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1. INFORMACIÓN GENERAL
2. OBJETIVOS
El renacimiento de la filosofía política en clave liberal que Rawsl hace emerger a través
de su obra, puede circunscribirse a varios ámbitos: el metodológico, el político y el
moral. Desde la primera perspectiva, este autor renueva el núcleo metodológico propio
de las tradiciones modernas, racionalistas, ilustradas y liberales, al tiempo que rechaza
para el fundamento de tal núcleo elementos metafísicos. Esto es, Rawls, revitaliza la
metáfora contractualista en virtud de la cual es posible recuperar un modo de hacer
filosofía práctica, y en el cual lo más relevante sería preguntarse cómo puede ordenarse
una sociedad de tal manera que sus instituciones respeten, a través de procedimientos
justos, la pluralidad de nociones de vida buena presentes en su interior y, por lo tanto,
promuevan una convivencia social pacífica.
Con respecto al ámbito moral, la renovación del ideario político liberal tiene como
centro de gravedad la idea según la cual esas instituciones políticas se deben
fundamentalmente a la defensa del derecho inviolable de igual libertad individual. Así
las cosas, Rawls renueva la noción moral por excelencia del liberalismo, esto es, la
tolerancia; tolerancia que permitiría el restablecimiento de la primacía de la justicia
sobre las distintas nociones de bien para los ordenamientos sociales. Dicho de otro
modo, este intento de una nueva base moral para el liberalismo acompañado de la
primacía de lo justo sobre lo bueno, permitiría, según John Rawls, resolver las tensiones
largamente presentes entre libertad individual y libertad política. En este autor es
importante comprender que las libertades políticas deben ser consideradas como
libertades básicas, pues sólo a través de ellas es posible ofrecer, mantener y
salvaguardar un principio de justicia como equidad, que sirva tanto para la protección de
la autonomía pública como para la defensa de la posibilidad de realizar en el mundo
social, la libertad individual y la autonomía privada.
Si bien cada uno de los autores que atribuyen a Rawls la gran amenaza de la nivelación
de las particularidades culturales a través del discurso propiamente moderno de los
derechos humanos, no por ello pueden enfrentarse a su obra sin un gran conocimiento
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de ella y de sus fundamentos conceptuales. Es así que Michael Sandel, con su libro El
liberalismo y los límites de la justicia, va más allá de una mera crítica exterior a la obra
de Rawls. Por el contrario, su texto es, si se me permite, una disección de la Obra del
propio Rawls. Por esto mismo, su crítica es tan acertada y contundente: parte del
conocimiento profundo de la “anatomía” del texto rawlsiano para, posteriormente,
demostrar con sus propios argumentos, la insuficiencia no sólo de la idea de la prioridad
de lo justo sobre lo bueno sino, y como consecuencia, de los límites de la noción de
justicia en la perspectiva del liberalismo deontológico de Rawls.
Para tal efecto, Michael Sandel elabora también desde el plano metodológico, una
crítica al plantemiento rawlsiano que tendrá sus respectivas consecuencias en los planos
moral y político. De este modo, lo que el autor pretende con su obra es resaltar que el
liberalismo que refutará no es inviable simplemente porque suponga una prioridad de la
justicia sobre alguna definición sustancial del bien, sino que al tiempo, el ideal de una
sociedad justa está destinado a fracasar por los límites conceptuales del ideal mismo de
justicia. Es decir, a Sandel se le aparece el ideal de justicia como un ideal noble pero
insuficiente para responder a la pregunta ¿cómo es posible un orden social? En palabras
del mismo Sandel “El problema de una sociedad que se inspira en la promesa liberal no
es simplemente que la justicia esté siempre por realizarse, sino que la concepción es
deficiente y la aspiración incompleta” (Sandel, 2000: 14).
Al tiempo, su crítica no se limita a describir lo que para él son los límites conceptuales
del liberalismo deontológico rawlsiano sino que, además, denuncia lo que para él es el
fracaso de liberalismo mismo: la unidad o noción del yo establecida desde la
perspectiva rawlsiana. Es en el núcleo de la concepción rawlsina donde Sandel establece
la necesidad de re-pensar una subjetividad que no puede y no debe, sobre todo, ser
comprendida como una “unidad del yo” desligada de las diferentes compresiones de lo
bueno que dieron lugar a su génesis misma. Esto es, para que pueda darse una sociedad
como la planteada por Rawls, los sujetos deben, por condición, ser pensados como
independientes unos de otros, autosuficientes y, sobre todo, separados de sus intereses y
lazos sociales. Es aquí donde para Michael Sandel se ubica el punto de quiebre con la
subjetividad rawlsina. Pensar los sujetos como agencias solo de elección y voluntad, y
no como sujetos que reflexionan sobre los fines que se le aparecen a través de prácticas
culturales y costumbres comunitarias, produce no sólo desarraigamiento moral sino,
además, que las demandas de justicias pensadas como una virtud, se conviertan en
efecto, en un vicio de la justicia. Si el punto de partida como presupuesto para la
constitución de una sociedad bien ordenada es una demanda de justicia, evidencia que
en efecto el punto de partida es el desequilibrio mismo, no la solidaridad o la cohesión
moral. De este modo, el sujeto del liberalismo necesita desde la perspectiva del contrato
–La posición original-, aparecer alejado de sus propios fines y por tanto incluso anterior
a ellos, como una agencia que tiene su validez solamente en la capacidad de elección y
no en la capacidad de reflexionar sobre lo que elige. En consecuencia, para Sandel no
sería posible, colectivamente, establecer un ordenamiento social justo, sino un universo
moral “desencantado” en el cual los sujetos están incapacitados para construir un orden
solidario y cohesionado por la moralidad en virtud de la cual puede lograrse el bien
común. En palabras del autor: “Al poner al “yo” más allá del alcance de la política, [el
liberalismo] hace de la agencia humana un artículo de fe en lugar de un objeto de
atención y preocupación continuas, una premisa de la política en lugar de su precaria
conquista. Esto elude el pathos de la política y a su vez sus más inspiradoras
posibilidades” (Sandel, 2000: 227).
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4. ENUMERACIÓN DE CONTENIDOS
5. METODOLOGÍA
6. EVALUACIÓN
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Exposición: dependiendo del número de estudiantes que se inscriban al seminario,
programaremos una o dos exposiciones por persona. Se asignará un tema y el texto
correspondiente a ella, el cual será expuesto en cada sesión. La exposición consistirá en
la lectura de un texto escrito por el (la) estudiante, sobre el tema elegido y en el cual se
debe dar cuenta de las tesis principales del texto asignado. La calificación tendrá un
valor del 25%.
7. BIBLIOGRAFÍA
Textos complementarios
BOTERO, Juan José (2005) (Editor) Con Rawls y contra Rawls. Bogotá, Universidad nacional
de Colombia.
GRUESO, Delfín Ignacio (2005) (compilador) John Rawls. Legado de un pensamiento. Cali,
Universidad del valle
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LÓPEZ Lopera, Liliana (2007) Las ataduras de la libertad. Autoridad, igualdad y derechos.
Medellín, Fondo Editorial Universidad Eafit - Escuela Nacional Sindical.
RAWLS, John (2006) Liberalismo político. México, Fondo de Cultura Económica.
THIEBAUT, Carlos. Vindicación del ciudadano. Un sujeto reflexivo en una sociedad compleja.
Barcelona, Paidós, 1998.