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LA LITERATURA MEDIEVAL

La literatura medieval española comprende las primeras manifestaciones


literarias en lengua romance hasta la publicación de La Celestina, en 1499.

Durante el largo período de la Edad Media se distinguen dos tendencias


literarias: la literatura popular, como las jarchas, los cantares de gesta o los
romances, y la literatura culta, como las obras del Mester de Clerecía, de Don
Juan Manuel o de poetas como Jorge Manrique o el Marqués de Santillana.

Los temas tratados suelen ser: religiosos, relacionados con la Biblia, la Virgen
o las vidas de santos.

Heroicos y caballerescos, como en los cantares de gesta. el amor, tema


universal de la literatura todos los tiempos.

La muerte, presentada como la vía de acceso a la vida eterna por medio de la


renuncia a los placeres mundanos.

Entre finales del siglo X y principios del siglo XI aparecen los primeros
testimonios en prosa escritos en romance castellano. son la primera
referencia de texto escrito en romance. Estos textos se conocen con el
nombre de Glosas. Durante estos siglos se gestaron también las primeras
producciones líricas tradicionales, compuestas de forma anónima y
transmitidas oralmente. Las más antiguas conocidas en lengua romance son
las Jarchas: breves y sencillas composiciones escritas en romance mozárabe.

Entre los siglos XII y XIII se popularizan los cantares de gesta, obras épicas
pertenecientes al género narrativo que abordan temas heroicos. Son obras en
verso, que narran las hazañas de un caballero que se presenta como un
héroe. Fue transmitido por parte de juglares, no se conservan demasiados
ejemplos.

En el siglo XIII aparece una nueva escuela: el Mester de Clerecía, formada


por autores cultos, en su mayoría clérigos o relacionados con el mundo
monacal, que emplearán la lengua romance en sus obras. Este nuevo mester,
se preocupa por cuidar el aspecto formal de sus escritos y por su autoría. Su
principal representante es Gonzalo de Berceo con su obra Milagros de
Nuestra Señora. En el norte de España y Portugal se desarrollan las Cantigas
de Amigo. Son de origen popular y expresan el sentimiento de una joven
enamorada afligida por la infidelidad o la ausencia de su amado.

En el siglo XV hay un momento de profundos cambios en el pensamiento,


que evoluciona desde el teocentrismo medieval al humanismo del
Renacimiento. Es por tanto un siglo de transición en el que tienen lugar
acontecimientos definitivos para el devenir de la historia española y universal.
Hay la invención de la imprenta en 1440. Una de las principales
manifestaciones de la lírica tradicional castellana de este siglo fueron los
villancicos, se han conservado gracias a su recopilación en cancioneros
durante los siglos XV y XVI. Trata sobre temas universales como la
naturaleza o el amor. De los romances no se conservan ejemplos anteriores
al siglo XV. Pertenecen a la lírica popular y constituyen poemas de un número
indefinido de versos de ocho sílabas y rima asonante en los pares. Forman el
llamado Romancero Viejo y son muy diversos en cuanto a su temática.

El romance es, la forma de poesía popular más característica de la literatura


española. Se desarrolla entre los siglos XIV y XV, poco a poco fueron
modificándose, pasando de los largos versos de hasta 16 sílabas con rima
asonante en versos de 8 sílabas, con rima asonante en los pares. Estos
romances primitivos forman parte del llamado Romancero viejo o tradicional.

Temas
Los primeros romances tratan temas históricos o legendarios basados en
hechos históricos, ya que derivan de los cantares de gesta españoles o
franceses. Aparecen romances líricos, de tema amoroso; marcos fantásticos
o novelescos, alejados de la realidad histórica, y romances fronterizos o
moriscos, centrados en las relaciones entre moros y cristianos tanto
caracterizan la España medieval.
Lenguaje y estilo. El lenguaje de los romances es sencillo, popular y muy
expresivo. Estas composiciones se transmitían oralmente, por que abundan
repeticiones, exclamaciones, fórmulas fijas y otras características que ayudan
a la memorización; también la frecuencia de diálogos responde a la
necesidad de captar la atención del público, y el frecuente cambio de tiempos
verbales para acercar a las escenas descritas. La característica más
destacada de los romances, es su fragmentarismo: el texto se concentra en
una escena sin antecedentes o explicaciones, y un final abierto para que la
imaginación del oyente lo complete.

La forma del romance no se pierde en los siglos siguientes. Grandes autores


del siglo de Oro (XVII) como Lope de Vega, Góngora o Quevedo escriben
romances y desde entonces muchos escritores se han aventurado a este tipo
de composición, dando vida al Romancero nuevo, que tiene carácter culto y
simplemente imita en la forma el estilo popular. Un lugar especial lo ocupa el
Romancero de la Guerra Civil, que recoge romances de diferentes autores
sobre la guerra que sacudió España entre 1936 y 1939. Esta producción se
denomina Romancero moderno.

Gonzalo de Berceo nació en Berceo (La Rioja), hacia 1195. Se educa en San
Millán de la Cogolla, en la época un importante foco cultural del camino de
Santiago, diácono y notario del abad.
El último manuscrito. Entre 1222 y 1227 continúa su formación en los
Estudios Generales de Palencia, lo que probablemente le valió el título de
"maestro" que a veces se le atribuye. En San Millán es ordenado sacerdote y
vive toda su vida como clérigo secular, desempeñando varios oficios:
documento en el que se le menciona es de 1264, y a partir de ese momento
no se sabe nada de él.

El pionero del mester de clerecía Gonzalo de Berceo fue el primer autor


conocido en romance castellano y uno de los máximos representantes del
mester de clerecía. Su producción literaria conocida, se divide en tres
núcleos: tres vidas de santos, tres poemas doctrinales, tres obras marianas.
Los Milagros de Nuestra Señora son una colección de relatos escritos en
cuaderna vía en los que se elogia la devoción a la Virgen María y se narran
los beneficios otorga a quienes la veneran, salvando sus almas o
protegiéndose de las adversidades. Los relatos están inspirados en fuentes
latinas y francesas muy populares en la Europa de la época; Gonzalo de
Berceo no inventa sus temáticas, sino otorga dignidad literaria gracias a su
maestría en el uso del lenguaje.

La colección está compuesta por 25 relatos breves precedidos por una


introducción de carácter alegórico en la que el poeta se compara a sí mismo
con un pastor que, cuando lo desea, puede descansar en un maravilloso
prado. Esta imagen bucólica, es una alegoría de la Virgen.

Personajes. Las composiciones se pueden dividir en dos series, según sus


protagonistas sean clérigos o seglares; cuentan la historia de pecadores y el
resto de virtuosas. Entre los pecadores se encuentran muchos clérigos, ya
que Berceo no tiene reparo en mostrar sus vicios y pecados con gran
realismo.

Lenguaje y estilo
El propósito del autor es difundir entre el pueblo llano las enseñanzas
procedentes de los Milagros; por esta razón, utiliza un lenguaje muy sencillo y
claro, que emplea también términos locales y se dirige al auditorio con
fórmulas juglarescas. Los recursos que más utiliza son las repeticiones, los
diminutivos y las comparaciones con elementos naturales y pertenecientes al
mundo rural.

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