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DISEÑO Y DESARROLLO DE UN
CURRÍCULUM QUE ATIENDE A LA
DIVERSIDAD Y ESTRATEGIAS DE ATENCIÓN
A LA DIVERSIDAD EN EL SISTEMA
EDUCATIVO
6.1.2.4. Evaluación
Hasta 1990 la estructuración del sistema educativo en dos sistemas paralelos, el ordinario
y el especial, determinó la configuración de dos currículo paralelos, uno dirigido hacia los alumnos
“normales” y otro dirigido hacia los alumnos que presentaban alguna discapacidad. De esta forma,
el currículum especial iba enfocado a los alumnos matriculados y escolarizados en los centros
específicos de Educación Especial y, en el periodo comprendido entre los años 1984/1985-1990
(programa experimental de integración escolar), a aquellos alumnos integrados en los centros
ordinarios (alumnos a los que se les había tenido que elaborar un Programa de Desarrollo
Individual (P.D.I.)).
2º NIVEL
• Destinado a la comunidad
PROYECTO CURRICULAR DE CENTRO educativa del centro
(P.C..C.) • Competencia del centro
educativo
3er NIVEL
• Destinado al grupo-clase
PROGRAMACIÓN DE AULA • Competencia del
(P.A.) profesorado del centro
4º NIVEL
Arnaiz Sánchez y Garrido (1997) exponen una serie de requisitos que, a su juicio, deben
reunir las programaciones de aula para atender la diversidad del alumnado:
Tener muy en cuenta las características de los alumnos a los que va dirigida
(nivel de competencia curricular, motivaciones, necesidades educativas
especiales... etc.).
Cada centro, cada aula tiene alumnos con intereses, necesidades, expectativas,
motivaciones y capacidades diferentes por lo que deben aprender de forma y con ritmos
totalmente distintos y adaptados a ellos. Es imprescindible que planifiquemos una enseñanza
abierta y flexible, de ahí que los componentes curriculares con los que los profesores trabajan han
de ser también abiertos y flexibles, para que esta acomodación y adaptación a nuestros alumnos
sea una realidad de calidad.
De modo resumido, vamos a exponer algunas consideraciones en torno a cómo desde los
elementos curriculares, podemos atender la diversidad (Dirección General de Ordenación
Educativa y Formación Profesional, 1994; Jové, 2001):
También hemos de tener claro que, lejos de expresar un producto o resultado final de
aprendizaje, los objetivos apuntan al proceso que cada alumno en particular experimenta, en
relación con el desarrollo de una determinada capacidad.
No todos los alumnos desarrollarán todos los objetivos y contenidos en la misma medida
y de la misma forma, pero todos trabajarán en función de sus capacidades, expectativas y estilos
de aprendizaje; teniendo en cuenta que los objetivos generales de la etapa no se pueden nunca
modificar, sino que han de ser los mismos para todos los alumnos, “pues por encima de tener
ciertas discapacidades, son personas y como tales deben compartir con el resto de compañeros
una serie de principios éticos y vitales comunes” (Molina, 2003: 91).
6.1.2.2. Estrategias metodológicas
En líneas generales, podemos llegar a afirmar que todas las metodologías que resultan
exitosas para los alumnos sin discapacidad, también lo son para los alumnos con necesidades
educativas especiales. De todas formas, a través de numerosos estudios e investigaciones se ha
comprobado que existen algunos métodos más adecuados para los alumnos con necesidades
educativas especiales como son: la enseñanza individualizada, el trabajo cooperativo, la tutoría
entre iguales, el trabajo por proyectos y talleres, etc., sin olvidar que no existe una metodología
ideal, sino que todo depende de las necesidades, características y capacidades del niño que
tengamos delante. De todas formas, se aconseja siempre partir de lo que los alumnos conocen y
proponerles tareas al alcance de sus posibilidades.
Brennan (1988) nos ofrece un listado de criterios que deben ser tenidos en cuenta por el
profesorado a la hora de seleccionar estrategias metodológicas apropiadas para los alumnos con
necesidades educativas especiales, aunque perfectamente pueden ser aplicables a cualquier niño:
Uno de los aprendizajes que mejor se adapta a los niños con necesidades educativas
especiales, y en general a todos los niños, es el aprendizaje cooperativo. Johnson y Johnson
(1987) señala que es uno de los aprendizajes que obtiene mejores resultados, siempre y cuando
se den una serie de condiciones:
Distribuir a los alumnos entre los grupos de forma que haya una heterogeneidad
en éstos.
Es por ello que cada vez son más los recursos o medios didácticos de los que disponen
los distintos profesionales para aplicarlos a los alumnos con necesidades educativas especiales.
Sin embargo, hemos de tener cuidado de no correr el riesgo de etiquetar de nuevo el binomio
recurso-necesidad educativa especial; para ello es fundamental diseñar modelos organizativos
flexibles en todos sus elementos: agrupamientos de alumnos, flexibilidad de los horarios,
utilización de los espacios y rincones, materiales, etc., atendiendo al Reglamento de Organización
y Funcionamiento del Centro.
Dotarse de materiales y recursos que sean igualmente válidos para alumnos con
necesidades educativas especiales como para el resto.
6.1.2.4. Evaluación
De todos es sabida la importancia que tiene la evaluación en la planificación y desarrollo
del currículum. En el momento de la evaluación es necesario tener en cuenta dos aspectos: el
alumno y el proceso de enseñanza-aprendizaje. Con respecto al alumno es preciso conocer su
historia personal y escolar, nivel de competencia curricular, estilo de aprendizaje, forma de
trabajar, estrategias cognitivas, actitudes y conductas. En relación al proceso, se deben
contemplar los siguientes elementos: la organización del centro, las relaciones que se establecen
en él, la respuesta educativa que se le da a las necesidades de los alumnos, la metodología
empleada para ello, el tipo de actividades propuestas, los materiales utilizados y la adecuación del
propio proceso a las características y necesidades de los alumnos.
Hemos de señalar, que para los niños con necesidades educativas especiales, al igual
que para el resto de la clase, la evaluación ha de ser diagnóstica y formativa. La evaluación
diagnóstica nos permitirá conocer aún más al alumno, ya que podremos descubrir su nivel de
conocimientos y así ajustar la programación a sus capacidades e intereses. Mediante la
evaluación formativa, conseguiremos averiguar las dificultades que va presentando el alumno a lo
largo del proceso, ya que el profesor no sólo se ocupará de los resultados obtenidos sino de todo
el continuum del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Los centros educativos han de contar con una serie de medidas o estrategias para
responder a las necesidades educativas de los alumnos. Vamos a hacer un breve recorrido por
todas y cada una de ellas, desde las menos complejas a las que mayor complejidad encierran.
El refuerzo educativo se concibe como una “estrategia docente dirigida a satisfacer las
necesidades educativas que de modo puntual y esporádico presente algún alumno o grupo en su
proceso de aprendizaje” (Dirección General de Ordenación Educativa y Formación Profesional,
1994); es decir, “el conjunto de actividades educativas que complementan, consolidan o
enriquecen la acción educativa ordinaria y principal” (C.E.C.J.A., 2001: 38).
El refuerzo educativo es una medida que se utiliza muy habitualmente, tanto en la etapa
de primaria como de secundaria, ya que no es una estrategia que requiera de una gran
complejidad y, además, puede desarrollarse perfectamente dentro del aula ordinaria por el
profesor tutor; aunque en ocasiones es necesario la presencia de otros profesionales, como la del
profesor de apoyo a la integración o el profesor de audición y lenguaje. Para no incumplir el
principio de normalización, es preferible que este apoyo se lleve a cabo dentro del aula ordinaria
aunque se tengan que modificar determinados aspectos de la programación de aula y coordinarse
el profesor que imparte el apoyo y el profesor del área determinada.
El refuerzo educativo, al ser una estrategia para atender la diversidad, se puede planificar
según el modelo propuesto por Ubieta (2000):
Hay que tener en cuenta que el refuerzo educativo es una estrategia puntual para una
necesidad concreta, “es diferente a las adaptaciones curriculares tanto en profundidad como en
intensidad” (Almazán, 2003: 179). Se puede llegar a dar el caso de que un refuerzo educativo
prolongado en el tiempo se convierta en una adaptación curricular de poca significación.
6.2.2. Optatividad y opcionalidad
Principio de realidad: para que sea factible realizar una adaptación curricular es
necesario partir de planteamientos realistas, sabiendo exactamente de qué
recursos disponemos y a dónde queremos llegar.
Cuadro 2.8. Tipos de adaptaciones. Fuente: Arnaiz Sánchez y Grau Rubio (1997: 282)
ADAPTACIONES CURRICULARES
Los objetivos de la etapa se alcanzarán con una metodología específica a través de una
organización de contenidos, actividades prácticas y, en su caso, de materias, diferente a la
establecida. Los alumnos que una vez cursado segundo no estén en condiciones de promocionar
a tercero y hayan repetido ya una vez en secundaria, podrán incorporarse también a esta medida.
6.2.5. Programas de cualificación profesional inicial
La finalidad de estos programas es doble: por una parte, posibilitar la incorporación de los
jóvenes a la vida activa, lo que le da un carácter terminal (mediante el dominio básico de las
técnicas y conocimientos de un oficio profesional, a un nivel inferior al correspondiente al grado
medio de la formación profesional específica); y la preparación para la reinserción en el sistema
educativo, carácter propedéutico, a través de la prueba de acceso a los ciclos formativos de grado
medio de formación profesional.