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LIBRO DE BUEN AMOR

El Libro de buen amor, también llamado libro del Arcipreste o libro de


los cantares, ya que los manuscritos existentes no facilitan un título, es
una obra del mester de clerecía del siglo XIV. Es una composición extensa,
compuesta por más de 1700 estrofas de carácter variado, cuyo hilo
conductor lo constituye el relato de la autobiografía ficticia del autor, Juan
Ruiz, Arcipreste de Hita, representado en una parte del libro por el
episódico personaje de don Melón de la Huerta. Está considerada una de
las cumbres literarias españolas.
En el transcurso del argumento principal, se intercalan fábulas, alegorías,
sermones, cantigas, composiciones líricas profanas (serranillas) y
religiosas.
Además de materiales derivados del Ars amandi de Ovidio, también
se parodian los cantares de gesta; y encontramos en el libro precedentes
de La Celestina de Rojas, y sátiras dirigidas al poder igualador del dinero.
Manuscritos
Del Libro de buen amor existen tres manuscritos, ninguno completo, cuyas
divergencias hicieron pensar a Ramón Menéndez Pidal que podían
responder a dos redacciones distintas hechas por el autor en diversos
momentos de su vida:
 Manuscrito «S» por proceder de Salamanca. Por su letra, es de
comienzos del siglo XV y es el más completo, ya que incorpora
añadidos que no están en los otros dos. El colofón está atribuido a
Alonso de Paradinas.
 Manuscrito «G», por pertenecer en su tiempo a Benito Martínez
Gayoso. Está datado a finales del siglo XV.
 Manuscrito «T», por haber pertenecido a la Catedral de Toledo. Se
considera que está escrito a finales del siglo XIV.
Temática y estructura
El título con que hoy se conoce la obra fue propuesto por Menéndez Pidal
en 1898, basándose en distintos pasajes del propio libro, especialmente el
de la cuaderna 933b, cuyo primer hemistiquio reza «'Buen Amor' dixe al
libro».
En cuanto a la fecha de redacción, varía según el manuscrito: en uno el
autor afirma que lo terminó en 1330 y en otro en 1343; esta última fecha
sería una revisión de la versión de 1330 en la que Juan Ruiz añadió nuevas
composiciones.
El libro se caracteriza por su variedad de:
1. Contenido (ejemplos, narraciones amorosas, serranillas, elementos
didácticos, composiciones líricas, etc.)
2. Métrica (además de la cuaderna vía, utiliza estrofas de dieciséis
versos, estrofas zejelescas [canción árabe], etc.)
3. Tono (serio, festivo, religioso, profano, etc.)

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Los materiales centrales de que consta esta obra son:
 La introducción, donde el autor explica el sentido e interpretación del
libro. Consta de una plegaria en cuaderna vía a Dios y a la Virgen en
que solicita su ayuda, un proemio en prosa que adopta el género de
sermón culto, y otra oración invocando de nuevo el favor divino para
llevar a cabo el libro; para terminar con dos gozos líricos a Santa María.
 Una autobiografía ficticia del autor, que constituye el hilo conductor
de toda la obra, y en el que se relatan sus amores.
 Una colección de enxiemplos (apólogos, fábulas y cuentos), que
sirven como enseñanza moral y cierre de los episodios.
 La disputa entre el autor y don Amor (personaje alegórico), donde el
primero acusa al Amor como responsable de los pecados capitales, y
el segundo da consideraciones de cómo ha de ser la mujer y el galán.
 La narración de los amores de don Melón y doña Endrina
(adaptación de la comedia medieval Pamphilus).
 El relato alegórico de la batalla entre don Carnal y doña Cuaresma,
en realidad una parodia de los cantares de gesta medievales.
 Un comentario al Ars amandi del poeta latino Ovidio.
 Sátiras de tono y contenido goliardesco [estilo referido a los
estudiantes vagabundos de vida irregular que componían poesías
latinas de tema amoroso y satírico].
 Una serie de composiciones líricas religiosas, casi siempre
marianas (Gozos de Santa María).
 Un conjunto de diversas composiciones líricas profanas: el planto a
la muerte de Trotaconventos, cantigas de ciego y para escolares.
Interpretación de la obra
La intención de la obra resulta ambigua a causa de su gran
heterogeneidad. En algunos casos tiene el sentido de amor devoto, pero
en otros se refiere al amor libertino.
Menéndez Pelayo fue el primero en señalar el carácter goliardesco de la
obra, si bien negó que hubiese ningún ataque contra los dogmas o
insurrección contra la autoridad, como otros vieron después, actitud que
es precisamente un rasgo distintivo de la poesía goliardesca.
También ha sido muy discutido entre los especialistas el posible carácter
didáctico del Libro de buen amor. Lo niegan autores como Américo Castro
o Sánchez Albornoz, que consideran que Juan Ruiz fue más cínico que
moralista, más hipócrita que piadoso. Otros, como Alborg, hacen una
analogía con el uso que hizo Cervantes de las novelas de caballerías para
verter su ironía y su visión personal; por eso, Alborg considera que "el
Arcipreste se instala dentro de las formas didácticas medievales".
Poesía lírica
Contiene el libro, además del contenido central narrativo escrito en
tetrástrofo monorrimo (cuaderna vía), una considerable cantidad de

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poemas en versos de arte menor de métrica tradicional y contenido lirico,
lo que convierte al Libro de buen amor en el primer repertorio escrito de
lírica en lengua castellana en una época (primera mitad del siglo XIV) en
la que la mayor parte de este género poético en Castilla se escribía en
galaico-portugués.
La mayor parte de los poemas líricos del libro se dedican a la devoción
religiosa, en su mayor parte de temática mariana, aunque también hay
otras a la crucifixión de Cristo. Es significativa la presencia de gozos a la
Virgen, un género que consiste en un conjunto de reflexiones de carácter
lírico acerca de los principales acontecimientos de la vida de Santa María,
desde la anunciación a la Asunción. Los gozos relataban inicialmente
cinco episodios, que posteriormente la poesía latina franciscana aumenta
a siete.
Por otro lado, no hay ningún ejemplo, salvo la lírica de Juan Ruiz, de
poesía religiosa en castellano escrita con estructura de estribillo hasta el
siglo XV, y es altamente probable que fuera el primero en componer este
tipo de metros en lengua vernácula. Cobraría así mayor sentido la
intención declarada en su prólogo en prosa de «dar [...] leçión e muestra
de metrificar e rrimar e de trobar».
Estilo
Juan Ruiz se considera a sí mismo como el primer poeta que versifica en
todos los géneros existentes en castellano. Su libro refleja una cultura
propia de los clérigos, usa un lenguaje rico, creativo, de variados registros
(desde el popular y coloquial hasta el de la oratoria eclesiástica), de
extenso léxico, que incluye términos en árabe andalusí de su época.
Al final de su libro declara que cualquiera podrá añadir o corregirlo, con la
única condición de que supiera hacerlo bien, actitud abierta que se
enfrenta a la de otros escritores contemporáneos que pretendían fijar su
texto, como por ejemplo Don Juan Manuel.
Por otra parte, su obra demuestra un profundo conocimiento de las
pasiones humanas y se caracteriza por un portentoso balance entre la
delicadeza y la desvergüenza, logrado por medio de una inteligencia
ambigua e irónica. Por otra parte, ofrece una panorámica social muy
completa de los comienzos del siglo XIV.
Figuras retóricas que utiliza son, principalmente, la reduplicación, las
aposiciones, las repeticiones y las interrogaciones retóricas.
Lengua
El texto presenta las características típicas del español medieval tardío. El
texto presenta vacilaciones, por ejemplo, entre la forma de diminutivo -
illo frente a -iello; las alternancias verbales como fazía~fazié. También los
cuantificadores muy~mucho alternan frente al adjetivo (en español
contemporáneo suele aparecer muy ante adjetivo –muy grande, muy
malo– salvo si este está en grado comparativo –mucho mayor, mucho
peor–). También se observa la pérdida incipiente del artículo frente al

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posesivo: si bien en el español medieval más antiguo la forma común era
como en la mi muger (mi mujer), en el Libro del buen amor alternan la
forma más antigua con la forma moderna la mi~mi o la su~su.
También existen multitud de palabras que muestran diferencias fonéticas
respecto al español moderno:
 Si bien predomina la presencia de /f-/ inicial aparecen unas cuantas
<h>- (como en el español moderno).
 Existen ciertas diferencias en la primera vocal del pretérito simple fezo,
veno junta a formas cercanas a las modernas fizo, vino 'hizo, vino'.
 Tras las consonantes /d, n, l, ll, r, z/ es frecuente la apócope de /-e/
como en pid, vien, val, quier, faz frente a las formas modernas pide,
viene, vale, quiere, hace (en español moderno se conservan unos
pocos apócopes tras coronal buen, gran derivados de bueno, grande).
Algunos de los manuscritos muestran un buen número de leonesismos,
aunque estos podrían ser más bien obra de los copistas posteriores y no
del propio autor del texto. Entre estos están selmana en lugar
de semana, vilda en lugar de viuda, -m final como en tam, arpom,
guardam' o vacilaciones en la vocal pretónica liçión, loxuria, canistillo
(lección, lujuria, canastillo).
Influencia
La existencia de tres manuscritos —ninguno completo— es indicio de que
la obra fue conocida y leída durante la Edad Media, al menos hasta la
invención de la imprenta. Se conserva incluso una versión muy
fragmentaria del siglo XIV en portugués. Pudo servir el Libro de buen
amor de repertorio de poemas de juglares.
Se ha señalado la posible influencia del libro de Juan Ruiz en la obra de
Chaucer; asimismo, citan el libro del arcipreste en el siglo XV el Arcipreste
de Talavera1 y el Marqués de Santillana2. Sin embargo, a partir del siglo
XVI, las huellas del libro en la literatura posterior se reducen notablemente.

1
Muerto ca. 1470, fue un escritor del Prerrenacimiento. Escribió dos hagiografías:
una Vida de San Isidoro y una Vida de San Ildefonso, así como una compilación histórica que
abarca desde los reyes godos hasta Enrique III de Castilla (Atalaya de las crónicas, 1443) y el El
Corbacho o Reprobación del amor mundano (1438), cuyo título procede del Corbaccio de
Giovanni Boccaccio, aunque no se inspira en él, sino más bien en los fabliaux (narraciones breves
medievales francesas de tipo satírico), en el Llibre de les dones del catalán Francesc Eiximenis y
en el tratado De amore de Andreas Capellanus. Se trata una invectiva contra el amor mundano
dividida en cuatro partes que tienen por objeto explicar con detalle los perniciosos efectos del
amor libertino en el espíritu y en el cuerpo del hombre.
2
El marqués de Santillana, nombre por el que se conoce mejor al primero del título: Íñigo
López de Mendoza y de la Vega (Carrión de los condes, 1398 - Guadalajara, 1458), fue un militar
y poeta español del Prerrenacimiento, tío del también poeta Gómez Manrique y emparentado
también con los poetas Jorge Manrique y, ya en el siglo XVI, con Garcilaso de la Vega.
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