Está en la página 1de 272

revista DE

DERECHO PENAL
Y CRIMINOLOGÍA
DELITOS ECONóMICOS • CONTRAVENCIONAL •
GARANTÍAS CONSTITUCIONALES • PROCESal PENAL •
EJECUCIÓN DE LA PENA
Director
Eugenio Raúl ZAFFARONI

ÁREA PROCESAL
Miguel Á. ALMEYRA

COORDINADORES
MatÍas BAILONE
Gabriel Ignacio Anitua

EDITOR RESPONSABLE
FRANCISCO J. CROCIONI

COMITÉ ACADÉMICO
Eduardo AGUIRRE OBARRIO (Argentina 1923-2011)
Carlos Julio Lascano (ARGENTINA)
Lola ANIYAR DE CASTRO (Venezuela)
Luis ARROYO ZAPATERO (España)
David BAIGÚN (Argentina 1926-2015)
Nilo BATISTA (Brasil)
Roberto Bergalli (Argentina)
Jorge DE LA RUA (ARGENTINA 1942-2015)
Edgardo Alberto Donna (Argentina)
Luigi FERRAJOLI (Italia)
José Luis GUZMÁN DALBORA (Chile)
Julio B. J. MAIER (Argentina)
Sergio MOCCIA (Italia)
Francisco MUÑOZ CONDE (España)
Esteban RIGHI (Argentina)
Gladys ROMERO (Argentina 1933-2014)
Norberto SPOLANSKY (Argentina)
Juarez TAVARES (Brasil)
John VERVAELE (Holanda)
José SAEZ CAPEL (ESPAÑA)
COMITÉ DE REDACCIÓN

Gabriel Ignacio ANITUA Juan Manuel Lezcano


Fernando ARNEDO Manuel Maroto Calatayud
JAVIER BAÑOS Juliana OLIVA
Ricardo basílico Lorena Padovan
Verónica Bilczyk Jorge Paladines Rodríguez
María Laura Böhm Marcela Paura
José Angel Brandariz García Gabriel PÉREZ BARBERÁ
Leonardo Brond Jonathan Polansky
Pablo Qualina
Carlos CARAMUTI
Rodrigo M. Raskovsky
Roberto manuel carlés
Marcelo RIQUERT
Carlos CHIARA DÍAZ
Guido RISSO
Melina de Bairos Moura
Cristina Sánchez Henríquez
Javier DE LUCA MÁXIMO SOZZO
Horacio Dias Pablo Tello
Matías Eidem Valeria Vegh Weis
Daniel ERBETTA Myrna Villegas Díaz
Adrián FERNÁNDEZ Jonatan Wajswajn
Rubén E. FIGARI verónica yamamoto
Mariano Gutiérrez Diego Zysman Quirós

con el auspicio de
Asociación LATINOAMERICANA DE DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGÍA (ALPEC)

Criterios uniformes para el envío


de colaboraciones

Los trabajos de doctrina y/o comentarios jurisprudenciales deben ser


remitidos vía e-mail a laley.redaccionjuridica@thomsonreuters.com
Los mismos deben ir acompañados del currículum vitae del autor y
sus datos de contacto.

issn: 0034-7914
Registro Nacional de la Propiedad Intelectual: EN TRÁMITE

IMPRESO EN LA ARGENTINA - Propiedad de La Ley Sociedad Anónima - Tucumán 1471 - CP1050AAC - Ciudad Autónoma
de Buenos Aires - Argentina - Tel.: (005411) 4378-4841
Nota de la Dirección: las opiniones vertidas en los comentarios firmados son privativas de quienes las emiten.
Sumario

DERECHO PENAL

DOCTRINA

Revisitando las nociones de “democracia” y “crisis” desde el sur. Impacto en el campo del
derecho penal
Por Luis F. Niño................................................................................................................................... 3

¿Es “federal” nuestro Código Penal?


Por Verónica Bilczyk........................................................................................................................... 16

La operatividad de la extinción de la acción penal por conciliación o reparación integral


del perjuicio
Por Alejandro G. De Oto.................................................................................................................... 45

El principio constitucional de lesividad y el bien jurídico: una relación esencial para la dog-
mática penal
Por Joaquín Badoza............................................................................................................................ 54

Definición del delito de terrorismo como un delito internacional


Por Ana I. Pérez Cepeda.................................................................................................................... 71

Las propuestas del anteproyecto del Código Penal de 2018 en materia de delincuencia informática
Por Marcelo A. Riquert...................................................................................................................... 85

Lo que sabemos del “aborto” en el anteproyecto de Reforma del Código Penal


Por Carlos M. Romero Berdullas...................................................................................................... 112

La introducción del delito de financiación ilegal de partidos políticos en el Código Penal español
Por Luz María Puente Aba................................................................................................................. 135

Mídia, Sistema Penal e Produção de Subjetividade Punitiva frente ao Novo Projeto de Código
Penal no Brasil
Por Roberta Duboc Pedrinha............................................................................................................ 146

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • III


NOTA A FALLO

Comentario al fallo “A., E. E. s/ recurso de casación” de la Sala Cuarta del Tribunal de Casación
Penal de la Provincia de Buenos Aires
Por Marcela C. Paura........................................................................................................................... 159

IMPUTABILIDAD / Violencia de género. Ebriedad. Comprensión de la criminalidad del acto


(TCasación Penal, Buenos Aires)......................................................................................................... 159

PROCESAl penal

DOCTRINA

Naturaleza de la comprobación judicial de los hechos y “libre valoración de la prueba”


Por Alejandro Pizzicaro...................................................................................................................... 173
El debido proceso penal de los migrantes solicitantes de refugio
Por Federico Irusta.............................................................................................................................. 201

La audiencia de voir dire: posible contaminación de los jurados y afectación al principio de


imparcialidad
Por Roxana V. Lemkin......................................................................................................................... 213

El iura novit curia como afectación al principio de congruencia


Por Magalí A. Chavarria...................................................................................................................... 221

El médico-funcionario público, entre el Código Procesal Penal de la Nación y el Código Penal.


¿Deber de denunciar o de guardar secreto?
Por Ignacio Ahargo.............................................................................................................................. 228

CRIMINOLOGÍA

DOCTRINA

La necesidad de investigar la prisión (desde afuera y desde adentro) para transformarla.


O sobre unas modestas experiencias en el ámbito de la Universidad de Buenos Aires
Por Gabriel I. Anitua............................................................................................................................ 241

PENAl juvenil
NOTA A FALLO

Inimputabilidad por menor edad e indagatoria. Un oxímoron procesal


Por Miguel Ángel Almeyra................................................................................................................ 255

CAPACIDAD / Menores. Responsabilidad penal. Necesidad de escucharlo en el proceso penal.


Sobreseimiento. Causal más beneficiosa. Disidencia (CNCrim. y Correc.)...................................... 255

COMENTARIo bibliográfico
Antecedentes penales en la Argentina, por Carlos A. Carnevale. Comentado por Gabriel I. Anitua..... 261

IV • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


Derecho penal

DOCTRINA
DPyC Derecho penal DOCTRINA

Revisitando las nociones de “democracia” y “crisis”


desde el sur. Impacto en el campo del derecho penal *
Por Luis F. Niño

1. Al recibir la honrosa invitación cursada por fraternidad y solidaridad, que se estimaban res-
la Comisión organizadora del Vigésimo cuarto taurados, al menos para el Occidente europeo
Seminario Internacional del “Instituto Brasileiro y para América Latina, después de las tragedias
de Ciências Criminais”, en mi carácter de Miem- que enlutaron a la Humanidad durante la prime-
bro Honorario y Miembro del Consejo Académi- ra mitad del siglo XX.
co de esta querida y prestigiosa Institución, para
disertar en el marco de estas jornadas, volvió a Nadie pasa por alto la continua ocurrencia de
mi mente —una vez más— aquella lúcida frase conflictos bélicos a partir de 1945, ni las gue-
del célebre filósofo, historiador y —también— rras civiles e inter-étnicas en Asia y África, ni la
abogado francés Françoise-Marie Arouet, más ominosa secuencia de dictaduras militares en
conocido por su seudónimo, Voltaire: “Si queréis nuestros países. Pero la oscura nota distintiva de
conversar conmigo, definid primero vuestros nuestra época viene dada por el rotundo y des-
términos”. embozado desmantelamiento de aquellos idea-
les, de esa preciada herencia de la Ilustración,
Y, al amparo de esa ilustre prevención, consi- hasta el punto de predicarse y naturalizarse inca-
deré que resultaría oportuno centrar mi modesta lificables diferencias de estatus entre individuos
contribución, pautada para el día de clausura de o grupos, haciendo tabla rasa con el respeto por
este magnífico evento, en una redefinición de los la dignidad intrínseca, esencial, de todo ser hu-
dos términos cruciales del tópico central, demo- mano.
cracia y crisis, desde una perspectiva latinoame-
ricana y absolutamente actual, aunque sin des- Cabe interrogar en nuestros días, aquí y allá,
deñar aportaciones de intelectuales europeos qué queda de la democracia, de aquel “gobierno
abocados a similar tarea, para luego analizar su del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.
impacto en los sistemas penales de la región.
Esa bella síntesis, pronunciada por Abraham
En otras palabras: el propósito de esta apor- Lincoln el 19 de noviembre de 1863, durante la
tación es cuestionar seriamente de qué demo- Guerra de Secesión cuyo fin condujo a la abo-
cracia y de qué crisis cuadra hablar hoy, tanto a lición de la esclavitud en los Estados Unidos de
escala universal como en este margen subcon- Norteamérica, se encuentra hoy fuertemente
tinental; y —a partir de la redefinición de tales desvirtuada en buena parte del planeta; inclui-
vocablos— analizar el impacto de las nuevas do, muy especialmente, dicho país.
realidades en el plano jurídico-penal de nuestros
países. La primera potencia mundial es gobernada
por un hombre de negocios multimillonario, ca-
2. Podemos comenzar ensayando una visión tapultado al poder —dicho sea de paso— mer-
de alcance internacional. Convengamos en que ced al singular sistema de elección indirecta que
el mundo entero atraviesa una época desconcer- allí rige, pese a que su adversaria en la contien-
tante, para no decirlo en términos más dramá- da electoral sumó dos millones ochocientos mil
ticos, en la que han pasado a un segundo plano sufragios más que él (1). Pero dejemos eso atrás.
ideales humanistas, tales como los de igualdad,
(1) Donald Trump triunfó en 30 estados y Clinton en
20; y aunque, en varios casos, la diferencia que le dio el
* Conferencia dictada en el 24 Congreso Internacional de triunfo fue escasa, mientras que —en otros— esta última
Derecho Penal del IBCCRIM, Instituto Brasilero de Cien- contó con abultada mayoría, por regla se otorga la victoria
cias Criminales. San Pablo, Brasil, 31 de agosto de 2018. al vencedor de cada unidad territorial.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 3


DPyC Derecho penal DOCTRINA

El principal eslogan de la campaña de Donald cumentados— detenidos en la ya mencionada


Trump ha sido: Make America great again = “Ha- frontera sur, y su consiguiente alojamiento en
gamos a América grande otra vez”. Ya sabemos centros de detención, entre los meses de mayo y
que, desde 1823, de la mano del presidente Ja- junio del corriente año (6).
mes Monroe y merced a la doctrina que lleva su
nombre, los estadounidenses reivindican para sí No es este cúmulo de sucesos el único fac-
el nombre de todo el continente que habitamos; tor inquietante, a la hora de preguntarse por la
pero pasemos por alto también eso. vigencia del sistema democrático en aquel gran
país. El mensaje con el que Donald Trump re-
Junto a ese eslogan, el actual presidente aludió clutó a sus seguidores, provenientes de estratos
y alude, con resonancias míticas, a una comu- populares golpeados por la crisis económica
nidad nacional, pretendidamente homogénea registrada a partir de 2008, con su secuela de
y portadora de los valores tradicionales prove- desindustrialización y de desocupación, lejos
nientes de los “Padres Fundadores”. Esa sola idea estuvo de condenar al capital financiero, verda-
excluye de su marco a los negros y a los latinos, dero responsable de tal crisis. Antes y después
así como a los musulmanes de cualquier origen de asumir la presidencia, el blanco preferido de
y a los inmigrantes provenientes de países del sus diatribas han sido —ni más ni menos que—
llamado Tercer Mundo; pero tal concepción no los medios de difusión críticos de su platafor-
se limita al plano discursivo, sino que ha venido ma y de su gestión, a los que ha llegado a cali-
plasmándose en hechos, tales como el obsesivo ficar textualmente, a comienzos de este mismo
proyecto de completar el muro en la frontera mes de agosto, en un acto político celebrado en
sur de ese país, formalizado mediante la firma Pennsylvania, como “gente horrible y horrenda”
de un decreto presidencial que lo autoriza, del (horrible, horrendous people), pese a que exper-
25 de enero de 2017 (2), o la decisión del De- tos de la Organización de las Naciones Unidas
partamento de Justicia de no impulsar investi- han venido advirtiendo que las reiteradas y cre-
gaciones sobre abusos de los integrantes de las cientes expresiones agresivas del primer man-
policías locales, respecto de individuos perte- datario contra la prensa independiente están
necientes a minorías raciales (3); o la categori- poniendo en serio riesgo, por lo pronto, a los pe-
zación, por parte de funcionarios y legisladores, riodistas que concurren a cubrir la noticia de sus
del movimiento “Black Lives Matter” (las vidas mítines, al tiempo que conspiran contra uno de
negras importan), formado en respuesta a la los augustos pilares de la democracia liberal (7).
violencia policial contra los afroamericanos,
como un “grupo de odio” pese a su explícita re- Entretanto, en la vieja Europa, otros muros
nuncia a la violencia; o —en consonancia con —concretos o no— se alzan para impedir la
lo anterior— las diversas leyes (llamadas) de llegada de migrantes y —aun— de refugiados.
“vidas azules”, promulgadas desde 2016, que in- Baste señalar aquí que el menos cruento de los
tentan añadir a la policía como clase protegida proyectos que se barajan al respecto, por inicia-
frente a los crímenes de odio (4); o el veto mi- tiva del presidente francés Emmanuel Macron,
gratorio a personas provenientes de seis países al que adhirió el presidente del gobierno espa-
de mayoría musulmana, avalado, tras algunas ñol Pedro Sánchez, consiste en la construcción
modificaciones, por la propia Corte Suprema de lo que, eufemísticamente, denominan “pla-
estadounidense, en diciembre de 2017 (5), o taformas de desembarco”, una suerte de puertos
—recientemente— la abrupta separación de seguros, administrados por personal de la Unión
2300 niños de sus padres —inmigrantes indo- Europea, en los que habrán de decidirse los pe-
didos de asilo y habrá de disponerse la eventual
(2) Fuente: Diario El País, Madrid, edición digital del repatriación de los recién llegados, sin necesi-
26/01/2017. dad de transportarlos al interior de esa exclu-
(3) Ibidem, edición digital del 13/03/2017.
(4) Fuente: The New York Times, Nueva York, edición
digital del 10/08/2018. (6) Fuente: Diario BBC World, edición digital del
(5) La prohibición afecta a ciudadanos de Chad, Irán, 22/06/2018.
Libia, Siria, Somalia y Yemen. Fuente: Diario BBC World, (7) Fuente: Diario The Guardian, Londres, edición digi-
edición del 04/12/2017. tal del 03/08/2018.

4 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Luis F. Niño

siva “fortaleza de bienestar” configurada por la na, de la Universidad Autónoma de Madrid y el


Unión Europea (8). académico de la Universidad de Sevilla Custo-
dio Velasco, coinciden en estimar que, más allá
Paralelamente, la salida de Gran Bretaña de la de las particularidades de la extrema derecha en
Unión Europea, el “Brexit”, más allá del pretexto cada estado europeo, es la crisis económica inter-
relativo a las tarifas derivadas de la membresía nacional, con los miedos que genera respecto de
a cambio de un escaso retorno de utilidades, la propia estabilidad laboral y —en relación di-
tuvo como verdadero y decisivo motor el propó- recta con esta— a la inmigración, seguida por la
sito de recuperar el pleno control de las propias corrupción de las instituciones y el consiguiente
fronteras, debilitado por el principio de libertad descreimiento en su clásico rol, el factor funda-
de movimiento de los ciudadanos comunitarios, mental para la proliferación de los nacionalis-
con el saldo de un creciente flujo de inmigrantes. mos filo-fascistas, con su proverbial exaltación
de las emociones, frente a los valores suprana-
Claro ejemplo de ello lo brinda el hecho de cionales, multiculturales y de tolerancia que,
que tres de las cinco medidas con las que el blo- otrora, identificaron a la Unión Europea (10).
que económico con sede en Bruselas intentó ne-
gociar la permanencia británica se vinculaban al Tal como lo indica el historiador italiano Enzo
tema migratorio, a saber: 1º) ajuste en las sumas Traverso, actualmente catedrático de la Univer-
percibidas por los trabajadores migrantes para sidad estadounidense de Cornell, en su flaman-
prestación alimentaria a sus hijos que viven fue- te libro Las nuevas caras de la derecha, la visión
ra del espacio comunitario; 2º) limitación de las clásica de la política moderna se ha tornado ob-
prestaciones sociales a los propios trabajadores soleta (11).
migrantes, durante los cuatro primeros años de
su desempeño laboral en Europa, medida que se La tradicional noción de democracia, como una
denominó, con otro eufemismo, “freno de emer- forma de organización del Estado en la cual la so-
gencia”; y 3º) restricciones al ingreso de indivi- beranía reside en el pueblo, de manera tal que las
duos extracomunitarios casados con ciudadanos decisiones colectivas son adoptadas por aquel
de la Unión Europea (9). mediante mecanismos de participación directa
o indirecta que confieren legitimidad a sus repre-
Súmese a ello la escalada de los partidos de sentantes, se ha desdibujado en gran medida.
ultraderecha europeos, en las últimas eleccio-
nes registradas en ese continente: el “Frente Na- Ese esquema, señala Traverso, dotaba de “una
cional” en Francia; el partido “Alternativa para connotación casi sagrada” a la representación
Alemania”; el “Partido del Pueblo Danés”; los lla- política, en tanto que el pluralismo político ex-
mados “Demócratas Suecos”; el “Partido de la Li- presaba un plausible conflicto de ideas, con
bertad de Austria”; su homónimo de Holanda; la compromisos intelectuales fuertes. Hoy “la polí-
“Liga del Norte” en Italia; el “Partido por una Hun- tica ha dejado de encarnar valores para tornarse
gría mejor” y —en la propia Gran Bretaña— el ala un lugar de pura gobernabilidad y distribución
ultranacionalista del movimiento por el “Brexit”, del poder”, de modo que “la alternancia de go-
denominado “Partido por la Independencia del biernos no produce una modificación funda-
Reino Unido”. Aunque todavía minoritarios, todos mental... porque significa, sobre todo, un cambio
ellos han logrado cierta representatividad, a pesar del personal que administra los recursos públi-
de las claras expresiones xenófobas, homófobas cos, con sus redes y sus clientelas” (12).
y/o racistas de algunos de sus integrantes.
Tal decadencia de la política propia del libe-
Los investigadores especialistas en identidad ralismo clásico aparece acompañada, a los ojos
europea, tales como el profesor Ignacio Moli-
(10) CAMAZÓN, Alba - SÁNCHEZ, Raúl, “Así crece el
apoyo a los partidos de extrema derecha en Europa”, en
(8) Fuente: Radiotelevisión española, edición digital del eldiario.es, edición digital del 17/09/2017.
27/06/2018. (11) TRAVERSO, Enzo, “Las nuevas caras de la derecha”,
(9) Fuente: eldiario.es, Periodismo a pesar de todo, edi- Ed. Siglo XXI, Buenos Aires, 2018, p. 38.
ción digital del 17/02/2016. (12) Ibidem.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 5


DPyC Derecho penal DOCTRINA

de ese lúcido profesor italiano, por dos factores Charlottesville, Virginia, donde un joven neonazi
poderosamente distorsionadores: la cosificación embistió y mató a una joven que se manifestaba
del espacio público por obra de los medios mo- pacíficamente contra el racismo, oportunidad
nopólicos de comunicación y la deriva bonapar- en la cual Trump responsabilizó por igual a los
tista del poder a la instauración de permanentes manifestantes que marcharon con cruces esvás-
estados de excepción, con mengua del poder ticas, banderas del ejército esclavista y carteles
parlamentario y un protagonismo hipertrofiado antisemitas y a los activistas de una presunta
del Ejecutivo. ultraizquierda, cuya hipotética presencia en el
lugar nadie advirtió (14).
3. Iniciamos este recorrido refiriéndonos al
hemisferio norte; y es válido, desde ya, subra- Del otro lado del Atlántico, la tendencia neo-
yar un factor común entre el ascenso del mag- liberal desplegada por el llamado Consenso de
nate inmobiliario norteamericano al poder de Bruselas, con sus sucesivos pactos denominados
la primera potencia mundial, sin haber ejer- “de estabilidad y crecimiento”, pero convertidos en
cido un solo cargo previo en la política de esa drásticas exigencias de ajuste fiscal y desarme del
nación, y la inocultable escalada de los movi- Estado de Bienestar, torna comprensible el descrei-
mientos de derecha y ultraderecha en la mayor miento de vastas capas de la población respecto
parte de los países del continente europeo. En de unas decisiones económicas y financieras que
ambos casos, un importante segmento pobla- distan de favorecer la vida cotidiana de millones de
cional había quedado al margen del respectivo personas y explica su rechazo al establishment y su
aparato productivo. huida hacia posturas políticas extremistas.

En los Estados Unidos, Trump atrajo para sí el Para tomar sólo un ejemplo, buena parte
sufragio de las capas pobres y medias de la po- del electorado de Alternative für Deutschland
blación, golpeadas desde una década atrás por (“Alternativa para Alemania”), el creciente par-
una gran recesión, con especial incidencia en tido de ultraderecha alemán procede de capas
vastas áreas rurales y en los condados industria- asalariadas con sueldos mensuales de 1500 eu-
les del medio oeste, donde los blancos sin estu- ros o menos, más allá de que el 76% de los votan-
dios universitarios son mayoría. Votaron por él tes se consideren de clase media, lo que —en ri-
el 58% de los blancos y el 53% de los mayores de gor— refuerza la idea de que ha sido el descenso
45 años; pero el desglose del voto por raza y ni- de las expectativas económicas lo que motorizó
vel educativo es más significativo: el 67% de los el impactante ascenso de esa agrupación como
blancos sin estudios universitarios, más de los un fenómeno transversal (15).
dos tercios de ese universo, apostaron por aquel,
que había exclamado, en un mitin en Nevada, ¿Cómo no relacionar tal decepción y desengaño
durante su campaña: “amo a la gente con un de las mayorías populares, cuando tantos partidos
nivel educativo bajo”. Como tempranamente se políticos que aún mantienen, en su denominación
ha señalado, el perfil de sus votantes es el mis- oficial, alusiones a lo democrático, a lo social —o
mo que condujo al “Brexit” en Gran Bretaña. Y inclusive, a lo radical— se esfuerzan por contri-
el propio Trump lo vaticinó, con su particular es- buir, mediante políticas de alianza con fuerzas de
tilo, anunciando que su victoria sería un “Brexit derecha o por propia inspiración, al desguace del
con esteroides” (13). estado de bienestar que, hace apenas unas déca-
das, permitía vislumbrar un futuro de mejor re-
Paralelamente, la nota racista y xenófoba que distribución de la riqueza y mayor justicia social?
emergió durante la campaña presidencial de
2016, con el apoyo de líderes de movimientos El paso del tiempo parece otorgar toda la razón
supremacistas blancos y los sureños blancos a la ensayista y crítica literaria francesa Viviane
que reivindican a figuras del ejército confede-
rado, eclosionó un año atrás, tras los sucesos en (14) Fuente: The New York Times, Nueva York, edición
del 16/08/2017.
(15) Cfr.: JEREZ, Andreu, “Desmontando tres mitos
(13) Fuente: Diario El Mundo, Madrid, edición digital sobre la nueva ultraderecha alemana”, en Beers&Politics,
del 10/11/2016. edición digital del 13/09/2017.

6 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Luis F. Niño

Forrester, quien —desde las postrimerías del das, el de crisis, lo cierto es que, por lo que queda
siglo XX— vino denunciando lo que ella acertó dicho, ella ya ha aparecido en nuestro desarrollo,
en denominar “el horror económico” (16), al que al citar las explicaciones de diversos científicos
nos conduce la que —también ella— supo ca- sociales respecto de la aparición de populismos
racterizar, ya en los umbrales de este siglo, como de derecha en el norte del planeta, a ambos la-
“una extraña dictadura” (17), ejercida progresi- dos del Atlántico.
vamente por el capitalismo financiero interna-
cional y monitoreada por tres instituciones que En el contexto de la medicina hipocrática, el
desempeñan un papel esencial en la formula- vocablo krisis se refiere a un cambio repentino
ción y aplicación de la política económica a nivel en el curso o manifestación de una patología,
global: el Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque sin asignársele un valor determinado,
el Banco Mundial y la Organización Mundial del toda vez que tras la crisis puede sobrevenir tan-
Comercio. to la curación como la muerte. Lo cierto es que,
desde su propia etimología, una crisis impli-
El enorme influjo de esa troika ha relegado los ca la necesidad de adopción de determinadas
plausibles contrapuntos valorativos que —en un medidas, sean estas terapéuticas o meramente
pasado aún reciente— se erigían entre los pro- diagnósticas. Y también, siempre en el ámbito
gramas de partidos políticos —conservadores médico, conduce a la categorización de tal crisis,
y progresistas— de cualquier país formalmente en miras a su previsión.
democrático, defendidos argumentativamente
por sus respectivos dirigentes. Hoy, en nombre Fue Claude-Henri de Saint-Simon (1760-1825),
de un supuesto “realismo” económico, unos y indiscutible precursor de la sociología y maestro
otros se esmeran por desbaratar lo que queda de Augusto Comte (a quien la historia asigna el
de aquel welfare state arduamente apuntalado a rol de fundador de dicha disciplina), el que res-
partir de la segunda posguerra. cató ese término médico para aplicarlo a la si-
tuación social derivada de la caída del Antiguo
Aun a riesgo de incursionar en lo obvio, cabe Régimen, por obra de la Revolución Francesa.
recordar que la desigualdad conduce al debilita- Escribía Saint-Simon en 1821: “la crisis en la
miento de la democracia liberal dentro del sistema que se encuentra el cuerpo político desde hace
capitalista, central o periférico. Si las grandes ma- 30 años tiene por causa fundamental el cambio
yorías perciben que el sistema político establecido total del sistema social que tiende a operarse hoy
se desentiende de su rol de garante de la igualdad en día en las naciones más civilizadas, como re-
de oportunidades de todas y todos, de la articula- sultado final de todas las modificaciones que el
ción entre los sectores de la producción y del tra- antiguo orden político ha sufrido sucesivamente
bajo, de la distribución equitativa de los recursos hasta esta fecha. En términos más precisos, esta
con los que cuenta la administración, y del gasto crisis consiste esencialmente en el paso de un
público en programas sociales, de probado efecto sistema feudal y teológico a un sistema industrial
inclusivo (18), existirá una mayor disposición de y científico. Durará inevitablemente —concluía
esas grandes mayorías a aceptar liderazgos auto- Saint-Simon— hasta que la formación del nuevo
ritarios o a incurrir en el cinismo o en la anomia. sistema no esté en plena actividad” (19).

4. Como cabe apreciar a la hora de abordar y Comte, a su turno, a partir de su “Curso de Filo-
redefinir el otro concepto central de estas jorna- sofía positiva”, redactado entre 1830 y 1842, tam-
bién hubo de valerse de conceptos provenientes
de la biología y de la medicina al trazar paralelos
(16) FORRESTER, Viviane, “El horror económico”, Ed. entre “cuerpos brutos” y “cuerpos organizados”,
Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 1997.
echando mano, asimismo, del fenómeno patoló-
(17) FORRESTER, Viviane, “Una extraña dictadura”, gico para trazar un límite a la analogía entre lo
Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2000.
biológico y lo social. El pensamiento conserva-
(18) V. FELDMAN, Germán, “El impacto del gasto pú-
blico social en la equidad distributiva”, Ed. CIPPEC, Cen-
tro de Implementación de Políticas Públicas para la Equi-
dad y el Crecimiento, Buenos Aires, Análisis nro. 65, julio (19) SAINT-SIMON, C. H. de, “Oeuvres de Claude-Hen-
de 2009 (edición digital). ri de Saint-Simon”, Ed. Anthropos, París, 1966, vol. V, p. 3.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 7


DPyC Derecho penal DOCTRINA

dor de Comte se orientó a teorizar en torno a una teriores del propio Koselleck y fuente de inspi-
organización social y política acorde al marco de ración para filósofos y sociólogos hasta la ac-
la pujante Revolución Industrial; y, consecuente- tualidad, el retorno a aquellos términos —cri-
mente, distinguió entre la solidaridad orgánica de sis y crítica— que nos vinculan al mundo de la
las partes, como concepción biológica, y la solida- medicina, reforzado en este caso por el vocablo
ridad orgánica del todo social, propiciada por la patogénesis o patogenia (que es la parte de la
división del trabajo en una sociedad capitalista. patología que estudia las causas y el desarro-
Conforme a su visión, mientras en la física animal, llo de las enfermedades), referida por el autor
la crisis sólo podría resolverse en restablecimien- al mundo burgués, lo que equivale a decir, a la
to de la salud o en muerte, en el organismo social Modernidad.
podría derivar en una regeneración, en una revo-
lución de la normalidad, o, en el peor de los casos, Tal como lo señala el filósofo David Sánchez
en una desorganización completa (20). Usanos, de la Universidad de Madrid (21), ese
aire terapéutico entronca con la tradición de la
A su turno, Émile Durkheim, en las postrime- que Paul Ricoeur dio en llamar la “escuela de la
rías del siglo XIX, habría de identificar, en su obra sospecha”, aludiendo a tres grandes pensado-
Las reglas del método sociológico, la salud social res, Marx, Nietzsche y Freud, quienes, aunque
en términos de frecuencia estadística. La “salud en etapas sucesivas, en un arco que va desde
social” respondería a la existencia de un “tipo me- mediados del siglo XIX hasta bien entrado el
dio”, esto es, sería evaluada por el grado de ade- siglo XX, en sus respectivos análisis sobre esa
cuación de la tendencia social a ese tipo ideal. misma Modernidad, concurrieron a denunciar
la falsa percepción de la realidad en la que el in-
De más está aclarar que esa identificación cuan- dividuo contemporáneo se encuentra sumido,
titativa de lo “normal” con la media estadística in- un estado patológico producido, según cada uno
troduce un valor social implícito, consistente en de ellos, por la alienación a que lo somete el sis-
la conservación del statu quo y la autolimitación tema capitalista, por el resentimiento nacido de
de toda tendencia a la creatividad normativa; y la debilidad o por la represión del inconsciente,
conduce, en definitiva, a una sociología vigilante respectivamente.
de la cohesión de las normas sociales, con miras
a evitar la crisis. Pero hay otra acepción del término krisis, es-
pecialmente aprovechable por nosotros, en el
En nuestros días, hablar de “crisis” remite, campo del derecho y las ciencias sociales, y es la
casi inevitablemente, a la figura de Reinhart Ko- de su génesis en el verbo krinô, que significa ‘dis-
selleck, uno de los historiadores alemanes más tinguir, separar, escoger, decidir, juzgar’, toda vez
prestigiosos del siglo XX, quien —a partir de su que reconoce una aplicación jurídico-política,
tesis doctoral, defendida en la Universidad de expresiva del momento de la deliberación, del
Heidelberg, titulada “Crítica y crisis. Un estudio juicio y de la decisión (22).
sobre la patogénesis del mundo burgués”, dedicó
buena parte de su tarea intelectual a la historia 5. Numerosos filósofos y sociólogos coinci-
conceptual, por oposición a la historia de las den en afirmar que la actual crisis económica se
ideas, orientada al estudio de los usos lingüís- diferencia de la ocurrida en 1929 por el hecho
ticos en la vida social, política y jurídica de los de que hoy implica una crisis del propio Estado.
pueblos. Y “crisis” continuó siendo uno de los “(L)as configuraciones estatales están, en gene-
conceptos centrales de su labor. ral, en situaciones críticas, moribundas, apresa-
das en una doble tenaza que las comprime... en
Es notable, en el propio título de esa tesis, el terreno nacional, así como en el internacio-
punto de partida para numerosas labores pos- nal”, señala el profesor de Filosofía de la Historia

(20) VELASCO, Gonzalo, “Crisis de la construcción (21) SÁNCHEZ USANOS, David, “Modernidad, crisis
normal de la normalidad capitalista”, en CADAHIA, Lucia- y Filosofía”, en CADAHIA, Luciana - VELASCO, Gonzalo
na - VELASCO, Gonzalo (comp.), Normalidad de la crisis / (comp.), Normalidad de la crisis / crisis de la normalidad,
crisis de la normalidad, Ed. Katz, Buenos Aires, 2012, nota ob. cit., ps. 45 y ss.
16, p. 203. (22) Ibidem, ps. 51/52.

8 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Luis F. Niño

de la Universidad de Madrid, Valerio Rocco (23), yorativo pigs (cerdos), para referirse a los países
al evocar la dura frase con que la canciller de Ale- europeos con economías más frágiles, Portugal,
mania, inmediatamente antes de la operación Irlanda, Grecia y España; o gipsy (gitano) para
que significó el “rescate” de Grecia, alertó —con incluir a Italia en ese grupo; o —aun— stupid,
tono siniestro— a todos los países con sus eco- para no dejar fuera del insulto a Turquía o a Du-
nomías en difícil situación: “Corre el rumor de bái, especialmente aquejados por la crisis fiscal.
que los Estados no pueden quebrar. Ese rumor
no es cierto” (24). Frente a ese deplorable estado de las cosas, y
tomando en debida cuenta los penosos fracasos
De hecho, el “rescate” de una economía nacio- del llamado “socialismo real” europeo, Rocco
nal por los organismos internacionales implica, propone una opción gubernativa que sepa res-
de allí en más, una intervención en su indepen- taurar la jerarquía lógica entre bien público y
dencia económica que arrasa con la utopía idea- bien privado. Echando mano de la mitología
lista de Immanuel Kant, contenida en su obra griega, imagina a un nuevo Teseo que sepa de-
“Sobre la paz perpetua” y basada en la soberanía rrotar al Minotauro de los mercados financieros
de los Estados de la Modernidad. Sin forzar la y sepa dar nuevas leyes, vale decir, una nueva
imaginación, digámoslo desde ya, puedo ejem- forma institucional a la gestión de la cosa pú-
plificar con mi país, conducido una vez más a la blica; aunque adscribe finalmente a la imagen
tiranía del Fondo Monetario Internacional por el salvífica de un “Mesías de mil miembros”, como
actual gobierno. el idealizado por Novalis, precursor del Roman-
ticismo alemán. Y postula la configuración de
El Estado ha perdido su cualidad tradicional “una fuerza incontrolable, nacida de una multi-
de universalidad, mas no en favor de una uni- tud organizada para el cambio” (27).
versalidad superior, tal como una federación de
Estados a nivel continental o mundial, sino de En términos similares se pronuncia el Doctor
aquellos que controlan los grandes grupos in- Europeo en Filosofía de la Historia por la Uni-
dustriales y financieros (25). versidad Autónoma de Madrid Gonzalo Velasco.
Frente a la actitud de los movimientos populares
Claro está que, como lo demuestra esa impa- europeos que, desde 2011, han protestado contra
sible expresión de Ángela Merkel, en esa deva- la normalización política de la crisis financiera,
luación economicista de la imagen del Estado pero prefieren buscar refugio en los postulados
moderno hay lugar para el darwinismo socioeco- de la teoría keynesiana y de sus representantes
nómico a escala internacional: hay débiles y po- más actuales, Velasco pone en evidencia al lla-
derosos. Hay Estados en crisis y Estados que los mado “Estado social” o “de bienestar”, nacido a
critican (26). Y hay lugar también para las expre- la sombra de esa teoría, como un derivado lógico
siones más deplorables de esa desigualdad, que del capitalismo que, durante décadas, normalizó
socava la dignidad de los países en crisis: en los las crisis relativas y cíclicas del modelo producti-
ámbitos financieros anglosajones se ha acuñado vo, estableciendo qué tasa de paro era admisible,
y se emplea, desde los años 90, el acrónimo pe- cuál era el reparto de la riqueza necesario para
que el consumo mantuviera la productividad y
(23) ROCCO, Valerio, “El Estado crítico”, en CADAHIA, qué parte era necesario destinar a las prestacio-
Luciana - VELASCO, Gonzalo (comp.), Normalidad de la nes sociales para garantizar la cohesión y la paz
crisis / crisis de la normalidad, ob. cit., p. 159. social; pero que hoy no está en condiciones de
(24) Ibidem, p. 160. cumplir ese cometido normalizador (28).
(25) Ibidem, ps. 162 y ss.
(26) En el Apéndice II de su célebre opúsculo, bajo el Ante una nueva definición de la “normalidad”
epígrafe “De la armonía entre la política y la moral, se- impuesta, en definitiva, por organismos no de-
gún el concepto trascendental del derecho público”, Kant mocráticos, se trate de agencias internaciona-
alertaba con tono cáustico acerca del “pecado filosófico”, les de calificación, el Banco Central Europeo,
“que consiste en considerar como pequeñez fácilmente
disculpable el que un Estado fuerte y poderoso conquiste
a otro pequeño y débil para el mayor bien de la humani-
dad” (KANT, Immanuel, “La paz perpetua”, Ed. Biblioteca (27) ROCCO, Valerio, ob. cit., p. 169 y nota 25.
virtual Miguel de Cervantes, edición digital, p. 26). (28) VELASCO, Gonzalo, ob. cit., p. 214.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 9


DPyC Derecho penal DOCTRINA

el Fondo Monetario Internacional o entidades tra órbita cultural. Así sucede, por ejemplo, con
similares, lo que hoy se evidencia —denuncia Pierre Rosanvallon, que califica al populismo de
Velasco— es la disconformidad entre las expec- “patología política”, “anti-política consumada” o
tativas (esto es, entre las esperanzas, deseos y “contra-democracia” que paraliza y acaba por
valores formadas en referencia a la normalidad vampirizar a la democracia representativa (31).
precedente) por parte de los ciudadanos, y las
normas que determinan los medios para acce- El término “populismo” pasa, entonces, al pri-
der a esos fines (29). Tal disconformidad genera mer plano.
una anomia social creciente, por oposición a
ser sometidos a nuevos intentos de “normaliza- Para algunos estudiosos del tema, como el
ción”, que afectan desde el coste de los salarios ya citado Enzo Traverso (32), el populismo es,
hasta la justa y modesta expectativa de recibir ante todo, un estilo político y no una ideología
una jubilación al final de toda una vida de tra- en sí misma, a partir de lo cual él entiende que
bajo, lo que explica suficientemente los movi- la propia palabra “populismo” “se ha convertido
mientos de resistencia desplegados en la última en una cáscara vacía, que puede llenarse con los
década. contenidos políticos más diferentes” (33).

“(L)a crisis de ‘lo social’ —apunta el filósofo e No obstante ello, el mismo Traverso se encarga
historiador europeo— no es la normalidad del de señalar “una diferencia fundamental entre las
capitalismo sino, al contrario, el fracaso de su izquierdas de América Latina y los movimientos
estrategia de normalización más consolidada”. posfascistas europeos”; y lo explica así (cito tex-
Y en el rechazo de la socialización de la respon- tualmente): “los populismos de América Latina,
sabilidad por ese estado de cosas y su imputa- más allá de todos sus límites, intentan redistri-
ción a una clase determinada se vislumbra la buir la riqueza a fin de incluir en el sistema po-
oportunidad de devolver un sentido popular a la lítico a estratos sociales que están excluidos de
vida social; por lo que concluye afirmando que él. Esta política económica puede discutirse, por
“(l)a recuperación popular del sentido de lo social supuesto... pero su objetivo es esencialmente
debe ser la finalidad que resista los embates nor- social. A la inversa —continúa explicando—, los
malizadores de un capitalismo ya arraigado en el partidos ‘populistas’ de Europa occidental se ca-
núcleo de nuestras instituciones políticas” (30). racterizan por la xenofobia y el racismo y se asig-
nan el objetivo de excluir a categorías enteras de
6. Mencionamos anteriormente la incidencia la población” (34).
de la crisis económica en fenómenos sólo apa-
rentemente desconectados, tales como la ascen- Como puede apreciarse, aun los científicos
sión al poder de Donald Trump, con su mensaje sociales que descreen del poder definitorio del
a los afectados por la crisis agudizada en la dé- vocablo “populismo” se avienen a sustantivarlo,
cada pasada, y la avanzada —por el momento— echando mano, cuando menos, de la nomencla-
irrefrenable del posfascismo —o si se quiere, el tura que todos hemos heredado de la Francia
populismo de ultraderecha europeo, debido al revolucionaria, y hablan, así, respecto de un ré-
costo social de las políticas enfocadas a la supre- gimen determinado, de populismo de derecha o
sión del déficit fiscal, a la contracción de las eco- populismo de izquierda. Traverso, como hemos
nomías y al achicamiento del Estado, ordenadas visto, prefiere llamar posfascismo al populismo
por la Unión Europea. europeo de derecha, para distinguirlo del fas-
cismo histórico; pero, de cara a los populismos
Los teóricos que denuncian la “anti-política” latinoamericanos —aclaremos: me refiero a los
y blasfeman contra los fenómenos “populistas”
no suelen apuntar a las verdaderas causas de ese
claro distanciamiento de las bases respecto de la (31) ROSANVALLON, Pierre, “La contra-democracia.
clase política en la mayoría de los países de nues- La política en la era de la desconfianza”, Ed. Manantial,
Buenos Aires, 2007.
(32) TRAVERSO, E., ob. cit., p. 26.
(29) Ibidem, p. 215. (33) Ibidem, p. 27.
(30) Ibidem, p. 216. (34) Ibidem, ps. 28 y ss.

10 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Luis F. Niño

populismos de izquierda o centro izquierda, flo- Considero que no es difícil trasladar esos
recidos en las últimas décadas—, tal denomina- conceptos a América del Sur. Libros tales
ción no resulta satisfactoria, sino más bien, fran- como La democracia defraudada, de Andrés
camente errónea. Benavente Urbina y Alberto Cirino (36), o El
estallido del populismo, coordinado por el ul-
Otro intelectual italiano de rigurosa actua- traliberal Álvaro Vargas Llosa (37), son ejem-
lidad, el sociólogo Marco D’Eramo, aunque plos de tal modalidad de descalificación tre-
reconoce lo ambiguo u omnicomprensivo del mendista de los movimientos populares lati-
concepto, se detiene en el uso que de él se hace. noamericanos florecidos en los tres primeros
Según Marco D’Eramo, el término “populismo” lustros de este siglo.
califica más a quien lo utiliza que a los destinata-
rios de su uso, puesto que es manipulado como 7. Aunque francamente empeñado en de-
arma de combate político, para estigmatizar al mostrar que el populismo, mucho más que un
adversario. adjetivo, es un concepto y, aún más, toda una
categoría interpretativa, el profesor de Historia
Tanto para Traverso cuanto para Marco de la New School for Social Research de Nueva
D’Eramo acontece que, a los ojos de los benefi- York Federico Finchelstein, en la obra Del fas-
ciarios de un orden neoliberal, más cercanos hoy cismo al populismo en la historia (38), que aca-
en día a la especulación financiera que al tradi- ba de publicar, también concurre a distinguir,
cional capitalismo productivo, colmado de me- como veremos más adelante, entre el populis-
didas de ajuste y de desigualdades sociales, toda mo de derecha y el de izquierda, en términos
oposición es populista, de suerte tal que “popu- que no dejan dudas respecto de la formidable
lismo” acaba configurando una categoría con la distancia entre uno y otro fenómeno político
cual las elites políticas, cada vez más alejadas de y social.
los pueblos, intentan inmunizarse, neutralizan-
do cualquier alternativa a ese orden inicuo de Dicho autor distingue, en su flamante libro,
aprietes salariales, de precarización laboral y de cuatro tipos de populismo posteriores al fin de la
inequidades de toda índole. Segunda Guerra Mundial:

También el conocido y respetadísimo sociólo- 1º) El populismo clásico, encarnado por el


go portugués Boaventura de Sousa Santos, caro peronismo en Argentina, de 1946 a 1955, y por
amigo de este Instituto y participante egregio de la segunda etapa del varguismo en Brasil, entre
estas jornadas señala, en su reciente obra La di- 1951 y 1954; pero extensivo al gaitanismo en
fícil democracia. Una mirada desde la periferia Colombia, a fines de los años 40 y por los recu-
europea, que “debido a la correlación de fuerzas, rrentes gobiernos de José María Velasco Ibarra
la etiqueta populista estigmatiza —ante todo— a en Ecuador, interrumpidos, durante cuatro dé-
las fuerzas de izquierda”. cadas, por sucesivos golpes de Estado.

En tal sentido, refiriéndose al contexto euro- 2º) El populismo neoliberal de Carlos Me-
peo puntualiza textualmente que “(l)a derecha nem en Argentina, en la década de 1989 a 1999,
nacionalista comparte con el consenso de Bru- epilogada en la gran crisis del 2001, de Fernan-
selas más de lo que se puede imaginar: pretende do Collor de Melo en Brasil, de 1990 a 1992, de
imponer a escala nacional el mismo autoritaris- Abdala Bucaram en Ecuador, entre 1996 y 1997, y de
mo excluyente, burocrático y antidemocrático”; Alberto Fujimori en Perú, entre 1990 y 2000. Ubi-
para concluir enfáticamente que “(c)uando la ca en el mismo escalón, en el continente euro-
izquierda es declarada populista, el objetivo es
retirarle la legitimidad democrática para resistir (36) BENAVENTE URBINO, Andrés - CIRINO, Alberto,
al consenso represivo neoliberal y para proponer “La democracia defraudada. Populismo revolucionario
una alternativa creíble” (35). en América Latina”, Fi-Rex 21, Buenos Aires, 2005.
(37) VARGAS LLOSA, Álvaro (coord.), “El estallido del
(35) DE SOUSA SANTOS, Boaventura, “La difícil demo- populismo”, Ed. Planeta, Madrid, 2017.
cracia. Una mirada desde la periferia europea”, Ed. Akal, (38) FINCHELSTEIN, Federico, “Del fascismo al popu-
Madrid, 2016, p. 258. lismo en la historia”, Ed. Taurus, Buenos Aires, 2018.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 11


DPyC Derecho penal DOCTRINA

peo, al político italiano Silvio Berlusconi, con sus Valga añadir que, en la contratapa del ya men-
sorprendentes ingresos y reingresos de 1994 a cionado libro de Enzo Traverso, se postula una
1995, de 2001 a 2006 y de 2008 a 2011. salida posible a la actual encrucijada socioeco-
nómica “bajo la forma de un populismo de iz-
3º) El populismo neoclásico de izquierda, ca- quierda [o centro izquierda], capaz de defender
tegoría en la que ubica a los gobiernos de Hugo el bien común, sin mesianismos”.
Chávez (1999-2013) y Nicolás Maduro (2013 has-
ta la actualidad), en Venezuela; de Néstor y Cris- Sin intención de hacer proselitismo de ningún
tina Kirchner (2003-2015), en Argentina; de Evo tipo en un ámbito académico, me limito a seña-
Morales (de 2006 hasta la actualidad), en Bolivia; lar que ya en junio de 2017, la Directora General
y de Rafael Correa (2007-2017), en Ecuador. Y a de la División de Desarrollo Social de la Comi-
los partidos europeos “Podemos” de España y sión Económica para América Latina y el Caribe
“Syriza”, de Grecia. (CEPAL), había alertado que “América Latina si-
gue siendo la región más desigual del mundo, a
4º) Y, por último, el populismo neoclásico de pesar de los importantes avances realizados por
derecha y extrema derecha segmento en el que los países durante la primera década y media del
reúne a un elenco heterogéneo de movimientos siglo XXI”. En el corriente año, dicho organismo
y líderes de países, incluyendo a Rodrigo Duter- ha publicado el “Panorama Social de América
te, de Filipinas, a Recep Tayyip Erdogan, de Tur- Latina, Informe 2017” (43). Los datos recogidos
quía y a Víktor Orbán de Hungría (39). por ese organismo, insospechables de vanguar-
dismo ideológico alguno, evidencian, en coinci-
Entre los rasgos comunes a todo populismo, dencia con lo antes apuntado, que entre 2002 y
Finchelstein señala, una suerte de “teología polí- 2014, los fenómenos de pobreza y pobreza extre-
tica, fundada por un líder del pueblo, mesiánico ma se redujeron considerablemente en el agre-
y carismático”, así como “(u)na visión apocalíp- gado regional, en tanto que (cito textualmente)
tica de la política que presenta los éxitos electo- “en 2015 y 2016 las cifras revelan un incremento
rales, y las transformaciones que esas victorias en los niveles generales de pobreza y pobreza
electorales transitorias posibilitan, como mo- extrema regionales, a pesar de que estos siguie-
mentos revolucionarios de la fundación o refun- ron disminuyendo en la mayoría de los países.
dación de la sociedad” (40). De acuerdo con la información más reciente, en
2016 el número de personas pobres en América
Pero, más allá de esas notas similares, desde Latina llegó a 186 millones, es decir, el 30,7% de
el mismo Prólogo de su voluminoso y erudito la población, mientras que la pobreza extrema
estudio, Finchelstein apunta que, “(s)i el popu- afectó al 10% de la población, cifra equivalente a
lismo”, “como suele suceder en sus versiones de 61 millones de personas” (44).
derecha, usa la xenofobia para que la sociedad
se vuelva retrógrada”, “el populismo de izquier- Cada asistente a estas jornadas podrá extraer
da hace posible que la sociedad se preocupe las conclusiones que prefiera. El hecho incon-
por las condiciones de desigualdad social y eco- trastable es que en esa década y media, entre
nómica” (41). 2002 y 2014, se concretaron en nuestros países
importantes avances en materia de reducción de
Y confirma esa crucial diferencia al apuntar esos lacerantes fenómenos —pobreza y pobreza
que (cito textualmente) “(ú)ltimamente, este ha extrema— que nos alejan ineluctablemente del
llevado a poner en tela de juicio el dogmatismo ideal de una auténtica democracia (45).
de las medidas de austeridad neoliberales y la
supuesta neutralidad de las soluciones de orien-
(43) Fuente: “Panorama Social de América Latina,
tación mercado-tecnocrática” (42). 2017”, Comisión Económica para América Latina y el Cari-
be (CEPAL), Santiago, 2018.
(39) Ibidem, ps. 118 y ss. (44) Ibidem, Capítulo II, p. 88.
(40) Ibidem, p. 120. (45) A principios de la década pasada, las nuevas ins-
tituciones regionales, Mercosur y especialmente Unasur,
(41) Ibidem, p. 16. fueron útiles para evitar la interrupción de regímenes de-
(42) Ibidem. mocráticos en Ecuador y Bolivia, y neutralizar conflictos

12 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Luis F. Niño

8. Para finalizar, ¿cuál es el impacto que la ma del Estado Constitucional de derecho: por
desvirtuación del ideal demo-liberal, cautivo de un lado, ese intento de demostrar eficacia me-
la dictadura de las políticas neoliberales, con el diante la hipertrofia del sistema penal redunda
consabido retraimiento del Estado en su función en la ampliación de los márgenes de autonomía
de dador de seguridad social, y la reinvención de funcional de las agencias policiales y de seguri-
ese mismo Estado como garante —meramente dad. Por otro, si a esa creciente preponderancia
simbólico de la seguridad ciudadana— produce policial se agrega la introducción, en los códigos
en la normatividad y la operatividad de los siste- de procedimientos, de mecanismos alternativos
mas penales latinoamericanos? al proceso ordinario, como el llamado plea bar-
gain, acuerdo entre las partes en el que se troca
En los umbrales de este siglo, el sociólogo la admisión del hecho por el imputado, por una
francés Löic Wacquant, profesor en la Universi- hipotética rebaja de la pretensión punitiva por
dad de Berkeley, California, e investigador en el parte del fiscal, el debido proceso legal deja de
Centro de Sociología Europea de París, acertó a ser tal, y adquiere un lamentable tono inquisiti-
predicar la íntima relación entre el proyecto neo- vo, toda vez que se torna factible arribar a una
liberal enderezado a desregular y minimizar el condena, simplemente, sobre la base de lo ac-
sector público y el paralelo robustecimiento del tuado en sede policial y lo acordado con el fiscal
Estado Penal, afirmando que la criminalización y tan sólo homologado por el tribunal.
de la miseria es complementaria de la imposi-
ción, como obligación ciudadana, del trabajo Si con ello fuera poco, el abuso de la prisión
asalariado, precarizado y mal pago (46). preventiva por parte de los tribunales tiñe de un
matiz extorsivo a tales negociaciones entre el
Si contemplamos el itinerario seguido por la acusador y el imputado, detenido por una me-
legislación penal y procesal penal en nuestros dida de cautela personal de duración indefinida,
países, podremos discernir que, de fronteras avasallando la garantía constitucional que pro-
hacia adentro, las mismas clases políticas tradi- híbe la autoincriminación. En esas condiciones,
cionales que continúan desmontando el Estado tomando en cuenta el estado de nuestras prisio-
social, en nombre del “realismo” económico que nes, tan alejado de las máximas constitucionales,
les imponen las reglas del mercado internacio- se opta entre un final horroroso, el del supuesto
nal, se refugian en el penalismo simbólico. En acuerdo, y un horror sin final, el de permanecer
otras palabras, la gestión de la pobreza pasa del detenido a la espera de juicio.
Estado social de mercado al Estado penal. Con
él, esas clases políticas desprestigiadas intentan 9. Debo ir concluyendo, porque el tiempo es
demostrar capacidad de maniobra para reme- finito. En Argentina, una comisión creada por el
diar los conflictos sociales, que son agudizados, actual gobierno para la redacción de un proyecto
en buena medida, por la ausencia de políticas de reforma integral del Código Penal (que cuen-
enderezadas a la promoción individual y social ta con más de novecientas reformas en menos de
de las grandes mayorías. un siglo) anunció, tras un prolongado sigilo, su
presentación y elevación al Congreso Nacional;
Los medios son siempre los mismos: bási- pero el Poder Ejecutivo ha preferido posponer su
camente, incremento de las escalas penales lanzamiento, al parecer por mera especulación
existentes, creación de nuevas figuras típicas, e política, debido a la magnitud de la crisis econó-
introducción de limitaciones a la libertad bajo mica que atravesamos. De todos modos, pudi-
proceso, con el saldo de enormes porcentajes mos contar con su texto.
de presos sin condena. Todo eso, con variados
efectos, y todos ellos negativos, desde el pris- Para no abrumar al auditorio, me he de limitar
a señalar algunos institutos, que alejan, definiti-
vamente, esa nueva iniciativa de los principios
bilaterales como los que enfrentaron a Colombia con Ve-
nezuela y con ecuador y a Bolivia con Chile, desacuerdos de ultima ratio y mínima intervención, propios
que, en otras épocas, habrían tenido a Estados Unidos de del derecho penal liberal, que ya venían resul-
N. A. como interlocutor y árbitro. tando afectados por brotes espasmódicos de ex-
(46) WACQUANT, Loic, “Las cárceles de la miseria”, pansionismo punitivo sucedidos en las últimas
Ed. Manantial, Buenos Aires, 2000, p. 102. décadas.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 13


DPyC Derecho penal DOCTRINA

Por el juego de los arts. 5º y 26ª se convierte en en su conjunto, es decir: a) El crimen de genoci-
excepcional la posibilidad de dejar en suspenso dio; b) Los crímenes de lesa humanidad; c) Los
una condena, hasta ahora aplicada normalmen- crímenes de guerra; y d) El crimen de agresión”.
te, como regla, a los casos de primera condena a
pena de prisión que no excediere de tres años. Según lo estatuye el art. 77 de ese Estatuto In-
ternacional, “la Corte podrá imponer a la perso-
En el art. 9º, se postula el sometimiento a trata- na declarada culpable de uno de los crímenes a
mientos compulsivos de deshabituación a perso- que se hace referencia en el art. 5º del presente
nas adictas “al consumo de bebidas alcohólicas Estatuto, la reclusión por un número determina-
u otros productos estimulantes, drogas tóxicas, do de años que no exceda de 30 años; o la reclu-
estupefacientes o sustancias psicotrópicas” en sión a perpetuidad cuando lo justifiquen la ex-
caso de ser condenadas por hechos cometidos trema gravedad del crimen y las circunstancias
bajo sus efectos o reconducibles a su adicción, y personales del condenado”.
aun para quienes no resultaren condenados de-
bido a su incapacidad de culpabilidad. No obstante ello, en virtud de lo prescrito en
el art. 110 de dicho Estatuto, se prevé el examen
Por el art. 10 se prevé un seguimiento socio-ju- de una reducción de la pena, merced a la cláu-
dicial, inédito en los anales de legislación penal sula del art. 110, apartado tercero, que señala
argentina, consistente en medidas de vigilancia y que podrá revisarse la pena “cuando el reclu-
asistencia a los condenados por ciertos delitos, a so haya cumplido las dos terceras partes de la
partir del cumplimiento total de la pena impues- pena o 25 años de prisión en caso de cadena
ta y hasta por diez años. Las medidas pasan por perpetua”.
la obligación de estar siempre localizables me-
diante dispositivos electrónicos, de presentarse Es decir que los autores del anteproyecto ar-
periódicamente en el lugar que el órgano com- gentino de reforma del Código Penal prevén,
petente le ordene y de comunicar todo cambio para los autores de delitos comunes, penas de
de domicilio o de lugar de trabajo durante esos duración más prolongada que aquellas que la
diez años posteriores al agotamiento de pena. comunidad internacional ha acordado para los
Luego, no sólo se mantiene el cuestionable ins- crímenes más graves contra la Humanidad.
tituto de la reincidencia, cuya inconstitucionali-
dad he declarado en numerosas oportunidades, A esos extremos se llega con la conversión del
durante mi desempeño como Juez de Tribunal y Estado de derecho en un Estado penal. Pero hay
Juez de Cámara, sino que quienes resulten de- algo más y, sólo aparentemente, de signo contra-
clarados bajo esa condición deberán aguardar rio al del expansionismo punitivo. En el proyec-
treinta y cinco años para solicitar su libertad tado art. 34 del ordenamiento preparado para
condicional, conforme lo prescribe el art. 14 del inminente tratamiento parlamentario, se incluye
anteproyecto, o cuarenta años, si se tratara de un una cláusula que declara no punible al “miem-
reincidente múltiple. bro de alguna fuerza de seguridad pública, poli-
cial o penitenciaria, que, en el cumplimiento del
Asimismo, en caso de concurso de delitos, la deber y en uso de sus armas en forma reglamen-
pena puede alcanzar los cincuenta años de pri- taria, cause lesiones o muerte”.
sión, conforme lo dispuesto en el art. 55 del An-
teproyecto, consolidando la desmesura inserta Lo ambiguo de la fórmula, que remite al sim-
en el antiguo texto por la ley 25.928 (47). ple empleo reglamentario de las armas y justifi-
ca lesiones o muerte, abre una nueva incógnita
Vale la pena que comparemos esos montos respecto de lo que pueda suceder en un futuro
punitivos con los que contiene el Estatuto de cercano, ante la —crecientemente conflictiva—
Roma aprobado por la Organización de las Na- sociedad, para la que la nueva normativa es pro-
ciones Unidas, para “los crímenes más graves, de yectada.
trascendencia para la comunidad internacional
Como cabe apreciar, al extremo rigor punitivo
frente a formas convencionales de delincuencia,
(47) BO del 10/09/2004. superior al que la comunidad de naciones pres-

14 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Luis F. Niño

cribe para los más graves ilícitos contra la Huma- dilecto amigo Alberto Silva Franco la posibilidad
nidad, se suma la indulgencia frente a lesiones de haberme introducido a este singularísimo
u homicidios a protagonizar por las fuerzas po- foro de cultura jurídica; y —a sus actuales direc-
liciales, en los hechos, frente a los primeros: la tivos— comprometerlos, como personalmente
nueva versión del derecho penal neoliberal aso- me comprometo, con la invariable certeza de
ma entre nosotros. mantener a este Instituto independiente de toda
subordinación a otra potestad, sea personal,
Amigas y amigos: mi tiempo ha acabado. académica, gubernativa o internacional.

Sólo me resta agradecer al IBCCRIM la opor- Nada más; y muchas gracias por la atención
tunidad de pronunciar esta conferencia, a mi que me han dispensado. u

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 15


DPyC Derecho penal DOCTRINA

¿Es “federal” nuestro Código Penal?


Por Verónica Bilczyk

Sumario: I. A modo de introducción.— II. Sobre el federalismo y las


notas salientes de esta forma de Gobierno.— III. Sobre el Código
Penal argentino. Análisis a la luz de la forma federal de Gobierno.—
IV. Conclusión. Respuesta al interrogante planteado.

Análisis del Código Penal Argentino —y legis- tratadas con la problemática que se ha seleccio-
lación procesal penal de la provincia de Buenos nado a tales fines para responder al interrogante
Aires— a la luz de la forma de Gobierno Federal expresado en el título que encabeza esta presen-
y, fundamentalmente, de conformidad con lo es- tación.
tatuido en el Preámbulo y en los arts. 1º, 5°, 28, 31,
75 inc. 12, 116, 121, 122, 123 y 126 de la CN. Ello Concretamente y, asimismo, como se expusie-
así, en pos de responder al interrogante propuesto ra en el subtítulo de esta presentación, a partir
en torno —fundamentalmente— a las normas del del análisis del Código Penal Argentino, a la luz
Código de Fondo Nacional que en materia penal del Preámbulo y de los arts. 1º, 5, 28, 31, 75 inc.
fuera instrumentado en nuestra República como 12, 116, 121, 122, 123 y 126 de la CN (1) —fun-
facultad delegada por las provincias a la Nación.
(Trabajo realizado por la abogada Verónica BIL- (1) Constitución de la Nación Argentina Preámbulo.
CZYK. Agosto, 2018). “Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina,
reunidos en Congreso General Constituyente por
I. A modo de introducción voluntad y elección de las provincias que la componen,
en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto
En este sentido, tal como fuera destacado en de constituir la unión nacional, afianzar la justicia,
consolidar la paz interior, proveer a la defensa común,
la rúbrica que encabeza el presente apartado, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios
a modo de introducción, cabe señalar que en de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y
primer término serán desarrolladas aquellas para todos los hombres del mundo que quieran habitar
cuestiones que se estiman vinculadas al tema en el suelo argentino: invocando la protección de Dios,
escogido en esta ocasión; para así, tal como se fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos
adelantara, tratar de dar respuesta al interrogan- y establecemos esta Constitución, para la Nación
Argentina. Art. 1º. La Nación Argentina adopta para su
te formulado. gobierno la forma representativa republicana federal,
según la establece la presente Constitución. Art. 5º.
Es decir, principalmente, mediante el análisis Cada provincia dictará para sí una Constitución bajo el
de las disposiciones normativas que en el Códi- sistema representativo republicano, de acuerdo con los
go Penal se establecen y se encuentran o encon- principios, declaraciones y garantías de la Constitución
trarían en pugna con nuestra forma de Gobierno Nacional; y que asegure su administración de justicia,
—en lo particular— con la que hace al sistema su régimen municipal, y la educación primaria. Bajo de
estas condiciones el Gobierno federal, garante a cada
Federal de Gobierno, es que de seguido se proce-
provincia el goce y ejercicio de sus instituciones. Art. 28.
derá a exponer sucintamente las diversas cues- Los principios, garantías y derechos reconocidos en los
tiones que serán tratadas en pos de responder a anteriores artículos, no podrán ser alterados por las leyes
la inquietud planteada. que reglamenten su ejercicio. Art. 31. Esta Constitución,
las leyes de la Nación que en su consecuencia se dicten
Así entonces, si bien en torno al “Federalismo”, por el Congreso y los tratados con las potencias extranjeras
muchos son los temas que se podrían abordar, son la ley suprema de la Nación; y las autoridades de
a lo largo de estas páginas el análisis se limitará cada provincia están obligadas a conformarse a ella,
no obstante cualquiera disposición en contrario que
a enunciar los aspectos esenciales de aquel —el contengan las leyes o constituciones provinciales, salvo
Sistema Federal de Gobierno— para luego, seña- para la provincia de Buenos Aires, los tratados ratificados
lar y en cierta forma vincular las cuestiones allí después del Pacto de 11 de noviembre de 1859. Capítulo

16 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Verónica Bilczyk

damentalmente— de conformidad con la man- cuáles parecerían ser las disposiciones normati-
da constitucional contenida en y por el art. 75, vas que, o bien lesionan tal facultad delegada por
inc. 12 de la Const. Nacional y que se relaciona las provincias en y a la Nación (se hace referencia
con las restantes que fueran precedentemen- a la que responde al dictado de los Códigos de
te mencionadas, es que se intentará demostrar Fondo, entre otros, el Penal: art. 75, inc. 12, CN) y
que —en su caso— deberían o —al menos— po-
drían ser declaradas inconstitucionales; o, en su
Cuarto. Atribuciones del Congreso. Art. 75. Corresponde
caso —y también, al menos— pondrían en ten-
al Congreso: (...) 12. Dictar los Códigos Civil, Comercial,
Penal, de Minería, y del Trabajo y Seguridad Social, en sión al referenciado Sistema Federal de Gobier-
cuerpos unificados o separados, sin que tales códigos no imperante en nuestra República y que tantos
alteren las jurisdicciones locales, correspondiendo su años de “lucha” —en nuestra Historia Constitu-
aplicación a los tribunales federales o provinciales, según cional— costó consagrar.
que las cosas o las personas cayeren bajo sus respectivas
jurisdicciones; y especialmente leyes generales para
Para ello, y sentado lo anterior, es que segui-
toda la Nación sobre naturalización y nacionalidad, con
sujeción al principio de nacionalidad natural y por opción damente —como fuera adelantado preceden-
en beneficio de la argentina: así como sobre bancarrotas, temente— se efectuará una referencia expresa
sobre falsificación de la moneda corriente y documentos sobre cuestiones sustanciales que, en torno a la
públicos del Estado, y las que requiera el establecimiento materia tratada —y planteada en la especie: el
del juicio por jurados. Capítulo Segundo. Atribuciones Federalismo— fueran desarrolladas por la Doc-
del Poder Judicial. Art. 116. Corresponde a la Corte
trina en materia constitucional; para lo cual, fun-
Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación, el
conocimiento y decisión de todas las causas que versen damentalmente, se mencionará la “opinión” de
sobre puntos regidos por la Constitución, y por las leyes algunos de nuestros clásicos autores.
de la Nación, con la reserva hecha en el inc. 12 del art.
75: y por los tratados con las naciones extranjeras: de las A tales fines cabe destacar que, en cuanto al
causas concernientes a embajadores, ministros públicos análisis del Código Penal, sólo se referenciarán
y cónsules extranjeros: de las causas de almirantazgo y
—oportunamente— las disposiciones normati-
jurisdicción marítima: de los asuntos en que la Nación
sea parte: de las causas que se susciten entre dos o más vas involucradas, evitando ahondar en demasía
provincias; entre una provincia y los vecinos de otra; entre en torno a aquellas para no desviar el alcance
los vecinos de diferentes provincias; y entre una provincia que se pretende asignarle al presente trabajo.
o sus vecinos, contra un Estado o ciudadano extranjero.
Título Segundo. Gobiernos de provincia. Art. 121. Las II. Sobre el federalismo y las notas salientes
provincias conservan todo el poder no delegado por esta
de esta forma de Gobierno
Constitución al Gobierno federal, y el que expresamente
se hayan reservado por pactos especiales al tiempo de su
incorporación. Art. 122. Se dan sus propias instituciones En este orden de ideas, tal como se postula-
locales y se rigen por ellas. Eligen sus gobernadores, ra en el acápite que antecede, a lo largo de este
sus legisladores y demás funcionarios de provincia, sin apartado se desarrollarán los aspectos sustan-
intervención del Gobierno federal. Art. 123. Cada provincia ciales que a la cuestión conciernen. Veamos:
dicta su propia constitución, conforme a lo dispuesto por
el art. 5º asegurando la autonomía municipal y reglando
su alcance y contenido en el orden institucional, político, Sobre el Estado federal oportuno resulta des-
administrativo, económico y financiero. Art. 126. Las tacar que “...lo que llamamos ahora Estado fede-
provincias no ejercen el poder delegado a la Nación. ral suele tener origen en una ‘confederación de
No pueden celebrar tratados parciales de carácter Estados’ que concurrieron a la formación de una
político; ni expedir leyes sobre comercio, o navegación unidad nacional o supranacional... Estos Estados
interior o exterior; ni establecer aduanas provinciales;
concurrieron como entidades independientes y
ni acuñar moneda; ni establecer bancos con facultad de
emitir billetes, sin autorización del Congreso Federal; ni soberanas, propias del derecho internacional, a
dictar los Códigos Civil, Comercial, Penal y de Minería, la celebración de un pacto o tratado mediante
después que el Congreso los haya sancionado; ni dictar el cual se creó, artificialmente, el vínculo jurí-
especialmente leyes sobre ciudadanía y naturalización, dico indispensable para organizar un gobierno
bancarrotas, falsificación de moneda o documentos común (Suiza, Alemania). A lo largo del proceso
del Estado; ni establecer derechos de tonelaje; ni armar
histórico, estas confederaciones de Estados con-
buques de guerra o levantar ejércitos, salvo el caso de
invasión exterior o de un peligro tan inminente que no solidan y adquieren la unidad suficiente para
admita dilación dando luego cuenta al Gobierno federal; constituir un Estado federal propiamente dicho,
ni nombrar o recibir agentes extranjeros”. al mismo tiempo que los Estados miembros de-

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 17


DPyC Derecho penal DOCTRINA

jan de ser independientes y su voluntad deja de Sentado ello, adicionando entre otras consi-
ser soberana. Se forma así, una soberanía inte- deraciones que “...si la voluntad constituyente de
gral, absorbente, en la que se funde y disuelve la las provincias no ha puesto condición alguna al
de cada una de las partes integrantes...” (2). futuro ejercicio del poder constituyente nacio-
nal, que tiene ahora como único sujeto y titular
Justamente, y en lo particular, puede decirse al pueblo de la Nación Argentina, sin tener ya en
que “...el régimen federativo argentino es —como cuenta para nada la voluntad específica de las
dice Alberdi—, mixto de central y provincial. provincias en que se dividió la Nación, y que lue-
Conviene transcribir aquí sus palabras: ‘Todo po- go formaron la Nación, es evidente que no hay
der —dice—, emana del pueblo. La soberanía le pacto federal propiamente dicho, susceptible
pertenece originariamente, pero el pueblo delega de ser invocado y que requiera ser respetado...
su ejercicio en autoridades que son su represen- Las provincias han perdido, desde ese instante,
tación y que forman, por lo tanto, lo que se llama la soberanía nacional, y sólo conservan el poder
gobierno representativo. Es un sistema mixto de constituyente secundario y subordinado, a los
central y provincial, el pueblo divide en dos par- efectos de su organización autonómica dentro
tes el ejercicio de su soberanía: ejerce una de de sus respectivas localidades... La República Ar-
ellas solidariamente con las demás provincias y gentina ha tomado de Suiza y Estados Unidos, el
desempeña la otra aislada y separadamente, por sistema en que las provincias conservan todo el
medio de autoridades locales, que gobiernan en poder no delegado al gobierno federal mediante
los objetos particulares de las provincias— según la Constitución...En efecto, según el art. 104 de la
esto, el pueblo de provincia no se desprende del CN, ‘las provincias conservan todo el poder no
poder que delega en el gobierno general y co- delegado por esta Constitución al Gobierno Fe-
mún, lo ejerce también por autoridades que son deral’. De manera que cuando un poder no apa-
tan suyas como las de provincia. Todo el arte del rece expresamente conferido al Gobierno Fede-
gobierno representativo está reducido a estable- ral, corresponde a las provincias. Pero las pro-
cer un cierto número de reglas que tienen por ob- vincias pierden, definitivamente y de un modo
jeto garantizar el pueblo contra los abusos de sus absoluto, todo poder que aparezca delegado en
mandatarios en el ejercicio de la soberanía que alguna cláusula constitucional (art. 108)...” (5).
delega en ellos... Ya hemos visto que, para Alberdi,
la Constitución no es un tratado ni un pacto. Las Siendo que asimismo allí Sánchez Viamonte
provincias son entidades históricas, pero la sobe- aclara: “...La delegación de poderes hecha en el
ranía pertenece al pueblo todo de la Nación y no Gobierno Federal puede hallarse en el capítu-
al pueblo de las provincias como entidades políti- lo ‘Declaraciones, Derechos y Garantías’ de la
cas. Nuestro régimen federativo no es ni puede ser Constitución, o en los relativos a alguno de los
copia del norteamericano, aunque tome alguno tres poderes del gobierno nacional. Y cuando la
de sus principios fundamentales. Dos procesos Constitución dice Gobierno Federal, sin espe-
históricos distintos deben necesariamente pro- cificar a qué rama se refiere, debe entenderse
ducir consecuencias políticas distintas...” (3). siempre que corresponde al Congreso, por tres
razones: a) Porque el Congreso contiene la re-
Por tanto, “...la Constitución Argentina es la presentación integral de la Nación: la del pueblo,
consecuencia de un entendimiento o concilia- en la Cámara de Diputados y la de las provin-
ción de dos tendencias políticas encontradas y cias, en el Senado; b) Porque el Congreso es el
también el equilibrio de fuerzas organizadas po- poder público que tiene atribuciones implíci-
líticamente con el nombre de provincias, dentro tas, conferidas en el inc. 28 del art. 67; c) Porque
de la Nación, cuya existencia es reconocida des- dicta las leyes que reglamentan la Constitución
de 1810 como una unidad real...” (4). (art. 28)...” (6).

(5) Ibidem, p. 79. Debiendo aclarar, obviamente, que


(2) SÁNCHEZ VIAMONTE, Carlos, “Manual de la referencia a los arts. 104 y 108 de la CN que allí se
Derecho Constitucional”, Ed. Kapeluz, Buenos Aires, 1958, efectúa —dada la fecha de edición del libro citado— no se
3ª ed., p. 76. corresponden con los arts. 104 y 108 de la CN actualmente
(3) Ibidem, p. 77. vigente.
(4) Ibidem, p. 78. (6) SÁNCHEZ VIAMONTE, Carlos, ob. cit., p. 80.

18 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Verónica Bilczyk

Por otro lado, cuando Sánchez Viamonte ana- ración. Ni se puede decir que ella constituya el
liza el Federalismo argentino y el de Estados Uni- Pacto Federal, como se ha sostenido algunas ve-
dos, entre sus semejanzas señala: “...a) Los Estados ces... Como bien lo dice Alberdi, ‘la Constitución
(EE. UU.) y las provincias (República Argentina) Argentina no era un tratado de poderes indepen-
delegan en el gobierno federal los poderes ne- dientes, y extranjeros los unos de los otros. Era
cesarios para el desempeño de las funciones la expresión de la voluntad unida de la Nación,
extendidas a todo el territorio de la Nación; conocida en ese carácter en el mundo, expresada
b) Las provincias o Estados conservan el poder por la mayoría del pueblo que la forma. Ninguna
no delegado expresamente al gobierno federal de las provincias de su dependencia territorial
por medio de la Constitución...” (7). podía no asistir a su voluntad. Como ley de la
Nación, por ser obra de la mayoría nacional, era
A su vez, sobre la forma Federal, Sánchez Via- y es obligatoria aun para los argentinos que no
monte agrega que “...la extensión del territorio hubiesen tomado parte de su sanción. Pudo, se-
perteneciente a la República Argentina y las di- gún eso, abandonarse el requisito de la ratifica-
ficultades de comunicación habían creado y or- ción, más propio de las federaciones de Estados
ganizado centros de gobierno en las ciudades en independientes, y sancionarse la Constitución
donde existían cabildos durante la Colonia, y fue Argentina, como sucedió a la de Chile, sin la rati-
costumbre denominar provincias a estas juris- ficación expresa de los pueblos en cuyo nombre
dicciones político-administrativas...” (8). se daba...” (10).

Por lo demás, “...cuando en 1852 se realiza el En definitiva, siendo que las provincias devol-
Acuerdo de San Nicolás, son las provincias las vieron a la Nación el poder que ellas oportuna-
que intervienen, mediante sus gobernadores, mente ejercieron por falta de un gobierno cen-
para dictar la Constitución y dar a la Nación la tral, Sánchez Viamonte, sostiene a su respecto
unidad jurídica que le faltaba... Todo el proble- que, “...por medio de este acto, que consiste en
ma de la organización nacional consistía en dar reunir el Congreso y constituirlo con sus delega-
solución a las dificultades del divisionismo, y dos, las provincias delegan o transfieren todo el
complacer la sensibilidad tan susceptible de las poder y voluntad constituyentes que se habían
provincias y de sus hombres representativos... arrogado durante las luchas internas de la orga-
Ésa fue la preocupación primordial de los cons- nización nacional. Entregan a los representantes
tituyentes. Ése es el leit motiv de los debates, que del pueblo de la Nación Argentina el poder que
trasciende del texto de la Constitución...” (9). cada una de ellas había ejercido mientras fal-
tó la autoridad central, y los autorizan a dictar
Por tanto, y a mayor abundamiento, “...como lo una Constitución para dar a la Nación su forma
dice el Preámbulo, el Congreso se reúne por vo- de gobierno y establecer el poder del gobier-
luntad y elección de las provincias. De esa suerte, no nacional, sin perjuicio de que las provincias
queda establecido que la voluntad constituyente conserven todo aquel que no fuere expresamen-
pertenece originariamente a las provincias, pos- te delegado por medio de la Constitución (art.
teriores a 1810 pero anteriores a 1852. Esto basta 104)... Esta fórmula allanaba las dificultades. No
para la configuración del Estado federal, pero de fue inventada por los constituyentes, la adopta-
ningún modo autoriza a sostener que la Repúbli- ron tal como la habían encontrado en Estados
ca es una Confederación, porque las provincias Unidos, pero la Constitución tomó a su cargo el
no actuaron nunca como Estados soberanos e establecer en qué condiciones y en qué medida
independientes, sino como entidades creadas se hacía la adopción del sistema...” (11) (sic).
dentro de la Nación y como partes integrantes
de ella, circunstancialmente afectadas por con- Efectuadas estas referencias, en torno a las
flictos internos. La Constitución no es un pacto opiniones que al respecto Sánchez Viamonte es-
entre Estados, por el cual se crea una confede- grimiera, seguidamente se destacará la opinión
de la Dra. María Angélica Gelli, quien al comen-
(7) Ibidem, p. 81.
(8) Ibidem, p. 86. (10) Ibidem, ps. 87/88.
(9) (9 Ibidem, p. 87. (11) Ibidem, p. 88.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 19


DPyC Derecho penal DOCTRINA

tar el art. 1º de la CN y abocarse a tratar —en A su vez, la Dra. María Angélica Gelli, al co-
lo particular— al Federalismo y, concretamen- mentar el art. 75, inc. 12 de la CN, señala: “...La
te, al tratar los “Principios generales”, destaca: cláusula de los códigos y la jurisdicción local. La
“...Jurídicamente, el Estado federal supone la disposición delimita un doble orden de compe-
existencia de más de un centro territorial con tencias. En primer lugar, discierne en la legis-
capacidad normativa, en el que se equilibran lación que corresponde dictar al Congreso, la
la unidad de un solo Estado con la pluralidad y normativa común u ordinaria, de las leyes fede-
autonomía de muchos otros... Este sistema, que rales o especiales. En segundo término, distin-
en la Constitución argentina tiene perfiles pro- gue la atribución legislativa —a cargo del Poder
pios que lo diferencia de su modelo norteame- Legislativo federal— de la atribución jurisdic-
ricano, plantea varios interrogantes referidos a cional, al cuidado, en principio, de los Estados
tres tipos de relaciones que se establecen en la locales... Las materias que integran la cláusula
estructura federal. Relación de subordinación de los códigos o derecho común y las normas
de los Estados locales —provincias— al Estado federales son tan amplias que concentran en el
federal, según se define en los arts. 5º y 31 de Poder Legislativo una sustantiva cuota de poder
la CN; relación de participación, cuyo ejemplo unitario. El hoy art. 75, inc. 12, diferencia signi-
más claro es la composición del Senado que re- ficativamente el sistema federal argentino del
presenta el equilibrio de los Estados pequeños y sistema norteamericano, cuya fuente fue tenida
grandes, defendiendo en un pie de igualdad sus en cuenta para disponer otras características de
intereses y colaborando en el Gobierno legisla- esa forma de Estado. En efecto, la legislación de
tivo de la Nación; y relaciones de coordinación fondo u ordinaria en los Estados Unidos es es-
que hacen a la distribución de competencias, tadual o local, tanto como para que, p. ej., di-
exclusivas, delegadas, reservadas y concurren- ferentes estados dispongan la pena de muerte
tes... Para responder los múltiples interrogantes para determinados delitos en sus leyes penales
que plantean estas relaciones en la acción polí- y otros no contemplen esa sanción... En cambio,
tica concreta puede partirse de la finalidad del en la República Argentina la legislación común
federalismo. Concebido, históricamente, como es uniforme. El Congreso puede sancionarla
una transacción de Estados pequeños y grandes dictando los Códigos Civil, Comercial, Penal, de
que desean constituir la unión nacional —polí- Minería, y del Trabajo y Seguridad Social —este
tica— y la federación jurídica, puede interpre- último incorporado en la reforma constitucional
társelo también, como una de las formas de di- de 1957— o mediante leyes que reglamenten esa
visión del poder para mejor asegurar el ejercicio materia. Sancionados los Códigos en cuerpos se-
de las libertades públicas...” (12). parados o unificados, el Poder Legislativo puede
dictar leyes modificatorias o ampliatorias sobre
Asimismo, en cuanto a la división de compe- los asuntos indicados, que se integran —formal
tencias, la Dra. Gelli sobre los Códigos de fondo o materialmente— a esos cuerpos normativos...
y las constituciones provinciales recalca que “...el Como es sabido, la codificación implica el inten-
alcance y extensión del federalismo en la Consti- to de ordenar en un solo cuerpo legal, racional
tución Nacional se diferencia de su modelo nor- y consistentemente, una determinada materia,
teamericano —esta más federal—, pues toda la a fin de evitar contradicciones y lagunas jurídi-
legislación sustantiva o de fondo se delegó, en cas...” (14).
el caso argentino, al Congreso Federal (art. 75,
inc. 12, antes art. 67, inc. 11 de la CN). Es esta una En este sentido, la Dra. Gelli agrega: “...La
facultad expresamente delegada por las provin- atribución de dictar los Códigos sustantivos
cias cuyo ejercicio le es prohibido a los Estados constituye una competencia delegada en el Po-
locales...” (13). der Legislativo federal y exclusiva de este...Sin
embargo, la diferencia entre la atribución del
Estado Federal y la de los Estados locales es, en
(12) GELLI, María Angélica, “Constitución de la Nación ocasiones, una cuestión de grado ardua de de-
Argentina. Comentada y concordada. Cuarta edición terminar la que, finalmente, es precisada por la
ampliada y actualizada. Tomo I. Arts. 1 a 43”, 2008, 4ª ed.,
5ª reimpresión, p. 31.
(13) Ibidem, ps. 32/33. (14) Ibidem, ps. 174/175.

20 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Verónica Bilczyk

interpretación judicial en los casos concretos... Los autores mencionados precedentemen-


Como se dijo más arriba, el art, 75, inc. 12 de la te, robusteciendo las cuestiones hasta aquí
CN, diferencia la atribución para dictar normas abordadas, en cuanto a sus características, allí
de derecho común y de derecho federal —a car- agregan: “...en el Estado federal coexisten dos
go del Poder Legislativo— de la atribución juris- jurisdicciones (le damos a este vocablo el senti-
diccional para resolver conflictos sobre la prime- do amplio equivalente a poderes en el Estado).
ra de esas materias, a cargo, en principio, de los Ellas son: la del Estado federal y las de los Esta-
Estados locales. Dicho de otro modo, y en con- dos miembros (provincias y Ciudad de Buenos
cordancia con lo dispuesto en los arts. 5º, 116 y Aires)... El Estado federal tiene como ámbito
122 de la CN, las provincias se reservaron la apli- especial de validez la totalidad del territorio del
cación de la ley común por sus respectivos tribu- país; como ámbito personal de validez, a toda la
nales locales y, por interpretación extensiva, la población que habita ese territorio y a los órga-
sanción de sus códigos de forma, a fin de regular nos públicos que forman a la estructura federal
el pertinente procedimiento judicial. La reserva del gobierno, y como ámbito material de vali-
mencionada proviene de la reforma constitu- dez, a los intereses comunes que excedan los
cional de 1860, que acrecentó las atribuciones intereses locales... Los Estados miembros tie-
expresamente preservadas para sí por las pro- nen como ámbito territorial el propio de cada
vincias. No obstante, la distinción entre normas entidad local, como ámbito personal, a su res-
sustantivas y disposiciones procesales no siem- pectiva población y a los órganos públicos que
pre es suficientemente clara, más allá del cuerpo forman la estructura local de gobierno, y como
normativo en la que estén incorporadas...” (15). ámbito material, los intereses locales y propios
de cada uno... Relaciones del Estado federal y
Justamente, frente a esta observación que los Estados miembros: entre ambas jurisdic-
efectúa la Dra. Gelli es que oportunamente, en ciones se entabla un cúmulo de relaciones de
el apartado siguiente, se procederá a desarrollar diversos tipos que permiten su convivencia
el análisis de la normativa penal que se advierte armónica donde cada uno de ellos posee com-
implicada en la cuestión escogida para la reali- petencias definidas en la propia Constitución
zación del presente trabajo. Es decir, si todos los Federal, según los intereses comunes o locales
supuestos contemplados en el Código Penal res- que defienden...” (17).
ponden precisamente a disposiciones sustancia-
les y/o si las cuestiones procesales no se cuelan También allí los autores destacan, entre las ca-
entre ellas; como así también si la ley es provin- racterísticas del federalismo, que este sea no sólo
cial (a contrario) si no se atribuye facultades ex- igualitario, sino republicano y, en torno a la “des-
presamente delegadas al Gobierno central. figuración del mismo”, concretamente, afirman
que “...múltiples factores han ido desvirtuando,
Así entonces, sentado lo anterior y en este mis- con el paso del tiempo, la idea rectora que ani-
mo orden de ideas, Humberto Quiroga Lavié, mó a los constituyentes cuando estructuraron el
Miguel Ángel Benedetti y María de las Nieves Estado federal argentino... En suma, sin perjui-
Cenicacelaya se abocan a analizar el capítulo cio de la influencia institucional, la dependencia
relacionado a la forma Federal de Gobierno y, económica-financiera de las provincias respec-
concretamente, sobre el Estado Federal argenti- to del Estado federal es, no cabe duda, el factor
no, señalan: “...El Estado federal: es el modo que determinante de esta desvirtuación...”; como así
adopta la subestructura orgánica en relación con también que, en cuanto a “...la reforma del 1994
la forma de Estado. En tal sentido, el federalismo y el federalismo: esta reforma constitucional ha
es el género que califica todo el funcionamien- procurado colocar en mejor situación a las pro-
to institucional del Estado, más allá de que en la vincias frente al federalismo de concertación an-
realidad se verifique o no el programa normati- tes descrito...Todo ello con el objetivo de que las
vo...” (16). normas contribuyan a revertir la tendencia cen-

(15) Ibidem, ps. 176/177. Constitucional Argentino. Tomo II”, Ed. Rubinzal-Culzoni,
(16) QUIROGA LAVIÉ, Humberto - BENEDETTI, Miguel Buenos Aires, p. 877.
Ángel - CENICACELAYA, María de las Nieves, “Derecho (17) Ibidem, p. 879.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 21


DPyC Derecho penal DOCTRINA

tralizadora de los hechos...” (18) (en ese sentido, lítico, ciudad o villa y sin que jamás ninguno de
podría agregarse a la CABA, antes inexistente ellos hubiese salido de los límites de todo el con-
como tal, claro está, hasta el reconocimiento que junto que, desprendido en 1810 de la Metrópoli,
a su respecto se efectúa en 1994). se erigió en Nación independiente. Coinciden,
pues, en este punto, los antecedentes históricos
En cuanto a las provincias, los autores aquí y las condiciones físicas, es decir, que lo que es
citados —en último término— las califican hoy la Nación Argentina ha estado siempre esta-
como “...unidades políticas —iguales e indes- blecida en el territorio que ocupa y le pertenece,
tructibles— de la federación que se organizan y en mayor extensión todavía, desmembrado en
autocéfala y autónomamente, de acuerdo con diversas épocas por razones históricas...” (21).
las atribuciones establecidas en la Constitución
Nacional...” (19). Asimismo, adentrándose en el análisis del
significado de “provincias”, Joaquín V. González
Así entonces, sentado lo anterior y, en cumpli- postula: “...las segregaciones de provincias, ya
miento de la idea originariamente establecida en aisladamente, ya formando ligas parciales, que
pos de traer a colación la opinión que en torno a vemos desde 1820 a 1860, nunca se realizaron
la temática abordada expusieran los autores clá- en desconocimiento de su dependencia de una
sicos, no puede más que continuarse en la línea misma Nación, que todos deseaban ver constitui-
trazada y mencionarse la opinión de Joaquín V. da, es decir, organizada en un gobierno general
González quien, en lo particular, sostuvo: “...Es- y común para todo el territorio que comprendía,
tado Nacional y estados provinciales... la palabra reservándose ellas a su vez la parte de capacidad
Nación ha sido adoptada también para distin- y facultades para el gobierno, dentro del propio
guirla de ‘las provincias que la componen’, se- territorio, que no era necesario conceder para
gún el Preámbulo, y que son sujetos de derecho, la existencia de aquel gobierno común. En este
con voluntad para elegir sus representantes en punto de nuestro sistema político, los autores de
el Congreso General Constituyente que ordenó, la Constitución Argentina coincidieron con la de
decretó y estableció la Constitución para Nación los Estados Unidos en cuanto a las condiciones
Argentina. Luego, dentro de la Nación existen fundamentales para formar un Estado federal, y
otras entidades capaces de dictar la ley funda- que un autor moderno reduce a dos: ‘En primer
mental, que reconocen una existencia anterior lugar, debe existir un conjunto de comarcas fuer-
a dicha ley, a cuyo efecto concurrieron ‘en cum- temente constituidas por lazos de localidad, de
plimiento de pactos preexistentes, con el objeto historia, de raza y otros semejantes, capaces de
de constituir la Unión Nacional’— este aspecto realizar empresas mediante reuniones más o me-
de nuestro estudio es de la mayor importancia nos íntimas. En segundo, es necesario que entre
y gravedad porque afecta los fundamentos de la los habitantes de las diferentes comarcas locales
actual organización...” (20). haya lo que se dice y llama sentimiento federal,
es decir, el deseo de la unión pero no el de la uni-
En este sentido, “...ni del estudio histórico, ni dad... Definición que parece arrancada de nuestra
de las palabras de la Constitución, se desprende historia constitucional, en la que, puede decirse,
que la Nación o las provincias hubiesen existido que el voto de las provincias era constantemente
primero, porque desde la fundación de las colo- este: ‘queremos la unión, pero no la unidad del ré-
nias del Río de la Plata, el territorio fue dividido, gimen’. La unión se forma de varios Estados, per-
en mayores o menores porciones, del mismo sonalidades, hechos, dueñas de voluntad y fines
modo que lo está hoy; sin que las sucesivas di- políticos colectivos; la unidad suprime los Esta-
visiones hubiesen sido obra de otra cosa que de dos para sólo dar existencia a un solo Estado, a un
la propia vida y crecimiento de cada centro po- solo gobierno...” (22) (23); aspectos estos últimos
por demás esenciales para comprender debida-

(18) Ibidem, ps. 879/880.


(19) Ibidem, ps. 880/881. (21) Ibidem, p. 90.
(20) GONZÁLEZ, Joaquín V., “Manual de la Constitución (22) Ibidem, ps. 90/91.
Argentina (1823-1860)”, Ed. Estrada, Buenos Aires, 24ª ed., (23) Aquella cita Joaquín V. González se la atribuye a
1951, p. 89. Adolfo Posada (ob. cit. precedentemente).

22 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Verónica Bilczyk

mente el alcance con el que debe leerse a nuestro Así entonces, so riesgo de resultar sobreabun-
Sistema Federal de Gobierno. dante, para clarificar lo hasta aquí señalado y, a
mayor abundamiento, sobre las unidades de la
Por lo demás, Joaquín V. González agrega que, Constitución, se considera relevante traer a co-
según el texto de nuestra carta magna, “...se en- lación lo que agrega el destacado autor: “...La
cuentra en la Constitución argentina esta misma mejor fuente de comentarios para nosotros es
idea de la coexistencia del Estado-Nación con la Constitución misma, y ella nos ha de explicar
los Estados-provincias en todo el cuerpo de sus lo que se entiende por Nación y provincias y el
disposiciones, pero especialmente en el Preám- modo o género de unión entre ellas. En ninguna
bulo. Conforme con la doctrina norteamericana de las cláusulas las define expresamente, pero del
ha querido que hubiese una Nación de todas las conjunto de sus disposiciones se desprende con
provincias, y provincias de la Nación, de tal ma- claridad la naturaleza del vínculo que las liga.
nera que formasen una sola personalidad en el Donde más visible está su sentido es en la intro-
gobierno del todo, y que los gobiernos locales ducción del Preámbulo, que debe leerse con mar-
fuesen armónicos y conformes con el del con- cada atención sobre cada uno de sus períodos: a)
junto, fortaleciendo su autoridad en toda la ex- ‘Nos los Representantes del Pueblo de la Nación
tensión que le estaba atribuida. Esto quiere decir Argentina’. El pueblo constituye originariamen-
que un solo pueblo forma la Nación y las provin- te la Nación. b) ‘Reunidos en Congreso General
cias y da existencia separada, pero correlativa, Constituyente’. Asamblea de los representantes de
a los poderes nacionales y a los provinciales. La todo el pueblo para dar la Constitución general,
unión es de tal naturaleza, después de consoli- organizar el gobierno común. c) ‘Por voluntad y
dada por la Constitución, que cuando una pro- elección de las provincias que la componen, en
vincia ha entrado en la Nación o una porción de cumplimiento de pactos preexistentes’. El mismo
territorio se agrega a ella por cualquier título, se pueblo que por su voluntad soberana, expresada
considera como formando el mismo cuerpo, sin por medio de la elección, se hace representar en
lugar a revocatoria ni renuncia. Puede aplicarse, su soberanía originaria y en su carácter de pro-
por lo tanto, a nuestro país, lo que un comentador vincias y gobiernos preestablecidos, por personas
de la Constitución de los Estados Unidos dice del que han de formar la Constitución y sancionarla
suyo: que ‘la Constitución en todas sus cláusulas en su nombre: provincias que tenían capacidad
se propone fundar una Unión indestructible, con política para establecer pactos. d) ‘Con el objeto
Estados indestructibles’. Siendo el mismo pueblo de constituir la Unión Nacional’, no la unidad na-
el que hace la Nación y las provincias, e impone cional. e) ‘Ordenamos, decretamos y establece-
el sello de su soberanía a todas y cada una de las mos esta Constitución para la Nación Argentina’...
partes del territorio, o donde rigen y existen las Esto es, el pueblo de la Nación, que es también
instituciones creadas para la una y las otras, en el pueblo de las provincias ya establecidas, hace
armonía y coexistencia, las ofensas a la soberanía su propia Constitución, resuelve organizar su go-
de la Nación hieren a las provincias, y las que se bierno para la Nación y las provincias...” (25).
dirigen contra cada provincia hieren a la Nación.
También importa grabar en la conciencia el prin- Por lo demás, en cuanto al Gobierno así esta-
cipio de que la unidad del territorio no es una blecido postula: “...Todas estas unidades orgáni-
condición esencial para la existencia de la Nación, cas llamadas Nación, Estado, provincia, en cuan-
ni para el vínculo federal de las provincias, porque to se componen de individuos, reunidos bajo
la base de la idea de nación es la comunidad de un régimen común, con el objeto de ayudarse y
los hombres en una sola existencia política; y así, prosperar por sus esfuerzos combinados, nece-
pueden existir naciones compuestas de diversos sitan crear un Gobierno. Por esta palabra se en-
territorios separados por ríos, mares, lagos, mon- tiende, el conjunto de funcionarios que ejercen
tañas, y formarse de continentes e islas, así como los poderes indispensables y necesarios para los
de dos o más naciones puede formarse una sola, fines de la comunidad, establecidos en sus leyes
siempre que concurran los caracteres del dere- fundamentales o constituciones...” (26).
cho interno y externo de cada una...” (24).

(25) Ibidem, ps. 93/94.


(24) Ibidem, ps. 91/92. (26) Ibidem, ps. 94/95.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 23


DPyC Derecho penal DOCTRINA

Ahora bien, también Joaquín V. González adi- complementar lo abordado hasta este punto se
ciona un aspecto que se considera por demás traerá a colación la postura esgrimida por Juan
relevante. Se hace referencia a las necesarias A. González Calderón quien desarrolla entre
distinciones que al respecto cabe efectuar y al otras cuestiones, las siguientes: “...El Estado fe-
respecto aduce: “...El gobierno no es la Nación. deral, al contrario, es creado por la voluntad de
Esta forma u organiza el gobierno bajo cuyo ré- una Nación soberana, como claramente lo ex-
gimen desea existir o desenvolverse, y le da sus presa el preámbulo de nuestra Constitución... El
poderes por medio de la Constitución para que federalismo estaba impuesto por los anteceden-
ejerza autoridad sobre los individuos, aislada o tes del país, por su propia constitución orgánica,
conjuntamente. Así, la Nación puede cambiar su como lo ha demostrado la verdadera interpreta-
gobierno por los procedimientos que ha creado, ción histórica... Es conocida la síntesis de Alber-
y por ellos también remover y destituir las perso- di, tenida muy en cuenta por los constituyentes
nas que lo desempeñan, tampoco se puede decir del 53. ‘Estando, pues a la ley de los antecedentes
que la Constitución es el gobierno, porque este se y al imperio de la actualidad —concluía— la Re-
halla subordinado a ella y tiene sus poderes por pública Argentina será y no podrá ser menos que
ella conferidos y enumerados, y porque los go- un Estado federativo, una República nacional
bernantes pueden apartarse de la Constitución, compuesta de varias provincias a la vez, inde-
cometer crímenes contra ella, mientras que la pendientes y subordinadas al gobierno general
Constitución contiene poderes para cambiarlos. creado por ellas. Gobierno federal, central o ge-
Estos no pueden alterar la Constitución en nin- neral, significa la misma cosa en la ciencia pu-
gún caso ni forma porque es la ley de la Nación, y blicista. Una federación concebida de este modo
sólo esta dicta la ley... El gobierno es una combi- tendrá la ventaja de reunir los dos principales ri-
nación múltiple y compleja de funciones, debe- vales en el fondo de una fusión que tiene su raíz
res y acciones dirigidos al bien común, regidos en las condiciones naturales e históricas del país
por la Constitución y sujetos a responsabilidades y que acaba de ser proclamada y prometida a la
por la parte que han excedido o contravenido a Nación por la voz victoriosa del general Urqui-
los poderes que ella ha otorgado; comprende to- za... El Congreso del 53, con clarísima visión polí-
dos los asuntos de la Nación y de las provincias tica, adoptó por unanimidad el régimen federal,
cuando se realizan en cumplimiento de la Cons- de acuerdo con el informe de la comisión, donde
titución general, y sólo de una u otras cuando se esta había dicho al respecto que ese régimen era
concretan a los límites marcados a cada una por la base del proyecto que había concebido...” (29).
sus propias constituciones. Hay, así, gobierno
nacional y gobierno de las provincias, que reu- Asimismo allí se agrega que, en cuanto a la
nidos forman el sistema de gobierno de toda la Federación pura, “...al órgano central de una fe-
nación...” (27) (sic). deración no se relaciona ningún imperium sobre
los estados que la han constituido... Las provin-
Por lo demás, entre los caracteres de la Na- cias argentinas, como antes lo he dicho, crearon
ción, Joaquín V. González, destaca: “...La forma y vivieron desde 1831 hasta 1853 una federación,
de gobierno adoptada por la Nación tiene tres por convenio o pacto expreso; lo que pudieron
caracteres fundamentales, que especialmente la lícitamente hacer, porque tenían plenos poderes
definen, y son: 1. Representativa... 2. Republica- inherentes, que aún no habían delegado a un go-
na... 3. Federal, o sea formado por la unión de las bierno central para arreglar su condición políti-
provincias que componen la Nación, de la que ca, con entera libertad, manteniendo intacto el
resultan dos órdenes de gobiernos soberanos, vínculo sagrado de la nacionalidad común que
cada uno en su esfera, el nacional o federal y el las unía desde su independencia... sobre aquel
de las provincias...” (28). célebre tratado, en el cual se encuentran todos
los caracteres del sistema de federación pura,
Si bien con lo hasta aquí reseñado podría re- que subsistió hasta 1853, cuando el pueblo de
sultar suficiente, a los fines expositivos, para
(29) GONZÁLEZ CALDERÓN, Juan A., “Curso de
Derecho Constitucional”, Ed. Guillermo Kraft Limitada,
(27) Ibidem, ps. 95/96. Buenos Aires, 1958, capítulo III, “Nuestro Estado Federal”,
(28) Ibidem, ps. 273/274. ps. 71/72.

24 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Verónica Bilczyk

las provincias, esto es ‘el pueblo de la Confede- gobierno federal y por las provincias. 4) Poderes
ración que componen las provincias —frase del prohibidos al gobierno federal; 5) Poderes pro-
preámbulo— constituyó y organizó, por medio hibidos a las provincias; 6) Poderes prohibidos a
de sus representantes reunidos en Congreso, el ambos órdenes de gobierno...” (34).
Estado federativo...” (30).
De esta manera, al preguntarse qué son las
Sobre el Estado Federal, particularmente, provincias en nuestro derecho público, el autor
agrega: “...Las provincias, pues, no son los jueces sostiene, entre otros aspectos que “...nuestras
o intérpretes finales de la Constitución federal, provincias no son divisiones administrativas de
porque esta no es un pacto o convenio celebrado la Nación... yo diría que las provincias son las
por ellas; es el poder judicial federal, instituido unidades orgánicas e indestructibles, con pode-
por aquélla, su intérprete definitivo, en todos res inherentes, para gobernarse según las formas
los casos que motivare su aplicación práctica... establecidas por sí mismas dentro de las condi-
Los Estados o provincias conservan todos los ciones fundamentales determinadas en la Cons-
poderes inherentes que no hayan delegado por titución federal (art. 5º), y con todo el poder que
la Constitución al gobierno federal. Tal reserva no han delegado al gobierno de la Nación (art.
de poderes es indefinida, en unos casos de fe- 104). Esta definición surge, evidentemente, del
deralismo, o es definida en otros... En resumen: preámbulo de la Constitución y de los citados
en cuanto a la regla general para deslindar los arts. 5º y 104...” (35).
poderes del gobierno federal argentino y los de
las provincias, que son inherentes a una plena En cuanto a los poderes inherentes de las pro-
capacidad de gobierno, sin más limitaciones que vincias añade que aquellas “...se reservaran to-
las establecidas expresamente por aquélla o que dos los poderes que no tenían carácter nacional.
sean consecuencias necesarias de la delegación El art. 104 de la Ley Suprema lo dice claramente:
de ciertos poderes al gobierno federal...” (31). ‘Las provincias conservan todo el poder no dele-
gado por esta Constitución al gobierno federal, y
Por otra parte, en cuanto a la indestructibili- el que expresamente se hayan reservado por pac-
dad de las provincias, afirma que “...jurídicamen- tos especiales al tiempo de su incorporación... El
te las provincias son indestructibles, no pueden texto proyectado por Alberdi estaba concebido
ser suprimidas contra su propia voluntad...” (32); en estos términos: ‘Las provincias conservan
mientras que, sobre los “derechos de las provin- todo el poder que no delegan expresamente a
cias” —entre otras consideraciones— menciona la Confederación’ (art. 99). Parece que Alberdi,
que “...las provincias conservan todos los pode- aunque inspirándose en la enmienda 10ª de la
res que tenían antes de la sanción de la ley su- Constitución norteamericana, se atuvo más bien
prema y que no hayan sido delegados por esta al al sentido y a la forma del IIº de los ‘Artículos de
gobierno federal, de modo expreso o por necesa- Confederación’, de 1781. En efecto: la enmienda
ria y conveniente implicancia (arts. 104 y 67, inc. 10ª dice: ‘Los poderes no delegados a los Esta-
28). No ejercerán, pues, los poderes conferidos a dos Unidos por la Constitución ni prohibidos por
la Nación (art. 108)...” (33). esta a los Estados, están reservados a los Estados,
respectivamente, o al pueblo’. El IIº de los Artícu-
Por lo demás, en torno a la clasificación de los de la Confederación, decía: ‘Cada Estado re-
los poderes en nuestro “régimen federativo” (tal tiene su soberanía, su libertad e independencia,
como dicho autor lo describe), distingue en- y todos los poderes, jurisdicción y derechos, que
tre “...1) poderes delegados al gobierno federal por esta Confederación no estén expresamente
solo; 2) Poderes conservados por las provincias. delegados a los Estados Unidos... El Congreso
3) Poderes concurrentes, es decir, aquellos que de Santa Fe quitó del artículo el adverbio expre-
pueden ser ejercidos simultáneamente por el samente y modificó un tanto su redacción: ‘Las
provincias conservan todo el poder no delegado
por esta Constitución al gobierno federal’. Final-
(30) Ibidem, ps. 72/73.
(31) Ibidem, ps. 73/74.
(32) Ibidem, p. 76. (34) Ibidem, p. 79.
(33) Ibidem, p. 78. (35) Ibidem, p. 80.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 25


DPyC Derecho penal DOCTRINA

mente, la Convención de 1860 agregó el último cedidos por la presente Constitución al gobier-
período, que hace alusión a pactos especiales... no de la Confederación Argentina...” (36).
La primera duda que para algunos se presen-
ta sobre quién hace la delegación de poderes... En cuanto a los poderes expresamente re-
En el proyecto de Alberdi la respuesta saltaba a servados se aclara que “...la segunda parte del
la vista: eran las provincias las que delegaban: art. 104 hace referencia a ‘pactos especiales’, por
conservan todo el poder que no delegan, decía los que una provincia se haya reservado expresa-
el texto. Pero ahora, este —como la enmienda mente ciertos poderes al tiempo de su incorpo-
10ª— dice en apariencia otra cosa: conservan ración...” (37).
el poder no delegado por esta Constitución; de
donde se ha deducido que tanto los poderes Por otro lado, en torno a los poderes expresa-
del gobierno federal, como los poderes de las mente prohibidos se aduce que “...establecido
provincias, son delegados ‘por la Constitución’. en el art. 104 el principio general, que asegura
No es ese el sentido de la cláusula. Los pode- la efectividad de los poderes indefinidos que las
res del gobierno federal son delegados por las provincias conservan, la Constitución, en el art.
provincias todas, por las provincias Unidas que 108, enumera taxativamente los poderes que les
componen la Nación. Ninguna de ellas como están prohibidos. Esa enumeración es necesaria,
soberana, ni todas como individualmente como porque podría entenderse que la delegación de
soberanas, hicieron tal delegación, aunque se un poder cualquier en el gobierno federal no sig-
trata de poderes de carácter nacional que, por nifica la prohibición correlativa de su ejercicio a
hallarse ellas en situación extraordinaria a raíz las provincias, so pretexto de que éstas se hubie-
de la revolución, asumieron por ser poderes in- sen reservado una acción concurrente para ese
herentes y ejercieron en defecto de un régimen caso. La Constitución ha querido imposibilitar
constitucional para la Nación. ‘La soberanía tales dudas respecto de los poderes delegados,
política absoluta —decía el Congreso Consti- y en el citado artículo especifica las prohibicio-
tuyente— no pertenece ni puede pertenecer de nes...” (38).
derecho a ninguna de las provincias argentinas;
porque todas conquistaron el territorio en co- Por último, en este sentido —claro está— en
mún; porque son solidarias en sus reveses y en relación con los poderes concurrentes se afirma
sus glorias, y porque el martirio las ha fraterni- que “...en un sentido general, podría decirse que
zado... Para la comisión que preparó el proyecto tanto los poderes de la Nación como los de las
de Constitución sancionado en 1853 la cuestión provincias son concurrentes en la realización de
no ofrecía dificultades... Claro está que la de- los fines o propósitos de la organización cons-
legación de poderes que hacen las provincias titucional, declarados en el preámbulo de la ley
comprende no sólo los que expresamente es- suprema; pero en un sentido técnico, esas pala-
tán especificados en la Constitución como per- bras; ‘poderes concurrentes’ significan que, en
tenecientes al gobierno federal, sino también determinados casos, ciertos poderes pueden ser
los que son una consecuencia necesaria de los a la vez ejercidos por la Nación y por las provin-
poderes delegados o que ‘implícitamente’ son cias. Son consecuencia tales facultades concu-
conferidos como medios para poner a los pri- rrentes de la armonía de conjunto, de la unidad
meros en acción. La Constitución argentina es de fines y concordancia de propósitos que supo-
más liberal que su modelo en la adjudicación ne nuestro régimen de gobierno...” (39).
de dichos poderes implícitos, pues mientras la
norteamericana faculta al Congreso ‘para dic- González Calderón a su vez reflexiona en rela-
tar todas las leyes que fueren necesarias y con- ción con lo que podría estimarse como la “regla
venientes para poner en ejecución los poderes general para deslindar los poderes de la Nación
antecedentes, y todos los otros poderes inves- y de las provincias”, y en torno a ello sostiene que
tidos por esta Constitución en el gobierno de
los Estados Unidos, o en alguno de sus departa-
mentos o empleados del mismo’ —la nuestra lo (36) Ibidem, ps. 80/82.
faculta ‘para hacer todas las leyes y reglamentos (37) Ibidem, p. 82.
que sean convenientes para poner en ejercicio (38) Ibidem, p. 83.
los poderes antecedentes, y todos los otros con- (39) Ibidem.

26 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Verónica Bilczyk

“...el art. 104 de la Constitución es el que determi- cional y que fuera referenciada en el subtítulo de
na el criterio que debe guiar al intérprete para la esta presentación.
clasificación de los poderes de gobierno. Dicho
artículo significa que la Constitución es una con- III. Sobre el Código Penal argentino. Análi-
cesión de poderes al gobierno federal y fija, a la sis a la luz de la forma federal de Gobierno
vez, una regla para deslindar lo que incumbe a la
Nación de lo que corresponde a las provincias. Ahora bien, tal como fuera oportunamente
Según el mismo artículo, el gobierno de provin- adelantado se procederá al análisis de la nor-
cia es lo común, lo ordinario, lo general; en tanto mativa penal que podría en su caso poner en
que el gobierno federal es lo extraordinario, la crisis al Sistema Federal de Gobierno reinante en
excepción...Así pues será necesario encontrar nuestra República, haciendo a su vez referencia
en la Constitución delegado expresa o implícita- —cuando así correspondiera— a la normativa
mente al gobierno federal o a alguno de sus de- provincial (de la provincia de Buenos Aires) que
partamentos el poder de que se trate, para decir en lo particular —en materia penal— pudiera en
que le corresponde: todo lo que está allí com- su caso ocasionar idénticos reparos.
prendido, específicamente o por implicancia,
como perteneciéndole, es de las provincias; y al En cuanto a la prescripción de la acción penal
revés, será preciso probar que a éstas les ha sido [arts. 62/64 del Cód. Penal (41)] y de la pena [arts.
expresamente prohibido el poder de que se trate 65/67 del Cód. Penal (42)], adecuado resulta se-
para decir que les corresponde: ellas conservan
todo el poder no conferido al gobierno de la Na-
ción... De manera que cuando sea opuesta a una (41) Art. 62 del Cód. Penal: “La acción penal se
ley de la Nación una Constitución o ley de pro- prescribirá durante el tiempo fijado a continuación: 1º. A
vincia no deberá el intérprete dar por suprema los quince años, cuando se tratare de delitos cuya pena
fuere la de reclusión o prisión perpetua; 2º. Después de
y única valedera la primera de éstas, sino plan- transcurrido el máximo de duración de la pena señalada
tearse ante todo estas dos preguntas: 1ª. ¿Esa ley para el delito, si se tratare de hechos reprimidos con
ha sido sancionada por el Congreso en conse- reclusión o prisión, no pudiendo, en ningún caso, el
cuencia de la Constitución?, en otras palabras, término de la prescripción exceder de doce años ni bajar
¿en virtud de los poderes que le son conferidos? de dos años; 3º. A los cinco años, cuando se tratare de
2ª ¿Esa ley versa sobre la materia de jurisdicción un hecho reprimido únicamente con inhabilitación
perpetua; 4º. Al año, cuando se tratare de un hecho
concurrente? —En seguida examinará las dos reprimido únicamente con inhabilitación temporal; 5º.
cuestiones anteriores y si la decisión de la prime- A los dos años, cuando se tratare de hechos reprimidos
ra es negativa dará la preferencia o supremacía con multa. Art. 63 del Cód. Penal. La prescripción de la
la Constitución o ley de la provincia, y viceversa; acción empezará a correr desde la medianoche del día en
si la decisión de la segunda es afirmativa, la dará que se cometió el delito o, si este fuese continuo, en que
a cada ley en su jurisdicción respectiva. En todo cesó de cometerse. (Segundo y tercer párrafos derogados
por art. 3º de la ley 27.206, BO 10/11/2015) Art. 64 del
caso es la supremacía de la Constitución Federal Cód. Penal. La acción penal por delito reprimido con
que triunfa...” (40). multa se extinguirá en cualquier estado de la instrucción
y mientras no se haya iniciado el juicio, por el pago
Precisamente, sentado lo anterior (es decir, voluntario del mínimo de la multa correspondiente y
referenciados los criterios doctrinarios que de- la reparación de los daños causados por el delito. Si se
ben regir la cuestión sometida a tratamiento en hubiese iniciado el juicio deberá pagarse el máximo de
la multa correspondiente, además de repararse los daños
torno al Sistema Federal de Gobierno imperante causados por el delito. En ambos casos el imputado
en nuestra República) y, en correlación con lo deberá abandonar en favor del estado, los objetos que
dispuesto por el art. 31 de la CN —y el control presumiblemente resultarían decomisados en caso de
de constitucionalidad que en cada caso podría que recayera condena. El modo de extinción de la acción
llevarse adelante— en el apartado siguiente, se penal previsto en este artículo podrá ser admitido por
procederá a mencionar la normativa que podría segunda vez si el nuevo delito ha sido cometido después
de haber transcurrido ocho años a partir de la fecha de
colisionar con —justamente— la normativa con- la resolución que hubiese declarado la extinción de la
sagrada a tales fines en nuestra Constitución Na- acción penal en la causa anterior. (Artículo sustituido por
art. 6º de la ley 24.316 BO 19/05/1994)”.
(42) Art. 65 del Cód. Penal: “Las penas se prescriben
(40) Ibidem, ps. 85/86. en los términos siguientes: 1º. La de reclusión perpetua,

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 27


DPyC Derecho penal DOCTRINA

ñalar que el nuevo Código Civil y Comercial de prescripción un plazo genérico y una “correcta”
la Nación, a diferencia del Código Penal argen- excepción. Concretamente, allí se consagra: “...
tino parecería respetuoso del Sistema Federal Plazo genérico. El plazo de la prescripción es
de Gobierno o, al menos “más” respetuoso que de cinco años, excepto que esté previsto uno
el Código Penal; ello así, si en ese sentido pudie- diferente en la legislación local”. Es decir, la re-
ran ser clasificados aquellos, según categorías de glamentación en el Código Civil y Comercial de
“respeto” (en más o en menos). Nación explícitamente reconoce la legislación
provincial (léase local), dándole prevalencia
Justamente, se pasará a demostrar o por lo —en su caso— al plazo de prescripción allí dis-
menos tratar de explicitar, la conclusión que a su puesto.
respecto tan fervientemente se expone.
Frente a ello si bien implícitamente estarían
En este sentido, el art. 2560 del Cód. Civ. y reconociendo que el “asunto” de la prescripción
Com. de Nación estipula, en torno a los plazos de es “algo” que debe ser reglamentado por las pro-
vincias; en relación con la postura absolutista
sentada por el Código Penal, implica un avance
a los veinte años; 2º. La de prisión perpetua, a los veinte que debería al menos ser imitado.
años; 3º. La de reclusión o prisión temporal, en un tiempo
igual al de la condena; 4º. La de multa, a los dos años. Art. Por tanto, si bien el art. 75, inc. 12 de la CN
66 del Cód. Penal. La prescripción de la pena empezará a
tiene una “nota unitaria”, puntualmente, la refe-
correr desde la medianoche del día en que se notificare
al reo la sentencia firme o desde el quebrantamiento de rencia al “reconocimiento” efectuado al respecto
la condena, si esta hubiese empezado a cumplirse. Art. por el propio Alberdi, pensando ello en pos de la
67 del Cód. Penal. La prescripción se suspende en los igualdad (aunque obviamente así expresamen-
casos de los delitos para cuyo juzgamiento sea necesaria te no lo dijera o al menos no con el alcance que
la resolución de cuestiones previas o prejudiciales, que aquí se le atribuye), como “excusa o fundamen-
deban ser resueltas en otro juicio. Terminada la causa
to” para justificar la reglamentación de cuestio-
de la suspensión, la prescripción sigue su curso. La
prescripción también se suspende en los casos de delitos nes procesales en el Código Penal tal como aquí
cometidos en el ejercicio de la función pública, para todos se está analizando (y en cierta forma también
los que hubiesen participado, mientras cualquiera de ellos lo destacara la Dra. Gelli, quien fuera citada en
se encuentre desempeñando un cargo público. El curso de esta presentación); se advierte, a su vez, que en
la prescripción de la acción penal correspondiente a los nuestra arraigada tradición jurídica es aceptado
delitos previstos en los arts. 226 y 227 bis, se suspenderá
sin más, es decir —a esta altura— se naturali-
hasta el restablecimiento del orden constitucional. En los
delitos previstos en los arts. 119, 120, 125, 125 bis, 128, 129 zan estas cuestiones, pero no por ello no han de
—in fine—, 130 —párrs. 2º y 3º—, 145 bis y 145 ter del Cód. ser cuestionadas cuando así correspondiere, tal
Penal, se suspende la prescripción mientras la víctima como acontece en la especie.
sea menor de edad y hasta que habiendo cumplido la
mayoría de edad formule por sí la denuncia o ratifique Que, en relación con el art. 10 del Cód. Penal (43),
la formulada por sus representantes legales durante su
sobre la pena de reclusión o prisión domiciliaria,
minoría de edad. Si como consecuencia de cualquiera
de los delitos indicados hubiera ocurrido la muerte del
menor de edad, comenzará a correr desde la medianoche
del día en que aquel hubiera alcanzado la mayoría de (43) Art. 10 del Cód. Penal: “Podrán, a criterio del juez
edad. La prescripción se interrumpe solamente por: a) La competente, cumplir la pena de reclusión o prisión en
comisión de otro delito; b) El primer llamado efectuado detención domiciliaria: a) El interno enfermo cuando la
a una persona, en el marco de un proceso judicial, con privación de la libertad en el establecimiento carcelario le
el objeto de recibirle declaración indagatoria por el impide recuperarse o tratar adecuadamente su dolencia y
delito investigado; c) El requerimiento acusatorio de no correspondiere su alojamiento en un establecimiento
apertura o elevación a juicio, efectuado en la forma que lo hospitalario; b) El interno que padezca una enfermedad
establezca la legislación procesal correspondiente; d) El incurable en período terminal; c) El interno discapacitado
auto de citación a juicio o acto procesal equivalente; ye) cuando la privación de la libertad en el establecimiento
El dictado de sentencia condenatoria, aunque la misma carcelario es inadecuada por su condición implicándole
no se encuentre firme. La prescripción corre, se suspende un trato indigno, inhumano o cruel; d) El interno mayor
o se interrumpe separadamente para cada delito y para de setenta [70] años; e) La mujer embarazada; f) La madre
cada uno de sus partícipes, con la excepción prevista en el de un niño menor de cinco [5] años o de una persona con
segundo párrafo de este artículo. (Artículo sustituido por discapacidad a su cargo.(Artículo sustituido por art. 4º de
art. 2º de la ley 27.206, BO 10/11/2015)”. la ley 26.472, BO 20/01/2009)”.

28 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Verónica Bilczyk

cabe preguntarse si resulta razonable que el Có- personales del imputado para su concesión; sino
digo Penal reglamente el modo de cumplimiento entre otros y, asimismo, lo dispuesto por el art. 371
de la pena privativa de la libertad. in fine del Cód. Proc. Penal de Buenos Aires (45) y,
fundamentalmente lo dispuesto por la ley 12.256
Al respecto, de conformidad con las posturas de Ejecución Penal Bonaerense, en cuanto pre-
doctrinarias referenciadas a lo largo del acápite vé, conforme art. 2º (46) cuál es la única ley apli-
que antecedente ello —en principio— parecería cable (más allá de lo que oportunamente se adu-
que implicase un “exceso” del Legislador Nacio- cirá al respecto, al analizar el art. 41 bis de dicha
nal pues parecería que no representase estricta- ley y citar jurisprudencia contraria a la validez
mente una cuestión sustantiva sino procesal. constitucional de dicha normativa); siendo esa
misma, a tales fines —lo dispuesto en el citado
La pena que tendrá que cumplirse (en cuanto art. 2º— para garantizar la igualdad de trato,
a su especie y monto), claramente importa una además de principalmente, en lo que a la cues-
delegación de facultades por las provincias a la
Nación, concretamente al Congreso Nacional,
mas el dónde (prisión domiciliaria o no), ya es (45) Art. 371 del Cód. Proc. Penal de Buenos Aires.
una cuestión que excede dicha delegación (en el (Texto según ley 13.260): “Deliberación: Terminado el
mismo sentido, reparos de similar tenor podrían debate el Tribunal, fuera de la presencia de las partes y
el público, pasará a deliberar en sesión secreta, a la que
efectuarse en torno a lo dispuesto en y por los sólo podrán asistir el Secretario, el Prosecretario o el
arts. 5º a 9º del Cód. Penal), más aún teniendo en Auxiliar Letrado. El quebrantamiento de esta formalidad
consideración nuestro Bloque de Constitucio- es causal de nulidad de juicio. La resolución contendrá
nalidad en donde, fundamentalmente, se prevé una exposición clara, lógica y completa de cada uno de los
entre otros la CADH, el PIDCyP y el PIDESC los hechos y circunstancias que se dieren por probados, y de
derechos allí referenciados o, mejor dicho, las la valoración de los medios de prueba que fundamentan
dichas conclusiones, así como la enunciación de las
situaciones de especial vulnerabilidad contem- razones por la cuales no fueran atendibles las pruebas
pladas en el artículo bajo análisis, normativa a la decisivas contrarias a las mismas; debiendo responderse
que las provincias deberían adecuar su legisla- a los planteamientos sustanciales realizados por las
ción ritual para, en consecuencia y de ese modo partes. El Tribunal procederá a plantear y votar las
garantizar en su legislación interna el acceso de cuestiones esenciales referidas a: 1) La existencia del
aquellos sujetos a tal régimen de cumplimiento hecho en su exteriorización. 2) La participación de los
procesados en el mismo. 3) La existencia de eximentes.
de la pena. 4) La verificación de atenuantes. 5) La concurrencia de
agravantes. Si se resolviera negativamente la primera o
En este sentido, vale como ejemplo señalar no la segunda cuestión, o en sentido afirmativo la tercera,
sólo el art. 170 del Cód. Proc. Penal de Buenos Ai- no se tratarán las demás. Las cuestiones relativas a
res (44), si bien en relación con la excarcelación eximentes, atenuantes o agravantes, sólo se plantearán
extraordinaria, que contempla las condiciones cuando hubieren sido discutidas o el Tribunal las
encontrare pertinentes, en este último caso siempre que
fuera en favor del imputado. Cuando el veredicto fuese
(44) Art. 170 del Cód. Proc. Penal de Buenos Aires: absolutorio, se ordenará la libertad del imputado y la
“Excarcelación extraordinaria. En los casos que conforme cesación de las restricciones impuestas, o la aplicación
a las previsiones de los incs. 1º y 2º del artículo anterior de las medidas de seguridad resueltas oportunamente.
no correspondiere la excarcelación, podrá ser concedida Si se hubiese deducido acción civil, podrá hacerse lugar
de oficio o a pedido de parte cuando por la objetiva a la misma otorgando la restitución o indemnización
valoración de las características del o de los hechos demandadas. Cuando el veredicto fuere condenatorio y
atribuidos, de las condiciones personales del imputado correspondiere la imposición de una pena privativa de
y de otras circunstancias que se consideren relevantes, la libertad de efectivo cumplimiento, el Tribunal podrá
se pudiera presumir que el mismo no procurará eludir disponer una medida de coerción, agravar la aplicada o
u obstaculizar la investigación ni burlar la acción de la aumentar las condiciones a que se encuentre sometida la
justicia. En estos casos el órgano interviniente podrá, de libertad del imputado; aun cuando el fallo no se hallare
acuerdo con las circunstancias y a la personalidad del firme y en proporción al aumento verificado de peligro
detenido, someterlo al cumplimiento de reglas especiales cierto de frustración del proceso”.
de vigilancia y/o cuidado asistencial, sin perjuicio de lo (46) Art. 2º de la ley 12.256: “A fin de asegurar el
dispuesto en el art. 180. La excarcelación prevista por principio de igualdad de trato, la única Ley aplicable en
este artículo sólo podrá concederse mediante resolución el territorio bonaerense será la presente, cualquiera sea
fundada y se efectivizará cuando el auto que la conceda la autoridad judicial, provincial, nacional o extranjera, a
quede firme”. cuyo cargo ellos se encuentren”.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 29


DPyC Derecho penal DOCTRINA

tión al respecto concierne (el análisis de lo pre- arts. 13/17 del Cód. Penal en relación con la li-
visto en y por el art. 10 del Cód. Penal), en cuanto bertad condicional, a sus requisitos para su con-
el art. 19 (47) de la ley 12.256 que reglamenta la cesión, mantenimiento y efectos. Toda vez que,
detención domiciliaria; y si bien contempla los al respecto, en similar sentido a lo hasta aquí
mismos supuestos que el mencionado artículo aducido el Legislador provincial (mencionado
del Código Penal (el art. 10) y reglamenta su re- de ese modo, como cuerpo, aunque no es una
querimiento y la decisión a adoptar en tal sen- única voz la que se pronuncia si no la de los plu-
tido, permite sostener que si bien ante idéntica rales legisladores que representan cada una de
reglamentación, de dicha cuestión, al menos en las fuerzas políticas que la componen), se expide
Nación y en nuestra provincia, ello en modo al- a su vez en torno a tal cuestión en los arts. 101 y
guno puede estimarse para confirmar per se la ss. de la referenciada ley 12.256 (49).
razonabilidad de la reglamentación articulada
en tal sentido en la Legislación Nacional sino En este orden de ideas, la provincia (siempre
que frente a ella (la del Código Penal) se puede —al menos en este trabajo— en referencia a la de
señalar que a la luz de lo dispuesto por el art. 31 la provincia de Buenos Aires) al reglamentar “en
de la CN y la restante normativa constitucional, más” lo dispuesto en tal sentido por la Nación
fundamentalmente la reseñada al inicio de esta [más allá de lo previsto a su respecto por la ley
presentación (en el subtítulo), frente a una even- 24.660, complementaria del Cód. Penal, siendo
tual discrepancia entre la normativa nacional y ejemplo de ello el art. 226 (50)], muchas veces
provincial debería primar la reglamentación que es cuestionada, tal como acontece por ejemplo
en su caso —al respecto— estatuyera la provin- ante la reglamentación —en la legislación pro-
cia. Ello así, más allá del reconocimiento implí- vincial— de la libertad asistida.
cito de su validez que al respecto efectúa el le-
gislador provincial en el art. 115 (48) de la ley de Por otro lado, en cuanto a lo dispuesto en y por
Ejecución provincial. los arts. 40 y 41 del Cód. Penal (51) sobre indivi-

Que idénticos reparos podrían efectuárse-


le a las disposiciones contenidas en y por los (49) Capítulo III. Normativa común. Libertad
condicional libertad asistida. Art. 101 de la ley 12.256
(Texto según ley 14.296): “Los grupos de admisión y
(47) “Detención domiciliaria (Título según ley 14.96). seguimiento orientarán su tarea de acompañamiento a
Art. 19 de la ley 12.256 (Texto según ley 14.296). Podrán la preparación para el egreso de todos los condenados
solicitar permanecer en detención domiciliaria: a) El incorporados a cualquiera de los regímenes de la presente
interno enfermo cuando la privación de la libertad en Ley ante la proximidad de la concesión de la libertad
el establecimiento carcelario le impida recuperarse o condicional, libertad asistida o definitiva por agotamiento
tratar adecuadamente su dolencia y no correspondiere de la pena. En lo relativo a la libertad condicional y
su alojamiento en un establecimiento hospitalario; b) libertad asistida se observarán las disposiciones del art. 3º
El interno que padezca una enfermedad incurable en de la presente Ley”.
período terminal; c) El interno discapacitado cuando la (50) Art. 226 de la ley 24.660: “Dentro de los ciento
privación de la libertad en el establecimiento carcelario ochenta días de la vigencia de esta ley el Poder Ejecutivo
sea inadecuada por su condición implicándole un trato nacional, por intermedio del Ministerio de Justicia,
indigno, inhumano o cruel; d) El interno mayor de procederá a revisar los convenios existentes con las
setenta [70] años; e) La mujer embarazada; f) La madre provincias a fin de que puedan asumir las funciones
de un niño menor de cinco [5] años o de una persona que constitucionalmente le pertenecen respecto a los
con discapacidad a su cargo. El pedido lo podrá formular procesados y condenados por sus tribunales”.
también un familiar, persona o institución responsable (51) Art. 40 del Cód. Penal: “En las penas divisibles
que asuma su cuidado, previo dictámenes que lo por razón de tiempo o de cantidad, los tribunales fijarán
fundamenten y justifiquen. La decisión será adoptada la condenación de acuerdo con las circunstancias
por el juez competente con la intervención del Ministerio atenuantes o agravantes particulares a cada caso y de
Público y podrá ser recurrida por apelación”. conformidad a las reglas del artículo siguiente. Art. 41 del
(48) “Pena domiciliaria. Art. 115 de la ley 12.256 (Texto Cód. Penal. A los efectos del artículo anterior, se tendrá
según ley 14.296). La pena domiciliaria prevista en el art. en cuenta: 1º. La naturaleza de la acción y de los medios
10 del Código Penal, o cualquier medida sustitutiva o empleados para ejecutarla y la extensión del daño y del
alternativa a cumplirse total o parcialmente fuera de los peligro causado; 2º. La edad, la educación, las costumbres
establecimientos penitenciarios, será supervisada en su y la conducta precedente del sujeto, la calidad de los
ejecución de conformidad a lo establecido en el art. 20 de motivos que lo determinaron a delinquir, especialmente
esta Ley”. la miseria o la dificultad de ganarse el sustento propio

30 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Verónica Bilczyk

dualización de pena (en relación con la aplica- glamentación cuestionada (los artículos prece-
ción de penas temporales) cabe preguntarse: ¿es dentemente citados), pues conforme art. 5º de la
razonable que el Código Penal “le diga” al Juez CN (53) cada provincia dicta para sí no sólo una
cómo fijar la pena? Constitución —entre otros aspectos— sino que
debe asegurar la administración de justicia.
Para tratar de responder tal interrogante pri-
mero y principalmente se requiere señalar que En lo particular, los arts. 168 y 171 de la Cons-
el Código Penal en dichas disposiciones nor- titución provincial (54) son las mandas constitu-
mativas menciona vaga y genéricamente cuáles cionales que, al respecto, reglamentan —entre
son las pautas a tener en consideración frente otros aspectos— “el cómo” los Sres. Magistrados
a la eventual necesidad de imponer una pena llevarán adelante su labor lo que, asimismo, im-
temporal mas no aclara cuál es la incidencia que plica el cómo desempeñarse en materia penal y
dichas pautas tendrán ni si deben ser estimadas en lo particular el cómo fijar —individualizar—
como agravantes o atenuantes. la pena a imponer en su caso.

En este aspecto, el actual Anteproyecto de A mayor abundamiento, disposiciones como


Reforma Integral del Código Penal (comisión las de los arts. 40 y 41 del CP aquí analizadas pa-
Borinsky) (52), prevé una reforma que mejora recieran no resultar necesarias porque, a su vez,
sustancialmente su técnica legislativa —parece- la misma Constitución Nacional dispone la in-
ría, al menos en torno a esta cuestión— ya que terdicción de la arbitrariedad de los poderes pú-
no sólo destaca cuáles serán consideradas espe- blicos como garantía innominada que surge del
cialmente circunstancias agravantes y atenuan- art. 33 de la CN, resultando —como se dijera—
tes, respectivamente, sino que fija la incidencia por ende innecesarias —o eso pareciera— dis-
que la ponderación o no de aquellas tendrá en posiciones como las allí estatuidas, además de
la escala penal; más allá de lo grave que pueda prima facie lesivas —en lo particular— del Sis-
ser ello en su caso, particularmente, en torno tema Federal de Gobierno imperante en nuestra
al modo de ingresar a la escala penal, desde el República.
tercio superior de la escala si no concurriesen
atenuantes —en relación con la regulación de la Por otro lado, pero vinculado con lo anterior
ponderación de circunstancias agravantes— as- parecería que la doctrina y jurisprudencia nacio-
pecto sobre el cual, claro está, no viene al caso nal (55) avalasen las audiencias de visu allí con-
ahondar en esta ocasión.

Entonces, retomando la cuestión planteada, (53) Art. 5º de la CN: “Cada provincia dictará para sí una
Constitución bajo el sistema representativo republicano,
si el Código Penal establece tipos penales y sus de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de
respectivas escalas penales, acorde a la delega- la Constitución Nacional; y que asegure su administración
ción legislativa efectuada en y por (a través) del de justicia, su régimen municipal, y la educación primaria.
art. 75, inc. 12 de la CN, lo restante, en torno a lo Bajo de estas condiciones el Gobierno federal, garante a
dispuesto por los señalados arts. 40 y 41 del Cód. cada provincia el goce y ejercicio de sus instituciones”.
Penal, ¿no podría acaso implicar un ‘exceso’ del (54) Art. 168 de la Const. provincial: “Los tribunales de
Legislador Nacional? Ello así, en torno a la re- justicia deberán resolver todas las cuestiones que le fueren
sometidas por las partes, en la forma y plazos establecidos
al efecto por las leyes procesales. Los jueces que integran
necesario y el de los suyos, la participación que haya los tribunales colegiados deberán dar su voto en todas las
tomado en el hecho, las reincidencias en que hubiera cuestiones esenciales a decidir. Para que exista sentencia
incurrido y los demás antecedentes y condiciones debe concurrir mayoría de opiniones acerca de cada una
personales, así como los vínculos personales, la calidad de de ellas. Art. 171 de la Const. provincial. Las sentencias
las personas y las circunstancias de tiempo, lugar, modo y que pronuncien los jueces y tribunales letrados serán
ocasión que demuestren su mayor o menor peligrosidad. fundadas en el texto expreso de la ley; y a falta de este,
El juez deberá tomar conocimiento directo y de visu del en los principios jurídicos de la legislación vigente en la
sujeto, de la víctima y de las circunstancias del hecho en materia respectiva, y en defecto de estos, en los principios
la medida requerida para cada caso”. generales del derecho, teniendo en consideración las
(52) http://www.pensamientopenal.com.ar/legislacion/ circunstancias del caso”.
46694-anteproyecto-codigo-penal-argentino-comision- (55) Al respecto, en el precedente “Maldonado” (Fallos
borinsky, último acceso agosto de 2018. 328:4343) la CS estableció la obligatoriedad para el

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 31


DPyC Derecho penal DOCTRINA

templadas (concretamente, en el citado art. 41 in Penal (56), conocido vulgarmente dicho artículo
fine del Cód. Penal). atento la consagración allí del instituto o figura
del “arrepentido”.
Parecería que al respecto, implícitamente, se
tuviera en consideración la opinión de Alberdi, Al respecto pertinente resulta señalar que al
la “nota unitaria” de nuestro Código Penal que igual que los reparos precedentemente articula-
se vislumbra en disposiciones como la analiza- dos en relación con la escala penal, particular-
da, pensadas en pos de la igualdad (para que en mente a la normativa consagrada en torno a la
ninguna sentencia condenatoria —en materia individualización de la pena, justamente, idén-
penal— que se pronuncie en nuestra República ticos cuestionamientos podrían efectuársele a su
se imponga una pena sin el previo contacto de respecto (más allá de todas las adicionales con-
visu de los jueces para con la persona sobre la sideraciones que podrían efectuarse en relación
que, en definitiva, recaerá la pena); es decir, ha- con la figura del “arrepentido” que obviamente
ciéndola prevalecer por sobre el sistema federal no viene al caso aquí tratar). En lo particular,
de gobierno (audiencia de visu que en el Proyec- sobre la “valoración probatoria” implícitamente
to de reforma de Código Penal actualmente bajo
estudio y que fuera citado precedentemente,
tiende a desaparecer; ello así, por lo que se vis- (56) Art. 41 ter del Cód. Penal: “Las escalas penales
lumbra a partir de su lectura). podrán reducirse a las de la tentativa respecto de los
partícipes o autores por algún delito de los detallados
a continuación en este artículo, cuando durante la
Por lo demás, en torno a la individualización sustanciación del proceso del que sean parte, brinden
de la pena existe otra disposición en el Código información o datos precisos, comprobables y verosímiles.
Penal que resulta necesario analizar en esta oca- El proceso sobre el cual se aporten datos o información
sión, dada la temática abordada. Concretamen- deberá estar vinculado con alguno de los siguientes delitos:
te, lo dispuesto en y por el art. 41 ter del Cód. a) Delitos de producción, tráfico, transporte, siembra,
almacenamiento y comercialización de estupefacientes,
precursores químicos o cualquier otra materia prima para
su producción o fabricación previstos en la ley 23.737
Tribunal que fija la pena de tomar conocimiento de visu o la que en el futuro la reemplace, y la organización y
del condenado previo a ello. Al referirse a la regla del art. financiación de dichos delitos; b) Delitos previstos en la
41, inc. 2º, in fine, la Corte estableció: “Que se trata de una sección XII, tít. I del Cód. Aduanero; c) Todos los casos en
regla claramente destinada a garantizar el derecho del los que sea aplicable el art. 41 quinquies del Cód. Penal;
imputado a ser oído antes de que se lo condene, así como d) Delitos previstos en los arts. 125, 125 bis, 126, 127 y 128
a asegurar que una decisión de esta trascendencia no sea del Cód. Penal; e) Delitos previstos en los arts. 142 bis, 142
tomada por los tribunales sin un mínimo de inmediación. ter y 170 del Cód. Penal; f) Delitos previstos en los arts.
Desde el punto de vista de la ley penal de fondo, una pena 145 bis y 145 ter del Código Penal; g) Delitos cometidos en
dictada sin escuchar lo que tiene que decir al respecto el los términos de los arts. 210 y 210 bis del Código Penal; h)
condenado no puede considerarse bien determinada” Delitos previstos en los caps. VI, VII, VIII, IX, IX bis y X del
(consid. 19). De conformidad con dicho precedente, tít. XI y en el inc. 5º del art. 174, del Cód. Penal; i) Delitos
en el caso “Pin, Hugo y otros” (P. 1659. XL) del 8 de previstos en el tít. XIII, del libro segundo, del Cód. Penal.
septiembre de 2009, el Máximo Tribunal de la Nación Para la procedencia de este beneficio será necesario que
advirtió, de oficio, que los jueces de la Cámara Nacional los datos o información aportada contribuyan a evitar o
de Apelaciones en lo Penal Económico no habían tomado impedir el comienzo, la permanencia o consumación
conocimiento de visu del condenado antes de determinar de un delito; esclarecer el hecho objeto de investigación
la pena y dejaron sin efecto la sentencia apelada, u otros conexos; revelar la identidad o el paradero de
devolviendo los autos al tribunal de origen a fin de que autores, coautores, instigadores o partícipes de estos
se dicte una nueva sentencia con arreglo a lo resuelto. En hechos investigados o de otros conexos; proporcionar
el mismo sentido, la SCBA ha establecido la necesidad de datos suficientes que permitan un significativo avance de
que los jueces tomen conocimiento directo y de visu del la investigación o el paradero de víctimas privadas de su
imputado cuando la nueva individualización de la pena se libertad; averiguar el destino de los instrumentos, bienes,
produzca transcurrido un lapso de tiempo considerable efectos, productos o ganancias del delito; o indicar las
entre el hecho delictivo y la individualización de la pena, fuentes de financiamiento de organizaciones criminales
pues tal circunstancia “impone no omitir el cumplimiento involucradas en la comisión de los delitos previstos en el
de la regla del art. 41, inc. 2º del Cód. Penal según la cual presente artículo. Cuando el delito atribuido al imputado
se tendrán en cuenta para fijar la pena, entre diversas estuviere reprimido con prisión y/o reclusión perpetua, la
circunstancias, “las condiciones personales” del agente pena sólo podrá reducirse hasta los quince [15] años de
del delito” (v. P. 73.366 “G” del 31 de agosto de 2007 y P. prisión. La reducción de pena no procederá respecto de
85.467 “Castro” del 10 de septiembre de 2008). las penas de inhabilitación o multa”.

32 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Verónica Bilczyk

articulada en el mencionado art. 41 ter del Cód. hace referencia a cuando corresponda unificar,
Penal, parecería que aquella —en principio— le- dando por sobre entendido que, para así obrar
sionase la facultad reservada por las provincias en tal sentido debía recurrirse a lo dispuesto en
en tal sentido. En efecto, nadie podría discutir el Código Penal (concretamente, en el citado art.
que esa cuestión reviste naturaleza procesal (lo 58 del Cód. Penal).
que a la valoración probatoria se refiere), mas
podría salvarse la constitucionalidad de la figu- Ahora bien, sin perjuicio de tal implícito re-
ra, considerando que a los fines de conceder el conocimiento, también se advierte que idéntica
beneficio de la reducción de pena allí estipulado, “nota unitaria” se evidencia en el articulado en
necesariamente, debía allí mismo reglamen- cuestión pues no puede desconocerse la natura-
tarse cuál sería el valor probatorio de los datos leza procesal de la normativa estatuida en el ci-
o información aportada por lo que sólo, desde tado art. 58 del Cód. Penal. Nota unitaria sobre la
dicha perspectiva y por una clara razón de políti- cual resultan válidas y oportunas las referencias
ca criminal, es que puede mantenerse la validez expuestas en este trabajo, al señalar la opinión
constitucional de la figura analizada. Ello así, en que al respecto esgrimía, en tal sentido, el pro-
el entendimiento que representa una reglamen- pio Alberdi, y los autores que fueran reseñados
tación razonable (cfr. art. 28 de la CN) de la con- al inicio de esta presentación.
sagrada figura del arrepentido.
Sobre el ejercicio de las acciones penales, y su
Continuando con la línea trazada, es decir, con reglamentación en el Código Penal [arts. 71 y ss.
el análisis de la normativa penal que en su caso del Cód. Penal (59)], para analizar esta cuestión,
pudiera poner en crisis o menoscabar la forma
Federal de Gobierno, en cuanto a lo dispuesto
por el art. 58 del Cód. Penal (57), en torno a la (59) Título XI. Del ejercicio de las acciones. Art. 71 del
unificación de condenas y de penas, se advierte Cód. Penal: “Sin perjuicio de las reglas de disponibilidad
de la acción penal previstas en la legislación procesal,
que —sin más— implícitamente el legislador
deberán iniciarse de oficio todas las acciones penales,
provincial reconoce la validez de la reglamen- con excepción de las siguientes: 1) Las que dependieren
tación en tal sentido en el Código Penal, porque de instancia privada; 2) Las acciones privadas. (Artículo
así lo aduce —implícitamente— en el art. 18 del sustituido por art. 2º de la ley 27.147 BO 18/06/2015). Art.
Cód. Proc. Penal de la provincia (58); pues sólo 72 del Cód. Penal. Son acciones dependientes de instancia
privada las que nacen de los siguientes delitos: 1º) Los
previstos en los arts. 119, 120 y 130 del Cód. Penal cuando
no resultare la muerte de la persona ofendida o lesiones
(57) Art. 58 del Cód. Penal: “Las reglas precedentes de las mencionadas en el art. 91. 2º) Lesiones leves, sean
se aplicarán también en el caso en que después de una dolosas o culposas. Sin embargo, en los casos de este
condena pronunciada por sentencia firme se deba juzgar inciso se procederá de oficio cuando mediaren razones de
a la misma persona que esté cumpliendo pena por otro seguridad o interés público. 3º) Impedimento de contacto
hecho distinto; o cuando se hubieren dictado dos o de los hijos menores con sus padres no convivientes. En
más sentencias firmes con violación de dichas reglas. los casos de este artículo, no se procederá a formar causa
Corresponderá al juez que haya aplicado la pena mayor sino por acusación o denuncia del agraviado, de su tutor,
dictar, a pedido de parte, su única sentencia, sin alterar las guardador o representantes legales. Sin embargo, se
declaraciones de hechos contenidas en las otras. Cuando procederá de oficio cuando el delito fuere cometido contra
por cualquier causa la justicia federal, en autos en que ella un menor que no tenga padres, tutor ni guardador, o que
haya intervenido, no pueda aplicar esta regla, lo hará la lo fuere por uno de sus ascendientes, tutor o guardador.
justicia ordinaria nacional o provincial que conoció de la Cuando existieren intereses gravemente contrapuestos
infracción penal, según sea el caso”. entre algunos de estos y el menor, el Fiscal podrá actuar
(58) Art. 18 del Cód. Proc. Penal de Buenos Aires: de oficio cuando así resultare más conveniente para el
“Unificación de penas. Cuando corresponda unificar interés superior de aquel. (Artículo sustituido por art. 14
penas, el órgano judicial, de oficio o a petición de parte, de la ley 25.087 BO 14/05/1999). Art. 73 del Cód. Penal.
solicitará testimonio de la sentencia y cómputo de pena Son acciones privadas las que nacen de los siguientes
respectivos. En caso necesario podrá pedirse la remisión delitos: 1) Calumnias e injurias; 2) Violación de secretos,
de los expedientes. Cuando el requerimiento proviniere salvo en los casos de los arts. 154 y 157;3) Concurrencia
de un órgano judicial de ajena jurisdicción, se aplicará desleal, prevista en el art. 159;4) Incumplimiento de
el mismo trámite. Con el testimonio de la sentencia y los deberes de asistencia familiar, cuando la víctima
cómputo de pena, o en su caso con los autos recibidos, se fuere el cónyuge. Asimismo, son acciones privadas
correrá vista a las partes por seis [6] días y luego se dictará las que, de conformidad con lo dispuesto por las leyes
la sentencia unificadora”. procesales correspondientes, surgen de la conversión

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 33


DPyC Derecho penal DOCTRINA

a diferencia de las restantes que hasta aquí fue- de la Corte Suprema (CN, art. 117)... El principio
ran abordadas, traer a colación la opinión de general de distribución del poder es que los Esta-
los Dres. Binder y Granillo Fernández pareciera dos provinciales conservan todo el poder no de-
oportuno pues la claridad expositiva que al res- legado por esta Constitución al gobierno federal
pecto tienen ambos autores —sobre la cuestión (CN, art. 121), por lo que el principio, en nuestra
tratada— facilita el abordaje de dicho aspecto y materia, es que el ejercicio de la coerción penal (y
por ello se estima conveniente, en honor a la bre- el juzgamiento de las causas criminales, como ya
vedad, a dichas opiniones remitirse. vimos, es parte de ese ejercicio) corresponde a los
Estados provinciales, salvo que haya sido delegado
Así pues, al respecto señala el Dr. Binder que a la Nación... Los Estados provinciales tienen a su
“...el art. 75, inc. 12 de la CN establece que la fa- cargo, pues, el juzgamiento de los casos criminales
cultad del Congreso para dictar los Código Civil, comunes. A ellos les compete organizar la admi-
Penal, etc., no puede alterar las jurisdicciones nistración de justicia y ello es también uno de los
locales, ‘correspondiendo su aplicación a los tri- requisitos del reconocimiento de su autonomía
bunales federales o provinciales, según que las (CN, art. 5º). En cuanto a esta tarea, sin embargo,
cosas o las personas cayeran bajo sus respectivas los Estados provinciales tienen limitaciones en sus
jurisdicciones’. Esta regla básica se completa con posibilidades de organizar autónomamente su
el art. 116 de nuestra ley fundamental... Nuestra propia administración de justicia. Ello no sólo sig-
Constitución establece que el juzgamiento de nifica que deben respetar las garantías y derechos
las causas criminales se realice en dos órdenes o previstos en la Constitución Nacional —como es
niveles diferentes. Es decir que existe una com- obvio—, sino también que deben respetar el di-
petencia federal en razón de la materia y una seño constitucional del juicio penal... Existen, por
competencia federal en razón del territorio... La otra parte, limitaciones que surgen de los tratados
distribución de los asuntos judiciales en estos internacionales firmados por la Nación...” (60).
dos órdenes o sistemas no es una simple división
de tareas; al contrario, es uno de los reflejos más Sobre lo que a esta cuestión concierne, fun-
importantes de la estructura federal del Estado. damental resulta la reflexión del Dr. Binder en
En el caso específico de la justicia criminal forma cuanto destaca que “...el problema de la acción
parte, además, de este mecanismo garantizado en consecuencia es un problema central dentro
de distribución de ejercicio de la coerción penal. de los sistemas normativos; no es, como se ha
Por tal razón... el Congreso Nacional no puede creído, un problema accesorio, ni es un proble-
alterar ese diseño constitucional. Toda amplia- ma netamente procesal. Sin duda es un punto
ción de la competencia federal por fuera de los de conexión entre la formulación de los sistemas
límites fijados constitucionalmente altera el sis- normativos y su efectiva vigencia y nos señala
tema federal y rompe el equilibrio garantizador qué tipo de poder tiene el individuo para lograr
de la distribución de la coerción... Debe quedar que esos sistemas normativos sean vigentes. Es
en claro, pues, que la competencia federal es res- la llave maestra del estatus normativo del ciuda-
trictiva y excepcional, que no existe posibilidad dano. Si en el derecho moderno, mucho más en
constitucional de ampliar sus límites más allá nuestro país y en otros países de Latinoamérica
de lo impuesto por la Constitución Nacional y la relación entre validez y eficacia del derecho
que el Congreso Nacional puede delegar legis- es una relación traumática y crucial para dotar
lativamente parte de esa competencia federal en de legitimidad al Estado de derecho y de credi-
los tribunales de las provincias. Siempre, claro bilidad al sistema normativo, el problema de la
está, que no se trate de competencia originaria acción es el nombre que tiene el conjunto de téc-
nicas y regulaciones normativas y de principios
políticos que establecen cómo el individuo pue-
de la acción pública en privada o de la prosecución de lograr que esa brecha se reduzca...” (61).
de la acción penal por parte de la víctima. La acción
por calumnia e injuria podrá ser ejercitada sólo por el
ofendido y después de su muerte por el cónyuge, hijos,
nietos o padres sobrevivientes. En los demás casos, se (60) BINDER, Alberto M., “Introducción al Derecho
procederá únicamente por querella del agraviado o de sus Procesal Penal”, Ed. Ad-Hoc, Buenos Aires, 2000, 2ª ed.
guardadores o representantes legales. (Artículo sustituido actualizada y ampliada, reimpresión, ps. 92/95.
por art. 3º de la ley 27.147 BO 18/06/2015)”. (61) Ibidem, p. 210.

34 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Verónica Bilczyk

A mayor abundamiento, el Dr. Binder, citan- oportunidad procesal... Al ser materia de regula-
do a Chiovenda destaca el carácter de la acción ción por las provincias y no por el Congreso de la
como: “...el poder que el individuo tiene para Nación se facilita enormemente la posibilidad de
que todos los mecanismos y aparatos del Estado concretar un sistema de selección de los proce-
preocupados por la vigencia del sistema norma- sos penales que asegure que la persecución se
tivo se pongan en marcha para proteger el dere- hará siempre en los casos de mayor relevan-
cho vulnerado...” (62). cia jurídica y social... Por ello, afirmamos que
el llamado ‘principio de oportunidad’ es una
La facultad de legislar las acciones penales pa- necesidad procesal y que la competencia para
recería, en principio, una facultad inherente — introducirlo en la ley es la de cada legislatura
justamente— al ente provincial (ello, vinculado provincial. No reconocemos valor jurídico al-
con algunos de los puntos tratados en el acápite guno a la costumbre judicial que ha predomi-
anterior), aunque transformar tal criterio o al nado casi hasta el presente —inconstitucional
menos exponerlo en este trabajo podría comple- y derivada de la dogmática predominante en
jizar aún más las cuestiones a desarrollar, lo que otro tiempo en la Argentina— que sostuvo el
se intentará evitar, para lo cual, es que se ha pre- criterio de la pena retributiva y el concepto de
ferido efectuar la remisión a lo señalado por la que la acción penal pública fuera indisponible.
doctrina a su respecto (tal como se adelantara), En nuestros días se ha abierto mucho espacio
mediante la cita de y a los autores de mención. a una concepción más amplia y ya se produ-
ce una ampliación incipiente pero importante
Justamente, en ese sentido, Granillo Fernán- del principio de oportunidad, lo cual ha sido
dez al comentar el art. 6º del Cód. Proc. Penal de un poco por necesidad —dada la enorme can-
Buenos Aires sostiene: “...Es este un tema que en- tidad de procesos penales en marcha y la es-
cierra una problemática constitucional muy pro- casa infraestructura de que se dispone frente a
funda y que se relaciona sustancialmente con los ellos— y un poco por conocimiento de lo que
pilares del sistema republicano federal adoptado ocurre en otros países con administraciones
por la República... reconocida la soberanía ori- de justicia mucho más eficaces y rápidas, que
ginaria en las provincias y que cada una de éstas lo han adoptado en forma reglada o discrecio-
conserva todo el poder no delegado a la Nación nal y lo aplican en forma progresiva en gran
al dictarse la Carta Magna, la letra de sus arts. 5º, cantidad de casos... Es así que la disposición
7º, 75 inc. 12 —a contrario sensu— y 121 así lo es- del art. 6º, sobre que el ejercicio de la acción
tablece...En consecuencia entre la materia dele- pública no podrá suspenderse, interrumpirse
gada expresamente a la órbita del Congreso de la ni hacerse cesar sino excepcionalmente en los
Nación en virtud del art. 75, inc. 12 citado, no fi- casos previstos por la ley constituye un avance
gura la procesal —por lo que la misma pertenece legislativo de gran importancia que introduce
a la competencia local—, por ello es materia de en nuestro medio provincial el principio de
debate que sea competencia nacional la norma- oportunidad, pronunciándose por su modali-
tiva contenida en los arts. 71 y ss. del Cód. Penal dad reglada...” (63).
cuando se ocupan de las acciones penales, de
su clasificación, de su comienzo y extinción. Es Es decir, tal como lo se ha adelantado, las pos-
evidente que el régimen de las acciones es una turas de los autores mencionados —y transcrip-
materia que exhibe naturaleza procesal, pues se tos, en lo particular— resultan por demás clari-
trata de uno de los pilares del derecho procesal, ficadoras en este punto. La reglamentación del
coincidente con uno de los roles indispensables ejercicio de las acciones penales, en el Código
para la existencia del debido proceso sustan- Penal, reviste un aspecto de naturaleza procesal
tivo... De este modo nos pronunciamos por la que, o bien puede responder a la tantas veces
facultad provincial para legislar sobre el punto mencionada “nota unitaria” de nuestro código
máxime cuando... el ejercicio de las acciones de fondo o, simplemente, ser el resultado de una
se relaciona trascendentemente con el tema de
la disponibilidad y la aplicación de criterios de
(63) GRANILLO FERNÁNDEZ, Héctor, “Código de
Procedimiento Penal de la provincia de Buenos Aires”, Ed.
La Ley, 2ª ed. actualizada y ampliada, t I. Arts. 1º al 265,
(62) Ibidem, p. 212. 2009, ps. 126 y ss.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 35


DPyC Derecho penal DOCTRINA

tradición jurídica arraigada en nuestra Repúbli- de la acción penal; y siendo que ese aspecto, la
ca que bien podría por eso mismo modificarse o extinción de las acciones penales reviste natu-
al menos cuestionarse. raleza sustantiva, como consecuencia directa
de ello —de manera implícita— es que debiera,
En torno a la Suspensión del Juicio a Prueba o cabría que por eso fuera reglamentado por la
[arts. 76 bis (64) y ss. del Cód. Penal] como consa- Nación, más allá de lo que al respecto estipula el
gración del principio de oportunidad en materia Código de Rito provincial, art. 404 del Cód. Proc.
penal, es decir, como una de las vías anorma- Penal de Buenos Aires (65) a su respecto, el cual
les de terminación del proceso en el Código de no hace más que —el Legislador provincial— re-
Fondo nacional pareciera adecuado señalar que glamentar lo allí estatuido.
si bien desde una óptica de política criminal,
es decir, desde dicha visión podría estimársela En similar sentido, pareciera que —en cierta
como una “feliz” consagración de aquel; tam- forma— se hubiera expedido la Corte Suprema
bién podría decirse que “lo procesal” de aquel de Justicia de Nación (oblicuamente, pues no
“instituto” instaurado en un Código que como trataba puntualmente este asunto), al resolver la
bien sabemos debe regular cuestiones de natu- causa caratulada “Góngora, Gabriel Amado” (66)
raleza sustantiva, responde —o pareciera— a la
consecuencia del cumplimiento de las condicio-
(65) Capítulo IV. Suspensión del proceso a prueba.
nes impuestas en el marco de la Suspensión de Art. 404 del Cód. Proc. Penal de Buenos Aires. (Texto
Juicio a Prueba, ni más ni menos que la extinción según ley 14.296): “Procedencia. En los casos que la ley
permita suspender el proceso, a requerimiento de parte
y desde la declaración del art. 308 de este Código, el
(64) Art. 76 bis: “El imputado de un delito de acción órgano jurisdiccional competente convocará a las partes
pública reprimido con pena de reclusión o prisión a una audiencia. El acuerdo entre Fiscal y Defensor
cuyo máximo no exceda de tres años, podrá solicitar la será vinculante para el Juez o Tribunal, salvo ilegalidad
suspensión del juicio a prueba. En casos de concurso de o irracionalidad de las obligaciones impuestas. La
delitos, el imputado también podrá solicitar la suspensión resolución deberá ser inmediatamente comunicada
del juicio a prueba si el máximo de la pena de reclusión o a la Secretaría de Control del Juzgado de Ejecución.
prisión aplicable no excediese de tres años. Al presentar En los casos en que se formule la petición ante un
la solicitud, el imputado deberá ofrecer hacerse cargo órgano colegiado, actuará un [1] solo Juez, quien podrá
de la reparación del daño en la medida de lo posible, sustanciarlo y resolverlo. Las partes sólo podrán acordar
sin que ello implique confesión ni reconocimiento de la este trámite hasta treinta [30] días antes de la fecha fijada
responsabilidad civil correspondiente. El juez decidirá para la audiencia del debate oral”.
sobre la razonabilidad del ofrecimiento en resolución (66) “Góngora, Gabriel A.” causa 14.092. Sentencia
fundada. La parte damnificada podrá aceptar o no la del 23 de abril de 2013. Corte Suprema de Justicia de la
reparación ofrecida, y en este último caso, si la realización Nación. Capital Federal, Ciudad Autónoma de Buenos
del juicio se suspendiere, tendrá habilitada la acción Aires. Voto de los Sres. Magistrados (mayoría): Lorenzetti,
civil correspondiente. Si las circunstancias del caso Highton, Fayt, Maqueda, Argibay. Voto: Zaffaroni. Id SAIJ:
permitieran dejar en suspenso el cumplimiento de la FA13000038. Sumario: “...Corresponde revocar la decisión
condena aplicable, y hubiese consentimiento del fiscal, que anuló el auto que había rechazado la solicitud de
el Tribunal podrá suspender la realización del juicio. Si suspensión del juicio a prueba (art. 76 bis del Cód.
el delito o alguno de los delitos que integran el concurso Penal) en una causa en que no se ha puesto en crisis la
estuviera reprimido con pena de multa aplicable en calificación de los sucesos investigados como hechos de
forma conjunta o alternativa con la de prisión, será violencia contra la mujer, ya que el art. 7º de la Convención
condición, además, que se pague el mínimo de la multa Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
correspondiente. El imputado deberá abandonar en favor Violencia contra la Mujer impone considerar que en el
del estado, los bienes que presumiblemente resultarían marco de un ordenamiento jurídico que ha incorporado
decomisados en caso de que recayera condena. No al referido instrumento internacional como nuestro país,
procederá la suspensión del juicio cuando un funcionario la adopción de alternativas distintas a la definición del
público, en el ejercicio de sus funciones, hubiese caso en la instancia del debate oral es improcedente,
participado en el delito. Tampoco procederá la suspensión lo que surge de considerar que el sentido del término
del juicio a prueba respecto de los delitos reprimidos con juicio (‘un juicio oportuno’ según el inc. f del artículo
pena de inhabilitación. Tampoco procederá la suspensión mencionado) resulta congruente con el significado que
del juicio a prueba respecto de los ilícitos reprimidos por en los ordenamientos procesales se otorga a la etapa
las Leyes 22.415 y 24.769 y sus respectivas modificaciones. final del procedimiento criminal, en tanto únicamente
(Párrafo incorporado por art. 19 de la ley 26.735 BO de allí puede derivar el pronunciamiento definitivo
28/12/2011). (Artículo incorporado por art. 3º de la ley sobre la culpabilidad o inocencia del imputado, es decir,
24.316 BO 19/05/1994)”. verificarse la posibilidad de sancionar esta clase de hechos

36 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Verónica Bilczyk

en donde se declaró improcedente la adopción respecto, cabe destacar que similares observa-
de alternativas diferentes del juicio oral porque ciones a las efectuadas en torno a lo analizado
contraría la normativa que integra nuestro Blo- sobre el régimen de las acciones penales podrían
que de Constitucionalidad y en lo particular la considerarse a su respecto. Argumentos a los que
Convención de Belem do Pará, pues de manera en honor a la brevedad corresponde remitirse, a
indirecta con la eventual extinción de la acción fin de evitar reiteraciones innecesarias que pue-
penal por cumplimiento de las condiciones im- dan desviar el curso del presente.
puestas en la Probation —insisto, indirectamen-
te— se vulneraría la manda contenida en el art. En cuanto al capítulo II bis “Abigeato” del títu-
7º, apart. “b” de dicha Convención (67) (entre lo VI “Delitos contra la Propiedad” (Libro Segun-
otros), en cuanto prevé que los Estados partes do del Código Penal), arts. 167 ter, 167 quater y
deben actuar con la debida diligencia para pre- 167 quinquies del Cód. Penal (69), mucho podría
venir, investigar y sancionar la violencia contra la alegarse, mas en cuanto a la temática abordada
mujer. en esta ocasión sólo debe destacarse que dicha
reglamentación, fundamentalmente, ante las
De allí entonces que, ante la naturaleza extinti- excesivas penas allí previstas —que afectan la
va de la acción penal sea razonablemente regla- sistematicidad del Código Penal— las particula-
mentada la Suspensión de Juicio a Prueba en el
Código Penal.
(69) Capítulo 2 bis: Abigeato (Capítulo incorporado por
art. 3º de la ley 25.890 BO 21/05/2004). Art. 167 ter del Cód.
Entre los delitos contra la integridad sexual, Penal: “Será reprimido con prisión de dos [2] a seis [6]
particularmente, en la normativa recientemente años el que se apoderare ilegítimamente de una [1] o más
reformada (al menos para la historia de nuestra cabezas de ganado mayor o menor, total o parcialmente
legislación penal, concretamente el pasado 7 de ajeno, que se encontrare en establecimientos rurales
abril de 2012), art. 132 del Cód. Penal (68), el cual o, en ocasión de su transporte, desde el momento de su
carga hasta el de su destino o entrega, incluyendo las
reglamenta la forma en que la víctima de deter-
escalas que se realicen durante el trayecto. La pena será
minados delitos (los allí expresamente contem- de tres [3] a ocho [8] años de prisión si el abigeato fuere
plados), podrá instar la acción penal pública; al de cinco [5] o más cabezas de ganado mayor o menor y
se utilizare un medio motorizado para su transporte.
exigida por la Convención...”. Fuente del sumario: Oficial - (Artículo incorporado por art. 3º de la ley 25.890 BO
Corte Suprema de Justicia de la Nación (http://www.saij. 21/05/2004) Art. 167 quater del Cód. Penal. Se aplicará
gob.ar/corte-suprema-justicia-nacion-federal-ciudad- reclusión o prisión de cuatro [4] a diez [10] años cuando
autonoma-buenos-aires-gongora-gabriel-arnaldo-causa- en el abigeato concurriere alguna de las siguientes
14092-fa13000038-2013-04-23/123456789-830-0003-1- circunstancias: 1. El apoderamiento se realizare en
ots-eupmocsollaf). Último acceso, agosto de 2018. las condiciones previstas en el art. 164. 2. Se alteraren,
suprimieren o falsificaren marcas o señales utilizadas
(67) “Capítulo III. Deberes de los estados. Art. 7º de la para la identificación del animal. 3. Se falsificaren o se
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y utilizaren certificados de adquisición, guías de tránsito,
Erradicar la Violencia contra la Mujer conocida también boletos de marca o señal, o documentación equivalente,
como la Convención de Belem do Pará. Los Estados Partes falsos. 4. Participare en el hecho una persona que se
condenan todas las formas de violencia contra la mujer y dedique a la crianza, cuidado, faena, elaboración,
convienen en adoptar, por todos los medios apropiados y comercialización o transporte de ganado o de productos o
sin dilaciones, políticas orientadas a prevenir, sancionar subproductos de origen animal. 5. Participare en el hecho
y erradicar dicha violencia y en llevar a cabo lo siguiente: un funcionario público quien, violando los deberes a su
a. abstenerse de cualquier acción o práctica de violencia cargo o abusando de sus funciones, facilitare directa o
contra la mujer y velar por que las autoridades, sus indirectamente su comisión. 6. Participaren en el hecho
funcionarios, personal y agentes e instituciones se tres [3] o más personas. (Artículo incorporado por art. 3º
comporten de conformidad con esta obligación; b. de la ley 25.890 BO 21/05/2004). Art. 167 quinquies del
actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y Cód. Penal. En caso de condena por un delito previsto en
sancionar la violencia contra la mujer...”. este Capítulo, el culpable, si fuere funcionario público o
(68) Art. 132 del Cód. Penal: “En los delitos previstos reuniere las condiciones personales descriptas en el art.
en los arts. 119: 1º, 2º, 3º párrafos, 120: 1º párrafo, y 130 la 167 quater, inc. 4º, sufrirá, además, inhabilitación especial
víctima podrá instar el ejercicio de la acción penal pública por el doble del tiempo de la condena. En todos los casos
con el asesoramiento o representación de instituciones antes previstos también se impondrá conjuntamente una
oficiales o privadas sin fines de lucro de protección o multa equivalente de dos [2] a diez [10] veces del valor del
ayuda a las víctimas. (Artículo sustituido por art. 1º de la ganado sustraído”. (Artículo incorporado por art. 3º de la
ley 26.738 BO 07/04/2012)”. ley 25.890 BO 21/05/2004).

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 37


DPyC Derecho penal DOCTRINA

ridades locales son las que deberían tenerse en como un límite de la discriminación y en torno
consideración inclusive a la hora de sancionar a dicha cuestión el Centro de Información Judi-
tipos penales y/o fijar las escalas penales. cial de la CS —en su página web, al comentar el
pronunciamiento del Máximo Tribunal de Justi-
La realidad de las zonas rurales y/o de la So- cia de la Nación— hizo especial hincapié en que
ciedad Rural o, mejor dicho, de los intereses de “...debe existir un juicio de ponderación razona-
esta y aquellas, no resultan uniformes o al menos ble ya que no se puede satisfacer un derecho de
compartidos por el resto de la sociedad argenti- manera ilimitada y que, como consecuencia de
na. Por ello, el no tener en consideración esas esta extralimitación, se lesionen los derechos de
particularidades locales o tenerlas en considera- otros grupos igualmente tutelados al situarlos en
ción en demasía, resulta demostrativo de la des- una posición desventajosa. En estos supuestos
igualdad que dicha reglamentación genera. el examen debe ser estricto y quien establece la
diferencia de trato debe justificar su necesidad...
Por tanto, si se hubiese imitado —en ese pun- En el caso, la demandada no ha demostrado esa
to— a nuestro modelo norteamericano (en cuan- necesidad. En consecuencia, se puede afirmar
to al modelo de Constitución se refiere), la falta que la norma cuestionada, al incluir la educa-
de sistematicidad —en relación con las penas— ción religiosa en horario escolar, dentro del plan
que el delito de Abigeato (su consagración nor- de estudios y con el aval de la respectiva auto-
mativa en el capítulo de referencia genera) no ridad religiosa, favorece conductas discrimina-
hubiera implicado un menoscabo al principio de torias hacia los niños y niñas que no integran el
igualdad que debe primar en nuestra República grupo religioso predominante ni ningún otro,
(cfr. art. 16 de la CN). Ello así, tal como se advier- generando, de este modo, mayor desigualdad...
te, finalmente aconteció; al proteger en demasía La Corte afirmó que cuando una norma admite
a los “bienes” allí contemplados en relación con una lectura que pone a un sector de la pobla-
los restantes que se protegen en el resto del tí- ción en una situación de inferioridad respecto
tulo, como así también en comparación con los de un grupo determinado, se debe invalidar esa
otros bienes jurídicos tutelados en el cuerpo del norma, porque de lo contrario la situación de
mismo código de fondo nacional. discriminación se repetirá una y otra vez, más
allá de que se invaliden las prácticas puntuales
En este orden de ideas, “el margen de apre- discriminatorias. En estos casos, hay que cen-
ciación de las provincias” es el que en su caso trar el análisis en la norma como causante de la
debiera primar a la hora de resolver cuestiones desigualdad... La Corte Suprema consideró que
como las analizadas. Margen de apreciación dentro del sistema educativo público de la pro-
provincial al que el Sr. Ministro del Máximo Tri- vincia de Salta existen patrones sistemáticos de
bunal de Justicia de la Nación, Dr. Rosatti —en su trato desigualitario hacia grupos religiosos mi-
voto en disidencia— expresamente recurriera al noritarios y hacia los no creyentes... Existe clara-
resolver la cuestión planteada ante la Corte Su- mente un tratamiento preferencial hacia las per-
prema de Justicia de Nación sobre la educación sonas que profesan el culto mayoritario, sin que
religiosa en las escuelas. Ello así, cfr. art. 5º de la la provincia de Salta haya justificado de ninguna
CN, entre otros argumentos de hecho y de dere- manera la necesidad de la política de educación
cho que fueran desarrollados por el Sr. Juez en su religiosa que implementa...” (70).
voto emitido con fecha 12 de diciembre de 2017
en el marco de la causa caratulada “Castillo, Ca- Extracto del comentario al pronunciamiento
rina V. y otros c. provincia de Salta - Ministerio de mención que ha sido oportuno referenciar en
de Educación de la provincia de Salta s/ amparo” esta ocasión, aunque llame su atención; justa-
(CSJ 1870/2014/CS1). mente, en atención a los argumentos esgrimidos
precedentemente en relación con el delito de
Pronunciamiento que si bien no viene al caso
tratar en toda su extensión, además de referen-
(70) https://www.cij.gov.ar/nota-28821--La-Corte-Suprema-
ciar la cuestión anterior, conducente resulta
resolvi--que-en-Salta-no-podr--darse-educaci-n-religiosa-
destacar que —del voto de la mayoría— entre en-las-escuelas-p-blicas-en-el-horario-escolar-y-como-
otras consideraciones se hizo un especial aná- parte-del-plan-de-estudios.html (último acceso agosto
lisis de la cuestión desde lo que se ha estimado de 2018).

38 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Verónica Bilczyk

abigeato en el modo en el que finalmente y de cusa absolutoria para los simples intervinientes
manera desigual fuera consagrado en el Código y una disminución de pena para los promotores
Penal, por el tratamiento preferencial que articu- o directores, cuando la manifestación de la rebe-
la y por la consecuente situación de inferioridad lión, sedición o motín, no ha pasado de ser un
en que coloca a los supuestos que no revisten las tumulto que sólo ha perturbado el orden, sin que
condiciones necesarias para ser tutelados me- los sublevados, rebeldes o amotinados hayan he-
diante el capítulo de abigeato. cho uso de las armas, sea que el tumulto se haya
disuelto por propia determinación de aquéllos,
Ahora bien, en relación con otra de las disposi- sea que ello haya ocurrido en razón de las inti-
ciones de la Parte Especial del Código Penal que maciones de la autoridad formuladas según lo
merecen un análisis particular, dada la cuestión dispuesto por el art. 231...” (72).
sometida a tratamiento; lo dispuesto en y por los
arts. 231 y 232 del Cód. Penal (71), merece un es- Sentado ello, en relación con otra de las figu-
pecial reparo. ras previstas en nuestro Código Penal, concre-
tamente, en torno al delito de lavado de activos,
En efecto, dentro de las disposiciones comu- conveniente y oportuno resulta traer a colación
nes a los capítulos precedentes, contemplados lo dispuesto en y por el art. 305 del Cód. Penal
en el Título X “Delitos contra los poderes públi- (73). Al respecto, si bien en torno al decomiso,
cos y el orden constitucional” (Libro II del Códi- dada su diversa naturaleza —en relación con las
go Penal), la excusa absolutoria allí contemplada medidas cautelares— parecería correcta su re-
en relación con los delitos de rebelión, sedición glamentación en el Código Penal, tal como acon-
y motín, como así también la reducción de pena tece con lo dispuesto en y por el art. 23 del Cód.
allí prevista (en relación con los promotores y di- Penal; mientras que, en torno a las medidas cau-
rectores), es —o pareciera ser— el resultado de telares allí reglamentadas, si bien establecidas
una reglamentación de naturaleza procesal en como facultades del juez (primer párrafo) y los
un Código Penal. reclamos sobre el origen, naturaleza o propiedad
de los bienes, a realizarse a través de una acción
Ahora bien, en contra de dicha posición —la administrativa o civil de restitución (último pá-
que les adjudica naturaleza procesal— se ads-
criben autores como Carlos Creus, quien en lo
(72) CREUS, Carlos, “Derecho Penal. Parte Especial.
particular sostiene “...1786. Carácter de las dis- Tomo II”, Ed. Astrea, Buenos Aires, 1998, 6ª ed. actualizada
posiciones. —Los arts. 231 y 232 del Cód. Penal y ampliada, 1ª reimpresión, p. 201.
no contienen meras reglas de procedimiento, (73) Art. 305 del Cód. Penal: “El juez podrá adoptar
como algunos parecen haber entendido, sino desde el inicio de las actuaciones judiciales las medidas
que, formando una normativa unificada, regu- cautelares suficientes para asegurar la custodia,
lan aspectos de la punibilidad de los delitos de administración, conservación, ejecución y disposición
rebelión, sedición y motín, consagrando una ex- del o de los bienes que sean instrumentos, producto,
provecho o efectos relacionados con los delitos previstos
en los artículos precedentes. En operaciones de lavado
de activos, serán decomisados de modo definitivo, sin
(71) Capítulo III. Disposiciones comunes a los Capítulos necesidad de condena penal, cuando se hubiere podido
precedentes. Art. 231 del Cód. Penal: “Luego que se comprobar la ilicitud de su origen, o del hecho material al
manifieste la rebelión o sedición, la autoridad nacional que estuvieren vinculados, y el imputado no pudiere ser
más próxima intimará hasta dos veces a los sublevados enjuiciado por motivo de fallecimiento, fuga, prescripción
que inmediatamente se disuelvan o retiren, dejando o cualquier otro motivo de suspensión o extinción de la
pasar entre una y otra intimación el tiempo necesario para acción penal, o cuando el imputado hubiere reconocido
ello. Si los sublevados no se retiraren inmediatamente la procedencia o uso ilícito de los bienes. Los activos que
después de la segunda intimación, la autoridad hará fueren decomisados serán destinados a reparar el daño
uso de la fuerza para disolverlos. No serán necesarias, causado a la sociedad, a las víctimas en particular o al
respectivamente, la primera y segunda intimación, desde Estado. Sólo para cumplir con esas finalidades podrá darse
que los sublevados hicieren uso de las armas. Art. 232 del a los bienes un destino específico. Todo reclamo o litigio
Cód. Penal. En caso de disolverse el tumulto sin haber sobre el origen, naturaleza o propiedad de los bienes se
causado otro mal que la perturbación momentánea del realizará a través de una acción administrativa o civil de
orden, sólo serán enjuiciados los promotores o directores, restitución. Cuando el bien hubiere sido subastado sólo se
a quienes se reprimirá con la mitad de la pena señalada podrá reclamar su valor monetario. (Artículo incorporado
para el delito”. por art. 5º de la ley 26.683 BO 21/06/2011)”.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 39


DPyC Derecho penal DOCTRINA

rrafo), representan ambas disposiciones natura- que parte de la doctrina considera que mediante
leza procesal en un Código Penal que debería re- aquella se implementa una verdadera conmuta-
vestir siempre, estrictamente —como se viera a ción de penas, cabe destacar las siguientes cues-
lo largo de estas páginas— naturaleza sustantiva. tiones.

En esta línea argumental, se advierte que sólo Que, ante ello, parte de la doctrina —justa-
podría resguardarse su constitucionalidad, me- mente— sostiene que esta viene a responder a
diante el reconocimiento del “vicio” unitario de la disposición transitoria contenida en el art. 228
estos (las disposiciones cuestionadas), pues las de la ley 24.660 (75).
notas salientes de ellas evidencian que sólo han
sido consagradas por la naturaleza de los ilícitos Al respecto, frente a quienes alegan su incons-
en cuestión. titucionalidad se aduce que otra es la naturaleza
jurídica de los institutos allí contemplados, co-
Las medidas cautelares allí dispuestas a los nocido este como “estímulo educativo”.
fines de —en su debido momento— lograr efec-
tivizar el decomiso de los bienes (decomiso allí En esa línea, a los fines de no desviar el alcance
también reglamentado), revisten claramente que se le pretende asignar a las cuestiones some-
naturaleza procesal (parecería que —prima fa- tidas a análisis en esta oportunidad, conducente
cie— nadie podría discutir o cuestionar ello); por resulta traer a colación lo resuelto por la sala V
lo demás, en cuanto al ejercicio de las acciones del Tribunal de Casación Penal de la provincia
administrativas y civiles de restitución, podría de Buenos Aires, en el marco de la causa 56.226
estimarse como sobreabundante y por ende un caratulada “Ramos, Luis A. s/ recurso de queja
exceso del legislador nacional el contemplar en (art. 433 del Cód. Proc. Penal)”, sentencia dic-
el Código Penal una disposición de tal carácter, tada con fecha 16/05/2013 por los Sres. Jueces,
de neto corte procesal. Dres. Celesia y Ordoqui, oportunidad en la cual,
declarando inviables los reparos efectuados por
Que, en similar sentido es adecuado a su vez el recurrente rechazaron el planteo de incons-
señalar que la expresión el art. 76 bis del Cód. titucionalidad articulado en tal sentido (en lo
Penal —tercer párrafo— si bien podría ser cues- particular, de la norma en cuestión), en donde a
tionada por idéntica razón (“tendrá habilitada contrario se casó la resolución cuestionada y se
la acción civil correspondiente”), más allá de lo declaró la validez constitucional del art. 41 bis de
que oportunamente se ha señalado en torno al la ley 12.256.
instituto de la Suspensión de Juicio a Prueba, en
general, bien puede responder a una necesaria En dicha oportunidad, la Defensa alegó que
aclaración dentro de la misma reglamentación la ley 14.296 (BO: 08/09/2011) tuvo el propósito
procesal que allí se estipula. de adecuar la normativa local a las Reglas Míni-
mas para el tratamiento de los Reclusos de las
Finalmente, en cuanto a lo dispuesto por el Naciones Unidas, receptadas por la ley nacional
art. 41 bis de la ley 12.256 (74), normativa a la 24.660, la cual diferencia entre conmutación de
penas y las otras modalidades legalmente previs-
tas. Como así también, destacando la Defensa en
(74) Recompensas. (Título Incorporado por ley 14.296). aquella ocasión, el propósito de reinserción so-
Art. 41 bis de la ley 12.256 (Artículo Incorporado por ley cial asignado a la pena (cfr. arts. 10.3 del PIDCyP,
14.296): “Los actos del interno que demuestren buena
5.6º de la CADH estos últimos en función de lo
conducta, espíritu de trabajo, voluntad en el aprendizaje
y sentido de responsabilidad en el comportamiento
personal y en las actividades organizadas del
establecimiento, serán estimulados mediante un sistema (75) Capítulo XXI. Disposiciones finales. Art. 228 de la
de recompensas. Sin perjuicio de lo que determine ley 24.660: “La Nación procederá a readecuar la legislación
la reglamentación y salvo los casos del art. 100 de la y las reglamentaciones penitenciarias existentes dentro de
presente, el Juez de Ejecución o Juez competente podrá un [1] año a partir de la entrada en vigencia de la presente
recompensar al condenado que tuviera conducta ley, a efectos de concordarlas con sus disposiciones.
ejemplar con una rebaja en la pena a razón de diez [10] De igual forma, se invita a las provincias y a la Ciudad
días por año de prisión o reclusión cumplida en los cuales Autónoma de Buenos Aires a readecuar su legislación y
haya efectivamente trabajado o estudiado”. reglamentaciones penitenciarias”.

40 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Verónica Bilczyk

dispuesto en el art. 75, inc. 22 de la CN; art. 30 12.256 no supera el tamiz de constitucionalidad
de la CPBA, DUDH y el derecho a la educación y así debe declarárselo, seguidamente se traerá
consagrado constitucional y legislativamen- a colación, justamente, un pronunciamiento del
te en nuestra República), además del carácter mismo Tribunal de Casación Penal de la pro-
progresivo de y en el tratamiento penitenciario; vincia de Buenos Aires, pero emitido por la sala
siendo que la ley 26.695 modificatoria de la ley II, integrada por aquel entonces por los Sres.
24.660 estableció un sistema de recompensas y Jueces, Dres. Mahiques y Mancini, con fecha 26
estímulo educativo mucho más amplio que el de noviembre de 2013, en el marco de la causa
provincial. 55.611 caratulada “M., A. s/ recurso de casación
interpuesto por fiscal general”, mediante la cual
En ese precedente —el referenciado anterior- declararon la inconstitucionalidad del art. 41
mente— la sala V del Tribunal de Casación Penal bis de la Ley de Ejecución Penal de la provincia
de la provincia de Buenos Aires, estimó incorrec- (12.256).
to el control constitucional de la norma inferior,
por errónea interpretación judicial, a la luz de Que, como fundamentos de tal modo de re-
las pautas y estándares constitucionales y lega- solver los Sres. Jueces (voto del Dr. Mahiques al
les, considerando así que el art. 41 bis de la ley que Mancini adhiriera en dicha ocasión), sostu-
12.256 no resulta contradictorio con el art. 105 vieron: “...Es que en consideración a lo dispuesto
de la ley 24.660 (76) que regula las recompensas, por el último de los artículos mencionados, la
máxime cuando por la ley 26.695 (BO: 29/08/11), ley 24.660 de Ejecución de la Pena Privativa de
se incorporó en la mencionada ley 24.660 el art. la Libertad, es complementaria del Código Penal
140 (77) que establece un sistema de estímulo y, por ello, las concordancias a las que se refiere
educativo. el art. 228, no pueden tener otro alcance que el
relativo a las disposiciones de carácter adminis-
Frente a dicha postura, tal como se adelanta- trativo o procesal para el pretendido objetivo se-
ra, están quienes esgrimen la opinión contraria. ñalado de unificar a nivel nacional la ejecución
Para ello, en pos de demostrar la posición que penal, más nunca respecto de aquellas que ha-
afirma que la reglamentación provincial con- cen a la cuestión de fondo (art. 229), que natu-
sagrada en el mencionado art. 41 bis de la ley ralmente son de aplicación automática y obliga-
toria en todo el territorio de la nación. Ello, que
(76) Capítulo VI. Recompensas. Art. 105 de la ley 24.660: parece una obviedad de orden constitucional,
“Los actos del interno que demuestren buena conducta, en tanto la materia de fondo fue delegada por
espíritu de trabajo, voluntad en el aprendizaje y sentido las provincias a la nación para garantizar la uni-
de responsabilidad en el comportamiento personal y en formidad de las leyes de aquella naturaleza, en
las actividades organizadas del establecimiento, serán el caso concreto del cumplimiento de las penas
estimulados mediante un sistema de recompensas privativas de la libertad en todo el territorio de
reglamentariamente determinado”.
la República, —que no sobra decirlo, no nace
(77) Art. 140 de la ley 24.660: “Estímulo educativo.
con el dictado de la referida ley de Ejecución
Los plazos requeridos para el avance a través de las
distintas fases y períodos de la progresividad del sistema sino que tal pretensión puede encontrarse ya en
penitenciario se reducirán de acuerdo con las pautas el proyecto de ley penitenciaria elaborada por
que se fijan en este artículo, respecto de los internos Rodolfo Moreno en el año 1922, mediante el que
que completen y aprueben satisfactoriamente total se pretendía la regulación de un régimen de eje-
o parcialmente sus estudios primarios, secundarios, cución penal único en todo el país—, presenta
terciarios, universitarios, de posgrado o trayectos de sin embargo perfiles propios que cuanto menos,
formación profesional o equivalentes, en consonancia
con lo establecido por la ley 26.206 en su cap. XII: a) ponen en tela de juicio aquel principio general...
un [1] mes por ciclo lectivo anual; b) dos [2] meses por V) Como para ingresar en el análisis de aquella
curso de formación profesional anual o equivalente; c) problemática basta con señalar que la ley 12.256
dos [2] meses por estudios primarios; d) tres [3] meses de Ejecución Penal de esta provincia, dictada
por estudios secundarios; e) tres [3] meses por estudios con posterioridad a la que regula idéntica mate-
de nivel terciario; f) cuatro [4] meses por estudios ria en el orden nacional, no solo se aparta de sus
universitarios; g) dos [2] meses por cursos de posgrado.
Estos plazos serán acumulativos hasta un máximo de disposiciones, sino que en su art. 2º establece la
veinte [20] meses. (Artículo sustituido por art. 1º de la ley exclusiva aplicación de la mencionada ley local
26.695 BO 29/08/2011)”. —a los fines de asegurar el principio de igualdad

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 41


DPyC Derecho penal DOCTRINA

de trato— cualquiera fuera la autoridad judicial, encuentra prevista expresamente en el código y


provincial, nacional o extranjera a cuyo cargo los aquella no, ambas participan de idéntica natura-
detenidos se encuentren y regula la procedencia leza y, consecuentemente, su modificación, ade-
de institutos que se vinculan directamente con más de entrañar legislar sobre materia delegada
el cumplimiento de las penas de prisión, no solo a la nación, produce sin más, entre otras cues-
en las garantías relativas a la calidad del encie- tionables consecuencias, una clara desigualdad
rro, sino directamente en su cuantía, como es el ante la ley, desde que quien fue condenado por
caso de la regulación de la viabilidad del insti- la justicia de esta provincia podría sufrir un en-
tuto de la libertad asistida seis meses antes del cierro menor que alguien que en idéntica cir-
término para la libertad condicional, no previsto cunstancia fuera condenado por la justicia na-
por la legislación nacional... Como claramente cional o de otra jurisdicción con estricto apego a
puede advertirse entonces, la pretendida apli- lo normado por la ley 24.660(...)’. Sentado ello, se
cación en todo el territorio del estado nacional advierte sin esfuerzo que se ha pretendido legis-
de la ley 24.660 no aparece así posible y de allí lar en el orden provincial, materia sustancial que
puede extraerse, como de hecho lo hace buena ha sido delegada por la provincia en la Nación
parte de la doctrina, una afectación al principio y por tanto se encuentra vedada para legislar al
de igualdad ante la ley establecido por el art. 16 respecto. En otras palabras, no se ha pretendido
de la CN, dado que en definitiva la aplicación en establecer un beneficio en las condiciones del
el caso de la ley local produce una modificación cumplimiento de pena, sino que específicamen-
cuantitativa del encierro ya que ‘dos penas que te se ha consagrado una causal de reducción de
se ejecuten de modo diferente, son diferentes’ la pena, que no se encuentra establecida ni en la
(cfr. Zaffaroni, Raúl E., ‘Tratado de Derecho Pe- Ley de Ejecución Penal ni en el Código Penal de
nal’, t. I, ps. 200 y ss.). VI) También se ha sosteni- la Nación. En esta inteligencia entonces, la ley lo-
do que ‘las normas de la Ley de Ejecución cons- cal establece una desigualdad entre los penados
tituyen la reglamentación mínima de derechos en la provincia de Buenos Aires y los penados en
humanos reconocidos constitucionalmente...’, distinta jurisdicción, que consiste en que, ante
lo que ha llevado a señalar que siempre que una igualdad de comportamientos durante el en-
disposición de la ley local recepte la posibilidad cierro, los primeros podrán reducir su pena, no
de morigerar los efectos desocializadores de la simplemente el encierro, sino la pena impuesta
pena otorgando mayores beneficios al detenido, en sí misma, mientras que los segundos, deberán
resulta plenamente aplicable, en desmedro de cumplir la totalidad de la pena por la que hayan
la legislación nacional. Sin embargo, según mi sido condenados. Esta manifiesta desigualdad,
criterio, aquella posibilidad se encuentra reser- revela sin más la inconstitucionalidad de la nor-
vada con exclusividad a la forma en que el en- ma. De esta forma, considero que lo normado
cierro se cumple, más no parece posible, sin una por el art. 41 bis en cuestión, en tanto excede las
clara afectación al principio de igualdad ante la facultades propias de la legislatura provincial y
ley art. 16 de la CN—, que aquella divergencia se pretende legislar en materia que ha sido delega-
vincule con el tiempo del encierro mismo. Por da a la Nación, afectando seriamente la igualdad
ejemplo, en el caso que nos convoca, siendo que ante la ley de los habitantes de la nación, corres-
el estímulo educativo se encuentra legislado por ponde declarar la inconstitucionalidad de la re-
la ley 24.660, complementaria del Código Penal compensa estatuida. VII) Por lo expuesto y en la
(art. 229) y tiene directa incidencia en el art. 13 inteligencia de que la legislación que regula la
del mismo ordenamiento, no puede abrigarse materia, corresponde de conformidad con los
duda alguna en cuanto a que, por su naturale- arts. 75, inc. 12 y 121 de la CN, al Gobierno Fede-
za, constituye una norma de carácter sustancial, ral, lo estatuido por el art. 41 bis de la ley 12.256,
que ninguna legislatura provincial podría mo- resulta inconstitucional (...)...’ (causa 53351, ‘Ga-
dificar. En esta inteligencia, al votar en la causa llardo, Ricardo D. s/ recurso de casación’ Sen-
39004 ‘Ibáñez, Fernando s/ recurso de casación’, tencia de fecha 11 de junio de 2012, Registrada
sostuve que pretender ‘...lo contrario, aún con el bajo el registro 628)...”.
argumento expuesto, resultaría tan insostenible
como que una ley local modificara el tiempo mí- Así entonces, argumentos en pos de la consti-
nimo de encierro para la obtención de la liber- tucionalidad o no de la reglamentación estable-
tad condicional, ya que aunque esta última se cida en el mencionado art. 41 bis de la ley 12.256

42 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Verónica Bilczyk

resultan plurales y, claro está, muy diversos, Así entonces, en el entendimiento de que la
siendo por dicha razón que a tales fines aquí fue- declaración de inconstitucionalidad de una
ron proporcionados ambos con el alcance esti- norma representa la ultima ratio a la que debe
mado necesario en pos de ello. recurrirse, es que se ha de señalar también que
todo cuestionamiento a la normativa penal hasta
Asimismo, en el precedente jurisprudencial aquí mencionada debe analizarse a la luz de lo
que fuera transcripto en el párrafo que antecede dispuesto por el art. 28 de la CN para así, de ese
se advierte a su vez la crítica a otra cuestión que modo, ver si dicha reglamentación resulta o no
también fue tratada en esta oportunidad; se hace razonable. Por ejemplo, si su previsión en el Có-
referencia a lo dispuesto en relación con la liber- digo Penal, razonablemente, ha sido allí tratada,
tad condicional y, en lo particular, la mención aunque oblicuamente implique el tratamiento
del instituto de la libertad asistida reglamentado no de cuestiones estrictamente sustantivas sino
en sede provincial mas no en la legislación na- procesales.
cional por la que, también parte de la doctrina
a esta última la cuestiona por inconstitucional. Ante ello, como se ha puesto en evidencia, en
Aspecto al que en honor a la brevedad simple- algunos casos se ha estimado correcto que “se lo
mente cabe referenciarlo en esta oportunidad. haga” desde la legislación nacional (el dictado de
la normativa o legislación de referencia), para así
IV. Conclusión. Respuesta al interrogante unificar criterios procesales. Esto último confor-
planteado me en cada caso puntual se analizará en el punto
que precede.
Tal como se enuncia en la rúbrica del presen-
te apartado se ha de concluir esta presentación. Ello así, no sólo en pos de consagrar una apli-
Para ello, primeramente, dando o intentando dar cación “igualitaria” del derecho penal en nuestra
respuesta al interrogante esbozado, para lo cual República, sino porque a pesar de lo dispuesto
se ha de sostener que, en principio y como regla expresamente por el art. 75, inc. 12 de la CN (en-
el Código Penal argentino “es Federal” o, mejor tre otros), implícitamente son conferidos tales
expresado, resguarda en su contenido al Siste- poderes en el Gobierno Federal para poner a los
ma Federal de Gobierno. Ello así, como regla, poderes expresamente delegados, en ejercicio o
sin perjuicio de los diversos cuestionamientos en acción.
articulados en tal sentido y que tuvieran su desa-
rrollo en la cuestión —apartado— que antecede. En esta línea argumental, y para ir concluyen-
do, sólo se adicionarán algunas cuestiones más.
Ahora bien, como toda generalización puede
y debe permitir, excepciones; y, justamente, es En efecto, como lo expusiera la Dra. Gelli y
en torno a dichas excepciones sobre las que se aquí fuera referenciado, en la República Argen-
ha preferido trabajar para demostrar si la regla- tina la legislación común es uniforme a los fines
mentación articulada en tal sentido, a la luz del de evitar contradicciones y lagunas jurídicas
federalismo, resulta o no razonable; es que, en (entre otros). Ello así, tal como las provincias
cada caso puntual se han manifestado las diver- oportunamente lo entendieron al delegar tal
sas opiniones o posturas y a ellas, en honor a la competencia (la del art. 75, inc. 12 de la CN) en
brevedad, cabe remitirse en este apartado. la Nación, concreta y exclusivamente en el Poder
Legislativo Nacional.
A pesar de lo cual, se debe reconocer que todo
hecho humano es perfectible. Por tanto, si esa es la Frente a ello, se advierte que no siempre las
regla, el Código Penal no puede ser la excepción. cuestiones que a su respecto deben ser regu-
ladas son delimitadas claramente, como se ha
Las cuestiones de política criminal y el exceso puesto en evidencia en el punto anterior. En lo
del legislador Nacional o, en su caso, del provin- particular, no siempre el Código Penal regula
cial, bien pudieron y pueden poner en crisis el normas sustantivas; pues, disposiciones proce-
Sistema Federal de Gobierno como implícita y sales se “filtran” entre ellas (al igual que, en el
explícitamente se ha expuesto a lo largo de estas sentido contrario, disposiciones de naturaleza
páginas. sustantiva en la legislación “procesal”).

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 43


DPyC Derecho penal DOCTRINA

Por lo demás, ya se ha visto —y queda claro— no no sólo para la Nación sino también para las
que el federalismo, o mejor expresado, el Siste- provincias (tardarían años en “aparecer”, como
ma Federal de Gobierno debe ser igualitario (cfr. tales, en su actual “extensión” y reconocimiento,
art. 16 de la CN), pero en pos de ello, muchas ve- los municipios y la Ciudad Autónoma de Buenos
ces se pone en crisis la restante normativa cons- Aires).
titucional referenciada.
Así entonces, y a mayor abundamiento, sien-
Son las provincias las que, como unidades po- do que la Constitución Nacional (sobre la que
líticas —iguales e indestructibles, como se las vale recordar lo que se destacó, que no es el “go-
describiera oportunamente— las que se organi- bierno” porque este se encuentra subordinado
zaron de manera autónoma, pero de conformi- a aquella), es la que le confiere y enumera sus
dad con las atribuciones constitucionalmente poderes al “Gobierno”, entre los cuales se esta-
establecidas a tales fines. blecen y deslindan —entre otros— los que son
inherentes a las provincias; es decir, los poderes
Entonces, siendo que el dictado de las normas que no hayan sido por ellas delegados al Gobier-
procesales ha sido una facultad reservada por las no Federal de manera expresa o, por necesaria
provincias para el gobierno dentro de su territo- y conveniente implicancia —como suele decir-
rio, sin resultar necesaria o en su caso, habilitada se— quedan en la esfera reservada de las provin-
la delegación en el Gobierno central, cualquier cias y así debe también respetárselo.
disposición que menoscabara tal principio, pre-
cisamente, “en principio” podría ser cuestionada Frente a ello se estima conducente señalar, en
desde una perspectiva constitucional. resumidas cuentas, que aquellos poderes que
implícitamente le son conferidos como medios
Continuando con esta línea argumental, si para poner a los primeros, a los poderes dele-
desde el Preámbulo de la Constitución Nacional gados expresamente, en acción y/o en funcio-
se prevé la coexistencia del Estado Nación con namiento, representarían la única posibilidad
los Estados provinciales —como lo esgrimiera, que se ha advertido —principalmente— como
entre otros, Joaquín V. González y aquí fuera ci- legítima para justificar en su caso la sanción en
tado— mas siendo que dicha coexistencia se en- el Código Penal argentino de disposiciones de
cuentra debidamente “reglamentada” en y por carácter procesal (más allá de las “excepciones”
nuestra carta magna, así debería siempre respe- señaladas a lo largo estas páginas).
társelo.
Así entonces, y finalmente, para así dar por
En definitiva, ha quedado claro que nuestra concluida esta presentación, se espera haber
Nación ha sido consagrada desde 1853-60 como logrado el cometido inicialmente propuesto. Es
una unión indestructible de y con Estados in- decir, el de responder al interrogante formulado
destructibles. En donde, claro está, el Pueblo en el título que encabeza esta presentación.
constituyó —de manera originaria, soberana y
voluntaria— a la Nación mediante sus represen- Por tanto, y como se expusiera precedente-
tantes para así darse no sólo su propia Constitu- mente, ante la pregunta sobre si es o no federal
ción (la nuestra, de 1853-1860, más sus sucesivas nuestro Código Penal, como regla debería con-
reformas) sino para, a través de ella, organizar el testarse por la afirmativa. Es decir, que sí. Más
gobierno común, darse sus propias institucio- allá de lo cual, como lo dice el dicho popular, son
nes y regirse por ellas. Pero siempre recalcando las excepciones las que confirman la regla; siendo
que las provincias tenían en miras (o al menos que (aunque parezca por demás evidente seña-
eso fue lo que finalmente se consagró en nuestro larlo), las excepciones destacadas en esta pre-
Preámbulo), justamente, el consagrar la Unión sentación son las que, justamente, confirman la
Nacional (no la Unidad Nacional) y el Gobier- pregonada regla. u

44 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Derecho penal DOCTRINA

La operatividad de la extinción de la acción penal por


conciliación o reparación integral del perjuicio
Por Alejandro G. De Oto

Sumario: I. Introducción.— II. La reforma legal en materia de extin-


ción de la acción penal.— III. Análisis del inc. 6º. Primera cuestión.—
IV. Las “leyes procesales correspondientes”. Distintas posturas.—
V. Solución que se propone.— VI. La extinción de la acción penal por
reparación integral del perjuicio y la suspensión de juicio a prue-
ba.— VII. Conclusión.

I. Introducción Sin perjuicio de ello, el Presidente de la Nación


Argentina, mediante el dec. 257/2015, modificó
Hacia finales del año 2014 se pretendió llevar el art. 2º de la ley 27.150 en lo relativo a la fecha
adelante en nuestro país un avance en la forma de entrada en vigencia, y la supeditó a la decisión
de juzgamiento de los delitos de competencia de la Comisión Bicameral mencionada anterior-
federal, como de aquellos de carácter ordina- mente, en base en la confección de un cronogra-
rio sometidos a los tribunales nacionales de la ma y previa consulta con el Ministerio de Justicia
Capital Federal. Ello, en virtud de la sanción y y Derechos Humanos de la Nación y el Consejo
promulgación de la ley 27.063 —4 y 9 de diciem- de la Magistratura de la Nación. La decisión pre-
bre de ese año, respectivamente—, que aprobó sidencial mencionada implicó la suspensión de
un nuevo código de procedimientos en materia la entrada en vigencia del nuevo código, la cual
penal con principios de un sistema acusatorio no ha ocurrido hasta la fecha.
(igualdad entre las partes, oralidad, publicidad,
contradicción, concentración, inmediación, Dichas circunstancias conllevaron a que distin-
simplicidad, celeridad y desformalización) (1), tas normas fueran modificadas para “adecuarse”
pretendiendo dejar atrás un sistema mixto entre a un nuevo régimen procesal que no entró en vi-
inquisitorio y acusatorio —aunque con preva- gencia, generándose así la interrogante si algunas
lencia del primero de esos modelos— regulado de ellas pueden ser aplicables bajo los lineamien-
por la ley 23.984. tos regulatorios del proceso penal estipulados por
la ley 23.984, vigente en la actualidad.
La entrada en vigencia del nuevo Código Pro-
cesal Penal de la Nación quedó supeditada a Un claro ejemplo de dicha circunstancia pue-
la sanción de una ley de implementación, a la de ser observado con la modificación introduci-
vez que se creó en el ámbito del Congreso de da por la ley 27.147 a las causales de extinción de
la Nación una comisión bicameral tendiente a la acción penal reguladas en el art. 59 del Código
evaluar, controlar y proponer los respectivos Penal de la Nación. Al respecto, los nuevos su-
proyectos de ley necesarios para dicha imple- puestos introducidos en la norma penal mencio-
mentación (arts. 3º y 5º de la ley 27.063). Con nada dejan supeditada su aplicabilidad a “lo pre-
esa finalidad, se aprobó un paquete legislativo: visto en las leyes procesales correspondientes”
leyes 27.145 a 27.150, todas aprobadas el 10 de (incs. 5º, 6º y 7º), pero la regulación pensada por
junio de 2015 y publicadas el 18 de ese mes y el legislador para esos supuestos no se encuentra
año en el Boletín Oficial. Así, se dispuso la en- vigente en la actualidad, y deben ser analizadas
trada en vigencia de ese Código a partir del 1 de conforme reglas procesales distintas a las que
marzo de 2016 en el ámbito de la Justicia Na- fueron pensadas.
cional.
Bajo dicho panorama, se intentará a lo largo
(1) Ver art. 2º, Cód. Proc. Penal, ley 27.063. del presente trabajo determinar si uno de esos

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 45


DPyC Derecho penal DOCTRINA

supuestos de extinción de la acción penal, la con- nuevos supuestos de extinción de la acción pe-
ciliación o reparación integral del perjuicio pre- nal, regulados en 3 incisos distintos. Así, la modi-
vista en el inc. 6º del art. 59 del Cód. Penal, resulta ficación legal agregó el siguiente texto: “La acción
aplicable bajo las reglas del Código Procesal Penal penal se extinguirá: (...) 5) Por aplicación de un
de la Nación vigente en la actualidad y, en caso criterio de oportunidad, de conformidad con lo
afirmativo, si dicha causal extintiva alcanza las ac- previsto en las leyes procesales correspondien-
ciones que nacen de cualquier delito o se encuen- tes; 6) Por conciliación o reparación integral del
tra restringida solamente a alguno de ellos. perjuicio, de conformidad con lo previsto en
las leyes procesales correspondientes; 7) Por el
Al respecto, distintos autores y tribunales ju- cumplimiento de las condiciones establecidas
diciales han intentado dar respuesta a esas inte- para la suspensión del proceso a prueba, de con-
rrogantes con variados argumentos, con conclu- formidad con lo previsto en este Código y las le-
siones que no han sido unánimes, por lo que yes procesales correspondientes”.
se intentará brindar una solución definitiva a la
cuestión. En las próximas páginas se procederá a realizar
un análisis del contenido del inc. 6º de la norma
II. La reforma legal en materia de extinción transcripta, con la intención de intentar dar res-
de la acción penal puestas a las interrogantes que dieron origen al
presente trabajo: a) si los supuestos allí conteni-
Como se mencionó con anterioridad, el 10 de dos resultan aplicables bajo las reglas del Código
junio de 2015 se sancionó un conjunto de leyes Procesal Penal de la Nación y, en caso afirmativo,
tendientes a adecuar la implementación del b) cuáles son los delitos que dan origen a las ac-
nuevo código de procedimientos en materia pe- ciones penales que pueden quedar extinguidas
nal, entre las cuales se encontraba la ley 27.147. por dichas causales.

Dicha norma modificó distintas disposiciones III. Análisis del inc. 6º. Primera cuestión
del Código Penal de la Nación. Concretamente,
amplió las causales de extinción de la acción pe- Como se ha mencionado con anterioridad, el
nal previstas en el art. 59 de ese cuerpo normati- supuesto bajo análisis es el siguiente: “La acción
vo, modificó el art. 71 reconociendo la posibili- penal se extinguirá: (...) 6) Por conciliación o re-
dad de aplicación reglas de disponibilidad de la paración integral del perjuicio, de conformidad
acción —según cada legislación procesal—, am- con lo previsto en las leyes procesales corres-
plió el art. 73 admitiendo la posibilidad de con- pondientes”. De la lectura de esa norma, surge
versión de la acción pública en privada confor- una primera cuestión que debe ser dilucidada,
me con lo que dispusieran las leyes procesales esto es, si el inc. 6º del art. 59 del Cód. Penal
correspondientes, y fijó el trámite aplicable a la comprende una única causal extintiva de la ac-
suspensión de juicio a prueba en caso de que no ción penal, o prevé dos supuestos autónomos. La
estuviera regulado —total o parcialmente— en solución que se adopte no es menor, pues tendrá
las legislaciones procesales respectivas. implicancias directas en las respuestas que se
pretenden conseguir con este trabajo.
En lo que respecta al art. 59 del código de fon-
do, la redacción anterior a las modificaciones in- Como primer punto, puede mencionarse que
troducidas por la ley 27.147 era la siguiente (2): el Código Penal, al receptar los distintos supues-
“La acción penal se extinguirá: 1) Por la muerte tos de extinción de la acción penal en su art. 59,
del imputado; 2) Por la amnistía; 3) Por la pres- lo ha hecho describiendo una única causal en
cripción; 4) Por la renuncia del agraviado, res- cada uno de sus incisos (1º muerte, 2º amnis-
pecto de los delitos de acción privada”. tía, 3º prescripción, 4º renuncia del agraviado,
5º aplicación de un criterio de oportunidad, 7º
Por su parte, la reforma legal mantuvo intactas cumplimiento de condiciones establecidas para
las causales ya mencionadas, a la vez que agregó 4 la suspensión del proceso a prueba), con excep-
ción del que está siendo aquí analizado. Además,
si por cuestiones de redacción legislativa se bus-
(2) Texto según ley 11.179. caba agrupar más de un supuesto por inciso, no

46 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro G. De Oto

se observan razones para no haberlo hecho en Se comparte con la solución propuesta, enten-
el inc. 5º. diendo que el inc. 6º del art. 59 del Cód. Penal
describe 2 supuestos autónomos de extinción de
Sin perjuicio de lo expuesto, la cuestión inter- la acción penal.
pretativa ha sido mencionada por Marcelo A.
Riquert, quien sostuvo que “...el texto adoptado IV. Las “leyes procesales correspondientes”.
ofrece algunas imprecisiones que le son propias Distintas posturas
(internas) y abre además el campo a otras en la
amplitud de su remisión que serían, en ese sen- Se ha logrado arribar, por las razones vistas
tido, ‘externas’. Por empezar, si la letra ‘o’ está inmediatamente arriba, a una solución favora-
operando como disyuntiva y, por lo tanto, se tra- ble respecto de la primera cuestión de interpre-
ta de dos supuestos contemplados en la misma tación que surge del texto legal analizado. Sin
norma (la ‘conciliación’ y la ‘reparación integral embargo, ello no ha implicado sino un pequeño
del perjuicio’), o como equivalente denominati- obstáculo a sortear en la búsqueda a las respues-
va, en cuyo caso es un solo supuesto (la concilia- tas objeto de este escrito.
ción implica la reparación integral del perjuicio
y viceversa)” (3). En efecto, resta por ser analizada la que con-
sidero como la cuestión principal tendiente a
Por su parte, Daniel Pastor trató la cuestión, despejar la incógnita sobre la operatividad o no
sosteniendo que “[l]o primero que se advierte, de las causales de extinción de la acción penal
con toda claridad, es que para la procedencia previstas en el art. 59 inc. 6º del Cód. Penal a ni-
de esta razón de impunidad no es preciso que vel nacional.
haya también conciliación, dado que la repara-
ción es una alternativa a la conciliación según Tal como establece la norma bajo estudio, la
la separación prevista por el nuevo inc. 6º del extinción de la acción penal por estas causales
art. 59 del Cód. Penal (‘conciliación o...’). Tam- operará “de conformidad con lo previsto en las
poco se puede invocar una sinonimia, porque leyes procesales correspondientes”.
son dos cosas bien distintas, una es un mutuo
acuerdo, obviamente bilateral, entre el impu- Como se ha mencionado con anterioridad, la
tado y la supuesta víctima que pone fin a su ley 27.147 formó parte de un paquete de leyes
enfrentamiento y la otra es el cumplimiento tendientes a adecuar la implementación del Có-
unilateral de las prestaciones comprendidas digo Procesal Penal de la Nación —ley 27.063—,
en la obligación de resarcir satisfactoriamen- donde se encontraba prevista la posibilidad y
te todas (‘integral’) las consecuencias indebi- condiciones de procedencia de acuerdos con-
damente producidas con el hecho ilícito. En ciliatorios (art. 34), introducía la conciliación y
verdad son instituciones de la realidad y del la reparación como causales de sobreseimiento
derecho tan distintas que la reparación puede (art. 236 inc. g), y admitía la posibilidad de pro-
existir sin conciliación y viceversa. Decisivo re- poner la reparación o conciliación como cues-
sulta, por lo demás que el inc. 6º del art. 59 del tiones preliminares durante la audiencia de con-
Cód. Penal las separa, las distingue con esa ‘o’ trol de la acusación (art. 246 inc. d). Sin embargo,
que escribió el legislador para denotar que son ha quedado suspendida la aplicación de esas re-
dos elementos diferentes” (4). glas procesales por las razones mencionadas en
su oportunidad.

(3) RIQUERT, Marcelo A., “La extinción de la acción Ante dicho panorama, surgió la necesidad de
penal por conciliación o reparación integral del perjuicio resolver la cuestión sobre la operatividad de las
(art. 59, inc. 6º, Cód. Penal)”, publicado en http://cate- causales extintivas estando aún vigente la ley
drariquert.blogspot.com.ar/2016/12/la-extincion-de-la- 23.984. Las soluciones han sido encontradas tan-
accion-penal-por.html, 27/12/2016.
to en la doctrina como en la jurisprudencia.
(4) PASTOR, Daniel “La introducción de la reparación
del daño como causa de exclusión de la punibilidad en el
derecho penal argentino”, en Revista Digital Pensamiento Por un lado, la postura invocada por la nega-
Penal (http://www.pensamientopenal.com.ar/system/ tiva radica en la falta de contemplación de los
files/2015/10/doctrina42153.pdf), 08/10/2015). institutos de la conciliación y reparación integral

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 47


DPyC Derecho penal DOCTRINA

en el Código Procesal Penal de la Nación vigente mos al Cód. Proc. Penal aún vigente, es decir, la
(ley 23.984). Así lo ha entendido Carlos Lascano ley 23.984, se prevé a la conciliación como una
al sostener que “no puede operar hasta tanto el modalidad de cierre del procedimiento especial
legislador local reforme la respectiva Ley de En- de acción privada a concretar en el marco de una
juiciamiento Criminal, estableciendo dicha re- audiencia (arts. 424 y 425). Y si este es el ‘piso’
gulación” (5). que no habrá de horadarse es evidente que no
habrá ningún problema en sede provincial, por-
En otra sintonía, Daniel Pastor ha enten- que todos los códigos regulan de forma similar
dido que “[h]ay códigos procesales, como el este cierre eventual de la acción privada”, para
todavía vigente para la jurisdicción nacional terminar concluyendo que “el art. 59 no dice que
(ley 23.984) y el nuevo aprobado en 2014 (ley la acción penal puede ser extinguida respecto de
27.063), que no establecen condicionamien- cualquier delito por la conciliación o reparación
tos para la procedencia de esta nueva causa de integral del perjuicio, sino otra cosa bien distinta
exclusión de la punibilidad más que su ocu- que es admitir que podrá ser extinguida por esta
rrencia en los términos de las normas mate- razón en los casos que indique la ley procesal co-
riales. De este modo, si en un proceso regido rrespondiente” (7).
por cualquiera de esos códigos se produce una
‘reparación integral del perjuicio’, eficiente en En lo que respecta a las decisiones judiciales,
términos sustantivos civiles, se extinguiría la se observan distintas soluciones por parte de los
acción penal, pues ‘de conformidad con lo pre- Tribunales que han analizado la cuestión:
visto en las leyes procesales correspondientes’
no existe ningún otro requisito adicional para a) El 23 de octubre de 2015, los integrantes
que ello suceda”, situación que conllevaría a de la Sec. 18 de la Cámara en lo Criminal de la
un derecho penal subsidiario del derecho re- 9ª Nominación de Córdoba, no hicieron lugar
sarcitorio, y permisivo de impunidad a todo a la excepción de extinción de la acción penal
delito respecto del cual se haya reparado com- por reparación integral del perjuicio al sostener
pletamente el daño; concluyendo que “...para que la ley 27.147 subordinaba expresamente la
esta primera situación en la que el régimen de cuestión a lo que proveyeran las leyes procesa-
enjuiciamiento no impone requisitos para la les correspondientes, pues ningún otro sentido
procedencia de la reparación completa del per- tenía la referencia legal a lo previsto en las leyes
juicio como causa de extinción de la acción, esta procesales correspondientes (8).
quedaría extinguida siempre que se produzca
aquella. Para estos sistemas procesales de repa- b) Por sentencia de fecha 26 de noviembre de
ración incondicionada del daño la cancelación 2015, el TOC 7 de la CABA admitió la procedencia
de la punibilidad por este motivo estaría deter- de la reparación integral, declaró la extinción de
minada sólo por el acaecimiento del motivo y la acción penal y sobreseyó al imputado. Sostuvo
abarcaría todos los casos, pues ‘de conformidad la mayoría que “...la regulación de [la reparación y
con lo previsto en las leyes procesales corres- la conciliación] en ambos códigos, pareciera dar
pondientes’ significa que, si éstas no establecen pábulo a la idea de que la sola mención de aque-
otras exigencias adicionales la extinción previs- llos en el Código Penal establece un imperativo
ta por el art. 59, inc. 6º del Cód. Penal procede que a modo de ley marco la legislación local no
sin más requisitos” (6). tiene margen para desoír, sino, cuando mucho,
para reglamentar con mayor alcance. [E]l único
Por su parte, al analizar la cuestión Marcelo modo de compatibilizar la regulación en normas
Riquert, sostuvo que “...cobra lógico interés de- de fondo y forma de las cuestiones que hacen
terminar en qué casos el ritual federal admite la al ejercicio de la acción penal, encuentra cauce
vía de la conciliación/reparación. Si nos atene- constitucional allí donde se interpreta a las re-

(5) LASCANO, Carlos J., “La reparación integral del per-


juicio como causa de extinción de las acciones penales”, (7) RIQUERT, Marcelo, ob. cit.
en Revista de Derecho Penal y Criminología, Ed. La Ley, (8) Cámara en lo Criminal 9ª Nom., Sec. 18, autos
julio 2016, año VI, nro. 6, ps. 115-133. “Caminada Rossetti, Ignacio p.s.a. homicidio”, (SAC
(6) PASTOR, Daniel, ob. cit. Nº 1035780), rta. 23/10/2015.

48 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro G. De Oto

glas que fija el Código Penal en esa materia como e) Con criterio distinto a los últimos casos re-
pautas mínimas de garantía que rigen en todo el señados, la sala de turno de la Cámara Nacional
territorio, que, por otra parte, pueden ser mayor- de Casación en lo Criminal y Correccional de-
mente desarrolladas por las legislaturas locales, claró inadmisible el recurso de casación inter-
al dictar la ley procesal respectiva. [...] En estas puesto contra resolución del Tribunal Oral en
condiciones, la circunstancia de que el art. 59, lo Criminal Nº 13, que no hizo lugar a la excep-
inc. 6º, contemple la reparación como causal de ción de falta de acción por reparación integral
extinción de la acción penal, lleva a cuestionar- del presunto daño en los términos del inc. 6º del
se si esta deviene en una cláusula programática art. 59 del Código Penal al concluir que la remi-
sujeta a la legislación procesal que la ponga en sión de esa norma debía interpretarse a la luz del
marcha, o, es una regla ya operativa que, a modo Código Procesal vigente, que no contemplaba
de ley marco, a falta de legislación instrumental norma alguna referida a la cuestión (12).
debe ser aplicada sin más. Me inclino a pensar
en esto último, al menos en el ámbito de la Justi- V. Solución que se propone
cia Nacional” (9).
A lo largo de las páginas que anteceden se han
c) Con solo cuatro días de diferencia el TOC 1 plasmado distintas opiniones sobre la operativi-
de la CABA hizo lugar a la extinción de la acción dad de la extinción de la acción penal por con-
penal por reparación integral del daño. Sostuvo ciliación o reparación integral del perjuicio, en
el Tribunal que debía reconocerse operativi- aquellos procesos reglados por el Código Proce-
dad plena a la causal invocada y que “...dado los sal Penal de la Nación. Las soluciones propues-
términos en que el art. 59, inc. 6º, estableció la tas distan de ser coincidentes; algunas de ellas
causal obstativa del progreso de la acción, no tienen bases sólidas, mientras que otras parten
se encuentra regulada ninguna limitación sus- de presupuestos errados.
tancial a su ejercicio, solo dependiendo su otor-
gamiento judicial de la prueba rendida y de su Sin embargo, la exégesis de la norma no da
verificación en el juicio. De esa manera, y hasta mucho lugar a discusiones, y resulta suficien-
tanto se ponga en vigencia efectiva el nuevo Có- te para dar respuesta a la cuestión. Menciona
digo Procesal Nacional de 2014, por mandato del dos supuestos independientes de procedencia
Código Penal, reformado por la ley 27.147, debe de la extinción de la acción —conciliación por
igualmente reconocerse operatividad plena a la un lado, reparación integral del perjuicio por el
nueva causal obstativa de la persecución penal, otro—, y condiciona la operatividad de ese efec-
contenida en el inc. 6º del art. 59, —según texto to jurídico a reglas previamente determinadas
ordenado por la ley referida— que resulta plena- en una o varias leyes procesales aplicables al
mente aplicable, y debe ser reconocido en juicio, caso en cuestión.
cualquiera que sea la norma procesal que, a la
sazón, se encuentre en vigencia” (10). Por otro lado, la norma complementaria no
puede derivar del propio Código Penal. Ello es
d) Por su parte, el TOC 20 CABA sobreseyó así, pues en los casos en que se pretendió ese re-
a un imputado del delito de administración sultado, la norma lo dispuso expresamente (por
fraudulenta a raíz de un acuerdo conciliatorio ejemplo, el inc. 7º del art. 59 Cód. Penal, en cuan-
celebrado con la víctima en el SECLO, con fun- to remite a lo previsto “en este código y las leyes
damento en que las partes en igualdad de armas procesales correspondientes”).
habían conciliado el entuerto que diera lugar a
la más extrema intervención con que contaba el Debe agregarse también que, pese a que no ha
estado (11). entrado en vigencia el Código Procesal Penal de
la Nación —ley 27.063—, el cuerpo normativo
(9) TOC 7 CABA, autos “Fernández, Juan Pablo”, rta. aprobado por la ley 23.984 contiene regulaciones
26/11/2015. respecto de las causales obstativas de la persecu-
(10) TOC 1 CABA, autos “González, Carlos J. A. s/ sen-
tencia, C4551”, rta. 30/11/2015.
(11) TOC 20 CABA, autos “Eiroa, Ignacio G., (12) CNCCC, sala de turno, autos “Cuevas Contreras,
C39889/2014”, rta. 11/12/2015. Alberto O., C19151/2015”, rta. 21/12/2015.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 49


DPyC Derecho penal DOCTRINA

ción penal mencionadas, de modo tal que per- Ahora bien, más allá de que el código de forma
mite su operatividad. vigente no regula en forma expresa la situación
relativa a la reparación integral del perjuicio, ello
En ese orden de ideas, el Cód. Proc. Penal dis- no es óbice para la operatividad de la causal ex-
pone la obligatoriedad de llevar a cabo una au- tintiva de la acción penal.
diencia de conciliación en los procedimientos
de delitos de acción privada. Así lo establece en En primer lugar, el código de fondo regula
el art. 424: “Presentada la querella, el tribunal distintas cuestiones relativas a la reparación del
convocará a las partes a una audiencia de con- daño provocado a la víctima del delito (arts. 20
ciliación”. Incluso se halla prevista la posibilidad ter, 28, 29 y ss., 59, 64, 76 bis y ter). En algunas de
de que se arribe a una conciliación en una opor- ellas se establecen los supuestos de procedencia
tunidad distinta a esa audiencia e incluso extra- u oportunidad para llevar a cabo dicha repara-
judicialmente, conforme la previsión del art. 425 ción.
ritual, que prevé el supuesto de admisibilidad de
un acuerdo conciliatorio “en cualquier estado Entre dichas circunstancias, deben destacarse
posterior del juicio”. las previsiones de los arts. 76 bis y ter, Cód. Pe-
nal. El primero de esos artículos establece, en lo
De esta manera, el Código de forma tiene re- que a este tema es relevante, que “al presentar la
gulado los supuestos de procedencia y opor- solicitud [de suspensión de juicio a prueba], el
tunidad exigidos por la norma penal para la imputado deberá ofrecer hacerse cargo de la re-
extinción de la acción en términos del art. 59 paración del daño en la medida de lo posible, sin
inc. 6º Cód. Penal, condicionando ese supues- que ello implique confesión ni reconocimiento
to únicamente a aquellos delitos previstos en el de la responsabilidad civil correspondiente. El
art. 73 de ese cuerpo normativo (calumnias, in- juez decidirá sobre la razonabilidad del ofreci-
jurias, violación de secretos que no encuadren miento en resolución fundada. La parte damni-
en los arts. 154 y 157 Cód. Penal, concurrencia ficada podrá aceptar o no la reparación ofrecida,
desleal e incumplimiento de los deberes de y en este último caso, si la realización del juicio
asistencia familiar cuando la víctima fuere el se suspendiere, tendrá habilitada la acción civil
cónyuge). correspondiente”, mientras que el restante dis-
pone que, “si durante el tiempo fijado por el Tri-
Basándose en lo expuesto, se considera que bunal el imputado no comete un delito, repara
aquellas versiones doctrinarias o jurispruden- los daños en la medida ofrecida y cumple con las
ciales que han admitido la causal extintiva reglas de conducta establecidas, se extinguirá la
mencionada basándose en la existencia de un acción penal”.
acuerdo conciliatorio sin importar el delito que
se trate, han excedido los supuestos de proce- Así las cosas, se observa que el propio Código
dencia y oportunidad mencionados, a la vez que Penal regula supuestos de ofrecimiento y acepta-
parten de presupuestos erróneos. Idéntica situa- ción de reparación del daño causado. Sin embar-
ción ocurre con aquellas posturas que admiten go, ello no es suficiente para la procedencia de la
el supuesto obstativo de la persecución penal extinción de la acción, pues como ya se ha con-
partiendo de la premisa que no hay regulación cluido resulta necesario que haya una previsión
procesal en el código vigente. al respecto en el ordenamiento procesal vigente,
y en forma externa al código de fondo.
Por otro lado, y en lo que respecta a la extin-
ción de la acción penal por reparación integral Ahora bien, el art. 293 Cód. Proc. Penal regula el
del perjuicio, encuentro que también resulta procedimiento ante la solicitud de suspensión de
operativa basándose en las reglas del Cód. Pro- juicio a prueba. Dicha norma, impone la necesi-
cesal Penal de la Nación. dad de practicar una audiencia con intervención
de las partes. En este acto procesal el imputado
Como se ha sostenido momentos atrás, la nor- debe ofrecer a la víctima una reparación del
ma penal contenida en el art. 59 inc. 6º Cód. Penal daño causado en la medida de sus posibilidades
exige que una o más normas procesales tengan —o ratificar un ofrecimiento realizado con ante-
prevista la situación. rioridad—, a la vez que el damnificado debe ex-

50 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro G. De Oto

pedirse respecto de la aceptación o rechazo de la puestas por el Código Procesal Penal de la Na-
oferta efectuada. ción, acarrea consecuencias no queridas sobre la
suspensión del juicio a prueba.
De esta manera, el procedimiento penal vigen-
te tiene previsto un mecanismo de ofrecimiento Como se ha mencionado con anterioridad, la
de reparación de los daños y su aceptación o re- introducción de la causal de reparación integral
chazo, supuesto necesario para la operatividad del perjuicio del art. 59 inc. 6º del Cód. Penal pue-
de la causal del art. 59 inc. 6º Cód. Penal. de derivar en una flexibilización de las exigencias
para la extinción de la acción penal por cumpli-
En esa inteligencia, y dado que la suspensión miento de probation, por las siguientes razones.
de juicio a prueba procede respecto un grupo
reducido de delitos (discusión extensa que no La procedencia del instituto se encuentra su-
se analizará en este trabajo), serán las acciones peditada a los requisitos detallados en el art. 76
que nacen de estos los que sean pasibles de ser bis Cód. Penal. Así, se exige: a) que el delito in-
extinguidas por la causal de reparación integral vestigado sea de acción pública, b) que la pena
del perjuicio. máxima con la que se sanciona no exceda de 3
años de prisión o reclusión y/o que las circuns-
Sin embargo, no todo ofrecimiento efectuado tancias del caso permitan dejar en suspenso el
en el acto procesal mencionado podrá encuadrar cumplimiento de la pena aplicable y exista con-
en el supuesto en cuestión. Como se ha dicho, el sentimiento fiscal (no se adentrará en la discu-
art. 76 bis Cód. Penal exige al imputado, como sión sobre las tesis amplia o restrictiva), c) que
condición de procedencia de la suspensión de el imputado efectúe un ofrecimiento de repara-
juicio a prueba, que efectúe un ofrecimiento de ción del daño en la medida de sus posibilidades,
reparación del daño causado “en la medida de d) que se pague el mínimo de la multa si alguno de
sus posibilidades”. A la vez, dicho ofrecimiento los delitos tiene esa pena, e) abandonar en favor
puede ser rechazado por la víctima, quedando del estado los bienes que resultaran decomisados
habilitada la opción de iniciar las acciones ci- de recaer condena, f) que el delito no hubiera sido
viles que estime correspondientes. Pero puede cometido por funcionario público en el ejercicio
ocurrir también que el imputado haga un ofre- de sus funciones, g) que el delito no esté penado
cimiento que sea suficiente para reparar en for- con inhabilitación, h) que no se trate de delitos
ma integral el perjuicio causado, que la víctima reprimidos por leyes 22.415 y 24.769, i) no haber
lo acepte, y que luego el imputado cumpla con gozado del beneficio durante los 8 años anteriores
su ofrecimiento, reparando efectivamente ese y j) no haber incumplido las reglas de conducta
perjuicio. En este último caso será procedente la impuestas en una probation anterior.
extinción de la acción penal en términos del art.
59 inc. 6º del Cód. Penal. Asimismo, una vez concedido el beneficio, si
el imputado no comete un nuevo delito durante
VI. La extinción de la acción penal por repa- el tiempo dispuesto por el Juez, repara los daños
ración integral del perjuicio y la suspensión de en la medida ofrecida y cumple con las reglas de
juicio a prueba conducta impuestas, se extingue la acción penal
(art. 76 ter Cód. Penal).
Hasta aquí se ha dado una respuesta a la inte-
rrogante sobre la operatividad de la extinción de Ahora bien, la reforma introducida por la ley
la acción penal por conciliación o reparación in- 27.145 incide en forma directa sobre estas cir-
tegral del perjuicio dentro del régimen procesal cunstancias de extinción de la acción penal.
penal nacional. Se ha arribado a la conclusión Como se ha demostrado, la causal de extinción
que la ley es operativa, y sólo permite la solución de la acción por reparación integral del perjui-
desincriminatoria respecto de determinados de- cio opera en los supuestos de procedencia de la
litos, y en oportunidades limitadas. suspensión a juicio, siempre y cuando el impu-
tado realice un ofrecimiento de entidad tal que
Así las cosas, la reforma legal del art. 59 del permita reparar en forma integral el perjuicio
Cód. Penal introducida por la ley 27.145 y su provocado a la víctima, esta última lo acepte y se
operatividad conforme las reglas procesales im- lleve a cabo efectivamente esa reparación.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 51


DPyC Derecho penal DOCTRINA

Así, de darse este supuesto, no sería necesario que el imputado cumpla con los restantes requisitos
mencionados en el art. 76 ter del código de fondo, siendo irrelevante que cometa un nuevo delito
durante el tiempo por el que se lo somete a prueba o que no cumpla con las reglas de conducta im-
puestas.

La jurisprudencia no ha coincidido al respecto. La sala 5 de la Cámara Nacional en lo Criminal y


Correccional, sostuvo que la reparación integral del perjuicio y la suspensión del juicio a prueba se
trataba de dos institutos distintos, “con lo cual la reparación integral del perjuicio no exceptúa a cum-
plir con lo que se ha fijado como otro de los requisitos que regula el procedimiento con exigencias
adicionales que una vez cumplidas permitirán la extinción de la acción en los términos expresamente
previstos en el inc. 7º del citado art. 59. Por lo cual, ante el pedido en su momento de suspensión de
juicio a prueba, las reglas de conducta allí dispuestas no pueden evitarse con la interpretación poste-
rior que postula la defensa” (13).

Pese a ello, se demostrará que ese precedente es erróneo, y se confirmará la situación planteada en
este capítulo. A continuación, se describe el universo de casos (UC) (14) que surge de la conjunción
de los elementos para la extinción de la acción por cumplimiento de probation.

RDC RDC
CASO CRC NCD SOLUCIÓN
PARCIAL TOTAL
1 + - + + 76 ter CP
2 + - + - X
3 + - - + X
4 + - - - X
5 - + + + 76 ter CP / 59 inc. 6 CP
6 - + + - 59 inc. 6 CP
7 - + - + 59 inc. 6 CP
8 - + - - 59 inc. 6 CP
9 - - + + X
10 - - + - X
11 - - - + X
12 - - - - X

Referencias:

- RDC: Reparación del daño cumplida (puede ser total o parcial)

- CRC: Cumplimiento de reglas de conducta

- NCD: No cometer delito

(13) CNCC, sala 5, autos “CMVT s/ falta de acción, C/8600/2013”, rta. 06/11/2015.
(14) Sobre la noción de Universo de Casos (UC) ver ALCHOURRON, Carlos - BULYGIN, Eugenio, “Introducción a la
metodología de las ciencias jurídicas y sociales (Normative Systems)”, Ed. Astrea, Buenos Aires, 1998, 3ª reimpresión,
ps. 54 y ss.

52 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro G. De Oto

En el caso 1 se da el supuesto de cumplimien- entrada en vigencia del Cód. Procesal Penal de la


to de los requisitos para la extinción de la acción Nación aprobado por ley 27.063 y la modifica-
penal por cumplimiento de probation, habién- ción del art. 59, Cód. Penal introducida por la
dose la reparación el daño causado en forma par- ley 27.147, situación que provocó dudas sobre la
cial. La consecuencia es la extinción de la acción operatividad de la extinción de la acción penal
penal (art. 59 inc. 7º y 76 ter Cód. Penal). por conciliación o reparación integral del per-
juicio.
Los casos 2 a 4 demuestran el cumplimiento
del requisito de reparación del daño en forma Luego de ello, se realizó un análisis de la nor-
parcial, pero falta alguno —o ambos— de los ma penal, a fin de determinar si se preveía un
restantes requisitos. No opera la extinción de la único supuesto de extinción de la acción o dos
acción penal. supuestos independientes, confirmando el se-
gundo caso.
En el caso 5 puede observarse el cumplimiento
de los requisitos de procedencia de la extinción Con posterioridad a ello, se detallaron las dis-
de la acción por cumplimiento de probation, tintas posturas existentes en doctrina y jurispru-
donde la reparación del daño fue total. En este dencia sobre la operatividad de la norma penal,
supuesto se configuran las causales de los incs. basándose en la necesidad de una norma proce-
6º y 7º del art. 59 Cód. Penal. sal complementaria.

Los casos 6 a 8 demuestran que debe operar la También se formuló una explicación sobre el
extinción de la acción penal (con base en el inc. criterio que se consideraba correcto. Así, se en-
6º del art. 59 Cód. Penal) habiéndose reparado el tendió necesaria la existencia de reglas procesa-
daño en forma integral, pero sin que se configu- les que admitan o regulen los supuestos de extin-
ren los restantes elementos para la extinción de ción de la acción penal analizados. Se demostró
la acción penal por cumplimiento de probation. también que el supuesto de conciliación era sólo
Se refutan los argumentos del fallo citado con an- admisible en caso de delitos de acción privada,
terioridad, y se confirma la situación planteada, mientras que el supuesto de reparación integral
donde independientemente del cumplimiento del perjuicio era procedente al darse los supues-
de las reglas de conducta que imponga el juez tos de procedencia de la suspensión de juicio a
o la comisión de un delito durante el tiempo de prueba.
prueba, se extingue la acción penal.
Finalmente, se demostró cómo la introduc-
Finalmente, en los casos 9 a 12 no se cumple ción de los supuestos del art. 59, inc. 6º del Cód.
con el requisito de reparación del daño y tampo- Penal permiten la flexibilización en algunos
co alguno de los otros supuestos. No se extingue casos de la extinción de la acción por cumpli-
la acción penal. miento de las condiciones aplicables a la sus-
pensión del juicio a prueba, tornan innecesario
VII. Conclusión cumplir con las reglas de conducta que impon-
ga el Juez actuante, y no existan consecuencias
A lo largo del presente trabajo se ha explicado en caso de reincidencia durante el tiempo suje-
el problema originado ante la suspensión de la to a prueba. u

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 53


DPyC Derecho penal DOCTRINA

El principio constitucional de lesividad y el bien


jurídico: una relación esencial para la dogmática
penal
Por Joaquín Badoza Por Joaquín Badoza *

Sumario: I. Introducción.— II. Génesis histórica del art. 19 de la CN.—


III. Filosofía Iluminista.— IV. Derecho y moral. Autonomía moral de
la persona.— V. Demarcación de la aplicación del principio constitu-
cional de lesividad en el derecho penal.— VI. ¿Bien jurídico lesionado
o tutelado?— VII. Conclusión.

I. Introducción Pero debemos advertir que de forma cuasi-


unánime tanto la jurisprudencia como la dog-
El art. 19 de la CN argentina, en sus dos prin- mática penal de nuestro país defienden —sin
cipios —acto y lesividad— impone claros límites cuestionamientos— la necesidad de la lesión a
a la potestad punitiva del Estado. Dicho artículo, un bien jurídico tutelado en el ámbito del injusto
presente en todos los proyectos constitucionales penal.
de nuestra historia, fue inspirado por la filoso-
fía del Iluminismo del siglo XVIII y XIX, impo- Si bien coincidimos en que es necesaria la
niendo así una tajante división entre el derecho lesión típica a un bien jurídico como hipótesis
y la moral, y en lo que aquí interesa, un claro necesaria en la teoría del delito, no lo hacemos
mandato de prohibición al legislador, el cual respecto del aditamento de tutelado.
no podía sancionar leyes penales que no tuvie-
sen como presupuesto indispensable lesiones a Trabajaremos para demostrar que la pretendi-
bienes jurídicos —ya sea por daño o por peligro damente inocente comparación entre bien jurídi-
concreto—. co tutelado y bien jurídico lesionado trae aparejada
una multiplicidad de inconvenientes de difícil so-
La dogmática penal argentina no puede omi- lución, que tienen como resultado que las críticas
tir tan explícita norma, y debe construir catego- dirigidas a un concepto made in penal law como
rías dogmáticas que respeten los principios que lo es el de bien jurídico tutelado, termine desba-
de ella se extraen. Así es que puede derivarse del ratando una garantía constitucional como lo es
principio constitucional de lesividad la catego- la categoría del bien jurídico lesionado. A su vez,
ría dogmática del bien jurídico lesionado como también intentaremos demostrar que las conse-
presupuesto típico indispensable de la teoría del cuencias dogmáticas del bien jurídico tutelado
delito, en aras de realizar un auténtico derecho pe- traen aparejadas determinadas construcciones
nal de lesión que se encauce en los senderos de doctrinarias y jurisprudenciales que son incom-
un derecho penal liberal en contraposición a un patibles con el principio de lesividad, y echan por
derecho penal autoritario que adelante la inter- tierra la idea de un auténtico derecho penal de
vención penal a momentos en los que ni siquiera lesión como límite y control al avasallante poder
ha existido una acción, o que existiendo ella, no punitivo estatal.
ha existido afectación alguna a bienes jurídicos
ajenos —individuales o colectivos—. Para intentar cumplimentar con tal propósito
es que, en primer término, y en el apartado II,
indagaremos sobre los orígenes y evoluciones
*
Abogado (UNLP). Especialista en Derechos Humanos
del actual art. 19 en la historia constitucional
(CLACSO). Alumno de la Especialización en Derecho
Penal de la Universidad Torcuato Di Tella, Cohorte 2017- argentina. Mientras que en el apartado III so-
2018. Doctorando en Ciencias Penales y Derecho Penal brevolaremos algunos postulados básicos de la
(USAL). Mail de contacto: joaquinbadoza@gmail.com. filosofía del Iluminismo que fueron la principal

54 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Joaquín Badoza

fuente de inspiración para los constituyentes II. Génesis histórica del art. 19 de la CN
argentinos. A continuación, y en el apartado IV
expondremos sobre posturas jurídicas que apli- El art. 19 de la CN argentina, en su primera
can dicha filosofía, siendo éstas coincidentes parte, delimita un principio (1) elemental en lo
con muchas de las tesis que pueden extraerse que respecta a la potestad coactiva del estado
del art. 19, centrándonos de forma breve pero al establecer que “las acciones privadas de los
determinante en el principio del daño (harm hombres que de ningún modo ofendan al orden
principle) y ensayando algunas intuiciones y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero,
respecto de la relación que en nuestra opinión están sólo reservadas a Dios, y exentas de la au-
debe entablarse entre la moral individual, ética toridad de los magistrados”. Si bien dicho artícu-
social y el derecho. lo es un límite constitucional impuesto a todas
las ramas integrantes del ordenamiento jurídico,
Habiendo realizado una contextualización en el campo penal se deduce como el principio
del origen y fuentes del principio de lesividad, de lesividad.
en el apartado V construiremos una categoría Como bien lo señala Sampay (2), el artículo en
dogmática-penal que sea respetuosa y coinci- análisis se mantuvo presente en todos los pro-
dente con dichos principios. Por su parte, en el yectos y Constituciones sancionados en la histo-
apartado VI, en sus dos puntos, intentaremos ria argentina, donde su primera aparición puede
demostrar que la garantía constitucional del rastrearse en el proyecto constitucional del año
bien jurídico lesionado es incompatible con la 1812 para las provincias Unidas del Río de La Plata,
categoría del bien jurídico tutelado ya que esta en el cuál la Comisión Especial redactó en el nú-
última trae aparejadas consecuencias dogmáti- mero 3º del capítulo III: “Ningún habitante de la
cas que entran en crisis con el principio de lesi- República puede ser perseguido y molestado en
vidad. su persona y bienes por opiniones religiosas, con
tal que no altere el orden público y respete las le-
Si logramos dicha misión, no encontramos
yes y costumbres piadosas del estado” (3).
fundamentos para seguir sosteniendo tanto
en la dogmática como la jurisprudencia la
En tal sentido fue que tres años después, al
idea de un bien jurídico tutelado penalmen-
momento de sancionarse el Estatuto Provisio-
te proponiendo así su abandono y la imple-
nal para la Dirección y Administración del Esta-
mentación del bien jurídico lesionado como
do, bajo la impronta de dos influyentes juristas
un pilar fundamental para un derecho penal
como lo fueron Monteagudo (4) y Sáenz, se es-
liberal respetuoso de nuestra Constitución
tableció en la sección séptima, capítulo primero,
Nacional.
art. 1º, la fórmula de nuestro actual art. 19: “Las
acciones privadas de los hombres que de ningún
En síntesis, la hipótesis con la que trabajare-
modo ofenden al orden público ni perjudican a
mos será: el principio de lesividad es una cons-
trucción inspirada en la filosofía del Iluminismo.
Este fue adoptado y materializado en todos los
(1) Aquí nos centraremos fundamentalmente sobre el
proyectos y Constituciones sancionadas a lo lar- principio de lesividad, aunque el art. 19 también prescri-
go de la historia argentina. Dicho principio nos be el principio de exteriorización de acto. Para un estudio
impone así: 1— la tajante división entre la ética minucioso y detallado sobre este último, MAGARIÑOS,
social, la moral individual y el derecho relacio- Mario, “Los límites de la ley penal en función del principio
nado a la criminalización de conductas y 2— que constitucional de acto”, Ed. Ad-Hoc, Buenos Aires, 2008.
no puede hablarse de delito si no existe afecta- (2) SAMPAY, Arturo, “La filosofía jurídica del art. 19 de
ción a un bien jurídico alguno. Para ello trabaja- la CN”, Ed. Cooperadora de Derecho y Ciencias Sociales,
remos con la categoría dogmática del bien jurí- Buenos Aires, 1975.
dico lesionado, diferenciando a esta del bien ju- (3) ZAFFARONI, Eugenio R., “Tratado de derecho
rídico tutelado, por ser esta última una categoría penal. Parte General”, Ed. Ediar, Buenos Aires, 1988,
t. 1, p. 36.
que sirva para expandir el derecho penal y legiti-
mar el poder punitivo, violando así los límites a (4) Sobre la enorme relevancia de este autor tanto para
la historia como para el derecho argentino, VEDIA y MI-
la potestad punitiva estatal presentes en nuestra TRE, Mariano, “La vida de Monteagudo”, Ed. Kraft, Buenos
Constitución. Aires, 1950, 3 tomos.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 55


DPyC Derecho penal DOCTRINA

un tercero, están reservadas a Dios y exentas de En conclusión: el principio de lesividad como


la autoridad de los magistrados”. limitador del derecho penal es parte de la histo-
ria constitucional argentina, estando presente
Aunque dicho Estatuto no tuvo vigencia en las desde hace más de doscientos años en todos los
provincias, la norma transcripta permaneció con proyectos y Constituciones sancionadas y mo-
idéntica redacción en el Reglamento Provisorio dificadas. Si bien no queremos conformarnos
para la Dirección y Administración del Estado aquí con un argumento de tipo originalista, no
del año 1817 y la Constitución Nacional del año podemos dejar de poner de manifiesto que la
1819 (5). También —redactado exactamente superlativa importancia del principio de lesivi-
igual— fue integrado en la Constitución de 1826 dad como garantía constitucional nos impone
en su art. 162 (6). revisar las categorías dogmáticas importadas
desde Alemania, sobre todo aquellas creadas en
Conforme a lo que hemos expuesto pre- épocas donde dicho país era un Estado Legal de
viamente, quien tuvo a su cargo la misión de Derecho, sin una Constitución o Ley suprema.
redactar el Estatuto de 1815 fue el presbítero Es por ello que en lo que sigue de este trabajo
Antonio Sáenz, primer rector de la Univer- intentaremos realizar un test de compatibili-
sidad de Buenos Aires, quien perteneció a la dad entre los principios demarcados en nues-
Generación de Mayo y fue el primer catedráti- tra Constitución —los cuales fueron fruto de la
co argentino de Derecho Natural y de Gentes. filosofía del Iluminismo, como expondremos a
También fue integrante de la Sociedad Patrió- continuación— y la dogmática penal alemana
tica y Literaria (7). made in penal law.

En el proyecto constitucional de 1813, puede III. Filosofía Iluminista


vislumbrarse con claridad la notoria influencia
que tuvo entre nuestros académicos de dicha El art. 19 de la CN argentina, en sus dos lí-
época la Declaración Francesa de los Derechos mites —acto y lesividad—, se erige como fruto
del Hombre y del Ciudadano de 1789, fruto de la directo de la obra y pensamiento Iluminista de
concepción antropocéntrica del Iluminismo (8). los siglos XVII y XVIII. De la conjunción de la
Ilustración, del Iluminismo Político, del Con-
Ya que los detalles y vericuetos respecto de tractualismo y el Iusnaturalismo es que los
los vaivenes legislativos y sus específicas modi- padres penalistas liberales sentaron las bases
ficaciones escapan al objetivo de este trabajo, de un sistema penal en el que el axioma de la
máxime teniendo en consideración la abun- separación entre el derecho y la moral (en lo
dante y meticulosa bibliografía y estudios al que aquí interesa, con relación a la potestad
respecto (9), nos será suficiente con señalar que del legislador de tipificar conductas) adquirió
el precepto previamente estudiado fue final- una centralidad e importancia imprescindible,
mente sancionado en la Constitución Nacional reflexionando y prescribiendo que la persona
del año 1853 y que posteriormente se mantuvo sería parte del sistema político, un ciudadano
intacto en todas las modificaciones constitucio- acreedor de derechos portador de un haz de
nales hasta la fecha. prerrogativas normativas que condicionan y
limitan al poder penal del estado (10).
(5) MAGARIÑOS, Mario, ob. cit., p. 32; ZAFFARONI, Eu-
genio R., ob. cit., p. 37; SAMPAY, Arturo, ob. cit., ps. 10 y ss.
Dicho en otras palabras, el Iluminismo cons-
truyó la imagen del hombre glorificando sus li-
(6) MAGARIÑOS, Mario, ob. cit., p. 34, en especial refe-
rencia a la cita nro. 33. bertades estableciendo la figura del ciudadano
sujeto de derecho (11), por lo que definieron de
(7) Ibidem, p. 33; ZAFFARONI, Eugenio R., ob. cit., p.
37, nota 40; SAMPAY, Arturo, “La filosofía del Iluminismo forma precisa los límites por los cuales el Estado
y la Constitución Argentina”, Ed. Depalma, Buenos Aires, podía restringir dichos ámbitos de libertad.
1944, p. 27.
(8) SAMPAY, Arturo, “La filosofía del Iluminismo...”, cit.,
p. 27, en especial referencia a la nota 44. (10) MAGARIÑOS, Mario, ob. cit., p. 23.
(9) Principalmente las obras previamente citadas de (11) FERNÁNDEZ, Gonzalo D., “Bien jurídico y sistema
MAGARIÑOS, SAMPAY y ZAFFARONI. del delito”, Ed. BdeF, Buenos Aires, 2004, p. 126.

56 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Joaquín Badoza

Recordemos que por aquellos tiempos la so- importador de dichas ideas Iluministas en nues-
ciedad europea estaba aún recomponiéndose de tras latitudes, empleó exactamente los mismos
la enorme cantidad de víctimas de las guerras de términos que Montesquieu, esto es, que un acto
religión (12), por lo que, para los filósofos Ilumi- debe ser exterior y público para poder ser mate-
nistas de la época, cuando se trataba de crimina- rial eventualmente punible por el legislador (14).
lizar conductas, la separación entre el derecho y
la moral era una tesis que merecía su más atenta Esas premisas señalaron el norte del capítulo
meditación y defensa dado que fueron testigos de las Declaraciones, Derechos y Garantías de la
directos de las consecuencias de la falta de lími- Constitución argentina, ya que los encargados
tes al poder coactivo de los Estados. de su redacción deliberaron sobre los límites
que debían existir entre la relación del Estado
Fue así que intentaron restringir dicho poder con sus ciudadanos (15), enmarcando así sus
mediante dos vías: salvaguardando cualquier pensamientos en una filosofía antropológica de
razonamiento interno (como podían ser los pen- la modernidad, resultando aquellas garantías y
samientos perversos, viciosos o inmorales) de libertades decretadas allí hijas directas del Dere-
cualquier tipo de intervención de aquel sobre cho Natural propio del Iluminismo.
estos últimos y excluyendo del ámbito de crimi-
nalización a cualquier conducta que no genere La concepción que poseía dicha corriente ju-
daños sobre terceros. De esta forma se construyó rídica sobre los derechos naturales adquirió un
un ámbito de protección que tenía como finali- rol político protagónico en la declaración de la
dad resguardar dichos ambientes de un poder independencia de los Estados Unidos y la poste-
punitivo estatal que era estructuralmente intru- rior Revolución Francesa (16), lo que llevo a es-
so y hostigador (13). tos a ser directos influyentes de la Constitución
venezolana, material bruto que importaron y
La producción política y filosófica del Ilumi- desarrollaron nuestros constitucionalistas para
nismo desembocó en una declaración positiva, llegar al resultado final de nuestro art. 19.
la célebre Declaración de los Derechos del Hom-
bre y del Ciudadano del año 1789, la cual exigió Los constitucionalistas argentinos fueron con-
en su art. 5º que para que una acción pueda ser vencidos de que la filosofía producto del Ilumi-
considerada punible, debe ser perjudicial para nismo era la mejor herramienta que poseían
la sociedad, lo que amplía el escudo protector para instituir dos valores fundamentales cuya
a todo aquel pensamiento interno que no haya preservación es misión directa de la Constitu-
sido exteriorizado (necesidad de exteriorización ción: la dignidad y libertad del hombre (17). En
del acto) y que además no conlleve un daño para otras palabras, fue la importación del iusnatura-
la sociedad, siendo esta última arista la que fue lismo ilustrado (18).
definida como carácter público de la acción por
Montesquieu. Cabe señalar que Sáenz, padre Dichas embrionarias concepciones fueron, al-
gunos años después, material fundamental para
filósofos políticos y del derecho que reflexiona-
(12) LE ROUX, Nicolás, “Las guerras de religión”, Ed. ron sobre el castigo y los límites que debían im-
Marcial Pons, Madrid, 2017. ponerse a este. Aquellas corrientes que tomaron
(13) Fueron tales pensamientos los que sirvieron de las banderas Iluministas respecto de la libertad
directa inspiración para la demarcación entre pecado y
delito que llevo a cabo Hobbes unos años después. Fue
uno de los pioneros en la separación de los extremos que
debían alcanzarse para permitir la intromisión penal del (14) MAGARIÑOS, Mario, ob. cit., p. 31.
estado, esto es, por un lado la exteriorización del acto, y (15) ALAGIA, Alejandro, “De la crítica a la fe, a la fe en
por el otro, su lesividad, producto de su dañosidad social, la autoridad. Una crítica a la teoría del ilícito fundada en el
ya que como señala, dicha separación es imprescindible, disvalor de acción”, en Revista Jurídica de la Universidad
ya que solo alcanzaría con que el legislador señale actos de Palermo, 1997, año 2, nros. 1/2, p. 179.
internos pero lesivos para que caigan bajo la potestad (16) SAMPAY, Arturo, “La filosofía del Iluminismo...”,
punitiva estatal. Ambos límites son independientes e in- cit., p. 27.
dispensables entre sí para delimitar un ámbito de acción
entre la autoridad del Monarca y de Dios. MAGARIÑOS, (17) Ibidem, ps. 44-46.
Mario, ob. cit., ps. 24-26. (18) Ibidem, ps. 22 y 43.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 57


DPyC Derecho penal DOCTRINA

de los ciudadanos y principalmente la premisa por penal ya fabricado, debe verificar si este refleja y
la cual el Estado no podía criminalizar conductas si respeta los principios extraídos del principio de
no existía dañosidad social, se adentraron en la es- lesividad —como también del resto de los prin-
cuela filosófica que defiende el principio del daño cipios constitucionales consagrados—.
como un límite fundamental al poder punitivo es-
tatal. En el apartado siguiente trabajaremos, a vue- La dogmática penal al trabajar con leyes
lapluma, sobre dicho principio. (tipos) no especula sobre cómo debe legislarse,
ya que como dijimos anteriormente es un tema
IV. Derecho y moral. Autonomía moral de la que puede discutir libremente la filosofía del de-
persona recho penal, la política criminal y la criminolo-
gía. La dogmática debe averiguar si el tipo penal
Una de las cuestiones más debatidas por la es constitucional o si no lo es. No se agotan aquí
filosofía jurídico-penal ha sido respecto de la las inconstitucionalidades posibles de los tipos
vinculación conceptual entre el derecho, la éti- penales ni de alguna tipificación en particular,
ca social y la moral individual, y en particular, en sino que se observa únicamente lo que hace a la
nuestro campo, si es condición suficiente para violación del principio de lesividad.
criminalizar una conducta la mera inmoralidad
de ella, independientemente de si genere un Tal principio coincide con muchos de los pos-
daño o no a terceros (19). tulados filosóficos que suelen atribuirse al prin-
cipio del daño, de los que aquí solo haremos una
Previo a realizar las aproximaciones sobre el somera mención a los fines de contextualizar la
tema, debemos dejar en claro qué pregunta es discusión y los alcances que pueden extraerse
la que buscamos responder en este artículo. No del principio de lesividad, dado que la discusión
buscaremos responder qué conductas puede o filosófica sobre este tópico excede ostensible-
no criminalizar el legislador (20), ya que la ac- mente el marco de este trabajo (22).
tuación de este se rige por principios y circuns-
tancias políticas propias, sino que aquí inten- Dicho de otra forma: el límite legislativo con
taremos responder la siguiente pregunta: ¿qué relación a la criminalización de conductas que
límites impone el principio constitucional de le- se espera que deba respetar el legislador en
sividad a la dogmática penal? nuestro ámbito se denomina principio de lesi-
vidad teniendo esta raigambre constitucional,
Es decir, mientras el legislador puede, en princi- mientras que en el ámbito anglosajón la restric-
pio, criminalizar cualquier tipo de conducta (21) ción al legislador es una construcción filosófico-
—respetando o no los principios constituciona- política denominada harm principle (23). En
les—, la dogmática penal, que trabaja con el tipo este apartado trabajaremos precisando algunas
cuestiones de este último, mientras en el resto
del trabajo nos abocaremos de lleno al principio
(19) NINO, Carlos S., “Los límites de la responsabilidad constitucional de lesividad.
penal”, Ed. Astrea, Buenos Aires, 1980, trad. de Guillermo
Rafael Navarro, p. 270. Se le atribuye a John Stuart Mill (24) ser el
(20) Sobre este tópico ver MIRÓ, Fernando, “La Crimi- principal defensor de la tesis que defiende ex-
nalización de Conductas ‘ofensivas’ a propósito del deba-
te anglosajón sobre los ‘límites morales’ del derecho pe-
nal”, en Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminolo-
gía, 2015. Disponible en: http://criminet.ugr.es/recpc.17/ (22) Para un análisis detallado de la relación entre el
recpc17-23.pdf. harm principle y la teoría del bien jurídico, HEFENDEHL,
Roland (ed.), ob. cit., ps. 37-52, 417-425.
(21) Sobre la ficción del “legislador racional” ver NINO,
Carlos S., “Consideraciones sobre la dogmática jurídica (con (23) Para un mayor y detenido análisis sobre el harm
referencia particular a la dogmática penal)”, Ed. Unam, Mé- principle en la tradición anglosajona, ver EDWARDS, Ja-
xico, 1989, ps. 85-101. Para una visión crítica del accionar del mes, “Harm Principle”, Legal Theory, 20, 2014, ps. 253-285
legislador y los límites que eventualmente podría imponerle y PERSAK, Nina, “Criminalising Harmful Conduct: The
a este la teoría del bien jurídico ver HEFENDEHL, Roland Harm Principle, its limits and Continental Counterparts”,
(ed.), “La teoría del bien jurídico. ¿Fundamento de legitima- Springer, NY, 2007.
ción del derecho penal o juego de abalorios dogmático?”, Ed. (24) Para precisiones sobre los planteos de Mill y el
Marcial Pons, Madrid y Barcelona, 2007, p. 101. derecho penal, BEADE, Gustavo, “Inculpación y castigo:

58 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Joaquín Badoza

presamente el principio del daño (harm princi- Defendía así un campo de acción de libertad
ple), el cual postula que, para habilitar una inter- para los individuos que viven en sociedad, res-
vención o injerencia en la libertad de las perso- pecto de las acciones de estos que no perjudi-
nas, debe existir como presupuesto una conduc- quen a terceros, estableciendo de esta forma que
ta que genere un daño en terceros, y no la mera para corregir cualquier conducta inmoral no le-
incorrección moral de la conducta en sí (25). siva debía apelarse a la persuasión, pero no a la
coacción (26).

ensayos sobre la filosofía del derecho penal”, Ed. Univer- Por lo tanto, es así como se defendía la autono-
sidad de Palermo, Buenos Aires, 2017, ps. 73-75. También mía moral de los individuos, los cuales eran los
ver SANCINETTI, Marcelo, “Teoría del delito y disvalor de artífices de sus propios destinos, y quienes me-
acción”, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 1991, ps. 86-89. jor cualificados estaban para decidir qué princi-
(25) Debemos hacer unas aclaraciones respecto del pios y valores morales regirían en su conducta.
harm principle que es atribuido a Mill, ya que hay diversas
Es este campo de autonomía del que gozan las
interpretaciones de los alcances que pueden extraerse
de él. En particular, hay una discusión que se suscitó en- personas el que funciona como un escudo frente
tre Nino y Sancinetti al respecto, explicada con una enor- a cualquier intromisión estatal con un fin per-
me precisión por BEADE, Gustavo, “¿El resultado como feccionista, que intente imponer determinados
fundamento de la sanción en una teoría de la responsa- modos de vida por considerarlos virtuosos (27).
bilidad penal preventiva?”, en Revista Electrónica de la
Universidad de Freiburg, Suiza, 2007. En lo que aquí in-
En ese sentido, la autodenominada escuela li-
teresa, es señalado que el trabajo de Mill está solo desti-
nado a garantizar un ámbito de tutela para aquellas ac- beral (28) erige su defensa en el campo de liber-
ciones que son autolesivas, sin poder concluirse que di- tad de los individuos, rechazando así cualquier
cho ámbito de protección sea extensible a acciones que intervención estatal —en especial la penal— en
sean efectivamente dañosas a terceros. En este sentido, aras de imponer determinados modos de vida,
SANCINETTI, Marcelo, ob. cit., p. 89; MAGARIÑOS, valores, etcétera.
Mario, ob. cit., p. 75. No entraremos aquí en las diversas
interpretaciones que pueden realizarse de dicho princi-
pio, ya que es una discusión totalmente ajena a los fines de ce), p. 16, entre otros. Para finalizar debemos admitir que
este trabajo, en el sentido de que aquí alcanza con inter- es cierto que el texto de Mill es de carácter general y no
pretar las mismas palabras de Mill que indican que para puede intentar extraerse de él definiciones y contornos
una conducta pueda ser criminalizada debe existir, prima preciosos en relación con la noción de daño como pre-
facie, daños a terceros (aunque siendo esta una condición supuesto necesario para la criminalización de conduc-
necesaria pero no suficiente). En tal sentido, en palabras tas, siendo también posible otro tipo de interpretaciones
del mismo Mill: “If any one does an act hurtful to others, como las que realiza Sancinetti (solo alcanza con la inten-
there is a prima facie case for punishing him, by law, or, ción de dañar). Sin embargo, lo que no es condicente con
where legal penalties are not safely applicable, by gene- el texto de Mill es que se sostenga que no es necesario el
ral disapprobation” (el destacado nos pertenece), MILL, perjuicio efectivamente causado de las conductas, alcan-
John Stuart, “On Liberty”, Batoche Books, Ontario, 2001, zando solo con la intención de realizarlo, ya que Mill sí
p. 14. Aquí es explícito que la premisa que en este traba- afirma (como dijimos, de forma general y no precisa) que
jo estamos desarrollando es coincidente con estas aristas para restringir la libertad de los ciudadanos es necesario
del principio del daño desarrollado por Mill, debiendo que estos hayan dañado con sus conductas a terceros (ver
señalar también de forma extremadamente intuitiva que pasajes transcriptos previamente).
de ese pasaje también se podría, con determinadas refi- (26) Esta lógica fue central en la postura de Hart en su
naciones, extraerse una embrionaria concepción del prin- célebre debate con Devlin, el cual se dio en la segunda mi-
cipio de insignificancia como derivado del principio de le- tad del siglo XX.
sividad. También puede verse que la necesidad del daño
efectivo a terceros como presupuesto indispensable para (27) ALAGIA, Alejandro, ob. cit., p. 187. NINO, Carlos
restringir la libertad está explicitado en otros pasajes de la S., “Ocho lecciones sobre ética y derecho para pensar la
obra: “To make any one answerable for doing evil to others democracia”, Ed. Siglo Veintiuno, Buenos Aires, 2013, ps.
is the rule; to make him answerable for not preventing evil 131-147 y NINO, Carlos S., “Ética y derechos humanos”,
is, comparatively speaking, the exception” (el destacado Ed. Astrea, 2ª ed., Buenos Aires, 1989, ps. 413-445.
nos pertenece), p. 15; “Secondly, the principle requires (28) Como asiste razón a la observación que hace Bea-
liberty of tastes and pursuits; of framing the plan of our de, es común observar que diferentes autores sostienen
life to suit our own character; of doing as we like, subject que su postura es la postura liberal, aun cuando sostie-
to such consequences as may follow: without impediment nen teorías diametralmente opuestas, como es el caso de
from our fellow creatures, so long as what we do does not Rawls, que defiende una teoría preventivo-general de la
harm them, even though they should think our conduct pena y Zaffaroni, quien sostiene una teoría agnóstica de
foolish, perverse, or wrong” (el destacado nos pertene- ella. BEADE, Gustavo, ob. cit., ps. 70-71.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 59


DPyC Derecho penal DOCTRINA

Si bien es indudable que determinados valo- De esta forma, este principio consagrado en
res ético-sociales suelen servir como orientado- nuestra Constitución, como la creación anglo-
res en muchas discusiones político-jurídicas, la sajona del harm principle, vetan la posibilidad
posición liberal clásica se opone a que solamente de que consideraciones morales (sean estas
dichos postulados sean el contenido de un tipo provenientes de la moral crítica tanto como de
penal (29). Nadie puede pretender, bajo riesgo la moral social) funcionen como presupuesto de
de ser incoherente y negar la realidad que la ética un tipo penal, y si esto no sucediese, es decir, si
social y el derecho poseen una relación en la que existiese un tipo penal que solo retome percep-
estas se nutren; pero el principio de lesividad, al ciones ético-sociales sin poder verificarse la cap-
exigir una lesión a un bien jurídico como presu- tación de una conducta que perjudique a terce-
puesto indispensable de los tipos penales, requie- ros, este será manifiestamente inconstitucional
re que el contenido de estos sea circunscripto solo por violatorio de los límites extraídos de nuestro
a lesiones, evitando así que el contenido de un art. 19.
tipo penal recaiga en valoraciones o imposiciones
morales. Si no hay lesión no puede haber prohi- Con el objetivo de realizar mayores preci-
bición penal, por mucho que la moral individual siones, debemos finalizar estableciendo que el
del sujeto actuante sea disidente o contraria a la harm principle y la teoría del bien jurídico tienen
valoración del Estado expresada en la ley. desarrollos muy diferentes, alcanzándonos para
los fines de este trabajo con señalar que del harm
Debe rechazarse así cualquier relación entre principle se extrae una clara regla, coincidente
el derecho y la ética social, donde esta última con nuestro principio de lesividad, que es que en
sirva solo como contenido y fundamento para la el ámbito del injusto penal debe existir la lesión a
criminalización de conductas; debiendo existir un tercero. Será la teoría del bien jurídico la que
una lesión —efectiva o por peligro concreto— a se encargará de complementar y precisar dicha
un bien jurídico —individual o colectivo— para regla (32), que es lo que intentaremos hacer más
que el tipo penal respectivo no viole el principio adelante en este trabajo con la categoría dogmá-
constitucional de lesividad. tica del bien jurídico lesionado.

En otros términos, la relación que puede exis- V. Demarcación de la aplicación del princi-
tir entre la ética social y el derecho es por demás pio constitucional de lesividad en el derecho
interesante y estamos convencidos de que vale penal
la pena explorar dicho campo (30); no queremos
sostener aquí que la ética social y el derecho se Hasta aquí hemos hecho referencia a la genea-
encuentran tajantemente separados no tenien- logía histórica y fuentes filosóficas que inspira-
do nada que ver uno con el otro, sino que según ron la creación de nuestro actual art. 19 consti-
surge de la filosofía Iluminista —la cual fue posi- tucional. En lo que sigue nos aproximaremos a
tivizada en nuestra Constitución— en al menos lo que, en nuestra opinión, son las mayores im-
el ámbito de la criminalización de conductas la plicancias de dicho artículo en el ámbito penal.
ética social no puede jugar ningún rol protagóni-
co, dejando este a la dimensión exterior y pública El art. 19, en su faz de lesividad, nos indica a los
de la conducta. La única pauta que el legislador penalistas que en nuestra materia no podemos
debe respetar al momento de la tipificación de hablar de la existencia de un delito, si no puede
conductas es la extraída del principio constitu- verificarse una conducta que ofenda bienes jurí-
cional de lesividad (31). dicos— ya sea mediante lesión o peligro— (33).

(29) ALAGIA, Alejandro, ob. cit., p. 178. (32) Ibidem, p. 422.


(30) Para una crítica a dicha relación, ver por todos: (33) Así se configura al principio de lesividad como un
GARLAND, David, “Punishment and Modern Society: A límite negativo. No debe entenderse a este principio como
study in social theory”, The University of Chicago Press, la obligación de criminalizar a toda aquella conducta que
1990, ps. 23-82. También en GARLAND, David, “Socio- haya tenido como resultado la producción de un daño o
logical perspectives on Punishment”, Crime and Justice, lesión sobre algún bien jurídico (cuestión que se señala-
The University of Chicago Press, 1991, vol. 14, ps. 122-127. ra sucintamente en la nota 45), sino que debe entenderse
(31) HEFENDEHL, Roland (ed.), ob. cit., ps. 198-199. que dicho principio “ha prescrito extraer de la ley toda

60 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Joaquín Badoza

De dicha elección constitucional se infiere que daño a terceros (39). La exigencia constitucional
en el área del derecho penal no puede legitimar- puede traducirse en una construcción dogmáti-
se ninguna intervención de tipo punitiva cuando ca como la del bien jurídico lesionado en el ámbi-
no se satisfaga dicho requisito (34). to de la tipicidad como presupuesto indispensa-
ble para la habilitación de poder punitivo.
Si bien el art. 19 también preceptúa el principio
de exteriorización de acto, según el cual se exclu- En definitiva, la exigencia del bien jurídico le-
ye del ámbito penal a cualquier situación de tipo sionado impone que todo tipo penal debe presu-
interna (pensamientos, propósitos perversos, poner contener conductas socialmente dañosas
intenciones, motivaciones, rasgos propios de la para terceros (40); excluyendo la posibilidad de
personalidad de cada uno, vicios, inclinaciones tipificación de conductas que en la práctica no
o gustos, etc.) (35), aquí solo nos abocaremos al cumplan dicho requisito, pero que quizás, según
principio de lesividad. Aunque debemos señalar determinada ética hegemónica puedan ser re-
que dicho principio complementa al de acto, pugnantes o no deseables (41).
exigiendo este que para poder hablar de la po-
sibilidad de habilitación de poder punitivo debe En síntesis, para que pueda criminalizarse una
existir una conducta exteriorizada, mientras que conducta deben cumplirse dos extremos: I— la
el primero nos impone que este debe tener un existencia de un bien jurídico (42) previamente
carácter público, dependiendo el cumplimiento constituido por las ramas del ordenamiento no
de este último requisito de que dicha conducta punitivas (43) y II— la verificación de una ofensa,
sea “perjudicial a la sociedad”, como fue consa- ya sea por lesión o peligro, concreto y tangible (44).
grado en el art. 5º de la declaración francesa de
1789 (36). Por todo ello se erige al bien jurídico lesiona-
do como una construcción que respeta la idea
Para ello debemos diseñar y configurar una Iluminista de limitar la potestad punitiva del es-
categoría dogmática que cumpla con el manda- tado (45) —materializada en nuestro art. 19—,
to constitucional de lesividad (37); no sólo por el exigiendo que para que esta pueda actuar (46),
hecho de que debemos subordinarnos a la Cons-
titución, sino porque tenemos la íntima y pro-
funda convicción de que es a través de la regla (39) HEFENDEHL, Roland (ed.), ob. cit., p. 418.
del art. 19 que podremos sentar las bases de un (40) ALAGIA, Alejandro, ob. cit., p. 187.
derecho penal liberal, no autoritario, respetuoso (41) HEFENDEHL, Roland (ed.), ob. cit., ps. 207-208.
de la dignidad y autonomía del individuo (38). (42) A los fines de este trabajo nos adheriremos por re-
Conteniendo, de esta forma, el avance de pulsio- sultarnos útil y coherente, a la escuela que define al bien
nes autoritarias del poder punitivo sobre las per- jurídico como una relación de disponibilidad de un sujeto
sonas al intentar restringir su ámbito de libertad con un objeto. Con mayor detalle, ZAFFARONI, Eugenio
R. - ALAGIA, Alejandro - SLOKAR, Alejandro, ob. cit., ps.
sobre la base de acciones que no generan ningún 489-490.
(43) Ya que la esencia del derecho penal será siempre
conminación penal que no pueda referir una lesión o sancionadora, mientras que el resto del ordenamiento ju-
puesta en peligro de un bien jurídico”. HEFENDEHL, Ro- rídico posee naturaleza constitutiva, lo que fue advertido
land (ed.), ob. cit., p. 98. y señalado por el propio Binding.
(34) ZAFFARONI, Eugenio R. - ALAGIA, Alejandro - (44) JULIANO, Mario, “¿Justicia de faltas o falta de justi-
SLOKAR, Alejandro, “Derecho penal. Parte General”, Ed. cia? Análisis crítico del Código de Faltas de la Provincia de
Ediar, Buenos Aires, 2000, p. 128. Buenos Aires”, Ed. del Puerto, Buenos Aires, p. 20.
(35) MAGARIÑOS, Mario, ob. cit., p. 35. (45) HEFENDEHL, Roland (ed.), ob. cit., p. 208.
(36) Ibidem, p. 36. (46) No obstante ello, debemos aclarar que la lesión a
un bien jurídicamente protegido es una condición nece-
(37) En este sentido es expresamente ilustrativo el si- saria pero no suficiente para justificar la habilitación de
guiente pasaje de Hassemer: “Dado que no podré aportar poder punitivo por parte de agencias estatales, ya que la
demasiadas novedades a tal discusión, la dejaré de lado lesión debe tener tal entidad que justifique la puesta en
y trataré el tema del bien jurídico desde una perspectiva marcha del sistema penal. Esto en virtud de la consonan-
nueva para la mayoría de nosotros, los penalistas: la cons- cia necesaria que debe darse entre el principio de lesi-
titucional”. HEFENDEHL, Roland (ed.), ob. cit., p. 95. vidad, el principio de proporcionalidad, el principio de
(38) ALAGIA, Alejandro, ob. cit., p. 186. razonabilidad, ultima ratio, etc. Por consiguiente, se im-

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 61


DPyC Derecho penal DOCTRINA

debamos estar obligatoriamente en presencia lugar, cualquier crítica dirigida al polémico con-
de determinada afectación de un bien instituido cepto de bien jurídico tutelado, que es un con-
por ramas del derecho no punitivas (47). cepto made in germany law, puede tener como
finalidad práctica desbaratar la garantía consti-
Como profundizaremos en el apartado si- tucional del bien jurídico lesionado y en segundo
guiente, debe rechazarse la concepción de un término, el bien jurídico tutelado permite racio-
bien jurídico tutelado, lo que en la práctica fun- nalizar, legitimar y construir categorías dogmá-
ciona como un elemento extensivo del poder pu- ticas violatorias del principio constitucional de
nitivo, invirtiendo la función limitadora del bien lesividad.
jurídico afectado. Debemos defender y sostener
solo este último como expresión dogmática del Esta última categoría ha sido confeccionada
principio constitucional de lesividad. por los penalistas liberales alemanes del siglo
XIX (49), bajo la influencia de las ideas Iluminis-
VI. ¿Bien jurídico lesionado o tutelado? tas y con un claro objetivo, este es, el de limitar la
potentia puniendi estatal (50).
VI.1. Origen del bien jurídico tutelado
El marco en el cual los juristas alemanes de
Hasta ahora hemos venido desarrollando los una nítida corriente liberal tuvieron que cons-
alcances que una categoría dogmática como la truir y desarrollar el concepto de bien jurídico
del bien jurídico debería tener para ajustarse tutelado no puede ser omitido por la doctrina
a los preceptos liberales que establece nuestra argentina, bajo el grave riesgo de estar impor-
Constitución Nacional, en particular a través tando una categoría dogmática, desconociendo
del principio de lesividad. Esta categoría se eri- que fue concebida en un determinado contexto
ge así como la necesaria existencia de un bien social, político y, sobre todo, normativo.
jurídico lesionado u ofendido en el ámbito del
injusto. En el siglo XIX, Alemania era un Estado Le-
gal de Derecho, carente de una Ley Suprema o
Pero debemos señalar una confusión que, a Constitución (51). No solo los penalistas care-
nuestro juicio, es más que recurrente en la dog- cían de una Constitución escrita y formal, sino
mática penal (48): la peligrosa equiparación que no había norma alguna en el ordenamiento
entre bien jurídico lesionado y bien jurídico tu- que reivindicase y expresase uno de los grandes
telado o protegido. La confusión —y fusión— de triunfos del Iluminismo: la imposibilidad del Es-
ambos conceptos, como señalaremos más ade- tado en entrometerse en la moral privada de las
lante, conlleva dos enormes riesgos: en primer personas, bajo riesgo de imponer una dictadura
ética (52).
pone como atípica cualquier conducta que produzca una
lesión insignificante, prescindiendo de la intervención del De todas maneras, y pese a este déficit norma-
sistema penal en bagatelas o afectaciones insignificantes. tivo, los padres penalistas liberales (53) apelaron
ZAFFARONI, Eugenio R. - ALAGIA, Alejandro - SLOKAR, a ideas supralegales, de vertiente claramente ius-
Alejandro, ob. cit., p. 129. Respecto del principio de insig- naturalista, para poder limitar el accionar del le-
nificancia en la jurisprudencia argentina, ver fundamen-
talmente el fallo (y la jurisprudencia allí detallada) “Cu- gislador que habilite la coacción punitiva. Inten-
tule, Pablo A. s/ hurto en tentativa” dictado el 10/07/2017 taron así restringir al máximo las formas en las
por la sala 2 de la Cámara Nacional de Casación en lo Cri-
minal y Correccional de la Capital Federal, con el voto de
los Dres. Morín, Niño y Sarrabayrouse. (49) ALAGIA, Alejandro, ob. cit., p. 184.
(47) NIÑO, Luis F., “El bien jurídico como referencia ga- (50) HEFENDEHL, Roland (ed.), ob. cit., p. 96.
rantista”, Ed. del Puerto, Buenos Aires, 2008, p. 57.
(51) Ibidem, ps. 203-204.
(48) Ver por todos, SCHUNEMANN, Bernd, “El princi-
pio de protección de bienes jurídicos como punto de fuga (52) ZAFFARONI, Eugenio R., “Apuntes sobre el bien
de los límites constitucionales de los tipos penales y de jurídico: fusiones y (con)fusiones”, en Libro homenaje al
su interpretación” en HEFENDEHL, Roland (ed.), ob. cit., Profesor José Hurtado Pozo, Idemsa, Lima, 2012, ps. 1-2.
ps. 197-226 y ROXIN, Claus, “¿Es la protección de bienes (53) Para una concepción crítica de los penalistas libe-
jurídicos una finalidad del Derecho Penal?”, también en rales de dicha época, HEFENDEHL, Roland (ed.), ob. cit.,
HEFENDEHL, Roland (ed.), ob. cit., ps. 443-459. p. 204.

62 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Joaquín Badoza

que el Estado podía limitar la libertad individual. la construcción iusnaturalista del bien jurídico
El fundamento para habilitar dicha potestad es- tutelado.
tatal —que miraban con tanta desconfianza—
debía limitarse solamente a aquella injerencia Nuestra dogmática parece haber hecho caso
necesaria para ejercer una tutela efectiva sobre omiso al contexto en el cual se desarrolló la ca-
las esferas de libertad de los individuos (54). tegoría de bien jurídico tutelado y fue importada
a nuestro ordenamiento jurídico sin mayores re-
En efecto, así fue como concibió al crimen paros, pasando por alto que dicha construcción
Feuerbach (55): como una lesión producida en pertenecía a un derecho penal legal, mientras
la libertad de los hombres, es decir, en sus dere- que nosotros poseíamos un Estado Constitucio-
chos subjetivos, los cuales eran garantizados por nal de Derecho, que para colmo de males posee
el contrato social (56). Desde el punto de vista una regla tan clara y precisa como la del princi-
de esta concepción se infiere la razón de ser en pio de lesividad, la cual entraba directamente en
asignarle al derecho penal la función de tutelar crisis con la construcción de la dogmática penal
y proteger justamente esos derechos subjetivos alemana de la época. En nuestra opinión, del
que el delito lesionaba. Al mismo tiempo, y como art. 19 sólo puede extraerse como requisito para
consecuencia lógica, se asignó una función pre- criminalizar una conducta lesiva o dañosa para
ventiva a la pena (57). terceros —pública—, lo que en el ámbito penal
puede redefinirse como la categoría dogmática
En términos generales, la función tutelar que hemos desarrollado previamente, esto es,
asignada al derecho penal implicaba una pro- bien jurídico lesionado.
hibición directa al legislador, quien no podría
fabricar tipos penales que no ofendan dichos de- VI.2. Aspectos críticos respecto de la pretendida
rechos subjetivos que debían ser protegidos. En función tutelar de bienes jurídicos por parte del
consecuencia, fue esta la válvula de escape que derecho penal
encontraron para escapar al vacío legislativo al
que se enfrentaban: para mantener firme la idea La cuestión relativa a la intentada tutela o
de bien jurídico lesionado (58) debieron apelar a protección de bienes jurídicos por parte del
derecho penal es defendida por muchos cate-
dráticos en la materia (59), estableciendo a está
(54) ALCACER GUIRAO, Rafael, “Sobre el concepto de
delito: ¿lesión del bien jurídico o lesión de deber?”, Ed. Ad-
como la finalidad que debe perseguir el dere-
Hoc, Buenos Aires, 2003, p. 77. cho penal (60). Es por ello que es tan esencial
(55) FEUERBACH, Paul J. A. R. von, “Tratado de dere- esta división: el concepto de bien jurídico tute-
cho penal común vigente en Alemania”, Ed. Hammurabi, lado es parte de una construcción teórica que
Buenos Aires, 1989, apartado 21, trad. de Eugenio R. Za- le asigna al derecho penal la función de tutelar
ffaroni e Irma Hagemeier, ps. 19-22. bienes, enmarcándose así en una justificación
(56) HEFENDEHL, Roland (ed.), ob. cit., ps. 205. de la pena de tipo preventivo-general; mientras
(57) Particularmente en la teoría de la coacción psico- que el bien jurídico lesionado es una garantía
lógica expuesta por Feuerbach. constitucional que está presente en nuestro
(58) Podemos observar que es recién en la construc- ordenamiento jurídico desde hace más de dos-
ción de Feuerbach que se empieza a asignarle al dere- cientos años.
cho penal la función tutelar, aunque debemos hacer una
aclaración: no fue Feuerbach el creador de la categoría
de bien jurídico tutelado, ya que el solo circunscribía la nbaum, HEFENDEHL, Roland (ed.), ob. cit., ps. 206-207.
intervención penal referida a lesiones a derechos subje- Sobre el origen del concepto de bien jurídico, especial-
tivos. El concepto de bien jurídico fue acuñado por pri- mente atribuyendo este a Binding ver HEFENDEHL, Ro-
mera vez por Birnbaum. El razonamiento de este autor land (ed.), ob. cit., p. 417.
para hacer el salto de los derechos subjetivos que defen-
día Feuerbach al bien jurídico fue que aquellos no repre- (59) La férrea defensa de este principio puede vislum-
sentaban de forma acabada la idea de lesión, ya que un brarse con claridad en las obras de Roxin. ROXIN, Claus,
derecho no podría ser materialmente lesionado. Por lo “Dogmática penal y política criminal”, Ed. Idemsa, Lima,
tanto, es cuando Birnbaum propone que lo que debe ser 1998, trad. de Manuel A. Abanto Vázquez.
susceptible de lesión es el sustrato material del derecho (60) Para mayores precisiones, CONTRERAS LÓPEZ,
subjetivo, el “bien jurídico”. ALCACER GUIRAO, Rafael, Rebeca E., “La tutela penal de bienes jurídicos”, Ed. Uni-
ob. cit., p. 120. Para una defensa de la concepción de Bir- versidad Veracruzana, México, 2006, ps. 32-39.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 63


DPyC Derecho penal DOCTRINA

Reflexionando respecto del bien jurídico tu- mente, ya se encuentran protegidos por el hecho
telado se nos han planteado varias cuestiones mismo de ser bienes jurídicos.
problemáticas que analizaremos a continua-
ción, habiendo resumido ellas en 6 preguntas Volviendo a las dificultades con las que nos
esenciales que deben responderse a la hora de encontramos al estudiar con detenimiento el
afirmar que en los tipos penales pueden encon- concepto de bien jurídico tutelado, al tratar de
trarse como contenido lesiones a bienes jurídicos responder en qué plano se verifica la pretendida
tutelados penalmente. tutela penal, nos encontramos con que sostener
que el derecho penal protege determinados bie-
Ellas son: 1. ¿Puede existir un bien jurídico nes es necesariamente un juicio de carácter fác-
no protegido por el derecho? 2. ¿En qué plano se tico (61).
verifica la pretendida tutela penal? 3. ¿Se puede
brindar desde el derecho penal una tutela inte- Es, a nuestro juicio, erróneo presuponer que
gral a los bienes jurídicos? 4. ¿Es compatible la desde la tipicidad (al exigir la lesión a un bien ju-
naturaleza jurídica del derecho penal con pre- rídico tutelado) se puede extraer una protección
tendida función tutelar? 5. ¿Qué riesgos se ex- jurídica a un bien, ya que dicha protección carece
traen de asignarle la función protectora de bie- de un contenido real (62). Esto debido a dos mo-
nes al derecho penal? 6. ¿Cuál sería, en la prác- tivos: en primer término, no ha sido demostrado
tica, los bienes que se pretenden proteger con el empíricamente que tipificar una conducta que
Derecho Penal? ofenda a un bien jurídico haya tenido como re-
sultado la protección de dicho bien; en segundo
Para responder la pregunta uno cabe destacar término, dicha protección funciona solo como re-
que la idea de un bien jurídico tutelado o protegi- ferencia formal, sin fundamento material.
do lleva intrínsecamente una contradicción lógi-
ca insalvable, que es por demás redundante: un Así las cosas, la asignación de una función
bien jurídico —cualquiera sea su definición— protectora nos obliga a aceptar que el derecho
importa que es merecedor de una protección penal, en su esfera normativa, posee una fun-
jurídica (dada por todo el ordenamiento jurídico ción tutelar. No podemos dejar de señalar, como
y no solo el penal), por lo que necesariamente lo indica Niño, que dicho juicio, además de ser
cuando hablamos de bien jurídico estamos ha- fáctico, en dicho plano se revela completamente
blando de un ente que está siendo protegido por falso en la gran mayoría de los casos, al verificar
el derecho en su totalidad. la operatividad y selectividad con la que opera el
sistema penal (63).
Dicho de forma más clara: es completamente
contradictorio pensar en la idea de un bien ju- Además que, por cierto, la comprobación de
rídico no tutelado por el derecho. Si ese fue ese la supuesta tutela corre por cuenta de la agencia
el caso, dicho ente no sería un bien jurídico. Se política criminalizante, debiendo advertir que
extrae así, de la simple enunciación de “bien ju- dicha verificación jamás podrá darse a través de
rídico”, que implica una tutela o protección jurí- las normas: lo que el derecho penal solo verifica
dica. Es el ordenamiento jurídico en general la es la criminalización primaria y la pretensión dis-
que da diseña y crea bienes jurídicos, llegando cursiva tutelar de la agencia política (64).
a la legislación penal como bienes ya tutelados
jurídicamente. No se pretende aquí sostener que la aplicación
de poder punitivo pueda tener la función de pro-
Es por ello que insistimos debe abandonarse
la idea de un bien jurídico tutelado, debiendo, a
nuestro entender, hacer referencia sólo a la con- (61) ZAFFARONI, Eugenio R., “Apuntes...”, cit., p. 3.
cepción de bien jurídico, sin ningún aditamento. (62) TAVARES, Juárez, “Bien jurídico y función en De-
Esto es aplicable incluso a quienes, y a pesar de recho Penal”, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 2004, trad.
la multiplicidad de críticas al respecto, sostienen Mónica Cuñarro, ps. 11-12.
la idea de que la finalidad del derecho penal es (63) NIÑO, Luis F., ob. cit., p. 56.
la exclusiva protección de bienes jurídicos, los (64) ZAFFARONI, Eugenio R. - ALAGIA, Alejandro -
cuales, según el orden de ideas expuesto previa- SLOKAR, Alejandro, ob. cit., p. 128.

64 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Joaquín Badoza

teger determinados bienes jurídicos mediante la por esta a las múltiples consecuencias dañosas
disuasión, lo que quiere señalarse es justamen- que una conducta pueda generar. Pero los tipos
te que aquello que puede llegar a proteger es el penales sólo captan determinadas conductas y
poder punitivo, pero no el derecho penal (65). La determinados daños al bien jurídico; por ejem-
elección del legislador de tipificar determinadas plo, el art. 79 del Código Penal no tutela de forma
lesiones que afecten a un bien jurídico por sí sola completa la vida, sino que solo absorbe determi-
no puede ejercer una tutela en el mundo real, ya nadas afectaciones a dicho bien jurídico (68).
que dicho fenómeno es de carácter normativo.
Se mezclan así dos planos y dos conceptos di- En cuanto a la pregunta respecto del test de
ferentes, pasando por alto que lo que determi- compatibilidad que debe hacerse entre la natu-
na —y solo en algunos casos— que aquello que raleza jurídica del derecho penal y la pretendida
puede servir como una fuerza disuasoria —muy función tutelar de bienes, apreciamos que el tan
limitada, por cierto— es la aplicación fáctica de repetido concepto de bien jurídico tutelado en-
poder punitivo llevada a cabo por la criminaliza- cierra una problemática que es que al elevarse
ción secundaria (66). al derecho penal como creador y protector de
determinados bienes jurídicos, se olvida que la
Por otra parte, cuando nos cuestionamos so- esencia del derecho penal es eminentemente
bre la posibilidad de brindar una tutela integral sancionadora, pero de ningún modo constituti-
a bienes desde el derecho penal, observamos que va, por lo que el derecho penal no crea ningún
los tipos penales están configurados para captar bien jurídico, sino que por el contrario recibe un
determinadas acciones específicamente indivi- bien ya protegido por el resto del ordenamiento,
dualizadas que lesionan bienes jurídicos, ya que limitándose la actuación de aquel a solo identi-
ningún tipo está diseñado de forma que pueda ficar —y amenazar con una determinada pena—
conminar toda conducta posible de lesionar a conductas que lesionen u ofenden de determi-
un determinado bien jurídico. Es por ello que el nada manera dicho bien (69). El derecho penal
derecho penal, desde el ámbito del injusto, está identifica lesiones típicas a estos.
completamente incapacitado para brindar una
tutela penal integral a los bienes jurídicos: en Es la Constitución Nacional y las otras ramas
este ámbito solo exige que la conducta típica le- del derecho las que consagran a dichos entes
sione de la forma que el tipo penal expresamente como bienes jurídicos. Así el bien jurídico pro-
desarrolla e individualiza (67). viene de otras ramas jurídicas que son las que
efectivamente pueden proteger bienes, mientras
Toda conducta que dañe a un bien jurídico que el bien jurídico lesionado funciona en el de-
posee una pluriofensividad fáctica, entendiendo recho penal como una forma de limitar al poder
punitivo (70).
(65) Sobre la distinción de ambos conceptos, ZAFFA-
RONI, Eugenio R. - ALAGIA, Alejandro - SLOKAR, Alejan- En lo que respecta a los riesgos que se extraen
dro, “Manual de derecho penal. Parte General”, Ed. Ediar, de adjudicar la función protectora al derecho pe-
Buenos Aires, 2006, 2ª ed., ps. 3-27. nal, creemos que, al crear una expectativa falsa
(66) Son muchos los ejemplos que nos brinda nuestro
Código Penal. Por ejemplo, en las violaciones de derechos
de propiedad intelectual (arts. 71-78 de la ley 11.723); to- (68) Cabe pensar en que hay muchísimos ejemplos
dos hemos fotocopiado o consumido contenidos audio- donde se puede eliminar la vida pero que no son com-
visuales que estrictamente no respetaban el derecho de prendidas dentro del art. 79. Sin ir más lejos, en la guerra
autor. Otro ejemplo paradigmático es el caso del aborto: es completamente legal, e incluso una obligación, elimi-
la ineficacia del art. 88 del Código Penal es ostensible y se nar la vida del enemigo o adversario. Sin dudas se está
refleja en que por regla general dicha norma no evita la afectando la vida como bien jurídico, pero dicho acto no
realización de abortos (clandestinos) por parte una enor- es alcanzado por la tipificación del homicidio de nuestro
me cantidad de mujeres. Lo que aquí se demuestra es que Código Penal. Por ello es que sostenemos que el art. 79
el carácter normativo de tipificar determinada conducta solo absorbe determinadas conductas que lesionan la
por sí sola no disuade, ya que aquello que genera la disua- vida, pero no todas, lo que en caso de que así exista, viola-
sión es la aplicación práctica de dicho tipo, que siempre ría de forma manifiesta el principio de legalidad.
está en manos de las agencias policiales que ejercen la (69) ZAFFARONI, Eugenio R., “Doctrina penal nazi”, Ed.
criminalización secundaria. Ediar, Buenos Aires, 2017, p. 227.
(67) ZAFFARONI, Eugenio R., “Apuntes...”, cit., p. 4. (70) TAVARES, Juárez, ob. cit., p. 12.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 65


DPyC Derecho penal DOCTRINA

de efectiva tutela, mediante deducción de la cional de lesividad en tanto la lesión o el peligro


ley penal, las consecuencias están a la vista: concreto no es parte de la configuración de este
dicho discurso permitiría legitimar y racio- tipo de delitos, no pudiendo observarse la pre-
nalizar la punibilidad y criminalización de sencia típica de la categoría del bien jurídico le-
lesiones a bienes jurídicas por demás lejas y sionado, siendo en la primera tesis inaceptable
completamente hipotéticas, como los delitos que el derecho penal presuponga de forma ab-
de peligro abstracto (71). soluta y sin posibilidad de refutación que exis-
te una ofensa cuando en el mundo real ello no
En relación particular al tópico de los delitos sucede, mientras que cabe rechazar la segunda
de peligro abstracto y su relación con el principio postura por el simple hecho de considerar el
constitucional de lesividad debemos hacer algu- caso de la tentativa en estos delitos, donde la tri-
nas obligadas aclaraciones, reconociendo que la plicación de la presunción del riesgo (peligro de
cuestión es por demás compleja y un estudio de- peligro de peligro) es una de las formas más ma-
tallado de esta deberá ser objeto de futuros tra- nifiestas de violentar el principio constitucional
bajos exclusivamente dedicados a ella. de lesividad (74).

Hemos señalado que el principio constitucio- Retomando con los riesgos derivados de creer
nal de lesividad impone a la dogmática penal ar- supersticiosamente que el derecho penal ejerce
gentina corroborar en cada caso concreto que en una determinada función protectora, propios
el ámbito de la tipicidad sea verificable un bien de la hiperinflación penal de la que somos tes-
jurídico lesionado o afectado ya sea tanto por tigos (75), se corre el grave riesgo de caer en una
daño o peligro concreto para que dicha ley pe- técnica legislativa por demás común a nuestros
nal sea respetuosa del art. 19 de la CN argenti- ordenamientos jurídicos: la creación y clonación
na. Ahora bien, hay determinados tipos penales de bienes jurídicos inexistentes (76), generan-
en los que dicha afectación al bien jurídico es do así tipos penales que violan directamente el
por demás remota y al mismo tiempo presumi- principio de lesividad al sancionar conductas
da por el derecho penal sin aceptar prueba en que no generan ofensa a un bien jurídico real.
contrario (iure et de iure), no pudiendo verifi-
carse en el caso específico una afectación con- Mediante esta inversión y perversión discur-
creta a algún bien jurídico. Este tipo de delitos, siva se deriva en que todo bien jurídico que sea
denominados de peligro abstracto, son aquellos lesionado requiere de una tutela por parte del
que han sido cuestionados respecto de su vali- derecho penal, incentivando así una penaliza-
dez constitucional (72). ción sin límites —mientras más se proteja, me-
jor (77)—.
Los tipos penales de peligro abstracto adelan-
tan la punición a etapas anteriores a la puesta en
marcha de un peligro concreto o de la consuma- (74) Los alcances de dicho principio constitucional a
ción de una determinada lesión. La doctrina los este respecto han sido puestos en crisis tanto por la dog-
mática como la jurisprudencia argentina (principalmente
ha configurado de dos maneras: en primer lugar, en la doctrina por SANCINETTI, Marcelo, ob. cit., ps. 79
estos tipos penales están construidos de forma y ss. y en la jurisprudencia argentina por el juez Magari-
que el peligro es presumido juris et de jure por ños en su voto el fallo de la causa CCC 31996/2014/TO1/
el derecho penal, y, en segundo lugar, son tipos CNC1, registro nro. 812/2015, sentencia del 23 de diciem-
penales donde para su justificación es suficiente bre de 2015).
con que exista un peligro de peligro (73). (75) HUSAK, Douglas, “Overcriminalization”, Oxford,
Oxford University Press, 2007. SILVA SÁNCHEZ, Jesús-
Como es ostensible, ambas posturas son ma- María, “La expansión del derecho penal. Aspectos de la
política criminal en las sociedades postindustriales”, Ed.
nifiestamente violatorias del principio constitu- Civitas, Madrid, 1999.
(76) Seguridad pública, paz pública, etc.
(71) ZAFFARONI, Eugenio R. - ALAGIA, Alejandro - (77) Con enorme acierto Sancinetti expresa en los si-
SLOKAR, Alejandro, “Tratado...”, cit., p. 129. guientes términos: “Si el Derecho penal realmente pu-
diera cumplir la misión de ‘proteger bienes jurídicos’
(72) Cfr. por todos, ibidem, ps. 491-492. en sentido físico, como si fuera un vidrio blindado que
(73) Ibidem. se levantase delante de los bienes, ciertamente sería

66 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Joaquín Badoza

Para resumir, de la función tutelar de bienes En conclusión: la intervención del derecho pe-
jurídicos que se pretende que ejerza el derecho nal es siempre cuando —por lo menos, así se es-
penal, se derivan las siguientes consecuencias, pera que sea— un bien jurídico ya fue ofendido
todas violatorias del principio constitucional de o por una lesión o por peligro concreto. El dere-
lesividad: racionalizar intervenciones por demás cho penal, como señala Jakobs, dada su esencia,
desproporcionadas con relación a la lesión —el siempre llegará tarde (79).
derecho penal debe tutelar y proteger incluso
cuando la ofensa sea mínima, desconociendo El concepto de bien jurídico tutelado, en or-
el principio de insignificancia—; crear y clonar denamientos como el nuestro, arrasa por com-
bienes jurídicos que en la realidad no existen, pleto con la finalidad limitadora y contenedora
ya que como se sostuvo previamente, el bien que debe tener la dogmática penal. El límite que
jurídico tutelado tiende a espiritualizarlo hasta extraemos del principio de lesividad no puede
desembocar en un único bien jurídico, esto es, la tener como conclusión atribuirle una función
voluntad del estado; la tipificación de delitos de protectora o tutelar de bienes a la tipificación
peligro abstracto; adelantar la tipificación hasta de conductas —en su faz normativa—, ya que
el extremo de conminar actos preparatorios; y desnaturalizaría por completo dicha esencia li-
la creación de delitos de acumulación (o gene- mitante.
ralización de una conducta) mediante la cual
se tipifican conductas que individualmente son Es que sucede que, si incluimos en el ámbi-
inocuas. to del injusto penal que el derecho penal debe
proteger bienes jurídicos, también estamos to-
Tampoco podemos dejar de preguntarnos, qué mando un camino político criminal completa-
es lo que tutelaría la ley penal. Por supuesto que mente sistémico, ya que la función garantizadora
el de la víctima del delito no. Si no podemos afir- del bien jurídico lesionado se vería deformada
mar que lo que tutela o protege es un bien jurí- en una herramienta que serviría a mantener y
dico concreto de un individuo (78), nos veremos reproducir el mismo sistema penal. Así, el bien
obligados a abstraer el objeto de tutela —aún jurídico tutelado impone necesariamente efec-
más—. tos legitimantes del poder punitivo y a su vez
altamente expansivos del derecho penal, siendo
Estaríamos frente a un traspaso de titularidad ignoradas todas estas cuestiones por la dogmá-
del bien jurídico: de cada individuo particular a tica que acepta y defiende la protección del bien
un difuso conjunto de individuos, por lo que el jurídico atribuida al tipo como una tesis irrefu-
bien jurídico resultaría completamente espiri- table (80).
tualizado. Es de esta forma que la tesis protecto-
ra y tutelar debe aceptar que el derecho penal no En conclusión, cada vez que se utilice la ex-
tutelaría bienes concretos, como la vida de una presión bien jurídico tutelado se está utilizando
determinada persona, sino que el objeto de tu- un concepto que está: formulado de forma ló-
tela sería así una idea abstracta e impersonal de gicamente redundante; que es falsa; que da por
la vida. lógicas y verdaderas determinadas funciones de
imposible realización fáctica; que es una cons-
trucción completamente útil y legitimante de la
correcto aumentar el grosor del vidrio tanto como fuera arbitrariedad; que es una construcción intole-
posible, pues cuanto más denso fuese el blindaje, ma-
yor sería la protección. Pero esa noción es errada. La rablemente supersticiosa y peligrosamente ro-
ley penal no es un ‘escudo protector’; ni pretende, ni mántica; y que es una creación racionalizadora
puede lograr que el delito desaparezca. Ésa no es una
misión que deba serle adscripta como cosa propia ni si-
quiera en forma ideal. No es que por el hecho de que la (79) JAKOBS, Gunther, “¿Qué protege el derecho penal:
ley penal sea incapaz de cumplir esa misión deba des- bienes jurídicos o la vigencia de la norma?”, Ed. Jurídicas
aparecer: sólo significa que no ‘protege’, al menos no Cuyo, Mendoza, 2001, trad. de Manuel Cancio Meliá, ps.
si por ‘protección’ se entiende un ‘escudo real contra 53-56; “Derecho Penal. Parte General. Fundamentos y
el agresor eventual’”. SANCINETTI, Marcelo, “Casos de teoría de la imputación”, Ed. Marcial Pons, Madrid, 1995,
Derecho penal. Parte general”, Ed. Hammurabi, Buenos trad. de Joaquín Cuello Contreras y José Luis Serrano
Aires, 2006, 3ª ed., ps. 53 y ss. González de Murillo, ps. 56-60.
(78) SANCINETTI, Marcelo, ob. cit., ps. 79-85. (80) TAVARES, Juárez, ob. cit., p. 11.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 67


DPyC Derecho penal DOCTRINA

de las más burdas violaciones constitucionales liberal (83), pero que al mismo tiempo somos
a las bases de un derecho penal liberal constitu- conscientes de que es este mismo concepto el
cional. que ha sido pervertido y espiritualizado de for-
ma continua, aceptando que una teoría del bien
Esto nos lleva a ser testigos de la parábola in- jurídico será siempre necesaria pero no suficien-
volutiva del bien jurídico, mediante la cual, un te para las bases de un derecho penal no auto-
concepto cuya función es limitar la coacción ritario, donde para cumplimentar con esto últi-
estatal, termina sirviendo prácticamente para mo se la deberá relacionar al bien jurídico con
legitimar, justificar y ampliar cualquier tipo de el principio constitucional de lesividad, naciendo
intervención punitiva (81). como fruto de esa unión a la categoría dogmática
de bien jurídico lesionado como base de un au-
Ni hablar de que el concepto de bien jurídi- téntico derecho penal de lesión.
co protegido es tan débil y frágil, que no faltan
quienes con facilidad desbaraten todas sus con- VII. Conclusión
tradicciones, dando por resultado un tiro por
elevación a la garantía constitucional del bien A lo largo de este trabajo hemos señalado que
jurídico lesionado como presupuesto ineludible el principio de lesividad se encuentra presente
de la teoría estratificada del delito. Es así como, en la historia argentina desde el año 1812, estan-
mediante críticas a un concepto de índole legal do presente en absolutamente todo proyecto y
se termina desbaratando una garantía constitu- Constitución sancionada y reformada desde esa
cional demoliendo las bases de un auténtico de- fecha hasta nuestros días.
recho penal de lesión.
También indicamos que dicho principio fue
Es por eso que aquí llegamos a la conclusión importado por los constitucionalistas desde
de que debemos desarraigarnos de la expresión la filosofía del Iluminismo del siglo XIX, de los
repetida infinitamente del bien jurídico tutelado cuales uno de los objetivos de esta era limitar la
para anclarnos de forma rotunda a la categoría potestad punitiva estatal mediante la separación
del bien jurídico lesionado o afectado como conte- entre el derecho y la moral, prohibiéndole al le-
nido necesario e indispensable de los tipos pena- gislador que prohíba conductas no exterioriza-
les, sirviendo esta como una verdadera garantía das, y conductas exteriorizadas, pero no dañosas
de límites y control al poder punitivo estatal (82). para terceros.

Esto es de utilidad para todos aquellos que Dicha filosofía dio lugar a una justificación del
defendemos al instituto del bien jurídico como castigo basada en el principio del daño, cuyas
una herramienta esencial para un derecho penal principales premisas, como señalamos, son apli-
cables a las derivaciones que pueden extraerse
(81) FERRAJOLI, Luigi, “Derecho y razón: Teoría del de nuestro art. 19 en su faz de lesividad.
garantismo penal”, Ed. Trotta, Madrid, 1995, trad. de Per-
fecto Andrés Ibáñez, Alfonso Ruiz Miguel, Juan Carlos Teniendo esto en cuenta, hemos desarrollado
Bayón Mohino, Juan Terradillos Basoco, Rocío Cantarero una categoría dogmática que sirva en la teoría es-
Bondrés, ps. 467-471. tratificada del delito para cumplir con esa norma
(82) Esto último nos llevara sin dudas, en marco de fu- que busca limitar la potentia puniendi estatal, y lo
turos e inmediatos trabajos, a estudiar la cuestión relativa hicimos a través de la categoría del bien jurídico
a la constitucionalidad de determinados tipos de la parte
lesionado como presupuesto típico indispensable
especial en donde, prima facie, no puede apreciarse de
forma general que exista un bien jurídico lesionado como para la habilitación de poder punitivo.
elemento del tipo, como por ejemplo las exhibiciones
obscenas (art. 129) o el matrimonio nulo con el consen- A su vez hemos señalado que tanto la dogmá-
timiento de ambos cónyuges (art. 134). Al respecto cabe tica como la jurisprudencia suelen equiparar al
señalar de forma intuitiva que creemos que se deberá
estudiar de forma detallada los límites que juegan en el
ámbito del derecho administrativo sancionador, el cual (83) ESER, Albin, “El bien jurídico en los análisis dog-
quizás, con determinados límites claros e impuestos, pue- máticos y políticos criminales del Profesor Albin Eser”,
da hacer frente a aquellas conductas que nos molestan u Ed. Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 1999,
ofenden pero que no nos lesionan. ps. 41-44.

68 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Joaquín Badoza

bien jurídico lesionado, que es una garantía cons- jurídico ajeno, ya sea o por un daño particular,
titucional, con el bien jurídico tutelado, que es o un peligro concreto. Donde haya un auténti-
una construcción hecha por los padres penalis- co derecho penal de lesión no habrá un derecho
tas liberales en la Alemania del siglo XIX, cuan- penal moralista o un derecho penal como Santo
do esta era aún un estado legal de derecho. Así Protector de todos los bienes jurídicos. Al tratar a
señalamos que se da una incompatibilidad entre la lesión como el único presupuesto válido para
ambos conceptos, ya que el bien jurídico tutela- castigar, los discursos que justifican y amplían el
do permite la racionalización de intervenciones castigo con base a otras consideraciones queda-
punitivas que violan el principio de lesividad. rán al margen.

Hemos intentado diferenciar ambos con- La separación entre el derecho y la ética o mo-
ceptos, para llegar a la conclusión de que solo ral social no es injustificada en el ámbito penal;
debemos sostener y reafirmar la categoría del basta hacer un repaso histórico para observar
bien jurídico lesionado, dejando de lado y re- como el derecho penal ha sido contaminado
chazando la categoría del bien jurídico tutela- por consideraciones éticas hegemónicas que
do por ser esta una ficción que sirva como he- llevaron a la criminalización de conductas que
rramienta expansiva del derecho penal y legi- en la realidad no implicaban afectación a bien
timante del poder punitivo, echando por tierra jurídico alguno. Fuimos —y somos— testigos de
los límites que se extraen del art. 19 de nuestra cómo el derecho penal afectó la vida de cien-
Constitución. tos de miles de personas que fueron víctimas de
una criminalización de contenido ético; claros
Habiendo realizado esta breve síntesis de los ejemplos de esta son la tipificación penal de
puntos que desarrollamos en este trabajo, quere- orientaciones sexuales; de relaciones sexuales
mos darnos una licencia para exponer también lucrativas entre mayores de edad mediando
brevemente en los siguientes párrafos, las verda- consentimiento; de consumo personal, privado
deras implicancias que entendemos que pueden y recreativo de estupefacientes; de decisiones
darse si no se respetan los principios constitu- personalísimas de la mujer sobre su vida, como
cionales limitadores del ejercicio del poder pu- en el caso del aborto; etc.
nitivo.
Como dijimos, el derecho penal es sensible a
Más de doscientos años de historia constitu- cualquier tipo de contaminación producto de
cional son testigos de que en el ordenamiento consideraciones morales, siendo esta letal para
jurídico argentino, desde sus inicios, se encuen- el sistema de garantías, derechos y límites al Es-
tra una norma que refleja uno de los postulados tado que prescribe nuestra Constitución.
básicos del Iluminismo del siglo XIX: la distin-
ción y separación entre el derecho y la moral. Esa No queremos equivocarnos y caer en la con-
separación se impone así como un pilar básico fusión de mezclar varios temas diferentes e in-
de un derecho penal que pretenda ser limitador dependientes entre sí; solo queremos poner de
del poder punitivo estatal, y es, en definitiva, un manifiesto que es ciertamente tranquilizador
derecho penal liberal, cuya misión sea impedir y para los penalistas arrogarse la función de que
contener los avances autoritarios que conviven su trabajo tiene como finalidad evitar daños y
en nuestros estados de derecho. contribuir a una convivencia pacífica; es cierta-
mente alentador sostener que la bestialidad de
Creemos que el camino hacía un auténtico nuestro sistema penal se justifica y se basa en
derecho penal de lesión sobre una base esencial que el derecho penal ejerce una protección de
como lo son las conductas que lesionan a ter- los bienes fundamentales de una sociedad. Pero
ceros servirá como una herramienta indispen- lo cierto es que es tan loable como falso.
sable en la lucha por el control y la intención
de limitar al poder punitivo estatal. No hay otro No podemos afirmar, ya que no hay prueba
discurso más eficaz para controlar los desbordes empírica alguna que lo confirme, que la tipifica-
de las intenciones hiperpunitivas que aquel que ción de conductas sirva para proteger algo. Vivi-
circunscriba el castigo penal a aquellas conduc- mos en sociedades de conflicto, donde los cam-
tas que hayan generado alguna lesión a un bien bios y los problemas son rasgos esperables y nor-

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 69


DPyC Derecho penal DOCTRINA

males. No vivimos en comunidades horizontales, La decisión aquí es si queremos anclar la toxi-


sino que nuestras sociedades se estructuran de cidad del derecho penal a una nube normativa
forma estratificada, vertical, con clases y grupos que contenga funciones de imposible realiza-
de poderes, donde la lucha por alcanzar deter- ción, la cual derramará una enorme lluvia ácida
minados fines entre diversos sectores integran- de violencia y selectividad sobre aquellos que
tes de la sociedad es la regla básica de nuestra no posean los medios para defenderse de ella,
convivencia. Esto nos lleva a adherir a la idea de o contenemos esa toxicidad para garantizar un
que el orden social es producto, no de nuestros derecho penal liberal respetuoso de la libertad
acuerdos alcanzados en una comunidad, sino el y garantías individuales de todos los integrantes
resultado de la coerción y la coacción ejercida de la sociedad, siendo este un liberal y limitante
entre aquellos que ostentan el poder y aquellos derecho penal de lesión.
sobre los que este se ejerce.
O damos rienda suelta a la magnífica bestia de
Esto tiene como resultado lógico rechazar irracionalidad y brutalidad que posee el Estado
cualquier tipo de universalización de determi- a través del ejercicio de su poder punitivo, o nos
nadas consideraciones o valores morales, para aseguramos de contener al máximo posible a
aceptar, defender e incentivar límites claros al este para evitar que se libere de sus cadenas limi-
proceso criminalizador. Ya que es harto soste- tantes para extender sus garras a situaciones que
nido desde hace muchísimo tiempo que el de- la propia Constitución quiere evitar que sean
recho, en su faz real, en su ser, en la práctica, es criminalizadas, como lo son los actos internos no
un reflejo y una materialización de los intereses exteriorizados, y los actos exteriorizados no lesi-
que imponen grupos de poder dominantes, no vos para terceros.
podemos pretender asignar al proceso de cri-
minalización primaria —tipificar penalmente La decisión ya fue tomada constitucionalmen-
determinadas conductas— las funciones de te. Y no de forma reciente. Se realizó en el año
proteger bienes o ser una representación de 1812, en el proyecto constitucional para las Pro-
pretendidos acuerdos morales básicos alcan- vincias Unidas del Río de La Plata, y se mantuvo
zados por la comunidad moral de la sociedad. incólume hasta nuestros días. Pasaron doscien-
Y esto porque dichas funciones son tan ideal- tos seis años, por lo que es hora de que final-
mente coherentes como prácticamente irreali- mente hagamos dogmática constitucional con la
zables. intención de construir un sólido derecho penal
de lesión como la más acaba expresión de un de-
Creemos así que se vislumbran dos claros ca- recho penal liberal y limitante.
minos: o nos aferramos a la idea de que el de-
recho penal puede tutelar bienes, siendo este En este trabajo solo hemos realizado unas
capricho tan noble como ficticio, derivándose aproximaciones a sus bases: hemos construido de
así de una ficción una construcción que servirá forma coincidente y derivable de la letra, la histo-
en la práctica como justificante y legitimante de ria y las fuentes que inspiraron a la Constitución
la afectación de incontables personas de forma argentina, una categoría dogmática que debe es-
totalmente ilegal y violando los límites que se tar presente en todo tipo penal para que este pue-
derivan de la letra de nuestra Constitución, o da ser constitucional: esto es, la presencia de un
realzamos estos últimos como la verdadera posi- bien jurídico lesionado o afectado ya sea por daño
bilidad de proteger los derechos individuales de o por peligro, siempre concreto. Serán motivo de
intromisiones estatales arbitrarias. Si tomamos investigaciones inmediatas las precisiones de esta
este último camino, el objetivo será estudiar y categoría, sobre todo con la arista relacionada a
proyectar la letra y el espíritu de nuestra Carta un concepto de bien jurídico lo suficientemente
Suprema en una gran ola de derechos y garan- sólido y fuerte para que pueda cumplir con su
tías que alcanzará a enormes sectores de nuestra función limitante, y a la arista relacionada con los
sociedad, en especial a los sectores más vulne- extremos que deben alcanzarse para considerar
rables. qué es una lesión y qué no lo es. u

70 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Derecho penal DOCTRINA

Definición del delito de terrorismo como un delito


internacional
Por Ana I. Pérez Cepeda Por Ana I. Pérez Cepeda *

Sumario: I. Introducción.— II. Hacia una identificación de los ele-


mentos del tipo penal de terrorismo internacional.— III. Propuesta
legislativa frente al fenómeno del terrorismo internacional.— IV. Bi-
bliografía.

I. Introducción debate sobre el equilibrio entre estos dos polos,


que siempre se encuentran en tensión, se ha vis-
Desde un punto de vista criminológico, el fe- to reavivado en los últimos tiempos porque, a
nómeno del terrorismo es violencia y su reper- partir del 11-S, la preocupación por la seguridad
cusión es tanto particular (afecta a bienes jurídi- no se limita a la seguridad de la propia persona
cos individuales fundamentales) como colectiva y de los propios bienes, sino que se extiende a
(altera las condiciones de vida social hasta el ámbitos supraindividuales o colectivos suprana-
punto de poner en peligro la propia estabilidad cionales, en la medida en que se ha entronizado
del Estado). En el terrorismo está presente una un nuevo peligro mundial: el peligro de las re-
dimensión ideológica como génesis motivacio- des terroristas transnacionales (Olásolo - Pérez
nal de sus actos. La idea es provocar el terror en Cepeda, 2008, 29 y ss.).
la población por medio de la realización de actos
de violencia, para poder así exigir algún objeti- Actualmente, se suele hablar de terrorismo
vo o concesión de carácter político como condi- transnacional vinculado a las redes terroristas de
ción para el cese de la violencia (F. Miró Llena- corte islamista integrista y, más concretamente,
res, 2005, nota 5). Tal y como afirma Fernando a Al Qaeda. Esta violencia transnacional tiende
Reinares (2003, 16): “Hablar de terrorismo es a adoptar una articulación organizativa hori-
hablar de violencia. Pero no de cualquier violen- zontal con un contingente de activista más bien
cia. Ante todo, podemos considerar terrorista a difuso (A. Montero Gómez, 2006, 121 y ss.). La
un acto de violencia cuando el impacto psíqui- estricta compartimentación de la red en células
co que provoca en una determinada sociedad o autónomas entre sí y diseminadas por casi todo
en un sector de la misma sobrepasa con creces el planeta le permite mantener estándares muy
sus consecuencias puramente materiales (...). elevados de secretismo y por lo tanto de seguri-
Aunque se trate de una violencia cuyo alcance dad. Así, nos encontramos con una violencia que
y magnitud sean menores que otras violencias se sustenta sobre redes extendidas en varias de-
posibles, quienes instigan o ejecutan el terro- cenas de países, tanto dentro del mundo árabe e
rismo pretenden, inoculando el terror, condi- islámico como fuera de este. Además, los atenta-
cionar las actitudes y los comportamientos de dos perpetrados por grupos y células relaciona-
la población (...)”. das con estas redes han tenido lugar a lo largo y
ancho del planeta, ampliando sucesivamente los
Esta propagación del miedo, reforzada por las escenarios geopolíticos de una violencia globali-
empresas de seguridad, los medios de comuni- zada. Finalmente, sus autores han mostrado que
cación y la industria del espectáculo, genera su tienen capacidad para perpetrar actos de mega-
propio impulso y provoca que, aunque desde el terrorismo, es decir, atentados que por su magni-
nacimiento del Estado moderno la seguridad y tud y consecuencias son diseñados y ejecutados
la libertad han sido un binomio inseparable, el a escala de la sociedad mundial en su conjunto
(A. I. Pérez Cepeda, 2007, 160 y ss.). Por todo ello,
*
Profesora Titular de Derecho Penal - Universidad de se puede concluir que nos encontramos ante
La Rioja. un fenómeno de carácter internacional que se

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 71


DPyC Derecho penal DOCTRINA

despliega por una pluralidad de escenarios ten en las conductas abarcadas por las distintas
geopolíticos y que tiene pretensiones político- definiciones que del delito de terrorismo se han
sociales a nivel mundial. realizado a nivel nacional, regional e internacio-
nal. Incluso, la definición de grupos terroristas
Se trata de un terrorismo transnacional en la en ciertos países se realiza a través de listas o ca-
medida en que traspasa las fronteras estatales, al tálogos, elaborados por el Ministro del Interior o
ser ejecutado por estructuras organizativas que de Justicia, sin contar con el Parlamento, unido
realizan acciones violentas en más de un país y a leyes antiterroristas. En consecuencia, en este
sus víctimas suelen tener diferentes nacionali- ámbito el control parlamentario y judicial resul-
dades. En contraposición, se suele afirmar que ta marginal, ya que el poder ejecutivo adopta de-
el terrorismo interno sería el que no trasciende cisiones básicas sobre qué organizaciones y que
los límites de la jurisdicción estatal que sirve individuos, pueden ser considerados terroristas
como referencia. El objetivo de este trabajo no (H. Albrecht, 2006,1150). En esta línea, las políti-
es profundizar en la delimitación de estos dos cas de la Unión Europea han mantenido la técnica
tipos de terrorismo, ofreciendo propuestas jurí- de las listas y, con ello, un automatismo arriesga-
dicas diversas. Al contrario, lo que se pretende do en la definición de terrorismo internacional
es ofrecer una alternativa legislativa capaz de (G. Portilla Contreras, 2007, 203 y ss.), aceptando
tipificar y castigar todo tipo de terrorismo, di- además la lógica peligrosista que deriva hacia el
ferenciándolo de otras figuras delictivas afines. Derecho Penal de autor. Por el contrario, en otros
Por tanto, se entiende que la distinción se puede países, no se han introducido estas listas, pero se
considerar irrelevante, en la medida en que un deja al sistema judicial la definición de terrorista
acto terrorista debe castigarse igual penalmente, y de terrorismo a la hora de interpretar elementos
con independencia de que se trate de terrorismo de los tipos penales de los delitos cometidos.
internacional o interno.
Lo cierto es que la indefinición permite una
II. Hacia una identificación de los elementos utilización oportunista e interesada del término;
del tipo penal de terrorismo internacional de hecho, hay quien habla de terrorismo como si
fuera una marca. La existencia de un terrorismo
El terrorismo —cuyo origen semántico pu- a escala internacional y la gravedad de las me-
diera localizarse en el Régimen del terror ocu- didas legales que cabe imponer requieren, sin
rrido durante la Revolución francesa en el siglo embargo, que exista un concepto de terrorismo
XVIII— puede ser definido desde múltiples ver- asumido por la comunidad internacional que de
tientes. El Diccionario de la Lengua Española se- una forma clara y taxativa determine qué tipo de
ñala que es una “sucesión de actos de violencia hechos pueden ser calificados como terrorismo.
ejecutados para infundir terror”. Terror, continúa Por ello, conocido el alcance criminal, se trata de
diciendo es “miedo, espanto, pavor de un mal perfilar un concepto de terrorismo válido para
que amenaza o de un peligro que se teme”. José toda la comunidad internacional partiendo de
Luis Fernández Flores (2001, 853), en un sentido las diferentes regulaciones existentes.
amplio afirma que es “el empleo intencional y
sistemático de medios de tal naturaleza que pro- En España, por ejemplo, a pesar de que el Có-
voquen terror para conseguir un fin”. Danilo Zolo digo Penal no ofrece una definición explícita del
(2006, 21) lo ha definido como “el uso indiscri- delito de terrorismo, sí que es posible deducir
minado de la violencia contra la población civil de los arts. 571 y ss. Cód. Penal los dos requi-
de un estado con el fin de difundir el pánico y de sitos principales que conforme a ellos califican
coaccionar a la autoridad política”. el hecho terrorista: uno de carácter objetivo,
la realización de una conducta que es en todo
Podrían recogerse numerosas definiciones y caso constitutiva de delito (asesinato, secues-
llegaríamos a la conclusión de que, en esta era tro, amenazas, estragos...), y otro de carácter
del terror globalizado, una de las dificultades subjetivo, que impregna el sentido del hecho y
más grandes al tratar el fenómeno del terroris- que responde a la finalidad de “subvertir el or-
mo es la falta de consenso a la hora de definir den constitucional o de alterar la paz pública”. Se
en qué consiste exactamente. Esto también se puede apreciar, por tanto, como el Código Penal
refleja en las diferencias sustanciales que exis- español pone el acento sobre la específica fina-

72 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Ana I. Pérez Cepeda

lidad política perseguida por el autor y omite rror contra la población como modus operandi
cualquier caracterización expresa del recurso al para su consecución. Empero, dicha finalidad se
terror contra la población como un modus ope- configura de manera mucho más amplia que en
randi para la obtención de dicha finalidad. ciertas legislaciones nacionales como la españo-
la, lo que ha llevado a algunos autores a afirmar
Entre los países de la Unión Europea han que existe el riesgo de que se consideren como
coexistido dos modelos conforme a los que se ha actos terroristas las actividades de las bandas ca-
definido el delito de terrorismo (J. L. González llejeras o incluso las manifestaciones de ciertas
Cussac, 2006, 57 y ss.). Por una parte, el modelo organizaciones antiglobalización en contra de
mayoritario (denominado modelo mixto sub- la política estatal —estas últimas, que frecuen-
jetivo-objetivo), que es seguido entre otros por temente terminan causando daños patrimonia-
Francia, Italia, Portugal y el Reino Unido, pone les al Estado, pretenden influir en las políticas
el énfasis, a semejanza de la definición conteni- gubernamentales (Pisarello - Del Cabo, 2002,
da en el Código Penal español, en la específica 15)—. A esto hay que añadir que la intención de
finalidad política que se pretende obtener. No “intimidar o coartar a la población civil” aparece
obstante esta última, siguiendo lo previsto en como un fin en sí mismo, y no como un medio
la decisión-marco del Consejo de la Unión Eu- para la obtención de la finalidad política perse-
ropea de 13 de junio de 2002, no se limita a la guida, lo que sin duda contribuye a extender el
subversión del orden constitucional o a la altera- ámbito de las conductas prohibidas (N. García
ción grave de la paz pública, sino que se extiende Rivas, 2005, 18 y ss.).
también a la intimidación grave de una pobla-
ción o a la pretensión de forzar a un Gobierno u A nivel internacional, en el marco de las Nacio-
organización internacional a realizar un acto o a nes Unidas (1) se ha puesto un mayor acento en
abstenerse de hacerlo. que el elemento central de la definición del fe-
nómeno del terrorismo no es tanto la específica
Por otra parte, el modelo minoritario (deno- finalidad política perseguida como el recurso al
minado modelo objetivo), que sigue principal- terror contra la población como modus operandi
mente por Alemania, pone el énfasis en el con- para su realización. Además, dicha finalidad ha
cepto de pertenencia a una asociación terrorista sido definida de manera mucho más genérica
acompañado de la realización de delitos comu- como la obtención de un objetivo o concesión
nes graves, de manera que el modus operandi política, con independencia de su contenido
(recurso al terror contra la población) y la finali- concreto. En este sentido, el párrafo segundo
dad perseguida por este (realización de un obje- de la resolución de la Asamblea General de las
tivo político) no jugaban un papel relevante. Naciones Unidas sobre medidas para eliminar
el terrorismo internacional, A/RES/51/210, de
En los EE.UU., la USA Patriot Act define en 16/01/1997, “reitera que los actos criminales
su sección 802 el delito de terrorismo como ac- con fines políticos concebidos o planeados para
tividad que (i) implica actos peligrosos para la provocar un estado de terror en la población en
vida humana que violan el Derecho Penal de
los EE.UU. o de cualquier otro Estado; (ii) tiene
como finalidad intimidar o coartar a la pobla- (1) Desde 1963, las Naciones Unidas, ha alumbrado un
ción civil, influir sobre la política del Gobierno total de 13 Convenios sectoriales sobre terrorismo. Cada
mediante intimidación o coerción, o incidir en uno de ellos aborda manifestaciones específicas del fenó-
meno, como puede ser —por citar los más recientes— los
la actividad del gobierno a través / con medios
atentados con bombas (1997), la financiación del terroris-
de destrucción masiva, asesinatos o secuestros; mo (1999) o el terrorismo nuclear (2005). Sin embargo, no
(iii) es llevada principalmente a cabo dentro de existe un tratado internacional que prohíba el terrorismo
la jurisdicción territorial de los EE.UU. (Public y se aplique en cualquier circunstancia. El único intento
Law 107-56, 107th Congress, H. R. 3162, de 26 de de concretar un acuerdo de Convención para la represión
octubre de 2001). y supresión del terrorismo (un proyecto de la Sociedad de
Naciones de 1937) nunca entró en vigor. En ella se esta-
blecía que son actos de terrorismo “los actos criminales
Esta definición pone también el acento so- contra un Estado o cuya finalidad sea infundir temor, a
bre la específica finalidad política perseguida y personas individuales, grupos de personas o al público en
omite toda referencia expresa al recurso al te- general”.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 73


DPyC Derecho penal DOCTRINA

general, en un grupo de personas o en personas realizarlo, que constituyen delitos definidos en


determinadas son injustificables en todas las los convenios, las convenciones y los protocolos
circunstancias, cualesquiera sean las considera- internacionales relativos al terrorismo y com-
ciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, prendidos en su ámbito, no admiten justificación
étnicas, religiosas o de cualquier otra índole que en circunstancia alguna por consideraciones de
se hagan valer para justificarlos”. índole política, filosófica, ideológica, racial, étni-
ca, religiosa u otra similar” (párrafo dispositivo
Con posterioridad, el art. 2º [1] del Convenio 3, A/RES/1566 2004). Así se creó un grupo de
internacional para la represión de los atentados trabajo que definió el delito de terrorismo como
terroristas cometidos con bombas, adoptado por cualquier acto “dirigido a causar la muerte o le-
la Asamblea General de las Naciones Unidas el 15 siones físicas graves a civiles o a no combatien-
de diciembre de 1997 (2), tipifica la colocación, tes con el propósito de intimidar a la población
lanzamiento y detonación de artefactos o sustan- o de forzar a un gobierno o a una organización
cias explosivas u otros artefactos mortíferos en o internacional a hacer o a dejar de hacer una
contra un lugar de uso público, una instalación o cierta actividad” (Informe “Larger Freedom”,
infraestructura pública o de gobierno o una red de presentado por el Secretario General de las Na-
transportes con el propósito de causar la muerte ciones Unidas Kofi Annan al Consejo de Seguri-
o graves lesiones corporales o de causar una des- dad el 17/03/2006). Por su parte, el art. 2º [1] (b)
trucción significativa de ese lugar, instalación o del más reciente Convenio internacional para
red, que produzca o pueda causar un gran perjui- la represión de los actos de terrorismo nuclear,
cio. Mientras que el art. 2º [1] del Convenio inter- aprobado por la Asamblea General de las Nacio-
nacional para la represión de la financiación del nes Unidas el 13 de abril de 2005 (4), tipifica el
terrorismo, adoptado por la Asamblea General de uso de material o instrumentos radioactivos, así
las Naciones Unidas el 9 de diciembre de 1999 (3), como el uso o el daño a una planta nuclear que
prevé que dicho Convenio, además de aplicarse a provoque la emisión o el riesgo de emisión de
los actos tipificados en cualquiera de los tratados material nuclear con la intención de (i) matar o
internacionales que se listan en su anexo, tipifica causar heridas graves; (ii) causar daños sustan-
todos aquellos otros actos que pretendan causar ciales contra la propiedad o el medio ambiente;
la muerte o daños personales graves a civiles, o a o (iii) obligar a una persona natural o jurídica, a
cualquier otra persona que no tome parte activa una organización internacional o a un Estado a
en las hostilidades en situaciones de conflicto ar- realizar un acto o a abstenerse de hacerlo.
mado, y cuya finalidad última sea la de intimidar
a la población civil o la de forzar a un gobierno o a En el ámbito regional europeo, conviene dis-
una organización internacional a realizar un acto tinguir entre el tratamiento que del fenómeno
o abstenerse de hacerlo. del terrorismo se ha realizado en el marco de la
Unión Europea y las iniciativas que en materia
En verano del 2004 se aprobó la resolución de terrorismo se han adoptado en el seno del
1566, como consecuencia de una matanza de es- Consejo de Europa. Dentro de la Unión Europea,
colares de Beslán, que determina que “los actos la iniciativa político criminal en materia de te-
criminales, inclusive contra civiles, cometidos rrorismo comienza realmente con los acuerdos
con la intención de causar la muerte o lesiones del Consejo de la Unión de 6 y 27 de diciembre
corporales graves o de tomar rehenes con el pro- de 2001, en los que, a través de un procedimiento
pósito de provocar un estado de terror en la po- escrito que no permitió el pronunciamiento del
blación en general, en un grupo de personas o en Parlamento Europeo, se adoptan varias medidas
determinada persona, intimidar a una población para luchar contra el terrorismo, y en particular
u obligar a un gobierno o a una organización in- las referentes a la confiscación de bienes.
ternacional a realizar un acto, o a abstenerse de
En estos acuerdos se configuran como delitos
de terrorismo una serie de delitos graves come-
(2) Este convenio entró en vigor el 22/05/2001. Fue rati-
ficado por España el 30/04/1999.
(3) Este convenio entró en vigor el 22/04/2002. Fue rati- (4) Este convenio no ha entrado todavía vigor, si bien
ficado por España el 09/04/2002. España lo ha ratificado el 22/02/2007.

74 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Ana I. Pérez Cepeda

tidos dolosamente (tales como los atentados tablecido una definición vinculante del delito de
contra la vida o la integridad personal, la toma terrorismo. Conforme a esta, “se entenderá por
de rehenes o el secuestro de aeronaves) que se acto terrorista el acto intencionado que, por su
incluyen en un listado anexo y que se definen naturaleza o su contexto, pueda perjudicar gra-
por remisión al Derecho nacional de los Estados vemente a un país o a una organización interna-
afectados. Estos delitos son considerados como cional tipificado como delito según el Derecho
delitos de terrorismo cuando concurren las si- nacional, cometido con el fin de: (i) intimidar
guientes circunstancias: desde un punto de vista gravemente a una población; (ii) obligar indebi-
objetivo es necesario que tengan la capacidad damente a los Gobiernos o a una organización
para causar serios daños a un Estado o a una internacional a realizar un acto o a abstenerse
organización internacional, mientras que desde de hacerlo; o (iii) desestabilizar gravemente o
una perspectiva subjetiva se precisa que el autor destruir las estructuras políticas fundamentales,
actúe con el propósito de intimidar seriamente a constitucionales, económicas o sociales de un
una población, de querer obligar a un gobierno o país o de una organización internacional”.
a una organización internacional a hacer o a de-
jar de hacer algo, o de desestabilizar seriamente Esta definición pone también el acento sobre
las estructuras políticas, jurídico-constituciona- la específica finalidad política perseguida (que,
les, económicas o sociales de un Estado o de una si bien se configura de manera más amplia que
organización internacional. lo previsto en los art. 571 y ss. del Código Penal
español, tiene un alcance más limitado que la
De estos acuerdos nace la Orden Europea de sección 801 de la USA Patriot Act), sin mencio-
detención y entrega (5), aunque no ha sido sino nar expresamente el recurso al terror como mo-
la decisión-marco sobre la lucha contra el te- dus operandi para su consecución y prescinde de
rrorismo, aprobada por el Consejo de la Unión todo elemento organizativo. Desde el punto de
Europea el 13 de junio de 2002 (6), la que ha es- vista subjetivo, está fundada en dos finalidades
subjetivas alternativas mencionadas por la Con-
vención de 1999 (la terrorista en sentido estricto y
(5) Decisión marco del Consejo de Ministros de Justi- la coercitiva respecto a la autoridad pública). Ade-
cia e Interior de la Unión Europea de 13 de junio de 2002 más se agrega aquí una tercera posible finalidad,
(DOCE l 190/1, de 17 julio de 2002), desarrollada en Espa- en la práctica representada por la subversión rela-
ña mediante la ley 3/2003 de 14 de marzo.
tiva a cualquier país u organización internacional.
(6) Decisión Marco del Consejo de la Unión Europea
La finalidad subversiva se convierte de esta forma
de 13 de junio de 2002 (2002/475/JHA) relativa a la Lucha
contra el Terrorismo. Esta decisión-marco constituye una en una subhipótesis de la finalidad terrorista, de-
buena muestra de la profundidad con la que el derecho jando de ser una finalidad distinta. Así, puede
del Tercer Pilar puede afectar al Derecho nacional. Si constatarse que con total asepsia en esta defi-
bien es cierto que en algunos países como el nuestro no nición cabe no sólo la violencia subversiva, sino
es necesaria ninguna reforma de la legislación nacional, también la violencia de opresión y la de emanci-
en la medida en que nuestra legislación cumple sobrada-
pación. Todas ellas al mismo nivel en la medida
mente desde hace tiempo con las exigencias de la deci-
sión-marco, no es menos cierto que un buen número de en que no toma en consideración el marco (J. M.
Estados miembros cuyas legislaciones no contemplaban Terradillos Basoco, 2008). Por último, limita el
específicamente el delito de terrorismo (si bien, además alcance de las conductas prohibidas a aquellas
de los delitos graves ordinarios, tipificaban en ocasiones previamente tipificadas en el derecho nacio-
conductas relacionadas de alguna manera con el fenóme- nal de cada uno de los Estados miembros de la
no del terrorismo como es la formación de bandas arma- Unión Europea que puedan perjudicar grave-
das) se han visto obligados a reformar sus legislaciones
para adaptarlas a las previsiones de la decisión-marco. mente a un Estado o a una organización inter-
En cualquier caso, es importante subrayar, que la relati- nacional.
vamente escasa precisión técnica de la definición de te-
rrorismo contenida en el art. 1º de la decisión-marco está Por su parte, en el ámbito del Consejo de Eu-
provocando, tal y como señala el Informe de la Comisión ropa, el Convenio para la Prevención del Terro-
de 8 de junio de 2004 [SEC (2004) 688] y la memoria del
Coordinador europeo para la lucha contra del terrorismo
de junio de 2005, una defectuosa y tardía transposición en de los elementos de la condena penal, que, junto con los
las legislaciones europeas. A esto hay que añadir los pro- elementos del delito, también se recogen en la decisión-
blemas que está planteando la pretendida armonización marco.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 75


DPyC Derecho penal DOCTRINA

rismo (adoptado por el Consejo de Europa el de situaciones puesto que los Estados tienden a
16/05/2005) (7) no contiene definición alguna resistir su calificación como conflictos armados
del delito de terrorismo en su texto dispositivo, con el fin de poder aplicar su legislación interna
si bien en su Preámbulo recuerda que los actos antiterrorista —y ello a pesar de que las razones
de terrorismo tienen la finalidad por su natura- por las que se inicia un conflicto armado (ius ad
leza o por su contexto de intimidar gravemente bellum) son totalmente irrelevantes a la hora de
a una población, de obligar indebidamente a los aplicar el derecho internacional humanitario
Gobiernos o a una organización internacional a una vez que se ha iniciado el conflicto (Olásolo
realizar un acto o a abstenerse de hacerlo, o de - Pérez Cepeda, 2008, 34 y ss.)—.
desestabilizar gravemente o destruir las estruc-
turas políticas fundamentales, constitucionales, Por otra parte, la utilización expresa del tér-
económicas o sociales de un país o de una orga- mino “subversión” puede interpretarse como
nización internacional (8). excluyente de los casos del denominado terro-
rismo de Estado que supondría que no cabe
Esta primera aproximación a las distintas de- calificar como terroristas a quienes pretenden
finiciones que del delito de terrorismo se han preservar o defender al Estado sino únicamen-
adoptado a nivel nacional, regional e internacio- te a los que persiguen su cambio o modificación
nal muestra la evidente falta de consenso sobre sustancial (Sentencia 30/91 dictada por la Sec-
el abanico de conductas que forman parte del ción 3ª de la Audiencia Nacional (caso Amedo
fenómeno del terrorismo (J. Romeo, 2006, 177). y Domínguez), es decir, la sustitución por otro
Sin embargo, a pesar de ello es posible vislum- sistema político. Por ende, la expresión “subver-
brar ciertos elementos comunes, y en particular sión del orden constitucional” pudiera presentar
el hecho de que, dejando a un lado el modelo ob- problemas para calificar como terroristas a gru-
jetivo utilizado en Alemania, la gran mayoría de pos u organizaciones cuyas finalidades políticas
las definiciones del delito de terrorismo ponen el sean mucho más genéricas que las tradicionales
acento sobre la finalidad perseguida por el autor. de sustitución del sistema político o la procla-
mación de la independencia de una parte del
En este sentido, respecto al elemento teleoló- territorio nacional. Se debe mencionar de mane-
gico, pueden distinguirse hasta tres tipos de fina- ra expresa, al problema derivado del terrorismo
lidades consideradas relevantes a la hora de de- islámico cuyo fin último también tiene carácter
finir el delito de terrorismo. En primer lugar, nos político por más que, como también en otros
encontramos con los fines de carácter político, ya supuestos de acciones terroristas, éstas se pre-
sean estos definidos de manera genérica como senten en ocasiones como actos concretos de
la obtención de un objetivo o concesión política represalia o de propaganda (Grupo de Estudios
(no importa cuál sea su contenido), ya sean defi- de Política Criminal, 2008, 25).
nidos de manera específica. Ahora bien, la limi-
tación del delito de terrorismo a la persecución En cuanto a la finalidad que consistente en
de ciertos objetivos políticos, tal y como realizan alterar gravemente la paz pública se trata de un
por ejemplo los arts. 571 y ss. del Código Penal concepto jurídico indeterminado que resulta de
español que requieren la intención de subvertir una imprecisión contraria al principio de lega-
el orden constitucional o de alterar gravemente lidad penal. Se trata más bien de un resultado
la paz pública, genera el riesgo de incluir den- inmediato que, aunque deseado, no se trata de
tro del fenómeno del terrorismo todas aquellas una finalidad en sí mismo. Además, el terroris-
situaciones de conflicto armado de carácter no mo ya no se concibe exclusivamente como un
internacional. Con ello, por una parte, se difi- delito de finalidad política lo que provoca una
culta gravemente en la práctica la aplicación del falta de delimitación con otros tipos delictivos
derecho internacional humanitario en este tipo y muy singularmente de los desórdenes que tam-
bién requieren la actuación en grupo (Grupo de
(7) El Convenio entró en vigor el 21/06/2007 para los Estudios de Política Criminal, 2008, 26).
Estados que lo han ratificado. España firmó este Convenio
el 16/05/2005 pero todavía no lo ha ratificado. En segundo lugar, nos encontramos con aque-
(8) Ver http://conventions.coe.int/Treaty/en/Treaties/ llas definiciones que requieren que el uso de la
Html/196.htm. violencia se dirija específicamente a provocar

76 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Ana I. Pérez Cepeda

el terror, a intimidar o a coaccionar a la pobla- En esta línea se puede observar que el trata-
ción. Estas definiciones plantean la cuestión miento del recurso al terror contra la población
de si el aterrorizar o el intimidar a la población como modus operandi al servicio de un fin últi-
puede constituir un fin en sí mismo a los efec- mo de carácter político es más acentuado en la
tos de definir el fenómeno del terrorismo; o si, conceptualización que del fenómeno del terro-
por el contrario, tal y como parece deducirse rismo se ha realizado a nivel internacional en
de la resolución A/RES/51/210 de la Asamblea el seno de la Asamblea General de las Naciones
General de las Naciones Unidas, no puede ha- Unidas —y en particular en la definición conte-
blarse de terrorismo a menos que este fin ten- nida en el párr. 2 de la resolución A/RES/51/210,
ga un carácter mediato por estar dirigido a la que ha servido de base para los convenios in-
consecución de una finalidad ulterior, normal- ternacionales que en materia de terrorismo ha
mente de naturaleza política (de manera que aprobado con posterioridad la propia Asamblea
el recurso al terror contra la población sería General el 15 de diciembre de 1997, el 9 de di-
en última instancia una estrategia política). En ciembre de 1999 y el 13 de abril de 2005—. A lo
otras palabras, ¿es el recurso a la violencia con que hay que añadir que el fenómeno del terro-
la intención de atemorizar o de intimidar a la rismo internacional, tal y como ha evolucionado
población lo que caracteriza al fenómeno del a raíz del 11-S, contiene un acentuado elemento
terrorismo o, por el contrario, la esencia de di- político-religioso que constituye, sin duda, uno
cho fenómeno se encuentra en que se recurre de sus rasgos identificadores.
al terror contra la población para obtener un
objetivo o concesión política? (Olásolo - Pérez El tercer grupo de fines considerados relevan-
Cepeda, 2008, 36 y ss.). tes por las definiciones del delito de terrorismo
arriba analizadas es la intención de matar o de
Para responder a esta pregunta conviene su- causar heridas corporales graves o daños impor-
brayar la importancia que los objetivos políticos tantes a la propiedad o al medioambiente. Este
perseguidos por el autor tienen en la gran ma- tipo de finalidad, que se encuentra relacionada
yoría de las definiciones del delito de terroris- con la gravedad que ha de tener la violencia utili-
mo arriba analizadas. De manera que, si bien es zada para generar el terror en la población, es sin
cierto que no todas ellas requieren expresamen- duda el más minoritario entre dichas definicio-
te que el recurso al terror sea el modus operandi nes, porque una buena parte de ellas aborda el
para la realización de un fin político, lo cierto es problema de la gravedad de la violencia utilizada
que el fenómeno del terrorismo está íntimamen- desde una perspectiva objetiva al exigir que se
te ligado a la obtención de un objetivo o conce- genere un riesgo importante o que se produzca
sión política. Provoca un sentimiento de terror o un resultado de muerte, de daños corporales o
inseguridad extrema en una colectividad. Se tra- materiales graves o incluso un perjuicio grave
ta de imponer una determinada voluntad políti- para un país o para una organización internacio-
ca a ciertos sectores de la sociedad o a toda ella nal (Olásolo - Pérez Cepeda, 2008, 34 y ss.).
para que sobre la base del miedo adhiera a los
propósitos utilitarios de sus autores. Lo caracte- A mi entender, no es la mera intención de ma-
rístico del terror es que no se agota en el hecho tar o de causar importantes daños personales o
material que se ejecuta violentamente, sino que materiales lo que justifica la calificación del uso
prolonga sus efectos en la conciencia de una de la violencia como un acto terrorista, puesto
sociedad. Mediante los delitos de terrorismo se que esto equivaldría a equipar el fenómeno del
intenta ante todo destruir voluntades y para ello terrorismo con la producción de delitos graves.
el hecho ejecutado tiene que contar con una su- Por el contrario, del análisis inicial realizado en
ficiente capacidad de trascendencia y dinamis- este apartado parece deducirse que la esencia
mo como para que pueda ser percibido como del fenómeno terrorista consiste en el recurso al
un hecho espectacular y llamativo. La lógica del terror contra la población para la consecución
terrorismo reclama, como se había anunciado, de un objetivo o concesión política.
publicidad, cuestión esta que contribuye asimis-
mo a diferenciarlo de otras formas de violencia. En cuanto a la gravedad de la violencia emplea-
Esto es particularmente notorio tratándose del da, esta es normalmente inherente al fenómeno
terrorismo internacional. del terrorismo en cuanto que quien pretende

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 77


DPyC Derecho penal DOCTRINA

realmente aterrorizar a la población recurrirá a trarios a los principios por los que se ha regido
un tipo de violencia de cierta gravedad. Pero aun desde hace décadas (Olásolo - Pérez Cepeda,
en aquellos supuestos en los que se pretenda in- 2008, 161 y ss.).
timidar a la población mediante el recurso a la
llamada violencia de baja intensidad, el criterio En segundo lugar, la respuesta del Derecho Pe-
de la gravedad objetiva de esta puede constituir nal al fenómeno del terrorismo internacional no
un filtro adecuado para determinar qué manifes- puede pasar por alto sus características más so-
taciones del fenómeno del terrorismo han de ser bresalientes, y, en particular, el hecho de que ac-
objeto de tipificación por la norma penal. túa a través de redes de grupos operativas en nu-
merosos países alrededor del mundo. Dado este
III. Propuesta legislativa frente al fenómeno carácter global, parece que las respuestas que
del terrorismo internacional puedan ofrecerse desde las legislaciones nacio-
nales, o bien están coordinadas sobre la base de
Ante la tendencia en los últimos tiempos a unos criterios acordados a nivel internacional en
confundir los fenómenos del terrorismo interna- el marco de una cultura de auténtico multilate-
cional y del conflicto armado, y a entremezclar la ralismo, o corren el riesgo de ser contradictorias
respuesta del Derecho Penal frente al terrorismo —o, en el mejor de los casos, insuficientes por
internacional con el recurso a la fuerza armada, haber sido diseñadas para responder a aquellas
parece necesario revisar el camino por el cuál manifestaciones del fenómeno del terrorismo
deambula actualmente el proceso globalizador. internacional que afectan más de cerca al Estado
Esta revisión ha de hacerse sobre la base de que desde el que se actúa (Olásolo - Pérez Cepeda,
la seguridad humana —definida recientemente 2008, 161 y ss.)—.
por la Comisión Internacional sobre Intervención
y Soberanía Estatal como “[...]la seguridad de Además, la adopción de una definición a nivel
las personas, su bienestar económico y social, el internacional del delito de terrorismo que per-
respeto de su dignidad y valor como seres huma- mita la coordinación de las legislaciones nacio-
nos y la protección de sus Derechos humanos y nales y evite confusiones y contradicciones, no
libertades fundamentales”— es una parte indi- sólo pondría fin a las dosis importantes de in-
soluble de la seguridad internacional, de manera seguridad jurídica que el actual tratamiento del
que esta última ha dejado de entenderse exclu- fenómeno del terrorismo internacional genera
sivamente como seguridad territorial. Incluso, la (A. Asúa Batarrita, 2002, 68), sino que poten-
doctrina ha propuesto identificar el nuevo objeto ciaría la cooperación internacional y la eficacia
de tutela en un nuevo concepto de “orden públi- preventiva de la respuesta penal a este fenó-
co mundial” o de “seguridad pública mundial”, meno, puesto que con ello se incrementaría
las cuales constituirían, al mismo tiempo, un cri- notablemente la presión para negar a quienes
men iuris gentium autónomo, destinado, tarde o recurren al terror contra la población como es-
temprano, a ser atribuido a la competencia de la trategia política el apoyo financiero, el acceso a
Corte Penal Internacional. las armas (incluidas las armas de destrucción
masiva), las comunicaciones y el proselitismo
Por todo ello, existe la necesidad de abordar vía Internet, y la movilidad entre Estados para
el fenómeno del terrorismo internacional des- alcanzar sus objetivos (9). Y todo ello al mismo
de una doble perspectiva. En primer lugar, se
debe actuar con el propósito de distinguir con
(9) Lógicamente, la eficacia de la respuesta penal al fe-
claridad entre el ámbito de actuación del Dere-
nómeno del terrorismo se reforzaría si se acompañase de
cho Penal como respuesta a este fenómeno y el todo un elenco de medidas complementarias, que inclui-
ámbito de aplicación del ius ad bellum y del ius rían entre otras las siguientes: a) fomentar la coherencia
in bellum como parte del derecho internacional. de todo el sistema de las Naciones Unidas en sus activida-
En otras palabras, ni el fenómeno del terrorismo des de lucha contra el terrorismo; b) promover una apli-
internacional puede continuar siendo utilizado cación más eficaz de la normativa existente contra la fi-
para justificar el recurso a la fuerza armada, ni nanciación de grupos terroristas; c) promover una mayor
coordinación de los diferentes servicios de seguridad e in-
el Derecho Penal puede basar su respuesta a este teligencia, sobre todo en materia de transmisión de infor-
fenómeno en conceptos como los de “amigo/ mación; d) promover la compatibilidad de la normativa
enemigo”, que, además de serle ajenos, son con- procesal que rige las diligencias de investigación con los

78 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Ana I. Pérez Cepeda

tiempo que se evitarían, o al menos se limitarían hensivo del fenómeno del terrorismo internacio-
notablemente, las consecuencias que la actual nal supone también la adopción de medidas en
política-criminal fundamentada en el Derecho clave social que atajen las raíces económicas,
Penal del enemigo está teniendo en las legisla- políticas y culturales que han dado lugar a este
ciones penales nacionales al hacer que ciertas fenómeno (A. I. Pérez Cepeda, 2007, 158.).
medidas penales excepcionales aparezcan como
legítimas si se dirigen contra aquellas personas En cualquier caso, hemos de ser conscientes
o grupos que han sido previamente incluidos en de que, a pesar de los pasos dados en los últimos
las listas de proscritos. años, el proceso para la adopción de una defini-
ción del delito de terrorismo a nivel internacio-
Se trata, en definitiva, de abordar el fenóme- nal, que englobe las distintas manifestaciones
no del terrorismo, y en particular el terrorismo del nuevo fenómeno del terrorismo internacio-
internacional, desde los planteamientos de nal, necesita todavía de algún tiempo para que
una estrategia común entre los Estados, que, pueda concluir con éxito. Por ello, estimo que,
como señala el Informe del Secretario Gene- mientras este proceso continúa, se debería avan-
ral de Naciones Unidas, trate prioritariamente zar a nivel nacional en España hacia la tipifica-
de promover el imperio de la ley, el respeto de ción del delito de terrorismo como un crimen
los Derechos humanos y los sistemas eficaces internacional sobre la base de los criterios pro-
de justicia penal. Y ello porque “sólo enmarcan- puestos por la Asamblea General de las Nacio-
do la lucha antiterrorista dentro del Estado de nes Unidas, que sin duda son los que han tenido
derecho podremos salvaguardar las normas de hasta el momento una más amplia aceptación.
valor internacional que proscriben el terroris-
mo, atenuar las condiciones capaces de generar La ubicación que en el Código Penal español
ciclos de violencia terrorista y mitigar los agra- entendemos debería corresponder a este delito
vios y el resentimiento que pueden favorecer la es en el título XXIV sobre los “Delitos contra la
captación de terroristas. Si transigiéramos con la comunidad internacional”, entre los crímenes
protección de los Derechos humanos brindaría- contra la humanidad y los crímenes de guerra.
mos a los terroristas una victoria que no pueden Esta ubicación se justifica por varias razones
lograr por sí solos”. (A. I. Pérez Cepeda, 2007, 158 y ss.). En primer
lugar, el delito de terrorismo recogido en los arts.
Además, y aunque supera el alcance de este 571 y ss. Cód. Penal ha sido incluido por el legis-
trabajo, es importante en todo caso no olvidar lador dentro del catálogo de delitos para los que,
que el fenómeno del terrorismo internacional según el art. 23 [4] LOPJ, se encuentra vigente el
no se puede resolver únicamente en clave jurí- principio de justicia universal, que determina la
dica, sino que medidas como la adopción a nivel competencia española para juzgar aquellos deli-
internacional de una definición del delito de te- tos que afectan a los valores superiores sobre los
rrorismo tienen que venir acompañadas por otra que se construye la comunidad internacional,
serie de medidas sociales que se encuentran en y que son normalmente denominados “delitos
la raíz de dicho fenómeno, tales como la margi- internacionales”. Como Mercedes García Arán
nación socioeconómica, la mala gobernanza, la (2000) ha señalado, “el carácter internacional
falta de derechos civiles, la exclusión política, la de los intereses el que proporciona una especial
discriminación por motivos religiosos y étnicos fuente de legitimación al principio de justicia
o los abusos de los Derechos humanos, por po- universal y el que debería también proporcio-
ner sólo algunos ejemplos (Informe de Secreta- narle un mayor grado de reconocimiento y efi-
rio General de Naciones Unidas, “Unidos contra cacia interestatal”.
el terrorismo: recomendaciones para una es-
trategia mundial de lucha contra el terrorismo”, En segundo lugar, el fenómeno del terrorismo
disponible en el documento A/60/825, de 27 de tiene una cierta relación con los crímenes contra
abril de 2006). Por tanto, un tratamiento compre- la humanidad porque, en ambos casos, la pobla-
ción civil es el objetivo del recurso a la violencia.
Así, mientras que los crímenes contra la huma-
derechos y garantías fundamentales; y e) adoptar medi- nidad se caracterizan por ser parte de “un ataque
das tendentes a fortalecer la reinserción de los terroristas. sistemático y generalizado contra una población

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 79


DPyC Derecho penal DOCTRINA

civil”, el fenómeno del terrorismo consiste en el conflicto armado haya jugado un papel sustan-
uso del terror contra la población como estra- cial en la decisión del autor de llevar a cabo una
tegia política. Por esta razón, ciertos crímenes conducta, en la capacidad del autor de realizarla
contra la humanidad como el asesinato, el exter- o en la manera en que esta ha sido finalmente
minio, la tortura o los tratos inhumanos pueden ejecutada, no es comparable con el desvalor ge-
incluir también ciertas manifestaciones del fe- nerado por formar parte de un ataque sistemático
nómeno del terrorismo (Olásolo - Pérez Cepeda, o generalizado contra una población civil o por
2008, 161 y ss.). ser el medio con el que se pretende aterrorizar a
la población. De ahí que los crímenes de guerra
En tercer lugar, los crímenes contra la humani- parezcan merecer, en principio, una respuesta
dad parecen tener a priori una gravedad mayor penal menos severa que los crímenes contra la
que el fenómeno del terrorismo. Así, si bien en humanidad y que los actos de violencia terrorista
última instancia la gravedad de su desvalor de- (Olásolo - Pérez Cepeda, 2008, 161 y ss.).
pende en gran medida de los bienes jurídicos
individuales (vida, integridad física, integridad Con relación a los elementos que deberían
psicológica o libertad sexual, por poner algunos conformar el tipo penal del delito de terrorismo
ejemplos) afectados por la violencia ejercida como un crimen internacional en la legislación
contra la población civil, no cabe duda de que española, hemos de partir del hecho de que,
el desvalor generado porque una determinada como se ha visto anteriormente, es posible vis-
conducta sea objetivamente parte de un ataque lumbrar ciertos elementos comunes en las de-
sistemático o generalizado contra una población finiciones existentes hasta el momento a nivel
civil es a priori más grave que el desvalor produ- nacional, regional e internacional, a pesar de
cido porque a través de una cierta conducta se la evidente falta de consenso sobre el abanico
pretenda generar el terror en la población (con de conductas que forman parte del fenómeno
independencia de que la conducta de que se tra- del terrorismo. Entre estos aspectos comunes
te tenga la magnitud y gravedad suficiente como destacan los siguientes: por un lado, que el
para ser objetivamente apropiada para aterrori- autor debe realizar actos de violencia de una
zar a la población). Por ello, en virtud del prin- cierta entidad; por otro lado, que la finalidad
cipio de proporcionalidad de la gravedad de las perseguida por el autor constituye un elemen-
penas al desvalor de la conducta prohibida, los to distintivo del delito de terrorismo. Por ello
crímenes contra la humanidad parecen, en prin- se pueda afirmar que la definición del delito de
cipio, exigir una respuesta penal más severa que terrorismo se estructura sobre dos elementos:
los actos de violencia terrorista, y de ahí que se uno objetivo y otro subjetivo.
justifique su ubicación en el título XXIV del Có-
digo Penal tras el delito de genocidio y delante En cuanto al elemento objetivo, la exigencia
del delito de terrorismo (Olásolo - Pérez Cepeda, de que los actos de violencia tengan una cierta
2008, 161 y ss.). entidad no debería suponer que cualquier delito
cometido en conexión con la organización te-
Por último, el fenómeno del terrorismo tam- rrorista pasa a ser una infracción terrorista, sino
bién se encuentra relacionado con los crímenes que a aquellas expresamente recogidas en los
de guerra en cuanto a que ciertas manifestacio- arts. 571 y ss., deben añadirse también un buen
nes pueden producirse en el seno de un conflicto número de conductas adicionales que afectan
armado. Se trata de un delito que se encuentra a a bienes jurídicos fundamentales, tales como:
caballo entre los crímenes contra la humanidad (i) los secuestros o la toma de rehenes; (ii) el
y los crímenes de guerra. Esto también es válido apoderamiento ilícito de aeronaves, de buques
desde el punto de vista de la gravedad, porque, o de otros medios de transporte colectivo o de
si bien es cierto que el desvalor causado por una mercancías; (iii) la fabricación, tenencia, adqui-
determinada conducta constitutiva de crímenes sición, transporte, suministro o utilización de ar-
contra la humanidad, del delito de terrorismo o mas de fuego, explosivos, armas nucleares, armas
de crímenes de guerra dependerá en última ins- biológicas y químicas; (iv) la investigación y desa-
tancia de la naturaleza de los bienes jurídicos rrollo de armas biológicas y químicas; (v) la libe-
individuales afectados. No es menos cierto que ración de sustancias peligrosas o la provocación
el desvalor derivado de que la existencia de un de incendios, inundaciones o explosiones cuyo

80 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Ana I. Pérez Cepeda

efecto sea poner en peligro las vidas humanas; en sí mismo), deberían quedar excluidos de la
(vi) la perturbación o interrupción del suminis- definición de delito terrorista.
tro de agua, electricidad u otro recurso natural
fundamental cuyo efecto sea poner en peligro vi- Desde esta perspectiva, aunque comparto en
das humanas; así como (vii) la amenaza de llevar general la tesis de García Rivas, no puedo estar
a cabo cualquiera de las conductas enumeradas completamente de acuerdo con la contunden-
(N. García Rivas, 2006, 45) (10). cia con la que este autor se ha expresado en el
sentido de que “el motivo es causa, mientras que
En lo relativo al elemento teleológico, se ob- la intención es finalidad. Que el motivo sea po-
servó en su momento que entre los distintos ti- lítico, religioso o ideológico en general, importa
pos de fines considerados relevantes a la hora de poco en el panorama de nuevo terrorismo. Lo
definir el delito de terrorismo, es el relativo a la verdaderamente importante es que el acto tenga
obtención de una finalidad o concesión política como finalidad provocar terror en la población”
mediante el recurso al terror contra la población (N. García Rivas, 2005, 18 y ss.).
el que tiene una mayor implantación a nivel in-
ternacional, por recogerse en el párr. 2 de la re- Aunque se parte de la contradicción que su-
solución A/RES/51/210 de la Asamblea General pone determinar que puede existir un delito de
de las Naciones Unidas y haber servido de base terrorismo cuando no se crea un grave temor
para los Convenios Internacionales que en ma- en la población y, por el contrario, determinar
teria de terrorismo han sido adoptados por la que existe cuando solo se realiza para imponer
propia Asamblea General el 15 de diciembre de exigencias o arrancar decisiones a la autoridad.
1997, el 9 de diciembre de 1999 y el 13 de abril de Y por tanto, se comparte la idea de que, cuando
2005. El terror debe suponer una seria amenaza no se utiliza el terror como modus operandi, no
para los derechos fundamentales. puede haber delito terrorista. También es cierto
que el terrorismo se caracteriza por su intento de
Es evidente que la destrucción masiva, indis- someter a un sector o toda la población para que
criminada y probable de bienes jurídicos funda- sobre la base del miedo adhiera a determinadas
mentales, aterroriza siempre (J. M. Terradillos concepciones políticas. El terrorismo tiene una
Basoco, 2008), si bien la intención de aterrorizar finalidad política, objetivo que se persigue a tra-
a la población mediante el uso de la violencia no vés de la utilización de medios, o instrumento si
constituye un fin en sí mismo sino el medio y, se quiere, que es la de causar temor en un sector
por tanto, no es suficiente para describir con la o parte de la población, y que utiliza métodos de
precisión requerida por el principio de legalidad acción indiscriminados sin reparar en las even-
las distintas manifestaciones del fenómeno del tuales víctimas. El terrorismo, en lugar de utilizar
terrorismo —y en particular del terrorismo inter- los cauces institucionales “materialmente” ga-
nacional, que tiene en su acentuado elemento rantizados, utiliza como método de lucha políti-
político-religioso uno de sus rasgos identifica- ca una violencia indiscriminada, pretendiendo,
dores—. De ahí que aquellos actos en los que se sobre la base del miedo o la intimidación, que
recurre al terror por el mero hecho de recurrir al la población o un amplio sector de la misma
terror, sin una finalidad política de fondo (y en adhiera a sus postulados políticos. Se trata de
los que, por tanto, el terror se convierte en un fin la imposición, por la fuerza, de una determina-
da ideología política. Lo que se sanciona es un
delito común que forma parte de la táctica de
(10) A este respecto hay que tener en cuenta que, ya
una organización, y cuya estrategia consiste en
desde los primeros borradores del proyecto de Convenio
general sobre terrorismo internacional presentados por el obligar a la comunidad a adscribir a una deter-
Comité Especial creado por la resolución A/RES/51/210 minada idea política sobre la base del temor. Por
de la Asamblea General de las Naciones Unidas, se inclu- el contrario, el no reconocer relevancia política
yen conductas tales como los “graves daños en una ins- al terrorismo, y crear tipos penales solo sobre la
talación pública gubernamental, una red de transporte base de los medios especialmente dañosos em-
público, una red de comunicaciones o una instalación de pleados y la finalidad de causar temor, terror, o
infraestructura, con la intención de causar una destruc-
ción significativa en ese lugar, instalación o red, o que de alarma pública conlleva el peligro de extender la
esa destrucción produzca o pueda producir un gran per- punibilidad hacia otras formas de violencia, dis-
juicio económico”. tintas del terrorismo.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 81


DPyC Derecho penal DOCTRINA

Cuestión distinta es si la definición del delito acuerdo con García Rivas sobre la conveniencia
terrorista debe circunscribirse a una determina- de suprimir la referencia a motivaciones espe-
da finalidad política, como exigen los arts. 571 y cíficas en los arts. 571 y 577 Cód. Penal, si bien
ss. Cód. Penal; o si, por el contrario, es suficien- sería conveniente incluir una referencia expresa
te con que se exija de manera genérica que el a que los actos de violencia se dirijan a provo-
recurso al terror se dirija a la obtención de un car un estado de terror en la población para la
objetivo o concesión política. A este respecto, obtención de una finalidad o concesión política
estimo conveniente que la definición del delito (Grupo de Estudios de Política Criminal, 2008,
terrorista no se circunscriba a una determinada 24), entendido como un medio de modificación
finalidad política, como exigen los arts. 571 y ss. de las relaciones de poder o de los modos en que
Cód. Penal, sino que sería suficiente con que se se ejerce, lo que requiere que el recurso a la vio-
exija de manera genérica que el recurso al terror lencia no sea esporádico sino sistemático (J. M.
se dirija a la obtención de un objetivo o conce- Terradillos Basoco, 2008).
sión política. A mi entender, la limitación de la
definición del delito de terrorismo a la consecu- Además de estos elementos, el tipo penal del
ción de una determinada finalidad política no delito de terrorismo como crimen internacional
sólo corre el riesgo de dejar fuera de la misma en la legislación española tendría también reco-
manifestaciones importantes del fenómeno del ger un elemento estructural. Como viene insis-
terrorismo, sino que además genera el riesgo de tiéndose, el terrorismo es una estrategia política
propiciar la confusión de este último con otros que utiliza violencia como método y pretende
fenómenos, tales como el del conflicto armado someter u obligar a la población sobre la base
(no olvidemos que la subversión del orden cons- del miedo para que adhiera una determinada
titucional y la alteración grave de la paz pública concepción política. Así ocurre tanto en el te-
son finalidades normalmente perseguidas por rrorismo insurgente como en el terrorismo pa-
los grupos armados organizados de oposición). trocinado desde el Estado. Una estrategia como
la descrita, con sus objetivos únicamente puede
Por ende, la propia definición aprobada por la ser llevada a cabo por una organización terro-
resolución A/RES/51/210 de la Asamblea Gene- rista, es decir, es el elemento organizativo el que
ral de las Naciones Unidas rechaza esta opción confiere al terrorismo el carácter de estrategia,
en cuanto a que “reitera que los actos criminales sin perjuicio de que no pueda ser considerado
con fines políticos concebidos o planeados para como una forma más de criminalidad organiza-
provocar un estado de terror en la población en da y sometida a su mismo tratamiento jurídico
general, en un grupo de personas o en personas porque el elemento valorativo primordial es la
determinadas son injustificables en todas las intencionalidad política, intencionalidad de la
circunstancias, cualesquiera sean las considera- que carece el crimen organizado. Sólo así, como
ciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, señala el (Grupo de Estudios de Política Crimi-
étnicas, religiosas o de cualquier otra índole que nal, 2008, 26), se puede justificar la gravedad de
se hagan valer para justificarlos”. la respuesta jurídica frente a un terrorismo capaz
de poner en auténtico peligro al sistema político
En resumen, se entiende que en la definición o el orden internacional, lo que, sin duda alguna,
del delito terrorista no debería exigirse que estu- hoy sólo resulta posible si se actúa organizada-
viera presente una específica dimensión ideoló- mente. Además, la consideración en el injusto de
gica como génesis motivacional de los actos de la organización, unida al elemento subjetivo re-
violencia. El propósito consiste en intimidar a lativo a la finalidad política y al modus operandi
la sociedad por medio de la realización de actos del terror, permite distinguir claramente las con-
criminales, sin exigir requerimientos ulteriores a ductas de terrorismo de las conductas de violen-
una motivación política de fondo. Así, desde una cia social, o violencia espontánea no organizada
perspectiva penal, la finalidad o móvil político o con finalidad política.
social no es objeto de una valoración jurídica (A.
Asúa Batarrita, 2002, 68); lo esencial es el recurso La organización terrorista debe constituir en-
a la violencia o terror como estrategia política (J. tonces una auténtica asociación ilícita y no un
L. González Cussac, 2006, 41 y ss.). Es, por tanto, núcleo de personas que realiza actividades de
desde esta perspectiva desde la que se estaría de mera codelincuencia ocasional. Eso, al margen

82 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Ana I. Pérez Cepeda

del concreto sistema de organización que adop- agravada a conductas de terrorismo, y en ellas
te, hasta ahora penalmente siempre se ha dicho el elemento estructural u organizativo se en-
que requiere una estructura estable, jerarqui- cuentra inserto como parte del tipo objetivo de
zada y con una voluntad social que va más allá los delitos no parece adecuado incriminar autó-
de la comisión de unos hechos concretos (STS nomamente la conducta de quienes aún no han
2838/1993, de 14 de diciembre, determina que cometido este tipo de delitos, y cuya sanción es
los delitos de terrorismo deben tener un ele- además desproporcionadamente más grave que
mento estructural, ya que tiene que haber una la del resto de las asociaciones ilícitas.
agrupación para la acción armada, con una cier-
ta organización de vínculos permanentes o esta- En suma, en la línea del Grupo de Estudios de
bles, sujetos a una disciplina y jerarquía con el Política Criminal (2008) que ha señalado que
propósito de proyectar acciones indeterminadas “el acto terrorista constituye una negación de
plurales y con armas y explosivos como medios los derechos fundamentales a través de la uti-
idóneos). No obstante, en el caso de Al-Qaeda, lización de la violencia como medio de terror
más que una estructura vertical jerarquizada, por parte de estructuras organizadas con fines
funciona como una idea motivadora horizontal, políticos. Estos elementos permiten diferenciar
que presenta revestimiento ideológico, al que el terrorismo de la que pudiéramos denominar
puede recurrir cualquier islamista enfatizado delincuencia violenta común pero también de
por la implantación del modus vivendi confe- la mera disidencia e incluso de quienes llevan a
sionalmente integrista en toda la comunidad cabo una utilización esporádica o no planificada
musulmana. Al-Qaeda es una asociación cri- de la violencia”. Por tanto, adopta usos tácticos
minal con una dinámica globalizadora que re- y estratégicos que le dan la característica de es-
cibe información y emite consignas en una red trategia predominante o “método tendencial-
paralela y distribuida, con un epicentro difuso mente exclusivo”. La violencia no es aislada, sino
y nómada. En consecuencia, penalmente, debe sistemática, y esto es lo que permite, en el plano
modificarse el concepto de estructura jerárqui- jurídico, aludir a la “organización terrorista”, la
ca identificado con estructura vertical estable manera más adecuada de diseñar y llevar a cabo
hasta ahora utilizado para ser capaz de abarcar una estrategia. Entonces, el concepto jurídico
esta manifestación de terrorismo internacional de terrorismo tiene cuatro planos: la estructura
difuso y nómada. Los elementos del concepto organizada, la comisión de delitos comunes, la
de organización podrían, entonces, sintetizarse finalidad de atemorizar a los ciudadanos, y el
en cuatro: vinculación de los intervinientes, régi- fin último político, siendo el uso sistemático de
men de pertenencia, estructura interna (M. Can- la violencia como táctica política lo que funda-
cio Meliá, 2008, 1898), añadiendo una finalidad menta el desvalor jurídico, tanto en los casos en
o voluntad social política más que trascienda la los que se pretende la modificación del sistema
comisión de unos hechos concretos (M. Capita político como en aquellos otros en que se busca
Remezal, 2008, 43). su preservación, o bien poner en peligro el orden
internacional. Ahora bien, puede constatarse
Todo ello, sin obviar que la desventaja que que no parece haber un bien jurídico protegido
ocasiona la inclusión de la organización en el propio del delito de terrorismo que sea distinto
injusto penal es la posible incriminación de las de los demás bienes protegidos por el ordena-
conductas de colaboración con organizaciones miento jurídico (F. Bueno Arús, 2005, 5). En prin-
terroristas, así como la anticipación de la puni- cipio, salvo que se enumere expresamente, cual-
bilidad. La tipificación delictiva de este tipo de quier clase de delito puede ser calificado como
conductas de favorecimiento obedece a la ya terrorismo si concurren estas cuatro premisas:
consabida razón de combatir el terrorismo en organización, violencia sistemática, terror y fina-
todas sus formas, prevenir la comisión de este lidad política.
tipo de delitos y agravar las penas. Por otra parte,
también parece que a través de ellas el legisla- IV. Bibliografía
dor pretende soslayar un problema procesal de
prueba, sacrificando el principio de proporcio- - ALBRECHT, Hans-Jörg, “Respuestas legislati-
nalidad en las penas. Por lo que, si lo que po- vas al 11 de septiembre. Un análisis comparado
lítico criminalmente se persigue es la sanción de la legislación antiterrorista”, en BUENO ARÚS,

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 83


DPyC Derecho penal DOCTRINA

Francisco - GUZMÁN DALBORA, Francisco - - GRUPO DE ESTUDIOS DE POLÍTICA CRI-


SERRANO MAÍLLO, Alfonso (coords.), Derecho MINAL, “Una alternativa a la actual política cri-
Penal y criminología como fundamento de la po- minal sobre terrorismo”, en Documentos 9, 2008.
lítica criminal: estudios en homenaje al profesor
Alfonso Serrano Gómez, Dykinson, Madrid, 2006, - MIRÓ LLINARES, Fernando, “Democracias
ps. 1139-1164. en crisis y Derecho Penal del enemigo: política
criminal frente al terrorismo en los Estados de-
- ASÚA BATARRITA, Adela, “Concepto jurídico mocráticos antes y después del 11 de septiembre
de terrorismo y elementos subjetivos de finalidad. de 2001”, en CPC, 2005, nro. 87, ps. 185-228.
Fines políticos últimos y fines de terror instru-
mental”, en ECHANO BASALDÚA, Juan Ignacio - MONTERO GÓMEZ, Andrés, “Crítica de la
(coord.), Estudios jurídicos en memoria de José razón bélica contraterrorista”, en Sistema 193,
María Lidón, Universidad de Deusto, 2002, 41-86. 2006, ps. 121-130.

- BUENO ARÚS, Francisco, “La ciencia del De- - OLÁSOLO ALONSO, Héctor - PÉREZ CE-
recho Penal: un modelo de inseguridad jurídica”, PEDA, Ana Isabel, “Terrorismo internacional y
Ed. Thomson-Civitas, 2005. conflicto armado”, Ed. Tirant lo Blanch, Valencia,
2008.
- CANCIO MELIÁ, Manuel, “Sentido y límites
de los delitos de terrorismo en Estudios penales - PÉREZ CEPEDA, Ana Isabel, “La seguridad
en Homenaje a Enrique Gimbernat”, Ed. Ediso- como fundamento del Derecho Penal postmo-
fer, Madrid, 2008, ps. 1879-1906. derno”, Ed. Iustel, Madrid, 2007.
- CAPITA REMEZAL, Mario, “Análisis de la le- - PISARELLO, Gerardo - DE CABO, Antonio,
gislación penal antiterrorista”, Ed. Colex, Madrid, “La larga sombra de Sacco y Vanzetti (excepción,
2008. extranjería, terrorismo)”, en Jueces para la Demo-
cracia, 2002, nro. 44, ps. 13-18.
- FERNÁNDEZ FLORES Y DE FUNES, José Luis,
“El Derecho de los conflictos armados”, Ed. Centro - PORTILLA CONTRERAS, Guillermo, “El De-
de Publicaciones de la Secretaría General Técnica recho Penal entre el cosmopolitismo universalis-
del Ministerio de Defensa, Madrid, 2001, ps. 853. ta y el relativismo posmodernista”, Ed. Tirant lo
Blanch, Valencia, 2007.
- GARCÍA ARÁN, Mercedes, “El principio de
justicia universal en la L. O. del Poder Judicial - REINARES, Fernando, “Terrorismo global”,
español”, en GARCÍA ARÁN - LÓPEZ GARRIDO Ed. Taurus, Madrid, 2003.
(eds.), Crimen internacional y jurisdicción uni-
versal. El caso Pinochet, Ed. Tirant lo Blanch, Va- - ROMEU, Jorge, “¿Hacia una definición jurí-
lencia, 2002, 63-88. dica de terrorismo?”, en Política Exterior, marzo/
abril 2006, 110, 179-186.
- GARCÍA RIVAS, Nicolás, “La tipificación ‘Eu-
ropea’ del delito terrorista en la Decisión Marco - TERRADILLOS BASOCO, Juan María, “El Es-
de 2002: Análisis y perspectivas”, en Boletín de tado de Derecho y el fenómeno del terrorismo”,
información: la armonización del Derecho Penal Ponencia mecanografiada presentada al Semi-
español: una evolución legislativa, 2006. nario Internacional de Derecho Comparado,
Terrorismo y Estado de Derecho, Ed. UCLM, To-
- GARCÍA RIVAS, Nicolás, “Propuesta de defi- ledo, 2008.
nición del delito terrorista. El ‘nuevo’ terrorismo
y la globalización”, en Revista General de Derecho - VERVAELE, John, “La legislación antiterro-
Penal, Ed. Iustel, Madrid, 2005, nro. 4. rista en Estados Unidos: inter arma silent leges”,
en Revista de Derecho y Proceso Penal, 2005, nro.
- GONZÁLEZ CUSSAC, José Luis, “El Derecho 14, ps.
Penal frente al terrorismo: cuestiones y perspec-
tivas”, en GÓMEZ COLOMER - GONZÁLEZ CUS- - ZOLO, Danilo, “Las razones del ‘terroris-
SAC (eds.), Terrorismo y proceso penal acusato- mo global’”, en Revista Mientras Tanto, 2006,
rio, Ed. Tirant lo Blanch, Valencia, 2006. nro. 101, ps. 17-26. u

84 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Derecho penal DOCTRINA

Las propuestas del anteproyecto del Código Penal de


2018 en materia de delincuencia informática ∗
Por Marcelo A. Riquert Por Marcelo A. Riquert **

Sumario: I. Introducción.— II. Las propuestas del anteproyecto.—


III. Bibliografía y material consultado.

I. Introducción mente las principales novedades (3), simplifica-


ción sumamente útil desde la perspectiva de la
El más reciente anteproyecto integral de refor- difusión pública, como canal de comunicación
ma del Código Penal es el debido a la Comisión popular, pero que para nada suple lo que debe
designada por decreto del PEN 103/2017 (1). ser una explicación técnica de las razones por las
Tras sucesivas postergaciones, extraoficialmente que se adoptaron las decisiones de intervención
ha sido dado a conocer, en principio, sin su “Ex- en el digesto punitivo que, en definitiva, se pro-
posición de Motivos” a fines de junio de 2018 (2). ponen.
En la página web oficial del Ministerio de Justicia
y Derechos Humanos se inserta la referencia al Allí, se lo adjetiva como “un proyecto actual,
“Nuevo Código Penal”, acompañándolo de un federal, pluralista y equilibrado para una so-
breve video (1:44 segundos) que explica gráfica- ciedad moderna” y destaca, entre otros, un link
hacia los que identifica como “delitos informá-

El presente trabajo se concretó en el marco de la ini-
ticos” donde se indica, con extrema síntesis, que
ciativa AICO/2017/002 de la Generalitat Valenciana, pro- en el anteproyecto:
yecto de investigación “La violencia sobre la mujer en el
siglo XXI: Género, Derecho y TIC”, bajo dirección de la “Se mejora el tipo penal de grooming y se lo
Prof. Dra. Paz Lloria García (Universitat de Valencia). La amplía a cualquier medio. Se prevé una escala
página web oficial del proyecto es http://www.violencia- penal más grave, en consonancia con el aumen-
degenerotic.com.
∗∗
to de la escala penal para los abusos sexuales
Profesor Titular Regular de “Derecho Penal 1, Parte simples.
General” y director del Departamento de “Derecho Penal
y Criminología” de la Facultad de Derecho de la Univer-
sidad Nacional de Mar del Plata. Expresidente de la Aso- Se tipifica la conducta de quien produzca, finan-
ciación Argentina de Profesores de Derecho Penal (2013- cie, ofrezca, comercie, publique, facilite, divulgue
2015). o distribuya por cualquier medio pornografía in-
(1) En su conformación original la Comisión tuvo fantil, con penas de prisión y se prevé como delito
a los doctores Mariano H. Borinsky como presidente, la mera tenencia de pornografía infantil.
a Carlos Mauricio González Guerra como secretario,
a Pablo Nicolás Turano, como secretario adjunto, y la Se incorporan nuevos delitos informáticos:
integraron Carlos Alberto Mahiques, Patricia Marcela
Llerena, Daniel Erbetta (quien renunció a poco de ini-
robo y hurto informático, daño informático,
ciada la tarea), Víctor María Vélez, Pablo López Viñals, fraude informático, acceso ilegal a datos infor-
Guillermo Jorge Yacobucci, Fernando Jorge Córdoba, máticos y pornovenganza”.
Patricia Susana Ziffer, Guillermo Soares Gache y Yael
Bendel. Es posible adelantar que es cierto que se ha
(2) Texto publicado en la revista jurídica digital “Pen- mejorado la redacción del tipo penal de groo-
samiento Penal”, edición del 25/06/2018. En la publica- ming [hay un consenso absoluto en que la del ac-
ción en la página web del Ministerio de Justicia y Dere- tual art. 131, debida a la ley 26.904 (4), es técnica-
chos Humanos de la Nación hay una referencia sintéti-
ca dividida por temas. En el caso de los que identifica
como “delitos informáticos”, la que se transcribe en el
texto principal, es accesible en: https://www.argenti- (3) Puede consultarse en https://www.argentina.gob.
na.gob.ar/justicia/nuevocodigopenal/temas/delitos- ar/justicia/nuevocodigopenal.
informaticos. (4) Publicado en el BO del 11/12/2013.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 85


DPyC Derecho penal DOCTRINA

mente desastrosa (5)], lo relativo a la pornografía resalta Jorge Jiménez Martín, el auge de las nue-
infantil es lo hoy vigente como art. 128 [cf. arts. 2º vas tecnologías en sus distintas manifestaciones
de la ley 26.388 (6) y 1º de la ley 27.436 (7)] y en ha traído aparejado la generación de un nuevo
lo que se anuncia como nuevos delitos, según se ámbito delictivo dentro de la violencia de géne-
irá viendo, conviven lo que son reales novedades ro, que se ejerce singularmente en los medios
(por ejemplo, hurto informático o publicación informáticos de relación y socialización (redes
inconsentida de imágenes de contenido sexual) sociales, plataformas de mensajería, etc.) (9).
con otras que no lo son (así, intrusismo o daños
informáticos). II. Las propuestas del anteproyecto

Asimismo, teniendo en cuenta en el marco en Si bien se ha incorporado un título específico


que se desarrolla este aporte, se hará una breve para los “Delitos Informáticos”, el XXVI, bajo la
inclusión de algunas particularidades del ante- premisa general del anteproyecto de respetar la
proyecto en materia de respuesta ante la violen- estructura básica del código vigente, puede ad-
cia de género que serían de aplicación en tipos vertirse que se ha provocado como consecuen-
penales relativos a lo que usualmente identifica- cia que numerosos tipos penales han permane-
mos como “delincuencia informática” (8). Como cido en su sede de radicación actual, por lo que
puede de inicio concluirse que la concentración
que el Título sugiere no es en realidad tal y que
(5) El primer comentario crítico a la figura vigente lo las normas de interés permanecen, al menos
realicé en el trabajo titulado “El nuevo tipo penal de ciber-
grooming en Argentina”, en ZAFFARONI, Eugenio R., Re- parcialmente, difuminadas.
vista de Derecho Penal y Criminología, Ed. La Ley, Buenos
Aires, año IV, nro. 01, febrero de 2014, ps. 21/31. También se ofrece como novedad, siguiendo
(6) Publicado en el BO del 25/06/2008. en esto pauta común con los últimos antepro-
(7) Publicado en el BO del 23/04/2018. He comentado yectos que le precedieron (el de 2006 y el 2014),
esta reforma recientemente en el capítulo titulado “Te- la incorporación al Libro Segundo de las tipifi-
nencia simple de pornografía infantil y figuras conexas”, caciones correspondientes a numerosas leyes
en AA.VV., Cibercrimen y delitos informáticos. Los nuevos especiales. En lo que hace a nuestro objeto, tam-
tipos penales en la era de Internet, Suplemento Especial, bién cobra relevancia el Título XXVII, dedicado a
Ed. Erreius, Buenos Aires, 2018, ps. 69/89. los “Delitos contra la Propiedad Intelectual”. Esto
(8) Queda para otra etapa del desarrollo de la investi- en particular teniendo en cuenta que lo relativo
gación el profundizar la vinculación específica de la vio-
a dicha materia se encuentra entre las figuras
lencia de género en el contexto de las nuevas tecnologías,
cuestión que ofrece variadas aristas. En principio, no pue- penales que reclama el “Convenio sobre Ciber-
de perderse de vista que el ciberespacio es un medio en criminalidad” de Budapest (2001) que, tras larga
el que en forma directa pueden perpetrarse conductas tramitación, en diciembre de 2017 ha sido apro-
que importan tal violencia (algo de esto se dirá al tratar bado en nuestro país por ley 27.411.
la problemática de las variantes de acoso), pero también
en forma indirecta. Así, por ejemplo, se ha reconocido la
II.1. Normas de interés dispersas
incidencia que han cobrado los foros de debate y sitios
web donde hombres se dan consejos entre sí y justifican
la práctica de la censurable conducta sexual conocida Comenzaremos por aquello que, a veces sin
como stealthing o non sexual condom removal. Se trata cambios y en otras con ellos, se encuentra fuera
de la subrepticia o disimulada retirada del preservativo del Título específico en modo similar al texto his-
en el marco de una actividad sexual consensuada que in- tórico. Se respetará su orden o secuencia numé-
cluía su uso. Básicamente, consiste en una conducta que
rica de presentación dentro del código.
expone a la víctima al riesgo de contraer enfermedades
de transmisión y también forma parte de una tendencia
conocida como sabotaje en el control de natalidad feme-
nino, suerte de coerción reproductiva que es considerada ZAFFARONI, E. R. (dir.), Revista de Derecho Penal y Crimi-
una forma de violencia contra la mujer. Conforme desta- nología, ed. La Ley, Buenos Aires, abril de 2018, año VIII,
ca Yamila LUZZA, aquellos foros web son demostrativos nro. 3, p. 27).
de que en el origen o motivación de la acción hay raíces (9) Así, en su trabajo “Los delitos informáticos en el
vinculadas a la misoginia, la investidura de una autoper- ámbito de la violencia de género: algunas reflexiones”, en
cibida superioridad sexual masculina, suerte de instinto DUPUY, Daniela (dir.) - KIEFER, Mariana (coord.), AA.VV.,
natural o derecho que nunca debió ser negado (en su Cibercrimen, Ed. B de F, Montevideo/Buenos Aires, 2017,
trabajo “Stealthing: un ataque a la integridad sexual”, en p. 101.

86 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcelo A. Riquert

II.1.a. Parte general II.1.b.1. Los tipos penales propuestos

En la parte general, tal como sucede desde el La propuesta es la siguiente:


año 2001, se mantiene la inserción de las equi-
paraciones conceptuales para el documento “Artículo 122.— Se impondrá prisión de seis [6]
y la firma digitales. En efecto, inicialmente meses a cinco [5] años, siempre que el hecho no
como art. 78 bis, conforme ley 25.506 y, tras su importe un delito más severamente penado, a la
derogación por ley 26.388 en 2008, como art. persona mayor de edad que,
77 párrafos undécimo a décimo tercero (s/n),
se había optado por esta modalidad que, por 1º) Tomare contacto con una persona menor
cierto, economizó la modificación de decenas de trece [13] años mediante conversaciones o re-
de tipos del Libro Segundo y numerosas leyes latos de contenido sexual.
especiales.
2º) Le requiera, por cualquier medio y de cual-
En el anteproyecto que se comenta se ha nu- quier modo, a una persona menor de trece [13]
merado los párrafos, manteniendo la redacción años que realice actividades sexuales explícitas o
actual. En definitiva, el segmento que nos inte- actos con connotación sexual o le solicite imáge-
resa dice ahora: nes de sí misma con contenido sexual.

“Artículo 77.— Para la inteligencia del texto de 3º) Le proponga, por cualquier medio y de
este Código se tendrán presente las siguientes cualquier modo, a una persona menor de trece
reglas: [13] años concertar un encuentro para llevar a
cabo actividades sexuales con ella, siempre que
...12) El término ‘documento’ comprende toda tal propuesta se acompañe de actos materiales
representación de actos o hechos, con indepen- encaminados al acercamiento.
dencia del soporte utilizado para su fijación, al-
macenamiento, archivo o transmisión. 4º) Realizare cualquiera de las acciones pre-
vistas en los incs. 1º, 2º y 3º con una persona
13) Los términos ‘firma’ y ‘suscripción’ com- mayor de trece [13] años y menor de dieciséis
prenden la firma digital, la creación de una firma [16] años, aprovechándose de su inmadurez se-
digital o firmar digitalmente. xual o si mediare engaño, violencia, amenaza,
abuso de autoridad o de una situación de vul-
14) Los términos ‘instrumento privado’ y ‘cer- nerabilidad, o cualquier otro medio de intimi-
tificado’ comprenden el documento digital fir- dación o coerción.
mado digitalmente...”.
5º) Realizare cualquiera de las acciones previs-
II.1.b. Delitos contra la integridad sexual tas en los incs. 1º, 2º y 3º con una persona mayor
de dieciséis [16] años y menor de dieciocho [18]
Ya dentro de la parte especial, en el Titulo III años si mediare engaño, violencia, amenaza,
“Delitos contra la Integridad Sexual” se propo- abuso de autoridad o de una situación de vulne-
ne dentro de su reestructuración —al utilizar rabilidad, o cualquier otro medio de intimida-
numeraciones que habían quedado vacías de ción o coerción”.
contenido a partir de su derogación por ley
25.087— un nuevo “Capítulo 2”, dedicado a la Si comparamos con la norma vigente se advier-
“Pornografía infantil y otros ataques” (tal la ten de inicio como diferencias que: a) se presen-
novedosa rubrica). Aquí se reformula lo que ta al tipo expresamente como uno residual (10);
hoy sería el art. 131 —grooming, introduciendo
sustanciales mejoras en su redacción—, que
pasa a ser el art. 122, y se renumera como art. (10) De todos modos, debe entenderse que lo es implí-
citamente ya que no es otra cosa que un acto preparatorio
123 lo que es el art. 128 —“pornografía infan-
de un delito sexual de resultado y, por lo tanto, más gra-
til”—, en este caso, respetando con mínimos ve (ccte.: Agustín GUGLIELMONE, quien afirma que sólo
retoques su última redacción (conforme ley cabe la imputación de grooming mientras no se sostenga la
27.436/18). comisión de otros delitos sexuales, aún tentados; en su tra-

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 87


DPyC Derecho penal DOCTRINA

b) se ha incrementado el tope máximo de la esca- Otro acierto es que, justamente, también se co-
la de prisión conminada en abstracto, que pasaría mienza a distinguir según la edad del menor, ya
de 4 a 5 cinco años. El mínimo permanece igual. que la referencia sin ninguna precisión del art. 131
Corresponde resaltar que similar situación se pro- actual provoca que se termine tipificando el con-
duce en el art. 119, 1º párrafo, donde también se tacto con quien podría tener lícitamente una rela-
incrementa del mismo modo. Esto implica que los ción sexual consensual. Ahora, el primer párrafo
proyectistas no han dado solución a la crítica ac- indica que la conversación o relato de contenido
tual sobre la falta de proporcionalidad de la pena sexual se debe tener con una persona menor de
cuando es la misma para el acto preparatorio que 13 años de edad. Y no es necesaria la intervención
para la consumación. Para ser claro, alguien que de un factor tecnológico (hoy se establece que el
sólo toma contacto con un menor con propósito contacto debe concretarse mediante comunica-
sexual tiene la misma pena que si llega a consu- ciones electrónicas, telecomunicaciones o cual-
mar su intención en la modalidad de un abuso se- quier otra tecnología de transmisión de datos)
xual simple. Habría que solucionar esto durante aunque, naturalmente, pueda estar presente. Es
la discusión parlamentaria del anteproyecto. otro aspecto de la propuesta típica que va en la di-
rección correcta ya que si aquel contacto con pro-
Seguimos. Luego, se propone que el sujeto ac- pósito sexual, ese acto previo que busca la realiza-
tivo sea una “persona mayor de edad” y no “el ción de una conducta pedófila, va a ser punible,
que”, es decir, cualquiera, incluso un joven o niño no se advertía o advierte por qué lo sería cuando
(como está en el texto vigente). Aquí sí se recoge se concreta mediante el uso de una TIC y queda-
una crítica pronunciada con absoluto consenso ría/queda fuera de interés penal cuando plasma
por la doctrina y que había sido puesta en eviden- en el mundo físico, en forma personal.
cia en el pasaje del entonces proyecto de ley por
la Cámara de Diputados pero que, finalmente, El inc. 2º recoge una conducta que en términos
ignorara la de Senadores al insistir en su propia comparativos suele integrarse en la figura del
propuesta con claro yerro. Es justamente la carac- grooming y que el art. 131 del Cód. Penal omi-
terística de que el autor sea mayor y la víctima me- tió. Luego de la fase de contacto inicial (o sea, la
nor aquello que legitima que lo que, en principio, del citado art. 131 y el inc. 1º del proyectado), se
no pasa de un acto preparatorio se criminalice. incluye un comportamiento que habitualmente
no es más que una progresión de aquélla: que
el mayor le requiera, por cualquier medio y de
bajo “Grooming, homicidio criminis causae y delitos de gé-
cualquier modo, a la persona menor de 13 años
nero. Aportes para una discusión inconclusa”, en MÉNDEZ
COSTA, María J. (dir.), Revista de Derecho de Familia y de las que realice actividades sexuales explícitas o ac-
Personas, Ed. La Ley, Buenos Aires, junio de 2018; cita on- tos con connotación sexual o le solicite imáge-
line: AR/DOC/222/2018). Parece no haberse advertido esto nes de sí misma con contenido sexual. Es usual
en reciente fallo del TOC Nº 2 de Bahía Blanca, bajo premi- que luego del contacto se avance en este sentido:
sa de que el art. 131 del Cód. Penal se consuma con el mero ocultando o enmascarando la condición de ma-
contacto virtual con finalidad de cometer delito contra la in-
yor, el sujeto activo trata de que el menor tome
tegridad, se lo hizo concurrir en forma real (art. 55 del Cód.
Penal) con el delito de femicidio acaecido a consecuencia de imágenes de sí mismo desnudo o con clara con-
la frustración del pretendido abuso sexual contra una niña notación sexual y se las proporcione. A partir de
de 12 años (caso “L., J. s/ homicidio calificado por haber sido allí, abre paso al posible encuentro voluntario o,
cometido con alevosía, para procurarse la impunidad y ha- disponiendo de las imágenes, involuntario, lo-
biendo mediado violencia de género; comunicación electró- grado por vía extorsiva (sextorsión o sextortion,
nica con persona menor de edad con el fin de cometer delito recogida en los incs. 4º y 5º según se verá): se
(grooming) y robo”, sentencia del 19/10/2017, publicado ín-
tegro en MÉNDEZ COSTA, María J. (dir.), Revista de Derecho amenaza al menor con la difusión de la imagen
de Familia y de las Personas, Ed. La Ley, Buenos Aires, junio o registro fílmico que brindó voluntariamente
de 2018; cita online: AR/JUR/72400/2017). En el caso, el au- (sexting o difusión inconsentida de imágenes
tor fue un masculino, mayor de edad, quien simulando ser sexuales de tercero) (11) en caso de no acceder
mujer, estableció contacto con la niña víctima, a través del al encuentro y/o práctica sexual.
sistema de mensajería de Facebook, con claro propósito de
abuso sexual que, no concretado por la resistencia de la jo-
ven, culminó con su muerte por asfixia mecánica (compre- (11) Mara RESIO destaca que la necesidad de crear
sión cervical externa con una remera que anudó a su cuello), conciencia y educar para que niños, niñas y adolescen-
para asegurarse la impunidad. tes realicen un manejo seguro de las nuevas tecnologías

88 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcelo A. Riquert

Justamente, el siguiente inciso (3º) tipifica la perseguir el propósito de un ulterior contacto de


propuesta de concertación de un encuentro por tal naturaleza (13).
cualquier medio y de cualquier modo a una per-
sona menor de 13 años para llevar a cabo activi- En línea con ello, vale la pena resaltar que el
dades sexuales con ella. En este caso, la punición primer inciso (hoy, en el art. 131 del Cód. Penal),
se sujeta a que la propuesta se acompañe de ac- contempla una conducta que habitualmente es
tos materiales encaminados al acercamiento. integrada dentro de las previsiones que tipifican
el acoso o acecho (stalking) (14). De allí que se
En definitiva, el anteproyecto pune el groo- haya señalado su semejanza sin que puedan
ming tanto cuando: a) se limita a la mera puesta soslayarse como diferencias las limitaciones de
en contacto mediante conversaciones o relatos la finalidad (sexo) y edad (víctimas niños y ado-
de contenido sexual; b) se requiera la realización lescentes) (15). Sin embargo, no se ha avanzado
de actividades de connotación sexual o toma hacia una tipificación general, comprensiva de
de imágenes de aquellas; c) se proponga un en- las distintas posibles situaciones de acoso. El
cuentro para la práctica de actividades sexuales. acosador (stalker) es alguien que hostiga, ace-
En todos los casos, el sujeto activo es una per- cha, persigue a la víctima con persistencia, la si-
sona mayor y el sujeto pasivo una de menor de gue, observa o incluso ingresa a los ámbitos que
13 años. A diferencia del tipo vigente, en esta aquella posee o a los que concurre. Este compor-
propuesta se respeta con ello en forma más ade- tamiento predatorio reiterado puede provocar
cuada e integral los distintos tramos que compo- graves dificultades en la vida cotidiana de la per-
nen el childgrooming. En efecto, hay consenso sona acosada y, por eso, se ha entendido que se
doctrinal en torno a que es un comportamiento trata de un caso de pluriofensividad: no obstante
que implica un pasaje por etapas progresivas ser el bien jurídico principal afectado la libertad
que van desde el inicial acercamiento al niño de obrar, también entran en juego la seguridad,
o joven hasta desembocar en la propuesta de la intimidad, el honor y la integridad moral (16).
contenido sexual con miras a perpetrar el deli-
to de resultado contra la integridad sexual (12). (13) ABOSO, Gustavo E., en su trabajo “El delito de con-
Como destaca Aboso, se trata de una modalidad tacto telemático con menores de edad con fines sexua-
de acoso telemático que se caracteriza por la fal- les. Análisis del Código Penal argentino y del Estatuto
ta de contacto sexual, pero se demuestra como da Criança e do Adolescente brasileño”, en ALAGIA - DE
una conducta de facilitación ya que el autor debe LUCA - SLOKAR (dirs.), revista Derecho Penal, Ed. Infojus,
mayo de 2014, nro. 7 Delitos Informáticos, ps. 7-8.
(14) Fernando MIRÓ LLINARES nos dice que la voz cy-
de la comunicación se ha reflejado en forma reciente en berstalking podría entenderse como el uso de internet u
varias provincias de nuestro país, que han dictado leyes otra tecnología de la comunicación para hostigar, perse-
implementando programas de capacitación escolar y guir o amenazar a alguien. También se usa en similar sen-
familiar en la materia. Así, recuerda la ley 5385 de Cata- tido online harassment o cyberharassment, aunque aclara
marca (BO del 27/01/2015), la ley 9692 de La Rioja (BO del que puede adquirir variadas alternativas y matices en su
17/07/2015), la ley 7933 de Salta (BO del 15/07/2016) y la uso concreto (en su obra “El cibercrimen. Fenomenología
ley 2634-E del Chaco (BO del 17/07/2017). En todas ellas, y criminología de la delincuencia en el ciberespacio”, Ed.
el sexting, entendido como el intercambio de material Marcial Pons, Madrid, 2012, ps. 88 y ss.).
de contenido sexual, sea en imágenes o videos, a través (15) Así, RAVARINI, María Belén, en su trabajo titula-
del correo electrónico o telefonía celular, es mencionado do “Análisis de la figura de stalking en la legislación ar-
como uno de los riesgos a prevenir, en particular de niños gentina a partir de la primera sentencia condenatoria en
y adolescentes (cf. su trabajo “Delitos sexuales en la era España”, en FALCÓN, Enrique M. (dir.), Doctrina Digital,
digital”, en AA.VV., Cibercrimen y delitos informáticos. Los revista virtual, Ed. Rubinzal-Culzoni editores, Buenos Ai-
nuevos tipos penales en la era de Internet, Suplemento Es- res, 2016, nro. 2, p. 97, disponible en http://www.runbin-
pecial, Ed. Erreius, Buenos Aires, 2018, ps. 124-125). zalonline.com.ar. Ref.: RC D 302/2016. Incluye dentro de
(12) Así, entre otros: GARIBALDI, Gustavo E., “Aspectos los tipos semejantes en la legislación argentina a la figura
dogmáticos del grooming legislado en Argentina”, en ALA- contravencional de hostigamiento del art. 52 del Código
GIA - DE LUCA - SLOKAR (dirs.), revista Derecho Penal, Contravencional de la CABA (ley 1472).
Ed. Infojus, mayo de 2014, nro. 7 Delitos Informáticos, ps. (16) Así se lo ha sostenido en la primera sentencia
25-26; JARQUÉ, Melisa A., “Grooming: acto preparatorio condenatoria por infracción al art. 172 ter del Cód. Pe-
punible”, en FALCÓN, Enrique M. (dir.), Doctrina Digital, nal español, dictada por el Juzgado de Instrucción Nº 3
Ed. Rubinzal-Culzoni editores, 2016, nro. 2, p. 31 (disponi- de Tudela, fallo pronunciado en juicio rápido y fechada
ble en http://www.rubinzalonline.com.ar). el 23/03/2016. La idea se desarrolla singularmente en el

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 89


DPyC Derecho penal DOCTRINA

Según informa Mara Resio, hubo una iniciativa único 92), se introdujo el inc. 2º del art. 173 (19)
para incluirlo como art. 149 quáter al Cód. Penal tipificando el ejercicio habitual de violencia físi-
(proyecto S-4136/2016, con pérdida de estado ca o psíquica.
parlamentario el 25/04/2018), que no ha sido
receptada en la propuesta del anteproyecto (17). Retomo. Por último, concretando la diferen-
Puede advertirse su parecido con el Cód. Penal ciación de ejercicio de la sexualidad que cam-
español, donde se avanzó incorporando esta pea en todo el Título pero que el actual art. 131
compleja tipificación añadiendo el art. 172 ter desconoce, en el inc. 4º proyectado se tipifica
(18) por la LO 1/2015, de 30/03/2015 (art. único las tres conductas anteriores cuando se concre-
91). Complementario, por la misma reforma (art. tan respecto de una persona mayor de 13 años
y menor de 16 años, aprovechándose de su in-
madurez sexual o si mediare engaño, violencia,
Considerando Primero de los Fundamentos de Derecho. amenaza, abuso de autoridad o de una situación
Puede consultarse el texto íntegro de la resolución en el de vulnerabilidad, o cualquier otro medio de in-
trabajo ya citado de María Belén RAVARINI, ps. 92/96. timidación o coerción; mientras que en el inc.
(17) Ob. cit., p. 129. El tipo propuesto decía: “Será re- 5º lo son con una persona mayor de 16 años y
primido con prisión o reclusión de seis meses a tres años menor de 18 años si mediare engaño, violencia,
el que en forma reiterada y sin estar legítimamente auto- amenaza, abuso de autoridad o de una situación
rizado ejecute un patrón de conducta destinado a entro-
meterse en la vida del otro y alterar su vida cotidiana. Se de vulnerabilidad, o cualquier otro medio de in-
considerarán conductas de acoso: 1. Vigilar, perseguir o timidación o coerción.
buscar la cercanía de cualquier otro. 2. Establecer o in-
tentar establecer de forma insistente contacto con otro a Como se anticipó, estos últimos incisos pre-
través de cualquier medio de comunicación, o por medio vén —al menos, parcialmente, para las víctimas
de terceras personas. 3. Utilizar indebidamente datos per-
sonales de otro para adquirir productos o mercancías, o
contratar servicios, o hacer que terceras personas se pon- (19) Su texto: “...2. El que habitualmente ejerza violen-
gan en contacto con otro. La pena será de uno a cuatro cia física o psíquica sobre quien sea o haya sido su cónyu-
años si se trata de hechos constitutivos de violencia de ge o sobre persona que esté o haya estado ligada a él por
género o ejecutados en perjuicio de una persona espe- una análoga relación de afectividad aun sin convivencia,
cialmente vulnerable por razón de su edad o enfermedad”. o sobre los descendientes, ascendientes o hermanos por
(18) Su texto: “Artículo 172 ter. 1. Será castigado con la naturaleza, adopción o afinidad, propios o del cónyuge
pena de prisión de tres meses a dos años o multa de seis a o conviviente, o sobre los menores o personas con dis-
veinticuatro meses el que acose a una persona llevando a capacidad necesitadas de especial protección que con
cabo de forma insistente y reiterada, y sin estar legítima- él convivan o que se hallen sujetos a la potestad, tutela,
mente autorizado, alguna de las conductas siguientes y, curatela, acogimiento o guarda de hecho del cónyuge o
de este modo, altere gravemente el desarrollo de su vida conviviente, o sobre persona amparada en cualquier otra
cotidiana: 1.ª La vigile, la persiga o busque su cercanía fí- relación por la que se encuentre integrada en el núcleo de
sica. 2.ª Establezca o intente establecer contacto con ella su convivencia familiar, así como sobre las personas que
a través de cualquier medio de comunicación, o por me- por su especial vulnerabilidad se encuentran sometidas
dio de terceras personas. 3.ª Mediante el uso indebido de a custodia o guarda en centros públicos o privados, será
sus datos personales, adquiera productos o mercancías, o castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años,
contrate servicios, o haga que terceras personas se pongan privación del derecho a la tenencia y porte de armas de
en contacto con ella. 4.ª Atente contra su libertad o contra tres a cinco años y, en su caso, cuando el juez o tribunal lo
su patrimonio, o contra la libertad o patrimonio de otra estime adecuado al interés del menor o persona con dis-
persona próxima a ella. Si se trata de una persona espe- capacidad necesitada de especial protección, inhabilita-
cialmente vulnerable por razón de su edad, enfermedad ción especial para el ejercicio de la patria potestad, tutela,
o situación, se impondrá la pena de prisión de seis meses curatela, guarda o acogimiento por tiempo de uno a cinco
a dos años. 2. Cuando el ofendido fuere alguna de las per- años, sin perjuicio de las penas que pudieran correspon-
sonas a las que se refiere el apartado 2 del art. 173, se im- der a los delitos en que se hubieran concretado los actos
pondrá una pena de prisión de uno a dos años, o trabajos de violencia física o psíquica. Se impondrán las penas en
en beneficio de la comunidad de sesenta a ciento veinte su mitad superior cuando alguno o algunos de los actos
días. En este caso no será necesaria la denuncia a que se de violencia se perpetren en presencia de menores, o uti-
refiere el apartado 4 de este artículo. 3. Las penas previstas lizando armas, o tengan lugar en el domicilio común o en
en este artículo se impondrán sin perjuicio de las que pu- el domicilio de la víctima, o se realicen quebrantando una
dieran corresponder a los delitos en que se hubieran con- pena de las contempladas en el art. 48 o una medida cau-
cretado los actos de acoso. 4. Los hechos descritos en este telar o de seguridad o prohibición de la misma naturaleza.
artículo sólo serán perseguibles mediante denuncia de la En los supuestos a que se refiere este apartado, podrá ade-
persona agraviada o de su representante legal”. más imponerse una medida de libertad vigilada”.

90 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcelo A. Riquert

niños y adolescentes— la fenomenología que reciente, a lo que remito (21). Baste, en lo aquí
habitualmente se congloba bajo la etiqueta de la interesa, recordar que por art. 2º incs. b) y c) de la
sextorsión. Comprende diferentes variantes que, ley 27.411, nuestro país incluyó cuatro [4] reser-
bien sintetiza Mara Resio, traducen en que el vas al art. 9º del Ciberconvenio de Budapest, re-
agresor al tener el material de contenido sexual lativo a las “Infracciones relativas a la pornogra-
lo utiliza como un elemento de control sobre la fía infantil”. La del inc. c) se refiere al art. 9.1.e.,
víctima. Se trata del paso siguiente a la conducta que concierne a “la posesión de pornografía in-
de sexting (20). fantil en un sistema informático o en un medio
de almacenamiento de datos”. Esta reserva es la
“Artículo 123.— 1. Se impondrá prisión de tres que se contradijo expresamente por la ley 27.436
[3] a seis [6] años, al que produjere, financiare, apenas tres meses después de hacerla. El actual
ofreciere, comerciare, publicare, facilitare, divul- segundo párrafo del art. 128 del Cód. Penal tipi-
gare o distribuyere, por cualquier medio, toda fica la simple posesión y esto se reproduce en el
representación de una persona menor de die- ap. 2 del proyectado art. 123, en su primera parte.
ciocho [18] años dedicado a actividades sexuales En cuanto a las otras reservas, podría entender-
explícitas o toda representación de sus partes ge- se vigente la del inc. b) relativa al art. 9.1.d. en
nitales con fines predominantemente sexuales. lo relativo al “procurarse” pornografía infantil a
través de un sistema informático, mientras que
La misma pena se impondrá al que organizare cuando se refiere a “procurar a otro” no es tan
espectáculos en vivo de representaciones sexua- clara la atipicidad porque podría entenderse que
les explícitas en que participaren personas me- se trata de la conducta de “facilitar”, que sí está
nores de dieciocho [18] años. incluida en el catálogo vigente y en el proyecta-
do. Las otras dos reservas del mismo inc. b), vale
Si el autor actuare con fines de lucro, el míni- decir, las que incluyen al art. 9.2.b. y 9.2.c., tam-
mo de la pena de prisión se elevará a cuatro [4] poco son exclusiones claras en función de la re-
años. dacción vigente y proyectada en cuanto se alude
a “toda representación”. Cuando en el Convenio
2. Se impondrá prisión de cuatro [4] meses a de Budapest se alude a una persona (mayor) que
un [1] año, al que a sabiendas tuviere en su poder aparece como si fuera un menor (9.2.b) o a las
representaciones de las descriptas en el apartado imágenes “realistas” (9.2.c.), o en el “Protocolo
1. Se impondrá prisión de seis [6] meses a dos [2] facultativo de la Convención sobre los derechos
del niño relativo a la venta de niños, la prostitu-
años, al que tuviere en su poder representacio-
ción infantil y la utilización de niños en la porno-
nes de las descriptas en el apartado 1 con fines
grafía” (ONU, 2000, para nosotros ley 25.763/03),
inequívocos de distribución o comercialización.
se incluye dentro de la definición de “pornogra-
fía” (infantil) a las imágenes reales o “simuladas”,
3. Se impondrá prisión de un [1] mes a tres [3]
se genera un problema serio de interpretación
años, a la persona mayor de edad que facilitare el
ya que se está equiparando lo que es real con lo
acceso a espectáculos pornográficos o suminis- que es simplemente pornografía técnica y vir-
trare material pornográfico a personas menores tual (así, el morphing). Entonces, aquello que
de catorce [14] años”. se tiene no es efectivamente imágenes o videos
de un acto pornográfico en que se involucra, se
Conforme se anticipó, en este caso se trata bá- hace participar a un niño o adolescente, sino ele-
sicamente del mismo grupo de tipicidades que mentos audiovisuales que parecen involucrar o
hoy día prevé el art. 128 del Cód. Penal en su últi- participar al menor que es suplantado por quien
ma redacción, conforme ley 27.436/03/2018. So- no lo es, o porque se combina cual collage una
bre dicho texto he realizado un análisis en forma parte de la imagen de un menor (por ejemplo, el
rostro) en un contexto sexual que nunca integró
(20) RESIO, ob. cit., p. 126. Allí indica que en Argenti-
na, en 2017, la Asociación Argentina de Lucha contra el
Cibercrimen (AALCC) denunció 39 casos, habiendo ase- (21) El ya citado trabajo “Tenencia simple de pornogra-
sorado a unas 140 víctimas de sextorsión, de las cuales la fía infantil y figuras conexas”, en AA.VV., “Cibercrimen y
mitad se contactó con la asociación después de pagar al delitos informáticos. Los nuevos tipos penales en la era de
extorsionador. Internet”, Ed. Erreius, Buenos Aires, 2018, ps. 69/89.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 91


DPyC Derecho penal DOCTRINA

en forma efectiva. Es más, el morphing importa general, se ha introducido una medida de segu-
el uso de programas de imágenes que permiten ridad tendiente a la prevención de posible reite-
crear la de un menor inexistente pero con sumo rancia de numerosos delitos contra la vida y la
realismo, de allí que en ese caso no hay absoluta- integridad sexual. Se trata del proyectado como
mente ningún menor real involucrado en modo nuevo art. 10 (24), en tanto se fija la modalidad
alguno en la imagen pornográfica “realista”. La de control en el art. 11 (25). Dentro del listado de
cuestión es si “toda representación” incluye o
excluye la pornografía técnica o virtual. Si busca-
mos el concepto del elemento normativo del tipo de género constituye una transgresión a los derechos hu-
en la definición que proporciona el “Protocolo manos y se basa principalmente en una relación de des-
facultativo” la respuesta sería inclusiva. Si aten- igualdad de poder que afecta, no sólo la vida y la libertad,
sino también la dignidad, integridad física, psicológica,
demos a que se hizo una reserva en la ley 27.411, sexual, económica y patrimonial de niñas y mujeres (en
la respuesta debiera ser excluyente. En este últi- su trabajo titulado “Femicidio, violencia de género, groo-
mo caso no habría conflicto con el bien jurídico ming y robo: la máxima expresión del menosprecio a la
tutelado en el título al que pertenece el tipo: la mujer”, en MÉNDEZ COSTA, María J. (dir.), Revista de De-
integridad sexual en clave de normal desarro- recho de Familia y de las Personas, Ed. La Ley, Buenos Ai-
llo de la sexualidad del niño. En el primero, no res, junio de 2018, p. 166; cita online: AR/DOC/691/2018).
sería así porque no hay ningún niño realmente (24) Su texto: “Artículo 10.— En los casos previstos por
involucrado y, por lo tanto, nadie cuyo desarro- los arts. 80, 119, 120, 121, 122, 123, 124, 125, 126, 127, 128,
llo sexual se desvíe. Si esto es así, la tipificación 130 y en el Libro Tercero del presente Código o aquellos
delitos que hubieran sido calificados en la sentencia
atiende a otro interés, como podría ser la dig- como constitutivos de violencia de género, el tribunal po-
nidad del joven (si de algún modo algo de uno drá ordenar que con posterioridad al cumplimiento de la
estuviera involucrado). Pero si se trata de algo pena impuesta, se disponga un seguimiento socio judicial
absolutamente técnico, es claro que lo que está al que el condenado estará obligado a someterse, con-
en el medio no es una víctima concreta sino una sistente en medidas de vigilancia y asistencia destinadas
tendencia del autor que posee las simulaciones. a prevenir la comisión de nuevos delitos, por el período
que se deberá establecer en la sentencia y el que no po-
Sentado ello, debe tenerse presente que se drá superar de diez [10] años. A tal fin, el tribunal podrá
imponer, según las características del hecho por el cual
prevén además en el art. 124 (22) una serie de fuera condenado, el cumplimiento de una [1] o más de
circunstancias calificantes en función de las que las siguientes medidas: 1º) La obligación de estar siem-
se incrementa la pena del art. 123 en un tercio pre localizable mediante dispositivos electrónicos que
tanto en el mínimo como en el máximo: que la permitan su seguimiento permanente. 2º) La obligación
víctima sea menor de 13 años; que el material de presentarse periódicamente en el lugar que el órgano
pornográfico representare una especial violen- competente establezca. 3º) La obligación de comunicar
cia contra la víctima y que haya un vínculo fami- inmediatamente, en el plazo máximo y por el medio que
el órgano competente señale a tal efecto, cada cambio del
liar o relación especial con ella. Se trata todos de lugar de residencia o del lugar o puesto de trabajo. 4º) La
motivos razonables para ser considerados seve- obligación de participar en programas formativos, labo-
rizantes del tipo básico. rales, culturales, de educación sexual u otros similares.
5º) La obligación de seguir tratamiento médico o psico-
II.1.b.2. La medida de seguridad postpena en lógico externo, o de someterse a un control médico pe-
casos de violencia de género riódico. 6º) La prohibición de ausentarse del lugar donde
resida o de un determinado territorio sin autorización del
En tren de resaltar una novedad importante en órgano competente. 7º) La prohibición de aproximarse a
materia de violencia de género (23), en la parte la víctima, o a aquellos de sus familiares u otras personas
que determine el órgano competente. 8º) La prohibi-
ción de comunicarse con la víctima, o con aquellos de
(22) Su texto: “Artículo 124.— Las escalas penales pre- sus familiares u otras personas que determine el órgano
vistas en el art. 123 se elevarán en un tercio en su mínimo y competente. 9º) La prohibición de acudir a determina-
en su máximo: 1º) Si la víctima fuere menor de 13 años. 2º) dos lugares o establecimientos. 10) La prohibición de
Si el material pornográfico representare especial violencia residir en determinados lugares o establecimientos. 11)
física contra la víctima. 3º) Si el hecho fuere cometido por La prohibición de desempeñar determinadas actividades
ascendiente, afín en línea recta, hermano, tutor, curador, que puedan ofrecerle o facilitarle la ocasión para cometer
ministro de algún culto reconocido o no, encargado de la hechos delictivos de similar naturaleza”.
educación o de la guarda”. (25) Su texto: “Artículo 11.— El órgano competente po-
(23) Como resalta Mariela E. MELLACE, en una aproxi- drá revisar en todo momento la idoneidad de la medida
mación si se quiere básica, puede decirse que la violencia de seguimiento socio judicial o el logro de su finalidad. La

92 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcelo A. Riquert

ilícitos que habilitan la procedencia se cuentan competente, obligación de cambio de domicilio


los arts. 122, 123 y 124. o lugar de trabajo, de asistir a programas educa-
tivos, de seguir tratamiento médico o psicológico
Esta “medida de seguridad” que puede facul- externo o control médico periódico, necesidad
tativamente disponerse por el tribunal senten- de autorización judicial para ausentarse de su
ciante será, sin duda, controversial, ya que se domicilio, prohibición de acercamiento o de co-
la prevé como posterior al cumplimiento de la municarse con la víctima y otras personas que se
pena e implica una serie de restricciones signi- determine, prohibición de concurrencia o de re-
ficativas que solo permiten concluir que no son sidir en determinados lugares o de desempeñar
otra cosa que una extensión de aquélla. Vale la determinadas actividades que se entienda pue-
pena recordar que, como ha señalado reiterada- den ofrecerle ocasión para reiterar el delito. To-
mente el TCE, la extensión de las garantías pro- dos estos recortes al ejercicio de la libertad luego
pias de las penas a las medidas de seguridad es de haber cumplido la condena significan en los
una exigencia derivada de que penas y medidas hechos una seria minoración de aquélla. Institu-
de seguridad, no obstante sus distintos funda- tos vigentes que importan hoy el cumplimiento
mentos (culpabilidad y peligrosidad, respecti- de condena en su última etapa de devolución
vamente), son —como enfatiza Mercedes García controlada al medio social, como la libertad
Arán— “materialmente” equivalentes en cuanto asistida y la libertad condicional, tienen menos
a los efectos limitadores de la libertad de los in- limitaciones que las se proyectan introducir por
dividuos. Por eso, nos dice García Arán, se trata vía de este art. 10. La implantación de un sistema
del argumento de la STC 23/1986 para impedir de revisión de la “medida de seguridad” —verda-
lo que se conoce desde antiguo como “fraude dero “plus” de condena—, realmente no cambia
de etiquetas”: el incremento de la sanción penal nada. Conforme el art. 11 la idea de la revisión
camuflado bajo la imposición de una medida de periódica obligatoria es que se verifique que el
seguridad con el pretexto de que se fundamenta condenado está en condiciones a ajustar su con-
en la culpabilidad (26). ducta a la legalidad ya que, si hubiere indicios
serios de ello, se dejarán sin efecto.
Veamos: seguimiento o geolocalización elec-
trónica (27), presentación periódica ante órgano Obviamente, es un tema que excede el objeto
de este comentario, al que llega sólo en el marco
de una descripción de posibilidades normativas
revisión será obligatoria, por primera vez, a más tardar, vinculadas dentro del anteproyecto. Desde esta
en un [1] año desde su disposición, y deberá ser reitera- perspectiva, basta con resaltar que, no menos
da cada SEIS [6] meses, debiendo ser dejada sin efecto en obvio, severas limitaciones al ejercicio de la li-
caso de que existieran indicios serios de que el condena-
do se encontrase en condiciones de ajustar su conducta bertad luego de la pena con control judicial, del
a la legalidad. Para ello, deberán valorarse los informes servicio penitenciario y para cuyo impreciso su-
emitidos por los profesionales que asistiesen a la perso- puesto de levantamiento puede oírse a la víctima,
na sometida a las medidas, las evaluaciones del servicio bajo la etiqueta que quiera ponérsele, sin perjui-
penitenciario acerca de la situación y la evolución del cio de que se fije un plazo de duración máximo
condenado, su grado de rehabilitación y el pronóstico de
reiteración delictiva. El órgano judicial competente resol-
verá motivadamente a la vista de la propuesta o los infor-
mes a los que respectivamente se refiere el tercer párrafo, M. TERRADILLOS BASOCO, se la presentó en el Preám-
una vez oída a la propia persona sometida a la medida, bulo de la LO 01/2015 como un instrumento idóneo para
así como al Ministerio Público Fiscal y las demás partes. evitar en los delitos de violencia de género y doméstica los
En caso de solicitarlo, podrá oírse a la víctima aunque no efectos negativos que para la propia víctima puede con-
hubiera sido parte en el proceso”. llevar la imposición de una pena de multa (en la “Lección
30. Las penas privativas de libertad” de AA.VV., Curso de
(26) GARCÍA ARÁN, en su trabajo “¿Penas o medidas?: Derecho Penal. Parte General, Ed. Experiencia, Barcelona,
del garantismo a la confusión”, en AA.VV., Liber Amico- 2016, p. 446). Es decir que se trata de una pena (no medida
rum. Estudios jurídicos en homenaje al Prof. Dr. Dr.h.c. de seguridad) que corresponde en casos de criminalidad
Juan Ma. Terradillos Basoco, Ed. Tirant lo Blanch, Valen- leve de género o doméstica y se concreta por un corto pe-
cia, 2018, p. 395. ríodo. No podría esperarse otra cosa, dice el profesor de
(27) En España, la “localización permanente” está pre- Cádiz, de un Código que apuesta decididamente por la
vista como una pena leve con una duración de un día a prisión. En la previsión del anteproyecto no se la conside-
tres meses (art. 33, ap. 4, inc. h, CPE). Como recuerda Juan ra una pena pese a que puede durar hasta 10 años.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 93


DPyC Derecho penal DOCTRINA

de 10 años, luce con claridad como un retorno les la imposición de una medida de “libertad
de la vieja idea de la “pena indeterminada” (28). vigilada” a ejecutar con posterioridad a la pena
Puede acotarse que en el Cód. Penal español, privativa de libertad. Al decir de García Arán,
cf. reforma por LO 01/2015, ya se prevé en su se trataría de un caso que es más que un “acer-
art. 192 (29) para los ofensores de delitos sexua- camiento” entre medidas y penas, se trata del
pasaje a una legislación que so pretexto de com-
(28) Podría entenderse que resuena en la propuesta plementariedad produce su “acumulación”, lo
la concepción de la controversial “prisión permanente que ha producido en España una amplia crítica
revisable” incorporada recientemente al Cód. Penal es- doctrinal (menciona así a Urruela Mora, Alon-
pañol (art. 33, ap. 2, inc. a, texto cf. LO 01/2015) y su res- so Rimo, Acale Sánchez e incluso Sanz Morán,
pectivo mecanismo de revisión (art. 92, código citado). quien no obstante admitir la intervención pos-
Por cierto, resalta María del Mar MARTÍN ARAGÓN que terior al cumplimiento de la pena expone su des-
el 10/10/2017, el Pleno del Congreso de los Diputados
aprobó, por mayoría, la proposición para la eliminación acuerdo con la regulación citada). Por su parte,
de la prisión permanente revisable del Cód. Penal, cons- se expresa con rotunda —y compartida— con-
tituyendo probablemente el principio del fin para “una tundencia: el acercamiento y coincidencia de
pena avocada al fracaso desde el mismo momento de su orientación y contenidos de penas y medidas
nacimiento” (cf. su trabajo “La prisión permanente revisa- “no es un argumento para acumularlas, sino
ble: crónica de una derogación anunciada”, en AA.VV., Li- más bien lo contrario: habiéndose impuesto
ber Amicorum. Estudios jurídicos en homenaje al Prof. Dr.
Dr.h.c. Juan Ma. Terradillos Basoco, Ed. Tirant lo Blanch, una pena proporcionada al hecho y la culpabi-
Valencia, 2018, p. 441). En su opinión, tras reseñar las lidad, la añadidura de una medida con idéntica
importantes críticas elaboradas por la doctrina y el ma- orientación es, de hecho, una prolongación de la
nifiesto desajuste con numerosos principios constitucio- pena” (30).
nales como los de igualdad, no discriminación, propor-
cionalidad y seguridad jurídica, “se puede concluir que Algo más en tren de llamar a las cosas por su
esta pena es inconstitucional, ineficaz e injusta, y que no
puede tener cabida en el Cód. Penal de un Estado Social y nombre: puede advertirse que en el Cód. Penal
Democrático de Derecho. Se trata de un castigo simbólico español, endurecido notoriamente tras su modi-
cuya única finalidad es proyectar una imagen de eficacia ficación por LO 01/2015, en su art. 33 se clasifica
más que alcanzarla de manera real. De esta forma, el go- a las penas, según su naturaleza y duración, en
bierno ofrece, en apariencia, una solución al problema de graves, menos graves y leves. En ese esquema,
la criminalidad, que sin embargo sólo funcionará a corto la privación del derecho a residir en determi-
plazo...” (ps. 453/454).
nados lugares o acudir a ellos, es pena grave si
(29) Su texto es el siguiente: “Artículo 192. 1. A los con-
dura más de 5 años (ap. 2.h), menos grave si dura
denados a pena de prisión por uno o más delitos com-
prendidos en este Título se les impondrá además la me- entre 6 meses y 5 años (ap. 3.g) o es pena leve
dida de libertad vigilada, que se ejecutará con posteriori- si el tiempo es menor a 6 meses (ap. 4.d). Bajo
dad a la pena privativa de libertad. La duración de dicha idénticas premisas se califica a la prohibición de
medida será de cinco a diez años, si alguno de los delitos aproximarse a la víctima o a aquellos de sus fa-
fuera grave, y de uno a cinco años si se trata de uno o más miliares u otras personas que determine el juez o
delitos menos graves. En este último caso, cuando se trate
tribunal (aps. 2.i, 3.h, 4.e, respectivamente) y a la
de un solo delito cometido por un delincuente primario,
el tribunal podrá imponer o no la medida de libertad vigi-
lada en atención a la menor peligrosidad del autor. 2. Los
ascendientes, tutores, curadores, guardadores, maestros profesión u oficio, por el tiempo de seis meses a seis años.
o cualquier otra persona encargada de hecho o de dere- A los responsables de la comisión de alguno de los delitos
cho del menor o persona con discapacidad necesitada de los Capítulos II bis o V se les impondrá, en todo caso, y
de especial protección, que intervengan como autores o sin perjuicio de las penas que correspondan con arreglo a
cómplices en la perpetración de los delitos comprendidos los artículos precedentes, una pena de inhabilitación es-
en este Título, serán castigados con la pena que les co- pecial para cualquier profesión u oficio, sea o no retribui-
rresponda, en su mitad superior. No se aplicará esta regla do que conlleve contacto regular y directo con menores
cuando la circunstancia en ella contenida esté específica- de edad por un tiempo superior entre tres y cinco años al
mente contemplada en el tipo penal de que se trate. 3. El de la duración de la pena de privación de libertad impues-
juez o tribunal podrá imponer razonadamente, además, ta en su caso en la sentencia, o por un tiempo de dos a diez
la pena de privación de la patria potestad o la pena de in- años cuando no se hubiera impuesto una pena de prisión
habilitación especial para el ejercicio de los derechos de atendiendo proporcionalmente a la gravedad del delito,
la patria potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento, el número de los delitos cometidos y a las circunstancias
por el tiempo de seis meses a seis años, y la pena de in- que concurran en el condenado”.
habilitación para empleo o cargo público o ejercicio de la (30) Trabajo citado, p. 401.

94 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcelo A. Riquert

prohibición de comunicarse con la víctima o con lidad de una fase del tratamiento penitenciario
aquéllos de sus familiares u otras personas que a homicidas, violadores y otros autores de deli-
determine el juez o tribunal (aps. 2.j, 3.i. y 4.f). Es tos graves. Pero, más tarde o más temprano, sus
decir, que las posibles medidas de seguridad del condenas se agotan y entonces se manifiesta
art. 10 incs. 7º, 8º y 9º del anteproyecto, que pue- evidente la necesidad de un retorno controlado
den durar hasta 10 años, en España son penas. al medio libre. Entonces, trocando la lógica del
castigo por las premisas preventivo generales y
Volviendo a nuestro marco normativo, la reha- especiales, bajo rótulo de “medidas de vigilancia
bilitación, el brindar las herramientas para que el y asistencia”, se extiende la pena por hasta diez
condenado ajuste su conducta a la legalidad, no años bajo un régimen que no es otro que el de
son otra cosa que la plasmación de la finalidad una severa libertad condicional.
resocializadora de la pena y no puede soslayarse
que, en función de los delitos para los que se ha- No se trata de ignorar la gravedad ínsita en la
bilita la medida, la mayoría prevé conminadas en problemática de la violencia de género, sino de
abstracto graves escalas punitivas que, en muchos advertir que la habilitación de una pena indeter-
casos, traducen en prolongados períodos de en- minada que se legitimaría/justificaría en térmi-
cierro riguroso y debiera ser durante ese tiempo, nos de excepción por aquélla, es posible anticipar
el de duración de la prisión, que el Estado pusie- con la certeza que brinda el dato histórico en si-
ra en ejercicio todo su poder de intervención en tuaciones semejantes que es una gota de aceite
beneficio de aquel objetivo. Sin embargo, esto que, con seguridad, irá expandiéndose cual fina
último raramente puede decirse que, más allá del película que cubrirá todo el contenido del vaso.
enunciado formal, suceda. Nada inusual resulta Rápidamente habremos de encontrarnos con
que luego de tener al condenado a disposición que podrán identificarse otras situaciones graves
durante varios años, recién cuando se acerca la merecedoras de seguimiento post-penitenciario,
posibilidad de tener que permitirle el acceso a la excepción transformará en regla y, finalmente,
una modalidad de mayor autogestión o de retor- la pena indeterminada reinará en el sistema.
no al medio social los encargados del tratamiento
recuerdan que debería el interno tenerlo. Es decir, Por último, si la pena se agotó, ¿qué pasará con
se pierde el tiempo hasta que se acerca la soltura quien no cumpla con las reglas de esta suerte de
o el relajamiento de la rigurosidad del régimen y libertad condicional sujeta a revisión periódica?
entonces se advierte que necesita terapia psicoló- Las normas mencionadas no lo dicen. El desti-
gica o psiquiátrica, educación sexual, etc. Como natario de la medida no podría ser devuelto a
consecuencia, suele ralentizarse la evolución de prisión porque, justamente, ya cumplió su tér-
la parte final del cumplimiento de la pena y cuan- mino. No cumplirlas ¿sería una desobediencia
do esta agota la tarea quedó apenas comenzada judicial? Es decir, un camino posible sería pen-
y, por lo tanto, inconclusa. sar que importa un nuevo delito que habilitaría
privar de libertad sin importar cual fuere el que-
Tampoco puede olvidarse que, además, el mo- brantamiento. ¿Cuántos quiebres y cuáles de las
mento natural de devolución al medio social en prohibiciones serían suficientes? En principio no
forma controlada, que serían la libertad asistida debiera dar lo mismo irse del lugar de residencia
y la libertad condicional, para la mayoría de los sin autorización que contactar o comunicarse
delitos graves incluidos en la propuesta no son con la víctima (esto sin perjuicio de que no que-
aplicables, no se permite que accedan a ellos da demasiado claro el sentido de algunas reglas
(arg. cf. art. 14 vigente, incs. 1º y 2º y se manten- cuando la primera es el sometimiento a geoloca-
dría en el art. 14 proyectado, párrafos 2º y 3º). lización, es decir, si puede hacer un seguimiento
Entonces, una medida como la propuesta, en permanente del sujeto ¿para qué después exijo
última instancia, no hace más que reconocer la que concurra a tribunales?).
situación de hecho y viene a extender el control y
seguimiento más allá de la condena imponiendo No puede perderse de vista que, si relaciona-
una suerte de “libertad condicional post-pena” mos con lo que hoy es la libertad condicional, el
ante la imposibilidad de gozarla como parte de art. 15 nos dice que hay consecuencias diferen-
la pena. Por decirlo de forma directa, respon- tes según la gravedad de la infracción: mientras
diendo al impulso punitivista se negó la posibi- la comisión de nuevo delito y la violación de la

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 95


DPyC Derecho penal DOCTRINA

obligación de residencia habilitan la revocación, nes provenientes de cualquier sistema de carác-


las demás sólo implican que no se compute para ter privado o de acceso restringido.
el término de la pena el tiempo transcurrido. En
la propuesta del anteproyecto se sigue similar li- Si el autor además comunicare a otro, publi-
neamiento en su propio art. 15. Pero, en concre- care o hiciere publicar el contenido de la carta,
to, con relación a lo regulado en el art. 10, nada escrito, despacho, comunicación electrónica o
se dice. Los incumplimientos serían objetivacio- telecomunicación, la pena será de uno [1] a tres
nes de que el condenado no habría alcanzado [3] años de prisión”.
el estándar de “sujeto que ajusta su conducta a
Además de la numeración de párrafos, otras
legalidad” y, por lo tanto, exteriorizarían la ne-
novedades con relación al texto vigente se verifi-
cesidad de la prolongación de la medida hasta el
can en materia de pena. En primer lugar, porque
máximo permitido de 10 años.
se incrementa la de prisión que tiene en el pro-
yecto por mínimo lo que hoy es el máximo (seis
II.1.c. Delitos contra la libertad
meses). En segundo lugar, porque el endureci-
miento de la respuesta se complementa con la
Dentro del Título V, “Delitos contra la libertad”,
incorporación de una pena de multa conjunta en
se mantiene al “Capítulo 3: Violación de secre-
la actualidad inexistente. También es novedosa
tos y de la intimidad” (hoy, arts. 153 a 157 bis;
la adopción para la determinación de dicha mul-
en el anteproyecto, arts. 153 a 159). En lo que
ta del sistema de días-multa. Conforme el art. 22
nos interesa, se ha ordenado el texto del art. 153
del anteproyecto, cada día-multa “equivaldrá al
(según ley 26.388) introduciendo párrafos nu-
diez por ciento (10%) del valor del depósito es-
merados, el art. 153 bis actual se ha desplazado
tablecido para la interposición del recurso de
al Título XXVI y los propuestos art. 154 y 157 se
queja ante la Corte Suprema de Justicia de la
corresponden total o parcialmente con los arts.
Nación” (22, 1º párrafo), pudiéndose acordar
155 y 157 bis. En cuanto al propuesto art. 158, en
un plazo o el pago en cuotas según la situación
concreto en su inc. 3º, recoge algunas conductas
del condenado (22, 3º párrafo) o, si no hubiese
de los arts. 153 y 154, puniéndolas cuando sean
bienes que realizar, su amortización mediante
desplegadas por quienes ya sea en forma transi-
trabajos no remunerados a favor del Estado o de
toria o permanente desempeñen funciones de
instituciones de bien público, a razón de un día
inteligencia nacional. Veamos:
de trabajo de seis [6] horas por cada día-multa
(22, 4º párrafo). El incumplimiento habilita la
“Artículo 153.— Se impondrá prisión de seis [6]
conversión en prisión a razón de un día de pri-
meses a dos [2] años y multa de diez [10] a ciento
sión por cada día-multa, no pudiendo exceder
cincuenta [150] días-multa, al que,
de un año y seis meses (22, 6º párrafo).
1º) Abriere o accediere indebidamente a una En lo que hace al tipo objetivo, en el primer
comunicación electrónica, una carta, un pliego inciso la única diferencia es la inclusión dentro
cerrado, un papel privado o un despacho tele- de los objetos de “un papel privado” que, en de-
gráfico, telefónico o de otra naturaleza que no le finitiva, es sólo una explicitación de una lista que
esté dirigido. no es taxativa. En el tercer párrafo, se completa
con acierto incorporando a la comunicación “te-
2º) Se apoderare indebidamente de una comu- lefónica”. Por lo demás, permanece idéntico a los
nicación electrónica, de una carta, de un pliego, primeros dos párrafos de la norma actual.
de un despacho o de otro papel privado, aunque
no esté cerrado. “Artículo 154.— Se impondrá prisión de seis [6]
meses a dos [2] años, al que hallándose en po-
3º) Indebidamente suprimiere o desviare de sesión de una correspondencia, una comunica-
su destino una correspondencia o una comu- ción electrónica, un pliego, un papel privado, un
nicación electrónica o telefónica que no le esté despacho telegráfico, telefónico o de otra natu-
dirigida. raleza o el registro de una telecomunicación, no
destinados a la publicidad, lo publicare o hiciere
4º) Indebidamente interceptare o captare co- publicar indebidamente, si el hecho causare o
municaciones electrónicas o telecomunicacio- pudiere causar perjuicios a terceros.

96 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcelo A. Riquert

Está exento de responsabilidad penal quien 2. Se impondrá prisión de uno [1] a cuatro [4]
hubiere obrado con el propósito inequívoco de años, al que copiare, comunicare o divulgare in-
proteger un interés público actual”. debidamente el contenido de documentación o
información de carácter confidencial referido en
El texto reitera al que hoy es el art. 155, salvo la ley 26.247, si hubiere sido entregada a un ins-
por la incorporación de “...o el registro de una pector nacional o de la Organización o a la Au-
telecomunicación”, ajustándolo de tal modo con toridad Nacional, directamente o por intermedio
el tercer párrafo del precedente. En lo que nue- de un Estado extranjero”.
vamente se advierte diferencia es en la respuesta
punitiva: mientras que en la norma vigente se El primer parágrafo con sus tres incisos repro-
prevé únicamente pena de multa, en la proyec- duce el vigente art. 157 bis con algunas pequeñas
tada se la reemplaza por una de prisión de s 6 modificaciones en materia de pena: aumenta el
meses a 2 años. Si se debe a la intención de man- mínimo de la prisión (hoy, 1 mes, pasaría a ser
tener proporción con el art. 153, no deja de ser de 6 meses) y el máximo de la inhabilitación para
curioso que mientras en el último la prisión no el funcionario público (5 años en lugar de 4).
sólo se aumentó sino que se unió a la de multa,
en este se excluya a la multa y se deja sólo a la En cuanto al segundo parágrafo, reproduce sin
prisión. No obstante, dejo en claro que en mi modificación alguna lo que es el vigente art. 29
modesta opinión no era necesario aumentar la de la ley 26.247 (32) de “Armas Químicas”, que es
pena de prisión, que la multa debió ser en todo la de “Implementación de la Convención sobre
caso alternativa y no conjunta y que lo mismo la prohibición del desarrollo, la producción, el
vale para los dos artículos mencionados para los almacenamiento y el empleo de armas químicas
que, además, se prevé como agravante su perpe- y sobre su destrucción”. La confidencialidad de
tración por funcionario público o con abuso de la información relativa a esta materia viene im-
oficio o profesión [art. 155 (31), cuya concordan- puesta por vía de los arts. 44 (33) y 45 (34) de la
cia vigente sería con el último párrafo del 153]. ley citada. En definitiva, se trata de una de las in-
corporaciones al código de las normas penales
“Artículo 157.— 1. Se impondrá prisión de seis dispersas, lo que singularmente se concreta en el
[6] meses a dos [2] años, al que, anteproyecto en los títulos XIV a XXVII.
1º) A sabiendas e ilegítimamente, o violando
sistemas de confidencialidad y seguridad de da- “Artículo 158.— Se impondrá prisión de tres [3]
tos, accediere de cualquier forma a un banco de a diez [10] años e inhabilitación especial por el
datos personales. doble del tiempo de la condena a prisión, si no
resultare un delito más severamente penado, al:
2º) Ilegítimamente proporcionare o revelare a
otro información registrada en un archivo o en un
banco de datos personales cuyo secreto estuviere (32) Publicado en el BO del 22/05/2007.
obligado a preservar por disposición de la ley. (33) Su texto es el siguiente: “Está prohibida toda re-
velación de información de carácter confidencial que
3º) Ilegítimamente suprimiere, insertare o hi- se hubiere obtenido de las declaraciones del artículo III
ciere insertar datos en un archivo de datos per- de la Convención, o a consecuencia de las inspecciones
realizadas en el territorio nacional, como toda otra in-
sonales. formación que fuere entregada, sea por un Estado parte
o por la Organización, salvo para los siguientes casos: a)
Si el autor fuere funcionario público, se im- Cuando la revelación de la información fuere necesaria
pondrá, además, inhabilitación de uno [1] a cin- para los fines de la Convención, garantizando que dicha
co [5] años. revelación se hará de acuerdo con estrictos procedi-
mientos que serán aprobados por la Conferencia de los
Estados Partes de la Organización; b) Cuando la Autori-
(31) Su texto: “Artículo 155.— Se impondrá prisión de dad Nacional determinare que comprometen la seguri-
uno [1] a cuatro [4] años e inhabilitación especial, en su dad nacional”.
caso, por el doble del tiempo de la condena a prisión, al (34) Su texto: “La Autoridad Nacional deberá comuni-
que incurriere en cualquiera de los delitos de los arts. 153 car en forma fehaciente a los titulares de las declaraciones
y 154 abusando de su oficio o profesión, o de su condición u operadores de las instalaciones toda revelación de la in-
de funcionario público”. formación prevista en el artículo anterior”.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 97


DPyC Derecho penal DOCTRINA

1º) Funcionario o empleado público que reali- fraude informático) se reasigna al Título XXVI
zare acciones de inteligencia prohibidas por las (nuevo art. 500). El tipo de defraudación me-
leyes 23.554, 24.059 y 25.520. diante tarjetas dice:
2º) Que habiendo sido miembro de alguno de “Artículo 173.— Sin perjuicio de la disposición
los organismos integrantes del Sistema de Inte- general del art. 172, se considerarán casos espe-
ligencia Nacional realizare acciones de inteli- ciales de defraudación y se impondrá la misma
gencia prohibidas por las leyes 23.554, 24.059 y pena que establece aquel artículo:
25.520.
... 15) Al que defraudare mediante el uso de
3º) Que participando en forma permanen- una tarjeta de compra, crédito o débito, que
te o transitoria de las tareas reguladas en la ley hubiese sido falsificada, adulterada, hurtada,
25.520, interceptare, captare o desviare indebi- robada, perdida u obtenida del legítimo emisor
damente comunicaciones telefónicas, postales, mediante ardid o engaño, o mediante el uso no
de telégrafo o facsímil, o cualquier otro sistema autorizado de sus datos, aunque lo hiciere por
de envío de objetos o transmisión de imágenes, medio de una operación automática”.
voces o paquetes de datos, así como cualquier
otro tipo de información, archivo, registros o II.1.e. Delitos contra la seguridad pública
documentos privados o de entrada o lectura no
autorizada o no accesible al público que no le es- Por último, en sede del Título VII “Delitos
tuvieren dirigidos. contra la seguridad pública”, en el “Capítulo 3:
Delitos contra la seguridad del tránsito y de los
En el caso del inc. 3º, la misma pena se impon- medios de transporte y de comunicación”, se
drá al que comunicare a otro, publicare o hiciere propone mantener en contexto de mayor ampli-
publicar su contenido”. tud la tipicidad del actual art. 197 (conforme ley
26.388), como art. 192, 3º párrafo, con la siguien-
El nuevo tipo proyectado viene a punir, en ge- te redacción:
neral, la actividad ilegal por parte de los miem-
bros del sistema de inteligencia nacional. En “Artículo 192.— Se impondrá de seis [6] meses
concreto, en lo que hace a las conductas vincu- a tres [3] años de prisión, si el hecho no constitu-
ladas con el medio informático, lo que interesa yere un delito más severamente penado:
es el inc. 3º, cuyo sujeto activo es quien participa
en forma permanente o transitoria de tareas re- ...3º) Al que, aun sin crear un peligro común,
guladas por la ley 25.520/01 del “Sistema de Inte- ejecutare cualquier acto tendiente a interrumpir
ligencia Nacional”. Las conductas previstas son, o entorpecer el funcionamiento de los servicios
básicamente, aquellas que prevén los arts. 153 y públicos de comunicación telefónica, radiofóni-
155 vigentes, desplegadas por el este particular ca, satelital o electrónica, de provisión de agua,
funcionario, a las que se asigna, naturalmente, de electricidad o de sustancias energéticas o re-
una pena mucho más elevada. sistiere con violencia su restablecimiento”.

II.1.d. Delitos contra la propiedad Puede advertirse que, tal vez, debido a la in-
corporación de otros objetos de protección (pro-
Avanzando hacia el Título VI “Delitos contra visión de agua, por ejemplo), la pena conminada
la propiedad”, dentro del “Capítulo IV: Estafas y en abstracto ha sido incrementada en un 50% en
otras defraudaciones”, se ha optado por mante- su tope superior (antes, dos años; ahora, tres).
ner en el art. 173 su inc. 15 (originario de la ley
25.930/04), con idéntica redacción y pena (35), II.2. Normas del Título XXVI sobre “Delitos In-
mientras que el 16 (debido a la ley 26.388/08, formáticos”
El Título que, como novedad, prevé el ante-
(35) Me he ocupado de esta figura en particular en la proyecto, se estructura en cinco capítulos y ocu-
obra “Defraudaciones informáticas”, análisis plenamen- pa los arts. 491 a 503. Conviven allí agrupados
te válido al que remito en razón de la total equivalen-
cia de textos (Prólogos de los Dres. BUTELER, José A.
algunos tipos preexistentes (así, por ej., daños,
(UNCórdoba) y GARCÍA RIVAS, Nicolás (UCLM), España, acceso ilegítimo o defraudación informáticos)
Ed. Ediar, Buenos Aires, 2016, ps. 69/82). con otros que vienen a cubrir déficits que se de-

98 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcelo A. Riquert

nunciados desde hace bastante tiempo (como la a la que se añade la de días-multa pero no con-
suplantación de identidad, la difusión no con- junta, sino alternativa. Justamente que no fuera
sentida de imágenes de contenido sexual o el alternativa es lo que critiqué al comentar a los
hurto informático). En concreto, la propuesta es proyectados arts. 153 y 154.
la siguiente:
El tercer párrafo introduce como circunstancia
II.2.a. calificante y prevé pena exclusiva de prisión más
severa, cuando las claves o datos fueren de un
Se dedica el Capítulo 1 a los “Atentados a tra- organismo público estatal.
vés de medios informáticos”, incorporando tres
artículos que dicen: “Artículo 492.— Se impondrá prisión de seis
[6] meses a dos [2] años a seis [6] o veinticuatro
“Artículo 491.— Se impondrá prisión de seis [24] días-multa, al que a través de Internet, redes
[6] meses a dos [2] años a seis [6] o veinticuatro sociales, cualquier sistema informático o medio
[24] días-multa, al que ilegítimamente con áni- de comunicación, adoptare, creare, se apropia-
mo de lucro o la finalidad de cometer un delito, y re o utilizare la identidad de una persona física
valiéndose de alguna manipulación informática, o jurídica que no le pertenezca, con la intención
ardid o engaño, obtuviere claves o datos perso- de cometer un delito o causar un perjuicio a la
nales, financieros o confidenciales de un terce- persona cuya identidad se suplanta o a terceros”.
ro, siempre que el hecho no constituya un delito
más severamente penado. El spoofing o suplantación de identidad se
trata de otro atentado cuya tipificación se ve-
La misma pena se impondrá a quien compila- nía reclamando y que ya venía previsto en el
re, vendiere, intercambiare u ofreciere, de cual- anteproyecto anterior, el de 2014 (36). Como
quier manera, claves o datos de los mencionados hemos señalado al tratar la problemática de
en el primer párrafo. las defraudaciones informáticas (37), se trata
de una conducta que suele enlazarse a la ante-
La pena será de prisión de uno [1] a tres [3] rior: primero se obtienen los datos, con ellos se
años, en cualquiera de los casos de este artículo, suplanta la identidad y, por último, se provoca
cuando se tratare de un organismo público es- el perjuicio patrimonial. Este robo de identi-
tatal”. dad (identity theft), como dice Miró Llinares,
podría definirse como “la adquisición en todo
El primer atentado que se tipifica es la con- o en parte por un sujeto de los datos de otro
ducta que habitualmente se denomina phishing sujeto para su posterior uso como si le perte-
(primer párrafo), que importa la obtención frau- necieran a él” (38). Como se puede advertir fá-
dulenta de claves o datos personales, financieros cilmente, se trata del correlato en el mundo di-
o confidenciales de un tercero. Es correcta su gital de una actividad, hacerse pasar por otro,
inserción como un tipo residual pues podría de- que tiene larga historia fuera de virtual, en el
cirse que, en general, es una suerte de ilícito de mundo “analógico”, real, para perpetrar la más
antesala, el primer paso necesario para la perpe- diversa clase de delitos.
tración de otros más graves. El siguiente párrafo
equipara las conductas de compilación, venta, “Artículo 493.— Se impondrá prisión de seis
intercambio u ofrecimiento de cualquier modo [6] meses a dos [2] años o seis [6] a veinticuatro
de tales datos. Nada obsta que estas conductas [24] días-multa, al que sin autorización de la
sean desplegadas por el mismo agente que los
obtuvo. El párrafo final califica el tipo cuando las
(36) En este caso, lo hacía incorporando el inciso “f”
claves o datos correspondan a un organismo pú- dentro del art. 157.3, con el siguiente texto: “...3. Será pe-
blico estatal. nado con prisión de seis meses a dos años el que ...f) Utili-
zare la identidad de una persona física o jurídica que no le
En cuanto a la pena, mantiene la que según perteneciere, a través de cualquier medio electrónico, con
vimos en otros tipos se advierte como básica o el propósito de causar perjuicio”.
suerte de estándar para la Comisión en estas (37) En “Defraudaciones...”, cit., p. 23.
conductas (los seis meses a dos años de prisión), (38) MIRÓ LLINARES, Fernando, ob. cit., p. 79.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 99


DPyC Derecho penal DOCTRINA

persona afectada difundiere, revelare, enviare, tomar represalia, expresar su resentimiento o ex-
distribuyere o de cualquier otro modo pusiere a torsionar a la víctima luego de terminarse la rela-
disposición de terceros imágenes o grabaciones ción afectiva previa. Así, se limita a calificar la di-
de audio o audiovisuales de naturaleza sexual, fusión inconsentida por el vínculo (matrimonio
producidas en un ámbito de intimidad, que el o unión convivencial) o relación de afectividad
autor hubiera recibido u obtenido con el consen- (aun sin convivencia), sin que interese la razón
timiento de la persona afectada, si la divulgación por la que lo hace. Esta prescindencia, natural-
menoscabare gravemente su privacidad. mente, permite incluir dentro del tipo cualquier
motivación y, por lo tanto, también el espectro
La pena será de prisión de uno [1] a tres [3] que incluye la “pornovenganza”. Pablo Palazzi
años: que, siendo que el término se acuñó en USA, allí
mismo se ha sugerido su cambio por involun-
1º) Si el hecho se cometiere por persona que tary porn o non consensual pornography, dando
esté o haya estado unida a la víctima por matri- mayor amplitud a la figura para que incluya no
monio, unión convivencial o similar relación de sólo las situaciones en que el sujeto activo actúa
afectividad, aun sin convivencia. por venganza o donde las partes tenían una rela-
ción previa, sino que se lo expande a terceros no
2º) Si la persona afectada fuere una persona relacionados con el hecho en sí de la captación
menor de edad. original de la imagen, lo que se justifica porque
estas publicaciones y/o republicaciones por ter-
3º) Si el hecho se cometiere con fin de lucro”. ceros tienen el mismo efecto que la publicación
original (39). Este último alcance, amplio, sería
El primer párrafo tipifica una conducta básica el recogido en lo proyectado.
de sexting, porque se trata de la difusión, revela-
ción, envío, distribución o puesta a disposición Aunque nada impide que el autor sea una mu-
de terceros de material de naturaleza sexual en jer y la víctima un hombre, la realidad estadística
imágenes o grabaciones de audio o audiovisua- ofrece como dato incontrastable que, en general,
les, obtenidas en ámbito de intimidad y que el la mayoría de los casos de revenge porn sean en
autor recibe u obtiene con consentimiento de el orden inverso (40). Nora A. Cherñavsky ha co-
la persona afectada, pero que propala sin auto- mentado recientemente un fallo de la justicia
rización de la última si la divulgación menosca- federal con el sugestivo título “A propósito de
bare su privacidad gravemente. En este caso, la una decisión judicial que subrayó la carencia
respuesta punitiva ofrece la alternativa entre la
prisión y los días-multa.
(39) En su trabajo “El delito de difusión no autorizada
En cambio, luego se prevén tres circunstancias de imágenes (revenge porn)”, en DUPUY, Daniela (dir.) -
KIEFER, Mariana (coord.), AA.VV., Cibercrimen, Ed. B de
agravantes para las que se conmina en forma di- F, Montevideo/Buenos Aires, 2017, p. 148.
recta con pena de prisión más elevada: a) por el
(40) Según informa Mara Resio, el MPF de la Nación
vínculo familiar o afectivo; b) por ser la víctima durante 2015 recibió consultas territoriales discrimina-
menor de edad; c) por el motivo (fin de lucro). Su das por género de las que el 70% correspondió a mujeres
estructura es bastante similar a la del vigente art. (trabajo citado, p. 127). Ccte.: Pablo A. PALAZZI, quien
197 inc. 7º del Cód. Penal español. señala con fuente en la prensa internacional que es un
hecho comprobado que no existen webs populares de
porno vengativo con fotos de hombres desnudos, sino
Podría entenderse que es aquí donde la Comi-
que son sobre chicas aun cuando muchas posaran con
sión Redactora concretaría la anunciada tipifi- su consentimiento, por lo que de lo que se trataría es de
cación de la llamada “pornovenganza” o revenge la expresión de odio hacia las mujeres, hiriéndolas y vio-
porn, actualmente no contemplada en el Código lando su intimidad (trabajo citado, p. 173 y nota al pie
Penal. Uso el condicional porque no encuentro nro. 89). Agrega el nombrado con acierto que el principal
en la propuesta del anteproyecto otra norma con fundamento para penalizar el revenge porn, es la norma-
tiva de violencia de género contenida en la “Convención
mayor vinculación con el anuncio, aunque no
de Belem do Pará” (en Argentina, ley 24.632), regente
puede soslayarse que la redacción transcripta ca- en el ámbito latinoamericano “para prevenir, sancionar
rece de referencia a que la difusión inconsentida y erradicar la violencia contra la mujer” (como reza su
sea motivada en el ánimo del autor de vengarse, título).

100 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcelo A. Riquert

de legislación penal en materia de ataques a la Además, que como se reconoció en distintas


privacidad vía web, que configuran violencia resoluciones de la causa mencionada, estamos
de género” (41). Se trata de la causa “Ramí- frente a comportamientos que resultan medios
rez, Carlos R. s/ recurso de casación” (42). En idóneos “para perpetrar violencia de género, al
lo que interesa, la denunciante consideró ser humillar, amedrentar y hostigar a la víctima a
víctima de acoso psicológico a través de me- través de su exposición en fotos y videos por-
dios informáticos por parte de su ex marido, nográficos, acusarla de actos de prostitución,
que había sido previamente excluido del ho- corrupción y abuso de menores, y hasta de ser
gar conyugal por violencia psicológica. El hos- infractora fiscal...” (45). De allí el acierto de
tigamiento (valgan aquí las referencias previas Cherñavsky cuando concluye que la difusión no
al problema de la tipificación del stalking), autorizada de imágenes intimas y de contenido
conforme sintetiza la nombrada, se perpetró sexual de una mujer efectuada por el ex cónyuge
por diversos medios entre los que contaron en redes sociales y comunicaciones electrónicas
el envío de e-mails falsos a nombre de la víc- “constituye no sólo un severo ataque a la priva-
tima a sus amistades que incluían imágenes cidad con la consiguiente pérdida de control de
pornográficas suyas trucadas en las que se sus datos personales, sino también una práctica
manifestaba que tenía relaciones sexuales con llevada a cabo para denigrarla como mujer, me-
sus alumnos (la mujer era docente y perdió el noscabando su dignidad, impidiéndole llevar
trabajo en uno de los colegios en que se des- adelante una vida libre de violencia y discrimi-
empañaba por estos mails); la vulneración de nación en los términos del art. 4º de la ley 26.485
su cuenta en la red social “Facebook” donde se de Protección integral para prevenir, sancionar
publicaron falsas publicaciones e introdujeron y erradicar la violencia contra las mujeres en los
nuevos contactos en el servicio de mensajería ámbitos que desarrollen sus relaciones interper-
“Messenger”, a través de los que conoció que sonales” (46).
se la había registrado en una página web de
servicios sexuales, por lo que recibía mensajes II.2.b.
requiriéndolos; por último, perdió el acceso a
sus cuentas mencionadas que permanecieron En el Capítulo 2 se regula lo concerniente al
activas vinculándola con actividades ilegales “Daño informático” con cinco artículos que di-
por las que terminó siendo denunciada y su do- cen:
micilio inspeccionado (43).
“Artículo 494.— Se impondrá prisión de quince
En lo que ahora puntualmente interesa, el [15] días a un [1] año o uno [1] a doce [12] días-
caso importa en cuanto explicita que no se trata multa, al que ilegítimamente y sin autorización de
de supuestos de hecho ajenos a nuestra prácti- su titular alterare, destruyere o inutilizare datos,
ca forense y que la ausencia de tipos específicos documentos, programas, sistemas informáticos o
tanto para el stalking como para la “pornografía registros informáticos de cualquier índole.
de venganza”, no ha impedido su persecución
más allá discutirse las complejas posibles sub- Si los datos, documentos o programas afecta-
sunciones que aprehenderían la conducta (44). dos fueren aquellos protegidos por la ley 24.766,

(41) Publicado en el sitio de web de la Ed. Rubinzal- personal para apropiarse de imágenes y videos íntimos
Culzoni (http://www.rubinzalonline.com.ar), sección (arts. 153 bis y 153 del Cód. Penal, respectivamente) y
Doctrina, disponible desde marzo de 2018. Ref.: RC D publicación de dichas imágenes y videos en sitios por-
1026/2018. nográficos (arts. 157, inc. 3º del Cód. Penal). A su vez, la
(42) CFCP, sala II, fallo del 06/02/2018 (Reg. 2/18), de- Cámara Federal de Mendoza, sin descartarlos, confirmó
claró inadmisible el recurso de casación de la defensa del el procesamiento recalificando como amenazas vía web e
imputado. invocando el art. 149 bis, 2º párrafo del Cód. Penal (traba-
(43) Trabajo citado, punto II “El caso y la decisión im- jo citado, punto II).
pugnada”. (45) Transcripción de Cherñavsky de un segmento del
(44) Nos dice Cherñasky que en primera instancia se dictamen del Fiscal General nro. 1 ante la CFCP (ob. cit.,
dictó procesamiento por los delitos de acceso indebido punto II, nota al pie nro. 1).
a cuenta de correo electrónico y a sistema informático (46) Trabajo citado, punto VII, primer párrafo.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 101


DPyC Derecho penal DOCTRINA

la escala penal prevista se elevará en un tercio Sin perder de vista que no se trata de la divul-
del mínimo y del máximo”. gación, sino de la alteración, destrucción o inuti-
lización, el motivo de agravamiento es —al me-
Los atentados contra la integridad de los da- nos— discutible (lo que, anticipo, no acontece
tos se prevén en el Ciberconvenio de Budapest con el artículo siguiente) y el incremento de pena
en su art. 4º (47), cuyo segundo párrafo indica la en un tercio del mínimo y del máximo, aunque
posibilidad para las Partes de formular reserva, se mantenga la alternatividad mencionada, no
exigiendo al tipificar que deba tratarse de daños exime de una posible prisionización que podría
graves. tener adecuada respuesta con la pena de días-
multa y/o inhabilitación.
En este caso, el primer párrafo reproduce par-
cialmente la redacción del actual art. 183, 2º pá- “Artículo 495.— La pena será de prisión de tres
rrafo, según ley 26.388, asignando la misma pena [3] meses a cuatro [4] años:
privativa de libertad pero añadiendo la alterna-
1º) Si el hecho se ejecutare en documentos,
tiva de uno a doce días-multa. Esta última posi-
programas o sistemas informáticos públicos.
bilidad, por cierto, abre claramente espacio a la
evitación del uso de la prisión en casos que, sin 2º) Si el hecho se cometiere en sistemas infor-
duda, son de baja intensidad delictiva. máticos destinados a la prestación de servicios
de salud, de comunicaciones, de provisión o
Sin embargo, en el segundo párrafo podría transporte de energía, de medios de transporte u
advertirse una cierta inconsistencia al decidir- otro servicio público.
se el agravamiento cuando el objeto afectado
se vincule a la ley 24.766. La citada norma, del 3º) Si el daño recayere sobre un bien pertene-
año 1997, es la “Ley de Confidencialidad sobre ciente al patrimonio cultural de la Nación Argen-
Información y Productos que estén Legítima- tina o de un Estado extranjero”.
mente bajo Control de una Persona y se Divul-
gue Indebidamente de Manera Contraria a los El tipo transcripto recoge —y amplía— los su-
Usos Comerciales Honestos”, precedente que es puestos de daño calificado que fueron introdu-
de uso citar como el primer caso en la legislación cidos al actual art. 184 por vía de la ley 26.388,
nacional que introdujo la protección del secreto es decir, sus incs. 5º y 6º, manteniendo además
de las informaciones de personas físicas o jurídi- la escala penal conminada en abstracto vigente.
cas almacenadas en medios informáticos (bases El tercer inciso, sintetiza con la expresión “patri-
de datos). En esta norma, aún vigente, se sancio- monio cultural” lo que hoy corresponde a “ar-
na la ilegítima divulgación conforme las penali- chivos, registros, bibliotecas, museos... tumbas,
dades del Código Penal para el delito de viola- signos conmemorativos, monumentos, estatuas,
ción de secretos, previsto por su art. 156 (multa cuadros u otros objetos de arte colocados en
de $1.500 a $90.000 e inhabilitación especial de edificios o lugares públicos”. Adviértase que la
seis meses a tres años). Concreta así la protec- enunciación no taxativa vincula el interés en la
ción de la información secreta, confidencial, de protección de objetos no sólo en sí mismos sino
la empresa y personas físicas, cumpliendo con el también por su ubicación. La propuesta los des-
art. 39 del Acuerdo sobre los Derechos de la Pro- vincula de sitios específicos e incluye no sólo a
piedad Intelectual, suscripto por nuestro país y los nacionales sino también a los de un Estado
aprobado por ley 24.425. extranjero. Es fácil percibir que luce correcta la
hipótesis de ampliación de la calificante. Tam-
bién que la apuntada síntesis, inevitablemente
(47) Su texto es el siguiente: “Artículo 4— Atentados podría operar como una pérdida de precisión
contra la integridad de los datos. 1. Las Partes adoptarán en términos del principio de legalidad salvo que,
las medidas legislativas o de otro tipo que se estimen ne- vía hipótesis de máxima restricción, se deman-
cesarias para prever como infracción penal, conforme a su dara que el bien haya sido efectivamente inclui-
derecho interno, la conducta de dañar, borrar, deteriorar, do como “patrimonio cultural de la Nación” en
alterar o suprimir dolosamente y sin autorización los datos
informáticos. 2. Las Partes podrán reservarse el derecho a
exigir que el comportamiento descrito en el párrafo prime-
ro ocasione daños que puedan calificarse de graves”.

102 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcelo A. Riquert

el registro pertinente (48), evitando así que sea 2º) El hecho hubiere afectado el funciona-
la particular valoración del juzgador de turno la miento de servicios públicos esenciales o la pro-
que otorgara o no la trascendencia severizante. visión de bienes de primera necesidad.
“Artículo 496.— La pena será de prisión de uno 3º) El hecho hubiere creado una situación de
[1] a cinco [5] años si, por el modo de comisión: peligro grave para la sociedad”.
1º) El hecho hubiere afectado a un número in- En este caso estamos frente a tres nuevos y,
discriminado de sistemas informáticos. conforme la escala adoptada, más graves seve-
rizantes. Así, la Comisión redactora introduce
situaciones en las que extensión/intensidad del
(48) Debe tenerse presente que el “Régimen del Regis- daño traducen en calificantes de novedoso cuño.
tro del Patrimonio Cultural” se establece por ley 25.197/99, La intención es atendible, mientras que como
siendo su autoridad de aplicación la Secretaría de Cultura de
plasmó la propuesta tiene el problema —tal vez
la Nación (art. 3º). Conforme su art. 1º, lo que se ha procu-
rado es la centralización del ordenamiento de datos de los inevitable— de alguna falta de precisión. La re-
bienes culturales de la Nación, en el marco de un sistema ferencia a un número “indiscriminado” puede
de protección colectiva de su patrimonio que a partir de entenderse como que el agravamiento sólo pro-
su identificación y registro. El concepto de “bien cultural” cede cuando no puede determinarse el número
es brindado por el art. 2º en los siguientes términos: “A los de sistemas afectados, con lo que una afectación
efectos de la presente ley se entiende por ‘bienes culturales’,
masiva pero determinable podría quedar afuera.
a todos aquellos objetos, seres o sitios que constituyen la ex-
presión o el testimonio de la creación humana y la evolución Otra posible lectura es que con “indiscrimina-
de la naturaleza y que tienen un valor arqueológico, histó- do” se alude justamente a que es una afectación
rico, artístico, científico o técnico excepcional. El universo masiva y, claro, la pregunta en este caso sería, ¿a
de estos bienes constituirá el patrimonio cultural argentino. partir de qué cantidad es masiva? Algo similar
Se entiende por ‘bienes culturales histórico-artísticos’ to- puede aplicar a la creación de “una situación de
das las obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la
peligro grave para la sociedad” que, otra vez, ad-
naturaleza, de carácter irreemplazable, cuya peculiaridad,
unidad, rareza y/o antigüedad les confiere un valor univer- mite varias lecturas posibles.
sal o nacional excepcional desde el punto de vista histórico,
etnológico o antropológico, así como las obras arquitectóni- “Artículo 497.— Se impondrá prisión de uno [1]
cas, de la escultura o de pintura y las de carácter arqueoló- a cinco [5] años, al que ilegítimamente y sin auto-
gico. Por lo tanto, será un ‘bien cultural histórico-artístico’ rización de su titular, mediante cualquier artificio
aquel que pertenezca a alguna de las siguientes categorías:
tecnológico, mecanismo de cifrado o programas
1. El producto de las exploraciones y excavaciones arqueo-
lógicas y paleontológicas, terrestres y subacuáticas. 2. Los maliciosos, obstaculizare o interrumpiere el fun-
objetos tales como los instrumentos de todo tipo, alfarería, cionamiento de un sistema informático ajeno o
inscripciones, monedas, sellos, joyas, armas y objetos fune- impida a los legítimos usuarios el acceso a los
rarios. 3. Los elementos procedentes del desmembramien- datos del sistema, siempre que el hecho no im-
to de monumentos históricos. 4. Los materiales de interés porte un delito más severamente penado”.
antropológico y etnológico. 5. Los bienes que se refieren a
la historia, incluida la historia de las ciencias y las técnicas,
la historia social, política, cultural y militar, así como la vida Se trata de una conducta clásica de sabotaje
de los pueblos y de los dirigentes, pensadores, científicos y informático, prevista como tipo residual a la ocu-
artistas nacionales. 6. Los bienes inmuebles del patrimonio rrencia de otro más grave. Los atentados contra
arquitectónico de la Nación. 7. Los bienes de interés artísti- la integridad del sistema son recibidos en el Ci-
co tales como: — Pinturas y dibujos hechos sobre cualquier berconvenio de Budapest en el art. 5º (49) y, por
soporte y en toda clase de materias. — Grabados, estam-
ello, esta tipificación responde o se ajusta a lo
pas, litografías, serigrafías originales, carteles y fotografías.
— Conjuntos y montajes artísticos originales cualquiera sea
la materia utilizada. —Obras de arte y artesanías. — Produc-
ciones de arte estatutario. — Los manuscritos raros e incuna- (49) Su texto: “Artículo 5 — Atentados contra la integri-
bles, códices, libros, documentos y publicaciones de interés dad del sistema. Las Partes adoptarán las medidas legisla-
especial, sueltos o en colecciones. — Los objetos de interés tivas o de otro tipo que se estimen necesarias para prever
numismático, filatélico. — Los documentos de archivos, como infracción penal, conforme a su derecho interno, la
incluidos colecciones de textos, mapas y otros materiales, obstaculización grave, cometida de forma dolosa y sin au-
cartográficos, fotografías, películas cinematográficas, videos, torización, del funcionamiento de un sistema informáti-
grabaciones sonoras y análogos. — Los objetos de mobi- co, mediante la introducción, transmisión, daño, borrado,
liario, instrumentos musicales, tapices, alfombras y trajes”. deterioro, alteración o supresión de datos informáticos”.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 103


DPyC Derecho penal DOCTRINA

que aquel reclama. Sin perjuicio de ello, puede que se perpetra mediante la infección de virus
señalarse que hay un déficit que se ha omitido destructivos, destinados a dañar, controlar o mo-
en solucionar cual es el de la tenencia o posesión dificar un sistema informático (51).
de las genéricamente llamadas hacking tools con
intención de utilizarlas como medio para perpe- Sobre el mencionado caso “WannaCry” infor-
trar infracciones a los arts. 2 a 5 de la normativa ma Francisco Almenar Pineda (52) que engloba
supranacional (cf. art. 6.1.b.). Vale recordar que un grupo de conductas que consisten en el ac-
se trataría de una omisión que se corresponde ceso y bloqueo del sistema informático afectado,
con una válida reserva (cf. art. 6.3) expresada en llevado a cabo de forma remota y aprovechando
el inc. a) del art. 2º de la ley 27.411, donde se in- un fallo del sistema operativo Windows, bien
dica que se lo hace porque el art. 6.1.b. del Con- mediante un engaño (p. ej. invitando al usuario
venio “...prevé un supuesto de anticipación de la a abrir un archivo adjunto a un correo electróni-
pena mediante la tipificación de actos prepara- co), bien directamente ejecutando un programa
torios, ajeno a su (nuestra) tradición legislativa en ese sistema ajeno sin autorización, incluso
en materia jurídico penal”. sin que el usuario realice acción alguna. Acla-
ra el nombrado que, superando la referencia al
Sin que esto deba interpretarse como una pré- malware, en los últimos años la tecnología ha
dica a favor de la tipificación de los actos prepara- dado un paso más y se está generalizado el uso
torios, quisiera resaltar que la mencionada “tradi- del concepto ransomware para referirlo al “soft-
ción”, al menos en las últimas décadas, parece ser ware malicioso que al infectar nuestro equipo
la contraria de la que se invoca porque se han mul- le da al ciberdelincuente la capacidad de blo-
tiplicado los tipos de posesión vigentes. Y en con- quear un dispositivo desde una ubicación re-
creto, sin ir más lejos, la reserva del art. 2º inc. c) mota y encriptar nuestros archivos quitándo-
de la ley 27.411 respecto de la posesión simple de nos el control de toda la información y datos
pornografía infantil ha sido ignorada hace pocos almacenados” (53). Caracteriza a “WannaCry”
meses por ley 27.246, al modificar el vigente art. como un tipo de ransomware que cifra y, ade-
128 lo que, según se vio, mantiene el anteproyecto más, bloquea. Aclara que, en el caso concreto, a
que se comenta. Ahora, volviendo a la tenencia de ello se añade que nadie garantiza que el pago del
elementos para perpetrar infracciones informá- dinero para desbloquear (fase extorsiva final de
ticas con el requerimiento adicional de probar la la conducta) permita acceder otra vez al sistema
intención de usarlos con tal finalidad, luce inclu-
so más razonable para incorporar que otros casos
de posesión desprendidos de intencionalidad. (51) MIRÓ LLINARES, Fernando, ob. cit., p. 59.
(52) En su artículo titulado “El ciberataque Wannacry
Retomo. Si bien la del sabotaje no es una fe- como modalidad de delincuencia informática”, en Revista
nomenología novedosa en sentido estricto (hay Aranzadi de Derecho y Nuevas Tecnologías, Navarra, Espa-
ña, septiembre-diciembre 2017, nro. 45. Indica el nombra-
registros de ella que remonta hasta los años seten- do que Wannacry se vale de una modalidad de malware
ta), podría decirse que se ha intensificado el inte- denominada exploit, es decir, al hacer uso de un navegador
rés en atenderla a partir de la aparición de casos en un sistema informático, hay vulnerabilidades que hacen
como el llamado “WannaCry”, que en 2017 afecto posible ejecutar en él un código arbitrario sin el consenti-
a cientos de miles de sistemas en todo el orbe. miento de su titular. Con otras palabras: WannaCry consigue
que primero, a través del exploit, en concreto la vulnerabi-
lidad de Windows conocida como EternalBlue, se infecte
La propuesta en comentario consiste en una el sistema informático y, una vez infectado ese sistema, se
específica tipificación del uso de lo que suele descargue un cifrador en el ordenador, que cifra la infor-
identificarse como malware, al que se caracte- mación que contiene, de tal forma que tras la infección y
riza como un “software malicioso destinado a cifrado, ya no es posible acceder a ese sistema, solicitándose
dañar, controlar o modificar un sistema infor- una cantidad de dinero a través de una ventana emergen-
mático” (50). Al decir de Miró Llinares, es la más te para su desbloqueo. Además, es posible que, infectado
un ordenador, WannaCry pueda infectar la red local, ci-
popular de las formas de sabotaje cibernético, frando todos los sistemas informáticos conectados a ella.
(53) Texto citado, se indica como fuente de la definición
la siguiente: http://www.pandasecurity.com/spain/me-
(50) Así, en el “Glosario” que incorpora Fernando diacenter/malware/que-es-un-ransomware/, consultada
MIRÓ LLINARES al final de su obra citada, p. 305. el 29/07/2017.

104 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcelo A. Riquert

informático. Por tanto, concluye, las consecuen- Puede advertirse que, para sortear la críti-
cias de fenómenos como “WannaCry” pueden ca habitual de la insuficiencia de la referencia
ser catastróficas. al “desapoderamiento” propio del hurto tradi-
cional dentro del mundo digital, se introduce
“Artículo 498.— Se impondrá prisión de quin- también el “copiado” de la información. De tal
ce [15] días a un [1] año o uno [1] a doce [12] forma, habría un “hurto” en el que el titular de
días-multa, al que vendiere, distribuyere, hi- la información no “pierde” la información y, sin
ciere circular o introdujere en un sistema infor- embargo, el autor de la conducta disvaliosa, a la
mático cualquier programa destinado a causar vez, dispone de ella.
daños”.
“Artículo 500.— Se impondrá prisión de un
Se trata de uno de los supuestos que propone [1] mes a seis [6] años, al que defraudare a otro
el Ciberconvenio de Budapest, en concreto, den- mediante la introducción, alteración, borrado o
tro de los casos de “abuso de equipos e instru- supresión de datos de un sistema informático,
mentos técnicos”, el apartado 1, inc. a, del art. 6º. o utilizando cualquier técnica de manipulación
Justamente el ap. 3 de dicho artículo, referente a informática que altere el normal funcionamien-
las reservas, las admite salvo que recaigan sobre to de un sistema informático o la transmisión de
la venta, distribución o cualesquiera otras for- datos”.
mas de puesta a disposición de las llamadas hac-
king tools. En esta propuesta del anteproyecto, se Conforme se anticipó, este art. 500 de “fraude
congloba bajo la referencia a “programa destina- informático” reproduce con idéntica redacción y
do a causar daños”. pena, al actual inc. 16 del art. 173 del Cód. Penal,
al que se incorporó por vía de la ley 26.388/08.
II.2.c. De allí que no haya ninguna consideración par-
ticular que formular al respecto en cuanto son
El “Capítulo 3: Hurto y fraude informáticos” válidos plenamente los comentarios realizados a
contiene dos artículos, el primero con una figura la norma vigente (55).
novedosa y el otro es la mencionada relocaliza-
ción del actual inc. 16 del art. 173. La propuesta II.2.d.
es la siguiente:
En el “Capítulo 4: Acceso ilegítimo” se ha reu-
“Artículo 499.— Se impondrá prisión de un [1] bicado, dividiéndolo y ampliándolo, al actual art.
mes a dos [2] años, al que, violando medidas de 153 bis (cf. ley 26.388).
seguridad, ilegítimamente se apoderare o copia-
re información contenida en dispositivos o siste- En efecto, su primer párrafo —que tipifica el
mas informáticos ajenos que no esté disponible acceso ilegítimo simple— se reproduce como
públicamente y que tengan valor comercial para art. 501. A su vez, el segundo se reparte en los dos
su titular o para terceros”. primeros incisos del propuesto art. 502, agregán-
dose nuevas circunstancias agravantes a las que
Según recuerda Carlos Christian Sueiro, ya en se conmina con pena en abstracto que sextuplica
el año 1996 hubo proyectos de ley de los diputa- en el mínimo y duplica en el máximo a la vigente
dos Carlos R. Álvarez y José A. Romero Feris para en sus tres incisos, escala superior que cuadru-
tipificar el apoderamiento ilegítimo de bienes plica en el último párrafo (cuando se trate de
intangibles (datos, documentos, programas y información sensible a la defensa nacional). Su
sistemas informáticos). De allí que, sin dejar de redacción es la siguiente:
reconocer la resistencia de un sector importan-
te de la doctrina, se preguntaba por el olvido de “Artículo 501.— Se impondrá prisión de quince
este tipo en la reforma al Cód. Penal concretada [15] días a seis [6] meses, si no resultare un deli-
por la ley 26.388 del año 2008 (54). to más severamente penado, al que a sabiendas

(54) SUEIRO, Carlos C., “Criminalidad informática”, Ed. (55) Me he ocupado de esta figura en particular en la
Ad-Hoc, Buenos Aires, 2015, ps. 159-160. obra “Defraudaciones informáticas”, ya citada, ps. 83-114.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 105


DPyC Derecho penal DOCTRINA

accediere por cualquier medio, sin autorización 3º) Si el hecho hubiera afectado a un número
o excediendo la que posea, a un sistema o dato indiscriminado de víctimas.
informático de acceso restringido”.
Si el hecho se cometiere con el fin de obtener
En su momento, estimé que la tipificación del información sensible a la defensa nacional, el
hacking simple hubiera merecido una más am- máximo de la pena de prisión se elevará a cua-
plia discusión y que, en lugar de esta figura re- tro [4] años”.
sidual, bien podría recibirse la conducta como
una contravención grave. Asimismo, decidida Según se anticipó, las primeras severizantes
la punición como delito, se trata de un compor- ya integran el art. 153 bis. La tercera parece
tamiento que puede encontrar perfecta y pro- cuestionable desde varios puntos de vista. Por
porcionada respuesta con pena no privativa de empezar, la fórmula “número indiscriminado
libertad. Una multa (en este anteproyecto, días- de víctimas” es de una indeterminación mani-
multa) y/o inhabilitación serían suficiente. Sin fiesta. Además, si de lo que estamos hablando
embargo, se sigue prefiriendo la prisión que, en es de un acceso ilegítimo a un sistema de datos
este particular caso, no se ha incrementado en su informáticos no será inhabitual que ese siste-
escala y sigue bajo el parámetro regente. ma los contenga de numerosos usuarios o in-
dividuos, puede ser por ejemplo que contenga
Puesta en cotejo la norma con el Cibercon- una base de datos. ¿A partir de qué número se
venio de Budapest, satisface la demanda de su produciría el pasaje del tipo básico al califica-
art. 2º en cuanto implica prever como infracción do? El párrafo final no sólo es compatible con
penal el acceso doloso y sin autorización a todo la norma internacional de referencia, sino que
o parte de un sistema informático (art. 2º). La luce lógico que por el tipo de información de
exigencia de que se trate de sistema o dato de que se trata la conducta reciba una respuesta
acceso restringido puede enmarcarse dentro de punitiva mayor.
las opciones que facultativamente brinda aquel
en cuanto dice que los Estados parte pueden exi- II.2.e.
gir que la infracción sea cometida: a) con vulne-
ración de medidas de seguridad: aquí tenemos El final capítulo 5, dedicado a las “Disposi-
que se debe tratar de un acceso sin autorización ciones generales” no contiene en realidad más
o excediendo la que se posee; b) con intención que una (por lo que debería evitarse el plural),
de obtener los datos informáticos u otra inten- el art. 503, que dice: “Si en alguno de los delitos
ción delictiva: en nuestra figura, en principio, previstos en este Título, hubiere intervenido un
no importa la intención más que en cuanto el funcionario público, en ejercicio u ocasión de
“a sabiendas” indica con claridad que se debe sus funciones, se le impondrá, además, pena de
conocer la ilicitud del acceso en sí mismo (la inhabilitación especial por el doble del tiempo
aclaración se impone porque ser verá que en de la condena a prisión”. Se trata entonces de
el propuesto art. 502 la finalidad de obtener in- un adicional de pena de inhabilitación especial
formación sensible a la defensa nacional es un para el partícipe que, teniendo la calidad de fun-
agravante); c) se perpetre en un sistema informá- cionario público, interviniere en ejercicio u oca-
tico que esté conectado a otro: nuestro tipo sólo sión de aquélla.
requiere que el sistema o dato no sean públicos.
II.3. Normas del Título XXVII sobre “Delitos
“Artículo 502.— La pena será de seis [6] meses contra la Propiedad Intelectual”
a dos [2] años de prisión:
El primer capítulo de este Título es el que corres-
1º) Si el hecho hubiere afectado un sistema o ponde a los llamados derechos de autor, los que
dato informático de un organismo público es- regula en los arts. 504 al 507. Los que singularmen-
tatal. te nos interesan por su referencia al factor tecno-
lógico específico son los dos primeros, que dicen:
2º) Si el acceso hubiere afectado un sistema o
dato informático de un proveedor de servicios “Artículo 504.— Se impondrá prisión de tres [3]
públicos, de salud o financieros. meses a seis [6] años o tres [3] a setenta y dos [72]

106 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcelo A. Riquert

días-multa, al que con ánimo de obtener un be- 8º) Pusiere a disposición del público obras, in-
neficio económico, directo o indirecto, y sin la terpretaciones, fonogramas o emisiones de orga-
autorización previa y expresa del titular de los nismos de radiodifusión a través de un sistema in-
derechos: formático, o las almacenare, efectuare hospedaje
de contenidos, los reprodujere o distribuyere. La
1º) Editare, reprodujere o fijare en cualquier misma pena se impondrá, al proveedor de servi-
soporte físico o virtual, una obra, interpretación cios de internet que, teniendo conocimiento efec-
o fonograma. tivo de la falta de autorización, continuare permi-
tiendo el uso de su sistema informático para la co-
2º) Ofreciere, exhibiere, pusiere en venta, ven- misión de las conductas descriptas en este inciso”.
diere, almacenare, distribuyere, importare, ex-
portare o de cualquier otro modo comercializare La tipificación de las “Infracciones vinculadas
copias ilícitas de obras, interpretaciones o fono- a los atentados a la propiedad intelectual y a los
gramas, cualquiera sea el soporte utilizado. derechos afines” viene reclamada por el Título 4
(art. 10) del Capítulo II del Convenio de Buda-
3º) Incluyere a sabiendas información falsa pest. Lo atinente a la propiedad intelectual en
en una declaración destinada a la administra- el ap. 1 de dicho artículo, donde a diferencia de
ción de los derechos de autor o derechos co- otras tipicidades no hace sugerencias concretas
nexos, de modo que pueda ocasionar perjuicio sino que deriva a las obligaciones que se hubie-
al titular de derechos correspondiente o un be- ran asumido por aplicación de la Convención
neficio injustificado para el infractor o para un Universal sobre los Derechos de Autor, revisada
tercero. en París el 24/07/1971, del Convenio de Berna
para la protección de obras literarias y artísticas,
4º) Alterare, suprimiere o inutilizare cualquier del Acuerdo sobre los aspectos de los derechos
medida tecnológica o archivo electrónico que de la propiedad intelectual relacionados con el
registre información sobre los derechos de autor comercio y del Tratado de la OMPI (Organiza-
y derechos conexos, de modo que pueda ocasio- ción Mundial de Propiedad Intelectual” sobre
nar perjuicio al titular de derechos correspon- Derecho de Autor, “cuando tales actos sean co-
diente o un beneficio injustificado para el infrac- metidos deliberadamente, a escala comercial y a
tor o para un tercero. través de un sistema informático”.

5º) Eludiere de cualquier forma las medidas Como recuerda Aboso, el bien jurídico tutela-
tecnológicas efectivas incluidas en dispositivos, do por los atentados contra la propiedad intelec-
archivos electrónicos o en señales portadoras, tual son los derechos del autor sobre su obra en
que fueran destinadas a restringir o impedir la lo relativo a su explotación económico, aunque
reproducción, la comunicación al público, dis- recuerda que autores como Mata y Martín apun-
tribución, transmisión, retransmisión o puesta a tan que la tutela penal se extiende hacia bienes
disposición del público de obras, interpretacio- supraindividuales asociados con la libre compe-
nes o fonogramas o emisiones de organismos de tencia en el mercado cultural (56).
radiodifusión.
La propuesta del anteproyecto es otro caso
6º) Fijare en cualquier soporte físico o virtual, de “importación” hacia el Código de legislación
comunicare al público, distribuyere, retrans- penal dispersa. En lo que tenemos vigente, pue-
mitiere o pusiere a disposición del público, de de recordarse que la ley 25.036 (1998) modificó
cualquier manera y por cualquier medio, una la Ley de Propiedad Intelectual 11.723 (LPI, de
emisión radiodifundida, incluidos los servicios 1936), brindando protección penal al software.
alámbricos o inalámbricos de suscripción para Ello a partir de la inclusión de los programas de
abonados o autorizados. computación en sus arts. 1º, 4º, 9º, 55 bis y 57,
ampliando así los objetos de protección de las
7º) Captare, de cualquier manera y por cual-
quier medio, una señal radiodifundida, emitida
o transportada, destinada a un régimen de abo- (56) ABOSO, Gustavo E., “Derecho Penal Cibernético”,
nados o autorizados. Ed. B de F, Montevideo/Buenos Aires, 2017, p. 375.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 107


DPyC Derecho penal DOCTRINA

conductas que ya se tipificaban en los arts. 71, 72 f) puesta en circulación o posesión de medios
y ss., que permanecieron inalterados. para eludir dispositivos de protección; g) agrava-
miento en razón del mayor valor de resultado o
El texto proyectado, por cierto, mejora la situa- de acción (58).
ción actual en lo atinente a la protección penal
de la propiedad intelectual y, en lo específico, “Artículo 505.— Se aplicará tres [3] a setenta
se introducen referencias al factor tecnológico y dos [72] días-multa, al que, sin la autoriza-
en ambos artículos citados. En diferentes seg- ción previa y expresa del titular de los dere-
mentos de su texto se alude a “cualquier soporte chos correspondientes, fabricare, almacenare,
físico o virtual”, “medida tecnológica o archivo pusiere a la venta, vendiere, distribuyere o de
electrónico” y “a través de un sistema informá- cualquier otro modo comercializare disposi-
tico”. Pero no sólo allí, sino también en verbos tivos, instrumentos, archivos electrónicos o
contextualizados como “efectuar hospedaje de medidas tecnológicas de cualquier tipo o clase
contenidos”. Se trata de una actualización real- que, de modo principal, permitan la captación
mente necesaria porque, como bien resalta Ya- o desencriptación ilícitas de una señal radiodi-
mile Bernan, la vieja LPI, de más de ocho déca- fundida o faciliten o produzcan la alteración,
das, no incluye conductas como lo que, hoy día, supresión, inutilización o elusión de las me-
significa “subir información”, “bajar de la nube” didas tecnológicas que sean utilizadas por los
o “almacenar”. La asimilación con antiguas mo- autores, intérpretes, productores fonográficos,
dalidades verbales sería una interpretación ana- cinematográficos o audiovisuales u organis-
lógica contra el imputado y, por lo tanto, viola- mos de radiodifusión”.
toria de la CN. Desde esta perspectiva, le asiste
razón cuando postula la necesidad y urgencia de En anterior ocasión hemos apuntado que,
actualizar la regulación penal de la propiedad in- además del software como objeto de la llama-
telectual en nuestro país. También en que debe da “piratería”, hay otras variadas expresiones de
hacérselo encontrando un equilibrio entre el propiedad intelectual afectadas (59). El vocablo
derecho de los autores para obtener el beneficio se aplica de forma genérica (y despectiva) a to-
económico correspondiente y el de los usuarios das aquellas personas que descargan archivos
de poder participar de la vida social y cultural sin con el más diverso material audiovisual desde
tener que infringir la ley para ello (57). Lo último, Internet en forma gratuita y presuntamente vio-
atendiendo a las distintas realidades socioeco- lando los derechos emergentes de aquélla. En el
nómicas y lo que establecen instrumentos como caso de la música y las películas y programas se-
el Pacto Internacional de Derechos Económicos, riales de televisión, la cantidad de descargas es
Sociales y Culturales (aprobado por ley 23.313 prácticamente incalculable. La masividad en el
del año 1986). uso de los archivos MP3 y MP4, así como de las
redes P2P, constituye un verdadero fenómeno
Tras la última reforma de 2015, el CPE ofrece social y cultural que lleva a preguntarse si tiene
un modelo de legislación actualizada (aunque sentido la persecución penal de una conducta
no exento de críticas) al preverse en el art. 270 socialmente aceptada (¿teoría de la adecuación
como conductas incriminadas las siguientes: social?). Así, Carnevale ha planteado la nece-
a) reproducción, plagio, distribución, comuni- sidad de analizar si realmente estamos frente a
cación pública u otra clase de explotación eco- un problema social o es una lucha de intereses
nómica; b) distribución o comercialización am-
bulante u ocasional; c) facilitación de acceso o
localización de obras en Internet; d) exportación (58) Puede ampliarse en el trabajo de DE LA MATA
o almacenaje e importación; e) eliminación, mo- BARRANCO, Norberto J., “Tema 8: Delitos contra la pro-
dificación y elusión de medidas tecnológicas; piedad intelectual e industrial y violación de secretos de
empresa”, en AA.VV., Derecho Penal Económico y de la
Empresa, Ed. Dykinson, Madrid, 2018, en particular ps.
(57) Cf. BERNAN, Yamile, en su trabajo titulado “Los 327-341.
derechos de propiedad intelectual en el marco de los AD- (59) Así, en la colectiva que coordinara titulada
PIC”, en MAHIQUES, Carlos A. (dir.), revista El Derecho “Ciberdelitos”, en concreto en su capítulo a mi cargo “Re-
Penal. Doctrina y Jurisprudencia, Ed. El Derecho, Buenos pensando cómo funciona la ley penal en el ciberespacio”,
Aires, enero/febrero 2018, nros. 1/2, p. 8. Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 2014, p. 113.

108 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcelo A. Riquert

económicos lo que, sencillamente, está en juego son “neutrales”; más allá de la discusión sobre
(60). Por su lado, en concordancia con referencia eventuales sobreestimaciones, “es indudable
a la situación española pero en afirmación que que la popularización del ciberespacio ha con-
tiene válida proyección a nuestra región, Gar- llevado significativas pérdidas de ingresos de la
cía Rivas señala que la valoración social de la industria de las obras de ingenio” (63).
propiedad intelectual ha sufrido en los últimos
años un paulatino deterioro conforme al que la Extendernos sobre esta singular problemática
práctica habitual de la descarga de obras audio- excede el motivo de este comentario. Lo que es
visuales o literarias por Internet sin coste alguno clara, conforme la redacción transcripta, es que
(“pirateo”), se ha asumido por la generalidad de la comisión proyectista asume —entiendo que
la población como algo que se puede hacer por correctamente— la necesidad de integrar a la
cualquier persona sin incurrir en ningún ilícito, protección de la propiedad intelectual a los más
no ya penal sino civil o administrativo: acceder diversos dispositivos que permiten captar o des-
libre y gratuitamente a las obras se considera encriptar ilegalmente señales radiodifundidas,
una parte más de la realidad electrónica que es o faciliten o produzcan la alteración, supresión,
el ciberespacio, en el que todo fluye sin restric- inutilización o elusión de las medidas tecnológi-
ciones y donde ese “todo” puede ser captado sin cas que sean utilizadas por los autores, intérpre-
más por nuestro ordenador (61). tes, productores fonográficos, cinematográficos
o audiovisuales u organismos de radiodifusión.
Se trata de una cuestión ciertamente compleja. Así se tipifica su fabricación, almacenamiento,
Apunta Aboso que la situación descripta confi- puesta la venta, venta, distribución o de cualquier
gura una verdadera pérdida de disponibilidad de otro modo los comercialice. En una enumeración
la explotación de las obras a través de las redes no taxativa se incluyen junto al genérico “dispo-
telemáticas, provocando multiplicidad de con- sitivos”, los instrumentos, archivos electrónicos o
flictos y reclamos por la tutela de los derechos de medidas tecnológicas de cualquier tipo o clase en
autor porque un medio como el virtual permite cuanto de modo principal permitan las mentadas
su reproducción incontrolada y una alteración captación o desencriptación ilícitas.
en el adecuado ejercicio de aquéllos. Entran en
escena actores de la mayor envergadura econó- III. Bibliografía y material consultado
mica como afectados: grandes estudios cinema-
tográficos, compañías discográficas y las más - ABOSO, Gustavo E., “El delito de contacto te-
diversas fusiones multimediales, interesados en lemático con menores de edad con fines sexuales.
ejercer influencia justamente en la explotación Análisis del Código Penal argentino y del Estatuto
comercial de los derechos de propiedad intelec- da Criança e do Adolescente brasileño”, en ALA-
tual (62). Es que, como resalta Miró Llinares, es GIA - DE LUCA - SLOKAR (dirs.), revista Derecho
toda una “industria” que se ha visto afectada por Penal, Ed. Infojus, mayo de 2014, nro. 7, “Delitos
la ciberpiratería intelectual o las nuevas formas Informáticos”; “Derecho Penal Cibernético”, Ed. B
de explotación no autorizadas de los derechos de F, Montevideo/Buenos Aires, 2017.
de autor. Aunque hay cantidad de estadísticas
no ciertamente confiables pues las elaboran las - ALMENAR PINEDA, Francisco, “El ciberata-
mismas compañías afectadas y, por lo tanto, no que Wannacry como modalidad de delincuencia
informática”, en Revista Aranzadi de Derecho y
Nuevas Tecnologías, Navarra, España, septiem-
(60) Cf. CARNEVALE, Carlos A., “¿Es posible ser con- bre-diciembre 2017, nro. 45.
denado penalmente por descargar música de Internet?
(Mp3, P2P y garantías constitucionales)”, publicado en la - BERNAN, Yamile, “Los derechos de propie-
biblioteca jurídica online elDial.com, suplemento de De-
recho de la Alta Tecnología, edición del 12/03/2008 (dis- dad intelectual en el marco de los ADPIC”, en
ponible en http://www.eldial.com.ar). MAHIQUES, Carlos A. (dir.), revista El Derecho
(61) GARCÍA RIVAS, Nicolás, “Un giro represivo en Penal. Doctrina y Jurisprudencia, Ed. El Derecho,
la protección de los derechos de autor en Internet”, en Buenos Aires, enero/febrero 2018, nros. 1/2.
AA.VV., Ciberdelitos, coordinada por quien suscribe, Ed.
Hammurabi, Buenos Aires, diciembre de 2014, p. 197.
(62) Cf. ABOSO, Gustavo E., ob. cit., p. 375. (63) MIRÓ LLINARES, Fernando, ob. cit., p. 102.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 109


DPyC Derecho penal DOCTRINA

- CARNEVALE, Carlos A., “¿Es posible ser con- - JARQUÉ, Melisa A., “Grooming: acto prepa-
denado penalmente por descargar música de In- ratorio punible”, en FALCÓN, Enrique M. (dir.),
ternet? (Mp3, P2P y garantías constitucionales)”, Doctrina Digital, Ed. Rubinzal-Culzoni editores,
publicado en la biblioteca jurídica online elDial. 2016, nro. 2. Disponible en http://www.rubinza-
com, suplemento de Derecho de la Alta Tecnolo- lonline.com.ar.
gía, edición del 12/3/08 (disponible en http://
www.eldial.com.ar). - JIMÉNEZ MARTÍN, Jorge, “Los delitos infor-
máticos en el ámbito de la violencia de género:
- CHERÑASKY, Nora, “A propósito de una de- algunas reflexiones”, en DUPUY, Daniela (dir.) -
cisión judicial que subrayó la carencia de legisla- KIEFER, Mariana (coord.), AA.VV. “Cibercrimen”,
ción penal en materia de ataques a la privacidad Ed. B de F, Montevideo/Buenos Aires, 2017.
vía web, que configuran violencia de género”
(64). Se trata de la causa “Ramírez, Carlos R. s/ - LUZZA, Yamila, “Stealthing: un ataque a la
recurso de casación”, publicada en el sitio web integridad sexual”, en ZAFFARONI E. R. (dir.),
de la Ed. Rubinzal-Culzoni (http://www.rubin- Revista de Derecho Penal y Criminología, Ed. La
zalonline.com.ar), sección Doctrina, disponible Ley, Buenos Aires, abril de 2018, año VIII, nro. 3.
desde marzo de 2018. Ref.: RC D 1026/2018.
- MARTÍN ARAGÓN, María del Mar, “La pri-
- DE LA MATA BARRANCO, Norberto J., “Tema sión permanente revisable: crónica de una de-
8: Delitos contra la propiedad intelectual e in- rogación anunciada”, en AA.VV., Liber Amico-
dustrial y violación de secretos de empresa”, en rum. Estudios jurídicos en homenaje al Prof. Dr.
AA.VV., Derecho Penal Económico y de la Empre- Dr.h.c. Juan Ma. Terradillos Basoco, Ed. Tirant lo
sa, Ed. Dykinson, Madrid, 2018. Blanch, Valencia, 2018.

- GARCÍA ARÁN, Mercedes, “¿Penas o medi- - MELLACE, Mariela E., “Femicidio, violencia
das?: del garantismo a la confusión”, en AA.VV., de género, grooming y robo: la máxima expresión
Liber Amicorum. Estudios jurídicos en homenaje del menosprecio a la mujer”, en MÉNDEZ COS-
al Prof. Dr. Dr.h.c. Juan Ma. Terradillos Basoco, TA, María J., Revista de Derecho de Familia y de
Ed. Tirant lo Blanch, Valencia, 2018. las Personas, Ed. La Ley, Buenos Aires, junio de
2018. Cita online: AR/DOC/691/2018.
- GARCÍA RIVAS, Nicolás, “Un giro represivo
en la protección de los derechos de autor en In- - MIRÓ LLINARES, Fernando, “El cibercrimen.
ternet”, en RIQUERT, M. A. (coord.), AA.VV., Ci- Fenomenología y criminología de la delincuen-
berdelitos, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 2014. cia en el ciberespacio”, Ed. Marcial Pons, Madrid,
2012.
- GARIBALDI, Gustavo E., “Aspectos dogmá-
ticos del grooming legislado en Argentina”, en - PALAZZI, Pablo A., “El delito de difusión no
ALAGIA - DE LUCA - SLOKAR (dirs.), revista autorizada de imágenes (revenge porn)”, en DU-
Derecho Penal, Ed. Infojus, mayo de 2014, nro. 7, PUY, Daniela (dir.) - KIEFER, Mariana (coord.),
Delitos Informáticos. AA.VV. Cibercrimen, Ed. B de F, Montevideo/
Buenos Aires, 2017.
- GUGLIELMONE, Agustín, “Grooming, homi-
cidio criminis causae y delitos de género. Apor- - RAVARINI, María Belén, “Análisis de la figu-
tes para una discusión inconclusa”, en MÉNDEZ ra de stalking en la legislación argentina a partir
COSTA, María J. (dir.), Revista de Derecho de Fa- de la primera sentencia condenatoria en Espa-
milia y de las Personas, Ed. La Ley, Buenos Aires, ña”, en FALCÓN, Enrique M. (dir.), revista virtual
junio de 2018; cita online: AR/DOC/222/2018. Doctrina Digital, Ed. Rubinzal-Culzoni editores,
Buenos Aires, 2016, nro. 2. Disponible en http://
www.runbinzalonline.com.ar.
(64) Publicado en el sitio de web de la Ed. Rubinzal
Culzoni (http://www.rubinzalonline.com.ar), sección - RESIO, Mara, “Delitos sexuales en la era di-
Doctrina, disponible desde marzo de 2018. Ref.: RC D gital”, en AA.VV., Cibercrimen y delitos informáti-
1026/2018. cos. Los nuevos tipos penales en la era de Internet,

110 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcelo A. Riquert

Suplemento Especial, Ed. Erreius, Buenos Aires, simple de pornografía infantil y figuras conexas”,
agosto de 2018, ps. 124/125. en AA.VV., Cibercrimen y delitos informáticos. Los
nuevos tipos penales en la era de Internet, Suple-
- RIQUERT, Marcelo A., “El nuevo tipo penal mento Especial, Ed. Erreius, Buenos Aires, 2018.
de cibergrooming en Argentina”, en ZAFFARONI,
Eugenio R. (dir.), Revista de Derecho Penal y Cri- - SUEIRO, Carlos C., “Criminalidad informática”,
minología, Ed. La Ley, Buenos Aires, febrero de Ed. Ad-Hoc, Buenos Aires, 2015.
2014, año IV, nro. 01; “Repensando cómo funcio-
na la ley penal en el ciberespacio”, en RIQUERT, - TERRADILLOS BASOCO, Juan M., “Lección
M. A. (coord.), AA.VV., Ciberdelitos, Ed. Hammu- 30. Las penas privativas de libertad”, en AA.VV.,
rabi, Buenos Aires, 2014; “Defraudaciones infor- Curso de Derecho Penal. Parte General, Ed. Expe-
máticas”, Ed. Ediar, Buenos Aires, 2016; “Tenencia riencia, Barcelona, 2016. u

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 111


DPyC Derecho penal DOCTRINA

Lo que sabemos del “aborto” en el anteproyecto de


Reforma del Código Penal
Por Carlos M. Romero Berdullas Por Carlos M. Romero Berdullas *

Sumario: I. Introducción.— II. Aborto sin y con consentimiento de


la mujer (art. 85 del proyecto de Cód. Penal).— III. Aborto con in-
tervención de médicos, cirujanos, parteras o farmacéuticos (art. 86,
inc. 1º del proyecto de Cód. Penal).— IV. Aborto culposo (art. 87,
inc. 2º del proyecto de Cód. Penal).— V. El aborto incorrectamente de-
nominado “terapéutico” (art. 86, inc. 2.1 del proyecto de Cód. Penal).—
VI. Aborto por abuso sexual (art. 86, inc. 2.2 del proyecto de Cód.
Penal).— VII. Aborto por violencia y sin representación (art. 87, inc. 1º
del proyecto de Cód. Penal).— VIII. Aborto causado por la mujer o
consentido (art. 88 del proyecto de Cód. Penal).— IX. Infanticidio.—
X. Lesiones a la persona por nacer.— XI. Conclusiones.— XII. Bibliografía.

I. Introducción razonabilidad acuñada en nuestra Constitu-


ción Política.
El aborto es una cuestión de especial actuali-
dad, dado el reciente tratamiento parlamentario Vale señalar que, en pos de dotar de concre-
impulsado a través de un proyecto de ley que ción a nuestro objetivo, nos valdremos de doctri-
promovía la denominada “interrupción legal del na sobre la materia, legislación, jurisprudencia y
embarazo” y que, finalmente, culminó con su no los anteproyectos redactados por diversas comi-
aprobación pese la media sanción alcanzada en siones de reforma.
el Senado.
Al resultar el derecho un saber práctico y ra-
No obstante, si oteamos el horizonte podemos cional determinado en la vida humana social,
vislumbrar que la discusión parece no haber sido el método o camino escogido conjugará dos
del todo zanjada, pues el anteproyecto de refor- instancias, una primera fase de descubrimien-
ma del Código Penal de la Nación impulsado por to; y un segundo momento dialéctico, dónde se
la Comisión creada mediante decreto 103/2017, intentará relacionar el conocimiento recabado
inexorablemente abre camino hacia un nuevo con los primeros principios prácticos de las cien-
debate en derredor al delito de aborto. cias jurídicas (1), mediante una rigurosa relación
compositiva de lo justo (2).
Por consiguiente, se impone la necesidad
de efectuar un estudio crítico sobre cómo es (1) Los primeros principios prácticos se identifican
regulada la figura de aborto en el anteproyec- con la ley natural, cuyo primer principio o sindéresis
to de reforma del código de fondo, como así es el bien debe hacerse y el mal evitarse, que incluye
también cuál es el marco legal establecido en las normas jurídicas naturales del bien común debe
miras de proteger los derechos del niño por hacerse y evitarse todo lo que lo obstaculice; como
nacer, los derechos de sus padres y los dere- también lo justo debe hacerse y lo injusto evitarse.
Esto se deduce del magisterio de Félix Lamas, quien
chos de la mujer para, finalmente, poder pre- enseña que “como el ente es lo primero que cae bajo
cisar si lo propuesto se ajusta o no a la medida toda consideración, así el bien es lo primero que apre-
hende la razón práctica, ordenada a la operación,
puesto que todo agente obra por un fin, el cual tienen
*
Abogado por la Universidad de Buenos Aires (UBA), naturaleza de bien. Por tanto, el primer principio de
Especialista en Derecho Penal por la Pontificia Universi- la razón práctica será el que se funda en la naturaleza
dad Católica Argentina (UCA) y Doctorando en Derecho del bien: ‘Bien es lo que todos apetecen`. Este, pues,
Penal y Ciencias Penales (USAL). será el primer precepto de la ley: se debe obrar y pro-

112 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Carlos M. Romero Berdullas

Así pues, primero se examinarán los arts. terísticas definitorias de un “Derecho Penal
85-88 que se encuentran comprendidos en el Líquido” (3).
L. II, t. I (“Delitos contra las Personas”), cap. I
(“Delitos contra la vida”), donde se regula todo II. Aborto sin y con consentimiento de la
lo relativo al aborto; luego se pasará la criba mujer (art. 85 del proyecto de Cód. Penal)
por el delito de infanticidio tipificado en el
art. 81, inc. 3º del mismo título; y en un último El art. 85 del proyecto de reforma estipula:
peldaño del iter se analizarán las lesiones a la
persona por nacer, abarcadas en los arts. 95-96 “El que causare un aborto será penado: 1º)
del L. II, t. I, cap. III (“Lesiones a la persona Con prisión de tres [3] a diez [10] años, si obrare
por nacer”). sin consentimiento de la mujer. Esta pena podrá
elevarse hasta quince [15] años, si el hecho fuere
De esta manera, una vez obtenida una radio- seguido de la muerte de la mujer. 2º) Con prisión
grafía de cada norma proyectada, nos hallare- de uno [1] a cuatro [4] años, si obrare con con-
mos en condiciones de inferir posibles aciertos u sentimiento de la mujer. El máximo de la pena se
objeciones; y ascender a los primeros principios elevará a seis [6] años, si el hecho fuere seguido
prácticos para determinar la constitucionalidad de la muerte de la mujer”.
o no de lo redactado.(2).
La redacción de la norma no presenta nove-
Por último, basta aclarar que esta es una dades significativas respecto al actual art. 85 del
aproximación inicial al proyecto de reforma; Código Penal (en adelante Cód. Penal), pues
pues si se procura un estudio integral sobre mantiene las mismas escalas penales, aunque
la doble vara de un derecho penal tendente excluye la pena de reclusión y mantiene la de
a ajar los principios constitucionales y la gra- prisión.
mática de todo ser humano, me remito a lo
desarrollado al tratar vastamente las carac- Tampoco se advierten diferencias de entidad,
si se lo compara con el art. 84, inc. 1º del ante-
proyecto de Código Penal redactado por la co-
misión designada por decreto 672/12 e integra-
seguir el bien y evitar el mal...” (LAMAS, F. A., “Per-
cepción e inteligencia jurídicas. Los principios y los
da por Eugenio R. Zaffaroni, amén de que este
límites de la dialéctica”, en AA.VV., Los principios y el plexo contemplaba un máximo de pena mayor
derecho natural en la metodología de las ciencias prác- (8 años) en caso de configurarse el agravante de
ticas, Ed. Educa, Buenos Aires, 2002, p. 46). A su vez, muerte de la mujer, cuando el aborto fuera efec-
del fecundo magisterio de Pieper se puede compren- tuado sin su consentimiento.
der que la sindéresis es un hábito natural e innato del
espíritu humano, mediante el cual se emite un juicio
originario e infalible acerca del bien, en cuanto fin del
En ambos incisos nos hallamos ante figuras
obrar humano ordenado por la ley natural. En efecto, dolosas (tipo subjetivo), que admiten la tentati-
en lo que respecta a su contenido, la sindéresis es la va; y donde cualquiera puede ser sujeto activo,
ley moral natural. Así, esta primera dirección de todos en tanto el sujeto pasivo es la persona por nacer.
nuestros actos hacia el fin domina toda la faz prácti- No obstante, al igual que el art. 85 del Cód. Penal
ca (cf. PIEPER, J., “La realidad y el bien. La verdad de hoy vigente, también se tutela la vida y libertad
las cosas”, Ed. Librería Córdoba, Buenos Aires, 2009,
1ª ed., ps. 47-56). En concreto, la sindéresis es “tener
de la madre sometida sin su consentimiento al
presente la ley moral natural, es decir, lo que se opo- aborto, practica de por sí insegura.
ne a la ley moral natural nunca puede ser, en ningu-
na situación concreta, prudente y bueno” (PIEPER, J., Así pues, debe repararse que la norma prevé
“Tratado sobre las virtudes: I virtudes cardinales”, Ed. una escala mayor en el inc. 1º respecto del inc. 2º,
Librería Córdoba, Buenos Aires, 2008, p. 69). basándose en la orfandad de consentimiento
(2) Se sigue de cerca LAMAS, F. A., ob. cit., cap. I. Cabe
apuntar que los problemas originados en materia práctica
—como por ej. el derecho— tienen características diver- (3) Cf. in extenso ROMERO BERDULLAS, C. M., “Derecho
sas a los puramente teóricos, ya que son cuestiones radi- Penal Líquido: Derrame de la expresión constitucional”, en
cadas en la misma praxis humana. Por tanto, su solución Forum 4, Anuario del Centro de Derecho Constitucional de la
reclama la posibilidad de ascender a considerar los gran- Facultad de Derecho de la Universidad Católica Argentina,
des problemas especulativos. Ed. Educa, Buenos Aires, 2016, ps. 119-182.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 113


DPyC Derecho penal DOCTRINA

de parte de la mujer. Este aspecto no es menor, De modo que podemos preguntarnos “si el
pues vale preguntarse si aquí, al agravar la norma por nacer es persona y tiene derecho a la vida
a la conducta delictiva aprontada sin el consen- ¿por qué no se protege ese derecho con la mis-
timiento de la mujer, no se hallaría amparando ma intensidad que el de los nacidos?” (6), pues
una suerte de libertad de elección de la madre en el proyecto se prevé para el homicidio sim-
respecto al destino del niño por nacer. En otras ple doloso una escala de 8 a 25 años de prisión
palabras, cabe interrogarse con Javier Anzoá- (art. 79); mientras el art. 85 contempla en el su-
tegui, si el proyecto de ley “está diciendo que la puesto del aborto sin consentimiento una esca-
madre es dueña de la vida de su hijo. O, peor aún, la de 3 a 10 años de prisión (inc. 1º); y en el caso
que el feto no es persona” (4), de por sí, ambas de aborto con consentimiento una escala de 1 a
aserciones falsas. 4 años (inc. 2º).

Incluso, la razón nos mueve a discurrir por Nótese, además, que quien ejecuta material-
qué únicamente la ausencia de consentimiento mente un aborto, ya sea o no con el consenti-
de la madre agrava la pena; y ni se considera la miento de la madre, comprende la criminalidad
posibilidad de aumentar el grado de reproche de su acto y puede dirigir su conducta para ac-
ante la carencia de conformidad por parte del tuar conforme a derecho (conf. art. 34, inc. 1º del
co-progenitor. Es que el padre, en su calidad de proyecto). Se hace patente entonces, que la cul-
garante del fruto de la concepción de la cual ha pabilidad es idéntica tanto en el delito de homi-
participado activamente, tiene el derecho/deber cidio como en el de aborto. Por tanto, se infiere
de proteger la vida de su hijo y velar así por el in- entonces que la disímil gradación de sanción en
terés superior del niño por nacer, aunque este no uno u otro caso no respetaría la garantía cons-
posea capacidad para ejercer por sí mismo sus titucional de igualdad ante la ley, pues según el
derechos (conf. art. 24 del Cód. Civ. y Com.). proyecto, pareciera que el homicidio de un niño
por nacer merece menos protección y reproche
También se advierte el incremento del máximo penal que el homicidio de una persona fuera del
de la pena en ambos supuestos ante el deceso útero materno. Esto es inconcebible, pues como
de la mujer (15 años y 6 años, respectivamen- explica Sancinetti (en clave con la Ingeniera Cris-
te). Aquí nos hallamos ante un delito cualifica- tina Miguens), “no puede ser que, para algunos
do por un resultado preterintencional (es decir, seres humanos, el vientre materno sea el lugar
una consecuencia provocada por una acción del más inseguro del universo” (7).
sujeto activo, pero no abarcada por lo querido),
pues como bien señala Donna se conjugan el Más aún, debe ponerse de relieve que clara-
dolo de aborto e imprudencia en la muerte de mente el autor del delito de aborto por un lado
la madre (5), ya que si la defunción se produjera saca rédito de la nula o débil e ineficaz resisten-
con dolo (incluso eventual), el delito de aborto cia ofrecida por el niño por nacer, la menor canti-
del niño por nacer concursaría con el homicidio dad de obstáculos internos que debe vencer para
de su progenitora. realizar el delito y el estado de indefensión de la
víctima; e incluso, por otra parte, puede come-
Al igual que en el homicidio doloso (contem- terlo por precio o promesa remuneratoria.
plado en el art. 79 del proyecto), la acción típica
supone dar muerte a una persona. La única dife- Por consiguiente, la hipótesis regulada por el
rencia entre la acción típica comprendida en el art. 85, inc. 1º del proyecto, en rigor de verdad
homicidio doloso y el aborto radica en que la pri- debería equipararse a un homicidio calificado,
mera es perpetrada después del nacimiento de la pues en todo aborto doloso, se suprime la vida de
persona; mientras la segunda se consuma antes una persona inocente con alevosía (circunstan-
del natalicio de la persona por nacer.
(6) Aquí se sigue a ANZOÁTEGUI, J., ob. cit., p. 1108.
(4) ANZOÁTEGUI, J., “Una Pena (reflexiones acerca del (7) Cf. SANCINETTI, M. A., “¿Aniquilamiento de la vida
delito de aborto)”, en El Derecho, Buenos Aires, 2000, t. humana del no-nacido por parte del Estado? Reflexiones
185-1108. sobre el derecho a la vida humana intrauterina y al naci-
(5) DONNA, E. A., “Derecho Penal. Parte Especial”, Ed. miento”, Ed. La Ley, Sup. Const. 2018 (mayo), 15/05/2018, 1,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2003, t. I, 2ª ed., p. 183. LA LEY 2018-C, cita Online: AR/DOC/809/2018, punto VII.

114 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Carlos M. Romero Berdullas

cia prevista en el art. 80, inc. 2º del mismo cuer- III. Aborto con intervención de médicos,
po) al no existir un “...riesgo para el ofensor que cirujanos, parteras o farmacéuticos (art. 86,
provenga de la defensa que el ofendido pudiera inc. 1º del proyecto de Cód. Penal)
oponer” (8); y a la vez, hallarse el niño por nacer
(o sea, la víctima) desprevenido, estado que es El art. 86, inc. 1º del proyecto reza:
aprovechado” (9).
“Se impondrán las penas establecidas en el art.
Todavía más, de llevarse a término el aborto 85 e inhabilitación especial por el doble del tiem-
por precio o promesa remuneratoria, se confi- po de la condena a prisión, a los médicos, ciruja-
guraría otra de las circunstancias insertas en el nos, parteras o farmacéuticos que abusaren de su
art. 80 (conf. inc. 3º) para calificar el homicidio. ciencia o arte para causar el aborto o cooperaren
a causarlo” (10).
Estas no son nimiedades, si ponderamos que
el homicidio calificado prevé la imposición de la Al igual que en la redacción en vigor del Có-
pena de prisión perpetua a quien matare a otro digo Penal, se estipula como pena conjunta a
en estas condiciones; y el art. 85, inc. 1º con- las previstas en el art. 85 del proyecto, la de in-
templa una escala de 3 a 10 años de prisión para habilitación especial por el doble de tiempo a los
quien causare un aborto (léase matare a un niño médicos, cirujanos, parteras o farmacéuticos que
por nacer), sin el consentimiento de la madre. abusen de su ciencia o arte, en pos de provocar
el aborto o cooperar a causarlo, ya sea material
Análoga crítica corresponde hacer en cuanto a o moralmente.
que en el homicidio prenatal el proyecto prevé la
posibilidad de aplicar una condena de ejecución Además de remarcar la equiparación de la
condicional o de acordar la suspensión del pro- escala penal entre los profesionales que inter-
ceso a prueba (conf. arts. 26 y 74, inc. 1º), en tanto vienen como autores del aborto y los partícipes
en el homicidio simple o calificado este camino del hecho, es decir, quienes cooperasen con su
no se encuentra franqueado. realización, conviene destacar la irracionalidad
de la norma sujeta a análisis en cuanto al margen
El interrogante vuelve a plantearse: “si el por punitivo propuesto.
nacer es persona y tiene derecho a la vida, ¿por
qué no se protege ese derecho con la misma in- A diferencia de las madres, que en determina-
tensidad que el de los nacidos?”, en un aborto dos supuestos proceden condicionadamente, al
equipolente a un homicidio calificado. Nueva- actuar por ej. en una situación de vulnerabili-
mente se actualiza entonces, una violación a la dad anímica; y, por ende, hallarse su culpabili-
igualdad prevista en el art. 16 de nuestra Cons- dad atenuada, como así también la pena (conf.
titución Nacional, pues no se encuentra razón art. 40 del proyecto); los profesionales aludidos
plausible alguna para atenuar la pena en un caso comprenden a la perfección el disvalor de su
respecto del otro. hecho, e incluso prestan su servicio con libre
voluntad como contraprestación a una remune-
ración pactada.
(8) Definición de alevosía suministrada en SOLER, S.,
“Derecho Penal Argentino, III”, Ed. Tea, Buenos Aires, Por consiguiente, no se alcanza a comprender
1951, 2ª ed., p. 36.
la racionalidad de una norma sumamente benig-
(9) Vide ob. cit. ut supra, p. 37. Cabe añadir, que subje-
na con quienes hacen del aborto una profesión; y
tivamente el tipo del homicidio calificado requiere que “el
autor obre sobre seguro, esto es, sin el riesgo que puede consuman un delito asimilable al homicidio cali-
significar la reacción de la víctima o de terceros con el fin ficado, pues tal como ya adelantamos, nos halla-
de oponerse a la agresión. Ello requiere de una preorde- mos ante un homicidio prenatal perpetrado con
nación de la actividad del agente para actuar con esa se- alevosía, por precio o promesa remuneratoria; y
guridad, es decir, la procura o aprovechamiento del esta-
do de indefensión, lo cual no implica necesariamente una
premeditación (serena y fría deliberación)” (conf. IELLIN, (10) El art. 84, inc. 2º del anteproyecto de Código Pe-
D. - PACHECO y MIÑO, J. A., “Título I”, en D’ALESSIO, A. nal redactado por la comisión designada por decreto nº
J. (dir.), AA.VV., Código Penal de la Nación, comentado y 672/12 e integrada por Eugenio R. Zaffaroni establece lo
anotado, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2013, t. III, 2ª ed., p. 16). mismo.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 115


DPyC Derecho penal DOCTRINA

en ocasiones, con el concurso premeditado de Según el proyecto son cuatro las formas en que
dos o más personas (conf. art. 79, incs. 2º, 3º y 6º). una persona puede obrar con culpa en este tipo
penal, a saber:
En consecuencia, la razonabilidad del artículo
es colocada en crisis cuando sopesamos que el a. El comportamiento imprudente, es decir,
homicidio calificado (art. 79) prevé la imposición aquel que de acuerdo con las circunstancias es
de la pena de prisión perpetua a quien matare a “atrevido, riesgoso o peligroso” (12) para el niño
otro en estas condiciones; y el art. 86, inc. 1º pre- por nacer.
vé una escala de 3 a 10 años de prisión para quien
causare un aborto (léase matare a un niño por b. La conducta negligente, o sea, aquella que
nacer), sin el consentimiento de la madre; y en el según las circunstancias es descuidada (13).
caso de aborto con consentimiento de esta, una
escala de 1 a 4 años de prisión (inc. 2º). c. La impericia, forma de imprudencia o negli-
gencia en el ejercicio del propio arte o profesión,
Tampoco pasa desapercibido que, en este léase una actuación no imperada por el saber, la
supuesto de homicidio prenatal, al preverse experiencia o habilidad mínima exigible para su
idéntica escala penal a la contemplada en el ejercicio beneficioso (14).
art. 84, se allana la posibilidad de aplicar una
condena de ejecución condicional o acordar d. La inobservancia de los reglamentos o debe-
la suspensión del proceso a prueba (conf. arts. res del propio cargo, forma de culpa caracteriza-
26 y 74, inc. 1º), contrario sensu del homicidio da porque la precaución exigible se halla prevista
simple o calificado, donde estas alternativas no por las normas reguladoras de la actividad des-
son viables. empeñada (15).

IV. Aborto culposo (art. 87, inc. 2º del pro- Cabe señalar que, si consideramos al homici-
yecto de Cód. Penal) dio culposo ejecutado por quien debido a “im-
prudencia, negligencia o por impericia en su arte
El art. 87, inc. 2º del proyecto de reforma prevé: o profesión o inobservancia de los reglamentos
o deberes a su cargo” causare la muerte de otro
“Se impondrá prisión de seis [6] meses a dos [2] (art. 84), el mismo proyecto contempla una pena
años y, en su caso, inhabilitación especial por el privativa de la libertad de 1 a 5 años; mientras
doble del tiempo de la condena a prisión, al que que en el homicidio prenatal se prevé la impo-
causare un aborto por imprudencia, negligencia sición de una pena de prisión ostensiblemente
o por impericia en su arte o profesión o inobser- menor, pues comprende un espectro de 6 meses
vancia de los reglamentos o deberes a su cargo. a 2 años.
El aborto imprudente causado a si misma por la
mujer embarazada no es punible”. A esto debe añadirse que, por las escalas pe-
nales previstas los autores o cooperadores de las
Esta norma presenta una novedad (11), ya conductas previstas en el art. 87, inc. 2º son trata-
que a diferencia del Código Penal se prevé la dos con dispar benevolencia, por cuanto podrían
punibilidad del aborto culposo de quienes cau- acordar la suspensión del proceso a prueba o ser
san el aborto por imprudencia, negligencia o pasibles de una condena de ejecución condicio-
impericia en su arte o profesión o inobservan- nal (conf. arts. 26 y 74, inc. 1º); ventaja a la cual no
cia de los reglamentos o deberes a su cargo. De pueden acceder quienes perpetren el homicidio
modo que se requiere una causalidad entre la culposo contemplado en el art. 84, pues el art 74,
infracción al deber de cuidado exigible en el
caso concreto y una determinada consecuencia
delictiva. (12) NÚÑEZ, R. C., “Manual de Derecho Penal”, 5ª edic.,
actualizada por Spinka Roberto E., Lerner, Córdoba, 2009,
p. 200.
(11) Es una novedad a medias, pues esta posibilidad ya (13) Ibidem.
fue incorporada en el art. 86, inc. 2º del anteproyecto de
Código Penal redactado por la comisión designada por (14) Ibidem, p. 201.
decreto 672/12. (15) Ibidem.

116 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Carlos M. Romero Berdullas

inc. 3º prohíbe expresamente acordar la suspen- V.1. Los peligros ínsitos en el líquido concepto
sión del proceso a prueba en esos supuestos. de salud

De modo que, ineluctablemente, el interro- En este artículo se regula uno de los supuestos
gante de Anzoategui se actualiza una vez más de aborto no punibles; que se consuma en aras
ante esta irracionalidad y orfandad de ecuani- de salvar la vida de la madre o evitarle un daño a
midad, es que “si el por nacer es persona y tie- su salud, susceptible de ser causado por la prose-
ne derecho a la vida, ¿por qué no se protege ese cución del embarazo.
derecho con la misma intensidad que el de los
nacidos?”. Novedosamente, esta norma integra en el con-
cepto de salud, tanto a la dimensión física como
Por lo demás, se puede corroborar que en la a la mental de la mujer embarazada, en clave con
parte final del art. 87, inc. 2º se exime de pena la definición del Protocolo Adicional a la Con-
al aborto imprudente causado por la mujer em- vención Americana sobre Derechos Humanos
barazada. Una posible justificación de esta exi- en materia de Derechos Económicos, Sociales
mente puede responder al sufrimiento produ- y Culturales (aprobado por la ley 24.658) y el
cido a la madre por el fallecimiento de su hijo, Preámbulo de la Constitución de la Organización
consecuencia no querida que genera un daño Mundial de la Salud.
físico y moral, que por su gravedad tornaría des-
proporcionada e innecesaria la aplicación de la Según Borinsky, se añadió el peligro para la
sanción penal. “salud mental porque así lo establece la Organi-
zación Mundial de la Salud”; y preguntado que
Aquí se contempla el daño físico o moral grave fuera sobre el concepto de salud mental, el inte-
padecido por la mujer embarazada a partir de su grante de la comisión redactora entendió “...que
conducta disvaliosa, que volvería desproporcio- el Código Penal lo que define son delitos y penas,
nada la sanción penal. Ese mayúsculo gravamen, será cuestión de una vez aprobado el Cód. Penal
léase la pérdida de un hijo, constituiría un mal establecerlo en un Protocolo reglamentario de
originado ante la comisión de un hecho impru- salud que fije estos alcances en el caso particu-
dente por parte de su madre. Por ende, de acuer- lar” (16).
do con principio de reciprocidad en los cambios
de la pena, el principio de humanidad y el de Una primera observación por formular es que
proporcionalidad no se advierte la necesidad esta clase de aborto es incorrectamente denomi-
deóntica de aplicar la pena. nado terapéutico, por cuanto el embarazo no es
una enfermedad; y el aborto tampoco conduce a
En realidad sería una causal eximente de la la sanación, sino a la muerte de un ser humano
pena, que por un imperativo de justicia obligaría inocente.
a eximir la sanción penal ya que, de lo contrario,
se configuraría el injusto de sancionar penal- Al mismo tiempo, debemos advertir que adop-
mente a quien ya fue privado de un sumo bien tar como faro al concepto de salud suministrado
por el delito culposo cometido. por la Organización Mundial de la Salud; y dele-
gar en un Protocolo reglamentario la definición
V. El aborto incorrectamente denominado de los alcances de esta noción en el caso particu-
“terapéutico” (art. 86, inc. 2.1 del proyecto de lar, constituye sin más, la apertura de la ventana
Cód. Penal) hacia la disolución del derecho de la comunidad
política a la concreción de ese dar a cada uno lo
El art. 86, inc. 2º del proyecto estatuye: suyo —que se especifica en darle a quien delin-
que su pena— (17).
“El aborto practicado por un médico diploma-
do con el consentimiento de la mujer embaraza- (16) Véase entrevista disponible en https://youtu.
da no es punible: 1º) Si se ha hecho con el fin de be/9BogCLgoGfs, fecha de consulta: 29/08/2018.
evitar un peligro para la vida o la salud física o (17) Esto es importante destacarlo, pues llamativamen-
mental de la madre y si este peligro no puede ser te la Comisión también elude fijar a partir de qué edad son
evitado por otros medios”. responsables los menores, tema espinoso que ha suscitado

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 117


DPyC Derecho penal DOCTRINA

Véase a modo de ejemplo; y de nada auspicio- Los signos de interrogación se disparan ante
so presagio de esta inestabilidad el “Protocolo un concepto de salud doliente de un grado de
para la atención integral de las personas con generalidad abisal, ya que esta visión cortical
derecho a la interrupción legal del embarazo” abre un indefinido arco de interpretaciones en
(elaborado otrora por el Ministerio de Salud de derredor a la viabilidad de abortar, al punto de
la Nación) (18), donde se jalonan los marcos de posibilitar el homicidio prenatal so capa cual-
referencia de la ley penal; y ensaya una interpre- quier pretexto. Efectivamente, una definición de
tación sumamente amplia de este supuesto de salud como la apuntada adolece de una impreci-
no punibilidad comprensivo del aborto ejecuta- sión extrema, constituyendo una caja de pandora
do con la finalidad de evitar un peligro para vida abierta al vale todo por cualquier motivo, deseo
o salud de la madre (conf. actual art. 86, inc. 1º, o capricho.
Cód. Penal).
Por otra parte, los protocolos de salud irradia-
El protocolo en cuestión, se hace eco de una dos por la ideología de género que se pretende
preocupante revocabilidad del derecho a la inculturar, aluden a aspectos ligados al propio
vida; e impredecible estatus de los derechos cuerpo, la salud o vida de la mujer. Cuando en ri-
del por nacer, pues basándose en la definición gor de verdad, el aborto comprende a otro cuer-
dada por la Organización Mundial de la Salud po, salud y vida, que son precisamente los de un
concibe a la salud como el “completo estado ser humano en el seno materno.
de bienestar físico, psíquico y social, y no so-
lamente la ausencia de enfermedades o afec- De este modo, mediante indefinidas acepcio-
ciones” (19). nes plasmadas en documentos internacionales,
se echa mano a expresiones tales como salud se-
Tal es así, que la causal salud configuraría un xual, procreación responsable, protección inte-
concepto integral, es decir abarcador de un do- gral de las mujeres, derechos del paciente, entre
lor psicológico y padecimiento mental, relacio- otros términos relacionados a conceptos en don-
nados a la pérdida de la autoestima e integridad de el aborto se encuentra implícito.
personal (20). Se evidencia así, la laxitud de una
noción que es guiada por un principio de auto- Aquí cobra especial significancia lo denomina-
nomía mal logrado, al inferirse un derecho a la do por Zygmunt Bauman como adiaforización,
persona a decidir sobre cuestiones vinculadas a es decir aquellas estratagemas diseñadas con el
su ¿cuerpo?, ¿salud? y ¿vida?, a través de conduc- propósito de eximir (por defecto o intencionada-
tas ¿personales? e ¿íntimas? (21). mente) a determinados actos u omisiones rela-
cionados a ciertas categorías de seres humanos
de toda evaluación moral, pues los conceptos in-
más de una controversia. En efecto, el proyecto manifiesta determinados como el de salud son un vehículo
expresamente que ello se establecerá por una ley especial
(art. 34, último renglón). Esto se resalta, pues no parece
particularmente apto para diluir cualquier resor-
condecir con lo expresado en https://www.justicia2020. te ético jurídico y profanar derechos.
gob.ar/eje-penal/reforma-del-codigo-penal-la-nacion/
(fecha de consulta: 02/09/2018), donde se pregunta al ciu- Con buen tino explica el sociólogo polaco, que
dadano: “¿Sabías que el actual Código penal es de 1921 y de esta manera se libra a estos actos o inacciones
sufrió en estos casi 100 años más de 900 reformas parcia- de todo juicio ético, al subsumirlos dentro de la
les?”; ni con el ideal de dotar al Código Penal de cierta sis-
tematicidad, al cual precisamente aludió Carlos González
categoría de moralmente neutros o indiferentes.
Guerra, director nacional de Política Criminal en Materia Por consiguiente, se abre paso al adagio “el fin
de Justicia y Legislación Penal y miembro del Comité de justifica los medios”, que postra todo resorte mo-
Reforma del Código Penal, en una entrevista cargada en el ral frente a la comisión de actos inmorales en pos
sitio mencionado. de una eficiencia o racionalidad instrumental,
(18) Cf. http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/ caracterizada negativamente por Hannah Arendt
graficos/0000000690cnt-Protocolo%20ILE%20Web.pdf., como diluyente de la responsabilidad (22).
fecha de consulta: 10/11/2015.
(19) Según cita del protocolo citado, p. 15.
(22) Vide BAUMAN, Z. - LYON, D., “Vigilancia líquida”,
(20) Ibidem. Ed. Paidós, Buenos Aires, 2013, 1ª ed. ps. 16, 96 y 102; y
(21) Ibidem, p. 13. BAUMAN, Z. - DONSKIS, L., “Ceguera Moral. La pérdi-

118 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Carlos M. Romero Berdullas

Aludo a una adiaforización que también aja el Este concepto abierto de salud de fácil de-
derecho penal, al punto de desconectarse de una construcción arbitraria; e incluso falsificación,
liquidez, incluso profanadora de un derecho a propende a que el concebido y todo sujeto débil
la vida evanescente y distante de cualquier con- o dependiente de otros, en vez de ser reconoci-
sideración moral. Así, en traza con la estrategia dos por lo que son, resulten categorizados en el
abortista a nivel global, no sólo se introduce esta estatus de enemigo por la cultura del descarte,
clase de actos a una adiaforización liberadora de pues de imperar la lógica cosificadora, ciertos
consideración moral alguna, sino que además se principios eugenésicos podrían actualizarse bajo
ejerce el arte de volver líquido el derecho penal, el ropaje de presuntas afecciones a la salubridad
mediante la desvirtuada utilización del mismísi- integral de la mujer.
mo derecho iusnatural a la vida y la despenaliza-
ción del homicidio de los niños por nacer. Sí, el concepto de salud “mental”, “alteraciones
espirituales” y “sociales” de la madre a las que
No en vano se resalta esto, ya que, bajo pretexto aluden algunos doctrinarios, son términos que
de eludir depresiones, fundadas en impedimen- en una actualidad surcada por el relativismo e
tos físicos, deficiencias, enfermedades u otras individualismo se vuelven en facilitadores de
características del niño por nacer; o percibir al una ideología eugenésica, la cual precisamente
concebido no deseado como una carga o fuente se expresó en la letra del vigente art. 86, inc. 2º
de displacer que pone en peligro el bienestar de del Código Penal; norma que fue blanco de justas
la madre, podría disolverse la protección penal críticas, pues su espíritu promotor se cristalizó,
del nasciturus. cuando la comisión del Senado expresó:

De esta manera, este impreciso concepto de “[...] Es la primera vez que una legislación va
salud da piedra libre para que, si el concebido es a atreverse a legitimar el aborto para evitar que
deseado por los procreadores goce de protección de una mujer idiota o enajenada, o de un inces-
jurídica, pero si no lo es, pase a integrar el con- to, nazca un ser anormal o degenerado... ¿Qué
cepto de enemigo, y por ende resulte excluido puede resultar de bueno de una mujer demen-
del amparo político criminal, a través de un pre- te o cretina? [...] es indiscutible que la ley debe
vio proceso de despersonalización que procura consentir el aborto cuando es practicado, con
poner en crisis su condición de sujeto de dere- intervención facultativa, a los fines del perfeccio-
chos para luego descartar su tutela. En fin, esto namiento de la raza [...]” (24).
se puede relacionar con la aguda crítica de Silva
Sánchez, quien explica el caso del ser humano V.2. Ninguna causa de justificación
concebido aún no nacido e indeseado por sus
progenitores (23). No es posible subsumir esta circunstancia en
ninguna de las denominadas modernamente
“causas de justificación”, pues no cabría la legíti-
da de sensibilidad en la modernidad líquida”, Ed. Paidós, ma defensa ya que exige una agresión ilegítima;
Buenos Aires, 2015, 1ª ed., ps. 57-58. Particularmente apta y evidentemente el niño por nacer no constituye
es la interpretación brindada por Leónidas Donskis so- un agresor.
bre el sello impreso por Bauman a la adiaforización (del
gr. adiaphoron), al retratar este fenómeno como “una A su vez, este supuesto no configura un esta-
retirada temporal de la propia zona de sensibilidad; la
capacidad de no reaccionar o de reaccionar como si algo do de necesidad justificante, pues el bien jurídi-
le ocurriera no a personas, sino a objetos físicos, a cosas, co salvado debe ser de mayor valor respecto del
o a no humanos...” (cfr. BAUMAN, Zygmunt - DONSKIS, bien jurídico dañado, tal como se desprende del
Leónidas, ibidem, ps. 53-55). Ejemplifica esta ausencia de proyecto y el Código Penal vigente, donde se es-
empatía con las cuitas de otros seres humanos y la ruti-
naria violencia ejecutada en un contexto signado por la
adiaphora, el anonadamiento de millones de niños por logía, 09/01/2007, disponible en http://criminet.ugr.es/
nacer, que inermes son ejecutados a través de un aborto recpc.09/recpc09-01.pdf.
horadado por la locura moral. (24) Citado por GÓMEZ, E., “Tratado de derecho pe-
(23) Cfr. SILVA SÁNCHEZ, J. M., “Los Indeseados como nal”, t. II, ps. 147/148, según cita de ANZOÁTEGUI, J.,
Enemigos: La Exclusión de Seres Humanos del Status Per- “El aborto en la Corte”, en LL 2012-C-90, cita online: AR/
sonae”, en Revista Electrónica de Ciencia Penal y Crimino- DOC/2095/2012, 07/05/2012, acápite IV.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 119


DPyC Derecho penal DOCTRINA

tatuye la no punibilidad de quien causare un mal mática moderna), la supresión de un ser humano
para evitar otro mayor e inminente (art. 34, inc. inocente, acto de por sí injustificable (28).
3º en ambos cuerpos) (25).
V.3. Aborto indirecto
Si colocamos en la balanza los intereses en
pugna, por un lado nos encontramos con la vida Diversa es la circunstancia del aborto indirecto
del nasciturus; y, por otra parte, la vida o salud y el principio del doble efecto, doctrina que pa-
(física, mental, ¿social? e integral) de la madre. reciera no haber sido objeto de tratamiento en el
Se hace evidente entonces, que el llamado abor- seno de la comisión, a la luz de la redacción del
to terapéutico no puede justificarse como un proyecto.
gravamen provocado en un estado de necesidad
justificante, pues ello requiere el sacrificio de un Tal como lo explica Tale, no debemos incurrir
bien de menor valor respecto al salvado; y en este en el yerro de confundir el mal llamado “aborto
caso, nos hallamos ante dos vidas humanas. terapéutico” con el “aborto indirecto”, que encua-
dra en un acto voluntario con doble efecto.
A esto se suma que, según Tale, “hoy no es
fácil hallar ejemplos de este supuesto, pues el Explica el jurista citado que existe “‘aborto in-
progreso de la medicina lo ha dejado como hi- directo’ cuando se administra un remedio u otra
pótesis casi puramente teórica; en otro tiempo, clase de terapia para salvar a la madre y como
ciertas enfermedades del corazón o de los ri- consecuencia de tal acción resulta la expulsión
ñones de la madre debilitaban tales órganos y del feto; en el ‘aborto terapéutico’, en cambio, se
comprometían su vida si continuaba el emba- mata al feto para salvar a la madre” (29).
razo” (26).
Así pues, por aplicación del “principio del do-
Más patente es aún la comparación, si balan- ble efecto” podría darse un acto moralmente líci-
ceamos la preservación de una vida humana del to, cuando se sabe que indirectamente se origi-
niño por nacer versus la salud de la madre. Cla- nará la expulsión del feto o su deceso dentro del
ramente aquí prevalece la vida humana. Todavía
más, la desproporción de bienes jurídicos en
juego es grotesca ante un conflicto de intereses (28) En cuanto a cómo se resolvería un caso de vida
vs. vida en un estado de necesidad disculpante, creo que
entre quien a guisa de ejemplo tiene peligro de Anzoátegui nos da una buena pista en ANZOÁTEGUI, J.,
caer en una mengua anímica por el embarazo, o “Muerte de una persona inocente”, en LL 2013-A-542, cita
padecer la incomprensión de su entorno social; y online: AR/DOC/6125/2012, 31/12/2012, ps. 3/5, pun-
la vida del por nacer. Por lo demás, frente al esta- tualmente en la respuesta de Finnis a Thompson, donde
dio evolutivo de las ciencias médicas y la alterna- se deja entrever, que la Patria sí obliga ciertos actos he-
tiva siempre latente de la adopción, las chances roicos, como por ej. la defensa de la Nación, algo reafir-
mado por nuestra CN (art. 21) y el Cód. Penal (arts. 209
de no encontrar medios idóneos para evitar ese bis, 238 ter, 250 bis y 252), so pena de prisión. También
peligro a un deterioro en la salud se ven reduci- nos ofrece otras razones de entidad el extracto de Cabral,
das significativamente (27). al afirmar la ilicitud de matar a un inocente, incluso aun-
que sea para salvar la propia vida, pues de lo contrario
Por consiguiente, nos hallamos ante un injusto se implantaría la ley de la selva o del más fuerte. De esta
penal, o sea una acción típica y antijurídica (si- forma, se pone en crisis el requisito de exigibilidad, pues
según la teoría del derecho moderna, ante la colisión de
guiendo las categorías de la denominada dog- dos bienes del mismo valor se puede disculpar y excluir
la culpabilidad, al no poder exigir en esas circunstancias
al autor que actúe de otra forma, amén de subsistir la
(25) El proyecto alude a causar un mal para evitar otro antijuricidad del hecho. Así p. ej., Welzel explica que el
“sustancialmente” mayor e inminente. estado de necesidad disculpante se configura cuando en
(26) TALE, C., “El principio ético-jurídico que prohíbe atención a la debilidad humana no puede serle exigida
matar. (Formulación precisa. Aplicaciones en las cuestio- una conducta jurídica al autor (WELZEL, H., “El Nuevo
nes bioéticas y de filosofía política)”, Ed. Trejo y Sanabria, Sistema del Derecho Penal, Una Introducción a la doctri-
Córdoba, 2011, vide acápite sobre aborto terapéutico. na de la acción finalista”, Ed. B de F, Buenos Aires - Mon-
(27) Vide in extenso TRADICIÓN Y ACCIÓN POR UN tevideo, 2011, ps. 196-197).
PERÚ MAYOR, “Aborto la Verdad sin Disfraces”, Lima, (29) TALE, C., ob. cit., vide acápite sobre aborto indirec-
2008, 1ª ed. to.

120 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Carlos M. Romero Berdullas

seno materno (“aborto indirecto”); en tanto se debería evitarse el fallecimiento del niño por
configuren determinados requisitos (30). nacer (33).
Las condiciones de procedibilidad del prin- Otro caso de laboratorio compartido generosa-
cipio del doble efecto deben darse todas en el mente por Tale mediante su fecundo magisterio,
supuesto; y son bien definidas por Basso a con- es el de la mujer expuesta a rayos X o quimiote-
tinuación: rapia, debido a un tumor maligno en el intestino,
en pos de procurar su sanación o una mayor so-
“1) que la acción de la cual se trata sea bue- brevida, aunque de ello resulte el deceso del ser
na en sí misma o, al menos, indiferente en abs- humano por nacer (34).
tracto; siempre será ilícito realizar un acto malo
aunque el efecto derivado sea óptimo; 2) que el Aquí se extirpa el útero canceroso, pero dentro
efecto malo no sea intentado de igual manera de este se encuentra un embrión. El efecto bue-
que el bueno, o, en otros términos, que el malo no consiste en librar a la mujer del tumor que se
no sea también querido; 3) que el efecto bueno propagaría hasta provocarle la muerte; y el malo
especifique la acción o, por lo menos, no depen- sería el fenecimiento del feto. Ambos efectos su-
da del malo como de su causa inmediata pues, ceden en simultáneo, pero igualmente la licitud
de lo contrario, el efecto malo se convertirá en un del acto no entra en crisis. Esto responde a que
medio para conseguir el bueno y ‘el fin no justi- el efecto malo no es causa del efecto bueno (35).
fica los medios’; debe darse simultaneidad entre
ambos efectos; 4) que el daño producido por el El distingo con el aborto llamado terapéutico es
efecto malo no supere el bien buscado con aque- patente, pues en este la acción consiste en aniqui-
lla acción o, dicho de otro modo, para permitir el lar al niño por nacer, con el propósito de salvar a la
efecto malo debe darse una causa proporcional- madre; en tanto que en el aborto indirecto “el acto
mente grave” (31). no consiste en matar el feto, sino en aplicar una te-
rapia a la madre —en este caso, quitarle un tumor
Tale nos ilustra sobre esta cuestión con un me- maligno—. Para que sea lícito, es menester, recuér-
ticuloso análisis en su obra. Brinda el ejemplo de dese, que el acto (la terapia) sea el único medio
la mujer que padece una enfermedad y tiene un para lograr el efecto bueno (la salud de la madre);
hijo en el útero. En el supuesto la mujer sólo pue- por esto, hay casos en que no se puede justificar la
de salvar su vida si se le administra un fármaco ablación del útero: por ejemplo, cuando el curso
determinado. Aquí es lícito suministrarle dicho del embarazo detiene el progreso del cáncer” (36).
medicamento, amén de conocer que como con-
secuencia de ello puede sobrevenir la muerte del Asimismo, se exige la inexistencia de otro pro-
feto (32). cedimiento eficaz en orden a sanar a la madre
que sea innocuo o menos lesivo para el feto; a lo
Rescata el doctrinario mencionado, que para que debe añadirse la urgencia, es decir, la impo-
justificarse el aborto indirecto debe cumplirse sibilidad de aguardar más tiempo en pos de que
el requisito de proporción, pues si el remedio el feto sea viable (o, en otras palabras, que pueda
no fuera absolutamente necesario para conser- sobrevivir a su expulsión) (37).
var la vida de la madre, sino tan sólo su salud,
VI. Aborto por abuso sexual (art. 86, inc. 2.2
del proyecto de Cód. Penal)
(30) Explica Santo Tomás de Aquino que “nada impide
que de un solo acto haya dos efectos, de los cuales uno El art. 86, inc. 2º del proyecto explicita:
sólo es intencionado y el otro no. Pero los actos morales
reciben su especie de lo que está en la intención y no, por “El aborto practicado por un médico diploma-
el contrario, de lo que es ajeno a ella, ya que esto le es acci- do con el consentimiento de la mujer embaraza-
dental, como consta de lo expuesto en los lugares anterio-
res (q. 43 a.3; 1-2 q. 72 a.1)” [SANTO TOMÁS de AQUINO,
“Suma de Teología”, II-II (a), q. 64, a. 7., Madrid, 1998, 3ª (33) Ibidem.
ed. de la BAC].
(34) Ibidem.
(31) BASSO, G. M., “Los Fundamentos de la Moral”, Ed.
Educa, Buenos Aires, 1997, 2ª ed., p. 147. (35) Ibidem.
(32) TALE, C., ob. cit., vide acápite sobre aborto indirec- (36) Ibidem.
to y doble efecto. (37) Ibidem.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 121


DPyC Derecho penal DOCTRINA

da no es punible: ...2º) Si el embarazo proviene vo de sus legítimos derechos o que se constitu-


de un abuso sexual”. yan en riesgos para su salud” (cons. 28) (40); y en
razón de ello es que exhortó a las autoridades na-
Según declaraciones públicas del Juez Maria- cionales / provinciales a implementar protocolos
no Borinsky, se habría seguido la línea institui- hospitalarios tendentes a remover las vallas ad-
da por la Corte Suprema de Justicia de la Nación ministrativas o fácticas para acceder a estas prác-
con el fallo “F., A. L. s/ medida autosatisfactiva” ticas en los casos de abortos no punibles (cons.
(F. 259. XLVI, rta. 13/03/2012). 29) (41).
Se legisla así como un supuesto de aborto no Con buen tino apunta Sancinetti que, “si la
punible el caso del embarazo proveniente de mujer tuviera derecho a reclamarle al Estado la
un abuso sexual; y se sustituye la referencia a interrupción del embarazo por el hecho de que
“violación” por “abuso sexual”, en clave con la el fruto de la concepción deriva de una viola-
terminología establecida por la ley 25.087 (BO ción, en primer lugar, no podría ser correcta la
14/05/1999). doctrina de la Corte, según la cual basta una ‘de-
claración jurada’ de la mujer, que nadie pueda
También Borinsky explica que, si bien el aborto cuestionar ni judicializar, para tener por cierto
en el proyecto es delito, se determina este supues- el acto de violación. Si ese acto violento hiciera
to como excepción de no punibilidad, dado que surgir tal derecho, con seguridad que la consta-
“la jurisprudencia de la Corte en el fallo ‘F., A. L.’ tación del hecho en sí no podría quedar librada
estableció a que a partir de esa situación cualquier a una ‘declaración jurada’ unilateral. Como mí-
agresión sexual no implica necesariamente la tra- nimo, debería haber una investigación sumaria
mitación de un expediente judicial; y así, se gana de la verosimilitud del hecho y de la corrobora-
tiempo porque si se da ese presupuesto, ya no hay ción de ese hecho por indicios objetivos consta-
que tramitar el expediente judicial” (38). Esto úl- tables” (42).
timo es importante destacarlo, pues pareciera ser
considerado como una ventaja, cuando en rigor Se puede entrever, que así “se abre la puer-
de verdad, a través del fallo “F., A. L. s/ medida au- ta para llevar a término abortos contemplados
tosatisfactiva” (39), la CS abrió el grifo a un derra- como punibles en la ley penal, por cuanto con
me de la ley penal llevado al paroxismo. sólo declarar que el embarazo es producto de
una violación, quien pretenda consumar el deli-
Esto es así, por cuanto basta con una simple to tipificado en el art. 88 del Cód. Penal soterra-
declaración jurada de una mujer o su represen- damente, encontrará allanado el camino hacia la
tante legal, en donde se afirme la calidad de víc- impunidad. De esta forma, ahora a los dicterios
tima de un abuso sexual para acceder sin más a del aborto ya expresados, debe añadirse una in-
un aborto. De ahí que la no intervención judicial terpretación posibilitadora de un salvoconducto
o policial e imposibilidad de profundizar las cir- que potencia la inseguridad objetiva de los más
cunstancias del hecho o recabar prueba alguna débiles e indefensos, y elimina las chances de in-
revestirían el carácter de imperativos ineludibles. vestigar/sancionar a los perpetradores del silente
genocidio de los seres humanos por nacer” (43).
En este precedente, la CS observó con ligereza
que, si bien existe “...la posibilidad de configura- Sencillamente, el fallo en cuestión seguido por
ción de ‘casos fabricados’, considera que el ries- los redactores del proyecto estatuye un accionar
go derivado del irregular obrar de determinados
individuos —que a estas alturas sólo aparece
como hipotético y podría resultar, eventualmen- (40) Ibidem.
te, un ilícito penal—, no puede ser nunca razón (41) Ibidem.
suficiente para imponer a las víctimas de delitos (42) Cf. SANCINETTI, M. A. “¿Aniquilamiento de
sexuales obstáculos que vulneren el goce efecti- la vida humana del no-nacido por parte del Estado?
Reflexiones sobre el derecho a la vida humana intra-
uterina y al nacimiento”, Ed. La Ley, Sup. Const. 2018
(38) Ver entrevista a BORINSKY, Mariano en https:// (mayo), 15/05/2018, 1, LA LEY 2018-C, cita online: AR/
youtu.be/9BogCLgoGfs, fecha de consulta: 29/08/2018. DOC/809/2018, punto IV.
(39) F. 259, XLVI, 13/03/2012. (43) ROMERO BERDULLAS, C. M., ob. cit., ps. 119-182.

122 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Carlos M. Romero Berdullas

incongruente con la obligación del Estado de rubricado al hacer la reserva constitucional ya


contener, refrenar y sancionar el delito con la ma- aludida; y al dictar el Código Civil y Comercial de
yor eficacia factible, a fin de garantizar una segu- la Nación (art. 19).
ridad resguardada constitucionalmente; y cuyo
magis reposa en el derecho a la vida. No puede Más aún se soslaya que el Tribunal cimero ha
obviarse, que la consolidación de este derecho reafirmado el derecho a la vida desde que el niño
es un imperativo del Estado. Pues este debe ga- es concebido (conf. Fs. CS 323:3229); y además
rantizar el pleno goce de este derecho humano ha sellado que este es el primer derecho natural
a través del orden normativo y una conducta es- de la persona humana, pues este preexiste a toda
tatal contemplativa de una eficaz organización/ legislación positiva y es garantizado por la CN
actuación, tendente a garantizar esa manda de (302:1284, 310:112 y 323:1339) (45).
justicia (44).
En este caso, en vez de seguir los precedentes
Hechas estas aclaraciones, en justicia ameri- de la CS que afirman el derecho de la vida del por
ta remarcar la inconstitucionalidad de la norma nacer, se optó por aferrarse al desacertado e in-
propuesta y el supuesto previsto en el inc. 2.1 del constitucional fallo “F., A. L.”.
art. 86, pues contrarían la Convención America-
na sobre Derechos Humanos (art. 4º), la Conven- Ahora bien, uno de los argumentos utiliza-
ción sobre los Derechos del Niño (art. 6º, incs. 1º dos por quienes pugnan por no punir este ho-
y 2º), el Pacto Internacional de Derechos Civiles micidio prenatal radica en que sería una carga
y Políticos (art. 6.1) y la Declaración Americana súper-erogatoria gravar a la mujer con la obliga-
de los Derechos y Deberes del Hombre (art. 1º) ción de llevar a término el embarazo proceden-
incorporados a nuestra Constitución en el art. 75, te de un abuso sexual, de modo que se busca
inc. 22; la reserva efectuada mediante ley nacio- equiparar la situación a una legítima defensa o
nal 23.849 por la Argentina que “...entiende por estado de necesidad justificante (según catego-
niño todo ser humano desde el momento de su rías modernas).
concepción y hasta los 18 años de edad”; y el art.
75, inc. 23, 2 párr. de la CN, donde se establece el Lo cierto es que no es posible subsumir esta
dictado un régimen de seguridad social e integral circunstancia en ninguna de las llamadas mo-
para proteger al niño desde el embarazo, lo que dernamente “causas de justificación”, pues se-
presupone el derecho a la vida. gún el actual Código Penal y el proyecto, la legí-
tima defensa exige una agresión ilegítima y una
A la par, la Comisión redactora obvia que la necesidad racional del medio empleado para
Corte Suprema de Justicia de la Nación en otros impedirla o repelerla (art. 34, inc. 6º en ambos
precedentes ha afirmado que el niño por nacer plexos) (46).
es persona humana desde la concepción (conf.
Fallos 325:292), lo que el legislador también ha Como indica Anzoátegui, el niño por nacer no
constituye un agresor (47). Así pues, enseña San-

(44) “La segunda obligación de los Estados Partes es la (45) Es importante entender que los derechos natura-
de ‘garantizar’ el libre y pleno ejercicio de los derechos re- les preexisten a la ley positiva e inhieren a la naturaleza
conocidos en la Convención a toda persona sujeta a su ju- del hombre. No alcanzar una comprensión cabal de esta
risdicción. Esta obligación implica el deber de los Estados premisa, podría conducir a guisa de ejemplo a creer que
Partes de organizar todo el aparato gubernamental y, en el homicidio es injusto porque la ley lo estipula así, más
general, todas las estructuras a través de las cuales se ma- no por sí mismo. Esta interpretación absurda acarrearía a
nifiesta el ejercicio del poder público, de manera tal que creer que la persona no tiene derechos por sí misma, pues
sean capaces de asegurar jurídicamente el libre y pleno sólo gozaría de aquéllos concedidos por la ley positiva
ejercicio de los derechos humanos. Como consecuencia (puesta por el hombre).
de esta obligación los Estados deben prevenir, investigar
y sancionar toda violación de los derechos reconocidos (46) No obstante, este concepto no es propiamente un
por la Convención y procurar, además, el restablecimien- descubrimiento de la dogmática moderna, pues ya había
to, si es posible, del derecho conculcado y, en su caso, la sido adelantado muchos siglos antes en las perennes lec-
reparación de los daños producidos por la violación de los ciones del Aquinate. Cf. SANTO TOMÁS de AQUINO, ob.
derechos humanos” (cfr. par. 166 CIDH, caso “Velázquez cit.
Rodríguez”, sentencia del 29/07/1988). (47) Cf. ANZOÁTEGUI, J., “Muerte de…”, cit., p. 5.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 123


DPyC Derecho penal DOCTRINA

cinetti que “el ser humano ya concebido no tiene primacía de la vida sobre la salud. Para ver con
ninguna responsabilidad en el hecho de haber sido claridad la cuestión, puede ser de utilidad ape-
engendrado con grave vulneración del derecho de lar al caso —más común y menos contaminado
la mujer al libre ejercicio de su libertad” (48). Por lo de prejuicios ideológicos— de un conflicto del
que siempre, subsistiría la pregunta de por qué el mismo tenor entre dos personas nacidas, esto
fruto de la concepción debería fenecer si no tiene es, entre la vida de una y la salud de otra. Nadie
responsabilidad alguna en la violación y es ajeno a que pretendiera actuar de acuerdo con la razón
la necesidad de defensa originada. podría afirmar que esa colisión de intereses debe
resolverse en favor del bien de menor entidad,
Huelga destacar a su vez, otro factor dirimente esto es, de la salud de una persona. Una decisión
para descartar que se trata de una causa de jus- en ese sentido comportaría una flagrante viola-
tificación; y es precisamente, que si el inocente e ción de la garantía de igualdad ante la ley, reco-
inofensivo niño tuviera la posibilidad de defen- nocida en el art. 16 de la CN” (52).
derse tendría derecho a repeler el ataque (49),
pues aquí se halla amenazado por un mal grave, VII. Aborto por violencia y sin representación
inminente e injustificado, que él no ha concurri- (art. 87, inc. 1º del proyecto de Cód. Penal)
do a provocar (50).
El art. 87, inc. 1º del proyecto instituye:
Tampoco encuadra este supuesto en un esta-
do de necesidad justificante, pues el bien jurídi- “Se impondrá prisión de uno [1] a tres [3] años,
co salvado debe ser de mayor valor respecto del al que con violencia causare un aborto sin haber-
bien jurídico sacrificado, tal como se puede ob- se representado esa consecuencia, si el estado de
servar en el proyecto y el Código Penal vigente, embarazo de la mujer fuere notorio o le constare”.
que especifican la no punibilidad de quien cau-
sare un mal para evitar otro mayor e inminente A priori, la figura no presenta grandes dife-
(art. 34, inc. 3º en ambos cuerpos) (51). rencias respecto al actual art. 87, inc. 1º del Cód.
Penal, aunque eleva la escala penal que actual-
Si ponemos en la balanza los intereses en jue- mente es de 6 meses a 2 años de prisión por 1 a 4
go, hallamos por un lado la vida del niño por na- años de prisión.
cer; y por el otro, la salud psicofísica de la madre
abusada sexualmente, que resultó embarazada La doctrina tradicional ha concebido esta fi-
como consecuencia de ello. gura como un delito preterintencional, pues el
“aborto sería culposo si el sujeto lo causara por
La respuesta a esta cuestión es resuelta con sus violencias, pero sin que el estado de embara-
claridad por Anzoátegui (uno de los penalistas zo le constare o fuere notorio... esta figura, igual
que con mayor profundidad a estudiado el abor- que otras figuras preterintencionales, contiene
to), quien explica: un hecho base de carácter ilícito y doloso, por lo
cual se diferencia de un delito culposo” (53).
“[e]n términos absolutos, no parece que pueda
existir incertidumbre acerca de cuál de los dos Explica Soler que “...la comparación de las es-
bienes es de mayor jerarquía. Esta realidad, que calas penales nos muestra la incorrección de ver
por su evidencia no necesitaría otra fundamen- en el art. 87 un delito culposo”, pues si “...así fue-
tación, ha sido recogida por el Código Penal vi- ra, la muerte culposa de un feto estaría reprimida
gente, en el cual indudablemente se consagra la con la misma pena que la muerte culposa de un
hombre...” (54).
(48) Cf. SANCINETTI, M. A., “¿Aniquilamiento de...?”,
2018, punto IV. De igual manera a la actual redacción, la figura
(49) Tal como lo hace el niño por nacer, en a modo de p. propuesta exige el ejercicio de violencia, térmi-
ej. las imágenes capturadas en “El Grito Silencioso”, accesi-
ble en https://www.youtube.com/watch?v=3jB06pkv17s.
(50) Cf. ANZOÁTEGUI, J., “Muerte de...”, cit., p. 5. (52) ANZOÁTEGUI, J., “El aborto…”, cit., acápite IV.
(51) El proyecto alude a causar un mal para evitar otro (53) SOLER, S., ob. cit., III, p. 125.
“sustancialmente” mayor e inminente. (54) Ibidem.

124 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Carlos M. Romero Berdullas

no que comprende toda clase de traumatismos se evanece y únicamente adquieren trascen-


o malos tratos dirigidos contra la mujer; y en dencia los conceptos antagónicos contenidos
cuanto a los elementos subjetivos, requiere por dentro de los términos “conocimiento-dolo/
parte del autor un conocimiento de la existen- desconocimiento-culpa”. Por consiguiente, ya
cia del embarazo por su notoriedad, evidencia no habrá lugar para la culpa consciente, pues
manifiesta; u otras razones a partir de lo cual le exclusivamente cabrá distinguir entre dolo even-
constare dicha circunstancia. tual y culpa inconsciente, es decir aquella en la
cual el sujeto no tuvo conocimiento (58).
No es ocioso destacar que el proyecto sustitu-
ye la fórmula “...el que con violencia causare un Por cierto, los empeños de las teorías moder-
aborto sin haber tenido el propósito de causarlo” nas cognitivas de despojar la faz volitiva del dolo
(art. 87, Cód. Penal) (55) por “...al que con violen- son inconducentes, puesto a que en el acto hu-
cia causare un aborto sin haberse representado mano hay una mutua implicación de los actos
esa consecuencia”. de inteligencia y voluntad (59). De ahí que alu-
damos a una “...primacía subjetiva real porque
Aquí pareciera adoptarse una postura que estimamos que el componente voluntario es la
coloca énfasis en el conocimiento del peligro fuerza principal para determinar el dolo y distin-
concreto en todas las formas dolosas y se acerca guirlo de la culpa; sin embargo, defendemos la
a las teorías cognitivas, a través de las cuales se primacía objetiva formal de la inteligencia —esto
caracteriza al dolo como el: “conocimiento de los es, que la inteligencia mueve a la voluntad no
elementos del tipo objetivo... de los elementos determinándola a obrar o no, sino especificando
que caracterizan la acción como generadora de el acto, es decir presentándole su objeto, ya que
un peligro jurídicamente desaprobado que afec- nadie quiere lo que no conoce—” (60).
ta de manera concreta un determinado objeto
protegido” (56). En efecto, ningún conocimiento determina de
modo necesario a quien actúa a apetecer el ob-
Simplificando, estas corrientes concluyen que jeto conocido. Tal es así, que de no aceptar esto
quien sabe lo que hace obra dolosamente, en se cae en un determinismo, en el cual de manera
tanto que el sujeto que ignora la producción de incondicional todo lo que es presentado por el
aquel peligro concreto comprendido en la reali- conocimiento debe ser apetecido; y, por consi-
zación del tipo; o posee un error sobre este, ac- guiente, no cabría libertad de elección.
tuará culposamente (57).
Así las cosas, de seguirse el criterio enseñado
Según Bacigalupo, el factor dirimente para por las teorías cognitivas, frente a la representa-
distinguir el dolo de la culpa es “el grado de peli- ción de un evento como posible o probable por
grosidad atribuido por el autor a su acción”, pues parte del autor debería concluirse que su accionar
si el peligro es concreto habrá dolo, aunque el fue doloso, lo cual constituye un craso error, pues
sujeto suponga irracionalmente que no realiza- no todo lo representado es querido por el sujeto.
rá el tipo. En tanto si el autor pondera una base
racional pero consolidada en una percepción Por este motivo es necesario sentar la trascen-
desacertada, la cual lo conduce a confiar en la dencia de la fuerza volitiva para la configuración
no realización del delito, nos hallaremos ante un
caso culposo por cuanto no consideró al peligro
como concreto. (58) Ibidem, ps. 323-234.
(59) Para mayor ilustración sobre esta cuestión vide RO-
De esta forma, se elimina el elemento volitivo, MERO BERDULLAS, C. M., “La distinción del dolo even-
dado que la antinomia “voluntario/involuntario” tual y la culpa con representación”, en Revista de Doctrina
y Jurisprudencia, de febrero de 2010, nro. 2, de “El Derecho
Penal”, en El Derecho, ps. 5-34. Allí se explica que el acto
(55) Esta fórmula fue preservada en el art. 86, inc. 1º del humano libre emerge de la recíproca acción de la inteli-
anteproyecto de Código Penal redactado por la comisión gencia y la voluntad y que esta última prima existencial-
designada por decreto 672/12. mente sobre la primera. Y es justamente a raíz de esta pri-
(56) BACIGALUPO, E., “Derecho Penal. Parte General”, macía real de la voluntad, por lo que el objeto de reproche
Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 1999, 2ª ed., ps. 316-317. es la voluntad disvaliosa.
(57) Ibidem. (60) Conf. ROMERO BERDULLAS, C. M., ob. cit.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 125


DPyC Derecho penal DOCTRINA

del dolo, pues como enseña Núñez, “la pena no tanto supone la injusta eliminación de la vida
es una retribución del acto inteligente del hom- de un ser humano; y es más, consideramos a
bre, sino del voluntario, el cual supone inteligen- este supuesto como un homicidio calificado
cia” (61). (64), por cuanto es consumado por un ascen-
diente (vide art. 80, inc. 1º del proyecto) con ale-
De lo contrario, si únicamente bastara la faz vosía (conf. art. 80, inc. 2º del mismo cuerpo);
intelectual, el juicio de reprochabilidad recaería sin riesgo respecto del desprevenido niño por
injustamente en la inteligencia de la persona; nacer (situación que es capitalizada por el ofen-
cuando en realidad, si abrevamos en el fecundo sor); y comúnmente a cambio de dinero o bajo
magisterio de Aristóteles, comprobaremos que la promesa remuneratoria cuando se encarga a un
alabanza o la censura deben dirigirse a actos hu- tercero la comisión del delito (ver art. 80, inc.
manos voluntarios (62); pues: “[s]iendo los actos 3º del plexo analizado); luego cabe preguntarse
conformes a la justicia y los actos injustos... sólo por qué no se protege la vida del niño por nacer
se comete un delito... cuando se obra voluntaria- con igual intensidad a la del nacido.
mente... Lo que hay de voluntario o involuntario
en la acción es lo que constituye la iniquidad o la Si ambos son seres humanos, no se comprende
injusticia... para ser absolutamente culpable de por qué se establece un derecho penal de dife-
una injusticia, basta hacer voluntariamente mal rentes velocidades, pues pareciera que se rea-
a otro...” (63). liza un mayor juicio de reproche si se suprime
a determinada clase de seres humanos que a
Conforme a lo expuesto, si se aceptara los otras, aspecto difícil de conciliar con la garan-
postulados de las hipótesis cognoscitivas, se ter- tía de la igualdad, la idea de dotar de mayor
minará castigando al simple conocimiento con protección a los sectores más vulnerables y la
independencia de que aquel conocimiento sea prevalencia del interés superior del niño consa-
querido; y extendería peligrosamente la primera grada en la Convención sobre Derechos del niño
especie de culpabilidad a hechos culposos. incorporada a la CN.

VIII. Aborto causado por la mujer o consen- Recordemos, que el homicidio simple con-
tido (art. 88 del proyecto de Cód. Penal) templa una pena de prisión de 8 a 25 años; y el
homicidio calificado prevé la imposición de la
El art. 88 del proyecto fija: pena de prisión perpetua a quien matare a otro
en estas condiciones; mientras el art. 88 estipula
“Se impondrá prisión de uno [1] a tres [3] años, una escala de 1 a 3 años de prisión para quien
a la mujer que causare su propio aborto o con- causare un aborto u homicidio prenatal de un
sintiere en que otro se lo causare. La tentativa de niño por nacer; o prestare su consentimiento
la mujer embarazada de causar su propio aborto para ello (reduciendo incluso la escala penal
no es punible. El juez podrá disponer que la pena hoy prevista en el símil art. 88, la cual abarca de
se deje en suspenso o eximirla de ella, teniendo 1 a 4 años).
en cuenta los motivos que impulsaron a la mujer
a cometer el hecho, su actitud posterior, la natu- Desde ya, que en el tipo estudiado como en
raleza del hecho y las demás circunstancias que cualquier otro, de no poder comprender la cri-
demuestren la inconveniencia de aplicar pena minalidad del hecho o dirigir sus acciones al mo-
privativa de la libertad”. mento del suceso, la madre resulta inimputable,
tal como lo establece el art. 34, inc. 1º del proyec-
Una primera observación es que si equipa- to y el Código Penal en vigor.
ramos el aborto doloso al homicidio doloso, en
Diferente es el caso, si la madre obró con una
(61) NÚÑEZ, R. C., “Tratado de Derecho Penal Parte limitada posibilidad de comprensión y actuación
General, II”, Ed. Marcos Lerner Editora Córdoba, Córdoba, libre (por ej. quien actúa en estado de desespe-
1988, p. 56.
(62) ARISTÓTELES, “Ética”, Ed. El Ateneo, Buenos Aires,
2001, p. 61. (64) Se sigue de cerca la tesis de Javier ANZOÁTEGUI,
(63) Ibidem, ps. 140 y 143. que fuera expuesta en “Una Pena...”, cit., ps. 10-11.

126 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Carlos M. Romero Berdullas

ración o vulnerabilidad), pues en este supuesto Definitivamente, habría que sopesar cómo uti-
si bien es punible la autora del aborto o quien lizarían los jueces esta facultad bajo la presión
prestó su consentimiento, se aplican los ate- e influencia de la ideología de género instalada
nuantes previstos en el art. 40 del proyecto (40 en los medios de comunicación, que claramente
y 41 en el Cód. Penal), por cuanto a menor com- enseñaron una marcada tendencia a demonizar
prensión y libertad, necesariamente le sigue en la aplicación de la ley penal en los casos de abor-
justicia menor culpabilidad, reprochabilidad y to, al punto de promoverlo cual si fuera un dere-
punibilidad. cho y no un delito.

Una modificación original, que incluso no se Lo cierto es que al pretender ungir a los jue-
hallaba contemplada en el proyecto de la comi- ces con un poder dispositivo de perdón se abre
sión redactora aprobada por decreto PEN 678/12 camino a lo veleidoso, pues vale preguntarse
(que integraba Zaffaroni) es la facultad conferida cuál es el criterio delimitador, si no es el mero
al juez para “disponer que la pena se deje en sus- arbitrio del órgano decisor. Es que los motivos
penso o eximirla de ella, teniendo en cuenta los por los cuales delinquió la mujer, su actitud
motivos que impulsaron a la mujer a cometer el posterior, la naturaleza del hecho y las demás
hecho, su actitud posterior, la naturaleza del he- circunstancias que demuestren la inconvenien-
cho y las demás circunstancias que demuestren cia de aplicar pena privativa de la libertad se
la inconveniencia de aplicar pena privativa de la vuelven en conceptos sumamente imprecisos e
libertad”. indeterminados.

Es interesante notar, que la redacción de la En efecto, las condiciones de eximición de la


norma presenta similitudes con el art. 26 del mis- pena dependerán de los criterios de valoración
mo proyecto, donde se establece también la posi- relativos de cada juez, órgano fácilmente troca-
bilidad de dejar en suspenso el cumplimiento de ble en legislador si ponderamos las abstractas y
la pena en los casos de primera condena a pena genéricas fórmulas utilizadas para aplicar esta
de prisión que no excediese de 3 años, decisión dispensa de sanción penal, dentro de una polí-
que deberá fundarse en la personalidad moral tica criminal signada por el garanto-abolicionis-
del condenado, los motivos que lo impulsaron mo (65).
delinquir, su actitud posterior al delito, la natu-
raleza del hecho y las demás circunstancias que De este modo, a partir de esta imprecisión de
demuestren la inconveniencia de aplicar pena cánones objetivos los jueces pueden erigirse en
privativa de la libertad. legisladores; e interpretar la necesidad o no de
aplicar la ley penal frente a la comisión del deli-
Por lo pronto, es evidente que si bien por la to de aborto u homicidio prenatal, conducta que
escala penal prevista la mujer podría acceder a por su especial gravedad ha sido incorporada por
la suspensión del proceso a prueba; y en caso de los redactores al proyecto (en clave con el princi-
primera condena a suspender su ejecución, cier- pio de ultima ratio).
tamente se abre aquí la alternativa de dejar en
suspenso la condena (aunque no sea la prime- Repárese, que la ley penal (regla de prudencia
ra); e incluso de eximir la pena en razón de “los determinada por la razón) delimita lo justo a rea-
motivos que impulsaron a la mujer a cometer el lizar en pos de conservar la sociedad humana y
hecho, su actitud posterior, la naturaleza del he- alcanzar el bien común. En este sentido, ha de
cho y las demás circunstancias que demuestren resaltarse que la ley penal no prohíbe todos los
la inconveniencia de aplicar pena privativa de la vicios, sino sólo aquellos actos humanos exterio-
libertad” (art. 88). res y revestidos de tal nocividad para las relacio-

Es arduo encontrar racionalidad a esta pres-


cripción, más si ponderamos que el art. 86 ya (65) Fenómeno pioneramente así denominado y estu-
diado por el jurista Hernández en HERNÁNDEZ, H. H., “El
contempla expresamente cuáles son los supues-
garantismo abolicionista”, Ed. Marcial Pons, Buenos Aires,
tos del aborto, hecho típico y antijurídico, es de- 2013; y HERNÁNDEZ, H. H., “Inseguridad y garantismo
cir prohibido por la ley penal, pero bajo ciertas abolicionista: Bases para la reconstrucción de la Justicia
circunstancias no punible. Penal”, Ed. Cathedra Jurídica, Buenos Aires, 2017.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 127


DPyC Derecho penal DOCTRINA

nes sociales, que de no prohibirse la ciudad no lo suyo, contradiciendo el principio de reciproci-


podría preservarse. dad en los cambios, como así también sin respe-
tar el título del otro (léase el del nasciturus y el de
Esto es fundamental destacarlo, por cuanto al la comunidad política).
cometerse un aborto o cualquier delito no sólo
se ofende a la víctima directa (en este caso el niño A lo que cabe añadir, la posibilidad de que la
por nacer); sino también a la víctima comunidad aplicación de esta dispensa propenda a disten-
política, dado que ante todo hecho penal existe der el juicio ético de la sociedad respecto a esta
una doble razón de demérito, pues: clase de delitos, pues en definitiva, podría llegar
a creerse, que si el juez no sanciona el delito de
“...hay que tener en cuenta que cualquiera que aborto es porque esa conducta no es tan grave;
viva en una sociedad, es en cierta medida parte y por tanto, en realidad no merece desaproba-
y miembro de toda la sociedad. Luego quien- ción, contradiciendo así el valor pedagógico de
quiera que hace algo para bien o para mal de al- la ley penal, la cual debe inducir a los hombres
guien que vive en sociedad, esto redunda a toda a la virtud, ya que si cada parte no se encuentra
la sociedad; como quien hiere una mano, con- ordenada al todo, se vuelve inviable alcanzar el
siguientemente hiere al hombre. Luego, cuando bien común.
uno obra para bien o para mal de otra persona
singular, le corresponde de dos modos razón de Esta pretensa norma es un salvoconducto ha-
mérito o de demérito. Uno, porque le debe retri- cia una anárquica liquidez del derecho penal,
buirla persona singular a la que ayuda u ofende. susceptible de disolver la expresión constitucio-
Otro, porque le debe retribución todo el colecti- nal que consagra el respeto de la vida de todo ser
vo. Además, cuando uno ordena su acto directa- humano desde la concepción, al punto de impe-
mente para bien o para mal de todo el colectivo, dir la consolidación de la ley y abrir el grifo hacia
le debe retribución primero y principalmente una incertidumbre normativa, exacerbada por
todo el colectivo, en efecto, pero secundariamen- una adiaforización regida por los cánones de una
te todas las partes del colectivo” (66). ideología de género trasnacional, proyectada en
un activismo judicial no ajustado a la medida de
Esta norma se convierte así, en una especie de razonabilidad de nuestra Constitución Nacional.
caballo de Troya o carta blanca para abolir el de-
lito de aborto y socavar tanto la seguridad jurídi- Señalados los peligros de esta parte del artí-
ca, como el valor preventivo general de las penas culo proyectado, basta agregar que en la norma
pues, en definitiva, comunica por adelantado a los esbozada la tentativa de la mujer embarazada de
promotores de estos hechos sumamente graves y causar su propio aborto no es punible. Es decir,
sus autores, que la impunidad se encuentra al al- se prevé la no punibilidad del hecho si existió co-
cance de la mano, a través de la eximición del juez. mienzo de ejecución del aborto, pero no llegó a
producirse por circunstancias ajenas a la volun-
Además, se puede entrever una patente con- tad de la madre, quien sí tenía el designio firme
tradicción axiológica, ya que los redactores de la de cometer el delito.
norma tipifican al aborto como delito de acción
pública por la gran trascendencia y afectación Por lo general, la tentativa resulta penada con
del interés público implícita en todo homicidio una sanción inferior con fundamento en dife-
prenatal; más luego, apelando a este comodín rentes teorías que ponderan el aspecto externo
otorgan al juez un poder tendente a derogar una del hecho intentado (peligro corrido por el bien
figura penal, que fue instituida por una regla de jurídico y/o violación de la norma); o la peligro-
prudencia para definir lo justo a realizar en pro- sidad enseñada por el autor del hecho, pues su
cura del bien común. propósito o dolo de homicidio en uno u otro caso
es el mismo.
A tal punto, que así se diluiría la estabilidad de
la ley penal, pues no se daría a quien delinquió En el caso concreto, el proyecto de la ley (al
igual que el Código Penal vigente en el art. 88)
excluye la punibilidad al declarar impune la ten-
(66) SANTO TOMÁS de AQUINO, ob. cit., q. 21, a. 3. tativa de la mujer. Donna ha explicado que es

128 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Carlos M. Romero Berdullas

una causal de impunidad destinada “a evitar el IX. Infanticidio


escándalo para la familia, dado que la pena en
estos casos no tendría ningún beneficio y, sin lu- El art. 81, inc. 3º del proyecto estipula:
gar a dudas, causaría grave daño, especialmente
al hijo que nacería vivo...” (67). “Se impondrá prisión de tres [3] a seis [6] años:
3º) A la madre que matare a su hijo durante el na-
Esta interpretación se enseña concordante con cimiento o inmediatamente después, en circuns-
la articulada pretéritamente por Soler, pues a su tancias extraordinarias de atenuación”.
entender, en el caso mediarían las mismas razo-
nes respecto de los delitos contra la honestidad, De esta forma, se incorpora el infanticidio, tipo
dado que el juicio acarrearía al escándalo y tur- penal atenuado no previsto en el actual Código
bación de la familia (68). Penal, que sí fuera contemplado en el proyecto
de Soler de 1960 dentro de los delitos contra la
Al respecto se abren diferentes interrogantes vida y en el de la comisión designada por dec.
ante esta delicada situación. Claramente es di- 672/12 (art. 80).
verso el supuesto de quien luego de la tentati-
va tuvo una actitud de arrepentimiento; pues El límite temporal se encuentra dado por la
la aplicación de una pena podría perjudicar el comisión del homicidio durante el nacimiento
vínculo familiar; a la madre; e incluso, al niño hasta inmediatamente después. Es decir, el corte
una vez nacido. Pero me pregunto, qué sucede de tiempo denota que debe ser enseguida y sin
si alguien abortó cuatro veces y luego intentó tardanza (tal como lo indica la Real Academia
cometer un quinto aborto, pero no pudo por Española al definir de inmediato) (69) luego del
circunstancias ajenas a su voluntad; e igual- natalicio.
mente, no hizo un juicio de disvalor por lo in-
tentado; más aún, tal vez tenga alguna duda o El atenuante respondería a que, si bien la auto-
firme decisión de realizarlo en cuanto sea po- ra actuó con libertad, por circunstancias extraor-
sible. dinarias obró con ciertos condicionamientos y
una capacidad psíquica menguada, de acuerdo
Permanece abierta la pregunta de si en los con una concreta determinación clínica. Sim-
supuestos de tentativas, no es más razonable plificando, podemos afirmar que se trata de un
mantener la posible sanción penal con su corres- supuesto de imputabilidad o culpabilidad re-
pondiente reducción; y la adopción de medidas ducida; al punto de que si no se configura esta
tendentes a preservar la vida del niño por nacer; extraordinaria situación debería aplicarse el art.
pero dotando al juez de una facultad para dejar 80 del proyecto, donde se estipula la figura de ho-
en suspenso la pena o eximirla de ella, luego de micidio calificado.
justipreciar los motivos que impulsaron a la mu-
jer a intentar cometer el hecho, como así tam- X. Lesiones a la persona por nacer
bién su actitud posterior; u otras circunstancias
de interés. Dentro del L. II, t. I, cap. III, los arts. 95-96 del
proyecto prevén dos casos de lesiones a la perso-
Este es un tema que, dada su complejidad na por nacer. El primero se configura cuando se
particular, amerita un mayor estudio y debate, causare a una persona por nacer una lesión o en-
pues de intervenir adecuadamente el Poder Ju- fermedad que perjudique gravemente su normal
dicial podría evitarse el homicidio prenatal de desarrollo o provoque en él una grave afectación
un niño por nacer que ya se ha intentado consu- física o mental, conducta penada con prisión de
mar. Por tanto, queda abierta la solución a esta 1 a 4 años (art. 95); en tanto el segundo supuesto
problemática; e invito a los amigos del buen mi- (art. 96) contempla la pena de prisión de 6 meses
rar a aprontar un estudio más exhaustivo sobre a 2 años o de 6 a 24 días-multa, para quien por
la cuestión. imprudencia o negligencia, impericia en su arte

(67) DONNA, E. A., ob. cit., p. 199. (69) Disponible en http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w


(68) SOLER, S., ob. cit., p. 36. =inmediato. Fecha de consulta 02/09/2018.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 129


DPyC Derecho penal DOCTRINA

o profesión, o inobservancia de los reglamentos cuentra expresamente prohibido apelar a estas


o deberes a su cargo provocare la lesión o enfer- alternativas.
medad en el art. 95.
Por último, cabe destacar que el art. 97 del
De esta manera, en consonancia con el art. 24 proyecto define como no punibles a las lesiones
del Cód. Civ. y Com. se introducen novedosa- causadas por la mujer embarazada a una per-
mente las lesiones a la persona por nacer, hoy no sona por nacer. Aquí se entiende que se trata de
previstas en nuestra legislación penal; además lesiones culposas causadas por la propia mujer
de contemplarse la forma culposa en su provo- embarazada, de modo que se la eximiría de pena
cación. por el padecimiento de la madre por el daño de
su hijo, consecuencia no querida que por su gra-
Nuevamente, no se logra comprender cuál es vedad volvería desproporcionada e innecesaria
la razón para graduar con una escala ostensi- la aplicación de la sanción penal.
blemente menor las lesiones al niño por nacer
respecto de una persona ya nacida. Véase que el XI. Conclusiones
art. 95 fija una escala que va de 1 a 4 años; mien-
tras los arts. 90-91 (referidos a las lesiones graves Al encarar la lectura propuesta, seguramente
y gravísimas de personas) abarcan una sanción se advirtió que el anteproyecto de reforma del
privativa de la libertad de 1 a 6 años y de 3 a 10 Código Penal de la Nación no supera el juicio de
años. razonabilidad receptado en nuestra Constitu-
ción Nacional.
A ello se suma, que en los casos de lesiones ca-
lificadas (es decir, las circunstancias ya estudia- Puede afirmarse con Isensee que, “si es cierta
das al tratar el homicidio calificado equiparable la premisa (por todos aceptada) de que al niño ya
al homicidio prenatal) se elevan de 3 a 10 años en el vientre materno se le otorga la cualidad jurí-
de prisión las lesiones graves y de 3 a 15 años las dico fundamental de ser humano y con ello pro-
lesiones gravísimas. tección autónoma de sus derechos fundamen-
tales, entonces la prohibición legal del aborto es
Semejantes consideraciones son replicables necesaria desde el punto de vista de los derechos
en cuanto a que no se contemplan las lesiones fundamentales” (70).
leves del niño por nacer; conducta si contem-
plada en el art. 89 del proyecto respecto del ya En ese orden, tal como lo explica en su magis-
nacido. terio Repetto, “la verdad lógica es la adecuación
del entendimiento con las cosas (pto. 5.1., acápi-
De igual manera, resulta inexplicable la menor te 5.1.3.). Por otra parte, la adecuación de lo pen-
intensidad con la cual se punen las lesiones cul- sado (pensamiento) con lo expresado en el len-
posas del nasciturus (6 meses a 2 años o de 6 a 24 guaje (oral o escrito) importa la veracidad (ver-
días-multa) en comparación con la escala de 1 a dad moral; cuestión ético-social). Decimos esto,
3 años o de 1 a 36 días de multa; e inhabilitación pues si, por ejemplo “se dicta o se reconoce una
especial por 1 a 4 años (directamente no previs- norma general —que opera como principio de
ta en el art. 96) a quien por imprudencia o ne- toda ordenación (v.gr. una norma natural o cons-
gligencia, por impericia en su arte o profesión, o titucional)— que diga proteger la vida humana,
por inobservancia de los reglamentos o deberes a necesariamente ha de ser contraria al enunciado
su cargo, causare a una persona ya nacida daños que, bajo apariencia normativa, diga que autori-
en su cuerpo o en la salud (art. 94). za el aborto” (71).

No puede omitirse tampoco de análisis, que


en estos supuestos se encuentra expedita la po-
(70) ISENSEE, J., “El Derecho Constitucional a la Segu-
sibilidad de aplicar una condena de ejecución ridad, Sobre los deberes de protección del Estado Consti-
condicional o acordar la suspensión del proceso tucional Liberal”, Ed. Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2014, 1ª
a prueba (conf. arts. 26 y 74, inc. 1º), contraria- ed., p. 80.
mente a las lesiones gravísimas previstas en los (71) REPETTO, A., “Otras precisiones sobre el Derecho
arts. 91 a 94 del proyecto, casos en donde se en- Penal Realista (hecho, valor y norma)”, en Diario de Políti-

130 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Carlos M. Romero Berdullas

Como ya tuvimos oportunidad de corrobo- dificación propuesta no se ajusta a la medida de


rar, el ordenamiento jurídico de la República racionalidad constitucional.
Argentina protege a los seres humanos desde el
momento de su concepción, tal como se puede Resta agregar, que a través del Preámbulo y el
colegir en los Tratados Internacionales de De- art. 19, claramente la Constitución Nacional re-
rechos Humanos con jerarquía constitucional conoce de modo implícito el vigor de las leyes
(art. 75, inc. 22 de la CN); la reserva formulada naturales de la moral rectoras de los actos libres
al incorporar la Convención sobre los Derechos de los hombres, al invocar “la protección de Dios,
del Niño a la CN; el art. 75, inc. 23, 2º párr. de la fuente de toda razón y justicia”; y reservar en Él,
CN; el art. 19 del Cód. Civ. y Com.; y el decreto el juicio libre sobre la bondad o malicia de los
PEN 1406/98, que instituye el “Día del Niño por actos humanos. Por lo cual, siguiendo a Sampay
Nacer”. puede afirmarse que se “acepta, evidentemente,
que tal juzgamiento se hace en base a normas
Por tanto, dado que nuestra Constitución Na- estatuidas por Dios porque la entidad que dicta
cional reconoce la existencia de vida humana un orden es también quien pena y premia la con-
desde el instante de su concepción y la necesi- ducta de los sujetos a ese orden” (73).
dad de proteger el derecho a la vida del niño por
nacer; luego, en caso de aprobarse la reforma del En consecuencia, si una disposición como al-
Código Penal, las excepciones de punibilidad guna de las aquí propuestas en el anteproyecto,
esbozadas en el art. 86 del proyecto y la facultad contraría el derecho natural no se volverá justa
de eximición de pena prevista en el art. 88 del por una determinación voluntaria del hombre.
mismo documento, necesariamente devendrán En cambio, si lo acordado por los hombres no
inconstitucionales. contradice la naturaleza de las cosas (74), tendrá
aptitud para fundar lo debido y un derecho, pues:
A esto se suma que, aunque partamos de pre-
supuestos filosóficos indudablemente diferen- “...la ley que no es justa no parece que sea ley.
tes, podemos afirmar con Welzel, que “la diná- Por eso tendrá fuerza de ley en la medida que
mica de la naturaleza humana ha sido siempre sea justa. Ahora bien, en los asuntos humanos
presentada como la razón decisiva para que el se dice que una cosa es justa cuando es recta en
Derecho tenga poder, a fin de —como dice San función de la regla de la razón. Más la primera
Pablo— evitar el mal” pues la “más importante regla de la razón es la ley natural, como ya vimos
misión del Derecho es” instaurar “un orden que (q. 91 a.2 ad 2). Luego la ley positiva humana en
asegure la vida de todos” (72) (el resaltado me tanto tiene fuerza de ley en cuanto deriva de la
pertenece). ley natural. Y si en algo está en desacuerdo con
la ley natural, ya no es ley, sino corrupción de la
Se destaca así la importancia de asegurar la ley” (75).
vida de todos los seres humanos; y protegerla con
la misma intensidad, es decir, sin discriminación Tal es así que la ley penal jamás puede volver-
alguna, algo que no logra cumplirse mediante la se disonante con la ley natural (76), pues cesa-
redacción de los arts. 81, inc. 3º, 85-88 y 95-96, ar-
ticulado donde se intenta legislar sobre el infan-
ticidio, el aborto y las lesiones de la persona por (73) SAMPAY, A. E., “La Filosofía Jurídica del art. 19 de
nacer de modo, pero de modo discordante con la CN”, Ed. Cooperadora de Derecho y Ciencias Sociales,
la garantía de igualdad rubricada en el art. 16 de Buenos Aires, 1975, p. 26.
nuestra Constitución Nacional. Por consiguiente, (74) Sin una concepción del hombre y de la naturaleza
aquí emerge otra razón para afirmar que la mo- humana, tanto el derecho como el deber justicia resulta-
rían vaciados de fundamento alguno. Simplificando, si
nada le corresponde al hombre de modo irrevocable debi-
ca Criminal, en El Derecho, Buenos Aires, 21 de diciembre do a su naturaleza humana, se abre camino a las prácticas
de 2007, 5.1.6.2.1, nro. 11.910. totalitaristas, que hacen de él cuanto les place.
(72) WELZEL, H., “Derecho y Poder” en Estudios de (75) SANTO TOMÁS de AQUINO, ob. cit., q. 95, a.2.
Filosofía del Derecho y Derecho Penal, Ed. B de F, Monte- (76) Vale añadir, que toda atribución o medida positiva
video - Buenos Aires, en Colección Maestros del Derecho antagónica a un derecho natural no origina un genuino
Penal, 2013, nro. 15, p. 203. derecho y adolece de invalidez, pues al venir determinado

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 131


DPyC Derecho penal DOCTRINA

ría de ser ley debido a su corrupción. Merced a padres valida la expoliación de su vida (79). Pues
esto, es que determinados actos intrínsecamente este derecho analíticamente tan evidente es la
malos en razón de su objeto (como, por ejemplo: piedra miliar del resto de los derechos, ya que sin
el aborto, los infanticidios, u homicidios prena- su tutela no se puede gozar ni disponer de dere-
tales o luego de nacer; y todo lo conculcador de cho alguno.
la integridad de la persona o su dignidad huma-
na son gravemente ilícitos en todo tiempo; y por Se puede comprender entonces que, por defi-
ello, imperan a la autoridad pública a prevenirlos nición, no constituye un auténtico derecho aque-
y sancionarlos). lla ley positiva contraria a un derecho natural y
no determinada por las verdaderas exigencias de
Desde una perspectiva realista clásica, no po- la dignidad de la persona humana.
demos obviar que la ley penal no prohíbe todos
los vicios, sino los más graves, o sea, aquellos ac- En fin, el proyecto sopesado no alcanza a su-
tos exteriores y lesivos de otros, sin cuya prohi- perar las manifestaciones de un derecho penal
bición, no podría conservarse la sociedad, pues exánime en una sociedad moderna atravesada
la ley humana no prohíbe todo lo contrario a la por su liquidez, pues si ni siquiera el derecho a
virtud, sino le es suficiente con prohibir lo des- la vida es eficazmente preservado; y se diluye en
tructivo de las relaciones sociales. una latente incertidumbre, qué otro imperativo
regirá a la hora de consolidar otros derechos.
Podemos percibir, entonces, que la ley penal
protege bienes jurídicos mediante prohibiciones
Naturalmente, el documento estudiado se
de actos sumamente gravosos para la tranquila
convierte así en una expresión más de un “dere-
convivencia y ordena conductas en pos del bien
cho penal líquido”; y, por ende, de ser aprobado
común, de por sí imperativas a sus destinatarios,
devendrá inconstitucional, por cuanto al con-
aunque estos posean libertad en orden a cum-
trariar sin medida racional lo justo y el derecho
plirlas o no. De ahí que el legislador debe prever
natural receptado en la Constitución Nacional;
la coacción jurídica indispensable para concre-
luego inexorablemente, se vuelve arbitrario.
tar su cumplimiento, pues la obligación consti-
tuye una forma de necesidad de fin y el orden ju-
Esto es evidente, ya que el “derecho penal lí-
rídico no puede tolerar su quebrantamiento, por
quido” no sólo hace enmudecer al derecho penal
cuanto de esa manera se vería comprometida su
y la expresión constitucional, sino también torna
existencia en tanto orden a fin (77).
a los niños por nacer en una especie de desidera-
Lo afirmado sirve además para advertir ciertas ta que pende de un activismo judicial favorecido
falencias en el anteproyecto; e interpelar al le- por un anteproyecto, cuyo ADN, tal vez podría
gislador humano sobre ciertas limitaciones que rastrearse en el fallo “Roe vs. Wade” (80).
vienen dadas por la naturaleza del hombre y la
necesidad de alcanzar el bien común, por cuanto Por ello, puede sellarse este análisis reafirman-
“existen una serie de acciones humanas cuya pe- do que el Derecho Penal y los niños por nacer
nalización siempre será necesaria pues la comu- comparten el mismo dilema existencial (81). Es
nidad política no podría subsistir sin la existen- que, irremediablemente, el proyecto de reforma
cia de normas que las prohíban (v.gr. homicidios, actualiza una vez más la definición efectuada
abortos, lesiones, violaciones, robos, etc.)” (78).
De esto se infiere que ninguna condición del (79) Vide SCALA, J., “Aborto no punible. A propósito del
niño (por ejemplo, su vida intrauterina) o de los caso ‘R. L. M.’. Un fallido fallo”, Ed. Lexis Nexis, Buenos Ai-
res, 20/12/2006.
(80) Para alcanzar una mayor comprensión de esta
lo justo por la naturaleza, la ley positiva contraria a lo justo problemática, se sugiere la lectura de TOZZI, P. A. - MAR-
es injusta, y en consecuencia no es derecho, por cuanto CILESE, S. - MUGA GONZÁLES, R., “El activismo judicial
derecho es lo equipolente a lo justo. en Latinoamérica. Análisis de la reciente jurispruden-
(77) Seguimos de cerca a REPETTO, A., ob. cit. cia argentina proaborto”, en El Derecho, Buenos Aires,
(78) REPETTO, A., “La importancia del derecho y del 05/03/2013, año LI, ED 251, nro. 13.192, ps. 1-7.
derecho penal”, en Diario de Política Criminal, en El De- (81) Esto ya fue afirmado en ROMERO BERDULLAS, C.
recho, Buenos Aires, 15 de junio de 2007, 4.2, nro. 11.780. M., “Derecho Penal Líquido...”, cit., p. 178.

132 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Carlos M. Romero Berdullas

antaño sobre el Hamlet de Shakespeare, pues de la Justicia Penal”, Ed. Cathedra Jurídica, Bue-
su redacción propicia que el derecho penal y el nos Aires, 2017.
derecho original, fundamental e inalienable a la
vida se asemejen al “Señor latente que no puede - ISENSEE, J., “El Derecho Constitucional a la
llegar a ser” (82). Seguridad. Sobre los deberes de protección del
Estado Constitucional Liberal”, Ed. Rubinzal-
XII. Bibliografía Culzoni, Santa Fe, 2014.

- ANZOÁTEGUI, J., “El aborto en la Corte”, LL, - LAMAS, F. A., “Percepción e inteligencia jurí-
2012-C-90, cita online: AR/DOC/2095/2012, dicas. Los principios y los límites de la dialéctica”,
07/05/2012. en AA.VV., Los principios y el derecho natural en
la metodología de las ciencias prácticas, Ed. Edu-
- ANZOÁTEGUI, J., “Muerte de una perso- ca, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2002.
na inocente”, LL, 2013-A-542, cita online: AR/
DOC/6125/2012, 31/12/2012. - NÚÑEZ, R. C., “Manual de Derecho Penal”,
Ed. Lerner, Córdoba, 2009, 5ª ed. actualizada por
- ANZOÁTEGUI, J., “Una Pena (reflexiones Spinka, Roberto E.
acerca del delito de aborto)”, en El Derecho, Bue-
nos Aires, 2000, t. 185-1108. - NÚÑEZ, R. C., “Tratado de Derecho Penal.
Parte General”, Ed. Marcos Lerner Editora Córdo-
- ARISTÓTELES, “Ética”, Ed. El Ateneo, Buenos ba, Córdoba, 1988, II.
Aires, 2001.
- ORTEGA Y GASSET, J., “El Espectador”, Ed. Bi-
- BACIGALUPO, E., “Derecho Penal. Parte Ge- blioteca Nueva, Madrid, 1950.
neral”, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 1999.
- PIEPER, J., “La realidad y el bien. La verdad
- BASSO, G. M., “Los Fundamentos de la Mo- de las cosas”, Ed. Librería Córdoba, Buenos Aires,
ral”, 2ª edic., Ed. Educa, Buenos Aires, 1997. 2009.

- BAUMAN, Z. - LYON, D., “Vigilancia líquida”, - PIEPER, J., “Tratado sobre las virtudes: I vir-
Ed. Paidós, Buenos Aires, 2013. tudes cardinales”, Ed. Librería Córdoba, Buenos
Aires, 2008.
- BAUMAN, Z. - DONSKIS, L., “Ceguera Moral.
La pérdida de sensibilidad en la modernidad lí- - REPETTO, A., “La importancia del derecho y
quida”, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2015. del derecho penal”, en Diario de Política Crimi-
nal, Ed. El derecho, Buenos Aires, 15 de junio de
- IELLIN, D. - PACHECO Y MIÑO, J. A., “Títu- 2007, nro. 11.780.
lo I” en D’Alessio, Andrés J. (dir.), AA.VV., Código
Penal de la Nación, comentado y anotado, La ley, - REPETTO, A., “Otras precisiones sobre el De-
Buenos Aires, 2013, t. III, 2ª ed. recho Penal Realista (hecho, valor y norma)”, en
Diario de Política Criminal, Ed. El derecho, Bue-
- DONNA, E. A., “Derecho Penal Parte Especial”, nos Aires, 21 de diciembre de 2007, nro. 11.910.
Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2003, t. I, 2ª ed.
- ROMERO BERDULLAS, C. M., “Derecho Pe-
- HERNÁNDEZ, H. H., “El garantismo abolicio- nal Líquido: Derrame de la expresión constitu-
nista”, Ed. Marcial Pons, Buenos Aires, 2013. cional”, en AA.VV., Forum 4, Anuario del Centro
de Derecho Constitucional de la Facultad de De-
- HERNÁNDEZ, H. H., “Inseguridad y garan- recho de la Universidad Católica Argentina, Ed.
tismo abolicionista: Bases para la reconstrucción Educa, Buenos Aires, 2016.

(82) MALLARMÉ, “Divagations”, ps. 165-166, según cita - ROMERO BERDULLAS, C. M., “La distinción
de ORTEGA Y GASSET, J., “El Espectador”, Ed. Biblioteca del dolo eventual y la culpa con representación”,
Nueva, Madrid, 1950, p. 50. en Revista de Doctrina y Jurisprudencia, de fe-

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 133


DPyC Derecho penal DOCTRINA

brero de 2010 de “El Derecho Penal”, El Derecho, - SOLER, S., “Derecho Penal Argentino, III”, Ed.
nro. 2. Tea, Buenos Aires, 1951, 2ª ed.

- SAMPAY, A. E., “La Filosofía Jurídica del art. - TALE, C., “El principio ético-jurídico que pro-
19 de la CN”, Ed. Cooperadora de Derecho y híbe matar (Formulación precisa. Aplicaciones
Ciencias Sociales, Buenos Aires, 1975. en las cuestiones bioéticas y de filosofía políti-
ca)”, Ed. Trejo y Sanabria, Córdoba, 2011.
- SANCINETTI, M. A., “¿Aniquilamiento de la
vida humana del no-nacido por parte del Esta- - TOZZI, P. A. - MARCILESE, S. - MUGA GON-
do? Reflexiones sobre el derecho a la vida huma- ZÁLES, R., “El activismo judicial en Latinoaméri-
na intrauterina y al nacimiento”, Ed. La Ley, Sup. ca. Análisis de la reciente jurisprudencia argen-
Const. 2018 (mayo), 15/05/2018, 1, LA LEY 2018- tina proaborto”, en El Derecho, año LI, ED 251,
C, cita Online: AR/DOC/809/2018. Buenos Aires, 05/03/2013, nro. 13.192.

- SANTO TOMÁS DE AQUINO, “Suma de Teo- - Tradición y Acción por un Perú Mayor, “Abor-
logía”, Madrid, 1998, 3ª ed. de la BAC. to la Verdad sin Disfraces”, Lima, 2008.

- SCALA, J., “Aborto no punible. A propósito - WELZEL, H., “Derecho y Poder” en Estudios
del caso ‘R. L. M.’. Un fallido fallo”, Ed. Lexis Nexis, de Filosofía del Derecho y Derecho Penal, Ed. B de
Buenos Aires, 20/12/2006. F, Montevideo - Buenos Aires, en Colección Maes-
tros del Derecho Penal, nro. 15, 2013.
- SILVA SÁNCHEZ, J. M., “Los Indeseados como
Enemigos: La Exclusión de Seres Humanos del - WELZEL, H., “El Nuevo Sistema del Derecho
Status Personae”, en Revista Electrónica de Ciencia Penal. Una introducción a la doctrina de la ac-
Penal y Criminología, 09/01/2007, disponible en ción finalista”, Ed. B de F, Buenos Aires - Monte-
http://criminet.ugr.es/recpc.09/recpc09-01.pdf. video, 2011. u

134 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Derecho penal DOCTRINA

La introducción del delito de financiación ilegal de


partidos políticos en el Código Penal español
Por Luz María Puente Aba Por Luz María Puente Aba *

Sumario: I. Introducción: las recomendaciones relativas a la sanción


de la financiación ilegal de los partidos políticos.— II. El art. 304 bis
del Cód. Penal (tipo básico y tipos agravados): un delito exclusiva-
mente en materia de financiación privada de los partidos políticos.—
III. El art. 304 ter del Cód. Penal: la figura agravada de pertenencia a
una organización destinada a la financiación ilegal de partidos polí-
ticos.— IV. Bibliografía.

I. Introducción: las recomendaciones relati- (GRECO), que entre las Rondas de evaluación
vas a la sanción de la financiación ilegal de los de los distintos Estados miembros en materia
partidos políticos de corrupción, ha dedicado parte de una de
ellas (la Tercera, iniciada en 2007) a analizar
La Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, intro- la transparencia en la financiación de los par-
dujo por vez primera en el Código Penal español tidos políticos, precisamente tomando como
el delito de financiación ilegal de partidos políti- referencia la implementación en cada Estado
cos. Se creó un nuevo Título XIII bis en el Libro II de las reglas contenidas en la ya citada Reco-
del Texto punitivo, con la rúbrica “De los delitos mendación del Consejo de Europa de 2003
de financiación ilegal de los partidos políticos”, (Sandoval, 3 ss.). Como conclusión de esta
compuesto únicamente por artículos, el 304 bis Ronda de evaluación, al margen de los Infor-
y el 304 ter. mes de evaluación y de cumplimiento en re-
lación con cada Estado, en 2011 fue publica-
La financiación de los partidos políticos ha do el informe “Fighting corruption. Political
constituido siempre una cuestión fundamen- funding” (Doublet), donde se hace hincapié,
tal en el seno de la democracia representativa. fundamentalmente, en la necesidad de dar pu-
La transparencia en el sistema de financiación blicidad a las cuentas de los partidos políticos,
de las formaciones políticas no sólo constituye de aclarar el sistema de contabilidad tanto del
un pilar básico del sistema democrático, sino partido a nivel central como en sus secciones
que también supone uno de los ejes funda- locales, de buscar la independencia real de los
mentales en la lucha contra la corrupción de organismos supervisores, y de establecer un
las Administraciones públicas. Es destacable sistema de sanciones suficientemente flexible
que gran parte de los documentos y de las ac- para atender a la proporcionalidad entre in-
ciones internacionales en materia de corrup- fracción y sanción y de este modo garantizar
ción dedican una atención específica a este su efectiva aplicación. En esta línea profundi-
fenómeno: así, por ejemplo, cabe citar la Con- za la evaluación que realiza específicamente el
vención de Naciones Unidas sobre la corrup- GRECO sobre España (Informe de evaluación
ción, de 31 de octubre de 2003; o la Recomen- de 15/05/2009, Informe de cumplimiento de 1
dación Rec(2003)4 del Consejo de Ministros de abril de 2011, y segundo Informe de cum-
del Consejo de Europa a los Estados miembros, plimiento de 21 de junio de 2013, que cuenta
sobre reglas comunes contra la corrupción en con una Adenda posterior aprobada en 2014
la financiación de los partidos políticos y las y publicada en 2015); con carácter general,
campañas electorales. Destaca especialmente los informes recomiendan asegurar que los
en este ámbito la labor del Grupo de Estados préstamos a partidos políticos no constituyan
contra la corrupción, del Consejo de Europa una vía para burlar los límites en las vías de fi-
nanciación, aumentar la transparencia en los
* Universidade da Coruña. partidos políticos a nivel local y en las asocia-

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 135


DPyC Derecho penal DOCTRINA

ciones vinculadas a los partidos, crear un for- los partidos, que pueden constituir una vía indi-
mato común para las cuentas de los partidos, recta y subrepticia de financiación; y la falta de
mejorar los sistemas de auditoría, aumentar claridad en las cuentas de las secciones locales
los recursos del Tribunal de Cuentas como ór- de los partidos políticos (2).
gano supervisor, y finalmente establecer unas
normas de financiación más claras y configu- El legislador español decidió introducir en
rar un amplio rango de sanciones efectivas, el Código Penal el delito de financiación ilegal
proporcionadas y disuasorias. de partidos políticos, a través de la citada Ley
de reforma del año 2015. Hasta este momen-
Los informes del GRECO inciden en varios to, las irregularidades en tal ámbito podían ser
puntos clave para solucionar las irregularida- constitutivas únicamente de alguna de las in-
des en el ámbito de la financiación de los parti- fracciones previstas en la Ley Orgánica 8/2007,
dos políticos. Fundamentalmente, se trata de la de 4 de julio, sobre financiación de los partidos
transparencia y publicidad de las cuentas de los políticos (en adelante, LOFPP); cierto es que sí
partidos, a lo cual contribuiría la previsión de un existían determinados delitos electorales en la
formato común en los documentos contables y Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régi-
la constitución de un auténtico control interno men Electoral General (en adelante, LOREG),
en la propia entidad; la existencia de un órgano pero no había propiamente ninguna infrac-
independiente de control que posea poderes ción penal relativa a la financiación electoral
reales de investigación y facultad de imponer ilícita; la figura más cercana en este ámbito se-
sanciones; y el establecimiento de un sistema ría el art. 149 LOREG, que castiga realmente la
integral de sanciones proporcionadas y disua- falsedad de la contabilidad electoral (3). Con
sorias. Esto último determina no solo la existen- carácter general, la doctrina que ha tratado
cia de infracciones administrativas en relación este tema se manifiesta a favor de configurar
con la vulneración de las normas reguladoras una figura penal autónoma relacionada con la
del sistema de financiación de los partidos, sino financiación ilegal de los partidos políticos; el
también la previsión de infracciones penales bien jurídico protegido, si bien existen deter-
para los supuestos que revisten mayor grave- minadas matizaciones doctrinales al respecto,
dad; en suma, se hace especial hincapié en que podría situarse en el correcto funcionamiento
el sistema sea flexible y gradúe las sanciones del sistema democrático de partidos, caracte-
en función de la gravedad del comportamiento rizado por la transparencia en su financiación,
ilícito (1). El GRECO, además, señala aquellos por la igualdad de oportunidades para todas
ámbitos o prácticas más proclives a la verifica- las formaciones políticas, y por la necesaria
ción de irregularidades en la financiación de los confianza de los ciudadanos en este sistema,
partidos; esencialmente, y como más adelante base fundamental del Estado democrático
se mostrará, se señalan como especiales pun- (Nieto, 123; Maroto, 385; Olaizola, 192; Sando-
tos problemáticos los siguientes: los préstamos val, 340). Si bien debe ser bien recibida la crea-
bancarios, generalmente en condiciones muy ción de esta figura delictiva, cuestión distinta
ventajosas para los partidos, incluyendo la po- es, como se analizará a continuación, cómo ha
sibilidad de su condonación total o parcial; la quedado definitivamente configurada, y qué
falta de control de las asociaciones vinculadas a comportamientos quedan fuera de esta nueva
infracción penal.
(1) DOUBLET, Y. M., “Fighting corruption. Political
funding. Thematic review of GRECO’s Third Evaluation
Round. Aspectos dogmáticos y jurisprudenciales”, GRE- (2) DOUBLET, 16 y 54-55; GRECO, 2009, ibídem; GRE-
CO, 2011, ps. 54-55; GRECO, “Informe de evaluación so- CO, 2011, ibídem; GRECO, 2013, ibídem; GRECO, “Ad-
bre transparencia en la financiación de partidos políticos dendum to the Second Compliance Report on Spain.
en España”, Estrasburgo, 2009, ps. 34-35; GRECO, “Com- Transparency of party funding”, Strasbourg, 2014, ps. 9-10;
pliance Report on Spain. Transparency of party funding”, GRECO, 2015, ibidem.
Strasbourg, 2011, ps. 12-13; GRECO, “Second Compliance (3) Vid. sobre esta figura delictiva PUENTE ABA, L.
Report on Spain. Transparency of party funding”, Stras- M., “Financiación ilegal”, en FARALDO CABANA, P.
bourg, 2013, ps. 11-12; GRECO, “Second Addendum to (dir.), Comentarios a la legislación penal especial, Ed.
the Second Compliance Report on Spain. Transparency of Lex Nova - Thomson Reuters, Valladolid, 2012, ps. 263
party funding”, Strasbourg, 2015, ps. 12-13. ss., y bibliografía citada.

136 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Luz María Puente Aba

II. El art. 304 bis del Cód. Penal (tipo básico y II.1. Las figuras básicas del art. 304 bis del Cód.
tipos agravados): un delito exclusivamente en Penal (aparts. 1º y 4º): la conducta de financia-
materia de financiación privada de los parti- ción ilegal (privada) de partidos políticos
dos políticos
El art. 304 bis Cód. Penal castiga únicamente
La redacción del art. 304 bis del Código Penal determinadas irregularidades en la financiación
es la siguiente: privada de los partidos políticos. Las figuras bá-
sicas de esta infracción delictiva se hallan en los
“1. Será castigado con una pena de multa del aparts. 1º y 4º del precepto, de tal modo que en
triplo al quíntuplo de su valor, el que reciba do- el apart. 1º se describe la conducta típica y se
naciones o aportaciones destinadas a un partido sanciona la recepción de la financiación por el
político, federación, coalición o agrupación de partido político, y en el apart. 4º se castiga la co-
electores con infracción de lo dispuesto en el art. rrelativa actuación de quien entrega tales apor-
5.1 de la Ley Orgánica 8/2007, de 4 de julio, sobre taciones.
financiación de los partidos políticos.
La conducta típica, descrita en el apart. 1º del
2. Los hechos anteriores serán castigados con art. 340 bis, está constituida por la infracción
una pena de prisión de seis meses a cuatro años de lo dispuesto en el art. 5.1 de la Ley Orgánica
y multa del triplo al quíntuplo de su valor o del 8/2007, de 4 de julio, sobre financiación de los
exceso cuando: partidos políticos, que prohíbe los siguientes ti-
pos de donaciones:
a) Se trate de donaciones recogidas en el art.
5.1, letras a) o c) de la Ley Orgánica 8/2007, de 4 - Donaciones anónimas, finalistas o revoca-
de julio, sobre financiación de los partidos po- bles.
líticos, de importe superior a 500.000 euros, o
que superen en esta cifra el límite fijado en la - Donaciones procedentes de una misma per-
letra b) del aquel precepto, cuando sea esta el sona superiores a 50.000 euros anuales. Se ex-
infringido. ceptúan no obstante de este límite las donacio-
nes de bienes inmuebles, siempre que se cum-
b) Se trate de donaciones recogidas en el art. plan los requisitos del art. 4.2.e) LOFPP, esto es,
7.2 de la Ley Orgánica 8/2007, de 4 de julio, sobre siempre que se haga constar la identificación del
financiación de los partidos políticos, que supe- donante y que se atestigüe documentalmente la
ren el importe de 100.000 euros. entrega del bien donado y el carácter irrevocable
de la donación.
3. Si los hechos a que se refiere el apartado an-
terior resultaran de especial gravedad, se impon- - Donaciones procedentes de personas jurídi-
drá la pena en su mitad superior, pudiéndose lle- cas y de entes sin personalidad jurídica.
gar hasta la superior en grado.
Estamos, por lo tanto, ante una norma penal
4. Las mismas penas se impondrán, en sus res- en blanco, puesto que el Código penal cataloga
pectivos casos, a quien entregare donaciones o como delictivas determinadas donaciones pro-
aportaciones destinadas a un partido político, hibidas en la LOFPP. Aun admitiendo la legiti-
federación, coalición o agrupación de electores, midad de esta técnica, el problema se plantea
por sí o por persona interpuesta, en alguno de los porque el legislador penal renuncia a añadir al-
supuestos de los números anteriores. gún elemento adicional a la conducta prohibida,
con el fin de dotarle de un desvalor adicional, de
5. Las mismas penas se impondrán cuando, mayor gravedad, a la propia infracción adminis-
de acuerdo con lo establecido en el art. 31 bis de trativa. Se produce por lo tanto un solapamiento
este Código, una persona jurídica sea responsa- entre ambas clases de ilícitos; por consiguiente,
ble de los hechos. Atendidas las reglas estable- cabe plantear aquí la posible afectación del prin-
cidas en el art. 66 bis, los jueces y tribunales po- cipio ne bis in idem, teniendo en cuenta que el
drán asimismo imponer las penas recogidas en Código Penal no aporta elementos típicos adi-
las letras b) a g) del apart. 7º del art. 33”. cionales que permitan diferenciar ambas infrac-

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 137


DPyC Derecho penal DOCTRINA

ciones, y que la LOFPP no otorga criterios claros de personas físicas, personas jurídicas y entes sin
para solventar el posible concurso de normas personalidad jurídica sin ningún tipo de limita-
que aquí surge. ción en su cantidad. Si bien la reciente reforma de
la LOFPP introduce una serie de criterios que per-
En la ejecución de tales conductas intervienen miten establecer cuándo una fundación o entidad
dos sujetos: los donantes y los receptores de la puede considerarse vinculada o dependiente de
donación. Atendiendo al art. 304 bis, ambos se- un partido político, la inexistencia de límites per-
rán castigados con las mismas penas: el apart. 1º sonales y cuantitativos en sus vías de financiación
se refiere a quienes reciban las donaciones, y el constituye un serio obstáculo para garantizar una
apart. 4º a quienes las entreguen. Se configura auténtica transparencia y limitación en los proce-
un delito común, de tal forma que no hay res- sos de financiación de las formaciones políticas.
tricciones en relación con el sujeto activo de esta Una regulación que pretenda realmente asegurar
modalidad delictiva. la transparencia y evitar la financiación irregular,
debería incluir a todo tipo de agrupaciones políti-
El apart. 1º del art. 304 bis menciona expresa- cas y entidades vinculadas con los partidos políti-
mente al “que reciba donaciones o aportaciones cos (Maroto, 389; Nieto, 128).
destinadas a un partido político, federación, coa-
lición o agrupación de electores”. De este modo, Hay que tener en cuenta que, según el art. 304
aquí tendrían cabida las conductas no sólo de los bis 5, también las personas jurídicas pueden ser
miembros de partidos políticos que reciben la fi- responsables de este delito. Este apartado indica
nanciación irregular, sino también de los sujetos que se impondrán “las mismas penas” a las per-
o entidades intermediarias que reciben la dona- sonas jurídicas que, de acuerdo con lo previsto
ción prohibida para posteriormente derivarla al en el art. 31 bis Cód. Penal, resulten responsables
partido político. de este delito; debe entenderse, obviamente, que
se trata únicamente de las penas de multa indi-
Con respecto a estas previsiones, cabe ana- cadas en los apartados anteriores, y no las penas
lizar en primer lugar la forma de referirse a la de prisión. En este punto debe recordarse que
agrupación política. Según el art. 1º LOFPP, la la Ley Orgánica 7/2012, de 27 de diciembre, de
expresión “partido político” ha de comprender reforma del Código Penal, eliminó a los partidos
no sólo a los propios partidos en sentido estric- políticos del catálogo de personas jurídicas a las
to, sino también a las federaciones, coaliciones o que no puede atribuirse responsabilidad penal,
agrupaciones de electores. El Código penal opta de tal modo que ahora estas entidades sí pueden
por enumerar directamente estas cuatro clases resultar penalmente responsables conforme a lo
de formaciones como sujetos receptores de la previsto en el art. 31 bis Cód. Penal. La posibili-
financiación prohibida. No obstante, cabe apre- dad de permitir o no que los partidos políticos
ciar una destacada ausencia en este catálogo de puedan ser declarados penalmente responsables
entidades: se trata de las fundaciones o cualquier resulta indudablemente un tema controvertido,
tipo de asociaciones vinculadas a los partidos y especialmente si lo conectamos con la especí-
políticos. De hecho, la propia LOFPP no sólo las fica forma en que está configurado el vigente sis-
excluye de la genérica expresión “partido políti- tema de responsabilidad penal de las personas
co” sino que, lo que es aún más importante, les jurídicas. Efectivamente, las críticas a la inicial
aplica un distinto régimen, mucho más laxo, en exclusión de los partidos políticos de este ámbito
relación con los límites de su financiación. Así, de responsabilidad (Valls, 109 ss.; Díez Ripollés,
la regulación de este último tipo de entidades se 11, y bibliografía citada), o la posible considera-
ubica en la Disposición Adicional Séptima de la ción del efecto autorregulador que esta previsión
LOFPP donde, si bien se las somete a los mismos tendría en la democracia interna y organización
mecanismos de fiscalización y control aplicables de los partidos políticos (Maroto, 389 y 447 ss.),
a los partidos políticos (Títs. V y VI LOFPP), se pasarán indudablemente por la revisión y adap-
las excluye de determinadas limitaciones en re- tación del actual sistema de la responsabilidad
lación con las donaciones privadas: se les apli- penal de las personas jurídicas, preferentemente
can las previsiones del Tít. II de la LOFPP con configurado pensando en la delincuencia de tipo
excepción de lo previsto en los aparts. b) y c) del empresarial (Quintero, 2013, 8; Terradillos, 172-
art. 5.1, de modo que pueden recibir donaciones 173; Zugaldía, 124 ss.).

138 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Luz María Puente Aba

Esta nueva infracción delictiva en materia de Como se ha indicado, a la vista de la regulación


financiación de partidos se centra en una mo- legal, quedan fuera del ámbito típico cualesquie-
dalidad específica de financiación: la de origen ra irregularidades en relación con las donaciones
privado para el funcionamiento habitual de los de carácter estrictamente electoral. Cierto es que
partidos. Además de quedar al margen de la ór- la LOREG contiene un conjunto de delitos elec-
bita penal la financiación de origen público y la torales pero, como ya se ha adelantado, no existe
destinada específicamente para gastos en mate- propiamente ninguna infracción penal que cas-
ria electoral, también se detectan importantes tigue específicamente estos comportamientos
lagunas en el ámbito de la financiación privada. de financiación ilegal. Únicamente el art. 149
LOREG castiga a “los administradores generales
Por un lado, cabe llamar la atención sobre el y de las candidaturas de los partidos, federacio-
hecho de que esta nueva infracción penal no nes, coaliciones o agrupaciones de electores que
hace referencia alguna a una de las novedades falseen las cuentas, reflejando u omitiendo inde-
que ha incluido la reciente reforma de la LOFPP: bidamente en las mismas aportaciones o gastos
la prohibición de que las entidades de crédito o usando de cualquier artificio que suponga au-
efectúen condonaciones parciales o totales de mento o disminución de las partidas contables”;
deudas a los partidos políticos (art. 4.4 LOFPP). como se puede apreciar, no se castiga realmente
la obtención ni la concesión de financiación ile-
Por otro lado, tampoco se tipifica la realización gal, sino simplemente el falseamiento de la con-
de falsedades en la contabilidad del partido, al tabilidad electoral precisamente para encubrir
estilo del ya citado art. 149 LOREG, que castiga aportaciones irregulares (PUENTE, 263 ss.). Se
justamente la acción de falsear las cuentas del ha desaprovechado así la oportunidad de regu-
partido para ocultar aportaciones o gastos ilí- lar conjuntamente la financiación ilegal de los
citos. Debería castigarse este tipo de comporta- partidos políticos, independientemente de si se
mientos ya que, en relación con la financiación trata de financiación de carácter electoral (con-
privada ilícita, cabe distinguir dos modalidades: templada en la LOREG) o para el funcionamien-
la financiación oculta directa y la indirecta. En el to habitual de las formaciones políticas (regula-
primer caso, el partido político recibe los fondos da en la LFPP; no obstante, cabe mencionar que
ilícitamente y los oculta en su contabilidad; en el tras la reforma de 2015, la LFPP también incluye
segundo caso, las donaciones tienen reflejo en en su art. 17 algunas infracciones en materia de
la contabilidad del partido, pero de forma frau- ingresos y gastos electorales).
dulenta, por ejemplo, falseando la cuantía de la
donación, fraccionando su importe y ocultando Asimismo, el art. 304 bis sólo sanciona las irre-
al verdadero donante, o disfrazándola como otro gularidades en la financiación de origen privado,
negocio jurídico (Nieto, 133 ss.). En este segundo olvidando la otra importante fuente de financia-
grupo de casos se estará falseando la contabilidad ción de los partidos políticos: la financiación de
del partido; no obstante, pueden resultar inapli- origen público. Los recursos públicos destinados
cables los delitos de falsedades documentales al a los partidos tienen un cauce y límite bien deli-
tratarse, usualmente, de falsedades ideológicas mitado en la Ley de Presupuestos Generales del
cometidas por particulares (por los responsables Estado, atendiendo al criterio de reparto estable-
de la contabilidad del partido político), que con cido en la Ley de financiación de partidos políti-
arreglo al art. 392 Cód. Penal no son punibles. cos. Según los arts. 2º y 3º LFPP, las formaciones
Por este motivo, hubiera resultado deseable que políticas reciben subvenciones anuales del Esta-
en el delito de financiación ilegal de partidos se do para su funcionamiento habitual; asimismo,
incluyera también la conducta delictiva relativa existen otras vías de financiación pública espe-
a la introducción de datos falsos en los libros de cífica: las previstas en la LOREG para los gastos
contabilidad, contemplando no sólo la conducta electorales y las dispuestas en la ley 7/1985, 2-4,
de los propios integrantes del partido en relación de Bases del Régimen Local, en relación con las
con su contabilidad interna, sino incluso de au- corporaciones locales. Evidentemente también
ditores u órganos de control externos que hagan en la obtención de financiación pública pueden
constar este tipo de falsedades en sus informes presentarse irregularidades, que con carácter
relativos a la contabilidad del partido político general y esquemático se podrían presentar por
(Maroto, 388; Olaizola, 210-211). las vías que se indican a continuación.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 139


DPyC Derecho penal DOCTRINA

Fundamentalmente pueden distinguirse dos lito contra la Administración pública, como por
posibilidades en función del origen real de los ejemplo en el segundo grupo de supuestos indi-
fondos destinados al partido: los supuestos en cado, en el que realmente no hay una entrega de
que, en el marco de alguna relación jurídica en- fondos públicos, sino que es la autoridad o fun-
tre el ente privado y la Administración, se entre- cionario quien determina que una entidad pri-
ga dinero público para que la entidad lo desvíe al vada entregue una cantidad propia a un partido
partido político y, por otro lado, aquellos casos político. Además, debe recordarse la necesidad
en que, en el marco de este tipo de relaciones, la de sancionar a todos los sujetos implicados en
entidad se ha comprometido a donar determina- el proceso, que no suelen ser únicamente dos
dos fondos de su propiedad a una formación polí- (la autoridad o funcionario, y el partido político
tica (Nieto, 128-129). En el primero de los supues- destinatario de la financiación irregular), sino
tos citados, se trata de aprovechar alguna relación tres, pues generalmente interviene una tercera
o acto jurídico para desviar fondos públicos a una persona que participa en el desvío de los fondos
formación política; como ejemplos fundamen- al partido.
tales de ámbitos donde se puede plantear tal si-
tuación, puede pensarse en las adjudicaciones de Por consiguiente, una regulación penal ade-
contratos del sector público y en la concesión de cuada y completa de la financiación ilegal de
ayudas y subvenciones. Así, al producirse la entre- partidos políticos abarcaría la sanción de com-
ga de dinero por parte de la Administración a la portamientos irregulares tanto en la financiación
entidad privada, se estaría entregando una canti- de origen privado como en la de origen público,
dad adicional con la condición de que esta última sancionando, en este último ámbito, modalida-
la entregase a un determinado partido político. El des de conductas como las indicadas en los pá-
segundo de los supuestos planteados implicaría rrafos anteriores (Maroto, 387).
que una entidad privada, a cambio de entablar
algún tipo de relación con la Administración pú- Finalmente, la penalidad prevista para el tipo
blica, o de obtener fondos públicos para cualquier básico (aparts. 1º y 4º) es una multa del triplo al
finalidad, se compromete a realizar una donación quíntuplo del importe de la donación efectuada;
a un partido político. Si bien en estos casos el ori- para los tipos agravados del apart. 2º se prevé
gen real de los fondos es de naturaleza privada, prisión de seis meses a cuatro años y multa del
lo que particulariza a esta forma de financiación triplo al quíntuplo del importe de la donación o
es que responde a una determinación de una au- de su exceso. Por consiguiente, el valor de refe-
toridad o funcionario público, que es quien real- rencia para el cálculo de la multa proporcional
mente toma la decisión de hacer llegar este tipo dependerá de la concreta modalidad delictiva.
de financiación al partido político, es decir, se En el primer inciso del apart. 2.a) se castiga la
utiliza la función pública como vía para la obten- realización de donaciones por importe superior
ción ilícita de recursos económicos destinados al a 500.000 euros, y en el apart. 2.b) las donaciones
partido. han de superar los 100.000 euros; en ambos ca-
sos, el punto de referencia para calcular la multa
Es cierto que en el ámbito de las irregulari- proporcional coincide exactamente con la cuan-
dades en la financiación pública generalmente tía de la donación. En cambio, en el segundo
se verificará algún delito contra la Administra- inciso del apart. 2.a) se sanciona la realización
ción pública, como la malversación, el cohecho de donaciones que superen en 500.000 euros el
o el tráfico de influencias. No obstante, ello no límite previsto en el art. 5.1.b) LOFPP, según el
impide incluir este tipo de financiación ilícita cual las donaciones procedentes de personas fí-
en el delito de financiación ilegal de partidos sicas no podrán exceder los 50.000 euros anua-
políticos (Nieto, 122-124): en primer lugar, por- les. Por lo tanto, en este último supuesto el valor
que con este tipo de comportamientos se están de referencia para el cálculo de la multa no esta-
vulnerando realmente dos bienes jurídicos (el rá constituido por el importe exacto de la dona-
correcto funcionamiento de la Administración ción, sino por el montante en el que se haya so-
pública y la transparencia e igualdad de oportu- brepasado ese límite anual de 50.000 euros (así,
nidades en el sistema democrático de partidos), si la donación fuera de un total de 600.000 euros,
y en segundo lugar, porque en algunos casos no el valor que se tomaría para calcular la multa se-
podrá llegar a constatarse la comisión de un de- ría de 550.000 euros).

140 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Luz María Puente Aba

II.2. Los tipos agravados del art. 304 bis del de sufragio pasivo o de inhabilitación especial
Cód. Penal (aparts. 2º y 3º) para empleo o cargo público o para cualquier
otro derecho, pero sólo en relación con los tipos
Los aparts. 2º y 3º del art. 304 bis Cód. Penal agravados, puesto que al tratarse de penas acce-
prevén unas circunstancias de agravación apli- sorias de las penas de prisión inferiores a diez
cables a las figuras básicas de los aparts. 1º y 4º. años (art. 56 Cód. Penal), no pueden imponerse
a quien cometa la figura básica, que sólo prevé
Así, el art. 304 bis 2 Cód. Penal contiene las si- la pena de multa. Por último, el partido político
guientes figuras agravadas: también debería perder los fondos ilícitamente
obtenidos, lo cual sería posible aplicando la con-
- Cuando las donaciones anónimas, finalistas, secuencia accesoria de comiso.
revocables, o procedentes de personas jurídicas
o de entes sin personalidad jurídica superen los III. El art. 304 ter del Cód. Penal: la figura
500.000 euros; o cuando las donaciones proce- agravada de pertenencia a una organización
dentes de personas físicas superen los 550.000 destinada a la financiación ilegal de partidos
euros anuales (en relación con el art. 5.1 LOFPP). políticos

- Cuando las donaciones procedan de Go- La regulación en materia de financiación ile-


biernos u organismos extranjeros, de entidades gal de partidos políticos se completa con la pre-
o empresas públicas extranjeras, o de empresas visión de una específica figura agravada en el art.
relacionadas directa o indirectamente con todos 304 ter Cód. Penal, que dispone lo siguiente:
los anteriores, siempre que se supere el importe
de 100.000 euros (en relación con el art. 7.2 LO- “1. Será castigado con la pena de prisión de
FPP). uno a cinco años, el que participe en estructu-
ras u organizaciones, cualquiera que sea su na-
Finalmente, el art. 304 bis 3 Cód. Penal regula turaleza, cuya finalidad sea la financiación de
otra circunstancia de agravación, estableciendo partidos políticos, federaciones, coaliciones o
que si las conductas previstas en el apart. 2º re- agrupaciones de electores, al margen de lo esta-
sultaran de “especial gravedad”, se impondrá la blecido en la ley.
pena en su mitad superior, y resultará potestativa
la imposición de la pena superior en grado. La 2. Se impondrá la pena en su mitad superior
expresión “especial gravedad” es de carácter va- a las personas que dirijan dichas estructuras u
lorativo y su apreciación corresponde a los tribu- organizaciones.
nales, si bien ha de entenderse que se refiere a la
especial significación o relevancia económica de 3. Si los hechos a que se refieren los apartados
la conducta delictiva. anteriores resultaran de especial gravedad, se
impondrá la pena en su mitad superior, pudién-
La pena del tipo agravado contenido en el dose llegar hasta la superior en grado”.
apart. 3º se construye sobre la penalidad prevista
en el apart. 2º: se impondrán tales penas en su El art. 304 ter establece una penalidad más
mitad superior, pudiendo imponerse facultativa- agravada para los casos en que la financiación
mente la pena superior en grado. ilegal de los partidos políticos se articule a través
de una estructura u organización específicamen-
Se echa aquí de menos la previsión de otras te destinada a tal fin, esto es, mediante una en-
posibles sanciones especialmente idóneas para tidad o grupo que se haya configurado precisa-
este tipo de conductas, como la pérdida del car- mente para facilitar la aportación encubierta de
go en aquellos casos en que el miembro del par- los fondos al partido.
tido ostente algún cargo público, y la pérdida del
derecho de sufragio pasivo (Maroto, 389; Nieto, Esta previsión recuerda a otras ya existentes
138), o la imposibilidad de obtener ayudas de en el Código Penal, como por ejemplo el art. 302
naturaleza pública o privada. En cualquier caso, Cód. Penal en materia de blanqueo, el art. 369
existe la posibilidad de aplicar como acceso- bis Cód. Penal en materia de tráfico de drogas y
rias las penas de inhabilitación para el derecho el art. 177 bis Cód. Penal en el delito de trata de

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 141


DPyC Derecho penal DOCTRINA

seres humanos. No obstante, en estas últimas ca- sin referencia a la penalidad prevista en el propio
tegorías delictivas la agravación por pertenencia delito de financiación ilegal (art. 304 bis Cód. Pe-
a la organización delictiva aparece configurada nal). Por consiguiente, la redacción legal permite
de modo diverso. Así, en el art. 302 Cód. Penal, la apreciación de un concurso de delitos entre la
se establece que “en los supuestos previstos en el propia figura de financiación ilegal de partidos
artículo anterior se impondrán las penas privati- (art. 304 bis) y la pertenencia o dirección de una
vas de libertad en su mitad superior a las perso- organización estructurada para llevar a cabo este
nas que pertenezcan a una organización dedica- tipo de comportamientos (art. 304 ter), solución
da a los fines señalados a los mismos, y la pena esta que, como se puede apreciar, tiene efectos
superior en grado a los jefes, administradores o agravatorios mucho más importantes que en los
encargados de las referidas organizaciones”. De casos de las otras figuras delictivas indicadas con
este modo, a quien cometa un delito de blan- anterioridad.
queo perteneciendo o dirigiendo una organiza-
ción dedicada a estas actividades delictivas, se No obstante, esta previsión específica no re-
le impondrá la pena prevista para el delito de sultaba realmente necesaria porque una orga-
blanqueo (art. 301 Cód. Penal) en su mitad su- nización o estructura cuya finalidad sea la reali-
perior, o la pena superior en grado. El art. 369 zación de actividades delictivas (en este caso, la
bis Cód. Penal contiene una previsión similar: financiación ilegal de partidos políticos) puede
“Cuando los hechos descritos en el art. 368 se encajar en los conceptos de organización o gru-
hayan realizado por quienes pertenecieren a po criminal, de los arts. 570 bis y ter CP. En virtud
una organización delictiva, se impondrán las del principio de especialidad, será de aplicación
penas de prisión de nueve a doce años y mul- preferente el concurso entre los arts. 304 bis y ter
ta del tanto al cuádruplo del valor de la droga Cód. Penal, frente al concurso entre el art. 304
[...]. A los jefes, encargados o administradores bis y alguno de los dos preceptos dedicados a or-
de la organización se les impondrán las penas ganizaciones y grupos criminales: arts. 570 bis o
superiores en grado a las señaladas en el párrafo ter Cód. Penal, en función de si se trata de una
primero”. Así, igualmente, cuando un delito de organización estable o una estructura o grupo de
tráfico de drogas es cometido por personas que carácter transitorio. La consecuencia de esto es
pertenecen o dirigen una organización dedica- que con la previsión específica del art. 304 ter se
da a tales fines, se les impondrá la pena prevista alcanza una penalidad especialmente agravada,
para el tráfico de drogas en su mitad superior, o puesto que las sanciones previstas en este pre-
la pena superior en grado. cepto resultan más graves que las establecidas
en los arts. 570 bis y ter: así, partiendo de que el
En suma, las agravaciones por pertenencia delito de financiación ilegal de partidos no es un
o dirección de una organización implican que delito grave (al no tener prevista pena de prisión
se castigará el concreto delito cometido (en los superior a 5 años), las penas previstas en el art.
ejemplos propuestos, blanqueo o tráfico de dro- 304 ter (tres a cinco años de prisión por direc-
gas) con una penalidad más agravada por llevar ción de la organización, y uno a cinco años de
a cabo la actividad delictiva en el marco de la prisión por mera pertenencia) son más graves en
organización. Ello se desprende de la redacción general que las establecidas en los arts. 570 bis y
legal de los arts. 302 y 369 bis, que establecen la ter para los delitos que no son graves (en el caso
agravación con referencia a la pena prevista en el de grupos criminales, prisión de tres meses a un
correspondiente tipo penal de blanqueo o tráfi- año tanto por pertenencia como por dirección; y
co de drogas. en el caso de organizaciones criminales, prisión
de uno a tres años por simple pertenencia), con
En cambio, en el presente supuesto la cualifi- la única excepción de la dirección de la organiza-
cación por pertenencia o dirección de la organi- ción criminal, cuyo marco penal es más amplio
zación no se configura como una agravación de en el art. 570 bis que el correspondiente según
la pena para quien cometa el delito de financia- el art. 304 ter (prisión de tres a seis años frente a
ción ilegal de partidos en el seno de tal estructu- prisión de tres a cinco años).
ra, sino que se fija una pena autónoma (prisión
de uno a cinco años, que se impondrá en su mi- Por consiguiente, tanto para evitar problemas
tad superior a los dirigentes de la organización) de solapamiento como para establecer una cier-

142 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Luz María Puente Aba

ta uniformidad en la respuesta punitiva a los fe- cialidad como preferente al de la alternatividad,


nómenos de organizaciones y grupos criminales, también se ha razonado que el legislador no deja
no debería haberse regulado de forma específica más opción que recurrir a este último criterio en
la dirección y pertenencia a una organización los casos aquí analizados, puesto que el art. 570
dedicada a la financiación de partidos políticos. quater dispone expresamente que “en todo caso”
La introducción de la regulación de organizacio- se atenderá a lo previsto en la regla 4ª del art. 8º
nes y grupos criminales en el Código penal (me- Cód. Penal (Faraldo, 365 ss.; Martínez - Buján,
diante LO 5/2010, 22-6) ya responde al objetivo 647; Sánchez García de Paz, 575-576).
de sancionar de forma contundente este modus
operandi en la comisión de actos delictivos, y ca- En suma, la regulación específica de las con-
rece de sentido establecer una regulación penal ductas de dirección y pertenencia a una organi-
específica para determinados delitos, que como zación o grupo criminal (arts. 570 bis y ter Cód.
hemos visto no resulta uniforme en todos los ca- Penal) debería al menos servir para aportar una
sos. respuesta homogénea a estos fenómenos delicti-
vos, no para generar problemas concursales con
El art. 570 quater Cód. Penal contiene una aquellas categorías de delitos que prevén una
cláusula concursal que determina la aplicación agravación específica en esta línea. Así, debe
de la regla 4ª del art. 8º Cód. Penal (el princi- rechazarse esta técnica legislativa generadora
pio de alternatividad) para resolver las posibles de importantes solapamientos y discordancias
situaciones concursales entre la regulación de valorativas, que pretenden evitarse con un irre-
las organizaciones y grupos criminales y otros flexivo recurso genérico (que incluso puede ser
preceptos del Código que contemplen una agra- interpretable en formas diversas) al principio
vación por ejecutar el delito en el marco de una de alternatividad, lo cual simplemente pretende
estructura u organización. No obstante, tampo- asegurar que en todo caso se aplicará la sanción
co es pacífica la interpretación de esta cláusula, más grave de entre todas las posibilidades que
puesto que la citada regla 4ª establece literal- ofrece el Texto punitivo (Cancio, 655; González
mente que “en defecto de los criterios anteriores, Rus, 108 ss.; Magaldi, 80-81).
el precepto penal más grave excluirá los que cas-
tiguen el hecho con pena menor”; por ello, se ha En su apart. 3º, el art. 304 ter establece otro
entendido que en aquellos casos en que pudiera supuesto agravado, previéndose la aplicación de
apreciarse alguno de los otros criterios del art. 8º la pena de los apartados anteriores en su mitad
para resolver esta situación concursal, sería ese superior, y facultativamente la pena superior en
el de aplicación preferente. Así, se ha defendido grado, cuando los hechos resultaran “de especial
en determinados casos que las figuras agravadas gravedad”. Como en otras ocasiones, estamos
de pertenencia a organización criminal en rela- ante una cláusula genérica de apreciación va-
ción con delitos específicos constituyen leyes es- lorativa en sede judicial, pero en este supuesto
peciales con respecto a la regulación general de no resulta claro qué criterios habrán de ser teni-
los grupos y organizaciones criminales (arts. 570 dos en cuenta para estimar que se verifica este
bis y ter Cód. Penal) (Faraldo, 365 ss.; García Al- tipo agravado. Efectivamente, aquí la especial
bero, 1712; Morales, 961; Quintero, 455; Sánchez gravedad no se refiere a la financiación ilegal en
García, 1932). sí (de hecho, ya existe un tipo agravado en este
sentido en el art. 304 bis Cód. Penal), sino a “los
Así, se ha defendido en determinados casos apartados anteriores” del art. 304 ter. Se trata
que las figuras agravadas de pertenencia a orga- de una circunstancia de agravación que no está
nización criminal en relación con delitos espe- presente en los arts. 570 bis y ter Cód. Penal, que
cíficos constituyen leyes especiales con respecto contienen la regulación genérica de las organi-
a la regulación general de los grupos y organi- zaciones y grupos criminales. Así, si la especial
zaciones criminales (arts. 570 bis y ter Cód. Pe- gravedad ha de predicarse de los propios hechos
nal) (García Albero, 1712; Quintero, 2016, 455; de dirección o pertenencia a una estructura u
Ramón Ribas, 961). Siendo cierto que, material- organización que se dedique a la financiación
mente, concurre una relación de especialidad ilegal de los partidos políticos, cabría entender
entre ambas regulaciones, y que además el art. únicamente que resultará de aplicación cuan-
8º Cód. Penal considera el criterio de la espe- do las actividades de financiación realizadas

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 143


DPyC Derecho penal DOCTRINA

por tal estructura revistan especial gravedad, es MAROTO CALATAYUD, M., “Corrupción y
decir, cuando se verifique el supuesto agravado financiación de partidos políticos. Un análisis
del art. 304 bis, que implica esencialmente que político-criminal”, Tesis doctoral, Universidad de
la financiación ilícita alcanza una cuantía de es- Castilla La Mancha, Ciudad Real, 2012.
pecial relevancia. No obstante, tal interpretación
resultaría cuestionable desde la perspectiva del MARTÍNEZ - BUJÁN PÉREZ, C., “Derecho pe-
principio ne bis in idem, puesto que podría estar nal económico y de la empresa. Parte general”,
valorándose doblemente la especial gravedad de Ed. Tirant lo Blanch, Valencia, 2016.
los hechos: por un lado, en atención a la propia
conducta de financiación ilícita y, por otro lado, MORALES GARCÍA, O., “Artículo 369 bis”, en
atendiendo a la dirección o pertenencia de una QUINTERO OLIVARES, G. (dir.), Comentarios al
organización dedicada a realizar este tipo de Código penal español, Ed. Aranzadi - Thomson
comportamientos de particular lesividad. A la Reuters, Cizur Menor, 2011, t. II, 6ª ed., ps. 959-961.
vista de las cuestiones que suscita este precepto,
sería deseable una articulación más coherente y NIETO MARTÍN, A., “Financiación ilegal de
organizada de las circunstancias que agravan la partidos políticos”, en ARROYO ZAPATERO, L. -
financiación ilegal de partidos políticos. NIETO MARTÍN, A. (coords.), Fraude y corrup-
ción en el Derecho penal económico europeo. Eu-
IV. Bibliografía rodelitos de corrupción y fraude, Universidad de
Castilla - La Mancha, Cuenca, 2006, ps. 117-138.
CANCIO MELIÁ, M., “Delitos de organización:
criminalidad organizada común y delitos de te- OLAIZOLA NOGALES, I., “La financiación ile-
rrorismo”, en DÍAZ-MAROTO Y VILLAREJO, J. gal de los partidos políticos: un foco de corrup-
(dir.), Estudios sobre las reformas del Código Pe- ción”, Ed. Tirant lo Blanch, Valencia, 2014.
nal operadas por las LO 5/2010, de 22 de junio, PUENTE ABA, L. M., “Financiación ilegal”, en
y 3/2011, de 28 de enero, Ed. Civitas - Thomson FARALDO CABANA, P. (dir.), Comentarios a la
Reuters, Cizur Menor, 2011, ps. 643-670. legislación penal especial, Ed. Lex Nova - Thom-
son Reuters, Valladolid, 2012, ps. 263-275.
GONZÁLEZ RUS, J. J., “Aproximación políti-
co-criminal a la regulación de la criminalidad QUINTERO OLIVARES, G., “La responsabilidad
organizada después de la reforma de 2010”, en penal de los partidos como personas jurídicas”,
GONZÁLEZ RUS, J. J. (dir.), La criminalidad or- Actualidad Jurídica Aranzadi, 859, 2013, p. 8.
ganizada, Ed. Tirant lo Blanch, Valencia, 2013,
ps. 93-118. QUINTERO OLIVARES, G., “Artículo 302”, en
QUINTERO OLIVARES, G. (dir.), Comentarios al
DÍEZ RIPOLLÉS, J. L., “La responsabilidad pe- Código penal español, Ed. Aranzadi - Thomson
nal de las personas jurídicas. Regulación espa- Reuters, Cizur Menor, 2016, t. II, 6ª ed., ps. 453-456.
ñola”, Indret, 1/2012, ps. 1-33.
RAMÓN RIBAS, E., “Artículo 369 bis”, en QUIN-
FARALDO CABANA, P., “Asociaciones ilícitas TERO OLIVARES, G. (dir.), Comentarios al Códi-
y organizaciones criminales en el Código Penal go penal español, Ed. Aranzadi - Thomson Reu-
español”, Ed. Tirant lo Blanch, Valencia, 2012. ters, Cizur Menor, 2016, t. II, ps. 959-961.

GARCÍA ALBERO, R., “Artículos 570 bis - 570 SÁNCHEZ GARCÍA DE PAZ, I., “Artículo 570
quater”, en QUINTERO OLIVARES, G. (dir.), Co- quater”, en GÓMEZ TOMILLO, M. - JAVATO
mentarios al Código penal español, Aranzadi - MARTÍN, A. M. (dir.), Comentarios prácticos al
Thomson Reuters, Cizur Menor, 2011, t. II, 6ª ed., Código penal, Ed. Aranzadi - Thomson Reuters,
ps. 1697-1713. Cizur Menor, 2015, t. VI, ps. 573-586.

MAGALDI PATERNOSTRO, M. J., “Organiza- SANDOVAL CORONADO, J. C., “La financia-


ciones y grupos criminales: una regulación pe- ción corrupta de los partidos políticos. A pro-
nal desafortunada”, Revista Jurídica de Catalun- pósito del ‘caso Pallerols’”, en PUENTE ABA, L.
ya, 2011-4, ps. 955-976. M. (dir.), La intervención penal en supuestos de

144 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Luz María Puente Aba

fraude y corrupción, Ed. Bosch, Barcelona, 2015, ¿son responsables los partidos políticos y sin-
ps. 329-380. dicatos?”, Cuadernos de política criminal, 104,
2011, ps. 109-128.
TERRADILLOS BASOCO, J., “Responsabili-
dad penal de las personas jurídicas”, en ÁLVA- ZUGALDÍA ESPINAR, J. M., “La responsabili-
REZ GARCÍA, F. J. (dir.), Estudio crítico sobre el dad criminal de los partidos políticos y sindica-
anteproyecto de reforma penal de 2012, Ed. Ti- tos”, en ZUGALDÍA ESPINAR, J. M. - MARÍN DE
rant lo Blanch, Valencia, 2013, ps. 170-177. ESPINOSA CEBALLOS, E. B. (coord.), Aspectos
prácticos de la responsabilidad criminal de las
VALLS PRIETO, J., “Las exenciones de la res- personas jurídicas, Ed. Thomson Reuters - Aran-
ponsabilidad penal de las personas jurídicas: zadi, Cizur Menor, 2013, ps. 123-142. u

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 145


DPyC Derecho penal DOCTRINA

Mídia, Sistema Penal e Produção de Subjetividade


Punitiva frente ao Novo Projeto de Código Penal
no Brasil
Por Roberta Duboc Pedrinha Por Roberta Duboc Pedrinha *

Sumario: I. Noções Introdutórias.— II. Desvelando a Mídia.— III. Mí-


dia, Medo e Sistema Penal.— IV. Mídia e Produção de Subjetividade
Punitiva.— V. Crise do Sistema Punitivo, Mídia e Ilusão do Discurso
Jurídico-Penal no Brasil.— VI. Considerações Finais.

I. Noções Introdutórias graram os últimos milênios. Nesse ínterim, me-


rece destaque a revolução mercantil, a revolução
Mais recentemente, a história da humanida- industrial, a revolução tecnológica e a revolução
de vem se redesenhando. Ao longo dos últimos comunicacional. Esta última, de particular inte-
séculos transcorreram mudanças inexoráveis, resse neste estudo em tela, apropriando-se dos
que foram mais significativas do que as que lo- avanços científicos, permitiu o amplo acesso
aos diferentes espaços, a aproximação entre
largas distâncias físicas, a captura do tempo e
*
Advogada. Doutora em Sociologia Criminal pela velocidade de informação, através do presente
Universidade do Estado do Rio de Janeiro (IESP-UERJ). continuum das coberturas ao vivo, em tempo
Doutoranda em Direito Penal pela Universidade de real, trazendo o mundo aos indivíduos, e pes-
Buenos Aires (UBA-Argentina). Mestra em Ciências Cri- soas as pessoas, interconectando-as em um es-
minais pela Universidade Candido Mendes (UCAM). paço virtual.
Pós-graduada em Criminologia pela Universidade de
Havana (UH-Cuba). Graduada em Ciências Jurídicas pela
Universidade Federal do Estado do Rio de Janeiro (UNI- A revolução comunicacional, declara Raúl
RIO). Professora e Coordenadora da Pós-graduação em Zaffaroni, prolifera o medo por todo o planeta e
Criminologia, Direito e Processo Penal (UCAM). Profes- fomenta um discurso autoritário (1), forja a fabri-
sora e Pesquisadora Convidada de Criminologia das Es- cação de inimigos na sociedade (2). Nessa esteira,
pecializações, Mestrados e Doutorado em Direito e Saú- entre os grandes inimigos da atualidade, desta-
de Coletiva (FIOCRUZ). Professora de Criminologia do
Departamento Penitenciário Nacional do Ministério de cam-se: o terrorista, no âmbito internacional; o
Justiça (DEPEN-MJ), do Departamento da Polícia Federal traficante de drogas, na esfera nacional (3); e o
da Academia Nacional de Polícia (DPF/ANP), da Acade-
mia de Polícia do Estado do Rio de Janeiro (ACADEPOL)
(1) ZAFFARONI, Eugenio R., “Em busca das penas per-
e da Escola da Magistratura do Estado do Rio de Janeiro
didas: a perda de legitimidade do sistema penal”, trads.
(EMERJ). Professora de Direito Penal das Especializações
Vânia Romano Pedrosa e Amir Lopes da Conceição, Re-
da Fundação Getúlio Vargas (FGV) e da Pontifícia Uni-
van, Rio de Janeiro, 1991.
versidade Católica do Estado do Rio de Janeiro (PUC/RJ).
Ex-Coordenadora de Sistema Penitenciário da Comissão (2) ZAFFARONI, Eugenio R., “O inimigo no direito pe-
de Direitos Humanos e Ex-Avaliadora da Banca Examina- nal”, Pensamento Criminológico, vol. 14, Instituto Carioca
dora de Direito e Processo Penal da Ordem dos Advoga- de Criminologia, trad. Sérgio Lamarão, Revan, Rio de Ja-
dos do Brasil — Seção Rio de Janeiro (OAB/RJ). Editora da neiro, 2007, p. 53.
Revista Discursos Sediciosos: Crime, Direito e Sociedade, (3) PEDRINHA, Roberta Duboc - RAIZMAN, Daniel,
da Editora Revan e do Instituto Carioca de Criminologia. “Os fundamentos epistemológicos da construção do di-
Membro do Instituto Carioca de Criminologia (ICC). Ex- reito penal do inimigo na contemporaneidade: aspectos
Membro da Comissão de Direitos Humanos e de Direito nacionais e transnacionais”, in DUBOC PINAUD, João
Penal do Instituto dos Advogados Brasileiros (IAB). Fun- Luiz - PEDRINHA, Roberta Duboc (orgs.), Estudos Con-
dadora, Membro do Colegiado, Ex-Coordenadora Acadê- temporâneos das Ciências Criminais na Defesa do Ser Hu-
mica, Ex-Secretária Geral e atual Presidente do Instituto mano. Homenagem a Evandro Lins e Silva — o patrono da
dos Defensores de Direitos Humanos (DDH). liberdade, Lumen Juris, Rio de Janeiro, 2009.

146 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Roberta Duboc Pedrinha

pedófilo, para além da funcionalidade dos crimes gia de poder, que exerce controle. Tem-se a uni-
sexuais (4). Assim, mobilizam todos os dispositi- versalização do panóptico (7), com ingerência
vos midiáticos frente ao inimigo. Nesse diapasão, ampla na vida dos indivíduos. Atenta-se para o
reforça-se o Estado Penal Máximo e o Estado So- fato de que, muitas vezes, a mídia não demons-
cial Mínimo. Reverbera-se a nomorreia penal no tra o real, mas o desconstrói, o silencia. Oculta
plano legislativo, o recrudescimento das sanções suas facetas, chegando até mesmo a construir e
nas condenações judiciárias e o panpenalismo reconstruir versões da realidade, fragmentadas
difundido no senso comum popular. pela edição das notícias. A notícia é mera nar-
rativa, sua difusão não tem compromisso com a
Desse modo, verifica-se a produção de subje- formação das pessoas. Trata-se de simples infor-
tividade, conduzida ao neopunitivismo. Pois, as mação. Já informar é diferente de formar. A infor-
agências de comunicação, como o rádio, a televi- mação é, em diversos casos, duvidosa, alarmista
são e o jornal, através da mídia, criam uma ilusão e ainda repleta de equívocos, pois se contrapõe à
acerca do sistema penal, legitimando-o. Trata-se formação, ancorada na necessidade de reflexão
de uma propaganda enganosa, como adverte e conscientização. Nesse viés, cumpre frisar que
Maria Lúcia Karam (5), frente ao fantasma da a mídia, por vezes, informa, ou então, subinfor-
criminalidade, requerendo à intervenção san- ma, ou até mesmo, desinforma o público.
cionadora, uma vez que o próprio sistema penal
encontra-se imerso em crise, e não responde à Quando se analisa a mídia televisiva, segun-
conflitividade social, não atua preventivamente, do Pierre Bourdieu (8), nota-se a produção de
já que é reativo. imagens que conduzem a um efeito real, pois se
consubstancia em instrumento que cria, fabrica
Os meios de comunicação, consoante Harvey (6), e redimensiona a realidade. Há uniformização e
por intermédio da mídia, também retratam a so- homogeneidade no conteúdo. A televisão é tela
ciedade do descarte, da constante compra e ven- de narciso, lugar de exibição de sexo e sangue,
da de mercadorias, onde tudo fica obsoleto, há este último, inclusive nos noticiários, cujos de-
troca de signos e publicidade, em uma acumula- bates apresentam, em seus discursos, polêmicos
ção permanente de supérfluos, que logo se trans- conteúdos, transmitidos com celeridade. Como
mudam em escombros, refugos, destinados ao aduz o autor, os discursos classificam-se em
desperdício. Impulsiona o capitalismo neoliberal categorias, como: aparentemente verdadeiros,
e fortalece as grandes corporações, pela retroali- verdadeiramente falsos, e falsamente verdadei-
mentação dos anunciantes, que faz girar a roda. ros. Portanto, modela-se um verdadeiro fast food
E, para além disso, conforme o autor, depois das cultural na televisão, pois se tem um alimento
propagandas, a mídia pauta-se na dramaticidade pré-digerido e pré-pensado, que deve apenas ser
de sua programação, no espetáculo, na produção engolido pelo telespectador.
replicada de emoções, na encenação que se ela-
bora, na lógica teatral da dramaturgia, do mise en A mídia produz toda uma cultura de imagens.
scénes que conquista o público. Giovanni Sartori, em seu ensaio “Homo videns,
televisione e post-pensiero” revela o quanto o
II. Desvelando a Mídia homo sapiens está se degradando com a cultu-
ra exclusivamente de imagens, tornando-se um
Hodiernamente, acompanha-se o domínio homo videns. A mídia produz também fantasia,
midiático. A mídia revela-se enquanto estraté- gera esquecimento, na medida em que rompe
com a memória histórica e cultural, além de apa-
gar os vestígios das classes populares. Trabalha
(4) MORETZSOHN, Sylvia, “Em nome da justiça, con-
tra o direito: os escândalos do jornalismo nas denúncias
de pedofilia”, Revista Discursos Sediciosos: Crime, Direito e (7) BENTHAM, Jeremy, “Panóptico: memorial sobre
Sociedade, vol. 14, Instituto Carioca de Criminologia, Re- um novo princípio para construir casas de inspeção e,
van, Rio de Janeiro, 2004, ps. 250-256. principalmente, prisões”, trad.: A. Montoia, Revista Bra-
(5) KARAM, Maria Lúcia, “De crimes, penas e fantasias”, sileira de História, ANPUH - Marco Zero, vol. 7. nro.: 14,
Luam, Rio de Janeiro, 1993, ps. 200-202. Mar/Ago, São Paulo, 1987.
(6) HARVEY, David, “A condição pós-moderna”, Loyo- (8) BOURDIEU, Pierre, “Sobre a Televisão”, trad. Maria
lla, São Paulo, 1993. Lúcia Machado, Zahar, Rio de Janeiro, 1997.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 147


DPyC Derecho penal DOCTRINA

na construção de um modelo de racionalidade, ção ingênua. Além do que, o sangue aumenta


legitimidade, justiça, beleza e cientificidade. a vendagem e visando também à vendagem o
Iguala os direitos do cidadão com os do consu- jornalismo amplia a vigilância. Sob esse pris-
midor. Consoante a jornalista Sylvia Moretzso- ma, a mídia exerce um vigilantismo, similar
hn, a mídia forja símbolos lingüísticos e visuais. ao panóptico, que exerce uma criminalização
Organiza o mundo, o mapeia, pela produção de secundária, que atua lançando os estereótipos
sentido, através da interação de elementos ver- criminosos nos indivíduos de maior vulnerabi-
bais e não-verbais, que recriam o caos (9). Há lidade social.
nítida seleção de conteúdo, seleção da apresen-
tação, seleção da ênfase e seleção do que é ex- Nessa gama, adverte o autor, funcionam ainda
cluído. Portanto, ocorre nítida manipulação da as reportagens com micro-câmeras escondidas,
cognição e da interpretação (10). Daí, assistir- que em nome da audiência confrontam a ética,
mos ao dilema que envolve liberdade de impren- em pegadinhas, particularmente, aos pobres.
sa, direito à imagem e presunção de inocência, Trata-se de uma vigilância eletrônica em tempo-
quando a mídia atua em tempo real, em casos -real, apresentada no noticiário. Em seguida vem
de grande repercussão, conduzindo à histeria no formato a comunicação com a opinião do
no âmbito da justiça criminal, inflamando, com locutor jornalístico. Este é ator que representa,
sensacionalismo, a sanha punitivista. Dessa ma- que ganha mais valor e credibilidade, frente aos
neira, a mídia ergue-se como quarto poder, que telespectadores, do que os mais renomados es-
corrobora a produção de subjetividade punitiva pecialistas, nos temas afeitos à questão criminal.
nas pessoas. Isso sem mencionar as violações constitucio-
nais, os julgamentos públicos e as condenações
Como adverte Raúl Zaffaroni, a mídia atua antecipadas da mídia, que ferem o princípio da
por suas agências de comunicação, as quais presunção de inocência e o princípio da digni-
irradiam um poder configurador, pois atemo- dade humana (12). Nesse sentido, Flávia Viveiros
rizam a população, pressionando outras agên- de Castro (13) acentua a necessária responsabili-
cias, como a policial e a judicial. Nessa esteira, o dade da imprensa diante do respeito aos direitos
autor inscreve os meios de comunicação no rol fundamentais.
das agências do sistema punitivo, assemelhan-
do-se a uma forma de controle social institu- III. Mídia, Medo e Sistema Penal
cionalizado punitivo, uma vez que, as agências
de comunicação social, atuam como agências Conforme aduz Gizlene Neder (14), a mídia
do sistema penal. Na mesma linha, Nilo Batista instrumentaliza a produção imagética do terror,
envereda ao anunciar o que batizou de crimi- constrói alegorias na profusão do medo, através
nogênese incutida nos meios de comunicação do papel disciplinador que exerce. O medo con-
social, que alcançam uma grande parcela da substancia-se em uma forma de controle social
comunidade (11). difuso, pois atua como ferramenta que permite a
propositura de políticas públicas a serem adota-
Esclarece Nilo Batista que o jornalismo é das. É um agente mobilizador estratégico e peri-
político e age politicamente, não há suposi- goso. Como acertadamente alerta Vera Malaguti
Batista, ondas de medo podem funcionar como
(9) MORETZSOHN, Sylvia, “A lógica do jornalismo im- porta de entrada para políticas genocidas, popu-
presso na era do ‘tempo real’”, Revista Discursos Sedicio-
sos: Crime, Direito e Sociedade, Ano 4, vol. 7 e 8, Instituto
Carioca de Criminologia, Freitas Bastos, Rio de Janeiro, (12) Ibidem, p. 282.
1999, ps. 261-266. (13) CASTRO, Flávia de Almeida Viveiros de, “A liberda-
(10) MORETZSOHN, Sylvia, “A ética jornalística no de de expressão no contexto dos direitos fundamentais, a
mundo ao avesso”, Revista Discursos Sediciosos: Crime, responsabilidade da imprensa e os tribunais”, Revista do
Direito e Sociedade, vol. 9 e 10, Instituto Carioca de Crimi- Movimento da Magistratura Fluminense pela Democra-
nologia, Freitas Bastos, Rio de Janeiro, 2000, ps. 317-323. cia. Radicalização Democrática, vol. 1, Lumen Juris, Rio
(11) BATISTA, Nilo, “Mídia e sistema penal no capita- de Janeiro, 2004.
lismo tardio”, Revista Discursos Sediciosos: Crime, Direito (14) NEDER, Gizlene, “Em nome de tânatos, aspectos
e Sociedade, vol. 12, Instituto Carioca de Criminologia, do sistema penitenciário no Brasil”, Cadernos do CEUEP
Revan, Rio de Janeiro, 2002, p. 282. nro. 1, Rio de Janeiro, 1993, p. 9.

148 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Roberta Duboc Pedrinha

lações assombradas produzem políticas histéri- escravos muçulmanos, que almejavam construir
cas de disciplinamento e repressão (15). uma mesquita, foram massacrados em levante,
seu líder Alufá Pacífico Licutan e Mestre Ahuna
Pela mídia visualiza-se a espetacularização do foram presos, torturados e mortos, frente ao pâ-
medo do crime e do criminoso, amoldado no es- nico da população. Da Guarda Nacional foram
tereótipo espraiado. Assim, a mídia mantém vivo mortos 9 indivíduos, representando o governo.
o medo branco das almas negras, apontado por Por outro lado, 70 africanos foram mortos no
Sidney Chalhoub (16), reminiscências da épo- combate, e mais de 500 foram punidos com rigor,
ca da escravatura, quando no imaginário social através das penas de prisão, deportação, morte,
das elites, habitavam negros insurgentes, que e açoitamento, com caráter de exemplaridade e
queriam se libertar dos grilhões e se apossar dos retribuição.
“seus bens”. Afinal, imperava o fantasma haitia-
no de Macdandal (17), como ícone da tomada de Indubitavelmente, a insurreição muçulmana
poder pela negritude, que abriria passagem para negra escrava na Bahia, foi um elemento cha-
a independência do Haiti, com inspiração nos ve, que detonou o gatilho do retrocesso político,
ideais da revolução francesa. Gerou um clima de despertou fantasias de terror nas elites brancas
histeria que resgatava o espectro da revolução e se espalhou pelo país, particularmente, para o
haitiana, que aterrorizava as mentes senhoriais Rio de Janeiro. Deve-se atentar para o fato de que
em todo o mundo. o Rio de Janeiro, em 1849, era capital planetária
com a maior quantidade de negros, escravos e
No Brasil, acompanhamos a retomada, por libertos, que se embaralhavam na cartografia do
Vera Malaguti (18), da Revolta dos Malês, onde espaço urbano, o que imprimia o temor de rebe-
lião, que suscitava um clima de “suspeição ge-
neralizada” (19), de que nos falava Sidney Cha-
(15) BATISTA, Vera Malaguti, “O medo na cidade do lhoub, que se deu dos tempos idos aos atuais, ao
Rio de Janeiro: dois tempos de uma história”, Revan, Rio modelar a atuação das instituições policiais em
de Janeiro, 2003.
suas abordagens à procura do “criminoso”.
(16) CHALHOUB, Sidney, “Cidade febril: cortiços e
epidemias na corte imperial”, Companhia das Letras, São
Paulo, 1996; id., “Medo branco de almas negras: escravos A respeito do criminoso, cumpre desvelar o papel
libertos e republicanos na cidade do Rio”, Revista Discur- da Criminologia Positivista, na Europa com Lom-
sos Sediciosos: Crime, Direito e Sociedade, vol. 1, Instituto broso (20) e no Brasil com Nina Rodrigues (21).
Carioca de Criminologia, Relume Dumará, Rio de Janeiro, Este aproximou o negro do desvio, uma vez que
1996. cunhou e reforçou o estereótipo de criminoso.
(17) A Revolta dos Malês configurou-se em um marco Pois, o maranhense da Escola da Bahia defendia
no imaginário da época. A Revolta Haitiana foi liderada a degenerescência do negro e do índio, os quais
por Mackandal, um escravo muçulmano que seria conde- eram considerados seres inferiores. E ainda va-
nado à fogueira em, 1798. Pois os negros rebelaram-se não
só contra a escravidão, na última década do século XVIII,
como proclamaram, em, 1804, sua independência, sob a minante. Tratava-se da identidade étnica do Islã. Em
direção de Toussaint Louverture, quando colocaram em que cerca de 500 a 700 pessoas teriam participado do
prática os princípios da Revolução Francesa, o que aca- confronto, cuja população de Salvador era de 65.500
rretou um transtorno à paz para muitos senhores, suas pessoas. O embate durou menos de sete horas. Gerava
famílias e propriedades. incômodo às elites brancas pelo seu caráter militar, pela
(18) O levante ocorreu em Salvador, em enfrentamen- organização e quantidade de escravos envolvidos, só di-
to à Guarda Nacional, que representava as elites locais. rigidos a alvos militares, e pela capacidade de leitura e
Foi em 24 de Janeiro de 1835 (embora desde fins de 1834 articulação dos seus protagonistas, conquanto ecos da
já tivesse sido gestada a rebelião, com a destruição da revolução haitiana. BATISTA, Vera Malaguti, ob. cit.
mesquita e a prisão de dois líderes muçulmanos: Alu- (19) CHALHOUB, Sidney, “Visões de liberdade: uma
fá Pacífico Licutan e Mestre Ahuna, pelas elites locais). história das últimas décadas da escravidão na corte”,
Tratava-se do 27º. dia do Ramadã, mês do jejum, con- Companhia das Letras, São Paulo, 1990.
hecido como a Noite de Glória (quando os anjos descem
com decretos de paz). Considerado o mais importante (20) LOMBROSO, Césare, “O homem delinqüente”,
dia do calendário muçulmano, segundo o Alcorão, Sura trads. Maristela Bleggi Tomasini e Oscar Antonio Corbo
97. A Bahia católica era cercada por quilombos e tinha Garcia, Ricardo Lenz, Porto Alegre, 2001.
uma grande população escrava. O Islã era uma ameaça (21) RODRIGUES, Nina, “Os africanos no Brasil”, Com-
porque subvertia a ordem simbólica católica cristã do- panhia Editora Nacional, São Paulo, 1932.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 149


DPyC Derecho penal DOCTRINA

ticinava que se encontravam no negro os ele- politiza-se o dito “criminoso”, ao invés de se poli-
mentos de atavismo, retrocessos hereditários, tizar os conflitos sociais e políticos, posto que se
componentes pré-constituídos, que corrobora- oculta o drama social e só de mostra o drama do
vam a prática criminal. Tais postulados teóricos delito. Por derradeiro, a cultura do medo conduz
serviam de substrato para justificar as operações à ruptura com as garantias democráticas e se as-
da guarda nacional e da polícia que surgia no sé- senta sob o recrudescimento do sistema penal,
culo XIX no Brasil, bem como aportes científicos pela elevação e rigidez das penas.
para legitimar a repressão instituída, com todos
os seus arbítrios e as violações perpetradas, que Em relação à pena, lembra-nos Nilo Batista,
foram inculcadas e ainda hoje restam nas subje- trata-se de “um monstro que só olha para trás.
tividades coletivas. Pois, quantos milênios de liberdade humana fo-
ram confiscados em nome desses conceitos, que
Vale rememorar que, a captura do medo permanecem vivos, ainda que vampirescamen-
—este instinto tão primitivo, que acelera os ba- te refugiados nas tumbas à espera de criminoso
timentos cardíacos, faz o sangue circular mais mais chocante, cujo sangue lhes garantirá uma
rápido, produz sudorese ou tremores, despeja sobrevida” (24). Nesse diapasão, ao analisar a
adrenalina no corpo— como estratégia de domi- história dos castigos, nota-se, com Luigi Ferrajo-
nação, remonta a tempos de antanho. Mas foi no li, que é mais horrenda para a humanidade do
Medievo que passou a ser empregado de modo que a própria história dos crimes, que costumam
sistemático, com a instalação da Inquisição. Jean ser ocasionais, impulsivos, associados à miséria
Delumeau denota em sua obra clássica “A histó- humana, fruto do desespero e irracionalidade.
ria do medo no Ocidente” (22), como os medos Em contraponto, a pena é programada, cons-
se propalavam e eram utilizados para controlar ciente, organizada, sistematizada, de todos con-
os indivíduos da época. Entre os temores, des- tra um (25).
tacam-se: o medo da morte, de cerca de 1/3 da
população pela desconhecida peste bubônica, Nesse prisma, Louk Hulsman (26) rechaça o
que deixava um rastro de corpos putrefatos; o modelo punitivo, de apologia ao sofrimento do
medo da escuridão, das noites geladas sem ilu- desviante, de expansão no rigor da sanção, em
minação; o medo do inferno, narrado nos ser- que o recrudescimento penal é balizado para
mões dos padres, em escritos como os de Dante que a vítima reencontre a paz (27). Considera tal
Aliguieri, em pinturas como as de Bosch, em in-
terpretações de passagens bíblicas; o medo das
(24) BATISTA, Nilo, prefácio en RAUTER, Cristina, “Cri-
bruxas, propagado por Kramer e Sprenger, pelos minologia e subjetividade no Brasil”, Coleção Pensamento
inquisidores em geral. Criminológico, Instituto Carioca de Criminologia, Revan,
Rio de Janeiro, 2003, p. 10.
Pessoas aterrorizadas facilmente eram sub- (25) FERRAJOLI, Luigi, “Direito e Razão”, trad. Ana Pau-
metidas a ideologias intolerantes, clamavam por la Zomer, Fauzi Hassan Choukr, Juarez Tavares e Luiz Flá-
medidas rígidas de punição. Assim, assistiu-se vio Gomes, Revista dos Tribunais, São Paulo, 2002, p. 310.
da queima às “bruxas” e aos “hereges” nas fo- (26) HULSMAN, Louk - CELIS, Jacqueline Bernat de,
gueiras inquisitoriais, à morte nas câmaras de “Penas perdidas: o sistema penal em questão”, trad. Maria
gás, de judeus, comunistas, anarquistas, ciganos Lúcia Karam, Luam, Rio de Janeiro, 1997, 2ª ed., p. 116.
e homossexuais, no nazismo. Tudo se iniciou a (27) Sobre a vítima, deve-se levar em conta o perigo
partir do medo do outro. E desde então, se vem do discurso alarmista empregado contra o infrator, sob
o falso escopo de favorecê-la. David Garland assinala a
instituindo o que Barry Glassner nomeou de
exploração política que conduz ao recrudescimento do
“cultura do medo” (23), pois se passa a perse- sistema penal, pelo radicalismo pró-vítima, que abrange
guir indivíduos ditos “perturbados”, ao invés de não só a vítima, como os familiares da vítima, as vítimas
se enfrentar os problemas sociais perturbadores; em potencial. Nos meios de comunicação, particular-
mente na televisão, assiste-se à difusão da representação
dramática das vítimas, repleta de sensacionalismo ape-
(22) DELUMEAU, Jean, “História do medo no Ociden- lativo. GARLAND, David, “A cultura do controle: crime e
te: 1300-1800”, trad. Maria Lúcia Machado - trad. de notas: ordem social na sociedade contemporânea”, trad. André
Heloisa Jahn, Companhia das Letras, Rio de Janeiro, 1989. Nascimento. Coleção Pensamento Criminológico, vol. 16,
(23) GLASSNER, Barry, “Cultura do medo”, trad. L. Instituto Carioca de Criminologia, Revan, Rio de Janeiro,
Knapp, Francis, São Paulo, 2003. 2008. Nesse viés, Raúl Zaffaroni alerta para a categoria

150 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Roberta Duboc Pedrinha

discurso absolutamente inócuo, uma vez que se IV. Mídia e Produção de Subjetividade Punitiva
tratam das intituladas por ele: “penas perdidas”,
termo que também emprega para nomear sua A compreensão sobre a conexão entre a mídia
obra prima. Estas “penas perdidas” configuram- e a produção de subjetividade punitiva perpas-
-se em dor desnecessária, sofrimento em vão, sa, necessariamente, o alcance do conceito de
são dramaticamente impingidas ao ser humano, subjetividade, no campo Psi. Pode-se dizer que
como retratação de sentimentos de amesqui- a subjetividade abrange os sistemas perceptivos,
nhamentos. os eixos de sensibilidade, os quais forjam certas
formas de viver, pensar, perceber e atuar. Assim,
Cumpre destacar que o castigo é aflitivo e inú- dispõe Felix Guattari (31), que denota como a
til, uma mera resposta simbólica, que não inibe subjetividade gera determinado modo de vida,
o delito. Possui natureza reativa e não preven- produz modelizações e disciplinamentos. Nes-
tiva, além de nem impedir delitos futuros, pela sa direção, de acordo com os ensinamentos de
comum reincidência constatada. A pena é fixada Michel Foucault (1998-2002), a subjetividade
sob um pseudocritério de condição de eficiência envolve uma postura diante da vida, uma ma-
(28). Em nome da lei e da sua eficácia milhares neira de existir. Captura uma relação com o tem-
de vidas são capturadas pela pena. Dessa ma- po, guarda um momento ao qual se conecta e se
neira, o sistema penal se expande, ainda que em constrói (32).
crise, mesmo agonizando, esforça-se para en-
capsular mais almas e cresce pelo uso do medo A subjetividade é da ordem dos sentimentos.
do crime e da apropriação midiática, que lança a Pois, nela, o sujeito é o tema, é o assunto do dis-
ilusão da norma criminal, do discurso punitivo curso. Dessa forma, a subjetividade engloba a
e da sanção. consciência e a autoconsciência. Consoante De-
leuze, a subjetividade abarca o tesouro secreto
Finalmente, Nilo Batista (29) demonstrou que de que cada indivíduo é portador, e de que traz
há solidariedade entre os sistemas penais e a em seu âmago (33). Todavia, a subjetividade não
mídia, no neoliberalismo, que espraia a noção se subsume ao indivíduo (34). Diante da pers-
da sanção como rito sagrado para a solução do
conflito. Pela mídia orquestra-se o fenômeno
batizado de “executivização” do sistema penal, de Criminologia, sobre o Programa Linha Direta, que
remete ao maniqueísmo na leitura e interpretação dos
pela criminogênese comunicacional. Há a legiti- casos, na construção do mix da telenovela com o tele-
mação do dogma da pena como principal forma jornal, cria o drama da fusão da ficção com a realidade.
de resolução dos problemas sociais. Trata-se da Kleber Mendonça estudou os desdobramentos do pro-
“executivização” das agências de comunicação grama em 2002: “A punição pela audiência: um estudo
refletidas no sistema penal, ou seja, verifica-se do Programa Linha Direta”. Constatou que, após a veicu-
que a mídia passa a exercer funções caracterís- lação do crime ser exibida no programa em rede nacio-
nal, ocorreu a execução dos supostos autores do delito,
ticas do sistema penal, passa a ter funções das pela polícia. Transcorreu apenas um dia após a exibição
agências de polícia, entre outras (30). do Programa Linha Direta, em 1999. Foi seguida da exe-
cução por linchamento na Carceragem de Cabo Frio, de
das vítimas funcionais, que são utilizadas pela Crimi- um preso provisório, em 2002, cujo crime de que era sus-
nologia Midiática, divergindo de outras vítimas que não peito foi veiculado no programa em tela.
têm alcance midiático, pois não lhe podem ser úteis, por (31) GUATTARI, Felix - ROLNIK, Suely, “Micropolítica:
moldarem-se ao estereótipo reprimido, associado ao dos cartografias do desejo”, Vozes, Petrópolis, 1996, 4ª ed.
delinqüentes, dos “eles”. ZAFFARONI, Eugenio R., “A pala- (32) FOUCAULT, Michel, “A arqueologia do saber”, trad.
vra dos mortos: conferências de criminologia cautelar”, in Luiz Felipe Baeta, Forense Universitária, Rio de Janeiro,
BIANCHINI, Alice - GOMES, Luiz Flávio, Saberes Críticos, 2002, 6ª ed.; id., “A história da sexualidade I: a vontade de
Saraiva, São Paulo, 2012, ps. 312-319. saber”, trad. Maria Thereza da Costa Albuquerque, Graal,
(28) BATISTA, Nilo, “Mídia...”, cit., p. 274. Rio de Janeiro, 1998, 8ª ed.
(29) Ibidem, p. 273. (33) DELEUZE, Gilles, “Conversações”, Editora 34, Rio
(30) BATISTA, Nilo, “A executivização do sistema de Janeiro, 1992, p. 101.
penal através da mídia”, Revista Discursos Sediciosos: (34) COIMBRA, Cecília, “Operação Rio: o mito das clas-
Crime, Direito e Sociedade, vol. 12, Instituto Carioca de ses perigosas: um estudo sobre a violência urbana, a mí-
Criminologia, Revan, Rio de Janeiro, 2002, p. 405. Vale dia impressa e os discursos de segurança pública”, Oficina
conferir, nessa direção, Pesquisa do Instituto Carioca do Autor - Intertexto, Rio de Janeiro- Niterói, 2001.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 151


DPyC Derecho penal DOCTRINA

pectiva Deleuzeana, a subjetividade pode ser vidade punitiva, que é crescente (36). Pois, na
pré-individual, individual, grupal e de massa. seara criminal, através da mídia, as percepções
Pois, uma esfera de subjetividade pode conta- são forjadas, uma vez que fabrica, reiteradamen-
minar outra maior, através de um processo de te, indignação moral e reforça, diuturnamente, o
engrandecimento, e isso se dá em um crescente. estereótipo do criminoso.

Em tempos hodiernos, nota-se, paulatina- A mídia envolve as pessoas, as captura e seduz,


mente, como se desenvolve a construção de uma segue entrelaçada ao poder, imiscuída dele, em
forma peculiar de subjetividade, a subjetividade relação promíscua, exerce sua hegemonia (37).
punitiva. Esta é insuflada pelos meios de comu- Seu poder abrange desde os anunciantes, aos
nicação de massa, através do medo do crime, do donos das emissoras, perpassa as suas articula-
horror produzido, da sensação de insegurança, ções no campo político, a teia de interesses em
onde tais sentimentos negativos só encontram jogo nas disputas dos conflitos, que não corres-
conforto quando vislumbram as próprias solu- pondem aos anseios das camadas subalternas
ções ofertadas na televisão, através das penas da população, posto que, antagonicamente,
rígidas. Assim, a subjetividade de cada pessoa, aproximam-se e identificam-se com os setores
desloca-se, em processo de engrandecimento, dominantes da sociedade.
da individual à grupal, até atingir a de massa,
e da mídia, que instrumentaliza sua difusão. A Nesse diapasão, a mídia lança e reverbera o
produção de subjetividade punitiva se desenha crime (38). A mídia insiste na violência, pois há
pela necessidade forjada junto à sociedade de um processo em curso de apelo à dor, ao sensa-
respostas penais imediatas para os problemas cionalismo, ao retratar a notícia, pela exploração
da conflitividade social. Assim, comunicam os do drama vivenciado pelas vítimas e familiares
postulados da Criminologia Positivista, pautada de vítimas, sem nenhum escrúpulo. O tempo
na percepção ontológica do criminoso e no viés midiático nos telejornais destinado ao relato do
etiológico do delito. cometimento de crimes é demasiado, além da
exibição com apresentação apelativa de diversos
Verifica-se que se reflete ainda na seara mi- programas totalmente direcionados para des-
diática o que Máximo Sozzo (35) alerta no âm- tacar o crime e clamor por medidas punitivas.
bito criminológico, de uma constante tradução Logo, a mídia alardeia falaciosa crença de que o
de conceitos que a América Latina importa dos panpenalismo consiste no melhor remédio para
países centrais, de repetições, de imitações, de a redução da criminalidade e a segurança das
mimeses, de construções de racionalidades, tec- pessoas.
nologias e programas afeitos à questão criminal,
de onde se desenha a dependência cultural. No- Por derradeiro, os meios de comunicação de
tadamente, esta é replicada pela mídia, na pro- massa são diretamente responsáveis pela histe-
dução de subjetividade, que em reciprocidade a ria punitiva ao alardear a criminalidade, que visa
retroalimenta e legitima. consolidar a repressão penal (39). Na mesma
linha, dita as políticas de segurança pública de
Como preleciona Cecília Coimbra, a mídia enfrentamento, que sob o viés bélico, denotam o
produz significação e orienta sobre o que sentir
e o como agir. Desse modo, produz uma subje-
tividade específica, na condução de como ser (36) COIMBRA, Cecília, ob. cit.
e viver, de como se relacionar, através de um (37) ARBEX JÚNIOR, José, “O jornalismo canalha: a
processo de modelização, em que organiza o promíscua relação entre a mídia e o poder”, Casa Amarela,
espaço-tempo social, dirige os valores, compor- São Paulo, 2003.
tamentos e atitudes. E vai além, adverte acerca (38) PAIVA, Anabela - RAMOS, Silvia, “Mídia e violên-
de como a mídia insufla a formação da subjeti- cia: novas tendências na cobertura de criminalidade e se-
gurança no Brasil”, IUPERJ, Rio de Janeiro, 2007.
(39) CORRÊA, Diego Ayres, “Os meios de comunicação
(35) SOZZO, Máximo, “Viagens culturais e a questão de massa e sua influência no desenvolvimento da histeria
criminal”, trad. Sérgio Lamarão. Coleção Pensamento punitiva e na ampliação da repressão penal”, Revista de
Criminológico, vol. 20, Instituto Carioca de Criminologia, Estudos Criminais nro. 3, Instituto Transdisciplinar de Es-
Revan, Rio de Janeiro, 2014. tudos Criminais, Porto Alegre, 2001, ps. 96-109.

152 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Roberta Duboc Pedrinha

desviante como inimigo público, portanto, alvo te aos dispositivos de segurança pública adota-
apto a ser eliminado pelas forças de segurança, dos, que culminam dos blindados terrestres e
através do emprego da metáfora da guerra, sob do ar, além do uso de fuzis e granadas, portan-
a legitimação da sociedade. Isso, sem se dar con- to equipamento de guerra, usado em territórios
ta da violência institucional, a qual é produzida de pobreza, como as favelas (42). Portanto, tudo
nesse embate, pelo Poder Público, além de ou- empregado em nome do combate do crime. Mas
tras tantas letalidades, tratadas pela mídia como vale ressaltar que o crime não é uma qualidade
mero efeito colateral. Essas medidas lançam e do ato, é um ato qualificado como criminoso;
ampliam a insegurança, atingindo o topo das como não é o crime que gera o controle social,
agências e pautas políticas. Isso sucedeu aqui ao revés, o controle social é que o cria.
e em outros tantos países na América Latina,
como demonstram os estudos de Wilson Couto Zaffaroni estuda a atuação midiática no cam-
Borges no Brasil (40) e de Keymer Ávila na Vene- po criminológico, vai além, e, na obra “A pala-
zuela (41). vra dos mortos: conferências de criminologia
cautelar”, o mestre portenho inaugura a noção
Tais práticas se naturalizam sem alcançar as de Criminologia Midiática (43). Dessa maneira,
questões que mais afetam os crimes toscos com- passa a compreender que a Criminologia não
batidos midiaticamente, associados à questão pode englobar apenas a Criminologia Acadêmi-
social, à acentuada desigualdade estrutural, sem ca e esgotar-se nela, deve abranger a construção
a criação de políticas públicas de integração e social da criminalidade, ou seja, a construção
desenvolvimento humano. E sem que coloque da realidade perpetrada pelos meios de comu-
o foco das lentes midiáticas sobre a crimina- nicação social de massa. Esta última, diga-se de
lidade do colarinho branco, que detém pouca passagem, é repleta de preconceitos, inexatidões
visibilidade, mas quando tal crime ascende à e até mesmo falsidades. Pois, a Criminologia Mi-
esfera pública, busca-se forjar a demonstração diática tende à criação da realidade, através da
da igualdade perante a lei, através do rigor pu- informação, da subinformação e da desinforma-
nitivista nos indivíduos integrantes dos substra- ção, em convergência com crenças e preconcei-
tos sociais mais elevados da população. Logo, tos, assentada em uma etiologia criminal redu-
da seletividade de se pinçar somente os crimes cionista e simplista (44).
dos pobres, caminha-se para outra forma de se-
letividade, de se punir com rigor o crime de um Adverte Raúl Zaffaroni que a Criminologia Mi-
rico fisgado pela mídia, para mostrar, ainda que diática refunda o neopunitivismo, elevando-o
às avessas, que todos são conduzidos ao sistema e difundindo-o junto à globalização, quando é
penal, dada a sua exemplaridade frente aos seg- veiculado um mundo ficcional, com pessoas de-
mentos elevados. centes e belas, frente a uma massa de criminosos
maus, estereotipados como “eles”. Tal visão ma-
Contemporaneamente, pela legitimação con- niqueísta acirra a indignação moral, amplia o
ferida pela mídia, espraiam-se políticas crimi- medo patológico entre as pessoas, o consenso
nais repressoras, de dominação, aonde pessoas teratológico. Há redução de reflexão e de cons-
são subjugadas, garantias oriundas de direitos cientização, ocorre diminuição de outras formas
fundamentais são cerceadas, ainda que estes es- de comunicação e encontro no espaço público.
tejam encartados pelo diploma constitucional, e, Diante do pânico, cresce a busca por bodes ex-
até no limite, indivíduos são exterminados, fren- piatórios. Assim, o sonho com a idílica tranqüi-
lidade só encontra guarida com a eliminação da
ameaça do “eles”, pela reivindicação da pena, seja
(40) BORGES, Wilson Couto, “Criminalidade no Rio de
Janeiro: a imprensa e a (in) formação da realidade”, Revan,
Rio de Janeiro, 2006. (42) PEDRINHA, Roberta Duboc, “Política criminal em
tempos difíceis: medo e produção de subjetividade puni-
(41) ÁVILA, Keymer, “A instrumentalização do delito: tiva”, Revista Capítulo Criminológico, vol. 37, nro. 4. Zulia:
política, empresa de comunicação e insegurança. Sobre Octubre-Diciembre, 2009, ps. 183-204.
como a insegurança pública ocupou o topo da agenda po-
lítica na Venezuela”, Revista Discursos Sediciosos: Crime, (43) ZAFFARONI, Eugenio R., “A palavra...”, cit., ps. 26,
Direito e Sociedade, vol. 23/24, Instituto Carioca de Crimi- 27 e 36.
nologia, Revan, Rio de Janeiro, 2016. (44) Ibidem, ps. 303-305.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 153


DPyC Derecho penal DOCTRINA

pena de prisão, seja pena de morte, seja mesmo Configura-se um processo penal midiático
a própria morte sem pena formal, por execução como alerta Leonardo Yarochewsky (48), ou
sumária. Nesta última hipótese, a morte é con- ainda, um processo penal do espetáculo, como
cebida como produto da violência do “eles”, logo, adverte Rubens Casara (49), em alusão à Socie-
naturalizada pela mídia, no máximo o já descrito dade do Espetáculo, de Guy Debord (50), onde
aqui, efeito colateral. tudo na vida em sociedade pode ser percebido
como uma acumulação de representações, de
A Criminologia Midiática é estratégica, na me- espetáculos, quando o espetáculo se coloca en-
dida em que acentua os estereótipos e delineia quanto mercadoria. No processo penal do es-
os preconceitos discriminatórios de cada socie- petáculo ele é um fim em si mesmo, espetáculo
dade. Isso ocorre de modo circular, ao passo que midiático, inscrito na indústria do entreteni-
se nota uma onda de retroalimentação, quando mento, e que vislumbra, ao fim do rito, a pena.
o “especialista” e o povo reproduzem o discur- Assim, desenha-se o cenário punitivo, do agra-
so da Criminologia Midiática (45). Constata-se vamento das sanções, da ampliação dos pra-
também a onda de retroalimentação no que tan- zos de encarceramento, da restrição das pro-
ge à criação de leis criminais e ao rigor na aplica- gressões de regimes, da redução do livramento
ção da pena, que não dirimem a criminalidade, condicional, e até da busca de penas proscritas,
podendo até mesmo ter efeito inverso, amplian- como a perpétua e a de morte, diante do clamor
do o número de crimes, gerando mais reincidên- popular.
cia, que aumentam o clamor punitivo, alardea-
do pela mídia, a qual pela reação social busca V. Crise do Sistema Punitivo, Mídia e Ilusão
incriminar mais comportamentos e condenar do Discurso Jurídico-Penal no Brasil
mais suspeitos. Afinal, a mídia antecipadamente
já condena os réus. Trata-se do pré-julgamento O sistema punitivo encontra-se em crise. Nessa
com condenação perpetrado pela opinião públi- seara, Zaffaroni reconhece a sua deslegitima-
ca, que ainda reprime a atuação dos magistrados ção (51). Verifica que opera com alto grau de vio-
que absolvem, realizando o que Simone Schrei- lência, uma vez que se trata de uma realidade de
ber delineia como a publicidade opressiva dos dor, que pode causar letalidade. Nota que o mo-
julgamentos criminais (46). delo penal atinge os mais vulneráveis e reproduz
as desigualdades sociais, através de uma práxis
Em contraponto, quando se trata de violência de tortura, lesões corporais e homicídios. Apon-
institucional, menos denúncias são oferecidas ta entre seus maiores problemas: a seletividade,
pelo Ministério Público, particularmente, quan- a reprodução da violência, o condicionamento
do perpetrada frente às populações faveladas. de condutas danosas, a corrupção institucional,
Os arquivamentos dos inquéritos policiais são a concentração de poder, a verticalização da so-
constantes, havendo poucas condenações. No-
ta-se que testemunhas e familiares são muitas vols. 23/24, Instituto Carioca de Criminologia, Revan, Rio
vezes intimidados, sofrem ameaças, pois vale a de Janeiro, 2016. PAIVA, Anabela - RAMOS, Silvia, ob. cit.
lei do silêncio, afinal, é grande o temor, diante da (48) YAROCHEWSKY, Leonardo Isaac, “O direito penal
possibilidade de represália dos agentes públicos. em tempos sombrios”, Empório do Direito, Florianópolis,
Da mesma forma, retraem-se as denúncias no 2016. Capítulo V: Processo Penal Midiático, Capítulo XII:
que tange aos resultados oriundos das atuações A influência da mídia no direito e no processo penal; Ca-
das forças de segurança, que em nome da paz pítulo XXI: Prisões Midiáticas.
cometem arbitrariedades, mas o medo cala as (49) CASARA, Rubens, “Processo penal do espetáculo:
vozes das vítimas e de seus familiares (47). ensaios sobre o poder penal, a dogmática e o autoritaris-
mo na sociedade brasileira”, Empório de Direito, Florianó-
polis, 2015.
(45) Ibidem, ps. 307-346. (50) DEBORD, Guy, “A sociedade do espetáculo”, trad.
(46) SCHREIBER, Simone, “A publicidade opressiva de Estela dos Santos Abreu, Contraponto, Rio de Janeiro,
julgamentos criminais”, Renovar, Rio de Janeiro, 2008. 1997.
(47) MURARO, Mariel, “O discurso midiático sobre (51) ZAFFARONI, Eugenio R., “Em busca das penas
segurança pública no Estado do Paraná: uma análise da perdidas: a perda de legitimidade do sistema penal”,
campanha paz sem voz é medo do Jornal Gazeta do Povo”, trads. Vânia Romano Pedrosa e Amir Lopes da Conceição,
Revista Discursos Sediciosos: Crime, Direito e Sociedade, Revan, Rio de Janeiro, 1991.

154 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Roberta Duboc Pedrinha

ciedade, a destruição das relações horizontais ção e não-ficção dominam as televisões, jornais
comunitárias (52). e cinemas, assim, contribuem para a formação
de significados na infância. Em âmbito nacio-
Cabe ressaltar que particularmente o encar- nal, pode-se dizer dos meios de comunicação
ceramento produz a aniquilação da personali- que (a) geram a ilusão de eficácia do sistema —o
dade e da identidade dos detentos, substituídas que não deve ser confundido com a eficácia da
pela formação de uma sociabilidade negativa, prisão—, fazendo com que somente o crime seja
vinculada à subcultura prisional. Consolida-se a entendido como uma fonte de perigo; (b) produ-
prisionização, processo através do qual, quanto zem uma inversão da realidade —que nas ciên-
mais o interno estiver ajustado ao cárcere, mais cias sociais também é discutida sob a rubrica de
desadaptado estará do mundo em liberdade, da ideologia—, criando uma percepção distorcida
vida em sociedade (53). Nesse âmbito, a segrega- do mundo por meio do aumento comparativo da
ção imanente ao cárcere e a estigmatização invia- exposição destinada aos crimes violentos; (c) são
bilizam qualquer forma de inclusão social (54). responsáveis, também, pela produção da indig-
Pois a vida confinada é incompatível com uma nação moral, com a instigação à violência coleti-
existência livre. va e linchamentos, a glorificação dos justiceiros,
etc. (57).
Zaffaroni adverte que frente à crise em que se
encontra o sistema punitivo, há uma ilusão do Nesse diapasão, o Discurso Jurídico-Penal
Discurso Jurídico-Penal, que o elege e defen- funciona como superestrutura ideologizante, na
de (55). Tal embuste oculta o verdadeiro poder medida em que vende um falso discurso de se-
se que exerce. Pois, se consubstancia um poder gurança pública. Pois, a própria mídia cria e di-
configurador, que é estigmatizante e deletério. O funde a ilusão do sistema penal, como solução
poder configurador do sistema penal (em sentido para todos os problemas sociais. Já afirmava
amplo) consiste em importante chave interpre- Nilo Batista que a posição estratégica da ques-
tativa, mas tampouco se pode desprezar o papel tão criminal na mídia estava muito distante da
que os meios de comunicação interpretam para o suposição ingênua, pois o discurso criminoló-
exercício de poder desse sistema. São esses meios gico midiático se constitui na instrumentaliza-
de comunicação que elaboram as quimeras do ção dos conflitos sociais, fundamentado em éti-
sistema penal (seja em âmbito nacional ou inter- ca simplista, exerce seu poder pela lei e ordem,
nacional) (56), dado ao alcance que detém. com sabor de politicamente correto e modela a
ilusão escorada no recrudescimento da legisla-
Em âmbito internacional, estabelece uma ló- ção penal (58).
gica maniqueísta que exerce uma introjeção pre-
coce do sistema penal como modelo de solução No Brasil, vivencia-se um período de remo-
de conflitos —as programações policiais de fic- delação da Dogmática Jurídico-Penal, através
da elaboração do Anteprojeto do novo Código
Penal, o PLS 236/2012, com alterações estrutu-
(52) ZAFFARONI, Eugenio R. - ALAGIA, Alessandro - rantes da teoria do delito, criação de novos tipos
SLOKAR, Alessandro - BATISTA, Nilo, “Direito penal bra- incriminadores e recrudescimento das sanções.
sileiro”, Revan, Rio de Janeiro, 2003, vol. I. Assim, acompanha-se o desenrolar de um para-
(53) GOFFMAN, Erving, “Manicômios, prisões e con- doxo. Pois mesmo frente à desoladora crise do
ventos”, trad. D. Leite, Perspectiva, São Paulo, 1961. sistema penal, cresce cada vez mais a desenfre-
(54) GOFFMAN, Erving, “Estigma: notas sobre a mani- ada aprovação da opinião pública na ampliação
pulação da identidade deteriorada”, LTC, Rio de Janeiro, do conteúdo criminal. Diante dessa inspiração,
1988. caminhou a Comissão de elaboração do Ante-
(55) ZAFFARONI, Eugenio R., “Em busca...”, cit. projeto de Reforma ao Código Penal. Cumpre
(56) “O discurso do sistema de controle e dos órgãos de frisar que a Subcomissão da Parte Geral foi com-
mass-media justifica a privação de liberdade do adoles- posta por cinco membros, mas teve a renúncia
cente porque o considera responsável por parte relevante
da grande criminalidade”. SANTOS, Juarez Cirino dos, “O
adolescente infrator e os direitos humanos”, Revista Dis-
cursos Sediciosos, vols.: 9 e 10, Freitas Bastos, Rio de Janei- (57) ZAFFARONI, Eugenio R., “Em busca...”, cit.
ro, 2000, p. 92. (58) BATISTA, Nilo, “Mídia...”, cit., p. 276.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 155


DPyC Derecho penal DOCTRINA

de dois deles, como: a Ministra do Superior Tri- da crise do sistema penal, a Subcomissão arre-
bunal de Justiça Maria Thereza Rocha de Assis matou com a sanha punitivista o Novo Projeto
Moura e o Advogado e Professor René Ariel Dotti. de Código Penal Brasileiro do século XXI, aonde
tipos foram acrescentados, penas foram agrava-
As renúncias se deram por descontentamento das e direitos foram restringidos. Já vaticinava
na condução dos trabalhos, embora tais inte- Assis Toledo que, “não percebem os que preten-
grantes se esforçassem em cunhar um tom hu- dem combater o crime com a edição de leis que
manista ao Anteprojeto, mesmo frente às dificul- se cria um círculo vicioso invencível, no qual a
dades. Pois, perceberam o engodo, a pressão e própria lei penal passa, freqüentemente, a ope-
a encenação midiática, sob a sanha punitivista. rar ou como fator criminógeno ou como intole-
Sentiram que havia uma demanda por rápida rável meio de opressão” (61).
aprovação do Anteprojeto, sem que sequer fos-
se submetido à reflexão e debates com variados Logo, diante da aprovação pelo Senado, do
setores da sociedade, como: professores, ad- PLS 236/2012, em nome da panacéia de leis in-
vogados, promotores, defensores, magistrados criminadoras, a mídia e a opinião pública saíram
e juristas. Hoje restam apenas três autores do vencidas e fortalecidas, por venderem a ilusão
Anteprojeto, o Ministro do Superior Tribunal de do discurso Jurídico-Penal, cujo embuste oculta
Justiça Gilson Dipp, o Desembargador do Tribu- a reprodução de desigualdade social, a situação
nal de Justiça do Estado do Rio de Janeiro José de vulnerabilidade das pessoas pinçadas pelo
Muiños Piñeiro Filho, e o Advogado Emanuel sistema punitivo, a concretude de sua opera-
Messias de Oliveira Cacho. cionalidade, de violência e morte. Afinal, não
se deve esquecer Carnelutti, quando vaticinou
Nessa gama, vale conferir os pronunciamentos que o comportamento frente aos condenados é
dos dois últimos, no sentido de atender aos an- a indicação mais segura da civilidade, e isso vale,
seios da sociedade insuflada pela mídia, de aten- particularmente, para os legisladores (62).
der ao senso comum, na preparação de um Códi-
go Penal mais rigoroso. Segundo Piñero Filho há VI. Considerações Finais
necessidade de harmonização das propostas: “da
dupla imputação e da possibilidade de triplicação Nessa direção, deve-se atentar para o fato de
da pena da pessoa física que se utilizar de pessoa que a mídia justifica e mantém o status quo,
jurídica como instrumento do crime”(59). Nas denota uma versão de realidade, ou constrói
palavras de Cacho: “A sociedade brasileira cobra realidades, cria e espraia equivocada ilusão em
punições mais duras no Direito Penal, o que obri- face do discurso jurídico penal e do discurso de
ga a Subcomissão a tentar fazer um texto tecni- segurança pública, pautados em lei e ordem,
camente aceitável para todos os lados. É possível no encarceramento e no panpenalismo. Assim,
que em algumas situações o novo Código dobre procura legitimar um sistema penal em flagran-
o tempo que as pessoas passam nas prisões. Para te crise. Daí, segundo Zaffaroni, reside uma im-
que isso aconteça é necessário investimento no portância efetiva de se reconhecer a ilusão do
sistema carcerário” (60). Estes integrantes da Co- discurso Jurídico-Penal, de se deslegitimar a
missão confirmaram a elaboração de um Diplo- sanção e todo o sistema punitivo, no intuito de
ma em consonância com a “voz das ruas”. se reduzir a seletividade e vulnerabilidade social
e punitiva (63).
Por conseguinte, diante das falas dos autores
do Anteprojeto, assevera-se que mesmo ciente Nessa linha, Zaffaroni sugere uma nova atua-
ção da mídia, com programação mais ampla, a
qual contemple outros temas, matérias relevan-
(59) PIÑEIRO FILHO, José Muiños, Entrevista prestada
à matéria: “Lei Penal não é instrumento de vingança”, Fol-
ha do IAB - Jornal do Instituto dos Advogados do Brasil. (61) TOLEDO, Francisco Assis, “Princípios básicos do
Rio de Janeiro, 2012. direito penal”, Saraiva, São Paulo, 1986, p. 5.
(60) CACHO, Emanuel Messias de Oliveira, Entrevista (62) CARNELUTTI, Francesco, “As misérias do proces-
prestada à matéria: “Lei Penal não é instrumento de vin- so penal”, trad. José Antonio Cardinalli, Bookseller, São
gança”, Folha do IAB - Jornal do Instituto dos Advogados Paulo, 2004, 5ª ed.
do Brasil. Rio de Janeiro, 2012. (63) ZAFFARONI, Eugenio R., “Em busca...”, cit.

156 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Roberta Duboc Pedrinha

tes que merecem visibilidade, que não venda a o inconsciente e induzem a comportamentos
ilusão da eficácia do sistema penal, que não ali- menos reflexivos e enxertam sentimentos de
mente a indignação moral, que não se paute no angústia, medo, temor, desejo e raiva. Informa a
sensacionalismo panfletário, que não difunda o tática de estimular a complacência e a alienação.
medo na população. Projeta uma mídia que re- Busca manter o público em estado de ignorância
duza o tempo de narração de crimes, que restrin- e mediocridade, apresentando conteúdo vulgar
ja a violência nos telejornais, que comente mais e inculto. Reforça a revolta pela autoculpabili-
sobre outros assuntos, que exerça um papel edu- dade, quando o indivíduo se autodesvalida, na
cativo, informativo, formativo e conscientizador. proporção em que se percebe insuficiente em
Adverte sobre a importância de se despertar a sua capacidade e esforço, o que inibe a perspec-
reflexão pela mídia, o senso crítico, e outros sen- tiva de indignação, ação e revolta. E, finalmen-
timentos como solidariedade e tolerância (64). te, emenda Chomsky (66), o sistema exerce um
maior controle sobre o sujeito quando o conhe-
Noam Chomsky (65) alerta para os cuidados ce mais do que ele a si próprio, seja pelo campo
que se deve tomar com a manipulação exercida neurológico, psicológico ou biológico. Daí, ser
através da mídia. Delata as estratégias de mani- imprescindível estar atento às práticas da mídia,
pulação das massas introduzidas midiaticamen- para desnudá-las.
te, que se em um Estado totalitário se desenham
pelo controle da força, em um Estado democráti- Serrano, Ramonet e Moraes (67) rechaçam
co se afirmam pelo controle das idéias e sobre o a concentração dos meios de comunicação, a
que as pessoas pensam. Assim, destaca a distra- mercantilização cultural e o monopólio da infor-
ção em face dos problemas relevantes, como for- mação pela mídia, que não pode ser um poder
ma de controle social, por uma inundação de in- a serviço de interesses privados. Então, sugerem
formações insignificantes, que tiram o foco dos a necessária explosão do jornalismo na era digi-
temas de Ciências, Economia, Meio Ambiente, tal, possível na internet, através de agências al-
Política, Questões Internacionais, pois mantém ternativas em rede, para efetivamente publicizar
o público ocupado com assuntos superficiais. a informação, de modo mais fidedigno, aproxi-
Relata a criação de problemas seguida da resolu- mando-a da realidade. Ressaltam a imprescin-
ção, oferecida posteriormente, já planejada, para dibilidade de um projeto de maior regulação
incutir práticas que denotam prejuízos de direi- democrática sobre os veículos que operam sob
tos e desmantelamento dos serviços públicos. concessão de direito público os meios de comu-
Narra uma estratégica gradação, para introduzir nicação (68). Pois, filtros se fazem indispensáveis
as medidas mais duras, aplicadas ao longo dos à atuação midiática, consoante o próprio inte-
anos, devagar, gradativamente, como: a precari-
zação nas relações trabalhistas, as privatizações, (66) CHOMSKY, Noam, ob. cit.
o Estado Mínimo. Impõe a técnica do deferido
(67) RAMONET, Ignacio - SERRANO, Pascual - MO-
para aceitação de medidas impopulares, trata- RAES, Dênis de, “Mídia, poder e contrapoder: da concen-
das como um mal necessário, rumo a um futuro tração monopólica à democratização da informação”, Boi-
promissor que não chegará, para um público re- tempo - FAPERJ, São Paulo - Rio de Janeiro, 2013.
signado fazer sacrifícios. (68) Afinal, verificou-se a perseguição que sofreu Julian
Assange em face da ousadia do Wikileaks. Acompanhou-
Chomsky destaca ainda entre as estratégicas se na Argentina, a pressão que sofreu Cristina Kirchner
de manipulação pela mídia as que se utilizam do quando levou à prática a Ley de Medios aprovada pelo
Congresso. No Brasil, verificou-se a atuação da mídia, es-
aspecto emocional do telespectador, pois abrem
pecialmente da Rede Globo, em adesão ao golpe militar e
aos governos ditatoriais, que se instalou de 1964 a 1985.
Assistiu-se ainda à manipulação de campanhas eleito-
(64) ZAFFARONI, Eugenio R., “A palavra...”, cit.; id., “Se- rais que preteriram governos de esquerda, criaram crises
gurança multimidiática e direitos humanos”, Revista Dis- de segurança pública, fomentaram crises econômicas e
cursos Sediciosos: Crime, Direito e Sociedade, vols. 23/24, incentivaram o impeachment da Presidente eleita Dil-
Instituto Carioca de Criminologia, Revan, Rio de Janeiro, ma Roussef do partido dos trabalhadores. Na Venezuela,
2016. foram ferozes as críticas midiáticas aos governos boliva-
(65) CHOMSKY, Noam, “Mídia, propaganda política e rianos, para desestabilizá-los, além de outras tantas expe-
manipulação”, trad. Fernando Santos. Martins Fontes, São riências na América Latina e no mundo. BATISTA, Nilo, “O
Paulo, 2014. microfone”, Revista Discursos Sediciosos: Crime, Direito e

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 157


DPyC Derecho penal DOCTRINA

resse público, para evitar manipulações e ade- copo preservar a reflexão a respeito do conteúdo
sões ideológicas, políticas e partidárias. apresentado, que deve contemplar temas varia-
dos, assuntos relevantes no campo das ciências,
Afinal, a mídia deve priorizar uma atuação com matérias educativas e formadoras. Deve
pautada em transparência, clareza e veracidade. travar uma interlocução com o público ancora-
Deve almejar assegurar a democratização da in- da na racionalidade, no intuito de corroborar a
formação, com o acesso a todos. Deve ter por es- constituição de uma subjetividade voltada para
os anseios do bem comum. Por derradeiro, deve
contribuir com o desenvolvimento consciente
Sociedade, vols. 23/24, Instituto Carioca de Criminologia, das pessoas e a sua formação humana, essen-
Revan, Rio de Janeiro, 2016. ciais para a vida em sociedade. u

158 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


NOTA A FALLO

DPyC Derecho penal NOTA A FALLO

IMPUTABILIDAD La Plata, agosto 1 de 2017.


Antecedentes
Violencia de género. Ebriedad. Comprensión de la
criminalidad del acto. I. El 1 de noviembre de 2016 el Tribunal Criminal
N° 2 del Departamento Judicial Bahía Blanca condenó
Hechos: El tribunal condenó a una persona a E. E. A. a la pena de cuatro años y seis meses de pri-
a la pena de prisión por considerarlo autor sión, accesorias legales y costas del proceso, por resul-
penalmente responsable del delito de lesiones tar autor penalmente responsable del delito de lesiones
graves agravadas por ser el cónyuge, haber graves agravadas por ser el cónyuge y haber convivido
convivido con la víctima y mediar violencia de con la víctima y por mediar violencia de género, en
género. Fue rechazado. los términos de los artículos 90 y 92 en relación con el
art. 80 incisos 1 y 11 del CP.
La causal de justificación prevista por el II. Contra dicho pronunciamiento interpuso recurso
inc. 1 del art. 34 del Cód. Penal es improce- de casación el señor Defensor Oficial Departamental
dente aun cuando hubiese tomado alcohol, Dr. P. A. R., en favor de E. E. A.
en tanto que quedó probado que el imputado
tuvo conciencia plena, en todo momento, de la La defensa se agravia de la falta de aplicación del
ilegítima agresión que llevaba a cabo, conserva- artículo 34 inciso 1 del Código Penal y la consecuente
ba sus facultades cognoscitivas y psicomotrices violación del principio in dubio pro reo.
en perfecto estado y hasta tuvo la intención de
ocultar la causa real del estado y lesiones de Afirma que al momento del hecho A. no pudo dirigir
la víctima, pretensión que responde a la con- sus acciones, consecuencia de la gran cantidad de al-
ciencia efectiva de un accionar disvalioso. cohol que había ingerido previamente.

TCasación Penal, Buenos Aires, sala IV, 01/08/2017. Que es de público conocimiento y quedó probado
- A., E. E. s/ recurso de casación. mediante los testimonios de autos que A. tiene graves
problemas con el alcohol, y que presumiblemente si-
[Cita on line: AR/JUR/99619/2017] guió tomando cuando llegó su casa.

Comentario al fallo “A., E. por improcedente el recurso de casación dedu-


cido por la defensa oficial del imputado, contra
E. s/ recurso de casación” la sentencia dictada por el Tribunal Criminal
Nº 2 del Departamento Judicial Bahía Blanca.
de la Sala Cuarta del Este último, lo había condenado a la pena de
cuatro años y seis meses de prisión, por con-
Tribunal de Casación siderarlo autor penalmente responsable del
delito de lesiones agravadas por ser el cónyuge
Penal de la Provincia de y haber convivido con la víctima, y por mediar
Buenos Aires violencia de género, en los términos de los arts.
90 y 92 en relación con el art. 80 incs. 1º y 11
del Código Penal. Los hechos objeto de análisis
POR Marcela C. Paura del fallo, están impregnados de un claro con-
texto de violencia doméstica —aquella que se
“...la posición de la mujer o, más exactamente, produce en la casa, en el hogar, pudiendo ejer-
su sumisión, es y siempre lo ha sido el índice por cerla y sufrirla cualquiera de los miembros del
excelencia de la dignidad de un pueblo” (Rita núcleo familiar— y de género —aquella que se
Segato) produce contra la mujer, por el sólo hecho de
serlo, tanto dentro como fuera de la casa, en el
En el presente trabajo, se realizará un breve trabajo o en cualquier otro ámbito de la vida
comentario al fallo dictado el 1 de agosto de pública—.
2017 por la sala IV del Tribunal de Casación
Penal de la Provincia de Buenos Aires, en el La brutal golpiza propinada por el impu-
marco de la causa 81.496, por el cual se rechazó tado hacia su concubina, descripta a lo largo

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 159


DPyC Derecho penal NOTA A FALLO

Prueba cabal de su estado de inconciencia es que al litro de sangre o un gramo por cada diez kilogramos de
llegar la ambulancia y preguntado por el estado de su peso y por hora. En consecuencia, transcurridas al me-
mujer, manifestó que aquella había sufrido una caída. nos dos horas después del hecho, la pericia arrojó un
resultado de 0,9 gr de alcohol en sangre, por lo que es
Cita la obra “Psiquiatría Forense en el Derecho Penal” posible estimar que al momento de la agresión tuviera
de Vicente Cabello, donde se distinguen tres grados o por lo menos 1,5 gr. de alcohol en su organismo.
niveles de ebriedad. El primero de ellos se caracteriza
por un estado de excitación o por un síndrome depre- Es claro entonces que A. se sitúa en el nivel de ebrie-
sivo o somnoliento. dad 2, según la clasificación de Cabello, lo que lo ubica
en el inciso 1° del artículo 34 del CP.
El segundo es el correspondiente a la intoxicación al-
cohólica aguda que se considera completa y se destaca Subsidiariamente la defensa solicita que se valore
por tres síntomas: incoordinación neumotora, altera- como atenuante la disminución de la capacidad de
ciones graves de la conciencia y automatismo. El sujeto comprensión de su defendido, como consecuencia del
cae en inconciencia, no sabe lo que hace. Se llama in- estado de ebriedad. La valoración de esta circunstan-
conciencia médico legal, y pese a la suspensión de las cia atenuante importará necesariamente la exigencia
funciones cognitivas se conserva el comportamiento de partir del mínimo legal en la determinación de la
psicomotor merced a la presencia de automatismos. pena. De lo contrario se incurriría en afectación del
En este nivel la ebriedad es causal de inimputabilidad, principio de proporcionalidad.
porque no hay comprensión de la criminalidad de los
actos o capacidad de dirigir las acciones. Formula reserva del caso Federal en los términos del
artículo 14 de la Ley 48.
El tercer y último grado suprime la conciencia psi-
cológica y fisiológica. Es la pérdida de conocimiento y III. Concedido el recurso por el a quo a fojas 28, el
sentido, una pérdida de conciencia total en la que hay mismo fue radicado en esta Sala, encontrándose las
ausencia de conducta. partes debidamente notificadas.

En la obra citada se explica que la eliminación de al- A fs. 34 el señor Defensor Oficial ante esta sede,
cohol se hace a razón de 15 centigramos por hora y por Dr. N. A. B., desiste de la audiencia del art. 458 del CPP

del fallo, evidencia lo que Rita Segato señala estructura del pacto mafioso, del club, de la her-
al describirlas estructuras elementales de la mandad, de la cofradía” (1).
violencia de este tipo de casos, como la espec-
tacularidad del hecho, que por lo general se Por tal motivo, es que en el hombre violento se
encuentra presente en estas conductas. Esto genera la necesidad de espectacularizar ese acto
sucede, en razón de que el hombre violento de control sobre el cuerpo de la mujer. La finali-
tiene la necesidad de ejercer el mandato social dad, es mostrarle al resto de sus pares su mascu-
de masculinidad que le es impuesto por el pa- linidad.
triarcado, “disciplinando” o “moralizando” a Se trata de un examen, de un espectáculo de
la mujer que intenta salirse del rol de subordi- potencia, de exhibición de su “virilidad”, dentro
nación respecto de aquel, establecido por ese del cual los micromachismos y aquellas formas
sistema. de violencia invisibles o imperceptibles que se
En esa dirección, la destacada antropóloga producen todos los días juegan un papel de suma
argentina explica que la masculinidad tiene importancia, ya que constituyen el caldo de cul-
estructura corporativa, pues los hombres se tivo para el último eslabón de esa escalada de
comportan en grupo, en el cual se comparten violencia contra la mujer, que son los femicidios.
valores sociales; y donde el primer valor, la pri- Como bien sostiene la mencionada autora, el fe-
mera lealtad, es a la corporación. Entonces, se micidio es la punta del iceberg de la problemáti-
cometen estos actos criminales en nombre de ca vinculada a la violencia de género (2).
esta última.
(1) SEGATO, Rita L., “La guerra contra las mujeres”,
En efecto, “la mujer juega un papel funcional Ed. Traficantes de sueños, Madrid, 2016, p. 155.
ahí por el lugar en el que es colocada. La conclu- (2) SEGATO, Rita L., “Violencia de Género y Femicidio.
sión es que el pacto masculino tiene ya en sí la Pensando las nuevas formas de la violencia”, conferencia

160 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcela C. Paura

y mantiene el recurso en todos sus términos. A fs. 35, la Rigen los artículos 18 y 75 inc. 22 de la C.N.; 1.1, 8
señora Fiscal Adjunta ante esta Casación, doctora Ma- inc. 2 ap. “h” y 25 de la C.A.D.H.; 14 inc. 5 del P.I.D.C.P.;
ría Laura D’ Gregorio presentó memorial y postuló el 421, 433 3ro. y 4to párr., 454 inc. 1, 456, 457, 458 y ccd-
rechazo íntegro de las pretensiones articuladas. tes. del Código Procesal Penal.

IV. Cumplidos los trámites de rigor y hallándose la Voto por la afirmativa.


causa en estado de dictar sentencia, este Tribunal de-
cidió plantear y votar las siguientes cuestiones El doctor Natiello dijo:

1ª ¿Es admisible el recurso de casación interpuesto? Adhiero al voto de mi colega preopinante, expidién-
2ª ¿Es procedente el remedio procesal impetrado? 3ª dome en igual sentido y por los mismos fundamentos.
¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?
Voto por la afirmativa.
1ª cuestión. - El doctor Kohan dijo:
2ª cuestión. - El doctor Kohan dijo:
El presente recurso fue interpuesto tempestivamen-
te contra una sentencia definitiva, mediante escrito I. Como ya he sostenido en numerosos preceden-
fundado en el cual se ha dado cumplimiento a los re- tes (causas nro. 54.780, 55.341, 55.510 entre muchos
quisitos formales establecidos en los artículos 450 y otros), corresponde a esta instancia casatoria el control
451 del Código Procesal Penal. de legalidad y logicidad de la prueba utilizada por el
sentenciante, como resultado del equilibrio entre una
Asimismo, y conforme lo dispuesto en el artículo 454 revisión eficaz e integral de la sentencia de condena,
inciso 1° de dicho cuerpo normativo, el impugnante se entendido como el más amplio derecho al recurso del
encuentra subjetivamente legitimado para recurrir. imputado, sin desnaturalizar el recurso de casación
convirtiendo a éste último, llegado el caso, en un se-
Por ello, corresponde declarar formalmente admisi- gundo y nuevo juicio (Conf. Arts. 18 y 75 inc. 22 de la
ble el recurso de casación interpuesto en la presente CN en función de lo normado por los arts. 1.1, 8 inc.
causa. 2 letra h), 25 de la C.A.D.H., y 14 inc. 5 del P.I.D.C.P.;

En esa línea de pensamiento, cabe recordar delincuente dirige su acto y en quienes este ad-
que el estatus de género es una relación jerár- quiere su pleno sentido. Y ese mandato expresa
quica, asimétrica. Se trata de una relación de el precepto social de que ese hombre debe ser
desigualdad de poder, que genera que el agresor capaz de demostrar su virilidad, en cuanto com-
trate de colocar a la mujer en el rol que le corres- puesto indiscernible de masculinidad y subje-
ponde, por su desacato al patriarcado. Y en don- tividad, mediante la exacción de la dádiva de lo
de, si el hombre no actúa de esa forma violenta, femenino. Ante la imposibilidad de obtenerla
ve su masculinidad disminuida. por conducto de procedimientos amparados por
la ley, aquellas presencias fuerzan al hombre a
Por ello es que, siguiendo la postura sostenida arrancarla por medios violentos” (3). Por ello,
por la citada autora en su brillante tesis doctoral este hecho violento contra la mujer consiste en
sobre el dispositivo de la violación, se concluye la “escenificación de una consumación (...). Se
que la conducta del hombre violento en estos ca- trata más de la exhibición de la sexualidad como
sos no está dirigida hacia la mujer, sino hacia sus capacidad viril y violenta que de la búsqueda de
pares hombres. placer sexual” (4).
Segato hace referencia en su tesis a un man- Así las cosas, la presencia de esos “acompa-
dato de violación. “Este mandato, planteado ñantes” o “interlocutores en las sombras” de los
por la sociedad, rige en el horizonte mental del
hombre sexualmente agresivo por la presencia
de interlocutores en las sombras, a los cuales el (3) SEGATO, Rita L., “Las estructuras elementales de la
violencia. Ensayos sobre género entre la antropología, el
psicoanálisis y los derechos humanos”, Ed. Prometeo, Bue-
dictada el 13/11/2017 en la Asociación de Abogados de nos Aires, 2010, ps. 39-40.
Buenos Aires. (4) Ibidem, p. 33.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 161


DPyC Derecho penal NOTA A FALLO

Comisión I.D.H. informes 30/97, en caso 10.087: Ar- de la parte interesada. A tal efecto resulta necesario
gentina; informe 17/94, caso: 11.086, Argentina (caso que el recurrente sea preciso al momento de denun-
“Maqueda”) e informe 55/97, caso: 11.137, Argentina ciar este tipo de agravios, ya que ello es imprescindible
(caso “Abella”); Corte Interamericana de Derechos Hu- a los fines de acotar el trabajo de revisión judicial ex-
manos “Herrera Ulloa vs. Costa Rica” del 02/07/2004; clusivamente a las partes esenciales de las sentencias
Comité de Derechos Humanos de la O.N.U., in re: “Ce- impugnadas.
sario Gómez Vázquez c. España” (701/1996), dictamen
del 20/07/2000 y “M. Sineiro Fernández c. España” En este sentido es carga de la parte agraviada fijar
(1007/2001), del 07/08/2003). con claridad cuál es la afirmación del tribunal que
resulta de un error de apreciación y cómo habrá de
Al respecto Nuestro más Alto Tribunal en el prece- refutarse dicha aseveración. Los agravios señalados
dente “Casal” (causa nro. 1681, 20/09/2005) fijó su crite- por el recurrente deben recaer sobre algún elemen-
rio sobre la base de la doctrina alemana del “Leistungs- to que aporte un sustento esencial al fallo, del mismo
fähigkeit”, también conocida como “agotamiento de modo que la prueba ofrecida debe ser pertinente y
la capacidad de rendimiento o capacidad de revisión”, suficiente para demostrar el error en el que han in-
donde estableció que corresponde a la casación el con- currido los jueces. Dicha situación no sucede cuando
trol de todo aquello que tenga capacidad de revisión por los impugnantes hacen uso de categorías genéricas o
sus propios medios, sin necesidad de realizar un nuevo abstractas, no logrando demostrar que la valoración
juicio de mérito (renovar la prueba oral), por lo que las de la prueba practicada presente espacios carentes de
comprobaciones fácticas que dependen de la inmedia- explicación.
ción y la oralidad son las únicas que no pueden —por
obvias razones materiales— analizarse, y quedan reser- Formuladas las aclaraciones del caso, y frente a lo
vadas a la órbita del juez de mérito (En el mismo sentido que sostiene el impugnante, el a quo expresó las razo-
Falcone, Roberto A. - Madina, Marcelo A., “El proceso nes que lo llevaron a decidir como lo hizo, sin que se
penal en la provincia de Buenos Aires”, 2ª edición actua- advierta que haya incurrido en afirmaciones absurdas
lizada y ampliada, Editorial Ad-Hoc, 2007). o arbitrarias al tener por acreditada la reconstrucción
histórica de los hechos en los términos propuestos en
Pero para que el tribunal revisor pueda abarcar di- cabeza del encartado, como quedara plasmado en la
chas cuestiones ello dependerá de la actividad misma sentencia puesta en crisis.

que habla la citada autora y hacia los cuales está autónomas, pero manténganse bajo’. Se trata de
dirigida en definitiva la conducta del hombre en una autonomía que mantiene a las mujeres su-
los casos de violación, se puede perfectamente jetas a los hombres, a las instituciones, al orden y
extrapolar a los casos de violencia de género y desde luego, a las normas. Y no sólo sujetas sino,
doméstica como el que es analizado en el pre- además, subordinadas. Sujetas y subordinadas y
sente fallo. funcionando como reproductoras y defensoras
del orden jerárquico masculino. Ese es un man-
El imputado, en este caso, “castigó” a su mu- dato y una función social asignada a las mujeres.
jer el día del hecho —en un episodio más de la Defender el orden jerárquico entre los géneros,
larga trama de violencia padecida a lo largo de defender la superioridad de los hombres, defen-
todo su concubinato—, por no haberle dado de der la subordinación de las mujeres, defender la
comer, ocasionándole esta vez lesiones de grave- obediencia de las mujeres” (5).
dad. De la circunstancia descripta, se deduce un
palmario acto de disciplinamiento hacia la mu- Por ello, la conducta analizada se evidencia
jer, por haberse salido de su rol tradicionalmente como un acto criminal moralizador; de domes-
impuesto por el patriarcado. ticación y control del cuerpo de la mujer insu-
bordinada a ese sistema jerárquico de estatus
Conforme a ese rol en el que se concreta su de género. Con esa conducta, el hombre violen-
falta de autonomía, “las mujeres podemos as- to busca volver a colocar a la mujer en su rol de
pirar a la autonomía, pero siendo parte de los subordinación; y lo hace a través de la violencia
hombres. Se vale ser autónomas, pero dentro física, psíquica, económica, y sexual.
de la corporación masculina que representa a
mujeres y hombres. Este es un principio de do-
(5) LAGARDE, Marcela, “Claves feministas para mis
minación política a las mujeres: las mujeres su- socias de la vida”, en Colección Feminismos Populares, Ed.
jetas a los hombres y que se traduce como ‘sean Batalla de Ideas, Buenos Aires, 2015, ps. 180-181.

162 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcela C. Paura

Así el Tribunal de Juicio tuvo por acreditado “...que tes, como así también los distintos testimonios que
el día 7 de marzo del 2016, aproximadamente a las 19 tuvieron lugar durante la audiencia de juicio oral, no
horas, en el interior del inmueble ubicado en Aveni- evidenciándose vicios lógicos o defecto alguno que im-
da … y … de la localidad de Coronel Suárez, un sujeto porte una vulneración a las reglas consagradas en los
de sexo masculino tomó por los cabellos a su esposa, artículos 210 y 373 del ordenamiento ritual, ni así lo ha
la Sra. N. B. W., con la cual se encontraba casado le- acreditado el recurrente.
galmente y mantenía una relación de convivencia en
ese domicilio, y le aplicó varios golpes de puño en el El tribunal valoró la declaración de la víctima quien
rostro, cayendo la señora al piso, donde continuó gol- relató que padecía episodios de violencia de larga data,
peándola con los puños y con patadas en distintas prácticamente durante todo el tiempo de convivencia
partes del cuerpo, mientras la insultaba. Producto de con su marido. La agredida explicó además que cuan-
los golpes le produjo a la Sra. W. traumatismo de crá- do bebía, su agresividad se extendía a los hijos de am-
neo con excoriaciones en región facial, excoriaciones bos, por lo que en muchas ocasiones hubo de huir del
y edema contuso múltiples en región facial, equimosis domicilio y buscar refugio en casas vecinas.
múltiples en maxilar inferior izquierdo, cuello región Hubo un tiempo en que, ante la falta de trabajo de su
toracoabdominal y región dorso lumbar, excoriaciones marido, ella salió a trabajar. Pero esto motivó el enojo
y equimosis múltiples en ambos miembros superiores de su cónyuge que le prohibió la realización de toda
e inferiores, fractura conminuta cerrada de muñeca actividad laboral. Cansada de esta situación formuló
izquierda la que debió ser tratada mediante cirugía y una denuncia consecuencia de lo cual fue alojada jun-
provocó el uso de yeso durante un mes y medio”. to a sus hijos en un refugio.
Cabe destacar que el recurso reedita argumentos ya Ante esto, el imputado se mostró arrepentido, pro-
intentados durante el debate y que fueran respondidos metió cambiar y la convenció de volver al hogar común.
en la sentencia. Pero al poco tiempo volvió a la situación de agresión
verbal y física permanente.
A fin de probar los extremos legales enunciados, el
Tribunal de Juicio realizó un pormenorizado análisis El día del hecho fue un capítulo más de una larga
de las distintas piezas probatorias que fueron incor- secuencia de maltratos, con la diferencia que en esta
poradas por lectura al juicio, sin oposición de las par- oportunidad la víctima padeció lesiones de gravedad.

Por otro lado, cabe mencionar que el tribunal luego de ingerir alcohol, ya que habitualmente la
excluyó la aplicación del beneficio planteado agredía.
por la defensa, en relación con la presunta dis-
minución de la capacidad de comprensión como En otras palabras, todo parece indicar que el
circunstancia atenuante, en virtud de la ebriedad imputado se embriagó voluntariamente para
del imputado, bajo el fundamento de que tuvo provocarle una golpiza a su mujer, a sabiendas
conciencia plena en todo momento de la agre- de las graves consecuencias que la ingesta al-
sión que llevaba a cabo; sumado a que esa pre- cohólica le causaba; sumado a los anteceden-
tensión no había sido articulada en el debate ni tes de violencia previa existente en el seno fa-
discutida por las partes. miliar.

En este punto, el análisis realizado por el tri- En efecto, la víctima relató que padecía episo-
bunal desde el punto de vista jurídico-penal luce dios de violencia, prácticamente durante todo el
acertado. Como bien señalan los jueces en el fa- tiempo de convivencia con su marido. Y explicó
llo, prueba del conocimiento y conciencia plena que cuando bebía, su agresividad se extendía a
de su conducta por parte del sujeto, es que al mo- los hijos de ambos, por lo que en muchas ocasio-
mento de llegar la ambulancia al lugar del hecho nes hubo de huir del domicilio y buscar refugio
y preguntado por el estado de su mujer, refirió en casas vecinas.
que aquélla había sufrido una caída.
De su relato surge claramente que su concubi-
Ahora bien; aplicando al caso analizado una no bebía y luego le propinaba una golpiza; sien-
perspectiva de género, surge que el contexto de do esta una conducta reiterativa a lo largo de los
violencia existía en el núcleo familiar desde larga años. Por ende, todo indica que al momento del
data; con lo cual el sujeto indudablemente co- episodio que provocó las lesiones graves, aquel
nocía la conducta que realizaría contra su mujer sabía que, como consecuencia de la ingesta de

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 163


DPyC Derecho penal NOTA A FALLO

Esta situación de violencia fue corroborada por la cas propias de los acontecimientos, donde nada existe
declaración de G. B. L., pastora de culto evangélico para cuestionar las aseveraciones lanzadas por los tes-
a cuyas actividades asistía la víctima. Manifestó que tigos mencionados, los cuales se encuentran imbuidos
conocía a la pareja desde hace cuatro años y que sa- de todas las formalidades previstas para la producción
bía de los problemas que padecía la agredida por sus de tal prueba, lo que conlleva a tomar como plena-
relatos y el de los hijos del matrimonio. Que el día del mente válidas dichas declaraciones y a ponderar libre-
hecho uno de los menores fue a verla en busca de au- mente el contenido de las mismas.
xilio. Cuando llegó a casa de la víctima, ésta yacía en el
suelo inconsciente. Recién reaccionó cuando llegó la Siendo que la defensa sobre el punto se dirige a
ambulancia. cuestionar los distintos elementos ponderados por el
sentenciante realizando sobre los mismos una crítica
En similar sentido se expidió la trabajadora social M. aislada, el planteo se torna ineficaz desde que intenta
d. C. P. quién trató a la víctima en 2012 y dio cuenta de deteriorar el valor persuasivo de los mismos, obviando
los episodios de violencia de su conocimiento. la conducencia que de su valoración conjunta emana.

En cuanto al hecho motivo de autos resultaron con- Conforme lo hasta aquí expuesto entiendo que los
tundentes los testimonios de los hijos del matrimonio. cuestionamientos formulados por la parte recurrente
A. A. declaró que no estaba al momento de la agresión, no encuentran asidero en la prueba rendida en la cau-
pero confirmó la situación de violencia permanente sa y que fuera oportunamente analizada por el tribunal
en que vivía la familia. B. A., en cambio, estuvo pre- de mérito, no encontrando razones para entender que
sente y describió en detalle la paliza propinada por el los testigos de referencia se expresaran con animosi-
imputado a su mujer. Contó también que golpeó a su dad o falsedad, dando por tierra con la posibilidad de
padre con un palo pero no pudo detenerlo, por lo que que exista duda razonable sobre su verosimilitud e
su abuela le indicó que corriera a buscar ayuda. Así lo imparcialidad, todo lo cual sella la suerte adversa del
hizo y dio aviso a la pastora quedándose en su casa. presente recurso.

De este modo los datos volcados permitieron a los Los argumentos utilizados por el impugnante no
sentenciantes apreciar la dinámica y las característi- constituyen más que una fragmentaria, parcial y sub-

alcohol, su conducta violenta se reproducía ha- Cuando Rita Segato hace mención a los estu-
cia su mujer y su grupo familiar. dios estadísticos de los patrones de violación,
menciona que no corresponde la atribución de
Así las cosas, en este caso en particular, el es- psicopatologías individuales a los violadores,
tado de embriaguez en el que se habría colocado ya que el violador es simplemente un integran-
el sujeto de manera voluntaria funcionaría como te más dentro de determinados grupos sociales,
excusa para llevar a cabo el mandato de mascu- con valores y normas de conducta compartidos,
linidad anteriormente descripto; el disciplina- denominados “subculturas” (6).
miento sobre el cuerpo de la mujer, golpeándola
salvajemente. Cita a la autora Susan Brownmiller (1975)
quien destacó la importancia de la refutación del
Por tal razón es que, quienes se especializan mito de que “el violador es un ofensor reservado
en esta problemática, como así también desde y solitario”, amén de no tener “ninguna patología
las teorías feministas, se insiste apropiadamente identificable al margen de los desvíos individua-
en abandonar el discurso patologizador en tor- les y trastornos de la personalidad que pueden
no al acusado, particularmente en este tipo de caracterizar a cualquier ofensor que comete
conductas enmarcadas dentro de un contexto de cualquier tipo de delito” (7).
violencia doméstica y de género, ya que no es-
tamos ante la presencia de sujetos inmersos en En este punto, teniendo en cuenta las afirma-
alguna patología en particular, sino que se trata ciones señaladas e independientemente de la
de productos del patriarcado —o, lo que se suele
denominar desde una perspectiva feminista, sus
“hijos sanos”—; de una cultura machista históri- (6) SEGATO, Rita L., “Las estructuras elementales...”, cit.,
camente enquistada en la sociedad, desde el ini- p. 34.
cio de la propia especie humana. (7) Ibidem.

164 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcela C. Paura

jetiva valoración de los elementos de prueba compu- Tanto el reconocimiento manifestado al Fiscal sobre
tados por el sentenciante, resultando los mismos insu- la discusión y golpes a su mujer, cómo la explicación
ficientes para demostrar la existencia de vicios graves que diera sobre la situación de la víctima, son muestra
y manifiestos que permitan descalificar el fallo como clara de que el acusado conservaba sus facultades cog-
un pronunciamiento judicial válido, de modo tal que noscitivas y psicomotrices en perfecto estado, por lo
la sentencia atacada cumple con todos los recaudos que tenía plena conciencia de lo que había sucedido.
legales, por lo que estimo que el material probatorio El arrepentimiento también formulado en su declara-
es suficiente para concluir en la responsabilidad penal ción es otro signo de la conciencia y advertencia sobre
del encausado, no advirtiéndose apartamiento alguno lo acaecido. Nadie se arrepiente de aquello de lo que
a las reglas de la lógica y la experiencia. no ha sido causa voluntaria.

Por las razones aducidas, la pretendida aplicación II. La invocación del inc. 1 del artículo 34 del CP se
del inciso 1 del artículo 34 del Código Penal es impro- presenta aquí como una mera pretensión, pero sin in-
cedente. Como ya se indicara en la sentencia, quedó dicar un fundamento preciso. El recurrente dice, por
probado en juicio que el imputado tuvo conciencia un lado, que A. estaba frente a la imposibilidad de
plena, en todo momento, de la ilegítima agresión que controlar sus impulsos. Y ubica su accionar en el grado
llevaba a cabo. Prueba de ello, como lo destacara el a dos de ebriedad ya descrito por Cabello, donde habría
quo, es que A. declaró que no recordaba lo sucedido, afectación de facultades cognoscitivas, pero conserva-
pero ante preguntas del Fiscal reconoció que había ría cierta motricidad en base a automatismos. Pero por
discutido con su mujer y que le había pegado. otro, afirma que el artículo 34 contempla dos elemen-
tos centrales, a saber, la imposibilidad de comprender
Por su parte, al llegar la pastora evangelista y más la antijuridicidad del acto, y la imposibilidad de ade-
tarde el personal de asistencia médica, y al preguntar cuar la conducta a esa comprensión.
al acusado que había sucedido, éste contestó que su
mujer se había caído. Las circunstancias antedichas Esta formulación confusa de la causal pretendida es
ponen de manifiesto una “amnesia selectiva” y una incompleta ya que omite distinguir entre la decisión
memoria muy conveniente, tendiente a mejorar la si- de cometer el hecho, lo que supone un conocimiento
tuación de quien está sometido a proceso. efectivo del acto que se está realizando, de la compren-

acertada solución que los magistrados le dieron Tampoco puede soslayarse la circunstancia
al caso, cabe considerar que aquí no nos encon- de que la violencia doméstica se encuentra es-
tramos frente a una problemática que deba tra- trechamente ligada al contexto socio económico
tarse desde una perspectiva médico o psicopato- del imputado y su grupo familiar; y que en casos
lógica, sino sociocultural. de crisis e inestabilidad económica influye deci-
sivamente en estos episodios de violencia, au-
Diana Scully, en un exhaustivo e inteligente mentándolos.
análisis de un corpus de entrevistas con ciento
catorce violadores condenados, postula lo si- No obstante que los datos de la realidad de-
guiente: “En contraste con el modelo psicopa- muestran que la violencia doméstica y de género
tológico, este libro se basa en una perspectiva se producen en todos los ámbitos y clases socia-
feminista y en el supuesto previo de que la vio- les, cabe agregar que la falta de trabajo —además
lencia sexual tiene un origen sociocultural: los de quebrantar la dignidad humana, con la con-
hombres aprenden a violar. Por consiguiente, en secuente degradación y humillación que conlle-
vez de examinar las historias clínicas de hombres va para cualquier persona—, también genera un
sexualmente violentos en busca de las pruebas aumento de estos casos de violencia doméstica.
de una patología (en la literatura tradicional, a
menudo acusatoria de sus madres o esposas) o Particularmente en el hombre, en virtud del
de motivos individuales, utilicé colectivamente a citado mandato de masculinidad impuesto por
los violadores condenados como expertos capa- el patriarcado, la falta de trabajo significa para
citados para informar sobre una cultura sexual- aquel, dejar de cumplir su rol de sujeto protec-
mente violenta (Scully, 1994, p. 162)” (8). tor y sustento de la familia; colocándolo en po-
sición de “inferioridad” con respecto al rol so-
cialmente establecido por ese sistema, respecto
(8) Ibidem, p. 39. a la mujer.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 165


DPyC Derecho penal NOTA A FALLO

sión de la antijuridicidad, lo que importa un conoci- pelos, propinó golpes de puño en el rostro, y una vez
miento distinto. Ya no es posible un conocimiento real caída continuó pateándola en el piso. Esta secuencia
y efectivo, sino que basta un conocimiento potencial. de golpes es demasiado precisa y muestra una clara
De lo contrario solo podría tener conciencia de antiju- intención de dañar, incompatible con meros automa-
ridicidad un experto en materia penal. tismos.

En el caso de autos conforme la prueba indubitada, En cuanto al segundo tramo, advertencia de la antiju-
el imputado tuvo conocimiento efectivo de la agresión ridicidad, la misma luce indiscutida. El imputado sabía
que llevaba a cabo. Tal como sucedieron los hechos es y buscaba lesionar, sabía que se trataba de su mujer, a
claro que su accionar no se redujo a meros automa- quien “castigaba” por no haberle dado de comer. En el
tismos. Un movimiento automático de cuasi reflejos, caso se da el conocimiento de un elemento de hecho,
como pretende la defensa, si bien puede causar daño, se trataba de una mujer, y de un concepto normativo.
nunca alcanzará la precisión de este ataque. Se trataba de “su” mujer conforme la ley civil, y, res-
pecto de la cual caben las agravantes específicas del
Adviértase que conforme los testimonios y el reco- artículo 80 incisos 1 y 11 del CP.
nocimiento del propio acusado ante las preguntas del
fiscal, la ebriedad no le impidió recordar y reconocer Aquí también la prueba es elocuente. Diversos tes-
que discutió con su mujer y que luego la golpeó. El hijo timonios indican que cuando su mujer quedó incons-
del matrimonio que presenció la golpiza describió que ciente, él se limitó a sentarse en un sillón, y preguntado
su padre corrió a su madre por el lugar, la tomó de los por el suceso indicó que su mujer se había caído. Esta

Por ello, para reforzar su estatus de varón, su tencia alguna por parte de las instituciones esta-
masculinidad disminuida, necesita disciplinar tales.
a la mujer, quitarle su vitalidad, mediante actos
de violencia visibles, ostensibles. En estos casos, En ese marco, relató la víctima que el imputa-
al percibir el sujeto su masculinidad debilitada, do se mostró arrepentido, prometió cambiar y
agrede a la mujer como forma de restaurar el es- la convenció de volver al hogar común, pero al
tatus masculino dañado. poco tiempo volvió a la situación de agresión ver-
bal y física permanente. Esto pone de manifiesto
En definitiva, todo lo que se viene sosteniendo claramente el ciclo de la violencia característico
acerca de que en estos casos predomina más una de este tipo de casos, que lleva a que las relacio-
problemática sociocultural que médico-psicopa- nes violentas perduren a lo largo de los años, ya
tológica, lo refleja el hecho de que el imputado le que la mayoría de las mujeres inmersas en esa si-
haya prohibido a su mujer en ocasiones anterio- tuación desconocen el efecto “bola de nieve” que
res al hecho, salir a trabajar cuando él se quedó produce, y que con el paso del tiempo es difícil
sin trabajo, y se haya enojado por esa situación, de frenar.
prohibiéndole la realización de toda actividad la-
boral; debiendo la mujer formular una denuncia En esa dirección, los testimonios de los hijos
por esa situación de violencia precedente, y alo- del matrimonio confirmaron la situación de vio-
jarse con sus hijos en un refugio. lencia permanente en que vivía la familia. Uno
de ellos describió en detalle la paliza propinada
Esa circunstancia, a su vez, se encuentra ínti- por el imputado a su mujer, relatando que su
mamente ligada al hecho de que la dependen- padre corrió a su madre por el lugar, la tomó de
cia económica de la mujer respecto del hombre los pelos, le propinó golpes de puño en el rostro,
provoca conflictos muy graves, y nos coloca a las y una vez caída continuó pateándola en el piso;
mujeres en situaciones de riesgo. e incluso el hijo golpeó a su padre con un palo,
pero no pudo detenerlo.
A ello cabe sumarle la ausencia de acceso a la
justicia y de contención de ningún tipo por parte En ese contexto, se observa con claridad una
del Estado a esa familia violentada, pues del fa- consecuencia habitual de la violencia en el nú-
llo se desprende que la mujer ya había realizado cleo familiar, que es su extensión a los hijos, pues
denuncias por diversas situaciones de violencia el propio relato deja entrever la reproducción de
anteriores, y continuaba aparentemente sin asis- dicha conducta violenta, en los niños y la exis-

166 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcela C. Paura

respuesta muestra a las claras su intención de ocultar de la norma (cfr. Esteban Righi, “La culpabilidad en
la causa real del estado y lesiones de la víctima, pre- materia penal”, Editorial Ad-Hoc, Bs. As., 2003, p. 105).
tensión que responde a la conciencia efectiva de un
accionar disvalioso. Sobre el punto, Righi sostiene que la culpabilidad
tiene tres elementos: la imputabilidad, el conocimien-
Cabe considerar que la culpabilidad ha sido definida to virtual de la antijuridicidad y la exigibilidad. La im-
por calificada doctrina como el conjunto de condicio- putabilidad significa que al momento del hecho el au-
nes que determinan que el autor de una acción típica, tor tiene que haber sido capaz de ser culpable, es decir
antijurídica y atribuible sea criminalmente responsa- haber podido comprender la ilicitud de su comporta-
ble de la misma (cfr. Enrique Bacigalupo, “Manual de miento y comportarse de acuerdo con esa compren-
Derecho Penal”, 3ª reimpresión de la 1ª ed., Bogotá, sión (op. cit., ps. 107-109; Bacigalupo, op. cit. p. 152).
Temis, 1996, p. 147).
En lo que hace a los estados de inconsciencia, pue-
Consiste ni más ni menos que un reproche que se den ser caracterizados como fenómenos transitorios y
le formula al autor por haber realizado el hecho ilícito, anormales que aparecen en forma reactiva, inespera-
cuando de acuerdo con las circunstancias particulares da; algunos de ellos como el que es materia del pre-
del caso concreto estuvo en condiciones de haberse sente agravio como lo es el alcoholismo, no dejan de-
motivado para cumplir con la norma. De esta manera, terioro. Dentro de estos estados se incluye la ebriedad
un sujeto es culpable cuando en el momento del hecho aguda: en ellos se produce una amnesia absoluta allí
era exigible que obrara en forma distinta a la infracción donde debe existir el recuerdo. A ello se suman una se-

tencia de una conducta agresiva en ellos a muy resultará difícil —sino imposible— erradicar este
temprana edad. flagelo únicamente aumentando las penas de
este tipo de delitos.
En esa inteligencia, se ha dicho que “la violen-
cia contra la mujer la trasciende y llega a la fami- Sobre todo, porque en estos casos también el
lia, a la sociedad y tiene efectos intergeneracio- hombre resulta víctima del patriarcado que le
nales” (9). impone ese mandato de masculinidad, y lo hace
sentir inferior cuando no puede cumplir el rol de
De todo ello, se observa una situación muy re- sostén del hogar y de la familia.
currente en este tipo de casos, por la cual la mu-
jer y los niños víctimas de violencia doméstica, Consecuentemente, se impone la necesidad
se encuentran en absoluta desprotección por de romper los lazos que sostienen el patriarcado;
parte del Estado. No solo porque la ausencia de que los mismos hombres no se impongan condi-
protección y de acceso a la justicia ante las de- ciones para pertenecer al grupo —en otras pala-
nuncias radicadas por la mujer con anterioridad, bras, destruir el mandato de masculinidad—, y
llevaron a una escalada de violencia doméstica que no se sientan amenazados por la libertad de
a límites extremos, sino también por la falta de la mujer, sino que, por el contrario, aprehendan a
seguimiento del caso desde el comienzo, asegu- humanizarla. Dentro de ese marco, el ámbito jurí-
rándoles al grupo familiar una contención psico- dico juega un papel fundamental para desarrollar
lógica efectiva. un discurso inclusivo, que iguale derechos entre
hombres y mujeres; y en el que la mujer, como mi-
No obstante lo expuesto, amén de la necesidad noría históricamente oprimida por el patriarcado,
de producir un cambio radical en el modo en sea representada en los fallos judiciales.
que las instituciones afrontan esta problemática, En síntesis, corresponde celebrar este tipo de
la verdadera transformación que se necesita si- fallos. Si bien los jueces arribaron a una solución
gue siendo primordialmente sociocultural, pues correcta desde el punto de vista legal, aplicando
correctamente la perspectiva de género que ca-
(9) PINTO, Mónica, “De los derechos humanos, del gé-
racteriza el hecho analizado, insistimos en la ne-
nero y de la violencia”, en Discriminación y Género. Las for- cesidad de despatologizar este tipo de conduc-
mas de la violencia, Ed. Ministerio Público de la Defensa, tas, y comprender que se trata de consecuencias
2011, p. 65. socioculturales del patriarcado. u

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 167


DPyC Derecho penal NOTA A FALLO

rie de síntomas físicos: la expresión corporal (incoordi- de alcohol y sintomatología clínica - por influencia de
nación motora), la impulsividad, el automatismo. diversos factores: edad, sexo y grado de tolerancia del
sujeto; tipo de bebida ingerida— afirma “...Por lo de-
Un tema relevante vinculado con los estados de más, tampoco podrá dejarse de tener en cuenta, que lo
ebriedad es la importancia y el valor de la alcoholemia. primero siempre es la clínica y que las determinacio-
La utilidad de esta medición no puede afirmarse en nes de laboratorio son pruebas complementarias, por
forma aislada si no contamos con lo que puede deno- lo que nunca pueden sustituir en su posición, a aqué-
minarse como la “clínica del hecho”, lo que no es otra lla...” (Bonnet, E. “Medicina Legal”, T. II, ps. 1622-1623).
cosa que la reconstrucción del hecho histórico materia
de investigación. En materia de intoxicación por ingesta de alcohol,
Vicente Cabello afirma que “Entre 0,50 y 1 gr. por mil,
En ese marco, me permito señalar que la prueba de los autores ubican el estado de pre-ebriedad. Hasta
alcoholemia por sí sola no es un indicador del estado 0,50 grs., en la mayoría de los casos no aparecen efec-
de ebriedad, dado que en definitiva depende de mu- tos clínicos ostensibles, por ejemplo, alguien podría
chos otros factores: tolerancia de cada persona al al- beber 15 grs. de alcohol contenidos en medio litro de
cohol, si se ingiere o no comida y qué contiene esta, cerveza sin demostrar signos de ebriedad, ni aún ante
ya que los alimentos de alto contenido graso generan pruebas neuromotoras. Recién al acercarnos a 0,80
una absorción mayor del alcohol, etc. Por lo tanto, la grs. o al gramo por mil aparecería el alargamiento de
alcoholemia sólo brinda un valor relativo para evaluar los tiempos de reacción cuantitativa visual y motoras,
la ebriedad que será absoluto únicamente cuando se sólo evidenciable a la explotación técnica”. (“Psiquia-
corresponda con la sintomatología clínica que presen- tría Forense en el derecho penal”, Hammurabi, Tomo
ta el caso. II-A, p. 106).

Me permito, al igual que el recurrente, citar a Ca- Cabe agregar que en lo que hace a alcoholemias, la
bello quien ha sostenido que el método clínico para medición practicada debe relacionarse con el período
diagnosticar la ebriedad es “...retrospectivo, indirec- de absorción y eliminación del organismo, por cuanto
to y se infiere de las declaraciones del imputado, de el alcohol describe una curva ascendente, que luego
la conducta anterior, contemporánea y posterior al disminuye hasta desaparecer.
delito; de las manifestaciones testimoniales, de las
constancias sumariales que rodearon al hecho y del En ese sentido, los textos de medicina legal señalan
testimonio técnico de los médicos que examinaron al que un hígado humano que funciona adecuadamente
prevenido, momentos después del evento crimino- es capaz de metabolizar el alcohol a razón 0,15 g por
so...” (Cabello, Vicente, “Psiquiatría forense en Dere- hora, más la capacidad indicada es promedio, pudien-
cho penal”, T. 2-A, Editorial Hammurabi, Bs. As., 1982, do verse levemente variada por la contextura física de
p. 98). una persona, su peso, etc. (conf. Hernán Silva, “Medi-
cina legal y psiquiatría forense, Volumen 2”, p. 472, Ed.
En definitiva, de la intensidad de los síntomas clíni- Jurídica de Chile).
cos se infiere la ebriedad, por lo cual, la falta de realiza-
ción de la alcoholemia no tiene ninguna consecuencia De otro andarivel, cabe acotar que el juzgamiento de
decisiva para la solución del caso, pues incluso aun- la responsabilidad penal del ebrio ha sido objeto de di-
que se hubiera realizado, el Tribunal estaría obligado versa valoración: tanto en Francia como en Inglaterra
a analizar la presencia de una sintomatología clínica la legislación fue contraria a admitir como excusa a la
que avale los valores de aquel análisis de laboratorio. ebriedad; en sentido contrario, se desarrollaron distin-
tas teorías en Alemania e Italia (cfr. Cabello, op. cit. ps.
Por tanto, para elaborar un diagnóstico de la ebrie- 128-129).
dad, cualquiera que sea su causa, es necesario primero
una evaluación de tipo clínico; la certificación diag- Entre los autores nacionales, como muestra de la
nóstica de laboratorio, muchas veces ausente o discor- primera postura puede citarse el voto del Juez Millán
dante, será accesoria. en el plenario “Segura” dictado por la Cámara Cri-
minal y Correccional de la Capital Federal con fecha
Como pasa con otras enfermedades o síndromes 13/08/1964: “...es preciso despojarse de prejuicios
clínicos, esto constituye el axioma médico que dice —pocos hay mayores que los de los médicos legistas,
que la “clínica es soberana” (José Antonio V. Fraraccio, propensos a opinar que ha existido inconsciencia a
‘Medicina legal. Conceptos clásicos y modernos’, Ed. poco que encuentren una alteración más o menos gra-
Universidad, 1997, p. 286). ve de la misma y ya sabemos los excesos a que ello ha
conducido, al extremo de considerar enfermo mental
Por su parte, Bonnet, luego de señalar la imposibili- a todo delincuente— y entender de una vez por todas
dad de establecer un paralelo matemático entre dosis que el ebrio en general, y salvo las muy contadas ex-

168 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Marcela C. Paura

cepciones patológicas, sabe lo que hace, comprende si contenidas en los arts. 40 y 41 del Código Penal, que la
comete un crimen y es capaz de dirigir sus acciones. ubicarán en los límites de la escala que prevé la figura
Lo que pasa es que la ebriedad afloja los controles in- tipificada en el citado cuerpo legal.
hibitorios y desata las fuerzas reprimidas de la brutali-
dad, el resentimiento, las perversiones de toda índole, En ese sentido, considero que la justa transmutación
el odio, el egoísmo, la codicia, etc.; no hace más que de la cuantía del injusto y de la culpabilidad en mag-
exagerar los rasgos caracterológicos...” (cfr. LA LEY nitudes penales no es susceptible de establecerse en
118-846). cantidades prefijadas legislativamente (más allá de los
extremos en las escalas) o jurisprudencialmente dado
Por su parte, en materia de inimputabilidad, quien que resulta imposible —en mi criterio— estandari-
alega alguna de las causales debe probarla, no siendo zar los juicios de valor para traducirlos en cantidades
corroborado el extremo en el caso que nos convoca. numéricas. Por tanto, para establecer el quantum de
Dicho temperamento ha sido ampliamente estableci- pena a imponerse no puede apelarse a fórmulas mate-
do por la jurisprudencia de los Tribunales Nacionales máticas preestablecidas, sino que debe atenderse a los
que han resuelto reiteradamente que “Las causales principios de culpabilidad, razonabilidad y proporcio-
de inimputabilidad que prevé el art. 34, C.P. guardan nalidad, a la vez que debe tenerse en mira una adecua-
carácter excepcional y por ende merecen ser acredi- da reinserción social.
tadas debidamente. La mera alegación de una ingesta
Por otro lado, entiendo que el punto de ingreso en
de alcohol no alcanza para hacer aplicable la norma
el marco punitivo no debe seguir una escala de grave-
exculpatoria, sino que es menester que la acción del
dad continua sino que, por el contrario, el mínimo y
elemento químico incorporado al organismo produzca
el máximo de la escala penal con que se reprima un
los efectos que la ley impone, esto es, imposibilidad de
delito deben ser tomadas como indicadores del valor
comprender la criminalidad de sus actos o dirigir sus
proporcional de las normas en cuestión toda vez que,
acciones, y ello no puede presumirse sino que debe ser
a diferencia de lo que ocurría con los antecedentes
comprobado, y la carga de la prueba compete a quien
legislativos nacionales —Código Tejedor, Códigos de
lo alega”. (C.N.Crim. Sala V (Def.) —González Palazzo,
1886, ley 4189 de 1906— que prescribían la imposición
Filozof, Navarro—, c. 34.168, Domínguez, Edgardo,
de una pena media para aquellos supuestos en los que
Rta: 23/06/1997).
se verificaran la existencia de agravantes y/o atenuan-
tes, oscilando en más o en menos el monto de aquella
En conclusión, la causal de justificación pretendida al considerar pautas severizantes o diminuentes, en
resulta inaplicable. nuestro sistema actual no está previsto procedimiento
o criterio formal alguno en el sentido indicado prece-
III. El agravio planteado en subsidio por el que se so- dentemente, permitiendo al Juez de juicio la elección
licita la consideración de la disminución de la capaci- de la sanción que considere adecuada para el caso
dad de comprensión como circunstancia atenuante, y concreto, en la inteligencia de que cada hecho y cada
como consecuencia la fijación del mínimo de la pena, autor son diferentes y presentan particularidades que
tampoco prospera. difícilmente puedan reducirse a criterios rígidos y es-
tandarizados.
Asiste razón al Ministerio Público Fiscal ante esta
instancia, al señalar que esa pretensión no fue formu- Así, parte de la doctrina ha dicho —en tesitura que
lada en el debate ni discutida por las partes, razón por comparto— que “...Es cierto que la determinación de
la cual resultó imposible a la sentencia, el tratamien- la pena supone un complejo de decisiones relativas a
to de algo que no había sido sometido a controversia. diferentes operaciones intelectuales. Éstas no tienen
En consecuencia, no puede ser materia de agravio, en un orden sistemático, más es inevitable que se parta
tanto no lo fue del juicio. Y si bien, conforme la regla desde el marco penal que surge de la subsunción de
del artículo 371 del CPP, el sentenciante puede valorar la conducta en un tipo penal específico... A partir de
circunstancias atenuantes que no hayan sido debati- entonces y tomando como base el hecho cometido y su
das, en la medida que beneficien al imputado, ello es autor, será posible asignar relevancia a ciertas cuestio-
facultativo del juez. nes y descartar aquellas que no modifiquen la decisión
por no tener influencia para la finalidad a alcanzar. La
No obstante ello, y como se dijera supra, en tanto el ley estructura esta decisión como discrecional del juez
acusado obró a sabiendas y con conocimiento cabal del hecho, porque sólo él está en condiciones de va-
de lo que hacía, no se advierte la disminución de po- lorar acabadamente la personalidad del autor, permi-
sibilidad de comprensión que la recurrente pretende tiéndose interpretar que detrás de esa concepción se
introducir como atenuante. encuentra la idea de decisión en la que se fija la pena
no es estrictamente aplicación del Derecho, sino que
Por último, y en orden a la fijación de la pena, su in- tiene un componente irracional o intuitivo, puesto
dividualización surge de la ponderación de las pautas que la impresión que el autor deja en el juez durante

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 169


DPyC Derecho penal NOTA A FALLO

el juicio no puede ser suficientemente transmitida por Voto por la negativa.


escrito...” (Lurati, Carina, “El sistema de pena única en
el Código Penal argentino”, 1ª Edición año 2008, ps. 3ª cuestión. - El doctor Kohan dijo:
224/225, Ed. Rubinzal - Culzoni).
Visto el resultado obtenido en la votación preceden-
Y respecto de la pena impuesta, salvo supuestos te, estimo que corresponde: 1) declarar formalmente
excepcionales de notoria desproporción o irracionali- admisible el recurso de casación deducido por el se-
dad, el remedio casatorio que se limita a tildar de exce- ñor Defensor Oficial del Departamento Judicial Bahía
sivo el monto de la pena escogido por el a quo resulta Blanca, doctor P. A. R., en favor de E. E. A.; 2) rechazar
improcedente (este Tribunal, Sala II, c. “Bagaglia” N° el mismo por improcedente, sin costas en esta instan-
4442, rta. 28/2/2 reg. 58 y c. N° 13.161, rta. 11/04/2006). cia, por entender que existieron razones plausibles
para litigar, (artículos 1.1, 8.2.h y 25 de la Convención
En esa línea de pensamiento se ubica la Corte Supre- Americana de Derechos Humanos; 14.5 del Pacto In-
ma de Justicia de la Nación que ha sostenido que “...el ternacional de Derechos Civiles y Políticos; 18 y 75 inc.
ejercicio por parte de los magistrados de sus facultades 22 de la Constitución Nacional; 168 y 171 de la Consti-
para graduar las sanciones dentro de los límites ofre- tución Provincial; 5, 12, 26, 34, 90 y 92 en función del
cidos para ello por las leyes respectivas se vincula con artículo 80 incisos 1 y 11 del Código Penal; 1, 106, 210,
cuestiones de hecho prueba y derecho común propias 373, 421, 448, 450, 451, 454 inc. 1, 456, 530 y 531 del Có-
de los jueces de la causa y ajenas, por ende, al ámbito digo Procesal Penal); 3) tener presente la reserva del
de la apelación federal extraordinaria”. (CSJN, Fallos: Caso Federal oportunamente efectuada, en los térmi-
237:423; 304:1626; 305:293 y 494; 306:1669; 308:2547; nos del art. 14 de la Ley 48.
315:807 y 1699, entre otros).
Así lo voto.
En sintonía con la postura enunciada, debo seña-
lar que la Suprema Corte de Justicia ha descartado El doctor Natiello dijo:
expresamente la obligación de partir siempre del mí-
nimo legal de la escala penal y también ha sostenido Adhiero al voto del doctor Kohan, expidiéndome en
que la inexistencia de agravantes y la concurrencia de igual sentido y por los mismos fundamentos.
atenuantes no implica de por sí la necesidad legal de
Así lo voto.
imponer el mínimo de pena contemplado para el deli-
to respectivo, ni la transgresión de los arts. 40 y 41 del Por lo expuesto en el Acuerdo que antecede, la Sala
Código Penal (cfr. P. 56.481, sent. del 27/02/1996 y P. Cuarta del Tribunal resuelve: I. Declarar formalmente
38.661, sent. del 06/02/1990), como asimismo que no admisible el recurso de casación deducido por el se-
existe punto de ingreso a la escala penal (cfr. P.79.708, ñor Defensor Oficial del Departamento Judicial Bahía
sent. del 18/06/2003). Blanca, doctor P. A. R., en favor de E. E. A. II. Rechazar
el mismo por improcedente, sin costas en esta instan-
De tal manera, resultando ecuánime la fijación del cia, por entender que existieron razones plausibles
monto punitivo impuesto en lo que respecta a la culpa- para litigar. III. Tener presente la reserva del Caso Fe-
bilidad del injusto bajo análisis y proporcionalmente deral oportunamente efectuada. Artículos 1.1, 8.2.h y
racional, corresponde rechazar el recurso interpuesto 25 de la Convención Americana de Derechos Huma-
en lo que a ello respecta. nos; 14.5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos; 18 y 75 inc. 22 de la Constitución Nacional;
Así lo voto 168 y 171 de la Constitución Provincial; 5, 12, 26, 34, 90
y 92 en función del artículo 80 incisos 1 y 11 del Códi-
El doctor Natiello dijo: go Penal; 1, 106, 210, 373, 421, 448, 450, 451, 454 inc. 1,
456, 530 y 531 del Código Procesal Penal y 14 de la Ley
Adhiero al voto de mi colega preopinante, expidién- 48. Regístrese. Notifíquese. Oportunamente devuélva-
dome en igual sentido y por los mismos fundamentos. se. — Mario E. Kohan. — Carlos A. Natiello.

170 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


Procesal penal

DOCTRINA
DPyC Procesal penal DOCTRINA

Naturaleza de la comprobación judicial de los hechos


y “libre valoración de la prueba”
Por Alejandro Pizzicaro

Sumario: I. Introducción.— II. Algunos desencuentros históricos en


torno a la noción de “libre valoración probatoria”.— III. ¿Qué clase
de inferencias fácticas se formulan en el proceso?— IV. La prueba
directa y la indirecta.— V. Bibliografía citada.

I. Introducción te de su enunciación— el criterio principal para


juzgar esa adecuación no puede ser otro que el
No es que la experiencia no haya cumplido de la experiencia (3). Es así que, aunque tengan
ningún papel en la concepción de dominios del una común preocupación por brindar explica-
saber como el de la lógica o el de las matemá- ciones racionales de los fenómenos que cons-
ticas, pero su intervención finalizó con la suge- tituyen su objeto, mientras las ciencias formales
rencia de sus puntos de partida o axiomas. La se ocupan de entidades estrictamente lingüís-
verdad de los enunciados de esas ciencias se ticas y demuestran sus enunciados analítica-
establece conclusiva y deductivamente y el cri- mente en determinado contexto, existen otras
terio para establecerla es el de la coherencia de ciencias cuyas verdades dependen de sus refe-
tales enunciados con el sistema al que pertene- rentes empíricos, sus proposiciones habrán de
cen, pues lo que están postulando son existen- ser mostradas como adecuadas a determinados
cias conceptuales o ideales. Puede decirse que se estados de cosas y sus juicios serán sintéticos y
trata de una verdad convencional y relativa a un no analíticos (4).
determinado sistema, en tanto sus axiomas son
escogidos a voluntad. En cambio, la coherencia Acerca de la verdad, entonces, habremos de
lógica de los enunciados sobre hechos, por sí sola, sostener la noción que surge del más natural
no puede ofrecer ninguna garantía acerca de su sentido común —o de un modo intuitivo, si se
verdad (1). En la medida en que se entienda a la quiere—. Ésa es la caracterización de la verdad
verdad de estos enunciados fácticos como su co- como la adecuación del pensamiento —juicio,
rrespondencia con la realidad externa que refie-
ren (2) y no se piense que esa realidad también
es puramente convencional —o, al menos, no (3) No obstante, la tradicional y acentuada separación
consistente en ninguna existencia independien- entre las ciencias empíricas —como la física, la biología o
la sociología—, por un lado, y la ciencias formales, por el
otro, se ha atenuado con el tiempo para dar lugar, moder-
namente, a la construcción de sistemas deductivos en el
(1) Excepción hecha, claro está, con los enunciados fác- seno de aquellas, añadiéndose a los problemas de natu-
ticos contradictorios: “Ticio ingresó a la vivienda de Cayo, raleza empírica que pudieran suscitarse —en la elección,
pero no llegó a penetrar en ella”. No hace falta ninguna co- por caso, de los enunciados primitivos del sistema— los
rroboración empírica y basta la ayuda de la lógica formal problemas lógicos propios de cualquier sistematización
para comprender que una fórmula semejante, tiene un —relativos a la deducción de consecuencias lógicas de
solo valor de verdad: es falsa en todas sus combinaciones esa base axiomática—.
posibles. Es una falsedad formal que, si bien se observa, (4) Cfr. BUNGE (2005: 16-19 y 69-70; y 2006: 63-64).
carece de todo contenido empírico. Las ciencias empíricas siempre tratarán de mostrar que
(2) Esa es la caracterización de la verdad como la ade- el fenómeno a explicar —sea este un hecho individual o
cuación del pensamiento con la realidad. Suele atribuirse una ley general— como una instancia particular de una
su formulación clásica al famoso dictum de Aristóteles: ley general que se ha producido de acuerdo con ciertas
“Decir de lo que es, que es, y de lo que no es, que no es, regularidades generales y en virtud de la ocurrencia de
es lo verdadero”, adaequatio intellectus et rei (“Metafísica”: ciertas condiciones antecedentes —cfr. ALCHOURRÓN -
1011b25). BULYGIN (2006: 229-230).

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 173


DPyC Procesal penal DOCTRINA

creencia, proposición o lo que se quiera supo- su verificación, su mayor poder explicativo, su


ner como portador de verdad— con la realidad coherencia, su consistencia interna, su acepta-
—mundo, objetos, cosas, hechos, o lo que se pre- ción convencional —mucho menos, su utilidad,
fiera suponer como referente externo— (5). plausibilidad, simpleza o elegancia—. Estos últi-
mos podrán representar distintos y, en algunos
Nos parece claro que dicha formulación tiene casos, hasta efectivos y combinables métodos
el inmenso mérito de explicarnos en que consis- para evaluar las condiciones en que podemos
te la verdad de lo que creemos. y resulta una no- creer razonablemente en la verdad de una pro-
ción orientadora insoslayable para quienquiera posición —criterios de verdad— y, en ocasio-
que pretenda establecer para sus afirmaciones nes, hasta podrán resultar métodos apropiados
alguna conexión con la realidad de los hechos de eliminación de hipótesis rivales, pero nunca
—lo que con mayor razón esperamos de nues- el significado de la verdad (6). La verdad, como
tros jueces, al menos mientras cumplen su fun- concepto, expresa una relación, aunque no cual-
ción en la aplicación del derecho— e, incluso, quiera, ni otra, que no sea la de adecuación al es-
para sus propios detractores. tado de cosas que pretende referir. Pues sólo en
función de la naturaleza de esa relación se atri-
Asumimos una definición correspondentista de buye el predicado verdadero a una proposición
la verdad, es decir, sostenemos que un enuncia- y no por alguna característica inmanente de una
do es verdadero cuando el estado de cosas que proposición, por bien formada que esté.
describe y afirma se corresponde con el estado
de cosas existente. Cuando en determinados No encontramos inconvenientes en aceptar
contextos, como el judicial, la pretensión sea la que el significado de la verdad que hemos asu-
de referirse a particulares hechos históricos ya mido trasciende nuestras capacidades epistémi-
acaecidos, el enunciado fáctico consiguiente cas y nos permite pensar, sin que resulte absurdo,
será verdadero sí, y sólo sí, se corresponde con el que algo puede ser verdadero sin que tengamos
hecho histórico realmente sucedido. ninguna razón aceptable para afirmarlo y que
puede resultar falso, aun cuando encontremos
Sin embargo, esa definición de la verdad no algunos buenos motivos para creerlo verdadero.
resuelve, ni pretende solventar, el complejo pro- No obstante, no creemos que todas las razones
blema del conocimiento. Ello nos permite afir- que podamos enarbolar para creer en algo resul-
mar que la verdad —al igual que su contracara, ten igualmente buenas o aceptables, y aún me-
la falsedad—, de un enunciado asertivo resul-
ta una propiedad inalterable en el tiempo y no (6) FERRAJOLI asegura que la confusión entre defini-
depende de factores contingentes —esos que ción de verdad y criterios de verdad nace de un equívoco,
cambian con nuestras capacidades epistémicas, pues se trata de realidades asimétricas (1997: 66) En otro
contextos, intereses y hasta gustos— tales como lugar, precisa: “la correspondencia es sólo el significado y,
aún más, el único significado del término ‘verdadero’, usa-
do como predicado de aserciones, mientras la coherencia
(5) Así, MAIER: “Desde el punto de vista del conoci- y la aceptabilidad justificada son no sólo los criterios, sino
miento histórico, reproductor de objetos reales, que exis- también los únicos criterios de los que disponemos para
ten en el tiempo y en el espacio, verdad es la relación de aceptar una proposición como verdadera... Decir que el
concordancia entre el pensamiento y el objeto pensado. término ‘verdadero’ asociado a la aserción de un hecho
Si nos referimos al pensamiento reproductor, copiador de significa que ella corresponde a cuanto ha ocurrido... no
objetos reales, el concepto de verdad alude siempre a una nos dice absolutamente nada acerca de los criterios de
relación de conocimiento, la que se establece entre un su- verdad, o sea, sobre las condiciones de aceptación de la
jeto cognoscente y el objeto conocido, o a conocer, tras- aserción como verdadera. Decir que aceptamos una tesis
cendente a él. Desde este ángulo de observación verdad como ‘verdadera por lo que sabemos’, o sea, basándose
es, entonces, la representación ideológica correcta de una en los criterios de la coherencia entre las informaciones
realidad ontológica... verdad representa un juicio, sobre con que contamos y de la justificación de su relevancia y
una relación de conocimiento, esto es, el juicio de que esa credibilidad, no nos dice absolutamente nada sobre el sig-
relación de conocimiento entre el sujeto que conoce y el nificado del término ‘verdadero’” (2001: 40). Para PÉREZ
objeto por conocer ha culminado con éxito, conforme a LINDO, en cambio, todas las “teorías de la verdad” son,
su finalidad, pues existe identidad, adecuación o confor- en realidad, sólo “teorías de la verificación”, pues ninguna
midad entre la representación ideológica del objeto por el dice “qué es la verdad”, aunque sí le otorga esa potenciali-
sujeto que conoce y el objeto mismo, como realidad onto- dad a una formulación más amplia de la “teoría de la co-
lógica” (1999: 841-843). rrespondencia” (1998: 38-39).

174 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro Pizzicaro

nos, descontextualizadamente. Asimismo, nos una teoría que postule, por ejemplo, una noción
parece una simplificación reduccionista la pre- de verdad como “coherencia” resultaría más fun-
tensión de elevar alguna de esas razones —como cional al subjetivismo.
ser, la coherencia con otros conocimientos ad-
quiridos y firmes, la consistencia lógica, la veri- Ya hemos insistido lo suficiente sobre la im-
ficación empírica, la utilidad— al rango de exclu- portancia de diferenciar teóricamente los planos
siva fuente u origen de nuestros conocimientos. en que operan el significado de la verdad —su
definición— y los criterios que nos indicarían,
En todo caso, entendemos necesario diferen- en el caso concreto, que estamos frente a un co-
ciar el concepto de la verdad, como noción que nocimiento verdadero, más emparentados con
pretende dar cuenta del significado de la verdad el orden de la justificación de nuestras creen-
de una teoría de la verdad que, además de de- cias. Sin embargo, adscribiendo nuevamente a
finir en qué consiste la verdad —lo cual pare- la posición de la autora española recién citada,
cería un requisito mínimo—, podría o debería entendemos que ello no autoriza a declarar una
plantearse responder a otras cuestiones íntima- independencia práctica entre aquella definición
mente vinculadas con la verdad, tales como: de filosófica general y esta cuestión eminentemente
qué se tratan los criterios de verdad, las distintas epistemológica.
dimensiones en que se manifiesta el problema
de la verdad —ontológica, lingüística, ética—, la Así, pretendemos tomar debida distancia de
eventual distinción entre distintos tipos de ver- posiciones simplificadoras de la complejidad del
dad y forma de obtención, según, por ejemplo, conocimiento y que con igual dogmatismo se ol-
la disciplina teórica en que sea planteado el pro- vidan del objeto —idealismo o subjetivismo— o
blema, etc. se olvidan del sujeto —realismo ingenuo—. To-
maremos partido, en cambio, por una posición
Las distintas dimensiones y los diferentes dis- realista, aunque moderada o crítica, si se prefie-
cursos comprometidos en el fenómeno del co- re. Pero, en todo caso, mantendremos que, como
nocimiento y la verdad; las complejidades que, portador de verdad, una proposición expresa
en mayor o menor medida, debamos enfrentar una cierta realidad que, como correlato extralin-
durante ese trabajoso proceso, sea para nominar, güístico, existe de manera independiente de su
adscribir propiedades, conceptualizar, describir, enunciación (8).
enunciar y luego justificar nuestras creencias
sobre la existencia de aquellos hechos; y cuanto Si se utiliza el concepto de verdad como co-
dependamos de nuestros marcos conceptuales rrespondencia, el principal criterio de verdad de
para realizar la fatigosa tarea, de ninguna mane- los enunciados —acerca de los hechos— ha de
ra nos conduce a creer que sólo se trata de una
construcción ideológica de la realidad, que nada
lona - Buenos Aires - México, 1995) que junto a una reali-
hay más allá de nuestra representación. dad independiente del sujeto, es decir, rasgos intrínsecos
de la naturaleza cuya existencia no depende de nuestras
Contra la opinión de otros autores, creemos, al representaciones y prácticas —como la composición del
igual que Gascón Abellán, que la definición de agua—; hay otros rasgos del mundo que sólo existen en
la verdad como correspondencia “requiere una relación con la intencionalidad del observador, es decir,
ideología mínimamente realista, una creencia ciertos hechos que pueden ser aludidos como “hechos so-
ciales”, pues la propia descripción del objeto cobra sentido
en la existencia de un mundo objetivo, indepen- en función de una cierta convención humana —como un
diente del sujeto cognoscente, que hace posible automóvil o una tenaza—. Dentro es estos últimos, aún es
nuestras creencias” (7), del mismo modo que posible distinguir, con una enorme relevancia para la dis-
ciplina jurídica, la subespecie de los “hechos instituciona-
les”, como el matrimonio o el delito.
(7) GASCÓN ABELLÁN (2004: 70-71) —lo resaltado es (8) Lo cierto es que la correspondencia es sólo —y nada
propio—. Por su lado, SUCAR niega que asumir la tesis del menos que— el significado que damos al término verda-
realismo metafísico —habitualmente valorada como una dero cuando lo asociamos como predicado de una aser-
versión ingenua del realismo— sea condición necesaria ción y esa noción, por ende, resultó históricamente com-
de la teoría de la verdad como correspondencia —con cita patible no sólo con diversas versiones del realismo sino,
de DAVIDSON— (2008: 128). Cabe reconocer con SEARLE además, con otras del cuasirrealismo, todas ellas de muy
(“La construcción de la realidad social”, Ed. Paidós, Barce- variada estirpe.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 175


DPyC Procesal penal DOCTRINA

ser la contrastación empírica, lo que significa que través del reconocimiento o inspección ocular
la verdad de los enunciados que registran expe- del juez—, no es aconsejable soslayar que inclu-
riencias inmediatas se obtendrá por observación so tales experiencias inmediatas suelen encon-
y la verdad del resto de los enunciados tendrá que trarse integradas con algún tipo de conocimien-
comprobarse por medio de ciertas relaciones ló- to indirecto, por caso, en la forma de seleccionar
gicas con estos, lo que no impide que pueda re- el material de nuestras percepciones y en la de
currirse a otros criterios complementadores del interpretar lo percibido por nuestros sentidos.
principal. No obstante, podemos pensar que, en caso de
no mediar errores de percepción o interpreta-
Es cierto que no siempre los hechos que se ción, la calidad epistemológica de los resultados
afirman resultan susceptibles de experiencia di- de estas constataciones directas es muy alta. El
recta, es decir, de ser percibidos directamente. conocimiento que el juzgador —sea profesional
En tales casos, las afirmaciones acerca de ellos o lego— adquiere sobre los hechos principales
no pueden ser contrastables, en el sentido de del caso (10) —en tanto pertenecen al pasado—
resultar directamente confrontables con la rea- es, preponderantemente, mediato e indirecto.
lidad empírica. Por un lado, algunos hechos hoy El contenido de ese conocimiento es sugerido
día resultan inexperienciales, es decir, aún no mediante una operación intelectual que se vale
están al alcance de nuestra experiencia inme- de ciertas conexiones generales establecidas
diata de acuerdo con el grado de desarrollo de con determinados signos materiales y es esen-
nuestro conocimiento —así, la constitución in- cialmente derivado. Ese tipo de conocimiento
terna de un átomo o la infinitud del universo—. entraña severos problemas de justificación, de-
Tampoco, por otra parte y en lo que más importa manda el respeto de cierta metodología general
al contexto judicial, resultan observables las le- y la concepción de reglas particulares que tomen
yes generales acerca de los hechos —puesto que en consideración las particularidades locales en
no hay tales hechos generales— ni, por supuesto, el que se encuentre involucrado —que, en nues-
los hechos particulares ya acaecidos. Esas exis- tro institucionalizado caso, deberían conformar
tencias sólo pueden suponerse y acreditarse de una epistemología específica o jurídica que ase-
manera indirecta, es decir, señalando las expe- gure normativamente determinadas garantías
riencias directas —los datos empíricos— de las probatorias— (11).
que puedan inferirse esos sucesos inobserva-
dos. El conocimiento de tales hechos, en defi- Es que ningún hecho —o, mejor, enunciado
nitiva, siempre es un conocimiento indirecto y sobre un hecho— presenta la característica inna-
conclusivo. En todo conocimiento indirecto el ta de resultar prueba de otro hecho —otro enun-
procedimiento para su verificación ocupa un ciado—, sino hasta que se los haya puesto en
lugar central y en todo procedimiento conclu- relación en un determinado contexto específico
sivo interviene la lógica pero, insistimos, no es mediante una operación intelectual que ponde-
herramienta bastante para atestiguar la verdad
del conocimiento fáctico. En ocasiones se ob-
tiene un conocimiento muy fiable acerca de los ria no deja de ser la simplificación de una combinación
hechos, con aspiraciones legítimas de racionali- articulada de afirmaciones particulares sobre hechos de
muy distinta índole que aluden a lugares, épocas, modali-
dad y objetividad, aunque en ningún caso infali- dades de conducta, disposiciones internas en que se divide
ble, sino siempre probable —en el sentido de su la imputación, que representan sub-hipótesis que constitu-
sujeción a “prueba” y en el de “probablemente” yen específicos temas de prueba y fundamentación.
verdadero—, en distintos grados. (10) Se trata —en cada caso individual— de averiguar
la verdad acerca de la existencia o acaecimiento de ciertos
Aun cuando, en sede judicial, la constatación hechos que resultan ser las circunstancias fácticas pre-
directa de los hechos resulta sumamente extraña, vistas —de manera genérica y como condición de ciertas
excepcional y limitada, en el mejor de los casos, a consecuencias jurídicas— en las normas que se estiman
aplicables.
algún aspecto parcial del hecho principal (9) —a
(11) Así también FERRAJOLI (1997: 130). GASCÓN
ABELLÁN habla de garantías “epistemológicas” o “de ver-
(9) Entendemos por hecho principal el que constituye, dad”, para diferenciarlas de las garantías “institucionales”
además, el objeto del proceso. En el asunto particular que que buscan asegurar otros valores jurídicos —dignidad,
toca al juzgador decidir, la alusión a la hipótesis acusato- intimidad, libertad de las personas, etc. (2004: 130-123).

176 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro Pizzicaro

ra el grado de apoyo empírico que la existencia potencial probatorio de un determinado medio,


de aquel brinda a la hipotética existencia de es acto de atribución de esa propiedad, que exige
este. La prueba —entendida como el resultado valuación y no simple constatación externa. No
probatorio— es producto de la valoración de su es el mero fruto de la observación elemental que
concreta aptitud demostrativa de hechos desco- parece sugerirse, sino la conclusión de síntesis
nocidos, en el sentido general en que puede ser de un razonamiento complejo, precedida de un
utilizado en cualquier otra área de la experien- análisis de los rasgos de la fuente de información
cia. En esa inteligencia se ha dicho que la prue- y de la apreciación de su rendimiento” (14).
ba es libertad, es decir, que desde un enfoque
estrictamente epistemológico el mayor margen II. Algunos desencuentros históricos en tor-
posible de libertad es conveniente durante todo no a la noción de “libre valoración probatoria”
el itinerario de una investigación.
En la dirección apuntada en el apartado ante-
En la reglada realidad del proceso judicial, sin rior, hace ya un tiempo, algunos autores asegura-
embargo, la conjugación de la tarea reconstruc- ban que la denominada “prueba legal o tasada”
tiva de los hechos con otros objetivos también no representaba una auténtica prueba (15). Es
valorados positivamente por el derecho conlle- que aquellas reglas jurídicas que regulaban el re-
va la necesidad de cierta regulación tanto de los sultado probatorio fijando de antemano, de ma-
medios que pueden legítimamente introducirse y nera general y abstracta, el valor que cabe asignar
emplearse como de la forma en que habrá de ser a los medios probatorios tanto individual como
desarrollada la propia práctica o actividad pro- conjuntamente, prescindían absolutamente de
batoria para su válida introducción. La inciden- las circunstancias específicas de su producción
cia que esa normativización puede tener sobre la y, por supuesto, de la convicción concreta que,
dimensión epistemológica del proceso y sobre en cualquier sentido, pudiera haberse formado y
la calidad de sus logros podrá ser mayor o me- que debiera razonablemente exhibir el juzgador.
nor según el ordenamiento jurídico concreto de De tal modo, resultaba nítida la desvinculación
que se trate, pero apenas si puede negarse (12). entre el enunciado que da por probada una pro-
Eso sí, una vez que el material potencialmen- posición fáctica de la circunstancia de que esa
te probatorio ha sido completado y el conjunto proposición esté efectivamente probada pero,
de elementos de juicio ha sido conformado, la también, de la propia creencia del juez, sobre la
valoración como “juicio” acerca de la aceptabi- que se fundan las concepciones subjetivistas de
lidad de cada medio de prueba, así como la asig- la prueba.
nación en cada caso de un determinado “peso”,
de acuerdo con su capacidad de verificación, La utilización legítima, por parte de la jurisdic-
comporta una actividad mental del juez que ción, de una noción general de prueba —como
luciría enigmática sin libertad (13). La efectiva elemento demostrativo de la verdad de una pro-
concurrencia de una prueba, dice Ibáñez, no es posición—, sólo puede sostenerse en el marco
algo que pueda comprobarse desde “afuera” y en de su valoración racional y, en ese contexto, “es
un momento previo a la apreciación judicial pro- un hecho asumido el distinto rendimiento de los
piamente dicha, fundándose en algo así como la medios probatorios en cada caso, dependiendo
mera constatación de su materialidad, “como si de la información de la que permiten disponer y
las pruebas estuvieran dotadas de un valor acre-
ditativo, que resultase eficaz por autoevidencia; (14) IBÁÑEZ (2009: 84-85).
cuando lo cierto es que existen y, en su caso,
(15) En tal caso no cabría seguir hablando de “fenó-
operan como tales, esto es, como pruebas que meno probatorio” como actividad encaminada a conocer
prueban, a través de la valoración. Predicar algún la verdad de hechos controvertidos, sino de un procedi-
miento distinto, de fijación formal de los hechos del caso,
en cuyo transcurso no se estará probando pues se estarán
(12) En los ordenamientos jurídicos modernos la pre- utilizando “sucedáneos de prueba” en lugar de auténti-
sencia de ese tipo de reglas suele ser más bien marginal cos medios de prueba. Así, CARNELUTTI (2000: 26-30 y
y no justifica apartarse de una noción general de prueba, 52), SENTIS MELENDO (1976: 268-270) y FURNO, Carlo
ni impide alcanzar conclusiones verdaderas, en el sentido (“Contributo alla teoría della prova legale”, Cedam, Pado-
de su correspondencia con la realidad a la que se refieren. va, 1940, traducción al castellano por Sergio González Co-
(13) En igual sentido FERRER (2005: 40 y ss.). llado, en Revista de Derecho Privado, Madrid, 1954).

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 177


DPyC Procesal penal DOCTRINA

de su calidad epistémica, el grado de apoyo que o bien mediante el modo jurídico apropiado
sean capaces de brindar respecto de la probabili- cuando hay una teoría jurídica de evidencia. La
dad de que sea cierta una determinada hipótesis primera situación es relativamente simple. En el
de los hechos” (16). La decisión de “encorsetar” caso estándar, los enunciados de evidencia son
las conclusiones fácticas de acuerdo con tipos frases observacionales y las reglas de evidencia
abstractos de situaciones probatorias cuando, son reglas de inferencia aceptadas dentro de, o
en rigor, su mayor o menor provecho sólo puede al menos no contrarias a, el paradigma de las
—y debe— evaluarse en la realidad irrepetible ciencias naturales. Entonces el término ‘existe’
de cada asunto individual, deriva en una con- tiene el significado fundamental determinado
cepción irracional de la actividad probatoria y por la ontología dada por sentada dentro del
del propio enjuiciamiento. En el discurso pro- universo del discurso de las ciencias. El enun-
pio de la concepción inquisitiva nunca se caviló ciado concerniente a la existencia de este hecho
en señalar a la obtención de la verdad histórica es una proposición, es decir, una ‘proposición
como objetivo último de la actividad probatoria. existencial’. La segunda situación es más com-
El problema no residió allí sino en los medios es- plicada y las características de los enunciados
cogidos, es decir, en una inadecuada regulación que conciernen a la existencia de los hechos de-
de aquella gestión probatoria, que la alejaba de pende de las propiedades de las reglas de evi-
su propia naturaleza y, por ende, de los fines ex- dencia jurídica y de la interpretación teórica de
plicitados, volviendo irracional al modelo en su sus funciones” (18).
consideración integral (17).
Si, en el devenir histórico, primero hubo de
En tales casos, los “enunciados probatorios” comprobarse que con la teoría de las pruebas
no se formulan según criterios epistemológi- legales la verdad no se constataba siempre, ni si-
cos; las razones para aceptar, como producto, quiera las más de las veces, hoy día, aún debemos
un determinado enunciado fáctico, resultan de insistir en que la “libre apreciación de la prueba”,
puras imputaciones jurídico-normativas. Siem- “no cierra sino que abre el problema de la iden-
pre es posible recurrir a la claridad de Wro- tificación de las condiciones probatorias que
blewski: “La verificación del enunciado ‘F existe justifican la convicción, es decir, de la definición
en t y en s’ cuando la variable F representa una —no legal sino epistemológica— del concepto
descripción o nombre de un hecho determina- de ‘prueba adecuada’...” (19). Así, parece natural
do descriptivamente, es análogo a cualquier ve- que ciertas garantías rodeen ese principio, ac-
rificación de cualquier enunciado existencial, tuando como reaseguro de esta posibilidad de
es decir, como una consecuencia de los enun- alcanzar la verdad y funcionen, a la vez, como
ciados de evidencia y de las reglas de evidencia
utilizadas. Puede, así, ser verificada bien de la
misma manera que en las ciencias naturales (18) (2008: 263-264) El brillante autor polaco distin-
gue tres clases de reglas de evidencia jurídica: 1) reglas
para-empíricas —como la presunción de paternidad del
marido de la madre si el niño nace dentro de un deter-
(16) FERRAJOLI (1997: 139-140). minado período de tiempo—, 2) reglas no empíricas —
(17) En vigencia de un modelo de “prueba legal” la como la de presunción de fallecimiento por el tiempo
decisión judicial final acerca de los hechos y los enun- transcurrido desde la desaparición de la persona—, y 3)
ciados probatorios particulares en los que se asienta la reglas contraempíricas —como la prueba del agua o la
declaración de su modalidad concreta de existencia, no del fuego en la época medieval—. Sostiene que las reglas
pueden exhibirse como producto justificado en la re- contraempíricas no tienen sentido empírico y no condu-
flexión crítica acerca del valor de los elementos de jui- cen a ningún enunciado existencial con significado. Las
cio reunidos y en la utilización de distintas y aceptables reglas no-empíricas (en tanto no se proporcionen prue-
reglas de inferencia que los reconozcan como base. No bas empíricas contrarias) no conducen a enunciados
es el resultado de un riguroso procedimiento conclusi- existenciales, sino sólo son instrumentos para determi-
vo, sino un resultado impuesto por el legislador pues, en nar las consecuencias jurídicas de determinadas situa-
la construcción de ese relato, como prefiere expresarlo ciones (estabilizar situaciones y expectativas jurídicas).
BINDER, las normas procesales indican al juez de ma- Las reglas paraempíricas, finalmente, son empíricamen-
nera muy precisa cómo tiene que estructurar la infor- te significantes y ayudan a alcanzar la decisión cuando
mación, produciendo una apreciable formalización de la evidencia jurídica es difícil que se presente de manera
proceso penal e impidiéndole adecuar su tarea al caso conclusiva (2008: 264-266).
concreto (1990: 97). (19) FERRAJOLI (1997: 140-141).

178 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro Pizzicaro

contrapeso a la descollante posición del juez, al deberá motivar su decisión (25), exhibiendo un
que la ley ha atribuido tanto poder y libertad de pronunciamiento autosuficiente y justificado, en
decisión (20). el que se expliciten aquellos razonamientos —y
sus pertinentes encadenamientos— que, satis-
Sin embargo, para la misma época en que la faciendo determinado estándar probatorio, han
creencia acerca del agotamiento del modelo modelado su convicción de manera objetiva y
inquisitivo suscitaba crecientes adhesiones, no controlable sobre sus enunciados fácticos, fun-
resultaba igualmente patente la idea de que una dando en los elementos de juicio disponibles
“libre valoración de la prueba” entrañaba tan cuál hipótesis se hubo de tener por corroborada
sólo la condición negativa de liberar al juzgador —si es que se tuvo alguna— (26).
de su papel de autómata en esa tarea (21) y no,
asimismo, la de eximirlo de acudir a las reglas del Lo que realmente ocurrió, en palabras de Fe-
razonamiento correcto. Es que en la noción de rrajoli, fue que un mero principio negativo que
“libre apreciación de la prueba” no se encuentra debía ser integrado con la indicación de con-
implicada lógicamente ninguna apelación a la diciones no legales sino epistemológicas de la
convicción íntima del juez. Aquella, sólo denota prueba, fue acríticamente entendida como cri-
su desvinculación respecto de reglas legislativas, terio discrecional de valoración sustitutivo de
por ende abstractas, de prevaloración de la ap- las pruebas legales. El rechazo de las “pruebas
titud de medios y resultados probatorios —y no legales” como condiciones suficientes de la con-
también de la verdad—, al tiempo que lo declara dena y de la pena se convirtió en la negación de
más sujeto que nunca a las reglas experiencia- la prueba como condición necesaria de la “libre
les, lógicas y psicológicas (22). Estas reglas, no convicción” sobre la verdad de los presupuestos
son sino elementos que integran el marco con- de una y de otra. Esto ocurrió cuando, curiosa-
ceptual en el que nos movemos y que identifi- mente, fue la necesidad primaria de crear con-
ca el actual desarrollo de nuestra cultura (23). diciones que permitieran comenzar a hablar
Por otra parte, no hay proceso en que el nexo sensatamente de verdad en el proceso la que en-
de identificación entre verdad y legitimidad sea gendró la reflexión acerca de la “libre valoración
más fuerte que en el proceso penal (24) y el juez de la prueba”. Así, un sector muy extendido de la
doctrina y la jurisprudencia había transformado
esa idea en un tosco principio potestativo idóneo
(20) Cfr. WALTER (1995: 293 y ss.).
para legitimar el arbitrio de los jueces logrando,
(21) Así también lo entienden, entre otros muchos: al mismo tiempo, eludir el enorme problema de
GASCÓN ABELLÁN (2004: 185), FERRER (2007: 66), GAR-
CÍA AMADO (2010: 186), JAEN VALLEJO (2004: 200) y la justificación de la inducción (27). En la inter-
SENTÍS MELENDO (1976: 283-284). pretación de la fórmula de “libre valoración de la
(22) Así también lo entiende, por ejemplo: WALTER
(1985: 184). (25) La exigencia de motivación de las decisiones re-
(23) Se trata de recursos teóricos y conceptuales — presenta una manifestación acentuadamente original de
creencias y conocimientos— de que disponemos para la cultura jurídica del civil law, mientras resulta más ex-
comprender el mundo y, particularmente, las reglas de traño en la del common law, sobre todo en las decisiones
aceptación o rechazo de creencias, de corrección o in- de los jurados. Además de ser exigencia constitucional de
corrección de métodos y prácticas, de validez o invali- cualquier acto del Estado —derivado del principio repu-
dez de razonamientos. Elementos no exhaustivos, pero blicano de gobierno—, se encuentra positivamente pre-
que informan los criterios de racionalidad dentro de su visto en el art. 404 del Cód. Proc. Penal.
específico contexto OLIVE (1999: 37-50). Ello, claro está, (26) Para FERRER la aplicación de reglas de la episte-
incluye algunas valoraciones que el juez debe realizar y mología o racionalidad generales en la utilización judicial
fundamentar mediante argumentación, aún para la justi- de la prueba —atinentes a su presentación, producción,
ficación de enunciados existenciales sobre hechos indivi- valoración, motivación y control—, pueden derivarse y
dualizados descriptivamente, pues aquellas están presen- fundamentarse naturalmente del derecho de las partes
tes en la base axiológica de la regulación normativa de la a la prueba del sustento fáctico de sus pretensiones pro-
prueba, en su práctica y justificación, aunque más no sea cesales, aspecto integrante del constitucional derecho de
a la hora de conceder mayor credibilidad a un grupo de defensa —aunque sólo realizable en un régimen de libre
pruebas respecto de otro. apreciación de la prueba—, con cita de doctrina y juris-
(24) Igual GUZMÁN (2006: 184). Ese vínculo define la prudencia constitucional española, en consonancia con
naturaleza específica de la jurisdicción en el moderno es- dicha interpretación (2007: 52-59).
tado de derecho para FERRAJOLI (1997: 69). (27) FERRAJOLI (1997: 139-140).

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 179


DPyC Procesal penal DOCTRINA

prueba”, aun cuando puede parecer una aclara- a la más absoluta y pura arbitrariedad. Lisa y lla-
ción banal, no puede optarse por cercenar uno namente se soslayó la necesidad de prueba, de
de sus términos. Será libertad con la prueba, no su valor, opinable en más o en menos, pero siem-
con prescindencia de ella (28). La noción gene- pre objetivable y se resignó la posibilidad prác-
ral de prueba se abandona cuando se quiebra tica de asentar en ella, mediante reglas de infe-
su vinculación final con la verdad como corres- rencia adecuadas, creencias confiables, en tanto
pondencia de los enunciados fácticos con la rea- apoyadas en líneas independientes de evidencia,
lidad que enuncian (29). Si la prueba aportada aún sin quedar a resguardo de la duda abstracta
en juicio deja de constituir el único instrumen- o especulativa. No se trata, pues, de la confianza
to demostrativo del acierto de las afirmaciones subjetiva que el juzgador pueda tener en deter-
contenidas en la hipótesis acusatoria se anula minada hipótesis acerca de la culpabilidad o la
una de las expresiones procesales del principio inocencia del acusado, sino de establecer cuan-
de inocencia pues, de hecho, se dispensa al acu- do ese crédito está justificado en determinadas
sador de la carga probatoria. conexiones entre evidencia e hipótesis (31).

En algunos casos, tal vez, pudo haber resulta- No es nuestra intención, por cierto, negar las
do fruto de cierta inseguridad filosófica provoca- distintas subjetividades que suelen ponerse
da por la resistencia que suele ofrecer el “objeto” en juego en la escena de un proceso, ni que, de
a ser conocido, es decir, por la ausencia de reglas entre ellas, sea la del juez la que merezca una
que, de modo general, garanticen verdades ló- particular atención, pues su propia hipótesis
gicamente indisputables en las cuestiones hu- explicatoria de lo que allí se ha ventilado suelen
manas. En otras ocasiones, vino a sumarse una poner el punto final, con autoridad de cosa juz-
confusión más mundana: la sobrestimación del gada. Sucede que, como correctamente lo enfa-
ineliminable elemento de apreciación personal tizan Alchourrón y Bulygin: “poner punto final a
del juzgador. Todo se tradujo, finalmente, en las la discusión de la verdad no hace verdadero el
barreras infranqueables de un procedimiento enunciado” (32) y, la idea es que, antes y duran-
de acceso a la verdad que se deja a expensas de te ese momento, tenga la capacidad de cumplir
las imperfecciones propias del sujeto de conoci- con los criterios de racionalidad específicos de la
miento, esto es, a la actitud y sensibilidad sub- realidad judicial, puesto que sólo en esas condi-
jetivas, al producto psíquico individual, “íntimo” ciones es posible hablar de una verdad acepta-
(30) e incomunicable, cuando no directamente ble para cualquiera de los allí involucrados. Por
supuesto que, como cualquier persona, el juez
cuenta con sus preferencias valorativas e incluso
(28) Siempre se recuerda el desafortunado significado con sus prejuicios, condicionados por su propio
que el maestro COUTURE asignaba a la libertad del juez
en la manipulación de la prueba: “el magistrado adquiere origen social, su historia personal y las circuns-
convencimiento de la verdad, con la prueba de autos, fue-
ra de la prueba de autos y aun contra la prueba de autos”
(2004: 223). sado y los medios de defensa. La ley no les dice: ‘vosotros
(29) Ya las Partidas establecían con claridad que la fun- tendréis por verdadero todo hecho atestado por tal canti-
ción de la prueba era la de averiguar una “cosa dudosa” dad de testigos, o vosotros no veréis como suficientemen-
(Partida III, Título XIV, ley 1). te firme toda prueba que no esté conformada por tantos
testigos o por tantos indicios’; ella no hace más que esta
(30) No es raro que la primera formulación legal de la sola pregunta, que encierra toda la medida de vuestro de-
“íntima convicción” sea ubicada en el art. 342 del Código ber: ‘¿Tenéis vosotros una íntima convicción?’”, cfr. MAIER
de Instrucción Criminal Francés de 1808. Sin embargo, (1999: 870). El texto que, finalmente, resultó aprobado,
esa disposición resulta una copia textual del concepto representó cabalmente la posición de A. Duport (o Du-
plasmado en la ley 16-21 de 1791, concebida como ins- pont), que se impuso en los intensos debates sostenidos,
trucciones dirigidas a una institución creada muy recien- en los primeros días de 1791, con Robespierre, partidario
temente: el jurado. Concretamente rezaba: “La ley no pide de una posición de equilibrio entre las “prueba libre y le-
una explicación de los medios por los cuales [los jurados] gal” (nf, 73). Otras fórmulas —nos dice FERRER— como
han formado su convicción; ella no les prescribe ninguna la alemana de la “Freie Beweiswuerdigung” o la italiana
regla a la cual ellos deben ajustar particularmente la ple- del “prudente aprezzamento”, subrayan más la libertad de
nitud y la suficiencia de una prueba; ella les exige pregun- valoración y la razonabilidad como su pauta orientadora.
tarse a ellos mismos en silencio y recogimiento, y buscar,
en la sinceridad de sus conciencias, que impresión han (31) LAUDAN (2011: 73-74).
hecho sobre su razón las pruebas aportadas contra el acu- (32) ALCHOURRON - BULYGIN (1991: 311).

180 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro Pizzicaro

tancias ambientales en las que actúa, pues como responder con la absolución —o aun con la con-
dice Carcova, la complicada operación que des- dena en función de la hipótesis más favorable
pliegan tiene innegables dimensiones cognitivas al acusado— frente a una fláccida o incompleta
y volitivas, aunque dimensiones siempre socia- tarea de reconstrucción conceptual de los he-
les. Cuando conocen, interpretan, valoran, des- chos por parte de la acusación —esa misma que
lindan y estipulan no lo hacen aislados, solitarios debiera suscitar una duda razonable—, cuando
y caprichosos, sino como seres sociales (33). ni siquiera se estima indispensable que el pro-
pio pronunciamiento judicial resulte —y, aun
Aun cuando ello no deje de ser cierto, el acu- menos, que se exhiba como— una derivación
sado también debe ser protegido de los errores razonada de la información objetiva reunida en
de valoración —del arbitrio— del juez en la for- juicio (39).
mación de su convicción (34). No obstante, a
De La Oliva, desde una concepción persuasiva Ya Esser enfatizaba que los jueces debían tener
de la prueba, no le parece razonable pedir “que por verdaderos sus enunciados fácticos y ello
se exprese lo que pertenece a los internos pro- significa llegar a una conclusión tras haber sope-
cesos psicológicos de convicción, muchas veces sado argumentos y puntos de vista, pues se trata
parcialmente objetivables, sí, pero también par- de un concepto dotado de cierto componente
cialmente pertenecientes al ámbito de lo inefa- objetivo que lo diferencia de la mera creencia
ble” (35). (40). Ocurre que, una vez que se hubo aceptado
la imposibilidad de alcanzar verdades históricas
Adicionalmente, esa terra incognita —como absolutas, muchos prefirieron eludir el com-
Taruffo gusta llamar al vacío dejado tras siglos plejo problema de la justificación de esa clase
de inquisición y su modelo probatorio (36)—, de enunciados —o no los creyeron pasibles de
continúa siendo hoy día lugar de asentamiento justificación racional alguna— y estimaron que
de uno de los reflejos jurídicos más devastadores la interpretación de la “libre convicción” debía
de las epistemologías antirrealistas y subjetivis- decantar naturalmente hacia el reconocimiento
tas, que niegan la existencia o, al menos, la po- implícito de la subjetividad y discrecionalidad
sibilidad de conocimiento objetivo de estados que siempre habrían gobernado esos procesos
de cosas independientes de la mente humana de decisión. Walter va a censurar esa supues-
y, de ese modo, la posibilidad de adecuación ta derivación natural, desacreditando la ficticia
entre contenido proposicional y realidad. La
impugnación de la relación instrumental de la
actividad probatoria con la verdad, la conduce nos Aires, 1994, p. 69 —citado por VALLEJO (2004: 50)—.
inexorablemente al orden de lo subjetivo e in- Esa es la dimensión que autoriza la revisión en casación
de un fallo que ignore ese imperativo legal —que excede,
controlable (37). Entre los reflejos ruinosos de por mucho, una simple regla de prueba— e, incluso, a su
esa omnímoda discrecionalidad que se preten- amparo constitucional, por tratarse de una derivación del
día para los juzgadores aún quedaba por definir principio de inocencia. La aceptación del in dubio pro reo
el lugar que ocuparía la norma de clausura del en la extensión en que hoy se la conoce fue fruto de la lu-
sistema probatorio: el in dubio pro reo. Cómo cha del movimiento ilustrado. Su vigencia en el derecho
podría controlarse el cumplimiento de su sen- romano y en el derecho de la recepción, al fin y al cabo, no
impedía en algunos casos de incertidumbre probatoria la
tido material (38), el que obliga a los jueces a absolución de instancia y hasta la pena de sospecha, cfr.
ROXIN (2000: 112).
(39) En la actualidad no es difícil observar niveles máxi-
(33) CARCOVA (2010: 221). mos de discrecionalidad y de arrasamiento de todo el sis-
(34) ROXIN (2000:103). tema de garantías en aquellos casos que responden a las
(35) DE LA OLIVA, A. y otros (2002: 514). siempre renovadas “emergencias” instaladas por grandes
medios de comunicación social, grupos de interés políti-
(36) En nuestro territorio nacional, recién en el año co, una exposición mediática puntual o que sensibilizan
1992, se reemplazó el Código de Procedimientos en Mate- especialmente por su conexión con ancestrales “tabúes”
ria Penal, de netas características inquisitivas. sociales.
(37) Cfr. GASCÓN ABELLÁN (2004: 38). (40) Josef ESSER (Vorverständnis und Methoderwohl
(38) Sobre la dimensión sustantiva —normativa— del in der Rechtsfindung, Rationalitátsgarantien der Rich-
beneficio de la duda: Enrique BACIGALUPO “La impug- terlichen Entscheidungspraxis, Francfort, 1970, p. 23),
nación de los hechos probados en la casación penal”, Bue- citado por WALTER (1985).

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 181


DPyC Procesal penal DOCTRINA

dislocación entre la convicción de los jueces en dente para Laudan: en lugar de decirle a los jue-
la verdad de los enunciados —esto es, una con- ces que no están autorizados a aceptar la culpa-
vicción exenta de dudas— y su constatación. bilidad del acusado hasta tanto no puedan jus-
Con suma naturalidad, va a acusar a quienes tificarla con pruebas lo suficientemente sólidas,
sostienen la existencia de tal desconexión de ol- se les dice que cada vez que estén “convencidos”
vidar de qué hay que estar convencido, pues, la de la culpabilidad del acusado es porque están
convicción como tal, a secas, es algo carente de frente a una prueba. De tal forma, confinando el
sentido (41). concepto de verdad sencillamente a aquello que
el juez cree verdadero, resulta imposible conce-
El hecho de tener una determinada creencia, bir la idea de un error judicial en la apreciación
como tal, no puede justificarse, pues se trata de de los hechos, una noción fundamental sobre la
un acto involuntario. Algo muy distinto es lo que que se asienta un conjunto de garantías que res-
ocurre con el contenido proposicional de esa guardan al acusado de la eventual incorrección
creencia (42). Es por eso, que atribuir a la prueba de argumentaciones de naturaleza ampliatoria
la finalidad de obtener un determinado estado y, por ende, de conclusiones desprovistas de
mental, como el convencimiento o la creencia necesidad lógica. Es importante advertir, con el
del juzgador en un determinado hecho, también epistemólogo norteamericano, que un estándar
deriva en una concepción desatinada de la prue- probatorio que se pretende riguroso y distribu-
ba (43). La irracionalidad epistemológica es evi- ye el riesgo de error judicial procurando evitar
los “falsos positivos” —es decir, la condena de
inocentes— como el de “la prueba más allá de
(41) Tampoco el Tribunal Federal de Justicia de Alema- toda duda razonable” o, incluso, el de “la certe-
nia observó ninguna antinomia, aunque se vio obligada
a señalar reiteradamente “que la fórmula de la verosi- za absoluta” en el derecho continental, pierde
militud rayana en certeza es ciertamente tolerable como toda virtualidad cuando se lo interpreta subje-
fórmula de perplejidad, que dé cabida a la posibilidad del tiva y psicológicamente haciéndolo parasitario
error, pero resulta insuficiente para la ley, en cuanto invo- de los estados mentales o, incluso, anímicos del
cándola se pretenda prescindir de llegar a una certidum- juzgador, en lugar de indicarle a este: “Usted no
bre exenta de dudas (BGHZ 53, 245, “Anastasia”) —fallo está autorizado para estar totalmente convenci-
del que da cuenta WALTER.— Esa fórmula de “verosimi-
litud rayana con la certeza” también se explica a partir de do de A, a menos que, y hasta que, usted tenga
la constatación de que la verdad sólo puede ser imagina- una prueba de A, añadiendo para completar la
ble como valor límite. —cfr. WALTER (1985: 124, 133-134, propuesta que sus firmes convicciones acerca de
207-209 y 226). A no cuentan en absoluto como si tuviese una
(42) De todos modos, resulta difícil concebir la posibili- prueba de A” (44).
dad de alcanzar una convicción sin reflexión crítica y así,
con naturalidad, lo expresaron antiguos doctrinarios. En
ocasión de defender la incorporación de la “libre valora- en el proceso civil, Ed. Trivium, Madrid, 1992, p. 21) y, an-
ción” en el reglamento penal prusiano del 17/07/1846, se- tes de él, FRANK, J. (“Derecho e incertidumbre”, Ed. Fon-
ñaló SAVIGNI que íntima convicción no quería decir irre- tamara, México, 1991, ps. 37-38) quien, desde su escep-
flexión o arbitrariedad y que las reglas que debía seguir el ticismo, entiende que la predicción sobre las decisiones
juez en la valoración libre son las leyes del pensamiento, judiciales no puede ir más allá de conjeturar sus futuras
así como su propio conocimiento y experiencia. Recorda- creencias acerca de los hechos pasados.
ba CARRARA: “Cuando Lessona, por ejemplo, pretendía (44) LAUDAN (2011; 72-73). No deja de ser afligente
distinguir entre convencimiento libre y convencimiento para nosotros tener que coincidir con este epistemólo-
racional, fueron varios quienes afirmaron que ello era, en go, cuando enfatiza que, fuera del mundo del derecho,
el fondo, una redundancia y una duplicidad innecesaria, los estándares de prueba “nunca son formulados en tér-
pues la libertad del convencimiento no está reñida con las minos de confianza subjetiva de los investigadores sino
bases racionales que deben presidir su motivación” (Pro- según los tipos de conexiones lógicas que deben existir
grama, II: 300) —ver SENTIS MELENDO (1976: 273)—. entre la evidencia disponible y las hipótesis en cuestión
La convicción íntima “no excluye un método para el des- a los efectos de considerar dicha hipótesis como probada.
cubrimiento de la verdad”, escribía lúcidamente MITTER- Fuera del derecho, la confianza racional en una conjetura
MAIER (1993: 141). sigue a su prueba, nunca la precede”. Para mayor mortifi-
(43) Para cierta doctrina, probar un hecho significará, cación nuestra, más adelante agrega: “Supongamos que
entonces, provocar esa creencia en el juzgador: un esta- intentáramos enseñar a jóvenes científicos como juzgar
do mental —por ende, subjetivo— de convencimiento de si una teoría es aceptable diciéndoles cómo deberían ser
la realidad de determinado estado de cosas. Así lo piensa sus estados mentales para poder aceptar la teoría” (2011:
CABAÑAS, J. C. (“La valoración de las pruebas y su control 167). En esa dirección, también, IBÁÑEZ (2009: 89) que

182 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro Pizzicaro

Por entero diferente, puntualiza Ferrer, es justifi- sólo razones epistémicas justifican la acepta-
car el contenido de esa creencia, aunque entonces ción de una hipótesis, los enunciados proba-
ya no se trataría de justificar “creo en p” sino, me- torios sólo expresan —descriptivamente— la
jor, de justificar “p”, para lo cual resulta irrelevante creencia de que se dispone, en el contexto de
que alguien crea en “p” o no (45). Ello adquiere un proceso determinado, de elementos de jui-
una gran importancia para la cuestión de la mo- cio suficientes que confirman una hipótesis y no
tivación de las decisiones probatorias pues, en el —también y necesariamente—, la creencia en la
primer caso, sólo cabría explicar cómo es que se verdad de la propia hipótesis (48).
ha llegado a la convicción —psicológica— de “p”,
aunque ello es diverso a la justificación de “p”. La de los criterios para justificar creencias es
Existe otra razón que hace particularmente in- cuestión absolutamente contextual, las razones
adecuada la noción de “creencia” para dar cuen- que bien pudieran alcanzar para algunas elec-
ta de la evaluación de los resultados probatorios: ciones cotidianas —y hasta suficientes, al menos
mientras el contenido proposicional —el valor provisoriamente, en las disciplinas científicas—
de verdad— de una creencia, cuando incluye tér- resulta burdamente insatisfactorias para la im-
minos deícticos (como “este”, “tu”, “ahora”, “aquí”, posición de una pena. En esa inteligencia, luego
etc.), es dependiente del contexto en que se la de alertar sobre la confusión entre credibilidad
formula, no lo es la propia creencia (46). Si bien y prueba, nuevamente nos ilustra Laudan: “...no
las creencias suelen ser cambiantes con el tiem- tienen que ver con la credibilidad general, sino
po, nadie podría creer, en un momento determi- con el grado de fuerza probatoria que se deman-
nado, en la existencia del hecho “Ticio lesionó a da en una situación específica... (las teorías de la
Cayo” en determinado contexto y no creerlo en coherencia o mejor explicación) se restringen a
otro, por caso, creerlo cuando se está ejerciendo la pregunta: ¿qué es aquello que razonablemen-
la función de juez y no como ciudadano común. te puedo creer? Por más que sea una pregunta
Esa característica específica de las creencias, la importante, casi nunca es la pregunta acertada
de resultar independientes del contexto, es la que para formular en un contexto jurídico. La pre-
le inhibe su idoneidad para dar cuenta de la ac- gunta relevante (concerniente a la filosofía del
titud proposicional propia de la decisión sobre derecho) es: ¿qué debería aceptar como proba-
los hechos probados en un proceso donde, en do?” (49).
ocasiones, se produce una desvinculación res-
pecto de la real creencia del juzgador (47). En un A la manera en que lo expresa aquel antiguo
sistema de libre valoración de la prueba donde adagio “tanto vale no tener un derecho cuanto
no poder probarlo”, el ordenamiento jurídico no
interpreta la fórmula de “prueba más allá de toda duda sólo impone la verdad sino, además, la prueba
razonable” como sustancia concreta de la presunción de de la verdad como condición del castigo, en el
inocencia. proceso de aplicación del derecho. En esa línea,
(45) FERRER (2005: 86). Para GONZÁLEZ LAGIER resulta necesario recuperar una noción fuerte
(“Hechos y argumentos —racionalidad epistemológica de esa relación instrumental (50) que, dicho sea
y prueba de los hechos en el proceso penal—”, en Jueces
para la democracia, 2003, ps. 39 y ss., 47) queda demostra-
do, entonces, que la concepción de la “íntima convicción” —incluidos los funcionarios judiciales— para creer en
se funda en una teoría del conocimiento insostenible. algo.
(46) Así, FREGE, G. (“El pensamiento: una investiga- (48) Recuerda FERRER (2005: 80-88 y 95) —a quién se-
ción lógica”, en VALDÉS, M. M. (ed.) Pensamiento y len- guimos en este punto—, que en el enunciado probatorio
guaje, Ed. Unam, México, 1996) y PERRY, J. (“The Problem “está probado que p” se expresan dos proposiciones rela-
of the Essential Indexical”, en Noús, 13, 1979, citados por cionadas metalingüísticamente: “p” y “está probado que
FERRER (2005: 88, nota 18). p”. Agrega que, puesto que la suficiencia de elementos de
juicio a favor de “p” es puramente relacional al conjunto
(47) Fundada, por caso, en un conocimiento privado y de los disponibles en el proceso concreto, no puede de-
extraprocesal acerca de los sucesos o en información in- cirse sin más que la creencia de que “está probado que p”
utilizable por su ilícita incorporación; o cuando hechos pueda ser razón suficiente para creer en “p”.
no controvertidos por las partes, o reglas legales de prue-
ba le obligan a decidir la cuestión en dirección opuesta a (49) LAUDAN (2011: 109-110).
su auténtico convencimiento—. En fin, también sostenida (50) En el derecho germánico, esta relación instrumen-
la diversidad de “razones” —no siempre confesadas y, en tal comienza con las reformas judiciales de Carlomagno
ocasiones, inconfesables— que suelen tener las personas —fines del siglo VIII—. Antes, nos dice WALTER la prueba

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 183


DPyC Procesal penal DOCTRINA

de paso, se encuentra arraigada hasta en la con- El elemento estelar del juicio sobre los hechos
ciencia jurídica social (51), como única manera en el proceso estaría constituido por narraciones
en que toda la actividad probatoria en el proceso y, a su vez, en la claridad, coherencia, completud
resulte el único vehículo para destruir el estado y concordancia con el sentido común de estas
de inocencia con que arriba el imputado al pro- stories se encontraría la posibilidad de persuadir
ceso y derive en una posibilidad real de resisten- al juez, para que las adopte como fundamento
cia de cualquier ciudadano contra pretensiones de su decisión (54). Sin embargo, el relato glo-
punitivas arbitrarias (52). balizador, como forma de motivación, debe ser
rechazado, pues “presupone la verdad de los
Sin embargo, en el ámbito del common law, enunciados que lo componen, pero no cons-
se han desarrollado concepciones narrativistas tituye per se justificación... Nada impide que la
del proceso, que asignan a la prueba la función decisión probatoria pueda concluir con un rela-
de ligarse a los hechos, con el sólo objeto de pro- to, pero... no exime de la necesidad de justificar
veer diversos tramos de un discurso con los que las afirmaciones que lo componen. Por eso debe
se va construyendo una story of the case, que se ser sustituida por... la exposición y valoración in-
inserta en la dimensión lingüística y semiótica dividual y ordenada de todas las pruebas prac-
del proceso y que no guarda relación necesaria ticadas... Este es el único estilo de motivación
alguna con la veracidad de los hechos que se in- que permitiría controlar exhaustivamente la en-
corporan. Cada una de las partes, entonces, va a trada en la sentencia de elementos probatorios
proponer al juez o jurado una narración sobre lo inaceptables o insuficientemente justificados, y
que allí ha sucedido, optando estos, finalmente, controlar todas las inferencias que componen la
por una de las versiones en oposición. cadena de justificación” (55).

En otra línea, se ha negado cualquier conexión Es posible que algunos rasgos de la acen-
entre proceso y verdad, puesto que en la práctica tuada estructura contradictoria del proceso
el juicio no es otra cosa que una ficción, orientada adversary, como ser, el hecho de que todas las
por las reglas de la dramaturgia, una represen- pruebas deban introducirse oralmente en au-
tación escénica con su espacio, sus guiones y su diencia, su afamado interrogatorio cruzado o la
público, donde las partes representan un papel. elocuencia que han sabido cultivar sus aboga-
También se han acentuado las funciones retóri- dos a la hora de presentar sus alegatos finales
cas-persuasivas en el proceso, y se ha criticado a con la expectativa de influir sobre un jurado
la práctica del sistema penal por resultar ininte- no profesional, haya llevado a cierta doctrina a
ligible como “sistema de significados”, no consi- ubicar ese indudable rasgo persuasivo que pre-
derando a la ley como una máquina de control
social, “sino más bien como sistema de retórica la actuación de una obra teatral, persigue convencer a
constitutiva: un conjunto de recursos para recla- quien le cabe resolver la cuestión planteada, pero no
mar, resistir y declarar significado” (53). encubiertamente o como si fuera el uso de una mentira,
sino todo lo contrario: es la reconstrucción deliberada
de una interpretación que surge de las pruebas y del
no tenía una referencia directa a la verdad, tratándose de derecho que resulta más favorable a sus intereses. Para
un modo formal de vencer al adversario (1985: 56). lograr este objetivo de persuasión la metáfora actúa por
(51) Una tradición, dice WALTER, que “ha dejado su se- substitución, ya que se realiza una comparación en la
llo en la gente... la aspiración de procurarse, en cuanto sea que la presentación de los hechos seleccionados y del
factible, ‘testigos’ u otros medios de prueba de los hechos derecho es substituida por los hechos que efectiva-
jurídicos relevantes” (1985: 203-204). mente sucedieron y por el derecho que se corresponde
(52) Vid CHAIA (2010: 52-54). a aquellos eventos, ya que es imposible una reproduc-
ción exacta del conflicto” (2007: 113-114) —lo resaltado
(53) WHITE, James B., “Heracles’Bow”, 1985, capítulo nos pertenece.
9, debemos la cita a COVER (2002: 114-115). Entre no-
sotros: TEDESCO (2007), aunque no parece negar sino, (54) WETLAUFER, “Rethoric and Its Denial in Legal
más bien, relativizar los vínculos que se entablan entre Discourse”, en Virg L. R. 76, 1990, ps. 1545 y ss.; DANET,
hechos, prueba y persuasión —entre verdad y proceso, “Lenguage in the Legal Process”, en Law Soc., R. 14, 1980,
en definitiva—: “En la actuación que se realiza en el jui- ps. 445 y ss.; BENNET - FELDMAN, “Recostructing Reality
cio, se asiste al paso de los hechos y el derecho a una in the Courtroom”, New Brunswick, 1981, ps. 7, 41 y 117.
afirmación que convenza sobre qué es lo que debe ser —todos citados por TARUFFO (2005: 48-51).
realizado en una situación determinada. Al igual que (55) GASCÓN ABELLAN (2009 B: 92-93).

184 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro Pizzicaro

senta todo debate oral como naturaleza misma qué condiciones se logra realmente convencer al
del fenómeno probatorio (56). juez, ni cómo este utiliza las pruebas reunidas en
su reconstrucción conceptual, como base de su
Se ha asegurado que, a resultas del estudio del pronunciamiento.
law of evidence actual, hay numerosas razones
para descartar que la concepción angloamerica- La retórica expositiva puede centrarse en me-
na de la prueba esté inspirada en la visión retó- ras técnicas suasorias que, sin guardar víncu-
rico-argumentativa sino, al contrario, se observa lo con la lógica formal ni asumir compromiso
la preeminencia del criterio de relevancia lógica alguno de carácter probatorio o demostrativo,
de los medios de prueba: el uso del cross exami- sólo tenga por objeto lograr la adhesión del juez
nation, como instrumento dialéctico de control a la versión que se le presenta. Aunque es posi-
sobre la aceptabilidad de las pruebas orales y la ble otra versión de la retórica, como la que nos
presencia de reglas de exclusión dirigidas a evi- ofrece Perelman (58), acentuando su línea más
tar errores en la valoración de las pruebas. Tam- argumentativa en desmedro del sólo desarro-
poco se sigue de la ausencia de reglas de prueba llo de técnicas expositivas, lo cierto es que, al
legal, que ese espacio sea cubierto por la per- menos en el marco del proceso judicial, segui-
suasión subjetiva de quien deba juzgar sobre los rá abierta la brecha que lo separa de la opera-
hechos (57). ción demostrativa en sentido estricto (59). Esa
línea argumentativa es innegable, en cambio,
No cabe abrigar dudas acerca de que algu- cuando se tratan de justificar hechos que han
nos de estos elementos tienen fundamento en sido fijados por el lenguaje jurídico de forma
el proceso, pero en modo alguno podría justifi- valorativa que, por cierto, esperamos se trate
carse extender estos aspectos particulares de la de casos absolutamente excepcionales, pues
actuación de los abogados, en algún tramo del no son enunciados de los que pueda predicarse
proceso, generalizándolo hasta procurar ago- su “existencia” apoyada en evidencia empírica,
tar en su definición al proceso mismo. Mientras sino utilizando técnicas de persuasión buscan-
en la actividad jurisdiccional de aplicación del do aceptación en referencia a algún sistema
derecho se acomunan aspectos del orden de lo axiológico externo. Debe aceptarse su inciden-
epistemológico, lo técnico-jurídico, lo psicológi- cia, también, cuando quepa realizar juicios en
co, lo deontológico y también lo retórico-argu- torno a valoraciones presupuestas en algunas
mentativo, este último por sí solo, en realidad, reglas jurídicas de admisibilidad o rechazo de
ni tan siquiera lograría dar cuenta del procedi- determinada actividad probatoria.
miento de prueba y determinación de la verdad
de los hechos, pues no se acierta en explicar en
(58) Ver PERELMAN y OLBRECHTS-TYTECA. La forma
del debate oral en el proceso, por razones institucionales,
(56) TARUFFO niega que la influencia de los antiguos sería la de una justa erística, donde la actitud de las partes
retóricos griegos y romanos en la formación de los orde- tendría la forma de alegato, con el consecuente deseo de
namientos del common law —en menor medida que so- poner al adversario en aprietos, exponiendo sólo los argu-
bre los sistemas del civil law—, resulte suficiente eviden- mentos favorables a sus tesis y preocupándose de los des-
cia histórica para justificar la existencia de una concep- favorables con el único propósito de rechazarlos o limitar
ción retórica de la prueba —esa es la tesis de GIULIANI, su alcance. No cree PERELMAN, a diferencia de algunos
quien en su “Prova in generale”, ps. 547 y ss., prescinde autores contemporáneos, que en la práctica sea tan sen-
por completo del análisis del contenido y estructura del cillo de distinguir ese punto de vista erístico de uno heu-
law of evidence—. En cambio, le parece factible que se rístico, propio de la discusión, donde los interlocutores
encuentre presente en la estructura contradictoria del buscarían honestamente y sin ideas preconcebidas la me-
proceso adversary —muy condicionada por la presencia jor solución a un problema, como instrumento ideal para
de abogados a partir del siglo XVIII—. De una concepción llegar a conclusiones objetivamente válidas. Cree que sólo
de la prueba semejante, dice no encontrar vestigios en la una generalización muy audaz, permite “considerar a los
historia más reciente de las teorías angloamericanas de la participantes en una discusión desinteresados portavoces
prueba. —con cita de LANGBEIN, “The Criminal Trial Be- del auditorio universal. Por otra parte, quien defiende un
fore the Lawyers”, en Un. Chi. L. Rev. 45, 1978, ps. 163 y ss.; punto de vista determinado está convencido, muy a me-
LANDSMAN, “The Rise of the contentious Spirit: Adver- nudo, de que se trata de una tesis que es objetivamente la
sary Procedure in Eighteenth Century England”, en Corn. mejor y de que su triunfo es el de la buena causa” (1989:
L. Rev. 75, 1991, ps. 497 y ss. (2005: 352 y ss.). 81-83).
(57) TARUFFO, obra y páginas citadas. (59) CAPELLA (2002: 17).

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 185


DPyC Procesal penal DOCTRINA

No debieran suscitarse inconvenientes mien- procesales como el contacto directo del juzga-
tras la concepción retórico-argumentativa de la dor con la práctica de la prueba, concentrada la
prueba se limite al único plano en que parece actividad en un debate oral, continuo y público,
desarrollar su posición, la de descripción de un sumado a la obligación de fundamentar su pro-
hecho empírico relativo a la situación subjetiva nunciamiento final (62).
del juez —su persuasión— y no pretenda con-
fundirse en una teoría de la prueba que, como Es verdad que, a la penumbra en esa región
tal, es prescriptiva, es decir, pretende sentar crite- que nos ocupa, ha contribuido la demora en la
rios de aceptabilidad y validez del razonamiento obtención de criterios positivos de valoración
con que el juez debe determinar los hechos del capaces de orientar con claridad la obtención
proceso. Advierte Taruffo, que “en la concepción o formación razonable de enunciados proba-
retórica de la prueba se reproduce, acentuado, el torios —elementos de prueba— y de establecer
vicio de la concepción retórica de la racionalidad en qué grado esos enunciados —a modo de pre-
consistente en la incapacidad de distinguir entre
argumentaciones eficaces y argumentaciones
válidas: del mismo modo, no se distingue entre (62) No obstante, esa recepción legislativa y la sabida
pruebas persuasivas y pruebas capaces de dar influencia que los códigos napoleónicos tuvieron sobre
un fundamento racional al juicio de hecho” (60). el movimiento de codificación que luego se extendió por
toda Europa, no debe llevar a pensar, como atinadamente
advierte NIEVA FENOLL, que la idea de la “íntima con-
Esperamos haya quedado claro, entonces,
vicción” nació en la Francia postrevolucionaria —con la
porqué la cosa no mejoró nada cuando la fórmu- ley 16-29 de septiembre de 1791, sobre procedimiento pe-
la empleada pasó a ser la de la “libre convicción” nal—. Ella, en rigor, resultó producto de un movimiento
o, aún peor, la de la “íntima convicción” del juz- de reacción de los grandes juristas del siglo XVIII contra
gador. Aun así, es probable que lleve razón Bin- el modelo de “pruebas legales”, no sólo por la irracionali-
der y que, más allá de las fórmulas lingüísticas dad intrínseca del sistema sino, además, por su aplicación
absurda por parte de los jueces de la época, que extendie-
empleadas, no estuviera en el ánimo de ninguno
ron la influencia de sus reglas a todos los casos con una
de los representantes de la tradición ilustrada inusitada rigidez, obteniendo a cambio la simplificación,
otra cosa que no fuera la de desligar a los jueces pero también, la mecanización y burocratización de su
del aprisionamiento de las reglas legales y, a un tarea (2010: 70-76). Las razones del formalismo del juez,
tiempo, demandarles su mejor esfuerzo en el tra- decía Salvatore SATTA, deben hallarse en la mecaniza-
tamiento si no racional, al menos razonable de la ción del juicio, la comodidad y su propia cultura, como
diafragma de la realidad (“El formalismo del proceso”, en
prueba. Esto parece sugerir el hecho de que se
El derecho procesal civil, Ed. Ejea, Buenos Aires, t. III) —la
adoptara esa noción —la de libre convicción— cita pertenece a BERTOLINO (2007: 166)—. Aun así, como
dentro del modelo acusatorio entonces repre- podrá comprenderse con facilidad, la discusión de aque-
sentado por el “jury inglés”, en cuyo contexto lla época estuvo muy lejos de quedar circunscripta a la
operaba en perfecta armonía con una razonable emergencia de liberar o no a la valoración de la prueba de
técnica de construcción de conocimiento, de regulaciones legales. Bien por el contrario, ella quedó en-
marcada en reflexiones que involucraban las cuestiones
formación y estimación de una prueba de natu-
esenciales del sistema de enjuiciamiento, como el acu-
raleza argumentativa basada en la experiencia satorio, la oralidad y publicidad del juicio; la necesidad de
común: la que emanaba del enfrentamiento en- garantizar la participación popular en la función jurisdic-
tre acusación y defensa frente a un juez impar- cional con la implantación del jurado e, incluso, como nos
cial (61). No parece, dicho de otro modo, que recuerda WALTER, en Alemania la lucha contra el modelo
se haya desestimado el riesgo de un potencial de “prueba legal” se libró bajo el lema de la “libre convic-
ejercicio abusivo de esa libertad por parte de los ción” pero, sobre todo, en nombre de la posibilidad real
de acceso a la verdad material (1985: 184). El repaso de
jueces sino, más bien, que se evaluó como sufi- FERRER por las fórmulas lingüísticas utilizadas por otros
ciente garantía contra la arbitrariedad judicial su países europeos resulta muy ilustrativo pues traduce de
ineludible inserción en un tejido de principios algún modo distintas formas de entender la toma de de-
cisiones acerca de los hechos. Así, en la fórmula alemana
de la Freie Beweiswuerdigung, se acentúa, en cambio, la
(60) Se refiere por concepción retórica de la racionali- libertad de la valoración de la prueba —frente a los siste-
dad a la plasmada por CHAÍM PERELMAN en su obra ya mas de prueba legal—. Mientras que el prudente aprez-
citada (2005: 355). zamento italiano parece subrayar la razonabilidad como
(61) Así, FERRAJOLI (1997: 139-140) e IBÁÑEZ (2009: guía a seguir por el juez en la valoración de las pruebas
38). (2007: 48, nota 47).

186 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro Pizzicaro

misas— permiten sostener o descartar hipótesis susceptible de verdad o falsedad y externamente


—a modo de conclusión—, con la mediación controlable en su correspondencia o no con esa
de reglas inductivas de inferencia (63). El viejo mentada realidad probatoria.
problema general de la justificación de la induc-
ción reclamaba respuestas adecuadas al contex- Es decir: una vez que se hubo desestimado la
to práctico del proceso y, a su vez, “una defini- validez de una convicción formada según viven-
ción no legal sino epistemológica del concepto cias subjetivas incomunicables —fruto de expe-
de prueba adecuada” (64), como excluyente vía riencias, por ende, irrepetibles— y desechada la
para la verificación empírica de la verdad de las opción de construir una “verdad judicial” según
afirmaciones fácticas, es decir, de su probable criterios formales —sea de conveniencia (66),
adecuación con la realidad a la que se refieren. por vía de la negociación (67) o meramente le-

Aquellas reglas deben operar como referen-


cia, como modelos argumentativos, para que el tarla. Sin embargo, ello no autoriza a confundir planos que
juzgador oriente o controle el fundamento de resultan independientes. Adviértase que la aceptación de
su propio razonamiento probatorio y, a su vez, una hipótesis, a diferencia de la creencia, es una actitud
voluntaria —puede decidirse actuar como si la hipótesis
como guía del posterior control externo de la fuera verdadera— y contextual —se puede aceptar una hi-
motivación de la convicción judicial, permitien- pótesis en un determinado contexto, pero no en otro— lo
do racionalizar toda una operatoria que ampara que, por otra parte, la hace pasible de regulación legal. Por
realidades muy distintas aun cuando aparezcan eso mismo, al conjunto de las proposiciones que acepta-
nucleadas en torno a la presunción de conduc- mos no se ajusta al ideal de integración racional, que sí es
tas humanas no percibibles directamente. De aplicable a las creencias. Por otro lado, tampoco parece
razonable pretender una relación conceptual de prueba y
ese modo, los enunciados judiciales que decla- verdad —su identificación—, es decir, exigir la verdad de
ran probados determinados hechos pueden co- una proposición para considerarla probada, pues siempre
brar el sentido de afirmación —contextual— de es posible el error judicial, el considerar probada una pro-
la existencia en el proceso de elementos de jui- posición falsa.
cio suficientes a favor de la hipótesis acusato- (66) Criterios como la oportunidad, la conveniencia o
ria, es decir, de prueba suficiente para aceptar el consenso, no obstante, suelen resultar herramientas in-
la verdad de esa hipótesis, e incorporarla como sustituibles cuando se trata de extraer, de la operatividad
premisa fáctica de la decisión judicial a los fines seleccionadora y cruenta del sistema penal, ciertos gru-
pos de casos cuyo tratamiento en otros dominios permiti-
prácticos de la aplicación del derecho y no, tam- rían resultados capaces de ser destacados.
bién, de la creencia del juzgador en esa verdad.
(67) Un esclarecedor ejemplo de las distorsiones que
Esa veracidad, dicho sea de paso, depende ex- provoca reemplazar la noción de verdad como garantía
clusivamente de su adecuación al mundo y no se del acusado por criterios de conveniencia en la imposi-
relaciona con los avatares del proceso, ni deriva ción de castigos lo constituye la introducción —por ley
de la convicción o declaración por sujeto algu- 24.825— del instituto anglosajón del plea bargaining en
no. Aquella declaración del juez, entonces, será nuestro ordenamiento jurídico con el nombre de “juicio
abreviado” —art. 431 bis del Cód. Proc. Penal. En tales ca-
descriptiva de una determinada situación en el
sos, se construye la base del pronunciamiento con una se-
proceso —esto es: que en el caso se dispone de rie de actas labradas inquisitivamente durante etapas pre-
información fáctica suficiente, según el estándar paratorias del juicio según nuestro ordenamiento proce-
de prueba operante, para actuar como si la hipó- sal, esto es, la instrucción del sumario —cuando no la pre-
tesis fuera verdadera (65)—, por ende, también vención policial— como una auténtica ficción de conoci-
miento de la realidad, autenticada mediante la obtención
extorsiva de una confesión protocolizada por parte de
(63) Sobre el tema remito a nuestro artículo “La averi- quién ha sido nuevamente despojado de su condición de
guación de los hechos en el proceso penal: descubrimien- sujeto. Mediante el eufemismo que suele acompañar las
to y justificación de hipótesis”, Revista de Derecho Penal, peores obras del poder, ingenuamente pretende ocultar el
Procesal Penal y Criminología, Ed. La Ley, agosto de 2017. desmontaje del único juicio posible —oral y público—, al
tiempo que arrasa con los restantes derechos y garantías:
(64) FERRAJOLI (1997: 139-140). se renuncia a la prueba en sentido estricto —ocupando su
(65) Recurrimos nuevamente a FERRER (2005: 73-77 lugar informaciones reunidas en rededor de hipótesis de
y 79-95) —con un profundo relevamiento de las obras sospecha, sin revisión crítica alguna—. La verdad no es tal
de COHEN, VAN FRAASSEN, STALNAKER, ULLMANN- cuando deja de ser refutable: la ley propicia la colabora-
MARGALIT, BRATMAN y ENGEL—. Usualmente la creen- ción del imputado con la renuncia a su propia defensa y,
cia en una hipótesis suele ser una buena razón para acep- con ello, se allana el camino para que opere el utilitaris-

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 187


DPyC Procesal penal DOCTRINA

gales—, resulta posible asumir el juicio de la operaciones y razonamientos técnicos o cientí-


“aceptabilidad justificada o razonable” para la ficos, y no que se abstenga de emitir juicios que
selección de los enunciados fácticos que habrán impidan alcanzar eventuales consensos con las
de integrar la decisión jurisdiccional (68). partes. Tampoco se requiere información de un
organismo —público o privado— con la salve-
Además de resultar la noción con la que opera dad de que resulte coherente con el resto de la
la ciencia y, afortunadamente, con la que mane- información ya acumulada en la investigación.
jamos nuestros asuntos cotidianos los hombres,
la verdad como adecuación a la realidad es la que Si la prueba se asienta sobre tal base es porque
da sentido a la actividad probatoria en el contex- se presupone la posibilidad de esclarecimiento
to de proceso judicial. Antes de ahora, se ha he- de la existencia real y objetiva de los hechos que
cho notar que al testigo se le pide, ante todo, que han derivado en conflicto (69) pero, sobre todo,
nos diga la verdad de cuanto sepa sobre el asun- la actividad probatoria se organiza con esa lógi-
to ventilado y no que nos cuente algo que nos re- ca pues se comprende el único esclarecimiento
sulte útil o conveniente. Del perito se espera que que debe exhibir como cumplido un Estado de
formule conclusiones a partir del examen de los derecho: el de los hechos condicionantes de un
antecedentes del caso y de sus conocimientos, pronunciamiento de condena. Ni el consenso
sobre un enunciado fáctico, ni su conveniencia
mo, esto es, razones de eficiencia y conveniencia, semio- o coherencia, puede definir la verdad de la infor-
cultas tras aparentes consensos. La cultura inquisitiva, mación que pretende transmitir sobre el mundo.
como forma de ejercicio de poder, recobra todo su esplen- Una cosa bien distinta son los criterios que en-
dor. No orienta su actividad hacia ningún conocimiento tendemos racionales para sostener una creencia,
genuino sino sólo a confirmar sus hipótesis iniciales, a la para creer justificadamente en la verdad —en
fabricación formal de culpables y condenas, removiendo
el obstáculo del principio de inocencia. Necesita, como
cuanto ajustada a la realidad— de nuestras con-
entonces, la confesión y ahora no la obtiene bajo tortura clusiones, que las evidencias con que contamos
pues ha aprendido a conseguirla “civilizadamente” disi- resultan suficientes para afirmar como verifica-
mulada tras las más exitosas abstracciones y fantasías da una hipótesis, todo, claro está, en condiciones
burguesas: la igualdad de los hombres frente a la ley y la de “normalidad” contextual, en condiciones de
libertad y autonomía de la voluntad en la contratación. posibilidad cierta de verificación o refutación.
Con agudeza, sintetiza BINDER: “Cuando por el desarro-
llo de la conciencia humana y el triunfo de los movimien-
tos libertarios del siglo XVIII se produce la abolición de la Como sea, la única convicción eventualmen-
tortura, el proceso inquisitivo entró en una crisis de la que te relevante, de mediar alguna, será aquella que
nunca —hasta el presente— logró recuperarse... El inqui- paulatinamente se haya ido formando el juzga-
sidor del siglo XIX descubrió que ya no podía ser tortura- dor acerca de la forma en que pudieron haberse
dor, y entonces se convirtió en falsario, buscando a toda desarrollado los hechos o, incluso, sobre la im-
costa que la realidad no ingrese en el proceso penal o que
las formas reemplacen a la vida humana” (1990: 85). Así
posibilidad de reconstruirlos de manera acepta-
encubre la auténtica “psicología del juego de la negocia- ble —por defectos de información— tomando en
ción, el más poderoso, concretamente, es quien impone
sus fines,... no por su mejor posición jurídica... los acuer-
dos transforman al proceso penal, concebido hasta ahora (69) Descreídos de esta posibilidad: CABAÑAS GAR-
como un conflicto de valores decidido por el juez como CÍA, si el fin de la prueba es irrealizable, esta carecería de
un tercero imparcial, en una regulación de conflictos re- sentido (MIRANDA ESTRAMPES, M., 1997, p. 39). Puesto
gidos por criterios de poder y no por criterios jurídicos, lo que nunca podemos alcanzar la verdad absoluta, se dice,
que conduce en la mayoría de los procesos al triunfo de no tiene sentido orientar el proceso hacia ella. De manera
las autoridades judiciales por la alianza normativa... sólo que, o bien se abandona la idea de verdad en el proceso,
ha permitido superar su crisis de una manera hipócrita; o bien se orienta hacia otro tipo de verdad, distinta de la
aún más, la ha profundizado transformando la búsqueda verdad absoluta. La primera alternativa. Así, MIRANDA
de la verdad material en un catch as catch can (‘toma lo ESTRAMPES afirma que “la finalidad de la prueba no es el
que puedas’)” SCHÜNEMANN (2007: 201 y ss.). Sobre el logro de la verdad, sino el convencimiento del Juez en tor-
instituto del “juicio abreviado” puede consultarse el exce- no a la exactitud de las afirmaciones realizadas en el pro-
lente artículo de Gabriela CÓRDOBA (2001: 229-250). ceso” (Ibidem, p. 45) [328]. La verdad procesal o formal.
(68) Así, parecen entender la conclusión de una activi- Es aquélla que surge en el proceso a partir de las afirma-
dad de valoración probatoria libre y racional FERRAJOLI ciones de las partes, obtenida por los medios y a través del
(1997: 42 y ss. 122 y ss.), TARUFFO (1992: 266 y ss.), FE- procedimiento previstos en el Derecho, y “certificada” au-
RRER (2005: 92-93) y GASCÓN ABELLÁN (2009 B: 88). toritativamente por el juez (GONZÁLEZ LAGIER 328/9).

188 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro Pizzicaro

consideración no sólo la totalidad de los datos taxativamente hace que ningún texto legal haya
objetivos introducidos como prueba al proceso, contenido jamás su formulación expresa (72).
sino reflexionando respecto de aquellos de los
que carece. Al parecer, es la fórmula de la “sana III. ¿Qué clase de inferencias fácticas se for-
crítica racional” la que hoy ha prevalecido, con mulan en el proceso?
el objeto de brindar a los juzgadores una pauta
orientativa sobre la forma en que se espera lleven Existen, a grandes rasgos, dos grandes mode-
adelante la apreciación de la prueba (70). En pri- los lógicos de razonamiento inferencial a partir
mer lugar, habrá que ver en sus reglas una orien- de los cuales puede estructurarse el conocimien-
tación negativa, en el sentido de que ya no será to indirecto de los hechos (73). Uno es el argu-
la cantidad y tipo de prueba, los que determinen mento deductivo que, de ser válido, asegura la
su suficiencia. Por otro lado, si bien presupone verdad de su conclusión si resultan verdaderas
la libre valoración de la evidencia por parte del también sus premisas —no puede darse el caso
juzgador, la indicación positiva estriba en que de que las premisas sean verdaderas y la conclu-
el juez deberá formar su convicción ciñéndose sión falsa— (74). Pero, debe observarse bien, la
a la apreciación prudente y crítica de la prueba sola estructura lógica del razonamiento no ga-
disponible según criterios de coherencia lógica, rantiza verdad alguna, sino a condición de la ver-
de experiencia común y de conocimiento cientí-
fico (71). La imposibilidad de fijar tales criterios
tiende es dejado de lado por los juzgadores: si fundan su
convencimiento sólo en una interpretación posible, de-
jando de lado otras posibilidades sin ningún comentario
(70) La primera alusión legal a la “sana crítica” debe ras- (BGH StrV 82, 508), si el juez no ha fundado su juicio en
trearse hasta el Reglamento del Consejo Real de España una circunstancia inequívocamente averiguada por al-
que, en sus arts. 147 y 148, prescribía que el Consejo debía guna de las vías generalmente reconocidas por la ciencia
apreciar “según las reglas de la sana crítica las circunstan- específica, incluso cuando ese hecho personalmente le
cias conducentes a corroborar o disminuir la fuerza pro- parece incomprobable o dudoso, siempre y cuando todas
batoria de sus declaraciones”—en referencia a los testi- las fuentes de errores pensables estén descartadas —ex-
gos—. Como “crítica racional”, fórmula a la que siempre se clusión de la paternidad basándose en dictámenes sobre
ha considerado análoga, No obstante, se han encontrado el tipo sanguíneo— (BGHSt 6, 72; ver también Celle NJW
otros antecedentes, que extienden la prescripción a toda 60, 2258) —o la comprobación de la incapacidad para
la prueba, en el art. 82 del decreto de 20 de junio de 1852 conducir en razón de determinado contenido de alcohol
sobre jurisdicción de hacienda, disponiendo que el juicio en sangre— (BGHSt 21, 159). Los juicios de probabilidad
acerca de la certeza de los hechos ha de formarse, en esta estadísticos, asegurados científicamente —como la capa-
clase de procesos, por las reglas ordinarias de la crítica cidad de culpabilidad disminuida en un 2.0— deben ser
racional, aplicada a los indicios, datos y comprobantes incluidos como fundamento a favor del acusado, en tanto
de toda especie que aparezcan en la causa; y también, en ellos, en el caso particular, no estén refutados por indicios
la regla 45 de la ley provisional para la aplicación del Có- en contra, asegurados en forma semejante (BGHSt 37,
digo Penal, sobre que en el caso de que examinadas las 231). Los análisis de ADN pueden excluir la autoría con
pruebas y graduado su valor, según las reglas ordinarias fuerza probatoria absoluta, pero para su comprobación
de la crítica racional, pero no encontrasen en la evidencia positiva sólo proporcionan probabilidades estadísticas
moral que requiere la ley 12, título 14, de la Partida terce- (BGH NStZ 94, 554), citados por ROXIN (2000: 104-108).
ra, impondrán en su grado mínimo la pena señalada en
el código”. Es interesante observar que no se limitan a la (72) Esa es la razón por la que dos vocales de la comi-
prueba de testigos, sino que se extiende a cualquier clase sión codificadora a cargo de la vigente Ley de Enjuicia-
de prueba. Más conocido, sin embargo, es el art. 317 de la miento Civil española habrían desistido rápidamente de
ley española de enjuiciamiento civil de 1855: “Los jueces un intento en ese sentido [SENTIS MELENDO (1976: 283-
y tribunales apreciarán, según las reglas de la sana crítica, 284)].
la fuerza probatoria de las declaraciones de los testigos”. (73) Todo razonamiento, claro está, lleva implícita la
(71) Así, en el fallo “Casal”, del 20/09/2005 (T: 328 F: afirmación de que sus premisas brindan algún funda-
3399), nuestra CS desarrolla con profundidad este mo- mento a la verdad de su conclusión —cfr. COPI (2009:
delo de valoración probatoria y reconstrucción de los he- 25). Un exhaustivo relevamiento de los diferentes razona-
chos —considerandos 29 y 30—, que viene ordenado por mientos inferenciales formula GONZÁLEZ LAGIER (2010:
nuestra normativa para el enjuiciamiento en los asuntos 297-307).
penales, bajo amenaza de nulidad. —considerandos 22, (74) Ello no excluye, desde luego, que de un razona-
28, 29 y 31 y art. 398 del Cód. Proc. Penal—. Nueva juris- miento deductivo válido puede obtenerse una conclusión
prudencia del BGH, alejándose de la fisonomía subjetiva verdadera, aun cuando alguna de sus premisas sea falsa:
con que había perfilado la formación de la convicción, “todos los abogados son estafadores”,” todos los estafado-
ahora va a acentuar su componente objetivo, el que en- res son versados”: “todos los abogados son versados”.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 189


DPyC Procesal penal DOCTRINA

dad de sus premisas —en tal caso brindarán un de otro hecho particular conocido y una regla ge-
fundamento concluyente—. Cuando esas premi- neral que establece algún tipo de conexión entre
sas tienen contenido fáctico, vale la pena insistir, ellos (76). El procedimiento reductivo es: “Si A,
su verdad sólo puede verificarse empíricamente, entonces B” —regla y premisa mayor— “Es así
involucrando la cuestión epistemológica que, en que B” —hecho observado y premisa menor—
ningún caso, debe confundirse con la cuestión “Entonces A” —hecho no observado y conclu-
lógica. Es un procedimiento subsuntivo, que sión—. Desde el punto de vista lógico formal, es
aplica una regla universal a un caso particular un razonamiento absolutamente inválido, al que
que se encuentra comprendido en esa regla: se conoce como la “falacia del consecuente” (77).
“Si A, entonces B” —regla y premisa mayor—. Sin embargo, es un tipo de razonamiento del que
“Es así que A” —caso y premisa menor—. “En- solemos valernos en nuestra cotidianidad y, por
tonces B” —conclusión—. En un procedimiento otro lado, la metodología preponderantemente
deductivo válido la conclusión no contiene nin- utilizada para el desarrollo de las ciencias empí-
guna información que ya no forme parte de las ricas (78), puesto que el método deductivo no es
premisas. La conclusión se encuentra implicada adecuado para aumentar nuestro conocimiento.
lógicamente en sus premisas —de una u otra for- Es claro que el procedimiento de inducción am-
ma— y es en esa medida, es decir, por la estruc- pliatoria ha resultado de utilidad como metodo-
tura formal del razonamiento, es que la verdad logía científica, enderezada al descubrimiento
de éstas nos garantiza la de aquella. de leyes capaces de captar ciertas regularidades
y correlaciones generales entre clases de eventos
La otra forma de dar cuenta del conocimiento e interesada en el caso particular en la medida
indirecto de los hechos es a través del razona- en que resulte una instancia de tales uniformi-
miento reductivo —también abarcado por una dades. En el proceso judicial, en cambio, se in-
noción de conocimiento inductivo en sentido tentan reconstruir conceptualmente hechos
amplio—. En este caso, la conclusión nunca se particulares —ellos constituyen el objeto de la
encuentra implicada lógicamente en sus pre- prueba judicial— por lo que la inducción enu-
misas. Es un procedimiento ampliatorio pues merativa no es representativa del razonamiento
la conclusión contiene información hasta en- probatorio judicial, aun cuando pueda resultar
tonces desconocida. La propia estructura lógica el fundamento de algunas de las regularidades
del razonamiento impide garantizar la verdad de de las que se vale para concluir en esos hechos
su conclusión —tampoco el argumento tiene tal singulares. De allí en más, resulta factible estruc-
pretensión—, ni aun en el caso en que la verdad turar el razonamiento judicial en cualquiera de
de sus premisas estuviera debidamente consta- los restantes modelos y esa posibilidad, justa-
tada, aunque es capaz de brindar fundamento mente, es una de las razones por la que existe
para aceptar aquella como cierta. Se distingue cierta confusión acerca de la verdadera natura-
la reducción, al menos, en dos metodologías: leza de la prueba y el conocimiento judicial de
1) la llamada reducción ampliatoria o enumerativa los hechos. No se trata de contar qué es lo que
—inducción propia o en sentido estricto—, la los jueces hacen en realidad, sino de analizar las
que a partir de la constatación de una serie de distintas reglas de inferencia a las que, en princi-
casos particulares concibe una regla o enun-
ciado general. De qué modo podría justificarse (76) Sobre la posibilidad de distinguir basándose en su
metodológicamente este tránsito de lo particular relación con una determinada hipótesis, entre una reduc-
a lo general es lo que se ha estimado como “el ción regresiva —explicación— y una reducción progresiva
problema de la inducción”. 2) La reducción no —verificación—, ver artículo “La averiguación de los he-
inductiva —o abducción—. También este pro- chos en el proceso penal: descubrimiento y justificación
cedimiento suele ser abarcado por una noción de hipótesis”, publicado en la Revista de Derecho Penal,
Procesal Penal y Criminología, Ed. La Ley, agosto de 2017.
de inducción en sentido amplio (75). Consiste en
inferir un hecho particular no observado a partir (77) Un ejemplo de este razonamiento podría ser: “Si
nieva, baja la temperatura —premisa mayor—. Bajó la
temperatura —premisa menor—. Entonces, nevó —con-
(75) Para otros usos del término “inductivo”, aludiendo clusión—”.
a procedimientos de pensamiento que ni siquiera resul- (78) Por retratar bastante bien esta situación se ha di-
tan reductivos puede consultarse a BOCHENSKI (1985: fundido la frase que juzga al procedimiento inductivo
215-216). como “la gloria de la ciencia y el escándalo de la filosofía”.

190 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro Pizzicaro

pio, podrían echar mano y de discernir cuáles de pretendiendo luego derivar el antecedente del
ellas parecen adecuadas para argumentar racio- consecuente sin violar, como hemos visto, una
nalmente en la realidad de un proceso judicial. ley de lógica formal (83). En razón de su propia
En esa argumentación siempre se encuentran estructura, entonces, el razonamiento probato-
comprometidos tanto el contenido de las pre- rio no puede ser deductivo.
misas explícitas, como los enlaces utilizados y la
forma de servirse de ellos (79). Dada la real naturaleza de la prueba judicial,
sin embargo, sólo excepcionalmente está en
Como resultado de la actividad probatoria, condiciones de valerse o de proveer premisas
el juez cuenta con determinado material fácti- cuyo valor de verdad resulte incuestionable y,
co que constituye la base sobre la que habrá de según hemos visto, sólo bajo esa condición el
adoptar una decisión. Ese material está consti- argumento deductivo garantiza la verdad de la
tuido por una serie de enunciados probatorios conclusión. Dicho de otro modo: si se insistiera
—elementos de prueba— concebidos a partir de en traducir el razonamiento probatorio al mode-
hechos particulares observados. Tomando esos lo deductivo, la fragilidad epistemológica cabría
enunciados como premisas, intentará recons- detectarla, en primer lugar, en la formación de la
truir un hecho particular pasado e inobservable premisa menor que enuncia el caso particular a
a modo de conclusión —hipótesis principal—, ser instanciado. Pues por sólida y universal que
con la mediación de ciertas regularidades —re- resulte la regla inferencial utilizada —el parto
glas de experiencia— como nuevas premisas, como signo de embarazo, la imposibilidad de
que establecen una cierta relación entre esos estar en dos lugares simultáneamente o la acre-
hechos observados y el hecho hipotetizado y ditación de un hecho jurídico por la existencia
desconocido en su valor de verdad (80). Dicho de un cierto documento—, siempre será posible
de una manera seguramente más clara: Descu- que el parto no haya existido o la coartada resulte
brir los hechos para el juez de la causa es brindar falsa, al igual que el documento exhibido— (84).
una versión de ellos explicativa de las pruebas En esa dirección, no debe olvidarse que el propio
existentes: A partir de las pruebas existentes (p, enunciado probatorio donde se asentará todo el
p1, p2, p3) se construye un enunciado fáctico razonamiento inferencial es, a menudo, resul-
sobre los hechos de la causa (h) que constituye tado de un conocimiento indirecto y, aún más,
una hipótesis explicativa de aquellas. Ello es po- producto de un encadenamiento de inferencias.
sible porque entre (h) y (p) hay una conexión, de
modo que si (h) fuera cierta, tendría sentido —o Además, las fórmulas condicionales utilizadas
sería comprensible— (p) (81). Aquí, la conexión en sede judicial como premisa mayor (es decir,
se establece utilizando fórmulas condicionales como regularidades que sugieren que los hechos
del tipo “Si A, entonces B”. En esta clase de fór- se hallan vinculados de una determinada forma)
mulas lógicas, el lugar que ocupa cada uno de no son del tipo “Si A, entonces siempre B”, sino
sus términos es relevante (82) y no es posible más bien “Si A, entonces probablemente B”. Son
presentar este razonamiento como deductivo, enunciados que expresan “probabilidades cau-
sales” entre clases de eventos y cuya utilización,
(79) Cfr. PERELMAN (1989: 120). en ningún caso, permitirán derivar el conse-
(80) El juez, explica IBÁÑEZ, procura saber de “hechos
que, de haber existido, hoy carecerían de realidad actual;
que no son, pues, verificables y tampoco posible objeto mismo valor de verdad, resultando indistinto el orden de
de recreación experimental, sino solo susceptibles de sus componentes.
comprobación... no ha visto y tampoco puede constatar, (83) La afirmación: “Si la humedad es alta, me duele la
constreñido a operar a partir de vestigios que la acción cabeza”, me permite inferir que si no me duele la hume-
de referencia hubiera podido dejar en las personas u ob- dad no es alta, aunque resultará de una lógica muy parti-
jetos y en el ambiente afectados por ella, y de trazas de cular, además de peligroso, creer que de toda jaqueca sólo
memoria, de datos transmisibles por vía discursiva, mejor, se derivan con grado de necesidad deductiva determina-
signos, material semiótico” (2009: 49). En la misma direc- das condiciones meteorológicas. Si bien se ve, la fórmula
ción: MITTERMAIER (1993: 84). condicional sólo afirma que, si es verdadero el anteceden-
(81) Así: GASCÓN ABELLÁN (2004: 101-115). te, también lo será el consecuente y si este último es falso,
(82) A diferencia de otras como la conjunción o disyun- también lo será el antecedente. Nada más.
ción que representan relaciones conmutativas, con el (84) GASCÓN ABELLÁN (2004: 97-101).

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 191


DPyC Procesal penal DOCTRINA

cuente del antecedente con necesidad lógica sino no observados (89) y de las que siempre cabe
a lo sumo inferirlo como muy posible (85), puesto concebir más o menos excepciones (90). No obs-
que la existencia de “B” aún podría ser explicada tante, se encuentra arraigada en algunos juristas
con la intervención de otras variables (86). la creencia en el carácter inapelable de los resul-
tados que proporciona la prueba científica y ella
Antes bien, se trata de condicionales contin- los ha animado a presentarlos como producto
gentes, pues describen una situación de hecho, de un razonamiento de tipo deductivo. En rigor,
sujetos a la realidad de dicha situación. Un hecho siempre resulta recomendable actuar con cierta
puede resultar la causa de otro hecho, pero no cautela, pues su aceptabilidad dependerá tanto
puede implicarlo, pues la relación de implica- de la corrección técnica con que ha sido llevada
ción es una relación formal, puramente abstracta, adelante esta prueba cuanto de cuál, de entre los
que sólo puede establecerse entre proposiciones diversos disponibles, ha sido el método escogido
(87). Dejando de lado, por supuesto, las presun- para su práctica, ya que no todos ellos gozan de
ciones espurias sostenidas en puros prejuicios; igual aprobación en los medios científicos (91).
las más de las veces aquellos enunciados condi-
cionales representan reglas obtenidas indirecta- Ya alguna vez Popper recriminó a Carnap su
mente de la observación de ciertas regularida- persistencia en un antiguo error: el de creer que
des en la conducta del hombre en condiciones la racionalidad de una teoría —o hipótesis—
normales (88) o basadas en el id quod plerum- científica radicaba en su despliegue deductivo.
que accidit —lo que usualmente sucede o haya Y, en nuestro medio, hace mucho señaló Gorphe
sucedido—, que si bien pueden otorgar cierto que ningún provecho se obtenía en transformar
apoyo a la conclusión —manteniendo inaltera- el argumento probatorio en un silogismo, pues
da la estructura de la justificación—, no serán lo que el juez ha de examinar es la validez de
en absoluto infalibles. Mayor fundamento, claro la inferencia contenida en la premisa mayor —a
está, brindarán aquellas uniformidades asenta- la que estimaba la principal fuente de error en
das en conocimientos sobre cuya validez exista el razonamiento probatorio— la que, por otro
consenso en la comunidad científica, pero aun lado, tan solo puede resultar verdadera luego
así sus resultados podrán ser altamente proba- de haberse excluido las otras alternativas posi-
bles, aunque nunca seguros. Tales regularidades bles (92). Parece claro, a esta altura, que el mé-
también son fruto del conocimiento empírico todo utilizado para el conocimiento indirecto de
indirecto, obtenidas y mejor explicadas por el hechos es el inductivo, en un sentido amplio. El
método y el argumento inductivo. Por ende, no del conocimiento judicial de los hechos es, más
contienen implicaciones necesarias sino tan concretamente, el reductivo (93) o abductivo
sólo probables, extendidas por analogía a casos
(89) Es el precio que se paga para aumentar nuestro co-
(85) HEMPEL denomina “explicación probabilística” a nocimiento o, como dice FERRAJOLI, por el valor del des-
este razonamiento (1980: 90 y ss.). cubrimiento de hechos ignorados, idóneos para explicar
hechos conocidos (1997: 130).
(86) Adviértase que, en un condicional semejante, “A”
no resulta condición necesaria y suficiente de “B”. Por su- (90) En igual sentido: CARNELUTTI (2000: 72-73).
puesto, como ya hemos visto, “B” tampoco puede serlo (91) Esa prudente actitud recomienda GASCÓN
de “A”. ABELLÁN (2004: 100-101).
(87) Ver ECHAVE - URQUIJO - GUIBOURG (2002: 76-77). (92) GORPHE (2007: 54) En todo caso —como enfati-
(88) El filósofo norteamericano PUTNAM adscribe a za la autora española antes citada—, ningún argumento
algunas de estas inferencias acerca de “cómo funciona silogístico puede transmitir a la conclusión una certeza
la gente” un alto grado de probabilidad a priori. Sin em- mayor que la de la menor de sus premisas.
bargo, subraya la ausencia de datos estadísticos, correc- (93) Es de hace notar que hemos utilizado el concep-
tamente recogidos, que las sostengan. En cambio, pien- to de reducción regresiva utilizado para la formulación
sa que inferencias como la de Collingwood, basada en de hipótesis, como explicación de los datos conocidos.
el principio de que llamar a las cosas “malvadas” puede Esta noción es representativa del razonamiento final y
hacerlas parecer fascinantes, son altamente verosímiles global del juzgador de hechos. Sin embargo, no deja de
por su comprensión empática —verstehen—, y considera ser la fotografía de un momento dentro de un proceso
a ese entendimiento como metodológicamente adecuado dinámico que no debe ser simplificado. En su transcur-
para las ciencias sociales e imprescindible para garantizar so, es habitualmente empleada la reducción progresiva,
el razonamiento histórico (1994: 142-144). tendiente a la predicción de hechos aún desconocidos

192 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro Pizzicaro

—inductivo, si se prefiere—, como también que jable entender aquel vínculo como una relación
conservan esa estructura los argumentos y razo- teleológica. Esto permite, entre otras cosas, dar
namientos probatorios que justifican la decisión cuenta de la doble posibilidad de error judicial
fáctica en el pronunciamiento final del caso. No —declarar que se encuentra probado aquello
se trata, por cierto, de una cuestión de elección que no lo está y actuar como si fuera verdadero
sino, mejor, de la única técnica disponible para aquello que es falso—, y explicar la existencia de
llevar adelante la tarea jurisdiccional de de- estándares de decisión probatoria diferentes se-
terminación de los hechos que se le someten a gún el tipo de asunto que ocupe juzgar (95).
juzgamiento. La racionalidad de tales decisiones
fácticas —o de los fundamentos de la creencia IV. La prueba directa y la indirecta
que suponen— debe buscarse en la elaboración
y seguimiento de reglas que reconocen, aunque En la realidad del proceso judicial —al igual que
exceden largamente, a las leyes de la lógica for- en cualquier otro contexto en el que se pretenda
mal. En los asuntos penales, esa metodología establecer alguna verdad fáctica—, un documen-
debe ser capaz de esclarecer cuándo de un de- to, una declaración, un objeto, un dictamen peri-
terminado cuadro probatorio resulta aceptable cial, es decir, tanto hechos como cosas, carecen
inferir una hipótesis que lo explique, es decir, de la calidad de elementos de prueba hasta tanto
cuándo media un grado de soporte inferencial se los coloque en un tipo de relación específica
suficiente para conectar causalmente los he- respecto del thema probandum, cuál es, la de
chos probados con la acción lesiva imputada adscribirles la aptitud de poder brindarnos al-
a un sujeto —es decir, para acoger la hipótesis guna clase de información sobre el hecho que
acusatoria—, a sabiendas de que el desarrollo intentamos averiguar. Entonces, lleva razón Ta-
y resultado del razonamiento —aún riguroso— ruffo (96) cuando afirma que, en cierto sentido,
podrá ser muy fiable, aunque nunca lógica- la definición de elemento de prueba resulta cir-
mente necesario (94). El vínculo entre prueba cular, dado que nada puede ser definido como
y verdad en el proceso no puede suprimirse, tal antes de, justamente, haberle atribuido valor
pero parece difícilmente concebible como una probatorio, de modo que el concepto general de
relación conceptual. Puesto que tiene sentido prueba viene a coincidir con la noción de prueba
pensar que la contextual afirmación de que un relevante. Puesto que no cabe atribuir a las co-
enunciado se encuentra probado no significa, sas propiedades que sólo pueden pertenecer a
también, que sea necesariamente verdadero los enunciados (97), las de resultar “prueba de”
—sino, en cambio, que hay buenas razones para o “probado por” representan relaciones lógicas
aceptarlo como verdadero—. Su verdad, en rigor, que sólo pueden establecerse entre proposicio-
dependerá exclusivamente de su adecuación a la nes y, más específicamente, entre la proposición
realidad que enuncia, por lo que resulta aconse- que expresa la hipótesis del hecho que se pre-
tende comprobar —tomemos por tal, el hecho
pero observables, capaces de verificar la hipótesis antes jurídicamente relevante— y la que enuncia el
formulada —ver artículo sobre contexto de investigación elemento de prueba.
y justificación—. La hipótesis principal —el crimen—,
expone con claridad HEMPEL, no puede ser contrastada
operacionalmente, directamente, y no por eso carece de (95) Ver un profundo desarrollo del tema en FERRER
sentido o contenido empírico, pues se desprenden im- (2005: 68 y ss.). Sólo cabría agregar, con FERRAJOLI, que
plicaciones contrastadoras de su combinación con otras también explica la imperiosa necesidad de una teoría
hipótesis auxiliares, en el contexto sistemático con otras de la prueba y de la “convicción” inductiva, para que el
leyes e hipótesis en el que funciona el enunciado hipoté- razonamiento probatorio no caiga en “una petición de
tico (1980: 142-143). principios que remite a la potestad del juez y de que la
carga de la prueba se configure también circularmente
(94) Igual, entre muchos otros, FERRAJOLI (1997: 130), como carga de aducir las pruebas consideradas tales por
TARUFFO (2005: 191-192), GASCÓN ABELLÁN (2004: quien tiene el poder de valorarlas y quizá recogerlas...”
104-105) y LAUDAN (2001: 81). Es que siempre se trata- (1997: 140).
rá, como expresa IGARTÚA SALAVERRÍA, de pasar “de
un particular a otro particular a través de la mediación de (96) (2005: 258-259).
un universal”, siendo el primer “particular” no evidente y (97) Ver nuestro propio artículo “El lenguaje de los he-
careciendo normalmente el “universal” de valor absoluto, chos y la dimensión jurídica del proceso judicial”, en la Re-
se desemboca en una conclusión carente de necesidad ló- vista de Derecho Penal y Criminología, Ed La Ley, octubre
gica y, por tanto, solo probabilística” (2009: 486). de 2017.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 193


DPyC Procesal penal DOCTRINA

Según el tipo de relación lógica que puede es- Esta distinción teórica tiene, en la particulari-
tablecerse entre esos enunciados probatorios, dad del proceso judicial, una importancia prác-
resulta habitual en nuestro medio distinguir tica menor de lo que se cree. No obstante ello, ha
entre prueba directa y prueba indirecta. Habría dado ocasión a equívocos de distinta naturaleza
prueba directa siempre que la proposición que y relevancia de los que vale la pena ocuparse.
representa el elemento de prueba coincida con Esto último, sucedió cada vez que no se ha com-
la que enuncia la hipótesis a probar, es decir, en prendido que no se llama “prueba directa” a la
tanto ambas tengan por objeto el mismo hecho prueba que pone al juez en contacto directo con
y, obviamente, se trate del hecho principal mate- los hechos sino a la que versa directamente so-
ria de juzgamiento (98). En cambio, habría prue- bre el hecho principal.
ba indirecta —también denominada indiciaria o
circunstancial (99)— siempre que la proposición En tanto hecho histórico pasado, el hecho
que expresa el elemento de prueba verse sobre principal constitutivo del objeto del proceso —y,
un hecho distinto del hecho principal expresado en definitiva, objeto principal de prueba— jamás
por la hipótesis que se intenta probar al que, no podrá ser percibido por el juzgador de manera
obstante, es pasible de ser vinculada por vía in- directa a través de sus propios sentidos (102). Su
ferencial. Ni una ni otra constituyen, claro está, conocimiento siempre será indirecto, resultado
medios de prueba —como sí lo son el testimonio, de una experiencia mediata y mediada, a modo
el documento o el informe— sino una forma de de probable explicación de otros datos que, estos
clasificar los datos probatorios —los resulta- sí, podrán ser percibidos y constatados de forma
dos— que de ellos logren desprenderse, según directa —en el mejor de los casos—, pues no
el criterio que recién apuntamos (100). Dicho de existe “aprehensión inmediata de lo real, obser-
otro modo: cualquier de esos medios de prueba vación directa, sino reconstrucción del pasado
podrán constituirse en prueba directa o indirec- según las huellas del presente, constituidas por
ta, según la relación lógico-semántica que guar- las pruebas” (103). Desde esta perspectiva, fuera
de la información que han aportado respecto de de algún caso en el que el juzgador percibe di-
la hipótesis de hecho (101). rectamente el estado de alguna cosa mediante su
inspección, siempre habrá una diferencia entre
el objeto de su percepción —la persona del testigo
(98) Ya hemos enfatizado en otro lugar (“El lenguaje de y el estado de cosas que reporta; el documento
los hechos y la dimensión jurídica del proceso judicial”, y su contenido— y el objeto de prueba —hecho
recién citado), que, con una concreta intencionalidad, el a probar—, incluso cuando aquel verse sobre el
derecho configura ciertas figuras delictivas, mediante el
supuesto de hecho legal y abstracto. De tal modo, resultan mismísimo hecho principal (104).
ser jurídicos los criterios utilizados para fijar los hechos
constitutivos del objeto procesal, es decir, que es el dere-
cho el que demarca la extensión y contornos de la activi- jurídico. Con ese término se pretende aludir diferentes
dad probatoria, relevando sólo un puñado de aspectos de aspectos del total fenómeno probatorio —como resultado
la conflictiva social. u objeto de la prueba; como razonamiento inferencial jus-
(99) Aunque esta última expresión es más común, en tificatorio del thema probandum; como actividad o prác-
rigor, entre los juristas ingleses o norteamericanos. tica; como medio; como fuente, etc.—. Sin posibilidades
de morigerar ese caos terminológico resultante de los
(100) Contra lo que muchos sostienen, el “indicio” distintos usos que se le dispensa tanto doctrinaria como
(de index: el dedo que señala el objeto) no configura un jurisprudencialmente, al menos, definimos el sentido de
medio de prueba independiente, sino un dato fáctico que algunas expresiones utilizadas en este apartado —y así se-
puede ser incorporado al proceso a través de cualquiera guiremos haciéndolo—, siguiendo la que creemos la línea
de los genuinos medios de prueba —testimonio, inspec- más usual en nuestros tribunales.
ción ocular, documento, etc.—. Por otro lado, incluso
cuando no le asignamos una particular relevancia teórica (102) Distinto es que, en el mejor de los casos, puedan
ni práctica, una exhaustiva clasificación de los tipos de in- constatarse de forma directa algunas de sus consecuen-
dicios, siguiendo los más diversos criterios, puede consul- cias materiales —ese es el sentido de lo que afirmamos en
tarse en GARCÍA CAVERO (2011). Más acotada, aunque el punto I—.
también más interesante —pues se limita a la intensidad o (103) FERRUA, Paolo, “Un giardino proibito peri l le-
solidez de la conexión con el hecho principal— resulta la gislatore: la valutazione delle prove”, Questione giustizia, 3,
presentada por IGARTÚA SALAVERRÍA (2009: 498-499). 1998, p. 589, citado por IGARTÚA SALAVARRÍA (2009: 493).
(101) Esta es una buena oportunidad para volver a en- (104) Cfr. CARNELUTTI (2000: 54). Al respecto, nos
fatizar la polisemia que afecta a la “prueba” en el lenguaje recuerda IBÁÑEZ (2009: 49) la gráfica expresión de CAR-

194 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro Pizzicaro

Entendemos decir que no median diferencias bio, se cree sólo reservada para la prueba indi-
estructurales en los procedimientos probatorios, recta donde, ahora sí, haría su entrada el razona-
que tanto sea que se trate con la llamada prue- miento del juez, permitiendo vincular el hecho
ba directa como con la indirecta, habrá siempre acreditado con el hecho principal, inferencia
necesidad de realizar inferencias para establecer adicional mediante (107).
lo que realmente importa: el grado de confir-
mación que, eventualmente, cada una de esas Lo cierto es que siempre se tratará de enlazar
pruebas es capaz de brindar a la hipótesis prin- un elemento de prueba con la hipótesis de un
cipal. El valor convictivo de las llamadas pruebas hecho, buscando establecer el grado de apoyo
directas respecto del hecho principal, está muy que es capaz de prestarle y, en ese cometido,
lejos de desprenderse de forma directa, inme- no cabe presumir una diferencia cualitativa de
diata y espontáneamente, como suele entender- rendimiento entre pruebas directas e indirectas,
se jurisprudencialmente —con un persistente porque no la hay tampoco en la estructura lógica
objetivismo ingenuo, acerca de las reales posi- de las inferencias requeridas, pues comparten la
bilidades del conocimiento—. Ese pensamiento necesidad de utilizar reglas de experiencia para
es producto de una severa confusión sobre la conformar sus premisas mayores (108). Aún
calidad del conocimiento que permite el proce- más, la valoración de las pruebas directas puede
so judicial y, como afirma Ibáñez (105), provoca resultar sumamente compleja.
consecuencias demoledoras de orden teórico.
Desde esa errónea concepción, piénsese, no ha- No es raro, por otra parte, que el resultado de
bría lugar a justipreciación alguna respecto de la una prueba directa solo guarde relación con al-
aceptabilidad de la prueba directa, ni de razo- gún tramo o aspecto de la conducta relevante
namientos tendientes a establecer su fiabilidad jurídicamente —a menudo, constituida por una
o autenticidad y, por ende, nada cabría validar a combinación compleja de una serie de conduc-
su respecto al momento de la decisión del caso. tas y circunstancias de muy diversa naturale-
Como se cree que el juzgador entra en conexión za—. Sin embargo, para el extraño caso de una
con los hechos mismos que espera probar y no plena y absoluta identidad lógico-semántica en-
con su descripción escrita u oral, no existirían tre la proposición particular que enuncia el ele-
razonamientos que quepa exteriorizar en torno mento de prueba con la proposición particular
a su resultado sino que, otra vez, suscitarían una que expresa la hipótesis factual, es decir, cuando
convicción íntima respecto de la manera, por
caso, en que se ha comportado el testigo en la
audiencia —sus actitudes y gestos—, como ex- extraer de ellos alguna conclusión que integre los funda-
periencia casi mística sólo aprehensible con la mentos del fallo —por caso, la escasa credibilidad de su
testimonio—. Como alguna vez afirmó Gorphe, por muy
inmediación (106). Esa actividad crítica, en cam- natural y espontánea que pueda resultar la confianza en
los dichos de un testigo, la presencia de inferencias se re-
vela apenas surge su crítica.
MIGNANI: “Hechos conocidos, argumentos de un hecho (107) Cfr. GASCÓN ABELLÁN (2004: 102). Algunos
desconocido”. autores, explica CARNELUTTI, confunden la función
(105) IBÁÑEZ, Andrés, “Sobre prueba y motivación”, en representativa y la función probatoria de, por ejemplo,
Jueces para la democracia, 2007, p. 88, 59, debemos la cita un testimonio o un documento y los conduce a distin-
a IGARTÚA SALAVERRÍA (2009: 493). Lo sostenido, de guir entre fuentes de prueba —que tienen carácter repre-
manera constante, por el Tribunal Constitucional Espa- sentativo del hecho a probar— y fuentes de presunción
ñol, podría enunciarse sintéticamente: la prueba directa —que no tienen ese carácter representativo—, permitien-
es aquélla en que la demostración del hecho enjuiciado do estas últimas una deducción sólo mediata del hecho
surge de modo directo e inmediato del medio de prueba a probar, al contrario de las primeras. Con origen en esa
utilizado. confusión, expresa el gran jurista italiano, van a distinguir
(106) IBÁÑEZ hace notar que de simplificaciones erróneamente las pruebas directas de las indirectas —de-
semejantes partía el antiguo régimen de prueba legal— nominándolas, incluso, prueba natural y artificial, respec-
(2009: 102)—. Es del caso subrayar que aún los llamados tivamente— cuando, en rigor, no hay diferencia alguna en
“enunciados de inmediación”, que los jueces pueden con- la estructura de la prueba, también operarán las reglas de
cebir como producto de su contacto directo con la prácti- experiencia para desprender del hecho representativo el
ca de prueba —por ejemplo: sobre la vacilante conducta hecho a probar, salvo que el juez perciba por sí el hecho a
de un testigo durante la audiencia—, requieren del auxi- probar (2000: 89-93, 102-107 y 194).
lio de algún tipo de operación intelectual si se pretende (108) Cfr. TARUFFO (2005: 262-3).

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 195


DPyC Procesal penal DOCTRINA

la acusadora se encuentra en la afortunada po- Desde esta perspectiva, hace mucho tiempo se
sición de contar con el testigo presencial T que subrayó que tales hechos no son sino el sustra-
expresa la proposición “Ticio se apoderó de los to material de la prueba, pues esta reside en su
pollos pertenecientes a Cayo” y una hipótesis observación, interpretación y en las inferencias
acusatoria expresada en la proposición “Ticio que se desprenden de sus relaciones. Todas ellas,
se apoderó de los pollos pertenecientes a Cayo”, operaciones sujetas a error (111).
la aceptación de aquella proposición como pre-
misa —como elemento de prueba— demandará La prueba indirecta, por supuesto, demandará
siempre una serie de inferencias sobre la since- la misma actividad mental que hemos reclama-
ridad del testigo; la calidad de sus percepciones; do para la prueba directa en torno a su acepta-
su memoria e interpretación de los hechos que bilidad como elemento probatorio. Pero, puesto
habría pretensamente presenciado (109). Es que que su objeto resulta ser un hecho diverso —se-
todo y cualquier elemento de juicio debe ser so- cundario— respecto del principal que se preten-
metido a una evaluación epistémica acerca de su de acreditar, este no resultará sugerido por aquel
credibilidad y de su valor informativo y eviden- sin un razonamiento añadido que los vincule.
cial. Se trata de buscar hechos que aumenten la En este caso, el hecho secundario —indiciario—
probabilidad epistémica de que el enunciado deberá ser asumido como premisa menor de un
probatorio sea verdadero y, luego, de estable- razonamiento inductivo —aun cuando se lo pre-
cer si la justificación obtenida resulta suficiente sente como deductivo—, cuya conclusión repre-
como para ser aceptado. Aquellos hechos se des- sentará el hecho jurídicamente relevante, con
prenden de su propio contenido y del contexto la mediación de alguna máxima de experiencia
en el que es presentado, pero debe tenerse pre- (112) —premisa mayor—. El grado de fundamen-
sente, a efectos de evaluar la calidad y solidez del to que la proposición sobre el hecho secundario
enunciado, que los hechos que aumentan la pro- es capaz de prestarle a la proposición sobre el
babilidad de sinceridad o autenticidad de una hecho principal —hipótesis— dependerá enton-
fuente de prueba son muy distintos de los que ces, en primer lugar, de la solidez con que el he-
aumentan la probabilidad del estado de cosas cho secundario esté demostrado por su prueba
que reporta (110). La declaración del testigo “T” y, luego, de la validez y consistencia de la regla y
debe ser tratada como lo que es: un hecho bruto. el razonamiento inferencial que permite conec-
tar y extraer conclusiones acerca de la hipótesis
(109) Hace ya mucho tiempo, STEIN (1999: 9-97) de- que se busca confirmar proyectándose desde
jaba en claro lo erróneo de suponer que el testigo debía aquel hecho comprobado.
dar cuenta de los hechos sin juzgar mientras que el perito
debía juzgar sin informar. Es cierto que el testigo aporta Resulta hasta natural que el desconocimiento
al proceso su percepción individual —la premisa me- de las características y capacidad epistémica de
nor del juicio probatorio—, mientras que el perito suele la prueba judicial haya producido, antaño, cier-
aportar su saber no individual y fungible de máximas de
experiencia que requieren especiales conocimientos téc-
nicos —premisa mayor del juicio probatorio—. Por ello,
los peritos son medios de prueba fungibles en contraste junto de justificaciones potenciales será muy empobreci-
con los testigos, cuyo número y persona vienen determi- do— (2013: 216-7 y 227-8).
nados por acontecimientos preprocesales y que han de (111) Así ya se ha destacado que nada se parece más a
tener una relación histórica con el asunto de que se trate. un hecho que una falsa apariencia. De paso, queda en evi-
Ello no significa que el cerebro del testigo reproduzca las dencia la inexactitud del antiguo apotegma inglés “los tes-
impresiones automáticamente y sin propia intervención. tigos mienten, los hechos no”; ver GORPHE (2007: 384).
Lo que transmite es su juicio sobre los hechos, son hechos (112) Estas “máximas” representan la idea de lo co-
por él interpretados, aun cuando de ello no siempre cobre mún, lo ordinario y lo constante. Representan, para no-
conciencia. —para profundizar en esta compleja cuestión sotros, lo que suele aludirse en el lenguaje jurídico como
puede consultarse la obra de MAZZONI (2010)—. presunciones. Aun cuando no falta quién las asimile a los
(110) Sin dudas, como afirma PÁEZ, la aceptación de indicios, no son sino las reglas con las que se valoran estos
un enunciado probatorio se realiza mediante inferencias últimos —dato conocido—, para remontarse hasta el he-
y prácticas inductivas no demostrativas. En la mayoría de cho presumido —desconocido—. Su regulación legal en
los casos, agrega, alcanza con el sentido común para de- materia penal, tanto como reglas que admiten la prueba
terminar los hechos que aumentan la probabilidad, pero en contrario —iuris tantum— como las que no la admiten
en otros casos el contexto puede ser muy especializado y —iure et de iure—, es francamente marginal, con tenden-
se requerirá el conocimiento de expertos —sino el con- cia a su desaparición.

196 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro Pizzicaro

ta desconfianza hacia las bondades probatorias tidad de eslabones intermedios que conforman
de la prueba Indirecta —o indiciaria— (113), el razonamiento inferencial —inferencia sobre
negándosele normativamente valor convictivo a inferencia— y que separan el hecho probado
no ser que resulte numerosa —condición cuanti- del hecho principal (117). Del mismo modo que
tativa— al tiempo que graves, precisas y concor- nunca faltará quien dé algún crédito al “rumor
dantes entre sí —condición cualitativa— (114), social” incorporado por “testigos de oídas”, lo
siempre y cuando el “cuerpo del delito” hubiere cierto es que un cotejo del ADN de los restos
de ser acreditado por prueba directa e inmedia- orgánicos hallados en el cuerpo de la víctima
ta (115). Sin embargo, no existen razones episté- —prueba indirecta— puede resultar más confia-
micas para presuponer un menor valor cognos- ble en función de la identificación del agresor, que
citivo de este tipo de pruebas respecto de la que su directo reconocimiento por la víctima (118),
se señala como prueba directa (116). Siempre y de igual modo, que este reconocimiento cedería
cuando el hecho indiciario se encuentre sólida- frente al peso de una coartada —prueba indirec-
mente acreditado es decir, la premisa menor sea ta— contundentemente acreditada, pues la cir-
verdadera—, la mayor o menor fiabilidad de los cunstancia de que el pretenso agresor no puede
resultados de la prueba indirecta estará centrada estar en dos lugares simultáneamente, aparece
en el tipo de generalización empleada para rea- validada en una ley empírica universal incontro-
lizar la conexión entre hechos particulares, en su vertida. Confiamos en que pueda apreciarse la
correcta aplicabilidad según las circunstancias apresurada e infundada discriminación valorati-
relevantes de la situación concreta y en la can- va de unas respecto de otras, máxime cuando el
definitivo valor de toda y cualquier prueba indi-
vidualmente considerada termina dependiendo
(113) Antiguamente, si bien la sola prueba indiciaria o de su inserción en el conjunto de elementos de
artificial —en ausencia de prueba directa o natural—, no juicio disponibles y de su mayor o menor cohe-
resultaba suficiente para un pronunciamiento de condena rencia con el resto de la información reunida
—pues sólo constituía “semiplena prueba” o “prueba im- —contexto probatorio— (119).
perfecta”—, permitía al juez la adopción de ciertos “me-
dios procesales”, como la aplicación de tormentos, la pri- Conviene insistir, a modo de conclusión,
sión, la visita domiciliaria, la inquisición especial; como
también el dictado de otros tipos de sentencias desfavora-
que sobre estos hechos históricos singulares,
bles, como la “absolución de la instancia” y el diferimiento desenvueltos con una precisa modalidad y en
del juramento purgatorio; por todos, ver MITTERMAIER determinadas circunstancias —y, como tales,
(1993: 167-168-). En una interesante reflexión, IGARTÚA irrepetibles—, el juez formula un juicio acerca
SALAVERRÍA (2009: 492) sugiere que, en la recuperación de la probabilidad de su existencia, apoyando
de la confianza en esa prueba, habrían influido razones de sus conclusiones en la apreciación objetiva del
“defensa social”, con el objetivo de reducir el área de im-
punidad al que conducía la recurrente carencia de prueba
peso específico de los elementos de juicio dispo-
directa del hecho delictivo; con citas de MIRANDA ES-
TRAMPES, BATTAGLIO y PASTOR —quien pone énfasis (117) A modo de prolijas reglas, algunos de estos cri-
en que los elementos subjetivos del tipo penal serían de terios —y otros diferentes— ya pueden encontrarse en
imposible determinación sin su prueba indiciaria—. BENTHAM (2003: 282-286), cuando se refiere a las “prue-
(114) Arts. 357 y 358 incs. 2º al 7º del derogado Código bas circunstanciales”.
de Procedimientos en Materia Penal (CPMP) de nuestro (118) Tomamos el ejemplo de IGARTÚA SALAVERRÍA
país —ley 2372 del 17/10/1888—, vigente para el territorio pues, aún trillado, continúa resultando bastante gráfico
nacional —federal— hasta el año 1992. para la situación que nos ocupa (2009: 496).
(115) Art. 358 inc. 1º del Cód. Proc. Penal. La noción del (119) Volvemos casi a donde comenzamos: Para el
“cuerpo del delito” siempre resultó un inasible. Aunque se caso de concebirse que las reglas de prueba legal poseen
lo ha definido, por ejemplo, como “la acción material pe- la estructura que caracteriza a las presunciones debe pun-
nalmente relevante”. También la “Constitutio Criminalis tualizarse, siguiendo a FULLER (1967: 41), que cuando se
Carolina” (1532), que reguló el derecho penal y procesal trata de presunciones que no admiten ser desvirtuadas
penal en Alemania, distinguió entre hechos principales por prueba en contrario —iuris et de iure— el resultado
que requerían prueba directa y hechos auxiliares que po- o enunciado presumido podrá ser sólo contingentemente
dían ser comprobados mediante indicios. verdadero pero, en cambio, la regla inferencial (o premi-
(116) Así también, entre muchos otros, lo entienden sa mayor del razonamiento probatorio) que la sostiene es
ROXIN (2000: 106) —con cita de BGH NStZ 83, 133, en siempre falsa —una ficción—, esto es, que el hecho base
igual sentido—, SENTÍS MELENDO (1976: 298) y VALLE- es siempre una prueba concluyente del hecho presumido
JO (2004: 220). —citado por FERRER (2005: 47)—.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 197


DPyC Procesal penal DOCTRINA

nibles y de la solidez de las inferencias que ellos - BERTOLINO, Pedro J., “La verdad jurídica
son capaces de permitir. Esto es tanto como de- objetiva”, Ed. Lexis Nexis, Buenos Aires, 2007,
cir que, su existencia empírica, a lo sumo, podrá 2ª ed.
ser afirmada y demostrada con un alto grado de
probabilidad (120), pero nunca con la calidad - BINDER, Alberto M., “El relato del hecho y la
de conclusión necesaria. Sólo resta recomendar regularidad del proceso. La función constructiva
que, tal estimación, sea distinguida celosamente y destructiva de la prueba penal”, en Doctrina Pe-
de un juicio de verosimilitud, que no representa nal, Ed. Depalma, Buenos Aires, 1990, año 13.
más que una apariencia de verdad, cuyo mayor
mérito se agota en lo persuasivo que puede re- - BOCHENSKI, Inocentius M., “Los métodos
sultar un relato formalmente coherente —en actuales del pensamiento”, Ed. Rialp, Madrid,
tanto, libre de elementos autocontradictorios—, 1985.
aunque desprovisto de cualquier corroboración
externa (121). - BUNGE, Mario, “Epistemología”, Ed. Siglo
XXI, México, 2006, 5ª ed.
V. Bibliografía citada
- BUNGE, Mario, “La ciencia, su método y su
- AISA MOREAU, Diego, “El razonamiento in- filosofía”, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 2005,
ductivo en la ciencia y en la prueba judicial”, Ed. 5ª ed.
Prensa Universitaria de Zaragoza, Zaragoza, 1997.
- CAPELLA, Juan R., “Elementos de análisis ju-
- ALCHOURRON, Carlos E. - BULYGIN, Euge- rídico”, Ed. Trotta, España, 2002.
nio, “Introducción a la metodología de las cien-
cias jurídicas y sociales”, Ed. Astrea, Buenos Ai- - CARCOVA, Carlos María, “¿Qué hacen los
res, 2006, 5ª reimpresión. jueces cuando juzgan?” en El derecho en acción
-ensayos sobre interpretación y aplicación del de-
- BENTHAM, Jeremías, “Tratado de las prue- recho-, Ed. ARA Editores, Perú, 2010.
bas judiciales”, en Obras Selectas, Ed. Librería
El Foro, Buenos Aires, 2003, t. I. - CARNELUTTI, Francesco, “La prueba civil”,
Ed. Depalma, Buenos Aires, 2000, 2ª ed.
(120) Recordamos a MITTERMAIER: “No nos detendre- - CHAIA, Rubén A., “La prueba en el proceso
mos a explicar la verdad lógica, aquella que por oposición a
la verdad material obtenemos por medio del razonamien- penal”, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 2010.
to, y que resulta cuando las nociones concebidas de las
cosas no se ponen en contradicción con las leyes conoci- - COPI, Irving M., “Introducción a la lógica”,
das y colocaremos de paso en esta división lo suponible, lo Ed. Eudeba, Buenos Aires, 2009, 4ª ed.
posible lógicamente. No discutiremos sobre la naturaleza
de la verdad trascendental, reivindicada por el filósofo - CÓRDOBA, Gabriela, “El juicio abreviado en
con el conocimiento del mundo metafísico; ni nos propo- el Código Procesal Penal de la Nación”, en MAIER
nemos hablar sino de una verdad empírica, aplicada a las - BOVINO (comps.), El procedimiento abreviado,
cosas del mundo sensible, y que nos basta para dirigir por
ella nuestras acciones. Dejamos a un lado la verdad mate- Ed. Del Puerto, Buenos Aires, 2001.
mática, sin desconocer, no obstante, que la operación del
entendimiento que la patentiza no es en manera alguna - COUTURE, Eduardo J., “Fundamentos de de-
la que conduce a la manifestación de la verdad históri- recho procesal civil”, FAIRA, Julio César (ed.), Ed.
ca... La verdad histórica, objeto de nuestros estudios, es B de F, Buenos Aires, 2004.
aquella que procuramos obtener siempre que queremos
asegurarnos de la realidad de ciertos acontecimientos, de - DE LA OLIVA, A. - ARAGONESES, S. -
ciertos hechos realizados en el tiempo y el espacio” (1993: HINOJOSA, R. - MUERZA, J. - TOMÉ, J. A., “De-
87-88) —lo resaltado es propio—.
recho procesal penal”, Ed. Centro de Estudios Ra-
(121) Es preocupante la imprudente habitualidad con món Areces, Madrid, 2002, 5ª ed.
que una noción semejante resulta, en la práctica judicial,
condición suficiente para avanzar institucionalmente so-
bre bienes jurídicos de particulares incluyendo, claro está, - ECHAVE, Delia T. - URQUIJO, María E. - GUI-
la libertad ambulatoria —por caso, para justificar apresu- BOURG, Ricardo A., “Lógica, proposición y nor-
radas medidas cautelares. ma”, Ed. Astrea, Buenos Aires, 2002.

198 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Alejandro Pizzicaro

- FERRAJOLI, Luigi, “Derecho y Razón -teoría y aplicación del derecho-, Ed. Ara Editores, Perú,
del garantismo penal-”, Ed. Trotta, España, 1997, 2010.
2ª ed.
- GORPHE, François, “Apreciación judicial
- FERRAJOLI, Luigi, “Notas críticas y autocríti- de las pruebas”, Ed. Hammurabi, Buenos Aires,
cas en torno a la discusión sobre Derecho y Ra- 2007.
zón”, en DI PLÁCIDO, Fabián (ed.), ¿Más Dere-
cho?, Buenos Aires, 2001, año 2, nro. 2. - GUZMÁN, Nicolás, “La verdad en el proceso
penal. Una contribución a la epistemología jurí-
- FERRER BELTRÁN, Jordi, “El contexto de la dica”, Ed. del Puerto, Buenos Aires, 2006.
decisión sobre los hechos probados en el de-
recho”, en Proceso, Prueba y estándar, Ed. ARA - HEMPEL, C. G., “Filosofía de la ciencia natu-
Editores EIRL, Perú, 2009. ral”, Ed. Alianza, Madrid, 1980.

- FERRER BELTRÁN, Jordi, “La valoración ra- - IBÁÑEZ, Perfecto A., “Prueba y convicción
cional de la prueba”, Ed. Marcial Pons, Madrid, judicial en el proceso penal”, Ed. Hammurabi,
2007. Buenos Aires, 2009.

- FERRER BELTRÁN, Jordi, “Prueba y verdad - IGARTÚA SALAVERRIA, Juan, “Los indicios
en el derecho”, Ed. Marcial Pons, Madrid, 2005. tomados en serio”, en AA.VV., Interpretación y
razonamiento jurídico, Ed. Ara Editores, Perú,
- GARAPON, Antoine - PAPADOPOULOS, 2009.
Ioannis, “Juzgar en Estados Unidos y en Francia.
Cultura jurídica francesa y common law”, Ed. Legis, - JAEN VALLEJO, Manuel, “Derechos funda-
Colombia, 2008. mentales del proceso penal”, Ed. Jurídicas Gusta-
vo Ibáñez, Colombia, 2004.
- GARCÍA AMADO, Juan A., “La argumenta-
ción y su lugar en el razonamiento judicial so- - JAEN VALLEJO, Manuel, “La prueba en el
bre los hechos”, en El derecho en acción -ensayos proceso penal”, Ed. Ad-Hoc, Buenos Aires, 2000.
sobre interpretación y aplicación del derecho-,
Ed. Ara Editores, Perú, 2010. - LAUDAN, Larry, “El estándar de prueba y las
garantías en el proceso penal”, Ed. Hammurabi,
- GARCÍA CAVERO, Percy, “La prueba indicia- Buenos Aires. 2011.
ria en el proceso penal”, Ed. Ara Editores, Perú,
2011. - MAIER, Julio, “Fundamentos de Derecho
Procesal”, Ed. del Puerto, Buenos Aires, 1999,
- GASCÓN ABELLÁN, Marina, “La motivación 2ª ed., 1ª reimpresión.
de la prueba”, en AA.VV., Interpretación y razona-
miento jurídico, Ed. Ara Editores, Perú, 2009 B. - MITTERMAIER, Karl, “Tratado de la prueba
en materia criminal”, Ed. Hammurabi, Buenos
- GASCÓN ABELLÁN, Marina, “Los hechos en Aires, 1993.
el derecho -bases argumentales de la prueba-”,
Ed. Marcial Pons, España, 2004, 2ª ed. - NIEVA FENOLL, Jordi, “La valoración de la
prueba”, Ed. Marcial Pons, Madrid, 2010.
- GASCÓN ABELLÁN, Marina, “Sobre la po-
sibilidad de formular estándares de prueba ob- - OLIVÉ, León, “Razón y sociedad”, Ed. Fonta-
jetivos”, en Proceso, Prueba y estándar, Ed. Ara mara, México, 1999.
Editores EIRL, Perú, 2009 A.
- PÁEZ, Andrés, “Una aproximación prag-
- GONZÁLEZ LAGIER, Daniel, “Hechos y matista al testimonio como evidencia”, en
argumentos. Racionalidad epistemológica y VÁZQUEZ, Carmen (ed.), Estándares de prueba y
prueba de los hechos en el proceso penal”, en El prueba científica. Ensayos de epistemología jurí-
derecho en acción -ensayos sobre interpretación dica, Ed. Marcial Pons, Madrid, 2013.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 199


DPyC Procesal penal DOCTRINA

- PERELMAN, Chaim - OLBRECHTS-TYTECA, reforma del proceso penal y derechos fundamen-


Lucie, “Tratado de la argumentación -La nueva tales, Colección Justicia y Proceso, Ed. Jurista Edi-
retórica-”, Ed. Gredos, Madrid, 1989. tores EIRL, Perú, 2007.
- PICO i JUNOY, Joan, “El juez y la prueba”, Ed. - SENTIS MELENDO, Santiago, “Valoración
Pontificia Universidad Javeriana, Grupo Edito- de la prueba”, en Revista de Derecho Proce-
rial Ibáñez, Colombia, 2011. sal Iberoamericana -separata-, Madrid, 1976,
nros. II-III.
- POPPER Karl R., “Conjeturas y refutacio-
nes. El desarrollo del conocimiento científico”, - STEIN, Friedrich, “El conocimiento privado
Ed. Paidós Ibérica, España, 1994. del juez”, Ed. Temis, Bogotá, 1999, 2ª ed.
- PUTNAM, Hilary, “Las mil caras del realis- - TARUFFO, Michele, “La prueba de los he-
mo”, Ed. Paidós ICE/UAB, España, 1994. chos”, Ed. Trotta, España, 2005, 2ª ed.
- ROXIN, Claus, “Derecho procesal penal”, Ed.
Del Puerto, Buenos Aires, 2000. - VERBIC, Francisco, “La prueba científica en
el proceso judicial”, Ed. Rubinzal-Culzoni, Bue-
- RUSSELL, Bertrand, “Investigación sobre nos Aires, 2008.
el significado y la verdad”, Ed. Losada, Buenos
Aires, 1946. - WALTER, Gerhard, “Libre apreciación de la
prueba”, Ed. Temis, Bogotá, 1985.
- SCHÚNEMANN, Bernd, “Cuestiones básicas
de la estructura y reforma del procedimiento pe- - WROBLEWSKI, Jerzi, “Sentido y hecho en el
nal bajo una perspectiva global”, en La prueba, derecho”, Ed. Fontamara, México, 2008. u

200 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Procesal penal DOCTRINA

El debido proceso penal de los migrantes solicitantes


de refugio
Por Federico Irusta

Sumario: I. Introducción.— II. La importancia de los movimientos


migratorios.— III. Los solicitantes de refugio.— IV. El debido proce-
so penal de los migrantes.— V. El principio de no sanción por ingre-
so ilegal. De la aplicación del art. 40 de la ley 26.165.— VI. Derecho
comparado. La no sanción por ingreso ilegal en Brasil, Chile, Perú y
Uruguay.— VII. Problemas que conlleva la suspensión del proceso
penal sine die. Afectación de derechos.— VIII. Posible solución a la
problemática planteada.— IX. Bibliografía.

I. Introducción los migrantes entran en conflicto con el derecho


estatal. Ejemplo de ello es la escisión, la cual
En el presente ensayo intentaré señalar la im- consiste en la mutilación de los genitales exter-
portancia de la temática del derecho migratorio. nos femeninos, prácticas frecuentes en las niñas
Luego de ello, me enfocaré en el debido proceso recién nacidas, que es común entre las hijas de
de la detención de los migrantes y en atender la inmigrantes africanas en diversos países de Eu-
problemática que genera la aplicación de la sus- ropa.
pensión del proceso penal por ingreso ilegal, seña-
lando los derechos que se encuentran en juego, Ahora bien, lo que se llama fronteras moder-
derecho comparado y una posible solución en la nas sirvió como instrumento de delimitación fí-
disyuntiva que introduzco. sica y simbólica de los Estados. Sin embargo, la
globalización ha debilitado de cierta manera esa
II. La importancia de los movimientos mi- pared imaginaria entre Estados, debido a múlti-
gratorios ples factores, como son las finanzas, tecnologías,
mercaderías y la movilidad de aquellos que el
Como punto de partida, cabe decir que los es- sociólogo Zygmunt Bauman denomina “turis-
pecialistas igualan en gravedad a la “migración tas”, es decir, los que tienen el capital económico
irregular” con las nuevas amenazas mundiales y cultural requerido para moverse a través de las
como son el comercio de armas, el tráfico de dro- fronteras sin impedimentos. En contraposición a
gas y el crimen organizado, pautas que nos de- ellos, nos encontramos a los llamados “vagabun-
muestran la importancia que amerita el asunto. dos, refugiados e emigrantes” que no poseen la
misma suerte, viéndose forzados por la persecu-
Las migraciones ilegales, son causadas princi- ción, la violencia y el desempleo a desplazarse, a
palmente por desequilibrios entre Estados, con- quienes las fronteras de la modernidad si cum-
diciones económicas desfavorables de bienestar plen su función de impedimento.
social o violaciones a los derechos humanos.
La noción de frontera es clave para entender
Hay que tener en cuenta que los procesos mi- los procesos de discriminación, explotación y
gratorios son fenómenos que generan conflic- exclusión de los inmigrantes o de la población
tos normativos. Boaventura de Sousa Santos lo migrante. El concepto refería a los límites de la
encuadra en lo que denomina la fase tercera del forma de vida de un pueblo o a la zona de in-
pluralismo jurídico, la que se comprende de los fluencia de un Estado.
intensos movimientos demográficos generadores
de nuevas sociedades plurales, diversas, multicul- Metafóricamente Bauman ha utilizado las ca-
turales, donde las practicas jurídicas cargadas por tegorías de turistas y vagabundos para referirse

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 201


DPyC Procesal penal DOCTRINA

a estos dos grupos. La división pasa por la ca- motivos económicos, ya que muchas veces el
pacidad de movilidad de unos y otros, que hace primero acentuó los conflictos preexistentes. Las
posible para unos poder elegir el lugar donde se razones que determinan la migración suelen ser
establecen y para otros no. Los primeros pueden complejas y generalmente reflejan una combi-
alejarse de los segundos, pero no viceversa. nación de factores medioambientales, sociales,
económicos y políticos.
Así el autor sostiene que la globalización ha
llevado un proceso de pérdida del control sobre Para sintetizar la idea, resulta adecuado traer
fronteras y territorios, pero se observa un incre- a colación lo sostenido por el Alto Comisiona-
mento del control migratorio, visas, pasaportes, do de las Naciones Unidas para los Refugiados
medidas de seguridad. Los límites de las fronte- (ACNUR) que considera a la influencia del cam-
ras son porosos absorbiendo lo deseable y expul- bio medioambiental en la movilidad humana
sando lo desechable. La globalización está hecha es ostensible y creciente y que, en ese marco, el
para satisfacer los deseos y necesidades del tu- calentamiento global y el cambio climático son
rista y crea como un efecto bilateral al vagabun- probablemente los más importantes nuevos fac-
do. Mientras que para el turista el mundo se le tores del desplazamiento.
presenta como posibles vivencias, el vagabun-
do experimenta los efectos de la globalización. III. Los solicitantes de refugio
Los turistas son funcionales a la sociedad del
consumo, los vagabundos no, porque no pue- El refugiado es toda persona que, debido a
den financiar las costosas elecciones accesibles fundados temores de ser perseguida por motivos
a los turistas, no son ni necesarios ni deseados y de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un
pueden convertirse en el chivo expiatorio de las determinado grupo social u opiniones políticas,
mayorías nacionales. se encuentre fuera del país de su nacionalidad y
no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera
Por otro lado, hay que prestar atención a un acogerse a la protección de tal país; o careciendo
factor que pasa por desapercibido pero es mu- de nacionalidad y hallándose, a consecuencia de
cho más importante de lo que imaginamos, que tales acontecimientos, fuera del país donde an-
es el desplazamiento forzado de personas como tes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a
consecuencia de los efectos adversos de los de- causa de dichos temores, no quiera regresar a él
sastres naturales, particularmente aquellos rela- (cfr. Protocolo sobre el Estatuto de Refugiados
cionados con el cambio climático. de 1967).
Esto ha dejado de ser una simple amenaza Ahora en bien, en el ámbito regional surgie-
para devenir en una alarmante realidad humani- ron nuevos discursos que enfatiza el derecho a
taria, lo que ha provocado que millones de per- migrar, como así también de importante la no
sonas en todo el mundo han debido desplazarse criminalización de los inmigrantes y su acceso
de su lugar de residencia como una estrategia de a derechos con independencia de su situación
supervivencia y adaptación a los efectos adver- administrativa.
sos provocados por los desastres naturales.
Dicho cambio ha sido llevado a cabo por paí-
Los desastres naturales y los efectos adversos ses latinoamericanos de gobiernos de izquierda
del cambio climático se plantean como una seria o de centroizquierda, discursos que se contra-
amenaza a la vigencia de los derechos humanos ponerse a los que se dan en algunos sectores
y, en particular, se han convertido en factores de- políticos de Estados Unidos y de la Unión Eu-
terminantes del desplazamiento forzado de per- ropea.
sonas junto a la persecución por motivos étnicos,
políticos o religiosos y los conflictos armados. La Conferencia Internacional sobre Refugia-
dos Centroamericanos (CIREFCA) entendió que
No resulta tarea fácil realizar una distinción existe una relación estrecha y múltiple entre la
cuando estamos ante un desplazamiento forzo- observancia de las normas relativas a los dere-
so por un desastre naturales o de otros factores chos humanos, los movimientos de refugiados y
de desplazamiento como son los conflictos o los los problemas de protección.

202 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Federico Irusta

Las violaciones graves de derechos humanos Un número importante de personas se movili-


provocan movimientos de refugiados, algunas zan de manera irregular; muchas veces la perso-
veces en escala masiva, y dificultan el logro de na carece de documentación alguna o se vale de
soluciones durables para estas personas. documentos falsos (pasaportes) para trasladarse
de un país al otro.
Al mismo tiempo, los principios y prácticas
relativas a los derechos humanos proporcionan Este tipo de desplazamiento involucra fre-
reglas a los Estados y a las organizaciones inter- cuentemente a traficantes y tratantes de perso-
nacionales para el tratamiento de refugiados, re- nas, las cuales le exigen altas sumas de dinero,
patriados y personas desplazadas. generando una situación de extorsión perma-
nente y continúa.
A su vez se sostiene que la problemática de los
refugiados sólo puede abordarse correctamente A los migrantes detenidos a menudo se le di-
si se tiene una visión integrada de los derechos ficulta el acceso a la asistencia jurídica o a ser-
humanos, que incluya el derecho de los refugia- vicios de interpretación y, por lo tanto, ocurre
dos y el derecho humanitario, y de una protec- que no entienden por qué están detenidos o no
ción efectiva de los refugiados requiere que se saben cómo impugnar la legalidad de su deten-
consideren y apliquen derechos humanos fun- ción, vulnerándose el debido proceso legal ante
damentales. todo procedimiento. Al contrario: deben contar
con asistencia legal de manera efectiva.
Cabe decir que se impulsó la convergencia
entre el derecho de los refugiados, los derechos La detención de los migrantes es motivo de
humanos, y el derecho humanitario, sostenien- preocupación, tanto por la falta de salvaguar-
do siempre un enfoque integrado de las tres dias procesales como por la deficiencia de las
grandes vertientes de protección de la persona condiciones, como la denegación de acceso a la
humana. atención médica, incluida la atención de la salud
mental, y a condiciones adecuadas, como el es-
Es muy común que la migración y el refugio pacio, los alimentos, el agua y los sanitarios en la
generen confusión; sin embargo, responden a custodia a corto plazo. Los migrantes detenidos
problemas disímiles. Sucede que esa confusión son a veces objeto de violencias, incluida la vio-
tanto en el tratamiento por parte de los Estados lencia sexual, que pueden afectar su salud físi-
como de aquellas personas que recurren a esta ca y mental. Los niños a menudo son detenidos
figura para regularizar su situación migratoria va junto a adultos con los que no tiene parentesco,
de la mano de la política migratoria y las políti- o arbitrariamente separados de sus familiares.
cas de asilo y refugio.
Debido al fuerte impacto de la detención so-
Paralelamente, en las circunstancias actuales bre el individuo, la privación de libertad debe ser
los migrantes y otras personas que buscan pro- en cualquier caso una medida de último recurso;
tección, tales como los solicitantes de asilo y los debe ser necesaria y proporcionada, y el resulta-
refugiados, comparten los mismos movimientos do de una determinación individual.
y requieren protección. Aunque no todas esas
personas califican como refugiados bajo los ins- No debe dejarse de mencionar que la deten-
trumentos internacionales, por ello es necesario ción de los solicitantes de asilo como sanción
establecer las salvaguardas que permitan identi- por su ingreso irregular con el fin de disuadir la
ficarlos y brindar protección a las distintas cate- solicitud de asilo es ilegal.
gorías migratorias.
La prohibición de la detención arbitraria signifi-
IV. El debido proceso penal de los migrantes ca que cualquier decisión de detención debe guiar-
se por principios de razonabilidad, necesidad,
Como es de esperar, la cantidad de detencio- proporcionalidad y no discriminación. Estos prin-
nes de personas migrantes en situación irregular cipios también requieren que los Estados conside-
está en aumento en todo el mundo, en particular ren otras formas de lograr sus objetivos, tales como
en las fronteras internacionales. la consideración de alternativas a la detención.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 203


DPyC Procesal penal DOCTRINA

Durante su detención, todos los migrantes peración que fomentan la cooperación conjunta,
tienen derecho a las salvaguardias procesales el diálogo y el consenso en todo momento, a fin
fundamentales, como el acceso inmediato a un de promover políticas y prácticas de migración
abogado, a los servicios de interpretación/tra- basadas en el respeto de los derechos humanos,
ducción, a la atención médica necesaria, a me- el desarrollo sostenible, la igualdad entre los gé-
dios de ponerse en contacto con sus familiares o neros y el multiculturalismo, reconociendo la
con representantes consulares, y a recursos para interdependencia de las funciones de la comu-
impugnar la detención. nidad internacional, las instituciones del Estado
y la sociedad civil.
Los países tienen el deber de promover y pro-
teger los derechos humanos de todos los mi- Han de adoptarse algunas medidas para esta-
grantes, entre otros mediante la cooperación y la blecer sistemas de ingreso que permitan identi-
alianza internacional es para promover medidas ficar a las personas recién llegadas necesitadas
de gobernanza para la migración, equitativas, de protección internacional y para brindarles so-
dignas, legales y basadas en datos y en los dere- luciones apropiadas y diferenciadas, juntamen-
chos humanos. te con otras soluciones que deban ser buscadas
para otros grupos involucrados en los movimien-
La doctrina sostiene que la comunidad inter- tos mixtos.
nacional debe mejorar aún más la cooperación
basada en el principio de la responsabilidad V. El principio de no sanción por ingreso ile-
compartida y la solidaridad. Se debe fomentar la gal. De la aplicación del art. 40 de la ley 26.165
responsabilidad compartida entre los Estados de El art. 40 de la ley 26.165 refleja el principio de
origen, tránsito y destino, así como con las organi- “no sanción por ingreso ilegal” que rige la pro-
zaciones internacionales y otras partes interesadas tección de los refugiados, en virtud del art. 2º de
con el fin de proteger los derechos humanos de to- la citada ley.
dos los migrantes vulnerables y abordar las causas
de la migración precaria e insegura. Dicha disposición establece que, “conforme al
carácter declarativo que tiene el reconocimiento
Un enfoque sobre la migración basado en los de- de la condición de refugiado, tales principios se
rechos humanos asegurará alianzas entre todos los aplicarán tanto al refugiado reconocido como al
actores pertinentes, tales como las autoridades gu- solicitante de dicho reconocimiento”.
bernamentales a nivel nacional, federal, regional
y local, las instituciones nacionales de derechos Consiguientemente, se sostiene que en caso
humanos, la sociedad civil —incluidas las orga- de que se haya iniciado causa penal o expediente
nizaciones no gubernamentales, así como las administrativo por ingreso ilegal, estos procedi-
organizaciones de empleadores y de trabajado- mientos serán suspendidos hasta que se deter-
res, el sector privado y las propias comunidades mine por medio de resolución firme la condición
migrantes. de refugiado del solicitante.

Las alianzas y una participación efectivas son En caso de reconocimiento de la condición de


factores fundamentales en la creación de ca- refugiado los procedimientos administrativos o
pacidad y la sensibilización a los derechos. La penales abiertos contra el refugiado por motivo
colaboración sistemática y predecible entre los de ingreso ilegal serán dejados sin efecto, si las
gobiernos y otras partes interesadas, incluidas infracciones cometidas tuvieren su justificación
las organizaciones internacionales, las ONG, los en las causas que determinaron su reconoci-
países e instituciones donantes, y las comunida- miento como refugiado (1).
des de la diáspora es esencial para la protección
Al respecto, el ACNUR ha señalado: “De acuer-
de los migrantes que pueden tener diversas ne-
do con la Convención de 1951, una persona es
cesidades de protección internacional.

La Asamblea General de la ONU ha solicitado (1) Cfr. “Protección internacional de refugiados en el


a los Estados y a todas las partes interesadas per- sur de Sudamérica”, EDUNLa Cooperativa 29 de setiem-
tinentes que fortalezcan los mecanismos de coo- bre, p. 364.

204 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Federico Irusta

un refugiado tan pronto como reúne los requisi- nes constitucionales y legales, les corresponde
tos enunciados en la definición, lo que necesa- (Fs. CS 331:2691)” (3).
riamente ocurre antes de que se determine for-
malmente su condición de refugiado. Así pues, “Una política y/o práctica general de juzgar a
el reconocimiento de la condición de refugiado los usuarios de documentos de viaje falsos sin
de una persona no tiene carácter constitutivo, considerar las circunstancias individuales del
sino declarativo. No adquiere la condición de re- caso (...) es una violación del art. 31 de la Con-
fugiado en virtud del reconocimiento, sino que vención de 1951. La consecuente intervención y
se le reconoce tal condición por el hecho de ser el ejercicio de jurisdicción sobre tales solicitan-
refugiado” (2). tes de asilo general la responsabilidad de ese es-
tado de tratarlos de conformidad con el referido
Sobre la autoridad del Manual del ACNUR en Artículo 31” (4).
materia de reconocimiento del estatuto de refu-
giado, el art. 35 de la ley 26.165 establece que se Cabe tener en cuenta que el reconocimiento
“tendrán presente los criterios interpretativos de estatus de refugiado es discrecional del Esta-
emanados de las Conclusiones del Comité Eje- do de recepción. Ello se expresa en los pactos in-
cutivo del ACNUR y de las recomendaciones del ternacionales de Derechos Humanos, así como
Manual de Procedimientos y Criterios para De- en los tratados sobre refugiados que, habiendo
terminar la Condición de Refugiado del ACNUR”. consagrado un derecho de las personas a salir de
su país de origen, y a buscar y solicitar asilo, no
La jurisprudencia de la Corte Suprema de Jus- establecieron una obligación para los Estados de
ticia de la Nación ha reconocido en reiteradas concederlo.
oportunidades que “la responsabilidad interna-
cional del Estado por la violación de una norma Una vez hecha la solicitud de refugio ante el
internacional y el consecuente deber de repa- Estado Argentino, se solicita al Juez que sus-
ración ‘surge de inmediato’ al producirse el he- penda el proceso penal y cese la detención de
cho ilícito imputable a aquel” (Fs. CS 329:1723, la persona, y llegado el caso de un favorable re-
cons. 8). “Que, frente a esta situación es im- conocimiento de la persona como refugiado, se
prescindible recordar que este Tribunal tiene debe decretar el sobreseimiento de la persona
dicho que cuando la Nación ratifica un tratado de conformidad con los arts. 336 inc. 5º y 361 del
que firmó con otro Estado, se obliga internacio- Cód. Proc. Penal.
nalmente a que sus órganos administrativos y
jurisdiccionales lo utilicen en los supuestos La mera solicitud ante la CONARE es suficien-
de hecho que hagan posible su aplicación in- te para solicitar la suspensión del proceso penal
mediata (Fs. CS 311:2497; 326:2805 y 332:1769, y la libertad de la persona, ello sin perjuicio de lo
voto del juez Maqueda, entre otros). En conse- que en definitiva se resuelva.
cuencia, el deber del Estado de respetar los de-
rechos reconocidos en [un tratado], incumbe a Algunos tribunales entienden que la disposi-
cualquier poder y órgano, independientemente ción del art. 40 de la ley 26.165 no opera automáti-
de su jerarquía, so pena de incurrir en respon- camente porque ninguna disposición contempla
sabilidad internacional (Caso ‘La última tenta- que deba suspenderse el proceso penal por esta
ción de Cristo (Olmedo Bustos y otros)’ Serie C razón, sino que cada caso debe ser analizado se-
73, sentencia del 05/02/2001 de la Corte Inte- gún sus circunstancias.
ramericana de Derechos Humanos). No se deja
de apreciar, entonces, que todos los órganos del Sin embargo, cuando la ley hace referencia a
Estado deben asumir los roles de garante (...), los “refugiados”, debe entenderse que, a menos
que a cada uno, de acuerdo con sus atribucio- que se indique expresamente lo contrario, ello

(2) Cfr. ACNUR, “Manual de Procedimientos y Criterios (3) Fs. CS 329:1723, cons. 12 voto del juez Maqueda.
para Determinar la Condición de Refugiado”, en Manual y (4) Cfr. Cambridge University Press, Article 31 of the
Directrices sobre Procedimientos y Criterios para Determi- 1951 Convention Relating to the Status of Refugees: Non-
nar la Condición de Refugiado, reedición, Ginebra, 2011, Penalization, Detention, and Protection, cit., p. 217, la tra-
párr. 28. ducción es propia.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 205


DPyC Procesal penal DOCTRINA

comprende tanto a los refugiados reconocidos zada, la agresión extranjera, los conflictos inter-
como a los solicitantes del reconocimiento de nos, la violación masiva de los derechos huma-
dicha condición, por lo que no es excusa para nos u otras circunstancias que hayan perturbado
no suspender el proceso y disponer la inmediata gravemente el orden público.
libertad de la persona, siendo ello una interpre-
tación extensiva de la norma en perjuicio de los Es claro que, para adoptar tales decisiones,
derechos reconocidos a la persona. deben ser evaluados los hechos y circunstancias
alegadas, las pruebas aportadas y se han de ser
Otro requisito relativo a la aplicación del art. 40 confrontadas con las situaciones objetivas de los
de la ley 26.165 es que el solicitante se presente respectivos países de origen.
sin demora a las autoridades, dicha disposición
debe ser interpretada de manera amplia, confor- VI. Derecho comparado. La no sanción por
me a las circunstancias del caso concreto. ingreso ilegal en Brasil, Chile, Perú y Uruguay

Dicha valoración debe realizarse teniendo En derecho comparado de países de Suda-


presente el idioma que el solicitante maneja, la mérica vamos a observar que contemplan la no
disponibilidad de la información que disponía, sanción por ingreso ilegal, si bien algunos países
su situación económica, nivel sociocultural, poseen ciertas aristas que lo tornan diferentes,
considerando que por sí mismo el solicitante en términos generales no hay grandes desigual-
desconfía del Estado receptor, pudiendo este dades.
alertar al Estado de origen, más allá obviamen-
te de la prohibición de esto, la cual el refugiado Así vemos que la República Federal de Brasil lo
desconoce, viéndose envuelto en un ambiente prevé en el art. 10 de su ley 9474 con el agregado
hostil y en un permanente dilema entre recurrir de no sanción al grupo familiar que acompañe
o no a las autoridades. a la persona y con la condición de que demues-
tre que la infracción correspondiente fue deter-
Recuérdese que la Comisión Nacional para minada por los mismos hechos que justificaron
Refugiados está integrada por funcionarios del dicho reconocimiento.
Ministerio del Interior, del Ministerio de Re-
laciones Exteriores y Culto, del Ministerio de Uruguay cuenta con la ley 18.076 que prevé:
Justicia y Derechos Humanos, del Ministerio “El proceso administrativo o judicial tendiente
de Desarrollo Social, del Instituto Nacional a imponer sanciones penales o administrativas
contra la Discriminación, Xenofobia y el Racis- y las medidas de restricción ambulatoria apli-
mo (Inadi), del Alto Comisionado de Naciones cables que tengan su antecedente en el ingreso
Unidas para los Refugiados y de una organi- ilegal o fraudulento del solicitante al territorio
zación no Gubernamental sin fines de lucro, nacional, quedarán en suspenso por orden del
siendo que estos últimos participan con voz Juez competente hasta que se adopte resolución
pero sin voto. definitiva relativa a su solicitud de refugio. A
quien se le haya reconocido como refugiado no
Asimismo, ha de tenerse en consideración se le impondrán sanciones penales ni adminis-
que, para otorgar el aludido reconocimiento del trativas por motivos que directa o indirectamen-
estatus de refugiado, debió acreditarse por ante te estén vinculados con el ingreso ilegal al país
aquel organismo que el peticionante reunió las para solicitar refugio”.
condiciones previstas en el art. 4º, incs. a) y b)
de la ley 26.165, es decir, que se arribó a la con- Por su parte Chile sancionó la ley 20.430 que
clusión de que, se encontraba fuera de su país de en su artículo sexto estipula un plazo específico
nacionalidad, por temores fundados de persecu- para la no sanción a refugiados penales ni admi-
ción, por causa de raza, religión, nacionalidad, nistrativas con motivo de su ingreso o residencia
preferencia a determinado grupo social u opi- irregular, siempre que se presenten, dentro de
nión política y no podían o no querían acogerse los diez días siguientes a la infracción a la legisla-
a la protección de tal país. O bien, que tal huida ción que establece normas sobre extranjeros en
respondía a que su vida, seguridad o libertad ha- Chile, ante las autoridades, alegando una razón
bían sido amenazadas por la violencia generali- justificada.

206 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Federico Irusta

En la República del Perú el principio se en- Refugiados, encargada de calificar los pedidos
cuentra regulado en el art. 31 de la Ley del Refu- de refugio, la posibilidad de evaluar la existencia
giado (ley 27.891) la cual enmarca varias situa- de causas justificadoras para no cumplir con di-
ciones, lo que amerita su transcripción para una cho plazo.
mejor compresión:
Como se sostuvo al comienzo de este acápite,
“No se impondrá sanción de ninguna natura- estos países entendieron necesario la sanción
leza al solicitante de refugio que ingrese o que se que específicamente prevea el principio de no
encuentre ilegalmente en el país, siempre que sanción por ingreso ilegal, si bien algunos Esta-
provenga directamente del territorio donde su dos establecieron algunas pautas temporales a
vida o libertad están amenazadas por cualquie- fin de restringirlo, la ACNUR ha sostenido que
ra de las causales señaladas en el art. 3º o, que “la utilización de los plazos para poner trabas a
de conformidad con lo establecido en el inc. b) las personas que buscan asilo es contraria a los
del art. 13 de la presente Ley, se presente a las principios aceptados de protección de los so-
autoridades nacionales justificando su ingreso o licitantes de asilo y los refugiados [...] si bien es
presencia ilegales”. razonable establecer plazos para determinados
fines administrativos, el hecho de no presentar
El mismo criterio será aplicado al solicitante una solicitud de asilo dentro de un cierto plazo
de refugio que, por las mismas razones conteni- no debería excluir la consideración de dicha so-
das en el art. 31, haya transitado por otros Esta- licitud”.
dos que no le otorgaron una calidad migratoria
estable y definitiva. VII. Problemas que conlleva la suspensión
del proceso penal sine die. Afectación de de-
El art. 31.1 establece la no sanción asociándo- rechos
la con dos condiciones: según la primera, aquel
que solicita el refugio debe provenir directamen- Recordemos que la ley prevé una suspensión
te del territorio del cual huye, con el objetivo del proceso penal sin límite temporal alguno,
de limitar la aceptación de ingresos irregulares únicamente supeditado al proceso administrati-
o ilegales a casos de urgencia que realmente lo vo de solicitud de refugio, lo que en consecuen-
ameriten. cia atentaría contra la garantía de obtener un
pronunciamiento en un plazo razonable, proble-
Al mismo tiempo, el párr. 2 del art. 31 determi- mática similar que se da en el supuesto de la sus-
na que el principio de no sanción no será aplica- pensión de la incapacidad mental sobreviviente
ble en aquellos casos en que la persona goza de prevista en el art. 77 del Cód. Proc. Penal.
una situación migratoria regular en un país dis-
tinto al de persecución, es decir, cuenta con su Un proceso penal de duración excesiva afec-
documentación en orden y que no se verifique ta el derecho a ser juzgado rápidamente como
una situación de riesgo inminente. el resto de los derechos y garantías de los que
el imputado es acreedor. Pero la afectación no
En similar sentido, el art. 6º del reglamento se- queda allí, debido a que un proceso penal abier-
ñala que el solicitante de refugio que haya perma- to provoca una gran variedad de afectaciones al
necido en un país que le pudo otorgar la calidad sujeto, como lo son la incertidumbre psicológica
de refugiado de haberlo solicitado y al que puede de si algún día quedará detenido en un estableci-
regresar sin temor, deberá fundamentar debida- miento carcelario, las complicaciones de su vida
mente la razón por la que no lo hizo. diaria o ante un simple control policial.

La segunda condición para aplicar el principio A su vez, la excesiva demora afecta el espíritu
de la no sanción consiste en que la solicitud de del proceso penal, toda vez es un progreso que
refugio sea presentada en el plazo no mayor de finaliza con una resolución definitiva.
30 días desde la fecha en que la persona entro a
territorio peruano, de conformidad con lo esta- No debe soslayarse el poco disvalor social el
blecido en el inc. b) del art. 13 de la ley. La norma cual sería en la mayoría de los casos que vería-
también otorga a la Comisión Especial para los mos en el supuesto de los refugiados, quienes

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 207


DPyC Procesal penal DOCTRINA

generalmente se valen de pasaportes falsos para comprende todo el procedimiento, incluyendo


ingresar, siendo el delito imputado el de falsifica- los recursos de instancia que puedan presen-
ción de documentos públicos, el cual no reviste tarse”.
una gravedad transcendental.
A su vez, en el informe 12/96 se estableció
De acuerdo con la Convención Americana so- que “el fundamento que respalda esta garantía
bre Derechos Humanos y el Pacto Internacional es que ninguna persona puede ser objeto de
de Derechos Civiles y Políticos (arts. 7,5 y 14,3, sanción sin juicio previo, que incluye la pre-
respectivamente) una persona tiene derecho a sentación de cargos, la oportunidad de defen-
ser juzgada dentro de un plazo razonable, ins- derse y la sentencia. Todas estas etapas deben
tituto que debe ser utilizado mediante un juicio cumplirse dentro de un plazo razonable. Este
de razonabilidad con relación al tiempo de dura- límite de tiempo tiene como objetivo proteger
ción de un proceso, teniendo en cuenta la fecha al acusado en lo que se refiere a su derecho bá-
de inicio o comisión del supuesto ilícito, dejan- sico de libertad personal, así como su seguri-
do de lado los actos que puedan interrumpir la dad personal frente a la posibilidad de que sea
prescripción. objeto de un riesgo de procedimiento injusti-
ficado (CIDH, Informe 12/96, 76, caso 11.245,
En este orden de ideas, hay que recordar lo Argentina, publicado en el informe anual del
resuelto por la Corte Internacional de Derechos año 1995)”.
Humanos, que ha señalado que el plazo razona-
ble al que se refiere el art. 8º de la Convención En esa línea, la Comisión Interamericana de
Americana de Derechos Humanos no es un con- Derechos Humanos en la opinión consultiva
cepto de sencilla definición. 9/87 estableció que el interés en la persecu-
ción del crimen no puede ser pretexto para que
Al respecto, al dictar sentencia en el caso el Estado intente sustraerse al deber de asegu-
“Genie Lacayo” dijo: “el art. 8.1 de la Conven- rar el debido proceso decidiendo la imputa-
ción también se refiere al plazo razonable. ción penal en un plazo razonable, derecho que
Este no es un concepto de sencilla definición. no puede ser suspendido ni en situaciones de
Se pueden invocar para precisarlo los elemen- emergencia (5).
tos que ha señalado la Corte Europea de De-
rechos Humanos en varios fallos en los cuales Autores como Daniel Pastor sostienen que
se analizó este concepto, pues este artículo de el plazo razonable “es la expresión más signifi-
la Convención Americana es equivalente en cativa que utiliza la dogmática de los derechos
lo esencial, al 6 del Convenio Europeo para la fundamentales para regular la prerrogativa del
Protección de Derechos Humanos y de las Li- imputado a que su proceso termine tan pronto
bertades Fundamentales. De acuerdo con la como sea posible...” (6).
Corte Europea, se deben tomar en cuenta tres
elementos para determinar la razonabilidad Corresponde partir de la base de que “el tiem-
del planteo en el cual se desarrolla el proce- po desempeña un rol esencial en la situación
so: a) la complejidad del asunto; b) la activi- existencial del ser humano (enteramente distin-
dad procesal del interesado; y c) la conducta to de la visión que se pretende intemporal de la
de las autoridades judiciales (Ver entre otros, física clásica). El tiempo precede a la existencia
Eur. Court H.R., Motta judgement of 19 febru- de cada ser humano y sobrevive a ella (consi-
ary 1991, Series A 262, párr. 30)”.

Por su parte, la Comisión Interamericana en (5) Cfr. decisión del 06/10/1987, “Garantías Judiciales
su informe 64/99 en “García Valladares, Ruth en estado de emergencia”, Opinión Consultiva utilizada
del Rosario v. Ecuador”, ha dicho que “el prin- por el Dr. Luis García, en el caso “Brochero, Sergio L.”, cau-
sa 329 del registro del TOral Crim. Nº 9.
cipio de plazo razonable al cual hace referencia
(6) PASTOR, Daniel, “El plazo razonable en el proce-
esta disposición tiene como finalidad impedir
so del Estado de Derecho. Una investigación acerca del
que las personas acusadas de cometer un deli- problema de la excesiva duración del proceso penal y sus
to permanezcan bajo proceso en ese estado en posibles soluciones”, Ed. Ad-Hoc, Buenos Aires, 2002, p.
forma indefinida. En materia penal, este plazo 47.

208 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Federico Irusta

derando 12)” (7). Por ello, ya en el año 1961, los Nuestro más alto Tribunal en el fallo “Mat-
Dres. Alcalá — Zamora y Castillo, Niceto dijeron tei” (12) se expresó en cuanto a la razonabilidad
que “la excesiva duración de los litigios constitu- del proceso en cuanto a la garantía de lograr ser
ye uno de los mayores y más viejos males de la juzgado y obtener un fallo definitorio en un pla-
administración de justicia” (8). zo razonable. La Corte Suprema de Justicia de la
Nación instruyó que el tiempo hay que valorar-
En este norte, Cesare Beccaria ha dicho que lo tomando como base la vida de la persona en
“cuanto más pronta y cercana al delito cometi- cuestión, siempre con la intención de obtener un
do sea la pena, será más justa y útil. Digo más pronunciamiento que disponga una respuesta lo
justa, porque ahorra al reo los inútiles y feroces más rápida posible.
tormentos de la incertidumbre, que crecen con
el vigor de la imaginación y con el sentimiento Las garantías constitucionales que se encuen-
de la propia debilidad; más justa, porque siendo tran afectadas son:
una pena la privación de la libertad, no puede
preceder a la sentencia” (9). a) El juicio previo: el art. 18 de nuestra CN esta-
blece que “ningún habitante de la Nación puede
A su vez, esto se desprende de la jurispruden- ser penado sin juicio previo fundado en ley ante-
cia internacional que en el caso contencioso de rior al hecho del proceso”.
la Corte Internacional de Derechos Humanos
“Suárez Rosero vs. Ecuador” fijó que “el princi- En relación con el camino que marca el cita-
pio de ‘plazo razonable’ al que hacen referencia do artículo de nuestra Carta Magna, traigo aquí
los arts. 7.5 y 8.1 de la Convención Americana lo manifestado por nuestro Máximo Tribunal
tiene como finalidad impedir que los acusados en cuanto a “que debe reputarse incluido en la
permanezcan largo tiempo bajo acusación y garantía de la defensa en juicio consagrada en el
asegurar que esta se decida prontamente” (10). art. 18 de la CN, el derecho de todo imputado a
obtener (...) un pronunciamiento que (...) ponga
Este criterio fue ratificado algunos años des- término del modo más rápido posible a la situa-
pués por el mismo tribunal en el caso “Valle ción de incertidumbre y de innegable restricción
Jaramillo y otros Vs. Colombia” cuando afirmó: de la libertad que comporta el enjuiciamiento
“El Tribunal ha señalado que el derecho de ac- penal” (13).
ceso a la justicia implica que la solución de la
controversia se produzca en tiempo razonable, Con relación a la vinculación del plazo razo-
ya que una demora prolongada puede llegar a nable con la garantía constitucional que aquí
constituir, por sí misma, una violación de las analizo fue desarrollada por la Comisión In-
garantías judiciales... La razonabilidad de dicho ternacional de Derechos Humanos en cuanto
retraso se debe analizar de conformidad con el señaló que “el fundamento que respalda esta
‘plazo razonable’ al que se refiere el art. 8.1 de garantía es que ninguna persona puede ser ob-
la Convención, el cual se debe apreciar en re- jeto de sanción sin juicio previo, que incluye
lación con la duración total del procedimiento la presentación de cargos, la oportunidad de
que se desarrolla hasta que se dicta sentencia defenderse y la sentencia. Todas estas etapas
definitiva” (11). deben cumplirse dentro de un plazo razona-
ble. Este límite de tiempo tiene como objetivo
(7) Cfr. sentencia C-160 de la Corte IDH, juez Cançado
proteger al acusado en lo que se refiere a su de-
Trindade. recho básico de libertad personal, así como su
(8) ALCALÁ - ZAMORA y CASTILLO, Niceto, “Estam- seguridad personal frente a la posibilidad de
pas procesales de la literatura española”, Ed. Ejea, Buenos que sea objeto de un riesgo de procedimiento
Aires, 1961, ps. 62 y 65. injustificado” (14).
(9) BECCARIA, Cesare, “De los Delitos y las penas”,
trad. Francisco Tomás y Valiente, Aguilar, Madrid, 1982,
ps. 128-129. (12) Fs. CS 272:188.
(10) Cfr. CIDH, 12/11/1997, “Suárez Rosero v. Ecuador”. (13) Fs. CS 272:188, entre muchos otros.
(11) Cfr. CIDH, 27/11/2008, “Valle Jaramillo y otros v. (14) Cfr. informe 12/96, § 76, Caso 11.245, Argentina,
Colombia”. publicado en Informe Anual 1995.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 209


DPyC Procesal penal DOCTRINA

b) El estado de inocencia: es el estado que proceso penal prolongado por demás, el derecho
mantiene el imputado durante todo el proceso penal cumple su función únicamente cuando
penal, juega un papel fundamental la tramita- actúa a tiempo, dado que el contenido de ejem-
ción del refugio y el resultado del expediente ad- plaridad insisto en cualquier pena se encuentra
ministrativo que indefectiblemente será brújula íntimamente unido al tiempo transcurrido para
en el proceso penal. imponerla, pues ese tiempo distancia y oscurece
la razón del castigo.
Cabe recordar que nuestra Corte Suprema
de Justicia de la Nación ha señalado que “las VIII. Posible solución a la problemática
restricciones de los derechos individuales im- planteada
puestas durante el proceso y antes de la senten-
cia definitiva, son de interpretación restrictiva, Considero que la norma prevista en el art.
cuidando de no desnaturalizar la garantía del 40 de la ley 26.165 está incompleta y resulta
art. 18 de la CN según la cual todas las personas necesario fijar un límite a dicha suspensión
gozan de estado de inocencia hasta tanto una por respeto a los derechos que se verían afec-
sentencia final y dictada con autoridad juzgada tados tal como fue desarrollado en el capítulo
no la destruya declarando su responsabilidad anterior.
penal” (15).
Consiguientemente, la necesidad de que dicha
c) La defensa en juicio: para la persona impu- barrera que sea clara y no de margen a dudas,
tada de un delito es el derecho por excelencia, se motiva también en las particularidades e in-
supremo e inviolable. Así, el derecho de defensa certidumbre que conlleva supeditar un proceso
comprende la facultad de intervenir en el pro- penal a la decisión de un órgano administrador,
ceso penal para decidir acerca de una posible sin soslayar que allí operan muchísimos facto-
reacción penal contra él y llevar a cabo todas las res, conllevando a tomar la decisión a un órgano
actividades necesarias para poner en evidencia político que podría abstenerse de pronunciarse
la falta de fundamentación de la potestad penal en aras de eludir un conflicto internacional que
del Estado. le repercutiría en su economía, por ejemplo. Es
decir, las hipótesis son más que variadas, lo que
Pero en este tipo de entornos, la garantía cons- resulta trascendente es la posibilidad no tan re-
titucional se afecta notoriamente en razón de mota de que se vean afectados el derecho de las
que, para que una defensa sea eficaz, no puede personas involucradas y se debe prever una so-
existir una sobre prolongación del proceso. lución a ello.

En relación con ello, Pastor tiene dicho que En efecto, veo como viable la introducción de
“existe también una afectación del derecho de un tope máximo de dos años en la suspensión
defensa ya sea por las dificultades que ocasio- del proceso penal o también podría ser algo más
na para su ejercicio eficaz la sobre prolongación proporcional como ser la mitad del injusto im-
de los procesos, como así también por el mayor putado, por lo que para el caso de que subsista
costo que una defensa prolongada ocasiona al silencio por parte del Estado, el juez penal debe-
acusado. La incertidumbre de un proceso inde- rá imponer obligatoriamente el sobreseimiento
finido afecta indebidamente la estabilidad emo- del imputado.
cional del acusado y de su entorno de relaciones
humanas” (16). De esta manera, no solo garantizaríamos
que se respete la garantía del plazo razonable
En esa línea, en cuanto a la afectación que sino también de forma indirecta es un lapso
provoca a la garantía de defensa en juicio un jurídico más que se le impone a la adminis-
tración pública para que resuelva el pedido
de refugio de la persona migrante, ya que hay
(15) Fs. CS 316: 942, en sentido coincidente, consid. que recordar que el otorgamiento del estatus
5 del voto del juez Bossert in re “Fiscal c. Vila, Nicolás”, de refugiado el Estado no está obligado y los
10/10/1996. organismos que votan casi todos dependen del
(16) PASTOR, Daniel, ob. cit., p. 90. Poder Ejecutivo.

210 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Federico Irusta

Como corolario, quiero señalar que nuestro - DOMENECH, Eduardo, “Las migraciones
ordenamiento legal cuenta ya con otras suspen- son como el agua: hacia la instauración de políti-
siones del proceso penal, como es el supuesto cas de ‘control con rostro humano’”, Revista Polis
del art. 77 del Cód. Proc. Penal (incapacidad Latinoamericana.
sobreviniente), la suspensión estipulada en los
arts. 18 y 21 de la ley 23.737 (imposición de tra- - DUQUELSKY GÓMEZ, Diego J., “Yo, Ovidio
tamiento rehabilitatorio frente al consumo de González Wasorna, y el mito de la protección
estupefacientes), o la suspensión del juicio a constitucional del derecho indígena”, Cartapacio
prueba (probation) del art. 76 bis del Cód. Penal, de Derecho, Revista Virtual de la Facultad de De-
en todas estas al igual que en el art. 40 de la ley recho.
26.165 no opera la extinción de la acción penal
por prescripción, y en esos ejemplos de una u - LETTIERI, Martin, “Protección integral de los
otra forma existe una barrera de tiempo como la refugiados en el sur de Sudamérica”, Víctor Abra-
aquí propuesta. movich Editor, Universidad Nacional de Lanús,
2012.
IX. Bibliografía
- NEJAMKIS, Lucila - ÁLVAREZ NIEVAS, Jor-
- ACOSTA ARCARAZO, Diego - FELINE ge, “Migración y refugio en la Argentina: un
FREIER, Luisa, “Discursos y Políticas de Inmi- análisis desde la legislación actual”, Revista In-
gración en Sudamérica: ¿hacia un nuevo pa- ternacional de Historia Política e Cultura Jurí-
radigma o la confirmación de una retórica sin dica, vol. 4, nro. 3, septiembre, diciembre, 2012,
contenido?”, Revista Interdisciplinar de Mobili- Universidad Federal Fluminense Rio de Janeiro,
dade Humana, Vol. XXIII, nro. 44, 01/06/2015, Brasil, ps. 445-463.
ps. 171-189.
- ORDÓÑEZ, Pablo E., “El plazo razonable de
- ALCALÁ ZAMORA y CASTILLO, Niceto, duración de la suspensión por incapacidad so-
“Estampas procesales de la literatura española”, breviniente”, Revista de Derecho Penal y Crimino-
EJEA, Buenos Aires, 1961. logía, año IV nro. 9.

- ANDIA, Rocío, “El Derecho de los Refugiados - PASTOR, Daniel, “El plazo razonable en el
en la República. Argentina del Bicentenario”, V proceso del Estado de Derecho. Una investiga-
Congreso Latinoamericano de Ciencia. Política, ción acerca del problema de la excesiva duración
Asociación Latinoamericana de Ciencia Política, del proceso penal y sus posibles soluciones”, Ed.
Buenos Aires, 2010. Ad-Hoc, Buenos Aires, 2002.

- BAUMAN, Zygmunt, “La globalización. Con- - POSADAS, Paola A., “Refugiados y desplaza-
secuencias Humanas”, Ed. Espiral, vol. IX, nro. dos forzados. Categorías de migración forzada
25, 2002, Universidad de Guadalajara, México. creadas como medidas de contención a las mi-
graciones no deseadas”, Estudios Políticos, 35,
- BECCARIA, Cesare, “De los delitos y las pe- Instituto de Estudios Políticos, Universidad de
nas”, trad. de Francisco Tomás y Valiente, Aguilar, Antioquia.
Madrid, 1982.
- ZAFFARONI, Raúl E., “Derecho Penal. Parte
- CANÇADO TRINDADE, Antonio A., “El des- General”, Ediar, Buenos Aires, 2000.
arraigo como problema humanitario y de de-
rechos humanos frente a la conciencia jurídica - La protección de refugiados y la migra-
universal”, Lecciones y Ensayos nro. 78. ción mixta: el plan de acción de los 10 puntos
UNHCR.
- CRISTOFFANI, Pablo R. “Pandillas, migran-
tes y fronteras en Sin nombre y Babel, Sociedad - Mesa Redonda 1: La movilidad humana y el
y Discurso”, nro. 27: 101-124, Universidad de Aal- bienestar de los migrantes. Sesión de Mesa re-
borg, www.discurso.aau.dk. donda 1.1. Alianzas para fomentar la inclusión
y proteger los derechos humanos de todos los

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 211


DPyC Procesal penal DOCTRINA

migrantes, con el fin de obtener plenamente los Condición de Refugiado, reedición, Ginebra,
beneficios de la migración. 2011, párr. 28.

- Protección internacional de refugiados en el - Cambridge University Press, Article 31 of


sur de Sudamérica, EDUNLa Cooperativa 29 de the 1951 Convention Relating to the Status of
setiembre. Refugees: Non-Penalization, Detention, and
Protection.
- ACNUR, “Manual de Procedimientos y
Criterios para Determinar la Condición de - Protección internacional de refugiados en el
Refugiado”, en Manual y Directrices sobre Pro- sur de Sudamérica, EDUNLa Cooperativa 29 de
cedimientos y Criterios para Determinar la septiembre. u

212 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Procesal penal DOCTRINA

La audiencia de voir dire: posible contaminación de los


jurados y afectación al principio de imparcialidad
Por Roxana V. Lemkin Por Roxana V. Lemkin *

Sumario: I. Introducción.— II. Principios garantizadores en el pro-


ceso de selección de jurados.— III. Los factores externos influyentes
en la decisión de los jurados.— IV. Conclusión.

Resumen Harto discutida ha sido su instrumentalización


en nuestro país frente a los distintos mecanismos
El juicio por jurados se erige como uno de los de enjuiciamiento legalmente previstos. Si bien
modelos de enjuiciamiento que busca mejor ga- el art. 118 de la Constitución Federal establece
rantizar el cumplimiento del principio de impar- expresamente que todos los juicios criminales [...]
cialidad. Esto así, pues permite la participación se terminarán por jurados, lo cierto es que en la
lega a partir de su selección en la audiencia de actualidad solo cinco provincias han adoptado
voir dire. El sistema de exclusiones que prevé esta modalidad, v.gr. Chaco, Neuquén, Río Ne-
este mecanismo de elección importa descartar gro, Córdoba y Buenos Aires (2). En los restantes
los potenciales jurados contaminados con in- estados provinciales, el ejercicio de la judicatura
formación extralegal. La idea final, por cierto, es de los conflictos particulares, por cierto, resta ce-
asegurar un veredicto más transparente que el losamente en la figura de un juez designado de
que pudiera ser emitido por un juez profesional. modo reglamentario.

Palabras clave: voir dire, imparcialidad, con- A pesar de la poca receptividad que ha tenido
taminación, presunción de prejuicio. este modelo en los diversos códigos procesales
penales, no puede soslayarse que es el que mejor
I. Introducción garantiza la imparcialidad frente al acusado (3).

Dentro del proceso penal, el principio de im- En el sistema de justicia estadounidense no


parcialidad, en cuanta garantía constitucional, existe ninguna duda que la integración de un
asegura un juicio justo para el imputado (1). jurado con personas legas es el procedimiento
que mayor garantía brinda al imputado frente a
la acusación y es por ello que todos los estados
federados lo han instrumentalizado, sin perjui-
*
Carrera de Especialización en Derecho Penal, Facul-
tad de Derecho, Universidad de Buenos Aires. Secretaria
de Primera Instancia de la Defensoría Penal Nº 18. (2) Su incorporación al sistema procesal penal ha sido
(1) Art. 18 de la Constitución Federal: “Ningún habi- articulada a través de las siguientes leyes provinciales:
tante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fun- Chaco, mediante la ley 7661; Córdoba, ley 9182; Neuquén
dado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por mediante la incorporación de los arts. 198 a 212 al Cód.
comisiones especiales, o sacado de los jueces designados Proc. Penal de esa provincia y Buenos Aires a través de la
por la ley antes del hecho de la causa...”. Sobre el tema, se ley 14.543 que modificó el Cód. Proc. Penal provincial.
aconseja ver MAIER, J., “Derecho procesal penal. Fun- (3) La celebración de la audiencia de voir dire para la
damentos”, t. I, 2004. También COMITÉ DE DERECHOS conformación del jurado implica un verdadero proce-
HUMANOS, “Observación General Nº 32, Artículo 14. El dimiento tendiente a alcanzar la imparcialidad que se
derecho a un juicio imparcial y a la igualdad ante los tri- requiere frente al caso concreto —conf. PENNA, C., “Im-
bunales y cortes de justicia”, CCPR/C/GC/32, 2007. Este parcialidad y jurados: objetivos y dinámica de la audien-
principio ha sido receptado por los distintos instrumen- cia de voir dire”, ponencia: Seminario Juicio por Jurados
tos internacionales incorporados a nuestra Constitución en la provincia de Santa Fe, disponible en http://www.
Federal a través de los arts. 75, inc. 22, p. ej., 10, DUDH, 8º, juicioporjurados.org/2015/04/doctrina.html [consulta:
inc. 1º, CADH, 14, inc. 1º, PIDCyP. 25/07/2018].

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 213


DPyC Procesal penal DOCTRINA

cio de que se trata de un derecho que deriva de corrupción, de los medios de comunicación o
la Enmienda 14. del propio sistema judicial (6).

Mientras en nuestro país se discute su aplica- La participación lega en el juicio les brinda
ción en los distintos estados provinciales, en los mayor legitimidad a los veredictos, ya que dis-
Estados Unidos la disputa se centra en la obliga- minuye sustancialmente los efectos de las in-
ción o no de otorgar un juicio por jurados en un fluencias externas extralegales, es decir, llegan al
caso criminal según la gravedad del delito o la juicio menos contaminados que el juez profesio-
magnitud de la pena (4). nal que en todo momento está en contacto con
información que puede ser irrelevante o perjudi-
Para la Corte Federal la selección de casos bajo cial para el acusado y, en virtud de ello, influen-
estos parámetros pone en tela de juicio el princi- ciar en su decisión final (7).
pio de imparcialidad debido a la falta de parti-
cipación lega que llega al juicio sin ningún tipo La elección del jurado se realizará en la de-
de información extralegal, a diferencia del juez nominada audiencia de voir dire a través de
profesional. un mecanismo de exclusiones, en la cual se
eliminará a quienes se muestren reacios a in-
En efecto, los jurados, en tanto no tienen vin- ternalizar las teorías del caso que las partes
culación previa alguna con cada caso particular, presenten.
solo conocen sobre lo que ocurre durante el de-
bate, elevando así los estándares del litigio en los Si bien dicho mecanismo resulta ser el más
juicios orales (5). fiable a la hora de seleccionar las personas que
integraran el jurado, existe la posibilidad de que
Uno de los atributos de los jurados consiste su voluntad esté contaminada, o bien viciada
en su aislamiento de la información potencial- con posterioridad a su integración, afectando
mente perjudicial frente a los jueces profesio- de esa manera su imparcialidad frente al acu-
nales que en todo momento se encuentran ex- sado.
puestos tanto a la prueba en la etapa preliminar,
así como aquella que le es exhibida en la etapa El objeto del presente trabajo, entonces, se
de juicio. enfoca en la descripción y examen del sistema
de enjuiciamiento por jurados como también
Amén de ello, también se ha sostenido que, del mecanismo de selección, exclusivamente en
si bien los jueces profesionales tienen conoci- el ámbito de la provincia de Buenos Aires, más
mientos especiales sobre la materia jurídica lo con una visión comparativa con el sistema ame-
cierto es que las personas legas deciden desde ricano.
una perspectiva más fresca sin influencia de la
Dado que el universo de motivos que posibi-
litan el perjuicio y temor de parcialidad de los
(4) Esa discusión se dio a partir paradigmático caso jurados son ciertamente amplios, se analizarán
“Duncan vs. Lousiana” de la Corte Suprema de los Esta- dos resoluciones específicas que tratan la in-
dos Unidos 391 U.S. 145 (1968), nro. 410 en el cual ape- fluencia de los medios de comunicación masiva
lante sostuvo la afectación al debido proceso al haberle en los integrantes del jurado y la posible intimi-
negado la realización de un juicio por jurados por tratarse
del juzgamiento de un delito menor (agresión simple). Si dación de estos durante la celebración del juicio
bien la Corte de Lousiana se mantuvo en esa posición, oral y público.
distinta fue la posición adoptada por la Corte Federal que
reconoció el derecho al juicio por jurados en los juicios
criminales estaduales donde es posible la aplicación de (6) HANS, V. P., “¿Cuál es la diferencia que hace un ju-
una condena de hasta dos años en virtud de lo dispuesto rado?”, en El juicio por jurados. Investigaciones sobre la
en las enmiendas 6 y 14 de la Constitución de los Estados Deliberación, el Veredicto y la Democracia, 3, Ed. Ad-Hoc,
Unidos. Colección Jurados y Participación en la Administración de
(5) Ver sobre el tema ALMEIDA, V. - BAKROKAR, D., “El Justicia, 2014, p. 26.
jurado clásico como institución garantizadora de la im- (7) SEIDMAN DIAMOND, S., “Las múltiples dimen-
parcialidad”, en Juicio por jurados en la Ciudad Autónoma siones del juicio por jurados”, Ed. Ad-Hoc, Buenos Aires,
de Buenos Aires, Ed. Jusbaires, Buenos Aires, 2014, p. 149. 2016, p. 62.

214 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Roxana V. Lemkin

II. Principios garantizadores en el proceso facer ampliamente el requisito de representati-


de selección de jurados vidad, pues el voto es universal y obligatorio
—cfr. art. 37 de la Constitución Federal. Esta,
El proceso de selección de jurados debe sal- por cierto, es la gran diferencia con Estados
vaguardar, por un lado, una representación Unidos, donde el sufragio no es obligatorio y
justa y equitativa de la comunidad —fair cross- las listas electorales no representan a toda la so-
section of the community— (8), impidiendo ciedad (11).
exclusiones basadas en discriminaciones por
razones de sexo, color, religión, raza, edad, De esas listas fuentes, por sorteo, se obtendrá
etcétera (9). El acusado, o su defensa, podrán un listado de alcance anual por cada jurisdicción
impugnar la sentencia condenatoria si el pro- a utilizarse el próximo año calendario, del cual
ceso de selección del jurado no cumple con el se convocarán a aquellos individuos que servi-
principio de representatividad o la cláusula rán como jurados.
antidiscriminatoria.
De ese listado anual, luego se realizará un
En cuanto al primero de los requisitos, el có- nuevo sorteo para el caso en particular que se
digo de procedimiento penal de la Provincia de juzgue como candidatos a jurado, quienes serán
Buenos Aires articula un sistema que permite convocados a presentarse al tribunal el día de la
una selección transparente de las personas que, audiencia de selección (12).
luego de la audiencia de voir dire, integrarán el
jurado (10). Este mecanismo de depuración consiente que
el jurado de doce miembros sea representativo
Varios son los peldaños que deben transitarse de la comunidad, dejando que el filtro final sea
con anterioridad a la propia audiencia de selec- efectuado en la audiencia de voir dire a través de
ción de jurados. las recusaciones, con o sin causa hasta lograr un
panel de jurados estimado imparcial —art. 338
Primero se conforma una nómina, para lo cual bis y quater, inc. 6º del Cód. Proc. Penal de Bue-
se recurre al padrón electoral, que permite satis- nos Aires (13).

El requisito de no discriminación, por su parte,


(8) La base constitucional de este principio emana exige que del padrón donde se extraigan los jura-
principalmente de la sexta enmienda, vinculado con el dos y en la audiencia de voir dire no exista, como
derecho a un jurado imparcial, y a la igual protección de bien se expuso, ninguna exclusión por cuestiones
la décima cuarta enmienda de la Constitución de los Es- de género, sexo, edad, religión, política, etcétera.
tados Unidos. Esta provisión constitucional prohíbe la ex-
clusión de los grupos llamados comúnmente minoritarios
de la posible selección como jurados —conf. ABRAMSON, Es así que la Ley de Jurados de la provincia de
Jeffrey, “Jury Managers’ Toolbox”, A primer on Fair Cross Buenos Aires ha optado, además, por una inte-
Section Jurisprudence, National Center for State Courts, gración obligatoria en mitades de mujeres y va-
2010, disponible en www.ncsc-jurystudies.org [consulta: rones.
25/07/2018]. Si bien la Corte Suprema ha sostenido que
un jurado imparcial es aquel que representa la comu-
nidad lo cierto es que dicho principio se aplica sobre el Los impedimentos para ser jurado, en reali-
sistema de selección de jurados, pero no respecto de las dad, no constituyen discriminación, sino que
personas que finalmente integren el panel que vaya a juz- atienden a intereses sociales que no afecten el
gar al acusado. Existieron intentos que dicha representa- principio de imparcialidad (14).
tividad se extendiera al jurado de doce, pero dicha Corte
lo rechazó sosteniendo que el único requisito que exige
la constitución es que el jurado seleccionado sea impar-
cial, mas no representativo de la comunidad (“Holland vs. (11) NICORA, G., “Composición e integración del jura-
Illinios”, US 110 S.Ct. 803, 1990), conf. HARFUCH, A., “El do”, en Juicio por jurados en la Ciudad Autónoma de Bue-
juicio por jurados en la provincia de Buenos Aires”, Ed. Ad- nos Aires, Ed. Jusbaires, Buenos Aires, 2014, ps. 152 y ss.
Hoc, Buenos Aires, 2016, p. 143. (12) Ibidem, p. 154.
(9) Ibidem, p. 142. (13) HARFUCH, ob. cit., p. 145.
(10) Arts. 338 bis a 338 quater del Cód. Proc. Penal de la (14) Art. 338, inc. 3º del Cód. Proc. Penal de Buenos
Provincia de Buenos Aires. Aires:

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 215


DPyC Procesal penal DOCTRINA

La aplicación de esos principios, adviértase, Respecto al papel que despliegan las partes,
incide directamente tanto en la conformación por aplicación del principio de bilateralidad e
y selección de jurados cuanto en su integración igualdad de armas, propio del sistema acusato-
final al momento de celebrarse el juicio oral y rio, las normas procesales establecen un meca-
público. nismo para que ambos cuenten con idéntico nú-
mero de recusaciones sin causa (17).
La audiencia de selección, en definitiva, es el
momento en el cual las partes y el juez profesio- Concluido el examen y resueltas las excusacio-
nal evalúan el grado de imparcialidad, indepen- nes y recusaciones que se hubieren planteado
dencia y competencia de los potenciales jurados. respecto a los candidatos a integrar el jurado, se
Para cumplir con tales principios constituciona- establecerá su integración definitiva por sorteo
les, las partes investigan a los candidatos, a fin practicado por el secretario del tribunal entre los
de identificar ciertos factores de riesgo —por candidatos que mantengan esa calidad.
ejemplo, vínculos directos con las partes involu-
cradas o con los abogados que intervienen en el III. Los factores externos influyentes en la
caso, alta capacidad de empatía o antipatía con decisión de los jurados
los testigos o con los hechos, prejuicios por el de-
sarrollo mediático que ha tenido o alto poder de La audiencia de voir dire, como bien se expu-
influencia, entre otros— en relación con sendas so, es el mecanismo a través del cual se purgan
teorías del caso (15). los jurados, garantizando su imparcialidad a la
hora de juzgar al acusado durante el debate. Sin
La información puede obtenerse de dos ma- embargo, existen causas externas que condicio-
neras distintas: nan tanto la autonomía cuanto la independencia
en el proceso de elaboración del veredicto.
1. Mediante el interrogatorio llevado a cabo
durante la audiencia de selección. Aquí, los can- La publicidad del caso, previa a la selección
didatos prestan juramento de decir la verdad, del jurado, influye negativamente en toda la co-
y si no han contestado en forma veraz, el juicio munidad, puesto que los medios de comunica-
entero puede ser anulado, si la comprobación es ción cuentan una parte de la historia, en muchas
posterior al veredicto. oportunidades, con matices sensacionalistas. La
opinión pública, entonces, puede estar condicio-
2. A través del interrogatorio preliminar a cada nada, en mayor o menor medida, por la informa-
uno de los candidatos, previo a dicha audiencia. ción que brindan los medios de comunicación, lo
Se les entrega un cuestionario para obtener la cual, a su turno, puede influir sobre las decisio-
mayor cantidad de información posible. nes que adopte cualquier persona.

Una vez obtenida esa información, el modo a En este sentido, los medios de comunicación
través del cual se realizará la depuración de los masiva condicionan a los jurados al momento
jurados tendrá lugar con las recusaciones, con de ser seleccionados en la audiencia de voir dire.
o sin causa, que presentarán las partes ante el
juez (16). Resulta una perogrullada, pero esto también
es extensible a los jueces profesionales, pues no
están aislados de la realidad social circundante.
(15) NICORA, G., “Selección de jurados desde cero. Empero, en el caso de los jurados existen mé-
Una primera mirada sobre las nuevas destrezas de litigio”, todos que sirven para contrarrestar el eventual
disponible en www.inecip.org/documentos/seleccion-
de-jurados-desde-cero-guillermo-nicora/ [consulta:
25/07/2018]. mor fundado de parcialidad, entre otras —conf. PENNA,
(16) A modo de ejemplo las recusaciones con causa ob. cit.
pueden estar relacionadas con: 1) las condiciones o requi- (17) En el caso del Código Procesal Penal de Buenos Ai-
sitos legales para ser jurado (edad, nacionalidad, domici- res, el proceso de recusaciones se establece en el art. 338
lio, etc.) o impedimentos para serlo (abogados, miembros quater, incs. 3º y 4º, a través del cual se fija que la fiscalía
de la fuerza de seguridad, determinados funcionarios y la defensa podrán recusar sin causa hasta cuatro [4] ciu-
públicos, etc.); 2) causales expresas de “excusación”, 3) te- dadanos sorteados como jurados.

216 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Roxana V. Lemkin

perjuicio mediático y, con ello, asegurar que el En concreto, el caso nace ante una posible
proceso se celebre de manera imparcial. conspiración por parte de los directivos de Enron
Corporation quienes buscaron sostener el valor
El máximo tribunal federal estadounidense ha de las acciones, exagerando el valor financiero
estudiado esta cuestión en varios precedentes, de la entidad. Uno de los autores de esa manio-
elaborando así la doctrina de presunción de pre- bra fue Skilling, Chief Executive Officer de la em-
juicio (18). Si bien los jurados han transitado el presa, a quien se le achacó el delito de conspira-
filtro de la audiencia de voir dire, lo cierto es que ción para cometer fraude de valores y fraude por
solo el juez es quien permite extraer, en mayor medios electrónicos.
o menor medida, la información a través de am-
plios cuestionarios y, en algunos casos, la entre- A raíz de ello, aquel solicitó que el caso fuera
vista individual. trasladado a otra sede —change of venue—, fren-
te a la abierta hostilidad que había sufrido en
Las herramientas que utilice el juez para lograr Houston, junto con la amplia publicidad previa
la mayor transparencia posible en la selección de al juicio, circunstancias que, según adujo, ha-
los jurados permitirán brindarle plena eficacia bían contaminado a los potenciales jurados.
a esa selección, imposibilitando que las partes
cuestionen con razón el veredicto al que arriba- La petición fue denegada en virtud de que la
ron los jurados oportunamente seleccionados. publicidad previa no justificaba la presunción
de que Skilling no fuera a tener un juicio justo
In re “Skilling vs. United States”, los miembros en dicha jurisdicción. En concreto, el tribunal
de la Corte Suprema de los Estados Unidos des- afirmó que la cobertura de los medios de co-
cartaron la existencia de perjuicio con relación a municación sobre el caso había sido objetiva,
la publicidad que había tenido el caso años atrás desechando el carácter emocional, como así
a la sustanciación del juicio oral y público (19). también que los hechos fueran atroces y sen-
sacionalistas. Más aún, indicó que un efectivo
voir dire detectaría a cualquier jurado parcial o
(18) La teoría esbozada subraya que la contaminación tendencioso (20).
de los jurados seleccionados debía ser debidamente pro-
bada y no solamente enunciada a los fines de anular un El mencionado tribunal postuló que el efecti-
veredicto.
vo prejuicio por parte del jurado, contaminado
(19) Resulta pertinente transcribir en idioma original
por la publicidad del caso, exigía acreditar que la
el extracto preciso de la resolución judicial analizada:
“Skilling trial, in short, shares little in common with notoriedad había provocado prejuicios en el ju-
those in which we approved a presumption of juror prej- rado seleccionado, afectando su imparcialidad a
udice. The Fifth Circuit reached the opposite conclusion la hora de dictar el veredicto. A tal efecto, se basó
based primarily on the magnitude and negative tone of en el estándar fijado in re “Rideau vs. Luisiana”,
media attention directed at Enron. But ‘petrial publicity en el cual se probó que la cobertura de los me-
-even pervaside, adverse publicity-does not inevitably
lead to an unfair trial’. ‘Nebraska Press Assn vs. Stuart’,
247 U.S. 539, 554 (1976). In this case, as just noted, news
stories about Enron did not present the kind of vivid, un- proceedings by two weeks, lessening the immediacy of
forgettable information we have recognized as particu- that development. And during voir dire, the court asked
larly likely to produce prejudice, and Houston`s size and about prospective jurors’ exposure to recent publicity,
diversity diluted media ‘s impact. Nor did Enron’s ‘sheer including news regarding Causey”.
number of victims’, 554 F. 3d, at 560, trigger a presump- (20) En la audiencia de voir dire participaron ambas
tion of prejudice. Although the widespread community partes y se examinaron a los jurados individualmente. El
impact necessitated careful identification and inspec- jurado lo encontró culpable de nueve cargos sobre uso in-
tion of prospective jurors’ connections to Enron, the debido de información privilegiada. La apelación se basó
extensive screening questionnaire and follow-up voir en la invalidez del veredicto dado que el jurado conforma-
dire were well suited to that task. And hindsight shows do se encontraba viciado en virtud de la publicidad previa
the efficacy of these devices; as we discuss infra, at 24 y el prejuicio en la comunidad, lo cual impidió obtener un
jurors’ to Enron were either nonexistent or attenuated. juicio justo e imparcial. La corte rechazó la apelación al
Finally, although Causey`s ‘well-publicized decision to entender que la publicidad y el prejuicio de la comunidad
plead guilty’ shortly before trial created a danger juror no impidieron a Skilling tener un juicio justo. Concreta-
prejudice, 554 F. 3d, al 559 District Court took appro- mente el acusado no demostró que haya surgido alguna
priate steps to reduce that risk. The court delayed the presunción de prejuicio en el jurado.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 217


DPyC Procesal penal DOCTRINA

dios de comunicación manifiestamente había La Cámara de Casación Penal bonaerense, in


contaminado el proceso criminal (21). re “Aref, Vanesa A.” (22) aplicó la doctrina fijada
por el superior tribunal federal de Estados Uni-
Además, el largo proceso de selección que se dos para rechazar el planteo de nulidad del vere-
había realizado aseguró la incorporación de ju- dicto de culpabilidad articulado por el defensor
rados ampliamente desinteresados en la publici- oficial. Señaló, específicamente, que durante la
dad sobre Enron, demostrándose así que aque- audiencia de selección, dos de los postulantes
llos no estaban bajo el prejuicio alegado por el negaron, ante la pregunta directa, haber sido
acusado. víctimas de delito alguno. Una vez culminado el
juicio, se estableció que uno de ellos había sido
En definitiva, es viable colegir que, para el siste- víctima de un intento de robo, mientras que el
ma estadounidense, el proceso de selección tiene otro de lesiones dolosas.
una fuerza extraordinaria, ergo no resulta sencillo
desprestigiarlo a través de planteos que, si bien re- Semejante ocultamiento, en sí, impidió a la
sultan francos, podrían poner en duda su efectivi- defensa valerse de su derecho a recusar. Además,
dad, al igual que los principios constitucionales la falsedad de la información suministrada gene-
en juego durante el juicio oral y público. ró un temor cierto y real de parcialidad, inclinán-
dose en forma prejuiciosa a condenar, circuns-
El estándar de presunción de prejuicio juris- tancia que contaminó la totalidad del veredicto,
prudencialmente delineado implica poner un restándole toda legitimación.
freno a lo que podríamos llamar un intento por
sabotear los debates introduciendo dudas vincu- Los miembros de la alzada arguyeron que:
ladas con la libre voluntad e independencia de
los jurados. 1. Este mecanismo de selección (voir dire) in-
cluye la búsqueda de información respecto de las
Esta cuestión, por cierto, ha sido también dis- circunstancias de interés que puedan contribuir
cutida en la jurisdicción de la provincia de Bue- al proceso de selección, en el marco de la garantía
nos Aires. Variados son los precedentes que po- de imparcialidad y representatividad, tal como la
demos estudiar respecto a la supuesta imparcia- posibilidad de recusación sin causa (23).
lidad de los jurados frente a factores que podrían
haber contaminado su decisión. 2. No todo ocultamiento de información por
parte de un potencial jurado conduce automáti-
camente a la conclusión de su falta de parcialidad.
(21) “The case now before us does not involve physical La sola circunstancia de haber sido víctima de un
brutality. The kangaroo court proceedings in this case in- delito no empaña la imparcialidad de un poten-
volved a more subtle but no less real deprivation of due cial jurado, mucho más cuando aquellos hechos
process of law. Under our Constitution’s guarantee of due delictivos son diferentes a los aquí juzgados y ni
process, a person accused of committing a crime is vouch-
siquiera tienen un desvalor social equivalente,
safed basic minimal rights. Among these are the right to
counsel, 3 the right to plead not guilty, and the [373 U.S. circunstancia que no hubiese permitido a hacer
723, 727] right to be tried in a courtroom presided over lugar a una recusación con causa. Sí es verdad
by a judge. Yet in this case the people of Calcasieu Parish que dicha información podría haber sido útil para
saw and heard, not once but three times, a ‘trial’ of Rideau una recusación sin causa, pero ello no significa
in a jail, presided by a sheriff, where there was no lawyer que aun así estuviese en juego la imparcialidad.
to advise Rideau of his right to stand mute. The record
shows that such a thing as this never took place before
in Calcaieu Parish, Louisiana. Whether it has occurred 3. Ser víctima de un delito no es discrimina-
elsewhere, we do not know. But we do not hesitate to hold torio ni tampoco afecta la representatividad del
without pausing to examine a particularized transcript of jurado.
the voir dire examination of the members of the jury, that
due process of law in this case required a trial before a jury
drawn from the community of people who had not seen (22) Causa 75937, 22/12/2016. Acusado de haber incu-
and heard Rideau’s televised ‘interview’. Due process of rrido en las figuras de homicidio agravado en concurso
law, preserved for all by our Constitution, commands that premeditado de dos o más personas por el uso de armas
no such practice as that discloses by this record shall send de fuego y la participación de un menor.
any accused to his death”. (23) Cfr. art. 338 quarter, inc. 4º, Cód. Proc. Penal.

218 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Roxana V. Lemkin

4. Los jurados gozan, al igual que los jueces Dictado ese veredicto, la defensa interpuso re-
profesionales, de una presunción de imparciali- curso de casación al entender que la decisión a
dad y, en cualquier caso, el temor de parcialidad la cual había arrido el jurado estaba viciada en
debe asentarse en una conexión real entre el pre- tanto durante el desarrollo del juicio se concretó
supuesto que se invoca para fundar ese temor y una amenaza que determinó el apartamiento de
el peligro de afectación para desempeñarse im- dos miembros del jurado.
parcialmente.
En este contexto, la defensa sostuvo que exis-
5. Por otra parte, dado el contexto y el tiempo tió un quiebre en la voluntad del jurado y por
transcurrido en el que tuvieron lugar los delitos eso debía anularse el debate ya que se afectó el
que no habrían informado, se advierte que aque- principio de imparcialidad, en tanto la sentencia
llos podrían haber relativizado esa circunstancia condenatoria podría haberse alcanzado sobre la
al punto de restarle interés o no lo reconozcan base de presiones externas.
como tales. Uno de ellos fue archivado, el de le-
siones; el otro se inició ante la prevención, pero Cabe destacar que en el marco del juicio me-
no se le dio mayor importancia. Ambos casos se dió una situación novedosa, puesta en cono-
tratan de episodios de menor cuantía, que no cimiento luego de formulados los alegatos por
fueron percibidos como sucesos de alto desvalor las partes, y previo a que el jurado recibiera las
social. instrucciones finales. Una vez concluida la dis-
cusión final, por intermedio de la secretaria se
6. No hay razón suficiente para considerar anotició un episodio que vivenció un jurado
que estos episodios hayan condicionado su po- titular, en ocasión de ser acompañado por un
sición de imparcialidad para juzgar. La falta de jurado suplente. El jurado fue abordado por un
conexión entre los hechos que padeciera opor- familiar de la víctima, con el supuesto propósito
tunamente y aquellos en los que intervinieron de consultarle acerca de cómo venía la mano, y
como jurados, permite razonar una seria pre- no obstante afirmar que ninguno respondió a la
sunción de ausencia de prejuicio. pregunta, el miembro del jurado destacó que le
contestó: la única manera de ayudar a tu sobrina
Por su parte, la Cámara de Casación Penal se es alejándote, para luego dar cuenta que, habien-
pronunció in re “Ruppel” (24) en el cual también do leído las respectivas instrucciones, sintió la
se planteaba la falta de imparcialidad del jurado obligación de reportar lo acontecido.
frente al acusado, aplicando la doctrina fijada en
“Aref”. En virtud de lo acontecido, y a los fines de res-
guardar el principio de imparcialidad, la jueza
Si bien las circunstancias que dieron lugar al sustanció la incidencia, y resolvió apartar a di-
planteo de nulidad introducido por la defensa chos jurados. Las partes estuvieron de acuerdo
fueron distintas a las ya esgrimidas, lo cierto es con esa decisión a fin de alejar todo temor de
que también se aplicó el mismo estándar fijado parcialidad.
por el tribunal estadounidense para desechar
una posible contaminación en la autonomía e Los integrantes de la cámara rechazaron la
independencia de los jurados a la hora de emitir presunta parcialidad de los jurados en el vere-
su decisión. dicto de culpabilidad. Para ello, arguyeron que
la defensa no había logrado corroborar que la
En este caso, el jurado dictó un veredicto de intimidación padecida por los jurados apartados
culpabilidad por mayoría de diez de sus miem- había efectivamente contaminado la voluntad
bros, respecto a los hechos de abuso sexual de los restantes.
gravemente ultrajante reiterado, doblemente
agravado, abuso sexual con acceso carnal, am- Aplicando la doctrina del fallo “Aref”, la alzada
bos en perjuicio de su hija. sostuvo que el motivo esgrimido por la defensa
se trataba de una conjetura que, si bien tomó
como punto de partida un hecho cierto, la rea-
(24) TCas. Penal, sala I, causa 87504, 11/07/2017 (votos lidad era que dicha circunstancia no había sido
de Carral y Maidana). comprobada en los demás jurados. No existió

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 219


DPyC Procesal penal DOCTRINA

elemento objetivo alguno que permitiera de- rados representen gran parte de la comunidad,
terminar la certera afectación de la voluntad de a tal punto que la Ley de Jurados de la provincia
aquellos. Tampoco se verificó un peligro real de del Chaco prevé la integración con pueblos ori-
parcialidad, menos aun cuando durante el de- ginarios (25).
sarrollo del juicio se garantizó la corrección del
procedimiento. Por último, cabe destacar que las provincias
que adoptaron este modelo de enjuiciamiento
IV. Conclusión ya han emitido distintos fallos con los cuales se
busca consolidar el sistema de selección de jura-
No cabe duda de que el juicio por jurados dos, poniendo límites a las partes que pretenden
como modelo de juzgamiento es el que mejor debilitarlo.
garantiza el principio de imparcialidad toda vez
que implica la participación de la comunidad en La mención de los precedentes “Aref” y “Rup-
un caso criminal. pel” demuestra que, por un lado, existe un serio
compromiso por parte de la comunidad jurídica
Si bien los precedentes estadounidenses cita- hacia la consolidación del juicio por jurados, por
dos reflejan ciertos desacuerdos sobre su apli- el otro, que la audiencia de voir dire resulte sufi-
cación para todos y cada uno de los casos en cientemente transparente en el trámite de selec-
concreto, lo cierto es que la Corte Federal ha ción de los miembros que integrarán el jurado de
entendido la instrumentalización del juicio por enjuiciamiento.
jurados como un derecho del acusado, en con-
cordancia con los principios emanados de la 6º Existen, indudablemente, variados factores
y 14 Enmienda de la Constitución Federal de los que pueden influir en la decisión del jurado,
Estados Unidos. pudiendo provenir con anterioridad o poste-
rioridad a su selección. Sin embargo, si du-
La participación lega en los juicios criminales rante el proceso de selección se logró extraer
es la que mejor canaliza los estándares comu- la información que necesitaba cada una de las
nitarios ya que cada uno de los integrantes del partes para sostener su hipótesis del caso, y
jurado es producto de una selección en la cual se con ello proceder a recusar con o sin causa, es
tiende a descartar todo tipo de influencia extra- claro que todo posible planteo de contamina-
legal o prejuicio a través de un sistema de exclu- ción sobre los jurados selectos quedará prácti-
siones que importan la recusación con o sin cau- camente diluido.
sa. Esa es una diferencia sustancial en cuanto a la
toma de decisiones con los jueces profesionales, Sin perjuicio de ello, la adopción de estándares
quienes de manera ficticia tienen que dejar de tendientes a eliminar cualquier temor de parcia-
lado la información con la que ya cuentan antes lidad en los jurados reafirma los mecanismos de
de celebrarse el juicio oral y público, sin perjui- elección como pauta objetiva de cumplimiento
cio de toda la influencia externa y de la presión de las garantías de imparcialidad e independen-
de los medios de comunicación. cia con la cual se debe arribar a un veredicto
contra el acusado. u
Por otra parte, la exigencia constitucional de
una representación justa de la comunidad se ve
garantizada con la confección de listas que son
(25) Art. 4º. Integración parcial del jurado con pue-
extraídas de los padrones electorales para luego
blos originarios. Cuando el acusado pertenezca a los
proceder a practicarse el proceso de selección de pueblos originarios Qom, Wichi o Mocoví, la mitad del
las personas que integraran el jurado en un de- jurado de doce [12] miembros estará integrado obliga-
terminado caso. toriamente por hombres y mujeres de su misma comu-
nidad originaria. Art. 5º. Integración total del jurado
Si bien nuestro sistema de enjuiciamiento pe- con pueblos originarios. Cuando se juzgue un hecho
en donde el acusado y la víctima pertenezcan al mis-
nal todavía es reacio a aplicar el juicio por jura-
mo pueblo originario Qom, Wichi o Mocoví, el panel de
dos, lo cierto es que en los estados provinciales doce [12] jurados titulares y suplentes estará obligato-
en los cuales se le ha consolidado este modelo se riamente por hombres y mujeres de su misma comuni-
ha procurado garantizar que los potenciales ju- dad originaria.

220 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Procesal penal DOCTRINA

El iura novit curia como afectación al principio


de congruencia
Por Magalí A. Chavarria

Sumario: I. Introducción.— II. Marco teórico.— III. Defensa en juicio


y el derecho a ser oído.— IV. Principio de congruencia.— V. Princi-
pio iura novit curia.— VI. La postura del Sistema Interamericano de
Derechos Humanos.— VII. Conclusiones.

I. Introducción .— Te doy las gracias —dijo K.—, pero quien


se ocupa de mi causa tiene prevención en mi
En 1925, Franz Kafka nos ilustraba, a través de contra. Hacen opinar a los demás así, aunque no
su obra literaria El Proceso, la situación de vul- tengan nada que ver con el proceso y mi situa-
nerabilidad e incertidumbre que vive el acusado ción cada vez se hace más angustiosa.
durante todo el enjuiciamiento penal. Josef K. es
el claro ejemplo de un imputado que no tiene .— Malinterpretas los hechos—declaró el sa-
herramientas para defenderse y es víctima de un cerdote—. La sentencia no se dicta de una sola
procedimiento, donde lo único que se busca es vez, viene lentamente” (1).
aplicar una pena, independientemente de si se
puede demostrar o no su culpabilidad. Este fragmento denota la desprotección del
imputado durante el proceso, al punto de que,
.— ¿Cómo piensas que finalizará tu proceso? desde el momento en que es capturado por el
—preguntó el sacerdote—. sistema penal ya se dicta su sentencia. La reali-
dad que vive Josef K. es la de muchos procesa-
.— Antes —manifestó K.— pensaba que mi dos en Argentina (y en otros países), donde no se
proceso tendría un buen fin, pero ahora ya no respeta su derecho de defensa en juicio, violan-
tengo certeza. En realidad no sé. ¿Tú lo sabes? do así el resto de sus garantías mínimas, en un
proceso donde —parece— que la única senten-
.— No —dijo el sacerdote—, pero tengo miedo cia que se busca dictar es la de condena.
de que termine mal. Te creen culpable. Lo más
seguro es que tu proceso se quede estancado en El art. 18 de nuestra Constitución Nacional
algún tribunal inferior. Por ahora se da por pro- (en adelante CN), a partir de su reforma de 1994,
bada tu falta. establece que “es inviolable la defensa en juicio
de la persona y de los derechos”, en conjunto con
.— ¡Pero yo no soy culpable! —dijo K.—. Es un otras garantías que responden a lo que conoce-
error. Además, ¿cómo un ser humano puede ser mos como el Debido Proceso. Esto sumado a los
culpable? Todos aquí somos hombres, tanto el tratados internacionales con jerarquía constitu-
uno como el otro. cional, por el art. 75, inc. 22, en especial la Con-
vención Americana sobre Derechos Humanos y
.— Sí —dijo el sacerdote—, pero de esta forma el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Po-
suelen expresarse los culpables. líticos.

.— ¿Tú también estás advertido en mi contra? Sin embargo, a pesar de contar con este cuer-
—preguntó K. po normativo tan sólido, ¿por qué en la práctica

.— No tengo nada en tu contra —respondió el (1) KAFKA, Franz, “El Proceso”, Ed. Terramar Ediciones,
sacerdote—. Buenos Aires, Argentina, 2008, p. 211.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 221


DPyC Procesal penal DOCTRINA

no es debidamente respetado el derecho de de- y a la vez decretar el procesamiento del imputa-


fensa? Múltiples son las razones, pero una de las do, reemplazando de alguna manera al Fiscal en
más graves es la violación al Principio de Con- sus funciones. Y en la segunda etapa de “debate
gruencia. Pero ¿quién lo viola? En este trabajo de oral”, otro Fiscal sostendrá —o no— la acusación;
investigación, intentaré demostrar que cuando y tres Jueces diferentes dictarán una sentencia.
los jueces exceden su poder jurisdiccional se
viola este principio, a partir de la siguiente hipó- Otros términos que serán importantes definir
tesis: el aforismo iura novit curia afecta el prin- son aquellos relacionados con la actividad pro-
cipio de congruencia, violando así, el derecho de batoria. En primer lugar, entenderé, en términos
defensa del imputado. de Bentham, que “la prueba consiste en una rela-
ción inferencial que, partiendo de un hecho co-
II. Marco teórico nocido, permite arribar al conocimiento, siem-
pre en términos de probabilidad, de un hecho
Antes de comenzar a desarrollar este traba- ignorado” (3). No obstante, en nuestro sistema
jo, es necesario definir en qué sentido utilizaré procesal, lo que se busca encontrar, a través de la
determinadas palabras. Para empezar, cuando prueba, es la “verdad” de lo ocurrido. Entenderé
haga referencias a lo acusatorio y a lo inquisitivo que no se puede hablar de “verdad” en el marco
lo haré como modelos normativos —como uno de un proceso judicial, en cuanto esta es cons-
de los niveles conceptuales que Langer identifi- truida por las partes y jamás se podrá comprobar
ca en esta dicotomía—; en tanto el proceso pe- que efectivamente sucedió, porque comparto las
nal debe presentar ciertos elementos del modelo imposibilidades de Taruffo que cita Guzmán: la
acusatorio, según la CN y los tratados internacio- teórica (porque la verdad absoluta no existe); la
nales, dentro de lo que hago hincapié en la clara ideológica (puesto que el fin del proceso no debe
distinción entre funciones requirentes y deciso- ser la averiguación de la verdad) y la práctica
rias (2). (porque a lo máximo que se podrá llegar es a una
verdad relativa) (4).
Por otro lado, es preciso delinear bien los ro-
les que deberían tener los sujetos procesales. El Y por último, cuando me refiera a “hechos”,
proceso penal se podría dibujar con la forma de será en virtud de aquellos que tienen conse-
un triángulo, en el cual, en los vértices inferiores cuencias jurídicas relevantes para el derecho pe-
ubicaríamos en uno al Ministerio Público Fiscal, nal, es decir, que configuren una conducta típica
como impulsor de la acción penal y encargado antijurídica y culpable, que pueda encuadrarse
de llevar a cabo la acusación, sostenerla en todas en una calificación legal contenida en el Código
las etapas; y en el otro, al Imputado, quien debe Penal de la Nación.
ejercer su defensa, respaldado por las garantías
que establece la CN y los tratados internaciona- III. Defensa en juicio y el derecho a ser oído
les —representado por un abogado particular o
un defensor oficial—; y en la cúspide, se coloca al Desde el momento en que una persona es cap-
Juez imparcial, cuya tarea es decidir de manera turada por el sistema penal hasta la ejecución de
fundada, si condena o absuelve al acusado. su condena, las garantías constitucionales del
art. 18, CN y de los tratados internacionales so-
Sin embargo, en la práctica esto no se da tan bre DD.HH. del art. 75, inc. 22 CN, lo protegen
así, dado que el proceso penal se divide en dos contra toda arbitrariedad estatal. Sin embargo,
etapas. En el sistema de Nación, el Código Proce- fue necesario que la Corte Suprema de Justicia
sal Penal (en adelante Cód. Proc. Penal) estable- de la Nación (en adelante CS) defina los alcances
ce una etapa “de instrucción” en la cual un Juez de aquellas, y sobre todo en materia de defensa
debe ocuparse de llevar a cabo la investigación,
(3) GUZMÁN, Nicolás, “La verdad en el proceso pe-
(2) LANGER, Máximo, “La dicotomía acusatorio-inqui- nal. Una contribución a la epistemología jurídica”, Ed. del
sitivo y la importación de mecanismos procesales de la Puerto, Buenos Aires, 2006, p. 7.
tradición jurídica anglosajona. Algunas reflexiones a par- (4) TARUFFO, Michele, “La prova dei fatti giuridi-
tir del procedimiento abreviado”, Ed. del Puerto, Buenos ci”, Giuffrè, 1992, ps. 8 y ss.; GUZMÁN, Nicolás, ob. cit.,
Aires, 2006, ps. 249 y 250. ps. 19-26.

222 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Magalí A. Chavarria

en juicio. Pero, para poder hablar del subtítulo y circunstanciada de un hecho correcto, sin-
en cuestión, es menester señalar brevemente la gular de la vida de una persona” (8). De no ser
garantía del Juicio Previo. así, como sostiene Maier, el imputado no podrá
ejercer una defensa eficiente. Esta exigencia se
“Nadie puede ser penado sin juicio previo...”, materializa en el inc. 2º del art. 188 Cód. Proc.
reza el art. 18, CN. En el fallo “Tarifeño” (5) de Penal que pide al Fiscal que el requerimiento de
1989, la CS se expidió sobre cómo comprobar si instrucción contenga “la relación circunstan-
en verdad se respetó este enunciado en un caso ciada del hecho con indicación, si fuere posible,
concreto. Entendió que para que haya juicio pre- del lugar, tiempo y modo de ejecución”. Asimis-
vio se exige que se den correctamente sus cuatro mo, la persona debe tener conocimiento del he-
formas sustanciales, en lo relativo a acusación, cho que se le atribuye, porque de lo contrario,
defensa, prueba y sentencia. Por lo tanto, de no tendría de qué defenderse. Esta obligación
afectarse tan sólo una de ellas, se estaría violan- se encuentra en cabeza del Juez, en el art. 298
do la garantía. Acusación, defensa y sentencia, del Cód. Proc. Penal y se da en la declaración
corresponden a las tres funciones que deben indagatoria.
cumplir por separado los sujetos que protagoni-
zan el proceso, Fiscal, Imputado y Juez, respecti- A la vez, el derecho internacional de los
vamente. A su vez, en el fallo Quiroga (6) la Corte DD.HH., le exige al Estado que ponga en co-
vinculó la acusación a la inviolabilidad de la de- nocimiento, de manera efectiva, al encartado
fensa en juicio. de su acusación. A modo de ejemplo, cito los
siguientes artículos: art. 7º, inc. 4º CADH que
Ahora bien, ¿qué debemos entender por la ga- exige que “toda persona detenida o retenida
rantía de la defensa en juicio? Maier explica que debe ser informada de las razones de su deten-
el derecho de defensa del imputado contiene la ción y notificada, sin demora del cargo o cargos
facultad de intervenir en el proceso a través de formulados contra ella”; art. 9º, inc. 2º PIDCP
ciertas actividades (7), dentro de las cuales, yo que reza que “toda persona detenida será infor-
considero que el derecho a ser oído es la más im- mada, en el momento de su detención, de las
portante, porque atraviesa todo el proceso y es razones de la misma, y notificada, sin demora
clave para corroborar si la defensa realmente fue de la acusación formulada contra ella”; art. 8º,
efectiva. inc. 2º.b CADH que establece como garantía
mínima la “comunicación previa y detallada al
Para que una persona pueda ejercer su dere- inculpado de la acusación formulada”; y, art.
cho a ser oída, es imprescindible que haya una 14, inc. 2.a PIDCP que declara el derecho de
imputación sobre ella por parte del Fiscal, cuya una persona “a ser informada sin demora, en un
formulación debe ser correcta, debiendo tener idioma que comprenda y en forma detallada, de
como presupuesto “la afirmación clara, precisa la naturaleza y las causas de la acusación formu-
lada contra ella” (9).
(5) CS, “Tarifeño, Francisco s/ encubrimiento en con- Por otro lado, como bien explica Maier, “el im-
curso ideal con abuso de autoridad - causa 341/87”, rta. el putado está facultado a requerir que lo escuchen
28/12/1989, Fs. CS 325:2019.
en cualquier momento del procedimiento” (el re-
(6) CS, “Quiroga, Edgardo O. s/ causa NV 4302”, rta. el saltado es mío) (10). Y esto se encuentra expre-
23/12/2004, Fallos 327:5863.
samente demostrado en el Cód. Proc. Penal, en
(7) Maier enuncia “la facultad de ser oído, la de contro-
el art. 279 (presentación espontánea), en el art.
lar la prueba de cargo que podrá utilizarse válidamente en
la sentencia, la de probar los hechos que él mismo invoca 303 (declaraciones espontáneas) y en el art. 380
para excluir o atenuar la reacción penal, la de valorar la (facultades del imputado).
prueba producida y exponer las razones, fácticas y jurí-
dicas, para obtener del tribunal una sentencia favorable (8) Ibidem, p. 553.
según su posición, que excluya o atenúe la aplicación del
poder penal estatal”. Cf. VÉLEZ MARICONDE, “Derecho (9) LANGEVIN, Julián H., “Nuevas formulaciones al
procesal penal”, Marcos Lerner Editora Córdoba, Córdo- principio de congruencia: correlación entre acusación,
ba, 2006, t. II, cap. V, 1, a y c, ps. 204 y 205; MAIER, B. J., defensa y sentencia”, Ed. Fabián Di Plácido Editor, Buenos
“Derecho Procesal Penal. I. Fundamentos”, Ed. del Puerto, Aires, 2007, p. 43.
Buenos Aires, Argentina, 1999, 2ª ed., p. 547. (10) Ibidem, p. 563.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 223


DPyC Procesal penal DOCTRINA

Pero, para que el derecho a ser oído sea res- mantenida por el Ministerio Público Fiscal (14).
petado hasta el final del proceso, es esencial que La obligación de la Fiscalía de mantener la pre-
se respete el Principio de Congruencia, o como tensión procesal a lo largo del procedimiento fue
lo llama Maier, el principio de correlación entre reafirmada por nuestra CS en varios fallos, don-
la acusación y la sentencia, que es reconocido en de entendió que el requerimiento de elevación a
nuestra CN, a fin de garantizar el Debido Proce- juicio no es acusación suficiente y que es nece-
so; y afirmado por la CS. sario que el Fiscal acuse y mantenga esa preten-
sión durante todo el proceso, resguardando así
IV. Principio de congruencia el Principio Acusatorio (15). “Será el contenido
de la pretensión lo que marcará los límites del
El Principio de Congruencia es una derivación proceso y, por ende, las concretas facultades del
del Derecho de Defensa en Juicio y rige para cual- juez” (16).
quier rama del derecho. El término congruencia
proviene del latín congruere y significa ‘concor- El objeto procesal o litigioso debe ser deter-
dar, coincidir, ser conforme’ (11). Guasp explica minado entonces por el Fiscal, en su acusación,
que este principio supone que debe haber una la cual deberá contener los hechos con conse-
conformidad entre la sentencia y la pretensión cuencias jurídico-penales, que se le atribuyen
que constituye el objeto procesal y entiende que al encartado. La responsabilidad de probar la
existen tres clases de incongruencias: 1) la posi- culpabilidad de estos hechos recae en cabeza del
tiva ultra petita (cuando la sentencia concede o mismo sujeto (onus probandi), ya que la inocen-
niega lo que ninguna de las partes solicitó); 2) la cia del imputado se presume por el principio in
negativa citrapetita (cuando la sentencia omite dubio pro reo.
decidir sobre alguna pretensión procesal) y 3) la
mixta extra petita (cuando la sentencia se expide Jauchen (17) aclara que la congruencia impo-
sobre un objeto diferente al pretendido) (12). ne que se mantenga la identidad fáctica duran-
te todo el transcurso de la instrucción —salvo
Pero entonces, ¿qué es el objeto procesal o que se conozcan hechos nuevos, debiéndole
litigioso? Ledesma señala que “la pretensión conceder al imputado la oportunidad de decla-
procesal es el objeto litigioso” (13). Según ella, rar sobre aquellos—. Durante el juicio, luego de
en el proceso penal la pretensión es “evolutiva” formulada la acusación, esta concreta definitiva-
o “progresiva” y sigue un “orden escalonado”, mente las bases objetivas y subjetivas sobre las
manifestándose primero durante la instrucción que debe resolver el Tribunal, no siendo posible
a través del dictado de diligencias, y culminando la ampliación por nuevos hechos (como en la
una vez que se abre el juicio oral, como preten-
sión objetiva (hechos y calificación provisional).
Así, entiende a la pretensión como un movi- (14) LEDESMA, Ángela E., “¿Es constitucional la apli-
miento hacia la acusación completa y definitiva, cación del brocado iura novit curia?” en AA.VV., Estudios
sobre Justicia Penal. Homenaje al Profesor Julio B. J. Maier,
Ed. del Puerto, Buenos Aires, 2005, ps. 363 y 364.
(11) CHICHIZOLA, Mario I., “Requisitos constitucio- (15) CS, “Tarifeño, Francisco s/ encubrimiento en con-
nales para una sentencia válida”, en LL, 1981-D-1138 en curso ideal con abuso de autoridad - causa 341/87”, rta.
LANGEVIN, Julián H., ob. cit., p. 31. el 28/12/1989, Fs. CS 325:2019; CS, “García, José A. s/
(12) GUASP, Jaime, “Derecho Procesal Civil”, Ed. Insti- p.s.a. estelionato y uso de documento falso en concurso
tuto de Estudios Políticos, Madrid, 1968, t. I, ps. 516/518 ideal s/ casación”, rta. el 22/12/1994, Fs. CS 317:2043; CS,
en LANGEVIN, Julián H., ob. cit., ps. 31 y 32. “Cattonar, Julio P. s/ abuso deshonesto - causa 408.XXXI”,
rta. el 13/06/1995, Fallos 318:1234; CS, “Cáseres, Martín
(13) LEDESMA, Ángela E., “Objeto del proceso penal: H. s/ tenencia de arma de guerra - causa 397.XXVIII”, rta.
momento en que se define”, en Libro homenaje al Dr. el 25/09/1997, Fs. CS 320:1891; CS, “Mostaccio, Julio G. s/
Francisco J. D’Albora, Ed. del Puerto, Buenos Aires, 2005, homicidio culposo - causa 528.XXXV”, rta. el 17/02/2004,
p. 312 con cita de SCHWAB, Karl H.; “El objeto litigioso en Fs. CS 327:120.
el proceso civil”, p. 6, en GARZÓN, Indiana, “El principio
de congruencia y la crisis del principio iura novit curia”, (16) LANGEVIN, Julián H., ob. cit., p. 32.
Revista de Derecho Procesal Penal, Ed. Rubinzal-Culzoni (17) JAUCHEN, Eduardo M., “El principio de congruen-
Editores, 2013, vol. 2, “Vías de impugnación en el proce- cia en el proceso penal”, en Revista de Derecho Procesal,
so penal. Nuevas tendencias y cambios de paradigma”, Ed. Rubinzal-Culzoni Editores, 2005, vol. 2, “Prueba”,
p. 712. ps. 401 y 402.

224 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Magalí A. Chavarria

etapa anterior). Si en el debate oral se conocen la dicción latina es ius novit curia (19). Y también
nuevos hechos, sólo podrán ser juzgados si se nos cuenta de la famosa advertencia “Abogado
abre una nueva causa. pasad a los hechos; la Corte sabe de derecho” de
Planiol, y que el principio tiene su origen en la
Entonces, luego de desarrollar estos concep- Edad Media (20).
tos, defino al principio de congruencia como la
exigencia, constitucionalmente reconocida, de En 1987, nuestra Corte decía que “los magis-
que exista una correlación entre la acusación trados tienen la facultad y el deber de discurrir
(efectuada por el fiscal, que contenga los hechos los conflictos litigiosos y dirimirlos según el de-
con relevancia penal) y la sentencia (a cargo del recho vigente, calificando autónomamente la
juez, que debe versar únicamente sobre los he- realidad fáctica y subsumiéndola en las normas
chos alegados hasta el requerimiento de eleva- jurídicas que las rigen con prescindencia de los
ción a juicio). fundamentos que enuncian a las partes” (21).
Es indudable que, en aquel entonces, el poder
Este principio, fue reafirmado en varios casos jurisdiccional de los jueces era ilimitado, y el
por nuestro más alto tribunal. Carrió (18) cita al- sistema de enjuiciamiento era puramente inqui-
gunos fallos en los cuales la Corte interpretó que sitivo. Hasta que, con la reforma constitucional
había una violación al principio de congruencia de 1994, se reconoció el derecho de la defensa en
cuando los jueces resolvían sobre hechos que no juicio en los arts. 18 y 75, inc. 22, y se empezaron
se encontraban en la causa. En Zurita de 1991 a limitar (un poco) las funciones del juez.
(314:333) señaló que no se había respetado “la
correlación necesaria entre el hecho compren- Entonces, ¿qué es el iura novit curia? Es un
dido en la declaración indagatoria, el que fue principio que faculta al Juez o Tribunal a cam-
objeto de acusación y el que fue considerado en biar la calificación jurídica que solicitó el Fiscal,
la sentencia final —correlación que es natural por otra diferente, siempre y cuando no modi-
corolario del principio de congruencia—” y con- fique la plataforma fáctica. Se encuentra expre-
cluyó que se había impedido “la defensa mate- samente legislado en el art. 401, primer párrafo
rial y técnica, con directa e inmediata afectación del Cód. Proc. Penal sobre sentencia y acusación
de la garantía del art. 18 de la CN”. Y en Rocchia que dice que “en la sentencia, el tribunal podrá
de 1993 (310:2094) expresó que los magistrados dar al hecho una calificación jurídica distinta a
tienen el deber de restringir su pronunciamiento la contenida en el auto de remisión a juicio o en
a los hechos que fueron materia del juicio. el requerimiento fiscal, aunque deba aplicar pe-
nas más graves o medidas de seguridad”. Al mo-
V. Principio iura novit curia mento de analizar este artículo, para dilucidar
si afecta o no al principio de congruencia y, por
Hasta ahora, he delimitado los roles de Fiscal transferencia, al derecho de defensa, la doctrina
(acusación) y Juez (sentencia), y dicho que los se dividió en dos grupos.
únicos que pueden aportar hechos a la preten-
sión son las partes del proceso —Fiscalía y De- Por un lado, están quienes sostienen que no se
fensa—, en tanto el Juez o Tribunal jamás podrá afecta ninguna de esas garantías, en tanto y en
resolver por fuera de ellos. Pero todavía queda cuanto, el cambio de la calificación jurídica en-
analizar una facultad que tiene el Juez que, a mi cuadre los mismos hechos que fueron objeto de
modo de ver, pone en crisis constantemente al debate en la causa (22).
Principio de Congruencia. Estoy hablando del
brocado o principio iura novit curia. (19) LEDESMA, Ángela E., “¿Es constitucional...?”, cit.,
p. 357.
Ledesma aclara que la traducción de iura no- (20) SENTÍS MELENDO, Santiago, “El juez y el derecho:
vit curia es “juez conoce los derechos”, pero para iura novit curia”, Ediciones Jurídicas Europa-América,
que se traduzca como “el juez conoce el derecho” Buenos Aires, 1957, p. 210.
(21) CS, 17/12/1987, en “La Ley”, 1988-B-550.
(18) CARRIÓ, Alejandro D., “Garantías constitucionales (22) Indiana Garzón identifica en esta posición a Clariá
en el proceso penal”, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 2005, Olmedo, Vélez Mariconde, Creus y D’Albora en GARZÓN,
ps. 138-141. Indiana, ob. cit., p. 708.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 225


DPyC Procesal penal DOCTRINA

Y por el otro, aparece en escena el primer au- VI. La postura del Sistema Interamericano
tor que advirtió sobre la necesidad de limitar de Derechos Humanos
este principio. Maier (23) deja de lado la cues-
tión de los hechos y se enfoca en que la variación Del precedente “Fermín Ramírez vs. Guatema-
brusca de la calificación jurídica puede significar la” (26) de la Corte Interamericana de Derechos
una sorpresa para el imputado, colocándolo en Humanos se infiere, ante un cambio de la califi-
un estado de indefensión, por cuanto este no cación jurídica por parte del órgano jurisdiccio-
pudo expedirse (cuestionar y enfrentar probato- nal, el deber de advertencia y eventual suspen-
riamente) sobre la modificación. El fallo “Sirco- sión del debate para garantizar el derecho de
vich” (24) de la CS es un buen ejemplo de esto. defensa. Este criterio puede ser aplicado por los
En este caso, el Procurador General de la Nación, tribunales de nuestro país sin ser necesaria la re-
consideró en su dictamen, que el cambio en la forma de nuestro Cód. Proc. Penal, debido al al-
subsunción legal había afectado las garantías de cance que tienen los fallos de la Corte IDH (27).
los acusados, porque desconocían cabalmente Nuestra Cámara Nacional de Casación Penal
la imputación, viéndose afectada su estrategia receptó esta doctrina en el fallo “Ensina” (28),
defensiva. donde dijo que debe advertírsele a la defensa la
posibilidad de que se modifique la calificación
En mi opinión, la postura de Maier es la más jurídica, y de que puede solicitar la suspensión
acertada dentro de las dos que expuse, pero creo del debate por un tiempo prudente para prepa-
que no es necesario que la variación sea “brusca”, rar sus nuevos argumentos y hasta una nueva
debido a que un cambio en la calificación jurídi- declaración (29).
ca, por más mínimo que sea, obliga al acusado
a modificar la técnica defensiva que venía desa- La crítica, a la que adhiero, que se le puede
rrollando desde el comienzo del proceso, peli- hacer a esta limitación, consiste en que, con el
grando su situación procesal. deber de advertencia, se podría afectar la im-
parcialidad del juez, si consideramos que en
Sin embargo, la crítica que no puedo dejar el momento en que le avisa al procesado que
de hacerle al art. 401 del Cód. Proc. Penal sur- puede llegar a cambiar la calificación, le está
ge de la frase “aunque deba aplicar penas más adelantando cuál es su verdadera opinión y
graves o medidas de seguridad”. Adscribo to- percepción del caso, y cómo podría fallar en su
talmente a Bruzzone (25), por cuanto se trata sentencia (30).
de una clara violación al principio acusatorio
porque descarta de lleno la pretensión proce- VII. Conclusiones
sal del Fiscal y la prohibición de la reformatio
in pejus. Nuestra Constitución Nacional declara un
modelo de enjuiciamiento penal acusatorio, que
desgraciadamente, no se aplica al cien por cien
(23) MAIER, B. J., ob. cit., ps. 568 y 569. en la práctica.
(24) CS, “Sircovich, Jorge O. y otros s/ defraudación
por desbaratamiento de derechos acordados - causa nro.
1798. XXXIX”, rta. el 31/10/2006 y Dictamen del Procura-
dor General de la Nación. (26) Corte IDH, “Fermín Ramírez vs. Guatemala”, sen-
(25) BRUZZONE, Gustavo, “Mito y realidad de la par- tencia del 20/06/2005.
ticipación ciudadana en la administración de justicia pe- (27) BOVINO, Alberto, “Principio de Congruencia, de-
nal en Sudamérica: ¿se instaurará finalmente el juicio por recho de defensa y calificación jurídica. Doctrina de la
jurados en Argentina como lo establece la Constitución Corte Interamericana”, en www.pensamientopenal.com.
Nacional desde 1853?”, en Juicio por jurados en el proceso ar/49humanos.pdf, p. 24; BIGLIANI, Paola - KREPLAK,
penal, Ed. Ad-Hoc, Buenos Aires, 2000, p. 143; BIGLIANI, Ernesto, ob. cit., p. 527.
Paola - KREPLAK, Ernesto, “La recepción local de la doc- (28) CFed. Cas. Penal, sala I, “Ensina, Pedro N. y otro s/
trina del fallo CIDH ‘Fermín Ramírez’ en un precedente recurso de casación - causa nro. 7142”, rta. el 10/09/2006.
de la CNCP. Algunas cuestiones sobre la posibilidad del
tribunal de modificar la calificación legal contenida en la (29) BIGLIANI, Paola - KREPLAK, Ernesto, ob. cit.,
acusación”, en Cuadernos de Doctrina y Jurisprudencia Pe- p. 540.
nal. Casación, Ed. Ad-hoc, Buenos Aires, 2006-2007, nros. (30) En igual sentido opinan Bigliano y Kreplak en BI-
6/7, p. 542. GLIANI, Paola - KREPLAK, Ernesto, ob. cit., p. 531.

226 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Magalí A. Chavarria

El derecho de defensa del imputado, como la calificación jurídica contenida en la acusación


vimos en este trabajo, recorre un camino lleno del Fiscal, quitándole valor al antiguo brocado
de peligros durante el proceso penal. Uno de iura novit curia.
los más preocupantes es el principio iura novit
curia que afecta gravemente al principio de con- Es verdad que esta propuesta suena muy
gruencia. utópica, si tenemos en cuenta que, en Latinoa-
mérica, la mayoría de los códigos procesales le
El iura novit curia, de tinte claramente inqui- conceden esta facultad al Juez, pero no puedo
sitiva, agrega una facultad al Juez que viola una dejar de señalar el art. 448 del Código Procesal
serie de garantías constitucionales de gran im- Penal de Colombia sobre Congruencia que dice
portancia para la correcta sustanciación de un que “el acusado no podrá ser declarado culpa-
procedimiento penal. Tanto la doctrina como ble por hechos que no consten en la acusación,
la jurisprudencia nacional e internacional han ni por delitos por los cuales no se ha solicitado
dado ciertos lineamientos para poder limitar condena”.
este principio, pero, a pesar de los intentos, se si-
guen violando las garantías más importantes del Esta regla impide, de cualquier forma, que el
proceso penal, —además de la inviolabilidad de tribunal modifique la calificación jurídica, y creo
la defensa en juicio— como el principio acusato- que sería favorable seguir el ejemplo, porque
rio; la prohibición de la reformatio in pejus; y la si continuamos en un proceso donde un mis-
imparcialidad del órgano jurisdiccional. mo sujeto se arroga como propias las tareas de
las partes, jamás tendremos un sistema judicial
Es por esto que sostengo que la mejor alterna- acorde a lo que exige nuestra Constitución Na-
tiva es negarle al Juez la posibilidad de modificar cional, y cada vez habrá más “Josef K.”. u

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 227


DPyC Procesal penal DOCTRINA

El médico-funcionario público, entre el Código


Procesal Penal de la Nación y el Código Penal.
¿Deber de denunciar o de guardar secreto?
Por Ignacio Ahargo Por Ignacio Ahargo *

Sumario: I. Introducción.— II. Determinación del universo del dis-


curso (UD).— III. Universo de casos (UC) y soluciones normativas.—
IV. El modelo del ciudadano.— V. El cambio de criterio de la CS, de
“Zambrana Daza” a “Baldivieso”. Solución de antinomias mediante
ponderación de principios en la teoría de Robert Alexy.— VI. Con-
clusión.— VII. Bibliografía.

I. Introducción presentar en una matriz lo que ellos denomi-


nan casos elementales, así como las solucio-
El presente trabajo se centrará en el interro- nes normativas que corresponde a cada uno,
gante que entendemos resuena muchas veces y verificar si existen reglas claras para que los
en la cabeza de los profesionales de la salud cada médicos resuelvan la cuestión en supuestos
vez que una persona vinculada de alguna mane- concretos, limitando nuestro objeto de estudio
ra a la comisión de un delito (sea como víctima, a la situación de los mencionados profesiona-
autor o partícipe) requiere sus servicios: ¿denun- les de la salud, de acuerdo con lo reglado en
ciar o no el hecho? La relevancia de la cuestión el Código Penal y el Código Procesal Penal de
ha sido puesta de manifiesto recientemente en la Nación. A tales fines utilizaremos las herra-
la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la mientas conceptuales elaboradas por los cita-
provincia de Tucumán en la causa “Belén” (1), de dos autores.
la misma manera que oportunamente lo hiciera
la Cámara del Crimen en el plenario “Natividad II. Determinación del universo del discurso
Frías” (2), y la Corte Suprema de Justicia de la (UD)
Nación en los casos “Zambrana Daza” (3) y “Bal-
divieso” (4). Este queda circunscripto al conjunto de si-
tuaciones que se pueden presentar cuando una
Analizaremos dicho interrogante en los térmi- persona, en el ejercicio de su cargo o profesión,
nos del sistema del ciudadano (5), utilizando el toma conocimiento de la comisión de un delito
modelo lógico de Alchourrón y Bulygin (6) para perseguible de oficio. Aquí ubicamos una acción
concreta que resulta relevante para nuestro sis-
*
Universidad Nacional del Sur. tema: denunciar el hecho ilícito que se conoce
(1) CS Tucumán, sent. del 23/03/2017.
en el marco de las circunstancias del UD.
(2) CNCC, sent. del 26-08-1966.
Concretamente, podemos ejemplificarlo de
(3) CS (Fallos 320:1717), sent. del 12/08/1997. la siguiente manera: Juan requiere los servicios
(4) CS (Fs. CS 333:405), sent. del 20/04/2010. profesionales de Eduardo (médico) con motivo
(5) La idea de analizar los deberes del médico desde de un fuerte dolor de estómago motivado por la
el sistema del ciudadano surge a partir de la lectura del ingesta de cápsulas que contienen clorhidrato de
artículo de ALONSO, Juan Pablo, “Normas Penales y Con- cocaína, que fueran ingeridas para su transpor-
flictos de Deberes (sobre la concurrencia del delito de
quiebra fraudulenta y el delito de libramiento de cheque
te. Ahora bien, al verificar dicha situación, ¿está
sin provisión de fondos)”. obligado Eduardo a denunciar la existencia del
(6) ALCHOURRÓN, Carlos - BULYGIN, Eugenio, “Siste- ilícito?; y, en caso afirmativo, ¿incurriría en el de-
mas Normativos”, Ed. Astrea, Ciudad Autónoma de Bue- lito de violación de secretos en los términos del
nos Aires, 2012, 2ª ed., 2ª reimpresión, 2017. art. 156 del Cód. Penal?

228 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Ignacio Ahargo

Este interrogante nos introduce en el ámbito fáctico del problema que se presenta en nuestro UD,
a saber, cuándo una persona está obligada a denunciar un delito perseguible de oficio, del cual toma
conocimiento en el ejercicio de su cargo o profesión, y en qué casos tiene prohibido hacerlo. Ello nos
lleva a delimitar cuáles son las normas que asignan soluciones a cada caso elemental de la matriz que
presentaremos más adelante. Nuestro sistema normativo, al que denominaremos S1, se construye a
partir de las reglas de los arts. 177 del Cód. Proc. Penal y 156 del Cód. Penal (7).

III. Universo de casos (UC) y soluciones normativas

Una vez delimitado el UD, debemos ocuparnos de determinar los casos elementales, de conformi-
dad a las propiedades fácticas relevantes para nuestro sistema normativo. En tal sentido, de acuerdo
con las reglas del Cód. Proc. Penal y Cód. Penal referenciadas, el UC se construye de acuerdo con las
siguientes propiedades: la circunstancia de ser funcionario público (Fcp), ser médico o profesional
del arte de curar (Mpac) (8), que el delito del cual toma conocimiento este último sea contra la vida
o la integridad física (DcVoIF), y finalmente que la información que obtiene el facultativo producto
de la atención de un paciente quede amparada por el secreto profesional (Sprof). Estas cuatro pro-
piedades pueden o no estar presentes, lo que se representará en la matriz con los símbolos (+) y (—)
respectivamente, y las distintas combinaciones darán lugar a la totalidad de casos posibles.

Como veremos más adelante al construir la matriz de nuestro sistema normativo, siguiendo el es-
quema de Alchourrón y Bulygin, considerando que contamos con cuatro propiedades relevantes [24],
obtendremos un total de dieciséis [16] casos elementales. Para cada uno de ellos, las normas que
extraemos de las reglas ya detalladas asignan soluciones. En términos deónticos podemos expresar
las normas de la siguiente manera:

N1: Fcp Od (art. 177 inc. 1 del CPPN)

N2: (Mpac). (DcVoIF). (-Sprof) Od (art. 177 inc. 2 del CPPN)

N3: (Mpac). (Sprof) Vd (art. 156 del CP)

En primer lugar, debemos aclarar que N1 y N2 se encuentran expresadas en la regla del art. 177 del
Cód. Proc. Penal, en los incs. 1º y 2º respectivamente. Se trata de normas secundarias en los térmi-
nos de Kelsen, de las que extraemos fácilmente el deber del ciudadano. En el caso de N1: “Si usted
es funcionario público y en el ejercicio de su cargo toma conocimiento de la existencia de un delito
perseguible de oficio, debe denunciar el hecho”. En el supuesto de N2: “Si usted es médico o profesio-
nal del arte de curar, y en el ejercicio de su profesión toma conocimiento de la existencia de un delito
perseguible de oficio contra la vida o la integridad física, y esa información no está amparada por el
secreto profesional, debe denunciar el hecho”.

Diferente es la situación de N3, pues la regla está expresada como norma primaria en los términos
de Kelsen, dirigida al juez penal: “Si una persona revela un secreto cuya divulgación puede causar un
daño, habiendo aquella tomado conocimiento del mismo en razón de su profesión, deberá aplicar

(7) Art. 177 del Cód. Proc. Penal: Tendrán obligación de denunciar los delitos perseguibles de oficio: 1º) Los funciona-
rios o empleados públicos que los conozcan en el ejercicio de sus funciones. 2º) Los médicos, parteras, farmacéuticos y
demás personas que ejerzan cualquier rama del arte de curar, en cuanto a los delitos contra la vida y la integridad física
que conozcan al prestar los auxilios de su profesión, salvo que los hechos conocidos estén bajo el amparo del secreto
profesional. Art. 156 del Cód. Penal: Será reprimido con multa de pesos mil quinientos a pesos noventa mil e inhabili-
tación especial, en su caso, por seis meses a tres años, el que teniendo noticia, por razón de su estado, oficio, empleo,
profesión o arte, de un secreto cuya divulgación pueda causar daño, lo revelare sin justa causa.
(8) En el presente trabajo limitamos nuestro análisis a los deberes del médico, a pesar de que la regla del art. 177 inc. 2º
incluye también a parteras, farmacéuticos y demás personas que ejerzan cualquier rama del arte de curar.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 229


DPyC Procesal penal DOCTRINA

una sanción (multa de pesos mil quinientos a pesos noventa mil e inhabilitación especial, en su caso,
por seis meses a tres años)”. De dicha norma podemos extraer el deber del ciudadano-médico para
nuestro sistema normativo: “Si usted es médico, tiene prohibido denunciar delitos cuya existencia
conoció en el marco de la relación médico-paciente, cuando esa información está amparada por el
secreto profesional”.

Aquí debemos resaltar que la regla del art. 156 del Cód. Penal estipula una sanción para quien “re-
vele secretos”, por lo que para construir la matriz de nuestro sistema normativo (S1) debemos unificar
la acción, la que se traduce en términos del deber del ciudadano como “prohibido denunciar” (Vd).

A continuación, podemos apreciar las soluciones normativas de nuestro sistema para la totalidad
de casos elementales producto de las posibles combinaciones de propiedades fácticas, construyendo
una matriz en la que se visualizan los deberes del ciudadano-médico:

Fcp Mpac DcVoIF Sprof N1 N2 N3


1 + + + + Od X Vd
2 - + + + X X Vd
3 + - + + Od X X
4 - - + + X X X
5 + + - + Od X Vd
6 - + - + X X Vd
7 + - - + Od X X
8 - - - + X X X
9 + + + - Od Od X
10 - + + - X Od X
11 + - + - Od X X
12 - - + - X X X
13 + + - - Od X X
14 - + - - X X X
15 + - - - Od X X
16 - - - - X X X

En el caso 1 de la matriz, encontramos una antinomia en el sistema normativo que se traduce en


una colisión de deberes para quien ejerce la medicina o una profesión del arte de curar (Mpac). En
este supuesto nos referimos a un profesional de la salud, que además es funcionario público, y en el
ejercicio de su cargo toma conocimiento de la existencia de un delito contra la vida o la integridad
física, con la particularidad de que la información que obtiene en la relación médico-paciente está
amparada por el secreto profesional. Podemos ejemplificarlo de la siguiente manera: un médico de
guardia de un hospital público (Eduardo) atiende a un paciente (Juan) que presenta una herida de
bala en un ojo, quien al ser preguntado por el galeno sobre el origen de esta confiesa haber asesinado
a otra persona (Pedro) en el marco de la pelea en que fue lesionado. Aquí vemos cómo las normas del
sistema penal asignan soluciones opuestas y excluyentes para un mismo supuesto, pues en virtud de
N1 el facultativo en su carácter de funcionario público está obligado a denunciar la existencia de los
delitos en cuestión (lesiones y homicidio), pero al mismo tiempo debe guardar secreto de acuerdo
con N3.
Asimismo, considerando que la propiedad “DcVoIF” no es relevante para las normas N1 y N3, ha-
llamos una nueva antinomia en el caso 5, en el cual aquella no se encuentra presente, verificándose

230 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Ignacio Ahargo

el resto de las propiedades del caso 1. Concreta- de a su consultorio privado para atenderse por la
mente, se prevé la situación de un profesional de lesión que sufriera en la pelea en que resultara
la salud, que además es funcionario público, y en asesinado Pedro.
el ejercicio de su cargo toma conocimiento de la
existencia de un delito perseguible de oficio (que Ahora bien, podemos decir en términos de
no atenta contra la vida o integridad física - Dc- A&B que nuestro sistema normativo (S1) es in-
VoIF), con la particularidad de que esa informa- completo, pues hay casos que no tienen asignada
ción queda amparada por el secreto profesional. una solución (4, 8, 12 y 16); es incoherente, toda
Podemos utilizar el mismo ejemplo de la perso- vez que los supuestos 1 y 5 tienen asignadas so-
na que concurre a la guardia del hospital público, luciones diferentes; y no es independiente, ya que
pero esta vez para ser atendido por un fuerte do- el caso 9 está solucionado de la misma manera
lor de estómago motivado por la ingesta de cáp- por dos normas distintas (N1 y N2). Sólo N3 es
sulas que contienen clorhidrato de cocaína, que independiente respecto del resto de las normas
fueran ingeridas para su transporte. del sistema.
Vemos aquí que, en razón de ser funcionario Por último, cabe destacar que las lagunas de
público, el galeno está obligado a denunciar el los supuestos 4, 8, 12 y 16 se podrían resolver
delito de transporte de estupefacientes (N1), y incorporando otra norma al sistema, pero en tal
al mismo tiempo debe guardar secreto de lo que caso estaríamos hablando de uno nuevo (S2),
conoce en el marco de la relación médico-pa- como veremos más adelante.
ciente (N3). Nuevamente la antinomia del siste-
ma se traduce en un conflicto de deberes para el IV. El modelo del ciudadano
ciudadano, toda vez que sin importar el camino
que elija, el médico incumplirá un deber que lo Sin perjuicio de lo expuesto, no podemos per-
hará pasible de sanción penal. Los casos “Zam- der de vista que nuestro objetivo en el presente
brana Daza” y “Baldivieso” pueden ubicarse en trabajo es ocuparnos de los deberes del ciudada-
el supuesto 5 de la matriz. no-médico, por lo que no nos interesa integrar
las lagunas normativas que presenta S1, sino
Por otra parte, advertimos una redundancia centrar nuestro análisis en las antinomias apun-
en el caso 9, en razón de que N1 y N2 asignan la tadas (casos 1 y 5). En tal sentido, a partir de una
misma solución normativa (obligatorio denun- interpretación semántica de las reglas del Cód.
ciar). Aquí nos ocupamos de la situación de un Proc. Penal y del Cód. Penal, advertimos que el
profesional de la salud, que además es funcio- galeno que se desempeña como funcionario pú-
nario público, y en el ejercicio de su cargo toma blico y toma conocimiento de la existencia de un
conocimiento de la existencia de un delito contra delito perseguible de oficio se encontrará siem-
la vida o la integridad física, no estando ampara- pre en una encrucijada, pues de denunciar el he-
da dicha información por el secreto profesional. cho incurrirá en el delito de violación de secretos
Podemos utilizar aquí el mismo ejemplo del caso (art. 156), y de no hacerlo en la figura prevista en
1, debiéndose destacar que las propiedades “Dc- el art. 277 inc. d) del Cód. Penal (9).
VoIF” y “Sprof” resultan relevantes para N2.
La falta de claridad de las reglas referencia-
Sin perjuicio de la redundancia que se verifica das para el ejercicio de la medicina ha quedado
en el caso 9, la norma N2 no puede ser suprimi- evidenciada en los casos jurisprudenciales que
da, pues ello llevaría a generar una laguna nor- mencionáramos al inicio de nuestra exposición.
mativa en el supuesto 10. Este último caso resulta Con el objeto de tratar las antinomias ya detalla-
fundamental para los argumentos desarrollados
por Argibay en su voto en la causa “Baldivieso”
que utilizaremos más adelante para intentar re- (9) Art. 277 del Cód. Penal: 1.— Será reprimido con pri-
solver las antinomias. Concretamente, podemos sión de seis [6] meses a tres [3] años el que, tras la comi-
sión de un delito ejecutado por otro, en el que no hubiera
continuar utilizando aquí el ejemplo del caso 1,
participado (...) d) No denunciare la perpetración de un
con una simple modificación de las circunstan- delito o no individualizare al autor o partícipe de un deli-
cias fácticas: Juan espera a que Eduardo finalice to ya conocido, cuando estuviere obligado a promover la
su turno de guardia en el hospital público y acu- persecución penal de un delito de esa índole (...).

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 231


DPyC Procesal penal DOCTRINA

das, analizaremos más adelante los fallos “Zam- llamaremos N1bis podría adoptar alguna de las
brana Daza” y “Baldivieso” de la CS, los cuales siguientes formas:
presentan una misma plataforma fáctica, siendo
diferente la resolución adoptada por dicho cuer- a) (Fcp). (Mpac). (DcVoIF). (-Sprof) = Od
po colegiado. En concreto, se trata de personas
que debieron concurrir a un hospital público b) (Fcp). (DcVoIF). (-Sprof) = Od
para ser asistidas producto de fuertes dolores de
estómago, motivados por la ingesta de cápsulas c) (Fcp). (DcVoIF) = Od
que contenían clorhidrato de cocaína, que fue-
ran ingeridas para su transporte, y en ambos su- Es así que N1bis a) se traduciría de la siguien-
puestos las causas penales se iniciaron en razón te manera: “El médico o profesional del arte de
de la comunicación que los médicos cursaron a curar que además es funcionario público y toma
la autoridad policial. conocimiento en el ejercicio de su cargo de un
delito contra la vida o la integridad física, siem-
Estamos aquí dentro del caso 5 de la matriz de pre y cuando esa información no esté amparada
S1 (nótese que la propiedad “DcVoIF” no se en- por el secreto profesional, tiene la obligación de
cuentra presente). En consecuencia, el faculta- denunciar el hecho”. Concretamente, el nuevo
tivo del hospital público debe decidir si incum- sistema S2 (de acuerdo con N1bis a) resolvería
ple N1 o N3, y se expone a ser sancionado en los las antinomias de los supuestos 1 y 5 de la ma-
términos de los arts. 277 o 156 del Cód. Penal triz, pero generaría lagunas normativas en los
respectivamente. Para el “sistema del juez” no casos 3, 7, 11, 13 y 15, manteniendo la redun-
existe duda a la hora de resolver, pues es en el dancia en 9.
“sistema del ciudadano” donde se presenta el
caso difícil. La norma N1bis b) implicaría que “el funcio-
nario público que toma conocimiento en el ejer-
Como primera medida para intentar resolver cicio de su cargo de un delito contra la vida o la
las antinomias, utilizaremos un principio esbo- integridad física, siempre y cuando esa informa-
zado por Argibay en el caso “Baldivieso”. Podría ción no esté amparada por el secreto profesional,
expresarse de la siguiente manera: “el médico- tiene la obligación de denunciar el hecho”. En tal
funcionario debe equipararse al particular en lo caso, el nuevo sistema S2 (de acuerdo con N1bis
que respecta a la obligación de denunciar deli- b) resolvería las antinomias de los supuestos 1 y
tos que conoce en el cumplimiento de su cargo”, 5 de la matriz, pero generaría lagunas normativas
pues de lo contrario ello redundaría en perjuicio en los casos 3, 7, 13 y 15, manteniendo la redun-
del derecho a la salud de las personas que, por dancia en 9.
no poder costear un servicio privado, se ven obli-
gadas a acudir al sistema sanitario estatal. En la Por último, la norma N1bis c) se leería como
plataforma fáctica analizada, estas últimas se “el funcionario público que toma conocimien-
encuentran en peor situación ante la ley penal, to en el ejercicio de su cargo de un delito con-
pues quienes sean asistidos por un médico par- tra la vida o la integridad física tiene la obliga-
ticular quedarán al margen del ius puniendi del ción de denunciar el hecho”. En este supuesto,
estado. el nuevo sistema S2 (de acuerdo con N1bis c)
resolvería únicamente la antinomia del caso 5
Si bien nadie dudaría de la razonabilidad (art. de la matriz, generaría lagunas normativas en
28 CN) del citado principio, toda vez que pue- los supuestos 7, 13 y 15, manteniendo la redun-
de deducirse fácilmente del de igualdad (art. 16 dancia en 9.
CN), a poco andar podemos advertir que su apli-
cación necesariamente implica la creación de un Ahora bien, advertimos que las tres reformu-
nuevo sistema normativo (S2), pues al intentar laciones realizadas, tendientes a asimilar N1 a
reducir la aplicabilidad de N1, estaríamos modi- N2 incorporando propiedades de esta última, no
ficando la norma, incorporando las propiedades nos permiten eliminar la redundancia en el su-
“Mpac” y/o “DcVoIF” y/o “-Sprof” para igualar puesto 9 de la matriz y generan múltiples lagu-
la obligación de denunciar del médico-funcio- nas normativas. En consecuencia, proponemos
nario a la del privado. En tal caso, la norma que como última opción limitar la aplicación de N1 a

232 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Ignacio Ahargo

todos los funcionarios públicos que no sean médicos, lo que en términos deónticos se expresaría de
la siguiente manera:

N1bis: (Fcp). (-Mpac) Od

La norma N1 bis en su cuarta reformulación eliminaría las antinomias de los supuestos 1 y 5, así
como la redundancia en 9, con el único costo de generar una laguna normativa en el caso 13.

Como podemos ver, si fuera de nuestro interés modificar el actual sistema normativo con el propó-
sito de eliminar las antinomias y la redundancia detallada, la última reformulación de N1 serviría a
nuestros propósitos, con el costo adicional de generar una laguna normativa, quedando regulado en
N2 el deber del ciudadano médico-funcionario público.

En tal caso, el nuevo sistema normativo S2 se expresaría en la siguiente matriz:

Fcp Mpac DcVoIF Sprof N1bis N2 N3


1 + + + + X X Vd
2 - + + + X X Vd
3 + - + + X X X
4 - - + + X X X
5 + + - + X X Vd
6 - + - + X X Vd
7 + - - + Od X X
8 - - - + X X X
9 + + + - X Od X
10 - + + - X Od X
11 + - + - Od X X
12 - - + - X X X
13 + + - - X X X
14 - + - - X X X
15 + - - - Od X X
16 - - - - X X X

Por otra parte, a todo el ámbito normativo descripto también podríamos incorporar la ley que re-
gula el ejercicio de la medicina (ley 17.132), la cual no sólo no brinda una directiva concreta para
resolver las antinomias referenciadas, sino que incorpora más confusión e incertidumbre al contexto
de decisión del médico. En particular, el art. 11 dispone: “Todo aquello que llegare a conocimiento de
las personas cuya actividad se reglamenta en la presente ley, con motivo o en razón de su ejercicio, no
podrá darse a conocer —salvo los casos que otras leyes así lo determinen o cuando se trate de evitar un
mal mayor y sin perjuicio de lo previsto en el Código Penal—, sino a instituciones, sociedades, revistas
o publicaciones científicas, prohibiéndose facilitarlo o utilizarlo con fines de propaganda, publicidad,
lucro o beneficio personal” (el resaltado nos pertenece).

Se reafirma aquí la obligación de guardar el secreto profesional, salvo cuando otras leyes orde-
nan dejarlo de lado (v.gr. obligación de denunciar determinadas enfermedades, leyes 11.359, 11.843,

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 233


DPyC Procesal penal DOCTRINA

12.331, 15.465, 16.668, 23.798, 24.417; o de de- argumentos puestos de manifiesto en el plenario
nunciar nacimientos y defunciones, ley 14.586), “N. Frías” de la Cámara del Crimen, señalando
o cuando se trata de “evitar un mal mayor”. Esta que sostener lo contrario trazaría una división
fórmula deja en cabeza del médico decidir si co- entre aquellas personas que pueden asistir a un
rresponde o no violar el secreto profesional se- médico privado (sus conductas ilícitas queda-
gún el caso concreto, como una suerte de causa rían impunes) y quienes por falta de recursos se
de justificación que parecería operar de manera ven obligados a asistir a un nosocomio público
similar al estado de necesidad (10). (serían castigados penalmente). Como ya he-
mos visto, ese argumento será utilizado por Ar-
V. El cambio de criterio de la CS, de “Zam- gibay en su voto en “Baldivieso” para equiparar
brana Daza” a “Baldivieso”. Solución de anti- las obligaciones del médico-funcionario y las del
nomias mediante ponderación de principios médico-particular.
en la teoría de Robert Alexy
Al fallar en esta última causa, la Corte Supre-
Sin perjuicio de que el citado cambio pueda ma resolvió absolver a Baldivieso por el delito
responder a la modificación de integrantes del de transporte de estupefacientes, construyendo
máximo Tribunal de nuestro país, nos interesa su argumento principal a partir de la pondera-
aquí poner de manifiesto brevemente la solución ción de principios, sin perjuicio de reconocer la
que tuvieron ambos casos, que como ya hemos existencia del conflicto de normas infraconsti-
referido presentan idéntica plataforma fáctica. tucionales que en concreto resultan objeto del
presente trabajo.
En “Zambrana Daza”, con una mayoría de
cinco a cuatro integrantes, la Corte sostuvo que En tal sentido, se planteó el caso como un con-
debía prevalecer la obligación de denunciar de- flicto de intereses: por un lado, el derecho de con-
litos perseguibles de oficio por encima de la de fidencialidad de los habitantes de la nación que
guardar el secreto profesional si el médico era requieren la asistencia de un profesional de la sa-
funcionario público, por entender que no existía lud —aun aquellas personas que se encuentren
excepción a aquella obligación, y de no cumplir cometiendo un ilícito—, y por el otro, el interés
con ella el agente se exponía a ser sancionado en del estado en la persecución de delitos. Esa con-
los términos del tipo penal del art. 277, inc. 1º del tienda presentada en abstracto, en el caso con-
Cód. Penal. Vemos que a partir de un argumen- creto de Baldivieso implicaba enfrentar el dere-
to a contrario se intentó simplificar y resolver cho a la vida con el mencionado interés estatal,
un conflicto de intereses, inclinando la balanza resolviéndose aquella en favor del primero.
en favor del interés estatal en la persecución de
delitos. Incluso se pretendió reforzar la prevalen- Ahora bien, intentaremos resolver las antino-
cia de este último utilizando la teoría de la actio mias de nuestro sistema jurídico S1 a partir de
libera in causa, afirmando que el individuo que la estructura de ponderación de principios de
delinque asume riesgos, entre los que se puede Robert Alexy, toda vez que del análisis lógico
incluir que la autoridad pública tome conoci- que realizáramos utilizando el modelo de A&B,
miento de la existencia del delito al concurrir verificamos que no era posible solucionar aque-
aquel a un hospital público en procura de asis- llas sin apartarnos del mencionado sistema, pues
tencia médica. vimos que era necesario crear una nueva norma
N1bis a tales efectos.
A contrario de ello, la minoría conformada por
Fayt, Petracchi, Bossert y Belluscio, sostuvo que En primer lugar, identificaremos los principios
en el caso no existía excepción al secreto mé- que colisionan en nuestro sistema: “derecho a
dico, como subespecie del secreto profesional, la confidencialidad en la relación médico-pa-
por el hecho de que el facultativo fuera funcio- ciente” vs. “Interés del estado en la persecución
nario público. En tal sentido, recurrieron a los de delitos”. En los casos que intentamos resolver
(antinomias 1 y 5 de la matriz), veremos que el
(10) Queda excluido del presente trabajo el análisis grado de afectación de los principios en juego
dogmático de cómo se comportaría la fórmula “evitar un podrá ser “leve”, “medio” o “intenso”. La “fórmu-
mal mayor” en el marco de la teoría del delito. la de peso” de Alexy nos permitirá responder al

234 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Ignacio Ahargo

siguiente interrogante que subyace en el fondo médico-paciente, partiendo de que su grado de


de las antinomias de nuestro sistema normativo: afectación resulta ser intenso en los casos con-
¿La satisfacción del interés / deber del estado en cretos que nos interesan (persona que comete
la persecución de delitos justifica la afectación un ilícito y concurre a un hospital público para
del derecho de confidencialidad en la relación ser asistido) (IPiC=4), intermedio en sentido
médico-paciente? abstracto (GPiA=2), y seguro en cuanto a las
apreciaciones empíricas sobre la afectación de
Específicamente, para aplicar la fórmula de aquel (existe un riesgo cierto de vulneración del
Alexy deben valorarse tres variables: a) el peso derecho de confidencialidad, al violarse el se-
concreto, es decir, cómo se comportan los prin- creto profesional cuando el galeno denuncia el
cipios en el ámbito fáctico (se identifican en la hecho ilícito que conoció asistiendo al paciente)
ecuación como IPiC y WPjC); b) el peso abstrac- (SpiC=1).
to: cómo lo hacen en tal sentido sin considerar
las circunstancias concretas (se identifican en la Asimismo, la satisfacción del interés esta-
ecuación como GPiA y GPjA); y c) la variable “S”, tal en la persecución de delitos puede ponde-
que consiste en la seguridad que pueda existir en rarse como intermedia en los casos concretos
las apreciaciones empíricas que se realizan res- (WPjC=2), su peso abstracto como intenso, con-
pecto a de qué manera la acción en concreto, en siderando la importancia que puede tener para
nuestro caso la denuncia del médico-funciona- un estado de derecho la circunstancia de que no
rio, afectará los principios en juego (se identifi- existan delitos impunes (GPjA=4), y la seguridad
can como SPiC y SPjC). de las premisas empíricas sobre su afectación
como plausible (SPjC=1/2), pues el hecho de que
Parafraseando a Bernal Pulido (11), la fórmula el médico-funcionario no denuncie el delito de
en cuestión expresa que el peso del principio Pi ninguna manera podría asegurar su impunidad.
(derecho de confidencialidad en la relación mé- Aquí cabe destacar que la función principal de
dico-paciente) respecto al principio Pj (interés los profesionales de la salud no es velar por el
del estado en la persecución de delitos), en los cumplimiento de la ley penal.
casos 1 y 5 de la matriz de nuestro sistema S1, es
el resultado del cociente detallado en la siguiente En consecuencia, el peso del derecho a la con-
ecuación: fidencialidad en la relación médico-paciente,
aplicando la fórmula de Alexy se expresaría de la
siguiente manera:

= =
Para Alexy, a las variables de peso concreto y
peso abstracto se les puede atribuir un valor nu-
mérico que da cuenta del mayor o menor grado Correlativamente, el peso del interés del esta-
de afectación del principio en cuestión, de la si- do en la persecución de delitos se detallaría así:
guiente manera: 20, o sea 1, “leve”; 21, o sea 2,
“intermedio”; 22, o sea 4, “intenso”. A diferencia
de ello, en el caso de la variable “S”, el exponen- == = =
te del número 2, va descendiendo de 0 a —2 de
acuerdo con la seguridad de las premisas fácti- Por ello es que utilizando la “fórmula de peso”,
cas: 20, o sea 1, “Seguro”; 2-1, o sea ½, “plausi- vemos que la satisfacción del interés del estado
ble”; 2-2, o sea ¼, “no evidentemente falso”. en la persecución de delitos (0,5) no justifica la
limitación del derecho a la confidencialidad en
De esta manera, podríamos establecer el peso la relación médico-paciente (afectado en 2). Este
del derecho a la confidencialidad en la relación último derecho debe prevalecer respecto al inte-
rés del estado al momento de realizar la ponde-
ración, lo que en los casos concretos que inten-
(11) BERNAL PULIDO, Carlos, “Estructura y límites de tamos resolver (antinomias 1 y 5 en la matriz) se
la ponderación”, en DOXA 26, 2003. traduce en aplicar solamente la norma N3 (regla

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 235


DPyC Procesal penal DOCTRINA

del art. 156 del Cód. Penal), resultando prohibido de oficio: (...) 2º) Los médicos, parteras, farma-
para el médico-funcionario realizar la denuncia. céuticos y demás personas que ejerzan cualquier
rama del arte de curar, en cuanto a los delitos
En tal sentido, la única solución posible con- contra la vida y la integridad física que conozcan
cordante con el análisis de ponderación realiza- al prestar los auxilios de su profesión, salvo que
do será absolver al médico-funcionario en caso los hechos conocidos estén bajo el amparo del
de que se lo acuse en los términos del tipo pe- secreto profesional. En caso de que los mencio-
nal del art. 277 del Cód. Penal. De lo contrario, nados profesionales se desempeñaran como fun-
ante la amenaza al derecho de confidencialidad, cionarios o empleados públicos, la obligación de
el paciente que se vea involucrado en un ilícito denunciar se limitará en los términos del presente
y cuente con recursos económicos concurrirá al inciso”.
médico privado para evitar la sanción penal, y
quien carezca de estos deberá decidir si resguarda El agregado destacado impacta directamente
o no su salud (o vida según sea el caso concreto) en la formulación de N1, que inicialmente iden-
utilizando el servicio sanitario estatal, asumiendo tificáramos en el inc. 1º del art. 177. En conse-
el riesgo de ser denunciado por el profesional que cuencia, N1 pasaría a expresarse de la siguiente
lo asista, pues hemos visto que en última instan- manera:
cia será él quien decida qué hacer.
(Fcp). (-Mpac) Od
VI. Conclusión
Esta propuesta modificaría todo el sistema
A lo largo del presente trabajo, hemos anali- normativo, pero resolvería las antinomias de
zado las reglas del Cód. Penal y Cód. Proc. Penal los supuestos 1 y 5, así como la redundancia
que regulan los deberes del médico-funcionario en 9, con el único costo de generar una laguna
público al tomar noticia de la existencia de un en el caso 13 (12), quedando regulado el de-
delito perseguible de oficio en el ejercicio de su ber del ciudadano médico-funcionario en N2.
cargo. A tal fin utilizamos el modelo de A&B para Consideramos que la reformulación de la regla
verificar la existencia de antinomias y hallamos resulta necesaria, toda vez que el mecanismo
dos caminos para resolverlas. de ponderación a través de la fórmula de peso
puede generar conflictos en el sistema del ciu-
Uno de ellos, sin salirnos del sistema norma- dadano, máxime cuando los médicos deben
tivo al que llamamos S1, utilizando la fórmula decidir muchas veces en cuestión de horas qué
de peso de Alexy, nos conduce a dar prevalencia conducta adoptar.
a N3 (art. 156 del Cód. Penal). De esta manera,
el médico-funcionario público nunca podría ser Por último, debemos destacar que ha queda-
sancionado por incumplir N1, pues como hemos do fuera del presente análisis la delimitación de
visto la satisfacción del interés del estado en per- qué información queda amparada por el secre-
seguir delitos no justifica afectar el derecho de to profesional. Si bien a primera vista pareciera
confidencialidad del paciente. En consecuencia, que todo lo que el facultativo conoce en el mar-
considerando que el estado no puede beneficiar- co de la relación médico-paciente estaría bajo
se de actos ilícitos para salvaguardar aquel interés, el resguardo de aquel, exceptuándose aquellas
todo proceso judicial que se inicie con motivo del circunstancias que sean de público conocimien-
aviso del galeno-funcionario corre serios riesgos to, entendemos que la cuestión demandará un
de ingresar en el terreno de las nulidades a través tratamiento independiente en otra oportunidad.
de la puerta de la teoría del fruto del árbol enve-
nenado. VII. Bibliografía

El otro camino demanda modificar N1, utili- - ALCHOURRÓN, Carlos - BULYGIN, Eugenio,
zando el estándar propuesto por Argibay en la “Sistemas Normativos”, Ed. Astrea, Buenos Aires,
causa “Baldivieso”. En tal sentido, proponemos 2012.
de lege ferenda incorporar un agregado a la regla
del art. 177 inc. 2º del Cód. Proc. Penal: “Tendrán
obligación de denunciar los delitos perseguibles (12) Ver gráfico de la matriz correspondiente al sistema S2.

236 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Ignacio Ahargo

- ALEXY, Robert, “Teoría de los Derechos Fun- GOTI, J. (dir.), Nueva Doctrina Penal, Ed. del
damentales”, Ed. Centro de Estudios Constitucio- Puerto, Buenos Aires, 2009.
nales, Madrid, 1993.
- ALONSO, Juan Pablo, “Principios implícitos y
- ALONSO, Juan Pablo, “Interpretación de las fuentes sociales del derecho”, en Doxa -Cuader-
Normas y Derecho Penal”, Ed. del Puerto, Buenos nos de Filosofía del Derecho-, publicación de la
Aires, 2006. Universidad de Alicante, 2018.
- ALONSO, Juan Pablo, “La estructura lógica de - ALONSO, Juan Pablo, “Un caso difícil en el
los principios de Robert Alexy. Un análisis críti- código civil español”, en Doxa -Cuadernos de Fi-
co”, en Ideas & Derecho, revista de la Asociación losofía del Derecho-, publicación de la Universi-
Argentina de Filosofía del Derecho, Ed. Astrea, dad de Alicante, 1995, nros. 17-18.
Buenos Aires, 2014, nro. 10.
- ALONSO, Juan Pablo, “Modelos jurídicos de - BERNAL PULIDO, Carlos, “Estructura y lími-
coherencia”, en GARCÍA FIGUEROA, A. (coord.), tes de la ponderación”, en Doxa —Cuadernos de
Racionalidad y Derecho, Ed. Centro de Estudios Filosofía del Derecho—, publicación de la Univer-
Políticos y Constitucionales, Madrid, 2006. sidad de Alicante, 2003, nro. 26.

- ALONSO, Juan Pablo, “Normas Penales y Con- - HART, Herbert L. A., “El concepto de Dere-
flictos de Deberes”, en BAIGÚN, D. - MALAMUD cho”, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2012. u

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 237


Criminología

DOCTRINA
DPyC Criminología DOCTRINA

La necesidad de investigar la prisión (desde afuera


y desde adentro) para transformarla. O sobre unas
modestas experiencias en el ámbito de la
Universidad de Buenos Aires
Por Gabriel I. Anitua

Sumario: I. Un castigo legal reacio a ser investigado.— II. Las pri-


siones vistas desde “Nuestramérica”.— III. Algunas experiencias de
investigación sobre y desde las cárceles reales en la Universidad de
Buenos Aires.— IV. Referencias.

I. Un castigo legal reacio a ser investigado cuando resultan necesarias algunas libertades
de paso para personas y mercaderías, también se
Nos parece fundamental, y aquí vamos a in- descubre la posibilidad de que algunas personas
sistir en la necesidad de, realizar investigaciones se vean precisamente privadas de esas capacida-
sobre esa herramienta punitiva que ha recurrido, des, con evidentes y diversas finalidades políti-
desde hace doscientos años, a la privación de la cas y económicas. Pero en cantidades que ya no
libertad como casi sinónimo del castigo legal. respondiesen a necesidades biológico-económi-
cas, pues como nos señalan Rusche y Kircheimer
Destacamos esa historicidad para dar cuenta (1938), ese momento también es el fin del de las
de la no naturalidad de esa forma material del casas de corrección. En todo caso, con indudable
castigo, así como para señalar algunos de los pro- finalidad simbólica y también una nueva mate-
blemas que, asumimos, conlleva la prisión desde rialidad. Como dijese Foucault: “las Luces que
su origen. No deja de ser paradójico que la apa- descubrieron las libertades, también inventaron
rición de la pena privativa de la libertad coincide las disciplinas” (Foucault, 1975: 222).
con el momento en que la libertad se convierte en
bien fundamental, incluso suprema si asociamos, Por otro lado, la materialidad del castigo no se
tal como lo hiciera, p. ej., Kant, la idea de libertad limitó entonces a la mera privación de la liber-
con la de la autonomía y la dignidad humana. tad ambulatoria, y en verdad nunca dejó de ser
Más que paradójico, se ha pretendido ver en ello un tipo de pena corporal (similar en parte a sus
una suerte de explicación. Por ejemplo, Elías Neu- precedentes como las penas de galeras, minas o
man señaló que “la ideología del individualismo fortines - Anitua, 2015:102).
liberal que destaca a la persona humana por la
misma virtualidad de ser y que proyecta los pos- El bien jurídico “libertad” en la práctica va a
tulados de igualdad, fraternidad y libertad, tuvo estar relacionado con los otros bienes y dere-
una concreta y definitoria influencia en las cien- chos, y eso se verifica cada vez en mayor medida.
cias penales... El reconocimiento jurídico-social Pero para poder afirmar ello son muy necesarias
de la libertad permitiría recién, en sentido estric- las investigaciones empíricas. Las descripciones
to, hablar de la sanción penal que la restringe o la de la cárcel real en nuestro “aquí y ahora”.
limita” (Neuman, 1971: 43).
La criminología o la sociología de la prisión
En todo caso, aun restringiendo el concepto justifica que, pese a las declaraciones normati-
de libertad a su concreción práctica de la liber- vas que señalan que a los reclusos sólo se les ha
tad ambulatoria, y atendiendo más a las circuns- de privar de su libertad, se realicen investigacio-
tancias materiales que a las de los pensamien- nes para demostrar que todos y cada uno de sus
tos legitimadores o limitadores, lo cierto es que derechos fundamentales (a la vida, a la salud y

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 241


DPyC Criminología DOCTRINA

a la integridad física y psíquica, a la defensa, al adquiere características definitorias de una ins-


trabajo remunerado, al respeto de su vida pri- titución presente y que precisa ser analizada.
vada, al secreto de su correspondencia, etc.) se Como dijera Pavarini, “la historia de la cárcel se
encuentran, por lo menos, “devaluados” en com- inscribe pues en la historia más amplia de la hi-
paración con estos cuando se refieren a quienes pocresía: tiene algo que ver con la censura sobre
viven en libertad, incluso en su acepción jurídica las palabras obscenas y sobre los espectáculos
(Rivera, 1997). inconvenientes, con el ocultamiento por senti-
mientos de decencia de las manifestaciones de
La importancia de esa constatación es que, la corporalidad humana” (Pavarini, 1999: 13).
con buena fe, debe de ser reconocida por el de-
recho. Y de esa manera ser incorporada a la pro- La historia de esa concreta hipocresía, así
yección que hace este o tener efectos jurídicos como sus continuidades, otorga pistas para unas
y materiales sobre las personas detenidas. Un realidades que justifican ser estudiadas con fina-
buen ejemplo de ello se reconoce en la jurispru- lidades expresamente políticas.
dencia en materia de derechos humanos: “...las
circunstancias narradas por el señor Galindo, II. Las prisiones vistas desde “Nuestramérica”
así como la incertidumbre sobre la duración que
tendría su privación de libertad y lo que podría Pero no es solamente la historia lo que debe
sucederle, generaron una afectación a su integri- tenerse en cuenta para analizar la realidad del
dad psíquica y moral” (caso “Galindo Cárdenas encierro. En todo caso, la historia nos recuerda
y otros vs. Perú”, dictado por la Corte Interame- que ha habido cambios. Y es importante atender
ricana de Derechos Humanos el 2 de octubre de a la coyuntura y a la presencia actual de deter-
2015). Y ello debe ser traducido en la duración de minados cambios. Tanto los económicos, so-
su castigo o en su modulación. ciales y políticos de la sociedad, pero asimismo
los que ocurren en los sistemas penitenciarios.
Creemos que esa investigación sobre la mate- Esos cambios aparecen como una constante.
rialidad de las relaciones producidas o regula- Y no resultan óbice para recuperar trabajos y
das por el derecho es fundamental en todos los reflexiones previas, sino que obligan a hacerlo
casos. Pero especialmente es necesaria en esta prestando siempre atención a la singularidad del
materia pues “el efecto más importante quizá del momento histórico y evitando generalizaciones.
sistema carcelario y de su extensión mucho más
allá de la prisión legal, es que logra volver natural No obstante, algo que sigue caracterizando a los
y legítimo el poder de castigar, y rebajar al menos sistemas de la privación de la libertad en Argenti-
el umbral de tolerancia a la penalidad. Tiende a na y América Latina es el problema del encarcela-
borrar lo que puede haber de exorbitante en el miento masivo, un problema que es nuestro, que
ejercicio del castigo” (Foucault, 1975: 308). es latinoamericano pero que se advierte como un
problema global, y que tal vez ha sido “importa-
De allí la necesidad de “desnaturalizar” esta do” puesto que Estados Unidos también encarce-
concreta expresión de la punitividad, de poner- ló y encarcela mucho. Pero algo que nos llama la
la en el contexto histórico y valorarla desde el atención, y que obligará a seguir pensando sobre
lugar de quienes la sufren. Seguimos así las in- la especificidad del sistema carcelario en nuestra
dicaciones de evaluar a esta forma de castigo de región, es que los Estados Unidos encarcelaba
acuerdo con su “propia época, por los que expe- mucho o encarceló mucho en un momento dife-
rimentan el dolor, conforme a su vida cotidiana rente, y en un contexto diferente. Actualmente no
y a las demás personas, y a la luz de lo que consi- solo no encarcela tanto e incluso encarcela menos
deraban como sus pecados” (Christie, 1984:11). que antes, fenómeno que también se advierte en
Con una especial atención a esos elementos que Europa, lo que puede tener alguna relación con la
“parecen capaces de neutralizar lo que debía de crisis económica (Brandariz, 2014).
haber sido un dolor agudo, o de agravar un dolor
de poca importancia” (ídem, 13). Pero esa crisis económica afecta al menos de la
misma forma a nuestro sur global. Y, sin embar-
Esa aparente paradoja, esa insatisfactoria ex- go, en los últimos diez años los que encarcelan
plicación, esa empatía imposible, entonces, más y en mayor velocidad son nuestros países,

242 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Gabriel I. Anitua

Brasil, Chile, Uruguay, Colombia y Argentina: en en sólo 17 años, con superpoblación en cárceles
nuestros países, hoy, el crecimiento del número de hombres de un 55% y de mujeres en un 74%, y
de presos es mayor que en los Estados Unidos. con un alarmante porcentaje de presos entre los
En los Estados Unidos era difícil que ese número 18 y los 24 años, que es del 50,8%, lo que da cuenta
siguiera creciendo, pero es importante tomar en de esa selección de su clientela entre los más jóve-
cuenta este dato para hacernos cargo del futu- nes (y pobres). México pasó de 93.574 presos en
ro de nuestro sistema de encarcelamiento, y de 1994 a 224.749 a fines de 2009. A junio de 2015,
aquellas historias de personas marcadas y en par- su tasa de encarcelamiento era de 212, cuando
te malogradas en nuestras prisiones, realidad que en 1994 tenía unos 100 presos cada 100.000 ha-
sostenemos deben seguir siendo investigadas. bitantes (que recordemos es lo que se considera
“normal”, aunque no hay nada normal cuando de
Como es sabido, la medida que permite com- mantener humanos en jaulas se trata).
parar cuantitativamente los sistemas penales na-
cionales es la de las tasas de personas detenidas Pero casi todos los países latinoamericanos
en penitenciarias cada 100.000 habitantes. vieron aumentada la población carcelaria de
sus respectivos países. Colombia pasó de tener
Los Estados Unidos habían llegado para 2005 92 presos por cada 100.000 en el año 1992, a una
a la altísima cifra de los 700 presos cada 100.000 tasa de encarcelamiento de 242 hacia finales de
habitantes. Una cifra horrorosa y que valió la 2015. Perú elevó su tasa de encarcelamiento de
comparación de Nils Christie (1993) con el Gulag 77 a 247 en estos últimos veinte años. Venezuela
soviético o con el Holocausto nazi. Esa cifra terri- tenía una tasa de encarcelamiento de 101 cada
ble sigue vigente en la actualidad, pero lo cierto 100.000 habitantes en 1992, y era de 159 en mayo
es que no aumentó, e incluso descendió, aunque de 2015. En Argentina se declaraba una tasa de
mínimamente, en los últimos años. encarcelamiento de 63 por 100.000 habitantes
en 1992, y para 2014 de 161. Bolivia pasó de 79 a
Es de por sí un cambio y una situación que debe 130 entre 1992 y 2012, descendiendo a 122 para
ser considerada previamente a cualquier investi- el año 2015. Costa Rica, aumentó su tasa de en-
gación específica que ese aumento desmesurado carcelamiento de 104 a 352 entre 1992 y 2014.
haya continuado casi exclusivamente en nuestro Ecuador creció en igual período de 74 a 162; El
margen latinoamericano. En algunos países de la Salvador, de 101 a 506; Nicaragua, de 78 a 171; y
región las cifras por sí solas ya son alarmantes, y Paraguay, de 70 a 158. Finalmente, Uruguay in-
dar cuenta de ellas constituye la primera denun- crementó notablemente sus tasas en los últimos
cia que debe hacer el investigador. veinte años: de 96 presos cada 100.000 habitan-
tes, su nivel de encarcelamiento se elevó a 291
Así, tenemos a Cuba que, al igual que casi to- para octubre de 2015 (1).
dos los países del Caribe, tiene cifras altas en su
tasa de encarcelamiento, que llegan en 2013 a Más allá de las importantes diferencias entre
510 personas cada 100.000 en libertad. En esa los distintos países, dos características comunes
comparación, el otro país récord de nuestra relacionadas con el crecimiento general de estas
América es Chile, que ha llegado a 548 presos tasas en la región son el uso extensivo de la pri-
cada 100.000 habitantes en el 2013 (Sánchez y
Piñol, 2015: 10).
(1) Nos hemos valido principalmente de las estadísticas
actualizadas y sistematizadas por el Centro Internacional
Los dos países latinoamericanos con más pre-
de Estudios en Prisiones (http://www.prisonstudies.org).
sos en términos absolutos son Brasil y México, lo Hemos consultado también las estadísticas del Centro
que es lógico por el tamaño de su población. En Latinoamericano y Caribeño de Demografía de la CEPAL
este sentido, Brasil pasó de 114.377 presos en al (http://www.cepal.org/celade/celade50/), y las publica-
año 1992 a 469.807 a mediados de 2009 y 548.003 ciones del Instituto ILANUD (Carranza, 2013). Debemos
en 2012. Su tasa de encarcelamiento pasó de 74 destacar que desde el 2014 al presente, y si bien hay una
interesante excepción en Chile, que desde el 2009 redu-
a 301 cada 100.000 habitantes para mediados de
ce su tasa de encarcelamiento (Sánchez y Piñol, 2015: 10)
2014, lo que lo convierte en uno de los mayores —tal vez explicable porque ya tenía tasas muy altas— los
encarceladores mundiales. Y con la agravante países de la región continuaron aumentando su pobla-
que ha cuadruplicado la población encarcelada ción reclusa.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 243


DPyC Criminología DOCTRINA

sión preventiva y que el crecimiento de la pobla- Solo por citar algunos ejemplos argentinos,
ción encarcelada resulta aún más rápido que el los Informes Anuales de la Procuración Peniten-
de por sí veloz proceso de construcción de nue- ciaria de la Nación para el ámbito federal (PPN,
vas cárceles (que implica usualmente grandes 2015) y del Comité contra la Tortura de la Comi-
negociados). Ello repercute en el fenómeno de sión Provincial por la Memoria para el sistema
superpoblación o hacinamiento que se advierte penitenciario bonaerense (CPM-CCT, 2015) son,
actualmente en todos los sistemas penitencia- junto a los informes periódicos del Centro de Es-
rios de los países de América Latina. tudios Legales y Sociales (CELS, 2015), material
imprescindible en la temática. Informan sobre
Ese dato ya es muy importante puesto que por el recurso estructural a la violencia para gestio-
sí mismo da cuenta de la vulneración de mu- nar el encierro; el nivel de hacinamiento y las
chos otros derechos empezando por el de vivir precarias condiciones materiales de detención;
dignamente, y en este caso se lo debemos a las el uso extendido del aislamiento en solitario; el
importantes investigaciones, como la que hemos limitado acceso a programas educativos, labora-
utilizado de Carranza (2013). les y culturales; el confinamiento de las personas
detenidas respecto de sus familiares, y la revicti-
Pero diversos debates pueden proponerse mización de estos; y las deficiencias en sus servi-
sobre el modo de construcción de esas tasas. cios alimentarios y de salud.
Desde inconsistencias metodológicas, decisio-
nes políticas discutibles como no contabilizar III. Algunas experiencias de investigación
las personas detenidas en establecimientos de sobre y desde las cárceles reales en la Univer-
fuerzas de seguridad diferentes a las administra- sidad de Buenos Aires
ciones penitenciarias y demoras en aportar la in-
formación, hasta el falseamiento y manipulación Es por ello que todo aporte que surja del aná-
del dato. Todo ello requiere de investigaciones lisis de la realidad penitenciaria es necesario.
que se apoyen en aquellas. Daremos aquí cuenta de “todas las familias di-
chosas se parecen, y las desgraciadas lo son
Más interesante aún, la literatura dedicada cada una a su manera”; es el conocido y cita-
al estudio comparativo de los sistemas penales do, aunque discutible, inicio que le dio a Anna
—David Nelken, por caso (2010)— pone en dis- Karenina, el gran Tolstói. De la misma forma el
cusión también la capacidad de las tasas de en- criminólogo británico Richard Sparks ha dicho
carcelamiento para explicar el nivel de punitivi- que “toda prisión es una prisión, aunque cada
dad de un Estado. prisión es única en sí misma”. Hemos asumido
eso que se comparte, en este caso tanto la lógi-
Creemos que, en parte, es posible sostener ca de la prisión como la de la desgracia, como lo
que las tasas de encarcelamiento dicen mucho. que es necesario singularizar, en las necesarias
Pero dicen poco también, si no se las compati- aproximaciones al estudio de los sistemas peni-
biliza con el estudio de las formas de castigo in- tenciarios, y precisando entonces que todas las
formales y hasta ilegales —de las que la historia prisiones son desdichadas a su manera, sostene-
reciente de nuestra región puede dar ejemplos mos que se debe analizar tanto lo general como
nefastos— y las formas concretas en que se ma- lo particular del fenómeno de la privación de la
terializa el encierro en cada país. libertad.

Sobre esta última cuestión, y fuertemente en la En lo que hace a la tarea de investigación aca-
última década, se ha arraigado en nuestra región démica que nos ha mantenido ocupados en los
una tradición académica y política que produce últimos años, hemos intentado hacer eso en el
información cuantitativa y cualitativa sobre el Proyecto de Investigación UBACyT, “Transfor-
modo de desarrollarse la privación de libertad maciones en el espacio prisión. Continuidades y
en el país. Esta literatura es en gran medida fruto rupturas en el régimen penitenciario argentino”,
del encuentro entre organizaciones y organis- integrado por estudiantes, docentes e investiga-
mos estatales de derechos humanos, y grupos de dores de la Facultad de Derecho de la Universi-
investigación social especialmente interesados dad de Buenos Aires principalmente, pero con
en la temática. la valiosa participación también de estudiantes

244 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Gabriel I. Anitua

e investigadores formados en otras disciplinas, se ha focalizado en ampliar el prisma de los ac-


como la sociología y la comunicación social. tores involucrados en la configuración del régi-
men carcelario. La inclusión del análisis crítico
La investigación que nos propusimos llevar sobre el rol desempeñado por la administración
adelante desde un abordaje interdisciplinario de justicia penal, en particular, nos ha permitido
tuvo por objeto el surgimiento, desarrollo y con- identificar exploratoriamente sus fortalezas para
solidación del sistema penitenciario argentino y constituirse en un agente garante del actual es-
sus transformaciones, circunscripta al Servicio tado denigrante de las prisiones, pero también
Penitenciario Federal (es decir, las prisiones en sumamente relevante para su esperable proceso
que están alojados los condenados y procesados de transformación. Toda esta recopilación de es-
por delitos federales, y no los delitos “comunes” tudios empíricos focalizados en diversas aristas
de las que se ocupa en Argentina, que es un país del régimen carcelario, han aportado una visión
federal, cada Estado provincial). Pretendimos así crítica sobre el funcionamiento actual del siste-
contribuir al desarrollo y actualización del análi- ma penitenciario y sus propuestas de reformu-
sis crítico respecto del funcionamiento de la pri- lación.
sión, identificando rupturas y continuidades con
el pasado y recuperando las experiencias y re- También esa obra colectiva se ha interesado
presentaciones de los actores involucrados. Par- en producir y recuperar trabajos empíricos que
tiendo de la detección de un contraste notorio aporten descripciones complejas sobre aris-
entre la amplia producción académica sobre la tas específicas del encierro. Esto, partiendo del
prisión, en particular del contexto anglosajón, y convencimiento que una comprensión de los
los aislados desarrollos locales, este aporte bus- regímenes penitenciarios es sin duda una deuda
caba analizar el encierro penitenciario argentino pendiente para los espacios de investigación y
desde diversas perspectivas, entre ellas la nor- docencia universitaria, y que constituye una pie-
mativa, pero también la empírico-sociológica, za imprescindible para su transformación, de-
histórica y comunicacional. nunciando y erradicando los principales dolores
del encarcelamiento. Para comprender ese espa-
Es así que los textos de discusión para el semi- cio cerrado, debe pensarse a los distintos actores
nario de lectura de los días martes, los trabajos que lo ocupan. Y eso obliga a pensar a los dete-
emprendidos por los investigadores durante nidos y sus familiares, como así también a los
esos tres años y las colaboraciones de otros con- funcionarios penitenciarios. Como diremos más
textos nacionales, regionales y globales reunidas adelante, más que hacerlo desde fuera, resulta
para dar forma acabada a esta compilación, han conveniente darla la voz a eso mismos actores.
respondido a esa preocupación inicial por de-
linear los contornos del sistema penitenciario, Pero no solo a ellos. Enseñaba Elías Neuman
aquellos que definen sus características estruc- (1991), que desde el primer hasta el último en-
turales. No ha renunciado, sin embargo, a su pro- granaje de la máquina de juzgar penalmente
puesta de recortar las notas específicas del régi- —andamiaje en el que incluía a jueces, fiscales,
men penitenciario federal argentino, a partir de defensores y auxiliares— tienen su razón de ser
un ejercicio comparativo con trabajos empíricos porque existen delitos y delincuentes (y que, en
producidos en esos otros contextos. consecuencia, viven por y del delito). Todo ello
existe también porque existe la prisión.
Como extensión a otros ámbitos de ese hacer
ha quedado la publicación de un libro sobre esa El vínculo entre la administración de justicia
cárcel real y concreta (Anitua y Gual, 2015). La penal y la prisión, no obstante, es aún más pro-
selección de artículos en esa publicación res- fundo. Siendo la responsable no solamente de su
ponde a dos grandes preocupaciones que han control —en definitiva, en circunstancias regula-
atravesado estos años de trabajo colectivo. En res, las personas están en prisión principalmente
primer lugar, la reflexión material e histórica de por una previa decisión judicial— la administra-
los sistemas penitenciarios, indagando en las ción de justicia penal ha intentado por todos los
reconfiguraciones adoptadas por estos en sus medios evitar tan fatigosa y desagradable tarea
diferentes contextos políticos, sociales, cultura- (Anitua y Gual, 2009). Siguiendo a Foucault, “la
les y económicos. Una segunda preocupación ejecución misma es como una vergüenza suple-

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 245


DPyC Criminología DOCTRINA

mentaria que a la justicia le avergüenza imponer pretende construir conocimiento que al mis-
al condenado; se mantiene, pues, a distancia, mo tiempo que aspira a una comprensión de la
tendiendo siempre a confiarla a otros, y bajo se- situación concreta de la prisión en nuestra so-
creto. Es feo ser digno de castigo, pero poco glo- ciedad actual, aspira también apoyar la fuerza
rioso castigar. De ahí ese doble sistema de pro- transformadora de la institución analizada y así
tección que la justicia ha establecido entre ella criticada. La justificación de las investigaciones
y el castigo que impone. La ejecución de la pena propuestas estará dada si se logra tanto anali-
tiende a convertirse en un sector autónomo, un zar esa realidad penitenciaria, como si influye
mecanismo administrativo del cual descarga a la al orientar acciones que se dirijan a cambiarla.
justicia...” (Foucault 1975: 12). Es por ello necesa- Esta doble dimensión hace que la crítica, que
rio prestar atención al rol asumido por la admi- aúne ambos sentidos, deba ser concebida como
nistración de justicia penal, que también explica praxis. Quien mejor lo sintetizó fue Habermas,
de un modo bastante certero el nivel de degrada- cuando señaló que “la teoría incluye una do-
ción existente en un régimen carcelario. ble relación entre teoría y praxis: investiga, por
una parte, el contexto histórico de constitución
Es por ello muy necesaria la investigación para de una situación de intereses a la que aún per-
los juristas y desde las facultades de Derecho, tenece la teoría (...); y, por otra parte, investiga
donde se forman los futuros jueces y abogados. el contexto histórico de acción sobre el que la
En eso continúa la lucha de cierta tendencia en teoría puede ejercer una influencia que orienta
los estudios penales que es conocida como “cri- la acción. En un caso se trata de una praxis social
minología crítica”, que aún hoy debe luchar para (...) en el otro de una praxis política que conse-
hacerse un necesario lugar en los ámbitos aca- cuentemente aspira a subvertir el sistema de ins-
démicos. tituciones existente” (1963: 13-14).

En nuestra querida Facultad de Derecho de la Esta propuesta, entonces, de acción, que in-
Universidad de Buenos Aires esa dificultad para vita a transformar en práctica las investigacio-
obtener ese necesario lugar adquiere, en el pre- nes, sigue siendo teórica porque quiere que no
sente, una llamativa correlación con una suerte sea mera técnica, en el sentido que no termine
de “silencio penitenciario” (Del Olmo, 2002), sirviendo a la burocracia encargada del asunto
reflejado en que “se observa una consolidada penitenciario en esa construcción de la realidad
despreocupación por incluir la problemática en que pretendemos explicar y desmontar. En ese
la formación de grado, un escaso peso específico sentido, un pensamiento que sirva no debe ser
demostrado por las investigaciones en curso, y de ninguna manera un pensamiento servil. Ni
una nula profundidad de debate e intervención tampoco proporcionar involuntariamente nue-
a nivel performativo y político” (Gual, 2013) vas “ruedas de auxilio” a instituciones proble-
matizadas.
Ese silencio debe ser roto y esa despreocupa-
ción debe ser solucionada. La prisión es nuestra La cárcel ha demostrado ampliamente la ca-
sociedad y es un producto de las construcciones pacidad de absorber pensamientos críticos o re-
jurídicas. Esa tarea la tiene que realizar la pers- formistas, cuando estos han quedado dentro de
pectiva crítica, que tiene dos tipos de objetivos: los límites materiales como condición de posibi-
el de “criticar” en el sentido de investigar, de lidad. Ya recordaba Pavarini que la moda de los
conocer lo que se pueda conocer del fenómeno llamados sustitutivos penales favoreció sin que-
analizado, propio del criticismo kantiano, y el rer la posibilidad de castigar “sea como fuera”,
de un sentido claramente transformador de ese cuando en ausencia de alternativas entre priva-
fenómeno, crítico en el sentido marxiano (el de ción de libertad y libertad, ciertas consideracio-
la máxima “hasta ahora los filósofos han inter- nes de oportunidad, que siempre existen aunque
pretado el mundo, a partir de ahora deberían no se prevean legalmente, hubieran sugerido la,
ayudar a cambiarlo”). En ese sentido menciona- preferible, no punición (Pavarini, 1996: 50).
mos la perspectiva de la criminología crítica, que
abreva en la famosa definición de “teoría crítica”, Así es que la recuperación de la idea de crítica
diferenciada de la tradicional por Horkheimer sobre sí misma, y que no termine nunca por con-
(2008). En aquel sentido, nuestra criminología vertirse en dogmática, resulta también impor-

246 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Gabriel I. Anitua

tante advertencia a las posibilidades de praxis, como parte de una actividad universitaria (y que
especialmente importantes en un escenario, el complementan con sus estudios o docencia, así
de las manifestaciones concretas de las prisio- como con otras actividades políticas o labora-
nes, histórica y geográficamente situadas, que les). Todas ellas realizaron tareas que tuvieron su
siempre han sabido digerir los discursos para marco en el proyecto de Extensión Universitaria
mantenerse con ciertas continuidades en sus de la Facultad de Derecho de la Universidad de
características nocivas y destructoras de indivi- Buenos Aires denominado “Cárcel y exclusión
duos o sujetos. social: construyendo puentes entre el adentro y
el afuera” —período 2013/2014— y que actuó,
Un pensamiento crítico que debe invitarnos a formalmente bajo mi dirección y que continúa
reflexionar sobre una práctica en materia peni- actualmente en el proyecto de Extensión Univer-
tenciaria, por lo tanto, de tipo política. sitaria denominado también “Cárcel y exclusión
social: construyendo puentes entre el adentro y
Que reconozca nuestro limitado papel como el afuera” —período 2016/2018—.
sujetos y a la vez objetos de la problemática es-
tudiada, y que otorgue primordial importancia a El proyecto tuvo y tiene como principal objeti-
la visibilización y el reconocimiento de los acto- vo la reivindicación de las personas privadas de
res ignorados para contribuir a la construcción su libertad como sujetos de derechos. Ello impli-
de una nueva cultura política emancipatoria en ca perseguir el fortalecimiento de su capacidad
el sentido declarado por Boaventura de Sousa para actuar en nombre propio por la defensa y
Santos. Este autor nos recuerda que debe enten- exigencia del cumplimiento de sus derechos y
derse por teoría crítica “aquella que no reduce los de otros, así como para participar en las de-
‘la realidad’ a lo que existe. La realidad, como cisiones que hacen a las condiciones en que se
quiera que se le conciba, es considerada por la da su detención.
teoría crítica como un campo de posibilidades,
siendo precisamente la tarea de la teoría crítica A través de la articulación con personas que
definir y ponderar el grado de variación que exis- están o estuvieron privadas de la libertad, estu-
te más allá de lo empíricamente dado” (Santos, diantes, docentes universitarios y distintas orga-
2006: 18). Esta cuestión de lo dado y las posibili- nizaciones, cooperativas, grupos e instituciones
dades en el autor citado entronca con recuperar creadas al mismo efecto, perseguimos desnatu-
esas voces en la sociología de las ausencias y la ralizar la violación sistemática de derechos y po-
sociología de las emergencias, y esta última nos tenciar las capacidades y herramientas de acción
envía directamente a una práctica política que que los actores poseen.
debe ser necesariamente radical, porque tiene
que pensar en lo impensado. A tal efecto, se generó un espacio de discusión
colectiva y horizontal dentro del ámbito carcela-
Ello, por supuesto, sin olvidarnos de aquellos rio, específicamente en el Centro Universitario
actores de los que tenemos tanto que aprender, de la cárcel de mujeres correspondiente a la ciu-
pues son los que cotidianamente conviven y así dad de Buenos Aires (2).
construyen la realidad penitenciaria.
La tarea de estas mujeres se extendió en otras
En ese sentido, también debemos mencionar áreas, pero tuvo un momento casi ritual de en-
nuestro aprendizaje formando parte de activida- cuentro y generalización de ideas y planteos en
des de extensión de la Facultad de Derecho de las reuniones de los días lunes por la tarde, en el
la Universidad de Buenos Aires. En estos últimos Centro Universitario de Ezeiza del Complejo Pe-
años hemos tenido el honor de ser de los po- nitenciario Federal Nº IV. El formato de “taller”
cos hombres que compartía las experiencias de de esos encuentros permitió abordar algunos de
mujeres en cárceles federales. Algunas de ellas los aspectos que luego quedarían reflejados en
sufren una situación de detención como conde-
nadas o procesadas (y a pesar de las dificultades
(2) Que comenzó llamándose “Taller de extranjería”,
realizaron esta tarea, entre otras varias activi- luego “taller de derechos económicos, sociales y cultura-
dades) y las otras ingresan a la Unidad destina- les” —con el ingreso espontáneo de mujeres argentinas al
da a mujeres que está en la localidad de Ezeiza anterior taller— y finalmente “taller de derechos sociales”.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 247


DPyC Criminología DOCTRINA

este producto que se da a la imprenta (así, se su- violación de derechos, de desigualdad y discri-
cedieron algunos de esos aspectos específicos de minación.
derechos que se denuncian como incumplidos,
y las vías judiciales o no que pueden ser útiles Y así emergen aspectos concretos que impli-
para remediarlo). can el no cumplimiento de derechos, como lo
son el hacinamiento, la deficiente atención de
Es especialmente necesario dimensionar y va- salud, de alimentación, de seguridad, de dere-
lorar que esos encuentros se hayan podido reali- chos laborales y de ciudadanía. Todo aquello
zar periódicamente durante estos años, así como que en los sectores vulnerables de nuestra po-
que se haya decidido dar continuidad a ese tipo blación acompaña y define una tal situación de
de encuentros. vulnerabilidad, queda evidenciado en el ámbito
carcelario.
En este punto nos gustaría señalar la impor-
tancia de que la Universidad realice este tipo de Que, además, aloja a personas que eran espe-
actividades de extensión universitaria, pero igual- cialmente vulnerables antes de ser detenidas. La
mente formativas (para todos los que de alguna intervención estatal y jurídica producida en la
forma hemos participado de esta experiencia). detención, lejos de paliar esa vulnerabilidad, la
No es solamente, no obstante, una función de for- amplía hasta lo indecible.
mación y extensión, sino que también la cobertu-
ra brindada, aunque más no sea simbólicamente Es por todo ello que es posible hablar, como
y no necesariamente con recursos económicos, ya lo hicimos citando a Rivera Beiras, de una de-
por el prestigio de la Universidad cumple una valuación de los derechos fundamentales de los
función primordial de empoderamiento de las reclusos, y aún más, de la construcción jurídica
mujeres participantes, hacia fuera del grupo así de un ciudadano de segunda categoría (Rivera
conformado, pero también hacia dentro y hacia Beiras, 1997). Esta persona es el preso.
la autopercepción individual de cada una de las
mujeres que se han organizado. Y es, por lo que logramos aprender en estos
encuentros, aún peor en el caso de la presa. Es-
Y que se han organizado, no obstante recono- tamos ante casos de dobles vulnerabilidades. O
cerse como parte de la Universidad, en forma he- más, puesto que muchas de las mujeres presas
terodoxa y creativa, aprovechando experiencias son también pobres, migrantes, de distintas mi-
previas pero también dando cuenta así de cier- norías, etcétera.
tas necesidades o características comunes. Así se
permitió un debate acerca de los problemas que Pero indudablemente la perspectiva de género
afectan a la generalidad de la población penal y, se impone ya que esos prejuicios, que en mu-
en especial, sobre la falta de vigencia de ciertos chos casos recibe la propia ley, se profundizan
derechos (especialmente se observaron aquí los con el sesgo machista y se ensañan sobre unas
que se denominan como “sociales, económicos “malas mujeres” (así consideradas porque viola-
y culturales”), dentro del ámbito de la prisión. ron el papel que les corresponde como esposa y
madre, como “mujer” y por tanto sumisa, depen-
Es casi de Perogrullo decir que en la cárcel diente y dócil).
se vulneran los derechos. Históricamente se
constituyó como un lugar de “no derecho”, o de Haríamos mal en extender mis propias ideas
resistencia a los límites que, entre otros, puede sobre la teoría feminista a lo que han sabido de-
imponer el derecho. Y ello no solo remite a la cir y proponer las autoras de estos encuentros,
“genealogía”, sino que el presente da cuenta de verdadero ejercicio de praxis feminista.
situaciones “antijurídicas”. Las más graves, de
frontal violencia y arbitrariedad. Así como también verdadero ejercicio de pra-
xis jurídica, puesto que, y a pesar de todos los ló-
Pero no es lo mismo que ello surja de investi- gicos recelos, las autoras de estas descripciones
gaciones externas a que la propia percepción de y propuestas confían en la herramienta jurídica
las internas arribe a la descripción de las cárce- para la denuncia y el reclamo. Ese tal optimismo
les en la actualidad como el lugar privilegiado de es de resaltar.

248 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Gabriel I. Anitua

Como ya hemos dicho, y no nos cansaremos ni (1999), no es posible hablar de derechos en la


de repetir, una de las virtudes del trabajo realiza- cárcel, en su verdadero sentido, y a la vez recono-
do en forma colectiva es el de la reivindicación cer lo que esta es y produce. Parece necesario ad-
de las personas privadas de su libertad como su- mitir que el discurso jurídico, no solamente peca
jetos de derechos. Creemos que de esta manera por omisión, sino que ha legitimado las relacio-
se han visibilizado a sí mismas las mujeres que nes de poder existentes e impide los cambios pa-
aprendieron a percibir también su capacidad cificadores (para lo que históricamente han sido
para actuar en nombre propio por la defensa y más útiles las acciones informales).
exigencia del cumplimiento de sus derechos y
los de otros, así como para participar en las de- Esto no implica negar el rol transformador que
cisiones que hacen a las condiciones en que se ese derecho cómplice puede, con todo, cumplir.
produce su detención. Al contrario, esta idea reconoce la potencialidad
del derecho para subvertir las mismas categorías
Ese aprendizaje fue fundamental para todos, jurídicas y las normas existentes, y sobremanera
los que así advertimos la necesidad de dialogar las prácticas consolidadas por su mera repeti-
con las personas que sufren la concreta situa- ción.
ción de ausencia de derechos. Y que aprendimos
otras cosas, pues este trabajo de extensión fue En cualquier caso, reconocer esa potenciali-
también un trabajo de investigación, ya que a la dad debe, necesariamente, reconocer también
vez que se discutían herramientas jurídicas, se sus límites. Y con ello saber que, en definitiva,
podía obtener valiosa información de los testi- esas estrategias deben insertarse en prácticas
monios de primera mano de estas personas que políticas más amplias.
nos permiten conocer qué es la cárcel, y que es lo
que produce, material y jurídicamente. A través También ellas surgieron en los talleres y guían
de la articulación con personas que están o es- acciones futuras del grupo de trabajo. Al pregun-
tuvieron privadas de la libertad, estudiantes, do- tarse por los problemas y necesidades de las mu-
centes universitarios y distintas organizaciones, jeres presas, más allá de las creadas por el propio
cooperativas, y grupos se ha logrado desnatura- ordenamiento jurídico y que reclaman más bien
lizar la violación sistemática de derechos, al mis- una no intervención estatal, es que surge la ne-
mo tiempo que, más prudentemente, y como ya cesaria relación con los bienes y servicios que el
señalé, potenciar las capacidades y herramien- Estado ofrece o puede o debe ofrecer a la pobla-
tas de acción que las actoras poseen. ción en general (y en forma universal) y en par-
ticular a la población encarcelada (y destacando
La política penal en general, así como el ope- los principios de igualdad y de diferencia, espe-
rador jurídico en el caso concreto; y para ayudar cialmente por tratarse de mujeres). Sobre esta
o denunciar a ambos el que reflexiona desde la última, cabe tener presente que dicho rol estatal
Universidad, debe tener en cuenta a la realidad. pareciera estar definido legalmente de manera
La realidad que se presenta como ineludible (y contradictoria. Por un lado, el Estado debe reco-
también insoportable) a quienes realizan esta nocer y respetar un conjunto de derechos huma-
investigación es la de las violaciones a los dere- nos básicos plasmados en la legislación nacional
chos humanos de quienes cumplen una pena o y los compromisos internacionales a toda perso-
antes de que ella se imponga y mientras están na, incluso en prisión. Por otro lado, la cárcel se
detenidas. Precisamente, quienes mejor advier- ha constituido, como ya hemos dicho, como ins-
ten los alcances y contenidos concretos de esa titución social precisamente a partir de la nega-
realidad son las detenidas, y donde ello mejor se ción (o disminución) del conjunto de derechos
percibe es dentro de la prisión. humanos, incluyendo los que se proclamen ex-
presamente en dicho ámbito.
Por todo lo dicho, al menos desde un punto
de vista estratégico es necesario insistir en las Y es por ello que la invitación final de estas
relaciones con el derecho, en las posibilidades breves líneas se destina a pensar políticamente.
de exigencia del derecho colectivo o individual, El objetivo final no es otro que contribuir a mejo-
pensados como espacios de libertad dentro de rar las condiciones de vida de las personas presas
la lógica del encierro. Pero, como afirma Pavari- en las cárceles, y ello es posible de ser realizado

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 249


DPyC Criminología DOCTRINA

con investigaciones y participación en lo que su- FOUCAULT, M., “Vigilar y Castigar. Nacimien-
cede tras los muros, con una visibilización que to de la Prisión”, Siglo XXI, Buenos Aires, 1998-
funciona denunciando los abusos que sufren y 1975.
mostrando las privaciones añadidas a la falta de
libertad a que se ven sometidas, así como hacer GUAL, R., “Formando penalistas que no sien-
emerger su condición de personas y ciudadanos, tan pena. Una facultad de derecho de espaldas a
ante sí mismos, ante los responsables políticos y la prisión (y los presos)”, PITLEVNIK, L. (comp.),
ante la opinión pública. Universidad y conflictividad social, Ed. Didot,
Buenos Aires, 2012.
IV. Referencias
HABERMAS, J., “Teoría y Praxis. Estudios de
ANITUA, G. I., (2015), “Historias de los pen- filosofía social”, Ed. Tecnos, Madrid, 1997-1963.
samientos criminológicos”, Ed. Didot, Buenos
Aires. HORKHEIMER, M., “Teoría Tradicional y
Teoría Crítica”, en Teoría Crítica, Ed. Amorrortu,
ANITUA, G. I. - GUAL, R., “Sobre una reforma Buenos Aires, 2008-1938.
legal que anuló el control jurisdiccional de la eje-
cución de la pena en sede federal”, Revista Nueva MELOSSI, D. - PAVARINI, M., “Cárcel y fábri-
Doctrina Penal, 2009/A, Ed. Del Puerto, Buenos ca. Los orígenes del sistema penitenciario (siglos
Aires. XVI-XIX)”, Ed. Siglo XXI, México, 1980-1975.
ANITUA, G. I. - GUAL, R., “Privación de la li- NELKEN, D., “Comparative Criminal Justice:
bertad”, Ed. Didot, Buenos Aires, 2015. Making Sense of Difference”, Sage, Londres, 2010.
BRANDARIZ GARCÍA, J. A., “Gran Recesión NEUMAN, E., “Evolución de la pena privativa
y cambio de ciclo del expansionismo punitivo: de libertad y regímenes carcelarios”, Ed. Panne-
¿hacia una actualización de la crítica al sistema dille, Buenos Aires, 1971.
penal?”, Delito y sociedad: revista de ciencias so-
ciales, 38, UNL, Santa Fe, 2014, ps. 31-4. NEUMAN, E., “Los que viven del delito y los
otros”, Ed. Siglo XXI, México, 1991.
CARRANZA, E., “Los Sistemas Penitenciarios
en América Latina y el derecho comparado. Es- PAVARINI, M., “Castigar al enemigo: crimi-
tándares internacionales”, ILANUD, San José, nalidad, exclusión e inseguridad”, Flacso, Quito,
2013. 2009.
CHRISTIE, N., “Los límites del dolor”, Fondo
PAVARINI, M., “La miseria del reformismo pe-
de Cultura Económica, México, 1984.
nitenciario”, prólogo a RIVERA BEIRAS, I. - SALT,
CHRISTIE, N., “La industria del control del M., Los derechos fundamentales de los reclusos
delito. ¿La nueva forma del holocausto?”, Ed. del (Argentina y España), Ed. del Puerto, Buenos
Puerto, Buenos Aires, 1993. Aires, 1999.

CENTRO DE ESTUDIOS LEGALES Y SOCIA- PAVARINI, M., “Lo scambio penitenziario. Ma-
LES, “Derechos humanos en Argentina. Informe nifesto e latente nella flessibilitá de la pena in
anual 2015”, Ed. Siglo XXI, Buenos Aires, 2015. fase esecutiva”, Ed. Martina, Bologna, 1996.

COMITÉ CONTRA LA TORTURA DE LA CO- PROCURACIÓN PENITENCIARIA DE LA NA-


MISIÓN PROVINCIAL POR LA MEMORIA CIÓN, “Informe Anual 2014. La situación de los
(CPM-CCT), “Informe anual 2015. El sistema de derechos humanos en las cárceles federales de la
la crueldad IX”, CPM, La Plata, 2012. Argentina”, PPN, Buenos Aires, 2015.

DEL OLMO, R., “¿Por qué el actual silen- RIVERA BEIRAS, I., “La devaluación de los de-
cio carcelario?”, BRICEÑO-LEÓN, R. (comp.), rechos fundamentales de los reclusos. La cons-
Violencia, Sociedad y Justicia en América Latina, trucción jurídica de un ciudadano de segunda
Clacso, Buenos Aires, 2002. categoría”, Ed. J. M. Bosch, Barcelona, 1997.

250 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Gabriel I. Anitua

RUSCHE, G. - KIRCHHEIMER, O., “Pena y es- Universidad de Chile, Instituto de Asuntos Públi-
tructura social”, Ed. Temis, Bogotá, 1986-1938. cos, 2015.
SÁNCHEZ CEAL, M. - PIÑOL ARRIAGADA, D., SANTOS, B. de SOUSA, “Conocer desde el
“Condiciones de vida en los centros de privación sur: para una cultura política emancipatoria”,
de libertad en Chile. Análisis a partir de una en- Facultad de Ciencias Sociales, UNMSM, Lima,
cuesta aplicada a seis países de Latinoamérica”, 2006. u

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 251


Penal juvenil

DOCTRINA
NOTA A FALLO

DPyC Penal juvenil NOTA A FALLO

CAPACIDAD 3. — El sobreseimiento dictado a favor de un menor


en razón de no ser punible por su edad debe
Menores. Responsabilidad penal. Necesidad de confirmarse, pues no puede fundarse en una
escucharlo en el proceso penal. Sobreseimiento. causal distinta sin avanzar en la sustanciación
Causal más beneficiosa. Disidencia. del proceso contra menores no punibles en
función del hecho imputado. (Del voto en di-
Hechos: El juez sobreseyó a una persona en ra- sidencia del Dr. González Palazzo).
zón de no ser punible por su edad. La Defensa
apeló la decisión. La Cámara acogió el remedio CNCrim. y Correc., sala VI, 22/03/2018. - M. M., M.
intentado y la revocó. E. s/ robo - sobreseimiento.

1. — El auto de sobreseimiento de un menor en [Cita on line: AR/JUR/3133/2018]


razón de no ser punible por su edad debe re- 2ª Instancia.- Buenos Aires, marzo 22 de 2018.
vocarse, pues conforme lo ordenan los arts. 12
y 40 de la Convención sobre los Derechos del Considerando:
Niño, antes de desvincular del proceso penal a
un menor, es necesario escucharlo en los tér- I. Intervenimos en la apelación interpuesta por la de-
minos del art. 294 del Cód. Proc. Penal. fensa de M. E. M. M. a fs. 26., contra el auto de fs. 23/25
que lo sobreseyó en razón de no ser punible por su edad.
2. — El sobreseimiento dispuesto al imputado en
razón de no ser punible por su edad debe revo- El doctor Lucini dijo:
carse, por cuanto se debe escuchar al menor,
ante la mera posibilidad de que el curso de la He sostenido en reiteradas oportunidades que con-
investigación derive en una causal más bene- forme lo ordenan los artículos 12 y 40 de la Convención
ficiosa que la aplicada en el sobreseimiento sobre los Derechos del Niño previo a desvincular del
dictado. (Del voto del Dr. Cicciaro). proceso penal a un menor es necesario escucharlo en

Inimputabilidad La ostensible insuficiencia de nuestro actual


ordenamiento procesal penal para atender con
por menor edad e humana dignidad la regulación del enjuiciamien-
to de quienes, por razones de minoridad, carecen
indagatoria. de imputabilidad y resultan, por tanto, penal-
mente irresponsables, ha llevado en el caso que
Un oxímoron procesal nos ocupa, a que los jueces que hicieron mayoría,
aunque animados, sin duda, por sus mejores in-
tenciones, consagraran a la postre una verdadera
Por Miguel Ángel Almeyra antinomia en el cabal y preciso sentido académi-
co de esta expresión.
La muy breve sentencia que motiva este es- Así es, en efecto, pues para procurar brindar-
colio también, por cierto, muy breve, sirve para le una supuesta (y eventual) mejor solución a
poner al descubierto las falencias que acusa la situación procesal del causante, sobreseído,
actualmente la situación procesal del menor como se anticipó, por la causal del quinto ordi-
de dieciséis años de edad al que se le atribuye nal del art. 336, CPP, creyeron los magistrados
la comisión de un delito de derecho criminal y encontrar que la mejor forma de satisfacer lo
el error con el que, por simple mayoría, ha sido prescripto por el art. 12.2 de la Convención sobre
resuelto el caso que llega en alzada por recurso los Derechos del Niño, aprobada por ley 23.849
de la defensa cuyos agravios, que infortuna- (BO 22/10/1990) y hoy incorporada a la CN por
damente no han sido relacionados en el auto imperio de la reforma del año 1994, era oírlo en
revocatorio, han debido orientarse, segura- formal declaración indagatoria (art. 294, Cód.
mente, a su disconformidad con la declaración cit.), figura procesal está caracterizada, con todo
de inimputabilidad de su asistido y a su conse- acierto, como uno de los actos más ignominiosos
cuente absolución instructoria con sustento en del sistema instituido por nuestro ordenamien-
esa circunstancia. to procesal que, aunque derogado, continúa vi-

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 255


DPyC Penal juvenil NOTA A FALLO

los términos del artículo 294 del Código Procesal penal El doctor Cicciaro dijo:
de la Nación (ver de esta Sala la causa N° 11593 “D. O.
E. y otros”, rta. 5/08/16 y sus citas), por lo que voto por Habiendo escuchado la grabación respectiva, deli-
revocar la decisión en examen. berado con mis colegas y sin preguntas que deba for-
mular, emito mi voto.
El doctor González Palazzo dijo:
En tal sentido, adhiero a la solución que propicia
P. G. N. el 30 de diciembre de 2017 estaba en la in- el juez Lucini, puesto que resulta atendible el agravio
tersección de E. y D. B. C. de esta ciudad, cuando un de la defensa, en cuanto a la necesidad de escuchar
sujeto a bordo de una motocicleta arrebató su celular y al menor M. E. M. M., ante la mera posibilidad de que
se fugó hacia el Barrio.... el curso de la investigación derive en una causal más
beneficiosa que la aplicada en el sobreseimiento dicta-
La víctima reconoció en ese lugar con la prevención do (arts. 12.2 de la Convención sobre los Derechos del
al imputado como su agresor y no se advierte que lo Niño y 337 del Código Procesal penal).
hiciera motivada en un interés o una circunstancia que
permita descalificar su relato. II. De lo que resulta del acuerdo que antecede, el Tri-
bunal resuelve: Revocar el auto de fs. 23/25. Regístrese,
De ese modo, los elementos reunidos tornan invia- notifíquese y devuélvanse las presentes actuaciones
ble que el sobreseimiento dispuesto pueda fundarse al juzgado de origen, sirviendo lo proveído de atenta
en una causal distinta de la invocada por el magistrado nota de envío. Se deja constancia que el juez Rodolfo
de la instancia anterior sin avanzar en la sustanciación Pociello Argerich, subrogante de la Vocalía N° 3 de esta
del proceso contra menores no punibles en función del Cámara, no lo hace por encontrarse en uso de licen-
hecho imputado. cia y que lo hace el juez Juan Esteban Cicciaro lo hace
en su condición de Presidente de la Cámara a raíz de
Conforme ello la solución propuesta por la defensa la disidencia suscitada (artículo 109 del RJN). — Julio
no se ajusta al mejor interés del niño y, por lo tanto, M. Lucini. — Mariano González Palazzo. — Juan E.
corresponde homologar la decisión en análisis. Cicciaro (en disidencia).

gente por hallarse en situación de vacatio legis recibirle la bien llamada declaración indagatoria
(DNU 275/2015) el impuesto por la ley 27.063 al menor inimputable.
(BO 10/12/2014).
En primer lugar, la antinomia surge en extremo
No está de más recordar que en este último clara de lo prescripto por el art. 412 del denomi-
cuerpo legal, se ha firmado el acta de defunción nado Código Levene que, en lo que aquí interesa,
de ese instrumento de fuerte raigambre inqui- dispone que el tribunal evitará, en lo posible la
sitiva (art. 69), cuyo carácter persecutorio surge presencia del menor en los actos de la instruc-
con transparente claridad con solo recordar que ción y observará lo dispuesto a su respecto en el
por lo menos hasta hoy, es el primer acto de pro- art. 76; y en este último precepto, también en lo
cedimiento que interrumpe el curso de la pres- que ahora importa destacar, se predica que si el
cripción de la acción penal (art. 67.b, CP) y que imputado fuere menor de dieciocho [18] años sus
en cuanto a su estructura formal, la diligencia derechos de parte podrán ser ejercidos también
se integra con lo que alguna vez dio en llamar- por sus padres o tutor cualquiera de los cuales,
se, con exquisita prosa y adecuada semántica, el desde luego, podrá ofertar las diligencias pro-
interrogatorio exploratorio del causante (art. 299, batorias que autoriza el art. 199 id., si es que el
párr. 2º, CPP). tribunal no acude al principio de la denominada
investigación judicial autónoma (art. 194 ibidem)
Ocurre, que por encima del desacierto que o el fiscal, en su caso, no completa la pesquisa
envuelve la idea de construir la inocencia del para confirmar, si se lo estima necesario, la ino-
imputado a partir de su propio relato —él, como cencia del inimputable que, va de suyo, nunca
se sabe, constitucionalmente es un no culpable podrá ser condenado en contradictorio por su
hasta que se demuestre lo contrario— no pare- incapacidad procesal para estar en juicio.
ce, incluso en el estrecho marco de la ley pro-
cesal aplicable al caso, que el derecho del niño Precisamente, en coincidencia con lo expuesto
a ser oído¸ aún en un supuesto como el que nos y para todos los supuestos en que se presumiere
inquieta, encuentre su mejor encauzamiento en la inimputabilidad del encausado en el momen-

256 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Miguel Ángel Almeyra

to del hecho, el nuevo Código Procesal que ha pendido— brindan una adecuada solución para
de regir solo en el ámbito de la justicia federal atender un agravio como el que la cámara de
dispone en su art. 66 que [s]i se presumiere que apelaciones consideró bien fundado resguar-
el imputado, en el momento de cometer el hecho, dando así el llamado interés superior del niño,
padecía alguna alteración mental que le impidie- que para nada se concilia con el fuerte impacto
ra comprender la criminalidad del acto o dirigir emocional propio de la violencia institucional
sus acciones, sus derechos de parte serán ejer- que genera la formulación de los cargos, aun-
cidos por el defensor particular o, en su caso o que eufemísticamente le llamemos a este as-
en su defecto por el defensor público [y si fuere pecto de la diligencia instructoria: la intimación
menor de dieciocho años] podrán ser ejercidos de la imputación. Así lo percibió claramente la
también por sus padres o tutor [...] —el énfasis ha CorteIDH en la OC 17/2002 del 28 de agosto de
sido añadido—. 2002 (parág. 129 y ss.) donde acuñó el principio
de estricta indispensabilidad del llamamiento
Cualquiera de los dos regímenes —el dero- del menor a explicarse sobre una imputación
gado aplicado en el caso o el vigente pero sus- penal. u

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 257


Comentario bibliográfico
DPyC Comentario bibliográfico DOCTRINA

Antecedentes penales en la Argentina


Ad Hoc, Buenos Aires, 2018
Carlos A. Carnevale

Por Gabriel I. Anitua

El libro que comento es un aporte muy importan- No en vano comienza su trabajo analizando si existe
te a un tema sensible, de actualidad, pero también de un derecho a la resocialización que, en definitiva, jus-
antigua existencia. Entiendo que es muy importante y tifique la exigencia de reinserción laboral, minimizan-
necesario analizar jurídicamente el concepto y, sobre do los efectos estigmatizantes de la pena. En efecto,
todo, la consecuencia sobre los derechos de las perso- comprueba su existencia, más allá de que, como nos
nas que conlleva la registración y la publicidad de los recordaba Alfredo Zitarrosa y antes Bartolomé Hidalgo
antecedentes penales. La aparición de un libro sobre alertando (en la milonga, “la ley es tela de araña”), con
ello da cuenta de una suerte de despertar de los estu- un pero “hay su dificultad en cuanto a su ejecución”.
dios jurídico-penales, que comienza a centrarse sobre Ello lo lleva a Carnevale a insistir, de entrada, en una
los aspectos realmente relevantes de nuestra legislación modificación de la legislación existente en materia
vigente. Y también nos habla de la valía intelectual de de antecedentes penales, para permitir un avance en
su autor, Carlos A. Carnevale, que sale muy bien parado la última etapa del proceso de resocialización. Y para
del valiente abordaje de esta tan importante cuestión. evitar los posteriores problemas para la persona que
intenta reubicarse en la sociedad mientras su nombre
La principal afectación a los derechos de las perso- y apellido quedan insertos en los registros de reinci-
nas se deriva de la naturaleza vinculada con el control dencia, circunstancia que mengua claramente sus po-
de la reincidencia y la lógica de un derecho penal de sibilidades de promoción laboral (en conjunto con la
autor, propia del positivismo, y la imposición de estig- falta de apoyo estatal y con el rechazo de la sociedad
mas, propia del poder punitivo tardo medieval. Todo en general).
ello, en el presente adquiere una mayor trascenden-
cia dada las prácticas habituales de comprobación de Advierte Carnevale en ello cierta contradicción con
los antecedentes por parte de los empleadores tanto la relación proclamada entre prisión y reinserción la-
públicos como privados, fenómeno que ha ido en au- boral, a lo que dedica el siguiente capítulo. Reconoce
mento en los actuales momentos de crisis económica. que el Estado, a través de sus políticas carcelarias, pue-
de hacer un esfuerzo para lograr la adopción de hábi-
Por esto último, y como con buen criterio lo declara tos laborales, así como la necesaria capacitación, pero
Carnevale, la cuestión fundamental radica en determi- que a partir de que las personas recuperan la libertad,
nar el alcance que debe tener la publicidad de los re- se encuentran en una desventaja y contradicción con
gistros de antecedentes. La decisión político criminal dicha finalidad, producto de la estigmatización que el
acerca de si debe tratarse de una información pública, propio Estado genera mediante el registro de antece-
accesible a cualquiera, o bien ser parcial o totalmente dentes penales.
confidenciales, tiene importantes implicaciones para
el futuro de la persona condenada y la vulneración de Tras ello Carnevale rastrea el origen y la evolución
sus derechos, tanto laborales como de otro carácter y de los antecedentes penales. Es este un trabajo his-
que se vinculan, todos, con la dignidad de la persona. tórico muy valorable. Más allá de la íntima conexión
de esos datos con el presente que le preocupa, cierta-
El autor, que utiliza fuentes extranjeras que analizan mente el autor da cuenta allí de la permanencia de la
con detenimiento el instituto, retoma de ellos (en es- lógica del “estigma”, que como se recordará es la pa-
pecial de la muy sugerente obra de James Jacobs y de labra griega que da cuenta de las marcas en el cuer-
Elena Larrauri) una especie de ponderación entre la po (antes de que se hiciese popular la voz “tatuaje”,
búsqueda de prevención y seguridad social, así como propia de los nativos del Pacífico). Esa, la de marcar
el alcance de la libertad de expresión y la transparen- los cuerpos, era la práctica y la naturaleza del casti-
cia judicial, por un lado, contra la protección de la go penal desde que surgió a fines de la Edad media y
intimidad, la dignidad y la idea de rehabilitación que hasta solamente unos doscientos años. La finalidad
procura la pena, por el otro lado. evidentemente “estigmatizante” ha quedado como
rémora de ese origen, y se adunó a otros objetivos
En tal sentido, Carlos Carnevale deja claro donde poco liberales que impuso la criminología positivista
está posicionado. a fines del siglo XIX.

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 261


DPyC Comentario bibliográfico DOCTRINA

Ello es analizado por el autor en esa verdadera ge- Hay aquí un brillante y completo trabajo compara-
nealogía que se observa en el análisis del surgimiento tivo. Se opone de alguna manera lo que está vigente
de los registros de antecedentes penales en la Argen- en los países anglosajones como los Estados Unidos,
tina y en el reconocimiento de que, en ese marco, el Australia e Inglaterra (donde parece primar la idea
del positivismo, ya se encontraban presentes los pro- de protección a la sociedad), con lo que está vigente
blemas relativos a la reinserción y sus tensiones y con- en Europa, donde se analiza el sistema de Holanda,
tradicciones. Francia, España y Alemania (donde según el autor se
propende el equilibrio con los intereses socializadores
En el medio de estas dos reflexiones históricas, el au- del individuo). Esas referencias siempre tienen como
tor introduce un capítulo sobre “Control social y estig- eje de la mirada lo vigente y lo reformable en el siste-
matización” en el que además de insistir en esas tensio- ma argentino, lo que luego va a ser comparado con los
nes también comienza a advertir problemas derivados diferentes sistemas vigentes en las legislaciones de los
del avance de las tecnologías y telecomunicaciones en países de América Latina.
la actualidad, lo que ciertamente dificulta el control de
la difusión de la información sobre las condenas. Esa comparación con el régimen argentino se hace
expresa y es de gran utilidad aclaratoria. Incluso es in-
Esas realidades genealógicas y sociológicas dan teresante el análisis comparado y el concreto de cada
cuenta de los problemas generados por la legislación uno de eso países, pues se advierte que esos grandes
vigente, que son analizados por Carnevale con preci- sistemas se verán atenuados a la hora de aplicarse a
sión y con una analítica que mejora su comprensión. aquellos problemas concretos que el autor fue desta-
cando previamente.
Lo que advierte el autor es que para la gran mayoría
de los trabajos del sector privado se exige la presenta- La tarea de la comparación de sistemas legales,
ción del certificado de antecedentes penales. Lo mis- que yo mismo he realizado en varias obras (siguiendo
mo ocurre para muchos puestos dentro de la adminis- siempre la línea de investigación señera del profesor
tración pública. Con la agravante de que, para ingresar Edmundo Hendler), es fundamental para pensar las
a los organismos estatales, la misma ley es la que suele reformas legales. Del mismo modo que en este caso
exigir la carencia de antecedentes, sin ningún tipo de Carnevale da cuenta de la legislación vigente, de los
distinción. Ello hace que eso no dependa solamente problemas sociales y de la historia, recurre a la com-
de la lógica del mercado, ya de por sí discriminatoria. paración con otros sistemas. Siempre con esa misma
El autor menciona algunos ejemplos que excepcionan finalidad: la de cambiar.
esa discriminación legal, como la reciente regulación
en el Ministerio Público Fiscal de la Nación, o en el go- En lo que hace a la comparación de sistemas y nor-
bierno de la ciudad de Buenos Aires. mas “reales”, algunos estudios han revelado, especial-
mente en el ámbito anglosajón, la importancia supre-
En todo caso, lo que recomiendo vivamente sea leí- ma que el método comparativo alcanza en el estudio
do con atención por el lector, tanto por curiosidad aca- de los distintos sistemas en los que se aplica el derecho
démica como por compromiso político y jurídico, es lo para lograr la transformación normativa, social y cul-
que sigue. Allí se da cuenta de problemas concretos en tural de fenómenos como el que aquí se analiza con
los que otras leyes deben ser complementadas con las detenimiento.
ya mencionadas. Así se analizan algunos problemas de
registro, como el de la suspensión del juicio a prueba, Y ha de destacarse de este libro y del trabajo del
el de los antecedentes durante la minoría de edad, así autor para elaborarlo que sus resultados tienen altas
como la situación de las restricciones para conducir, y posibilidades de ser aplicados o transferidos, tanto al
especialmente el de los procedimientos (no reglados) medio académico universitario, como al forense o de
para cancelar el registro de los antecedentes. la práctica de abogados y actores del sistema de jus-
ticia, e incluso al político en sentido más amplio, en
En todo ese análisis se hace uso de las habitua- lo que hace a las propuestas de tipo legislativas que se
les herramientas de los estudios del derecho. Y se da exponen y proponen.
cuenta de mucha jurisprudencia, así como de legisla-
ción tanto penal como administrativa, siempre olvi- Existe una evidente vocación de que la obra “sir-
dada en los análisis jurídico-penales pero que, como va” (pero no que sea “servil” al poder, sino que sirva
ya he dicho, suele ser la que con más vigor afecta los para garantizar derechos humanos). En todo caso,
derechos humanos. Carnevale quiere que su libro sea útil. Ello se ob-
serva en el subtítulo elegido: Análisis práctico de la
De lo más interesante del libro, ya de por sí intere- ley 22.117. La practicidad no está alejada de la crí-
sante hasta el momento como espero haber podido tica a dicha ley. También se analizan críticamente,
traslucir, es el análisis que hace Carnevale de los siste- por cierto, los proyectos de reformas de los últimos
mas de regulación en otros países. años.

262 • Derecho Penal y Criminología - AÑO vIII • Nº 09 • OCTUBRE 2018


DPyC Gabriel I. Anitua

Gracias al aporte de este libro sabemos que la ne- libro importante y fundamental para quien compar-
cesaria reforma legal del registro de los anteceden- ta la preocupación sobre las afectaciones a los de-
tes penales debe tener en cuenta la actualización le- rechos de las personas. Para entender cómo llega el
gislativa y la modernización del trámite, la cuestión autor a ello y qué propuestas pueden realizarse, no
de la petición a efectos laborales, el alcance de la queda más que introducirse en el libro y aprovechar
información contenida en los registros (su carácter del mismo toda la información e inteligentes suge-
reservado o no), el tiempo de permanencia de esa rencias que contiene.
información, los sistemas de cancelación de ante-
cedentes penales y la autorización de exigencia del Espero que la lectura de esta invitación a ello haga
certificado para supuestos específicos (calificación que quien tiene el libro en sus manos se sumerja en
para un trabajo concreto, como conducir, o para es- sus páginas con el ánimo favorable hacia su autor, ha-
tar en contacto con menores de edad, etc.). En fin, cia el libro, y hacia esas personas que merecen vivir en
una gran cantidad de cuestiones que desconocía- sociedad sin discriminaciones y dificultades añadidas
mos o no teníamos sistematizadas antes de leer este en forma inconveniente. u

AÑO vIIi • Nº 09 • OCTUBRE 2018 - Derecho Penal y Criminología • 263


SE TERMINÓ DE IMPRIMIR EN LA 2da. QUINCENA DE OCTUBRE DE 2018
EN LOS TALLERES GRÁFICOS DE “LA LEY” S.A.E. e I. - BERNARDINO RIVADAVIA 130
AVELLANEDA - PROVINCIA DE BUENOS AIRES - REPÚBLICA ARGENTINA

También podría gustarte