestación del fiscal espe- bicionista se estructura mediante la promoción
cial para el procesamiento, el procesado tiene de derechos para la población no consumidora
sólo tres días para presentar sus pruebas de de drogas, es decir, para las —posibles— mayo-
descargo, la libertad provisoria no se admite, rías que, apelando a la salud pública, no están
no se admiten excepciones previas, el rebelde inscritas en ninguna de las formas de su uso ni
sigue siendo procesado, el proceso avanza en en sus complejas y agudas circunstancias de
su contra sin que a su presentación pueda re- dependencia. Quedan al margen los diferentes
clamar por lo actuado. En Ecuador, en todo caso grupos que, usando de forma ocasional, ha-
de sentencia ratificatoria de inocencia, el fiscal bitual o problemática las drogas, son también
debe apelar, llevando incluso a reverse una ab- merecedores de contundentes campañas de in-
solución sin la contradicción de la defensa en la formación, no solo para evitar o interrumpir su
audiencia de apelación. En Perú, la policía de consumo, sino también para mitigar sus efectos
investigaciones queda facultada para detener y probables riesgos a partir del reconocimiento
hasta por quince días bajo sospechas de “narco- de su uso o dependencia.
terrorismo”, lo cual se encuentra además ampa-
rado en su Constitución Política. En Venezuela, No todas las personas que usan drogas ilícitas
la autoridad policial puede mantener detenida se encuentran en situaciones de dependencia o

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DPyC Eugenio Raúl Zaffaroni y Jorge Vicente Paladines

consumo problemático; por ende, no necesaria- del higienismo europeo a la realidad de nues-
mente las circunstancias de uso de drogas son tras nacientes repúblicas. La concepción hi-
enfermedades. De ser así, alguien podría apun- gienista de la salud estuvo alimentada por una
tar con su dedo índice el mapa del mundo para fuerte preservación del ornato de las ciudades,
catalogar a la sociedad alemana como enferma así como el tratamiento de las enfermedades
por el hecho de ingerir cerveza, o a la sociedad desde la beneficencia o caridad pública. Por
boliviana por el hecho de masticar hojas de coca. tanto, no solo fueron implementadas políticas
Aquello estaría rotulando como enfermedades de adecentamiento, ordenamiento u ornamen-
a simples comportamientos sociales a través de tación de las ciudades, sino que se establecieron
prácticas que en algunos países formarían parte conjuntamente prácticas de exclusión o separa-
de su patrimonio cultural. Así, el uso ancestral ción de muchas personas en el ambiente social.
de la coca en Perú y sobre todo en Bolivia tienen Las contravenciones de policía plasmaron en
más de cinco mil años de antigüedad. En la ac- muchos de sus artículos aquel higienismo que
tualidad, más de 3,5 millones de quechuas y ay- afirmó el sentimiento social y estatal de consi-
maras “picchan” coca o la beben como infusión derar al uso de drogas —en un primer momento
en Bolivia, mientras que más de 4 millones de al alcohol— como una trasgresión misma a las
quechuas y aymaras, así como decenas de gru- reglas de comportamiento generalmente acep-
pos étnicos de la amazonía peruana, “cacchan” tadas.
coca. En algunos casos se considera que la tenen-
cia para uso propio debe ser demostrada por el A pesar de que la rotulación de quienes son
tenedor, lo que implica que éste debe probar que desviados depende de determinados contextos
no es traficante, o sea, debe proveer una “prueba sociales, en América Latina los sujetos del uso
negativa” claramente proscripta por toda la doc- o consumo de drogas ilícitas son asimilados
trina procesal. En otros, el argumento en favor normativamente como infractores. Esta noción
de la punición es la imposibilidad de distinguir ha influido no solo en el espacio privado —tal
entre el consumidor o usuario y el traficante. Este como ocurre con la familia— sino también en el
argumento es de neto corte policial. Estado. Por lo tanto, ambos sectores, además de
ver a la rehabilitación como un mecanismo de
La significación de lo que se entendía por en- curación, no dejan de asumirla también como
fermedad fue durante años abordada desde una una herramienta de exclusión o separación de
concepción religiosa. Muchas fueron las enfer- las personas “drogodependientes” del espacio
medades consideradas como epidemias que público. El tratamiento de las diversas formas
generaron una abierta cruzada desde el poder del uso o consumo de drogas —sobre todo ilí-
católico para controlar espacios poblacionales y citas— se encuentra fuertemente tentado hacia
así depositar a sus pacientes en hospicios con la la internación manicomial. Aquello podría re-
clara hegemonía de la Iglesia. Las acciones para ducir el campo de acción de la salud pública al
la higiene pública fueron entonces propiciadas inscribir como solución la delicada técnica de la
desde el sentido cristiano de la caridad, es decir, rehabilitación clínica, adoptando para sus polí-
desde un horizonte eminentemente religioso. ticas un código binario que simplifica la visión
Así al menos ocurrió con el tratamiento de la pública bajo la dicotomía de la salud vs. la en-
lepra, cuyos pacientes fueron milenariamente fermedad. Esto va creando la performance de un
considerados como apestados, dando lugar a los mundo donde cualquiera de las formas de uso o
afamados “leprocomios”. consumo de drogas ilícitas es “anormal”.
Al pasar la salud pública a manos del Estado El problema de las adicciones tiende a ser
cambia la concepción sobre el tratamiento de abordado bajo el enfoque de la salud mental,
las enfermedades. Este enfoque adquiere un ca- por ser considerado como una alteración del
rácter eminentemente económico en términos comportamiento. Sin embargo, ¿son las alte-
de garantizar desde el Estado el aumento de la raciones del comportamiento verdaderas en-
población laboralmente activa, disciplinando fermedades? Es importante plantearse esta
a la política no por ser la salud su interés prio- pregunta al menos cuando se denuncia mun-
ritario sino el control biopolítico de la especie dialmente la crisis de la definición de la salud
humana. Es así como se va adaptando la idea mental, pues existe una abierta intención por

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DPyC Derecho Penal doctrina

parte de empresas morales, farmacéuticas y de minados Tribunales de Tratamiento de Drogas


rehabilitación en asumir lucrativamente su so- (TTD), más conocidos como Cortes de Drogas,
lución a través de un mayor catálogo de trastor- tomando la práctica de los ochenta de algunos
nos mentales. Estados de Estados Unidos, inaugurando así el
primer TTD en la provincia de Salta.
No existe empíricamente la salud perfecta
bajo noción de la normalidad gaussiana, pues, A través de las Cortes de Drogas no se ha he-
en el fondo, el usar o consumir drogas parte cho más que coaccionar a los usuarios o con-
del ejercicio del mismo derecho a la libertad, sumidores —que han cometido delitos de baja
el cual se apresta a ser medicalizado (drogas cuantía— para rehabilitarse mediante una de-
por drogas) “objetivamente” al ser consagrado cisión judicial, usando al proceso penal como
el consumo como una enfermedad. Si bien los instrumento de reenvío terapéutico de los im-
efectos del uso dependiente de drogas podrían putados desde los juzgados a las comunidades
tener consecuencias tanto en la salud indivi- terapéuticas. Se obliga a cualquier persona a
dual (depresión) como en las relaciones socia- rehabilitarse mediante la decisión y vigilancia
les (violencia), las causas tienden a ser conside- de la justicia penal. Se trata claramente de un
radas como complejos trastornos mentales. Sin derecho penal de autor: es necesario ocuparse
embargo, no existe un procedimiento médico del usuario, ya sea como delincuente o como
universal y comprobado que mitigue de forma enfermo. De cualquier manera, sea por la vía
científica el deseo de usar drogas. de la pena o por la de la llamada “justicia tera-
péutica”, lo cierto es que el usuario es penado
Para “rehabilitar” a las personas en situación
de dependencia, nuestros Estados han resig- o sometido a una medida penal. En algunos
nado históricamente la prestación del servi- casos se produce una gravísima selectividad
cio y el control de los métodos o protocolos de social, cuando se permite que algunas de estas
tratamiento. Las instituciones de salud pública medidas se cumplan en establecimientos pri-
no han contemplado generalmente unidades o vados, costeados por el procesado o su familia.
salas para la rehabilitación de personas con de- Esto significa que los jóvenes seleccionados, si
pendencia. Esto ha generado la proliferación de tienen dinero, son “internados” en estos esta-
decenas de centros de rehabilitación o comu- blecimientos (generalmente organizaciones
nidades terapéuticas particulares. Las terapias muy lucrativas) y los que no tienen dinero van
son subjetivamente delimitadas por la práctica a la cárcel a través del ritual eficientista del pro-
de cada comunidad, centro o clínica de rehabi- ceso penal.
litación a través de actividades “psicológicas”,
No se está prohibiendo una acción, sino una
“psicodramáticas”, “ocupacionales”, “conduc-
personalidad (en realidad, un estereotipo). El
tuales”, “espirituales”, “individuales”, “grupales”,
usuario que da en el estereotipo es el joven. La
“vivenciales”, etc. Las comunidades terapéuti-
profusión de consumo (de tóxicos en la segunda
cas para personas con dependencia de drogas
y tercera edad se pasa por alto) y el uso es sínto-
adoptan, en suma, terapias morales de enfren-
ma de peligrosidad, porque éste puede conver-
tamiento con el sujeto, quienes en algunos ca-
tirse en distribuidor o porque puede cometer
sos son objeto (cosa) de la operación mediante
prácticas que podrían definirse jurídicamente delitos. Simplemente, por una presunción “juris
como torturas. et de jure” de peligrosidad social, se impone una
pena que no logra disimularse incluso cuan-
Si bien la voluntad del paciente es requisito do se la rebautiza con el nombre de “medida
sine qua non para su internación, la misma ley terapéutica”. Recordemos que en materia de
prevé de forma excepcional la internación in- bautismos el derecho penal stalinista llamaba
voluntaria, tal como lo expone en Argentina el “máxima medida de defensa social” a la pena de
artículo 20 de la Ley Nacional de Salud Mental muerte. No deja de ser curiosa, entonces, la pre-
(ley 26.657). Sin embargo, la OEA a través de la tensión de algunas leyes que prevén “medidas”
Comisión Interamericana para el Control del que si fracasan dan lugar a una pena (Argenti-
Abuso de Drogas (CICAD) ha sugerido a nues- na), es decir que se conmina la pena para el caso
tras naciones la implementación de los deno- del fracaso de una terapéutica.

8 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Eugenio Raúl Zaffaroni y Jorge Vicente Paladines

IV. Conclusiones corpus” contra esos actos administrativos), con-


trol estricto de los jueces cuando absuelven o
Está sobrediagnosticado que la legislación sobreseen pero no cuando condenan y, por últi-
latinoamericana en materia de drogas presenta mo, la tendencia a sustraer las causas por delitos
una clara tendencia autoritaria, tal como lo se- de drogas de los jueces ordinarios y derivarlas a
ñalamos al comienzo, expresándose la misma competencias especiales o especializadas.
con elementos autoritarios de Derecho penal de
fondo, tales como la irracionalidad en la tipifica- Sin embargo, si bien existe un consenso más
ción demostrada con el afán de cubrir todo po- o menos común para poner en cuestión la men-
sible hueco de punibilidad, la equiparación de cionada legislación, no es menos cierto que la
los actos tentados e incluso preparados con los tendencia de dejar de ver a las personas usua-
consumados y los de los partícipes con los de los rias como delincuentes pasaría al campo de la
autores (criterio sintomático), la reducción de salud pública bajo el tratamiento de enfermas,
la afectación del bien jurídico hasta suprimirlo afianzando así algunas de las características
y derivar en un claro tipo de autor, particular- del derecho penal autoritario. En más de trein-
mente en el caso del consumidor; la punición ta años de guerra a la droga no se ha obtenido
de todos en una inversión del “in dubio pro reo” otro resultado que prisionizar y matar a mu-
convertido en un “in dubio pro societate”, como chas más personas que las que hubiese matado
pretendían los defensores de la analogía soviéti- cualquier droga prohibida. El campo de la salud
cos en los años treinta, y en la abierta violación no ha quedado rezagado en la producción de
a la racionalidad y humanidad de las penas me- dolores a través de internaciones involuntarias
diante la fijación castigos altísimos que impiden que ahora se reproducen en la justicia penal
a los jueces cuantificar la pena de conformi- mediante los TTD. Por ende, tanto en el campo
dad con el contenido injusto y la culpabilidad. penal como en la salud es imprescindible evitar
En el plano procesal se observa la tendencia a las pulsaciones autoritarias que conciban a un
aumentar las facultades de órganos policiales usuario o como un delincuente o como un en-
(agentes encubiertos, interceptación electróni- fermo sujeto a internamiento, bajo el claro ideal
ca, detenciones, expulsiones, traslados, man- de plasmar en la ley y la política el sentimiento
tenimiento de incomunicación), limitación de de sanidad social, al mejor estilo del “gesundes
los medios defensivos (ineficacia del “hábeas Volksempfinden des deutschen Volkes”. u

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 9


DPyC Derecho Penal doctrina

La desuetudo del delito de aborto. ¿En miras de una


legislación despenalizadora del aborto?
Por Gustavo Ariel Fernández

Sumario: I. Introducción.— II. Antecedentes legislativos del aborto


en Argentina.— III. Derecho internacional de los derechos huma-
nos.— IV. Política criminal argentina respecto del delito de abor-
to.— V. Desuetudo de la figura típica: ¿en miras de una legislación
despenalizadora del aborto?— VI. Palabras finales.

Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar indicaciones, de acuerdo con propias evaluacio-
oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que nes político-criminales (2).
olvidamos lo único importante: vivir. (1)
La cuestión ha sido siempre compleja tenien-
I. Introducción do en cuenta que se trata de una combinación
de dificultosa medición en la que intervienen
Como punto de partida, es necesario poner de bienes e intereses jurídicos de diversa índole y
resalto que ninguna decisión administrativa o ju- puestos en crisis con diversa intensidad, como la
dicial debería significar un debilitamiento de la vida del feto, la integridad física de la mujer, y su
vigencia normativa del derecho a la vida, incluso propia autodeterminación, etcétera.
desde la misma concepción.
En este contexto, la hipótesis de estudio indi-
Ello, sin embargo, no debe ser entendido como ca que a la capacidad limitada del ser humano
una exigencia estatal de que la protección del desde el punto de vista fáctico y la mucho más
derecho a la vida se ejecute siempre a través del reducida aptitud del jurista desde el punto de
sistema jurídico penal, motivo por el cual el obje- vista normativo sólo les queda reservado un rol
tivo de este trabajo consiste en intentar verificar deslucido en la administración —ni siquiera evi-
si esto realmente sucede, conforme lo exigen los tación— de los riesgos en juego.
artículos 85 a 88 de nuestro CP.
Por todo ello, entiendo imprescindible, a pesar
Es por eso que, en lo que respecta a la regula- de la variada y extensa doctrina elaborada en re-
ción del ilícito de aborto o interrupción artificial lación con la temática abordada, expresarse con
del proceso de gestación, las diferentes legisla- claridad respecto de la vigencia de la tendencia
ciones nacionales en todo el mundo han tenido político-criminal plasmada en nuestro derecho
la libertad de regular el conflicto sin perjuicio penal sustantivo.
de la vigencia indiscutida en los pactos interna-
Para ello, y a fin de arribar a una conclusión
cionales de protección de los derechos huma-
fundada en elementos objetivos, analizaré bre-
nos desde el mismo iluminismo de ese derecho
vemente algunas de las reformas normativas que
fundamental.
ha tenido el delito de aborto en nuestro país y,
Ello explica que incluso para la regulación de particularmente, si la directriz emanada de nues-
las diferentes eximentes (más allá de la corres- tro Código Penal es la que ha venido siguiendo
pondiente ubicación sistemática en el sistema nuestra jurisprudencia. Veamos.
del hecho punible), los países, por ejemplo eu-
ropeos, han utilizado el sistema del plazo o de las
(2) Ver, por ejemplo, “La reforma de la regulación de la
interrupción del embarazo en Alemania y su influencia en
(1) STEVENSON, Robert Louis. Escritor británico la actual discusión española”, Silvina Bacigalupo/Helmut
(1850-1894). Gropengiesser, Buenos Aires, 1999.

10 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Gustavo Ariel Fernández

II. Antecedentes legislativos del aborto en En el año 1976, durante el autodenominado


Argentina Proceso de Reorganización Nacional, se sancio-
na el decreto-ley Nº 21.338, que reincorpora las
Si bien no conforma el objeto del presente modificaciones realizadas en el decreto ley de On-
efectuar un análisis exhaustivo de las causas ni ganía. Sin embargo, en 1984, ya en democracia,
de los métodos que llevan a la interrupción de se sanciona la ley Nº 23.077, que retrotrae nueva-
la gestación, como así tampoco de los distintos mente la situación a lo sancionado en 1921 (4).
tipos penales que configuran el delito de aborto,
sí entiendo pertinente efectuar algunas breves El texto del art. 86 del Código Penal textual-
disquisiciones respecto del tema, a fin de dejar mente dice en su parte pertinente que: “El aborto
sentada su importancia y contextualizar el desa- practicado por un médico diplomado con el con-
rrollo posterior. sentimiento de la mujer encinta, no es punible:
1) si se ha hecho con el fin de evitar un peligro
Los precedentes legislativos argentinos del Có-
para la vida o la salud de la madre y si ese peli-
digo Penal siempre condenaron el aborto, hasta
que, en el despacho final de la Comisión del Se- gro no puede ser evitado por otros medios; 2) si
nado de 1919, se introdujeron formas de impu- el embarazo proviene de una violación o de un
nidad en la figura. Dichas excusas absolutorias atentado al pudor cometido sobre una mujer
fueron tomadas del art. 112 del anteproyecto del idiota o demente. En este caso, el consentimien-
Código Penal suizo, dando lugar a la sanción de to de su representante legal deberá ser requerido
la ley Nº 11.179 cuya vigencia comenzó el 29 de para el aborto”.
abril de 1922. En consecuencia, la excusa absolutoria men-
En aquel entonces, respecto de la excepción cionada, tiene los siguientes requisitos taxativos,
de punibilidad de los casos de atentado contra el a saber: a) consentimiento de la mujer encinta,
pudor sobre mujeres con discapacidad mental, b) aborto practicado por un médico diplomado,
el Senado se justificó con la siguiente cita de Luis c) peligro vital o a la salud materna, d) que el pe-
Jiménez de Asúa referida al anteproyecto suizo: ligro no pueda ser evitado por otro medio.
“Es la primera vez que una legislación va a atre-
verse a legitimar el aborto con un fin eugenésico, Obviamente, para que funcione la excusa
para evitar que de una mujer idiota o enajenada, absolutoria en un caso concreto, deben darse
o de un incesto, nazca un ser anormal o degene- plenamente todos esos cuatro requisitos. Los
rado”. Si bien el texto helvético hacía mención al puntos a) y b) no presentan ninguna dificultad
caso del incesto, éste quedó excluido del código interpretativa. Los puntos c) y d) están íntima-
argentino (3). mente correlacionados y deben juzgarse a la luz
del bien jurídico tutelado por el tipo penal del
Desde entonces, el artículo 86 del Código Pe- aborto: la inviolabilidad de la vida, de la perso-
nal ha tenido cuatro reformas en su redacción. na por nacer. No hay duda de que se presentan
En 1968, durante el régimen de la autodenomi- algunos casos de embarazos riesgosos. Por cier-
nada Revolución Argentina, comandado por to que tales riesgos deben ser comparables al
Juan Carlos Onganía, entró en vigencia el decreto- sacrificio de la vida del hijo ya concebido, pero
ley Nº 17.567, el cual establecía la excepción del aún no nacido.
delito si el peligro para la vida o la salud de la
mujer fuere grave; o en cualquier caso de viola- La locución “no es punible” implica —necesa-
ción, siempre que éste estuviere judicializado, y riamente—, que se trata de una excusa absoluto-
con el consentimiento de un representante legal ria; es decir que, según aquella redacción, todo
si la mujer fuere menor, idiota o demente. Tras la aborto es un hecho delictivo, pero por razones
llegada de la democracia en 1973, estas modifi- de política criminal, bajo determinadas condi-
caciones fueron dejadas sin efecto a través de la ciones —las taxativamente enumeradas en los
sanción de la ley Nº 20.509. incisos 1 y 2—, no es penado.

(3) SORIA, Eduardo R., “El aborto eugenésico en el Có- (4) BERGALLO, Paola y RAMON MICHEL, Agustina, “El
digo Penal Argentino (1853-1922)”. Buenos Aires, agosto aborto no punible en el derecho argentino”. Buenos Aires,
de 2009. abril de 2009.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 11


DPyC Derecho Penal doctrina

Por ello, la pregunta sobre cuál es y quién de- bre los Derechos del Niño. El artículo 2 de la ley
limita la política criminal no puede evadirse, por declara que debe interpretarse que un niño es un
lo que infra trataremos más profundamente la ser humano desde el momento de la concepción
cuestión. y hasta los 18 años (8).
III. Derecho internacional de los derechos En el año 2002, la Corte Suprema de Justicia fa-
humanos lló a favor de la “Asociación civil” asociación civil
Portal de Belén, que había denunciado al Minis-
En 1984 se sanciona la ley Nº 23.054, la cual terio de Salud de la Nación por autorizar el uso
aprueba la Convención Americana sobre Dere- del fármaco Inmediat el cual impide la implanta-
chos Humanos, tratado internacional cuyo texto ción del blastocisto. En el texto del fallo se afirma
declara que el derecho a la vida existe “en gene- que “el comienzo de la vida humana tiene lugar
ral, a partir del momento de la “Fecundación” con la unión de los dos gametos, es decir con la
concepción” (5). Desde su reforma en 1994, la fecundación; en ese momento, existe un ser hu-
Constitución Nacional establece la jerarquía mano en estado embrionario” (9).
constitucional para dicho tratado en su artículo
75, inciso 22 (6). Existen diferentes interpretaciones sobre lo es-
tipulado en la Convención Americana sobre De-
En este contexto, prescriben los textos de de- rechos Humanos en relación con el aborto.
rechos humanos, que “persona es todo ser hu-
mano” y “toda persona tiene derecho al recono- El doctor en derecho Gregorio Badeni sostiene
cimiento de su personalidad jurídica” (Conven- que la Convención prohíbe el aborto, indicando
ción Americana sobre Derechos Humanos, arts. que “el art. 4º, inc. 1º de la Convención Ameri-
1.2 y 3, respectivamente). Por otra parte, “Todo cana sobre Derechos Humanos establece que el
ser humano tiene derecho, en todas partes, al derecho a la vida está protegido a partir del mo-
reconocimiento de su personalidad jurídica” y, mento de la concepción”(10).
además, “toda persona tiene todos los derechos
Por otro lado, la abogada venezolana Luz Pa-
y libertades proclamadas en esta Declaración,
tricia Mejía, relatora de la Comisión Interameri-
sin distinción alguna de raza, color, sexo, idio-
cana de Derechos Humanos, afirma que dicho
ma, religión, opinión política o de cualquier otra tratado no es contrario al aborto, sino que “cuan-
índole o cualquier otra condición” (Declaración do la Convención dice que el derecho a la vida
Universal de Derechos Humanos, arts. 6 y 2, res- estará protegido a partir del momento de la con-
pectivamente). Más específicamente aún, está cepción, se aclara que es ‘en general’. Esto se hizo
prescripto que “Los Estados Partes respetarán los así para que los estados que en el momento de la
derechos enunciados en la presente Convención sanción de la Convención tenían el aborto lega-
y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a lizado pudieran formar parte de la misma” (11).
su jurisdicción, sin distinción alguna, indepen-
dientemente de... el nacimiento o cualquier otra Por su parte, en el año 2012, la “Corte Inte-
condición del niño, de sus padres o de sus repre- ramericana de Derechos Humanos” Corte In-
sentantes legales”(7).
(8) Ley nacional Nº 23.849 que aprueba la Convención
Por otra parte, en 1990, se sanciona la ley Nº de los Derechos del Niño.
23.849, en donde se aprueba la Convención so-
(9) Portal de Belén — “Asociación Civil sin Fines de Lu-
cro c/Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación s/
(5) Convención Americana sobre Derechos Humanos. amparo”. 5 de marzo de 2002.
Parte I, Capítulo I, Artículo 4 “Derecho a la vida”. (10) BADENI, Gregorio. “Derecho a la vida y aborto.
(6) Constitución de la Nación Argentina. Segunda Persona, vida y aborto. Aspectos Jurídicos”. Buenos Aires,
Parte, Título Primero, Capítulo Cuarto “Atribuciones del 8 de agosto de 2006. Publicado en: http://www.uca.edu.
Congreso”. ar/uca/common/grupo54/files/persona-vida-aborto.pdf.
(7) Convención sobre los Derechos del Niño, art. 2, (11) Nota intitulada: “Embarrar la cancha en el debate
inc. 1. Sabido es que, conforme la reserva efectuada por sobre el aborto”. Diario Tiempo Argentino. 20 de septiem-
la República Argentina, al ratificar dicho tratado, para el bre de 2011, consultado el 15/02/2015 en: http://tiempo.
ordenamiento jurídico de nuestro país, es niño todo ser infonews.com/nota/77619/embarrar-la-cancha-en-el-
humano, “desde el momento de su concepción”. debate-sobre-el-aborto.

12 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Gustavo Ariel Fernández

teramericana de Derechos Humanos zanjó las IV. Política criminal argentina respecto del
diferencias interpretativas en el fallo del caso delito de aborto
“Artavia Murillo y otros (“fecundación in vitro”)
vs. Costa Rica”, en el cual interpreta el artículo La expresión “política criminal” se utiliza des-
4 de la Convención Americana sobre Derechos de los albores del siglo pasado con diferentes
Humanos. Allí afirma, en el párrafo 263, que “la acepciones, pero no cabe duda de que siempre
Corte concluye que el objeto y fin de la cláusula ha estado subordinada a la idea de “delito” pre-
‘en general’ del artículo 4.1 de la Convención ponderante en la época.
es la de permitir, según corresponda, un ade- Comúnmente se entiende la política criminal
cuado balance entre derechos e intereses en como aquel “sistema de decisiones estatales (de
conflicto. En el caso que ocupa la atención de todos los poderes, incluido el Constituyente)
la Corte, basta señalar que dicho objeto y fin que, en procura de ciertos objetivos (que debe-
implica que no pueda alegarse la protección rán ser la protección de los derechos reconoci-
absoluta del embrión anulando otros derechos”. dos al individuo por su condición de tal o como
En el siguiente párrafo indica que “es posible miembro de la sociedad), define los delitos y sus
concluir de las palabras ‘en general’ que la pro- penas (u otras consecuencias) y organiza las res-
tección del derecho a la vida con arreglo a di- puestas públicas tanto para evitarlos como para
cha disposición no es absoluta, sino es gradual sancionarlos, estableciendo los órganos y los
e incremental según su desarrollo, debido a que procedimientos a tal fin, y los límites en que tales
no constituye un deber absoluto e incondicio- decisiones se deberán encausar” (14).
nal, sino que implica entender la procedencia
de excepciones a la regla general”. Asimismo, en Por ende, si pensamos en la política criminal
el párrafo 185 deja sentado que “hay concep- como la política estatal de lucha contra el crimen y
ciones que ven en los óvulos fecundados una la selección de los medios para combatirlo, entien-
vida humana plena. [...] Estas concepciones no do que sus lineamientos de son definidos por el Po-
pueden justificar que se otorgue prevalencia a der Judicial, en tanto y en cuanto es éste quien, en
cierto tipo de literatura científica al momento definitiva, interpreta las normas contenidas en el
de interpretar el alcance del derecho a la vida derecho penal sustantivo y, en función de dicha in-
consagrado en la Convención Americana de terpretación, delimita las conductas y decide si és-
Derechos Humanos, pues ello implicaría impo- tas son merecedoras o no de un reproche punitivo.
ner un tipo de creencias específicas a otras per-
sonas que no las comparten” (12). El estudio de cuál ha sido la respuesta penal del
Estado frente al aborto es de suma importancia
En relación con este fallo, las juristas Aída debido a las considerables cifras de mortalidad
Kemelmajer de Carlucci, Marisa Herrera y materna producidas en la práctica de abortos ile-
Eleonora Lamm han señalado la importancia gales. Las principales causas de muerte materna
de la decisión de la Corte Interamericana en el son hemorragias, toxemia, complicaciones deri-
debate regional por la legalización del aborto: vadas de aborto e infecciones, y afectan de modo
“Puede pensarse, entonces, que la máxima ins- más severo a las mujeres pobres, indígenas y que
tancia judicial en la región ha dado luz verde viven en regiones rurales (Organización Mundial
para legalizar la interrupción del embarazo en de la Salud, “Mortalidad Materna en 2005: Estima-
América en un abanico mucho más amplio de ciones desarrolladas por OMS, UNICEF, NNFBA y
casos” (13). Banco Mundial” 2007) (15).

(12) Caso “Artavia Murillo y otros (“fecundación in vi- (14) CAFFERATA NORES José I. — MONTERO, Jor-
tro”) vs. Costa Rica”. 28 de noviembre de 2012. Consultado ge — VÉLEZ, Víctor M. - FERRER, Carlos F. - NOVILLO
el 15/02/2015 en: http://www.csjn.gov.ar/data/cidhfa.pdf. CORVALÁN, Marcelo- BALCARCE, Fabián - HAIRABE-
(13) “Breve análisis de la decisión de la Corte Intera- DIÁN Maximiliano - FRASCAROLI, María Susana - ARO-
mericana de Derechos Humanos del 28/11/2012”. 6 de CENA, Gustavo A., “Manual de Derecho Procesal Penal”.
febrero de 2013. Consultado el 15/02/2015 en: http:// Publicado en:http://www.profprocesalpenal.com.ar/
aldiaargentina.microjuris.com/2013/02/06/la-decision- archivos/9c56835f-Manual.Cordoba.pdf.
de-la-corte-interamericana-de-derechos-humanos-del- (15) Disponible en: http://whqlibdoc.who.int/publica-
28112012-y-la-interrupcion-del-embarazo. tions/2007/9789241596213_eng.pdf.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 13


DPyC Derecho Penal doctrina

Como respuesta a la creciente preocupación puesta punitiva del Estado frente al aborto tipifi-
que genera esta problemática, en octubre de 2007, cado en los arts. 85 a 88 del C.P.
el Ministerio de Salud de la Nación, a través de su
Programa de salud sexual y reproductiva elaboró Como demuestran las cifras conseguidas por
la denominada “Guía técnica para la atención in- las investigaciones del Centro de Estudios de
tegral de los abortos no punibles” (16). Estado y Sociedad (CEDES), el uso de la herra-
mienta penal ha sido sensiblemente escaso en
El propósito autoproclamado en la mencionada proporción a la cantidad de abortos que han te-
guía es el de promover la igualdad de derechos, la nido lugar en nuestro país en los últimos años.
equidad y la justicia social así como contribuir a
mejorar la estructura de oportunidades en el cam- Veamos primero los pocos datos estadísticos
po de la salud sexual y reproductiva y, en particular, disponibles.
“definir medidas para reducir y eliminar las barre-
ras para el acceso al aborto permitido por la ley”. Como ya se indicó supra, los cálculos indican
que en la Argentina se realizan anualmente cerca
La guía fue actualizada en junio de 2010 (17), de 460.000 abortos voluntarios (19), que provocan
ofreciendo un breve resumen con información al menos 100 muertes durante el mismo lapso.
estadística en el que se estimó que la cantidad
de abortos por año en Argentina es de 460.000. A su vez, algunas investigaciones refieren que
Para calcular ese número, se basaron en la can- entre 1983 y 2008 fallecieron casi 2.600 mujeres
tidad de egresos hospitalarios por aborto (tanto por complicaciones de abortos clandestinos (20).
inducidos como espontáneos) ocurridos en el
Ahora bien, las estadísticas judiciales relativas
año 2000, y le aplicaron determinadas fórmulas
a la criminalización del aborto, aunque parciales
estadísticas (18).
y espasmódicas, adquieren relevancia para el
En la guía de 2007 se especifica que, según los análisis de cuál ha sido la política criminal adop-
registros propios del Ministerio de Salud de la Na- tada dado que, pese a posibles inexactitudes, de
ción, ocurren 100 muertes al año por abortos in- todos modos evidencian una clara despropor-
seguros, siendo ésta la principal causa de muerte ción entre la cantidad de abortos practicados y
materna. Asimismo, se contabilizaron un total de la respuesta penal del Estado frente a este delito.
78.894 hospitalizaciones por aborto, indistinta-
mente si fueron inducidos o espontáneos. Así vemos que durante el período 1993-2009,
sólo en la Ciudad de Buenos Aires se registraron
En la guía de 2010, la cantidad de muertes por cerca de 1.130 causas por el delito de aborto, 809
abortos inseguros se redujo a 80, y pasó a ser sólo de las cuales fueron por aborto propio (21).
una de las principales causas de muerte mater-
na, representando alrededor del 30% de ellas. En (19) Cf. PANTELEDIS, Edith Alejandra y MARIO, Silvia,
esta publicación, las hospitalizaciones por abor- “Estimación de la magnitud del objeto inducido”, Notas de
to inducido y espontáneo se redujeron a 59.960. Población, nº 87, CEPAL, 2007, disponible en: http://www.
eclac.cl/publicaciones/xml/1/36501/lcg2405-P_4.pdf .
Ante esta situación, que no debe ser ajena al (20) Cf. P. BERGALLO, “A propósito de un caso formo-
análisis, cabe preguntarse cuál ha sido la res- seño: las intervenciones y el discurso judicial sobre abor-
to”, Derechos de las mujeres y discurso jurídico: Informe
anual del Observatorio de Sentencias Judiciales, 2009,
(16) Ministerio de Salud de la Nación Argentina (octu- Buenos Aires, ELA, 2010, p. 41.
bre de 2007). “Guía técnica para la atención integral de los
abortos no punibles 2007”. Consultado el 15/02/2015 en: (21) POCHAK, Andrea, directora adjunta del CELS.
http://www.msal.gov.ar/saludsexual/downloads/guia_ “La despenalización del aborto en la Argentina. Un
tecnica_abortos_no_punibles.pdf. paso hacia una sociedad más justa y equitativa”. En di-
cho artículo se indica que los datos fueron gentileza del
(17) BERGALLO, Paola y RAMON MICHEL, Agustina CEDES, sistematizados a partir de los informes del Sis-
(abril de 2009). “El aborto no punible en el derecho ar- tema Informático de la Oficina de Denuncias, Turnos
gentino”. y Sorteos de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
(18) MARIO, Silvia y PANTELIDES, Edith Alejandra. “Es- Criminal y Correccional de la Capital Federal, en res-
timación de la magnitud del aborto inducido en la Argen- puesta a los pedidos presentados. Publicado en: http://
tina”. En: http://www.cepal.org/es/publicaciones/37695- webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:i_
notas-de-poblacion-ndeg-87. J0C3F0TEcJ:www.cels.org.ar/common/documentos/

14 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Gustavo Ariel Fernández

Si bien las cifras indican que los números son, N.N. de sexo femenino) — Casación, 20 de Sep-
año a año, cada vez más bajos, hay cientos de tiembre de 2010, Corte de Justicia de San Juan,
mujeres que deben enfrentar largos procesos pe- Sala 02. Id Infojus: FA10280031).
nales, con el claro impacto sobre la vida perso-
nal, familiar y económica que ello implica (22), Siguiendo un criterio similar, la Cámara Nacio-
que se suma al trauma padecido por el embarazo nal de Apelaciones en lo Criminal y Correccional
no deseado y el aborto practicado. ha dicho que “Por aplicación de la doctrina del
Plenario ‘Natividad Frías’, no cabe instruir su-
Así, de acuerdo con los datos obtenidos por el mario en contra de una mujer que haya causado
CEDES, entre 2002 y 2008 apenas 22 mujeres fue- su propio aborto o consentido en que otro se lo
ron condenadas en todo el país por el delito de causare, sobre la base de la denuncia efectuada
aborto (23). por un profesional del arte de curar que haya co-
nocido el hecho en ejercicio de su profesión. En
Reflejo de lo expuesto resulta la opinión de el caso de que otras personas hayan tenido par-
la jurisprudencia, en el sentido de que “Sólo el ticipación en el hecho, estos también resultarían
aborto causado de propósito por un tercero ad- impunes, ya que el fundamento de tal impunidad
mite tentativa punible. El causado por la propia para la mujer es la necesidad de salvación frente
mujer la admite, pero no es punible (art. 88 del a la auto acusación forzada, argumento que debe
C.P.). La razón de la impunidad es que el estrépi- extenderse a terceros intervinientes, quienes se ven
to del foro causaría mayor perjuicio social que la de igual modo expuestos a la denuncia del médi-
impunidad de un hecho que, sin haber logrado el co” (Fallo de la Cámara Nacional de Apelaciones
efecto buscado, queda en la intimidad de la mujer en lo Criminal y Correccional, Sala 1. 8/3/2004,
o de su ámbito. Sí es punible, en cambio, la mu- autos: “Katz, Gladys”. Id Infojus: SUG0021760).
jer que consiente que un tercero intente hacerla
abortar, aunque no tenga éxito, en esas condicio- En conclusión, los datos compartidos reflejan
nes el hecho ya no es una tentativa de la mujer, que la amenaza punitiva es por completo inefi-
sino una tentativa de un tercero consentida por ciente para prevenir la práctica del aborto. No
la mujer. En otras palabras, el caso de consenti- desincentiva a quienes buscan realizarlo y, por lo
miento de la mujer para la práctica abortiva —lo tanto, no resulta una medida eficaz para proteger
que supone la intervención de un tercero en ca- “la vida” en gestación.
lidad de coautor— se encuentra fuera de lo dis-
puesto por el artículo 88 in fine del Código Penal, A su vez, la actitud de la justicia frente al delito
ya que la impunidad prevista no alcanza a la que ha resultado claramente desaprensiva. Las cifras
consintió que un extraño intentara hacerla abor- reseñadas indican que si se calcula que se reali-
tar” (c/ D. R. E. M., E. E. G. y M. O. A. s/ aborto zan cerca de 400.000 abortos al año, la cantidad
en grado de tentativa y homicidio agravado por de denuncias, procesamientos, juicios o condenas
el vínculo y criminis causa (en perjuicio de bebé por este delito es insignificante. La proporción no
puede siquiera compararse con lo que ocurre con
Despenalizaci%25C3%25B3n%2520del%2520aborto.
otros tipos penales: el aborto es, sin dudas, uno de
pdf+&cd=6&hl=es&ct=clnk&gl=ar. los delitos menos perseguidos por la justicia.
(22) “Las condiciones en las que se encuentra una per-
sona cuando es sometida a un proceso penal, que incluyó
V. Desuetudo de la figura típica: ¿en miras de
[...] el sentimiento permanente de vulnerabilidad al haber una legislación despenalizadora del aborto?
sido condenado penalmente por haber ejercido un dere-
cho, son condiciones que causan un dolor y un sufrimien- La desuetudo, o derogación tácita de la ley por
to extremo” (CIDH, alegatos en el caso “Palamara Iribarne su desuso se configura “cuando la costumbre o el
ante la Corte IDH”, citados en la sentencia de fondo, re- uso social prescinden totalmente de una ley y ac-
paraciones y costas de la Corte IDH, 22 de noviembre de túan como si ella no existiera. Ello se debe, como
2005, párr. 229).
es obvio, del divorcio existente entre la noma y el
(23) POCHAK, Andrea, ob. cit. “Para el período 1990- medio social para el que ha sido establecido” (24).
2009, en todo el país, se informan 447 condenas por abor-
to, que incluyen no sólo a las mujeres que abortaron. La
amplia mayoría de las condenas se dictó en la primera (24) GARRONE, José A., Diccionario Jurídico — Tomo
década relevada”. II, Ed. LexisNexis, Buenos Aires, 2005, p. 261.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 15


DPyC Derecho Penal doctrina

Ahora bien, en base a este criterio, ¿podemos Se produce así un continuo incumplimiento y
decir que la norma penal que tipifica el aborto ha su solución no llega por parte del legislador.
caído en desuetudo?
Entiendo que, a fin de que la política criminal
Entiendo que, si aplicamos rigurosamente la delineada por el Poder Legislativo y la que sur-
definición adoptada, la respuesta sería negativa ge de la actitud desplegada por el Poder Judicial
ya que no existe una inaplicabilidad absoluta de la resulten armónicas, numerosas universidades
norma, aunque sí es claro que la política criminal argentinas apoyan la legalización del aborto.
delineada por el Estado a través de las normas que
sanciona (arts. 85 a 88 del CP) no es la que tiene Así, para mencionar algunos ejemplos, el Con-
lugar en la práctica diaria de nuestros tribunales. sejo Superior de la Universidad Nacional de Cór-
doba estableció, mediante una resolución con
Esto nos lleva a plantearnos preguntas como fecha del 29 de junio del 2010, “adherir al trata-
cuándo y por qué pierde vigencia una norma. miento del proyecto de ley de interrupción vo-
luntaria del embarazo, radicado en la Cámara de
La doctrina también ha entendido que el in- Diputados” (28). La Universidad de Buenos Aires
cumplimiento de la ley por parte de la sociedad también se ha manifestado a favor de la legaliza-
como de los organismos responsables de aplicar- ción del aborto, mediante una resolución emiti-
la nos lleva a conformar una costumbre contraria da el 16 de julio del 2014 por el Consejo Superior
a la ley que se manifiesta en el desuso de la ley y de dicha Universidad (29).
en una costumbre contraria a la ley (25).
A su vez, en el mes de marzo de 2010, en un
Las normas responden en cuanto a su ope- examen realizado por el Comité de Derechos Hu-
ratividad, a su eficacia, que hace a aquello que manos sobre Argentina, se expresa, en el párrafo
posee fuerza de acción, que realiza y concreta 13, “su preocupación por la legislación restrictiva
un propósito. del aborto contenida en el artículo 86 del Código
Penal, así como por la inconsistente interpreta-
Alrededor del concepto de la eficacia del or-
ción por parte de los tribunales de las causales
denamiento jurídico juegan dos líneas de pen-
de no punibilidad contenidas en dicho artículo
samiento sustentando cada una su posición, la
(artículos 3 y 6 del Pacto)” y se recomienda que
doctrina clásica de Kelsen (26), quien propone
“El Estado Parte debe modificar su legislación
que la norma es positiva, vigente o eficaz, en rela-
de forma que la misma ayude efectivamente a las
ción con la conducta del hombre que responde a
mujeres a evitar embarazos no deseados y que és-
un hecho que encaja en la norma; y la teoría ego-
tas no tengan que recurrir a abortos clandestinos
lógica de Cossio (27), que sostiene que el objeto
que podrían poner en peligro sus vidas. El Estado
de la ciencia jurídica es la conducta del hombre,
debe igualmente adoptar medidas para la capa-
y la norma es el pensamiento de esa conducta, es
citación de jueces y personal de salud sobre el al-
decir hay una relación entre conducta y norma.
cance del artículo 86 del Código Penal” (30).
Siguiendo la posición egológica, se puede arri-
Por su parte, en el mes de junio de 2010, en un
bar a la siguiente conclusión: la norma jurídica
examen realizado por el Comité de los Derechos
que ha dejado de tener vigencia por el desuso, no
manifiesta el deber ser de la conducta de la so-
ciedad, en consecuencia ya no es positiva. (28) Resolución del Consejo Superior de la Universidad
Nacional de Córdoba/2010. 29 de junio de 2010. Consultada el
16/02/2015 en: http://www.abortolegal.com.ar/wp-content/
(25) WALTER, Gustavo, “Derogación de la ley por la uploads/2011/04/Declaracion-UNC%C3%B3rdoba.pdf.
costumbre - desuetudo - un problema de ineficacia en el (29) Diario Notas. 17 de julio de 2014. Consultada el
ordenamiento jurídico?” Revista Semanario Jurídico Nro. 16/02/2015 en: http://notas.org.ar/2014/07/17/uba-apo-
940, pág. 617. 8 de julio de 1993. Comercio y Justicia Edito- yo-proyecto-legalizacion-aborto.
res S.R.L. Id Infojus: DAOA930401.
(30) “Comité de Derechos Humanos. Examen de los
(26) KELSEN, Hans, “Teoría pura del derecho”. Ed. Eu- informes presentados por los estados partes con arreglo
deba. Bs. As., 1965. al artículo 40 del pacto”. 26 de marzo de 2010. Consultado
(27) COSSIO, Carlos, “Teoría egológica del derecho”. Ed. el 16/02/2015 en: http://www.csjn.gov.ar/data/onudd-
Losada. Bs.As. p. 194. hh2010-2014.pdf.

16 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Gustavo Ariel Fernández

del Niño sobre Argentina, se le recomienda al rio nacional para evaluar la opinión de los y las
Estado, en el párrafo 59, que, entre otros puntos, argentinas sobre el tema del aborto y su despena-
“Adopte medidas urgentes para reducir la morta- lización. Los datos arrojados sostienen que casi
lidad materna relacionadas con el aborto, en par- un 60% de los argentinos no está de acuerdo con
ticular velando por que la profesión médica co- penalizar a una mujer que se realizó un aborto.
nozca y practique el aborto no punible, especial- En el área Metropolitana este porcentaje llega
mente en el caso de las niñas y mujeres víctimas al 70% de las personas entrevistadas y en el lla-
de violación, sin intervención de los tribunales y mado interior ese porcentaje alcanza al 49, 9%.
a petición de ellas” y que “Enmiende el artículo Además, un 58,5% cree que las mujeres tienen el
86 del Código Penal en el ámbito nacional para derecho de interrumpir su embarazo conforme a
prevenir las disparidades en la legislación pro- sus necesidades y convicciones personales (33).
vincial vigente y en la nueva en lo que respecta al
aborto legal”(31). VI. Palabras finales

Finalmente, la Corte Suprema de Justicia, a tra- Si bien mi postura, debo aclarar, siempre será
vés del fallo “A. F. s/medida autosatisfactiva”, del en defensa de la vida de quien presenta signos de
mes marzo de 2012, y con el fin de desambiguar humanidad, aunque fueren mínimos, no puedo
el inciso 2º del artículo 86 del Código Penal, pre- dejar de contemplar que existe una diferencia
cisa que el aborto es un derecho para toda víc- importante —y que no podemos obviar— entre
tima de violación que presente ante el personal la defensa de la vida y la penalización del aborto.
sanitario una declaración jurada constatando tal Las cifras reseñadas supra indican que la
situación. El Máximo Tribunal afirma que el Es- “amenaza de pena” no sólo no es un método
tado Argentino es garante del acceso al aborto en efectivo para la defensa de la vida sino que, por
las condiciones que la ley establece. En este fallo el contrario, atenta contra ella; y la gran cantidad
se citan trabajos realizados por la Organización de muertes de mujeres que tienen lugar durante
Mundial de la Salud; y observaciones del Comité la práctica de un aborto ilegal así lo demuestra.
de Derechos Humanos y del Comité de los Dere-
chos del Niño (32). Por ende, una tendencia despenalizadora no
sólo sería coherente con la política criminal de-
Así, es evidente a partir de las cifras reseñadas lineada por la acción (o mejor dicho, omisión) de
supra, que la penalización del aborto no impi- nuestros tribunales, sino que también estaría en
de su práctica, por lo que es necesario efectuar total consonancia con la tendencia despenaliza-
serias modificaciones a las normas penales que dora que se advierte en Europa continental, den-
reprimen el aborto, para lo cual es necesario de- tro de la cual cabe citar como ejemplo a la Ley
finir entre todos los órganos del Estado cuál es la Alemana de Asistencia a la Embarazada y a la Fa-
política criminal a seguir. milia (SFBG) del 27 de julio de 1992, ley que tomó
Pero no sólo los órganos del Estado deben de- como lema de instalación normativa el siguiente:
finir esta cuestión, sino que también la sociedad “ayuda en lugar de pena” (Hilfe staff Strafe).
debe ser tenida en cuenta a la hora de definir una Para decirlo en términos dogmáticos: frente a
línea de acción. En este sentido, la consultora un resultado que de todos modos se producirá
Ibarómetro realizó un sondeo en todo el territo- (el aborto), pierden sentido el tipo subjetivo que
perfecciona la tipicidad e incluso la totalidad de
(31) “Comité de los Derechos del Niño. Examen de los la imputación objetiva ya que deja de tener expli-
informes presentados por los Estados partes en virtud del cación el curso lesivo.
artículo 44 de la Convención”. 11 de junio de 2010. Consul-
tado el 16/02/2015 en: http://www2.ohchr.org/english/ Todo ello permea de racionalidad, ética y jurí-
bodies/crc/docs/co/CRC.C.ARG.CO.3-4_sp.pdf.
dica, la necesidad de delimitar una nueva polí-
(32) La Corte Suprema precisó el alcance del aborto tica criminal, que recoja las actuales desavenen-
no punible y dijo que estos casos no deben ser judiciali-
zados. Centro de Información Judicial/Agencia de No-
ticias del Poder Judicial. 13 de marzo de 2012. Consulta- (33) “La despenalización del aborto para los argenti-
do el 16/02/2015 en: http://www.cij.gov.ar/scp/index. nos”, Ibarómetro, Informe de prensa, julio de 2010. Sitio:
php?p=interior-nota&nid=8754. www.ibarometro.com.ar.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 17


DPyC Derecho Penal doctrina

cias entre lo que establece el ordenamiento jurí- pacitado— erigirse como una herramienta eficaz
dico y su aplicación en la práctica judicial diaria. para la protección de la vida de las personas por
nacer. Si la respuesta fuera negativa —conclusión
Si bien el debate se ha venido centrado en si los a la que arribo luego de la investigación reflejada
derechos humanos de la mujer encinta son ma- en el presente— deberíamos plantearnos seria-
yores que los de la persona que porta en su seno, mente otras respuestas legislativas para la pro-
entiendo que el centro de aquél debería trasla- tección de dicho bien jurídico y reconocer que la
darse, delimitando nuevamente la hipótesis de criminalización del aborto debe ser superada y,
conflicto. en todo caso, ajustada a las necesidades actuales
evidenciadas no sólo por el sentimiento social
En tal sentido, corresponde preguntarse si el sino también por la política criminal que se ha
derecho penal puede —en el sentido de estar ca- venido adoptando en los últimos años. u

18 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Derecho Penal DOCTRINA

Realismo, punición y reforma


Por Paul H. Robinson (*), Owen D. Jones (**) y Robert Kurzban (***)

Sumario: I. Introducción. — II. Breve descripción. — III. ¿Qué está


incluido en el núcleo? — IV. Posibles puntos de discrepancia con
BKH. — V. Conclusión.

I. Introducción nuestra línea de análisis en los artículos origina-


les. La Parte II reclama que BKH nos atribuyen
La discusión aquí se refiere a las ideas expues- aquellos que no son nuestros puntos de vista. La
tas en tres artículos, cada uno con un conjunto Parte III considera posibles puntos de real des-
diferente de coautores: Concordancia y conflicto acuerdo con BKH.
en intuiciones de Justicia (1) (“C y C”); los Orí-
genes de intuiciones compartidas de Justicia (2)
(“Orígenes”); y Intuiciones de Justicia: Implican- II. Breve descripción
cias para el Derecho Penal y la Justicia Política (3)
(“Implicancias”). Estas piezas fueron un intento El saber común, al menos antes de la publica-
por cambiar la forma en que los especialistas le- ción de C y C, era que no había nada en lo que la
gales piensan acerca de las intuiciones de justi- gente pudiera estar o siempre estar de acuerdo
cia. Los profesores Donald Braman, Dan Kahan y respecto a lo que era la pena justa en casos espe-
David Hoffman (“BKH”) ofrecen algunas críticas. cíficos (5). Esto parece que se deriva del hecho de
Algunos no estamos en desacuerdo con ellas. que tales juicios parecen ser tan subjetivos, tan
Otros sí disentimos (4). complejos, y tan dependientes del valor.

El más importante ejercicio aquí puede ser dis- Con todo C y C muestra que ese saber común
gregar nuestros falsos desacuerdos con BKH de es falso. Hay algunos puntos de acuerdo, de he-
nuestros desacuerdos reales. Tenemos la sospe- cho un acuerdo que existe a través de la demo-
cha de que tenemos algunos desacuerdos impor- grafía y en un alto nivel. No existe acuerdo en la
tantes. En la Parte I rápidamente esbozaremos cantidad total de pena que un ofensor particular
merece, sino un acuerdo sobre la culpabilidad
relativa a casos distintos. Y este no es un acuerdo
(*) Profesor de Derecho, Cátedra Colin S. Diver, Escuela sobre casos relacionados a todos los delitos y to-
de Leyes, Universidad de Pensilvania. dos los factores, sino sólo sobre unos pocos ele-
(**) Profesor de Ciencias Biológicas, Universidad de gidos, que nosotros etiquetamos como el “nú-
Vanderbilt, director de la Fundación del Proyecto de cleo” del injusto debido a que ellos representan
Derecho y Neurociencia.
el punto de alto consenso (6). Como la segunda
(***) Profesor asociado de Psicología, Universidad de mitad de C y C —el estudio discordante— mues-
Pensilvania.
tra, cuando uno se mueve fuera de este núcleo
(1) Paul H. ROBINSON y Robert KURZBAN, Concor- de consenso, añadiendo otros factores o delitos,
dance and Conflict in Intuitions of Justice, 91 Minn. L. Rev.
1829 (2007).
la extensión del acuerdo entre la gente se quie-
bra (7). El estudio del consenso en C y C encuen-
(2) Paul H. ROBINSON, Robert KURZBAN y Owen
D. JONES, The Origins of Shared Intuitions of Justice, 60
Vand. L. Rev. 1633 (2007).
(3) Paul H. ROBINSON y John M. DARLEY, Intuitions of (5) Véase, por ejemplo, las autoridades citadas en RO-
Justice: Implications for Criminal Law and Justice Policy, BINSON y KURZBAN, 91 Minn. L. Rev., p. 1846-48 (citada
81 S. Cal. L. Rev. 1 (2007). en nota 1).
(4) Dos de nosotros (Jones y Kurzban) responden sepa- (6) Id., p. 1891 (explicando que “lesión física, realizada
radamente al análisis de “BKH” de los asuntos en Oríge- sin consentimiento, y el engaño en las transacciones” caen
nes. Véase Owen D. JONES y Robert KURZBAN, Intuitions dentro del núcleo del injusto).
of Punishment, 77 U. Chic. L. Rev. 1633 (2010). (7) Id., p. 1883-87.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 19


DPyC Derecho Penal doctrina

tra alta concordancia solo en delitos de hurto y de las personas comunes sobre la justicia, esas
violencia; el estudio de la discrepancia muestra intuiciones compartidas son algo para lo cual los
desacuerdo en una amplia variedad de delitos diseñadores del sistema y los reformistas sociales
como conducción en estado de ebriedad, delitos deberían prestar especial atención (10).
asociados a las drogas, violación, prostitución,
consumo de alcohol, aborto y bestialismo (8). Los reformadores no deberían asumir que
El punto más importante aquí es que no hay un ellos pueden simplemente educar a las perso-
mar de desacuerdo en todo, como era pensado, nas fuera de un núcleo de intuición de la justi-
sino más bien un continuum de alto acuerdo a cia, la forma en que ellos persuaden a la gente
alto desacuerdo, de un pequeño núcleo de cues- para cambiar sus perspectivas sobre cuestiones
tiones sobre las que hay casi unanimidad se in- puramente razonadas. Esto es cierto no solo si el
crementa el desacuerdo como moviéndose a la núcleo de fallos sobre la justicia es el resultado
periferia. de un mecanismo especializado, sino además es
cierto incluso si se forman a través del aprendi-
El más importante, de hecho desconcertan- zaje social general. El hecho clase no es el origen
te, hallazgo individual de la investigación C y C del consenso sino más bien el alto consenso a
fue que un núcleo de consenso existe del todo. través de la demografía, ya que éste sugiere que
¿Cómo podría ser? ¿Cómo podría la perspectiva cualquiera sea la fuente de los fallos de la justi-
de la gente sobre la culpabilidad relativa —que cia, ellos están profundamente arraigados y no
parece tan ampliamente subjetiva y compleja— puede ser fácilmente modificados (los lectores
siempre produce tal elevado consenso en cual- pueden ver porque nosotros pensamos que es un
quier tópico en cualquier contexto? Esta fue de poco extraño que nos etiqueten como “Natura-
hecho una revelación sorprendente, que noso- listas de la punición”(11) cuando la fuente de los
tros buscamos explorar en Orígenes. juicios relativos a la culpabilidad es irrelevante
¿Cómo llegan los seres humanos a sus juicios para el argumento principal).
sobre culpabilidad relativa? ¿Son estos juicios Imaginen la variedad de factores que pueden
en alguna medida el producto de un sistema de influenciar en los fallos humanos sobre la culpa-
aprendizaje especializado o sólo el producto del
bilidad relativa. Diferentes características demo-
mecanismo de aprendizaje estándar general?
gráficas de ingreso, educación, raza, orientación
Nosotros concluimos en Orígenes que, mientras
política, estado marital, religión, género, pueden
haya razones para preferir la anterior explica-
crear profundas diferencias en la experiencia de
ción, no hay suficiente evidencia aún para resol-
vida. El hecho de que cualquier núcleo de alto
ver la cuestión (9).
consenso exista sugiere en sí mismo que tales in-
Para nuestro proyecto más extenso relaciona- tuiciones se llevan a cabo de tal forma que pue-
do a la relevancia de las intuiciones de justicia dan estar aisladas de las influencias estándar de
para la ley, sin embargo, es irrelevante cuál de la vida cotidiana. Si esto es cierto, ¿cómo están
estos dos mecanismos produce las intuiciones los reformadores sociales para cambiar signifi-
compartidas de justicia. Como nosotros ano- cativamente aquellas visiones? Las intuiciones
tamos al final de Orígenes y reenfatizamos en
Implicancias, cualquiera de los mecanismos al- (10) Véase Id., p. 1687-88 (remarcando que puede ser
ternativos llevan a la misma conclusión sobre “irrealista esperar que la población “se eleve sobre” sus
el punto de si esto es relevante para el Derecho deseos de punir a los culpables”); ROBINSON y DARLEY,
penal: cualquiera sea la fuente de las intuiciones 81 S. Cal. L. Rev., p. 38 (citado en nota 3) (argumentando
que nuestras intuiciones compartidas de justicia no son
fáciles de cambiar y pueden influenciar en los juicios de la
(8) Id., p. 1890-92 y n. 230. comunidad de la credibilidad de la ley).
(9) ROBINSON, KURZBAN, y JONES, 60 Vand. L. Rev., (11) Véase Donald BRAMAN, Dan M. KAHAN, y David
p. 1682-87 (citado en nota 2) (anotando que muchos fac- A. HOFFMAN, Some Realism about Punishment Natura-
tores, tales como la similitud de intuiciones a través de las lism, 77 U. Chi. L. Rev. 1531, 1532-33 (2010) (etiquetándo-
culturas y la forma en que los niños aparecen desarrollan- nos como “Naturalistas de la punición” aquellos que creen
do intuiciones morales, los hacen aparecer más probables que “intuiciones altamente matizadas sobre la mayoría de
que los juicios sean parte de un sistema de aprendizaje formas del delito y la pena son ampliamente compartida
especializado). debido a que ellas son innatas”).

20 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Paul H. Robinson, Owen D. Jones y Robert Kurzban

en el núcleo son percibidas por las personas, no reformadores una visión sobre la mejor forma de
como conclusiones razonadas sino como hechos cambiar las valoraciones de la gente sobre la jus-
—y los que parecen ser hechos muy evidentes—. ticia (17). Cuanto más sea el nivel de desacuerdo
Las personas generalmente tienen poco acceso existente, mayor será la probabilidad de que las
a por qué se sienten de la manera en que lo ha- opiniones de la gente sobre la culpabilidad re-
cen sobre estos temas (12). Si bien es ciertamen- lativa de las personas pueden ser exitosamente
te posible que el argumento racional sirva para modificadas. Implicancias contiene un capítulo
invalidar incluso una intuición profundamente para los reformadores, mostrando como ellos
sentida de justicia, nosotros sospechamos que puede usar el alto consenso sobre las cuestiones
las democracias liberales no son apropiadas para nucleares para ayudar a mover las perspectivas
permitir el tipo de intrusión coactiva en la vida de la gente fuera del núcleo (18) (en otras pala-
de los ciudadanos que pueda ser necesaria para bras, nosotros no somos “naturalistas del casti-
cambiar estas intuiciones básicas compartidas go” sino más bien “realistas reformados”).
que ya han demostrado ser inmunes incluso a la
poderosa influencia de las diferencias demográ- Uno podría preguntarse si hay alguna razón
ficas (13). por la que uno debería preocuparse acerca del
entendimiento de justicia de las personas o so-
Como explicamos en Implicancias, la maleabi- bre los cambios en ellos. Ciertamente la historia
lidad reducida de los aspectos de alto consenso del moderno control del delito, que está enfo-
en el núcleo tiene implicancias para los reforma- cado en la intimidación general y la incapacita-
dores sociales (14). Los reformistas deben enten- ción, muestra considerable indiferencia hacia
der que algunos puntos de vista serán más fáciles si la distribución de la pena provista por estos
de cambiar que otros y deberían ser astutos en programas enfrenta con las percepciones de
las batallas que ellos escogen pelear y cómo li- justicia compartidas por la gente (19). Nosotros
brarlas. Por ejemplo, ellos deben pensar cuida-
dosamente antes de invertir su limitado tiempo Código Penal Modelo adoptan esta aproximación: Ellos
y energías en un programa para persuadir a la buscan hacer insignificante el daño resultante, mediante
comunidad no para que quiera penar ilícitos gra- la clasificación de las tentativas igual al delito consumado
ves, como algunos reformadores harían (15), o excepto en los casos de homicidio. Véase CPM §5.05 (ALI
1962) (afirmando que, con algunas excepciones, la “ten-
para persuadir a la comunidad que el grave daño tativa, la solicitud, y la conspiración son delito del mismo
resultante, tales como causar la muerte, debe ser tipo y medida que los delitos más graves que se intentan,
insignificante en la valoración de la pena, como se solicitan o son un objeto de la conspiración”). Pero la
otros harían (16). Implicancias además da a los mayoría de los Estados, incluso aquellos que siguen el Có-
digo Penal Modelo, rechazan esta aproximación y gradúan
los delitos consumados más alto que la tentativa. Véanse
(12) ROBINSON y DARLEY, 81 S. Cal. L. Rev., p. 4-8 (ci- las autoridades recopiladas en Paul H. ROBINSON, The
tado en nota 3). Role of Harm and Evil in Criminal Law: A Study in Leg-
(13) Véase ROBINSON y KURZBAN, 91 Minn. L. Rev., islative Deception, 5 J. Contemp. Legal Issues 299, 305 n.
p. 1855-61 (citado en nota 1). 18 (1994) (listando treinta y siete Códigos que autorizan
(14) ROBINSON y DARLEY, 81 S. Cal. L. Rev., p. 58-59 condenas más leves para delitos tentados).
(citado en nota 3). (17) Véase ROBINSON y DARLEY, 81 S. Cal. L. Rev., p.
(15) Véase autoridades reunidas en id., p. 11-12 y nota 51-65 (citado en nota 3).
34. (18) Véase id., p. 60 (sugiriendo que algunos intentos
(16) Véase, por ejemplo, Larry ALEXANDER, Kimberly de cambiar las intuiciones acerca del injusto —tales como
KESSLER FERZAN, y Stephen MORSE, Crime and Cul- las campañas contra fumar y las de Madres contra Con-
pability 172-96 (Cambridge 2009) (argumentando que la ductores Ebrios— han sido exitosas debido a que ellas
culpabilidad, no los resultados de una acción, deben ser “demuestran que la conducta de la que se trata realmente
considerados en la determinación de la capacidad de cul- tiene carácter condenable o el efecto de que la intuiciones
pabilidad y la pena apropiada); Stephen J. SCHULHOFER, de la gente las aborrecen”).
Harm and Punishment, 122 U. Pa. L. Rev. 1497, 1498-1503 (19) Véase Paul H. ROBINSON, Geoffrey P. GOODWIN,
(1974) (sugiriendo que el énfasis sobre el daño en el sis- y Michael REISIG, The Disutility of Injustice, 85 NYU L.
tema criminal puede “ser entendido como un vestigio Rev. *27 (próximamente 2010), online en http://ssrn.com/
del rol del antiguo Derecho penal como instrumento de abstract=1470905 (visitada el 21 de abril, 2010); Paul H.
venganza oficial” y abogar por “replantear a gran escala de ROBINSON, Distributive Principles of Criminal Law, cap.
este aspecto de la ley penal”). En efecto, los redactores de 4, 6 (Oxford 2008). Véase también Bernard E. HARCOURT,

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 21


DPyC Derecho Penal doctrina

sostenemos en Implicancias, y en estudios que 2. Las personas están de acuerdo respecto a


desde entonces nos han apoyado empíricamen- todos los aspectos de todos los delitos que son
te (20), que puede ser muy costoso para el De- parte del núcleo (23).
recho Penal adoptar principios para evaluar la
responsabilidad criminal y la pena que enfren- 3. La gente además coincide respecto a que
ten las compartidas intuiciones de justicia de la conducta debe ser de índole penal (24), y que
comunidad a la que gobierna. Ganar una repu- conducta está justificada (25).
tación por —haciéndolo mal— confiar regular e
intencionalmente en la reglas que generan injus- Desafortunada, o afortunadamente, estas no
ticia puede promover subversión o resistencia al son alegaciones que nosotros hagamos. De he-
sistema, debilita la efectiva (aunque barata) in- cho, nosotros no conocemos a ningún investiga-
fluencia normativa de la estigmatización, redu- dor respetable que haga tales alegaciones, pero
ce la disposición de la gente a someterse a la ley sí podrán encontrar que nosotros estamos felices
en casos de ambigüedad normativa, y subvierte de unirnos a BKH en una batalla contra estas
la capacidad del Derecho penal para conformar afirmaciones y unirnos a BKH en una predecible
normas comunitarias y para inducir a las perso- victoria conjunta.
nas a internalizar las normas expresadas en la ley
penal (21). 1. Con respecto a 1 y 2

III. ¿Qué está incluido en el núcleo? ¿Cuál es el “núcleo”? BKH sugieren que sus
contornos son bastante vagos y difíciles de iden-
BKH nos representan como alegando que: tificar (26). Pero lo que constituye el “núcleo” no

1. La vasta mayoría de actos ilícitos son parte ningún indicio de que la gente coincide en todos los as-
del núcleo del consenso (22). pectos o supuestos de estos delitos, como BKH además
representa.
Rethinking Racial Profiling: A Critique of the Economics, (23) BKH explica, como si estuviera en contradicción
Civil Liberties, and Constitutional Literature, and of Crim- con nuestro punto de vista, que hay “controversias signi-
inal Profiling More Generally, 71 U. Chi. L. Rev .1275, 1355 ficativas dentro de tres categorías de delitos básicos” y que
(2004). “hay desacuerdo sustancias acerca de lo que constituye el
(20) Véase ROBINSON, GOODWIN, y REISIG, 85 NYU ilícito” en relación a los delitos básicos. BRAMAN, KAHAN,
L. Rev., p. 41-61 (citado en nota 19) (explicando que “incu- y HOFFMAN, 77 U. Chi. L. Rev., p. 1566 (citados en nota 11).
rrir en injusticias y fallar en aplicar la justicia pueden de- (24) BKH dicen, por ejemplo: “otro razón para ser es-
bilitar la credibilidad moral del sistema de administración céptico ante la sugerencia de que nosotros compartimos
de justicia criminal” y enumerando otros estudios que han intuiciones sobre la mayoría de clases de ilícito es que
encontrado resultados similares). las clases de actos listados además excluye actos que un
(21) Véase ROBINSON y DARLEY, 81 S Cal L Rev., p. 18- sustancial número de americanos creen que deberían ser
31 (citado en nota 3) (señalando que “el poder del sistema delito pero no lo son”. Id., p. 1554. “Naturalistas sostienen
de justicia criminal para estigmatizar depende de los có- que mientras los individuos puedan discrepar acerca de
digos legales que tienen credibilidad moral en la comu- cómo penar los actos malos, ellos coinciden sobre lo que
nidad,” y que las leyes tienen menos credibilidad moral constituyen actos malos. Por lo tanto, en general, la po-
cuando ellas no coinciden con las intuiciones morales de blación debería coincidir que, en cada caso, el acusado es
los individuos). culpable o inocente”. Id., p. 1590.
(22) BKH nos representan como alegando que la gen- (25) Por ejemplo, BKH inician su artículo con un caso
te tiene intuiciones ampliamente compartidas sobre “la de justificación sobre el que ellos notan hay desacuerdo,
mayoría de formas de delito y pena”; BRAMAN, KAHAN, y id., p. 1532 (describiendo un dilema moral sobre si es
HOFFMAN, 77 U. Chi. L. Rev., pp. 1532-33 (citado en nota apropiado robar un ticket de bus de un pasajero acau-
11), y “la vasta mayoría de actos ilícitos”. Id., p. 1600. Como dalado para evitar perderse la boda del mejor amigo),
apoyo a su caracterización de su punto de vista, BKH citan como si estuviera en contradicción con sus opiniones.
a ROBINSON y KURZBAN, 91 Minn L Rev., p. 1867 (citado Para nuestra discusión de sus hipótesis, véase texto
en nota 1)—la discusión metodológica del estudio, no la sec- acompañante notas 41-45. BKH además repetidamen-
ción de análisis o implicancias. Véase BRAMAN, KAHAN, y te discuten la justificación de la auto-defensa. Véase
HOFFMAN, 77 U. Chi. L. Rev., pp. 1543-44 (citado en nota BRAMAN, KAHAN, y HOFFMAN, 77 U. Chi. L. Rev., pp.
11). Este pasaje simplemente señala que elegimos delitos 1578-88 (citado en nota 11).
comunes para el estudio. El pasaje no hace afirmaciones (26) BKH dice, por ejemplo: “Nosotros dudamos que
de que exista un alto consenso en relación a todos los de- naturalista puedan descubrir alguna forma independien-
litos, como BKH representan. Este además no constituye te para distinguir el núcleo de los daños de la periferia”.

22 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Paul H. Robinson, Owen D. Jones y Robert Kurzban

es materia de especulación o teoría o incluso de situación. Nuestra investigación utiliza factores


interpretación. Es materia de análisis empírico. sobre los cuales nosotros juzgamos hubo alto
El “núcleo” es, por definición, aquello sobre lo consenso (31). En la medida que uno sustituye
cual hay un alto consenso a través de la demo- un factor sobre el cual hay desacuerdo, obvia-
grafía, como está demostrado en el estudio C y C mente el nivel de acuerdo sobre la gravedad del
sobre la concordancia (27). caso tendría que declinar. Si, en lugar de robar un
radioreloj del carro, como aparece en el escena-
¿Qué casos están incluidos en el núcleo? Aque- rio uno, el ofensor roba las cenizas del padre del
llos casos en los cuales hay alto consenso a través propietario del auto, obviamente el anterior alto
de la demografía. ¿Qué tipo de casos son éstos? consenso sobre la culpabilidad relativa del ofen-
El estudio C y C sobre la concordancia muestra sor disminuirá en proporción a la extensión del
que uno podría encontrar este nivel de con- desacuerdo sobre el valor relativo a las cenizas
senso en casos referidos a delitos de violencia del padre, que podrá variar ampliamente a través
y robo (28). ¿Podría haber otras ofensas donde de las culturas e incluso a través de los individuos
pueda uno encontrar casos con tal alto consen- dentro de una cultura.
so? Posiblemente. Esto requerirá posteriores es-
¿Qué tipo de casos más allá de aquellos en el
tudios. Como nosotros explicamos en la sección
estudio C y C sobre la concordancia están inclui-
metodológica del estudio C y C sobre la concor- dos en el “núcleo”? Nosotros sentiríamos muy
dancia, nosotros nos enfocamos en los delitos confortable extrapolarlos más allá de los espe-
más comunes (29). Si hay otros delitos, es proba- cíficos escenarios utilizados en el estudio. La
ble que no sean delitos comunes. mayoría de los objetos tienen un valor acordado,
¿Qué aspectos de estos delitos están incluidos como una radio reloj, la mayoría no maneja el va-
lor en disputa de las cenizas del padre. Pero hasta
en el núcleo? BKH parecen asumir que nosotros
que la investigación se realice, de hecho, noso-
alegamos que todos los aspectos, todos los casos,
tros no podremos saber con seguridad qué nivel
que involucran alguno de estos delitos son par-
de consenso se concede a tales hechos (32).
te del núcleo (30), pero difícilmente esta será la
El punto del Apéndice B de C y C es mostrar
BRAMAN, KAHAN, y HOFFMAN, 77 U. Chi. L. Rev., p. 1566 al lector precisamente cómo nosotros somos ca-
(citados en nota 11), y “Una razón para estar insatisfechos paces de construir veinticuatro escenarios sobre
con la distinción núcleo- periferia es que esta falla para los cuales nuestras materia tienen semejante
decirnos que, exactamente, distingue el importante nú-
cleo y la intrascendente periferia de delitos”. Id., p. 1557.
alto consenso al apoyarse en, y solo en, princi-
pios que nosotros sabíamos existen intuiciones
(27) Véase ROBINSON y KURZBAN, 91 Minn. L. Rev.,
p. 1874-80 (citado en nota 1). En Orígenes, nosotros cier-
profundamente arraigadas casi unánimes. Es-
tamente damos razones por la cuáles pensamos que hay pecíficamente, existe un número de principios
alto consenso en los casos del núcleo, pero estas teorías generales de responsabilidad y pena que están
no son la definición del núcleo y se ofrecen más bien como ampliamente aceptados, Por ejemplo, el daño a
posibles explicaciones del núcleo. Véase generalmente la persona es más reprochable que el daño a la
ROBINSON, KURZBAN y JONES, 60 Vand. L. Rev., p. 1633 propiedad, causar un daño intencionalmente
(citado en nota 2).
es más reprochable que hacerlo imprudente-
(28) ROBINSON y KURZBAN, 91 Minn. L. Rev., p. 1867 mente, que en cambio es más reprochable que
(citado en nota 1) (encontrando un alto nivel de consenso
entre las intuiciones de los participantes en torno a esce- cometerlo negligentemente, cuanto mayor es
narios breves relacionados al robo y la violencia). la extensión de una lesión personal, mayor es
(29) Id., p. 1867 n 172.
(30) BKH dice:Si los individuos tienen un sentido intui- (31) Véase ROBINSON y KURZBAN, 91 Minn. L. Rev.,
tivo de la relativa ilicitud de los hechos, entonces nosotros p. 1871, 1878-80 (citado en nota 1).
esperaremos que gente con [diferentes] perfiles cultura- (32) Nosotros no somos completamente indiferentes
les... concuerde—quizás no precisamente en cuanta pena a tales cuestiones. Hay investigación existente que da al-
merece una persona, pero al menos en la relativa culpabi- gunos consejos sobre una amplia gama de cuestiones de
lidad de [] dos acusados. Para el naturalismo, el disenso en Derecho penal. Véase, por ejemplo, Paul H. ROBINSON
el núcleo de lo ilícito sigue siendo un enigma.BRAMAN, y John M. DARLEY, Justice, Liability and Blame 13-51
KAHAN, y HOFFMAN, 77 U. Chi. L. Rev., p. 1592 (citado (Westview 1995) (explorando factores que contribuyen a
en nota 11). la reprochabilidad).

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 23


DPyC Derecho Penal doctrina

la reprochabilidad; cuanto más grande es la ex- ran en contra de nuestro planteamiento. Recor-
tensión de una expectativa de privacidad, mayor demos que el propio estudio discrepante C y C
es la reprochabilidad de una intrusión, y así su- demuestra que hay una alta discrepancia con
cesivamente. Nuestra sospecha era que el alto respecto a muchos tipos de delitos sexuales (36).
consenso sobre estos principios generales tiene Es difícil saber por qué BKH quieren aleccionar-
consecuencias prácticas para el nivel de consen- nos sobre el desacuerdo asociado a los delitos
so en casos individuales, sugiriendo que uno po- sexuales cuando nuestro estudio puede ser la
dría crear alto consenso en el juzgamiento de la mejor evidencia empírica en apoyo de esta dis-
culpabilidad relativa a los casos individuales, en crepancia.
contra del saber común. El estudio C y C sobre la
concordancia confirmó que el elevado consenso Generalmente, BKH invierten nuestro plan-
en los principios generales se traduce en un alto teamiento. El objeto del estudio C y C sobre con-
consenso en casos individuales (33). cordancia no es mostrar que la gente concuerda
en todo o incluso mucho, sino más bien exponer
Como pueden imaginar, nosotros encontra- como falso el parecer común actual que, al me-
mos el artículo de BKH muy difícil de entender nos en términos de casos individuales, la gente
dadas las falsas asunciones sobre nuestras alega- no coincide en nada (37). Es difícil para nosotros
ciones. Por ejemplo, éste tiene una sección ente- ver el valor en BKH presentado una exagerada
ra mostrando discrepancias en casos de fraudes perspectiva de nuestros planteamientos, para
en la transacción (34). Si uno es defraudado en luego criticarlos por ser exagerados.
la transacción obviamente es en función de sus
expectativas propias sobre los términos de la El punto importante aquí es que simplemente
transacción, y estas expectativas podrían ser al- debido a que uno puede encontrar o crear dis-
tamente dependientes culturalmente o, incluso crepancias introduciendo hechos sobre cues-
dentro de una cultura, altamente dependiente tiones en disputa, esto no quita el hecho de que
dentro del contexto. El caso que nosotros utili- exista un núcleo de consenso elevado. Y, como se
zamos en el estudio fue uno de un empleado de discute en la Parte II que sigue, este alto consen-
una tienda que estafa a un cliente. Nosotros lo so tiene implicancias para la maleabilidad de las
utilizamos precisamente porque nos parecía que intuiciones de justicia de las personas.
tal defraudación ofrecía el ejemplo de una vio-
lación de una expectativa casi universal de esta 2. Con relación
forma muy común de transacción, una compra. Nosotros observamos el mismo patrón de
La gente que coincide con realizar una transac- incomprensión cuando BKH nos representan
ción típicamente cree que tiene un entendimien- como planteamiento en el que existe un alto con-
to compartido de los términos de la transacción. senso sobre lo que es criminal. Un tema primario
Así, dentro de cualquier cultura, no es probable del estudio C y C sobre discrepancia es mostrar
que las expectativas sean compartidas cuando precisamente lo opuesto —que muestra no solo
una transacción tiene lugar, pero no siempre ob- discrepancias acerca de la culpabilidad relativa
viamente. sino además sobre si la conducta debería inclu-
Aún más desconcertante es que BKH tengan so ser criminal—. En dos de los escenarios, más
una sección mostrando desacuerdos acerca de del 20 por ciento de los sujetos no asigna res-
los delitos sexuales (35), como si éstos estuvie- ponsabilidad. En otro, más del 40 por ciento no
encuentra responsabilidad (38) (esto es así aun
(33) ROBINSON y KURZBAN, 91 Minn. L. Rev., p. 1867-
80 (citado en nota 1) (describiendo dos estudios que pre- sexuales de prostitución, bestialismo y sexo no deseado.
dicen y demuestran el consenso entre sujetos que atribu- Id., pp. 1555-56.
yen la culpabilidad a escenarios específicos). (36) ROBINSON y KURZBAN, 91 Minn. L. Rev., p. 1885,
(34) BRAMAN, KAHAN, y HOFFMAN, 77 U. Chi. L. Rev., tabla 6, 1886 tabla 7 (citado en nota 1).
p. 1571-73 (citado en nota 11). (37) Id., pp. 1831-32.
(35) Id., pp. 1573-77 (señalando que la ley concerniente (38) Véase id., p. 1885 tabla 6 (mostrando que 23.4 por
a la violación sexual “ha sido un lugar de intenso conflicto ciento de participación no asignaría responsabilidad por
legal y político por más de treinta años”). BKH además dis- prostitución, 21.9 por ciento de los participantes no asig-
cuten la discrepancia sobre la criminalidad de los delitos naría responsabilidad por uso de marihuana, y 42.2 por

24 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Paul H. Robinson, Owen D. Jones y Robert Kurzban

a pesar de que los tres escenarios son delictivos dios podrían pensar distinto, sugiriendo que no-
bajo la ley vigente). sotros podríamos afirmar que todos estarían de
acuerdo sobre este caso (42).
En efecto, incluso en nuestro estudio C y C so-
bre consenso, nosotros demostramos que la gente Contrario a la forma en que ellos lo presente,
puede coincidir respecto a la responsabilidad re- el ejemplo hipotético no es caso sencillo acerca
lativa a casos de delitos diferentes y sin embargo de si la gente discrepa respecto a si el robo es ilí-
discrepar en cuanto a que parte de la línea con- cito. Presumiblemente la persona en el ejemplo
tinua de la culpabilidad debe ser dibujada mar- cree que robar está mal. La cuestión presentada
cando el punto mínimo para la responsabilidad es una diferente: si la conducta (robo del tic-
criminal y la pena (39). Nosotros diseñamos uno ket), que todos coincidimos es ilícito, puede sin
de nuestros escenarios como un caso límite inten- embargo ser justificado en el ejemplo debido
cionalmente (marcar comida de un buffet: todo a un especial interés colisionante de suficiente
lo que puedas comer, en infracción de las normas importancia (la necesidad de llegar a la boda)
del buffet). No será sorpresa que la gente discrepe que podría justificar la conducta de otra forma
acerca de si el caso debe dar lugar a responsabi- ilícita. El caso no es un test de si la gente piensa
lidad criminal (40). El punto importante para no- que hurtar es ilícito, sino más bien un test del
sotros era mostrar que, a pesar de esto, aún había valor comparativo de la justificación de intere-
allí consenso casi absoluto sobre donde estaba ses colisionantes.
ubicado el caso en el continuum de la culpabili-
dad relativa. El punto más extenso aquí es que Si uno compara los intereses en los que las
estas valoraciones en relación con la culpabilidad personas coinciden (o que son tan dispares que
en los que la gente puede tener alto consenso, no los desacuerdos menores de la gente son irrele-
necesariamente valoraciones sobre exactamente vantes), entonces uno llegará al consenso. Por
donde debe ser dibujada la línea para la culpabili- otro lado, si uno compara los intereses sobre los
dad mínima para la responsabilidad penal. que las personas discrepan —como el valor de
las cenizas del padre o la importancia de ir a una
BKH malinterpretan de modo similar nuestra boda— entonces la gente discrepará en la com-
visión como alegaciones de que la gente con- paración. En el ejemplo, el valor que uno asigna a
cuerda no sólo en todos de lo que es criminal, la importancia de la boda de uno es dependiente
sino además en lo que está justificado (41). Esto culturalmente. BKH sugieren que los indios le dan
es, ellos van más allá de lo que los teóricos del un mayor valor que los americanos, y nosotros no
Derecho penal llaman normas de prohibición, o sabemos lo suficiente sobre esto para discrepar.
nociones acerca de lo que debería ser prohibido
como ilícito, para incluir normas de justificación, Consideremos, sin embargo, qué más podría
o nociones acerca qué conductas admitdas ilí- ilustrar el ejemplo. Nosotros sospechamos que
citas pueden ser toleradas bajo especiales cir- allí hay un alto consenso sobre el principio gene-
cunstancias justificantes (en efecto, BKH no dan ral de que especiales causas justificantes pueden
indicación de que ellos sean conscientes de esta pesar más que la prohibición de la conducta en
distinción o de que ellos hayan cruzado desde si mismo ilícita. Y, como nosotros hemos demos-
una hacia otra). Ellos comienzan su artículo con trado en el estudio C y C de consenso, que el alto
el hipotético planteo acerca de una persona de- consenso sobre un principio general puede ser
cidiendo si roba un ticket de bus para hacer una traducido en un alto consenso en los casos indi-
aparición importante en una boda. Ellos señalan viduales, si aquellos casos involucran sólo cues-
que los estadounidenses pueden pensar que está tiones en las que exista consenso (43). Introducir
mal tomar el ticket en esta situación pero los in-
(42) BRAMAN, KAHAN, y HOFFMAN, 77 U. Chi. L. Rev.,
ciento de los participante no asignaría responsabilidad p. 1531, 1533-34 (citado en nota 11) (sugiriendo que los
por bestialismo). participantes estadounidenses tienden a enfocarse en la
“justicia individualiza y la propiedad personal,” mientras
(39) Id., pp. 1876, 1900-01. que los participantes indios se enfocan en las “responsa-
(40) ROBINSON y KURZBAN, 91 Minn. L. Rev., pp. 1869, bilidades sociales y relaciones de amistad”).
1900 (citado en nota 1). (43) ROBINSON y KURZBAN, 91 Minn. L. Rev., p. 1880-
(41) Véase nota 25. 81 (citado en nota 1).

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 25


DPyC Derecho Penal doctrina

en un caso un factor sobre los cuales hay discre- 1. No hay núcleo de consenso
pancia obviamente reduce el consenso previo.
Puede ser que la perspectiva de BKH es que no
BKH podrían preguntarse asimismo por qué hay aspectos de todo delito en los cuales haya un
es que tanto estadounidenses como indios, y alto consenso referido a la culpabilidad respecto
cualquier otro grupo del planeta que reconozca al ofensor. Así, de hecho, era el sentido común
derechos de propiedad, coinciden que tomar la previo al estudio C y C (46). Es difícil ver cómo
propiedad de valores de otra persona es ilícito y esto podría ser una objeción plausible, aun cuan-
así requerirían alguna justificación. Sin duda exis- do BKH parece actuar como si este fuera el caso
te una considerable diversidad cultural acerca de al continuar negando que haya una diferencia
lo que cuenta como la propiedad de otro tanto entre los casos nucleares y los no nucleares (47).
como la considerable diversidad sobre el valor
que diferentes culturas otorgan a los distintos ti- 2. Hay un núcleo de consenso pero es insignifi-
pos de propiedad (44). Pero ¿cómo es que todas cante
las culturas diversas parecen coincidir con la regla Puede que sea más probable que la posición
básica de que tomar la propiedad de otra persona de BKH sea ligeramente diferente. Ellos pue-
sin consentimiento es ilícito? En efecto, es proba- den admitir que nosotros hemos demostrado
ble que haya otro consenso: mientras mayor el va- un núcleo de alto consenso pero ellos pueden
lor, mayor el injusto (45). ¿Creen los realistas de la creer que éste es en cierto sentido una falsa apa-
pena que pueden encontrar sociedades, o incluso riencia de consenso, o al menos una apariencia
crear sociedades, en las que la gente cree que no de consenso que no tiene significación real (48).
hay nada ilícito en tomar la propiedad de otro sin Si este es su punto de vista, entonces presumi-
consentimiento, o que, si la gente lo ve como ilíci- blemente BKH están sosteniendo que el tipo
to, ellos podrían hacer creer que mientras mayor de casos en nuestro estudio de consenso, que
es el valor de la propiedad tomada, es menor el nosotros identificamos como parte del “núcleo”
injusto? Más sobre esto abajo. de alto consenso, no es diferente, en términos
de su potencial para el consenso o disenso, de
IV. Posibles puntos de discrepancia con BKH
los tipos de casos no nucleares en nuestro es-
Como uno puede imaginar, nosotros hemos tudio de discrepancia (49). Esto es, no hay nada
encontrado difícil comprometernos con gran
parte del artículo BKH, ya que éste se basa en (46) ROBINSON y KURZBAN, 91 Minn L Rev., p. 1847
una representación de nuestras opiniones que (citado en nota 1) (anotando que muchos escritores “han
a menudo no reconocemos. La experiencia nos sostenido que las personas simplemente discrepan en
sus nociones de justicia” en una forma que evita el con-
ha dejado con poca confianza de que nosotros senso sobre la culpabilidad). Véase además, por ejemplo,
entendamos la posición de BKH, y así nosotros Michael TONRY, Obsolescence and Immanence in Penal
estamos reacios a hacer afirmaciones sobre sus Theory and Policy, 105 Colum. L. Rev. 1233, 1263 (2005)
puntos de vista. En los puntos posteriores, noso- (“¿Cómo sabemos qué cantidad de censura o ‘castigo me-
tros sospechamos que puede haber una verdade- recido’ un delincuente particular merece con certeza?...
Como incontables estudios sobre individualización de la
ra discrepancia, pero pensamos que es prudente pena han demostrado, las intuiciones de las personas res-
simplemente identificar los posibles puntos de pecto a los casos individuales varía ampliamente”).
discrepancia y dejar a BKH confirmar o negar (47) Véase BRAMAN, KAHAN, y HOFFMAN, 77 U. Chi.
que estos sean sus puntos de vista. L. Rev., p. 1566 (citado en nota 11).
(48) BKH dicen, por ejemplo: “Ninguna [de las categorías
(44) Véase, por ejemplo, Keith AOKI, Considering que constituyen ‘el núcleo del injusto’] está compuesta por
Multiple and Overlapping Sovereignties: Liberalism, Li- actos libres de disenso, y la naturaleza del disenso sistemá-
bertarianism, National Sovereignty, “Global” Intellectual tico que impregna cada una de estas categorías es al menos
Property, and the Internet, 5 Ind. J. Global Legal Stud. 443, tan interesante e informativa como cualquier consenso que
p. 462-63 (1998) (discutir las diferentes opiniones de los se pueda encontrar”. Id., pp. 1568-69 (énfasis alterado).
países sobre la propiedad y la propiedad pueda conducir (49) Para la perspectiva de BKH que no existen distin-
a conflictos importantes en el contexto de la propiedad ciones significativas entre los casos nucleares y no nuclea-
intelectual). res; véase nota 26. BKH además sostiene que hay discre-
(45) ROBINSON y DARLEY, Justice, Liability and Blame, pancia en relación a los casos nucleares y en relación a los
pp. 84-94 (citado en nota 32). casos no nucleares, así la distinción no es significativa con

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significativo acerca del aparente núcleo de con- 3. Aun si hay un núcleo de consenso, éste no tie-
senso que nosotros mostremos, ellos puede ar- ne efecto sobre la maleabilidad de los juicios de las
gumentar, debido a que el consenso o disenso personas acerca de la justicia
de la gente acerca de la culpabilidad relativa es
algo que puede ser creado y disuelto y recrea- Nosotros pensamos que el núcleo de alto con-
do y redisuelto malintencionadamente. Ningún senso tiene significación práctica, porque estas in-
conjunto de cuestiones relacionadas con la cul- tuiciones serán más difíciles de modificar que los
pabilidad es en algo diferente de cualquier otro juicios sobre otros asuntos y cuestiones. Que el
conjunto de cuestiones a este respecto; todos alto consenso en los casos nucleares puede ser
están sujetos al mismo potencial de consenso y reducido si uno añade factores acerca de los cua-
disenso. El resultado de nuestro estudio C y C les hay discrepancia no hace que las intuiciones
de consenso (y presumiblemente nuestro es- de las personas relacionadas a los casos nuclea-
tudio de discrepancia también), pueden ellos res sean algo más maleable. Las cuestiones en el
argumentar, muestra justo uno de la infinita va- núcleo continúan siendo difíciles de modificar
si ellas aparecen con o sin factores en los cuales
riedad de patrones de consenso y disenso que
exista disenso.
un investigador o reformador podría crear o di-
solver a voluntad mediante la manipulación de BKH parecen pensar que todas las valoracio-
hechos o dando razones. nes sobre la justicia son maleables (51). Ellos
parecen pensar que los reformadores sociales
Nosotros creemos que BKH están sencillamente
deben ver todas las opiniones sobre la justicia
equivocados en lo empírico. Nosotros le ofrece-
como un juego igualmente justo para su modifi-
mos este reto: Usando los casos no nucleares en el
cación. Nuevamente, nosotros creemos que BKH
estudio C y C de discrepancia, creen el mismo nivel
han sencillamente fallado en lo empírico. Como
de consenso en la demografía que nosotros utili-
nosotros anotamos arriba, la existencia de un
zamos en los casos nucleares del estudio C y C de
alto grado de consenso a través de la demografía
consenso. Si los casos nucleares y no nucleares no demuestra que la visión está arraigada de modo
tienen diferencia significativa, como BKH parecen suficientemente profunda como para ser aisla-
creer, entonces ellos deberían ser capaces de crear da de las poderosas fuerzas de la influencia so-
el mismo nivel de alto consenso usando los casos cial inherente en la amplia variedad de factores
no nucleares que nosotros sostenemos es único demográficos que funcionan en el mundo (52).
para los casos nucleares. Nosotros no creemos que Si este núcleo de intuiciones es inmune a la in-
ellos puedan hacerlo (50). De forma contraria a los fluencia de estas fuerzas, ¿por qué esperaría uno
argumentos de BKH, los casos nucleares y no nu-
cleares son esencialmente distintos.
(51) BKH dice, por ejemplo: “El realismo de la pena esta
basado en la premisa de que mientras los individuos man-
relación al disenso. BRAMAN, KAHAN, y HOFFMAN, 77 U. tenga intuiciones profundas y permanentes sobre el in-
Chi. L. Rev., p. 1566 (citado en nota 11). justo y responda a estas, estas intuiciones dependerán de
(50) Tampoco creemos que BKH puedan construir un los constructos sociales que son demostrablemente plás-
juego de escenarios en los cuales haya un bajo disenso ticos”. BRAMAN, KAHAN, y HOFFMAN, 77 U. Chi. L. Rev.,
como para una clasificación apropiada, luego modificar p. 1533 (citado en nota 11). “La diversidad de posiciones
los escenarios mediante la adición de información y de que las comunidades políticas han adoptado sobre tales
este modo crear un consenso alto. Si BKH tienen razón en cuestiones—en el lugar y el tiempo— nos hace conscien-
que no hay tal cosa como un núcleo de consenso, rodeado tes de la plasticidad de las normas sociales”. Id., p. 1535.
mediante factores y delitos de disenso incrementado fue- “Donde nosotros vemos mutabilidad en las normas, y por
ra de este núcleo, entonces BKH deberían ser capaces de ellos el carácter ineludible de la responsabilidad colectiva
crear, disolver, y recrear consenso simplemente mediante por su contenido, los naturalistas detienen su estabilidad
su manipulación de los hechos. Nosotros no creemos que y advierten de la futilidad e incluso perversidad de usar
ellos puedan hacerlo. Una vez que el alto consenso en el el Derecho Penal como un instrumento de reforma de la
núcleo es destrozado mediante la adición de hechos en los norma”. Id., p. 1536. BKH quieren “aprender cómo nues-
que hay disenso, no se puede volver atrás con la adición tras intuiciones morales están formando y desarrollando
de más hechos. La única forma de volver atrás es retirar medios de fomentar las concepciones de justicia que nos
los hechos inspiradores del disenso que fueron añadidos. satisfacen y que son compatibles con nuestro bienestar
Hay un núcleo de consenso que es diferente de otras cues- colectivo”. Id., p. 1532.
tiones y casos de culpabilidad. (52) Véase nota 12 y texto acompañado.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 27


DPyC Derecho Penal doctrina

sin embargo que ellos sean susceptibles de una rar el debate abolicionistas como uno muerto sin
fácil modificación por los reformadores? admitir que hay diferencias importantes y previ-
sibles de maleabilidad que se vinculan a las in-
El dato más obvio apuntado aquí es la intuición tuiciones nucleares?
compartida que el injusto grave debe ser sancio-
nado (53). Hay un activo movimiento abolicio- De hecho, BKH además yerran en afirmar que
nista, que nosotros discutimos y documentamos las intuiciones de justicia que son difíciles de
en Implicancias (54). Pero dada la fuerza y cer- cambiar están en el corazón de los debates en
cana unanimidad de la intuición que el injusto vivo. Como nosotros discutimos en Implicancias,
grave debe ser penado, nos parece poco realista el debate abolicionista ha adquirido una forma
que este movimiento gane mucho apoyo, y mu- más moderna bajo la apariencia de justicia res-
cho menos que sea implementado por cualquier taurativa (56). No cabe duda de que el funda-
sociedad. Si, como BKH reclaman, esta intuición dor de este movimiento, John Braithwaite, tiene
puede ser modificada, y si, como los argumentos como su principal motivación una agenda anti-
abolicionistas dejan en claro, hay buenas razones punitivista (57). Hay muchas formas diferentes
para pensar que la punición del injusto podría no de procesos restaurativos, unas más inclinadas
ser el mejor camino para una sociedad. ¿Por qué a derrotar la pena merecida que otras. El deba-
ninguna sociedad (que nosotros conozcamos) ha te sobre qué procesos preferir son en gran parte
rechazado tener un sistema punitivo? Dada la di- debates sobre la extensión de qué pena puede y
versidad de sociedades a través del mundo y del debe ser evitada. Consistente con nuestra predic-
tiempo BKH nos deben al menos una explicación ción, los procesos restaurativos están actualmen-
de por qué esta intuición de justicia aparente- te limitados típicamente en su aplicación a casos
mente nunca ha sido anulada. relacionados a menores o faltas, precisamente
porque una aplicación más extensa a delitos
En efecto, se puede leer a BKH esencialmen- serios entraría en conflicto con las intuiciones
te concediendo nuestra visión de que hay algu-
compartidas de las personas de que los ilícitos
nas intuiciones de la justicia tan profundamente
graves deben ser penalizados. Uno de nosotros
arraigadas como para que sea realista pensar que
ha argumentado en la impresión de que podría
ellas puedan ser cambiadas. BKH sugieren que
haber un gran valor en usar los procesos restau-
los reformadores no tienen por qué preocuparse
rativos en casos relacionados a delitos graves y
por las intuiciones ampliamente compartidas de
que los reformadores debería ser mejor asesora-
la justicia, debido a que no se refieren a ningún
dos para abandonar su agenda antipunitivista en
debate político en directo (55). Presumiblemen-
orden a promover ese uso extensivo (58).
te, ellos quieren decir que el actual debate sobre
la abolición de la pena, por ejemplo, es un de- Para ir más allá de la intuición extendida de
bate muerto que es simplemente otra forma de que el injusto serio debe ser penado, conside-
decir que es irreal esperar que los abolicionis- remos un ejemplo de una específica regla de
tas pudieran alguna vez prevalecer. Pero si BKH responsabilidad criminal. Las personas mayo-
piensan que todas las intuiciones de la justicia ritariamente tienen una fuerte intuición de los
son maleables, sin tener en cuenta el grado de daños resultantes —por ejemplo—, que el ho-
consenso sobre la intuición, ¿por qué el debate
no debería estar vivo? ¿Cómo pueden BKH mi-
(56) Véase ROBINSON y DARLEY, 81 S. Cal. L. Rev., p.
12-13 (citado en nota 3) (explicando que la justicia restau-
(53) Como hemos dicho arriba, donde trazar la línea de rativa busca ayudar a las víctimas del delito, a los ofenso-
demarcación entre la conducta criminal y la no criminal res y la comunidad que fue afectada).
puede ser una cuestión de discusión. Véase texto acom- (57) Véase John BRAITHWAITE, A Future Where Punis-
pañante de la nota 39. Para aquellos casos que son vistos hment Is Marginalized: Realistic or Utopian?, 46 UCLA L.
como un injusto grave, sin embargo, hay poca discusión Rev. 1727, 1746 (1999) (caracterizando la justicia restau-
de que la pena debe ser impuesta. Véase ROBINSON y rativa “como un competidor de la justicia punitiva”); Paul
DARLEY, 81 S. Cal. L. Rev., p. 9 (citado en nota 3). H. ROBINSON, The Virtues of Restorative Processes, the
(54) ROBINSON y DARLEY, 81 S. Cal. L. Rev., pp. 11-18 Vices of Restorative Justice, 2003 Utah L. Rev. 375, 377-78,
(citada en nota 3). 380.
(55) BRAMAN, KAHAN, y HOFFMAN, 77 U. Chi. L. Rev., (58) Véase ROBINSON, 2003 Utah L. Rev., p. 386-87 (ci-
p. 1597(citado en note 11) (énfasis añadido). tado en nota 57).

28 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Paul H. Robinson, Owen D. Jones y Robert Kurzban

micidio debe ser más penado que el intento de los tomen en serio. Recuerden, la gente tiende a
homicidio y que el homicidio involuntario debe ver tales intuiciones como análogas a hechos ob-
ser más penado que la imprudencia temeraria, servables: no hay necesidad de discusión; el he-
aún si el resultado mortal es cuestión de mala cho es claro y obvio. Si es casi imposible persuadir
suerte. La fuerza de esta intuición generalizada a una minoría de estudiantes de Derecho Penal
ha sido repetidamente documentada a través de altamente racionales sobre el punto de la justicia,
la demografía y la cultura (59). parece más difícil imaginar lo que se necesitaría
para crear consenso, o incluso apoyo sólido, en
Es bastante sencillo de ver el argumento ra- una comunidad extensa. Esto debería dar a BKH
cional contra la correlación de la pena con el alguna pauta de que, no importa cuán irracional
daño resultante, como todo Profesor de Derecho parezca ser la significación dada a la muerte re-
Penal ha utilizado para entregar a su clase. Por sultante, no conocemos ninguna sociedad en la
qué la responsabilidad y la pena de un ofensor tierra en que la gente apoye una concepción de la
varían debido a un factor sobre el cual no ha culpabilidad que la ignore.
tenido control —el objetivo pretendido pasa a
agacharse a atarse los zapatos en el momento de Creemos que BKH están equivocados no solo
que el disparo es ejecutado—; el peatón que ha por rechazar la diferencia entre cuestiones nu-
sido asesinado por el conductor negligente está cleares y no nucleares como trascendentes para
corriendo un poco tarde ese día y llega al cruce la maleabilidad, sino además por ignorar la dife-
de peatones justo después de que el conductor rencia entre los juicios intuitivos y los razonados
negligente ha pasado. (nosotros sospechamos que todos los aspectos
del núcleo son juicios intuitivos, pero las cuestio-
No hay duda de que algunos profesores son ca- nes fuera del núcleo además pueden ser en parte
paces de persuadir a algunos integrantes de sus intuitivas). Como discutimos en Implicancias, las
clases de Derecho Penal de que el análisis racio- intuiciones sobre la justicia tienen muy diferen-
nal apoya la pretensión de ignorar la muerte re- tes cualidades como juicios razonados sobre la
sultante. Pero hay una diferencia entre persuadir justicia (60). Los primeros son percibidos como
a un estudiante de la irracionalidad de una regla hechos, celebrados con gran confianza, y dan al
y conseguir que el estudiante sienta que la justicia titular poco acceso a por qué ellos los afirman.
requiere que la muerte resultante sea ignorada. Y Parecería obvio que la distinción entre juicios
aun si uno puede persuadir a un estudiante so- intuitivos y razonados sobre la justicia sería im-
bre el punto de la justicia —y alguna minoría de portante para los reformadores. En cuanto a este
los particularmente racionales estudiantes son último, el reformador puede cambiar el juicio
en efecto persuadidos cada año— esto no lleva a simplemente presentando un argumento mejor
que esta victoria de la intelectualización sobre la razonado. Pero cambiar el primero —el juicio
intuición pueda ser repetida para el público en ge- intuitivo— requiere algo más. Para empezar, el
neral, y ciertamente no al ritmo que debería cam- reformador debe conseguir que la persona pien-
biar una visión social compartida. Cualquiera que se que su intuición firmemente sostenida debe
piense que este tipo de reforma de una intuición ser reexaminada. E incluso si ese obstáculo es
nuclear es posible no ha pasado suficiente tiem- eliminado, esto no lleva a que la intuición puede
po hablando con la gente ordinaria. ser cambiada simplemente mediante la presen-
tación de un argumento razonado. Los legos no
Si BKH iban a iniciar una campaña de amplia van a negar la significación del daño resultante
base para cambiar las intuiciones de la gente acer- simplemente porque un Profesor de Derecho
ca de la significación de una muerte resultante, lo pueda demostrar su irracionalidad. Cuando BKH
más probable es que la mayoría de personas no ignoran la diferencia entre intuiciones de justi-
cia, como las del núcleo de consenso, y los jui-
(59) Véase por ejemplo ROBINSON y DARLEY, Justice, cios razonados acerca de la justicia, como aque-
Liability and Blame, p. 14-28, 181-89 (citado en nota 32); llos fuera del núcleo, ellos le hacen poco favor a
ROBINSON, 5 J. Comtemp. Legal Issues, p. 306-07 (citado los reformadores sociales. Para ser efectivo, un
en nota 16) (encontrando que 97.3 de los participantes de
un estudio creían que un ofensor que ha asesinado a su
víctima deben recibir una pena más dura que un ofensor (60) Véase ROBINSON y DARLEY, 81 S. Cal. L. Rev., p.
que intentó asesinar a su víctima). 4-8 (citado en nota 3).

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 29


DPyC Derecho Penal doctrina

programa de reforma destinada a cambiar las in- ma de justicia criminal percibido como injusto
tuiciones sería probablemente muy diferente de tendrá poca o ninguna influencia normativa y
uno destinado a cambiar los juicios razonados. por el contrario promoverá la resistencia y la
subversión más que la aquiescencia y la asisten-
4. No existe valor en tener reglas de responsabi- cia. El sistema de justicia criminal soviético, por
lidad penal y de la pena que siguen las intuiciones ejemplo, carecía de credibilidad moral, y proba-
de justicia gobernadas por reglas blemente pocos se sorprendan de que éste pa-
rezca incapaz de ganar mucha deferencia en au-
BKH parecen rechazar la noción de que hay un
sencia de la fuerza coercitiva directa (65). Esto es
costo para la dependencia del Derecho penal en
sencillamente sentido común: ¿por qué la gente
las reglas que enfrentan con las valoraciones de se desplazaría a un sistema de autoridad moral
la justicia de la gente (61), nuestro clamor pri- cuando éste se ha mostrado asimismo como in-
mario en Implicancias (62) (nótese que nuestro diferente a la justicia?
argumento no depende de la existencia de con-
senso global sobre algunas valoraciones de la Estudios empíricos han demostrado más cla-
justicia. Éste simplemente insta a que un refor- ramente la conexión entre la credibilidad moral
mador del Código Penal adopte reglas que maxi- de un sistema de justicia criminal y la disposición
micen la credibilidad moral del Código dentro de moral de las personas a asistir y ceder ante éste.
la comunidad que gobierna. Esto es, provee una Estudios reportados en Implicancias (66), así
guía viable para los reformadores de la ley aún si como estudios adicionales (67), han mostrado
su comunidad tiene diferentes nociones de justi- que mediante la manipulación de los primeros,
cia de aquellas de otras comunidades con otros uno puede producir en cambio en los últimos. Si
Códigos Penales (63)). BKH discrepan con esta visión, ¿qué estudios de-
mostrando resultados contrarios han presentado
BKH seguramente tienen buena compañía en ellos?
sus criterios hace pocos años atrás; las doctrinas
del moderno control del delito han sido bastante 5. Nuestra reforma realista significa que noso-
indiferentes acerca de la producción de resulta- tros debemos ser antireformadores conservadores
dos que enfrenten estas percepciones de justicia
de la comunidad (64). Pero nosotros pensamos BKH proponen que nuestras visiones nos ha-
que las percepciones de los investigadores están cen antireformadores conservadores (68). Encon-
cambiando a la luz del sentido común, la evi-
dencia anecdótica y los estudios empíricos. En (65) Véase Dina KAMINSKAYA, Nota bibliográfica, Fi-
terrenos puramente anecdóticos, la mayoría de nal Judgment: My Life as a Soviet Defense Attorney, 96
personas probablemente conceda que un siste- Harv. L. Rev., p. 1762, 1762 (1983) (El sistema legal sovié-
tico alcanza la legitimidad no mediante la integridad del
proceso judicial, sino a través de la subyacente fuerza
(61) Nosotros sostenemos que los conflictos inten- coercitiva del Estado).
cionales del Derecho penal con las percepciones de la (66) ROBINSON y DARLEY, 81 S. Cal. L. Rev., p. 26 (ci-
comunidad puede minar la credibilidad moral de la ley, tado en nota 3).
produciendo consecuencias prácticas perjudiciales, pero
BKH refieren sarcásticamente a estas consecuencias (67) Véase, por ejemplo, ROBINSON, GOODWIN, y
como “perspectivas ciertamente terroríficas”. BRAMAN, REISIG, 85 NYU L. Rev., p. 41-61 (citado en nota 19). Véase
KAHAN, y HOFFMAN, 77 U. Chi. L. Rev., p. 1594 (citada además Elizabeth MULLEN y Janice NADLER, Moral Spill-
en nota 11). overs: The Effect of Moral Violations on Devi-ant Behavior,
44 J. Exp. Soc. Psych., p. 1439, 1443 (2008).
(62) ROBINSON y DARLEY, 81 S. Cal. L. Rev., p. 31 (ci-
tado en nota 3) (argumentando que la efectividad del sis- (68) BKH dicen:Nosotros sentimos profunda preocupa-
tema de justicia penal depende, en parte, de si se “percibe ción... por lo que nosotros consideramos son resonancias
que ‘hace justicia’”). políticamente conservadoras con las cuales la pena natu-
ralista ha sido infundida innecesariamente. Es, poniéndo-
(63) Id., p. 25-38. lo simple, extremadamente difícil tomar en el cuerpo del
(64) ROBINSON, GOODWIN, y REISIG, 85 NYU. L. Rev., trabajo que la pena naturalista han acumulado sin sentir
p. 7-30 (citado en nota 19) (demostrando que la pena para un profundo compromiso de su parte al status quo—a las
delitos habituales, uso de drogas, jóvenes, individuos sensibilidades retributivas populares como son (o se re-
mentalmente enfermos y delitos de responsabilidad obje- presentan con un alto grado de uniformidad), y a las leyes
tiva son mucho más severas que las intuiciones sociales que las conforman (o se representan como conformes) a
sobre las penas justas). ellas.BRAMAN, KAHAN, y HOFFMAN, 77 U. Chi. L .Rev.,

30 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Paul H. Robinson, Owen D. Jones y Robert Kurzban

tramos esta propuesta particularmente bizarra. lidad moral del Derecho Penal en orden a usarlo
BKH tienen que retroceder. Nuestro programa para ayudar a cambiar normas, como nosotros
está diseñado para dar a los reformadores herra- discutimos en Implicancias (71). Explicamos és-
mientas para una reforma más efectiva. El realis- tos con un ejemplo sobre el cual uno de nosotros
mo punitivo de BKH, al contrario, ofrece conse- ha escrito: la reforma de la violación sexual (72).
jos perjudiciales que pueden dañar los esfuerzos
de reforma y provee excusas para mantener el Imaginen un reformador de la violación se-
status quo frente a las normas punitivas mani- xual que esté insatisfecho con la forma en que
fiestamente injustas que los reformistas siempre los hombres jóvenes son rutinariamente indife-
han querido cambiar. rentes a obtener una clara expresión de consen-
timiento antes de tener relaciones sexuales con
El análisis expuesto en Implicancias sugiere una cita. Al promover una formulación revisada
dos recomendaciones para los reformistas so- del delito de violación, ¿debería el legislador re-
ciales. Primero, a menudo puede ser imprudente querir responsabilidad objetiva como la falta de
invertir los recursos limitados de la reforma en consentimiento, o preferir un requerimiento de
intentar cambiar las intuiciones de justicia que culpabilidad al menos de negligencia? El peligro
serán difíciles de cambiar, al menos teniendo de un estándar de negligencia es obvio: la inves-
en cuenta los recursos y la autoridad disponible tigación de lo que es “razonable” puede incorpo-
para los reformadores (69). En otras palabras, rar por referencia, y con ello perpetuar la norma
uno debe ser astuto y escoger las batallas cuida- existente de indiferencia al consentimiento que
dosamente. el reformador objeta. La responsabilidad objeti-
va parece ser una opción más atractiva, porque
Segundo, cuando desarrollamos un programa asegura a los procesados que sigan siendo indi-
para cambiar las intuiciones de justicia de las ferentes que serán responsables, fomentando un
personas, a menudo será una mejor inversión cambio de conducta.
aprovechar las intuiciones nucleares de las per-
sonas en lugar de luchar contra ellas; tales in- Con los conocimientos aportados en Implican-
tuiciones nucleares son una fortaleza que los re- cias, sin embargo, un reformador podría llegar a
formadores pueden utilizar para sus propósitos una conclusión muy diferente. La dependencia
propios (70). Si uno quiere que la gente tome la en un estándar de responsabilidad objetiva in-
violencia doméstica más seriamente, enfatizará crementa las posibilidades de que algunos pro-
la parte de la violencia y restará importancia a cesados sean vistos como no culpables, trans-
los reclamos en el sentido de que se encuentra formando al ofensor en víctima. Además, y más
en cierta forma exenta porque es doméstica. Si importante, el sistema de justicia penal, y en
uno quiere que la gente vea la descarga de músi- particular el nuevo delito de violación sexual,
ca como más condenable, construye la analogía se arriesga a ser visto como injusto, imponiendo
con el apoderamiento físico que nosotros sabe- una pena potencialmente severa a los ofenso-
mos es parte del núcleo de consenso. res más o menos culpables por igual. Esto pue-
de ser muy problemático para reformar, como
No son solo estas dos recomendaciones las Implicancias señala, porque el reformador, más
que pueden ayudar a los reformadores, sino un que ninguno otro, necesita del Derecho Penal
entendimiento más sofisticado de las compleji- para hablar con autoridad moral si va a ser ca-
dades de la toma de decisiones estratégicas, in- paz efectivamente de cambiar las normas de las
cluyendo una apreciación de la necesidad de los personas (73). Al socavar la credibilidad moral
reformadores de construir y potenciar la credibi-
(71) Véase id., p. 51-52, 60-66.
p. 1602 (citada en nota 11). (72) Véase Paul H. ROBINSON, Criminalization Ten-
(69) Véase ROBINSON y DARLEY, 81 S. Cal. L. Rev., p. sions: Empirical Desert, Changing Norms y Rape Reform,
57-59 (citada en nota 3). en Antony Duff, et. al., eds., Criminalization (Oxford,
(70) Id., p. 60-66 (notando el éxito de los programas próximamente 2010), online en http://ssrn.com/abs-
de educación pública que equiparan la conducta no nu- tract=1584779 (visitado el 24 de abril, 2010).
clear— como la conducción en estado de ebriedad o el (73) Véase ROBINSON y DARLEY, 81 S. Cal. L. Rev., p. 25
fumar—a la conducta nuclear). (citada en nota 3).

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 31


DPyC Derecho Penal doctrina

de la ley, por tener que confiar en un estándar la responsabilidad objetiva. Nosotros mostramos
de responsabilidad objetiva que potencialmen- que, en los juicios de responsabilidad relativa, es-
te invita a posibles injusticias, los reformadores tas doctrinas penales se enfrentan dramáticamente
se arriesgan a socavar la calidad misma del De- con las intuiciones comunitarias de justicia, y sos-
recho Penal que el reformador más necesita. tenemos incluso el buen deber utilitario de recha-
Para los reformadores, el más grande efecto del zar estas teorías del control del delito debido a la
Derecho Penal no está en la penalización del injusticia que éstas producen (77).
ofensor particular a la mano, sino más bien en la
conformación de las normas del resto de la So- El realismo punitivo de BKH ofrece una reac-
ciedad (74). Cambiar las normas internalizadas ción bastante distinta a estas injusticias. Al des-
por las personas significa influenciar la conducta contar la importancia de la injusticia percibida
de dos personas en una situación íntima, incluso y ofreciendo por el contrario el falso atractivo
sin ninguna de ellas sueña con reportar su con- de maleabilidad generalizada en los fallos ju-
ducta a las autoridades legales. Los reformadores diciales, BKH protegen el status quo de injus-
interesados en cambiar la conducta deben tener ticia. Ellos sugieren, y algunos académicos de
como último propósito cambiar las normas, no hecho han argumentado (78), que no debemos
simplemente cambiar la ley. preocuparnos por estas injusticias. Las clasifi-
caciones de la culpabilidad de las personas son
El punto más importante aquí es que los re- todas cambiantes. La lección que enseñan BKH
formadores tienen un interés en construir gene- es que podemos mantener las injusticias y sim-
ralmente la autoridad moral del Derecho Penal plemente cambiar las percepciones de las per-
mediante la adopción de reglas que evitarán per- sonas acerca de qué es injusto. Debemos pre-
cepciones de injusticia y que mejorará la reputa- parar a la gente a pensar que la justicia es real-
ción de la ley para hacer justicia, de manera que mente lo que disuade más eficazmente o lo que
puedan luego utilizar la autoridad moral de la ley es necesario para incapacitar a los delincuentes
para ayudar a cambiar las normas de la comuni- peligrosos, como si estos cambios fueran una
dad. Ellos tienen interés en que el Derecho Penal posibilidad realista. Distribuir la responsabili-
gane fichas de credibilidad moral que pueden dad penal a fin de optimizar la intimidación o la
ser gastadas llevando a la comunidad a cambiar incapacitación puede ser un objetivo legítimo,
normas (75). pero, desconectada como lo está de la culpabi-
lidad moral, es diferente a hacer justicia. Más
BKH, en contraste, se presentan como los pro- importante aún, no es razonable pensar que se
tectores del status quo. Como nosotros hemos sos- podría persuadir a una comunidad que estos
tenido en otra parte, nuestro programa desafía la objetivos, en lugar de la culpabilidad moral, son
teoría del control del delito dominante en los Esta- el criterio para hacer justicia. Sin embargo, son
dos Unidos de América en las últimas décadas, uno estos tipos de programas de aseguramiento de
basado intencional y regularmente en la injusticia la injusticia los que la aproximación de BKH
en el nombre de la intimidación e incapacitación
general (76), por su confianza en doctrinas como
(77) Id., p. 41-62 (notando que, aunque algunos puedan
la del three strikes, penas altas para delitos de trá- temer que renunciar a estas teorías de control del delito
fico de drogas, la persecución adulta de jóvenes, la podrían “incrementar el delito evitable,” imponer sancio-
abolición o reducción de la defensa de demencia, nes que de acuerdo con las intuiciones de la comunidad
la regla del homicidio preterintencional, y el uso de podrían, “a largo plazo,... ser el medio más efectivo de lu-
char contra el delito”).
(74) Véase id., p. 28-29. (78) Véase, por ejemplo, Alice RISTROPH, The New
Desert, en Paul H. ROBINSON, Stephen P. GARVEY y
(75) Véase ROBINSON, Criminalization Tension (citado Kimberly KESSLER FERZAN, eds., Criminal Law Con-
en nota 72) (sugiriendo que un sistema de “Derecho Penal versations 45, 46 (2009) (“El merecimiento (de pena)
sofisticado” tomara “cada oportunidad para construir la requiere valores externos para darle contenido. Si estos
credibilidad moral” para que este, cuando sea necesario, valores cambian y produce políticas de determinación
sea capaz de usar esta credibilidad para cambiar las nor- judicial de la pena revisadas— si decidimos enfatizar la
mas sociales). incapacitación sobre la rehabilitación, por ejemplo- la
(76) Véase ROBINSON, GOODWIN, y REISIG, 85 NYU. valoración de cuanta pena es merecida es probable que
L. Rev., p. 7-30 (citado en nota 19). también cambie”).

32 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Paul H. Robinson, Owen D. Jones y Robert Kurzban

protege, al ofrecer una falsa esperanza de intui- pechamos que cualquiera en el negocio de la re-
ciones comunitarias de justicia maleables. forma social lo ha descubierto hace tiempo. Por
otro lado, no existe daño en repetirlo. Lo mismo
V. Conclusión no puede ser dicho, sin embargo, en relación con
la otra advertencia de BKH.
Nuestro programa es hacer a los reformadores
más listos y efectivos. Cómo es que BKH han trans- ¿Es una contribución positiva de los realis-
formado esto en un programa conservador antire- tas penales advertir a los reformadores que no
formas no queda claro. Nosotros creemos que los hay diferencia entre las cuestiones nucleares
reformadores deben invertir su tiempo y energía y las que no solo son, así los reformadores no
limitados teniendo en cuenta las dificultades com- darían ninguna atención a la existencia de alto
parativas y la eficacia potencial de las estrategias consenso en algunas cuestiones cuando ellos
alternativas. Los programas reformadores derro- diseñan sus programas de reforma? ¿Es bue-
chadores o inefectivos no deben ser preferidos. no advertir que los reformadores deben seguir
adelante e invertir en la eliminación de las de-
Por el contrario, ¿cuál es la contribución posi-
mandas de las personas de que el injusto grave
tiva que el “realismo punitivo” de BKH propor-
debe ser penado e invertir en convencer a las
ciona para mejorar el programa de reforma so- personas que la muerte resultante debe ser ig-
cial? ¿Es la contribución de BKH la idea de que norada? Alentar a los reformadores a invertir
el mundo está lleno de discrepancias sobre la sus recursos limitados en programas probable-
naturaleza de la justicia? ¿Quién discutiría esto? mente ineficaces no parece ser una contribu-
De hecho, no hay peligro de que alguien pudiera ción positiva.
pensar de otra forma dado que, no hace mucho,
el saber común era que solo existían discrepan- ¿Es la contribución positiva del “realismo pe-
cias acerca de las valoraciones de justicia. ¿O nal” advertir a los reformadores que el potencial
la contribución de BKH es que la visión que las de injusticia de una propuesta de ley puede ser
percepciones de las personas sobre la justicia ignorado, y que tal injusticia no tendría efecto en
son comúnmente influenciadas por factores so- el éxito a largo plazo del programa de reforma?
ciales dependientes? (79). Este punto también El sentido común, la historia y ahora los estudios
parece ser bien conocido y ampliamente enten- empíricos además que se trata de un mal conse-
dido. ¿Cómo podría ser de otra forma? ¿O es la jo. Los reformadores actúan bajo su propio ries-
contribución de BKH la idea de que los reforma- go cuando ellos promueven reglas de responsa-
dores deberían intentar comprender los factores bilidad que serán percibidas como injustas por
socialmente dependientes? (80). Nosotros sos- aquellos a los que gobiernan.

(79) BKH dicen: “Los realistas solo quieren conocer Finalmente, es probable que la contribución
cuál de aquellas influencias extralegales son y cómo ellas principal del “realismo penal” de BKH es desmi-
se manifiestan de modo que puedan predecir mejor los tificar la noción del “naturalismo penal” a la que
resultados legales y manipular la política para mejorar el ninguno de nosotros se suscribe. Pero ahora que
bienestar social, la equidad y la preocupación expresiva a el hombre de paja está sobre el terreno, cabe pre-
su favor”. BRAMAN, KAHAN, y HOFFMAN, 77 U. Chi. L.
Rev., p 1566-67 (citado en nota 11). guntarse si el “realismo penal” tiene algún valor
permanente. u
(80) Este parece ser el punto principal del realismo pe-
nal: que las valoraciones de la justicia comúnmente son
influenciadas por factores sociales. “En su mayor parte, a aceptar, pero en ocasiones ellos se moverán para discre-
estas influencias extralegales mueven a los actores legales par”. Id., p. 1566.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 33


DPyC Derecho Penal NOTA A FALLO

1. — Quien conducía el buque al momento de la co-


NAUFRAGIO CULPOSO lisión resulta penalmente responsable del de-
lito de naufragio culposo agravado por muer-
Colisión entre dos buques. Responsabilidad del te, ya que se encuentra acreditado que violó el
capitán del buque que se encontraba en horario de deber de cuidado y condujo el navío en forma
descanso y de quien lo conducía. deficiente, como también el nexo causal entre
el naufragio y las muertes por asfixia debido a
la relación de inmediatez entre ambos hechos.
Hechos: Se interpuso recurso de casación con-
tra la sentencia del Tribunal Oral en lo Crimi- 2. — El capitán del buque remolcador es responsa-
nal Federal que encontró a uno de los imputa- ble por el delito de naufragio culposo agravado
dos penalmente responsable del delito de nau- por muerte, dado que el lugar donde se produ-
fragio culposo agravado por muerte, al tener jo el accidente encuadra en las situaciones de
por corroborado que violó el deber objetivo de navegación restringidas previstas en el art. 131,
cuidado al maniobrar en forma deficiente el inc. “h” de la ley de navegación y que no dio
buque de bandera paraguaya que conducía cumplimiento a la obligación legal de estar en
perdiendo el gobierno del mencionado navío, el puente de mando del navío al momento del
resultando la colisión con un arenero argentino hecho por encontrarse en su turno de descanso.
y causando la muerte de siete personas por as-
fixia por sumersión y la lesión leve de otra. Asi- 3. — De acuerdo a lo previsto en la ley 20.094 en su art.
mismo, absolvió al capitán del remolcador de 134, el capitán a cargo del buque que colisionó
bandera paraguaya al considerar que no había resulta penalmente responsable por el delito de
violado el deber de cuidado. La Cámara Fede- naufragio culposo, ya que era quien debía saber
ral de Casación Penal hizo lugar parcialmente con antelación cuáles eran los sitios donde su
al recurso de casación y condenó al capitán del presencia en el puente de mando era inexcusa-
remolcador. ble e ineludible, siendo el lugar donde se produ-

Usos y costumbres como yagua”, el cual al ser conducido por éste último
por las aguas del Río Paraná de las Palmas y al
fuente creadora de derecho momento de atravesar la curva de la Vuelta del
Este, violó el deber objetivo de cuidado que de-
bía observar dada su profesión, siempre que en
Su aplicación al derecho penal la colisión no adoptó los rumbos y maniobras ne-
cesarias para contrarrestar la deriva ocasionada
POR Ana Laura Palmucci por efecto de la corriente en la zona, ocasionan-
do con su impericia el naufragio del buque are-
Sumario: I. Introducción. Hechos.— nero “Río Rubio”, de bandera argentina, al cual
II. Situación procesal del Capitán impacta directamente. Quedo asimismo demos-
Galeano Miranda.— III. Fuentes del trado en las distintas etapas del proceso, que el
derecho.— IV. Conclusión. Práctico se encontraba al mando del remolcador
Ava Payagua por expresa delegación del Capitán
Galeano Miranda, quien se hallaba en su horario
I. Introducción. Hechos de descanso.
Luego de la lectura del fallo traído a estudio De la lectura del fallo aludido surge como han
y sin intención de revisar una vez más, como si sido planteados los hechos ocurridos, como así
este espacio fuera una nueva instancia judicial, la también, fueron determinados por las bastas
resolución recaída en el mismo, haré una breve declaraciones testimoniales recepcionadas, pe-
mención de los hechos investigados y las resolu- ricias efectuadas, plataforma fáctica de la decla-
ciones dictadas. ración indagatoria, lectura del requerimiento de
elevación a juicio y alegatos llevados adelante en
La causa bajo estudio tiene como actores al la etapa de debate oral y público.
capitán Galeano Miranda y al oficial Práctico
Servian Armoa, ambos tripulantes del remolca- Bajo esta línea de análisis es que el Tribunal
dor de bandera paraguaya denominado “Ava Pa- Oral en lo Criminal Federal N° 3 de San Martín

34 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Ana Laura Palmucci

jo la colisión uno de ellos y por tanto si necesi- 2ª Instancia.— Buenos Aires, noviembre 5 de 2014.
taba descansar debía solicitar permiso a Prefec-
tura para que le asignen un sitio seguro, siendo Resulta: I. Que el Tribunal Oral en lo Criminal Fe-
una pésima decisión de su parte haberse retira- deral nº 3 de San Martín, en la causa nº 2999 de su
do a su descanso dejando al mando del navío a registro, con fecha 12 de diciembre de 2013, resolvió,
un oficial, para que pasara por la peligrosa curva en lo que aquí interesa: “I) Condenar a R. S. A. (...) a
en plena noche (del voto del Dr. Gemignani). la pena de tres años de prisión —cuyo cumplimiento
se deja en suspenso— e inhabilitación especial por el
4. — La sentencia que absolvió al capitán del buque término de dos años y costas, por considerarlo autor
remolcador que colisionó con el arenero respec- penalmente responsable del delito de naufragio cul-
to del delito de naufragio culposo debe ser con- poso agravado por la muerte de F. A. A., J. M. De La F.
firmada, ya que no se demostró —con un grado S., M. O. C., C. A. M., R. R. C. R., G. V. C. y L. G. L. y la
de probabilidad equivalente a certeza— que la lesión de H. A. B. (artículos 5, 20 bis, inciso 3º, 26, 29
presencia en el puente de mando del justiciable inc. 3, 40, 41, 45 y 196 del Cód. Penal; y 398, 399 del
hubiera evitado la colisión de los buques, y no Cód. Procesal Penal de la Nación).
se encuentra controvertido que el imputado es- II. Imponer a R. S. A., que por el plazo de dos años,
taba en su horario de descanso reglamentario y deberá fijar domicilio y presentarse bimestralmente,
había delegado a tal fin el mando del buque en dentro del quinto día hábil, ante la sede del consu-
un oficial de probada capacitación (del voto en lado argentino en la ciudad de Asunción, República
disidencia parcial del Dr. Riggi). del Paraguay. III) Absolver a T. E. G. M., cuyos datos
personales obran en autos, en orden al delito por el
CFCasación Penal, sala IV, 05/11/2014. - Galeano que mediara acusación, sin costas (arts. 3, 402 y cc.
Miranda, Tomás Edmundo y Servián Armoa, Rubén del C.P.P.N.)” (fs. 2422/2499/vta.).
s/recurso de casación.
III. Que contra dicha resolución, interpusieron recur-
[Cita on line: AR/JUR/67539/2014] so de casación los doctores L. M. y R. M. a fs. 2508/2517,

resuelve, condenar al Práctico Servin Armoa por la sana crítica; ello en relación con el cargo que
el delito de naufragio culposo agravado por la detentaba al momento de los hechos, sus obliga-
muerte de siete de sus tripulantes y las lesiones ciones derivadas de normas y reglamentaciones,
de otro y absolver al Capitán Galeano Miranda. su conducta final y el lamentable resultado acae-
cido.
Sin entrar en el análisis de los recursos inter-
puestos por las diversas partes que actuaron en En ese sentido se tomaron en cuenta diversas
el desarrollo del sumario y de los argumentos situaciones fácticas que pretendieron mediante
pretendidos en los mismos, me detendré respec- argumentos vulnerables, a mi juicio, desafectar
to del Práctico Servin Armoa, en hacer mención del proceso y quitarle responsabilidad a quien
a mi completa coincidencia en los fundamentos justamente estaba al mando general y tenía el go-
expuestos por la Excelentísima Cámara de Casa- bierno del buque (art 1 ley 20.094 B.O. 2/3/1973).
ción Penal, Sala 4, al confirmar la condena contra
él recaída. En honor a la brevedad, y toda vez que A fin de resultar más precisos, y con clara cons-
dicho decisorio no fue el motivo que me llevó a ternación por los hechos producidos observé
escribir este artículo, comparto los cimientos del algunos fundamentos apoyados en factores me-
fallo en observación entendiendo ajustada a de- nores y empíricos, dejando de lado las bases nor-
recho la sentencia dictada. mativas y reglamentarias aplicables al caso en
estudio, que sí fueron soporte innegable para la
II. Situación procesal del Capitán Galeano posterior condena recaída.
Miranda
A modo de ejemplo señalaré algunos funda-
Llegado el momento de analizar la situación mentos absolutorios, para luego abordar el ar-
del Capitán Galeano Miranda, como así tam- gumento, a mi criterio, sustancial para revocar
bién el soporte esgrimido por el Tribunal Oral en dicha postura. Se pretendió deslindar respon-
lo Criminal Federal para el dictado de su abso- sabilidad acreditando que el Capitán Galeano
lución, me inundo una sensación de liviandad Miranda, 1) Había autorizado debidamente para
analítica y ausencia de análisis bajo criterios de conducir el remolcador al Práctico Servin Armoa,

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 35


DPyC Derecho Penal NOTA A FALLO

asistiendo técnicamente a la querella unificada cons- bitraria interpretación de las normas aplicables para
tituida en autos, el señor Fiscal General doctor Eduar- arribar al temperamento absolutorio respecto del
do Alberto Codesido a fs. 2518/2527vta. y la doctora imputado.
R. P. a fs. 2528/2549vta., asistiendo técnicamente a R.
S. A., los que fueron concedidos a fs. 2550/2552vta. y Puso de resalto que G. M. violó el deber objetivo de
mantenidos a fs. 2559, 2560 y 2561. cuidado, dado que al no encontrarse en el puente de
mando en una zona de navegación restringida —tal
III. a) Recurso de la parte querellante (querella uni- como lo establece la ley—, dio lugar a que, con su au-
ficada). sencia, se produjera el naufragio del Buque Arenero
Rio Turbio y el fallecimiento de siete de sus tripulan-
Que la parte querellante fundó su recurso en am-
bos incisos del art. 456 del C.P.P.N. tes y lesiones a otro.

El recurrente impugnó el punto III) de la resolución Alegó que el a quo se apartó de lo previsto en los
en estudio, por medio del cual se resolvió absolver a arts. 120, 121, 134 inc. “h” y normas concordantes de
T. E. G. M. por el hecho por el que medió acusación la ley 20.094, así como la ordenanza 4/2000 (DPSN)
a su respecto, solicitando se case el pronunciamiento por medio de la cual se establece que el área en la que
atacado y se dicte una condena respecto de G. M. de 4 ocurrió el siniestro representaba una zona restringida
años y 2 meses de prisión con la accesoria de 10 años para el cruce o adelantamiento; ello sin declarar su
de inhabilitación. inconstitucionalidad.

Señaló que en el caso existe un reconocimiento Argumentó que las normas aplicables al caso im-
explícito del imputado en cuanto al hecho que se le ponían como obligación al capitán del buque su pre-
achaca, en su condición de Capitán de un buque de sencia durante las maniobras realizadas al momento
bandera extranjera. del hecho, mandato que G. M. incumplió.
Indicó que la conducta atribuida a G. M. no se en- Agregó que la falta de acatamiento de la normati-
cuentra controvertida y que el a quo realizó una ar- va no es razón suficiente para no aplicarla, sino que,

y mientras ello sucedía, el se encontraba en su Señalado lo sustancial del voto que desvincu-
horario reglamentario de descanso, tal como lo la al imputado Galeano Miranda, me abocaré al
preveía la reglamentación —seis horas de des- argumento contrario, el cual apoyo y comulgo
canso cada seis horas de trabajo—, 2) El Práctico como propicio para este proceso, siendo en estas
Servin Armoa poseía mayor experiencia que el líneas donde entran en juego principios consti-
propio Capitán para navegar la zona ya que había tucionales, normativos, reglamentaciones y el
sido habilitado para ello, cuatro años antes que el análisis de cuando los usos y costumbres, pue-
mismo Galeano Miranda, 3) Si bien la reglamen- den ser fuente creadora de derecho.
tación informa que en zona restringida, como era
la que debía franquearse, el Capitán debía estar III. Fuentes del derecho
al mando del puente, ha quedado demostrado
Las fuentes del derecho constituyen un aspec-
que en la práctica no se cumplía, o al menos no
to de su estudio que ocupa un lugar primario y
se exigía su cumplimiento por parte de las auto-
determinante, en razón de que refieren a los me-
ridades de Prefectura, y 4) Quedó acreditado que
durante el año 2012 no hubo sanciones por esta dios a través de los cuales el derecho se expresa.
falta. Como es sabido la costumbre es considerada
Sobre el punto tercero, uno de los votos deslin- una de las fuentes formales del derecho. En tal
de responsabilidad indicando que si bien existe carácter, ha jugado un papel trascendente en el
una reglamentación aplicable que establece que desarrollo y la evolución del derecho. Hago esta
en la zona restringida el capitán de un buque debe afirmación convencida de que la costumbre no
estar en el puente, dicha normativa no se aplica, sólo ha sido el primer modo de expresión del
lo cual ello impide atribuirle violación al deber derecho, sino que lo fue en exclusividad. Por lo
de cuidado alguna, dado que dicho deber de cui- tanto, y en su condición de fuente primara, la
dado había perdido vigencia por imperio de la costumbre es la manifestación espontánea del
costumbre. (La bastardilla me pertenece). Agre- sentimiento jurídico popular (1).
gando asimismo que ello surge inequívocamente
del art. 1 de la ley 20.094. (1) LLAMBIAS, J. J., ob. cit., T.1, N° 64, p. 68.

36 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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por el contrario, corresponde la sanción del incum- b) Recurso del doctor Eduardo Alberto.
plimiento.
Codesido en representación del Ministerio Público
Puso de resalto que el decisorio cuestionado des- Fiscal.
naturaliza las obligaciones previstas de acuerdo a la
jerarquía de los profesionales de la navegación, vio- El señor Fiscal General impugnó: (i) la absolución
lándose las disposiciones de la Ley de la Navegación. dispuesta respecto de T. E. G. M. y (ii) la individualiza-
ción de la pena efectuada por el a quo respecto de R.
En esta dirección, argumentó que no resulta válido S. A. en ocasión de dictar su condena.
razonar —tal como lo hizo el tribunal oral— que G. M.
—capitán del buque— no violó los deberes a su cargo Respecto a la absolución de G. M. dictada por el
ya que delegó sus funciones en un práctico que tenía tribunal oral, el recurrente señaló que ésta deviene
amplia experiencia, pues la ley 20.094 no atribuye arbitraria, en tanto la violación al deber de cuidado
obligaciones según experiencia, sino conforme a los en que incurrió el imputado aparece debidamente
cargos detentados. acreditada en la causa.

Razonó que, de haber cumplido G. M. con los de- Así, el impugnante, en concreto, indicó que G. M.
beres a su cargo, el resultado no se habría produci- incumplió la obligación preceptuada en el art. 131 inc.
do, demostrando ello la relación de causalidad entre “h” de la Ley de la Navegación, puesto que mientras S.
la violación de los deberes a su cargo y el resultado A. emprendió la maniobra de franqueo con el arenero
acaecido. argentino en la Vuelta del Este, estaba durmiendo, lo
cual no se encuentra controvertido en autos.
Agregó que G. M. conocía los deberes a su cargo,
máxime cuando la maniobra en la que se produjo el Criticó la conclusión del a quo en cuanto a que las
siniestro se realizó en la nocturnidad, y voluntaria- normas que imponen los deberes en ocasión de la
mente decidió retirarse a descansar cuando no debía navegación perdieron vigencia por su incumplimien-
hacerlo. to generalizado y falta de control por la autoridad,

El carácter espontáneo que tipifica a la cos- concepto vertido se desprenden los dos elemen-
tumbre como expresión del derecho, se contra- tos que constituyen la fuente del derecho objeto
pone a la forma reflexiva y consciente que distin- de análisis: El elemento objetivo y el elemento
gue a la ley (2). Así, se advierte que la costumbre subjetivo.
nace y actúa a la par de la ley.
El elemento objetivo está conformado por las
En relación con el concepto y los elementos, pue- características de la conducta que reclama ser
do referir que la costumbre consiste en la obser- reconocida como costumbre. En efecto, esta
vancia constante y uniforme de un cierto comporta- conducta debe ser uniforme, frecuente, constante,
miento por los miembros de una comunidad social general y duradera. En cuanto a la uniformidad,
(la bastardilla me pertenece), con la convicción se entiende por tal al comportamiento unívoco y
de que responde a una necesidad jurídica (3). Del homogéneo del cuerpo social pertinente. Cuan-
do aludimos a la necesidad de que los actos sean
frecuentes, se pretende verificar que sean repeti-
(2) FONTANARROSA, Rodolfo O., 1976, Derecho Co- dos en un número significativo por los compo-
mercial Argentino, Buenos Aires: De Zavalía, T. 1, N° 25,
p. 55. Este autor, luego de un minucioso análisis del tema nentes del grupo. Además, la repetición de actos
en esta obra, concluye en que “en nuestro sistema de de- uniformes debe ser constante; esto es, no inte-
recho privado, ha quedado excluida la costumbre stricto rrumpida por otros actos que pongan en tela de
sensu como fuente formal del derecho. Según el art. 17 del juicio la categoría de costumbre que se esgrime.
código civil, el uso, la costumbre o la práctica no pueden La generalidad de la conducta remite a que ésta
crear derechos sino cuando las leyes refieren a ellos o en sea experimentada por toda la comunidad invo-
situaciones no regladas legalmente. En otros términos, la
costumbre no tiene fuerza de ley sino cuando la ley se la lucrada en ella. La necesidad de que la conducta
confiere; y entonces el carácter vinculatorio del uso no sea duradera o que se extienda en el tiempo es lo
proviene de su propia fuerza psicológica interna sino del que permite comprobar todos los demás aspec-
mandato de la ley”. ( v. p. 57). tos que se vinculan con este elemento objetivo.
(3) R. de RUGGIERO, Instituciones de Derecho Civil,
trad. Española, T. I, párr. 13, p. 80, citado por LLAMBIAS, J. El elemento subjetivo, lo conforma el aspecto
J., ob. cit., T. 1, N° 65, p. 68. psicológico-colectivo por el cual el cuerpo social

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agregando que la costumbre no puede incidir sobre que durante las comunicaciones mantenidas con el
el deber de cuidado que cabe exigirle al capitán de un comando de la embarcación argentina le advirtieron
navío. que no estaba dando espacio para la maniobra y con-
testó que estaba todo bien.
Subsidiariamente, planteó que los riesgos de la
navegación imponían la adopción de las medidas En esta dirección, mencionó que el tribunal oral no
necesarias para aventarlos, lo cual no fue realizado evaluó los resultados mediatos del hecho, tal como la
por G. M. suspensión del tránsito fluvial, poniendo en peligro
un bien jurídico supraindividual como la seguridad
Aseveró que la delegación de funciones en S. A. no pública, así como la pérdida de siete vidas y lesiones
es relevante a los fines de eximirlo de responsabili- en otro caso.
dad, pues, aunque éste contara con vasta experiencia,
G. M. es quien detentaba el cargo de Capitán y, por Señaló que corresponde aplicar un mínimo de
ende, sus obligaciones, con las capacidades morales y pena de dos años de prisión correspondiente al art.
técnicas que ello conlleva. 84, segundo párrafo C.P. por la pluralidad de vidas
perdidas.
Agregó que de haber llevado a cabo la conducta de-
bida, el resultado se habría evitado. Manifestó que el a quo no brindó argumentos para
dejar en suspenso la pena de prisión impuesta a S. A.
En relación a la individualización de la pena im-
puesta a S. A. y su modalidad de cumplimiento, esti- Por último, criticó la mensuración de la pena de in-
mó que el pronunciamiento puesto en crisis resulta habilitación especial impuesta a S. A., por entender
arbitrario, por no haber sido fundado suficiente- que el a quo no señaló las pautas atenuantes y agra-
mente. vantes conforme los lineamientos de los arts. 40 y 41
C.P., referenciando que se tendría que haber tomado
Así, argumentó que el a quo no valoró lo elemen- como pauta orientativa la escala de inhabilitación fi-
tal del error en la maniobra que efectuó y el hecho de jada en el art. 84 C.P. —cinco a diez años—.

se comporta objetivamente de una determinada que fue lo tomado como parámetro a fin de re-
manera, con la convicción de que tal conducta forzar dicho argumento, resulten suficientes para
da una respuesta adecuada a una necesidad jurí- ajustarlo a la noción de usos y costumbres, cuan-
dica (opinio juris et necessitatis). Ello implica que do el concepto dado de las mismas y que no es
cada miembro de la comunidad considere que ajeno al juzgador dista notoriamente de lo ocu-
de no respetar la práctica difundida de la manera rrido.
expuesta, se expone a una sanción.
Dejando de lado las particularidades del caso,
Ahora bien, retomando el análisis del fallo y la descripción riesgosa de la zona donde se es-
hechos sucedidos, en conjunto con la reglamen- taba efectuando el franqueo, la mayor experien-
tación existe sobre navegación, normativa apli- cia que podría haber tenido el Práctico, en lugar
cable y a la luz del concepto brindado de usos y del Capitán y la falta de sanciones por parte de
costumbres, prescripto en el art. 17 del Código Prefectura, existen cuestiones y conclusiones in-
Civil, resulta claramente desajustada a derecho soslayables que a mi juicio no fueron atendidas
la resolución dictada por el Tribunal Oral en lo correctamente.
Criminal Federal de San Martín, al pretender
avalar la conducta del Capitán Galeano Miran- En primer lugar, existe una reglamentación
da, quien no estaba al mando del puente al mo- que dispone que contingencias puedan suscitar-
mento de cruzar una zona restringida, en clara se en materia de navegación (ley 20.094) y que
violación a la normativa que así lo exige, preten- a su vez describe específicamente como deben
diendo amparar su conducta en los usos y cos- resolverse los conflictos derivados de dicha acti-
tumbres al referir que en la práctica no se exigía vidad, refiriéndose a los usos y costumbres como
la presencia del Capitán para dichas ocasiones, última instancia de aplicación.
como así también pretender avalarlo en la falta
de control por parte de Prefectura. Por otro lado, la misma reglamentación otorga
al Capitán de un buque la obligación de velar por
Resulta absurdo pensar que la falta de sancio- la seguridad e la integridad de sus tripulantes,
nes en este sentido durante solamente un año, debiendo estar al mando del buque en el puente

38 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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En relación a la admisibilidad del recurso en Aseveró que la conducción del buque que se le
lo atinente a la crítica efectuada al monto puniti- reprocha haber efectuado en forma deficiente, fue
vo impuesto, señaló que más allá de no cumplirse adecuada, siendo que tal conclusión se deriva de la
con el requisito objetivo contemplado en el art. 458 prueba producida.
C.P.P.N., la arbitrariedad señalada representa una
cuestión federal que violenta el derecho de defensa Estableció que no ha podido establecerse, en el
del Ministerio Público Fiscal, lo que habilita la ins- caso, la violación a un deber de cuidado o que el re-
tancia casatoria. sultado pueda imputarse objetivamente a aquélla,
derivando en una imputación penal con criterios ob-
c) Recurso de R. S. A., por derecho propio, con el jetivos.
patrocinio letrado de la doctora R. P.
Señaló que en la sentencia se indicó que la conduc-
El recurrente impugnó la condena que le impuso ta correcta debería haber sido tomar la curva más por
el tribunal oral. el medio, sin que dicho extremo haya sido planteado
en la indagatoria, en el procesamiento o en el reque-
Señaló al respecto que la resolución recurrida po-
rimiento de elevación a juicio, o surja de la prueba
see una fundamentación aparente.
producida.
Indicó que a lo largo del proceso, la conducta im-
putada no estuvo suficientemente precisada y que la Cuestionó que su conducta haya sido la causante
acción que se le reprocha no haber llevado a cabo fue de las muertes y lesiones que agravaron el delito que
identificada recién al momento de la sentencia, vul- se le imputó, pues a pesar de la violencia y repenti-
nerándose así el principio de congruencia. na situación que la tripulación del buque argentino
debió soportar, si hubieran respetado las normas de
Agregó que el requerimiento de elevación a juicio emergencia, el resultado, con alto grado de probabili-
no contiene una relación clara, precisa y circunstan- dad, hubiera sido otro; ello amerita descartar la figura
ciada de los hechos útiles para la imputación, ni una agravada del delito imputado.
exposición sucinta de los motivos en que se funda la
acusación, deviniendo nulo. Hizo reserva del caso federal.

Puso de resalto que tal imprecisión fue replicada al IV. Que en la oportunidad prevista en el art. 465,
momento de los alegatos acusadores, sin que se haya cuarto párrafo, y 466 del código de rito, se presenta-
explicitado la concreta violación al deber de cuidado ron la defensa de R. S. A. y T. E. G. M. (fs. 2571/2579
reprochado al imputado. y 2580/2587, respectivamente) y la doctora I. N. en
representación del Ministerio Público Fiscal (fs.
Criticó el pronunciamiento impugnado en cuan- 2588/2602vta.).
to resulta contradictorio al señalar que la conducta
reprochada es comisiva y, al mismo tiempo, realizar a) La defensa de R. S. A. expuso, en primer lugar,
una descripción de los hechos coincidente con una que el recurso del Ministerio Público Fiscal contra el
imputación de una conducta omisiva. monto de pena impuesto a su defendido resulta inad-

de mando, como así también en lugares de nave- ley de navegación, leyes y reglamentos comple-
gación restringida. mentarios la solución para dichos conflictos.

Y finalmente, pero no menos importante, el No puede concluirse que se encuentre pro-


mismo art. 17 del Cód. Civil dispone que los usos bado como una práctica constante, uniforme y
y costumbres no pueden crear derechos sino generalizada, con consciencia de obligatoriedad
cuando las leyes se refieren a ellos, o en situacio- por derivarse de una necesidad, permitiendo al
nes no regladas legalmente. Concluyendo clara- capitán ausentarse del puente de mando cuando
mente que la costumbre es una fuente subsidiaria, se navega en medio de una zona riesgosa.
siendo la fuente principal la ley (la bastardilla me
pertenece). Es evidente en este sentido que la costumbre
afirmada por el juzgador, resulta contraria a las
IV. Conclusión normas sancionadas por el legislador en beneficio
de la seguridad de una actividad de por sí riesgosa
Sentado ello, entiendo que el mecanismo para y su incumplimiento por parte de unos pocos, no
resolver las contiendas jurisdiccionales origina- puede erigirse como costumbre, sino como una
das en la navegación, debe buscar en la propia situación anómala que debe sancionarse. u

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 39


DPyC Derecho Penal NOTA A FALLO

misible en vista de los límites objetivos previstos en el zar una mayor claridad expositiva, pasaremos a anali-
art. 458 C.P.P.N., sin que el acusador público plantee zar la situación de cada imputado en forma separada.
en el caso un agravio de naturaleza federal.
2. Situación del imputado R. S. A.
Asimismo, respaldó los argumentos introducidos
oportunamente en su recurso de casación. I. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal nº 3 de
San Martín encontró —unánimemente— a R. S. A. pe-
b) La defensa de T. E. G. M. expresó su disenso nalmente responsable del delito de naufragio culposo
respecto a lo expresado por la parte querellante y el agravado por la muerte de F. A. A., J. M. de la F., M. O.
Ministerio Público Fiscal en sus recursos de casación C., C. A. M., R. R. C. R., C. V. C. y L. G. L. y por la lesión
contra la absolución de su defendido, aseverando que de H. A. B. (art. 196, segundo párrafo del Cód. Penal).
la resolución, en lo que respecta al punto menciona-
do, no resulta contradictoria. El tribunal oral tuvo por corroborado que R. S. A. vio-
ló el deber objetivo de cuidado al maniobrar en forma
Agregó que la norma sobre la cual los acusadores deficiente el buque de bandera paraguaya Ava Payagua
pretenden fundar la violación al deber de cuidado no que conducía por delegación del capitán G. M., per-
deviene aplicable, habiendo el a quo brindado —por diendo el gobierno del mencionado navío, resultando
mayoría— debida respuesta a esa cuestión. ello en la colisión con el arenero argentino Río Turbio,
deviniendo, a partir de ello, la muerte de siete personas
En esta dirección, destacaron que encontrarse en el por asfixia por sumersión y la lesión leve de otra.
puente del buque al momento de los hechos no era
exigible a G. M., habiendo cumplido éste con las re- II. En primer lugar, la defensa de S. A. consideró
glamentaciones aplicables, pues al momento del he- que a lo largo del proceso, la conducta imputada no
cho le correspondía su descanso reglamentario. estuvo suficientemente precisada y que la acción que
se le reprocha no haber llevado a cabo fue identifica-
Señaló que S. A. estaba habilitado y capacitado da recién al momento de la sentencia, vulnerándose
para conducir el buque en el lugar y momento de los así el principio de congruencia.
hechos, explicando que es falso lo esgrimido por los
acusadores, en cuanto a que la presencia del capitán Adelantamos que el agravio introducido por el re-
en el puente del buque hubiese evitado el accidente. currente no puede tener acogida favorable.

Para el caso en que se considerase que las normas Para que tenga lugar una afectación al principio de
que imponían el deber de G. M. resultaban aplicables, congruencia, es menester la concurrencia de “...una si-
dejó planteada su tesis de que existió un error de pro- tuación fáctica que ha sufrido modificaciones de entidad
hibición directo invencible, visto que desconocía la tal durante el debate que su admisión en esas nuevas
existencia de la prohibición que se le imponía. condiciones en la sentencia vendría a importar mengua
al derecho de defensa del perseguido, por ser el hecho
c) A su turno, la representante del Ministerio Pú- por el que se lo habría de juzgar continente, ahora, de
blico Fiscal solicitó fundadamente que se haga lugar ingredientes históricos substanciales no abarcados por
a los recursos de casación interpuestos por el Fiscal la requisitoria o auto de elevación, consecuentemente
General de Juicio y por la parte querellante, y que se tampoco por la intimación, y a cuyo respecto, en defini-
rechace el remedio recursivo de la defensa de R. S. A. tiva, no se respetaron las reglas del debido proceso, por
haber sido ajenos al mismo el contradictorio y la defensa
VI. Durante la etapa prevista en los arts. 465, últi- verificados durante la audiencia” (Cfr. NAVARRO, Gui-
mo párrafo y 468 del C.P.P.N., las partes presentaron llermo Rafael / DARAY, Robert Raúl, Cód. Procesal Penal
los escritos de breves notas que fueron agregados a fs. de la Nación. Análisis doctrinal y jurisprudencial, Ham-
2612/2616 y 2617/2619 y 2620/2624 respectivamen- murabi, Buenos Aires, 2008, T. II, p. 401).
te. Superada dicha etapa, y efectuada la audiencia
prevista en el artículo 41 del C.P., de lo que se dejó En prieta síntesis, lo que aquí interesa es que la sen-
constancia en autos (fs. 2625 y 2632), quedaron las tencia condenatoria recaiga sobre el mismo hecho que
actuaciones en estado de ser resueltas. Efectuado el fue objeto de acusación, y que tanto el imputado como
sorteo de ley para que los señores jueces emitan su su defensor pudieron considerar; pues si no sucediera
voto, resultó el siguiente orden sucesivo de votación: de ese modo se estaría privando al imputado del dere-
doctores Eduardo Rafael Riggi, Gustavo M. Hornos y cho de probar, contradecir y alegar sobre el suceso que
Juan Carlos Gemignani. se le atribuye, vulnerándose así la garantía.
El doctor Riggi dijo: En efecto, cabe mencionar que “el juicio debe tener
por base una acusación correcta y oportunamente in-
1. Con el objeto de dar debida respuesta a los agra- timada... sin la cual el imputado no podría defender-
vios introducidos por los recurrentes, a fin de alcan- se adecuadamente”, y que lo que debe evaluarse es la

40 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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posibilidad que tuvo la defensa de colocarse en una no adoptó los rumbos y maniobras necesarias para
posición capaz de resistir la acusación, para lo cual es contrarrestar la deriva ocasionada por el efecto de la
necesario verificar si la sentencia contuvo alguna pre- corriente, ocasionando con su impericia el naufragio
cisión que hubiera podido significar una “sorpresa” del Buque Arenero ‘Río Turbio’ de bandera argentina,
para el imputado, es decir algo que no haya podido al impactarlo directamente en sus partes vitales. Ello
rebatir, teniendo en cuenta que el requerimiento fis- determinó su hundimiento y el fallecimiento de quie-
cal de elevación a juicio presenta los elementos nece- nes en vida fueran F. A. A., J. M. de la F., M. O. C., C.
sarios para garantizar una defensa válida (cfr. C.S.J.N., A. M., R. R. C. R. y C. V. C., como así también el daño
expediente M. 599. XXXVI, “Marcilese, Pedro Julio y leve en la salud de H. A. B., destacándose que desde
otro s/ homicidio calificado”, voto del Dr. Carlos Fayt). el incidente en cuestión y hasta el día de la fecha (del
procesamiento) permanece desaparecido L. G. L....”.
En el mismo sentido hemos sostenido que “...no
existe violación al principio de congruencia si los El requerimiento de elevación a juicio formulado
hechos objeto de juzgamiento se han mantenido in- por el Ministerio Público Fiscal (fs. 1645/1656), le
alterados a lo largo de todo el proceso, pues los he- imputó a R. S. A. que “... en su condición de Práctico
chos que fueran enrostrados al imputado en el reque- Zona Sur (libreta de navegación nro. 8859), hallándo-
rimiento fiscal de elevación a juicio, son los mismos se —por orden del Capitán T. E. G. M.— a cargo del
que han sido fijados y tenidos por probados en la sen- remolcador denominado ‘Ava Payagua’ de bandera
tencia atacada, es decir, que la plataforma fáctica se Paraguaya, que transportaba la barcaza ‘PAR6001’ de
ha mantenido inalterada...” (cfr. “González, Claudio la misma bandera, en circunstancias en que se halla-
Héctor s/ recurso de casación”, causa nº 10.582, reg. ba tripulando, el día 12 de mayo próximo pasado, al-
de la Sala III n° 1348, rta. el 29/09/09). rededor de las 3,58 horas, dicha embarcación fluvial,
a la altura del km 101, 100 sobre la margen derecha
Sentado ello, habremos de recordar que en el acto
del Río Paraná de las Palmas (...), violó el deber obje-
de la indagatoria, se describió el hecho en los siguien-
tivo de cuidado que debía observar dada su profesión,
tes términos: “... en su calidad de Práctico del remol-
toda vez que al momento de la colisión, no adoptó los
cador ‘Ava Payagua’ (...) el haber provocado con su
rumbos y maniobras necesarias para contrarrestar la
accionar el hundimiento del Buque Arenero deno-
deriva ocasionada por el efecto de la corriente, oca-
minado ‘Río Turbio’ (...) al colisionarlo con la em-
sionando con su impericia el naufragio del buque are-
barcación en la que se trasladaba a bordo, causando
nero ‘Río Turbio’ de bandera argentina, al impactarlo
además como consecuencia de ello el deceso de los
directamente” (fs. 1646).
ciudadanos que en vida fuesen F. A. A., J. M. de la F.,
M. O. C., C. A. M., R. R. C. R. y C. V. C., quienes via- En la misma dirección, la parte querellante “Arene-
jaban embarcados en la referida embarcación, mien- ra Puerto Nuevo S.A.”, al requerir la elevación a juicio
tras que H. A. B. fue derivado al ‘Hospital San José’, y describir en forma pormenorizada el hecho, imputó
donde se le diagnosticara hipotermia leve y L. G. L. al a S. A. haber ocasionado con su impericia la colisión
día de la fecha permanece desaparecido [cabe aclarar y naufragio del buque Arenero Río Turbio, por haber-
que con posterioridad, al hallarse sin vida el cuerpo lo embestido con su accionar invadiendo la derrota o
de L., la indagatoria de S. A. fue ampliada, abarcando mano por la que navegaba (fs. 1637/1642).
la muerte del nombrado]; la cual por la colisión se dio
una ‘vuelta de campana’ para posteriormente hundir- Al momento de los alegatos, durante la etapa de de-
se (...) Se resalta que previo al hecho imputado ambos bate, el Ministerio Público Fiscal describió detallada-
buques habían coordinado por frecuencia (VHF) de mente los hechos e imputó a S. A. haber actuado con
qué manera se concretaría el franqueo. Finalmente se impericia al haber efectuado una “mala maniobra”
hace saber al aquí presente que, en forma alternativa, por no situar al buque que conducía en los grados
se le enrostra la comisión de la conducta descripta necesarios “... para que la corriente en ese lugar per-
precedentemente a título de culpa, ya sea por negli- mitiera la maniobra y dar espacio con el [buque] Río
gencia y/o imprudencia y/o impericia en su arte y/o Turbio mano a mano”, causando las muerte y la lesión
por inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, previamente mencionadas (fs. 2400).
extremos que resultan a esta altura materia de plena
investigación en el presente legajo” (fs. 162/163vta.). En la misma oportunidad, la querella realizó un mi-
nucioso análisis de los hechos y formuló una imputa-
Por su parte, la imputación efectuada a S. A. en el ción congruente con el requerimiento de elevación a
procesamiento obrante a fs. 11 745/767 consiste en juicio que oportunamente presentara (fs. 2398/2400).
que “... en su condición de Práctico Zona Sur (...), ha-
llándose —por orden del Capitán T. E. G. M.— a cargo Finalmente, el imputado resultó condenado por
del remolcador denominado ‘Ava Payagua’ (...), violó el tribunal oral —que realizó una pormenorizada
el deber objetivo de cuidado que debía observar dada reconstrucción del hecho— en base a que “... a la al-
su profesión, toda vez que al momento de la colisión, tura del kilómetro 100.2, el imputado S. A., con gran

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DPyC Derecho Penal NOTA A FALLO

impericia, llevó el buque aún más hacia la margen del requerimiento acusatorio de María Luján Cuomo
izquierda del río (...) y pese a sus intentos de girar a de Caracciolo en su carácter de parte querellante,
estribor, la enorme embarcación comienza a recibir obrante a fs. 1657/1663.
la fuerte correntada que existe naturalmente en esa
zona, lo que provocó que mantuviese una trayectoria Sentado ello, el planteo de la defensa debe ser re-
casi recta hasta la margen derecha del río, ocupando chazado. Ello es así, toda vez que las requisitorias de
la zona de navegación (derrota) del buque arenero”, elevación a juicio mencionadas cumplen con los re-
derivando tal accionar en la colisión con el buque caudos formales que exige el art. 347 del C.P.P.N. Por
“Río Turbio”, su naufragio y, como consecuencia, en lo tanto, dichos requerimientos garantizaron el ade-
las muertes y la lesión que sufrieron los tripulantes cuado ejercicio del derecho constitucional de defensa
del navío argentino (fs. 2477/2480). en juicio de los imputados (art. 18 de la C.N.). A dicha
conclusión arribamos en virtud que tanto en el reque-
Así, del cotejo de aquellos actos pertinentes con- rimiento de elevación a juicio realizado por la parte
cluimos sosteniendo que la materialidad fáctica que querellante como en el que formuló el Ministerio
emana de ellos ha sido siempre, sustancialmente, la Público Fiscal se describieron las circunstancias de
misma. modo, tiempo y lugar del hecho, expresándose la cali-
ficación legal y la exposición de los motivos en que se
En virtud de lo expuesto, corresponde rechazar el
fundaron los requerimientos acusatorios.
planteo del impugnante.
III. La defensa de S. A. alegó, asimismo, la nulidad En consecuencia, concluimos que los requeri-
de los requerimientos de elevación a juicio por no mientos de elevación a juicio impugnados resultaron
contener una relación clara, precisa y circunstancia- hábiles para constituir una acusación que garantizó,
da de los hechos útiles para la imputación, ni una como componente de una de las formas sustanciales
exposición sucinta de los motivos en que se funda la del proceso penal, el adecuado ejercicio del derecho
acusación. de defensa en juicio de los imputados.

Del confronte de los requerimientos acusatorios de Ello es así, en los términos definidos por la invete-
elevación a juicio, advertimos que éstos cuentan con rada jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia
los requisitos legales exigidos por el art. 347 C.P.P.N. de la Nación en lo concerniente a que, en materia
criminal, la garantía consagrada por el art. 18 de la
Así, el requerimiento de elevación a juicio formula- Constitución Nacional exige la observancia de las
do por el Ministerio Público Fiscal (fs. 1645/1656), le formas sustanciales del juicio relativas a la acusación,
imputó a R. S. A. que “... en su condición de Práctico defensa, prueba y sentencia (Fallos: 125:10; 127:36;
Zona Sur (libreta de navegación nro. 8859), hallándo- 308:1557, entre otros).
se —por orden del Capitán T. E. G. M.— a cargo del
remolcador denominado ‘Ava Payagua’ de bandera A mayor abundamiento, advertimos que la crítica
Paraguaya, que transportaba la barcaza ‘PAR6001’ de ensayada por la defensa resulta similar a la ya plan-
la misma bandera, en circunstancias en que se halla- teada en la instancia anterior, cuestión que el a quo
ba tripulando, el día 12 de mayo próximo pasado, al- resolvió con suficientes fundamentos, resultando el
rededor de las 3,58 horas, dicha embarcación fluvial, agravio del recurrente una mera discrepancia con los
a la altura del km 101, 100 sobre la margen derecha argumentos vertidos oportunamente por el tribunal
del Río Paraná de las Palmas (...), violó el deber obje- de la anterior instancia.
tivo de cuidado que debía observar dada su profesión,
toda vez que al momento de la colisión, no adoptó los En dicha oportunidad, el tribunal sostuvo que “... la
rumbos y maniobras necesarias para contrarrestar la fiscalía hace clara mención a la mala maniobra que
deriva ocasionada por el efecto de la corriente, oca- realizó el nombrado, luego de acordar el cruce mano
sionando con su impericia el naufragio del buque are- con mano, con el buque arenero, al no situar el buque
nero ‘Río Turbio’ de bandera argentina, al impactarlo que comandaba, en los grados necesarios para que la
directamente” (fs. 1646). corriente de ese lugar, la Vuelta del Este, permitiera
la maniobra, cayendo y dándole espacio para el paso
En la misma dirección, la parte querellante “Arene- como habían acordado, mano con mano con el buque
ra Puerto Nuevo S.A.”, al requerir la elevación a juicio Río Turbio. Y el peritaje, en el que se sustentó la fiscalía,
y describir en forma pormenorizada el hecho, imputó se describe la actividad que debió hacer al decir que
a S. A. haber ocasionado con su impericia la colisión ‘la persona a cargo de la conducción del B/R Ava Paya-
y naufragio del buque Arenero Río Turbio, por haber- gua al momento de la colisión, no adoptó los rumbos y
lo embestido con su accionar invadiendo la derrota o maniobras necesarias para contrarrestar la deriva oca-
mano por la que navegaba (fs. 1637/1642). sionada por el efecto de la corriente, considerándose
dicha actitud como una impericia” (fs. 2476vta.).
Análoga consideración hemos de efectuar respecto

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El a quo agregó que “... la querella también descri- mano”; es decir que cada uno de ellos debería desa-
bió adecuadamente la maniobra efectuada por S. A. rrollar su derrota a los fines de franquearse (cruzarse)
que generó la colisión. Y también sustentó su acusa- por su banda de babor, debiendo dejar su banda de
ción en el testimonio del perito A., en el sentido que estribor hacia la costa (fs. 2478).
todo navegante que tenga pericia suficiente está en
condiciones de sortear sin dificultad ese sector es- El a quo tuvo por probado que “[m]ientras el buque
pecial (testimonio, dicho sea de paso, que la propia arenero desarrollaba una velocidad de aproximada-
defensa incluye al mencionar su cuestionamiento)” mente 8,8 nudos, aguas abajo y realizaba la manio-
(fs. 2476vta.). bra de modo correcto para cumplir con lo acordado,
aumentando el rumbo para llevar la embarcación a
A partir de ello, el tribunal oral concluyó que la con- la margen derecha del río para así tomar la curva de
ducta atribuida a S. A. y aquello que debió hacer para la Vuelta del Este; el buque remolcador desarrollaba
evitar la colisión fue adecuadamente descripto por las una velocidad aproximada a 5,1 nudos —velocidad
partes acusadoras; permitiendo ello el ejercicio del adecuada, como la de la otra embarcación— y al acer-
derecho de defensa del imputado (fs. 2476vta.). carse a dicha curva, a la altura del kilómetro 100.2, el
imputado S. A., con gran impericia, llevó el buque aún
Por lo expuesto, el agravio en cuestión habrá de ser más hacia la margen izquierda del río (teniendo en
rechazado. cuenta su naciente), de modo que al alcanzar la baliza
del kilómetro 100.6, donde se encontraba la punta de
IV. A continuación, hemos de abocarnos a la cues- la costa en plena curva cerrada, y pese a sus intentos
tión relativa a si el decisorio cuestionado luce fundado de girar a estribor, la enorme embarcación comienza
en cuanto determinó que S. A. actuó en violación a un a recibir la fuerte correntada que existe naturalmen-
deber objetivo de cuidado y, de ser así, si existe relación te en esa zona, lo que provocó que mantuviese una
causal entre éste y el resultado, extremos que la defensa trayectoria casi recta hasta la margen derecha del río,
del imputado intenta refutar en su recurso de casación. ocupando la zona de navegación (derrota) del buque
En dicha tarea, estimamos pertinente señalar que arenero” (fs. 2478 y vta.).
el a quo comprobó que “... el día 12 de mayo de 2012, Ante tal cuadro de situación, el baqueano R. —a
en horas de la madrugada, el buque arenero Río Tur- cargo del buque Río Turbio—, ante el inminente
bio de bandera argentina y el buque Ava Payagua, de abordaje —a poco más de 100 metros— le reclamó
bandera paraguaya —que remolcaba por empuje la a S. A., por la misma vía de comunicación, que no le
barcaza PAR 6001—, navegaban por el río Paraná de daba espacio para pasar, respondiendo este último
las Palmas, en perfectas condiciones técnicas y climá- “está todo bien, está todo bien” (fs. 2478vta.).
ticas; el primero, aguas abajo, con destino al puerto
de Buenos Aires, mientras que el segundo, aguas arri- Ante tales circunstancias, ambos buques tocaron el
ba, hacia el puerto de Asunción, República del Para- pitido de emergencia, produciéndose inmediatamen-
guay” (fs. 2477). te después la colisión a la altura del kilómetro 101.1,
siendo las 3:58 del 12 de mayo de 2012. Tras el impac-
“Cuando cada barco se encontraba, respectiva- to, la velocidad del buque Ava Payagua se redujo a 0,0
mente, en las proximidades del Complejo Zárate- nudos (fs. 2478 vta.).
Brazo Largo y de la localidad de Campana, toman
contacto a través del sistema AIS, que, asimismo, es En relación a la mecánica de la colisión, el a quo
monitoreado, por el Constrase (Servicio de Control concluyó que el impacto produjo la escoriación del
de Tránsito Seguro), ya que, según la navegación que buque argentino, resultando una avería de forma
ambas embarcaciones venían desarrollando, podrían irregular de aproximadamente 15 metros de largo en
franquearse al poco tiempo en las inmediaciones de sentido de la eslora por 2,5 metros de ancho medidos
lo que se conoce [como] Vuelta del Este, zona que se en sentido del puntal, todos bajo la línea de flotación.
extiende desde el kilómetro 99 al 101 y que se trata de La rotura implicó una inundación asimétrica en la
un espacio de navegación restringida para maniobras banda de babor, produciéndose una vuelta de cam-
de franqueo o adelantamiento para embarcaciones pana del buque Río Turbio en un tiempo aproximado
como las descriptas” (fs. 2478). de tres a cuatro minutos (fs. 2478vta./2479).

Al mando del buque Río Turbio se encontraba R. A partir de dichos extremos, el tribunal oral conclu-
R. C. R. Por su parte, a cargo del buque de bandera yó que “[l]a inhábil maniobra del imputado [S. A.], al
paraguaya Ava Payagua, por amplia delegación de su mando de una enorme embarcación de 116 metros de
capitán —el imputado G. M.— se encontraba R. S. A., eslora, cargado de contenedores, puso en inmediato
acompañado del marinero O. F. (fs. 2478). y claro riesgo de muerte a los tripulantes del buque
Río Turbio, precisamente por la violencia del impacto
R. y S. A. —baqueanos a cargo de sus respecti- y por las demás circunstancias mencionadas, que die-
vos buques— coordinaron franquearse “mano con ron lugar a que sólo en unos pocos minutos, diera una

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DPyC Derecho Penal NOTA A FALLO

vuelta de campana y se hundiera en el río; más aún si donde se desencadenaron los hechos, concluyó que
se tiene en cuenta la nocturnidad y el hecho de que el arenero Río Turbio navegaba por su mano —mar-
la mayoría de la tripulación se encontraba descan- gen derecho— y en el otro sentido se dirigía el buque
sando. Sólo la suerte y una reacción extremadamente Ava Payagua, aguas arriba sobre la margen izquierda,
rápida, podía permitir sobrevivientes de la inminente siendo esa la mano que le correspondía.
amenaza de muerte generada por S. A.” (fs. 2479vta.).
Mencionó que ambos buques estaban a punto de
Dicha descripción encuentra sustento en las múl- tomar la zona denominada como Vuelta del Este, que
tiples declaraciones testimoniales recibidas durante es un sector de curva y contracurva. En el momento
el debate e incorporadas por lectura, vgr. M. A. P., R. en que el buque Ava Payagua tomaba la curva “... se
F. M., S. G. C., J. M. E., J. D. A., E. N. P., J. L. F., H. A. B., produce la incidencia directa del flujo de la intensi-
F. A. N. Asimismo, lo descripto encuentra apoyatura dad de corriente que va incidiendo a medida que se
en los elementos enumerados a fs. 2470/2475vta. de va entrando en la curva, ello sumado al fenómeno
la resolución recurrida. remanso que provoca sobre el lado de la costa una
contracorriente, una disminución de presión de agua,
En relación al nexo causal entre la conducta de S. A. provoca una cupla que no le permitió al buque tomar
y el resultado acaecido, el tribunal concluyó que la la curva (...) Que el convoy [refiriéndose al buque pa-
colisión se podría haber evitado si S. A. hubiese to- raguayo] al tomar la curva continuó derecho y no le
mado la curva en una posición más favorable, no tan permitió vencer la intensidad de corriente y es en es-
pegado contra su costa, buscando en medio del canal tas circunstancias que embistió al buque arenero ‘Río
para tener margen para de antemano buscar la caída Turbio’ que venía circulando por su mano”. Refirió
a estribor y así evitar el efecto de la corriente y lograr que las circunstancias de la intensidad de corriente se
un adecuado cruce con el buque arenero (fs. 2479). pueden prever porque quien tiene a cargo la dirección
del buque debe conocer por antemano qué es lo que
Para así concluir, el a quo tomó en consideración le espera y no que se produzca, debe conocer el lugar,
que S. A. era quien se encontraba al mando del buque dónde tiene que ir, los márgenes. Que la intensidad
Ava Payagua al momento de los hechos, surgiendo di- de corriente es una circunstancia conocida y más en
cho extremo de los testimonios de J. L. F. y J. M. E. Por zonas donde hay este tipo de curvas porque el flujo de
su parte, R. R. C. R. se encontraba al mando del buque agua adquiere una velocidad mayor produciéndose
de bandera argentina “Río Turbio” (cfr. testimonios remolinos, remansos, etc. Que es un fenómeno de hi-
de M. P., A. M. y J. F.). dráulica la circunstancia de que en una curva y contra
curva el flujo de agua adquiera mayor velocidad” (en
Que el imputado, en sus comunicaciones, fue quien
el mismo sentido confrontar peritaje confeccionado
expresó haber perdido el control del buque, conforme
por Prefectura Naval Argentina obrante a fs. 396/398).
surge de las declaraciones testimoniales de J. L. F. y J.
M. E. (fs. 2484). El testigo experto A. prosiguió expresando que
“... desde el punto de vista técnico navegatorio existen
Que, asimismo, no podemos soslayar que la zona
maniobras que permiten vencer esta circunstancia,
donde se produjo el siniestro —río Paraná de las Pal-
por eso cada capitán debe conocer el comportamien-
mas, entre el kilómetro 99 y el 101— posee riesgosas
to de su barco, conocer hasta dónde tiene potencia de
condiciones de navegabilidad, lo cual surge de las
máquinas, hasta dónde tiene capacidad de gobierno
prohibiciones normativas respecto de esa área —Or-
de maniobrabilidad del barco, por lo cual debe de
denanza 4/2000 (DPSN), punto 3.8, norma comple-
antemano prever esa situación y adoptar una posi-
mentaria al Título 3, capítulo 1 del REGINAVE— así
ción más favorable. Que en este caso no se previeron,
como de los testimonios brindados por quienes habi-
porque cuando ocurrió el suceso no le dio tiempo a
tualmente navegaban esas aguas, quienes se refirie-
vencer la incidencia del agua, continuó de largo no
ron a los peligros de la Vuelta del Este y sus correnta-
dejándolo caer a la derecha —a estribor—, para con-
das (cfr. testimonios de M. A. P., R. F. M., R. A., J. L. F.,
tinuar la curva”.
F. N. N., S. G. C., J. D. A. y M. A. A.).

En este sentido, conceptuamos pertinente resaltar Manifestó que “... las maniobras posibles para go-
los dichos de M. A. A. (Prefecto Principal de la Direc- bernar un buque tienen dos variables, o corrige el
ción de Policía de Seguridad y Navegación), quien rumbo con el timón, o se le da más potencia o menos
participó en la investigación en el lugar de los hechos potencia. Que en el caso concreto el buque debió ha-
y suscribió el informe pericial de fs. 395/444. ber tomado la curva en una posición más favorable,
no tan pegado contra su costa. Debió haber buscado
El testigo A., durante el transcurso del debate, de- más el medio para tener margen para de antemano
claró que a partir de las posiciones que tenía de los buscar la caída a estribor. Que el convoy estuvo hasta
buques en cuestión a través del sistema AIS y las me- último momento pegado a su margen, cuando llegó a
diciones de la intensidad de la corriente en el sector la curva recibió el flujo de la corriente y no tuvo tiem-

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po ni de caer a estribor, ni darle más potencia de má- altura debería estar paralelo o casi paralelo uno con
quina, por lo que no pudo vencer esa circunstancia y otro, pero no es el caso. Que en la imagen 12 está el
continuó de largo colisionando al otro buque. Que se ‘Río Turbio’ con un arrumbamiento normal y el ‘Ava
pudo haber evitado llegando a esa zona en un lugar Payagua’ no tiene un rumbo paralelo, sino más bien
más favorable, ya con el convoy enfilado para caer y perpendicular” (sic) (fs. 2455).
no esperar hasta último momento haciéndolo tan
bruscamente, o sea, apartarse de su margen para en- En tal sentido habremos de destacar las conclusio-
trar enfilado en su rumbo”. nes del informe de fs. 129/131 elaborado por Prefec-
tura Naval Argentina y suscripto, entre otros, por el
El Prefecto A. indicó que el buque de bandera pa- deponente Cernadas. En tal pieza se concluye, entre
raguaya no dejó al navío Río Turbio mucho margen otras cuestiones que “[a] partir de la imagen Nº 8 y s.s.
de acción, pues lo “tomó por sorpresa” y no podía se advierte una caída del rumbo del buque ‘Río Tur-
hacer nada (en relación al testimonio de A. ver fs. bio’ con intención objetiva de dirigirse a la margen
2459/2461vta. y 2394vta./2395). derecha del canal de navegación, mientras que el bu-
que ‘Ava Payagua’, una vez liberada la curva de la Vuel-
Por su parte, el testigo M. A. P. —marino mercan- ta del Este, no posee una reacción semejante, cues-
te— señaló que “... según su conocimiento, la colisión tión que provocó una aproximación excesiva entre
se debió a una maniobra malograda (...) [que] pudo ambos (...) La imagen nº 12 manifiesta objetivamente
ser por la corriente de la Vuelta del Este. la intención del buque paraguayo de posicionar su
rumbo para lograr una separación de la derrota del
Que al venir aguas arriba no le dio tiempo a caer otro buque, siendo imposible dicha maniobra en vir-
y lo desplazó para el otro lado, no le dio tiempo para tud de la distancia que separa un buque del otro (...)
traerlo de vuelta. Que estos buques llevan carga muy Teniendo en cuenta el sentido de la corriente del río,
alta y también el viento influye” (fs. 2444vta.). se concluye que el buque ‘Ava Payagua’, una vez libe-
rada, en navegación aguas arriba, a margen izquierda
El testigo S. G. C., prefecto de la Prefectura Naval
del río, no logró la recuperación del rumbo necesa-
Argentina que cumple funciones como jefe del Cen-
rio para evitar una aproximación excesiva con el otro
tro de Control de Tráfico Zárate, señaló que “... el
buque (...) Asimismo, esta conclusión se fundamenta
análisis de las derrotas de las trayectorias de ambos
en la constancia del libro de guardia del Canal VHF72
barcos denotaban que ambos tenían intenciones de
(Servicio Móvil Marítimo)...” (fs. 130vta./131).
franquearse y que se evidenciaba una no caída del
buque paraguayo que navegaba aguas arriba hacia su Por su parte, en forma concordante, el peritaje con-
banda de estribor —derecha—, siendo ello una de las feccionado por Prefectura Naval Argentina obrante a
causas por las que se produce el contacto entre am- fs. 396/398 determinó que “... con los elementos técni-
bos”. Agregó que “... el punto de contacto entre ambas cos de juicio aportados en la causa hasta el momento
embarcaciones fue del eje del canal hacia la margen y las evaluaciones practicadas en la fecha se concluye
derecha. Que la derrota de la margen derecha le co- que la persona a cargo de la conducción del B/R ‘Ava
rrespondía al buque ‘Río Turbio’. Que el ‘Ava Payagua’ Payagua’ al momento de la colisión, no adoptó los
debió haber mantenido su margen derecha que sería rumbos y maniobras necesarias para contrarrestar la
la margen izquierda tomando en cuenta la corrien- deriva ocasionada por el efecto de la corriente, consi-
te del río. Que según se dice en la jerga marinera el derándose dicha actitud como una impericia”.
cruce de buena vía es que cada buque mantenga
su derecha, que ello es conocido como cruce mano J. D. A., jefe de la Prefectura de Zárate, quien ade-
por mano. Que de acuerdo al estudio que hizo no se más realizó una inspección ocular del reflotamiento
cumplió ello por eso sucedió la colisión. Que según del navío Río Turbio, durante el debate, también se-
el informe que realizó no surge que el ‘Ava Payagua’ ñaló que el buque Ava Payagua no maniobró a tiempo
haya intentado alguna maniobra tendiente a evitar la a fin de alejarse del rumbo de la colisión (fs. 2456vta.).
colisión” (fs. 2452vta./2453).
J. L. F., quien navegaba esa noche en las proximi-
Al analizar las imágenes obrantes en los informes dades de la zona donde se produjo la colisión, relató
de fs. 129/131 y 464/471, Cernadas “... adujo que a par- que luego de que los buques en cuestión coordinaran
tir de la imagen nº 8 se ve la caída del rumbo, con la la maniobra “mano con mano”, escuchó que el patrón
salvedad de que el arrumbamiento del ‘Ava Payagua’ del buque argentino decía a los gritos “’Ava Payagua
es de 348.1º . Que el rumbo se mide de 0º a 360º , el 0 Ava Payagua, habíamos quedado mano con mano’,
es el norte. Que el arrumbamiento es la punta de un ‘mano con mano, mano con mano’ (sic) y el Ava Pa-
buque la parte de la proa. Que en la imagen nro. 9, es yagua no contestó nunca, luego no se escuchó más al
de 347.4º va disminuyendo, la imagen 11 es de 4.6º ya Río Turbio. Que a los segundos, el patrón del ‘Ava Pa-
paso el norte hacia el este. Que uno considera anali- yagua’ le dijo a Prefectura que se le había desgoberna-
zando ambas derrotas de que el arrumbamiento a esa do el barco. Que Prefectura comenzó a llamar al ‘Río

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Turbio’, hasta que el patrón del ‘Ava Payagua’ le dijo contenido de los dichos del testigo, resultan contestes
que no lo llame más porque se había dado vuelta de con el resto de la prueba producida, tal como surge de
campana. Que después de esa conversación tomó la la reseña aquí efectuada.
guardia el capitán del barco y le dijo a Prefectura que
el patrón que estaba a cargo hasta ese momento había De otra parte, tampoco albergamos dudas en cuan-
sufrido una crisis de nervios” (fs. 2463vta.). to al nexo causal entre la mencionada violación al
deber objetivo de cuidado y el resultado acaecido,
F. agregó que “... la Vuelta del Este es una vuelta con pues, tal como surge de los testimonios descriptos, la
mucha correntada de agua. Que al ‘Ava Payagua’ lo deficiente conducción del buque Ava Payagua fue lo
agarró la correntada y no respetó el mano con mano. que ocasionó el accidente investigado, descartándo-
Que habría hecho una mala maniobra. Que pasa se la tesis defensista orientada a que la atribución del
siempre por ahí. Que conoce cómo es la zona [y] por resultado al imputado se realizó sobre la base de un
eso está habilitado para navegarla. Que todos tienen criterio objetivo de responsabilidad.
que saber esa parte, todos los que rinden la zona sa-
ben lo que pasa en ese lugar” (fs. 2464). A partir de lo expuesto, consideramos fundada la
conclusión del a quo en cuanto a que “... ha quedado
Reseñado cuanto antecede, del análisis pormeno- perfectamente acreditada la manifiesta impericia del
rizado, integral y conglobado del plexo probatorio imputado S. A. que dio lugar a la colisión del buque
obrante en las presentes actuaciones, surge, a nuestro arenero, y también de qué modo hubiese evitado la
juicio sin hesitación alguna, que las conclusiones a tragedia” (fs. 2482).
que arribó el tribunal oral, en oposición a lo alegado
por la defensa de R. S. A. en su recurso, se encuentran Por ello, el agravio de la defensa de R. S. A. en cuan-
debidamente fundadas y respaldadas por las cons- to a que, en el caso, no existió violación al deber ob-
tancias comprobadas de la causa. jetivo de cuidado por parte del nombrado, así como
que no se encuentra corroborado el nexo causal con
Las probanzas arrimadas al sub lite nos permiten el naufragio del buque Río Turbio, no ha de recibir de
afirmar que, de conformidad con lo decidido en la nuestra parte acogida favorable.
instancia anterior, R. S. A. violó el deber objetivo de
cuidado al comprobarse que aquél, al mando del bu- V. Tampoco consideramos viable el argumento de
que Ava Payagua, condujo en forma deficiente el na- la asistencia técnica del imputado S. A. en cuanto a
vío de mención. que no puede imputársele la figura agravada del art.
196 C.P. por cuanto su conducta no fue la causante
Los testimonios referenciados ut supra son concor- de las muertes y de la lesión acaecidas en el siniestro
dantes y contestes en cuanto a las evidentes deficien- bajo el argumento de que si los tripulantes del buque
cias en las maniobras del buque de bandera Paragua- argentino Río Turbio hubieran respetado las normas
ya, el cual conducía en el momento del hecho S. A., de emergencia, el resultado, con alto grado de proba-
cuando transitaba por la Vuelta del Este del Río Pa- bilidad, no se habría producido.
raná de las Palmas —zona que demanda un especial
cuidado de maniobra—, más precisamente, al reali- El presente planteo resulta una reedición de aquél
zar el cruce “mano con mano” que se había acordado que ya encontró una fundada respuesta por parte del
con el buque de bandera argentina Río Turbio. a quo mediante la sentencia recurrida, traduciéndose
el agravio de la defensa en una mera discrepancia con
Asimismo, habremos de descartar la argumenta- los argumentos allí vertidos.
ción introducida por la defensa en cuanto a la animo-
Tal como lo ha determinado el tribunal oral, existe
sidad del testigo A., en virtud de la cual pretende res-
en el caso una relación directa entre el naufragio oca-
tarle fuerza probatoria a sus dichos. Por el contrario,
sionado por S. A. y las muertes por asfixia por sumer-
se advierte que el testimonio de A. —Prefecto Princi-
sión de F. A. A., J. M. de la F., M. O. C., C. A. M., R. R. C.
pal de la Dirección de Policía de Seguridad y Navega-
R., C. V. C. y L. G. L., así como la lesión leve de H. A. B.
ción— es de un valor innegable e incontrovertible y
ninguna circunstancia objetiva permite dudar de su Tales muertes y la lesión mencionada poseen una
verosimilitud, por lo que no corresponde prescindir relación de inmediatez con el naufragio del buque Río
de sus dichos. Las meras afirmaciones del recurren- Turbio ocasionado por S. A.
te sólo trasuntan su disconformidad con el conteni-
do del testimonio cuestionado y el modo en que el a No cabe depositar responsabilidad en los tripulan-
quo apreció dicha prueba, no alcanzando, por ende, tes del buque argentino, por el destino que sufrieron,
para confutar la sólida argumentación desplegada y tal como lo intenta introducir la defensa.
las explicaciones brindadas por el tribunal para reba-
tir cada una de las objeciones defensistas, que ahora Es que conforme lo señaló el a quo, “... no deberán
son reeditadas en la instancia. Ello, máxime cuando el quedar dudas de que entre el pitido de emergencia

46 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Ana Laura Palmucci

y la colisión, transcurrieron aproximadamente unos una conducta comisiva y al mismo tiempo omisiva.
15 segundos, pero no más de 20. A tal fin, debe pon- Conforme surge del desarrollo aquí efectuado, para
derarse que R. pudo advertir el problema a poco más nosotros queda claro que el tribunal de mérito con-
de 100 metros —cuando reclamó espacio de paso—, denó a S. A. reprochándole su conducta imprudente a
considerando que el ancho del río era de unos 310 causa de la “mala maniobra” efectuada.
metros aproximadamente (ver fojas 216vta.), el del
canal de 260 metros (ver fojas 605) y que el Río Turbio Las conclusiones a que arribó el a quo en relación
navegaba a unos 70 metros de la costa si se compara a las cuestiones respecto de las cuales la defensa se
el sitio en el que quedó hundido (fojas 216vta. e imá- agravia, constituyen una conclusión lógica y razonada
genes obrantes en el anexo IV, suma de cuadro de ve- del examen integral y conglobado del extenso cuadro
locidad de naves). Asimismo contribuyen a tal aserto, probatorio con el que cuenta la causa. Los elementos
los dichos de O. F. cuando consideró la inminencia de de prueba fueron observados por los jueces de juicio
colisión a unos 100 metros del arenero” (fs. 2483). a la luz del principio de la sana crítica racional que
rige la apreciación de la prueba (art. 398 del C.P.P.N).
Estimamos también fundada la conclusión del tri-
bunal oral en cuanto a que, desde el impacto, el hun- En este orden de ideas, el recurrente no ha demos-
dimiento se produjo en tres o cuatro minutos, con- trado la existencia de vicios lógicos en la fundamen-
forme el testimonio de E. N. P. y el informe pericial tación desarrollada por el tribunal a quo, de entidad
de fojas 240/425 del expediente 2868/2012 “Arenera suficiente como para privar de validez al decisorio
Puerto Nuevo S.A. s/ medidas anticipadas”. Asimis- atacado, ni tampoco para desvirtuar los argumentos
mo, concluyó acertadamente que “... los pocos segun- esgrimidos por los sentenciantes, los que dan debido
dos transcurridos desde que el baqueano R. advirtió sustento a las conclusiones derivadas de su análisis
el peligro de abordaje y el enorme daño causado por de la prueba.
un convoy de enormes dimensiones y peso (...) sobre
un buque cargado, caracterizado por la circunstancia Por lo expuesto, proponemos rechazar el recurso
de que entre la cubierta y el agua haya pocos centí- de casación interpuesto por la defensa de R. S. A.
metros, a lo que se añade el hecho de que la barcaza
VI. Por su parte, el Ministerio Público Fiscal se agra-
no solo provocó daños, sino que montó su gigantesca
vió de la individualización de la pena y de su modali-
estructura y peso sobre él, reduciendo a cero nudos su
dad de cumplimiento efectuada por el a quo respecto
velocidad, e indudablemente iniciando la escora del
de S. A.
buque arenero...” sustentan la relación directa entre el
naufragio y las muertes y lesión (fs. 2483vta.). Ahora bien, tal como hemos señalado en anterior
En esta dirección, no podemos soslayar las declara- oportunidad, el ordenamiento procesal vigente ex-
ciones de testigos que dan cuenta de la imposibilidad cluye del conocimiento del Tribunal —por razones
de llevar a cabo medidas de seguridad efectivas en la de política legislativa— los asuntos que, a juicio del
inmediatez en que ocurrió el naufragio. legislador, no contienen un agravio considerable,
estableciéndose entonces, mediante esa pauta, una
Así, H. A. B., sobreviviente del buque Río Turbio, limitación objetiva a la posibilidad de recurrir (in re
expresó que el navío estaba dotado con la totalidad “Leizza, Miguel A. s/ recurso de casación” causa nro.
de los elementos de seguridad que establecen las 14 rta. por la Sala III el 25/6/93, entre muchas otras).
normas, que escuchó la sirena de zafarrancho, que
la misma funcionaba bien y que sus prácticas eran En el caso bajo análisis, el fiscal de juicio postuló
periódicas 1 o 2 veces al mes, agregando que no tuvo una pena de cuatro años y dos meses de prisión para
tiempo de ponerse el chaleco salvavidas (fs. 2467vta.). el imputado S. A., quien a la postre resultó condenado
por el tribunal de mérito a la pena de tres años de pri-
A. A. O. dijo que “... en una vuelta de campana no se sión en suspenso, extremo que sella definitivamente
tiene tiempo a nada, ni a respirar”. Agregó que en tal la admisibilidad de su impugnación respecto de este
situación no hay punto de encuentro, sino que cada procesado, en tanto no logra superar el límite objetivo
uno corre por su vida (fs. 2466vta.). establecido por el artículo 458 inciso 2° del catálogo
procesal, no advirtiéndose tampoco la existencia de
Por lo expuesto, apreciamos debidamente corrobo- una cuestión federal que permita excepcionar la regla
rada la relación directa entre el naufragio ocasionado citada.
por el imputado y las muertes de siete de los tripulan-
tes del buque Río Turbio por asfixia por sumersión, En virtud de todo lo anteriormente expuesto, pro-
así como la lesión leve de uno de ellos. ponemos rechazar el recurso de casación interpuesto
por la defensa de S. A., y declarar inadmisible el recur-
Tampoco advertimos contradicción alguna en la so de casación interpuesto por el Ministerio Público
sentencia recurrida en cuanto a que —tal como lo ale- Fiscal en lo atinente a la mensuración de la pena efec-
ga la defensa— la resolución impugnada imputa a S. A. tuada por el a quo respecto del nombrado.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 47


DPyC Derecho Penal NOTA A FALLO

3. Situación del imputado T. E. G. M. durante su descanso reglamentario el gobierno del


barco en manos de la persona que reglamentaria-
I. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal nº 3 de San mente correspondía, que era el oficial del barco que
Martín —por mayoría, con el voto de los doctores Lidia incluso tenía mejores títulos habilitantes que el capi-
B. Soto y Elbio Osores Soler— decidió absolver a T. E. tán, ya que fue habilitado para navegar la zona cuatro
G. M. en orden al delito por el cual mediara acusación. años antes que él; el cruce mano con mano se convi-
no con quien conducía el ‘Río Turbio’. Si bien es cierto
En cuanto a los extremos fácticos del suceso acae- que la reglamentación dice que en zona restringida el
cido, a fin de evitar reiteraciones innecesarias, nos capitán de un buque debe estar en el puente, ha que-
remitimos a lo desarrollado en el punto “2.IV” del dado demostrado que en la práctica no se cumplía,
presente voto. o al menos no se exigía su cumplimiento por parte
Concretamente, el reproche que se le efectuó a G. M. de las autoridades de Prefectura; quedó claro que no
fue que “... en su condición de capitán del remolcador hubo sanciones durante el año 2012 por esa falta”
‘Ava Payagua” de bandera paraguaya que empujaba la (fs. 2497vta.).
barcaza ‘PAR 6001’, violó el deber objetivo de cuidado En relación a la adecuación social de la conducta
al inobservar las disposiciones de las leyes de navega- generalizada, el sentenciante señaló que el cumpli-
ción al retirarse del puente de mando, delegando sus miento de la norma recién comenzó a exigirse luego
funciones al práctico R. S. A., pese a que se iba a tran- del siniestro que dio inicio a estas actuaciones.
sitar por un lugar balizado (Vuelta del Este); en dichas
circunstancias se produjo (...) la colisión con el buque Por tanto, a partir de comprobar que la reglamenta-
arenero ‘Río Turbio’ de bandera argentina, colisión ción aplicable al caso había perdido vigencia por im-
que provocó que el arenero diera una vuelta de cam- perio de los hechos, el tribunal de mérito determinó
pana con la trágica consecuencia de siete tripulantes que G. M. no violó un deber objetivo de cuidado a su
fallecidos y uno lesionado —todos ellos miembros de cargo, pues nadie lo exige ni cumple.
su tripulación—” (fs. 2496vta.).
II. Sentado cuanto precede adelantamos que a
Establecido cuanto antecede, el voto mayoritario nuestro juicio el temperamento liberatorio adopta-
del tribunal oral absolvió a T. E. G. M. al considerar do por la mayoría del tribunal sentenciante debe ser
que no se encontraba acreditado que éste haya viola- convalidado, pues se asienta en un razonamiento
do algún deber objetivo de cuidado. acorde a la manda del artículo 123 del Cód. Procesal
Penal de la Nación que impone la necesidad de mo-
En primer lugar, el a quo valoró que S. A. se encon- tivar los pronunciamientos exigiendo que el juzgador
traba autorizado para conducir el remolcador y con- consigne las razones que determinan la resolución, y
taba con vasta experiencia, habiendo sido habilitado expresando sus propias argumentaciones de modo
para navegar en la zona del hecho cuatro años antes que sea controlable el iter lógico seguido por él para
que G. M. (fs. 2495vta./2496). arribar a la conclusión (análisis crítico, razonado y
Tomó en consideración que G. M., al momento del circunstanciado de las constancias del proceso, sin
accidente se encontraba descansando, tal como la omitir la evaluación de toda aquella prueba que sea
reglamentación lo preveía —seis horas de descanso conducente o decisiva para el desenlace de la cues-
cada seis horas de trabajo—, suplantándolo el ba- tión), exigencias de fundamentación que se encuen-
queano S. A. (fs. 2496 y vta.). tran debidamente verificadas en el caso sometido a
estudio, razón por la cual la sentencia no puede ser
Apreció, asimismo, lo dicho por el testigo J. F. G. objetada al respecto (cfr. nuestros votos en las cau-
—quien se encontraba a bordo del buque paragua- sas nº 80, “Paulillo, Carlos Dante s/ rec. de casación”,
yo— en cuanto señaló que la Vuelta del Este es una reg. nº 111 del 12/04/94; nº 181, “Sassoon Attie, Raúl
zona riesgosa pero que visto que el navío medía me- Nissim s/ recurso de casación”, reg. nº 177/94, del
nos de 120 metros de eslora no resultaba necesaria la 17/11/94; nº 502, “Arrúa, Froilán s/ rec. de casación”,
presencia del capitán (fs. 2497). reg. nº 185/95, del 18/09/95; nº 1357, “Canda, Alejan-
dro s/ rec. de casación”, reg. nº 70/98, del 10/03/98; nº
Asimismo, el a quo tomó en consideración, a partir 2124, “Anzo, Rubén Florencio s/ rec. de casación”, reg.
del testimonio del Prefecto Principal J. D. A. —que se nº 632/99, del 22/11/99; nº 1802, “Grano, Marcelo s/
desempeñaba como jefe de la Prefectura Naval Ar- rec. de casación”, reg. nº 186/02, del 22/04/02, todas
gentina— que no hubo sanciones durante el año 2012 de la Sala III, entre muchas otras).
referente a la ausencia del capitán en una situación
como la analizada en autos (fs. 2497). Así, analizado el caso a la luz de la doctrina rese-
ñada, conceptuamos que el a quo ha satisfecho ade-
A partir de ello, el sentenciante determinó que cuadamente el mandato de motivación contenido en
“... T. G. M. no violó el deber de cuidado. Él dejó el artículo 398 del Cód. Procesal Penal de la Nación,

48 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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cuya inobservancia se conmina con nulidad, confor- Se han identificado diversos elementos que resul-
me lo establecen los artículos 123 y 404, inciso 2º , del tan necesarios para que se pueda concluir que deter-
mismo cuerpo legal. minada conducta se ha convertido en una costumbre,
entre los cuales BORDA incluye la existencia de una
En tal sentido, consideramos que los señores ma- serie de actos repetidos de manera constante y uni-
gistrados que conforman el voto de la mayoría de- forme, siendo necesario que el uso sea general, es de-
jaron asentados los motivos que los condujeron a la cir, observado por la generalidad de las personas cu-
solución del caso, a la que se arribó expresando a lo yas actividades están regidas por aquél, no bastando
largo de la sentencia cuáles eran los fundamentos de que sea la práctica de algunas pocas. (BORDA, Gui-
hecho y de derecho en los que cimentaron su deci- llermo A., Tratado de Derecho Civil. Parte General,
sión. 13º edición, Tomo I, Buenos Aires, La Ley, 2008, p. 77).
De la atenta lectura de la pieza impugnada, no ad- A la luz de dicha definición, es razonable afirmar
vertimos que se haya logrado quebrar el estado de —tal como lo hizo el a quo en función de los testimo-
inocencia del que goza todo imputado, pues los ele- nios recabados en el debate y principalmente, a par-
mentos de juicio incorporados al sumario, analizados tir de la ausencia de sanciones durante todo el año
éstos en su integridad, resultan insuficientes para 2012— que constituía una práctica constante, uni-
llegar a la certeza apodíctica que requiere todo pro- forme y generalizada aquélla que permitía al capitán
nunciamiento condenatorio, toda vez que en el caso ausentarse del puente en las condiciones de tiempo,
concreto, la prueba recreada impide aseverar que el modo y lugar en que se produjo el evento que convo-
imputado G. M. haya violado un deber de cuidado ca esta inspección. —ver fs. 2497 vta.—.
provocando con ello el fatal desenlace.
Por lo demás, avalamos la consideración del a quo
Así, del examen de todas las circunstancias apun- en cuanto a que opera en favor del imputado G. M., el
tadas por el Tribunal Oral, no se observa fisura lógica haber delegado sus funciones en su consorte de causa
alguna, sino que surge de la lectura de la sentencia S. A., un oficial que contaba con vasta experiencia, y
impugnada que el a quo realizó una selección y va- que incluso había conseguido su habilitación cuatro
loración de la prueba ajustada a las reglas de la sana años antes, lo que permite aseverar que este último
crítica racional, por ello exentas de vicios o defectos contaba incluso con más experiencia que el capitán
en sus fundamentos que no se advierten después de para atravesar el trecho donde sucedió el siniestro.
realizado el esfuerzo impuesto a este Tribunal por la Por lo demás, no puede soslayarse que G. M. revistaba
vigente doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la por primera vez como capitán al mando de un buque,
Nación (causa nº 1757. XL, “Casal, Matías Eugenio y conforme el testimonio rendido por J. F. G., quien pre-
otro s/ robo simple en grado de tentativa”, del 20 de cisamente por ello viajaba para evaluar su desempe-
septiembre de 2005). ño —ver fs. 2497—.

Tampoco advertimos que el tribunal de juicio haya Sin duda, abona la conclusión esbozada la circuns-
incurrido en un yerro jurídico cuando analizó el caso tancia claramente corroborada en autos que da cuen-
a la luz del marco normativo en el cual debe ser con- ta de la capacitación de S. A. como Práctico de la zona
textualizado el luctuoso evento. “Asunción del Río de la Plata”, calidad que lo habili-
taba para ejercer la profesión de baqueano de dicha
Puntualmente, acompañamos la interpretación zona en buques paraguayos y cuya antigüedad en la
efectuada por el tribunal en función de la cual advier- adquisición de tales conocimientos y de la respectiva
te que si bien la reglamentación aplicable establece habilitación resulta notoria en relación a la del im-
que en zona restringida el capitán de un buque debe putado G. M., quien realizaba su primera travesía al
estar en el puente, dicha normativa no se aplicaba, mando del navío —ver fs. 2495 vta./ 2497—.
lo cual impide atribuirle al imputado una violación a
un deber de cuidado que había perdido vigencia por En la coyuntura bajo análisis, parece razonable
imperio de la costumbre, y que de hecho, su cum- considerar que a fin de atravesar dicha zona se hubie-
plimiento no era exigido por las autoridades de Pre- ra convocado precisamente al Oficial S. A. para hacer-
fectura —ver fs. 2497 vta.—. Al respecto, es del caso se cargo de las maniobras de navegación en el tramo
poner de relieve que —sin duda—, la costumbre se de referencia, atendiendo en particular a su calificada
erige como fuente del derecho de la navegación. Ello idoneidad certificada en autos y a su mayor antigüe-
surge inequívocamente de lo preceptuado en el art. dad en esos menesteres.
1 de la ley 20.094 en cuanto establece que “Todas las
relaciones jurídicas originadas en la navegación por En consecuencia, y de consuno con lo sostenido
agua se rigen por las normas de esta ley, por las de las por el voto mayoritario del a quo, no se ha constata-
leyes y reglamentos complementarios y por los usos do en el presente caso una violación al deber objetivo
y costumbres”. de cuidado por parte de G. M., y que tal infracción se

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DPyC Derecho Penal NOTA A FALLO

encuentre causalmente ligada al fatal desenlace exa- la mayoría, conformada en el voto de los doctores Li-
minado. dia B. Soto y Elbio Osores Soler— absolver a T. E. G. M.
en orden al delito por el cual mediara acusación. Los
Ello, en tanto no puede predicarse —con el grado extremos fácticos del suceso investigado fueron exten-
de certeza que requiere un veredicto de condena— samente desarrollados en el voto antecedente y a él me
que con la presencia en el puente del capitán, el re- remito, a fin de evitar reiteraciones innecesarias.
sultado no se hubiese concretado dado que —como
ya quedó dicho—, no sólo S. A. contaba con mayor En tanto, y en lo que a la imputación jurídica se
experiencia para atravesar la zona, sino que además refiere, el reproche que se le efectuó a G. M. fue que
se constató que no existían al momento de la colisión “... en su condición de capitán del remolcador ‘Ava Pa-
características extraordinarias de dificultad —climá- yagua” de bandera paraguaya que empujaba la bar-
ticas o mecánicas—, que ameritaran la presencia de caza ‘PAR 6001’, violó el deber objetivo de cuidado al
G. M. al navegar la Vuelta del Este (al respecto, con- inobservar las disposiciones de las leyes de navega-
frontar informe del Servicio de Control de Zárate de ción al retirarse del puente de mando, delegando sus
Prefectura Naval Argentina obrante a fs. 129/131 y pe- funciones al práctico R. S. A., pese a que se iba a tran-
ritaje confeccionado por Prefectura Naval Argentina sitar por un lugar balizado (Vuelta del Este); en dichas
de fs. 396/398). circunstancias se produjo (...) la colisión con el buque
arenero ‘Río Turbio’ de bandera argentina, colisión
En definitiva, no habiéndose demostrado —con un que provocó que el arenero diera una vuelta de cam-
grado de probabilidad equivalente a certeza— que la pana con la trágica consecuencia de siete tripulantes
presencia en el puente de mando del justiciable hu- fallecidos y uno lesionado —todos ellos miembros de
biera evitado la colisión de los buques Ava Payagua su tripulación—” (fs. 2496vta.).
y Río Turbio, y no encontrándose controvertido que
el imputado se encontraba en su horario de descanso Sobre ello, el voto mayoritario del tribunal oral ab-
reglamentario —habiendo delegado a tal fin el man- solvió a T. E. G. M. al considerar que no se encontraba
do del buque en un oficial de probada capacitación—, acreditada violación a algún deber objetivo de cuida-
el reproche que le dirigen los acusadores no puede do por parte del imputado.
prosperar, y en consecuencia el temperamento libe-
ratorio examinado se encuentra a resguardo de sus En primer lugar, el a quo valoró que su consorte de
embates casatorios. causa S. A. ,se encontraba autorizado para conducir
el remolcador y contaba con vasta experiencia, tras
III. En atención a lo precedentemente expuesto, haber sido habilitado para navegar en la zona del
propiciamos al Acuerdo: I) Rechazar los recursos de hecho mediante una autorización cuya antigüedad
casación interpuestos a fs. 2508/2517 por los doctores superaba en cuatro años a la que detentaba G. M.
L. M. y R. M. —asistiendo técnicamente a la querella (fs. 2495vta./2496).
unificada—; a fs. 2518/2527 vta. por el Ministerio Pú-
blico Fiscal, y a fs. 2528/2549vta. por la defensa de R. El tribunal tomó en consideración que, al momen-
S. A., con costas (arts. 530 y 531 del C.P.P.N.).; II) tener to del accidente, G. M. se encontraba descansando
presente la reserva del caso federal. tal como la reglamentación lo preveía —seis horas de
descanso cada seis horas de trabajo—, y que por ello
El doctor Hornos dijo: lo suplantaba el baqueano S. A. (fs. 2496 y vta.).

I. Comparto la solución expresada en el voto que Apreció también los términos volcados durante el
abre el presente acuerdo, en relación con los agravios debate por el testigo J. F. G., quien se encontraba a
dirigidos a modificar la situación procesal definida bordo del buque paraguayo, por cuanto señaló que la
por el tribunal oral respecto de R. S. A., cuyo estudio Vuelta del Este era una zona riesgosa; pero que dado
fuera propuesto tanto por la defensa como por la acu- que el navío medía menos de 120 metros de eslora no
sación. Al respecto, adhiero a la propuesta efectuada resultaba necesaria la presencia del capitán (fs. 2497).
por mi colega de Sala, a cuyos fundamentos me re-
mito. Asimismo, el a quo tomó en consideración el testi-
monio del Prefecto Principal J. D. A., jefe de la Prefec-
II. Me aparto, sin embargo, de las razones que die- tura Naval Argentina, en lo que respecta a su señala-
ron cuenta del camino analítico seguido sobre los miento de la ausencia de sanciones que durante todo
motivos casatorios aducidos por la acusación pública el año 2012, correspondió a la circunstancia de que
y privada, en relación con la responsabilidad penal un capitán se hallara ausente del puente de mando
que corresponde asignar a T. E. G. M. por el hecho en situaciones de las características de la analizada
investigado. en autos (fs. 2497).
Cabe recordar al respecto, que el Tribunal Oral en A partir de ello, el sentenciante determinó que “...T.
lo Criminal Federal nº 3 de San Martín decidió —por G. M. no violó el deber de cuidado. El dejó durante

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su descanso reglamentario el gobierno del barco en ciones impuestas expresamente por la Ley de la Nave-
manos de la persona que reglamentariamente corres- gación al capitán de un buque es la de “[e]ncontrarse
pondía, que era el oficial del barco que incluso tenía en el puente de mando en las entradas y en las salidas
mejores títulos habilitantes que el capitán, ya que fue de puertos, en los pasajes por canales balizados, es-
habilitado para navegar la zona cuatro años antes que trechos o lugares de navegación restringida, en caso
él; el cruce mano con mano se convino con quien de niebla, en navegación por zonas de intenso trán-
conducía el ‘Río Turbio’. Si bien es cierto que la re- sito y, en general, en toda otra circunstancia en que
glamentación dice que en zona restringida el capitán los riesgos sean mayores” (art. 131 inc. “h” de la ley
de un buque debe estar en el puente, ha quedado de- nº 20.094).
mostrado que en la práctica no se cumplía, o al menos
no se exigía su cumplimiento por parte de las autori- Ante tal mandato, resulta menester determinar si la
dades de Prefectura; quedó claro que no hubo san- Vuelta del Este —lugar en el que ocurrió el accidente
ciones durante el año 2012 por esa falta” (fs. 2497vta.). juzgado— se encuentra comprendida entre aquellas
zonas de riesgo, canales balizados o lugares de nave-
Es por ello que el tribunal de mérito evaluó el ac- gación restringida en las cuales la Ley de la Navega-
tuar de G. M., en el marco de la categoría configurada ción impone, en forma imperativa, la presencia del
por la adecuación social de la conducta generaliza- capitán —en el caso G. M.— en el puente de mando.
da; y en ese sentido señaló que el cumplimiento de
la norma recién comenzó a exigirse a G. M. luego de Se advierte que la Vuelta del Este efectivamente
ocurrido el siniestro que dio inicio a estas actuacio- cumple con las características que el art. 131 inc. “h”
nes. describe, extremo que tampoco se encuentra contro-
vertido. No obstante, reseñaré algunos de los elemen-
Como correlato de tales premisas, el tribunal an- tos probatorios de la causa que dan cuenta de ello.
terior entendió comprobado que la reglamentación
En primer lugar y en lo que al plano normativo re-
aplicable al caso, en las concretas circunstancias en
fiere, la Ordenanza nº 4/2000 (DPSN) de Prefectura
las que el hecho investigado había tenido lugar, ha-
Naval Argentina, dispone en el punto 3.8.1.5, com-
bía perdido vigencia por imperio de los hechos; y que
plementario del Título 3, Capítulo 1 del REGINAVE,
ello conducía a afirmar que G. M. no había violado un
que “(...) se establecen como zonas de prohibición de
deber objetivo de cuidado a su cargo, pues nadie lo
cruces y adelantamientos, para aquellos buques que
exigía ni cumplía.
realicen navegación diurna o nocturna y cuya eslora
III. Ahora bien, tal como ha quedado reseñado en máxima sea superior a 60 m. (sesenta metros), en los
el voto antecedente, no se encuentra controvertido tramos que se indican y que a continuación se de-
en autos que el día 12 de mayo de 2012, en horas de tallan: (...) Km 99 al 101 del R. P. Palmas (Vuelta del
la madrugada, al momento de producirse el sinies- Este)”.
tro investigado, el buque de bandera paraguaya “Ava Lo señalado resulta conteste con los testimonios
Payagua” era conducido por el baqueano R. S. A., por producidos en la audiencia de debate.
delegación del capitán T. E. G. M., quien se encontra-
ba descansando. Así, M. A. P. —marino mercante— indicó que “[e]sa
zona requiere especial pericia para navegarla. Que él
Por tanto, y a fin de analizar si el marco fáctico des- navega un buque de 91 metros, con tres timones lo que
cripto representó, por parte de G. M., una violación a le permite un mejor gobierno y para tomar esa vuelta
un deber objetivo de cuidado —tal como lo alegaron ya se toma con 20 grados a estribor —derecha— nave-
la parte querellante y el Ministerio Público Fiscal en gando aguas arriba, sino el buque no cae porque hay
sus recursos—, resulta sustancial repasar el marco una corriente muy fuerte y si viene derecho la corriente
normativo aplicable al caso, en aquello que resulta de lo desplaza para el otro lado” (fs. 2444).
interés para la solución del sub examine.
En el mismo sentido, R. F. M. —oficial de la Mari-
En esa dirección, resulta de aplicación al caso la na Mercante— puso de relieve que “... en la zona co-
Ley de la Navegación nº 20.094 (B.O. 2/3/1973) que nocida como Vuelta del Este hay que tener cuidado
regula “[t]odas las relaciones jurídicas originadas en porque tiene vueltas de 180 grados, con corrientes, re-
la navegación por agua” (art. 1) —concepto que, por mansos. Que el agua lo puede sacar para afuera o me-
su parte, no resulta controvertido—; y que establece, ter para adentro, es muy correntosa. Que es una zona
en primer lugar y como marco general, que el capitán muy respetada, por el sentido de la corriente (...) Que
es la persona encargada de la dirección y gobierno del el sector de la zona de la Vuelta del Este se encuentra
buque (art. 120 ley nº 20.094). balizado” (fs. 2451vta.).
En cuanto a las particularidades propias del caso, De modo acorde con ello, R. A. —quien se desem-
corresponde señalar que una de las especiales obliga- peñaba como marítimo— se refirió a que la Vuelta del

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Este era una zona correntosa con una curva muy pe- establecía que el buque debía someterse a la legis-
ligrosa (fs. 2452). lación del país en que se encontraba el río navegado
(fs. 2458).
Por su parte, S. G. C. —prefecto de la Prefectura
Naval Argentina que cumplía funciones como jefe Por su parte, J. L. F. —quien navegaba un buque
del Centro de Control de Tráfico Zárate (CONTRA- cerca de la zona del siniestro al momento de los he-
SE)—, manifestó “...que la Vuelta del Este, es una chos— dijo que “...la Vuelta del Este es una vuelta con
zona geográfica, una curva natural del río, que tiene mucha correntada de agua. Que al ‘Ava Payagua’ lo
cierta peligrosidad en virtud de ser muy cerrada, te- agarró la correntada y no respetó el mano con mano.
niendo ángulos de caída muy abruptos, por lo que Que habría hecho una mala maniobra. Que pasa
deben maximizarse los controles para los buques siempre por ahí. Que conoce cómo es la zona [y] por
que navegan por allí. Que está balizada. Que las eso está habilitado para navegarla. Que todos tienen
leyes que reglamentan la navegación en ese sector que saber esa parte, todos los que rinden la zona sa-
son normas generales que son los reglamentos in- ben lo que pasa en ese lugar” (fs. 2464).
ternacionales y existen normas particulares como
la ley de navegación —ley 20.094— que contiene Manifestó que generalmente en lugares riesgosos,
normas generales que establecen la seguridad en la noches oscuras o de niebla, el capitán tenía que es-
navegación reguladas por la ordenanza 4/2000” (fs. tar levantado al mando y que “... el reglamento dice
2453vta./2454). que tiene que estar el capitán” (fs. 2464). Aseguró que
“... en los cruces peligrosos tiene que estar el capitán.
También depuso durante el debate J. D. A. —jefe de Que en las situaciones peligrosas o cruces peligrosos
la Prefectura de Zárate—, quien indicó que “...la ley de llaman al capitán. Que en su caso si viene un buque
la navegación es clara, en cuanto expresa que en zo- de vuelta encontrada en la Vuelta del Este, llama al
nas de navegación restringidas, balizadas o que haya capitán. Que cuando considera necesario que esté el
alguna clase de dificultad para la navegación, como lo capitán, lo llama...” (fs. 2464vta.).
es la Vuelta del Este, tiene que ir el capitán en el puen-
te de mando. Que el fundamento para ello es que lo Lo expuesto, no deja lugar a dudas en relación a
establece la ley con motivo de seguridad de la navega- que la Vuelta del Este —lugar donde se produjo el ac-
ción. Que el que manda en el barco es el capitán y que cidente— encuadra en las situaciones riesgosas o de
en estas zonas debe estar el capitán en el puente de navegación restringida estipuladas en el art. 131 inc.
mando. Repitió que el capitán es el que manda arri- “h” de la Ley de la Navegación.
ba del barco. Que él debe armar su tripulación para
Por lo expuesto, cabe concluir que, desde el plano
que en los lugares donde tenga que estar en el puente
normativo, T. E. G. M., en su calidad de capitán del
esté en el puente y si quiere descansar puede pedir
buque de bandera paraguaya “Ava Payagua”, debió es-
autorización a prefectura ya que hay lugares en el río
tar en el puente de mando del navío al momento del
que están habilitados para que los barcos fondeen y
hecho; obligación legal a la que no dio cumplimiento
descansen” (fs. 2456). Al exhibírsele la nómina de la
por encontrarse durante su turno de descanso.
tripulación del buque Ava Payagua obrante a fs. 128,
indicó que G. M. era el capitán, y que J. A. y S. A. eran IV. Sentado cuanto precede, corresponde analizar
los dos prácticos (fs. 2456vta.). si se encuentra debidamente fundada la conclusión
del voto mayoritario del tribunal oral en cuanto a que
Agregó que “... el capitán debe descansar 8 horas,
la norma del art. 131 inc. “h” de la Ley de la Navega-
que hay lugares para que los barcos fondeen con
ción, perdió vigencia a causa de un incumplimiento
autorización del “CONTRASE” y así poder descan-
generalizado enderezado a no cumplirla y a la inexis-
sar. Que el capitán que es buen profesional organiza
tencia de sanciones durante el año 2012 por parte de
el barco y la tripulación de manera tal que cuando
la autoridad de aplicación.
deba estar en el puente de mando esté. En los casos
en que haya un solo oficial en la dotación mínima A su respecto, no cabe duda de que la costumbre se
con conocimiento de zona, esto es advertido antes erige como fuente del derecho de la navegación. Ello
del embarque por la prefectura y se realiza el se- surge inequívocamente de lo preceptuado en el art. 1º
guimiento, y cuando cumple su horario se le avisa de la ley nº 20.094 por cuanto establece que “todas las
al capitán que debe fondear para descansar. Que relaciones jurídicas originadas en la navegación por
cuando tienen los dos tripulantes con conocimiento agua se rigen por las normas de esta ley, por las de las
de zona ellos no intervienen. Que para Paraguay el leyes y reglamentos complementarios y por los usos
título para el conocimiento de zona es el de prácti- y costumbres”.
co de zona sur”. Finalmente, señaló que el práctico
zona sur era un conocedor de la zona y que ese tí- Se entiende por costumbre, al conjunto de com-
tulo lo otorgaba Prefectura Argentina; y agregó que portamientos humanos no reglados por ley, que una
existía un tratado entre Argentina y Paraguay que comunidad social reconoce y al cual otorga fuerza

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obligatoria para el establecimiento, mantenimiento y Es así que la aplicación de todo lo reseñado al caso
extinción de relaciones jurídicas (CIFUENTES, Santos concreto, conduce a señalar que el tribunal oral ha
(coord.), “Cód. Civil. Comentado y anotado., Tomo I”, identificado la existencia de una costumbre contra
Buenos Aires, La Ley, 2003, p. 18). legem que, concretamente, se opone a lo preceptua-
do en el art. 131 inc. “h” de la Ley nº 20.094 y en la
En la caracterización de su alcance y contenido, Ordenanza nº 4/2000 (DPSN) de Prefectura Naval Ar-
la doctrina ha identificado diversos elementos que gentina.
resultan necesarios para que pueda concluirse que
determinada conducta se ha convertido en una cos- Al respecto, se recuerdan las previsiones del art.
tumbre. El tratadista Borda identifica dos elementos: 17 del Cód. Civil en cuanto a que “[l]os usos y cos-
el material y el psicológico. tumbres no pueden crear derechos sino cuando las
leyes se refieran a ellos o en situaciones no regladas
El elemento material requiere de la existencia de legalmente”; lo que significa que la costumbre contra
una serie de actos repetidos de manera constante y legem carece de valor jurídico, principio que resulta
uniforme, siendo necesario además que el uso sea elemental en todo derecho positivo.
general; es decir, que se trate de una conducta obser-
vada por la generalidad de las personas cuyas acti- En definitiva, la eficacia de la costumbre contra
vidades están regidas por dicho uso, sin que resulte legem depende de la solución que se dé al problema
suficiente la verificación de su práctica por parte de de la jerarquía de las fuentes. En el Derecho moder-
algunas pocas. no donde la costumbre básicamente es una fuente
subsidiaria, pues la fuente principal es la ley, es difícil
Por su parte, el elemento psicológico consiste en la admitir la vigencia de la costumbre contra legem. Las
convicción común de que la observancia de la prác- soluciones excepcionalísimas que pueden tener lugar
tica responde a una necesidad jurídica; por consi- en ciertos casos no habilitan a otorgar real eficacia a
guiente, los simples usos sociales que en la opinión la costumbre contra legem, por lo menos en un orde-
general no tienen relieve jurídico, no pueden consi- namiento como el nuestro donde el juez debe decidir
derarse costumbres en el sentido de fuente del dere- según la ley que constituye la primordial materia pri-
cho (BORDA, Guillermo A., “Tratado de Derecho Ci- ma del Derecho (Rivera, ibídem). Así, una costumbre
vil. Parte General, 13º edición, Tomo I”, Buenos Aires, sólo es derecho si pertenece a una clase de costumbre
La Ley, 2008, p. 77). que es reconocida como derecho por un sistema jurí-
A esto elementos, Rivera agrega la constancia del dico particular (HART, Herbert L.A., “El concepto de
uso. “La repetición de los actos que constituyen la derecho”, Buenos Aires, Abeledo Perrot, 1998, p. 56).
práctica o uso debe ser continua y de previsible con- En el mismo sentido, la Ley de la Navegación re-
tinuación (...) Evidentemente la constancia tiene una sulta conteste con las consideraciones antes vertidas.
clara vinculación con la uniformidad y con la dura- Su artículo 1º dispone cierto iter y preeminencia en la
ción del uso...” (RIVERA, Julio César, “Instituciones de aplicación de la normativa correspondiente ante las
Derecho Civil. Parte General”, Abeledo Perrot Online, posibles lagunas que pudieran surgir ante la ausencia
2010, Abeledo Perrot nº: 9233/004224). de reglas, en lo que se ha dado en llamar lagunas del
Por otro lado, la costumbre cuenta con un ele- derecho.
mento negativo, que consiste en que no sea contra- En primer término, le asigna la obligación de resol-
ria al buen sentido o a ciertos principios superiores ver las contiendas jurisdiccionales originadas en la
de orden moral o social. Si atentara contra algún navegación a través de las normas de la ley nº 20.094.
principio superior de orden jurídico, social (plexo Luego, en caso de no poder solucionar así la cuestión,
normativo protegido por la Constitución Nacional), deberá intentarlo por las leyes y reglamentos comple-
estaríamos en presencia de una costumbre contra mentarios; y si tampoco lo lograra, por los usos y cos-
legem y, por ende, inválida (ver Borda, op. cit., p. tumbres referidos a la actividad navegatoria. Si aún
77/78). así se consiguiera resolver la cuestión, deberá aplicar-
Ello es así también en el derecho de la navegación, se la analogía, ya sea la jurídica (analogía iuris) o la
en el que para que la costumbre sea aceptada como constituida por la interpretación extensiva (analogía
fuente, en defecto de ley, debe ser objeto de utiliza- legis) de esos mismos principios; y, finalmente, por
ción social constante y regular con intención jurídi- el derecho común (SIMONE, Osvaldo Blas, “Navega-
ca y con la convicción de su obligatoriedad por re- ción. Ley 20.094”, Buenos Aires, La Ley, 2004, p. 2).
presentar un modelo justo de conducta; es decir, no
contrario a la moral o al orden público (GONZÁLEZ- De lo expuesto, se sigue que la costumbre contra
LEBRERO, Rodolfo Gabriel, “Manual de Derecho de legem o contraria a la ley, no es receptada como vá-
la Navegación, 4º ed.”, Buenos Aires, Depalma, 2000, lida, ni desde los principios del derecho en general,
p. 20/21). ni desde la perspectiva del particularismo y autono-

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mía del Derecho de la Navegación. No cabe admitir, sa per se como la navegación; y su incumplimiento
entonces, en el Derecho Marítimo la invocación de no puede erigirse como una costumbre, sino, en todo
derechos cuando se los funda en usos contra legem, caso, como una situación de anomia que no debe ser
máxime cuando contravienen normas imperativas convalidada por los jueces.
(C.N.A.C.C.F., Sala II, “Pasa Petroquímica Argentina
c. Cap. y/o arm. y/o prop. Bq. ‘Monguruyu’ y otro s/ No puede dudarse que las normas de seguridad
faltante y/o averia de carga”, causa nº 5441/93, rta. el previstas en la Ley de la Navegación son de carácter
26/4/94). imperativo, resguardando bienes jurídicos no dispo-
nibles por las partes, tales como la vida y la integridad
Sentado ello, a partir de los testimonios recibidos física. Por ello, el art. 131 inc. “h” de la ley nº 20.094
durante el proceso, no puede concluirse —tal como lo manda que “[e]n su carácter de delegado de la autori-
hizo el a quo— que se encuentra debidamente proba- dad pública, para la seguridad y salvación del buque,
da una práctica constante, uniforme y generalizada, personas y carga, el capitán está especialmente obli-
con consciencia de obligatoriedad por derivarse de gado a: (...) h) Encontrarse en el puente de mando en
una necesidad, que despoje de vigencia la normativa las entradas y en las salidas de puertos, en los pasajes
aplicable —art. 131 inc. “h” de la Ley de la Navegación por canales balizados, estrechos o lugares de navega-
y Ordenanza nº 4/2000 (DPSN) de Prefectura Naval ción restringida, en caso de niebla, en navegación por
Argentina— y que permita al capitán ausentarse del zonas de intenso tránsito y, en general, en toda otra
puente de mando del buque cuando se navega por circunstancia en que los riesgos sean mayores”.
una zona riesgosa, balizada o de paso restringido.
En tal sentido, cabe poner de resalto que el art. 21
Los testimonios reseñados más arriba permiten del Cód. Civil establece que “[l]as convenciones par-
descartar la adopción de tal postura. A modo de ejem- ticulares no pueden dejar sin efecto las leyes en cuya
plo, el testigo J. D. A. —Jefe de Prefectura Naval Argen- observancia estén interesados el orden público y las
tina—, declaró, tal como fue destacado en el voto ma- buenas costumbres”.
yoritario del a quo, que al pasar por zona restringida,
el capitán debía estar en el puente de mando, y que de De lo aquí expuesto surge en forma palmaria que
lo contrario cometería una infracción (fs. 2497). no existe, en lo que respecta a la obligación del capi-
tán en la situación en la que se produjo el hecho, una
En ese sentido, el testigo S. G. C. también señaló laguna normativa que requiera acudir a fuentes del
que resultaba obligación del capitán encontrarse en derecho distintas de la ley para solucionar el caso.
el puente de mando en esas situaciones (fs. 2454).
Por lo demás, y en relación al turno de descanso
Y en forma conteste, J. L. F. fue categórico al ase- que correspondía reglamentariamente a G. M., ha
gurar que “... en los cruces peligrosos tiene que estar quedado comprobado que aquel derecho y la obliga-
el capitán. Que en las situaciones peligrosas o cruces ción de seguridad que recaía sobre él, no resultaban
peligrosos llaman al capitán. Que en su caso si viene incompatibles.
un buque de vuelta encontrada en la Vuelta del Este,
llama al capitán. Que cuando considera necesario Así, el testigo A. —jefe de la Prefectura de Zárate—,
que esté el capitán, lo llama...” (fs. 2464vta.). indicó que “... el capitán es el que manda arriba del
barco. Que él debe armar su tripulación para que en
De lo expuesto se colige que no resulta posible, a los lugares donde tenga que estar en el puente esté
partir de la prueba arrimada al debate, concluir afir- en el puente y si quiere descansar puede pedir au-
mativamente sobre la existencia de la costumbre afir- torización a prefectura ya que hay lugares en el río
mada por el tribunal; máxime cuando, como en el que están habilitados para que los barcos fondeen y
caso, se trataría de una costumbre contra legem que, descansen” (fs. 2456). Agregó que “... el capitán debe
por principio general, el derecho argentino no admi- descansar 8 horas, que hay lugares para que los bar-
te. cos fondeen con autorización del ‘CONTRASE’ y así
poder descansar. Que el capitán que es buen profe-
Mucho menos surge de las constancias de la causa sional organiza el barco y la tripulación de manera tal
que la costumbre alegada se presente como una ne- que cuando deba estar en el puente de mando esté”
cesidad —elemento psicológico—, o que carezca de (fs. 2458).
entidad para afectar el buen sentido o ciertos princi-
pios superiores de orden moral o social —requisito de Por su parte, no debe perderse de vista lo afirma-
no irracionalidad—. do por el a quo en cuanto a que se comprobó que a
partir del trágico accidente aquí juzgado, la normativa
La costumbre afirmada por el a quo, resulta contra- en ciernes comenzó a aplicarse en forma estricta; lo
ria a las normas sancionadas por el legislador atinen- que demuestra que la práctica alegada por el a quo
tes a maximizar la seguridad de una actividad riesgo- no consistía en una costumbre, sino en una violación

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de la ley que implicaba los peligros que, en el caso, se V. A partir de la constatación de la violación al de-
actualizaron en el resultado —naufragio del buque y ber objetivo de cuidado, y tratándose de un caso de
consecuentes muertes y lesión—. imprudencia por omisión, corresponde constatar la
relación causal entre la violación al deber de cuida-
Tampoco corresponde avalar la consideración del do y el resultado lesivo, a fin de determinar si el autor
a quo en cuanto a que operó en favor del imputado hubiese podido evitar el resultado en caso de haber
M. G., el haber delegado sus funciones en un baquea- interpuesto la acción indicada (MIR PUIG, Santiago,
no —S. A.— que contaba con vasta experiencia, y que “Derecho Penal. Parte General., 8º ed.”, Madrid, BdeF,
incluso había conseguido su habilitación cuatro años 2010, p. 316), de haber cumplido con el deber objetivo
antes que él. de cuidado.
Como lo señaló el doctor Castelli en su voto en disi- Cabe recordar que la tipicidad objetiva omisiva
dencia: “... el capitán, de acuerdo a sus conocimientos requiere que el agente no haya interpuesto la acción
técnicos, capacidades y estudios, se presume, por re- que hubiese interrumpido la causalidad que provocó
gla, más experto que el baqueano, a lo que se suma su el resultado. Ello así, pues la relevancia típica de la
autoridad y su visión de gobierno de un buque”. causalidad en el tipo omisivo no se produce a través
De acuerdo a lo señalado por el mencionado ma- del nexo de causación, sino del nexo de evitación.
gistrado, el testigo A. especificó que “... en la marina Con la hipotética interposición de la conducta debi-
mercante los que hacen carrera de oficial son los que da, desaparece el resultado (ZAFFARONI, Eugenio R.;
van a conducir la nave. Que para ser capitán primero ALAGIA, Alejandro; SLOKAR, Alejandro, “Manual de
se tiene que haber pasado por cargo de primer oficial, Derecho Penal. Parte General”, Buenos Aires, Ediar,
luego segundo oficial y luego junta una cantidad de 2005, p. 442) con una probabilidad rayana en la segu-
millas en determinada cantidad de barcos” (fs. 2490). ridad (JESCHECK, Hans-Heinrich, “Tratado de Dere-
cho Penal. Parte General”, 4º ed., Granada, Comares,
Estos deberes y facultades están precisados en las 1993, p. 563; en el mismo sentido, BECIGALUPO, En-
disposiciones de los arts. 120 y 121 de la ley nº 20.094 rique, “Derecho Penal. Parte General”, Buenos Aires,
que establecen que “[e]l capitán es la persona encar- Hammurabi, 1999, p. 551).
gada de la dirección y gobierno del buque” (art. 120) y
que “[e]l capitán es delegado de la autoridad pública Sentado ello, he de coincidir con el doctor Caste-
para la conservación del orden en el buque y para su lli en cuanto señaló —en su voto en disidencia— que
seguridad y salvación, así como la de los pasajeros, “... de haber cumplido G. M. con su obligación legal y
tripulantes y carga” (art. 121). aplicando sus conocimientos técnicos, el resultado no
se hubiese concretado, sobre todo teniendo en cuenta
El capitán es quien, en la conducción náutica del el elemental error de cálculo cometido por S. A., de no
buque, está obligado a llevar cuidadosamente los ponderar los efectos de una poderosa correntada en
deberes de un buen marino, lo cual supone su capa- una curva cerrada, mientras gobernaba un convoy de
citación técnica y la necesaria idoneidad y madurez 116 metros de eslora” (fs. 2490vta./2491).
emocionales, que le permitan llevar a feliz término
la expedición, y afrontar con decisión y acierto toda Resultan aplicables al análisis las consideraciones
situación ordinaria o extraordinaria que pueda pre- vertidas en relación a la formación requerida para
sentársele (González-Lebrero, op. cit., p. 273). En esa ser capitán, aptitudes que hubieran conllevado a sor-
dirección, no debe perderse de vista lo preceptuado tear los obstáculos presentados al momento de los
en el art. 134 de la Ley de la Navegación en cuanto a hechos; máxime considerando que si bien la Vuelta
que “[e]l capitán, aun cuando esté obligado a utilizar del Este es una zona de riesgo, en el caso concreto no
los servicios de un práctico, es el directo responsable existieron, tal como lo constató el a quo, característi-
de la conducción, maniobra y gobierno del buque, sin cas extraordinarias de dificultad de origen climático o
perjuicio de la responsabilidad que corresponde al mecánico (al respecto, confrontar informe del Servi-
práctico por su defectuoso asesoramiento. La autori- cio de Control de Zárate de Prefectura Naval Argenti-
dad del capitán no se subroga a la del práctico”. na obrante a fs. 129/131 y peritaje confeccionado por
Prefectura Naval Argentina de fs. 396/398).
En consecuencia, contrariamente a lo sostenido
por el voto mayoritario del a quo, se ha constatado Los conocimientos del capitán en esas circunstan-
en el presente caso una violación al deber objetivo de cias quedan evidenciados, asimismo, por los dichos
cuidado por parte de G. M., consistente en no haber de J. L. F., quien navegaba esa noche en las proximi-
estado presente en el puente de mando en una situa- dades de la zona donde se produjo la colisión; y en
ción que lo requería normativamente (art. 131 inc. “h” razón de ello relató que luego de que los buques en
ley nº 20.094 y Ordenanza nº 4/2000 (DPSN) de Pre- cuestión coordinaran la maniobra “mano con mano”,
fectura Naval Argentina, punto 3.8.1.5 complementa- escuchó que el patrón del buque argentino decía a los
rio del Título 3, Capítulo 1 del REGINAVE). gritos “’Ava Payagua Ava Payagua, habíamos quedado

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mano con mano’, ‘mano con mano, mano con mano’ En tal oportunidad, se tuvo por acreditado el cono-
(sic) y el Ava Payagua no contestó nunca, luego no cimiento que G. M. tenía respecto de su obligación de
se escuchó más al Río Turbio. Que a los segundos, el encontrarse en el puente de mando en zonas como
patrón del ‘Ava Payagua’ le dijo a Prefectura que se le aquélla en la que tuvo lugar la colisión. Ello así pues,
había desgobernado el barco. Que Prefectura comen- tal como lo ha señalado el magistrado que votó en di-
zó a llamar al ‘Río Turbio’, hasta que el patrón del sidencia: “... el artículo 59, inciso ‘d’ del Cód. de la Na-
‘Ava Payagua’ le dijo que no lo llame más porque se vegación de la República del Paraguay [país del cual el
había dado vuelta de campana. Que después de esa imputado es ciudadano], contiene una solución simi-
conversación tomó la guardia el capitán del barco y lar al artículo 131, inciso ‘h’, de nuestro ordenamiento,
le dijo a Prefectura que el patrón que estaba a cargo el cual le impone la obligación al capitán de estar en el
hasta ese momento había sufrido una crisis de ner- puente de mando en momentos en que el buque circu-
vios” (fs. 2463vta.). la o se desenvuelve por sector o canales balizados o zo-
nas de navegación restringida, incluso en zonas donde
Sentado cuanto precede, queda evidenciado que existan riesgos para la navegación” (fs. 2491).
la presencia del capitán G. M. —quien poseía las
credenciales necesarias para detentar la posición de En esa dirección, se ha entendido que “... G. M., te-
liderazgo que tenía asignada y cuyas aptitudes profe- nía pleno conocimiento de que el sector balizado y
sionales técnicas no han sido puestas en duda en el restringido era conocido por él, puesto que navegaría
sub examine—, aunado a la maniobra que se requería en un buque de las características descriptas a lo lar-
en el caso, hubiera, con un grado de probabilidad ra- go de todo el Paraná, con destino al puerto de Asun-
yana en la certeza, evitado la colisión de los buques ción, y resulta indisputable, que, como capitán, con-
Ava Payagua y Río Turbio. taba con toda la información documental al respecto;
ello sin mencionar el lógico asesoramiento recibido
En virtud de ello, se constata en el caso el nexo de por sus baqueanos al respecto” (fs. 2491vta.).
evitación entre la violación al deber de cuidado y el re-
sultado luctuoso, que abarcó las siete muertes provo- Por lo demás, se ha mencionado más arriba los
cadas por asfixia por sumersión de los tripulantes del preceptos contenidos en el punto “b” del numeral
buque argentino (F. A. A., J. M. de la F., M. O. C., C. A. 301.0101 del “REGINAVE” (decreto 4516 del 16 de
M., R. R. C., C. V. C. y L. G. L.) y la lesión leve de H. A. B. mayo de 1973) en cuanto que “A los buques extranje-
ros se les exigirá el cumplimiento de las disposiciones
VI. En lo atinente a la calificación legal que merece del presente capítulo excepto en lo que se refiere a la
la conducta, no se encuentra controvertido en autos sección 2 (luces y marcas) además de las reglas inter-
que el tipo penal aplicable es el del art. 196, segundo nacionales en vigor”.
párrafo del Cód. Penal que le fue imputado a M. G. a
lo largo de todo el proceso, el cual establece que “Será Adquiere particular importancia el hecho de que G.
reprimido con prisión de seis meses a tres años el que M. detentaba el cargo de mayor jerarquía del buque
por imprudencia o negligencia o por impericia en su que comandaba —capitán— en el marco del ejercicio
arte o profesión o por inobservancia de los reglamen- de una actividad ampliamente reglada en la cual la
tos u ordenanzas, causare un descarrilamiento, nau- seguridad de las personas conforma uno de los pri-
fragio u otro accidente previsto en este capítulo. mordiales objetivos de su reglamentación.

Si del hecho resultare lesionada o muerta alguna Así, al referirse a la vencibilidad del error de prohi-
persona, se impondrá prisión de uno a cinco años.” bición, Roxin expone que existen situaciones en que
el sujeto tiene el deber de reflexionar o informarse en
Establecido ello, es necesario dar responde al ar- relación a la antijuridicidad de una conducta. Y en re-
gumento subsidiario de la defensa de M. G. durante lación a los motivos que imponen el deber de cercio-
el término de oficina (fs. 2586) en cuanto a que su rarse, se identifican tres grupos de casos: cuando al
asistido habría actuado bajo un supuesto de error propio sujeto le han surgido dudas, cuando no tiene
de prohibición directo invencible por desconocer la dudas pero se mueve en un sector regulado y cuando
existencia de las normas que le imponían la obliga- el sujeto es consciente de que su conducta perjudica
ción que incumplió; cuestión que, adelanto ahora, no a particulares o a la colectividad (cfr. ROXIN, Claus,
ha de recibir acogida favorable. “Derecho Penal, Parte General, T. I, Fundamentos de
la estructura del delito”, Ed. Civitas, Madrid, 1º ed.,
En primer término, cabe decir que el planteo ha 1997, reimpresión 1999, pp. 884 y ss.).
sido formulado mediante una mera afirmación dog-
mática carente de fundamentación; sin embargo, En definitiva, y tratándose el caso bajo estudio de
puede considerarse análogo al esgrimido en la ante- un hecho acaecido en el desempeño de un sujeto en
rior instancia, que fue correctamente abordado por el un sector altamente regulado, el argumento de la de-
doctor Castelli en su voto. fensa debe rechazarse.

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Por tanto, queda comprobada en el caso la respon- Tribunal aseveró que “distinguir entre cuestiones de
sabilidad penal de T. E. G. M. por el hecho que se le hecho y de derecho, (...) no pasa de configurar un ám-
imputó, por lo que corresponde dictar su condena bito de arbitrariedad selectiva”.
por la comisión a título de coautor del delito de es-
trago culposo agravado, en los términos del art. 196, En lo que refiere a la imposibilidad jurídica, men-
segundo párrafo, 45, 20 bis, inc. 3, todos ellos del Cód. cionó que ante “la interpretación limitada o amplia
Penal. de la materia del recurso debe decidirse en favor de
la segunda, por ser ésta la única compatible con lo
VII. Las razones apuntadas requieren que se pro- dispuesto por la Constitución Nacional (inc. 22, del
ceda en esta sede a la determinación de la pena que art. 75, arts 14.5 del Pacto Internacional de Derechos
corresponde asignar a G. M., por el hecho por el que Civiles y Políticos y 8.2.h de la Convención America-
ha quedado fijada su responsabilidad penal. na sobre Derechos Humanos) [y] (...)también la única
compatible con el criterio sentado en los dictámenes
Ello, en función de los argumentos que tuve oportu- del Comité de Derechos Humanos de la Organización
nidad de plasmar en anteriores oportunidades (cito la de las Naciones Unidas y en sentencia de la Corte In-
causa nº 12260 “DEUTSCH, Gustavo Andrés s/ recur- teramericana de Derechos Humanos”.
so de casación”, reg. nº 14842, rta. el 03/05n/2011; o la
causa nº 13373 “ESCOFET S. s/ recurso de casación”, Es así que por “inobservancia de las normas que
reg. nº 479/12, rta. el 10/04/2012; ambas del registro este Cód. establece bajo pena de inadmisibilidad, ca-
de esta Sala IV), en cuanto a la facultad jurisdiccional ducidad o nulidad’ deben entenderse abarcadas las
de dictar una sentencia de condena en esta instancia. normas que rigen respecto de las sentencias: el art.
404 del C.P.P.N. establece que es nula la sentencia a la
En ese sentido, he sostenido que a esta Cámara le que faltare o fuere contradictoria su fundamentación;
asistía, en caso de estimar procedente los agravios el art. 398 del mismo cuerpo normativo, prevé que las
aducidos por la acusación, la potestad de enmendar pruebas deban ser valoradas conforme a las reglas de
los defectos en los que pudo haber incurrido el tribu- la sana crítica. En definitiva, una sentencia que no va-
nal anterior, a través del dictado de la condena con los lorase las pruebas conforme a estas reglas o que las
alcances requeridos por la parte. aplicase erróneamente carecería de fundamentación.

Afirmé entonces que una tesitura en contrario, tor- Y, en los términos desarrollados en el caso “Casal”, de-
naría inocua la revisión encomendada por el artículo bemos afirmar que, “no existe razón legal ni obstáculo
470 del ordenamiento legal adjetivo, que no efectúa alguno en el texto mismo de la ley procesal para ex-
distinción alguna en cuanto al recurso de casación cluir de la materia de casación el análisis de la apli-
del imputado o del acusador (cfr. C.F.C.P., Sala IV, cau- cación de las reglas de la sana crítica en la valoración
sa nº 8456, “DOMB, Daniel Jorge y otros s/ recurso de de las pruebas en el caso concreto, o sea, para que el
casación”, reg.nº 15.564, rta. el 9/9/11). tribunal de casación revise la sentencia para estable-
cer si se aplicaron estas reglas y si esta interpretación
Luego profundicé la misma línea argumental fue correcta” (considerando 22).
en la causa nº 11545 in re, “Mansilla, Pedro Pablo y
otro s/ recurso de casación” (reg. nº 15.668, rta. el Desde luego, la exégesis en la interpretación del
26/9/2011), al expedirme sobre el alcance de la revi- art. 456 del código adjetivo más allá de quien sea el
sión en esta instancia, y la posibilidad de evaluación recurrente —defensa o acusación—, no se propone
de hecho y prueba en la revisión de una sentencia en en orden a equiparar en idénticas categorías el mero
sede casacional. Y sostuve que limitar la posición asu- interés del Estado, con las garantías que le asisten al
mida por la Corte Suprema de Justicia de la Nación condenado. Tengo presente que los organismos es-
en el conocido precedente “Casal” (Fallos 328:3399), tatales no poseen derechos sino competencias, y que
sólo a la garantía del imputado de obtener una revi- el enfoque asimétrico que de ello se desprende no
sión amplia y eficaz en caso de condena, desoía la puede justificar sin más, la literalidad igualitaria en la
vigencia de principios con jerarquía constitucional, interpretación de las leyes procesales.
contenidos en las cartas internacionales de derechos
humanos que integraban nuestra Carta Magna, y que Sin embargo, en el caso bajo estudio el texto de la
aseguraban el derecho a la tutela rápida y eficaz de los ley se mantiene vigente para asegurar el recurso de
derechos de la víctima. la acusación, con el mismo alcance que el derecho al
recurso reconocido al condenado; en tanto el el acu-
En primer lugar, porque el citado antecedente de sador (sea público o privado), garantiza el acceso a la
la Corte dejó planteado, a través de su interpretación justicia de las víctimas del delito, cuyos derechos se
del art. 456 del C.P.P.N., la imposibilidad práctica y verían vulnerados si la respuesta estatal que puso fin
jurídica de distinguir entre cuestiones de derecho y al litigio no ha tenido el sustento republicano de la ra-
de hecho. En cuanto a la primera de ellas, el Máximo zonabilidad en su fundamentación.

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DPyC Derecho Penal NOTA A FALLO

Por lo demás, a través del fallo “Casal” la Corte se- En la citada causa “Deutsch”, brindé mis razones en
ñaló que la distinción entre cuestiones de hecho y de el sentido de afirmar que este órgano intermedio po-
derecho resultaba problemática ya que, si bien surgía seía facultades para dictar una sentencia de condena
clara en teoría, enfrentada a los casos reales era poco en esta instancia.
menos que inoperante. Sostuvo que en cualquier
caso podía convertirse una cuestión de hecho en una Tal como he mencionado en esa ocasión, considero
de derecho, y viceversa. Y por ende, la inobservancia que el derecho de defensa en juicio y la garantía a la
de una regla procesal —como podía ser el beneficio tutela judicial efectiva de la víctima exigen que este
de la duda— podía considerarse como una cuestión tribunal casatorio tenga la facultad de dictar una sen-
de hecho. tencia de condena, sin que ello resulte contradictorio
con el derecho del acusado a recurrir el fallo ante un
La posibilidad de aplicar la doctrina del fallo “Ca- tribunal superior. El tácito criterio restrictivo que no
sal” al recurso intentado por la parte acusadora fue otorgara a esta Cámara la facultad de condenar, ha
implícitamente admitida por la última instancia na- construido obstáculos meramente formales y ha im-
cional en el caso “Raffaelli” (S.C. R. 497. L. XLIII del posibilitado garantizar acabadamente los derechos
16/11/2009). En tal oportunidad, remitiéndose al en juego.
dictamen del Procurador General de la Nación, el
Máximo Tribunal, rechazó la objeción relativa a la La facultad de este tribunal de dictar una senten-
supuesta aplicación, en perjuicio del inculpado, del cia de condena emerge como lógica consecuencia
derecho de recurrir ante un tribunal superior, puesto de las previsiones procesales en materia casatoria:
que el tribunal de juicio no había fundado la conce- los artículos 458 y 460 del C.P.P.N. otorgan al Minis-
sión del recurso de casación de la parte querellante terio Público Fiscal y a la parte querellante la facultad
en el artículo 8.2.h de la C.A.D.H., sino en ambos de recurrir la sentencia absolutoria dictada por el tri-
incisos del artículo 456 del C.P.P.N. Agregó que “...si bunal oral; los artículos 470 y 471 del citado cuerpo
bien al momento de referirse a la causal prevista en el legal nos indican cómo deben esos recursos ser re-
inciso segundo el tribunal aludió al pronunciamiento sueltos por el tribunal; y el artículo 471 dispone que
de V.E. Publicado en Fallos: 328:3399 [Casal], lo hizo “[s]i hubiera inobservancia de las normas procesales,
para sostener —de conformidad con lo expresado en la cámara anulará lo actuado y remitirá el proceso al
aquella oportunidad— que “...no existe razón legal ni tribunal que corresponda, para su sustanciación”.
obstáculo alguno en el texto mismo de la ley proce-
sal para excluir de la materia de casación el análisis Se desprende de la lectura del artículo recién cita-
de la aplicación de las reglas de la sana crítica en la do, que se ordena el juicio de reenvío sólo en casos de
valoración de las pruebas en el caso concreto, o sea, “nulidad de lo actuado”, por lo que pareciera que su
para que el tribunal de casación revise la sentencia ámbito de aplicación se circunscribe —en principio—
para establecer si se aplicaron estas reglas y si esta a aquellos casos en los que se hayan inobservado las
aplicación fue correcta (inciso 22° de voto mayorita- formas sustanciales del juicio (acusación, defensa,
rio), y concluir que una interpretación restrictiva del prueba y sentencia; cfr. Fallos 321:2831, entre muchos
alcance de la materia de casación, con la consiguiente otros): sólo en esos casos será necesaria —y tendrá
exclusión de las llamadas cuestiones de hecho y prue- sentido— la realización de un nuevo juicio.
ba, no sólo resultaría contraria a la ley constitucional
sino a la letra expresa de la propia ley procesal...”. En cambio, es otra la solución legal “[s]i la reso-
lución impugnada no hubiere observado o hubiere
En consecuencia, una sentencia sustentada en juicios aplicado erróneamente la ley sustantiva”. Este parece
de valor no debidamente fundados sobre alguna de las ser el caso en situaciones en las que la pretensión de
cuestiones llevadas a su decisión, puede ser controlada la acusación no reside en alguna circunstancia que
con el máximo esfuerzo revisor posible, quedando de habilitaría un juicio de reenvío —pues no refiere, como
lado solo aquéllas pruebas cuyo análisis no se vea impo- vimos, a la inobservancia de alguna de las formas esen-
sibilitado en función de los límites propios de su natu- ciales del juicio—, sino en una alegada inobservancia
raleza (es decir, cuyo conocimiento provenga exclusiva- o errónea aplicación de la ley. El artículo 470 del códi-
mente de la inmediación propia del debate). go de rito prevé que en tales casos “el tribunal la casa-
rá y resolverá el caso con arreglo a la ley y a la doctrina
Ahora bien; reconocida la amplitud de revisión de cuya aplicación declare”.
la sentencia absolutoria en esta sede, la que se extien-
de a las cuestiones de hecho y prueba, resta analizar La resolución de un caso puede adoptar dos formas
cuáles pueden ser sus consecuencias. En concreto, alternativas: la absolución o la condena. Por ello, se-
corresponde indagar si está facultado este tribunal gún el artículo 470 del código de forma, si la Cámara
para casar la sentencia y dictar una condena sobre la de Casación debe casar la sentencia y resolver el caso
base de la valoración de la prueba que él mismo efec- con arreglo a la ley y a la doctrina correspondiente,
tuó. ello implica que se encuentra facultada para casar

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una sentencia absolutoria y para, si correspondiera Esa prerrogativa se ha visto reafirmada con el fuer-
de acuerdo a la ley y a la doctrina, dictar una senten- te impacto en el sistema de fuentes del ordenamiento
cia de condena, pues recuérdese que debe “resolver jurídico argentino, producido por la reforma constitu-
el caso”. cional de 1994, al otorgarle jerarquía constitucional a
los Tratados de Derechos Humanos enunciados en el
A la luz de los principios expuestos, la posibilidad inc. 22 del art. 75 de la Constitución Nacional (cfr. mi
de este tribunal de enmendar las falencias del tribu- voto en el fallo Plenario n° 11, Acuerdo 1/06, “Zichy
nal anterior a partir del dictado de la respectiva con- Thyssen, Federico; Ivanissevich, Alejandro s/ recur-
dena, resulta indudable, desde que, de lo contrario, so de inaplicabilidad de ley”). La reforma que se cita
resultaría inocua la revisión ordenada por nuestro or- determinó un rumbo concreto en materia de la ad-
denamiento procesal penal, que no efectúa distinción ministración de justicia, postulando un compromiso
alguna en cuanto al recurso de casación del imputado igualitario a las partes del proceso en el acceso a esa
o del acusador, si se le quitara a esta Cámara la posi- administración.
bilidad de resolver en consecuencia.
Entre sus fundamentos legales, cabe recordar que
Por otra parte, y como se ha mencionado más arri- la Declaración Universal de Derechos Humanos esta-
ba, el derecho a recurrir la sentencia absolutoria le- blece, en su artículo 7, que toda persona tiene dere-
galmente estipulado integra el derecho de defensa cho a un recurso efectivo, ante los tribunales nacio-
previsto en el artículo 18 de la Constitución Nacional. nales competentes, que la ampare contra actos que
violen sus derechos fundamentales reconocidos por
Ya en los años 50, la Suprema Corte de Estados Uni- la constitución o por la ley. Asimismo, el artículo 10
dos de América esgrimió que —si bien el derecho a del mismo cuerpo legal prevé que “[t]oda persona
acceder a una segunda instancia no integraba un de- tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a
recho constitucional— cuando las apelaciones están ser oída públicamente y con justicia por un Tribunal
previstas en la ley, el gobierno no puede discriminar o independiente e imparcial, para la determinación de
crear barreras que las limiten (conf. “Griffin v. Illinois”, sus derechos y obligaciones...”.
351 U.S. 12-1956 —el caso trataba sobre la posibilidad
de indigentes de ejercitar el derecho de apelación—). En el mismo sentido, la Convención Americana so-
bre Derechos Humanos en el artículo 8 de Garantías
La misma dirección adoptó, unos años después, Judiciales establece el derecho a ser oído por un juez
nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación, quien o tribunal competente, independiente e imparcial,
expresamente sostuvo que “si bien el acceso del ape- para la determinación de sus derechos.
lante a la segunda instancia no es requerido por la
Constitución, integra la garantía de defensa cuando la La esencia de la garantía se repite en el Pacto Inter-
ley lo ha instituido...” (Fallos 303:1929). nacional de Derechos Civiles y Políticos —art. 14— y
con carácter de especificidad en la “Convención con-
Como acabamos de ver en el apartado anterior, los tra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhuma-
acusadores cuentan con el derecho legal expreso de nos o degradantes”, que importa el ejercicio de un de-
recurrir la sentencia absolutoria. La cuestión no se recho individual e independiente contra funcionarios
centra —en este punto— en determinar si existe un públicos —art. 13—.
derecho constitucional a recurrir determinada deci-
sión, sino en establecer que si la legislación ha otorga- En el ámbito local, la Corte Suprema de Justicia de
do ese derecho de apelación, cualquier acto guberna- la Nación, ha interpretado ampliamente esta garan-
mental —por ejemplo, una sentencia judicial— que lo tía, al resguardar el derecho de la víctima a recurrir
limite, violenta el derecho de defensa de la parte. el fallo liberatorio con fundamento en los artículos
8, ap. 1° y 25 de la C.A.D.H. (cfr. “Juri”, J. 26. XLI, del
Los nuevos parámetros emergentes de la incorpo- 27/12/2006).
ración a nuestro derecho del bloque constitucional
de tratados internacionales de derechos humanos, Por su parte, los tribunales internacionales han en-
nos obligan a sostener la facultad de condenar de un fatizado la importancia de la garantía al acceso a la
tribunal que actúa en la instancia revisora. justicia, que requiere un recurso efectivo ante la jus-
ticia (conf. C.I.D.H. “Hilaire; Comunidad Mayagna”
El derecho constitucional a la tutela judicial efecti- del 21/06/2002, “Caso del Tribunal Constitucional”,
va de la víctima, ha adoptado gran protagonismo sólo “Cantos v. Argentina” del 28/11/2002; OC-16/99; Tedh
recientemente. Sin embargo ha sido reconocido hace “Keenan v. The UK”, 3/04/2001; “Golder v. The UK” del
ya mucho tiempo por la Corte Suprema en el conoci- 21/02/1975; entre muchos otros).
do caso “Otto Wald”, en donde se sostuvo que la Cons-
titución Nacional garantizaba a todos los litigantes El alcance dado jurisprudencialmente ha sido el
por igual el derecho a obtener una sentencia fundada siguiente: no es suficiente un recurso formal ante la
previo juicio llevado en legal forma (Fallos 268:266). justicia, sino que se requiere uno efectivo, es decir,

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 59


DPyC Derecho Penal NOTA A FALLO

que brinde a la persona la posibilidad real de inter- único requisito que sean magistrados diferentes a los
poner un recurso que sea sencillo y rápido. Cualquier que ya juzgaron el caso los que cumplan con la revi-
medida que lo dificulte constituye una violación a la sión amplia (cfr. parágrafo 90 del caso —de compe-
garantía de acceso a la justicia. tencia originaria local— “Barreta Leiva vs. Venezuela”
Corte Interamericana de Derechos Humanos)” (am-
Nuestro Máximo Tribunal también ha dejado claro bas citas, del mencionado fallo “Duarte, Felicia”); a
“que la garantía de los derechos no puede ser efectiva cuyos efectos, resultaba esta Cámara Federal de Ca-
si no se asegura un acceso real a la justicia” (cf. Fallos sación Penal, mediante la designación de una Sala
324:1111 del 3/04/2001). Con lo cual, no sólo debe distinta a la que condenó, el órgano que se encontra-
garantizarse a la víctima la posibilidad de interponer ba en condiciones más adecuadas para actuar como
un recurso ante la sentencia absolutoria, sino que, tribunal revisor, en razón de la cotidianeidad de sus
además, se debe prever un recurso efectivo y rápido, tareas y de la materia que se debía garantizar.
que no se encontraría garantizado si la Cámara de Ca-
sación no tuviera la facultad de dictar una sentencia En conclusión, han quedado zanjadas las cuestio-
de condena: pues el único efecto posible de la inter- nes constitucionales en juego, en el sentido de afir-
posición de un recurso de la parte acusadora contra la mar la facultad de esta Cámara para proceder a la fi-
absolución sería su anulación y remisión para la reali- jación de una condena en supuestos como el traído a
zación de un nuevo juicio, que en algunos casos resul- estudio de esta sede.
taría impracticable, devendría carente de sentido, o se
vería afectado por una demora irrazonable que des- VIII. La conclusión asumida en los párrafos ante-
naturalizaría el derecho a la tutela judicial efectiva. riores, exige que se efectúe aquí el estudio de la pena
que en concreto habrá de recaer sobre el imputado,
En cuanto a la necesidad de cerrar el sistema para cuya gradación debe ser fundada por los jueces con
garantizar la revisión del impitado, se ha pronunciado base en las pautas mensurativas establecidas por la
de modo reciente la Corte Suprema de Justicia de la ley en los arts. 40 y 41 del C.P.
Nación, en los fallos D.429.XLVIII. “Duarte, Felicia s/
recurso de casación”; C.11.XLIX “Recurso de hecho Como he dicho en anteriores oportunidades, la
deducido por la defensa de Christian Torrejón, Daniel enumeración efectuada en estos artículos es pura-
Horacio Cardell y Patricio Rogelio Santos Fontanet mente enunciativa y explicativa; pues no excluye
en la causa Chabán, Omar Emir y otros si causa n° ninguno de los elementos referentes a la persona o al
11.684”; C.416.XLVIII “Chambla, Nicolás Guillermo; hecho dignos de ser considerados y que representen
Díaz, Juan Leonardo; Larrat, Esteban Martín y Serra- una mayor o menor gravedad del delito cometido,
no, Leandro Ariel s/ homicidio-causa n° 242/2009”; sino que, por el contrario, fija parámetros a la luz de
resueltas todas ellas el 5 de agosto de 2014. los cuales será adecuada la evaluación del conjunto
de circunstancias reprochables al imputado, revela-
En los mencionados precedentes, el Máximo Tri- doras de la gravedad de la conducta ejecutada.
bunal convalidó el diseño constitucional que he veni-
do desarrollando, al entender que resultaban válidas En cumplimiento de esta compleja tarea, tengo en
las condenas dictadas en esta sede en tanto quedara cuenta las pautas evaluatorias emergentes del ante-
garantizada su revisión. rior análisis, así como también la impresión que me
causara el imputado en la audiencia de conocimiento
Al respecto, sostuvo que el núcleo a dilucidar en personal celebrada en esta instancia a tenor del art.
situaciones como la presente, se vinculaba con la de- 41 del C.P.
terminación respecto de si “lo que se ha dado en lla-
mar en doctrina “casación positiva” debe ser revisado En esa dirección, y habida cuenta el límite de la
en forma amplia en los términos del precedente de pena oportunamente solicitada por las partes acusa-
Fallos: 328:3399 y de la sentencia de la Corte Intera- doras y la escala penal aplicable en abstracto, habré
mericana de Derechos Humanos \’Mohamed vs. Ar- de tomar en consideración como agravantes la mul-
gentina” —Excepción preliminar, fondo, reparaciones tiplicidad de víctimas que tuvo lugar como resultado
y costas— del 23 de noviembre de 2012”. del accidente que causó —siete víctimas fatales y una
persona lesionada en forma leve— y la mayor respon-
Y en respuesta a ello, entendió que “el derecho sabilidad del imputado por su rol de liderazgo.
reconocido que prioriza la Convención Americana
sobre Derechos Humanos en el art. 8.2.h. es el doble Como atenuantes, valoro la buena impresión cau-
conforme en resguardo de la inocencia presumida, sada durante la audiencia de conocimiento personal
aún con la primer sentencia adversa, pues la propia realizada a tenor del art. 41, inc. 2 in fine del C.P.; su
Corte Interamericana excepciona la intervención de falta de antecedentes penales (fs. 2072) y su conducta
un tribunal superior —cuando no existe otro en el posterior al hecho por cuanto intentó salvar a los so-
organigrama de competencias— aunque exige como brevivientes del naufragio.

60 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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Por estas razones, propongo al acuerdo que se con- en general, en toda otra circunstancia en que los ries-
dene a T. E. M. G. a cumplir la pena de tres años de gos sean mayores” (art. 131, inc. h).
prisión de ejecución condicional, y dos años de in-
habilitación especial, accesorias legales y costas, por También resulta de importancia destacar el art. 134
resultar autor penalmente responsable del delito de que establece que “El capitán, aun cuando esté obliga-
naufragio culposo agravado (arts. 45, 20bis inc. 3, 29 do a utilizar los servicios de un práctico, es el directo
inc. 3 y 196, segundo párrafo C.P.) responsable de la conducción, maniobra y gobierno
del buque, sin perjuicio de la responsabilidad que co-
IX. Por todo lo expuesto, propicio al acuerdo: I. Hacer rresponde al práctico por su defectuoso asesoramien-
lugar parcialmente al recurso de casación interpuesto to. La autoridad del capitán no se subroga a la del prác-
a fs. 2508/2517 por los doctores L. M. y R. M. —en re- tico” y el art. 135, en cuanto a que el capitán “desde el
presentación de la querella unificada—, y al recurso de momento que formaliza su embarco ante la autoridad
casación interpuesto a fs. 2518/2527vta. por el Minis- marítima, está al servicio permanente del buque”.
terio Público Fiscal; solamente en lo que respecta a la
revocación de la absolución del imputado T. E. G. M., Por otro lado, surge de autos que el lugar donde
sin costas (arts. 530, 531 y 532 C.P.P.N.); y, en conse- se produjo la embestida fue el km. 101 del Río Para-
cuencia, II. Casar el punto dispositivo “III” de la reso- ná de las Palmas, en la zona denominada “Vuelta del
lución recurrida y condenar a T. E. G. M. a la pena de Este”, conocida por su peligrosidad debido que tiene
tres (3) años de prisión de ejecución condicional y dos vueltas de 180 grados, con corrientes y remansos, la
(2) años de inhabilitación especial, accesorias legales cual ha sido señalada como peligrosa por la máxima
y costas, por resultar autor penalmente responsable autoridad en la materia, que en la ordenanza 4/2000
del delito de naufragio culposo agravado (arts. 45; (DPSN) de Prefectura Naval Argentina, dispone en el
20bis, inc. 3; 29, inc. 3 y 196, segundo párrafo; todos punto 3.8.1.5 que “se establecen como zonas de pro-
ellos del C.P.); III. Rechazar los restantes motivos ca- hibición de cruces y adelantamientos, para aquellos
satorios interpuestos por la querella, el representante buques que realicen navegación diurna o nocturna y
del Ministerio Público Fiscal y las defensas, sin costas cuya eslora máxima sea superior a 60 m. (sesenta me-
(arts. 530, 531 in fine y 532 C.P.P.N. y, para el caso de tros), en los tramos: [...] Km. 99 al 101 del R. P. Palmas
las defensas, art. 8, inc. 2, ap. “h” de la C.A.D.H.); IV. (Vuelta del Este)”.
Tener presente la reserva del caso federal efectuada.
Se trata de un sector balizado debido a su peligro-
El doctor Gemignani dijo: sidad (vid testimonio del jefe del Centro de Control
de Tráfico de Zárate, prefecto S. G. C. de la Prefectura
I. Que habré de coincidir con el enjundioso análisis Naval Argentina).
efectuado por el Dr. Eduardo Rafael Riggi, que cuenta
con la adhesión del Dr. Gustavo M. Hornos, en cuanto III. Hasta aquí el cuadro probatorio y normativo
que corresponde rechazar los recursos de casación que rige el caso.
incoados contra la condena de tres años de prisión
en suspenso dictada contra R. S. A. por el delito de Ahora bien, tal como surge del voto mayoritario del
naufragio culposo agravado por siete muertes y una tribunal, consideraron que esta normativa había per-
lesión, por los argumentos allí expuestos. dido vigencia a raíz de un incumplimiento generali-
zado, sostenido incluso en la ausencia de sanciones
II. En cuanto a la situación procesal de T. E. M. G., por incumplimientos en el año 2012, y entonces ya
habré de acompañar a mi colega de Sala Dr. Gustavo que los usos y costumbres resultaban fuente del dere-
M. Hornos en la solución que propicia, por las razo- cho de la navegación, consideraron que correspondía
nes que a continuación expondré. absolver a M. G.
De un pormenorizado análisis de las constancias Pues no habré de compartir esta postura.
del debate, a la luz de la normativa aplicable, encuen-
tro relevante destacar las siguientes circunstancias: Primero, no coincido siquiera con la premisa desde
donde parte el tribunal para afirmar que se trataba de
Que el marco normativo se rige por la “Ley de Na- una costumbre que habría derrocado la normativa vi-
vegación” (ley 20.094), que dispone, en cuanto aquí gente, discusión previa a aquella que sería el siguiente
respecta, que el capitán “es la persona encargada de paso, es decir, si esta costumbre contra legem podía ser
la dirección y gobierno del buque” (art. 120), y entre o no eficaz, pues esta sólo parece sustentarse en alega-
sus obligaciones se encuentra la de “encontrarse en el ciones sin apoyo y en que no existieron sanciones en
puente de mando en las entradas y en las salidas de contrario.
puertos, en los pasajes por canales balizados, estre-
chos o lugares de navegación restringida, en caso de Es que de varios de los testimonios recabados en
niebla, en navegación por zonas de intenso tránsito y, autos, y que no transcribé para evitar repeticiones

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 61


DPyC Derecho Penal NOTA A FALLO

innecesarias, surge prístino que era el capitán quien pre) al aseguramiento de una fuente de peligros, es
debía comandar el buque en la zona de “Vuelta del decir, el obligado tiene que preocuparse de que su
Este” debido a su peligrosidad. ámbito de organización no tenga efectos externos
dañinos. Fundamento de los deberes es, pues, la in-
Así, J. A. —jefe de P.N.A.— resaltó que en las zonas cumbencia o responsabilidad del organizador por la
peligrosas el capitán debía estar en el puente de man- organización interna, excluyendo la de las personas
do; y que a éste le corresponde armar su tripulación amenazadas en sus bienes [...] El deber también es
“para que en los lugares donde tenga que estar en el independiente de si el aseguramiento es posible pla-
puente esté en el puente y si quiere descansar puede nificadamente o en el caso concreto sólo por casuali-
pedir autorización a prefectura ya que hay lugares en dad” (JAKOBS, Günter, Derecho Penal, parte general,
el río que están habilitados para que los barcos fon- Marcial Pons, p. 973).
deen y descansen”.
V. De esta forma, entiendo que las probanzas que
Ergo, aparece claramente que más allá de la mala han sido analizadas resultan suficientes para arribar
práctica aislada que puede o no haber acontecido en a un temperamento condenatorio respecto de M. G.
algunos casos, que afortunadamente no tuvieron el Ahora bien, sin perjuicio de que entiendo que cuando
resultado que el que nos ocupa —es decir, que hayan esta Cámara dicta una sentencia de condena la pena
cruzado zonas restringidas buques con una persona a debe ser fijada por el tribunal de juicio con el objeto
cargo que no sea su capitán—, nada modifica lo aquí de garantizar el derecho de todo imputado a la doble
afirmado. instancia judicial (arts. 8.2.h de la C.A.D.H. y 14.5 del
P.I.D.C.yP.), en el afán de arribar a una mayoría, a mi
Pues ninguna duda queda a esta altura acerca de parecer y por coincidir con el análisis de las pautas
que está perfectamente claro —y así surge de la ley mensurativas contempladas por los arts. 40 y 41 del
de navegación, ordenanza de prefectura y se apoya Cód. Penal que realizara el Dr. Gustavo M. Hornos,
en las declaraciones de los testigos expertos— que el entiendo justo y equitativo que cumpla con el monto
navío debió haber sido comandado por M. G. como punitivo propuesto en el sufragio que antecede.
Capitán a cargo, y que la delegación indebida efec-
tuada a S. A. no lo exime de responsabilidad, pues, En definitiva, adhiero a la solución propuesta en el
como la propia ley 20.094 en su art. 134 afirma, “aún voto del Dr. Gustavo Hornos.
cuando [utilice] los servicios de un práctico, es el
directo responsable de la conducción, maniobra y Así voto.
gobierno del buque”.
Por ello, en mérito del acuerdo que antecede, el
Tampoco es óbice para asignarle responsabilidad Tribunal por mayoría resuelve: I. Hacer lugar par-
que el práctico S. A. tuviese más tiempo de acredi- cialmente al recurso de casación interpuesto a fs.
tación para navegar en la zona que el propio M. G., 2508/2517 por los doctores L. M. y R. M. —en repre-
quien carecía de suficiente experiencia, pues más sentación de la querella unificada—, y al recurso de
allá que resulte saludable y preferible que los prác- casación interpuesto a fs. 2518/2527vta. por el Minis-
ticos cuenten con experiencia, aunque en este caso terio Público Fiscal; solamente en lo que respecta a la
no se vio reflejada en un buen resultado, sino todo revocación de la absolución del imputado T. E. G. M.,
lo contrario, lo cierto es que la responsabilidad del sin costas (arts. 530, 531 y 532 C.P.P.N.); y, en conse-
cargo le corresponde a M. G., quien debía saber con cuencia, II. Casar el punto dispositivo “III” de la re-
antelación cuáles eran los sitios donde su presencia solución recurrida y condenar a T. E. G. M. a la pena
en el puente de mando era inexcusable e ineludible, de tres (3) años de prisión en suspenso y dos (2) años
siendo la Vuelta del Este uno de ellos. Y, como ha sido de inhabilitación especial, accesorias legales y costas,
reiterado, si necesitaba descansar debía solicitar per- por resultar autor penalmente responsable del delito
miso a prefectura para que le asignen un sitio segu- de naufragio culposo agravado (arts. 45; 20bis, inc. 3;
ro, siendo una pésima decisión de su parte haberse 29, inc. 3 y 196, segundo párrafo; todos ellos del C.P.);
retirado a su descanso dejando al mando del navío a III. Rechazar los restantes motivos casatorios inter-
un oficial, para que pasara por la peligrosa curva en puestos por la querella, el representante del Ministe-
plena noche. rio Público Fiscal y las defensas, sin costas (arts. 530,
531 in fine y 532 C.P.P.N. y, para el caso de las defen-
IV. El fundamento de su responsabilidad yace en- sas, art. 8, inc. 2, ap. “h” de la C.A.D.H.); IV. Tener pre-
tonces, en que “Los deberes de relación, que en los sente la reserva del caso federal efectuada.— Gustavo
de injerencia, se refieren en principio (pero no siem- M. Hornos.— Eduardo R. Riggi.— Juan C. Gemignani.

62 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


Criminología
DPyC Criminología DOCTRINA

El pensamiento jurídico y criminológico de Baratta:


crítica al funcionalismo sistémico de Jakobs
Por Daniel Gustavo Gorra

Sumario: I. Introducción.— II. Descripción de la teoría sistémica y


su aplicación al derecho.— III. Análisis en el plano dogmático.—
IV. Análisis en la política criminal.— V. Desplazamiento ideoló-
gico.— VI. Observaciones críticas al marco interno de la teoría sis-
témica.— VII. Observaciones críticas al marco externo de la teoría
sistémica.— VIII. Conclusiones.

I. Introducción to de dos de los más grandes representantes de


la dogmática alemana: Claus Roxin y Gunther
En el presente trabajo se abordará el enfoque de Jakobs. Pero en ambos se dieron diferentes ver-
uno de los autores más destacados del siglo XX en la tientes. En Roxin el denominado funcionalismo
ciencia penal y criminología: Alessandro Baratta. El moderado, con influencia de Parson; y en Jakobs,
realiza un estudio sobre la pena desde la aplica- el funcionalismo sistémico, basado en la postura
ción de la teoría sistémica, realizando una fuerte de Luhmann.
crítica al pensamiento sistémico de Gunther Jak-
obs. El mismo fue publicado en un trabajo titu- Explica Baratta, que la aplicación de la teoría
lado “Integración-Prevención: una ‘nueva’ fun- sistémica al derecho pena, vino como necesidad
damentación de la pena dentro de la teoría sisté- para tratar de dar respuestas a problemas aún no
mica”, que fuera publicado en Doctrina Penal, en resueltos en el pensamiento pena, encontrado
1985. (1) A modo de análisis descriptivo, realizará recepción en juristas como Jakobs, Otto Harro, y
un estudio de la publicación referida, donde po- Amelung, entre otros. Sobre todo a partir del Tra-
demos observar el pensamiento de Baratta desde tado de Derecho Penal de Jakobs (1983).
tres ámbitos: dogmática penal, criminología y fi-
losofía del derecho. A partir de allí comenzó a elaborarse la deno-
minada teoría de la “integración-prevención”,
La primer parte del trabajo expone y hace un o conocida también como prevención general
recorrido sobre las teorías de la pena, para luego positiva. El derecho señala Baratta, comenzaría
entrar de lleno en la teoría sistémica, el modelo a hacer un instrumento, de estabilización social,
de integración prevención que propone, y la crí- destinado a orientar las acciones de los indivi-
tica de Baratta. duos e institucionalizar las mismas, para conser-
vación del sistema; para garantizar la confianza
II. Descripción de la teoría sistémica y su institucional. Todo ello frente a las sociedades
aplicación al derecho complejas, o “sistemas complejos”.
En los párrafos precedentes, hicimos un breve Baratta, fiel a su posición dentro de la criminolo-
recorrido por las distintas teorías que a lo largo gía crítica, analiza la despersonalización que sufre
del pensamiento penal se han elaborado, desde el individuo dentro del sistema penal propuesto
distintas posiciones filosóficas. A mediados del por la integración prevención, ya que traslada del
siglo XX, durante la década del 60 y 70, surge el individuo al sistema mismo el centro de la subjeti-
funcionalismo, que sería la base del pensamien- vidad, para la estabilidad del sistema social.

(1) BARATTA, Alessandro (1985): “Integración-Preven- Baratta señala, que la abstracción de la validez
ción: una ‘nueva’ fundamentación de la pena dentro de la formal del derecho respecto de los contenidos
teoría sistémica”, Doctrina Penal, año 8, nº 29-32. valorativos, y los preceptos en la norma particu-

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 65


DPyC Criminología doctrina

lar, que es fundamental en el positivismo jurídi- III. Análisis en el plano dogmático


co, es llevada al extremo. A diferencia de Kelsen
—señala Baratta— donde el formalismo jurídico Baratta se plantea el siguiente interrogante fren-
era un principio de garantía, para asegurar la in- te al concepto de culpabilidad de Jakobs, si la cul-
dependencia ética y de la política individual de la pabilidad es la reprochabilidad por la determina-
valoración jurídica, esa garantía es reemplazada ción subjetiva del comportamiento 1) ¿Cómo es-
por un principio funcionalista que convierte en capar al círculo vicioso en el cual el hecho de que
irrelevante esa abstracción. la determinación subjetiva del comportamiento
sea valorada negativamente, resulta ser conside-
La protección del derecho penal, no son los rado como el criterio mismo de esa valoración? Y
bienes jurídicos, sino la vigencia de la norma. La 2) ¿Cómo precisar un referente objetivo del juicio
reacción punitiva, tendrá como función restable- sin aceptar el principio ontológico y el metafísico
cer la confianza en la norma, para la estabilidad de la libre voluntad, basado en la hipótesis del
del sistema. El delito es una amenaza a la integri- “haber podido obrar conforme a la norma que
dad y la estabilidad sociales, en cuanto constitu- constituye una circunstancia real, la cual, como
ye la expresión simbólica de una falta fidelidad actualmente está demostrado, no es verificable
al derecho. empíricamente después de que se ha realizado e
l comportamiento ilícito y que, en todo caso, no
La prevención de la pena, no es disuasiva, es es verificable dentro de los límites heurísticos del
decir negativa, sino ejercitar el reconocimien- proceso penal?
to y fidelidad en la norma. La reprochabilidad
Baratta admite, que con anterioridad a Jakobs,
del comportamiento radica, sobre todo, en el
el fundamento ontológico del juicio de culpabi-
hecho de que expresa una actitud contraria a
lidad, ya era objeto de discusión en la teoría del
esos valores y en ello se encuentra su significa- delito. Surgía, un dilema de una posible alternati-
do simbólico. va entre la pena en proporción al grado de culpa-
También es importante destacar, la renor- bilidad y la medida socialmente conveniente a los
mativización del concepto de culpabilidad. La efectos de una política criminal. Pero la teoría sis-
capacidad del sujeto de haber actuado diver- témica salió de este dilema, reduciendo la cues-
samente como lo ha hecho, es ocupada por el tión de la justicia a los criterios funcionales del sis-
tema donde la pena como contrafacto simbólico
hecho de una actuación del sujeto y su situación
se contrapone al significado simbólico del delito.
se adecua al tipo normativo. Se contrapone la
pena, como hecho simbólico contrario a la con- En la teoría sicoanalítica, encuentra Baratta,
ducta delictiva. precedentes, frente al comportamiento desapro-
bado y la respuesta del poder punitivo simbóli-
Baratta, considera que el extremo límite de camente a través de la pena. Para la teoría sicoa-
esta normativización, trae como consecuencia nalítica, la pena, permitiría poner en funciona-
que la culpabilidad pierde la función de criterio miento los mecanismos inhibitorios de aquellos
ontológico y de límite de adscripción del sistema individuos que quisieran imitar el ilícito. Se re-
penal, con el cual se quería comprobar su fun- nuncia al sadismo de otros. Así se mantiene la
ción garantizadora y procesal. igualdad entre el sujeto que delinque y los suje-
tos respetuosos por la ley. Esa igualdad es la base
Para Baratta, la teoría sistémica destruye dos
del peligro del contagio.
de los baluartes que surgieron en el derecho pe-
nal liberal para limitar la reacción punitiva del Si bien Jakobs, en su tratado retoma la teoría
Estado frente al individuo: el principio del delito sicoanalítica, se diferencia en que el fundamen-
como lesión de bienes jurídicos y el principio de to funcionalista de la pena, es independiente
culpabilidad. El individuo pasa a ser un subsiste- del inconsciente colectivo. Sin embargo Baratta,
ma psicofísico, que el derecho valora, según que advierte un punto en común, en cuanto al trata-
su comportamiento sea conforme a la totalidad miento del delincuente —tanto por la teoría si-
del sistema. Baratta denuncia, que la persona ha coanalítica como por la teoría sistémica— como
dejado de ser el centro y el fin de la sociedad y el igual, que es el fundamento del juicio de ads-
del derecho. cripción de responsabilidad penal, el criterio de

66 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Daniel Gustavo Gorra

éste es social y funcional para estabilizar el orde- dad. En cambio en Jakobs, el derecho penal, es
namiento y la confianza en él. un instrumento de estabilización social, para
garantizar la confianza mutua. No reprime la le-
IV. Análisis en la política criminal sión de los bienes, sino el disvalor de los actos,
es decir, los comportamientos que infringen la
La expansión del poder punitivo del Estado,
fidelidad a la norma.
al ampliarse el concepto de bienes jurídicos, es
considerado por Baratta, como otros de los an- V. Desplazamiento ideológico
tecedentes del funcionalismo sistémico. Cuando
finaliza la Segunda Guerra Mundial, y se resti- La teoría prevención-integración, propuesta
tuyen los Estados de Derecho en Alemania, en por Jakobs, a través del funcionalismo sistémico,
miras de tutelar todos los intereses de los indi- señala Baratta, funda una nueva ideología para
viduos y del Estado, el campo de acción del de- fundamentar y legitimar la pena. La teoría de la
recho penal, se expande, hacia otros sectores prevención-integración nació con Durkheim,
que antes estaban afuera del alcance del poder que ahora aparece expuesta por Jakobs, dentro
punitivo. Quedan englobados, lo que Baratta, de- del funcionalismo de Luhmann, y que —según
nomina “bienes jurídicos de amplio alcance”, y se Baratta— no tiene cambios sustanciales.
produce con ello un desplazamiento de los inte-
reses de las víctimas potenciales hacia complejos Lejos de esta ideología, Baratta resalta que en
funcionales, que son objeto de la actividad otros el mundo de la postguerra, el pensamiento pe-
sectores del Estado. nal naciente fue de corte utilitarista y humanista,
ubicando en primer plano la función de “resocia-
Ahora el derecho penal no protege bienes jurí- lización”, pero al cual se opuso otro modelo ba-
dicos, sino funciones. sado en la realidad institucional, de los controles
empíricos, contrario a los fines de la reinserción
En la teoría sistémicas conceptos o elemen- social y la reeducación.
tos extrajurídicos, que aparecían como conten-
ciones frente a la extensión del derecho penal, Aquí podemos observar cómo surge el pen-
manifiesta Baratta, son eliminados por autores samiento de Baratta, y su alineación con la cri-
como Otto y Jakobs, es decir, ya no hay referentes minología crítica. Baratta destaca y menciona
que sean utilizados como criterios delimitadores factores y cambios y produjeron este giro en el
del poder punitivo. pensamiento penal. Cómo se pudo pasar de
un pensamiento penal humanista que tenía fi-
Estos conceptos ya no son modelos regulativos nalidad la reeducación y se pasó a un sistema
sino conectores hacia otros ámbitos que estaban represivo. La falta de inversiones en políticas
fuera del radio de punición. educativas por parte de aquellos Estados más
necesitados, el aumento de la marginalidad y de
La visión normativista y antinaturalista de la población carcelaria, puso en jaque el sistema
Jakobs, para Baratta, no es nueva, y recuerda penitenciario-educativo. Cuando el derecho pe-
la teoría de Hart sobre causalidad y su carácter nal se reacomodó a estos cambios, lo hizo, en un
adscriptivo y no descriptivo de las figuras de fija- sistema, que legitimaba la pena en el viejo siste-
miento de la responsabilidad penal. Pero Baratte ma clásico y retribucionista.
advierte diferencias entre ambos autores, a pesar
de que ambos llevan ante las últimas consecuen- VI. Observaciones críticas al marco interno
cias la visión de la ciencia jurídica del modelo de la teoría sistémica
iuspositivista.
En primer lugar, señala Baratta, la importancia
Hart, señala Baratta, sigue a Kelsen, en el prin- que la teoría sistémica del derecho le otorga a la
cipio que le dio origen al positivismo jurídico: la pena, igual que al derecho mismo. En esta teoría
separación del derecho de la moral, a los fines el derecho es un subsistema fundamental para la
de evitar la intervención estatal en el individuo. estabilización social. Pero cuando del derecho
El derecho penal, según Hart debe tutelar a los se pasa a la pena, hay dificultades para otorgarle
coasociados, respecto de las lesiones exterior- consistencia sistémica a ésta. Baratta considera
mente perceptibles y precisables en su intensi- que la teoría sistémica podría prever otras alter-

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 67


DPyC Criminología doctrina

nativas menos radicales, al sistema penal. Pero El concepto de reinserción social, debe ser in-
la teoría de la prevención-integración no parece terpretado —según Baratta— dentro del marco
prever esa posibilidad. de los principios de igualdad y dignidad, para eli-
minar las condiciones que impiden una efectiva
La segunda observación que realiza Baratta, igualdad de oportunidades y dignidad de cada
se refiere a otra deficiencia de la aplicación de la uno. Pero aclara Baratta que no se trata de reedu-
teoría sistémica, que es la posibilidad de recono- car y reinsertar socialmente al individuo, autorita-
cer que en los sistemas complejos los conflictos riamente dentro de una escala de valores determi-
sociales, ocurren en lugares diferentes a los que nados, sino dentro del mismo ambiente en el que
se manifiestan que es donde se donde exclusiva- se han producido los conflictos de desviación.
mente se centra la teoría sistémica.
Señala Baratta, que un progreso posible, sería
Por ello señala Baratta, que este modelo sisté- la creación de mecanismos, paralelos al sistema
mico, se limita solo a las respuestas clásicas de penal, como instrumentos alternativos que im-
la represión, y no puede ofrecer por ello nuevas plementen la ideología educativa, y que actúen
alternativas a los conflictos sociales. sobre los orígenes de los conflictos de desviación
y una posible reintegración del autor, víctima y
La tercera observación que realiza Baratta, es
ambiente.
que la teoría sistémica, solo toma en considera-
ción eventuales efectos positivos, que según la La segunda observación realizada por Baratta,
teoría de la prevención-integración, permiten es la selectividad del sistema penal, respecto de
la estabilización social y confianza institucional. la línea divisora de los conflictos que abarca, de-
Pero hace caso omiso a las argumentaciones y jando de lado la cifra negra de la delincuencia.
observaciones, sobre los efectos negativos del Son las violaciones más graves y manifiestas, son
sistema penal, como el distanciamiento social, la absorbidas por el sistema. Por eso dice Jakobs
estigmatización penal, y todos aquellos factores que solo las violaciones conocidas ponen en pe-
que la pena privativa de libertad produce en el ligro la validez de las normas.
ámbito familiar y social del detenido; asimismo
impide la posibilidad de resolver los conflictos En este sentido Baratta, coincide con Foucault,
en el proceso penal a través de alternativas, que sobre la función ejercida por el sistema penal,
podrían ser más funcionales que la pena, como para reclutar una población criminal, para ocul-
la comunicación en autor y víctima, donde los tar las verdaderas ilegalidades de la sociedad. Los
conflictos se resolverían de modo privado. sujetos quedan transformados, en portadores de
la repuesta penal simbólica, de una función pre-
VII. Observaciones críticas al marco externo ventiva e integradora que se realiza “a su costa”.
de la teoría sistémica
Hay ausencia de una verdadera política de rein-
También Baratta, hace tres observaciones al serción social donde el sujeto sea el destinatario.
marco teórico interno de la teoría sistémica de
Luhmann. Por última señala Baratta, caracteriza a la teoría
de la prevención-integración, como un modelo
La primera se refiere al reemplazo del prin- tecnocrático del sistema social, tendiente a dar res-
cipio de resocialización por el de prevención puesta a los problemas sociales, como un modelo
general positiva. Esto es conducente con la pos- alternativo al movimiento de la criminología críti-
tura funcionalista de la pena, pero es innegable ca basado en el principio de mantenimiento de la
que la crisis de la tesis educativa también ha garantía y del principio de un proyecto alternativo.
contribuido a la mala implementación del sis- La propuesta del movimiento crítico no es desde
tema penal. el punto de vista del mantenimiento del sistema
sino social sino desde la emancipación del hombre.
La reeducación de “desviado”, señala Baratta
no puede llevarse a cabo en el sistema peniten- La teoría de la prevención-integración, aplica
ciario, por lo que el mandato constitucional es coherentemente la teoría sistémica al mantener
imposible. Hay que abandonar la idea de reedi- la relación entre sistema-sociedad y subsistema-
car dentro del sistema penal. hombre.

68 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Daniel Gustavo Gorra

VIII. Conclusiones Es importante destacar, como Baratta, pro-


pone dentro de la teoría sistémica la posibili-
De alguna manera hemos analizada, las obser- dad de medidas alternativas al sistema puniti-
vaciones crítica de Baratta, sobre la teoría de la vo, pero imposible en la concepción jakobiana.
prevención-integración del funcionalismo sis- La función de mantener la vigencia de norma
témico de Jakobs; tal teoría se encuentra en la
para garantizar la racionalidad del sistema
antípodas del movimiento criminológico al cual
muestra la paradoja, la cual señala Baratta, al
pertenece Baratta.
centrar la responsabilidad sobre un sujeto que
Baratta denuncia, y critica la despersonaliza- aparece al mismo tiempo des-subjetivizado
ción que sufre el individuo dentro de un sistema respecto del mismo sistema, y pasa a ser el
represivo, y donde la pena adquiere un papel de chivo expiatorio como lo denominaba la teoría
relevancia como si fuera el derecho mismo. sicoanalítica. u

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Orden y desorden del matrimonio: la expansión del


“rapto” de la recién casada en Bamako (*)
Por Bouréma Kansaye

Sumario: I. Introducción.— II. Racionalidad y estrategias vinculadas


al rapto de la recién casada.— III. La ambivalencia de la reacción
ante el rapto de la recién casada.— IV. Bibliografía.

I. Introducción casos, la práctica se convierte en actos de tortura,


barbaries legitimadas y humillación. Todos están
El matrimonio es la celebración de la armonía. de acuerdo en que, en el cuadro de interacciones
Tiene por objetivo el emplazamiento del orden normales, es completamente inadmisible per-
social deseado. Tal es el orden. El art. 280 del có- manecer indiferente ante este tipo de comporta-
digo de las personas y de la familia define al ma- mientos que uno sabe que implica un atentado
trimonio como: “un acto público por el cual un a los derechos humanos por la humillación que
hombre y una mujer prestan su consentimiento se le hace padecer a otro y por su misma índole.
para establecer entre ellos una unión legal...”. La
célebre pareja malí Amadou y Mariam canta: “el Está establecido que a lo largo de todo Malí hay
domingo en Bamako es el día de los casamien- una tradición que consiste en simular una resis-
tos”. Estamos de acuerdo con estos artistas en tencia, crear un obstáculo por parte de la familia
que el día del casamiento es en principio un mo- paterna de la recién casada. Lo hacen primos y
mento de gran alegría en Bamako como en todos primas, parientes con burlas, y pares de edad.
los demás lugares de Malí. Este obstáculo se lleva a cabo en virtud de que se
les ofrece un regalo simbólico. En cuanto al rapto,
Mientras tanto, a veces los centros del estado ci- es el secuestro de una persona, de una mujer que
vil de la capital se transforman en un espacio una está por casarse. También se lo define como el se-
seguidilla de batallas, durante las cuales los colegas cuestro por violencia o seducción de una persona,
o camaradas del recién casado intenta llevarse a la especialmente una joven, de una mujer casada. Por
recién casada para someterla más tarde a pruebas su carácter, crea un desorden en una sociedad or-
relacionadas con la tarea ejercida por su esposo. denada, por lo tanto atenta contra los principios co-
Esta práctica, hoy en expansión parece tener origen múnmente admitidos, especialmente aquél según
militar. Al comienzo consistía en que los militares el cual se requiere el acuerdo entre los padres para
sometían a la flamante esposa, a las pruebas que crear una unión entre un hombre y una mujer.
caracterizan la vida militar de su marido.
El “rapto” o secuestro de una chica es una prác-
En nuestros días, el “rapto” de la recién casada tica tradicional que consiste, para la futura pareja,
conoce una expansión social inédita. Además, en secuestrar a la chica de su casa (generalmente,
todo el mundo la adopta, “patovicas” que me- de noche) para llevársela a otro pueblo. La mujer
nean a una frágil joven casada sometiéndola a puede llevada a escondidas de sus padres, en el
aparatos que rocían aceite usado en el auto de los marco de una elección libre, o con la complicidad
casados, el vestido de la recién casada y a todos de ellos en caso de regalo, sobre todo cuando la
aquellos que se encuentren en su camino. chica no presta consentimiento. En este último
caso la práctica sirve para contrarrestar una opo-
La población observa, y a veces da su aproba-
sición que provenga de una de las partes tanto en
ción a estos actos, muchas veces contrario a las
caso de elección libre cuanto en caso de regalo. (1)
normas de derecho positivo maliense. En ciertos

(*) Traducción por Sergio A. MILITELLO. Revisión por (1) Informe del Consejo sobre la población, 2009, Etude
Rodrigo CODINO. qualitative sur le mariage précoce des adolescentes: leur

70 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Bouréma Kansaye

El orden es la paz social, el orden público es ¿Cómo hacen las partes involucradas y el cuerpo
el estado social caracterizado por la paz, la tran- social en su conjunto ante estos comportamien-
quilidad pública y la seguridad. En tanto que el tos que fuera de este contexto particular debería
desorden es esencialmente una privación, una involucrar directamente a la justicia?
negación. Es ante todo un no-orden. En ciertas
partes de Malí, subsiste la costumbre del rapto II. Racionalidad y estrategias vinculadas al
de la mujer especialmente entre los dogones del rapto de la recién casada
acantilado de Bandiagara en el centro de Malí, el
El rapto de la recién casada tal como se lo prac-
yanakèdu.(2) Se manifiesta en el contexto donde
tica en Bamakorépond tiene dos lógicas opues-
las hijas son novias, prometidas desde temprana
tas. Por una parte, esta práctica es la expresión de
edad. El matrimonio por rapto es así el resultado una fuerte voluntad de integración social; y por
de una relación amorosa que se establece entre otra parte, es un acto de desafío y revancha que
un joven y una joven ya prometidos y manteni- los colaboradores (los subordinados) ponen a los
do en secreto. Generalmente el joven se lleva a casados por las decisiones profesionales de estos
la chica con su consentimiento y la traslada lejos últimos y que padecen los primeros.
del pueblo para consumar la unión ilegítima des-
de el punto de vista de la comunidad. Mediante A. El rapto de la novia, una forma de integra-
este acto los jóvenes atentan contra el orden so- ción social
cial establecido. Pero el orden perturbado siem-
pre se restablece al regresar los jóvenes al pueblo. En toda África, la comunidad es una carga que
Estos imploran el perdón de los padres y ancia- pesa mucho sobre la vida de los individuos. La
nos que pueden decidir aceptar esta unión de integración en la comunidad es uno de los mayo-
hecho regularizándola y pagando una compen- res signos de madurez del individuo. De tal for-
sación a la familia perjudicada si ésta lo reclama. ma, todo acto o actitud que lleve a ser aceptado
por la comunidad es buscado y alentado. Según
La práctica del matrimonio está presente o fue nuestra investigación, el secuestro de la recién
ejercida en numerosas comunidades en África y casada es un factor de socialización y de integra-
fuera de África. Como una forma excepcional de ción social para la pareja.
matrimonio, se la practica en el Congo en África
central, en Ruanda y en Togo. Existe también en Bakary Camara destaca el carácter comunita-
la Rusia zarista. Tal como la describe Lise Gruel- rio del matrimonio en un artículo que presenta
Apert, el secuestro de la joven frecuentemente la evolución del matrimonio entre los bamanan
fue iniciado por esta última o con su consenti- malinké. Camara afirma que, contrariamente al
miento y el de sus padres. Se lo realiza durante matrimonio moderno que es un asunto entre in-
las fiestas. El rapto muchas veces es simulado an- dividuos, el matrimonio consuetudinario en esta
tes del casamiento religioso. Esta práctica reduce sociedad implica comunidades, clanes y sirve
significativamente los gastos que deben soportar para tejer y reforzar las alianzas entre distintos
los padres de la joven. (3) grupos en alianza. (4)

El matrimonio por secuestro era conocido ¿Puede incluirse hoy en este orden de ideas al
también en la Roma antigua donde para escapar secuestro de la recién casada? La novia secues-
al celibato, los romanos invitaban a sus vecinos a trada es así aceptada en la comunidad profesio-
una fiesta y se llevaban a sus hijos ante sus pro- nal de su esposo. En tanto es importante para la
pios ojos. Es así que se asiste a matrimonios de recién casada ser aceptada en su familia políti-
hecho (per usum). ¿Cuál es, entonces, la racio- ca, debe buscar la aceptación que le brinden los
nalidad, que subyace a esta práctica expansiva?
(4) Bakary Camara, “Fondements juridiques du maria-
vécu, leurs besoins en matière d’éducation, de santé de la ge dans le pays bamanan malinké: du système coutu-
reproduction et d’opportunité socio-économiques, p. 10. mier au code malien du mariage et de la tutelle de 1962,
l’évolution dans la continuité”, URED, n. 21, juin 2011,
(2) Yanakèdu, expresión dogon (círculo de Bandiagara) ps. 207-240 (Fundamentos jurídicos del matrimonio en
que significa literalmente “cortar a la mujer”. los países bamanan malinké: del sistema consuetudinario
(3) Lise Gruel-Apert, De la paysanne à la tsarine, la Rus- al código malí de matrimonio y de la tutela de 1962; evolu-
sie traditionnelle côté femmes, IMAGO 2007. ción en la continuidad”).

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 71


DPyC Criminología doctrina

compañeros de trabajo de su esposo. Es también re a los militares, la práctica parece ser lejana. Se
una de las formas de expresión de la cohesión del remontaría al período colonial y quedaba reser-
grupo profesional. Al mostrar a la novia y a todos vado como privilegio de los de alto grado, espe-
los demás la profesión a la que pertenece el es- cialmente para los oficiales que querían casarse
poso, todos los que participan en estos eventos con honores militares.
buscan la división entre nosotros y los otros.
Es necesario negociar para liberar a la recién
Cuando un hombre aporta todos los días los casada así secuestrada; tal es el término aplica-
medios de sostén de su familia, corre distintos ble a ese comportamiento si uno quiere darle
peligros. Las privaciones y los riesgos vinculados una calificación jurídica. Es una toma de rehén.
al ejercicio cotidiano de la profesión deben ser El rehén es liberado cuando los secuestradores
conocidos, es decir, sentidos por la persona que obtienen el rescate.
ha elegido vivir con ese profesional. He ahí un
factor de comprensión mutuo en la pareja. El re- En ciertos casos son los cadetes los que secues-
cuerdo de este hecho es un elemento importante tran a la recién casada de sus antepasados. A la
que reafirma los lazos del matrimonio. salida del ayuntamiento, la recién casada es reci-
bida con el grito de “muévanse, al ataque”; a con-
En los momentos difíciles de la pareja, esta ex- tinuación los militares que la conducen hacia un
periencia de la vida profesional del esposo que vehículo entonando una canción generalmente
tiene su esposa puede revelarse útil para la com- cantada por ellos durante o después de la “ma-
prensión mutua. Es un hecho memorable al mis- niobra”, para galvanizar a la tropa.
mo título que la ceremonia de matrimonio civil,
religioso y tradicional. Eso quiere decir que quie- Ésta es sometida a duras pruebas de babeo (5)
nes se privan o se oponen, se privan de un evento y a trabajos penosos. Por ejemplo, se le hace car-
significativo. Sobre todo para la esposa, que no lo gar una mochilla llena. Más que ser los cadetes
vivirá más. La poligamia ofrece otras ocasiones al quienes exigen un regalo para liberar a la joven
hombre que la haya adoptado. casada, es ella la que pone tales condiciones. Ella
puede pedir simplemente una bebida o puede
Se trata de imitar los gestos, no se trata de eje- pedir un refrigerador, un congelador. En todos
cutar realmente los gestos profesionales, pues los casos, su pedido debe ser obligatoriamente
no pueden ser efectivos sino luego de un largo satisfecho. Sucede también que la jerarquía se
aprendizaje. Si el esposo es reparador de autos, involucra para hacer respetar el compromiso, re-
se exige que la mujer sepa reemplazar una bu- tirando las sumas que corresponden a la paga de
jía. Reemplazar una bujía en un motor caliente los agentes implicados.
tampoco es tan fácil como parece para quien
no está acostumbrado. Por eso, está el riesgo de Se le muestra a la casada la maniobra que
que la mujer se lastime. Pero todo eso es parte su esposo le hizo sufrir a sus antepasados. Esta
del juego. práctica es concebida como un ceremonial no
escrito, y aceptado por todos. Como el cuerpo
Para algunos, es un juego cuyas reglas están militar es un todo, por esta práctica se cultiva la
escritas de antemano. Cerca de la fecha de cele- cohesión en el seno del grupo. Es una práctica
bración del matrimonio, el futuro esposo explica que representa un factor de humanización, de
a su futura esposa las acciones que puede sufrir. sociabilidad en la función militar.
Algunas se preparan y se ejercitan física y men-
talmente. Con gran frecuencia se derivan situa- Por esta práctica, se busca dar significado al
ciones importantes. La novia termina desnuda; nuevo estatus social de la joven casada. Así se
el vestido, todo rasgado. Algunas se lastiman, ter- trata de mostrar la diferencia de cara a los demás.
minan en centros de salud. Algunas son violadas, Se muestra en esta ocasión las funciones sociales
al llevárselas a lugares no acordados. y profesionales del esposo por el cual se realiza el
secuestro. Estas funciones sociales, como afirma
Algunos hablan ya de tradición que debe res-
petarse, en tanto que el fenómeno en ámbitos (5) En el lenguaje militar, el babeo es el hecho de some-
profesionales distintos de las fuerzas de seguri- ter a un militar, generalmente un cadete, a pruebas físicas
dad es relativamente reciente. En lo que se refie- que le hacen sufrir enormemente, que lo hacen babear.

72 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Bouréma Kansaye

Michel Alliot, determinan el estatuto de los indi- salida del ayuntamiento. Se destacan por los gri-
viduos en las sociedades africanas. (6) tos que emiten de a ratos y por el grueso cinturón
de seguridad, el rollo de hilo eléctrico y la cuerda.
Como dice Dial Fatou Binetou, la institución La puesta en escena es total y atrae curiosos. Ella
matrimonial decide fuertemente los modos de debe participar de esta voluntad de demostra-
valorización y de clasificación social. Omitir esta ción de la función social y de la diferencia. Está
práctica durante el matrimonio por una contra- hecho también para indicar claramente a los
yente equivaldría a una no-integración, y por concurrentes y a los padres de la novia su nuevo
ende a una carencia de clase social y a una des- estatus social. Hay ahí una clara expresión de un
valorización para ella. (7) Vale decir que, aun con “nosotros” que comparten valores comunes.
los riesgos de violencia incluidos en el desarrollo
del secuestro, la pareja lo consiente. Esta prácti- Para asegurarse el buen desarrollo de la prácti-
ca integra socialmente si se la hace con cuidado ca, un anciano está presente en el lugar, contiene
pero cada vez más la subyacen otros deseos y a los jóvenes y atempera su ímpetu. A la salida
otras lógicas. del ayuntamiento la recién casada es llevada ha-
cia el poste de electricidad. Para subir las escale-
En África, se dice que el matrimonio es un ras, la casada es precedida de un joven colega del
asunto más colectivo que individual. El grupo marido que le sostiene la mano. Se le pasa a la
al que pertenecen los casados tiene derecho a recién casada el cinturón de seguridad alrededor
la celebración de su matrimonio. Bajo este títu- del cuerpo. Eso desarregla un poco su bello pei-
lo es un interrogante para algunos que el grupo nado y le arruga el vestido blanco. Tiene que so-
profesional de pertenencia sea apartado de este portar el castigo de subir sola los peldaños de la
evento, que es de una importancia social funda- escalera metálica, y mientras sube uno que otro,
mental. De tal modo, la organización y la realiza- ensaya algunos gestos seguramente aprendidos.
ción del rapto de la recién casada es una forma Todo eso es filmado y fotografiado. Aquí se nota
de participación social. Los actores de tal prác- claramente el deseo de integrar a la recién casa-
tica se preparan para él. Generalmente, se des- da a un grupo social por los gestos profesionales
cribe un escenario por adelantado, se definen los de su marido. Se observa igualmente una ritua-
roles. Las acciones a ejecutar en tal marco deben lización de los gestos y una preparación de los
conllevar un carácter simbólico. actores involucrados. Es lo que permite evitar las
consecuencias habituales que uno encuentra en
Luego de varios años se constata una expan- la mayoría de los secuestros de recién casadas.
sión de tal práctica en todas las capas sociales
(choferes, mecánicos, carniceros, recolectores B. Consecuencias y violencia sobre los casados
de residuos, docentes, patovicas, practicantes de Algunos afirman que esta práctica que se ob-
artes marciales) con todo su cortejo de violencia servaba entre los oficiales del ejército antes de la
y de sufrimiento infligidos no sólo a la persona revolución del 26 de marzo de 1991 será imitada
secuestrada sino también a las otras que vienen por todos los cuerpos uniformados antes de ser
a asistir a la ceremonia del matrimonio. Al casa- adoptada por los civiles. Para otros, es justamen-
miento del técnico de la sociedad de energía Mali te la mutación de una práctica tradicional muy
S.A., se llevó hasta el ayuntamiento todo el mate- extendida en Malí que consiste en ocultar a la
rial de trabajo de un técnico: la escalera metáli- recién casada durante algunas horas y llevar a los
ca, el cinturón de seguridad y una soga. Mientras camaradas del casado o sus padres para darles
que el matrimonio se celebra en las oficinas del regalos a sus iniciadores.
ayuntamiento, los colegas del técnico eligen un
poste de electricidad cercano, y apoyan la escale- Luego de ser adoptada por otros cuerpos so-
ra metálica. Algunos de esos colegas esperan a la ciales, presenta un carácter peligroso y para nada
dócil. Así el rapto a las puertas del ayuntamiento
(6) Michel Alliot, “La coutume dans les droits originel- es una oportunidad soñada de vengarse, para al-
lement africains”, Bulletin de liaison du LAJP, ns. 7-8, 1985, gunos que están bajo las órdenes del esposo. Este
ps. 79-100. puede ser el único día que el aprendiz de chofer o
(7) Fatou Binetou Dial, Mariage et divorce à Dakar: iti- el alumno de artes marciales ejerza una presión
néraires féminins, Paris, Karthala 2008, p. 97. sobre su patrón, su maestro, quien le suplique

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 73


DPyC Criminología doctrina

clemencia para su esposa. “Si no nos paga lo que el período nupcial con serenidad. Algunas de estas
exigimos, el patrón pasará la noche solo. ¿Ve que situaciones que son insoportables e intolerables
no tiene elección? Esto no es nada comparado han llamado naturalmente la atención tanto de las
con lo que él nos hace sufrir en el trabajo”. autoridades cuanto de la población de Bamako.
Los aprendices de chofer de SOTRAMA deci- Durante el período del estado de urgencia de-
dieron sustraer la recién casada a su patrón cho- cretado por el gobierno de transición, en 2008 el
fer a la salida del ayuntamiento. Son repelidos ayuntamiento de la comuna 1 fue obligado a ha-
por matones que practican karate, reclutados por cer intervenir a la fuerza pública para poner fin al
el patrón para garantizar la seguridad del evento. problema causado por la fuerte voluntad de los
Parecen retroceder, se los obliga a hacerlo y los camaradas de un recién casado de apoderarse de
novios continúan tomándose fotos en el patio del la recién casada. Luego de la invasión de la ofici-
ayuntamiento. De golpe los individuos todos cu- na del ayuntamiento donde se refugiara la joven
biertos de aceite usado se precipitan hacia ellos, casada, por matones reclutados en tal ocasión, la
todo el mundo se aleja por temor de resultar ata- policía intervino para calmar los ánimos y resca-
cado, capturan a la recién casada y desaparecen tar a la aterrorizada joven.
en dirección desconocida.
Lo prohibido comúnmente por todas las leyes
Algunos, temiendo que la violencia recrudez- de Malí puede ser aceptable y admitido en deter-
ca, reclutan entonces patovicas, matones para minadas ocasiones, en ciertos lugares y cometido
garantizar la seguridad de la pareja e impedir por y contra determinadas personas. Cuando esta
que la recién casada sea secuestrada. Los enfren- violencia se sale de contexto, se vuelve intolerable,
tamientos comienzan desde el límite del ayunta- gravísima a los ojos de los mismos que la practican
miento. Llueven los golpes de puño. Varias per- o la sufren en silencio. Aquí el contexto de celebra-
sonas resultan heridas. El grupo que triunfa se ción del matrimonio es el que se muestra favora-
lleva a la novia. En tales circunstancias, las accio- ble, suspende la acción de la ley, levanta las pro-
nes ejercidas sobre la recién casada son imprevi- hibiciones y da autorización para la simulación o
sibles. Durante la investigación, varias personas para actos reales de comportamientos prohibidos,
nos informaron de casos de aborto, e incluso de que representan un peligro real para las personas.
muerte cuando la joven se enfermó en un galli-
nero, o fue mordida por una serpiente. Tal como lo destacan Bouju y Brujin, “es en la
cotidianidad pragmática de las situaciones de
Por ejemplo, un aprendiz que se casó con una interacción que se construyen las brechas tole-
mujer suboficial fue arrojado al baúl de un vehícu- rables entre regulación normativa y la regulación
lo. Sus colegas presentes en la ceremonia intentan efectiva del intercambio social. (8) Algunos se
interponerse, comienzan desmanes que se trans- preguntan hoy en día si esta práctica no tiene un
forman en una batalla campal, varias personas re- carácter sexista y discriminatorio. En la mayoría
sultan heridas especialmente del rango de apren- de los casos, son las mujeres las secuestradas y
dices, poco habituados a estas pruebas físicas, la son ellas las que sufren los actos de violencia y las
ropa rasgada, narices sangrantes. A pesar de su humillaciones sobrevinientes.
resistencia, la novia es conducida al terreno de
entrenamiento militar donde es adiestrada. Se la A este fin, es importante señalar que el secues-
obliga a hacer ejercicios físicos y pasar pruebas de tro de la recién casada no se hace sino en ocasión
entrenamiento espartano. Luego de largas nego- del casamiento civil celebrado públicamente ante
ciaciones y súplicas se la lleva al lugar donde debe el oficial del Registro Civil. En Malí, gran cantidad
pasar las comidas completamente agotada y lasti- de matrimonios se celebran únicamente ante el
mada en varias partes del cuerpo. ministro de cultos (imanes, sacerdotes). Vale des-
Las consecuencias de tales violencias son diver-
sas, además de las lesiones físicas, las víctimas que- (8) Jacky Bouju y Miriam de Bruijn, “Violences structu-
relles et violences systémiques, la violence ordinaire des
dan traumatizadas por acciones que van más allá rapports sociaux en Afrique”, Bulletin de l’APAD (on line),
de todo lo esperado. Se pasan mal las nupcias, hay 27-28/2008, online desde el 4 de abril de 2008 (“Violencia
personas hospitalizadas y bienes destruidos. En estructural y violencia sistémica, la violencia ordinaria, re-
muchos casos esta práctica impide a la pareja pasar laciones sociales en África”).

74 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Bouréma Kansaye

tacar que, hasta el advenimiento del Código de las en Malí. Los hombres y las mujeres que participan
personas y de la familia, estos casamientos no eran de ella son muy razonables, se dice, porque ella
más que simples ceremonias sin valor legal. En los se enmarca en proporciones aceptables. Algunos
términos del art. 181, “El matrimonio se celebra citan igualmente el art. 5º de la Constitución de
públicamente, en el Registro Civil, por el oficial Malí para justificar un fundamento legal de este
de estado civil. El oficial es quien fija la fecha”. (9) comportamiento. En efecto, en los términos de ese
artículo: “El Estado reconoce y garantiza en las con-
Por ello para las mujeres, pasar ante el alcalde diciones fijadas por la ley, la libertad de ir y venir,
es una nueva etapa importante en su vida, espe- la libre elección de la residencia, la libertad de aso-
cialmente en lo que hace a sus derechos. Tam- ciación, de reunión, de reunión y de expresión (12)”.
bién coincide muy seguido con el kognon (10),
que es un momento de celebración pública y de- En cuanto a los militares y otros cuerpos uni-
finitiva del matrimonio. Es luego de esta ceremo- formados, ellos consideran normal tal práctica.
nia que la mujer vuelve a reunirse con su marido Consideran estar al abrigo de toda consecuencia.
y todas sus pertenencias. Ante de eso, ella estaba Se oponen a toda iniciativa tendiente a limitarla
legítimamente prestada (signani). (11) o prohibirla. Así, un alcalde adjunto que tuvo el
En ocasión del casamiento religioso celebrado valor de plantear la cuestión en una reunión de
ante el ministro de cultos, el “rapto” de la recién ca- la que participaban militares, gendarmes y poli-
sada es impensable y no se practica. En esta ocasión cías, fue blanco de todo tipo de críticas y recha-
la joven novia está ausente, especialmente de la zos por inmiscuirse en un asunto que le es extra-
mezquita y la presencia del casado no es indispen- ño. Hay personas que, según algunos, adhieren
sable. Por estas razones, bien puede comprenderse sin conocer su sentido. Todo el mundo la pone
que los matrimonios celebrados ante el ministro de en un pie de igualdad con las burlas entre parien-
cultos sean menos movidos que el que se celebra tes. Eso deja entender que, a su criterio, tiene una
en el ayuntamiento, ante el oficial del Registro Civil. función social importante. De tal modo, aceptan
esa forma de interacción humana.
III. La ambivalencia de la reacción ante el
rapto de la recién casada B. El rapto de la recién casada. Una práctica in-
comprendida y rechazada
Para unos, esta práctica debe ser aprobada, más
aun, alentada porque valoriza a la pareja a los ojos Esta práctica suscita hoy en día mucho interés
de los demás. Para otros, debe prohibírsela e in- y debates, que llegan hasta la prensa malí. Para
vitan a las autoridades a reglamentar todos los unos, se transforma cada vez más en un fenó-
comportamientos alrededor de la celebración del meno social inquietante, que va contra todos
matrimonio ante el oficial del Registro Civil. los principios. Aquí debe analizarse sobre todo
la cuestión de las consecuencias. Algunos piden
A. Aprobación y aliento de la práctica entonces una prohibición pura y simple. Para
otros, especialmente religiosos musulmanes, es
El rapto de la recién casada cumple una función
una práctica pagana contraria a los preceptos
social importante. De ahora en más, esta práctica
del Islam. Aquí uno olvida que la celebración del
es parte de nuestras costumbres igual que las bur-
matrimonio civil es ante todo un acto laico. Para
las entre parientes, de cuyas virtudes tanto se ha
quienes practican el rapto de la novia, la religión
jactado a través de la historia y hasta nuestros días,
de los contrayentes no tiene importancia.
(9) Ley 2011-087 del 30 de diciembre de 2011, Código de Algunos reclaman la aplicación de la ley. El
las Personas y de la Familia, art. 181. Código Penal de Malí prohíbe la violencia y las
(10) Etapa del matrimonio tradicional que permite a la torturas, y los castiga severamente. Así, en los tér-
mujer reunirse con su marido con todas sus pertenencias minos del art. 207, “todo individuo que, volunta-
luego de haber sufrido los rituales bien definidos tales
como el lavado de pies.
riamente, haya dado golpes o causado lesiones o
cometido cualquier otro acto de violencia o vías
(11) Etapa del matrimonio en que la mujer se reúne
provisoriamente con su marido luego del casamiento re-
ligioso. Generalmente esta etapa no dura, pero muchas (12) Constitución, ley fundamental del 25 de febrero de
veces puede prolongarse durante años. 1992, art. 5º.

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DPyC Criminología doctrina

de hecho, si resultare de tales actos de violencia IV. Bibliografía


una enfermedad o incapacidad de trabajo perso-
nal durante más de veinte días, sufrirá una pena Obras y artículos
de prisión de uno a cinco años y una multa de
ALLIOT Michel, “La coutume dans les droits
20.000 a 500.000 francos”. En cuanto al art. 209,
originellement africains”, Bulletin de liaison du
define y castiga los actos de tortura.
LAJP, ns. 7-8, 1985, ps. 79-100.
Son rarísimas las intervenciones de las fuerzas
del orden para aplicar la ley en el marco de esta BA Daha Chérif (2010), Crimes et délits dans
práctica de rapto. Incluso los casos conocidos de la vallée du fleuve Sénégal de 1810 à 1970,
la policía jamás han dado lugar a procesos judicia- L’Harmattan-sénégal, 434 ps.
les. Todo ocurre como si, de golpe, uno se hubiese BOUJU, Jacky - DE BRUIJN Miriam, “Violences
vuelto sordo y ciego. Algunos piensan que las con- structurelles et violences systémiques, la violen-
secuencias que se derivan durante el transcurso del ce ordinaire des rapports sociaux en Afrique”,
secuestro es un caso típicamente social y debe ser Bulletin de l’APAD (en ligne), 27-28/2008, mis en
tratado dentro del marco social y amigablemente. ligne le 04 avril 2008. Consulté le 2 janvier 2015.
Mientras tanto, en algunos barrios se movilizan URL/ http://apad.revues.org/3673.
poblaciones excedidas por la violencia que carac- CAMARA, Bakary, “Fondements juridiques du
teriza a estos raptos. Ya ha habido circunstancias mariage dans le pays bamanan malinké: du sys-
en las que la población a intentado interponerse tème coutumier au code malien du mariage et de
para impedir el maltrato de una recién casada. Así,
la tutelle de 1962, l’évolution dans la continuité”,
durante el casamiento de un policía, la novia fue
URED, n. 21, juin 2011, ps. 207-240.
secuestrada a la salida del Registro Civil, conduci-
da con una familia del barrio, donde fue obligada DIAL, Fatou Binetou, Mariage et divorce à Da-
a desvestirse y volver a vestirse de policía ante una kar, itinéraires féminins, Karthala et CREPOS,
multitud de hombres y mujeres. A continuación fue 2008, 200 ps.
llevada a la calle donde fue forzada a gatear en el
barro formado por aguas servidas. Varias personas GRUEL-APERT, Lise, De la paysanne à la tsari-
salieron a protestar y hacer cesar lo que fue perci- ne, la Russie traditionnelle côté femmes, IMAGO
bido como una humillación y un maltrato. Insatis- 2007, 334 ps.
fechos, los policías utilizaron gas lacrimógeno para
dispersar a la multitud y continuar con su práctica. THIIRIAT, Marie-Paul, “Les unions libres en
Afrique subsaharienne”, Cahiers québécoises de
El casamiento es un momento de alegría para démographie, vol. 28, ns. 1-2, printemps-autom-
los contrayentes, para sus parientes y amigos. Es la ne 1999, ps. 81-115.
expresión de la armonía social. La celebración del
matrimonio ante el oficial del Registro Civil es un Informe
momento importante y deseado por la mayoría de
las mujeres de Malí. Poder llevar a su hombre ante Etude qualitative sur le mariage précoce des
el alcalde no le es dado a todas las mujeres. Muchas adolescentes: leur vécu, leurs besoins en matiè-
de ellas se conforman con la ceremonia religiosa. re d’éducation, de santé de la reproduction et
d’opportunités socio-économiques, population
Mientras tanto ese momento importante puede council, 2009.
volverse inconveniente a causa de los desórdenes
que coronan el “rapto” de la recién casada, justo Textos jurídicos
después de la celebración del matrimonio. Esta Constitución, ley fundamental del 25 de febrero
práctica se ha extendido en Bamako y ha penetrado
de 1992.
todas las capas socio-profesionales (militares, gen-
darmes, policías, choferes, docentes, mecánicos, Ley 01-079 del 20 de agosto de 2001, Código
etc.). Esta práctica es desde ahora un motivo de in- penal de Malí.
quietud para las poblaciones y para las autoridades
que dudan de intervenir. ¿Hay que prohibirla o hay Ley 2011-087 del 30 de diciembre de 2011, Có-
que crear un marco legal que permita regularla? digo de las personas y de la familia. u

76 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


Procesal Penal
DPyC Procesal Penal DOCTRINA

Las atribuciones policiales y el nuevo Código Procesal


Penal
Por Natalia Cecilia Caprarulo

Sumario: I. Introducción. — II. Análisis del artículo 230 bis del Códi-
go Procesal Penal de la Nación (según ley 23.984). — III. Normativa
vigente en el Código de la provincia de Buenos Aires. — IV. Compa-
ración de ambas legislaciones. — V. El nuevo Código Procesal Penal
de la Nación. — VI. Otras normas cuya interpretación ocasiona per-
juicios. — VII. Jurisprudencia. — VIII. La vinculación constitucional
con los temas en análisis y la relación procesal. — IX. Conclusión. —
X. Propuesta.

I. Introducción sonal sobre la persona o sus efectos y se hallan


elementos que posteriormente son derivados a
Las diferencias respecto de la manera en que la justicia federal por cuestiones de competen-
están normadas las atribuciones policiales en los cia en la materia, en donde quienes al analizar el
códigos procesales de la Nación y de la provin- procedimiento llevado a cabo en provincia, que
cia de Buenos Aires, y cómo deben plasmarse los fue efectuado conforme a las normas procesales
procedimientos, producen nulidades y la con- que los rigen, culminan declarando su nulidad,
secuente violación de principios de raigambre en los peores casos, o demorando la acción de la
constitucional. justicia con planteos nulificantes por parte de la
defensa, todo ello, por las diferencias existentes
Esa deficiente y contradictoria legislación en
en ambos códigos en cuanto a las atribuciones
cuanto a las facultades policiales en los Códigos
policiales y cómo éstas deben llevarse a cabo, así
Procesales Penales de la provincia de Buenos Ai-
como los diferentes requisitos de las actas en que
res y de la Nación genera no sólo entorpecimien-
se plasman.
to en la justicia sino también la vulneración de
derechos de raigambre constitucional, perjuicios El 10 de diciembre del año 2014 se publicó la
para las fuerzas de seguridad y para la ciudada- ley 27.063 referente al nuevo Código Procesal
nía toda. Penal de la Nación con importantes variantes,
algunas relativas a los temas que se analizan y
Específicamente el cuestionamiento mencio-
discuten en el presente artículo, las cuales serán
nado es respecto a las normas establecidas en
mencionadas.
los artículos 294 del Código Procesal de la pro-
vincia de Buenos Aires y el artículo 230 bis del II. Análisis del artículo 230 bis del Código
Código Procesal de la Nación referentes atribu- Procesal Penal de la Nación (según ley 23.984)
ciones policiales (el primero). Esto incluye los
procedimientos policiales en los que se realizan En el Código Procesal Penal de la Nación, las
requisas personales sin orden de autoridad judi- atribuciones policiales están normadas en el ca-
cial competente, así como las normas relativas pítulo II “Actos de la policía Judicial y de las fuer-
a los requisitos de las actas de procedimiento y zas de seguridad”. El artículo 230 bis, el cual será
los inconvenientes que se generan a raíz de sus objeto de análisis, se encuentra dentro del Título
diferencias. III, capítulo II “Registro Domiciliario y Requisa
Personal”, el cual reza:
Ello en razón de que sucede permanentemente
que un procedimiento prevencional que se origi- Art. 230 bis: (según ley N° 25.434) Los funcio-
na por la policía de la provincia de Buenos Aires, narios de la policía y fuerza de seguridad, sin
en el que por ejemplo se realiza una requisa per- orden judicial, podrán requisar a las personas e

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 79


DPyC Procesal Penal doctrina

inspeccionar los efectos personales que lleven Además se ha señalado que existiría una terce-
consigo, así como el interior de los vehículos, ra exigencia: la del control judicial posterior, que
aeronaves y buques, de cualquier clase, con la fi- obligaba al juez a analizar si al momento de la
nalidad de hallar la existencia de cosas probable- requisa estaban presentes los dos requisitos an-
mente provenientes o constitutivas de un delito o teriores y también la manera en que aquélla se
de elementos que pudieran ser utilizados para la llevó a cabo (1).
comisión de un hecho delictivo de acuerdo a las
circunstancias particulares de su hallazgo siem- En el año 2001 la situación cambió debido a la
pre que sean realizadas: reforma que sufriera el Código Procesal Penal de
la Nación (CPPN). Por medio de la ley 25.434 (2)
a) con la concurrencia de circunstancias pre- se agregó el artículo 230 bis, el cual autoriza a los
vias o concomitantes que razonable y objetiva- funcionarios policiales y de las fuerzas de seguri-
mente permitan justificar dichas medidas res- dad a requisar a las personas y a inspeccionar los
pecto de persona o vehículo determinado; efectos que lleven consigo, sin orden judicial, así
como el interior de vehículos, aeronaves y buques,
b) en la vía pública o en lugares de acceso pú- siempre que sean realizadas: a) con la concurren-
blico. cia de circunstancias previas o concomitantes que
razonable y objetivamente permitan justificar di-
La requisa o inspección se llevará a cabo, de cha medida, y b) en la vía pública o en lugares de
acuerdo a lo establecido por el 2° y 3er. párrafo del acceso público. A continuación se indica que “la
artículo 230, se practicarán los secuestros del ar- requisa o inspección se llevará a cabo de acuerdo
tículo 231, y se labrará acta conforme lo dispuesto a los establecido por el 2º y 3º párrafo del artículo
por los artículos 138 y 139, debiendo comunicar la 230” y culmina con el siguiente párrafo: “tratándo-
medida inmediatamente al juez para que dispon- se de un operativo público de control de preven-
ga lo que corresponda en consecuencia. ción podrán proceder a la inspección de vehículos”.
Tratándose de un operativo público de preven- Asimismo, el inciso 5 del artículo 184, en su
ción podrán proceder a la inspección de vehícu- nueva redacción, faculta a las fuerzas policiales a
los. disponer con arreglo al artículo 230, las requisas
El Código Procesal Penal de la Nación, antes e inspecciones del artículo 230 bis y los secues-
de sufrir la incorporación del artículo 230 bis, tros del artículo 231, dando inmediato aviso al
se ocupaba de la requisa personal fundamen- órgano judicial competente.
talmente en dos artículos: el artículo 230, el cual A pesar DE que no serán analizados los inte-
establece, como regla general, que será el juez rrogantes que en sí plantean las normas mencio-
quien ordenará la diligencia mediante decreto nadas y las modificaciones, ya que no resulta ser
fundado y siempre que haya motivos suficientes ese el interés de este trabajo, mencionaré algu-
para presumir que la persona sobre la que se rea- nos comentarios que este tipo de reformas ori-
lizara la requisa, oculta en su cuerpo cosas rela- ginaron, ya que se considera que las ampliacio-
cionadas con un delito; y el artículo 184, inciso 5, nes de facultades como la de estudio pretenden
que como excepción, autorizaba al personal po- solucionar problemas avasallando las garantías
licial a disponer las requisas urgentes con arreglo individuales, y relacionado con nuestro tema, lo
al mencionado artículo 230, dando inmediato único que estas reformas rápidas y carentes de
aviso al órgano judicial competente. un estudio complejo y completo ocasionan es un
sinfín de vulneraciones y un enorme desmedro
La jurisprudencia de la Cámara Nacional de
de tiempo y recursos que culminan en nulidades
Casación Penal, concordantemente con la doc-
trina, había extraído dos requisitos esenciales
(1) LANGER, Máximo, “La requisa personal en la ju-
para convalidar una requisa personal realizada risprudencia de la Cámara Nacional de Casación Penal”,
sin orden judicial: 1) motivo suficiente para pre- Nueva Doctrina Penal, 1996/A, Editores del Puerto, Bue-
sumir que el sujeto lleva cosas relacionadas con nos Aires, P. 245.
un delito; 2) urgencia que aconseja no postergar (2) Debate Cámara de Diputados de la Nación 30/5/01
el acto. - Publicación en Boletín Oficial 19/6/01.

80 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Natalia Cecilia Caprarulo

de procedimientos, que acarrean un verdadero resoluciones contradictorias respecto a estos te-


obstáculo en la guerra contra la inseguridad y la mas, cuestiones que culminan en desigualdades,
delincuencia, todo lo cual se intenta evitar. ya que las discordancias en las conclusiones no
sólo terminan perjudicando a quienes deben ser
En este sentido no cabe duda de la vigencia de sometidos a proceso, sino a toda la sociedad.
las palabras de Carrara cuando afirmaba: “la fina-
lidad de la autoridad civil es frenar la violencia de Adentrándonos específicamente en el tema
los individuos, la del derecho penal es frenar la vio- de las atribuciones policiales (llevadas a cabo sin
lencia del legislador, la de los ordenamientos pro- previa orden de autoridad competente), debemos
cesales frenar la violencia de los magistrados” (3). sostener que ésta resulta ser una de las cuestiones
más ríspidas relacionadas con el desarrollo de la
Particularmente interesante resulta la re- actividad prevencional, porque predomina un cri-
flexión del Dr. Elbert cuando afirma: “asistimos terio restrictivo: la mayoría niega la facultad policial
a la desarticulación del derecho penal liberal de requisar a las personas, salvo que previamente
que conocimos, a resultas de su inutilidad para se haya determinado la existencia de circunstan-
servir al tipo de control que exigen las funciones cias previas o concomitantes que razonablemente
y necesidades de la globalización del siglo XXI”, tornen justificable dicha medida y que se realice
más adelante insiste el insigne maestro: “los en la vía pública o en lugares de acceso público.
actuales adefesios técnicos de la seguridad son
presentados, aplaudidos, legislados y llevados a Hasta la sanción del artículo 230 bis del CPPN,
la práctica como si fuesen políticas criminales, se exigía que el “estado de sospecha” respecto
siendo que se trata de criaturas sin la más míni- del individuo sometido a requisa personal debía
ma sistemática y muchas veces carentes de todo existir en el momento mismo en que se lo inter-
soporte racional. El paradigma de la inseguridad ceptaba en la vía pública, pues es allí cuando la
no pretende entonces una sociedad más segura, policía debe tener ya razones suficientes para
sino la seguridad de los incluidos en el modelo suponer que esa persona está en posesión de
social en ejecución, prescindiendo de considera- elementos que demuestran la comisión de un
ciones sobre la realidad de los medios”. En sínte- delito; de lo contrario, una aprehensión o requi-
sis, como fenómeno que deviene de la globaliza- sa ilegal a su inicio no puede quedar convalidada
ción el poder político pretende resolver el con- por su resultado (5).
flicto creando una ley penal y si la tiene, en aras Con la modificación introducida en el artículo
de la seguridad, le aumenta considerablemente 230 bis, las circunstancias que justifiquen la re-
la penalidad. Esta es la solución coyuntural que quisa pueden ser previas o concomitantes.
nos da la posibilidad de seguir adelante y natu-
ralmente forma parte del discurso legitimante, Respecto de la característica de “previas” no
proporcionándole al legislador el rédito político existen inconvenientes pues cabe entender que
de creer haber resuelto aceleradamente las per- sigue vigente el criterio de “motivos suficientes”,
turbaciones del orden social con severas herra- sin perjuicio que circunstancias y motivos no re-
mientas que le proporciona el derecho penal y sulten ser sinónimos, y que aquéllas aparezcan
procesal penal (4). con una exigencia menor que los segundos, toda
vez que, en razón de la preferencia que nues-
Sólo se puede concluir en que las interpreta- tro sistema hace por los jueces para decidir las
ciones y los problemas que se generan debido medidas de coerción, resulta válido continuar
a reformas como éstas aún no han culminado exigiendo, más allá del vocablo con que se lo de-
y no parece que vaya a haber una solución en signe, la existencia de razones justificadas para
lo inmediato. Es enorme la cantidad de fallos y requisar sin orden judicial.

(3) Bellatti, Carlos A., “Prevención del delito. Allana- Pero el hecho de que las circunstancias pue-
miento, requisa y detención sin orden judicial. Límites a la dan ser concomitantes abre la posibilidad de que
persecución penal” (Primera entrega). El Dial, revista elec-
trónica, Año VIII - Nº 1865; Jueves, 8 de septiembre de 2005. (5) Carrió, Alejandro, “Facultades policiales en materia
(4) Bellatti, Carlos A., publicación cit. (citando al Dr. de arrestos y requisas (¿Qué puede o debe hacer la policía
Elbert). y qué no?”, LA LEY 1988-E, 269).

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la policía inicie una requisa sin tener una razón No obstante lo mencionado ut supra y la críti-
previa, que ese motivo se manifieste coetánea- ca que realizo a la interpretación, que no es más
mente con la realización de la medida y que así que con el fin de insistir en lo vago o problemá-
ésta quede legitimada. tico de las interpretaciones; sobre el significado
de lo normado en el inc. a) del art. 230 bis se ha
No sólo es llamativamente mínima la mención indicado que “el inciso a) tiene una amplitud que
de los alcances de la expresión “concomitantes” para mantenerla dentro de la razonabilidad re-
en el debate parlamentario llevado a cabo res- quiere hacer objetivas —exteriorizarlas para que
pecto de esta reforma en análisis, sino que ade- no permanezcan en la subjetividad de quien las
más es escasa la jurisprudencia que menciona ordena— las circunstancias anteriores o coetá-
las características que requiere el hecho de que neas que respaldan la requisa” (8).
las circunstancias sean “concomitantes”.
Respecto a esto se ha interpretado que resulta
De un caso resuelto por la CNCC (6), pueden válido acudir a la interpretación que estimamos
extraerse algunos puntos. La defensa había pos- correcta del art. 230 CPP Nación. De ella deriva-
tulado la nulidad del procedimiento, basada en la mos que los motivos suficientes que debe tener
inexistencia de motivos para requisar el vehículo, el juez para ordenar la requisa deben ser previos
toda vez que no estaban presentes las circunstan- y no contemporáneos a la medida, pues lo con-
cias previas o concomitantes del art. 230 bis. Del trario implicaría concederle una autorización
relato del caso no surge que hubiera motivos pre- generalizada para disponer intromisiones a la
vios para proceder a la requisa. La Sala rechazó el intimidad con la expectativa de que sobrevenga
planteo de nulidad pues el policía, al identificar al algún elemento de prueba que conduzca a un
acusado, verificó que éste tenía pedido de captu- hecho ilícito, extremo que no supera un análisis
ra, “siendo esto una pauta objetiva suficiente para de la razonabilidad que deben tener todos los ac-
habilitar a la inspección del vehículo. Tal situación tos jurisdiccionales.
se ajusta a las facultades que confiere el artículo
230 bis CPP Nación a los funcionarios de la poli- Como lógica consecuencia, y tomando en con-
cía, que los autoriza a requisar el interior de un ve- sideración lo señalado supra en cuanto a que de
hículo, sin orden judicial y en la vía pública cuan- acuerdo al diseño de nuestro sistema legal no
do concurren las circunstancias previstas en los puede tener la policía mayores atribuciones que
incisos a y b”. De ello puede colegirse la siguiente el juez, entendemos que corresponde mantener
secuencia: 1) inicio del procedimiento de requisa la exigencia de que los motivos para proceder a la
sin motivo previo; 2) aparición de una circunstan- requisa sean anteriores a ella.
cia coetánea con el procedimiento; 3) posterior
requisa del vehículo, convalidada a raíz de dicha “El alcance que estimamos correcto otorgar al
circunstancia concomitante” (7). calificativo de “concomitantes”, en miras a armo-
nizarlo sistemáticamente con el resto de las me-
La secuencia que se interpreta como acaecida didas de coerción —v.gr., la detención o el allana-
en el caso mencionado, a mi criterio, no es acer- miento, en los que los motivos para proceder sin
tada, ya que no fue una requisa lo que da inicio al orden deben ser previos— será el siguiente: du-
procedimiento sino que la interceptación se ori- rante la requisa personal —que, reiteramos, debe
gina con una identificación de la persona y pos- estar motivada por circunstancias anteriores—
teriormente surge la circunstancia del pedido de los funcionarios policiales pueden advertir otras
captura que pesaba sobre ella y que en realidad circunstancias que los refuerce en la convicción
es eso lo que podría interpretarse como “circuns- de la posibilidad de hallar cosas probablemente
tancia previa o motivo suficiente” para la posterior provenientes o constitutivas de un delito. Estas
requisa, pero no como concomitante de nada. últimas circunstancias serán las “concomitantes”
de las que habla el art. 230 bis, CPP Nación” (9).
(6) Sala V, causa “Rubio”, rta. 15/5/02.
(7) Bertelotti, Mario, “Garantías constitucionales en la (8) D’Albora, Francisco, “Código Procesal Penal de la
Investigación penal”, Ed. Editores del Puerto, 01/09/2006, Nación. Anotado, comentado y concordado”, T. I, p. 495,
Parte II, Los límites a las facultades policiales. La requisa Ed. Abeledo-Perrot.
personal, p. 71. (9) Bertelotti, Mario, ob. cit., p. 72 ss.

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Disiento con la interpretación expuesta ya que te” y, por ende, llevarán a la descalificación del
no es eso lo que dice la ley, ni es esa la voluntad procedimiento (11).
que parecen haber tenido los legisladores. Si fue-
ra ese el sentido, la expresión “concomitante” se- Asimismo y ampliando el análisis de esta refor-
ría sobreabundante. El hecho de que esta expre- ma, el artículo 230 bis es criticado sosteniéndose
sión esté en la norma significa, a mi criterio, que que: “El artículo 19 de la Constitución Nacional,
son dos las posibilidades establecidas en la ley, consagra palmariamente, un ámbito de privaci-
las circunstancias pueden ser “previas” o pueden dad, que contiene al poder punitivo del Estado,
ser “concomitantes” y no que unas acompañan y garantizando una esfera de libertad e intimidad
complementan a las otras. de los ciudadanos.

A continuación de la interpretación que se En una primera aproximación a la manda del


cuestiona, el mismo autor manifiesta: “Podrá ob- 230 bis del Código Procesal Penal de la Nación,
jetársenos que con esta exégesis pierde sentido la podríamos afirmar que la legislación en cues-
inserción de la característica de ‘concomitantes’, tión, es producto de la sensación de inseguridad
pues hubiera bastado la exigencia de ‘circuns- que vivencia la población en general, por lo tanto
tancias previas’, pero entendemos que es la que frente a este panorama el legislador decide tirar
mejor se compadece con una adecuada regla- la casa por la ventana y ampliar considerable-
mentación de las acciones estatales vinculadas mente las facultades de la policía y las fuerzas de
al derecho a la intimidad” (10). seguridad a fin de mantener un falso esquema de
orden y paz, naturalmente dentro de la dramati-
Es loable la intención mencionada, pero no es zación de los discursos penales de emergencia.
lo que corresponde hacer cuando una norma no
es clara o genera vulneraciones o abusos; lo que Así resulta más que ilustrativo el artículo 230 bis
corresponde es modificar la norma, en caso de del Código nacional de rito al establecer la facul-
entender que no es adecuada, y no decir lo que tad de la policía y fuerzas de seguridad para requi-
la ley no dice, forzando una interpretación que sar personas e inspeccionar los efectos que lleven
también genera excesos. consigo sin orden judicial, así como el interior de
vehículos aeronaves y buques de cualquier cla-
Concluye el mismo autor en que como con- se, con la finalidad de hallar cosas provenientes o
secuencia de lo expuesto, “puede marcarse constitutivas de un delito o elementos que pudie-
como tendencia que las razones que justifica- ran ser utilizados para la comisión de un hecho de-
rán —o no— la requisa sin orden judicial debe- lictivo, con la exigencia de que en el caso concreto:
rán ser analizadas en cada caso en particular.
Más allá de la denominación que le otorgue- a- Concurran circunstancias previas o conco-
mos —“motivos suficientes” o circunstancias mitantes que razonable y objetivamente permi-
previas o concomitantes”, “actitud sospechosa”, tan justificar dichas medidas respecto de la per-
“sospecha razonable” o “causa probable”—, el sona o vehículo determinado.
personal de la prevención que proceda a la re-
b- Se encuentren en la vía pública o en lugares
quisa, para que ésta sea válida, deberá explicar
de acceso público.
con claridad y suficiencia cuáles fueron los ele-
mentos objetivos de la realidad que, antes de Estableciendo la necesidad de realizar la dili-
intervenir, le hicieron presumir fundadamente gencia conforme a lo establecido por el artículo
que la persona requisada llevaba consigo ob- 230, párrafo 2do. y 3ro., practicando el secuestro
jetos relacionados con un delito. A tal fin, será del artículo 231, labrando el acta conforme a los
necesario, entonces, valorar la totalidad de los artículos 138 y 139 del ritual y comunicando in-
elementos que rodearon el hecho y verificar la mediatamente a la autoridad judicial a fin de que
existencia de dichos elementos, sin perjuicio de resuelvan en consecuencia.
señalarse que algunas razones, reñidas con los
principios constitucionales, quedarán exclui- Obsérvese que el precepto exige a fin de prac-
das ab initio del concepto de “motivo suficien- ticar una requisa sin orden “la concurrencia de

(10) Bertelotti, Mario, ob. cit. p. 72. (11) Bertelotti, Mario, ob. cit. p. 72.

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circunstancias previas o concomitantes que ra- Dentro de quienes demandaban orden ju-
zonable y objetivamente permitan justificar di- dicial, se encontraban, por una parte, quienes
chas medidas. hablaban de orden de requisa stricto sensu. Así,
por ejemplo, se entendía que la requisa de un auto-
Y nótese además que dichas circunstancias motor debía regirse por las reglas que se referían a
serán resueltas prima facie y en el lugar por la la requisa personal, a excepción de que el vehículo
autoridad preventora, de lo cual se puede colegir fuera utilizado como vivienda, en cuyo caso co-
la posibilidad cierta de vulnerar valores de jerar- rrespondía orden de allanamiento.
quía constitucional.
En tanto D’Albora, en apoyo de la tesitura de
Se ha sostenido que “El artículo 230 bis del Clariá Olmedo, indicaba que la voz “requisa”, en
Código de Procedimiento de la Nación, debe su primera acepción, significa “revista o inspec-
resultar objeto de un profundo debate, y solo ción de las personas o de las dependencias de un
admitiría la sospecha cierta y razonable, más la establecimiento” (13).
urgencia de realizar el procedimiento. Al respec-
to baste señalar la certeza de Alejandro Carrió Bidart Campos también aparentaba inclinarse
cuando respecto del tema señala, que salvo que por la opción de la requisa al señalar que “por
la autoridad divise algo en el interior del auto- más que a un automóvil no se le depare idéntica
motor que la persuada de la necesidad de actuar protección de inviolabilidad que al domicilio, es
inmediatamente (Ej. un arma) lo razonable es la menester reconocerle alguna” (14).
exigencia de orden judicial” (12). Entre opiniones contrarias, estaban quienes
Apreciamos en la creación de la norma de re- exigían orden de allanamiento. Por ejemplo, Ca-
ferencia una cierta influencia de creación pre- rrió explicaba que cuando el artículo 224, CPP
toriana, especialmente de la Cámara Nacional Nación, que regula el allanamiento, habla de
de Casación Penal que ha formulado ingentes “determinado lugar” no se refiere con exclusivi-
esfuerzos para justificar —con pocas excepcio- dad al domicilio, pues una lectura, por él mismo
calificada de generosa de la normativa constitu-
nes— procedimientos policiales de dudosa cons-
cional (arts. 18 y 33, CN), lo lleva a concluir que
titucionalidad.
“existe un derecho a la intimidad más allá del
a) En un operativo público de prevención po- domicilio, del cual el referido art. 224 es también
drán proceder a la inspección de vehículos reglamentario”, ámbito en el que incluye a los au-
tomóviles (15).
Además de la facultad de las fuerzas del orden
de requisar sin orden judicial, cuando se presen- Langer, por su parte, desarrollaba el siguiente
ten las circunstancias indicadas en la primera análisis. Tomaba como punto de partida el hecho
parte del artículo en estudio, su último párrafo de que mientras la requisa personal tiene como
agrega que “Tratándose de un operativo público objeto exclusivo buscar cosas relacionadas con
de prevención podrán proceder a la inspección un delito, el allanamiento tiene no sólo ese obje-
de vehículos”. to sino también el de detener a personas imputa-
das, evadidas o sospechadas de criminalidad. De
En cuanto a esta cuestión que también genera ello, derivaba que estaban “excluidos como ám-
opiniones encontradas y conclusiones diferen- bitos propios de la requisa aquellos” —como los
tes que culminan en poner en riesgo o directa- automóviles— “en los cuales sea posible detener
mente vulnerar principios y derechos constitu-
cionales, se encontraban, antes de la reforma, (13) Diccionario de la Real Academia Española, 21ª ed.,
quienes sostenían que no se requería orden Ed. Espasa Calpe, Madrid, 1996, p. 1261.
judicial para inspeccionar vehículos, quedando (14) Bidart Campos, Germán J., “Droga mal hallada en
la tarea a discreción de la policía, mientras que una requisa policial”, LL, Suplemento de Jurisprudencia
Penal, 30/03/98, p. 1, 2.
por el otro lado, un amplio sector doctrinario sí
la requería. (15) Carrió, Alejandro, “Requisas policiales, intercep-
taciones en la vía pública y la era de los standards light”,
Revista Jurídica de la Universidad de Palermo, Año 5, Nº1,
(12) Bellatti, Carlos A., publicación cit. Bs. As. 2000, p. 34-35.

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a una persona y sea necesaria una orden adicio- 230 bis al art. 230 en cuanto a la forma de llevarla
nal a la detención para poder hacerlo” (16). cabo (19).
Al pie aclaraba: “Con ello no estamos afir- Asimismo la expresión analizada “Tratándose
mando que, en todos los casos sea necesaria de un operativo público de prevención podrán
una orden de allanamiento adicional a la orden proceder a la inspección de vehículos” originó
de detención para detener a una persona que variadas críticas respecto a su alcance.
se encuentre en un automóvil u otro medio de
transporte. Pero hay casos en los que, claramen- Palmieri, por ejemplo, expresó con dureza que:
te, esa orden adicional sería necesaria. Supón- “Sin requisitos ni límites, la ley autoriza a inspec-
gase por ejemplo, que aquel contra el que se cionar automóviles en el marco de lo que llama
libró una orden de detención se esconde en el “operativo públicos de control”. Este tecnicismo
baúl de un auto. oculta la vieja práctica de “ir a la pesca” y salir a
abrir autos cuando no se tiene ningún indicio ni
Así concluía que la “mayor parte de los vehícu- claridad de lo que se está buscando”(20).
los de transporte exceden el ámbito de la requisa,
por lo que se precisa una orden de allanamiento También Borda ataca la normativa al afirmar:
para registrarlos”(17), a excepción de aquellos “La vaguedad del concepto ‘operativo público de
“en los cuales una persona se desplaza pero para prevención’ (...) permite sin lugar a dudas am-
los que no es necesaria una orden adicional a la parar un accionar absolutamente discrecional y
detención para que el individuo pueda ser apre- arbitrario de las fuerzas de seguridad, lesivo de
sado (por ej. una motocicleta)” (18), en los que se las garantías constitucionales” (21).
requería orden de requisa.
Asimismo, García agrega que la disposición
La casación también se expidió, aunque soste- “es una puerta abierta a la arbitrariedad y al
niendo la innecesidad de la orden judicial. abuso” (22).
Al surgir la ley 25.434, ésta trajo importantes Por su lado, D’Albora dice: “siempre que no
modificaciones en este tema. se desborden los demás recaudos, se presenta
como razonable en atención a las modalidades
En primer lugar, queda claro que los funciona- que presenta el delito en la actualidad. En tal
rios policiales y de las fuerzas de seguridad po- sentido, el uso de vehículos es más que corriente
drán inspeccionar sin orden judicial el interior o habitual” (23).
de los vehículos, aeronaves y buques cuando se
presenten las circunstancias de los incisos a y b El problema radica en que para proceder a
del artículo 230 bis, CPP Nación o se encuentren estas inspecciones, en el puntual caso de ope-
realizando un operativo público de control. rativos públicos de prevención, parece evidente
que no se requieren las circunstancias previas o
Caso contrario, necesitarán orden judicial. Pa-
concomitantes del primer párrafo, inciso a, de
rece evidente que ésta deberá ser, técnicamente,
la misma norma. Esto en función de que allí se
de requisa, con lo cual, además de clarificar que
dichos medios de transporte están dentro del
ámbito del concepto de requisa personal, con- (19) Bertelotti, Mario, ob. cit. p. 76.
cluye la discusión respecto de si la orden debía (20) Palmieri, Gustavo, “Policía: más atribuciones, me-
ser de allanamiento. Ello así, no sólo por su ubi- nos seguridad”, “Clarín”, 11/07/01, p. 22.
cación sistemática, sino también por la expresa (21) Borda, Rodrigo, “Ampliación de las facultades poli-
remisión que efectúa el anteúltimo párrafo del ciales. Aspectos inconstitucionales de la ley 25.434, modi-
ficatoria del Código Procesal Penal de la Nación”. LA LEY
2001-E, 1150.
(16) “La requisa personal en la jurisprudencia de la Cá- (22) García, Luis, “Dime quién eres, pues quiero saber
mara Nacional de Casación Penal”, p. 239 y ss. en qué andas. Sobre los límites de las facultades de policía
(17) “La requisa personal en la jurisprudencia de la Cá- para identificación de personas. Los claroscuros del caso
mara Nacional de Casación Penal”, nota 37. ‘Tumbeiro’”, LL 2003-A, 470 - Sup. Penal 2002 (Diciembre).
(18) “La requisa personal en la jurisprudencia de la Cá- (23) D’Albora, ob. cit., “Código Procesal Penal de la Na-
mara Nacional de Casación Penal”, p. 240. ción. Anotado, comentado y concordado, T. I, p. 495.

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especifica con claridad que dichas circunstan- culados a un delito cometido en directa relación
cias deberán estar presentes en las requisas e con el control vehicular: por ejemplo, documen-
inspecciones sin orden judicial sobre vehículos, tación apócrifa en la infracción al art. 292, CP, o
aeronaves y buques. No resulta coherente in- prueba en relación al apoderamiento ilegítimo
terpretar que el legislador ha querido repetir la del rodado —o su encubrimiento—. Pero si la
consigna —aunque sólo para los vehículos— en requisa tiene como consecuencia la incautación
el párrafo final, pues de otro modo, éste perde- de piezas de convicción en relación a un delito
ría sentido (24). absolutamente ajeno al control vehicular —v. gr.,
estupefacientes— aquélla no podrá ser convali-
Se ha sostenido que el último párrafo de la dada” (28).
norma en análisis puede ser interpretado de tres
maneras diferentes. Disiento con esta última conclusión, ya que
los elementos mencionados, que resultan ser
La primera, entender que la policía, en ocasión los vinculados con el control vehicular, por lo
de un operativo público de prevención, se halla general, no serían resultado de una requisa,
legitimada para proceder a la inspección de los sino que es una consecuencia que se manifiesta
automóviles y todo elemento que se encuentre al estarse frente al control vehicular. La perso-
vinculado a la comisión de un delito podrá dar na exhibiría esos elementos, por ejemplo, en el
comienzo a un proceso penal y ser incorporado caso de documentación, por lo tanto no es una
válidamente al juicio. Tal argumento ha encon- requisa de lo que estamos hablando, en este
trado fundamento en la jurisprudencia en que re- caso, y por otro lado las fuerzas de seguridad
sultaría un contrasentido autorizar, por un lado, a tienen la obligación se secuestrar objetos ilíci-
las fuerzas policiales a inspeccionar vehículos en tos o provenientes de un ilícito si los ven, aun-
función de la prevención del delito, y luego decir que no los estuvieran buscando específicamen-
que la prueba allí obtenida debe excluirse. te (doctrina “plain view”).
La adhesión a esta opinión conllevará, nece- Aparentemente, ha surgido una cuarta inter-
sariamente, el exigir al juez suma rigurosidad al pretación, originada por Adrián N. Martín, en su
momento de analizar la efectiva realización del trabajo referido al tema (29). En dicho trabajo se
operativo de control vehicular, a fin de evitar que explica que una aplicación razonable del referido
la policía intente justificar, alegando uno inexis- artículo desde el punto de vista constitucional es-
tente, requisas inmotivadas (25). taría dada en los supuestos que la jurisprudencia
de la CNCasación Penal calificó de “requisas sis-
La segunda interpretación consistiría en en-
temáticas”, es decir en lugares de acceso restringi-
tender que dicho párrafo resulta lisa y llanamen-
do donde por razones de seguridad corresponde
te inconstitucional por afectar irremediable-
extremar los recaudos para autorizar el ingreso,
mente el derecho a la intimidad, al extenderse a
tales como una cárcel, una central nuclear, un
la policía una facultad que ni los jueces tienen: o cuartel o cualquier otra instalación militar, una
sea, practicar requisas sin motivos previos que la aduana, un estadio de fútbol, un museo o un su-
justifiquen. Tal sería la posición de Borda (26) y permercado, o cuando se aborda un avión. En es-
aparentemente la de Palmieri (27). tos casos la persona a bordo de un vehículo que
El tercer criterio, el cual resulta ser el inter- tuviera intención de ingresar a uno de esos luga-
medio entre las dos variantes mencionadas an- res donde el acceso público se encuentra restrin-
teriormente, podría ser que “el procedimiento gido por sus especiales características, podrá op-
policial previsto en el art. 230 bis in fine, CPP tar voluntariamente por someterse a una requisa
Nación, sólo será válido si, como consecuencia tanto personal como del rodado, o en su caso,
de él, se produce el secuestro de elementos vin- ingresar sin el vehículo o inclusive, desistir de en-

(24) Bertelotti, ob. cit., p. 77. (28) Bertelotti, ob. cit.


(25) Bertelotti, ob. cit., p. 81. (29) Martín, Adrián N., “Operativos policiales de control
vehicular: su dudosa constitucionalidad”, trabajo compi-
(26) Borda, ob. cit. lado en la obra Debates en torno al Derecho Penal, p. 105,
(27) Palmieri, ob. cit. Editorial Cátedra Jurídica, Buenos Aires, 2007.

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trar al sitio, sin que esta última conducta pueda policial y en la medida que su ejecución sea ra-
ser tomada como una actitud sospechosa (30). zonable y respetuosa, resulta un instrumento vá-
lido para combatir ciertas actividades delictivas
También disiento con la opinión del respetado que perjudican a la mayoría de los integrantes
colega, y otra vez se hace decir a la ley lo que no de la sociedad. Recuérdese que los automotores
dice. De ningún lado de la ley surge que esos lu- son habitualmente utilizados por los criminales
gares de acceso público resultan ser “lugares de para desplazarse de un lugar a otro para cometer
acceso público restringido”, si fuera ese el caso delitos, trasladar los objetos sustraídos o las per-
se hubiera utilizado esa expresión. Por otro lado sonas privadas de su libertad, transportar merca-
creo que la opinión cae en un garantismo extre- derías y sustancias prohibidas y, eventualmente,
mo, que siendo realista y consciente de la época huir del lugar de los hechos cuando se produce
en que se vive, sería tomado como un modo más la intervención policial. También la sustracción
de burla por parte de la delincuencia, que sim- de los mismos rodados resulta muchas veces
plemente evitaría estos lugares, o mantendría los el producto de la faena delictiva y aquellos son
elementos ilícitos dentro del automóvil, cuando conducidos por los criminales a ‘desarmaderos
lo que se intenta es prevenir delitos utilizando clandestinos’ donde se produce su desguace y
el factor sorpresa, y no como parecería estarse posterior venta como repuestos usados. Además
sugiriendo, avisar que en esos lugares indefec- las estadísticas criminales y los estudios sobre el
tiblemente hay requisa. Por otro lado y del otro ‘mapa del delito’ permiten circunscribir con cier-
lado, no podemos ser ingenuos y pensar que si ta precisión aquellos circuitos más utilizados por
una persona se niega a la revisión de su vehículo, los malhechores para concretar sus actividades
esto no va a ser tomado como sospechoso. Segu- delictivas” (31).
ramente esa persona será interceptada luego con
algún otro fundamento, pero las razones habrán En esta coyuntura, entendemos que la reali-
sido dadas por su negativa primera. zación de los referidos “operativos de control
vehicular” se vislumbra como un instrumento
Para culminar con este punto, del cual luego apropiado para paliar de algún modo la desme-
expondré mi opinión sobre lo que entiendo re- surada “ola delictiva” que parece haber supera-
sulta ser un operativo público de control y cómo do todos los resguardos implementados hasta el
debería entenderse la mencionada expresión, momento. De allí que los reparos fundados en
principalmente por tratarse de una forma de una supuesta injustificada intromisión en el de-
trabajo policial, coincido ampliamente con lo recho a la intimidad de los ciudadanos, no se co-
que sostienen Roque Funes y Nicolás Plo: “En rresponde con la problemática descripta prece-
consecuencia del análisis de las posiciones doc- dentemente, en la medida que la ejecución de la
trinarias y fallos jurisprudenciales reseñados diligencia resulte razonable con el fin propuesto
anteriormente, surge que el punto central de la y se desarrolle dentro de un marco de respeto a la
cuestión está dado por el respeto al derecho a persona que debe soportar la injerencia.
una razonable expectativa de privacidad en ca-
beza de los ciudadanos. Ahora bien, en la prác- Por ello, en el especial caso que nos ocupa y en
tica resulta dificultoso establecer una regla ge- atención a la importancia de los bienes en jue-
neral que permita resolver los conflictos que se go, consideramos que en estos procedimientos
suscitan cuando existe una confrontación entre sistemáticos, el personal policial se encuentra fa-
aquella expectativa de privacidad del ciudadano cultado para proceder a la requisa integral del ro-
común y la actividad del Estado en el campo de dado (motor, interior, baúl y guantera). Recuér-
la prevención general para evitar la comisión de dese que habitualmente dentro de la guantera o
hechos delictivos que afectan la paz social. debajo de los asientos se suelen esconder armas
o sustancias prohibidas, que en interior del baúl
“No obstante lo sensible de la cuestión, enten- se transportan los objetos robados o mercade-
demos que la realización de operativos de control rías de contrabando y que comúnmente se hace
vehicular en la vía pública por parte del personal necesario cotejar los números de motor y chasis
para constatar si se trata de un vehículo robado.
(30) Funes, Roque y Plo, Nicolás, “Código Procesal Penal
de la Nación, Comentado y Anotado”, T. II, LL 2007, p. 290. (31) Funes, Roque y Plo, Nicolás, ob. cit., p. 293 ss.

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En cuanto a los bienes del conductor y pasa- Además, ninguna referencia se hace sobre la
jeros, entendemos al igual que en los preceden- urgencia en el artículo 230 bis, que regula la re-
tes de la Corte Suprema estadounidense, que las quisa sin orden judicial llevada a cabo por perso-
personas que circulan dentro de un vehículo tie- nal policial. Por último, el art. 231, CPP Nación,
nen una reducida expectativa de privacidad con eliminó la mención a lo “urgente” del secuestro
relación a los objetos que transportan en ellos, de elementos relacionados con el delito, al que
lo que en principio habilita la requisa de las per- sí hacía referencia el anterior, cuando se reali-
tenencias de aquellos que se encuentran dentro zaba por la policía. Ahora, la norma referente
del rodado y que resulten idóneas para ocultar en al secuestro reza: “esta medida será dispuesta y
su interior algún objeto prohibido o proveniente cumplida por los funcionarios de la policía o de
de un delito. A ello se aduna que la diligencia en las fuerzas de seguridad, cuando el hallazgo de
sí misma, no podría afectar la dignidad del con- esas cosas fuera el resultado de un allanamiento
ductor y pasajeros, al no resultar necesario que el o de una requisa o inspección en los términos del
personal policial revise y ponga manos sobre el art. 230 bis”.
cuerpo de aquellos.
De los pocos fallos que hacen mención al tema
Distinta por lo tanto, es la situación de la per- podríamos mencionar: el fallo de la Sala I de la
sona del conductor y pasajeros que considera- Cámara Federal de la Capital, “Perrone”, en el
mos no pueden ser inspeccionados en sus ropas que se sigue exigiendo el requisito de la urgencia
y cuerpos al no existir “motivos suficientes” ni para legitimar una requisa sin orden judicial. Así,
“circunstancias previas o concomitantes”. Si el al analizar el art. 230 bis se señala que, dicha nor-
personal policial estuviera también habilitado ma “requiere que existan circunstancias previas
para efectuar la requisa personal de aquellos, se o concomitantes que razonable y objetivamente
produciría un significativo avance sobre la expec- justifiquen estas medidas, a lo que debe sumar-
tativa de privacidad y, eventualmente, una inje- se la existencia de motivos de urgencia, habida
rencia que podría afectar su sensibilidad y pudor. cuenta que se autoriza al personal policial a re-
Por ello, entendemos que en este caso la finali- quisar sin control jurisdiccional. La urgencia se
dad de prevención general del procedimiento de desprende de la interpretación de esta norma a la
control vehicular como potencial instrumento luz del resto que regulan las inspecciones y actos
para combatir el delito no puede prevalecer so- que pueden practicar las fuerzas de seguridad
bre aquel concreto y legítimo derecho de priva- como así también de la Constitución Nacional
cidad del que gozan todos los ciudadanos y que que garantiza el derecho a la intimidad” (33).
sólo puede ser superado cuando median “moti-
vos suficientes” para presumir que oculta en su El fallo admite la existencia de circunstancias
cuerpo cosas relacionadas con un delito. previas, y es la falta de urgencia lo que lleva a la
Sala a anular el procedimiento.
En esa línea de pensamiento, si durante el
operativo de control vehicular se suscita una Dicha resolución fue apelada por el fiscal y la
“circunstancia concomitante” equiparable a sala IV de la CNCP, si bien revoca lo resuelto por
“motivo suficiente”, consideramos que el per- la Cámara, analiza el requisito de la urgencia, y
sonal policial sí se encuentra habilitado para señala que en el caso sí estaba presente, motivo
proceder a la requisa personal de los sujetos in- por el cual tácitamente admite que la urgencia
volucrados” (32). debe seguir exigiéndose como requisito en las
requisas sin orden judicial (34).
b) La urgencia
Sin embargo, en el fallo “Moya” (35), también
Asimismo, se produjo modificación respecto de la Sala I de la Cámara Federal, tras señalarse
del requisito de la urgencia, ya que, en primer lu-
gar, se suprimió el adjetivo “urgentes”, que acom- (33) Causa nº 34338, rta. 05/07/02, reg. 633.
pañaba al sustantivo “requisas” en el art. 184, inc. (34) Causa nº 3560, rta. 11/02/03, reg. 4604.4. En igual
5, que legisla sobre las atribuciones policiales. sentido, la misma sala in re causa nº 4437 “ML, P, rta.
15/06/04.
(32) Roque Funes y Nicolás Plo. (35) Causa nº 34249, rta. 15/08/02, reg. 820.

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que estaban presentes las circunstancias previas Previo a la reforma, la jurisprudencia se había,
o concomitantes que justificaban la requisa poli- de algún modo, anticipado a la ley, al flexibilizar la
cial, no se efectúa mención alguna a la urgencia, condición de la urgencia en la requisa sin orden.
y se convalida el procedimiento, de lo cual pare-
ce derivarse un cambio respecto de lo resuelto en Así, en uno de los primeros fallos sobre el
“Perrone”. tema tras la puesta en vigencia del CPP Nación,
se remarcó que “no bastaba limitarse a la con-
Por su parte, la CCC (capitalina), si bien es cier- ceptualización literal del término, sino que debe
to no ha hecho mención concreta a la ausencia extenderse a su análisis desde el punto de vista
actual del requisito, no lo es menos que en las teleológico. Así, la norma debe ser interpretada
resoluciones en las que ha aplicado las normas de modo que sus limitaciones no traben el eficaz
del CPP Nación según la ley 25.434, no lo ha exi- y justo desempeño de los poderes del Estado, al
gido —al menos expresamente— como un recau- efecto del cumplimiento de sus fines del modo
do a cumplir. La excepción parece constituirla lo más beneficioso para la comunidad (...) si bien la
resuelto por la Sala IV, la que apuntó que “si los exigencia se refiere a situaciones de urgencia , su
elementos incorporados al legajo constituyen exégesis debe realizarse con un criterio flexible”,
fundamento razonable para presumir que el im- para luego ponerse en cabeza de los magistrados
putado podría portar sobre sí elementos de utili- la tarea de “determinar, mediante un estudio ex
dad para la investigación, la actividad del personal ante si los preventores (...) pudieron suponer que
policial se ve respaldada, toda vez que la demora se hallaban ante una situación tal que los facul-
en la realización de los actos cuestionados habría taba a practicar una requisa sin previa autoriza-
podido comprometer o hacer peligrar el éxito de ción del juez instructor, debiéndose poner espe-
la investigación. Así, la detención, la requisa y el cial énfasis, a fin de dar respuesta al interrogante
procedimiento de incautación, efectuados encua- planteado, en las particulares circunstancias en
dran en las hipótesis establecidas en los artículos que se desenvuelve el accionar policial, topándo-
184, inciso 5, y 230 bis del Código Procesal Penal, se a diario con situaciones de emergencia, cuya
si han mediado en la especie las condiciones que decisión sobre los pasos a seguir no se halla por
hacen a su viabilidad. Por tanto, corresponde con- lo general precedida de un análisis completo y a
firmar el auto impugnado”(36). De la referencia a fondo de la cuestión, justamente por la celeridad
la demora en la investigación, se desprende táci- con que su actividad se desarrolla” (40).
tamente la exigencia del requisito de la urgencia
para requisar sin orden judicial. En apoyo de esta tesitura se dirigió la CNCP,
Sala III, al señalar que “apreciar lo urgente en
En doctrina, Palmieri observa críticamente cada caso exige efectuar el ajuste de las circuns-
que ahora la policía, sin razones de urgencia, tancias a la debida conceptualización y alcance
puede requisar (37). Coincide con esta aprecia- del término dado por el legislador, cuya equili-
ción Borda, aunque luego directamente descali- brada interpretación no autoriza a extremar la
fica esta innovación por inconstitucional (38). limitación establecida ni tampoco a exceder la
necesaria flexibilidad de la comprensión inte-
Parece no compartir esta opinión D’Albora, gral del significado, la que sin duda ampara las
quien, luego de la reforma, continúa señalando situaciones de emergencia o necesidad en que
que “en cuanto a la requisa personal, resulta me- razonablemente se desenvuelve el accionar po-
nester la previa orden judicial fuera de los casos licial...”, para luego concluir “que la limitación
de urgencia”(39). formal en cuestión puede conducir a la inde-
seada consecuencia de trabar el debido y justo
(36) Causa nº 22191, “Fernández, Ariel”, rta. 08/08/03.
(37) Palmieri, “Policía: más atribuciones, menos segu- tura también se desprende de lo señalado por el diputa-
ridad”, cit. do Stubrin (Capital Federal) en el debate parlamentario,
(38) Borda, Rodrigo, “Ampliación de las facultades poli- quien, al referirse al proyecto que finalmente se aprobó,
ciales. Aspectos inconstitucionales de la ley 25.434, modi- sostuvo que apuntaba a autorizar requisas en “situacio-
ficatoria del Código Procesal Penal de la Nación”. nes de urgencia”. Debate en la Cámara de Diputados del
(39) D’Albora, “Código Procesal Penal de la Nación. 30/05/01). Citado por Bertelotti, ob. cit., p. 85, nota.
Anotado, comentado y concordado, T. I, p. 369. Esta pos- (40) CFCC San Martín, Sala I, “Martínez”, rta. 25/06/99.

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DPyC Procesal Penal doctrina

desempeño de los poderes atribuidos al Esta- d) La invalidez de la requisa no puede derivar de


do, al efecto del cumplimiento de sus fines del que el acta no mencione las razones de urgencia
modo más beneficioso para la comunidad; y (...)
podría llegar en lo futuro a inhibir o desalentar Así se resolvió en un caso en el que se detuvo
la eficaz y legítima labor policial en las circuns- a un imputado, luego de perseguirlo, que se des-
tancias urgentes aludidas, ante el temor de que plazaba en un automóvil sustraído tratando de
la actuación prevencional o pesquisativa sea juz- escapar (43).
gada inválida, constituyéndose así una inexplica- III. Normativa vigente en el Código de la pro-
ble indefensión de la sociedad que favorecería y vincia de Buenos Aires
consagraría la impunidad, sin que para nada lo
justifique la acabada protección de los citados Corresponde seguidamente, analizar la nor-
intereses y garantías fundamentales”(41). mativa provincial.
Concluye sobre este tema Bertelotti, que “de En el Capítulo II del Código Procesal Penal
admitirse que la urgencia ha sido suprimida Provincial caratulado “Actos de Policía”, el art.
como requisito, debe tenerse cabal conciencia 294 en su comienzo, reza: “Los funcionarios de
de la influencia práctica que tal circunstancia policía tendrán las siguientes atribuciones”:
tendrá, por lo cual corresponderá insistir en que
los jueces deberán ser sumamente exigentes al Inc. 5 (texto según ley 12.405) establece: “Dis-
momento de analizar el recaudo de ‘motivos su- poner los allanamientos del artículo 222 y las re-
ficientes’ en cada caso en particular a fin de que quisas urgentes, con arreglo al artículo 225, con
la actuación policial no rebase los límites consti- inmediato aviso al Juez o Tribunal competente y
tucionales” (42). al Ministerio Público Fiscal.

Sobre este requisito ampliaré al analizar la Cuando se trate de un operativo público de


normativa provincial. control motivado en políticas tendientes a la pre-
vención de los delitos, podrán proceder a la revi-
c) El control judicial posterior sión de los efectos que porten las personas en sus
ropas o que lleven en su poder de otra manera o
Si bien la jurisprudencia no lo consigna expre- tengan en los vehículos en que se movilicen, pro-
samente como requisito de la requisa efectuada cediendo al secuestro en los casos sumamente
sin orden judicial, no parece discutible que el graves o urgentes o cuando peligre el orden pú-
juez debe ejercer, como con todos los actos de la blico, de todo aquello que constituya elemento
prevención que ponen en juego garantías cons- del delito o instrumento de un delito o sea pro-
titucionales, un estricto control de legalidad en ducto de él, con observancia de lo establecido en
salvaguarda del respeto de aquellas. el Título VII, Capítulo IV, de éste Código, bastan-
En el CPP Nación surgiría tal conclusión de la do la inmediata comunicación al Ministerio Pú-
parte final del art. 184, inc. 5, en cuanto a que la blico Fiscal y al Juez de Garantías.
policía, luego de practicada la medida, debe dar En cualquier circunstancia, podrá requisar el
“aviso inmediato al órgano judicial competente”. transporte de cargas y/o el transporte público de
En este sentido, el juez deberá analizar, no pasajeros, cumplimentando lo dispuesto en el
sólo la existencia de las razones que llevaron al párrafo primero in fine del presente inciso”.
personal policial a realizar la medida, sino tam- El artículo 222 del Código Procesal provincial
bién el modo en que fue efectuada (acta labra- establece que: “Allanamiento sin orden.- No obs-
da en debida forma; en presencia de testigos; si tante lo dispuesto en los artículos anteriores, la
es sobre una mujer, debe ser realizada por otra; Policía podrá proceder al allanamiento de mora-
firma del requisado y en su caso motivo de su da sin previa orden judicial cuando: 1. Se denun-
negativa; etc.). ciare que alguna persona ha sido vista mientras

(41) “Longarini”, rta. 27/04/94, en LL, t. 1994-E, p. 145. (43) C. Nac. Casación, Sala 1a., “Trotti, Gustavo”, del
(42) Bertelotti, ob. cit., p. 86. 23/6/95, en J.A. nº 6015, del 11/12/96.

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se introducía en una casa o local, con indicios El cacheo no debe confundirse con la requisa,
manifiestos de cometer un delito. 2. Se introduz- ya que tiene una finalidad defensiva o protectora,
ca en una casa o local algún imputado de delito a en cambio la requisa tiene finalidad investigado-
quien se persigue para su aprehensión. 3. Voces ra. El cacheo es eminentemente externo, super-
provenientes de una casa o local advirtieren que ficial, mientras que la requisa es un verdadero
allí se está cometiendo un delito o pidieren so- registro personal por el cual se buscan objetos
corro”. prohibidos en el interior del cuerpo o de la ves-
timenta del sujeto.
Y el artículo 225: “Requisa personal.- El Juez, a
requerimiento del Agente Fiscal, ordenará la re- La requisa se debe practicar sobre una per-
quisa de una persona, mediante decreto fundado, sona. La norma no distingue, y por ende puede
siempre que haya motivos suficientes para presu- realizarse tanto sobre quien resulte imputado,
mir que oculta, en su cuerpo, cosas relacionadas como sobre quien no lo sea siempre que se pue-
con un delito. Antes de proceder a la medida se la da presumir que oculta cosas relacionadas con el
invitará a exhibir el objeto de que se trate. Las re- delito.
quisas se practicarán separadamente, respetando La requisa tiende a facilitar el secuestro de
el pudor de las personas. Si se hicieran sobre una efectos vinculados con el delito.
mujer serán efectuadas por otra, salvo que ello im-
porte demora en perjuicio de la investigación. La La requisa debe ser practicada separadamen-
operación se hará constar en acta que firmará el te, a fin de respetar el pudor de las personas.
requisado; si no la suscribiere se indicará la causa. Cuando se hiciera sobre una mujer, deberá ser
La negativa de la persona que haya de ser objeto efectuada por otra.
de la requisa, no obstará a su realización, salvo
que mediaren causas justificadas”. Ya se mencionó que la requisa en principio, co-
rresponde a una decisión jurisdiccional de juez
Realizando un análisis de las partes que in- de garantías a requerimiento del fiscal, pero en
tegran el inciso 5 del artículo 294, respecto a la casos de peligro en la demora tienen esta facul-
posibilidad de efectuar requisas urgentes, con tad el fiscal y la policía.
arreglo al artículo 225 del CPP comenzaremos
diciendo concretamente que como es sabido la La operación de requisa debe hacerse constar
requisa es una medida que tiene por finalidad la en acta con los requisitos del art. 118 del CPP (44).
búsqueda en el cuerpo o ropas de una persona Para poder determinar si resulta legítima la
de cosas relacionadas con el delito. medida cautelar practicada autónomamente y
Se debe diferenciar del “cacheo” el cual con- fundada en razones de urgencia, es menester te-
siste en el “acto de palpar superficialmente, al ner en cuenta las circunstancias en que la misma
tuvo lugar y lo dispuesto por el artículo 294 inciso
tacto manual, el perfil corporal del sospechoso
5 del Código de Procedimiento Penal en cuanto
de haber cometido un delito, con la finalidad de
remite al 225 del mismo.
detectar armas u otros instrumentos peligrosos
para la vida o integridad física de los funciona- En este aspecto la Suprema Corte de los Esta-
rios intervinientes o de terceros, de detectar pie- dos Unidos de América ha fijado pautas tendien-
zas de convicción o efectos de la sospechada in- tes a precisar los conceptos de “causa probable”
fracción penal, y caracterizarse por realizarse por y “sospecha razonable”, “situaciones de urgencia”
los agentes de la autoridad y en un momento, por y la “totalidad de las circunstancias del caso”. La
lo general previo a la apertura del proceso penal”. doctrina de “causa probable” ha sido desarro-
llada en el precedente “Terry V. Ohio”, 392 U.S. 1
Si bien esta medida puede afectar la libertad (1968) en el cual se convalidó la requisa y deten-
e intimidad de quien la sufre, es perfectamente ción sin orden judicial efectuada por un policía al
lícita y legítima cuando se realiza sobre un sos-
pechoso, ya que el personal policial tiene la obli-
(44) Villar, Ariel H., “Medidas de coerción policiales -
gación de actuar en ese caso, si las sospechas Nuevos principios y facultades de las policías”, 1ª edición,
obviamente no resultaren ilógicas, irracionales o Buenos Aires, 2005, Ediciones Jurídicas, Omar Favale, p.
arbitrarias. 276 ss.

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advertir que extraños actuaban de “manera sos- orden judicial que autorice un registro, arresto o
pechosa”, ocasión en que se les aproximó y luego secuestro, describa de modo específico “el lugar a
de identificarse y girar alrededor palpó sus ropas ser registrado, las personas a detener y las cosas a
y encontró una pistola en el bolsillo del accio- secuestrar”. Además es exigencia expresa que las
nante, habiendo sido condenado y admitiéndose órdenes judiciales deben estar sustentadas en una
el arma como prueba, pese a las objeciones de la causa probable, esto es, en bases razonables (46).
defensa. El Tribunal sostuvo que “cuando un ofi- Sobre el punto, la Corte norteamericana ha esta-
cial de policía advierte una conducta extraña que blecido que si bien la norma expresa una prefe-
razonablemente lo lleva a concluir, a la luz de su rencia genérica por las órdenes judiciales basadas
experiencia, que se está perpetrando alguna ac- en causa probable, no siempre las exige y existen
tividad delictuosa y que las personas que tiene ciertas excepciones bastando al ejemplo, lo deci-
enfrente pueden ser armadas y ser peligrosas, y dido en “Wyoming v. Houghton” en relación a las
en el curso de su investigación se identifica como requisas a los automóviles sin tener que demos-
policía y formula preguntas razonables, sin que trar causa probable para cada uno de los pasajeros
nada en las etapas iniciales del procedimiento o el supuesto ya detallado del caso “Terry v: Ohio”
contribuya a disipar el temor razonable por su 392 U.S. 1-1968 (47).
seguridad o la de los demás en la zona, a efectuar
una revisación limitada de las ropas externas de Por su parte el artículo 18 de la Constitución
tales personas tratando de descubrir armas que Nacional, que no tiene una redacción igual al de
podrían usarse para asaltarlo. Conforme con la la Enmienda Cuarta pero plantea iguales interro-
cuarta enmienda, tal es una revisación razonable gantes, protege tanto a la persona como a las co-
y las armas que se incauten pueden ser presen- sas que lleva consigo.
tadas como prueba en contra de esas personas”.
La Constitución de la provincia de Buenos Ai-
Asimismo nuestro Máximo Tribunal federal ha res en su artículo 17 dispone que “Toda orden
establecido la legitimidad de arrestos y requisas de pesquisa, detención de una o más personas o
sin orden judicial que no tuvieron por base la embargo de propiedades, deberá especificar las
existencia de “causa probable sino de sospecha personas u objetos de pesquisa o embargo, des-
razonable”. En ese sentido manifestó que al igual cribiendo particularmente el lugar que debe ser
que ocurre con el “concepto de causa probable”, registrado, y no se expedirá mandato de esta cla-
la definición de “sospecha razonable” es necesa- se sino por hecho punible apoyado en juramen-
rio que sea flexible (45). to o afirmación, sin cuyos requisitos la orden o
mandato no será exequible”. Requiere —enton-
La “causa probable” que legitima la requisa tie- ces— de hecho punible apoyado en juramento o
ne regulación constitucional en los Estados Uni- afirmación, esto último, en concordancia con su
dos, disponiendo al efecto la Enmienda Cuarta par americana.
ya citada que “El derecho de la población a la se-
guridad en sus personas, sus casas, documentos Los artículos 225 y 294 inciso 5 del Código
y efectos, contra incautaciones y cateos arbitra- de Procedimiento Penal reglamentan esta ga-
rios no deberá ser violado, y no habrán de expe- rantía al disponer sobre el deber de los agentes
dirse las ordenes correspondientes si no existe de policía —y al igual que los precedentes refe-
una causa probable, apoyada por Juramento o renciados de la Corte de los Estados Unidos de
declaración solemne, que describa en particu- América— esa orden judicial previa puede ceder
lar el lugar que habrá de ser inspeccionado y las válidamente ante determinadas y fundadas cir-
personas o cosas que serán objeto de detención cunstancias de urgencia donde se requiere para
o decomiso”. su legitimación de una ecuación que contenga
causa probable y un preventor razonable ante la
De su transcripción se desprende que esta En- urgencia. La existencia de motivos es fundamen-
mienda tiene dos partes diferenciables. La prime-
ra, denominada warrant clause, requiere que la (46) Cfr. Flores, Oscar, “La Corte Suprema Norteameri-
cana y una sentencia que diluye las garantías de la cuarta
(45) Cfr. CSN, “Fernández Prieto, Carlos y otro”, enmienda”, L.L. T. 1999-F, 335/347.
12/11/98. L.L. T 1999-B. (47) Cfr. Flores, Oscar, citado.

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tal, pues de otro modo los preventores tendrían de la investigación llevada a cabo el nombre del
más facultades que los jueces. imputado, ocupación, aspecto físico, medio en
el cual viajaba, lugar aproximado del descenso.
Del juego de ambas disposiciones procesales Una aprehensión o una requisa personal ilegal
se desprende que la facultad de la policía para a su inicio no pueden quedar validadas por su
llevar a cabo la requisa es de carácter excepcio- resultado. La carencia de auto fundado del juez
nal en relación al juez y a su vez se deben veri-
ordenando la requisa llevada a cabo colocó al
ficar dos situaciones: a) justificación del acto, es
procedimiento al margen de la ley, en violación
decir, la existencia de motivos suficientes para
de la garantía del debido proceso y del derecho
sospechar de una persona y b) este segundo as-
de intimidad que consagra implícitamente nues-
pecto se relaciona con la urgencia del caso pues
de exigir una orden judicial previa se frustraría el tro plexo constitucional, al incorporar al proceso
resultado de la operación. Los preventores que la pieza de más importancia, con fallas y defectos
intervengan deben fundar lo actuado de modo formales que acarrean su nulidad absoluta”(50).
tal de no impedir el control de la razonabilidad - Requisa. Estado de sospecha. “Es importante
de la medida”(48). saber sobre qué elementos de juicio la preven-
En el caso “Alabama vs. White” 496., U.S. 325 ción determinó el estado de sospecha respecto
(1990), la Suprema Corte consideró legítima la del individuo sometido a requisa personal, la
detención y requisa, puesto que dijo “sospecha presunción debe existir en el momento mismo
razonable” es un estándar inferior del de “cau- en que se produce la interceptación en la vía
sa probable” ya que la primera puede surgir de pública pues es allí cuando la policía debe tener
información que es deficiente en calidad —es razones suficientes para suponer que una perso-
menos confiable— o contenido que la que re- na está en posesión de elementos que demues-
quiere el concepto de “probable causa”, pero que tren la comisión de un delito, de lo contrario una
en ambos supuestos, la validez de la información aprehensión o requisa ilegal a su inicio no puede
depende del contexto en que la misma es obteni- quedar validada por su resultado. La requisa es
da y del grado de credibilidad de la fuente (49). válida si la prevención contaba con indicios ob-
jetivos y no se trataba de una mera sospecha sub-
Asimismo respecto de la urgencia como requi- jetiva de los preventores, sino que fue producto
sito se sostuvo: de todo un operativo de inteligencia montada al
- Requisa sin orden. Inexistencia de razones de efecto (51).
urgencia. Nulidad: “Es nula la requisa efectuada
a) Requisa policial en operativos públicos de
por la prevención sobre la persona del imputado
control
y todas las actuaciones que de ese acto depen-
den si no se requirió la orden respectiva del juez Sobre la base de la requisa de urgencia con-
y no existían razones de urgencia que habilitaran templada en el primigenio art. 294 inc. 5º del
al personal policial a proceder sin orden judicial, CPP, se añaden mediante la reforma, particu-
tomando en cuenta que se interceptó al imputa- lares autorizaciones de requisas policiales, que
do luego de tres días de espera en los puestos de podrán efectuarse en el marco de un “operativo
consigna, debido a la investigación realizada pre- público de control motivado en políticas ten-
viamente por las fuerzas policiales, período en el
dientes a la prevención de los delitos”, o en “cual-
que razonablemente se pudo poner en conoci-
quier circunstancia” cuando se realicen sobre el
miento a la sede judicial de las investigaciones
“transporte de cargas y/o público de pasajeros”.
realizadas y solicitar la correspondiente orden de
requisa personal, más cuando conocían a través La Policía podrá requisar ahora no ya solamen-
te en casos de urgencia sino en casos de “operati-
(48) Tribunal de Casación Penal de Buenos Aires Causa vos públicos de control” motivados en “políticas
N° 1033, registro de Presidencia N° 6852 “M., C. G. S/Re- tendientes a la prevención de los delitos”.
curso de Casación”. La Plata 11/2004.
(49) Echevarría, Marcelo, “Aplicación de los principios
de ‘causa probable’ y ‘sospecha razonable’ ante la inmi- (50) Villar, Ariel H., ob. cit., p. 285.
nente detención de un sospechoso sin orden judicial”. (51) Villar, Ariel H., ob. cit., p. 284/285.

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La urgencia se legisla ahora no ya para la requi- porten las personas fuera de sus ropas (en un
sa, sino para su derivación: el secuestro posterior bolso, en un portafolio, etc.)”(52).
a la requisa, que procederá sólo en “casos suma-
mente graves o urgentes o cuando peligre el or- b) Revisión de los efectos que tengan en los vehícu-
den público”. Así, cuando se trate de un operativo los en los que se movilicen
público de control destinado a la prevención del
delito la policía podrá revisar los efectos: a) porta- La persona que se moviliza en un vehículo sólo
dos por la persona en sus ropas, b) llevados en su estaba obligada a exhibir ante el sólo requeri-
poder de otra manera y c) tenidos en los vehícu- miento de la autoridad competente, pero según
los en los que se movilicen. el nuevo art. 294 CPP inc. 5º, deberá ahora per-
mitir la revisión de los efectos que se encuentren
Aún fuera de esos operativos y en cualquier dentro del vehículo.
circunstancia la Policía podrá requisar al trans-
Sin embargo, se sostiene que esto no puede au-
porte de cargas y/o el transporte público de pa-
torizar al personal policial a que sin motivo algu-
sajeros.
no requise el interior de un bolso o maletín per-
Respecto de la Revisión de los efectos que teneciente a los ocupantes; en tal caso sólo una
porten las personas en sus ropas se sostiene sospecha fundada de que se está en presencia
que: “Procede en el marco de un operativo pú- de un delito puede justificar la inspección de los
blico de control tendiente a la prevención del objetos que no están a la vista prescindiendo de
delito, dirigido por lo tanto sobre personas in- la autorización del juez o del fiscal interviniente.
determinadas sobre las que no pesa sospecha c) Operativo público de control motivado en
alguna de encontrarse incursas en algún he- políticas tendientes a la prevención de los delitos
cho delictivo. La revisión no podrá exceder, en
principio, de una operación de cacheo. Desde Esta expresión y su interpretación por la doc-
el punto de vista operativo en la actividad poli- trina nacional, ya fue expuesta al analizar la nor-
cial, el cacheo implica, como ya se sostuvo, algo mativa federal. Las diferencias entre una legisla-
menos que el registro. ‘En el cacheo, la policía ción y otra serán luego expuestas. Lo que resta
no mete la mano en la ropa o los bolsillos, sino aquí aclarar es lo que esta expresión significa
que la pasa por encima de la ropa del sujeto. Las para la Policía, en concreto para la policía de la
manos deben pasar por la ropa, no conviene dar provincia de Buenos Aires, que es en definitiva a
palmadas por cuanto se corre el riesgo de no de- quien va dirigida.
tectar algún arma pequeña. La mano debe sen-
tir con su mejor tacto, lo que toca. La intención Manifiesto esto antes que nada, en razón de
del policía es buscar objetos duros que puedan que la doctrina entiende de muy diversas mane-
ser armas peligrosas en manos de un individuo ras esta expresión, y ella va no sólo dirigida a la
que desea huir o dañar al policía, a otros o a sí prevención policial sino que es ella la que debe
mismo’. En cambio ‘el registro es más profundo darle el significado, dado que es una expresión
que el cacheo, implica pensar que el sospechoso no jurídica sino policial.
es más peligroso, que hay causal de detención y
por ende se debe controlar centímetros a centí- Las características de esta frase extensa son
metro de su ropa, calzado, maletín, cuerpo, etc.’”. las siguientes: a) el operativo debe ser público.
Ello excluye la privacidad de la requisa. Debe
“En lo referente a la revisión de los efectos que realizarse a la vista de todos y en lugar público
lleven en su poder de otra manera, la opinión es y abierto; b) debe ser de control, lo que signifi-
que: ‘El legislador redacta este supuesto de pro- ca que se excluyen las revisiones “especiales” o
cedencia de requisa o revisión policial utilizando “particulares” a determinadas personas; c) debe
una porción de texto de amplia connotación, con estar motivado en políticas de prevención del de-
el fin de que actúe como complemento y cierre lito; se excluyen así, el vallado interceptador de
del anterior’”. alguien perseguido, y/o la pesquisa o seguimien-
to previo deliberado; d) de las tres características
“Estarían comprendidos todos los efectos que
‘lleven en su poder de otra manera’. Así, lo que (52) Villar, Ariel H., p. 294 ss.

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anteriores se desprende que el operativo debe Martín sobre el texto nacional, ya fueron expues-
estar documentado en el registro pertinente a la tos. Sólo resta agregar que no es así como fun-
autoridad policial. ciona el tema de los mencionados operativos, ni
obligatoriamente, o mejor dicho, es excepcional
Cuando nos encontramos ante un procedi- que se realicen en los lugares que estos autores
miento consecuencia de uno de estos operativos, interpretan.
el personal policial lo hace constar en las actas,
por ejemplo, de la siguiente manera: “nos encon- Continúa exponiendo el Dr. Granillo Fernán-
tramos realizando Operativo de Interceptación dez: “La índole e intensidad del control debe ser
Selectiva y Coordinada de Automotores dispues- proporcional al motivo de seguridad que lo jus-
to por la Superioridad, de acuerdo a orden de tifique y en ningún caso puede resultar vejatorio
servicio N° 495, en intersecciones de las calles...”. para las personas. La prevención de hechos de-
lictivos en lugares de importante concentración
El operativo analizado surge de una orden de de personas justifica ciertas medidas de segu-
servicio que en la provincia de Buenos Aires es ridad respecto de quienes pretendan ingresar a
emitida por el COP (Centro Operativo de Opera- ellos, que no pueden ser aplicadas indiscrimina-
ciones), y debería siempre quedar constancia en damente en otras circunstancias. La existencia
las actas de procedimiento tanto del número de de un operativo no puede, por sí solo, facultar al
orden como de lo específico de ella. personal policial para requisar discrecionalmen-
Así es como funciona esta frase para la preven- te a los transeúntes; lo contrario permitiría que
ción policial. Es por ello que no resulta compren- un órgano administrativo tuviera en sus manos
sible ni lógico el sinfín de interpretaciones que se el cercenamiento de garantías individuales por
hacen de una expresión que parece no resultar el fácil expediente de disponer esta actividad de
para nada complicada para quienes en definitiva control. Con ello no se obstaculiza la facultad po-
va dirigida. Y tenemos que los problemas innece- licial de solicitar, por ejemplo, los documentos
sarios los originan las personas de ley. correspondientes a quien guía un rodado; si en
dicho contexto surgieran datos objetivos que ha-
Por ejemplo, en el Código de Procedimien- gan sospechar la relación del conductor o de los
to Penal de la provincia de Buenos Aires, el Dr. pasajeros de su automotor con un delito, habrá
Granillo Fernández, manifiesta: “La ley 12.405 fundamentos para un registro preventivo.
ha establecido la posibilidad de revisar efectos
que porten las personas o los vehículos en que se “En definitiva, las requisas deberán ser justifi-
transporten, en el marco de un operativo público cadas en la existencia de circunstancias previas
de control motivado en políticas tendientes a la o concomitantes que objetiva y razonablemente
prevención de los delitos, con la posibilidad de justifiquen la diligencia y en la medida que ellas
realizar secuestros en los casos sumamente gra- sean realizadas en lugares de acceso público. Una
ves y urgentes o cuando peligre el orden público. extensión de las facultades policiales que exceda
La norma tiene su más acabada aplicación cuan- estos parámetros, confrontaría con la garantía
do el operativo de control se realiza para revisar constitucional que prohíbe al Estado injerencias
las condiciones en que las personas ingresan a arbitrarias en los derechos de las personas (arts.
un lugar (v.gr.: lugares bailables, estadios depor- 11.2 y 3 C.A.D.H. y 17.1 y 2 O.I.D.C.P.)” (54).
tivos o de espectáculos públicos, etc.) o la zona En esta interpretación no sólo se dicen cosas
próxima a estos ámbitos (por ejemplo la calle que la norma no establece, sino que mezcla requi-
que da al ingreso de estos lugares), ya que quien sitos exigidos por el Código nacional, producien-
pretende ir a dichos lugares puede elegir entre do así valoraciones que culminan en equivocacio-
asistir, previa revisión o desistir de hacerlo” (53). nes. No se entiende para qué el legislador habrá
Los comentarios a esta interpretación, que incorporado el texto referente a los operativos pú-
resultan ser similares a los realizados por el Dr. blicos de control, si en definitiva los comentarios
e interpretaciones van a culminar considerando
que para toda requisa se debe exigir los mismos
(53) Granillo Fernández, Héctor, “Código de Procedi-
miento Penal de la Provincia de Buenos Aires”,Ed. LA LEY,
2009, segunda edición. (54) Granillo Fernández, Héctor, ob. cit.

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DPyC Procesal Penal doctrina

requisitos, sin diferenciar las situaciones, fulmi- ridad, sin orden judicial, podrán requisar a las
nando de muerte las diferentes normas. personas e inspeccionar los efectos personales
que lleven consigo, así como el interior de los ve-
d) Requisa del transporte de cargas y/o el trans- hículos, aeronaves y buques, de cualquier clase,
porte público de pasajeros con la finalidad de hallar la existencia de cosas
En este caso la autoridad policial competente probablemente provenientes o constitutivas de
que ya cuenta con la autorización para que le sea un delito o de elementos que pudieran ser utili-
exhibida a su sólo requerimiento determinada zados para la comisión de un hecho delictivo de
documentación del vehículo podrá requisar “en acuerdo a las circunstancias particulares de su
cualquier circunstancia” el transporte de cargas hallazgo siempre que sean realizadas: a) con la
y/o el transporte público de pasajeros”. La idea concurrencia de circunstancias previas o conco-
del legislador es que el personal policial tenga mitantes que razonable y objetivamente permi-
aquí las mismas facultades, apuntadas en los tan justificar dichas medidas respecto de perso-
párrafos anteriores respectos de los efectos que na o vehículo determinado; y b) en la vía pública
porten tanto sobre sí los pasajeros, o que tengan o en lugares de acceso público. La requisa o ins-
en su poder de otra manera. pección se llevará a cabo, de acuerdo a lo esta-
blecido por el 2° y 3er. párrafo del artículo 230,
Tanto en el caso del allanamiento sin orden se practicarán los secuestros del artículo 231, y se
como en el caso de requisa urgente, el aviso al labrará acta conforme lo dispuesto por los artícu-
órgano judicial y al Ministerio Público Fiscal de- los 138 y 139, debiendo comunicar la medida in-
berá ser “inmediato”, es decir enseguida, sin tar- mediatamente al juez para que disponga lo que
danza alguna (55). corresponda en consecuencia. Tratándose de un
operativo público de prevención podrán proce-
IV. Comparación de ambas legislaciones
der a la inspección de vehículos”.
Corresponde a continuación realizar la
comparación entre ambas legislaciones en En lo fundamental ya fue expuesto y analizado
análisis. lo dispuesto por el Código nacional, lo que resta
realizar es la comparación con lo que establece el
En el Código nacional los requisitos para una Código provincial, en el cual las normas en cues-
requisa sin orden son: tión disponen: El artículo 294 inc. 5 (texto según
ley 12.405) establece: “Disponer los allanamien-
Primero tener en cuenta el artículo 230 que im- tos del artículo 222 y las requisas urgentes, con
pone los requisitos que debe tener la autoridad arreglo al artículo 225, con inmediato aviso al
competente para autorizar un registro, el mismo Juez o Tribunal competente y al Ministerio Pú-
dice: “El juez ordenará la requisa de una perso- blico Fiscal. Cuando se trate de un operativo pú-
na, mediante decreto fundado, siempre que haya blico de control motivado en políticas tendientes
motivos suficientes para presumir que oculta en a la prevención de los delitos, podrán proceder
su cuerpo cosas relacionadas con un delito. An- a la revisión de los efectos que porten las per-
tes de proceder a la medida podrá invitársela a sonas en sus ropas o que lleven en su poder de
exhibir el objeto de que se trate”. otra manera o tengan en los vehículos en que se
Luego el artículo 184 inciso 5º que específica- movilicen, procediendo al secuestro en los casos
mente habla de las atribuciones policiales: “5°) sumamente graves o urgentes o cuando peligre
Disponer con arreglo al artículo 230, los allana- el orden público, de todo aquello que constitu-
mientos del artículo 227, las requisas e inspec- ya elemento del delito o instrumento de un de-
ciones del artículo 230 bis y los secuestros del lito o sea producto de él, con observancia de lo
artículo 231, dando inmediato aviso al órgano establecido en el Título VII, Capítulo IV, de éste
judicial competente”. Código, bastando la inmediata comunicación
al Ministerio Público Fiscal y al Juez de Garan-
Y por último el artículo 230 bis el cual dispone: tías. En cualquier circunstancia, podrá requisar
“Los funcionarios de la policía y fuerza de segu- el transporte de cargas y/o el transporte público
de pasajeros, cumplimentando lo dispuesto en el
(55) Villar, Ariel H, p. 295. párrafo primero in fine del presente inciso”.

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Y el artículo 225: “Requisa personal.- El Juez, a se movilicen. No sólo es más amplia en cuanto a
requerimiento del Agente Fiscal, ordenará la re- los ámbitos que se pueden revisar sino que ade-
quisa de una persona, mediante decreto fundado, más existiría una marcada diferencia entre “ins-
siempre que haya motivos suficientes para presu- pección” y “revisión”, resultando más profundo y
mir que oculta, en su cuerpo, cosas relacionadas marcado lo establecido por la norma provincial.
con un delito. Antes de proceder a la medida se la
invitará a exhibir el objeto de que se trate. Las re- No debe olvidarse que esta última autoriza-
quisas se practicarán separadamente, respetando ción debe realizarse en un operativo público de
el pudor de las personas. Si se hicieran sobre una control con las salvedades ya realizadas en cuan-
mujer serán efectuadas por otra, salvo que ello im- to a esta expresión.
porte demora en perjuicio de la investigación. La Pero lo fundamental que debe tener en cuen-
operación se hará constar en acta que firmará el ta la justicia al momento de analizar una causa,
requisado; si no la suscribiere se indicará la causa. es que si el procedimiento se llevó a cabo por la
La negativa de la persona que haya de ser objeto policía de la provincia de Buenos Aires, es obvio
de la requisa, no obstará a su realización, salvo que ella lo realiza acatando y respetando la legis-
que mediaren causas justificadas”. lación provincial que los rige, y si posteriormente
por un tema de competencia, esa causa es remi-
Por lo tanto tenemos que la policía de la pro-
tida para su prosecución, a la justicia federal, los
vincia de Buenos Aires puede efectuar registros
operadores nacionales deben tener en cuenta las
urgentes sin orden siempre que haya motivos
diferencias normativas, todo esto para no provo-
suficientes para presumir que una persona ocul-
car las vulneraciones que se invocaron en la hi-
ta, en su cuerpo, cosas relacionadas con un de-
pótesis y en el transcurso de este trabajo.
lito. Y cuando se trate de un operativo público
de control motivado en políticas tendientes a la Esta problemática que se origina en el hecho
prevención de los delitos, sin importar la exis- de confundir las normas y las potestades que
tencia o no de motivos previos (y a pesar de las surgen de cada legislación también se encuentra
interpretaciones doctrinarias), podrán proceder presente en otras provincias.
a la revisión de los efectos que porten las per-
sonas en sus ropas o que lleven en su poder de En el caso que a continuación agrego como de-
otra manera o tengan en los vehículos en que se mostrativo, proveniente de la justicia de la pro-
movilicen, procediendo al secuestro en los casos vincia de Río Negro, se comete el mismo error
sumamente graves o urgentes o cuando peligre que se produce en la provincia de Buenos Aires
el orden público, de todo aquello que constituya cuando intervienen ambas competencias, la or-
elemento del delito o instrumento de un delito o dinaria y la federal.
sea producto de él.
Y no sólo se presenta la confusión en el uso de
En cambio, la legislación nacional requiere para las normas aplicables sino que en este caso es la
proceder a una requisa sin orden la concurrencia Defensa la que aparentemente invoca la norma-
de circunstancias previas o concomitantes que tiva federal cuando correspondía analizar el caso
razonable y objetivamente permitan justificar di- con la legislación provincial, que fue con la que
chas medidas respecto de persona o vehículo de- se intervino en primer término. El punto dos del
terminado; y, que se realice en la vía pública o en voto del Dr. Gauna marca con claridad la falta de
lugares de acceso público. En cuanto a si se trata reconocimiento de la competencia provincial.
de un operativo público de prevención sólo po- Tribunal: Cámara 1a de Apelaciones en lo Cri-
drán proceder a la inspección de vehículos. minal de General Roca. Fecha: 26/08/2009. Par-
La diferencia con la norma provincial es no- tes: A., F. N.; P., P. A. Publicado en: La Ley Online;
toria, ya que la nacional autoriza únicamente a Cita Online: AR/JUR/48596/2009
realizar la inspección del vehículo en cambio la Sumarios
norma provincial autoriza mucho más que eso,
incluyendo la revisión de los efectos que porten 1. 1 - Es válida la requisa practicada, sin orden
las personas en sus ropas o que lleven en su poder judicial, a quien fuera divisado por personal po-
de otra manera o tengan en los vehículos en que licial mientras merodeaba, las inmediaciones de

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un comercio presuntamente con fines de robo, Esta facultad, además, no conlleva requisitos
secuestrándose en su poder un arma de fuego ya adicionales ni exige ritualismos, puesto que de
que, el resultado de la requisa no puede dejar de ser como lo pretende la recurrente, ya nos tras-
evaluarse como dato coadyuvante ex post, a fa- ladaríamos del campo de la policía de seguridad
vor de la verosimilitud de los motivos que dieron (ley 1965, arts. 9 a 13) al de la policía en función
lugar a la medida. judicial (ley 1965, arts. 14 al 16).
TEXTO COMPLETO: Además, parece bastante difícil pretender re-
gular cuándo un funcionario debería sospechar
2ª Instancia.— General Roca, agosto 26 de o no. “...Si sospechar es imaginar una cosa funda-
2009. da en apariencia, habrá el magistrado de prestar
¿Es justa la resolución apelada? especial atención a índices tales como el aspecto
de cosas y personas, las actitudes del sujeto, los
El doctor Gauna Kroeger dijo: acontecimientos y su lugar y modo de produc-
ción; en suma, a esos ‘testimonios del género
1. Recurso de Apelación en favor de A.: Se agra- humano ofrecidos por el sentido común’ al que
via la Defensa porque los dos sujetos fueron re- se asimilan las presunciones....” (“CNCP- Hers-
quisados, los efectos secuestrados por la Policía, covich, Mario”, sent. 3/4/1997; cit. en Amarante,
y detenidos sin que existiera orden judicial. Mercader y Ovalle, Código Procesal Penal de la
Agrega que ese procedimiento se basó en un Nación Anotado, Ed. Ad Hoc, 2007, pág. 318).
“previo estado de sospecha” que viola el art. 18 de 3. Desde luego, como adelanté, “apreciación
la Const. Nac., en tanto la detención sólo es válida discrecional” de los funcionarios policiales no
si se encuentra fundada en orden escrita de auto- es equivalente a “arbitraria”. Si una persona fue-
ridad competente, o bien excepcionalmente, si es re molestada sistemáticamente con reiteradas
llevada a cabo por las fuerzas policiales que hayan inspecciones o requisas que nunca dan ningún
motivado su accionar por “indicios vehementes o resultado, podríamos hablar de conducta “abusi-
semiplena prueba de culpabilidad”. va” o “con desviación de poder”. Pero nada de ello
Aunque no lo aclara, la Defensa está invocan- ocurre en el sub lite.
do la jurisprudencia nacional estructurada alre- 4. La jurisprudencia —sobre todo la federal,
dedor de los arts. 184 inc. 5°, 230, 230 bis y 231
vinculada con la tenencia o tráfico de estupefa-
del CPPNac.
cientes— ha procurado poner un límite a estas
2. No comparto el criterio defensista, puesto facultades policiales en preservación del De-
que pretende desconocer las facultades otorga- recho a la Intimidad (art. 19 de la Const. Nac.),
das a la Policía de la Provincia de Río Negro por exigiendo la existencia de “razonabilidad o sos-
los arts. 165 inc. 5° (disponer requisas urgentes), pecha suficiente”, “sospecha razonable”, “motivos
208 (requisa de una persona siempre que haya suficientes” [1]. Sin embargo, estamos muy lejos
motivos suficientes para presumir que oculta en de semejante afectación, puesto que en la espe-
su cuerpo cosas relacionadas con un delito) y 265 cie se trata de dos personas que se encontraban
inc. 3° (detención in fraganti) del CPP. Asimismo, en la vía pública, merodeando, observadas como
los arts. 9, 10 incs. f, g y t y 13 de la Ley Orgánica sospechosas por vecinos que llamaron a la Poli-
1965, que autorizan actividades de observación, cía, que fueron palpadas de armas —o sea, sobre
investigación y vigilancia para prevenir el delito, las ropas—, sin que para ello fuere necesario un
cuando actúa como policía de seguridad. examen más intenso que pueda afectar su inti-
midad corporal.
A estos fines, la decisión de inspeccionar y re-
quisar queda librada a la apreciación discrecio- La Policía fue convocada por un llamado anó-
nal (que no es lo mismo que “arbitraria”) de los nimo de un vecino que los veía sospechosos. No
funcionarios policiales, facultad que se explica hay motivos para descreer de la existencia de ese
por sí sola, por ser necesaria para la seguridad llamado, que consta en un instrumento público
pública, y justificándose por exigencias de orden (fs. 1; cfr. art. 979 inc. 2° del C.Civil), siendo insu-
colectivo y de interés social. ficiente la mera negativa de la Defensa.

98 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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5. Viene al caso reflexionar que, si se obtiene Respecto al tema en análisis, ya no hay un ca-
resultado positivo en un procedimiento policial pítulo referente a “actos de policía o fuerzas de
ejecutado por la Policía con sustento en dispo- seguridad”. El tema de la requisa tanto con orden
siciones legales, hiere el sentido común y consti- judicial como sin ella es tratado directamente en
tuye exceso ritual manifiesto, pretender anularlo el libro cuarto “Medios de Prueba”. Los artículos
argumentando —subjetivamente— una inter- 130 y 131 expresan:
pretación restrictiva de aquellas potestades.
“ARTÍCULO 130.- Requisa. El juez ordenará,
Así, se ha dicho que: “....El accionar dubitati- a requerimiento de parte y por auto fundado,
vo del imputado, portando un bolso constituyó la requisa de una persona, la inspección de los
alguna de aquellas ‘circunstancias debidamente efectos personales que lleva consigo, así como
fundadas que hagan presumir que alguien hu- el interior de los vehículos, aeronaves o embar-
biese cometido o pudiese cometer algún hecho caciones, siempre que haya motivos suficientes
delictuoso o contravencional’, tanto más si al ser para presumir que se ocultan cosas relacionadas
palpado sobre sus ropas se advirtió que estaba con un delito. La orden deberá indicar los objetos
armado. Y en punto a ponderar el acierto de la buscados. Antes de proceder a la requisa se de-
intuición policial y la razonabilidad de sus sospe- berá advertir a la persona acerca de la sospecha y
chas no habrá de soslayarse el resultado positivo del objeto buscado, invitándola a exhibirlo.
de la requisa, extremo éste que, con las debidas
salvedades, ya ha sido considerando como ‘dato Las requisas se practicarán separadamente,
coadyuvante ex post’ por la jurisprudencia de la con perspectiva de género, respetando el pudor
Sala” (“CNCP- Marinucci, Dante”, sent. 7/2/1997, y la dignidad personal y, en los casos que corres-
cit. en Amarante, Mercader y Ovalle, op. cit., pág. pondiere, por profesionales de la salud.
266)...
La advertencia y la inspección se realizarán
...6. Está acreditado que el imputado A., al mo- en presencia de DOS -2- testigos, que no podrán
mento de ser detenido y requisado, tenía en su pertenecer a la fuerza de seguridad ni a ninguno
poder una pistola calibre .22, marca Astra-Unce- de los órganos intervinientes, salvo en caso de
ta y Cía., arma de fuego considerada de uso civil suma urgencia o imposibilidad de conseguirlo, la
(v. pericia a fs. 70/76 y fotografías a fs. 20/22). que deberá ser acreditada. El procedimiento y los
motivos se harán constar en el acta que firmarán
Por lo tanto, habiendo sido detenido in fra- todos los intervinientes y si el requisado no la sus-
ganti, mientras poseía en su persona el arma de cribiere, se indicará la causa. La negativa de la per-
fuego para la cual no tenía autorización legal, la sona que haya de ser objeto de la requisa no obs-
detención ha sido correcta y no requería orden tará a ésta, salvo que mediaren causas justificadas.
judicial (art. 265 inc. 3° del CPP).
ARTÍCULO 131.- Requisa sin orden judicial.
Finalmente, si la requisa se ajustó a Derecho, Sólo podrá procederse a la requisa sin orden
también lo fue el consiguiente secuestro al en- judicial de la persona e inspeccionar los efectos
contrarse el corpus delicti, tratándose de un se- personales que lleve consigo, así como el interior
cuestro de urgencia, que no requería orden judi- de los vehículos, aeronaves y embarcaciones de
cial (art. 209 del CPP). Véase, al efecto, el criterio cualquier clase, ante la concurrencia de los si-
sentado sobre secuestros de urgencia in re “STJ- guientes supuestos:
Müller, Gustavo”, sent. del 11/6/1992.
a. existan circunstancias previas que razonable
7. Por todo lo expuesto, no corresponde decla- y objetivamente permitan presumir que se ocul-
rar ninguna nulidad. tan cosas relacionadas con un delito;
V. El nuevo Código Procesal Penal de la Nación b. no fuere posible esperar la orden judicial
ante el peligro cierto de que desaparezcan las
El 10 de diciembre del año 2014 se publicó el pruebas que se intentan incautar;
nuevo Código Procesal de la Nación, bajo la ley
N° 27.063, el cual no es una reforma ni una mo- c. se practique en la vía pública, o en lugares de
dificación, sino que se trata de un código nuevo. acceso público.

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Si correspondiera, se practicarán los secues- cipación de testigos pertenecientes a la fuerza,


tros del modo previsto por este Código, y se la- siempre y cuando exista urgencia o imposibili-
brará un acta, expresando los motivos, debién- dad de conseguirse la presencia de testigos ci-
dose comunicar la medida inmediatamente al viles, y acreditando dichas circunstancias. Esto
representante del Ministerio Público Fiscal para es un avance respecto de la normativa anterior,
que disponga lo que corresponda. ya que otorga la posibilidad de la participación
de miembros de la fuerza como testigos. Es de
Las diferencias con su anterior son notables. público conocimiento lo difícil que le resulta al
Respecto de la requisa sin orden judicial, la personal policial y de las fuerzas, la participación
cual estaba normada en el discutido artículo voluntaria de los ciudadanos civiles en los pro-
230 bis, las principales diferencias con el actual cedimientos.
artículo 131 son: El nuevo Código será aplicable a los hechos de-
a) El discutido adjetivo “concomitantes” refe- lictivos que sean cometidos a partir de su entrada
rido a cómo debían ser las circunstancias habi- en vigencia. Por lo cual los inconvenientes trata-
litantes para una requisa sin orden, ya no está dos en el presente trabajo se seguirán producien-
normado en el nuevo código. Esto evitará los tan do para los procesos en curso, y a medida que se
cuestionados excesos que se decía se generaban empiece a utilizar la flamante legislación nacio-
con tal expresión. Ahora las circunstancias que nal para los hechos nuevos, se multiplicarán los
lleven a efectuar una requisa sin orden sólo de- problemas generadores de planteos nulificantes,
berán ser previas. ello en virtud que ahora son mayores y más im-
portantes las diferencias entre las legislaciones
b) El texto anterior especificaba quién podía procesales. Habrá que evaluar en un futuro el
realizar una requisa sin orden, el actual no. Qui- éxito o no de este nuevo Código, pero lo cierto
zás a fin de evitar obviedades. es que respecto a la problemática analizada en
el presente trabajo, lo que se genera es un mayor
c) En la letra b) el requisito de “la urgencia”, que quiebre y una extrema división, alejándonos aún
tantas opiniones divergentes ocasionara en el más de la unión de criterios que se debería tener
anterior texto, ahora está expresamente escrita. judicial y legislativamente en un país.
d) El tan debatido tema de los “operativos VI. Otras normas cuya interpretación oca-
públicos de prevención” que habilitaban la ins- siona perjuicios
pección de vehículos ya no está normado. Esto
generará aún más inconvenientes que los que ya A continuación expondré otras dos normas
existían con su par provincial, mientras siga es- que también generan las peligrosas e inacepta-
tando establecido en el segundo. bles nulidades de las que se hace referencia en la
hipótesis del presente trabajo.
e) Ahora la comunicación que se requiere que
se realice inmediatamente luego de llevarse a Estas normas son las referentes a los requisi-
cabo una requisa es al representante del Minis- tos que deben tener las actas, concretamente al
terio Público Fiscal, no al juez como lo era ante- tema de los testigos de actuación.
riormente. Esto es coherente con el espíritu que
persigue el nuevo código, el cual delega en el fis- El Código Procesal de la provincia de Buenos
cal toda la investigación. Aires dispone a través de su artículo 117: “Regla
general. Cuando el funcionario público que in-
f) Respecto de los testigos de actuación men- tervenga en el proceso deba dar fe de los actos
cionados en el artículo 130 referente a la requisa realizados por él o cumplidos en su presencia,
con orden judicial, se indica que los menciona- redactará un acta en la forma prescripta por las
dos testigos “no podrán pertenecer a la fuerza disposiciones de este capítulo. A tal efecto, el
de seguridad ni a ninguno de los órganos in- Juez o Tribunal serán asistidos por un Secreta-
tervinientes, salvo en caso de suma urgencia o rio, mientras que el Agente Fiscal lo será, en la
imposibilidad de conseguirlo, la que deberá ser medida que sea posible, por un Secretario, un
acreditada”. A diferencia de la tajante prohibición ayudante Fiscal o un Oficial de la Policía Judicial
de su predecesor, este código permite la parti- o Administrativa; el Juez de Paz y los Oficiales

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o Auxiliares de Policía, por un testigo que, si es te de las actas que acrediten los actos irreprodu-
factible, sea extraño a la repartición policial. Los cibles y definitivos, tales como el secuestro, ins-
testigos deberán estar presentes durante todo el pecciones oculares, requisa personal”.
trámite del acto.
De lo que surge que el funcionario de policía o
La imposibilidad de asistencia por un funcio- fuerza de seguridad será asistido por dos testigos.
nario o testigo deberá ser expresamente señala- Del modo en que se plantea la exigencia, salvo
da, al igual que sus causas determinantes. los casos particulares que a continuación se in-
dican, esos dos testigos pueden ser funcionarios
Entendida el acta como el instrumento o pie- policiales.
za escrita en el cual el redactor refiere un hecho
o acto jurídico, relatando la forma de su acae- Los actos en los que de ninguna manera pue-
cimiento, el estado de las cosas o las manifes- den participar personal policial como testigo de
taciones de voluntad de las personas que parti- actuación son aquellos que por su naturaleza y
ciparon, y cuya finalidad es la de dar fe del acto características resultan ser definitivos e irrepeti-
emanado del propio funcionario o del realizado bles, siendo estos, los secuestros, las inspeccio-
en su presencia. nes oculares, la requisa personal. En estos casos y
a diferencia de la legislación provincial, el perso-
El art. 117 del Cód. Procesal Penal establece nal policial no puede ser testigo, siendo ésta, otra
que los funcionarios públicos, cuando deben dar de las razones que originan planteos nulificantes
fe de actos realizados por ellos o cumplidos en su en la justicia federal.
presencia, deberá redactar un acta, de acuerdo
a las disposiciones del mismo código, debiendo Jurisprudencialmente respecto a los casos par-
tomar un testigo de actuación. Para el caso de los ticulares se ha sostenido:
policías, si es factible, que sea extraño a la repar-
tición policial. Este testigo debe estar presente en “En las prevenciones policiales los policías no
todo momento y luego deberá también firmar el pueden ser testigos en actos definitivos e irrepro-
acta labrada. ducibles. Esta prohibición genera graves proble-
mas, porque hay horas de la noche, hay lugares,
Por lo que surge que los funcionarios policia- en los que no es fácil encontrar testigos. El tema
les de la provincia de Buenos Aires requieren de lo analiza muy bien Luis María Viaut, que advier-
un testigo de actuación en lo posible ajeno a la te la dificultad que existe para labrar actas con
repartición policial, pero no prohíbe la partici- testigos en el ámbito de la justicia federal; por
pación de un policía como testigo de actuación ejemplo, en un puesto fronterizo, donde era pre-
siempre claro está que se manifiesten cuáles fue- ciso requisar un automotor sospechoso. Llega a
ron las circunstancias que llevaron al personal la conclusión de que es preferible modificar este
actuante a solicitar la presencia de otro efectivo artículo y permitir al menos la intervención de
como testigo. También deben explicarse lo más dos testigos de la misma fuerza de seguridad que
detalladamente posible las razones que impidie- interviene en el procedimiento (‘El artículo 138
ron conseguir un testigo de actuación, las cuales del CPPN y una posible reforma’, ED, 163:1248).
pueden corresponder a la peligrosidad del lugar,
al horario, al tiempo, a la negativa de colabora- “No siempre la policía consigue dos testigos. La
ción de las personas, etc. exigencia de efectuar los secuestros, inspecciones
oculares, requisas y demás actos definitivos e irre-
Por su lado el artículo 138 del Código Procesal producibles con dos testigos que no pertenezcan
de la Nación establece: “Cuando el funcionario a la policía o repartición que esté interviniendo en
público que intervenga en el proceso deba dar fe el sumario de prevención, no puede ser tomada
de los actos realizados por él o cumplidos en su como absoluta e ineludible. Hay casos en los que
presencia, labrará un acta en la forma prescrita el secuestro se lleva a cabo en la vía pública, en ho-
por las disposiciones de este capítulo. A tal efec- ras de la madrugada, cuando de acuerdo a la zona
to, el juez y el fiscal serán asistidos por un secre- puede resultar prácticamente imposible encon-
tario, y los funcionarios de policía o fuerzas de trar testigos. Si así sucediera, lo correcto es seguir
seguridad por dos testigos, que en ningún caso adelante con el procedimiento, cuya realización
podrán pertenecer a la repartición cuando se tra- no puede depender de la presencia ineludible de

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testigos ajenos a la fuerza de seguridad, dejando en forma irrazonable, decretando la nulidad del
constancia de que no se pudo lograr la presencia procedimiento de detención y secuestro, absol-
de ninguno (este requisito surge del art. siguiente, viendo al acusado”.
que exige dejar constancia del motivo que haya
impedido la intervención de las personas obliga- El Dr. Hornos dijo:
das a asistir); por supuesto, que el funcionario que El punto en discusión presenta caracteres par-
hace la afirmación deberá tratar, por lo menos, de ticulares. En el caso, y según surge del acta de fs.
ser acompañado por pares o subordinados, los 3/3 vta., personal de la Comisaría 1ª de José C.
que no sólo refrendarán lo relativo al acto proce- Paz, Provincia de Buenos Aires —el Oficial Sub-
sal cumplido sino que atestiguarán también sobre inspector C. A. L. secundado por el Sargento 1º
la imposibilidad de acatar la exigencia legal. Así lo L. R—, mientras recorría el ámbito jurisdiccional
ha entendido, entre otros, la Sala ‘A’ de la Cáma- ejerciendo funciones de prevención y represión
ra Federal de Apelaciones de Rosario, en la causa de ilícitos y faltas en general, en zonas conflic-
58.232, ‘Cela, J’, del 5-5-95 (J.P.B.A. T. 90 Fallo 327). tivas, al llegar a la intersección de la congruen-
Analizadas ya las normas cuestionadas en el cia de la Ruta 8 y Chile, advirtieron la presencia
presente trabajo, corresponde ahora presentar de un hombre, frente a una vivienda de la calle
lo que ocurre jurisprudencialmente. La finalidad Chile, en actitud, según señalaron, “expectante”
y “sospechosa”. Lo cual motivó que le impartie-
luego del análisis desglosado de los textos proce-
ran la voz de “alto policía” —que fue acatada—,
sales, es mostrar el exegético uso que se realiza
requirieran la presencia de un testigo, y lo iden-
a veces de los textos, en los casos concretos y su
tificaran.
peligroso resultado.
Que, seguidamente, y con el fin de realizar
VII. Jurisprudencia
“una mejor identificación y averiguar anteceden-
En un intento por abordar el tema desde la ma- tes”, lo trasladaron a la Comisaría, donde se le re-
yor cantidad de aristas posibles, a continuación quirió que exhiba sus pertenencias, ante lo cual
se transcriben las partes más importantes e ilus- L. extrajo del bolsillo trasero de su pantalón un
trativas de algunos casos en los que se ha tratado envoltorio de nylon transparente, que contenía
el tema del presente trabajo. cuatro envoltorios pequeños de nylon blanco, y
que contenían cocaína, y un envoltorio de papel
1. Fallos en los que se ha mencionado la postura metálico con picadura de marihuana, en su inte-
que se plantea rior (2,5 gramos en total).

En primer lugar se expone un precedente en el Ahora bien, cabe destacar liminarmente que
cual la Cámara Nacional de Casación Penal pro- en el primer tramo del procedimiento en cues-
porciona diversas bases argumentales a efectos tión —que se desarrolló en la Provincia de Bue-
de interpretar el álgido tema tratado. nos Aires—, hasta el efectivo hallazgo de la sus-
tancia estupefaciente en poder de L., los preven-
El caso fue analizado por la Sala IV de la Cá- tores no se encontraban frente a la comisión de
mara Nacional de Casación Penal en autos ca- un delito de competencia federal, por lo que la
ratulados “L., G. A s/ Rec. de casación de fecha detención y posterior requisa y secuestro de la
11/05/2001. Los hechos fueron: sustancia estupefaciente que se encontraba en
poder del nombrado, deben ser analizados a la
“Una persona fue detenida en la vía pública luz de las leyes provinciales pertinentes.
en virtud de la actitud ‘expectante’ y ‘sospecho-
sa’ advertida, procediéndose a su identificación. En el ámbito de la Provincia de Buenos Aires,
Trasladado a Comisaría a los fines de ‘una me- en lo que resulta de aplicación al presente caso,
jor identificación y averiguar antecedentes’ se y tal como lo señaló esta sala “in re”: “Sierra, Ser-
le requirió que exhiba sus pertenencias secues- gio Ariel s/ recurso de casación” (causa Nº 1296,
trándose material estupefaciente. Condenado, rta. el 31 de agosto de 1999, Reg. Nº 2028.1), el
la defensa oficial dedujo recurso de casación. art. 13 de la Ley Orgánica de la Policía de la Pro-
Dicho tribunal invalidó la detención y la poste- vincia (ley 9551, B.O. del 16/06/1980) establece
rior requisa personal practicada en sede policial que para el ejercicio de su misión los preventores

102 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Natalia Cecilia Caprarulo

están autorizados a “proceder a la detención de La doctora Capolupo de Durañona y Vedia


toda persona de la cual sea necesario conocer dijo:
sus antecedentes y medios de vida, en circuns-
tancias que lo justifiquen o cuando se niegue a I. Estimo, a diferencia del voto que lidera este
identificarse...”, disponiendo el art. 12 que “para acuerdo, que debe considerarse válido y legal-
efectuar allanamientos domiciliarios con fines mente llevado a cabo por el personal preventor,
de pesquisas, detenciones o secuestros se reque- el procedimiento que registra el acta de fs. 3/3
rirá de los jueces competentes la autorización vta., en virtud de que el personal policial se ciñó,
legal correspondiente”; siendo que “esta última hasta la verificación de la posible comisión del
no será necesaria cuando el procedimiento deba delito de tenencia de estupefacientes, al proce-
realizarse en lugares públicos y en aquellos casos dimiento previsto para los casos de averiguación
de excepción expresamente contemplados en las de antecedentes.
normas legales vigentes”. En efecto, el art. 13 del dec. ley 9551/80 de la
La evaluación a la luz de estos principios ge- Provincia de Buenos Aires autoriza a la policía
nerales del accionar de los preventores, que en de la Provincia para el ejercicio de su misión a
el caso procedieron a la detención y posterior re- “proceder a la detención de toda persona de la
quisa de L., permite concluir que en la emergen- cual sea necesario conocer sus antecedentes y
cia no se presentó dicho proceder como razona- medios de vida, en circunstancias que lo justifi-
ble; pues las actuaciones policiales examinadas quen o cuando se nieguen a identificarse. Esta
detención no podrá prolongarse más tiempo que
de manera alguna explican cuáles eran las cir-
el necesario para aquellos fines, sin exceder el
cunstancias que justificaban —a los fines de rea-
plazo de veinticuatro horas.
lizar “una mejor identificación y averiguar ante-
cedentes”— la detención del ahora condenado. A la luz de tal normativa provincial debe anali-
zarse la validez de lo actuado por el personal pre-
El principio de razonabilidad condensado en la
ventor, en virtud de lo dispuesto en el art. 7º de
norma constitucional citada no se limita a exigir
la Constitución Nacional que establece que los
que sólo la ley sea razonable, sino que es mucho
actos y procedimientos judiciales de una provin-
más amplio, ya que cada vez que la Constitución
cia gozan de entera fe en las demás. En tal sen-
depara una competencia a un órgano de poder,
tido se le deben atribuir los mismos efectos que
impone que el ejercicio de la actividad consi-
hubieran de producir en la provincia de donde
guiente tenga un contenido razonable, es decir,
emanan.
que no sea arbitrario y por ende inconstitucional.
En el ámbito de la Provincia de Buenos Aires, la
Por las razones apuntadas cabe concluir que el policía cuenta —en particular— con el art. 13 de
procedimiento realizado por la autoridad de pre- la ley 9551/80 ya mencionada, para desarrollar
vención, que culminó con el secuestro de los ele- toda actividad de observación y vigilancia desti-
mentos por cuya tenencia fue condenado L., no nada a prevenir el delito.
fue ajustado a derecho ni respetó el referido re-
quisito de razonabilidad, atendiendo a los fines En efecto, el legislador provincial autorizó en
que persiguen las normas bajo análisis, así como dichas normas a la policía a detener a toda per-
el interés general en el afianzamiento de la jus- sona de la cual sea necesario conocer sus antece-
ticia, en relación a las particularidades del caso. dentes y medios de vida en circunstancias que lo
justifiquen o cuando se nieguen a identificarse;
De lo expuesto, y a la luz de las consideraciones vigilar, registrar y calificar a las personas habi-
precedentemente efectuadas, cabe concluir que tualmente dedicadas a una actividad que la Poli-
la autoridad policial carecía de facultades legales cía deba prevenir, reprimir; y a inspeccionar con
para detener a L., pues no tuvo motivos suficien- finalidad preventiva los vehículos en la vía públi-
tes para percibir en él una actitud sospechosa ca, talleres, garajes públicos y locales de venta.
que justificara su detención, y posterior requisa,
en circunstancias en que no hubiera resultado Cabe recordar aquí, que la ley de marras no fue
contraproducente al éxito del procedimiento la cuestionada en su validez ni por las partes, ni por
obtención de una orden judicial. el tribunal al sentenciar; a lo cual ha de agregarse

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el criterio adoptado por esta Cámara en el sen- Por ello, por mayoría, el tribunal resuelve:
tido de que los actos públicos y procedimientos Hacer lugar al recurso de casación interpues-
judiciales realizados en sede provincial, en aten- to a fs. 127/134 por el Defensor Público Oficial
ción a lo dispuesto por el art. 7º de la Constitu- doctor Aníbal J. L. Gilardenghi, asistiendo a G.
ción Nacional gozan de entera fe en las demás; A. L., sin costas y consecuentemente anular el
debiendo aplicarse las normas de rito de aquel procedimiento de detención y secuestro de la
territorio provincial a los fines de analizar la va- sustancia estupefaciente de que da cuenta el acta
lidez o invalidez de una diligencia sumarial efec- de fs. 3/3 vta., y de todos los actos que han sido
tuada en sede local. su directa consecuencia, incluyendo la sentencia
condenatoria dictada a fs. 117 y 123/126 —por
II. El hecho de que tales constancias procesales no existir en el expediente un cauce de investiga-
se llevaron a cabo en jurisdicción de la Provincia ción independiente—, y absolver en consecuen-
de Buenos Aires, hace aplicable lo dispuesto por cia al nombrado, cuyos demás datos personales
el art. 7º de la Constitución Nacional, en el senti- obran en autos, en relación al delito de tenencia
do de que los actos y procedimientos judiciales de estupefacientes para consumo personal —art.
realizados en una provincia gozan de entera fe en 14, 2ª parte, de la ley 23.737—, por el que resultó
las demás. condenado, sin costas (arts. 172, 471, 530 y 531,
C.P.P.N.).— Gustavo M. Hornos.— Ana M. C.
En consecuencia, son de aplicación el art. 434, Durañona y Vedia.— Amelia L. Berraz de Vidal.
inc. 5º, y 259 última parte, del Cód. de Procedi-
miento de la Provincia de Buenos Aires. Más allá que en este caso se declaró la nulidad
del procedimiento, lo fue por criterios dispares
Así por aplicación de estos principios de supe- en relación al procedimiento llevado a cabo so-
rior jerarquía y los preceptos generales sobre la bre el imputado, pero lo que interesa destacar
competencia contenidos en los arts. 40 y 50 del es que los magistrados reconocen que los pro-
actual Cód. Procesal Penal de la Nación, y el art. cedimientos llevados a cabo por la prevención
20 inc. 17 del código provincial, no corresponde provincial tienen entera validez en el ámbito na-
declarar la nulidad de una diligencia sumarial cional, cuestión que es la que interesa que prime
efectuada de acuerdo a derecho. pero que no es sostenida por la totalidad de los
magistrados, originando de esa manera las nuli-
Por ello, en atención a que los actos fueron reali- dades referidas en el inicio del presente trabajo
zados dentro del marco de las atribuciones confe- y que son las que causan vulneraciones de dere-
ridas por la Provincia de Buenos Aires a su policía, chos y perjuicios en la justicia.
que obró en cumplimiento de tareas de preven-
ción, considero que el procedimiento en el que se En la causa Nº 5371 caratulada “Imp. Chinico-
secuestró la droga de que da cuenta el acta de fs. la, Luis Eduardo s/ Falsificación de documentos”,
3/3 vta. cuya tenencia se imputa a L., es válido. proveniente del Juzgado Federal de Quilmes, la
defensa Oficial plantea la nulidad del acta de
III. Por lo expuesto, estimo que no correspon- procedimiento por haberse incumplido lo esta-
de anular el procedimiento por el incumplimien- blecido en el art. 138 del Código de rito ya que no
to de las normas procesales prevista en el código “existieron testigos de la interceptación de (su)
de rito de la Nación, máxime si se toma en con- asistido ni de su identificación ni de su deten-
sideración que el personal policial se encontraba ción, ya que los testigos recién comparecieron al
facultado para actuar en forma preventiva como lugar una vez trasladado Chinicola a sede poli-
lo hizo conforme a las leyes y códigos de la Pro- cial”. Finalmente, solicita el sobreseimiento de su
vincia de Buenos Aires. defendido.
La doctora Berraz de Vidal dijo: Con fecha 25 de noviembre de 2010, la Sala Pri-
mera de la Excma. Cámara de Apelaciones de la
Conforme quedó fijado a fs. 123/126 vta. por el Plata sostuvo ante el planteo de la defensa, que:
sentenciante, el imputado L. fue conducido a la
comisaría únicamente para identificación y ave- “es necesario destacar, que del acta de fs.
riguación de antecedentes; por ello adhiero en 159/160 y vta. Se desprenden los motivos que
un todo al voto del doctor Hornos. llevaron a los agentes del orden a prescindir de

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los testigos de actuación, tal como lo exige el art. tando un documento de identidad perteneciente
117 del Código Procesal de la Provincia de Bue- a otra persona.
nos Aires, dejando constancia que ‘...al momento
de la detención se presentaron varios familiares Sumarios
como así también vecinos del barrio de Chinico- 1. 1 - Es válida la requisa efectuada a quien es-
la en forma violenta hacia el personal actuante, taba ingresando al pasillo de una villa de emer-
arrojando piedras y tratando de impedir el ac- gencia conduciendo una motocicleta y, al adver-
cionar de la justicia, por lo cual y en urgencia del tir la presencia de personal policial, descendió
caso no se requirió la presencia de testigo hábil del vehículo y velozmente intentó escaparse del
retirándonos del lugar rápidamente con el dete- lugar, pues esas circunstancias configuran el
nido y el documento...Una vez en el asiento físico estado de sospecha inicial requerido por el art.
de este elemento más precisamente en el sector 292 del Código Procesal Penal de la Provincia de
de alojamiento de detenidos se solicitó la presen- Buenos Aires para que la policía efectúe dicho
cia de dos testigos...’. Que siendo que el procedi- procedimiento sin orden judicial.
miento obrante a fs. 159/160 y vta. Cumple con
lo normado en el art. 117 ‘in fine’ del código ad- TEXTO COMPLETO:
jetivo provincial, corresponde su convalidación
en los términos del artículo 7 de la Constitución 2° Instancia — San Martín, septiembre 15 de
Nacional”. 2009.

Clara y correctamente la Excma. Cámara reco- Vistos y Considerando:


noce la validez del procedimiento y del acta efec-
I. Vienen estas actuaciones a conocimiento
tuada, en virtud de haberse realizado conforme
del Tribunal en virtud del recurso de apelación
a las normas vigentes en la provincia, por lo que
interpuesto por la defensa particular de Juan Er-
más allá de lo que suceda en cuestión de com-
nesto Vildoza, contra la resolución de fs. 7/9 (art.
petencia, la justicia federal no puede desoír ni
166, a contrario, C.P.P.N.; v. memoria fs. 12).
desconocer la legislación aplicable en esa parte
del proceso. La Defensa realiza un planteo inade- En la instancia, el Fiscal General no adhirió al
cuado que podría haber provocado la nulidad de recurso interpuesto (fs. 21), mientras que el ape-
lo actuado, si hubieran sido quizás otros lo jueces lante lo mantuvo (fs. 24/25).
que resolvieran.
II. Liminarmente ha de precisarse que en ma-
A continuación se transcribe otro de los casos teria de nulidades se sigue un sendero restrictivo
en los que se resolvió de manera adecuada. La en el que se persigue la estabilidad de los actos
finalidad de exponer casos en los que se resuel- jurisdiccionales, en la medida que no se produz-
ve de manera correcta es la de demostrar que la ca la afectación de normas constitucionales o se
propuesta que se sugiere como punto culminan- lo establezca expresamente por presumirse tal
te del presente es posible. Sólo resta unificar cri- consecuencia; extremos que no se han verificado
terios para evitar los casos que originan los men- en el “sub lite”.
cionados perjuicios en la justicia. Asimismo, y a
pesar de los casos en que se resuelve de manera Ahora bien, los antecedentes del caso indican
adecuada, o sea, reconociendo las potestades de que el 2 de junio del corriente, a las 6.15 horas,
cada uno, los planteos dilatorios continúan pre- personal de la Sub Dirección Departamental de
sentándose, generando un inevitable retardo en Investigaciones de Vicente López y de la Direc-
la justicia, que paradójicamente es lo que debe- ción Departamental de Investigaciones de San
ría evitarse. Isidro, se hallaba prestando colaboración al
personal de la Dirección Prevención del Delito
Los hechos fueron los siguientes: “La Cámara contra la Propiedad Automotor —todas depen-
Federal de Apelaciones (San Martín) confirma dencias de la Policía de la Provincia de Buenos
la sentencia que decretó la validez de la requisa Aires—, en el diligenciamiento de una orden de
efectuada por personal policial a un individuo allanamiento librada en la causa n° 15.792 del
que conducía una motocicleta sin llevar la do- Juzgado de Garantías n° 3 del departamento ju-
cumentación correspondiente al vehículo, y por- dicial de San Martín [I.P.P. n° 00-017837-09 de

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 105


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la Unidad Funcional de Instrucción n° 16 de la hallazgo del documento nacional de identidad


misma jurisdicción]. El personal de referencia, presuntamente falso, se encontró bajo la órbita
que se encontraba cubriendo los accesos pe- del sistema normativo procesal de la Provincia
rimetrales de la villa de emergencia 18, arteria de Buenos Aires.
Roca y pasillo Carlos Gardel, Billinghurst, parti-
do de San Martín, en circunstancias que el resto La organización constitucional de la Repúbli-
de los efectivos policiales se hallaba en el inte- ca determina que la justicia federal en las Pro-
rior del lugar indicado procediendo a diligen- vincias debe ser respetuosa de la autonomía del
ciar la orden de registro domiciliario, observó Estado en que el tribunal tiene su sede y, por lo
el arribo de una motocicleta conducida por un tanto, también de sus normas procesales las que
individuo que ingresó al pasillo de referencia. resultan en principio aplicables en la medida en
El nombrado, luego de ser alertado por unas que no se advierta que el procedimiento corres-
mujeres que pasaban por el lugar para que se ponde al fuero federal.
alejara porque se encontraba la policía y lo vol-
verían a llevar al penal, descendió del vehículo Ello surge, del art 7 de la Constitución Nacional
y se dirigió velozmente desde el pasillo hacia cuando establece que “los actos públicos y pro-
la calle. Ante ello, se procedió a interceptarlo y cedimientos judiciales de una provincia gozan
se constató que tenía en su poder efectos per- de entera fe en las demás...”. Tales procedimien-
sonales; al palparlo se determinó que no tenía tos judiciales también gozan, entonces, de “ente-
elementos peligrosos para sí o para terceros y se ra fe” para la Nación.
lo identificó refiriendo ser Juan Ernesto Vildoza. Tal criterio, fue ya avalado por esta Sala II de
Luego de solicitarle el personal preventor que la Cámara Federal de Apelaciones de San Martín,
exhibiera la documentación de la motocicleta en la causa n° 3295, “Isturiz, Cristian Hugo s/inf.
o toda otra que tuviera, el individuo manifestó ley 23.737”, rta. 7/2/06, reg. n° 3206 de la Sec. N° 4.
que carecía de la correspondiente al rodado y
exhibió un Documento Nacional de Identidad Por lo demás, no puede exigirse a la policía de
nro..., a nombre de P. E. I., que presuntamente la Provincia que aplique simultáneamente los
tenía su fotografía. Ante la presunta infracción dos códigos en cualquier caso antes de un pro-
al delito previsto en el art. 292 del Cód. Penal, cedimiento, pues la normativa federal rige como
se procedió a trasladar a Vildoza al asiento de la excepción, y no como regla, ya que se aplica sólo
Dirección Prevención del Delito contra la Pro- cuando se tiene certeza de que se trata de un
piedad Automotor, donde se realizó un informe procedimiento de esas características. Además,
en relación al efecto y elementos personales las disposiciones en abstracto pueden ser con-
que tenía en su poder el imputado; luego de tradictorias.
que se le hicieron saber las previsiones del Art.
60 del Código Procesal Penal de la Provincia de Ahora bien, cabe referir que las circunstancias
Buenos Aires. del caso de autos configuran el supuesto previsto
por el primer párrafo del art. 294, inciso 5°, del
Al labrar el acta correspondiente el personal Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos
actuante dejó constancia que el procedimiento Aires. El citado artículo, en su redacción actual
se realizó sin la intervención de testigos dada conforme a la ley 13.943, contempla como atri-
la zona en que se efectuó —una villa de emer- buciones de los funcionarios de la Policía, dispo-
gencia—, en la que las personas que allí resi- ner las requisas urgentes, con arreglo al artículo
dían eran hostiles ante la presencia del personal 225, con inmediato aviso al Juez o Tribunal com-
policial; agregando que en virtud del operativo petente y al Ministerio Público Fiscal.
desplegado no había transeúntes ocasionales
(v. fs. 1 y 8). Sentado ello, corresponde en este marco ingre-
sar al análisis del concepto de urgencia.
Entonces, a fin de establecer cuáles son las dis-
posiciones legales cuyos contenidos habrán de El tema de la urgencia en las requisas que rea-
verificarse en cuanto a la validez formal del acto, lizan las fuerzas policiales, tiene como denomi-
en primer lugar, debe tenerse en cuenta que el nador común, la autorización a los funcionarios
procedimiento policial, hasta el momento del de la policía y de las fuerzas de seguridad para

106 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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realizar tal acto si se presenta esa condición. So- racterísticas. Además, las disposiciones en abs-
bre el punto, es trascendente el estado de sos- tracto pueden ser contradictorias”.
pecha inicial o razón suficiente para habilitar la
revisación, que deben existir antes de la inspec- La claridad de esta manifestación lo dice todo.
ción, y en circunstancias en que no resulte exigi-
Otro fallo en el que también se sostiene la va-
ble el pedido previo al juez o fiscal, bajo riesgo de
lidez del procedimiento en virtud de haberse
pérdida de la evidencia.
realizado conforme la normativa provincial es
En ese orden de cosas, debe destacarse que de en el incidente de nulidad caratulado “Incidente
las condiciones de tiempo, lugar, modo y perso- de nulidad a favor de Ferreyra Larrea, Freddy H.”,
nas ya descriptas —extremos posteriormente procedente del Juzgado Federal de Quilmes:
ratificados por los dichos testimoniales del per-
Los hechos constatados en el acta fueron los si-
sonal preventor interviniente—, surge en el caso
guientes: “observamos (...) que circula una moto,
la existencia de los requisitos consignados para
tipo cross, color blanca, con dos sujetos del sexo
realizar el procedimiento, y la validez de la forma
masculino, los que circulaban a una velocidad
de instrumentación de lo actuado; por ende, no
moderada, pero al notar el conductor la pre-
se aprecian los vicios alegados por el apelante (v.
sencia del móvil de policía, acelera su marcha y
declaraciones, fs. 42, 57).
comienza a adelantarse al tránsito vehicular que
En línea con ello, en cuanto a la crítica relativa circulaba en su misma dirección en forma im-
a la falta de intervención de testigos en el proce- prudente, razón por la cual se inicia la persecu-
dimiento de marras, es insoslayable indicar que ción de la misma, utilizando las balizas y toques
en atención a las constancias del acta de fs. 1 y de sirena indicándole al chofer que detenga su
las previsiones del art. 119 del Cód. Procesal Pe- marcha. Que el conductor de la moto intenta ale-
nal de la Provincia de Buenos Aires, este Tribunal jarse, aumentando aún más su velocidad (...) el
considera que el agravio es improcedente (v. nor- sujeto que circulaba como acompañante arroja
mativa citada). En todo caso, la correspondencia un bolso de color azul, y como la moto comienza
del relato del suceso con la realidad fáctica de lo a perder velocidad logran alcanzarla, cruzándole
acontecido y su eficacia probatoria será materia el móvil policial e impartiéndole la voz de ALTO
de análisis y decisión del tribunal de juicio (conf. POLICÍA, la que finalmente es acatada por estos
C.N.C.P., Sala IV, csa. n° 680, “Sotuyo, J.H. s/rec. sujetos a quien en primera instancia y en resguar-
de casación”, reg. n° 994; entre muchas otras; do de la integridad física del personal actuante y
C.F.A.S.M., Sala II, Sec. Penal 4, csa. n° 3906, rta. propia de los sujetos interceptados, son inmedia-
30/10/07, reg. n° 3908; entre muchas otras). tamente requisados en urgencia, no encontrán-
dose en poder de los mismos armas ni elementos
Por lo tanto, el Tribunal RESUELVE: CONFIR- peligrosos”. Luego en el acta se deja sentado que:
MAR el auto apelado de fs. 7/9 en lo que decide y “En virtud de que en el lugar nos encontramos
fuera materia de recurso y agravios (art. 18, C.N.; frente al paredón de una fábrica, pero fuera del
arts. 166, 168 y cctes., C.P.P.N). — Rudi — Criscuolo horario de trabajo, y lugar descampado, no ha-
— Gurruchaga (56). llándose personas ajenas a la institución policial
que pudieran obrar como testigo y por razones
La frase que interesa destacar y que conlleva de seguridad personal teniendo en cuenta que
la obligación de ser respetuoso y coherente al las personas reducidas son dos en iguales con-
momento de resolver es la siguiente: “no puede diciones a los intervinientes, se excluye del pro-
exigirse a la policía de la Provincia que aplique cedimiento al Oficial de Policía Ricardo Daniel
simultáneamente los dos códigos en cualquier Pereyra quien oficiará como el testigo requerido
caso antes de un procedimiento, pues la norma- por el artículo 117 del CPP”.
tiva federal rige como excepción, y no como re-
gla, ya que se aplica sólo cuando se tiene certeza Se plantean nulidades del procedimiento, tan-
de que se trata de un procedimiento de esas ca- to por la defensa oficial de uno de los imputados
como por la asistencia particular del otro, los que
(56) Cámara Federal de Apelaciones de San Martín, sala son rechazados, luego son apelados y cuentan
II. 15/09/2009. Partes: J.E.V. Publicado en: LLBA 2009 (no- con la adhesión del Fiscal General Subrogante
viembre), 1157 - Cita Online: AR/JUR/33556/2009. ante la Cámara de Apelaciones.

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De los agravios esgrimidos por el defensor par- cuando el actuar que se discute, no es erróneo,
ticular que interesan al presente trabajo surge sino que está basado en normas correspondien-
que: “la justificación realizada por el magistrado tes al lugar donde se lleva a cabo el mismo.
para convalidar la omisión de la firma del acta de
dos testigos ajenos a la institución policial —des- Afortunadamente, así lo entendió la Excma.
cripción del lugar de los hechos y urgencia— no Cámara de Apelaciones de la Plata, al resolver:
alcanzan en tanto se trataba de una zona urbana Que siendo que el acta bajo examen cumple
y de un día laboral y no resultaba inseguro para la con lo normado con el art. 117 del código adje-
integridad de las personas intervinientes”. Por su tivo provincial en tanto establece: ...”Cuando el
parte la defensora oficial sostuvo sobre este mis- funcionario público que intervenga en el pro-
mo punto que: “tampoco se encuentra rubricada ceso deba dar fe de los actos realizados por él o
el acta por dos testigos ajenos a la repartición tal cumplidos en su presencia, redactará un acta en
como lo exige el CPPN”. la forma prescripta por las disposiciones de este
Ambos planteos defensivos se refieren a la nor- capítulo (...) el Juez de Paz y los Oficiales o Auxi-
mativa nacional, olvidándose que se está ante un liares de Policía, por un testigo que, si es factible,
hecho que se produjo en la provincia, y como sea extraño a la repartición policial. Los testigos
es obvio, es regido por la normativa provincial. deberán estar presentes durante todo el trámite
El artículo referente a los requisitos de las actas del acto. La imposibilidad de asistencia por un
en el código de la provincia de Buenos Aires reza funcionario o testigo deberá ser expresamente
en la parte pertinente: “Cuando el funcionario señalada, al igual que sus causas determinantes”
corresponde su convalidación en los términos
público que intervenga en el proceso deba dar
del art. 7 de la Constitución Nacional”.
fe de los actos realizados por él o cumplidos en
su presencia, redactará un acta en la forma pres- En virtud de lo expresado se advierte que la
cripta por las disposiciones de este capítulo. A tal diligencia en cuestión no fue arbitraria, toda vez
efecto,...serán asistidos... los Oficiales o Auxilia- que existió una sospecha razonable que determi-
res de Policía, por un testigo que, si es factible, nó al personal policial a requisar a los imputa-
sea extraño a la repartición policial. Los testigos dos, pudiendo inferirse la urgencia de las propias
deberán estar presentes durante todo el trámite particularidades que rodearon la realización de
del acto. La imposibilidad de asistencia por un la medida —lugar, día (domingo), vehículo uti-
funcionario o testigo deberá ser expresamente lizado por los encausados para trasladarse (mo-
señalada, al igual que sus causas determinantes”. tocicleta ), velocidad a la que circulaban y haber
descartado un bolso al arrojarlo mientras eran
El análisis de esta norma provincial y de su par perseguidos— por las que resultaba dificultoso
nacional ya fue realizado, lo que resta manifes- una orden judicial sin riesgo en la demora.
tar es que el personal policial estaba habilitado a
utilizar a un funcionario policial como testigo, ya Del mismo modo, la falta de testigos para sus-
que la normativa provincial lo permite. cribir el acta de procedimiento se encuentra jus-
tificada en tanto el acto se llevó a cabo “frente
Diferente situación es la del artículo nacional al paredón de una fábrica” un día no laborable
que no permite la intervención como testigo —domingo— y siendo la cantidad de agentes
de un funcionario policial en actos definitivos igual a la de personas aprehendidas, todas cir-
e irreproducibles. Y es aquí, otra vez donde se cunstancias que este Tribunal entiende, dotan
interpreta erróneamente; planteándose nuli- de legalidad al procedimiento efectuado. POR
dades, apelando las mismas ante los rechazos, ELLO ES QUE SE RESUELVE: Confirmar la reso-
provocando dispendio de tiempo y elementos, lución de fs. 14/16 que resuelve no hacer lugar al
lo que culmina en una demora en la resolución planteo de nulidad esgrimido por la Sra. Defen-
de los casos, perjudicando a la persona sometida sora Oficial..., contra el acta de procedimiento de
a proceso. No corresponde en casos como este, fs. 49/51 del principal y de todos los actos conse-
el planteo de nulidad. La nulidad debe utilizarse cutivos de aquella.
cuando realmente se vulneran derechos, cuan-
do se actúa de manera contraria a derecho, y no En el siguiente caso se menciona el tema de
debe plantearse como excusa dilatoria, menos “operativo público de control”, situación en la que

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si la policía provincial se encuentra, habilita la re- 2do.-1.2) Es nula la diligencia practicada por la
quisa y el caso además encuadra en la adecuada autoridad policial. No está acreditado que haya
resolución de los jueces de la Cámara y en el erra- actuado en el marco de un operativo público de
do o dilatorio planteo defensista, que sería lo que, control, por lo que el registro debió estar precedi-
como propuesta de este trabajo, se intenta evitar. do por una orden judicial o una excepción legal
habilitante (que no puede entenderse dada por
Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blan- los dichos de un menor de catorce años que sólo
ca, sala II. Mora, Mirta de los Ángeles. 11/08/2009 refirió que el local comercial donde fueron halla-
Publicado en: LLBA 2009 (diciembre), 1227. dos los estupefacientes no contaba con habilita-
Cita Online: AR/JUR/25824/2009 ción municipal ni permiso para vender bebidas
alcohólicas). Pese a que el proceder policial es-
Hechos taba encaminado a detectar bebidas alcohólicas,
en lugar de inspeccionar el interior de las hela-
El Juzgado Federal con sede en Bahía Blanca deras o el mostrador del local, directamente se
dictó el procesamiento sin prisión preventiva, optó por correr un freezer de lugar. Los testigos
por el delito de tenencia simple de estupefacien- del acto concurrieron luego de hallados los ele-
tes, de la titular de un quiosco en el que se ha- mentos y no consta que hayan ratificado la parte
lló droga detrás de una heladera de helados, en de la diligencia que presenciaron.
el marco de un operativo público de control de
venta de bebidas alcohólicas. El Defensor Oficial 2do.-1.4) La sustancia en cuestión estaba ubi-
apeló el procesamiento, cuestionando la iden- cada en un lugar público y Mora no era la única
tidad de la imputada y la validez de la práctica persona que atendía el negocio.
policial y del consiguiente secuestro. La Cámara
confirmó la decisión de grado. 3ro-2) En cuanto a la validez de la diligencia
plasmada en el acta de fs. sub 1/2 v., la misma re-
3 - Si la diligencia en cuyo transcurso se encon- sulta evidente a poco que se considere que aqué-
traron estupefacientes en el interior del local co- lla fue practicada conforme a la ley bonaerense
mercial de la imputada fue practicada conforme 11.825, t.o.: 10, que instituye a los funcionarios
a la ley bonaerense 11.825, que instituye a los fun- del Ministerio de Seguridad como autoridades
cionarios del Ministerio de Seguridad como au- de comprobación y los faculta expresamente a
toridades de comprobación y los faculta expresa- actos tales como el que se llevó a cabo. Va de suyo
mente a realizar actos como el descripto para bus- que correr un freezer para helados ubicado en el
car si se expenden bebidas alcohólicas vedadas sector del público, es elementalmente razonable
al local, en el que se encontró de modo fortuito si se buscan escondrijos de eventuales bebidas
cierta cantidad de estupefacientes, no puede con- alcohólicas pues, quien las vende clandestina-
siderarse que existió una intromisión en ámbitos mente, difícilmente las tenga expuestas en esca-
privados, siendo coherente con el artículo 184 in- parates o en heladeras que, por lo general, son
ciso 2 del Código Procesal Penal de la Nación. visibles en su interior sin necesidad de abrirlas. Y
—el acto del desplazamiento— no configura, por
TEXTO COMPLETO: 2ª Instancia. — Bahía la escasa fuerza que conlleva y la inexistencia de
Blanca, Agosto 11 de 2009. Considerando: daños, una intromisión inaceptable en ámbitos
1ro) A fs. sub 13/14 v. el juez a quo ordenó el privados ni, mucho menos, una requisa personal
procesamiento, sin prisión preventiva, de Mirta (Constit. nac.: 17 y 18).
de los Ángeles Mora por considerarla autora pri- 3ro-3.1) Adquirida de este modo fortuito la no-
ma facie responsable del delito de tenencia sim- titia criminis, el funcionario policial responsable
ple de estupefacientes. actuó con cautela y criterio, al suspender todo
2do) A f. sub 16/v. apeló el defensor oficial, progreso del procedimiento hasta contar con tes-
quien mantuvo el recurso a f. sub 29/v. A fs. sub tigos, los que efectivamente fueron procurados y,
32/33 v. rola el informe del CódPrPen.: 454. en presencia y con participación de ellos, se rea-
lizó la constatación de la existencia de la droga a
2do.-1) Sostiene, en síntesis, los siguientes la postre incautada (fs. sub 1/3 y 7/8 v.). Todo ello
agravios: es coherente con el CódPrPenN: 184-2 (y su co-

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 109


DPyC Procesal Penal doctrina

rrelativo 294-2, CódPrPenPBA) y baña por tanto estupefacientes. Los Dres. Rozansky y Esmoris
de legalidad el procedimiento a la luz del inme- consideraron que correspondía decretar la nu-
diato ejercicio -por el Fiscal- de la acción penal. lidad del acta de procedimiento y de todos los
actos que son su directa consecuencia y absolver,
3ro-3.2) Al no haberse tratado de un allana- como ya se adelantara, a Ansaloni.
miento ni de una requisa, no viene a cuento lo
del “operativo público de control” que mienta En cuanto interesa a este trabajo los hechos re-
el apelante con base en el CódPrPenPBA: 294- sultaron ser los siguientes:
5, pero de todos modos, de los dichos del oficial
Roldán (fs. sub 10/11) y de la índole de la bús- ... el día 9 de octubre de 2003, aproximadamen-
queda inicial, resulta que tal operativo existió, te a las 15 hs., tres miembros de la policía de la
circunstancia roborada por haberse visitado va- Provincia de Buenos Aires, perteneciente a la de-
rios negocios simultáneamente. legación de Lomas de Zamora de Investigaciones
Complejas y Narcocriminalidad, recorrían la au-
3ro-4.1) Con la provisoriedad de la etapa pro- topista Buenos Aires-La Plata en dirección hacia
cesal que se transita, puede coincidirse con el a Buenos Aires en funciones de prevención y repre-
quo en que la responsabilidad presunta de la te- sión de ilícitos. Los funcionarios policiales se des-
nencia de la droga corresponde efectivamente a plazaban en un vehículo no identificable marca
la encartada por ser quien ostentaba la soberanía Chevrolet modelo Luv, color verde con vidrios po-
sobre el lugar donde aquélla fue hallada, sin que larizados. Aproximadamente un kilómetro antes
la relativa publicidad del mismo empezca esta de llegar al peaje de Dock Sud, y mientras circula-
conclusión provisoria, ya que es inverosímil que ban a una velocidad de entre 60 y 80 km. por hora,
un eventual concurrente al lugar —cliente o no— pasa por el carril izquierdo un vehículo marca
se deshiciera de droga comprometedora escon- Ford Sierra dominio SZW-441. Quien estaba a car-
diéndola prolijamente bajo y tras un mueble que go del grupo decidió que se intercepte el vehículo
no puede ser movido sin que se advierta. Más cosa que se realizó luego de pasar el peaje de Dock
allá de que ese hipotético personaje no consta Sud. Con la asistencia de dos testigos convocados
en el acta de comprobación. Quid non est in acta al efecto, el personal policial solicitó al conductor
non est in mundo, al menos por ahora. del automóvil la documentación del mismo y la
suya personal la cual se encontraba en regla luego
Por ello, SE RESUELVE: 1ro.) Rechazar la apela- de lo cual procedieron a requisar el vehículo ha-
ción y confirmar por tanto el auto de procesamien- llando en el interior del baúl, al desmontarse la al-
to de fs. sub 13/14 v., con costas; 2do.) Recomendar fombra, dos bolsas de polietileno conteniendo en
al señor juez imprima mayor celeridad al proce- su interior un total de 1.615 grs. de cannabis sativa
dimiento ya que ni la índole del delito juzgado ni la Linneo (marihuana) y 41 grs. puros de clorhidrato
complejidad fáctica de la causa justifican que se de cocaína en mezcla con distintas sustancias en
hayan insumido casi cuatro años desde la notitia forma de tizas.
criminis. — Ángel Alberto Argañaraz — Néstor
Luis Montezanti. En su declaración testimonial, el Teniente 1º
Díaz dijo que estaban dando cumplimiento a
2. Fallos en los que se confirma la hipótesis una orden de servicio consistente en recorrer
planteada rutas de acceso a la Provincia en prevención de
El siguiente es un caso cuyo fallo absolutorio delitos, circulando en móvil no identificable por
demuestra lo peligroso que resulta el hecho de la autopista La Plata Bs. As. En dirección a Bs.
no juzgar teniendo en cuenta las diferentes le- As. En el peaje de Dock Sud observaron un Ford
gislaciones, que guste o no, al ser diferentes, los Sierra y el conductor adoptó una actitud nervio-
magistrados deben conocer y respetar. sa mirando insistentemente al móvil, por lo cual
deciden interceptarlo dándole alcance cruzando
En causa Nº 1902/04 caratulada “Ansaloni, An- el peaje de dock Sud. Continuó relatando que se
tonio Roberto s/ Ley 23737” el Tribunal Oral en le solicitó la identificación del vehículo, se revisó
lo Criminal Federal Nº 1 de La Plata, con fecha numeración de chasis y motor y como se lo nota-
24 de agosto de 2005, resolvió absolver a Anto- ba titubeante se solicitaron testigos para proce-
nio Roberto Ansaloni, del delito de transporte de der a la requisa del automóvil. En el interior del

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mismo no había nada y una vez abierto el baúl, El “operativo público” al que alude la norma es
debajo de una alfombra sobre el lado izquierdo, el que a diario realizan las fuerzas de seguridad,
se hallaron dos bolsas de nylon que contenían en específicamente la Policía Federal, las Policías
su interior envoltorios similares a “tizas” y otra Provinciales, Gendarmería Nacional y Prefectura
bolsa más con trozos compactos en envoltorios Naval Argentina. Esos funcionarios, uniforma-
en cinta de embalar marrón. dos, con móviles de sus respectivas reparticiones
y perfectamente identificables, controlan a diario
La Sra. Defensora General planteó en su alega- las rutas y caminos de acceso a diversas partes
to la nulidad del acta de procedimiento y de todo de nuestro país en una actividad imprescindible
lo actuado en su consecuencia. Basó su pedido para la mejora de las condiciones de seguridad
en que Ansaloni fue interceptado sin ningún tipo de los ciudadanos.
de justificativo, que no se encontraban reunidas
las circunstancias que exige la ley para revisar el Las restantes tareas que como prevención,
vehículo sin orden judicial, que no rige la aplica- investigación, inteligencia o con cualquier otra
ción del art. 230 bis toda vez que no se trató de un denominación justifiquen el trabajo de personal
operativo público de prevención. no uniformado en vehículos “no identificables”
han quedado claramente excluidas de la posibi-
Los Sres. Jueces sostuvieron: lidad de requisar personas o vehículos sin orden
judicial.
En efecto, el art. 230 bis del Código de Procedi-
miento Penal de la Nación, autoriza la requisa de La Dra. Aparicio dijo (y es este el voto que inte-
personas y de vehículos sin orden judicial pero resa destacar):
imponiendo varias condiciones para su viabili-
dad. La primera de ellas es que sean realizadas No compartí los argumentos que sustentaron
“con la concurrencia de circunstancias previas la declaración de nulidad de las actuaciones,
o concomitantes que razonable y objetivamente expuestos por mis distinguidos colegas preopi-
permitan justificar dichas medidas respecto de nantes y que culminaron con la absolución del
persona o vehículo determinado”. procesado...no se trató de un accionar arbitrario
y discrecional del personal policial, sino que el
A su vez, el último párrafo de la citada norma mismo se ajustó a la normativa legal vigente al
habilita la inspección de vehículos sin los requi- momento de los hechos (arts. 2, 3, 9 y concor-
sitos anteriores, siempre que se tratare de un dantes de la ley 12.155 Orgánica de la Policía de
operativo público de control. la Provincia de Buenos Aires, concordantes con
los arts. 153 y 154 del Código Procesal Penal de la
Debe descartarse de plano la hipótesis del inc. misma jurisdicción).
a) de la norma, toda vez que no ha surgido de la
causa ni del debate circunstancia alguna “previa La evaluación de los hechos que precedieron
o concomitante que razonable y objetivamente a la interceptación del automotor en que se des-
permitan justificar dicha medida. plazaba el procesado el día de los hechos, deri-
vando en su demora y requisa, deben ser anali-
No menos obvio resulta que el último párrafo zados en forma integral para dar así el adecuado
del art. 230 bis tampoco habilita la actividad lle- marco valorativo del accionar preventivo desple-
vada a cabo por los tres funcionarios que realiza- gado por el personal actuante.
ban tareas de prevención ya que no se trataba de
un “operativo público” que es el requisito de la No es que el sobrepasar al vehículo policial, o
última parte de la norma en análisis. el actuar nervioso del conductor, o la velocidad
con la que circulara fueran en sí mismos datos
... cabe descartar la aplicación del inc. a) de la determinantes de la iniciativa policial, sino que la
norma, toda vez que no surgió ni de la causa ni conjunción de todo ello llevó a disponer prime-
del debate circunstancia alguna de las que pre- ro la identificación del conductor y del vehículo
vió el legislador. Igual rechazo corresponde a la y luego, las respuestas evasivas y la actitud ner-
hipótesis del último párrafo del art. 230 bis, toda viosa del interceptado sobre la procedencia del
vez que como se dijera, no se trató de un opera- automotor —aún si no se admite que el mismo
tivo público. hubiera manifestado que llevaba droga— motivó

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 111


DPyC Procesal Penal doctrina

la continuación de los actos, hasta el hallazgo de to realizado conforme las normas provinciales
los elementos ilícitos. vigentes en ese momento. Luego si al resolver
deciden tenerlas en cuenta, su deber es tener la
Repárese entonces que como bien lo dijo el totalidad de la normativa en consideración. Se
Teniente Primero..., se encontraban en reco- trata de jueces, no deben tomar partido por nin-
rrida de las rutas en prevención de ilícitos, y el guna parte, deben aplicar la ley, y su obligación
desplazamiento de la unidad del causante deno- es tratar los asuntos con objetividad y de acuerdo
taba circunstancias singulares que afirmaban la a la normativa correspondiente. En este caso, en
sospecha sobre la conducta de su tripulante, que lo que respecta a la normativa provincial, sólo se
motivaron objetivamente el impulso preventivo tuvo en cuenta la parte referente a si se trataba o
del personal, identificándolo en primer lugar a él no de un operativo público de control, que ha-
y su vehículo, previa identificación propia “exhi- bilitara la requisa sin orden judicial, sin embar-
biendo credenciales y gorras y camperas” según go nada se dijo de la urgencia y de los motivos
se describe en el acta de fs. 3/6”. suficientes, elementos que en el caso en análisis,
obligaron a los funcionarios policiales a actuar
La posterior actitud de Ansaloni “que se lo
como lo hicieron.
notaba nervioso y titubeante en sus manifesta-
ciones, una vez controlada la documentación y Asimismo se fundó la invalidez en la aparente
dadas estas actitudes” (sic) fue que resolvieron inexistencia de la concurrencia de circunstancias
la requisa del vehículo, previa convocatoria de previas o concomitantes, pero aquí lo que existía,
testigos (acta citada). El resultado de tal proceder más allá de que también, a mi criterio, se dieron
fue inmediatamente comunicado a su superior y los requisitos mencionados establecidos en el ar-
éste, al magistrado respectivo, quien dispuso las tículo 230 bis del código nacional, eran motivos
medidas pertinentes”. suficientes y razones de urgencia. Esos motivos
suficientes reglados en el código provincial, ava-
De allí que si, en el curso de una prevención lan en un todo el procedimiento realizado en el
que se sustenta en una evidente situación de caso en análisis.
sospecha, cumpliendo las medidas de resguardo
o rigor, se advirtió la eventual existencia de ele- A continuación se transcriben dos resolucio-
mentos que conjugados con esa actitud “nervio- nes que culminaron con la nulidad del procedi-
sa y evasiva” determinaron la requisa, el personal miento y la absolución de los imputados.
policial no sólo cuenta con los instrumentos le-
gales para restringir la libertad y las requisas ur- El primero de los casos fue resuelto por la Exc-
gentes, sino que está obligado por mandato legal. ma. Cámara de Apelaciones de la Plata, el 28 de
Octubre de 2008, en el incidente Nº 4838 caratu-
El procedimiento cuestionado se adecuó a las lado “García, Walter Oscar S/ Inf. Art. 292 C.P.”.
previsiones del art. 294 del Código Procesal Pe-
nal de la Provincia de Buenos Aires, y advertida Los hechos, transcriptos en el resolutorio fue-
la naturaleza federal del delito de que se trataba, ron los siguientes:
se le dio la debida intervención al Señor Juez Fe-
... el día 28 de febrero de 2007, siendo las 12 hrs.
deral en turno de ésta jurisdicción.
Cuando el teniente 1ro. Sergio Alejandro Gómez,
En lo que respecta al fallo transcripto en sus dependiente de la Comisaría Tercera de Floren-
partes pertinentes, resulta adecuada la postu- cio Varela, de la Provincia de Buenos Aires, en
ra del voto disidente de la Dra. Aparicio, ya que circunstancias en que se hallaba recorriendo la
en él queda claro que el personal policial de la jurisdicción en prevención y represión de delitos,
provincia de Buenos Aires actuó conforme las al llegar a la intersección de las calles Sargento
normas que los rigen, y es este el quid de la cues- Cabral y Avenida calchaquí, observó a una perso-
tión. Sostener que se trató de un procedimiento na, quien se encontraba muy nerviosa mirando
irregular, analizando las normas nacionales, es en todas las direcciones, ante lo cual el agente
del todo errado. preventor solicitó ayuda a un móvil policial iden-
tificable, constituyéndose en el lugar subtenien-
Los magistrados en primer lugar debieron te- te Enrique Belpassi y el oficial Agustín Aquino,
ner en cuenta que se trató de un procedimien- quienes al arribar al lugar, advirtieron que el

112 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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joven sospechoso intentó eludir el accionar poli- de los funcionarios policiales para considerar la
cial, subiendo a un puente peatonal existente allí, posibilidad de encontrarse ante un eventual ilí-
motivo por el cual, procedieron a interceptarlo cito”. Lo único que corresponde mencionar del
y requerir la presencia del testigo hábil Nicolás criterio del magistrado citado es que basa su opi-
Eduardo Faldutto, ante quien se identificó a la nión teniendo sólo en cuenta lo normado por el
persona aprehendida como Walter Oscar García, artículo 230 bis, siendo que el personal policial
secuestrándose en su poder el DNI Nº 27.479.319 se basó en lo normado por el Código provincial,
con una foto inserta del mismo y recibos de suel- el cual los rige. Sin embargo lo que sí es muy loa-
do correspondientes a la firma ESUCO S.A., todo ble y digno de mencionar, ya que los otros jueces
ello a nombre de Julio Roberto Chiesa. no lo entendieron así, es que tuvo en cuenta la
totalidad de los elementos que había en la causa
Luego continúa diciendo el Dr. Fleicher, quien y que fueron los que también tuvieron en cuen-
fue el único que sostuvo la validez del procedi- ta los preventores. Los otros dos votos, como se
miento: verá a continuación, no sólo no tienen en cuenta
que el personal policial se rigió por lo normado
Asimismo, debo manifestar que en el mo- en el Código de la Provincia de Buenos Aires,
mento en que el personal policial le requirió un sino que de sus opiniones pareciera inferirse
documento identificatorio al imputado, éste en que su intención es reprender a los policías por
forma espontánea se había identificado como no ordenar los hechos en la narrativa del acta de
Julio Roberto Chiesa, nombre obrante en el DNI procedimiento o mejor dicho por no ser prolijos
cuestionado y que el papel del DNI era distinto al en la confección del acta, cuando su deber es ha-
de los originales, debido a lo cual el personal po- cer justicia, analizando la totalidad de elementos
licial le preguntó nuevamente sobre su identidad habidos.
al joven, quien manifestó que “...es un arbolito y
que el DNI se lo había hecho un peruano...” (v. de- El Dr. Schiffrin dijo:
claración testimonial de Sergio Alejandro Gómez
de fs. 39/40). A todo ello debe aunarse el testi- ...de la lectura del acta obrante a fs. 1/3 con-
monio de Analía Mercedes Alfonsín, empleada feccionada por personal de la Comisaría 3º de
de la empresa “Ciudad Moto”, quien refirió que Florencio Varela surge que el Teniente Sergio
el día de los hechos se presentó una persona en Alejandro Gómez pretendió justificar su inter-
dicho comercio, con intención de comprar una vención expresando que 28 de febrero de 2007,
moto en cuotas, recordando que era de apellido siendo las 12 horas del mediodía en momentos
Chiesa, quien exhibió un DNI, que presentaba en que se encontraba realizando tareas de pre-
vención de delitos, al llegar a la intersección de
irregularidades. Explicó que ante ello, el dueño
las calles Sargento Cabral y Avenida Calchaquí,
del local decidió llamar a la policía, haciéndose
“el suscripto notó la presencia de un sujeto de
presente un personal vestido de civil, a quien le
sexo masculino..., el cual actuaba en forma ner-
indicaron al sospechoso, siendo el mismo inter-
viosa mirando en todas las direcciones, por lo
ceptado en el puente peatonal... De todo lo ex-
que el suscripto al notar esta clase de actitud
puesto se puede inferir que el personal policial
anormal solicita el apoyo de un móvil policial”. Al
actuante, en ejercicio de sus funciones preven- hacerse presente en el lugar un móvil policial, el
cionales, fue alertado de la posible comisión de sujeto ascendió al puente peatonal que cruza la
un delito, motivo por el cual, se constituyó en las Avenida Calchaquí donde fue interceptado, “por
inmediaciones del comercio referido, observan- lo que para requisarlo se requiere la presencia
do al sindicado, quien se encontraba muy ner- de un testigo”, hallando en poder del demorado,
vioso, mirando en todas las direcciones, quien al Walter Oscar García, un Documento Nacional de
advertir la presencia policial intentó eludir a los identidad a nombre de Julio Roberto Chiesa, con
mismos, subiendo a un puente peatonal, lo que signos de adulteración.
motivó su interceptación”.
Y consideró:
El magistrado citado tuvo por válido el pro-
cedimiento, pues consideró que existían “en la ...lo narrado no parece que pueda constituir
causa varios indicios, y/o circunstancias que ra- una circunstancia objetiva y razonable, que ha-
zonable y objetivamente justificaron el accionar bilité de manera válida, su detención....

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 113


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Continúa luego: Esto último resulta ser justamente uno de los


puntos que se deben evitar. Y otra vez, el perso-
... no puede alegarse que los policías hayan po- nal policial actuó conforme lo establece la nor-
dido creer que se encontraban ante la posible co- mativa que los rige, en la cual se requiere la pre-
misión de un delito, a partir de las declaraciones sencia de un testigo hábil, no de dos como en el
de la Sra. Analía Mercedes Alfonsín, empleada Código Nacional, por lo que es obvio, el porqué
de la empresa “Ciudad Moto”, quien en su de- de la inexistencia de explicaciones al respecto, ya
claración de fs. 64 manifestó que ese mismo día que no había nada que explicar.
(28/02/07) se había presentado un joven identi-
ficándose como se apellido Chiesa, a solicitar un Resulta intolerable que justamente los jue-
préstamo para adquirir una moto en cuotas. El ces, que son los encargados de impartir justicia
dueño del comercio, luego de notar que la docu- y que se supone deben conocer el derecho, in-
mentación presentada mostraba signos de adul- validen un procedimiento porque no se ajusta
teración, llamó a la policía, haciéndose presen- a normas que no eran las que regían al personal
te en el lugar, un agente vestido de civil. Según actuante.
los dichos de la Sra. Alfonsín, una vez arribado
el agente policial al comercio, se le devolvió al El magistrado restante, coincidiendo con el pre-
presentante la documentación aportada infor- cedentemente citado, sostuvo: “...la detención del
mándole que no podía entregársele la moto ni el imputado no estuvo precedida de circunstancias
crédito solicitado. Ante ello la persona se retiró que razonable y objetivamente hayan justificado
del lugar sin efectuar protesta alguna, y los em- la medida y la falta de precisión acerca de los mo-
pleados del comercio le señalaron al policía —de tivos expuestos por el efectivo policial actuante,
impide convalidar el procedimiento en cuestión,
quien recuerda que se llama Sergio— quién era
dada la imposibilidad de valorar si su accionar se
la persona sospechada de portar documentación
ajustó a las pautas previstas por los artículos 184 y
adulterada, procediendo el agente del orden a
284 del Código Procesal Penal de la Nación, (que
seguir al individuo señalado, para interceptarlo
no es el que regía a los preventores) en tanto regla-
y requisarlo finalmente sobre el puente peatonal
mentan en qué casos excepcionales puede proce-
ubicado a metros del comercio en cuestión.
derse a la detención de personas en la vía pública
Luego, y este punto es el más reprochable, ya sin una orden judicial previa...”, “Por otra parte,
que de lo antedicho no hay dudas de la validez no constan en dicho instrumento los motivos por
del procedimiento, más allá que no fue así en- los cuales no fueron debidamente cumplidos los
tendido por los magistrados, manifiesta: “...asiste requisitos formales previstos por el código de rito
razón a la defensa, respecto a la nulidad preten- (art. 138, 139 y 140 del C.P.P.N.)”.
dida sobre el procedimiento de marras, en base Sin perjuicio de lo que pueda notarse como
a que el mismo se realizó con la presencia de un desordenado de las actuaciones en general, no
solo testigo hábil...”, “...Efectivamente, la nulidad debería culminarse afirmando como lo hace la
debe prosperar, pues en el caso de autos, el per- mayoría en el presente caso. Menos aún, basarse
sonal policial no indicó causa alguna por la cual en el “aparente” incumplimiento de los requi-
no se observó lo establecido en el art. 138 y 139 sitos exigidos por el código nacional, cuando el
del C.P.P.N., máxime cuando el hecho de autos procedimiento estaba regido por lo normado por
sucedió un día hábil (martes) a las 12 horas del el código provincial.
mediodía en una zona céntrica de abundante
circulación tanto peatonal como vehicular...”, Por otro lado y más allá de lo antedicho, este
culminando: “...ante la falta de circunstancias procedimiento contaba con los requisitos exigi-
objetivas y razonables que hayan habilitado el dos, los motivos suficientes que surgen de la exis-
actuar policial, y la carencia de dos testigos há- tencia de una denuncia y una posterior sindica-
biles que cumplimenten lo establecido por el art. ción, no pueden ser desconocidos. Sin embargo,
138 C.P.P.N., corresponde revocar la resolución y como de esa manera el procedimiento resultaba
apelada a fs. 88/89 y vta., declarando la nulidad notoriamente válido, se prefirió avalar un planteo
del acta de procedimiento de fs. 173 y de todo lo inadecuado de nulidad, basándolo en cuestiones
actuado en su consecuencia, dictándose el so- que denotan un desconocimiento o una volunta-
breseimiento respecto de Walter Oscar García”. ria ceguera de las normas aplicables al caso.

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A modo de información, esta persona que re- lo que la defensa interpuso recurso de apelación
sultó absuelta por la necedad de los operadores contra dicha resolución.
judiciales, posteriormente volvió a estar imputa-
do en otra causa con casi idénticos hechos. De lo La Excma. Cámara de Apelaciones resolvió:
que surge que la lucha por combatir el delito y la
Que, los agravios de la defensa persiguen la nu-
obligación de los jueces de resolver acorde a ese
lidad de todo lo actuado “...por no reunir la mis-
fin, así como el de hacer justicia, no está siendo
ma los requisitos exigidos por los artículos 138 y
cumplido.
139 del Código de Procedimiento Penal de la Na-
El otro caso, en que se declaró la invalidez del ción en resguardo de la plena vigencia del debido
procedimiento atento al tema testigos de actua- proceso legal y de la defensa en juicio...”.
ción fue en la causa Nº 970, “Incidente de Nulidad
Que, analizadas las actuaciones puede adelan-
- Díaz, Santiago” procedente del Juzgado Federal 3
tarse que la pretensión de la defensa no habrá de
de La Plata, en el que la Excma. Cámara Federal de
prosperar, teniendo en cuenta en principio el ac-
Apelaciones de esa ciudad, sala I resolvió:
tuar del personal policial se enmarca en un ope-
“...Que efectivamente, tal y como lo plantea el rativo de interceptación vehicular, que no hacía
Agente Fiscal no se advierten los motivos dado presumir “a priori” la intervención de este fuero
las condiciones de tiempo, modo y lugar como de excepción, lo cierto es, que el hecho descrip-
para que se hubiesen obviado las formalidades to a fs. 1 fue “descubierto” en las condiciones de
—vía excepción— que establece el código adje- tiempo, modo y lugar que permiten encuadrarlo
tivo. Simplemente se afirma en el acta inicial que en un típico caso de flagrancia que, como tal, no
el personal preventor decidió requerir la pre- requiere para su validez de la presencia de dos
sencia de un solo testigo de actuaciones y así lo testigos de actuación...
hizo... el resultado que se obtiene: la nulidad de
Por ello se resuelve: Confirmar la resolución
dicha diligencia...”.
de fs. 81/82 en la que el juez a-quo no hace lugar
Tal como fue comentado, el Código Procesal al planteo de nulidad del acta de procedimien-
provincial establece que la prevención sólo re- to policial obrante a fs. 1 y de todo lo actuado en
quiere de un solo testigo de actuación para sus consecuencia.
procedimientos, que la diferencia numérica se
Más allá de la conclusión final que tiene rela-
encuentre en la legislación nacional no puede
ción con la causa en sí, lo que importa para el
ser achacada al procedimiento correctamente
presente, es el planteo de nulidad por la inexis-
realizado. La peor consecuencia: una persona
tencia de los dos testigos que se exigen en el có-
sobreseída por el capricho y la necedad.
digo nacional, quedando claro que el personal
3. Casos de planteos defensistas policial no tenía razones para presumir que sería
el fuero de excepción, o sea el federal, el que sería
Sin ánimo de agobiar, sólo se expondrán unos competente.
pocos casos en los que la defensa oficial federal,
plantea la nulidad del procedimiento, fundán- En el incidente de nulidad que se formó a raíz
dola en el incumplimiento de los requisitos exi- del planteo de la defensa, en la causa Nº 259/2
gidos por el Código de Procedimiento Nacional, caratulada “Javier Gustavo Larraburu s/ Encubri-
siendo que al ser realizados por la policía de la miento” proveniente del Juzgado Federal de Quil-
Provincia de Buenos Aires, el deber es cumplir mes, la defensa sostuvo: ...vengo a promover inci-
con la normativa provincial que los rige. dente de nulidad contra el acta de procedimiento
agregada a fs. 1 y vta. Y de todos los actos que son
En la Causa Nº 4775/I, caratulada “Maidana, su directa e inmediata consecuencia, por no reu-
Diego Alejandro s/ falsificación de documen- nir la misma los requisitos exigidos por los artícu-
to público”, procedente del Juzgado Federal de los 138 y 139 del Código de Procedimiento Penal
Quilmes, la defensa Oficial planteó la nulidad del de la Nación... El acta en cuestión refiere la falta de
acta de procedimiento policial obrante a fs. 1 y asistencia de dos testigos en el momento de la di-
de todo lo actuado en consecuencia. El Juez de ligencia tal como lo exige la norma procesal citada
Primera Instancia no hizo lugar al planteo, por para la eficacia jurídica del instrumento, que esta

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 115


DPyC Procesal Penal doctrina

parte ahora pone en crisis. Que el procedimiento En este caso considero que hay que hacer algu-
se llevó a cabo en horas diurnas en una calle de nas aclaraciones. Principalmente hay que tener
normal circulación de la localidad de La Capilla, muy en cuenta lo establecido por el artículo 119
Partido de Florencio Varela por lo que no resulta del Código procesal provincial, el cual respecto
justificable en modo alguno la falta de testigos. de la nulidad de las actas establece: “Nulidad.-
La expresión insertada en el instrumento ahora El acta será nula si falta la indicación del lugar,
cuestionado que dice “...se solicita la presencia de la fecha o la firma del funcionario actuante o
de un testigo hábil, acto que resulta negativo en la del Secretario o la información prevista en la
virtud que no existen transeúntes y las personas última parte del artículo anterior. Cuando faltare
que se hallan en los domicilios resultan renuentes la firma de los testigos de actuación, se analizará
a colaborar con la policía...” no sirve para conva- el motivo que haya impedido la intervención de
lidar dicha ausencia, y ni siquiera explica funda- esas personas y, cuando se encontrare verosímil
damente las razones por las cuales no hallaron la existencia de imposibilidad material o situa-
dos personas para actuar como testigos. Frente a ciones análogas, quedará al arbitrio del órgano
tal proceder se impone la sanción de nulidad que judicial declarar o no la nulidad del acta”.
establece el artículo 140 del CPPN, ello por cuanto
En cambio en el Código procesal nacional
se está produciendo un concreto menoscabo a la
encontramos que el artículo 140 referente a la
seguridad jurídica y al derecho de defensa.
nulidad de las actas estipula: “El acta será nula
La Sra. Fiscal, a su turno sostuvo: si falta la indicación de la fecha, o la firma del
funcionario actuante, o la del secretario o tes-
Conforme surge del acta de procedimiento tigos de actuación, o la información prevista en
de fojas 2, con fecha 25 de septiembre de 2006 la última parte del artículo anterior. Asimismo
siendo las 14:00 horas aproximadamente, a raíz son nulas las enmiendas, interlineados o sobre-
del procedimiento efectuado por personal po- rraspados efectuados en el acta y no salvados al
licial perteneciente al Gabinete de Prevención final de ésta”.
Criminológico de la comisaría Florencio Varela
Quinta de la Policía de la Provincia de Buenos Por lo que, sin requerir demasiado análisis,
Aires en la intersección de la ruta 53 y 1528 del podemos notar que las explicaciones que reali-
barrio La Capilla, de Florencio Varela, P.B.A., se za el personal policial sobre la falta de testigos
interceptó una motocicleta marca Honda, mode- de actuación, son un requisito que luego queda
lo BIZ-C100, motor...., el cual era conducida por a criterio del juzgador considerar si justifican di-
cha carencia o si el acta deviene nula. Pero estas
una persona de sexo masculino que se identifi-
explicaciones a fin de evitar la nulidad del acta,
có como Gustavo Javier Larraburu y al efectuar
solo se exigen en el código provincial. En su par
la consulta vía radial a la Jefatura Departamen-
nacional no lo interpreta como un motivo que
tal Quilmes, se informó que poseía pedido de
pueda dar lugar a la nulidad, sólo lo menciona
secuestro... Ante tal acontecimiento, los policías
con parte del contenido de un acta.
solicitaron la presencia de un testigo hábil, acto
que no pudo cumplirse, porque no se encontra- Con esta mención lo que carece de explicación
ron transeúntes y las personas que se hallaban es la mezcla que realizan tanto la defensa como la
en sus domicilios se negaron a colaborar con los fiscalía, y por último el juez, mencionando las ex-
efectivos policiales. ...cabe destacar que los fun- plicaciones dadas, valorando si son convincentes
cionarios que labraran el acta de procedimien- o suficientes o no, siempre mencionando que se
to cuestionada expusieron sólidas razones para están basando en los requisitos de la normativa
apartarse del requisito legal. Así las cosas, la ur- nacional, cuando en realidad dicha normativa,
gencia del caso, y la inexistencia de transeúntes en lo referente a la posibilidad de nulidad, nada
que presten colaboración resultan suficientes dice sobre lo que sí se menciona en la normativa
para justificar el criterio adoptado. provincial respecto a las razones por las cuales
no se consiguieron testigos de actuación.
Finalmente el Juez resolvió:...Que los agravios
de la recurrente deben ser desechados, compar- En mi opinión, el procedimiento es válido y
tiendo plenamente los fundamentos vertidos por el planteo nulificante totalmente improcedente,
la Sra. Agente Fiscal. pero no por los fundamentos que considera el Sr.

116 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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Juez, sino porque se actuó conforme lo manda la En el texto nuevo, la omisión de formalidades
norma procesal provincial. como la firma de los testigos de actuación no
acarrea la nulidad del acta sino que la priva de
Resulta hasta cómico este caso, en el cual se efectos o torna invalorable su contenido sólo en
entremezclan las interpretaciones y hasta se in- el caso que la información no pueda ser suplida
tenta basar en la norma nacional lo que en reali- por otros elementos de prueba.
dad establece la provincial, pero ello no con el fin
de validar, esto en el caso de la Defensa, y para el Asimismo, la prohibición respecto a que un
caso de la vindicta pública y del Sr. Juez se otor- miembro de la fuerza sea testigo de actuación
ga validez mezclando lo establecido en la norma en los actos definitivos e irreproducibles, no
provincial con lo que no establece la nacional. es tan tajante sin embargo esta modificación
parece ser un parche o cambio de palabras, ya
Respecto a este tema de las actas, corresponde que tampoco habilita a que sí pueda serlo, sal-
mencionar lo que establece el nuevo Código Pro- vo casos de extrema urgencia o imposibilidad
cesal Nacional, considerando que aquí habría de conseguir testigos civiles, y acreditando tal
algún progreso respecto al anterior. situación.

El nuevo artículo referente a las actas expre- La diferencia numérica respecto a su par pro-
sa: “ARTÍCULO 104.- Actas. Los actos que deban vincial no ha variado, por lo que se considera que
asentarse en forma escrita serán documentados tampoco cambiarán los inconvenientes
en un acta que deberá contener: VIII. La vinculación constitucional con los
temas en análisis y la relación procesal
a. la mención del lugar, la fecha, la hora y la in-
dicación de las diligencias realizadas, así como el En un todo relacionado con lo que se viene
resumen de su contenido; analizando, no podemos dejar de lado la base
constitucional que rige en estos temas.
b. la firma de todos los que participaron en
el acto, dejándose constancia de las razones de Sabido es que la Constitución Nacional pro-
aquel que no la firme, o del que lo hace a ruego o cura otorgar seguridad a los habitantes en su
como testigo de actuación. domicilio, papeles privados y correspondencia,
pero las restricciones que establece la misma Ley
La omisión de estas formalidades sólo priva de Suprema se orientan a evitar el libertinaje, la des-
efectos al acta o torna invalorable su contenido mesura y el delito que también conmueve y alte-
cuando ellas no puedan ser suplidas con certeza ran la seguridad que se quiere salvaguardar me-
sobre la base de otros elementos de prueba. diante el principio general de la inviolabilidad
del domicilio, los papeles privados y la corres-
Los funcionarios de la policía u otra fuerza de pondencia. De nada valdría proclamar la invio-
seguridad que deban registrar actos definitivos labilidad aludida si no existieran, al mismo tiem-
o irreproducibles, tales como secuestros, ins- po, resortes legales tendientes a evitar el abuso
pecciones oculares, requisas personales y alla- que implica y facilita la actividad delictiva, y a la
namientos serán asistidos por DOS (57) testigos sombra y en burla de las señaladas garantías, que
que no podrán pertenecer a la misma fuerza que nuestra norma fundacional instituye para acti-
intervino en el acto. vidades lícitas y en orden a proteger una esfera
de intimidad de los habitantes. En fin, la regla
En ningún caso podrán ser testigos de actua- constitucional que garantiza la inviolabilidad de
ción los menores de DIECISÉIS (58) años, ni domicilio, correspondencia y papeles privados
quienes presenten signos evidentes de alteración (art. 18, Constitución Nacional) así lo prescribe
de sus facultades psíquicas”. en obsequio al principio de la seguridad jurídica,
que es todo lo opuesto que la facilitación, fomen-
(57) Debate Cámara de Diputados de la Nación 30/5/01 to y encubrimiento de actividades delictuosas
- Publicación en Boletín Oficial 19/6/01. nocivas para el grupo social. Debe haber, pues,
(58) “La requisa personal en la jurisprudencia de la Cá- límites, restricciones, para evitar peligrosos abu-
mara Nacional de Casación Penal”, p. 239 y ss. sos que desnaturalizarían lo que se quiere pro-

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 117


DPyC Procesal Penal doctrina

teger: la seguridad jurídica que procura la Carta la nulidad de los actos, excepto los que no pueden
Magna (59). ser repetidos, y salvo el caso de que un tribunal de
competencia superior haya actuado en una causa
Es notable el desoír de los magistrados, hasta atribuida a otro de competencia inferior”.
el punto de dar la espalda a nuestra Constitución
Nacional. Aparentemente en los casos cuestio- Se trata de una nulidad absoluta; aunque con
nados, la carta magna no parece ser tenida en dos limitaciones: la irreproducibilidad del acto
cuenta ni respetada. procesal o la intervención de un tribunal crimi-
nal que ha entendido en una causa correccional.
A continuación y de extrema importancia co-
rresponde imperiosamente que las siguientes Respecto de los actos irreproducibles, que son
normas dejen de ser desconocidas. los que para el presente estudio interesan, son
una de las excepciones como ya se mencionó
El artículo 7 de la Constitución Nacional el cual de la norma. Éstos permanecerán intactos y son
reza: “Los actos públicos y procedimientos judi- absolutos y válidos. El fundamento de ello se en-
ciales de una provincia gozan de entera fe en las cuentra en el hecho de que la ley quiere evitar la
demás; y el Congreso puede por leyes generales
dispersión de elementos de convicción que tien-
determinar cuál es la forma probatoria de estos
den a descubrir la verdad real (61).
actos y procedimientos, y los efectos legales que
producirán”. Sostiene D’Albora que la estrictez del precep-
to se entiende en razón de que la competencia
La disposición tiene como objetivo asegurar la
es una de las aristas que contribuyen al señala-
permanencia y unidad del Estado Federal, pese a
miento del “juez natural” (62).
la diversidad de entes locales que lo integran en
tanto éstos han reservado para sí la autonomía Ya desde antaño, este principio era reconocido
para gobernarse. Ello incluye la atribución local en nuestra legislación.
de reglar el procedimiento y razón de validez de
los actos públicos emanados de sus tres poderes En el Código de procedimientos en Materia
y establecer los procedimientos judiciales res- Penal, para la Justicia Federal y territorios nacio-
pectivos, competencia expresamente retenida nales, el art. 73 normaba que: “Todas las actua-
por las provincias en los arts. 5º y 75, inc. 12 de la ciones que se hayan practicado durante el suma-
Constitución Nacional. rio hasta la decisión de las competencias serán
válidas, sin necesidad de que se ratifiquen ante el
El principio que subyace en la solución esta- Juez que sea declarado competente.
blecida por el art. 7º es el de la extraterritoriali-
dad del derecho local en la jurisdicción de cual- Sin embargo, el Juez a quien correspondiese la
quier Estado federado y en el distrito federal o instrucción o el conocimiento de la causa, podrá
capital federal (60). ordenar la ratificación de las declaraciones o di-
ligencias que estimase convenientes, y en todo
Por otro lado tenemos los parámetros estable-
caso el Ministerio Fiscal y los interesados podrán
cidos procesalmente.
pedir una ratificación durante el plenario”.
Así, el artículo 36 del Código Procesal Penal de
Y en la jurisprudencia de esa época se sostenía:
la Nación establece:
Son válidos los actos del sumario realizados
“La inobservancia de las reglas para determinar
ante juez, a la sazón, incompetente; no así los del
la competencia por razón de la materia producirá
plenario (CCC. Fed., JPBA. 37-7314). En contra,
el mismo Tribunal, Sala 2ª declarando que: “si
(59) González, Nemesio, “Voluntarismo y arbitrariedad bien en principio, según lo ha señalado constan-
en cuestiones de hecho, prueba y derecho procesal. Sen-
tencias Inconstitucionales. Garantía de la judicialidad”, LL,
1991-E, 351. (Comentarios del fallo de la Corte Suprema de (61) Di Masi - Obligado “Código Procesal Penal de la
Justicia de la Nación, “Fabro, Pedro H. y otros” 1991/02/26. Nación. Ley 23984”, Ed. Universidad, Buenos Aires 1993,
(60) Gelli, María Angélica, “Constitución de la Nación p. 35.
Argentina”, P. 58 y ss. (62) D’Albora, ob. cit., p. 108.

118 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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te jurisprudencia, sólo las diligencias sumaria- Una vez lograda esta uniformidad de criterios
les practicadas en fueron ajeno al que resuelve y respeto por las atribuciones legislativas que po-
pueden ser consideradas válidas, pero no así las see la provincia, se podrá pretender que la defen-
de la etapa del debate, atento que en la causa la sa no obstaculice, ni demore con planteos que en
resolución final de la misma posibilita la libertad estos casos resultan dilatorios e improcedentes.
del condenado, tal principio debe encontrar su Estamos ante una cadena cerrada; la solución,
excepción. Tal solución se justifica pues la nuli- en el caso que no se produzca una reforma legis-
dad de las actuaciones prolongaría inútilmente lativa, debe comenzar por unificar el criterio ju-
la detención del condenado, colocando así la dicial; respetar lo que está establecido en nuestra
libertad de un detenido como valor secundario constitución nacional, en donde para evitar este
frente al exclusivo interés de la ley” (CCC. Fed., 2ª, tipo de cuestiones que no hacen más que origi-
JPBA. 43-9255). nar dispendio de recursos, dilaciones indebidas
y vulneraciones de derechos, se encuentra vigen-
Son también válidas en jurisdicción provincial te el artículo 7, el cual parece o ser desconocido
las actuaciones realizadas por la Policía Federal por los magistrados, o tratarse todo esto de una
como auxiliar de la justicia de instrucción de la cuestión de necedad, totalmente inapropiada en
Capital Federal cumpliendo todos los recaudos las personas que deben decir el derecho y juzgar
procesales pertinentes (C. Apel. S. Isidro, JPBA. a las personas.
37-7336 y coincidentemente CSN., rev. Cit. 35-
6562 con apoyo en el art. 7 CN, declarando —ade- Además de los graves perjuicios mencionados,
más— que sostener lo contrario implicaría una esta testarudez o ceguera de los operadores na-
dispendiosa actividad que afectaría la garantía de cionales ayuda a acrecentar la ya grave y negativa
la defensa en juicio integrada también por el de- opinión con la que carga la policía de la provincia
recho a una rápida y eficaz decisión judicial) (63). de Buenos Aires.
Piénsese que un procedimiento que se resuel-
Increíblemente, el paso del tiempo, en lugar de
ve invalidar, por estos conflictos interpretativos,
hacernos más respetuosos de los derechos y ga-
genera por un lado que la sociedad, que desco-
rantías, en estos casos ha hecho todo lo contrario.
noce la raíz del problema, y que además es in-
IX. Conclusión fluenciada, y su ignorancia alimentada, por los
medios de comunicación, que no es novedad
No se desconoce que es un deber y una or- que son tendenciosos, carentes de objetividad y
den para la defensa pública oficial el cuestionar sus comunicados en estos temas, faltos de análi-
cada arista posible en pro de sus asistidos, sin sis; critique y engrose la negativa visión que pesa
embargo, este afán por discutir hasta lo indis- sobre la policía. Y por otro lado, la frustración de
cutible no debería realizarse en estos casos, eso los miembros de la policía al ver arrojado a la ba-
claro está si el criterio de los jueces para estos sura su trabajo, sumado, reitero, a la crítica de la
temas fuera uno. gente, que en lugar de interiorizarse y no dejarse
manipular, prefiere seguir viviendo enceguecida
O sea, lo primero sería lograr que los fallos y manejada.
sean contestes, que respeten las diferencias nor-
mativas entre lo que está establecido en el código En el presente trabajo se han expuesto las si-
nacional y lo propio en el código de la provincia, guientes situaciones: casos en los que la defensa
no vulnerando y validando, conforme a lo nor- plantea la nulidad del procedimiento policial y a
mado en el artículo 7 de la Constitución Nacio- raíz de ello puede pasar que se anule y todos sus
nal, los casos iniciados en la provincia que luego actos consecuentes, sobreseyéndose al imputado
son derivados para ser analizados y concluidos y generándose la inaceptable violación de dere-
por la justicia federal. chos, dispendios de recursos y demás situaciones
negativas que deberían ser evitadas, o también
puede suceder, y es el fin al que debería aspirar-
(63) Manigot, Marcelo A., “Código de Procedimientos
en materia Penal, para la Justicia Federal y territorios na- se, reconocerse la validez de los actos definitivos e
cionales, (anotado y comentado)”, T. I, 2ª edición, p. 265. irreproducibles realizados por la prevención pro-
Ed. Jurisprudencia Penal de Buenos Aires. Argentina. vincial cuando deben ser aceptados como prueba

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 119


DPyC Procesal Penal doctrina

al pasar el caso al análisis de la justicia federal por De más está decir que la nueva legislación
cuestiones de incompetencia material. procesal nacional no producirá mejoras. Especí-
ficamente respecto de los temas del presente tra-
Sin embargo, y no desconociendo ni desvalo- bajo, el nuevo código amputa a la policía y fuer-
rizando la importancia de que haya jueces que zas de seguridad de las facultades que le habían
noten y respeten la validez de los actos realiza- sido otorgadas, y que en su momento fueran tan
dos en la provincia, sería beneficioso para todos aplaudidas. Los planteos seguirán generándose y
y lo esperado que los procesos no se vieran di- parece ser que serán mayores y más importantes,
latados eternamente por cuestiones de este tipo. profundizándose aún más las diferencias y ale-
Sería lo realmente deseable que los planteos por jándonos de la coherencia que debería primar
estos motivos no fueran planteados y que la jus- en un país, tanto judicial como legislativamente.
ticia se ocupara de analizar la validez o invalidez
de casos en los que sí se avasallan los derechos y Como docente del Instituto de Formación Po-
garantías. licial de la provincia de Buenos Aires, expongo
esta problemática a los alumnos, inculcándoles
X. Propuesta ambos procedimientos, tanto el nacional como
el provincial, con la finalidad de que si no son las
Aunar los criterios legislativos a fin de que am- personas que deben impartir justicia, y las que
bos coincidan en lo referente a las atribuciones saben el derecho, las que deberían impedir la
policiales, con el objeto de evitar las posibles existencia de planteos y lo que resulta intolera-
nulidades que se generan sobre todo al pasar los ble, resoluciones nulificantes, que sean ellos, co-
casos de provincia a nación. nociendo lo que establecen las dos legislaciones,
los que eviten que su trabajo sea desechado y no
O en su defecto y respetando las facultades de respetado.
la provincia para legislar su procedimiento, sería
lo correcto que todos los magistrados sepan y re- No es a ellos a quienes les corresponde tener
conozcan las leyes provinciales y conforme a lo que prever las diferencias en la legislaciones
establecido por el artículo 7 de la Constitución para actuar de acuerdo a cómo se califiquen los
Nacional, no se permitan planteos o cuestiona- hechos, sea la justicia federal o a la provincial,
mientos en los casos en que el procedimiento pero como evidentemente a los magistrados les
policial estuvo correctamente realizado, con- es más fácil invalidar un trabajo bien hecho que
forme a las normas provinciales y que luego por respetar las normas que rigen en nuestro país,
cuestiones de competencia material son resuel- me veo obligada a transmitir y generar el cambio,
tos por la justicia federal. empezando en las aulas. u

120 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Procesal Penal NOTA A FALLO

RENUNCIABILIDAD DEL JUICIO POR anteponerse la voluntad del Estado sobre el


justiciable, circunstancia que trae aparejada
JURADOS la pérdida de un derecho constitucionalmente
reconocido para el individuo, el de ser juzgado
Efectos respecto de los coimputados. Defensa en por sus pares —art. 24, Constitución Nacio-
juicio. Garantías constitucionales. Arbitrariedad. nal—.
Último párrafo del art. 22 bis del Código Procesal
Penal de la provincia de Buenos Aires. Inconstitu- 2. — Dado que el art. 22, último párrafo, del Código
cionalidad. Procesal Penal de la provincia de Buenos Ai-
res se encuentra en franca colisión con las ga-
Hechos: En una causa penal en la cual algu- rantías constitucionales a ser juzgado por un
nos imputados expresaron su voluntad de no juzgado lego, a una correcta defensa en juicio,
someterse al juicio por jurados, el Juzgado de a ser juzgado por los jueces designados por la
Garantías en lo Penal de San Martín declaró la ley y a participar en la administración de justi-
inconstitucionalidad del último párrafo del art. cia, debe declararse inconstitucional, máxime
22 bis del Código Procesal Penal de la provincia cuando resulta ser una injerencia coercitiva
de Buenos Aires y, firme que sea, elevar la causa del poder del Estado en el ámbito de los dere-
a juicio oral debiendo conocer el Tribunal de chos individuales y colectivos, cuyo resultado
Jurados que resulte integrado conforme el pro- es transitar la senda que menos se ajusta a las
cedimiento de la ley local 14.543. directivas de la Carta Magna.

1. — El último párrafo del art. 22 bis del Código Pro- 3. — El art. 22 bis, último párrafo, del Código Proce-
cesal Penal de la provincia de Buenos Aires, en sal Penal de la provincia de Buenos Aires es in-
cuanto impone la obligación de renunciar al constitucional, pues no solo afecta la garantía
juicio por jurados en caso de que uno de los de defensa en juicio sino que no se entiende
coimputados lo requiera, es inconstitucional, que razones llevaron al legislador, frente a dos
en tanto se traduce en un exceso en el ejercicio sendas posibles, a tomar aquella que menos
del poder penal estatal, puesto que pareciera derechos provee, ergo, la que más arbitraria

Un fallo auspicioso que en razón de la renuncia al sistema de los demás


coimputados.
reafirma el juicio por Como es natural entre quienes concebimos el
jurados jurado popular como una garantía constitucio-
nal (1), el juicio por jurados no puede serle de-
POR Ricardo S. Favarotto
(1) Cfr. FAVAROTTO — SIMAZ (2013: 307), El juicio pe-
nal bonaerense (Buenos Aires: Ediar). Además de la auto-
En principio, no podemos menos que congra-
rizada bibliografía transcripta por el magistrado decisor (en
tularnos y darle una favorable recepción al fallo particular, del valioso aporte de Andrés HARFUCH (2013:
—objeto de esta brevísima glosa— por el que 32 y 137, e/o) sobre El Juicio por Jurados en la Provincia de
se declara la invalidez constitucional del último Buenos Aires. Buenos Aires: Ad Hoc), en el mismo sentido
párrafo del art. 22 bis CPP (ley 14.543), según el se expide no sólo Ricardo J. CAVALLERO (2000: 55) en La
cual: en caso de existir pluralidad de imputados, Constitución Argentina. La realidad jurídica y un reciente
ensayo de tribunal mixto (publ. en la obra colectiva sobre
la renuncia de uno de ellos determinará la inte-
Juicio por Jurados en el Proceso Penal. Buenos Aires: Ad-
gración del Tribunal de conformidad a lo estable- Hoc), al explicar que desde la perspectiva de que el dere-
cido en el art. 22. cho de ser juzgado por un jurado constituye ante todo una
garantía del imputado (bueno es tener en consideración al
Nos referimos al decisorio recaído en la causa respecto que el art. 24 de la Constitución Nacional se en-
21.309, seguida a “Portillo, Sergio Juan y otros”, del cuentra ubicado en la parte dogmática constitucional), con
Juzgado de Garantías n. 3 de San Martín que lleva lo cual parece objetable que el fiscal y el querellante dis-
la firma de su titular, Dr. Mariano J. Grammático pongan de la facultad de solicitar la integración del tribu-
nal con lego, sino también Edmundo S. HENDLER (2000)
Mazzari, donde se considera que la norma alu- en “El juicio por jurados como garantía de la Constitución”
dida restringe de modo ilegítimo el derecho del (publ. en la Revista El Derecho, disponible en http://www.
causante a ser juzgado por un jurado de pares, catedrahendler.org/doctrina_in.php?id=52#_ftnref1.),

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 121


DPyC Procesal Penal NOTA A FALLO

resulta, pues, por la decisión de un justiciable galmente al encartado Portillo, sin manifestar reserva
se priva el derecho del consorte de causa a ser alguna al respecto, siendo que Dr. Verri Mariano, de-
juzgado por sus pares y, como contracara, a la fensor oficial de Zubia y Urrutia, hizo lo propio, expre-
sociedad de formar parte de la organización sando a fs. 422 que la voluntad de sus pupilos es la de
del poder penal estatal, tal como lo habilita el no someterse al juicio por jurados, sino que optaron
art. 118 de la Constitución Nacional. por la realización del debate oral mediante la integra-
ción ordinaria del Tribunal.
JGarantías en lo Penal Nro. 3, San Martín,
06/05/2015. – Portillo, Sergio Juan, Zubia José Félix Que en razón de la fecha de comisión del injusto,
y Urrutia José David s/ causa Nro. 21309. y teniendo en cuenta la escala penal prevista para el
delito endilgado, la presente pesquisa debe tramitar
[Cita on line: AR/JUR/28725/2015] al amparo de lo regulado por la ley 14.543, siendo
que El art. 22 bis del CPP, incorporado por la menta-
da legislación, en su párrafo quinto reza “...En caso de
CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD existir pluralidad de imputados, la renuncia de uno de
ellos determinará la integración del Tribunal de con-
Se declara inconstitucional el último párrafo del art. formidad a lo establecido en el Art. 22.” , por lo que en
22 bis del Código Procesal Penal de la provincia de el caso traído a consideración, el juicio oral debiera
Buenos Aires. sustanciarse con la intervención de los jueces profe-
sionales que conforman el Tribunal en lo Criminal.
San Martín, 6 mayo de 2015
Que la ley 14.543 instrumentó, luego de 160 años
Autos y vistos: de reticencia, el juicio por jurados en la provincia de
Buenos Aires; si bien destaco la importancia de ha-
Los presentes actuados correspondientes a la Cau- ber instaurado dicho sistema de enjuiciamiento, pues
sa registrada bajo el Nro. 21309 de éste Juzgado de Ga- fortalece una distribución de poder más democrática
rantías en lo Penal Nº 3 Departamental, (IPP 15-00- y republicana, a la vez que representa un fuerte im-
38295-14 de la Unidad Funcional de Instrucción Nro. pulso hacia la expansión del estado de derecho cons-
07 Deptal.) seguida a Portillo Sergio Juan, Zubia José titucional, lo cierto es que considero desafortunada la
Félix y Urrutia José David, para resolver, y redacción de la disposición citada.
Considerando: En efecto, de una primera lectura de la norma, no
puedo dejar de advertir que en la misma el Estado se
Que a fs. 407 se notificó de la requisitoria fiscal de arroga facultades propias del imputado, puesto que
elevación a juicio el Dr. Díaz Martín, quien asiste le- le impone la obligación de renunciar al juicio por ju-

negado al justiciable ni siquiera por comprensi- culante de la renuncia de uno de los enjuicia-
bles razones de orden público (p. ej., para evitar dos que, según la norma aludida, obliga a su/s
la duplicidad de juicios y, acaso, el strepitus fori), consorte/s de causa a ser juzgado/s por los
que son los motivos implícitos que, cabe presu- tribunales profesionales, catalogándolo —en
mir, debieron informar la limitación prevista en forma indulgente— como de dudosa constitu-
la frase final del art. 22 bis del CPP. cionalidad, pues la fundada renuncia a un dere-
cho constitucional ejercida por un imputado en
Con notable claridad Nicolás Schiavo (2014-1: modo alguno puede frustrar los derechos consti-
207/8) se refiere al controvertido poder vin- tucionales de otro imputado que pretende que su
caso sea resuelto bajo el modelo constitucional al
que tiene derecho en el art. 24 de la CN. (2) Más
quien luego de hacer una exhaustiva exploración de sus
antecedentes históricos y de su evolución en el derecho aún, de lege ferenda, postula que el sistema de
comparado, concluye expresando que en la disyuntiva de obligatoriedad del litisconsorcio debiera funcio-
establecer el juicio por jurados como una modalidad or- nar en sentido inverso, es decir, la opción hacia
gánica de ejercicio del poder judicial o como una garantía el jurado de un imputado tendría que obligar al
del enjuiciado, me inclino decididamente por esta última. conjunto.
La perspectiva histórica de los orígenes del instituto, si bien
no constituye una razón concluyente, da cuenta clara de ese
funcionamiento garantizador que creo preferible. La idea (2) Cfr. Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos
de un derecho penal limitador del poder punitivo, por su Aires. Análisis doctrinal y jurisprudencial. Buenos Aires:
lado, explica la preferencia. Hammurabi.

122 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Ricardo S. Favarotto

rados en caso de que uno de sus coimputados así lo puede obligar a los demás a tener que ser juzgados de
requiera, lo cual claramente se traduce en un exce- esa manera, aún cuando su voluntad expresa sea la
so en el ejercicio del poder penal estatal, puesto que de ser juzgado por el jurado popular que le garantiza
pareciera anteponerse la voluntad del Estado sobre la Constitución Nacional”. (Andres Harfuch, El Juicio
la del justiciable, circunstancia que trae aparejada, por Jurados en la Provincia de Buenos Aires, Editorial
necesariamente como contrapartida, la pérdida de Ad Hoc, 2013, Pág. 137).
un derecho constitucionalmente reconocido para el
individuo. Hemos tenido posturas diferentes con el Dr. Har-
fuch en algunos tópicos, inclusive en cuanto a la dis-
En virtud de lo reseñado previamente, luego de ponibilidad de la acción que el plantea, pero en este
haber realizado un análisis de la doctrina y jurispru- tópico debe reconocérsele el mérito por ser el prime-
dencia sobre la materia que a continuación expondré, ro que lo ha dejado claro, la lógica es impecable y fue-
y en el entendimiento de que la norma citada se en- ra de toda discusión, como expondré infra.
cuentra en manifiesta colisión con los preceptos y ga-
rantías reconocidos por la Constitución Nacional, es Adelantando mi opinión a modo de obiter dictum,
que habré de declarar su inconstitucionalidad. desde ya aclaro que entiendo que la interpretación
constitucional de la renunciabilidad del juicio por
El prestigioso Dr. Andrés Harfuch, férreo defensor jurados requiere un doble conforme. El del imputado
del juicio por jurados, al comentar su postura respec- y el del representante de la víctima o de la sociedad,
to del artículo transcripto anteriormente expresó que puesto que el mismo tiene un doble carácter, como
“...La redacción del último párrafo del Art. 22 bis del derecho del individuo y como derecho de la socie-
CPP es desgraciada, desconcertante y debe ser inme- dad. Sin embargo esta decisión jurisdiccional no re-
diatamente declarada inconstitucional. Más allá de quiere un acuerdo doctrinario en cuanto al carácter
que sea nuestra posición que el juicio por jurados es de disponible o no del juicio por jurados, como se
obligatorio sea nuestra Constitución, la forma en que adelantara previamente. No dejo sin embargo de
quedó redactado este artículo es hasta incongruente apreciar que esta es claramente hoy una postura mi-
con sus propias declamaciones. El legislador justificó noritaria, y la mayoría de la doctrina se ha decantado
la renunciabilidad al juicio por jurados basándose en por entender que el juicio por jurado es una garantía
que el jurado es una garantía constitucional...Por tal constitucional.
razón es disponible. Aún cuando no acordemos con
esa lógica y pensemos que el jurado es una garantía Continuando la primigenia línea de pensamien-
tan indisponible como el juicio oral y público, no se to me permito hacer algunas observaciones sobre el
entiende como la opción de uno sólo de los posibles instituto en trato. El juicio por jurados se encuentra
coimputados por un juicio ante jueces profesionales establecido, entre otros, en el Art. 24 de la CN, por

En nuestra opinión, el impedimento proce- Con ese equívoco se empaña una sentencia que
sal del art. 22 bis in fine del CPP no puede tener —de otro modo— sería por completo laudable, pues
preeminencia sobre la garantía instituida en el en definitiva se desconoce que las garantías son
art. 24 del CN, por lo que resulta plausible este para los garantizados. En efecto, debería estar fuera
fallo del juez Grammático Mazzari, en tanto se de dudas que las garantías son herramientas para la
ajusta con estrictez a la legalidad constitucional efectivización de los derechos del imputado, en el
antes que a las prescripciones reglamentarias del conflicto que mantiene con el sistema punitivo es-
debido proceso legal. tatal, tal como resulta de lo expuesto por la Corte Su-
prema de Justicia de la Nación al afirmar que las ga-
Sin embargo, el decisorio comentado incluye rantías emanadas de los tratados sobre derechos hu-
una censurable toma de posición —con la ad- manos deben entenderse en función de la protección
vertencia de que se trata de un criterio minori- de los derechos esenciales del ser humano y no para
tario, intrascendente al resolver la cuestión de beneficio de los estados contratantes (CSJN, “Arce,
fondo—, cuando el juez enfatiza que la interpre- Jorge Daniel”, sent. del 14/10/1997, Fallos 320:2145),
tación constitucional de la renunciabilidad del subrayando que el Ministerio Público Fiscal es un
juicio por jurados requiere un doble conforme. El órgano del Estado a quien no le corresponde la ti-
del imputado y el del representante de la víctima o tularidad jurídica de las garantías constitucionales.
de la sociedad, puesto que el mismo tiene un doble
carácter, como derecho del individuo y como dere- Aun así, no dejemos que el árbol nos impida
cho de la sociedad. ver el bosque. u

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 123


DPyC Procesal Penal NOTA A FALLO

lo que ya desde la ubicación donde el constituyente de un pilar fundamental en el sistema democrático de


decidió redactarlo es indudable su carácter de dere- administración de justicia, asegurando la participa-
cho fundamental, encontrándose en la parte titulada ción ciudadana en las decisiones judiciales, así como
“Declaraciones, derechos y garantías”, es entonces un la publicidad y transparencia que debe signar la acti-
derecho del acusado, y por otro lado, en virtud del vidad de todos los órganos estatales del sistema repu-
Art. 118 es, una forma política de organización es- blicano, y esto último se traduce en un beneficio para
tatal, pues no sólo implica que la comunidad pueda quien será juzgado, vislumbrándose que se instaura
participar en el proceso de toma de decisiones judi- como una garantía para el imputado a un pronuncia-
ciales, sino que representa un derecho del acusado a miento más justo. Asimismo, se sostiene que “...el es-
ser juzgado por su conciudadanos, toda vez que dicha tablecimiento del juicio por jurados es entendido en el
circunstancia representa una restricción al poder es- presente proyecto como un derecho del imputado que
tatal, desconcentrando el monopolio del ejercicio del como tal resulta enteramente renunciable...”, lo cual
poder punitivo. deja ver claramente que, a criterio del propio legisla-
dor, existe una relación de disponibilidad entre el ob-
Entonces, el juicio por jurados tiene como primer jeto de tutela y el sujeto titular de ese derecho, y por lo
finalidad la de limitar al Estado y dar seguridad al ciu- tanto, por defecto, no disponible por parte del Estado.
dadano frente a él, tanto al acusado, como a la ciu- Es decir, que si se sigue esta línea de pensamiento y
dadanía interviniente en su función de contralor de le asignáramos el carácter de derecho del imputado
la actividad punitiva. Como segunda medida, -y esta a ser juzgado por sus pares y, por lo tanto, se pone
es una opinión individual del suscripto- juzgar bajo en cabeza del beneficiario la decisión de renunciar
jurado popular cuando ciertas circunstancias pongan (tal como expresaría el legislador en sus considera-
en duda la eficacia de los jueces profesionales en de- ciones), es totalmente contradictorio privarlo de ese
terminados procesos (en especial los referidos a los derecho en ciertas circunstancias que le son ajenas;
crímenes políticos, aberrantes o de sus representan- pues desde esta óptica es una potestad individual de
tes). la que no se puede apropiar el Estado.
Sentado ello como primer punto de anclaje de la Más allá de la postura que se adopte sobre la cues-
cuestión, corresponde continuar el análisis diciendo tión, lo cual excede los objetivos de la presente reso-
que las garantías constitucionales son definidas como lución, lo cierto es que la propia ley consagra la op-
prerrogativas que tiene el individuo frente al poder ción de renuncia, y ello sugiere claramente un propó-
político para asegurar el goce efectivo de los dere- sito garantizador, motivo por el cual no puede operar
chos reconocidos, es decir, que conceptualmente son en perjuicio de su titular, lo que lleva necesariamente
restricciones a la actividad estatal, herramientas que a que no se pueda pregonar la constitucionalidad del
poseen los sujetos para hacer frente a toda actuación precepto en crisis.
que implique una injerencia en su esfera de derechos
individuales, por lo que es responsabilidad del Estado En esta inteligencia, y tal como lo señala el Dr. Ed-
establecer todos los mecanismos necesarios para ha- mundo Hendler, quien le ha dedicado gran parte de
cerlas efectivas y no meramente ilusorias. su carrera académica a la promoción del juicio por ju-
rados enrolándose en la postura que lo considera un
Entonces, con lo dicho hasta aquí, se puede aseve- derecho individual, la institución social que se pre-
rar que la norma criticada conculca garantías estable- tende instaurar, no puede verse desvirtuada al esta-
cidas en la norma superior, toda vez que priva arbitra- blecerse una aplicación obligatoria, toda vez que ello
ria y compulsivamente al individuo del goce efectivo sería utilizarla en contra de aquel en cuyo resguardo
de un derecho constitucionalmente reconocido, pues fue creada (Edumndo Samuel Hendler, El Juicio por
le decisión de Zubia y Urrutía de ser juzgado por un Jurados Como Garantía de la Constitución, revista El
Tribunal Criminal, obliga a Portillo a apartarse de su derecho, 2009). Tal afirmación, implica redefinir todo
voluntad de someterse a ser juzgado por sus pares. el sistema del poder punitivo, pues optar por tal op-
ción representa una limitación y contención del mis-
Y no estamos tampoco ante una hipótesis donde mo, tendiente a minimizar la selectividad y violencia
—si se siguiera mi postura— el Ministerio Público que que son inherentes a ese poder, y ello, tal como
(como representante del pueblo) reclame un juicio lo postulan los Dres. Zaffaroni, Alagia y Slokar, no es
por jurados ante determinado delito o persona en más que la finalidad propia del derecho penal.
particular. Es simplemente que el legislador opta por
el menos constitucional de los derechos por sobre el De lo dicho hasta aquí, habré de concluir en primer
precepto ínsito en la Ley fundamental. término, que el último párrafo del Art. 22 bis del CPP
afecta directamente la garantía de defensa en juicio,
Dicho esto, vale agregar que los propios fundamen- pues la misma implica, entre otras cosas, otorgarle al
tos de la ley 14.543 expresan que el sistema se imple- imputado un amplio abanico de herramientas a su
menta, entre otra cosas, por considerar que se trata disposición que le permitan obtener un pronuncia-

124 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Ricardo S. Favarotto

miento justo, ajustado a sus intereses, toda vez que en Así las cosas, de adverso a lo que ocurre con las
ese proceso se decide nada más ni nada menos que medidas coercitivas en las que impera un criterio de
su culpabilidad y, por ende, si se le aplicará o no una interpretación restrictivo, cuando nos encontramos
pena privativa de su libertad; es decir, que durante frente a una garantía del sometido a enjuiciamiento
la sustanciación del juicio oral, se encuentra todo el penal debe reinar una interpretación extensiva a fin
aparato penal puesto sobre un sólo sujeto. Entonces, de posibilitar la real vigencia de la misma con el obje-
el juicio por jurados se presenta como un elemento to de no tornarla letra muerta dentro del ordenamien-
más que conforma la garantía mencionada, al impli- to jurídico, lo cual aparejaría una tácita derogación
car el hecho de ser oído y juzgado por los pares, des- de la ley positiva, situación no prevista ni permitida
concentrando así el poder y la autoridad que emerge por el ordenamiento legal y por ende inadmisible. De
de los jueces profesionales, así como también, y res- modo tal, que en un juego armónico de las normas
pecto del caso que nos ocupa, en lo que atañe a la po- procesales y constitucionales en trato (arts. 22, 22 bis,
sibilidad de elección del imputado a someterse a esa 26 del CPP y 18, 24, 118 y 75 inc. 12 CN) debe optar-
modalidad de enjuiciamiento o no como parte de su se por la vía que mejor tutele los derechos y respete
estrategia defensista. las garantías del encartado. Todo lo mencionado de
acuerdo a las normas constitucionales mencionadas
Asimismo, considero oportuno mencionar nueva- y al art. 1 párrafo 3ro. del ritual. Es decir, ante una in-
mente al Dr. Harfuch, quien al comentar la ley bajo terpretación que limite el ejercicio de un derecho o
examen, realiza una reinterpretación de la garantía de la vigencia de una garantía y otra que sustente una
juez natural, toda vez que en su Art. 1 la mentada ley hermenéutica amplia de las mismas habrá de estarse
incluye en su redacción al juicio por jurados, entonces a la segunda.
lo que está diciendo es que “...el juez natural no sólo es
el profesional, sino también lo son los jueces ciudada- Desde luego no olvidamos lo establecido por la
nos que constituyen el jurado popular y están triple- CSJN en cuanto “...la hermenéutica de las leyes debe
mente designados en forma expresa por nuestra Cons- practicarse siempre evitando darles un sentido que
titución Nacional: Como garantía para el justiciable ... ponga en pugna sus disposiciones, destruyendo las
como derecho y obligación del pueblo a participar en unas a las otras, y adoptando, como verdadero, el que
la administración de justicia y como forma obligatoria las concilie y deje a todas con valor y efecto...” (CSJN
de organización y gobierno del Poder Judicial federal 1984/9/6 “Echeverry de Rossi, María”, LL 1984-D-594),
y de las provincias” (Andres Harfuch, El Juicio por Ju- justamente la hermenéutica carece de tal armoniza-
rados en la Provincia de Buenos Aires, Editorial Ad ción, pero en el caso concreto resulta imposible gene-
Hoc, 2013, Pag.32). El doctrinario expresa, tal como rar ese vínculo armonioso, sin fulminar previamente
se viene sosteniendo, que la implementación del el art. 22 bis.
sistema de juicio por jurados trae insta la función de
desconcentrar el inmenso poder que se ejerce sobre Entonces, la interpretación aislada de la norma
el ser humano, puesto que la sobredimensión del juez cuestionada, violenta la posibilidad de Portillo de ser
profesional vulnera la garantía de juez natural, toda juzgado por un tribunal constituido por jurados dado
vez que en rigor de verdad, él no está designado cons- que le veda directamente la posibilidad de elegir o
titucionalmente para dictar veredicto, presentándose rechazar dicha forma de juzgamiento al pretender ex-
así y desde que fue concebido en su origen, como un cluir arbitrariamente el presente caso del las normas
límite al poder del estado. Por último, concluye de del art. 22 bis del ritual, en virtud de la elección reali-
manera contundente sosteniendo que “en todos los zada por sus coimputados.
manuales de derecho del common law, se resalta el rol
del jurado como última salvaguarda contra la tiranía Sentado ello, no se entiende qué razones llevaron al
y los deseos despóticos de un gobierno” (Ibid. pág. 35). legislador, frente a dos sendas posibles, a tomar aque-
lla que menos derechos provee, ergo, la que mas ar-
En la misma inteligencia se ha dicho que “la disyun- bitraria resulta, pues por la decisión unilateral de un
tiva “garantismo-autoritarismo” y el triunfo del prime- justiciable se priva el derecho del consorte de causa
ro sobre el segundo coincide con el establecimiento de a ser juzgado por sus pares y, como contra cara, a la
los estados democráticos, republicanos o monárquicos, sociedad de formar parte de la organización del po-
reconocedores del hombre como titular de derechos no der penal estatal, tal como la habilita el Art. 118 de la
sólo frente a otros hombres sino, y fundamentalmente, Constitución Nacional.
frente al propio Estado para que, al ejercer éste su po-
der represivo penal, lo deba hacer con respeto a dere- Es decir, si la regla constitucional es el juicio por ju-
chos que, en última instancia, tienen por fin principal rado, frente a una situación conflictiva como es la de
asegurar la dignidad del hombre; es decir, igual obje- que en una misma causa dos imputados elijan ser en-
tivo del que legitima la existencia del Estado” (Código juiciados de maneras distintas, la solución debe siem-
de Procedimiento Penal Comentado, Héctor Granillo pre tener como faro las bases sentadas por aquel pre-
Fernadez y Gustavo Herbel, La Ley, 2005, p. 3). cepto, pues justamente es ese el fundamento de los

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 125


DPyC Procesal Penal NOTA A FALLO

principios constitucionales, el de servir como pilares dado que las leyes y los actos estatales se presumen
sobre los cuales se construya el andamiaje punitivo, y válidos, y por ende constitucionales, tal declaración
el de ser una suerte de catálogo de reglas orientadoras sólo se debe emitir cuando la incompatibilidad con la
para los jueces al momento de tomar decisiones, no Constitución es absoluta y evidente (Bidart Campos,
sólo para interpretar adecuadamente las leyes, sino G., Tratado Elemental de Derecho Constitucional Ar-
también, tal como ocurre en el caso que nos ocupa, gentino, pág. 458, T. I-A, Ed. Ediar, año 2000); más es
para identificar y advertir cuándo las mismas exceden propio de la función de los jueces, velar por el efectivo
aquellas bases limitadoras. cumplimiento de derechos y deberes reconocidos en
la Carta Magna, pues “resultan ser normas jurídicas
En definitiva, la desconcertante opción elegida por operativas con vocación de efectividad...el llamado
el legislador, siendo el menos garantizador de los ca- a reglamentarlos no puede obrar con otra finalidad
minos posibles, es sin dudas una excepción a la regla que no sea la de darles todo el contenido que aquella
que priva al individuo de un derecho, pero también a le asigne” (CSJN, Q.C.,S. Y c/ Gobierno de la Ciudad
la comunidad de ejercer su poder soberano, y siendo de Buenos Aires s/ Amparo, 24/04/2012 T.335, P.452).
que no se advierte motivo alguno que justifique tal
decisión, es que me permito concluir que se trata de Asimismo, el sistema de control de constituciona-
resabios conservadores que perpetúan la tradición lidad que tenemos en nuestro país, obliga a declarar
elitista de la justicia, considerando al juez profesional la inconstitucionalidad de una norma aplicada en un
como último y mejor intérprete de la ley. caso concreto, cuanto ella contradiga preceptos de je-
rarquía superior.
En otro orden de ideas, tal como se mencionara, el
juicio por jurados tiene como propiedad inherente En tal sentido, el sistema de control de constitucio-
la noción de que el pueblo soberano participe en la nalidad de la ley es difuso y destinado en forma priva-
toma de decisiones jurisdiccionales, luego, qué mejor tiva al Poder Judicial, de modo tal que todos los jueces
manera de hacerlo que a través de la integración del de la Nación, sin importar la jerarquía del tribunal o
propio órgano decisor, y mediante la correcta apli- juzgado que integren, están facultados para ejercerlo,
cación de la ley sancionada por el Parlamento, que ciñéndose los efectos de tal declaración únicamente
resulta ser, a su vez, el representante de la sociedad al caso concreto (Badeni, G., Instituciones de Derecho
en el Congreso. Es decir, que de esta manera se com- Constitucional, pág. 208, Ed. Ad Hoc, año 2000).
pletan todos los aspectos que hacen a la democracia
representativa, pues la ciudadanía elige a sus repre- En razón de todo lo dicho hasta aquí, encontrándo-
sentantes de gobierno y a los encargados de concretar se la norma cita en franca colisión con las garantías
la verdad social en la ley, y por otro lado, influye di- constitucionales a ser juzgado por un juzgado lego, a
rectamente en la actividad judicial, de manera pasiva una correcta defensa en juicio y a ser juzgado por los
mediante el control de la actuación pública de los ór- jueces designados por la ley, a participar en la admi-
ganos judiciales, pero también activamente al consti- nistración de justicia, y resultando ser una injerencia
tuirse como integrante del Tribunal. coercitiva del poder del Estado en el ámbito de los
derechos individuales y colectivos, cuyo resultado
Teniendo entonces esta democratización de la jus- es transitar la senda que menos se ajusta a las direc-
ticia como norte, como ya se ha dicho en el presente, tivas de la Carta Magna, es que resuelvo declarar su
la virtud de la acusación popular reside en su concep- inconstitucionalidad.
ción como un derecho, por encima de resultar una
mera organización del poder estatal. Tal es así, que no Por todo lo expuesto,
sólo es una prerrogativa del enjuiciado, sino que, es
Resuelvo:
un derecho de la sociedad en general y de la víctima
en particular, de contribuir en la actividad jurisdiccio- I) declarar la inconstitucionalidad del art. 22 bis,
nal en su expresión más palpable como es el proceso último párrafo, del CPP.
penal, pues resulta ser la concreción de la ley penal, y
por lo tanto un paso adelante en el camino cuya meta Ii) firme que sea, elevar la presente a juicio oral de-
es la tan ansiada “justicia”. biendo conocer en el mismo el tribunal de jurados,
que resulte integrado conforme el procedimiento es-
Por otro lado, no escapa a este magistrado la grave- tablecido por la ley 14.543 (arts. 1, 24 y 114 de la CN).
dad que implica dictar la inconstitucionalidad de una
norma, siendo que ello sólo debe hacerse en casos Iii) Regístrese, notifíquese, y cúmplase con la remi-
excepcionales y cuando, tal como lo reconoce la Cor- sión antes dispuesta, sirviendo el presente resoluto-
te Suprema de la Nación, la colisión de los preceptos rio de atenta nota de elevación. — Dr. Mariano José
y garantías de la Constitución surja de la ley misma, Grammático Mazzari. Juez de Garantías.

126 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


Política Criminal
DPyC Política Criminal DOCTRINA

Aspectos involutivos en la normativa europea: funciones


de la pena y consecuencias sistemáticas (*)
Por Sergio Moccia (**)

Sumario: I. La tradición jurídica liberal-solidaria y la política crimi-


nal europea.— II. La función de la pena en el contexto europeo entre
lagunas normativas y elecciones paraemergenciales orientadas a la
disuasión.— III. La “disuasividad” en las obligaciones sancionato-
rias impuestas a los países miembros.— IV. La pena como integra-
ción social en la Constitución italiana: consecuencias dogmáticas y
sistemáticas.— V. La tutela del nivel de garantías establecidas por el
derecho nacional y por el art. 6º, 3º párrafo, TUE.

En las opciones europeas en materia penal se ge, por el contrario, de nuestra Carta constitucio-
está empezando a configurar un marco normativo nal, ha abierto a la jurisprudencia de la Corte de
que sólo puede generar preocupaciones acerca de Justicia y al derecho secundario de la Unión un
las razones de un modelo que pueda resultar ade- espacio inaceptable de “suplencia” dentro del
cuado a las tradiciones jurídicas —de derivación cual ha tenido lugar la imposición a los Estados
liberal-solidaria— comunes a los países miem- miembros de obligaciones de prever sanciones
bros. Las elecciones de principio contenidas en penales no sólo eficaces y proporcionadas, sino
los Tratados de la Unión, tal como resultan del también “disuasivas”, donde dicha disuasividad
Tratado de Lisboa, y las normas de cada decisión reenvía evidentemente a desalentar conductas,
marco y de las directivas en materia penal se de- tanto en modo individual como general. Y, por
muestran insuficientes en cuanto al respeto de otra parte, en la perspectiva de una simple di-
una serie de principios que representen adqui- suasividad, se encuadran la imposición de penas
siciones estables derivadas del patrimonio co- mínimas y máximas particularmente elevadas, la
mún de la experiencia jurídico-institucional. Es falta de previsión de sanciones alternativas a la
especialmente la función atribuida a la sanción detención y la exasperada anticipación de la tu-
penal, en el contexto europeo, aquella que se tela penal que caracterizan medidas normativas
aparta de las opciones propias de un sistema ju- europeas de corto plazo, muy poco cuidadosas
rídico penal que pueda definirse como expresión de aquellos principios de la común tradición
de una concreta unidad entre Estado de derecho Iluminista y solidaria mencionados en el impor-
y Estado social: vale decir, entre las tradiciones tante concepto del art. 6º, 3º párrafo, del Tratado
nobles del pensamiento europeo “fuerte”. En el sobre la Unión Europea, que es propuesto como
silencio de los Tratados y de las mismas Cartas norma de referencia en condiciones de permitir
de los derechos europeas acerca de la función a las Cortes constitucionales internas el poder
de la pena se constata la falta de un referen- corregir eventuales reducciones del estándar de
te teleológico vinculante, fundamental para la las garantías establecidas por el derecho nacio-
construcción del entero sistema de las interven- nal provocadas por intervenciones normativas
ciones penales europeas. La ausencia, en el pla- europeas.
no del derecho primario, de una referencia a la
función reeducativa de la pena, entendida como I. La tradición jurídica liberal-solidaria y la
ofrecimiento de reinserción social, tal como sur- política criminal europea

Como surge claramente desde una primera


(*) Artículo traducido por Sabrina Berger. mirada, libre de toda enfática representación eu-
(**) Profesor adjunto de derecho penal en la Università rooptimista, en las opciones europeas en materia
degli Studi di Napoli “Federico II”. penal (aquellas de la Unión y las anteriores) se

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 129


DPyC Política Criminal doctrina

crea un marco normativo que sólo puede gene- Desde esta perspectiva, apartando sólo por
rar preocupaciones acerca de las razones de un un momento la identificación de la sanción pe-
modelo que coincida mayormente con aquel nal declarada y practicada en la normativa penal
más ágilmente reconstruible sobre la base de europea, debe resaltarse oportunamente que un
aquellas tradiciones jurídicas comunes: y aquí grupo de autorizados estudiosos europeos ha ad-
me refiero a la tradición liberal-solidaria; la otra, vertido la necesidad de elaborar un manifiesto,
aquella nazi-fascista, aún muy presente en la ex- valioso, para una política criminal europea. (1)
periencia europea, obviamente no debe siquiera
ser tomada en consideración. Sin embargo, a mí no me parece que falte o
que haya faltado una política criminal europea:
Si, por lo tanto, la elección, diría indiscutida y yo estoy convencido de que toda elección en
obligada, es aquella del Estado social de derecho, materia penal es expresión de una opción de
no faltan motivos de perplejidad, vinculados ya política criminal; por lo tanto, si debiera suceder
sea con opciones de principio contenidas en los que —como sucede— disposiciones normativas
Tratados de la Unión como resultantes del Tra- en materia penal hayan sido emanadas sin tener
tado de Lisboa, como a decisiones marco indi- debidamente en cuenta el hecho de que el dere-
viduales, en cuanto al respeto de una serie de cho penal incide, a veces de manera devastadora,
principios que representan adquisiciones deri- sobre los derechos fundamentales del individuo,
vadas del patrimonio común de la experiencia significa que, en última instancia, estos últimos
jurídico-constitucional. no le han importado demasiado a quienes han
dictado dichas medidas, y ésta es una elección
Y entonces debe aclararse inmediatamente y de política criminal y también de política tout
de manera prejudicial que, para dar vida a medi- court. Es francamente curioso el hecho de que el
das normativas conformes al modelo fundamen- Consejo haya reconocido la necesidad de elabo-
tal de referencia, es necesario que ellas resulten rar lineamientos oficiales de política criminal: re-
inspiradas en parámetros de racionalidad y, por pito, existe siempre una elección de política cri-
lo tanto, de garantía y de eficiencia: ello significa minal tras cada acto relevante en materia penal;
que es necesario utilizar los instrumentos de in- si, por lo tanto, el Consejo lamenta la exigencia
tervención penal de manera muy diferente de la de individualizar unas orientaciones político-
que se ha empleado hasta ahora. criminales, no significa que ellas estén ausentes,
¡significa sólo que aquellas que han sido imple-
Y son justamente los criterios de racionalidad, mentadas son poco presentables!
garantía y eficiencia aquellos que imponen una
primera elección de primaria importancia, que En realidad, el sistema penal al cual me refiero
por otra parte debería resultar pacífica: la opción se funda en el consciente vínculo con la estruc-
penal debe ser tomada en cuenta sólo como uno tura política dentro de la cual es llamado a obrar
de los instrumentos de control social y, bajo este y, por lo tanto, la solución juspenalista de un pro-
punto de vista, sólo puede ser utilizado como ul- blema corresponde a instancias reales de tipo
tima ratio. político, y en éstas se origina. Es un dato prácti-
camente obvio la adopción de un teleologismo
El reconocimiento de la subsidiariedad del de- político-criminal como adquisición metódica de
recho penal obliga, sin embargo, a no descuidar la cual somos deudores a la gran ciencia penal
un aspecto de importancia básica a los fines de alemana y particularmente a la orientación que,
un correcto planteo del discurso; o sea que es desde Radbruch (2) hasta Roxin (3), ha suminis-
necesario considerar cuál es la función que atri- trado la estructura, los instrumentos argumenta-
buimos a la sanción penal y cuáles son las conse-
cuencias, en el plano de la coherencia sistemáti- (1) V. EUROPEAN CRIMINAL POLICY INITIATIVE,
ca, que pueden derivar de ella. “Manifesto sulla politica criminale europea”, en Riv. it. dir.
proc. pen., 2010, 1262 ss.
Se trata aquí de reconstruir también uno de los (2) RADBRUCH, “Zur Systematik der Verbrechensleh-
criterios de referencia esenciales a los fines de re”, en Festgabe für R. Frank, Tübingen, 1930, 158 ss.
la impostación y el desarrollo de un proyecto de (3) ROXIN, “Politica criminale e sistema del diritto pe-
política criminal. nale”, 1970, 2ª ed. 1973, trad. it. Napoli, 1986.

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tivos y las opciones normativas para una satisfac- formal, tecnicista de la materia, se ha traducido
toria reconstrucción sistemática. en el teleologismo penal maduro —pienso en
Roxin—, en un satisfactorio planteo orientado a
II. La función de la pena en el contexto eu- los valores de Estado social de derecho, conver-
ropeo entre lagunas normativas y elecciones tidos en principios normativos y, por lo tanto,
paraemergenciales orientadas a la disuasión en la adopción de una metodología que, siendo
permeable a las directivas de política criminal,
El criterio político-criminal que conlleva una
ha tenido como resultado una revisión general
marca más evidente parecería estar ligado a la
de la dogmática y la sistemática y, por lo tanto, la
función de la pena: desde la individualización
propuesta concreta y efectiva de un nuevo siste-
de su función es posible reconstruir inmediata-
ma como alta expresión de aquel amplio proceso
mente el “rostro” del sistema considerado indi-
sintético de tipo ideológico-político, orientado
vidualmente. La función de la pena refleja, efec-
a realizar una concreta unidad entre Estado de
tivamente, de manera directa, las elecciones fun-
derecho y Estado social: vale decir, en términos
damentales del entero sistema político-jurídico
más amplios, entre las tradiciones nobles del
dentro del cual obra, por lo tanto ella representa
pensamiento político europeo “fuerte”, de cuya
el elemento caracterizador del sistema penal.
actuación, especialmente en este momento, se
Desde este punto de vista debe también de- advierte una imperiosa necesidad contra toda
cirse que el sistema penal está condicionado no “débil” derivación de tipo economicista-finan-
sólo en el plano axiológico, sino también dentro ciero, sorda en los resultados al efectivo respeto
de una lógica exquisitamente “técnica” de (re) de los derechos del hombre.
construcción de cada opción, por las elecciones
El sistema del derecho penal —y sus eleccio-
funcionales expresadas por la sanción penal:
nes individuales axiológicamente orientadas a
ellas finalmente suministran un filtro muy eficaz
los principios de política criminal— tiende a lle-
para la verificación de la conformidad de cada
gar a una construcción dogmático-sistemática
opción dogmática y axiológica respecto de la
cercana a la realidad, caracterizada por un orden
conformación normativa general.
conceptual y por claridad. Por otra parte, un es-
La intuición de la centralidad teleológica de la trecho vínculo entre normas jurídicas y realidad
función de la pena circula ya desde mucho tiem- social constituye la premisa para la construcción
po en el pensamiento penal: y efectivamente di- de un sistema que aspire a expresar una lógica
cha posibilidad fue claramente percibida dentro comprensible —y por lo tanto compartible— por
del debate, valiosísimo, acerca de la función de parte de los destinatarios y, coherentemente, que
la pena que caracterizó —en Alemania, pero no exprese también perspectiva y practicabilidad.
sólo— los albores de la ciencia penal moderna
Y bien, en el silencio de los Tratados y de las
entre Iluminismo e idealismo, ¡he aquí una tradi-
mismas Cartas de los derechos europeos acerca
ción jurídica europea de la cual estar orgullosos!
de la función de la pena, falta un referente te-
Naturalmente, ante opciones liberticidas en leológico vinculante, fundamental para la cons-
materia penal, no existía ningún interés en des- trucción del entero sistema de las intervenciones
cubrir el vínculo funcional entre las opciones penales europeas. Las disposiciones relativas a la
como, por ejemplo, con el terrorismo represivo; necesaria “no desproporción” respecto del delito
por lo tanto se optaba por una cómoda elección —art. 49, 3º párrafo, de la Carta de los derechos
metódica “oficial”, orientada al mero tecnicismo. fundamentales de la Unión— y a la prohibición
de los tratamientos inhumanos o degradantes
Si se acepta, efectivamente, la perspectiva te- —art. 3º, CEDU, art. 4º, Carta de los Derechos—
leológica de “medios y fines”, surgen inmediata- son compatibles, en abstracto, ya sea con la teo-
mente la calidad de los fines perseguidos como ría retributiva, como con la prevención especial,
así también, en consecuencia, el tipo de medios también negativa —puesto que la proporción
adoptados, y por lo tanto su completa coheren- “con el delito” podría ser interpretada como
cia con las opciones normativas fundamentales. centrada en el dato, considerado central, de la
Y justamente el privilegio de “medios y fines”, peligrosidad subjetiva expresada por el autor
respecto de una simple consideración lógico- del delito, que debe ser intimidado o neutraliza-

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do— como, aún más, con la misma prevención gativo. Y los mismos deben ser tenidos en cuenta
general, que puede ser perseguida dentro de los no sólo en el plano de la teoría pura de la pena,
límites de la proporción: ella adquiere una di- sino también —y principalmente— en el plano
mensión peculiar, debiendo tomar en cuenta la de las elecciones de política criminal.
perspectiva disuasoria toda vez que no existan
otros parámetros normativos. Como es sabido, el aspecto negativo de la
prevención general consiste en la adopción de
Falta, por lo tanto, con la referencia a la fun- instrumentos dirigidos al logro de resultados de
ción reeducadora de la pena, entendida como tipo represivo, intimidatorio-disuasorio; mien-
ofrecimiento de reeducación social, la piedra an- tras que el aspecto positivo se halla vinculado al
gular de un sistema penal correspondiente a los denominado efecto criminal-pedagógico de la
principios personalistas y solidarios, que repre- tipología: más allá de sugerencias de disuasión,
sentan los componentes esenciales de un Estado el mismo tiende al mantenimiento o al refuerzo
social de derecho. de la confianza de los individuos en el ordena-
miento jurídico.
Por otra parte, dicho vacío de los fines en el
plano del derecho primario ha abierto a la ju- En lo concerniente a la prevención especial,
risprudencia de la Corte de justicia y al derecho el aspecto negativo concierne a la intimidación
secundario de la Unión —decisiones marco y individual del autor o, límite extremo, a su neu-
directivas en materia penal— un inaceptable tralización. El aspecto positivo, por el contrario,
espacio de “suplencia” dentro del cual ha tenido se halla representado por la recuperación social,
lugar la imposición a los Estados miembros de a actuarse esencialmente a través de una terapia
obligaciones de prever sanciones penales no sólo emancipadora, libremente elegida, o para los au-
eficaces y proporcionadas, sino también “disua- tores que no deseen emprender ningún camino
sorias”. Véase, por ejemplo, el art. 5º, 1º párrafo, resocializador o que ya hayan sido socialmente
de la decisión marco de 2002 en materia de lucha integrados, por una también significativa opción
contra el terrorismo. Dicha disuasividad remite de no-desocialización.
evidentemente al desaliento de conductas, ya
sean individuales o generales. III. La “disuasividad” en las obligaciones
sancionatorias impuestas a los países miem-
Una investigación sobre las disposiciones nor- bros
mativas confirma, en términos de teoría de la
pena, la opción en el sentido de la prevención Si tomamos en consideración las elecciones
intimidatorio-disuasoria, que, por otra parte, re- realizadas hasta ahora, surge, como se mencio-
sulta plenamente conforme con el tipo de política naba, un marco coherente con la finalidad políti-
criminal paraemergencial adoptada por la Unión. co-criminal de la “disuasividad”.

Considero útil enfocar brevemente cuáles as- Efectivamente, las decisiones marco y, sucesi-
pectos de la prevención habría que privilegiar en vamente, las directivas en materia penal impo-
el marco de una selección de los fines de la san- nen un nivel mínimo de pena máxima, y por lo
ción conforme con las exigencias de Estado so- tanto se refieren sólo a una pena suficientemente
cial de derecho adecuadas a las tradiciones cons- elevada como para representar una actitud de
titucionales europeas. A los fines de un correcto desaliento. Además, dicha pena es fundamental-
planteo del problema, nos parece oportuno reco- mente la pena detentiva; y tal primacía corres-
rrer nuevamente paisajes ya conocidos; el riesgo ponde, como es sabido, a un planteo represivo-
de la repetitividad tal vez puede ser compensa- disuasorio.
do con la absoluta necesidad de claridad que el
tema requiere. En el ámbito de una elección de Aún más, falta cualquier imposición a los Es-
tipo preventivo es necesario establecer ante todo tados en favor de prever sanciones alternativas;
cuáles son las relaciones que existen entre pre- y ello también se justifica fácilmente, dado que el
vención general y prevención especial. problema de las alternativas a la cárcel se plantea
sólo cuando la finalidad es aquella de evitar los
Ambas opciones preventivas pueden expresar efectos disocializadores en pos de valorizar san-
dos aspectos distintos: uno positivo, y el otro ne- ciones más idóneas a la reinserción social. Se po-

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dría hacer un discurso parecido con respecto a la mo de pena máxima para los roles superiores de
fallida previsión de una obligación para los Estados la asociación terrorista, de manera que el § 129ª
en vistas a prever mecanismos tales como la sus- del StGB prevé actualmente para un simple deli-
pensión condicional o la abstención de la pena. to asociativo una pena máxima que corresponde
a la pena detentiva temporaria máxima estable-
También la medida de los máximos de la pena cida en la parte general.
impuestos por la Unión, por ejemplo en materia
de terrorismo internacional, corresponde a una La anticipación exasperada de la tutela es una
finalidad “disuasoria”, en el sentido del desalien- característica adicional vinculable con una idea
to a dicha conducta: por el solo hecho de parti- “disuasiva” empujada hasta la neutralización de
cipar en una asociación terrorista, el mínimo de la peligrosidad subjetiva, en una fase sumamente
la pena máxima es de ocho años, mientras que lejana de la real ofensa hacia el bien jurídico.
para los roles superiores el mínimo de la pena
máxima es de quince años. Debe destacarse que Considérese, en materia de terrorismo inter-
dichos niveles de pena son impuestos en rela- nacional, la introducción primeramente me-
ción con simples conductas de acuerdo, aunque diante la Convención del Consejo de Europa en
estable y calificado, tales como las asociativas: se 2005 —pronto efectivizada en Italia mediante el
trata, por lo tanto, de penas desproporcionadas decreto legislativo nro. 144 de 2005, convertido
respecto del hecho, por la simple razón de que en ley nro. 155 de 2005— y sucesivamente me-
la asociación no es de por sí un hecho ofensivo diante el art. 3º de la decisión marco del Consejo
en perjuicio de bienes jurídicos, sino que se trata de la Unión Europea de 2008, de “normas mí-
de una conducta simplemente preparatoria para nimas” en materia de adiestramiento y recluta-
la realización de ofensas a concretos y tangibles miento para actos de terrorismo internacional,
objetos de tutela. que imponen la incriminación de simples actos
preparatorios; incluso, sobre la base del art. 3º de
Los mínimos de las penas máximas impues- la decisión marco de 2002 modificado en 2008,
tos por la Unión generalmente corresponden, a puede ser reprimida también la tentativa de co-
grandes rasgos, a aquellos previstos por el código meter dichos actos preparatorios.
Rocco o por la legislación emergencial italiana,
desde largo tiempo caracterizada, en materia Sin embargo, en materia de abuso sexual de
de penas máximas y mínimas, por un planteo menores, piénsese en la punibilidad de la simple
represivo-disuasorio; se trata, por lo tanto, de un pedopornografía virtual, impuesta por la deci-
dato preocupante y que claramente se pone en sión marco de 2004 y apta para hacer surgir gra-
contradicción con la exigencia, ampliamente ad- vísimos problemas de compatibilidad, no sólo
vertida por la doctrina italiana, de una revisión con la función constitucional de la pena, sino
de los montos máximos y mínimos de las penas también con el principio de ofensividad, tam-
y del entero sistema sancionatorio, que por auto- bién de rango constitucional, dado que se tra-
ritarios vicios de origen y por posteriores adqui- ta de imágenes realizadas sin involucrar real-
siciones no resultan orientados hacia la compa- mente a ningún menor. También la directiva
tibilidad con las ideas reeducadoras y con la as- de 2011 —sustitutiva de la decisión marco— aun
piración de Beccaria hacia un sistema de penas confiando a la discrecionalidad de los Estados la
“mitigadas, pero ciertas”. elección acerca de la punibilidad de conductas
pedopornográficas relativas a las imágenes de
Mínimos de penas máximas tan elevados plan- personas que parezcan menores, aún sin serlo,
tean —añadimos— problemas aún más graves de impone prever la pena detentiva para aquellas
coherencia y de conformidad con las funciones conductas relacionadas con “imágenes realis-
de la pena en aquellos ordenamientos europeos tas” —por lo tanto virtuales— de menores: véase
cuyos montos mínimos y máximos de las penas al respecto la lectura concordada del art. 2º, letra
son actualmente más benévolos que los italia- c, iii) y del art. 5º. Agréguese a ello que la misma
nos. Piénsese solamente que la pena detentiva directiva obliga a los Estados, en el art. 6º, 1º pá-
temporaria máxima en el ordenamiento alemán rrafo, a reprimir “la captación de menores para
es de quince años, o sea la misma que la Unión fines sexuales”, o sea la simple propuesta de en-
ha impuesto a los Estados miembros como míni- cuentro dirigida a un menor incapaz de prestar

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un consentimiento válido para actos sexuales, “si En realidad, el sistema que surge de nuestra
seguida de actos materiales” —por lo tanto tam- Carta constitucional no permite que a través de
bién simplemente preparatorios— “finalizados los órganos de la justicia estatal se puedan legíti-
a dicho encuentro”, con la intención de cometer mamente perseguir finalidades que trasciendan
actos sexuales con menores que no han alcanza- la simple adhesión a los principios que la Consti-
do la edad del consentimiento sexual o de reali- tución impone y tampoco a aquellas concepcio-
zar la producción de material pedopornográfico. nes éticas cuya aceptación real, por otra parte, se
halla ligada a una elección que, por definición,
IV. La pena como integración social en la debe ser completamente libre y no puede ser, en
Constitución italiana: consecuencias dogmáti- consecuencia, confiada a la coacción de la san-
cas y sistemáticas ción penal.
A esta altura considero oportuno llamar la La presencia de principios constitucionales,
atención sobre la elección constitucional italia- de Estado de derecho, según los arts. 2º, 3º, 1º
na en materia de función de la pena: ella se basa, párrafo, 19 y 21 de la Constitución que, en ex-
sin duda alguna, sobre posiciones mucho más tremada síntesis, garantizan la autonomía y la
respetuosas de los postulados de garantía que, dignidad del individuo, juntamente con aquellos
coherentemente, derivan del modelo del Estado de Estado social, arts. 2º, 2º párrafo, 4º, 32 y 34
social de derecho con respecto a aquellas que de la Constitución que desde diferentes ángulos
surgen del fárrago normativo europeo. garantizan el desarrollo de la personalidad desde
una perspectiva de solidaridad, inducen a con-
Como es sabido, la referencia de base se halla siderar que el concepto de reeducación, men-
en la norma mencionada en el art. 27, 3º párrafo cionado en el art. 27, 3º párrafo de la Constitu-
de la Constitución, que establece solemnemente ción, debe interpretarse con el significado de la
el principio de reeducación y la prohibición de recuperación social, a realizarse en un contexto
tratos contrarios al sentido de humanidad. Natu- de proporción con el hecho, ex art. 3º de la Cons-
ralmente debe obrarse una interpretación siste- titución, que fije la determinación, en abstracto
mática de esta norma, la cual, en mi opinión, ex- y en concreto, del límite máximo de la sanción.
presa un principio de acentuado significado para Permanece fuera de la legitimidad constitucio-
la construcción del sistema penal entero, ya sea nal, además de la retribución, también la hipó-
para obtener una clara definición de su alcance tesis de prevención, general o especial, negativa,
y de su capacidad de incidencia, como para de- vale decir de disuasión: lo impone tanto la pro-
velar las correctas interrelaciones con los otros hibición de tratos contrarios al sentido de huma-
principios fundamentales relacionados con la nidad, art. 27, 3º párrafo, primera proposición,
función de la pena, expresados por otras normas de la Constitución, como el art. 27, 1º párrafo,
constitucionales. de la Constitución, que sanciona el principio
de la personalidad de la responsabilidad penal,
El concepto de reeducación, como es sabido, como el art. 3º de la Constitución en materia de
es pasible de muchos significados, algunos su- igualdad. Aparece compatible la hipótesis de
mamente incompatibles con una conformación prevención general positiva, la de agregación de
normativa propia de un Estado social de dere- consensos, que presupone el integral e inflexible
cho. Por ejemplo, aparece inaceptable el tradi- respeto, por parte del legislador y de los órganos
cional significado de enmienda moral entendida de justicia, de todas las reglas constitucionales de
como limitada perspectiva de recuperación so- la situación.
cial. Efectivamente, el objetivo de una finalidad
de rescate moral a través de la sanción penal Por lo tanto, a través de la sanción penal, se
implicaría para la reeducación las mismas cono- debe ofrecer al reo la posibilidad de orientar su
cidas objeciones propias de la teoría de la retri- propia existencia en el sentido del respeto de la
bución, considerada según los parámetros de los existencia ajena. Y ello no puede significar la per-
principios normativos sobre los cuales se fundan secución de una adaptación coactiva hacia mo-
los sistemas jurídico-políticos de derivación ilu- delos heterónomos de comportamiento, ni, por
minista-liberal con fuertes caracterizaciones en lo tanto, justificar la tentativa de manipulaciones
sentido solidario. indebidas de la personalidad, con el fin de obrar

134 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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un verdadero cambio ab externo de la identidad te vinculados con la pura y simple internación en


individual. Por el contrario, con todas las garan- la institución penitenciaria.
tías del Estado social de derecho, debe tenderse
a favorecer una efectiva integración del sujeto, En conclusión, nuestro ordenamiento permite
a obtenerse mediante la realización de un pro- que en relación con la función de la pena puedan
grama de (re)inserción basado sobre un training ser legítimamente perseguidos para finalidades
social, sobre la emancipación individual, que positivas de la prevención: en el plano general
pasa también a través de la realización de formas ellos se hallan constituidos por el refuerzo de la
eficaces de soporte sociocultural. Todo ello im- conciencia social alrededor de los valores/prin-
plica la experimentación más amplia posible de cipios fundamentales sobre los cuales se funda
modalidades “extrainstitucionales” de ejecución el ordenamiento jurídico; en el plano individual,
de la sanción. por la recuperación social, sólo para el conde-
nado que lo desee, y, de todos modos, por la no-
El punto central de la cuestión se refiere a la desocialización.
individualización concreta de cada tratamien-
to individual de recuperación y de sus efectivas Considero que las finalidades hasta aquí seña-
modalidades de aplicación, y esto nos conduce ladas pueden ser unitariamente comprendidas
muy lejos de la actual realidad penitenciaria. dentro del concepto de género de la integración
El tratamiento, en todo caso, no puede ser im- social: ello resulta por lo tanto comprensivo de la
puesto coactivamente: lo exigen, en el plano de especie de la prevención, general y especial, po-
la legitimidad, no sólo el respeto de la dignidad sitiva.
y de la autonomía individual, sino también, en
Creo que no existe necesidad de remarcar,
el plano de la eficacia, su eventual éxito. Este
desde el punto de vista del respeto de prerroga-
último efectivamente impone la voluntaria y
tivas individuales fundamentales, la profunda
efectiva adhesión del individuo. Toda vez que
diferencia que existe entre la bien articulada,
ésta se halle ausente, o para sujetos que resulten
compleja disciplina constitucional italiana, y la
socialmente integrados, especialmente en pre-
simple, insatisfactoria solución “disuasoria” que
sencia de graves ofensas a los bienes jurídicos
caracteriza a la normativa europea.
de notable significado, el fundamento de la san-
ción será de tipo general-preventivo positivo, en Pero, como mencionábamos antes, también
el sentido de que para asegurar la agregación de desde el punto de vista metódico-sistemático,
consensos alrededor del ordenamiento, este úl- desde la opción político-criminal conexa con
timo debe mantener aquello que promete a los la función de integración social derivan conse-
integrantes de la sociedad, o sea que las normas cuencias de no poca importancia en orden a la
sean respetadas. estructura del ilícito.
Pero, en una situación semejante, un derecho Paso a ejemplificar.
penal que se haga cargo de la observancia de los
derechos constitucionales puestos a tutela de la El principio de legalidad/determinación, por
persona no puede reaccionar proponiendo res- ejemplo, no sólo expresa exigencias de tipo garan-
puestas sancionatorias de rigor de tipo afectivo- tía-formalidad, sino también exigencias de tipo
disuasorio, sino sólo intentando crear aquellas teleológico-funcional. Efectivamente, una vez
condiciones de no (ulterior) desocialización reconocida a la pena una función de orientación
normalmente vinculadas con la internación en desde los puntos de vista individual y general, en-
un instituto de seguridad. tonces el ilícito, en sus componentes de disvalor
de evento y de disvalor de conducta, deberá resul-
Por lo tanto, también en estos casos el princi- tar fácilmente reconocible en cuanto tal.
pio de resocialización mantiene intacta su vali-
dez a través la reciprocidad de la no-desocializa- Alrededor de normas poco claras no sería
ción, si la sanción concreta, no orientándose a la posible, efectivamente, obtener una unión de
simple aflicción, se propone impedir, mediante consensos. Y en el plano individual, aparece
una ejecución adecuada a esta finalidad, la acti- evidente el hecho de que sólo la fácil recognos-
vación de procesos de desadaptación, fatalmen- cibilidad del precepto —pero también de su

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 135


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relativa sanción— puede hacer percibir al reo como así también de hechos inofensivos y de
la norma penal como regla de conducta viola- leve entidad.
da, contribuyendo de tal manera a convertir en
aceptable la intervención punitiva estatal. Se Es, ciertamente, la connotación de la indiscu-
trata de preocupaciones que no atañen a quien tible dañosidad social aquella que construye la
cultiva instancias de disuasión. Es suficiente, condición indispensable para que, por un lado,
por ejemplo, con reflexionar sobre el dato según la generalidad de los individuos pueda aprobar
el cual las decisiones marco y las directivas en la criminalización de un hecho, y por el otro lado,
materia penal emanadas por la Unión imponen el individuo pueda legítimamente ser encamina-
a los Estados, en términos completamente ge- do hacia la recuperación social: la acción de re-
nerales, reprimir la “tentativa” y el “concurso de socialización requiere, preliminarmente, que el
personas” en los delitos individuales mediante sujeto perciba con claridad la antisociabilidad de
las denominadas normas mínimas, sin preocu- su comportamiento, vale decir la ofensa signifi-
parse nunca, sin embargo, por definir los pre- cativa a un bien merecedor de tutela.
supuestos mínimos de la punibilidad, evitando
Cuando nos alejamos desde ese punto de vista,
que se pueda responder a título de tentativa por
valorizando simples características subjetivas o
remotos actos preparatorios o por conductas in-
exaltando el disvalor de la acción y deprimien-
adecuadas, o a título de concurso de personas
por la simple adhesión síquica o por la mera do el disvalor del evento, se termina por dar vida
presencia en el lugar del delito: evidentemente, a ilícitos por el simple modo de ser o por mera
la definición prevista de los límites de la punibi- desobediencia. Como es evidente, en estos casos
lidad no reviste importancia para el “legislador” se convierte en ilegítimo el ejercicio de la preten-
europeo, preocupado sólo por amenazar con un sión punitiva, dado que son puestas en discusión
amplio espectro sanciones penales, según los las libertades individuales y, con ellas, los princi-
modelos habituales de la disuasión. pios mismos sobre los cuales se funda el Estado
social de derecho.
La perspectiva de la integración social desarro-
lla una incidencia significativa también en rela- Atiéndase al hecho, a este respecto, de la deci-
ción con la conformación material de la tipolo- sión marco de 2008 “sobre la lucha contra algu-
gía, relacionada con el aspecto de los contenidos nas formas de expresiones de racismo y de xe-
de la conducta delictiva. nofobia mediante el derecho penal”, cuyo art. 1º,
1º párrafo, letra c) impone a los Estados repri-
Ello significa dedicar una atención particular mir “la apología, la negación o la minimización
también a la elección de los criterios de orden grosera de los crímenes de genocidio, de los crí-
sustancial que presiden la criminalización de menes contra la humanidad y de los crímenes
hechos considerados socialmente dañosos. Me de guerra”, realizada públicamente y apta para
refiero a la selección de objetos de tutela, a las “instigar a la violencia o al odio” con respecto
modalidades de agresión y al grado de ofensa, a un grupo definido por el mismo artículo o de
justamente en virtud de la interacción entre fun- un miembro de dicho grupo. La punibilidad de
ción de la pena y estructura del ilícito. Es, precisa- la simple negación o minimización “grosera”
mente, la orientación hacia la integración social —concepto ampliamente indeterminado— si
la que exige que, bajo el perfil de los contenidos, apta para instigar “al odio” —otro concepto
la ley penal se preocupe por reprimir sólo aque- completamente vago— cuestiona gravemente
llos comportamientos que realmente perturben la libertad constitucional sancionada de ma-
las condiciones de una pacífica coexistencia nifestación del pensamiento, no obstante toda
en libertad y que sean ampliamente advertidos “declaración propia contraria” contenida en la
como tales: o sea que resulten caracterizados por decisión marco. Y la circunstancia por la cual
dañosidad social —según la mejor enseñanza de el párrafo 2º del art. 1º consiente a los Estados
la tradición jusracionalista-iluminista europea— reprimir el negacionismo sólo si es apto para
que se expresa en la ofensa a los bienes jurídicos. “perturbar el orden público” (o si es “amena-
Y ello conlleva descartar inmediatamente toda zante, ofensivo o injurioso”) no elimina el ries-
consideración en términos de control penal de go de reprimir la simple manifestación del pen-
hechos contra la moral, de delitos sin víctimas, samiento, en consideración de la vaguedad del

136 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Sergio Moccia

concepto de orden público, una Rumpelkammer Y la Corte constitucional italiana, interpretan-


von Begriffen o un depósito de conceptos, según do en manera concordada lo dispuesto por los
la muy acertada definición de Binding. arts. 27, 1º párrafo de la Constitución, en materia
de personalidad de la responsabilidad penal, y
Admitámoslo: en materia de “malos pensa- 27, 3º párrafo, de la Constitución, en materia de
mientos”, si el error consiste y se manifiesta sólo reeducación, al remitirse a la lectura articulada
con una opinión vale todavía la antigua sabidu- en términos de tipicidad objetiva y subjetiva del
ría platónica mencionada por Grocio en relación hecho concreto, ha confirmado la incompatibili-
con una tolerante consideración de la herejía: dad, en relación con nuestro sistema, de la pre-
“Sapienter dixit Plato, errantis poenam esse doceri”. (4) vención general negativa: “Sólo cuando se asigne
Efectivamente, haber empleado de alguna ma- a la pena una función exclusivamente disuasoria
nera reprochable la libertad de expresar el pro- (pero ello debe seguramente excluirse en nuestro
pio pensamiento implica, para determinados su- sistema constitucional, dada la instrumentaliza-
jetos, una verdadera pérdida de aquella libertad: ción que padecería la persona humana), podría
un resultado que sinceramente me parece de configurarse como legítima una responsabilidad
difícil compatibilidad con la norma mencionada por hechos no reconducibles a la ... culpa del
en el art. 11 de la Carta fundamental —en mate- agente”. (5)
ria de “libertad de expresión”— y en todo caso
con el art. 21 de la Constitución. De los ejemplos mencionados surge para la ma-
teria penal un marco normativo constitucional
La realización de la función de integración so- interno complejo, de segura derivación del Esta-
cial conlleva importantes consecuencias en rela- do social de derecho, atento a un amplio recono-
ción con otro básico principio de garantía, o sea cimiento de los derechos fundamentales. Para la
el de la personalidad de la responsabilidad penal. experiencia italiana, por lo menos en el plano del
valor, el ordenamiento constitucional se apoya en
Hablamos de responsabilidad penal para indi- posiciones de sólida, amplia garantía.
car la pertenencia de un hecho a un sujeto, ya sea
bajo el aspecto material o bajo el aspecto sicoló- Si lo comparamos con las disposiciones pre-
gico, y la conexa atribución de las consecuencias vistas por la Carta de los derechos fundamenta-
jurídicas. En otras palabras, para que un indivi- les de la Unión, notamos que ante un articulado
duo pueda ser llamado a responsabilidad penal contexto normativo italiano surge una disciplina
por un determinado hecho, este último le debe llena de lagunas, insuficiente en materia de res-
poder ser atribuido tanto desde el punto de vis- peto de fundamentales exigencias de determina-
ta de la causación material —imputación obje- ción, ofensividad, personalidad de la responsa-
tiva— como desde el de la atribución sicológica bilidad penal y función de la pena. Y efectiva-
—imputación subjetiva—. mente se hallan presentes ciertas referencias a
la retroactividad de la norma penal más favora-
Y por cierto, sólo en relación con un hecho que ble, art. 49, 1º párrafo, última proposición, a la
sea “propio” de un sujeto, tal como para poder legalidad en general de delitos y penas, art. 49, 1º
ser advertido como expresión integral de la per- párrafo, excepto la referencia, en el 2º párrafo, a
sona, puede legítimamente emprenderse una ac- la represión de crimina iuris gentium sin una ex-
ción de recuperación social; por otra parte, bajo presa previsión legal, derogando el 1º párrafo, y
un punto de vista de prevención general positiva a la proporción, art. 49, 3º párrafo, requisito que,
—más allá de perspectivas de disuasión— la ad- sin embargo, se vacía de significado ante la fal-
hesión real a los principios que el ordenamiento ta de vinculaciones a parámetros materiales y/o
presenta puede determinarse solamente si este funcionales de garantía adicionales.
último convoca a los individuos a responder
penalmente por hechos inequívocamente im- Por lo tanto, el ordenamiento constitucio-
putables a ellos, ya sea bajo el aspecto objetivo nal italiano se revela, en el plano de la defensa
o subjetivo. de los derechos del individuo en materia penal,

(4) GROZIO, “De iure belli ac pacis”, libro 2, cap. XX, tit. (5) Corte Cost., sent. 23-24 de marzo de 1988, n. 364, en
L, n. 5. Riv. it. dir. proc. pen., 1988, 706.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 137


DPyC Política Criminal doctrina

más confiable que el de la Unión Europea. Este Efectivamente, a nivel europeo, dentro de la di-
estado de cosas presenta un gran problema en lo cotomía —magistralmente indicada por Sandro
referente a las decisiones marco ya emanadas o, Baratta en su última obra (6)— cultura jurídico-
después del Tratado de Lisboa, en lo referente a las penal europea y cultura de lo penal, no obstante
directivas en materia penal que pudieran entrar en la solemne proclamación mencionada por el art.
contradicción con los principios internos de nivel 6º, 3º párrafo, TUE, en realidad es la cultura de
constitucional. Claro, existe la posibilidad del fre- lo penal la que ejerce la supremacía. Me refiero
no de emergencia previsto por el art. 83, 3º párrafo a ese trend eficientista-instrumental que, secun-
del Tratado sobre el funcionamiento de la Unión, dando perspectivas lato sensu relacionadas con
según el cual “cuando un miembro del Consejo la seguridad, está preparado para sacrificar la
considere que un proyecto de directiva del tipo eficiencia de las normas fundamentales, aque-
mencionado supra incida en aspectos funda- llas puestas, en último análisis, como tutela de
mentales del ordenamiento jurídico penal inter- las prerrogativas individuales.
no, puede solicitar que el Consejo europeo inter-
venga en el asunto. En tal caso, el procedimiento Pero el trend es de corto plazo y la cultura ju-
legislativo ordinario es suspendido”, excepto la rídico-penal es de largo plazo; en el primer caso
posibilidad de proceder a una cooperación refor- estamos en la actualidad, en el segundo caso en
zada; pero cuando el freno no fuera accionado y la historicidad. Sin embargo, quien no está en la
la norma interna debiera resultar inconstitucio- historia, sino solamente en el trend actual, siem-
nal, estoy convencido de que deben prevalecer pre se halla retrasado, porque estar en la historia
las razones del derecho interno. es también anticiparla como proyecto, y en este
proyecto es condición prejudicial la democracia.
V. La tutela del nivel de garantías estableci-
das por el derecho nacional y por el art. 6º, 3º Para la creación de normas penales suprana-
párrafo, TUE cionales es esencial que ellas emanen del parla-
mento europeo —en la plenitud de las funciones
En todo caso, la impresión inmediata con rela- que la democracia confía a tal institución— sien-
ción a las medidas normativas europeas es que do éste la única institución libremente elegida
ellas son producidas —como a menudo se cons- por los ciudadanos de la Unión; él representa la
tata también para las medidas internas de los única legítima fuente de producción de las nor-
diversos Estados— más que nada para enfrentar mas penales, conforme a la democracia. En de-
contingencias de emergencia, y, por lo tanto, se mocracia, como todos sabemos, o deberíamos
basan en necesidades emotivo-irracionales de saber, sólo los representantes del pueblo pueden
represión, secundando poco recomendables de- decidir legítimamente —y no codecidir— en re-
rivaciones simbólicas y no racionales lineamien- lación con la limitación de los derechos funda-
tos de política criminal. mentales del individuo: libertad, personalidad,
dignidad que son normalmente cuestionados en
Y justamente la falta de un esquema programá- las relaciones del derecho penal.
tico otorga aquella caracterización de corto plazo,
muy poco cuidadosa de aquellos principios, to- Francamente, yo me habría esperado que en
dos europeos, de la común tradición iluminista el conjunto los niveles de garantía del sistema
y solidaria, hasta aquí mencionados. Y es justa- europeo se basaran sobre los niveles máximos,
mente sobre este notable patrimonio de civili- teniendo en cuenta las experiencias constitucio-
zación que se funda el importante presupuesto nales de cada Estado miembro. En un contexto
normativo —art. 6º, 3º párrafo del Tratado sobre de Estado social de derecho, el primer principio a
la Unión Europea—, según el cual la Unión hace observar es el de asegurar las garantías individua-
propios también los derechos y las libertades deri- les en relación con el poder punitivo estatal. Por
vadas de la tradición constitucional de los Estados lo tanto, la Carta de los derechos fundamentales
miembros, en condiciones, en mi opinión, de ha- de la Unión Europea, para asegurar la compatibi-
cer corregir por las Cortes constitucionales inter-
nas eventuales disminuciones, por obra de inter- (6) BARATTA, “Il Corpus Juris e la cultura giuridico-
venciones normativas europeas, del estándar de penale europea”, en AA.VV., “Ambito e prospettive di uno
las garantías establecidas por el derecho nacional. spazio giuridico-penale europeo”, Napoli, 2004, 25 ss.

138 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Sergio Moccia

lidad de las reglas que ha creado con las Consti- también en nombre de la real actuación de la dis-
tuciones y con los principios de derecho penal de posición mencionada por el art. 6º del Tratado:
cada Estado —dentro de los cuales actúan con- este último, al referirse a los derechos del hom-
cretamente las disposiciones europeas— habría bre y a las libertades fundamentales derivados
debido receptar, y eventualmente integrar, todas de las tradiciones constitucionales comunes, y
las garantías previstas por los Estados miembros en primis de aquella del Estado social de dere-
y no reductivamente, por el contrario, considerar cho —que, repetimos, representa la síntesis al
oportuno centrarse en el mínimo de las garantías más alto nivel de garantías provenientes de la
comunes. experiencia del Estado de derecho y de aquella
del Estado social— sobre la base de los conoci-
A esta altura yo considero que en cada caso, si dos postulados de ésta, deberá siempre consentir
debiera surgir un conflicto entre una norma de la elección hacia más altas y completas disposi-
derivación europea y un principio constitucional ciones normativas de defensa de los derechos
interno, reforzador de las garantías individua- del hombre y nunca al revés, para no contradecir
les, deberá siempre prevalecer la norma interna, abiertamente su letra y, espero, su espíritu. u

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 139


DPyC Política Criminal DOCTRINA

Desfederalización del régimen de estupefacientes


y uso de las técnicas especiales de investigación
en Mar del Plata
Por Marcelo A. Riquert

I medio, además de que para ser fiable debería de-


mostrar que exclusivamente sobre la base de este
La primera aclaración pertinente que se im- medio se hubiera descubierto mayor cantidad
pone realizar es que para elaborar este trabajo de delitos vinculados a los estupefacientes y no
se debió partir de cero ya que se carece de todo que se debiera, por ejemplo, a la asignación de
estudio estadístico oficial sobre el particular, lo mayores recursos humanos, perfeccionamiento
que no deja de ser un rasgo generalizado que de técnicas de investigación, mayor cantidad de
constituye un grave defecto al momento de la estos delitos o negligencia de sus autores.
toma de la decisión político-criminal de avan-
zar con la incorporación o la reforma de un En definitiva, no se contó con información ex
instituto jurídico. Me refiero, como se aclaró en ante y, en definitiva, me propuse analizar cuál fue
nota al pié, en general, a los llamados medios el funcionamiento ex post. De tal suerte, se procuró
extraordinarios de prueba o técnicas especiales con medios propios y requiriendo la colaboración
de investigación; y en particular, al agente en- de las autoridades judiciales y policiales locales,
cubierto. Todos ingresaron en conjunto a nues- despejar la incógnita acerca de la frecuencia de
tro derecho interno por vía de la ley 24.424/95, uso de “agentes encubiertos” en las investigacio-
modificatoria del régimen establecido un lustro nes llevadas adelante en el ámbito de competen-
antes por ley 23.737 (1). cia territorial que tiene asignada la justicia federal
con cabecera en la ciudad de Mar del Plata, donde
En su momento, Arce y Marum (1997:331) funciona la Cámara Federal de Apelaciones. A la
incluyeron como objeción de orden práctico la vez, se trataría de establecer cuáles son las notas
carencia de toda estadística que brindara fun- distintivas de esta práctica en tal medio y su ajus-
damento empírico a la intuición de que con esta te (o no) a las pautas que en general se observan
herramienta funcionaría más eficazmente el como fruto de los aportes de la jurisprudencia y la
sistema denominado de lucha contra la droga, dogmática penal que se abordan en otro tramo de
haciéndose cargo de que, naturalmente, debería la investigación, ahora aquí no incluido.
tratarse de un estudio de campo extranjero y, por
ello, no trasladable automáticamente a nuestro Avanzada esta tarea se verificó que, en con-
creto, el uso de esta técnica fue tan reducido
que rozó la inexistencia. En los pocos casos de
(1) Información adicional puede consultarse en los respuestas positivas, se trató de casos fuera del
trabajos breves previos: “El delator (¿arrepentido?) en el período focalizado y, profundizado el interroga-
derecho penal argentino”, pub. en “elDial.com Express. torio, fueron en realidad hechos más adecuados
Newsletter Jurídico” (www.eldial.com), sección “Actua-
de encuadrar como de agente provocador que
lidad”, edición 3083, martes 10 de agosto de 2010; “Nar-
cotráfico, agentes encubiertos, arrepentidos y algunas como de agente encubierto. En función de eso,
cláusulas placebo en el derecho penal argentino”, pub. en con el objeto de tratar de que las encuestas, en-
el mismo medio, número especial “Técnicas especiales trevistas o interrogatorios pudieran brindar algu-
de investigación. Agente encubierto y agente provocador: na otra información útil, se amplió incluyendo la
¿El fin justifica los medios?”, 23 de octubre de 2008 (ref.: solicitud de datos sobre los otros institutos vin-
elDial-DCF69). Con mayor detalle, en la monografía “La
culados: entrega vigilada, confabulación, denun-
delación premiada en el derecho penal. El arrepentido:
una técnica especial de investigación en expansión”, pro- cia anónima, delación premiada y testigo prote-
logado por el Dr. Eduardo J. Pettigiani, Ed. Hammurabi, gido. Con relación a estas técnicas sin superar la
Bs. As., 2011. nota de uso excepcional, se proveyeron algunos

140 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Marcelo A. Riquert

datos y experiencias operativas que, en lo que si- 2) Practicada consulta directa con alta auto-
gue, se volcará. ridad de la Policía Federal Argentina (4) corres-
pondiente al área geográfica de nuestra Univer-
II sidad sobre las adaptaciones efectuadas en su
estructura a partir de la existencia de los medios
La selección de tal ámbito territorial importa
extraordinarios de investigación, se informó que
un recorte que se justificó en que:
no hay ninguna en particular. La P.F.A. no tiene
1) Aún cuando se ha reconocido oficialmente previsión de cursos de capacitación específicos
que aproximadamente el 70% de los casos inicia- para cumplir la tarea de “agente encubierto”, no
dos por violación al régimen de estupefacientes hay ningún tipo de coordinación centralizada,
corresponde a infracciones al art. 14, 2° párrafo ni supervisión, ni partida presupuestaria espe-
(tenencia para consumo personal), un estudio cial para ello. Hay una “División General de In-
a escala nacional requeriría no el esfuerzo de teligencia Criminal”, pero no tiene competencia
una persona, sino directamente de un grupo de específica en esta materia.
investigación dedicado exclusivamente al segui-
En síntesis, el manejo es totalmente descen-
miento de la fenomenología por todo el país. tralizado y cada Delegación de P.F.A. se relaciona
Para tener idea de la extensión de la tarea, al en forma independiente con los jueces federa-
momento de comenzar la indagación que aquí les competentes en cada región. En consecuen-
se expone, se tomó como referencia el año 2007, cia, aparte del secreto y sigilo que por razones
que era el último del que se disponían estadís- de seguridad y operatividad rodean todo lo que
ticas oficiales integrales publicadas por la Direc- se relacione con la actuación concreta de estos
ción Nacional de Política Criminal, dependiente funcionarios, la situación estructural explicada
del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos torna prácticamente imposible obtener datos
Humanos de la Nación. Conforme esta fuente, estadísticos de mínima precisión de fuente ad-
sobre un total de delitos de 1.218.243 en todo el ministrativa para analizar la práctica efectiva del
país, 23.638 fueron infracciones a la ley 23.737, instituto en escala nacional (5).
por lo que su tasa anual por cada 100.000 habi- 3) Se corresponde con el básico espacio de
tantes es de 60,6. En idéntico período se dictaron influencia que tiene la propia UNMDP, en cuya
1897 sentencias condenatorias por esta materia Facultad de Derecho y a través del Departamen-
(8,03%). Esto significa que, al menos, sólo en ese to de Derecho Penal y la Secretaría de Posgrado
período hay algo más de 7100 causas abiertas en (que posee su propia biblioteca descentralizada),
las que habría sido posible utilizar esta técnica se llevaría adelante la investigación.
extraordinaria de investigación.
4) Se trata de una muestra de significativa im-
Para terminar de comprender la intensidad portancia si se advierte que dicha Cámara Fede-
del uso de este régimen penal especial, sirva de ral tiene competencia sobre casi un tercio de la
mínimo comparativo que todas las restantes le- superficie de la provincia de Buenos Aires (6),
yes especiales vigentes registraron menos casos,
23.066, con una tasa anual de 58,61 y un total
(4) Se realizó en el mes de agosto de 2010.
de 726 sentencias condenatorias (3,16%) (2),
en el mismo año. En cuanto a su incidencia en (5) En cambio, para todo lo que tenga que ver con el sis-
tema de protección de testigos, sí existe una “División de
términos de prisionización, ceñidos al Servicio Custodias Especiales”, encargada de su operativaza y rela-
Penitenciario Nacional, se verificó para 2007 que cionada con el área encargada en el ámbito del Ministerio
sobre un total de 10.739 presos, 2964 fueron por de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación.
infracción a la ley 23.737. Si hacemos la misma (6) Comprende los siguientes partidos de la provin-
comparación con el resto de las leyes especiales, cia: General Pueyrredón (sede de la Cámara), González
el total de internos por éstas fue de 120 (3). Cháves, Tres Arroyos, Municipios Urbanos de Pinamar,
Villa Gesell y de la Costa, Balcarce, Gral. Guido, Gral. Al-
varado, Gral. Alvear, Gral. Lavalle, Lobería, Mar Chiquita,
(2) Fuente: http://www.jus.gov.ar/media/28412/Total- Necochea, Tandil, San Cayetano, Saladillo, Azul, Bolívar,
Pais2007.pdf. Benito Juárez, Laprida, Las Flores, Olavaria, Rauch, Roque
(3) Fuente: http://www.jus.gov.ar/media/128043/In- Pérez, Tapalqué, 25 de Mayo, Dolores, Tordillo, Maipú,
forme%20SNEEP%20SPF%202007.pdf. Ayacucho, Castelli, Chascomús, Pila y Gral. Belgrano.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 141


DPyC Política Criminal doctrina

con una de las mayores densidades poblacio- al conocimiento de ilícitos más complejos ha dis-
nales del país y con una alta tasa de litigiosidad minuido considerablemente” (2014:24).
penal (7).
En ese tren de ideas, en el informe se afirma
5) Al estar organizada la justicia federal local que la merma en causas federales por conductas
de tal manera que en Mar del Plata conviven graves de tráfico de estupefacientes no se debe a
tanto el órgano de apelación (Cámara), como que se verifique un fenómeno de disminución de
el único de juzgamiento oral (Tribunal Oral Cri- circulación de sustancias prohibidas en la provin-
minal Federal), hay una cierta concentración cia, sino a que para la Procuraduría la desfedera-
de la información que hacen relativamente ase- lización parcial importó un debilitamiento de las
quibles los datos que me propuse obtener, sin posibilidades de intervención de la justicia fede-
soslayar que la primera instancia con compe- ral (2014:33). En apoyo de la premisa, con base en
tencia penal de instrucción se compone por dos la Encuesta Nacional a Estudiantes de Enseñan-
juzgados federales en Mar del Plata (con dos za Media, se señala que se constató entre 2005 y
Secretarías cada uno) y uno en las ciudades de 2007 un aumento considerable del consumo de
Azul, Dolores y Necochea, con sus respectivas sustancias controladas en la franja de estudiantes
Fiscalías. de enseñanza media en la provincia, con un no-
table incremento también en la percepción de la
Ya finalizando esta parte de la investigación, a facilidad de acceso a estupefacientes. En este as-
comienzos de 2014, PROCUNAR dio a conocer pecto se apunta que entre 2005 y 2009 la percep-
un trabajo estadístico a escala nacional sobre la ción de accesibilidad en el caso de la marihuana
aplicación de la ley 23.737 y modifs. en el fuero subió del 30% al 42%, en la cocaína del 18% al
federal que brinda datos coherentes con el es- 24%, en la pasta base (paco) del 15% al 24% (8) y
tudio aquí antes concretado y muestra que, dos en el éxtasis del 11% al 19% (2014:36/38).
años después del período que he considerado, se
mantenían las tendencias verificadas en aspec- Llama la atención, desde la experiencia local,
tos tales como la incidencia de la desfederaliza- que no se tenga en cuenta en el informe un factor
ción parcial de la materia. que, al menos en la práctica del departamento
judicial Mar del Plata, se reveló como muy im-
III portante: una singular refractariedad a recibir
en sede federal investigaciones iniciadas en sede
Con relación a los resultados político-crimina- provincial con importantes secuestros de estupe-
les que viene arrojando la mentada desfederali- facientes, mucho más allá del menudeo, lo que
zación, la misma Procuraduría en otro informe aunado a una escasísima actividad propia se re-
específico sobre este tema, tras recordar que uno fleja en las cifras que los cuadros estadísticos ela-
de los objetivos que se perseguía con la sanción de borados que se muestran más adelante.
la ley 26.052 era derivar hacia las provincias la in-
vestigación de casos menores permitiendo abocar Un estudio particular sobre las cuestiones de
los recursos federales a los complejos, concluye competencia negativa trabadas en esta materia
que la aplicación concreta de la norma no logró podría ser sumamente revelador de la inciden-
este propósito. Resalta que “la evolución de las cia de factores operativos de carácter personal en
cantidades de causas iniciadas, ya sea por comer- la evolución descendente del número de causas
cialización agravada, transporte, almacenamiento complejas tramitadas en el fuero de excepción. A
y otras figuras no comprendidas en la ley 26.052, todo evento, no se trata de una cuestión en relación
permiten demostrar que, desde la perspectiva de directa con esta investigación, razón por la que no
la competencia federal, la posibilidad de acceder se profundiza más allá de esta breve digresión.

(7) Conforme reciente informe estadístico sobre nar- (8) En este caso es significativa la diferencia de accesibi-
cocriminalidad de la PROCUNAR, sobre una población lidad entre la franja comprendida en el estudio referencia-
nacional de 39.981.401 habitantes la citada jurisdicción do en el texto principal (2014:42), es decir, los estudiantes
comprende a 1.694.598 personas, que significa un 4% del secundarios (1,60%), y los habitantes de villas del conur-
total (2014:28). No debe soslayarse que, además, en tem- bano bonaerense (12,20%). Dicha brecha se mantiene
porada estival recibe un flujo de aproximadamente cinco apreciable cuando se trata de consumo: 12% en el primer
millones (5.000.000) de turistas. grupo y 47% en el segundo (2014:43).

142 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Marcelo A. Riquert

Puede destacarse que —conforme al trabajo general sobre narcocriminalidad— para el año 2012,
cuando la población del país rondaba los cuarenta millones de habitantes, la competencia judi-
cial analizada tenía cerca de un millón setecientos mil pobladores, lo que importaba el 4% del total
(2014:26 y 28), más un flujo turístico estival de poco más de cinco millones de personas. El total de
causas iniciadas en el fuero federal con la sola excepción de la provincia de Buenos Aires (única en
que regía la desfederalización) fue de 27.334 causas, de las que correspondían al régimen de estupefa-
cientes 15.672, es decir el 57% (2014:48). En cambio en territorio bonaerense se iniciaron por el fuero
federal un total de 10.441 causas, de las que sólo 1084 fueron por presunta infracción a la ley 23.737,
representando el 10,4% del total.
Vale la pena resaltar que la incidencia de la ley 26.052, de agosto de 2005, trasciende la simple dis-
minución cuantitativa sino que se percibe la reorientación político-criminal singularmente en lo cua-
litativo desde la perspectiva de la pérdida significativa de incidencia de los casos por delitos menores.
Puede verse con claridad en la siguiente tabla que recoge los tipos penales de más frecuente uso:
Tabla 1

TIPO DELICTIVO PROV. BUENOS AIRES RESTO DEL PAÍS


(ley 23.737) (1084 causas) (15.672 causas)
14, 1° párrafo (i) 2,9% 17,9%
14, 2° párrafo (ii)
11,1% 39%
5° inc. C (iii) 59,5% 34,1%
5° inc. D (iv)
22% 2%
Contrabando de estupef. 0,8% 1,4%

(i)
Tenencia simple de estupefacientes.
(ii)
Tenencia de estupefacientes para consumo personal.
(iii)
Comercio, tenencia con fines de comercialización, distribución, dación en pago, almacenamiento o transporte de
estupefacientes o materias primas para su producción o fabricación.
(iv)
Comercio, tenencia con fines de comercialización, distribución, dación en pago, almacenamiento o transporte de
plantas o semillas utilizables para producir estupefacientes.

Resulta por demás elocuente que mientras del total de causas que el fuero federal inicia en la pro-
vincia el 80,3% son por actividades de narcotráfico, en el resto del país sólo representan el 37,5% y su
objeto de mayor ocupación operativa son las tenencias simples y para consumo personal, que llegan
al 56,9% del total (2014:45 y 49).
A su vez, se iniciaron en Mar del Plata 1543 de aquellas 15.672 causas bonaerenses (9,78%), de las
que 221 fueron por estupefacientes (2014:17), cuando el total provincial fue de 1084. Así, mientras
que la jurisdicción aportó el 20,38% del total provincial en la materia, el régimen de estupefacientes
representó el 14% de los ingresos locales (2014:89). Esta real “descompresión” del fuero por razón de
la desfederalización es lo que se verá escalonadamente en esta investigación personal sobre los años
2005-2010, que fueron los más cercanos a su implementación (se verá que en 2005, sólo en la Secreta-
ría 2 del Juzgado Federal 1 de MDP ingresaron 228 causas por estupefacientes, es decir, más que todo
el año 2012 en toda la jurisdicción analizada).
El contraste se ve también con claridad si se tiene presente que, conforme a estos datos del 2012, la
incidencia de causas por estupefacientes en la jurisdicción federal fue de 13 por cada 100.000 habi-

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 143


DPyC Política Criminal doctrina

tantes (9), mientras que la de los restantes delitos de esa competencia ascendió a 91 por cada 100.000
personas (2014:30 y 34).
Observación coincidente arrojó el informe específico recientemente publicado por la PROCUNAR,
donde se señaló que con probable vulneración del espíritu o intención del legislador al sancionar la
ley 26.052, su implementación derivó en “una continua merma en la cantidad y calidad de las causas
iniciadas por las figuras más graves” (2014:10).
Cierro repitiendo el ejercicio de contraste cualitativo ahora entre la competencia judicial federal
que focalizo, Mar del Plata, con la de mayor actividad a nivel nacional, la de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires (aproximadamente doce veces más del total de ingresos anuales por esta materia) (10).
Tabla 2

TIPO DELICTIVO CIUDAD AUTÓNOMA DE MAR DEL PLATA


(ley 23.737) BUENOS AIRES (221 causas) (i)
(2662 causas)
14, 1° párrafo 35% 4% (ii)
14, 2° párrafo 41% 13% (iii)
5° 16% 78% (iv)
Otros 8% 5% (v)

(i)
El desagregado por sub-jurisdicciones (2014:94) ofrece estas variaciones: MDP , Dolores , Azul y Necochea .
(ii)
El desagregado por sub-jurisdicciones (2014:92) ofrece estas variaciones: MDP (3%), Dolores (3%), Azul (8%) y
Necochea (4%).
(iii)
El desagregado por sub-jurisdicciones (2014:92) ofrece estas variaciones: MDP (11%), Dolores (4%), Azul (8%) y
Necochea (9%).
(iv)
El desagregado por sub-jurisdicciones (2014:92) ofrece estas variaciones: MDP (79%), Dolores (90%), Azul (50%) y
Necochea (87%).
(v)
El desagregado por sub-jurisdicciones (2014:92) ofrece estas variaciones: MDP (7%), Dolores (3%), Azul (13%) y
Necochea (4%).

A la luz de estos datos se ve una cierta asimetría entre estos ámbitos acotados y las proyecciones
de lo nacional y provincial. Mientras que en MDP las tenencias sólo ocupan el 17% de su capacidad
operativa, en la CABA es el 76%. A la inversa, las conductas de narcotráfico representan el 78% de los
ingresos en MDP y sólo el 16% en la CABA.
IV
En lo que sigue, se volcará el procesamiento de datos realizado que permite percibir, básicamente,
dos cuestiones: la trascendencia o significación que adquiere en general sobre el sistema judicial la
persecución de los delitos previstos en el régimen penal de estupefacientes y, dentro de este universo
de casos, cuál ha sido la incidencia en cuanto frecuencia de uso de las técnicas especiales de investi-
gación.

(9) El desagregado por sub-jurisdicciones (2014:93) ofrece estas variaciones: MDP (14x100.000), Dolores (28x100.000),
Azul (5x100.000) y Necochea (12x100.000).
(10) El MPF federal de la CABA se encontraba compuesto en ese momento de 258 empleados, mientras que el de MDP
tenía 50 empleados para atender los respectivos universos de casos (2014:34).

144 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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a. Significación general del régimen especial de estupefacientes


Los datos correspondientes al sexenio bajo análisis, tomando exclusivamente los expedientes con-
signados en las estadísticas oficiales como “entrados” en cada período considerado, en cada juzgado y
discriminando por cada secretaría cuando tuvieren varias con competencia penal, son los siguientes:
Tabla 3

Juz. Federal 1 MDP Secretaría 2 Secretaría 4 Total anual


1° semestre 05 155 110 265
2° semestre 05 73 78 151
Año 2005 228 188 416
1° semestre 06 19 20 39
2° semestre 06 12 8 20
Año 2006 31 28 59
1° semestre 07 6 8 14
2° semestre 07 9 4 13
Año 2007 15 12 27
1° semestre 08 10 5 15
2° semestre 08 10 5 15
Año 2008 20 10 30
1° semestre 09 3 2 5
2° semestre 09 1 5 6
Año 2009 4 7 11
1° semestre 10 3 4 7
2° semestre 20 3 1 4
Año 2010 6 5 11
TOTAL SEXENIO 304 250 554

Es singularmente destacable el drástico descenso del total de ingresos con motivo de la desfede-
ralización, al punto que del total de 554 en el sexenio, 416 son sólo del año 2005 (75%). Es más, si
remitimos al último año analizado, el 2010, el juzgado no alcanzó a iniciar una causa por mes por esta
materia.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 145


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Tabla 4

Juz. Federal 3 MDP Secretaría 6 Secretaría 8 Total anual


1° semestre 05 73 54 127
2° semestre 05 71 53 124
Año 2005 144 107 251
1° semestre 06 16 252 268
2° semestre 06 8 6 14
Año 2006 24 258 282
1° semestre 07 8 4 12
2° semestre 07 11 10 21
Año 2007 19 14 33
1° semestre 08 7 13 20
2° semestre 08 3 8 11
Año 2008 10 21 31
1° semestre 09 6 10 16
2° semestre 09 2 5 7
Año 2009 8 15 23
1° semestre 10 8 3 11
2° semestre 20 5 5 10
Año 2010 13 8 21
TOTAL SEXENIO 218 423 641

En este caso, si bien es clara la reiteración de la dramática disminución de actividad, la pendiente


de la reducción demoró un año más en pronunciarse, lo que probablemente se deba a la distribución
de turnos. En definitiva, del total de 641 en el sexenio, 533 son sólo de los años 2005/2006 (83,15%).
Al momento del corte estadístico, año 2010, el juzgado no alcanzó a iniciar dos causas por mes por
esta materia.
La siguiente tabla muestra con elocuencia el grado de reducción de la actividad judicial federal en
esta jurisdicción a partir de la desfederalización. Los ingresos anuales de 2010 alcanzan sólo al 4,94%
de los que había en 2005 y las cuatro secretarías con competencia penal pasaron de recibir 13,89 cau-
sas por mes cada una a un promedio de menos de una (0,75 para ser más preciso).

146 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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Tabla 5

Mar del Plata JF 1 JF 3 TOTAL

2005/2010 554 641 1195


2005 416 251 667
2010 11 21 33 (i)

(i)
Ha quedado ya aclarado en la “Tabla 2” que un par de años después, en 2012, se observó un incremento de la activi-
dad jurisdiccional en esta materia, habiéndose triplicado los ingresos (fueron 99 entre ambos juzgados).

Sigo con los datos del Juzgado Federal de Azul, en el centro de la provincia, donde la situación pue-
de adelantarse es la misma que la anterior, pasando de un ingreso anual de 378 causas en 2005 a sólo
15 en 2010, con un piso de 6 en 2008. El detalle es el siguiente:
Tabla 6

Juz. Federal AZUL Secretaría 3 Secretaría 4 Total anual


1° semestre 05 47 125 172
2° semestre 05 39 167 206
Año 2005 86 292 378
1° semestre 06 16 9 25
2° semestre 06 3 7 10
Año 2006 19 16 35
1° semestre 07 6 4 10
2° semestre 07 3 18 21
Año 2007 9 22 31
1° semestre 08 0 0 0
2° semestre 08 6 0 6
Año 2008 6 0 6
1° semestre 09 3 1 4
2° semestre 09 14 0 14
Año 2009 17 1 18
1° semestre 10 6 1 7
2° semestre 20 8 0 8
Año 2010 14 1 15 (i)
TOTAL SEXENIO 151 332 483

(i)
La “Tabla 2” ya reflejó que también en Azul, un par de años luego se incrementó la actividad, pasando a un ingreso
anual para 2012 de 24 causas.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 147


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Paso al Juzgado Federal de Dolores, dentro de cuya jurisdicción se incluyen centros turísticos de
gran importancia en la temporada de verano, lo que brinda un incremento estacional de actividad
significativo en ese período. Así, se advierte para 2005 un número de causas similar al de Mar del Pla-
ta, llegando hasta 652, para bajar hasta un piso de 12 en los años 2007 y 2009, terminando el período
en estudio con un incremento a 31 investigaciones iniciadas en 2010. Sigue el detalle:
Tabla 7

Juz. Federal DOLORES Sec. Penal: L. 23.737 Total anual


1° semestre 05 472
2° semestre 05 180
Año 2005 652
1° semestre 06 56
2° semestre 06 24
Año 2006 80
1° semestre 07 8
2° semestre 07 4
Año 2007 12
1° semestre 08 19
2° semestre 08 10
Año 2008 29
1° semestre 09 2
2° semestre 09 10
Año 2009 12
1° semestre 10 20
2° semestre 20 11
Año 2010 31 (i)
TOTAL SEXENIO 816

(i)
Conforme se detalló en la “Tabla 2”, también en Dolores dos años después se incrementó la actividad más que dupli-
cando la cantidad de ingresos anual, que para 2012 fue de 75 causas.

Por último, me ocupo del único juzgado federal de la zona que fue creado después de ley 26.052,
el de Necochea, que si bien se trata de una jurisdicción que también por su ubicación costera tiene
importante actividad turística en verano, es mucho menor que la del anterior, contando además con
un importante puerto cerealero (Quequén), donde a fines de los ochentas se produjo uno de los más
importantes secuestros de un cargamento de cocaína registrados en el país para la época (310 kg), el
del B/P “Mar Pacífico”, procedente de Perú y con destino a Holanda.
No se ha verificado luego ninguna incautación similar y los datos obtenidos reflejan una actividad
muy escasa en materia de causas por estupefacientes. No debe soslayarse que este juzgado se ubica
superpuesto con el departamento judicial provincial de menor densidad poblacional (un poco me-
nos de 200.000 habitantes, con un promedio de 9,2 por km²) y, natural correlato, el índice de litigiosi-

148 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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dad penal más bajo de la provincia (en 2012 se iniciaron 5841 IPP en el fuero de mayores y 310 en el
de responsabilidad penal juvenil) (11). La totalidad de casos de todo el período es francamente baja,
llegando a sólo 73 en un lustro, con un piso de 4 y 5 causas respectivamente para los años 2009/2010.
El detalle es el siguiente:
Tabla 8

Juz. Fed. NECOCHEA (i) Sec. Penal: L. 23.737 Total anual


1° semestre 06 3
2° semestre 06 7
Año 2006 10
1° semestre 07 17
2° semestre 07 24
Año 2007 41
1° semestre 08 6
2° semestre 08 7
Año 2008 13
1° semestre 09 4
2° semestre 09 0
Año 2009 4
1° semestre 10 2
2° semestre 20 3
Año 2010 5 (ii)
TOTAL LUSTRO 73

(i)
El Juzgado fue habilitado en el año 2006, por lo que la actividad del año 2005 está reflejada en los datos de los Juzga-
dos Federales Nros. 1 y 3 de Mar del Plata, que tenían competencia sobre Necochea.
(ii)
Partiendo de una base tan baja, en este caso, el incremento que reflejó la “Tabla 2” fue sumamente significativo
aunque la cantidad de casos en sí mismas siga sin serlo: el ingreso anual para 2012 fue de 23 causas.

Resumiendo, el total de casos en los que pudiera haberse utilizado el instituto del agente encubier-
to o alguna otras de las técnicas especiales de investigación fue de 2567, siendo llamativo que el de
más actividad fue el de Dolores, aunque los de Mar del Plata en conjunto lo superan (1165 contra 816).

(11) Datos oficiales proporcionados por la Procuración General ante la Suprema Corte de Justicia de la provincia de
Buenos Aires (disponible en su página web http://www.mpba.gov.ar). De interés para contrastar, el departamento judi-
cial con mayor densidad poblacional de la provincia es La Matanza, con 1.775.816 habitantes a razón de 5497 por km². En
2012 allí se iniciaron 54.645 IPP y 1538 más en el FRPJ. A su vez, el más poblado es Lomas de Zamora, con 2.435.802 ha-
bitantes, 3724 por km², y en el mismo período tuvo ingresos de 106.035 IPP en el sistema de mayores y 3039 en el minoril.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 149


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Tabla 9

Juzgados Federales 1° Instancia TOTALES SEXENIO


Mar del Plata 1 554
Mar del Plata 2 641
Dolores 816
Azul 483
Necochea 73
TOTAL GENERAL SEXENIO 2567

Este universo de casos generó las siguientes intervenciones del órgano natural de Alzada, cuyos
datos son tomados de las “entradas” por ley 23.737 a su Secretaría Penal. Vale la pena aclarar que si se
hace un cotejo anual entre ingresos de ambas instancias pareciera que el porcentaje de apelaciones
fue subiendo. Es relativamente correcto. No debe perderse de vista que en 2005 todavía la incidencia
de casos de tenencias del art. 14 de la ley 23.737 era alto. Estos casos menores tienen ámbitos alterna-
tivos de solución del conflicto por vía de medidas de seguridad curativas y, por eso, provocan un bajo
número de recursos hacia la segunda instancia. Cuando los pocos casos que se inician se vinculan en
80% con conductas de tráfico, se trata de imputaciones graves que generan un altísimo ejercicio de las
vías recursivas. Sigue el detalle cuantitativo:

Tabla 10

Cámara Federal Ingresos L. 23.737 Total anual


1° semestre 05 135
2° semestre 05 92
Año 2005 227
1° semestre 06 48
2° semestre 06 54
Año 2006 102
1° semestre 07 15
2° semestre 07 12
Año 2007 27
1° semestre 08 17
2° semestre 08 12
Año 2008 29
1° semestre 09 17
2° semestre 09 29
Año 2009 46
1° semestre 10 18
2° semestre 20 15
Año 2010 33
TOTAL SEXENIO 464

150 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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Finalmente, con relación a la cantidad de investigaciones que llegan juicio, puede tomarse pauta ge-
nérica a partir de los datos generales del total general del país (Tabla 11) y su comparativo con el total
de ingresos del único Tribunal Oral Federal en lo Criminal y Correccional de Mar del Plata (Tabla 12):
Tabla 11

TOF interior Ingresos totales L. Estupefacientes Porcentual


2005 3555 1951 54.88%
2006 3817 2100 55.01%
2007 3551 1743 49.08%
2008 3559 1612 45.29%
2009 3620 1731 47.81%
Tabla 12

TOF MDP Ingresos totales L. Estupefacientes Porcentual


2005 161 106 65.83%
2006 161 67 41.61%
2007 124 44 35.48%
2008 87 21 24.13%
2009 63 19 30.15%
2010 74 29 39.18%
SEXENIO 670 286 42.68%

En definitiva, el relevamiento estadístico efectuado respecto del fuero federal permitió verificar que
el universo de casos iniciados en primera instancia fue de 2567 investigaciones (Tabla 9), de los que
hubo intervención revisora de segunda instancia en 464 (Tabla 10) y llegaron a la radicación para
juicio pleno o debate 286 (Tabla 12).
Complementario, para tener una idea general de la operatividad del régimen penal de estupefa-
cientes en la región, se brindan a continuación algunos datos obtenidos de las ediciones de la “Me-
moria sobre Desfederalización en Materia de Estupefacientes” elaborada por la Unidad de Coordina-
ción en Materia de Estupefacientes de la Procuración General ante la Suprema Corte de Justicia de la
Provincia de Buenos Aires, vinculados a la cantidad de casos (Tabla 13) y la calificación legal por la
que se iniciaron (Tabla 14). Esta última aclaración es sumamente pertinente ya que siendo en general
las calificaciones legales siempre provisorias hasta la sentencia definitiva, en este particular régimen
a partir de la ley 26.052 es singularmente posible que, a partir de la profundización de una investiga-
ción originaria en sede provincial, se termine derivando en una que por su importancia deba pasar
al fuero federal. Así, es factible que un ingreso inicial por sede provincial termine siendo juzgado en
sede federal, sin que pueda descartarse además que, en algún caso, suceda la situación inversa.
En la primera de las tablas mencionadas se incorporan los datos disponibles en el ámbito del MPF
nacional que permiten correlacionar el grado de reducción de la actuación federal verificado en el
período 2005/2008, así como el notable incremento de la actividad en sede provincial.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 151


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Tabla 13

Total de investigaciones Fuero federal en PBA Fuero provincial (i)


2005 10.044 (ii) s/d (iii)
2006 1222 (iv) 13.948
2007 815 (v) 16.791
2008 631(vi) 20.794
2009 24.966

(i)
Los datos del fuero son por períodos que van del 11 de diciembre de un año al 10 de diciembre del año siguiente,
porque toma como referencia la entrada en vigencia de la ley 13.392 (11/12/05).En cuanto a la composición de los se-
cuestros de material estupefaciente, durante el primer trienio la marihuana representó el 77,53% y la cocaína el 22,47%
(fuente: “Memoria” 2007-2008, cuadro 5, pág. 34). En el año 2009 se amplió la preponderancia de la primera sustancia:
95,04% para la marihuana (5651 kilos) y 4,96% de cocaína (293 kilos). En el Departamento Judicial Mar del Plata los se-
cuestros ascendieron a 71,9 kg de marihuana y 14,7 kg de cocaína; en Necochea 57,6 kg de marihuana y 0,2 kg de cocaína;
en Dolores 12,9 kg de marihuana y 0,66 kg de cocaína; en Azul 12,6 kg de marihuana y 3,8 kg de cocaína. En síntesis, el
aporte zonal fue de 155 kg de marihuana y 19,36 kg de cocaína (fuente: “Memoria”, año 2009, págs. 27/29).
(ii)
Cf. el informe especifico sobre impacto de la desfederalización elaborado en el ámbito nacional por la PROCUNAR
(2014:11). El total de causas federales en la provincia ese año fue de 17.977 (2014:14). A su vez, el total del fuero federal a
escala nacional fue de 25.204 causas, ya que a las indicadas iniciadas en la provincia de Buenos Aires (PBA) se agregan
8788 de la CABA y 6372 del resto del país.
(iii)
No hay datos porque habiéndose implementado la ley provincial 13.392 recién a partir del 2 de diciembre de 2005,
fue menos de un mes de vigencia y, por eso, los indicadores oficiales provinciales vuelcan los datos en conjunto con el
año 2006.
(iv)
Dato comparativo obtenido del informe específico de la PROCUNAR (2014:11). El total de causas federales en
la provincia ese año fue de 8640, es decir, menos de la mitad del anterior con una reducción total de 9337 ingresos
(2014:14). Deben agregarse para el global nacional de 18.872, las 10.401 causas iniciadas en la CABA y las 7279 del resto
del país. En conjunto la reducción de actividad federal con relación al año anterior (2005) fue de 7332 ingresos (29%).
(v)
Dato comparativo obtenido del informe específico de la PROCUNAR (2014:11). El total de causas federales en la pro-
vincia ese año fue de 8666, estabilizando la reducción del año anterior (2014:14). A su vez, siguió la baja general nacional
de ingresos, que pasó a un total de 18.005 causas (9309 en la CABA y 7881 en el resto del país).
(vi)
Dato comparativo obtenido del informe específico de la PROCUNAR (2014:11). El total de causas federales en la
provincia ese año mantuvo una tendencia declinante y fue de sólo 7543 (2014:14). Sin embargo, hay una leve suba del
total nacional en este año, llegando a 18.814 ingresos, con 9219 en la CABA y 8964 en el resto del país.

Puede resaltarse que, conforme datos de la PROCUNAR, mientras que en 2005 la provincia de Bue-
nos Aires era donde se iniciaba el 40% de las investigaciones federales en la materia, para el año 2008
ya representaba sólo el 3%. La actividad en la CABA pasó de representar del 35% al 49%, mientras que
el resto del país pasó del 25% al 48% (2014:12).

152 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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El total general de las IPP iniciadas en cada período, básicamente, desglosa en algunas de las tres
posibles variables de “tenencias” de estupefacientes, según el siguiente detalle:
Tabla 14

Fuero provincial Tenencia para Tenencia T. p/comercializar o


porc. por delito consumo personal simple comercio
2005-2006 51.71% 9.13% 38%
2006-2007 35.26% 8.51% 55.23%
2007-2008 35.99% 6.87% 56.23%
2008-2009 35.34% 9.95% 56.31%

Si se toma en consideración el desglose comprensivo de los datos correspondientes a los departa-


mentos judiciales que, aproximadamente, superponen su competencia territorial con la de la Cámara
Federal de Mar del Plata tomando como base la principal ciudad de radicación de los Juzgados Fede-
rales de 1° Instancia (Azul, Dolores, Mar del Plata y Necochea), los datos son los siguientes:
Tabla 15

Total
IPP ingresadas Azul Dolores Mar del Plata Necochea
anual
2005-2006 266 489 501 53 1309
2006-2007 409 411 498 57 1375
2007-2008 356 606 497 59 1518
2008-2009 501 709 601 77 1888

En cuanto al porcentual que dentro de estas cifras generales corresponde al art. 5° de la Ley de Estu-
pefacientes por departamento judicial, es variable, aunque puede observarse cómo unos cuatro años
luego de la implementación en los principales departamentos judiciales de la región los porcentuales
se fueron uniformando, manteniéndose sólo Necochea con cifras claramente diferentes.
La impronta local no puede separarse tanto de factores estructurales (población, situación geo-
gráfica, litigiosidad, etc.) cuanto personales, ya que el diseño u orientación político-criminal de un
departamento judicial puede condicionarse seriamente por los fines que se priorice desde la Fiscalía
General (arg. cf. art. 16, ley 12.061 del Ministerio Público), que es la que tiene en sus manos decisiones
clave en la materia. El detalle es el siguiente:
Tabla 16

IPP por
Azul Dolores Mar del Plata Necochea
comercio
2005-2006 43.88% 6.90% 18.34% 3.39%
2006-2007 44.32 % 30.55 % 33.07% 1.47%
2007-2008 46.18% 40.55% 37.76% 14.49%
2008-2009 34.19% 39.91% 40.23% 8.14%

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 153


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b. Cuantificación del uso de agentes encubiertos en investigaciones en esta jurisdicción


A efectos de acceder a esta información, en caso de que estuviera disponible, se cursó un cuestio-
nario a un grupo limitado pero muy calificado de operadores judiciales que son, en definitiva, los que
tienen contacto con la realidad que se procura mensurar. Fueron jueces, fiscales, defensores oficiales
y funcionarios de la justicia federal, tanto de primera como de segunda instancia, y jueces de tribuna-
les orales y fiscales de la justicia provincial (estos últimos son los que, en el marco de un sistema acu-
satorio vigente por ley 11.922 desde 1998, tienen la función de dirigir la investigación y, en particular,
en el Departamento Judicial Mar del Plata, existe un Unidad Fiscal de Investigación —UFI— especia-
lizada en estupefacientes con competencia exclusiva en esta materia).
Sin perjuicio de eventuales ampliaciones o aclaraciones en diálogo personal, se les pidió que con-
testaran los siguientes interrogantes bajo compromiso de mantener anónimas las respuestas al mo-
mento de volcarlas al trabajo. Como se verá, en función de la explicación ya brindada al inicio del
trabajo, finalmente fueron incluidos en los requerimientos no sólo los datos correspondientes a los
agentes encubiertos, sino a todos los medios extraordinarios de prueba. En definitiva, las preguntas
básicas fueron insertas en una ficha como la siguiente:
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
1. Lugar donde ejerce funciones judiciales (MDP, Azul, Dolores o Necochea).
2. Porcentaje aproximado de casos dentro del total de ingresos que significa el régimen penal de estu-
pefacientes en la actualidad.
3. Incidencia que percibe tuvo la desfederalización parcial de dicho régimen desde 2005.
4. ¿Se lleva en el organismo judicial donde presta servicios alguna estadística particular sobre el uso
de medios extraordinarios de prueba?
5. Opciones tabuladas por si o por no y cuantificaciones:

Técnicas Período
Cantidad de Otros años Cantidad de
especiales de 2005/2010
casos SÍ-NO casos
investigación SÍ-NO
Entrega vigilada
Confabulación
Denuncia
anónima
Delator premiado
o arrepentido
Testigo protegido
Agente
encubierto

6. En los casos en que SÍ se hizo uso de alguna técnica especial de investigación, brinde por favor una
breve relación de las ventajas o problemas con que se encontró.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

154 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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Puede anticiparse que, recibidas las contesta- En el caso de la denuncia anónima o con iden-
ciones, se advirtió que el grupo de casos en que tidad reservada, a partir de ella se dispuso por el
se constató el uso de alguna técnica especial de juez de instrucción la intercepción de comunica-
investigación fue muy reducido, con la sola ex- ciones telefónicas sin más elementos de juicio,
cepción reconocida de la “denuncia anónima”. por lo que llegada la causa a la etapa del juicio,
La carencia de seguimiento estadístico de la fue nulificado todo el procedimiento.
cuestión fue un lugar común sin distinción de ju-
risdicciones y competencias, lo que impidió ob- c.2. El encuestado “B” (fuero provincial, seg-
tener una mensuración precisa y provocó que se mento MPF) indicó que fuera del período especí-
optara por incluir en el cómputo que se carece de fico analizado (en 2012), se registró una sentencia
datos (s/d) o indicar el número mínimo de casos condenatoria en el marco de un juicio oral uni-
en que se habrían utilizado. personal e intervención de defensa particular, en
la que al imputado se le redujo la pena aplicando
c. Evaluación de su concreta operatividad el instituto de la delación premiada en función de
la opinión del agente fiscal interviniente en la eta-
A efectos de sistematizar las opiniones reca- pa de la instrucción, ya que el del juicio se opuso
badas de los operadores del sistema que llevan apartándose el principio de unidad de actuación
adelante en la práctica el uso (o no) de todas o del MPF. Otras peculiaridades que se resaltó fue-
algunas de estas técnicas especial, brindaré una ron que la información del “arrepentido” se derivó
síntesis de lo medular de sus contestaciones. por declinatoria de competencia al fuero federal y
que el legajo se había iniciado a partir de un dato
c. 1. El encuestado “A” (fuero federal, segmento
anónimo recibido por un policía federal.
judicatura) indicó el uso del instituto de la delación
premiada en dos ocasiones (una combinada con c.3. El encuestado “C” (fuero provincial) indicó
entrega vigilada) y la denuncia anónima en otro. que ante el órgano judicial que integra no se tra-
mitaron causas en que se hiciera uso de algunas
En el primero sobre delación, el imputado
de las técnicas especiales de investigación, acla-
brindó información sobre sus proveedores que
rando que —en su opinión— el grupo de casos
generó el secuestro de una pequeña cantidad
del art. 5 de la ley 23.737 que se desfederalizaron
adicional de estupefacientes, a partir de lo que se
no justifica la habilitación de aquellos medios
le concedió la excarcelación por eventual reduc-
probatorios extraordinarios, que se desnaturali-
ción de condena (12). Todos fueron condenados
zarían para esclarecer hechos de tráfico menor.
luego del juicio oral.
También aclaró que no se lleva estadística par-
En el otro, se trató de una combinada utilización
ticular sobre la incidencia de dicha desfederali-
con una entrega vigilada en el marco de coopera-
zación en el universo de caso del que se ocupa.
ción con autoridades de EE.UU., España y Holan-
da, siendo en este último país donde se concretó el c.4. El encuestado “D” (fuero provincial, seg-
secuestro de los estupefacientes. En el juicio argen- mento judicatura) manifestó que la desfederali-
tino a quienes exportaron la droga y financiaron zación significó un aumento de la persecución
la operación se imputó también a un miembro de penal sobre los delitos de tráfico en su más baja
un cártel colombiano y, durante este proceso, los escala, estimando en un 10% el aumento de ca-
imputados brindaron datos de quien los contrató sos en la etapa del juicio propiamente dicho
incluyendo su identidad, pasaporte, sitios donde como resultado de ello.
se alojó, lo que permitió un avance en la investiga-
ción. Si bien condenados a siete años de prisión, Reconoció que muchas de las IPP recibidas tu-
se beneficiaron en cuanto a la modalidad de cum- vieron origen en modalidades de denuncias anó-
plimiento, que fue en arresto domiciliario (13). nimas, ya sea la de la propia ley especial o la bajo
reserva de identidad del régimen local, pero no se
(12) Es una opción consistente con la propuesta perso- lleva ninguna estadística sobre el particular y, por
nalmente asumida en el capítulo pertinente, al tratar las
eventuales consecuencias procesales del instituto. extensión de una modalidad de cumplimiento de la pena
(13) Debe considerarse correcta la calificación que se privativa de la libertad a un supuesto que no se encuentra
hace de “beneficio” porque, en principio, se trata de la previsto en el art. 32 de la ley 24.660.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 155


DPyC Política Criminal doctrina

su modalidad operativa (inmediata devolución de información para articular investigaciones ofi-


la IPP para evitar la contaminación de la etapa del ciosas en el ámbito del MPF (15).
juicio), es muy dificultoso de determinar ex post.
La delación premiada fue utilizada en 8 a 10
c.5. El encuestado “E” (fuero federal, segmen- casos aproximadamente, tanto dentro como
to judicatura) señaló que la temática de estupe- fuera del período investigado. Lo valora como
facientes significa aproximadamente el 30% de un recurso útil para llevar adelante la política
los casos que gestiona. Indicó que es frecuente criminal del MPF en concreción de soluciones
el uso del mecanismo de denuncia anónima de alternativas del conflicto y reunir un caudal de
la ley 23.737 cf. ley 24.424 o mediante llamados información importante vinculada a la cadena
telefónicos con tal característica a corroborar de tráfico en sus diferentes eslabones. Resalta
mediante otro tipo de actividades pesquisitivas. que las últimas investigaciones del fuero federal
En cuanto al uso de agentes encubiertos, re- se originaron en trabajo producido en las IPP del
conoció casos fuera del período analizado, en fuero provincial.
época anterior. Señaló que se lo hizo de un modo c.7. El encuestado “G” (fuero federal, segmento
un tanto informal y operando más como agente judicatura) señaló que la desfederalización im-
provocador, dando lugar a entrampamientos. pactó directamente en el número de causas por
Las irregularidades graves que se verificaron ter- ley 23.737 que se tramitaron, descomprimiendo
minaron con la destitución y detención de los, el fuero, donde quedaron sólo causas de tráfico
entonces, juez y secretario federales intervinien- mayor. Mientras que en 2005 eran el 37% de los in-
tes. Especula que esto puede ser una razón del no gresos, en 2006 bajó al 12,6%, siguiendo curva des-
uso posterior del instituto. cendente con 10,8% en 2007, pasar a 7,5% en 2008,
c.6. El encuestado “F” (fuero provincial, seg- un decimal menos (7,4%) en 2009 y subir a 9,15%
mento MPF) señaló en cuanto a la incidencia en 2010. Reconoce la existencia de problemas de
de la desfederalización que si se tiene en cuenta competencia por las diferencias de criterio acerca
la cantidad de estupefacientes secuestrados, las de qué se debe considerar venta al menudeo.
cantidades fueron similares sólo que con la inter-
vención de operadores de otra jurisdicción. El testigo de identidad protegida, afirmó, se re-
conoce como un recurso útil al comienzo de la
En lo cualitativo destacó una mayor presencia investigación, arrimando elementos para fundar
del MPF en el terreno, interviniendo en opera- algunas medidas intrusivas o de coerción real,
ciones de menudeo con un promedio de un alla- pero no para habilitar las de coerción personal o
namiento cada 1,50 a 1,75 día, además de accio- procesamientos, para lo que la reserva debe le-
nes concretas de demolición de bunkers de co- vantarse como modo de evitar se comprometa el
mercialización (14), contribuyendo a elaborar un derecho de defensa en juicio.
mapa delictivo dinámico y proveer información
para intervenciones más allá de la competencia En cuanto a la denuncia conforme al art. 34
provincial y que, en su opinión, no fueron en- de la ley 23.737, destaca que no es en realidad
cauzadas con efectividad en sede federal, como anónima, sino una denuncia formal en la que se
demuestra el escaso número de causas que allí se reserva la identidad del denunciante que podría
llevó adelante tras la desfederalización. ser pasible del delito de falsa denuncia. Recono-
ce que la denuncia del informante policial o la
En cuanto al uso de técnicas especiales, sin anónima sigue siendo el método normal de ini-
poder determinar cantidad, reconoció que se cio de investigaciones por estupefacientes.
generaron muchas investigaciones a partir de
denuncia anónima, no provocándose mayores c.8. El encuestado “H” (fuero federal, segmen-
problemas pues se tomó el dato como simple to MPF) señaló que en el período considerado
disparador y se trabajó en la corroboración de la
(15) Esto marcaría una diferencia sustancial con el caso
(14) Se alude a pequeños recintos, habitáculos o cons- mencionado por el primer encuestado, donde a mi juicio
trucciones, en muchos casos, verdaderos restos de anti- correctamente se declara una nulidad porque se dispone
guas viviendas, que se utilizan como espacio físico en que una medida altamente intrusiva en el ámbito de la intimi-
se concretan transacciones. dad sin otro elemento de aval que el anónimo.

156 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Marcelo A. Riquert

tuvo intervención en un caso con trámite ple- Dolores de varios casos de entrega vigilada (17),
no, ante Cámara y TOF, con uso del instituto del confabulación, denuncia anónima y testigos pro-
arrepentido y, sin poder dar el dato exacto, apun- tegidos (18), brindando algunos datos aproxima-
tó que alrededor del 20% de las causas iniciadas dos más allá de no llevarse registros particulares.
por esta materia en el año comienzan con una En todos los casos se trata de casos fuera del perío-
denuncia anónima o con reserva de identidad, do analizado, es decir, recientes (años 2012/2013).
remitiendo al informe de 2012 de PROCUNAR
(serían unas 44 si se atiende a que en ese año Estima que las causas por estupefacientes
hubo 221 en total). significan alrededor del 25% de los ingresos y
entiende que la desfederalización parcial ha te-
Con relación al agente encubierto, no registra nido efectos negativos, entorpeciendo las inves-
ningún caso en el que hubiera tomado inter- tigaciones federales, generando cuestiones de
vención desde el período analizado al presente. competencia, provocando que el concentrar el
Preguntado por las razones señaló como posi- esfuerzo en pequeños quioscos reduce todo a las
bles motivos los siguientes: 1) la vigencia de un cadenas más bajas de narcotráfico, perdiéndose
proceso mixto donde no están claramente deli- la noción de cadena de sucesos concomitantes
mitadas las atribuciones y funciones de fiscales que podrían corroborarse con posterioridad al
y jueces; 2) estamos en una jurisdicción donde la inicio de la investigación.
mala experiencia del caso “Cóppola” pudo haber
incidido, recordando también lo que pasó en Ca- En su opinión, la justicia provincial no pro-
pital con el caso de AMIA y Telleldín (16); 3) falta fundiza esta línea e impide que la siga la justicia
de conocimiento de la vigencia del precedente federal que estaría en mejores condiciones de
de la Corte “Fiscal vs. Fernández”; 4) la desfede- hacerlo y el criterio legal de prevalencia de la
ralización parcial de la materia. competencia excepcional en caso de duda, en
los hechos, no funciona conforme el espíritu de
c.9. El encuestado “I” (fuero federal, segmen- la norma elaborada por el legislador.
to judicatura) señaló directamente no aplicar en
los casos a su cargo estas técnicas especiales de c.12. El encuestado “L” (fuero provincial, seg-
investigación, salvo la denuncia anónima, que es mento MPF) indicó que el uso de la denuncia
usual y no puede determinar cantidad de casos, anónima es muy extendido, en particular por
ya que no se lleva ningún registro en particular. haberse implementado líneas telefónicas especí-
ficas (además del 911) para esta temática, como
Apunta además que la desfederalización signi- el 0800 “drogas”, además de ser común en la fis-
ficó una drástica reducción de los casos en el fue- calía especializada del fuero la recepción de es-
ro de excepción de Mar del Plata y que el régimen quelas o denuncias con información que gente
penal de estupefacientes significa aproximada- deja sin identificarse, lo que en todos los casos se
mente el 15% de los ingresos totales del juzgado. considera como una simple notitia criminis cuya
seriedad y verosimilitud debe establecerse con
c.10. El encuestado “J” (fuero federal, segmen- medidas independientes.
to judicatura) apuntó que en la ciudad de Neco-
chea se registra un bajo número de causas por la
(17) No obstante, al brindar precisiones sobre la meto-
ley 23.737, que no se lleva un registro de uso de dología en los casos concretos, puede advertirse que más
medios extraordinarios de prueba y que la desfe- que supuestos de entrega vigilada en sentido estricto se
deralización trajo acarreado numerosos planteos trató de un seguimiento mediante tareas de inteligencia
de cuestiones de competencia con la justicia pro- con intervención de fuerzas policiales, incluyendo escu-
vincial. La denuncia anónima (bajo reserva de chas telefónicas, para interceptar estupefacientes al mo-
identidad), es el único instituto usado con alguna mento de concretarse un intercambio.
frecuencia (6 casos en el período indagado). (18) En este caso, sin poder precisar cantidad, se indica
el uso del mecanismo del art. 33 bis de la ley 23.737 ante
c.11. El encuestado “K” (fuero federal, segmen- temor fundado de posible represalia contra el testigo o sus
to judicatura) indicó el uso en la jurisdicción de familiares, implementándose en la práctica con el desglo-
se del acta correspondiente a la audiencia testimonial, su
reserva en caja fuerte del Juzgado y lo certificación por el
(16) Coincide en esto con la observación del encuesta- Actuario de lo declarado obviando los datos que pudieran
do “E”. revelar la identidad del declarante.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 157


DPyC Política Criminal doctrina

En cuanto al arrepentido individualizó un caso en que éste se produjo le secuestro de 5 kg de ma-


rihuana y, cuestión negativa de competencia por medio, quedó en sede provincial, donde brindó
información remitida para su investigación al fuero de excepción sin que se llegara a ningún resultado
positivo, por lo que la Fiscalía se opuso a la reducción de pena solicitada por la defensa ante el TOC 4
(que actuó en modalidad unipersonal). No obstante, el juez entendió que aquello se debió a defectos
y lentitud de la investigación no atribuibles al delator, por lo que redujo su condena.
También señaló que el TOC 3 en un caso en que la Fiscalía propiciaba condena por comerciali-
zación de estupefacientes, se apartó de tal calificación y condenó a los responsables por el tipo de
confabulación (19).
d. Sistematización de las opiniones de los operadores locales en las entrevistas personales conducidas
y encuestas contestadas
d.1. Por competencia general:
Fuero federal: 7
Fuero provincial: 5
d.2. Por rol funcional:
Segmento judicatura: 9
Miembros del Ministerio Público Fiscal: 3
d.3. Por competencia territorial:
Toda la jurisdicción: 2
Dolores: 2
Mar del Plata: 7
Necochea: 1
d.4. Sobre la base de las respuestas de “A”, “B”, “C”, “D”, “E”, “F”, “G”, “H”, “I”, “J”, “K” y “L”, la ficha opor-
tunamente remitida ofrece el siguiente resultado:

Técnicas Período 2005/2010 Otros años


Cantidad de Cantidad de
especiales de
SÍ-NO casos SÍ-NO casos
investigación
Entrega vigilada no sí 4
Confabulación sí 1 sí 3
s/d
Denuncia
sí + de 66 sí (aprox. 20%
anónima
del total)
Delator premiado
sí 14 sí 13
o arrepentido
Testigo protegido no sí s/d
Agente encubierto no sí s/d

(19) Se trata de la causa N° 4016 del TOC N° 3 de MDP, “O.O.C. y otros por infracción Ley Nacional 23.737”, fallada el
27/11/08 tras la celebración de juicio oral pleno (inédita), luego revocada por el TCPBA, de cuya lectura resulta clara-
mente que medió una errónea aplicación del art. 29 bis, ya que sin mayor fundamentación sobre el encuadre típico a dos
de los imputados se los condena por tenencia con fines de comercialización calificada por la intervención de tres o más
personas, mientras que a otros dos partícipes de la misma actividad se les asignó la calificación de confabulación para
colaborar en aquella tenencia.

158 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Marcelo A. Riquert

V Los casos más recientes, posteriores al lapso


focalizado, conforme explicaciones brindadas
La información recabada y las opiniones de por los operadores consultados, parece tratarse
operadores relevantes recibidas permiten rea- de una operativa vinculada más al instituto de
lizar algunas apreciaciones a modo de balance agente provocador que al del agente encubierto
tanto sobre el objeto de estudio específico como, que, como se vio en el capítulo específico, tiene
indirectamente, sobre la evolución de la decisión su propia problemática e incluso brinda en al-
político-criminal de desfederalizar parcialmente gunos casos el punto límite de tensión entre lo
la competencia en materia de estupefacientes (20). admisible y lo que no lo es en materia de inter-
También habilita conjeturar sobre eventuales vención policial en la materia.
perspectivas de evolución en ambas líneas.
3. Por cierto, no puede obviarse como factor
1. Comenzando por lo específico, es advertible determinante de que la técnica especial no luz-
que el uso de las técnicas especiales de investi- ca más que como legislación simbólica es la falta
gación en el período y jurisdicción estudiada es absoluta de una línea orgánica de capacitación,
excepcional. Sólo el mecanismo de inicio por seguimiento, coordinación y presupuesto dentro
denuncia anónima resulta una modalidad ope- de las mismas fuerzas de seguridad que debieran
rativa de cierta habitualidad que, en general, proveer el personal que asumiría el delicado rol.
cuando es realmente un anónimo no opera más
4. En los últimos años (2011-2013), entre el
que como una simple notitia criminis y cuando
fuero federal y el provincial, luce amplificada la
se ajusta al texto de la ley es una reserva de iden-
frecuencia y modalidad de uso de los institutos
tidad que permite en caso de falsedad la indivi-
estudiados. Se registran casos para todos pero, no
dualización del responsable. obstante, el uso sigue distando de ser frecuente y
Le sigue en orden de frecuencia en la prácti- representa un porcentual mínimo del universo
ca forense la delación premiada y, finalmente, de casos generados por presuntas infracciones a
se registró una condena por infracción a un tipo la ley 23.737, manteniéndose la tendencia de que
penal vinculado (confabulación). No hubo casos sólo tiene cierta significación la denuncia anóni-
ma y la delación premiada.
de entrega vigilada, testigo protegido o de agente
encubierto. 5. Sin repetir las cifras expuestas en las tablas
elaboradas para seguir la evolución cuantitativa
2. Sobre este último, el agente encubierto, se
de casos por estupefacientes producto de la des-
noticiaron casos antes y después del período
federalización luce evidente que a partir de ésta
analizado. Una explicación plausible a este in- se ha producida una masiva transferencia del
terregno fue brindada por algunos encuestados fuero federal al provincial bonaerense, lo que se
recordando un caso de altísima exposición me- refleja tanto en el cotejo de esta particular juris-
diática en la ciudad de Dolores, plagado de irre- dicción federal con la de otras regiones del país,
gularidades (entre las que cuenta los agentes en- como por la visualización de la abrupta caída de
cubiertos, imputados delatores y supuestos tes- ingresos por esta materia y el paralelo incremen-
tigos protegidos fueron directamente expuestos to de causas en el fuero local.
en programas televisivos no sólo periodísticos
sino de la farándula), que finalizó con condenas 6. Las respuestas brindadas por los encuesta-
judiciales para el juez federal y secretario penal dos son demostrativas de que no se ha logrado
del Juzgado Federal de esa localidad. En definiti- articular la tarea entre ambos fueros. Los del fe-
va, esta pésima experiencia pudo haber signado deral reprochan dificultades para investigar por
una abierta reticencia a usar este orden de me- la temprana intervención provincial ocupándo-
dios extraordinarios de prueba en investigacio- se de casos de menudeo o mini-tráfico. Los del
nes posteriores. provincial aluden a un desinterés en recibir las
causas que exceden su competencia o profun-
(20) Varios años después que la provincia de Buenos Ai-
dizar los datos obtenidos para profundizar las
res, ha tornado operativa la desfederalización en Córdoba investigaciones. Las cuestiones de competencia
(2012) y en Salta (2014). Está en implementación en Entre se multiplican, naturalmente, generando incon-
Ríos. venientes y demoras en el trámite. En todo caso,

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 159


DPyC Política Criminal doctrina

el criterio normativo que fijaría, en caso de duda, ta y uniforme administración de justicia. Tratán-
la prevalencia de la federal se reconoce no fun- dose en realidad de, básicamente, un listado de
ciona conforme tal premisa. tipos penales, habrá que dejar correr el tiempo
para comprobar la efectividad que la iniciativa
Tampoco la referencia del inciso 1° del art. 34, pudiera tener.
cuando asigna al fuero provincial los casos de art.
5° incs. c) y e), cuando “se comercie, entregue, su- 8. Otra línea, de dificultosa plasmación, sería
ministre o facilite estupefacientes fraccionados en particularmente una reforma del tipo del art. 5°
dosis directamente destinadas al consumidor, pa- de la ley 23.737, determinando entonces norma-
rece haber aportado un deslinde efectivo de com- tivamente con la fijación de cantidades precisas
petencia”. Capuchetti y Buenaventura (2014:329) de estupefacientes o de dosis umbral (sería un
recuerdan que, durante el trámite parlamentario, factor vinculado a la calidad) hasta que límite se
en la Cámara de Diputados, trató de imponerse considera tráfico menor y a partir de cuánto es
la referencia a “escasa cantidad” en lugar de la vi- tráfico mayor, quedando el primero para la sede
gente de dosis fraccionadas con directo destino al provincial y el otro para la federal.
consumidor, en la que insistió la Cámara de ori-
gen (Senadores). Se procuró dejar en claro que No paso por alto que, cualquiera fuera el pun-
se trata de la venta al menudeo, pero la interpre- to divisorio de aguas que se tomara, habilitará
tación que le han dado los operadores al trabarse críticas por arbitrariedad en uno u otro sentido
cuestiones de competencia negativa le ha dado (vale decir, sobre o infra-inclusión en una u otra
una amplitud lejana al espíritu de la norma. A categoría) o por derivaciones operativas para fa-
partir de la idea de que no necesariamente todo vorecerse con la subsunción en uno u otro seg-
lo secuestrado debe estar fraccionado, sino que mento pero, sin perjuicio de ello, se trata de una
basta que una parte lo esté, ha sido advertible en solución que brindaría certeza en torno al juez
la jurisdicción sobre la que se concretó este estu- competente y tipo de trámite judicial, así como
dio que casos en que la sede provincial remitió a permitiría por vía de ajuste del marco de pena
la federal por incautarse poco más de cinco kilos del menudeo brindar una respuesta de mayor
de estupefacientes con una mínima porción frac- razonabilidad y proporcionalidad con relación a
cionada han sido devueltos bajo aquella premisa. estas conductas.

7. En término de proyecciones no parece Bibliografía y material consultado:


arriesgado estimar que a medida que se vayan
AAVV: “Antecedentes Parlamentarios”, La Ley,
sumando otras provincias los problemas detec-
Bs. As., tomos 1996-A, 2003-B y 2008-B.
tados en el caso bonaerense podrían multiplicar-
se y, tratándose de cuestiones de competencia AAVV: “Código Penal y normas complementa-
interjurisdiccionales, será la CSJN la que debiera rias. Análisis doctrinario y jurisprudencial”, diri-
adoptar un criterio consistente para atribuirla y gido por David Baigún-Eugenio Raúl Zaffaroni,
tornar vigente la cláusula de prevalencia del fue- Tomos 14A y 14B, Nueva Serie “Normas Com-
ro federal en caso de duda consagrada en el art. plementarias”, supervisados por Sergio G. Torres,
4° de la ley 26.052 (que no me escapa es exacta- Ed. Hammurabi, Bs. As., 2014.
mente lo contrario a lo habitual, que es conside-
rarlo de excepción), así como la regla de conexi- AAVV: “Informe estadístico sobre narcocrimi-
dad subjetiva del art. 3° de la ley citada. nalidad. Sobre la distribución de causas iniciadas
por estupefacientes, población y empleados en el
Al comenzar a implementar la adhesión de la Ministerio Público Fiscal. Año 2012”, Procuradu-
provincia de Córdoba, el máximo Tribunal cor- ría de Narcocriminalidad, Pablo Javier Martínez
dobés procuró mediante la acordada 10, del 6 de coordinador, Ed. Procuración General de la Na-
noviembre de 2012, evitar conflictos incondu- ción, Bs. As., 2014. Versión digital disponible en
centes de competencia, especificando la com- http://mpf.gob.ar/procunar y en http://fiscales.
petencia material conforme a la ley 26.052 y la gob.ar/narcocriminalidad/
doctrina de la CSJN. Capuchetti y Buenaventura
(2014:329/330) apuntan que este orden de acuer- AAVV: “Ley de desfederalización parcial de la
dos es de gran utilidad y asegura una más expedi- competencia penal en materia de estupefacien-

160 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Marcelo A. Riquert

tes (Ley N° 26.052). Estudio preliminar sobre su Zaffaroni, Tomo 14B, supervisado por Sergio G.
implementación”, Procuraduría de Narcocrimi- Torres, Ed. Hammurabi, Bs. As., 2014.
nalidad, Pablo Javier Martínez coordinador, Ed.
Procuración General de la Nación, Bs. As., 2014. Riquert, Marcelo A.: “La delación premiada en
Versión digital disponible en http://mpf.gob.ar/ el derecho penal. El arrepentido: una técnica es-
procunar y en http://fiscales.gob.ar/narcocrimi- pecial de investigación en expansión”, prologado
nalidad/ por el Dr. Eduardo J. Pettigiani, Ed. Hammurabi,
Bs. As., 2011; “El delator (¿arrepentido?) en el
Arce, Enrique A. — Marum, Elizabeth A.: “La derecho penal argentino”, pub. en “elDial.com
figura del informador incorporada por la ley Express. Newsletter Jurídico” (www.eldial.com),
24.424 a la Ley 23.737 —art. 29 ter—”, pub. en sección “Actualidad”, edición N° 3083, martes 10
“Cuadernos de Doctrina y Jurisprudencia Penal”,
de agosto de 2010; “Narcotráfico, agentes encu-
Ed. Ad-Hoc, Bs. As., N° 6, agosto de 1997, págs.
biertos, arrepentidos y algunas cláusulas placebo
323/360.
en el derecho penal argentino”, pub. en el mismo
Capuchetti, Eugenia — Buenaventura, Matías: medio, número especial “Técnicas especiales de
“Comentario al art. 34”, pub. en AAVV “Código investigación. Agente encubierto y agente provo-
Penal y normas complementarias. Análisis doc- cador: ¿El fin justifica los medios?”, 23 de octubre
trinario y jurisprudencial”, dirigido por Baigún- de 2008 (ref.: elDial-DCF69). u

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 161


DPyC Política Criminal DOCTRINA

La confabulación y el acto manifiestamente revelador,


presupuestos de constitucionalidad
Por Isidoro J. Martín Aramburú

Sumario: I. Narcotráfico y política criminal. — II. Análisis de la es-


tructura del tipo penal del artículo 29 bis de la ley 23.737, texto orde-
nado 24.424. — III. La cuestión del concurso de delitos. — IV. Princi-
pios de proporcionalidad y lesividad. — V. La doctrina. — VI. Jurispru-
dencia. — VII. Antecedentes y debate parlamentario del artículo 29 bis
de la ley 23.737. — VIII. Análisis de la condición objetiva de punibili-
dad instituida en el segundo párrafo del artículo 29 bis de la ley 23.733.
— IX. Técnicas especiales de investigación. — X. Conclusión.

I. Narcotráfico y política criminal censo vertiginoso en el ranking suramericano,


además de transformase en uno de los países de
El formidable desarrollo alcanzado por la cri- tránsito de cargamentos de estupefacientes más
minalidad organizada en torno al tráfico de estu- importantes de la región hacia Europa, lo que
pefacientes en el mundo entero parece amenazar coloca a nuestra nación en escenario de disputa
algo más que el bien jurídico que por excelencia territorial de las diferentes organizaciones crimi-
pretende proteger la ley 23.737: la salud pública; nales que trafican tóxicos y ya sabemos la feroz
decimos esto porque las organizaciones dedica- violencia que esa guerra desata y la inseguridad
das al narcotráfico despliegan su accionar ilícito ciudadana que conlleva.
a través de una violencia inusitada, conformando
verdaderos ejércitos de distribuidores y consu- En ese panorama debe destacarse que en la
midores, al mismo tiempo que corrompen a tra- última década, en virtud de ese incremento del
vés del dinero importantes franjas del poder en tráfico y consumo de estupefacientes y el nulo
los distintos estamentos gubernamentales y poli- resultado obtenido desde la sanción de la ley
ciales, construyendo de ese modo un entramado 23.737, y también a partir de la reforma consti-
mafioso, difícil de desenmarañar y de combatir. tucional de 1994 y la incorporación de los Trata-
dos Internacionales sobre Derechos Humanos
Además de ello, cabe decir que los estupe- a su texto vía art. 75 inc. 22, la Corte Suprema
facientes propician la caída de las barreras de de Justicia de la Nación ha vuelto a ponderar el
inhibición en los sujetos que los consumen, los tópico relacionado con la tenencia de drogas
que luego para poder satisfacer la adicción en para consumo personal, conducta receptada
muchos casos terminan trabajando para estas como tipo penal en la citada ley en su art. 14 se-
organizaciones, y bien conocemos que el con- gundo párrafo, tópico que fuera debatido antes
sumo de tóxicos exacerba la violencia y la cri- con tanta intensidad en precedentes tales como
minalidad, ya que la pérdida de la conciencia y “Colavini” (1), “Bazterrica” (2) y “Montalvo” (3).
la potente dependencia psicofísica que produce
el consumo de drogas en los adictos los incita a En efecto, recientemente la nueva composi-
arrasar lo que esté a su alcance del modo que sea, ción de la Corte Suprema Argentina en el fallo
en miras a obtener el objeto de su deseo destruc-
tivo y obnubilante.
Es este tipo de criminalidad compleja y da- (1) C.S.J.N., “Colavini, Ariel Omar” 1978, Fallos 300:254.
ñina el que ha cobrado inusitada relevancia en (2) C.S.J.N., “Bazterrica, Gustavo M.”, 1986, Fallos
las últimas décadas por el masivo consumo de 308:1392.
tóxicos alcanzado por nuestra sociedad, lo que (3) C.S.J.N., “Montalvo, Ernesto A.”, 1990, Fallos
ha conducido a la República Argentina a un as- 1313:1333.

162 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Isidoro J. Martín Aramburú

“Arriola”(4), apartándose de la doctrina recepta- En efecto, en los albores mismos de la década


da en “Colavini” y “Montalvo” donde incriminó del noventa, en el precedente “Montalvo”, el más
dicha conducta, volvió sobre sus pasos y retornó alto Tribunal de la República señalaba la exten-
a la doctrina del fallo “Bazterrica”. En el nuevo y sión de la lesión al cúmulo de bienes jurídicos
reciente precedente se declaró la inconstitucio- que provoca el tráfico de estupefacientes en la so-
nalidad del art. 14 bis de la ley 23.737 en el caso ciedad toda: “si bien se ha tratado de resguardar
concreto, aclarando expresamente que él no la salud pública en sentido material como obje-
debe ser entendido como una legalización del tivo inmediato, el amparo se extiende a un con-
consumo de estupefacientes. junto de bienes jurídicos de relevante jerarquía
que transciende con amplitud aquella finalidad,
El alto Tribunal, de ese modo, reflexiona una abarcando la protección de valores morales, de la
vez más sobre el tópico y vuelve a la doctrina del familia, la sociedad, de la juventud, de la niñez y
fallo citado en último término, fundada no sólo en última instancia de la subsistencia misma de
en la ineficacia de la política criminal que pena- la Nación y hasta de la humanidad toda” (5).
liza a los tenedores de estupefacientes con fines
de consumo personal, en atención al formidable Y no obstante que dichos fundamentos vincula-
y exponencial crecimiento del consumo y el trá- dos al bien jurídico protegido han sido tachados
fico de estupefacientes, sino también apoyada en por algunos magistrados y juristas como despro-
ese cambio de paradigma que significaron para porcionados, si nos atenemos no sólo a la des-
nuestro orden legal penal las directrices que im- trucción de la psiquis y el físico de los consumi-
ponen aquellos tratados internacionales sobre dores que muchas veces apareja la destrucción
derechos humanos que hoy integran el texto de su propia familia y la erosión de importantes
constitucional. lazos sociales, sino también la violencia que ca-
racteriza a las organizaciones narcotraficantes
Me estoy refiriendo al principio pro homine y que, respondiendo a diversos cárteles, entran en
a la exégesis de la ley que más derechos acuerda guerra entre ellas por el dominio del territorio;
al ciudadano, a la no revictimización que impli- para quien aquí escribe, la protección de aque-
ca la punición del adicto y fundamentalmente llos extensos bienes jurídicos conservan plena
al respeto a la autonomía de la persona, mien- vigencia.
tras la conducta del sujeto se mantenga tras la
valla del art. 19 de la CN y siempre que no se Analizando la estructura de la criminalidad
dirija contra bienes que se hallen en la esfera organizada y los bienes jurídicos que afecta,
del orden y la moral pública, ni perjudiquen a Luciani ha señalado lo siguiente: “Las caracterís-
terceros. ticas intrínsecas de la criminalidad organizada,
concebida como una estructura cuyo fin es de-
Ahora bien, ese criterio que resulta razonable linquir y obtener de ese modo beneficios patri-
ya que la lucha debe centrase no en el consumi- moniales o materiales, provoca una conmoción
dor —último eslabón del tráfico víctima y enfer- en la tranquilidad pública que se acrecienta por
mo al fin— sino en la persecución penal de los la gravedad de los crímenes que lleva adelante
narcotraficantes, en modo alguno cambia, y ello —por ejemplo el tráfico de drogas (...)— y por la
se desprende de la interpretación global del fallo utilización de medios violentos dirigidos tanto al
“Arriola”; lo dicho en el precedente Montalvo en lo interior del grupo como hacia el conjunto de la
que respecta al bien jurídico protegido por la Ley sociedad” (6).
penal Argentina en la materia, en cuanto a que el
legislador no sólo ha decidido proteger la salud Ha sido la misma Corte en el precedente Arriola
pública, sino también la familia, el entramado so- arriba citado quien ha exhortado con énfasis el
cial y los cimientos mismos de la Nación, y es por
ello que el Estado en el ejercicio del ius puniendi (5) C.S.J.N. “Montalvo, Ernesto A.” Fallos
debe realizar un enérgico esfuerzo por detener y 313:1333,1990/12/11, considerando 13, publicado en
neutralizar esa criminalidad organizada. “C.S.J.N. Máximos precedentes, Derecho Penal parte ge-
neral”, Mauro Divito, Santiago Vismara, Tomo I, La Ley,
pág. 57.
(4) C.S.J.N., “Arriola, Sebastián y otros”, 2009, Fallos: (6) Luciani, Diego S., “Criminalidad organizada y trata
332:1963. de personas”, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2011, pág. 31.

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DPyC Política Criminal doctrina

compromiso ineludible que deben asumir todas Porque resulta irrazonable ir detrás del proble-
las instituciones para combatir el narcotráfico ma, tratando de atajar sus consecuencias como
castigando estos delitos graves en forma adecua- se pueda, y lo primero que debe determinarse es
da (considerando 28). una política criminal preventiva seria y adecuada
que detenga e impida sin pérdidas de tiempo el
Y es frente al flagelo del narcotráfico con apti- ingreso de los tóxicos de todo tipo que hoy cau-
tud de enfermar severamente y matar también san estragos en nuestra población y aniquilan la
legiones de seres humanos hasta consumir en seguridad ciudadana, pero para ello, como todo
muchos casos completas generaciones que el lo concerniente a la soberanía política de una
legislador, echando mano a criterios propios Nación que se precie de independiente de toda
del Derecho penal del enemigo ya analizado dominación extranjera, hace falta decisión, vo-
extensamente, ha programado un tipo penal luntad política y recursos, esos que por ahora no
dentro de la ley de estupefacientes que, anti- se avizoran.
cipando la barrera de punibilidad a los actos
preparatorios, pretendió otorgar a la política Asumida la decisión de luchar, y a los fines de
criminal herramientas eficaces contra este tipo disponer de los medios necesarios, debe enten-
de delito tan difícil de prevenir; nos referimos derse cabalmente los intereses contra los que se
al delito de confabulación previsto en la ley de lucha, ya que el narcotráfico internacional res-
drogas. ponde en gran parte a una necesidad funcional
del sistema imperante, que se sirve del poder fi-
Es decir que la política criminal delineada por nanciero internacional que opera en los paraísos
el Estado, frente a un delito altamente peligroso fiscales cumpliendo un rol primordial, esto es,
y grave, generador de trágicas y violentas conse- lavar el dinero proveniente de la criminalidad or-
cuencias en la sociedad, en aras de alcanzar efi- ganizada (narcotráfico, trata de personas, venta
cacia tras el objetivo de reprimir el narcotráfico, de armas, etc.) para su posterior inyección legal
justifica frente a los sujetos que organizadamente en el sistema.
trafican estupefacientes adelantar la valla de pu-
nición hasta límites de tensión con la manda del Porque existe una interferencia entre “acti-
art. 19 de la CN, interviniendo y neutralizando el vidades lícitas e ilícitas, que difícilmente pase
designio criminal antes del inicio de la ejecución inadvertida, por lo menos para ciertos sectores
del delito fin programado. gubernamentales dedicados a cuestiones finan-
cieras. En efecto, la magnitud de las operaciones
Pero antes de entrar de lleno en el análisis del que se realizan y el despliegue de medios mate-
objeto de este trabajo, esto es, la estructura del riales que ellas traen aparejadas hace necesario
art. 29 bis de la ley 23.737 y su aplicación consti- que las mismas adquieran viso de legitimidad, y
tucional, quiero señalar preliminarmente que el de ser posible, paulatinamente, legalidad efecti-
tráfico de estupefacientes puede ser combatido va, lo que no resulta tarea fácil. Esa necesidad,
con éxito en la República Argentina llevándolo cada vez mayor de blanquear capitales, ha dado
a una mínima expresión si no venciéndolo. Para origen a otro tipo de delincuencia organizada, en
ello no hace falta echar mano al Derecho Penal cuyo entramado de relaciones convergen nece-
del enemigo que rechazamos. sariamente una multifacética gama de persona-
jes pertenecientes a los más altos estratos socia-
En efecto, en nuestra Nación de una vez por to-
les, financieros y gubernamentales” (7).
das debemos poner mucha más energía y recur-
sos en la prevención del delito que en la repre- Y es obvio que los formidables negocios ilícitos
sión y, en vez de aumentar las penas y morigerar desplegados por la criminalidad organizada a lo
las garantías constitucionales, el Estado Nacional largo y ancho del planeta tienen un fin eminen-
en primer lugar debería delinear con coraje una temente económico pero también consecuen-
estrategia regional seria y persistente de lucha cias políticas funcionales al sistema, porque en el
contra el narcotráfico en la que a su vez se imbri-
que una política nacional preventiva férrea que
comience con el decidido y estricto control de (7) Mill, Rita, “Criminalidad Organizada. Dificultades
las fronteras y los cielos de la Nación, hoy de una probatorias” publicado en Revista de Derecho Procesal
alarmante permeabilidad. Penal, 2009, Rubinzal-Culzoni, pág. 45.

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caso del incremento inusitado del tráfico ilícito sabia, justa y equitativa, pero sobre todo liberada
de estupefacientes y la proliferación del consu- de toda forma de explotación o dominación.
mo de drogas desde temprana edad se expanden
extraordinariamente las legiones de seres huma- “En un tiempo en el que el individualismo a
nos que no sólo no comprenden el problema que ultranza deja atrás al individuo como persona,
los agobia, ni visualizan la intencionalidad del como ser soberano, en el que se le ofrecen al
sistema que por acción u omisión lo propaga, hombre modelos compulsivos, sin consultar sus
sino que disminuidos en su aptitud mental por el auténticas preferencias, y de ese modo se agigan-
consumo, nada pueden hacer frente al triste des- tan brechas de exclusión y marginalidad, que son
tino personal y también colectivo que se impone donde se encarna el tráfico de droga en forma
frustrando su realización. perversa. El tráfico ilícito es la cara oculta de las
necesidad más acuciantes, del hombre posterga-
También debe tenerse en cuenta que un puña- do, y una nueva y abyecta forma de esclavizar a
do de jueces federales y unas fuerzas de seguri- miles de seres humanos....el narcotráfico proli-
dad exiguas, mal entrenadas y carentes de recur- fera allí donde la pobreza golpea la dignidad del
sos no han de enfrentar con éxito el narcotráfico hombre sin contemplaciones” (8).
en la República Argentina. La sola instalación de
una cantidad suficiente de radares para detectar Esta mirada descarnada de la realidad que nos
vuelos clandestinos que ingresan estupefacien- circunda nos motiva a pensar que si la crisis mun-
tes al país también resulta insuficiente sin una dial actual tiene una causa eficiente, ella debe re-
legislación adecuada que con eficacia neutralice conocerse, entre otros motivos, en el abandono de
el vuelo y el aterrizaje de esos aviones en los cen- la persecución de bienes espirituales y culturales, y
tenares de pistas clandestinas y camufladas que el ejercicio de la virtud que educa los hábitos para
existen en nuestro país. elevar el genio del hombre y enaltecer la dignidad
humana. Como contracara negativa, vemos cam-
Lógicamente, de manera simultánea debe ata- peando a sus anchas en este mundo desalmado
carse la arista cultural del problema, partiendo la explotación y la consecuente violencia e injus-
en primer lugar de que la cultura de la droga es ticia que imponen las potencias hegemónicas a las
la contracara de la cultura del trabajo y el estudio naciones más débiles, y los gobiernos de éstas a la
y la laboriosa voluntad, constancia y disciplina ciudadanía que representan, de la mano de la exal-
que esas actividades esenciales para el ser huma- tación del individualismo materialista que tiene
no demandan. Para ello el Estado no sólo debe por único norte la maximización de las ganancias,
propender a concretar la justicia distributiva que el consumo y el afán de lucro ilimitado, el reparto
permita el desarrollo integral del hombre y su fa- inequitativo de la riqueza y la corrupción estruc-
milia, sino que también deberá desarrollar inten- tural de la política y la economía inescrupulosa
sos y adecuados programas educativos, desde los que distrae recursos a fines inconfesables, negan-
primeros años de edad sobre nuestra juventud, do vigencia cierta a los Derechos Humanos bási-
no sólo para esclarecer respecto del daño irrever- cos, a la par que destruye el ecosistema mundial.
sible que provocan todos los estupefacientes en Esa crucial pérdida de rumbo que caracteriza
las psiquis y la salud de los seres humanos, sino al extraviado hombre light de hoy sin dudas se
también respecto de ese trasfondo político arri- imbrica con el narcotráfico y la masificación del
ba esbozado y que subyace bajo el problema del consumo de estupefacientes, esos que enferman
narcotráfico, ese que se refiere a la facilitación el cuerpo pero también la psiquis y el alma de los
del statu quo del sistema imperante a través de hombres, y sin conciencia ni alma ¿qué razón ha
la conformación de ejércitos pasivos de jóvenes de tener la persecución de cualquier bien o valor
que con impronta pasatista, descomprometida espiritual, cultural, ético o moral?
y autodestructiva no posean plena capacidad no
sólo ya para construir con libre voluntad un plan “Por ello es conveniente que la ciudad sea
de vida, sino también para organizarse y cuestio- sensata, valerosa y perseverante, ya que, según
nar con inteligencia las dependientes e injustas
estructuras imperantes, para construir desde una
cosmovisión crítica y un activismo altruista, hu- (8) Cornejo, Abel, “Estupefacientes”, 2ª ed. actualizada,
manista y transformador una sociedad virtuosa y Rubinzal-Culzoni, págs. 18/19.

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DPyC Política Criminal doctrina

el proverbio, ‘no hay ocio para los esclavos’, y los de la norma bajo examen no resulte arbitraria e
que no son capaces de enfrentar el peligro con irrazonable es decir no enerve los principios de
valentía son esclavos de sus atacantes” (9). reserva, legalidad y lesividad como también el
derecho penal de acto ya que como sabemos las
II. Análisis de la estructura del tipo penal del meras ideas y la falta de exteriorización de ellas
artículo 29 bis de la ley 23.737, texto ordenado a través de concretas acciones o conductas en el
24.424 mundo real están fuera del alcance de los magis-
trados. Para ese análisis partimos de la base de
Aclarada esa realidad que no podíamos sos-
que un sujeto puede ser objeto de persecución
layar, nos abocamos al análisis global (dogmá-
penal sólo por su conducta, no por el rótulo de
tico, constitucional y procesal) del tipo penal
un rechazado concepto de peligrosidad, en mi-
de la confabulación previsto en el art. 29 bis de
ras a prevenir los delitos que pueda cometer en
la ley 23.737 introducido por la ley 24.424 (B.O.
el futuro, teniendo en cuenta que por principio
9/1/95), persiguiendo aproximarnos a su inter-
los meros actos preparatorios resultan impunes.
pretación constitucional, partiendo de la premi-
sa de que en la base del debate sobre la punición Empero y contrariamente a lo señalado, la pu-
de los actos preparatorios subyace el concepto de nición de la confabulación prevista por el art. 29
peligrosidad y el problema de la legitimación del bis de la ley 23.737 está dirigida a las conductas
ius puniendi y la determinación de sus límites. inherentes a la preparación de los delitos taxati-
vamente determinados por esa norma, porque
En ese sentido, creo que sobre el tópico bajo el legislador ha considerado oportuno y razona-
análisis, debemos tener en cuenta que la in- ble no esperar a que comience la ejecución del
constitucionalidad de una norma puede derivar delito-fin que persiguen esos actos preparatorios
de la misma norma o también “porque la inter- y antes de que comience la tentativa en ese cami-
pretación (inteligencia o entendimiento) de esa no del crimen, el ius puniendi interviene adelan-
norma... se halle en conflicto con la ley suprema tando las barreras de punibilidad, evidenciando
(interpretación inconstitucional)” (10). una política criminal de prevención fundada en
De manera que el tipo penal sub examen pro- la peligrosidad.
pone aristas interesantes para debatir e inves- Aclarado ello, y si bien en cada caso concreto
tigar y aquí se analizará la problemática que han de ponderarse las circunstancias de tiempo
presenta la determinación y la delimitación de modo y lugar, el quid de la cuestión que analiza-
la naturaleza y las características del acto que remos seguidamente reside en determinar con
puede considerarse manifiestamente revelador la mayor certeza posible, cual es la naturaleza,
de la decisión común de cometer alguno de los entidad y presupuestos fáctico-objetivos como
delitos taxativamente previstos en la norma, para normativos que deben caracterizar una conduc-
que comience la punición, sin afectar principios ta preparatoria para alcanzar el umbral constitu-
y garantías constitucionales, es decir, como se se- cional necesario para su reprochabilidad. Porque
ñaló, pretendemos alejarnos de interpretaciones no toda conducta posterior al plan ilícito concer-
inconstitucionales del tipo penal sub examen, tal tado habilita la punición, sino que la revelación
como lo hemos verificado en ciertos autores y ju- manifiesta del designio criminal debe constituir
risprudencia y por ende aproximarnos a una exé- una conducta exteriorizada y enderezada hacia
gesis razonable en sintonía con la Constitución y la generación del riesgo jurídicamente desapro-
el Estado social y democrático de Derecho. bado, alcanzando para ello ciertos presupuestos
inexcusables para que provoquen la relevancia
En ese camino, nos parece interesante anali-
penal de la confabulación, de manera que esos
zar el tipo penal de la confabulación y establecer
actos preparatorios deben ser graves, concretos
con precisión cuáles son, a nuestro criterio, los
e inequívocos de la exteriorización de una con-
estándares fáctico-jurídicos que necesariamen-
ducta criminal pergeñada entre por lo menos dos
te han de configurarse para que la aplicación
sujetos.
(9) Aristóteles, “Política”, Libro VII, Capitulo XV, nota 20. El art. 29 bis de la ley 23.737 introducido con la
(10) Sagüés, Néstor P., “Derecho Procesal Constitucio- sanción de la ley 24.424 recepta el peculiar tipo
nal, recurso extraordinario”, Tomo 2, 4ª ed., Astrea, pág. 54. penal que seguidamente se transcribe.

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“Será reprimido con reclusión o prisión de uno para cometer alguno de aquellos ilícitos citados
a seis años, el que tomare parte en una confabu- supra y que taxativamente dispone el tipo penal.
lación de dos o más personas, para cometer algu- En el segundo párrafo se establece una condición
no de los delitos previstos en los arts. 5°, 6°, 7°, 8°, objetiva de punibilidad que tiende a encuadrar al
10° y 25 de la presente ley, y el art. 866 del Código tipo en el Derecho Penal de autor, ya que exige
Aduanero. conducta exteriorizada que revele manifiesta-
mente el plan, y en el tercer párrafo se estable-
“La confabulación será punible a partir del ce una exención de responsabilidad penal, para
momento en que alguno de sus miembros realice aquel confabulador que revele el acuerdo o que
actos manifiestamente reveladores de la decisión impida su realización.
común de ejecutar el delito para el que se habían
concertado. El tipo objetivo señala que los sujetos activos
no requieren ninguna calidad especial, ni siquiera
“Quedará eximido de pena el que revelare la que sean capaces, porque lo que está en juego no
confabulación a la autoridad antes de haber co- es la validez o nulidad del pacto (11), sino la mayor
menzado la ejecución del delito para el que se energía y eficacia con que se pretende combatir
había formado, así como el que espontáneamen- la criminalidad organizada. Para ser autor de este
te impidiera la realización del plan”. delito se exige un concurso de criminales, por lo
menos dos personas, de manera que si en el pac-
Vemos entonces que el tipo objetivo requiere to participan dos sujetos y uno de los confabula-
un concurso de criminales, por lo menos dos, y dores se retira antes de la exteriorización de los
un concierto de voluntades con el objetivo de actos manifiestamente reveladores del designio
cometer el delito de tráfico o contrabando de es- criminal, la confabulación queda impune por
tupefacientes, en las modalidades que determi- falta de quorum, para utilizar las palabras de Laje
na el art. 29 bis de la ley de drogas al final de su Anaya (12), lo que provoca su disolución.
primer párrafo: arts. 5°, 6°, 7°, 8°, 10° y 25 de la ley
23.737, y el art. 866 del Código Aduanero (párrafo En cuanto a la acción típica, el Diccionario de
primero). la Real Academia nos acerca la primera acep-
ción del concepto de confabulación: “ponerse
Para que el pacto sea punible, se impone una de acuerdo dos o más personas para emprender
condición objetiva de punibilidad, consistente en algún plan, generalmente ilícito”. Es decir el con-
que alguno de los partícipes de la confabulación cepto en la Argentina contempla la pluralidad
realice actos manifiestamente reveladores de la de sujetos que pergeñan un plan ilícito, tal cual
decisión de ejecutar el plan (párrafo segundo). lo recepta también el derecho comparado, en-
tre otros, la conspiración española, la comploter
Finalmente, se establece una exención de pena
francesa o la conertarsi italiana.
para el sujeto que delate el plan acordado a la au-
toridad antes de haber comenzado la ejecución El plan ilícito debe estar enderezado a la co-
del delito como también al sujeto que espontá- misión de alguno de los delitos enumerados en
neamente impida la realización del plan (párrafo la norma y los sujetos activos deben tomar parte
tercero). (ser parte de la confabulación, estar dentro de
ella (13)) en el plan común a través del reparto
Dicho con otras palabras, el artículo 29 bis de de roles y funciones, todo ello de acuerdo con los
la ley 23.737, acuña un tipo penal peculiar que, principios de participación (art. 45 del C.P.) con-
fulminando excepcionalmente la impunidad en siderándose a cada uno de ellos como autor de
la que por regla general caen los actos prepara- confabulación, durante el tramo del iter criminis
torios, los reprime cuando el designio criminal inmediatamente anterior al comienzo de ejecu-
persiga alguno de los delitos previstos por la nor- ción del delito pactado.
ma. Es decir el legislador fundado en una política
criminal orientada por la peligrosidad, delineada
para lograr eficacia en la lucha contra el tráfico (11) Laje Anaya, Justo, “Narcotráfico y derecho penal
de estupefacientes, adelantó la barrera de puni- argentino”, Marcos Lerner, Córdoba, 3ª ed., 1998, pág. 284.
bilidad hasta conductas que expresen un pacto o (12) Laje Anaya, Justo, ob. cit., pág. 282.
acuerdo entre por los menos dos sujetos activos (13) Laje Anaya, Justo, ob. cit., pág. 281.

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DPyC Política Criminal doctrina

El acuerdo debe referirse a un plan ilícito Esto es así porque la condición objetiva de pu-
claramente definido, el que puede haber sido nibilidad que establece el párrafo segundo del
delineado por un sujeto, pero luego deben art. 29 bis de la ley de estupefacientes supedita
acoplarse otro u otros sujetos, a través de un la confabulación y por ende la punibilidad del
pacto o confabulación antes del comienzo de pacto a que uno de los sujetos activos “realice
ejecución del delito pergeñado. Si alguno de actos manifiestamente reveladores de la deci-
los partícipes, antes del comienzo de ejecu- sión común de ejecutar el delito para el que se
ción del delito principal, abandona material y habían concertado”. A partir de ese momento se
psicológicamente el plan que sigue su curso en configura el comienzo de ejecución del delito de
su ausencia, queda exento de responsabilidad confabulación; nunca antes.
penal, lo mismo que el sujeto que permanece
aferrado al pacto en soledad y en relación con Este dispositivo no integra la estructura del
la confabulación, debido a la exigencia del tipo tipo penal y evidencia la voluntad del legislador,
plurisubjetivo. no obstante el adelantamiento de la punibilidad
a los actos preparatorios que programa como po-
El tipo penal contiene un elemento normativo, lítica criminal, de mantenerse en el Derecho pe-
ya que el acuerdo de los confabuladores tiene nal de acto y no vulnerar el principio de reserva
que estar enderezado inequívocamente a co- del art. 19 de la CN que proscribe la punición de
meter uno o varios hechos determinados que se meras ideas.
subsuman en alguno de los tipos penales que el
art. 29 bis enumera taxativamente. Por eso toda exégesis del delito de confabula-
ción debe ser restrictiva, en consonancia con la
En cuanto al tipo subjetivo cabe señalar que interpretación constitucional que reforzadamente
es un delito doloso que sólo admite dolo directo impone el párrafo segundo de la norma, además
pero además requiere un plus vinculado al dolo de la injerencia operativa de los derechos y garan-
de tráfico, es decir el sujeto debe tener conoci- tías en juego que explícita e implícitamente recep-
miento y voluntad de pactar con por lo menos ta e impone el Estado social y democrático de De-
otro sujeto, la ejecución de un plan enderezado recho, en el marco de un Derecho Penal de acto.
a cometer alguno de los delitos ya menciona-
dos, esos que se identifican con el tráfico de es- Finalmente la norma en su tercer párrafo prevé
tupefacientes. Si no se verifica ese animus exte- una excusa absolutoria que se ciñe a dos supues-
riorizado desde el fuero interno hacia el externo tos, el primero cuando el delator se identifica
con ese plus, no estamos frente al tipo penal de como partícipe y revela el plan a la autoridad an-
la confabulación. tes de haberse comenzado la ejecución del delito
“para el que se habían formado”, es decir el delito
Debe tenerse muy en cuenta que la confa- objeto de la confabulación, requiriéndose para la
bulación se consuma en el instante de sellar el impunidad el aporte de información cierta y cir-
pacto, pero su punición se demora hasta el mo- cunstanciada de partícipes y del pacto que per-
mento en que por lo menos uno de los sujetos, mita a las agencias estatales el control del desa-
luego de acordar el plan criminal, realiza un rrollo y progreso del iter criminis, hasta llevarlo a
acto manifiestamente revelador de la decisión niveles de delito imposible, “el confabulado no se
común de ejecutar el delito planificado, es decir exime de pena por denunciar la confabulación,
cuando comienza la ejecución del delito prin- sino que debe denunciar el plan, sus ejecutores y
cipal, y aunque ese sujeto traspasa el límite de todas aquellas circunstancias de modo tiempo y
los actos preparatorios, permanece incólume la lugar que le permitan a la autoridad controlar el
imputación por el delito de confabulación res- curso del hecho” (15).
pecto de aquellos partícipes que no intervienen
en el comienzo de ejecución del delito, pero que El segundo supuesto de impunidad requiere
siguen unidos material y espiritualmente al pac- que uno de los confabuladores espontáneamente
tum scaeleris (14) del que forman parte. impida la realización del plan, y esto puede suce-

(15) Falcone, Roberto A., Capparelli, Facundo L. “Trá-


(14) Concepto acuñado por la doctrina española para fico de estupefacientes y Derecho Penal”, Ad-Hoc, Buenos
denominar un concierto para la comisión del delito. Aires, 2002, pág. 350.

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der antes o después del comienzo de ejecución ser que nos encontramos frente a un concurso
del delito principal, dependiendo de que el con- real (art. 55 C.P.) entre ambos delitos (16).
fabulador que aborta el plan no sea el sujeto acti-
vo que ha realizado actos propios de la tentativa Autores identificados con esa posición han di-
del delito fin, porque de lo contrario respecto de cho que “la acción de confabular siempre será
este autor la confabulación habrá sido desplaza- distinta e independiente de la acción u omisión
da y nos encontraremos frente al desistimiento para cometer el delito relacionado con la sustan-
voluntario. cia estupefaciente (...) las diferencia de acciones
es entre un acto de ejecución en sentido propio y
En ambos supuestos, la excusa absolutoria tie- un simple acto preparatorio especifico, el poner-
ne fundamento en que el delator con su arrepen- se de acuerdo, concertar o confabular. La norma
timiento impide la lesión al bien jurídico protegi- en cuestión no protege ningún bien jurídico, solo
do por la norma. se limita a castigar la intención y su manifesta-
ción de realizar un delito de los que cita, pero no
III. La cuestión del concurso de delitos requiere acto d ejecución de ese delito” (17).
Hemos visto que la doctrina no es pacífica en Pero si los hechos de una eventual pesquisa
cuanto al tramo del iter criminis en que se ubica se identifican con las conductas que planifican,
la confabulación; para algunos se posiciona en organizan, preparan, disponen y sin solución
los actos preparatorios antes de la tentativa del de continuidad se concatenan con el comienzo
delito principal, para otros debe haber comien- de ejecución del plan ilícito, no obstante su seg-
zo de ejecución para que aquellos actos sean mentación dogmática para comprender el cami-
punibles. no del crimen, pareciera que nos encontramos
frente a un mismo hecho que progresa continua-
Nosotros pensamos que la confabulación se mente en su desarrollo desde su inicio hasta su
consuma cuando los confabuladores han rea- consumación, y desde esta óptica pareciera que
lizado conductas graves y manifiestamente re- nos encontramos frente a un concurso ideal (art.
veladoras del plan ilícito, es decir que los actos 54 C.P.) (18).
preparatorios son de una naturaleza tal que en-
cuadran en una conducta ilícita autónoma en Desde nuestra óptica el debate sobre el con-
virtud a una envergadura suficiente que en forma curso no es fácil y presenta diferentes aristas.
inequívoca anuncia la futura ejecución del fin ilí-
cito. Sin perjuicio de ello, el reproche penal de la Si afirmamos que la confabulación es un delito
confabulación comienza cuando por lo menos autónomo, referido exclusivamente a los actos
uno de los sujetos realice actos que importen el preparatorios, y si éstos cuando se produce el co-
comienzo de ejecución del ilícito planificado, de mienzo de ejecución en la instancia misma de la
manera que esa situación implicará que el sujeto tentativa quedan subsumidos por el delito prin-
autor de esa conducta responderá como autor en cipal, y este injusto tentado subsume la confabu-
el delito fin tentado y al resto de los conspirado- lación, vemos que aunque percibamos estos he-
res en la confabulación. chos de manera diferenciada o no, no concurren
ni real ni idealmente, porque, como ha dicho la
Ahora bien, otro tópico donde la doctrina tam- Corte en el precedente “Cabrera”supra citado,
poco es pacífica es el que se refiere a la existencia estamos frente a infracciones penales progre-
de concurso entre confabulación y delito fin, y si sivas. Y si la conducta que se subsume en una
éste es real o ideal. confabulación es desplazada por el comienzo de
ejecución del hecho del delito fin que perseguía
Si la confabulación como delito autónomo no
se integra en el hecho del delito principal por- (16) Falcone, Roberto y Capparelli, Facundo, “Tráfico
que se limita e identifica exclusivamente con la de estupefacientes y Derecho Penal”, ob. cit., pág. 349.
programación y la preparación del plan, y es esa (17) Villar, Mario A., “El tipo penal de confabulación en
decisión ilícita la que debe ser revelada por in- la ley de reforma al régimen penal sobre estupefacientes”
equívocas conductas realizadas por alguno de publicado en La Ley, 1995-C, págs. 1385 y ssgts.
los sujetos confabuladores para ser punida y no (18) Laje Anaya, Justo, “Narcotráfico y derecho penal
el objeto del plan como hecho distinto, parece argentino”, ob. cit., pág. 292.

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aquélla, en ese caso nos encontramos frente a sido atrapados por diferentes tipos penales que
hechos diferentes en concurso aparente de leyes gradúan con distinta intensidad de acuerdo a la
donde el primer segmento del iter criminis, la afectación de un único y mismo bien jurídico
confabulación, es desplazado por el delito pla- protegido por esas normas.
nificado en el mismo comienzo de su ejecución.
Por otro lado creo oportuno aclarar en este
Porque “Si la finalidad de la incorporación del punto en virtud de la relación que tiene el con-
delito de confabulación fue adelantar la punibili- cepto de concurso de delitos con el tráfico de
dad a actos preparatorios de los delitos mencio- estupefacientes, que distintos actos de comercio
nados en esa disposición, cuando los confabula- de tóxicos prohibidos realizados por un mismo
dores intenten cometer o consumen el delito que sujeto son interpretados por la doctrina y la ju-
habían acordado realizar en conjunto pierde ra- risprudencia como un mismo designio criminal,
zón de ser la aplicación de esa figura, que queda es decir cada acto de comercio no es concep-
desplazada por concurso aparente” (19). tualizado como un hecho distinto que concurre
realmente con los otros, sino que se entiende
Según nuestra óptica, no hay concurso ideal que existe una unidad delictiva a la manera de
propio de una misma conducta que encuadra en un delito continuado, ya que se trata de una plu-
distintos tipos penales, ni concurso real identi- ralidad de actos que no son independientes y se
ficado con dos hechos distintos que concurren encadenan englobándose en un mismo suceso
entre sí, sino dos conductas enderezadas a un caracterizado por ese plus subjetivo conceptua-
mismo fin, diferenciadas por el alcance de su lizado como —dolo de tráfico— a los fines de su
desarrollo en el camino del crimen, que han sido punición. En este aspecto se ha sostenido que
diferenciadas y tasadas normativamente por el “una venta aislada de estupefacientes no puede
legislador, estableciendo tipos penales con di- ser considerada en sí misma como un acto de
ferentes estructuras pero con partes comunes, comercio ilegal, siendo necesaria para la confi-
otorgándoles distintas significaciones y conse- guración de la acción, la habitualidad de la con-
cuencias jurídicas. ducta reflejada en la repetición de tales actos y la
obtención de un rédito económico para el sujeto
O también desde la óptica de Pessoa podemos
activo” (21).
decir que nos encontramos frente a un concurso
de tipos penales efectivo y no aparente, propio Vale esta aclaración, porque los delitos que
de una acción o conducta que presenta un real pergeñan los confabuladores, todos y cada uno
encuadre típico múltiple, debido a que “los ti- de ellos requieren dolo de tráfico, incluido el
pos puestos en movimiento por aquella tienen contrabando como contribución a la cadena de
elementos comunes en sus respectivas estructu- tráfico, y esa ponderación debe estar presente al
ras, generando una reiteración de prohibiciones momento de constatar que una conducta se sub-
sobre determinados aspectos de la conducta, la sume en el delito de confabulación.
que es tomada en forma total, por un solo tipo
que es el que se aplica al caso y desplaza a los Finalmente, sin perjuicio de lo dicho hasta
otros” (20). aquí, cabe decir que la casuística es infinita y lo
analizado no impide que dos sujetos, frente a dos
Lo concreto es que nos encontramos frente a hechos diferentes por ellos pergeñados, es decir
una misma infracción progresiva, donde existe dos planes paralelos pero independientes en el
un mismo designio criminal, un mismo y único espacio, por ejemplo dos transportes simultá-
plan en el que antes del agotamiento de la prime- neos de droga realizados desde Salta a Buenos
ra parte, solapándose los momentos punitivos Aires y otro hacia San Juan, donde los partícipes
continúa la realización de la siguiente y donde se han puesto de acuerdo, organizado y repartido
los distintos eslabones de ese iter criminis han roles diferenciados, puedan cada uno de ellos ser
imputados del delito de transporte en el caso del
sujeto que conduce el automotor que contiene el
(19) D’Alessio, Andrés José, “Código Penal de la Nación,
comentado y anotado”, 2ª ed., t. III, La Ley, pág. 1119.
(20) Pessoa, Nelson R., “Concurso de delitos”, Hammu- (21) Tazza, Alejandro Osvaldo, “El comercio de estupe-
rabi, Buenos Aires, 1996, págs. 66 y ss. facientes”, Nova Tesis, Santa Fe, 2008, pág. 77.

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material estupefaciente que se dirige a Buenos Si ya de por sí existe una desproporción en la


Aires, en concurso real con el delito de confabu- igualdad de escala penal prevista para la tenen-
lación respecto del cargamento que el otro sujeto cia con fines respecto del acto de comercio de es-
lleva a San Juan. En este tipo de variantes, es de- tupefacientes consumado, ¿qué queda entonces
cir frente a plantes independientes y conductas para la confabulación que se configura antes de
distintas (art. 55 del C.P.), puede verificarse la la tentativa de ambos delitos?
existencia de concurso pero siempre será real,
nunca ideal. “Llama la atención que constituyendo la te-
nencia o posesión de estupefacientes con fina-
IV. Principios de proporcionalidad y lesividad lidad de tráfico o comercio un acto preparatorio
del delito fin o principal, que en el caso está con-
El delito de tenencia con fines de comercio figurado por el verdadero comercio o tráfico de
receptada en el art. 5 inc. c) ley 23.737, taxativa- estupefacientes, el legislador haya previsto una
mente incluido en el art. 29 bis de dicha norma, penalidad idéntica a la del supuesto delito ago-
ha sido señalado por algunos autores (22) como tado en su consumación” (23).
un acto preparatorio del comercio de estupe-
facientes. De manera que si consideramos que Si en la confabulación la posibilidad de lesión
la confabulación no es ni más ni menos que un al bien jurídico protegido está aun mucho más
acto preparatorio previo que se configura según distante y el peligro resulta mucho más abstracto
la jurisprudencia argentina antes de la tentativa que en la tenencia de estupefacientes con fines
de aquel acto preparatorio (tenencia con fines), de comercio, y entonces el injusto resulta mucho
debemos advertir que la escala penal prevista menos grave e intenso que el delito fin acorda-
por la ley resulta desproporcionada e irrazona- do y cuya ejecución no ha tentado, claramente
ble, a la luz de las escalas penales del delito fin la escala penal prevista para la confabulación es
en grado de tentativa, y la nuda o alejada puesta desproporcionada y con ello vulnera los princi-
en peligro del bien jurídico protegido en el caso pios de proporcionalidad, lesividad, igualdad y
de la confabulación. razonabilidad, todos ellos de raigambre constitu-
cional de manera expresa o implícita, receptados
En efecto, el delito de tenencia de estupefa- además en los tratados internacionales sobre de-
cientes con fines de comercio (ultra intención rechos humanos que la integran. Esa despropor-
de tráfico) tipificado en el art. 5 inc. c) de la ley ción se identifica con una de las características
23.737, que es uno de los delitos que expresa- del Derecho Penal del enemigo.
mente enumera el art. 29 bis, tiene una escala
penal que va de cuatro a quince años de prisión, Desde este criterio, la escala penal prevista
y en el caso de que ese delito se impute en grado para la confabulación debiera ser inferior y guar-
de tentativa, por imperio de los arts. 42 y 44 del dar proporcionalidad idéntica a la que existe en-
C.P. la escala se reduciría desde un año y tres me- tre los delitos principales y su comisión en grado
ses, hasta dos años el mínimo y cinco años a siete de tentativa y entre ésta y la confabulación.
años y medio el máximo. Entonces, si considera-
mos que la confabulación se identifica con actos De manera que si nos encontramos frente a un
preparatorios en miras a realizar aquel tipo penal caso de excepción, donde las conductas se iden-
entre otros delitos que prevé la norma, antes del tifican con actos preparatorios que se ubican
comienzo de su ejecución (este no es nuestro cri- antes de la tentativa, parece claro que la escala
terio pero sí el de un amplio espectro de la doc- penal prevista en el delito de confabulación re-
trina y también de la jurisprudencia nacional), es sulta desproporcionada en comparación con los
decir antes de la tentativa, la escala penal previs- parámetros de disminución de reproche penal
ta en el art. 29 bis de la ley 23.737 que va de uno a que establece el art. 44 del CP.
seis años de prisión aparece excesiva y violatoria
El más alto Tribunal de la Republica tiene
de los principios de proporcionalidad, lesividad
dicho: “Toda medida penal que se traduzca en
y culpabilidad.
una privación de derechos debe guardar pro-

(22) Cornejo, Abel, “Estupefacientes”, Rubinzal Culzoni, (23) Tazza, Alejandro Osvaldo, “El comercio de estupe-
2ª ed. actualizada, 2009, pág. 63. facientes”, Nova Tesis, Santa Fe, 2000, pág. 97.

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porcionalidad con la magnitud del contenido previamente concertado, no se castigan las me-
ilícito del hecho, o sea con la gravedad de la ras intenciones o deseos” (25).
lesión al bien jurídico concretamente afectado
por el hecho, porque las previsiones legales ex- Cornejo al analizar la confabulación no sólo
presan tales magnitudes a través de las escalas critica el texto del tipo penal por la defectuosa
penales” (24). técnica legislativa escogida, “porque no puede
pasarse por alto que, de tomarse textualmente
De manera que si seguimos este criterio y lo que dice la ley en la confabulación cada acto
comprobamos que en el tipo penal de la confa- de trafico de más de dos personas estará incur-
bulación no existe lesión a bien jurídico alguno, so en ese delito, ya que no se describió en qué
porque se pune sobre la base de la peligrosidad consiste ni se establecieron otros requisitos más
del agente, comprobamos que la escala penal que el numérico”, sino que cuestiona también su
prevista es desproporcionada. tipificación, poniendo de resalto la superposi-
ción normativa que provoca ya que “en caso de
Y esos principios constitucionales vulnera- aplicarse —simultáneamente— los tipos del art.
dos por la desproporción de la pena instituida 210 del C.P. con el art. 29 bis de la ley 23.737, a la
por el Estado a través del legislador nos condu- par de la circunstancia agravante prevista en el
cen también al resentimiento del principio de art. 11 inc. c) de dicha ley, se afectarán, inexora-
culpabilidad, cuyo contenido implica un lími- blemente, el principio del non bis in idem y el de-
te al ius puniendi para que no extienda su po- recho de defensa” (26) y concluye que existiendo
testad de graduación de la pena más allá de la el tipo penal de la asociación ilícita y la agravante
reprochabilidad y la responsabilidad penal que del art. 11 inc. c) de la ley de drogas, la confabula-
le caben a un sujeto frente a la comisión de un ción carece de razón alguna que la justifique (27).
injusto.
Falcone y Capparelli caracterizan este delito de
V. La doctrina la siguiente manera: “La confabulación requiere:
1) La existencia de un concierto previo de dos o
¿En qué consiste el concurso de criminales y
más personas, lo que excluye la participación sin-
el concierto de voluntades para ejecutar deter-
gular y se conecta con el concurso de delincuen-
minados delitos relacionados con el tráfico de
tes. 2) Su finalidad es esencialmente delictiva en
estupefacientes?
la medida en que la constitución del colectivo se
¿En qué tramo del iter criminis la confabula- concierta para la ejecución de delitos de tráfico
ción es punible? ¿Antes o durante la tentativa del de estupefacientes o contrabando de estupefa-
delito perseguido? cientes. 3) Su carácter decisivo y resolutorio que
trasciende al exterior materializándose con la ex-
Falcone, Conti y Simaz explican que la confa- presión decidida de llevar a cabo la empresa de-
bulación requiere la existencia de un concierto lictiva. Y en dicha medida mientras no se adopta
previo entre dos o más personas; con una fina- la decisión de cometer el delito —mediante actos
lidad delictiva, es decir que el concurso de delin- manifiestamente reveladores— no puede existir
cuentes acuerda la ejecución de delitos de tráfico conspiración y nos encontramos frente a un acto
o contrabando de estupefacientes, poniéndose preparatorio impune”.
de resalto que la resolución debe trascender al
exterior mediante la materialización “de una ex- Estos autores completan tales presupuestos
presión decidida de llevar a cabo la empresa de- afirmando que la confabulación es un tipo pe-
lictiva” porque “la conspiración española al igual nal autónomo del o los delitos que se haya acor-
que la confabulación argentina se castigan con dado consumar, donde rigen las normas del con-
la realización de actos manifiestamente revela-
dores de la decisión común de ejecutar el delito
(25) Falcone Roberto A., Conti, Néstor J. y Simaz,
Alexis L., “Derecho Penal y tráfico de drogas”, Ad-Hoc,
2011, pág. 461.
(24) C.S.J.N., “Gramajo, Marcelo E.”, Fallos 329:3680,
5/9/2006, considerando 19. Publicado en “C.S.J.N, Máxi- (26) Cornejo, Abel, “Estupefacientes”, 2ª ed. actualizada,
mos precedentes, Derecho Penal Parte General”, T. III, Di- Rubinzal-Culzoni, pág. 187.
vito y Vismara, La Ley 2013, pág. 1022. (27) Cornejo, Abel, ob. cit., pág. 188.

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curso (art. 55 C.P.), señalando que “La punibilidad Este autor, discrepando con otros autores aquí
de la confabulación queda supeditada como acto citados y en contrario a lo que nosotros pensa-
preparatorio a que el delito propuesto haya alcan- mos, se pronuncia por el criterio que considera
zado el estadio de la tentativa, si ello no ocurre el que entre el tipo penal del art. 29 bis de la ley
concierto resulta atípico... puede señalarse que, 23.737 y el delito objeto del plan existe un con-
en puridad, la confabulación es impune” (28). curso ideal en estos términos: “Entre la confabu-
lación, y el delito fin, media un concurso ideal
Laje Anaya define el tipo penal del art. 29 bis de (art. 54 C.P.), porque cuando se tienta el segun-
la ley 23.373 de este modo: “La confabulación es do se consuma el primero. Hubiera sido real, si
un contrato [la distingue del complot porque en el acuerdo hubiese sido punible en sí mismo; en
ese delito los conspiradores se complotan contra esa hipótesis, los delitos hubieran sido indepen-
otro u otros] con miras delictivas, porque tiene dientes (art. 55 C.P.)” (31).
que ser formado para delinquir. Es por ello, que
dos o más personas se han puesto de acuerdo Finalmente y concretamente en lo que res-
para cometer, dentro del régimen de la partici- pecta a la condición objetiva de punibilidad
pación, alguno, esto es, uno, de los delitos que la Laje Anaya señala: “la confabulación es punible
ley enumera. Por lo tanto, se caracteriza como un cuando el delito planificado ha tenido comienzo
acuerdo de voluntades que representa un peligro de ejecución, en una palabra, cuando por lo me-
abstracto, permanente, y que tiene sus efectos nos, se lo ha intentado” (32).
jurídicos desde el mismo instante en que se ha
convenido la delincuencia a ocurrir en el futu- D’Alessio, analizando el segundo párrafo del
ro. En una palabra, cuando el proyecto delictivo, art. 29 bis de la ley 23.737, sostiene que “El ob-
como plan, y como resultado de ese acuerdo, ha jetivo de establecer esta condición objetiva de
quedado concluido” (29). punibilidad es que no sean sancionadas las me-
ras intenciones o deseos de cometer delitos” y
Este autor distingue dos momentos, uno vin- en otro sentido discrepa con los autores citados
culado a la perfección de la concertación de la como Falcone y Capparelli (33) o también Laje
voluntad plural, conducta impune hasta ese ins- Anaya (34), ya que a su entender, y a diferencia
tante, y un segundo momento que identifica con de éstos, sostiene que para que la confabulación
el comienzo de ejecución del delito principal, sea punible los actos reveladores deben ser ante-
que según su criterio es lo que dispone la condi- riores al comienzo de ejecución del delito, es decir
ción objetiva de punibilidad del segundo párrafo antes de la tentativa, porque basta la realización
de la norma y lo explica así: “En consecuencia, de actos preparatorios que trascienden las ideas o
y en este aspecto, la perfección del acuerdo de pensamientos pero que son anteriores a la señala-
voluntades no depende, ni nace por cierto, con da instancia ejecutiva del iter criminis, porque de
la ejecución de aquel; pero si requerirá que los seguir otro criterio el párrafo tercero del tipo penal
confabulados participen en la ejecución del he- bajo análisis carecería de sentido (35).
cho que dio origen al acuerdo, a título de coau-
tores, o cómplices. Nada impide, por cierto, que En este sentido recordemos que el tercer pá-
el determinador o instigador sea punible en la rrafo del art. 29 bis de la ley 23.737 exime de cul-
medida en que se verifique la segunda parte de pabilidad al confabulador que revela el plan a la
la disposición. En una palabra, y para el sistema autoridad antes de haber comenzado la ejecución
legal, una cosa es la confabulación, la cual en sí del delito para el que se había formado y si nos
misma no es delito, y otra su punibilidad, pues
ésta queda condicionada a que el delito a come-
(31) Laje Anaya, Justo, “Tráfico de estupefacientes ley
ter por parte de los confabulados, por lo menos, 23.737” Ed. Alberoni, 2011, págs. 97.
se tiente” (30).
(32) Laje Anaya, Justo, ob. cit., pág. 288.
(33) Falcone, Roberto A., Capparelli, Facundo L. ob. cit.,
(28) Falcone, Roberto A., Capparelli, Facundo L., ob. pág. 350.
cit., pág. 349/350. (34) Laje Anaya, Justo, Narcotráfico y Derecho Penal Ar-
(29) Laje Anaya, Justo, “Narcotráfico y Derecho Penal Ar- gentino”, Marcos Lerner, Córdoba, 3ª ed., 1998, pág. 288.
gentino”, Marcos Lerner, Córdoba, 3ª ed., 1998, pág. 279/280. (35) D’Alessio, Andrés José, “Código Penal de la Nación
(30) Laje Anaya, Justo, ob. cit. 280. comentado y anotado”, La Ley, 2ª ed., t. III, pág. 1117.

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atenemos a la hermenéutica de lo que estricta- lado por el hecho concreto de haber confabu-
mente dice la norma llegaríamos a la conclusión lado el requerido desde la República Argentina
de que la punición comienza antes del inicio de la introducción de estupefacientes a los Estados
la ejecución del delito fin, aunque discrepando Unidos de América (...). En esta jurisdicción en
parcialmente con el autor citado supra —esta- cambio, la imputación se basó (...) en una pre-
mos de acuerdo en que la punición comienza tensión punitiva más amplia que incluyó no
con los actos preparatorios y la realización de la solo la actividad llevada a cabo por el requerido
condición objetiva de punibilidad del segundo en el marco de la organización dedicada al trá-
párrafo, siempre antes de la tentativa— pensa- fico de estupefacientes, por un periodo mayor
mos que esa sola fundamentación no basta para (...) sino además, la etapa de preparación (con-
concluir que el momento de la consumación de fabulación, art. 29 bis de la ley 23.737), al delito
la confabulación es antes del comienzo de eje- —consumado— de tráfico de estupefacientes,
cución del delito principal, para ello hacen falta cometido con pluralidad de intervinientes en
otros argumentos que más adelante explicitare- forma organizada (arts. 5, inc. c] y 11, inc. c] de
mos, porque no podemos realizar una exégesis la ley 23.737), cuyo alcance fijó, la Cámara Fe-
del segundo párrafo del tipo penal de marras deral de Apelaciones de San Martín como abar-
enderezada a salvar la congruencia con el tercer cativo del traslado del tóxico desde el exterior,
párrafo de la norma. Por el contrario pensamos su eventual almacenamiento en el país y su pos-
que el párrafo final de la norma utiliza una for- terior transporte hacia mercados del exterior
mula desacertada, producto quizá de la errática (...). Que, en tales condiciones, el tipo penal de
técnica legislativa y la confusión dogmática que tráfico de estupefacientes agravado por la in-
se vislumbra a tenor del debate parlamentario tervención de tres o más personas organizadas
que más adelante también analizaremos. para cometerlo, consume —al resultar agravado
por representar un mayor avance del iter crimi-
VI. Jurisprudencia nis— el injusto de la confabulación, en razón de
tratarse de las que se denominan “infracciones
Seguidamente a los fines de aproximarnos a
progresivas” en las que el proceder del agente
los criterios jurisprudenciales sobre el tópico
va recorriendo diferentes infracciones jurídicas
vinculado a la definición de confabulación y la
de creciente gravedad y respecto de las cuales la
determinación de la entidad y naturaleza de los
punición del grado más avanzado comprende el
actos manifiestamente reveladores de la deci-
contenido del injusto de los pasos previos” (36).
sión común de la ejecución del plan que habilita
la punición en el tipo bajo examen, citamos los Desde la cita precedente vemos que para el
siguientes fallos. más alto Tribunal de la República, cuando ha-
blamos de tráfico de estupefacientes estamos
En primer lugar quiero aquí extraer del citado
frente a una infracción progresiva, es decir en
precedente “Cabrera” del más alto Tribunal de la
ese camino del crimen que se desarrolla hacia la
República, donde se discutió la viabilidad de la
consumación de los actos típicos del tráfico no se
extradición solicitada por Estados Unidos a par-
verifican segmentos lícitos, de modo que, cons-
tir del requerimiento efectuado por el Juez Fede-
tatada la materialidad del comienzo de ejecución
ral del Distrito Sur de Nueva York a instancias de
del delito de que se trate por uno de los confabu-
la acusación formulada por el Gran Jurado del
ladores, ese delito fin subsume la confabulación
Tribunal de dicha jurisdicción por el delito de
previa respecto de ese confabulador —el resto de
“Conspiracy”.
los miembros siguen siendo confabuladores—,
En esa oportunidad, y en lo que nos interesa aunque no se alcance la consumación del injusto
vinculado a la confabulación, la Corte argenti- si se detiene el iter criminis en la instancia de la
na explicitó que los delitos vinculados al tráfi- tentativa, este concepto arroja luz sobre el susci-
co de estupefaciente se conceptualizan como tado debate en la doctrina nacional respecto del
segmentos de una infracción progresiva y que, supuesto concurso (ideal o real) entre la confa-
como tal, su progreso produce que el eslabón bulación y el delito principal.
subsiguiente más gravoso subsume al delito
anterior y en esa inteligencia ha sentado lo si- (36) C.S.J.N. “Cabrera, Juan Carlos s/ pedido de extradi-
guiente: “Que el reclamo extranjero fue formu- ción” C. 3343. XL. R.O. 6/03/07.

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La jurisprudencia ha dado otras precisiones de estupefacientes, y que “tampoco contraviene


vinculadas a la definición del tipo penal sub exa- el principio de legalidad (art. 18, CN), la indeter-
men: “Confabular es ponerse de acuerdo dos o minación normativa de los actos que deben ser
más personas para emprender algún plan, gene- considerados reveladores de la decisión común
ralmente ilícito (...). Los que intervienen o forman de cometer el delito, pues el disvalor de tales ac-
parte de la confabulación, planifican la comisión tos recaerá sobre la finalidad típica perseguida,
de un determinado y específico delito relativo al que en este delito la constituye el dolo de tráfico
narcotráfico. En una palabra se organizan para que guió la ejecución de aquellos, y cuya aprecia-
ello. La confabulación se produce cuando alguno ción queda en manos del juzgador”.
de sus miembros realiza actos manifiestamente
reveladores de la decisión común de ejecutar el Seguidamente el fallo describe un frondoso
delito para el que habían concertado” (37). plexo probatorio considerado in totum como ac-
tos reveladores del plan criminal. Así menciona
En otro fallo al confirmar el procesamiento de las reiteradas tratativas llevadas a cabo por los
los imputados por el delito de confabulación el encartados con los potenciales proveedores y
poder jurisdiccional nacional en la instancia receptores de los estupefacientes de las que dan
de alzada afirmó que “Los procesados se con- cuenta las conversaciones telefónicas, la docu-
certaron, de forma organizada, para cometer el mentación incautada y los numerosos encuen-
delito de tráfico ilegal de estupefacientes, en sus tros realizados en nuestro país y en el extranjero;
modalidades de contrabando de importación y el alquiler de inmuebles en Uruguayana y en Mar
exportación destinada a la comercialización; in- del Plata, destinados a la receptación del tóxico y
justo que no se llegó a consumar, por lo que sus al alojamiento de los imputados durante la per-
conductas preparatorias quedaron atrapadas en petración del ilícito proyectado; la adquisición de
el denominado delito de confabulación, que des- vehículos con el mismo fin y las maniobras ten-
cribe el art. 29 bis, primero y segundo párrafos, dientes a prepararlos para el transporte oculto de
de la ley 23.737, en función del art. 866 del Códi- los estupefacientes; los viajes internacionales de
go Aduanero” (38). ida y vuelta a los países fronterizos, con el objeto
de poner a prueba las rutas que serían utilizadas
En el considerando VI de ese fallo, en relación
para ingresar los estupefacientes a la Argentina;
con los planteos realizados por la defensa, la Cá-
el envío de, al menos, un cargamento de pesca-
mara interviniente dijo: “El Tribunal no aprecia
do a España, practicado con la misma finalidad
impedimentos de raigambre constitucional para
de testeo previo al despacho del tóxico; la adqui-
la aplicación de dicha figura típica, pues su in-
sición de cajas de acrílico para acondicionar la
corporación a la ley penal de estupefacientes por
sustancia ilícita; como así de la arena con la cual
el art. 4º de la ley 24.424, en primer lugar revela
se las cargaría en otro viaje de prueba; el cobro
la importancia que el legislador adjudica al bien
de los giros dinerarios pedidos y recibidos para
jurídico protegido, al punto de adelantar la inter-
financiar la infraestructura de la actividad ilícita;
vención del sistema penal a momentos del iter
criminis anteriores a la tentativa”. el empleo de falsas identidades para adquirir los
vehículos, alquilar los inmuebles e incluso atra-
Para concluir, en los fundamentos también se vesar la frontera. Y finalmente funda su decisión
señaló que la recepción de la confabulación en en “los resultados de las escuchas telefónicas y
nuestro ordenamiento penal, cumplía con la re- de los seguimientos de los involucrados; los in-
comendación efectuada por la Convención úni- formes de la prevención y de otros organismos
ca de estupefacientes de 1961 y la Convención del Estado; las declaraciones del personal poli-
de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito cial interviniente y de terceros ajenos a la pesqui-
sa; así como los datos obtenidos de la documen-
tación secuestrada; todo lo cual, observado a la
(37) C.N.Fed. Crim. y Correc., Sala I, exp. 32467, “Ca- luz de la sana crítica, da pie a las imputaciones
pristo, Ema y otros s/ nulidad y auto de procesamiento”, realizadas”.
21/12/2000.
(38) C.F.A. San Martín Sala II, exp. N° 4632, “Rodríguez Este criterio nos permite vislumbrar que no
Frascara, Osvaldo s/ Averiguación por presunta infracción cualquier acto preparatorio es idóneo para reve-
ley 23.737”, 24/07/2008. lar el designio criminal común, y parece ser que

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el solo giro de dinero a un tercero o la compra de Otro fallo establece: “Corresponde señalar
un pasaje, ambas objetivamente conductas líci- que la figura de la confabulación se ve des-
tas, no bastan. plazada —al igual que ocurre con la conspira-
ción— cuando se pasa a la etapa del delito para
Vemos que estos encuadres jurisprudenciales el cual se confabulan los sujetos —es decir, los
nos ayudan a establecer con un mayor grado de de los arts. 5to., 6to., 7mo., 8vo., 9no., y 10mo.
precisión cuál es el estándar o umbral mínimo de la ley de estupefacientes—, quedando en
para que los actos preparatorios puedan subsu- pie, únicamente, la imputación referida a algu-
mirse en el tipo penal de la confabulación. Y más no de estos delitos, que podríamos denominar
allá de los distintos criterios, puede constatarse “delitos principales” (...). Ahora bien, tal como
que no sólo la confabulación es punible con el lo dijimos anteriormente, el pasaje a la etapa
comienzo de ejecución del delito concertado, de ejecución del delito principal (v.gr. transpor-
sino además que no todos los actos preparatorios te de estupefacientes) opera necesariamente
son punibles, para que éstos alcancen relevancia el desplazamiento hacia éste y la exclusión del
penal se parte de plexos probatorios importan- tipo de la confabulación” (40).
tes, donde no sólo existen escuchas telefónicas,
sino también la comprobación cierta de la dispo- Vemos cómo en la jurisprudencia se encuentra
sición de droga en algunos casos, las maniobras perfectamente establecido que la confabulación
ardidosas objetivadas en el acondicionamiento es un delito autónomo en el que se subsumen
de la droga y la falsificación de la documentación los actos preparatorios de los objetivos ilícitos
que pretendía camuflar la maniobra, etc. taxativamente enumerados en el art. 29 bis de la
ley 23.737 y que cuando uno de los sujetos acti-
De ello infiero que no basta con una simple es- vos comienza la ejecución de uno de esos delitos
cucha telefónica y un mero giro de dinero para ser la confabulación queda subsumida en él, por lo
tenidos como actos manifiestamente reveladores menos para ese sujeto.
del plan ilícito, porque hace falta mucho más que
escuchas telefónicas y conductas objetivamente Por otro lado cabe mencionar que se ha seña-
lícitas si es que no se comprueban maniobras ar- lado a nuestro criterio correctamente que está
didosas o potencial disposición de droga. vedado utilizar el delito de confabulación como
figura residual, para imputar la comisión de ilí-
En otro precedente se afirmó: “Es posible citos, frente a la deficiencia probatoria del poder
sostener que se trata de actos preparatorios pu- jurisdiccional.
nibles, constitutivos del entendimiento común
entre los confabuladores, para cometer determi- “Cuando el objeto procesal de la causa refiere
nados y precisos delitos (los arts. 5to., 6to., 7mo., a supuestos actos de tráfico consumados, este
8vo., 9no. y 10mo de la ley de estupefacientes) extremo técnicamente excluye la posibilidad
entendimiento que debe aparecer como concre- de aplicación de la confabulación del art. 29 bis
to, manifiesto e inequívoco, es lo que la doctrina de la ley 23.737. En efecto, si la hipótesis alude
española ha denominado concierto para la co- a conductas típicas de tráfico de estupefacientes
misión del delito o pactum sceleris, sancionado —consumados o tentados—, la imposibilidad de
por la ley penal. Además esa decisión común verificación probatoria de esos sucesos no pue-
debe ser exteriorizada por actos manifiestamen- de conducir a escoger, en subsidio, a una figura
te reveladores, tal como reza el art. 29 bis de la ley autónoma destinada a penalizar los actos mera-
23.737... La acción de confabular será siempre mente preparatorios” (41).
distinta e independiente de la acción u omisión
para cometer delito relacionado con la sustancia
estupefaciente.... la diferencia de acciones es en-
tre un acto de ejecución en sentido propio y un (40) C.F.A. de la Plata, Sala II, Expte. 2399 “G. y otros s/
simple acto preparatorio específico: el ponerse inf. ley 23.737 y art. 189 bis C.P”, T° 63 F° 65/68 4/11/2003.
de acuerdo, concertar o confabular” (39). (41) C. Fed. General Roca, 2/12/2005, “Báez, G. A.”, reg.
N° 163/05; JPBA 130/120, publicado en “Compendios de
jurisprudencia Ley 23.737 de estupefacientes, los delitos y
(39) C.F.A. de La Plata, Sala II, Exp. 2399 “G. y otros s/ la investigación”, Inchausti, Santiago y Mercau, Juan, Lexis
inf. ley 23.737 y art. 189 bis C.P.”, T° 63, F° 65/68, 4/11/2003. Nexis, pág. 137.

176 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Isidoro J. Martín Aramburú

VII. Antecedentes y debate parlamentario Recordemos que dicha ley, con la finalidad de
del artículo 29 bis de la ley 23.737 dotar mayor de eficacia (43) al ius puniendi en la
lucha contra el narcotráfico, entre otros tópicos
La tipificación de la confabulación en el siste- normó la figura del arrepentido (art. 29 ter), es
ma penal argentino encuentra su primera fuente decir, el establecimiento de la morigeración del
en la Convención Única de Viena sobre estupefa- reproche penal para aquel que habiendo sido
cientes de 1961 ya que el art. 36 de dicho acuerdo partícipe de un hecho fuere imputado en causa
internacional y en el marco de las disposiciones penal de alguno de los delitos de tráfico de estu-
penales, inc. 2, estipula que “A reserva de las limi- pefacientes, aportare datos importantes idóneos
taciones que imponga la Constitución respectiva, para desbaratar una organización criminal dedi-
el régimen jurídico, y la legislación nacional de cada a ese tipo de delitos; el agente encubierto
cada parte: ...la participación deliberada o la con- (art. 31 bis) admitiendo la posibilidad de que un
fabulación para cometer cualquiera de esos deli- miembro de una fuerza de seguridad simulando
to, así como la tentativa de comerciarlos, los actos ser un delincuente se introduzca en una organi-
preparatorios y operaciones financieras, relativos a zación dedicada al tráfico de estupefaciente con
los delitos de que se trata este artículo, se conside- el objetivo de ganarse la confianza de sus miem-
raran como delitos tal como se dispone en el inc. 1”. bros y obtener información, inclusive a costa de
cometer algún delito amparado en una causa de
En el mismo sentido la Convención de las Na-
justificación, como también en procura de su se-
ciones Unidas contra el tráfico ilícito de Estupe-
guridad programar la posibilidad de sustituir su
facientes de Viena de 1988 aprobada por nuestro
identidad (operación de investigación secreta);
derecho interno también comprometió a la Re-
la entrega vigilada (art. 33) que habilita al ma-
pública Argentina para la recepción del tipo pe-
gistrado a cargo de la dirección de la pesquisa
nal de la confabulación, ya que en su artículo 3
suspender momentáneamente la intervención
estableció que los Estados parte deberán adoptar
jurisdiccional con el fin de ampliar el radio de
las medidas que sean necesarias para tipificar las
punición lo más posible para alcanzar las rami-
conductas que allí describe entre ellas en el in-
ficaciones de la organización criminal de que
ciso c) IV, la confabulación para realizar delitos
se trate; el anonimato de los denunciantes (art.
vinculados al tráfico de estupefacientes. Y cabe
34 bis) y finalmente, el delito de confabulación
señalar que, respecto de este delito, entre otros,
(art. 29 bis) cuyo análisis nos ocupa.
expresamente la convención señala que esa le-
gislación que insta será “A reserva de sus prin- En la exposición del miembro informante del
cipios constitucionales y a los conceptos fun- dictamen de Comisión en el Honorable Senado
damentales de su ordenamiento jurídico” (42), de la Nación, el senador Alasino se refirió respec-
anunciando ya de ese modo las dificultades que to a todos los nuevos institutos introducidos a la
plantea este tipo de delitos con las más elemen- ley 23.737 y también a la confabulación. En ese
tales garantías constitucionales, como con las re- sentido expuso: “En primer lugar, sobre la figu-
glas de la imputación penal. ra creada de la confabulación, algo adelanté al
principio de mi intervención. Dije que se tomó
De manera que a los fines de alcanzar una ra-
como base para diseñar este tipo penal la cons-
zonable (constitucional) interpretación del tipo
piración del art. 217 del C.P., o traición a la Patria.
penal de la confabulación como delito autóno-
También quiero agregar lo siguiente: con respec-
mo que es resulta oportuno ahora evaluar las
to a la confabulación deberán ser los tratadistas
motivaciones y los fundamentos de la política
en Derecho Penal y los jueces quienes le den el
criminal que llevaron al legislador a receptar este
verdadero sentido y alcance a este tipo penal.
tipo de delito y para ello nos remitirnos a lo per-
Basta decir que la intención de este Congreso
tinente del contenido del debate parlamentario
Nacional es poner en cabeza de este tipo penal el
vinculado al tratamiento en el Senado de la Na-
tratamiento de una cosa determinada por dos o
ción de la ley 24.424 que modificó la ley 23.737
agregándole una serie de institutos.
(43) Informe de los diputados Hernández y López en
el dictamen de las comisiones de Legislación penal y de
(42) Convención de las Naciones Unidas contra el tráfi- drogadicción de la Cámara de Diputados durante el trata-
co ilícito de Estupefacientes de Viena de 1988, art. 3 inc. c). miento de la ley 24.424 (1993).

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DPyC Política Criminal doctrina

más personas, que tienen como objeto producir Con posterioridad y ante estas observaciones
o hacer algún daño”. realizadas por otros legisladores, el miembro
informante (Alasino) se explayó en cuanto a la
A continuación explica: “La confabulación de- ubicación de la barrera de punibilidad y expresa-
berá entenderse como complot, conspiración, mente afirmó que este tipo penal es propio de un
estado de connivencia o componenda. Este tipo Derecho Penal especial o de excepción: “En este
penal obviamente, va a ser mucho más amplio artículo los actos previos a la tentativa pueden
que la asociación ilícita que prevé el Código Pe- ser alcanzados por la punición. En el derecho
nal. Esto hará que la punición de esta acción pe- penal común no es así, esto lo hace distinto a la
nal, según esta norma, sea posible a partir de los asociación ilícita”.
actos reveladores de la decisión común de pro-
ducir el daño, en sentido amplio. Los actos re- VIII. Análisis de la condición objetiva de pu-
veladores de los que habla la norma serán todos nibilidad instituida en el segundo párrafo del
aquellos actos voluntarios que pongan de mani- artículo 29 bis de la ley 23.737
fiesto, que demuestren o que divulguen alguna
actitud vinculada con la conspiración”. Luego de haber realizado el análisis de la opi-
nión de la doctrina, señalada la diferenciación de
Seguidamente se refiere al tercer párrafo del la confabulación con otros tipos penales, como
artículo debatido de este modo: “Como hecho también realizado un repaso de la casuística y la
importante para destacar señalo, asimismo, que jurisprudencia nacional y finalmente examinado
el último párrafo habla de la eximición de pena, el debate parlamentario del tipo penal bajo exa-
lo que en realidad para aquellos avezados estu- men, ahora nos preguntaremos y trataremos de
diosos del derecho penal no agrega ni quita nada encontrar una respuesta razonable y constitucio-
a lo que nosotros conocemos como tentativa ini- nal a los siguientes interrogantes:
dónea, que según el art. 43 de nuestro código pe-
nal no es punible. También la conocemos como ¿En qué circunstancias nos encontramos fren-
desistimiento de la tentativa”. te a un acto manifiestamente revelador de la de-
cisión común de ejecutar el plan concertado en
A su turno el senador Villarroel realizó una inte- miras a cometer alguno de los delitos de tráfico
resante observación: “Debo decir que la creación determinados por la norma?
de esta figura que en rigor es una forma ampliada
de incriminación, vale decir que abarca a actos Dicho con otras palabras, en el marco de un
que son anteriores a lo que se denomina propia- delito de peligro abstracto que adelanta la puni-
mente tentativa dentro del sistema del Código Pe- bilidad a los actos preparatorios: ¿que estánda-
nal. Y desde este punto de vista también me parce res deben conjugarse para que comience la puni-
bien que en la norma se haga explica referencia a ción de modo tal que el tipo penal de la confabu-
actos, vale decir, lo que ya trasciende”. lación receptada en la ley de drogas se amolde a
las garantías y principios del Estado de Derecho,
Y continúa su discurso el referido parlamenta- es decir sea interpretado y aplicado de manera
rio propiciando algunas modificaciones de esta constitucional?
manera: “Yo diría que más propio que manifies-
tamente porque eso está implícito en actos, vale Para tener una visión panorámica desde el
decir un acto es una manifestación que puede concepto de lesividad que legitima al Derecho
ser incluso una palabra, una conversación tele- Penal, respecto de la abstracción intensa que al-
fónica seria ‘inequívocamente’. Me parece que canza el peligro sobre el bien jurídico protegido
es ese incluso el espíritu de la norma, que con- en la confabulación, quiero plantear antes el si-
cuerda además con la teoría general de la tenta- guiente interrogante.
tiva que marca que hay comienzo de ejecución
cuando es inequívoca la voluntad referida a un Si la tenencia de estupefacientes con fines de
delito. En este caso, como es una forma amplia- comercialización (art. 5 inc. c] ley 23.737) es un
da, con mayor razón se justifica que en lugar de acto preparatorio del comercio de estupefacien-
manifiestamente, se diga actos inequívocamente tes, ¿entonces la confabulación enderezada a
reveladores de la decisión común de ejecutar el ese fin ilícito es un acto preparatorio de un acto
delito para el que se habían concertado”. preparatorio? O, como dice Nuria Pastor Muñoz,

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¿estamos frente a una “criminalización de peli- bado desde una exégesis literal de los discur-
gro de peligros? (44). sos, y de una interpretación hermenéutica de
la norma, que el legislador quiso fijar la barrera
Dejamos entonces planteados estos interro- de punibilidad en los actos preparatorios en el
gantes para no perder de vista el tramo del iter estadio previo al comienzo de ejecución del ilí-
criminis donde se posiciona este análisis, en cito principal. Sin embargo, y aquí adelantamos
miras a reforzar la idea de que en este campo nuestra opinión, pensamos que ello no es óbice
debemos ser cautos y prudentes además de ra- para que, en todos los casos, aquellas conductas
zonables y restrictivos para la aplicación del tipo que revelen sin equívocos el plan criminal alcan-
penal en estudio, para evitar su aplicación resi- zaran el rango de manifiestamente reveladoras
dual inconstitucional cuando el ius puniendi no cuando alguno de los confabuladores se ubique
pueda reunir prueba suficiente para incriminar en la tentativa del delito fin o en su consumación,
dolo de tráfico, y evitar así punir a toda costa a un ese será el disparador para la punición de la con-
hombre etiquetado de peligroso en el marco del fabulación y, a partir de allí, habrá que discernir
Derecho penal del enemigo. el grado de participación y el rol y la naturaleza
de la conducta que tuvo cada uno de los suje-
De manera que el análisis de la entidad y la na-
tos partícipes de la concertación criminal, para
turaleza de los actos preparatorios punibles en la
determinar si es un confabulador o si es autor
confabulación debe partir de una exégesis limi-
responsable del delito fin en grado de tentativa
tada por la Constitución Nacional y el Derecho
o consumado.
Penal de acto, es decir restrictiva ya que de otro
modo nos empuja a la problemática probatoria Por ejemplo frente a un pacto sellado entre
que plantea la interpretación amplia, esa que tres confabuladores, dos sujetos activos pueden
ha provocado una normalización y profusión de ser condenados por los delitos planificados, por
aplicación liviana de técnicas especiales de in- ejemplo transporte de estupefacientes y ello no
vestigación que invaden el ámbito de reserva y obstaculiza la aplicación del art. 29 bis única-
privacidad extramuros de los arts. 18 y 19 de la mente para el tercer confabulador que no se vio
CN. y de los derechos y las garantías que emer- involucrado con los actos ejecutivos del delito
gen del bloque constitucional que recepta el art. fin, pero fue partícipe activo en la confabulación
75 inc. 22 de la Carta Magna. que revelan los actos preparatorios, y ello es así,
porque la exigencia del tipo objetivo en cuanto a
Esa prudencia que reclamamos también se
dos o más sujetos, lo es en cuanto al concierto de
justifica por las dificultades dogmáticas que sus-
voluntades en miras al plan ilícito.
cita el tipo penal bajo examen, en atención a los
cambios de criterios de imputación que propone, Sobre este tópico se ha dicho que “si confabu-
el solapamiento de distintos y consecutivos tipos ladas tres personas una de ellas no pasa de los
penales que se constata en la ley 23.737 recepto- actos preparatorios y las restantes en cambio
ra de conductas que han sido categorizadas por comienzan la ejecución o consuman el delito
la Corte Suprema Nacional como infracciones para el cual se confabularon, el primero respon-
progresivas y por la tensión que genera la puni- derá por el art. 29 bis mientras que los restantes
bilidad de los actos preparatorios, con garantías responderán por el delito tentado o ejecutado,
que cimientan el Estado social y democrático de entendiéndose reunidos los requisitos típicos
Derecho. en cuanto al número de personas en relación al
delito de confabulación” (45).
Aclarado ello, y más allá de las confusas alter-
nativas de la discusión y la inexistencia de un Es decir que para un adecuado análisis del tipo
debate parlamentario claro y profundo desde el penal de la confabulación deben distinguirse dos
punto de vista técnico-dogmático sobre el tópico momentos. Un primer momento vinculado a la
bajo análisis en la Cámara alta, hemos compro- confabulación propiamente, esto es, el pacto se-

(44) Pastor Muñoz, Nuria, “El hecho: ¿Ocasión o funda-


mento de la intervención penal? Reflexiones”, publicado (45) Vega, Dante M., “Problemas de concurso y de prue-
en “Derecho Penal del Enemigo, el discurso penal de la ba en la ley de estupefacientes n° 23.737”, publicado en LL.
exclusión”, vol. II, B de F, 2006, pág. 528. Gran Cuyo julio de 2004, 528.

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llado y planificado por lo menos por dos sujetos, en el sentido de que alguno de los confabula-
ese que se acredita mediante la comprobación dores realiza el acto manifiestamente revelador
objetiva de concretos actos preparatorios, que cuando, excediendo los actos preparatorios,
pueden consistir en infinitas posibilidades fác- inicia el comienzo de ejecución el delito fin, y si
ticas, incluidas conductas a priori lícitas, y un bien este confabulador responderá por el delito
segundo momento en que para que comience fin en grado de tentativa o consumado, ello no es
el reproche penal, al menos uno de esos confa- obstáculo para que el resto de los confabuladores
buladores debe realizar actos manifiestamente que no ingresaron en ese tramo del iter criminis
reveladores del pacto con designio criminal y respondan penalmente por el delito previsto por
esa revelación se identifica con el ingreso en el el art. 29 bis de la ley 23.737. Ello dependerá entre
comienzo de ejecución del delito planificado por otros elementos de la disposición de droga o no.
parte de alguno de los confabuladores, aunque
con ello exteriorice actos ejecutivos que lo colo- Como conclusión, decimos que el legislador,
can en posición de autor del ilícito principal. ejerciendo su potestad exclusiva otorgada por la
Constitución Nacional, ponderando la oportuni-
Creo que de todos modos esta posición que dad y escogiendo las herramientas que consideró
pretende ceñirse al Derecho penal de acto no eficaces en la lucha contra un delito grave como
desnaturaliza la voluntad de legislador y voy a es el narcotráfico enmarcado en la criminalidad
explicarme. organizada, programó el art. 29 bis, adelantando
la barrera de punibilidad a los actos preparato-
Parece claro que en el debate parlamentario rios anteriores a la tentativa del delito planifica-
quedó expuesta la intención de la política cri- do pero para que dicha norma no se aparte de
minal que escogieron los legisladores, ya que el la Constitución Nacional, uno de esos sujetos
senador Villarroel señaló que el tipo penal bajo deberá ingresar por lo menos en la tentativa del
análisis abarca los actos que son anteriores a lo delito fin.
que se denomina propiamente tentativa y Alasi-
no completó el concepto afirmando que los ac- Esa es nuestra posición, lo que sucede es que
tos previos a la tentativa son los alcanzados por la deficiente técnica legislativa vislumbrada en el
la punición. tipo penal en su ambigüedad permite tanto una
exégesis propia del Derecho penal de autor y del
Pero también es cierto que además se estruc- enemigo, como también una exégesis restrictiva,
turó un presupuesto inexcusable de punibilidad encorsetada en los parámetros constitucionales
que se identifica con la voluntad del legislador básicos que limitan el ius puniendi, ponderán-
de no apartarse del derecho penal de acto y que dolo a la luz de la exigencia del principio de le-
consiste en la necesidad de la constatación de sividad, lo que nos conduce a establecer que por
actos manifiestos, serios, graves que preparan la regla general el acto manifiestamente revelador
ejecución del delito, descartando las meras pa- debe corresponderse con el comienzo de ejecu-
labras, comunicaciones o pensamientos, de allí ción del delito planificado por lo menos por un
la condición objetiva de punibilidad que plasma- confabulador.
ron en la redacción del segundo párrafo del art.
29 bis de la ley 23.737. Aun así, desde la interpretación restrictiva que
proponemos acorde con los principios rectores
Es que los actos que pueden alcanzar la condi- del Estado social y democrático de derecho, mu-
ción de “manifiestamente reveladores de la de- chas conductas que antes de la sanción de la ley
cisión común de ejecutar el delito para el que se 24.424 resultaban impunes, hoy merecerán re-
habían concertado”, sólo pueden corresponderse proche penal.
con conductas enderezadas a la ejecución del ilí-
cito perseguido. De manera que realizando una interpretación
constitucional del tipo penal de marras, recha-
En efecto, los legisladores pusieron énfasis zamos de plano las posturas que convalidan la
en que debe existir conducta exteriorizada que condena por confabulación a partir de unas me-
“trascienda” la esfera interna y se manifieste en ras conversaciones telefónicas incriminatorias
la esfera externa, en el mundo físico y entonces y los criterios jurisprudenciales que admiten el
ese requisito insoslayable debe ser interpretado reproche penal sin que ninguno de los confabu-

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ladores tenga disposición de droga, porque todo Cabe también reparar en esa enigmática frase
ello se enmarca dentro de una interpretación in- del Senador Alasino al final de su discurso: “Esta
constitucional de un tipo penal que ya de por sí será la tarea del juez quien deberá definir si exis-
ex ante se ubica en una evidente tensión con las te o no este nuevo tipo penal”, afirmación que no
garantías de los arts. 18 y 19 de la CN y los tra- admite demora en la respuesta, porque clara-
tados internacionales sobre derechos humanos mente el tipo penal existe, tiene vigencia y es efi-
que la integran. caz, integra el ordenamiento penal nacional por
aquella decisión soberana del Parlamento res-
Más adelante analizaremos en profundidad petando el principio de legalidad en ejercicio de
el problema de las técnicas especiales de inves- una prerrogativa exclusiva del legislador y no del
tigación, incluida la cuestión de las escuchas juez, y la tarea por cierto nada fácil a la que debe-
telefónicas, pero baste aquí con mencionar que rá limitarse el magistrado de turno, consiste en
unas conversaciones incriminatorias no son su- analizar la casuística razonable y prudentemente
ficientes para la imputación penal, porque no para no adelantar la barrera de punibilidad a los
representan prueba autónoma, sólo indiciaria de actos preparatorios de un modo inconstitucio-
una sospecha razonable que debe ser corrobora- nal, puniendo las meras ideas.
da por un plexo probatorio objetivo, autónomo
e inequívoco de que aquellas conversaciones Es pertinente reconocer que ese análisis resul-
han traspasado el umbral que separa el ámbito ta dificultoso porque la ley 23.737, prevé diversos
interno del externo para exteriorizarse a través tipos penales abiertos, pretendiendo alcanzar la
de conducta humana reveladora de un curso de totalidad de los tramos de la conducta del tráfi-
acción criminal, de lo contrario esas meras pala- co de estupefacientes evitando dejar lagunas no
bras o deseos deben permanecer impunes, como punibles, y justamente en el tramo que pretende
manda la regla general de los actos preparatorios. punir la confabulación, habrá que determinar si
nos encontramos frente a la conducta prevista
Sin perjuicio de lo dicho hasta aquí, por su por el tipo penal del art. 29 bis o la tentativa del
singularidad cabe recordar las afirmaciones del delito fin, situaciones que según nuestro crite-
miembro informante de la comisión en el de- rio generalmente han de encimarse o solaparse,
bate en el Parlamento citada supra: “deberán atrapando en un mismo caso, a unos sujetos en la
ser los tratadistas en Derecho Penal y los jueces confabulación y a otros en el delito fin de acuer-
quienes le den el verdadero sentido y alcance a do a los roles que hayan desempeñado cada uno
este tipo penal”. de los sujetos que planificaron el hecho ilícito,
teniendo en cuenta el principio de lesividad.
Es decir que el legislador realizó una delega-
ción explícita, dando mandato a la doctrina y al Lo que no podemos soslayar es que los medios
poder jurisdiccional la interpretación final de de acreditación de las conductas típicas deben
la norma, admitiendo un tipo penal en blanco aplicarse en sintonía con los principios y las ga-
o abierto y aunque esa prórroga de competen- rantías del Estado de Derecho, y es allí donde
cia unilateral no parece constitucional por el aparecen las dificultades por las especiales téc-
principio de legalidad que impera en la Repú- nicas de investigación que una interpretación
blica Argentina, la interpretación de la norma sí forzada del tipo pueden llegar a requerir, en es-
debe ser realizada —ello es una obligación del pecial aquellas que se identifican con la viola-
poder jurisdiccional— en clave constitucional ción del principio de reserva que pone límites
en el marco de un Derecho Penal de acto tal a la intromisión del Estado en el ámbito de pri-
cual lo impone el art. 18 de la CN y el preceden- vacidad, como único medio de comprobar si un
te “Gramajo” (46) de la C.S.J.N. como también sujeto está planeando cometer algún delito antes
respetando los principios de reserva y muy es- de que comience a ejecutarlo. Considerando que
pecialmente de lesividad receptados en nuestro las meras ideas tendientes a consumar un delito
sistema constitucional. en el futuro no pueden ser punidas, una interpre-
tación contraria echaría por tierra el principio de
impunidad frente al desistimiento voluntario.

(46) C.S.J.N., “Gramajo, Marcelo E.” Fallos 329:3680 del Y este problema nos lleva a vislumbrar clara-
5/9/06. mente la importante imbricación que existe en-

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DPyC Política Criminal doctrina

tre el tipo penal de la confabulación y la entrega tiempo modo y lugar, la naturaleza de los diver-
vigilada y el agente encubierto que la misma ley sos roles en el marco de la esfera de organización
n° 24.424 receptó, para darle operatividad al tipo de cada uno de los partícipes del designio crimi-
penal de marras, estrecha vinculación que ya he- nal y la sana crítica racional, determine en qué
mos analizado supra. tipo penal queda subsumida la conducta, si en la
confabulación o si ésta será desplazada por los ti-
También hemos señalado que el pacto y el plan pos penales subsiguientes a la cadena de tráfico.
ilícito per se no es punible, claramente lo indica
la voluntad del legislador al redactar el segundo No obstante lo dicho puede afirmarse que en
párrafo de la norma, donde dispone que para que general la selección del tipo penal no será tarea
aquélla alcance relevancia penal que exige el tipo fácil frente a la casuística y los diferentes esla-
penal de la confabulación hace falta que cualquier bones de la cadena de tráfico de estupefacientes
sujeto que tome parte en ella realice actos mani- que muchas veces se solapan, tornando difícil
fiestamente reveladores de la voluntad común de también la elaboración de una regla general.
ejecutar los crímenes que concertaron.
Por eso conviene aclarar sin equívocos que
Como se dijo, el tipo penal adelanta la barrera mientras los actos preparatorios no alcancen la
de punibilidad a los actos preparatorios, y para entidad suficiente para configurar el requisito
que éstos adquieran ribetes punibles se exige la exigido por la norma, es decir actos que revelen
configuración de una condición objetiva, con- manifiestamente la decisión de ejecutar el plan
sistente en la exteriorización de actos realizados ilícito, en virtud quizá de que aún no trascienden
por alguno de los sujetos concertantes, que reve- el ámbito interno o se trate de actos lícitos, será
len manifiestamente la resolución común de la necesario indefectiblemente para la alerta del ius
ejecución de alguno de los delitos que la ley ex- puniendi que por lo menos uno de los confabu-
presamente determina. ladores realice actos que se identifiquen con el
comienzo de ejecución del delito fin propuesto
Ahora bien, no cualquier acto preparatorio y en ese caso habrá que constatar que un delito
adquiere relevancia penal, hace falta que su na- más gravoso no desplace la confabulación.
turaleza sea de una envergadura tal, que no deje
dudas del plan criminal en curso, es decir que en Un acto manifiestamente revelador del fin ilí-
el siguiente eslabón del camino del crimen ha cito en el marco de la ley 23.737 desde nuestra
de comenzar su ejecución y es en ese instante óptica claramente se identifica con la disposi-
cuando la confabulación comienza a ser puni- ción de droga por parte de por lo menos un con-
ble. De manera que para que la intervención del fabulador; una interpretación distinta vulnera
ius puniendi sea legítima, alguno de los confabu- todos los principios y garantías vinculados al de-
ladores deberá comenzar la ejecución del delito bido proceso y a los criterios de imputación que
principal, ese sujeto, el que se involucra con el se enmarcan en nuestro sistema constitucional,
delito por lo menos tentado, responderá por ese ingresando de ese modo en el Derecho Penal del
delito previamente planificado por los confabu- enemigo.
lados y el resto de los sujetos partícipes del pacto
o acuerdo ilícito será alcanzado por el tipo penal Por eso debe señalarse que sin perjuicio de
de la confabulación. que la regla general es que los actos prepara-
torios sólo pueden ser punibles a partir de que
Dicho con otras palabras, si la naturaleza y la alguno de los sujetos confabuladores inicia la
entidad de los actos preparatorios no alcanzan el ejecución del delito, para la resolución de los di-
umbral necesario, quedarán impunes como mar- ferentes casos no existe una fórmula general uní-
ca la regla general, y si desde éstos alguno de los voca, porque de hecho las posibilidades, compli-
sujetos activos comienza la ejecución del delito, caciones y combinaciones son infinitas y existe
entonces éste quedará atrapado en el delito fin la posibilidad de la realización de diversos actos
en grado de tentativa si no lo consuma, y el resto preparatorios que no tienen aptitud para revelar
de los sujetos partícipes quedarán atrapados en el acuerdo de voluntades para ejecutar alguno
el delito de confabulación. Pero de todos modos de los delitos previstos por la norma, en virtud
finalmente será el poder jurisdiccional quien, de de que no pasan de ser ideas o deseos o no al-
acuerdo con la casuística y las circunstancias de canzan ese umbral porque se corresponden con

182 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Isidoro J. Martín Aramburú

conductas lícitas (envíos de dinero, adquisición del delito planificado, viola la regla general de
de pasajes, solicitud de pasaportes, compra de la impunidad de aquéllos, introduciéndose de
camiones, alquiler de depósitos etc.) más allá de manera alarmante en la lógica del concepto de
que eventuales escuchas telefónicas indiquen lo peligrosidad en vías de erradicación de nuestro
contrario, pero ello no es suficiente para merecer sistema y el Derecho Penal de autor que propug-
el reproche penal. na el Derecho Penal del Enemigo elaborado en el
hemisferio norte contra el terrorismo internacio-
En la casuística se constata comúnmente una nal y que en nuestro medio como en el resto del
posibilidad combinada de imputación, donde el mundo se expande de manera inusitada, no sólo
confabulador que tiene disponibilidad de la dro- hacia la criminalidad organizada sino hacia todo
ga comienza la ejecución del delito y al hacerlo tipo de delitos ajenos a esa caracterización.
realiza actos manifiestamente reveladores pero a
la vez, su conducta importa el comienzo de eje- Calificada doctrina ha señalado: “La tipificación
cución del tipo penal cuya realización lo anima de la conspiración (o confabulación) como con-
y entonces la confabulación es desplazada por ducta punible, impone meditar sobre los peligros
el delito fin, y el segundo sujeto, acreditado que que puede aparejar la falta de suficiente delimita-
confabuló con aquél en virtud a lo que surge de ción del concepto. Ello es así porque debe preve-
las escuchas telefónicas previamente autoriza- nirse la posibilidad de que a través de la figura de
das y controladas por el juez, es detenido sin dis- la conspiración se castiguen simples ‘deseos’. Bien
posición de droga y mientras la espera listo para es sabido que los deseos están amparados por la
almacenarla, en ese caso ha de ser imputado por garantía constitucional de reserva” (48).
confabulación.
Repetimos finalmente lo ya anticipado en la
“Puede ocurrir que mientras unos confabu- primera parte de este trabajo, la punición de me-
lados comiencen la ejecución de los delitos de ras ideas o deseos a partir del concepto de peli-
tráfico de estupefacientes, otros no lo hagan por grosidad y la instauración de un doble estándar
causas ajenas a su voluntad, en cuyo caso debe- penal bajo la disyuntiva amigo-enemigo como
rán responder a título de confabuladores, pues también la negación de elementales garantías
no deja de advertirse un concierto o acuerdo de constitucionales abre puertas hacia instancias
voluntades o pactum scaeleris sancionado por la obscuras de nuestra historia que no queremos
ley penal” (47). volver a vivir. El peor de los criminales, el terro-
rista, el narcotraficante, el tratante de personas o
Tal cual el consejo de los parlamentarios al mo- el militar autor de delitos de lesa humanidad de-
mento de debatir el alcance del delito acuñado en ben ser sometidos a proceso con pleno imperio
el art. 29 bis de la ley 23.737, su alcance debe ser fi- del art. 18 de la CN con todas las garantías y de-
nalmente interpretado por el poder jurisdiccional, rechos que nuestro ordenamiento constitucional
y es éste quien debe ser prudente a la hora de pon- recepta en su más amplio espectro a partir de los
derar la interpretación constitucional del segundo Tratados internacionales de Derechos Humanos
párrafo de la norma. La única exégesis constitu- que hoy integran el texto constitucional vía art. 75
cional viable y en sintonía con el Estado Social y inc. 22, CN ese panorama impone no apartarnos
Democrático de Derecho es la que determina que del Derecho penal de acto.
un acto realizado por uno de los confabuladores,
manifiestamente revelador de la decisión común IX. Técnicas especiales de investigación
de ejecutar el delito para el que los sujetos partí-
cipes se habían concertado, se identifica con el La tipificación de la confabulación acuñada
comienzo de ejecución del delito perseguido que como excepción para la punición de actos pre-
debe revelar dolo de tráfico. paratorios vinculados a delitos graves y de difícil
comprobación como el narcotráfico se imbrica
Una interpretación diferente, incriminatoria necesariamente con la recepción en el ordena-
de actos preparatorios anteriores a la tentativa miento penal de técnicas especiales de investiga-

(47) Falcone, Roberto A., Conti, Néstor J. y Simaz, Alexis,


“Derecho penal y tráfico de drogas”, Ad-Hoc, pág. 464, (48) Cornejo, Abel, “Estupefacientes”, 2ª ed. actualizada,
Buenos Aires, 2011. Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2009, pág. 186.

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DPyC Política Criminal doctrina

ción tendientes a asegurar el resultado punitivo, ción debe ser dispuesta por el magistrado in-
de otro modo se considera inviable la posibilidad terviniente en el marco de una investigación en
de que el ius puniendi desarticule alguna orga- curso, y debe ser fundada debidamente caso por
nización dedicada a tales ilícitos, si no es con la caso “como exigencia de control legal de las razo-
ayuda de la intervención durante los actos pre- nes que tornan viable la medida” (50).
paratorios antes del comienzo de ejecución de
un delito y por medio de técnicas especiales de Una variante de esta técnica probatoria fue
investigación, intrusivas de la privacidad. propiciada en los arts. 1 y 11 de la Convención
de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito
Ello lógicamente genera una preocupante ten- de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas de
sión con ciertas garantías constitucionales, lo que Viena, y es la que se instaura en el segundo pá-
nos convoca a una estricta y exhaustiva exégesis rrafo del artículo 33 de la ley de drogas: “La téc-
del tipo penal de la confabulación en clave consti- nica de entrega vigilada de una remesa ilícita de
tucional para no forzar irrazonablemente aquella estupefacientes consiste en dejar que las mismas
tensión, ya que como hemos señalado no pueden salgan del territorio argentino, lo atraviesen o en-
punirse las meras ideas sin lesionar la garantía de tren en el con el conocimiento y supervisión de
reserva respetada por el art. 19 de la CN. las autoridades competentes, con el fin de iden-
tificar a las personas involucradas en la comisión
La ley 24.424, al acuñar el tipo penal de la con- de los delitos tipificados con el párrafo 2do. del
fabulación, creó además una serie de mecanis- art. 3° de la Convención de Viena de 1988” (51).
mos probatorios tendientes a obtener más efica-
cia en la lucha contra el narcotráfico, entre ellas Cabe aclarar que esto sólo es posible frente a
la entrega vigilada que finalmente fue receptada la existencia de convenios internacionales en la
en el art. 33 primera párrafo de la ley 23.737, que materia con el país destino de la remesa, ya que
dispone una prerrogativa exclusiva del juez en el magistrado interviniente sólo puede acudir a
determinadas investigaciones sobre narcotráfi- la posibilidad que recepta la segunda parte del
co, consistente en la autorización para postergar art. 33 de la ley 23.737 cuando inequívocamente
la actividad preventiva y jurisdiccional (deten- tiene la seguridad y el compromiso fundado en el
ción de personas y secuestro de tóxicos) frente a Derecho internacional de que el país de destino
la comisión de un ilícito, en miras a no abortar vigila y tiene dominio del hecho del derrotero de
antes de tiempo una investigación y así expandir la droga.
la intervención del ius puniendi a un espectro
mayor de la criminalidad organizada vinculada Así lo sostiene parte de la doctrina cuando se
a este tipo de delitos. afirma que “Si no media entre la República y otro
u otros Estados, los acuerdos, arreglos o tratados
“En sí misma se trata de una técnica investiga- relativos al punto, esta disposición, y hasta tanto
tiva destinada a descubrir y desbaratar la intrin- ello no ocurra, es inaplicable, sin perjuicio, claro
cada cadena de tráfico ilegal de estupefacientes está, que el juez pueda, dentro del territorio de la
—como sistema delictivo cuyas acciones se mul- Nación, actuar con arreglo a lo que establece la
tiplican en tiempo y espacio— otorgándole al juez primera parte de este artículo que le autoriza a
la facultad de postergar la detención de personas postergar la detención de personas o el secuestro
en caso de que la ejecución inmediata de la me- de estupefacientes, en la media en que, ejecután-
dida pudiera comprometer un existo mayor en la dolos, los procedimientos pudieran comprome-
investigación. Tal es el caso de quien transporta la ter el éxito de la investigación” (52).
droga para luego entregarla, y se pospone la apre-
hensión hasta que las fuerzas preventivas logran No caben dudas de que esta técnica como el
dar con el receptor, en cuyo caso se logra deshacer resto de las denominadas especiales de investi-
un eslabón importante de la cadena” (49). gación ha sido de mucha utilidad en la persecu-
ción del tráfico de estupefacientes, la jurispru-
Cabe mencionar que la entrega vigilada como
el resto de las técnicas especiales de investiga-
(50) Cornejo, Abel, ob. cit., pág. 304.
(51) Falcone y Capparelli, ob. cit., pág. 304.
(49) Cornejo, Abel, ob. cit., pág. 434, 435. (52) Laje Anaya, ob. cit., pág. 356.

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dencia citada supra da cuenta de ello y en gran Dicho precedente se corresponde con una
medida ha sido la herramienta que permitió causa iniciada a través de denuncia anónima por
condenar por el delito de confabulación en mu- infracciona a la ley 23.737, donde sin una inves-
chos casos ya que permite conocer a los recepto- tigación suficiente que por lo menos corroborara
res que esperan la droga con fines de comercio o ciertos indicios referidos a los extremos denun-
distribución. ciados, y sin que existiera prueba objetiva que
instalara una sospecha razonable, a petición del
Otra técnica especial de investigación es la es- fiscal se dispuso una escucha telefónica. La cor-
cucha telefónica. El art. 236 de nuestro Código te declaró la nulidad de la resolución del magis-
Procesal Penal autoriza la posibilidad de que el trado que dispuso la escucha telefónica sin fun-
poder jurisdiccional, mediante auto fundado dis- damentación, aplicó la regla de la exclusión de
ponga “la intervención de comunicaciones tele- prueba ilícita, revocó la sentencia condenatoria y
fónicas o cualquier otro medio de comunicación absolvió al imputado. Veamos entonces la enver-
del imputado, para impedirlas o conocerlas” (pá- gadura que el más alto Tribunal de la República
rrafo primero) y bajo los mismos presupuestos otorgó a un caso de escuchas telefónicas ilegales
“el juez podrá ordenar también la obtención de en el marco de una investigación por narcotráfi-
los registros que hubiere de las comunicaciones co, poniendo de resalto la prudencia que debe
del imputado o de quienes se comunicaran con campear cuando se encuentran en juego garan-
él” (párrafo segundo). tías constitucionales vinculadas al ámbito de pri-
Debe señalarse que el concepto de auto funda- vacidad de los ciudadanos.
do exige la explicitación de los motivos, referidos En el considerando 17 de ese precedente se
a la inexcusable necesidad frente a un delito gra-
dijo “Que esta Corte, al referirse al art. 18 de la
ve, y los argumentos por los cuales otras medidas
Constitución Nacional, ha expresado que en él
probatorias no tan intrusivas de la privacidad no
se consagra ‘el derecho individual a la privaci-
han sido suficientes, partiéndose de la ilegitimi-
dad del domicilio de todo habitante correlativo
dad que por regla general rodea a toda medida
al principio general del art. 19 CN en cuyo res-
que produce un menoscabo en el ámbito de pri-
guardo se determina la garantía de su inviolabili-
vacidad (arts. 18 y 19 CN).
dad, oponible a cualquier extraño, sea particular
Esa fundamentación debe basarse en tareas o funcionario público’ (ver ‘Fiorentino’ Fallos:
de inteligencia y observación (testigos, fotos, fil- 306:1752). Si bien allí no se hizo mención a las co-
maciones) previas serias y objetivas, que instalen municaciones telefónicas ni a la protección de su
una sospecha razonable de que se están o esta- secreto, una interpretación dinámica de su texto
rían por cometer delitos vinculados al narcotráfi- más lo previsto en su artículo 33 y en los artículos
co, y no puede simplemente remitirse de manera 11, inciso 2°, de la Convención Americana sobre
ligera e imprecisa a otras fundamentaciones de Derechos Humanos, y 17, inciso 1°, del Pacto In-
cualquier tipo no explicitadas en la resolución. ternacional de Derechos Civiles y Políticos, en
cuanto contemplan, en redacción casi idéntica,
La jurisprudencia ha establecido que ese auto que nadie puede ser objeto de injerencias arbi-
fundado por el juez, debe disponerse en el mar- trarias en su vida privada, en la de su familia, en
co de una investigación en curso, y cuyo resultado su domicilio o en su correspondencia, permiten
haya instalado una sospecha razonable de que los hacer extensivas aquellas consideraciones casos
sujetos investigados están realizando actividades como el presente”.
que pueden ser subsumidas en el tráfico de es-
tupefacientes. El precedente “Quaranta” (53) de Vemos entonces que la interpretación de la
la Corte ha despejado las dudas anteriores y los norma en estudio debe ser restrictiva y su funda-
fallos contradictorios, estableciendo los están- mentación prudente en virtud de los derechos y
dares constitucionales requeridos para fundar las garantías que están en juego. Ello dado que se
escuchas telefónicas. trata de una medida probatoria altamente intru-
siva, que generalmente se expande a terceros nos
(53) C.S.J.N., “Quaranta, José Carlos s/ inf. ley 23.737”, involucrados en la investigación generando fuer-
Recurso de hecho causa nº 763 C.Q. 124. XLI. 31/10/10. tes tensiones con la garantía de privacidad del art.
Considerando 17. 18 de la CN, es por ello que con acierto se ha soste-

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DPyC Política Criminal doctrina

nido que “si bien todas las medidas para investigar y no por los agentes que las transcriben, y además
un suceso hipotetizado como delito encierran un debe considerarse que no obstante el contenido
riesgo, por la eventual lesión que pueden provo- incriminatorio que revelen, no alcanzan la cali-
car a las garantías constitucionales, la prevista en dad de prueba autónoma, sólo indiciaria, porque
el art. 236 del Cód. Procesal Penal debe ser la más tales extremos deben ser corroborados por otras
propensa para afectarlas” (54). pruebas objetivas ya que como hemos expuesto
en el caso disparador de este análisis presentado
Conscientes de que nos estamos refiriendo a la en el capítulo 2), no bastan unas escuchas telefó-
posibilidad de recurrir a las escuchas telefónicas nicas transcriptas donde dos sujetos se ponen de
con exclusividad en delitos graves, en este caso acuerdo [confabulan] para poder reprochar esa
los relacionados con el tráfico de estupefacien- conducta en los términos del art. 29 bis de la ley
tes, en cada investigación penal, la supervisión 23.737. “La escucha no es un medio de prueba
y la decisión de los magistrados deberá perma- autónomo sin una diligencia accesoria de coer-
necer incólume como un faro que no ceja en su ción real —medida conservatoria— para acceder
rol de señalar el rumbo, el siguiente criterio: “Por a todo dato —elemento— que posibilite adquirir
de pronto quien practica la pesquisa no puede certeza” (57). Para incriminar es necesario que
olvidar el apotegma del proceso penal inherente ese indicio sea revelado de manera manifiesta e
a un estado de Derecho: es válido investigar he- inequívoca, por una conducta que exterioriza la
chos para determinar quiénes son los responsa- decisión común de ejecutar el delito para el que
bles; en vez, resulta írrito proceder a la inversa y se concertaron acreditado mediante prueba ob-
meterse con un particular para cerciorarse de si jetiva. Este criterio ha de entenderse cabalmente
incurrió en algún episodio reprensible. Este últi- y mantenerse incólume si no queremos caer en
mo enunciado advierte que así se trastoca el único la lógica del Derecho Penal del Enemigo y en un
método aceptable para perquirir, al tolerarse verda- abuso irrazonable y arbitrario por parte del Estado.
deras inquisiciones a partir de un dato, la mayoría
de las veces no despojado de un subalterno pro- En el citado precedente Quaranta la Corte tam-
pósito político o de un inaceptable merito —salvo bién dijo: “Que tal derecho federal sólo es reali-
para quienes adhieren al derecho penal de autor— zable de modo efectivo restringiendo ex ante las
de los antecedentes policiales” (55). facultades de los órganos administrativos para
penetrar en él, sujetando la intromisión a la exis-
Es que están en juego aquí los principios de tencia de una orden judicial previa debidamente
inocencia e inviolabilidad de la privacidad de los fundamentada, exigencia esta última que se de-
ciudadanos porque “a partir del texto del art. 18 de riva del mismo artículo 18 de la Constitución Na-
la Constitución Nacional, que establece la invio- cional. Sólo en este sentido puede asegurarse que
labilidad de la correspondencia epistolar, las co- los jueces, como custodios de esa garantía funda-
municaciones telefónicas gozan de un resguardo mental, constituyen una valla contra el ejercicio
constitucional equivalente. Esencialmente tano arbitrario de la coacción estatal, pues, si su actua-
la comunicación escrita como la oral a través de ción sólo se limitara al control ex post, el agravio
una línea telefónica o bien, por medio de cual- a la inviolabilidad de este derecho estaría ya con-
quier otro sistema de transmisión de datos tie- sumado de modo susceptible de ser reparado, ya
nen la misma protección” (56). que la Constitución no se restringe a asegurar la
reparación sino la inviolabilidad misma (ver en
Debe tenerse en cuenta que el contenido de las análogo sentido “Torres” Fallos: 315:1043)” (58).
escuchas debe ser interpretado por el magistrado
Finalmente cabe decir que la jerarquía de las
garantías constitucionales en juego y la tenden-
(54) D’Albora, Francisco J, “Algo más sobre las escu-
chas telefónicas”, La Ley, 1997-D-611, publicado en “Tra-
tado Jurisprudencial y Doctrinario, Derecho Procesal (57) D’Albora, Francisco J., “Código Procesal Penal de la
Penal”, T° II, La Ley 995, Buenos Aires, 2012. Nación, anotado, comentado, concordado”, 9ª ed., Abele-
(55) D’Albora, Francisco, “Algo más sobre las escuchas do Perrot, Buenos Aires, 2011, pág. 436.
telefónicas”, La Ley 1997-D-611. (58) C.S.J.N., “Quaranta, José Carlos s/ inf. ley 23.737”,
(56) Carrió, Alejandro D., “Garantías constitucionales Recurso de hecho causa nº 763C.Q. 124. XLI. 31/10/2010,
en el proceso penal”, pág. 445. considerando 18.

186 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Isidoro J. Martín Aramburú

cia del Poder estatal a la expansión punitiva y a la gales imprecisas o con sentido múltiple, que ter-
vigilancia de los ciudadanos a través de técnicas minan vulnerando la certeza jurídica preservada
investigativas intrusivas de la privacidad, fuer- en el principio de legalidad que emana del art. 18
zan y obligan al poder jurisdiccional, a utilizar de la CN en la medida en que impone un proceso
las escuchas telefónicas, en casos graves con una y una pena fundados en una ley escrita anterior
investigación en curso que instala una sospecha al hecho. La Constitución Nacional establece
razonable, de manera excepcional y como ultima la garantía del nullum crimen nulla poena sine
ratio frente a la imposibilidad de profundizar la praevia lege poenali también receptada en los
investigación por otros medios probatorios no tratados internacionales de Derechos Humanos
tan extremos, y durante un plazo razonable. Su que integran el plexo constitucional vía art. 75
fundamento debe ser expreso e inequívoco y no inc. 22: Convención Americana de Derechos Hu-
remitirse a pruebas que no han sido ponderadas manos, art. 9; Pacto Internacional de Derechos
y evaluadas personalmente por el magistrado. Civiles y Políticos, art. 9.1 y 15.1.
X. Conclusión Señalamos esto porque el principio de legali-
dad penal, o mejor, de estricta legalidad penal tal
La creciente criminalidad en la República Ar- cual el concepto acuñado por Ferrajoli, impone
gentina no ha de mitigarse con reformas penales los presupuestos no sólo de la ley previa, sino
caracterizadas como “mano dura” enmarcadas también escrita, cierta y precisa, es decir que el
dentro del concepto Derecho Penal del enemigo, texto normativo debe describir y delimitar per-
vinculadas al aumento de las escalas penales, el fectamente la conducta punible y como vemos
adelanto de la punibilidad a niveles incompati- en este trabajo, esta manda constitucional no
bles con la constitución nacional, con la morige- siempre se cumple y el texto del art. 29 bis de la
ración de las garantías constitucionales o la dis- ley 23.737 es un claro ejemplo de ello, porque no
minución de la edad para la punibilidad y tam- define el concepto de confabulación y por otro
poco con la instrumentación ligera de técnicas lado no explicita suficientemente cuál es la na-
especiales de investigación invasivas de la priva- turaleza del acto manifiestamente revelador y en
cidad de las personas, utilizadas a discreción de qué estadio del iter criminis se ubica su punibi-
manera arbitraria. lidad, antes o después de la tentativa del delito
planificado.
El narcotráfico en el mundo entero y en la Re-
pública Argentina se imbrica con los intereses de Esas imprecisiones severas evidenciadas en
ese sistema descripto supra y finalmente incide ese tipo penal ponen en crisis del principio de
sobre nuestra realidad cotidiana aumentando la legalidad citada supra, de manera que frente a su
violencia y el crecimiento de la criminalidad. Esa vigencia y ante las hipótesis alternativas de inter-
realidad, sumada al acrecentamiento de la deu- pretación sólo cabe la exégesis en clave constitu-
da interna para menoscabo de la ciudadanía aun cional que claramente señala que la punibilidad
acreedora de una democracia sustantiva, más la de la confabulación debe postergarse hasta que
inexistencia de una política criminal nacional uno de los sujetos comience la ejecución del de-
destinada a frenar el libre ingreso de tóxicos por lito concertado.
la frontera de la Nación, deja ver con claridad que
esa criminalidad organizada tan dañina no ha de El principio de legalidad es fundamental para
combatirse a través del Derecho Penal del ene- la plena vigencia del Estado social y democrático
migo —marco conceptual donde se ubica el de- de Derecho porque impone límites fuertes al ius
lito de confabulación receptado en el art. 29 bis puniendi al tiempo que se entrelaza también con
de la ley 23.737— que enerva principios básicos la valla del principio de reserva instituido por el
de nuestra Constitución y nuestro sistema ame- art. 29 de la carta magna, que limita al legislador
ricano de derechos humanos, sino de concretas penal, porque se imbrica con el principio de ex-
y enérgicas políticas criminales pero también so- terioridad (art. 18 CN) que exige una conducta
ciales, culturales y económicas estaduales. que trascienda la esfera interna y se manifieste
en conducta que merezca reproche penal, por-
Dicho tipo penal se enrola dentro de la con- que afecta y lesiona bienes jurídicos de terceros,
temporánea inflación de tipos penales que utili- cumpliéndose así también con el principio de
zan fórmulas abiertas en exceso o expresiones le- lesividad que informa el Derecho Penal de acto.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 187


DPyC Política Criminal doctrina

De ello se colige que no puede castigarse me- Lamentablemente la jurisprudencia eviden-


ras ideas, ese ámbito está exento de la autoridad cia una impronta contraria a la interpretación
de los magistrados, porque en la medida que una aquí propuesta, la que concebimos contraria a
acción no trascienda del ámbito privado consti- la Constitución y por ello se caen en la dificultad
tucionalmente protegido del agente y no avance que plantea probar la comisión del tipo penal de
sobre terceros afectando sus derechos, esa con- marras, y esa dificultad la que ha provocado que
ducta no resulta punible. reiteradamente se recurra a la utilización liviana
de técnicas de investigación invasivas de la priva-
Por otro lado los jueces no pueden interpre- cidad como las escuchas telefónicas, o el agente
tar las normas desde una concepción refrac- encubierto ya que sin éstas es imposible atribuir
taria al principio pro homine que receptan los a un acto en principio lícito, como puede ser gi-
tratados internacionales sobre derechos hu- rar dinero a un tercero, adquirir valijas o pasajes,
manos que integran el texto de la Constitución comprar camiones, trasladarse de un lugar a otro
Nacional, con la excusa de encontrarse frente a o alquilar locales con aptitud de almacenar co-
conductas que pareciera se ubican en el amplio sas, el carácter de revelador de la decisión común
y a veces confuso espectro que selecciona un de dos personas que acuerdan ejecutar un delito.
determinado tipo penal abierto. Si el principio
de legalidad tiene por fin respetar la exigencia Por estas conclusiones y con el objeto de uni-
constitucional de la certeza jurídica, entonces, formar el criterio de la jurisprudencia nacional
frente a tipos penales defectuosos, lo que puede en una interpretación constitucional del delito
y debe hacer el magistrado es interpretarlos en de confabulación, a fin de mantener incólume
clave constitucional, especialmente teniendo el Derecho Penal de acto y la certeza jurídica,
en cuenta los principios de legalidad, reserva, y proponemos una reforma legislativa que modi-
lesividad mencionados. fique el texto del tipo penal del art. 29 bis de la
ley 23.737, de modo tal que una nueva redacción
Señalados esos reparos de raigambre consti- defina con exactitud en qué consiste una confa-
tucional, puede afirmarse que la anticipación bulación y determine con precisión (estricta le-
de la tutela penal receptada en el tipo penal de galidad) que la punición comienza cuando uno
la confabulación no parece inconstitucional per de los confabuladores inicia la ejecución del de-
se, porque la voluntad del legislador de reprimir lito para el que se han concertado.
la planificación del narcotráfico, con el fin de in-
terceptar tempranamente este tipo de conductas Finalmente valga también mencionar que pro-
delictivas tan graves y tan difíciles de reprimir, piciamos una modificación en la escala penal
en el marco de una política criminal destinada a prevista en el tipo penal del art. 29 bis de la ley
enfrentar la criminalidad organizada, parece una 23.737, ya que la vigente [1 a 6 años de prisión]
potestad razonable del Estado, considerando la resulta desproporcionada en atención a los cri-
enorme dimensión de los bienes jurídicamente terios y los estándares dispuestos por la C.S.J.N.
protegidos por la ley 23.737, esos que ya hemos en el precedente “Gramajo”, porque situándose el
señalado al comienzo de estas palabras y que ex- reproche penal en los actos preparatorios ante-
ceden ampliamente la preservación de la salud riores a la tentativa del delito fin, la lesión al bien
pública. jurídico protegido por la norma es ficticia. u

188 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


Penal Económico
DPyC Penal Económico DOCTRINA

La responsabilidad penal del compliance officer: algunas


consideraciones iniciales sobre el nuevo delito de omisión
culposa de comunicación de operaciones sospechosas en
el Perú (*)
Por Luis Miguel Reyna Alfaro (**)

Sumario: I. Planteamiento del problema. — II. La posición del


compliance officer en el sistema de prevención de blanqueo de capita-
les y financiamiento del terrorismo. La relación entre la posición
de garantía del sujeto obligado y la del oficial de cumplimiento.
— III. El delito de omisión de comunicación de operaciones sospe-
chosas. — IV. Lógicas de aplicación racional del delito de omisión de
comunicación de operaciones sospechosas. — V. Conclusión.

I. Planteamiento del problema (Enron, Siemens, etc.) constituyen un dato con-


firmador del impacto de la actividad de las em-
La persona jurídica es un factor criminógeno de presas en la criminalidad (2).
grandes dimensiones. Como ha reportado un es-
tudio elaborado por el Instituto Max Planck de Ale- Esa idea, la de la persona jurídica como factor
mania, referenciado por autoras como Mercedes criminógeno, ha propiciado que de cara a pre-
GARCÍA ARÁN y Laura ZUÑIGA RODRÍGUEZ, el venir los riesgos derivados de la actividad em-
80% de los delitos ocurridos en Alemania tienen presarial se vengan articulando, en los diversos
que ver con la actuación en favor de una persona contextos en los que la empresa desarrolla sus
jurídica (1). Los recientes escándalos financieros actividades (financiero, inmobiliario, minero,
etc.), mecanismos de prevención de riesgos que
tienen, en el sistema de prevención del lavado de
(*) Texto de las intervenciones del autor en el I Foro activos y financiamiento del terrorismo, su ver-
Internacional de Compliance y Prevención del Lavado de sión más desarrollada.
Activos y del Financiamiento del Terrorismo, organizado
por la Asociación de Instituciones de Microfinanzas del Precisamente, dentro de dicho sistema de pre-
Perú y el Centro de Estudios de Derecho Penal Económico
y de la Empresa; en el X Congreso Nacional de Derecho
vención, una de las posiciones más trascenden-
Penal y Criminología en la ciudad de Iquitos el 09 de no-
viembre de 2013 y en el Congreso Internacional de Dere-
cho Penal Económico, organizado por la Escuela de Post- Ex becario de formación permanente de la Fundación
grado de la Universidad Nacional de Cajamarca el 06 de Carolina, España.
diciembre de 2013; y en el Seminario sobre lavado de ac- (1) GARCÍA ARÁN, Mercedes. “Algunas considera-
tivos, organizado por la Escuela del Ministerio Público el ciones sobre la responsabilidad penal de las personas
07 de marzo de 2014.Abreviaturas: CP (Código Penal); DL jurídicas”, en: Martínez Buján Pérez, Carlos (Director). I
1006 (Decreto Legislativo N° 1106 de lucha eficaz contra el Congreso Hispano Italiano de Derecho Penal Económico,
lavado de activos y otros delitos relacionados a la minería Servicio de Publicaciones de la Universidad de A Coruña,
ilegal y crimen organizado); LAFT (Lavado de Activos y A Coruña, 1998, p. 45; ZUÑIGA RODRÍGUEZ, Laura. “Mo-
Financiamiento del Terrorismo); LPLA (Ley Penal contra delos de imputación penal para sancionar la criminalidad
el lavado de activos); OC (Oficial de Cumplimiento); PC de empresa en el CP español de 1995”, en: RPCP, N° 7/8,
(Programas de cumplimiento); RPCP (Revista Peruana de Lima, 1999, p. 965.
Ciencias Penales); SPLAFT (Sistema de Prevención del La- (2) Sobre el impacto de la macro o extracriminalidad
vado de Activos y Financiamiento del Terrorismo). económica, véase: CERVINI, Raúl & ADRIASOLA, Gabriel.
(**) Abogado. Doctorando por la Universidad de Gra- El Derecho Penal de la Empresa desde una visión garantis-
nada (España). Gerente de Operaciones del Centro de ta, BdeF, Buenos Aires, 2005, pp. 03 ss. Los impactos de la
Estudios de Derecho Penal Económico y de la Empresa. actividad empresarial

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 191


DPyC Penal Económico doctrina

tes es ocupada por el oficial de cumplimiento o, Como se aprecia, los deberes del oficial de
en términos ingleses, compliance officer. El obje- cumplimiento le otorgan la condición de garante
to de mi intervención es examinar los contornos de la prevención del lavado de activos y financia-
de responsabilidad penal del oficial de cumpli- miento del terrorismo respecto del sujeto obliga-
miento en el recientemente introducido delito do. Esta posición de garante no es directa, sino
de omisión culposa de comunicación de opera- que deriva de la posición de garantía que ostenta
ciones u transacciones financieras sospechosas, el empresario o sujeto obligado en el SPLAFT.
comprendidas en el artículo 5° del Decreto Legis-
lativo N° 1106 de lucha eficaz contra el lavado de Esta posición de garantía originaria del empre-
activos y otros delitos relacionados con la mine- sario no sólo se asocia a su condición de fuente de
ría ilegal y el crimen organizado. generación de los riesgos asociados al LAFT, sino
que se encuentra reconocida en una variedad de
En el propósito antes planteado, se desarro- normas administrativas que desarrollan los conte-
llarán algunas reflexiones iniciales en torno a la nidos del sistema de prevención del blanqueo de
posición del compliance officer dentro del siste- capitales y financiamiento del terrorismo. En ese
ma de imputación penal, para posteriormente sentido, el artículo 3° de la Res. SBS N° 838-2008
examinar los contornos del tipo penal de omi- (Normas complementarias para la prevención del
sión culposa de comunicación de operaciones u lavado de activos y financiamiento del terrorismo)
transacciones financieras sospechosas, para fi- reconoce no sólo el deber de toda empresa del sis-
nalmente evaluar las dificultades que atraviesa el tema financiero de implementar un SPLAFT, sino
OC de las instituciones de microfinanzas que son que establece que dicho deber recae sobre los ór-
las que, por sus características consustanciales, ganos de dirección y gerencia de la empresa (5).
deben trabajar con clientes cuya información re- En virtud de dicha posición de garante el empre-
sulta menos accesible, es menos fiable o es más sario tiene el deber de implementación de progra-
difícil de verificar, lo que incrementa el riesgo de mas de cumplimiento normativo, conocidos con
que dichos capitales provengan de actividades la denominación de compliance programs, des-
delictivas. tinados a reducir los riesgos de utilización de la
II. La posición del compliance officer en el empresa —en este caso, integrante del SPLAFT—
sistema de prevención de blanqueo de capi- en dinámicas de blanqueo de capitales y financia-
tales y financiamiento del terrorismo. La re- miento del terrorismo.
lación entre la posición de garantía del sujeto Los deberes de garantía del OF resultan con-
obligado y la del oficial de cumplimiento secuencia de la delegación de competencias de
El oficial de cumplimiento es aquel funciona- control realizadas por el sujeto obligado, repre-
rio del sujeto obligado (3) ante el SPLAFT que sentado por su directorio y la gerencia, y sobre
tiene por función específica vigilar el cumpli- quien recae originariamente los deberes de con-
miento adecuado de las normas administrativas trol y vigilancia generados por la fuente de peli-
impuestas para la prevención del lavado de acti- gros que es la estructura empresarial (6). Como
vos y financiamiento del terrorismo a través del
diseño, la implementación y el funcionamiento de Estudios de Derecho Penal Económico y de la Empresa,
adecuado de un sistema dirigido a dicho objetivo Lima, 2013, p. 179.
y que, además constituye el nexo de comunica- (5) SALCEDO MACHADO, Rocío del Pilar. “La respon-
ción idóneo entre el sujeto obligado y las autori- sabilidad penal de los órganos de gobierno de las enti-
dades competentes (4). dades financiera en la comisión del tipo base de lavado
de activos” (en adelante “La responsabilidad penal...”),
en: Caro Coria, Dino Carlos & Reyna Alfaro, Luis Miguel
(3) Nos referimos a las personas naturales o jurídicas (Coords.). Compliance y prevención del lavado de activos
que por mandato de la ley se encuentra obligados a pro- y del financiamiento del terrorismo, Centro de Estudios de
porcionar información a los órganos del SPLAFT. Derecho Penal Económico y de la Empresa, Lima, p. 169.
(4) CERVINI, Raúl. “Oficial de cumplimiento, estructura (6) FEIJOO SÁNCHEZ, Bernardo. Derecho Penal de la
de las matrices de riesgo. Criterios metodológicos de deci- Empresa e Imputación Objetiva, Reus, Madrid, 2007, p.
sión y análisis”, en: Caro Coria, Dino Carlos & Reyna Alfaro, 184; DOPICO GÓMEZ ALLER, Jacobo. “Posición de garan-
Luis Miguel (Coords.). Compliance y prevención del lava- te del compliance officer por infracción del ‘deber de con-
do de activos y del financiamiento del terrorismo, Centro trol’: Una aproximación tópica”, en: Arroyo Zapatero, Luis

192 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Luis Miguel Reyna Alfaro

advierte FEIJOO SÁNCHEZ, la posición de ga- La LPLA regulaba el delito de omisión de co-
rante original del empresario “va generando en municación de operaciones y transacciones sos-
cascada o en cadena una delegación de deberes pechosas en el artículo 4º que tenía la siguiente
parciales” (7). redacción:
Pese a tratarse de una posición de garantía de- “El que incumpliendo sus obligaciones funcio-
legada del Directorio, hay que ser enfáticos en nales o profesiones, omite comunicar a la autori-
reconocer la trascendencia del OC dentro de un dad competente, las transacciones u operaciones
SPLAFT, circunstancia vinculada a la pretensión sospechosas que hubiere detectado, según las
de actuación independiente, de forma tal que los leyes y normas reglamentarias, será reprimido
controles y las investigaciones en torno a riesgos con pena privativa de libertad no menor de tres
verificados por él sean desarrollados sin injeren- ni mayor de seis años, con ciento veinte a dos-
cia del Directorio o la Gerencia (8). Esta inde- cientos cincuenta días multa, e inhabilitación no
pendencia busca ser preservada estableciendo la mayor de seis años, de conformidad con los inci-
obligación del empresario de otorgar al OC una sos 1), 2) y 4) del artículo 36º del Código Penal”.
posición superior dentro de la estructura para-
lela de cumplimiento normativo. Como conse- Como se aprecia, la regulación del delito antes
cuencia de esta ubicación en la estructura supe- descrito limitaba la trascendencia penal del he-
rior de la empresa, el OC tendrá necesariamente cho a aquellos casos en los que el OC dolosamen-
comunicación directa con el Directorio. te omitía comunicar las transacciones sospecho-
sas que hubiera detectado. Esto suponía, en la
Los deberes derivados que asume el OC son, práctica, que la compuerta de la responsabilidad
entre otros, los de evaluación de riesgos, im- penal del oficial de cumplimiento difícilmente se
plementación de PC destinados a enfrentar los abría, debido a las dificultades que tiene el siste-
riesgos diagnosticados, vigilancia respecto de ma penal para acreditar la intencionalidad en la
la implementación de los PC, preparación a los actuación del OC.
trabajadores de la empresa con ese objetivo e
comunicación al Directorio de la forma en que El DL Nº 1106 ha cambiado el panorama signi-
desarrolla su actividad (9). ficativamente. En efecto, el artículo 5º del men-
cionado DL regula el delito de omisión de comu-
III. El delito de omisión de comunicación de nicación de operaciones y transacciones sospe-
operaciones sospechosas chosas en los términos siguientes:
1. Marco legal vigente “El que incumpliendo sus obligaciones fun-
cionales o profesionales, omite comunicar a la
Una cuestión básica fundamental para recono- autoridad competente, las transacciones u ope-
cer los alcances de esta problemática está vincu- raciones sospechosas que hubiere detectado,
lada con la identificación de los cambios que ha según las leyes y normas reglamentarias, será
sufrido la regulación penal del delito de omisión reprimido con pena privativa de libertad no me-
de comunicación de operaciones sospechosas a nor de cuatro ni mayor de ocho años, con ciento
partir de los cambios suscitados mediante el DL veinte a doscientos cincuenta días multa, e inha-
1106, publicado el 19 de abril de 2012 en el Diario bilitación no menor de cuatro ni mayor de seis
Oficial “El Peruano” y que modificó la regulación años, de conformidad con los incisos 1), 2) y 4)
propuesta por la LPLA (ley Nº 27.765). del artículo 36º del Código Penal.

& Nieto Martín, Adán. El Derecho Penal Económico en la “La omisión por culpa de la comunicación de
Era Compliance, Tirant lo Blanch, Valencia, 2013, p. 170. transacciones u operaciones sospechosas será
(7) FEIJOO SÁNCHEZ, Bernardo. Op. cit., p. 185. reprimida con pena de multa de ochenta a ciento
(8) ROBLES PLANAS, Ricardo. “El responsable de cum- cincuenta días multa e inhabilitación de uno a
plimiento (‘compliance officer’) ante el Derecho Penal”, tres años, de conformidad con los incisos 1), 2) y
en: Silva Sánchez, Jesús María (Director), Criminalidad de 4) del artículo 36º del Código Penal”.
empresa y Compliance. Prevención y reacciones corpora-
tivas, Atelier, Barcelona, 2013, p. 321. El recurso a la criminalización de la omisión
(9) ROBLES PLANAS, Ricardo. Op. cit., p. 321. culposa supone una extensión de la cobertura

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DPyC Penal Económico doctrina

del sistema penal a fases previas a la lesión del 2. El autor en el delito de omisión de comuni-
bien jurídico tutelado a través del delito de lava- cación de operaciones o transacciones sospecho-
do de activos y financiamiento del terrorismo y sas
que tiene evidentes efectos en los sujetos obliga-
dos (10). El fundamento político-criminal de esta Conforme se desprende del sentido literal po-
decisión tiene que ver con el afán de incentivar a sible del artículo 5° del DL 1106, nos encontra-
que los sujetos obligados sean la principal fuente mos ante un delito de infracción del deber (12)
de noticias criminales de operaciones vinculadas en la medida que el propio tipo penal establece
al lavado de activos y el financiamiento del terro- como condición para la comisión del delito el in-
rismo correspondiente a las empresas (11). cumplimiento de obligaciones funcionales o pro-
fesionales.
El primer efecto de la criminalización de la
omisión culposa es que incrementa los riesgos Ahora, aunque la redacción del tipo penal
legales sobre los oficiales de cumplimiento que pareciese proponer un alcance más extenso del
enfrentan la contingencia de sufrir una pena que, círculo de posibles autores de este delito, como
a pesar de ser aparentemente benigna, tiene un el que se reconoce en la propuesta de Gálvez
notorio significado expresivo y comunicativo Villegas (13), un conocimiento más preciso de
(etiqueta al penado no sólo como delincuente la legislación extrapenal permite sostener que
sino como un profesional poco cuidadoso). autor de dicho delito sólo puede ser el oficial de
El segundo efecto de la criminalización de la cumplimiento.
omisión culposa es que obliga, indirectamen-
En efecto, la normatividad extrapenal establece
te, a que los sujetos obligados establezcan un
estándar de cualificación mayor a las personas un único curso o canal para la comunicación de
que asumen las funciones de oficiales de cum- una operación o transacción sospechosa a la Uni-
plimiento. Y los obliga porque, dada la vincula- dad de Inteligencia Financiera (en adelante UIF) y
ción existente entre el sujeto obligado y el oficial este es el oficial de cumplimiento. El artículo 17°
de cumplimiento, la persecución penal contra de la Resolución SBS N° 838-2008 establece que
este último genera un alto riesgo de que el suje- el oficial de cumplimiento es el único que puede
to obligado sea incorporado en el proceso penal calificar una operación como sospechosa y co-
respectivo como responsable solidario de las municarla a la UIF (14).
consecuencias jurídicas de naturaleza civil que
se le impongan (tercero civilmente responsable). Por estas razones es también discutible una
posición como la adoptada implícitamente
(10) A favor de la criminalización culposa: CARO CORIA,
por García Cavero al considerar que el autor
Dino Carlos & ASMAT COELLO, Diana Marisela. “El impac- de este delito es el sujeto obligado lo que per-
to de los Acuerdos Plenarios de la Corte Suprema N° 03- mitiría, como él mismo propone, sancionar al
2010/CJ-116 de 16 de noviembre de 2010 y N° 7-2011/CJ- órgano de representación autorizado o al socio
116 de 6 de diciembre de 2011 en la delimitación y perse- representante autorizado de la persona jurí-
cución del delito de lavado de activos”, en: Caro Coria, Dino
Carlos & Reyna Alfaro, Luis Miguel (Coords.). Compliance dica en aplicación del artículo 27° del Código
y prevención del lavado de activos y del financiamiento del Penal (15).
terrorismo, Centro de Estudios de Derecho Penal Económi-
co y de la Empresa, Lima, 2013, p. 109; en contra: PRADO (12) Sobre dicha categoría: ROXIN, Claus. Autoría y do-
SALDARRIAGA, Víctor. “El delito de omisión de reporte de minio del hecho en Derecho penal, traducción de Joaquín
transacciones u operaciones sospechosas”, en: A.A.V.V. El Cuello Contreras y José Luis Serrano González de Murillo,
Derecho Penal Económico. Cuestiones fundamentales y Marcial Pons, Madrid, 2000, pp. 383 ss.
temas actuales, Ara Editores, Lima, 2011, p. 261.
(13) GÁLVEZ VILLEGAS, Tomás. El delito de lavado de
(11) En ese sentido, en relación al sistema financiero: activos, Grijley, Lima, 2004, pp. 89-90.
SALCEDO MACHADO, Rocío del Pilar. “El deber de com-
pliance en la prevención del lavado de activos y financia- (14) CARO JOHN, José Antonio. “Sobre el deber de in-
miento del terrorismo en el ámbito financiero peruano”, formar a la Unidad de Inteligencia Financiera de determi-
en: Caro Coria, Dino Carlos & Reyna Alfaro, Luis Miguel nadas operaciones sospechosas”, en: El mismo. Dogmática
(Coords.). Compliance y prevención del lavado de activos y penal aplicada, Ara Editores, Lima, 2011, p. 173.
del financiamiento del terrorismo, Centro de Estudios de De- (15) GARCÍA CAVERO, Percy. El delito de lavado de ac-
recho Penal Económico y de la Empresa, Lima, 2013, p. 19. tivos, Jurista Editores, Lima, 2013, p. 148.

194 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Luis Miguel Reyna Alfaro

3. El concepto de operación sospechosa en el motivo, no tengan un fundamento económico o


lavado de activos lícito aparente; y que podrían estar vinculadas al
lavado de activos y/o al financiamiento del terro-
La omisión penalmente relevante en este deli- rismo” (literal l, según la modificatoria operada
to está referida a las transacciones u operaciones conforme a la Resolución SBS Nº 11695-2008).
sospechosas; estos términos, en la medida que
constituyen elementos normativos, deben ser Tal cual se aprecia del contenido de la norma-
interpretados conforme a los contenidos de la le- tividad extrapenal de referencia, el concepto de
gislación extrapenal que, por cierto, es bastante operación sospechosa está vinculado al concep-
complejo. to de operación inusual también desarrollado
por la legislación que regula la operatividad del
3.1. Desarrollo legislativo administrativo del sistema de prevención contra el lavado de activos
concepto de operación sospechosa y financiamiento del terrorismo y es, en cierta
Conforme al artículo 11° de la ley N° 27.693 forma, dependiente de aquél, por lo que proce-
(Ley que crea la Unidad de Inteligencia Financie- deremos, previamente, a reconocer el contenido
ra - Perú) se entiende por transacciones sospe- de una operación inusual para luego proponer
chosas “Aquellas de naturaleza civil, comercial o un concepto de operación sospechosa útil para
financiera que tengan una magnitud o velocidad los fines de interpretación del tipo penal.
de rotación inusual, o condiciones de comple- 3.2. El concepto de operación inusual
jidad inusitada o injustificada, que se presuma
proceden de alguna actividad ilícita, o que, por Pues bien, en ese plano tenemos que el artícu-
cualquier motivo, no tengan un fundamento lo 11° de la ley N° 27.693 identifica como transac-
económico o lícito aparente”. ción inusual “aquellas cuya cuantía, caracterís-
ticas y periodicidad no guardan relación con la
Esta norma se complementa con lo estable- actividad económica del cliente, salen de los pa-
cido en el artículo 12º de la Resolución SBS rámetros de normalidad vigente en el mercado o
Nº 486-2008 (“Norma para la prevención de lava- no tienen un fundamento legal evidente”.
do de activos y financiamiento del terrorismo de
aplicación general a los sujetos obligados a infor- En la misma línea, tenemos la Resolución SBS
mar bajo supervisión de la UIF Perú) que precisa Nº 838-2008 (“Normas complementarias para
que “una operación detectada tiene las caracte- la prevención del lavado de activos y del finan-
rísticas de sospechosa, cuando habiendo identi- ciamiento del terrorismo”) que define las opera-
ficado previamente una operación como inusual ciones inusuales y sospechosas como “aquellas
(fuera de lo habitual del cliente), luego del análi- operaciones realizadas o que se pretenda reali-
sis y evaluación realizados por el Oficial de Cum- zar cuya cuantía, características particulares y
plimiento, éste pueda presumir que los fondos o periodicidad no guardan relación con la activi-
los bienes utilizados proceden de alguna activi- dad económica del cliente, salen de los paráme-
dad ilícita o que, por cualquier motivo no tengan tros de normalidad vigentes en el mercado o no
un fundamento económico o lícito aparente”. tienen un fundamento legal evidente” (literal k,
conforme a la modificatoria operada conforme a
Por su parte, la Resolución SBS Nº 838-2008
la Resolución SBS Nº 11695-2008).
(“Normas complementarias para la prevención
del lavado de activos y del financiamiento del 3.3. Relaciones entre los conceptos de opera-
terrorismo”) define como operaciones sospe- ción sospechosa y operación inusual
chosas: “j) (...) aquellas operaciones inusuales
realizadas o que se pretenda realizar de natu- Pues bien, los conceptos de operación sos-
raleza civil, comercial o financiera que tengan pechosa y operación inusual no son términos
una magnitud o velocidad de rotación inusual, sinónimos, sino que identifican distintas clases
o condiciones de complejidad inusitada o in- de operaciones financieras. Algunas operaciones
justificada, que en base a la información reco- inusuales (no todas) constituyen operaciones
pilada, de conformidad con las normas sobre el sospechosas; de ello se desprende la relación de
‘conocimiento del cliente’, se presuma proceden género a especie que las vincula. La determina-
de alguna actividad ilícita, o que, por cualquier ción del carácter sospechoso de una operación o

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 195


DPyC Penal Económico doctrina

transacción no se agota con la determinación de y evaluaciones realizadas por éste o con la cola-
su carácter inusual (16), aunque ésta sí constitu- boración del Comité, de ser el caso, para la califi-
ye una de sus condiciones. cación de una operación como sospechosa o no”.
3.4. La discrecionalidad en la calificación de la Ahora, es importante destacar que nuestra
operación sospechosa afirmación de que la decisión del OC respecto al
carácter sospechoso de una operación es discre-
Pese a la existencia de una serie de criterios o cional no supone afirmar que ella sea meramente
pautas jurídico- administrativas que delimitan el subjetiva pues la propia norma antes citada deter-
alcance de las operaciones sospechosas que de- mina que el carácter sospechoso de una operación
ben ser comunicadas por el compliance officer a dependerá del juicio que tenga el OC respecto de
la UIF, lo cierto es que la decisión final de cuán- (i) su falta de habitualidad; y, (ii.i.) que se pueda
do estamos frente a una operación sospechosa presumir que los fondos o bienes proceden de al-
se encuentra sometida a la decisión discrecional guna actividad delictiva; o (ii.ii) que no tenga un
del oficial del cumplimiento (17). fundamento económico o lícito aparente. Nótese
cómo en este aspecto resulta sumamente trascen-
En ese sentido, el artículo 17º de la Resolución
dente el concepto de conocimiento del cliente que
SBS N° 838-2008 alude al buen criterio como
desarrollaremos más adelante.
factor decisional trascendente para la califica-
ción de una operación o transacción como sos- Precisamente por ello el antes referido artícu-
pechosa: lo 17° establece la obligación del OC de “dejar
constancia documental del análisis y evaluacio-
“Las empresas están obligadas a comunicar a
nes realizadas por éste o con la colaboración del
la UIFPerú las operaciones detectadas en el curso
Comité, de ser el caso, para la calificación de una
de sus actividades, realizadas o que se hayan in-
operación como sospechosa o no”.
tentado realizar, que según su buen criterio sean
consideradas como sospechosas, sin importar los Por esa razón la calificación de ciertas opera-
montos involucrados, en un plazo no mayor de ciones o transacciones como sospechosas debe
treinta (18) días calendario de haberlas detecta- incorporar ciertas pautas metodológicas que
do. Se considera que una operación es detectada determinen que tal calificación sólo recaiga so-
como sospechosa cuando, habiéndose identifi- bre las operaciones o transacciones sobre las
cado previamente una operación como inusual, que exista una sospecha especialmente calificada
luego del análisis y evaluación realizado por el “avalada en un minucioso y responsable examen
Oficial de Cumplimiento, éste pueda presumir que de los antecedentes y otros antecedentes y otros
los fondos utilizados proceden de alguna activi- elementos denotativos objetivos implícitos en la
dad ilícita, o que, por cualquier motivo, no tengan operación” (19).
un fundamento económico o lícito aparente. En
los casos en que la empresa haya constituido un 3.5. El conocimiento del cliente y su trascen-
Comité para la Prevención del Lavado de Activos dencia jurídico-penal
y del Financiamiento del Terrorismo, éste tendrá
como función asistir al Oficial de Cumplimiento El conocimiento del cliente constituye una he-
en el análisis y evaluación necesarios para deter- rramienta que le permite al Oficial del Cumpli-
minar si una operación inusual es sospechosa o miento reconocer qué operaciones financieras
no; sin embargo, el Oficial de Cumplimiento es el resultan sospechosas al no tener un fundamento
único que puede calificar la operación como sos- económico o lícito aparente (20). En ese sentido,
pechosa y proceder con su comunicación a la UIF- será la información proveniente del cliente la
Perú, conforme a Ley. El Oficial de Cumplimiento que servirá de parámetro para evaluar “la con-
deberá dejar constancia documental del análisis
(19) Citando a GERARD, CERVINI, Raúl. “Lavado de
activos e individualización de operaciones sospechosas”,
(16) En ese sentido: GARCÍA CAVERO, Percy. Op. cit., en: Cervini, Raúl/ Adriasola, Gabriel/ Gomes, Luis Flavio.
p. 150. Lavado de activos y secreto profesional, Carlos Álvarez
(17) CARO JOHN, José Antonio. Op. cit., p. 173. Editor, Montevideo, 2002, p. 27.
(18) DURAND, Francisco. Op. cit., p. 79. (20) GARCÍA CAVERO, Percy. Op. cit., p. 51.

196 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Luis Miguel Reyna Alfaro

ducta transaccional esperada” (21) del cliente


ciones usuales que realizan a través de las empresas, con-
de conformidad con la actividad económica que siderando información sobre tipo de operaciones, montos,
desarrolla. monedas, cuentas involucradas, lugares de realización,
periodicidad y otra información que consideren relevante,
La lógica de conocimiento del cliente resulta lo cual constará en el legajo personal de cada cliente. Tra-
determinante para la evaluación del carácter tándose de personas jurídicas, las empresas, como mínimo,
sospechoso de una operación por parte del ofi- determinarán de manera fehaciente: a) Denominación o
razón social. b) Registro Único de Contribuyentesc) Objeto
cial de cumplimiento y por ello, el examen de la
social y actividad económica principal (comercial, indus-
operación financiera debe ceñirse a las pautas trial, construcción, transporte, etc.) d) Identificación de los
planteadas por el artículo 8º de la Resolución SBS Administradores considerando la información requerida
Nº 838-2008 (“Normas complementarias para la para las personas naturales, en lo que resulte aplicable.
prevención del lavado de activos y del financia- e) Identificación de los socios o asociados que tengan di-
recta o indirectamente más del 5% del capital social, aporte
miento del terrorismo”) conforme a la modifi- o participación de la persona jurídica, considerando la in-
catoria operada conforme a la Resolución SBS formación requerida para las personas naturales, en lo que
Nº 11695-2008; y, de modo secundario, por el artícu- resulte aplicable. f) Personas jurídicas vinculadas al cliente,
lo 10º de la antes mencionada Resolución (22). en caso corresponda. g) Ubicación y teléfonos de la ofici-
na o local principal, agencias, sucursales u otros locales
donde desarrollan las actividades propias al giro de su
(21) SALCEDO MACHADO, Rocío del Pilar. “La respon- negocio. h) Representantes, considerando la información
sabilidad penal...”, p. 19. requerida en el caso de personas naturales; así como el
(22) Artículo 8.- Del conocimiento del cliente “El co- otorgamiento de los poderes correspondientes. i) Finalidad
nocimiento de los clientes requiere de su adecuada iden- de la relación a establecerse con la empresa. Adicionalmen-
tificación, definir sus perfiles de actividad y determinar te, las empresas procurarán obtener información sobre las
el propósito y la naturaleza de la relación comercial, para características de las operaciones usuales realizadas por la
facilitar la detección y/o prevención de operaciones in- empresa, considerando, por lo menos, tipo de operaciones,
usuales y sospechosas. Las empresas deben desarrollar montos, monedas, cuentas involucradas, lugares de rea-
políticas y procedimientos destinados a establecer la verda- lización, periodicidad y otra información que consideren
dera identidad de sus clientes, incluyendo la tramitación de relevante, lo cual constará en el legajo personal de cada
formularios a ser completados por los mismos. Dicho co- cliente. Los procedimientos para la identificación de clien-
nocimiento permitirá a las empresas, entre otros aspectos, tes aplicados por una empresa con respecto a un mismo
identificar aquellos clientes que podrían ser más sensibles cliente o un conjunto de clientes vinculados, no exime de
a realizar operaciones de lavado de activos y/o de finan- responsabilidad a las demás empresas que pertenezcan al
ciamiento del terrorismo, de ser el caso. Para tal efecto, se mismo grupo económico o conglomerado de aplicar dichos
debe solicitar a los clientes la presentación de documentos procedimientos cuando establezcan relaciones de negocios
públicos o privados, conforme a la Ley y el Reglamento, con los referidos clientes.
con la finalidad de obtener la información indicada más Asimismo, las empresas sobre la base de la información
adelante, verificar la información proporcionada incluso obtenida a través de sus políticas y procedimientos para el
antes de iniciar la relación comercial y mantenerla actuali- adecuado conocimiento de sus clientes deberán, bajo su
zada, y cuando se sospeche la realización de actividades de buen criterio, identificar a aquellos clientes que consideran
lavado de activos y/o de financiamiento del terrorismo, de podrían ser sensibles a operaciones de lavado de activos
ser el caso. Asimismo, las empresas deberán requerir a los y/o de financiamiento del terrorismo, en adelante deno-
clientes una declaración jurada sobre el origen de los fon- minados ‘clientes sensibles’ y, como consecuencia de ello,
dos, en aquellos casos que se considere necesario para los reforzar en estos casos su procedimiento de conocimiento
fines antes señalados. Las empresas deberán determinar de cliente.
de manera fehaciente, como mínimo, en el caso de per- Las empresas también deberán reforzar el procedimien-
sonas naturales: a) Nombre completo. b) Tipo y número to de conocimiento del cliente, en los siguientes casos:
del documento de identidad. c) Lugar y fecha de nacimien- a) Clientes no residentes y cuentas de personas extranjeras.
to. d) Nacionalidad y residencia. e) Domicilio, número de b) Fideicomisos. c) Sociedades no domiciliadas. d) Perso-
teléfono y correo electrónico, de ser el caso. f) Ocupación, nas expuestas políticamente (PEP) o que administren re-
oficio o profesión. g) Nombre del centro de labores, cargo cursos públicos. Las empresas también deberán reforzar
que ocupa y tiempo de servicios, de ser el caso. h) Cargo o sus procedimientos de conocimiento del cliente cuando
función pública desempeñada en los últimos dos años, así uno de sus clientes se convierta en un PEP o en un funcio-
como nombre de la institución, de ser el caso. i) Finalidad nario que administre recursos públicos, según sea el caso,
de la relación a establecerse con la empresa. j) En el caso luego de haber iniciado relaciones comerciales con la em-
de los PEP, nombre de sus parientes hasta el segundo grado presa. e) Servicios de corresponsalía o agenciamiento con
de consanguinidad y segundo de afinidad y del cónyuge o empresas extranjeras. f) Clientes que reciben transferen-
concubino. De igual forma, las empresas deberán procurar cias desde países considerados como no cooperantes por
contar con información respecto de los ingresos promedio el GAFI, con riesgo relacionado al lavado de activos y/o
mensuales de los clientes y las características de las opera- al financiamiento del terrorismo, con escasa supervisión

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 197


DPyC Penal Económico doctrina

Estas normas, por cierto, desarrollan los conteni- Para el conocimiento del cliente, el OC deberá
dos del artículo 14° de la ley N° 27.693 (23). recurrir a las listas OFAC a fin de reconocer si el
cliente o las personas vinculados a él se encuen-
Como se aprecia del contenido de la legisla- tra comprendidos en las mencionadas listas (lis-
ción extrapenal, la política de conocimiento del tas negras elaboradas por el Departamento del
cliente no sólo exige obtener información sobre Tesoro de los EE.UU. que incluyen a las personas,
la identidad del cliente, sino que ésta deberá ser naturales y jurídicas, y países vinculados al terro-
verificada, imponiéndose así al OC un deber de rismo o al narcotráfico (25)).
verificación. Esa exigencia de diligencia debida es
planteada por el artículo 9° de la Resolución SBS También resultará necesario que el OC esta-
N° 838-2008 que impone el deber de realizar visi- blezca si el cliente es una persona expuesta po-
tas al domicilio u oficina del cliente, realizar en- líticamente (PEP) conforme a las pautas estable-
trevistas personales con el cliente o realizar otros cidas para tal efecto por el literal m del artículo
procedimientos alternativos con la finalidad de 2° de la Resolución SBS N° 838-2008 y si es, en tal
conocer la identidad del cliente (24). virtud, un cliente sensible (26).
Ahora, el reconocimiento del carácter sos-
bancaria o países sujetos a sanciones OFAC, entre otros su- pechoso de una operación o transacción exige
puestos; y/o. g) Aquellos otros que según su buen criterio
además conocer adecuadamente el sector de la
identifiquen las empresas.
Los ‘clientes sensibles’ y los señalados en los incisos a) actividad desarrollada por el cliente (27), de cara
al g) del párrafo anterior, deberán estar incorporados en un a reconocer el perfil financiero del cliente (28).
registro especial, lo cual deberá constar asimismo en el le-
gajo de los citados clientes. Las empresas para reforzar sus 3.6. El conocimiento del cliente en el contexto
procedimientos de conocimiento del cliente deberán como de las microfinanzas
mínimo realizar las siguientes medidas adicionales, en lo
que resulte aplicable: a) Identificar el origen de los fondos. Ese conocimiento del cliente resulta mucho
b) Obtener información sobre los principales proveedores más complejo en las instituciones de microfi-
y clientes, de ser el caso. c) Realizar por lo menos una vez nanzas que en el resto de instituciones que ope-
al año una revisión al cliente, cuando se encuentre domi-
ciliado en el Perú. d) La decisión de aceptación del cliente ren en el sistema financiero. Esto porque el clien-
estará a cargo del nivel gerencial más alto de la empresa. te no necesariamente tendrá antecedentes en el
e) Realizar indagaciones u obtener información adicional sistema financiero que permitan reconocer con
del cliente”. nitidez los riesgos de exposición al lavado de ac-
Artículo 10.- Conocimiento del mercado “El cono- tivos y financiamiento del terrorismo e identifi-
cimiento del mercado es un complemento del conocimien- car las operaciones y transacciones sospechosas
to del cliente, que permite a las empresas estimar los rangos
dentro de los cuales se ubicarían las operaciones usuales que deben ser informadas a la UIF- Perú.
que realizan sus clientes, según las características del mer-
cado. De tal forma, que las empresas estén en capacidad de
detectar operaciones inusuales que salen de los perfiles de
actividad de los clientes o de los segmentos del mercado al Carlos. “Prevención de lavado de activos: Tendencias en
que corresponden, comparando las operaciones realizadas la regulación peruana según la Resolución SBS N° 6561-
por clientes con perfiles de actividad similares”. 2009”, en: A.A.V.V. El Derecho Penal Económico. Cuestio-
(23) “Las personas obligadas a informar a la UIF deben: nes fundamentales y temas actuales, Ara Editores, Lima,
1. Implementar mecanismos de prevención para la detec- 2011, p. 235.
ción de transacciones inusuales y sospechosas que per- (25) Véase al respecto: SALCEDO MACHADO, Rocío del
mitan alcanzar un conocimiento suficiente y actualizado Pilar. “La responsabilidad penal...”, pp. 20-21.
de sus clientes, de la banca corresponsal y de su personal.
2. Los procedimientos del programa de prevención deben (26) UGAZ SÁNCHEZ MORENO, José Carlos. Op. cit.,
estar plasmados en un manual de prevención de lavado p. 233.
de dinero. 3. Los mecanismos deberán basarse en un co- (27) CERVINI, Raúl. “Oficial de cumplimiento, estruc-
nocimiento adecuado del mercado financiero, bursátil y tura de las matrices de riesgo. Criterios metodológicos de
comercial, con la finalidad de determinar las características decisión y análisis”, en: Caro Coria, Dino Carlos & Reyna
usuales de las transacciones que se efectúan respecto de Alfaro, Luis Miguel (Coords.). Compliance y prevención
determinados productos y servicios, y así poder comparar- del lavado de activos y del financiamiento del terrorismo,
las con las transacciones que se realizan por su intermedio”. Centro de Estudios de Derecho Penal Económico y de la
(24) SALCEDO MACHADO, Rocío del Pilar. “La respon- Empresa, Lima, 2013 p. 185.
sabilidad penal...”, p. 20; UGAZ SÁNCHEZ MORENO, José (28) PRADO SALDARRIAGA, Víctor. Op. cit., p. 253.

198 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Luis Miguel Reyna Alfaro

A. La formalidad, la informalidad y las econo- Ahora, si estas estructuras tuvieran un funcio-


mías delictivas namiento lineal, no existiría ninguna duda en
reconocer que el enfoque del sistema de preven-
Para comprender el incremento de los riesgos ción del lavado de activos y financiamiento del
legales que asume el OC en las instituciones de terrorismo tendría que estar dirigido exclusiva-
microfinanzas resulta necesario reconocer, al mente a las economías delictivas; sin embargo, la
menos de modo primario, el contexto socioló- realidad demuestra que estas tres formas de eco-
gico en que se desenvuelven las instituciones de nomía se desarrollan de forma conjunta, se co-
microfinanzas. nectan e interrelacionan continuamente, sobre
todo por el carácter expansivo de las economías
En esa línea, el interesante trabajo de Francis- delictivas que no sólo se camuflan con las eco-
co DURAND (29) da cuenta de la existencia de nomías formales, contaminándolas, sino porque
tres tipos de economía: la economía formal, la aprovecha los mecanismos de distribución de las
economía informal y la economía delictiva. economías informales.
La economía de estructura formal es aquella Como es fácil de deducir, pese a las complejida-
que “componen empresas y trabajadores que des consustanciales a las ingenierías financieras
operan dentro de la legalidad”, lo que permite vinculadas al proceso de reciclaje en el contex-
que los agentes incorporados a esta estructura to de las empresas incorporadas a la economía
pueden ser supervisados (30). En suma, en este formal, la prevención, mediante la supervisión y
tipo de economías el cumplimiento de la ley re- el compliance, resulta en estos escenarios menos
sulta fácilmente verificable. conflictiva que en las estructuras de economía
informal en las cuales las ganancias delictivas
Por su parte, la economía de estructura in- pueden ser fácilmente camufladas.
formal, a decir de DURAND “está constituida
por empresas y trabajadores que operan en una Esta mayor complejidad de la labor de cumpli-
zona institucional claroscura. No es que sean miento en las estructuras económicas informa-
ilegales sino que muchas de sus operaciones no les tiene que ver con su predominio cuantitativo
son legales. Su nivel de trasgresión es limitado. que, aunque se encuentra subregistrado, puede
Además, la mayoría aspira a la formalidad sin reconocerse a través de tres ejemplos relevantes
barreras” (31). Es decir, se trata de un tipo de en nuestro país.
economía en el que aunque parte de sus inte-
grantes (no todos) se encuentran inmersos den- El primer ejemplo está asociado a la repro-
tro de la estructura formal, suelen desarrollar ducción ilegal de obras protegidas contenidas
actividades fuera de los marcos normativos, de en discos compactos (software, música, vídeos,
las regulaciones estatales y de su instituciona- etc.). Según DURAND el 90% de los discos
lidad (32). compactos importados son utilizados para la
piratería (33), es decir, están destinados a un
Finalmente, la economía de estructura delic- mercado ilícito, en tanto que un porcentaje
tiva es aquella que tiene como fuente predomi- muy residual de la importación está dirigido al
nante la ganancia derivada de actividades delic- mercado legal.
tivas y cuya introducción en el tracto económico
Un segundo ejemplo está vinculado a la pro-
lícito constituye blanqueo de capitales.
ducción formal de hoja de coca, es decir, aquella
orientada a fines tradicionales, que constituye el
(29) DURAND, Francisco. El Perú fracturado. Formali- mercado legal del producto, en contraposición
dad, informalidad y economía delictiva, Fondo Editorial
del Congreso de la República, Lima, 2007, pp. 61 ss. del mercado ilícito en que dicho producto es
(30) DURAND, Francisco. Op. cit., p. 72.
usado como insumo para la fabricación de dro-
gas tóxicas. Según información de la FONAFE
(31) DURAND, Francisco. Op. cit., p. 79.
(Fondo Nacional de Financiamiento de la Acti-
(32) Destacando que el concepto de informalidad está vidad Empresarial del Estado) de entre 65,000 a
asociado al cumplimiento de la ley: ARBAIZA FERMINI,
Lydia. Economía informal y capital humano en el Perú,
Esan Ediciones, Lima, 2011, p. 29. (33) DURAND, Francisco. Op. cit., p. 103.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 199


DPyC Penal Económico doctrina

100,000 productores de hoja de coca, sólo 8,453 hacerlo” (37). En este complejo orden de cosas,
son productores formales (34). las posibilidades respecto del “conocimiento del
cliente” por parte de los oficiales de cumplimien-
La informalidad como una cuestión significa- to resultan especialmente complicadas.
tiva y trascendente en nuestra economía pue-
de apreciarse con notoriedad en el conocido Ahora, las dificultades de “conocimiento del
trabajo El Misterio del Capital de Hernando DE cliente” que se encuentra inmerso dentro de las
SOTO (35); en donde se sostiene que de cada 100 estructuras económicas informales se reprodu-
viviendas en el Perú sólo 36 cuentan con títulos cen también en relación con el acceso a la infor-
formales o legales. La informalidad es una varia- mación financiera dentro del proceso penal, en
ble sumamente trascendente en nuestro país y donde la herramienta fundamental (el levanta-
no puede soslayarse en la evaluación de los ries- miento del secreto bancario, reserva tributaria y
gos penales de LAFT. bursátil) carece de utilidad cuando el procesado
no tiene información que revelar.
B. La prevención del LAFT en las instituciones
de microfinanzas IV. Lógicas de aplicación racional del delito
de omisión de comunicación de operaciones
En el contexto antes descrito, el OC que desa- sospechosas
rrolla funciones en el contexto de instituciones
de microfinanzas tiene la labor especialmente Ya desde hace algunas décadas atrás resal-
compleja de reconocer operaciones y transac- taba GIMBERNAT que la dogmática jurídico
ciones sospechosas en un ámbito de pequeños penal “Hace posible (...) al señalar límites y de-
y microempresarios que buscan integrarse a la finir conceptos, una aplicación segura y calcu-
estructura financiera formal y respecto de los lable del Derecho Penal, hace posible sustraer-
cuales se corre el riesgo de que un control exce- le a la irracionalidad, a la arbitrariedad y a la
sivo pueda desincentivarlos y afectar además la improvisación”(38); de esa forma, el futuro de
la dogmática jurídico penal estaba asociado a la
estabilidad del sistema microfinanciero que está
necesidad de recurrir a mecanismos de raciona-
en pleno crecimiento (36).
lidad en la interpretación de las leyes penales,
En ese sentido, Hernando DE SOTO ha señala- caracterizadas por su polisemia y, en algunos ca-
do con claridad que el sector de la extralegalidad sos, por su ambigüedad.
y la informalidad “es una zona de penumbra que
Veremos a continuación cómo la introducción
comparte la larga frontera con el mundo legal, un de ciertos criterios interpretativos permite que
lugar donde los individuos se refugian cuando el ciertas cuestiones planteadas por la doctrina que
costo de obedecer la ley excede el beneficio de ha desarrollado este delito, sean solucionadas de
modo más coherente con los parámetros propios
(34) DURAND, Francisco. Op. cit., pp. 96-97. de un Derecho penal liberal.
(35) DE SOTO, Hernando. El misterio del capital, Penín-
sula, Barcelona, 2001, p. 106. 1. El principio de ofensividad y la necesidad de
(36) Al mes de mayo 2013, el saldo de colocaciones del introducir criterios de aplicación restrictiva
Sistema Microfinanciero llegó a S/. 26,830 millones de
nuevos soles lo que significó un crecimiento del 10.38% La primera de estas lógicas se corresponde con
respecto al 2012. Los créditos destinados a la pequeña y el carácter fragmentario y residual del Derecho
microempresa crecieron 14.45% respecto a mayo 2012, Penal en virtud del cual la imposición de una
además que el crédito promedio microempresa fue de S/. pena debe encontrarse reservada a los ataques
4,594 (Fuente: Portal ASOMIF). En esa misma línea, ha
señalado Arbaiza Fermini que “las microempresas son un más graves sobre los intereses sociales más im-
terreno fértil para el desarrollo de la informalidad” (AR- portantes. El Derecho Penal es ultima ratio (úl-
BAIZA FERMINI, Lydia. Op. Cit., p 49). También, Quispe, timo recurso). Esta idea —Derecho Penal como
León y Contreras hablan de un crecimiento de S/ 1,5 mil último recurso— es especialmente trascendente
millones de soles en 2002 a S/ 20,2 mil millones de soles en
2009 (QUISPE, Zenón - LEÓN, David - CONTRERAS, Alex.
“El exitoso desarrollo de las microfinanzas en el Perú”, en: (37) DE SOTO, Hernando. Op. cit., p. 109.
Moneda, Nº 151, Banco Central de Reserva del Perú, Lima, (38) GIMBERNAT ORDEIG, Enrique. ¿Tiene un futuro
2012, p. 14). la dogmática jurídico-penal?, Ara, Lima, 2009, pp. 40-41.

200 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Luis Miguel Reyna Alfaro

en el contenido del delito de omisión culposa de 2. El riesgo permitido en el ámbito de la activi-


reportar operaciones y transacciones sospecho- dad del oficial de cumplimiento
sas que debe ser aplicado de forma muy restric-
tiva. La segunda lógica a tomar en consideración
guarda relación con el reconocimiento de que el
La propuesta de una interpretación conforme Derecho Penal reconoce ciertos espacios de ries-
al principio de intervención mínima ha sido su- go permitido, esto es, espacios de actuación que,
brayado por la “Circular referida a la reserva y pese a que pueden ser generadores de efectos
confidencialidad de la identidad del Oficial de nocivos, son tolerados.
Cumplimiento en el proceso penal y su respon-
Este planteamiento, aplicado al delito de omi-
sabilidad penal por omisión de comunicación de
sión de reporte de operaciones y transacciones
operaciones sospechosas” aprobada por la Presi-
sospechosas, supone reconocer que no toda
dencia de la Corte Suprema de Justicia de la Re-
omisión formal de comunicación de operaciones
pública mediante Resolución Administrativa N°
o transacciones integradas al proceso de lavado
467-2012-P-PJ, y que tiene como objetivo “evitar
de activos es relevante penalmente, sino tan sólo
el congestionamiento del sistema de justicia pe- aquella que ha superado los marcos de actua-
nal con el juzgamiento de hecho intrascendentes ción estándar impuesta sobre el OC. Dentro de
desde la perspectiva punitiva”. estos espacios de riesgo permitido se incluyen los
Precisamente el principio de ofensividad per- supuestos de actuación guiada por el principio
mite introducir como criterio restrictivo la po- de confianza (41), esto es, supuestos en los que
tencialidad lesiva de la omisión, de modo tal que
solo tengan relevancia penal aquellos casos en objeción respecto a su aplicación en el caso concreto del
delito de omisión de comunicación de operaciones sos-
los que la omisión de comunicar operaciones
pechosas: en el tipo penal de omisión de comunicación
sospechosas haya permitido o facilitado la ins- de operaciones sospechosas no existe ninguna referencia
trumentalización del sistema financiero como específica a la vinculación de la omisión con efectivos
medio para el lavado de activos o el financia- comportamientos de blanqueo de capitales.En efecto, las
miento del terrorismo (39). Sólo en estos casos condiciones objetivas de punibilidad son extraíbles direc-
podría sostenerse la existencia de un hecho me- tamente del tenor del texto legal (en esa línea, los ejemplos
propuestos entre otros por ROXIN, Claus. Derecho Penal.
recedor y necesitado de pena. Parte General, tomo I, traducción de Diego Manuel Luzón
Peña - Miguel Díaz y García Conlledo - Javier de Vicente
Una propuesta interpretativa de este tipo re- Remesal, Civitas, Madrid, 1997, p. 970, respecto del delito
sulta mucho más convincente que aquella plan- de embriaguez absoluta del § 323 StGB; MIR PUIG, San-
teada por GARCÍA CAVERO de considerar que la tiago. Derecho Penal. Parte General, sétima edición, BdeF,
exigencia de vinculación entre la omisión de co- Buenos Aires, 2005, pp. 176-177, respecto del artículo
N° 606.2° del CP español) y, en este caso, es precisamente
municación de la operación sospechosa y la rea-
la falta de referencia al texto legal la que impide conside-
lización de actos concretos de lavado de activos rar que el resultado constituya una condición objetiva de
o financiamiento del terrorismo (que hubiesen punibilidad. Es importante reconocer, sin embargo, que
sido detectados de hacer sido informada la ope- la discrepancia con GARCÍA CAVERO no radica en el qué
ración sospechosa a la UIF) como una condición sino en el cómo de la solución pues son finalmente consi-
objetiva de punibilidad (40). deraciones comunes —la de ausencia de merecimiento y
necesidad de pena- las que fundamentan ambas respues-
tas (sobre el fundamento de las condiciones objetivas de
(39) De distinta opinión PRADO SALDARRIAGA, punibilidad: MAPELLI CAFFARENA, Borja. Estudio ju-
Víctor. Op. Cit., p. 266; GARCÍA CAVERO, Percy. Op. cit., rídico dogmático sobre las llamadas condiciones objeti-
p. 149, quien considera que el delito de omisión de comu- vas de punibilidad, Ministerio de Justicia, Madrid, 1990,
nicación de operaciones sospechosas es un delito de mera pp. 29 ss.).
desobediencia y que la exigencia de lesividad sólo es de- (41) Sobre sus contenidos, véase, esencialmente:
fendible como propuesta de lege ferenda. ROXIN, Claus. La imputación objetiva en Derecho Penal,
(40) GARCÍA CAVERO, Percy. Op. cit., p. 153. En evi- traducción de Manuel Abanto Vásquez, Idemsa, Lima,
dente que GARCÍA CAVERO asume una posición en torno 1997, pp. 171 ss.; STRATENWERTH, Günther. Derecho Pe-
a las condiciones objetivas de punibilidad en la que ellas nal. Parte General I, traducción de Manuel Cancio Meliá
se encuentran vinculadas al tipo penal; sin embargo, pese y Marcelo A. Sancinetti, Hammurabi, Buenos Aires, 2005,
a la existencia de un sector significativo de la doctrina pp. 522; CANCIO MELIÁ, Manuel. Líneas básicas de la
penal que sigue dicho razonamiento, es de advertir una teoría de la imputación objetiva, Ediciones Jurídicas Cuyo,

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 201


DPyC Penal Económico doctrina

la realización de la conducta responde a la con- tación de la información alcanzada por el cliente


fianza que se tiene hacia la persona con la cual que podría tener efectos negativos no sólo en la
se interactúa. funcionalidad de la actividad desarrollada por el
OC, sino en la propia estabilidad de la institución
Esta regla, en el ámbito del delito de omisión de microfinanzas debido al riesgo de generar
de comunicación de operaciones o transac- desincentivos para que el sector de la economía
ciones sospechosas, es aplicable para aquellos informal ingrese a la formalidad.
casos en que la evaluación realizada por el OC
sobre el carácter inusual de la operación o tran- V. Conclusión
sacción responde a defectos en la información
que le es proporcionada y que le impiden cono- Este pequeño trabajo, además de proponer cier-
cer adecuadamente al cliente. Esta situación se tas pautas de interpretación del artículo 5° del DL
aprecia con claridad examinando la situación de 1106, permite reconocer lo que BACIGALUPO
las denominadas instituciones de microfinanzas. ha denominado una “nueva orientación de la
práctica del Derecho Penal” (42) aplicado a la
En efecto, dado que gran cantidad de informa- actividad empresarial y de los negocios y que se
ción requerida para el conocimiento del cliente encuentra caracterizada por la introducción, en
proviene del propio cliente (declaraciones jura- las valoraciones de índole jurídico-penal, de ele-
das sobre el origen de los fondos, documentos mentos —procedentes del derecho administrati-
públicos o privados requeridos al cliente, etc.),
vo e incluso de la sociología y la economía— que
surge la posibilidad de que éste proporcione in-
aunque poco convencionales desde la perspecti-
formación o documentación sustentatoria frau-
va dogmática, son imprescindibles para una res-
dulenta que lleve al OC a tener una percepción
puesta penal más racional.
errónea respecto de la normalidad de la relación
entre la operación financiera y la actividad eco- En efecto, la delimitación de los contornos de
nómica del cliente. responsabilidad penal del OC por la omisión de
El control y la reducción a mínimos del ries- comunicación de operaciones financieras sospe-
go de que el OC incurra en evaluaciones erró- chosas debe realizarse tomando en considera-
neas respecto del carácter sospechoso de una ción no sólo la extensa normatividad administra-
operación y/o transacción financiera —como tiva que sirve para llenar de contenido al concep-
consecuencia de la utilización de información to de operación sospechosa, así como las nocio-
y/o documentación fraudulenta— sólo podría nes asociadas al mismo (operación inusual), sino
alcanzarse si se impusiera al OC un deber cualifi- también ciertas variables de corte sociológico y
cado de verificación de la información y contras- económico que resultan determinantes para es-
tablecer el conocimiento del cliente. u
Mendoza, 2001, pp. 103 ss.; FEIJOO SÁNCHEZ, Bernardo.
Resultado lesivo e imprudencia, Universidad Externado (42) BACIGALUPO, Enrique. Compliance y Derecho
de Colombia, Bogotá, 2003, pp. 343 ss. Penal, Aranzadi, Navarra, 2011, p. 31.

202 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


Ejecución de la Pena
DPyC Ejecución de la Pena JURISPRUDENCIA
AGRUPADA

Control judicial de sanciones penitenciarias


Por Jorge Alberto Diegues

Sumario: I. Legislación aplicable. — II. Jurisprudencia. — III. Doctrina.

I. Legislación aplicable Sup. Penal 2012 (noviembre), 67, LA LEY 2012-F, 537, DJ
13/02/2013, 62, AR/JUR/45433/2012.
1. Ley 24.660.
ii) Casuística
2. Decreto 18/97.
4. Lo actuado en el expediente disciplinario que
II. Jurisprudencia concluyó con la imposición de una sanción a un
interno debe anularse, pues se omitió dar inter-
i) Principios generales vención a la defensa de aquel en el trámite admi-
1. Cuando se trata del control jurisdiccional de nistrativo con la debida antelación, especialmen-
las decisiones de la administración penitencia- te en la audiencia que prevé el art. 40 del Decreto
ria se debe procurar la protección más eficaz y la 18/97, que es el momento en el que el sancionado
mejor garantía de su efectiva vigencia sociológi- toma conocimiento de la infracción atribuida y
ca, máxime cuando se trata de la vida y la salud tiene la posibilidad de ofrecer su descargo.
de las personas privadas de su libertad. CNCrim.Corr., sala IV, L., J. L. s/ sanción disciplinaria,
CFCP, sala IV, Internos del Complejo Penitenciario Fe- 01/07/2014, Sup. Penal 2014 (diciembre), 82, LA LEY 2014-
deral N° 1 de Ezeiza s/ recurso de casación, 15/07/2014, F, 568, DJ 04/02/2015, 75, AR/JUR/33839/2014.
LA LEY 2014-F, 2, AR/JUR/41669/2014.
5. La sanción impuesta a quien está detenido
2. La detención carcelaria no puede ir contra en un complejo del servicio penitenciario es nula
postulados fundamentales que hacen a la reedu- si del acta de notificación surge que fue impues-
cación y reinserción social del detenido —art. 1 to de “los derechos que le asisten” pero sin dar
ley 24.660— que tienen a la educación, el traba- mayores precisiones en torno al alcance de esa
jo y los lazos familiares o quasi-familiares como locución, lo cual lo privó del ejercicio del dere-
coadyuvantes dichos objetivos fundamentales, cho de defensa.
acordes con el artículo 18 de la Constitución Na-
CNCrim.Corr., sala de feria A, A., I. G., 07/01/2013, Sup.
cional y a los pactos internacionales sobre de- Penal 2013 (abril), 63, LA LEY 2013-B, 528, DJ 10/07/2013,
rechos humanos. Restringir a título de sanción 56, AR/JUR/73/2013.
alguno de tales derechos implica ir contra los ob-
jetivos de la ley precitada, concordantes con los 6. El sumario seguido a un interno por incurrir
fijados por la Carta Magna federal. en una infracción disciplinaria —en el caso, no
acató la orden de cesar de insultar al personal
Tribunal de Casación Penal de Buenos Aires, sala I, Co-
rrea, José Luis y otros s/ Habeas Corpus, 07/04/2009, La del servicio penitenciario— no transgredió las
Ley Online. garantías de debido proceso y defensa en juicio,
pues del expediente administrativo surge que,
3. El Reglamento de Disciplina para los Inter- una vez impuesto el hecho que se le reprochó, se
nos —decreto 18/97—, no puede ser declarado le hicieron saber sus derechos y se le leyeron a
inconstitucional, pues se trata de una norma dic- viva voz los artículos de la ley 24.660 y de su re-
tada a consecuencia de las facultades conferidas glamento en donde estos figuran.
por el art. 228 de la Ley de Ejecución de la Pena
Privativa de la Libertad. CNCrim.Corr., sala I, Castro Mendoza, Enrique Horacio s/
nulidad de sanción disciplinaria, 04/09/2012, Sup. Penal
CNCrim.Corr., sala I, Castro Mendoza, Enrique Ho- 2012 (noviembre), 67, LA LEY 2012-F, 537, DJ 13/02/2013,
racio s/ nulidad de sanción disciplinaria, 04/09/2012, 62, AR/JUR/45433/2012.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 205


JURISPRUDENCIA
DPyC Ejecución de la Pena
AGRUPADA

7. La conducta del penado que se negó a per- se produjeron en ocasión de ejecutar labores
manecer en el pabellón designado no puede ser encomendadas, como exige la norma, sino en el
considerada una falta sancionable al estar jus- marco de un juego entre internas en la celda que
tificada en la existencia de serios problemas de compartían.
convivencia con los demás internos allí alojados
y en la necesidad de resguardar su integridad CFed. Córdoba, D. de B., A. A. — Mensegue, Natalia
Pamela — S., A. D. — L., M. A. — D. de B., G. A., 14/04/2011,
física, pues lo que reprime el art.6, inc. e), del LLC 2011 (mayo), 419, AR/JUR/10679/2011.
Anexo I del decreto reglamentario 344/08 de la
ley 8812 de la Provincia de Córdoba es el mero 11. Corresponde declarar la nulidad del acta
capricho, antojo o deseo de ser trasladado. que impuso una sanción disciplinaria a un in-
terno, pues la actuación del “Defensor de los
Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nro. 2 de Córdoba, Derechos de los Internos” asignado en el marco
E., C. A., 15/08/2012, La Ley Online, AR/JUR/48180/2012.
de la actuación administrativa resulta deficitaria,
en tanto el imputado negó el hecho endilgado
8. La sanción de permanencia en un alo-
y reclamó la presencia de su abogado, mientras
jamiento individual o celda cuyas condiciones
que el defensor lo admitió, sin haber siquiera in-
no agraven ilegítimamente la detención im- corporado alguna circunstancia defensiva que
puesta en los términos del art. 87, inc. e) de la justifique la petición de aplicación de una san-
ley 2.660 a un interno que ocultó un billete en ción menor y desconociendo específicamente la
una de sus zapatillas debe ser reducida —en el infracción endilgada, violentando así el derecho
caso, de 12 a 2 días—, pues su aplicación por un de defensa del encartado.
período cercano al tope de la escala prevista en
la norma vulnera los principios de razonabili- Cámara de Apelaciones en lo Criminal de Mendoza,
dad y proporcionalidad de la pena, atento a las Kastelic Beaz, Daniel Antonio, 06/12/2010, LLGran Cuyo
características del ilícito cometido y el bien ju- 2011 (junio), 523, AR/JUR/92136/2010.
rídico tutelado. 12. Dado que la resolución que sancionó a un
interno por la destrucción parcial de un mue-
CNCrim.Corr., sala I, B., C. A. s/sanción disciplina-
ria carcelaria, 31/07/2012, Sup. Penal 2012 (agosto), ble cita normas que van más allá de la conducta
69, LA LEY 2012-E, 156, LA LEY 27/08/2012, 11, LA LEY cuestionada, corresponde revocar tal decisorio
2012-E, 184, ED 18/09/2012, 6, DJ 28/11/2012, 57, AR/ en lo referente a dicha infracción, pues no se en-
JUR/35702/2012. cuentra debidamente formulado.

9. La sanción disciplinaria de seis días de ais- Superior Tribunal de Justicia de Tierra del Fuego, Antár-
tida e Islas del Atlántico Sur, López Villarroel, Luis Miguel,
lamiento impuesta a un detenido por tener un 02/03/2010, LLPatagonia 2011 (abril), 183, DJ 14/09/2011,
teléfono celular en el interior de su celda viola 68, AR/JUR/98601/2010.
de modo ostensible los principios de lesividad y
legalidad, ya que la conducta reprochada no se 13. Debe revocarse el pronunciamiento de la
encuentra prevista de modo expreso en norma Cámara Criminal que rechazó la impugnación
alguna y tampoco se ha probado que tuviera una interpuesta a fin de revisar las resoluciones me-
exteriorización idónea para poner en riesgo las diante las cuales el Servicio Penitenciario im-
situaciones previstas en los arts. 44.4 y 47.a de la puso sanciones al condenado —en el caso, in-
ley 12.256 y su modificatoria 14.296. ternación en una celda de aislamiento—, pues
si bien la actuación de la dirección del estable-
Tribunal en lo Criminal Nro. 1 de Necochea, S. M. R., cimiento penitenciario no incurrió en transgre-
13/07/2012, LLBA 2012 (agosto), 730 con nota de Héctor sión alguna, no sucedió lo mismo en la instan-
Manchini, AR/JUR/37955/2012. cia judicial, siendo que el recluso no fue oído en
presencia de su asesor técnico y no se ponderó
10. Debe anularse la sanción disciplinaria la posibilidad de ofrecer prueba (del voto del Dr.
impuesta a la imputada por infracción a la art. Pfleger).
3, inc. p), Anexo I del Reglamento Disciplinario
para Internos del Servicio Penitenciario en virtud El decisorio de Cámara en cuanto negó la im-
de no haber comunicado al personal carcelario pugnación opuesta por el condenado a fin de ob-
la existencia de lesiones en su rostro, si estas no tener la revisión de las resoluciones del Servicio

206 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Jorge Alberto Diegues

penitenciario mediante las cuales se le impuso Superior Tribunal de Justicia de la Provincia del
sanciones —en el caso, internación en una celda Chubut, P., O. L., 07/01/2010, LLPatagonia 2010 (junio),
247, DJ 14/07/2010, 1919, AR/JUR/6515/2010.
de aislamiento—, debe ser revocado si se ha vio-
lentado el derecho de defensa porque el Tribunal III. Doctrina
no lo recibió ante sus estrados y en compañía de
su representante técnico, lo cual le impidió co- 1. AROCENA, Gustavo A., El recurso de los
nocer claramente sus posibilidades recursivas, internos contra las sanciones disciplinarias pe-
cercenándose su derecho de defensa (del voto nitenciarias, Sup. Penal 2010 (septiembre), 218,
del Dr. Panizzi). AR/DOC/5849/2010. u

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 207


Derecho Penal Internacional
DPyC Derecho Penal Internacional DOCTRINA

Más allá de Kampala. El espionaje masivo como un


crimen de agresión. Hacia una redefinición del rol del
derecho (penal) internacional
Por Guido Leonardo Croxatto

Sumario: I. Introducción. El crimen de agresión en el derecho penal in-


ternacional. Evolución, crisis y desafíos. El paso todavía pendiente. —
II. El escándalo destapado por Edward Snowden. — III. “Crossing the
borders”. La soberanía y el derecho internacional. — IV. El espionaje
(masivo) y el crimen de agresión en los albores del siglo XXI. La in-
terpretación alemana: una interpretación restrictiva. — V. La norma
alcanzada por consenso en Kampala, Uganda, en 2010. El artículo 8
bis. Crimen de agresión. — VI. Por una interpretación crítica del cri-
men de agresión. — VII. Hacia una nueva definición de la agresión en
el Derecho. — VIII. “Por una mera cuestión de nomenclatura”. — IX. El
artículo 8 bis del Estatuto de Roma. El crimen de agresión. Definición y
desafíos. — X. El Protocolo I adicional al Convenio de Ginebra (1977).
Un “mal superfluo”. — XI. Conclusión. De los muros presentes y los
muros pasados. — XII. Referencias bibliográficas.

Resumen dos menos —o poco— desarrollados económi-


camente (como muchos países de África, sobre
El objetivo central del presente trabajo es abor- los cuales se concentra casi exclusivamente la
dar de un modo crítico un tipo penal presente en actividad de la Corte Penal Internacional, como
el Estatuto de Roma, que se mantuvo sin embar- ha sido cuestionado por diversos autores, como
go casi una década (2002-2010) como un tipo pe- Danilo Zolo), siendo funcional al ejercicio de la
nal abierto, hasta su definición en la Conferencia jurisdicción concentrada en países pobres (o
de Kampala, en Uganda, en 2010: el crimen de emergentes), pero dejando de lado, en una for-
agresión. ma de doble estándar (tan común en el derecho
internacional), las formas más evolucionadas
Se pretende llevar adelante una lectura crítica
o refinadas de la “agresión”, dejando impunes
de la definición alcanzada en Uganda, mostran-
(como ha sido la tendencia histórica) las agre-
do que ella es notoriamente insuficiente, porque
siones de los Estados —países, economías—
no alcanza de modo eficiente a cubrir las for-
más poderosos.
mas que la agresión toma en el siglo XXI, con los
enormes avances de la tecnología, avances que Palabras clave: crimen de agresión, espionaje,
las condicionan y determinan de un modo claro diplomacia, soberanía.
y profundo. Estos avances condicionan de modo
profundo también la forma en que pensamos y I. Introducción. El crimen de agresión en el
preservamos la privacidad y sobre todo la forma derecho penal internacional. Evolución, crisis
en que ella misma es (o debería ser) pensada y y desafíos. El paso todavía pendiente
preservada por los Estados.
El estatuto de Roma, de 1998, contiene los cua-
De este modo, se espera sostener que, bajo el tro crímenes que persigue la Corte Penal Interna-
formato actual, el tipo penal presente en el Esta- cional: el crimen contra la humanidad, el genoci-
tuto de Roma sirve para concentrarse sólo en las dio, crímenes de guerra y el crimen de agresión.
agresiones más toscas o precarias (o “tradicio- Este último, por las dificultades políticas (y téc-
nales”), que son cometidas en general por Esta- nicas) para acordar una definición (que no afec-

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 211


DPyC Derecho Penal Internacional doctrina

tara intereses de Estados poderosos), permane- ción manifiesta de la Carta de las Naciones Uni-
ció durante mucho tiempo como un tipo penal das”. En el inciso segundo se establece que “por
abierto, como un delito que no estaba definido ‘acto de agresión’ se entenderá el uso de la fuerza
y en consecuencia no se podía perseguir. No era armada por un Estado contra la soberanía, la in-
juzgado. Esto cambió a partir de 2010, cuando el tegridad territorial o la independencia política de
crimen de agresión fue definido y el Estatuto de otro Estado, o en cualquier otra forma incompa-
Roma reformado. Esto sucedió en la Conferencia tible con la Carta de las Naciones Unidas”. Si bien
de Kampala, en Uganda: se definió, en medio de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional
arduas discusiones técnicas y también políticas en función de crímenes de agresión podrá re-
(y contra la oposición de muchos países), el cri- cién ejercerse después del 2017, como se dijo, es
men de agresión. Esto reabrió la discusión sobre tiempo de pensar en el siglo XXI qué formas tiene
los límites del uso de la fuerza: qué configura un o adopta la agresión y qué entendemos por uso
uso de la fuerza “legitimo” (por ejemplo, en una de la fuerza armada. Qué entendemos por arma
intervención humanitaria) y cuándo ese uso de y por agresión. Más puntualmente, si el espiona-
la fuerza es ilegítimo, es decir, cuándo configura je masivo tecnológico, con las características y
una agresión, un crimen. La frontera no es clara escalas (y medios) actuales, no configura abier-
porque muchas guerras y agresiones se han he- tamente, en este siglo, un auténtico crimen de
cho y aún se hacen en nombre de causas nobles; agresión contra las personas y contra los países/
de intervenciones humanitarias, democráticas, Estados, violando su soberanía y su integridad
que luego demostraron no ser tales. La definición territorial de un modo manifiesto, de un modo
del crimen de agresión (y su persecución a partir “manifiestamente incompatible con la Carta de
de 2017) configura así un paso adelante para el las Naciones Unidas”. Es menester del derecho
derecho penal internacional. Abre un nuevo es- internacional público (y del penal internacional)
cenario que merece ser analizado (1). precisar las nuevas formas que, en el siglo XXI,
adquiere la agresión, en caso contrario los tri-
El artículo 8 bis del Estatuto de Roma, que de- bunales internacionales seguirán persiguiendo
fine el crimen de agresión, establece que “una crímenes y agresiones que se cometen sólo en
persona comete un “crimen de agresión” cuan- los países más pobres, pero nunca en los países
do, estando en condiciones de controlar o dirigir más poderosos. El derecho penal internacional
efectivamente la acción política o militar de un seguirá con un doble estándar que le quita toda
Estado, dicha persona planifica, prepara, inicia o legitimidad, todo valor. Así se socava y se vicia la
realiza un acto de agresión que por sus caracte- legitimidad de los tribunales como la ICC.
rísticas, gravedad y escala constituya una viola-
Un error de la conferencia de Kampala, en
(1) Este ensayo, que tiene como telón de fondo político 2010, donde el crimen de agresión fue defini-
el aún abierto escándalo de espionaje masivo (desatado do, fue haber incorporado, como aclaración en
en 2013), es un paper de Derecho Penal Internacional, el artículo 8 bis, una resolución de hace más de
crítico de la posición restrictiva en la materia (que es la medio siglo, como si las formas de la agresión de
posición clásica alemana, de profesores colegas como Kai
Ambos, que interpretan restrictivamente figuras como el 1974 (bloqueo de puertos, etc.) fueran las formas
crimen de agresión, crimen aquí analizado). Buscamos actuales. Ese anacronismo no es inocente: perju-
interpretar aquí -frente a posiciones restrictivas “clásicas” dica a los países más atrasados tecnológicamen-
(que han sido históricamente funcionales al doble están- te y más pobres (reforzando el argumento de que
dar de persecución penal)- “extensivamente” el Estatuto la Corte Penal Internacional se ha convertido en
de Roma, sobre todo su última modificación en Kampala,
los hechos en un tribunal que sólo persigue crí-
en 2010, de modo de volverlo más apto para perseguir los
crímenes en función de la forma que ellos cobran en el menes cometidos en África, como afirma, entre
presente y no en el pasado. De este modo se combate la se- otros, Danilo Zolo, contra argumentos de auto-
lectividad penal (para el caso de que fuera posible hacerlo res alemanes como Kai Ambos, que defienden
sin poner en crisis al sistema penal mismo) y se legitiman al tribunal de esta crítica). El desafío es pensar la
los tribunales internacionales, como la CPI, cuya base es agresión en función de la forma que ella tiene en
la cooperación internacional, la cooperación (más que
la competencia) entre países, Naciones y Estados. Don-
la actualidad, no de la forma que la agresión tuvo
de la cooperación internacional se erosiona, se erosiona en el pasado. En caso contrario, los países con
al mismo tiempo la legitimidad -y la efectividad- de estos menos recursos tecnológicos, serán los únicos
tribunales. criminalizados por su accionar y sus agresiones

212 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Guido Leonardo Croxatto

(que tampoco deben quedar impunes). En tanto actualidad o tendrá en el 2017 y no por la forma
aquellos que detentan las tecnologías más avan- que cobró en el pasado, tomando como eje 1974
zadas están, en función de esa tecnología, dan- (Declaración 3314, incorporada al art. 8 bis del
do forma a agresiones “nuevas” que quedarán Estatuto de Roma). El derecho internacional no
impunes porque el derecho no está aún prepa- puede ir siempre detrás de los hechos: alguna
rado para conceptualizarlas. El espionaje masivo vez puede posicionarse delante.
tecnológico, con los medios y la sistematicidad
actuales, a dirigentes, cancilleres, diplomáticos, II. El escándalo destapado por Edward
jueces, periodistas, estudiantes, empresas y em- Snowden
presarios en todo el mundo, violando fronteras El espionaje masivo resulta una violación gra-
territoriales y reglas básicas del derecho interna- ve de los derechos humanos y de la soberanía.
cional público de modo sistemático, socavando
la base y el valor mismo de la diplomacia, es o Dilma Rousseff en la Asamblea General de la
configura abiertamente un “acto de agresión que ONU, 2013
por sus características, gravedad y escala consti-
tuye una violación manifiesta de la Carta de las ¿Puede una violación grave, tal como indica
Naciones Unidas”. Es una violación de la demo- Dilma Rousseff, quedar sin condena? Una de
cracia y del principio básico del derecho interna- las crisis más complejas que atravesó y aún atra-
cional de que se negocia y se pacta de buena fe. El viesan las democracias en los últimos años vino
espionaje amenaza con quitarle valor a la diplo- dada por la profunda crisis que representó el es-
macia (pero también socava la vida civil, las ga- cándalo del espionaje masivo de la NSA (desta-
rantías sobre las que descansa toda democracia); pado en el 2013 por el ex espía norteamericano
al derecho internacional. A los tratados firmados. Edward Snowden) que afectó no sólo la legitimi-
A la propia justicia internacional. El espionaje dad de los Estados democráticos modernos (la
masivo atenta contra la paz. Atenta contra las re- base misma de lo que entendemos por Estado
laciones entre los países, contra su soberanía y su de Derecho, por democracia, por sociedad civil),
integridad esenciales. Por esa razón el espionaje que tiene como una de sus misiones centrales
masivo, lo cometa el país que lo cometa, debe ser preservar las garantías civiles (siendo la priva-
considerado como un crimen de agresión. Como cidad de las comunicaciones —garantía de au-
un crimen que juzgan —no como un crimen que tonomía personal, libertad de expresión— una
evaden— los tribunales internacionales. Defen- de ellas, una de las más fundamentales en una
der esta tesis (esta nueva doctrina) es el objetivo democracia) sino también habiendo afectado
esencial del presente trabajo. Para ello se cues- (el escándalo del espionaje masivo a dirigentes,
tionará, en primer lugar, la doctrina clásica ale- políticos, embajadores, jueces, estudiantes, em-
mana, representada actualmente por el profesor presarios, etc.) la efectividad y el sentido mismo
Kai Ambos en Göttingen, que es una tesis “res- de la diplomacia, de los espacios internaciona-
trictiva” en materia de agresión por entender que les públicos, de los foros donde se negocia —en
ella (que la Declaración 3314 adjunta al art. 8 bis principio— de buena fe y donde se buscan, gene-
es “exhaustiva” y no meramente, como creemos ran y consolidan acuerdos. Pensar la agresión en
nosotros, ejemplificativa) conduce en la actuali- el derecho penal internacional (DPI) configura
dad no a una justicia internacional más ecuáni- un tema de enorme trascendencia para pensar
me (y en consecuencia más legítima), sino a una la evolución de la democracia en los albores del
forma de doble estándar en la persecución penal. siglo XXI, pero también para pensar los caminos
sinuosos que actualmente transita el Derecho
El objetivo de este ensayo es establecer una Internacional Público en general y el Derecho
nueva doctrina (crítica, consustanciada con los Penal Internacional en concreto, tomando como
desafíos y urgencias actuales en el escenario in- eje la “normalización” gradual de estados, actos
ternacional, marcados por el resurgimiento de la y medidas discrecionales que previamente (an-
“doctrina de seguridad nacional”) en lo atinente tes del resurgimiento de la doctrina seguridad
al crimen de agresión, presente en el Estatuto de nacional, a partir de 2001) eran considerados “de
Roma. Hay, pese a los avances de Kampala, un excepción”. La normalización del estado de “ex-
paso pendiente y es pensar la agresión según cepción” (que ha pasado a ser, como afirma Gun-
—o en función de— la forma que posee en la ter Frankenberg, el estado regular de cosas, el es-

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 213


DPyC Derecho Penal Internacional doctrina

tado “normal”) es inseparable del resurgimiento convirtiendo en el estado “normal” —permanen-


político de la doctrina de la seguridad nacional te, no excepcional— de cosas. Lo que antes era
(que explica el uso de mecanismos de tortura (2), la “excepción” hoy es la regla. Esto traduce una
de espionaje masivo, de cárceles clandestinas, crisis profunda de la legalidad internacional, de
etc.; todo en nombre de la defensa, no de la segu- la modernidad jurídica. El principio de legalidad
ridad colectiva, como predica o pretende la ONU está siendo erosionado y con él el Estado de De-
—en aras de la cooperación entre países— sino recho. El espionaje masivo (incluso entre “países
del interés “nacional”, las potencias defienden aliados”, como sostuvo Angela Merkel, tras el es-
“sus intereses”, esta defensa de sus “intereses” es cándalo que supuso que hasta su propio teléfono
inseparable muchas veces de la comisión de se- personal estuviera intervenido y espiado conti-
veras “agresiones”). Repensar la agresión en el si- nuamente por un servicio secreto de otro país) es
glo XXI (la forma que ella cobra en función de las la contracara necesaria de esta crisis profunda.
nuevas posibilidades de “agresión” que abren las En nombre de la lucha al terror (mayor “seguri-
nuevas tecnologías de que disponen los Estados, dad nacional”) muchas sociedades han renun-
los países más desarrollados y avanzados econó- ciado gradualmente a muchas de sus garantías
micamente, con avances científicos, y técnicos) y derechos esenciales y también han renunciado
parece ser la única forma de preservar la demo- ha cooperar entre ellas (la seguridad colectiva,
cracia de amenazas no tanto externas (la amena- principio rector de la ONU, se basa en la coo-
za del terrorismo) sino internas, como el espio- peración internacional, siendo la cooperación
naje masivo tecnológico (EMT), que en nombre —contra la que conspira la doctrina de la “segu-
del combate al terror y la defensa de las liberta- ridad nacional”— la contracara de todo espiona-
des civiles termina socavando esas mismas ga- je). El espionaje masivo lesiona la autonomía y
rantías civiles básicas y esas mismas libertades, la libertad civil y esto perjudica a la democracia.
en cuyo nombre, paradójicamente, se ejerce (3). Pero también lesiona la legitimidad (el sentido
El espionaje masivo termina socavando la liber- mismo, el objeto) de los espacios y foros interna-
tad y el Estado de Derecho. Erosiona la legalidad. cionales donde los Estados acuerdan: se vulnera
la diplomacia. Se desdibuja el diálogo en todos
En el marco de la llamada “lucha al terror” los niveles: internacional, nacional, político, se
(guerra al terrorismo, están con nosotros o con- desdibuja incluso la interacción civil (5). Se des-
tra nosotros, afirmo Bush hijo en 2001, dando
pie a la vasta doctrina de la guerra preventiva, (5) Se daña el sentido de lo que entendemos por perso-
violatoria de todo ordenamiento jurídico) la pér- nalidad. El espionaje -la vigilancia, como en toda institu-
dida de derechos civiles ha dejado de ser la “ex- ción total (en el sentido de Erving Goffman), lógica antes
sólo reservada a la cárcel -donde todos los encerrados son
cepción” y se ha convertido lentamente (a nivel “tutelados” e infantilizados por el sistema, reducidos y con-
discursivo, y jurídico) en la “regla” (4). Se ha ido ducidos- pero que hoy se ha extendido a todos los espacios
y resquicios de la sociedad, empresas, calles, parques, esta-
(2) Denominadas con el eufemismo de “técnicas de in- ciones, universidades, campos de deportes, edificios, barrios
terrogatorio mejoradas”, como el submarino. cerrados, todo (para disminuir supuestos riesgos o peligros)
es vigilado, cada espacio, cada rincón cuenta con una cá-
(3) Frankenberg, G. Técnica estatal. Perspectivas del mara que registra todo- inhibe el desarrollo de la persona.
Estado de Derecho y el estado de excepción. Ed. Rubinzal- El espionaje masivo inhibe la libertad y lo que entendemos
Culzoni. Buenos Aires. 2014. El autor muestra cómo se va por derecho a la personalidad, por derecho a ser persona.
“normalizando” lo que (como la lesión y renuncia de dere- Todo esto se hace en nombre de la seguridad nacional. El
chos civiles) antes era visto como algo excepcional, como espionaje masivo mina todo reconocimiento civil y político
un estado de “excepción” que poco a poco se ha vuelto un a la persona espiada, la disminuye, y desaparece -degra-
estado “normal”, lesionando nuestras libertades y desdi- da- su autonomía civil y su capacidad de participación. Le
bujando lo que entendemos por democracia. niega sus derechos. El espionaje masivo supone un Estado
(4) Las democracias corren el riesgo -sin garantías ci- que desconfía de todas las (sus propias) personas, de sus
viles sustanciales- de convertirse, como advierte Ferrajoli, propios ciudadanos, desdibujando la frontera sorbe la que
en una cáscara vacía, formal, detrás de la cual no hay una se edifica la sociedad civil, escindida del Estado. En una
sociedad civil que ejerce plenamente sus derechos políti- sociedad donde rige el espionaje masivo, no hay sociedad
cos. El espionaje erosiona y socava la autonomía personal. civil. No hay participación política. No hay sociedad abier-
Violenta nociones elementales de lo que entendemos por ta. Todos los ciudadanos pasan a ser “internados” dentro
Estado de Derecho y democracia constitucional. Ferrajoli, de sus propios Estados/sociedades. (Goffman) El espionaje
L. Democracia y garantismo. Ed. Trotta. Madrid. 2012. masivo produce la represión y la auto-censura del internado.

214 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Guido Leonardo Croxatto

dibujan los foros políticos y los espacios donde contra sociedades entre muros, como la Alema-
se generan acuerdos nacionales o internaciona- nia de la DDR, el libre mercado, capitalismo y de-
les. Se desdibuja la libertad de expresión, que es mocracia) amén de la grave lesión de derechos
reemplazada, en un Estado que vigila —registra, civiles esenciales, se lesionan también la diplo-
supervisa, contabiliza— todas las comunicacio- macia, la actividad comercial, la deliberación
nes privadas —todos los pasos— de sus ciudada- política democrática. No alcanza con decir, como
nos, por la auto-censura. Por el terror. No por la dijo Rousseff en Nueva York, que el escándalo del
libertad civil. EMT denunciado por Snowden es una “violación
del derecho internacional grave”. Lo es. Pero
La esencia misma del Estado de Derecho, con- Rousseff no pudo decir mucho más que eso: esta
cebido por la modernidad como reacción a la violación “grave” carece por el momento de una
sociedad estamental, autoritaria, de vigilancia, figura concreta que le dé cauce y evite o morigere
es puesta en cuestión, en tela de juicio, en crisis, la impunidad con que se manejan los actores de
por el espionaje masivo. El espionaje (naturaliza- este crimen. Por tal razón es que hace falta dar
do como algo “normal” en la lucha —permanen- el siguiente paso. Y ese siguiente paso (que aun
te— al terror) daña de modo profundo la perso- no se ha dado, que aun el derecho penal interna-
nalidad, vulnera las libertades civiles, jaquea la cional no dio, que es un paso todavía pendien-
autonomía y la capacidad de expresarse de las te) no se puede dar en el vacío: necesita de un
personas (su derecho a expresarse) sin sentirse marco teórico preciso, que brinde posibilidades
acosadas o vigiladas desde el Estado mismo. El efectivas y concretas de persecución y condena.
EMT mina la deliberación democrática. Desdi- Se debe determinar primero por qué el EMT, con
buja la diplomacia y la actividad política. Ame- las características y efectos globales actuales, es
naza con destruir los pilares mismos sobre los una violación manifiesta, muy grave, como dijo
que se construye y se edifica la sociedad civil: la Rousseff, al derecho penal internacional (a la le-
participación ciudadana. tra y al espíritu de la carta de la ONU, a la letra
y espíritu de toda constitución liberal moderna,
Dijo Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, en la
una violación de toda legalidad jurídica, de todo
Asamblea General de la ONU, en 2013, que el es-
marco civil) y sobre todo cómo se puede o debe
pionaje masivo (de ciudadanos, empresas, presi-
juzgar —a través del Derecho— tal violación gra-
dentes, jueces, académicos) es una violación del
ve. A través de qué figura, de qué instrumentos.
derecho internacional grave, lo cual es claro. El
desafío es ir más allá. No alcanza con decir que Los avances de la tecnología condicionan tam-
el EMT es un fenómeno “grave” y que sus acto- bién la forma en que pensamos la esfera privada
res —provengan del Estado que provengan— co- de las personas. Condicionan los modos en que
meten una vaga pero muy clara “violación del la privacidad es pensada y puede ser preservada
derecho internacional grave”. Se debe establecer por los Estados. Sin privacidad no hay sociedad
cómo y por qué esto es una violación “grave” del civil. No hay participación política. No hay diá-
derecho internacional. Lo complejo es determi- logo. Sin privacidad desaparece el sujeto de de-
nar en todo caso cómo (por qué y para qué) se recho autónomo: desaparece la (lo que entende-
juzga en concreto eso que se dice “violación del mos por) persona. Y también por ciudadano.
derecho internacional”. A través de qué figura en
concreto del derecho internacional, de qué insti- Por otro lado, es importante remarcar que
tuto. El crimen de agresión puede ser esa figura. 2017 no es (no será nunca) 1974. Existe un abis-
Es la que permite juzgar de modo más directo y mo entre ambos momentos históricos. Son dos
sin recurrir a la analogía (vedada en el derecho épocas separadas, dos mundos diferentes, dos
penal) estas violaciones masivas que lesionan de posibilidades (geopolíticas, tecnológicas, civiles,
modo manifiesto y concreto —y sistemático— comerciales, internacionales), muy diferentes y
los valores y la letra misma de la Carta de la ONU. el derecho penal internacional no puede perma-
La diplomacia y la política internacional se ven necer impasible o ajeno ante esto. Hacerlo signi-
socavadas y amenazadas por el EMT. Pero tam- ficaría avalar las consecuencias de este desfase
bién el comercio, la libertad económica, la vida entre las conceptualizaciones jurídicas (de 1974)
civil (máxime para quienes asocian, asumiendo y las posibilidades que brinda la tecnología en el
el discurso de posguerra dirigido precisamente siglo XXI: ese “desfase” o anacronismo no es ino-

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DPyC Derecho Penal Internacional doctrina

cente, provoca el doble estándar de persecución sin lo cual pierde legitimidad. Muchas “agresio-
criminal en los hechos, donde las agresiones más nes” quedarían fuera de la definición alcanza-
sofisticadas permanecen impunes y las más tos- da en Uganda (que apela a una resolución de
cas, cometidas (como en 1974 en 2017) por Es- 1974, siendo mucho lo que cambió la “agresión”
tados/países menos desarrollados económica- —siendo mucho lo que cambió la tecnología,
mente, con menos tecnologías a su disposición, como se dijo— desde entonces). De este modo,
son criminalizadas y condenadas, porque son las la definición alcanzada en Kampala en 2010 es
únicas que “comprende” (y en consecuencia las funcional al doble estándar de persecución pe-
únicas que juzga) el Derecho (6). Esto no signifi- nal: los Estados con instrumentos tecnológica-
ca pedir que los crímenes que se cometen no se mente más refinados, más sutiles y desarrollados
juzguen o queden impunes, como sugiere Am- ven cómo sus agresiones (más sofisticadas) que-
bos. Al contrario. Significa pedir más, no menos.
dan fuera del tipo penal (quedan impunes), fue-
Significa que la ecuanimidad (base de la legitimi-
ra de la persecución penal internacional, que no
dad política) en el plano internacional demanda
tiene —aún— las herramientas conceptuales y/o
que la persecución jurisdiccional no sea sólo en
determinados escenarios o países (pobres), sino técnicas (los marcos teóricos) necesarias para
en todos donde un crimen (por sofisticado que criminalizar esas conductas, estas agresiones.
pueda ser) se cometa. Pero la primera aclaración Estos crímenes. De este modo, para “justificar”
es esta: 1974 no es 2017. Son dos épocas —dos su lugar —su existencia misma— los tribunales
mundos, dos posibilidades tecnológicas, técni- orientan su acción (algo semejante denuncia
cas— abiertamente diferentes. Son dos mundos Zaffaroni para la selectividad penal en los delitos
separados, que requieren un derecho penal in- toscos en la esfera nacional) a los delitos más pri-
ternacional pensado para el siglo XXI. No para el mitivos, más ostensibles, más burdos. Así como
siglo pasado. en el plano criminal local la justicia no cubre
nunca los delitos de cuello blanco, tampoco en el
La agresión contemporánea dista de ser la plano internacional la justicia penal avanza más
agresión (en forma, métodos, y objetivos) que allá de los países/sectores pobres y vulnerados,
tenía lugar hace medio siglo, la agresión cambió cuyas “agresiones” toscas son —de tan primiti-
o “evolucionó”, se refinó, se volvió en muchos as- vas— más fáciles de identificar y probar. De este
pectos mucho menos visible, más sutil, menos modo (persiguiendo delitos toscos, “clásicos”,
evidente, más disimulada, producto de la evo- funcionales a la impunidad de los otros delitos,
lución tecnológica permanente (7); el DPI no
por ejemplo, financieros, la criminalidad econó-
puede mantenerse ajeno a estos cambios deter-
mica, etc.) los tribunales —pese a que no atacan
minantes, fundamentales, si quiere ser eficiente
(ecuánime) en sus cometidos, si la jurisdicción nunca el “núcleo” (económico, financiero, etc.
—penal internacional— pretende ser ecuánime, que desata la violencia, la injusticia y la desigual-
dad social (8)) “justifican” su trabajo (de impar-
tición de “justicia”)—. Mientras la criminalidad
(6) Coté, Luc. “International Criminal Justice: tighten-
ing up the rules of the game”. En International Review of económica siga impune (mientras los delitos de
the Red Cross. Volume 88 Number 861 March 2006. cuello blanco cometidos por sectores concen-
(7) Véase “Cortocircuito entre EE.UU. y China por un trados y poderosos no sean juzgados) juzgar la
masivo ciberataque”, en Diario La Nación, Buenos Aires, “criminalidad tosca” (social) carecerá de sentido
06/06/2015. En este caso una periodista (que no es abo- y de objeto. Porque se juzga las consecuencias
gada) lo dice desde el sentido común. Y lo que dice, sin sociales (de una sociedad desigual e injusta),
conocer la convención de Roma, es correcto. El espionaje
es en los albores del siglo XXI una nueva forma de ofensi-
va -es decir de agresión- entre países. Y el derecho penal (8) Naucke, W. Concepto de delito económico-político.
internacional no puede permanecer impasible ante esto. Una aproximación. Librería La Jurídica. Barcelona. 2015.
Ante estos cambios notorios en las formas que cobran las Repensar la criminalidad económica es esencial para re-
agresiones. (Como bien sostiene Amnistía Internacional pensar (y redefinir) la agresión. Para entender más a fon-
el espionaje masivo en realidad es -y debe ser nombra- do por qué la agresión es un crimen. La ineficacia en la
do y pensado como- una forma de la “vigilancia masiva”. represión de la criminalidad económica y financiera no es
Véase también Informe de Amnistía Internacional: http:// socialmente inocente o neutral: determina la otra crimi-
amnistia.org.ar/noticias-y-documentos/archivo-de-noti- nalidad (tosca) que es, por diversas razones (una es que es
cias/vigilancia-masiva-6). más fácil de identificar) la única que realmente se juzga.

216 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Guido Leonardo Croxatto

pero no se ataca nunca sus causas (9). Las causas definitiva, repensar las nuevas formas que ad-
(debido a la insuficiencia de los instrumentos del quiere la agresión y pensar si el derecho penal
propio derecho para juzgar, nombrar, visibilizar internacional, bajo las definiciones y tipos actua-
estos crímenes) quedan siempre escondidas. les, está generando (o no) instrumentos adecua-
Disimuladas detrás de la persecución selectiva dos y eficaces para su persecución y condena.
de crímenes toscos y evidentes, con cuyo juzga-
miento, sin embargo, los tribunales penales jus- La forma que la agresión va tomando en el si-
tifican su existencia misma. glo XXI va demostrando que muchas de las de-
finiciones e instrumentos de análisis con que se
El espionaje masivo de la NSA, con las carac- maneja el Derecho (no sólo internacional) van
terísticas actuales (sistemático, masivo, global, quedando perimidos, en desuso. Son anticua-
cotidiano, tecnológico, automático, fuera del dos: no sirven a su cometido. Esto nos obligará
conocimiento de autoridades civiles, etc.) puede a repensar precisamente aquellas figuras que,
configurar un crimen de agresión bajo el Estatu- como el crimen de agresión, habían quedado
to de Roma, siempre y cuando se esté dispuesto abiertas en el Estatuto de Roma, por la enorme
a repensar la “agresión” de forma acorde con los
dificultad que su definición suponía y aun supo-
cambios/avances que la tecnología supone en un
ne para los Estados, que usan toda instancia para
mundo globalizado y cada vez más interconecta-
do. El espionaje masivo, con las características negociar y preservar no sólo la seguridad colecti-
con que acaba de ser denunciado (a jueces, diri- va, principio rector de la ONU, sino también (y a
gentes, empresarios, etc.), puede configurar, y de veces sobre todo), sus intereses (11).
hecho configura, un acto (de agresión) “que por
sus características, gravedad y escala” constituye fuerza armada como crimen contra la humanidad”, Equi-
una violación manifiesta de la Carta de las Na- po Nizkor, 22 de Agosto de 2012. Traducción al español del
Equipo Nizkor, Charleroi, 9 de Septiembre de 2013. http://
ciones Unidas. Y si bien no constituye (el EMT) www.derechos.org/nizkor/aggression/doc/bferencz8.
un uso clásico de “fuerza armada” (dependiendo html.
de qué máquinas se comprendan como “armas”, (11) Que estarían muchas veces más cerca de la “segu-
ya que se emplean máquinas —muy complejas ridad nacional” (el auge del espionaje masivo está más
y sofisticadas, como reconoció el mismo John cerca de la ideología de la seguridad nacional, que expe-
Kerry— para organizar el espionaje masivo, vul- rimenta, como advierte Zaffaroni, un resurgimiento) que
nerando soberanía, intimidad de las personas, de la seguridad colectiva, principio rector de la ONU. Por
eso a su vez sistemas como el de la ONU están en crisis:
etc.), es claro que el espionaje masivo y sistemá- el espionaje es a la vez causa y consecuencia de esa cri-
tico-tecnológico cotidiano y global es un acto sis de la diplomacia. La seguridad nacional se basa en la
manifiesto de un Estado “contra la soberanía, la competencia entre Estados (espionaje, guerras, agresio-
integridad territorial o la independencia política nes). La seguridad colectiva, principio rector de la ONU,
de otro Estado”, “en una forma abiertamente in- se basa, por el contrario, en la cooperación internacional.
compatible con la Carta de las Naciones Unidas”. En la cooperación y comunicación (negociación, acuer-
dos, pactos) de buena fe. En la cooperación (no en el es-
Analizar y demostrar esto es el objetivo esencial pionaje) entre países y Estados. El espionaje mina y vacía
de este trabajo. la cooperación. El aparente paso de un tipo de seguridad
a la otra configura un grave retroceso en el plano del de-
La agresión, en los albores del siglo XXI, cobra recho internacional y de las relaciones internacionales,
nuevas formas y el DPI no puede permanecer una crisis de la diplomacia que pone en riesgo conceptos
impasible ante estos cambios (10). Se busca, en tales como soberanía, territorio, (negociaciones de buena
fe, etc.) concepciones esenciales en la constitución de un
Estado. También se violentan todas las esferas privadas,
(9) La justicia penal termina siendo con su accionar preservadas en las constituciones liberales, que pasan de
estructuralmente selectivo parte así del llamado “control ser letra viva a letra muerta (la inviolabilidad de la corres-
social”. No mucho más que eso. pondencia, la privacidad de las comunicaciones, dejan
(10) “Gravedad en el Crimen de Agresión. ¿Una nueva poco a poco de ser “derechos” civiles: están dejando de
categoría en los usos ilícitos de la fuerza?”; en Volumen serlo ante el auge de la seguridad nacional, que configura
IV (enero 2016) del Anuario Iberoamericano de Derecho no ya un estado de “excepción” transitorio, sino el estado
Internacional Penal (ANIDIP), coeditado por la Casa Edi- regular de vida en democracia: de este modo vamos per-
torial de la Universidad del Rosario, la Editorial Tirant lo diendo poco a poco garantías esenciales, en este marco
Blanch y el Instituto Ibero-Americano de La Haya. 2016. nada casual, de erosión gradual de la legalidad, se suce-
Véase también Ferencz, Benjamin B. “El uso ilegal de la de la crítica al garantismo; su carácter más extremo viene

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 217


DPyC Derecho Penal Internacional doctrina

Nunca es fácil establecer una nueva doctrina. III. “Crossing the borders”. La soberanía y el
Lo más simple es decir que el EMT no configura derecho internacional
una agresión a la luz de la resolución 3314 (XXIX)
de 1974, y que en consecuencia, ese crimen debe Lo primero que se debe advertir es, merced
quedar impune, porque no tenemos una herra- de distintos avances (vinculados sobre todo a
mienta eficaz (o un marco conceptual, teórico ade- las posibilidades nuevas que abren los avances
cuado) para comprenderlo, interpretarlo, juzgarlo, de la tecnología en la era digital, aunque no so-
condenarlo (12). Nosotros pensamos en sentido lamente), cómo se va desdibujando la noción
inverso al sentido “tradicional”, por eso cuestio- de frontera, esencial para determinar uno de los
namos en este trabajo también la posición clásica elementos centrales del Estado moderno: su te-
alemana, restrictiva en materia de agresión. En este rritorio. “Las violaciones no conocen fronteras y
trabajo esperamos dar un sólo paso. El primero, las formas de esta agresión se sofistican cada vez
que es siempre, en todos los planos, el más difícil. más” (13), afirma escuetamente Leonardo Bloff.
Las agresiones se vuelven cada vez más sutiles,
La discusión sobre el crimen de agresión es más sofisticados. Más complejas. Más difíciles
una discusión determinante sobre el futuro rol de “asir” por el derecho. No adquieren las for-
del Derecho Internacional, un derecho que ve mas clásicas de una agresión bélica como podía
actualmente como muchos de sus principios e ser el ostensible bloqueo de un puerto. En la era
instituciones esenciales están, desde el retorno de las (tele)comunicaciones, las agresiones, más
de la retórica de la seguridad nacional y la guerra refinadas, virtuales, se centran sobre todo en esa
“preventiva” (y de escándalos globales como el esfera (cuyas plataformas son muchas veces ina-
escándalo del espionaje masivo) en crisis. Exis- sibles, inmateriales): en la comunicación.
te un grave retroceso en materia de legalidad
internacional. Muchos actos que configuraban Existe una sola forma de evitar el doble están-
antes (del auge, en 2001, en plena “lucha al terro- dar en el ejercicio de la jurisdicción penal inter-
rismo”, de la doctrina de seguridad nacional) un nacional (es decir, de evitar que ésta, merced del
estado de “excepción” hoy se han normalizado doble estándar, termine perdiendo su legitimi-
y forman parte del cuadro cotidiano (del estado dad) (14) y es ajustando los tipos penales y las
normal de cosas) de la vida civil y política. La
normalización de la excepción (la normalización (13) “Vivimos en un mundo en el cual los derechos hu-
del espionaje, la normalización de las torturas, manos son violados, prácticamente en todos los niveles,
la normalización de las guerras “preventivas”, la familiar, local, nacional y planetario. El Informe Anual de
normalización de Guantánamo) como advierte Amnistía Internacional de 2013 con referencia a 2012, que
Gunter Frankenberg en Alemania representa un cubre 159 países, hace exactamente esta dolorosa cons-
riesgo para la democracia. La vigilancia erosiona tatación. En vez de avanzar en el respeto a la dignidad
humana y a los derechos de las personas, de los pueblos
la vida civil y política. El escándalo del espionaje y de los ecosistemas estamos retrocediendo a niveles de
masivo y sistemático a dirigentes, empresarios, barbarie. Las violaciones no conocen fronteras y las for-
jueces, periodistas, políticos, ONG, diplomáticos, mas de esta agresión se sofistican cada vez más”. Bloff, L.
académicos, estudiantes, revela la crisis en que “Los aviones no pilotados, la violación más cobarde de los
se encuentra sumida la diplomacia internacional derechos  humanos”, en http://leonardoboff.wordpress.
pero también el Derecho Internacional Público. com/2013/12/17/los-aviones-no-pilotados-la-violacion-
mas-cobarde-de-los-derechos-humanos/). El DIP no
puede permanecer impasible ante esto, antes estas nue-
dado por Günter Jakobs y su despersonalización de los vas formas de la agresión, que son, como afirma Leonar-
“enemigos”, que no tienen derechos, ya que no son perso- do Bloff, basado en el informe de Amnistía Internacional,
nas, son “no personas”). Véase Weisbord, N. “Conceptual- cada vez más sofisticadas. Esta “sofisticación” creciente de
izing Aggression”, in Florida International University Law, las agresiones (producto del avance directo de la tecnolo-
Legal Studies Research Paper Series. Vol. 20. 2010. El auge gía y también de las formas que adquieren las comunica-
del espionaje masivo no se sucede en cualquier contexto ciones en el siglo XXI) representa un enorme desafío para
sino en un contexto de crisis de la esfera internacional y el Derecho. Y para la doctrina penal.
de la legalidad misma en el Derecho. Por eso mismo se (14) Por ejemplo persiguiendo sólo crímenes cometi-
vulneran derechos esenciales de nuestras constituciones. dos en países emergentes (se emplea el eufemismo países
(12) Heller, K. “The Uncertain Legal Status of the Ag- “en vías de desarrollo”, en “vías de” crecimiento, países
gression Understandings”, Journal of International Crimi- “emergentes”, de la “periferia”) de África. Kai Ambos de-
nal Justice, Vol. 10. 2012. pp. 229-248. fiende a la CPI de esta critica (que realizan autores como

218 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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formas de persecución de crímenes atroces a las desmedro del principio de la seguridad colecti-
cambiantes pero particulares circunstancias en va, principio rector de la ONU, que se basa, por
que se pretende aplicar el derecho penal: el siglo el contrario, en la cooperación fundamental en-
XXI es un siglo de telecomunicaciones veloces, tre países (aliados o no) con miras a consolidar
el siglo del salto digital, donde las tecnologías objetivos comunes, siendo el mantenimiento de
avanzan y condicionan de modo complejo y va- la paz uno de los más fundamentales de ellos, y
riado lo que entendemos por comunicación, por que le dio sentido, precisamente, al sistema de
“frontera”, por “privacidad”, por esfera intima, por Naciones Unidas tras la Segunda Guerra Mun-
agresión, por derechos humanos, por vida social, dial. El paso de un sistema a otro (el paso o re-
por interacción humana, por relaciones sociales, troceso de la seguridad colectiva a seguridad
por participación política, por autonomía, por nacional) reemplazando principios (de coopera-
“persona”; en suma, condicionando conceptos ción internacional por el de competencia y agre-
centrales de la teoría política moderna, como los siones, como el espionaje masivo, aunque no
de legalidad, sociedad civil, Estado, ciudadanía, solamente, también comerciales) desnuda una
libertad de expresión, vida pública, deliberación crisis profunda de la diplomacia. Una pérdida
democrática. de confianza y fe en la diplomacia como espacio
natural o actividad capaz de alcanzar o lograr
Como refiriéramos con anterioridad el 2017 no buenos acuerdos. Donde el “medio” natural de
es (y no será nunca) 1974. Existe un abismo entre la paz deja de ser la diplomacia internacional (la
ambos momentos. Ese “desfase” no es inocente, seguridad colectiva, el principio de cooperación
provoca el doble estándar de persecución crimi- entre países/Estados) surgen actividades (que se
nal que estamos cuestionando, donde las agre- creían superadas, propias de la Alemania previa
siones más sofisticadas —como afirma Danilo a la caída del muro de Berlín y la Stasi) como el
Zolo— permanecen impunes (15). espionaje masivo, que depende o anuncia la cre-
ciente “desconfianza” entre los Estados y entre
Decíamos que el escándalo (auge) del espio-
las personas. La seguridad colectiva descansa en
naje masivo (expuesto por el ex espía Snowden)
la cooperación. La seguridad nacional descansa
desnuda el resurgimiento a escala internacio-
en las agresiones (“preventivas”) y en activida-
nal de la ideología de la seguridad nacional (16)
des —que minan la diplomacia, que minan todo
(bajo la égida de la doctrina de la guerra pre-
“acuerdo”, toda “cooperación”— como el espio-
ventiva, que erosionó la credibilidad de todo el
naje entre Estados, dejando que cada uno (cuan-
sistema de la ONU y la imagen de EE.UU. en el
do no cooperan) persiga su propio y sólo “inte-
mundo, mostrando la desconfianza recíproca
rés”. No es menor lo que preanuncia el paso (el
que existe aun entre los Estados aliados (17)), en
retroceso) de un sistema (de seguridad colectiva/
cooperación internacional entre Estados) a otro
Danilo Zolo), pero entendemos que la legitimidad tiene (de seguridad nacional/crisis de la diplomacia/
en la ecuanimidad uno de sus primeros -y principales-
requisititos. Un tribunal que no es ecuánime en la perse- agresiones entre Estados, poca o nula “coopera-
cución de crímenes pronto es un tribunal que deja de ser ción” entre países: desconfianza y competencia
legitimo. La erosión de la legitimidad política (base de la de “intereses”). La defensa de “intereses” de los
autoridad jurídica) del ICC se observa precisamente en Estados no debería socavar la legitimidad de
muchos foros legales africanos. un sistema basado en (y que tiene como norte),
(15) McDougall, C. The Crime of Aggression under the como la ONU, la cooperación entre los países.
Rome Statute of the International Criminal Court. Cam- Donde la cooperación internacional desaparece
bridge University Press. New York. 2013.
o es socavada, y la diplomacia pierde su lugar,
(16) Zaffaroni, E. R. Crímenes de Masa. Ed. Madres de surgen actividades (que minan la democracia y
Plaza de Mayo. Buenos Aires. 2010.
las garantías civiles) como el espionaje masivo.
(17) Se debe recordar que la guerra “preventiva” en Irak,
realizada sin el aval del Consejo de Seguridad de la ONU En su ensayo Crime against Humanity: A Nor-
(donde Francia pensaba hacer valer su poder de veto, Ale- mative Account (18), Larry May formula el “prin-
mania también se opuso a esa invasión, pero carece de
poder de veto) se hizo con el objetivo de encontrar armas
de destrucción masiva, que jamás se encontraron, des- (18) May, Larry. Crime against Humanity: A Normative
truyendo sin embargo uno de los cimientos del derecho Account. Cambridge: Cambridge University Press, forth-
internacional público. coming, chap. 3.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 219


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cipio de seguridad” (inescindible del internation-


al harm principle) de la siguiente manera (no muy derechos. Sin palabra. Parte de la crisis del derecho inter-
nacional y del discurso de intervención humanitario es
diferente por otro lado de lo que, en otro orden la consecuencia directa del auge -discursivo y operativo-
de cosas, desarrolla el filósofo norteamericano, de la doctrina de la seguridad nacional, con sus guerras
de raigambre neokantiana, John Rawls (19)): “If a preventivas, revestidas con un lenguaje moral, político. La
state deprives its subjects of physical security or crisis de la legalidad internacional (en donde fenómenos
subsistence, or is unable or unwilling to protect como el espionaje masivo se inscriben y cobran sentido)
se debe al auge de la doctrina de la seguridad nacional,
its subjects from harms to security or subsistence, que socava la legitimidad y mina las instituciones del
a) then that state has no right to prevent interna- derecho internacional público. El auge de la doctrina de
tional bodies from ‘crossing its borders’ in order la seguridad nacional resta legitimidad a los tribunales
to protect those subjects or remedy their harms; (penales) internacionales, cuya legitimidad misma es el
b) and then international bodies may be justi¿ed emergente necesario de la cooperación internacional
in ‘crossing the borders’ of a sovereign state when entre países -principio de seguridad colectiva; ONU- que
esta doctrina (de seguridad nacional e intereses naciona-
genuinely acting to protect those subjects” (chap. les, guerras “preventivas”) socava y pone en peligro. La
4). Inversamente, cuando los Estados (por ejem- falta o ausencia de “cooperación” internacional también
plo, el Estado alemán) sí son capaces evidente- se observa en otros campos (como el cuidado del medio
mente de preservar a sus ciudadanos de esos ambiente, expoliado en medio de la “competencia” indus-
daños, de proveer seguridad física y psicológica a trial voraz que impone el comercio, cuyas “agresiones” no
son vistas por el derecho contemporáneo como tales: hay
sus ciudadanos, entonces el “cruzamiento de los
“agresiones” -crímenes de agresión- también contra el
bordes” configura una grave violación del dere- medio ambiente, contra la naturaleza que la modernidad
cho de ese Estado vulnerado, que ve mancillada cartesiana nos enseñó a ver casi exclusivamente como
su soberanía. Configura una agresión concreta a un mero “recurso”, no como un sujeto). Zaffaroni, E. La
su integridad territorial. Una forma de violentar Pachamama y el humano. Ed. Madres de Plaza de Mayo.
su soberanía. Buenos Aires. 2014. Como se ve, la agresión, el crimen
de agresión, en múltiples aspectos (no sólo respecto del
Como se ve, el principio de seguridad (colecti- espionaje masivo, sino también respecto de la histórica y
grave expoliación por parte de países europeos de recur-
va, basado en la cooperación entre Estados, pos- sos naturales de países pobres de África, cuyas personas
tulado de la ONU) es inescindible de la caracteri- -por otro lado- son cruelmente deportadas de Europa,
zación de los hechos o actos que calificamos, de mientras se las priva -en sus propios países- de sus pro-
un lado, como “agresiones” (cuando no respetan pios recursos, de su propia riqueza; las personas africanas
ese principio, cuando la diplomacia, la vía diplo- son lanzadas a su suerte a un desierto o ahogadas en el
mática, queda vulnerada, cuando los Estados ya Mar) exige ser repensada. Porque esto también es “agre-
sión”. La expoliación de la naturaleza en África también es
no “cooperan”), y de otros, por el contrario, cuan- un crimen (de agresión). Hay mucha “agresión” -cometida
do tienen un sentido diferente, como por ejem- por Estados poderosos, en países pobres de África (don-
plo, una intervención humanitaria (respetan ese de la ICC concentra su actividad, su jurisdicción)- que
principio) (20). La distinción pasa precisamente no es vista como tal, que no es nombrada ni caratulada
con ese nombre. Como agresión. Como crimen. Por eso la
posición “restrictiva” alemana respecto de la agresión es-
(19) Rawls, John, “El Derecho de Gentes”, en Shute, conde, en este contexto (más teniendo en cuenta que Ale-
Stephen y Hurley, Susan. De los derechos humanos. Ed. mania es -como EE.UU.- una potencia industrial con inte-
Trotta. Madrid. 1998. reses claros en muchos países de África) mucho más que
(20) La crisis del discurso de la intervención huma- lo que dice. Ampliar lo que entendemos por “agresión” es
nitaria es otra de las caras de la crisis global del derecho combatir de frente el doble estándar en el Derecho (Inter-
internacional, de sus principios, metas, foros, discursos, y nacional Público) y tender a la cooperación más que a la
valores. La intervención humanitaria pareció haber sido “agresión” entre Estados/soberanías. La cooperación es
usada últimamente (contracara del auge de la doctrina de incompatible con la doctrina de la seguridad nacional.
seguridad nacional, que usa -mientras vacía de conteni- Pero sólo la primera (sólo la cooperación internacional,
do- el discurso “humanitario”) como excusa precisamente sólo la seguridad colectiva) es compatible con el ejercicio
para disimular agresiones. Actos de agresión. Guerras de legítimo de la jurisdicción de tribunales como la ICC. La
agresión. Invasiones militares que dejaron en evidencia a seguridad nacional vacía esos tribunales de contenido.
los ojos del mundo, y detrás de excusas y metas supues- Destruye su legitimidad de origen (que es la cooperación
tamente legítimos y humanos (como encontrar armas de internacional y la seguridad colectiva), destruye su obje-
destrucción masiva en Irak) que terminaron siendo ope- to. Su sentido. Su meta. “Compite” con ella, imponiendo
raciones falaces, que produjeron miles de civiles inocen- los propios intereses nacionales por sobre la cooperación
tes muertos, familias destruidas, hijos sin padres, países (que esos tribunales internacionales, con su jurisdicción,
desvastados. Sujetos -familias enteras- sin defensión. Sin presuponen y expresan).

220 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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por el respeto de la soberanía de los Estados y el Habermas (22). Delimitar la agresión (ir más allá
grado de cooperación práctica que existe entre de la resolución 3314 de 1974) de acuerdo con
ellos. En la agresión no hay cooperación posible. los desafíos y riesgos actuales (2015), es la única
Lo que queda claro es que los “bordes se cruzan”, forma de restablecer el valor y la confianza de los
para usar la expresión de Larry May, cuando la países en la diplomacia y el orden internacional.
cooperación internacional queda avasallada. En las instituciones del derecho internacional.
Cuando pierde sentido. Cuando la diplomacia En el valor de sus tratados.
(donde se generan los acuerdos) pierde valor. Y
el hecho mismo de “cruzar los bordes” implica ya En caso contrario, los tratados y cortes segui-
en sí mismo una forma de la agresión, que vio- rán persiguiendo (sólo) a países sin tecnologías
lenta la soberanía y la integridad territorial de los avanzadas, cuyas agresiones siguen configuran-
Estados, violenta el orden internacional (el espí- do las agresiones “tradicionales” (que también
ritu pero también la letra concreta de la carta de deben ser perseguidas, pero no son las únicas
la ONU). El espionaje masivo es en este sentido, agresiones que deben perseguirse, porque no
con las tecnologías actuales, independientemen- son las únicas agresiones que se cometen; existen
hoy en el derecho internacional otras agresiones
te de si configura o no un ciberataque, ya el hecho
complejas —y que se escudan en su compleji-
de espiar masivamente a millones de ciudadanos
dad— que necesitan ser tipificadas, nombradas,
de otro país, en modo sistemático, un daño con-
asumidas, y condenadas) (23).
creto. Una forma de la agresión. Una vulneración
grave de soberanía, integridad y autonomía. Una Los “bordes” en definitiva, sólo se “podrían cru-
clara violación de derechos civiles y políticos. En zar” cuando el Estado mismo no puede garantizar
una palabra: una agresión. Un crimen de agre- la seguridad y la integridad de sus ciudadanos.
sión. Si estas acciones masivas sistemáticas (he- Pero no en caso contrario. En caso contrario esa
chas a través de máquinas automáticas, medios intromisión (como el caso del espionaje masivo)
tecnológicos nuevos) no son encuadradas como configura una agresión concreta. Hay muchas for-
agresiones, entonces debería reconocerse que la mas de “cruzar los bordes” de los territorios de los
soberanía y la integridad de los Estados y sus ciu- países. No sólo una. Se busca establecer, en suma,
dadanos y dirigentes pueden ser abiertamente y si el espionaje masivo con sus características ac-
sistemáticamente violentados en el siglo XXI por tuales, con su gravedad, sistematicidad y escala,
otros Estados, sin consecuencias reales; es de- puede configurar, a la luz del art. 8 bis del Estatuto
cir, sin “gravedad”. Sin consecuencias jurídicas. de Roma, como fue reformado en Uganda, un cri-
Esto es lo que configura la impunidad. Es decir, men de agresión (24).
lo que debe evitarse. Lo que no se debe justifi-
car. El derecho internacional público nace pre- (22) Habermas, J. Facticidad y Validez. Trotta. Madrid.
cisamente para combatir esto: la impunidad de 2009.
este tipo de agresiones cometidas por los Estados (23) La doble moral o el doble rasero es una forma de la
contra otros Estados, que suelen ser la puerta de impunidad (para los Estados más poderosos, con las tec-
entrada de los peores crímenes y las guerras. Del nologías más avanzadas). La ecuanimidad de la justicia es
avasallamiento de los tratos internacionales y de la base del derecho.
la diplomacia internacional. En una palabra: del (24) En este trabajo esperamos analizar críticamente los
recientes casos de espionaje masivo a ciudadanos de todo
avasallamiento de la paz (21). el mundo, independientemente de su posición (presiden-
tes, jueces, cancilleres, embajadores, periodistas, jueces,
Por eso el crimen de agresión es un crimen tan empresarios, estudiantes, activistas, todos son pasibles,
complejo, cuya definición dio (y aun da) tanto como afirma correctamente Ambos, de ser considerado
trabajo. Porque ese crimen configura un vértice un “terrorista” y verse privado, por esa “sospecha”, de to-
del orden internacional, del orden público. Una dos sus derechos, incluso el esencial derecho a defensa en
línea de fuego, para usar la expresión de Jürgen juicio, al debido proceso, etc.) a la luz de la normativa ac-
tual del derecho penal internacional. Más concretamente:
establecer si el espionaje masivo con sus características
(21) Véase Werle, Gerhard. “General Principles of In- actuales, con su gravedad, sistematicidad y escala, pue-
ternational Criminal Law”, in: Antonio Casssese (Hg.), The de configurar, a la luz del art. 8 bis del Estatuto de Roma,
Oxford Companion to International Criminal Justice, Ox- como fue reformado en Uganda (en nuestra opinión, de
ford University Press, Oxford 2009, S. 54-62. modo insuficiente), un crimen de agresión (Ambos, Kai.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 221


DPyC Derecho Penal Internacional doctrina

Lo que la sofisticación de la agresión (la sofisti- crimen de agresión, dos conceptos que a menudo
cación de los medios de la agresión) termina(rá) se confunden o se mezclan. No todo acto es un
cambiando, a través de prácticas de espionaje crimen.
masivo sistemático (entre otras prácticas que
violentan la soberanía de los Estados) es la no- Kai Ambos, profesor en Göttingen, es escéptico
ción de frontera. La noción de frontera es una no- respecto de las posibilidades de juzgamiento del
ción (aunada a la noción misma de Estado), que crimen de agresión: tampoco estaba de acuerdo
va desapareciendo o se va redefiniendo también en incluir este tipo de crimen en el marco del
en términos virtuales. Se debe tener en cuenta Estatuto de Roma, como parte de los crímenes
esto para entender por qué las agresiones van que persigue la CPI (el crimen de agresión, in-
cambiando de forma, de intensidad, de escala. corporado en Kampala, será perseguido recién
De medio. De objeto. De sentido. Poco sirve ape- a partir de 2017). Esta fue la posición alemana
lar a resoluciones (como la resolución citada en clásica o tradicional. Es una posición restrictiva
el art. 8 bis) de hace medio siglo para caracterizar respecto de lo que debía —debe— ser entendi-
las agresiones del siglo XXI. La agresión va cam- do por “agresión”. La posición alemana es que las
biando de forma. Eso no quiere decir en modo agresiones criminalizadas deben reducirse a un
alguno que la definición de agresión que se al- mínimo, que no debe ampliarse la cantidad de
canzó en 2010 en Uganda no sirva. Quiere decir actos que se tipifican dentro de la agresión.
que la definición alcanzada sobre el crimen de Respecto de la declaración incorporada al art.
agresión no es suficiente, que es distinto. 8 bis, y en función de compartir esta posición clá-
La violación de la soberanía de un Estado es un sica alemana (restrictiva en cuanto a lo que cabe
delito grave, que puede dar lugar a un conflicto incluir dentro de la agresión) Ambos entiende
bélico. Precisamente para evitar estos conflictos que la enumeración de actos que la misma apor-
bélicos, para evitar conflictos y guerras, es que ta (pese a ser, como se dijo aquí, una declaración
se buscó definir en Kampala, luego de muchos que tiene más de medio siglo de antigüedad,
siendo su desfase con la práctica del siglo XXI
años de debate y falta de consenso, la agresión.
harto evidente) es “exhaustiva”. Nosotros enten-
Lo que buscaremos también en este trabajo es
demos, por el contrario, con otra parte de la doc-
precisar si la definición alcanzada en Kampala
trina (que sí está a favor de emplear activamente
es una definición suficiente o, por el contrario,
esta figura para perseguir agresiones y preve-
es una definición todavía incompleta, que debe
nir de ese modo crímenes mayores) (25) que la
ser mejorada y complementada de cara a los de-
safíos complejos que enfrenta el derecho penal
internacional actualmente y a los que presumi- (25) Zaffaroni, E. R. Crímenes de Masa. Ed. Madres de
Plaza de Mayo. Buenos Aires. 2010. El resurgimiento ac-
blemente enfrentará en el futuro. Nuestra hipó- tual de la doctrina de la seguridad nacional -con la con-
tesis es que la definición alcanzada en Kampala, secuente erosión de la legalidad que la misma supone- en
como dijimos más arriba, no es suficiente. Y no lo todos los planos puede ser combatido previniendo -con
es porque no sirve para combatir todas las agre- la criminalización de agresiones (como el EMT)- críme-
siones con la forma que éstas (o al menos mu- nes mayores. Los Estados más poderosos no estarán de
acuerdo, por supuesto, con esta doctrina, por la sencilla
chas de ellas) parecen adoptar en los albores del razón de que ella afecta sus “intereses”. El resurgimiento
nuevo milenio. de la doctrina de la seguridad nacional (como denuncian
Garzón, Zaffaroni, Butler, entre otros) es inseparable de
IV. El espionaje (masivo) y el crimen de agre- “escándalos” como el escándalo del espionaje masivo,
sión en los albores del siglo XXI. La interpre- que revela lo poco que pesa, en la esfera internacional,
tación alemana: una interpretación restrictiva la cooperación entre países (principio rector de la ONU:
la erosión de la “seguridad colectiva”). En este marco, el
En primer lugar, debe tomarse en cuenta la dis- crimen de agresión, que se empieza a juzgar a partir de
tinción o diferencia entre el acto de agresión y el 2017, puede tener una importancia decisiva para preve-
nir crímenes mayores, en un mundo donde la diploma-
cia internacional, merced de escándalos como el propio
“Los terroristas también tienen derechos”. En Diario Pági- escándalo del espionaje masivo, ha perdido peso, objeto
na 12. Buenos Aires. 14 de mayo de 2011. También Ambos, y sentido. El resurgimiento de la doctrina de la seguridad
Kai. “Wer ist ein Terrorist?”, en Frankfurter Allgemeine Zei- nacional, del supuesto combate al terror (en la era Bush
tung, FAZ, Frankfurt, 2 de octubre 2014). hijo, con la doctrina de la “guerra preventiva” para encon-

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DPyC Guido Leonardo Croxatto

enumeración de actos (máxime teniéndose en


trar armas de destrucción masiva que jamás se encontra- cuenta que se vuelve a emplear una declaración
ron en Irak) es inseparable del auge del espionaje masivo
y de la erosión gradual de la diplomacia y el derecho in-
antigua, con más de medio siglo) es meramente
ternacional (Koskiniame, profesor en Finlandia, hablaría enumerativa, pero no excluyente de otros actos
abiertamente no ya de derecho internacional, sino más (nuevos, formas nuevas) de la agresión en el siglo
modestamente, de “política” internacional, ya que lo que XXI, producto del avance enorme de las tecno-
observamos en ese plano no puede calificarse de -y dista logías de que disponen los Estados. Por eso no
mucho de tener algo que ver con el- “Derecho”). La úni- compartimos la posición del Prof. Ambos ni la
ca manera de “frenar” o combatir este auge bélico (de la
doctrina de seguridad nacional, que se vincula a “guerras doctrina clásica alemana restrictiva (“estricta”)
preventivas” y escándalos de espionaje en todo el mundo respecto de lo que debe ser entendido o consi-
contra presidentes, jueces, empresarios, etc., en una lógica derado como una “agresión” en el derecho penal
bélica donde compiten “intereses” de Estados que ya no internacional. Sólo en una posición restrictiva,
cooperan entre sí, como pretendía la ONU) es “amplian- precisamente, se entiende que se recurra a una
do” y no mitigando, como cree Ambos, los alcances del
crimen de agresión. Por eso recurrimos a una interpre-
declaración “exhaustiva” que tiene medio siglo
tación extensiva. Porque es la (única) que el actual con- de antigüedad y cuyo resultado concreto (y no
texto político diplomático internacional, con las tensiones casualmente Kai Ambos defiende al tribunal
y conflictos que se observan actualmente, impone como penal internacional de esta crítica frente a au-
camino necesario para preservar el Derecho y la paz, para tores como Danilo Zolo) es el doble estándar
volver a la “cooperación” entre países, se debe desandar de persecución, donde las agresiones más refi-
el camino de guerras preventivas en defensa de “intere-
ses” nacionales. El camino “restrictivo” elegido -en este
nadas o sofisticadas quedan —porque no se las
marco histórico, en esta época- por el Profesor Ambos, “comprende” con una declaración “exhaustiva”
en un contexto de fuerte auge de la doctrina de la segu- de 1974— impunes. Que Kai Ambos defienda a
ridad nacional (guerras preventivas, intereses nacionales la CPI de esta crítica es el “correlato necesario”
por sobre la cooperación internacional entre Estados) no de su visión de la agresión en términos restricti-
conduce a un mundo más “seguro”, conduce a una mayor vos, conduciendo a legitimar un artículo (el 8 bis)
impunidad para las agresiones “nacionales” de los Esta-
dos más poderosos (que hacen guerras preventivas en
que replica las agresiones de 1974 en pleno 2015,
todo el mundo para preservar sus intereses “nacionales”, como si el mundo (la tecnología, y la agresión)
mientras espían a todo el mundo) que no han firmado, por no hubieran cambiado. El impacto de esta tesis
ejemplo, el Estatuto de la CPI, a sabiendas de que sus con- “restrictiva” es, como se dijo, la impunidad de
ductas podían y deberían ser juzgadas por esos tribunales las agresiones más sofisticadas y el juzgamiento
(la no-adhesión, la no conformación, la no firma del esta- de las agresiones mas toscas (el doble estándar)
tuto de la CPI es simbólica en sí misma para una potencia
como EE.UU. que exporta la “democracia” y las garantías
que tienen lugar en los países menos desarro-
civiles). En este contexto “político” (de auge de la doctrina llados: casualmente aquellos donde se produ-
de seguridad nacional) la “agresión” no es casual: se re- cen los crímenes que concentran la actividad o
produce, cobra nuevas formas y el DIP no puede perma- la jurisdicción de la CPI: África. Por eso en este
necer impasible ante esto (no puede ir siempre detrás de ensayo entendemos que es importante superar
los hechos), mientras los tribunales ejercen todo el poder las limitaciones propias de la posición clásica
y el peso de su jurisdicción occidental en los países po-
bres y poco desarrollados -expoliados- de África, negando
alemana, readaptando la discusión al escenario
a su vez la propia historia (“occidental”) de estos países internacional contemporáneo, donde las nuevas
devastados por la colonización pasada y presente, por el formas de la agresión están llamadas a ser (si no
extractivismo, el robo de recursos naturales, etc. Hay crí- se les pone coto, si no se persiguen los crímenes,
menes que no se ven: crímenes graves que el Derecho no si no se condenan sus autores) uno de los gran-
nombra. Tampoco allí se juzgan las “agresiones” de los co- des flagelos del siglo que viene. Entendemos que
lonizadores: sólo se juzgan las toscas agresiones de los co-
lonizados, con el lenguaje jurídico del colonizador, como
el espionaje masivo tecnológico es uno de estos
chivo expiatorio de nuestros tribunales de las agresiones flagelos que hacen tambalear —pone en crisis—
mayores, actuales, cotidianas (propias) de los Estados más a la democracia.
poderosos del mundo, que nuestros jueces (eurocentris-
tas) no juzgan. No ven. No asumen como propias “agre-
siones”. No nombran. El doble estándar es estructural al
derecho penal, la selectividad, como afirma Zaffaroni en necesariamente a ampliar la mirada sobre lo que enten-
sus trabajos, es inherente a él, pero esto no evita que (no demos por “agresión”. La interpretación restrictiva que
es óbice para que no) se la denuncie y combata. Combatir propone Kai Ambos es funcional al doble estándar. Eso es
la selectividad del Derecho Penal Internacional (darle ma- lo que debemos combatir en el Derecho Penal. La selecti-
yor legitimidad a la justicia penal internacional) conduce vidad penal le quita la legitimidad a todo el Derecho.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 223


DPyC Derecho Penal Internacional doctrina

Una interpretación “restrictiva” no carece de El uso de la fuerza armada. “De conformidad


consecuencias en la práctica: su consecuencia con la definición general citada, se pone énfasis
directa es el doble estándar en la persecución en la utilización primaria de la fuerza armada
penal, que redunda en la impunidad de las agre- por un Estado como prueba de un acto de agre-
siones (sofisticadas, “nuevas”) que cometen los sión, para luego enumerar los actos de agresión.
Estados más poderosos. La interpretación am- Sin embargo, estas disposiciones son indetermi-
plia de la agresión es la única que apela verdade- nadas toda vez que dependen de la apreciación
ramente a la propia utilidad —sentido mismo— discrecional reservada al Consejo de Seguridad
de la figura de la “agresión”: que es prevenir, de la ONU. De igual manera, en torno a la utili-
justamente (a tiempo) crímenes aun mayores. zación primaria de la fuerza armada, el Consejo
La interpretación restrictiva en el fondo descree de Seguridad puede concluir que no constituye
de la figura misma de la “agresión”. No es casual un acto de agresión. En lo relativo a la enumera-
que esta sea la posición “clásica” predominan- ción de los actos de agresión, la Resolución 3314
te en Estados que tienen —como Alemania, un precisa que tal relación no es exhaustiva y que
Estado avanzado tecnológica y científicamente el Consejo de Seguridad puede determinar ac-
por otro lado— una larga historia de agresiones tos que constituyan agresión. Ahora bien, como
a otros Estados. Pareciera que la interpretación señala Cassese, la práctica internacional sugiere
“restrictiva” es a su vez la posición más compa- que a nivel de DI consuetudinario, acciones tales
tible —para estados poderosos— con la defensa como el ataque de Irak hacia Kuwait configuran
de propios intereses nacionales o geopolíticos, e
incluso comerciales (26).
profundo en nuestra forma de pensar las “agresiones”
como crímenes. Hay muchas agresiones que histórica-
(26) La expoliación de los recursos naturales también mente han quedado impunes, silenciadas, no vistas. El ob-
puede ser pensada (desde el margen latinoamericano, jetivo es cambiar -combatir- esta impunidad, que permite
apelando a la teoría de la dependencia, que divide centros que se juzguen curiosamente todavía en la actualidad al-
de periferias expoliadas, que padecen a su vez las conse- gunas agresiones (cometidas por estados poco desarrolla-
cuencias más notables del cambio climático que la ero- dos) dejando impunes, una vez más, las agresiones que
sión de la naturaleza produce) como “crimen de agresión” cometen, con su sofisticación instrumental, los Estados
(si se prueba que la erosión industrial de las potencias y la más poderosos: los colonizadores militares, económicos,
polución que se produce en países avanzados tiene sus se- culturales. (Zaffaroni, E. R. El derecho latinoamericano en
cuelas más graves y devastadoras no en esos mismos paí- la fase superior del colonialismo. Ed. Madres de Plaza de
ses que contaminan, sino en aquellos más atrasados, con Mayo. Buenos Aires. 2015).Así como en el plano político
menos infraestructura, como los países de África o Amé- los “golpes” no son ya militares porque han cambiado las
rica Latina; entonces es posible encontrar nuevas formas formas de los “golpes” políticos (armados...), porque hay
de la agresión, vinculadas a la forma de procesar intereses ya nuevas “armas”, nuevas formas de dar los golpes, hay
económicos estratégicos, políticas públicas vinculadas nuevas formas y métodos de hacer la guerra, hay nuevas
no sólo a “objetivos militares” sino económicos y comer- formas de hacer y acometer la agresión, nuevas formas
ciales, industriales, que pueden derivar en “agresiones” a de cometer agresiones. Lo que entendemos por “armado”
Estados indefensos o poco desarrollados económicamen- pudo haber cambiado pero eso no obsta a que por “meras
te, que ven su soberanía, territorio, recursos, población, cuestiones de nomenclatura”, como dice Benjamin Feren-
vulnerados, “agredidos” de dos maneras por los Estados cz, no veamos el fondo de la agresión en un acto violento
poderosos: 1. Por la expoliación directa e injusta de sus como el espionaje masivo o la extracción de recursos na-
recursos naturales, desde épocas de la colonización hasta turales en países pobres y expoliados que padecen doble-
la actualidad subsiste esta agresión, este crimen de agre- mente las consecuencias de una polución ambiental que
sión; la colonización cobra nuevas formas. 2. Por las con- ellos mismos no producen, pero padecen. La expoliación
secuencias que producen, sobre todo en los países menos de los recursos naturales en África por muchas potencias
desarrollados, el cambio climático, consecuencia directa (Europa y EE.UU.) puede y debe ser vista como un crimen
de la polución que producen las potencias centrales, que de agresión, tanto o más que el espionaje masivo (que esos
tiran sus desechos “en la periferia” climática, económica, mismos Estados producen). La agresión exige, en varios
social y financiera, en forma directa, comprando espacios planos, ser repensada. Cada uno de los elementos de lo
para desechar y en forma indirecta, por la forma en que que configura el “crimen” de agresión exige una revisión
se procesa la contaminación en los ecosistemas. En suma, profunda, también la cualidad de lo “armado” exige ser
el desafío que proponemos pasa por repensar el sentido repensada, porque todas estas conceptualizaciones están
de la “fuerza armada” presente en la figura del crimen de siendo profundamente alteradas por los rápidos avances
agresión, repensando, en ese camino, lo que entendemos y cambios de la tecnologías, que dotan a los Estados de
por agresión misma. Hay lógicas nuevas que el Derecho nuevos instrumentos y nuevas formas de “atacar”, hostigar
no puede dejar de considerar y que impactan de modo y de “agredir”.

224 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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el crimen de DI de agresión. Por otro lado, se puede ir hasta el límite de la resistencia semán-
debe precisar que las conductas contenidas en tica. Exceder ese límite es caer en la analogía y
la Resolución 3314 son las formas tradicionales eso es incompatible con el derecho penal liberal.
de agresión, pero también puede darse el caso
de nuevas formas de agresión como por ejemplo También nos enfrentamos en el camino de
la iniciación de un conflicto armado contra otro producción doctrinaria, como dijimos, con la
Estado a través de nuevos métodos de guerra (ar- resistencia de la propia doctrina a ver las cosas
mas nucleares, entre otros) o un ataque terrorista de otra manera, con prismas diferentes, más crí-
expandido y a gran escala efectuado por organi- ticos.  Siempre cuesta y mucho dar pasos en la
zaciones no estatales como advierte Bugion”(27). doctrina penal. Pero la alternativa es la pobreza
Estas “nuevas formas de agresión” que menciona de contenidos jurídicos (aspecto que tampoco
el autor —en las antípodas de la posición alema- es casual, la merma de producción de conteni-
na— pueden alcanzar a cubrir —como “ataque” dos jurídicos es paralela a un mundo donde se
que viola de un modo claro y manifiesto y pro- erosiona la legalidad —el Estado de Derecho—
fundo, como pide el art. 8 bis, la Carta, principios, de modo cada vez más abierto y continuo) que
metas, valores, y la letra misma— de las Naciones hoy tenemos. En todas las Facultades encon-
Unidas. Pocos ejemplos son más ilustrativos de tramos manuales de derecho penal (interna-
una violación semejante al art. 8 bis del Estatu- cional) que repiten acríticamente lo mismo. La
to de Roma como el caso del espionaje masivo, ausencia de ideas nuevas, críticas, explica (y a la
sistemático, tecnológico, global, aquí analizado vez conspira) que se recurra a declaraciones y
y destapado por el ex espía Snowden en 2013. tratados tan antiguos para definir crímenes pre-
Snowden mismo era consciente de la gravedad sentes (29). Para optimizar la tipificación de la
de sus denuncias, pero afirmó que las hacía en agresión es indispensable hacer una interpreta-
conciencia de que no hacerlo significaría poner ción extensiva de ella.
en grave peligro, tolerando —normalizando tales
prácticas— el Estado de Derecho. Tomando un sentido más lábil (más amplio)
de la agresión no hacemos una integración ana-
En el derecho penal rige la prohibición de ana- lógica (lo que está prohibido en el derecho pe-
logía. Una interpretación crítica (novedosa, que nal), sino una interpretación extensiva, forzando
marca a la doctrina una nueva dirección) debe un concepto a abarcar agresiones actuales, y no
tener siempre mucho cuidado de no hacer ana- sólo agresiones pasadas. La interpretación ex-
logía. Muchas veces el límite no es claro. Siempre tensiva rompe el quietismo de la doctrina penal.
nos encontramos (como jueces, como abogados, Moviliza —a la vez que remarca— el statu quo de
como doctrinarios) con la resistencia semántica la Academia. El objetivo de este trabajo se redu-
de un texto. Una cosa es la interpretación extensi- ce a repensar lo que entendemos por agresión y
va y otra la integración, sostiene con lucidez Arthur lo que le pedimos a la justicia internacional que
Kaufmann (28). La interpretación extensiva de comprenda y juzgue como tal en el siglo XXI.
una figura siempre se hace sobre la resistencia
semántica del texto. La integración es analógica. En todo caso, lo cierto es que al día de hoy el
Por eso no hay que caer en ella. Una cosa es tra- espionaje como tal no está tipificado como un
bajar sobre la “resistencia” de un texto, forzando crimen internacional en el Estatuto de Roma de
nuevas interpretaciones a partir de los elementos la Corte Penal Internacional. Más razón, precisa-
que nos brinda éste y otra muy distinta es hacer mente (el espíritu de la ONU es evitar la impu-
analogía. El camino crítico, de elaboración doc-
trinaria, de producción de contenidos nuevos, no (29) Establecer una nueva doctrina, dar los pasos ne-
se debe confundir con la integración analógica, cesarios para intentar establecer una nueva doctrina, no
camino vedado al doctrinario. La interpretación es simple. Pero la alternativa a este “paso” crítico son las
decenas de manuales y escritos de derecho penal en todo
el mundo que repiten a pies juntillas el mismo discurso
(27) Pérez-León Acevedo, J. P. “El crimen de agresión en único. Todos los libros de derecho penal que se copian a
el Derecho Internacional”, en Revista Derecho & Sociedad, sí mismos, incapaces de decir algo nuevo. De dar un solo
No. 27. Perú. PUCP. 2008. paso. Esta incapacidad doctrinaria -esta pobreza doctri-
(28) Kaufmann, A. Filosofía del Derecho. Bogotá, Uni- naria- está en correlación directa con la pobreza de ciertos
versidad Externado de Colombia, 2002. Cap. 6. instrumentos legales, como los aquí cuestionados.

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nidad de estos crímenes atroces que lesionan de (por “arma” misma, por “guerra”, por soberanía,
modo ostensible los valores de su Carta y la coo- por territorio, por Estado) está siendo redefinido
peración entre Estados) para considerarlo dentro —cambiando— a una velocidad notable, dejan-
de la figura del crimen de agresión. La alternativa do en desuso conceptos tradicionales, centrales,
a este camino doctrinario (a esta interpretación del propio Derecho (31).
extensiva, no analógica) no es inocente: es la im-
punidad. Por eso nos alejamos de la posición clá- V. La norma alcanzada por consenso en
sica alemana que, como recuerda Ambos, tiende Kampala, Uganda, en 2010. El artículo 8 bis.
a ser “restrictiva” en esta materia, al punto que se Crimen de agresión
opone muchas veces —y esto puede no ser ino-
1. A los efectos del presente Estatuto, una per-
cente históricamente en un país como Alema-
sona comete un “crimen de agresión” cuando, es-
nia— a la figura misma del crimen de agresión.
tando en condiciones de controlar o dirigir efecti-
Criminalizar agresiones puede ser un camino
vamente la acción política o militar de un Estado,
para evitar crímenes mayores.
dicha persona planifica, prepara, inicia o realiza
Finalmente hay otro argumento conjetural. un acto de agresión que por sus características,
Vivimos en un mundo donde los países más gravedad y escala constituya una violación mani-
avanzados sin excepción están creando enor- fiesta de la Carta de las Naciones Unidas.
mes y poderosas agencias de “seguridad ciber-
nética” que presumiblemente intensificarán en 2. A los efectos del párrafo 1, por “acto de agre-
las próximas décadas (en lugar de aminorar) la sión” se entenderá el uso de la fuerza armada por
importancia de los métodos de espionaje masivo un Estado contra la soberanía, la integridad terri-
tecnológico, merced de las nuevas y cada vez más torial o la independencia política de otro Estado,
complejas tecnologías, que van de la mano de la o en cualquier otra forma incompatible con la
revolución de las comunicaciones, donde todo o Carta de las Naciones Unidas.
casi todo queda registrado en celulares, páginas Más adelante el inciso segundo toma (en nues-
de internet, computadoras (30). Esto es una ra- tra opinión en un sentido no exhaustivo, Ambos
zón de peso para extremar las precauciones y for- entiende que es en sentido categórico y exclu-
zar los conceptos y doctrinas de modo de cubrir yente, debido a su visión restrictiva en la materia,
nuevas realidades, impensadas por la doctrina nosotros entendemos que es, máxime teniendo
poco tiempo atrás. Esto genera una nueva esfe- en cuenta la antigüedad de la Declaración, que
ra donde las personas y los Estados pueden ser tiene más de medio siglo, en sentido meramen-
(y de hecho son) agredidos de nuevas maneras, te enumerativo, ejemplificativo y no excluyente,
nuevas formas, nuevos métodos. No compren- debido a los avances de la tecnología y a la forma
der esto es no comprender, precisamente, la for- en que ellos impactan en la “agresión”) la De-
ma que los conflictos adoptan en la actualidad, claración 3314. “De conformidad con la resolu-
donde lo que entendemos por “ataque armado” ción 3314 (XXIX) de la Asamblea General de las
Naciones Unidas, de 14 de diciembre de 1974,
(30) Y no me refiero solo a Facebook o chats de internet, cualquiera de los actos siguientes, independien-
sino fundamentalmente a las nuevas computadoras que temente de que haya o no declaración de guerra,
solo podrán usarse mientras estén conectadas “en red”,
es decir, “on line”. Esto significa una capacidad de domi-
nio de la información de cada usuario en tiempo real. Es (31) Este fenómeno de desarticulación conceptual -y
decir, del espionaje masivo tecnológico permanente y sin discursiva- se vincula también a la crisis del humanismo,
distinciones de rango o autoridad. Esto es exactamente que abarca a todas las ciencias sociales. Esto es lo que
lo que siempre quiso prevenir el estado de derecho. Que comúnmente se llama o nombra como “crisis del Dere-
la persona se sienta permanentemente vigilada, asedia- cho”, que esconde una crisis de su lenguaje humanista.
da, acechada, observada, controlada, hostigada por sus Una crisis de la modernidad cartesiana. El teórico inglés
pensamientos y opiniones personales. Esto vulnera su Reinhart Koselleck analiza esta aceleración creciente de
autonomía pero a largo plazo también diría Max Weber, los tiempos históricos. El lenguaje que emplea el Derecho
su sentido de la responsabilidad moral, su sentido de la no permanece -ni puede pretender permanecer ajeno- a
responsabilidad civil, de su sentido de pertenencia a un esta “aceleración” histórica, que supone un cambio en los
colectivo social. El espionaje opera en desmedro de la fenómenos sociales que el Derecho abarca y pretende re-
confianza recíproca, de la cooperación internacional y de gular/ordenar (véase Koselleck, R. Aceleración, prognosis
la responsabilidad de cada individuo. y secularización, Pre-Textos, Valencia, 2003).

226 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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se caracterizará como acto de agresión (bloqueo de Brasil, citadas al comienzo, Dilma Rousseff, en
de puertos, etc.). la penúltima Asamblea General de la ONU fue-
ron simbólicas en ese sentido: el espionaje ma-
La conclusión o tesis central de este trabajo sivo es una violación del derecho internacional y
es que el espionaje masivo sistemático, con los de los derechos humanos, viola la integridad, la
medios tecnológicos de que disponen muchos soberanía, las libertades. Los valores y metas de
Estados en la actualidad, por la forma en que el la ONU de un modo manifiesto, que no requiere
mismo se ejerce en los albores del siglo XXI y por explicación.
las consecuencias concretas que el espionaje
masivo tecnológico y sistemático supone (viola- El Derecho no es un fenómeno estático. Está
ción de la soberanía, violación de la privacidad, siempre en movimiento, como la realidad a la
etc.) configura un acto de agresión claro “que por que se aplica y que pretende ordenar (32). Por
sus características, gravedad y escala constituye eso sus instrumentos deben ser siempre repen-
una violación manifiesta de la Carta de las Nacio- sados. En determinado momento de la historia,
nes Unidas”. ciertas figuras deben ser repensadas, reconfigu-
Siguiendo el inciso segundo del art. 8 bis, pue- radas, adaptadas (de un modo que acaso no ha-
de concluirse que el EMT, como se lo describe bíamos pensado) a los avances tecnológicos, po-
en este trabajo, como se ejerce en la actualidad, líticos, culturales, comerciales, militares, deben
con las tecnologías presentes (que no son las de ser, en suma, redefinidas. Este es el caso del cri-
1974, tiempo de la Declaración 3314) supone el men de agresión. El crimen de agresión debe ser
“uso de la fuerza armada por un Estado contra repensado a la luz de los desafíos actuales. De los
la soberanía, la integridad territorial o la inde- desafíos presentes del orden internacional, no
pendencia política de otro Estado, o en cualquier sólo de los desafíos pasados. En este sentido, por
otra forma incompatible con la Carta de las Na- ejemplo, el bloqueo de puertos (tipificado en la
ciones Unidas”. agresión) es sin dudas un crimen grave que debe
ser perseguido, pero en el siglo XXI va perdiendo
También entendemos que el inciso 2 de la peso frente a nuevas y graves formas de la agre-
Declaración 3314 (“La utilización de fuerzas ar- sión a la población civil y a la integridad territorial
madas de un Estado, que se encuentran en el de los Estados. En caso contrario, tomando una
territorio de otro Estado con el acuerdo del Es- definición pasada/anticuada (con medios anti-
tado receptor, en violación de las condiciones cuados) de la agresión, encapsulando al derecho
establecidas en el acuerdo”) puede abrir una en esos marcos perimidos como si fueran los
puerta clara para pensar que el espionaje masi- únicos desafíos actuales, se logra una sola cosa:
vo tecnológico, llevado a cabo por funcionarios perseguir a los Estados o grupos cuyos medios de
(o en espacios diplomáticos) en países “recepto- agresión son los más atrasados, por configurar
res”, configura abiertamente un crimen de agre- en pleno 2015, las formas “más tradicionales” de
sión —con máquinas en estados receptores— en la agresión. En ese sentido no es menor que se
sentido literal. Por eso entendemos que el EMT usen figuras de 1970 para abarcar la agresión en
supone y debe ser pensado como un crimen de el 2017. Pero las formas de la agresión no son en
agresión. Supone una violación manifiesta de la
modo alguno las mismas, han cambiado. Y el De-
Carta de la ONU.
recho debe dar cuenta, si quiere resultar eficien-
Creemos que la definición del crimen de agre- te, de estos cambios. En caso contrario, se le da-
sión alcanza en Kampala en 2010 es valiosa, pero ría la razón a quienes sostienen críticamente que
insuficiente. Buscamos en algún sentido forzar la Corte Penal Internacional, por ejemplo, es o
la definición del crimen de agresión para incluir se ha convertido en un tribunal o corte que sirve
dentro del mismo el espionaje masivo tecnológi- sólo para juzgar a países sin mucho peso político,
co (EMT, también, como veremos, “agresiones” países débiles, aquellos que no disponen (aun)
contra el medio ambiente), que viola el derecho de las más avanzadas tecnologías, cuya agresión
internacional y los derechos civiles y políticos de sigue teniendo una forma “tradicional” (debido
miles de millones de personas (jueces, presiden-
tes, periodistas, estudiantes, empresarios, etc.) (32) Savigny, F. Metodología jurídica. Ed. Depalma.
de todo el mundo. Las palabras de la presidenta Buenos Aires. 1994.

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 227


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a su poco desarrollo): los países africanos (33). otros dos para el análisis histórico-político o fi-
Esta construcción argumental no debiera ser losófico. El espionaje estatal masivo con medios
subestimada. La ecuanimidad es un rasgo de la avanzados de escucha o recolección de informa-
justicia. La doble vara atenta también contra la ción secreta o privada supone preguntas filosó-
cooperación internacional, principio rector de ficas a responder por ejemplo desde el libera-
la ONU y la seguridad colectiva, sobre los que se lismo político. También supone preguntas para
edifica la legitimidad de los tribunales. Contra la quienes defienden un mercado libre con actores
paz. Contra los esfuerzos de la diplomacia. comerciales independientes que compiten entre
sí (ya Benjamin Constant decía que el comercio
El espionaje masivo no representa un fenóme-
podía ser visto como la evolución de la guerra,
no menor pero aún no ha sido, pese a su comple-
realizada ahora por otros medios, agregamos
jidad y repercusiones en todos los planos políti-
nosotros, más civilizados y productivos, Kant
cos, económicos y militares, debidamente aten-
dido por el derecho penal internacional. Pensa- mismo sostiene, pese a lo escrito en su trabajo
mos que esa hora crucial ha llegado. El derecho La Paz Perpetua, que la humanidad progresa o
penal internacional no puede guardar silencio evoluciona a través de las guerras, nosotros cree-
(o seguir guardando silencio) respecto de un fe- mos que a través de las guerras no hay ni puede
nómeno complejo que condiciona todo el que- haber ni hubo nunca progreso alguno, evolución
hacer político mundial. Todas las relaciones in- posible (34)). El espionaje masivo con la escala
ternacionales, políticas y comerciales. Pero tam- tecnológica (automatizada, según reconoció el
bién la vida privada (y el derecho a la vida priva- propio presidente Obama (35)) y la dimensión
da) de millones de personas en todo el planeta.
Los instrumentos de control y vigilancia (y espio- (34) Constant, Benjamin. De la libertad de los antiguos
naje) de que disponen —gracias a los avances en comparada con la libertad de los modernos. Losada. Bue-
la tecnología— muchos Estados, configuran ins- nos Aires. 1994.
trumentos cuya utilización no es neutral desde el (35) “Que podamos hacerlo no significa que deba-
punto de vista moral, político y jurídico. Afectan mos hacerlo”, sostuvo Obama. Sobre el caso del espio-
naje al celular de la canciller alemana, Angela Merkel,
la libertad de expresión, la privacidad, pero tam- sostuvo que “estas prácticas no proceden entre países
bién las manifestaciones políticas, la autodeter- aliados” como son Alemania y EE.UU. (distinta y más
minación, la cooperación internacional, el co- contundente fue la respuesta de Dilma Rousseff, cuyas
mercio, la competencia misma, la soberanía de comunicaciones también fueron espiadas, en la última
los Estados. En este ensayo nos centramos sólo Asamblea General de la ONU en Nueva York). Pero po-
en este último aspecto, el jurídico, dejando los dríamos sostener que esas prácticas, cuando configuran
una agresión masiva, que viola derechos civiles y políti-
cos, amén de socavar la diplomacia, no deben proceder
(33) Kai Ambos defiende a la ICC de esta crítica, que entre países aliados y tampoco entre aquellos que no lo
considera injusta. La Corte Penal Internacional (ICC) se son., entre aquellos que son “enemigos”. Sólo así se pue-
ha convertido según determinados autores en un tribu- de alcanzar un orden internacional basado en la coope-
nal que sólo condena a países débiles, sin peso político. ración, la confianza. (incluso en la “competencia”, como
Mientras los africanos pobres mueren en el océano. Esa predica el liberalismo). Naturalmente la cooperación
es la otra cara de la Justicia. Kai Ambos cree que esta ob- y la confianza suponen riesgos. Pero esos riesgos son a
servación como dijimos es injusta. Pero sin ecuanimidad largo plazo menores al lado de los enormes riesgos que
la justicia no tiene sentido. El derecho sigue segregando. la desconfianza y el espionaje masivo entre presidentes,
Es incómoda la crítica de que este tribunal (ICC) se ha empresas, jueces, ciudadanos, produce y supone. Por-
convertido en un corte para juzgar sólo países sin peso que se destruye la confianza en los propios valores de
político. La ecuanimidad es la esencia de la justicia y de la democracia, que es mucho más grave que cualquier
la evolución del derecho. Sin una justicia más ecuánime atentado. Se destruye la confianza en la libertad de ex-
no tardará el continente en restar su apoyo al tribunal. La presión, en la sociedad civil. En el diálogo político. En
CPI se ha convertido en muchos aspectos en una corte la diferencia entre vida pública y privada. El derecho de
para juzgar a los únicos países del mundo que no tienen cada ciudadano a que el Estado no se entrometa en su
real peso político. Países débiles. Pero la justicia no puede esfera privada, en sus comunicaciones, hábitos, pasa-
ser siempre la justicia de los vencedores sobre los países tiempos, pensamientos, etc. El espionaje masivo des-
u hombres vencidos. El derecho penal internacional tie- truye la libertad. Produce la autocensura. Se destruye lo
ne aún un largo camino por recorrer. Una enorme deuda. más valioso que produjo Occidente. Curiosamente, se
Pero sin ecuanimidad no puede ni podrá hacerlo. Esto que destruye la esencia del sistema democrático y la coope-
exponemos es sólo una opinión, invita a avanzar y no a re- ración internacional, en nombre de esos mismos valores
troceder. que Occidente supo alumbrar. Se destruye la democracia

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DPyC Guido Leonardo Croxatto

actual supone muchos y graves riesgos para la


en nombre de la democracia. Se destruye la confianza en democracia y para la soberanía de los Estados.
el derecho internacional en nombre del propio derecho
internacional. Y esto es peor que cualquier atentado, por
El espionaje es un fenómeno con muchas caras
grave que sea. (prevenir atentados es la argumentación y frente al cual se pueden y deben hacer muchas
que se usa para justificar prácticas de espionaje, aunque preguntas. En este ensayo nos interesan funda-
existen casos -como el espionaje a empresas de petróleo mentalmente las preguntas que debe hacer el
o Energía en Brasil o en México- que en modo alguno Derecho Penal Internacional.
parecen configurar una prevención realista en ese sen-
tido, son prácticas que adoptan un sentido mucho más De este modo, en definitiva, se busca analizar
comercial que bélico. Precisamente por eso es que en
ese ensayo proponemos pensar y ver el espionaje masivo
el espionaje masivo, con la escala actual, con
con las características actuales, con la escala actual, con los medios técnicos actuales, con su dimensión
la automatización tecnológica masiva, como un crimen político-económica, como un (dentro de la fi-
de agresión, que vulnera la soberanía y la integridad de gura del) crimen de agresión. Esto nos obligará
los Estados y de las personas, que quedan del todo inde- a redefinir y repensar (es decir, pensar de modo
fensas ante el atropello de su vida privada, de su libertad, dinámico) determinados instrumentos, prin-
de su identidad, de su derecho a expresarse sin sentirse
o saberse vigiladas, espiadas a cada momento, incluso
cipios y preconcepciones del derecho interna-
cuando hablan por celular o juegan a un videojuego. El cional. Pensar de un modo innovador determi-
espionaje produce gradualmente la anulación del indi- nados instrumentos del derecho, de modo de
viduo (base del liberalismo) que se autocensura ante el adecuarlos y volverlos útiles en función de los
temor o la sensación permanente de vivir espiado, de ir mayores desafíos que enfrenta el derecho y que
dejando “rastros” visibles con cada actividad que desa- enfrenta la sociedad civil actualmente. Si no se
rrolla “en la red” o en un celular, por poner un ejemplo.
Pierde el derecho a su vida privada, no vigilada o espiada
realiza una lectura crítica de las falencias que la
por el Estado. Las peores ficciones literarias (como la de definición del crimen de agresión alcanzada en
George Orwell en su novela “1984”) se terminan convir- Kampala en 2010 supone, se termina alcanzan-
tiendo en una realidad penosa. El individuo y el indivi- do una definición de compromiso, que funciona
dualismo son el corazón del pensamiento occidental. muy bien en los libros, pero hace muy poco por
El sujeto de derecho no debe dejar de ser eso (idea que el derecho en la realidad. Y en un área como el
nace en la modernidad, con la filosofía cartesiana, y no
casualmente Descartes era abogado): un sujeto de dere-
derecho penal internacional, la práctica del dere-
cho. Un sujeto de derechos. El espionaje masivo en todos cho es tan esencial como lo es la consistencia de
los planos (políticos, diplomáticos, comerciales) socava la teoría. Cuando la teoría se aleja de la práctica
el Derecho. Socava los valores de Occidente (es decir, los en el derecho es que aparece ese fenómeno que
valores fundamentales que luego se traducen en normas tanto preocupa a los actores más relevantes del
jurídicas y principios generales que son el Derecho, ayu- derecho y el humanitarismo, como Ban Ki Moon:
dan a interpretarlo y hacerlo crecer). Por eso se lo debe
repensar en las circunstancias actuales, como un crimen
la impunidad. La impunidad crece allí donde el
de agresión. Los Estados deben asumir que el espionaje derecho es sólo teoría. Pero no práctica. En la
masivo tecnológico no es un medio (ilegítimo) de obte- convicción de que la impunidad de los crímenes
ner información, es un crimen. Que el espionaje masivo graves es incompatible con una cultura asentada
tecnológico no puede configurar la base de las relaciones y global de derechos humanos, como pretende el
internacionales. Porque en el fondo el EMT (Espionaje profesor Rabossi, Rorty, Rawls es que propone-
Masivo Tecnológico) destruye esas mismas relaciones
internacionales. Les quita valor. Les quita sentido. Meta.
mos repensar esta figura del Estatuto de Roma.
Objeto. Sustento. Volumen. El espionaje masivo destru- Repensar el crimen de agresión a la luz de los de-
ye el valor de las instituciones. Destruye el valor de las safíos más urgentes y actuales.
negociaciones. De la diplomacia. De la justicia. De los
acuerdos. De la paz. De la palabra. De las firmas. De las
cumbres. De los tratados internacionales. Del derecho. El
derecho internacional con sus instrumentos e instancias mente porque, como sostienen muchos autores, no está
queda opacado. El mundo retrocede a una época y a unas aun debidamente comprendido en ningún instrumento
prácticas que, amén de la evolución tecnológica (la Stasi internacional, es que debe ser comprendido dentro de
era una realidad atroz para los alemanes, ese mundo de la figura del crimen de agresión, con una interpretación
espionaje atroz sólo se podía sostener así: construyendo extensiva, no con una integración analógica. Ya que el
un Muro, como el muro de Berlín, con sus guardianes espionaje masivo tecnológico si configura una práctica
que le disparaban a cada alemán que osara escalarlo, lesiva -un crimen- grave que atenta contra los valores
querer escapar, vivir libre, en un mundo de libertades, y el sentido de la democracia y de la Carta de las ONU.
no de espionaje, censura, delación, persecución, miedo, Destruye su espíritu mismo, que es la cooperación. La
represión). El EMT configura un crimen grave y precisa- seguridad colectiva.

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VI. Por una interpretación crítica del crimen drán esconderse. De eso se trata precisamente la
de agresión seguridad colectiva.
En primer lugar debe afirmarse que el espio- El multilateralismo y la diplomacia internacio-
naje masivo de ciudadanos, empresas, políticos, nal: esto es lo que socava el retorno de la doctrina
diplomáticos, en todo el mundo, no es sólo un de la seguridad nacional. De la guerra “preventi-
“escándalo”, un affaire. Es un crimen. Es una vul- va”. Socavan precisamente, de la mano del EMT,
neración muy grave y en una escala masiva (im- el principio esencial de la seguridad colectiva,
pensable tiempo atrás) de derechos humanos principio rector de la ONU, basada en la coope-
básicos. De derechos civiles de primer orden, ración, no en el espionaje. El espionaje expresa el
como advirtió categóricamente Dilma Rousseff retorno penoso de la doctrina bélica de la seguri-
en la Asamblea General de la ONU, en septiem- dad nacional. Esta doctrina produce el cierre de
bre de 2013. El espionaje masivo lesiona la sobe- los países o Estados sobre sí mismos: produce de
ranía de los Estados, la integridad territorial, pero todo (guerras), menos acuerdos.
también la confianza diplomática, y política, la
esfera privada, el derecho a la privacidad y termi- La prueba de que el crimen de agresión es un
na mitigando un derecho tan básico como es la crimen complejo (es un tipo penal complejo) es
libertad de expresión (de un modo abiertamente que durante mucho tiempo fue un tipo penal
incompatible con la carta de la ONU). Se lesiona “abierto”. Eso habla y hablaba de la dificultad cre-
el derecho a expresarse sin sentirse vigilado. Inti- ciente de delimitar sus elementos precisos en un
midado. Coartado. Limitado. Silenciado. Privado mundo cada vez más complejo, donde cambian
de la libertad (en cuyo nombre el espionaje ma- continuamente también las formas armadas mi-
sivo paradójicamente se realiza). litares de ocupación, guerras de agresión y crí-
menes de agresión (los drones, por ejemplo, aun-
El espionaje en la Alemania de la DDR (la ac- que no solamente), porque cambian también las
tividad de la Stasi) configuraba un crimen como tecnologías, que determinan la forma de hacer la
dijo con razón John F. Kennedy. El espionaje es guerra o de acometer agresiones. Pero todo esto
prueba de un mundo vigilado y sin derechos ci- habla justamente en favor de incorporar elemen-
viles. Pero también es un mundo donde (a través tos o aspectos nuevos al crimen de agresión. No
del espionaje no sólo de ciudadanos, sino tam- en su contra. Habla sobre la necesidad de volver
bién de políticos, jueces, presidentes, ministros, a pensar su forma y su alcance en el siglo XXI.
masivamente, también de empresas) se pone en
jaque el sentido mismo del derecho internacio- No parece razonable seguir utilizando (como
nal público. De la libertad política, comercial, supone la Resolución 3314, cuya lista, de todos
civil. De sus instituciones, de los foros. Y tam- modos, no es exhaustiva (36)) para definir “ata-
bién de la diplomacia. Esta es la magnitud de la que armado” o “guerra de agresión” las formas
crisis que el espionaje masivo refleja. El espio- militares del siglo XIX o XX (invasión, bloqueo
naje masivo traduce una pérdida de confianza de puertos) en pleno siglo XXI, donde las tec-
en la(s) libertad(es), es causa y consecuencia de nologías pueden producir mayores daños que
esta crisis de la diplomacia y del derecho inter- un bloqueo a un puerto, o acometer este tipo de
nacional; la justicia penal internacional está lla- agresiones de formas totalmente novedosas, que
mada a asumir sin dilaciones la dimensión del aún no han sido debidamente contempladas por
problema. La crisis que refleja el escándalo del el Derecho, pero que encuadrarían nítidamente,
espionaje masivo es una crisis de la diplomacia y en una interpretación amplia, un claro crimen de
todos sus espacios, foros, métodos, acuerdos. La agresión. El espionaje masivo es —puede ser—
propia diplomacia es la que ha perdido lugar. La pensado como un crimen de agresión. Como un
diplomacia ha perdido peso. Representatividad. ataque claro y manifiesto a la integridad y a la so-
Legitimidad. Valor. beranía de los Estados, de un modo totalmente o
claramente incompatible con los valores rectores
Se busca generar un mundo en el que, como
dijo muy bien Ban Ki Moon, ya no haya reductos (36) Gillett, M. “The Anatomy of an International Crime:
de impunidad. Que sepan quienes cometen de- Aggression at the International Criminal Court”. Interna-
litos atroces que “la justicia llegará”. Que no po- tional Criminal Law Review. 2012. Pág. 13.

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de la Carta de la ONU. Como una clara afrenta Para muchos autores el espionaje masivo y sis-
al DPI. Esto exige respuestas claras de la justicia temático, a pesar de lo dicho, definitivamente no
penal internacional. No silencio. Prevenir el es- sería un caso de crimen de agresión. Hace poco
pionaje masivo a ciudadanos, políticos y empre- fue definido (2010, como vimos) en el contexto
sarios es una necesidad de primer orden para la del Estatuto de Roma y, como siempre se ha en-
democracia. Preservar y consolidar los derechos tendido, implica el uso de fuerza armada. Está
civiles y políticos en el mundo es el valor priori- claro, sin embargo, que las definiciones en deter-
tario del derecho internacional de posguerra. No minado momento deben forzarse para que el de-
defender los derechos civiles ante el avance del recho evolucione. En caso contrario, el derecho
espionaje (así como el atropello a la diplomacia no cambiaría.
que el espionaje entre presidentes y delegaciones
diplomáticas supone) supone ceder en la defen- El artículo 2.4 de la Carta de la ONU afirma
sa de los principios básicos de la democracia y que “Los Miembros de la Organización, en sus
la República. Ceder en la defensa de la legalidad relaciones internacionales, se abstendrán de re-
y las libertades. El derecho internacional no de- currir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la
bería ceder en la defensa de estos derechos. De- integridad territorial o la independencia política
bería prevenir que se los vulnere, determinando de cualquier Estado, o en cualquier otra forma
responsabilidades en forma clara y precisa. incompatible con los Propósitos de las Naciones
Unidas.”. Nosotros entendemos que el espionaje
Para muchos académicos o teóricos del De- masivo, con las características técnicas actuales,
recho lo “normal” (lo más simple) es decir —en puede resultar un “uso de la fuerza” (incluso “ar-
función de la definición del crimen de agresión mada”) claramente incompatible con el Propó-
en el Estatuto de la CPI— que es difícil que pueda sito de las Naciones Unidas. Con sus principios
abarcar (comprenda) la conducta de espionaje. esenciales, metas y valores. Para eso debemos
Lo más simple es descartar esta interpretación definir primero el uso de la fuerza armada en el
extensiva, más por sus implicancias que por su derecho para pensar si el espionaje masivo con
sentido lógico. Para muchos doctrinarios (no las características tecnológicas —masividad y
conservadores) podría pensarse como un acto sistematicidad— actuales puede o no quedar
de preparación o planificación de un acto de comprendido dentro de esa figura. El espionaje
agresión, pero tal como está definido el “acto de masivo de presidentes, empresarios, ciudadanos
agresión” en el Estatuto (“uso de la fuerza arma- comunes, destruye el sistema de seguridad co-
da por un Estado contra la soberanía ... de otro lectiva de la ONU. Destruye la confianza puesta
Estado”) para muchos (como Noelia Núñez, del en la diplomacia y en las relaciones internacio-
CEDPAL) parecería ser un poco forzado conside- nales, principios cardinales del orden de posgue-
rar que el acto de espionaje en el caso de EE.UU. rra. Destruye la confianza puesta en el Derecho.
pudiera ser un acto preparatorio o de planifica- Lo pone en cuestión (37).
ción para el uso de la fuerza armada... contra otro
Estado. Nosotros entendemos, por el contrario, También se busca someter a crítica la definición
que no sólo puede ser considerado como un acto (reciente, alcanzada en 2010) del crimen de agre-
preparatorio o de planificación para el uso de la sión (uno de los crímenes definidos en el Estatuto
fuerza armada (aspecto que en rigor nos resulta de Roma), por considerar, con varios autores, que
notorio, siendo inseparable, en nuestra visión, de la misma —producto de un complejo proceso de
la fuerza armada misma, del “uso” de la fuerza negociación, en sí mismo muy valorable— no es
sin embargo adecuada (o del todo adecuada) para
armada, de la definición de “ataque” a la sobera-
las formas que la agresión comprende o puede
nía de un Estado de un modo manifiestamente
comprender en el siglo XXI. La forma que la agre-
incompatible con la carta de la ONU), sino que,
sión va tomando en el siglo XXI va demostrando
en un mundo regido por las telecomunicaciones
como el actual, configura el espionaje masivo, en
el contexto actual, con los métodos actuales, con (37) Salmón, Elizabeth. El crimen de agresión después
de Kampala. Soberanía de los estados y lucha contra la
su forma de violentar las garantías civiles de mi- impunidad. Instituto de democracia y derechos huma-
llones de personas en un solo segundo y su for- nos de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Enero
ma de conculcar la soberanía de los Estados, una 2011. Capítulo I. El largo camino de la criminalización de
agresión en sí misma. la agresión. pp. 13-30.

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que muchas de las definiciones e instrumentos than I. Charney, en su ensayo “Progress in Inter-
de análisis con que se maneja el derecho (no sólo national Criminal Law?” que “These views make
internacional) van quedando perimidos, en des- clear that a key obstacle to the ICC is that its activi-
uso. Son anticuados. Esto nos obligara a repensar ties could touch on highly political interests over
precisamente aquellas figuras que, como el cri- which some states are not willing to relinquish
men de agresión, habían quedado abiertas en el control, even to facilitate prosecution of interna-
Estatuto de Roma, por la enorme dificultad que su tional crimes. This sensitivity is consistent with the
definición suponía y aun supone para los Estados, historic linkage of those crimes to international
que usan toda instancia para negociar y preservar political relation”(39).
no sólo la seguridad colectiva, principio rector de
la ONU, sino también (y a veces sobre todo), sus VII. Hacia una nueva definición de la agre-
intereses (38). En el mismo sentido, sostiene Jona- sión en el Derecho
Es y ha sido siempre sumamente complejo
(38) Que estarían muchas veces más cerca de la “segu-
ridad nacional” que de la seguridad colectiva. El aparente
determinar qué configura o deja de configurar
paso de un tipo de seguridad a la otra configura un grave una “agresión” en el derecho penal internacio-
retroceso en el plano del derecho internacional y de las nal. “Aggression has also been the most difficult
relaciones internacionales (el Dr Zaffaroni, que recibió international crime to define”, sostiene Noah
el premio en criminología en Estocolmo en 2009, desta- Weisbord (40). No casualmente fue el último
có en su ensayo premiado en Suecia que resulta notable
que “no se advierta que en los últimos años estamos ante
de los cuatros crímenes de competencia de la
un resurgimiento clarísimo de la doctrina de la seguridad ICC presentes en el Estatuto de Roma en (poder,
nacional”, con los riesgos que ese resurgimiento conlleva. tras casi una década) ser definidos. Ningún con-
El espionaje masivo a ciudadanos y dirigentes, empresa- senso (jurídico-político) es fácil, pero en este
rios, periodistas, y organizaciones, puede ser presentado, caso las dificultades han sido mayores, muchos
cuatro años después de esa advertencia, como uno de
esos riesgos. El resurgimiento de la seguridad nacional países no apoyaron la definición alcanzada,
que denuncia Zaffaroni es inseparable en rigor del avan- pedían seguir las discusiones, no cerrarlas. La
ce (muchas veces en forma no controlada por los propios demora muestra la dificultad para alcanzar un
estados democráticos) del espionaje masivo, con la escala acuerdo en las circunstancias políticas y geo-
internacional que tiene actualmente. El espionaje masivo políticas actuales, al punto que muchas orga-
tecnológico configura una amenaza para los valores de la
democracia. Son dos fenómenos (el resurgimiento de la nizaciones se opusieron incluso en 2010 a dejar
doctrina de seguridad nacional y el avance del espionaje asentada ya una definición fija, por considerar
masivo) que se deben pensar juntos, no separados. Ambos
van en desmedro de la diplomacia y el derecho internacio- University Law, Legal Studies Research Paper Series. Re-
nal. Véase Zaffaroni, E. R. Crímenes de Masa. Ed. Madres search Paper No. 10-64. November 2010. Vol. 20. 1. Página
de Plaza de Mayo. Buenos Aires. 2010). A tal punto esto es 2. “The crime of aggression is exceptionally difficult to
así que muchas veces se han hecho, pese a la prohibición define because it is intertwined with a number of unre-
del uso de la fuera, guerras o invasiones (como la invasión solved historical debates within the field of international
a Irak en 2003 para encontrar armas de destrucción ma- law, such as the distinction between a just and an unjust
siva que jamás se encontraron) sin el aval del Consejo de war, the possibility of holding individuals responsible for
Seguridad de la ONU (el veto de Francia impedía el con- collective acts of political violence, and the appropriate
senso en ese órgano decisivo, Alemania también se opuso relationship of judicial to political institutions—such as
a esa invasión, pero no forma parte del Consejo de Segu- the International Criminal Court (ICC) and the UN Se-
ridad como miembro permanente). Muchas veces pues curity Council—in the international order. Furthermore,
la seguridad nacional (la defensa de unos determinados the definition has political and military repercussions for
“Intereses”, que van en detrimento de otros intereses) van states and, as a result, their negotiation positions tend to
en detrimento de los principios esenciales y cardinales de reflect their strategic interests, which are regularly in com-
la seguridad colectiva, basados, como veremos, no en los petition”. Pág. 2) También puede verse Van Schaack, Beth.
intereses aislados, sino en la cooperación internacional. “Negotiating at the Interface of Power and Law: The Crime
Una cosa es la cooperación (seguridad colectiva) y otra of Aggression” en Columbia Journal of Transnational Law.
es la competencia (intereses que se contraponen). No son - The Crime of Aggression (49.505) - 6.21.11. pp. 505-601).
cuestiones menores tampoco a la hora de definir los crí-
menes más graves, como el crimen de agresión, porque es (39) Charney, Jonathan I., “Progress in International
también en función de esos intereses que muchos Estados Criminal Law?” En The American Journal of International
definen los crímenes. No en función de la seguridad co- Law, Vol. 93, No. 2 (Apr., 1999), pp. 452-464. American So-
lectiva. Sino del interés nacional (Véase Weisbord, Noah. ciety of International Law.
“Conceptualizing Aggression”, in Florida International (40) Weisbord, N. Op. cit. 2010.

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que el proceso para alcanzarla no estaba aún ción efectiva en un nuevo contexto global, don-
maduro (41). Es probable que esta adverten- de la agresión cobra nuevas y complejas formas,
cia de diversas organizaciones fuera correcta. son muy bajas (45). Eso es lo que debe prevenir
Apenas cuatro años después de esa definición, a través de la configuración del espionaje ma-
la misma ya nos resulta en ciertos aspectos sivo como un crimen de agresión, que se geste
limitada, insuficiente, precaria, anticuada. Re- un “nuevo contexto global” regido por nuevas
quiere ser repensada. Ampliada. Precisada. El prácticas (tecnológicas y políticas), que lesio-
EMT, como veremos, con las características y nan la diplomacia y que lesionan al derecho —y
efectos actuales (tan lesivos para la autonomía la legalidad— de modo abierto y permanente.
humana, la libertad de expresión, el respeto de Prácticas que funcionan sólo bajo esquemas
los Estados a la privacidad de las personas, sus (clandestinos) donde tienen otorgada o garan-
comunicaciones, su correspondencia, etc., ba- tizada la impunidad, sin la cual su escala global
samentos de la sociedad civil, pilares esenciales y masiva (su carácter sistemático) son o serían
de una democracia) puede configurar un acto impensables. Por eso Ban Ki Moon cuestiona la
de agresión y un crimen de agresión. El DPI no impunidad. Porque la impunidad es la base so-
puede permanece impasible ante esto (42). bre la que se organizan y realizan los crímenes
El crimen de agresión no es estático. “Por otro más graves (46). Impunidad es la sensación de
lado, se debe precisar que las conductas conte- que una condena no sobrevendrá. Y eso es lo
nidas en la Resolución 3314 son las formas tradi- que determinados actores dan por descontado:
cionales de agresión, pero también puede darse que la justicia (penal internacional) no recaerá
el caso de nuevas formas de agresión...” (43). La con todo su peso.
agresión cambia porque cambian los métodos (y El DPI parece ir —con sus anacronismos en
objetivos) a través de los cuales —y en función de
la tipificación— detrás de los hechos. No ade-
los cuales— ella se ejerce.
lante. De este modo se “garantiza” la impunidad
Sostiene Mónica Barbeito, “No obstante y de determinados actores, porque su crimen aun
como tendremos ocasión de ver, los problemas no está “encuadrado”. Garantiza que sus “agre-
de tipificación y efectividad del crimen de agre- siones” quedarán impunes, porque el Derecho
sión no sólo vienen dados por su especificidad aun no está preparado para encuadrarlas, con-
y complejidad, sino también por la existencia ceptualizarlas y perseguirlas (como lo que son:
de un nuevo contexto global que va a perjudi- crímenes de agresión). De este modo, la evolu-
car, e incluso impedir, la posibilidad de que el ción tecnológica garantiza que aquellos Estados
crimen de agresión llegue algún día a ser efec- más desarrollados, que tienen la tecnología más
tivamente perseguido y sus autores dejen así de avanzada, terminan estando (fruto de su “evolu-
ser impunes”(44). Ese contexto (que ella men- ción” y “progreso”) por encima de la legalidad in-
ciona en 2008, es decir, previo al escándalo de ternacional. Por encima de todo el Derecho. Por
espionaje masivo) terminó por materializarse encima de la Justicia (47).
en 2013. Por hacerse realidad. Es por eso que su
prevención sigue siendo válida. Incluso con el Este proceso de “tipificación” internacional
crimen definido, las posibilidades de persecu- de la agresión, como sostienen muchos autores,
está recién comenzando, sigue aún abierto. Por
(41) Heinsch, R. “The Crime of Aggression after Kam-
eso la agresión exige ser repensada. Porque este
pala: Success or Buden for the Future?”, Göttingen Journal proceso no terminó en Kampala. Comenzó allí.
of International Law, 2. 2010. 713-743.
(42) Van Schaack, B. “Negotiating at the Interface of (45) O´Connell, M. E. y Niyazmatov M. “What is Ag-
Power and Law: The Crime of Aggression” en Columbia gression? Comparing the Jus Ad Bellum and the ICC Stat-
Journal of Transnational Law. The Crime of Aggression ute”. En Journal of Internacional Criminal Justice; Vol. 10,
(49.505) 2011. pp. 512-513. pp.198-207. 2012.
(43) Pérez-León Acevedo, J. “El crimen de agresión en (46) Hunt, Lynn. La invención de los derechos huma-
el Derecho Internacional”, en Revista Derecho & Sociedad, nos. Ed. Barcelona. Madrid. 2008.
No. 27. Perú. PUCP. 2008. (47) Muchos países pierden, con la falta de ecuanimi-
(44) Barbeito, M. Z. “El crimen de agresión y la Corte dad de los tribunales, como se dijo, un aliciente para man-
Penal Internacional”, Universidad La Coruña. 2009. tenerse dentro de su jurisdicción.

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VIII. “Por una mera cuestión de nomencla- La “mera cuestión de nomenclatura”, como
tura” afirma lúcidamente Ferencz, nos enfrenta direc-
tamente a la consabida cuestión del formalismo
En su ensayo El uso ilegal de la fuerza armada o legalismo en el derecho (los derechos humanos
como crimen contra la humanidad, Benjamin B. se construyeron luchando contra el formalismo,
Ferencz, quien fuera Fiscal Jefe en Nuremberg en contra el legalismo y el rigor de ciertos “plazos”
el caso “Einsatzgruppen”, en el que 22 altos ofi- o interpretaciones cerradas en el Derecho y en la
ciales nazis fueron condenados por la matanza Justicia, por ejemplo las que aun hoy impugnan,
de más de un millón de hombres, mujeres y ni- con hueros argumentos procesalistas, la impor-
ños (no hace falta agregar, como muchas veces tancia de la jurisdicción universal), donde la for-
se agrega, “inocentes”), afirma que “El Estatuto ma termina imponiéndose a la “sustancia” del
de Roma que rige la CPI establece los paráme- Derecho que persiguen los abogados y jueces,
tros aplicables a todos los crímenes bajo la actual que es la impartición de justicia. De esta distin-
jurisdicción de la Corte. Nunca se pretendió que ción esencial deriva la distinción entre Derecho
la enumeración de ciertos actos como “crímenes de forma y Derecho “de fondo”. La aspiración “de
contra la humanidad” en el estatuto de la CPI y fondo” del Derecho es la justicia, que es más im-
en códigos similares fuera exhaustiva o excluyen- portante que las reglas o plazos (“procedimien-
te. Ciertos crímenes que por separado se tipifi- tos”) que determinan el proceso (de allí que se
can como “genocidio” y “agresión” estaban sien- aboliera, para crímenes de lesa humanidad, el
do objeto de tratamiento por parte de comisio- principio —esgrimido por quienes, como el Dr.
nes especializadas de las Naciones Unidas, pero
Carlos Fayt en el caso “Simón”, defienden aun
tales crímenes podrían muy bien recaer bajo la
hoy la impunidad de los crímenes aberrantes de
categoría más amplia de “crímenes contra la hu-
la dictadura militar— de cosa juzgada, asentan-
manidad”. El estatuto de la CPI incluye, a modo
do que ciertos crímenes son imprescriptibles:
de ejemplo, una serie de actos que constituyen
no prescriben: este “cambio” político —no hay
crímenes contra la humanidad: asesinato, escla-
un Derecho separado de la política— se debió
vitud, apartheid, violación, tortura, y, media do-
a la necesidad de que la “forma” —plazos— no
cena de atrocidades similares. La enumeración
se impusieran sobre el “fondo” en el Derecho,
final de conductas delictivas incluyó también
que es la necesidad de Justicia, que la impuni-
una categoría genérica: “otros actos inhumanos
dad de ciertos crímenes no prevalezca, porque
de carácter similar que causen intencionalmente
la impunidad es incompatible con la democra-
grandes sufrimientos o atenten gravemente con-
cia y el Estado de Derecho). Del mismo modo,
tra la integridad física o la salud mental o física”.
Esta disposición está en sintonía con la termino- ciertas agresiones no deberían escapar a la ju-
logía del TMI y con los estatutos y la jurispruden- risdicción de los tribunales penales internacio-
cia de los tribunales ad hoc que han sido estable- nales por “una mera cuestión de nomenclatura”,
cidos por el Consejo de Seguridad. cuando es claro que tales actos (por ejemplo, los
del espionaje masivo, sistemático, con los rasgos
La naturaleza precisa de “otros actos inhuma- actuales, lejos del “espionaje tradicional”) lesio-
nos” como crímenes contra la humanidad se nan de modo claro y manifiesto el espíritu y la
dejó a la interpretación de los tribunales y jueces. letra de la carta de la ONU, vulnerando el senti-
Se dejó deliberadamente abierta la puerta a la do y objeto de la diplomacia, poniendo en ries-
posible inclusión de otras impredecibles y graves go la estabilidad y seguridad internacionales, al
conductas inhumanas que, de no ser así, esca- reemplazar la cooperación internacional (segu-
parían del escrutinio judicial. En Nuremberg se ridad colectiva) por el espionaje masivo, las gue-
condenó correctamente la agresión como “el cri- rras “preventivas” y los intereses “nacionales”
men internacional supremo” porque encierra en (las guerras económicas, etc.). Este cambio (que
sí mismo todos los demás crímenes 40. Incluso si no es meramente un cambio de “nomenclatura”,
no se usa la apelación “agresión”, las consecuen- como dice Ferencz) no debe pasar inadvertido
cias del uso ilegal de la fuerza armada pueden para el Derecho Penal Internacional. El Derecho
ser también reprensibles y no debieran escapar debe afrontar y criminalizar de modo claro este
a la criminalización por una mera cuestión de cambio político, que redirecciona el sentido de
nomenclatura”. los tratados y condiciona la actividad de los tri-

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DPyC Guido Leonardo Croxatto

bunales. La actividad de la justicia penal interna- IX. El artículo 8 bis del Estatuto de Roma. El
cional es incompatible con un contexto político crimen de agresión. Definición y desafíos
mundial donde rige la seguridad nacional como
doctrina, piedra de base de todo conflicto arma- A los efectos del párrafo 1, art. 8 bis del citado
do y toda guerra. La actividad de los tribunales Estatuto, por “acto de agresión” se entenderá el
penales internacionales sólo es compatible con uso de la fuerza armada por un Estado contra la
el principio de la cooperación internacional: la soberanía, la integridad territorial o la indepen-
seguridad colectiva. La legitimidad de los tri- dencia política de otro Estado, o en cualquier otra
bunales internacionales emerge, precisamente, forma incompatible con la Carta de las Naciones
de esos “acuerdos”. La doctrina de la seguridad Unidas”. El EMT, con los medios y rasgos actuales
nacional erosiona esa legitimidad. La pone en (sistematicidad, masividad, etc.) constituye sin
cuestión. Esto no es casual: es un paso en el dudas un uso de la fuerza (armada) contra la so-
sentido contrario, un “retroceso” a escenarios beranía, la integridad territorial o la independen-
internacionales donde se mina la legalidad y se cia política de otro Estado, “o en cualquier otra
imponen las guerras “preventivas” y el espionaje forma incompatible con la Carta de las Naciones
masivo. No la cooperación. Donde no hay coo- Unidas”. La Carta de la ONU (cuyos principios
peración entre Estados/ países (donde no rige la esenciales el EMT vulnera de modo frontal y di-
seguridad colectiva, principio rector de la ONU, recto) aspira precisamente a ser una herramienta
donde ella es reemplazada por la doctrina de la de la cooperación internacional y de la seguridad
colectiva. El EMT es la exacta contracara —y la
seguridad nacional) se vicia e inhibe la legitimi-
penosa contracara— de ese objetivo de coopera-
dad de los tribunales penales internacionales.
ción internacional. De diálogo político. De inte-
En este escenario crítico no es posible, como
gración e intercambio.
pretende Ambos, tener una visión restrictiva del
crimen de agresión. Al contrario. En un escena- El espionaje masivo analizado aquí somera-
rio de “auge” de la doctrina de seguridad nacio- mente por cuestiones de espacio es sin dudas una
nal (con todo lo que la misma supone, sentidos “violación manifiesta de la Carta de las Naciones
bélicos, de confrontación entre Estados más que Unidas”. Lo que caracteriza a este nuevo tipo de
de “cooperación” entre países) el único camino espionaje masivo tecnológico (que en rigor no
posible para preservar la paz y evitar crímenes puede ser asimilado ni en sus métodos ni en sus
aun mayores, es ampliando las conductas que el objetivos al espionaje tradicional (48)) que violen-
derecho considera agresiones. Por eso la visión ta gravemente la soberanía y la integridad de los
clásica restrictiva alemana, que defiende Am- Estados, es precisamente su “gravedad y escala”,
bos, es equivocada en el actual contexto geopo- tal como menciona el inciso primero del artículo 8
lítico (auge de la seguridad nacional) el cual no bis. Esto es lo que diferencia al EMT del espionaje
puede dejar de ser visto por el Derecho, a riesgo tradicional, que no puede ser comprendido, a di-
de garantizar —doble estándar— la impunidad ferencia del primero, como un crimen de agresión.
a las nuevas agresiones que se observan en los Sólo el primero puede serlo. Pero no el segundo.
Estados más poderosos. En caso contrario el De- Para el segundo, como dijimos, son admisibles
recho se convierte en un dogma (que garantiza las justificaciones que pierden su valor cuando se
la impunidad de los crímenes graves, cometidos extrapolan de una situación excepcional (como
por Estados poderosos, mientras juzga, como puede ser prevenir un atentado terrorista) a una
sucede en todo derecho penal selectivo, los situación general (que abarca la política, el co-
crímenes más toscos y rudimentarios, las agre- mercio, la vida privada, y alcanza a millones de
siones más primitivas, cometidas por los países personas en simultáneo en todo el mundo, coti-
más pobres). En una palabra vacía. La posición dianamente). Lo que en un caso configura una ar-
alemana —posición restrictiva del crimen de gumentación razonable (de “excepción”), en otro
agresión— no evita que las agresiones más sofis- caso (el espionaje en el comercio o el espionaje a
ticas se cometan. Sólo evita que ellas se juzguen. presidentes de países aliados en forma constante
Se comprendan. Se nombren. Se conozcan. Sal- y masiva) configura, como sostuvo la presidenta
gan —y se nombren— en los diarios como tales:
como agresiones. Como un crimen de agresión. (48) Scolnik, Hugo D. Qué es la seguridad informática.
Como un crimen. Paidós. Buenos Aires. 2014.

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de Brasil en la Asamblea de la ONU en Nueva York naje masivo automático de presidentes de Amé-
(también lo dijo Merkel) “una excusa” sin asidero rica Latina o Europa, embajadores, diplomáticos,
(una actitud del todo “inaceptable” entre países empresarios, jueces, es un hecho grave incompa-
aliados, dijo la canciller alemana). Es decir: un cri- tible con la carta de la ONU. Con sus principios y
men (de agresión). Una violación del derecho in- valores. Es un hecho incompatible con la diplo-
ternacional grave. El espionaje masivo sistemático macia y con las relaciones internacionales. Es un
no representa una mera “lesión” de la confianza hecho incompatible con una democracia (49).
entre países: es más que un mero “acto” aislado, es Por eso, en las circunstancias actuales, y a falta
una práctica y en cuanto tal configura un crimen, de un instrumento mejor, debe ser concebido
una “violación grave” de integridad, territoriali- como un acto de agresión. Las categorías evolu-
dad, privacidad, soberanía. El EMT violenta todos cionan en función de los hechos a que se refieren
los principios rectores de la carta de la ONU y los y las realidades que abarcan. El espionaje masi-
conculca de modo explícito y manifiesto: sin jus- vo es el que nos obliga a redefinir los alcances de
tificación alguna. Con el espionaje masivo siste- la figura de la agresión. Los alcances del crimen
mático se socava el Estado de Derecho. Se socava, de agresión. Se trata de que el tipo penal sea útil
como se dijo, la seguridad colectiva, basado en la para prevenir y condenar los crímenes que se
cooperación, y se pone en su lugar la doctrina de cometen actualmente. Aunque sean cometidos
la seguridad nacional, donde los países compiten, precisamente por países o Estados que no son
desconfían, se “atacan”, se espían, se agraden, se débiles. Sino poderosos. Que disponen de avan-
“vigilan” en lugar de cooperar o acordar (nego- zadas tecnologías que la inmensa mayoría de los
ciar) de buena fe. Por eso esta “crisis” traduce el países del mundo no tienen. Precisar el tipo pe-
paso de un sistema a otro. El paso de un sistema nal (actualizar el crimen de agresión) es, a su vez,
(basado en la seguridad colectiva, con el principio una forma de luchar contra el doble estándar en
de la cooperación entre países) a otro (basado en el ejercicio de la jurisdicción, preservando la le-
la seguridad nacional, con el principio de que los gitimidad de tribunales como la CPI.
Estados no cooperan, sino que compiten entre
sí, llegando incluso en esa “competencia” —por X. El Protocolo I adicional al Convenio de Gi-
ejemplo por recursos naturales, por “intereses”— nebra (1977). Un “mal superfluo”
a hacer la guerra) Esto es lo que expresa (esconde)
la crisis de la diplomacia. El avance del espionaje El inciso 2 del artículo 35 del Protocolo I al
masivo tiene implicancias no sólo “internas” (vio- Convenio de Ginebra otorga un punto impor-
lar la privacidad de los ciudadanos, aquejando la tante en la interpretación propuesta, ya que
calidad de la vida en democracia), sino externas: los medios tecnológicos avanzados como las
en la esfera internacional el espionaje masivo máquinas automáticas que producen —auto-
y sistemático entre delegaciones (empresarios, máticamente— como quedó demostrado, un
políticos, jueces, etc.) expresa la pérdida de con- espionaje masivo sin distinción de ámbitos
fianza en la capacidad de alcanzar acuerdos. Esta (videojuego, celulares, chats, cables diplomáti-
“pérdida de confianza” es la contracara del espio- cos, secretos comerciales, etc.) ni de personas
naje masivo. (empresarios, presidentes, jueces, diplomáti-
cos, periodistas), efectivamente son capaces
El debate venía dado como vimos por la cua- de causar “males superfluos o sufrimientos
lidad de “armado” del ataque. Esa cualidad tam- innecesarios” a la población civil (en la llama-
bién debe ser repensada a la luz del avance de las da “guerra al terrorismo”) (50). Esto quedó de-
tecnologías y las “armas” en la era digital. De las
formas de operar un daño. El EMT —con sus mé- (49) Véase Sain, G. “La Seguridad en la Red”, en Página
todos y maquinaria sofisticada— puede quedar 12, 12/12/2013, Buenos Aires. En términos de políticas pú-
comprendido también dentro de las “otras for- blicas, el autor sostiene que resulta “necesaria la tipifica-
ción de determinadas conductas ilícitas que tienen como
mas” incompatibles con la Carta de la ONU, que
medio o fin un dispositivo informático tanto así como el
en modo alguno, dados sus principios rectores, fortalecimiento de la cooperación internacional en mate-
puede “tolerar” la violación de los derechos civi- ria de investigación criminal”.
les esenciales de millones de personas en forma (50) En el marco de la llamada “guerra al terrorismo”
cotidiana, sean dirigentes políticos, empresarios diremos también que -también desde esa óptica- el espio-
o activistas de los derechos humanos. El espio- naje masivo configura un “mal superfluo”. Un mal innece-

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mostrado con el escándalo del EMT en 2013, nes aplican estas máquinas masivas de espiona-
escándalo que supone la violación constante je que vulneran tantos derechos civiles hubieran
de la propia intimidad o la amenaza de sentir- pensado si el funcionamiento de las mismas y su
se continuamente vigilado. Esto supone ambos objeto eran “compatibles” con el derecho interna-
puntos: supone por un lado un mal superfluo. Y cional, la respuesta es muy clara: no lo es. Porque
supone también para quien lo padece, cuya au- viola gravemente la soberanía de los Estados y la
tonomía y libertad quedan minados, un “sufri- integridad de las personas. Sus libertades.
miento innecesario” (ya que no sirve en modo
alguno, tampoco, para combatir al terrorismo, Pensamos que el espionaje masivo tecnológico
pero incluso si sirviera para eso sería discutible es más que la mera “recepción de información”
su legitimidad en el plano internacional; más en forma ilegítima o clandestina. Es más porque
grave es en todo caso —y por eso configura una produce un daño concreto (y sistemático) que
agresión ostensible, una agresión injustificable, va más allá de la información obtenida: lesiona
innecesaria— es el hecho notable de que no sir- la soberanía, la integridad de los Estados, genera
ve tampoco para esa meta formal. Precisamente lesiones y provoca la sensación de una vigilancia
llamaremos “espionaje” a la práctica excepcio- plena y permanente de las personas. Lesiona la
nal, fundada, que sí sirve para prevenir atenta- autonomía de las personas afectadas (lo que Kant
dos, no siendo esa práctica con carácter excep- llama el “derecho a la personalidad”, indepen-
cional la que cuestionamos en este trabajo, para dientemente de su inmunidad o peso político),
la cual en rigor debiéramos buscar otro nombre, lesiona la libertad civil y política. Vulnera dere-
otro término más adecuado (una nueva pala- chos concretos, aunque muchas veces ese daño
bra, una nueva categoría o categorización, ya no fuera vistoso. Conculca de modo manifiesto
que en rigor se trata de un fenómeno nuevo, sin los principios rectores de la carta de la ONU, que
precedentes —en su escala— en la historia mo- aspira a la cooperación internacional y a la segu-
derna, siendo fruto de la “revolución” de las co- ridad colectiva. El espionaje masivo (emergente
municaciones y de las tecnologías) sino el paso de la doctrina de la seguridad nacional y no de
de la “práctica excepcional” con un fin preciso, la seguridad colectiva, basada en la cooperación,
a una “regla” difusa sin objeto claro, global, sis- no en el espionaje) con las características actua-
temática, difusa, permanente, “automática”, por les puede configurar un crimen de agresión, por-
la mera vigilancia masiva en sí misma, una for- que es realizado a través de máquinas y tecnolo-
ma de “control” social que termina violentando gías nuevas, muy avanzadas, y es coordinado por
derechos civiles y la soberanía de los Estados. los Estados y sus fuerzas militares —incluso de
El espionaje masivo es una violación manifiesta espaldas al poder político, a los representantes
de los principios rectores del orden internacio- democráticamente elegidos— precisamente en
la llamada “guerra al terrorismo”. No analizamos
nal, basados en la cooperación recíproca y en la
el caso más simple (aunque también discutido)
soberanía estadual. Es una violación manifiesta
de ciberataques, que pueden paralizar redes
de los principios de la ONU.
de información vitales, de las que depende por
El EMT puede ser un nuevo “medio” o “método” ejemplo el funcionamiento de servicios públicos
de agredir a los países, la soberanía de los Estados, esenciales como el transporte o la provisión de
y la autonomía esencial de las personas. Si quie- agua o energía. En esos casos resulta más cla-
ra la agresión y más ostensible el daño. Pero en
sario. El espionaje masivo produce, por todo lo expuesto,
las era de las comunicaciones, el EMT también
(y no hace falta recurrir para probarlo a la Abwägung en puede, por su escala y dimensión, configurar una
Robert Alexy, profesor en Kiel) un mal “superfluo”, del todo agresión y determinar un daño muy grave que no
innecesario, que jaquea e inhibe la vida civil. El mismo debe ser subestimado por el Derecho. Vulnerar la
ha probado no ser un vehículo útil o indispensable para intimidad-privacidad de las personas (empresas,
“combatir al terrorismo”. El mismo ha probado, por el con- cuerpos diplomáticos, ONG) es mancillar el valor
trario, tener otras (y por eso es grave) connotaciones, sen-
tidos y objetivos netamente comerciales (transferencia de esencial de toda democracia, que es la libertad
datos para mercadeo, etc.) y políticos. De allí que muchos de expresión.
autores (Zaffaroni mismo es uno) cuestionen la entrega
espontánea de datos e información privada, personal, a Por todo lo expuesto, creemos que el EMT, sis-
plataformas comerciales como Facebook. temático, global, con nuevas materias y métodos

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(capaces de vulnerar incluso métodos de encrip- las insuficiencias de la definición alcanzada en


tamiento, pero también paredes, teléfonos, com- Kampala en 2010. La agresión exige ser repensa-
putadoras, celulares, correspondencia privada da en función de los riesgos y rasgos que la misma
de todo tipo, en todo el mundo, en un instante, asume en la actualidad, y no de la forma que ella
sin conocimiento de la persona ni de los Estados tuvo hace más de cincuenta años. Ese anacronis-
vulnerados) es un acto de agresión grave que por mo (sea o no exhaustiva la enumeración de actos
sus características, gravedad y escala constituye que allí se realiza) es negativo porque conduce
una violación manifiesta de la Carta de las Nacio- al doble estándar de persecución, centrando su
nes Unidas. Produce un mal superfluo y concreto accionar en países “en desarrollo”, dejando de
en las personas y no sirve para los objetivos de lado los crímenes más sofisticados (por carecer
prevención propuestos. de instrumentos jurídicos aptos —acordes con la
sofisticación del crimen— para comprenderlos),
El espionaje lesiona el sentido mismo de la que es lo que debe evitarse en aras de preservar
diplomacia. De los tratados. De la justicia inter- la legitimidad de tribunales como la Corte Penal
nacional. Por eso pensamos que este análisis Internacional.
constituye en rigor la única manera presente de
restablecer la confianza perdida en el valor de la X.a) Cómo los conceptos (que nunca son neu-
diplomacia. Es la única manera de restablecer trales) cambian y evolucionan
el valor y la confianza en el Derecho. Es la úni-
ca manera de restablecer la validez del derecho El concepto clásico de agresión supone la cua-
internacional público. Una validez perdida, una lidad de ataque “armado”. Veamos pues la defini-
validez en crisis (51). Esa es precisamente la mi- ción general de “arma” según la RAE. Se lee que
sión primera de la justicia y de la justicia interna- arma (Del lat. arma, -orum, armas) es: 1. f. Ins-
cional: restablecer el valor del Derecho. No dejar trumento, medio o máquina destinados a atacar
que su llama se apague. o a defenderse (definición perfectamente com-
patible con las máquinas destinadas al espionaje
Las opciones ante las que nos encontramos masivo tecnológico, de funcionamiento “auto-
son claras. O definimos la agresión como se la mático”) 2. f. Mil. Cada uno de los institutos com-
definía en 1974 (lo cual no significa, como cree batientes de una fuerza militar. El arma de infan-
Ambos, ser meramente “restrictivo” respecto del tería, de caballería, de artillería. 3. f. p. us. Rebato
alcance de la agresión: implica un doble están- o acometimiento repentino. 4. f. pl. Conjunto de
dar, donde se persiguen sólo las agresiones más las armas que lleva un guerrero o una unidad de
toscas, menos sofisticas, más primitivas, más guerra. 5. f. pl. Tropas o ejércitos de un Estado.
propias de 1974). O la definimos críticamente en Las armas de España, las armas de los países alia-
función de los rasgos (y riesgos) que la agresión dos 6. f. pl. Defensas naturales de los animales.
va tomando en la actualidad, merced del avance 7. f. pl. Piezas con que se arman algunos instru-
y la sofisticación de las comunicaciones, los mo- mentos, como la sierra, la brújula, etc. 8. f. pl. Mi-
dos de vida y las nuevas tecnologías, que alteran licia o profesión militar. 9. f. pl. Hechos de armas,
nuestras formas de comunicarnos, de convivir y hazañas guerreras. 10. f. pl. Medios que sirven
de participar políticamente. Ese también es un para conseguir algo (definición perfectamente
dilema eterno del Derecho: mirar para adelante compatible con el espionaje masivo) 11. f. pl. He-
o seguir mirando siempre para atrás. Que no asu- ráld. Blasones del escudo.12. f. pl. Heráld. escudo
mamos los riesgos nuevos que se suceden a dia- de armas. Etcétera. Bajo esta primera aproxima-
rio no significa, sin embargo, que esas agresiones ción general, las máquinas (toda arma es una
no sucedan. Significa, simplemente, que el Dere- máquina) que se emplean para el espionaje ma-
cho Penal Internacional no las ve. Y esto es lo que sivo (avanzadas máquinas, avanzadas computa-
debe evitarse. La inacción del Derecho (Penal In- doras, no discernibles siempre de los drones, que
ternacional). Por eso proponemos una relectura constituyen, en sí mismos, otro enorme desafío
crítica de esta figura, llamando la atención sobre para el derecho internacional) sí pueden ser con-
sideradas en principio armas. En consecuencia
(51) Altman, A. A. y Heath Wellman, C. “A Defense of In- sus ataques deberían ser considerados ataques
ternational Criminal Law” en Ethics, Vol. 115, No. 1. (2004) con arma. Es decir: un crimen de agresión. En
pp. 35-67. University of Chicago Press. segundo lugar como veremos, quienes manejan,

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controlan y dirigen esas armas —dirigen drones, Estas distinciones sutiles no son menores. Deben
por ejemplo— son fuerzas de seguridad de los ser la base de una nueva comprensión de la agre-
Estados, o sus fuerzas armadas. En este segundo sión en el siglo XXI con los métodos y máquinas
aspecto, también pueden ser consideradas esas que la agresión comprende en el presente, no en
máquinas como “armas”. De hecho lo son. Son el pasado.
armas con un propósito muy concreto: recabar
información en forma ilegal, violando la sobera- El concepto de fuerza armada y de “arma” es
nía y la autonomía y la integridad de los Estados como todo concepto un concepto ambiguo y
y de las personas. Produciendo en éstas un daño difícil, no es estático, cambia y evoluciona. Es
real y concreto. En consecuencia, estamos ante dúctil y debe ser continuamente repensando en
un ataque armado que produce un daño real. Ni función de los avances veloces de las tecnologías
más ni menos que eso. Máquinas dirigidas por “armadas”. De las “aplicaciones” instrumentales
fuerzas armadas orientadas a un fin ilegitimo de que disponen los Estados. De los nuevos de-
con medios ilegítimos, sin declaración previa sarrollos tecnológicos que generan nuevas “ar-
(no existe espionaje declarado). Estamos pues mas”. Nuevas formas de “atacar”, intimidar, hos-
en presencia de una agresión. Lo que diferencia tigar: agredir.
a esta agresión del espionaje tradicional (que no Los conceptos a su vez no son estáticos. No
se concibe como una agresión) es precisamente significan hoy lo mismo que hace 50 años. Cam-
su carácter aislado y excepcional. No masivo. El bian como cambian las realidades sociales, mili-
primero es compatible con la cooperación inter- tares, políticas, tecnológicas a que se refieren. La
nacional. El segundo, no (52). Es su contracara. agresión no tiene la misma forma hoy que la que
tenía en 1970. Las tecnologías avanzan cada vez
(52) Aquí es donde radica la diferencia esencial. Unos más rápido y el derecho debe mantenerse pre-
críticos dicen que muchos países que cuestionan las prác- dispuesto a pensar en forma audaz y dinámica
ticas de espionaje de EE.UU. a la vez se “benefician” de
esas prácticas. La distinción es útil porque el primer tipo estos cambios estructurales en la forma de hacer
de espionaje (prevenir terrorismo) sí sería útil y compati- la guerra pero también de “mantener la paz”.
ble con la cooperación internacional. Pero no el segundo,
que vulnera la autonomía de los Estados y de los líderes Otro punto complejo de mi construcción ar-
como Merkel, Rousseff, entre otros. El primer tipo de es- gumental es separar el espionaje tradicional del
pionaje es compatible con la cooperación internacional, espionaje masivo tecnológico. Configuran dos
pero no el segundo, que reúne características totalmente
fenómenos parecidos, pero no iguales. Tienen
diferentes y métodos muy particulares. Este segundo -sólo
este segundo- es el que comprende, según nuestra visión, métodos pero también objetivos separados. Y
un crimen de agresión, bajo el Estatuto de Roma. Pero no aquí es que sostengo que la mayoría de los argu-
el primero. Esto es lo que caracteriza a nuestro argumento. mentos (prevenir ataques terroristas, etc.) que se
No estamos censurando el espionaje en general, sino en usan para avalar el segundo, en realidad sólo sir-
este caso particular, cuando éste deja de ser la excepción, ven para lo que siempre han sido usados: justifi-
y se convierte poco a poco en la regla (generalizada, en
un mundo donde se lesionan y recortan continuamente car el primero. Solamente al primero. Pero no al
garantías civiles, como advierte Ferrajoli), cuando el ar- segundo. Esto quiere decir que el EMT configura
gumento de “combatir al terrorismo” deja de ser cierto y en muchos aspectos un fenómeno nuevo (preci-
se convierte en una excusa para avalar prácticas lesivas y samente, debido al notable avance de la tecno-
sistemáticas como el espionaje comercial a empresas en logía, como el propio Obama reconoció valien-
todo el mundo o el espionaje a líderes aliados (en esa mis-
ma lucha contra el terrorismo) como pueden ser Angela
Merkel o el primer ministro de Francia, el presidente de periodistas, deportistas, ciudadanos comunes) deja de ser
México o de la presidenta de Brasil. Precisamente cree- excepcional en su objeto (prevenir el terrorismo) y deja de
mos que este segundo tipo de espionaje (EMT) deja en serlo, en consecuencia, en su búsqueda, en su método. Se
rigor de ser eso (“espionaje”) y representa en rigor una convierte en una “regla”. Y esto es lo que debe ser preveni-
práctica masiva diferente, nueva, a la que se le debe po- do. Porque donde el espionaje es la “regla”, la democracia,
ner un nombre. El espionaje en rigor podría ser otra cosa. como saben perfectamente los alemanes, es la excepción.
El problema es que la excepcionalidad se convierta en la Precisamente por eso es que se construyó en Alemania un
regla. El problema es que el espionaje por sus caracterís- muro. El muro de Berlín tenía ese sentido: contener a los
ticas representa búsquedas excepcionales para prevenir que querían escapar de un Estado que lo sabía y vigilaba
hechos excepcionales (atentados terroristas). Pero en las y escuchaba todo. Para eso hizo falta construir un muro.
formas actuales (masivos, presidentes, empresas, jueces, Para que la gente no escapara de allí.

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temente). Esto quiere decir que los argumentos entendidas desde el orden de posguerra. Una vez
que se han usado siempre para justificar o legiti- que logramos advertir esta diferencia (que el es-
mar el espionaje siguen (en principio) siendo vá- pionaje, en suma, representa una excepcionali-
lidos. Su carácter de excepcionalidad, de práctica dad que las nuevas tecnologías no deben conver-
excepcional que vulnera derechos civiles, se ve- tir poco a poco en una “regla”), es que pensamos
ría justificada por la urgencia de su meta: preve- el espionaje masivo tecnológico a través de una
nir un atentado, salvar vidas. El problema entre el nueva luz. Vemos entonces que en nombre de la
primero y el segundo es hacer de esta “excepcio- lucha contra el terrorismo no se puede socavar
nalidad” una regla. Este es el desafío que afronta- la democracia ni los valores primarios de Occi-
mos. No se cuestiona esos argumentos (prevenir dente (54). No se debe socavar la legalidad. Pase-
ataques terroristas, prevenir guerras civiles, etc.), mos pues al siguiente paso: veamos si podemos
sino que esos argumentos sean también usados comprender al espionaje masivo dentro de la fi-
para legitimar un fenómeno nuevo como el (aquí gura del crimen de agresión. A falta de una figura
llamado, a falta de una definición mejor, que será mejor en el plano internacional, pensamos que
trabajo del derecho internacional construir en el crimen de agresión, definido en Kampala en
los próximos años) EMT que no es igual al espio- 2010, representa ese camino. Abre, en los prime-
naje tradicional, y tiene, de hecho, metas y re- ros dos párrafos, esa posibilidad. El derecho debe
sultados diferentes. El espionaje de ciudadanos ser interpretado de modo tal de resultar eficien-
en sus conversaciones por celular, de chicos que te a la luz de los conflictos que se suscitan. De lo
juegan videojuegos, de cancilleres como Merkel que se trata es de generar un orden internacional
o Rousseff, de delegaciones de la Unión Euro- nuevo donde el espionaje masivo de ciudada-
pea, o de empresas petroleras como Petrobras en nos no sea posible o, siendo tecnológicamente
Brasil, o de Energía en México, no configuran en posible, como es hoy, no represente un accio-
modo alguno espionaje masivo con el objeto de nar válido. No sea legítimo. Es la única manera
prevenir o combatir “al terrorismo”. La canciller de preservar los valores y esferas fundamentales
alemana o la presidenta de Brasil o las delega- de la democracia, esferas como la privacidad que
ciones de la Unión Europa no configuran terro- nacieron y se desarrollan con ella, con la demo-
rismo alguno. Al contrario. Son aliados genuinos cracia. La privacidad —como derecho inherente
de EE.UU. en su lucha contra el terrorismo (53). de todo individuo— es impensable fuera de un
Siempre lo han sido. Por eso mismo el espio- orden democrático. No debemos perder esto de
naje masivo (“entre aliados”, como dijo Merkel, vista a la hora de buscar encuadrar el espionaje
también Hollande) no se justifica. No está jus- masivo tecnológico dentro de la figura del cri-
tificado o la justificación brindada (combatir al men de agresión, tal como quedó definido en el
terrorismo) es improcedente. No tiene lugar. En
Estatuto de Roma.
conclusión, los argumentos que se suelen usar
para avalar el espionaje no son discutidos en este X.b) El espionaje como excepcionalidad. No
trabajo y se sostiene, más aun, que pueden seguir como regla
siendo usados (a falta de un método mejor y más
transparente) para justificar el espionaje pun- No estamos cuestionando pues el espionaje
tual en casos concretos avalados por la justicia tradicional. Estamos diciendo que eso incluso
o con un sentido de urgencia tal que los justifi- puede (llegar a) ser correcto: conservar el es-
ca (salvar vidas). Lo que se sostiene aquí es que pionaje para la excepcionalidad. Para prevenir
esos argumentos no proceden para el caso del
EMT, que representa, a fin de cuentas, un fenó- (54) Aspiración que tendría, precisamente, el llamado
meno diferente, con una escala y unos métodos terrorismo, que ve o vería en Occidente (en los principios
masivos novedosos, que ponen en tela de juicio democráticos, liberales culturales de Occidente, su indi-
la eficacia de todo el derecho internacional y de vidualismo, el derecho a una esfera privada) a su primer
las relaciones diplomáticas como vienen siendo enemigo. Sería muy paradójico que se combata el terro-
rismo con métodos propios del terrorismo. Sería muy
paradójico que la democracia cediera en sus principios
(53) Que no pretende ser analizada ni discutida en este fundamentales para combatir a aquellos que quieren
trabajo, que apunta, como se ve, en otro sentido, a dejar precisamente eso: que la democracia ceda y se desdibu-
al desnudo las implicancias del EMT para las relaciones je. Que la libertad civil y política pase a ser una cosa del
internacionales y el derecho internacional. pasado.

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un atentado terrorista concreto. Salvar vidas. (“sospechas de terrorismo”, rasgo que no se ob-
Incluso sostenemos que esto es correcto (55). El serva en altos directivos de empresas de petróleo
problema es que este no termina siendo el uso de México o de Brasil o en el espionaje financiero
general del espionaje sino la excusa con la que sobre Frankfurt o Londres) (56). Es la excepcio-
éste, como denunció Dilma Rousseff, se lleva nalidad y debe quedar de ese modo, si queremos
adelante, con metas muchas veces diferentes de preservar las relaciones internacionales y el va-
las bélicas. lor de la diplomacia, la integridad de los Estados
Lo que no puede ser es que eso se convierta en y su soberanía, el espionaje no puede ni debe
la “regla”. Que se espíe a todo el mundo en todo ser masivo, sistemático, de la escala actual, que
momento con cualquier argumento o excusa comprende todas y cada una de las actividades y
esferas de los ciudadanos. Esta es una construc-
ción argumental diferente. No cuestionamos el
(55) La crítica que realizo no puede en consecuencia ser
tachada por los estados de “poco realista” o naif porque espionaje tradicional para prevenir un atentado
no estoy diciendo -como propuso por ejemplo el escritor (y responder que hacemos eso es una forma de
Vargas Llosa- acabar con todas las formas de espionaje y no argüir que cuestionamos el segundo tipo de
todos los espías. Eso sería lo ideal. Pero no es esta la pos- espionaje “masivo”). Lo que cuestionamos es
tura que sostengo en este marco: mi posición invita a re- que se use la justificación de éste para justificar
chazar el EMT, sin cuestionar necesariamente el espionaje
tradicional, con su sentido (cuando eso es real) de preve- otra cosa, que socava el derecho y la esencia de
nir atentados terroristas. Estamos cuestionando un desvío la democracia y las relaciones internacionales,
que termina justificando, con una vaguedad terminológi- que mina y destruye la sociedad civil. (EMT).
ca, una práctica nueva (que debe ser comprendida, esta Que se usa para espiar presidentes aliados de
nueva “práctica”, como un crimen de agresión). Esa justi- todo el mundo, empresarios, periodistas, jueces,
ficación, cuando es real, cuando no es una pantalla, pare-
ce válida. El problema es cuando se usa esa justificación
estudiantes, que en modo alguno pueden ser
para justificar un fenómeno distinto, a todas luces ilegíti- calificados de “terroristas”. Activistas, abogados,
mo, como es el espionaje de presidentes aliados de todo artistas. Ni Merkel, ni Hollande, ni Rousseff ni las
el mundo, ciudadanos, empresarios, jueces, periodistas, empresas de petróleo de Brasil o de México ni
ONG, sin distinción ni especificación de ningún tipo, po- la medicación que toma la presidenta argentina
niendo sobre todo el mundo un manto de duda y sospe-
Cristina Kirchner son cuestiones importantes de
cha (todos pasamos a ser “sospechosos”) y de vigilancia
secreta, que socava la libertad del individuo. Sus derechos. “seguridad colectiva” ni son personas que pue-
Y también la soberanía de cada Estado. En este sentido, la dan ser calificadas de terroristas. Son sí tal vez
argumentación de Obama en Berlín de que su país “no es- cuestiones importantes para los “intereses estra-
pía a ciudadanos europeos” no sólo resultó ser falsa, sino tégicos de un Estado” que espía (EE.UU.) a otros
además (consistente con la doble vara de las instancias de Estados, con fines comerciales de “seguridad na-
la justicia internacional) inequitativa y discriminatoria,
no se trata sólo de no espiar “ciudadanos europeos”, sino cional”: sus “intereses”. Combatir el terrorismo
también latinoamericanos, asiáticos, etc. Porque una cosa no puede ser la excusa para invadir la soberanía
es usar el espionaje para casos puntuales por cuestiones y la integridad de un Estado y la privacidad de
de seguridad colectiva, para prevenir atentados en todo una persona, sea presidente, juez o estudian-
el mundo. Otra cosa diferente es discriminar ciudadanos te universitario. Sea o no una persona “común”.
(europeos de africanos) y espiarlos por pertenecer a una
religión o a una cultura diferente. La argumentación de
Que el espionaje haya cobrado esa escala da a su
Obama en Berlín resultó de una pobreza notable. La sos- vez una pauta de la impunidad (gravedad) con
pecha debe estar fundada y no basarse en modo alguno que se manejan las agencias que recaban esa in-
en la discriminación (sobre si se es o no se es “europeo”, formación en todo el mundo, violando derechos
los ciudadanos de América Latina con pasaporte europeo, civiles esenciales de miles de millones de ciuda-
como el autor de estas líneas, ¿cabrán en esa definición?).
Debe ser excepcional, para que la justificación tradicional
danos en todo el planeta. Es importante señalar
del espionaje proceda. Lo que no puede ser es que la ex- que preservar esos derechos civiles esenciales y
cepcionalidad se convierta en la regla. En ese sentido no básicos fue una de las metas del orden que emer-
importa si el presidente espiado es o no es un “aliado” (si gió en la posguerra, que Estados Unidos, con va-
el ciudadano es o no es “europeo”). En ambos casos el lor, ayudó a construir. Construir esos derechos
espionaje es un delito grave. Para evitar eso es que existe y pilares frente al Estado fue uno de los motivos
precisamente la diplomacia internacional. Y también la
justicia internacional. El espionaje crece donde la justicia
y la diplomacia no funcionan, ceden. No cumplen ningún (56) Esto es lo que sostuvo la presidenta de Brasil en la
rol sustantivo. última asamblea general de la ONU.

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que llevaron a los países y al mundo a una guerra Tiene métodos y un sentido diferente. Y es por
atroz, que no debe repetirse. La privacidad (pero eso que debe ser comprendido como una nueva
también la soberanía) es un derecho fundamen- forma de agresión por el Derecho Penal Interna-
tal del Estado y de la persona. Es un derecho bá- cional. Que viola la soberanía y la integridad de
sico. No debe vulnerarse. los estados pero también derechos civiles esen-
El espionaje masivo supone una penetración ciales de todas las personas, sean justamente
grave en el Estado. En su soberanía y en su inte- presidentes, empresarios, o simples estudiantes,
gridad territorial. Pero viola también derechos trabajadores, actividades de derechos humanos.
de ciudadanos y de políticos y jueces. En toda la El espionaje masivo tecnológico no hace estas
escala y dimensión actual. Sistemática y masiva. distinciones. Se espía a todos por igual. Todos se
Sin distinciones: igual el celular de un presiden- vuelven “sospechosos” y por eso son —y en con-
te (Merkel, Rousseff) que el de un periodista, un secuencia se sienten— vigilados. Esto reconfigu-
juez, un empresario, una ONG, un estudiante. ra (para peor) las relaciones diplomáticas entre
Incluso un chico que juega a un videojuego es los países. Entre los gobiernos y estados. Esto
espiado. Se viola su privacidad. Sus derechos afecta a la democracia, a la justicia internacional.
esenciales. Esto supone una agresión al Estado A todo el Derecho. Por eso separamos un tipo
y también a las personas, independientemente de espionaje puntual, excepcional, para preve-
de su lugar: presidente o empresario, juez o estu- nir atentados terroristas, de una práctica masiva
sistemática nueva global, indiscriminada, avasa-
diante: todos. Por eso decimos que esto es “más”
llante, armada, que no hace distinciones entre
que el mero espionaje puntual. Es otra cosa. Y
un presidente, un empresario, un terrorista, un
esa otra debe ser nombrada. Pensada. Definida
estudiante, un activista, un reportero, un depor-
como una “agresión”. Que supone el uso de la
tista, un actor.
“fuerza” en un sentido del todo incompatible con
la Carta de la ONU. El espionaje como excepcio- Precisamente porque no hay distinciones es
nalidad no vulnera la legalidad, ni el liberalismo, que el espionaje alcanza a todos: presidentes o
ni el Estado de Derecho. Pero el espionaje masi- ciudadanos comunes. Justamente porque es un
vo y sistemático (justificado —disimulado— con espionaje “masivo” y es automático (como reco-
terminología sólo aplicable al primero) sí vul- nocen Omaba y Kerry). Cuando Obama sostiene
nera la legalidad. Son pues dos fenómenos que que “no sabía” es altamente probable que sea
estamos denunciando: primero, la igualación del cierto (por eso es un fenómeno grave, porque re-
espionaje tradicional a un fenómeno nuevo, que leva a su vez la autonomización de ciertas buro-
a falta de una terminología mejor, se ha denomi- cracias y servicios secretos, que se independizan
nado “espionaje masivo”. Segundo, la justifica- muchas veces, sin control alguno, de las normas
ción, precisamente por el empleo de términos de contención de un Estado de Derecho) (57),
similares, de este EMT, como si se tratara de algo porque tan masivo es el carácter del espionaje
“semejante” al espionaje tradicional, cuando no con las nuevas tecnologías que éstas no se cen-
lo es. Sus implicancias son distintas. Sus conse- tran probablemente en personas determinadas.
cuencias son diferentes. También los riesgos que Parten de espiar sin distinciones. A todo el mun-
el mismo supone. do. Empresas, jueces, periodistas, presidentes,
embajadores, estudiantes. Sin excepción. Este
La diferencia está pues en el espionaje como paso de la excepcionalidad a la regla (videojue-
práctica de excepcionalidad y el espionaje ma- gos, celulares, e-mails, prácticas comerciales
sivo como “regla”. El espionaje en el comercio corporativas, política, etc.) es un grave peligro y
internacional es una práctica violatoria de dere- configura una forma de la agresión nueva, por-
chos esenciales. El espionaje de empresas en el que por su carácter masivo, su escala y sistemati-
comercio en modo alguno se vincula a combatir cidad, viola la soberanía de los Estados.
el “terrorismo”. El espionaje de presidentes alia-
dos como Merkel o Rousseff tampoco. Esto no se El espionaje tradicional para prevenir un aten-
vincula a la seguridad colectiva sino a la seguri- tado terrorista no es cuestionado aquí. Incluso
dad nacional. Este nuevo tipo de espionaje (ma-
sivo tecnológico) no comparte pues los métodos (57) Razón por la cual el Presidente Obama sostuvo
del espionaje tradicional. Ni tampoco su objeto. “que podamos hacerlo no significa que debamos hacerlo”.

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sostenemos que es aceptable. Sostenemos que “ostensible” y evidente (59) que se le debía ne-
los argumentos que se usan para justificar el es- gar la cualidad de jurídico, la cualidad de Dere-
pionaje como excepcionalidad son correctos. Lo cho, es decir su validez, en suma, su calidad de
que decimos es que no se puede usar esos mis- “derecho válido”, luego se aplicaría este razona-
mos argumentos para justificar este “otro” espio- miento para censurar también el derecho de la
naje, que es otra cosa en rigor diferente, nueva. DDR) cuestionando a los guardianes del Muro
Por su escala, su dimensión, su automatismo, su de Berlín, que tenían la orden de disparar con-
sistematicidad, su alcance (presidentes, jueces, tra todo aquel que, desesperado por la opresión
empresas de petróleo, energía, ONG, etc.), no y el hostigamiento (de la DDR) quisiera escalar
puede ser igualado. Estamos ante algo nuevo. No esas paredes grises y escapar (“violar la frontera”,
se pueden usar esos argumentos para justificar ser un enemigo de la Alemania “democrática”) a
el espionaje a presidentes, políticos, empresa- otra parte, donde se sintiera más libre, menos es-
rios, estudiantes, ONG, periodistas, etc., hecho piado, menos controlado, menos vigilado, menos
con máquinas automáticas, que violan sistemá- asediado en sus pasos. Más persona (60).
ticamente la soberanía de los Estados en todo el
El caso de los guardianes del muro es un caso
mundo y de las personas “comunes” o no. Pasar
emblemático resuelto por el Tribunal Consti-
de la excepcionalidad a la regla. Esto segundo no tucional alemán una vez producida la reunifi-
cabe dentro de lo primero. Es otra cosa. Y este es cación. La fórmula de Radbruch (empleada en
el desafío de fondo de este trabajo: estamos de- desmedro de principios esenciales como la irre-
finiendo o tratando de definir una nueva figura, troactividad de la ley penal) configura un “dere-
a la que provisoriamente llamamos espionaje cho supralegal”. No es un secreto que la misma
masivo tecnológico (EMT), con sus rasgos de au- supone un regreso —de posguerra, ante el horror
tomatización, sistematicidad y escala planetaria,
en celulares, videojuegos, chats, pero también en
(59) Claro que esto no fue así en determinado momento
cualquier movimiento por internet, mails, men- (la etapa nazi) para millones de personas y tampoco para
sajes de texto, etc. En rigor, esto ya no se puede miles de juristas, profesores, jueces, abogados, que apli-
seguir llamando espionaje. Es otra cosa, por su es- caban este derecho como el único válido. Carl Schmidtt
cala y sistematicidad, debe tener otro nombre. El no fue la excepción: fue la regla en esa etapa, profunda-
mente antiliberal, antidemocrática, anti-ilustrada, anti-
espionaje masivo (ciudadanos, empresarios, pre- igualitaria, contra las “abstracciones” modernas (como la
sidentes, jueces) es un atentado grave a la sobe- abstracción del principio de legalidad, la abstracción de
ranía de los Estados. Lo queremos caratular como los derechos universales del Hombre, etc.).
“agresión” hasta que encontremos —mientras se (60) Walter Linse fue un abogado alemán (de estrechos
lo criminaliza y vuelve visible— un nombre me- lazos con los servicios secretos norteamericanos, formaba
jor y más preciso. parte de la “Untersuchungsausschuß Freiheitlicher Juris-
ten”, ONG alemana que se encargó de hacer públicas las
XI. Conclusión. De los muros presentes y los violaciones a los derechos humanos en la zona soviéti-
ca de Berlín, en la posguerra, con la ciudad dividida) que
muros pasados fue secuestrado por la KGB en 1952 y ejecutado en Berlín
por cargos de “espionaje” en la cárcel de la Stasi. (Ge-
El eminente jurista alemán Gustav Radbruch, denkstätte Berlin-Hohenschönhausen) El caso de Linse
que en la posguerra había cuestionado al positi- es representativo de cómo el espionaje (la desconfianza)
vismo jurídico por dejar a los juristas alemanes socavan el dialogo político y jurídico. El espionaje y el
(a muchos, no a todos) del todo “indefensos contra-espionaje (en épocas de la DDR, durante la Guerra
frente a leyes injustas y crueles” (pero formal- fría, en una “carrera” sin fin) sólo provocaba fisuras en la
sociedad, fisuras (diálogos inhibidos) que se cristalizaban
mente “válidas”) pergeñó su célebre fórmula (la -y aun cristalizan- en la construcción de Muros, como
llamada “fórmula Radbruch”: según la cual la in- el muro de Berlín. Muchos comparaban el escándalo de
justicia extrema no es Derecho (58), con lo cual espionaje masivo en Alemania con los procedimientos
el derecho nazi no era “derecho”, era un derecho de la Stasi, en tiempos de la DDR. El espionaje masivo
tan “extremadamente injusto”, de una justicia tan es cometido en este caso, sin embargo, por una potencia
económica y militar que se constituyó como tal (EE.UU.)
defendiendo las libertades civiles, como piedra angular
(58) Radbruch, G. “Gesetzliches Unrecht und überge- de toda democracia. El espionaje es incompatible con la
setzliches Recht”, en Süddeutsche Juristenzeitung (1946), democracia y la sociedad civil: en tiempos de la DDR; pero
München, Alemania. también ahora.

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nazi— a los cómodos fundamentos del iusnatu- territoriales y reglas básicas del derecho interna-
ralismo (61). El caso de los guardianes del Muro cional público de modo sistemático, socavando
es relevante porque muchos de quienes “vio- la base y el valor mismo de la diplomacia, es o
laban la frontera” (arriesgaban sus vidas para configura abiertamente un “acto de agresión que
escapar de la DDR), lo hacían hartos de un Es- por sus características, gravedad y escala cons-
tado totalitario que los espiaba continuamente, tituye una violación manifiesta de la Carta de la
que vigilaba y controlaba todos sus actos, hasta ONU”. Una violación de la democracia. Del prin-
el mínimo de ellos, anulando primero la vida cipio básico del derecho internacional de que se
civil y política (por eso fue necesario construir negocia y se pacta de buena fe. El espionaje ame-
un Muro), y luego la calidad de personas de los naza con quitarle valor a la diplomacia. Al dere-
individuos. Su personalidad quedaba anulada. cho internacional. A los tratados firmados. A la
La injusticia de ese régimen era extrema. Que propia justicia internacional. El espionaje atenta
dispararan los “guardianes” sobre aquellos que contra la paz. Atenta contra las relaciones entre
querían escapar de esa sociedad hipervigilada, los países, contra su soberanía y su integridad
terminaba de cerrar un cuadro dominado por el esenciales. Por esa razón el EMT, lo cometa el
horror, el aislamiento, la vigilancia y el totalita- país que lo cometa, debe ser considerado como
rismo (62). un crimen de agresión.
Hoy el mundo parece —con la normalización Al final del trabajo, tenemos, como suele su-
del estado de excepción— estar volviendo len- ceder, más preguntas que respuestas. ¿Cómo se
tamente sobre sus pasos. Por eso mismo enten- “regula” una actividad que conculca derechos,
demos que no es descabellado pensar (y para que es en cierto sentido (en muchos aspectos
prevenir crímenes mayores) que el espionaje procedimentales) ilegal, que es secreta, que se
masivo pueda ser pensado como un crimen de realiza de espaldas a la sociedad y que es en ge-
agresión, por su dimensión y su escala. Ya no ha- neral incompatible con los principios elementa-
blamos del espionaje con las características que les de una democracia y de una República? ¿Pue-
tenía en 1950, 60 o 70. El espionaje masivo en de otorgarse un marco legal concreto a (pueden
celulares, computadoras, a dirigentes políticos, alcanzarse acuerdos a nivel internacional realis-
presidentes, jueces, embajadores, ciudadanos tas que cubran) actividades secretas que muchas
comunes, tiene una escala y una dimensión nue- veces bordean la ilegalidad? ¿Cómo se resuelve
va —impensable poco tiempo atrás— que obliga esta contradicción? ¿Cómo se “regula”, cómo se
a replantear la forma en que se lo piensa, define “limita, cómo se “controla” un servicio secreto,
y aborda. que para cumplir con sus “servicios” y “trabajos”
debe escurrirse precisamente de todos los lími-
El EMT, con los medios y la sistematicidad tes, de todos los controles? Muchas de las acti-
actuales, a dirigentes, cancilleres, diplomáticos, vidades que involucra el espionaje masivo son,
jueces, periodistas, estudiantes, empresas y em- como se dijo, como demostró el escándalo de
presarios en todo el mundo, violando fronteras la NSA, ilegales, por eso mismo son secretas, es-
capan a todo “control”, a toda norma jurídica: el
(61) El Tribunal Constitucional Federal de Alemania propio poder político norteamericano reconoció
(Bundesverfassungsgericht) dictó un emblemático fallo que “desconocía” el alcance de estas actividades,
conocido como “Los guardianes del muro de Berlín” don- que ya no son nada “excepcionales”, se han ido
de se resolvieron distintos recursos de inconstitucionali-
dad promovidos por distintos agentes de los batallones convirtiendo en la “regla” cotidiana del traba-
policiales que integraban los (llamados) “Guardianes del jo de estos “servicios”: esta “normalización” del
muro”; en contra del delito de homicidio de una persona estado de excepción supone para estas burocra-
que intentó ingresar al territorio de la República Demo- cias secretas (para estos servicios, que muchas
crática Alemana (R.D.A.).  El fallo sucedió después de la veces actúan entre sí en varios países, ganando
reunificación alemana: después de la caída del Muro.
amplios márgenes de autonomía) espacios ga-
(62) Croxatto, Guido L. “El libro Perfiles de Coraje”, en nados al Estado de Derecho, una erosión muy
Tiempo Argentino, Buenos Aires, agosto 2013. Este libro
fue escrito por el abogado Ted Sorensen, asesor del Presi-
grave de la legalidad y de la vida política. Puede
dente John F. Kennedy, quien acompañó a Kennedy en su otorgarse un marco legal a actividades que son
célebre discurso ante el Muro de Berlín, previo a su paseo ilegítimas, clandestinas, que son secretas, que
en auto con Konrad Adenauer y el alcalde Willy Brandt. están fuera del alcance o conocimiento incluso

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de los funcionarios electos democráticamen- se trata de actividades que debieran ser erradi-
te, que terminan muchas veces siendo ellos cadas para darles contenido y volumen a la de-
mismos (depositarios de la voluntad popular) mocracia y mayor seguridad a la sociedad civil?
rehenes de estas estructuras generadas al inte- ¿Cuál es el “costo” de estar “protegidos”? (65).
rior de un Estado (63), que terminan extorsio- ¿De estar en principio un poco más “seguros”?
nando funcionarios, persiguiendo sus propios Son preguntas que quedan abiertas, pero de
objetivos burocráticos, desarrollando propios cuya respuesta depende el porvenir del derecho
“intereses” (incluso intereses comerciales para- internacional y también de la democracia, que
lelos autónomos)? ¿Cómo se “regula” una acti- requiere —si es deliberativa— de ciudadanos
vidad semejante? ¿Es posible ponerle “límites”? autónomos, capaces de expresarse con libertad
¿Orientarla dentro de la legalidad? ¿Cómo se en la esfera pública, sin sentirse vigilados (66). La
resuelve esta contradicción en el marco del De- vigilancia produce la auto-censura. En esto basta
recho? ¿Es posible salir de ella? ¿Es posible en- no ya la vigilancia efectiva, como en el Panóptico
contrar un “balance”, como pidió Angela Merkel, de Bentham (no en vano cultor del utilitarismo,
de un modo un poco inocente, entre espionaje y la sociedad misma se está convirtiendo en una
democracia, entre espionaje y DD.HH.? (64). ¿O
pionaje no hay vida civil. La posición de Merkel (avalando
(63) El presidente del Subcomité sobre Crimen, Terro- en un primer momento el espionaje masivo) revela hasta
rismo, Seguridad Interna e Investigaciones de la Cámara qué punto también los servicios secretos alemanes son
de Representantes estadounidense, James Sensenbren- parte de este entramado de vigilancia masiva.
ner, ha reconocido en 2014 que la Agencia Nacional de Se- (65) Castel, R. La inseguridad social. ¿Qué es estar pro-
guridad estadounidense (NSA) ha ejercido “una invasión tegidos? Ed. Manantial. Buenos Aires. 2006.
total de la privacidad de muchas personas” incluido paí- (66) Estas agencias y burocracias van generando y ga-
ses de la UE en el marco de sus actividades de espionaje y nando dentro del Estado de Derecho espacios cada vez
ha dejado claro que ha “abusado” de la confianza del Con- (en función de su carácter mismo de trabajo o servicio “se-
greso, que nunca la autorizó a ir tan lejos. Sensenbrenner creto”, que por su propia naturaleza no puede ser regulado,
sostuvo que “la NSA ha abusado esa confianza” porque limitado, controlado, sólo “limitado” por la competencia
“ignoró” las restricciones previstas en la ley y asumió un de otros servicios secretos, en una carrera sin límites, si-
poder “nunca imaginado. “Peor, la NSA ha escondido sus milar a -y tan grave como- la armamentística) de mayor
operaciones detrás de una nube de secretismo tan gorda, autonomía y discreción y se manejan muchas veces den-
que incluso si la NSA prometiera reformas, no tendríamos tro de (traspasando) una línea muy gris y muy delgada en
las capacidades para verificarlas”, ha admitido.El Gobier- relación con los principios de la democracia y el Estado
no estadounidense, según el proyecto de ley, podría seguir de derecho. Se autonomizan y se independizan del con-
obteniendo datos “cuando hay una sospecha razonable” trol del poder político, al que terminan muchas veces ex-
de alguien vinculado con el terrorismo. “Pero ya no podría torsionando y tomando de rehén, invirtiendo la relación
recoger datos colectivos indiscriminadamente en masa de mando. La política termina sirviendo muchas veces
de personas inocentes”, ha insistido. (Diario El País, Ma- a estas burocracias cerradas al interior de los Estados,
drid, Julio 2014) “Los Estados, a través de sus gobiernos, pero que (siendo secretas) carecen de toda legitimidad
tienen la facultad indelegable de garantizar los derechos democrática. El espionaje masivo se maneja en esa línea,
de las personas en cuanto a su integridad y libertad; es un aunque todo parece indicar que, en vistas de las últimas
principio fundacional de éstos que no puede dejarse en revelaciones, la ha cruzado. El espionaje a presidentes
manos del sector privado. Prioritariamente la función que como Merkel o Rousseff, a empresas de petróleo, a ciuda-
deben desempeñar los Estados es garantizar la libertad de danos comunes en sus cuentas de e-mail o de celular, no
expresión y el derecho a la intimidad de los usuarios de son ni representan un hecho menor. No lo eran cuando
Internet”. El problema es precisamente cuando los Estados sucedía en la Alemania oriental, bajo la órbita de la Stasi,
son quienes, en nombre de la protección de esas mismas y tampoco deben serlo ahora, que las tecnologías y esca-
libertades, las mancillan. Y paradójicamente el propio las (y modos) del espionaje cambiaron. Por eso, ante esta
sector privado, que brinda los servicios de comunicación nueva situación, es que debe repensarse el Derecho y el
e información que son continuamente espiados, los que crimen de agresión. El propio presidente Obama admitió
terminan defendiendo, para no perder la credibilidad en que muchas veces estas agencias cometen acciones (Kerry
sus productos ante sus clientes, los derechos civiles de sus habló de un “equipo automático”) que están fuera del co-
usuarios. En este sentido parecemos haber vuelto a una nocimiento real del propio presidente, es decir, del Estado
situación semejante a la del primer liberalismo. El Estado de Derecho. Es decir, existen muchas decisiones “autó-
se configura, una vez más, como una potente y peligrosa nomas” de estas agencias y servicios secretos. Decisiones
amenaza para la libertad. que están fuera del marco y del control de un Estado de
(64) Nosotros pensamos que ningún “balance” es po- Derecho. Decisiones que no solo son “ajenas” a la demo-
sible entre el espionaje masivo y la vida civil. Se oponen. cracia, sino que condicionan y controlan aspectos medu-
Son antagónicos. Se excluyen mutuamente. Donde hay es- lares de la vida civil y democrática.

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gran “cárcel”) sino la mera sensación o temor o la confianza en las instituciones del derecho in-
idea de que se puede estar siendo continuamen- ternacional. Por eso hace falta una nueva tipifi-
te vigilado. Con tan poco basta para mermar una cación del crimen de agresión que comprenda al
democracia, para que una persona libre se auto- EMT, que lo encuadre debidamente en todo su
censure. Por eso es tan grave el espionaje masivo alcance como un delito. Esto no será inmediato.
para una sociedad, porque inhibe la vida en de- Tomará acaso muchas décadas. El camino no
mocracia, anulando la participación: desaparece será fácil. Pero para quienes quieran preservar
el debate. Las personas ya no se expresan. Callan. la democracia y las libertades, no existe otro ca-
Ya no son libres. Sienten temor. Desaparece la mino. Sólo uno. Sólo ese. El espionaje destruye
privacidad, que es la base de toda participación la confianza puesta en el Derecho Internacional.
política. Es la base de la autonomía moral y del Lo pone en cuestión. Destruye la legitimidad del
desarrollo de la personalidad; es la base del desa- Estado. Destruye a la política.
rrollo de la conciencia humana y la responsabili-
dad moral. La sociedad, con el espionaje masivo, El EMT viola el principio de seguridad colecti-
puede convertirse lentamente en una enorme va, que es un principio rector de la ONU, lesiona
cárcel vigilada en cada uno de sus rincones, en la soberanía de los Estados y su integridad terri-
una “institución total”: estas “instituciones” no torial de un modo manifiesto, de un modo abier-
necesitan “personas” libres. Producen menores, tamente incompatible con la carta de la ONU,
objetos (recursos) que se “tutelan”. Se vigilan: conculca libertades y derechos civiles básicos de
se “administran”. El auge del espionaje en este millones de personas a diario, vacía el sentido de
sentido tampoco es casual: es parte de un sis- la diplomacia (y la cooperación internacional),
tema de producción donde las personas no son no sirve a los objetivos de prevención alegados,
agentes libres (autónomos, con derechos): son como advirtió Dilma Rousseff en Estados Uni-
recursos “humanos”. Recursos que se “vigilan”. dos, y produce, en consecuencia, detrás de los
Que se almacenan. Que se “protegen”. Que se gravísimos daños, y los falsos objetivos (que se
“resguardan”(67). Los recursos no tienen priva- desvirtúan de la prevención del terrorismo a la
cidad. Tampoco participan —no necesitan parti- transferencia de información confidencial por
ejemplo en el ámbito del comercio, lesionando la
cipar— políticamente. No necesitan conciencia,
libre competencia) males superfluos que ponen
autonomía, responsabilidad moral. Imperativos.
en jaque sin embargo el sentido mismo de lo que
Por eso el EMT daña la personalidad, inhibe el
entendemos por democracia. Todo esto es lo que
desarrollo mismo de la persona, la infantiliza, li-
produce el resurgimiento de la doctrina de la se-
mita y degrada. Le impide el ejercicio pleno de
guridad nacional. Por eso debe ser tipificado, en
sus facultades. El espionaje coarta y limita la per-
los albores del siglo XXI, en los albores de la era
sonalidad.
digital, en los albores de la era de las “telecomu-
El espionaje en consecuencia no puede ser nicaciones”, como un crimen de agresión. Debe-
visto o seguir siendo visto como una “actividad ría ser juzgado por la justicia penal internacional
dedicada a obtener información fraudulenta en de esa manera. Como un crimen. Y como un cri-
diversos campos”. Es mucho más que eso. Condi- men de agresión. Desarrollar este punto (dar este
ciona la libertad, la autonomía, la diplomacia, la paso), es una tarea pendiente de la doctrina. Una
buena fe, los acuerdos, la vida civil. El espionaje tarea pendiente para la democracia y la vida civil.
es inseparable de los ataques cibernéticos y no
En conclusión, el proceso de tipificación in-
cibernéticos (la frontera entre ambos es cada vez
ternacional de la agresión, como sostienen mu-
más difícil de trazar, precisamente por las posi- chos autores, está recién comenzando, este pro-
bilidades que abren las nuevas tecnologías) que ceso sigue aún abierto. Por eso la agresión exige
se suceden en el mundo globalizado, minando ser repensada. Porque este proceso no terminó
en Kampala en 2010. Comenzó allí. Fue sólo el
(67) Foucault, M. “El nacimiento de la medicina social” primer paso. No el último. No se puede ser, por
(“La naissance de la médecine sociale”), Revista cen-
lo demás, “restrictivo” en la interpretación de la
troamericana de Ciencias de la Salud, no 6, 1977, pp. 89-
108. (Deuxième conférence prononcée dans le cadre du agresión, sin derivar —como sostuvimos al cues-
cours de médecine sociale à l’université d’État de Rio de tionar la posición clásica alemana, en especial la
Janeiro, octubre 1974). posición (crítica, restrictiva, “enumerativa”, “ex-

246 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


DPyC Guido Leonardo Croxatto

haustiva” respecto de la declaración incorporada ser considerado, en suma, como un crimen de


en el art. 8 bis del Estatuto de Roma, pese a su agresión bajo la legislación actual, art. 8 bis, del
antigüedad evidente) del Prof. Kai Ambos— en el Estatuto de Roma. Hacerlo no supone una inte-
doble estándar. Por eso no es casual ni es un ac- gración analógica, lo cual está prohibido, sino,
cidente que el profesor Ambos deba “defender” siguiendo a Arthur Kaufmann, una necesaria in-
—en otros trabajos, en otro orden de ideas— a la terpretación extensiva de una figura que, de nos
ICC de las críticas continuas que otros autores — ser “extendida” y ampliada, corre el serio riesgo
como Danilo Zolo— hacen a la “selectividad” en el o peligro de desvanecerse. De quedar en la nada
ejercicio de la jurisdicción de ese tribunal (68). La (cuando su objetivo y sentido original es preve-
única forma de frenar o combatir esa selectividad nir crímenes mayores). Por tal razón el espionaje
(ese doble estándar de la ICC y de todos los tribu- masivo con los rasgos que cobra en la actualidad
nales penales) es “ampliando” lo que entende- (y por los notables y devastadores efectos civi-
mos —juzgamos (en este caso concreto)— como les, comerciales, políticos, y diplomáticos que
“agresión”, de modo que no sólo las agresiones el mismo produce) debe ser considerado como
más toscas y primitivas (que replican en 2017 un crimen. Como un crimen de agresión. Por eso
las formas de la agresión de 1974, bloqueo de entendemos que el proceso de definición (revi-
puertos, etc.) sean juzgadas, sino también (o so- sión, tipificación) de la agresión no terminó en
bre todo) las formas más sofisticadas, refinadas. Kampala. Comenzó en Kampala. Fue sólo el pri-
Más avanzadas. Más “nuevas” de la agresión. De mer paso de un largo camino que debe repensar
este modo el Derecho (Penal Internacional) iría, la criminalidad económica, política, financiera,
por una vez al menos, delante de los hechos y no medioambiental, repensando todas las agresio-
siempre, como es su costumbre, detrás de ellos. nes (que en general se cometen desde el centro
De este modo el Derecho Penal Internacional hacia las periferias, y esto involucra el debate
estaría, por una vez al menos, posicionado del sobre la colonización presente y pasada, la ex-
lado de los (Estados, países) débiles, y no, como tracción de recursos, la crisis migratoria conse-
es su costumbre, del lado de los (Estados, inte- cuencia de lo primero, la devastación o erosión
reses) poderosos (69). El espionaje masivo debe del medio ambiente, son todos fenómenos socia-
les, culturales y económicos imbricados, que se
(68) La selectividad es, por otro lado, un elemento o vinculan a “agresiones” claras, a formas de “agre-
práctica inherente al Derecho Penal. (Zaffaroni, E. R. Tra- sión”, de agredir) que aun hoy —pese a su clari-
tado de Derecho Penal. Ed. Ediar. Buenos Aires. 2012). dad, pese a que son agresiones manifiestas— se
Simplemente queremos remarcar el hecho de que legi-
timar una visión “restrictiva” no anula el ejercicio de la
mantienen impunes. Invisibles. No nombradas
jurisdicción ni lo vuelve más ecuánime, simplemente lo por el Derecho. El desafío (en la ampliación de
concentra en los países más pobres o menos desarrolla- la agresión, en la interpretación extensiva de la
dos económicamente y tecnológicamente, juzgando sólo agresión como crimen) pasa por repensar (y am-
las agresiones más toscas, menos “avanzadas”, pero nunca pliar) la cualidad de lo “armado”. Sólo así enten-
las más sofisticadas, que son cometidas por Estados po- deremos mejor lo que configura una “agresión”
derosos, como Estados Unidos, que no en vano no ha ra-
tificado, por otro lado, como se dijo, su incorporación a la en el siglo XXI. Todo lo que implican las agresio-
ICC. De este modo se socava poco a poco la legitimidad y nes. Hoy el Derecho no lo está haciendo. Selec-
la imagen de estos tribunales también allí -en los propios ciona muy pocas agresiones y excluye —mientras
países africanos, por ejemplo- que sí han ratificado el Es- juzga las agresiones más toscas— a la mayoría de
tatuto. El doble estándar puede vaciar de legitimidad (más las agresiones que se cometen contra los Estados
rápidamente que en los planos nacionales, donde la selec-
tividad está más disimulada) a los tribunales internacio-
y contra las personas. El desafío es ampliar lo que
nales, donde la desigualdad de poder entre países es más entendemos por agresión para combatir la selec-
evidente. Más ostensible. La selectividad procesal-penal
en el plano internacional es más visible. sivo, es qué modelo de Estado queremos: qué modelo de
(69) El profesor de Helsinki, nacido en Turku, Martti sociedad. Qué tipo de democracia. Y qué tipo de relacio-
Koskenniemi, entiende que no se debe hablar de “derecho nes internacionales. El espionaje no es compatible con un
internacional” (no existiría tal cosa) sino -más modesta- mundo regido por la diplomacia. Por eso el espionaje y la
mente, pero donde el juego siempre permanece abier- diplomacia expresan doctrinas diferentes (seguridad na-
to- de “política internacional”, donde están en tensión y cional, el primero, seguridad colectiva, basada en la coo-
en juego diferentes “intereses”. En el fondo, lo que se está peración, el segundo: sólo esta última es compatible a su
discutiendo detrás de este debate sobre el espionaje ma- vez con la legitimidad de los tribunales internacionales).

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DPyC Derecho Penal Internacional doctrina

tividad en el Derecho. Para otorgarle mayor legi- Ferrajoli, L. Democracia y garantismo. Ed.
timidad a los tribunales penales internacionales, Trotta. Madrid. 2012.
superando el doble estándar. Para lograr esto,
es necesario, casi indispensable, repensar y am- Findaly, M. J. y otros. International and Com-
pliar la figura del crimen de agresión, de modo parative Criminal Justice: A critical introduction.
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Páginas Clásicas
DPyC Páginas Clásicas DOCTRINA

Omisión en derecho penal


Por Ernesto J. Ure (*)

Sumario: I. La acción. Concepto y elementos.— II. La omisión. Concep-


to y fundamentación jurídica.— III. El “aliud agere”.— IV. La interferen-
cia.— V. La acción esperada.— VI. El deber de actuar.— VII. Causali-
dad y omisión.— VIII. Participación y omisión.

I. La acción. Concepto y elementos c) El comportamiento, además de humano,


debe ser voluntario. Quedan excluidos del concep-
No se concibe delito sin acción humana. La to: a’: los movimientos reflejos, es decir, aquellos
acción es el primer elemento en el concepto de movimientos involuntarios que suceden inmedia-
delito, “acción típicamente antijurídica, culpable tamente a una irritación periférica (Richet). Si a
y subordinada a una figura legal” (Soler) (1). raíz del intenso y súbito dolor que produce el agui-
jón de la avispa se mueve el brazo y se daña una
La acción es la conducta humana voluntaria.
cosa ajena, no hay acción; b’: los estados morbosos
Consiste en un hacer o en un no hacer produc-
que anulan la voluntad; c’: los actos cumplidos por
tivo en alguna modificación del mundo exterior.
violencia física, vis absoluta. Cuando el movimien-
En el enunciado se comprenden los elementos to corporal se determina como consecuencia de
de la acción: fuerza irresistible que lo convierte en instrumento
de la voluntad de otro: el agente non agit sed agi-
a) Un comportamiento exterior, positivo —ac- tur cuando, obligado por amenazas, escribe una
ción propiamente dicha—, o negativo —omi- carta extorsiva, coactus voluit. En cambio, se inclu-
sión—. La volición interna que no se proyecta yen aquellos otros actos que, por características,
al exterior queda en posición de licitud para el pueden confundirse con los involuntarios, tales
Derecho penal: cogitationis poena nemo patitur. como los automáticos o mecánicos (offendículas),
los instintivos e impulsivos, los llamados actos
b) Puede asumir dos forma distintos, según se de “corto circuito”, que se forman sin la total co-
manifieste en un movimiento corpóreo, en una laboración de la personalidad psíquica, pero que
actividad, en un hacer, o en una inactividad, en en su origen son voluntarios aun cuando en una
un no hacer. El primer supuesto responde a la etapa posterior aparezcan como involuntarios.
noción de acción en sentido estricto; el segundo, Son capaces de inhibición y por ello no escapan
a la omisión. Son, respectivamente, el aspecto del ámbito de la voluntad. “El concepto debe ex-
positivo y el aspecto negativo de la conducta hu- tenderse de modo de comprender también la no-
mana relevante para el derecho penal. Estas dos lontad (3), y abrazar aquellos actos que, no siendo
formas de la conducta originan la división en de- queridos, tampoco fueron no queridos” (Maggio-
litos de comisión y en delitos de omisión, y éstos, re) (4), vale decir, aquellos actos en los que no se
a su vez, en delitos omisivos propios y omisivos ejerció el poder de inhibición que se pudo ejercer.
impropios o comisivos por omisión (2).

acción ordenada). El médico que ve de-sangrándose a un


(*) Nació en 1904 y falleció en 1973. Profesor de Derecho herido y no le presta auxilio (art. 108, Cód. Penal).
en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UBA. Omisivos impropios: violan también una norma prohi-
(1) “Derecho penal argentino”, t. 1, p. 193. bitiva. Se cometen mediante una omisión (dejar morir por
falta de alimentos), y no con una acción positiva (puñala-
(2) Comisivos: violan una norma de no hacer o una pro- da). El médico que comienza una operación y, para pro-
hibición de hacer (no matar). Se cometen con una acción ducir la muerte del herido, lo deja desangrar (homicidio).
positiva (puñalada).
Omisivos propios: violan un mandato de hacer (comu- (3) Palabra usada por algunos psicólogos para designar
nicar a la autoridad la existencia de un delito cuando a la voluntad negativa —fuerza de resistencia—, distinta de
ello se está obligando; norma preceptiva de la ley penal). la no-voluntad.
Consisten en una simple omisión (incumplimiento de la (4) “Principii”, t. 1, p. 222.

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DPyC Páginas Clásicas doctrina

d) debe producir un resultado en el mundo ex- fenoménica, tiene capacidad, como la acción po-
terior (evento). Ser causa del resultado, entendi- sitiva, para convertirse en causa, de determinada
do éste en sentido estrictamente jurídico y no en modificación del mundo exterior. Se trata, en sín-
sentido físico. tesis, de fundamentar la atribución de un resulta-
do positivo a una persona que no ha obrado posi-
II. La Omisión. Concepto y fundamentación tivamente, puesto que ha omitido. Es intuitiva la
jurídica importancia de la cuestión en el terreno causal, y
La admisibilidad de la unificación de ambas con referencia a los delitos omisivos impropios.
formas del obrar humano ha sido negada o, me-
Varias teorías se han enunciado en procura de
jor dicho, no ha sido aceptada unánimemente.
esa fundamentación jurídica.
Hay quienes niegan esa posibilidad de fundirlas
en un concepto común, comprensivo de la posi- III. El “aliud agere”
tiva —acción en sentido estricto— y de la nega-
tiva —omisión—. Se fundan en que una es el re- La omisión se razona, es siempre actividad, vo-
verso, la negación, de la otra: el ser y el no ser. Así luntaria. No es un simple hacer, pues si así fuera,
como no es dable, dicen reunir en un concepto en nada se distinguiría de la acción positiva. Es
superior el ser y el no ser, no es tampoco posible un aliud agere, un hacer cosa distinta de la que
elevar a un concepto superior único de acción en se podía y se debía hacer.
sentido lato a la acción en sentido estricto y a la
omisión, que es su antítesis conceptual perfecta. La realización del evento podría ser impedida
por una operación apta para desviar el curso de
Ha prevalecido, no obstante, la opinión con- las causas que ya están en camino de desarro-
traria, que es la acertada. Es cierto que, desde llo, consistan en acciones humanas o en ener-
cierto punto de vista, la omisión niega la acción, gías brutas. Pero el sujeto que con una conducta
pero no es menos exacto que ambas tienen una apropiada estaría en condiciones de salir al en-
característica fundamental común que autoriza cuentro del proceso causal y de paralizarlo o des-
la unificación: las dos son manifestaciones del truirlo, endereza su actividad hacia otro objetivo,
comportamiento humano, aspecto principalísi- cumple una actividad que tiene la particularidad
mo en el territorio del derecho penal (5). de ser homóloga a las otras causas productivas
Esa exteriorización no ofrece dificultad cuan- del evento, pues va a agregarse y a cooperar con
do emana de un comportamiento positivo. Pero ellas, y de ser inversa a la acción que, de haberse
el problema presenta dificultades, teóricas y cumplido, habría frustrado el evento. Esa es pre-
prácticas, cuando se intenta demostrar que la cisamente la omisión (Massari) (6).
omisión no es simple negación de la acción, sino
Y al responder a la observación que de la nada
que es, asimismo, una actividad que constituye el
puede surgir —ex nihilo nihil fit— se expresa que
otro aspecto de la conducta y que, en la realidad
la omisión no es un quid vacui, no es la nada.
La ausencia de determinada acción va siempre
(5) La omisión como forma negativa del comportamien- acompañada de un hecho positivo, es decir, de
to es una realidad. El concepto ha sido refutado: los deli-
tos omisivos son delitos sin conducta exterior; la omisión otra actividad. Mientras un hombre se abstiene
existirá sólo en el pensamiento del hombre, reduciéndose de determinada conducta, no puede afirmarse
a un simple juicio de la mente humana (Vannini, “I reati que nada hace, que permanece inerte: el omi-
comissi mediante omissione”, p. 13). Contesta Antolisei: El tente hace otra cosa. En otras palabras, la ausen-
buen sentido, antes que la lógica, se rebela a admitir que cia de una acción, hecho negativo, va siempre
el hecho de la madre que rehusa alimentar a su hijo y lo
deja morir de hambre no sea un comportamiento, sino acompañada por la presencia de otra acción, he-
un simple juicio de nuestra mente (“L’azione e l’evento cho positivo. El guardabarreras, en vez de bajar
nel reato”, p. 24). Maggiore: Al lado de la realidad material, las barreras al paso del tren, se durmió o se fue a
existe una realidad espiritual, lógica y ética, más verdade- pasear; el transeúnte que encontró una persona
ra que la material, como fuerza operante en el mundo. El herida, en vez de prestarle ayuda, se alejó.
buen sentido y el sentido común jamás han soñado poner
en duda que la madre que deja morir de hambre a su hijo,
es causa de la muerte, lo mismo que la madre que degüella (6) “Il mommento essecutivo del reato”, ps. 67 y siguien-
o estrangula la hijo (“Principii”, t. 1, p. 245). tes.

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DPyC Ernesto J. Ure

La omisión, para esta teoría, es un hecho físico, Tal teoría ofrece un punto vulnerable que la
corporal, lo mismo que la acción positiva. En ésta, invalida, pues, como observa Maggiore, no es
el movimiento corporal constituye el aspecto ex- cierto que toda omisión se caracterice por el so-
terior de la misma acción; en la omisión, este as- juzgamiento de la voluntad del acto que se debía
pecto exterior, físico, está dado por la acción que cumplir: es perfectamente posible desconocer
se realizó en vez de la que debió realizarse. Dor- que ese proceso interno exista en la omisión cul-
mirse o irse a pasear, en lugar de atender las barre- posa (von Liszt) (8). En el olvido del guardaba-
ras; alejarse, en lugar de prestar auxilio. rreras no puede encontrarse lucha de impulsos,
desde que no pensó en momento alguno en que
Una observación de Krug, demuestra su debili- debía cerrar las barreras.
dad y hasta qué punto es poco racional: si la ma-
dre, en vez de alimentar al hijo, teje calcetines, V. La acción esperada
causa de la muerte del niño debe ser el tejido,
porque ésta fue la acción cumplida en lugar de Fundamenta la omisión en la acción esperada.
alimentar a la criatura (7). Es admisible que el omitente, en el momento de
la omisión imputable, pueda haber hecho otra
Krug enunció otra teoría, llamada de la acción cosa (aluid agere). Pero no se lo reprocha por eso,
precedente: el momento causal de la omisión sino porque no hizo lo que debió haber hecho,
debe buscarse en la acción que cronológicamen- porque no realizó la acción que de él se esperaba
te precede a la omisión, que es, entonces, causa y a él se le exigía. La conducta cumplida, expresa
del evento. Pero Traeger, utilizando un procedi- Grispigni, constituye una omisión no por lo que
miento análogo al de Krug en su crítica al aliud es, sino por lo que no es y que, en vez debió ser
agere, prueba la inconsistencia de la acción pre- (“acción que era de esperar”) (9).
cedente como único fundamento: existen casos
Puede advertirse sin dificultad la importan-
en que no se ha cumplido la acción anterior. La
cia de la teoría en relación con los delitos omi-
madre, embarazada en estado de inconsciencia, sivos impropios y en cuanto a los problemas de
deja morir de hambre a su hijo. Además, en mu- la culpabilidad y de la causalidad material. En
chos otros casos, sin la subsiguiente omisión la efecto, se pregunta Mezger, “¿cuándo y por qué
acción anterior carece, de por sí, de capacidad en derecho penal se espera una determinada
para producir el evento, de modo que no puede acción?, ¿cuándo el comportamiento antitético
valorarse como causa de éste. a esta expectativa se considera omisión?, ¿cuán-
IV. La interferencia do tal conducta, que la acción esperada, hubie-
ra podido evitar, puede considerarse causa del
Dentro de esta teoría, se adjudica a la omisión evento?”(10), interrogantes que centran todo el
valor de actividad impeditiva. En el agente existe problema en la omisión.
una energía capaz de evitar el evento, pero entre
la energía que lo estimula a la acción y la efectiva En primer término, débese afirmar que la sim-
realización del evento, interfiere un fenómeno ple inercia, quietud, inacción, inactividad, no es
siempre omisión para el derecho penal. El tran-
que constituye un contra-impulso, una fuerza
seúnte que ve colocado un obstáculo sobre las
contraria que determina el evento y se convierte
vías del ferrocarril y queda impasible, no ha omi-
en causa (Binding, von Buri). Una persona que
tido, como el que no va al teatro no omite sino
ve que otra se está ahogando, puede y quiere sal-
que sencillamente, no va al teatro. Es necesario
varla, pero, luego de un momento de indecisión,
dar otro contenido a la omisión jurídicamente re-
resuelve no ayudarla; en la lucha de motivos, el
levante. Y ese concepto no puede ser un concep-
impulso generoso fue vencido por el deseo de no
to natural —como lo es la inercia, etc.—, porque,
exponer la propia vida.
(8) “Tratado de derecho penal”, p. 306, de la trad. de J.
(7) “La teoría no puede convencer. La conducta diversa de Asúa.
carece de relevancia para el derecho. Lo que el individuo
hizo en lugar de lo que debió hacer, es tan indiferente, que (9) “L’omisione nel diritto penale”, en Riv. It. di D.P.,
el juez no debe tomarlo en cuenta” (Antolisei, “Il rapporto 1934.
di causalitá nel diritto penale”, p. 124). (10) “Derecho penal”, p. 158 de la trad. de Mandalari.

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según se dijo, la omisión no es un hecho físico, Esa obligación debe ser esencialmente jurídi-
natural, como lo es la acción positiva. Es, en cam- ca, y existe cuando emana de:
bio, un concepto valorativo que deriva del juicio
de relación con una norma jurídica que prohíbe a) un precepto jurídico (ley, ordenanza, decre-
u ordena determinada acción; el que juzga la to) (13);
conducta ajena, la relaciona con el contenido de
b) la especial aceptación del mismo deber
la norma y establece si aquella es o no conforme
(acto jurídico; contrato: mandato, gestión de ne-
a ésta, y existirá omisión cada vez que se anote
gocios, locación de servicios;
la ausencia de la acción que debía cumplirse en
virtud de la norma, y que no se cumplió (acción c) una actividad anterior (Mezger, Soler) (14).
esperada o acción que era de esperar) (11).
Precepto jurídico
“Lo que imprime a una conducta la característi-
ca de omisión es la contradicción con una norma. Deber impuesto por el ordenamiento jurídico.
La omisión es, por lo tanto, un juicio de relación y, No resulta solamente de la consideración de pre-
más precisamente, de contradicción de una con- ceptos del derecho penal, sino de preceptos de
ducta respecto de una norma que prescribía de- otras ramas del derecho (Soler) y cuyo contenido
terminada conducta” (Grispigni) (12). La omisión sea precisamente el de evitar el evento (art. 1074,
no se presenta, entonces, como obra del omitente, Cód. Civil y, en especial, los que regulan las rela-
sino como obra del que juzga (Mezger). ciones de familia).
Queda así delineado el elemento genérico de Al anular la sentencia de la Corte de Sassari,
fundamentación: el deber de actuar para evitar que condenó al hijo que no impidió que el padre
la producción del evento, cuyo presupuesto es la fuera muerto por la mujer, la Corte sup. de Italia,
posibilidad del sujeto de realizar la acción espe- enunció el principio con las siguientes palabras:
rada y exigida. “si se prescinde por un instante del profundo sen-
timiento, no sólo humano sino natural, y se juzga
VI. El deber de actuar
con razón desapasionada, débese afirmar que el
El deber de actuar para evitar el resultado, no deber del hijo, de impedir que se dañe al proge-
es cualquier deber. Cualquiera advierte la distin- nitor, es el más sagrado, elemental y sentido de
ta posición del vecino que se para a observar la los deberes morales, pero no es un deber jurídico
pared tambaleante de un edificio en construc- desde que su inobservancia no está conminada
ción y espera impasible el derrumbe, y la del con sanción alguna de índole penal” (15). En otro
constructor que no provee los medios necesarios caso, la misma Corte, decidió que el padre tiene
para apuntalarla y evitar la caída de la pared; la la obligación jurídica de evitar la muerte del hijo,
del transeúnte y del guardabarreras del ejemplo al que sus demás parientes proyectaron matar
antes propuesto; la del que asiste como especta- por creer que la sangre del niño les permitiría
dor a un incendio y la del que por su impruden-
cia lo provocó; la del nadador y la del profesor de (13) Frank considera fundamento que deriva del de-
natación que no socorren al que se está ahogan- recho consuetudinario la obligación del conductor de
do; la del pasajero y la del guarda del tren que no detenerse o apartarse en caso de peligro, y los tribunales
del Reich han sostenido que el propietario está obligado a
previenen a un tercero que la puerta en que se intervenir cuando el conductor imprime velocidad excesi-
apoya está abierta. va al vehículo. Cuando nuestro código penal incrimina el
hecho producido por imprudencia, negligencia o imperi-
(11) Ranieri considera errónea la denominación “acción cia, da categoría de obligación a la prudencia, al cuidado,
esperada”, para determinar el concepto de omisión, porque a la pericia.
la acción no es esperada, sino ordenada por una norma del (14) “Derecho penal”, ps. 160 a 163. “Derecho penal
derecho (“Colpevolezza e personalitá del reo”, p. 86). Sos- argentino”, t. 2, p. 296. Goldschmidt considera que lógica-
tiene con Grispigni el carácter puramente normativo de la mente la división no tiene fundamento, puesto que todos
omisión: si la norma no existiera, no podría hablarse de los deberes se basan en la ley, pero reconoce que el conte-
omisión (“La causalitá nel diritto penale”, p. 254). nido del deber es diverso en los tres casos (“Metodología
(12) “L’omissione nel diritto penale”, Riv. Italiana di D.P., jurídico-penal”, p. 38).
1934. (15) “La giustizia penale”, 1934, II, c. 335.

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descubrir un tesoro oculto en las ruinas de una tran en algunas leyes de aduana que al decir de
iglesia (16). Manzini, son las menos escrupulosas. No puede
tampoco imponer la obligación de realizar actos
No es suficiente comprobar el carácter espe- de heroísmo (20), ni repugnantes a la ética social.
cífico de la obligación, sino que, además, es me-
nester establecerla en concreto (17). Obligación contraída
En nuestro código, como en casi todos, la obli- El deber puede emanar también de una rela-
gación de denunciar o impedir delitos aparece ción contractual. Tampoco aquí es suficiente la
limitada a los casos en que la noticia o el deber existencia de una simple obligación jurídica.
de actuar éste determinado por razones de profe- Cuando, en virtud de la aceptación de la obli-
sión, cargo o empleo (art. 277, inc. 6°, Cód. Penal). gación se ha cr0eado una especial situación de
No existe obligación general para todos súbditos. peligro, o un aumento del peligro ya existente o
La razón la explica claramente Manzini: “El Es- la aceptación tuvo por objeto impedir el peligro,
tado respeta la libertad moral de los particulares recién entonces habrá responsabilidad penal por
que no quieren cumplir actos susceptibles de ser el incumplimiento de la obligación contraída; no
desfavorablemente interpretados, o exponerlos a así en los demás casos.
venganzas o riesgos dañosos para sí o para terce-
ros” (18). En ciertos casos, fundándose la ley en El principio es el siguiente: surge responsabi-
razones de superior conveniencia política —salus lidad porque el contratante confía en la ayuda
populi suprema lex— premia la denuncia con la prometida y, por esos, confiado, no adopta otras
impunidad (art. 217, Cód. Penal), pero no obli- garantías. El que contrae la obligación asume el
ga a denunciar (19). Casos similares se encuen- papel de garante (Mezger) (21). Asistir a enfer-
mos o incapaces, enseñar a nadar, conducir ve-
(16) La decisión fue aprobada por Ugo Aloisi en “Appli- hículos, barcos o aeroplanos, guiar en las monta-
cazioni giurisprudenziale sui il nuovo codice”, Riv. It. ñas, asumir servicios de vigilancia.
di D.P., 1935, 321. El caso fue comentado, además, por
Sabatini, “L’obbligo di far rispetare la legge e l’obbligo La buena fe con que deben interpretarse los
d’impedire l’evento”, en Foro Italiano, 1935, II, c. 329, y por contratos, advierte Hippel (22), puede importar
Antolisei, “L’obbligo d’impedire l’evento”, Riv. It. di D.P.,
1936, 527. Para ambos se trata de concurso moral. Mezger
la permanencia de la obligación más allá del tér-
critica por arbitrario el fallo del S.T., que estableció que era mino de vigencia de la misma. Un ama de cría a
obligación jurídica del marido impedir la prostitución de la que se le confió un niño, no estaría autorizada
la esposa (“D.P.”, p. 160 de la trad. italiana de Mandalari). a cesar la alimentación de la criatura sólo porque
(17) El autor, como Juez de instrucción, estableció la venció el término de su contrato.
existencia de responsabilidad en el caso de un constructor
que omitió cercar, como disponen hacerlo las ordenanzas Frank, citado por Mezger, aclara que debe
municipales, un terreno en el que, para la construcción de excluirse el caso del que, espontánea y diligen-
un edificio, había abierto un pozo de cal viva al cual cayó temente, realiza una acción con el propósito de
un menor que corría tras de una pelota (causa S.P., núm.
19.691, del juzgado núm. 2, secretaría 43, enero de 1941).
evitar el peligro, pero sin tomar sobre sí la res-
Se dijo en el auto de prisión preventiva: “En efecto, al ver- ponsabilidad de una verdadera obligación. El
ter aquella cantidad de cal viva en el pozo y abandonar el que hace respiración artificial a un semiasfixia-
lugar sin colocar advertencia alguna y sin adoptar medi- do por inmersión, no está obligado a proseguir
das de precaución para prevenir posibles accidentes, ha
creado una situación de peligro. El procesado pudo y de-
bió proveer los medios indispensables para evitar o impe- to en el caso de quien aceptó un regalo en dinero para no
dir la producción de cualquier evento. Al omitirlo, ha in- denunciar un delito (LA LEY, de diciembre 24 de 1943,
currido en la sanción prevista en el art. 84 del Cód. Penal. fallo núm. 16.330).
Es incuestionable la relación de causalidad material entre (20) En contra: De Vico: la ley tiene también una finali-
esa omisión y la muerte del niño. El hecho debe calificarse dad educativa: la elevación del coraje a la dignidad e im-
de homicidio omisivo por negligencia, categoría de delito portancia de un deber, no puede sino desarrollar las virtu-
que, al decir de Binding, ha merecido el honor de ser, en la des espirituales del ciudadano ("L'omesso impedimento
escala de los delitos, el más pequeño entre los pequeños”. del evento", en Annali di D. e P.P., 1933, p. 777. Por eso,
(18) “Trattato di D.P.”, t. 2, p. 443. antes se ha dicho posibilidad.
(19) En una reciente y correcta sentencia de la Sup. cor- (21) “Derecho penal”, p. 164.
te de Tucumán, se estableció que no existía encubrimien- (22) Cita de Antolisei.

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DPyC Páginas Clásicas doctrina

en su intento de salvamento y, por lo tanto, no bre ese material combustible que provocaron, a
responderá por las consecuencias de suspender su turno, el incendio de la casa, sin que el agente
su actividad (ejemplo de Sauer). No así el guía se preocupara por extinguirlo. Mezger, con citas
alpino que no señala el peligro al excursionista, de Hippel, Traeger y Höpfner, justifica el fallo: en
o el médico que no continúa la operación qui- la hipótesis de que el origen del peligro es anti-
rúrgica comenzada, o el profesional contratado jurídico y a la vez culpable aun por negligencia,
en el balneario para atender los ahogados que subsiste la obligación jurídica de impedir el pe-
se comporta como el particular de Sauer. Para ligro (23). Hipótesis más sencilla es la del médi-
Binding tampoco subsistirá responsabilidad en co que comienza una operación sin el consenti-
este ejemplo, más complicado que el anterior: miento del paciente.
una madre, temiendo por la vida de su hijo, mal
nadador que competirá en un torneo, obtiene En la doctrina italiana este criterio ha mereci-
de otro concursante promesa de que, mediante do aceptación en algunos sectores. “El deber de
una retribución socorrerá a aquél en caso nece- actuar puede surgir también de la precedente
sario; el buen nadador olvida la promesa y el mal obra propia y en dos formas. Así, ante todo, cual-
nadador muere. La aceptación no produjo en el quier actividad que incida sobre intereses jurídi-
caso un aumento del riesgo que ya existía, y se- cos de terceros, hace nacer el deber jurídico de
gún Binding y Mezger, la madre, en previsión del adoptar las medidas de precaución necesarias
incumplimiento del pacto, debió adoptar otras para evitar peligros y desgracias (abrir pozos en
seguridades, garantizarse de otra manera. la calle sin cubrirlos o colocar avisos) (24). En
segundo lugar, quien por medio de una acción,
Actividad precedente aunque no culpable, a creado el peligro está obli-
gado a impedir con su propia acción la realiza-
La tercera fuente de la obligación es la activi- ción del evento, si está en condiciones de hacer-
dad precedente. Quien originó el peligro del re- lo. Sin embargo, si el evento ya se produjo, cesa
sultado de una actividad anterior, está obligado a el deber de actuar. El que ocasiona un incendio
impedirlo con un acto propio. por culpa, no se convierte en autor doloso si no
lo apaga, porque se tratará de dolo subsequens”
Entre las sentencias de los tribunales del Reich (Grispigni) (25).
que siguen este principio, compartido por la doc-
trina prevalente en Alemania, merece destacarse Esta fuente de la obligación, pese a la afirma-
la que responsabilizó al que cerró la puerta de ción de Mezger en el sentido de que el principio
una habitación sin saber que quedaba encerrada ha sido consagrado por el Superior Tribunal por
una mujer y, apercibido luego de ello, no la abrió su maravillosa sencillez, presenta dificultades en
(detención ilegal). En otra sentencia, se dice que la determinación práctica del contenido del de-
es jurisprudencia constante del Reichsgericht el ber. Un ejemplo del mismo autoriza lo que acaba
reconocimiento de un deber jurídico cuando por de decirse. “Cierro mi casa de campo, alejada del
la propia acción se ha producido una situación tránsito y comunicada por teléfono únicamente
contraria a la ley, o se han creado situaciones que, en mi casa de la ciudad, sin saber que quedó un
en su posterior desenvolvimiento, pueden pro- individuo que se había introducido subrepticia-
ducir el evento antijurídico: si el agente está en la mente y que me pide que vaya a liberarlo. Aún
posibilidad de impedirlo, surge para él, en virtud en estos casos, es inadmisible dejar morir a una
de la realización de las acciones que desataron la persona”. Pero ¿cuándo debo ir a liberar a ese
serie causal, el deber jurídico de evitarlo. En otra, hombre que penetró ilícitamente?, ¿en seguida,
se califica de “derecho consuetudinario admitido más tarde, al siguiente día, cuando me resulte
por la jurisprudencia”, la obligación que incumbe más cómodo? La respuesta del autor del ejemplo
a quien ha ocasionado con actos propios una si-
tuación de hecho que, desenvolviéndose en un (23) “Derecho penal”, p. 165.
momento ulterior, puede producir el evento si no (24) En el caso de la nota núm. 17, el deber se fundó en
se adoptan las medidas precaucionales. Caso de la existencia de una ordenanza. Pero en la hipótesis de que
quien, caminando con una pipa encendida por no hubiera existido tal ordenanza (precepto), el deber se
un lugar lleno de paja y heno, golpeó la pipa con- fundaría en la actividad precedente.
tra un alambrado y saltaron algunas chispas so- (25) “L’omissione...”, cit.

258 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


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no despeja la duda: “frente a la afirmación abs- y el resultado (28). Establecido el nexo causal (29),
tracta de la obligación jurídica, se impone una en los delitos omisivos impropios, naturalmente, es
solución comprensiva del caso particular y de las necesario luego comprobar, además, la concu-
exigencias equitativas intrínsecas; el contenido rrencia del segundo elemento: el incumplimien-
del deber sólo puede determinarse en concreto y to del deber jurídico de actuar.
en consideración a las particularidades del caso.
La obligación no es de naturaleza abstracta, sino Es oportuno prevenir aquí, como conside-
ración final, el error que significa hacer depen-
que tiene un contenido concreto”.
der el carácter causal de la omisión del incum-
VII. Causalidad y omisión plimiento del deber jurídico, pues ello implica
confundir dos aspectos distintos: la causalidad
Ocasionar con una acción positiva es concep- y la antijuridicidad de la omisión, vale decir, la
tualmente diverso que no impedir, pero “debe relación causal entre la conducta omisiva y el re-
observarse que mientras el no impedir, desde el sultados, y la relación de contradicción entre la
punto de vista naturalístico, carece de significa- conducta omisiva y la norma. “El carácter causal
do, en cambio desde el punto de vista normativo de la omisión no puede, en modo alguno, hacer-
equivale a ocasionar” (Grispigni). El concepto de se depender del incumplimiento del deber de
causa es, por lo tanto, el mismo trátese de ocasio- actuar” (Antolisei) (30).
nar o de no impedir (26), sólo que, según antes
VIII. Participación y omisión
se vio, la conducta omisiva adquiere valor causal
cuando se acompañe de la violación a un deber La participación criminal mediante omisión
de actuar. Si una pared está sostenida por pilares, es perfectamente posible. El sereno de una casa
el que los saque —acción positiva— ocasionará omite cerrar la puerta para que otros puedan
el derrumbe, pero si los pilares no existen y una entrar a robar; el agente de policía que quiere
norma obliga al agente a colocarlos para impedir la muerte del agredido y no impida el acto del
el derrumbe de la pared, y no los coloca —omi- agresor, pudiendo y debiendo hacerlo (conver-
sión—, está omisión será causa del resultado. Lo gencia intencional; violación del deber de ac-
mismo responde la madre que mató el hijo de tuar, relación causal entre omisión y resultado).
una puñalada que la que, dolosamente, lo dejó El superior jerárquico que no impide la comi-
morir de inanición; el cambista del ferrocarril sión de un delito por parte de un subordinado,
que, para provocar un desastre, hizo funcionar no participa en el delito cometido porque el
mal los cambios que el que, con el mismo propó- simple deber de vigilancia, implícito a la rela-
sito, omitió hacer el cambio oportuno. ción jerárquica, no es suficiente; salvo que en
los deberes específicos del cargo se contara el
“El problema de la causalidad de la omisión de evitar esa clase de hechos. u
se presenta idéntico al que surge en los delitos
de acción, ofrece las mismas dificultades y debe (28) Sobre el punto (exposición y crítica de las princi-
tener análogas soluciones” (Antolisei) (27). Para pales teorías): Jiménez de Asúa, “El criminalista”, t. 2; voto
la determinación del vínculo causal entre la omi- del doctor García Zavalía en Rev. LA LEY, t. 22; Antolisei,
sión y el resultado debe seguirse, pues, el mismo “Il rapporto di causalitá nel diritto penale”; Giovanovih,
“Causalitté efficiente en droit pénal”; Ranieri, “La causa-
procedimiento que se acepte para establecer la litá nel diritto penale”; Drapkin, “Relación de causalidad
existencia del nexo causal entre la acción positiva y delito”; Zeppieri, “Omissione causale”; Ramos, “Curso
de derecho penal”; Soler “Derecho penal argentino”; Ortiz
(26) La parificación ha sido aceptada en el código pe- Muñoz, “Derecho penal”.
nal italiano: art. 40: “No impedir un evento que se tiene (29) La pregunta decisiva es, según Mezger, la siguiente:
la obligación jurídica de impedir, equivale a ocasionarlo”. ¿el evento que reprueba el derecho hubiera sido evitado
(27) “Il rapporto...”, p. 119. Lo mismo Ranieri, “La cau- por la acción esperada? (deber de actuar).
salitá ...”, p. 257. (30) “Il rapporto...”, p. 203, con citas de Carnelutti.

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Bibliografía
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La cantidad de pena en el tiempo de prisión. Sistema de la medida cualitativa


PABLO ANDRÉS Vacani

Tomo I: Prisión preventiva, Buenos Aires, Ad-Hoc, 2015.

POR Gabriel ignacio anitua

Este libro muy valioso está basado en la tesis doctoral las manifestaciones lícitas e ilícitas del poder punitivo
presentada por Pablo Andrés Vacani. Como informé al y, con ello, la duración cronológica como único objeto
momento de evaluarla, al ser honrado por la Universi- de su cuantificación”.
dad de Buenos Aires por designarme en el Tribunal, el
libro plantea un tema interesante y original. Pretende Lo importante de esta pormenorizada enunciación,
sacar consecuencias jurídicas relevantes, materialmente así como el apartado mayor sobre objetivos, es que
y para el condenado, de la naturaleza del tiempo y el nos permite centrarnos en aquello que pretende el
modo, en especial la existencia de malos tratos, de cum- investigador.
plimiento de la prisión preventiva. El sistema, existente,
de compensación de ese tiempo pasado en prisión se En el caso, el fin que guía a Vacani en este trabajo es
extiende con una referencia al tiempo vivencial y en muy ambicioso. Y debo adelantar que sale bien parado
particular al reconocimiento de hechos ilícitos, que en de apuesta tan arriesgada. Sobremanera hace evidente
la práctica forman parte de la realidad del cumplimiento su intención de influir políticamente y en las conse-
de la prisión preventiva. cuencias materiales del castigo. De influir sobre vidas
humanas, ni más ni menos.
En punto a la hipótesis y la finalidad del trabajo,
debo destacar que en la obra se realiza un importante Y ello refiere, por un lado, a la denuncia de las con-
apartado dedicado a explicitarlas. Es así que como diciones actuales de la pena de prisión y su extensión
hipótesis general se enuncia que la medida del tiempo (mucho más ilegítima) a la prisión preventiva. Si bien
de prisión preventiva que haya sido aplicada mediante busca la sustitución o reducción de esa medida, su
tratos prohibidos constitucionalmente no resulta equi- intención conseguida consiste en poder enfrentarla a
parable al tiempo cronológico de su duración y, por la violencia que produce, y sacar de ella consecuencias.
ende, supone una medida de mayor valor con relación
a la privación temporal de libertad que deberá ser Por el otro, y en relación con esto último, se pretende
determinada, cuantificada y compensable a la pena. una muy difícil cuantificación de esa violencia sufrida
Entonces, la prisión preventiva no sólo es computable de tal manera que se compense con el tiempo de pena
sino también compensable a la pena si, durante su que le reste cumplir, en caso de resultar condenado
transcurso temporal, la persona ha sido pasible de uno o (incidiendo, o profundizando la lógica prevista en el
varios tratos crueles, inhumanos o degradantes. De esta artículo 24 del Código Penal argentino).
surgen otras hipótesis secundarias: “1. La cuantificación
de la prisión preventiva aplicada mediante la existencia En definitiva, se intenta introducir como variante al
de tratos arbitrarios no resulta equiparable a la medida sistema conceptual tradicional la noción de “medida
de su duración temporal, sino que supone una medida cualitativa” con el objeto de procurar una diferenciación
mayor en relación a aquellos castigos que superaran la entre el tiempo de prisión y la restricción temporal de la
privación temporal de la libertad. 2. La noción de tiempo libertad ambulatoria que permita afirmar que la coer-
de prisión es mucho más amplia que la noción abstrac- ción no es meramente privación de libertad. Como dice
ta y sin lugar que remite la ley penal con respecto Vacani, “El objetivo que con esto se propone es lograr,
al tiempo cronológico, siendo que dicha categoría antes de la ejecución de la pena formal, una limitación
conceptual comprende también las manifestaciones reductora de los pronunciamientos que permiten el paso
ilícitas del poder punitivo aplicado en ese período. del poder punitivo en términos de tiempo mensurable
3. El trato arbitrario no es un acontecimiento excep- para a posteriori establecer un mayor control de esas
cional en el tiempo de prisión sino que persiste durante condiciones de encierro y determinar otras relaciones
el mismo y, por lo tanto, exige relevar al momento de con la progresividad del régimen carcelario”.
la cuantificación aquellos cambios cualitativos que la
coerción haya tenido en el período temporal que deba Existe una vasta literatura acerca de la privación de
ser cuantificado. 4. La medida cualitativa es una herra- la libertad, máxime teniendo en cuenta la amplitud de
mienta jurídica relevante para comprender los alcances sus contenidos de acuerdo con cómo lo analiza el libro.
teóricos que la dinámica del tiempo de prisión tiene En cambio, las investigaciones y reflexiones académicas
durante el encarcelamiento preventivo, diferenciando acerca de un marco de referencia local y especializado,

AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015 - Derecho Penal y Criminología • 263


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y sobremanera con la referencia empírica y la voz de La tesis asume algo muy difícil de “cuantificar”, pero
los principales actores, es mucho más reducida. Y ello que se siente como una verdad ineludible, que debe ser
es realizado con acierto en la obra. dicha y demostrada, y luego tener sus consecuencias
prácticas, y es que el tiempo de prisión no es simple
Quisiera destacar aquí el esfuerzo por volcar esa privación de libertad ni tampoco es producto de la
investigación sobre la realidad carcelaria a la necesaria duración cronológica del encierro.
recepción jurídica, a la verdadera conformación de
un sistema jurídico, lo que es lo mismo que adecuar Señala Vacani que “si la medida es la expresión en
una dogmática, tradicionalmente ajena o ciega a dicha tiempo del valor que supone la privación temporal de la
realidad, a la ejecución de la pena. Esto es claramente libertad como contraprestación de la ofensa del delito,
novedoso y a todas luces necesario para intentar reducir este valor también debe estar sujeto al contenido del
los márgenes de discreción de ese lugar paradigmático
poder punitivo aplicado, siendo éste la referencia que
de “no derecho”, que es la prisión.
supone verdaderamente la cantidad de castigo para
La metodología del autor es compleja, pero recurre a decidir si es el equivalente a la contraprestación de la
formas tradicionales de las investigaciones de ciencias ofensa o resulta compensable un mayor valor atribuido
sociales (relevar registros en expedientes judiciales, en- al exceso de la punición, cuya prohibición se prevé en
trevistar personas que sufrían prisión preventiva, a agen- la ley constitucional”.
tes penitenciarios, análisis de datos secundarios sobre
informes de situación de prisiones) que son facilitadas La influencia de los trabajos del director de la tesis,
por ser el propio doctorando un actor con incidencia Raúl Zaffaroni, sobre una tal propuesta es evidente.
en el fenómeno estudiado en tanto funcionario de una Sobre todo desde que el gran penalista y criminólogo
defensoría provincial. latinoamericano nos señaló que “las penas crueles son
penas”. Desde entonces se nos obliga a ver que la ley, la
El marco teórico está ampliamente desarrollado, des- Constitución y el Estado de derecho prescriben cómo
tinándose a ello específicamente una parte considerable deben ser las penas, pero, como no podría ser de otra
del trabajo. Pero también vuelve a aparecer en otras manera (ya que en caso contrario la ley sería miope),
partes al utilizar términos claves no sólo del derecho también la ley admite como dato de la realidad que
penal o la criminología, sino complejas referencias a las penas pueden ser crueles y, justamente, ese dato
los argumentos teóricos de Bourdieu o a la filosofía de realidad debe tener y tiene consecuencias jurídicas.
existencialista, por mencionar sólo algunos de los que Es así que prescribe sanciones para los autores de esas
exceden el marco tradicional de una investigación sobre crueldades. Según Vacani se deben obtener otras con-
esta temática. secuencias jurídicas, relativas a la propia pena, y, en
concreto, a favor de quienes sufren esas penas crueles.
Ha de destacarse de este trabajo que sus resultados
Esto es muy difícil, sino imposible, a mi juicio.
tienen altas posibilidades de ser aplicados o transferi-
dos, tanto al medio académico universitario, como al
político judicial en un sentido amplio. Desde planteos Como ya le señalé al propio Vacani, advierto una
individuales hasta políticas públicas pueden hacer intrínseca dificultad en la concreta propuesta político-
uso de la información que antes de este trabajo no se penal de computar el tiempo de maltrato como mayor
tenía (sobre todo, en torno a la realidad de la violencia que el tiempo sin maltrato y formando parte de la con-
y al concreto caso del régimen tercerizado en opciones dena, como también la hay en la creación de un nuevo
religiosas). paradigma, marco teórico o matriz epistemológica para
esa necesaria dogmática que evite las arbitrariedades.
En el plano de lo discutible, y que de hecho fue discu-
tido en la defensa oral de este trabajo, entran las posibles En todo caso, me quedo con lo que la tesis aporta
condiciones de posibilidad de una compensación como sobre una realidad que no debe ser silenciada por la
la sugerida. matriz de objetividad jurídica.

264 • Derecho Penal y Criminología - AÑO v • Nº 09 • OCTUBRE 2015


SE TERMINO DE IMPRIMIR EN LA 2da. QUINCENA DE septiembre DE 2015
EN LOS TALLERES GRAFICOS DE “LA LEY” S.A.E. e I. - BERNARDINO RIVADAVIA 130
AVELLANEDA - PROVINCIA DE BUENOS AIRES - REPUBLICA ARGENTINA

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