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1. Probablemente el poema fue escrito en el año 1140 (41 años después de la muerte del Cid) por
un juglar de la región de Medinacelli.
2. Posteriormente fue copiado por Per Abad en el año 1307. Siendo éste el único manuscrito que
se conserva.
3. Finalmente, fue publicado en el año 1779 por el estudioso español Tomás Antonio Sánchez.
4. Este cantar de gesta consta de 3730 versos (predominando el alejandrino = 14 s.m.) de métrica
regular y rima asonante. Al manuscrito copiado de Per Abad le faltaban tres hojas (una inicial y
dos intermedias del tercer cantar) que fueron completadas con la “Crónica de Veinte Reyes de
Castilla” al momento de ser publicado.
5. La obra se divide en tres partes o cantares: El Cantar del Destierro del Cid, el Cantar de las
bodas de sus hijas y el Cantar de la Afrenta de Corpes.
De esta manera el Cid, Rodrigo Díaz, sale de Vivar y se dirige a Burgos en donde por orden del
rey le niegan ayuda. Sin embargo Martín Antolinez, consigue un préstamo de los judíos Raquel
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y Vidas, engañándolos con 2 arcas llenas de arena. El Cid se despide de su esposa doña
Ximena y de sus hijas Elvira y Sol en el convento de San Pedro de Cerdeña. Vence a los moros
en Castejón y Alcócer y en Barcelona vence a Ramón Berenguer y gana la espada Colada.
Finalmente obsequia caballos a su rey.
Esto produce la burla de los soldados del Cid y los infantes de Carrión, al sentirse ofendidos,
deciden vengarse. Mientras tanto, el Cid da muerte al rey Búcar de Marruecos, obteniendo la
Espada Tizona. Los infantes deciden marchar a Carrión con sus mujeres con el propósito de
afrentarlas. Llegados al robledal de Corpes, atan a sus mujeres de brazos y pies y las azotan,
dejándolas abandonadas.
El Cid ante este hecho, clama justicia ante Alfonso VI. El rey convoca a las Cortes de Toledo,
las cuales condenan a los infantes de Carrión y los obligan a devolver los obsequios del Cid
(espadas: Colada, Tizona), a reintegrar la dote ya gastada y a batirse en duelo con los vasallos
del Cid, Pedro Bermúdez y Martín Antolinez. Los infantes de Navarra y Aragón envían dos
emisarios solicitando la mano de doña Elvira y doña Sol.
El rey autoriza el matrimonio y el Cid accede satisfecho. El poema culmina con la muerte del
Cid acaecida en Valencia en el año 1099.