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DERECHO PROCESAL CIVIL III

Tema: MEDIDAS AUTOSATISFACTIVAS

Docente: Mg. Carlos Bulnes Tarazona

Periodo Académico 2021


Escuela Profesional UNIDAD II

DERECHO
El derecho a la tutela procesal efectiva, reconocido en el artículo 4º del Código El derecho a obtener una sentencia fundada en
Procesal Constitucional y en el artículo 139.3 de la Constitución, es un derecho “Derecho” congruente que ponga fin al
genérico o complejo que parte de una concepción garantista y tutelar para
asegurar tanto el derecho de acceso a los órganos de justicia como la eficacia proceso, derecho a la defensa, a la efectividad
de lo decidido en la sentencia. de la sentencia

Verosimilitud y
Peligro en la demora

Necesidad
impostergable
Daño previenen los
irreparable daños que una
conducta podría
Proteger y restituir generar
Probabilidad y los derechos
NO Verosimilitud constitucionales

Carlos Ramón Vargas Pacheco


CONCEPTO DE TUTELA PREVENTIVA O INHIBITORIA

Cuando se piensa en tutela inhibitoria, se imagina una tutela cuyo fin es impedir la comisión, la continuación o la repetición del ilícito y no una
tutela dirigida a reparar el daño. La tutela inhibitoria, configurada como tutela preventiva, busca prevenir el ilícito (civil) y culmina
presentándose como una tutela anterior a su realización y no como una tutela orientada al pasado, como la tradicional tutela resarcitoria.
Ejemplos: Un edificio en ruina que pueda causar daños a la propiedad vecina se accionará para su apuntalamiento o demolición; Ejemplo: si
serán divulgadas imágenes de la vida privada de una persona se exigirá la tutela judicial para evitar la distribución, etcétera.
Aunque, llegando un poco tarde, también puede utilizarse para prevenir la reiteración de hechos ilícitos dañosos (por ejemplo, un daño
ambiental continuado), sea que se produzca en forma continuada, o que habiendo cesado el daño, exista la posibilidad o amenaza de su
reiteración (el mismo ejemplo referido antes, pero que la actividad “aparentemente” hubiese cesado por relocalización de la empresa que la
llevaba adelante).

LUIZ GUILHERME MARINONI


La tutela inhibitoria, configurada como tutela preventiva, busca prevenir el ilícito y culmina presentándose como una tutela anterior a su
realización y no como una tutela orientada al pasado, como la tradicional tutela resarcitoria.

La tutela inhibitoria no se puede confundir con la tutela resarcitoria porque la primera no es una tutela contra el daño, por lo que no
tiene los mismos presupuestos que la tutela resarcitoria.

Como ya se puede percibir, la configuración de una tutela genuinamente preventiva implica el quebranto del dogma —de origen romano—
de que la única y verdadera tutela contra el ilícito es la reparación del daño o la tutela resarcitoria, aunque de forma específica
El procedimiento ordinario, que se caracteriza por ser un procedimiento ajeno al derecho material, es la mayor prueba de que
aislar el proceso no conduce a buenos resultados, dada la creciente preocupación con las llamadas tutelas jurisdiccionales
diferenciadas, imprescindibles para la protección efectiva de determinadas situaciones de derecho sustancial y, por ende,
alternativas a la neutralidad impuesta por dicho procedimiento.

La tutela anticipada, al permitir un tratamiento diferenciado de los derechos evidentes, en cierta forma enmendó el
procedimiento ordinario, desterrando de él la prohibición del juicio de verosimilitud, con el que la doctrina interesada en ver al
juez como a bouche de la loi no estaría de acuerdo.

Sin embargo, la existencia de tutela anticipada no es suficiente para viabilizar la tutela preventiva, incluso porque la tutela
anticipada no tiene que ver con la necesidad de prevención del ilícito, sino con la necesidad de distribuir la carga del tiempo del
proceso.
A nivel latinoamericano la legislación procesal brasilera está a la vanguardia en lo que a tutela inhibitoria se refiere.

El Código del Proceso Civil del Brasil establece que en la acción que tenga por objeto el cumplimiento de una obligación de hacer o no
hacer, el Juez concederá la tutela específica de la obligación o, si es procedente el pedido, determinará las providencias que aseguren el
resultado práctico equivalente al cumplimiento, pudiendo incluso el Juez imponer multa diaria al demandado, independientemente del
pedido del actor, si fuera suficiente o compatible con la obligación, fijándole plazo razonable para el cumplimiento del precepto.

Así, se aprecia que el legislador brasilero otorga primera prioridad a la satisfacción efectiva de la obligación de hacer o no
hacer, antes que a la reparación por el incumplimiento, mediante «la construcción de un procedimiento autónomo y capaz de
garantizar la prestación de una tutela susceptible de inhibir la práctica, la repetición o la continuación del ilícito».

Palacios Pareja, Enrique


TUTELA PREVENTIVA
En el Código Procesal Peruano no está regulada la tutela inhibitoria, sin embargo coincidimos en que ello no impide que sea pedida y declarada
procedente por la Judicatura, en concordancia con la norma constitucional según la cual lo que no está prohibido está permitido, y con lo dispuesto en el
artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Civil según el cual, ante defectos o vacíos, se recurrirá a la doctrina y jurisprudencia correspondientes.
El Código Procesal Constitucional sí otorga tutela inhibitoria por la vía del amparo, en defensa de la amplia lista de derechos enunciados en su artículo
37 y “en los demás que la Constitución reconoce”, reponiendo las cosas al estado anterior no sólo a la violación de un derecho constitucional, sino a su
amenaza, que debe ser cierta y de inminente realización.
Es más, como lo establece el artículo 1º del Código, si luego de presentada la demanda de amparo cesa la amenaza por decisión voluntaria del agresor, el
Juez atendiendo al agravio producido, declarará fundada la demanda disponiendo que el emplazado no vuelva a incurrir en la conducta que motivó la
interposición de la demanda, bajo apercibimiento de aplicarle las medidas coercitivas de multas fijas y acumulativas, destitución o incluso prisión civil
efectiva por un plazo de seis meses renovables, previstas en el artículo 22 del mismo Código. Tenemos entonces que, para la protección efectiva de los
derechos que se encuentran en la cúspide de nuestro ordenamiento jurídico, el Código Procesal Constitucional otorga tutela inhibitoria impidiendo la
realización o la repetición de lo ilícito.

Sigue…
Palacios Pareja, Enrique
Constituyen requerimientos urgentes (pues La urgencia es la que lleva a peticionar a los jueces una
buscan una acertada aplicación del principio pronta decisión, ante la inminencia de que acaezca algún
de celeridad procesal) formulados por los daño. Pero a los jueces no debe importarles nada mas que
justiciables ante el órgano jurisdiccional con LAS MEDIDAS el cumplimiento formal de cada juicio, sino que su
el propósito de que éste provea, con carácter AUTOSATISFACTIVAS actividad debe tender a que el proceso cumpla con su fin,
expeditivo, autónomo y definitivo, la remoción es decir, que no llegue demasiado tarde, atentando de este
de vías de hecho u otras situaciones modo no solo los derechos de la parte afectada, sino
coyunturales urgentes que puedan acarrear también el Estado de Derecho y la paz social.
un daño inminente e irreparable, no siendo “Se trata de una tutela procesal diferenciada, que
necesaria la instauración de otro proceso. demanda tratamientos más flexibles, funcionales y, sobre
todo, más dinámicos, acelerados”

Martel Chang Rolando


Se considera según la oportuna definición del XIX Congreso Nacional de Derecho Procesal de 1997 que determinan a la
autosatisfactiva como “una solución urgente no cautelar, despachable in extremis, que procura aportar una respuesta jurisdiccional
adecuada a una situación que reclama una pronta y expedita intervención del órgano jurisdiccional ”.

Es así que esta medida se diferencia de una cautelar por las siguientes características:

• Autónoma a un proceso principal- la existencia de esta medida no está supeditada a una pretensión ulterior como vendría a ser la
demanda. Por tanto, no requiere de un proceso ordinario.
• Finalidad satisfecha con el cumplimiento inmediato de lo pedido- basta que la necesidad, exigida en el petitorio, sea atendible para
que su función finalice.
• Fuerte probabilidad del daño- no basta la verosimilitud en el derecho, sino una probabilidad alta de que lo pedido sea atendible.
Naturaleza jurídica de la medida autosatisfactiva
El autor argentino Jorge Peyrano es quién más ha contribuido en la doctrina sobre la naturaleza jurídica de esta medida, las define como “un
requerimiento urgente formulado al órgano jurisdiccional por los justiciables que se agota —de ahí lo de autosatisfactiva— con su despacho
favorable, no siendo, entonces, necesaria la iniciación de una ulterior acción principal para evitar su caducidad o decaimiento, no constituyendo una
medida cautelar, por más que la praxis muchas veces la haya calificado erróneamente como cautelar autónoma.

- Investigar y reconocer los ámbitos específicos en los que pueden presentarse situaciones urgentes que requieran una satisfacción
inmediata.
OBJETIVOS
- Descubrir los procesos urgentes y su procedencia.
- Conocer e identificar la procedencia de las medidas autosatisfactivas y su aplicación en las distintas ramas del derecho.
Casos de extrema emergencia y los órganos
jurisdiccionales deben actuar de inmediato
TUTELA DIFERENCIADA
para impedir un daño que se advierte o DE URGENCIA
inminente e irreparable
AUTOSATISFACTIVA
ANTICIPATORIA Son aquellas medidas autónomas (no ligadas a un proceso principal) que dan
Cuando el derecho es "manifiesto" y la amenaza de frustración es solución a cuestiones urgentes y que se agotan en sí mismas una vez
"inminente y cierta", pueden anticiparse total o parcialmente los efectos satisfecho lo solicitado por el justiciable. PROBABLE y no VEROSIMIL Ejm: en
ejecutivos de la pretensión principal. Propiamente las medidas cautelares. un accidente, se demanda indemnización (principal), pero se solicita una
Ejm: el caso de aquel acreedor que, pese a que el deudor en el prótesis (autónoma) Se trata de medidas urgentes que se caracterizan por
proceso ejecutivo iniciado por el primero no ha formulado la satisfacción definitiva y única de la pretensión. Ej: aquella medida que
contradicción alguna, tiene que esperar a que se emita sentencia y ordena el otorgamiento de una vista de las actuaciones administrativas
que ésta quede consentida para obtener el pago de la suma adeudada.

El tiempo, es el impedimento para


una tutela jurisdiccional efectiva
En primer lugar se debe destacar que urgente es un adjetivo que deviene del verbo urgir. Textualmente el diccionario señala: “ser muy necesario
conseguir o hacer algo inmediatamente o lo más pronto posible”.
Si bien las medidas cautelares clásicas son de gran utilidad a la hora de prevenir un daño en el derecho –como ya se ha señalado-, en la práctica
jurisprudencial se ha ido perfilando la necesidad de contemplar otras situaciones, dando cabida a los denominados procesos urgentes.

Incluso, algunos autores van un poco más allá, e introducen un replanteo más extenso que si bien incluye a los procesos urgentes, hablan además de
la incorporación de la oralidad al proceso civil y de un rol más activo de los jueces. Y esto, “porque nuestro código procesal sigue patrones
antiguos y en líneas generales su trámite es dispositivo, desesperadamente escrito y formal”; el procedimiento se desarrolla en torno a un juez
pasivo y espectador del trámite”
De allí que se propongan los procesos urgentes, que implican un rol más activo del juez, y una sentencia tempestiva y oportuna en determinados
casos fácticos. La tutela rápida debe llegar sin demoras, ya que en caso contrario el derecho se frustra. “Se trata de una tutela procesal
diferenciada, que demanda tratamientos más flexibles, funcionales y, sobre todo, más dinámicos, acelerados”.

Mónica del Rosario Ferrero


Resultaría muy ilustrativo aquí señalar un antecedente jurisprudencial de suma importancia que ha marcado un hito en el desarrollo de las
medidas autosatisfactivas,
Hacemos referencia al fallo Camacho Acosta Contra Grafi Graf S.R.L: en él, la parte actora entabló una demanda como consecuencia de un accidente
sufrido mientras desarrollaba sus actividades laborales. Debido a esto, a la demandante se le debió amputar un brazo y aquí es en donde empieza a
operar el instituto analizado en el presente ejemplo.
Camacho Acosta, además de iniciar la respectiva demanda contra Grafi Graf S.R.L. por indemnización por daños y perjuicios fundado en el articulo 1113 del
Código Civil, el cual hace referencia al dueño o guardián de la cosa peligrosa, también solicitó que la demandada le proporcionara una prótesis a fin de no
perder la sensibilidad en la parte del brazo que había sufrido la amputación.
El caso llegó a la Corte Suprema luego de respuestas poco favorables para la parte actora en instancias inferiores y ateniéndose a la gravedad y a la
urgencia de la petición hizo lugar a la misma.

Efectivamente y como se puede apreciar en el caso planteado, existía una pretensión autónoma (solicitud de la prótesis) distinta de la reclamada en
primer término (indemnización por daños y perjuicios), además era un proceso urgente debido a la gravedad de las circunstancias en el cual estaba en
juego un bien jurídico de gran importancia, la integridad física y teniendo en cuenta que esto pudiera repercutir un una futura posibilidad de reinserción
laboral de la parte actora. Además la pretensión de la actora se agota con su despacho favorable; el otorgamiento de la prótesis.

Mónica del Rosario Ferrero


Todos y cada uno de los elementos nos permiten ver que, luego de este breve análisis, todas las disposiciones medulares inherentes a las medidas
autosatisfactivas encajan perfectamente dentro del caso citado, proceso urgente debido al inminente peligro y consecuente daño frente a la falta de
satisfacción del requerimiento solicitado y autonomía, ya que la pretensión era independiente y no accesoria a un proceso principal. Tomemos un ejemplo:

Luis es atleta de profesión, durante siete años ha entrenado arduamente para competir en las Olimpiadas que organiza su país de origen. Por error de la
secretaria de la Federación de Deporte no se inscribió a Luis en el deporte de atletismo sino en el de ciclismo, situación que imposibilita su participación al
terminar el plazo para la adecuada inscripción.

Ante ello, los abogados le explicaron a Luis que un proceso de conocimiento demoraría aproximadamente dos años para que lo reconozcan en condición de
atleta y no ciclista, con la finalidad de que ordenen su inscripción en el deporte adecuado. Pero la competencia comienza en dos meses, y no en dos años
como demoraría la justicia ordinaria. Razón por la que Luis interpone una medida autosatisfactiva con el único petitorio “que se le permita participar en
las Olimpiadas en la categoría del deporte atletismo”.

Luis no necesita que se le reconozca un derecho, ni una ejecución, ni un aseguramiento mediante tutela cautelar, sino tan solo la inscripción adecuada para
poder participar a tiempo en la competencia, y una vez que ello se cumpla su pedido será satisfecho. En palabras de Peyrano: “el único interés que le
asiste al justiciable es el de remover la urgencia, y punto.”

Peyrano, J. W. (2014)
En el Perú no están tipificadas, pero en materia de violencia familiar existen “medidas de protección” en defensa a las
personas más vulnerables de un probable daño sobre su integridad física.

Será necesaria su incorporación en el CPC, ya que la figura de cautelar genérica (artículo 629) no es la más adecuada
para su concesión. Asimismo, el arraigo positivista del juez peruano empeora la situación de un posible activismo
judicial.

A modo de reflexión, las soluciones no se agotan con la tutela Cautelar genérica que alberga nuestra legislación, es
menester incorporar nuevos mecanismos para toda solución de controversias, en especial para los casos especiales
que requieren suma urgencia.

Carlos Ramón Vargas Pacheco


DIFERENCIAS ENTRE PROCESO CAUTELAR Y PROCESO URGENTE
Peyrano se encarga de establecer semejanzas y diferencias
entre el proceso cautelar y el denominado proceso “urgente”.

El proceso cautelar El proceso urgente

• exige la apariencia del derecho invocado, • Exige una fuerte probabilidad de que sean atendibles las pretensiones
del accionante
• el peligro en la demora y
• y un peligro en la demora
• la prestación de una contracautela
• pudiendo requerirse o no contracautela.
GRACIAS

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