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Versión para autores

revista DE
DERECHO PENAL
Y CRIMINOLOGIA
DELITOS ECONóMICOS • CONTRAVENCIONAL •
GARANTÍAS CONSTITUCIONALES • PROCESal PENAL •
EJECUCIÓN DE LA PENA

Director
Eugenio Raúl ZAFFARONI

ÁREA PROCESAL
Miguel A. ALMEYRA

COMITÉ ACADÉMICO
Eduardo AGUIRRE OBARRIO (Argentina 1923-2011)
Carlos Julio Lascano (ARGENTINA)
Lola ANIYAR DE CASTRO (Venezuela)
Luis ARROYO ZAPATERO (España)
David BAIGÚN (Argentina)
Nilo BATISTA (Brasil)
Roberto Bergalli (Argentina)
Jorge DE LA RUA (Argentina)
Edgardo Alberto Donna (Argentina)
Luigi FERRAJOLI (Italia)
José Luis GUZMÁN DALBORA (Chile)
Julio B. J. MAIER (Argentina)
Sergio MOCCIA (Italia)
Francisco MUÑOZ CONDE (España)
Esteban RIGHI (Argentina)
Gladys ROMERO (Argentina)
Norberto SPOLANSKY (Argentina)
Juarez TAVARES (Brasil)
John VERVAELE (Holanda)

COORDINADORES
MatÍas BAILONE
Rodrigo CODINO
COMITÉ DE REDACCIÓN

Gabriel Ignacio ANITUA Javier DE LUCA


Fernando ARNEDO Manuel Maroto Calatayud
Alejandro ALAGIA Juliana OLIVA
Javier Ignacio BAÑOS Graciela OTANO
Ricardo basílico Jorge Paladines Rodríguez
María Laura Böhm Nelson PESSOA
Mariano Borinsky Gabriel PÉREZ BARBERÁ
José Angel Brandariz García Marcelo RIQUERT
Sebastián Cabezas Chamorro Guido RISSO
Roberto manuel carlés José SAEZ CAPEL
Carlos CARAMUTI Cristina Sánchez Henríquez
Carlos CHIARA DÍAZ MÁXIMO SOZZO
Horacio Dias Sergio TORRES
Javier de la Fuente Renato VANELLI
Daniel ERBETTA Felipe VILLAVICENCIO
Adrián FERNÁNDEZ Julio VIRGOLINI
Rubén E. FIGARI verónica yamamoto
Gabriela GUSIS Myrna Villegas Díaz
Mariano Gutiérrez Romina ZARATE
Agustina Iglesias Diego Zysman Quirós

con el auspicio de
Asociación LATINOAMERICANA DE DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGÍA (ALPEC)

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Amiga mía
In memoriam de Gladys Romero de Bonino

Por Julio Maier

Con el fin de recordar a una jurista académica, debería


limitarme a un relato objetivo de la vida académica de
Gladys, unida desde hace bastante más de medio siglo
a la Facultad de Derecho de la UBA. No puedo hacerlo a
pesar del esfuerzo puesto en el intento. Gladys no era para mí tan sólo una jurista
dedicada al Derecho penal que atravesó una serie de vicisitudes semejantes a aque-
llas que yo recorrí, razón por la cual nos encontramos en varios puntos de la vida
de ambos. Por lo contrario, fue mucho antes de eso para mí una amiga entrañable.
No nos veíamos desde hace tiempo, incluso yo no pude asistir al festejo de sus 80
años porque ese día, precisamente, no estaba en Buenos Aires. Lo lamenté y ahora
lo lamento aún más. Me enteré de su fallecimiento varios días después de haber
ocurrido, como finalización de un proceso inesperado, por el artículo de opinión que
le dedicó, en el diario “Página 12”, el Sr. director de esta publicación.

Creo poder recordar el punto exacto en el que se inició nuestra amistad; con ello
quiero decir, el punto exacto en el tiempo, la ocasión, el territorio donde comenza-
mos con ella y con Guillermo, su esposo, a sentir ese algo distinto que transforma
el conocimiento, la mera relación amistosa, en verdadera amistad, llamada vulgar-
mente “amistad íntima”, sentimiento de fraternidad imposible —al menos para mí—
de definir con palabras. Después de haber sufrido un atentado en mi propia casa,
yo aterrizaba solo, sin mi familia, en el pequeño pero acogedor aeropuerto de Bonn.
Allí estaba ella y Guillermo —junto a algunos otros amigos o conocidos— para re-
cibirme, ubicarme en mi próximo destino y ayudarme a recibir un mes después a
mi familia directa, mi esposa y mis hijos todavía pequeños, menores. Esa misma
noche ellos quisieron presentarme, a toda costa, a sus amigos argentinos en Bonn,
un estudiante de ingeniería en Córdoba que, gracias a una beca alemana, había
culminado ya hace tiempo su doctorado en física en la Universidad de Wuppertal
(R.F.A.) y en ese entonces ya era docente en esa Universidad —hoy lamentablemen-
te también fallecido—, y su mujer, algo así como su novia cordobesa que partió para
visitarlo en Alemania durante un tiempo breve —un mes a lo sumo— y ya llevaba
50 años acompañándolo. Desde ese momento y por espacio de casi dos años, nos
juntábamos todas las noches en lo del “loco Minatti” y Elenita, su esposa, junto
a alguna botella de licor y algo de comer, para despuntar el vicio del getho: traer
noticias de nuestro país y discutir de política siempre referida a él, cuyo presente
de entonces, al que sólo nombro por la referencia temporal (1976/8), nos había
reunido a todos en Bonn. Ella y Guillermo me ayudaron en la tarea de hallar un
departamento para hospedar a mi familia y luego a ornamentarlo (cortinas, camas,
etc.), porque lo estrené sin muebles, tarea en la cual, junto al cuidado de su propia
belleza y la de Guillermo, siempre descolló Gladys. Recuerdo todavía mi susto al
conocer los precios de las cortinas y otros enseres que Gladys me recomendaba y
acompañaba a elegir.

Gladys vivió con nosotros antes de irse a España, y doy fe de que fue extrañada
en Bonn. Nunca comprendí demasiado bien como una porteña tan rancia como
Gladys conformó un grupo tan compacto con provincianos de aquellos, a los que
se agregaba un doctorando en física alemán, cuyo padrino doctoral era el Dr. en
física argentino. Algo más comprensible, pero difícil de explicar, fuera de contexto
en este recuerdo, fue la amistad entre un científico en física y personajes jurídicos.
A ese grupo se sumaron después por menos tiempo, un odóntologo cordobés que
nos visitaba los fines de semana y un criminólogo porteño, Roberto Bergalli, con su
esposa, que habían sufrido los rigores de una dictadura sin igual en nuestro país.
Y, de vez en cuando, nos visitaba también nuestro amigo común chileno, Juan Bus-
tos Ramírez —jurista también ya fallecido—, que asimismo había sufrido cárcel en
la Argentina dictatorial y cuya liberación estaba directamente conectada con Ale-
mania y con el Instituto de Filosofía Jurídica de Bonn, al que todos concurríamos.
Del traslado de Gladys y Guillermo a Madrid me queda alguna anécdota. Próximo
a abandonar Bonn, Gladys se encuentra en un negocio de Godesberg con un se-
cretario muy querido, encargado de los becarios de la Fundación von Humboldt
—también ya fallecido—, quien le pregunta si todavía financiaba su estadía en Bonn
con el cargo de asistente del Prof. Dr. Hirsch; y Gladys, que había cesado ya en ese
cargo, le contesta: “No, me financia el Deutsche Bank”. Asombrado el secretario
alemán replicó: “¡Ah!, consiguió trabajo en el Deutsche Bank”. Gladys, sin inmutar-
se, contestó: “Se equivoca de nuevo, es la cuenta en rojo del Deutsche Bank la que
me permite todavía vivir aquí”. La anécdota tiene más sabor, seguramente, para
quienes vivimos en Alemania en ese tiempo, pues es conocida la resistencia de los
burócratas alemanes a conceder trabajo efectivo para extranjeros con problemas
nacionales y la discusión que, en esos momentos, giró alrededor de los académicos
extrajeros asilados o pseudoasilados en Alemania.

No conozco tan bien su estadía en Madrid, donde Gladys tuvo problemas de salud,
pero algo tuve que ver con su regreso a Argentina. De esa época rescato perso-
nalmente que, incluso, colaboró conmigo en el fallido Proyecto CPP Nación 1986,
pues las escasas reformas al Código Penal que preveíamos fueron estudiadas por
ella. De su vida jurídica nos queda también su estudio sobre el fraude, que recuerda
Eugenio R. Zaffaroni, y más de medio siglo de pertenencia a la Facultad de Derecho
de la UBA, donde nos conocimos cuando yo me radiqué en Buenos Aires. De las
primeras épocas en la UBA y en Buenos Aires me queda también su cariño, que,
sin merecerlo, me condujo a conocer a sus amigos porteños, a valorarlos y a formar
parte de ese grupo sin par que ellos representaron académicamente hasta el arribo
del trágico año 1974.

Estoy severamente compungido. Al releer estas líneas comprendo que una genera-
ción, la mía, está desapareciendo y, por lamentable que parezca, no existe para mí
nada que calme ese dolor, ni siquiera la posibilidad de afirmar que algo dejamos
tras de nuestra desaparición. Tan sólo de observar el desarrollo del sistema penal
de nuestros días, sus líneas prácticas y políticas mayoritarias, me aqueja pensar
que ese desarrollo, aun sin nuestra culpa, al menos conciente, conduce a un De-
recho penal preventivo al extremo, al llamado panpunitivismo, que no es aquello
que quisimos dejar como herencia, pero que aprovecha algunos de nuestros des-
velos. Me queda —eso sí— el pequeño consuelo de los amigos ganados en este
oficio, consuelo que se agrada considerablemente al evocar a Gladys. ¡Ojalá ella
descanse en paz!
sumario

análisis del anteproyecto del código penal


DOCTRINA

El delito de hurto y sus agravantes en el Anteproyecto del Código Penal de la Nación


Por Rubén E. Figari................................................................................................................................ 3

Mínimos de escalas penales indicativos


Por Daniela R. Part................................................................................................................................ 37

Derecho PENAL
DOCTRINA

Principio de legalidad e interpretación en el Derecho Penal: algunas consideraciones sobre la


posibilidad de interpretar extensivamente la ley sustantiva
Por Alexis Leonel Simaz........................................................................................................................ 49

CRIMINOLOGÍA
DOCTRINA

La influencia del positivismo criminológico a la hora de determinar la pena ¿Acaso una doctrina
vigente?
Por Melina de Bairos Moura................................................................................................................. 73

Crítica a la epistemología de la corriente criminológica bioantropoligista. Postulados que siguen


haciendo mella en las sociedades del siglo XXI
Por Andrés Gabriel Gómez................................................................................................................... 88

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • I


DERECHO PROCESAL
DOCTRINA

Condenación condicional y suspensión del juicio a prueba ¿Nuevas dificultades?


Por María Nazarena Castelluccio...................................................................................................... 97

NOTA A FALLO

Desandando la huella del fallo “Góngora” de la Corte Suprema sobre suspensión del juicio a prueba.
Alcances del deber de sancionar de conformidad con la Convención Americana de Derechos Huma-
nos y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer
(Convención de Belém do Pará)
Por Mariano Patricio Maciel............................................................................................................... 107

VIOLENCIA DE GÉNERO / Posibilidad de conceder la suspensión del juicio a prueba en favor del
imputado. Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la Violencia contra la
Mujer (Convención de Belem do Pará), art. 7. Oposición del fiscal a la concesión del beneficio.
Efectos (CS)........................................................................................................................................... 107

GARANTÍAS CONSTITUCIONALES
doctrina

¿Qué hacer con los tipos penales de homicidio y lesiones en riña? Una mirada constitucional
Por Mariano Petean Gioffre................................................................................................................ 129

pENAL eCONÓMICO

doctrina

Autoría y bien jurídico en los delitos de empresa


Por Carlos Parma y Emanuel Mora.................................................................................................... 139

PENAL JUVENIL

doctrina

El principio de especialidad en la organización judicial y en la jurisprudencia


Por Martiniano Terragni...................................................................................................................... 161

DELITOS INFORMÁTICOS
NOTA A FALLO

Grooming y CDN: algunas reflexiones


Por Silvina Andrea Alonso.................................................................................................................. 181

II • Derecho Penal y Criminología - AÑO iV • Nº 07 • aGOSTO 2014


DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD SEXUAL / Promoción de la corrupción de menores. Sen-
tencia condenatoria. Envío de mensajes con contenido sexual a un niño mediante una dirección
de correo electrónico. Grooming. Inconstitucionalidad del art. 12, segunda parte, del Cód. Penal
(TCrim. Nro. 1, Necochea)..................................................................................................................... 181

POLÍTICA CRIMINAL
doctrina

Las mujeres desaparecidas. Vivas las llevan, vivas las queremos


Por Carmen Antony............................................................................................................................. 189

¿Los jueces crean derecho cuando “definen” los tipos penales abiertos?
Por Daniel Gorra.................................................................................................................................. 199

DERECHO COMPARADO
doctrina

Prácticas ocultas de la lucha contra la criminalidad en Malí


Por Bouréma Kansaye......................................................................................................................... 207

historia del derecho penal


doctrina

El análisis historiográfico de la prisión en la Argentina hacia giro de siglo (1890-1920): la necesi-


dad de una historia local y comparada. Aportes metodológicos para una historia en construcción
Por José D. Cesano............................................................................................................................... 217

BIBLIOGRAFÍA
Mecanismos alternativos de resolución de conflictos, por Ricardo Alberto Grisetti. Comentado
por Julio C. Báez................................................................................................................................... 225

actualidad
Seminario de doctorado: GENOCIDIO: DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGÍA................................. 229

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • III


Análisis del Anteproyecto
del Código Penal
DPyC Análisis del Anteproyecto del Código Penal

El delito de hurto y sus agravantes en el Anteproyecto


del Código Penal de la Nación
Por Rubén E. Figari

Sumario: 1. Sobre la rúbrica y el bien jurídico protegido.— 2. La cues-


tión en la doctrina nacional.— 3. Hurto.

El Anteproyecto de reforma integral al Código Por razones de espacio en esta ocasión sólo
Penal ha cambiado la rúbrica en el Título VII, me voy a referir a las modificaciones que se han
denominándola “Delitos contra el patrimonio”, producido en el Capítulo I, es decir al hurto y sus
sustituyendo de esta manera el Título VI “Delitos agravantes.
contra la propiedad” imperante en el Código
vigente, pero esto no ha sido lo único sino que 1. Sobre la rúbrica y el bien jurídico protegido
se han incorporado dentro de dicho título otros
capítulos que no están en el actual. El art. 14 de la Constitución Nacional consagra,
entre otros, el derecho a la propiedad y en este
En efecto, el Capítulo I trata sobre el “Hurto” plano y en atinencia a los derechos que respecto
(art. 140, figura base y sus agravantes); el Capítulo aquélla se le reconocen a las personas existe una
II “Robo” (art. 141, figura base y sus agravantes); discusión ideológica, pues la propiedad ha sido
el Capítulo III “Extorsión” (art. 142); el Capítulo considerada como una creación legal —derecho
IV “Estafas y otras defraudaciones” (art. 143, subjetivo de los que ya poseen— de una entidad
figura base, art. 144 “Otras defraudaciones”, art. disímil a los restantes derechos humanos como
145 “Defraudaciones agravadas”, art. 146 “De- derechos naturales de todas las personas. (1) Así,
fraudaciones menores”, art. 147 “Defraudación la Corte Suprema en cuanto al concepto consti-
en la práctica deportiva”, art. 148 “Cheques”); tucional de propiedad le reconoce un desarrollo
el Capítulo V “Usura” (art. 149); el Capítulo VI superior (2) que en el ámbito de los derechos
“Delitos contra los derechos intelectuales” (art. reales, debido a que no se agota con el derecho
150); Capítulo VII “Delitos contra la propiedad de dominio y sus derivaciones, de modo tal que,
de marcas y designaciones” (art. 151); Capítulo en uno de sus tantos fallos sobre este tópico, se ha
VIII “Delitos contra derechos conferidos por sostenido que el término “propiedad” tal como se
modelos y diseños industriales” (art. 152); Capí- lo emplea en los arts. 14 y 17 de la Constitución
tulo IX “Delitos contra derechos conferidos por Nacional comprende todos los intereses que un
patentes y modelos de utilidad” (arts. 153 y 154); hombre puede poseer, fuera de sí mismo, fuera de
Capítulo X “Insolvencias punibles” (art. 155 “Ce- su vida y de su libertad y se integra con todos los
sación de pagos fraudulenta”, art. 156 “Insolvencia
fraudulenta”, art. 157 “Actuación fraudulenta en
(1) GELLI, María, “Constitución de la Nación Argentina.
el proceso concursal”, art. 158 “Favorecimiento Comentada y concordada”, 2ª edición, ampliada y actuali-
ilegal de acreedores”); Capítulo XI “Usurpación” zada, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2004, p. 73.
(art. 159 “Despojo, alteración y turbación”, art. 160 (2) “El derecho constitucional formal —que reconoce
“Usurpación de aguas”); Capítulo XII “Daños” (art. y garantiza el derecho de propiedad— y el derecho cons-
161) y Capítulo XIII “Disposiciones generales” titucional material —que se ha encargado, sobre todo por
(art. 162 “Supuestos de no punibilidad”, art. 163 fuente de derecho judicial, de especificar sus contenidos—
“Personas Jurídicas”). asignan al término “propiedad” un concepto que excede en
mucho al propio del derecho civil. Propiedad en sentido
Como se apreciará, el texto vigente tiene ocho constitucional es más —y mucho más— que propiedad
o dominio en la codificación civilista, donde se mueve en
capítulos, contando los capítulos II bis —abigea- torno de los derechos reales” (Cfme. BIDART CAMPOS,
to— y V bis —usura— en tanto que el Anteproyecto Germán, “Manual de la Constitución reformada”, t. II, Ed.
contabiliza trece capítulos. Ediar, Buenos Aires, 1998, ps. 117/118).

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 3


DPyC ANÁLISIS DEL ANTEPROYECTO DEL CÓDIGO PENAL

derechos que tengan un valor reconocido, ya sea percibir futuras cantidades, el derecho a percibir
que surjan de las relaciones de derecho privado una renta equitativa, etc. En tal sentido, se habla de
o de actos administrativos. (3) En concordancia un derecho de propiedad como un verdadero de-
con el Art. 14, el 17 establece la inviolabilidad de la recho que ejerce el sujeto con relación a cada uno
propiedad, las condiciones requeridas para su ex- de los bienes que están en su patrimonio. De ello
propiación y otras pautas que allí se designan. Pero se deduce que, en este caso, el sentido del título es
aquí no se define tampoco lo que es la propiedad, semejante al que en muchos otros casos usa la ley,
cosa que sí hace el Código Civil en el Art. 2312. (4) cuando se refiere al derecho vulnerado y no a la cosa
De modo tal que para la interpretación de esta o al bien mismo que es término de este derecho, ya
norma constitucional rigen los mismos principios que el patrimonio no es un derecho así como no lo
a los cuales acudió el tribunal cimero. es la persona: “Es la personalidad misma del hombre
puesta en relación con los diferentes objetos de sus
Sin duda, las disposiciones de ambas normas se derechos” (Vélez Sarsfield en la nota al art. 2312 del
complementan, pues el Derecho constitucional se C.C.). Añade, que tal vez la expresión “patrimonio”
orienta a que a la propiedad se la considere desde podría ser impugnada como teóricamente incon-
el punto de vista de la propiedad adquirida, debido veniente por exceso, porque dada la abstracción de
a que quien la invoca ya es propietario de algún su concepto, dentro de él deben considerarse con-
bien, esto lo revela el Art. 14 al consignar entre los tenidos no sólo los bienes y las cosas sino también
derechos subjetivos el de usar y disponer de “su” las deudas. (6) Refiere que esta clase de delitos no
propiedad, y esto es acompañado por la declara- consiste en alterar simplemente el patrimonio de
ción del Art. 17 afirmando que “la propiedad es otro, en modificarlo, sino en disminuirlo, en alterar
inviolable, y ningún habitante de la Nación puede la relación interna al patrimonio mismo entre el
ser privado de ella sino en virtud de sentencia activo y el pasivo. “Hablando en términos muy
fundada en ley”. (5) generales, consisten siempre en quitar o disminuir
un crédito (derecho) o en poner o aumentar una
Desde la óptica del Derecho Penal, Soler consi- deuda (obligación). No son, pues, delitos contra
dera que la expresión “patrimonio” aparece como el patrimonio sino contra la parte activa de él, en
más conveniente, empece, señala que se incurre definitiva, contra derechos, contra el derecho del
en un error al referir el concepto de propiedad al sujeto a que no sea alterado su estado patrimonial
de dominio, tal como el definido por el Código sin intervención de su voluntad o en forma arbi-
Civil, porque en nuestro derecho existe una noción traria. A ese derecho, en cuanto está referido a los
jerárquicamente superior, por ser constitucional, elementos que componen el patrimonio, es al que
de acuerdo con la cual esa expresión tiene un la Corte Suprema, interpretando el Art. 17 de la
significado positivo y vigente mucho más amplio C.N., llama “derecho de propiedad”. Por otra parte,
en consonancia con el art. 17 de la Constitución esa relación entre el concepto penal de propiedad
Nacional dentro del cual no solamente están y el concepto constitucional, mucho más amplio
comprendidos los derechos dominiales, sino tam- que el concepto civilista, no es una particularidad
bién —de acuerdo a la interpretación de la Corte
Suprema de Justicia— los créditos, los derechos a
(6) Tal como figura en la nota al Art. 3228 del C.C. que
(3) “Bourdieu c. Municipalidad de la Capital”, Fallos alude al patrimonio del difunto, con lo cual se incurre en
145: 307. Ejemplo citado por GELLI, María (ob. cit. p. 74 un exceso cuyo origen puede rastrearse en la legislación
nota 210.). Pero como éste hay una cantidad ingente de romana primitiva. “A lo cual contesta MOLINARIO que se
decisiones en este sentido que sería ocioso enumerar. Cabe trata de un argumento falaz porque así como no es delito
acotar que en virtud de ciertos acontecimientos por todos aumentar el activo ni disminuir el pasivo, sí lo es, en cambio,
conocidos a partir de las crisis económicas se vulneraron disminuir el activo o aumentar el pasivo, esto es, “producir
derechos adquiridos en materia patrimonial alegando un aumento de las deudas. Mas, tampoco ello es así, pues-
situaciones de emergencia. to que aumentar las deudas sólo tiene relieve en cuanto
sirve para ocultar el activo, esto es, alterar la realidad del
(4) Art. 2312 C.C.: “Los objetos y materiales suscepti- patrimonio” (Cfme. TOZZINI, Carlos, “Los delitos de hurto
bles de valor, e igualmente las cosas, se llaman ‘bienes’. y robo en la legislación, la doctrina y la jurisprudencia”, 2ª
El conjunto de los bienes de una persona constituye su edición actualizada, Ed. Lexis Nexis, Buenos Aires, 2002,
‘patrimonio’”. p.88, citando a MOLINARIO, Alfredo, “Los delitos”, t. II,
(5) BIDART CAMPOS, Germán (ob. cit. p. 116); In extenso, texto y preparado y actualizado por AGUIRRE OBARRIO,
sobre los contenidos del derecho de propiedad. Eduardo, Ed. Tea, Buenos Aires, 1996, p. 193, nota 10).

4 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Rubén E. Figari

de nuestra legislación, y ya Manzini, comentando Núñez —quien modifica su posición sustentada


el C. Italiano de 1890 encontraba en el Art. 49 del en “Delitos contra la propiedad”— si bien sigue a
Estatuto la definición jurídica amplia de este con- Soler en lo atinente a que el derecho penal no debe
cepto de propiedad. La ley se refiere, por lo tanto, estar incondicionalmente ligado a los conceptos e
a ese concepto amplísimo de propiedad; dentro instituciones del derecho civil sobre el patrimonio,
de la protección están comprendidas, según sea por lo que la propiedad, como bien jurídico, tiene
la figura delictiva, tanto el dominio propiamente que ser extraída de la Constitución, no puede
dicho, en el sentido civilista, como otros derechos identificarse la propiedad como derecho consti-
reales, y hasta la simple posesión y la tenencia tucionalmente garantizado y la propiedad como
como situaciones (hechos). Por otra parte, algunas bien protegido penalmente (9) ya que esto último
figuras abarcan derechos personales de carácter sólo alude a bienes de naturaleza económica, en
patrimonial”. (7) tanto que la primera abarca bienes que no obstan-
te son propiedad en el sentido constitucional, tal
Fontán Balestra indica que con respecto a este es el caso de las adquisiciones procesales frente
problema en el sistema jurídico argentino todo a leyes nuevas, la cosa juzgada y los derechos de
radica en el sentido que se dé a la palabra “propie- familia, carecen de protección penal por no poseer
dad”, porque si se le asigna el civilístico más limita- naturaleza económica. Por consiguiente, para el
do que la identifica con el derecho real de dominio maestro cordobés, la propiedad, como bien pe-
resulta estrecha para denominar el título en que se nalmente tutelado, está constituida por los bienes
agrupan las infracciones penales a consideración. susceptibles de apreciación pecuniaria —cosas u
Para el caso, pone como ejemplo el hurto impropio objetos inmateriales (derechos, Art. 2312 del C.C.
del Art. 173 inc. 5°, la quiebra fraudulenta, moda- y su nota)— que, sin ser inherentes a ella, jurídi-
lidades de la usurpación del Art. 181 y todas las camente pertenecen a una persona física o moral.
figuras contenidas en el título que se refieren a “Ellos son propiedad de una persona como cuan-
créditos o derechos de otra naturaleza. Es así que do el Derecho se los atribuye a título de tenencia,
en unos casos es la cosa propia la que se quita o posesión o dominio (o propiedad en el sentido del
se daña, en otros, el despojo o la turbación recae C.C. Art. 2506, nota 8) o de otro derecho real; o de
sobre la posesión o tenencia, mientras que en un derecho personal de índole civil o de otro carácter
tercer grupo se tipifica la lesión de derechos per- (los derechos emergentes de una concesión de uso
sonales. De allí, que el título resulta limitado sólo sobre un bien público o el derecho a cobrar una
cuando se lo entiende con el significado que se ha multa como denunciante, nota 9); o a otro título
señalado más arriba. En cambio, si se le asigna el jurídicamente válido (el derecho al embargante,
contenido que le da el Art. 17 de la Constitución nota 10); o a título de expectativa reconocida
Nacional, jerárquicamente superior, el concepto legalmente, como es el lucro cesante cierto (C.C.
resulta sensiblemente más amplio y comprensivo Art. 1069) (cuya pérdida es una daño patrimonial
de todos los delitos reunidos en el título VI del libro desde el punto de vista civil, nota 11); o a título de
II del C.P. manteniéndose la correlación y armo- cualquier otra facultad jurídica cuyo ejercicio pue-
nía en el orden jurídico. Por otra parte, ha sido de mejorar el estado de la fortuna de una persona
la interpretación reiterada de la Corte Suprema (C.C. Art. 964) (derecho a una sucesión o a hacer
de la Nación que entiende comprendidos dentro
del concepto de propiedad, los créditos, derechos
personales y aun bienes inmateriales. (8)
Ricardo, “Delitos contra la propiedad”, Ed. Bibliográfica
Argentina, Buenos Aires, 1951, p. 7; DONNA, Edgardo, “De-
(7) SOLER, Sebastián, “Derecho Penal argentino”, t. IV, Ed. recho Penal. Parte Especial”, t. II-B, Ed. Rubinzal Culzoni,
Tea, Buenos Aires, 1970, p. 158; CREUS, Carlos — BUOMPA- Santa Fe, 2001, ps. 8/9; MARUM, Elizabeth, en BAIGÚN, Da-
DRE, Jorge, “Derecho Penal. Parte Especial”, t. I, 7ª edición vid — ZAFFARONI, Eugenio (dirección), TERRAGNI, Marco,
actualizada y ampliada, Ed. Astrea, Buenos Aires, 2007, (coordinación), “Código Penal y normas complementarias.
p. 421. Análisis doctrinal y jurisprudencial”, t. 6, Ed. Hammurabi,
(8) FONTÁN BALESTRA, Carlos, “Tratado de Derecho Buenos Aires, 2009, ps. 32/33; ARCE AGGEO, Miguel —
Penal. Parte Especial”, t. V, Ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires, BÁEZ, Julio (directores), ASTURIAS, Miguel (coordinador),
1992, p. 448; CREUS, Carlos — BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. p. “Código Penal. Comentado y anotado. Parte especial”, t. II,
422); ESTRELLA, Oscar - GODOY LEMOS, Roberto, “Código Ed. Cathedra Jurídica, Buenos Aires, 2013, p. 480.
Penal. Parte Especial. De los delitos en particular”, t. II, 2ª (9) NÚÑEZ, Ricardo, “Tratado de Derecho Penal”, t. IV,
edición, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 2007, p. 321; NÚÑEZ, Ed. Marcos Lerner, Córdoba, 1989, p. 164, nota 6.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 5


DPyC ANÁLISIS DEL ANTEPROYECTO DEL CÓDIGO PENAL

valer la prescripción de una deuda, nota 12)”. (10) mera teoría parte del carácter sancionatorio del
Finalmente, señala que entre las personas y un Derecho penal, dejando la exclusiva competencia
objeto apreciable pecuniariamente debe mediar del Derecho civil a la determinación del signifi-
una relación jurídica particular, en virtud de la cual cado de los términos que se refieren al Derecho
el sujeto puede invocar una pertenencia particular privado. No considera, por tanto, las exigencias
respecto del objeto; pertenencia reconocida por el particulares del Derecho penal, que obstaculi-
Derecho que permite, por un lado, rechazar como zan la recepción pura y simple de los conceptos
inherentes a la propiedad las meras expectativas delineados en el Derecho privado. Pero tampoco
de enriquecimientos futuros, y, por otro lado, la otra teoría es convincente, porque no puede
aceptar las que inclusive se originan en un título afirmarse a priori que los conceptos elaborados
ilícito, como sucede, por ejemplo, con la tenencia en otras ramas del Derecho no tengan ninguna
o la posesión ilegítima del ladrón, del estafador validez para el Derecho penal. Se trata de un
o del receptador, los cuales gozan de protección problema de interpretación que se debe resolver
jurídica frente a terceros, que, a su vez, no gocen caso por caso. El punto de partida debe ser la
del derecho de recobrar el objeto, tal como lo de- aceptación de esos conceptos tal como vienen
terminan los arts. 2552, 2355, 2364 y sgtes., 2469 y elaborados del Derecho privado. Es necesario, sin
2470 y su nota del C.C. (11) embargo, que tales nociones sean de nuevo exa-
minadas a la luz de las normas jurídicas penales
Sugiere Tozzini, al comentar lo expuesto por y comprobar las consecuencias que se derivan
Núñez, que resulta claro para éste que al no existir de su aplicación. Si de dicho examen resulta que
identidad total entre el contenido de la propiedad la completa y rigurosa aplicación de los concep-
garantizada por la C.N. y la propiedad como bien tos privatísticos lleva a resultados que están en
jurídico penalmente protegido, este último se oposición con la finalidad asignada a las normas
sustenta más restrictivamente sobre la posibilidad penales y a las propias exigencias del Derecho
de hecho de gozar de los bienes sobre los cuales penal, deben realizarse en dichos conceptos las
se puede invocar una pertenencia particular o modificaciones que sean indispensables para
posesión. (12) evitar los resultados citados. Operándose así,
no se invade el campo del Derecho privado y
Advierte Muñoz Conde que en el estudio de se evitan las confusiones terminológicas que
los delitos patrimoniales se observan términos tanto dificultan la solución de los problemas
usados en otras ramas del derecho, especialmente jurídicos”. (13)
en el Derecho privado, y ello ha motivado en la
doctrina una polémica en torno a cómo deben Si bien la solución brindada por Muñoz Conde
ser entendidos dichos conceptos, esto es, si en el resulta conciliadora, en mi concepto se puede afir-
sentido originario que ostenta en el Derecho pri- mar que el legislador penal utilizando la palabra
vado, limitándose el Derecho penal a sancionarlos “propiedad” no ha querido referirse exclusiva-
—teoría sancionatoria del Derecho penal—; o mente al derecho real que consagra la ley civil en
bien de modo independiente, con un significado el mentado Art. 2506, sino que ha sido empleado
distinto al que tienen en otras ramas del derecho con un sentido técnico jurídico más amplio, más
—teoría autónoma del Derecho penal—. “La pri- abarcativo del conjunto de bienes e intereses pa-
trimoniales. Ello significa que no sólo protege la
(10) Ídem (ob. cit. p. 164). relación de “dominio” que hay entre la persona y
la cosa en virtud de la cual ésta se encuentra some-
(11) Ídem (ob. cit. p. 166 y nota 17).
tida a la voluntad y a la acción de la primera, sino
(12) TOZZINI, Carlos (ob. cit. p. 93); “En este Título del
que supera ello y alcanza a los demás derechos
Código Penal es objeto de protección penal la propiedad
común sobre cosas y derechos mientras que la propiedad reales consagrados, tales como el condominio,
especial sobre las obras del espíritu, los inventos, los des- usufructo, uso y habitación, servidumbres activas,
cubrimientos y las marcas, constituyen la materia de leyes hipoteca, prenda, anticresis, como también los
especiales: ley 11.723 referida al régimen penal de protec-
ción de la propiedad científica, literaria y artística; ley 111
de protección a las patentes de invención; y la 22.362 que (13) MUÑOZ CONDE, Francisco, “Derecho Penal. Parte
protege las marcas” (Cfme. LAJE ANAYA, Justo — GAVIER, Especial”, Undécima edición, revisada y puesta al día confor-
Enrique, “Notas al Código Penal argentino. Parte Especial”, me al Código Penal de 1995. Ed. Tirant lo Blanch, Valencia,
t. II, Ed. Marcos Lerner, Córdoba, 1995, p. 290). 1996, ps. 305/306.

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DPyC Rubén E. Figari

derechos personales y las vinculaciones de hecho 1941 de Peco (17), 1951 de De Beneditti (18) y el de
entre la persona y la cosa como es el caso de la 1953 (19), pues según los partidarios de la segunda
posesión y la tenencia. (14) denominación, ésta es más amplia, más precisa y
que mejor se adecua a los delitos contenidos en
“En este sentido, cabe decir que tan amplio es el Título VI.
el concepto de los fines de la tutela penal, que
para nada interesa la naturaleza de la tenencia 2. La cuestión en la doctrina nacional
o posesión de que goza la persona, pues el se-
ñorío de hecho que esa relación sujeto-objeto A favor del concepto de “patrimonio” se ha di-
genera no puede ser arbitrariamente turbado o cho que el legislador, con la palabra “propiedad”
desposeído, si ello ocurriese el afectado tendrá no ha querido referirse exclusivamente al derecho
acción judicial para ser mantenido en su pose- real a que hace alusión el Art. 2506 del C.C. (20),
sión (art. 2469 del C.C.). Por ello es que no tiene sino que lo ha empleado en un sentido más amplio
aplicación en el derecho la máxima ‘el que robó —como se ha visto— comprensivo del conjunto de
a un ladrón tiene cien años de perdón’ (...). Por bienes e intereses patrimoniales. Por ende, debió
tanto resulta más correcto decir que los delitos sustituir aquella denominación por una más apro-
agrupados en el título VI del C.P. protegen el piada como la de “delitos contra el patrimonio”,
conjunto de bienes de una persona, (física o jurí- expresión ésta con la que se obtiene no sólo una
dica) que incluye las cosas (mueble e inmuebles) precisión de técnica jurídica, sino también que es
y los objetos inmateriales (derechos) susceptibles la que más conviene para la interpretación de los
de valor económico, que sin ser inherentes a ella, tipos penales contenidos en el Título VI. Así, con la
jurídicamente le pertenecen, que de acuerdo
al art. 2312 del C.C. se denomina patrimonio
(resulta sumamente ilustrativa la nota del Art. (17) En la Exposición de Motivos, Peco manifiesta: “Las
2312 del C.C., que aclara el contenido material disposiciones de este título muestran la impropiedad de la
del patrimonio)”. (15) denominación del código vigente. No sólo se ataca el dere-
cho de propiedad, en la acepción del derecho civil o en su
significado académico, sino también el derecho de posesión
Dado el hecho de que la Comisión ha optado por y aún la mera tenencia de la cosa, hasta los derechos pecu-
la rúbrica “Delitos contra el patrimonio” viene al niarios y los bienes inmateriales de valor económico. Todos
caso poner sobre el tapete nuevamente el debate los bienes jurídicos que forman parte del patrimonio de una
en el marco doctrinario con referencia a si las persona son objeto de la tutela penal. En consecuencia, la
expresiones “propiedad” o “patrimonio” son las denominación más exacta no es la que la reduce al bien
jurídico más importante como el de la propiedad, sino el
más adecuadas. Se observa que en algunos pro- que la extiende a todos los bienes que la componen. Al igual
yectos de Código Penal posteriores al vigente se de los códigos penales de Suiza, Italia, Uruguay, Brasil y del
ha utilizado la mencionada rúbrica, por ejemplo, proyecto argentino de 1937 lo intitulamos Delitos contra el
en los Proyectos de 1937 de Coll —Gómez (16), patrimonio y no Delitos contra la propiedad, como todos los
precedentes nacionales desde el proyecto Tejedor hasta el
código vigente” (Cfme. ídem, ob. cit. t. V, p. 220).
(18) El mensaje del Poder Ejecutivo al Congreso de la
Nación, en lo que respecta esta cuestión se dice: “Si bien
(14) FIGARI, Rubén, “Hurtos”, 2ª edición, corregida y la Constitución nacional asigna al término propiedad am-
ampliada, Ed. Ediciones Jurídicas Cuyo, Mendoza, 2005, ps. plia y genérica significación, atendiendo al uso común del
42/43; Ídem, “Delitos de índole patrimonial”, t. I, Ed. Nova lenguaje ha parecido que la denominación delitos contra el
Tesis, Rosario, 2006, p. 24. patrimonio, que adopta el Proyecto, es la más adecuada para
(15) SÁNCHEZ FREYTES, Alejandro, “Delitos contra la calificar un conjunto de normas que tienen en mira todas
propiedad” en “Estudio de las figuras delictivas”, CARRERA aquellas formas de conducta que llevan a una alteración de
Daniel, (director), t. II-A, Ed. Advocatus, Córdoba, 1994, los respectivos patrimonios de los sujetos activo y pasivo del
p. 13. delito” (Cfme. Ídem, ob. cit. t. VI, ps. 15/16).
(16) En la Exposición de Motivos se aduce que “Para (19) El título VI habla de los “Delitos contra los derechos
responder a las exigencias de una mayor precisión cien- patrimoniales” y se distinguen los delitos contra la propie-
tífica, llamamos a estos delitos ‘contra el patrimonio’ y no dad y otros derechos reales, los delitos contra el patrimonio
‘contra la propiedad’ como lo hace el código actual” (Cfme. en general y los delitos contra la propiedad inmaterial.
ZAFFARONI, Eugenio — ARNEDO, Miguel, “Digesto de (20) Art. 2506 C.C: “El dominio es el derecho real dentro
Codificación Penal argentino”, t. IV, Ed. A-Z editora S.A., del cual una cosa se encuentra sometida a la voluntad y a
Madrid, 1996, p. 621). la acción de una persona”.

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DPyC ANÁLISIS DEL ANTEPROYECTO DEL CÓDIGO PENAL

referencia a la opinión de que el patrimonio com- y, de esta manera se invoca la figura del hurto im-
prende tanto el activo, formado por los bienes que propio (Art. 173 inc. 5º, del C.P.) para demostrar la
posee la persona, como el pasivo, integrado por las inconveniencia de la denominación “propiedad”,
obligaciones y deudas, a los fines de la tutela penal ya que es precisamente en este delito en el que
el pasivo no es tenido en cuenta: el derecho penal se pone en evidencia el contrasentido de castigar
defiende intereses y, por lo tanto, la protección como delito contra la propiedad al dueño de la
se acuerda al sujeto activo de la relación jurídica cosa que la sustrae del poder de un tercero que la
contra el obligado. (21) posee legítimamente, o aquellos casos de daño a la
cosa propia —estafa de seguro (Art. 174 inc. 1º del
Asimismo, y mucho antes, se decía que no to- C.P.)—, ejemplos que demuestran que mediante
dos los hechos contemplados en el Código Penal estos delitos no siempre se lesiona el derecho de
argentino y en el Título de los “Delitos contra propiedad ya que en todos estos casos el sujeto
la propiedad” son lesivos del derecho a que tal activo es el propietario de la cosa. (24)
denominación se refiere. Consiguientemente,
resulta inadecuada por su aparente desarmonía En la Exposición de Motivos del Proyecto de
con el criterio seguido por el mismo Código para Reforma Integral del Código Penal del Ministerio
la clasificación de los delitos, según el cual ha de de Justicia y Derechos Humanos de la Nación
tenerse en cuenta la naturaleza del bien a cuya tu- (M.J.D.H.N.) se ha consignado la rúbrica de “De-
tela se quiere proveer. La expresión “delitos contra litos contra la propiedad” aunque se le adosa los
la propiedad”, referido a hechos que no lesionan, cometidos contra el “Orden económico” en estos
exclusivamente, el derecho de propiedad, sino términos: “El Título VII referido a la propiedad y
también otros derechos reales o personales, no es el orden económico (en el que se ha optado por
admisible, aunque se haya intentado justificarla mantener la tradicional designación de “delitos
aduciendo que el concepto de propiedad, en el contra la propiedad” no obstante la preferencia de
campo de la legislación penal, es comprensivo de la doctrina por la designación de “patrimonio”), se
todos esos derechos. No se alcanza a ver porqué, inserta siguiendo la gradación del Código vigente,
cuando un determinado nomen iuris corresponde a continuación de los tipos destinados a proteger
a una institución bien definida en sus caracteres y la libertad. Se ha construido un corpus bivalente
en sus límites, haya de empleársela para señalar integrado por propiedad y orden económico, in-
otras instituciones. (22) fluidos, sin duda, por la idea de que en la realidad
social los delitos contra la propiedad acompañan
Afirma Buompadre que, dada la diversidad generalmente conductas que lesionan el orden
estructural que presenta el Título VI del C.P., se económico, lo cual no significa ignorar, a la hora
aprecia que existen delitos cuyo bien jurídico tie- de la interpretación, la diferencia entre ambos
ne directa relación con el derecho de propiedad, conceptos”.
pero existen otros que afectan a diferentes valores
patrimoniales, tales como la posesión, la tenencia, El Anteproyecto adecuadamente se pronuncia
el derecho de crédito, el derecho de uso, etc. (23) por el título de “Delitos contra el patrimonio” y
posteriormente en el Título VIII habla de los “Deli-
tos contra el orden económico y financiero” en los
(21) URE, Ernesto, “El delito de apropiación indebida”, que agrupa el Capítulo I “Fraudes al comercio, a la
Ed. Ideas, Buenos Aires, 1943, ps. 20 y 22 citado por BUOM- industria y al consumo” (art. 164, agiotaje, art. 165,
PADRE, Jorge, “Delitos contra la propiedad. Doctrina y
jurisprudencia” 2ª edición, actualizada y aumentada, Ed.
balance o informe falso y otras irregularidades, art.
Mave, Buenos Aires, 2008, p. 31, nota 7. 166, desviación de clientela, art. 167, desabaste-
(22) GÓMEZ, Eusebio, “Tratado de Derecho Penal”, t. IV, cimiento); Capítulo II “Delitos contra la compe-
Ed. Compañía Argentina de Editores, Buenos Aires, 1941, tencia” (art. 168, distorsión de la competencia);
ps. 7 y sgtes. citado por BUOMPADRE, Jorge, “Delitos...”
(ob. cit. ps. 33/34).
(23) En igual sentido, MUÑOZ CONDE, Francisco (ob. cit. la propiedad”— se proponía por la doctrina sustituir el tér-
p. 309): “Por otra parte, ni siquiera en los delitos patrimo- mino de propiedad por otro más amplio capaz de servir de
niales más clásicos se protege exclusivamente la propiedad, bien jurídico común a todo el conjunto de relaciones reales
pues hay otros muchos en los que se protegen otro tipo de y obligaciones de carácter económico que se protegen en
derechos reales, o sólo la posesión, o derechos de crédito. el Título XIII (del C.P. español)”.
Por eso, ya incluso con la anterior rúbrica — “delitos contra (24) BUOMPADRE, Jorge, “Delitos...” (ob. cit. p. 36).

8 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Rubén E. Figari

Capítulo III “Delitos contra el control aduanero” el que se apoderare ilegítimamente de una cosa
(art. 169, contrabando, art. 170, contrabando de mueble, total o parcialmente ajena (26).
estupefacientes y elementos peligrosos); Capítulo
IV “Delitos contra el control de divisas” (art. 171,
operaciones ilícitas); Capítulo V “Ocultación y (26) Art. 162: “Será reprimido con prisión de un mes a
financiamiento ilícitos” (art. 172, lavado de activos dos años, el que se apoderare ilegítimamente de una cosa
de origen ilícito, art. 173, financiamiento de delitos mueble, total o parcialmente ajena”. Art. 163: “Se aplicará
prisión de uno a seis años en los casos siguientes: 1. Cuando
de sanción obligatoria); Capítulo VI “Delitos contra el hurto fuere de productos separados del suelo o de máqui-
los mercados financieros” (art. 174, suministro o uso nas, instrumentos de trabajo o de productos agroquímicos,
de información privilegiada, art. 175, manipulación fertilizantes u otros insumos similares, dejados en el campo,
del mercado y oferta engañosa, art. 176 interme- o de alambres u otros elementos de los cercos; 2. Cuando el
diación y captación irregular o no autorizada, art. hurto se cometiere con ocasión de un incendio, explosión,
177, registro irregular de operaciones financieras, inundación, naufragio, accidente de ferrocarril, asonada o
motín o aprovechando las facilidades provenientes de cual-
art. 178, cohecho financiero, art. 179, personas quier otro desastre o conmoción pública o de un infortunio
jurídicas). particular del damnificado; 3. Cuando se hiciere uso de
ganzúa, llave falsa u otro instrumento semejante o de llave
En la oportunidad de requerirse la opinión de verdadera que hubiese sido sustraída, hallada o retenida;
varios juristas, investigadores y académicos para desastre o conmoción pública o de un infortunio particular
aportar algunos datos sobre la Parte Especial, del damnificado; 4. Cuando se perpetrare con escalamien-
sugerí un rótulo semejante al del Código español, to; 5.Cuando el hurto fuese de mercaderías u otras cosas
muebles transportadas por cualquier medio y se cometiere
“Delitos contra el patrimonio y contra el orden
entre el momento de su carga y el de su destino o entrega,
económico”, que es en lo que en definitiva se ha o durante las escalas que se realizaren. 6. Cuando el hurto
adoptado, aunque en dos títulos para abarcar la fuere de vehículos dejados en la vía pública o en lugares de
mayor cantidad de tipos penales que no solamente acceso público”. Art. 163 bis: “En los casos enunciados en el
contemplen el perfil “propiedad”, y asimismo in- presente Capítulo, la pena se aumentará en un tercio en su
corporar artículos de leyes especiales. mínimo y en su máximo, cuando quien ejecutare el delito
fuere miembro integrante de las fuerzas de seguridad, poli-
3. Hurto ciales o del servicio penitenciario”. Capítulo 2 bis: Abigeato.
Art. 167 ter: “Será reprimido con prisión de dos a seis años
el que se apoderare ilegítimamente de una o más cabezas
En el Anteproyecto los elementos configura- de ganado mayor o menor, total o parcialmente ajeno, que
tivos del hurto (art. 140) son los mismos que en se encontrare en establecimientos rurales o, en ocasión de
el Código vigente sólo que en la figura base se su transporte, desde el momento de su carga hasta el de su
aumenta la pena mínima a seis meses, dejando destino o entrega, incluyendo las escalas que se realicen
intacto el máximo —dos años— o multa de cinco durante el trayecto. La pena será de tres a ocho años de pri-
a cincuenta días. La otra singularidad es que sión si el abigeato fuere de cinco o más cabezas de ganado
mayor o menor y se utilizare un medio motorizado para su
en el mismo texto, en otro punto, se agregan las transporte”. Art. 167 quáter: “Se aplicará reclusión o prisión
agravantes, elevando la pena a un máximo de seis de cuatro a diez años cuando en el abigeato concurriere
años de prisión, pero se disminuye la mínima de alguna de las siguientes circunstancias: 1. El apoderamiento
un año a seis meses de prisión. (25) No se alcanza se realizare en las condiciones previstas en el art. 164. 2.
a comprender acabadamente por qué se recorta Se alteraren, suprimieren o falsificaren marcas o señales
el mínimo de la agravante a seis meses de pena utilizadas para la identificación del animal. 3. Se falsificaren
o se utilizaren certificados de adquisición, guías de tránsito,
—tipo básico—, cuando los intereses en juego en boletos de marca o señal, o documentación equivalente,
el catálogo de agravantes son muy diversos y de falsos. 4. Participare en el hecho una persona que se dedique
cierta trascendencia, salvo el caso de que se tenga a la crianza, cuidado, faena, elaboración, comercialización
en cuenta el mayor rango de la escala penal. o transporte de ganado o de productos o subproductos de
origen animal. 5. Participare en el hecho un funcionario
“1. Será reprimido con prisión de SEIS meses a público quien, violando los deberes a su cargo o abusando
DOS años o multa de CINCO a CINCUENTA días, de sus funciones, facilitare directa o indirectamente su co-
misión. 6. Participaren en el hecho tres o más personas”. Art.
167 quinquies: “En caso de condena por un delito previsto
(25) CARLES, Roberto, “Cuadro comparativo. Penas del en este Capítulo, el culpable, si fuere funcionario público
Código Penal vigente y penas propuestas por la Comisión o reuniere las condiciones personales descriptas en el art.
para la Elaboración del Proyecto de Ley de Reforma” en 167 quáter inciso 4, sufrirá, además, inhabilitación especial
“Revista de Derecho Penal y Criminología”, año IV, nº 4, por el doble del tiempo de la condena. En todos los casos
mayo, 2014, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2014, p. 223. antes previstos también se impondrá conjuntamente una

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DPyC Análisis del Anteproyecto del Código Penal

2. El máximo de la pena será de SEIS años de tipifica el hurto simple con la fórmula tradicional
prisión cuando: del vigente art. 162. Dado el valor de la cosa, que
puede ser completamente dispar, al igual que la
a) El hurto fuere de productos separados del suelo lesión patrimonial individual en cada caso, y que
o de máquinas, instrumentos de trabajo o de pro- el texto proyectado no admite pena de prisión in-
ductos agroquímicos, fertilizantes u otros insumos ferior a seis meses, se considera necesario prever
similares, dejados en el campo, o de alambres u la pena de multa en forma alternativa, que supliría
otros elementos de los cercos. la actual pena inferior a seis meses de prisión”.
b) Se tratare de una o más cabezas de ganado Uno de los temas más relevantes se asocia al
mayor o menor, que se encontrare en establecimien- tipo objetivo del ilícito y más propiamente a las
tos rurales, o en ocasión de su carga, transporte, teorías que se han ido desgranando a través del
escalas o entrega en destino. tiempo hasta llegar a la que se adecua a nuestro
ordenamiento.
c) Fuere de mercaderías u otras cosas muebles
transportadas por cualquier medio, en ocasión de Pero en el seno de nuestra doctrina se han
su carga, transporte, escalas o entrega en destino. erigido dos vertientes totalmente antagónicas
que tradicionalmente han ocupado a nuestros
d) Fuere de vehículos motorizados dejados en la autores. En efecto, se encuentran la teoría del
vía pública o en lugares de acceso público. desapoderamiento seguida por Núñez y la teoría
e) Fuere de un bien proveniente de yacimien- de la disponibilidad cuyo principal expositor es
tos arqueológicos o paleontológicos o, cualquier Frías Caballero, que luego atrajo a varios publi-
otro perteneciente al patrimonio cultural de la cistas a su favor.
Nación. El núcleo de la cuestión en la teoría del desa-
f) Fuere de bienes de valor científico, histórico, poderamiento en la consumación del hurto está
cultural o religioso. expuesta bajo los siguientes cánones: el hurto
se consuma en la medida que el acto de apode-
g) Se cometiere aprovechando las facilidades ramiento del autor ha privado a otro de la posesión
provenientes de un accidente, desastre, conmoción corporal de la cosa, lo que acontece cuando ésta
pública o infortunio particular del damnificado. ya no es portada o conducida por la víctima y ni
está en la esfera de custodia del agraviado o en el
h) Se hiciere uso de ganzúa, llave, instrumento ámbito de su tenencia simbólica. De esta manera
semejante o de artificio técnico, falsos o verdade- la propiedad ajena ya se encuentra lesionada de
ros, hallados o apoderados, o en cuya tenencia se manera perfecta porque la tenencia de la cosa ya
hubiere entrado por error, que hicieren operar un no existe más, puede darse una mayor o menor
ingenio mecánico o electrónico. perfección de la tenencia que puede influir en
la restitución, no así en la lesión patrimonial ya
i) Se perpetrare con escalamiento. perfeccionada. Núñez afirma que si la cosa está
en manos del sujeto pasivo, basta con quitarla,
j) Fuere cometido o facilitado por un funcionario y si está en su esfera de custodia o vigilancia, es
público, con motivo o en ocasión del ejercicio de suficiente con la acción de extraerla de ella. (27)
su cargo”.
En las antípodas se encuentra la teoría de la dis-
Al no existir diferencias entre el texto proyectado ponibilidad enarbolada por Frías Caballero. (28)
y el vigente en el tipo básico, todo el cúmulo de Sucintamente se sostiene que el verbo “apoderar-
análisis e interpretaciones que se han hecho sobre se” exige justamente el efectivo apoderamiento
el particular hasta ahora conservan su vigencia.

Sobre el punto 1 del art. 140 en la Exposición


(27) NÚÑEZ, Ricardo, “Tratado...” (ob. cit. ps. 179 y
de Motivos se argumenta que “El inciso primero sgtes.).
(28) FRÍAS, CABALLERO, Jorge “La acción material cons-
multa equivalente de dos a diez veces del valor del ganado titutiva del delito de hurto”, en “Temas de Derecho Penal”,
sustraído”. Ed. La Ley, Buenos Aires, 1970, ps. 118 y sgtes.

10 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Rubén E. Figari

del bien por parte del agente, la consolidación de El apoderamiento debe ser ilegítimo, lo cual
un poder eficaz sobre la cosa y la posibilidad de resulta una afirmación un tanto obvia, no obstante
realizar sobre ella actos de disposición, aunque se trata de justificar dicha situación no solamente
sea por un breve lapso en el entendimiento que el por la discusión del término “apoderarse”, sino
delito está integrado por dos fases ejecutivas muy para señalar en forma inequívoca el carácter
diferentes: la privación —el desapoderamiento de ilegítimo del apoderamiento como un elemento
la cosa— con indiferencia del medio por el cual del tipo objetivo, abarcando el dolo y pudiendo
se logra y por la otra, la toma efectiva de poder dirimirse la cuestión en caso de error, mas nada
por parte del ladrón, circunstancia que requiere se alteraría si se obviara dicho calificativo, pues
o exige un desapoderamiento de la víctima. Pero es sabido sobradamente que la apropiación de la
es menester aclarar, que en la medida que ese cosa total o parcialmente ajena sin consentimiento
traspaso de poder efectivo esté en condiciones del dueño o tenedor, constituye una conducta
reales de ser impedido, la lesión no es perfecta: típica del ilícito. (32)
estaría en un proceso de consumación. “El objeto
de tutela está, en cambio, totalmente aniquilado, ¿Qué es lo que se sustrae? Una cosa, para ello
cuando en presencia o no del que tenía la cosa, ese hay que recurrir al Código Civil, más precisamente
poder de hecho ha pasado al ladrón, lo que ocurre el art. 2311 que define las cosas como los objetos
solamente cuando éste ha obtenido el poder de materiales susceptibles de tener un valor con el
disponer materialmente de ella, aunque sea por aditamento de que las “disposiciones referentes a
unos breves instantes”. (29) las cosas son aplicables a la energía y a las fuerzas
naturales susceptibles de tener un valor” —párrafo
De hecho la adopción de alguna de las dos agregado por la ley 17.711—. Y cosa mueble la defi-
corrientes expuestas ut supra tiene una severa ne el art. 2318: “Son cosas muebles las que puedan
incidencia en la conceptualización de la ten- transportarse de un lugar a otro, sea moviéndose
tativa, pues en último caso ésta tendría lugar por sí mismas, sea que sólo se muevan por una
cuando el agente no consigue el apoderamiento fuerza externa, con excepción de las que sean
o cuando éste se da, no llega a tener la disponi- accesorias a los inmuebles”. (33) Este principio de
bilidad mínima requerida para la consumación. transportabilidad como lo dice el mismo artículo
Tal como preliminarmente expresa Donna se sufre excepciones por la accesoriedad —art. 2316
trata de un concepto normativo que se estructura C.C.—, representatividad —art. 2317 C.C.— o por
no sobre la base de un hecho físico, sino de la su destino —arts. 2320 y 2322 del C.C.—. Es así
idea de sacar o quitar el dominio sobre la cosa que para el fuero penal el principio de transpor-
y tenerlo para sí, con lo cual el concepto abarca tabilidad tiene vigencia sin excepciones pues no
y soluciona tanto el problema del delito tentado solamente quedan comprendidas en la noción de
como consumado. (30) cosa mueble los casos en que ella es transportable
por una fuerza propia o externa, incluyéndose los
La mayoría de la doctrina se ha inclinado por la inmuebles por carácter representativo y accesorio,
teoría de la disponibilidad que es la que encuentra sino también aquellos bienes en los que el propio
mayor adecuación al dispositivo penal vigente y sujeto activo los ha convertido en transporta-
por ende al correlativo del Anteproyecto, pues por bles separándolos del inmueble al cual estaban
contar con una flexibilidad o adaptabilidad a las adheridos y los semovientes. De manera que lo
diversas situaciones de hecho que se pueden en- realmente trascendente es que la cosa sea apre-
contrar, se erige en el instrumento para solucionar hensible y trasladable, que pueda ser separada
aquéllas. (31) del patrimonio por una persona e incorporado al
patrimonio de otra.

(29) Ídem (ob. cit. p. 127).


(30) DONNA, Edgardo, “Delitos contra la propiedad”,
2ª edición actualizada, Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe, (32) DONNA, Edgardo, “Delitos...” (ob. cit. p. 37).
2008, p. 34. (33) El Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación
(31) In extenso Ídem (ob. cit. ps. 33/36; BUOMPADRE, (media sanción) en el art. 227 define las cosas muebles
Jorge, “Delitos...” (ob. cit. ps. 43/50); TOZZINI, Carlos (ob. como las que pueden desplazarse por sí mismas o por una
cit. ps. 95/99); FIGARI, Rubén (ob. cit. ps. 57/70). fuerza externa.

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DPyC ANÁLISIS DEL ANTEPROYECTO DEL CÓDIGO PENAL

Las cosas muebles a que se han hecho alu- cipios de aquélla, conforme a la regla elemental
sión ut supra deben tener un valor patrimonial de supremacía constitucional: no usurpa el juez
para ser relevantes a los fines de la tipificación la función del legislador, sino que evita que el le-
del ilícito. Dicho valor no necesariamente tiene gislador usurpe la del constituyente. No obstante,
que ser económico sino que también reviste el la doctrina apegada a una tradición importada
carácter de tal el de naturaleza afectiva. Señalan de estados legales de derecho —a la que hemos
Creus-Buompadre que el valor patrimonial de la hecho referencia antes— y una jurisprudencia
cosa no coincide estrictamente con el valor eco- aún más temerosa frente a la letra de la ley ordi-
nómico, en cuanto éste se entienda como valor de naria y a las amenazas políticas y mediáticas a los
uso o cambio; la cosa que puede carecer de valor jueces, suelen resistirse a veces dramáticamente a
para cualquier persona que no sea su propietario, reconocer este principio elemental. El Ministerio
pero en cuanto éste actualmente incorporado a su Público tiene por norma apelar toda sentencia
patrimonio, tiene valor patrimonial; ello resuelve que observe la regla constitucional y los tribunales
cualquier cuestionamiento que plantee en orden colegiados temen el linchamiento mediático y de
a la entidad de valor económico de cambio; el políticos oportunistas, con lo cual un primario
nulo e ínfimo valor de la cosa en ese sentido no criterio que parece obvio para cualquiera que sos-
le quita el carácter de objeto del delito. (34) En tenga la necesidad de mantener la jerarquía de la
definitiva el mayor o menor valor de la cosa será pirámide normativa, directamente no se aplica en
una circunstancia determinante para la evalua- casi ningún caso. Es bueno hacer notar que en la
ción de la pena. legislación comparada, el código alemán de 1974,
por ejemplo, opta por prescindir en general de los
Sin embargo, últimamente ha cobrado tras- mínimos, para dejar mayor amplitud de criterio al
cendencia tanto en la doctrina como en varios juez y, el caso de insignificancia, se ha enunciado
supuestos jurisprudenciales —no exentos de con- precisamente en la doctrina de ese origen. Por tal
troversia— la reducción y hasta la eximición de la razón se ha considerado necesario incluir en la
pena en ciertos casos donde los bienes sustraídos ley, o sea, en el propio Código Penal, los supuestos
son calificados de insignificantes en relación con en que debe realizarse este principio, a efectos de
la vulneración del bien jurídico protegido. (35) adecuar las sentencias a la naturaleza de nuestro
Estado. Para eso, en este artículo se proyecta abar-
Esta circunstancia ha sido captada por el Ante- car un conjunto de supuestos de diferente natu-
proyecto en el art. 19 al hablar de la “exención y raleza jurídica, que pueden provocar exención de
reducción de la pena” 1- “Exención de la pena. In- pena o imposición de ésta por debajo del mínimo
significancia. No se impondrá pena alguna cuando de la escala legal, sin pretender un enlistado ex-
el daño o el peligro para el bien jurídico fueren in- haustivo, pues resulta imposible imaginar todos
significantes”. En la Exposición de Motivos se vier- los supuestos en que la pena en concreto pueda
ten expresiones significativas sobre la cuestión, en resultar desproporcionada incluso en su mínimo
efecto: “Cabe observar que en el derecho penal de grado. De cualquier manera, se proyecta con la
un estado constitucional de derecho —como el esperanza de haber abarcado, al menos, los casos
nuestro— todos los mínimos de las escalas penales más comunes (...). 1. Insignificancia. El único caso
deben considerarse indicativos, o sea, que el juez en que el juez estaría obligado a prescindir de la
debe respetarlos sólo en la medida en que en el pena es el del inciso 1º de este artículo. Tal como
caso concreto no violen principios constituciona- se señaló al comienzo y se consagra como princi-
les, como la proporcionalidad y la culpabilidad, es pio general derivado de la Constitución, la lesión
decir, que se correspondan con el contenido ilícito o el peligro para el bien jurídico es un requisito
del hecho (grado de lesión o peligro para el bien fundamental para la imposición de una pena. Pero
jurídico) y con el de reprochabilidad al autor por no cualquier lesión o peligro cumplimentan ese
el hecho (culpabilidad). Ninguna norma inferior requisito en los casos concretos, sino sólo los que
a la Constitución puede obligar al juez a imponer alcancen un grado de mínima relevancia, porque
una pena que en el caso concreto viole los prin- el poder punitivo del Estado no se habilita para
conflictos baladíes ni, incluso por razones prácti-
(34) CREUS, Carlos — BUOMPADRE, Jorge (ob. cit.). cas, la justicia penal puede desperdiciar recursos
(35) FIGARI, Rubén, “Otra vez sobre el principio de para atender infracciones que apenas rozan los
insignificancia”, en www.ijeditores.com.ar. bienes jurídicos o que, más que lesiones o peligros,

12 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


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implican simples molestias. En este sentido, el respecto al aumento de los delitos que pasan a
llamado principio de insignificancia ha sido sos- ser acciones públicas, pero dependiente de ins-
tenido en la doctrina y varias veces receptado por tancia privada: “El primer inciso de este artículo
la jurisprudencia, pero no se ha generalizado y no enumera los casos de acciones dependientes de
falta cierto criterio obtuso que insiste en justificar instancia privada. Se amplía el elenco vigente en
la punición de hechos insignificantes, con su con- forma considerable, dado que se ha considerado
sabido resultado de desprestigio, ridiculización y importante revalorar la intervención de las perso-
gasto para la justicia penal. Otras veces, aún peor, nas ofendidas, siguiendo la corriente dominante
se lo ha desechado con argumentos autoritarios, en la legislación comparada y los reclamos de la
como que el derecho no puede tolerar la más mí- doctrina. A lo largo del tiempo se han explicado de
nima molestia a un bien jurídico, lo que acerca el diversa manera las inclusiones en este listado, en
argumento poco menos que a la insólita tesis de especial en el supuesto de los delitos sexuales, en
las ventanas rotas. El hurto de la gorrita, el sand- que se ha entendido que tiende a evitar una doble
wich federal y la privación ilegal de libertad por victimización o una lesión a la honra o al pudor de
el chofer de colectivo que llevó al pasajero hasta la víctima. Más allá de la relativa validez de algunos
doscientos metros más allá de la parada, no son de los fundamentos dados por la doctrina, en la
casos de laboratorio, sino lamentables y penosas propia ley vigente y en los diversos casos que se
—también ridículas— decisiones de nuestros han incluido, las razones claramente son otras.
tribunales. La mayor crítica de la opinión pública En definitiva, la razón valedera para todos los
a la justicia penal es su selectividad. Pues bien, supuestos es priorizar la voluntad del ofendido
cuando se produce la punición de un hecho insig- por sobre un supuesto o real interés del Estado,
nificante, no se hace otra cosa que estimular y dar que muchas veces se confunde autoritariamente
base para nuevas críticas en función del defecto al ser mencionado como interés de la sociedad. La
de selectividad, que con estas decisiones alcanza intervención de oficio del estado en conflictos en
su mayor grado de evidencia. Muchas de estas los que nadie lo ha llamado, no deja de ser un acto
conductas insignificantes pero que son suscepti- que siempre conlleva cierto carácter autoritario,
bles de causar algunas molestias, podrían hallar que extrema la confiscación de la víctima, lo que
ubicación en un orden sancionatorio de menor lejos de representar una tutela o defensa de inte-
gravedad o cuantía que el penal, como puede ser reses supuestamente sociales, no pasa de ser una
el administrativo o el contravencional, pero como intervención abusiva en la esfera de las decisiones
es obvio, eso no es materia del Código Penal, que personales de quien ha sufrido las consecuencias
en este aspecto debería limitarse a señalarle a las lesivas del conflicto. La voluntad de ejercer o de
competencias provinciales y administrativas que testimoniar poder punitivo por parte del Estado,
deja estas conductas libradas a su decisión san- enunciada como ratificación de la vigencia de la
cionatoria. Quede claro, pues, que si en la mayoría norma o de otro modo cualquiera, no puede nunca
de los casos no se trata de conductas dignas de perjudicar al lesionado más que el delito mismo ni
encomio, el derecho posee resortes sancionatorios potenciarle al extremo su sufrimiento o impedirle
adecuados en otras ramas jurídicas para ocuparse que resuelva el conflicto satisfactoriamente para
de ellas, sin hacer que la potestad punitiva del su persona o intereses. Al igual que en la legisla-
Estado quede en ridículo”. ción vigente, la acción dependiente de instancia
privada requiere en el anteproyecto la denuncia
Concordante con esto debe aclararse que el del ofendido o de sus representantes legales”.
art. 43 del Anteproyecto determina cuáles son
las acciones públicas dependientes de instancia Otros ingredientes consabidos para que el delito
privada; “1- Son acciones públicas dependientes se configure es el hecho de que la cosa mueble
de la previa instancia privada las que nacen de debe ser ajena, es decir no propia ni susceptible
los siguientes delitos: (...) d) Hurto simple (art. de apropiación u ocupación y puede ser parcial-
140 inciso 1º) (...). 2- En tales casos se procederá mente ajena. Quedan fuera de este contexto las
a formar causa sólo si mediare denuncia de la denominadas res nullius, es decir, las que carecen
persona directamente ofendida o de sus repre- de dueño, que no pertenecen a nadie y por lo
sentantes legales. Los menores podrán formular tanto cualquiera puede apropiarse de ellas, por
denuncia desde los diez y seis años”. En la Expo- ejemplo los animales salvajes, los peces de los
sición de Motivos se dan amplias explicaciones mares y ríos y lagos navegables, las cosas que se

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 13


DPyC ANÁLISIS DEL ANTEPROYECTO DEL CÓDIGO PENAL

encuentren en el fondo de los mares y ríos, etc.; las El sujeto pasivo también puede ser cualquier
res derelictae, o sea las abandonadas por su dueño persona que detente la posesión o tenencia de
para que se apropie el primero que las encuentre, una cosa total o parcialmente ajena y puede serlo
por ejemplo, las dejadas frente al domicilio para aunque la tenga bajo su poder por un acto de
que la recoja cualquier persona y las res perditi, apropiación ilegítima o viciado por error, abuso
las cosas que están perdidas para su dueño, pero de confianza, clandestinidad, compulsión, frau-
cuya propiedad, posesión o tenencia no ha sido dulencia o caso fortuito.
abandonada, ni objetiva ni subjetivamente. En
este caso, la apropiación del objeto configura el De hecho se trata de un delito doloso de dolo
delito previsto en el art. 175 inc. 1º del C.P. (36) directo.
De hecho el consentimiento del sujeto pasivo que
tenga aptitud para autorizar elimina la tipicidad En cuanto a la consumación y tentativa vale
del hecho. remitirse a lo dicho en oportunidad de explayarse
sobre las teorías expuestas —las del apoderamien-
Al margen de los elementos ya mencionados, to y de la disponibilidad—. Se dijo que teniendo en
se debe hacer referencia a la ilegitimidad, que cuenta que el delito contiene dos fases ejecutivas,
para algunos está referida a la antijuricidad de la delineadas atinadamente que son el desapode-
conducta; en cambio otros lo consideran como ramiento de la cosa y la toma efectiva de poder
un elemento del tipo. Señala Tozzini que el re- sobre la misma por parte del ladrón, recién en ese
quisito de la ilegitimidad del hecho, que, por sí, se punto se puede considerar como consumado el
relaciona con el concepto de la acción típica del delito y en tanto el traspaso del poder efectivo a las
autor puede ser también una genuina caracterís- manos del sujeto activo esté en condiciones reales
tica del tipo si este concepto aparece puesto por de ser impedido, la lesión no está consumada. Es
el legislador como atributo de una circunstancia así que se da esta circunstancia si el sujeto activo
de hecho, tal como ocurre con la ilegitimidad del puede disponer materialmente de ella aunque sea
apoderamiento requerida en los arts. 162 y 164 por unos breves instantes.
del C.P., la cual debe estar abarcada por el dolo
del tipo, es decir, el conocimiento y voluntad de 3.1. Hurto campestre
realizar el tipo objetivo (37), por lo tanto se está En las agravantes de la figura básica del hurto, el
en presencia de un elemento normativo que está máximo de la pena se eleva a seis años de prisión,
abarcado por el dolo del hecho, el cual resulta conservando el monto mínimo de seis meses de
perjudicado por el error, aún imputable, y por la la misma pena.
duda sobre la existencia de un consentimiento.
En el caso del hurto campestre el Anteproyecto
Pero el concepto abarca un aspecto objetivo que conserva idéntica redacción que el Código vigen-
hace a la conducta del autor y uno subjetivo con te —así también se expresa en la Exposición de
la consiguiente exigencia de que el sujeto obre a Motivos —, de modo que, tal como ocurrió con el
sabiendas de que ese acontecimiento es ilegítimo. tipo de hurto —también inmodificable—, rigen
En esto la doctrina no presenta fisuras. las mismas consideraciones que han efectuado la
El sujeto activo puede ser cualquier persona con doctrina y la jurisprudencia hasta el presente. De
excepción de aquel que se halle en la tenencia, po- modo que se va hacer un somero comentario.
sesión o propiedad de la cosa, y como se ha dicho Este dispositivo recibió la reforma de la ley 25.890
ut supra puede tratarse de una cosa parcialmente agregándole como otra circunstancia punible
ajena, por lo tanto el sujeto activo es factible que el hurto de los productos agroquímicos, fertili-
sea el copropietario, el socio, coheredero, usu- zantes u otros insumos similares dejados en el
fructuario, usuario, comodatario, depositario, campo y convirtiendo al abigeato en un capítulo
acreedor prendario y todo aquel que tenga sobre autónomo —2 bis con los arts. 167 ter, quáter y
la cosa una tenencia sometida a su propio poder quinquies—.
de disposición material.
En tal sentido en su oportunidad, el Mensaje
(36) BUOMPADRE, Jorge “Delitos...” (ob. cit. ps. 56/57). del Poder Ejecutivo enviado al Congreso de la
(37) TOZZINI, Carlos (ob. cit. p. 138). Nación sobre este tópico expresaba: “Se propone

14 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Rubén E. Figari

modificar el texto vigente del art. 163 inciso 1º, óptica penal se abarcan ambos conceptos, aunque
desagregando el delito de abigeato de las restan- en esto discrepa Fontán Balestra, quien entiende
tes modalidades delictivas contempladas en este lo contrario. (38)
precepto legal (v.gr.: hurto campestre, de maqui-
narias o instrumentos de trabajo y de alambre u Núñez considera que se debe tratar de produc-
otros elementos de los cercos). Ello, como se dijo, tos vegetales porque son los que se separan del
a efectos de conferirle un tratamiento unificado al suelo quedando excluidos los productos minerales
fenómeno delictivo bajo análisis. Además incor- que se sacan o se extraen del suelo y los productos
pora en este nuevo precepto el apoderamiento animales que no se separan del suelo, pues mien-
de productos agroquímicos, fertilizantes u otros tras en las explotaciones agrícolas es necesario
elementos similares. Asimismo, en el caso de hurto dejar los productos en el campo, no acontece lo
de alambres u otros elementos de los cercos se mismo con las explotaciones mineras, lo cual en
suprime la condición de ‘causando su destrucción realidad implica una negligencia. (39) Así también
total o parcial’ toda vez que ésta genera problemas lo piensa Fontán Balestra. (40)
interpretativos a la hora de delimitar la aplicación
de esta figura y la de robo”. En cambio Soler entiende que no existe razón
alguna para considerar los productos minera-
Se ha considerado que la norma al hablar de les que son verdaderamente productos, como
“productos”, tal expresión se cohonesta con la de excluida de esta protección: “A nuestro juicio
los “frutos”, pero, como posteriormente se va a resulta infundado excluir a ciertos productos de
ver, la discordancia se produce al determinar si la la protección acordada por la ley indistintamente
expresión comprende solamente a los productos a todos los productos. Por otra parte, la razón de
vegetales, que son los producidos por la tierra y se la tutela reforzada vale tanto para las industrias
separan de la misma o si también el concepto es agrícola-ganaderas como para las explotaciones
abarcativo de los minerales. minerales de ciertas clases de yacimientos en los
cuales, como en una salina, los productos son se-
El art. 2329 del C.C. habla de los frutos natura- parados del suelo y dejados en esa situación algún
les y las producciones orgánicas de una cosa, los tiempo antes de ser transportados”. (41)
cuales forman un todo con ella. La nota a dicho
artículo menciona que los frutos no son accesorios Parece adecuada esta última posición que
de las cosas. Frutos son los que la cosa regular y no hace distinción entre productos vegetales y
periódicamente produce sin alteración ni dismi- minerales, ya que se debe tener en cuenta que el
nución de su sustancia; producto de la cosa son fundamento de la protección estriba no tanto en
los objetos que se separan o se sacan de ella y que el aspecto de la naturaleza de aquéllos, sino en
una vez separados, la cosa no los produce, y que no el lugar o situación de desprotección en que se
se pueden separar de ella sin disminuir o alterar encuentran: “dejados en el campo”. (42)
su sustancia, como las piedras sacadas de una
cantera, o el mineral sacado de las minas. Ninguna
distinción hay que hacer entre frutos y productos
en cuanto al derecho del propietario pero sí en (38) FONTÁN BALESTRA, Carlos (ob. cit. t. V, p. 502) si-
cuanto al derecho del usufructuario. guiendo a ODERIGO, Mario quien advierte que el concepto
no corresponde al de “producto” usado por el Código Civil,
sino al de frutos naturales (“Código Penal Anotado”, Ed.
El art. 2424 del C.C. alude a que son frutos
Depalma, Buenos Aires, 1957 nota 747).
naturales las producciones espontáneas de la
(39) NÚÑEZ, Ricardo, “Tratado...” (ob. cit. t. IV, p. 194).
naturaleza. Los frutos que no se producen sino por
industria del hombre o por la cultura de la tierra, (40) FONTÁN BALESTRA, Carlos (ob. cit. p. 502).
se llaman frutos industriales. Son frutos civiles las (41) SOLER, Sebastián (ob. cit. t. IV, p. 214); TOZZINI,
rentas que la cosa produce. Carlos (ob. cit. p. 196); CREUS, Carlos — BUOMPADRE,
Jorge (ob. cit. p. 435); DONNA, Edgardo (ob. cit. p. 61);
BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. p. 62); ESTRELLA, Oscar -
En realidad la noción de productos tal como lo GODOY LEMOS, Roberto (ob. cit. p. 363).
enuncia la fórmula penal no se corresponde con (42) FIGARI, Rubén, “El delito de abigeato y sus conexi-
el concepto civil, pues como se ha visto hace una dades”, Ed. Mediterránea, Córdoba, 2012, p. 258; ARCE
distinción con los frutos naturales, pero desde la AGGEO, Miguel (ob. cit. t. II p. 493).

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DPyC ANÁLISIS DEL ANTEPROYECTO DEL CÓDIGO PENAL

A tal extremo consideré importante la no distin- inmediata custodia o vigilancia. Sobre este tópico
ción entre productos vegetales y minerales que en ya hacía hincapié Carrara. (47)
oportunidad de aportar mi contribución a la Parte
Especial propuse el siguiente texto: inc. 1º “Cuan- Por “campo” debe entenderse todo terreno ubi-
do el hurto fuere de productos vegetales o minerales cado fuera del radio poblado o lugar habitado, o
separados del suelo o de máquinas, instrumentos sus dependencias, o recintos inmediatos, siendo
de trabajo o de productos agroquímicos, fertilizan- indiferente que se trate de campos abiertos o
tes u otros insumos similares, dejados en el campo o cercados y los productos no tienen que tener una
de alambres u otros elementos de los cercos”. custodia o vigilancia directa o inmediata del hom-
bre. No se encuentran custodiados los productos
Queda fuera de la disposición todo aquello que resguardados por otros medios que no sean la
no es un producto del suelo, como la miel de las vigilancia directa del hombre, como por ejemplo,
colmenas o los productos de los animales, por el empleo de perros guardianes. Cabe consignar
ejemplo, el guano. (43) que el tipo se aplica aunque los productos estén
en galpones, en la medida que éstos se encuentren
Tal como la norma lo prescribe, los productos en el campo sin vigilancia directa del hombre y
deben encontrarse en el campo y separados del que no sean dependencias o recintos inmediatos
suelo mediante cosecha o extracción, al momento del lugar habitado. Tampoco se requiere, como lo
de la sustracción. Dicha separación debe ser por solicitaban los Proyectos de 1891, 1906 y 1917, que
obra del hombre —de quien tiene derecho a hacer- los bienes hubiesen sido dejados en el campo por
lo— y no de la naturaleza (44), pero no se estará en necesidad. (48)
presencia de la agravante si la separación es llevada
a cabo por el mismo autor de la sustracción, o por La norma del inc. 1° del art. 163 hace alusión
un cómplice, al solo efecto de la sustracción. Los también a la sustracción de “máquinas, instru-
frutos caídos de una planta como consecuencia de mentos de trabajo (...) dejados en el campo”.
una tormenta pueden ser objeto de hurto. (45) Si
bien en este caso no será de aplicación la agravan- Cabe especificar que la figura está referida a
te, sí lo es si los productos así separados del suelo todo tipo de maquinaria o instrumento, sean
han sido juntados, amontonados o apilados por su mecánicos —tractores, arados, rastras, cosechado-
tenedor y dejados en el campo, para su posterior ras— o de cualquier otra naturaleza —guadañas,
traslado o utilización. (46) hoces, puntales, lonas, etc.— que están destinados
específicamente a la producción, separación,
Finalmente, con respecto al párrafo “dejados recolección, extracción de los productos del sue-
en el campo”, se requiere que el bien objeto de lo, se trate ellos de naturaleza vegetal o mineral
protección haya sido “dejado en el campo”, vale —vagonetas, perforadoras, etc.—. La agravante no
decir, en un sitio carente de protección o custo- alcanza a aquellos vehículos, como por ejemplo,
dia por parte del hombre, y ello radica, más que camionetas o camiones, que si bien pueden estar
en la naturaleza de la cosa, en el lugar donde afectados al trabajo rural no están destinados a la
se encuentra o en su situación, debido a que su explotación agrícola o mineral. En este caso sería
dueño, tenedor o encargado no puede ejercer una de aplicación la agravante contenida en el inc. 6°
o en el art. 167, inc. 4°, según se trate de un hurto
o un robo. (49) No se califica el hurto del lazo o
(43) BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. p. 62). la montura del arriero, capataz o cuidador del
(44) DONNA, Edgardo (ob. cit. p. 62); BUOMPADRE,
rebaño, dejados en el campo. (50) Tampoco se
Jorge (ob. cit. p. 63); CREUS, Carlos — BUOMPADRE, Jorge
(ob. cit. p. 435) quienes aluden a que la separación debe ser
una obra humana es deducible al coordinar los conceptos (47) CARRARA, Francesco, “Programa de Derecho Crimi-
de “separados” y “dejados”, lo que señala una dirección nal. Parte Especial”, t. VI, Ed. Temis S.A., Bogotá, Colombia,
estrictamente voluntaria. 1996, § 2076.
(45) CREUS, Carlos — BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. p. (48) NÚÑEZ, Ricardo (ob. cit. ps. 192/193).
436); ESTRELLA, Oscar - GODOY LEMOS, Roberto (ob. (49) Ídem (ob. cit. p. 194); FIGARI, Rubén, “Hurtos...”
cit. p. 364). (ob. cit. p. 128).
(46) ESTRELLA, Oscar - GODOY LEMOS, Roberto (ob. (50) ESTRELLA, Oscar - GODOY LEMOS, Roberto (ob.
cit., p. 364). cit. p. 365).

16 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


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califica cuando se trata de objetos que, aunque se elevar el rendimiento de los campos, potenciando
utilicen con motivo u ocasión de la producción, su rentabilidad.
separación, recolección, cosecha o extracción
de los productos del suelo, no son máquinas ni En los productos “agroquímicos” se compren-
instrumentos para realizarlo, como por ejemplo, den los productos químicos de uso agropecuario
los vehículos de transporte personal o los mate- y productos fitosanitarios definidos como “Cual-
riales utilizados en las viviendas provisorias de los quier sustancia o mezcla de sustancias destinadas
trabajadores. (51) a prevenir, controlar o destruir cualquier organis-
mo nocivo, incluyendo las especies no deseadas
La sustracción que comprende la agravante de plantas o animales, que causan perjuicio o
puede ser también de carácter parcial, por ejemplo interferencia negativa en la producción, elabo-
apoderarse de la batería de uno de los vehículos ración o almacenamiento de los vegetales y sus
mencionados o de la bomba inyectora de una productos. El término incluye coadyuvante, fito-
cosechadora o tractor. (52) rreguladores, desecantes y las sustancias aplicadas
a los vegetales, antes o después de la cosecha, para
La calificante requiere que tales maquinarias protegerlos contra el deterioro durante el almace-
o instrumentos hayan sido dejados en el campo. namiento y transporte”. (54) Ello tiene su correlato,
Remarcan Creus - Buompadre que “Dándose por ejemplo, con el art. 2º de la Ley Provincial
tal circunstancia, no importa la razón de ser de Bonaerense 10.699/88 de Agroquímicos.
la dejación: puede originarse en una necesidad
(p. ej. no haber podido mover la maquinaria del Los fertilizantes son aquellos productos desti-
lugar por acontecimientos naturales u obstácu- nados a obtener mayor rendimiento en la tierra
los de otra índole), en razones de la explotación para aumentar su productividad.
misma (máquina que no se puede trasladar una
vez instalada), por comodidad en la realización Al utilizar la expresión “otros insumos similares”
de la explotación (arado que se desengancha se deja abierta la posibilidad a otros productos que
para seguir la tarea al día siguiente en el mismo requiera la industria agrícola. Tal como ocurre
lugar), aún por culpa del propio tenedor o de un con los otros supuestos analizados anteriormen-
tercero (instrumento olvidado en el lugar de la ex- te, éstos también tienen que estar “dejados en el
plotación)”. (53) Al hablar como en los otros casos campo” fuera del radio poblado, alejado del sitio
de las cosas o bienes dejados en el campo, desde habitado y del cuidado o la vigilancia del tenedor
luego que si los mismos se encuentran alojados de las cosas o de un tercero que ejerza la custodia
en galpones cerrados o sitios inmediatos a lugares directa por él.
habitados, la agravante no funciona.
La última hipótesis consignada en el inc. 1° del
Se ha incorporado mediante la reforma que se art. 163 hace alusión a: “o de alambres u otros
mencionó ut supra el hurto de “productos agro- elementos de los cercos”.
químicos, fertilizantes u otros insumos similares”
con lo cual se actualiza la norma en el sentido de El fundamento de tal agravante no estriba tanto
que últimamente esta naturaleza de productos en la naturaleza de los elementos sustraídos sino
es utilizada en forma habitual y constante para en cuanto a la función de cercamiento la cual no
se trata únicamente de limitar una propiedad
sino que radica en la protección simbólica que
(51) AROCENA, Gustavo “La represión del abigeato cumplen los cercos. “El alambrado sirve para la
y de otras actividades conexas según la ley 25.890” en conservación y custodia del inmueble: si éste no
“Reformas al Código Penal. Análisis doctrinario y praxis se encuentra protegido por medio de esas líneas
judicial”, ABOSO, Gustavo (coordinador), Ed. B y F, Buenos
Aires -Montevideo, 2005, p. 251 citando a NÚÑEZ, Ricardo
(ob. cit. p. 194).
(54) Disposición 119/2007. Dirección Nacional de Fis-
(52) NÚÑEZ, Ricardo (ob. cit. p. 194), DONNA, Edgardo calización Agroalimentaria (D.N.F.A.). Sistema Federal
(ob. cit. p. 62), TOZZINI, Carlos (ob. cit. p. 197), BUOMPA- de Fiscalización de Agroquímicos y Biológicos (SIFFAB).
DRE, Jorge (ob. cit. ps. 63/64), CREUS, Carlos - BUOMPA- Ampliación del alcance de sus acciones. Responsabilida-
DRE, Jorge (ob. cit. p. 436). des y objetivos. Sustitución del anexo de la res. 500/2003
(53) CREUS, Carlos — BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. ps. (SENASA). (19/07/2007 B.O. 24/07/2007 - ADLA 2007-D-
436/437). 3862) Apéndice II.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 17


DPyC ANÁLISIS DEL ANTEPROYECTO DEL CÓDIGO PENAL

materiales de separación, el cuidado de los ani- cerco y fueron sustituidos por otro o era de un
males propios se dificulta, y la protección contra cerco ya destruido, en este caso se trataría de un
invasiones ajenas se hace difícil. Una forma de hurto simple.
atentar contra esa propiedad consiste en destruir
los cercados, de manera que puedan penetrar En la acepción “cercos” quedan comprendidos
fácilmente al campo animales ajenos que se ali- todo tipo de ellos, ya sean alambrados, pircas,
mentan en él”. (55) cercos de ramas, de palo o pique, etc. Estrella -
Godoy Lemos al adherir a esta posición añaden
Con el hurto de los alambres u otros elementos que cuando la ley utiliza la conjunción disyuntiva
de los cercos se deja de cumplir la función espe- “u” —usada como “o” para evitar el hiato— que
cífica de manera que se vulnera la seguridad y denota diferencia, separación o alternativa entre
la riqueza ganadera y agrícola. “La razón de esta dos o más cosas, cuando dice “alambre u otros
protección más rigurosa de la tenencia de la cosa elementos de los cercos”, se está refiriendo no sólo
mueble ajena, es el interés en la función rural de a los demás elementos que componen un cerco de
los cercos. Esta función del cerco no es la de fijar alambre, sino también a cualquier otro elemento
los términos o límites de los fundos, sino la relativa con el que alternativamente con alambre se puede
a la seguridad de la riqueza ganadera agrícola. construir un cerco, sean piedras, ramas, maderas,
Donde quiera que el cerco esté destinado a cum- palos o cualquier otro material. (57) En contra
plir esta función el hurto de sus elementos podrá Núñez, quien considera que la ley no se refiere a
ser calificado, aunque, por su ubicación, no se cualquier especie de cerco, sino a los construidos
pueda decir que está en el campo”. (56) con alambre u otros elementos (postes, varillas,
torniquetes y puertas). (58)
El hurto no se califica si el apoderamiento recae
sobre alambres u otros elementos que en defi- De hecho con la redacción actual y la que
nitiva debilitan el cerco, siempre y cuando éste sigue el Anteproyecto, el hurto se califica con el
continúe cumpliendo su función de cercamiento, apoderamiento de los alambres u otros elemen-
separación, protección. De la misma manera tos del cerco, con prescindencia de que éste sea
se debe adoptar este temperamento cuando el destruido total o parcialmente o no, tal como lo
desapoderamiento tiene por objeto alambres u entendía la anterior configuración de la norma.
otros elementos destinados a la construcción de La simple destrucción total o parcial del cerco,
un cerco, pero que todavía no están incorporados sin apoderamiento de sus elementos configura el
a éste, o sobre elementos que pertenecieron a un delito de daño (art. 183 C.P.) y si la destrucción se
produce con el empleo de fuerza en las cosas para
apoderarse de los elementos del cerco destruido se
(55) DONNA, Edgardo (ob. cit. p. 63) citando a MORENO aplicará la norma del art. 167 inc. 4º del C.P. (59)
(h.), Rodolfo “El Código Penal y sus antecedentes”, t. V, Ed.
H.A Tommasi, Buenos Aires, 1923, p. 115. 3.2. Abigeato
(56) NÚÑEZ, Ricardo (ob. cit. p. 195); TOZZINI, Carlos
(ob. cit. p. 198). Sin embargo, RAMOS parecería entender En esta agravante el Anteproyecto produce un
que los alambres de los cercos también requieren estar en vuelco fundamental en el tratamiento de la figura
el campo, aunque ello no está claramente afirmado (Cfme. de abigeato. En efecto, se vuelve a los cánones
RAMOS, Juan, “Curso de Derecho Penal”, t. IV, Ed. Biblioteca anteriores con algunos ingredientes incluidos
Jurídica Argentina, Buenos Aires, 1952, p. 22). En cambio, sí
lo sostiene categóricamente SOLER, Sebastián, para quien
el motivo del agravante radica también en la situación en (57) ESTRELLA, Oscar - GODOY LEMOS, Roberto (ob.
que se encuentran los cercos campestres (Cfme. SOLER, cit. t. II, p. 367); CREUS, Carlos — BUOMPADRE, Jorge
Sebastián, ob. cit. p. 215). “Tiene que tratarse de un cerco (ob. cit. p. 438) ya que no se le puede otorgar, a la mención
campestre (...) que, a la vez, en el momento del hecho, esté ejemplificativa del alambre que trae la ley una extensión
cumpliendo o pueda cumplir la función de cerramiento tal que excluya del objeto típico todo otro cerco que no sea
y, al menos simbólicamente, la de seguridad; el hurto de de ese material.
elementos de cercos ya destruidos, de tal manera que
cuando se produce el apoderamiento no cumplen esa (58) NÚÑEZ, Ricardo (ob. cit. p. 195).
función, como el de los que únicamente están destinados (59) CREUS, Carlos — BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. p.
a acotar, pero no a encerrar o asegurar, constituye hurto 438); DONNA, Edgardo (ob. cit. p. 70); BUOMPADRE, Jorge
simple” (Cfme. CREUS, Carlos — BUOMPADRE, Jorge ob. (ob. cit. p. 66); LAJE ANAYA, Justo - LAJE ROS, Cristóbal
cit. p. 438). (ob. cit. p. 209).

18 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Rubén E. Figari

por la ley 25.890 en cuanto al mantenimiento del campo (63) y aquéllos que no son para carga o
vocablo “establecimientos rurales” y la situación carne, vale decir, que el apoderamiento de estos
“en ocasión de su carga, el transporte, escalas o en- animales, sea en el campo o dentro de un estable-
trega en destino”. Por lo demás elimina el capítulo cimiento rural, constituye hurto simple. (64)
autónomo —2 bis— del código vigente y en la Ex-
posición de Motivos los miembros de la Comisión También, de acuerdo al diccionario de la lengua
escuetamente dicen que el inc. b) corresponde al castellana, se define la voz en cuestión como un
vigente art. 167 ter. La pena queda establecida en “conjunto de bestias mansas de una especie que
prisión de seis meses a un máximo de seis años. Se apacientan y andan reunidas”.
eliminan las agravantes contenidas en el actual art.
167 ter último párrafo y los casos de los incs. 2º y 3º Asimismo, la especificación de “ganado mayor
del art. 167 quáter se regirán por las disposiciones o menor” hace alusión a animales de acuerdo
del concurso de delitos, el supuesto del inc. 1º se con su alzada, que es una medida tomada en el
traslada al art. 141, punto segundo inc. f ), con animal desde el piso hasta la cruz —parte más
una pena de prisión de tres a doce años. El inc. 5º alta del lomo—.
del actual art. 167 quáter tendrá la pena del hurto En su momento la ley 25.890 había introducido
calificado o del robo calificado y el caso del inc. 6º en el art. 77 del Código Penal vigente la definición
tendrá la pena del robo calificado cuando también del término “establecimiento rural” que compren-
se configure el supuesto del inc. 1º. (60) día todo inmueble que se destine a la cría, mejora
El Anteproyecto conserva en la primera parte o engorde del ganado, actividades de tambo,
del inciso la tradicional fórmula del apoderamien- granja o cultivo de la tierra, a la avicultura u otras
to ilegítimo de un animal —una o más cabezas crianzas, fomento o aprovechamiento semejante.
de ganado mayor o menor— y se conservan los Esta definición no ha cambiado en el texto del art.
agregados impuestos por la ley 25.890 con respec- 63, punto 4, inc. h).
to a que deben encontrarse en establecimientos Tal definición adoptada por la ley 25.890 de-
rurales, o que el hurto se perpetre en ocasión de su viene del Código Rural de la Provincia de Buenos
carga, transporte, escalas o entrega en destino. Aires (65) que dice en su art. 2: “A los efectos de
Resulta adecuado puntualizar que el apode- este código se entiende por establecimiento rural
ramiento del bien —ganado mayor o menor— que todo inmueble que, estando situado fuera de los
se encuentra dentro de los límites del estable- ejidos de ciudades o pueblos de la provincia, se
cimiento rural y que es sacado del mismo, puede destine a la cría, mejora o engorde del ganado,
ser perpetrado por cualquier medio, sea cargán- actividades de granja o cultivo de la tierra, a la
dolo sobre sí el sujeto activo, por arreo o utilizando
un medio de locomoción.
(63) FIGARI, Rubén, “Hurtos” (ob. cit. p. 136); “El hurto
La locución “ganado” hace referencia a cuadrú- campestre, el abigeato sus agravantes y normas conexas
pedos domésticos de cierta alzada que habitual- (ley 25.890)” en el Dial.com DC528; “El delito de abigeato
mente conforman una grey o rebaño y deben ser y sus conexidades”, Ed. Mediterránea, Córdoba, 2012, ps.
de una especie doméstica de cierta talla —espe- 94/95; AROCENA, Gustavo (ob. cit. p. 260); BUOMPADRE,
cies vacunas, caballar, asnal, mular (61), también Jorge (ob. cit. ps. 108/109); GAVIER, Ernesto — RIVERA,
especies ovinas, caprinas y porcinas (62)—, de Euclides, “Delitos contra la propiedad consistentes en apo-
deramientos ilegítimos de muebles o el uso de coacción”,
modo que quedan excluidas las aves de corral en “Derecho Penal. Parte Especial I. Dogmática (interpreta-
o cuadrúpedos menores, tales como, conejos, ción)”, BALCARCE, Fabián (director), Ed. Lerner, Córdoba,
nutrias, perros, los animales de caza salvajes que 2007, p. 396; D´ALESSIO, Andrés (director), DIVITO, Mauro
crecen y se desarrollan espontáneamente en el (coordinador), “Código Penal comentado y anotado. Parte
Especial”, t. II, 2ª edición actualizada y ampliada, Ed. La
Ley, Buenos Aires, 2009, p. 635; ESTRELLA, Oscar - GODOY
(60) CARLES, Roberto (ob. cit. p. 224). LEMOS, Roberto (ob cit. p. 480) entre otros.
(61) Ganado mayor. (64) BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. p. 109).
(62) Ganado menor. VILLADA, Jorge, “Abigeato. Las nue- (65) Ley 1.081/83 modificada por las leyes 10.462,
vas figuras de la ley 25.890”, Ed. Advocatus, Córdoba, 2004, p. 11.477, 12.063, 12.257 y 12.608 y el Decreto Reglamentario
20 nota 10 incluye entre éstos a las vicuñas y llamas. 3347/84.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 19


DPyC ANÁLISIS DEL ANTEPROYECTO DEL CÓDIGO PENAL

avicultura u otras crianzas, fomento o aprove- tierra (72), a la avicultura u otras crianzas (73),
chamiento semejante”. fomento o aprovechamiento semejante. (74)

Con la enunciación que incorpora la ley 25.890 El denominador común que contienen las dis-
del “establecimiento rural” (66) —concepto jurí- posiciones de varios Códigos rurales de provincia
dico inexistente hasta este momento— se trata de es que el establecimiento rural se debe encontrar
consolidar una mayor precisión en el término y de fuera del ejido de las ciudades o pueblos de la
esta forma se considera que aquél está referido a provincia. Pero esta circunstancia no se encuen-
todo inmueble destinado a la cría (67), mejora (68) tra en la disposición del art. 77, es decir que la
o engorde (69) de ganado (70) —con los alcances
que se le han dado más arriba a este término—, como tal la tenencia de animales cuya leche se destine al
actividades de tambo (71), granja o cultivo de la exclusivo consumo de su propietario en el sitio de su obten-
ción. Esta circunstancia no exime a éste de las obligaciones
que sobre sanidad animal e higiene general establece el
(66) Lugar donde habitualmente se ejerce una industria presente, pudiendo intervenir la autoridad competente
o profesión, que tiene que ver o que hace a lo que se rela- cuando lo considere necesario”. IRIARTE considera que
ciona con el campo y en las labores propias de éste (Cfme. la amplia extensión que se le ha querido dar al concepto
LAJE ANAYA, Justo - LAJE ROS, Cristóbal, “Notas...”, ob. de tambo en la ley 25.890, no sólo incluye, por ejemplo,
cit. p. 141). los tambos propiamente dichos, sino todos los lugares
donde se practica tal actividad, de este modo, no se sigue
(67) Reproducción y crianza, como el hecho de alimentar, el concepto restringido de “tambos” que contiene el Código
cuidar o cebar animales (Cfme. Ídem ob. cit. p. 143). alimentario argentino (Cfme. IRIARTE, Ignacio, “Reforma al
(68) Procurar su perfección o acrecentamiento, de abigeato. El derecho penal como ilusión de seguridad (Un
manera que los animales pasen de un estado a otro mejor. poco de reflexión político - criminal y análisis dogmático)”
También se puede relacionar con el mejoramiento de la ADLA 2004-E-6554. No obstante, AROCENA entiende que
raza o la salud de los animales enfermos (Cfme. Ídem ob. “la alusión de la ley 25.890 a todo inmueble que se destine
cit. p. 143). a actividades de tambo, y la propia connotación del térmi-
(69) Dirigido a hacer que el ganado engorde, es decir no ‘tambo’ — referido a los establecimientos ganaderos
cebar, dar de comer para elevar su peso (Cfme. Ídem ob. destinados al ordeño de vacas y a la venta, generalmente
cit. p. 143). al por mayor de su leche—, impide que pueda incluirse en
su denotación a todos los lugares donde simplemente se
(70) “El sentido literal posible de la referencia a la cría practique tal actividad, pero ella no sea el destino específico
de animales, debe definirse en el contexto de la otras dos —aunque no necesariamente exclusivo y excluyente de toda
actividades mencionadas por la disposición legal [mejora otra finalidad— del establecimiento” (Cfme. AROCENA,
y engorde]. Lo que determina que deba entenderse por tal Gustavo ob. cit. p. 244).
toda tarea relacionada con la actividad de reproducción
natural o artificial de los animales. A su vez constituyen (72) Fundo de relativa extensión, a manera de gran
actividades de mejore o engorde del ganado, aquellas que huerta, que se caracteriza por una múltiple actividad
se relacionan con su alimentación y cuidado. Más especí- relacionada con los animales domésticos, sean de cabeza
ficamente, las mejoras se relacionan con la perfección o mayor o menor, aunque no en gran cantidad; igualmente,
acrecentamiento del ganado conduciéndolo de un estado con aves y sus productos naturales y con ciertos animales
a otro mejor (salud, raza), mientras que el engorde consiste que son objeto de consumo, como pueden ser los conejos.
en el cuidado y cebamiento destinado a que los animales No impide que, como conjunto de actividades, la granja
dejen de ser flacos y se vuelvan gordos. Lo que determina pueda ser destinada en parte al cultivo de la tierra para la
que quedan fuera de la fórmula legal las actividades de producción de hortalizas u otros alimentos (Cfme. LAJE
aquellos establecimientos ocupados en temas diferentes ANAYA, Justo - LAJE ROS, Cristóbal, “Notas al Código Penal
a la agrícola-ganadera y avicultura. Como acontecería, por argentino. Reformas. Actualización”, Ed. Alveroni, Córdoba,
ejemplo, con la actividad minera o la piscicultura”, T.S.J, Sala 2006, p. 144.
Penal “Stefanoni, Pablo p.s.a. partícipe secundario de abi- (73) Esto está referido a los criaderos de pollos —también
geato agravado reiterado - Recurso de casación”, 19/02/08, se pueden incluir otro tipo de aves— y con respecto a otras
Foro de Córdoba, nº 130, año XIX, abril 2009. crianzas se alude, por ejemplo a los criaderos de iguanas,
(71) Actividad referida con la leche que puede ser de vaca ranas, nutrias o conejos. Queda al margen la piscicultura
o de cabra. Productor, por ordeño, sea que aquel producto porque el sentido de la disposición se circunscribe al medio
se comercialice total o parcialmente, sea que, a su vez, el terrestre (Ídem ob. cit. ps. 144/145).
mismo establecimiento pueda transformar a aquel pro- (74) Esta última mención resulta sumamente vaga, por lo
ducto en otros, como quesos, mantecas u otros derivados que se hace menester darle algún contenido más preciso, lo
(Ídem ob. cit. p. 144). Cabe apuntar que el Código alimen- cual, a título de ejemplo podría comprender a actividades
tario argentino (art. 34) dispone: “Entiéndase por tambos, dedicadas a la producción o reproducción de lombrices,
los establecimientos que poseen animales de ordeño cuya caracoles o a la actividad relacionada con la miel, por medio
leche se destina a abasto o industria, no considerándose de colmenas (Ídem ob. cit. p. 145).

20 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Rubén E. Figari

ley no exige que el establecimiento rural esté a menor defensa privada, igual protección de la
ubicado en el campo, no obstante que la con- ley”. (77)
notación “rural” esté asociada con el “campo”.
“Un establecimiento rural puede ser el que se De hecho, que la circunscripción de la califi-
encuentra en el campo, como el campo mismo cante se reduzca a un ámbito determinado como
donde se encuentran los animales; puede estar es el “establecimiento rural” se ha realizado sobre
en una zona rural como no estarlo porque, a la base de los sectores rurales importantes que se
pesar de que lo rural se relaciona con el campo, encuentran en las principales provincias ganaderas,
nada impide que ese establecimiento rural se pues el establecimiento requiere, por definición,
encuentre dentro del ejido municipal, y por ello una cierta infraestructura o acondicionamiento
se halle situado dentro de un lugar poblado; sigue para la actividad que se desarrolla lo cual también
siendo pues, un establecimiento rural (...). La ley implica la existencia de un cercamiento para des-
dice establecimiento rural, pero no dice estable- lindar un establecimiento del otro, pero con ello,
cimiento de campo situado en el campo; tampoco paradójicamente el legislador restringe la posibi-
dice establecimiento rural situado en el campo, lidad de comisión del delito en sí, ya que, si una
y tampoco dice “establecimiento rural dedicado cabeza de ganado mayor o menor se encuentra
al ganado”. (75) Por lo que hay que concluir que fuera de dichos lindes, por ejemplo a la vera del
lo decisivo es el destino que se le da al inmueble camino, el hecho caería en un hurto simple. (78)
y no el lugar donde se encuentra. (76) También cabe otra posibilidad, cual es la del
pastor de cabras, típico de la zona serrana, que
Laje Anaya se pregunta: ¿Qué pasará cuando, trashuma de un lugar a otro buscando pastaje para
por sí solo, el animal hubiese dejado el estable- sus animales los que, desde luego, se encuentran
cimiento rural y hubiese pasado a otro campo
pero que no es un establecimiento rural? Aunque
se puede decir que se encuentra en el campo, sin (77) LAJE ANAYA, Justo, “Delitos...” (ob. cit. ps. 26/28):
“Desde la vigencia de la ley de reformas, el hurto se agrava
protección de ninguna naturaleza, el hurto no por el objeto. Si bien el lugar tiene su importancia, ese lugar
será calificado; solamente será un hurto simple, debe ser un establecimiento rural (...). Lo mismo da que se
por la sencilla razón de que no se encontraba halle con custodia, o sin ella. Si el lugar no responde a esta
dentro de un establecimiento rural, sino fuera de categoría, el abigeato es hurto simple, así la res pudiera
él. Lo que ocurre es que en el sistema actual de encontrarse, al momento del apoderamiento, dejada en el
abigeato, las cosas se han dado vuelta: a mayor campo. Por el contrario si el animal se encuentra custodiado
en ese establecimiento, por ejemplo, en el interior de un
protección privada, mayor protección de la ley; establo cercano, en el interior de un galpón, se halla dentro
de un corral o en la clínica veterinaria del establecimiento,
la calificante será objeto de aplicación; no ya por una menor
defensa privada, sino tan sólo porque fue hurtado de un
(75) LAJE ANAYA, Justo, “Delitos...” (ob. cit. ps. 24/25); establecimiento rural (...). Todo parece indicar que la fuente
BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. p. 112); AROCENA, Gustavo extranjera del art. 167 ter, es el art. 163 del Código paraguayo
(ob. cit. p. 246); ESTRELLA, Oscar - GODOY LEMOS, Rober- de 1997, que en ese lugar reprime al abigeato. La disposición
to (ob. cit. p. 483); DONNA, Edgardo (ob. cit. p. 78); FIGARI, establece: ‘El que hurtara una o más cabezas de ganado
Rubén, “Hurtos” (ob. cit. p. 138) y “El hurto campestre...” en mayor o menor, de un establecimiento rural, granja, quinta,
el Dial.com DC528; “El delito...” (ob. cit. p. 102). casa o en campo abierto, será castigado con pena privativa
(76) DONNA, Edgardo (ob. cit. p. 78). PASTORINO, de libertad hasta 10 años’. La diferencia es clara, porque el
Leonardo, citando a VIVANCO, Antonino, refiere que éste hurto se agrava cuando el apoderamiento ha recaído en
se esfuerza en distinguir los vocablos rural y agrario, y para un animal que al momento del hecho, se encontraba en
ello recurre a la etimología, pero también al sentido con el cielo abierto, lo cual hace que no necesariamente, la res
que se los utiliza en las distintas lenguas romances. Por ello debe encontrarse en un establecimiento rural, o que ese
da al primero un concepto espacial y estático que identifica campo abierto debe pertenecer a un establecimiento de ese
el espacio no urbano y al segundo un sentido productivo, carácter” (Cfme. LAJE ANAYA, Justo - LAJE ROS, Cristóbal,
económico y dinámico que luego se vinculará más aún a “Notas...”, ob. cit. p. 240).
una determinada técnica de producción (Cfme. ROMERO, (78) FIGARI, Rubén, “Hurtos” (ob. cit. p. 139) y “El hurto
Roxana, “Incidencia de la reciente reforma penal en el campestre...” en el Dial.com DC528; “El delito...” (ob. cit. ps.
Derecho Agrario: abigeato y otros hurtos campestres, ley nº 106/107). En contra GALLINO, para quien no se requiere
25.890”, en “Derecho agrario”, p. 221 citando a PASTORINO, un determinado tipo de tecnología o infraestructura ni
Leonardo, “Derecho agrario y ambiente en la evolución tampoco la presencia de cercamiento (Cfme. GALLINO,
dogmática argentina”, en “Revista del Colegio de Abogados Sebastián, en BAIGÚN, David- ZAFFARONI, Eugenio (di-
de La Plata”, nº 59, p. 229). rectores) (ob. cit. t. 6 p. 431).

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DPyC ANÁLISIS DEL ANTEPROYECTO DEL CÓDIGO PENAL

a campo abierto, ya que en ese caso no se puede cuando se trate de ganado. (80) Esta situación tiene
hablar de establecimiento alguno, de modo que el su punto de contacto con inciso referido al hurto
hurto de alguna cabra será simplemente el hurto de mercadería u otras cosas transportadas.
del art. 162. (79)
Pero la ley no efectúa distinción alguna en
Ante estos cuestionamientos de significación cuanto al medio de transporte, por lo que puede
y en consonancia con lo aludido por Laje Ana- ser cualquiera —terrestre, aéreo, marítimo o
ya propuse para este inciso el siguiente texto: fluvial, aunque no sea un medio específicamente
“Cuando el hurto fuere de ganado mayor o menor destinado al transporte de ganado—.
que se encontrare en establecimientos rurales o
dejados en el campo, o en ocasión de su transporte La frase “en ocasión de su transporte” significa
en el momento de su carga hasta el de su destino en ocasión de su traslado de un lugar a otro y
o entrega, incluyendo las escalas que se realicen el lapso está dado desde el momento en que se
durante el trayecto”. carga el ganado en un transporte hasta el lugar
de su destino o entrega, es decir hasta la finaliza-
Ello responde a la redacción que sobre ese ción del viaje o del paso del ganado de poder del
particular contiene el Código Penal Paraguayo transportista. Ínterin quedan incluidas las escalas
en su art. 163: “El que hurtara una o más cabezas que se realizan durante el trayecto —paradas —,
de ganado mayor o menor, de un establecimiento previstas o no. (81)
rural, granja, quinta, casa o en campo abierto, será
castigado...”. Entonces, se puede dar la situación de Laje Anaya - Laje Ros estiman que el animal no
que el hurto se agrava cuando el apoderamiento es transportado cuando es llevado de un lugar a
ha recaído en un animal que, al momento del he- otro arreándolo (82) o cuando es tirado por otro
cho, se encontraba en cielo abierto, lo cual lo hace animal. (83) Asimismo, no interesa que todos los
que no necesariamente la res debe encontrarse animales que se debían cargar se hubiesen efec-
en un establecimiento rural, o que ese campo tivamente cargado, puede ser que el hurto recaiga
abierto debe pertenecer a un establecimiento de en lo que se ha cargado, es decir, cuando la carga
esa naturaleza. es parcial. También, señalan que en el caso de los
animales que no se hayan cargado aún, toda vez
En cuanto a la circunstancia del apoderamiento que se encuentren dispuestos en el lugar donde
del ganado en ocasión de su carga, transporte, se cargará en el medio que los ha de transportar,
escala o entrega en destino se puede adunar junta- el delito deberá ser considerado igualmente como
mente con Iriarte que siempre se había entendido abigeato, si ese lugar se encuentra dentro de un
que debía protegerse con mayor intensidad a la establecimiento rural.
carga transportada, atento a que muchos tramos
de las rutas son despoblados y, por lo tanto, sin 3.3. Hurto de mercaderías transportadas
posibilidad de control policial; la única protección
es el propio transportista, quien además, está El Anteproyecto en este inc. c) guarda el mismo
obligado a dejar su vehículo sin vigilancia directa concepto que la norma actual imbricada en el
cuando hace sus escalas; sin embargo, no se en-
tiende por qué esa “protección” debe ser mayor
(80) IRIARTE, Ignacio, “Reforma al abigeato. El Derecho
Penal como ilusión de seguridad (Un poco de reflexión polí-
tico-criminal y análisis dogmático”, ADLA 2004 - E - 6554.
(79) Se menciona el caso de sustracción de varios caballos (81) DONNA, Edgardo (ob. cit. p. 83 nota 186).
o mulas, destinadas a acarreo o transporte de minerales,
desde una planta de extracción de tales objetos, que aunque (82) En igual sentido GAVIER, Ernesto — RIVERA,
se hallen en el campo y en zonas absolutamente alejadas Euclides (ob. cit. p. 396); DONNA, Edgardo (ob. cit. p. 84);
—como suelen estar las minas, donde resultan sumamen- AROCENA. Gustavo (ob. cit. p. 266); VILLADA, Jorge (ob.
te indispensables para esa clase de explotación— al no cit. p. 24); FRANCESCHETTI, Gustavo, “La Reforma Penal
tratarse de establecimiento rural sino minero o industrial, impuesta por la ley 25.890. Tipificación de afectaciones al
la conducta queda inmersa en el de hurto simple de se- proceso productivo y comercial ganadero” en “Derecho
movientes (Cfme. VILLADA, Jorge, ob. cit. p. 25). O el caso agrario”, Ed. Nova Tesis, Rosario, 2005, p. 239; FIGARI,
de la sustracción de una mula o asno utilizados en una Rubén, “Hurtos” (ob. cit. p. 141) y “El hurto campestre...” en
fábrica de ladrillos o cortadero (Cfme. LAJE ANAYA, Justo el Dial.com DC528; “El delito...” (ob. cit. p. 110).
“Delitos...” ob. cit. p. 25). (83) LAJE ANAYA, Justo “Delitos...” (ob. cit. p. 30).

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art. 163 inc. 5º —así se expresa en la Exposición de decir, que no toda mercadería o cosas muebles
Motivos, salvo algunas mínimas diferencias en la son objeto de tutela a título de agravante, sino
redacción, de allí que todo lo dicho, desde el punto sólo aquéllas que se encuentren, en el momento
de vista doctrinal y jurisprudencial, se aplique. en que se ejecuta la acción típica, en situación de
“transportadas”. Sin embargo, tal como está redac-
Para definir la palabra “mercadería” el Ante- tada la norma, la consumación del delito exige,
proyecto en el art. 63, punto cuatro inc. e) utiliza además, un elemento cronológico, es decir, que
la misma definición contenida en el actual art. 77 el hurto se cometa “entre el momento de su carga
—se designa toda clase de efectos susceptibles de y el de su destino o entrega, o durante las escalas
expendio— agregándose “las divisas”. que se realizaren. Se trata de un tipo penal de los
llamados de formulación casuística, completo
El dispositivo de la ley vigente fue incorporado acumulativo”. (86)
por la ley 23.468 de 1986 y no encuentra prece-
dentes en el Derecho argentino y tampoco en el Quedan descartadas de la agravante el hurto de
extranjero tal como está redactado. las pertenencias del conductor, como así también
el medio de transporte utilizado (87), o las cosas
Si bien de los antecedentes legislativos se que ya se hallan estibadas o almacenadas en el
puede concebir que el legislador quiso reprimir depósito para su traslado, pues la ley hace refe-
la modalidad delictiva desplegada por los de- rencia a un proceso de traslado en los momentos
nominados “piratas del asfalto”, cuya actividad y lugares indicados por la norma. “Esta peculiar
consiste específicamente en los hurtos y robos modalidad agravada del hurto alude a un proceso
en perjuicio de los transportes motorizados que dinámico, el movimiento de la cosa, mientras
llevan mercaderías por las rutas del país, aunque que el delito tipo, en la generalidad requiere un
la interpretación del texto excede dicha modali- proceso estático”. (88)
dad porque la sanción alcanza a que se vulnere la
norma mediante cualquier medio utilizado —no No tiene relevancia que las cosas sean trans-
necesariamente terrestre— y por ende el lugar de portadas por su propietario o por terceros a
comisión del hecho puede ser no solamente en cargo de aquél y en el supuesto en que el mismo
las rutas. (84) transportista sea quien se apodera de la carga
confiada, algunos sostienen que el hecho se
El fundamento de la agravante se finca en la enmarca en la figura en cuestión concurriendo
especial protección que requieren ciertas cosas idealmente con defraudación (art. 173 inc. 2° del
que, dadas las circunstancias, se encuentran a C.P.), en tanto que otros advierten que la con-
disponibilidad del sujeto activo, quien actúa ducta implicada se encuadra en administración
sin mayor interferencia y es así que esta agra- fraudulenta.
vante no se basa en razón de las mercaderías o
cosas en sí mismas, que ya tienen su tutela en La norma positiva determina que el transporte
el art. 162 del C.P., sino en virtud del lugar en puede ser realizado “por cualquier medio”, ello im-
que se hallan y el momento en que se comete el
accionar ilícito, lo cual como es obvio funciona
como impedimento para que la vigilancia sea “Las últimas reformas al Código Penal en los delitos de
más acendrada. hurto, robo y encubrimiento”, JA 1987 - III -846.
(86) BUOMPADRE, Jorge, “El hurto de cosas...” (ob. cit.
La acción consiste en apoderarse de mercade- p. 830).
rías (art. 77, párrafo 5° del C.P. vigente y art. 63 (87) Si para hurtar la carga, se hurta el medio que las
punto cuatro, inc. e] que agrega “divisas”) u otras transporta, entonces se aplica la calificante en relación con
cosas muebles (arts. 2311, 2318 y 2319 del C.C.) lo primero, y se aplica, el hurto del medio de transporte a
(85) transportadas por cualquier medio. Vale condición de que se trate de un vehículo con carga, dejado
en la vía pública, o lugares de acceso público. Pero la con-
currencia de ambas agravantes no agrava a su vez la pena
(84) Ver TOZZINI, Carlos (ob. cit. p. 221/22) que analiza del hurto calificado, sin perjuicio de que genéricamente ese
los Antecedentes Parlamentarios. plus sirva para individualizar la pena (Cfme. LAJE ANAYA,
(85) BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. p. 58), CARRERA, Justo, “Estudios de Derecho Penal”, t. I, Ed. Marcos Lerner,
Daniel P., “Hurto de mercaderías u otras cosas muebles Córdoba, 2001, p. 665).
transportadas”, JA 1987 - II - 595, BREGLIA ARIAS, Omar, (88) BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. p. 59).

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plica el terrestre, aéreo, marítimo o fluvial y el me- depositadas en el puerto de destino, pero aún
dio puede ser motorizado o no. Algunos utilizan no entregadas a su destinatario, pero no será de
una interpretación más estricta que requiere que aplicación cuando aquélla se encuentre deposita-
solamente el transporte tiene que ser motorizado, da en el puerto para ser trasladada, pero aún no
tal como lo exige expresamente el apartado segun- ha comenzado a ser cargada. (93) Esta opinión
do del inc. 1° del art. 163, aunque el inc. 5° que se en cierta forma colisiona con lo antes expuesto
comenta no habla de ello. En tal sentido se expide por Buompadre cuando se refería a un proceso
Tozzini. Asimismo no parece fundamentado que dinámico.
se excluya de la agravante el transporte a pie o
por medio de animales o artefactos que, si bien De hecho si se utiliza violencia o intimidación
sirven para transportar cosas, no han estado en la en las personas o fuerza en las cosas, la figura
finalidad de la norma su represión, por ejemplo, ya constituye un robo y caerá en alguna de sus
el carro de supermercado, el biciclo de reparto, agravantes.
etc., tal como lo explicita Buompadre. (89) Esto
es así pues la ley sin ninguna limitación habla de 3.4. Hurto de vehículos motorizados dejados en
transporte “por cualquier medio” y la agravante la vía pública o lugares de acceso público
no está sustentada en el medio utilizado sino en
la condición de la carga (90) y no al lugar donde El Anteproyecto conserva la actual redacción,
se comete el hurto. (91) sólo que le agrega la circunstancia de que los
vehículos sean “motorizados” con lo que se cie-
Por la alocución “momento de carga” debe rra la discusión sobre sí aquellos que no lo son,
entenderse el proceso que implica la carga pro- como las bicicletas, quedaban comprendidos en
piamente dicha que consiste en la secuencia que la agravante, ahora claramente el hurto de tales
va desde que comienzan las actividades hasta en artefactos constituye un hurto simple.
la que la cosa es definitivamente introducida o
colocada en el transporte. El texto del actual inc. 6º en el art. 163 es incor-
porado por la ley 24.721 del 18/11/96 la que deroga
El “destino” es el momento en que se arriba el controvertido decreto-ley 6582/58 ratificado
al lugar preestablecido como finalización de por la ley 14.457 que castigaba muy severamente
la travesía y por “entrega” se entiende cuando los tipos delictivos previstos en sus arts. 33/39. Es
la cosa es puesta en manos del recepcionista, así que esta redacción tiene sus antecedentes en
sin perjuicio de que ambos momentos puedan el Proyecto de 1960 y en las leyes de facto 17.567
coincidir. y 21.338.
La expresión “ocasión de las escalas” está com- Soler mencionaba que una de las razones
prendida como el tiempo en que el medio de agravantes es semejante a la que funda la
transporte que lleva las mercadería estaciona o agravación del abigeato, esto es, un principio
permanece estático en lugares de pertenencia común tantas veces invocado de la necesidad
pública o privada destinado generalmente para de reforzar la tutela jurídica cuando menor es
las empresas de transporte para reabastecer los la tutela de hecho y la facilidad proporcionada
vehículos y permitir el descanso a los pasajeros por la cosa misma para el éxito de la sustracción,
(escalas). (92) la consolidación del dominio furtivo y hasta la
impunidad. (94)
Se agrava la figura cuando la sustracción de
mercaderías se produzca cuando ellas están El decreto-ley 6582/58 limitaba la represión pe-
nal a la sustracción de los “automotores” en tanto
(89) BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. p. 59). que la ley que reintroduce el inc. 6° es más amplia
pues abarca a los “vehículos” con la condición
(90) ESTRELLA, Oscar - GODOY LEMOS, Roberto (ob.
cit. p. 342).
(91) LAJE ANAYA, Justo- LAJE, Sebastián - LAJE ROS,
Cristóbal - LAJE ANAYA, Celina (ob. cit. ps. 389/90). (93) ESTRELLA, Oscar- GODOY LEMOS, Roberto (ob.
(92) BUOMPADRE, Jorge “El hurto de las cosas...” (ob. cit. p. 350).
cit. p. 831). (94) SOLER, Sebastián (ob. cit. p. 230).

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DPyC Rubén E. Figari

que se encuentren en la vía pública o en lugares también constituía un vehículo que podía ser
de acceso público. incluido en la agravante. (96)

En la inteligencia de Laje Anaya, en términos Para el diccionario de la Real Academia Es-


generales un vehículo es aquel que sirve para pañola vehículo es “un medio de transporte de
el transporte de pasajeros o cosas. “Pero esta personas o cosas”, mientras que bicicleta es des-
generalidad no queda comprendida dentro de la cripto como un “velocípedo de dos ruedas de igual
figura, porque no todo vehículo es susceptible de tamaño cuyos pedales transmiten el movimiento
ser dejado en la vía o en lugares de acceso público”, a la rueda trasera por medio de dos piñones y
anota, que en tal sentido no es imaginable que una cadena”. También otros diccionarios definen
pueda comprenderse a los buques, ni a los aviones vehículo como “cualquier sistema de propulsión
en semejante situación. (95) autónoma capaz de transportar una carga” y
bicicleta como “vehículo de dos ruedas en que
Es importante recurrir a la ley 24.449 de tránsito el movimiento de los pies se transmite a la rueda
y seguridad vial que en el Título I — Principios trasera mediante una cadena”.
básicos — capítulo único, art. 5º, efectúa defi-
niciones a los fines de dicha ley. En tal sentido Por lo tanto, mediante el método de interpre-
el automóvil (a) consiste en “automotor para el tación literal de la norma actual no se puede más
transporte de personas de hasta ocho plazas (ex- que concluir que el inc. 6 del art. 163 alcanza a la
cluido el conductor) con cuatro o más ruedas, y bicicleta, ya que la misma pertenece al género de
los de tres ruedas que exceda los mil kilogramos los vehículos.
de peso”; bicicleta (g) “vehículo de dos ruedas que
es propulsado por mecanismos con el esfuerzo de Hay que señalar que el uso de una bicicleta
quién lo utiliza pudiendo ser múltiple de hasta no implica ineludiblemente que deba ser dejada
cuatro ruedas alineadas”; camión (j) “vehículo en la vía pública. Por el contrario la bicicleta
automotor para transporte de carga de más de por su tamaño, peso y forma es un objeto fácil
3500 kilogramos de peso total”; camioneta (k) de guardar dentro de un ámbito privado (y no
“automotor para transporte de carga de hasta tan así una moto de grandes cilindradas, por
3500 kilos de peso total”; carretón (l) “vehículo ejemplo).
especial, cuya capacidad de carga, tanto en peso
Actualmente la mayoría de la doctrina y también
como en dimensiones supera la de los vehículos
la jurisprudencia considera la bicicleta como un
convencionales”; ciclomotor (ll) “motocicleta de
vehículo de los comprendidos en el inc. 6°. “Si es
hasta 50 centímetros cúbicos de cilindrada y que
posible considerar automotor a un elemento que
no puede exceder los 50 kilómetros por hora de
carece de tracción propia como lo es un acoplado,
velocidad”; maquinaria especial (n) “todo arte-
con mayor razón es posible ello, cuando el vehículo
facto esencialmente construido para otros fines y
es propulsado por mecanismos que dependen del
capaz de transitar”; motocicleta (ñ) “todo vehículo
esfuerzo de quien los utiliza. Por ello es que perte-
de dos ruedas con motor a tracción propia de más
necen a la agravante las bicicletas o variedades de
de 50 c.c. de cilindrada que puede desarrollar
ellas”. (97) Así también lo conceptúan Soler (98),
velocidades superiores a 50 kilómetros por hora”;
ómnibus (o) “vehículo automotor para transporte
de pasajero de capacidad mayor de ocho perso-
nas y el conductor”; vehículo automotor (x) “todo
vehículo de más de dos ruedas que tiene motor y (96) FIGARI, Rubén, “El hurto y robo de bicicleta dejada
tracción propia”. en la vía pública o lugar de acceso público como objeto de
controversia” www.ijeditores.com.ar.
Como se anticipó se planteaban algunas cues- (97) LAJE ANAYA, Justo (ob. cit. p. 17), LAJE ANAYA, Justo,
tiones interpretativas respecto a sí la bicicleta LAJE, Sebastián, LAJE ROS, Cristóbal, LAJE ANAYA, Celina
(ob. cit. p. 398, 407/8).
(98) SOLER, Sebastián (ob. cit. p. 230): “A diferencia de
la ley anterior derogada, ésta extiende su protección a todo
vehículo, aunque no sea motorizado. El hurto de la bicicleta
(95) LAJE ANAYA, Justo, “Los vehículos que califican el es, pues, calificado, siempre que ella se encontrara librada
hurto” LL 1999-C. a la confianza pública”.

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Fontán Balestra (99), Tozzini (100), Chiappini (101), ción cambia cuando el vehículo es estacionado
Donna (102), Buompadre (103) y Morin (104). en un lugar privado abierto al público, pero no
es dejado, por ejemplo en una playa de estacio-
Mas, como se dijo más arriba, el Anteproyecto namiento donde se cobra un servicio y se entrega
agrega a la palabra “vehículo” el aditamento un ticket para poderlo retirar, circunstancia en
“motorizado” por lo cual la discusión anterior que el vehículo es objeto de custodia por parte de
resulta ociosa. quien recibe el mismo.
El otro componente de la figura calificante es La vía pública no debe asimilarse, según Laje
que el vehículo haya sido “dejado en la vía pú- Anaya, a todo lugar público. A los fines del inc.
blica o lugar de acceso público”. “Dejado quiere 6° y del inc. d), es tal, en primer término, la vía
decir solo, porque el titular se retiró o se apartó pública terrestre, y no la que es por agua, sin que
de él, sea porque nadie está cerca para cuidarlo. se exija a su vez que un medio acuático pueda ser
La tenencia simbólica se vuelve real, y entonces objeto de hurto simple porque no es un medio
ya no concurrirá el delito agravado cuando a terrestre. Se acota que si una lancha o un bote
pesar de haber sido estacionado el vehículo, éste son sustraídos de la vía pública mientras perma-
no se encuentra en situación de dejado”. (105) No necen sujetos o montados en un trailer que tiene
acontece esto cuando es custodiado por alguien, por destino esa función es obvio que no se trata
ya sea su dueño, tenedor o por un tercero, aunque de un hurto simple, por el solo hecho de que no
desde el punto de vista administrativo sea posible se trate de un medio no terrestre, en realidad son
distinguir entre vehículo detenido y vehículo es- vehículos y habrán sido hurtados de la vía pública.
tacionado (cfme. Ley 24.449, art. 5º). En el caso de Ésta es entendida por Laje Anaya solamente la
un automóvil que es sustraído del garaje de la casa vía terrestre y no abarca a otras y ello enmarca la
donde estaba estacionado o de la cochera a la cual calzada y la acera.
tienen sólo acceso quienes viven en un edificio y
allí tienen el lugar para el estacionamiento no se da En cambio Buompadre sostiene que vehículo
el caso de la agravante. Por el contrario sí acontece es todo artefacto o medio de traslación que se
esto cuando el vehículo se considera dejado a pesar utiliza precisamente para transporte de perso-
de la presencia de los denominados “cuidadores”, nas o cosas y que se desplaza por tierra, aire o
que se encuentran en la vía pública quienes sólo se agua. En igual sentido se expide Fontán Balestra.
limitan a percibir alguna propina (106) y la situa- (107) Así el primero entiende que la ley protege
no solamente los vehículos rodantes —toda la
variedad— sino también a otros de distinta clase
(99) FONTÁN BALESTRA, Carlos (ob. cit. p. 521): “sí son
vehículos la bicicleta o el triciclo, porque disponen de un o naturaleza, como son los náuticos y los aéreos,
mecanismo que multiplica la fuerza empleada y porque no siempre que sirvan para transporte de objetos o
son empujados ni arrastrados”. de gente y sea realizado por fuerzas animales o
(100) TOZZINI, Carlos (ob. cit. p. 226). mecánicas. (108)
(101) CHIAPPINI, Julio, “La bicicleta ¿Es un vehículo a los
fines del art. 163 inc. 6° del C.P.?”, LL Litoral 1999-280. En realidad las aseveraciones que realiza Laje
Anaya revisten mayor consistencia ya que si bien
(102) DONNA, Edgardo (ob. cit. p. 85).
la intención del legislador, al derogar el decreto-ley
(103) BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. p. 60).
6582/58 que protegía solamente a los automotores,
(104) MORIN, Daniel, “¿La bicicleta como vehículo? hace extensiva la tutela a todo vehículo, es obvio
Reflexiones sobre el tipo de sustracción de vehículos del
inc. 6° del art. 163 del C.P.” LL 2001 - E -779 y sgtes.
que los destinados al transporte náutico o aéreo
sólo quedan comprendidos en forma excepcional
(105) LAJE ANAYA, Justo, “Los vehículos...” (ob. cit. p. 17).
por circunstancias ajenas a su uso habitual y que
(106) “No basta que en ese lugar se cobre por dejar el
automóvil, y que alguien diga ser el cuidador para que
pueda tenerse a ese alguien como custodio de lo dejado, apariencia se presenta como real, pero que en realidad,
o que ha recibido de manos del propietario la tenencia no es nada más que una tenencia simbólica” (Cfme. LAJE
real. Las palabras no bastan; lo que importa es la situación ANAYA, Justo, LAJE, Sebastián, LAJE ROS, Cristóbal, LAJE
jurídica. Quien deja en las inmediaciones de un estadio su ANAYA, Celina, ob. cit. p. 397).
auto para presenciar un partido de fútbol, y paga a quien
se dice hallarse autorizado para cobrar, lo que en realidad (107) FONTÁN BALESTRA, Carlos (ob. cit. p. 521).
hace es dejar el vehículo en una esfera de custodia que en (108) BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. p. 60/61).

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por tal razón pueden quedar en la vía pública. No en un cuerpo de roca o sedimentos expuestos en
se da la agravante si el propietario o tenedor se la superficie o situados en el subsuelo o bajo las
encuentra a bordo del vehículo o conduciéndolo, aguas jurisdiccionales”.
pero sí se da la agravante si el vehículo es dejado
en la vía pública en marcha. Por otra parte el art. 5º dispone: “El Instituto
Nacional de Antropología y Pensamiento Lati-
Por último, los “lugares de acceso público” no noamericano, dependiente de la Secretaría de
son sólo aquellos sitios públicos que se hallan Cultura de la Nación, será el organismo nacional
en la vía pública a los cuales se puede acceder competente que tendrá a su cargo las facultades
para dejar el vehículo (calles, paseos, avenidas, previstas en el artículo anterior del Patrimonio
caminos, autopistas), sino aquéllos que sin tener Arqueológico. La protección del Patrimonio
ese carácter cumplen idéntica función y quedan Paleontológico estará a cargo del organismo na-
sujetos a una tenencia simbólica, como podría cional que se establezca conforme con lo previsto
ser eventual y transitoriamente un sitio priva- por el art. 55 de la presente ley. Son funciones
do abierto al público (estacionamiento en un de cada uno dar cumplimiento a lo siguiente: a)
aeropuerto, supermercado, feria o exposición). Crear y organizar el Registro Nacional de Yaci-
No es lugar de acceso público el taller donde se mientos, Colecciones y Objetos Arqueológicos y
deja encomendado un vehículo para reparación el Registro Nacional de Yacimientos, Colecciones
ya que se transfiere un poder real a otro poder y Restos Paleontológicos, con la información que
real y la cosa no queda en una esfera de custodia se requerirá a las jurisdicciones locales. b) Crear
simbólica sino real. un Registro Nacional de Infractores y Reinciden-
tes. c) Establecer las correspondientes relaciones
En oportunidad de ser consultado —juntamente de coordinación y colaboración con los organis-
con otros colegas— propuse la modificación del mos competentes en la materia, existentes en
actual inc. 6º en los siguientes términos: “Cuando las provincias”.
el hurto fuere de vehículos motorizados dejados
en la vía pública o lugar de acceso público”. Que Con respecto al dominio de los bienes en cues-
responde al mismo texto del Anteproyecto. tión el art. 9º establece: “Los bienes arqueológicos
y paleontológicos son del dominio público del
3.5. Hurto de bienes provenientes de yacimientos Estado nacional, provincial o municipal, según el
arqueológicos o paleontológicos o cualquier otro ámbito territorial en que se encuentren, conforme
perteneciente al patrimonio cultural de la Nación a lo establecido en los arts. 2339 y 2340 inciso 9º del
Código Civil y por el art. 121 y concordantes de la
Este inciso recepta una nueva agravante que Constitución Nacional”. En sintonía con esto el art.
hace alusión a los bienes provenientes de yaci- 10 determina que “Los materiales arqueológicos
mientos arqueológicos o paleontológicos u otros y paleontológicos procedentes de excavaciones
pertenecientes al patrimonio cultural de la Nación, realizadas mediante concesiones o resultantes de
por la importancia trascendental que tiene para decomisos pasarán a poder del Estado nacional,
los fines culturales en general. En la Exposición provincial o municipal, según correspondiere,
de Motivos se hace una remisión a la ley 25.743 y quedando los organismos de aplicación facultados
por lo tanto a ella hay que dirigirse. a darle el destino que consideren más adecuado
De acuerdo a dicha ley (art. 2º) forman parte de y a fijar los espacios que reúnan los requisitos de
este patrimonio “las cosas muebles e inmuebles o organización y seguridad indispensables para su
vestigios de cualquier naturaleza que se encuen- preservación”.
tren en la superficie, subsuelo o sumergidos en Con atinencia al registro de los yacimientos
aguas jurisdiccionales, que puedan proporcionar hacen un detalle los arts. 11/15.
información sobre los grupos socioculturales que
habitaron el país desde épocas precolombinas El Registro Oficial de Colecciones u Objetos
hasta épocas históricas recientes. Forman parte Arqueológicos o Restos Paleontológicos está
del Patrimonio Paleontológico los organismos contenido en los arts. 16/22. Las concesiones se
o parte de organismos o indicios de la actividad regulan detalladamente en los arts. 23/34 y hay
vital de organismos que vivieron en el pasado ciertas limitaciones a la propiedad particular que
geológico y toda concentración natural de fósiles se contemplan en los arts. 35/37.

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La misma ley establece sanciones para las in- de esta actividad referida al presente ítem y lo
fracciones que cometan aquellos que no cumplan que hace el inc. e) es punir el hurto de los bienes
con determinadas reglas. Ello está estatuido en el que provienen de los yacimientos arqueológicos o
art. 38: “Las transgresiones a lo establecido en la paleontológicos de los que habla la ley en cuestión.
presente ley, serán reprimidas con las siguientes Normativa de relevante importancia.
penalidades: a) Apercibimiento. b) Multa: Esta
será establecida entre un mínimo de diez por 3.6. Hurto de bienes de valor científico, histórico,
ciento (10%) hasta tres veces el valor del bien o cultural o religioso
los bienes que hayan motivado la conducta san-
cionada. El Poder Ejecutivo nacional establecerá El Anteproyecto incorpora un conjunto de bienes
en la reglamentación de la presente ley una multa de singular valor —en consonancia con el anterior
dineraria para los casos donde la determinación inciso— que históricamente estuvieron en varios
del valor del bien sea imposible o dificultoso. proyectos de Código y en leyes de facto. En efecto,
Para la determinación de la multa se atenderá el Proyecto de 1891 —art. 198 inc. 1º (109)—, la ley de
a la gravedad de la falta cometida y al carácter reformas 4189 de 1903 (art. 22 b) 1º (110), Proyecto
de reincidente del infractor. c) Decomiso de los Segovia de 1895 (art. 220 incs. 1º y 2º (111) reeditado
materiales arqueológicos, paleontológicos y/o en el Proyecto de 1960 (art. 208 inc. 7º (112), en las
de los instrumentos utilizados para cometer la leyes de facto 17.567 (113) y 21.338 (114), Proyecto
infracción. d) Suspensión o caducidad de la con-
cesión. e) Inhabilitación. f) Clausura temporaria
o definitiva”.
(109) Art. 198: “Se aplicará penitenciaría de uno a cuatro
Pero además la legislación contempla delitos y años en los casos siguientes: 1º Cuando el hurto fuere de
cosas custodiadas en oficinas, archivos o establecimientos
penas propios de la actividad. En efecto: art. 46: públicos”. La Exposición de Motivos sobre el particular
“Será reprimido de un mes a un año de prisión expresa: “La aplicación de una pena mayor cuando el de-
o de reclusión y con inhabilitación especial de lito se cometiere en oficinas, archivos o establecimientos
hasta tres años, el que realizare por sí u ordenare públicos, se funda en la consideración del mayor respeto
realizar a terceros tareas de prospección, remo- y de la mayor seguridad que es necesario procurar a esos
ción o excavación en yacimientos arqueológicos establecimientos por ser mayor o más general del daño que
en ellos podía causarse”.
y paleontológicos”. Art. 47: “Si durante la comisión
del hecho descripto en la norma precedente, se (110) Art. 22: “...1º Cuando el hurto fuese de cosas custo-
diadas en oficinas, archivos o establecimientos públicos”.
produjere un deterioro en los objetos ocasionán-
dose una pérdida irreparable para el patrimonio (111) Art. 220: “Se aplicará penitenciaría de seis meses a
tres años en los casos siguientes: 1º Cuando el hurto fuere de
cultural del Estado, se estará incurso en el delito cosas custodiadas en oficinas, archivos, o establecimientos
de daño prescripto en los arts. 183 y 184 del Có- públicos; 2º Cuando fuere cometido en los cementerios,
digo Penal”. Art. 48: “Será reprimido con prisión tumbas o sepulcros sobre los objetos que los adornan o
de dos meses a dos años y con inhabilitación protegen, o que se hallan sobre los cadáveres o sepultados
especial de hasta cinco años, el que transportare, con éstos”.
almacenare, comprare, vendiere, industrializare (112) Art. 208 “Se aplicará prisión de uno a seis años en
o de cualquier modo pusiere en el comercio los casos siguientes: (...) 7º Si el hurto fuere de cosas de va-
piezas, productos o subproductos provenientes lor científico, artístico, cultural, militar o religioso, cuando
por el lugar en que se encuentran se hallan destinadas al
de yacimientos arqueológicos y paleontológicos servicio, a la utilidad o a la reverencia de un número inde-
nacionales e internacionales”. Art. 49: “La tenta- terminado de personas o libradas a la confianza pública”.
tiva de exportación e importación del territorio En la nota se dice que “...En el inc. 7º reunimos el hurto lla-
nacional de piezas, productos o subproductos mado sacrílego con el objeto de interés científico o cultural,
arqueológicos o paleontológicos y colecciones requiriendo siempre que el hecho se perpetre en el lugar
arqueológicas o paleontológicas, será pasible de (en el templo, en la biblioteca, etc.)”.
las penas previstas para el delito de contrabando (113) En el inc. 7º del art. 163 se reedita el texto del art.
establecidas en los arts. 863 y concordantes del 208 inc. 7º del Proyecto de 1960. En la Exposición de Motivos
se aduce que: “Extendemos la clásica hipótesis del hurto
Código Aduanero”. sacrílego a objetos de interés histórico, cultural, etc., pero
siempre y cuando estén librados a la confianza pública o
Estas son las principales normas que considero destinados a la utilidad o reverencia comunes”.
que deben tenerse en cuenta para la regulación (114) Se reproduce el texto del la ley de facto 17.567.

28 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Rubén E. Figari

de 1979 (art. 214 inc. 8º (115) y en el Anteproyecto número indeterminado de personas o libradas a
de Código Penal del MJDHN. (116) la confianza pública, ello no implica que queda
descartada esa situación, es más se entiende
La Exposición de Motivos del Anteproyecto que los bienes que menciona el inc. f ) estén o
con respecto a este inciso expresa: “El apartado no expuestos a ser vistos o reverenciados por un
anterior no comprende todas las cosas de valor número indeterminado de personas es indiferente
científico, histórico, cultural o religioso: el mate- y en el caso de objetos religiosos pueden estar
rial para investigaciones genéticas, una cosa de expuestos o dentro de los templos. En síntesis, la
interés histórico oriental, una imagen religiosa protección se puntualiza en la calidad de dichos
venerada pero de factura reciente, etc., sólo analó- bienes por su relevancia ínsita con prescindencia
gicamente podrían ser incluidas en el concepto de del lugar donde se encuentren. El hecho típico se
patrimonio cultural de la Nación, lo que resultaría concreta con la mera sustracción de los objetos
inconstitucional, por tratarse de una analogía mencionados en la norma, sin más.
integradora. Por ello se ha considerado necesario
su tipificación por separado”. Personalmente, en mi aporte reduje como lo
hacía el Anteproyecto de 2006 en una disposición
A diferencia de los textos que figuraban en los los incisos e) y f) con el siguiente texto: “Cuando
últimos antecedentes, se elimina los bienes de el hurto fuere de cosas de valor científico, artístico,
valor artístico y militar y se agrega el de valor cultural o religioso, o bienes que provengan de
histórico, pero no se contempla el lugar en que yacimientos arqueológicos, paleontológicos, o per-
se encuentran o si en el caso están libradas a la tenecientes al patrimonio histórico del país”.
confianza pública. Solamente se hace mención a
bienes de valor científico, histórico, cultural o reli- 3.7. Hurto calamitoso
gioso como objetos de un posible hurto calificado
o su tentativa, con prescindencia de cualquier otra Aquí el Anteproyecto simplifica la redacción
connotación. casuística del actual art. 163 inc. 2º pues habla del
hurto que se comete aprovechando las facilidades
Son cosas de valor científico, histórico y cul- de un accidente, desastre, conmoción pública
tural los objetos de estimación general porque o infortunio particular del damnificado. Lo cual
representan manifestaciones importantes de resulta acertado. La Exposición de Motivos sim-
esas ramas del conocimiento y son objetos de plemente acota que este inciso corresponde al
valor religioso las imágenes, crucifijos, muebles vigente inc. 2º del art. 163.
y ornamentos sagrados, los enseres destinados a
la celebración del culto cualquiera sea la religión En definitiva se aplican los mismos desarrollos
de que se trate. Al omitir la circunstancia de que doctrinales y jurisprudenciales actuales.
estén al servicio o utilidad o reverencia de un
En efecto, esta agravante tiene como funda-
mento la menor defensa que puede proporcionar
(115) Art. 214: “Se aplicará prisión de uno a seis años en el sujeto pasivo ante ciertos acontecimientos
los casos siguientes: 8º Si el hurto fuere de cosas de valor que desbordan sus previsiones y que en realidad
científico, artístico, histórico, cultural, militar o religioso, constituyen una especie de catástrofe o desastre y
cuando, por el lugar en que se encuentran, están destinadas por ende se castiga con mayor énfasis la actitud de
al servicio, a la utilidad o a la reverencia de un número inde-
terminado de personas o libradas a la confianza pública”. quien aprovecha tal circunstancia para apoderarse
de los bienes de las víctimas de tales eventos. Son
(116) Art. 168: “Agravantes. Se aplicará prisión de SEIS (6)
meses a CUATRO (4) años en los casos siguientes:...inc. i) los vulgarmente conocidos como actos “de pillaje”.
cuando el hurto fuere de bienes de valor científico, cultural También se extiende la punición al hurto que se
o religioso, los provenientes de yacimientos arqueológicos comete aprovechando un infortunio particular. Es
o paleontológicos, o pertenecientes al patrimonio histórico decir que se trata de dos hipótesis. (117)
del país”. En la Exposición de Motivos se explica que “Tam-
bién se han incluido aquí la tutela del patrimonio histórico “Subjetivamente, quien se aprovecha de las
y los bienes culturales. Hemos optado, en esta materia por facilidades emergentes de estos momentos de
definir en el hurto agravado el apoderamiento de bienes
científicos, culturales, religiosos o de yacimientos arqueo-
lógicos o paleontológicos pertenecientes al patrimonio
histórico del país”. (117) FIGARI, Rubén, “Hurtos...” (ob. cit. p. 193).

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 29


DPyC ANÁLISIS DEL ANTEPROYECTO DEL CÓDIGO PENAL

perturbación o de desgracia, generalizada o in- naturales, ya se trate de terremotos, inundaciones,


dividual para apoderarse ilegítimamente de las tornados, epidemias, etc. siempre y cuando por
cosas de los afectados por estos acontecimientos sus dimensiones traiga como consecuencia una
o situaciones, violando elementales deberes de efectiva anulación de las defensas que normal y
solidaridad humana, convirtiendo ‘en ocasión habitualmente las personas dedican a sus cosas.
de agravio lo que era de auxilio’ de muestra una Por ello el desastre tiene que ser público y alcanzar
mayor criminalidad subjetiva”. (118) un número indeterminado de personas o bienes,
aunque el hecho pueda llegar a determinarse (p.
Si bien se ha suprimido la frase “con ocasión” es ej. una catástrofe aérea, ferroviaria o carretera
evidente que ello sigue teniéndose en cuenta en el en la que se pueden contabilizar los pasajeros).
momento del acaecimiento de cualquiera de los El desastre no sólo debe tener un contenido es-
accidentes, desastres o conmoción pública, por- trictamente material que afecte de esa manera al
que ello tiene relación con el “aprovechamiento”, sujeto pasivo del hurto sino que puede también
es decir, valiéndose de aquella situación —ten- que lo haya afectado moral o psíquicamente y de
dencia especial de autor—. “Con esto se subraya ese modo provocarle un estado de pánico, temor
la necesidad no sólo de que exista la mencionada u otro estado de ánimo similar, que por sus con-
ocasión, sino que es menester también que el notaciones lo distrae de la atención y vigilancia
acontecimiento haya debilitado la defensa que la de las cosas. (121)
víctima habría podido ejercer normalmente sobre
la cosa”. (119) Conmoción pública consiste en la perturbación
en forma violenta de la tranquilidad pública que
De allí que el hurto cometido luego de transcu- conlleva una situación de confusión o desorden
rrir un tiempo del suceso, vale decir, pasados los multitudinario que provoca el hombre o un grupo
momentos de conmoción, confusión o angustia, de éstos, cualquiera sea la motivación. (122) Se
aunque recaigan sobre cosas sin vigilancia o requiere que esa conmoción general sea intensa
abandonadas por su dueño como consecuencia y que por ende tenga como resultado un menos-
del hecho, no es atrapado por la agravante. cabo de la vigilancia privada de los bienes que
haga más propicia la comisión del delito, no lo
Al accidente se la ha quitado la circunstancia es una simple aglomeración de personas aunque
actual de que sea ferroviario, de modo que abarca sea numerosa (p. ej. una manifestación popular,
cualquier tipo de accidente sea vial, aéreo, fluvial aunque si ésta se desborda y adquiere el carácter
o marítimo —de hecho así lo había considerado de una gran perturbación, ya se estaría ante una
la doctrina, por entender que el primer párrafo conmoción pública).
del artículo vigente es ejemplificativo— y debe
tener características de cierta cuantitatividad en La doctrina ha considerado que el damnifi-
lo referente a las víctimas, de lo contrario se incur- cado se encuentra en un estado de infortunio
sionaría en el último párrafo de este mismo inciso particular por el hurto que ha sido cometido en
—infortunio particular del damnificado—. su desmedro, cuando se encuentra en un estado
desgraciado, física —enfermedad, lesión, etc.— o
Desastre implica un mal grande, o de vastas moralmente —desgracia afectiva—, o lo aflige un
proporciones que afecta a muchas personas, hecho o acaecimiento de la misma índole lo cual
lesiona muchos intereses y generalmente resulta influye sobre la persona que tiene el objeto, con
de alguna catástrofe. (120) El mismo puede ser la consiguiente minoración de la vigilancia que
originado por el hecho del hombre, tal es el caso de ejerce sobre aquél.
un incendio, una explosión, un accidente ferrovia-
rio, aéreo o carretero, etc. —en esto se superpone Lo verdaderamente relevante en este cuadro
a la anterior situación— o también por fuerzas es que la persona se encuentre ya o que en el mo-
mento del hecho sea víctima física o moral de una
desgracia, cualquiera sea ella o su causa, incluso si
(118) FERNÁNDEZ de MOREDA, Francisco, “Hurto ca-
lamitoso” en “Enciclopedia Jurídica Omeba”, t. XIV, p. 672;
NÚÑEZ, Ricardo (ob. cit. p. 196). (121) FIGARI, Rubén, “Hurtos...” (ob. cit. p. 197).
(119) TOZZINI, Carlos (ob. cit. p. 204). (122) ESTRELLA, Oscar — GODOY LEMOS, Roberto
(120) MORENO (h), Rodolfo (ob. cit. p. 117). (ob. cit. p. 339).

30 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Rubén E. Figari

le es imputable al que la sufre debido a que la cir- Asimismo, como ya se ha anticipado, la causa
cunstancia de la responsabilidad de éste respecto puede ser tanto física como moral, en el caso de
a la causa del infortunio, no excluye ni la mentada una persona abrumada por una desgracia de ca-
minoración de sus posibilidades de defender la rácter afectivo, como la muerte de un ser querido,
cosa ni el valor sintomático del delito. De allí que en tanto y en cuanto, por tal circunstancias sus
la imprevisibilidad del infortunio no es condición bienes aparezcan expuestos a la fe pública, concita
del agravamiento. (123) Por ello, es indiferente la agravante, lo mismo que el caso del que roba o
que pueda tratarse tanto de una enfermedad de la hurta en la casa donde alguien ha muerto, aprove-
cual el sujeto es totalmente inocente, como de un chando la tribulación y la costumbre de permitir
estado de inconsciencia por ebriedad voluntaria, la entrada de gente en el domicilio. (127)
excluyéndose el hurto al que duerme, porque
dicho estado no es un infortunio. (124) Es controvertida la opinión sobre si se admite
la posibilidad de que la persona que ha muerto
Moreno (h.), sobre el particular entiende que pueda ser sujeto pasivo del delito cuando ha sido
debe tratarse de una situación imprevista que se precisamente la muerte el infortunio sufrido y un
haya producido a una persona determinada y tercero no lo haya sustituido aún en la tenencia
agrega que el hurto hecho a un sujeto defectuoso, de las cosas que sustrae el agente, porque se ha
a quien le falta un sentido o un órgano no es un dicho que el muerto no es ya persona y amén de
hurto especial a causa del infortunio que significa que el damnificado no puede ser aquél, los efectos
el defecto, caso contrario se habrían creado por pasaron a ser de propiedad o tenencia de los he-
imperio de la ley situaciones de desigualdad y rederos. Comparto la solución afirmativa que da
se tendrían criterios distintos con referencia a Núñez, pues se respalda en la normativa del art.
las diversas personas. En cambio, si el delito se 185 inc. 2º del C.P. que exime de responsabilidad
ejecutase sobre una persona que estaba domi- criminal, sin perjuicio de la civil, por los hurtos,
nada por una enfermedad, de un individuo a defraudaciones o daños que recíprocamente se
quien le hubiese acometido un acceso o dado causen: “inc. 2º el consorte viudo, respecto de
un ataque, el autor sería de hurto especialmente las cosas de pertenencia de su difunto cónyuge,
agravado. (125) mientras no hayan pasado a poder de otro”. (128)

Con respecto a la afirmación que hace Moreno Otra cuestión que se discute es la referida a si
en lo concerniente a que los males crónicos no son el infortunio particular de la víctima sólo debe
considerados como infortunios particulares, ergo afectar a ésta o también a los bienes. Sobre esta
como agravante del hurto, Soler responde que no temática la jurisprudencia no ha sido muy pacífica
hay razón suficiente a esta forma de limitación, desde antaño, pues, por un lado, hubo fallos que
porque lo importante es que se trate de una situa- entendían que la agravante debía aplicarse tam-
ción de infortunio por efecto de la cual los bienes bién en circunstancias relacionadas con las cosas
del perjudicado quedan expuestos a más eficaces en particular y no solamente cuando los hechos
agresiones, y que el ladrón se aproveche de esa afectaren a las personas, ya que existen ciertos su-
situación. “Suele decirse, por ejemplo que en caso cesos o eventos que pueden afectar directamente
de enfermedades crónicas la víctima ha tenido a los bienes, y de los cuales el actor puede valerse
tiempo de tomar precauciones. Pero ¿qué pre- de todos modos al ver disminuidas las defensas
cauciones puede tomar un ciego de que alguien sobre las cosas del damnificado, como es el caso
se le acerque y le saque el reloj? Lo importante es de agravar el hurto cuando está rota la vidriera del
que se establezca la conexión entre la situación negocio de la víctima. En tanto, que por otra parte
objetiva de infortunio y la facilidad derivada de hubo fallos que interpretaron que el suceso des-
ella para el ladrón”. (126) graciado, o infortunio, debía afectar directamente
al sujeto pasivo del hurto, ya que el fundamento
de la agravante pone acento en tal circunstan-
cia, debido a que se basa, esencialmente, en el
(123) NÚÑEZ, Ricardo (ob. cit. ps. 199/200).
(124) FIGARI, Rubén, “Hurtos” (ob. cit. ps. 198/200). (127) Ídem (ob. cit. p. 218).
(125) MORENO (h), Rodolfo (ob. cit. ps. 117/118). (128) NÚÑEZ, Ricardo (ob. cit. p. 200) y TOZZINI, Carlos
(126) SOLER, Sebastián (ob. cit. ps. 217/218). (ob. cit. p. 208).

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DPyC ANÁLISIS DEL ANTEPROYECTO DEL CÓDIGO PENAL

debilitamiento de la defensa que el propietario texto: “Cuando el hurto se cometiere aprovechando


tenedor ejerce sobre sus bienes, vale decir, que si las facilidades provenientes de un accidente, de-
la defensa es llevada a cabo por el propietario del sastre, conmoción pública o infortunio particular
bien, la única forma de que ésta se vea debilitada del damnificado”, que es coincidente con el del
es que el infortunio particular haya sido sufrido Anteproyecto.
por la víctima y no por los bienes. (129)
3.8. Hurto con ganzúa, llave, instrumento seme-
Pero más allá de las razones que se mencionan jante o artificio técnico
como características de la expresión “infortunio
particular del damnificado”, se requiere el “aprove- El Anteproyecto en este inc. h) modifica en algo
chamiento” de la circunstancia que se concretiza en algunos de los conceptos empleados en el art. 163
la anterior fórmula, o sea que el tipo debe contener, inc. 3º del Código vigente pues a los consabidos
además del conocimiento del desastre o infortunio, usos de ganzúa, llave u otro instrumento seme-
la voluntad de aprovecharse de las facilidades que jante, se le agrega el de un “artificio técnico”, todos
se derivan de la disminución de la vigilancia, es ellos falsos o verdaderos, hallados o apoderados
decir, un elemento subjetivo del tipo distinto del o en cuya tenencia se hubiese entrado por error
dolo, de tendencia, cuyo efecto es limitar el poder y que hicieran operar un ingenio mecánico o
punitivo estatal, al restringir el alcance del tipo, en electrónico. Es decir que se adecua la norma a las
palabras de Zaffaroni- Alagia -Slokar. tecnologías vigentes o por venir. La Exposición de
Motivos sólo alude a su correspondencia con el
A tenor de todo lo expuesto anteriormente se vigente inc. 3º del art. 163.
puede llegar a la conclusión de que el infortunio
particular del damnificado debe estar regido por En primer término, se debe tener en claro que
una causa realmente de trascendencia que supera para la aplicación de la agravante de que se trata se
en todo momento las de una mera contrariedad, debe partir del presupuesto básico de la existencia
de modo que ese infortunio no se puede identificar de un lugar o recinto cerrado, cuya entrada, ya sea
con cualquier pesar o acontecimiento negativo en puerta, ventana u otra abertura tiene una cerradu-
la vida de una persona. Por otra parte, se requiere ra con llave echada y aquélla no es cualquier modo
el aprovechamiento de dicha situación por parte de cierre sino que consiste en un mecanismo
del agente, es decir, que éste se prevalezca del que se cierra y abre mediante una herramienta o
evento sufrido por el sujeto pasivo, lo cual revela instrumento llamado llave (132), de modo que es
en aquél un grosero sentimiento de perversidad al menester que el obstáculo pueda ser superado sin
aprovechar la circunstancia desventajosa que pa- utilizar fuerza, simplemente haciendo funcionar
dece este último en el contexto del evento. (130) normalmente la llave, de lo contrario se estaría
ante un caso de robo y si el lugar o recinto no
Bien señalan Breglia Arias-Gauna que el motivo estuviera cerrado en todas sus dimensiones no se
del infortunio del damnificado no alcanza sus co- daría la agravante.
sas, sino que se refiere a su persona y, además debe
tener un grado intenso; “no es cualquier pesar o En este inciso quedan incluidos no sólo la
acontecimiento negativo”, sino aquel que provoca ganzúa o llave falsa, sino cualquier utensilio
un sentimiento de compasión y, por lo tanto, no es —instrumento semejante o artificio técnico—
una mera contrariedad. (131) capaz de abrir una cerradura, mecánica, eléctrica
o electrónica, sin romperla ni forzarla; y pueden
En lo personal también propuse simplificar la ser consideradas llaves las claves digitales que se
redacción del presente inciso con el siguiente pulsan y abren un cierre. Laje Anaya y sus colabo-
radores asimilan la tarjeta magnética con la llave
en el caso, por ejemplo, de la extracción de fondos
(129) DONNA, Edgardo (ob. cit. p. 116). en los cajeros automáticos. (133)
(130) FIGARI, Rubén, “¿Cuándo no hay hurto calamitoso
por infortunio particular del damnificado?”, en “Revista
de Derecho Penal y Criminología”, LL año 3, nº 4, mayo,
2013. (132) NÚÑEZ, Ricardo (ob. cit. p. 203).
(131) BREGLIA ARIAS, Omar — GAUNA, Omar (ob. cit. (133) LAJE ANAYA, Justo, LAJE, Sebastián, LAJE ROS,
p. 102). Cristóbal, LAJE ANAYA, Celina (ob. cit. p. 349).

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Ganzúa consiste en un instrumento que dadas Llave falsa: se tiene por tal aquella que en princi-
sus características está destinado a abrir diferentes pio no ha sido destinada para abrir la cerradura por
cerraduras, haciéndolas funcionar y puede ser quien tenía el derecho a hacerlo y vendría a ser una
de alambre o cualquier otro material, doblado réplica de la verdadera, fabricada expresamente
en un extremo a modo de garfio que sin llegar a con desconocimiento del dueño. Se dice que este
constituir una llave y utilizado con cierta habilidad concepto está determinado más por su destino que
sirve para abrir la cerradura pues conduce a hacer se le da que por su naturaleza física, ya que es llave
funcionar el mecanismo de la misma. Tal como lo falsa toda aquella que no está específicamente des-
manifiesta Fontán Balestra al referir en el mismo tinada a abrir una cerradura determinada, de allí
sentido que se trata de un alambre doblado para que se ha equiparado a una llave falsa, la llave ver-
hacer una palanca y correr los pestillos sin que dadera que, por ejemplo, el ladrón hizo hacer por
sea relevante la distinción precisa entre ganzúa su cuenta o que también eventualmente se reservó.
y otro instrumento semejante, ya que la ley los Asimismo puede caer dentro de esta configuración
equipara como medios aptos para perpetrar el la llave de otra cerradura que sirve al ladrón para
hurto agravado. (134) abrir una puerta diferente. (138)

En realidad lo que es determinante en la aplica- Llave verdadera es aquella que originalmente


ción de la agravante no es la naturaleza intrínseca utiliza el propietario para abrir la cerradura. “De
del instrumento utilizado sino su carácter idóneo tal forma será verdadera no sólo la llave expresa-
para abrir la cerradura mediante una maniobra mente fabricada para la cerradura y que su titular
mecánica no violenta, como si se hiciera lo propio utilice para abrirla, sino también una ganzúa o
con una llave. De allí que no tiene ese carácter un cualquier otro instrumento semejante que aquél
instrumento sólido con el cual se abra la puerta use con esa finalidad. Ninguna llave es verdadera
mediante presión para hacer saltar los batientes sino en relación a su destino por lo que sólo tendrá
o el pestillo mismo de la cerradura, pues esas ac- ese carácter la llave (o instrumento semejante)
ciones importan fuerza en las cosas y no una habi- que legítimamente haya sido destinado a abrir la
lidad o destreza. (135) Así consigna Donna que se cerradura”. (139) El Anteproyecto suprime la pa-
debe tener presente en todos estos supuestos que labra sustraída por la de “apoderado”, se conserva
la existencia de un daño en la cerradura configura la acción de ser “hallada” y se agrega la circuns-
el delito de robo por aplicación de fuerza sobre la tancia de entrar en la tenencia por error, es decir,
cosa y en consonancia con ello la jurisprudencia mediante un engaño u ardid.
llegó a la conclusión de que la llamada “yuga”
—que es un elemento de metal en forma de “T” Laje Anaya sostiene que no es necesario que ese
utilizado para forzar las cerraduras— es más bien poder hubiese sido adquirido por hurto, porque
un elemento que sirve para el robo, en estos casos aunque éste se cometa por sustracción, la ley se
(art. 167 inc. 4° del C.P.), pues con ese elemento refiere a la llave sustraída —tal el texto actual—,
se provoca fuerza sobre las cosas. (136) Empero, pero no necesariamente hurtada, referencia que
y dado que el abrir con una ganzúa nunca es tan indica que también sustrae, el que por medio de
suave como hacerlo con la llave, no deben consi- fraude, logra por engaño que el titular de la esfera
derarse como muestras de fuerza las que pueda de custodia se la entregue. (140) Argumento válido
dejar la ganzúa, ni aún cuando en adelante quede para la redacción imbricada en el Anteproyecto.
dificultado el uso de la cerradura o se eche a per-
der, siempre que la apertura se haya realizado en La llave también puede haber sido hallada,
virtud del funcionamiento normal de los pestillos vale decir, encontrada por el agente o un tercero
sobre el cerrojo. (137) después de haberla extraviado, perdido u olvidado
el tenedor. Resulta irrelevante que el autor o el

(138) Ídem (ob. cit. p. 211).


(134) FONTÁN BALESTRA, Carlos (ob. cit. p. 511). (139) ESTRELLA, Oscar - GODOY LEMOS, Roberto (ob.
cit. p. 341).
(135) SOLER, Sebastián (ob. cit. p. 219).
(140) LAJE ANAYA, Justo, “Ganzúa, llave falsa, instru-
(136) DONNA, Edgardo (ob. cit. p. 71/72). mento semejante, y la llave verdadera sustraída, hallada o
(137) TOZZINI, Carlos (ob. cit. p. 211). retenida, en el delito de hurto”, LL 1998-C-1230.

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tercero la haya buscado, o la haya encontrado sin prudenciales guardan su vigencia. La Exposición
proponérselo. Así por ejemplo se ha entendido de Motivos remite al vigente inc. 4º del art. 163.
que la llave dejada debajo de un felpudo y tomada
por el ladrón, califica el hecho, ya que demuestra La Real Academia Española define el esca-
la voluntad del dueño de que no cualquiera pueda lamiento como la “acción o efecto de escalar” lo
utilizar la llave. (141) que equivale a: “1. Entrar en una plaza u otro lugar
valiéndose de escalas. 2. Subir, trepar por una gran
El instrumento es semejante a la llave cuando sin pendiente o una gran altura. 3. Por ext., entrar su-
ser ganzúa, ni llave en sentido estricto es análogo y brepticia o violentamente en alguna parte, o salir
permite, por su función, como aquélla, la apertura de ella rompiendo una pared, un tejado, etc.”.
y cierre o sólo lo primero, de cosas que impiden ser
abierta sin su empleo o uso. En este sentido, son En realidad el escalamiento lleva implícito el
análogos a la llave, los llamados controles remotos y empleo de un esfuerzo, agilidad o artificio por
las tarjetas magnéticas. (142) Según Fontán Balestra parte del sujeto activo para vulnerar la mayor
la distinción entre una ganzúa y otro instrumento defensa puesta por el sujeto pasivo que pone para
semejante carece de importancia, puesto que la ley el resguardo de la cosa e implica tanto un ascenso
coloca ambos en pie de igualdad. (143) Soler refiere como un descenso al lugar.
que la semejanza es meramente funcional porque
lo importante es el vencimiento del resguardo pre- Si bien más arriba se dio una definición de lo que
dispuesto por la cerradura, mediante una maniobra en la lengua castellana significa escalamiento, el
mecánica no violenta. (144) Código en realidad no lo define, como ocurre en
otras legislaciones, de modo que se debe hacer una
El objetivo del uso de los objetos mencionados interpretación de la norma. Anteriormente era fre-
utilizados en este hurto calificado es el de “hacer cuente la idea de que el escalamiento se realizara por
operar un ingenio mecánico o electrónico” con lo una vía no destinada al efecto. Esto en realidad viene
cual quedan comprendidas tanto las cerraduras a constituir uno de los requisitos pues no existirá
convencionales como las de sistemas electromag- tal situación, por dificultoso que le haya resultado
néticas o a control remoto o cualquier otro sistema al sujeto activo, si el acceso al lugar se logró por vía
que pueda aparecer en el futuro. destinada a la entrada o por la no destinada, pero sin
ascenso o descenso, de ello se deduce que el segundo
En lo que a mí concierne y con el objeto de aggior- ingrediente requerido para que haya escalamiento
nar el actual inciso, propuse una redacción quizás un se hace menester la superación de las defensas pre-
poco más detallada de la que asume el Anteproyecto, dispuestas de la cosa, sea que hayan sido colocadas
pero que en definitiva tiene su punto de contacto específicamente para ello o con cualquier otro fin,
con la norma en cuestión: “Cuando se hiciere uso de por ejemplo decorativa, pero que realmente cum-
ganzúa u otros instrumentos análogos, llaves falsas, plan un resguardo de la cosa de modo que el sujeto
tarjetas, magnéticas o perforadas, los mandos o ins- activo deba desplegar un esfuerzo o habilidad. “No
trumentos de apertura a distancia y cualquier otro se calificará el hurto, aún cuando el acceso donde
instrumento tecnológico de eficacia similar, o llave se encuentra la cosa sea por vía no destinada a ello,
verdadera o dichos artificios tecnológicos que hubie- cuando para lograr ese acceso sólo se requieran
sen sido sustraídos, hallados o retenidos”. simples saltos o descensos que no demanden gran
3.9. Hurto con escalamiento esfuerzo, o que los obstáculos puedan superarse
fácilmente, sin esfuerzo o sin despliegue de especial
Esta modalidad conserva la misma característi- habilidad o destreza”. (145)
ca del texto actual, por ende como en varios casos
anteriores, todos los aportes doctrinarios y juris- Vale decir que al requerirse ambos requisitos
deben quedar excluidos los casos en que se accede
a una cosa que está situada fuera del alcance del
(141) DONNA, Edgardo (ob. cit. p. 71) citando a CREUS, sujeto activo, por circunstancias que no proponen
Carlos, TOZZINI, Carlos (ob. cit. p. 213) citando a FONTÁN el indicio de una especial protección por parte del
BALESTRA, Carlos.
(142) LAJE ANAYA, Justo (ob. cit. “Estudios...”, p. 651).
(143) FONTÁN BALESTRA, Carlos (ob. cit. p. 515). (145) ESTRELLA, Oscar - GODOY LEMOS, Roberto (ob.
(144) SOLER, Sebastián (ob. cit. p. 219). cit. p. 345).

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propietario como aquellos otros en los que se utilizan deben considerar las cosas no ya desde el punto
algunos procedimientos que no implican el acceso de vista de la intención protectora del propietario,
personal al lugar de la sustracción. Tal sería el caso sino de la diligencia puesta en el sentido de esa
que ut retro se menciona de la tapia derrumbada, protección. (149)
tampoco el caso de verjas decorativas de poca altura,
ni cuando se toma algo por una ventana abierta o El escalamiento, según la mayoría de la doctrina,
cuando se utilizan artilugios mecánicos y se sustraen resulta irrelevante a los fines de la agravante que se
los objetos que se almacenan en la terraza del vecino realice en forma externa o interna pues da lo mismo
o cuando se trepa por una fachada para arrancar que se escalen muros u obstáculos que limitan
las rejas de la ventana. De la misma manera no son con el exterior de la vivienda o inmueble donde se
defensas predispuestas los obstáculos que permiten encuentra la cosa, como si se escalan muros u obs-
el paso a través de ellos, como el alambrado de hilos táculos de habitaciones o construcciones internas
separados o aquéllos cuya función defensiva no se en la medida de que sea necesario para tener acceso
ejerce de un modo concreto y efectivo por voluntad al objeto sujeto de sustracción. (150)
o negligencia del tenedor. (146)
Donde hay discordancia en la doctrina es res-
Estas condiciones que deben reunir los obstácu- pecto a si es necesario que en el escalamiento el
los es una apreciación de una cuestión de hecho cuerpo del sujeto activo penetre al recinto donde
que debe analizarse en cada caso en particular y se encuentra la cosa. Así, una parte de aquélla esti-
que deberá tenerse en cuenta más que por la inten- ma que esto debe ser así y que no es suficiente con
ción del propietario al colocar el obstáculo, por su subirse a la pared y desde allí sustraer las cosas que
aptitud real defensiva y por el esfuerzo o habilidad se encuentran en el interior del lugar, por ejem-
del infractor para superarlo. (147) Además debe plo, introduciendo un brazo o ayudándose con
haber solución de continuidad en el cercamiento otro elemento como prolongación de aquél. Esta
ya que en ese supuesto no habría necesidad de tesitura se enanca en los precedentes legislativos y
escalar para entrar, por ejemplo, el caso de una fundamentalmente en la significación gramatical
tapia o pared parcialmente derrumbada o con un del vocablo “escalar”, que significa entrar. (151)
agujero, tampoco deben existir circunstancias que
de alguna manera faciliten el ascenso o descenso, ya Otra parte de la doctrina se ampara en el hecho
sea producto de la misma estructura del inmueble de que aquí existe una diferencia con lo que pre-
o de la negligencia del sujeto pasivo quien deja, por veía el inc. 3° cuando hablaba de penetrar al lugar
ejemplo, una escalera apoyada. donde se hallaba la cosa, en ese caso no existía
ninguna duda para que se registre la agravante,
Creus-Buompadre explican con una serie de cosa que no sucede en éste, ya que el mismo sólo
ejemplos que la defensa predispuesta puede requiere ascenso o descenso y es suficiente que
consistir en construcciones sólidas, permanen- se concrete eso por parte del agente, no siendo
tes o temporales, por ejemplo, cerco de chapa necesario que penetre al lugar donde se encuentra
de una obra en construcción o de cercos que no el bien. Es así que si aquél subió a la pared o muro
permiten el paso a través de él, como ocurre con y desde allí extrajo los bienes estirando su brazo
el alambre tejido y hasta pueden ser vivos, como o ayudado con otro instrumento, el escalamiento
el cerco de plantas. (148) Tal como dice Soler se se encuentra perpetrado. (152)

(146) DONNA, Edgardo (ob. cit. p. 78). (149) SOLER, Sebastián (ob. cit. p. 226).
(147) Es importante poner de resalto que la jurispruden- (150) ESTRELLA, Oscar - GODOY LEMOS, Roberto (ob.
cia ha interpretado que no ha menester que para realizar cit. p. 346), SOLER, Sebastián (ob. cit. p. 225), NÚÑEZ,
el escalamiento se lleven a cabo maniobras sumamente Ricardo (ob. cit. p. 211), CREUS, Carlos — BUOMPADRE,
complicadas o que pongan de manifiesto una especial Jorge (ob. cit. p. 447), LAJE ANAYA, Justo — GAVIER, Enrique
destreza por parte del agente. “Determinar cuál es la altura (ob. cit. p. 304), FONTÁN BALESTRA, Carlos (ob. cit. p. 516),
o la profundidad apropiadas, así como el esfuerzo realizado BREGLIA ARIAS, Omar — GAUNA, Omar (ob. cit. p. 99),
a la maña empleada para vencer los obstáculos constituyen BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. p. 57).
cuestiones de hecho que deberán ser apreciadas en cada caso (151) NÚÑEZ, Ricardo (ob. cit. p. 211), FONTÁN BALES-
particular” (Cfme. BUOMPADRE, Jorge, ob. cit. p. 57). TRA, Carlos (ob. cit. p. 516).
(148) CREUS, Carlos — BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. (152) SOLER, Sebastián (ob. cit. p. 224), CREUS, Carlos -
p. 445). BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. p. 447), ESTRELLA, Oscar - GO-

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DPyC ANÁLISIS DEL ANTEPROYECTO DEL CÓDIGO PENAL

Derivado de esta cuestión también existe dis- ejercicio de su cargo”, en tanto que la actual norma
crepancia con respecto al hecho de si sólo el esca- alude a los “miembros integrantes de la fuerza de
lamiento es relevante para calificar exclusivamente seguridad, policiales o del servicio penitenciario”.
en la acción de entrar o también comprende la salida
del agente. Es así que algunos entienden que ate- La Exposición de Motivos con respecto al inciso
niéndose a que el término “escalar” implica “entrar” j) dice: “El vigente texto del art. 163 bis conforme
—introducirse al lugar— y por ende, no salir, en este al art. 2º de la ley 25.816, agrava el hurto cuando
caso no existiría la calificante del escalamiento. (153) el autor del delito fuere miembro de las fuerzas de
También adherían a esta posición quienes sostenían seguridad, policiales o del servicio penitenciario,
la teoría de la amotio, ya que consideraban que el por el mero hecho de serlo. Esta disposición,
escalamiento para salir no calificaba el hecho dado redactada en esos términos, es claramente dis-
que el hurto ya se había consumado. criminatoria, pues califica la conducta sólo por
la pertenencia del agente a una función pública
En el otro sendero se encuentran los que en- determinada. Se supone que la condición de fun-
tienden que la figura del inc. 4° requiere que el cionario debe pesar sobre cualquier funcionario y
escalamiento sea utilizado para la perpetración no sólo por pertenecer a una fuerza de seguridad
del delito, es decir, para consumarlo y si se es (un juez, un legislador, un militar, se supone que
coherente con la teoría de la ablatio y dentro de tienen mayor deber frente a la sociedad que un
ella con la de la “disponibilidad”, ello implica que agente policial). Pero, por otro lado, tampoco el
para la adquisición del poder se hace menester puro hecho de pertenecer a una fuerza policial
que el sujeto activo debe salir del recinto de donde puede calificar una conducta, sino sólo cuando
tomó la cosa y si lo hace escalando ha consuma- éste haya cometido el hecho con motivo o en oca-
do el delito en la forma agravada. En tal sentido sión de la función, pertenezca o no a una fuerza
Soler es sumamente claro cuando sostiene que de seguridad: un secretario de juzgado o un juez,
el cerco u obstáculo que defiende la cosa no sólo que aprovechare un allanamiento para apoderarse
sirve para impedir que el ladrón llegue a ella sino de un cuadro, no cometería un hurto menos grave
también para impedir que se la lleve. Esta es la que del policía que realizare la misma conducta.
opinión que surge con más consistencia y que es En razón de lo expuesto se propone reformular el
coherente con la teoría de la disponibilidad a la precepto en la forma proyectada”.
cual adherí, porque el bien debe salir de la esfera
de custodia del tenedor y si ese hecho acontece La norma proyectada al aludir al “funcionario
mediante escalamiento, es evidente que se está público” necesariamente remite al Título X del Li-
ante la agravante. (154) bro Primero “Significación de conceptos emplea-
dos en el Código” (art. 63) y en el punto 4º inc. c)
3.10. Hurto calificado por la función lo define con mayor amplitud que el texto vigente:
“Con ‘funcionario público’ y ‘empleado público’ se
La presente y última calificación equivale al
abarca a todo el que participa en forma accidental
actual art. 163 bis, sólo que los sujetos activos se
o permanente del ejercicio de funciones públicas,
amplían pues el Anteproyecto hace referencia a “un
sea por elección popular o por nombramiento de
funcionario público con motivo o en ocasión del
autoridad competente. Se entenderá por ‘funcio-
nario público de otro Estado’ o de cualquier enti-
DOY LEMOS (ob. cit. p. 347), BREGLIA ARIAS, Omar - GAUNA, dad territorial reconocida por la Nación Argentina,
Omar (ob. cit. p. 99), TOZZINI, Carlos (ob. cit. p. 219). a toda persona que haya sido designada o electa
(153) NÚÑEZ, Ricardo (ob. cit. p. 210), FONTÁN BALES- para cumplir una función pública, en cualquier de
TRA, Carlos (ob. cit. p. 515), DONNA, Edgardo (ob. cit. p. 81) sus niveles o divisiones territoriales de gobierno,
parece seguir esta postura de acuerdo a los antecedentes o en toda clase de organismo, agencia o empresa
que cita. BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. p. 57), TOZZINI, pública en donde el Estado ejerza una influencia
Carlos (ob. cit. p. 220), DAMIANOVICH de CERREDO, directa o indirecta”.
Laura (ob. cit. p. 104).
(154) SOLER, Sebastián (ob. cit. p. 225), CREUS, Carlos - Creo que la redacción de la norma del art. 140,
BUOMPADRE, Jorge (ob. cit. p. 447), BREGLIA ARIAS, Omar
-GAUNA, Omar (ob. cit. p. 99), ESTRELLA, Oscar - GODOY LE- punto 2, inc. j) como la remisión al art. 63, punto
MOS, Roberto (ob. cit. 348), LAJE ANAYA, Justo, LAJE, Sebastián, 4 inc. c), por su diafanidad me eximen de mayores
LAJE ROS, Cristóbal, LAJE ANAYA, Celina (ob. cit. p. 371/74). comentarios. u

36 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Análisis del Anteproyecto del Código Penal

Mínimos de escalas penales indicativos


Por Daniela R. Part

Sumario: I. Introducción. — II. El tema en la doctrina y la jurisprudencia


actuales. — III. Supuestos desarrollados por el anteproyecto. — IV. Con-
clusiones. — V. Bibliografía.

I. Introducción del agente. Este conflicto ha sido tomado por el


anteproyecto de reforma del Código Penal de la
Sin lugar a mucho debate la doctrina ha asu- Nación en el artículo 19 y será el objeto de estudio
mido que la pena a imponer no podrá exceder del presente trabajo.
la culpabilidad del autor. Es decir que para la
graduación de la pena resulta relevante la grave- II. El tema en la doctrina y la jurisprudencia
dad del injusto como así también la culpabilidad actuales
individual del autor.
Ya desde hace mucho tiempo hay acuerdo en la
El Código Penal vigente ha establecido para doctrina en que la pena a imponer dependerá de
cada uno de los delitos una escala penal que la gravedad del injusto cometido por el imputado
establece no sólo un máximo sino también mí- como por el grado de culpabilidad. Esto no es más
nimos. No hay ninguna duda de que por muchos que la expresión de los principios constituciona-
motivos es indispensable que se cuente con un les de lesividad, proporcionalidad, culpabilidad
tope máximo para la posible sanción a imponer y prohibición de penas crueles, inhumanas y
a una persona por la comisión de determinado degradantes.
delito, básicamente en función del principio de
legalidad. El principio de lesividad surge del art. 19 de
la Constitución Nacional. De él se deriva que el
Sin embargo, no se advierte que ningún prin- Estado no puede imponer una moral, por lo que
cipio constitucional justifique la previsión de no puede haber delito que no reconozca como
mínimos en las escalas penales. Pues si bien el soporte fáctico un conflicto que afecte bienes
máximo es indispensable para limitar la coerción jurídicos total o parcialmente ajenos (1).
estatal, ello no explica la utilidad de los mínimos
penales. A su vez del principio de lesividad se deriva el
de proporcionalidad, el cual establece que la san-
Ahora bien, más allá de la necesidad, o no, de ción debe guardar una proporción mínima con la
la previsión de mínimos de las escalas penales, afectación al bien jurídico. Este principio obliga a
ellos no resultan conflictivos en los casos en que jerarquizar las lesiones y establecer un grado míni-
la pena a imponer de acuerdo con la culpabilidad mo de coherencia entre las magnitudes de penas
del agente sea superior a aquélla. Así, el conflicto asociadas a cada conflicto criminalizado (2).
aparece cuando en función de la gravedad del
injusto o de la culpabilidad la pena justa es inferior El principio de culpabilidad tiene dos aspectos.
al mínimo previsto por el legislador para el delito Por un lado la exclusión de cualquier imputación
del que se trate. de un resultado por la mera causación en tanto
se exige al menos dolo o culpa. Por otra parte
Frente a dichos casos conflictivos se generó el abarca la prohibición del ejercicio del poder
debate sobre la constitucionalidad de los míni-
mos penales establecidos para los delitos por el
legislador o la posibilidad de interpretarlos como (1) Zaffaroni, Eugenio Raúl, Alagia, Alejandro y
indicativos para el juzgador o si este último se Slokar, Alejandro, “Derecho Penal. Parte General”, Ed.
encuentra obligado a imponer dicha pena míni- Ediar, Buenos Aires, 2002, págs. 127/128.
ma aun en el caso de que supere la culpabilidad (2) Zaffaroni, Alagia, y Slokar, op. cit., págs. 130/131.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 37


DPyC ANÁLISIS DEL ANTEPROYECTO DEL CÓDIGO PENAL

punitivo cuando el sujeto no pudo conocer la conminación penal de aquella norma, resultando
conminación de pena o no haya podido adecuar muy marcada aquélla si se tiene en cuenta que el
su conducta a derecho, es decir que se relaciona mínimo era superior al del homicidio simple.
con la autodeterminación del sujeto. Este último
aspecto del principio es el que se relaciona con el Sin embargo, dos años después la Corte Supre-
tema analizado en el presente trabajo, pues es el ma, con una diferente composición que modificó
que se expresa en el nivel de la culpabilidad dentro la mayoría, revirtió su opinión en el precedente
de la teoría del delito, el cual resulta graduable e “Paupelis” (6) en el que se declaró la constitucio-
incidirá directamente en la determinación de la nalidad de dicha norma, afirmando para ello que
pena (3). era potestad del Poder Legislativo seleccionar
las conductas que serán criminalizadas y la pena
Finalmente, resta mencionar el principio de que les correspondería de acuerdo con razones
humanidad el cual impone la exclusión de toda de política criminal y que no le corresponde al
crueldad. Esta garantía se deriva del art. 18 de la juzgador determinar el acierto o no de la decisión,
Constitución Nacional en cuanto prohíbe la impo- sino solamente verificar la constitucionalidad de la
sición de azotes y tormentos, como así también del norma. Sin embargo, en el caso concreto la mayo-
derecho internacional de los derechos humanos ría consideró que el art. 38 del decreto ley 6582/58
en cuanto se prohíbe la tortura y la imposición no era violatorio del principio de igualdad ante la
de penas o tratos crueles, inhumanos y degra- ley ya que no se trataba de situaciones idénticas a
dantes (arts. 5 de la Declaración Universal de los las previstas en el art. 166, inc. 2, del Código Penal
Derechos Humanos, 7 del Pacto Internacional de y que no se podía analizar la proporcionalidad
Derechos Civiles y Políticos y 5 de la Convención en función de otras normas de igual jerarquía
Americana de Derechos Humanos) (4). como era el tipo del homicidio simple, porque en
ese caso nunca se podría definir cuál de las dos
Ahora bien, estas garantías a lo largo de la his- era desproporcionada —ya sea por demasiado
toria han tenido distinto nivel de reconocimiento gravosa o demasiado leve— pues frente a normas
y diferentes estándares de realización. Así ocurre de igual jerarquía el juzgador no podía arrogarse
que cuestiones que históricamente no han sido funciones legislativas al excluir a una de ellas.
cuestionadas, como la obligatoriedad del respeto Entonces la Corte en este caso estableció que
por parte de los jueces del mínimo punitivo previs- el cotejo de proporcionalidad debía efectuarse
to para un delito, hoy pueden ser debatidas. de acuerdo a los preceptos constitucionales en
función de la afectación al bien jurídico en el
En efecto, uno de los primeros ejemplos de los caso concreto.
debates del alcance de estas garantías en torno a
la graduación de las penas ha sido el análisis de la Independientemente de que en la actualidad
constitucionalidad del antiguo art. 38 del decreto quizás la solución al conflicto planteado en dichos
ley 6582/58. Este artículo establecía una pena de casos podría haber sido diferente, dichos prece-
9 a 20 años de prisión para el delito de robo de dentes han implicado un avance muy fuerte abrir
automotor con armas. El debate de esta cuestión el debate sobre la posibilidad de la revisión judicial
ha llegado incluso a la Corte Suprema de Justicia, respecto de la conminación penal impuesta por el
que primeramente se ha expedido en el preceden- legislador para los tipos penales.
te “Martínez” (5) en el año 1989, estableciendo en
su voto mayoritario que resultaba inconstitucional En cuanto a la posibilidad de imponer una pena
dicha norma por considerarla violatoria de la por debajo del mínimo previsto en la escala penal
igualdad ante la ley en tanto arbitrariamente se no hubo muchos precedentes jurisprudenciales
otorgaba una protección especial a los automo- que trataran la cuestión, sin embargo la doctrina
tores, excluyendo irrazonablemente de la figura ha ahondado un poco más en el tema.
agravada a otros objetos de igual o mayor valor
económico y en función de la desproporcionada Zaffaroni, Alagia y Slokar han afirmado que el
problema que plantean los mínimos penales es su
(3) Zaffaroni, Alagia y Slokar, op. cit., págs. 139/142.
(4) Zaffaroni, Alagia y Slokar, op. cit., págs. 132/133. (6) C.S.J.N., “Paupelis, María Cristina y otros”, 14/5/1991,
(5) C.S.J.N., “Martínez, José A.”, 6/6/1989, Fallos 312:826. Fallos 314:424.

38 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Daniela R. Part

valor vinculante para los jueces, considerando que visto para el delito del que se trate (10), situación
en realidad los tribunales no deberán respetarlos que también fue receptada en el anteproyecto.
cuando fuentes de mayor jerarquía —como los
principios constitucionales antes enunciados— También Ferrajoli trató la cuestión, afirmando
señalen que esos mínimos resultan irracionales que los límites de la pena deben variar en función
en el caso concreto. De tal manera, estos autores del daño como en relación a la culpa, pero que el
le asignan un valor indicativo a los mínimos pu- problema giraba en torno a la entidad que debe
nitivos previstos para los delitos por el legislador y darse a cada uno de esos dos aspectos, pues hasta
dan como ejemplos de supuestos de inconstitucio- el momento han fallado todos los intentos de obte-
nalidad de los mínimos aquellos casos en los que ner técnicas heterogéneas para medir la gravedad
hubiesen operado sobre el sujeto penas naturales del daño y de la culpabilidad. Expresamente este
y en los que se hubiese ejecutado sobre ellos penas autor consideró que especialmente en las penas
ilícitas (7), supuestos que han sido recogidos por privativas de la libertad no está justificada la es-
el anteproyecto de reforma del Código Penal en el tipulación de un mínimo legal pues habría que
artículo aquí analizado. confiar en el poder equitativo del juez poniéndole
únicamente un tope máximo (11).
Sin embargo, esos no han sido los únicos su-
puestos contemplados por dichos autores. En A una conclusión similar se arriba analizando
efecto, partiendo de la lógica de que la emoción las categóricas afirmaciones de Roxin en cuanto
violenta es un supuesto de culpabilidad dismi- a que nadie puede ser castigado más duramente
nuida, consideran que aquélla podría ocurrir no que lo que se merece; y “merecida” es sólo una
sólo en los casos de los delitos de homicidio y pena acorde con la culpabilidad (12).
lesiones —únicos supuestos previstos para dicho
instituto en el actual Código Penal de la Nación en Rusconi también ha afirmado que el grado de
los arts. 81 inc. 1 y 93— y que sería absurdo que el culpabilidad del sujeto activo, por propio imperio
legislador privilegie sólo los injustos más graves constitucional, debe cumplir un rol relevante al
con dicha reducción punitiva. De ello deducen momento de graduarse la pena, circunstancia
la necesidad de considerar que en cualquier caso que sólo puede ser conocida ex post, por lo que
de culpabilidad disminuida cuando el mínimo de de ello concluye que el valor de escala punitiva de
la escala penal del delito del que se trate resultare los mínimos esté establecido de modo referencial
desproporcionado con el grado de culpabilidad y nunca vinculante. Así afirma que nada obsta a
del agente el tribunal deberá apartarse de ese que el juez por razones individuales del caso que
mínimo hasta lograr una pena adecuada a la cul- juzga imponga una pena menor que la indicada
pabilidad por el hecho (8). como mínimo (13).

También estos autores previeron la posibilidad Por otra parte, Ziffer ha sostenido que el esta-
de que por el propio injusto el mínimo de la escala blecimiento de mínimos y máximos de las penas
punitiva resultara desproporcionado, tal como en principio resultan vinculantes para el juez salvo
sería el supuesto una afectación poco significativa que se encontrara comprometida su constitucio-
al bien jurídico (9). Este supuesto también es reco- nalidad, lo cual podría ocurrir en el caso de que
gido por el anteproyecto aquí analizado. resultaran desproporcionados (14).

Asimismo dichos autores afirmaron que en (10) Zaffaroni, Alagia y Slokar, op. cit., pág. 1000.
casos de pueblos originarios que impusieran (11) Ferrajoli, Luigi, “Derecho y razón. Teoría del
sanciones dentro de su propia comunidad, aquélla garantismo penal”, Ed. Trotta, 8ª edición, Madrid, 2006,
debería descontarse de la pena estatal aunque ello pág. 399/400.
importe una sanción por debajo del mínimo pre- (12) Roxin, Claus, “Derecho Penal. Parte General. Tomo I.
Fundamentos. La Estructura de la Teoría del Delito”, Ed. Thom-
son Civitas, 2ª edición corregida, Madrid, 1997, pág. 99/103.
(13) Rusconi, Maximiliano, “Derecho Penal. Parte Gene-
ral”, Ed. Ad Hoc, 2ª edición, Buenos Aires, 2009, pág. 513.
(7) Zaffaroni, Alagia y Slokar, op. cit., págs. 995/996.
(14) Ziffer, Patricia S., “Lineamientos de la determi-
(8) Zaffaroni, Alagia y Slokar, op. cit., págs. 999/1000. nación de la pena”, Ed. Ad Hoc, Buenos Aires, 2ª edición,
(9)Zaffaroni, Alagia y Slokar op. cit., págs. 999/1000. Buenos Aires, 2005, pág. 40.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 39


DPyC ANÁLISIS DEL ANTEPROYECTO DEL CÓDIGO PENAL

Asimismo, Juliano (15) ha ahondado en el tema que superara los límites de la culpabilidad y de la
objeto del presente basándose para ello en dos lesión producida al bien jurídico. Y finalmente ex-
precedentes jurisprudenciales —en los que había presó que, por aplicación del principio de buena fe
intervenido como magistrado— en los que se ha- y pro homine, no puede existir una interpretación y
bía impuesto una pena por debajo del mínimo. Así, aplicación de cláusulas legales que contradigan los
tomando la doctrina precedentemente reseñada estándares mínimos fijados supralegalmente por
sostuvo que de los mínimos penales inflexibles Pactos, Tratados y Convenciones Internacionales
pueden derivar en penas crueles e inhumanas incorporados a la Constitución Nacional.
que en el caso de no resulten proporcionadas con
el reproche del cual es merecedor el imputado, lo Por último, Juliano resaltó una cuestión que si
cual llevaría a una violación del principio de cul- bien no forma parte de la norma aquí analizada
pabilidad por el acto. En ese sentido destacó que si también fue tomada por el anteproyecto. Esto es
bien resulta lógico que existan máximos punitivos que la violación a las garantías constitucionales
en la conminación penal, pues resultan indispen- antes mencionada se vuelve mucho más grave
sables para poner un tope temporal a la amenaza en los supuestos de prisión perpetua como pena
punitiva y, además, porque funcionan como una fija, pues no permiten que se diferencie la res-
advertencia para la población, los mínimos no ponsabilidad penal de cada autor. Justamente en
tienen valor jurídico alguno ni para la sociedad ni el anteproyecto analizado se elimina este tipo de
para el individuo sometido a proceso. penas fijas y perpetuas.

Incluso afirmó el citado autor que los mínimos En el mismo sentido se expidieron Devoto y
podrían representar una injerencia de los Poderes García Fagés (16) afirmando que los mínimos
Ejecutivo y Legislativo sobre la función judicial en penales fijos resultan contradictorios con los prin-
tanto este último poder tiene la facultad exclusiva cipios constitucionales de culpabilidad, lesividad,
de determinar el nivel de culpabilidad del sujeto proporcionalidad y humanidad de las penas y de
por el hecho delictivo que se le atribuye e impo- la división de poderes derivada del sistema repu-
nerle una sanción, lo cual no puede ser establecido blicano de gobierno como así también resultan
en forma anticipada por el legislador. contrarios a los fines de la pena —que para nuestra
Constitución Nacional sería la reinserción so-
Por ello, Juliano propició la eliminación de los cial—. Destacaron que las agencias políticas ceden
topes mínimos en las escalas de los catálogos frente a los reclamos sociales de incrementos de
punitivos ya que la culpabilidad por el acto debe las penas y que ello lleva a supuestos que, incluso
ser medida en el caso en concreto sin poder ser en abstracto, resultan violatorios al principio de
limitado el juzgador por mínimos fijos estable- culpabilidad. Por ello, concluyeron que los legis-
cidos discrecionalmente por el legislador, los ladores sólo deberían establecer topes máximos
cuales pueden no ajustarse en el caso concreto pero no mínimos, y en el sistema actual aquéllos
a criterios de razonabilidad y proporcionalidad. deben interpretarse como indicativos.
En ese sentido recordó que la culpabilidad por el
acto constituye el límite de la sanción imponible Recientemente, Pablo Tello (17) ha sostenido
y que en función del principio de lesividad sólo que los mínimos fijados en las escalas penales
se admite a posibilidad de la intervención estatal son creaciones legislativas y que, en principio, no
para el caso de la afectación a un bien jurídico, corresponde al juez apartarse de aquellos marcos
derivándose de ello que, en función del principio legales, pues señaló que su existencia no resulta
de proporcionalidad, la pena debe corresponderse
con la lesión infringida al bien jurídico. Por otra (16) Devoto, Eleonora y García Fagés, Mercedes,
parte, el mencionado autor señaló que según el “De los mínimos de las escalas penales y la irracionalidad de
principio de humanidad las penas no pueden ser las respuestas punitivas. Un camino con un retorno posible”,
crueles, lo cual ocurriría en el caso de una sanción publicado en “Revista de Derecho Penal y Procesal Penal”,
tomo 11/2007, directores Andrés J. D’Alessio y Pedro J. Ber-
tolino, LexisNexis, Buenos Aires, 2007, págs. 2172/2179.
(15) Juliano, Mario Alberto, “La indefectible natura- (17) Tello, Pablo L., “Determinación judicial de la pena:
leza indicativa de los mínimos de las escalas penales” en ¿Es posible apartarse de los mínimos penales?”, publicado
Pensamiento Penal del Sur, 1, Zaffaroni, Niño, Martínez y en Revista de Derecho Penal y Criminología, Ed. La Ley,
Vitale (coordinadores), Editor Di Plácido. marzo de 2014.

40 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Daniela R. Part

per se violatoria de los principios de culpabilidad cionada al hecho cometido. Así se sostuvo que ese
y proporcionalidad. Sin embargo, en el caso que principio debe ser el que guíe la graduación de la
dichas garantías se vean afectadas el juzgador pena a imponer porque resultarán penas crueles
puede —y debe— salirse de la escala penal en aquellas que no tengan correspondencia con la
beneficio del imputado. intensidad de afectación al bien jurídico. Concluyó
entonces que los tribunales deben apartarse de
También algunos tribunales se han hecho eco los mínimos de la escala punitiva prevista por el
de la cuestión problemática que plantean los mí- legislador si resultare desproporcionada con la
nimos de las escalas punitivas. Tal es el caso de la culpabilidad del agente, lo cual consideró que
Cámara Nacional de Casación Penal en los fallos ocurría en el caso.
“Tinganelli” (18) y “Ríos” (19).
Así la Cámara Nacional de Casación Penal en
En el primero de los fallos mencionados —dic- coincidencia con el Fiscal General consideró
tado en el año 2006— nuestro máximo tribunal que en función de la escasa afectación al bien
en materia penal se expidió a favor de la constitu- jurídico el tope mínimo excede el principio de
cionalidad del mínimo de la escala penal prevista culpabilidad, por lo que resultaría violatorio de
para el delito de robo con armas en un caso en el los principios de proporcionalidad y humanidad.
que la afectación al bien jurídico propiedad había Se destacó además que la pulsión que ejercen
sido mínima por considerar que la pena impuesta las agencias políticas lleva a que se eleven los
no resultaba desproporcionada, irrazonable ni mínimos penales a niveles que suelen resultar en
cruel e inhumana pues no se advertía lesión al- muchos casos irracional, por lo que se impone la
guna a los principios de lesividad y culpabilidad revisión de acuerdo al caso concreto pues la pena
tal como lo alegaba la defensa. siempre debe ser proporcionada con la gravedad
del hecho y la reprochabilidad del autor.
Sin embargo, Ledesma en un voto disidente,
consideró que la pena mínima prevista para También la Sala 2a de la Cámara de Apelacio-
el delito en cuestión excedía la medida de la nes en lo Penal de Rosario ha tratado el tema en
culpabilidad atribuida en franca violación a los el caso en el que se debatía la posibilidad de un
principios de proporcionalidad y de humanidad error vencible en un caso en el que se investigaba
que proscriben a imposición de penas inhumanas, el delito de facilitación de la prostitución. Así el
crueles e infamantes. juez Ríos consideró que en el caso la imputada
había incurrido en un error de prohibición ven-
Más recientemente, la Sala II de la misma Cá- cible por lo que opinó que el mínimo de la escala
mara se expidió sobre el mismo tema en el fallo penal resultaba excesivo en el caso en concreto.
“Ríos”, en esta oportunidad a favor de la inconstitu- Luego de un importante análisis doctrinario
cionalidad del mínimo de la escala penal prevista concluyó que no había abuso de poder por parte
para el delito de tenencia de estupefacientes con de los jueces al imponer una pena por debajo del
fines de comercialización que se le endilgaba al mínimo previsto por el legislador y tras interpretar
imputado. que los mínimos de las escalas penales resultaban
En este caso, de conformidad con lo propiciado indicativos propició una pena inferior a aquél en el
por el Fiscal General Javier De Luca, se analizó que caso en concreto. Sin embargo los demás jueces no
de acuerdo con lo resuelto por la Corte Suprema se adentraron en el tratamiento de la cuestión pues
de Justicia de la Nación en el fallo “Pupelis” la consideraron que el error resultaba invencible y
proporcionalidad de la pena no puede resolverse que por ello se encontraba exento de pena (20).
por fórmulas matemáticas sino que sólo se exige Si bien hay algunos otros precedentes que pue-
un mínimo de razonabilidad y que el principio de den resultar relevantes en cuanto a la cuestión
culpabilidad impone que la sanción sea propor- tratada en el presente —en particular respecto de
la posibilidad de considerar la pena natural—, bá-
sicamente hasta la actualidad este es el tratamien-
(18) C.N.C.P., Sala III, “Tinganelli, Martín Daniel”, causa
nro. 6501, 17/4/2006.
(19) C.N.C.P., Sala II, “Ríos, Mauricio David.”, causa nro. (20) C.Apel. en lo Penal de Rosario, Sala 2ª, “A., S.D.”,
16261, 16/4/2013. 18/04/2008.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 41


DPyC ANÁLISIS DEL ANTEPROYECTO DEL CÓDIGO PENAL

to doctrinario y jurisprudencial que ha recibido la la posibilidad de imposición de una sanción por


cuestión incorporada en el art. 19 del anteproyecto debajo del mínimo punitivo para el caso de que la
de reforma del Código Penal de la Nación. afectación al bien jurídico fuera poco significativa.
Por ello, la introducción de estos supuestos en el
III. Supuestos desarrollados por el ante- anteproyecto ha venido a incorporar a nivel legal
proyecto el respeto del principio de lesividad, de forma tal
que haya proporcionalidad entre la sanción y la
El anteproyecto, en su artículo 19, establece gravedad del injusto.
distintos supuestos que deberán o podrán estar
exentos de pena o a los que se los podrá sancionar III.b. Pena natural
con una pena inferior a los mínimos previstos en
la escala del delito de que se trate. El anteproyecto establece que en caso de que
el sujeto activo sufriera alguna clase de pena
Sin embargo, en la fundamentación que se hace natural podrá imponérsele una pena estatal por
en el propio anteproyecto se establece que por im- debajo del mínimo previsto para el delito de que
perio de los principios fundamentales los mínimos se tratare, lo cual se admite tanto para delitos cul-
de las escalas penales siempre deben interpretarse posos como dolosos, y en el caso de los primeros
como indicativos y ser respetados en tanto se también se acepta la posibilidad de exención
correspondan con el contenido ilícito del hecho de pena. Asimismo, para el supuesto de que se
(grado de lesión o peligro para el bien jurídico) y trate de delitos dolosos se exige además para la
con el de reprochabilidad (culpabilidad). Empero, posibilidad de imposición de una pena inferior
se establece que se detallan diversos supuestos al mínimo previsto que haya una desproporción
especialmente como pasibles de exención de pena entre las lesiones sufridas por el agente y la cau-
o de una sanción inferior a la prevista para el delito sada al bien jurídico.
por resultar los más frecuentes.
En este caso no se trata de la menor gravedad del
Así las cosas, los casos mencionados en el injusto o de la culpabilidad, sino que se debe tener
anteproyecto, que no resultan una enumeración en cuenta la pena natural sufrida por el agente
taxativa, tienen diferentes fundamentaciones por como parte de la sanción que le correspondería
lo que se agruparán para el análisis. por el delito cometido. Es que debe interpretarse
que la pena no es sólo la sanción estatal que se le
III.a. Insignificancia o poca intensidad de la
imponga al sujeto sino también puede suceder
lesión o el peligro de lesión al bien jurídico
que de la propia comisión del hecho se derive una
En primer término corresponde mencionar que pena natural, la cual debe ser tenida en cuenta
toda lesión o peligro a un bien jurídico debe ser como parte de la pena a imponer.
significativa para ser captada por el sistema penal. Así, puede ocurrir que esa pena natural resulte
Es por ello que en el anteproyecto se excluye la po- sanción suficiente en función de los principios
sibilidad de pena para supuestos en que la lesión rectores de la graduación de la pena —gravedad
o el peligro de lesión resultara insignificante y se del injusto y culpabilidad—, por lo cual en el an-
establece la posibilidad de una pena por debajo teproyecto se establece la posibilidad de exención
del mínimo punitivo o la exclusión para los casos de pena —aunque sólo para el caso de delitos
en que aquella resulte poco significativa. culposos—.
En ese sentido cabe mencionar que, por imperio También puede ocurrir que la pena natural
del principio de lesividad, la solución prevista en sufrida por el agente no sea suficiente en función
este caso en el anteproyecto resulta adecuada. de aquellos principios para excluir la posibilidad
de una pena estatal, sin embargo ello no excluye
Si bien algunos autores aceptaban la atipicidad la obligación del juzgador de tenerla en cuenta
de la conducta en caso de que la afectación al al momento de imponer la pena. Es que si no se
bien jurídico resultara insignificante, dicha solu- tuviera en cuenta la pena natural, la respuesta
ción no ha tenido gran recepción en la doctrina, punitiva podría alcanzar un quantum que podría
y menos aun en la jurisprudencia. Si ya aquello exceder la medida señalada por el principio de
resultaba conflictivo, aun menos se ha aceptado proporcionalidad entre delito y pena y también

42 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Daniela R. Part

podría verse afectado el principio de humanidad (21). comunidad en tanto aquel pertenezca a un pueblo
Por ello, en el caso de que, valorando aquella pena originario. Es que el art. 75 inc. 17 de la Constitu-
natural la sanción que corresponda para alcanzar ción Nacional reconoce la preexistencia étnica y
la que sea justa en función de la gravedad del cultural de los pueblos originarios. En función de
injusto y de la culpabilidad sea inferior al míni- ello, es lógico que el anteproyecto reconozca las
mo previsto por el legislador en esta norma del sanciones que se impongan dentro del ámbito de
anteproyecto se autoriza a imponer una sanción la propia comunidad por los delitos cometidos por
por debajo de aquel mínimo. sus miembros. Las personas que pertenecen a cul-
turas de los pueblos originarios tienen sus propios
Mucha mayor amplitud de posibilidades de
sistemas de sanciones y de solución de conflictos,
reducción —e incluso de exclusión— de la pena
los cuales deben ser tenidos en cuenta en caso de
se ha dado en el anteproyecto para los delitos
que el Estado imponga una sanción penal, pues
culposos que para los dolosos. En efecto, sólo
en caso contrario, además de la posible violación
para los culposos se admite la posibilidad de
de la prohibición de persecución penal múltiple,
exclusión de la sanción estatal y si bien para los
la sanción penal resultaría desproporcionada en
dolosos admite la reducción de la pena incluso
relación con la lesión al bien jurídico.
por debajo del mínimo para ello exige, además,
que haya una significativa desproporción entre la III.d. Pueblos originarios: hechos cometidos
lesión sufrida por el agente y la causada por éste al conforme a la cultura originaria
bien jurídico. En la propia exposición de motivos
del anteproyecto se fundamenta esta decisión en Este punto se relaciona con el principio de
que la mayor gravedad del delito doloso obedece culpabilidad, el cual requiere que le sea exigible
a que por lo general una conducta planificada al autor realizar una conducta distinta. Para ello
con el fin de obtener el resultado siempre es más resulta indispensable que el agente pudiera inter-
riesgosa que una conducta negligente, por lo cual nalizar la norma prohibitiva, por lo cual los errores
le imponen al juez un mayor deber de prudencia de prohibición en caso de resultar invencibles
en la reducción punitiva en función de la pena excluirán la culpabilidad —por lo que la conducta
natural sufrida por el agente. Sin embargo, en no constituirá un delito y por ello no merecerá
los fundamentos del proyecto se deja a salvo la sanción— y en caso de resultar vencible reducirán
posibilidad exclusión de pena o reducción por la culpabilidad.
debajo del mínimo en tipos dolosos aun sin esos
requisitos en el caso de que la pena resulte abso- Así las cosas con el sistema vigente, en el caso
lutamente inútil desde todos los puntos de vista, de que un sujeto por su condicionamiento cul-
lo cual sería un supuesto excepcional en el que la tural por su pertenencia a un pueblo originario
pena resultaría evidentemente cruel. no pudiera internalizar la norma se trataría de
un puro error de comprensión, lo cual excluiría
III.c. Pueblos originarios: sanción dentro del la culpabilidad y por ello no merecería ninguna
propio pueblo sanción penal.

Este supuesto resulta similar al de la pena na- Ahora bien, el caso conflictivo en el sistema
tural, en tanto la posibilidad de una pena inferior actual —el cual viene a solucionar el anteproyec-
a la prevista en la norma —o su exclusión— no to en el art. 19— es aquel en el que dicho error
se asocia a la menor gravedad del injusto o de la de comprensión resultara vencible y por ello no
culpabilidad, sino a una pena que sufrió el agente excluye la culpabilidad sino que la disminuye. El
por la comisión de ese delito más allá de la que caso no resulta problemático si la reducción lleva
imponga el Estado. a una pena que resulte justa dentro del marco pu-
nitivo establecido por el legislador. Sin embargo,
Por respeto al principio de prohibición de doble el problema se presenta en el caso de que la pena
punición, al momento de imponérsele una san- acorde a esa reducción de la culpabilidad sea in-
ción estatal, el juzgador deberá tener en cuenta si ferior al mínimo previsto, en cuyo caso el juzgador
el imputado ya ha sufrido una sanción dentro de su debería efectivamente imponer una pena menor
a aquél, por imperio del principio constitucional
de legalidad, circunstancia que el anteproyecto
(21) Zaffaroni, Alagia y Slokar, op. cit., pág. 996. autoriza expresamente en esta norma.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 43


DPyC ANÁLISIS DEL ANTEPROYECTO DEL CÓDIGO PENAL

Sin embargo en el anteproyecto se excluye la la pena ilícita ya impuesta por los funcionarios
aplicación de la reducción para supuestos de de- estatales— sea inferior a ese mínimo.
litos contra la vida o la integridad física o sexual
en la medida en que importen una lesión grave a Se destaca que no se puede excluir este razo-
la dignidad humana. namiento por la dificultad que implique graduar
la intensidad de la pena ilícita que haya sufrido el
III.e. Penas o lesiones ilícitas sufridas por parte imputado ni por la posibilidad de que éste denun-
de funcionarios estatales ciara falsamente torturas, pues el juzgador deberá
resolver en el caso concreto estas cuestiones pues
Este caso resulta similar al de los previstos en nunca la dificultad de establecer la medida de un
relación con las penas naturales y a las sanciones derecho o su veracidad puede resolverse mediante
impuestas dentro los pueblos originarios. Es que la negación de éste.
nuevamente no se modifica la sanción a imponer
por el Estado por resultar el injusto o la culpabili- IV. Conclusiones
dad menos graves o intensos, sino porque el sujeto
ya ha tenido otra pena que debe computarse. En Del análisis efectuado en los párrafos preceden-
este caso no se trata de una pena sufrida como tes cabe concluir que lo que debe guiar al juzgador
consecuencia de su accionar delictivo ni por una para graduar la pena son básicamente dos cues-
sanción impuesta dentro de su pueblo originario, tiones: la gravedad del injusto y la culpabilidad
sino de una pena ilícita sufrida por el sujeto por del agente por el acto. El primer aspecto es más
parte de funcionarios estatales. bien objetivo y está relacionado con el grado de
afectación al bien jurídico y el segundo se basa en
No resulta poco frecuente que funcionarios es- cuán reprochable es para el autor dicho injusto, lo
tatales pertenecientes a las fuerzas de seguridad, cual se relaciona con la autodeterminación indivi-
por ejemplo, lesionen a los detenidos, y —más allá dual del sujeto. Si no se respetan estos principios
de la penalización de la conducta de aquéllos— es la pena impuesta va a resultar desproporcionada
adecuado que se compute dicha pena al momento y por ello se la consideraría una pena cruel, inhu-
de graduar la sanción que lícitamente impondrá el mana y degradante.
Estado como sanción por el delito cometido pues
en caso contrario la sumatoria de ambas sanciones No hay dudas de que el establecimiento de
resultaría desproporcionada. penas máximas es una garantía para el imputado
frente a la coerción estatal, lo cual resulta indis-
Es que las penas ilícitas no dejan de ser penas pensable en todo estado de derecho.
pues la Constitución Nacional y las normas del
derecho internacional establecen que están pro- Sin embargo no sólo no se advierte ninguna
hibidas la tortura y todas las penas que resulten utilidad de la imposición de mínimos punitivos
crueles, inhumanas o degradantes, lo cual implica sino que también aquéllos si se interpretaran en
que está prohibido imponerlas, pero no por ello forma rígida en muchos casos contrariarían los
pierden el carácter de pena. Ello por cuanto la principios constitucionales antes mencionados
definición de pena es toda inflexión de dolor o que deben guiar al juzgador sobre la graduación
privación de derechos impuesta como castigo a de la pena a imponer. Si bien hay quien podría
una persona como agente de un delito (22). argumentar la utilidad de los mínimos penales
como garantía para el imputado en tanto el juz-
Por ello, en este supuesto el anteproyecto prevé gador debería justificar los motivos por los cuales
la posibilidad de la imposición de una sanción por se aparta de aquél al momento de imponer una
debajo del mínimo de las escala penal prevista pena, sin embargo el artículo 20 del anteproyecto
para el delito del que se trate, para el caso de que establece en forma detallada todas las condiciones
la sanción a imponer que resulte proporcionada que deberían ser valoradas para la graduación de
a la lesión al bien jurídico —teniendo en cuenta la pena a imponer.

Además la imposición de una pena mínima


rígida por parte del legislador sin ninguna duda
(22) Zaffaroni, Alagia y Slokar, op. cit., pág. 997. implica una intromisión del Poder Legislativo en
[FG1]ok?[FG2]a qué refiere? la función exclusiva de los jueces de valorar en el

44 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Daniela R. Part

caso concreto la pena a imponer en función de la realizado la enumeración del art. 19. Por ello, a
gravedad del injusto y la culpabilidad por el acto, mi entender, hubiera resultado de utilidad que
lo cual implicaría una franca violación a la divi- incorporara al anteproyecto una norma que en
sión de poderes propia del sistema republicano forma genérica estableciera el carácter indicativo
de gobierno. de los mínimos de las escalas punitivas.

Así las cosas, el artículo 19 del anteproyecto de V. Bibliografía


reforma del Código Penal implica un gran avance
en pos de elevar el estándar de realización de las -Devoto, Eleonora y García Fagés, Mercedes,
garantías constitucionales antes mencionadas “De los mínimos de las escalas penales y la irra-
al momento de la graduación de la pena, pues cionalidad de las respuestas punitivas.- Un camino
le da sustento legal a la posibilidad de imponer con un retorno posible”, publicado en “Revista de
una pena por debajo del mínimo previsto por el Derecho Penal y Procesal Penal”, tomo 11/2007,
legislador. Es que si bien ello resulta una deduc- directores Andrés J. D’Alessio y Pedro J. Bertolino,
ción lógica de la aplicación al caso concreto de las LexisNexis, Buenos Aires, 2007, págs. 2172/2179.
garantías constitucionales antes mencionadas, tal
como se ha analizado, esa conclusión se ha aplica- -Divito, Mauro A. y Santiago, Vismara, “Corte
do en muy pocos precedentes jurisprudenciales y Suprema de Justicia de la Nación. Máximos pre-
no muchos autores la han apoyado. cedentes. Derecho Penal. Parte General”, Editorial
La Ley, Buenos Aires, 2013.
Sin embargo, creo que si bien la norma ha hecho
una enumeración de los casos más frecuentes en -Ferrajoli, Luigi, “Derecho y razón. Teoría del
los que resultaría posible que la pena mínima garantismo penal”, Ed. Trotta, 8ª edición, Madrid,
prevista por el legislador resultara desproporcio- 2006.
nada, lo cierto es que podrían surgir otros casos. -Juliano, Mario Alberto, “La indefectible natura-
Cabe mencionar que otros supuestos que se han leza indicativa de los mínimos de las escalas pe-
considerados pasibles de una sanción por debajo nales” en Pensamiento Penal del Sur, 1, Zaffaroni,
del mínimo legal resultan los supuestos de impu- Niño, Martínez y Vitales (coordinadores), Editor
tabilidad disminuida y errores de prohibición ven- Fabián J. Di Plácido.
cibles, los cuales han sido expresamente previstos
con una escala penal reducida en el artículo 6 del -Roxin, Claus, “Derecho Penal. Parte General.
anteproyecto, pero también podría ocurrir incluso Tomo I. Fundamentos. La Estructura de la Teoría
que el mínimo de aquélla también resultare exce- del Delito”, Ed. Thomson Civitas, 2ª edición corre-
sivo en función de los principios constitucionales gida, Madrid, 1997.
rectores de la graduación de la pena.
-Rusconi, Maximiliano, “Derecho Penal. Parte
Si bien es cierto que en la exposición de motivos General”, Ed. Ad Hoc, 2ª edición, Buenos Aires,
se señala que en todos esos casos por aplicación 2009.
de los principios constitucionales antes mencio-
nados se debían interpretar todos los mínimos -Tello, Pablo L., “Determinación judicial de la
penales como indicativos, lo cierto es que no lo pena: ¿Es posible apartarse de los mínimos pe-
estableció dentro de la norma y la ley no es lo que nales?”, publicado en Revista de Derecho Penal y
el legislador quiso decir sino lo que efectivamente Criminología, Ed. La Ley, marzo de 2014.
dijo en la norma.
-Zaffaroni, Eugenio Raúl, Alagia, Alejandro y
En ese sentido creo conveniente señalar que Slokar, Alejandro, “Derecho Penal. Parte General”,
si los redactores del anteproyecto confiaran en Ed. Ediar, Buenos Aires, 2002.
la aplicación lisa y llana de los principios cons-
titucionales por todos los jueces de forma tal de -Ziffer, Patricia S., “Lineamientos de la determina-
considerar los mínimos penales previstos en las ción de la pena”, Ed. Ad Hoc, Buenos Aires, 2ª edición,
distintas normas como indicativos no hubieran Buenos Aires, 2005. u

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 45


Derecho Penal
DPyC Derecho Penal DOCTRINA

Principio de legalidad e interpretación en el Derecho


Penal: algunas consideraciones sobre la posibilidad
de interpretar extensivamente la ley sustantiva
Por Alexis Leonel Simaz

Sumario: I. Ubicación histórica del principio de legalidad. Situación


actual.— II. Definición y fundamentos del principio de legalidad.—
III. Los contenidos o derivaciones del principio de legalidad.— IV. Con-
clusiones. — V. Bibliografía utilizada.

I. Ubicación histórica del principio de legali- la ley en que se fundaba la acusación, e incluso
dad. Situación actual que en dicha etapa fue expresamente reconocido
el principio de legalidad. Durante el reinado de
Para Jerome Hall (1959:809) debe hacerse Augusto varias leyes penales fueron declaradas no
una distinción en cuanto al principio de le- retroactivas. De ello deriva que el “Nullum crimen
galidad entendido como presupuesto lógico sine lege” prevaleció durante largos periodos en el
de todo sistema jurídico y sus significados en derecho romano (1959:810).
particular cuando se lo interpreta como hecho
histórico. En el primer sentido —explica— debe También menciona que en la Edad Media la
considerarse “derecho” toda orden del Estado y doctrina de la supremacía del derecho se encon-
todo lo que los funcionarios estatales hagan en traba hondamente arraigada, a punto tal que se
cumplimiento de ella. En este enfoque, el prin- sostenía que poseía el mismo rango del Estado y
cipio de legalidad estaría presente aun cuando que no necesitaba de éste para su existencia, lo
hubiera una única ley omnicomprensiva. Pero, cual recién fue puesto a prueba con el nacimiento
según el autor, el principio de legalidad significa del Estado moderno.
mucho más que ello y su sentido sólo podría ser
descubierto refiriéndose a su funcionamiento Ya analizando la legislación inglesa, Hall refiere
como una idea definida en la historia jurídica. que el principio aparece con la promulgación de la
En este sentido —agrega—, el principio consiste Carta de Enrique V y fue reiterado en la Constitu-
en la limitación en la aplicación de las penas ción de Clarendon, que a su entender iba muy por
por parte de los funcionarios, lo cual se logra adelante del Continente en la labor de imponer el
mediante la exigencia de que se establezcan y derecho por encima del gobierno. Tan es así que el
apliquen normas específicas. Código Prusiano de 1721 disponía que los delitos
no enumerados en el Código, ni prohibidos por
Más adelante refiere que los delitos extraor- la Ley Imperial debían ser juzgados “ex aequo et
dinarios de la jurisprudencia romana indicaban bono” (según lo bueno y lo equitativo), excepto
una discrecionalidad judicial casi ilimitada, los casos más difíciles que debían ser juzgados
pero parejamente con los judicia extraordinaria por el rey. Asimismo, el Código Bávaro establecía
pueden hallarse numerosas disposiciones que que los casos no previstos debían ser resueltos “ex
fijaban tanto el delito como la pena. También hay aequitate et analogia juris”. Con el Código de José
evidencias de que las penas instituidas podían ser II (1787) ingresó la prohibición de la legislación
disminuidas pero no aumentadas, y que durante judicial por vez primera en el continente. En la
largos períodos era necesario ajustarse estricta- Declaración de los Derechos del Hombre (aparen-
mente a las penalidades prescriptas. Nos ilustra temente inspirada de la Declaración de Virginia)
el autor que durante el período de Sila se aplicó se estableció esta salvaguardia constitucional
rigurosamente este principio, estableciéndose básica del individuo contra el gobierno opresor,
que para algunos delitos la acción criminal y la y se consagró el principio de legalidad como
pena debían estar cuidadosamente descriptas en principio cardinal del derecho penal. Así, aparece

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 49


DPyC Derecho Penal doctrina

también consagrado en el Código Penal Francés oponía a sus avances, rompiéndose así la unidad
de 1810 y en el Código Penal bávaro de 1813 re- hombre-ciudadano (Cabral, 1958:31).
dactado por Feuerbach, a quien se le atribuye la
formulación del principio en su forma corriente: La caída del Imperio Romano (año 476) señaló
“nulla poena sine lege, nulla poena sine crimine, el advenimiento de los bárbaros al escenario
nullum crimen sine poena legali”. Concluye Hall político de Occidente y el comienzo de la Edad
(1959:813) que su integración con el liberalismo Media, que culminó con el Renacimiento, desem-
político fue bastante simple: si sólo aquel que bocando en el sistema de nacionalidades y Estados
viola la libertad garantizada por el contrato social europeos (Cabral, 1958: 33 y ss.). El autor marca
y protegida por el derecho penal comete un delito, tres concepciones vitales que en esta etapa toman
los futuros delincuentes no pueden ser conocidos contacto entre sí luchando por su predomino, aun-
con anterioridad al delito y obligados a sufrir que sufriendo todas ellas influencias de las demás:
compulsión física. i.) la germánica, con su tendencia individualista e
independiente, germen del feudalismo; ii.) la de
Desde otra óptica, Cabral (1958:17 y ss.) —luego la Iglesia de Cristo, alma de los nuevos tiempos y
de analizar pormenorizadamente los diferentes iii.) la de la Roma Imperial, que mantuvo latente
períodos en el derecho romano—, expone que el sueño de la monarquía universal. Ninguna de
en él no se formuló, ni por lo tanto se respetó, estas tres concepciones implicó el respeto del
el principio de legalidad. Preguntándose cuáles principio de legalidad.
habrían sido las razones determinantes de que un
pueblo con tanta vocación jurídica permaneciera Más adelante, expone Cabral (1958:43 y ss.) que
en el campo del derecho penal sustantivo librado fue en la Edad Media cuando se libró la batalla
a lo que para el modo de sentir actual constituye entre el derecho penal público y el derecho penal
poco menos que el reinado de la arbitrariedad; privado, consolidándose el primero recién con
en palabras de Carrara menciona que los roma- el advenimiento de las monarquías absolutas,
nos fueron gigantes en derecho civil y pigmeos aunque ya apareciera con caracteres definidos
en derecho penal, y que el espíritu de justicia y en las ciudades italianas, pero hasta en ellas es
equidad no estuvo presente en la concepción dable observar la persistencia del derecho de
penal romana, probablemente como conse- venganza reconocido en los Estatutos de la Alta
cuencia de la falta de códigos completos y sis- Edad Media.
tematizados. Ello sí se materializó en el derecho
procesal, pues los romanos, más que a definir En esta época destaca Cabral (1958:45/8):
crímenes, se dedicaron a fijar normas procesales a.) Las leyes bárbaras escritas: en ellas se optó
y organismos de juzgamiento. por acentuar en materia de delitos privados la
obligatoriedad de la composición;
Sin embargo, nos advierte el autor que existe
quizás una más profunda razón que explica ese b.) Las Capitulares de Carlomagno: salvo en
aparente desprecio de la libertad individual y los casos de delitos de lesa majestad, traición y
que atañe a la idea que se tenía de la relación del algunos casos graves de homicidios y robos, en
Estado con el ciudadano, en el sentido de que el los que se imponían verdaderas penas, en los
ciudadano antiguo pertenecía al Estado con todo restantes supuestos de limitaban a fijar el precio
aquello que poseía, sin necesidad de ley para de la composición, siendo también absolutamente
saber de qué modo debía conducirse en la vida extraño a esta concepción jurídica el principio de
pública. Con cita de Carl Schmitt muestra que el legalidad en el sentido actual;
Estado antiguo no reconocía derechos de libertad,
porque parecía inconcebible una esfera de acción c.) La Carta Magna inglesa: paralelamente al
privada con un derecho independiente frente a la desarrollo del feudalismo comenzó en Europa el
comunidad política de su pueblo y Estado. Toda reinado de la costumbre como fuente del dere-
la vida espiritual del ciudadano antiguo estaba cho penal. Sin embargo, el autor pone en tela de
monopolizada por el Estado. Recién con la llega- juicio que el mentado documento haya sido una
da del Cristianismo se destruyó esa concepción conquista de la Nación inglesa entera, ya que no
totalitaria, pues la religión dejó de ser patrimonio es una opinión aislada la de quienes la consideran
del Estado e incluso constituyó una fuerza que se como una simple reacción de los barones contra

50 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Alexis Leonel Simaz

los avances del poder real que amenazaba con fueron una de las principales fuentes del derecho
destruir sus privilegios. penal (cfr. en detalle Cabral, 1958:53/7).
Su art. 39 establecía que “Ningún hombre libre Ya en la Edad Moderna Cabral (1958:59/64)
será detenido, encarcelado, desposeído, puesto menciona como hitos fundamentales: i.) La Caro-
fuera de la ley, desterrado o arruinado de ningún lina (Constitutio Criminalis Carolina, 1532), que
modo, ni pondremos ni haremos poner mano sobre reconocía como antecedente directo la Constitutio
él, sino es en virtud de un juicio legal por sus pares Criminalis Bambergensi de 1507, radicando su
o según la ley de la tierra”. importancia en que con ella se asentó en forma
Nuevamente Cabral (1958:50) aclara que el definitiva el poder punitivo del Estado, aunque
juicio por pares no era una novedad, pues ya se no implicó un adelanto en cuanto al recono-
encontraba en la base de todas las leyes germáni- cimiento del principio de legalidad, ya que los
cas y la fórmula aquí empleada fue probablemente arts. 104/5 admitían la aplicación analógica de
tomada de las leyes de los reyes francos y sajones. le ley penal, y ii.) El derecho penal del Estado
En cuanto al origen de la expresión “vel per legem absoluto, que no reconoció el nullum crimen sine
terrae” (según la ley de la tierra), se ha dicho que lege, constituyendo una prueba de ello el que
sólo hacía referencia al viejo procedimiento feu- el documento más importante de la monarquía
dal por batalla, compurgación y ordalía, pues es absoluta (la Ordenanza Criminal de 1670) sólo
indudable que la ley de la tierra no podía ser sino contemplaba disposiciones penales dispersas o
la costumbre, principal fuente de derecho en la desordenadamente tratadas, siendo su contenido
Edad Media. Por otra parte, también señala que se mayormente procesal. Incluso, existían alrede-
hace un simple juego de palabras cuando se alega dor de trece fuentes distintas de derecho penal,
que bajo el término “lex” en el derecho inglés está las que frecuentemente no estaban de acuerdo
también comprendido el derecho consuetudina- entre sí. Nos ilustra Cabral (1958:65/73) que el
rio, pues consistiendo lo esencial del principio Renacimiento revela haber sido un arma de doble
de legalidad en la exclusión de este último y en filo, porque a través de él se plasmó la concepción
la marcada acentuación del derecho legal, no de la monarquía absoluta, pero también en él se
se puede sostener que el principio proviene del comenzaron a abrir las ilimitadas posibilidades
derecho inglés. La nobleza inglesa de entonces de actuación del individuo. A partir de allí no
no tenía en absoluto idea de lo que era la ley en puede concebirse el Estado como omnipotente,
el sentido actual. Como explica Carl Schmitt, se pues ante todo está el individuo que voluntaria y
citan como primera Declaración de Derechos originariamente se ha despojado de una parte de
Fundamentales la Carta Magna de 1215, el Acta su libertad natural para contribuir a la formación
de Hábeas Corpus de 1679 y el Bill of Rights de del contrato social, pero conservando ciertos dere-
1688, pero en realidad se trataría de regulaciones chos naturales e inalienables, cuyo aseguramiento
contractuales o legales de los barones o burgueses y respeto constituyen la finalidad del Estado. Nace
ingleses, que si bien habrían tomado el carácter así el Estado de Derecho, asentado sobre el respe-
de modernos principios, no habrían tenido origi- to a las garantías fundamentales y la división de
nariamente el sentido de derechos fundamentales poderes, de lo cual deriva el señorío de la ley. El
(cfr. Cabral, 1958:51/2). autor expresa que sólo puede considerarse legíti-
mo señalar como origen de determinado principio
Por otra parte, el autor explica que en Francia jurídico aquel momento en el cual se lo ve actuar
reinaban las costumbres locales en materia penal, con la fuerza y el sentido de tal en un sistema dado
a punto tal que, dada la falta de certeza, Carlos VII de ideas y sólo la filosofía política del siglo XVIII
promulgó en el año 1453 una Ordenanza obligan- satisface las condiciones propuestas con relación
do a redactarlas por escrito. Similar situación se al principio nullum crimen, nulla poena sine lege.
daba con los estatutos de las ciudades y comunas Anteriormente, el principio de legalidad no sólo
italianas, que estaban llenos de ejemplos de reen- no rigió, sino que aun en el hipotético caso de que
vío al derecho consuetudinario. En España, pese a alguien lo haya respetado, podía a continuación
la gran influencia de las Siete Partidas de Alfonso impunemente abandonarlo sin que ello resintiera
X El Sabio (1256/65), en ellas no se contemplaba el mecanismo de la organización social, pues se
el principio de legalidad, por lo que puede decirse hallaban ausentes presupuestos culturales, jurídi-
que en la Europa Feudal las costumbres locales cos y políticos necesarios para su vigencia.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 51


DPyC Derecho Penal doctrina

Por su parte, Jiménez de Asúa (1964:383/5), ordinario por quaestiones constituyó una ínfima
apoyándose en Schottländer, expresa que a pesar parte de dicho desenvolvimiento, encontrándose
de su formulación latina el principio de legalidad en su mayor parte, no sólo permitida la interpreta-
no tiene origen romano, sino que surge con uni- ción extensiva sino también la analogía. Recién se
versalidad como consecuencia del liberalismo del reconoció expresamente el principio de legalidad
siglo XVIII, aunque tiene sus primeras manifesta- en las Constituciones de Filadelfia (1774), Virginia
ciones en la Edad Media, cuando el hombre aspiró (1776) y Maryland (1776).
a la seguridad. El tratadista piensa que aunque
el principio pueda tener algún parentesco con el Roxin (1997:141/2) refiere que tanto el Derecho
derecho romano, como el que Hall le atribuye, este romano como el medieval románico preveían ya
respondería a concepciones tan distintas y a viven- en cierta medida la prohibición de retroactividad,
cias tan diferentes que no se podría localizar allí aunque era usual castigar conforme al derecho
su verdadero origen. Con cita de Vassalli arguye consuetudinario o al arbitrio judicial. Por otra
que en el derecho romano es necesario distinguir parte, la arbitrariedad e inseguridad jurídica que
entre dos actividades del poder público: aquella reinaba a finales de la Edad Media preparó el
que se manifiesta con penas propiamente dichas cambio radical propugnado por los pensadores
(poenas), que es la verdadera o propia actividad de finales del siglo XVII y del siglo XVIII, que hizo
punitiva (iurisdictio); y la coertio, que se expresaba posible la época de las codificaciones. Sin embar-
especialmente en multae, y que era una actividad go, no estaba en primer plano el deseo de proteger
de policía con fines fundamentalmente preventi- al ciudadano de la arbitrariedad del Estado, sino
vos. Ya a comienzos del siglo II a.C. se estableció más bien darles a los gobernantes del absolutismo
el procedimiento penal mediante las quaestiones, ilustrado la posibilidad de imponer su voluntad
siendo instituidos los jurados junto al juez, y asig- del modo más amplio posible frente a los jueces,
nándoles competencia sobre figuras delictivas para lo cual era necesario regular las leyes de ma-
bien determinadas, sobre todo bajo el régimen nera exacta. Ello coincidió con las ideas liberales
de Sila (quaestiones perpetuae), prohibiéndose la de la Ilustración, tendientes a la autolimitación del
analogía e imponiéndose el nullum crimen sine poder estatal, que se impusieron ampliamente en
lege. No obstante, y a pesar del aumento de las las obras legislativas posteriores.
figuras delictivas desde la época de Sila hasta la de
Para Welzel (1997:23/4) tampoco es un princi-
Augusto, el sistema de las quaestiones no bastaba
pio que provenga del derecho romano, pues fue
dada su rigidez y el escaso número de las figuras
totalmente ajeno a la época imperial y al derecho
tipificadas, por lo que con todos los hechos que
de Justiniano. También fue desconocido por el
quedaban fuera de ellas se recurría a la coertio,
derecho germánico, en el que se podía castigar
función que se desarrollaba extra legem y que
conforme al derecho consuetudinario, lo cual
implicaba fines represivos. Por otro lado, Augusto
rigió, asimismo, para la Magna Carta de 1215.
creó un nuevo procedimiento penal que tenía
Por otra parte, el ordenamiento penal judicial de
competencia en todos los delitos y jurisdicciones y
Carlos V ligó al juez, por principio, a la ley, pero
sobre todos los súbitos del Imperio (consulo-sena-
permitió con ciertas reservas una punición extra-
torio) y, de esta forma, se podían imponer penas a legal. Sólo en la época de la Ilustración se impuso
actos no prohibidos en las leyes penales, e incluso este principio en la lucha contra la arbitrariedad
el Senado las podía aumentar o disminuir a su ar- judicial y la autoridad.
bitrio. Además de este tribunal consulo-senatorio,
existía un tribunal extraordinario imperial que po- En general puede decirse que las principales in-
día penar sin que la punibilidad estuviera prevista fluencias filosóficas de la incorporación del princi-
por la ley, creándose así una nova cognitio, extra pio a la legislación han provenido de los escritores
ordinem, enteramente fuera del procedimiento del Iluminismo, especialmente de Montesquieu
ordinario y no vinculada a las leyes. Ya en época (Del espíritu de las leyes), Beccaria (De los delitos
de Diocleciano el procedimiento ordinario de las y las penas), Locke (Ensayo sobre el gobierno civil)
quaestiones fue suprimido, acentuándose el poder y Feuerbach (Libro de estudio).
de los Emperadores como verdaderos creadores
del derecho. Concluye entonces Jiménez de Asúa Conforme a ello, el sustrato histórico del prin-
que si se tiene en cuenta el completo desenvol- cipio de legalidad recae sobre la teoría del con-
vimiento del derecho romano, el procedimiento trato social, de lo que se infiere que el principio

52 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Alexis Leonel Simaz

tiene más un origen político que jurídico-penal; Así lo reconocen y plasman expresamente la De-
y, a su vez, presupone una organización política claración Universal de Derechos Humanos (Res.
basada en la división de poderes, en la cual la ley 217 A [III] de la Asamblea General de la Naciones
es competencia exclusiva de los representantes Unidas del 10—12—48); el Pacto Internacional de
del pueblo. Derechos Civiles y Políticos (New York, EE.UU.,
19/12/66, aprobado por la República Argentina
No obstante, existen excepciones actuales según ley 23.313); y la Convención Americana
a la vigencia del principio, entre las que cabe sobre Derechos Humanos (San José, Costa Rica,
mencionar al Código Penal Danés de 1930, en la 22/11/69, aprobado por la República Argentina
medida en que permite la punición por analogía; según ley 23.054).
la legislación rusa posterior a 1917 (y anterior a
1989), que lo abolió; la china, aunque el único II. Definición y fundamentos del principio
órgano de aplicación es el Tribunal Supremo, y de legalidad
la ley complementaria alemana de 1935 (vigente
hasta la caída del régimen nazi), que posibilitaba, En la actualidad suele decirse que un Estado
junto a la punición legal, una extralegal de acuerdo de Derecho debe proteger al individuo no sólo
con el “sano sentimiento del pueblo” (1). mediante el Derecho penal sino del Derecho
penal, es decir, que todo ordenamiento jurídico
En nuestro derecho fue reconocido por el art. 1º debe disponer de medios adecuados para la pre-
(Cap. I) del Estatuto Provisional de 1815, y adquirió vención del delito y también para imponer límites
vigencia definitiva con la Constitución Nacional de al empleo de la potestad punitiva (ius puniendi),
1853, que en su art. 18 dispone: “Ningún habitante ello para que el individuo no quede a merced de
de la Nación puede ser penado sin juicio previo una intervención excesiva o arbitraria del Estado
fundado en ley anterior al hecho del proceso”, el (cfr. Roxin, 1997:137).
que es complementado por el art. 19 que dispo-
ne: “Ningún habitante de la Nación será obligado Para tal fin existen diferentes instrumentos de
a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo protección, como el principio de culpabilidad, el
que ella no prohíbe”. Tampoco se puede dejar de de proporcionalidad, el de lesividad, el de intras-
mencionar el art. 1 que establece para el gobierno cendencia, el de la prohibición de la doble puni-
de la Nación la forma representativa, republicana ción, entre otros, y, primordialmente, el principio
y federal. Sobre su fuente directa se discute si es de legalidad, que tiende a evitar una punición
la Constitución americana o la Declaración de los arbitraria, no calculable, sin ley o basada en una
Derechos del Hombre y del Ciudadano (2). ley retroactiva o imprecisa. Desde esta óptica, el
principio opera como una garantía política para
El Código Penal argentino vigente no lo regula el ciudadano, en cuanto no podrá verse sometido
expresamente (3), quizás por resultar obvio, pero por parte del Estado, ni de los jueces a penas que
no sólo está consagrado implícitamente por los no admita el pueblo.
arts. 18/9 de la Constitución Nacional, sino tam-
bién —a partir del año 1994 y por imperio del inc. Si bien nuestro derecho interno consagra el prin-
22 del art. 75 de la Carta Magna—, en los Tratados cipio de legalidad en el art. 18 de la Constitución
Internacionales que integran un mismo bloque de Nacional, complementado por el de reserva en el
constitucionalidad. artículo siguiente, si comparamos el texto cons-
titucional con el alcance que la doctrina le suele
otorgar al nullum crimen sine lege veremos que su
formulación legal resulta un tanto estrecha.
(1) Cfr. en sentido amplio Porto (1952:29/33). Caso curio-
so nos depara la ley 14.034 (B.O. 30/7/1951) que establece
en su art. 1 que “Será reprimido con prisión de cinco a vein-
Es necesario entonces hacer un análisis sistemá-
ticinco años e inhabilitación especial absoluta y perpetua, el tico de las disposiciones constitucionales, como
argentino que por cualquier medio propiciare la aplicación también un examen de su fundamento, aunque
de sanciones políticas o económicas contra el Estado Argen- resulta difícil encontrar una justificación única o
tino”, y que conserva su vigencia en la actualidad. autónoma.
(2) Cfr. con mayor detalle Zarini (2003:15).
(3) Sí lo menciona el actual Anteproyecto de Código Penal Según Jakobs (1997:79/80), en la actualidad se
para la Nación Argentina (art. 1 inc. a.). le asignan al principio diferentes funciones. Por

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un lado, se dice que es específica al principio de positiva de lo prohibido frente a la arbitrariedad


culpabilidad, puesto que sólo cabe hablar de una estatal, como una exigencia de legitimación de esa
“decisión defectuosa consciente, o reprochable- decisión del Estado sobre los ámbitos de libertad.
mente inconsciente”, cuando “en el momento del Asimismo —prosigue el autor—, no solamente
hecho ya ha estado presente su punto orientador: es exigible políticamente la atribución exclusiva
la ley penal que especifica el tipo de injusto”. En ese a la ley de la facultad de definir delitos y penas,
sentido, se piensa que la culpabilidad presupone sino también que esa definición sea previa a la
el conocimiento de la norma legal infringida o, al imposición de la pena.
menos, su posibilidad, lo que requiere la previa
incriminación legal del hecho (cfr. Bacigalupo, También se brinda como fundamento el políti-
1999a:47; Jakobs, 1997:81). Sin embargo, aclara co-criminal que tiene sus orígenes en la teoría de
Jakobs, no se puede explicar ni por qué la deter- la coacción psicológica propuesta por Feuerbach,
minación ha de producirse legalmente, ni por quien entendía que sólo una amenaza penal
qué tiene que abarcar la punibilidad y la medida establecida por ley con anterioridad al hecho es
de la pena. susceptible de paralizar los impulsos tendientes
a su comisión, lo cual implica necesariamente la
Bacigalupo (1999a:47) critica también este exigencia de prohibición de retroactividad y máxi-
punto de vista por dos razones: primero, porque se ma determinación de la ley (cfr. Arroyo Zapatero,
estima que el conocimiento de las normas no de- 1983: 14/5).
pende del derecho escrito: el derecho no legislado
también puede ser conocido; y segundo, porque Por otro lado, se sostiene que el principio de le-
se sostiene que el principio de culpabilidad no galidad es producto necesario de la protección de
requiere la posibilidad de conocimiento de las la confianza, de la garantía de calculabilidad de
consecuencias jurídicas, por lo que de esta manera las consecuencias jurídicas de sus acciones por
quedaría fuera de la garantía el requisito de previa el ciudadano fiel al orden jurídico (Bacigalupo,
determinación legal de la pena. Por otra parte, se 1999a:47). En general, los autores no discuten
arguye como fundamento del principio nullum la corrección de este planteo, pero señalan que
crimen su conexión con principios democráticos y ello ha servido para ahuecar el principio en lo
con la división de poderes, dado que sólo la legisla- referente a la garantía de irretroactividad en las
tura sería la autorizada para introducir limitacio- reglas de prescripción (Bacigalupo, 1997:48), o
nes de los derechos fundamentales, aunque por que dicha confianza no se corresponde con la
este camino se dice que no es posible fundamentar confianza del ciudadano no fiel al derecho, o
la prohibición de retroactividad. que no todas las condiciones que requiere un
Estado de Derecho son objeto de la confianza
Según Donna (2006:346), en la fundamentación de los autores potenciales (cfr. en detalle Jakobs,
del principio de legalidad confluyen el liberalismo 1997:81/2).
político y la idea de división de poderes, a lo que
podría agregarse, siguiendo a Roxin, la teoría de Otros fundamentos que se proporcionan son la
prevención general de Feuerbach. exigencia de certeza y el tutelar del ciudadano. Al
primero se le ha criticado que sobre tales bases
En este sentido, Arroyo Zapatero (1983:12/3) no es posible fundamentar ni la reserva de ley, ni
explica que resulta ser una opinión común que la irretroactividad, pues también el reglamento
el principio de legalidad responde al principio ofrece seguridad o certeza, e incluso tampoco se
político de división de poderes, pues solamente el podría fundamentar la aplicación retroactiva de
legislador en representación directa de la sociedad la ley penal favorable (Arroyo Zapatero, 1983:16).
puede decidir sobre la limitación de la libertad El segundo —de carácter político—, determina el
individual, mediante la potestad de prohibir sentido total del principio y el de los subprincipios,
conductas e imponer privaciones de derechos apareciendo como una garantía del ciudadano y
(principio de supremacía del legislador). Agrega de sus derechos fundamentales frente a su limi-
que este fundamento político se plasma en la tación por el Estado.
idea de Estado de Derecho, que se concreta en la
exigencia de reserva de la materia penal para el En este orden, el principio de legalidad es ex-
Poder Legislativo, pues en definitiva es en sus orí- presión directa de las ideas más fundamentales
genes no tanto un requerimiento para la fijación del Estado democrático: el de expansión máxima

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de los derechos del individuo, idea que se tra- Como señala Ouviña (1964:549), el compromiso
duce como principio de intervención mínima. ideológico que fundamenta el sentido instrumen-
Este principio de libertad máxima-intervención tal de la fórmula explica su aparición tardía en el
mínima proyecta sus efectos sobre todas las sub- desarrollo histórico de las ideas penales, ya que
concreciones del principio de legalidad (Arroyo fue menester la explicitación previa de una cos-
Zapatero, 1983:16). movisión que proyectara a primer plano la hasta
entonces menospreciada dimensión del hombre.
Se agrega a estos fundamentos la finalidad de Recién cuando se discutió seriamente la natura-
garantizar objetividad, en el sentido de que la leza, origen, finalidad y límites de la autoridad
conducta punible y la medida de la pena no se política nació el presupuesto del nullum crimen.
deben determinar bajo la impresión de los hechos
ocurridos, pero aún por juzgar, sino por anticipado III. Los contenidos o derivaciones del princi-
y con validez general (Jakobs, 1997:82). pio de legalidad
Por otra parte, siguiendo a Schünemann, Ba- III.1. Preliminares
cigalupo (1999a:48/9) distingue entre las raíces
constitucionales y las jurídico-penales del principio Roxin (1997:137) es quizás el penalista que ha
de legalidad. expuesto un desarrollo más acabado del principio
de legalidad en la dogmática penal actual. Para él
En el primer sentido, se trata de la legitimación el principio de legalidad sirve para evitar la puni-
de la intervención en los derechos de un ciuda- ción arbitraria y no calculable sin ley o basada en
dano. En el segundo, se señalan dos aspectos que una ley imprecisa o retroactiva. Luego de explicar
ilustran el principio: a.) la imposición de una pena los postulados de “No hay delito sin ley” y “No
presupone el incumplimiento de una amenaza hay pena sin ley” en el derecho alemán, pasa a
penal cognoscible, pues de lo contrario no podría tratar las cuatro consecuencias del principio de
ser experimentada como una ratificación contra- legalidad, a saber:
fáctica de la confianza defraudada en las normas,
y b.) en el ámbito de la nueva criminalidad no in- 1.) la prohibición de Derecho consuetudinario
ternalizada, la existencia de una amenaza penal es para fundamentar y agravar la pena (nullum cri-
un presupuesto necesario para la elaboración de men, nulla poena sine lege scripta);
la disposición de conducta leal al orden jurídico.
De allí surge el principio general de que una pena 2.) la prohibición de retroactividad (nullum
sólo puede ser impuesta si, por lo menos, el autor crimen, nulla poena sine lege praevia);
pudo ser motivado a un comportamiento leal al
orden jurídico. 3.) la prohibición de analogía (nullum crimen,
nulla poena sine lege stricta);
De esta forma, se concluye que la reducción del
principio de legalidad a un único fundamento es 4.) la prohibición de leyes penales y penas in-
prácticamente imposible, porque este principio determinadas (nullum crimen, nulla poena sine
tiene funciones de diverso orden, ya que por una lege certa).
parte determina las condiciones de legitimidad Estas consecuencias o contenidos del principio
constitucional de la pena, garantizando un origen de legalidad se complementan con otros concep-
democrático del derecho penal y, por otra, dichas tos (como el de tipo penal y bien jurídico) y princi-
exigencias resultan necesarias para el estable- pios (como el de culpabilidad y proporcionalidad
cimiento de un derecho penal de culpabilidad de las penas), los cuales operan en conjunto como
(Cfr. Bacigalupo, 1999a:49). límites al ius puniendi (4).
Roxin (1997:144/7) divide en dos grandes blo-
ques la fundamentación del principio, distinguien-
do entre una justificación jurídico-política y una (4) La doctrina mayoritaria es concordante en atribuir
jurídico-penal. Dentro de la primera, menciona estas cuatro consecuencias al principio de legalidad. Ver
Bacigalupo (1997:75/83); Cobo del Rosal - Vives Antón
el liberalismo político, la democracia y la división (1996:66); Eser - Burkhardt (1995:51/2); Frías Caballero
de poderes y, dentro de la segunda, la prevención (1992:31 y ss.); Jakobs (1997:88); Jescheck (1993:119/26) y
general y el principio de culpabilidad. Welzel (1997:22/3), entre otros.

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A los fines de este trabajo resulta fundamental el propuesta se aleja de la total vinculación de la ley,
análisis de las últimas dos consecuencias. pues el juez dentro del marco fijado decide entre
diversas opciones interpretativas, pero ello radica
III.2. La prohibición de analogía en la propia naturaleza de las cosas y en que el
Para Roxin (1997:140) analogía es trasladar juez no es libre de cualquier interpretación sino
una regla jurídica a otro caso no regulado en la que está vinculado a las decisiones valorativas
ley por la vía del argumento de la semejanza; si la legales. Esta posición también permite resolver
regla jurídica que se va a trasladar procede de un para Roxin la vieja controversia entre las teorías
precepto concreto se la denomina analogía legal, subjetiva y objetiva de la interpretación, encon-
mientras que si procede de varios preceptos se la trando la solución en un punto medio: a la última
llama analogía jurídica. En el campo penal ello hay que darle la razón en que no son decisivas las
está vedado en la medida en que opere en contra efectivas representaciones de las personas que
del imputado (in malam partem), pues para un participaron en el proceso legislativo; pero a la
supuesto que sólo sea similar al regulado en la primera hay que darle la razón en que el juez está
ley no está fijada o determinada legalmente la vinculado a la decisión valorativa político-jurídica
punibilidad. Agrega Roxin (1997:147 y ss.) que la del legislador histórico.
prohibición de analogía plantea la tarea de tener Por su parte, Bacigalupo (1999:75 y ss.) refiere
que delimitar la interpretación de la ley que está que la ciencia del derecho penal ha supuesto que
permitida, de la creación del derecho que está la prohibición de analogía no ofrecía dificultades
prohibida. Dicha dificultad no fue advertida en para su realización práctica, ya que tomaba como
la época del Iluminismo, pues los propulsores punto de partida que los tipos penales contenían
de este principio partían de la base de que el supuestos de hecho referidos a un número exacto
juez nada tiene que interpretar sino sólo aplicar de casos. En este esquema, la analogía significaba
el tenor literal de la ley. En la actualidad dicha la decisión de un caso no contenido en la ley y,
concepción mecanicista ha sido abandonada, consecuentemente, la creación de derecho, lo
pues casi todos los conceptos que emplea la ley que violaba el principio de división de poderes.
son potencialmente vagos. El legislador crea con Luego de analizar pormenorizadamente el tema,
el tenor literal de un precepto penal un marco de el autor concluye que la dogmática basada en
regulación que es rellenado y concretado por el el método teleológico no puede prescindir de
juez, quien considera el significado literal más la analogía en sus operaciones interpretativas y
próximo, la concepción del legislador histórico, el las posibilidades de obtener una fórmula para
contexto sistemático legal y el fin de la ley. Según establecer el límite máximo de la interpretación
esto último, la interpretación puede ser tanto permitida son prácticamente nulas, agregando
restrictiva como extensiva. Ahora bien, una inter- que si se toma conciencia de las carencias de las
pretación al margen de dicho marco, es decir, que soluciones de que se dispone, sólo nos queda una
no esté cubierta por el sentido literal posible de una vía: la exclusión de toda interpretación exten-
norma, constituye una analogía fundamentadora siva del derecho penal. Dicha toma de posición
de la pena, lo que es inadmisible. —como el propio Bacigalupo lo expresa— choca
con la difundida opinión de la inaplicabilidad del
Más adelante expone Roxin que la vinculación
principio in dubio pro reo en materia sustantiva.
de la ley al límite del tenor literal no es arbitraria
Sin embargo —aclara el autor—, estamos ante un
y deriva de los fundamentos jurídico-políticos
conflicto entre más o menos libertad, otorgándole
y penales del principio de legalidad, pues el
al límite de la interpretación el sentido más res-
legislador sólo puede expresar con palabras sus
tringido del texto.
prescripciones y lo que no se desprenda de ellas
no rige. Por tal motivo, toda interpretación que Zaffaroni (2000:112), luego de explicar que
exceda el tenor literal vulnera la autolimitación el argumentum a simile tiene plena aplicación
del Estado en la aplicación de la potestad punitiva en el derecho penal, concluye de modo similar
y carece de legitimación democrática, ya que el a Bacigalupo en el sentido de la preeminencia
ciudadano sólo podrá incluir en sus reflexiones de una interpretación restrictiva, basada en la
una interpretación que se desprenda de su te- excepcionalidad de la criminalización primaria.
nor literal, de tal manera que pueda ajustar su Pero —a diferencia de Bacigalupo—, admite que
conducta. No obstante, el autor acepta que esta en casos en que el sentido restrictivo provoca una

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consecuencia ridícula o absurda debe ceder a la prohibición no recae sobre aquel que interviene
interpretación literal más amplia, como sucedería en el proceso de interpretación y aplicación, sino
si interpretáramos el concepto de cosa mueble en en lo que Alchourrón (1991:177 y ss.) llama argu-
el art. 162 del Código Penal en los mismos térmi- mentos jurídicos a pari y a fortiori. Cuando se hace
nos que la ley civil, dejando fuera los inmuebles referencia a un supuesto en que la norma penal
por accesión o representación. contiene cláusulas que permiten otorgar a los
términos en ellas empleados un sentido análogo
En el fondo, lo que se trasluce en la posición de
(como los vocablos “arma” o “mujer honesta”), o
Zaffaroni y, especialmente en la de Bacigalupo,
que permiten la aplicación a situaciones análogas
es la opinión de Bobbio (1938:109), quien refería
a las descripciones de hecho en ellas contenidas
que en la interpretación analógica se extiende
(“otra condición análoga” del art. 141 del Cód.
la norma misma, mientras que en la analogía se
Penal o “cualquier otro ardid o engaño” del art. 172
resuelve la formulación de una nueva norma,
del Cód. Penal), no nos encontramos frente a un
pero dicha diferenciación es superficial pues en
supuesto de analogía prohibida o razonamiento
ambos supuestos se da un caso no reglado por el
jurídico por analogía (cfr. Zarini, 2003: 88 y ss.).
derecho positivo. De este modo, para Bobbio no
era posible distinguir dónde termina la interpre- Si bien resulta sumamente arriesgada esta
tación extensiva y dónde comienza la creación de afirmación, en algo parece tener razón y, aunque
derecho, pues el procedimiento de razonamiento muchos juristas no lo expliciten, en dicho sentido
es el mismo en ambos casos. suelen expedirse. El propio Zaffaroni (defensor
acérrimo de la tesis de la interpretación restrictiva)
No obstante, Bobbio no mantuvo siempre esta admite la interpretación extensiva del concepto
tesitura. En el año 1957 admitió que era factible de cosa mueble en el delito de hurto, sin poder
la diferenciación entre interpretación extensiva diferenciarla claramente de la analogía.
y analogía, en el sentido de que en la primera, si
bien se extiende el contenido de una norma ju- Por otra parte, supongamos que el legislador
rídica a casos que no prevé, la operación se lleva ha sido lo más preciso posible en una formula-
cabo sin salirse de la norma, mientras que en la ción normativa y, no obstante, la misma puede
segunda la extensión tiene lugar con base en una interpretarse en dos sentidos: uno más amplio
norma de jerarquía superior que se aplica tanto al y otro más restrictivo. O en la misma situación,
caso previsto cuanto al no previsto, creándose en existen dudas respecto del alcance del término
consecuencia una norma nueva. En 1968 agregó utilizado. ¿Por qué deberíamos dejar fuera del
que la diferenciación no puede establecerse de campo de aplicación supuestos que claramente
modo tajante, sino más bien que los límites que el legislador quiere que queden comprendidos,
separan a una de otra son flexibles (cfr. Zarini, pero que por una limitación del lenguaje no le fue
2003:125/6). posible hacerlo?
Siguiendo a Larenz, Mir Puig (2004:124/5) dife- Como se podrá observar los complejos proble-
rencia claramente la interpretación de la analogía: mas que sucintamente hemos expuesto tienen
mientras la primera sería la búsqueda de un senti- directa relación con otros dos temas importantes:
do del texto legal que se halle dentro de su “sentido el mandato de determinación de la ley y la inter-
literal posible”, la segunda presupondría la aplica- pretación literal, que trataremos más adelante,
ción de la ley penal a un supuesto no comprendido sin perjuicio de ir realizando las referencias que
en ninguno de los sentidos posibles de su letra, fueren necesarias.
pero análogos a otros sí comprendidos en el texto
legal. El autor admite —al igual que Roxin— la in- La Corte Suprema de la Nación ha analizado el
terpretación extensiva de delitos o penas, salvo en tema, pudiendo resumirse sus argumentos de la
los casos que se aparten de los modelos o cánones siguiente manera:
de interpretación aceptados o pautas valorativas
constitucionales, pues con dicha salvedad la in- a.) el sistema penal constituye un sistema
terpretación extensiva no sobrepasaría el límite de riguroso y cerrado, formado por ilicitudes dis-
garantía representada por la letra de la ley, porque continuas, que no tolera, por la naturaleza de los
toda interpretación admisible se mueve dentro de objetos jurídicos de que se trata, ningún tipo de
ese límite. Por lo tanto, parece que el objeto de la integración, extensión o analogía tendientes a

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completar los elementos esenciales de las figuras Lo expuesto merece cierta precisión: es posible
creadas por la ley, concepto éste recibido indu- que dentro del sentido de un enunciado normativo
dablemente por el art. 18 CN (CSN, 10-9-1979, haya más de un “caso claro” de aplicación; pero
Fallos 301-395); también junto a los “casos claros” puede haber
uno o más “casos problemáticos” o, en fin, todos
b.) la interpretación extensiva siempre tiene pueden ser casos problemáticos. En todos ellos es
lugar dentro de la resistencia semántica del texto factible escoger entre el más restrictivo y el más
(pues de lo contrario no sería interpretación), en extensivo, y siempre nos estaremos moviendo
tanto que la integración analógica postula la apli- dentro del “sentido literal posible”. La elección de
cación a un saco semejante pero no contemplado uno de ellos dependerá de una cuestión decisoria
en la letra de la ley (del voto del Dr. Zaffaroni, CSN, o, en el mejor de los casos, argumentativa.
14/6/2005, Simón, Julio H.);
No obstante, el principal problema que se pre-
c.) el deber de observar una interpretación senta en el ámbito penal es tratar de establecer el
estricta de la ley no tiene por objeto excluir la límite entre la interpretación extensiva y la ana-
interpretación correcta, imponiendo en todos logía prohibida o, al menos, tratar de suministrar
los casos la literal, sino excluir la aplicación de algún criterio para fijar aproximadamente dicho
esa ley, así interpretada, a casos distintos aunque límite. En este aspecto, hay que decir que la dife-
análogos. Aquel principio, en suma, sólo veda la rencia sustancial entre ambas es que, mientras que
analogía, no la inteligencia exacta de la ley más la interpretación es la determinación del sentido
allá o más acá de sus términos literales, cuando o significado de un enunciado normativo que se
el resultado de la interpretación revela que la halla dentro de su “sentido literal posible”, la analo-
letra de la ley ha expresado sólo de manera in- gía (o razonamiento jurídico por analogía) supone
completa o incorrecta la voluntad del legislador la aplicación de una nueva norma penal (creada
(del voto del Dr. Petracchi, CSN, 31/10/1997, a partir de otra norma existente en el sistema) a
Fallos 320:2.271); un supuesto no comprendido en ninguno de los
sentidos posibles de la letra del enunciado nor-
d.) el art. 18 CN. proscribe la aplicación analó- mativo (interpretado) ya existente, pero análogo
gica o extensiva de la ley penal, pero no su razo- a otros sí comprendidos en el texto legal, claro que
nable y discreta interpretación tendiente al cum- dicho límite no puede establecerse con precisión
plimiento de los propósitos de los preceptos. Tal matemática (Zarini, 2003: 121/36).
hermenéutica deberá incluir el descubrimiento
de la posible intención del legislador, compatible Por otra parte, la finalidad que persigue la
con las palabras que ha empleado para expre- interpretación extensiva no es la misma que la
sarla, comprendidas en el sentido más obvio del prohibición de analogía, pues mientras la prime-
entendimiento común (CSN, 10-12-1997, Fallos ra pretende moverse dentro de la interpretación
320:2.469); de un enunciado, la segunda pretende crear uno
nuevo. El hecho de que en ciertos casos el límite
e.) la regla que impone la inteligencia estricta de resulte borroso no implica que no se las pueda
las normas penales no excluye el sentido común distinguir en ningún caso. Sólo cuando exista una
en el entendimiento de los textos de dichas nor- imposibilidad de distinguirlas deberemos optar
mas a fin de evitar un resultado absurdo que no por la interpretación más restrictiva.
pueda presumirse como querido por el legislador
(CSN, 10/12/1997, Fallos 320:2.649).
Asimismo, cuando una determinada interpre-
A esta altura podemos concluir provisoriamente tación desvirtúa o contradice preceptos constitu-
que siempre que nos movamos dentro del campo cionales, la opción es la declaración de incons-
de referencia semántico no parece verse obje- titucionalidad de la sentencia por considerarla
ciones en que elijamos entre una interpretación arbitraria en el caso concreto, pues más allá de
restrictiva o extensiva, aunque ello dependerá de las dificultades interpretativas que ocasione un
cómo caracterizamos cada una de ellas. Siendo enunciado normativo —que haga incluso acon-
ello así es posible entonces incluir en la interpre- sejable su derogación o estipulación—, sí entre
tación no sólo los casos claros, sino también los varias interpretaciones posibles podemos elegir
grises o problemáticos. al menos una que no colisione con las normas

58 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


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supremas, no corresponde su declaración de “Si una disposición legal admite dos interpre-
inconstitucionalidad (cfr. Sagüés, 1989:136/37, taciones opuestas, de modo que la primera sea
157, 258 y ss.). La CSN ha decidido que la incons- conforme con un principio constitucional, mientras
titucionalidad de una norma sólo debe decidirse que la segundo esté en contraste con él, se hace una
cuando no queda una vía para optar por una interpretación adecuadora eligiendo la primera in-
“interpretación constitucional” de la ley, si existen terpretación y rechazando la segundo. Las senten-
varias interpretaciones posibles debe adoptarse la cias de la Corte Constitucional llamadas ‘interpre-
que la preserva y no la que la destruye (5). tativas’ son otros tantos ejemplos paradigmáticos
de interpretación adecuadora. Tanto las sentencias
Es que el legislador no tiene más límites que la interpretativas estimatorias (la Corte evita declarar
propia Constitución, y son los jueces mediante el constitucionalmente ilegítima una disposición en
control de constitucionalidad los que en definitiva su totalidad, y se limita a declarar ilegítima una de
deberán analizar la invalidez de los tipos penales sus posibles interpretaciones), como las sentencias
en cada caso en concreto. Quien en la actualidad interpretativas desestimatorias (la Corte evita
ha interpretado mejor esta postura ha sido Roxin declarar constitucionalmente ilegítima una dispo-
(1997:55/6) (6), entendiendo que el punto de sición, interpretándola de modo que sea conforme
partida correcto consiste en reconocer que la con la Constitución... La interpretación adecuada
única restricción previamente dada al legislador es fruto de una opción discrecional, en consecuen-
se encuentra en los principios de la Constitución, cia, altamente discutible, tanto desde el punto de
por lo que el concepto de bien jurídico vinculante vista de la legalidad como del de la oportunidad
político-criminalmente sólo puede derivar de los política... Al interpretar la ley, los jueces no tienen
cometidos plasmados en la Ley Fundamental, otra obligación que la de atribuirle el sentido... De
del Estado de Derecho basado en la libertad del este modo, la interpretación adecuadora, lejos de
individuo, a través de los cuales se le marcan sus resultar obligatoria, está justificada sólo cuando
límites a la potestad punitiva del Estado. coincide con el significado común de las palabras
o con la intención del legislador, que no siempre
Esta postura —que compartimos con ciertas es el caso... Es lícito sostener que, frente a una dis-
reservas— proviene de lo que los teóricos del posición legal que admita una sola interpretación
derecho denominan “interpretación conforme a contraria a la Constitución, el juez —lejos de tener
la Constitución” (Wroblewski) o “interpretación la obligación de hacer una interpretación adecua-
adecuadora” (Guastini). La misma consiste en dora— tiene más bien la obligación de promover
intentar compatibilizar las normas legales con la una cuestión de legitimidad constitucional ante la
Carta Magna, eligiendo dentro del abanico de in- Corte... Desde el punto de vista de la oportunidad
terpretaciones posibles aquella que compatibilice política, es también lícito entender que la interpre-
más con la ley suprema, al tiempo de desechar tación adecuadora no sólo no es obligatoria, sino
las otras que no lo hacen. Por tal motivo, cuando además perjudicial... esta técnica interpretativa no
una interpretación realizada por un órgano juris- produce otro resultado que el de mantener con vida
diccional no se ajusta con determinado principio disposiciones legales que pueden expresar normas
constitucional, se dice que tal sentencia (o tal inconstitucional y cuya interpretación conforme
interpretación) es arbitraria, sin necesidad de a la Constitución por parte de la generalidad de
que lo sea la disposición, que puede “soportar” los jueces no puede decirse asegurada”. (Guastini,
interpretaciones constitucionales. 2001:148/9).
Sin embargo, advierte Guastini (2001:147/8), la Baste con señalar aquí que tradicionalmente la
interpretación adecuada no es ni más ni menos magistratura argentina ha hecho un uso conser-
que una opción discrecional y, en consecuencia, vador del control de constitucionalidad que puede
altamente discutible, tanto desde el punto de vista resumirse en las siguientes reglas de autorrestric-
de la legalidad como del de la oportunidad políti- ción (self-restraint) que enuncia Oyhanarte: a.) los
ca. Al respecto el iusfilósofo sostiene: actos estatales gozan de presunción de constitu-
cionalidad, b.) quien alega una inconstitucionali-
(5) La Ley, t. 105, p. 161. dad debe probarla, c.) la inconstitucionalidad no
(6) Ver también Zaffaroni-Alagia-Slokar puede ser declarada de oficio, d.) no hay acciones
(2000:464) en nuestro medio. declarativas de inconstitucionalidad, [FG1]e.) la

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declaración de inconstitucionalidad sólo afecta el III.3. La prohibición de leyes penales y penas


punto concreto que ha sido materia del fallo, f.) la indeterminadas
inconstitucionalidad de un precepto no invalida
necesariamente toda la ley, g.) la declaración de A diferencia de lo que ocurre con la Constitución
inconstitucionalidad procede sólo cuando es Alemana, que establece que la punibilidad tiene
absolutamente preciso, h.) quien consintió un que estar legalmente determinada, nuestro art.
acto no puede tacharlo de inconstitucional, i.) 18 de la Carta Magna guarda silencio al respec-
la misión de los jueces no es fiscalizar el merito, to, aunque esa misma pauta se desprende de la
el acierto, la eficacia o la conveniencia de las finalidad del principio de legalidad. En sentido
leyes, j.) tampoco les incumbe juzgar la “falta de positivo esta función de garantía implica que
política” de las normas discutidas, k.) ni descali- los tipos penales deben redactarse con la mayor
ficar los medios elegidos por el legislador con el precisión o exactitud posible, evitando conceptos
argumento de que hay mejores, entre otras (Cfr. elásticos, dado que su razón finca en que la reserva
Bianchi, 2002:140/1). de ley únicamente puede tener eficacia si la ley
se expresa con tal claridad que evite cualquier
Por otra parte, se hace necesario encontrar un decisión subjetiva o arbitraria del juez, lo cual
límite más allá del cual la indeterminación de la permite, a su vez, garantizar al ciudadano que
ley es inconstitucional. Roxin (1997:172/3) expresa pueda saber de antemano qué comportamiento
que la solución correcta habrá que buscarla por la se encuentra prohibido y conminado con pena
vía que prefiguran los principios de la interpreta- (Jescheck, 1993:122).
ción del Derecho Penal. Según ellos, un precepto
Según Maurach (1994:158/9) la determinación
penal será suficientemente preciso y determinado
del tipo emana inmediatamente del principio del
si y en la medida en que de él se pueda deducir
Estado de Derecho y tiene su más importante ám-
un claro fin de protección del legislador y que bito de aplicación en el derecho penal, exigencia
de todos modos el tenor literal siga marcando que se dirige al legislador y constituye el hilo con-
límites a una extensión arbitraria de la interpreta- ductor para la técnica legislativa. En este sentido,
ción. En otros supuestos sólo se podrá afirmar la el uso de elementos descriptivos del tipo es más
constitucionalidad de un precepto si se hace una adecuado para precisar con claridad el ámbito
interpretación muy restrictiva del mismo. En todo de aplicación, no obstante la moderna técnica
caso, como ya adelantáramos, el mayor problema legislativa hace imprescindible la utilización de
se presenta en el grado de indeterminación tole- conceptos normativos que requieren ser llenados
rable en la redacción de la ley. con un valor.
Adelantándonos a lo que expondremos en el En este aspecto Bacigalupo (1999b:127) opina
siguiente punto, es menester precisar que al ser las que en general se sostiene que los elementos
leyes establecidas en lenguaje natural son por ese normativos (por ejemplo “obscenidad”) otorgan
solo hecho vagas y, en ciertos supuestos, también al juez una mayor libertad, pues requieren de una
ambiguas. El problema es determinar si existen valoración para disponer del contenido aplicable,
parámetros para poder establecer con carácter pero el legislador no quiere que el juez aplique sus
general o particular cuándo la indeterminación valores personales sino los generales morales de la
es tal que viola el principio de legalidad. sociedad. El autor admite que la cuestión es discu-
tible, e incluso los elementos descriptivos también
Es verdad que en algunos casos hay que reco- requieren valoraciones para su comprensión.
nocer cierto margen de indeterminación producto También refiere que la generalización reconoce
del lenguaje o incluso introducido deliberada- límites a partir del momento que la disposición
mente por el legislador, aunque en muchos casos legal se convierte en una cláusula general, en la
ello es producto de una deficiente técnica legisla- medida que no permita al ciudadano conocer qué
tiva, como ocurre por ejemplo con el concepto de está prohibido y qué está permitido.
“violencia” en el Código Penal Argentino, que no
obstante estar parcialmente estipulado por el art. Como dice Roxin (1997:169/70), una ley indeter-
78, varía su significado de acuerdo con el lugar en minada o imprecisa poco puede proteger al ciuda-
que se encuentre ubicado. dano de la arbitrariedad, porque no implica una

60 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


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autolimitación del ius puniendi estatal y porque elementos típicos suficientemente determinables
es contraria al principio de división de poderes, ya a efectos de la limitación de la conducta punible
que le permite al juez realizar la interpretación que en todo caso ha de superar el 50%.
quiera y de esta forma invadir la esfera legislativa.
Más adelante explica que resulta indiscutido que Esto último no resulta muy plausible de ser sos-
por indeterminación las disposiciones penales tenido, pues los casos genéricos posibles que una
pueden ser inconstitucionales, citando el ejemplo norma comprende son prácticamente ilimitados,
del Tribunal Constitucional Bávaro que declaró con lo cual resultaría imposible establecer que el
nulo un precepto que establecía: “el que infringiere número de los elementos típicos determinables
el orden público o actuare contra los intereses de las a efectos de limitar la conducta punible ha de
fuerzas armadas aliadas o de sus miembros”, por superar el 50%.
ser excesivamente indeterminado. Sin embargo,
Roxin (1997:172) propone buscar la solución
el Tribunal Constitucional Federal consideró que
correcta por los principios de la interpretación
la frase contenida en el § 360 “grave desmán (o
del derecho penal, según los cuales un precepto
abuso)” era suficientemente precisa. El autor nos será suficientemente preciso y determinado si y
aclara que ya nadie discute que un cierto grado en la medida en que del mismo se pueda deducir
de indeterminación es inevitable, porque todos un claro fin de protección del legislador, y que de
los términos empleados por el legislador admiten todos modos el tenor literal siga marcando límites
varias interpretaciones, constituyendo el punto a una extensión arbitraria de la interpretación.
neurálgico los conceptos necesitados de comple- Por ejemplo —prosigue el autor—, en los tipos
mentación valorativa, los cuales no proporcionan penales que refieren a los conceptos de “injurias”
descripciones de la conducta prohibida, sino que y “otro móvil abyecto” (§ 185 y 211), los requisitos
requieren del juez un juicio valorativo (por ejem- de determinación se cumplen, pues en el caso
plo, “móviles abyectos”, “escasa cantidad”, “buenas del primero, la manifestación de desprecio sólo
costumbres”, “mujer honesta”, “banda” [FG2]etc.). lograra su fin si ella es también entendida como
En general, se admite que el legislador no puede tal; y en el del segundo, está claro que el fin de la ley
renunciar por completo a dichos conceptos, y radica en castigar más duramente a los homicidas
que si las leyes sólo contuvieran conceptos des- especialmente reprobables, y la cuestión de qué
criptivos, bien serían infinitamente largas, o bien motivos cabe considerar como tales es algo que
presentarían tal rigidez en su aplicación que pro- se pude averiguar mediante interpretación por la
ducirían resultados sumamente desafortunados. equiparación que la ley hace con los móviles del
No obstante, Roxin (1997:171/2) se preocupa por “placer en el asesinato”, la “satisfacción del instinto
encontrar un límite, más allá del cual la inde- sexual” y la “codicia”. No sucede lo mismo con el
terminación sería inconstitucional. Así, algunos mencionado caso del “desmán o abuso grave”, pues
entienden que las exigencias de determinación no está claro el fin perseguido por el legislador y
crecen junto con la cuantía de la pena prevista en las posibles interpretaciones del concepto llegan
el tipo, y la concreción de la jurisprudencia de una al infinito. En otros casos sólo se podrá afirmar la
ley indeterminada satisface el mandato constitu- constitucionalidad de un precepto si se hace una
cional. Otro piensan que el legislador debe lograr interpretación muy restrictiva. Con lo expuesto
la máxima precisión posible, es decir, si un con- concluye el autor que no es cierto que el principio
cepto necesitado de complementación valorativa de determinación esté vacío de contenido: sólo
pudiera redactarse de forma más precisa, debería habría que revisar, sirviéndose de los puntos de
declarárselo inconstitucional. Todavía algunos vista expuestos, cualquier tipo concreto en el
creen, basados en la idea de ponderación, que que se planteen dudas, cuyo desarrollo sería una
los conceptos necesitados de complementación tarea que correspondería a la parte especial. Por
valorativa serían admisibles si los intereses de una supuesto, también el mandato de determinación
justa resolución del caso concreto son preponde- abarca la pena y demás consecuencias del delito.
rantes respecto del interés de la seguridad jurídica. Una norma penal que dijera “el que infringiere el
También se menciona respecto de estos conceptos bien común de modo intolerable será castigado con
que sólo se puede afirmar que concurren cuando pena de prisión de hasta cinco años”, convertiría
lo admitan todas las interpretaciones defendibles. en superfluos los múltiples artículos de cualquier
Finalmente, se ha dicho que el porcentaje de los Código Penal, pero sería un precepto nulo, ya que

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no permitiría reconocer qué características ha de nes, pero tampoco presupone la sola utilización
tener la conducta punible. El juez es quien fijaría de elementos descriptivos, ni una descripción
en este supuesto la conducta y no el legislador. exacta, sino que es compatible con los conceptos
Es por ello que el mandato de determinación se normativos, cláusulas generales y otros conceptos
dirige esencialmente al legislador, siendo una que requieren una valoración para ser aplicados.
consecuencia directa del principio de división de Ello es inevitable, ya que las descripciones puras
poderes (7). sólo existen en las matemáticas y la ley siempre
requiere valoraciones (8);
Eser - Burkhardt (1995:52/9) se ocupan deteni-
damente del tema. Para los autores alemanes no c.) ¿Qué criterios se deben exigir para la deter-
se debe extremar el mandato de determinación al minación?
punto de que las leyes se tornen extremadamente
rígidas y casuísticas y no se adecuen a la evolución i.) La previsibilidad de la aplicación judicial,
de la vida, por lo que el legislador no puede renun- cuando una interpretación va más allá del sentido
ciar a la utilización de conceptos generales que no de las palabras del precepto para comprender la
pueden ser descriptos formalmente con total exac- punibilidad de un comportamiento, ella no puede
titud, y que por ello necesitan en cierta medida de pesar sobre el ciudadano. Dicha previsibilidad
la interpretación judicial. Por tal motivo, no serían debe surgir de los métodos de interpretación
necesariamente inconstitucionales las cláusulas usuales, especialmente basados en jurisprudencia
generales o los conceptos indeterminados que consolidada y, por otro lado, en la posibilidad de
requieran valoración, siempre que sea posible cálculo sobre la base del conocimiento específico
establecer para la interpretación y aplicación de de la materia para el destinatario de la norma.
la norma, utilizando métodos de interpretación
conocidos o sobre la base de una consolidada ii.) Otro punto de apoyo debe ser el criterio
jurisprudencia, de modo que el ciudadano ten- de la decisión valorativa, pues aún cuando la
ga la posibilidad de conocer el valor jurídico apreciación de una fórmula necesitada de cierta
protegido por la norma penal y la prohibición valoración sea previsible, no puede el legislador
de determinados comportamientos, así como la dejar a cargo del juez una decisión valorativa que
posible reacción estatal. Por otra parte, la deter- puede y tiene que tomar, so pena de lesionar el
minación de un precepto penal puede depender principio de prohibición de retroactividad y de
de quiénes sean los destinatarios, pues si éste se división de poderes.
dirige a personas respecto de las cuales se puede iii.) Si el legislador pudiera concretar su materia
suponer que en razón de su formación o experien- sin dificultades abarcando casuísticamente los ca-
cia práctica posean determinados conocimientos sos que necesitan regulación, entonces se podría
técnicos, no existe mayor problema. En dicho evitar la indeterminación. Si en esos casos, no se
aspecto la jurisprudencia alemana —analizan los lograra dicha concreción entonces se vulneraría
coautores— ha establecido ciertas directrices que el principio de legalidad.
pueden dividirse en tres puntos:
iv.) También resulta importante el principio de
a.) no existe un grado de determinación con proporcionalidad desde dos puntos de vista: por
validez general, pues ello depende de la espe- un lado, la ley debe determinar con mayor preci-
cialidad de cada supuesto típico en particular y sión cuanto más grave sea la pena amenazada y,
de las circunstancias que dieron lugar a dicha por el otro, debe existir la proporcionalidad entre
regulación; la necesidad de una protección del bien jurídico
b.) la determinación del supuesto de hecho que no se pueda realizar de otra manera.
típico no puede referirse ni a una exclusión total v.) Por otra parte, la reserva de ley —según la
de ambigüedad, ni a la exclusión de valoracio- cual sólo se pude imponer pena sobre la base de
una ley sancionada conforme a las formalidades
exigidas para ellas—, impone al legislador deter-
(7) Claro que en alguna medida también se dirige al
juez que tiene que interpretar los dichos del legislador y,
eventualmente, declarar su compatibilidad o no con la (8) Incluso la ley de la gravitación universal requiere de
Constitución. elementos valorativos.

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minar los presupuestos de punibilidad, no pudien- la ley sean dotados de extensión determinada,
do delegar ello a los órganos ejecutivos. para que sea factible su uso como predicados
verdaderos de los hechos empíricos por ellos
Otro jurista que se ha ocupado detenidamente denotados; b.) que con dicho fin sea connotada
del tema es Ferrajoli (1998:95/6), quien distingue su intensión con palabras más claras y precisas en
el principio de mera legalidad del principio de lo posible; y c.) que sean excluidas las antinomias
estricta legalidad. Mientras el primero se limi- semánticas o, al menos, predispuestas normas
taría a exigir la ley como condición necesaria de para su solución.
la pena y del delito, el segundo exigiría todas las
demás garantías como condiciones necesarias de Ferrajoli expone que en los sistemas penales
la legalidad penal. De ahí se sigue que el principio evolucionados estas características esenciales
de mera legalidad sería la condición de la vigencia pueden ser identificadas con lo que los penalistas
o existencia de las normas, cualesquiera sean sus llaman elementos constitutivos del delito. Cuales-
contenidos, y el de estricta legalidad o taxatividad quiera que sean dichos elementos, existe un nexo
de los contenidos sería condición de validez o metalógico entre la precisión de su connotación
legitimidad de las leyes vigentes. Por otra parte, legal y la determinabilidad de su campo de de-
la mera legalidad sería una norma dirigida a los notación; entre legalidad y verificabilidad; entre
jueces, mientras que la estricta legalidad sería una convencionalismo y empirismo penal y entre rigor
norma meta-legal dirigida al legislador, a quien semántico del lenguaje legal y cognoscitivismo
prescribe una técnica específica de calificación judicial. Dichos nexos fueron comprendidos por
penal idónea para garantizar, con la taxatividad la mayoría de los autores del Iluminismo, aunque
de los presupuestos de la pena, la decibilidad con el ingenuo optimismo derivado de la total falta
de la verdad de su enunciación (9). En el primer de una adecuada teoría del significado, que puede
sentido, el principio de legalidad se identifica con ilustrarse en la frase de Beccaria: “Donde las leyes
la reserva de ley entendida en sentido formal, y se son claras y precisas el oficio del juez no consiste
limita a prescribir la sujeción del juez a las leyes más en que asegurar un hecho”.
vigentes; en el segundo se identifica con la reserva
absoluta de ley entendida en sentido material, y Claro que, como explica Ferrajoli, este ideal
prescribe que tal contenido esté formado por su- nunca es plenamente alcanzable, pues siguiendo
puestos típicos dotados de significado unívoco y a Hart, sostiene que en todas las leyes existe junto
preciso. Sólo en la medida en que se satisfaga este a un núcleo “luminoso” una zona de “penumbra”
segundo principio, la motivación jurídica de una que cubre los casos en los que las palabras de la ley
sentencia puede tener carácter declarativo y ser no son obviamente aplicables pero tampoco cla-
susceptible de control empírico como verdadera ramente excluibles. Sin embargo, esta penumbra
o falsa y cómo válida o inválida. puede ser reducida o aumentada hasta la claridad
más completa. Es por ello que la certeza jurídica,
Agrega Ferrajoli (1998:121/2) que el presupuesto aun cuando sea un mito si se la entiende como
necesario de la verificabilidad y de la refutabilidad perfecta correspondencia, puede ser en realidad
jurídica es que las definiciones legales que esta- mayor o menor según el lenguaje sea preciso o
blecen las connotaciones de las figuras abstractas vago, denote hechos o exprese valores y esté libre
de delito sean los suficientemente precisas como o no de antinomias semánticas. El iusfilósofo
para permitir en el ámbito de aplicación de la ley trata de aclarar la cuestión con algunos ejemplos
la denotación jurídica de hechos empíricos exac- del Código Penal italiano: menciona así el hurto
tamente determinados. De esta forma, caracteriza
agravado cuando resulta cometido por tres o
al principio como una regla semántica meta-legal
más personas (art. 625 nº 5), y el hurto agravado
de formación de la lengua legal que prescribe al
cuando el culpable usa violencia sobre las cosas
legislador penal: a.) que los términos usados por
(art. 625 nº 2). En el primer tipo penal, se hace
referencia a una circunstancia exactamente deno-
(9) El autor deja en claro que la diferencia entre legali- tada, mientras que en el segundo la circunstancia
dad estricta y lata es una cuestión de grado, dependiendo
del grado de taxatividad o determinación empírica de los mencionada es vaga e indeterminada, sujeta a
supuestos típicos penales y de su campo de denotación o múltiples interpretaciones asociables a las pala-
aplicación (1998:113). bras “violencias” y “cosas”.

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Más adelante, Ferrajoli (1998:378 y ss.) añade principio de interpretación restrictiva se expresa
que mientras el principio de mera legalidad es un en un segundo momento puramente interpre-
principio general de derecho público, el de estricta tativo, ya que dentro del alcance semántico de
legalidad es una garantía que se refiere sólo al las palabras puede haber un sentido más amplio
derecho penal, en la medida en que incide en la para la criminalización o uno más limitado, y sólo
libertad personal de los ciudadanos. Se explica en casos muy excepcionales la regla general de
así cómo el principio de mera legalidad se limita interpretación restrictiva (in dubio pro reo) cede
a exigir que los presupuestos de las penas estén ante otra más amplia.
establecidos de antemano por un acto legislativo,
mientras que el principio de estricta legalidad En Hassemer (1984:314/9) el mandato de certe-
exige que la ley penal esté dotada de exigencias za es la forzosa consecuencia del hecho de que un
empíricas para que sea posible su explicación en sistema jurídico se organice sobre leyes escritas. La
proposiciones verificables y presupone todas las ley formulada con precisión constituye un interés
demás garantías, las penales de la materialidad primario para el legislador: no habría, pues, ni
de acción, lesividad del resultado y culpabilidad, siquiera que recomendársela. Sin embargo, hay
y las procesales de la presunción de inocencia, casos en que el legislador no quiere la lex certa
la carga de la prueba y el derecho de defensa. lo que es algo inevitable, ya que frente al clásico
Estas dos versiones del principio de legalidad entendimiento de determinación de los valores
son, para el autor, aplicables a los demás secto- irrenunciables de la vida comunitaria, se impone
res del ordenamiento jurídico. Por otra parte, el también el criterio de la dirección social, de la
principio de estricta legalidad se vincula con la intervención política interna. Hassemer piensa
prohibición de analogía, en la medida en que se que aparece aquí el conflicto entre el deseo de
pueda afirmar de conformidad con la estricta le- progreso y el deber de mantenimiento que existe
galidad que los preceptos penales son verdaderos en el sistema jurídico-penal. Otra de las razones
o falsos (recordemos que para el autor esto es una por las cuales el legislador puede no querer la lex
cuestión de grados), respecto de los hechos que se certa es que en numerosas situaciones no existe la
examinan, resultando obvio que no hay sitio para voluntad del legislador, pues la leyes penales son
el razonamiento analógico. De ello deriva el deber compromisos cuyo contenido afecta a estratos
de interpretación restrictiva y la prohibición de profundos de la personalidad, y en sus preceptos
interpretación extensiva de las leyes penales. se adoptan a menudo una posición intermedia
que no representa la opinión de los partidos que se
Zaffaroni (2000:110 y ss.) opina que aunque la encuentran más bien en los extremos. No obstante,
ley se exprese en palabras y éstas no sean total- el autor se encarga de aclarar que el mayor peligro
mente precisas, no por ello debe renunciarse al para el mandato de certeza proviene en realidad
principio de legalidad, sino que es necesario exigir de la capacidad del legislador para hacer leyes
al legislador que agote los recursos técnicos para precisas, pues tiene que resolver al mismo tiempo
otorgar la mayor precisión posible conforme al dos tareas diferentes y contrarias entre sí: tiene
principio de máxima taxatividad legal. Cuando que dejar sus normas lo suficientemente abiertas
los límites legales no se establecen de esa forma, como para poder adaptarse a cambios futuros, y
cuando se prescinde del verbo típico, cuando se tiene que redactarlas de un modo lo suficiente-
instituye una escala penal de amplitud inusitada mente cerrado como para que sean impenetrables
o se remite a conceptos vagos o valorativos de a casos que no han sido imaginados. Toda decisión
dudosa precisión, quedan dos caminos: decla- que haya que tomar entre flexibilidad y precisión
rar la inconstitucionalidad de la ley o aplicar el es problemática. En este sentido, depende de la
principio de máxima taxatividad interpretativa. lealtad de la jurisprudencia. El punto medular ra-
Sustancialmente, sostiene el autor, debe optarse dica —según Hassemer— en la dirección que debe
por la inconstitucionalidad cuando la aplicación tomarse cuando el tenor literal de una norma no
de la máxima taxatividad interpretativa resulta coincide con su sentido, con su contexto sistemá-
demasiado artificiosa, es decir, cuando carece de tico, con las metas del legislador o con los límites
todo apoyo legal o debe hallarse en un ámbito de la Constitución. Y esto depende del criterio
muy lejano o, cuando la ley contiene una irracio- interpretativo que se tome (gramatical, objetivo,
nalidad irreductible que no responde a un notorio teleológico, sistemático o histórico). Por otro lado,
error material. Recordemos que según el autor el el legislador ha encontrado una inteligente salida

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entre flexibilidad y precisión mediante la técnica IV. Conclusiones


del método ejemplificativo.
i.) El Estado Antiguo no reconoció derechos
Ferreres Comella (2002) ha dedicado un libro de libertad, porque en dicho esquema resultaba
al principio de taxatividad del cual se pueden inconcebible una esfera de acción privada con
destacar las siguientes ideas: un derecho independiente frente a la comunidad
política de su pueblo y Estado. Toda la vida del ciu-
a.) el principio de taxatividad implica la exi- dadano antiguo se encontraba monopolizada por
gencia de que los textos regulen con suficiente el Estado. Las cosas no variaron sustancialmente
precisión qué conductas están prohibidas y que en la Edad Media. Si bien el principio de legalidad
sanciones se impondrán a quienes incurran en fue reconocido de algún modo en diferentes mo-
ellas, reposando dicha exigencia en razones de mentos de la historia del pensamiento humano,
certeza jurídica e imparcialidad o igualdad en la su vigencia con el alcance que se le asigna en la
aplicación del Derecho; actualidad tiene como antecedente directo el
b.) hoy en día se sabe que es imposible dictar Racionalismo del siglo XVIII, mediante las bases
leyes de tal forma que no se planteen en el futuro filosóficas que echaron sus máximos exponentes,
problemas de interpretación, pues el derecho es relacionado a un modelo de Estado vinculado a
parcialmente indeterminado y el juez goza de presupuestos culturales, sociales, económicos, ju-
un margen de discreción. Ello se debe a diversos rídicos y, fundamentalmente, políticos diferentes
factores, tales como la vaguedad, que el legisla- de los conocidos hasta ese entonces, donde queda
dor no puede prever todas las combinaciones de consagrado definitivamente, con independencia
circunstancia relevantes que pueden darse en el del documento que podamos considerar más
futuro, etc.; importante al respecto. A su vez, se encuentra indi-
solublemente ligado a los presupuestos del Estado
c.) es cierto que el legislador podría esforzarse de Derecho, ya que resulta impensable en otro
en concretar al máximo el contenido de las nor- modelo de Estado como el Antiguo o el Medieval,
mas, colocándolas en un catálogo cerrado, pero donde el individuo quedaba sometido totalmente
esta mayor precisión tiene como principal coste a aquél, sin ningún tipo de garantías individuales,
el riesgo de infrainclusión y de sobreinclusión; es más allá de que haya estado vigente durante cortos
decir, si se es muy preciso se corre el riesgo de dejar periodos de tiempo, y, esencialmente, en cuanto
fuera del ámbito de lo punible lo que en realidad a la prohibición de retroactividad.
se desea sancionar, y si se es muy preciso al fijar
las propiedades que justifican que una conducta De este modo, su origen es más político que
quede excluida y se pretende que el juez no amplíe jurídico, lo que presupone una organización polí-
esa enumeración, se corre el riesgo de que queden tica basada en la división de poderes, en la cual el
incluidas conductas que no se quiere sancionar. ciudadano no podrá verse sometido por parte del
Como tradicionalmente se ha considerado más Estado a penas que no admita el pueblo.
grave el riesgo de sobreinclusión, se suele admitir
por ejemplo la analogía favor rei o la reducción ii.) Es prácticamente imposible reducir el
teleológica de la ley; principio de legalidad a un único fundamento,
aunque resulta importante tener presente que en
d.) hay que admitir entonces cierto grado de la actualidad dicho principio implica el principal
imprecisión a favor del reo, pero teniendo en limitador del ius puniendi estatal, ya que éste sólo
cuenta que un alto grado de infrainclusión afecta podrá ejercerse cuando la acción de una persona
la eficacia del derecho penal, se debe admitir cier- encuadre en una norma penal previamente tipi-
to grado de imprecisión de la ley, lo cual supone ficada como delito. Si entendemos el principio
transferir poder interpretativo al juez, cosa que de legalidad en este sentido, ello presupone una
se justifica hasta cierto punto, pues no es posible concepción de Estado Democrático de Derecho,
colocar en manos del juez el poder de definición donde la idea subyacente a la voluntad general
del ámbito de lo punible. El núcleo del problema sólo se traduce institucionalmente en un cuerpo
reside entonces en la determinación de qué grado legislativo democráticamente elegido y, por ende,
de imprecisión resulta intolerable. representativo de esa voluntad, con la exclusiva

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 65


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atribución de estatuir legalmente delitos y penas admite o no la interpretación extensiva (10). Si


(cfr. Zarini, 2003:29). bien ninguno de los extremos parece que pueda
funcionar plausiblemente, intuimos que con una
iii.) El principio de legalidad es ante todo una magistratura especializada, el peligro proviene
construcción teórico-ideológica que se considera más de la excesiva determinación que de la
distintiva del derecho penal liberal. Como dice indeterminación, no influyendo demasiado la
Hassemer (1998:20), el principio de legalidad no restrictividad o extensividad de la interpretación,
es una característica del sistema de justicia penal, en la medida en que se busquen ciertos paráme-
sino su misión y objetivo. Desde este punto de tros que impidan caer en la analogía creadora
vista, corresponde hacer una lectura fuerte del de hechos punibles o penas, de modo que los
principio, en el sentido que comprende las cuatro jueces no suplan las deficiencias del legislador
exigencias ya señaladas, lo cual se puede funda- y, lo que es peor aún, rellenen tipos penales con
mentar por lo menos mediante un razonamiento sus convicciones morales o personales. Claro que
por el absurdo del siguiente tipo: la exigencia de el mandato de determinación es una exigencia
la ley previa suele ser expresa, ahora, ¿qué signi- básicamente dirigida al legislador, y de manera
ficaría exigir que nadie puede ser penado sin ley secundaria al juez por lo que la admisión o no de
que así lo determine si esa ley no es —además la interpretación extensiva es más bien un hecho
de previa—, cierta, estricta y escrita? El princi- propio de la actividad judicial.
pio de legalidad debe ser entendido como una
garantía del ciudadano y no como un postulado vii.) Es que, como explican Eser-Burkhardt
vacío o neutral, abierto a cualquier contenido (1995:52/9), no se debe extremar el mandato de
autoritario. determinación al punto de que las leyes se tor-
nen extremadamente rígidas y casuísticas y no
iv.) Dentro del abanico de posibilidades que puedan adecuarse a la evolución de la vida, por
aparecen en la interpretación de una disposición lo que al legislador no les es posible renunciar a la
penal, es posible optar tanto por una interpreta- utilización de conceptos generales que no pueden
ción extensiva como por una restrictiva, pues el ser descriptos formalmente con total exactitud
principio in dubio pro reo no rige en el derecho y, que por ello, necesitan en cierta medida de
penal sustantivo. Claro que dicha opción no impli- la interpretación judicial. Por tal motivo, no son
ca una decisión arbitraria o caprichosa, sino que necesariamente inconstitucionales las cláusulas
debe adaptarse al sentido literal posible del texto y generales o los conceptos indeterminados que
a los reconocidos cánones o métodos de interpre- requieran valoración.
tación vigentes, aunque resulte dificultoso trazar
límites precisos entre una interpretación restric- viii.) Lo expuesto, aunque no siempre se explici-
tiva y extensiva, o entre esta última y la analogía, y ta, parece ser la posición dominante en la doctrina
menos aún determinar exactamente cuándo nos y jurisprudencia de nuestro país. Sin embargo, no
movemos dentro del sentido literal. está exenta de críticas. Al no poder establecerse
con precisión los contornos entre interpretación
v.) La dificultad de precisar los límites entre una
literal, restrictiva y extensiva, ya que ningún tér-
interpretación extensiva y una restrictiva obedece
mino del lenguaje natural tiene límites determi-
fundamentalmente a la vaguedad del lenguaje.
Claro que ello no implica necesariamente una
condición negativa o disvaliosa, pues todo orde- (10) Incluso si admitiéramos, al igual que Bacigalupo,
Bustos Ramírez y Ferrajoli, que la opción debe recaer
namiento jurídico funciona con cierto margen de siempre sobre la interpretación más restrictiva, cosa que
indeterminación, ya que sería imposible que el no consideramos justificada normativamente, los proble-
legislador pudiera describir con máxima preci- mas interpretativos subsistirían para poder detectar cuál
sión toda conducta humana de modo casuístico, es la posibilidad más restrictiva porque tampoco de ella
y si fuere el funcionamiento práctico del derecho se pueden precisar sus límites con exactitud matemática.
Es muy ilustrativo al respecto Maier (1989:264/69). Ello no
quedaría totalmente atrofiado. implica necesariamente que no pueda defenderse la tesis
restrictiva, sino que no parece coherente que la misma
vi.) La dificultad consistiría más bien en deter- objete a la postura contraria justamente la falta de precisión
minar el punto mínimo aceptable para que una para distinguir interpretación extensiva y analogía, que ella
ley sea considerada determinada, que en si se misma tiene o carece.

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DPyC Alexis Leonel Simaz

nados de aplicación, la directiva que impone la cia tajante entre la interpretación extensiva y la
interpretación literal no podría cumplirse. Esto analogía.
implicaría la necesidad de redefinir el concepto de
“interpretación literal”, en el sentido de asignarle a xi.) La subconcreción de lex certa implica que
un término su significado usual de conformidad al los tipos penales y las consecuencias del delito
uso ordinario de las palabras, pero ello confronta- deben redactarse por el legislador con la mayor
ría con la noción de interpretación “a secas”, pues precisión posible, tratándose de evitar conceptos
¿Qué otra cosa podría ser interpretar? vagos o ambiguos. Ello reposa en la idea de evitar
cualquier decisión subjetiva o arbitraria del juez,
ix.) Un camino sería argumentar que existen ca- garantizando al ciudadano que pueda saber de
sos claros de aplicación y de no aplicación, y casos antemano qué comportamiento se encuentra
problemáticos, en los que las reglas semánticas no prohibido y con qué pena está conminado. De lo
determinan si el caso se halla o no comprendido contrario se violentaría el principio de división de
en el alcance del término. Desde esta óptica, poderes, pues el juez podría realizar la interpreta-
la interpretación restrictiva sería aquella que ción que quiera y de esta forma invadiría la esfera
limita el significado del término exclusivamente del legislador.
a los casos claros, mientras que la extensiva la
que abarca al menos un caso problemático en xii.) Admitida cierta indeterminación del de-
su alcance. De ello se seguiría un problema aún recho y, en consecuencia, que el mandato de
mayor: la distinción entre interpretación exten- determinación nunca puede cumplir con el ideal
siva y analogía, en la medida en que todo caso de redactar leyes totalmente precisas, la cuestión
de uso de un razonamiento por analogía podría pasa a ser de grados, aunque resulta problemático
ser presentado como un caso de interpretación establecerlos. Existen múltiples posiciones al res-
extensiva y viceversa, lo que daría la razón a la pecto, como quienes piensan que en la medida en
postura defendida por Bacigalupo, Ferrajoli y Bo- que la pena es más severa crecen las exigencias de
bbio. Sin embargo, dicha posición dejaría latente determinación, o quienes creen que el legislador
el problema de la distinción entre interpretación debe extremar todos los recaudos para lograr la
restrictiva y reducción teleológica de la ley, a la máxima precisión posible, pues de lo contrario
que le serían aplicables las mismas objeciones. debería declararse inconstitucional el precepto.
Frente a ello, la búsqueda de soluciones se bi-
furcarían: por un lado tratando de reconstruir, xiii.) Claro que, en palabras de Hassemer
ya no un sentido meramente literal posible, sino (1984:314/9), el mayor peligro para el mandato
interpretativo posible, abarcativo de los cánones de certeza proviene de la capacidad del legis-
o métodos de interpretación aceptados, cosa que lador para hacer leyes precisas, pues tiene que
parece poco plausible; o relativizando de algún resolver al mismo tiempo dos tareas diferentes y
modo el concepto de analogía, como por ejemplo contrarias entre sí: tiene que dejar sus normas lo
reformulando el mandato de determinación o, en suficientemente abiertas como para poder adap-
fin, redefiniendo los conceptos de interpretación tarse a cambios futuros, y tiene que redactarlas de
extensiva y restrictiva. un modo lo suficientemente cerrado como para
que sean impenetrables a casos que no han sido
x.) Parece bastante plausible la última opción, imaginados. Toda decisión que haya que tomar
es decir, definir a la interpretación extensiva y a entre flexibilidad y precisión es problemática,
la restrictiva una en función de la otra, quedando pues siempre que tratemos de regular mediante
ambas comprendidas dentro del sentido literal y pautas generales conductas humanas —en forma
colapsando la interpretación extensiva (y también no ambigua y por anticipado—, encontramos dos
la literal) con la analogía. Dentro del campo de grandes escollos conectados entre sí: nuestra re-
referencia semántico o el sentido literal de un texto lativa ignorancia de los hechos y nuestra relativa
es posible que exista más de una interpretación, indeterminación de nuestros propósitos (Hart,
sin que en principio una prevalezca sobre otra. 1961:160).
Ahora bien, si se entendiera que la interpretación
extensiva puede ser más amplia que la literal, o Esta exigencia de certeza tiene —como explica
en otras palabras, que quedaría fuera de la literal, Moreso (2001)—, una doble dimensión: se diri-
ahí sí sería difícil sostener que exista una diferen- ge al legislador para que las leyes penales sean

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 67


DPyC Derecho Penal doctrina

claras y precisas y, por el otro, se dirige a reducir ATIENZA, Manuel, (1986), Sobre la analogía en
la discreción de la policía para arrestar y de los el derecho, Civitas, Madrid.
jueces para condenar, obligándoles a ceñirse a la
ley y prohibiéndoles la aplicación analógica de BACIGALUPO, Enrique (1997), Principios de
las leyes penales. Claro que, como vimos, dicha derecho penal, Akal, Madrid.
exigencia no puede llevarse al extremo, ya que las BACIGALUPO, Enrique (1999a), Principios
reglas siempre incluyen algunos casos que la razón constitucionales de derecho penal, Hammurabi,
que justifica tener esa regla no abarca, y excluyen Buenos Aires.
otros que la razón que justifica la regla exigiría que
estuvieran incluidos. BACIGALUPO, Enrique (1999b), Derecho penal.
Parte general, Hammurabi, 2ª edición, Buenos
xiv.) De este modo, parece plausible formular Aires.
la regla de una forma más alejada de su razón
justificante, pero con conciencia clara de que BIANCHI, Alberto B. (2002), Control de constitu-
incluiremos casos no previstos por la razón jus- cionalidad, 2ª edición, Ábaco, Buenos Aires, t. 1.
tificante y excluiremos otros casos que sí estaban
BOBBIO, Norberto (1938), L´ analogia nella
previstos, ya que cuanto más detallada y casuista logica del diritto, Serie: Memorie dell istitute
sea nuestra formulación, más peligro de infrain- Giuridico, la Università, Torino.
clusión habrá. En palabras de Ferreres Comella
(2002), cuanto mayor sea la precisión mayor será BUSTOS RAMÍREZ, Juan (1994), Manual de de-
el riesgo de infrainclusión y de sobreinclusión, recho penal. Parte general, 4ª edición, aumentada,
pues si se es muy preciso se corre el riesgo de dejar corregida y puesta al día por Hernán Hormazábal
fuera del ámbito de lo punible lo que en realidad Malarée, Ariel, Barcelona.
se desea sancionar, y si se es muy preciso al fijar
las propiedades que justifican que una conducta CABRAL, Luis (1958), Ubicación histórica del
quede excluida y se pretende que el juez no amplíe principio “nullum crimen nulla poena sine lege”,
Valerio Abeledo Editor, Buenos Aires.
esa enumeración se corre el riesgo que queden
incluidas conductas que no se quiere sancionar. COBO DEL ROSAL, Manuel - VIVES ANTON,
Hay que admitir entonces cierto grado de impre- Tomás S. (1996), Derecho Penal, Parte General, 4ª
cisión a favor del reo, pero teniendo en cuenta que edición, adecuada al Código Penal de 1.995 por María
un alto grado de infrainclusión afecta la eficacia Isabel Valldecabres Ortiz, Tirant lo Blanch, Valencia.
del derecho penal, se debe admitir cierto grado de
imprecisión de la ley, lo cual supone transferir po- DONNA, Edgardo Alberto (2006), Derecho
der interpretativo al juez, lo que se justifica hasta penal. Parte general, Rubinzal Culzoni, Santa
cierto punto, pues no es posible colocar el manos Fe, t. I.
del juez el poder de definición del ámbito de lo ESER, Albin - BURKHARDT, Björn (1995), Dere-
punible. El núcleo del problema reside entonces cho penal. Cuestiones fundamentales de la teoría
en la determinación de qué grado de imprecisión del delito sobre la base de casos de sentencias,
resulta intolerable. traducido por Silvina Bacigalupo y Manuel Cancio
Meliá, Colex, Madrid.
V. Bibliografía utilizada
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ALCHOURRÓN, Carlos E. (1991), “Los argu- ría del garantismo penal, traducido por Perfecto
mentos jurídicos, a fortiori y a pari”, en Análisis Andrés Ibáñez, Alfonso Ruiz Miguel, Juan Carlos
Lógico y Derecho. Centro de Estudios Constitu- Bayón Mahino, Juan Terradillos Basoco y Rocío
cionales, Madrid. Cantarero Bandrés, 3ª edición, Trotta, Madrid.
ARROYO ZAPATERO, Luis (1983), “Principio FERRERES COMELLA, Víctor (2002), El prin-
de legalidad y reserva de ley en materia penal”, cipio de taxatividad en materia penal y el valor
en Revista Española de Derecho Constitucional, normativo de la jurisprudencia (Una perspectiva
año 3, nº 8. constitucional), Civitas, Madrid.

68 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Alexis Leonel Simaz

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Ibáñez, Fontamara, México. ps. 525/45.
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Criminología
DPyC Criminología DOCTRINA

La influencia del positivismo criminológico a la hora


de determinar la pena ¿Acaso una doctrina vigente?
Por Melina de Bairos Moura
Sumario: I. Introducción. ¿Cuál es el momento más importante de un
proceso penal? — II. Positivismo criminológico europeo. — III. Posición
del positivismo criminológico europeo en cuanto a la determinación de
la pena. — IV. Positivismo criminológico en Argentina. Cómo incidió en
nuestro modelo para determinación de la pena. — V. Los resabios del
positivismo criminológico en la Argentina actual. — VI. Conclusión. —
VII. Bibliografía.

I. Introducción. ¿Cuál es el momento más escapa que, en nuestro medio, la mayor parte de las
importante de un proceso penal? decisiones judiciales en punto a la determinación
de la pena pone de manifiesto con toda claridad
La conclusión indudable que surge del planteo que la graduación y elección de la pena en cada
de este interrogante es la determinación de la caso, se encuentra librada más que al arbitrio a la
pena, momento en que se unen todas las miradas arbitrariedad del juzgador, sin que las decisiones se
posibles: la culminación de la puesta en marcha de presenten sobre la base de una justificación racio-
los límites al poder punitivo previstos en las distin- nal, limitándose, por lo general, a la mera remisión
tas categorías de la teoría del delito; la finalidad del de lo establecido en los arts. 40 y 41 del código de
proceso penal en sí que transitó el camino hacia fondo. Tal situación resulta por lo menos alarman-
la averiguación de la verdad y culminó en una te, toda vez que, si se reflexiona mínimamente, ‘El
sentencia cierta; el momento en el que se aplica el eje del derecho penal y procesal radica en la pena;
poder punitivo con todo su aparato (confirmando lo demás son sólo los presupuestos de ella. Lo que
estereotipos previos). Es, aquél, el instante en que en definitiva va a afectar directa y concretamente
todos los esfuerzos teóricos y prácticos se unen al ciudadano es la pena que se le va a aplicar y, por
para sentenciar el cuánto y el cómo del castigo. tanto, necesariamente dentro del proceso tiene que
Es, en definitiva, el “minuto de mayor rating” en dársele la significación e importancia que merece.
el ejercicio del poder penal. Todas las garantías penales sustanciales y proce-
sales carecen de sentido si la determinación de la
Sin embargo (o, tal vez, a causa de ello), desde pena está desprovista de toda salvaguarda respecto
la creación del Código Penal, no se ha puesto un del procesado. De esa situación, ha sido responsable
corsé a la bajada de martillo; ese momento juris- en gran medida la doctrina, que durante mucho
diccional que debería ser el de máximo cuidado y tiempo dedicó un escaso o nulo tratamiento a la
respeto por las garantías del acusado, se presenta problemática de la medición de la pena”. Desde
como el de mayor arbitrariedad. ya, la cita expuesta no sólo me confirma mis in-
A poco de repasar lo que se había escrito sobre tuiciones sino que además me aviva el juego de
el tema surgió una certeza: quienes se ocuparon de palabras del que no me deshago desde hace unos
tal asunto en los últimos años no pudieron menos días: arbitrio-arbitrario y en el cual el autor citado
que criticar el ejercicio de poder evidenciado. ya reparó en su momento.

Un claro ejemplo es el caso de Mario Maga- Sensación similar arrojó el texto de Patricia
riños (1) quien, sin hesitación, afirma: “A nadie Ziffer, (2) quien comenzó su artículo afirmando
que “no puede menos que resultar desconcertante
la enorme preocupación por establecer un sistema
(1) MAIER, Julio (compilador). Autores: ROXIN, Beloff dogmático de alta precisión cuando se trata de
- MAGARIÑOS, Ziffer - BERTONI, Ríos. Determinación
judicial de la pena. Ediciones del Puerto SRL. Buenos Aires,
1ra reimpresión 2008. Págs. 71/2. (2) MAIER, Julio (compilador). Obra citada. Págs. 89/90.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 73


DPyC Criminología doctrina

establecer el sí o el no de la aplicación de una con- bajamos en la justicia pues nos desafían a no caer
secuencia penal, entre otras razones, a fin de evitar en las garras del aparato burócrata que convierte a
que el autor quede sujeto al arbitrio judicial, para sus integrantes en “Anna” (la hermana de Gregor
luego, en el momento de determinar la calidad y Samsa, el célebre personaje kafkiano), aunque
cantidad de la sanción, considerar a ese arbitrio aún tengo dudas respecto de si seremos capaces
como un valor intangible, inherente a la natura- de lograrlo.
leza de la mensuración de la pena. Ello resulta
contradictorio no sólo si se ve en la teoría del delito Bien, así es que invito a repasar los conceptos
fundamentalmente una garantía frente a la discre- básicos del dogma positivista criminológico; cuál
cionalidad estatal, sino también, y especialmente, fue la incidencia que tuvo en nuestro país y en la
si se admite como la expresión de la necesidad de creación de tal artículo del Código Penal. Y con
racionalidad de las decisiones (...) si todos aquellos base en ello, preguntarnos qué tipo de sociedad
principios (legalidad, hecho, culpabilidad) tan elegimos ser.
celosamente conservados al elaborar el esquema de
la teoría del delito pueden ser dejados de lado sin II. Positivismo criminológico europeo
más ni más al graduar la sanción, quedan cuanto
En términos concretos y con el afán de no repetir
menos parcialmente descalificados todos los esfuer-
cuestiones ya conocidas, traigo a la memoria que
zos teóricos realizados hasta allí, dado que todo
el positivismo criminológico se trató de un para-
aquello que fue rechazado incondicionalmente
digma de ideología racista que se extendió desde
antes podrá ahora ingresar al análisis sin mayores
la segunda mitad del siglo XIX hasta mediados del
cuestionamientos (por ej. la peligrosidad del autor,
siglo pasado. Eugenio Raúl Zaffaroni (3) afirma
su conducta durante el proceso, etc.)”.
que “se trata del resultado de la alianza del discur-
Ambas citas confirman la hipótesis expuesta: so biologista médico con el poder policial urbano
el momento de determinación de la pena es europeo (...) empezó en épocas de Lombroso, con
el de mayor importancia y, pese a ello, el más los médicos que lanzaron las primeras teorías
discrecional (como potestad gubernativa en las que pretendían exponer una etiología orgánica
funciones propias de la competencia que no están del delito —y al mismo tiempo la inferioridad
regladas). Esto conduce a un interrogante: ¿por de los colonizados— y terminó en los campos de
qué lo aceptamos? exterminio nazis (...). Como el racismo era un pa-
radigma, poco importaba la ideología política de
El Código Penal argentino fue promulgado en los protagonistas, porque todos se movían dentro
1921, lo que me conecta de forma inmediata con de ese marco. José Ingenieros —que era socialista
varios personajes del mundo académico de la y es considerado el fundador de la criminología
época, como César Lombroso, Rafael Garófalo, argentina— no compartía la teoría lombrosiana,
Enrico Ferri, José Ramos Mejía, Luis María Drago, pero profesaba una cerrada convicción racista”.
José Ingenieros, Eusebio Gómez, entre otros. Tam-
bién una doctrina: el positivismo criminológico. Y En tal sentido, este modelo se sostuvo bajo una
eso no es casual sino causal, pues nuestro art. 41, concepción darwinista de la evolución del hom-
exhibe al término “peligrosidad” como parámetro bre, que estableció leyes generales con relación a la
para la individualización de la pena con una esta- delincuencia al igual que con la naturaleza. Así se
bilidad que hasta parece una chanza. tomó como punto de partida un método inductivo
(si uno, dos, tres cuervos son negros, ergo, todos
La duda, entonces, es la misma que se le pre- los cuervos son negros) y de observación, de tipo
senta a cualquier lector, ¿la manera legal prevista experimental, basado en los rasgos naturales que
para determinar la pena vigente es constitucional? se advertían en un hombre delincuente. La mira-
Y dado que la Carta Magna es anterior a nuestro da sobre las causas biológicas del delito, implicó
Código Penal, entonces ¿cuál fue el fundamento también apartarse de sus aspectos económicos y
justificante de ello para su vigencia? No lo tuvo, sociales y focalizar en cuestiones moralistas. El
es la respuesta inmediata. Algunos autores se
tomaron la espinosa tarea de construir una forma (3) ZAFFARONI, Eugenio Raúl. La cuestión criminal.
de interpretación constitucional de tal término, Editorial Planeta. 3ra edición. Buenos Aires, abril 2012.
teorías que, sin dudas, enaltecen a quienes tra- Págs. 95/96.

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DPyC Melina de Bairos Moura

delito fue considerado una patología que debía semejante manera de concebir la antisocialidad
ser eliminada y los criminales seres deficientes o (de ciertos comportamientos o de ciertas personas)
locos. El fundamento al poder represivo de este es que la normalidad, de manera especular, sería
dogma fue la defensa social (doctrina nacida con también el producto de predisponentes biológicos
anterioridad al positivismo criminológico, coetá- o de circunstancias involuntarias o inconscientes
nea a la revolución burguesa, y cuyas premisas presentes en los individuos, abriendo la puerta a
dieron fundamento teórico a éste). la confusa imagen de una civilización cuyas líneas
históricas o cuya evolución habrían sido goberna-
Alessandro Baratta (4) nos recuerda que los das más por factores biológicos ingobernables que
principales postulados de la teoría de la defensa por la razón, la voluntad o el espíritu humano. El
social fueron: 1) el principio de legitimidad del ser humano normal, su bondad o su inteligencia,
Estado para reprimir la criminalidad por medio
su capacidad de vincularse pacífica y constructiva-
de las instancias de control social; 2) el principio
mente con los otros, también (como a la inversa del
del bien y el mal, debido a que el delito es un daño
criminal, el deficiente o el inferior) sería el resultado
para la sociedad, mientras que el delincuente es
del azar biológico o genético”.
un elemento negativo y disfuncional del sistema
social; 3) el principio de culpabilidad, puesto que Si los primeros dos siglos luego de la caída del
el delito es considerado como una actitud inte- feudalismo y con el avenimiento del sistema capi-
rior reprobable y contraria a los valores sociales; talista, consistieron en el exterminio sistematizado
4) el principio del fin o la prevención ya que la de los criminales, los otros dos siglos fueron desti-
pena no sólo tiene la función de retribuir sino nados a su observación y encierro. En ese período
también de prevenir el crimen; y, 5) el principio
se acentuó cada vez más la acumulación de rique-
de interés social y del delito natural, pues es la ley
za en forma similar a la de miseria. Así, Massimo
penal la representación de la ofensa de intereses
Pavarini (6) explica que la miseria pasó a ser un
fundamentales y de las condiciones esenciales a
hecho social y esto conllevó a que la clase obrera
la existencia de toda sociedad.
se organice y sea evaluada como criminal. En tal
Con tal plataforma, se partió del supuesto de contexto el trabajador siempre podía devenir en
que el hombre obedece a determinaciones causa- pobre, pues las condiciones de trabajo eran pau-
les observables y comprobables empíricamente. pérrimas. Esta situación confirmaba el fantasma
El lugar de indagación, sin dudas, fue la cárcel, constante de trabajador/pobre/criminal.
lo cual ciertamente conllevó a una mirada sobre
una realidad más que limitada, que confirmaba Contextualiza este autor tal paradigma, cuando
en una suerte autopoiética el resultado buscado afirma que tuvo como función diferenciar al útil
(se encerraba a quienes tenían determinadas del criminal; sólo las clases lucrativas, si se so-
características, y su diagnosis se confirmaba al metían, iban a disfrutar de los privilegios que les
observarlos en los lugares de encierro). brindaba el Estado de derecho burgués, mientras
tanto, las clases criminales serían sometidas a
Como asegura Julio Virgolini, (5) “estas con- una situación de “no derecho”, en claros términos
cepciones sitúan el eje de la anormalidad del agambianos (7), pues valía que sean eliminadas,
comportamiento en el interior del organismo, de la reprimidas y reeducadas, fuera y en contra de toda
mente o de la psiquis del individuo, y se identifican garantía jurídica, por una cuestión de higiene so-
todas con la imagen del delincuente como un ser cial. La naturalización del crimen, por medio de la
biológicamente distinto al del individuo normal. concepción peligrosista del delincuente, conllevó
Como consecuencia, la antisocialidad de ciertos a sacar de eje el análisis de responsabilidad polí-
comportamientos se desplaza a la personalidad tica y social a causa de los miserables.
(patológica) de sus autores. Una consecuencia de
(6) PAVARINI, Massimo. Control y dominación. Siglo
(4) BARATTA, Alessandro. Criminología crítica y crítica Veintiuno editores Argentina. 1ra Edición. Buenos Aires,
del derecho penal. Siglo Veintiuno editores Argentina. 1ra enero 2003. Pág. 27 y siguientes.
reimpresión. Buenos aires, 2004. Pág. 37. (7) AGAMBEN, Giorgio. Homo Sacer. El poder soberano
(5) VIRGOLINI, Julio. La razón ausente. Editores del Puer- y la nuda vida. Editorial Pre-Textos. Primera reimpresión,
to. 1ra edición. Buenos Aires, mayo de 2005. Pág. 53. noviembre 2003. Valencia. España.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 75


DPyC Criminología doctrina

En tal estado de cosas, el positivismo crimino- III. Posición del positivismo criminológico
lógico como saber trajo socialmente un rigorismo europeo en cuanto a la determinación de la
científico, y por ello confiable, que puso el eje en pena
las causas naturales de la delincuencia (basado
en una posición determinista) sin evaluar al delito Ahora lo que nos atañe en concreto es cómo este
como una construcción social y política. dogma evaluó la determinación de la pena, cuáles
eran los presupuestos que debían ser valorados
El secreto del éxito del positivismo criminoló- para determinar el cuánto y el cómo del castigo.
gico, según Pavarini, consistió en las siguientes
premisas: Rafael Garófalo (uno de los principales expo-
nentes del positivismo criminológico europeo)
1) Se basó en una sociedad mecanicista, es consideraba que la escala punitiva no era más
decir, con un comportamiento reglado; 2) partió que transacciones judiciales, mientras que lo de-
para ello del determinismo social y del supuesto terminante a la hora de individualizar la pena era
de que el comportamiento criminal tiene causas la cuantía de peligro, resultando imprescindible
concretas; 3) se construyó un paradigma etioló- evaluar psicológicamente al acusado.
gico (que prestó atención a las causas del delito En este sentido, Garófalo señalaba que “La es-
y no al delito como una construcción social); cala gradual de los delitos no nos sirve, pues para
4) afirmó la idea de la existencia de una causa nada absolutamente. De donde se sigue que para
concreta que la ciencia iba a resolver de forma nosotros no puede haber cuestión de ‘proporción
racional, científica. Aquellos casos que no podían penal’, desde el momento que uno de los términos
ser corregidos debían ser suprimidos, como un de la relación ha desaparecido completamente.
cáncer (la mirada científica conlleva la idea de La investigación de la proporción penal la hemos
extirpar el órgano dañino). En tal sentido, el juicio sustituido nosotros con esta otra: la investigación de
sobre la pena retributiva (dar lo que se merece) se la idoneidad del culpable para la vida social en los
reemplazó por la peligrosidad y por la necesidad diferentes casos de delito. Lo que, con distintas pala-
de pronosticar futuros actos delictivos; 5) para bras, quiere decir que, en vez de medir la cuantidad
naturalizar la solución del conflicto, fue necesario del mal que hay que infligir al criminal, trataremos
partir desde una idea de consenso, no como algo de determinar la clase de freno que se adapta a la
social sino natural, de tal suerte que el hombre especialidad de su naturaleza”. (8)
viviese en sociedad y se sometiese a una mayoría
como un hecho natural, y quien no cumpliese con Este autor sostenía que la pena siempre es justa
tal sometimiento sería un sujeto naturalmente cuando el objetivo es desarmar a un enemigo de la
distinto y por tal motivo correspondería una re- sociedad, cuando es apropiada a la individualidad
acción concreta que neutralizara a quien violaba del culpable. Con ello, el objetivo consistía en que
tales valores; 6) si el criminal es el diferente que cada quien sufra conforme a su individualidad.
no acepta las reglas, debe ser estudiado, debe ser Tanto es así que Garófalo en su obra “Crimino-
a él a quien se mira para intentar entender por qué logía” aseveró la necesidad de sustituir el criterio
se comporta de forma desviada; 7) de tal suerte, de proporcionalidad por el de idoneidad, con el
mientras la cuestión criminal sea un problema objetivo de “designar la perversidad constante y
individual del sujeto desviado, queda legitimado activa del delincuente y la cantidad de mal previsto
el aparato represivo, porque el fundamento no es que hay que temer de éste”. (9)
político sino natural (cuerpo sano de la sociedad Otra fuente inspiradora de este paradigma fue
que reacciona contra su parte enferma). Expuestas la del francés Raymond Saleilles, quien patroci-
sus bases, se evidencia la forma en la que subrep- naba un derecho penal que castigara al individuo
ticiamente el poder de las clases hegemónicas se por sus características personales y no de forma
hizo presente, pues de no haber mirado al delito
desde el determinismo biológico, hubiera sido (8) ZYSMAN QUIRÓS, Diego. Sociología del castigo. Edi-
necesario considerarlo como un hecho social, y ciones Didot. 1ra edición. Buenos Aires, 2012. Pág. 160.
de tal suerte, una consecuencia de la injusticia (9) GÓMEZ, Eusebio. Tratado de derecho penal. Tomo 1.
propia de las contradicciones socioeconómicas Doctrinas y principios fundamentales. Compañía Argentina
inherentes en esa sociedad. de Editores. Buenos Aires, 1939. Pág. 338.

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objetiva y tasada, partiendo de la necesidad de Sin embargo, mientras los juristas se encarga-
individualizar la pena en función de la personali- ban de defender las medidas de seguridad para
dad del delincuente. Así se basaba en una —luego los delincuentes peligrosos, el penitenciarismo
famosa— clasificación de la individualización avanzaba conforme a la realidad de las cárceles y
de la pena, en legal, judicial y administrativa, la necesidad de determinar si el sujeto se encon-
resultando la primera aquella realizada por el traba en condiciones de ser liberado, apoyándose
legislador (en escalas penales abstractas) por vía para ello en las teorías correccionalistas que
de presunción y sin conocer a los individuos, cla- proveyeran saber suficiente para evaluar a aque-
sificándolos en categorías legales para medir una llos internos primarios y menores que cumplían
criminalidad individual; la judicial, en manos de penas indeterminadas (hasta que su corrección
un juez encargado en analizar al sujeto criminal lo indique).
adaptando la pena a su grado de moralidad subsis-
Tales posturas se iban haciendo cada vez más
tente según la regeneración posible; y, finalmente
conocidas en los congresos de criminología de la
la administrativa (penitenciaria) que consistía en
época, en los cuales el correccionalismo comenzó
aquella que podía definir el progreso del criminal
a ganar terreno frente a las medidas de seguridad
determinando el cese de la pena cuando se confir- indeterminadas que, a su vez, eran fundamento de
me la definitiva rehabilitación individual. encierro para el positivismo imperante.
El penalista italiano Arturo Rocco, por su parte, IV. Positivismo criminológico en Argentina.
hizo una distinción entre la peligrosidad del hecho Cómo incidió en nuestro modelo para determi-
y la del agente (que luego tomará Eusebio Gómez), nación de la pena
explicando que la que le interesa al derecho penal
no es aquella vinculada con el suceso pues no es En Argentina los ideales del positivismo crimi-
más que el efecto de una acción, sino la que tiene nológico fueron defendidos y sostenidos tanto en
manifestación en el hombre mismo, en los factores el ámbito académico como en el legislativo. Ello
psíquicos, influenciados a su vez por causas físicas, permitió que hoy en día se encuentre habilitada
orgánicas y sociales que llevan al sujeto a que se su subsistencia, aunque subrepticiamente.
encuentre naturalmente inclinado a acciones
dañosas o peligrosas para otros. Se trata de un En tal sentido no puede olvidarse que nuestro
peligro que nace de la persona. Ello se evidencia Código Penal ha sido promulgado el 29 de octubre
por datos del hecho en concreto (que se convier- de 1921, época en la que nuestro país se deleitaba
ten en signos, indicios, presunciones o pruebas con esta doctrina que ya era mirada con desgano
de la personalidad y carácter) como de las malas en Europa (iniciada en el correccionalismo con
cualidades y tendencias de un hombre, sirviendo teorías penitenciarias). (10)
para la diagnosis ese carácter mediante el cual se
establecerán sus tendencias perniciosas. (10) ¿Cuál era nuestro contexto político? Desde 1916 a
1930 el país estuvo inmerso en una época de predominio
En el contexto también Enrico Ferri fue gran radical, el primer partido de masas. Hipólito Yrigoyen
fue uno de los líderes notables de la Unión Cívica Radi-
defensor del dogma, y clasificó la peligrosidad en cal y asumió la presidencia en las elecciones de 1916, a
eventual o efectiva, según se trate de algún acto causa de un claro triunfo electoral generado por el voto
relativo a un temperamento epiléptico, turbulento, universal, secreto y obligatorio, cuya ampliación produjo
impulsivo (que señalaba un estilo de vida desarre- la Ley Sáenz Peña. De la mano de este líder caudillista,
glado) o de actos delictivos. También encontró se presentó este partido político como representante de
sectores hasta el momento marginados, demandando la
diferencias en la peligrosidad social y la criminal vigencia de la Constitución y el sufragio libre, con una
(que luego cita Eusebio Gómez para justificar las conformación policlasista del radicalismo, que contuvo
medidas de encierro). en su seno a hombres procedentes de todos los sectores
sociales políticamente activos, lo cual no interfería en la
Lo que se evidencia es justamente que todos los disposición populista de su guía. Sin embargo, en 1917,
referentes del positivismo criminológico europeo el país se vio inmerso en innumerables huelgas de la
Federación Obrera Regional Argentina (pese al diálogo
tendieron a defender la individualización de la que hubo mantenido el presidente con el sector obrero,
pena sobre la base de la personalidad del agente, atendiendo a centenares de ellos por día en su despacho
a su moralidad, a su proclividad delictiva. privado) pues la matriz del conflicto gremial residía en

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DPyC Criminología doctrina

Esta escuela tuvo ciertamente incidencia en la la Rúa— (11) que en el despacho de Senadores la
discusión parlamentaria que dio origen a nuestra norma relativa a su graduación se mantuvo igual a
forma de determinar la pena. Así, se puede ob- la prevista en el Código de 1886. Sin embargo, Julio
servar —de acuerdo con la cita que hace Jorge de Herrera se ocupó del tema, criticando su sistema
por estar aferrado a la teoría clásica (en cuanto
la ausencia de medidas trascendentes en la relación de consideraba objetivamente el delito a los fines
fuerzas entre empresarios y obreros. Ello trajo presiones de la pena, dejando de lado factores subjetivos)
políticas por parte de la Sociedad Rural y los frigoríficos y propugnando, en cambio, una represión por la
para que Yrigoyen —quien tomaba una postura neu- defensa social que atendiese al peligro social del
tral— decida sobre el asunto, lo que obligó al presidente delincuente. El intercambio de opiniones con el
a enviar a la Marina a romper la huelga, permitiendo la
intervención del aparato represivo que concluyó en la
senador Palacio, en lo relativo a la utilidad de las
semana trágica del 19. En tal contexto, los enfrentamien- penas fijas, no convenció a Herrera de lo contrario,
tos provocaban fuertes represiones, principalmente a los y reiteró la importancia de afianzar un sistema
trabajadores anarquistas y comunistas, llegando a fusilarse de individualización que atendiese no sólo al
a 1000 trabajadores. Se trató de una época signada por pro- elemento material sino al moral del delito, en
blemas sociales, que también provenían de las influencias miras al peligro social (Diario de Senadores 1903
de la revolución bolchevique y mexicana. Comenzada la
Primera Guerra, y pese a la postura de neutralidad (no re- página 149/54).
sultaban pocas las presiones políticas por ello), la tensión
social existente culminó con 350 huelgas, un mitin de la El proyecto de 1891 (12) especificó: “la ley debe
FORA en la plaza Congreso y manifestaciones universita- consagrar netamente el medio de que se han de
rias que servían como pilar ideológico de la protesta. Al valer los magistrados para fijar la responsabilidad
contexto, se agregó la división del partido radical a nivel y determinar la pena, en todos los casos, sin obstar
nacional en yrigoyenistas y anti-yrigoyenistas. La posi-
ción neutral de Yrigoyen en muchos aspectos evitó que
con sus términos á la apreciación de ningún dato
el ejército se inmiscuyera en el gobierno, que ya miraba conducente á ese fin. Si tal es el propósito que se
con interés algún tipo de intervención. En 1920 surgió la persigue, si lo que se busca es el medio por el cual
Logia General San Martín, que si bien no se promulgaba el juez ha de procurar el conocimiento del criminal,
en contra de los radicales, expresaba un interés político para imponerle la pena adecuada, lo que debe
de las Fuerzas Armadas, resultando que en 1922 impuso hacerse es tomar las cosas como son: ver en la natu-
a Agustín Justo como ministro de Guerra de Marcelo Tor-
cuato de Alvear. La presidencia de Alvear (quien provenía raleza, accidentes y circunstancias del delincuente
de una real aristocracia y una carrera diplomática) fue un conjunto de elementos, que, bien interpretados,
próspera en crecimiento económico, pues aprovechó el revela la perversidad mayor ó menor de éste, el
momento devastador del mercado europeo para fortalecer peligro que ofrece y las medidas represivas que
una política agroexportadora y el crecimiento automotor. convendrá adoptar á su respecto. Entonces lo que
Finalizado su mandato, con el golpe de Estado de 1930
que José Félix Uriburu lidera contra Yrigoyen (quien
la ley precisa es establecer reglas generales, amplias
había ganado las elecciones en 1928), comenzó lo que se y claras, para que los magistrados puedan tomar
llamó la década infame. La reseña histórica concretada en cuenta y apreciar debidamente esos elementos,
nos permite contextualizar que la matriz ideológica de en conjunto y en detalle”.
las revueltas políticas y obreras, la revolución mexicana
en 1910, la rusa en 1917 y el avance del comunismo en El proyecto de 1906 avanzó señalando: “para
Europa y América Latina no resultaron un dato menor la apreciación de las circunstancias atenuantes ó
para la época y mucho menos para afianzar la necesidad
de controlar a los desclasados que protestaban en reclamo agravantes, no tienen, pues, los jueces, según este
de justicia social. Ello no sólo lo evidencian las distintas sistema, otras limitaciones que las que resulten de
leyes de corte positivista que se fueron dictando, sino la la exacta determinación de lo que revista uno ú
imperiosa necesidad de dar una respuesta -al estilo eu- otro carácter. No pueden tomar como atenuante ó
ropeo- a la situación de crisis social que ellos ya habían agravante lo que no sea ni una ni otra cosa, pero
vivenciado. La ley 10.903 (promulgada el 21 de octubre de
1919), llamada ley de Patronato de Menores, que reguló el
todo lo que en el concepto social y para la ciencia
régimen de la minoridad (hasta 1980), es un claro ejemplo y la conciencia sea causa de agravación o atenua-
de tal contexto social, mediante la cual se estableció la ción, debe dar lugar al recorrido de la escala en
necesidad de institucionalizar (encerrar) a los menores un sentido ó en otro “ y nuevamente la crítica de
que se encontraran en un estado de abandono moral o
material (sin comisión de delito alguno); su fundamento
ideológico —entre otras situaciones— lo fue la cantidad de (11) DE LA RÚA, Jorge. Código Penal Argentino. Parte
niños que trabajaban con canillitas en la venta de diarios, General. Ediciones Lerner. Córdoba, 1972. Pág. 530.
promoviendo y difundiendo ideas comunistas. (12) DE LA RÚA, Jorge. Obra citada. Pág. 552.

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Herrera a este proyecto giró en el mismo sentido Lo expuesto hasta aquí permite interpretar que
pues entendió necesaria una fórmula que “au- la peligrosidad no fue el criterio exclusivo (como
torice al juez para que, dentro de los límites de la interesaba al positivismo criminológico) para
pena fije la que él estime conveniente, teniendo en la individualización de la pena, pero sí parte de
cuenta el hecho en su materialidad y moralidad, aquellos parámetros subjetivos que debieron (y
los móviles y los antecedentes y situación personal deben) ser valorados a la hora de imponer la pena,
del agente, en cuanto estos últimos puedan servir criterio que no deja de ser un triunfo del dogma
para apreciar su mayor ó menor peligrosidad”. (13) determinista en la letra de nuestro código penal.
Eugenio Raúl Zaffaroni señala que, a causa de
tal intervención de Herrera, queda claro que los El proyecto de 1917 mantuvo la fórmula de 1861
antecedentes y la situación personal del agente modificando la incorporación introducida por la
son los que sirven para apreciar su peligrosidad, comisión de Códigos de la Cámara de Senadores
pero no así lo objetivo y subjetivo del delito. Esto integrada por Joaquín V. González: “especialmente
genera que ella quede reducida a un criterio más, la miseria o la dificultad de ganarse el sustento
pero en modo alguno sea el criterio único a tener propio necesario y el de los suyos”, y modificó el
en cuenta. (14) término “perversidad” por “peligrosidad”.
Similar interpretación realiza Patricia Ziffer, Esta alteración, por cierto oxigenante, tuvo una
cuando marca: “desde el punto de vista histórico, fundamentación maravillosa, pues responsabilizó
el art. 41, Código Penal, constituye el más claro (en parte) a la sociedad por la situación de mise-
exponente de la influencia del positivismo italia- ria en la que se encontrare el delincuente. En tal
no en el ordenamiento penal argentino. Las ideas sentido, apuntó a que: “cuando la sociedad no
de Lombroso, Ferri y Garófalo, que postulaban asegura a todos sus miembros el derecho a la vida
reemplazar la idea de reprochabilidad fundada o el trabajo o la asistencia social, no puede en jus-
en la responsabilidad personal por la ‘peligrosi- ticia imputar un delito al individuo que procedió
dad del delincuente’ se reflejan claramente en la impulsado por la miseria; algunas limosnas que
introducción de este concepto en el texto del art. se hacen a un hombre desnudo, en la calle, no re-
41. La pena se convierte en la ocasión para llevar emplazan las obligaciones del Estado, que debe a
adelante el tratamiento del autor, a fin de resociali- todos los ciudadanos una subsistencia asegurada,
zarlo y de preservar a la sociedad. Las necesidades el alimento, un vestido a propósito y un género de
del tratamiento y de defensa de la sociedad son los vida que no sea contrario a la salud. No es Monsieur
criterios decisivos para decidir acerca de la pena Jaurés ni Monsieur Jules Guesde quien ha escrito
adecuada al caso. Esto condujo a sostener que la sino Montesquieu, libro XXIII, Capítulo XIX de
influencia de las cuestiones objetivas es tomada El espíritu de las leyes... ¿Cómo exigir a todos los
en cuenta por el legislador en el momento de de- ciudadanos el respeto de las leyes y el impuesto de
terminar la pena legalmente, pero al ser fijada por sangre cuando la vida material no está asegurada a
el juez sólo resultan relevantes la peligrosidad, la todos los ciudadanos? Los que se hallan en esta im-
personalidad del autor. El delincuente no podría posibilidad de procurarse las cosas necesarias para
merecer más o menos pena según consideraciones la existencia, de que hemos hecho el rasgo distintivo
relativas a la faz objetiva del hecho, el cual sólo pue- de la miseria, pueden con una apariencia de razón,
de constituir el punto de partida para determinar negarse a cumplir deberes que les son impuestos
la base subjetiva. El código penal asienta la pena sin compensación equitativa. Pueden decir que la
en el dualismo culpabilidad-peligrosidad: culpa- ruptura del lazo social no procede de ellos, sino del
bilidad como base de la responsabilidad penal y grupo que los deja morir de miseria”. (16)
peligrosidad como medida de la pena”. (15)
Paralelamente en la academia uno de los
(13) DE LA RÚA, Jorge. Obra citada. Pág. 493/4. principales exponentes del dogma positivista en
(14) ZAFFARONI, Eugenio Raúl. ALAGIA, Alejandro -
SLOKAR, Alejandro. Derecho Penal. Parte general. Ediar. (16) BAIGÚN, David - ZAFFARONI, Eugenio. Código
Buenos Aires, 2011. 1ra. Reimpresión. Pág. 1041. Penal y normas complementarias. Análisis doctrinal y juris-
(15) ZIFFER, Patricia. Lineamientos de la determina- prudencial. Tomo 2 A. Arts. 35/55. Parte General. Editorial
ción de la pena. Ad Hoc. 2da Edición. Buenos Aires. 2005. Hammurabi. 2da edición. Buenos Aires. Artículo de Ziffer,
Pág. 117. Patricia. Pág. 71.

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Argentina fue, sin dudas, el juez de instrucción Tal magistrado abogaba sin tapujos por el derecho
Eusebio Gómez (quien también participó en la penal de autor, cuando comienza el tratamiento
comisión legislativa), acompañado en su suerte del tema afirmando que la peligrosidad no sólo es
por José María Ramos Mejía y Luis María Drago. patológica, pues también existe la de origen neta-
El último promovió con énfasis e interés los pos- mente social, y no incluir esta última sería limitar
tulados de esta escuela en nuestro país mediante su aplicación; para luego sentenciar: “parece inútil
una conferencia titulada “Los hombres de presa” la advertencia de que este concepto nada tiene de
que en su versión italiana llevó un prólogo de común con aquel del peligro corrido, expuesto por
Lombroso; por su parte, Ramos Mejía escribió Carrara, y en el que se encontraba fundamento para
“La neurosis de los hombres célebres”, con igual la imputación de la tentativa. No se trata de aquella
defensa del modelo. potencialidad de daño o de mayor daño, ínsita en una
determinada situación o modificación del mundo
Pero, retomando los antecedentes de Gómez, exterior y en la que Manzini hace consistir el peligro,
en 1908 publicó su libro “La mala vida en Buenos bajo el aspecto objetivo. No se trata, aquí, del hecho
Aires”, en el que clasificó con minuciosidad dis- peligroso sino del hombre peligroso; y el tema es bien
tintas categorías sociales vinculadas al crimen. distinto”. Desde ya que la diferencia que exalta es
A modo de ejemplo: prostituta nata o loca moral; clara y escoge, entre las dos interpretaciones de
homosexuales (a quienes llamó invertidos); vaga- peligrosidad posible, la más inconstitucional, pues
bundos (con herencia morbosa y con potenciali- especifica que no será el peligro relacionado con el
dad necesaria para llegar al delito); vagabundo hecho (como la interpretación actual que propone
literario; vagabundo distinguido; atorrante; frailes Patricia Ziffer) (18) sino aquella que es determinada
y monjas (a quienes consideraba como parásitos). por la personalidad del agente.
A todos ellos incluía en “la mala vida”, a causa
de su tendencia criminal, por supuesto propia Sorprende la lectura de su tratado, cuando se
de la concepción peligrosista vigente en nuestro advierte que no se cuestiona en ningún momento
Código Penal. la garantía del derecho penal de acto (no es nece-
sario recordar que nuestro art. 18 de la CN estaba
La aguda crítica que Eugenio Raúl Zaffaroni vigente) y sin embargo, cuando hace referencia a
hace a tal texto en su artículo “La mala vida o los una garantía evoca el nulla poena, nullum crimen
prejuicios vestidos de ciencia” (17) concluye: “No sine lege. Claro que no es ilógica su mención,
es menester mayor perspicacia para caer en la puesto que este doctrinario propiciaba la nece-
cuenta de que Gómez e Ingenieros unifican en una sidad de aplicar medidas de encierro a casos de
expresión nebulosa una supuesta clase peligrosa peligrosidad sin delito.
caracterizada como extranjera, acechante y, en
definitiva, enemiga. La neutralización de esta clase La posición en la que se ubicó este autor siem-
de la mala vida mediante la peligrosidad sin delito pre fue por demás extrema, a modo de ejemplo,
no era otra cosa que una propuesta de derecho afirmó: “sea cual fuere el carácter que se atribuya a
penal de enemigo en el leguaje actual”. las medidas que reclama la peligrosidad sin delito,
la necesidad de tales medidas es generalmente ad-
Por demás interesantes resultan las considera- mitida. Se invocan las garantías individuales como
ciones que Eusebio Gómez expone en su tratado argumento supremo de oposición a las mismas. Se
de Derecho Penal cuando dedica un capítulo afirma que ellas cancelan el principio nulla poena,
completo a la peligrosidad. Al momento de evaluar nullum crimen sine lege. Pero ni aquellas garan-
el tema que nos convoca, la determinación de la tías son preteridas, ni este principio se quebranta
pena, el autor nos trae un necesario resumen de con la adopción de providencias que conjuren la
cómo la doctrina entendía el término peligrosidad amenaza permanente de actividades nocivas que
en la época del advenimiento de nuestro código de son como el anuncio de la explosión delictuosa.
fondo y del artículo en concreto que aquí critico. Una ley que enumere, con la precisión debida,
las situaciones que hayan de considerarse como
exponente de un estado peligroso, que indique las
(17) ZAFFARONI, Eugenio Raúl. La mala vida o los
prejuicios vestidos de ciencia. Trabajo destinado al libro-
homenaje Juárez Cirino Dos Santos. Facultad de Derecho. (18) BAIGÚN, David - ZAFFARONI, Eugenio Raúl. Obra
Universidad de Buenos Aires. Agosto de 2011. citada. Pág. 87.

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sanciones adecuadas y que atribuya la imposición haya sido sólo adoptado por el Código Penal de
de éstas a la autoridad jurisdiccional, no podría forma restringida o, en sus palabras, “no aparece
ser objetada”. (19) confirmado plenamente en el texto de la ley”, es
decir, cuanto tal doctrina positivista quisiera.
Es que lo que se discutía en la época no era Tanto fue así, que el autor se lanzó, junto con otros
tan sólo la aplicación de criterios peligrosistas prestigiosos académicos de la época, a diseñar un
en términos de determinación de la pena, sino proyecto de reforma del código que estuviera a la
también de medidas de seguridad para personas altura de las circunstancias.
que, pese a no haber cometido un delito, igual-
mente merecían encierro por características de Uno de los artículos de tan temible proyecto
su personalidad. No me detendré en la discusión es el 35 del Código Penal, que el doctrinario cita
relativa a estas medidas penales, pues es extensa en su tratado, y que reza así: “Art. 35. A) El autor
y su constitucionalidad nula, desvío que generará de un delito, que viva en estado de vagancia o
desatención en el lector e imprecisión de mi par- mendicidad habitual o en la práctica o beneficio
te, pero una sagaz e interesante crítica se puede de la prostitución, del juego y en general de la
obtener en el tratado de Parte General de Eugenio mala vida, será condenado a reclusión o prisión
Raúl Zaffaroni. (20) o detenido en un establecimiento adecuado, por
tiempo indeterminado no menor del máximun de
A medida que avanzo, confirmo que los paráme- la pena correspondiente al delito cometido. En caso
tros peligrosistas fueron incorporados al Código de penas perpetuas el tribunal decidirá, después de
Penal con decidida intención de afianzar la doctri- 25 años, si debe aplicarse o no el inciso c) de este
na determinista en boga. Las manifestaciones elo- artículo”. No seguiré la transcripción para que la
cuentes que se repiten en la Exposición de motivos lectura de este artículo no resulte tediosa, pero sí
de la comisión de legislación penal y carcelaria aclararé que tal inciso c) al que se remite el pro-
son claras en cuanto a ello: “un delito demuestra la yecto hace referencia a la liberación del detenido
existencia de un individuo peligroso o inadaptado sólo en caso de una aprobación de peritos oficiales
al medio en que vive; luego, los esfuerzos sociales e informe de la dirección del establecimiento que
deben tender, no a expiaciones ni a la imposición de acredite que el sujeto ha incorporado hábitos de
sufrimientos con relación al autor, sino a tomar las trabajo y dejó de ser peligroso.
medidas necesarias para que el individuo peligroso
no repita el acto antisocial”. Para luego traer como Su mención deviene necesaria para contextua-
referencia una frase que contextualiza muy bien en lizar la discusión jurídica de la época y entender
sentir de la academia jurídica (incluso hoy en día) que tal razonamiento se impuso en pos de la cien-
en cuanto a esta postura “la ciencia penal conviene cia y el progreso. Si bien es claro que Luis María
que hay sujetos más peligrosos que otros, y sostiene Drago, Ramos Mejía, José Ingenieros y Eusebio
que existen algunos incorregibles o por lo menos Gómez fueron exponentes principales del positi-
considerados como tales. Lo difícil es decir, sin vismo criminológico argentino y tal doctrina fue
embargo, no en la teoría sino en la práctica, cuáles sostenida hasta mediados del siglo pasado, para
son los incorregibles, o, más bien, cuándo se está la época se entendía que eran parte de un grupo
en presencia de un sujeto que no podrá, sometido de intelectuales de avanzada que pensaban de
a cualquier régimen, ser objeto de modificación. forma progresista, tomando como parámetro las
El diagnóstico es científicamente imposible, de discusiones que Europa había tenido en cuenta
manera que no puede afirmarse que sea necesario hasta hacía escaso tiempo.
matar; lo que procede es tomar medidas para que
el delincuente deje de ser peligroso y cumpla con Luis Jiménez de Asúa, otro representante de
sus deberes sociales”. este pensamiento, a la hora de exponer el tema
de la graduación de la pena en su tratado de de-
Sin embargo, el señalado abogado se lamenta recho penal, (21) citó jurisprudencia de la SCBA
por que el principio de peligrosidad criminal que aún en 1941 sostenía el valor que tenían el
carácter y la peligrosidad del agente en la gra-
(19) GÓMEZ, Eusebio. Obra citada. Pág. 347.
(20) ZAFFARONI, Eugenio Raúl - ALAGIA, Alejandro - (21) JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis, Tratado de derecho penal.
SLOKAR Alejandro. Obra citada. Pág. 925 y siguientes. Tomo V. Editorial Losada. Buenos Aires, 1963. Pág. 271.

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duación de su culpabilidad, “en la medida en que sados también son medios para indagar sobre su
se funda en la personalidad del delincuente y no peligrosidad. (23)
en la entidad jurídica del delito” (sentencia de la
Suprema Corte de Buenos Aires del 12/8/41, La Revisar la jurisprudencia argentina nos con-
Ley Tomo 23, Pág. 933) lo que le permitía afianzar firma que los postulados relativos al positivismo
criminológico se encuentran agazapados y brotan
su posición, cuarenta años luego de la sanción
cuando resulta posible encontrar un espacio.
del código penal, con la siguiente conclusión: Toma relevancia por ejemplo un fallo de 1989 de
“Apresurémonos a decir que no podrá interponerse, la Cámara Criminal y Correccional que senten-
en orden a lo que acabamos de afirmar respecto cia: “ni aun en las peores condiciones de vida un
a la legislación argentina, que se trata no de una individuo con raigambre moral puede apelar a
graduación de culpabilidad, sino en un cambio de comportamientos aberrantes contra un ser ajeno a
ésta en atribuibilidad, puesto que tal medida, por la propia frustración y, si lo hace, no tiene derecho
ser de carácter ambiguo, no hace que predomine a pedir después clemencia por su indignidad” (Sala
el estado peligroso sobre el acto injusto, sino que IV, “R. J. Y G.”, c. 36.600, BCNC y C. 1989, n° 4). Otro
se valúa éste apreciando además y, sobre todo, la interesante es: “la reincidencia constituye una cir-
personalidad del sujeto”. cunstancia agravante expresamente prevista por el
art. 41 del CPN” (SCBA, 17/2/98 “B. E. R. s/ robo
Sebastián Soler, por su parte, reconfortó el agravado”, DJBA 154-235), criterio que confirma
escenario cuando puso límite a la interpretación que el parámetro “reincidencia” previsto en el
positivista que venía en boga, criticando la forma art. 41 debe ser evaluado como una circunstancia
en la que se adoptó como único criterio la peligro- agravante y no atenuante. (24)
sidad cuando en realidad el código lo estableció
como uno de los parámetros a tener en cuenta. Como se ha visto a lo largo de la exposición, se
evidencia que juristas de reconocida actividad
Es muy interesante la forma en la que este autor
en la academia han sostenido de forma amable y
llama la atención sobre la necesidad de rechazar la
constante las viscerales ideas del positivismo cri-
postura de la época, basándose en que esta teoría minológico. Ello no puede generar otro resultado
de la peligrosidad criminal “conduce a la destruc- que el afianzamiento y actualidad en la aplicación
ción de figuras delictivas y en nombre de un error de los supuestos básicos del paradigma.
científico, reduce la represión a un plano político de
inseguridad, toda vez que no existe procedimiento Un excelente artículo escrito por Máximo Soz-
alguno que permita pronosticar la delincuencia zo, (25) sobre el agudo trabajo de Roberto Bergalli
posible de un sujeto determinado”. (22) en relación con el positivismo criminológico en la
Argentina, atraviesa lo que éste denomina proceso
Sin embargo, no hubo que esperar demasiado de “trasvase”, “transplante”, “transposición” de
para que Ricardo Núñez criticara la posición la “criminología positivista” en Argentina, me-
expuesta por Soler al considerar que la mayor o diante el cual nos permite entender este proceso
menor peligrosidad del condenado constituye de surgimiento y consolidación. Así expone que
el fundamento de la medida de la pena del de- “estuvo entonces condicionado por los ‘intereses de
recho vigente y que este doctrinario olvida los los grupos sociales que dentro del cuadro de una
precedentes del art. 41, al realizar una dislocación economía orientada en el sentido del capitalismo
sistemática de los incisos (el primero como obje- moderno, afirmaba su papel preponderante en la
sociedad argentina de la segunda mitad del siglo
tivo y el segundo subjetivo) y no tomar en cuenta
que el inciso 1 también tiene conexión con la
(23) NÚÑEZ, Ricardo. Tratado de derecho penal. Tomo
personalidad del agente. Con lo cual, a criterio de II. Editorial Lerner. Córdoba. Pág. 456. Cita 379.
este autor, la naturaleza de la acción, los medios (24) Sobre la inconstitucionalidad de la reincidencia y de
empleados y la extensión del daño o peligro cau- la forma correcta de interpretar este término, ver ZAFFARO-
NI, Eugenio Raúl - ALAGIA, Alejandro - SLOKAR, Alejandro.
(22) SOLER, Sebastián. Tratado de derecho Penal Ar- Obra citada. Págs. 1057.
gentino. Tomo 2. Editorial Tea. Reimpresión total. Buenos (25) http://cuestionpenal.blogspot.com.ar/2007/11/
Aires, 1999/2000. Pág. 503. roberto-bergalli-y-la-tarea-de-hacer.html.

82 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


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XIX’ (...) Como reforzaba Bergalli (...) la ‘depen- cumplieron un rol importante elaborando diver-
dencia cultural latinoamericana aparece muy es- sos instrumentos legales y reglamentarios de las
trechamente vinculada a la existencia de diferentes dictaduras militares en esta dirección (...) —como
colonizaciones —sobre todo de carácter económi- la ‘ley’ 19863 del 29/12/1972, el decreto 955/1976
co— de que han sido objeto casi todos los países del o el decreto 780/1979 dirigidos a regular diversos
subcontinente’ (...). Por ello, no resultaba casual aspectos relativos a las ‘personas privadas de su
que entre los ‘transplantadores’ de la ‘criminología libertad por el poder ejecutivo’, a partir de su identi-
positivista’ aparecieran los apellidos ‘de muchas de ficación como ‘individuos de máxima peligrosidad’
las familias más encumbradas en la sociedad de (...)—. Esta ‘criminología del terror’, cuyo carácter
Buenos Aires’ -lo que Bergalli muestra haciendo ‘desembozado’ sólo se ha dado en Argentina (...)
referencia a los miembros de la antes mencionada ha perpetuado y exacerbado un ‘proceso de reci-
Sociedad de Antropología Jurídica que resultó clave claje entre criminología positivista y derecho penal
para difundir inicialmente las ideas de la ‘nueva autoritario’ (...) que ya estaba en funcionamiento
escuela’ en el contexto local (...). Este ‘condicio- precedentemente en nuestro país -pero también en
namiento’ se hizo aún más claro cuando a fines otros países de América Latina”.
del siglo XIX se comenzó a extender en consonancia
con lo que sucedía en el marco de la ‘criminología Existe, sin dudas, una actual tendencia a in-
positivista’ en Italia- la ‘idea positivista del cri- terpretar el término peligrosidad del art. 41 con
minal como sujeto anormal’ a los miembros del relación exclusivamente a cuestiones vinculadas
movimiento obrero que luchaban contra el estado con el hecho punible, posición adoptada por
de cosas existente - especialmente al movimiento Patricia Ziffer, (26) pues —rechazada la interpreta-
anarquista-, lo que se tradujo legislativamente en ción histórica que se ha hecho del término— sólo
la Ley 4144 o Ley de Residencia de 1902 y en la Ley puede ser considerada como un criterio más. En
7029 o Ley de Defensa Social de 1910”. tal sentido, afirma la autora que si el concepto es
entendido como probabilidad de cometer delitos
V. Los resabios del positivismo criminológico en un futuro, se presentará problemático con el
en la Argentina actual principio de culpabilidad por el acto.

Este opúsculo de Máximo Sozzo que acabo de Otra de las interpretaciones posibles que no
citar no tiene desperdicio; reseña brevemente la contrarían la Carta Magna es la que propone
posición del jurista y sociólogo sobre la teoría po- Eugenio Raúl Zaffaroni, quien en su tratado de
sitivista criminológica en Argentina y agrega: “Jus- derecho penal parte general (27) señala que el
tamente Bergalli plantea en este mismo texto que concepto de peligrosidad no debe ser evalua-
esta extensión es una de las razones fundamentales do como un pronóstico de conducta según un
de la duradera presencia de los discursos crimino- cálculo de probabilidades sino como un hecho
lógicos positivistas en la Argentina -y en América pasado, como algo característico de la conducta
Latina- durante el siglo XX. Los conceptos claves del agente y no de éste con independencia a su
de ‘peligrosidad’ y ‘defensa social’ del vocabulario injusto. Desde esta perspectiva, como el espacio
positivista ‘han constituido fáciles expedientes de poder de la función ‘contentora’ es en cada caso
para justificar la equiparación entre delincuencia inversamente proporcional al esfuerzo personal
común y subversión político-social’. De esta forma, por la vulnerabilidad, todo esfuerzo de esta na-
la criminología positivista contribuyó activamente turaleza habilita un impulso punitivo del estado
en el marco de los regímenes políticos autoritarios de policía, que a su vez importa un cierto grado
-construidos a partir de golpes de Estado militares de peligro para el estado de derecho (al permitir
desde 1930- brindando herramientas intelectuales cierto avance del estado de policía). Este peligro
funcionales al mantenimiento de un orden político al estado de derecho debe ser descontado por las
‘despótico’, lo que en la Argentina a partir de la agencias judiciales. En tal sentido, tiene en cuenta
dictadura militar de Onganía se materializó en que esta peligrosidad que menciona la ley no es
la llamada ‘doctrina de la seguridad nacional’ más que una característica del injusto dada por el
-también difundida regionalmente. Por otro lado
y en tanto confirmación ulterior, apunta nuestro (26) En lineamientos... obra citada.
autor, que criminólogos, penitenciaristas y pe- (27) ZAFFARONI, Eugenio Raúl - ALAGIA, Alejandro -
nalistas formados en la criminología positivista SLOKAR, Alejandro. Obra citada. Pág. 1043 y siguientes.

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DPyC Criminología doctrina

grado de esfuerzo que el agente ha realizado con Algo más cercano y que está supeditado a
él para alcanzar la situación concreta de vulne- discusión en nuestro Congreso Nacional es un
rabilidad, lo que inevitablemente importará otra proyecto de ley presentado bajo el nro. 2380/10
peligrosidad en sentido inverso que opera como del 23/7/2010 mediante el cual se propugna una
su contrapartida y que es la del poder punitivo modificación al art. 41 de CPN, a causa de la ne-
para el agente, que es la que señala el riesgo de cesidad de no permitir la suspensión del juicio a
criminalización por él corrida e indicadora de su prueba en casos en que el acusado se encuentre
estado de vulnerabilidad. prófugo de la justicia en algún momento o si se
tratare de un funcionario público en ejercicio de
Sin embargo, más allá de la nobleza y profundi- sus funciones. Más allá de la gravedad que implica
dad de la teoría expuesta, lo que en mayor medida tener un artículo en el Código Penal con tal redac-
ocurre al momento de resolver una sentencia ción, lo cierto es que a poco de leer sus fundamen-
condenatoria es aún más grave que una posible tos el lector se sorprenderá negativamente. En tal
interpretación inconstitucional, pues bajo la sentido, expone su autor: “la fuga, no sólo significa
entelequia de una fundamentación aparente evitar la acción de la justicia, transformando el
en clichés armados para la ocasión se imponen proceso en un dispendio de actividad jurisdiccional
penas sin remitirse al caso concreto y sin realizar y policial, que se traduce en la imposibilidad de sus-
ninguna valoración específica del asunto. Así, pender la persecución penal y en la utilización de
sin referenciar cuáles son los fundamentos que costosa tecnología para que la persona sea habida,
llevan a entender tal o cual característica de los sino que mantiene latente la posibilidad de que,
hechos o los antecedentes del agente, se dispone quien correspondiendo, no se someta a su accionar,
en forma arbitraria el monto de la pena, descono- pueda cometer nuevos delitos, en su carrera hacia el
ciéndose de tal suerte cuáles son los reales motivos ocultamiento”. Y apuesta a más cuando agrega: “Es
que conllevan a una conclusión, y permitiendo a todas luces contradictorio, y hasta insuficiente,
que nuestro sistema punitivo recepte en el Art. 26 del
—sin expresarlo formalmente— la aplicación
Código Penal la ‘actitud posterior al delito’ como
de criterios ideológicos que son decisivamente
fundamento de aplicación condicional de la pena
inconstitucionales, pues persiguen un derecho
y como correlato de ‘advertencia’ ante la ‘primera
penal de autor y nutren las raíces de un dogma vez’, y no se evalúe legalmente esa actitud posterior
criminológico aún vigente. al ilícito, cuando el juez se halle ante la necesidad
Sin dudas, este paradigma no se instalará con de una concreta restricción de la libertad, casos en
los que, dicha actitud posterior, puede trasuntar
igual suerte, pero las variaciones de las doctrinas
p. ej., en el caso de quienes hubieren fugado, la po-
se generan mutando en nuevas ideas y podrán
sibilidad de no aceptación, por parte del autor, de
dar sustento a un neopositivismo enmascarado
criterios disuasivos frente al delito. No hay norma
en cuestiones relativas a la inseguridad y a la
en nuestro derecho penal que repare en la conducta
defensa social. del responsable del ilícito, inmediatamente después
Mi paso por la Justicia me obliga a exponer situa- de la comisión del hecho, como parámetro objetivo
ciones que confirman mi hipótesis (ocurridas no de graduar la pena”.
hace más de diez años) en las que debí proyectar No continuaré con el relato de los restantes
sentencias fundando la negativa a un pedido de fundamentos, los cuales por cierto no tienen des-
libertad en una supuesta “proclividad delictiva” perdicio, pues el recorte efectuado no hace más
(lo cual no es otro parámetro que peligrosidad del que señalar una evidente valoración de pronóstico
autor), ideas que luego se aggiornaron y que hoy se delictivo del agente que se dio a la fuga ante la
sostienen bajo el rótulo infame de la concurrencia eventualidad de comisión de “nuevos delitos, en
de un peligro de fuga por el eventual dictado de su carrera hacia el ocultamiento”. Por supuesto
una sentencia condenatoria de cumplimiento que el ideólogo de este proyecto no posee la más
efectivo que puede recaer sobre un sujeto priva- mínima perspectiva de la situación penitenciaria
do de su libertad; disparate que nunca puede ser en la Argentina, que ubica la fuga del acusado en
compatible con un derecho penal de acto (pues una suerte de salvaguarda por su propia vida si se
no hace más que vaticinar sobre ánimos que la tiene en cuenta el informe que concretó la Comi-
persona no ha demostrado). sión de la ONU sobre el estado de las cárceles en

84 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


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nuestro país (sobre el tema, leer la muy interesante su discurso legitimante de mayor castigo, que
nota publicada en www.pensamientopenal.org.ar/ construye las 24 horas del día en todos los medios
la-violencia-en-las-carceles-argentinas-escandali- de comunicación posible.
za-a-la-onu) (28). Parece que el objetivo es que el
imputado demuestre la voluntad de ser encerrado La estrategia es clara y bien explicada por
bajo tales condiciones infrahumanas, pues en caso Zaffaroni, (29) pues se presenta a la víctima como
contrario le irá peor. victimario para que sea el chivo expiatorio de los
problemas sociales de estructura y coyuntura, a
En resumen, y sin ánimo de agotar al lector, lo la cual se selecciona por sus signos y no por sus
que intento exponer es que los resabios autorita- hechos. Se crea entonces la realidad de las perso-
rios expuestos siguen vigentes, encumbrándose nas decentes frente a la masa de criminales iden-
con el derecho penal de autor y el juzgamiento de tificada por estereotipos, que configuran un ellos
personalidades peligrosas en pos de los ufanados alejado del resto de la sociedad, por ser diferentes
parámetros de la defensa social, subrepticiamente y malos. Así se construye el pánico, la necesidad
agazapados, pero que brotan en actos fallidos in- de seguridad y de que ellos sean criminalizados,
contenibles y que pronto darán un zarpazo. para finalizar con la desdicha.

VI. Conclusión Mientras tanto, este autor explica que las pri-
siones abarrotadas de pobres juegan la suerte de
Mientras en el transcurso de casi un siglo de his- campos de concentración, con muertes frecuentes
toria los parámetros legales y constitucionales han (masacre por goteo) y brotes de muertes masivas
virado en sentido contrario, con la incorporación (motines), convirtiéndose en fábricas de delin-
de los pactos internacionales a la Carta Magna, en cuentes al reproducir la criminalidad, condicionar
el discurso legislativo y jurisprudencial se mantie- patologías psíquicas y reforzar los roles desviados
nen vigentes criterios de peligrosidad a la hora de por efecto de la exigencia de asumirlos en la vida
individualizar la pena a imponer. carcelaria.
La interpretación doctrinaria no es vinculante Desde tal óptica, se construye el segundo factor:
a la hora en la que un juez tiene que adecuar un la prisionización se decide conforme al grado de
caso a la ley, con lo cual todas aquellas honorables peligrosidad política que experimenta al juez,
e interesantes interpretaciones que se realizan en proceso que Zaffaroni denomina peligrosidad
favor de limitar la interpretación del art. 41 del judicial, y que consiste en el grado de peligro que
Código Penal no parecen suficientes a la hora de una liberación, absolución o excarcelación puede
resolver el asunto. Está claro que muchos juristas depararle al juez. Se trata de verdaderos secuestros
han restringido la fundamentación de esta norma estatales o presos para nada que se seleccionan
a la conducta del agente en el hecho, evitando conforme estereotipos, operando la prisión como
hacer referencia a las circunstancias subjetivas, la inquisición policial del positivismo que aquí
salvo que sea una interpretación beneficiosa para expuse.
el acusado (como la postulada por Zaffaroni),
pero lo relevante es considerar que la puerta a Así se ofrece un proceso de construcción del
una interpretación inconstitucional está abierta enemigo, en el que la peligrosidad de ellos (que
todos los días. hoy son unos y mañana otros) es la estrella de la
función que nadie deja de señalar.
En tal sentido no debe dejar de apreciarse dos
factores que afianzan la idea de necesidad de El caso del proyecto legislativo que relaté pocos
defensa social y que son evaluados por los jueces párrafos atrás es claramente un ejemplo de lo que
a la hora de resolver una sentencia. este autor señala: “Hoy el objeto —como vimos—
son los jóvenes y adolescentes de los barrios preca-
Ante todo, la criminología mediática viene rios, contra ellos se sanciona una legislación penal
arrogándose el primer puesto de la carrera con de riesgo o preventiva, que no espera la infracción

(28) Y también en http://www.plazademayo. (29) ZAFFARONI, Eugenio Raúl. La palabra de los muer-
com/2013/04/la-violencia-en-las-carceles-argentinas- tos. Editorial Ediar. 1ra Reimpresión. Buenos Aires, 2012.
escandaliza-a-la-onu/ (última consulta abril 2013). Pág. 447 y siguientes.

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DPyC Criminología doctrina

sino que convierte en infracción todo lo que parezca Bessone, Nicolás. Sobre los atenuantes y agra-
un acto preparatorio, pero no conforme con eso, se vantes subjetivos en la determinación de la pena.
sanciona por vía procesal una legislación de sos- Asociación Pensamiento Penal. Fabián Di Plácido
pecha, en la que la pretendida prisión cautelar en editor. Buenos Aires, 2010.
rigor es una prisión imprudente a la que se pretende
asignarle una función neutralizante, de medida D’Alessio, Andrés José - Divito, Mauro. Código
policial administrativa, de coerción directa, como Penal de la Nación. Comentado y Anotado. Tomo
en toda inquisición”. (30) I. La Ley. 2da Edición. Buenos Aires, 2009.

Todo cierra, pues esta prisionización masiva de De la Rúa, Jorge. Código Penal Argentino. Parte
adolescentes de sectores marginales y excluidos General. Ediciones Lerner. Córdoba, 1972.
confirma la publicidad política y el manifiesto Donna, Edgardo Alberto. El código Penal y su
de prevenir la violencia en defensa social, lo que interpretación en la jurisprudencia. Tomo I. Ru-
genera una autopoiesis de encierro inevitable. binzal Culzoni editores. Buenos Aires.
El panorama es desencantador y, aun incons- Kafka Franz, La Metamorfosis.
titucionalmente, la legislación autoriza no sólo
la permanencia sino el ingreso de términos de Gómez, Eusebio. Tratado de derecho penal.
corte positivista. Lo evidente, entonces, es la Tomo 1. Doctrinas y principios fundamentales.
necesidad de una reforma legislativa que adecue Compañía Argentina de Editores. Buenos Aires,
el sistema de determinación de la pena a pará- 1939.
metros constitucionales efectivos, pues estar a la
espera de fomentar la lectura restrictiva del art. Hörnle, Tatjana. Determinación de la pena y
41 del Código Penal (términos no vinculados con culpabilidad. Fabián Di Plácido Editor. Buenos
el hecho, en forma favorable al agente) implica Aires, 2003.
un riesgo que socialmente no deberíamos estar
Jiménez De Asúa, Luis, Tratado de derecho
dispuestos a correr. penal. Tomo V. Editorial Losada. Buenos Aires,
Mientras tanto, su observación y crítica es una 1963.
necesaria tarea de todos. Maier, Julio (compilador). Autores: Roxin, Beloff
VII. Bibliografía - Magariños, Ziffer - Bertoni, Ríos. Determinación
judicial de la pena. Ediciones del Puerto SRL.
Agamben, Giorgio. Homo Sacer. El poder sobe- Buenos Aires, 1ra reimpresión 2008.
rano y la nuda vida. Editorial Pre-Textos. Primera
Núñez, Ricardo. Tratado de derecho penal.
reimpresión, noviembre 2003. Valencia. España.
Tomo II. Editorial Lerner. Córdoba.
Baigún, David - Zaffaroni Eugenio. Código Penal
Pavarini, Massimo. Control y dominación. Siglo
y normas complementarias. Análisis doctrinal y Veintiuno editores Argentina. 1ra Edición. Buenos
jurisprudencial. Tomo 2 A. Arts. 35/55. Parte Ge- Aires, enero 2003.
neral. Editorial Hammurabi. 2da edición. Buenos
Aires. Artículo de Ziffer, Patricia. Rusconi, Maximiliano. Derecho Penal. Parte
general. Ad Hoc. Buenos Aires. 2009.
Baratta, Alessandro. Criminología crítica y crí-
tica del derecho penal. Siglo Veintiuno editores Soler, Sebastián. Tratado de derecho Penal Ar-
Argentina. 1ra reimpresión. Buenos aires, 2004. gentino. Tomo 2. Editorial Tea. Reimpresión total.
Buenos Aires, 1999/2000.
Bertone, Fernando Martín. Individualización
judicial de la pena. Alveroni Editores. Córdoba, Sozzo, Máximo. “Roberto Bergalli y la tarea de
2010. hacer una historia de la criminología en América
Latina”. Publicado en http://cuestionpenal.blogs-
(30) ZAFFARONI, Eugenio Raúl. La palabra..., obra pot.com.ar/2007/11/roberto-bergalli-y-la-tarea-
citada. Pág. 535. de-hacer.html (última consulta abril 2013).

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DPyC Melina de Bairos Moura

Virgolini, Julio. La razón ausente. Editores Zaffaroni, Eugenio Raúl. La palabra de los
del Puerto. 1ra edición. Buenos Aires, mayo de muertos. Editorial Ediar. 1ra Reimpresión. Buenos
2005. Aires, 2012.

Zaffaroni, Eugenio Raúl. La cuestión criminal. Zaffaroni, Eugenio Raúl. Alagia, Alejandro y
Editorial Planeta. 3ra edición. Buenos Aires, abril Slokar, Alejandro. Derecho Penal. Parte general.
2012. Ediar. Buenos Aires, 2011. 1ra. Reimpresión.

Ziffer, Patricia. Lineamientos de la determi-


Zaffaroni, Eugenio Raúl. La mala vida o los nación de la pena. Ad Hoc. 2da Edición. Buenos
prejuicios vestidos de ciencia. Trabajo destinado Aires. 2005.
al libro-homenaje Juárez Cirino Dos Santos. Fa-
cultad de Derecho. Universidad de Buenos Aires. Zysman Quirós, Diego. Sociología del castigo. Edi-
Agosto de 2011. ciones Didot. 1ra edición. Buenos Aires, 2012. u

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 87


DPyC Criminología doctrina

Crítica a la epistemología de la corriente criminológica


bioantropoligista. Postulados que siguen haciendo mella
en las sociedades del siglo XXI
Por Andrés Gabriel Gómez
Sumario: I. Introducción.— II. El abordaje positivista de las ciencias
sociales.— III. El positivismo y el análisis de la criminalidad.— IV. La
epistemología del positivismo criminológico.— V. Conclusiones.

I. Introducción En este sentido, Anitua destaca que:

En el presente trabajo analizaremos la episte- “Comte tenía una formación matemática, y


mología de los estudios criminológicos de carácter entonces suponía que todo saber debería tener
bioantropológico efectuados por Cesare Lombro- sus precisas leyes. Además, la sociología debía
so recorriendo las aproximaciones positivistas de ser un saber basado en la observación y por tanto
las ciencias sociales y el abordaje específico sobre ‘verificable’, del mismo modo en que se concep-
la cuestión criminal, que sirvieron como bases tuaba entonces a la matemática, la astronomía,
para el desarrollo de aquellos postulados. la física, la química y la fisiología. Al imponer esa
epistemología al nuevo saber intentaba Comte
Así las cosas, ocuparán un sector primordial en acercar dos tipos de reflexiones que él conocía:
este estudio, por una parte, la ponderación tanto la de los científicos que había estudiado —y que
de las estadísticas poblacionales como del surgi- no tenían espíritu social— y la de los políticos y
miento de las policías y las prisiones en el siglo empresarios que había conocido como secreta-
XIX y, por otra, la vigencia de las conclusiones de rio de Saint-Simon —que no tenían formación
aquellos estudios en la actualidad. científica—”. (2)
II. El abordaje positivista de las ciencias so- Dichas ideas influenciaron a Emile Durkheim
ciales (1858-1917) y, consecuentemente, a los inte-
grantes de la escuela funcionalista desarrollada
Para el abordaje de este estudio debemos prime- durante el siglo XX. En este sentido, entendieron
ramente remontarnos a los planteos de Quetelet que, sin perjuicio de que los hechos sociales tenían
y Comte. Sus análisis, que surgieron a partir de una dimensión moral divergente a los hechos de
problema del conocimiento social a través del la naturaleza, aquéllos deben ser considerados
estudio científico, representan el inicio de la tra- como cosas que presentan regularidades a fin de
dición positivista en las ciencias sociales. conocerlos científicamente. (3)
Para Auguste Comte (1798-1857), dejando atrás III. El positivismo y el análisis de la crimi-
ideas metafísicas y religiosas, las ciencias naturales nalidad
y sociales deben compartir una misma base lógica
y metodológica. Así las cosas, procuraba estudiar Estas nociones tuvieron su correlato en el aná-
con método científico los hechos sociales sobre la lisis de la criminalidad.
“unidad de la ciencia”. La metodología específica
de esta nueva ciencia social se basaba en la obser-
vación, la experimentación y, particularmente, la (2) ANITUA, Gabriel Ignacio. Historias de los pensamien-
comparación. (1) tos criminológicos. 1ª ed., 2ª reimp., Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, Del Puerto, 2010, pág. 173.
(3) CALERO, Jorge Luis. Investigación cualitativa y
cuantitativa. Problemas no resueltos en los debates actua-
(1) GIDDENS, Anthony. Política, sociología y teoría les. Revista Cubana de Endocrinología, año XI, número 3,
social. 1ª ed., Barcelona, Paidós, 1997. pág. 193.

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DPyC Andrés Gabriel Gómez

Así las cosas, el desarrollo de grandes metrópolis Es también en el siglo XIX cuando la mayor parte
en Europa y el acontecer de convulsiones sociales de los Estados europeos crean, o perfeccionan en
durante el siglo XIX implicó que se pusiera en el caso que ya existieran, las instituciones de con-
foco la cuestión criminal. Su estudio, teniendo trol social más paradigmáticas de la modernidad:
en cuenta que durante este periodo se produjo la policía y las cárceles.
una gran acumulación de datos oficiales sobre
la población, se basó en el procesamiento esta- “La sociedad se reproducía en un creciente
dístico de dicha información, el desarrollo de las conjunto de cosas y relaciones que incluía la
“estadísticas morales”. (4) utilización técnica de los hombre; en otras pa-
labras, la lucha por la existencia y la explotación
En este marco, la tarea de Adolphe Quetelet del hombre y la naturaleza se hicieron cada vez
(1796-1874), matemático belga, fue fundamental más científicas y racionales. (...) La administra-
en la aplicación de datos cuantitativos al estudio ción científica y la división científica del trabajo
de fenómenos sociales. aumentaron enormemente la productividad de
la empresa económica, política y cultural. (...)
“Lo primero que hizo [Quetelet] fue llamar la Al mismo tiempo y por las mismas razones, esta
atención sobre la regularidad de ciertos compor- empresa racional produjo una estructura de la
tamientos delincuenciales y sobre la posibilidad, mente y no la conducta que justificó y absolvió
a través del tratamiento estadístico, de predecir hasta los caracteres más destructores y opresivos
los comportamientos futuros. Elaboraría así (...) de la empresa”. (7)
distintas “leyes” (por ejemplo, la ley térmica de la
En el caso de la policía, se creó con el propósito
criminalidad, que verifica la relación de acuerdo
de controlar las convulsiones sociales producidas
a las estadísticas francesas entre las altas tem-
como resultado de la coexistencia en espacios muy
peraturas y los delitos contra las personas, pues
limitados de los países centrales de las mayores
habría más delitos de este tipo en el sur y durante riquezas y miserias. (8)
el verano, y las bajas temperaturas y los delitos
contra la propiedad, por su preeminencia en el Por su parte, el caso de las cárceles tuvo como
norte y durante el invierno) que explicarían con doble propósito aprovechar la fuerza laboral de los
factores sociales, o individuales pero no morales, integrantes “despreciables” de la sociedad como
la existencia de delitos”. (5) así también corregir sus conductas ajustándolas a
los parámetros de sus clases dominantes.
En la continuidad de tales ideas, se inscriben los
estudios de André-Michel Guerry de Champneuf Paralelamente, tales instituciones han servido
(1802-1866). de fuente de datos sobre los “delincuentes”, utili-
zadas para combatir la criminalidad.
Este autor, director de asuntos criminales en el
Ministerio de Justicia de Francia, fue el primero en Es menester traer a colación la descripción de
asociar la delincuencia con la riqueza y la pobreza. Foucault sobre la prisión:
En su estudio, efectuado analizando las estadísti-
cas criminales realizadas en París en el año 1827, “La prisión es menos reciente de lo que se dice
concluye en que la pobreza no era causa de delitos cuando se la hace nacer con los nuevos códigos. La
pero la existencia de muchos bienes proveía una forma-prisión preexiste a su utilización sistemáti-
mayor oportunidad de ser robados. ca en las leyes penales. Se ha constituido en el ex-
terior del aparato judicial, cuando se elaboraron, a
Por su parte, también postulaba que las acciones través de todo el cuerpo social, los procedimientos
humanas, morales o intelectuales de las personas para repartir a los individuos, fijarlos y distribuir-
están sometidas a leyes naturales, por lo que pue-
den ser explicadas y predichas. (6) (7) MARCUSE, Herbert. La racionalidad tecnológica y la
lógica de la dominación. De: El hombre unidimensional,
Beacon Press, 1964, pág. 324-325.
(4) ANITUA, G. I., op. cit., pág. 169.
(8) ZAFFARONI, Raúl Eugenio. La palabra de los muertos:
(5) Ibídem, pág. 170. conferencias de criminología cautelar. 1ª ed., Buenos Aires,
(6) Ibídem, pág. 171. Ediar, 2011, pág. 88.

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DPyC Criminología doctrina

los espacialmente, clasificarlos, obtener de ellos el El examen como fijación a la vez ritual y
máximo de tiempo y el máximo de fuerzas, educar ‘científica’ de las diferencias individuales, como
su cuerpo, codificar su comportamiento continuo, adscripción de cada cual al rótulo de su propia sin-
mantenerlos en una visibilidad sin lagunas, formar gularidad (en oposición a la ceremonia en la que
en torno de ellos todo un aparato de observación, se manifiestan los estatutos, los nacimientos, los
de registro y de notaciones, constituir sobre ellos privilegios, las funciones, con toda la resonancia
un saber que se acumula y se centraliza”. (9) de sus marcas), indica la aparición de una moda-
lidad nueva de poder en la que cada cual recibe
En dicho contexto, se instituyó el análisis de como estatuto su propia individualidad, y en la
aquellas personas procesadas por la maquinaria que es estatutariamente vinculado a los rasgos, las
punitiva como el abordaje epistemológico propio medidas, los desvíos, las “notas” que lo caracteri-
para el análisis de la criminalidad. zan y hacen de él, de todos modos, un ‘caso’.
En este sentido, destaca Zaffaroni que en París Finalmente, el examen se halla en el centro de
“los investigadores de la degeneración (10) empe- los procedimientos que constituyen el individuo
zaron a disputarse con los jueces las cabezas de los como objeto y efecto de poder, como efecto y
guillotinados para llevarlas a sus laboratorios. Más objeto de saber. Es el que, combinando vigilancia
abstractamente, comenzaba la disputa de fondo jerárquica y sanción normalizadora, garantiza las
por el discurso sobre las causas del crimen”. (11) grandes funciones disciplinarias de distribución
y de clasificación, de extracción máxima de las
De la misma manera, sobre el examen en las
fuerzas y del tiempo, de acumulación genética
instituciones totalizantes decía Foucault:
continua, de composición óptima de las aptitu-
“El examen, rodeado de todas sus técnicas do- des”. (12)
cumentales, hace de cada individuo un ‘caso’: un
Así surgía el positivismo criminológico, bus-
caso que a la vez constituye un objeto para un co-
cando describir al “hombre delincuente” diferen-
nocimiento y una presa para un poder. El caso no
ciándolo de los seres humanos “normales” con
es ya como en la casuística o la jurisprudencia, un
el propósito último de encontrar las causas del
conjunto de circunstancias que califican un acto y
crimen para proceder a su prevención.
que pueden modificar la aplicación de una regla;
es el individuo tal como se le puede describir, “La justificación racista y desigualitaria del
juzgar, medir, comparar a otros y esto en su indi- positivismo criminológico (recuérdese que para
vidualidad misma; y es también el individuo cuya Lombroso ‘la mayoría de los delincuentes natos
conducta hay que encauzar o corregir, a quien hay tienen orejas de asa, cabellos abundantes, escasa
que clasificar, normalizar, excluir, etcétera. barba, senos frontales separados, mandíbula enor-
(...) Esta consignación por escrito de las exis- me, mentón cuadrado o saliente, pómulos anchos,
tencias reales (...) funciona como procedimiento gesticulación frecuente, tipo en suma parecido al
de objetivación y de sometimiento. La vida cuida- mongólico, algunas veces al negroide’) se basaba
dosamente cotejada de los enfermos mentales o en lo que las policías —en el caso mencionado la
de los delincuentes corresponde, como la crónica del naciente Estado italiano— realmente hacían.
de los reyes o la epopeya de los grandes bandidos Con la observación de aquellos pobres hombres
populares, a cierta función política de la escritura; que eran enviados a los calabozos, el positivismo
pero en otra técnica completamente distinta del realiza la síntesis del delito y delincuente”. (13)
poder. De esta manera, el surgimiento de la policía y
las prisiones no solamente va a ser trascenden-
(9) FOUCAULT, Michel. Vigilar y Castigar, nacimiento de tal en las políticas de control social sino que va
la prisión. 1ª ed. 1ª reimp., Buenos Aires, Siglo XXI, 2002,
pág. 138.
a tener un destacado papel en la investigación
criminológica.
(10) Postulado creado por Bénédikt Agustin Morel
(1809-1873) que refería que el mestizaje producía seres
desequilibrados en cuanto a su moralidad. (12) FOUCAULT, M., op. cit., pág 116 y ss.
(11) ZAFFARONI, R. E., op. cit., pág. 94. (13) ANITUA, G. I., op. cit., pág. 180.

90 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


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Como hemos aludido, tales investigaciones, colonizados: todo malo era feo, como un ameri-
que intentaron dar una explicación científica de cano o un africano, en una época en que Europa
la criminalidad, comenzaron a desarrollarse a había superado la visión bucólica de sus coloni-
partir de la observación del “hombre delincuente” zados y había pasado a considerarlos salvajes. La
en la cárcel. policía seleccionaba personas con esos caracteres
y las prisionizaba y Lombroso verificaba que los
En este sentido, es dable destacar la corriente presos tenían esos caracteres. La conclusión de
positivista criminológica italiana encabezada por Lombroso era que esas características eran causa
Lombroso. del delito, cuando en realidad eran sólo causa de
la prisionización”. (17)
IV. La epistemología del positivismo crimino-
lógico “Pero Lombroso no era un racista convencido, a
pesar de haber escrito en 1871 una obra que indu-
El médico Cesare Lombroso (1835-1909) creó la dablemente lo era —El hombre blanco y el hombre
teoría del “criminal nato”. Según este autor, estos de color— y en la que afirmaría la inferioridad del
sujetos, criminales natos, nacen sin que su ciclo negro y también la de los habitantes del sur de Ita-
evolutivo se haya completado en el seno materno, lia. Lombroso era, además, descendiente de judíos
siendo seres mal terminados, semejantes a los y había estudiado los peligros del antisemitismo y
salvajes colonizados. tal vez por esto, o por descubrir las deficiencias de
su teoría, empezó a crear otras categorías de de-
Destacaba entre estos sujetos la presencia de lincuentes. De esta forma, se sumarían la de ‘loco
características de colonizados (mongoloides y moral’ que toma la psiquiatría de la época, o la del
africanoides) como así también que resultan ser ‘delincuente epiléptico’. Y finalmente una gama
feos y en el caso de quienes no lo son tanto se debe mucho más amplia, realizada conjuntamente con
a que tiene mucho cabello. (14) Ferri —quien fue el que se apartaría de los ‘tipos’
exclusivamente médicos— y que sería la primera
Dichos postulados, sellados en su obra L´uomo
de una serie de clasificaciones de delincuentes,
delinquente (1876), fueron acompañados por un
especie deseada por criminólogos y policías —en
atlas con fotografías de delincuentes, “una enorme
este caso para facilitar su trabajo basado en ‘tipos
galería de caras feas y seres contrahechos, que no
de autor’—. En realidad, las categorías se retroali-
hubiesen podido andar mucho tiempo por una mentaban pues eran realizadas basándose en las
ciudad europea de su época sin ser detenidos personas que eran efectivamente detenidas, y sus
por la policía, pues eran verdaderos estereotipos aspectos justificaban que esos eran los ‘tipos’ que
caminando”. (15) habría de detener”. (18)
Así las cosas, Lombroso cayó en el error de En esta inteligencia, los encargados de la crimi-
interpretar esos signos físicos como causas del nalización secundaria (los agentes de seguridad,
delito siendo que, en la mayoría de los casos, las temporalmente los primeros encargados de ha-
personas con esas características que se encuen- cer valer las directrices postuladas por las leyes
tren tras las rejas están en esa condición producto penales del Poder Legislativo —criminalización
de su criminalización. (16) primaria—) siguen estereotipos al momento de
efectuar su labor de prevención, por lo que quie-
“Es necesario señalar que Lombroso era un gran
nes en su inmensa mayoría son prisionizados, en
observador y que era verdad que los presos euro-
lugar de las personas que han cometido los hechos
peos de su tiempo se parecían a los colonizados.
más dañosos a la sociedad, son aquellos que cum-
Hoy sabemos que la selección criminalizante se
plen con las características físicas del delincuente
efectúa conforme a estereotipos y gracias a Lom- postuladas por el positivismo bioantropológico
broso también sabemos que los estereotipos de su de Lombroso.
tiempo se nutrían de los caracteres físicos de los
(17) ZAFFARONI, Eugenio Raúl, ALAGIA, Alejandro y
(14) ZAFFARONI, R. E., op. cit., pág 99. SLOKAR, Alejandro. Derecho Penal: parte general. 2ª ed.,
(15) Ibídem, pág. 100. Buenos Aires, Ediar, 2002, pág. 315.
(16) Ídem. (18) ANITUA, G. I., op. cit., pág 184.

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“Por tratarse de personas desvaloradas, es — Entre ellos se encontraba Vilella. El médico


posible asociarles todas las cargas negativas que Lombroso al practicar la autopsia de Vilella se
existen en la sociedad en forma de prejuicio, lo asombra por la estructura de su cráneo, propia de
que termina fijando una imagen pública del de- los homínidos no desarrollados. Comienza a rea-
lincuente, con componentes clasistas, racistas, lizar estudios concluyendo que los delincuentes
etarios, de género y estéticos. El estereotipo acaba (natos) son personas subdesarrolladas y pueden
siendo el principal criterio selectivo de crimina- ser identificados con ciertas particularidades
lización secundaria, por lo cual son observables físicas (por ejemplo: orejas de asa, cabellos abun-
ciertas regularidades de la población peniten- dantes, escasa barba, senos frontales separados,
ciaria asociadas a desvalores estéticos (personas mandíbula enorme, mentón cuadrado o saliente,
feas) que el biologismo criminológico consideró pómulos anchos, gesticulación frecuente, tipo
como causas del delito, cuando en realidad son en suma parecido al mongólico, algunas veces al
causas de la criminalización, aunque terminen negroide).
siendo causa del delito cuando la persona acaba — En el ejercicio regular de sus funciones,
asumiendo el rol asociado al estereotipo (en el ahora respaldados “científicamente”, los policías
llamado efecto reproductor de la criminalización continuaron depositando personas feas en las
o desviación secundaria)”. (19) cárceles.
Sin perjuicio de ello, la concepción de la fealdad — Siguiendo sus estudios, Lombroso y sus dis-
como un desvalor precedió al pensamiento de cípulos continuaban obteniendo conclusiones
Lombroso. “La fealdad es un desvalor estético y la mediante la observación de quienes ocupaban
maldad un desvalor ético, pero suelen coincidir: el las celdas de las penitenciarías, que no eran sino
feo es malo. Muyart de Vouglans (1713-1791), un los que habían sido estereotipados por los razo-
práctico del siglo XVIII, aconsejaba que si había namientos de aquéllos.
varios sospechosos y debía aplicarse tortura, el
juez debía comenzar por el más contrahecho. Rara Lombroso yerra en la técnica (en su acepción
vez el malo es bello, y cuando lo es, encubre una instrumental) empleada:
belleza diabólica o falsa”. (20)
“Lo correcto comprueba siempre algo acertado
Vale destacar que dicha postura, reforzada a la en lo que tiene ante sí. Sin embargo, la comproba-
postre por el autor de L´uomo delinquente, estaba ción, para ser correcta, no precisa en modo alguno
precedida por las posturas de médicos racistas desvelar en su esencia lo que está ante ella. Sólo
europeos como Cowles Pichard (1786-1848), allí donde acontece tal desvelar, acaece lo verda-
Franz-Josef Gall (1758-1858) y el ya mencionado dero. Por ello lo meramente correcto no es todavía
lo verdadero. Sólo éste nos pone en libre relación
Bénedikt Augustin Morel. (21)
con aquello que nos concierne a partir de su pro-
Así las cosas, se generó un círculo vicioso refor- pia esencia. La determinación instrumental de la
zado y popularizado por la epistemología emplea- técnica, [aunque] correcta, no nos muestra, pues,
da por Lombroso, ciclo que podemos describir de aún su esencia. Para llegar a ésta, o por lo menos
la siguiente manera: a su proximidad, debemos buscar lo verdadero a
través de lo correcto”. (22)
— La formación de estereotipos de personas
Es que su error garrafal consistió en procurar
molestas y despreciables asociadas a su vez con
alcanzar conclusiones sobre las causas del delito
la fealdad y la pobreza sumado a la creación de las
—un hecho social— en términos cuantitativos,
policías y penitenciarías modernas provocó que
midiendo y describiendo la fisionomía del ser
los agentes de seguridad llenaran a estos depósitos humano en búsqueda de un denominador común,
de personas feas. cuando tales fenómenos escapan de su explica-
ción mediante análisis de esa naturaleza.
(19) ZAFFARONI, E. R., ALAGIA, A. y SLOKAR, A., Op.
cit., pág. 9.
(22) HEIDEGGER, Martin. La pregunta por la Técnica.
(20) ZAFFARONI, E. R., Op. cit., pág. 97. En: Época de Filosofía, Barcelona, año 1, Nro. 1, 1985,
(21) Ibídem, pág. 96. págs. 8-9.

92 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


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“Ciertamente, no hay duda alguna de que esta las necesidades y deseos de la población, por el
forma de saber empírico que se aplica al hombre (y otro, ha existido desde los inicios del pensamiento
que, por obedecer a la convención, puede llamarse filosófico y científico. La ‘naturaleza de las cosas’,
aún ‘ciencias humanas’ antes de saber en qué sen- incluida la de la sociedad, fue definida de modo
tido y dentro de cuáles límites se les puede llamar de justificar la represión, y hasta la supresión,
‘ciencias’) tiene relación con las matemáticas: como perfectamente racional. El conocimiento y
como cualquier otro dominio del saber, pueden la razón verdaderos exigen el dominio sobre los
servirse, en ciertas condiciones, del instrumento sentidos, si no la liberación de ellos”. (24)
matemático; algunos de sus adelantos, muchos
de sus resultados han podido ser formalizados. Pasarían décadas, hasta el surgimiento de la
Con certeza tiene una importancia básica conocer Escuela de Chicago por una parte y la publica-
estos instrumentos, poder practicar estas forma- ción de Las reglas del método sociológico (1895)
lizaciones, definir los niveles en los que pueden de Durkheim, por otra, para que los vestigios de
realizarse; resulta sin duda interesante para la aquellas posiciones retrógradas se corran del estu-
historia del saber cómo Condorcet pudo aplicar dio criminológico, pasando del análisis etiológico
el cálculo de las probabilidades a la política, cómo delincuencial individual al social, quitando los
Fechner definió la relación logarítmica entre el ojos de los árboles (los individuos) para pasar a
aumento de la sensación y la excitación, cómo se mirar el bosque entero (las sociedades).
han servido los psicólogos contemporáneos de
la teoría de la información para comprender los Por su parte, el golpe final lo dio Edwin Suther-
fenómenos del aprendizaje. Sin embargo, a pesar land (1883-1950).
de la especificidad de los problemas planteados, “[En] un artículo de Sutherland de 1930 titulado
es poco probable que la relación con las matemá- ‘La prisión como observatorio criminológico’, (...)
ticas sea constitutivo de las ciencias humanas en ya señalaba irónicamente la tarea de la crimino-
su singular positividad. (...) Sobre todo porque el logía que buscaba tipos delincuenciales entre
análisis arqueológico no ha descubierto en el a los presos olvidándose de que la mayoría de los
priori histórico de las ciencias del hombre una delincuentes, sobre todo los más hábiles, no se
forma nueva de matemáticas o una brusca irrup- encontraban en ese medio. Distinguía entonces
ción de éstas en el dominio de lo humano, sino a esa investigación biologicista y basada en lo
más bien una especie de retiro de la mathesis, una individual —la inteligencia, la herencia— que
disociación de su campo unitario y la liberación, predominaba en Europa, del modelo de investi-
en relación al orden lineal de las menores diferen- gaciones como las de Shaw basadas en historias
cias posibles, de organizaciones empíricas como de vida y con referencias externas al mundo de
la vida, el lenguaje y el trabajo. En este sentido, la la prisión, del modelo de investigaciones sobre
aparición del hombre y la constitución de las cien- el funcionamiento y la vida en prisión, y de un
cias humanas serían correlativas de una especie cuarto tipo de investigaciones que combinarían
de ‘desmatematización’”. (23) el segundo y el tercer tipo”. (25)
En este sentido, se afirmó que Sin perjuicio de ello, a pesar de contar actual-
“La cuantificación de la naturaleza, que llevó a mente con el descrédito científico y académico,
su explicación en términos de estructuras mate- las posturas de Lombroso y sus discípulos han
máticas, separó la realidad de toda finalidad y, por influido sustancialmente en nuestras sociedades
consiguiente, separó lo verdadero de lo bueno, la y específicamente en las agencias de criminali-
ciencia de la ética. (...) Y por esencial que pueda zación secundarias, que hoy en día siguen efec-
ser el sujeto como punto de observación, medi- tuando aquella tarea de selectividad (de personas
ción y cálculo, este sujeto no puede desempeñar “desagradables”) que retroalimentaba las conclu-
su papel científico como agente ético, estético o siones del autor italiano, las que actualmente se
político. La tensión entre la Razón, por un lado, y siguen reproduciendo muy a pesar del Estado de
Derecho.
(23) FOUCAULT, Michel. Las Palabras y las Cosas: una ar-
queología de las ciencias humanas. 2ª ed., 4ª reimp, Buenos (24) MARCUSE, H., op. cit., pág. 325.
Aires, Siglo XXI editores, 2013, págs. 361-362. (25) ANITUA, G. I., op. cit., págs. 300-301.

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V. Conclusiones Con el devenir de posteriores corrientes cri-


minológicas, los axiomas de Lombroso fueron
Los postulados de Comte, por un lado, y Que- desacreditados. Se puso de relevancia que la
telet, por otro, cooperaron a la constitución del metodología de estudio empleada era errónea ya
abordaje positivista en las ciencias sociales. que buscaba delincuentes donde había personas
discriminadas. Al no alcanzar a ver tal fenóme-
Sus contribuciones, el de la aplicación de una no persistió en la descripción de las causas del
epistemología de la observación, verificación y crimen como arraigadas en la individualidad de
medición, influyeron en políticas públicas tales aquellas personas subdesarrolladas, identificadas
como la realización de censos y acumulación de por los rasgos que había visto en el común de los
datos poblacionales a los fines de dar soluciones reclusos.
a los problemas de sociedades cada vez más
complejas. Sin perjuicio de ese descrédito, las ideas de
Lombroso siguen teniendo gran relevancia tanto
En un marco de desarrollo de grandes metró- en los sentimientos de la población actual como
polis en los Estados centrales europeos, se dio en la labor policial, que continúa todavía en el
paso a la generación de desigualdades sociales siglo XXI seleccionando a sus objetivos por su
exorbitantes, lo que promovió el surgimiento de aspecto físico.
instituciones totalizantes tales como la prisión y
Es menester persistir en la descalificación de
la policía.
la discriminación racista del autor italiano y la
Paralelamente, se fueron creando estereotipos concientización en el seno de la población y de
dotando de todos los males de la sociedad a las las agencias penitenciarias sobre la igualdad y la
personas feas y pobres, etiqueta que influyó a dignidad propia de todo ser humano, sin importar
su raza, sexo, aspecto físico, vestimenta, orienta-
los agentes de seguridad quienes comenzaron a
ción sexual o nacionalidad.
efectuar sus labores preventivas encarcelando a
esta clase de personas. La puesta en relevancia del flagrante error
metodológico es sustancial para echar luz sobre
Así las cosas, tomando la metodología de la el carácter falaz de aquellas conclusiones, al
observación de Comte y el análisis estadístico de mismo tiempo que permite que análisis de tal
Quetelet, Lombroso enfocó sus estudios anali- naturaleza no tengan reconocimiento científico
zando a aquellas personas prisionizadas a fin de en lo sucesivo.
buscar las causa del delito, concluyendo en que
estos sujetos eran subdesarrollados y se los podía Finalmente, es menester destacar la importan-
distinguir por ciertas características físicas. cia de esta tarea, ya que la persistencia de esas
ideologías deja latente la posibilidad del resur-
Este postulado tuvo una gran difusión popular, gimiento de los hechos más aberrantes que han
influenciando a las sociedades en general y a las tenido lugar en la historia de la humanidad: los
agencias policiales en particular. genocidios. u

94 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


Derecho Procesal
DPyC Derecho Procesal DOCTRINA

Condenación condicional y suspensión del juicio a prueba


¿Nuevas dificultades?
POR María Nazarena Castelluccio

Sumario: I. Introducción.— II. Orígenes de cada instituto.— III. Situa-


ción en el Código Penal Vigente (condenación condicional: arts. 26 a
28 / suspensión del juicio a prueba: arts. 76 bis a 76 quáter). Interpre-
taciones.— IV. Institutos según Anteproyecto de Reforma 2014. Nuevos
interrogantes.— V. Conclusiones. — VI. Bibliografía consultada.

I. Introducción franco-belga, y con igual alcance que el mismo se


dejaba en suspenso la condena al cumplimiento
Mediante el presente desarrollo se intentará de una única condición: no cometer un nuevo
poner de manifiesto cómo los institutos de la delito; cumplida dicha condición, en el plazo
condena condicional y la suspensión del juicio a de cuatro años —en el presente— se tendría la
prueba (1), provenientes de divergentes sistemas y condena o pena impuesta como no pronunciada.
autónomos en sí mismos, se han ido ensamblando Pero en 1994 mediante ley 24.316 se relaciona
de forma tal que la interpretación de uno se hizo la condena condicional con la suspensión del
dependiente en su contenido del otro, culminando juicio a prueba, de raigambre anglo—americana;
la jurisprudencia por zanjar los límites de aplica- introduciéndose un conglomerado de reglas de
ción de la Suspensión del Proceso a Prueba por conducta receptadas mediante la aparición del
insuficiencia de estricta legalidad por parte del art. 27 bis que fundiría ambos institutos de una
legislador. Se analizará qué de todo ello es tomado vez y para siempre. (2)
por el Anteproyecto y qué nuevos interrogantes
nos introduce el mismo, teniendo presente que Pero el hilo invisible que las une no se reduce
para su interpretación no basta con reducirse al al hecho de compartir las reglas de conducta
artículo que lo describe sino a las diversas dispo- contempladas por el art. 27 bis.
siciones que lo moldean.
III. Situación en el Código Penal Vigente (con-
II. Orígenes de cada instituto denación condicional: arts. 26 a 28 / suspensión
del juicio a prueba: arts. 76 bis a 76 quáter).
En primer lugar, tenemos que hacernos, en Interpretaciones
sustancia, y someramente de los orígenes diver-
gentes de ambos institutos, para delimitar quién Actualmente en el Código Penal podemos dis-
se entromete primero en la órbita del otro. De este tinguir ambos institutos de la siguiente manera,
modo, vemos que el primero en ingresar al Código a saber:
es el de la condena condicional, por el Proyecto
de Reforma de 1917, sancionado en 1921 y pro- Si bien el efecto de mayor entidad en ambos es
mulgado como ley 11.179 en 1922, siguiéndose que no se cumple pena, en el supuesto de la con-
de esta forma el modelo continental europeo o
(2) Sobre el origen de cada instituto ver: NÚÑEZ, Ricardo
(1) Suspensión de la ejecución de la pena, por libertad C.; Tratado de Derecho Penal, Parte General, Tomo II; Marcos
condicional o por diversas reglas de conducta; Códigos Lerner Editora Córdoba; Córdoba; 1988; ps. 519 a 521. ZAFFA-
Penales: Alemán § 56 a 56g; de Paraguay arts. 44 a 49; RONI, Eugenio Raúl — ALAGIA, Alejandro — SLOKAR, Ale-
Portugués arts. 50 a 56; Español arts. 80 a 89. Suspensión jandro; Derecho Penal, Parte General; Ediar; Buenos Aires,
condicional de la ejecución de la pena con única condición Argentina; 2000; ps. 921 y 922. SOLER, Sebastián; Derecho
de no cometer nuevo delito; Códigos Penales: de Guatemala Penal Argentino, Tomo II; actualizado por Fierro Guillermo
arts. 72 a 77; Francés arts. 132—029 a 132— 39. J.; Buenos Aires, Argentina; 1999; ps. 497 y 498.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 97


DPyC Derecho Procesal doctrina

dena condicional media sentencia firme condena- condicional procede tanto para delitos de acción
toria, se suspende la aplicación de la pena emanada pública como de acción privada; que debe tratarse
de dicha sentencia y con ella la prescripción de la de una primera condena a pena de prisión que
pena; en caso de cumplirse las reglas de conducta no exceda de tres años —pena en concreto— y
impuestas durante un plazo de entre dos —2— y demostrarse la inconveniencia de aplicar efecti-
cuatro —4— años, según la gravedad del delito, y vamente la privación de la libertad, de conformi-
no cometerse un nuevo delito dentro del término dad con: la personalidad moral del condenado;
de cuatro —4— años se extingue la pena y la con- su actitud posterior al delito; los motivos que lo
denación se tiene como no pronunciada; pero, si impulsaron a delinquir; la naturaleza del hecho;
no se cumple con las reglas de conducta puede no toda otra circunstancia pertinente.
computarse como plazo de cumplimiento todo o
Ello ha traído varios cuestionamientos; así,
parte del tiempo transcurrido, si el incumplimiento
respecto a la referencia de primera condena, si se
es persistente o reiterado se podrá revocar la con-
aplicó una condena condicional con anteriori-
dicionalidad de la condena —se deberá de cumplir
dad, ¿cuenta como condena en caso de haberse
la totalidad de la pena de prisión impuesta en la
cumplido con sus condiciones?, ¿cumplidas las
condena—; si se comete un nuevo delito se sufrirá
mismas se tiene como no pronunciada la pena o
la pena impuesta en la primera condenación y la
la condena?, ¿el instituto me permite que pueda
que correspondiera por el segundo delito —acu-
aplicarse nuevamente una condena condicional
mulación de penas—.
transcurrido determinado tiempo, por considerar
Mientras que en el supuesto de la suspensión del que cumplidas las condiciones impuestas la con-
juicio a prueba lo que se suspende es la realización denación se tiene como no pronunciada o porque
del juicio y con ello la prescripción de la acción pese a no ser primera condena se lo cree desde una
penal; en caso de cumplirse las reglas de conducta visión político-criminal apropiada? Por su parte, el
impuestas, repararse los daños en la medida ofre- hecho de tener que fundar la decisión en la perso-
cida y no cometerse un nuevo delito durante un nalidad moral del imputado nos lleva a la siguiente
plazo de entre uno —1— y tres —3— años según pregunta: ¿el Estado debe imponer una moral a las
la gravedad del hecho se extingue la acción penal, personas o debe respetar el ámbito de libertad y
caso contrario se lleva a cabo el juicio y no será moral de sus integrantes?, ¿negar la procedencia
admitida una nueva suspensión; si la realización del instituto sobre la base de la personalidad moral
del juicio es determinada por la comisión de un de la persona no es aplicar valoraciones propias
nuevo delito la pena que se imponga no podrá ser de derecho penal de autor in malam partem? La
dejada en suspenso —no procederá la condena consideración acerca de la actitud posterior al
condicional—. delito, los motivos que lo impulsaron a delinquir,
la naturaleza del hecho nos lleva a cuestionarnos
Sendos institutos prevén la posibilidad de acce- si en caso de negarse la aplicación del instituto
der nuevamente a ellos, luego del transcurso de fundado en ello no estaríamos haciendo una doble
determinado periodo temporal. Así, la condena desvalorización de lo mismo, puesto que fueron
condicional puede ser acordada por segunda vez si elementos empleados para individualizar la pena
el nuevo delito es cometido luego de transcurridos en tres años o menos.
ocho —8— años a partir de la fecha de la primera
condena firme —en caso de que ambos delitos Empero, si intentamos lo mismo respecto de
fueran culposo o uno doloso y el otro culposo—. Si la suspensión del juicio a prueba veremos que el
ambos delitos son dolosos deberán de transcurrir panorama es más engorroso aun. Esto, con base
diez —10— años. Mientras que la suspensión del en la insuficiencia de estricta legalidad por parte
juicio a prueba puede ser concedida por segun- del legislador, de modo que se dejó a la tarea de los
da vez si el nuevo delito es cometido después de jueces especificar los supuestos de procedencia
haber transcurrido ocho —8— años a partir de la del mismo. Y es en este punto donde encontramos
fecha de expiración del plazo por el cual hubiera la inescindible unión entre ambos institutos.
sido suspendido el juicio en el proceso anterior.
Como se sabe, hay quienes interpretan que el
Ahora bien, si nos preguntamos acerca de los instituto sólo procede en los casos de pena de
requisitos de procedencia de ambos institutos, prisión o reclusión cuyo máximo no exceda los tres
podríamos comenzar indicando que la condena —3— años —pena en abstracto—; que se cumplan

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DPyC María Nazarena Castelluccio

los requisitos de procedencia para la condena libertad donde la mayoría son supuestos de delitos
condicional; y que hubiese consentimiento del dolosos —injustos más graves—, y no para los
fiscal; de modo que los párrs. 1º, 2º y 4º del art. 76 reprimidos con inhabilitación que, en la mayoría
bis engloban en su conjunto un único supuesto de los supuestos, derivará de delitos culposos
de procedencia. Negándose la aplicación del —injustos éstos menos considerados relevantes
mismo en caso de delitos reprimidos con pena desde la reacción punitiva—?, ¿ no sería razonable
de inhabilitación, sea de forma única, conjunta aplicar el instituto en esos casos, bajo la condición
o alternativa. Ésta es la tesis conocida como res- de imponer como regla de conducta para el impu-
trictiva. (3) tado, el cese de la actividad por la que habría sido
Mientras que la segunda interpretación, res- inhabilitado en caso de recaer condena, además la
pecto a lo mismo, y respondiendo a algunos capacitación necesaria para evitar conductas aná-
interrogantes, tales como: ¿sería razonable que logas a las que se investigan? Mediante respuesta
mediante el párr. 1º se restrinja la procedencia a los mismos, la presente vertiente interpretativa
del instituto a los delitos de acción pública y a su ha llegado a aceptar la procedencia del instituto
vez se exija para su aplicación la posibilidad de aun para los casos en que la pena de inhabilitación
procedencia de la condena condicional que abre estuviese contemplada de forma principal. Ésta es
el abanico a los delitos de acción privada?, si el la tesis conocida como amplia. (4)
párr. 4º compone un requisito de procedencia del
instituto, ¿cómo entendemos que en el párr. 1º se Es sobre la base de esa interpretación amplia,
aluda tanto a la prisión como a la reclusión, mien- al parecer, que se sigue la nueva redacción con-
tras que en el párr. 4º, por aplicación del reenvío templada en el Anteproyecto sobre el instituto de
al art. 26, se exija pena de prisión? Al emplear la la suspensión del proceso a prueba. Es decir, que
figura del juez en el párr. 3º y la del tribunal en el podríamos evidenciar que no es del todo cierto
párr. 4º, ¿no se advierte que hay una diferencia en aquello que han sostenido algunos al considerar
cuanto a la gravedad de los hechos en uno y otro? que el instituto se halla planteado de una forma
Se ha estructurado en la procedencia del instituto más amplia, con posibilidades de aplicarse a un
en dos casos bien diferenciados, por un lado el mayor número de casos ¿Por qué uno podría
hallado en los párrs. 1º y 2º del art. 76 bis: pena decir que ello no es del todo cierto? Porque, si
de prisión o reclusión cuyo máximo no exceda los nos acercamos a la literalidad del artículo sobre
tres —3— años —pena en abstracto—. Por el otro, la suspensión del proceso a prueba, veremos que
el hallado en el párr. 4º: que fuera procedente la éste nos trae una mayor claridad interpretativa,
condena condicional —cumplimiento de todos que sigue los lineamientos sentados por la Corte
sus requisitos, pena en concreto de tres años o Suprema de Justicia de la Nación de extensiva
menos— y, necesariamente, el consentimiento aplicación en la actualidad, por lo cual no habría
del fiscal. ampliación del mismo; empero, si tentamos
hacernos de diversas disposiciones del mismo
Por su parte, en lo que hace a la procedencia o no
del instituto en los casos de pena de inhabilitación,
también se han presentado diversos interrogantes: (4) Fallo: CSJN “Acosta, Alejandro Esteban s/infracción
art. 14, primer párrafo de la ley 23.737 — causa N° 28/05”,
¿es igual la situación de una persona condenada del 23 de abril de 2008; y remitiendo a él, tratando la proce-
por sentencia firme a pena de inhabilitación, y la dencia del instituto en relación con la pena de inhabilitación
de aquella aún sometida a proceso?, ¿acaso no “Norverto, Jorge Braulio s/ Infracción al art. 302 Cód. Penal”,
rige sobre ella el principio de inocencia?, ¿es ra- del 23 de abril de 2008. “El instituto de la suspensión de jui-
zonable que se permita la aplicación del instituto cio a prueba, es aplicable en todos los casos en que pudiere
para delitos reprimidos con penas privativas de la corresponder una condena de ejecución condicional; la
aplicación del instituto de la suspensión del juicio a prueba,
es procedente en los casos de delitos que tienen prevista
(3) Plenario N° 5 “Kosuta, Teresa R. s/ Recurso de Ca- pena de inhabilitación ya sea principal, conjunta o alternati-
sación”, del 17 de agosto de 1999; por mayoría se adopta va; la anuencia del fiscal es, en principio, necesaria en todos
la tesis restrictiva. CSJN “Gregorchuk, Ricardo s/ Recurso los supuestos contemplados en la norma del artículo 76 bis
de Casación”, del 3 de diciembre de 2002; por mayoría se del Código Penal”; Fallo Plenario del Tribunal de Casación
resuelve la imposibilidad de acceder a la suspensión del de la Provincia de Buenos Aires del 9 de septiembre de 2013
juicio a prueba para aquellos delitos cuya pena prevea la en Causas N° 52.274 — 52.462 “B. L. E. y otros/ Recurso de
de inhabilitación. Queja (art. 433 CPP)” y su acumulada —.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 99


DPyC Derecho Procesal doctrina

Anteproyecto, que le dan su contenido, veríamos obstarán a las sanciones administrativas y discipli-
que sí se amplía su procedencia. narias que pudieren corresponder.

IV. Institutos según Anteproyecto de Reforma 7. Cuando se atribuyere un hecho que pueda o
2014. Nuevos interrogantes deba ser reprimido con pena de inhabilitación,
se procurará en calidad de regla de conducta, la
Para evidenciar lo antedicho es que tenemos realización de actividades dirigidas a solucionar
que hacernos del texto del actual Anteproyecto, la presunta incompetencia o inidoneidad del
dado que el mismo nos trae en su art. 45 Suspen- imputado.
sión de Proceso a Prueba, a saber:
8. Si el delito o alguno de los delitos que integran
“1. El imputado de uno o más delitos, a quien el concurso estuviera reprimido con pena de multa
en el caso concreto no se le hubiere de imponer aplicable en forma conjunta con la de prisión, será
una pena de prisión superior a tres años, que no condición, además, que se pague el mínimo de la
hubiere sido condenado a pena de prisión o que multa correspondiente.
la hubiere sufrido como condenado en los cinco
años anteriores a la comisión del hecho, ni hubiere 9. Si el imputado no fuese condenado por ningún
gozado de una suspensión en igual término, podrá delito cometido durante el plazo de suspensión, re-
solicitar hasta la citación a juicio la suspensión del parase los daños conforme a lo ofrecido y cumpliese
proceso a prueba. regularmente las reglas de conducta establecidas,
se extinguirá la acción penal.
2. Del pedido, previa vista a la persona directa-
mente ofendida, deberá requerirse la opinión del 10. Si fuere condenado por un delito cometido
representante del Ministerio Público Fiscal. durante el período de prueba, no cumpliere con la
reparación a pesar de poder hacerlo, o incumpliere
3. El imputado deberá ofrecer la reparación de los injustificada y reiteradamente las reglas de conduc-
daños en la mayor medida de sus posibilidades, sin ta, se dejará sin efecto la suspensión y continuará
que esto importe confesión o reconocimiento de res- el trámite del proceso. Si en este proceso resultare
ponsabilidad civil. El juez oirá a la persona directa- absuelto, se le reintegrarán los bienes entregados al
mente ofendida y decidirá en resolución fundada, Estado, aunque no podrá pretender el reintegro de
acerca de la razonabilidad del ofrecimiento. las reparaciones ya cumplidas.

Si el trámite del proceso se suspendiere, la perso- 11. Siendo procedente la suspensión del proceso
na directamente ofendida tendrá habilitada la ac- a prueba y tratándose de un extranjero sobre el
ción civil por lo que restare de la reparación plena, que pesare una orden administrativa de expulsión
sin resultar aplicables las reglas de prejudicialidad firme, se dispondrá el extrañamiento del imputado.
del Código Civil. El extrañamiento interrumpirá la prescripción de
la acción penal y ésta se extinguirá si en los cinco
4. El imputado deberá abandonar en favor del años posteriores a su salida la persona no reingre-
Estado los bienes que hubiere correspondido deco- sare al país”.
misar en caso de condena.
En primer lugar, vemos que se indica la proce-
5. No procederá la suspensión del proceso a prue- dencia para “el imputado de uno o más delitos”
ba, para el funcionario público que en ejercicio o sin discriminarse si debe tratarse de un delito de
con motivo de sus funciones hubiere participado acción pública o privada, por lo cual quedarían
en el delito. comprendidos ambos. Lo mismo podría conside-
rarse ya abarcado por el párr. 4º del actual art. 76
6. El juez dispondrá la suspensión del proceso a bis. Pero inmediatamente, al representarnos los
prueba por un plazo entre uno y tres años, según la delitos de acción privada y con ellos la Querella,
gravedad y circunstancias del hecho, bajo reglas de debemos de preguntarnos de qué manera jugaría
conducta análogas en lo pertinente a las previstas el requerimiento de opinión del representante del
en el art. 28º. También podrá disponer la prestación Ministerio Público Fiscal, si en estos casos es de
de trabajos para la comunidad análogamente a lo esencia que el actor penal privado excluye la acti-
previsto en el art. 27º. Las disposiciones del juez no vidad del mismo. Y en tal sentido, no deberíamos

100 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


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limitar dicho interrogante a los delitos de acción posibilidad de que pese a concurrir dicho con-
privada taxativamente enunciados en el art. 44 sentimiento el órgano judicial decida no aplicar el
del Anteproyecto sino extenderlo a los delitos de instituto. A su vez, con una mayor claridad reso-
acción pública por los cuales, fundadamente, el lutiva, el Código Procesal Penal de la Provincia de
Ministerio Público Fiscal no promoviere la acción Buenos Aires en su art. 404 indica que el acuerdo
o desistiere de la promovida, y la persona directa- entre fiscal y defensor será vinculante para el
mente ofendida interponga querella convirtiendo juez o tribunal; a claras luces, ese acuerdo lo será
la acción en privada —art. 42, incs. 3º a 5º Ante- en tanto procedencia del instituto. Si el fiscal no
proyecto—; empero, en tales circunstancias, ¿no acuerda en ello, no presta su consentimiento, por
convendría al imputado solicitar la suspensión aplicación del art. 76 bis, párr. 4º del Cód. Penal,
del juicio a prueba a que el Ministerio Público no sería aplicable el instituto.
Fiscal no promueva la acción penal o desistiera
de la promovida, y ello por cuanto de los contrario Al parecer lo que se elimina es el requisito de
se correría el riesgo de la continuidad de un pro- que el fiscal preste su consentimiento para que
ceso y aplicación de una pena?, dado que si hay el instituto fuera aplicable, no más que ello, por
posibilidades de no promover acción o desistir cuanto es el requisito que se derogaría del Código.
de la promovida mucho más habrá posibilidades Y por su parte debe entenderse la no finalidad
de aplicar una suspensión del proceso a prueba de considerar el consentimiento del Ministerio
y los infortunios de la vida por más probabilidad Público Fiscal —en caso de que éste concurra—
que haya nunca nos darán certezas. Y, en estos su-
como vinculante, toda vez que la disidencia del
puestos de acción privada, ¿de qué forma influirá
Dr. Federico Pinedo propone respecto a ello que
la opinión del ofendido?
se redacte del siguiente modo: “Si el ofrecimiento
Por su parte, el Anteproyecto no señala de qué de reparación de daños fuere razonable y hubiese
forma influirá la opinión, que debe requerirse, del consentimiento del Ministerio Público Fiscal, el
Ministerio Público Fiscal. ¿Será vinculante? ¿Lo juez dispondrá la suspensión del proceso a prue-
será sólo si fuese negativa como lo planteaba el ba”. Dicha regulación, concreta y clara, hubiese
Anteproyecto 2006? ¿Lo será si fuera favorable? sido de gran ayuda y concertado al respeto de la
legalidad y seguridad jurídica, enalteciendo el
Uno puede intentar delimitar dicho alcance; reconocimiento del instituto como un derecho
así el Anteproyecto del 2006 indicaba, en su para la persona sometida a proceso y no como un
art. 52, párr. 1º, que del pedido que hiciera el mero beneficio; mediante la misma, se entiende
imputado debía requerirse opinión fundada al que sólo es vinculante para el juez el acuerdo del
representante del Ministerio Público Fiscal, la Ministerio Público Fiscal para otorgarla, ello en
cual sería vinculante si resultara negativa; por el salvaguarda del principio acusatorio, pero en el
contrario, si fuese favorable y el juez o tribunal supuesto de que el Ministerio no esté de acuerdo
no estuvieren de acuerdo en otorgarla, deberían
con que el instituto proceda ello no será vincu-
requerir dictamen al fiscal de grado superior, el
lante para el juez que debe resolver en el caso
cual se convertiría en vinculante. A lo cual se
concreto.
podría objetar que el órgano tercero imparcial
no lo parece tanto y se tambalea el principio Hay que tener presente que la jurisprudencia
acusatorio; pues no es razonable que para ejer- también se ha expresado indicando que la anuen-
citar un derecho —así se lo reconoce en caso
cia del fiscal es, en principio, necesaria en todos
“Acosta”— cuando la parte acusatoria no tiene
los supuestos contemplados en la norma del art.
objeción sino un panorama favorable se tenga
76 bis del Cód. Penal (es decir si hacer la distin-
que volver a pedir al mismo órgano, aunque de
grado superior, una opinión en desmedro de la ción esbozada por la tesis amplia entre los casos
parte más lábil del proceso. contemplados en el párr. 1º y los contemplados
en el 4º), Fallo Plenario del Tribunal de Casación
Por su parte el texto legal vigente indica que de la Provincia de Buenos Aires en Causas “B.
para la procedencia del instituto debe haber con- L. E. y otros. Recurso de Queja (art. 433, CPP)” y
sentimiento del fiscal, ergo si hay consentimiento su acumulada, pero claro que es interpretación
puede proceder, pero también se deja abierta la valorable en cuanto al texto vigente.

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Es importante que se determine de qué forma simple. Empero, ¿qué ocurriría si al análisis de ese
influirá la opinión del mismo y no que se deje la delito, por ejemplo, le procediera el de una poena
tarea a la valoración judicial, para cumplimentar naturalis (6) sobre el presunto autor? Claramente
con los requisitos de legalidad estricta cuantifi- ocurriría que, si bien el juez no podría eximir de
cada en la máxima taxatividad legal y así con la pena a quien sufrió esa poena naturalis —porque
seguridad jurídica de quienes se hallan reglados sería por un hecho doloso, art. 19, inc. 3º, apart.
por la normativa en análisis.
b Anteproyecto—, sí podría reducir el mínimo de
Continúa la disposición, “A quien en el caso la escala penal que operaría como meramente
concreto no se le hubiere de imponer una pena indicativo. De este modo, ya no se presenta como
de prisión superior a los tres años” —recordar relevante que el mínimo de la escala penal no
que el Anteproyecto de Reforma deroga la pena supere los tres años; eso no podría determinarse
de reclusión—. (5) Como ya se viene interpretan- legislativamente sin ver el caso en concreto, lo cual
do por aplicación de la tesis amplia, aquí se hace no se había tenido en cuenta al redactar el instituto
referencia a la pena en concreto, hacer un juicio en el anteproyecto 2006 que al igual que el actual
de probabilidad con los elementos probatorios prevé la reducción de los mínimos en su art. 9º.
recopilados hasta el momento. Podríamos hacer
Habría que determinar en cada caso si procede
un llamado de atención al hecho de que esta fór-
mula genérica, en cierta medida, nos podría poner algún supuesto de exención o reducción de pena
frente a una previsión del futuro in malam partem, conforme al art. 19 del Anteproyecto; supuestos en
en aquellos casos en que se predijese que la pena los cuales se reconoce el carácter a los mínimos de
en concreto se cuantificaría en más de tres años, las escalas penales de ser meramente indicativos
por lo cual se podría considerar más acertada la para graduar la pena en concreto, y esto por cuanto
abstracción que contenía el Anteproyecto 2006 la pena debe tener un límite en la culpabilidad,
mediante la mención, en su art. 52, “Reprimidos esa culpabilidad es eminentemente graduable, la
con pena de prisión que no exceda de tres años culpabilidad normativa, distinta en cada caso, por
en su mínimo”. Dicha fórmula sustraería la nece- ser distinto cada hecho y cada persona en respeto
sidad de realizar proyecciones no certeras, sólo se a la dignidad humana —art. 1º, DUDH—. Esto es
requiere un mínimo no superior a los tres años y
porque habrá diversos casos en que los mínimos
sin límite en los máximos.
establecidos para ciertos delitos no se considera
Pero, este requisito de pena en concreto no su- que guarden una proporción correcta entre la
perior a los tres años ¿evidencia la mayor restricti- culpabilidad del autor y la consecuencia punitiva
vidad contenida en la literalidad del Anteproyecto
2014 en contraposición al Anteproyecto 2006? Y es (6) “Casos en que el hecho mismo acarrea al autor graves
para dar respuesta a ella que no podemos desco- consecuencias que podrían ser descontadas de la pena a
nocer la composición de Anteproyecto como un imponer”; ZIFFER, Patricia S.; Lineamientos de la Deter-
conjunto entramado de normas correlacionadas minación de la Pena; segunda edición; Ad-Hoc; Buenos
Aires, Argentina; 2005; p. 141. “Mal grave que se autoinflige
entre sí, puesto que él hace que la aplicación del el autor con motivo del delito, o que fuera impuesto por
instituto no tenga límite de procedencia para terceros por la misma razón”; ZAFFARONI, E. R. — ALAGIA,
ningún presunto hecho delictivo a priori. Así, uno A. — SLOKAR, A.; Manual de Derecho Penal, Parte General;
con el actual texto del Código Penal sabe que ni segunda edición; Ediar; Buenos Aires, Argentina; 2006; p.
por la tesis amplia, ni por la tesis restrictiva podría 743. Aquellos supuestos en que la persona ha sufrido sobre
proceder el instituto en caso de v.gr.: homicidio sí misma consecuencias de su injusto penal que dañan sus
bienes jurídicos —derecho humano fundamental— y debe
ello considerarse para reducir la culpabilidad y en conse-
(5) Corte Suprema de Justicia Nacional; Causas: 328:137, cuencia la respuesta punitiva. Sea que esa aflicción fuera
“Méndez, Nancy Noemí s/homicidio atenuado” —del 22 de sufrida física, patrimonial o psíquica—espiritualmente. “No
febrero del 2005—; y N° 6284, “Gorosito Ibáñez, Carlos Ángel hay razón para limitar los perjuicios del autor a los de natu-
s/ causa N° 6284” —del 11 del 9 del 2007—; en las mismas la raleza física o corporal, pudiendo abarcar los de naturaleza
Corte determina a la reclusión como virtualmente derogada económica o de otro tipo con tal que lo sea con motivo del
mediante la Ley 24.660 de Ejecución Penal dado que no delito”; ZAFFARONI, E. R. — ALAGIA, A. — SLOKAR, A.;
existen diferencias en su ejecución con la de prisión, y de Derecho Penal, Parte General; p. 953. ZAFFARONI, E. R.
este modo, aunque la pena sea impuesta con el nombre de — ALAGIA, A. — SLOKAR, A.; Manual de Derecho Penal,
reclusión debe considerársela como prisión. Parte General; p. 743.

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aplicable al mismo (7), lo cual devendría, si proce- cinco años hasta la comisión del nuevo hecho.
de su aplicación, en una pena cruel, inhumana y Recordar el requisito para la condena condicional
degradante que desconoce el valor de la libertad y que nos pide para su procedencia que se trate de
el respeto al ser humano. La misma salvedad debe primera condena, más allá de que en el presente
indicarse respecto de aquellos tipos penales que jamás será primera, segunda o cualquier condena
en el presente habilitan la imposición de una pena porque justamente no se llegará a ella al suspen-
indivisible, absoluta, no graduable conforme a los derse el proceso antes del debate. Lo primero que
principios de culpabilidad, humanidad, igualdad; uno podría indicar es que se trata de un requisito
es decir, las penas privativas de la libertad perpe- de procedencia que actualmente no impone el
tuas, por cuanto éstas desaparecen en el texto del Código; empero, si los requisitos actuales del párr.
Anteproyecto. (8) En consecuencia ya no habría 4º del 76 bis establecen la posibilidad de proce-
límite a priori para que proceda el instituto a los dencia de la condena condicional no podríamos
casos que hoy tiene prevista un pena privativa de argüir tal aseveración.
la libertad perpetua.
La cita textual de la parte pertinente indica: “que
El texto en análisis introduce un límite temporal no hubiere sido condenado a pena de prisión o
de cinco años entre una condena a pena de prisión que la hubiere sufrido como condenado en los cin-
anterior, o al cumplimiento de una condena ante- co años anteriores a la comisión del hecho, ni hu-
rior en carácter de condenado y no de procesado biere gozado de una suspensión en igual término”.
—cumplimiento efectivo de prisión, no si sólo La expresión antes reseñada se presenta un tanto
sufrió prisión preventiva (9)—; y la comisión del confusa, uno tiene que recurrir a la exposición de
hecho para el cual se analiza la suspensión del motivos para determinar que debe darse una se-
proceso a prueba en el presente. Es decir, puede paración de cinco años entre el cumplimiento de
proceder aunque se tenga una condena anterior a la condena y la comisión del nuevo hecho. Puesto
pena de prisión, siempre y cuando desde su cum- que, v.gr., si una persona sufrió pena privativa de
plimiento hubiesen transcurrido, como mínimo, la libertad dos años antes de cometer el nuevo
hecho también encuadra en la expresión: “que
(7) “El establecimiento de los mínimos y máximos de las
la hubiera sufrido como condenado en los cinco
penas, en principio, resultan vinculantes para el juez, salvo años anteriores”, pues la sufrió dentro de los cinco
que se encuentre comprometida su constitucionalidad. años anteriores. Para no generar interpretaciones
Esto podría ocurrir en los casos que fueran claramente contrapuestas lo correcto sería que se indique: “o
desproporcionados.”; ZIFFER, P. S.; ob. cit.; p. 40. que no la hubiere sufrido como condenado en los
(8) La Corte IDH; ha indicado en “Hilaire, Constantine cinco años anteriores”; “o que la hubiere sufrido
y Benjamin y Otros c. Trinidad y Tobago”; Sentencia de 21 como condenado con antelación a los cinco años
de junio de 2002; considerandos 88, 90, 103, no obstante anteriores”; “o que desde que hubiese sufrido pena
en el mismo tratarse de la pena de muerte, en cuanto a la
concepción genérica de pena indivisible y absoluta es de de prisión como condena hubiera transcurrido un
aplicación la obligación de tomar en cuenta las circuns- término de cinco años anteriores a la comisión
tancias atenuantes o agravante que concurran en el caso del hecho”.
y los diversos grados de culpabilidad, determinándose la
obligación de los tribunales de dictar sentencias individua- Ni hubiere gozado de una suspensión en igual
lizadas, pues de lo contrario se atenta contra la dignidad término (tiempo) —es decir dentro de los cinco
inherente al ser humano y el derecho a un trato humano. años anteriores a la comisión del hecho presen-
Las leyes que impidan al juez considerar circunstancias
básicas en la determinación del grado de culpabilidad y en te—; por lo cual, si desde que culminó su suspen-
la individualización de la pena, por limitarse a imponer de sión del proceso anterior pasaron cinco años hasta
modo indiscriminado, la misma sanción para conductas cometer el nuevo delito por el cual se analiza en
que pueden ser muy diferentes entre sí constituye una el presente la nueva suspensión, ésta podría pro-
arbitrariedad. ceder. Hay que recordar que el texto vigente da la
(9) No se considera como cumplimiento de pena en los tér- posibilidad de ejercer el derecho a peticionar la
minos establecidos por el art. 45 del Anteproyecto el tiempo aplicación del instituto por segunda vez si el nuevo
sufrido en prisión preventiva y computado para la condena
de conformidad con el art. 24 del Cód. Penal, art. 21, inc. 2º
delito es cometido después de haber transcurridos
del Anteproyecto, máxime cuando lo contrario implicaría ocho —8— años a partir de la fecha de expiración
emplear un instituto elaborado a favor del imputado, como del plazo por el cual hubiera sido suspendido el
lo es el método compensatorio, en su contra. juicio en el proceso anterior.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 103


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Los actuales párrs. 3º, 5º, 6º y 7º del art. 76 bis; y Con respecto a la procedencia del instituto en
párrs. 1º, 2º y 4º del 76 ter y 76 quáter se mantienen, los casos de pena de inhabilitación se sigue la tesis
en líneas generales, con mismos alcances. amplia ya indicada.

Vale una especial mención a la aplicación de las Por último podríamos plantearnos qué efectos
reglas de conducta contempladas en el art. 28 del tendría cumplir con los requisitos de procedencia
Anteproyecto y la prestación de trabajos para la del instituto, es decir si cumplidos los mismos el
comunidad conforme a la previsión del art. 27 del juez podría decidir no aplicarlo. Ello no pareciera
mismo cuerpo normativo. Como enunciamos pre- correcto si afirmamos el carácter de derecho y no
cedentemente, haría de análogo a lo dispuesto por de beneficio que implica el mismo para la persona
el texto vigente del Código en su art. 76 ter, párr. sometida al proceso, y ese carácter fue establecido
1º, por remisión al art. 27 bis; toda vez que dichas en el caso “Acosta” como ya lo hemos reseñado.
disposiciones conforman penas alternativas. Es
decir, que si bien no se estaría procediendo con la Por su parte, el instituto de la condenación
realización del proceso y la aplicación de una pena condicional es derogado en el Anteproyecto, ha-
mediante sentencia firme, se estaría aplicando ciendo de este modo de obligatoria ejecución toda
una pena alternativa sin que medie dicha senten- sentencia condenatoria. (11) Podemos ver que ello
cia, lo cual no sortearía con éxitos las exigencias se basa en una economización por compresión de
de un debido proceso legal—constitucional previo requisitos propios de la misma en la literalidad de
a la imposición de una pena. Este tema debería la suspensión del proceso a prueba, por cuanto
replantearse, por cuanto, si bien las previsiones para qué se va a realizar toda una dispensa judicial
que se impondrían mediante la normativa del con lo que implica llevar a cabo la realización de
Anteproyecto serían similares a las contempladas un proceso si al mismo se lo puede suspender,
actualmente por el texto vigente; y, más allá de que máxime cuando mediante este instituto puede
uno considere particularmente que esas previsio- salvaguardarse a la persona de la posible apli-
nes, hoy vigentes, son sometimiento coercitivo por cación de la prisión preventiva. Todos los casos
parte del Estado, ejercicio punitivo, mediante el en que entraría en juego la condena condicional
cual la persona se halla legítimamente sometida deberían ser absorbidos por la suspensión del
al control estatal (10); es el Anteproyecto quien proceso a prueba; y, aquellos casos en que faltase
declara la calidad de penas de dichas restricciones algún requisito para que proceda dicho instituto,
a la libertad de las personas que somete de forma verbigracia porque el mismo fue otorgado por un
legítima. La mínima consecuencia lógica de ello es hecho anterior al juzgado en el presente sin que
que, en caso de que la persona sometida a proceso hubiese transcurrido el término de cinco años,
darán lugar a la posible aplicación de una pena
fuera condenada por un delito cometido durante
alternativa (12) conforme a lo dispuesto en los
el período de prueba o no cumpliere con la repa-
ración a pesar de poder hacerlo, si estuvo cumpli-
mentando lo normado por los arts. 27 y/o 28 ello (11) Ya lo decía Beccaria: “Uno de los mayores frenos del
delito no es la crueldad de las penas, sino su infalibilidad
tendrá que compensarse como cumplimiento, ya y, por consecuencia, la vigilancia de los magistrados y la
sea parcial, de pena. severidad de un juez inexorable, que para ser virtud útil
debe ir acompañada de una suave legislación. La certeza de
(10) Respecto a las reglas contempladas en los incs. 3º, un castigo, aunque éste sea moderado, hará siempre mayor
4º, 5º, 6º y 8º del art. 27 bis del Cód. Penal se ha indicado: impresión que el temor de otro más terrible, pero unido a
“revelan un contenido penoso en su naturaleza, por com- la esperanza de la impunidad”; BECCARIA, Cesare; De los
prometer seriamente la libertad y otros derechos de la per- Delitos y de las Penas; Certeza e Infalibilidad de las Penas.
sona. La necesaria exigencia de la fundamentación para su Indultos; Ediciones Libertador; Buenos Aires; 2005; p. 76.
establecimiento, como también la impronta internacional (12) Las penas alternativas no son alternativas a la pena,
(Reglas de Tokyo) en orden al respeto de la dignidad de como podría serlo la condena condicional, o la eximición
los sujetos sometidos a estos dispositivos, parecen indicar de pena en caso de delito imposible según la peligrosidad
que constituyen (...) lisa y llanamente penas privativas de demostrada por el autor, o la medida curativa contemplada
derechos distintas de las originarias (...) penas que son en los arts. 17 y 19 de la Ley 23.737. Ni alternativas a una
aceptadas y cumplidas por el interesado, sin que medie posible pena, como podría serlo la suspensión del proceso
sentencia condenatoria”; ZAFFARONI, E. R. — ALAGIA, a prueba, o la medida curativa contemplada en los art. 18
A. — SLOKAR, A.; Manual de Derecho Penal, Parte Ge- y 19 de la Ley 23.737. Sino penas alternativas a la pena de
neral; p. 726. prisión; es decir, que se establece una pena por sentencia

104 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


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arts. 30 y 31 del Anteproyecto. Dado que el mismo por los propios presos, y no por las autoridades
da la posibilidad en caso de una pena en concreto competentes; o en los que el Estado no provee
no superior a los tres años de su reemplazo total condiciones mínimas de espacio, alimentación,
o parcial por alguna de las penas alternativas higiene y atención médica”. (13)
descriptas en el art. 22 y desarrolladas en los arts.
23 a 29. Por su parte, se indica que el reemplazo V. Conclusiones
se cancelará y se cumplirá el resto de la pena en
prisión, desde ya el nuevo delito debe estar deter- Al acercamos al instituto de la suspensión del
minado por sentencia condenatoria firme que lo proceso a prueba en el Anteproyecto de Reforma
constituya como tal. En caso de que desobedeciese al Código Penal denotamos que el mismo tiene
las penas alternativas, o cometiese un nuevo de- una historia, compuesta tanto por antecedentes
lito no conminado con prisión podrá disponerse legislativos, como doctrinarios y sustancialmente
un nuevo reemplazo o cumplirse el resto de la jurisprudenciales que no pueden desconocerse.
pena que hubiere sido reemplazada en prisión. Caímos en la cuenta de que una de las gran-
De todos modos, en caso de que deba cumplirse des causas por las cuales la jurisprudencia fue
prisión por desobediencia de las penas sustitutas moldeando la interpretación de dicho instituto
habrá que establecer cuánto tiempo de ellas se ha fue por la poca claridad con que el mismo estaba
cumplido para determinar cuánto tiempo le resta contemplado legislativamente, lo cual afecta no
cumplir dado que, aunque sustituta, es una pena, sólo la estricta legalidad requerida sino también
mediante la cual la persona está legítimamente la seguridad jurídica de aquellos sometidos a
sometida al control estatal. En caso de que deba juzgamiento.
cumplirse prisión por la comisión de un nuevo
delito probado por sentencia firme se deberán Pero hay algo extraño, no se entiende por qué se
aplicar las reglas de la unificación de penas para intenta reformar un instituto para darle ante todo
determinar la que en el caso corresponda. estructura aplicativa clara, pero no se toma partido
por respuestas concretas en temas centrales refe-
El Anteproyecto 2006 determinaba la posibi- rentes al mismo. Como decir: vamos a tener esto
lidad de volver a aplicar el instituto mediante la y aquello pero aún no sabemos muy bien cómo lo
disposición de un nuevo reemplazo si la evolución vamos a aplicar. Ello me recuerda un poco a ciertas
posterior del penado fuera favorable y revelase normas contenidas en los tratados internacionales
predisposición para el acatamiento de los susti- que se redactan de una forma extremadamente
tutos; sobre lo mismo no hace referencia alguna amplia para que la mayor cantidad de Estados
el Anteproyecto 2014. adhieran y luego en el camino se va viendo desde
dónde hasta dónde interpretamos.
En definitiva, siempre, se trata de evitar la apli-
cación de una pena privativa de la libertad, con Por su parte, evidenciamos que no podemos
preeminencia cuando la misma fuera de corta analizar un instituto limitándonos al artículo que
duración; esto por cuanto se reconoce el efecto expresamente lo dispone, sin conocer las demás
deteriorante tanto físico como psíquico que im- disposiciones que lo moldean o que serán su ob-
plica la privación de la libertad. “Es imposible jeto de procedencia o condición para ello, pues
cualquier expectativa de rehabilitación personal de otro modo correremos el riesgo de darnos una
y readaptación en sistemas penitenciarios en los respuesta equivocada. Y esto, por cuanto el Código
que existen patrones sistemáticos de tortura y es un conjunto entramado de normas dependien-
tratos crueles, inhumanos y degradantes contra tes entre sí. (14)
los reclusos por parte de las propias autoridades;
en los que se reportan altos índices de violencia
carcelaria; en los que existen cárceles en las que el
control efectivo de la seguridad interna es ejercido (13) CIDH — OEA; Informe sobre los Derechos Humanos
de las Personas Privadas de Libertad en las Américas; 31 de
condenatoria firme, de cumplimiento efectivo, de naturale- diciembre de 2011; p. 230, ap. 611.
za distinta a la multa e inhabilitación y, lo más importante, (14) DOMENECH, Ernesto E.; La palabra Derecho Penal;
como alternativa distinta y menos aflictiva para los derecho Derecho Penal 1, Cátedra II; Facultad de Ciencias Jurídicas
de las personas que la de prisión. y Sociales de La Plata; UNLP; 2000.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 105


DPyC Derecho Procesal doctrina

VI. Bibliografía consultada Soler, Sebastián;  Derecho Penal Argentino,


Tomo II; actualizado por Fierro Guillermo J.;
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Zaffaroni, Eugenio Raúl – Alagia, Alejandro –
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Domenech, Ernesto E.; La palabra Derecho Pe- – Slokar, Alejandro; Manual de Derecho Penal,
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Núñez, Ricardo C.; Tratado de Derecho Penal, Ziffer, Patricia S.;  Lineamientos de la Deter-
Parte General, Tomo II; Marcos Lerner Editora minación de la Pena; segunda edición; Ad-Hoc;
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106 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

VIOLENCIA DE GÉNERO 1. — La concesión del beneficio de suspensión


del juicio a prueba al imputado por ejercer
Posibilidad de conceder la suspensión del juicio a violencia contra la mujer frustraría la posibi-
prueba en favor del imputado. Convención Intera- lidad de dilucidar en el estadio final del juicio
mericana para prevenir, sancionar y erradicar la criminal la existencia de los hechos, junto
Violencia contra la Mujer (Convención de Belem con la posibilidad de juzgar al imputado de
cometerlos y la sanción que es su caso podría
do Pará), art. 7. Oposición del fiscal a la concesión
corresponderle.
del beneficio. Efectos.
2. — El desarrollo del debate es de trascendencia
Hechos: La Cámara Nacional de Casación capital a efectos de posibilitar que la víctima
Penal, al hacer lugar al recurso de la defensa, de violencia de género asuma la facultad
anuló el rechazo de la suspensión del juicio a de comparecer para efectivizar el “acceso
prueba en favor de un imputado por hechos efectivo” al proceso de la manera más amplia
de violencia contra la mujer. El Fiscal General posible, en pos de hacer valer su pretensión
ante ese tribunal dedujo recurso extraordinario, sancionatoria, cuestión que no integra, en
que al ser rechazado, dio lugar a la queja. La ninguna forma, el marco legal, sustantivo y
Corte Suprema de Justicia de la Nación revocó procesal que regula la suspensión del juicio
la decisión recurrida. a prueba.

Desandando la huella del Fernandes vs. Brasil” de la Comisión


Interamericana de Derechos Huma-
fallo “Góngora” de la Corte nos. — IV. El deber de “sancionar” y la
suspensión del juicio a prueba. — V. La
Suprema sobre suspensión “imposición de sanciones” en las “Reglas
de Tokio”. — VI. Las medidas alternativas
del juicio a prueba o sustitutivas de la prisión dispuestas en
los “Principios y Buenas Prácticas sobre
Alcances del deber de sancionar la Protección de las Personas Privadas
de Libertad en las Américas”. — VII. Re-
de conformidad con la Convención soluciones judiciales que se apartan de
lo resuelto por la Corte en “Góngora”.
Americana de Derechos Humanos — VIII. A modo de conclusión.
y la Convención Interamericana para El propósito de este trabajo es analizar cuál es
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Vio- verdaderamente el significado que cabe asignarle
al término “sancionar” en el Sistema Interameri-
lencia contra la Mujer (Convención cano de Derechos Humanos, en consideración a
de Belém do Pará) (*) lo expresado recientemente por la Corte Suprema
de Justicia de la Nación en el fallo “Góngora”. (1)
POR Mariano Patricio Maciel
(1) En su sentencia la Corte Suprema, en el voto inte-
Sumario: I. El fallo “Góngora” de la Cor- grado por la mayoría de sus miembros, consideró que el
te Suprema. — II. La fórmula “prevenir, otorgamiento de la suspensión del juicio a prueba violaba
investigar y sancionar” en los tratados lo establecido en el art. 7º de la Convención de Belém do
internacionales y en las sentencias de la Pará en cuanto al deber de “prevenir, investigar y sancio-
nar” la violencia contra la mujer y revocó así la decisión
Corte Interamericana de Derechos Hu- que había dictado la Cámara Nacional de Casación Penal.
manos. — III. El caso “María da Penha Seguidamente habré de transcribir los párrafos principales
de dicho fallo que interesan para el propósito de este trabajo.
Sin perjuicio de ello, cabe aquí destacar que el Ministro
(*) Aprobada por la Asamblea General de la Organización Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni, en su voto concurrente al de
de Estados Americanos el 9 de junio de 1994, ratificada la mayoría, se remitió al dictamen del Procurador Fiscal
por nuestro país el 5 de julio de 1996 y convertida en la ley —en donde este último se refirió al carácter vinculante de
nacional 24.632. la oposición que había formulado el Fiscal del Tribunal

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 107


DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

3. — Ninguna relación puede establecerse entre la un imputado por hechos de violencia contra la
probation, instituto de la ley penal interna, y mujer, por contar con fundamentos suficientes
las obligaciones asumidas por el Estado en la a partir de razones de política criminal, aun
Convención Interamericana para Prevenir, cuando no fuera compartido por el a quo, es
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la un límite infranqueable a  la concesión del
Mujer (Convención de Belem do Pará, art. 7), beneficio (del voto del Doctor Zaffaroni).
en cuanto refiere a mecanismos judiciales que
aseguren el acceso efectivo, por parte de la mujer 6. — El art. 76 bis del Código Penal es claro en cuan-
víctima de alguna forma de violencia, “a resar- to prevé el consentimiento del fiscal como
cimiento, reparación del daño u otros medios de requisito para la concesión de la suspensión
compensación justos y eficaces”, cumplimiento del juicio a prueba, lo que invalida cualquier
que es una exigencia autónoma, y no alternativa, interpretación alternativa que se aparte de él,
respecto del deber de llevar adelante un juicio de como la que tomó, en el caso, la Cámara Na-
responsabilidad penal (inc. f). cional de Casación Penal (del voto del Doctor
Zaffaroni).
4. — A efectos de la admisibilidad formal del recur-
so de hecho interpuesto contra la suspensión CS, 23/04/2013. - G., G. A. s/ causa n°14.092.
del juicio a prueba dispuesto en favor de un
imputado por hechos de violencia contra la [Cita on line: AR/JUR/9194/2013]
mujer, corresponde ejercer la excepción con-
tenida en el art. 11 del Reglamento aprobado CONTEXTO NORMATIVO DEL FALLO
por la Acordada 4/2007.

5. — El dictamen del fiscal propicio al rechazo de Ley nacional 24.050 (Adla, LII-A, 44).
la suspensión del juicio a prueba respecto de

En este sentido, creo de importancia capital poder condición, que en virtud de la ‘Convención de Belém
determinar claramente aquel significado si se do Pará’ ha asumido el Estado Argentino (art. 7º, in-
tiene en cuenta que, de estar a la interpretación ciso primero de ese texto legal), no impide a los jueces
que de dicho término se hace en la sentencia la posibilidad de conceder al imputado de haberlos
recién indicada de nuestra Corte, a partir de ésta, cometido, la suspensión del juicio a prueba prevista
en ningún caso de violencia de género podría en el art. 76 bis del Código Penal (...).
ser solicitada la suspensión del juicio a prueba
establecida en el Título XII del Libro Primero del “7º) (...) la decisión de la Casación desatiende el
Código Penal (arts. 76 bis, ter y quater, incorpora- contexto del artículo en el que ha sido incluido el
dos por la ley 24.316). compromiso del Estado de sancionar esta clase de
hechos, contrariando así las pautas de interpreta-
I. El fallo “Góngora” de la Corte Suprema ción del art. 31, inciso primero, de la Convención
Corresponde por ende indicar en primer lugar de Viena sobre el Derecho de los Tratados (‘Regla de
lo expuesto en el caso “Góngora” por el Tribunal interpretación. I. Un tratado deberá interpretarse de
Cimero, en particular, con relación al “deber de buena fe conforme al sentido corriente que haya de
sancionar” en casos de violencia de género, al que atribuirse a los términos del tratado en el contexto de
se ha comprometido internacionalmente nuestro éstos y teniendo en cuenta su objeto y fin’). Esto resulta
país en razón de los tratados internacionales que así pues, conforme a la exégesis que fundamenta la
oportunamente ratificara. resolución cuestionada, la mencionada obligación
queda absolutamente aislada del resto de los deberes
Así, según expresó la Corte: “6º) Para la Cámara particulares asignados a los Estados Parte en pos del
de Casación, la obligación de sancionar aquellos cumplimiento de las finalidades generales propuestas
ilícitos que revelen la existencia de violencia espe- en la ‘Convención de Belém do Pará’, a saber: prevenir,
cialmente dirigida contra la mujer en razón de su sancionar y erradicar todas las formas de violencia
contra la mujer (cfr. art. 7º, primer párrafo).
Oral—, sin entrar a considerar por ende los argumentos
desarrollados en esta sentencia por los demás ministros “En sentido contrario, esta Corte entiende que
del Supremo Tribunal. siguiendo una interpretación que vincula los obje-

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DPyC Mariano Patricio Maciel

 Dictamen de la Procuración General de la Nación: que la ley establece para la concesión del beneficio,
y que su dictamen se encuentra sujeto a un “segundo
Suprema Corte: control del legalidad, logicidad y fundamentación por
parte del juez, quien debe examinar si se reúnen los
I presupuestos objetivos y subjetivos de la ley para de-
negar o conceder la suspensión, lo que no sucedería si
La Sala IV de la Cámara Nacional de Casación Penal arbitrariamente se permitiera la oposición por simples
hizo lugar al recurso deducido por la defensa de G. A. cuestiones de política criminal pero no vinculadas a los
G, y anuló el auto por el que el Tribunal Oral en lo Cri- presupuestos de admisibilidad mencionados, ya que
minal n° 9 de la Capital Federal rechazó la solicitud de de homologarse esta postura se transgrediría elíptica-
suspensión del juicio a prueba a su favor (fs. 2/10). mente el artículo 16 de la Constitución Nacional, y a su
vez, mediante tal proceder se privaría al imputado del
Para así decidir, el magistrado que presidió el acuer- derecho de defensa habida cuenta que los argumentos
do y cuyo voto conformó la opinión mayoritaria invocó empleados para denegar la probation no pueden reba-
la sentencia de esa sala en el caso “Soto García, José tirse, desde que la falta de asidero legal en su contenido
María y otros s/ recurso de casación” —del 12 de agosto frustra cualquier crítica” (fs. 5 vta.).
de 2009—, en cuanto sostuvo que la oposición del fiscal
a la suspensión del juicio no tiene efecto vinculante, y Por otra parte, dijo que el fiscal no demostró la im-
que en caso de concurrir las condiciones de admisi- procedencia de una eventual condena de ejecución
bilidad previstas en la ley el juez deberá disponer la condicional con base en las características del hecho
suspensión, a pesar del dictamen de aquél en sentido atribuido y en las condiciones personales del imputa-
contrario (fs. 5). do, ni brindó argumentos que permitan sostener que
la aplicación del instituto de la suspensión del juicio
Agregó que la oposición del fiscal sólo puede estar a prueba en este caso resultaría incompatible con la
fundada en la ausencia de alguna de las exigencias Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar

tivos mencionados con la necesidad de establecer cunstancia de que el fallo “Góngora” considere
un ‘procedimiento legal justo y eficaz para la mujer’, una excepción —todos los casos de violencia de
que incluya ‘un juicio oportuno’ (cfr. el inciso ‘f’ género— para la concesión del instituto de la
del artículo citado), la norma en cuestión impone “probation” no prevista en la propia ley que lo
considerar que en el marco de un ordenamiento regula (art. 76 bis del CP), cabe sin embargo exa-
jurídico que ha incorporado al referido instrumento minar en profundidad lo que surge de los tratados
internacional, tal el caso de nuestro país, la adopción internacionales así como de la jurisprudencia de
de alternativas distintas a la definición del caso en la la Corte Interamericana de Derechos Humanos
instancia de debate oral es improcedente”. (2) y de sus doctrinas, para verificar el acierto o des-
acierto de la interpretación que de la obligación
De esta manera, dadas las contundentes de “sancionar” en los casos indicados ha realizado
argumentaciones que se acaban de citar, en la nuestra Corte Suprema.
Argentina, frente a cualquier caso de violencia de
género y dados los compromisos asumidos inter- Así, resulta de interés poner de resalto que en el
nacionalmente, estarían cerradas todas las vías de Sistema Interamericano de Derechos Humanos es
solución alternativas que no sean el dictado de una en la sentencia dictada por la Corte Interamerica-
sentencia de condena o absolución. na de Derechos Humanos en el caso “Velazquez
Rodríguez”, con fecha 29 de julio de 1988, donde
II. La fórmula “prevenir, investigar y san- por primera vez se hace alusión a la obligación
cionar” en los tratados internacionales y en que tienen los Estados parte de la Convención
las sentencias de la Corte Interamericana de Americana de Derechos Humanos de “garantizar”
Derechos Humanos el libre y pleno ejercicio de los derechos recono-
cidos en la Convención a toda persona sujeta a
Más allá de lo criticable que podría resultar su jurisdicción. Se indica allí que tal obligación
desde la perspectiva del derecho interno la cir- implica el deber de dichos Estados de organizar
todo el aparato gubernamental y, en general, todas
(2) Cfr. ídem. nota al pie Nº 1, considerandos 6º y 7º del las estructuras a través de las cuales se manifiesta
voto de la mayoría. el ejercicio del poder público, de manera tal que

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DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención federal originada con motivo de la controversia acerca
de Belém do Para), aprobada por la ley 24.632 —cuya de la interpretación de la citada Convención Interame-
aplicación a los hechos del caso no fue puesta en cues- ricana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
tión por el a quo—. contra la Mujer, y si obsta la suspensión del juicio a
prueba en el presente caso.
En ese sentido, expresó que el único fin legítimo de
la pena de prisión es la resocialización del sujeto, y En ese sentido, con cita de diversos precedentes de
que por lo tanto en aquella se encuentra justificado el otra sala de esa cámara, refirió que las conductas como
ejercicio del poder punitivo estatal. Agregó que en los las aquí imputadas constituyen hechos de violencia es-
casos en que la conducta reprochada se vine le con el pecialmente dirigidos contra la mujer y se encuentran
despliegue de violencia de género contra la mujer, la comprendidos en los términos de los artículos 1° y 2°
resocialización inevitablemente deberá orientarse a de aquel instrumento internacional, y sostuvo que la
remover aquellos patrones socio-culturales que pu- suspensión del proceso a prueba es inconciliable con
dieron haber dado génesis a un comportamiento de el deber que asumió el Estado, al aprobar esa conven-
ese tipo. Y refirió que el representante del Ministerio ción, de adoptar por todos los medios y sin dilaciones,
Público Fiscal no demostró que exista algún obstáculo políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar
para alcanzar ese objetivo por medio de una solución dicha violencia; actuar con la debida diligencia para
alternativa que evite el efecto estigmatizador que prevenir, investigar, y sancionar la violencia contra la
acarrea una condena —inclusive la de ejecución con- mujer; incluir en su legislación interna normas penales,
dicional— y atienda, al mismo tiempo, a la pretensión civiles y administrativas, así como las de otra natura-
reparadora de la víctima. leza que sean necesarias para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra la mujer, y adoptar las
Contra dicho pronunciamiento, el Fiscal General medidas administrativas apropiadas que sean del caso;
ante ese tribunal dedujo recurso extraordinario federal adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor
(fs. 12/22), en el que alegó la existencia de cuestión a abstenerse de hostigar, intimidar, amenazar, dañar

sean capaces de asegurar jurídicamente el libre to Bovino en su obra “Justicia Penal y Derechos
y pleno ejercicio de los derechos humanos. Se Humanos”:
expresa también en esa sentencia: “Como con-
secuencia de esta obligación los Estados deben “Resulta claro tanto para la doctrina como
prevenir, investigar y sancionar toda violación para la jurisprudencia más antigua de la Corte
de los derechos reconocidos por la Convención Interamericana, que la obligación de ‘prevenir,
y procurar, además, el restablecimiento, si es investigar y sancionar toda violación de los dere-
posible, del derecho conculcado y, en su caso, la chos reconocidos por la Convención’ deriva del art.
reparación de los daños producidos por la viola- 1º.1, y forma parte de la obligación de ‘garantizar’
ción de los derechos humanos”. (3) En similares los derechos”. (5)
términos se pronunció la Corte Interamericana
meses después, el 20 de enero de 1989, en el caso Entiendo preciso aclarar ya que en este trabajo
“Godínez Cruz”. (4) no se habrá de tratar en particular lo relacio-
nado con los deberes referidos de “prevenir” e
De este modo puede comprobarse que la “investigar” dado que éstos no pueden resultar
necesidad de “prevenir, investigar y sancionar” un obstáculo para la concesión de la suspensión
como obligación de los Estados parte a la que del juicio a prueba, si se tiene en cuenta que para
hace referencia la “Convención Interamericana arribar a dicha instancia del proceso previamente
para prevenir, sancionar y erradicar la violencia ha sido necesario que el ilícito haya sido prevenido
contra la mujer” (“Convención de Belém do Pará”) y luego debidamente investigado de modo que
no es algo particular y específico de aquélla sino se encuentre determinado el objeto procesal y la
que, muy por el contrario, dicha fórmula ya surge persona imputada por la comisión del hecho.
en el primer fallo de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, como bien lo expone Alber- Sentado cuanto precede, corresponde ya poner
de manifiesto que a diferencia de lo expuesto por
(3) Cfr. “Velásquez Rodríguez”, párrafo 166, texto no
resaltado en el original. (5) Cfr. ob. cit., Edit. del Puerto, Bs. As., 2005, nota 3,
(4) Cfr. “Godínez Cruz”, párrafo 175. pág. 239.

110 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Mariano Patricio Maciel

o poner en peligro la vida de la mujer de cualquier del beneficio”, y que ese criterio no fue modificado por
forma que atente contra su integridad o perjudique el pronunciamiento de la Corte publicado en Fallos:
la propiedad; y tomar las medidas apropiadas, inclu- 331:858, por lo que el a quo debió ajustar su decisión
yendo medidas de tipo legislativo, para modificar o a aquél de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 10
abolir leyes y reglamentos vigentes, o para modificar de la ley 24.050.
prácticas jurídicas o consuetudinarias que respalden
la persistencia o la tolerancia de la violencia —entre Refirió que mediante el criterio objetado, dicho
otras obligaciones—. tribunal se arrogó funciones que no le corresponden,
Por otro lado, alegó la arbitrariedad de la interpreta- desde que la suspensión del juicio a prueba implica
ción y aplicación que el a quo hizo del artículo 76 bis la suspensión del curso de la acción penal y puede
del Código Penal. además llevar —satisfechas ciertas condiciones— a
su extinción.
 Al respecto, dijo que ese ordenamiento sustantivo Indicó, en ese sentido, que la promoción y ejercicio
establece con claridad que el consentimiento del de la acción penal corresponden exclusivamente al
fiscal constituye un requisito para la suspensión de la Ministerio Público Fiscal, de acuerdo con los artículos
realización del juicio, y el a quo no sostuvo la incons- 116 y 120 de la Constitución Nacional, el artículo 71 del
titucionalidad de aquella norma. Código Penal, los artículos 5 y 65 del Código Procesal
Penal de la Nación, y el artículo 29 de la ley 24.946 —Ley
Agregó que en el fallo que dictó la Cámara Nacional Orgánica del Ministerio Público—. Y dijo que, teniendo
de Casación Penal, en pleno, en los autos “Kosuta, en cuenta tales principios, el legislador estableció como
Teresa Ramona s/recurso de casación”, se estableció requisito necesario la conformidad del Ministerio Pú-
que “la oposición del Ministerio Público Fiscal, sujeta al blico facultándolo a seleccionar, con base en razones
control de logicidad y fundamentación por parte del ór- de política criminal, las conductas que pueden no ser
gano jurisdiccional, es vinculante para el otorgamiento sometidas a juicio.

nuestra Corte Suprema en la interpretación que rea- no punibles o conductas ilícitas sancionables con
liza del término “sancionar” en el fallo “Góngora”, medidas no penales”. (6)
según la cual en caso de que se investigue un delito
Quiero aquí detenerme un instante para poner
de violencia de género sería ineludible arribar al
definitivamente en evidencia que, a diferencia de
dictado de una sentencia —sea ésta de absolución
la interpretación que le ha asignado la Corte Su-
o de condena—, por considerar que así es requeri- prema al término “sancionar” del modo empleado
do por la Convención de Belém do Pará al utilizar en la Convención de Belém do Pará según ha sido
esa expresión, la propia Corte Interamericana de expuesto en anteriores párrafos, para la Corte In-
Derechos Humanos en varias ocasiones ha dejado teramericana de Derechos Humanos sí es factible
claramente establecido cuáles son los verdaderos ante la comisión de conductas ilícitas la imposi-
alcances que cabe atribuirle a dicha locución; que ción de sanciones con medidas no penales.
como se verá, están muy alejados de los que le asigna
nuestro Máximo Tribunal. Y con relación a ello, también resulta importante
destacar que lo que la Corte Interamericana expre-
Así, puede leerse en la sentencia del caso “Cas- sara a ese respecto en el caso “Castillo Petruzzi y
tillo Petruzzi y otros” al momento de referirse al otros” lo reiteró al dictar sentencia, entre otros, en
principio de legalidad establecido en el art. 9º de los siguientes casos: “Cantoral Benavídez” (párr.
157), “Ricardo Canese vs. Paraguay” (párr. 174);
la Convención Americana:
“De la Cruz Flores vs. Perú” (párr. 79); “Lori Be-
“La Corte entiende que en la elaboración de los renson vs. Perú” (párr. 125); “Fermín Ramírez vs.
tipos penales es preciso utilizar términos estrictos Guatemala” (párr. 90); “Kimel vs. Argentina” (párr.
63); “Yvon Neptune vs. Haití” (párr. 125); “Usón
y unívocos, que acoten claramente las conductas
Ramírez vs. Venezuela” (párr. 55); “Pacheco Teruel
punibles, dando pleno sentido al principio de
legalidad penal. Este implica una clara definición
(6) Cfr. caso “Castillo Petruzzi”, sentencia dictada el 30 de
de la conducta incriminada, que fije sus elemen- mayo de 1999, párrafo 121, texto no enfatizado ni subrayado
tos y permita deslindarla de comportamientos en el original.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 111


DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

 En ese aspecto, agregó que el dictamen fiscal cuenta juzgar acerca de su viabilidad (Fallos: 299:268: 310:572;
con la debida fundamentación, con base, por un lado, 314:629), sino que en su consecuencia se ha impedido
en razones de política criminal, vinculadas con la el examen en esa instancia de la cuestión de fondo
necesidad de analizar en profundidad, en un debate planteada, de indudable carácter federal.
oral y público, el concreto alcance de los hechos atri-
buidos, y a partir de allí determinar cuál es el modo En ese sentido, aprecio que en el escrito de la
de cumplimiento que correspondería establecer para apelación extraordinaria se expuso de manera clara
la eventual pena; y por el otro, en las obligaciones que y suficiente la cuestión constitucional implícita en
el Estado asumió al aprobar la citada Convención In- la aplicación que el a quo hizo de los preceptos le-
teramericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la gales que regulan la suspensión del proceso penal a
Violencia contra la Mujer, y la responsabilidad en que prueba, dejando en claro que no se trata de una mera
podría incurrir con motivo de su incumplimiento. discrepancia acerca de la interpretación de normas de
derecho común.
El rechazo de esa apelación extraordinaria dio lugar
a la articulación de esta queja (fs. 25/28). En efecto, como punto de partida el recurrente desta-
có que el texto del artículo 76 bis del Código Penal prevé
II que “sí las circunstancias del caso permitieran dejar en
suspenso el cumplimiento de la condena aplicable, y
A los fundamentos desarrollados por el magistrado hubiese consentimiento del fiscal, el Tribunal podrá
apelante, a los que me remito y doy aquí por reprodu- suspender la realización del juicio”.
cidos en beneficio de la brevedad, estimo conveniente
agregar algunas consideraciones sobre la arbitrariedad Tiene dicho la Corte que “es regla de interpretación
en que, a mi modo de ver, ha incurrido la Cámara Na- de las leyes la de que los jueces deben atenerse al texto
cional de Casación Penal al rechazar el recurso ante V. de las mismas, cuando es claro y no da lugar a dudas”
E., pues no sólo se trata de un aspecto conducente para (Fallos: 120:372) y que “cuando los términos de la ley

y otros vs. Honduras” (párr. 105); y “Mohamed vs. Así entonces, si tal como ha expuesto la Corte In-
Argentina” (párr. 130). (7) teramericana en el caso “Almonacid Arellano” que
se acaba de citar, dicho tribunal internacional es el
A su vez, ante las diferentes interpretaciones que a la intérprete último de la Convención Americana, y si
expresión “sancionar” le han atribuido nuestra Corte conforme se ha podido antes verificar el término
por una parte y la Corte Interamericana de Derechos “sancionar”, según la interpretación que aquél le
Humanos por la otra, es preciso aquí recordar igual- ha atribuido, alcanza casos de conductas ilícitas
mente lo expuesto por este tribunal internacional:
con imposición de “medidas no penales”, queda
“La Corte es consciente que los jueces y tribu- definitivamente puesto de manifiesto el desacierto
nales internos están sujetos al imperio de la ley en que ha incurrido la Corte Suprema al otorgarle
y, por ello, están obligados a aplicar las dispo- al término en examen la interpretación restringida
siciones vigentes en el ordenamiento jurídico. que emerge del fallo “Góngora”.
Pero cuando un Estado ha ratificado un tratado
internacional como la Convención Americana, III. El caso “María da Penha Fernandes vs.
sus jueces, como parte del Estado, también están Brasil” de la Comisión Interamericana de De-
sometidos a ella... En esta tarea, el Poder Judicial rechos Humanos (9)
debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino
Sin perjuicio de lo hasta aquí expuesto, resulta
también la interpretación que del mismo ha hecho
la Corte Interamericana, intérprete última de la asimismo de interés hacer mención a lo que por
Convención Americana”. (8) su parte sostuvo la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, al tratar por primera vez un
caso de violencia de género.
(7) Cfr. sentencias de fechas: 18 de noviembre de 2000;
31 de agosto de 2004, 18 de noviembre de 2004, 25 de no-
viembre de 2004, 20 de junio de 2005, 2 de mayo de 2008, 6 otros casos: “Boyce y otros vs. Barbados”, sentencia del 20
de mayo de 2008, 20 de noviembre de 2009, 27 de abril de de noviembre de 2007, párrafo 78; y “La Cantuta vs. Perú”,
2012, y 23 de noviembre de 2012, respectivamente. sentencia del 29 de noviembre de 2006, párrafo 173.
(8) Cfr. caso “Almonacid Arellano”, sentencia del 26 de (9) Cfr. Caso 12.051 de la Comisión Interamericana de De-
septiembre de 2006, párrafo 124. En igual sentido, entre rechos Humanos, Informe indicado del 16 de abril de 2001.

112 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Mariano Patricio Maciel

son claros no corresponde a los jueces apartarse de sus que deberá hacer el agente fiscal, sin cuya aprobación
propósitos so pretexto de evitar las deficiencias reales no podrá, en ningún caso, concederse la suspensión del
o presuntas que podrían resultar de su aplicación” juicio” (Diario de Sesiones, Cámara de Diputados de
(Fallos: 211:1063). la Nación, 8va. reunión, continuación de la 1ra. sesión
ordinaria, junio 16 de 1993, Inserción solicitada por el
A mi modo de ver, el texto del artículo 76 bis del Códi- señor Diputado Sodero Nievas, página 1448).
go Penal es claro en cuanto prevé el consentimiento del
fiscal como requisito para la concesión del beneficio Esos términos fueron reproducidos en la cámara
en examen, lo que invalida cualquier interpretación alta por el Senador Augusto Alasino, miembro infor-
alternativa que se aparte de él. mante de la Comisión de Asuntos Penales y Regíme-
nes Carcelarios, en cuanto aconsejó a ese cuerpo la
Cabe agregar, sin perjuicio de que su claridad no da aprobación del proyecto de ley tal como había sido
lugar a dudas que esa fue la intención del legislador, sancionado por la Cámara de Diputados, y expresó
a tenor de las expresiones vertidas en ambas cámaras que “...el juez deberá también recurrir al consen-
del Congreso durante el tratamiento parlamentario timiento del fiscal, dado que la negativa de este último
de la norma. enerva la posibilidad de aplicar este instituto” (Diario
de Sesiones, Cámara de Senadores de la Nación, 2da.
En ese sentido, el Diputado Víctor H. Sodero Nievas, reunión, 1ra. sesión ordinaria, 4 de mayo de 1994,
vicepresidente de la Comisión de Legislación Penal de páginas 382 y 384).
ese cuerpo, sostuvo: “También nos pareció esencial es-
tablecer que para que fuera procedente [la suspensión El proyecto que en definitiva se convirtió en ley,
del juicio a prueba] hubiera conformidad del agente elaborado por la citada Comisión de Legislación Penal
fiscal. Significa esto que no basta el cumplimiento de de la Cámara de Diputados, se diferenció nítidamente
condiciones objetivas para ser merecedor de este be- en este aspecto del que presentó el Poder Ejecutivo, en
neficio. Se requiere además una valoración subjetiva el que se establecía que el tribunal podía disponer la

En este sentido, en el Informe Nº 54/01, en los Puede advertirse así, en atención al contenido
autos “María da Penha Fernandes vs. Brasil”, la de las recomendaciones de la Comisión Interame-
Comisión Interamericana realizó, entre otras, ricana de Derechos Humanos que se acaban de
las siguientes recomendaciones al Estado de- reproducir, que dicho organismo supranacional
mandado: no considera que los procesos penales en los
que se dirimen cuestiones relacionadas con la
“4) (...) En particular la Comisión recomienda: Convención de Belém do Pará deban ser inde-
fectiblemente definidos a través de un juicio oral
a. Medidas de capacitación y sensibilización de y que necesariamente deban dictarse, en caso de
los funcionarios judiciales y policiales especializa- corresponder sanciones, condenas con la impo-
das que comprendan la importancia de no tolerar sición de penas de prisión.
la violencia doméstica; En este orden de ideas, importa tener en consi-
deración que en el caso “María da Penha”, llevado
b. Simplificar los procedimientos judiciales pe-
ante la Comisión Interamericana, se encontraba
nales a fin de que puedan reducirse los tiempos en discusión la violación por parte del Estado
procesales, sin afectar los derechos y garantías del demandado de lo prescripto en el art. 7º de la
debido proceso; Convención de Belém do Pará y, según puede
comprobarse de la lectura de las recomendaciones
c. El establecimiento de formas alternativas a antes citadas, de ninguna manera fue descartada
las judiciales, rápidas y efectivas de solución de la posibilidad de aplicar medidas alternativas para
conflicto intrafamiliar, así como de sensibiliza- solucionar un conflicto de violencia de género,
ción respecto a su gravedad y las consecuencias tal como puede ser en el caso de nuestro país la
penales que genera”. (10) suspensión del juicio a prueba establecida en el
art. 76 bis del Código Penal.
(10) Cfr. Informe de la Comisión Interamericana citado,
en el caso 12.051, de fecha 16 de abril de 2001; texto no Merece recordarse aquí, dada la conclusión
enfatizado en la versión original. que antecede, lo que la propia Corte Suprema

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 113


DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

suspensión del juicio a prueba “previo dictamen fiscal” Esa interpretación, a mi modo de ver, no condice con
(Diario de Sesiones, citado, página 1311). La cámara la letra ni el espíritu de la disposición legal en examen
baja enmendó esa disposición, incorporando a su en cuyo trámite parlamentario —cabe recordar— se
proyecto el requisito del consentimiento del fiscal. expresó que no basta el cumplimiento de condiciones
objetivas para ser merecedor de este beneficio, sino que
Sin embargo, en el pronunciamiento apelado se se requiere además una valoración subjetiva que deberá
expresó, sin la mínima fundamentación, que el insti- hacer el agente fiscal —sobre circunstancias distintas a
tuto de la suspensión del juicio a prueba consiste en aquellas condiciones previas, cabe entender— sin cuya
una solución alternativa al ejercicio de la pretensión aprobación no podrá, en ningún caso, concederse la sus-
punitiva estatal, en los casos en que resulte aconsejable pensión del juicio (ver antecedentes citados supra).
según la política criminal delineada por el legislador
(fs. 6 vta., último párrafo). Es que, según lo aprecio, el Congreso no es el único
poder ni el único organismo del Estado con facultades
A partir de tal inteligencia, el a quo sostuvo que la en materia de política criminal y, a mi modo de ver en
opinión del fiscal no tiene efecto vinculante, y que en la disposición en examen los legisladores han efec-
caso de concurrir las condiciones de admisibilidad pre- tuado una clara remisión a las que posee el Ministerio
vistas en la ley el juez deberá disponer la suspensión, Público Fiscal, vinculadas con su función de promover
a pesar del dictamen de aquél en sentido contrario. y ejercer la acción pública en las causas criminales y
Por consiguiente, caracterizó la intervención del Mi- correccionales.
nisterio Público Fiscal como un mero control sobre la
presencia de los requisitos legales, de los que excluyó a  En tales condiciones, estimo que aquella exégesis
su consentimiento, el que resultaría entonces superfluo tampoco se ajustó al criterio de la Corte según el cual
frente al que denominó como segundo control —sobre la interpretación de las leyes debe practicarse tenien-
los mismos elementos o circunstancias— por parte del do en cuenta su contexto general y los fines que las
órgano jurisdiccional. informan (Fallos: 329:2876 y 330:4454, entre otros),

ha expresado recientemente sobre la relevancia Convención Americana, que deben ser tomados
que debe serle asignada a los Informes que pro- en cuenta para adoptar decisiones en el derecho
duce la Comisión Interamericana de Derechos interno”. (12)
Humanos.
Sin perjuicio de lo anterior, cabe señalar que ya
“El informe definitivo de la Comisión y sus re- en el fallo “Bramajo”, dictado el 12 de septiembre
comendaciones (...) son obligatorios en la causa de 1996, nuestra Corte Suprema había expresado
en que son dictados e, incluso, la doctrina que que “la opinión de la Comisión Interamericana
asienten sirve de guía a las autoridades nacionales de Derechos Humanos debe servir de guía para la
para interpretar y aplicar la Convención America- interpretación de los preceptos convencionales en
na en otros asuntos (vid. Sánchez Reisse, Fallos: la medida en que el Estado argentino reconoció
321:1328 —1998—)”. (11) la competencia de aquélla para conocer en todos
los casos relativos a la interpretación y aplicación
“Que es criterio del Tribunal que la aplicación de la Convención Americana, art. 2º, ley 23.054
del principio de buena fe, que rige la actuación (confr. doctrina de la causa G. 342. XXVI. ‘Giroldi,
del Estado argentino en el cumplimiento de sus Horacio David y otro s/recurso de casación’, sent.
obligaciones internacionales, y la calidad de los del 7 de abril de 1995)”. (13)
argumentos y la autoridad de quien emanan,
llevan a considerar que los informes y las opi- De este modo, ninguna duda puede quedar so-
niones de la Comisión Interamericana de De- bre la trascendencia que la propia Corte Suprema
rechos Humanos constituyen criterios jurídicos le ha asignado a los Informes y Recomendaciones
valiosos de implementación, interpretación y de la Comisión Interamericana de Derechos Hu-
de ordenación valorativa de las cláusulas de la
(12) Ídem, considerando 7º del voto del Dr. Juan Carlos
(11) CSJN, 6/8/2013, “c. 568. XLIV, c. 594. XLIV, recursos Maqueda, donde cita a continuación varios otros fallos del
de hecho: Carranza Latrubesse, Gustavo c. Estado Nacio- Tribunal Supremo.
nal - Ministerio de Relaciones Exteriores —Provincia de (13) CSJN, “B. 851. XXXI, recurso de hecho: Bramajo, Her-
Chubut—”, considerando 15 del voto de los Ministros Carlos nán Javier s/ incidente de excarcelación —causa 44.891—”,
S. Fayt y Eugenio Raúl Zaffaroni considerando 8º del voto de la mayoría.

114 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Mariano Patricio Maciel

regla que impone no sólo armonizar sus preceptos, Ministerio Público Fiscal, lo que resultaba de especial
sino también conectarlos con las demás normas que significación teniendo en cuenta que, como se indicó
integran el orden jurídico, del modo que mejor con- supra, además del texto legal, los antecedentes parla-
cuerden con su objetivo y con los principios y garantías mentarios llevan a una conclusión opuesta.
de la Constitución Nacional (Fallos: 258:75; 329:2890;
330:4713 y 4936). III

En ese sentido aprecio, conforme lo explicó el Fiscal Sin perjuicio de lo hasta aquí expuesto, considero
General recurrente, que el pronunciamiento desaten- también que el pronunciamiento apelado se apoyó
dió la misión del Ministerio Público, que es la defensa en meras afirmaciones dogmáticas, que no encuen-
de la legalidad y los intereses generales de la sociedad tran más apoyo que la propia voluntad de los jueces y
(artículo 120 de la Constitución Nacional), y su función, carecen, por ello, de justificación suficiente.
en ese marco, de promover y ejercer la acción pública
en las causas criminales y correccionales (artículo 25, En ese sentido, el pronunciamiento asume, sin más,
inciso “c” de la ley 24.946), en las que la persecución que la oposición del fiscal a la suspensión del juicio
penal no se podrá suspender, interrumpir o hacer ce- basada en razones de política criminal —como la que
sar salvo en los casos y bajo las formas expresamente atendió, en el sub lite, a especiales características de
previstas en la ley (artículo 29 de la ley 24.946). determinados actos de violencia contra la mujer y a las
obligaciones asumidas por el Estado en relación a esos
No advierto, en efecto, que el pronunciamiento haya hechos— “transgrediría elípticamente el art. 16 de la
conjugado de manera armónica las normas en cues- C.N.” (fs. 5 vta., primer párrafo).
tión, ni explicado, con base en el análisis de aquéllas
en conjunto, por qué razón cabría entender que por No aprecio en el fallo algún análisis o argumento en
medio de la sanción del artículo 76 bis del Código Penal sustento de esa afirmación, lo que resultaba de espe-
se pretendió limitar, con tal alcance, las facultades del cial significación teniendo en cuenta que, conforme

manos. En consecuencia, a partir de esta compro- debe estar autorizado por una norma válida; y
bación no pueden ser desatendidas “las formas d) debe ser la consecuencia de una conducta de
alternativas de solución de conflicto” en casos algún individuo”. (14)
de violencia de género, que dicho organismo in-
Con relación a la suspensión de juicio a prueba,
ternacional recomendara implementar al Estado
es dable considerar que indudablemente cons-
demandado, en ocasión de producir su Informe
tituye un tipo de sanción para quien la solicita,
Nº 54/01 en el caso “María da Penha”.
plenamente conjugable con lo prescripto en la
IV. El deber de “sancionar” y la suspensión Convención de Belém do Pará, en tanto para ob-
del juicio a prueba tener finalmente la extinción de la acción penal,
tal como dispone el art. 76 ter del Código Penal,
Por otra parte, con respecto al término “sanción” deberá cumplimentar previamente los siguien-
antes examinado, también cabe recordar lo que en tes recaudos: a) someterse a un estricto control
su momento expusiera el Dr. Carlos Santiago Nino: estatal por un tiempo considerable; b) cumplir
“En el sistema que propone Kelsen, el de sanción con idénticas condiciones o pautas de conducta
es el concepto primitivo. Esto quiere decir que, que aquellas que se le habrían impuesto en caso
en forma directa o indirecta, sirve para definir los de haber sido efectivamente condenado en forma
demás conceptos elementales, mientras que ‘san- condicional (art. 27 bis, Código Penal); c) cumplir
ción’ no se define en base a ellos. Siendo así, pa- con la obligación de concretar una reparación
rece relevante determinar, con la mayor precisión o resarcimiento mediante un pago dinerario al
posible, el significado del término ‘sanción’, puesto presunto o a la presunta damnificada respecto
que los eventuales defectos de su definición se de un daño que se le atribuye sin ninguna certe-
reflejarán inevitablemente en las de los restantes za; d) abonar el mínimo de la multa en caso de
términos jurídicos elementales. Kelsen, a través que el delito atribuido se encontrare reprimido
de sus distintas obras, define la palabra ‘sanción’ con ese tipo de pena; y e) abandonar a favor del
señalando las siguientes propiedades necesarias y
suficientes: a) se trata de un acto coercitivo, o sea
de un acto de fuerza efectiva o latente; b) tiene por (14) Cfr. aut. cit., “Introducción al análisis del derecho”,
objeto la privación de un bien; c) quien lo ejerce Ed. Astrea, 2ª ed., ampl. y revis., Bs. As., 1992, pág. 168.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 115


DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

tiene dicho la Corte, la garantía de igualdad importa el en el sub lile, la que por el contrario constituye una
derecho de todos a que no se establezcan privilegios o prueba cabal de aquel yerro, desde que en el presente
excepciones que excluyan a unos de lo que se concede caso el fiscal no recurrió a una mera fórmula verbal sin
a otros en iguales circunstancias (Fallas: 312:826 y 851), contenido, sino que sustentó su opinión en los compro-
por lo que no obsta a que el legislador contemple en misos internacionales que asumió el Estado Argentino
forma distinta situaciones que considera diferentes con en relación a las conductas objeto de imputación, por
tal que la discriminación no sea arbitraria ni importe considerarlas comprendidas en los términos de los
ilegítima persecución o indebido privilegio de personas artículos 1° y 2° de la citada Convención Interameri-
o de grupos de personas, aunque su fundamento sea cana para Prevenir. Sancionar y Erradicar la Violencia
opinable (Fallos: 310:1080; 311:1451). contra la Mujer. Y la defensa del imputado cuestionó
esos argumentos, al igual que el a quo, aunque, como
Por ende, el pronunciamiento tampoco explicó por se analizará más adelante, no demostraron que la
qué habría que entender que resulta irrazonable la di- explicación del fiscal fuese irrazonable o arbitraria,
ferenciación postulada por el represente del Ministerio la que entonces mantiene su validez y brinda debida
Público Fiscal en el sub examine. fundamentación a su dictamen.

Además, estimo que el a quo incurrió en un error al IV


expresar que se priva al imputado del derecho de de-
fensa porque los argumentos empleados para denegar También resulta descalificable el pronunciamiento,
la suspensión del juicio no pueden rebatirse, desde a mi modo de ver, por cuanto considero que la remi-
que la falta de asidero legal en su contenido frustra sión que se hizo al criterio de esa sala en el citado caso
cualquier crítica. “Soto García”, significó el apartamiento de la doctrina
establecida —en relación a la cuestión que aquí in-
A mi modo de ver, ello ocurrió por haber valorado teresa— por la Cámara Nacional de Casación Penal
una hipotética situación, diferente a la que se suscitó en el plenario n° 5 (del 17 de agosto de 1999), según

Estado los bienes que supuestamente serían de- “ creo que debe insistirse en la necesidad de
comisados en caso de haber sido efectivamente atender a la opinión de la mujer porque ello es
condenado. un valor democrático en sí, porque es la mejor
forma de conseguir protección, de que confíe en
Se puede verificar así que la institución de la el sistema penal”. (15)
“probation” constituye sin lugar a dudas una
Al respecto, cabe recordar el contenido íntegro
sanción en los términos de la Convención de
de lo que en el inc. g) del art. 7º, establece la Con-
Belém do Pará, en tanto implica una enérgica
vención de Belém do Pará:
respuesta estatal, que tiene una mirada integral
del conflicto planteado y que además de la serie “Establecer los mecanismos judiciales y admi-
de obligaciones y deberes que se impone tiene en nistrativos necesarios para asegurar que la mujer
especial consideración a la presunta víctima del objeto de violencia tenga acceso efectivo a resar-
hecho investigado. cimiento, reparación del daño u otros medios de
compensación justos y eficaces”.
De esta manera, las mujeres que hubieren sido
Si frente a esta disposición se considera que la
víctimas de hechos violentos en razón de su géne-
denegatoria de la suspensión de juicio a prueba
ro, dados los alcances del procedimiento de sus-
pensión de juicio a prueba, podrán hacer oír su voz
(15) Cfr. ob. cit., Ed. Trotta, Madrid, págs. 102 y 103.
y además de ello, ser resarcidas económicamente Con relación a las citas realizadas, debe tenerse en cuenta
por la afectación que hubieren sufrido. que en el caso “Góngora” que motivara la sentencia aquí
tratada, las dos mujeres víctimas presuntas de los hechos
Resulta de interés citar aquí lo que al respecto investigados, habían manifestado que no tenían interés en
expone Elena Larrauri en uno de sus libros: “Cri- asistir a la audiencia de suspensión de juicio a prueba, pero
minología crítica y violencia de género”: que aceptaban cualquier reparación económica que les
ofreciera el requirente de la probation. Es decir, sus volunta-
des expuestas en el caso, fueron completamente ignoradas
“debería atenderse a las voces de las víctimas por el sistema penal, siéndoles igualmente cercenadas las
como personas autónomas que están en posición posibilidades que tenían de recibir el resarcimiento que les
de adoptar decisiones (...). fuera ofrecido oportunamente a cada una.

116 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Mariano Patricio Maciel

la cual “La oposición del Ministerio Público Fiscal, En mi opinión, eso es lo que ocurrió en el pronun-
sujeta al control de logicidad y fundamentación por ciamiento apelado, pues allí nada se dijo de manera
parte del órgano jurisdiccional, es vinculante para el expresa sobre este punto y tácitamente se remitió al
otorgamiento del beneficio”. citado precedente “Soto García”, en el que se alegó la
necesidad de efectuar un nuevo examen de la doctrina
De esa manera, se contravino el artículo 10 de la ley establecida en el plenario “Kosuta” con base en meras
24.050 —cuya constitucionalidad no puso en cuestión—, afirmaciones dogmáticas.
en cuanto dispone que “la interpretación de la ley acep-
tada en una sentencia plenaria es de aplicación obligato- En ese sentido, cabe señalar que en aquel precedente
ria para la Cámara, para los Tribunales Orales, Cámaras se invocó al efecto “la evolución del pensamiento
de Apelaciones y para todo otro órgano jurisdiccional jurídico en la materia” y “la valoración actualizada de
que dependa de ella, sin perjuicio de que los jueces los principios y valores en juego”, sin siquiera indicar
que no compartan su criterio dejen a salvo su opiné n mínimamente en qué habría consistido esa evolución
personal. La doctrina sentada podrá modificarse sólo del pensamiento jurídico que habría tenido lugar en la
por medio de una nueva sentencia plenaria”. década posterior al plenario, ni la diferente valoración
de aquellos principios y valores.
No pierdo de vista que la Corte ha dicho —respecto
de pronunciamientos que versaron sobre otras ramas También se expresó que “la resolución de conflictos
del derecho— que el apartamiento de lo dispuesto por de creciente complejidad como las relaciones humanas
jurisprudencia plenaria es cuestión ajena al recurso ex- —sociales, económicas y políticas— cada vez más en-
traordinario (Fallos: 264:13 y 21; 271:116). Sin embargo, trelazadas y complicadas, requiere que el orden legal
el Tribunal también expresó que cabe hacer excepción tome en cuenta los valores y las nuevas necesidades del
a esa regla cuando la sentencia no exhiba fundamentos individuo y la sociedad integrándose a esta evolución
acordes con la índole y complejidad de las cuestiones de manera armónica y creativa. Así debe considerar-
debatidas (Fallos: 312:482; 313:924; 314:405). se que la alternativa procesal en estudio, procura el

puede traer aparejado desentenderse de la voluntad Puede advertirse así que son precisamente estos
e intereses particulares de la mujer víctima, como de otros tipos de sanciones los que se encuentran es-
hecho aconteció en el caso “Góngora” (16), queda trechamente vinculados con las obligaciones que
demostrado también desde esta perspectiva lo supone el cumplimiento de una probation.
desacertado que puede resultar asumir una pos-
tura de estricto rechazo de solicitud de probation La multa, por su obvia relación con la obligación
“en todos los casos de violencia de género”. (17) de realizar un ofrecimiento de reparación a la víctima
del ilícito que ha sido investigado; y la inhabilitación,
Desde otro ángulo, corresponde verificar si la por la gran similitud que tiene con las reglas de con-
suspensión de un juicio a prueba puede asimi- ducta que deben ser cumplidas en el marco de una
larse a una situación de “impunidad”, como se suspensión del proceso a prueba. En efecto, tales
desprende de lo argumentado por la Corte en el reglas suponen no solamente el cumplimiento de
fallo “Góngora”. (18) ciertas obligaciones (tareas comunitarias, control
de un Patronato, etc.), sino también la abstención
Ante ello es necesario recordar que nuestro de muchas actividades (abstenerse de consumir
propio Código Penal establece en su art. 5º que estupefacientes, bebidas alcohólicas, concurrencia
constituyen penas en nuestro país no sólo la a lugares, acercamiento a personas, etc.).
prisión, sino también la multa y la inhabilitación.
Debe notarse inclusive que el art. 76 ter del
(16) Cfr. nota que antecede. Código Penal dispone en su párrafo 5º in fine que
(17) Correspondería asimismo preguntarse si la circuns- en caso de que el imputado sometido a probation
tancia de desatender el sistema penal la voluntad propia de incumpliere alguna de las pautas u obligaciones
las víctimas de violencia de género, acaso no sería pasible que se le hubieren fijado, “no podrá pretender el
de generar responsabilidad internacional del Estado por un
notorio incumplimiento de lo preceptuado en el inc. g) del
reintegro de las reparaciones cumplidas”; lo que
art. 7 de la Convención de Belém do Pará. en sí mismo ya implica para el “probado” una san-
(18) Cfr. lo que se desprende de lo argumentado por la ción; puesto que de otro modo, tal circunstancia
Corte en su mayoría, en el considerando 7º, párrafo 4º del significaría un enriquecimiento sin causa para la
fallo “Góngora”. presunta víctima del hecho.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 117


DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

alcance de los principios superiores que postulan un legiar la interpretación legal que más derechos acuerde
derecho penal de última ratio y mínimamente intenso al ser humano frente al poder estatal”.
en pos de la resocialización, específicamente en el caso
de delincuentes primarios que hayan cometido delitos   Así lo considero porque, además del impreciso
leves, en tanto permitan el dictado de una condena significado de esa frase, advierto que ni siquiera se
cuyo cumplimiento puede dejarse en suspenso de expuso en qué habría consistido el supuesto cambio
acuerdo al artículo 26 del C.P.”. —posterior al plenario “Kosuta”— que imponía la ne-
cesidad de adecuar la vigencia del principio.
Sin embargo, aquel precedente (“Soto García”) no
cuenta con una mínima explicación que sustente En definitiva, no advierto circunstancia sobrevi-
tales afirmaciones acerca de la creciente comple- viente o argumentos que hubieran sido omitidos al
jidad de los conflictos, el mayor entrelazamiento dictarse el plenario “Kosuta”, acorde; con la índole y
y complicación de las relaciones humanas, y los complejidad de la cuestión debatida y que justificasen
valores y nuevas necesidades del individuo y la un nuevo examen.
sociedad, supuestamente ausentes al momento de
dictarse el plenario “Kosuta”. Por lo demás, se pasó Sin perjuicio de ello, estimo pertinente mencionar
por alto que los principios que postulan la mínima que en mi opinión, aquel pronunciamiento tampoco se
intervención del derecho penal no fueron ajenos al atuvo al principio pro homine el que obliga a privilegiar
análisis desarrollado en aquel pronunciamiento en la interpretación legal que más derechos acuerde al
pleno de esa cámara. ser humano frente al poder estatal (Fallos: 329:3265;
331:858, considerando 6°; sentencia de 13 de marzo
Estimo que dicho apartamiento tampoco encuentra de 2012 en los autos F. 259. XLVI, “F., A. L. s/medida
debido sustento en la finalidad, alegada en el preceden- autosatisfactiva”, considerando 17°), pues la exégesis de
te “Soto García”, de “conjugar la necesidad de adecuar la ley no puede pasar por alto el límite que representan
la vigencia del principio pro homine que implica privi- las palabras que empleó el legislador.

Así entonces, resulta al menos paradójico asi- que la reacción estatal aconsejable sea la pena de
milar la suspensión del proceso a prueba con una encierro”. (19)
situación de “impunidad”, cuando tanto la crea-
ción de aquel instituto como sus condiciones de Con relación a lo que sostienen los autores
aplicación y demás consecuencias se encuentran recién mencionados, debe recordarse lo que
regulados en el propio Código Penal y precisamen- disponen las “Reglas Mínimas de las Naciones
te responden a una finalidad político-criminal Unidas sobre las medidas no privativas de la li-
determinada. bertad” (conocidas igualmente como las “Reglas
de Tokio”) (20):
V. La “imposición de sanciones” en las “Reglas
de Tokio” “1.5 Los Estados Miembros introducirán medidas
Por otra parte, merecen aquí ser citadas algunas no privativas de la libertad en sus respectivos ordena-
de las claras y enfáticas argumentaciones que mientos jurídicos para proporcionar otras opciones,
Alberto Bovino, Mauro Lopardo y Pablo Rovatti y de esa manera reducir la aplicación de las penas
brindan en su libro “Suspensión del Procedimien- de prisión, y racionalizar las políticas de justicia pe-
to a Prueba — Teoría y Práctica”, al referirse a la que nal, teniendo en cuenta el respeto de los derechos
denominan “tesis de la contradicción insalvable” humanos, las exigencias de la justicia social y las
emergente del fallo “Góngora”: necesidades de rehabilitación del delincuente (...).

“Es un contrasentido inadmisible creer que la “2.1 Las disposiciones pertinentes de las pre-
Convención de Belém do Pará niega en alguna de sentes Reglas se aplicarán a todas las personas
sus cláusulas la vigencia de institutos de derecho sometidas a acusación, juicio o cumplimiento de
interno que están en consonancia con un conjunto
armónico de disposiciones del mismo sistema en (19) Ob. cit., Ed. del Puerto SRL, Bs. As., 2013, pág. 207.
el que aquélla se inserta, máxime cuando el siste- (20) Adoptadas por la Asamblea General de las Nacio-
ma destierra tanto la idea de que todos los delitos nes Unidas en su resolución 45/110 del 14 de diciembre
deben ser resueltos en un debate oral, como la de de 1990.

118 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Mariano Patricio Maciel

En efecto, tiene dicho la Corte “que es función le- que la opinión del fiscal en el sub lite fuese irrazonable
gítima de los jueces, en el ejercicio de su jurisdicción, o arbitraria.
declarar el derecho vigente, a cuyos términos ha de
ajustarse la decisión del caso sometido a su fallo, pero Así lo pienso desde que aprecio que el a quo se
se ha hecho reserva de que tal facultad ha de cumplirse limitó a sostener que ni el agente fiscal ni el tribunal
sin arbitrariedad, como condición necesaria para que oral demostraron que las reglas de conducta que pu-
no exista invasión de atribuciones reservadas a otros dieran imponerse con fines de resocialización durante
poderes” (Fallos: 234:82); y que “por amplias que sean la suspensión del juicio a prueba resultaren contrarias
las facultades judiciales en arden a la aplicación e in- o incompatibles con el objetivo de la Convención In-
terpretación del derecho, el principio de la separación teramericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
de los poderes, fundamental en el sistema republicano Violencia contra la Mujer.
de gobierno adoptado por la Constitución Nacional,
no autoriza a los jueces el poder de prescindir de lo A mi modo de ver, incurrió así en el error de referirse
dispuesto expresamente por la ley respecto al caso, al tema de la suspensión del juicio a prueba desde un
so color de su posible injusticia o desacierto” (Fallos: enfoque centrado exclusivamente en la finalidad de re-
258:17; 329:1586). socialización de la pena, lo que es rechazado por la pro-
pia ley, en la que se niega la aplicación del instituto en
En el sub examine, como fue explicado supra, los determinados supuestos, por razones diferentes —por
términos de la ley son claros, y la interpretación que se ejemplo, cuando un funcionario público, en el ejercicio
postuló, a mi modo de ver, superó ese límite. de sus funciones, hubiese participado en el delito; art.
76 bis, séptimo párrafo, del Código Penal—.
V
De esa manera, pasó por alto que en la cuestión tam-
Sin perjuicio de lo hasta aquí expuesto, considero bién inciden, de modo determinante, otros fines que
que el pronunciamiento apelado tampoco demostró informan la potestad punitiva estatal, a cuya luz puede

una sentencia, en todas las fases de la administra- canzan las “Reglas Mínimas para el tratamiento
ción de la justicia penal”. de los reclusos”, debería ser predicado también
respecto de aquellas mencionadas en primer lu-
En particular también debe ponerse de resalto gar. Consecuentemente dichas “Reglas Mínimas
que en el punto 8 de estas “Reglas”, bajo el título sobre medidas no privativas de libertad”deberían
“Imposición de Sanciones” son enumeradas en ser aplicadas en nuestro país a todas las personas
detalle las distintas “medidas no privativas de la acusadas por la comisión de un delito —inclusive
libertad” que las autoridades judiciales deberán a quienes se les imputara un hecho de violencia de
tener a su disposición al momento de adoptar género— y en todas las fases de la administración
sus decisiones. de justicia penal. Así en ningún momento estable-
Con respecto a otro instrumento internacional, cen las citadas “Reglas” que sea imprescindible
las “Reglas Mínimas para el tratamiento de Re- para su aplicación llegar a una fase final de juicio
clusos de las Naciones Unidas”, la Corte Suprema penal donde se dicte una sentencia de absolución
ha sostenido que “—si bien carecen de la misma o condena.
jerarquía que los tratados incorporados al bloque
Bovino, Lopardo y Rosatti, en su obra ya cita-
de constitucionalidad federal— se han convertido,
da, también hacen mención al contenido de las
por vía del art. 18 de la Constitución Nacional, en
“Directrices sobre la función de los fiscales”, la
el estándar internacional respecto de las personas
“Declaración sobre principios fundamentales de
privadas de libertad”. (21)
justicia para las víctimas de delitos y abuso de po-
Así, dadas las características que reflejan las der”, el “Conjunto de Principios para la protección
“Reglas de Tokio”, el estándar internacional que de todas las personas sometidas a cualquier forma
por vía de nuestra Carta Fundamental, según de detención o prisión”, y los “Principios básicos
expresa nuestra Corte en el fallo “Verbitsky”, al- sobre la función de los abogados”, señalando a
continuación que “todos estos instrumentos,
(21) CSJN, 3/5/2005, “V. 856. XXXVIII, recurso de hecho, de manera consistente, delinean un programa
Verbitsky, Horacio s/ habeas corpus”, considerando 39º del político-criminal que reserva el uso de la pena
voto de la mayoría. de encierro para los casos más graves y, a la vez,

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 119


DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

ser comprendida cabalmente la invocación que hizo el Buenos Aires, 23 de abril de 2013.
fiscal de la citada convención internacional, cuya apro-
bación por parte del Estado Argentino, en definitiva, Vistos los autos: “Recurso de hecho deducido por el
constituyó la expresión de su especial preocupación Fiscal General de la Cámara Federal de Casación Penal
por hechos de esa entidad, y de su particular interés por en la causa G., G. A. s/causa n° 14.092”, para decidir
constatar el alcance de tales conductas y determinar la sobre su procedencia.
responsabilidad de sus autores —sean cuales fueren las
condiciones de la sanción que eventualmente, quepa Considerando:
aplicar—, para evitar que la impunidad fomente la
repetición de esa clase de hechos. 1) En primer término, con respecto a la admisibilidad
formal del recurso de hecho interpuesto, corresponde
Estimo, por consiguiente, que el dictamen del fiscal ejercer la excepción contenida en el artículo 11 del
acerca de la suspensión del juicio a prueba contó con Reglamento aprobado por la acordada 4/2007.
fundamentos suficientes a partir de dichas razones de
política criminal que, aunque no fueran compartidas 2) Los fundamentos de la resolución del a quo y
por el a quo, lo pusieron a salvo del control del que los agravios que sustentan el recurso extraordinario
pudo haber sido objeto, y lo colocaron así como un interpuesto por el representante del Ministerio Público
límite infranqueable a la concesión de aquel bene- Fiscal, han sido correctamente reseñados en el aparta-
ficio. do I del dictamen del señor Procurador General y a su
lectura corresponde remitir por razones de brevedad.
VI
3) El recurso es formalmente procedente en cuanto
Por lo expuesto, y los demás fundamentos del Fiscal pone en tela de juicio la inteligencia de las normas de
General, mantengo esta queja. — Buenos Aires, 5 de un tratado internacional (artículo 7 de la Convención
diciembre de 2012. — Eduardo Ezequiel Casal. Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar

incentiva medidas descriminalizadoras para los VI. Las medidas alternativas o sustitutivas de
delitos de escasa o mediana gravedad”. (22) la prisión dispuestas en los “Principios y Buenas
Prácticas sobre la Protección de las Personas
Dichos autores finalizan esta parte de su crítica Privadas de Libertad en las Américas”
a la denominada “tesis de la contradicción insal-
vable” expuesta por la Corte en el fallo “Góngora”, Sin perjuicio de lo que se acaba de exponer,
sosteniendo que esa supuesta “contradicción” entiendo que resulta aun más revelador del
entre el deber estatal que surge de la Convención desacierto en que incurre la Corte Suprema
de Belém do Pará y la posibilidad de suspender la —en su interpretación restrictiva sobre lo que
persecución penal en un grupo de casos de menor establecería la Convención de Belém do Pará
entidad “no sólo ignora las pautas de interpreta- respecto a la imposibilidad de suspender un juicio
ción propias del derecho penal [sino que] además a prueba como sanción alternativa al dictado de
asigna al art. 7º de la Convención un alcance que una condena— prestar atención al contenido de
pone en pugna sus disposiciones con el orde- otro instrumento internacional elaborado por la
namiento jurídico restante, de manera tal que el Comisión Interamericana de Derechos Humanos,
régimen de persecución penal vigente en el orden titulado: “Principios y Buenas Prácticas sobre la
interno pierda todo valor y efecto (...). Los térmi- Protección de las Personas Privadas de Libertad
nos de la Convención, por ende, no deberían ser en las Américas” (23) que, en las partes que aquí
interpretados como la negación de otros derechos importan, establece textualmente:
legítimamente reconocidos por el ordenamiento
“TENIENDO DEBIDAMENTE EN CUENTA los
jurídico interno de un país, más aún si se trata, principios y las disposiciones contenidos en los
como en nuestro caso, de una legislación que siguientes instrumentos internacionales: (...) ‘Con-
reconoce como fuente las reglas o directrices im- vención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
partidas por los propios organismos de protección
de los derechos humanos elementales”.
(23) Cfr. Resolución Nº 1/08 de la Comisión Interameri-
cana de Derechos Humanos, dada y firmada el 13 de marzo
(22) Cfr. ob. cit., págs. 207/208. de 2008 en la ciudad de Washington D.C.

120 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Mariano Patricio Maciel

la Violencia contra la Mujer) y lo resuelto por el supe- que viene impugnando, su posibilidad de oponerse a
rior tribunal de la causa es contrario al derecho que la interpretación que allí se asigna a las normas del
el recurrente sustentó en ellas (artículo 14, inciso 3°, tratado se agota en esta oportunidad.
de la ley 48).
4) Ingresando al fondo del asunto, en tanto el debate
No altera a esta conclusión el vínculo que construye se centra en el alcance del artículo 7 de la Convención
el impugnante entre la cuestión estrictamente federal Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar
que plantea (la crítica a la exégesis que de las cláu- la Violencia contra la Mujer (“Convención de Belem
sulas del citado tratado realizaron los jueces) y otros do Para”, aprobada por la ley 24.632), es conveniente
argumentos que esgrime sustentados en una norma recordar, inicialmente, que el mismo prescribe —en lo
de derecho común, basados en el alcance que debe que aquí resulta pertinente— lo siguiente:
acordarse al consentimiento del fiscal en el marco del
párrafo cuarto del artículo 76 bis del Código Penal. En “Los Estados Partes condenan todas las formas de
este sentido, el agravio definido en el párrafo anterior violencia contra la mujer y convienen en adoptar, por
ha sido correctamente introducido y desarrollado por todos los medios apropiados y sin dilaciones, políticas,
el fiscal recurrente (cfr. punto IV, párrafo primero, del orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha vio-
recurso agregado a fs. 230/245) y esos fundamentos lencia y en llevar a cabo lo siguiente:
han sido mantenidos en todos sus términos por el
señor Procurador en su dictamen (cfr. punto II, primer b) actuar con la debida diligencia para prevenir,
párrafo, del dictamen obrante a fs. 31/38 vta.). investigar y sancionar la violencia contra la mujer [...]

Por otra parte, el planteo en cuestión no podría ser f) establecer procedimientos legales justos y eficaces
reeditado por el Ministerio Público Fiscal en etapas ul- para la mujer que haya sido sometida a violencia, que
teriores del proceso, pues de acuerdo a los fundamen- incluyan, entre otros, medidas de protección, un juicio
tos y al sentido de la decisión de la cámara de casación oportuno y el acceso efectivo a tales procedimientos”.

Erradicar la Violencia contra la Mujer’ (...); ‘Con- bros deberán incorporar legalmente “medidas
vención sobre la Eliminación de todas las formas alternativas o sustitutivas” a las penas de prisión.
de Discriminación contra la Mujer’ (...). Se comprueba en consecuencia fácilmente que
en ningún momento en dicho instrumento inter-
“ADOPTA los siguientes principios y buenas nacional se hace mención de que exista alguna
prácticas (...). imposibilidad de aplicar tales “medidas alter-
nativas o sustitutivas” de la prisión en los casos
“4. Principio III (...) 4. Medidas alternativas o que contempla la Convención de Belem do Pará,
sustitutivas a la privación de libertad: sino que antes bien —a diferencia de lo que se
“Los Estados Miembros de la Organización de desprende de lo expuesto por nuestra Corte en
Estados Americanos deberán incorporar, por dis- el caso “Góngora”—, la Comisión Interamericana
posición de la ley, una serie de medidas sustitutivas dispone el deber de aplicarlas.
o alternativas a la privación de libertad, en cuya VII. El “juicio oportuno” al que alude la “Con-
aplicación se deberán tomar en cuenta los están- vención de Belém do Pará”
dares internacionales sobre derechos humanos
en esta materia”. (24) La Corte Suprema, en el fallo que aquí se co-
menta, también considera que resulta un óbice a
Es decir, que teniendo bien en consideración la suspensión del juicio a prueba la circunstancia
el contenido de los instrumentos internacionales de que en la Convención de Belém do Pará se
que allí se detallan, de los que aquí deben poner- requiera, de conformidad con lo preceptuado en
se en especial resalto la Convención de Belém el inc. f), la realización de un “juicio oportuno”
do Pará y la Convención sobre la Eliminación necesario para “establecer un procedimiento legal
de todas las formas de Discriminación contra justo y eficaz para la mujer”. (25)
la Mujer, la Resolución 1/08 de la Comisión
Interamericana dispone que los Estados Miem-

(24) Cfr. instrumento internacional citado, texto no en- (25) Cfr. Fallo “Góngora”, considerando 7º del voto de
fatizado en la versión original. la mayoría.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 121


DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

5) En primer lugar, debe dejarse en claro que el a razón de su condición, que en virtud de la “Convención
quo no ha puesto en crisis la calificación de los sucesos de Belem do Para” ha asumido el Estado Argentino (cfr.
investigados como hechos de violencia contra la mujer, artículo 7, inciso primero de ese texto legal), no impide
en los términos del artículo primero del citado ins- a los jueces la posibilidad de conceder al imputado de
trumento (“Para los efectos de esta Convención debe haberlos cometido la suspensión del juicio a prueba
entenderse por violencia contra la mujer cualquier prevista en el artículo 76 bis del Código Penal.
acción o conducta, basada en su género, que cause
muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico Si examinamos las condiciones en las que se en-
a la mujer, tanto en el ámbito público como en el pri- cuentra regulado ese beneficio en la ley de fondo
vado”). De esa forma, mantuvo la pretensión sobre la resulta que, de verificarse las condiciones objetivas
que el fiscal que participó en la audiencia exigida por y subjetivas previstas para su viabilidad, la principal
el artículo 293 del Código Procesal Penal de la Nación consecuencia de su concesión es la de suspender la
fundamentó su oposición a la concesión de la suspen- realización del debate. Posteriormente, en caso de
sión del juicio a prueba en esta causa. cumplir el imputado con las exigencias que impone la
norma durante el tiempo de suspensión fijado por el
Teniendo en cuenta que, sobre esa base, el recu- tribunal correspondiente, la posibilidad de desarrollar-
rrente cuestiona únicamente la posibilidad de otorgar lo se cancela definitivamente al extinguirse la acción
el referido beneficio legal a hechos como los que son penal a su respecto (cfr. artículo 76 bis y artículo 76 ter.
objeto del sub lite, el punto vinculado a su subsunción del citado ordenamiento).
en el texto convencional no será discutido en esta
instancia. 7) Teniendo en cuenta la prerrogativa que el derecho
interno concede a los jueces respecto de la posibilidad de
  6) Para la cámara de casación, la obligación de prescindir de la realización del debate, la decisión de la
sancionar aquéllos ilícitos que revelen la existencia casación desatiende el contexto del artículo en el que ha
de violencia especialmente dirigida contra la mujer en sido incluido el compromiso del Estado de sancionar esta

Como bien señala Julieta Di Corleto, “no parece ra- dos autores: “Si esa obligación no tiene el alcance
zonable que la expresión ‘juicio’ contenida en el art. que le asigna —sin dar razones— la Corte, deja de
7º ‘f’ de la Convención haga alusión a un debate pe- ser válido el argumento según el cual la palabra
nal en sentido estricto, pues ello no sería compatible ‘juicio’ debe ser entendida como la etapa de la
con la existencia de cualquier otro ‘procedimiento cual puede derivar el pronunciamiento definitivo
legal justo y eficaz para la mujer’ también mencio- (binomio absolución/condena)”. (27)
nado en la norma en cuestión. Un proceso civil,
laboral y administrativo puede integrar el catálogo Pues bien, como ha quedado demostrado a lo lar-
de soluciones a la violencia de género, y no siempre go de este escrito, más allá de la amplitud con la cual
tendrá como centro la realización de un juicio oral o la Comisión Interamericana dispone en todos sus
la averiguación de la verdad material”. (26) distintos instrumentos —Reglas, Informes, Resolu-
ciones, etc.—, el deber de los Estados Miembros de
Otra respuesta precisa a la supuesta objeción establecer “medidas alternativas” o “proporcionar
que erige la Corte para la concesión de una pro- otras opciones” frente a las penas de prisión, es por
bation y que ahora se examina, la brindan Bovino, demás claro que para la Corte Interamericana de
Lopardo y Rovatti acudiendo a las leyes de la ló- Derechos Humanos, el término “sancionar” alcan-
gica, al explicar que el razonamiento del Tribunal za a las “conductas ilícitas sancionables con medidas
Cimero resulta “circular”, dado que el sentido que no penales”. En consecuencia, para la aplicación de
se asigna a la palabra “juicio” depende en definiti- alguna de estas medidas es evidente que no resulta
va de la decisión previa por la cual se equipara la de ninguna manera imprescindible la realización
obligación de “sancionar” con la de imponer una de un “juicio penal”.
condena penal. Concluyen a este respecto los cita- VIII. Resoluciones judiciales que se apartan
de lo resuelto por la Corte en “Góngora”
(26) Cfr. aut. cit., “La suspensión del juicio a prueba en
casos de violencia de género. Límites y condiciones para Algunos Tribunales Orales en lo Criminal de
su concesión. A propósito del fallo “Góngora”, publicado esta ciudad han comenzado a resolver favora-
en Jurisprudencia Penal de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación, Nº 15, dirigido Leonardo G. Pitlevnik, Ed.
Hammurabi - José Luis Depalma, Bs. As., 2013, pág. 197. (27) Ob. cit., pág. 204.

122 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Mariano Patricio Maciel

clase de hechos, contrariando así las pautas de interpre- distintas a la definición del caso en la instancia del
tación del artículo 31, inciso primero, de la Convención debate oral es improcedente.
de Viena sobre el Derecho de los Tratados (“Regla general
de interpretación. I. Un tratado deberá interpretarse de Este impedimento surge, en primer lugar, de conside-
buena fe conforme al sentido corriente que haya de atri- rar que el sentido del término juicio expresado en la cláu-
buirse a los términos del tratado en el contexto de estos y sula en examen resulta congruente con el significado
teniendo en cuenta su objeto y fin”). Esto resulta así pues, que en los ordenamientos procesales se otorga a la etapa
conforme a la exégesis que fundamenta la resolución final del procedimiento criminal (así, cf. Libro Tercero,
cuestionada, la mencionada obligación convencional Titulo I del Código Procesal Penal de la Nación), en tanto
queda absolutamente aislada del resto de los deberes únicamente de allí puede derivar el pronunciamiento
particulares asignados a los estados parte en pos del definitivo sobre la culpabilidad o inocencia del imputa-
cumplimiento de las finalidades generales propuestas do, es decir, verificarse la posibilidad de sancionar esta
en la “Convención de Belem do Para”, a saber: prevenir, clase de hechos exigida por la Convención.
sancionar y erradicar todas las formas de violencia contra
la mujer (cfr. artículo 7, primer párrafo).   Particularmente, en lo que a esta causa respecta,
la concesión de la suspensión del proceso a prueba al
En sentido contrario, esta Corte entiende que imputado frustraría la posibilidad de dilucidar en aquél
siguiendo una interpretación que vincula a los obje- estadio procesal la existencia de hechos que prima facie
tivos mencionados con la necesidad de establecer un han sido calificados como de violencia contra la mujer,
“procedimiento legal justo y eficaz para la mujer”, que junto con la determinación de la responsabilidad de
incluya “un juicio oportuno” (cfr. el inciso “f”, del ar- quien ha sido imputado de cometerlos y de la sanción
tículo citado), la norma en cuestión impone considerar que, en su caso, podría corresponderle.
que en el marco de un ordenamiento jurídico que ha
incorporado al referido instrumento internacional, En segundo término, no debe tampoco obviarse que
tal el caso de nuestro país, la adopción de alternativas el desarrollo del debate es de trascendencia capital a

blemente los pedidos de suspensión de juicio bos sin nuevos episodios de violencia desde hacía
a prueba en casos vinculados con violencia de ya tiempo, sumado al tratamiento psicológico que
género, apartándose así de lo resuelto por la Corte el inculpado se había ofrecido a realizar y en el cual
Suprema en el caso “Góngora”. habría de participar también su esposa; ésta, por su
Cito aquí como ejemplo lo resuelto en primer parte, se había mostrado igualmente favorable a la
lugar por el Tribunal Oral Nº 17, con fecha 13 de suspensión del juicio a prueba. El juez Vega tuvo en
mayo de 2013, en la causa Nº 4.011, seguida contra cuenta también el consentimiento dado por el Fiscal
“N., M.P.” por los delitos de amenazas coactivas en General. De esta manera y ante la evidencia de que
concurso real con lesiones leves. En dicho proce- se trataba de un caso con distintas singularidades al
so, el juez Pablo Vega, cuyo voto fue acompañado resuelto por el Supremo Tribunal, votó de manera
por el del juez Alejandro Noceti Achával, previo favorable a lo peticionado. Resta aclarar que el tercer
exponer las razones que indicaban que lo decidido integrante del Tribunal, el juez Facundo Giudice
por la Corte se vinculaba con un caso concreto y Bravo, también se pronunció en su voto en favor de
por ende, por vía de principio, no podía asumir la concesión de la “probation”, pero lo hizo —no sin
validez universal —dado que de lo contrario se antes coincidir con los otros jueces en que el caso
estarían estableciendo “categorías de imputados”, era diferente del tratado por la Corte—, en razón del
despojando a los justiciables del acceso a ciertos dictamen favorable que había formulado el Fiscal
derechos o beneficios de que pueden gozar a raíz General interviniente. En la ocasión el juez Giudice
de la garantía constitucional del estado de inocencia Bravo desarrolló en profundidad los motivos por los
que los ampara—, examinó en profundidad las dis- cuales consideraba que dicho dictamen, habiendo
tintas circunstancias particulares del caso que debía superado el control de legalidad, se tornaba vin-
resolver. Así, consideró lo que surgía del expediente culante para el Tribunal por lo cual correspondía
—el delito imputado y la carencia de antecedentes suspender el juicio a prueba.
condenatorios del encartado—, al igual que lo que
había podido comprobar durante la audiencia de Creo de interés hacer referencia asimismo a dos
probation sobre el buen trato existente entre el resoluciones judiciales que fueran dictadas muy
inculpado y la víctima presunta del hecho tratado. recientemente por el Tribunal Oral en lo Criminal
Igualmente atendió a la actual convivencia de am- Nº 20 de esta ciudad:

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 123


DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

efectos de posibilitar que la víctima asuma la facultad 8) Amén de lo expresado, cabe además descartar el
de comparecer para efectivizar el “acceso efectivo” al argumento esgrimido por el a quo y sostenido, antes, por
proceso (cfr. también el inciso “f” del artículo 7 de la la defensa al presentar el recurso de casación, mediante
Convención) de la manera más amplia posible, en pos el que se pretende asignar al ofrecimiento de reparación
de hacer valer su pretensión sancionatoria. Cuestión del daño que exige la regulación de la suspensión del
esta última que no integra, en ninguna forma, el marco juicio a prueba (cfr. artículo 76 bis, párrafo tercero, del
legal sustantivo y procesal que regula la suspensión del C.P.), la función de garantizar el cumplimiento de lo
proceso a prueba. estipulado en el artículo 7, apartado “g”, del instrumento
internacional al que se viene haciendo mención.
De lo hasta aquí expuesto resulta que prescindir en
el sub lite de la sustanciación del debate implicaría Contrariando esa posición, es menester afirmar que
contrariar una de las obligaciones que asumió el Estado ninguna relación puede establecerse entre ese instituto
al aprobar la “Convención de Belem do Para” para cum- de la ley penal interna y las obligaciones asumidas por el
plir con los deberes de prevenir, investigar y sancionar Estado en virtud de la norma citada en último término,
sucesos como los aquí considerados. referidas al establecimiento de mecanismos judiciales
que aseguren el acceso efectivo, por parte de la mujer
En este sentido, entonces, la decisión recurrida debe víctima de alguna forma de violencia, “a resarcimiento, re-
ser dejada sin efecto. paración del daño u otros medios de compensación justos

En este sentido corresponde citar lo decidido e inclusive bajo el título “Juicio común”, se hacía
en la causa Nº 4.141, seguida contra “P., E. W.”, por referencia a modalidades claramente alternativas
los delitos de coacción reiterada —dos hechos— y a las del proceso ordinario. Se citó como ejemplo
amenazas reiteradas —dos hechos—, donde con fe- el instituto de la “Omisión de debate” establecido
cha 13 de febrero de 2014, el Tribunal Oral indicado, en el art. 234 del Código Procesal Penal de la Pro-
de manera contraria a lo dictaminado por el Fiscal vincia de Tierra del Fuego.
General interviniente, hizo lugar a la suspensión del
juicio a prueba que había sido solicitada. En segundo lugar el Tribunal expresó que no
consideraba que el fin de “dilucidar la existencia”
Así, luego de examinar las distintas particu- del hecho o hechos de violencia se viera resentido
laridades que surgían del expediente —delitos por serle ofrecida una reparación a la víctima por
imputados, ausencia de antecedentes del en- parte del imputado y que tal ofrecimiento resultaba
cartado y posibilidad de que una eventual con- más afín a la meta de “acceso efectivo a resarcimien-
dena fuera dejada en suspenso en cuanto a su to” o “reparación del daño” (inciso “g” del art. 7º
cumplimiento—, el Tribunal Oral explicó que si de la Convención de Belém do Pará). Asimismo
bien el dictamen del dictamen fiscal era vincu- dijo que por esta vía procedimental la víctima del
lante para el otorgamiento de la suspensión del hecho tenía una mayor participación que aquella
juicio a prueba, el mismo siempre estaba sujeto que poseía en el procedimiento ordinario, como un
al control de logicidad y fundamentación que mero medio de prueba en lugar de ser respetada
debía realizar el órgano colegiado. En el caso, como parte interesada en el conflicto; agregando
el fiscal había dictaminado que en atención a lo que la circunstancia de que el estado de inocencia
dispuesto en la Convención de Belém do Pará (ley del imputado quedara resguardado en caso de serle
24.632) y lo resuelto por la Corte en “Góngora”, concedida la suspensión del juicio estaba lejos de
no podía accederse a lo solicitado. Por su parte el desconocer la condición de la víctima.
Tribunal, haciendo mención al voto del Dr. Luis
Destacó el Tribunal en su resolución que “la
Fernando Niño en la causa Nº 4.045, consideró
pretensión sancionatoria” por parte de la víctima a
que en el fallo de la Corte emergían “sombras”
la que hace referencia la Corte en el fallo “Góngora”,
que daban margen a la relativización de lo allí
en realidad no estaba contenido en el texto de la
decidido. En primer lugar entendió que el término
Convención de Belém do Pará que sí alude a “me-
“juicio” como “la etapa final del procedimiento”,
didas de protección” en su art. 7º, inc. f) y en su inc.
dado que “únicamente de allí puede derivarse el
g) menciona “resarcimiento, reparación del daño u
pronunciamiento definitivo de la culpabilidad”,
otros medios de compensación justos y eficaces”.
según expresara la Corte, no se correspondía con
el contenido de los ordenamientos procesales En la misma resolución el Tribunal Oral hizo
de nuestro país, donde bajo el epígrafe “Juicios” mención de las distintas medidas contenidas en

124 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Mariano Patricio Maciel

y eficaces”. Asegurar el cumplimiento de esas obligaciones — Elena I. Highton de Nolasco. — Carlos S. Fayt. — Juan
es una exigencia autónoma, y no alternativa —tal como la Carlos Maqueda. — E. Raúl Zaffaroni (según su voto).
interpreta la cámara de casación—, respecto del deber de — Carmen M. Argibay.
llevar adelante el juicio de responsabilidad penal al que
se refiere el inciso “f” de ese mismo artículo, tal como se Voto del señor ministro doctor don E. Raúl Zaffaroni:
lo ha examinado en el punto anterior. Considerando:
9) Con fundamento en lo hasta aquí expuesto corres- Que el Tribunal comparte, en lo pertinente, los
ponde hacer lugar al recurso extraordinario interpuesto fundamentos expuestos por el señor Procurador Fiscal
y revocar la resolución apelada. en el dictamen que antecede, a cuyos términos corres-
ponde remitirse por razones de brevedad.
Por ello, habiendo dictaminado el señor Procurador
General, se hace lugar a la queja, se declara procedente Por ello, se hace lugar a la queja, se declara proce-
el recurso extraordinario y se revoca el pronunciamiento dente el recurso extraordinario y se revoca la sentencia
recurrido. Agréguese al principal y vuelvan los autos al apelada. Agréguese al principal. Notifíquese y devuél-
tribunal de origen a fin de que, por quien corresponda, vanse los autos al tribunal de origen para que, por quien
se dicte uno nuevo con arreglo a lo expresado en la pre- corresponde, se dicte una nueva resolución con arreglo
sente. Notifíquese y remítase. — Ricardo Luis Lorenzetti. al presente. — E. Raúl Zaffaroni.

las “Reglas de Tokio” que en el citado instrumento favorable otro caso donde había sido solicitada la
son consideradas como sanciones, por cuya razón suspensión del proceso a prueba y donde nueva-
el deber de los Estados partes de sancionar puede mente el Fiscal General había dictaminado que
ser satisfecho a través de varias de esas medidas que correspondía denegar ese pedido. Ello ocurrió en
se corresponden con las que son requeridas para la la causa Nº 4.200, seguida a “B., J. F.” por el presunto
concesión de una suspensión de juicio a prueba. delito de amenazas coactivas agravadas por el uso de
armas —dos hechos—. Esta vez fue en el voto del juez
Fue en razón de todas esas circunstancias que Niño que luego los jueces Patricia Gabriela Mallo y
el Tribunal consideró que existían razones para Pablo Gustavo Laufer acompañaron en casi todas
apartarse de la legislación y la doctrina que había sus argumentaciones —con excepción de la fuerte
invocado en su dictamen el Fiscal General y que la crítica que realizó el primero de los magistrados
regla de la inadmisibilidad general de suspensión nombrados al procedimiento del juicio abreviado—,
del proceso a prueba en casos relativos a la violen- donde fueron desarrolladas con gran profundidad
cia contra la mujer admite excepciones. las distintas circunstancias que merecían ser consi-
deradas con relación al fallo “Góngora” de la Corte.
A renglón seguido, en la resolución se analizó en En dicho voto, reiterando el magistrado muchas de
detalle las distintas particularidades que eviden- las argumentaciones que ya habían sido expuestas
ciaba el caso que los jueces debían resolver, enfa- en el caso “P., E. W.” anteriormente citado, hizo
tizando el contundente resultado de los estudios referencia puntual nuevamente a que la Corte en
psicológicos realizados al inculpado que descarta- “Góngora” había agregado por su cuenta algo que
ban todo tipo de patología psiquiátrica, alteración, no estaba establecido en la Convención de Belém
desborde emocional o trastornos senso-perceptivos do Pará: la frase “en pos de hacer valer su pretensión
al igual que su capacidad de analizar y reflexionar resarcitoria”, poniendo de resalto esta vez asimismo,
críticamente respecto a los acontecimientos pasa- que en dicha Convención no se hablaba tampoco de
dos y elaborarlos. También se tuvo en cuenta que “juicio de responsabilidad penal” sino meramente
las partes habían manifestado haber superado el de “juicio oportuno”. Igualmente indicó que otro
conflicto y que la denunciante había aceptado la ejemplo de código procedimental que se refería
reparación económica que el imputado le ofreciera. al término “juicio” de un modo diferente al que
Fue por todo ello que al concluir que el dictamen aludía la Corte como reclamado por la Convención
del fiscal lucía infundado, correspondía hacer lugar de Belém do Pará, era el Código Procesal Penal de
a la suspensión del juicio a prueba. la Provincia de Chubut que en su art. 355 regulaba
el procedimiento del juicio abreviado. Resulta
Finalmente cabe citar la resolución dictada días también de interés lo expuesto en la resolución que
atrás, el pasado 1º de abril, donde el mismo Tribunal se comenta con relación al voto que el Dr. Eugenio
Oral en lo Criminal Nº 20 también resolvió de modo Raúl Zaffaroni emitiera en el fallo “Góngora”. Se

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 125


DPyC Derecho Procesal NOTA A FALLO

explicó allí que a diferencia de lo que había expre- Por su parte, nuestra Corte Suprema años atrás,
sado el Fiscal General en su dictamen, el nombrado en un muy difundido fallo: “Acosta, Alejandro Es-
ministro había sido claro en que compartía en lo teban”, fue categórica al expresar: “el principio de
pertinente los argumentos dados por el Procurador legalidad (art. 18, CN) exige priorizar una exégesis
Fiscal, detallándose así que el argumento central de restrictiva dentro del límite semántico del texto
este último se asentaba en la suficiente logicidad y legal, en consonancia con el principio político
fundamentación del fiscal actuante en la instancia criminal que caracteriza al derecho penal como
anterior para oponerse a la promoción del instituto; la ultima ratio del ordenamiento jurídico, y con
por ende lejos estaba tal postura de representar un el principio pro homine que impone privilegiar la
apoyo irrestricto a la pretendida tesis que vedaría el interpretación legal que más derechos acuerde al
otorgamiento de la suspensión del proceso a prueba ser humano frente al poder estatal”. (29)
a todo imputado por un delito encuadrable en la
violencia de género. Uno de los más grandes maestros de la herme-
néutica —entendida ésta como “el arte de la com-
De este modo el Tribunal Oral Nº 20 sostuvo que prensión”—, Hans-Georg Gadamer, en su conocida
la sola mención del Fiscal de encontrarse impedi- obra “Verdad y Método”, remitiéndose a los trabajos
do para avanzar en la concesión de la suspensión de Friedrich Schleiermacher, establece una distin-
del juicio a prueba requerida carecía de adecuada ción entre una hermenéutica laxa y una práctica
fundamentación y por lo tanto, en lo que hacía a más estricta. Mientras que la praxis laxa parte del
la aplicación del fallo “Góngora”, éste no resultaba supuesto de que, ante las afirmaciones del otro, la
vinculante para la decisión del Tribunal. Por ello y recta comprensión y el mutuo entendimiento cons-
no sin antes también hacer particular mención a tituyen la regla y el malentendido la excepción, la
distintas circunstancias que evidenciaban el buen hermenéutica estricta, en cambio, parte del supuesto
trato que actualmente existía entre el imputado y de que el malentendido es la regla y que sólo con un
la damnificada así como que ésta había aceptado esfuerzo técnico se puede evitar el malentendido y
la reparación que aquél le ofreciera, el Tribunal alcanzar una comprensión correcta. (30)
hizo lugar a la suspensión del proceso a prueba.
Tanto los fallos de la Corte Interamericana como
IX. A modo de conclusión los distintos instrumentos internacionales de la
Comisión Interamericana que han sido aquí ana-
Para finalizar deseo reproducir aquí lo que la lizados son claros en los principios que postulan
Corte Interamericana ha proclamado en varias y en la interpretación que por ende corresponde
ocasiones en cuanto a que “el Derecho Penal es realizar respecto a lo dispuesto en la Convención
el medio más restrictivo y severo para establecer de Belém do Pará. Si siguiendo a Gadamer prac-
responsabilidades respecto de conductas ilícitas, ticamos una hermenéutica estricta partiendo de
particularmente cuando se imponen penas pri- que el malentendido en la comprensión es la regla,
vativas de libertad. Por lo tanto, el uso de la vía bien podemos sostener ahora que la Convención
penal debe responder al principio de intervención de Viena sobre el Derecho de los Tratados a la que
mínima, en razón de la naturaleza del derecho hace puntual alusión la Corte en el fallo “Gón-
penal como ultima ratio. Es decir, en una socie- gora” es la que pone plenamente de manifiesto
dad democrática el poder punitivo sólo se puede el error de interpretación sobre los alcances del
ejercer en la medida estrictamente necesaria para término “sancionar” en que el Máximo Tribunal
proteger los bienes jurídicos fundamentales de ha incurrido, así como la necesidad de que a la
los ataques más graves que los dañen o pongan mayor brevedad dicho equivocado criterio inter-
en peligro. Lo contrario conduciría al ejercicio pretativo sea corregido y se retorne a la sabia y
abusivo del poder punitivo del Estado”. (28) trascendental huella directriz que estableciera ese
mismo Tribunal en el fallo “Acosta”, privilegiando
“la interpretación legal que más derechos acuerde
(28) Cfr. sentencia de la Corte Interamericana dictada al ser humano frente al poder estatal”. u
el 20 de noviembre de 2009 en el caso “Usón Ramírez vs.
Venezuela, párr. 73. En el mismo sentido, se pronunció el
tribunal internacional, entre otros, en los casos “Ricardo (29) CSJN, 23/4/2008, “Acosta, Alejandro Esteban s/
Canese vs. Paraguay” —párr. 104—, sentencia de fecha 31 infracción art. 14, párr. 1º, ley 23.737”.
de agosto de 2004; y “Palamara Iribarne vs. Chile” —párr. (30) Cfr. ob. cit., vol. 2, 8ª ed., Ed. Sígueme, Salamanca,
79—, sentencia del 22 de noviembre de 2005. 2010, págs. 294, 303 y 304.

126 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


Garantías Constitucionales
DPyC Garantías Constitucionales DOCTRINA

¿Qué hacer con los tipos penales de homicidio y lesiones


en riña? Una mirada constitucional
POR Mariano Petean Gioffre

Sumario: 1. Introducción.— 2. Cuestiones preliminares.— 3. Tipos


penales vigentes.— 4. Jurisprudencia argentina al respecto.— 5. Le-
gislación comparada.— 6. Conclusiones. — 7. Bibliografía Consultada.
— 8. Webgrafía Consultada.

1. Introducción Tal como indica Rodríguez Devesa, el homicidio


o lesiones en riña ofrece grandes dificultades al
Desde el antiguo Derecho Romano, primer legislador, esto se debe a la gran dificultad para
ordenamiento que regula la figura de la riña (1), determinar con certeza quién ha provocado el re-
podemos hallar la disyuntiva que existe a la hora sultado lesivo. Es más, frecuentemente el resulta-
de responsabilizar a los sujetos que tomaron do mortal puede provenir “por la superposición de
parte en la reyerta. Por un lado, se establece una varias lesiones que consideradas individualmente
responsabilidad individual (2), y por el otro, una no podrían haber causado la muerte”. (4)
responsabilidad colectiva o solidaria. (3) En la
actualidad, aún se observa la vigencia de ambos Binding señaló que para resolver las presentes
sistemas. dificultades se ofrecen dos vías: (5)

En este trabajo, de modo sucinto, recorreremos I. Castigar la mera participación en una riña de
las dos alternativas posibles para penar la conduc- donde resulte muerte como delito autónomo;
ta disvaliosa. Seguidamente, nos sumergiremos
en la problemática que presenta la Argentina en II. Operar con presunciones de causación de la
relación con el mencionado tipo penal. muerte producida en la riña.

Por último, intentaremos esbozar una posible La Argentina ha optado por incluir en su or-
solución al conflicto planteado, donde la descrip- denamiento jurídico penal el segundo sistema,
ción típica se encuentre en concordancia con los es decir que, “es un delito autónomo contra las
principios y garantías constitucionales. personas, que supone la intervención de varios
individuos en una riña o agresión que trasciende en
2. Cuestiones preliminares lesiones u homicidio y no un caso de participación
criminal en esos delitos”. (6)
Antes de adentrarnos en el tema que abordare-
mos, es menester hacer algunas consideraciones Es un delito de resultado “ya que se trata de la
acerca de los tipos penales a tratar. producción de un homicidio o de lesiones en condi-
ciones objetivas y subjetivas particulares”. (7)

(1) La riña es el súbito acometimiento recíproco y Como bien enseña Donna, en distintos orde-
tumultuario, de más de dos personas. Conf. SOLER, namientos jurídicos más modernos, como es el
Sebastián, Derecho Penal Argentino. Parte especial, 3º
ed., Tipográfica Editora Argentina, Buenos Aires, 1983,
t. III, pág. 138. (4) RODRÍGUEZ DEVESA, José María, Derecho Penal
español, 11º ed., Dykinson, Madrid, 1988, pág. 71, citado por
(2) Ley Cornelia de Sicariis, Conf. SALAS HOLGADO, DONNA, Edgardo A., Derecho Penal, Parte especial Tomo
Ángela, El delito de homicidio y lesiones en riña tumul- I, Tercera edición actualizada, Rubinzal-Culzoni editores,
tuaria. En Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales, Buenos Aires 2007, pág. 315.
Tomo XL. Fasc. III, septiembre-diciembre. Madrid, 1987,
pág. 665. (5) Conf. DONNA, Edgardo A., ob. cit., pág. 315.
(3) Ley Aquilia, Conf. SALAS HOLGADO, Ángela, ob. (6) DONNA, Edgardo A., ob. cit., pág. 316.
cit., pág. 665. (7) DONNA, Edgardo A., ob. cit., pág. 316.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 129


DPyC Garantías Constitucionales doctrina

caso de España o Italia, aplican el primer sistema d.- La falta de constancia acerca de quienes
de imputación, es decir que la conducta penal- causaron la muerte o las lesiones sucedidas en
mente relevante es la participación en una riña la riña.
de la que resultan lesiones o muerte y no la figura
delictiva del homicidio o lesiones en riña. En los Tal como indica Donna, en nuestro orde-
países, entre ellos la Argentina, que han optado namiento jurídico penal puede observarse que
por el segundo sistema se establece un modelo de no existe el delito de riña en sí mismo. Nuestro
responsabilidad colectiva o solidaria, como afirma legislador ha optado por castigar la causación de
Gracia Martín. (8) la muerte o de lesiones en una riña.

3. Tipos penales vigentes En primer término, se entiende que el mínimo


de personas necesarios para su configuración es
El artículo 95 del Código Penal establece: de tres (11), tanto para la riña como para la agre-
“Cuando en riña o agresión en que tomaren parte sión. Sin perjuicio de ello, otra postura minoritaria
más de dos personas, resultare muerte o lesiones indica que el número para el caso de la agresión
de las determinadas en los artículos 90 y 91, sin debe ser de cuatro. (12)
que constare quiénes las causaron, se tendrá por
Respecto al ejercicio de violencia sobre la víc-
autores a todos los que ejercieron violencia sobre
tima, puede observarse que dicho presupuesto
la persona del ofendido y se aplicará reclusión o
objetivo funciona como límite, entendiéndose
prisión de dos a seis años en caso de muerte y de
que la violencia incluida en el tipo legal es la física,
uno a cuatro en caso de lesión”.
dejando por fuera la violencia psíquica o moral.
Por su parte el artículo 96 del mismo cuerpo le- “El resultado mortal o lesivo debe derivar de la
gal expresa que “Si las lesiones fueren las previstas actividad desplegada por cualquiera de los intervi-
en el artículo 89, la pena aplicable será de cuatro a nientes, es decir, es necesario probar el nexo de causa-
ciento veinte días de prisión”. lidad entre las agresiones físicas (violencia ejercida)
y el resultado prohibido por la norma”. (13)
De la disposición legal se desprende que existen
dos bienes jurídicos protegidos; a saber, la vida y Por último, uno de los requisitos del tipo penal
la integridad psicofísica. que más críticas ha recibido por la doctrina y parte
de la jurisprudencia argentina: la falta de determi-
En cuanto a la estructura típica de la figura nación del autor de las lesiones o muerte.
podemos señalar:
Tal como se observa en el artículo 95 del Códi-
a.- La participación de más de dos personas en go de fondo, es necesario que no conste quién o
una riña o agresión (9); quiénes han provocado el resultado prohibido por
la norma. Por lo tanto, se entiende que estamos en
b.- El ejercicio de violencia (10) sobre la persona presencia, tal como indica parte de la doctrina,
de la víctima; de una “ficción de autoría”. Es decir, que al no
poder determinar quién fue el autor del hecho,
c.- El resultado muerte o lesión; de las lesiones o muerte, la ley hace responsables
a todos aquellos que ejercieron violencia y los
castiga por igual.
(8) Conf. DONNA, Edgardo A., ob. cit., pág. 316.
(9) Por agresión se entiende el acometimiento de varios Cabe aclarar que en el supuesto de poder di-
contra uno u otros que se limitan a defenderse pasivamente. lucidar quién o quiénes fueron los causantes del
Conf. DONNA, Edgardo A., ob. cit., pág. 318. resultado no querido por la norma, se aplicarán
(10) Queda abarcada toda violencia física desplegada
efectivamente sobre el cuerpo de la víctima, como así tam-
bién los disparos de armas hacia la persona del ofendido, las (11) Conf. DONNA, Edgardo A., ob. cit., pág. 319.
piedras que se le arrojan y los puñetazos que no lo alcan-
zan. Conf. NUÑEZ, Ricardo C., Tratado de Derecho Penal. (12) Conf. CREUS, Carlos, Derecho Penal. Parte Especial.
Lerner, Buenos Aires, 1964, t. III, vol. I, pág. 250, citado por Tomo I. Astrea, Buenos Aires, 1998, pág. 89.
DONNA, Edgardo A., ob. cit., pág. 321/322. (13) DONNA, Edgardo A., ob. cit., pág. 323.

130 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Mariano Petean Gioffre

las reglas de la autoría y participación, y el tipo ejercieron violencia en una cantidad insuficiente
penal en cuestión quedaría desplazado por el para generar dichos resultados”. (16)
del homicidio o lesiones (ya sean leves, graves o
gravísimas) según corresponda. De esta forma, si se presume que todos los que
ejercieron violencia sobre la persona de la víctima
Debido a la errada redacción del tipo penal, el son responsables por el resultado no permitido
legislador hace responsables como autores de ho- por la norma, se estaría invirtiendo la carga de la
micidio o lesiones a todos aquellos intervinientes prueba (onus probandi). Tal como indica Vara-
que ejercieron violencia sobre la víctima, dando calli, dejaríamos sobre los participantes la carga
lugar a una presunción de autoría. Al no conocer de probar que su accionar no fue idóneo para la
quién es el sujeto activo que le asestó el golpe producción del resultado, lo cual es inadmisible
definitivo, “por las dudas” responden todos los en materia penal.
que ejercieron violencia.
En este orden de ideas, Donna expresa que para
En este sentido, Donna acertadamente en- evitar “dejar impune una muerte o una lesión por
tiende que nos hallamos ante un delito de sos- la circunstancia de no poder determinar quién
pecha. “La razón de la pena que se impone no ha sido el autor (indeterminación del autor), se
puede ser otra que la sospecha, falta de pruebas, recurre a algo que es mucho peor, la posibilidad
presunción de haber contribuido a la causación de incriminarle a alguien un resultado delictivo
de un homicidio”. (14) La pena se aplica por la que no cometió” (17); vulnerando de esta forma
presunción de que los sujetos que ejercieron el Principio de Inocencia y el Principio de Culpa-
violencia han contribuido a la causación del bilidad por el hecho.
resultado lesivo.
La atenuación del quantum de la pena, tanto
Por su parte, Soler expresa que dicho mal se para el caso en que el resultado sea la muerte o una
encontraría atenuado porque el artículo 95 del lesión (en sus distintos grados) del sujeto pasivo, y
Código material fija la condición de la violencia por ende el menor castigo para el autor, que prima
sobre la persona de la víctima, como base para la facie pareciera más beneficioso para el mismo; no
imputación del resultado de la riña. es tal, sino que en realidad se termina castigando
a todos los partícipes de la riña que ejercieron
Sin perjuicio de ello, Donna sostiene que no violencia por no tener certeza o ignorar comple-
puede descartarse la posibilidad de incriminar tamente quién fuera el sujeto activo responsable
a aquel que si bien ejerció violencia no causó el del resultado lesivo.
resultado prohibido. Siguiendo esta idea, puede
decirse que “en la práctica, esta figura es aplicable En relación con el tipo subjetivo del delito ana-
toda vez que se comete el delito de lesiones u homici- lizado, la doctrina es coincidente en que lo carac-
dio por varios sujetos y no pueda identificarse cuál terístico del mismo “es la ausencia de convergencia
de ellos es el autor”. (15) De esta forma, podemos intención respecto del resultado lesiones o muerte,
observar la clara vulneración al principio del “in pues de existir ella la figura delictiva en análisis
dubio pro reo”. resultaría desplazada por los principios comunes
de la participación”. (18)
Como bien indica Varacalli, “Tener determinado
quiénes ejercieron violencia evidentemente no re- La doctrina entiende que en el tipo delictivo
suelve el deber de distinguir por imperio del prin- examinado “se da una especie de comunidad repen-
cipio de culpabilidad, entre quienes ejercieron tina de acciones que convergen sobre las mismas
violencia con entidad tal para generar el resultado personas, existe una mera coincidencia temporal
previsible de lesiones o muerte y aquellos que sólo

(16) VARACALLI, Daniel C., Comentario al fallo “Anti-


ñir”. Un caso de responsabilidad penal para civilistas (en
(14) RODRÍGUEZ DEVESA, José María, Derecho Penal prensa para la Revista de Derecho Penal, Lexis-Nexis),
español, 11º ed., Dykinson, Madrid, 1988, pág. 71, citado pág. 667/668.
por DONNA, Edgardo A., ob. cit., pág. 320. (17) DONNA, Edgardo A., ob. cit., pág. 328.
(15) DONNA, Edgardo A., ob. cit., pág. 320. (18) DONNA, Edgardo A., ob. cit., pág. 323.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 131


DPyC Garantías Constitucionales doctrina

de acciones aparentemente comunes pero interna- dad sin causalidad, es decir, una responsabilidad
mente autónomas que se dirigen en parte a agredir, objetiva. El autor advierte que el hecho de que se
a causar lesiones o incluso la muerte”. (19) tome la figura preterintencional no habilita de
ningún modo prescindir de la autoría.
Actualmente la doctrina se ha inclinado por
sostener que se requiere dolo. “Debe existir Por otro parte, Zaffaroni, en un esfuerzo deno-
conciencia y voluntad de participar en una riña dado por defender la constitucionalidad del tipo
o agresión (...) y prever que se está poniendo en penal indica que no se trata de una insuficiencia
peligro la vida o la integridad física de las personas procesal, es decir, de una presunción iuris o una
que intervienen”. (20) cuestión de prueba, sino de la imposibilidad ma-
terial de establecer participaciones.
4. Jurisprudencia argentina al respecto
Por último, Guercovich entiende que el carácter
El fallo “Antiñir” resuelto por la Corte Suprema confuso de la riña no es un problema ontológico
de Justicia de la Nación es el más relevante en rela- sino gnoseológico. Lo confuso no tiene que ver
ción con el tema sub examine, donde por mayoría con el ser de la riña, sino con la posibilidad de dis-
se declara la constitucionalidad del tipo penal de tinción de las diferentes conductas involucradas.
homicidio y lesiones en riña. El artículo 95 del Código sustantivo no sanciona
la participación en la riña, ejerciendo violencia,
El voto mayoritario toma la figura penal como bajo la condición objetiva de punibilidad de que
preterintencional y de esta forma justifica la se produzca el resultado de muerte o lesiones, sino
constitucionalidad. Por su parte Zaffaroni asi- el homicidio o las lesiones producidas en riña, por
mila nuestro tipo penal al del derecho alemán ficción de autoría.
entendiendo que el resultado sería una condición
objetiva de punibilidad. 5. Legislación comparada
Sin embargo, como bien indica Fayt, en su voto El artículo 154 del Código Penal español reza:
en minoría, la preterintención es una de las másca- “Quienes riñeren entre sí, acometiéndose tumultua-
ras bajo las cuales puede esconderse la asignación riamente, y utilizando medios o instrumentos que
de responsabilidad objetiva, ya que entiende que pongan en peligro la vida o integridad de las per-
dicha figura no puede suplir la necesidad de la sonas, serán castigados por su participación en la
demostración de la relación de causalidad. riña con una pena de prisión de seis meses a un año
o multa superior a dos y hasta doce meses”. (21)
En este sentido, el mismo indica claramente
que no es lo mismo la relación general de causa- Puede observarse que en el mencionado ar-
lidad entre la violencia del grupo y los resultados tículo, la mera participación en una riña no es
reprimidos por la norma, que la relación causal punible. Lo que el legislador español decidió
entre la acción individual de los autores y dichos castigar es la participación en la misma utilizando
resultados. medios o instrumentos peligrosos. “El amenazar
o sacar armas en una riña es punible sólo como
En la figura preterintencional establecida en el una falta”. (22)
artículo 81 inciso 1 apartado b de nuestro Código
de fondo, se puede observar una conexión subje- El artículo 588 del Código Penal italiano dispo-
tiva, dolosa de lesiones y culposa de homicidio. En ne: “Quien participe en una riña será sancionado
el tipo penal de homicidio y lesiones en riña, esa con una multa de hasta 600.000 Liras.
conexión subjetiva no se presenta.
Si durante la riña alguien muere o sufre lesiones
Siguiendo esta línea argumental, Varacalli en- personales, la pena, por el solo hecho de la partici-
tiende que no sólo se prescinde de una conexión pación en la riña, será de reclusión de tres meses a
subjetiva, sino del mismo nexo de causalidad. cinco años. La misma pena se aplicará si la muerte
Atribuyendo en este supuesto una responsabili-

(19) DONNA, Edgardo A., ob. cit., pág. 324. (21) DONNA, Edgardo A., ob. cit., págs. 328/329.
(20) DONNA, Edgardo A., ob. cit., pág. 326. (22) DONNA, Edgardo A., ob. cit., págs. 328.

132 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Mariano Petean Gioffre

o las lesiones personales, se producen inmediata- Es menester aclarar que en el supuesto en que
mente después de la riña y como consecuencia de pueda determinarse quién o quiénes han pro-
aquélla”. (23) vocado el resultado ilícito existen dos posibles
soluciones:
En este supuesto, la solución establecida por el
legislador italiano es la de castigar la mera partici- a.- La existencia de un concurso ideal entre el
pación en riña con una pena menor y prevé como delito de la participación en una riña y el de lesio-
agravante “la participación en una riña en la que nes u homicidio, según sea el caso.
resulten muerte o lesiones, pero la incriminación
responde a la participación en ese tipo de reyerta, b.- El establecimiento de un concurso aparente
no por una cuestión de falta de identificación del por subsidiariedad, donde el delito más leve quede
autor”. (24) desplazado por el más grave.

El artículo 227 del Código Penal alemán es- 6. Conclusiones


tablece: “Habiéndose causado la muerte de un
hombre o una lesión corporal grave por una riña En relación con la legislación comparada
o un ataque cometido por varios, es penado cada antes expuesta podemos hacer las siguientes
uno de los que participaron en la riña o ataque, por observaciones.
esta participación, con pena privativa de libertad En primer lugar, es necesario ponderar el
hasta tres años o con multa, siempre que no haya esfuerzo de los legisladores de los distintos paí-
intervenido sin su culpabilidad”. (25) ses analizados, que sin renunciar a castigar la
Este ordenamiento jurídico castiga la partici- conducta delictiva analizada, intentan encontrar
pación en una riña por considerarla peligrosa, una forma que no vulnere principios y garantías
pero para castigar dicha intervención establece constitucionales.
como condición objetiva de punibilidad, que En cuanto al tipo penal que ha introducido el
como consecuencia de ella, se produzca como Código Penal Italiano, nos parece cuestionable la
resultado lesivo la muerte o lesiones graves de al agravante de la figura típica por el solo hecho de
menos una persona. presentarse el resultado muerte, ya que de esta
El artículo 137 del Código Penal Brasileño dis- manera caen en el problema de castigar un resul-
pone que “Participar en una riña, excepto para tado sin la certeza de quién ha sido el responsable.
separar a los contendientes, se aplica una pena de Ello así, porque el hecho de que determinado
prisión de —15— días a dos —2— meses o multa. sujeto participe en la riña no lo hace autor del
resultado lesivo. Lo rescatable que presenta el
Parágrafo único: Si se produce la muerte o le- mismo, es que el tipo penal básico pena el solo
siones de carácter grave, se aplican al hecho de la hecho de participar de la riña.
participación en la riña, la pena de prisión de seis
—6— meses a dos —2— años”. En el caso del Código Penal brasileño, al igual
que en el ordenamiento penal italiano, si bien se
Por último, el legislador brasilero optó por cas- castiga la mera participación en una riña, se agrava
tigar la mera participación en una riña con una la pena en el supuesto en que se cause la muerte
pena leve, dejando en forma explícita el supuesto o lesiones graves. En consecuencia corre con los
de atipicidad, (Participar en la riña para separar a mismos vicios antes expuestos.
los contendientes), y agrava la pena en el supuesto
que se produzcan los resultados de lesiones graves Por su parte el Código Penal alemán, intenta
o muerte de la víctima. esquivar el conflicto situando al resultado como
una condición objetiva de punibilidad, es decir,
que solamente se castigará por el hecho de parti-
cipar en la riña siempre que el resultado de muerte
o lesiones graves se produzca. Sin perjuicio de
(23) DONNA, Edgardo A., ob. cit., págs. 329. ello, no se logra superar el inconveniente de la
(24) DONNA, Edgardo A., ob. cit., págs. 329. relación causal entre el participar en la reyerta y
(25) DONNA, Edgardo A., ob. cit., págs. 329. el resultado dañoso.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 133


DPyC Garantías Constitucionales doctrina

Por último el Código Penal español, (el más agresión. Ello así, ya que no hay duda de que la
cercano a nuestra propuesta), que si bien aduce sola participación en la riña es un factor de pe-
como condición para penar la conducta prohibida ligrosidad que coloca en una situación riesgosa
el hecho de utilizar instrumentos peligrosos; no los bienes jurídicos vida e integridad psicofísica
castiga o agrava por el simple hecho de que se dé de las personas, llevando a que los participantes
el resultado lesivo, sino que castiga la conducta de la misma no midan la proporción de sus actos
por considerarla per se peligrosa para la vida y la y entren en un ámbito de excesos.
integridad psicofísica de las personas.
El mismo debería estar legislado como delito de
Lo criticable de esta solución esgrimida por peligro concreto y como delito autónomo (dentro
la legislación española es que en el supuesto de del capítulo de las lesiones) donde se castigue
que no se ocasione la condición de utilizar ins- el solo hecho de la participación en una riña y
trumentos peligrosos, la conducta deja de ser un no estar ligado al homicidio como es en nuestro
delito para convertirse en una simple falta. Con- sistema sirviendo como una especie de tipo penal
sideramos que dicha conducta tiene una entidad atenuado del homicidio.
suficiente prima facie para ser considerada dentro
de la categoría del delito, ya que la misma, per se es En caso contrario, seguiremos teniendo grandes
una conducta peligrosa para la vida y la integridad dificultades para aplicar los mencionados artícu-
psicofísica de las personas. Un ejemplo de ello, los al caso concreto, más allá de los denodados
son los golpes de puños o patadas. No obstante, esfuerzos interpretativos por parte de la Corte
el hecho de utilizar determinados instrumentos Suprema de Justicia de la Nación para mantener
peligrosos, verbigracia las armas, podría ser una la constitucionalidad de los mismos.
agravante de la figura básica, como en el caso del
Para el supuesto en que se suscriba la solución
tipo penal de robo.
propugnada, a la hora de elaborar la descripción
La finalidad punitiva por parte del Estado, por típica, no debe aplicarse una pena a los individuos
más loable que sea, no puede estar por encima de que participaron en la riña por el hecho que se pro-
los principios y garantías consagrados en nuestra duzca el resultado lesivo. Debido a que, tanto sea
Carta Magna. Sin embargo, y más allá de las críticas como agravante de la figura básica o como condi-
expuestas, las mencionadas legislaciones han ini- ción objetiva de punibilidad, ambas siguen siendo
ciado un camino hacia el primer sistema expuesto formas de atribuir responsabilidad objetiva.
(lo que entendemos debe ser ponderado), aunque
Desde luego, entendemos que la propuesta
las mismas quedaron a mitad de camino.
adoptada no es políticamente correcta y no será
En cuanto al sistema optado por nuestro or- bien vista por algunos sectores, quienes indicarán
denamiento jurídico, entendemos que el evitar que nuestra postura apunta a dejar impune de-
dejar impune una muerte o lesión (al no poder terminados resultados disvaliosos. Sin perjuicio
identificar al autor que asesto el golpe definitivo) de ello, consideramos que dentro de un Estado
no puede ser a costa de castigar a todos los sujetos de derecho (como es el nuestro) los principios
que ejercieron violencia durante la riña. Ya que de y garantías constitucionales deben primar por
esta forma estaríamos cayendo dentro de la figura encima de soluciones demagógicas o meros
del Versari “in re illicita imputantur omnia quae voluntarismos.
sequuntur ex delicto”.
7. Bibliografía Consultada
En consecuencia, y para delinear una respuesta
al interrogante planteado, consideramos que para CREUS, Carlos, Derecho Penal. Parte Especial.
dar una solución más apropiada será necesaria, Tomo I. Astrea, Buenos Aires, 1998.
de lege ferenda, una reforma del código penal
modificando los artículos examinados. Y de esta DONNA, Edgardo A., Derecho Penal, Parte
manera, inclinarnos por el primer sistema. especial Tomo I, Tercera edición actualizada,
Rubinzal-Culzoni editores, Buenos Aires 2007.
En conclusión, podemos afirmar que la única
forma constitucional posible para este tipo penal FONTÁN BALESTRA, Carlos, Derecho Penal,
es castigar la mera participación en una riña o Parte especial, actualizado por Guillermo A. C. LE-

134 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Mariano Petean Gioffre

DESMA, decimosexta edición actualizada, Lexis Fasc. III, septiembre-diciembre. Madrid, 1987,
Nexis - Abeledo-Perrot, Buenos Aires 2002. págs. 665/695.

GRACIA MARTÍN, Luis - HYPERLINK “http:// SOLER, Sebastián, Derecho Penal Argentino.
www.tirant.com/editorial/autorList/jose-luis- Tipográfica Argentina, Buenos Aires, 1963.
diez-ripolles-254” DÍEZ RIPOLLÉS, José Luis SOLER, Sebastián, Derecho Penal Argentino.
- HYPERLINK “http://www.tirant.com/edito- Parte especial, T. III, 3ª ed., Tipográfica Editora
rial/autorList/patricia-laurenzo-copello-4015” Argentina, Buenos Aires, 1983.
LAURENZO COPELLO, Patricia, Comentarios al
Código Penal. Parte Especial. Tomo I. Ed. Tirant VARACALLI, Daniel C., Comentario al fallo
lo Blanch, 1997. “Antiñir”. Un caso de responsabilidad penal para
civilistas (en prensa para la Revista de Derecho
NUÑEZ, Ricardo C., Tratado de Derecho Penal. Penal, Lexis-Nexis), págs. 666/671.
T. III. Vol. I Lerner, Buenos Aires, 1964.
TERRAGNI, Marco Antonio, Delitos contra las
NUÑEZ, Ricardo C., Derecho Penal Argentino. personas. Jurídicas Cuyo, Mendoza, 2000.
Bibliográfica Argentina, Buenos Aires, 1974.
8. Webgrafía Consultada
RODRÍGUEZ DEVESA, José María, Derecho GUERCOVICH, Pablo, El homicidio en riña, La
Penal español, 11ª ed., Dykinson, Madrid, 1988. Corte y el fallo “Antiñir”. Revista Jurídica Virtual,
HYPERLINK “http://www.terragnijurista.com.ar”
SALAS HOLGADO, Ángela, El delito de homi-
www.terragnijurista.com.ar.
cidio y lesiones en riña tumultuaria. En Anuario
de Derecho Penal y Ciencias Penales, Tomo XL. www.infoleg.gov.ar.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 135


Penal Económico
DPyC Penal Económico DOCTRINA

Autoría y bien jurídico en los delitos de empresa


POR Carlos Parma y Emanuel Mora

Sumario: I.a. Criminalidad empresaria: su expansión.— I.b. ¿Sólo


“omisión” para los delitos económicos?.— II. La empresa: ¿aparato
organizado de poder?.— III. Delitos desde la empresa y dentro de la
empresa.— IV. Actuar en lugar de otro: algunas consideraciones gene-
rales: a) Posición de Percy García Cavero (Perú); b) Posición de Alex
van Veezel (Chile); c) La inclusión de la regla de “actuar en lugar de
otro” en el derecho argentino.— V. Bienes jurídicos colectivos: ¿cuál
es su papel en la sociedad del siglo XXI?

I. a. Criminalidad empresaria: su expansión tación del derecho penal moderno. (3) Filosófica-
mente (Aristóteles) nos encontraríamos más ante
En apariencia el denominado derecho penal una “potencia” que ante un “acto”, considerando
económico y el derecho penal de la empresa llevan su incipiente formación científica.
una relación de género y especie. A pesar de que
para el entendimiento resulte un tema profuso La denominada criminalidad económica (4)
y difuso al examen aun del erudito, el derecho engloba, hasta desembocar en una indefinición,
penal económico ha logrado una “gran autono- una amplísima gama de conductas del más diverso
mía científica”. (1) Lo que alcanzó un rango de calibre, desde los delitos tributarios, lesivos de la
galimatías por la oscuridad del discurso ha sido hacienda, el contrabando, donde se afecta el orden
dejado de lado y en la actualidad se entiende económico planificado estatalmente, hasta estafas
que las estructuras básicas que iluminan el de- y quiebras, donde el Estado en sí no participa y se
recho penal clásico no pueden ser trasladadas perjudica sólo a particulares, inclusive se llega a
acríticamente y sin modificaciones al ámbito afirmar la inclusión del homicidio y las lesiones
socioeconómico. (2) en los casos de responsabilidad penal por el
producto. (5) Menuda dificultad plantea esto en
De esta manera el derecho penal económico contra de una pretendida autonomía del derecho
reunirá un conjunto sistemático de normas penal económico si se considera que muchos tipos
coercitivas que rigen y protegen las relaciones penales que repercuten en el orden económico
de los individuos con el orden económico, visto están legislados en la parte especial como delitos
este último concepto como un sistema de pro- comunes, como las estafas, falsificaciones de
ducción, distribución y consumo de bienes y moneda, etcétera.
servicios que sostienen la economía y bienestar
de un lugar. Es lógico pensar que la tecnología, la ciencia
aplicada y la revolución científica del siglo XX
Gracia Martín entiende que el derecho penal hicieron que el mundo —y de suyo el derecho— se
económico empresarial consiste en una manifes- expandiera. Esto formó lo que muchos penalistas
modernos asumen como una sociedad de riesgos
(1) Yacobucci, Guillermo; “Criterios de imputación en
la empresa”, Publicación del Primer seminario internacio-
nal de derecho penal organizado por el departamento de
derecho y ciencia política de la Universidad Nacional de la (3) Gracia Martín, Luis, “El moderno derecho penal
Matanza, Editado por Universidad Nacional de la Matanza, económico empresarial y de la globalización económica”,
Buenos Aires, 2007, ps. 102. ed. Cevallos, 2011, p. 32.
(2) Martínez - Buján Pérez, Carlos; “Derecho pe- (4) Ibídem, p. 33 y sgtes.
nal económico”, Parte General, Tirant lo Blanch, Valencia, (5) Ibídem, p. 41. Valga la reminiscencia del caso “Le-
1998, ps. 28. derspray”.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 139


DPyC Penal Económico doctrina

(Risikogesellschaft). (6) Entonces los criterios de Se está consensuando en la doctrina la tenden-


imputación que deambularán en el derecho penal cia a considerar que el derecho penal económico
económico y en particular el de la empresa serán engloba delitos que afectan bienes jurídicos
reducir los riesgos y permitir identificar garantes, diferentes a los tradicionales, recurriendo la
responsables e intervinientes penales. doctrina especializada a diversas nociones, como
la de bienes jurídicos colectivos, universales o
Esta marcada expansión del derecho penal supraindividuales, incluyéndose los intermedios
económico se ha visto reflejada en toda Europa (Tiedemann), que escapan a los extremos de su
y abarca situaciones individuales y colectivas. El consideración estatal o individual, como son la
derecho vigente en la mayoría de Estados de la normal competencia en el mercado, los derechos
Unión Europea ya contiene disposiciones penales de los consumidores y usuarios, etc. (8) Claro está
sobre la estafa, cuando en un negocio jurídico que la noción del interés social afectado, lo cual
una parte engaña a la otra; sobre las falsedades de equivaldría, en esta tesis, al bien jurídico lesiona-
balances, cuando las cuentas anuales no reflejan do, repercutirá necesariamente en los contornos
la imagen fiel de la empresa o sobre la adminis- del derecho penal económico, por tratarse de
tración desleal, es decir, sobre responsabilidad su objeto de tutela. En visión jakobsiana García
de los administradores por actos que producen Cavero se aparta de esta posición entendiendo
daños patrimoniales al sujeto administrado no que los objetos protegidos por el derecho penal
sólo cuando se hayan comportado abusando de económico no son estáticos sino expectativas so-
deberes de su cargo que les incumban por ley, por ciales elementales de la economía. (9) Lo cierto es
comisión de la autoridad o por un negocio jurídi- que los delitos económicos lesionan la confianza
co, sino también cuando, simplemente, se infrinja en la economía con graves incidencias negativas
una relación especial de confianza (por ejemplo: en el bien común. Dejan traslucir la desigualdad
en Alemania, § 266 del Código Penal; en España, social, siendo uno de los factores exógenos graves
arts. 252 y 295 CP). La jurisprudencia reciente ha que afectan la criminalidad en general.
tratado no pocos casos de esta especie y el delito
de administración desleal, sobre todo, ha revelado Ahora, estas consideraciones no deben llevar-
un alcance notable. El abuso de información pri- nos a olvidar las reflexiones que realizan Zaffa-
vilegiada está impuesto a los Estados Miembros roni, Alagia y Slokar, en referencia a los peligros
por una Directiva de la UE sobre manipulación del derecho penal simbólico como medio de
de mercados desde el año 2003. Abundando en manipulación de la población que se traduce, a
consideraciones véase previamente que los casos la postre, en la no adopción de soluciones reales
en los que se pueda apreciar autoría mediata en para los problemas que conlleva la criminalidad
virtud del dominio sobre la organización no tienen económica, instaurando una legislación que sólo
por qué ser per se supuestos de asociación ilícita cumpliría una función “tranquilizadora” de las
en los términos del art. 210 del CP. demandas punitivistas de la población en general,
fomentada por los medios masivos de comunica-
En sentido estricto el delito penal económico ción. Vale la pena citar expresamente las palabras
es la infracción jurídico-penal que lesiona o pone de estos jurisconsultos: “un caso particular de
en peligro el orden económico entendido como inadmisibilidad constitucional de un bien jurí-
regulación jurídica del intervencionismo estatal dico lo proporciona la llamada legislación penal
en la economía del país. (7) En cambio en sen- simbólica. Se trata de casos en los que es claro que
tido amplio el derecho penal económico estará las normas que se establecen no tendrán eficacia
marcado por incluir las infracciones penales que para contener o paliar el fenómeno que se quiere
vulneren bienes jurídicos supraindividuales de abarcar, pero se pretende legitimar el ejercicio
contenido económico que obviamente trascien- del poder punitivo mediante la invocación de la
den la dimensión individual. función de Paidéia que supuestamente, tendría la
criminalización primaria. En rigor, se está confe-
(6) Silva Sánchez, Jesús; “La expansión del derecho
penal”, 2ª ed., Civitas, Madrid, 2001, ps. 27.
(7) Bajo Fernández, Miguel - Bacigalupo, Silvina; (8) Ibídem, p. 39.
“Derecho penal económico”, Ed. Centro de Estudios Ramón (9) García Cavero, Percy; “Derecho penal Económico”,
Areces, Madrid, 2001, ps. 14. t. I, 2ª ed., Grijley, Lima, 2007, ps. 47.

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sando en estos casos que la ley penal no obtendrá ductas empresariales que dominen socialmente el
los resultados que se propone —que quizá los agra- ámbito (orden económico) en el cual se afectan
ve—, pero que se aprovecha el sistema penal para determinados bienes jurídicos. Claro que esto no
tranquilizar a la opinión pública y, de este modo, logra eliminar la objeción zaffaroniana referida a
proveer al clientelismo político. Es verdad que casi la tutela deductiva (12) del bien jurídico colectivo,
siempre el poder punitivo procede de esa manera, cayendo la misma en la falacia.
dada la escasa o nula protección real que propor-
ciona; en el llamado derecho penal simbólico esta Entendemos que debería realizarse el esfuerzo
característica general es tan manifiesta que, ante de determinar, siguiendo las advertencias de
la imposibilidad de negarla, se opta por confesar Zaffaroni, con una investigación postrera más
abiertamente su designio manipulador de engaño concluyente a nivel global, las consecuencias de
al electorado”. (10) De esta forma, y no obstante que dicha concepción que antepone un bien jurídico
será válido, en su caso, partir de una tesis agnóstica previo al bien jurídico individual afectado por el
de la pena, en cualquier caso, si la función de la delito de empresa, p. ej. un grupo empresario que
criminalización primaria de los crímenes econó- estafa a una cantidad gigantesca de consumidores
micos es meramente simbólica, no cumpliendo
con productos que se volverán inútiles al tiempo,
ningún fin real que no sea el reforzamiento de
simulando dolosamente una cesación de pagos
la confianza en el funcionamiento del sistema,
el mismo decaerá por su manifiesta ilegitimidad para quebrar, ¿se afecta sólo el patrimonio de
constitucional, al tratarse de delitos sin ofensa (art. terceros o también el normal desarrollo del orden
19 de nuestra carta constitucional). económico?, ¿es el orden económico un verdadero
bien jurídico, o sólo una muestra más del llamado
En cuanto a la intervención de la empresa en derecho penal simbólico?, ¿cuáles serán las con-
esta construcción teórica en formación, Gracia secuencias de esta idea de bien jurídico colectivo
Martín remarca que los delitos de empresa se co- e individual?
meten en un especial contexto y por un círculo de
autores particular (en el caso, el empresario), mas En definitiva, debemos aunar esfuerzos para
realiza una elucubración que consideramos tras- especificar, con la mayor precisión que resulte
cendente remarcar, pues afirma: “el fundamento posible, hasta qué punto un derecho penal eco-
material de los delitos especiales no puede verse nómico y de la empresa no finaliza siendo una
de ningún modo en la infracción del deber jurídico muestra más de la inflación penal que se está
específico (extrapenal) que obliga a los autores produciendo desde antaño, pues un derecho penal
cualificados, sino más bien en la especial posición simbólico, creemos nosotros, no se muestra como
y capacidad de dominio (social) de éstos sobre una herramienta que logrará evitar esta forma de
el ámbito social en que se hallan determinados criminalidad que tanto nos preocupa.
bienes jurídicos que sólo se encuentran necesi-
tados de protección penal frente a determinadas Si esta concepción significa renunciar al dere-
acciones típicas de esos sujetos con dominio so- cho penal de acto, para erigirse como una forma
cial, y no frente a las de quienes carecen de dicho de anticipación de la tutela del bien jurídico indivi-
dominio”. (11) Es decir, la autoría empresarial ya dual, recurriendo a la creación de bienes jurídicos
no se definiría por la titularidad de un deber ex- de largo alcance, de manera que se observen estos
trapenal, sino por una posición de garante que el afectados ya por actos preparatorios contra el bien
empresario ostenta con relación a una especie de
individual, pues consideramos que tal tesitura
“fuente de peligro”, que sería el ámbito social en el
obliga, al menos, a la mesura y a no adoptar pos-
cual actúa (la empresa afecta el orden económico
en sentido general), de manera que, para tutelar turas apresuradas al respecto, teniendo en cuenta
ese ámbito, ese orden económico, el derecho que se estaría cediendo terreno al denominado
penal debería reaccionar criminalizando las con- derecho penal máximo. Ahora, si la tutela de los
bienes jurídicos colectivos requiere necesaria-
(10) Zaffaroni, Eugenio Raúl - Alagia, Alejandro -
mente de la intervención penal, no es una cuestión
Slokar, Alejandro: “Derecho Penal: Parte General”, Ediar, que esté lo suficientemente esclarecida.
2ª ed., 2002, p. 490.
(11) Ibídem, ps. 42/3. (12) Obra citada, p. 486.

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Para Gracia Martín, también resulta elemental premisas sería hipotéticamente factible pensar
continuar con las investigaciones en este norte (13), que el concepto básico de la teoría del delito de-
de lo que se deduce que toda exposición con bería ser la omisión. Sobre todo cuando se admite
pretensiones de exhaustividad estará, hoy, con- que “todas las acciones pueden ser reformuladas
denada al fracaso. No obstante, entendemos como omisiones (aunque a la inversa no todas las
que resulta fundamental exponer mínimamente omisiones puedan serlo como acciones)” (con cita
algunos problemas vinculados a la criminalidad de Jakobs). La teoría negativa de la acción ha sido,
empresaria y su gravitación en las nociones de en general, rechazada con buenos argumentos, en
autor y partícipe. lo que brevemente ingresaremos luego. Pero, ha
dejado huellas que se perciben especialmente en
I.b. ¿Sólo “omisión” para los delitos econó- tres momentos: en la definición de la acción como
micos? comportamiento evitable, en la moderna teoría
del tipo penal de los delitos de resultado y en los
Aún no se ha resuelto definitivamente el si-
delitos de infracción de deber. (16)
guiente acertijo dogmático: ¿y si todo delito fuese
sólo de omisión? Una vez que el legislador ha aceptado los delitos
de comisión por omisión (o la doctrina admite esta
Pedagógicamente es oportuno delimitar el cam-
po de aplicación de una eventual autoría mediata figura), prácticamente todos los tipos de la parte
con arreglo al dominio sobre la organización de especial pueden ser cometidos tanto en forma
los casos en que la responsabilidad penal del activa como omisiva, si el autor es garante. La con-
empresario es en comisión por omisión. Éstos, clusión parece clara. La base del sistema habría
como su nombre lo indica, son supuestos de res- cambiado. El fundamento de la responsabilidad
ponsabilidad por omitir, mientras que la autoría no es solamente una acción o una omisión, sino
mediata es siempre una responsabilidad por co- que, además, debe concurrir en uno y otro caso la
meter. Los supuestos en los que se podría pensar posición de garante del autor. Esto ya ocurre en los
que hay autoría mediata en comisión por omisión delitos especiales propios, donde la problemática
son hipótesis en las que el garante no impide el del autor es, en realidad, previa a la de la acción.
hecho de un tercero. (14) Son pues supuestos de Dicho de otra manera: la base del sistema es la
comisión por omisión. (15) acción u omisión en posición de garante. La po-
sición de garante debería, por lo tanto, adquirir
En el universo de la dogmática jurídico-penal una posición básica.
la relativización del concepto de acción y de
omisión permitió la formulación de un concepto A juicio de Bacigalupo, esta teoría negativa de
“negativo”de acción, de acuerdo con el cual la ac- la acción comprometería aun más la cuestión
ción no sería sino “la evitable omisión de evitar en de análisis pues la concepción de la posición de
posición de garante”. Lo decisivo sería “el deber de garante no sólo ocuparía un espacio en los delitos
garante y la evitabilidad”, lo que significa que “tam- omisivos sino que toma cuerpo dogmático en los
bién el autor activo debe ser contemplado como delitos activos. Este desplazamiento provoca que
garante”, porque es indiferente producir un daño hoy se debata el tipo culposo de omisión.
o no impedirlo, lo importante es si el autor tenía
el deber de evitarlo y si ello era posible. Con tales De suyo, por lo extenso y complejo, esta puerta
abierta coarta la posibilidad de que nos introduz-
camos en el caso que aquí se analiza en la temática
(13) Op. cit., p. 38.
del “garante”. A guisa de conclusión retomamos la
(14) Jescheck/Weigend, AT, § 62 IV 2. posta del profesor Bacigalupo cuando nos ense-
(15) Meini, Iván, “Responsabilidad penal de los órganos ñaba en el delito culposo de comisión que el autor
de dirección de la empresa por comportamientos omisivos. debía infringir un deber de cuidado. Entonces el
El deber de garante del empresario frente a los hechos co-
metidos por sus subordinados”, Derecho PUCP, 52 (2000),
España. Este autor peruano entiende que la autoría mediata (16) Bacigalupo, Enrique; “Hacia el nuevo derecho
del autor detrás del autor es perfectamente trasladable al Penal”, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 2006, ps. 267/297.
ámbito de la criminalidad empresarial, aunque las propias Debe verse también: Bacigalupo, Enrique, “Principios
condiciones del funcionamiento de las empresas modernas Constitucionales de Derecho Penal”, Ed. Hammurabi,
impida que ello sea frecuente. Buenos Aires, 1999.

142 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


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primer elemento de la tipicidad es la infracción a la construcción judicial de un tipo para imponer


un deber de cuidado. La no definición legal hace una pena, cuando lo único legal sea un divorcio
que la cuestión se dirima en “cada situación, o sea por injuria o la exclusión hereditaria, con su conse-
que cada caso concreto que se juzgue se requiere cuente efecto patrimonial. No en vano la existencia
concretar cuál era el deber de cuidado que incum- de estos tipos no escritos ha sido rechazada por
bía al autor”. (17) toda la tradición francesa. Incluso en Alemania se
sostuvo su inconstitucionalidad y en la tradición
Así, los delitos impropios de omisión requieren anglosajona ha sido harto discutida y se la acepta
evitar la producción de un resultado: la realización con mucha dificultad, habiéndose objetado con
del tipo depende, por lo tanto, de la producción razón que, ante la inexistencia de tipos escritos, no
del resultado. Según esto los delitos impropios puede resolverse la culpabilidad en función de la
de omisión son sancionados tanto cuando están necesaria ignorancia juris”. (19)
tipificados expresamente, como cuando no lo
están. (18) Ahora bien, la categoría dogmática de la omi-
sión impropia o comisión por omisión ha sido
Claramente en contra de esta postura se pro- utilizada para atribuir responsabilidad penal en
nuncian Zaffaroni, Alagia y Slokar, para quienes, el ámbito de la empresa, no sin haber merecido
por imperio del principio de máxima taxatividad y reparos entre los doctrinarios, que llegaron a
lex strictae, toda omisión debe encontrarse escrita caracterizarla como medio de imputación muy
expresamente. En efecto, refieren los ilustres auto- traumático. (20) La falta de tipificación especial de
res, criticando inclusive las cláusulas de equipa- los delitos impropios de omisión ha hecho nece-
ración existentes en el derecho penal comparado sario que éstos deban ser integrados en tipos que
que “habiendo tipos omisivos impropios escritos, señalan como verbo rector una acción, siempre
no se explica la razón por la cual deba existir una que, respecto del omitente, pese una obligación de
fórmula general para elaborar analógicamente los garantía en relación con el bien jurídico protegido
que no han sido escritos. Los argumentos que se por aquellos tipos. (21)
basan en supuestas dificultades de técnica legisla-
tiva no tienen más sentido que los que se oponían Finalmente es oportuno destacar que las leyes
al numerus clausus en los países que consagraban tributarias prevén deberes de declaración, de
el crimen culpae. La objeción fundada en que inscripción y de información, cuya lesión puede
llevaría al código a una extensión desmesurada es conducir a que los impuestos no sean “determi-
insostenible en medio de un proceso de banaliza- nados o no lo sean a tiempo”. La cuestión no es
ción irresponsable de la ley penal. En síntesis, la vía menor porque puede existir lo que algunos auto-
franca a la construcción analógica de tipos penales res llaman una posición de garante en favor del
en esta materia no tiene otra explicación que una fisco (Kohlmann, Samson, etc.). Lo dicho queda
pretendida etización que retrocede en varios siglos, al margen del “error de tipo” con la consecuente
a la confusión entre moral y derecho: qui peut et exclusión del dolo. (22)
n’empéche, peche, pero no delinque, salvo que
un tipo penal debidamente escrito lo establezca. II. La empresa: ¿aparato organizado de poder?
Es inadmisible que se pretenda salvar la legalidad Se discute en el marco doctrinario si la empresa
penal con el deber emergente de otras leyes, como como tal puede conceptualizarse como una for-
puede ser la civil: el incumplimiento de un contrato ma más dentro del género de aparatos de poder
no es materia del código penal, sino que constituye
un injusto civil y nada autoriza a convertirlo en
(19) Op. cit., p. 581.
penal en ausencia de un tipo escrito; igualmente,
la violación a un deber impuesto por el derecho de (20) Cfr. Cervini, Raúl, “Macrocriminalidad económica.
Apuntes para una aproximación metodológica”, Revista de
familia tiene sus sanciones reguladas en ese mismo Ciencias Penales, Nº 2, 1996, Montevideo, Carlos Álvarez
derecho y, en ausencia de tipo legal, no es admisible Editor, ps. 191/192.
(21) Cesano, José Daniel, Problemas de responsabilidad
(17) Bacigalupo, Enrique, “Manual de derecho penal”, penal de la empresa, www.unifr.ch/derechopenal.
Ed. Temis Bogotá, 1998, ps. 213/214. (22) Maiwald, Manfred; “Conocimiento del ilícito y
(18) Bacigalupo, Enrique, “Manual de derecho penal”, dolo en el derecho penal tributario”, Ed. Ad-Hoc, Buenos
Parte General. Ed. Temis, Bogotá, 1996. ps. 225. Aires, 1997, ps. 95.

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organizados, no implicando una cuestión de acuerdo común o aceptando que éste se produce
menor gravedad, pues la construcción roxiniana tácitamente por el hecho de pertenecer a la organi-
permitiría responsabilizar a un gerente por el zación y aceptar ejecutar la orden, es posible hablar
actuar de un empleado que cumple una orden de coautoría. Pero, aun negando la coautoría y
delictiva trasmitida a través de los diversos esca- aceptando la tesis de la autoría mediata, si hay
lafones existentes. dos autores plenamente responsables —uno de ellos
mediato, en virtud del dominio de la organización,
Claro que la formulación roxiniana no trae
y otro en su calidad de ejecutor directo doloso
complejidades excesivas para su traslado desde
plenamente responsable—, ¿son ellos coautores?
los aparatos estatales a las organizaciones cri-
minales de carácter mafioso, pero en el caso de Recuérdese que una de las particularidades de la
la empresa, debe focalizarse con mayor agudeza autoría mediata en virtud de aparatos organizados
el análisis, pues deberían poder configurarse los de poder, es que no prescinde de la responsabilidad
requisitos conceptuales tradicionales para poder penal del instrumento. Recuérdese también que en
concebirla como aparato de poder, lo cual es más la doctrina tradicional, habiendo dos autores ple-
que dudoso. namente responsables, o habrá coautoría o habrá
autoría accesoria”. (24)
Considera Carlos Julio Lascano que “la solución
más eficaz para un importante sector de la doctri- Conforme a dicha hermenéutica, podría in-
na actual es acudir a la estructura de la omisión terpretarse que se trata de una amalgama entre
impropia para atribuir responsabilidad a los supe- diversas formas de autoría. En efecto, si el ejecutor
riores jerárquicos en la organización empresarial, actúa obedeciendo un plan de la organización
que no hubiesen evitado que el hecho delictivo se que conoce y acepta llevar a cabo —se trataría
ejecutase por parte de sus subordinados. Para ello de un auténtico acuerdo— y lo hace con plena
es necesario acreditar que los directivos ejercían responsabilidad, por no concurrir en él ni error
una situación de competencia específica que les ni coacción —como sería en otros supuestos de
posibilitaba y obligaba a controlar los factores de autoría mediata—, ese plan de la organización a la
riesgo para bienes jurídicos que puedan derivarse que pertenece como su último eslabón, constituye
de las personas o cosas sometidas a su dirección. el primer requisito para predicar coautoría; a él se
No obstante, debemos tener presente que, en tanto le suman la división de funciones que parece evi-
y cuanto la delincuencia empresarial tenga con- dente, y el dominio del hecho (también) por parte
minadas penas privativas de libertad, seguirá
del hombre de detrás, directivo de la organización.
integrando el núcleo duro del Derecho Penal,
Habría, entonces, coautoría entre la autoría directa
debiendo rechazarse categóricamente cualquier
y la autoría mediata.
intento de flexibilizar las reglas de imputación
—como la ampliación de los criterios de autoría Resulta ilustrativa la idea que elabora Carlos
o de la comisión por omisión— como también los Gómez Jara Diez, quien cita la opinión de Heine,
principios político-criminales de legalidad, man-
donde achaca que la empresa no se encuentra
dato de determinación o culpabilidad”. (23)
desvinculada del derecho, pues la totalidad de
Teniendo en cuenta el planteamiento entre la organización no está dedicada a la comisión
Roxin y Jakobs, sobre la admisión de la autoría delictiva, de manera que no se configuraría uno
mediata para uno, como la coautoría para el otro, de los recaudos elementales de esta forma de au-
vale preguntarse tal como lo hace Maximiliano toría mediata. A ello acota Gómez Jara Diez que,
Aramburo si puede haber coautoría entre el autor hoy en día, se considera a la empresa como un
directo y el autor mediato, a lo que dicho autor ciudadano responsable de la sociedad, remarcando
responde que “sólo negando la necesidad del que la misma es una institución clave del sistema

(23) Lascano, Carlos. Teoría de los aparatos organiza- (24) Aramburo, Maximiliano, La delincuencia en la
dos de poder y delitos empresariales. Nuevas formulaciones empresa: problemas de autoría y participación en delitos
en las Ciencias Penales, Marcos Lerner Editora Córdoba comunes, Medellín, octubre de 2006, Universidad EAFIT,
- La Lectura Libros Jurídicos, Córdoba, octubre de 2001, recuperado de: http://publicaciones.eafit.edu.co/index.
ps. 349-389. php/cuadernos-investigacion/article/view/1301/1173.

144 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Carlos Parma y Emanuel Mora

capitalista imperante, todo lo cual refuerza la expuesto, pues su existencia no la convierte en el eje
conclusión de Heine. (25) en el cual se afinca la organización, considerando
que la división del trabajo se caracteriza por su
Señala Gómez Jara que también se ha intentado horizontalidad, y no por su verticalidad. (29) Así,
salvar este escollo recurriendo a la hermenéutica la información relevante no sólo circula de arriba
de reducir el margen de desvinculación del sistema hacia abajo, sino también a la inversa, lo cual ins-
jurídico, de manera que no habría inconveniente tala el concepto de heterarquía, caracterizada la
alguno para englobar a aquellas empresas que se empresa por Gómez Jara Diez como impredecible
desvinculan sólo con respecto a éste o tal delito, y no pronosticable. (30) Aparece la noción de la
como el caso de una multinacional que defrauda incertidumbre claramente.
sistemáticamente al fisco en la determinación
impositiva. (26) El autor antes citado critica férreamente el
criterio de la fungibilidad, partiendo de la alta es-
La cuestión no es menor. “Mediante un profun- pecialización que requiere el mundo empresarial
do estudio realizado por el Instituto Max Planck moderno para determinadas funciones corporati-
de la Universidad de Friburgo, se determinó esta- vas, lo cual, en la opinión del tratadista, extingue
dísticamente que el 80% de los delitos conocidos la posibilidad de considerar que los miembros de
en los últimos tiempos en Alemania se habían la empresa son piezas absolutamente intercam-
realizado en el seno de una empresa (Zuñiga- biables. (31) Claro que, entendemos nosotros,
Rodríguez). (27) esta crítica se relativizaría cuanto menor sea la
exigencia de especialización en el ejecutor, pues
En cuanto a la fungibilidad del ejecutor, la em- allí la fungibilidad cobraría una mayor relevancia,
presa moderna, caracterizada por una marcada de manera que la cuestión parece transitar en
descentralización y funcionalización, conforme qué escalafones podría aplicarse este criterio y en
remarca el jurista antes citado, también apareja cuales no (todos, sólo los más bajos, incluyendo
inconvenientes para subsumirla en la nebulosa los intermedios, etc.).
conceptual de los aparatos organizados de poder.
Como dice Gómez Jara Diez, la idea central está en La cuestión ha generado una verdadera polémi-
definir el funcionamiento empresarial moderno ca que gira alrededor de si se puede ensamblar la
no en forma lineal, sino que la información circula responsabilidad empresaria dentro de un aparato
a partir de una red de información descentralizada de poder. En las empresas —Meini—, a diferencia
con conexiones transversales (28), lo cual com- de los aparatos organizados de poder estatales,
plejiza enormemente el flujo de la información y no se persigue mantener o incrementar niveles
con él, la forma de circulación de las órdenes en de poder con una estructura de organización y de
el marco empresarial. mando correspondientemente estricta. Incluso,
cuando se compara una organización mafiosa con
En lo que respecta a la trascendencia de la je- una empresa, se advierte que la sola pertenencia al
rarquía, también ella se observa relativizada en la grupo da a entender que quien recibe la orden está
fenomenología empresaria, amén de lo ut supra dispuesto a cometer el hecho delictivo, cuestión
que no se puede predicar de la pertenencia a una
(25) Gómez-Jara Diez, Carlos: “¿Responsabilidad pe- empresa. Todo esto, se dice, impediría que exista
nal de los directivos de empresa en virtud de su dominio de un dominio sobre la organización en el ámbito
la organización? Algunas consideraciones críticas”, artículo de una empresa.
publicado en la obra “Cuestiones actuales del sistema penal:
Crisis y desafíos”, Ara Editores, 2008, Lima, Perú, ps. 349/350. Volviendo al tema de la jerarquía, se afirma que
Sobre la conceptualización de ciudadano responsable, ver la ya mencionada descentralización y funciona-
Gómez Jara Diez, “La culpabilidad penal de la empresa”, lización, que lleva sin paradas intermedias a la
Madrid, 2005, ps. 248 y sgtes.
heterarquía y con ello a la incertidumbre, todo
(26) Ibídem, p. 351. lo cual flexibiliza la estructura jerárquica, de ma-
(27) Zuñiga-Rodríguez, Laura, “Las consecuencias
penales de los hechos cometidos por entes colectivos”, en
2º Congreso Internacional de Derecho Penal, Lima, 1997, (29) Ibídem, p. 354.
ps. 351. cit. Rojo Javier, en LL 28/1/2008. (30) Ibídem.
(28) Ibídem, p. 352, con citas de Schünemann y Heine. (31) Ibídem, p. 358/359.

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DPyC Penal Económico doctrina

nera que pierde fuerza el concepto de autoridad conducción del comportamiento, lo cual no se
superior con poder de mando, descartándose una configura en la realidad empresarial. (33)
rígida linealidad que haga posible la cadena de
mando roxiniana. Véase que los miembros de un En cuanto a la crítica que realiza Gómez Jara
aparato de poder (léase narcotráfico, terrorismo, Diez (34), el mismo parte de que el dominio de
entre otras), como organización mafiosa saben la organización, conforme a la deconstrucción
perfectamente que forman parte de tal organiza- roxiniana, parte de la certidumbre de que la orden
ción y conocen y quieren los hechos antijurídicos se cumplirá por parte del inferior, no obstante el
que realizan. Existe en ese contexto un “temor- ablandamiento de este topos con el baremo de la
respeto” que nace desde la subsistencia inmediata altísima probabilidad. Entiende el tratadista que
mínima de todos los miembros. En tanto en la ejerce la crítica que resulta una gran contradicción
empresa económica será poco habitual que los afirmar dicha certeza pero, simultáneamente,
subordinados persigan, a sabiendas, un objetivo admitir la responsabilidad penal del ejecutor,
ilícito cuando cumplan las órdenes, o que actúen basada en su libre decisión por el injusto, lo cual
con conocimiento de que con sus actuaciones se traslada a la consideración de la famosa cadena
parciales están contribuyendo a un hecho global de autores mediatos. Con ello, el jurista llega a un
delictivo planeado por el directivo. Todo esto punto neurálgico cuando afirma que existe una
habla en contra de que en la empresa se pueda disyuntiva: o se afirma la mera probabilidad del
apreciar con carácter general una predisposición cumplimiento de la orden, negándose la alegada
del subordinado para ejecutar un hecho ilícito, es certeza, careciendo el hombre de atrás del domi-
decir que el “entuerto” no es lo común. De aquí se nio fundamentador de la autoría; o bien se afirma
sigue que será poco frecuente que el hombre de la certeza absoluta, perdiendo responsabilidad el
ejecutor, en virtud de su instrumentalización. El
detrás pueda ser considerado autor mediato en
juego de silogismos por los cuales el hombre de
virtud del dominio sobre la organización, pues
atrás domina a la organización y ésta domina al
no podrá valerse de una predisposición que, por
ejecutor no impide arribar a dichas conclusiones,
lo general, no existe.
según el crítico citado. Esto reedita la cuestión de
Es lógico pensar que la empresa se organice en la autoría mediata por dominio de la organización
función del reparto del trabajo, en donde operan como mera instigación o como autoría, tema por
diferentes mecanismos de coordinación y dele- demás antiguo en el tratamiento dogmático.
gación, lo común será que si hay autoría mediata
Como conclusión, afirma Gómez Jara Diez, las
ésta se fundamente en el error del empleado. (32)
discusiones dogmáticas no toman en cuenta, como
Aparece una variable muy importante: la distancia punto neurálgico, que la organización empresarial
con el hecho. Conforme se desciende por la esca- se domina a sí misma. De esta forma, entiende el
lera jerárquica, menos información se poseerá, jurista que resultaría factible la construcción de
pero, a cambio, se intervendrá causalmente con un nuevo nivel de responsabilidad: el de la propia
mayor relevancia en la realización del hecho y, por empresa, contrapuesto a la responsabilidad penal
lo tanto, serán frecuentes las actuaciones impru- individual. Estos estamentos diferenciados de
dentes, es decir que se hagan sin dolo. responsabilidad, si bien permitirían advertir re-
Resulta valiosa la cita de Thomas Rotsch, efec- laciones mutuas, separarían los diversos ámbitos
de punibilidad, en donde el dominio de la orga-
tuada por Gómez Jara Diez, cuando aquél afirma
nización adquiriría utilidad explicativa.
que debe negarse que exista una automatización
que haga posible la instrumentalización y el con- En esta hermenéutica, las responsabilidades
trol por parte del órgano empresarial superior, diferenciadas, concurrentes según la opinión del
pues ello presupondría una previsibilidad de las maestro de Múnich en su concepción general de
consecuencias de la acción y la capacidad de la los aparatos de poder, permiten fundar la fuente
de las mismas en dos causas distintas: el dominio
(32) Heine, Die strafrechtliche Verantwortlichkeit von del hecho en la individual, y el dominio de la
Unternehmen, ps. 33 ss. y Häcker, en Müller-Gugenberger
- Bieneck (Hrsg.), Wirtschaftsstrafrecht, § 19/5. Reciente-
mente, Hilgers, Verantwortlichtkeit von Führungskräften, (33) Ibídem, p. 360.
p. 109. (34) Ibídem, p. 361 y sgtes.

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organización en el plano empresario (opinión de Visto así, si una misma acción humana genera dos
Heine). Así, la cuestión fincaría en admitir que la títulos de imputación jurídico-penal, demuestra
ejecución individual es obra tanto de la persona ello que la empresa responde en forma objetiva,
física (ejecutor) como de la persona jurídica, vale consagrándose una modalidad compatible con el
decir, existirían dos injustos, uno del propio eje- versari in re ilícita, lo cual no puede aceptarse.
cutor o comitente, y otro de la propia empresa.
De tal modo, el principio de autoresponsabilidad Vale la pena citar la opinión de Zaffaroni, Ala-
operaría, separadamente, en ambos niveles, pero gia y Slokar, por su evidente valor en este punto.
no entre ambos niveles. Dicen los tratadistas: “el impulso para dotar a
las personas jurídicas de capacidad delictiva
Si bien es interesante la posición sustentada proviene de corrientes positivistas criminológi-
por Gómez Jara Diez, puede advertirse que ella cas y en general de las que son tributarias de la
arriba casi a la misma solución final que la tesis llamada defensa social, es decir de concepciones
roxiniana, en el caso de que se la traslade al de fondo organicista. Posteriormente se sumaron
fenómeno empresario, sólo con la variable de argumentos de dirigismo estatal; en cambio en
que, por la vía de la abstracción de dos injustos la actualidad pesan criterios de diferente signo
(solución más que dudosa), se afirma que existen ideológico, como los que provienen del desarrollo
dos niveles separados de responsabilidad penal, del derecho económico, la defensa de la ecología
pero basados en un único hecho, de manera que y de los consumidores y, fundamentalmente, de
se configuraría una suerte de concurso ideal sub- criterios de defensa social para la lucha contra el
jetivo o de personas en un mismo delito, pues una crimen organizado (narcotráfico, lavado de dine-
misma conducta fundamenta la responsabilidad ro, mafia y corrupción pública). Pero, con todo,
del ejecutor y, separadamente, de la empresa. los argumentos que estos discursos punitivos
Decimos concurso subjetivo en contraposición al ensayan no alcanzan a inhibir el peligro de una
tradicional concurso de delitos, que es objetivo, tesis que altera gravemente el concepto de acción
pues en este último y en un mismo autor con- y su función política limitante, especialmente
curren dos o más tipos penales, mientras que la cuando nada impide que el propio juez ejerza
tesis de Gómez Jara Diez consagra un concurso coacción reparadora y coacción directa sobre
subjetivo, pues en un mismo tipo concurren dos las personas jurídicas. En conclusión, la pena
o más autores a realizarlo (individuo-empresa). no resuelve conflictos, y el reconocimiento de la
Cabe la pregunta de si Gómez Jara Diez admite naturaleza no penal del poder ejercido por los
una coautoría entre la empresa y el ejecutor, lo jueces sobre las sociedades civiles o comerciales
cual choca con el problema de que es una misma tiene la ventaja de someterlas a un modelo de
persona (física) la que comisiona la totalidad solución efectiva, en vez de sujetarlas a una mera
delictiva, desembocando en un absurdo en esa suspensión del conflicto. Desde esta perspecti-
hipótesis. va, quizá someterlas a otro orden de sanciones
posiblemente contribuya a eludir la extrema se-
Claro que la mayor objeción contra la solución lectividad sancionatoria del poder punitivo que,
propuesta por Gómez Jara Diez, testeada su tesis en el caso de penas a las personas jurídicas, se
desde el plano óntico y prescindiendo de postu- traduciría en una incidencia mucho mayor sobre
ras puramente idealistas, radica en la palmaria las pequeñas y medianas empresas”. (35)
incapacidad de acción que presentan las personas
jurídicas, pues el artificio ideado por el jurista en Si bien es interesante y creativa la posición de
comentario conlleva a una multiplicación de la Gómez Jara Diez y por demás polémica la carac-
reacción penal en virtud de una doble imputa- terización de “aparato de poder” a la empresa,
ción, donde la acción del agente humano no sólo consideramos que no se pueden tomar posiciones
se atribuye a su individualidad, sino también al apresuradas en este tópico, de manera que resulta
ente empresarial. Esto, claro está, pervierte la no- prudente esperar una mayor evolución de la tesis
ción básica de conducta, entendida como acción para verificar su certeza o yerro, lo cual, claro está,
humana voluntaria dirigida finalmente, pues no no le quita valor.
queda claro cuál es el fundamento del título de la
imputación a la empresa, que es incapaz de obrar
en forma humana y voluntaria, como es evidente. (35) Ob. cit., p. 428.

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DPyC Penal Económico doctrina

III. Delitos desde la empresa y dentro de la A lo que dice lo siguiente: “la determinación
empresa de la responsabilidad penal no se sustenta en el
dominio fáctico-individual sobre la ejecución del
La imputación penal en el ámbito de las empre- hecho, sino en la competencia por el hecho. En este
sas constituye un tema fundamental del derecho contexto de ideas, los miembros de la empresa
penal económico debido al desplazamiento que la que intervienen en las actividades empresariales
empresa ha hecho del comerciante individual en mantienen sus propias competencias de organi-
su papel hegemónico dentro del mercado. Como zación e institucionales, de manera que en caso
punto de partida para llevar a cabo la exposición de defraudación deberán responder penalmente
del tema de la imputación penal en el ámbito de por ello. Pero debe señalarse que este ámbito per-
la empresa consideramos conveniente seguir la sonal de responsabilidad penal de los sujetos que
clasificación, asumida por la doctrina penal de participan en la organización de una empresa se
forma casi mayoritaria, que distingue entre los ve ampliado en la actual configuración de nuestro
delitos cometidos dentro de la empresa (Betrie- sistema penal, precisamente porque el rechazo de
bskriminalität) y los delitos cometidos desde la la responsabilidad penal de las personas jurídicas
empresa (Unternehmenskriminalität). Mientras deja abiertos considerables vacíos de punibilidad
los primeros se refieren a los delitos cometidos en que deben cubrirse con los ámbitos de competen-
el seno de la empresa por un órgano de la empresa cia de sus miembros. Se carga así a los miembros
contra otros órganos o la empresa misma, los se- de la empresa con mayores competencias de or-
gundos abarcan los delitos que la empresa realiza ganización e institucionales que las estrictamente
como sujeto participante en el sistema económico. personales. En cualquier caso, la idea central es
Esta distinción influye en la perspectiva de análisis que la responsabilidad penal de los miembros de
jurídico-penal. la empresa no depende del aporte fáctico en el
hecho, sino de la competencia por el mismo, lo que
Así, el profesor Percy García Cavero considera requiere determinar si el delito cometido desde
que “los miembros de la empresa no son hechos res- la empresa es un delito de dominio o un delito de
ponsables por aspectos de la esfera de organización infracción de un deber, pues el rol atribuido y las
de la empresa misma, sino por interior de la em- competencias infringidas se configuran de forma
presa. En tanto los miembros de la empresa tienen distinta”. (37) Así, en el caso concreto de los delitos
una esfera de organización propia, tendrán que ob- de dominio, el criterio central de imputación se
servar en su desarrollo personal tanto el mandato encontrará en el rol general de ciudadano que
general de no afectar a terceras personas como las poseen todos los sujetos que participan en la or-
competencias institucionales que les correspondan ganización de la empresa. Los distintos miembros
por su función dentro de la empresa”. (36) de la empresa que hayan infringido individual o
El profesor peruano, seguidor de Jakobs, expresa conjuntamente este rol general deberán responder
que la diferenciación que se destaca entre delitos penalmente por ello.
empresariales cometidos desde la empresa y den- Como toda empresa, ésta tiene como fin un
tro de la empresa, es interesante ya que permite lucro, es decir, el objeto de repartir sus utilidades
destacar el nivel de imputación desde distintos entre los asociados, de esta manera, también como
puntos, a la hora de hablar de la defraudación de poseen activos tienen pasivos que bien se consti-
expectativas, a lo que toma desde la estructura tuyen en deberes y obligaciones, por lo que dentro
verticales y horizontales de la empresa la figura de estas obligaciones pueden presentarse actos de
de los roles como forma de clarificar la autoría y cumplimiento como también actos fraudulentos,
participación en los delitos empresariales. de allí es que se puedan cometer delitos desde la
empresa y de la empresa, pero interesándonos
sólo en el campo desde la empresa, son los directi-
vos, como los funcionarios o subordinados de éste,
(36) García Cavero, Percy. La imputación jurídico- quienes deben responder por un acto delictivo.
penal a los miembros de la empresa por delitos de dominio
cometidos desde la empresa. CIIDPE http://perso.unifr.ch/
derechopenal/assets/files/obrasportales/op_20091005_03.
pdf Conferencia pronunciada en Universidad Andrés Bello.
Viña del Mar (Chile), del 16 al 18 de noviembre de 2006. (37) Ibídem.

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IV. Actuar en lugar de otro: algunas conside- Jakobs asume la competencia por organización no
raciones generales como organización de poder sino como estructura
puramente normativa a través de la injerencia.
Se utiliza el concepto de “actuar en lugar de otro”
cuando se quiere imputar penalmente a algún di- De manera simple diremos que el actuar en
rectivo de la empresa por un delito especial donde lugar de otro se da cuando quienes actúan no
el sujeto físico no posee las características exactas reúnen en sí mismos las cualidades, condiciones
indicadas en el tipo penal para responder por el y características típicas para ser autores del delito,
delito. Se intenta entonces resolver un problema las que sí están presentes en la persona en cuyo
de responsabilidad que se plantea en los delitos nombre se actúa.
especiales (léase por ejemplo: “responsable tribu-
tario”, “beneficiario”, etc.). Se ha dicho, en torno a los delitos socioeconó-
micos, que el “actuar en lugar de otro” tiene una
Schünemann (38) da significación a la gran estructura simple: un extraneus que tiene acceso
criminalidad que ha marcado a lo largo de estos al dominio social del intraneus, y sirviéndose de
años en la denominada responsabilidad penal del este dominio al que accedió, realiza la conducta
representante, pues cuando el empleador o empre- prohibida por el tipo, de modo equivalente a la
sario es una persona jurídica, sólo puede actuar que podría haber realizado el intraneus. (39) El
en su lugar una persona física, esto no se trata de profesor Gracia Martín (40) muy genéricamente
otra cosa que de hablar sobre la transmisión de la señala a quien actúa en lugar de otro, refiriéndose
posición de garantía, es decir del dominio sobre a todos estos terceros que acceden a un ámbito
el fundamento del resultado. Ahora, debido a esa de actividad ajeno para realizar tareas relaciona-
transmisión del dominio, es el modo en que el das con aquellas actividades. Silva Sánchez trae
administrado o encargado, que es quien dirige el tranquilidad a la legalidad entendiendo que la
respectivo proceso de trabajo, a partir de ese mo- aplicación será para los delitos contenidos en la
mento, mientas actúa como sub delegado, debe parte especial del derecho penal. (41)
transformase como un deber de control. De este
modo la posición de autor se infiere por completo Delinearemos aquí, siempre vinculándolo al
reparto del dominio. fenómeno empresarial, aquellos supuestos don-
de la persona jurídica reviste la calidad subjetiva
El citado tratadista concluye que la responsabili- requerida en el tipo pero, no obstante, no así su
dad penal por el actuar en lugar de otro constituye, representante, quien es el ejecutor del hecho.
junto con la denominada responsabilidad del su-
perior de la empresa (es decir, la responsabilidad Pretender trasladar la cualidad requerida en
de los miembros superiores de la empresa por el el tipo al actuante, sin ningún respaldo legal, im-
comportamiento de los empleados a su cargo a plica una clara afrenta al principio de legalidad,
raíz de una posición de garante), el capítulo más puesto que su resultado es la criminalización del
importante del derecho penal económico y espe- administrador, aun cuando no reviste el carácter
cialmente empresarial en la teoría y práctica. de intraneus. Evidentemente, debe existir, cuanto
menos, una disposición legal que autorice dicho
De este modo, para el profesor de Múnich hablar traslado.
de posición de garantía es la solución perfecta para
dar solución a los problemas político-criminales, Se han realizado varias consideraciones en la
ya que se imputa penalmente a quien domina el doctrina al respecto. Sin ostentar una pretensión
respectivo ámbito social en el que se origina los de exhaustividad, analizaremos algunas de las que
riesgos y decide también acerca de la lesión de consideramos más relevantes:
los bienes jurídicos tutelados, así como cuando
(39) Rojo, Javier, “La actuación en lugar de otro en el
derecho penal”, en L.L., 28/01/08, 2008-A, ps. 3.
(38) Schünemann, Bernd, “Aspectos puntuales de la
dogmática jurídico penal: El dominio sobre el fundamento (40) Gracia Martín, Luis, El actuar en lugar de otro
del resultado: base lógica-objetiva común para todas las en derecho penal, Prensa Universitarias de Zaragoza, Za-
formas de autoría incluyendo el actuar en lugar de otro”, ragoza, 1986, p. 60
Grupo Editorial Ibáñez y Universidad de Santo Tomás, (41) Silva Sánchez, Jesús, “Consideraciones sobre la
2007, ps. 195/228. teoría del delito”, Ed. Ad-Hoc Buenos Aires, 1998, ps. 180.

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a) Posición de Percy García Cavero las teorías esbozadas para delimitar el contenido
de dicha actuación.
El citado profesor analiza la forma en la cual
debe ser interpretado el art. 27 (42) del Código Según la tesis del interés, el representante debe
Penal de su país, el Perú, el cual regula la actua- obrar, si bien dentro de sus funciones, pero siem-
ción en lugar de otro, aunque circunscribiéndolo pre en interés pecuniario de la empresa. De esta
a las personas jurídicas. De tal modo, el jurista forma, si el mandatario ejecutor actúa en su pro-
estratifica su análisis, requiriendo el cumplimiento pio interés económico, se descarta la modalidad,
de cuatro aspectos o circunstancias para que se pues deja de actuar como órgano representativo
configure la situación aquí planteada: de la empresa.

1. Relación de representación (43): es decir, La teoría opuesta es la tesis de la función, en


quien no reúne la calidad subjetiva típica debe donde el interés no juega rol alguno, precisán-
actuar en calidad de mandatario o representante dose la cuestión puramente a partir de actuar el
de la persona jurídica que sí cuenta con dicha ca- ejecutor dentro del círculo de tareas y deberes
lidad subjetiva. Se le critica a este criterio el dejar que asume mediante la representación. Se trata
al margen a quien, de hecho, se arroga facultades de un baremo objetivo que apunta a la relación
de representación sin tenerlas. funcional empresa-representante. Si el delito es
cometido por el representante, apareciendo éste
El tratadista en comentario distingue las so- como ejerciendo el rol pertinente, se configurará
luciones según se trate de delitos especiales de el actuar en lugar de otro.
dominio, caracterizados como aquellos que se
ejecutan en un contexto especial, vale decir, serían 3. Realización del tipo penal (46): No requiere
delitos situacionales; separándolos de los tradi- mayores precisiones: el representante debe come-
cionales delitos de infracción de un deber. En los ter el injusto, mas éste debe poder serle imputado
primeros, el riesgo se configura en una especial como obra propia, es decir, debe ser posible realizar
situación, de manera que “la competencia por el el juicio de imputación objetivo-subjetivo, de ma-
dominio de ese riesgo lo puede asumir cualquiera nera que, p. ej.: a un gerente no se le podría atribuir,
que entre a dominar el ámbito de actuación de la por su mera calidad de tal, el hecho cometido por
persona jurídica en la que se incardina el riesgo un empleado de la empresa. Lo contrario consa-
que configura el delito especial (44)”. En cambio, graría el tan temido versari in re ilícita.
en los delitos de infracción del deber, basándose
éstos en la mera titularidad del deber de origen 4. Concurrencia en la empresa de las calidades
institucional, su fidelidad sólo podría trasladarse típicas (47): Vale decir: los elementos especiales del
a quienes ejercen de iure la representación, pero autor deben concurrir en la empresa, no así en el
no a quien se la arroga fácticamente. representante, pues de lo contrario no se configu-
raría un actuar en lugar de otro, sino una actuación
2. Debe actuarse como representante (45): Si propia. García Cavero excluye los casos donde se
bien la cuestión no precisa, en su enunciado, de- requieren ciertas cualidades de carácter persona-
masiadas aclaraciones, sí merece la pena remarcar lísimo (funcionarios, etc.), cualidades especiales
personales (edad, sexo, etc.), pues no resultaría
factible la representación. No sería el caso de las
(42) Su texto dice: “El que actúa como órgano de repre- relaciones personales especiales, como ser deudor,
sentación autorizado de una persona jurídica o como socio
representante autorizado de una sociedad y realiza el tipo comerciante, etc., las cuales incluye dentro de la
legal de un delito es responsable como autor, aunque los órbita de actuación en representación de otro.
elementos especiales que fundamentan la penalidad de este
tipo no concurran en él, pero sí en la representada”. b) Posición de Alex van Veezel
(43) García Cavero, Percy, “Lecciones de derecho pe-
nal: Parte general”, Ed. Grijley, Lima, Perú, 2008, ps. 596/7. El destacado profesor de la Universidad de
(44) Se ejemplifica con el caso del sujeto que, sin poder
Chile, partiendo de la diferenciación tradicional
de representación, retiene indebidamente divisas, arro-
gándose fácticamente la administración de la cual carece
legalmente (art. 260 del CP del Perú —op. cit.; p. 596—). (46) Ibídem, p. 598.
(45) Obra citada, ps. 597/598. (47) Op. cit., ps. 599/600.

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entre deberes negativos y positivos, catalogados llos que están bajo la supervisión” del omitente,
los primeros como dirigidos a no violar el neminen en el caso del delito de empresa. (50)
laedere y los segundos a mejorar la situación de
otro, de manera que los primeros se destinan a Retomando la cuestión, aceptamos que la pos-
las personas no vinculadas especialmente entre tura indicada por van Veezel se emparienta con
sí, al contrario de los segundos (48), comienza el funcionalismo sistémico. Recurre al criterio de
por construir, a partir de la noción de competencia las expectativas, las cuales el derecho penal debe
emparentada con el funcionalismo sistémico, una reforzar, estabilizándolas mediante la imposición
diversa posición de garante según se deba cumplir de pena contra aquellos comportamientos adver-
un deber negativo o uno positivo. Con ello, pierde sos. De esta forma, se consigue la estabilidad de la
trascendencia la cuestión causal, recurriendo a norma infringida, siempre según esta corriente.
soluciones normativas a partir del criterio de la
evitabilidad, para lo cual se afinca en el concepto De lleno en el meollo de la cuestión, considera
de deber que subyace en lo evitable, que es el el autor en cita que “las cualificaciones personales
comportamiento. son fórmulas que aluden a la posición de deber en
que se encuentra el sujeto activo de delito (...) re-
En tal hermenéutica, la normatividad de la fiere al deber positivo o negativo que fundamenta
solución de van Veezel parte de una atribución la posición de garante (...) las razones por las cua-
de responsabilidad que se origina, como dijimos, les (...) es garante pueden ser muy variadas, y van
en la competencia por el comportamiento, para desde la creación de un riesgo especial (...) hasta
lo cual se precisa necesariamente de un deber el desempeño de un rol institucional (51)”. Así, el
infringido. Sólo puede estar obligado a evitar jurista arriba a la conclusión de que la actuación
el comportamiento quien ostenta una posición en lugar de otro, donde se plantea tradicional-
de garante fundada en un deber, sea negativo o mente una afrenta al principio de legalidad por
positivo. carecer el actuante de la calidad competencial,
no es más que una declaración de competencia
En la doctrina chilena se ha dicho de forma realizada toscamente por el legislador (52), pues
más que simple que “está en posición de garante el destinatario de las expectativas de conducta no
la persona que en el evento del peligro que afecta es la persona jurídica, la cual carece de capacidad
a un bien está obligada a actuar”. (49) En nuestra de acción, sino sus órganos de representación legal,
opinión el garante será responsable de no haber quienes son los que realizan el comportamiento y
evitado el resultado de un delito no sólo por haber quienes resultan garantes de evitar la infracción
infringido un deber formal, sino cuando además del deber positivo o negativo. El profesor chileno
haya tenido la capacidad de acción y el poder real reflexiona en torno a quiénes son responsables
de evitarlo. Este punto de vista ha sido formulado por el manejo empresarial: “sin duda que no lo es
afirmando como principio de la imputación que la persona jurídica en cuanto tal, y en ocasiones
la omisión de evitar un resultado, que ésta sólo es ni siquiera lo son sus más altos directivos, sino
equivalente a la acción de producirlo cuando el aquellas personas a quienes corresponde adoptar
omitente disponga de “un poder de dominio sobre las decisiones relevantes (53)”.
la causa del resultado”. Asimismo se indica, a tales
efectos, que “el deber de garante se conecta con un Es muy interesante la posición del destacado
momento real, consistente en asumir el dominio joven jurista chileno, pues hace radicar el título
sobre una ‘fuente de riesgos personales’ de aque- de la imputación no en la propia calidad del autor

(50) En la doctrina española y en especial el C.P.E. La


posición de garante deriva de la existencia de un deber
formal emergente de la ley o de un contrato —art. 11 a— o
(48) Van Veezel, Alex, “La ciencia penal en la Uni- del deber emergente de una especial posición respecto
versidad de Chile”, libro homenaje a los profesores del del bien jurídico —art. 11, b— y de la equivalencia de una
Departamento de Ciencias Penales de dicha Universidad, omisión con una acción.
editado por la misma en 2013, p. 297.
(51) Ibídem, p. 300.
(49) Garrido Montt, Mario, “Nociones fundamen-
tales de la teoría del delito”, Editorial Jurídica de Chile; (52) Op. cit.; p. 301.
Santiago de Chile, 1992, ps. 187. (53) Ibídem, p. 307.

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DPyC Penal Económico doctrina

en cuanto tal, sino más bien en su actividad, en su contrato de leasing, que en beneficio propio o de un
posición social en el intercambio producido en el tercero dispusiere, gravare o perjudicare los bienes
mercado, aunque es una tesis que merecería una y de esta manera defraudare los derechos de los co-
mayor corroboración para su aceptación. contratantes”. Como se aprecia, sólo el cualificado
es tenido en consideración para la violación del
En efecto, y si bien se excede el marco de los mandato, pero no su representante, con lo cual
delitos de empresa, cuando la ley se refiere al fun- parece necesaria allí una regla que contemple el
cionario público, por ejemplo, está englobando, actuar en lugar de otro. Criminalizar al apoderado
justamente, el rol del autor en su misma persona, del titular fiduciario, lisa y llanamente, violaría el
de manera que sólo el intraneus podría ser consi- principio de legalidad.
derado autor del hecho, pues las expectativas de
conducta, empleando terminología funcionalista c) La regla de “actuar en lugar de otro” en el
sistémica, a él se dirigen, y no al otro actuante. derecho argentino

Mas las aclaraciones de van Veezel, sin duda, Si bien no es derecho vigente, la “Comisión para
permiten mejorar la técnica legislativa para re- la Elaboración del Proyecto de Ley de Reforma,
dactar, a futuro, nuestros tipos penales, de manera Actualización e Integración del Código Penal de
de hacer foco en quien es el que, en definitiva, la Nación”, presidida por el eminente Eugenio Raúl
decide una determinada cuestión en el marco de Zaffaroni, redactó un artículo (el número 10) por
la empresa, y que no es la persona jurídica, sino el cual se contempla una regla de actuar en lugar
el empresario, quien es el responsable final de las de otro, éste es su texto actual:
decisiones.
“Art. 10
Por nuestra parte, entendemos que la posición
del profesor de la Universidad de Chile podría ser Actuación en lugar de otro
aceptable en el caso de que el tipo penal permita
1. El que actuare como directivo u órgano de
una interpretación abierta, lo cual trae a colación
una persona jurídica, o como representante legal
el problema de la ley penal en blanco, a manera
o voluntario de otro, responderá por el hecho
de abarcar como autor a todo aquel que desarrolle
punible aunque no concurrieren en él las cali-
una determinada actividad e independientemente
dades legales del autor, si tales características
de su especial posición en la misma, pues allí se
correspondieren a la entidad o persona en cuya
estaría enfatizando la fuente de peligro, pero no
representación actuare.
la calidad competencial en sí. Por ejemplo, el art.
174, inc. 1º del CP argentino, que criminaliza al 2. Lo dispuesto en este artículo será aplicable
“que para procurarse a sí mismo o procurar a otro aun cuando el acto jurídico determinante de la
un provecho ilegal en perjuicio de un asegurador o representación o del mandato fuere ineficaz”.
de un dador de préstamo a la gruesa, incendiare o
destruyere una cosa asegurada o una nave asegu- Es por demás saludable que se intente incluir
rada o cuya carga o flete estén asegurados o sobre en el texto penal argentino una norma general
la cual se haya efectuado un préstamo a la gruesa”, expresa que permita evitar situaciones injustas,
piénsese en el caso del directorio que decide el como el ejemplo que dimos del representante del
incendio del inmueble de la compañía a efectos titular fiduciario, de manera de abarcar a aquel
de estafar al asegurador y lograr que la persona que, sin reunir las características cualificadas que
jurídica sea acreedora de la suma asegurada. Cla- lo convertirían en intraneus, realiza la conducta
ramente, se hace foco en la actividad, traducida a por sí.
fuente de riesgo, y no en la calidad del autor.
Nota esencial en el texto del anteproyecto es la
No permitiría a nuestro criterio esta extensión relación de representación entre el actuante no
interpretativa aquellos casos donde la ley hace cualificado y el no actuante cualificado, no res-
expresa referencia a la calidad competencial del tringiéndose el alcance únicamente a las personas
autor, como es el caso del art. 173 inc. 12 del CP, jurídicas, sino a cualquier tipo de representación,
que penaliza al “titular fiduciario, el administrador legal o convencional, incluyéndose las personas
de fondos comunes de inversión o el dador de un físicas como intraneus.

152 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


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Otra cuestión relevante es que se incluye al re- Tal como lo admite este tratadista citado, este
presentante de hecho, el que asume fácticamente moderno derecho penal se orienta a “la pro-
el mandato, pues la nulidad del título no impide tección de ‘nuevos’ objetos, sobre todo del orden
la aplicación de la regla (inc. 2º), resultando este económico, que remiten a sustratos de carácter
otro punto destacable, pues evita lagunas de colectivo”. (56) Según los críticos de la postura que
punibilidad. acepta esta “modernización” del derecho penal,
el bien jurídico resultaría licuado, oscurecido en
Claro que esta hermenéutica, muy superior al sus límites y contornos, de manera que finalizaría
sistema actual del digesto argentino, que ni siquie- transformándose o reduciéndose a la expresión
ra contempla una regla específica, aún no es dere- de voluntad legislativa, con lo cual se abriría paso
cho positivo, de manera que resultará esencial el a una suerte de voluntarismo estatal, derivado
debate no sólo en la Argentina, sino en toda Amé- en el mantenimiento de determinados sistemas
rica Latina, para lograr el pleno respeto al principio considerados útiles (p. ej.: la normal competencia
de lex strictae, evitando artificios dogmáticos que del mercado, cuando su distorsión es penalizada,
llenen las tan temidas lagunas. La cuestión, como como ocurría con la ley 22.262, ya derogada en
es de público conocimiento, no está cerrada, de la Argentina), pero recurriendo a nociones abs-
manera que resulta positivo el debate doctrinario tractas, en desmedro de una caracterización más
para el hipotético texto legal futuro. concreta, como ocurriría con los bienes jurídicos
individuales.
V. Bienes jurídicos colectivos: ¿cuál es su
papel en la sociedad del siglo XXI? Se remarca, por parte del discurso crítico de la
modernización, la proliferación de los delitos de
Baigún enseñaba: “Para nosotros el bien jurídico peligro abstracto, motivada en el auge de la socie-
es el orden económico, traducido como regulación dad de riesgo, en donde el peligro que conllevan
normativa de la producción, distribución y consu- las nuevas tecnologías es aceptado como un precio
mo de bienes y servicios pero, además, reflejo de necesario si es que se desea la continuidad de
las relaciones sociales emergentes del mercado, dicho progreso. En esta hermenéutica, los tipos
dicho de otro modo, el orden económico no sólo penales de peligro abstracto implicarían una clara
está condicionado por el entramado normativo, anticipación de la punibilidad, por adelantarse
sino por el conjunto de relaciones sociales que se a la lesión o puesta en peligro concreto del bien
enhebran en las distintas instancias del itinerario, jurídico individual. Estos delitos, como es sabido,
desde la creación del producto hasta su destino reciben la crítica de falta de definición de sus
final”. Apuntalando siempre “que genere dañosi- contornos, pues toda conducta que se muestre,
dad social”. (54) aunque sea simbólicamente, apta para generar
ese riesgo, bastará para que se configure la “ofen-
Ilustra Gracia Martín que se han generado dos sa” al bien colectivo. Subrepticiamente, se acusa
corrientes (55) en torno al catalogado “derecho a dichos tipos penales de violar el principio de
penal moderno”, dentro del cual cabe incluir al lesividad (por no requerir un peligro real), además
llamado “derecho penal económico” y, como de constituirse en delitos de pura desobediencia
acápite de este último, a los delitos de empresa: al deber.
una de ellas de resistencia a los cambios, basado
en la idea de que esta modernidad implicaría la Es interesante la reflexión de Gracia Martín al
renuncia a las conquistas del derecho penal liberal respecto, cuando en referencia a la puesta en pe-
(principio de lesividad, de culpabilidad, garantías ligro concreto de estos bienes jurídicos colectivos
procesales, etc.), mientras que la corriente ad- expone que “respecto de objetos macroscópicos y
versaria proclama la necesaria adaptación de las gigantescos como el patrimonio de la hacienda
estructuras jurídicas a la nueva fenomenología pública o el ambiente, los posibles efectos para ellos
económica. de una conducta individual de defraudación de
una cuota tributaria o de un vertido con grados de
(54) Baigún, David, “Integración regional y delitos concentración de metales pesados superiores a los
económicos”, en AA.VV., Teorías actuales del derecho penal, permitidos, respectivamente, son hasta tal punto
Ed. Ad-Hoc, Buenos Aires, 1998, ps. 495.
(55) Ob. cit.; cap. 1, títulos IV y V. (56) Ibídem, p. 72.

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DPyC Penal Económico doctrina

insignificantes que su comprensión como lesión o hermenéutica, la “lesión” al bien jurídico colecti-
como peligro concreto de aquéllos substratos sólo vo, justificada en una pretendida anticipación de
podría sustentarse en una ficción”. (57) Sin realizar la tutela del bien jurídico individual, se traduciría
un análisis puramente cuantitativo, mediante el en la praxis en un pintoresco juego dialéctico de
cual sería posible verificar siempre el perjuicio, por estirpe hegeliano, en donde el quebrantamiento
mínimo que sea, una perspectiva cualitativa de la de la norma flanqueante (p. ej.: orden económico,
afección permite verificar que la acción delictiva, seguridad financiera, etc.) afectaría “implícita-
por sí sola, no lograría lesionar de un modo rele- mente” a la norma principal (patrimonio indivi-
vante al interés colectivo, en el caso de la evasión dual) de manera que se configuraría una “lesión”
impositiva de una cantidad menor para el Fisco, de múltiples grados o aristas (individuales y colec-
pero quizá considerable para el particular. Mas tivas, norma flanqueante y principal). Tal parece
a poco que se observa de cerca la cuestión, se ve que todo finalizaría mensurándose en parámetros
que las sumas dinerarias que deberían haber in- puramente normativos. Muchas dudas y pocas
gresado al erario hubiesen permitido incrementar certezas arroja esta deconstrucción doctrinaria.
el presupuesto para su inversión, por ejemplo, en
educación o en la formación de empleo. Nuevamente, nos tomamos el permiso de citar
a Zaffaroni, Alagia y Slokar, en la clara advertencia
Desde este punto de vista, parecería cierta la que realizan sobre esta cuestión tan compleja:
sospecha de que lo que se busca es una anticipa- “la admisión de tipicidad objetiva sin lesión y sin
ción de la punibilidad o, al menos, la tutela de un
orden general que permitiría, en su normal desa- al bien jurídico, siendo que el derecho penal no decide
rrollo, la protección anticipada de las libertades ninguna tutela y ésta, en todo caso, se constata en la órbita
ciudadanas (un mayor presupuesto estatal debería constitucional y del derecho común extrapenal. Dicen los
permitir, en la fría teoría, mejores condiciones de tratadistas: “El bien jurídico es un concepto indispensable
vida en los habitantes). para hacer efectivo el principio de lesividad pero no es, en
modo alguno, un concepto legitimante del poder punitivo
(de lege lata ni de lege ferenda). Por ello no debe confun-
Ahora bien, que se tenga por objetivo una
dirse el uso limitativo del concepto de bien jurídico con su
eventual anticipación de la lesión concreta al bien uso legitimante, dado que este último termina acuñando
individual no debe, en esa tesis, interpretarse des- un verdadero concepto legitimante diferenciado, que es
pectivamente, sino que debe implicar la apertura el pretendido bien jurídico tutelado. El mito del bien jurí-
al análisis de su viabilidad en el marco del derecho dico protegido o tutelado, que se racionaliza con la teoría
penal liberal (entendido como “no despótico ni imperativista del derecho, presupone aceptar la eficacia
protectora del poder punitivo consagrada de modo preten-
burgués”, sino garantista), es decir, verificar si la didamente deductivo, según el cual, si una norma prohíbe
defensa de esta “modernización” del derecho una acción que lo lesiona, es porque lo tutela o protege y,
penal no implica, o sí, la renuncia a los más arrai- por ende, al no poder prohibir resultados la pena adquiere
gados principio del derecho penal “clásico”. un sentido policial preventivo. Se trata de una premisa que
consiste en un juicio falso: las normas protegen o tutelan
Ahora, y siguiendo en esto a Zaffaroni, Alagia bienes jurídicos. Este juicio, al verificarse la operatividad del
y Slokar, considerando imprescindible axiomáti- poder punitivo, al menos en la mayoría de los casos, resulta
con un valor de verdad falso. El concepto legitimante del
camente la necesaria afectación del bien jurídico bien jurídico (bien jurídico tutelado) es producto de una
como parámetro de respeto al principio de ofen- confusión incompatible con el carácter fragmentario de la
sividad, será menester precisar muy cuidadosa- legislación penal y con el carácter sancionador de ésta. En
mente cómo es que la agresión al bien jurídico efecto: la legislación penal no crea bienes jurídicos, sino que
colectivo afectará la relación de disponibilidad éstos son creados por la Constitución, el derecho interna-
del sujeto con respecto al objeto individual, si es cional y el resto de la legislación. En esos ámbitos se trata
de bienes jurídicos tutelados (por la respectiva norma que
que esto es posible, pues de lo contrario se abre la lo manifiesta). La ley penal sólo eventualmente individua-
puerta al derecho penal simbólico, lo cual equivale liza alguna acción que lo afecta de cierto modo particular,
a legitimar el poder punitivo a través del concepto pero nunca puede brindarle una tutela amplia o plena,
tan temido de bien jurídico tutelado. (58) En tal dada su naturaleza fragmentaria y excepcional. El derecho
penal recibe el bien jurídico ya tutelado y la norma que se
deduce del tipo no hace más que anunciar un castigo para
(57) Ibídem, p. 77. ciertas formas particulares y aisladas de lesión al mismo,
(58) Con especial claridad expresan los autores en cita el incluso cuando lo hace por expreso mandato constitucional
gran equívoco que implica considerar penalmente tutelado o internacional” (op. cit. p. 486).

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DPyC Carlos Parma y Emanuel Mora

peligro para el bien jurídico, aunque afirmando la servación de los bienes jurídicos colectivos. Mas ello
vigencia del principio, se racionalizó de diversas no debe llevarnos a la confusión de que esa tutela
maneras, (a) La apelación a los riesgos remotos se deba legitimar necesariamente desde la órbita
o presuntos con la pretensión de tipos de peligro penal, pues el derecho penal no se muestra, justa-
abstracto fue sólo una de ellas, (b) otro de los mente, como una herramienta solucionadora de
recursos fue la creación de bienes jurídicos in- los problemas sociales existentes, sino como una
admisibles (una determinada concepción moral, muestra de poder estatal que crea la ilusión de la
por ejemplo), (c) por reducción al absurdo cabe resolución de los mismos, que es muy distinto.
descartar el argumento fundado en el riesgo de
universalización de la conducta, pues no hay La pregunta será, en todo caso: ¿es necesaria la
conducta que no sea peligrosa en ese sentido, penalización de toda conducta que implique la
(d) por creación artificial o clonación de bienes alteración del desarrollo normal de las condicio-
jurídicos, entendiendo por tales la apelación a nes de los mismos?, esa es la pregunta que aún
conceptos tan generales como inasibles: el orden no tiene una respuesta contundente en nuestra
público, el bien común, la paz pública, etc. Se trata doctrina.
de valores generales que son innegables pero no
Focalizados a la cuestión empresarial, es claro
independientes, pues no existen por sí mismos sino
también que la empresa tiene injerencia en el de-
que son resultado de la efectiva vigencia de todos
senvolvimiento de las vicisitudes de dichos bienes
los bienes jurídicos particulares, (e) por último,
jurídicos: no se piense sólo en la criminalidad
recientemente se ha desarrollado una tesis que
económica convencional, sino también en redes
constituye una variable de la anterior: se trata de
de operaciones mucho más complejas y que son
erigir en bien jurídico un orden más amplio y pre-
protagonizadas por grupos empresariales, como
vio, producto de un fraccionamiento del bien jurí-
el desarrollo de la explotación minera y petrolera,
dico, que consistiría en un general derecho a la se-
que finaliza afectando al mundo entero a partir de
guridad, tutelado mediante una pretendida norma
la fijación del precio del crudo, desestabilizándose
flanqueante que permitiría el adelantamiento de
las monedas más débiles y alterando la competen-
la tipicidad a actos que desde el punto de vista del
cia interna e internacional; los grupos de siembra
bien jurídico originario o no reproducido, clonado
que, en forma concertada, pueden acordar elevar
o fraccionado, serían atípicos, pero que resultarían
ostensiblemente el valor de determinados pro-
afectando el derecho a la seguridad. Con este
ductos agrícolas, afectando el precio de bienes
argumento sería posible legitimar la conspiracy
y servicios e, implícitamente, el patrimonio del
anglosajona o la confabulación de la ley 23.737 en
consumidor (abuso de la posición dominante en
versión de la 24.424 y, en general, cualquier con-
el mercado); las entidades financieras que elevan
ducta por previa que sea al peligro de lesión, dado las tasas de interés en forma indiscriminada, etc.
que no hay acto preparatorio ni voluntad malvada En un mundo globalizado, donde el aleteo de
que no implique un cierto riesgo a la seguridad. En una mariposa en Nueva York genera una oleada
la práctica sería posible legitimar como pretendi- bursátil en Buenos Aires, deja a las claras que la
damente ofensiva cualquier conducta con la mera cuestión del bien jurídico colectivo, traducido
invocación del preámbulo constitucional. De este en la vaga fórmula del interés público, trasciende
modo, el preámbulo serviría para obviar el art. 19 y se escapa de las fronteras de la mera cuestión
del mismo texto”. (59) penal, que sólo es uno de sus múltiples aspectos
Es evidente que el correcto y normal desarrollo de análisis.
de la competencia en el mercado, el derecho de Por lo pronto, y como dijimos en las líneas ini-
consumidores y usuarios, el derecho al medio- ciales de este trabajo, no tenemos la osada preten-
ambiente sano, al desarrollo sustentable, etc., sión de resolver este problema, pero sí de delinear
son valores elementales en la sociedad de hoy, al menos sus contornos elementales, sin los cuales
de manera que el Estado debe favorecer la tutela no podría realizarse un análisis saludable.
de los mismos. Con ello tenemos ya una primera
premisa: el Estado debe tener injerencia en la pre- Entendemos que los bienes jurídicos colectivos,
en relación con los individuales, se traducen en
(59) Ob. cit., ps. 492/493. una serie de valoraciones generales que van des-

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 155


DPyC Penal Económico doctrina

cendiendo y decantándose hacia las valoraciones no fuerza a ninguna ‘funcionalización’ también de


puntuales, es decir, más concretas, de manera que la protección penal de ellos, la cual sería desde luego
pueden ser vistos como círculos concéntricos, posible, pero a costa de una completa renuncia a la
siendo los bienes jurídicos colectivos la capa protección penal de los bienes jurídicos colectivos
exterior protectora, mientras que en el centro mismos, pues de ese modo los tipos resultantes no
del círculo se hallan los valores esenciales, que podrían tener ninguna otra naturaleza que la de tipos
finalizan siendo individuales: la vida, integridad de lesión o de peligro de bienes individuales”. (62)
física, libertad, patrimonio, etcétera.
Así, la normal competencia en el mercado, el
En lo medular, coincidimos con Gracia Martín, medioambiente saludable, la fe pública, la seguri-
cuando expone que “la legitimidad de los bienes dad común, el orden económico, etc., son valores
jurídicos colectivos deriva de la potencialidad de que permiten el normal desarrollo de la vida en
sus substratos para maximizar las posibilidad de libertad, esto es: promueven una coyuntura fáctica
uso y consumo de los bienes individuales en direc- que le permite al hombre hallarse a sí mismo en el
ción a la satisfacción de necesidades e intereses mundo, de manera que la alteración de cualquiera
legítimos y para la autorrealización personal a de ellos afectará, en forma refleja, al hombre en sí,
todos por igual. Este potencial de los substratos esto es: a sus posibilidades de desarrollo.
colectivos los hace ‘funcionales’ para los bienes
jurídicos individuales en la realidad social, en Los desajustes del mercado, traducidos en un
la medida en que prestan a éstos utilidades con proceso inflacionario generado por la alteración
virtualidad de posibilitar el libre desarrollo per- de las reglas de la competencia, por la vía de la
sonal y la satisfacción de necesidades e intereses eliminación de las empresas competidoras, dejan-
legítimos, y por esto tienen que ser pensados como do un solo oferente que, abusando de su posición
antepuestos a los individuales, en el sentido de dominante, incrementa exponencialmente los
que los circundan y complementan. Por esto, no precios de determinados bienes básicos, afectan
adquieren la condición de bienes por sí mismos, el patrimonio del consumidor y hasta el normal
es decir, por su valor intrínseco, sino sólo en razón desarrollo de sus capacidades vitales. Algo similar
de esa funcionalidad específica (60)”. ocurre con los vertidos contaminantes clandes-
tinos de una empresa explotadora de productos
En dicha hermenéutica, el destacado maestro químicos.
nos enseña que los bienes jurídicos colectivos
ostentan una doble función: una negativa, pro- Ahora, esta aseveración, cierta a nuestro enten-
tectora, mediante la cual se busca la indemnidad der, en cuanto a la necesidad de la tutela de los
de los bienes individuales, y la restante función bienes colectivos, en modo alguno significa que
es positiva, pues los bienes colectivos buscan el Estado deba hacerlo por la vía de la represión
promover el desarrollo de los bienes individuales. penal. En todo caso, parece claro que la cuestión
(61) Luego, en virtud de la función positiva del bien pasa a afirmarse en la decisión política que adopta
jurídico colectivo, su afectación no requiere, según el Estado, siendo una muestra la derogación de la
el tratadista, de la lesión de ningún bien jurídico ley 22.262, que criminalizaba actos que restringían
individual, pues la agresión al bien colectivo ya o alteraban la competencia en el mercado, cuyos
provoca una desvaloración de las posibilidades conflictos se resuelven, hoy en día, a través de un
de disfrute de los bienes individuales. A ello debe órgano administrativo: el Tribunal Nacional de
agregarse, como expresa Gracia Martín, que la Defensa de la Competencia.
postura que exige, para configurar la afectación del
bien colectivo, también la lesión de bienes indivi- Si la tipificación delictiva de los delitos de
duales, “pasa por alto que aquella funcionalidad empresa o económicos en general, los cuales
se da sólo en la realidad social y no tiene por qué afectarían, además de los bienes individuales,
ser vinculante para la valoración jurídica ni, por los intereses colectivos, se traducen en una mera
ello, para la decisión sobre el alcance del tipo. La estabilización de la confianza ciudadana en la vi-
‘funcionalidad’ real de los substratos colectivos gencia de las normas, en una mera fantasía de que
“todo marcha bien”, es decir, en un derecho penal
(60) Ibídem, p. 132.
(61) Ibídem, p. 133. (62) Ibídem, ps. 138/139.

156 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


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simbólico, entonces nos oponemos enfáticamente preservar a la clase burguesa dominante. La visita
a la criminalización de tales conductas, pues el de cualquier prisión en América Latina y del mun-
“fortalecimiento” de la confianza en el sistema do lo demuestra: proliferan personas de los más
sólo se basará en mentiras dirigidas por la vía de bajos recursos, aquellos que no tienen acceso a
la penalización. la propiedad privada, en la práctica en manos de
la burguesía, siendo escasos los casos de prisio-
En todo caso, creemos más útil la tendencia a nización de personas detentadoras de riqueza.
la reparación del daño que a la mera retribución Esto es, como expresa Zaffaroni, el propio carácter
del autor, pues su mero encarcelamiento no se estructuralmente selectivo del sistema penal, que
muestra como una medida que restaure las cosas tiende a atrapar mayormente óperas toscas.
a la situación anterior con respecto a la generación
del perjuicio social. El sistema penal, el derecho penal liberal
—afirma Gracia Martín— funciona por y para los
Tal parece que el moderno derecho penal eco- sectores poderosos, excluyéndolos formalmente
nómico y de la empresa comienza a direccionarse de la criminalidad, al no penalizar sus crímenes
hacia otro sistema de respuesta penal, pues la pena desde el punto de vista material, mientras que
patrimonial se muestra socialmente más útil que alcanza a los sectores que no detentan la riqueza.
la prisionización de los empresarios responsables. El derecho penal liberal es un derecho de clases. Es
Esto es, quizá, lo que mueve a Gracia Martín a claro que las premisas de Gracia Martín parten de
afirmar lo siguiente: “si el derecho penal moderno bases sólidas y comprobables.
es conforme en todo con las garantías del Estado
de Derecho, ¿en qué aspectos de él se produce la Actualmente, este inveterado dilema se trasla-
ruptura histórica que lo hace realmente “moder- da al fenómeno de la empresa contemporánea,
no”? Como he sostenido ya en otro lugar y quiero hoy en manos de grupos sociales que detentan
seguir sosteniendo aquí, la ruptura del derecho el poder financiero mundial. En un mundo ca-
penal moderno del liberal radica esencialmente pitalista, en donde la premisa parte de acumular
en la dirección de aquél hacia la criminalización dinero para adquirir bienes y servicios escasos, es
formal de la criminalidad material de las clases claro que quien cuenta con la mayor capacidad de
sociales poderosas, la cual ha sido ignorada o acumulación de ése dinero —sistema universal de
tolerada casi en su totalidad, e incluso favorecida intercambio— cuenta con una enorme ventaja.
por el derecho penal liberal, gracias al dominio Hace su magistral aparición el paradigma de la
absoluto que aquéllas han ejercicio siempre sobre sociedad de consumo: acumular capital para
el principio de legalidad penal desde su invención adquirir bienes y servicios, desde esa premisa, lo
en cuando instrumento formal que permite de- fundamental no es la capacidad de trabajo, sino
finir e incluir, pero que al mismo tiempo y sobre la capacidad de acumulación dineraria.
todo... también permite excluir comportamientos
criminales en sentido material del discurso de El sistema capitalista y la sociedad de consumo,
criminalidad”. (63) notoriamente, benefician a quienes detentan el
capital, y perjudica a quienes carecen del mismo.
Claro que esto no debe llevarnos a un aná- Desde esta perspectiva, no parecen existir dema-
lisis ingenuo de la coyuntura contemporánea, siadas asimetrías entre los barcos negreros de la
reconociendo que, como trae a colación Gracia colonia y los actuales operarios empobrecidos,
Martín (64), el derecho penal liberal ha implicado, concurriendo a prestar servicio ante el industrial
desde el punto de vista histórico material, el triun- poderoso.
fo de la burguesía sobre el sistema absolutista, de
manera que, por la vía de la ficción del contrato Con un panorama tan sombrío, donde el dinero
social, se ha impuesto un sistema de prohibicio- es la clave y los bienes son escasos, aparece un
nes orientadas a los bienes jurídicos individuales, dilema: la puja distributiva, que hoy se traduce en
que claramente ostentaban (y ostentan) el fin de un combate entre el Estado, cada vez con menos
recursos y menos efectivo, pues sólo recolecta
(63) Ob. cit.; ps. 87/88. capital producido por las empresas, pero no lo
(64) Ibídem, cap. 1 título VII: “El carácter regresivo y genera, y las empresas, con un creciente poder
perverso del discurso de resistencia”. adquisitivo. Las empresas generan ganancias para

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DPyC Penal Económico doctrina

sí, conforme al sistema capitalista, y el Estado, que claro, por lo que la categorización de “crimen orga-
también funciona dentro de la lógica capitalista, nizado” fracasó en el plano científico al no poder
debe obtener una porción de los recursos finan- determinar con precisión la asociación ilícita, cua-
cieros generados por el empresariado, a fin de drilla o banda, extendiéndose el mito “mafioso” a
volcarlos, formalmente, al bien común. todas las ilegalidades del mercado. (65)
Si con el nacimiento del derecho penal liberal, Advertidos de la gran injusticia que a diario
la burguesía buscó generar un espacio jurídico genera la notoria y lapidaria desigualdad social,
que le permita desarrollar el poder económico que en Latinoamérica se transmite en alarman-
que hoy tiene, en la actualidad la coyuntura la tes grados de pobreza, no es posible pensar un
lleva a buscar conservarlo, lo que se traduce mundo mejor sin reducir la vulnerabilidad y la
en la preservación del statu quo favorable a sus selectividad con que el poder punitivo atosiga a
intereses, claro que a costa de las grandes masas los desposeídos. Mas es justo entender que no es
empobrecidas. posible endilgar a la dogmática jurídico-penal la
responsabilidad absoluta de erradicar este flagelo
Tal parece que el ciudadano común es nueva-
que resulta de la violencia de “los poderosos” o
mente olvidado en el análisis, de manera que,
en lo medular, los bienes jurídicos colectivos de los que más tienen. Es utópico creer que el
cumplen una noble función: tutelar las condi- derecho penal puede decretar la defunción real y
ciones fácticas que hagan posible el disfrute de efectiva del “delito de guante blanco”. De allí que
los bienes jurídicos individuales, lo cual implica sea por demás necesario que abandone su sistema
la injerencia estatal, no necesariamente desde la cerrado y se nutra de la interdisciplina, busque
órbita penal, pues un sistema restaurador parece soluciones alternativas, estimulando el encuentro
ser lo más indicado, máxime cuando el ojo de la y cooperación con otras ciencias dando así un
tormenta se encuentra, como dijéramos, en la marco humanitario capaz de poner la economía
puja distributiva. al servicio del hombre y no el hombre al servicio
de intereses económicos. u
En la economía de mercado, de la propia
dinámica, surgen las empresas que combinan (65) Zaffaroni, Eugenio R., “El crimen organizado”,
actividades lícitas con ilícitas. No hay allí un límite Ed. Leyer, Bogotá, 1996, ps. 52.

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Penal Juvenil
DPyC Penal Juvenil DOCTRINA

El principio de especialidad en la organización judicial


y en la jurisprudencia
POR Martiniano Terragni
Sumario: I. El reconocimiento normativo del principio de especialidad
en los instrumentos internacionales de derechos humanos. — II. El
principio de especialidad en las normas y en la jurisprudencia del sistema
interamericano de protección de derechos humanos. — III. La reforma
procesal penal de 1992 y la justicia nacional de menores. — IV. Las ten-
siones del principio de especialidad en la jurisprudencia de la justicia
nacional de menores. — V. La especialidad, ¿de las normas o de los
órganos judiciales? — VI. A modo de conclusión.

El presente trabajo tiene por finalidad indagar, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Po-
diferentes escenarios, sobre el principio de justicia líticos (4) (o PIDCP) y la Convención Americana
especializada con relación a los niños en conflicto sobre Derechos Humanos (o CADH) (5).
con la ley penal a partir de la reforma procesal penal
de 1992 y las tensiones vinculadas a la organización La existencia, consolidación y extensión pau-
y competencia de los juzgados y tribunales que latina de este heterogéneo conjunto de normas
sobre tal principio se relevaron en las decisiones derribó la creencia extendida de que los niños
jurisprudenciales (1). son especialmente considerados sólo a partir de
la sanción de la CDN (6).
Este principio puede considerarse desde dos as-
pectos complementarios: en la faz normativa y en la
ingeniería institucional-judicial que lo sustenta.
A/44/49 (1989), aprobada el 20/11/89 y con entrada en
I. El reconocimiento normativo del principio vigencia el 2/9/90; ratificada en Argentina por la ley 23.849,
de especialidad en los instrumentos internacio- sancionada el 27/9/90 y promulgada de hecho el 16/10/90.
nales de derechos humanos Para la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la Convención
sobre Derechos del Niño “pone en evidencia un doble orden
La especialidad en el trato judicial a los ni- de consideraciones, además de la derivada de su art. 43, vale
ños, niñas y adolescentes imputados de delitos decir, haber dejado intactas, salvo en cuanto las haya mejo-
rado, todas las protecciones que otros textos internacionales
resulta una expresión de la protección especial habían enunciado en punto a los niños. Por un lado, da por
que la comunidad internacional acordó otorgar presupuesto que los niños gozan de los derechos que les
a la infancia (2). Ello fue plasmado en diversos corresponden, en tanto que personas humanas. Por el otro,
instrumentos de derechos humanos (universales en atención a lo antedicho, tiende, como objetivo primordial,
y regionales por igual) anteriores a la Convención ‘proporcionar al niño una protección especial’, con lo cual el
sobre los Derechos del Niño (o CDN) (3), como tratado continúa, no sin profundizarla, la orientación que
ya habían marcado los instrumentos internacionales que
expresamente menciona el párrafo octavo de su preámbulo”
(1) Fue seleccionado el año 1992 como punto de inicio por (Fallos 331:2691, del considerando 3° del voto de los Jueces
tratarse de la puesta en marcha de la última reforma procesal LORENZETTI, HIGHTON DE NOLASCO, FAYT, MAQUEDA,
penal a nivel federal y nacional que mediante sus leyes de ZAFFARONI y ARGIBAY).
implementación creó una magistratura especializada en el ám- (4) Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
bito de la Capital Federal: la justicia nacional de menores. adoptado y abierto a la firma, ratificación y adhesión por la
(2) En aras de simplificar la redacción, se hará referen- Asamblea General en su resolución 2200 A (XXI), del 16 de
cia sólo a la palabra “niños” al considerar que el término diciembre de 1966. Entrada en vigor el 23/3/76, de confor-
comprende las tres categorías indicadas (Cfr. Corte Intera- midad con su artículo 49; en adelante PIDCP.
mericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC- (5) Suscripta en San José, Costa Rica, el 22/11/69, apro-
17/2002, Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño, bada por la República Argentina mediante la ley 23054
de 28 de agosto de 2002, del párr. 42 y nota al pie 45). (publicada en el B.O. el 27/3/84); en adelante CADH.
(3) Convención sobre los Derechos del Niño, A.G. res. (6) BELOFF, Mary, DEYMONNAZ, Virginia, FREEDMAN,
44/25, anexo, 44 U.N. GAOR Sup. (N° 49) p. 167, ONU Doc. Diego, HERRERA, Marisa y TERRAGNI, Martiniano, Con-

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 161


DPyC Penal Juvenil doctrina

El primer instrumento internacional que plan- de libertad se entiende toda forma de detención
teó los derechos que de manera específica se o encarcelamiento, así como el internamiento en
reconocen a los niños en conflicto con la ley penal un establecimiento público o privado del que no
fue el Pacto Internacional de Derechos Civiles y se permita salir al menor por su propia voluntad,
Políticos al contener la prohibición de la condena por orden de cualquier autoridad judicial, admi-
a muerte a las personas menores de  dieciocho nistrativa u otra autoridad pública” (13).
años de edad (7). Asimismo, dispuso que “[l]os
menores procesados estarán separados de los Además la especialidad en el trato se plantea a
adultos y deberán ser llevados ante los tribunales partir de un tratamiento diferenciado con lugares
de justicia con la mayor celeridad posible para su especialmente preparados para la detención de
enjuiciamiento” (8). personas menores de edad (14).

Las Reglas mínimas de las Naciones Unidas En las normas internacionales escogidas
para la administración de la justicia de menores pueden advertirse diferentes aplicaciones del
(en adelante, Reglas de Beijing) (9) recomendaron principio de justicia especializada, que oscilan
la organización de una justicia especializada y entre la necesidad de crear órganos especializa-
flexible para juzgar a las personas menores de dos y el apego sólo a normas que deben diferir
dieciocho años: “[E]n cada jurisdicción nacional de aquellas que regulan el proceso penal de los
se procurará promulgar un conjunto de leyes, nor- adultos.
mas y disposiciones aplicables específicamente a Para agregar mayor complejidad a la cuestión
los menores delincuentes, así como a los órganos el Comité de Derechos del Niño (15) interpretó
e instituciones encargados de las funciones de contemporáneamente que los tribunales especia-
administración de la justicia de menores” (10). lizados deben estar separados o ser parte de los
El proceso histórico de reconocimiento de de- tribunales regionales y, cuando no puede hacerse
rechos específicos se profundizó con la CDN y, en
particular respecto del principio de especialidad
en la organización judicial, al prescribir que “[L]os (13) Reglas de las Naciones Unidas para la protección
Estados Parte tomarán todas las medidas apropiadas de los menores privados de libertad, Regla 11.b. Entre las
para promover el establecimiento de leyes, procedi- decenas de precedentes judiciales que adoptaron tal defi-
mientos, autoridades e instituciones específicos para nición, y por su aporte a la consolidación definitiva de esta
los niños de quienes se alegue que han infringido las corriente, vale citar el fallo Plenario de la Cámara Nacional de
Casación Penal Nº 12 —Cámara Nacional de Casación Penal,
leyes penales o a quienes se acuse o declare culpa- Acuerdo Nº 2/06, Plenario Nº 12, “C. F., M. R. s/ recurso de
bles de haber infringido esas leyes” (11). inaplicabilidad de ley”, del 29/6/06—. Además el instrumento
internacional consolida un parámetro temporal para el en-
Finalmente, las Reglas de las Naciones Unidas carcelamiento que puede sufrir un niño: debe ser utilizada
para la protección de los menores privados de como medida de último recurso (Regla 1°) y limitada a casos
libertad (12) incluyen una definición clara del con- excepcionales y por el menor tiempo posible (Regla 2°).
cepto de “privación de libertad”: “[P]or privación (14) Parámetros complementarios respecto del trato di-
ferenciado fueron recogidos por la Corte Suprema de Justi-
vención sobre los Derechos del Niño. Comentada, anotada cia de la Nación: “[L]as Reglas Mínimas para el tratamiento
y concordada, La Ley, Buenos Aires, 2012, p. 2. de reclusos expresan que ‘Los reclusos pertenecientes a
categorías diversas deberán ser alojados en diferentes
(7) PIDCP, artículo 6.5. establecimientos o en diferentes secciones dentro de los
(8) PIDCP, artículo 10.2.b. establecimientos, según su sexo y edad, sus antecedentes,
(9) Proclamadas por la Asamblea General de las Naciones los motivos de su detención y el trato que corresponda
Unidas en su Resolución 40/33; con fecha de adopción el aplicarles. Es decir que: [...] d) Los detenidos jóvenes debe-
29/11/85. rán ser separados de los adultos (arts. 8 y 9 aprobadas por
el Consejo Económico y Social en sus res. 663 C 31-7-57 y
(10) Reglas de Beijing, Regla 2.3. E incluso “[s]e procurará 2076-13-5-77)’” (Fallos 328:1146, del considerando 48 del
asimismo extender el alcance de los principios contenidos voto de los Jueces PETRACCHI, MAQUEDA, ZAFFARONI,
en las Reglas a los delincuentes adultos jóvenes” (Reglas HIGHTON de NOLASCO y LORENZETTI).
de Beijing, Regla 3.3).
(15) Reconocido por la Corte Suprema de Justicia de la Na-
(11) CDN, artículo 40.3. ción como el “[i]ntérprete autorizado en el plano universal de
(12) Proclamadas por la Asamblea General de las Nacio- dicha Convención” (Fallos 331:2047, del considerando 4° del
nes Unidas en su Resolución 45/113; con fecha de adopción voto de los Jueces LORENZETTI, HIGHTON DE NOLASCO,
el 14/12/90. FAYT, PETRACCHI, MAQUEDA y ZAFFARONI).

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en forma inmediata, se debe nombrar a jueces alcances de la disposición general definida en el


especializados en la materia (16). artículo 19 de la Convención Americana” (20).
II. El principio de especialidad en las normas y Aquí es importante detenerse, ya que esta
en la jurisprudencia del sistema interamericano interpretación que fue ganando consenso en la
de protección de derechos humanos jurisprudencia de la Corte IDH permite articular
El mandato relativo a la instauración de una el tratado regional de protección de derechos hu-
justicia penal especializada surgió en el ámbito manos (CADH, en particular su artículo 19) con
regional del texto de la Convención Americana el cada vez más complejo y dinámico entramado
de Derechos Humanos al estatuir que “[C]uando normativo de la justicia juvenil (21).
los menores puedan ser procesados, deben ser En múltiples decisiones el sistema interamerica-
separados de los adultos y llevados ante tribunales no reconoció la existencia de un trato diferenciado
especializados, con la mayor celeridad posible, como expresión de la protección especial a la
para su tratamiento” (17). infancia en un proceso penal:
La Corte Interamericana de Derechos Humanos
(o Corte IDH), cuya jurisdicción y competencia ha (i) “[E]s evidente que las condiciones en las que
aceptado expresamente la República Argentina, participa un niño en un proceso no son las mismas
emitió varias sentencias contenciosas (18) y una en que lo hace un adulto [...] es indispensable
consultiva (19) en las cuales trató diversos aspec- reconocer y respetar las diferencias de trato que
tos del principio de especialidad en el trato a las corresponden a diferencias de situación, entre
personas menores de edad acusadas de cometer quienes participan en un procedimiento” (22).
un delito y a la organización de la justicia que debe Esta primera aproximación resalta un dato
resolver estas cuestiones. básico pero que es necesario reforzar frente a
Ella estableció que “[t]anto la Convención Ame- posiciones que plantean que frente a escenarios
ricana como la Convención sobre los Derechos del graves de delitos cometidos por personas menores
Niño forman parte de un muy comprensivo corpus de edad (vinculados a la narco-criminalidad, al
juris internacional de protección de los niños que delito transnacional, etc.) la solución es eliminar la
debe servir a esta Corte para fijar el contenido y los diferencia de trato y asimilar su situación jurídica
en el proceso penal a la de una persona adulta, en
términos de desarrollo del proceso, condiciones
(16) Comité de Derechos del Niño, 44º período de sesiones,
Ginebra, 15 de enero a 2 de febrero de 2007, CRC/C/GC/10,
de privación de la libertad e imposición de pena,
25 de abril de 2007. Los derechos del niño en la justicia de entre muchas otras cuestiones.
menores, párr. 93. Pero a nivel regional se sugirió una menor
flexibilidad: “[S]i bien la Comisión reconoce que no siempre (ii) “[S]i bien los derechos procesales y sus corre-
es posible que existan en todo el territorio jueces dedicados a lativas garantías son aplicables a todas las personas,
conocer exclusivamente casos de niños acusados de infringir
leyes penales, considera que, como mínimo, los jueces que
conozcan estos casos deben estar debidamente capacitados (20) Corte IDH, Caso “Villagrán Morales y otros vs. Gua-
para poder decidir casos sobre justicia juvenil, en aplicación temala”, ya cit., párr. 194. Con referencia a esta sentencia se
de todos los derechos y garantías específicos establecidos sostuvo que la Corte IDH “[e]stá defendiendo la idea de es-
para los niños” (Comisión Interamericana de Derechos pecialidad, de protección especial; pero no en la concepción
Humanos, Relatoría sobre los derechos de la niñez, Justicia del tutelarismo clásico de especialidad como autonomía
juvenil y derechos humanos en las Américas, OEA/Ser.L/V/ científica. La Corte Interamericana defiende la especialidad
II. Doc. 78, 13 julio 2011, Original: Español, párr. 91). en el sentido de que el niño tiene protección adicional a la que
(17) CADH, artículo 5.5. las leyes aseguran a todas las personas en general” (BELOFF,
(18) Caso “Villagrán Morales y otros vs. Guatemala” (caso de Mary, “Fortalezas y debilidades del litigio estratégico para el
los “Niños de la Calle”), sentencia del 19 de noviembre de 1999, fortalecimiento de los estándares internacionales y regionales
Serie C N° 63; caso “Bulacio vs. Argentina”, sentencia del 18 de de protección a la niñez en América Latina”, AA VV, Defensa
septiembre de 2003, Serie C N° 100; Caso “Instituto de Reedu- Pública: garantía de acceso a la justicia, Defensoría General
cación del Menor vs. Paraguay”, sentencia del 2 de septiembre de la Nación-La Ley, Buenos Aires, 2008, p. 370).
de 2004, Serie C N° 112; Caso “Mendoza y otros Vs. Argentina”. (21) CADH, artículo 19: “Todo niño tiene derecho a las
Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones. Sentencia medidas de protección que su condición de menor requie-
de 14 de mayo de 2013 Serie C N° 260, entre otras. ren por parte de su familia, de la sociedad y del Estado”.
(19) Corte IDH, Opinión Consultiva N° 17, Condición Jurídi- (22) Corte IDH, Opinión Consultiva N° 17, Condición
ca y Derechos Humanos del Niño, del 28 de agosto de 2002. Jurídica y Derechos Humanos del Niño, ya cit., párr. 96.

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DPyC Penal Juvenil doctrina

en el caso de los niños el ejercicio de aquellos tas penalmente típicas atribuidas a aquéllos y un
supone, por las condiciones especiales en que se procedimiento especial por el cual se conozcan
encuentran los menores, la adopción de medidas estas infracciones a la ley penal” (25).
específicas con el propósito de que gocen efectiva-
mente de dichos derechos y garantías” (23). Aquí el sistema interamericano reunió los ele-
mentos necesarios para el estudio del principio de
En la línea ya señalada, y sin perjuicio de las especialidad en la organización judicial: órganos
normativas y prácticas locales a los efectos de dar especializados y normas diferenciadas.
contenido cierto a estas medidas diferenciadas,
la diferencia con el sistema de adultos es que su (v) “[C]onforme al principio de especialización, se
intensidad se vincula con el restablecimiento de requiere el establecimiento de un sistema de justicia
derechos económicos, sociales y culturales en el especializado en todas las fases del proceso y durante
proceso penal juvenil. la ejecución de las medidas o sanciones [...]. Ello in-
volucra tanto a la legislación o marco jurídico como
(iii) “[L]os menores de 18 años a quienes se a las instituciones y actores estatales especializados
atribuya la comisión de conductas previstas como en justicia penal juvenil [...]. Los menores de 18 años
delictuosas por la ley penal, deberán quedar suje- a quienes se atribuya la comisión de conductas pre-
tos, para los fines del conocimiento respectivo y vistas como delictuosas por la ley penal, en caso de
la adopción de las medidas pertinentes, solo a ór- que no sea posible evitar la intervención judicial, de-
ganos jurisdiccionales específicos distintos de los berán quedar sujetos, para los fines del conocimiento
correspondientes a los mayores de edad” (24). respectivo y la adopción de las medidas pertinentes,
sólo a órganos jurisdiccionales específicos distintos
Este párrafo comienza a relacionar de manera de los correspondientes a los mayores de edad” (26).
directa la especialidad en el proceso con la espe-
cialidad en la organización judicial, en una sínte- Lo expuesto se refuerza con este concepto ju-
sis a la cual aspira la jurisprudencia del sistema risprudencial en el cual se avanzó un paso más:
interamericano. no es suficiente ya un proceso singular y una
organización judicial específica, sino que además
(iv) “[U]na consecuencia evidente de la perti- debe reunir el carácter de exclusiva para resolver
nencia de atender en forma diferenciada y especí- las cuestiones jurídico-penales que involucran a
fica las cuestiones referentes a los niños, y particu- las personas menores de edad.
larmente, las relacionadas con la conducta ilícita,
es el establecimiento de órganos jurisdiccionales De estos argumentos (y más allá del alcance de
especializados para el conocimiento de conduc- su obligatoriedad para el Estado argentino) (27)
se desprende un elevado estándar, que en primer
lugar obligaría a debatir un nuevo diseño de la
(23) Corte IDH, Opinión Consultiva N° 17, Condición estructura de la justicia de menores; el mecanismo
Jurídica y Derechos Humanos del Niño, ya cit., párr. 97.
de selección y designación de los jueces de las
(24) Corte IDH, Opinión Consultiva N° 17, Condición instancias revisoras; el juzgamiento conjunto de
Jurídica y Derechos Humanos del Niño, ya cit., párr. 109. A
posteriori, y al coincidir de manera explícita con esta postura, personas mayores y menores de edad en las juris-
la jurisprudencia nacional desarrolló que “[e]l cumplimiento dicciones; y el proceso de ejecución de la sanción,
del principio sentado reclama mucho más que la asistencia por entre muchas otras cuestiones (28).
parte de personal especializado en la materia brindado por la
oficina de Patronato de esta Cámara de Apelaciones, porque
exige que el juez tenga competencia exclusiva en delitos co- (25) Corte IDH, Caso “Instituto de Reeducación del
metidos por menores de 18 años y excluyente de los cometidos Menor vs. Paraguay”, ya cit., párr. 210.
por mayores de esa edad. No se trata de que existan órganos (26) Caso “Mendoza y otros vs. Argentina”, sentencia del
jurisdiccionales que se especialicen en la problemática delic- 14 de mayo de 2013 (Excepciones Preliminares, Fondo y
tiva juvenil, a través del asesoramiento interdisciplinario que Reparaciones), de los párr. 146 y 147.
requiere la particularidad de esta materia, sino que existan
órganos que se encarguen exclusivamente de esa cuestión. (27) Fallos 318:514, 319:1840 y 323:4130, entre muchos
No de otro modo puede entenderse la referencia a órganos otros. En cuanto a la jurisprudencia específica, ver Cámara
específicos distintos de los correspondientes a los mayores Federal de Casación Penal, Sala II, causa n° 14.087, “Mendo-
de edad” (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal za, César Alberto y otros s/ recurso de revisión”, del 21/8/12,
y Correccional Federal de la Capital Federal, Sala II, causa n° voto de los Jueces SLOKAR, FIGUEROA y LEDESMA.
27.223, “C., A. y otro s/sobreseimiento”, rta. el 11/11/08, del (28) “[U]n sistema de justicia de menores, además de
voto de los Jueces CATTANI e IRURZUN). reconocer iguales garantías y derechos que a un adulto,

164 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


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En definitiva, la jurisprudencia del sistema inte- La posición que otorgaba primacía a la espe-
ramericano de protección de derechos humanos, cialidad funcional de los nuevos órganos juris-
a la luz de los artículos 19 de la CADH y 40.3 de diccionales creados en 1992 (Juzgados Nacionales
la CDN, delimitó además de las características de Menores y Tribunales Orales de Menores) fue
normativo-procesales del principio de especiali- la receptada al inicio del actual régimen procesal
dad (intervención judicial mínima, facultades dis- penal en los ámbitos federal y nacional. Pero en
crecionales, equipos interdisciplinarios, sanciones el proceso de implementación hubo dificultades
alternativas a la privación de la libertad, etc.) un de diferente tenor y densidad. A modo de ejemplo,
complementario aspecto funcional: la existencia se entendió que la circunstancia de que hasta ese
de tribunales que juzguen de manera exclusiva a momento (1992) no habían sido designados los
los imputados menores de edad. integrantes del Tribunal que debía entender en
un juicio —magistrados especializados de un
Estos dos aspectos son precisamente el ámbito Tribunal Oral de Menores— podía implicar una
de la disputa en la jurisprudencia argentina, que efectiva privación de justicia (31). Es decir que la
alterna entre la prevalencia de las normas especia- justicia de adultos, frente a las nuevas previsiones
lizadas por sobre una estructura judicial específica legales —CPPN, leyes de organización de la jus-
y exclusiva para investigar y juzgar a las personas ticia (24.050) y de implementación de la reforma
menores de edad acusadas de cometer un delito. procesal penal (24.121)— comenzó a limitar su
III. La reforma procesal penal de 1992 y la ámbito de actuación, más allá de las cuestiones
justicia nacional de menores estructurales que se hallaban pendientes (32).

En el ámbito de la justicia nacional de la Capital


Federal en el año 1992 se crearon formalmente Corte Suprema de Justicia de la Nación: “1º: Transformar
los Juzgados Nacionales de Menores (29) con una en tribunales orales en lo criminal de la Capital Federal, las
actuales Salas II y III de la Cámara Nacional de Apelaciones
competencia acotada y focalizada casi con exclusi- en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal según
vidad a las cuestiones penales: su procedimiento la integración que surge del informe del señor presidente
se encontraba regulado en una ley adjetiva penal de ese Tribunal del 11 de setiembre del corriente año (art.
y su inserción institucional también se hallaba en 23, último párrafo ley 24.121). 2º: Transferir —con carácter
el plano de la justicia penal (30). provisorio— las secretarías de las salas cuya transformación
se dispone en el punto 1º) (art. 37 de la ley citada), con la
dotación que surge del informe citado precedentemente, y
debe contemplar otros derechos que hacen a su condición sin perjuicio de la planta de personal que esta Corte consi-
de individuo en desarrollo, lo que establece una situación dere adecuado asignar en forma definitiva a los tribunales
de igualdad entre las personas, ya que se violaría el princi- orales creados por la presente ley”.
pio de equidad si se colocara en igualdad de condiciones (31) “[S]olo puede encontrar remedio acudiendo al Juez
a un adulto, cuya personalidad ya se encuentra madura y de Menores a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para
asentada, con la de un joven, cuya personalidad no se en- que, en uso de las facultades otorgadas por los arts. 24, inc. 7
cuentra aún definitivamente consolidada” (Fallos 330:5294, del decreto 1285/58, ratificado por ley 14467 y artículo 91 de
del considerando 7° del voto de los Jueces HIGHTON DE la ley 24.121, adopte los recaudos que estime conducentes y
NOLASCO, FAYT, ZAFFARONI y MAQUEDA). nunca con el avocamiento de este Tribunal a entender en un
(29) Ya incorporada la CDN al derecho interno argen- proceso para el cual resulta manifiestamente incompeten-
tino mediante la ley 23.849. Es decir que la ratificación de te” (Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 de la Capital Federal,
este instrumento internacional por parte de Argentina no “R., S. A.”, del 15/10/92).
implicó de modo inmediato la reformulación de la organi- (32) Esta línea ha tenido un matiz de continuidad, ya que
zación judicial aplicable a las personas menores de edad en en una de las últimas decisiones político-institucionales
conflicto con la ley penal en la Capital Federal. tomadas por la Cámara Nacional de Apelaciones en el
(30) “Transfórmanse los actuales juzgados nacionales de Criminal y Correccional de la Capital Federal, a partir del
primera instancia en lo criminal de sentencias letras M y nuevo Reglamento para la Jurisdicción en lo Criminal y Co-
R, los actuales juzgados nacionales de primera instancia en rreccional de la Capital Federal, se estableció que los Jueces
lo criminal de Instrucción números 1, 9 y 16 y los actuales de Menores pueden ser subrogados por jueces penales de
juzgados nacionales de primera instancia en lo correccional adultos, al adoptar la postura de otorgarle centralidad al
letras L y O en juzgados nacionales de menores números régimen específico aplicable por sobre la magistratura espe-
1 a 7, respectivamente. Los juzgados mencionados prece- cializada (artículo 53). En igual sentido puede mencionarse
dentemente pasarán a los nuevos destinos con su dotación la autorización de traslado de un juez de un Tribunal Oral
completa de personal, en la forma que lo disponga esta ley de Menores a un Tribunal Oral en lo Criminal, al conside-
y la Corte Suprema de Justicia de la Nación.” (Ley 24.121, rarse a ambos magistrados en definitiva jueces penales de
artículo 48). Su complemento fue la acordada 47/92 de la igual rango (Cfr. Decreto n° 2231/08 del Poder Ejecutivo

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 165


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Respecto de la competencia actual del Juez instancia única por el Tribunal Oral de Menores
de Menores en razón de la materia, establece el que por sorteo se les asigne (35).
CPPN que: “El juez de menores conocerá: 1) En
la investigación de los delitos de acción pública Producida la reforma procesal en 1992, y aun-
cometidos por menores que no hayan cumplido que parte de la doctrina sostenía que incluso en
dieciocho (18) años al tiempo de la comisión del el caso de que un niño fuera víctima de un delito
hecho. 2) En el juzgamiento en única instancia debían intervenir los juzgados nacionales de
en los delitos y contravenciones cometidos por menores (36), a partir del leading case “Coro” la
menores que no hayan cumplido dieciocho años intervención de estos juzgados quedó delimitada
al tiempo de la comisión del hecho y que estén exclusivamente para los supuestos de personas
reprimidos con pena no privativa de la libertad menores de edad imputadas de la presunta co-
o pena privativa de la libertad que no exceda de misión de delitos (37).
tres años. 3) En los casos de simple inconducta, Para concluir este punto, se reitera lo expues-
abandono material o peligro moral de menores to en el sentido que las competencias actuales
que no hayan cumplido dieciocho (18) años al de la justicia de menores de la Capital Federal
tiempo de encontrarse en esa situación, conforme se deben a un entramado normativo complejo
lo establecen las leyes especiales” (33). (leyes, reglamentos, acordadas, etc.) y prácticas
Sobre esta norma procesal desde el inicio del surgidas a partir de corrientes jurisprudenciales
nuevo procedimiento penal se introdujeron las que han modificado el esquema legal del artículo
tensiones entre la formulación legal y la práctica 29 del ordenamiento procesal penal (en particular,
tradicional que habían tenido los juzgados compe- respecto de la intervención de los jueces nacio-
tentes para la aplicación de la ley 10.903 (34). nales de menores en las cuestiones únicamente
asistenciales) (38).
Conforme al rito penal, en los casos de delitos
que tuvieran prevista una pena superior a los tres
años de prisión los imputados son juzgados en (35) CPPN, artículo 28. Sin embargo, también el Juzgado
Nacional de Menores se convierte en Tribunal de juicio
para los delitos de competencia correccional imputados a
personas menores de 18 años de edad.
Nacional del 23/12/08, entre otros). También se adoptó una (36) Ver entre otros, MORAS MOM, Jorge R., Manual
decisión en sentido similar, pero respecto del reemplazo de de Derecho Procesal Penal, Buenos Aires, Abeledo Perrot,
un magistrado a cargo de una fiscalía especializada por un 1993, p. 422.
fiscal penal del fuero de instrucción de adultos de la Capital (37) Cámara Nacional de Casación Penal, Sala I, causa
Federal (Cfr. Resolución de la Procuración General de la n° 45, “Coro, Ernesto”, rta. el 27/9/93, voto de los Jueces
Nación MP 45/11, del 2/6/11, entre otras). RODRÍGUEZ BASAVILBASO, BISORDI y CATUCCI.
(33) CPPN, artículo 29. Es del caso recordar que “[e]l (38) “[L]as consideraciones de naturaleza constitucional
proyecto LEVENE no contemplaba la competencia del Juez y de carácter institucional y pragmático expuestas en el
de Menores para juzgar contravenciones ni tampoco para acápite anterior no se ven desvirtuadas, en mi opinión, ante
intervenir en los casos de simple inconducta, abandono la previsión del artículo 29, inciso 3°, del Código Procesal
material o peligro moral, y tal situación proviene de la ley Penal que reza: el juez de menores conocerá ´en los casos de
23.984” (ITURRALDE, Norberto J., “Competencia en el có- simple inconducta, abandono material o peligro moral de
digo procesal penal de la nación. Competencia por razón menores que no hayan cumplido dieciocho años al tiempo
de la materia”, Doctrina Judicial, 1993-1, p. 703). de encontrarse en esta situación, conforme lo establecen
(34) “[S]e han suscitado diversas cuestiones de competen- las leyes especiales´. Ello es así teniendo en cuenta la in-
cia entre la Justicia Criminal de Instrucción, la Correccional, terpretación de este dispositivo normativo receptada por V.
la Federal, y hasta incluso con la Justicia Civil [...]. Hay quienes E., según se propusiera en el dictamen de la Procuración
sostienen que la norma en cuestión debe ser interpretada en General del 5 de mayo de 1993, en la Competencia N° 907,
forma armónica con lo dispuesto por el art. 14 de la ley 10.903 libro XXIV, in re ‘Fachin Pellizzari, Nélida c/ Laciar, Juan
cuando ésta alude al menor víctima de delito, en la medida si medidas precautorias´, resuelta de conformidad por
que este supuesto no aparece previsto en el inc. 3° del art. el Tribunal el 2 de julio de 1993. En esa oportunidad, se
29 del Código ritual y que si la situación encuentra solución sostuvo que la hipótesis del inciso 3° de la norma citada se
dentro de la normativa civil, cuyos tribunales cuentan con refiere a los casos ´donde el menor, como víctima, sufre el
recursos idóneos para cumplir su cometido, la interven- peligro moral derivado de una acción tipificada en el ámbito
ción de magistrados penales en la decisión de cuestiones represivo penal, por lo que remite a leyes especiales como
absolutamente ajenas a esta esfera no aparece justificada” son la 10.903 y la 22.278 cuyo campo de aplicación es el
(SANSONE, Juan Manuel, “El juez nacional de menores. Su delictual´. Es decir que la simple inconducta, el abandono
competencia”, Doctrina Judicial, 1995-1, p. 481). material o el peligro moral, se refiere a situaciones ínti-

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Al igual que los Juzgados Nacionales de Me- no rige entre ambos una relación jerárquica de
nores, la competencia de los Tribunales Orales primera a segunda instancia (40).
de Menores surge del Código Procesal Penal
de la Nación: “El tribunal de menores juzgará En cuanto a los conflictos de competencia plan-
en única instancia en los delitos cometidos por teados entre los Juzgados Nacionales de Menores
menores que no hayan cumplido dieciocho y los Tribunales Orales de Menores, se reconoció
(18) años al tiempo de la comisión del hecho, a la Cámara Nacional de Casación Penal como
aunque hubiese excedido dicha edad al tiem- tribunal superior común (41). Pero si no se había
po del juzgamiento, y que estén reprimidos realizado ningún acto de la etapa de juicio la
con pena privativa de la libertad mayor de tres contienda de competencia debía ser resuelta por
años” (39). la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal
y Correccional de la Capital Federal (42).
Es importante también destacar la vinculación
procesal de los Tribunales Orales de Menores Con relación al principio de especialidad fun-
con los Juzgados Nacionales de Menores, ya que cional la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Criminal y Correccional de la Capital Federal no
mamente relacionadas, según esta tesis, con delitos que cuenta con una Sala especializada con competen-
damnificaron o tuvieron una consecuencia perjudicial cia en causas que involucraran a personas meno-
directa para el menor” (del dictamen del Procurador Fiscal res de edad para resolver los recursos interpuestos
en C. 1468. XXXVI. COM, “G., M. E. s/ infr. ley 10.903”, al que en esos procesos (43).
se remitiera la Corte Suprema de Justicia de la Nación con
los votos de los Jueces NAZARENO, MOLINE O’CONNOR, Es decir, que a diferencia de lo que ocurre en
PETRACCHI, BOSSERT y VÁZQUEZ). el período de la instrucción y juzgamiento de
(39) CPPN, artículo 28. La jurisprudencia asimiló la delitos atribuidos a personas menores de edad
tarea primaria de los Tribunales Orales de Menores con la en la competencia sobre los recursos no existe
de los tribunales de adultos: “[A]dvierto que la resolución en la organización judicial (44) registro de las
cuestionada, en la que se condenó a P. M. D. R. a cumplir
diez años de prisión, fue emitida desconociendo impera-
tivos procesales sancionados con pena de nulidad, que
por estar vinculados a la intervención de los Magistrados (40) Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
en un acto que es de la esencia de su función y alcanzar Correccional de la Capital Federal, Sala IV, causa n° 1572,
negativamente normas constitucionales (art. 18 de la CN), “C., M.”, del 26/5/94, entre muchos otros.
deberá ser declarada en los términos del artículo 168, en (41) Cámara Nacional de Casación Penal, Sala II, causa n°
función del artículo 167, del Código Procesal Penal de la 379, “R., A. M. s/conflicto”, del 15/2/95, entre muchos otros.
Nación [...]. La mención a la ausencia de la tercer votante (42) Cámara Nacional de Casación Penal, Sala IV, causa
por goce de licencia anual compensatoria no excepciona n° 343, “B., J. s/competencia”, del 5/7/95, entre otros.
el funcionamiento de los Tribunales Orales” (Cámara Na-
cional de Casación Penal, Sala IV, causa n° 4.043, “D. R., P. (43) CPPN, artículo 24. Así, “[L]a competencia es esta
M. s/recurso de casación”, del 17/11/03, del voto de la Jueza alzada para las impugnaciones interpuestas en la justicia de
BERRAZ DE VIDAL al que adhirieron los Jueces CAPOLUPO menores, está dada por el art. 24, inciso 1° del Código Pro-
DE DURAÑONA Y VEDIA y HORNOS). También respecto cesal Penal de la Nación” (Cámara Nacional de Apelaciones
de los alcances de la intervención previa en la misma en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal, Sala IV,
causa de los jueces nacionales de menores y su posible causa n° 32.817, “S., E. E. s/nulidad”, del 31/10/07, voto de
afectación a la garantía de imparcialidad al momento de los Jueces GONZÁLEZ, GONZÁLEZ PALAZZO y SEIJAS). Tal
resolver en definitiva la cuestión: “[E]n aras de garantizar la situación plantea un aspecto interesante: si el límite para ese
objetividad del juzgador y evitar este temor de parcialidad, presupuesto (“apelación especializada”) estuviera dado por
nuestro ordenamiento procesal tradicionalmente ha fijado la inmediación y el contacto directo con la persona menor
ciertas pautas de organización judicial, regulando que en un de edad al revisarse en la instancia superior el derecho y la
mismo proceso se separen las funciones del juez que debe prueba; o por el contrario, si en los casos de impugnación
instruir —llevando a cabo todas las diligencias conducentes sólo respecto del derecho aplicado, sólo sería necesaria la
a la investigación del delito—, de aquel otro que deba juzgar intervención de jueces con conocimiento de la temática
en una sentencia de mérito absolutoria o condenatoria [...]. juzgada, más allá de la especialidad funcional.
Se puede apreciar fácilmente, entonces, el claro conflicto (44) Para colaborar con la actividad tutelar específica de
de intereses que surgiría cuando un mismo juez, en calidad estos juzgados y tribunales, se creó un cuerpo de delegados
de integrante del tribunal oral, deba efectuar un control de inspectores dependiente de la Prosecretaría de Asistencia
la legalidad de los actos que él mismo dispuso en la etapa Social de la Cámara de Apelaciones con competencia penal.
instructoria” (Cámara Nacional de Casación Penal, Sala Los integrantes de este cuerpo interdisciplinario son los en-
IV, “B., W. D.”, del 26/4/06, voto de los Jueces HORNOS y cargados de elaborar los informes socio-ambientales de los
CAPOLUPO DE DURAÑONA Y VEDIA). imputados menores de edad y de asistir en todo lo atinente

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DPyC Penal Juvenil doctrina

implicancias del principio de especialidad fun- (b) La competencia de la justicia especializada


cional (45). también se limitó en razón de la materia, al quitar-
se de su esfera por vía jurisprudencial los delitos
IV. Las tensiones del principio de especialidad de índole federal o penal económico (47); y
en la jurisprudencia de la justicia nacional de
menores (c) El surgimiento de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires con la reforma constitucional de 1994
De manera contemporánea al proceso de refor- provocó que la competencia en cuanto a las contra-
ma legislativa, se produjeron diversas modificacio- venciones y faltas pasara a esa órbita local (48).
nes que acotaron la competencia de los Juzgados
de Menores de la Capital Federal: Respecto del apartamiento de las investigacio-
nes que tuvieran como víctimas a personas meno-
(a) La jurisprudencia empezó a limitar la ac- res de edad de la justicia de menores, es notoria la
tuación del fuero nacional de menores con ex- centralidad que tuvo el fallo “Coro” de la Cámara
clusividad a los casos de niños infractores a la ley Nacional de Casación Penal (49), a partir del cual
penal, al apartar a las víctimas de delitos menores la intervención de la justicia especializada empezó
de edad (46). a quedar delimitada de manera exclusiva a los su-
puestos de personas menores de edad imputadas
a su evolución y el de su grupo familiar conforme al criterio de la comisión de delitos (50).
del juzgado de menores que tomó intervención en la causa
penal (Cfr. Reglamento para la Jurisdicción en lo Criminal y
Correccional de la Capital Federal, artículos 30 y 136). Federal, Sala I, causa n° 2.510, “M., G. M.”, del 8/2/95, voto de
(45) Tal punto difiere de las recomendaciones del Comité los Jueces TOZZINI y RIVAROLA).
de Derechos del Niño: “[E]l niño tiene derecho a apelar con- (47) “[E]l juez federal conserva el conocimiento de todas
tra la decisión por la que se le declare culpable de los cargos aquellas causas por delitos federales en las que esté invo-
formulados contra él y las medidas impuestas como con- lucrado un menor tanto sea autor o víctima. Esta mención
secuencia del veredicto de culpabilidad. Compete resolver merece crítica, pues contraría la idea sostenida al inicio de
esta apelación a una autoridad u órgano judicial superior este trabajo, en punto a que el menor siempre debe compa-
competente, independiente e imparcial, en otras palabras, recer ante una jurisdicción especial apartada del resto de la
un órgano que satisfaga las mismas normas y requisitos que Magistratura. Al respecto no escapan a nuestro conocimien-
el que conoció del caso en primera instancia” (Comité de to las limitaciones que actualmente tiene la justicia federal
Derechos del Niño, OG 10, ya cit., párr. 60). para hacer frente a tan delicada tarea, máxime teniendo en
(46) Un rasgo clásico de la justicia especializada era insistir cuenta que dichos juzgados carecen en su dotación de una
en mantener su intervención, pero sólo limitada al aspecto secretaría tutelar, que es el organismo pilar de un juzgado
tutelar/tuitivo de los niños: “[S]in perjuicio de que el Juez minoril en miras al control y progreso en la conducta de
de Menores retenga las facultades tutelares respecto de los menores tutelados” (SANSONE, Juan Manuel, “El juez
quien resultara víctima, corresponde el juzgamiento de los nacional de menores. Su competencia”, ob. cit., p. 482).
imputados mayores de edad, según el caso, a los jueces en lo (48) Respecto de las contravenciones imputadas a per-
Correccional o de Instrucción que por turno correspondiere” sonas menores de 18 años, a partir de la reforma constitu-
(Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correc- cional de 1994 es la justicia local quien se encarga de tales
cional de la Capital Federal, Sala VI, causa n° 2.067, “R., M. situaciones. Se reguló que no son punibles las personas
L.”, del 27/9/94, voto de los Jueces GONZÁLEZ, ELBERT y menores de edad excepto cuando se les impute la comi-
GONZÁLEZ PALAZZO). Un matiz diferente en cuanto a la sión de contravenciones de tránsito, en cuyo caso la edad
postura anterior indicaba que hasta la prueba de la inexis- de punibilidad es la requerida para obtener licencia para
tencia del peligro material quien debía intervenir respecto de conducir y en estos casos no se aplica la sanción de arresto
la víctima menor de edad era la justicia de menores también (ley 1472, artículo 11.1).
respecto del adulto victimario: “[N]o existió violación al
principio del juez natural al haber extendido su actuación (49) CNCP, Sala I, causa n° 45, “Coro, Ernesto”, rta. el
el juez de la especialidad más allá del informe ambiental 27/9/93, voto de los Jueces RODRÍGUEZ BASAVILBASO,
que consignó que el menor víctima no se encontraba en BISORDI y CATUCCI.
estado de abandono, pues tal intervención se produjo hasta (50) Sin embargo las posturas relevadas no fueron homo-
expedirse el magistrado sobre la situación de dicho menor, géneas al ponerse en marcha la reforma procesal del año
no disponiendo de él tutelarmente y remitiendo al juzgado 1992, ya que pudieron notarse diferentes alternativas que al
correccional las actuaciones por declararse incompetente, responder a la concepción más amplia de la competencia
razón por la cual no se dio en el caso el supuesto de nulidad de la justicia de menores consideró (de manera minoritaria)
previsto por el art. 36 del C.P.P., sin perjuicio de que, además, que se excitaba su actuación al verificarse la presencia de una
debe tenerse en cuenta que el juzgado de menores posee persona menor de edad víctima de delito en abandono ma-
competencia superior al correccional” (Cámara Nacional terial o peligro moral por el delito cometido por una persona
de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital adulta, pero la cual también para la investigación del delito

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Respecto de las competencias no penales de la V. La especialidad, ¿de las normas o de los


justicia nacional de menores, si bien la derogación órganos judiciales?
de la ley 10.903 en el ámbito local de la Ciudad de
Buenos Aires por la sanción de la ley 114 ya había Como se detallara, la determinación de la com-
acentuado el perfil penal de estos juzgados, la ley petencia material de los Juzgados Nacionales de
26.061 consolidó la tendencia por la cual los Juzgados Menores tuvo variadas soluciones cuando se trató
Nacionales de Menores ya no tendrían intervención de imputados menores de edad. Como resultado
en los conocidos como casos asistenciales (51). de diferentes tensiones, se presentaron en torno
al tema tres situaciones que generaron arduos
La figura del juez de menores mutó en conse- debates en la jurisprudencia.
cuencia y con mayor nitidez a la figura de juez penal
pero con una especial consideración y rol articula- El primer escenario se refiere a la hipótesis del
dor de los deberes de prestación positiva del Estado juzgamiento conjunto de imputados mayores y
respecto del imputado menor de edad (52). menores de edad. El segundo, a la competencia
respecto de los delitos transferidos a la justicia de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires y su juzgamien-
quedaba sujeta al tribunal especializado: “[C]orresponde to por órganos judiciales no especializados. Y el
declarar la incompetencia del juez de menores pues, como tercero está vinculado al juzgamiento de los delitos
lo ha sostenido la jurisprudencia, el conocimiento que le es de competencia federal en la Capital Federal.
atribuido, de manifiesto carácter tuitivo y circunscripto a
casos de simple inconducta, o abandono material o peligro Por otro lado, la irrupción de la normativa en ma-
moral de menores, carece de aptitud para enervar la com- teria de derechos humanos de la infancia —sumada
petencia de un Tribunal destinado al juzgamiento de delitos a reformas legislativas nacionales y provinciales y
cometidos por mayores, sin perjuicio de la protección tuitiva a una nueva lectura del régimen penal de la mino-
del menor” (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal ridad, entre otros factores— produjo un marcado
y Correccional de la Capital Federal, Sala VII, causa n° 12.565,
“Vergara, s/denuncia”, del 15/12/89, voto de los Jueces NA-
quiebre en el proceso penal juvenil, pero que en su
VARRO y PIOMBO, entre muchos otros). mayor proximidad con el proceso penal de adultos
(51) “[T]eniendo en cuenta que el tutelado no registra causa
no logró aún, en términos normativos, alcanzar un
en trámite, y dadas las circunstancias que rodearon el hecho contenido cierto y mantener su carácter diferencia-
investigado en los autos principales, más allá del compromi- do. Ello conduce a problematizar si el principio de
so asumido por sus progenitores, se entiende que el mismo especialidad es una cuestión de normas o de órga-
requiere de la ayuda y orientación que se le puede brindar nos jurisdiccionales, como si tratara de categorías
a través de los programas sociales”, correspondía remitir los antagónicas y no complementarias.
testimonios correspondientes a citada institución adminis-
trativa (Juzgado Nacional de Menores, n° 4, Secretaría n° 10, V.1. El juzgamiento conjunto de imputados ma-
expediente de disposición tutelar n° 8.297, “A, J. I.”, del 1/2/06, yores y menores de edad (el sistema mixto)
entre otros). Con posterioridad la sede civil resolvió que “[E]
n virtud de la competencia limitada a cuestiones penales que Estipula la norma procesal penal que regula la
posee la Justicia de Menores y lo que propicia la ley 26.061 materia: “Los Juzgados Nacionales de Menores,
—que derogó la ley de Patronato Nº 10.903 y la denominada
protección de persona— la Justicia Civil de Familia debe conti-
dentro del distrito judicial que a cada uno le fuera
nuar interviniendo en el marco de una tutela. Pues el objetivo asignado, conocerán en los supuestos establecidos
central de este proceso no es la investigación de eventuales en el artículo 29 del Código Procesal Penal [...]. En
ilícitos cometidos por o contra un menor y el consiguiente
ejercicio de la función punitiva por parte del Estado, sino
asistirlo frente a un grave cuadro de desprotección y disfunción habría sido víctima de maltratos por parte de la madre de la
familiar, adoptando las medidas necesarias para abordar su pareja de su padre —con quien también residió—; que aquí en
problemática” (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil Capital Federal vivía con su tío —detenido en la presente— y su
de la Capital Federal, Sala E, expte. nº: E500453, “P., K. y C., F. tía —también imputada en la causa— quienes serían consu-
y otros s/protección de personas”, del 19/3/08 —sumario Nº midores habituales de cocaína, paco y marihuana; entre otras
17812 de la Base de Datos de la Secretaría de Jurisprudencia situaciones. Por tal motivo este Tribunal entiende pertinente
de la Cámara Civil - Boletín Nº 2/2008—). ordenar la extracción de testimonios y su posterior remisión al
(52) “[N]o puede pasarse por alto la situación de desamparo juzgado civil que por turno corresponda con el objeto que tome
que atraviesa Y. L., en tanto se trata de una menor de edad que intervención en el caso” (Cámara Nacional de Apelaciones en
habría sido abandonada por su madre —de quien desconoce lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal, Sala
paradero— a los tres meses de vida; que dejó la provincia de I, causa n° 45.641, “Romero, Roberto y otros s/procesamiento
Tucumán donde vivía con su padre y la pareja de éste en el con prisión preventiva”, del 2/6/11, voto de los Jueces FREILER,
marco de lo que describió como un entorno de violencia; que FARAH y BALLESTERO).

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DPyC Penal Juvenil doctrina

el supuesto que en un mismo hecho resultaren régimen minoril reconocido por las más recientes
imputados mayores y menores, conocerán en la teorías nacionales e internacionales” (56).
causa los tribunales designados por la presente ley
para el juzgamiento de menores” (53). (ii) “[Este camino jurisdiccional] evidencia el
compromiso asumido por el Estado argentino
Aun cuando surgía de la letra de la ley, en parti- frente a la comunidad internacional de adoptar
cular del primer párrafo del artículo, la intención medidas pertinentes a fin de promover la crea-
del legislador dirigida a implementar el principio ción de leyes, procedimientos e instituciones
de especialidad funcional, dicha motivación fue ‘específicas’ para los niños, brindándoles un trato
modificada por la reforma introducida en su diferenciado del que reciben los adultos también
parte final por la ley 24.170 (54). Es que si bien comprometidos con la ley penal” (57).
el Código Procesal Penal de la Nación determina
todavía la intervención de los Juzgados Nacio- V.1.2. La posición favorable al sistema mixto
nales de Menores, la misma no se atribuye en En el sistema federal sólo durante un corto
forma exclusiva, al abocarse también la justicia período de tiempo rigió el juzgamiento de niños
especializada al conocimiento de la situación por parte de los tribunales de adultos, en cuanto
procesal de las personas mayores de dieciocho a su responsabilidad por el hecho acusado, sin
años de edad al momento del hecho investigado perjuicio de la actividad tutelar mantenida en la
—en contraste notorio con los estándares de la esfera de la magistratura especializada. Pero a par-
Corte IDH sobre el principio de especialidad y la tir de la reforma introducida por la ley 24.170 los
organización judicial—. supuestos de juzgamiento conjunto de personas
La jurisprudencia recogió varios conflictos de mayores y menores de edad se transfirieron a la
competencia entre los fueros criminal y correc- justicia nacional de menores (58).
cional y el de menores de la Capital Federal frente
al juzgamiento conjunto de una persona menor (56) Tribunal Oral de Menores n° 3, causa n° 3.995, “N.
de edad y de otra mayor de edad, con resultados E. Q.”, del 8/6/06, voto de los Jueces BARBERIS, MORILLO
CAPURRO y RODRÍGUEZ EIRIZ. Para agregarse que “[E]n
dispares (55). la realidad, y por exclusión, la justicia especializada en ma-
teria penal es, en verdad, la que conoce y juzga solamente
V.1.1. Las críticas al sistema mixto a los mayores de dieciocho años; es decir, constituye una
justicia especializada para adultos —aunque resulte un
(i) “[L]a actual competencia atribuida al sistema poco raro el concepto—, en tanto que la justicia de menores,
penal de menores, en base a la actual redacción del en numerosos casos, deja de serlo para convertirse en un
art. 24 de la ley 24.050 arrastra un error sistemático sistema mixto, sin que ello signifique beneficio alguno para
y metodológico que ha llevado la situación actual los menores y los mayores sometidos a tal régimen”.
de la justicia penal de menores a una paradoja: el (57) Tribunal Oral de Menores n° 3, causa n° 4.321, “P. P.,
dispositivo judicial-penal de menores conoce en la J. A. y otro s/robo en grado de tentativa”, rta. el 18/5/07, del
investigación y juzgamiento de menores y mayores voto del Juez BARBERIS al que adhirió la Jueza RODRÍGUEZ
de edad vinculados en la misma hipótesis delic- EIRIZ con similares fundamentos.
tual, violando de esta manera la especialidad del (58) En los fundamentos del proyecto de la ley 24.170 se
expuso: “[E]l artículo 24 de la ley 24.050, en su último párrafo,
determina que en el supuesto que en un mismo hecho resulten
imputados mayores y menores conocerán en la causa los tribu-
(53) Ley 24.050 de Organización y Competencia de la nales organizados para el juzgamiento de mayores, limitando
Justicia Penal Nacional, artículo 24, párrafo final según la la competencia del juez de menores al ejercicio de la dispo-
ley 24.170. sición tutelar y la imposición de la pena [...]. La solución que
resulta de la ley restringe severamente la tarea jurisdiccional
(54) Sancionada el 30/9/92 y publicada en el B.O. del del juez de menores y se encuentra en contradicción con los
30/10/92. antecedentes que sobre la cuestión conforma el denominado
(55) Otro de los aspectos conflictivos del sistema de ‘derecho de menores’ [...]. Pueden arbitrarse dos soluciones:
enjuiciamiento de la ley 24.170 —no resuelto todavía a) La primera, que en el supuesto que en un mismo hecho
por la jurisprudencia— se relacionaba con la lesión a la resulten imputados mayores y menores, conozca en la causa
publicidad del juicio que parecía presentarse en aquellos el Tribunal de Menores, tanto en la etapa instructora como de
casos en que se estaba juzgando en forma conjunta a una juicio oral. Ello comprende el juzgamiento de los mayores y
persona mayor de edad (dieciocho años) y a una persona menores ante el fuero especializado; b) La segunda, podría ser
menor de edad, cuando ambos habían intervenido en la que en el caso de concurrir mayores y menores en el mismo
misma hipótesis delictiva. hecho delictivo, se escinda la investigación y el juzgamiento,

170 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Martiniano Terragni

(i) “[En tanto la] atribución de competencia a tri- tración de la Justicia de Menores (Reglas de Beijng)’,
bunales especializados en la materia, que cuenten y las ‘Directrices de las Naciones Unidas para la
con una estructura y procedimientos específicos prevención de la Delincuencia Juvenil (Directrices
es el modo más acertado para el resguardo de de Riad)’ hacen especial hincapié en la necesidad
los derechos constitucionales de los menores, de una Justicia Penal Juvenil altamente especiali-
y la implementación de tratamientos acordes a zada no sólo en lo organizacional, sino también
sus condiciones, por lo que las razones de orden por la formación jurídica, sociológica, psicológica y
práctico esgrimidas en el pronunciamiento cues- criminológica de sus miembros, que así preparada
tionado [el cúmulo de trabajo de los Tribunal Oral deberá responder a las diversas características de
de Menores a esa fecha] no resultan, a nuestro los niños que entran en contacto con dicho sistema
juicio, decisivas para arribar a la declaración de [...] nada indica allí expresamente acerca de la im-
inconstitucionalidad de la referida ley [en refe- posibilidad de juzgar en forma conjunta a menores
rencia a la ley 24.170]” (59). y mayores acusados de un mismo delito” (61).
(ii) “[El Tribunal comparte los argumentos] en Sin embargo, llevar al extremo algunos de estos
torno a que deberá ser la justicia de menores la que argumentos alteraría o restringiría el principio de
continúe con la investigación, toda vez que en princi- especialidad funcional, pues cualquier juez que
pio se le atribuye a la menor [...] el haber intervenido aplicara las normas especiales y solicitara la co-
en el hecho, sin perjuicio de lo que con posterioridad laboración a un cuerpo técnico interdisciplinario
se determine [...]. Por lo tanto, a fin de salvaguardar se transformaría en Juez de Menores.
los derechos del menor y de acuerdo con el principio V.2. La transferencia de delitos a la justicia de la
de especialidad reglado por el artículo 29 del Código Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Procesal Penal y lo establecido en el último párrafo
del artículo 24 de la ley 24.050” (60). El proceso de transferencia de competencias
penales a la justicia de la Ciudad Autónoma de
(iii) “Es muy cierto que la Convención sobre los Buenos Aires resultó gradual y paulatino, con dos
Derechos del Niño y la Convención Americana etapas claramente diferenciadas. En la primera
sobre los Derechos Humanos (Pacto de San José se acordó el traspaso de puntuales competencias
de Costa Rica), tanto como las sucesivas ‘Reglas penales a la Ciudad de Buenos Aires, a partir de
Mínimas de las Naciones Unidas para la Adminis- la celebración y puesta en vigencia del Convenio
de Transferencia Progresiva de Competencias
Penales (62), mediante el cual el fuero contraven-
esto es, que un Juez de Menores investigue al menor y lo juzgue cional y de faltas local resultaba competente para
un Tribunal de Menores y un juez de mayores y un tribunal de entender en los delitos de tenencia y portación
mayores haga lo propio con el mayor. Estimo más apropiada
la primera solución. Tal ha sido el procedimiento seguido en
de armas de uso civil y su suministro a quien no
el ámbito de la Capital Federal desde la sanción del Código fuera legítimo usuario, cometidos en el territorio
de Procedimientos en Material Penal, acumulándose en tan de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (aun los
prolongado lapso una vastísima experiencia que acredita la efi- atribuidos a personas menores de edad).
cacia del sistema. Lo contrario, optar por la segunda solución,
significaría duplicar el sistema penal para la investigación pri- La siguiente etapa se inició con la sanción de
mero y el juzgamiento después, de mayores y menores, con el la ley 26.357 que aprobó el segundo Convenio de
consiguiente desgaste jurisdiccional. Por otra parte, ello crearía
en el periodo instructorio el grave riesgo de mantener la inves-
tigación en manos de más de un magistrado, con la posibilidad (61) Juzgado Nacional de Menores n° 5, Secretaria N° 13,
de decisiones encontradas sobre los mismos hechos objeto causa nª 12.693, “S. E.”, rta. el 19/10/07.
de pesquisa. Finalmente, cabe acotar que en una importante
proporción de causas en que aparecen involucrados menores, (62) Ratificado por la ley nacional 25.752 (sancionada el
también lo están los mayores” (Fundamentos del proyecto de 2/7/03, promulgada de hecho el 25/7/03 y publicada en el
ley 0400-S-92 del Senador AGUIRRE LANARI). B.O. el 18/7/03) y por la ley 597 de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires. Recuérdese que al presente la justicia local
(59) Cámara Nacional de Casación Penal, Sala III, causa no posee tribunales funcionalmente especializados para
n° 8367, “P. P., J. A. y Gómez Rodríguez, Julio s/recurso de resolver los asuntos que involucren a niños en conflicto
inconstitucionalidad”, del 11/12/07, del voto del Juez RIGGI con la ley penal, aunque sí con normas especiales de pro-
al que adhirieron los Jueces LEDESMA y TRAGANT. cedimiento (ley 2451, “Régimen Procesal Penal Juvenil de la
(60) Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Co- Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, sancionada el 3/10/07,
rreccional de la Capital Federal, Sala VI, causa n° 41.678, “E., R. promulgada de hecho el 8/11/07 y publicada en el B.O. de
F. y otros”, del 15/6/11, voto de los Jueces LUCINI y FILOZOF. la Ciudad Autónoma el 13/11/07).

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 171


DPyC Penal Juvenil doctrina

Transferencia Progresiva de Competencias Pena- V.2.2. La sanción de la ley 26.061


les de la Justicia Nacional al Poder Judicial de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires (63). El cuadro descripto varió de modo considerable
con la sanción de la ley 26.061, que en una de sus
Se desarrollaron en consecuencia en la jurispru- consecuencias inmediatas derogó explícitamente
dencia tres posturas, en las cuales y con diversos a nivel federal la ley 10.903 (aunque esta ya había
matices, se tensionó el principio de especialidad sido abolida a nivel local de la Ciudad de Buenos
en la organización judicial y en los procedimientos Aires por la ley 114 en el año 1998) (66). El quid
aplicables, marcándose las diferencias entre la de la cuestión radicaba entonces en determinar si
justicia nacional de menores y la penal, contraven- existían los órganos judiciales especializados en el
cional y de faltas de la Ciudad de Buenos Aires. ordenamiento procesal de la justicia nacional de
menores o la local de la Ciudad de Buenos Aires y
V.2.1. La situación durante la vigencia de la ley si el desarrollo de las garantías procesales aplica-
10.903 bles adquiría una relevancia tal que pudiera obviar
La primera situación se refería a la ponderación otras cuestiones en la aplicación del principio de
normativa entre la ley local 114 y la ley nacional especialidad funcional.
10.903, en cuanto a cuál de las dos era más efec- Respecto de la primera cuestión, se resolvió
tiva para proteger los derechos de los justiciables que el fuero nacional de menores soportaba ob-
menores de edad, y qué influencia tenía la orga- jeciones en cuanto a su carácter de especializado
nización especializada de la justicia. y no exclusivo —que afectaba en consecuencia tal
De manera unánime, la Cámara de Apelaciones principio—, ya que conocía en todas las causas en
competente de la Ciudad de Buenos Aires se pro- donde intervenía un imputado menor de edad
nunció respecto de la competencia de la justicia como autor de delito y de todos los adultos que
local aunque su organización no fuera especiali- hubieran participado en el mismo hecho (67). Así,
zada: “[L]a Juez, al declararse incompetente, no resultaba evidente que ni en el ámbito nacional ni
solo quita a este fuero la competencia otorgada en la justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos
por ley, sino también sustrae su juzgamiento a la
jurisdicción local. Siendo ello así, no corresponde no contara con jueces especializados, no afectaba el principio
que un Juzgado Nacional de Menores intervenga de especialidad en la organización judicial, ya que todas las
en el conocimiento de esta causa cuyo objeto garantías procesales específicas se hallaban recogidas en las
procesal se conforma con un delito para el que normas locales aplicables (Cámara Nacional de Apelaciones
resulta competente el fuero Contravencional y en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal, Sala IV, cau-
sa n° 26.790, “P., J. C.”, del 3/8/05, voto de los Jueces GONZÁLEZ
de Faltas” (64). En definitiva, la ley local era la
y GARRIGÓS DE RÉBORI, entre muchos otros).
adecuada, aunque fuera aplicada por juzgados no
especializados en la temática (65). (66) BELOFF, Mary, “Constitución y derechos del niño”,
Estudios sobre Justicia Penal. Homenaje al Profesor Julio
B. J. MAIER. Compilador, David BAIGÚN et al, Editores del
Puerto, Buenos Aires, 2005, p. 789.
(63) Sancionada al 28/2/08 y publicada en el B.O. del
31/3/08. (67) “[L]a actual competencia atribuida al sistema penal de
personas menores de edad, en base a la actual redacción del
(64) Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional art. 24 de la ley 24.050 arrastra un error sistemático y metodo-
y de Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Sala I, lógico que ha llevado la situación actual de la justicia penal
causa n° 2162-JC/2005, “T., R. s/inf. art. 189 bis CP”, del 4/6/05, de menores a una paradoja: el dispositivo judicial-penal de
voto de los Jueces VÁZQUEZ, SÁEZ CAPEL y MARUM. De tal menores conoce en la investigación y juzgamiento de meno-
modo con “[l]a ley 114 se pretendió consagrar un régimen res y mayores de edad vinculados en la misma hipótesis de-
legal respetuoso tanto de los principios, como garantías y lictual, violando de esta manera la especialidad del régimen
derechos inalienables de los niños y jóvenes, acercándose minoril reconocido por las más recientes teorías nacionales
en mayor medida a los postulados de la Convención sobre e internacionales; y, por lo demás, contrariando lo normado
los Derechos de los Niños” (Cámara de Apelaciones en lo en el art. 28 del Código Procesal Penal de la Nación que, con
Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma buen criterio, fija la competencia de los Tribunales Orales
de Buenos Aires, Sala II, causa n° 152-00-CC/2005, “R., F. E. exclusivamente en el juzgamiento de menores de dieciocho
s/inf. art. 189 bis del C.P. - Apelación”, del 6/7/05, voto de los años de edad” (Cámara de Apelaciones en lo Contravencional
Jueces BOSCH y BACIGALUPO, entre otros). y de Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Sala II,
(65) Y desde la propia justicia nacional se consolidó tal causa n° 13570-00/CC/2006, “A., M. A. s/inf. art. 189 bis CP
postura —repetida luego en contiendas similares— al concluir - APELACIÓN”, del 22/9/06, voto de los Jueces BOSCH, DE
que la remisión de las actuaciones a la justicia local, aunque LANGHE y BACIGALUPO).

172 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


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Aires existía una justicia penal de menores que V.3. La aplicación de las leyes federales y la com-
cumpliera con los requisitos de especificidad y petencia del fuero nacional de menores
exclusividad funcional.
En la justicia en lo criminal y correccional federal
La segunda cuestión a dilucidar fue qué orga- de la Capital Federal se pusieron en relieve, desde la
nización judicial protegía con mayor alcance los implementación del fuero nacional de menores en
derechos y garantías de los niños sometidos a el año 1992, resistencias a la actuación de la magis-
proceso penal. Para la jurisprudencia, la Ciudad tratura especializada con variados argumentos.
Autónoma de Buenos Aires contaba con un orde-
namiento más elevado que la jurisdicción nacio- Uno de los primeros fue el vinculado a los benefi-
nal y respondía de manera más efectiva a los es- cios de la unidad de los órganos jurisdiccionales (72)
tándares internacionales en materia de protección encargados de la persecución penal (73).
de los derechos de la infancia en el sistema penal Otro se basó en la especialización de los equipos
(68). Por otra parte, si bien la ley nacional 26.061 técnicos de la justicia juvenil, que aparecía como
contenía algunas garantías de procedimiento (69) un eje central del fuero de menores (74). En con-
se entendió que las mismas carecían del nivel de secuencia, a la complejidad y naturaleza del bien
protección de derechos y exigibilidad que preveía jurídico protegido por la ley 23.737 agregó la juris-
el artículo 12 de la ley 11.470 (70). prudencia que se contaba con personal especiali-
De esta forma se concluyó que la legislación de zado en el trato con personas menores de edad, a
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por todas partir de la creación de la Oficina de Patronato de la
las garantías reconocidas a los imputados menores
de edad, protegía de manera más efectiva esos la ley 22.803—, 26.061 y la Convención sobre los Derechos
derechos, aunque no contara con los órganos del Niño [...]. En consecuencia, en atención al principio de
judiciales especializados en la temática (71). especialidad previsto en el artículo 29 del Código Procesal
Penal de la Nación debe prevalecer, en las circunstancias del
caso, frente a las previsiones de la ley 26.357 que aprueba
(68) Ley 114, artículo 11. el convenio de traspaso de competencias al ámbito de ésta
(69) Ley 26.061, artículos 19 y 27. ciudad, y por ello las actuaciones deben sustanciarse ante
el Juzgado de Menores” (Cámara Nacional de Apelaciones
(70) “[Son] estas ventajas comparativas del ordenamiento en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal, Sala VI,
citadino las que en miras de tutelar el interés superior del causa n° 1472-2012, “R., C. A. y otro s/ competencia”, del
niño habilitan a hacer lugar al reclamo de las apelantes, pues, 25/10/12, voto de los Jueces LUCINI, FILOZOF y PINTO).
en términos del art. 41 de la CDN, se trata de disposiciones
recogidas en el derecho local que resultan más conducentes (72) A partir de la sanción de la ley 26.052 varios supuestos
para la realización del los contenidos fundamentales del Tra- previstos y reprimidos en la ley 23.737 pasaron a la esfera de
tado. Desde esta óptica, la existencia de una ´especialidad´ las competencias provinciales (cfr. ley 23.737, artículo 34).
foral —que para algunos casos, como se dijo, aparece sólo (73) “[L]a ley 23.737 prevé en forma clara y excluyente
nominalmente estatuida— no puede resultar determinante la competencia de la justicia federal en todo el país para
para decidir la cuestión, pues tal orientación traería ineludi- el juzgamiento de actividades ilícitas en materia de estu-
blemente la afectación de la vigencia del resto del arco tuitivo pefacientes sin consagrar excepción alguna [...] primó de
diseñado en el cuerpo en estudio” (Cámara de Apelaciones manera particular la aspiración de unificar en un solo fuero
en lo Contravencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma de el juzgamiento de los mencionados ilícitos, ello en razón de
Buenos Aires, Sala II, causa n° 13570-00/CC/2006, ya cit.). la necesidad de concentrar la actividad en la búsqueda del
(71) Sin perjuicio de aisladas excepciones: “[E]l recu- perfeccionamiento de la mejor aplicación de la ley o de la
rrente criticó la decisión adoptada por entender que pese justicia contra este grave flagelo de la humanidad de hoy”
a la transferencia de competencias a favor de la justicia (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correc-
local, el fuero de menores era el de mayor especialidad y cional Federal de la Capital Federal, Sala I, reg. n° 7.831, “A.,
resguardaría en mayor medida los intereses de su pupilo, lo C. H. s/ inc. de incompetencia”, rta. el 12/2/91).
que justificaba que continuara su intervención (artículo 29 (74) De larga data ya se había expresado que “[l]os funda-
del Código Procesal Penal de la Nación y 40.3 de la Conven- mentos expuestos para sostener tal criterio —la necesidad de
ción sobre los Derechos del Niño) [...]. Discrepamos con la agentes capacitados en la problemática de niños y adolescen-
solución adoptada ya que acreditada la condición de menor tes— resulta estar, dentro de las innegables carencias existentes
de C. A. R. es razonable que el fuero especial intervenga en esta materia, resguardada con la función encomendada
en el caso dado que existen delitos no transferidos a la al Patronato de Menores y al Asesor de Menores, a quienes
justicia de la Ciudad de Buenos Aires, y esta carece de uno se dio debida intervención en autos” (Cámara Nacional de
específico en la materia que esté directamente orientado al Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital
aseguramiento y resguardo de los derechos que atañen a Federal, Sala I, causa n° 24.886, “Talon, Fernando”, del 5/10/93,
los niños/as de acuerdo a las leyes 22.278 —modificada por voto de los Jueces VIGLIANI y RIVA ARAMAYO).

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DPyC Penal Juvenil doctrina

justicia federal con competencia penal de la Capital sí se ponía en juego el principio de especialidad,
Federal (75), que prestaba asesoramiento y orienta- pero sólo en su faz normativa (79).
ción técnica a los juzgados de ese fuero (76).
(79) En paralelo a lo ocurrido en la justicia nacional en
De modo adicional, otro elemento del debate lo criminal y correccional federal de la Capital Federal,
tuvo por objeto precisar si la magistratura especiali- la justicia nacional en lo penal económico de la Capital
zada juvenil con sede en la Capital Federal era sólo a Federal también se expidió sobre la aplicación del Código
Aduanero en relación a las personas menores de edad. En
los efectos de las competencias penales locales y no primer término, antes de la reforma del Código Procesal
alcanzaba a las federales, ya que su eminente natu- Penal de la Nación del año 1992 y la creación de los Juz-
raleza procesal la tornaba únicamente aplicable en gados Nacionales de Menores en el ámbito de la Capital
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mas no en el Federal se entendió que: “[A]unque el secuestro de mer-
cadería que presuntamente configuraría contrabando y
resto de las provincias que componían la organiza- que origina la causa, involucraría a un menor de edad al
ción nacional. Para esta postura, el aparente desafío cual sería aplicable el régimen de la ley 10.903, que regula
normativo se desvanecía por cuanto uno de sus la materia, ello no obsta a que la aplicación de dicha ley lo
sea por el juzgado en lo Penal Económico, que debe seguir
protagonistas era una ley de alcance federal: “[l]a entendiendo en la causa, el cual declinara su competencia
competencia material del sub examen corresponde en favor de la justicia Criminal de Instrucción” (Cámara
al fuero de excepción, a mérito de lo estipulado en Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico, Sala 3,
el artículo 34 de la ley 23.737 y del rígido principio causa n° 30.493, “M., R. M. Contrabando”, del 9/8/91, voto
de los Jueces SUSTAITA y LANDABURU). Aquí se puede
contenido en el artículo 36 del Código Procesal observar una notoria preponderancia de la norma aplicable
Penal, cuya inteligencia ha sido la de garantizar el (la ley 10.903) por sobre la organización de los tribunales
principio de juez natural [...]. Bajo tal perspectiva especializados.Pero la incorporación de la CDN a la Cons-
titución Nacional actualizó la interpretación respecto que
y como ninguna afectación al interés superior del el país asumió la obligación de suministrar a un órgano
niño se deriva de la circunstancia de que el caso sea jurisdiccional especializado el conocimiento procesal sobre
juzgado por un magistrado federal, habida cuenta toda persona menor de edad acusada de cometer un delito.
de las atribuciones que éstos poseen para aplicar un En esta diferente postura, “[L]a calidad de menor del autor
de un hecho delictivo, más allá del delito atribuido, adquiere
régimen especial con intervención de los asesores relevancia a los efectos de determinar cuál será el órgano
particulares en la materia” (77). jurisdiccional que deberá entender en su juzgamiento,
más aún teniendo en consideración la especificidad de
Se reitera que lo importante y diferenciador era la competencia de los Tribunales Orales de Menores para
el tipo de normas que aplicaba el juez cuando de entender en las causas donde resulte imputado un menor
de edad, deberán siempre conocer los Tribunales que estén
imputados menores de edad se trataba (78): aquí organizados para juzgar a los mismos” (Tribunal Oral en lo
Penal Económico n° 3 de la Capital Federal, causa n° 204,
(75) Acordadas Nº 17 y 33/79 de la Cámara Nacional de “K., L s/contrabando de estupefacientes”, del 1/7/98, voto
de los Jueces OLIVA HERNANDEZ, GANDOLFI y ACUÑA).
Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la
En contraste con el fallo anterior, aquí el punto central a
Capital Federal. definir se refería a cuál era el órgano que regulará el pro-
(76) Cámara Nacional de Casación Penal, Sala III, causa cedimiento penal que involucra a personas menores de
n° 8.789, “P., D. L. s/competencia”, del 22/11/07, entre edad.En una interpretación que intentó aunar la CDN con
muchos otros. el Código Procesal Penal de la Nación se resolvió que “[Esta
competencia] no es alterada en razón de que su autora es
(77) Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
una menor, por cuanto los únicos casos que alteran esa
Correccional de la Capital Federal, Sala VII, causa n° 33.103, regla general se encuentran constituidos por los supuestos
“S., N. A.”, del 15/11/07, voto de los Jueces CICCIARO, BONO- extraordinarios de competencia originaria de la Corte Su-
RINO PERÓ y POCIELLO ARGERICH, entre muchos otros. prema de Justicia de la Nación. Así en este orden de ideas
(78) Un punto respecto del cual no se relevaron disiden- puede dejarse aclarado que la ley 23.984, ratificatoria de
cias tuvo que ver con la aplicación de las leyes federales la Convención Internacional de los Derechos del Niño, no
de acuerdo al lugar de la comisión del delito: “[L]a Corte modifica en modo alguno las reglas de competencia regidas
Suprema de Justicia ha sostenido que en los delitos come- por la ley procesal nacional; de modo que no existe óbice
tidos en establecimientos del Estado Federal, es la justicia alguno para que la justicia en lo penal económico asuma
el juzgamiento de delitos cometidos por menores de edad,
de excepción quien mejor se encuentra habilitada para
cuando, como en el caso de autos, resultan competentes
investigar, más aún cuando no se puede descartar que tanto en razón de la materia como el territorio” (Cámara
el accionar desplegado por los menores haya afectado el Nacional de Casación Penal, Sala II, causa n° 2.056, “K., L. s/
normal funcionamiento de la institución. Se resuelve que competencia”, del 10/2/99, del dictamen del Fiscal General
debe continuar interviniendo el Juzgado Federal” (Cámara al que se remitieran los Jueces MADUEÑO, FÉGOLI y MIT-
Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la CHELL).Es decir, las cuestiones a resolver eran idénticas
Capital Federal, Sala VI, causa n° 32.765, “V., J. E.”, del 6/7/07, que las analizadas al tratar el principio de especialidad en
voto de los Jueces BUNGE CAMPOS y BRUZZONE). la organización judicial del fuero federal en lo criminal y

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Y como podrá apreciarse fueron también en- Nótese que en estos decisorios el principio de
contradas las opiniones relevadas de los jueces, especialidad en términos de trato diferenciado
en una clara dicotomía entre la prevalencia de las abarca a los tribunales, a las normas de fondo y
normas o de los órganos judiciales en el proceso al procedimiento aplicable cuando se juzga a una
penal seguido a personas menores de edad. persona menor de edad, con interpretaciones
sobre el punto que postulaban, en un variado aba-
V.3.1. Un nuevo debate sobre las leyes federales nico de opciones, también la aplicación directa de
y la justicia nacional de menores en el ámbito de las normas internacionales que regulan el proceso
la Capital Federal. penal seguido a las personas menores de edad.
La definitiva etapa de la discusión acerca del Dos argumentos permiten complementar este
principio de especialidad que actualizó el valor cuadro: “[L]a ficción a la que recurre el Sr. Fiscal de
normativo de la CDN se originó en el fuero penal Cámara, de que el Juez Federal según la toga que
federal de la Capital Federal. En tal sentido, la vista puede duplicarse o triplicarse para ejercer
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal distintos roles, desatiende precisamente el punto
y Correccional Federal de la Capital Federal esta- en discusión que es la imposibilidad de transfor-
bleció la necesidad de garantizar el principio de mar artificialmente un mismo fuero según halla
justicia especializada también en la aplicación de (sic) o no menores involucrados” (82) y “[s]i bien
la ley 23.737, al resolver en distintas contiendas de la justicia penal federal, cuenta con órganos espe-
competencia a favor de la intervención del fuero cializados de asistencia de personas menores de
nacional de menores de la Capital Federal. edad, es un fuero cuya competencia se encuentra
Este tribunal de Alzada consideró que era “[d] dirigida, esencialmente, a juzgar delitos cometidos
esacertado supeditar la efectivización del principio por adultos. Esta situación es ostensible y, de por
de que los menores de edad sean juzgados por tri- sí genera un perfil que aún cuando pretenda ser
bunales especializados a una eventual modificación mitigado por la presencia de oficinas y patronato
de las reglas de distribución de competencia que de menores, no logra ponerse a la altura de un
contiene la ley procesal, toda vez que correspon- fuero especial para el trato del menor [...]. El
de también a los tribunales locales el deber de cumplimiento de los principios sentados por los
adoptar las medidas necesarias para evitar que el tratados internacionales reclama mucho más que
Estado incurra en responsabilidad internacional la asistencia por parte de personal especializado
por incumplimiento de un tratado [en referencia a en la materia brindado por la oficina de Patronato
la CDN]” (80). de esta Cámara de Apelaciones” (83).

Tal decisión consideró que si bien la ley 23.737 que requieren por su condición, es que sea un tribunal
establecía la competencia federal (artículo 34) era especializado el que se ocupe de su problemática. Resulta
el Código Procesal Penal de la Nación el dispositi- indispensable hacer uso de esa ‘justicia especializada’ con es-
vo legal que permitía cumplir con el compromiso tructura y procedimientos específicos para aquellos conflic-
asumido por el Estado, al sujetar a las personas tos que se susciten, con preeminencia a si se trata de materia
menores de edad a una justicia especializada sin federal o común la comprometida, máxime cuando se cuenta
con juzgados nacionales creados a tal fin” (Cámara Nacional
importar si se trataba de la materia federal o la de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la
común la afectada en esa causa penal (81). Capital Federal, Sala I, causa n° 38.655, “A., W. D. s/apela
procesamiento por infracción a la ley 23.737”, del 10/4/06,
correccional de la Capital Federal respecto de si la minoría voto de los Jueces FREILER, CAVALLO y VIGLIANI).
de edad del imputado era un dato relevante al momento de (82) Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
asignar la competencia. Correccional Federal, Sala I, “G. de M., D. H.”, del 3/10/06,
(80) Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y voto de los Jueces CAVALLO y FREILER.
Correccional Federal de la Capital Federal, Sala II, causa n° (83) Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal
22.821, “Incidente de incompetencia de L., Y. A.”, del 28/12/05, y Correccional Federal, Sala I, causa n° 45.464, “R. J. s/
voto de los Jueces CATANNI, IRURZUN y LURASCHI. procesamiento”, del 5/6/12, del voto en disidencia del
(81) Luego de la sanción y reglamentación de la ley 26.061, Juez FREILER. Para concluir el citado magistrado con
que derogó de manera expresa a nivel federal la ley 10.903, la contundencia: “[N]o se trata de que existan órganos juris-
restante Sala de la misma Cámara Federal de la Capital Fede- diccionales que se especialicen en la problemática delictiva
ral revalidó este criterio: “[E]l modo más adecuado para que juvenil, a través del asesoramiento interdisciplinario que
sean efectivamente respetados los derechos constitucionales requiere la particularidad de esta materia, sino que existan
de los menores y de que se concrete el tratamiento especial órganos que se encarguen exclusivamente de esa cuestión

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DPyC Penal Juvenil doctrina

El punto nodal de estos fallos es el recono- específicos, de modo que no se advierte que su
cimiento de que el fuero federal es un fuero orien- intervención en tales casos transgreda normativa
tado al juzgamiento de personas adultas (84). interna o supranacional alguna, ni que pueda
acarrear responsabilidad internacional del Estado
V.3.2 Los parámetros de interpretación del argentino por incumplimiento de disposiciones
principio de especialidad en la justicia federal de convencionales de las que es parte” (85).
la Capital Federal.
Este criterio, el de otorgarle carácter de Jueces
La Cámara Nacional de Casación Penal (o de Menores a los magistrados del fuero criminal
Cámara Federal de Casación Penal) reconoció y correccional federal de la Capital Federal, se vio
desde sus orígenes y con diferentes argumentos reforzado en infinidad de contiendas de compe-
la jurisdicción especializada en relación con las tencia posteriores (86). Sucesivos resolutorios
personas menores de edad. Pero al tratarse de agregaron argumentos que permitieron consoli-
supuestos de competencia de la justicia federal o dar el criterio normativo por sobre la especialidad
de la justicia nacional en lo penal económico, la funcional, es decir hacer primar a la aplicación
interpretación mayoritaria en ese tribunal fue en de las normas por sobre la organización judicial
sentido contrario a la intervención de los jueces especializada (87).
nacionales de menores de la Capital Federal.
Por otro lado, la Corte Suprema de Justicia de
En este razonamiento, la competencia sobre la la Nación había resuelto en infinidad de plan-
materia juzgada desplazaba la especial situación teos anteriores que si entre dos magistrados se
jurídica de la persona imputada en cuanto al prin- planteaba un conflicto de competencia y ambos
cipio de especialidad en la organización judicial: se encontraban en análoga situación legal para
“[L]os jueces federales en lo criminal y correccional asumir la función tutelar del imputado menor de
tienen, en cuanto a los delitos de su competencia edad, en la elección debía ponderarse cuál de ellos
en los cuales resultan imputados menores de edad se halla en mejores condiciones para alcanzar la
frente a la ley penal, el carácter de magistrados protección de sus derechos (88).
Pero no se había expedido el Máximo Tribu-
y que así eviten el ingreso en sistemas de control formal
previstos para adultos con la etiqueta que ello de por sí nal sobre la asignación de competencia en la
conlleva. No de otro modo puede entenderse la referencia investigación del delito entre dos jueces, uno del
a órganos específicos distintos de los correspondientes a
los mayores de edad”. (85) Cámara Nacional de Casación Penal, Sala I, causa n°
(84) En sentido contrario, “[S]ostuvo el Sr. Fiscal que no 7.536, “L., Y. A., s/competencia”, del 7/9/06, voto de los Jue-
se encuentra afectado en autos el principio de ‘especialidad’ ces MADUEÑO, RODRÍGUEZ BASAVILBASO y CATUCCI.
invocado en las resoluciones puestas en crisis, puesto que (86) Cámara Nacional de Casación Penal, Sala II, causa n°
por expresa disposición legal, el magistrado federal actuante 8.551, “P., P. L. y otro s/ recurso de casación”, del 13/08/08,
posee la calidad de Juez de Menores [...]. Han intervenido voto de los Jueces MITCHELL, YACOBUCCI y GARCÍA;
la Asesora de Menores del juzgado, la Prosecretaria de Me- Cámara Nacional de Casación Penal, Sala III, causa n°
nores de la Cámara Federal de Apelaciones de San Martín y 8.119, “R., C. S. s/competencia”, del 30/5/07, voto de los
el Cuerpo Médico Forense de la Justicia Nacional” (Cámara Jueces RIGGI, LEDESMA y TRAGANT; Cámara Nacional de
Nacional de Casación Penal, Sala I, causa n° 10.195, “M., A. Casación Penal, Sala IV, causa n° 11.033, “F., M. s/recurso
R. s/recurso de casación”, del 17/10/08, voto de los Jueces de casación”, del 11/11/09, voto de los Jueces GONZÁLEZ
RODRÍGUEZ BASAVILBASO y CATUCCI). En disidencia PALAZZO y HORNOS; entre muchos otros.
planteó el Juez MADUEÑO que “[e]s necesario indicar que a
fin de dar una respuesta a la problemática que se suscita no (87) “[L]a existencia de Jueces de Menores y jueces fede-
debe soslayarse a la hora de resolver la Convención sobre rales se debe a una distribución de competencias y no a una
los Derechos del Niño y en el ámbito local ley 26.061. Es cuestión de especificidad en los términos del art. 40.3 de
esa inteligencia que la resolución adoptada en esta causa la CDH y 5.5 CADH, y puesto que el legislador ha decidido
se ajusta a la Convención Sobre los Derechos del Niño y mantener en el fuero federal los delitos relacionados con los
a la ley 26.061, puesto que es dentro de la órbita del fuero estupefacientes, corresponde en el caso declarar la compe-
de familia —en el marco de los procesos denominados de tencia de la justicia federal” (Cámara Nacional de Casación
protección de personas— donde se puede encontrar una Penal, Sala II, causa n° 8.551, “P., P. L. y otro s/recurso de
respuesta a la actual situación de A. M., ello debido a que casación”, rta. el 13/8/08, del voto del Juez GARCÍA con
el juez federal a cargo de su tutela, no prevé funciones asis- adhesión de los Jueces YACOBUCCI y MITCHELL).
tenciales, sino que su actuación se circunscribe a cuestiones (88) Fallos 315:752; 322:328; 323:2388, entre muchos
de naturaleza penal”. otros.

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fuero especial de menores y otro ordinario con gido por la Convención [la CDN] no comparte con
competencia penal. Puede señalarse por su rele- ellas” (90).
vancia un aislado precedente (resuelto entre una
Sin perjuicio de señalar que en muchos prece-
importante cantidad de contiendas de igual tenor
dentes los agravios basados en el incumplimiento
relacionadas con la transferencia de competencias
de las normas de la CDN habilitaba la vía extraor-
penales de la justicia nacional a la justicia de la dinaria, (91) respecto del principio de especialidad
Ciudad Autónoma de Buenos Aires) en el cual la en la organización judicial no se adoptó igual
singularidad estuvo dada porque intervenía en la temperamento (92).
contienda un Juzgado Nacional de Menores de la
Capital Federal. En síntesis, se abrió un sendero que resultaría de-
finitorio sobre otro eje de trabajo (y sus correlativos
La Corte Suprema de Justicia de la Nación interrogantes), en una contienda de competencia
resolvió entonces estos conflictos de un modo entre un juez provincial (Entre Ríos) y un juez fe-
similar, al entender que “[L]as leyes modificatorias deral —la referencia tiene su razón de ser en que la
de la jurisdicción y competencia, aun en casos situación en la Capital Federal era sustancialmente
de silencio, se aplican de inmediato a las causas diferente, ya que los jueces que integraban esta
pendientes. Ello es así porque la facultad de cam- judicatura revestían el mismo carácter nacional—
biar las leyes de forma pertenece a la soberanía, (93). Al estudiar la cuestión, la Corte Suprema de
y no existe derecho adquirido a ser juzgado por Justicia de la Nación entendió en el precedente
un determinado procedimiento, pues las normas “Latrónico” que “[E]n la medida que se encuentre
procesales y jurisdiccionales son de orden público, asegurado ese régimen especial [aplicable a los
especialmente cuando estatuyen acerca de la ma- imputados menores de edad], pierde trascendencia
nera de descubrir y perseguir delitos” (89). en el plano internacional la organización interna de
los tribunales, pues la aplicación de los principios
En este camino el Máximo Tribunal se expidió a en materia de menores no puede confundirse con
posteriori respecto de la relevancia que en el proceso la competencia, determinada esta última, por la
penal juvenil tienen las normas especiales aplica- forma de organización estatal surgida de la Cons-
bles: “[D]icha regla tiene por fin evitar el daño que titución Nacional” (94).
pueda ocasionarse a tales personas por la utilización
automática de procedimientos que están diseñados (90) Fallos 328:4343, del considerando 19 del voto de los
Jueces PETRACCHI, HIGHTON DE NOLASCO, MAQUEDA,
para las adultas y que, por ende, no toman en cuenta
ZAFFARONI y LORENZETTI. Esa singularidad normativa
las necesidades y características que el grupo prote- implicaba un trato diferenciado en relación a los adultos en
el marco de un proceso penal, con una esencial salvedad: “[P]
(89) Fallos 327:3984, voto de los Jueces PETRACCHI, artiendo de la premisa elemental, aunque no redundante, de
BELLUSCIO, BOGGIANO, ZAFFARONI y HIGHTON DE que los menores cuentan con los mismos derechos consti-
NOLASCO. En uno de los decisorios se alcanzó a realizar tucionales que los adultos, no debe perderse de vista que
una distinción en el dictamen del Procurador Fiscal por de dicho principio no se deriva que los menores, frente a la
tratarse el imputado de una persona menor de edad, infracción de la ley penal, deban ser tratados exactamente
aunque la solución postulaba derivar las actuaciones a la igual que los adultos [...] los niños poseen los derechos que
justicia local que no contaba con órganos jurisdiccionales corresponden a todos los seres humanos, menores y adul-
especializados: “[N]o paso por alto que en este caso a tos, y tienen además derechos especiales derivados de su
diferencia de aquél, el imputado es menor de edad y que condición, a los que corresponden deberes específicos de la
según la jurisprudencia del Tribunal resulta incompatible familia, la sociedad y el Estado” (Fallos 328:4343, del conside-
con los propósitos de tutela y protección perseguidos por rando 32 del voto de los Jueces PETRACCHI, HIGHTON DE
la ley 10.903, sustraer a los menores de la jurisdicción de NOLASCO, MAQUEDA, ZAFFARONI y LORENZETTI).
los jueces que cuentan con una estructura adecuada para (91) Cámara Nacional de Casación Penal, Sala IV, causa
cumplir a su respecto con los postulados de la legislación n° 8.810, “Saucedo, Juan Ramón y otro s/ recurso extraor-
dictada en su beneficio [...]. Sin embargo, entiendo que dinario”, del 19/8/09, voto de los Jueces DIEZ OJEDA y
la solución que habré de proponer no desconoce esos GONZÁLEZ PALAZZO, entre muchos otros.
principios, pues el artículo 58 del Capítulo XIV de la ley 12 (92) L. 1237. XLII. Recurso de hecho, “L., Y. A. s/ tenencia
de la Ciudad de Buenos Aires, establece el procedimiento de estupefacientes”, causa n° 29.047C.
especial aplicable a los menores de edad imputados por los
delitos cuya transferencia fue dispuesta por las leyes 597 y (93) Fallos 302:914 y 321:2434, entre muchos otros.
25.752” (S.C. Comp.1473 L. XL, “P., A. M s/ portación de (94) Fallos 331:2720, del dictamen del Procurador General
arma de uso civil y resistencia a la autoridad”). al cual se remitiera el más Alto Tribunal con los votos de los

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DPyC Penal Juvenil doctrina

El criterio de la especialidad normativa de la escindir la investigación de los hechos atribuidos a


Corte Suprema de Justicia de la Nación fue repro- A. C. M. C., dándole intervención a su respecto a la
ducido a posteriori por la propia Cámara Nacional justicia de menores, importa el riesgo de incurrir
de Casación Penal en contiendas de competencia en pronunciamientos contradictorios. Toda vez
al decidir el envío de las actuaciones por infracción que el magistrado federal está en condiciones de
a la ley 23.737 a la justicia federal (95). alcanzar la protección integral de los derechos del
niño [...] aplicando los principios que se derivan en
Empero, y sin recoger los argumentos de materia internacional en beneficio de las personas
tribunales inferiores en pos de la especialidad menores de edad, la justicia de menores deberá
funcional, la Corte Suprema de Justicia de la ceder su intervención en su favor” (96).
Nación de manera clara profundizó el modelo de
preeminencia normativa en cuestiones penales Se sentó en definitiva las bases de un sólido prin-
con imputados menores de edad al resolver que cipio de especialidad normativa, al minimizarse
“[S]según surge de las constancias del expediente, los órganos judiciales encargados del juzgamiento
los imputados fueron encontrados en poder del de niños en conflicto con la ley penal.
automóvil robado en el que transportaban las
sustancias estupefacientes y las armas de fuego VI. A modo de conclusión
[...] aun cuando no haya sido materia de discusión La protección especial a la infancia reconocida
en la presente contienda, no puede soslayarse que por la comunidad internacional fue recogida
desde los primeros instrumentos internacionales
Jueces LORENZETTI, HIGHTON DE NOLASCO, PETRACCHI, de derechos humanos, en un proceso que se con-
MAQUEDA y ZAFFARONI. Se había sostenido también en solidó de manera paulatina a través de posteriores
el dictamen del Procurador General que “[E]n la medida en tratados y convenciones, hasta culminar, como un
que cuenta con los medios necesarios a esos fines. Por otro
lado, su limitada jurisdicción, no exime a sus magistrados de
eslabón más, con la sanción de la CDN.
la obligación de aplicar la legislación específica que rige para
los procesos en que son parte los menores de edad, que según
Este trato diferenciado se manifiesta en el proce-
doctrina de V.E. está conformada por la Constitución Nacional, so penal a través de una doble aplicación del prin-
la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, la cipio de especialidad; normativa y funcional.
Convención Americana sobre Derechos Humanos, el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y el Pacto Inter- Con base en la tardía irrupción de los tratados de
nacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales”. derechos humanos en los discursos judiciales y las
(95) Cámara Nacional de Casación Penal, Sala III, causa n° prácticas forenses el perfil de la justicia nacional de
11.033, “M., C. M. s/ recurso de casación”, del 20/10/09, voto menores se modificó abruptamente. El tomado para
de los Jueza LEDESMA al que adhirieron por sus argumentos este trabajo como hito profundo de la investigación
los Jueces RIGGI y CATUCCI, entre otros. Sin embargo y en jurisprudencial, es decir la transformación judicial
paralelo se entendió también que la regla de solución aplica-
penal producida a nivel de las jurisdicciones nacional
da no correspondía a la realidad jurídica de la Capital Federal,
y al marcar las diferencias del caso “Latrónico” con estos y federal como consecuencia de la reforma procesal
conflictos de competencia, se expresó que en este precedente penal del año 1992, consolidó ya de manera definiti-
la contienda de competencia se había originado entre un va en la estructura judicial el modelo de Juzgado de
Juzgado de Menores provincial (ciudad de Paraná, provincia Menores con una única competencia penal.
de Santa Fe) y un juzgado federal; pero en la Capital Federal
“[l]os tribunales federales y los Tribunales de Menores per- Para la Corte Suprema de Justicia de la Nación ya
tenecen a la misma justicia nacional, de conformidad con no resulta relevante qué órgano judicial interviene
lo prescripto en el art. 2 de la ley 24.050, y, en consecuencia, en los procesos judiciales penales seguidos a las
no se ha establecido una norma similar a la prevista para
las provincias ‘reconociendo así, clara e indudablemente, personas menores de edad sino las normas espe-
la competencia que los Tribunales de Menores tienen en la cíficas que se aplican en esos supuestos. Esta con-
materia en el territorio federal’ [...] el Estado se encuentra clusión pone en duda la continuidad de la Justicia
obligado a garantizar, como bien pone de resalto la Comisión de Menores como un apartado de la magistratura
Interamericana, no solo un régimen legal específico, sino general, al asimilarla —con muy ligeros matices
también la creación de órganos jurisdiccionales especializa- diferenciales— a la justicia penal de adultos. u
dos en los que se desarrolle un proceso especial en el que se
aseguren a los niños los derechos que la citada Convención
les confiere” (Cámara Nacional de Casación Penal, Sala IV, (96) Fallos 332:1457, de los considerando 5°, 6° y 7° del
causa n° 11.033, “F., M. s/ recurso de casación”, del 11/11/09, voto de Jueces LORENZETTI, HIGHTON DE NOLASCO,
del voto en disidencia del Juez DIEZ OJEDA). PETRACCHI, MAQUEDA y ARGIBAY.

178 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


Delitos Informáticos
DPyC Delitos Informáticos NOTA A FALLO

DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD menor agravada por la edad de la víctima y


su comisión mediante engaño.
SEXUAL
1. — El imputado debe ser condenado como autor
Promoción de la corrupción de menores. Sentencia del delito de promoción de corrupción de
condenatoria. Envío de mensajes con contenido menores, pues se acreditó que, mediante el
sexual a un niño mediante una dirección de correo engaño de utilizar una apariencia de niña,
electrónico. Grooming. Inconstitucionalidad del contactó utilizando una cuenta de correo
art. 12, segunda parte, del Cód. Penal. electrónico a una menor y le envió mensajes
con contenido sexual y lenguaje obsceno,
con evidentes fines corruptivos, al mismo
Hechos: Los padres de una menor denun- tiempo que le remitía correos con cantidad de
ciaron que su hija había recibido mensajes fotografías de niños desnudos y manteniendo
relaciones sexuales entre sí.
instantáneos con contenido sexual y lenguaje
obsceno en su dirección de correo electróni- 2. — Para que se verifique la promoción de la co-
co. Asimismo, luego se confirmó que había rrupción, es suficiente que el sujeto activo rea-
recibido correos en los cuales se adjuntaron lice, con conocimiento y voluntad, conductas
fotografías de menores realizando actividades de connotación abusiva a sabiendas de que,
sexuales explícitas. El Tribunal en lo Criminal mediante sus particulares características de
condenó al imputado a la pena de prisión por ocurrencia, impulsarán —o de algún modo
el delito de promoción de la corrupción de incitarán— a la víctima menor a la práctica

Grooming y CDN: algunas Y así comienza la historia de este siniestro


“juego”...
reflexiones De eso se trata el asunto que nos convoca:
grooming.
POR Silvina Andrea Alonso
Intentaremos abordar la problemática que gira
Sumario: I. Introducción. — II. Los en torno de las redes sociales y de la utilización de
hechos. — III. Breves reflexiones. — éstas, en manos de niños.
IV. Conclusiones.
La evolución social, como hemos indicado en
I. Introducción trabajos anteriores, exige el replanteo del derecho
y el abordaje en pos de la inclusión de nuevas
Tú un niño, yo un adulto, ¿Quieres ser mi ami- modalidades delictivas.
go? (1)
Sin lugar a dudas, gran parte de esta exigencia
respecto del avance de los medios tecnológicos.

II. Los hechos


(1) El adulto genera lazos emocionales, simulando
ser un niño mediante una identidad falsa, fortaleciendo
del vínculo obtiene datos del menor y mediante técni-
F. L. N. resultó condenado -por el Tribunal Oral
cas de seducción consigue que éste le envíe imágenes Criminal Nº1 de Necochea- a la pena de 10 años
de contenido pornográfico. Así se inicia el ciberacoso, de prisión por resultar autor penalmente respon-
chantajeando a la víctima para obtener cada vez más sable del delito de promoción de la corrupción
material pornográfico o tener un encuentro físico con el de menor agravada por la edad de la víctima y su
menor para abusar sexualmente de él o para la trata de comisión mediante engaño.
personas. Cfr. MORABITO, Mario Rodrigo, La regulación
de los “delitos informáticos” en el Código Penal Argenti- La causa se origina a raíz de la denuncia que
no. Nuevas tendencias criminológicas en el ámbito de los
delitos contra la integridad sexual y la problemática de efectúan los padres de L. M. (8 años de edad al
persecución penal, Doctrina La Ley online. Cita Online: momento del hecho) al tomar conocimiento de
AR/DOC/1758/2011. que su hija recibía a través de correos electróni-

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 181


DPyC Delitos Informáticos NOTA A FALLO

prematura de actos sexuales, y que, debido a TCrim. Nro. 1, Necochea, 05/06/2013. - F., L. N. s/
la falta de maduración física, psíquica y sexual corrupción de menores agravada.
de esta, la condicionarán para la libre y plena
determinación de su sexualidad. [Cita on line: AR/JUR/91587/2013]
3. — El grooming debe ser definido como un proce- [El fallo in extenso puede consultarse en Atención al
so abusivo, facilitado por el uso de las nuevas Cliente o en laleyonline.com.ar]
tecnologías, que implica la interacción comu-
nicacional de un adulto con un menor, a través
del despliegue de una conducta deliberada CONTEXTO DOCTRINARIO DEL FALLO
para captar su atención y confianza, con el
objeto de obtener imágenes sexuales o lograr
un encuentro sexual. Tomeo, Fernando, “El ciberacoso cobra una nueva
víctima”, LA LEY 04/10/2011, 1, LA LEY 2011-E, 1376,
4. — El art. 12 del Cód. Penal, en su segunda parte, AR/DOC/3354/2011; González Pondal, Tomás Ignacio,
es inconstitucional, en cuanto prevé la priva- “Grooming. Proyecto de ley modificativo del Código
ción de la patria potestad, de la administración Penal”, Sup. Act. 23/09/2010, 1; DJ 03/11/2010, 97.
de los bienes y el derecho a disponer de ellos
para el penado, pues es contrario a los dere-
chos y garantías consagrados por el art. 18 de la CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD
Constitución Nacional y violatorio de los arts.
10 del Pacto Internacional de Derechos Civiles Se declara inconstitucional el art. 12, segunda parte,
y Políticos y 5.6 de la Convención Americana del Cód. Penal.
sobre Derechos Humanos.

cos y Hotmail Messenger envíos con contenido h.- Utilización de amenazas para que el niño
sexual, donde podía verse la imagen de niños consienta el juego.
teniendo sexo, mensajes obscenos y de contenido
libidinoso. i.- A ello debe sumarse que el niño comienza
a sentirse perturbado, con sentimientos de an-
III. Breves reflexiones gustia, e intenta aislarse, todo ello generado en
razón de que se encuentra en situación de mayor
El grooming exige la concurrencia de los siguien- vulnerabilidad por la ausencia de madurez sexual,
tes presupuestos para su configuración: motivo por el cual no tiene su psiquis preparada
a.- El sujeto activo debe hacerse pasar por al- para receptar y asimilar contenidos de contenido
guien del mismo sexo que la víctima. sexual como éstos.

b.- El sujeto activo debe fingir la misma edad j.- Los adultos suelen tomar conocimiento no
que su potencial víctima. porque el niño pida ayuda a los padres, sino que
éstos o aquellos más cercanos al menor comien-
c.- El sujeto activo es un adulto. zan a notar raro a éste.
d.- El sujeto activo desarrolla una estrategia a los l.- El contacto persigue obtener material porno-
fines de ganarse la confianza de su víctima. gráfico o se pretende realizar un abuso físico.
e.- El sujeto activo utiliza identidades falsas. Se exige entonces la configuración de un engaño
f.- El sujeto activo se vale de un juego engañoso tendiente a la captación de la confianza del menor,
para introducir el tema sexual en la conversación que luego presionado acepta el “juego sexual”
con su víctima. propuesto.

g.- Algunos indicios del victimario consisten Este fallo fue dictado el 5 de junio de 2013, es
en que el autor de esta modalidad tapa la cámara decir, que a dicha fecha no existía aún tipificado
web, utiliza la foto de perfil de un niño/niña de el tipo penal del grooming. La calificación legal
edad similar a la de la víctima. en estudio fue sancionada el 13/11/2013 y pro-

182 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Silvina Andrea Alonso

mulgada el 04/12/2013 (2), motivo por el cual los del Niño y demás instrumentos concordantes en
hechos terminaron siendo subsumidos dentro de la materia.
la calificación legal que prevé el artículo 125 del
CPN párrafo segundo y tercero, en razón de que Veamos entonces algunos de los principios que
el principio de la aplicación temporal de la ley deberán tenerse presentes:
penal, obliga a aplicar la ley vigente al momento
del hecho. a.- Interés superior: En primer lugar, al resultar
la víctima un niño, nos encontramos con que todo
Una ardua tarea resta por delante, para que la tipo de decisión judicial deberá ser resuelta en
aplicación de esta calificación resulte exitosa. resguardo del interés superior del niño.

Si bien hemos señalado algunos desaciertos de A raíz de ello es que el juzgamiento de los ca-
su redacción como son: sos de grooming con o sin resultado consumado
contra la integridad sexual deberían seguir obli-
-la ausencia de agravantes de parentesco, mo- gatoriamente un procedimiento especial para la
dalidad, etc.; realización del proceso de juicio.

-la ausencia de aumentos de penas por con- Es decir, el Estado debe garantizar que todas
sumación de algunos de los delitos contra la las medidas que se tomen sean las mejores para
integridad sexual; los niños afectados, a los fines de evitar la doble
estigmatización del menor, quien se verá afectado
-la ausencia del elemento normativo etario tan- no sólo por el hecho en sí, sino también por su
to en relación con el sujeto activo como pasivo; participación recordando el suceso en el marco
de un proceso penal.
-la vaguedad del término empleado como verbo
típico; b- Aplicación de Cámara Gesell: otro tema no
menor a tener en cuenta, a partir de la incorpo-
-el adelantamiento punitivo del Estado; ración de la figura en análisis, es que devendrá
indispensable la aplicación del artículo 250 bis del
-conflictos en relación a los delitos de propia CPPN, es decir, que al resultar el niño víctima de un
mano; delito contra la integridad sexual, puesto que así lo
ha regulado el legislador, sus testimonios deberán
-la ausencia de la reconceptualización de la idea
ser realizados través de psicólogos especializados
tradicional de intimidad;
en materia de niñez y mediante la implementación
-delitos “intra-red” vs. “delitos-intramuros”. de declaración por cámara Gesell.

La aplicación de esta novedosa modalidad exige Sin embargo, debemos realizar una salvedad en
la capacitación de los operadores judiciales como relación con el procedimiento precedentemente
así también de los abogados, comenzando por expuesto.
el aprendizaje de la conservación de la prueba
La normativa vigente establece su aplicación
virtual, como dato de color.
únicamente si al momento de prestar declaración
No obstante ello, y al estar involucradas víctimas el niño víctima tiene menos de 16 años.
menores, deviene indispensable la aplicación de
Advertimos así que dicho límite etario se erige
preceptos propios en materia de niñez, bajo los
contradictorio con la CDN. (3) Este instrumento
principios rectores de la Convención de Derechos
establece que niño es toda persona menor de 18
años.

(2) Artículo 131: “Será penado con prisión de seis (6)


Por este motivo, sostenemos que para contri-
meses a cuatro (4) años el que, por medio de comunica- buir a una reforma acorde en la materia, el pro-
ciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra cedimiento debería ampliarse en concordancia
tecnología de transmisión de datos, contactare a una per-
sona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier
delito contra la integridad sexual de la misma”. (3) Artículo 1º.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 183


DPyC Delitos Informáticos NOTA A FALLO

con el paradigma internacional que en materia contramos ante algún suceso de índole libidinoso
de niñez ratificó la Argentina. aceptado por los sujetos intervinientes.

c.- Derecho a ser oído (4): De acuerdo con lo indicado, así pues quien
consiente, es decir, quien está de acuerdo con
Este instituto es conceptualizado del siguiente el hecho, debe resultar titular del bien afectado
modo: “El derecho del niño a ser oído contempla la (integridad sexual, libertad de elección en el
oportunidad de expresar su opinión en cualquier compañero y modalidad de contacto sexual),
procedimiento en el cual se discutan sus derechos, debe ser expreso, tácito o inequívocamente ma-
siempre que esté en condiciones de formarse un nifestado, en plena libertad, y ante la ausencia de
juicio propio. Este elemento es angular para el de- un error que afecte el conocimiento acabado del
bido proceso del niño, a fin de que sea leído como acto, pasible de revocación en cualquier estadio
una instancia de diálogo, en la que la voz del niño del desarrollo.
sea tenida en cuenta, de modo de considerar que
lo que él o ella consideren respecto al problema de De acuerdo con lo indicado, en los supuestos de
que está involucrado”. (5) grooming se avizora una problemática divisible al
menos, en tres escenarios posibles, a saber:
Por ello, debe garantizarse el derecho del niño
víctima a expresar su opinión en el marco del i.- El primer supuesto recae sobre aquellos casos
procedimiento. donde la víctima resulta menor de 13 años.

Al resultar víctima, la validez testimonial del En estos casos y en virtud de la presunción iuris
niño en sede judicial quedará sujeta a la valoración et de iure que se impone en nuestra legislación,
del juez en el caso concreto. en razón de la cual se presupone prima facie que
todo niño menor de 13 años no posee madurez
d.- Problema del consentimiento: En relación con suficiente para comprender la dimensión de un
este punto debemos destacar que en los delitos acto de índole sexual, no deberíamos siquiera pre-
contra la integridad sexual resulta determinante guntarnos si el menor ha consentido o no el acto,
para la ausencia de su configuración la concurren- puesto la ley ya nos ha dado la respuesta: no.
cia de un consentimiento libre y voluntariamente,
prestado por el sujeto titular del bien integridad Por lo tanto, nos encontramos en condiciones de
sexual. concluir que siempre que la víctima de un delito
de grooming resulte menor de 13 años al momento
Ello conduce a que únicamente los actos sexua- del hecho, su consentimiento no será válido.
les no consentidos resulten pasibles de configura-
ción de alguna de las variantes de estas figuras. ii.- El segundo escenario, un tanto más proble-
mático, se configura en los supuestos en que la
Empero, esta cuestión resulta dificultosa, dado víctima presenta entre 13 a 16 años al momento
que una línea muy delgada es la que determina si del suceso. (6)
nos encontramos ante un caso de Delito contra
la integridad sexual o si por lo contrario nos en- Esta hipótesis, se desprende de la confrontación
de esta nueva calificación legal con la figura del
(4) Art. 12 Convención de los Derechos del Niño (en ade-
lante CDN): 1. “Los Estados Partes garantizarán al niño que (6) En disidencia a lo aquí sostenido: “Amén de lo an-
esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho terior, otra diferencia que torna desacertada la pena, es
de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que que, en el abuso sexual se tiene en cuenta también que
afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opi- el aprovechamiento se hace contra el consentimiento del
niones del niño, en función de la edad y madurez del niño.2. abusado. En el grooming, tratándose de mayores de 13
Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser años, sí hay consentimiento, al menos de mantener cierto
escuchado, en todo procedimiento judicial o administrativo contacto vía electrónica. Con lo cual podemos ver también
que afecte al niño, ya sea directamente o por medio de un que es más grave lo primero que lo segundo, de modo
representante o de un órgano apropiado, en consonancia que no pueden recibir igualdad de pena en el articulado”.
con las normas de procedimiento de la ley nacional”. GONZÁLEZ PONDAL, Tomás Ignacio - Grooming. Proyecto
(5) Opinión Consultiva Nº 17 http://www.derhumanos. de ley modificativo del Código Penal- Cita Online: AR/
com.ar/derechonino.htm. DOC/6775/2010.

184 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Silvina Andrea Alonso

estupro (7), que reconoce a niños y/o adolescentes IV. Conclusiones


cierta capacidad para poder consentir actos de
índole sexual libre y válidamente, siempre que no Si bien no adherimos al modo en que fue
concurran los elementos de tipicidad de la figura regulada la calificación por motivos que opor-
en cuestión. tunamente hemos expuesto, a los cuales nos
remitiremos (9), su incorporación implica una
Por lo que aquí será determinante entonces para evolución en materia de delitos informáticos.
poder verificar si el menor contactado consiente
el intercambio con su amigo/a virtual las edades A los fines de familiarizarnos con la calificación,
de la víctima y el victimario involucrados. resulta atinado esbozar que tiene similitudes con
la estafa. Si bien ambas figuras comparadas prote-
Sin embargo, no debemos olvidar que debería gen bienes jurídicos disímiles, en el caso del gro-
tenerse presente que al hablar de grooming ha- oming, el sujeto activo adulto realiza una puesta
blamos de error en el conocimiento de la víctima, en escena idónea, es decir el conocido ardid, por
generado por el engaño, por la puesta en escena medio de fotos, perfiles falsos y utilización de un
que realiza el adulto, a través del perfil falso de lenguaje infantil, de similitud a la edad de la vícti-
identidad. ma que desea capturar, por el cual induce al error
o engaño, mediante el falso conocimiento sobre la
iii.- El tercer escenario entre 16 a 18 años: Este veracidad de los hechos, que la lleva a consentir
último escenario se relaciona con la exigencia por viciadamente el envío de material pornográfico
aplicación de los instrumentos internacionales en del que resulta protagonista.
materia de niñez, de proteger para esta clase de
delitos a los niños hasta los 18 años de edad. Finalmente y en razón de lo aquí comentado
siempre que refiramos al grooming debemos corro-
Por ello, es necesario que se resguarde a las borar la presencia de un ardid o engaño, el error en
potenciales víctimas hasta dicha franja etaria. la víctima y la prestación de actos de índole sexual.
La actividad del sujeto activo resultará determina-
De más estará decir que, a mayor edad del sujeto da por su especial elemento del ánimo, un animus
pasivo, mayores serán las posibilidades de advertir libidinoso que motiva el primer contacto. Ello en
el peligro en la red y menores las posibilidades de razón de que lo determinante del contacto ciberné-
verse involucrados en este caso de delitos. tico en estos casos es el ánimo sexual. (10) u
e.- Importancia del material probatorio: se
aconseja el resguardo de las pantallas, correos y
chat recibidos.
(9) ALONSO, Silvina Andrea, “Grooming”: un primer
Para el supuesto en que el sujeto activo realice el acercamiento, Doctrina La Ley online AR/JUR/580/2014.
contacto con el menor por medio Facebook, debe Publicado en: DJ 03/04/2014, 99. También véase el artículo
copiarse el link completo, de modo que quede de mi autoría, “Cuestiones críticas sobre la tipificación el
integrado en la dirección del perfil el usuario. Grooming” http://www.derechopublicointegral.com/wp-
content/uploads/2014/04/doctrina2.pdf.
Debe capturarse la pantalla y se sugiere realizar- (10) “Consecuentemente, bien se puede afirmar que desde
lo ante la presencia de un escribano público. esta perspectiva el grooming consiste en un acto preparatorio
de carácter virtual, previo a cualquier abuso sexual de los
No obstante ello, nuestro país cuenta con un tipificados en los arts. 119 primer párrafo (abuso sexual sim-
área especializada en cibercrimen dentro de ple); 2do. párrafo (abuso sexual gravemente ultrajante); 3er.
párrafo (abuso sexual con penetración o violación), y art. 120
algunas fuerzas de seguridad, a las que se puede (estupro) del Código Penal. También lo podrá ser respecto
acudir. (8) de la promoción o facilitación de la corrupción de menores
(art. 125) o de la promoción o facilitación de la prostitución
de menores (art. 126) o la rufianería, la pornografía infantil,
(7) Artículo 120 CPN. las exhibiciones obscenas o el rapto (arts. 127, 128, 129 y 130
(8) Véase Investigaciones Telemática, Policía Metro- C.P.)”. TAZZA, Alejandro O., El delito de grooming, Doctrina
politana. La Ley online, Cita Online: AR/DOC/321/2014.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 185


Política Criminal
DPyC Política Criminal DOCTRINA

Las mujeres desaparecidas. Vivas las llevan, vivas las


queremos
POR Carmen Antony (*)

Sumario: I. Introducción. — II. ¿Quiénes son estas mujeres desapa-


recidas?. — III. Factores que pueden influir en el desaparecimiento
de las mujeres. — IV. El problema del registro de datos y la discri-
minación contra las mujeres. — V. Desaparición de mujeres en
América Latina. — VI. El caso de Panamá. — VII. Chile: un caso para
observar. — VIII. La protección internacional de las desapariciones.
— IX. Bibliografía.

I. Introducción en muchas ocasiones un pingüe negocio para la


delincuencia organizada.
El Comité Internacional de la Cruz Roja afirma
que la desaparición de personas es una trage- Sin duda uno de los factores más importantes
dia olvidada, porque, en definitiva, no existe el en estas situaciones es la violencia intrafamiliar
empeño suficiente para resolver este urgente que campea en nuestros hogares. Esta situación
problema humanitario, tanto para ayudar a las de violencia sistemática vulnera la seguridad de
familias, como para esclarecer el paradero de sus estas personas provocando huidas y escapatorias
seres queridos. Ello genera importantes secuelas que las hacen fácil presa de los traficantes. Si su-
que afectan la salud mental y económica de los mamos la situación específica del desplazamiento
parientes. por conflictos armados o desastres naturales, o los
movimientos migratorios, hay suficientes motivos
La desaparición de mujeres, sean mayores o para prestarle atención.
menores de edad, es un forma más de violencia
El desaparecimiento de Mujeres no constituye
contra la mujer, porque de igual manera que las
un hecho ilícito en las legislaciones penales pero
otras manifestaciones de violencia, su especifi-
puede tener estrecha relación con varias conduc-
cidad reside en el hecho de estar basada en las
tas ilícitas sancionadas en dichos ordenamientos
relaciones desiguales de poder entre hombres y
jurídicos. Sin embargo y acorde a la definición
mujeres. Y, como señala Ana Carcedo, “hablar de
de violencia contra la Mujer, la desaparición de
las relaciones de poder nos remite necesariamente
mujeres y niñas es otra forma de violencia por sus
a los derechos humanos ya que estamos hablando
eventuales consecuencias posteriores (1). Vale
de un ataque sistemático y estructural a la dignidad
decir que en estas desapariciones se vulneran sus
humana” (Carcedo, 1997, 6).
derechos a la vida, a la integridad física y psicológi-
El problema de las mujeres desaparecidas en el ca, a la libertad e individualidad y principalmente
mundo tiene la más grave implicación, particular- al derecho a su protección, al no investigar como
mente en el campo de los derechos humanos. Se corresponde las denuncias de desapariciones,
estima que la cifra de mujeres desaparecidas al- según veremos más adelante.
canza anualmente a 100.000 millones. Las razones Como lo señala la criminóloga Ana Isabel Garita,
por las cuales desaparecen son múltiples. Suceden “Resulta alarmante constatar que en los casos de
en tiempos de guerra y de paz, por intereses eco- mujeres y niñas desaparecidas no hay una inves-
nómicos y por situaciones de discriminación, por
esto las desapariciones no han cesado, más bien
han ampliado su esfera de acción, constituyendo (1) Violencia contra la mujer es toda acción o conducta ba-
sada en el género que cause muerte, sufrimiento físico, sexual
o psicológico, tanto en el ámbito público como en el privado
(*) Criminóloga chilena, profesora en la Universi- (Artículo 1 de la Convención Interamericana para prevenir,
dad de Panamá. sancionar y erradicar la violencia contra la Mujer).

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 189


DPyC Política Criminal doctrina

tigación pronta y expedita, hay una inercia y una vejadas, mutiladas y sus cuerpos tirados en sitios
pasividad de las autoridades quienes inician las baldíos, cementerios abandonados o en sitios en
investigaciones después de las primeras 72 horas el desierto. Aterradas, perseguidas, humilladas,
a contar de las desapariciones perdiendo la opor- desaparecen víctimas de una violencia machista
tunidad de descubrir el paradero de ellas y evitar y misógina terminando con sus planes de vida e
así mayores riesgos” (Garita, 2012). ilusiones (Atencio, 2004).
Las investigaciones sobre desaparición de III. Factores que pueden influir en el desapa-
mujeres de toda edad revelan que sólo en China recimiento de las mujeres
la cifra alcanza a 500.000 mujeres (Johansson y
Negrero, 1991). Naturalmente el problema está 1. ¿Cuáles pueden ser estos factores?
relacionado con una multitud de factores estruc-
turales: desigualdad, abandono, discriminación, Suponiendo que el abandono del hogar ha
pobreza, situaciones conflictivas familiares, todos sido “voluntario” podemos mencionar como las
ellos pueden influir significativamente en las im- situaciones que provocan o pueden desencadenar
pactantes cifras señaladas. No está de más agregar la conducta (2):
como principales y determinantes factores tanto
el sexismo imperante en algunas regiones del * La negligencia y abandono de sus padres,
Oriente Medio, India y Norte de África como las
* La presión económica,
situaciones de marginación e injusticia de estas
mujeres. * Los abusos sexuales,
La desaparición de personas es una señal de * La ausencia de un trabajo decente para los
alarma y no puede ser minimizada so pretexto de miembros de la familia con edad para trabajar,
problemas familiares o de noviazgo como común-
mente explican las autoridades de investigación. * Las estructuras socioeconómicas injustas,
Puede tratarse de su conexión con figuras delic-
tivas como tráfico y trata de personas, torturas, * Las migraciones rural-urbana e internacionales,
extracción de órganos, femicidios, entre muchos
otros crímenes. * La debilidad de las instituciones con respon-
sabilidad de atender los problemas anteriormente
Como bien lo expresa la editorial de un pe- mencionados,
riódico mexicano, a raíz de las mujeres y niñas
desaparecidas en Chihuahua, México: * La falta de voluntad política para asignar los
recursos económicos necesarios.
“Nadie se esfuma en el aire, alguien se las lleva
y sólo en casos excepcionales llega a saberse con Se suman a estas situaciones que inducen a
qué fin, pero estas víctimas fueron arrancadas desaparecer la falta de respuesta de los organis-
de sus casas, la tierra no se traga a la gente, sin mos competentes del Estado, un proceder que
que se encuentre una explicación o una causa” convierte a estas personas en seres marginados
(wwwanimalpolítico.com/201303/mujeres de la sociedad, sin posibilidades de desarrollo;
—desaparecidas). víctimas fáciles de organizaciones o personas
inescrupulosas que, en muchas ocasiones, las
II. ¿Quiénes son estas mujeres desaparecidas? reclutan para ser esclavizadas sexualmente, en el
territorio nacional o en otros países.
Comúnmente se trata de mujeres jóvenes, more-
nas, marginadas socialmente, pobres, explotadas Cabe afirmar que si estas mujeres caen en redes
laboralmente, en suma, mujeres desechables que criminales no ha sido por su libre elección, sino
al parecer no merecen mayor atención cuando por las condiciones antes señaladas que obsta-
desaparecen. Muchas de ellas son trabajadoras culizan y limitan sus opciones como personas. La
migrantes que viven solas, sin sus respectivas pregunta es hasta qué punto estas mujeres pueden
familias, lo que facilita su desaparición. Invi-
sibilizadas, discriminadas, su desaparición no (2) Se entiende que el presente trabajo no contempla las
deja huellas y sólo aparecen posteriormente desapariciones forzadas por motivos políticos o raciales.

190 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Carmen Antony

salir del círculo de pobreza y de marginación don- estos problemas, y, en consecuencia, recomendar
de están inmersas. políticas sobre el particular.
IV. El problema del registro de datos y la dis- Siguiendo con este orden de ideas en dos talleres
criminación contra las mujeres realizados sobre el tema del femicidio se destacó
que: “las cifras oficiales de los países -sea que
Numerosos trabajos de los movimientos femi- hayan tipificado o no esta conducta ilícita- eran
nistas sobre la situación de las mujeres implicadas imprecisas, no confiables, contradictorias y carentes
en la delincuencia, ya sea como delincuentes de trasparencia, por lo que se hace difícil elaborar
o como víctimas, revelan que existe en general diagnósticos que pudieran generar políticas públi-
una dificultad notoria para obtener información
cas adecuadas para la prevención de estos delitos”
oficial. Dichos estudios se han realizado desde la
(Taller sobre femicidio., Diciembre del 2011, y
óptica masculina patriarcal, englobando de esta
Mesa de Debate Internacional sobre femicidio/
manera a mujeres y hombres.
femicidio, Mayo, 2011).
La invisibilidad al respecto, sostienen esos
Por su parte Amnistía Internacional ha afirmado
estudios, es una prueba de la discriminación
que sufren las mujeres al no ser consideradas en al respecto que, en el caso de México y a raíz de la
las investigaciones sobre el sistema penal, entre cifra de 26.121 personas desaparecidas entre los
muchos otros tópicos. años registrados en el informe, “se comprueba
una constante sistemática en las desapariciones
Fueron los movimientos feministas quienes y desapariciones forzadas que demuestra una
primeramente llamaron la atención sobre las víc- deplorable falta de tecnología y procedimientos
timas y su relación con el delito. Particularmente, claros de las autoridades para recabar datos fiables
se refirieron a la violencia ejercida contra ellas sobre personas desaparecidas denunciadas. Esto,
como la prostitución sexual forzada, los abusos afirma el informe demuestra la deficiencia que
sexuales, la trata de personas y la violencia intrafa- oculta la verdadera naturaleza y magnitud que
miliar, situaciones que han acaparado la atención ha socavado la investigaciones y su capacidad de
en las últimas décadas y que se han cristalizado localizar e identificar a sus víctimas” (Amnistía
en diversos Convenios, Declaraciones y Tratados Internacional, 2013).
Regionales e Internacionales. Cuando se empieza
a elaborar estadísticas, sobre el particular, se des- A pesar de estos avances, las cifras recogidas
tapa la “caja de Pandora” y los Gobiernos se ven distan mucho de reflejar la realidad de los actos
obligados a dictar políticas sobre el particular, a violentos contra las mujeres, lo que ha traído como
crear policías especializados y establecer casas de consecuencia no disponer de mecanismos efecti-
acogida o albergues para las mujeres maltratadas. vos de ayuda y protección de estas personas.
Más adelante, como se verá y a raíz de las desapa-
riciones y asesinatos múltiples de mujeres y niñas En el caso del delito de trata de personas se sabe
en México y Centroamérica, las informaciones que este delito figura, en el mundo, y particular-
sobre estas desapariciones obligan además a estos mente en algunas regiones de América Latina
Gobiernos a tomar medidas para prevenir, dentro en los primeros lugares del total del universo
de lo posible, estas situaciones. delincuencial.

En una segunda oleada feminista, las investi- Sin embargo las estadísticas oficiales sobre los
gadoras se detuvieron en denunciar la alta cifra delitos de trata de personas, o cualquiera de las
de los femicidios, debido a la proliferación de figuras ilícitas que configuran los delitos catalo-
estas conductas. Sin embargo, y a pesar de estos gados como de explotación sexual comercial, o
avances, toda investigación sobre estos temas se no existen, o arrojan una cifra insignificante en
ve limitada por la falta de datos fidedignos sobre relación con otros delitos.
estas situaciones, o bien, por la insuficiencia o
contradicción de éstos. Más aún, muchas estadís- Entonces surgen preguntas: ¿Es que no se co-
ticas acerca de estos tópicos no están segregadas, menten estos delitos? ¿No son denunciados o es
por tal razón se hace muy difícil llegar al fondo de que tal vez quedan impunes?

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 191


DPyC Política Criminal doctrina

Este hecho relativo a las deficiencias estadísticas productivo y presenta escasos riesgos para la
parece agravarse en los casos de desaparición delincuencia organizada.
de las mujeres lo que puede tal vez, llevar a las
siguientes conclusiones: Según estos informes provenientes de organiza-
ciones no gubernamentales existe un entramado
* El problema no es importante. entre el poder policial y judicial que provoca un
manto de impunidad de estos hechos crimina-
* Los casos registrados no son significativos. les, probablemente por la concepción de que el
cuerpo femenino es propiedad del masculino, una
* Los motivos de estas desapariciones son de mercancía que se vende o alquila (www.mujere-
índole particular. senacción.over-_blog.es; mujeres- desaparecidas
* No vale la pena investigar estos hechos, porque -en -democracia-57855314).
no son delitos. Es de común conocimiento que México y
Guatemala son los países donde se produce
* Estos delitos no producen alarma pública.
otra situación: muchas de estas personas des-
* No vale la pena investigarlos. aparecidas aparecen asesinadas (ins(insmujer.
cl.ciudadde mujeres. (www.poblanerias.com.mx/
Nada más lejos de estas consideraciones. Si especiales/2613).
no hay suficiente información, no habrá preocu-
pación por el problema, ni se dictarán políticas Los cientos de homicidios de mujeres que se
públicas y, en definitiva, quedará impune otro registraron en Ciudad Juárez, México empiezan a
aspecto de violencia contra las mujeres. tomar relevancia a partir de 1993, cuando se dan
casos de asesinatos múltiples y seriales que tenían
Significa igualmente que no se les prestará la algunas características en común: mujeres jóvenes,
atención, ni la protección a que tienen derecho. migrantes, trabajadoras que aparecían asesinadas
Esta actitud además tiene sus costos en la salud y tiradas con señales de violencia, tortura sexual
física y mental de la familia y significa desembol- y en algunos casos mutilaciones. La gran mayoría
sos de carácter económico, difíciles de enfrentar de ellas había sido reportada como desaparecida
por la condición económica de las familias, inde- sin que las autoridades hubieran emprendido
pendientemente del hecho de que estas mujeres investigación alguna al respecto (3).
puedan aparecer posteriormente.
La vinculación de estas desapariciones y los
V. Desaparición de mujeres en América Latina secuestros y posteriores asesinatos con los cárteles
de la droga o pandillas locales ha sido demostrada
Según los últimos datos obtenidos (agosto en múltiples investigaciones y, lo que aun más
2011) hay 700 mujeres desaparecidas en la región grave, amparadas por las autoridades policiales,
argentina conocida como la ruta de la soja y del pe- los Gobernadores, y miembros de la Procuraduría
tróleo (www.kaosenlared/net/noticia/argentina- General del Estado (González Rodríguez, 2002,
mujeres-desaparecidas-democracia). Amnistía Internacional, 2013, Lagarde y de los
Ríos, 2005). Y aunque esta vinculación no haya po-
De acuerdo a la información proporcionada por dido ser probada debido al tráfico de influencias,
la OIT del 2006, unas 500.000 personas participan demuestra la inacción de las autoridades parape-
directa o indirectamente de este delito. La expli- tando la impunidad para los hechores[FG1].
cación radicaría en que Argentina constituye un
lugar de origen tránsito y destino de ciudadanas La presión de los familiares de estas víctimas
extrajeras de países limítrofes: Bolivia, y Paraguay y de las organizaciones de mujeres logró que se
seguido de Perú, aunque se han encontrado mu- iniciaran las respectivas investigaciones, que se
jeres que provienen de República Dominicana, elaboraran informes, se practicaran visitas in locu
China y Corea.
(3) Hay que señalar que los femicidios se han extendido a
Esto está demostrando que el tráfico de mujeres otras ciudades de México: Nogales, Tijuana, León, Torreón,
y niñas para su explotación sexual es sumamente Guadalajara.

192 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Carmen Antony

y la atención de organismos de derechos humanos El delito de trata de personas está sancionado


locales y regionales. en el Código Penal Panameño pero son muy li-
mitadas las medidas de políticas públicas, tanto
A pesar de todas estas acciones la impunidad para la persecución de este delito, como para la
siguió imperando en esta y otras ciudades mexi- prevención de estas conductas.
canas y obligó a las organizaciones de mujeres a
recurrir a la Comisión Interamericana Derechos Sobre el particular, también se detecta la jus-
Humanos, la que se pronunció en el caso conocido tificación de las autoridades respecto a los des-
como del “Campo Algodonero”. aparecimientos de mujeres o niñas. Es frecuente
encontrar explicaciones como: “Las desapari-
Se plasma en esta sentencia un hito paradig- ciones de personas no es un fenómeno común
mático al señalar que la ausencia de la mirada de en Panamá. La mayoría de las veces se trata de
género en las investigaciones sobre el particular adolescentes que se evaden de sus casas, de en-
condujo a que no se actuara con la debida pre- fermos mentales que se extravían o personas que
mura y diligencia que hubiera podido prever los no llegaron a sus casas tras convertirse en víctimas
asesinatos posteriores de estas mujeres y niñas de un delito” (4).
desaparecidas.
Esta actitud de la policía nacional es similar a la
La falta de protección jurídica de las personas demostrada en otros países latinoamericanos, vale
(comprobada en ese caso y en la mayoría de otros) decir que explican el fenómeno ligándolo a estilo
tanto de la vida como de la integridad física y psi- de vida, a la prostitución, al consumo y adicción a
cológica es la base de la mencionada sentencia. las drogas, demostrando sexismo, racismo, discri-
Más aún la negativa de brindar información, la minación y utilización de estereotipos machistas
desidia en la investigación, fueron los factores hacia determinados grupos de la población. Con
relevantes en estas desapariciones, que no fueron esta actitud se explica por qué la gran mayoría de
actos aislados pudiendo afirmarse que en muchos las veces las familias no denuncian estas desapa-
de estos casos estaban implicadas las organizacio- riciones, sea porque no confían en la justicia o
nes criminales. La situación planteada se repite bien porque no se las escucha. Idéntica situación
con iguales características en otros países latinoa- se proyecta en algunas denuncias en los medios
mericanos, como veremos a continuación. de comunicación.

VI. El caso de Panamá Una investigación sobre Mujeres desaparecidas


en Panamá logró obtener algunos datos sobre el
No se puede afirmar directamente la conexión número de desapariciones de mujeres y niñas. La
entre las mujeres desaparecidas en Panamá con información fue proporcionada por el Ministerio
la trata de personas, la explotación sexual forzada Público solamente por cuanto la Policía Nacional
o con los femicidios. No hay investigaciones sobre informó que “no guardaban esos datos de denun-
el particular o más aun son temas de los que no se cias ya que las pasaban directamente al Ministerio
habla, tal vez por la falta de información, o de la Público” (sic). En conformidad con los datos de
ausencia de seguimiento o una precaria investiga- esta instancia habrían 1.028 casos de mujeres
ción sobre los antecedentes de este fenómeno. desaparecidas entres los años 2003 al 2010. Sin
embargo no hay confiabilidad ni certeza en estos
Sin embargo, en un informe de la Embajada de datos ya que los períodos no coinciden y los años
los Estados Unidos se afirma que existen pocos son diferenciados. Los escasos datos aportados
casos denunciados de trata de personas, debido nos indicaron que la mayoría eran estudiantes y
a que las autoridades no están haciendo los es- adolescentes entre 13 a 17 años de edad (Antony
fuerzos necesarios para aplicar correctamente la y Miller, 2011).
legislación existente que evitaría la impunidad de
sus autores, ya que se sabe que estas conductas Por su parte el Observatorio Panameño sobre
ilícitas son frecuentes, tanto a nivel local como violencia contra la Mujer de la Defensoría del
regional. Para enero del año 2013 sólo había tres
personas enjuiciadas por explotación sexual (spa- (4) Declaraciones del Jefe de la Dirección de Investigacio-
nish.panama.usembassy.gov/tip13pty). nes Criminales en periódico La Prensa del 31-10-2010.

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DPyC Política Criminal doctrina

Pueblo detectó 16 desapariciones en el año 2010, demostrar su estrecha relación sino dejarla en
según información extraída de los periódicos; calidad de hipótesis.
en lo que va del año 2014 se registran 11 casos,
10 adolescentes y una sola adulta, siendo dos de Nos parece de claridad absoluta que estos ase-
ellas extranjeras. sinatos llevan el sello común: muertes violentas
de mujeres basadas en el sexo y en el hecho de
Lo anteriormente descrito cobra más relevan- ser mujer.
cia en el caso de los femicidios, puesto que en
muchos de ellos existía una denuncia previa por VII. Chile: un caso para observar
desaparición.
A comienzos de este siglo una localidad del
Acorde al Informe del Observatorio Panameño norte de Chile (Alto Hospicio), cercana a la ciudad
contra de la Violencia de Género de la Defensoría de Iquique, fue conmovida por la desaparición
del Pueblo entre los años 2009 al 2013 se cometie- de varias adolescentes. Las autoridades de inves-
ron 309 asesinatos de mujeres, constituyendo los tigación no les prestaron la atención debida a las
femicidios alrededor del 60 al 70% del total. Este denuncias de los familiares alegando en cada caso
registro no es oficial y es extraído de los medios que se trataría de fugas familiares o bien por haber
de comunicación escritos. La explicación de la sido enganchadas para la prostitución y haberse
carencia de cifras oficiales de los femicidios es ido al Perú. Estas afirmaciones logaron desviar la
que como “el femicidio no constituía un delito atención de la macabra noticia y los casos siguie-
autónomo no se podía registrar”. Se espera que ron sin resolverse. Fue la acción decidida de uno
para el año 2014 contemos con la información de los padres de estas niñas quien organizó a los
oficial dado que en el año 2013 se aprobó una familiares para buscar la verdad lo que obligó a in-
ley que sanciona el femicidio (5). La cantidad de tervenir a las altas autoridades de Gobierno (www.
femicidios cometidos parece nimia, pero no lo es wikimedia.org/wiki/julio p%.9.perez-silva).
considerando que Panamá tenía a esa fecha sólo El caso se resuelve gracias a que una de las víc-
una población femenina de 1.881.976 aproxima- timas logra sobrevivir y estaba en conocimiento
damente. Esta cifra es muy significativa guardando por confesiones del mismo hechor [FG2]de los
la proporcionalidad y comparándola con otros asesinatos. Fueron 14 víctimas de violaciones, tor-
países de América Latina (6). turas y asesinatos cuyos cuerpos habían arrojados
Hay que tener presente que en la mayoría de (con o sin vida) en piques profundos en el desierto.
estos casos existía denuncia por desaparición, o Sólo dos de ellas eran adultas y las restantes es-
bien por violencia intrafamiliar reiterada y tam- tudiantes entre 13 a 16 años. El asesino calificado
bién denunciada (7). como el asesino en serie más grande de Chile
fue detenido y confesó fríamente sus crímenes,
Este resultado fatal está demostrando que a sus incluso indicando el lugar donde arrojaba a cada
víctimas no se les prestó la debida atención, pro- de ellas. Su modus vivendi[FG3] era interceptar a
tección ni ayuda efectiva, y que no hubo verdadero estas niñas para llevarlas gratuitamente en su ve-
interés en aclarar e investigar concienzudamente hículo a sus respectivas escuelas, lo que conduce
estas denuncias. Menos aun hubo un seguimiento a afirmar que, si hubiera habido una investigación
en los casos de desapariciones y su posible rela- acuciosa podría haberse identificado fácilmente
ción con otros delitos, por lo que no podemos su autoría e impedido la comisión de estos horro-
rosos crímenes.
(5) Ley nº 82 de octubre del 2013.
VIII. La protección internacional de las
(6) Observatorio Panameño contra la Violencia de
Género, Defensoría del Pueblo de Panamá, Boletín Infor-
desapariciones
mativo 2013.
En relación con el tema se cuenta con múltiples
(7) Acorde al Artículo 1º de la Ley nº 31 de 1998 de
Protección a las víctimas del delito se considera víctima a instrumentos internacionales, sean éstos Decla-
la persona que, individual o colectivamente, haya sufrido raciones, Convenios o Pactos Internacionales o
daños, incluidas las lesiones físicas o mentales. Regionales.

194 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Carmen Antony

Las normas aplicables relacionadas con la tículo 7 no 1 que instala el derecho a la libertad y
situación de las mujeres desaparecidas se encuen- seguridad personales.
tran en los siguientes documentos regionales e
internacionales: 4. Convención Interamericana para preve-
nir, sancionar y erradicar la violencia contra la
1. Convención de los Derechos del Niño Mujer
Los artículos 34 y 35 establecen el compromiso Sin lugar a dudas éste es el instrumento más
de los Estados Partes de proteger al niño de todas importante de protección de la mujer contra
las formas de explotación y abusos sexuales, todas las formas de violencia contra ellas. En su
obligándolos a tomar las medidas necesarias para artículo 40 instala el derecho al reconocimiento,
impedir la venta o la trata de niños para cualquier goce, ejercicio y protección de todos los derechos
fin o en cualquier forma. humanos y a las libertades consagradas por los
instrumentos regionales e internacionales sobre
Más adelante en su Protocolo Facultativo reitera derechos humanos.
la prohibición de venta, prostitución y pornografía
infantil. Una norma muy importante es la que Entre otros menciona:
establece el artículo 6 numeral 1, que obliga a los
Estados parte a prestar toda la asistencia posible * El respeto a la vida,
en relación con cualquier investigación o proceso
penal respecto a los delitos ya mencionados. * El respeto a la libertad y la seguridad
personales,
2. Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y su Protocolo * El derecho a no ser sometida a torturas,

Dicho Pacto consagra el derecho a la vida en su * El derecho a que se le respete la dignidad inhe-
artículo 6 de la siguiente forma: rente a su persona y que se proteja a su familia,

“El derecho a la vida es inherente a la persona * El derecho a la igualdad de protección ante la


humana, y está protegido por la ley. Nadie puede ley y de la ley.
ser privado de su vida arbitrariamente”.
En el capítulo III dicha Convención establece
A continuación en su artículo 26 consagra “el los deberes de los Estados Partes para prevenir,
derecho a la no discriminación garantizando la sancionar y erradicar la violencia contra la mujer.
protección igual y efectiva de la ley”. Mencionamos los más importantes:

3. Convención Americana de los Derechos * Actuar con la debida diligencia para preve-
Humanos nir, sancionar y erradicar la violencia contra la
mujer,
Establece una vez más el principio de no discri-
minación en su artículo 1: * Adoptar medidas jurídicas para conminar al
agresor a abstenerse de hostigar, intimidar, ame-
“Los Estados Partes se comprometen a respetar nazar, dañar o poner en peligro la vida de la mujer
los derechos y libertades reconocidos en ella, y de cualquiera forma que amenace su integridad,
garantizar la no discriminación alguna en razón
de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones * Establecer procedimientos legales justos y
políticas o de cualquier otra índole, origen nacio- eficaces para la mujer que haya sido sometida a
nal o social, posición económica, nacimiento o violencia, que incluyan, entre otros, medidas de
cualquier otra condición social”. protección, un juicio oportuno y el acceso efectivo
a tales procedimientos.
El derecho a la vida se consagra en el artículo 4º
y a continuación el derecho a la integridad física, * Suministrar los servicios especializados
psíquica y moral. En sus artículos 6 y 7 establece apropiados para la atención necesaria a la mujer
la prohibición de la esclavitud y trata de personas. objeto de violencia, por medio de entidades de
Una última excerta legal pertinente está en el ar- los sectores público y privado, inclusive refugios,

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 195


DPyC Política Criminal doctrina

servicios de orientación a toda la familia, cuando Constituciones Políticas como en las respectivas
se dé el caso y cuidado y custodia de los menores leyes nacionales, las que deben ser de estricto
afectados. cumplimiento.

* Garantizar la investigación y recopilación de En ese sentido las autoridades deben poner


estadísticas y demás información pertinente so- atención prioritaria en la protección y ayuda en los
bre las causas, consecuencias y frecuencia de la casos de mujeres y niñas desaparecidas, tanto en la
violencia contra la mujer, con el fin de evaluar la investigación oportuna y eficaz de las denuncias,
eficacia de las medidas para prevenir, sancionar y como en el seguimiento de las pesquisas.
eliminar la violencia contra la mujer y de formular
y aplicar los cambios que sea necesario. En la misma forma los Estados están obligados
a respetar la libertad y seguridad personal en estos
5. Convención Interamericana sobre desapari- casos, derechos que pueden estar en peligro en
ción forzada de personas eventuales situaciones de secuestros, enganches
en redes de explotación sexual comercial, extrac-
Dicho documento establece el compromiso de ción de órganos y particularmente para evitar los
los Estados parte de no practicar, permitir ni tole- femicidios.
rar la desaparición forzada de personas, a sancio-
nar a los autores, cómplices y encubridores de este El respeto a la dignidad humana consagrado en
delito y dictar las medidas de carácter legislativo la Declaración de los Derechos Humanos, Pacto
necesarias para asumir los compromisos asumi- de Derechos Civiles y Políticos y Convención
dos por esta Convención (artículo 1º). No obstante Interamericana de Derechos Humanos, debe ser
aclara en su artículo segundo que esta conducta especialmente considerado en la atención que se
debe ser cometida por agentes del Estado o por le debe prestar a las familias denunciantes, para
persona o grupo de personas que actúen con la evitar la revictimización de estas personas.
autorización, apoyo a aquiescencia del Estado la
frase” la negativa de reconocer dicha privación Otro derecho, no menos importante, es el dere-
[FG4]de libertad o del ocultamiento de la suerte cho a la igualdad ante la protección de la ley. En el
o paradero de las personas desaparecidos, sus- caso de las desapariciones de mujeres y de niñas
trayéndolas de la protección de la ley obliga a los suele vulnerarse este derecho al discriminar en la
]Estados a establecer el paradero de las víctimas, atención de las denuncias, so pretexto de aprecia-
llevar los casos a la justicia a sus autores y a ga- ciones subjetivas sobre estos hechos.
rantizar la debida indemnización a los famulares En último término, que no el único, está la obli-
de estas víctimas (Amnistía Internacional 2013). gación que deben asumir los Estados en cuanto a
Más adelante se refiere nuevamente a la falta de procedimientos a seguir en esos casos, asentando
información sobre el paradero de estas personas más diligencia y prontitud en las investigaciones,
lo cual impide el ejercicio de los recursos legales en el suministro de servicios especiales para
y de las garantías procesales pertinentes. Esta aquellas personas que están sufriendo estas situa-
redacción pareciera ampliar las desapariciones ciones, y muy particularmente en la obligación de
no sólo a las cometidas por agentes del Estado. dar debida información, manteniendo estadísticas
El documento en mención podría constituir una actualizadas, fiables y puestas en conocimiento
puerta de entrada para conseguir incorporar la de la comunidad.
desaparición de personas como un delito que
puede ser cometido con particulares o bandas Sobre este particular señalamos algunas de las
organizadas, bajo ciertas circunstancias. recomendaciones contenidas en la sentencia del
“Campo algodonero” que deben ser observadas
En suma, de acuerdo a las Convenciones y Pac- obligatoriamente por los Estados miembros del
tos Regionales e Internacionales citados se puede sistema regional e internacional de protección a
concluir que hay suficiente base legal para exigir los Derechos Humanos
a los Estados signatarios de estas Convenciones
el cumplimiento de tales instrumentos, habida * Las autoridades competentes, específica-
consideración de que dichas herramientas han mente aquellas que les corresponda atender las
sido reconocidas e incorporadas tanto en las denuncias sobre desaparición de mujeres, de-

196 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Carmen Antony

bieran aplicar, tanto las leyes nacionales como las ANTONY CARMEN Y MILLER GLADYS. “Es-
Convenciones y Tratados Internacionales, cuyas tudio sobre mujeres desaparecidas en Panamá”
normas son claras y contundentes en cuanto a pro- 2011.
teger, ayudar e incluso indemnizar a las víctimas
de esta particular forma de violencia en contra CARCEDO, ANA. “Reflexiones en torno a la
de las mujeres. violencia contra las mujeres y el femicidio en
América Latina de principios del milenio”. Primer
* La actuación policial no ha de centrarse única- Seminario Regional sobre femicidio y Feminicidio.
mente en las labores de investigación y protección El derecho de las mujeres a una vida libre de vio-
de las mujeres y niñas víctimas de la violencia, sino lencia. San Salvador. Marzo de 1987.
que tienen un papel fundamental en la atención y
prevención para impedir la comisión de tales actos CARCEDO, ANA Y SAGOT, MONSERRAT. “Fe-
ilícitos o atenuar sus consecuencias, esto sin per- micidio en Costa Rica”, Colección Técnica No 1.
juicio de sancionar debidamente a sus autores INAMU. Costa Rica. 2000.

* Las autoridades encargadas de estas investi- CIPAF. “Las niñas Mujeres del siglo XXI”, Revista
gaciones deben elaborar Protocolos de Atención Quehaceres. Centro de Investigación por la acción
acordes a simplificar y atender con premura estas femenina. República Dominicana. 2001.
denuncias, con las consabidas instrucciones que
contengan la perspectiva de género, lo que, por COMISIÓN ESPECIAL PARA CONOCER Y DAR
una parte podría evitar o prevenir estos hechos, y SEGUIMIENTO A LAS INVESTIGACIONES RE-
por la otra minimizaría la revictimización que se LACIONADAS CON LOS FEMINICIDIOS EN LA
produce cuando se presentan estas denuncias. REPÚBLICA MEXICANA Y A LA PROCURACIÓN
DE JUSTICIA VINCULADA. “Feminicidio, Justicia
* Más allá de tipificar esta figura penalmente y Género”, México Noviembre del 2005.
hay que visibilizar estos hechos, sus modalidades
y características con nuevas leyes que sancionen COMISIÓN ESPECIAL PARA CONOCER Y DAR
a los funcionarios que paralizan, obstaculizan o SEGUIMIENTO A LAS INVESTIGACIONES RE-
imposibilitan de aplicación de la justicia. LACIONADAS CON LOS FEMINICIDIOS EN LA
REPÚBLICA MEXICANA Y A LA PROCURACIÓN
* De existir las sanciones penales correspon- DE JUSTICIA VINCULADA. “Feminicidio, Justicia
dientes se deben aplicar a aquellos operadores y Género”. México. 2005.
encargados de atender estas denuncias que no
actúan con la diligencia debida y por lo tanto faltan COMITÉ LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE
a su deber como funcionarios públicos. PARA LA DEFENSA DE LOS DERECHOS DE LA
MUJER (CLADEM):
Finalmente visibilizar estas situaciones puede
contribuir a prevenir lo que Amnistía Internacio- - Documento consolidado de la reunión del
nal cataloga como muertes intolerables y, agrega- Grupo de Trabajo sobre femicidio/feminicidio de
mos, posiblemente prevenibles. CLADEM. Buenos Aires. Marzo del 2010.

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AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 197


DPyC Política Criminal doctrina

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198 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Daniel Gorra

¿Los jueces crean derecho cuando “definen” los tipos


penales abiertos?
POR Daniel Gorra

Sumario: I. Introducción. — II. Estructura de la norma penal. — III. Leyes


penales en blanco y tipos abiertos. — IV. Los jueces y la actividad creadora
de derecho. — V. Toma de posición. — VI. Bibliografía.

I. Introducción antijuricidad (Welzel, 1955). Consecuencia de


esto sería que el juez en lugar del procedimiento
El propósito de este trabajo es tratar de respon- negativo habitual propio de los tipos cerrados,
der al interrogante del título. Entenderemos por aquí tendría que comprobar la antijuricidad en
tipos abiertos, aquellos tipos penales en los que la forma “positiva”. Para ello, luego de determinar
forma de realización típica no está expresamente la realización del tipo “abierto”, debe investigar la
señalada por la ley, sino que requiere ser com- antijuricidad mediante la comprobación de los
pletada por el juez al momento de determinar la llamados “elementos del deber jurídico” (Welzel:
tipicidad de una conducta en el caso concreto. 1955, 72-73).
El tipo penal es el segundo elemento del con- Parecería ser que el juez no sólo está definiendo
cepto de “delito” (conducta, típica, antijurídica el tipo penal, sino que termina por “construirlo”,
y culpable). El concepto de “delito” tiene una por lo que podríamos sostener la tesis de que
estructura lógica y secuencial, en la que si bien los estamos en presencia de una actividad judicial
elementos son independientes entre sí, para poder creadora de Derecho en el Derecho Penal; tesis
avanzar en su construcción, previamente se tiene que será resistida por la dogmática penal, pero
que haber corroborado la presencia del elemento invita al debate para responder al interrogante
anterior. El tipo cumple en principio una función de nuestro trabajo. En lo que sigue, trataremos de
de garantía al describir una conducta, cuya acción justificar una respuesta.
u omisión está sujeta a una pena. En el caso de la
acciones estamos en presencia de una norma de II. Estructura de la norma penal
prohibición (como el homicidio), y en el caso de
las omisiones, de una norma de mandato (omisión La estructura de una norma penal tiene dos
de auxilio). Los tipos penales contienen elementos partes: el antecedente, donde se encuentra la pro-
descriptivos y normativos, que el juez debe cono- hibición o mandato del tipo penal, y por otro lado,
cer para poder realizar el juicio de tipicidad en el el consecuente, esto es, la sanción o punibilidad.
proceso de subsunción de una acción u omisión El antecedente contiene el elemento deóntico
en un caso particular. El problema se presenta del tipo penal, que puede consistir en una ac-
cuando el tipo penal no contiene todos elementos ción (norma de prohibición) u omisión (norma
que expresamente determinan la tipicidad de una de mandato). La conducta descripta por el tipo
conducta, como ocurre con los tipos abiertos, en- debe ser lo más precisa posible para el proceso
trando en discusión su constitucionalidad frente de subsunción de una conducta individual en una
al principio de legalidad; correspondería al juez norma, y determinar si estamos en presencia una
“definir” la conducta típica. conducta típica. De esta manera, se cumple con
el mandato constitucional del principio de lega-
El concepto fue acuñado por Hans Welzel lidad. El tipo penal objetivo contiene elementos
para distinguirlos de los tipos cerrados. En estos descriptivos y valorativos (estos últimos también
supuestos, el tipo resulta “abierto”, es decir, la llamados normativos) (1). Los descriptivos son
conducta prohibida no está caracterizada por
una descripción objetiva y exhaustiva y, por (1) Gorra: “Los elementos normativos son aquellos
tanto, la realización del tipo no podría indicar la que se pueden captar mediante juicio de valoración; como

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 199


DPyC Política Criminal doctrina

aquellos que se conocen por intermedio de los de las dos partes que estructuran la norma penal:
sentidos, por ejemplo “matar” o “robar”. Mezger antecedente y consecuente. Una norma puede
(1958) los define como determinados estados y contener la descripción de una conducta (ante-
procesos corporales y anímicos que deben ser cedente) y faltar su sanción (consecuente) o bien
comprobados caso por caso por el juez cognosci- puede contener la punibilidad (consecuente) pero
tivamente. Los elementos valorativos son aquellos faltar la descripción de la conducta (antecedente)
que están determinados por una norma jurídica a la cual se aplica. En el Código Penal argentino,
o norma social y requieren un acto de valoración podemos mencionar algunos ejemplos de leyes
para conocerlos. Siguiendo a Mezger (1958), cabe penales en blanco en la sección sobre “delitos
decir que los elementos normativos se refieren a contra la salud pública”, como el artículo 202:
aquellos datos que no pueden ser representados “Será reprimido con reclusión o prisión de tres a
e imaginados sin presuponer lógicamente una quince años, el que propagare una enfermedad
norma. Se trata de presupuestos del injusto típico peligrosa y contagiosa para la personas”; artículo
que sólo pueden ser determinados mediante una 205: “Será reprimido con prisión de seis meses a
especial valoración de la situación del hecho”. Un dos años, el que violare las medidas adoptadas
elemento valorativo jurídico sería por ejemplo por las autoridades competentes, para impedir la
“delito”, y un elemento valorativo social, “exhibi- introducción o propagación de una epidemia”; y
ciones obscenas”. artículo 206: “Será reprimido con prisión de uno
a seis meses el que violare las reglas establecidas
Quien obra conforme al tipo penal, es decir, por las leyes de policía sanitaria animal”.
quien se comporta de la forma descripta por la
norma, obra siempre en forma contraria a la nor- En estos tres artículos podemos advertir que el
ma (Roxin, 1979). Sin embargo, aún no estamos juez, al momento de interpretar la norma, deberá
en presencia de una conducta antijurídica, ya que remitirse a normas referidas a “enfermedades
debemos descartar la existencia de las llamadas contagiosas”, “medidas adoptadas” o “reglas esta-
proposiciones permisivas, que autorizan a realizar blecidas por la policía sanitaria”. Las leyes penales
la conducta típica (como las causas de justifica- en blanco no están exentas de conflictos con el
ción). De esta manera, el tipo penal tiene una principio de legalidad. En efecto, los problemas
función indiciaria del carácter antijurídico de la se plantean cuando el juez se remite a una nor-
conducta. “Una conducta típicamente adecuada, mativa que consiste en un decreto o reglamento
es decir, contraria a la norma, estará en contradic- emanado de otro órgano del Estado, por lo que
ción con el orden jurídico en su totalidad, si en se estaría “completando” la parte de la estructura
el caso particular no concurre una proposición que falta de la ley, con una norma que no emanó
permisiva” (Roxin, 1979: 5). del Congreso.

III. Leyes penales en blanco y tipos abiertos Respecto de los tipos abiertos la situación es
diferente. La estructura de la norma está comple-
Es conveniente en primer lugar distinguir los ta, contiene antecedente y consecuente, pero los
tipos abiertos de las leyes penales en blanco. La elementos objetivos (descriptivos y valorativos)
ley penal en blanco es aquella que carece de una requieren una valoración que no se agota en la
norma misma, sino que implica la remisión a
elementos fácticos (conducta, usos, costumbres) o
por ejemplo ‘mujer honesta’ (significado cultural) o ‘docu-
mento’ (significado jurídico). Mientras que los elementos
normativos (deberes de cuidado) para especificar
descriptivos son elementos propios de la conducta típica, el antecedente. Un ejemplo sería el caso de los
los elementos normativos no lo son, son independientes de tipos culposos.
la conducta del autor, son en cambio elementos propios del
tipo pero no de la conducta típica. Nuestro sistema legis- El artículo 84 del Código Penal argentino es-
lativo es el de tipos cerrados; excepcionalmente el artículo tablece que “será reprimido con prisión de seis
84 sobre homicidio culposo es reconocido como un tipo meses a cinco años e inhabilitación especial, en su
abierto por el carácter genérico de la conducta realizada caso, por cinco a diez años, el que por impruden-
con imprudencia, impericia, negligencia o inobservancia
cia, negligencia, impericia en su arte o profesión
de la reglamentaciones; en cada caso concreto el juez debe
determinar en remisión a otra normativa el proceder de esa inobservancia de los reglamentos o de los deberes
conducta dentro del oficio, arte o profesión. Revista Jurídica a su cargo, causare a otro la muerte...”. Esta norma
Argentina La Ley, pp. 70. contiene el antecedente y el consecuente. Los ele-

200 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Daniel Gorra

mentos valorativos “imprudencia” o “negligencia”, tercera tesis es aquella donde el juez crea normas
requieren ser especificados en el caso concreto, ya generales para justificar la sentencia, sostenida
sea que se trate de una mala praxis de un médico por Alchourrón y Bulygin (2006).
o de un ingeniero al elegir los materiales de un
puente. El juez debe valorar si la conducta del La discusión sobre la actividad creadora de
profesional ha violado “deberes de cuidado”; el Derecho surge frente a las llamadas lagunas nor-
juez no es médico ni ingeniero, se servirá de pe- mativas, donde el Derecho no ofrece una solución
ricias, pero en última instancias realizará actos de para el caso particular, y serían los jueces los en-
valoración para definir si la conducta del médico cargados de subsanar el vacío legal. Alchourrón y
o ingeniero ha violado un deber de cuidado que Bulygin parten de la distinción entre “normas ge-
causó un resultado típico. néricas” y “normas individuales”. Ante la ausencia
de una norma genérica, el juez debe crearla para
Sería un trabajo engorroso agregar en el Código justificar su sentencia en situaciones especiales.
Penal un artículo tipificando conductas impru- Esta norma genérica sólo es obligatoria para el
dentes de cada profesión, oficio u arte. El legisla- juez que la creó en el caso particular, aunque
dor no puede prever todos los deberes de cuidado puede sentar un precedente y fijar un criterio que
de cada profesión; corresponde al juez identificar adopten otros jueces.
cuál es el deber de cuidado que se ha violado y si la
conducta infringe ese deber de cuidado. Los tipos Un tipo penal abierto constituye una norma
culposos —como todo tipo abierto- requieren la genérica. Pero la aplicación de esa norma genérica
remisión a los usos, costumbres o reglamentos al caso concreto, requiere otra actividad por parte
de cada actividad para determinar la tipicidad del juez: analizar la infracción o no de un deber de
de la conducta. Sobre este punto es donde se ha cuidado para poder efectuar el juicio de tipicidad.
discutido la forma de interpretar los tipos abier- A diferencia de los tipos cerrados, en los que el
tos. El principio de legalidad exige que el juez juez, una vez adecuada la conducta al tipo penal
debe limitarse a los tipos penales expresamente verifica la ausencia de normas permisivas (causas
previstos en el Código Penal, sin crear figuras de- de justificación) para determinar la antijuridicidad
lictivas o incorporando elementos que extiendan de la conducta, en los tipos abiertos el juez nece-
figuras delictivas o hayan sido irrelevantes para sita valorar un “deber de cuidado”, sobre la base
el legislador. Pero los tipos culposos requieren de usos, costumbres, reglamentos, competencia,
otra actividad por parte del juez. Si el tipo abierto posición de garante, etcétera.
(homicidio culposo, lesión culposa) no tiene la
acción u omisión expresada en la norma penal, En los tipos culposos, la característica principal
y es el juez quien debe terminar por definir la -a diferencia de los tipos dolosos que describen
conducta particular para el juicio de tipicidad, una conducta- es el carácter indefinido de la des-
deberíamos advertir que el juez termina por defi- cripción. En este sentido Zaffaroni (2002: 547,548)
nir la conducta típica, y por ende, por construir el manifiesta que “los tipos penales culposos no
tipo penal entrando en conflicto con el principio criminalizan acciones como tales sino en razón
de legalidad. de un resultado que se produce por una particular
forma de realización de la acción, que presupone
¿Podemos llamar a este acto de valoración que —de parte del agente- la provocación de un pe-
define la conducta -no expresada en el tipo abier- ligro prohibido, previsible y evitable. Al ser tipos
to- un acto de creación de derecho? abiertos, se señala la necesidad de buscar una
norma de cuidado que los compete o cierre; lo que
IV. Los jueces y la actividad creadora de se explica a partir de la imposibilidad de prever
derecho las innumerables formas en que la realización de
una acción puede violar un deber de cuidado y
De acuerdo con la doctrina tradicional prove- crear un peligro”.
niente de la Ilustración, sólo los legisladores crean
derecho y los jueces se limitan a aplicarlo. Kelsen El deber de cuidado es un componente norma-
sostuvo la tesis de que los jueces podían crear tivo del tipo objetivo culposo. No basta con que
“normas individuales” (sentencias) justificadas la conducta del agente sea violatoria del deber
por las normas generales que crea el legislador, de cuidado y cause el resultado, además, debe
pero los jueces no crearían normas generales. Una mediar una relación de determinación entre la

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DPyC Política Criminal doctrina

violación del deber de cuidado y la causación del La norma genérica describe casos generales;
resultado, es decir, que la violación del deber de el artículo 84 del Código Penal describe un caso
cuidado debe ser determinante1. general para imprudencias, negligencias o impe-
ricias de las actividades profesionales u oficios.
¿El acto de valoración del tipo abierto crea
Para que el juez pueda justificar su sentencia
Derecho? En el sentido de Alchourrón y Bulygin
(condenando o absolviendo al médico), debe
debemos decir que no; la norma genérica —tipo
previamente identificar el deber de cuidado, de lo
abierto— ha sido establecida por el legislador; el
contrario no podrá subsumir el caso particular en
juez no está creando una norma genérica, sólo se
la norma general creada por el legislador.
limitaría a especificar cuál es el deber de cuidado
en el caso particular. Pero si entendemos que el V. Toma de posición
médico o profesional que infringe una norma de
cuidado particular, es consecuencia de que el juez Nuestra postura tiene que ver con la respuesta que
ha individualizado el “deber de cuidado”, podría- demos al interrogante del punto de partida, es decir,
mos sostener la creación de una norma; ¿pero los jueces crean Derecho cuando definen tipos abier-
se trata de una norma genérica o de una norma tos. Justificamos nuestra respuesta, en que el “deber
individual? Si entendemos la sentencia como una de cuidado” identificado por el juez es un elemento
norma individual —siguiendo a Kelsen—, que normativo del tipo penal requerido por el tipo penal
en última instancia está justificada —en el con- abierto. De lo contrario, no habría forma de saber si
siderando— en la norma genérica (tipo abierto) un médico o ingeniero ha actuado en forma impru-
creada por el legislador, el juez crea Derecho. Por dente o negligente; el juez no podría realizar el juicio
otro lado, si rechazamos la identificación de una de tipicidad. En los tipos penales cerrados, la infor-
sentencia como una “norma individual” (2), ¿qué mación está contenida en el mismo tipo penal y el
tipo de norma es la creada por el juez con el tipo juez se limita a verificar la subsunción de la conducta
abierto? Sería difícil justificar que se trata de otra en la norma. Pero en los tipos abiertos, los elementos
“norma genérica”, debido a que ya existe el tipo normativos deben buscarse fuera del tipo penal. La
penal creado por el legislador; estaríamos en identificación de elementos normativos da lugar a
presencia de dos “normas genéricas”. Por un lado determinar cuestiones relativas al nexo causal entre
la norma genérica (tipo penal abierto) creada por la conducta y el resultado típico, participación, error
el legislador, que no tiene expresada la conducta de tipo, error de prohibición, etc. Lo mismo ocurre en
(acción u omisión), y por otro, una “norma” creada los delitos impropios de omisión, donde el deber de
por el juez —luego de haber identificado el “deber actuar no surge de la ley, sino de deberes especiales
de cuidado”— para el caso particular. que debe identificar el juez.

Tampoco estamos en presencia de lagunas nor- El juez para justificar su juicio de tipicidad (en
mativas, el principio nulla poena sine lege cierra la el caso de que el médico haya actuado en forma
posibilidad de lagunas en el Derecho Penal. Los imprudente) no puedo hacerlo con la norma
casos de imprudencia o negligencia están previs- genérica, debe crear una “norma individual” que
tos en los tipos culposos; es el deber de cuidado complemente a la creada por el legislador, de lo
el que no está previsto en la ley. contrario, no habría forma subsumir casos parti-
culares en la norma genérica.
Esta “norma individual” creada por el juez no
es la sentencia, sino una norma que completa la
(2) Bulygin sostiene que considerar una sentencia como norma genérica y forma parte de los consideran-
una norma individual es exagerado. La sentencia es una en- dos de la sentencia, es decir, el juez justifica su
tidad compleja que consta de dos partes: los considerandos decisión, no sólo en la norma genérica, sino en la
y la parte dispositiva. En la parte dispositiva el juez condena
al acusado, y en los considerandos justifica su decisión en
norma individual que regula el deber de cuidado
una “norma genérica” creada por el legislador. Los consi- infringido en el caso particular.
derandos son una parte esencial de la sentencia. Incluso
Bulygin duda de que las llamadas “normas individuales” VI. Bibliografía
sean normas. La norma requiere generalidad al menos
respecto del sujeto destinatario. Bulygin sugiere que la parte
Alchourrón, Carlos — Bulygin, Eugenio, 2006,
dispositiva o resolutiva reciba el nombre de “mandato” o Introducción a la metodología de las ciencias
“disposición”. Isonomía, Abril, 2008. jurídicas y sociales, Buenos Aires, Astrea.

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DPyC Daniel Gorra

Bulygin, Eugenio, “Los jueces crean derecho” Mezger, Edmund, 1958, Derecho Penal, Libro de
en Poder Judicial y Democracia, Isonomía, n° 18, Estudio. Parte General, Buenos Aires, EBA.
Abril 2003.
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Gorra, Daniel G., “La criminalización por inter- abiertos y elementos del deber jurídico, Buenos
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Kelsen, Hans, 1960, Teoría pura del Derecho, Zaffaroni, Raúl E., 2002, Manual de Derecho
México DF, Ed. Porrúa. Penal, Buenos Aires, Ediar. u

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 203


Derecho Comparado
DPyC Derecho Comparado DOCTRINA

Prácticas ocultas de la lucha contra la criminalidad


en Malí (*)
POR Bouréma Kansaye (**)

Sumario: I. Introducción. — II. Dos preguntas importantes. — III. Ele-


mentos metodológicos. — IV. Referencias.

Resumen confidence between populations and the official


organs of crime fighting. These local practices
En este artículo se examina, tomando como often interfere in police investigations in various
base investigaciones realizadas en Bamako y en forms (personal protection, search for possible
otros lugares de Malí, la intervención del saber investigation, success in the profession, etc.).
local en la lucha contra la criminalidad. En Malí, Despite the risks, police and local knowledge
la creencia en las prácticas ocultas permanece holders work often informally together in the
viva, tanto entre los delincuentes como en los que field of police investigations.
tienen la responsabilidad de la lucha contra la
delincuencia. Nuestras investigaciones de campo I. Introducción
nos han permitido identificar algunas de ellas, a
menudo incompatibles con los procedimientos Algunas prácticas tradicionales que determi-
previstos en el Código de Procesal Penal, pero a nan la relación del hombre con lo natural y lo
las cuales, curiosamente, las personas otorgan sobrenatural, con lo visible y lo invisible, siguen
una importancia central. Algunos pueblos ma- presentes en Malí; a pesar de la “aldea global”,
lienses recurren a ellas para resolver conflictos posibilitada gracias al progreso científico y
de alcance local, en un contexto de ruptura entre técnico. Forzoso es constatar que los desvíos de
pueblos y órganos oficiales de la represión de la conducta o incluso la delincuencia continúan
delincuencia. A menudo, estas prácticas suelen siendo sometidos al examen oculto, para sorpresa
interferir en las investigaciones policiales de di- de los observadores externos e incluso para la
versas formas tales como, la protección personal, gran dama de los progresistas locales. En África
el seguimiento de pistas de investigación, el logro tradicional, lo sagrado y lo profano se mezclan en
profesional. Pese a los riesgos y las incompatibi- todo momento, no es posible estudiar la justicia
lidades de estas prácticas con el procedimiento sin tener en cuenta el pensamiento religioso que
penal normal, policías y poseedores del saber la impregna. (1)
local frecuentemente se encuentran de mane-
África precolonial poseía sus sistemas de
ra informal en el ámbito de la lucha contra la
control social bien asentados, que prevenían los
delincuencia.
actos antisociales o los reprimían en los casos
Abstract en los que las personas llegaban a transgredir las
normas sociales establecidas. Algunas entidades
In this paper, we examine, based on surveys políticas precoloniales africanas tenían su propio
conducted in Bamako in Mali and elsewhere, sistema de justicia penal. En algunos casos, este
the contribution of sustainable local knowledge sistema fue mantenido por el colonizador. Para
in the fight against crime. Believing in occult
local practices is still alive among offenders (*) Traducido por Walter Javier Viegas y Maria Alejandra
and police forces. Our field research permitted Tello. 
to identify some of them, often incompatible (**) Profesor Asistente, Doctor en criminología, Univer-
with the principles of the Criminal Procedure sidad de Ciencias Jurídicas y Políticas de Bamako, Facultad
Code of Mali, but in which people place their de Derecho Privado.
trust. The Malian people use them to settle (1) Fatou Kiré Camara, Pouvoir et justice dans la tradition
some conflict situation, because of the crisis of des peuples noirs, l’Harmattan, 2004.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 207


DPyC Derecho Comparado doctrina

aliarse al poder tradicional y establecer su propio policía no confiesan en público u oficialmente


poder, la administración colonial decidió hacer esta colaboración, es evidente que algunos lo
del respeto a las “costumbres indígenas” el pívot reconocen en privado.
de su política. El poder colonial buscó así “es-
tablecer” la ley denominada “consuetudinaria” Estas prácticas no sorprenden al profesional
para poder utilizarla mejor. del derecho, en la medida en que no ignora que
es la ley penal maliense la que reconoce su exis-
En otros casos, fue atacado por el colonizador tencia a través de ciertos delitos. Encontramos así
porque su aplicación desafiaba su autoridad y/o en el Código Penal maliense una disposición que
sus intereses, ya fueran políticos o económicos. penaliza la práctica de la brujería y del charlata-
Es así que en las colonias francesas se manifesta- nería. El artículo 281 de dicho código establece:
ba la coexistencia de un sistema penal dominado “El que se dedica a la brujería, la magia o la char-
por las costumbres africanas con el sistema de latanería, que pueda perturbar el orden público
justicia penal de la metrópoli colonial. De este o causar daño a las personas o a sus bienes, será
modo, durante y después del período colonial, castigado con prisión de seis meses a dos años,
subsistieron ciertas prácticas tradicionales de sin perjuicio, llegado el caso, de las penas por
control social. estafa”. Esta disposición implica la conciencia
y la convicción del legislador maliense de la
A título de ejemplo de la subsistencia de las subsistencia de las prácticas ocultas de control
prácticas tradicionales de control social, se social en el seno de su sociedad. En todo caso,
puede citar el caso de los padres preocupados en algunos sectores, en caso de controversias,
por los pequeños robos de sus hijos quienes se prefiere recurrir a estas prácticas en lugar de
consultaron con el morabito, “Mori” o con el los procedimientos complicados del derecho
curandero tradicional “farafin furabola” con positivo, que según la opinión de muchos es más
el fin de obtener un remedio para desintoxi- costoso para la víctima. Contrariamente a estos
carlos de sus comportamientos antisociales. modernos procedimientos complicados y cos-
En un medio rural islamizado, es frecuente tosos, las prácticas tradicionales se distinguen
que se haga la lectura de ya-sin, el versículo por su accesibilidad. Además, las funciones de
del Corán, considerado eficaz para atrapar al la pena en este contexto son diferentes de las
presunto ladrón. En Bambara, por el contrario, previstas por las sanciones penales modernas.
a menudo se recurre a “kolonkalani” (2) el pilón El culpable, por el mero hecho de ser recono-
para encontrar al autor de un robo. Hoy en día, cido como tal, paga un alto precio por su error,
dijo uno de los encuestados, todavía subsisten especialmente por la vergüenza que él mismo
estas prácticas y, cualquier persona señalada sufre y también por atentar contra el honor de
como autora de un robo por el pilón es llevada su familia y de su clan. Pero puede enmendarse
a la gendarmería. muy rápidamente e insertarse en la sociedad, a
diferencia del delincuente que hubiera pasa-
Las fuerzas de seguridad encargadas de la do por los tribunales modernos, que sólo por
protección de las personas y los bienes utili- este hecho resulta etiquetado y rechazado. La
zan, ellos mismos, los servicios de reconocidos justicia moderna se percibe como un último
morabitos o curanderos para “resolver” algunas recurso y se acostumbra a decir que “todo ha
dificultades con las que se encuentran durante las terminado entre las personas que se presentan
investigaciones que ellos conducen. También es ante el juez”.
común encontrar en algunas comisarías de Malí
luego de los cacheos, varios objetos de protección II. Dos preguntas importantes
en el cuerpo de los detenidos. A menudo, estos
objetos son sometidos a un tratamiento de des- ¿Qué relaciones mantiene el sistema moderno
contaminación por ocultistas convocados para de lucha contra la delincuencia, percibida como
que la policía pueda continuar investigando con racional, con los titulares de los poseedores de los
mucha más tranquilidad. Si bien los agentes de saberes locales ocultos?
¿Cómo intervienen las prácticas ocultas en el
(2) Literalmente pilón, llevado por dos jóvenes varones campo de la prevención y represión de la delin-
inocentes, capaz de guiar a los portadores hacia el ladrón. cuencia en Mali?

208 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Bouréma Kansaye

III. Elementos metodológicos menudoes el resultado de la falta de atención de


la madre durante la lactancia del niño: una gota
Utilizando datos obtenidos en trabajos de de leche materna que cayó sobre el sexo del niño
campo, realizados en Bamako y en el medio rural puede conducir a los delitos sexuales, a la promis-
maliense, en este artículo vamos a responder a cuidad) y otros comportamientos no deseados. Se
estas preguntas. trata de usar talismanes en el cuerpo, lavarse con
Nassi (líquido procedente del lavado de la escritu-
Nos entrevistamos con policías (oficiales y ra del Corán en una tableta -walaya-) o beberlo,
agentes de policía judicial), curanderos tra- especialmente con decocciones especialmente
dicionales, imanes, personas que recurrieron elaboradas por el curandero tradicional que
a Kolonkalani y con las personas ancianas de también son para beber.
Bandiagara.

1. Las prácticas regulares de prevención y de B. Prácticas locales para la obtención de las


represión de los delitos en el ámbito tradicional pruebas y de la represión
maliense
En las diferentes regiones de Malí, nos en-
No hay prácticas regulares de prevención y contramos con prácticas consuetudinarias de
represión de la delincuencia para todo Malí. obtención de la prueba. Estas prácticas todavía
Varían desde una región del país a otra o de un hoy se mantienen en el contexto de moderniza-
grupo étnico a otro. ción de los métodos de prevención y represión
de la delincuencia.
A. Prácticas de prevención entre los Dogons y
los Bambaras Binu no (beber la bebida sagrada) es una
práctica habitual en el país dogón para invocar
Para prevenir el adulterio, considerado un de- a los ancestros tras un ataque contra los bienes,
lito grave y un deshonor, entre los bambaras, el la integridad física y cualquier otro valor social
cuerpo de la esposa es objeto de un tratamiento protegido, y también en caso de sequía a causa
específico que le confiere receptividad sólo para de la voluntad humana (lo que yo denomino
el cuerpo de su esposo legítimo en las relaciones invocar la lluvia y beber la cicuta). Esta prueba
íntimas. Por tanto, esta práctica prohíbe a cual- se realiza cuando el litigio no ha tenido una so-
quier hombre aventurarse en una relación íntima lución favorable para el toguna cuando el ogono
con esta mujer, so pena de ser perjudicado por un imparte justicia en nombre de los vivos y de los
mal que sólo puede ser tratado por el marido en- muertos. Entonces, los sospechosos y a menudo
gañado (dana). Este último podrá, naturalmente sus acusadores son invitados a probar una bebi-
de esta manera, limpiar la afrenta. Esta creencia da sagrada, proveniente de una casa de rituales,
está muy extendida en este medio (el telefilm ma- cuya composición es secreta. Aquel que se sabe
liense Los Reyes de Ségou trata este tema). El con- culpable tiene interés en evitar consumirla, bajo
sumo de faden to es una cuestión de tratamiento pena de muerte súbita como consecuencia de
especial. Este tipo de tratamiento del cuerpo se dolores de vientre o maldiciones futuras que
hace a menudo sin el conocimiento de la mujer pueden afectar a la persona en cuestión o a los
y por lo tanto sin su consentimiento. La práctica miembros de su familia. El sospechoso puede
es frecuente en los cazadores tradicionales que elegir no tragar el binu, entonces es intimado a
tenían la costumbre de ausentarse a menudo para reparar el perjuicio. En algunos casos en los que
salir de caza. Un curandero tradicional ofrece, en la persona es sospechosa de haber afectado la
la radio, un producto que permite luchar contra lluvia, puede negarse a beber el binu; en caso de
el adulterio de los cónyuges (Alassane Maiga, negativa, es obligada por la fuerza.
nuevo mercado de Medina).
En la zona de Sangha, encontramos la utiliza-
Curanderos tradicionales y morabitos son ción de un collar específico que permite atrapar
expertos en el campo de los procedimientos de al culpable de un delito que no quiere confesar.
iniciación. Proponen desintoxicar del robo, de La persona acusada, al igual que su acusador,
la promiscuidad sexual, luego de haber expli- hacen por turnos el tour del toguna con el collar
cado estos comportamientos desviados (que a en el cuello. Aquel que mienta sufrirá las desagra-

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 209


DPyC Derecho Comparado doctrina

dables consecuencias bajo la forma de diversos En lo concerniente a la cita de la sura ya-sin


males. Generalmente este último evita cumplir como práctica para atrapar a un ladrón median-
este ritual y por ese simple gesto reconoce los te el Corán, pleno de sabiduría... “¡Alabado sea
hechos que se le imputan. aquel en cuyas manos se encuentra el reinado
sobre toda cosa! Y es hacia Él que ustedes serán
Un ejemplo concreto de utilización del saber conducidos. (3) Se toman dos tallos que son sos-
local en lugar del saber moderno se ha desarrolla- tenidos paralelamente por dos niños inocentes a
do en Kati, a quince kilómetros de Bamako. nivel del pecho. Mientras que el marabú invoca la
sura ya-sin, entre los tallos paralelos se presentan
Para buscar la suma de 500 000 f CFA que des- los tallos correspondientes al nombre de cada
apareció en la casa del Señor X, se ha recurrido sujeto cuestionado, los dos tallos se cierran sobre
a Kolonkalani tigui (propietario del pilón), que el tallo del culpable.
lo ha hecho traer de Kolokani. El kolonkalani
condujo a los jóvenes expertos a la vivienda Los imanes a los que nos hemos acercado afir-
de la criada y el dinero fue encontrado bajo un man que esta vocación que se le atribuye a esta
colchón. De hecho, el kolonkalani es un pilón sura no está establecida ni en el Corán ni en los
absolutamente standard, como el que se utiliza hadices. El efecto en cuestión, según ellos, sólo
en todo Malí para moler los alimentos. El pilón es psicológico. Aquel que realmente ha robado,
es llevado por dos jóvenes muchachos expertos. abrumado por la emoción, cae solo en la trampa
Ambos son impulsados por la fuerza del pilón que únicamente porque el marabú recita el Corán.
se dirige siempre a los lugares por los que pasó En este sentido, podemos entonces asimilarlo
el ladrón. Kolonkalani sigue entonces los rastros al detector de mentiras, que también se basa en
del ladrón. Ellos son seguidos por el maestro, que los efectos fisiológicos y psicológicos creados por
no cesa de recitar los conjuros que sólo él sabe la situación y por la imposibilidad por parte del
decodificar. Le pide a kolonkalani rastrear al interesado de dominar estos procesos. A raíz de
culpable del robo y solamente al culpable. Cuando la necesidad de la verdad, toda una ciencia de
el kolonkalani identifica al autor o el lugar donde pruebas basada en el saber local parece haber
se ha escondido la suma robada, puede incluso nacido en las sociedades malíes. Encontramos
derribar la puerta si está cerrada y golpear al estas mismas características en el collar de la
culpable en cuestión hasta que confiese. mentira de los Dogones.
Estas prácticas, propias del “juicio de Dios”,
Según Y. K., en Kangaba, hace algunos años una
pueden hallarse a lo largo de todo Malí. De esta
noticia había saltado a los titulares. Un tesoro sa-
manera, en caso de robo, las partes juran en
grado, transmitido de generación en generación,
nombre de Bereté y Nama en Déguéla según lo
había sido hurtado y su autor y el objeto perma-
ordenado; los moros, ante Cheick Ould Moha-
necían inhallables. La investigación adquirió
med; los Peuls de Ganadougou/Blendio, en el
envergadura sub-regional por la participación
nombre de Wateni y Mamourou; etc.
de los Komo tigi, venidos de Guinea Conakry, que
condujeron la investigación y atraparon a los cul- 2. El uso del saber local por los agentes de las
pables, quienes finalmente devolvieron el objeto fuerzas del orden en la prevención y represión de
en cuestión. Los jefes tradicionales de Kangaba los delitos
no requirieron la intervención de la gendarmería
porque la naturaleza de la cosa desaparecida no El saber local es utilizado para conducir inves-
debía ser revelada a los profanos. Durante mi tigaciones y para protegerse (A), o bien para que
investigación, los encuestados no querían hablar los investigadores colaboren con los poseedores
en absoluto de este caso porque era considerado del saber local (B).
peligroso o, más bien, misterioso.
A. Saber local e investigaciones policiales
Este caso es un ejemplo perfecto de la utili- El saber local es utilizado para la protección
zación del saber local en la producción de las personal de los investigadores que se desenvuel-
pruebas y en la represión de los delitos en el
medio tradicional maliense y, por extrapolación,
africano. (3) Corán, versión electrónica.

210 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Bouréma Kansaye

ven en un contexto peligroso. Los delincuentes a incluso pueden ser sub-cutáneos. El ejemplo
menudo son personas «lavadas». El investigador más elocuente de búsqueda de protección oculta
incurre en numerosos peligros. Un cuerpo «lava- para cometer delitos es el del atraco de la BDM
do» es un cuerpo con el que es necesario evitar por un hombre que estaba convencido de ser
el contacto físico. Ellos temen igualmente, más invisible para los demás. Cuando fue detenido,
que a las armas que el delincuente puede poseer, tenía amuletos cosidos en su túnica bubú blanca
a todos los objetos de protección que el delin- y otros en la cintura. Naturalmente, fue privado
cuente lleva en su cuerpo, algunos de los cuales de esos objetos luego de su arresto.

Figura 1: Amuletos de la suerte encontrados en el cuerpo de personas detenidas, Comisaría de Policía Del IV
Distrito de Bamako.

Fuente: Foto, Bouréma Kansaye

Algunos investigadores se forman a sí mismos Los agentes de seguridad solicitan individual-


y hacen su consulta oculta secreta en cada caso mente la intervención de los poseedores del saber
o ante cada incursión para detener a los delin- local para asegurarse una protección personal en el
cuentes. A menudo, creen más en estas prácticas marco de su trabajo. En la mayoría de los casos, se
que en los conocimientos adquiridos durante la trata de buscar la invulnerabilidad del cuerpo a las
formación policial. Los sobrenombres de algu- balas y al arma blanca. Se trata para la policía o el
nos investigadores constituyen un testimonio gendarme de buscar garantizar la integridad de su
elocuente de este estado de hecho: “halcón de cuerpo en las diversas circunstancias de su trabajo.
Manding”, “el lince”, etc.
Al margen de este trámite individual, también
B. La colaboración entre investigadores y po- existen solicitudes que buscan asegurar una cier-
seedores del saber oculto ta protección a todo un cuerpo profesional, a toda
una promoción, una institución, etcétera.
Esta colaboración puede ser una necesidad de
protección personal para los agentes de seguri- Según algunos investigados, incluso el coloni-
dad y una contribución a la dilucidación de un zador invocaba oficialmente al kolonkalani tigui,
asunto complicado por parte de los poseedores cuando la investigación no alcanzaba a dilucidar
del saber local. un caso de robo.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 211


DPyC Derecho Comparado doctrina

Esta actitud del colonizador consistente en dejar tenía. Todos los demás policías fueron llamados
administrar los asuntos indígenas por las costum- uno por uno para pasar el examen del agujero.
bres era corriente. Hoy en día este género de recurso ¡Pero qué milagro! Aquel que tenía el teléfono fue
no puede tener una existencia oficial, debido a su atrapado. Los investigadores sugirieron entonces
supuesta incompatibilidad con las reglas de pro- que nadie tocara el aparato y que quedara a la
cedimiento modernas. No obstante ello, en los dos vista en el escritorio para retomar la sesión. Cu-
casos encontrados, las iniciativas individuales, y a riosamente, el agujero retuvo también esta vez a
veces las colectivas, para hacerse respaldar por los un sospechoso. Fue la primera falla. Pero Wotigui
conocedores del saber local persisten en el medio explicó que el que fue prendido ya había robado
policial. Además, algunas víctimas recurren a este un objeto similar en el pasado, razón por la cual los
saber por varias razones. En efecto, en el curso djinns lo habían retenido. Es posible. ¿Pero por qué
de algunas averiguaciones llevadas a cabo a nivel el Wotigui mismo no metería su mano en el agu-
policial, principalmente en materia de ataque a los jero en cuestión para saber que harían los djinns?
bienes (robo), los investigadores recurren a la ayuda Invitado que fue a llevar al fondo del agujero su
de los poseedores del saber local para atrapar a los mano, al igual que el común de los sospechosos,
acusados. Este fue el caso entre ciertos investiga- no pudo desprenderla del agujero. Indudablemen-
dores de la policía y un tal Adama Konaté, llamado te, él también había robado alguna cosa.
Wotigui (maestro del agujero) en Sotuba, en la
Comuna I del Distrito de Bamako. (4) Este ejemplo ilustra de manera elocuente toda
la dificultad y el peligro de la integración de los
El policía investigador de la Brigada de inves- actos de carácter oculto con el procedimiento pe-
tigaciones judiciales le requirió a Wotigui que nal regular, así como la fiabilidad de las pruebas
explique en virtud de qué milagro él lograba obtenidas por estos medios, a pesar de la creencia
atrapar y hacer confesar a los sospechosos que se todavía latente que les otorga un lugar importante
le presentaban. Entonces él le mostró el agujero en las sociedades malienses.
al inspector principal de policía, el cual le solicitó
pasar un examen. Él mismo guarda su teléfono La ley N° 01-080 del 20 de agosto de 2001 (5)
en uno de los sujetos que serán sometidos a la es bastante clara. En este sentido, el artículo
prueba. El maestro inicia los ritos pertinentes: 412 dispone: “Excepto el caso en que la ley lo
dispone de otro modo, las infracciones pueden
“Oh djinns, yo te conjuro para que te manifiestes ser establecidas por cualquier medio de prueba
y elijas a este individuo si, por los poderes que te y el juez decide según su íntima convicción”. El
han sido conferidos, lo reconoces culpable de robo artículo 413 precisa que “Toda acta o informe sólo
o de haber tomado el objeto perdido”. tiene valor probatorio si es regular en cuanto a la
forma, si su autor ha actuado en el ejercicio de sus
El sospechoso no logra retirar su mano del funciones e informado dentro de la materia de su
agujero. ¿Entonces los djinns se habían manifes- competencia lo que ha visto, oído o constatado
tado? La cosa tenía como interlocutor a más de personalmente”.
uno. Manifiestamente es un truco. ¿Pero cuál? Se
pregunta el policía. Tal vez es interesante considerar que estas
prácticas pueden convertirse en elementos de
Invita entonces al mago a acompañarlo a la mediación penal antes de entablar un proce-
brigada de investigación judicial, donde se había dimiento tradicional, de modo de permitir a las
cavado un agujero para retomar la sesión. Para la partes resolver su litigio y evitar así un dispendio
ocasión, un procurador fue invitado a presenciar judicial inútil.
la experiencia.
IV. Referencias
Esta vez el policía depositó su aparato en su
escritorio e invitó a uno de los sujetos a «robarlo», Bathily A. I. (2004-2008). L’impact de la décen-
de manera tal que ni siquiera él supiese quién lo tralisation sur la politique et l’économie dans les

(4) El agujero del diablo de Sotuba: el wo tigui desenmas-


carado, Aurore del 09/04/2010 (artículo de B.S. DIARRA) (5) Código de Procedimiento Penal de Malí.

212 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC Bouréma Kansaye

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AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 213


Historia del Derecho Penal
DPyC Historia del Derecho Penal DOCTRINA

El análisis historiográfico de la prisión en la Argentina


hacia giro de siglo (1890-1920): la necesidad de una
historia local y comparada. Aportes metodológicos para
una historia en construcción
Por José D. Cesano

El encuentro de la historia social con la prisión Por su parte, Caimari hizo lo propio (entre
(como una de las instituciones que se incardinan otros trabajos) en su libro Apenas un delincuente.
en la trama del control social formal), en la his- Crimen, castigo y cultura en la Argentina, 1880 -
toriografía latinoamericana, tuvo lugar entre las 1955 (4).
décadas de los ochenta y noventa del pasado siglo.
En esta dirección, una de las obras pioneras estu- Salvatore, en su primer artículo, destacó cómo, a
vo representada por la compilación de trabajos través del impulso de los criminólogos positivistas,
realizada por Carlos Aguirre y Ricardo Salvatore, tanto por sus conexiones con la elite gobernante,
The birth of the Penitentiary in Latin America (1). como por el poder persuasivo de su retórica cien-
Con referentes teóricos varios, entre los cuales tificista, se logró la creación de nuevos espacios de
sobresale la obra de Michel Foucault (2), estos observación, experimentación y tratamiento de la
trabajos procuraron dar cuenta de una amplia delincuencia, que sentaron las bases del Estado
serie de problemas e interrogantes básicos, así médico-legal en la Argentina. En el ámbito peni-
como la descripción del contexto del nacimiento tenciario, este espacio estuvo representado por la
del proyecto penitenciario argentino en el marco Penitenciaría Nacional. La Penitenciaría Nacional,
de aquella perspectiva regional. señala Salvatore, “se convirtió, entre 1890 y 1910,
en el orgullo de los criminólogos positivistas. Era
En lo que concierne al período cronológico que un edificio rectangular, enorme, de 22.000 metros
motiva el presente trabajo, las principales investi- cuadrados cubiertos, cuya construcción había
gaciones fueron realizadas por el propio Ricardo costado al fisco 2 millones de pesos oro. Albergaba
Salvatore y Lila Caimari. de 700 a 900 reclusos, los cuales eran vigilados, ali-
Salvatore fue autor de dos trabajos clave en mentados e instruidos por cerca de 200 empleados.
esta temática: “Criminología, prisiones y clases Sus limpias celdas individuales, con luz eléctrica
trabajadoras” y “Acerca del Estado médico- legal y ventanas, su amplia cocina con moderno equi-
en la Argentina (1890-1939)” (3). pamiento y sus grandes talleres de manufactura
hacían de ésta una prisión modelo” (5).

(1) Austin, Texas, 1996. Caimari, en sintonía con la opinión anterior,


(2) La gravitación de Foucault respecto de estas prime- describió la Penitenciaría Nacional como una
ras reconstrucciones historiográficas regionales ha sido “vidriera del castigo moderno para la sociedad
destacada por Candioti, Magdalena, “Historia y cuestión exterior, nacional e internacional” (6). Y en una
criminal. Notas sobre el despliegue de una curiosidad”,
en Máximo Sozzo (Coordinador), Historias de la cuestión
criminal en la Argentina, Ediciones del Puerto, Bs. As., 2009, social y cultural argentina 1829 - 1940, Ed. Gedisa, México,
p. 14. Para una crítica con relación al abuso de este modelo 2010, pp. 201/243 y 283/325, respectivamente.
teórico y el consiguiente efecto simplificador de las genera-
lizaciones construidas a partir de él, cfr. Cesano, José Daniel, (4) Siglo Veintiuno Editores Argentina, Bs. As., 2004.
En el nombre del orden. Ensayos para la reconstrucción (5) Salvatore, Subalternos (...), op. cit., p. 215.
histórica del control social formal en Argentina, Alveroni (6) Caimari, Lila, “Castigar civilizadamente. Rasgos de
Ediciones, Córdoba, 2006, pp. 27/29. la modernización punitiva en la Argentina (1827 - 1930)”,
(3) Ambos artículos están incluidos en Salvatore, Ricardo, en Sandra Gayol - Gabriel Kessler (compiladores), Vio-
Subalternos, derechos y justicia penal. Ensayos de historia lencias, delitos y justicias en la Argentina, coedición Ed.

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DPyC Historia del Derecho Penal doctrina

investigación posterior señaló cómo las dos tra- era el destino del noventa por ciento restante de las
diciones (la prisión-laboratorio de los médicos y personas privadas de libertad? Muy diferente al del
la prisión-fábrica de los penitenciaristas) conflu- castigo meticuloso y científico del que hablaban
yeron en la Penitenciaría Nacional, a principios las revistas científicas” (9).
del siglo, erigiéndola “en un modelo de moder-
nidad punitiva: los directores de la Penitenciaría Esta constatación, desde lo metodológico, torna
Nacional se enorgullecían de mostrar a célebres conveniente reforzar y profundizar un incipiente
visitantes extranjeros los numerosos y bien equi- viraje en el actual análisis historiográfico de la
pados talleres donde los penados trabajaban como cuestión penitenciaria; viraje que exige tender
en una eficiente industria; la escuela primaria, puentes con dos perspectivas que juzgamos de
los cursos de música, dibujo industrial, escritura gran significación: la historia local y la historia
a máquina y contabilidad, así como el Instituto comparada (10).
de Criminología, cuyos estudios sobre los delin-
cuentes argentinos eran debatidos en congresos La historia local se aproxima a una perspectiva
científicos del mundo entero” (7). microanalítica (11). Y el microanálisis, como prác-

El acierto de estas descripciones es indudable.


(9) Cfr. Caimari, Apenas (...), op. cit., p. 110. Y enseguida
Un viajero, como el estadista francés Georges agrega: “La lectura de estas narrativas [se refiere a los censos
Clemenceau (para mencionar sólo uno de los carcelarios nacionales y a diversos informes de inspectores
múltiples casos que se registran) reservó pala- y visitadores] desaloja de un golpe los términos de ‘ciencia’
bras de gran elogio respecto de la Penitenciaría y ‘modernidad’ para instalar un paisaje grisáceo e inmóvil,
Nacional, en ocasión de su viaje, con motivo del en el que el cambio estuvo muy concentrado en puntos
Centenario (8). aislados (la Penitenciaría, el presidio de Ushuaia en su
etapa inicial, una oficina de observación en la Cárcel de
Encausados de la Capital), frente a decenas de instituciones
Sin embargo, sería incurrir en simplificaciones en las que la continuidad con el pasado ‘prepenitenciario’
inadmisibles pretender que el proyecto de mo- e incluso ‘prehigienista’ era, en los años de entreguerras,
dernización punitiva, que encontró en la Peni- todavía la regla”.
tenciaría Nacional una de sus concreciones más (10) Esta despreocupación por lo local y la priorización
destacadas, se desarrolló parejamente en todo el de los modelos foráneos (entre los cuales se encontraba
extenso territorio argentino. De hecho, Caimari la Penitenciaría Nacional) constituye un fenómeno de
ha señalado, con toda precisión, la existencia de antigua data. En efecto, indagando sobre las tesis de
pantanos punitivos: “En 1910, la Penitenciaría era doctorado defendidas en la Universidad Nacional de
Córdoba hacia giro de siglo, sobre cuestiones peniten-
sólo una de las 65 cárceles de la república, donde ciarias, señala Luciano (cfr. “Las ideas penitenciarias en
se alojaba alrededor del diez por ciento de una el campo jurídico cordobés. 1885-1911”, Anuario de la
población de poco más de ocho mil reclusos. ¿Cuál Escuela de Historia Virtual - Año 4 - N°4 - 2013: p.91. Dis-
ponible en: http://publicaciones.ffyh.unc.edu.ar/index.
php/anuariohistoria/article/view/1138/1110. Accedido:
Manantial - Universidad Nacional de General Sarmiento, 17/6/2014) que “[e]sta dimensión [lo local] pareciera
Bs. As., 2002, p. 160. no haber incidido en forma decisiva, debido a que la
(7) Cfr. Caimari, Apenas (...), op. cit., p.107. Tal des- cuestión punitiva era pensada tomando como referentes
cripción, desde luego, no significaba negar la existencia trayectorias externas, tanto en relación con las doctrinas
de ciertos problemas en la Penitenciaría Nacional. En jurídicas y teorías criminológicas, como con los modelos
este sentido, uno de los flancos débiles que ofrecía dicha desarrollados en otros centros intelectuales (Europa,
institución se vinculaba con la gran cantidad de internos EEUU y Buenos Aires). En Bollini es comprensible puesto
procesados; que en algunos períodos llegaron a superar que, hacia 1885, el Penal San Martín todavía no se había
el número de condenados (cfr. Caimari, Apenas [...], op. creado, por lo cual encontramos algunos datos acerca del
cit., p. 59 y ss.). estado deplorable de las prisiones locales y de las difi-
(8) En efecto, Georges Clemenceau, en su obra La Argen- cultades que adolecía la provincia para implementar una
tina del centenario (en Botana, Natalio R. - Clemenceau, reforma penitenciaria. Pero en el caso de López Iriarte la
Georges - Fraga, Rosendo - Romero, Luis Alberto, Mirando ausencia de información es más llamativa, pues elude la
al Bicentenario. Reflexiones sobre el Bicentenario y Memo- situación del establecimiento provincial que en 1911 ya
rabilia, Ediciones B, Bs. As., 2009, p. 29), luego de describir se encontraba en funcionamiento. Esto demostraría, en
los talleres, la organización del trabajo y las propuestas de definitiva, ese abismo que separaba a las ideas científico-
capacitación en la Penitenciaría Nacional, señalaba que, en jurídicas de las prácticas punitivas”.
esta materia, la Argentina “se ha excedido en todo lo que se (11) De esta opinión Pons, Anaclet - Serna, Justo, “Más
ha hecho hasta hoy en este orden de realizaciones”. cerca, más denso. La historia local y sus metáforas”, en

218 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC José D. Cesano

tica historiográfica, se basa en la reducción de la patagónico que la utilización reverencial de la


escala de observación, en un análisis microscópico jerga foucaultiana” (14).
y en un estudio intensivo del material documental.
Indudablemente, estas peculiaridades del método Lo mismo puede predicarse respecto de las rea-
tienen una consecuencia fecunda. En palabras de lidades provinciales de Tucumán y Córdoba.
Levi: “Ciertos fenómenos que anteriormente se
consideraban suficientemente descritos y enten- Con respecto a la primera, un enjundioso estu-
didos, se revisten de significados completamente dio de González Alvo pone en evidencia cómo la
nuevos al alterar la escala de observación. En ese Penitenciaría de Tucumán “no fue acompañada
momento es posible utilizar estos resultados para en su desarrollo institucional por los ‘expertos’ que
extraer generalizaciones mucho más amplias, reclamaron su construcción ni por los gobernantes
aunque las observaciones generales se hubieran y legisladores que aprobaron los diferentes proyec-
hecho en el marco de dimensiones relativamente tos” (15); por esto —concluye— “[l]a experiencia
reducidas y a manera más bien de experimento de la Cárcel Penitenciaria puede ser calificada, sin
que de ejemplo” (12). miedo a equivocarse, como un fracaso en muchos
de sus objetivos institucionales explícitos. No
¿Hasta qué punto el proyecto de modernización fue, como se hubiera querido, una Penitenciaría
punitiva, encarnado en el modelo de la Penitencia- Nacional en pequeña escala. No tuvo directores
ría Nacional, tuvo repercusión, hacia giro de siglo, de renombre en el ámbito penal ni fue un modelo
en el resto de las provincias y territorios nacionales para otras cárceles del país” (16).
que integraban la Argentina?
En el caso de Córdoba, las actuales investigacio-
Parece ser que en muy poco. nes de Luciano permiten observar que, aunque
entre las principales razones que impulsaron a la
En este sentido, los estudios locales confirman el élite política para la construcción de la penitencia-
análisis que efectuara Caimari y con el que coinci- ría provincial se hallaba la necesidad de cumplir
dimos. Veamos algunos casos significativos. con los preceptos de la Constitución Nacional de
1853, cuyo artículo 18 exigía la salubridad de las
Con relación a los territorios nacionales patagó- cárceles, el proyecto modernizador estuvo con-
nicos se han realizado algunos trabajos recientes. dicionado por impedimentos, principalmente
En esta dirección, las investigaciones de Ernesto materiales, derivados de la situación económica
Bohoslavsky y Fernando Casullo (13) son una del erario público. De esta manera, y desde sus
excelente muestra. El estudio de las cárceles de comienzos, la política penitenciaria cordobesa
Neuquén y del resto de la Patagonia “ha permitido “adquirió una dinámica coyuntural, es decir, se
conocer cuáles eran las prácticas penitenciarias caracterizó por establecer medidas que debían ser
en las primeras décadas del siglo XX. Lo que la replanteadas constantemente” (17). De hecho, la
historiografía ha mostrado es que los proyectos de
modernización punitiva no alcanzaron un espacio
hegemónico en el sur: precariedad, desfinancia- (14) Cfr. Bohoslavsky, Ernesto, “Cuestión criminal
miento, arbitrariedad e incoherencia son nociones y respuestas estatales en áreas pampeano - patagónicas
que le hacen más justicia al mundo penitenciario (1879 - 1930)”, en Máximo Sozzo (Coordinador), Historias de
la cuestión criminal en la Argentina, Ediciones del Puerto,
Bs. As., 2009, p. 259.
(15) Cfr. González Alvo, Luis, Modernizar el castigo.
Sandra R. Fernández (compiladora), Más allá del territorio. La construcción del régimen penitenciario en Tucumán,
La historia regional y local como problema. Discusiones, 1880 - 1916, Prohistoria ediciones, Rosario, 2013, p. 184.
balances y proyecciones, Prohistoria ediciones, Rosario, (16) Cfr. González Alvo, op. cit., p. 185. Sin embargo,
2007, p. 26. y como lo aclara el propio autor, esta realidad no impidió
(12) Cfr. Levi, Giovanni, “Sobre microhistoria”, en Peter ciertos éxitos —a los que califica como relativos— y que en
Burke (ed.), Formas de hacer historia, Alianza Universidad, alguna medida representaron la confirmación teórica del
Madrid, 1994, p. 126. credo penitenciario.
(13) Cfr. Bohoslavsky, Ernesto - Casullo, Fernando, (17) Cfr. Luciano, Milena, (ms.) “Lo que la Consti-
“La cárcel de Neuquén y la política penitenciaria Argentina tución prescribe y la civilización reclama: La proyección
en la primera mitad del siglo XX”, Nueva doctrina penal, de una reforma penitenciaria para Córdoba, 1887 - 1984”,
Ediciones del Puerto, Bs. As., 2008/A, pp. 295/314. ponencia presentada en las XIV Jornadas Interescuelas -

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DPyC Historia del Derecho Penal doctrina

crisis de 1890 provocó la paralización total de las fuentes secundarias, pretende una reconstrucción
obras hasta 1892, momento en el cual se reanudó. general. En rigor, la utilización del método compa-
Sin embargo, a partir de allí el rasgo coyuntural rado ganará rigor, en la medida que el investigador
“se profundizó, en consonancia con la inestable individual o el equipo de investigación realice su
situación económica. En cierta forma, las políticas indagación empleando tanto fuentes primarias
adoptaron un carácter urgente buscando concluir como secundarias para conocer cada una de las
con una parte de la penitenciaría para poder des- unidades comparadas (21). Está claro que nues-
comprimir a la antigua prisión pública. Aunque, tra propuesta no se identifica con aquellas obras
en el afán de acelerar el traslado, se dejaron de lado generales en que diversos autores tratan del mis-
aspectos centrales como lo eran las condiciones mo fenómeno en diversos espacios geográficos.
de seguridad del nuevo local” (18). En esos casos —y como la ha señalado Olábarri
Gortázar— estamos más bien ante procesos
Este énfasis por lo local, sin embargo, no debe presentados paralelamente, sin que se proceda
conducir a la errada percepción de sacrificar la propiamente a una comparación sistemática; la
visión de conjunto. Un localismo radical corre cual se escamotea al lector, para ser sustituida por
con el riesgo de convertir los objetos de análisis en una introducción o un ensayo conclusivo más o
incomparables. La historia local, por el contrario, menos inteligente, pero generalmente limitado a
no debe aspirar a eso (19). En este sentido, podría la enumeración de aquellos contrastes o simili-
ser de interés trasvasar a nuestro análisis cierta tudes que más rápidamente saltan a la vista (22).
perspectiva de la teoría antropológica, como sucede Otro, por supuesto, será el resultado cuando se
con la concepción de Geertz. En efecto, si apren- trate de obras que aparezcan como producto de
demos de antropólogos como Geertz, podríamos un verdadero trabajo que se desarrolla en equi-
comprender que la meta a seguir no debe limitarse po desde el principio, para el que se fijan unos
a analizar la localidad; sino, especialmente, estu- mismos criterios de actuación en cada uno de
diar determinados problemas, acciones, conflictos los momentos y de las facetas de la investigación
o experiencias en la localidad; para que las compa- y que, por todo ello, podrán al final ofrecer una
raciones a que podamos arribar no se vean teñidas verdadera comparación sistemática basada en
de estandarización (20). Aquí radica, justamente, fuentes primarias (23).
la fecundidad de la propuesta. Es por esto que
la historia local no debe renunciar a ensayos Observa, con acierto, Caimari que una de las
comparativos. deudas pendientes de la historia de la cuestión
criminal es “la formulación de series largas de
El método comparado, como una herramienta datos, y la formulación de hipótesis más abarca-
del análisis historiográfico, no está exento de tivas sobre los fenómenos analizados: tendencias
ciertas dificultades. Una de ellas se vincula con las inteligibles de las prácticas delictivas, repertorios
fuentes. Una reconstrucción comparativa puede razonados y periodizados de la violencia, nociones
perder fuerza si quien la realiza se limita a tomar proporcionales de la envergadura de las fuerzas
investigaciones puntuales y, a partir de aquellas de seguridad en diversos momentos del pasado,
etc. Por supuesto, sabemos lo que cuesta llegar a
Departamentos de Historia, Departamento de Historia de estos puntos de síntesis”, especialmente porque
la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de “la fragmentación es un mal historiográfico de
Cuyo, 2 - 5/10/2013, p. 12. los tiempos” (24).
(18) Cfr. Luciano (ms.), “Lo que la Constitución pres-
cribe (...)”, op. y loc. cit.
(21) Cfr. Olábarri Gortázar, Ignacio, “Qué historia
(19) Cfr. Pons - Serna, “Más cerca (...)”, op. cit., p. 22. comparada”, Studia histórica. Historia contemporánea, Vol. X
(20) Cfr. Pons - Serna, “Más cerca (...)”, op. cit., p. 23. Por - XI (1992 - 93), Ediciones Universidad de Salamanca, p. 52.
su parte, Geertz, Clifford, Conocimiento local. Ensayos sobre (22) Cfr. Olábarri Gortázar, “Qué historia compa-
interpretación de las culturas, Paidós, Barcelona, 1994, pp. rada”, op. cit., p. 62.
14/15, expresa: “Si, como creo, construimos descripciones
sobre el modo en que unos u otros (...) glosan su experiencia (23) Cfr. Olábarri Gortázar, “Qué historia compa-
para luego esbozar a partir de esas descripciones de glosas rada”, op. cit., p. 62.
algunas conclusiones acerca de la expresión, el poder, la (24) Cfr. Caimari, Lila, “La historia de la ‘cuestión
identidad o la justicia, nos hemos de sentir cada vez más lejos criminal’: reflexiones a la vera del camino”, en Ricardo
de los estilos estandarizados de demostración”. Salvatore – Osvaldo Barreneche (editores), El delito y el

220 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014


DPyC José D. Cesano

La propuesta formulada aquí, que busca Salvatore - Osvaldo Barreneche (editores), El de-
integrar lo local, en función de la posibilidad lito y el orden en perspectiva histórica, Prohistoria
de un conocimiento general, constituye un ins- ediciones, Rosario, 2013.
trumento de valor para contrarrestar visiones
simplificadas; que concluyen por fragmentar, Candioti, Magdalena, “Historia y cuestión crimi-
aún más, un mosaico cuyas imágenes termina nal. Notas sobre el despliegue de una curiosidad”,
por desdibujarse. Por eso se torna conveniente en Máximo Sozzo, (Coordinador), Historias de la
recordar que estudiar lo local no necesariamente cuestión criminal en la Argentina, Ediciones del
es confirmar procesos generales. Lo local no es Puerto, Bs. As., 2009.
indefectiblemente un reflejo de procesos más
amplios sino que permite detectar ecos particu- Cesano, José Daniel, En el nombre del orden.
lares; especificidades que, en ocasiones, ponen Ensayos para la reconstrucción histórica del con-
en cuestión las evidencias defendidas desde la trol social formal en Argentina, Alveroni Ediciones,
historia general. Córdoba, 2006.

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AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 221


Bibliografía
DPyC Bibliografía DOCTRINA

Mecanismos alternativos de resolución de conflictos


Ricardo Alberto Grisetti

Editorial El Fuste. Jujuy 2014.

POR Julio C. Báez

El Dr. Ricardo Grisetti -prestigioso jurista y magistrado También dije en esa oportunidad que Jujuy poseía
en funciones en San Salvador de Jujuy- nos presenta buenos penalistas y, si acudimos a una mirada federal,
un nuevo texto; no es el primero en la prolífica lista que circula por el mismo sendero que los alcances de
que ha encarado, desde hace tiempo, el autor, sino que nuestra Carta Suprema, creo que -desde las provincias-
es un aporte más y espero, sinceramente, que no sea podemos receptar aportes alcanzados por la novedad y
el último. la frescura, que no hacen más que enriquecer nuestra
ciencia.
No es del caso extenderme en elogios, pero se impo-
ne afirmar que la obra que comento se corresponde, Entrando de lleno al texto propiamente dicho, al
simétricamente, no sólo con la lucidez de su autor sino, lector perezoso le advierto que no le voy a facilitar el
también, con el buceo que efectúa de un ordenamiento trabajo haciendo un resumen de cada uno de los tópi-
procesal, por demás sosegado, que es el Código Procesal cos abordados; por el contrario, lo invito a su detenida
Penal de la Provincia de Jujuy. lectura y reflexión.

Ya en oportunidad de disertar en el Seminario de La obra aborda los criterios de oportunidad, como


Actualización Jurisprudencial, organizado por el Colegio son acogidos éstos en el elenco de las legislaciones
local y dictado en San Salvador, durante el año 2014, he provinciales; las cuestiones vinculadas a la insigni-
elogiado, sin cortapisas, el modelo acusatorio escogido ficancia penal; la pena natural y los procedimientos
por la legislación local y el buen tino que había tenido alternativos propiamente dichos, que atesoran la
la comisión reformadora, al propiciar la elaboración posibilidad de una culminación, diversa de la pena,
de una arquitectura codificada nueva y no acudir a la para finiquitar ese drama que es -en definitiva- el
práctica inconveniente de “emparchar” o enmendar el proceso criminal.
enjuiciamiento criminal inquisitivo, cobijado por la ley
anterior aun cuando, desde luego, puedan recogerse al- La armonía con que son despuntados dichos temas
gunos disensos parciales que, en modo alguno, tienden nos permite predicar que la obra es un aporte cultural
a diezmar la homogeneidad de la faena. de inestimable valor.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 225


Actualidad
DPyC Actualidad

FACULTAD DE DERECHO
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

Seminario de doctorado:

GENOCIDIO: DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGÍA

Prof. Dr. Matias Bailone


Prof. Dr. Daniel Feierstein

Seminario válido para doctorado de la Carrera de Especialización en


Derecho Penal de la Universidad de Buenos Aires. Dirigido a abogados y sociólogos.

Carga horaria total: 32 horas.

Día de clases: Jueves de 18 a 21 hs. Comienzo 21/08/2014.

Lugar: Área de Posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, Av.


Figueroa Alcorta 2263, 3° piso, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

OBJETIVOS GENERALES DEL SEMINARIO:


· Construir un marco conceptual capaz de analizar las prácticas sociales genocidas como un modo
específico de configurar las relaciones sociales;
· Problematizar las formas modernas de construcción de la alteridad, como tecnologías de control
social, negativización y eliminación simbólica y material de la figura del otro;
· Realizar una revisión crítica histórico-sociológica sobre las experiencias genocidas del siglo XX, con
particular énfasis en la experiencia prototípica del nazismo y en el proceso represivo vivido en nuestro
país en la década del setenta y sus efectos genocidas;
· Realizar una revisión crítica de las herramientas del Derecho Penal Internacional, en particular sobre las
figuras de los delitos de Genocidio y Crímenes de Lesa Humanidad, su historia y jurisprudencia comparada;
· Percibir y analizar críticamente los modos de “realización simbólica” de las prácticas sociales genoci-
das, como modo de percepción de la memoria como una construcción social y un espacio de confront-
ación, con efectos tanto materiales como simbólicos, en la constitución de identidades colectivas;
· Utilizar las herramientas de la criminología crítica para desglosar las verdaderas finalidades del orden
jurídico internacional y de las metanarrativas sobre los derechos fundamentales.

AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014 - Derecho Penal y Criminología • 229


El 21 de agosto se comienza a dictar en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires por
segunda vez consecutiva el Seminario de doctorado (dentro de la Carrera de Especialización en Derecho
Penal) titulado: "Genocidio: Derecho Penal y Criminología", dictado por los doctores Daniel Feierstein
(sociólogo y presidente de la Asociación Internacional de Académicos del Genocidio) y Matías Bailone
(criminólogo y titular del área de Investigaciones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación).
Feierstein es una de las más autorizadas voces académicas de todo el mundo en la temática del genoci-
dio, sus numerosas obras específicas, traducidas a diversos idiomas y de amplia difusión universal, como
"El genocidio como práctica social" y "Memorias y representaciones", han logrado formar discípulos y
llegar a presidir la organización que nuclea a todos los investigadores de esta temática en el mundo
entero. La visión sociológica de Feierstein será completada con la criminológica y jurídica de Bailone,
que tiene formación especializada en el derecho penal y la criminología zaffaronista, que ha estudiado
la fenomenología del antiterrorismo en la actualidad y dicta cursos de posgrado en la Universidad de
Buenos Aires, así como en múltiples universidades de América Latina.
Se cursará los días jueves de 18 a 21 hs, en el tercer piso de la Facultad de Derecho (UBA).

Para mayor información: Matias.Bailone@uclm.es

230 • Derecho Penal y Criminología - AÑO Iv • Nº 07 • AGOSTO 2014

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