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I

Wallerstein, Immanuel (coordinador): Abrit las


ciencias sociales' EUROPA. MODERNIDAD
Gulbenkiain para la teestructuración de las ciencias
so'
Comisión Y EUROCENTRISMO
clales, Siglo XXI Editores, México, 1996'
Enrique Dussell

I Dsstrzl.r"uE¡ro sn"riNflco osl coNcEpro DE .<EuRoI,A>>

En primer lugar, deseamos i¡ indicando, con propósito teó-


rico, el cambio de significado del concepto de «Europa». En gene-
ral no se estudia ese deslizamiento semántico, y, por ello, es difí-
cil discutir sobre el tema.
En primer lugar, la mitológica Europa es hija de fenicios, de
un semita entonces2. Esta Europa venida del Oriente es algo cuyo .
contenido es completamente distinto a la Europa "definitiva» (la
Ettropa modema). A Grecia no hay que confundirla con la futura .
Europa. Esta Europa futura se situaba al norte de la Macedonia, y
al norte de la Magna Grecia en Italia. El lugar de la Europa futura
(la era ocupado por lo por excelencia (de
"modema") "bárbaro"
manera que postedormente, en cierta forma, usurpará un nom-

L Universidad Autónoma Metropolitana lztapalapa (UAMJ), México.


2. Véase mi ob¡a El l¡¿r¿ral¡ isr¡o sc¡,¡ita, EUDEBA, Buenos Aires,1969, donde ya ¡ecu-
perábamos aCreaia delrapto uModerno". Por su patte, €scribeMartin Bernal, en
Black Alhena. Thc Aftoosíolic Rools of Ckrss¡cql Ci?iiiz¿tio¡¡, Rutg€rs University Pless,
New Jersey, t.l, 1987: .Homer and Hesiod both ¡eferred to Europa, who was always
seen as a sister or some other clos€ relative to Kadmo6, as 'the dauShter of Phoinix'
[...] Hoñer's f¡equent use of Phoinix in the sense of'Phoenician', and the later
universal identification of Europa and Kadmos with Phoenicia"

La coLoNraLroao oEL sABER: EURocENTBtsMo y crerucns soctmes . 59


58. Eoce¡oo L¡uoea
con ese
bre que no le es ProPiq Porq ue el Asia (que será Provin cia §EGI'EIICIA IIISIOBICA DEt i¡UIIll0 GEIEG(I A I,A EUII¡PA M(lOERIIA
Afuica
nombre en el ImPerio romano: sólo la actual Turquía) o el
Fenicia, Se¡¡itas, etc. Egipto, etc. Pueblos del l,{orte
(el Egip to) son las culturas más desarrolladas, y los grieSos clási-
cos tlene n clara conciencia de ello. El Asia y 6¡r¡.¿
¡q s6n «bár-
"1 Mundo qriego clásico
l¿¡as», aunque tamPoco lenamente humanas3 . Lo que será la
P y helenfstico
Europ a ,,modema, (hacia el norte y el oeste de Grecia) no es la
Grecia origina ria, está fuera de su horiz onte, y es simplemente lo Mundo romano occ¡dentel

incivilizado, 1o no-Político, 1o no-humano. Con esto ueremos


deiar muy claro qu e Ia diacronía rmilineal recla- u a l\4undo b¡zantino oriental

quema es un ven to 81co de fines del


sigl o XVIiI ro- Mundo árabe-musulmán
Mundo germano-latino occ¡dental (tamb¡én judío)
lco a es en SU ñ manelo pos nor tual de
(desde siglo Xll)
b
(desde siglo Vlll)
«mo c O aflo», racts

En segundo 1ugar, lo "Occidental» será el imperio romano Benaclm¡ento ¡taliano (s¡glo XV) España, Porttrgal

oue habla liÍn (cuvJrontera oriental se sitúa aproximadamente


átre la actual iroácia y Serbia)a, que ahora contiene al Africa del Descubr¡miento 1492
norte. Lo uOccidentai, se oPone a lo "Oriental", el imperio
helenista, que habla griego. Enlo "Oriental>> está Grecia y el«Asia"
(la provináia anatoÍia),'y los reinos helenistas hasta los bordes Europa "moderna"

delindo, y también el Niio ptolomaico. No hay concepto relevan-


te de lo que se llamará Europa posteriormente'

En tercer lugar, ConstantinoPla desde el siglo VII, el impe- Esquema 1


rio romano orientál cristiano, se enfrenta al mundo árabe musul-
Aclaraciones a las flechas: la influencia griega no es directa
mán creciente. Es muy importante recordar que <<lo griego clási-
en la Europa latino occidental (pasa por las flechas a y b). ta se-
co, -Aristóteles, por éjemplo- es tanto cristiano bizantino como
cuencia c de la Europa moderna no entronca con Grecia, ni tam-
árabe musulmán5.
poco directamente con el mundo bizantino (flecha d), sino más
bien con el mundo latino romano occidental cristianizado.
Aristóteles no las considera humanas como los SrieSos ("\'ivientes que habitanla
bárbaras' En cuarto lugar, la Europa latina medieval se enfrenta igual-
Polís,) en su Polffic¡ I,1, frero tamPoco son 'onsideradas
,t Esto explica, en Parte, que las luchas de Ia desarticulada YuSoslavia
desde 1991 mente al mundo árabe-turco. Nuevamente Aristóteles, por ejem-
tlmen ilarga hisiotia" (ia Croacia latina, posteriormente cató¡icá, conka la Serbia
g¡iega, que después setá ortodoxa).
5 Mucha ¡azón tiene Samir Arnin, E¡¡ ro¿¿rlñ5,!, Monthly Review Press, Nuevá York posterio.mente al á.abe musulmán (c!yo esplendor cornienza en eMII siglohas-
1989, cuando escribe: .Cfuistianity and Islam are thus both hei¡s ol
Hellenism
ta el XIL de inspiración aristotélica), y posteriormente el tiempo clásico escolásti-
and remain, for this reaso¡, twin siblings, even if they have been' at cerlain co latino desde [ines del siglo XII (también aristotélico). El renacimientoplatónico
moments, ¡elentless adversaries» (P 26). Muestla muy bien que la filosofía enltalia en el siglo XV, encambio, será ya de oriSen cristiano bizantino.
(del sigloUl al Vll)'
helenística sirvió primero al pensamiinto ctistiano bizantino

La coloNraLtoao oEL saBEn: EUnocENTntsrvo y ct:¡tcns socnr-¡s . 61


60 . E¡¡nroue Duss¡r-

T
de los árabes que
plo, es cons iderado más un filósofo en manos SECUEIICIA IOEOI.OGIGA OE GSECIA A I.A EURíIPA III(IOERIIA
Tomás de Aquino,
de los cristia nos. Abelardo, Alberto Magno Y
a conde naciones, usan al La historia delAs¡a es una preiistoria eur0pea
contra la tradición Y a rnesg ándose
usado como eI
Estag irita. En efecto, Aristótel es será estudiado Y
y lógico en Bagdad, mucho antes que sea traduct- Mundo Grlego
Sran metafísico llegue a París a
do en la EsPaña musulmana al latín, Y de Toledo
finales del siglo XII. EuroPa se distingue ahora del Africa, Por
Mundo Romano pagano y crisliano
primera vez (Ya que ésta es musulmana berebe el Magreb), Y re;
del mundo orien tál (principalm ente de1 imP erio
bizantino, Y de
Ios comerciantes del Mediterráne o Oriental, del
Medio Oriente). Mundo Cr¡stiano Med¡eval

Las Cruzadas son el mer intento de la E latina de im


e o Fracasan, y con e o uroPa
e Mundo Europeo Moderno
ia aisladapor el
ln a slgue s iendo una cultwa P erif ér ica, seatndar Y
nte desde
mundo turco Y musulmán, que domina g eopoiíticame Esquema 2
Marruecos hasta EgiP to, la Mesopotamia , el imperio
Mo goi del
la isla
norte de Ia India, Ios reinos mercantiles d e Malaka, hasta Esta secuencia es ho la tradicionaf. Nadie piensa ue es
.,universalidad' mu-
Mindanao en FiliPinas en el sig 1o XIII. La una (<ln ue «ra
La EuroPa latina
sulmana es la que lleg a del Atlán tico al Pacífico.
ese momento «centro»
es una cultura Periférica Y ntmca ha sido hasta
(que Po r su ubica-
de la historia; nr slq uiera con el imPe rio romano 6. Uno de los méritos de las ótesis de Martin Bernal, .cit
uiera de la
ción extremadamen te occidental nunca t'ue cmtto n t stq , es ñostrat a en 1803
hístoria del continente euro-afro-as iático). Si a1gún imP
erio fue cen- Friedr Sptoche kd Weísheit det lñdiet, HeidelberS), Cq3glslg
del mun do musul-
tro de la historia regional euro-a siática antes el Ind
tura la fi
la decadencia de la
desde
mán,, sólo po demos remontarnos a los imp erios
helenistas
st¿ el XVII tÉ a la «ideol de adi
de todas
los Seleusidas, Ptolomeicos, el de Antíocos, etc. Pero, tura alemana: un miento uel
maneras el helenism onoesEu alc óuna« sará a la nin s his ias de
lmana el oma se iI rimero a la Edad Media Iu directam
' lidad» tan am lia como la musu en s
Kant.
"A Latin tradition of humanisrn and an entirely
( mente ñew humanism, a hue new HellenisBr, Srew up. Mnckelmann was the iniüator,
En quinto lugar, en el rena cimiento italiano especial Coethe the consummator, Wilhelm von Hurnboldt, in his ling.¡istig historical and
d ués de la caída de Constan la en 1453 educational writings, the theorist. Finally, Humboldt's ideas were givenpractical
c effect when he became Prussian Minister of Education and founded the new

se une con 1o le o Oriental flecha d), enfrenta e unive¡sity of Berlin and the new humanistic Gyúinasium» (R. Pfeiffer, History of
o del mundo Classir,al S.holarship, Cla rendon, Oxford, 1976). Todo esto debe ser profundamen-
co, e que, o vl a óel te reconslruido. y sacado del helenocentrismo y eurocentrismo ya tradicional.
ec ión falsa: Occidental
7 Por ejernplo, Charles Taylo. (Sotrces oJ Ih¿ S¿lf Th. Mak¡¡tg of the Moden ldentily,
H nístico + Romano + C¡istiano Nace así la «ideo oqla» Harva¡d University Press, Cambridge,1989) habla de Platón, Agustín, Descartes,
etc. Es decir, la secuencia g¡iega-romano c stiana-moderna europea, coño sien-
eurocéntri ca del romanticismo al emán6 s
do unilineal.

La coLoNlALrDAo DEL sABEa: EURocENfRrsvo v cr¿¡loqs socuLes . 63


62. E¡¡a oue Dussel

I
exclusivamente «euro a» «occ ue sino, contra la opinión corriente, como problema fundamental
en
desde la época gr d Ituras fueron ucen la definición de la latin oamericana»
"Identidad -para hablar como
a S dial. Esta visión es doblemente falsa: en rlmer Charles Taylor-. En efecto, ha y dos conceptos de «Modernidad
lugar, o ue, como veremos, no ha fácticamente todavía
rra m slno his e ecume estas als das EI rimero es eurocéntrico / Provlnclano, re onal. La M
la romana, persa, de los reinos hindúes del Sia d Ia d demidad es una a
mun o mesoame cano o inca en América, etc. En segundo lu- POr un esfuerzo de la raión como
gar/ Porque e ugar geoPo CO é impide poder ser «centro" (el umanl a a un nuevo desarrollo del ser huma
Mar Rojo o Antioquía, lugar de término del comercio del Oriente, se cump en uroPa / esencl te en el si o XVIII. El tiem-
no son el «centro» sino el límite occidental del mercado euro-afro- Poye esPaclo eno be He el, lo comenta
asiático). AS aso ree a- es un ente
a o Por a a tra ón europe a actual-:
Tenerqos así a la Europa latina del siglo XV, sitiada por el
mundo musulmán, periférica y secundaria en el extremo occiden- Los acontecimientos históricos claves para Ia im lantación
tal del continente eu¡o-afro-asiático. del rrncrPro e SU e rna son a Reforma la llus-
tracl v evo ución f¡ancesae.
I '. SRlll0ES CUIIUIA§ Y AREA§ DE G0llIACf0§ A Flll¡tES Dtt SIG[0IU .'
^ Como puede observarse se ue una secuencla es acio-tem-
'.. ' (ll0 llAY El/lPlRlGAIllE[IE lllsl0nlA MUlllllAL] . .., . :.;
POra cast srem resea ta tambi én el Renacimien italiano
Europa Este pa s del Asia Ce I rma laI ustración ana la olu ón francesa. En un
(mongoles) Azteca diálogo con Ricoeurro, és te nos proponía además el pa r mento
Culluras del Maya inglés. Es decir: Italia (siglo XV), Alemania (si glos XVI-XVII),
Mundo turco musulmán China 0céano Pacífico lnca Francia (siglo XVIII), In glaterra (siglo XVil). Den omrnamos a
(Mindanao) Chibcha esta
Culturas bantú Culturas de lnd hina etc.
visión "eu¡océntrica" po roue rn dica como punto de partida de la
"Mod ernidad" fenómenos intra-europeos/ y el desarrollo poste-
Esquema 3. rior no necesita más que E uropa para explicar el proceso. Esta es
aproximadamente la visión provinciana y regional desde Max
Adaración: \alecha a indica la procedencia delhomo sapiens Weber -con su anáüsis sobre la «racionalización» y el «dgsq¡s¿¡t6»-
en América y las influencias neolóticas del Pacífico; nada más. hasta Habermas). Para much os un Calileo (condenado 1.676\.
Bacon Nowtm urn, 7620 o El disc del
serían los iniciadores del roceso modemo en el siglo XVII.
II. Dos coNcrrros DE <<MoDERNTDAD»

Llegados a este punto de la descripción entramos en el meo- E. Atsgoñg pañ Kañt (Was heiÍt A
ftld t tg?, A 4gl).
llo de la discusión. Deberemos oponemos a la opinión hegemónica 9. Det philosophísche Dískurs det Modeme, g,thrktttp, Frankfoú,
1988, p.27 .
en cuanto a la interpretación de la Europa modema (a la «Moder- 10 Filo*fia e Liberuzione. la sltta tiel pensieto del Terzo Mo¡dq Capone Editore, Lecce,
nidad»), y no como un tema extmño a la cultura latinoamericana,

64. Ernroue Dussrr-


LA coLoNlaLloAD oEL sABEñ: EUBocENTRtsMo y cl¡r,¡cles
socnles . 6S
F

¿t
ernidad" lad la revoluci on
Lln industrial del si o XVIII de la Ilustraci
fundamental del de ser S plían el horizonte ya comenza o a lncsdelsielo XV. Jnqlaterra
itos economla filosofía etc «centro» de a Historia Mun- reem laza a Es a como ten
ial. Es decir nunca ub amente Hist ria Mundial hasta tiene el comando de la E a
el 7492 como 11
es e el surgimiento del Imperia lismo en tomo a
12.
mundo, An ha un en o
tura coexls la ex anslr)n o Esta Europa Moderna, desde 7492, <(centro)» de la Historia
esde el si oxv ue lle a al Extremo O te en el si ox Mundial, constituye, por primera vez en la historia, a todas ias
con e escu rimiento e América his antca todo el laneta se otras culhrras como su
"periferia".
toma el ul de sola, Histoia Mund allanes-
"tma ESIRUCIü¡A ¡'CIIIIBO.PERITERIAN OE[ SISI¡MA [rUIOIAI.
da la vuelta de circunvalación a Ia tie¡ra en L

E como p rlmera naclon « con un Estado Europa lroderna 1492


¡
(centro)
que a Pen tl on a utslclon ue arr
Siglos
a oe consenso nac na al xv
uistar ranada, con la edición de la Gramátíca casle de
I
Nebrija en 492, conla lesia dominada r el Estado acias al Amér¡ca
CA en¿l ¡sneros, etc. abre la rimera eta a «Modernar: el Lal lna b
xvt
smo mun ial. Las minas de lata de Potosí Zacatecas
CSCU ler en n acumu rr ueza mon xv
t No c
América
rla s e ara vencer a urcos en to veinticinco
ESP e o allaz o (157i). E At ántico su lanta al Medi- xv t

tcrr neo. ara nosotros, a «cen e en Ia


ES t nacl ll n menta nll d Mundo Afiica As¡¡
xrx
as S eterminaciones se van oen ae (la sub- Musulmán bantú del sur
jetividad constituyente,la propiedad privada, la libertad del con-
Periferias Ch¡na
trato, etc.). El siglo XVII (p.e. Descartes, etc.) son ya el fruto de un
siglo y medio de «Modernidad": son efecto y no punto de parti
da. Holanda (que se emancipa de España en 1610), lnglaterra y Esquema 4,
Francia continuarán el camino abierto.
Aclaraciones: flecha a: la primer periferia; b: el esclavismo en sus
costas occidentales; flecha c: algunas colonias (como Goa, etc.),
pero sin ocupación continental; d: emancipación de Estados Uni-
11 Véase mi obra 1492r El etlctbriniento d¿l Otto. Hncia el otigefi del ñilo de la Mod¿fl1i- dos; e: emancipación hispanoamericana.
dod, Nueva Utopfa, Madlid 1992 (Editions Ouvli¿les, Paris, 1992; La Piccola
Editrice, Bescia, 1993; Patmos Verla& Dtisseldort 1993). En la interpretación habitual de la Modemidad se deia de
12 Véase Lrmanuel Wallerslei^,The ModünWo d-Syst¿r¡,Academic P.ess, San Diego-
lado a Portugal y España, y con ellos el siglo XVI hispanoaáeri-
Nueva York, t.1,1974.

66. Ernroue Duss¡r La coLoNtaLtDAo oEL saaEn: EURocENfnlsMo y cra,rcns soc¡el¡s . 67

I .F
r

na¿11en! 9ue cial por sus armas de hierrors -presentes en todo el horizonte euro-
cano, que en oPinión unánime de los especialistas
f" uMádernidad' -sino, quizá, con el fin de la Edad,Me- afro-asiático-. Europa moderna, desde 7492, lsará la conquista
r". y de Latinoamérica (ya que Norteamérica sólo entra en juego en el
dia-.".,i
Y bien, deseamos oPonernos a estas falsas unanlmldades
«Mo- siglo XVII) como trampolín para sacar una «ventaia comparativa»
Jror*". una completa y dittitttu conceptualización deaIauna in- determinante con respecto a sus antiguas culturas antagónicas
á"iliau¿",.o" mundial, Io que nos llevará
turo¡etación
"nientiáo
de la racionalidad moderna diversa de los que pien- (turco-musulmana, etc.). Su superioridad será, en buena parte,
sari r,realizarla, (como Habermas) como de los que se oPonen
a fruto de la acumulación de riqueza, experiencia, conocimientos,
etc., que acopiará desde la conquista de Latinoaméricaró.
ella (como los «Postmodernos")'
La Modernidad, como nuevo «paradigma» de vida cotidia-
na, de comprensión de la historia, de la ciencia, de la religión, .
surge al final del siglo XV y con el dominio del Atlántico. El siglo
Racionalidad e irracionalidad o el mito XVII es ya fruto del siglo XVI; Holanda, Francia, Inglaterra, son ya
III. desarrollo posterior en el ho¡izonte abierto por Portugal y España.
de la Modernidad
América Latina entra en la Modemidad (mucho antes que Norte
des-
Si se entiende q ue la umodemidad» de Europa será el América) como la ,,otra ca¡a, dominada, explotada, encuLierta.
plieg ue de las posibilidades que se abren desde su ucentralidad"
Si la Modernidad tiene un núcleo racional atl intra fterte,
otras cultu-
en 1a Historia Mundial, Y Ia cons titución de todas las como «salida» de la Humanidad de un estado de inmadurez re-
ras como su «periferia», rá com renderse eI que/ a e tocla
es el
gional, provinciana, no planetaria; dicha Modernidad, por otra
cultura es en rsmo e LI
parte ad extra, realiza un proceso irracional que se oculta a sus
oqueP uede pretender identific arse con la propios ojos. Es decir, por su contenido secundario y negativo
<(eurocen trismo» e od ernidad e ta-
mun ta a míticotT,la justificación de una praxis irracional
mente el haber con o a unlversa dad abstract á con la i "Modernidad" es
de violencia. El rnifo podría describirse así:
mun C V,A o

El ego cogíto modemo fue antecedido en más de un siglo 15 El amerindio no usaba armas sino de madera.
oor el eqí coritti/o (Yo conquisto) práctico del hispano-lusitano 16 La China, presente desde Kenya hasta Alaská, no tuvo ningún interés particular
t,r" i*Juso su voluntad (lá primera "Voluntad-de-Poder» mo- de ocupar una Amé¡ica inhóspita y sin complementaridad con su ptopia econo-
á.rrlu¡ ll indio americano. Liconquista de México fue el primer mfa. Locontrario ocurle para las potencias comerciales del Mediteraáneo italiano
supe- (y España es, en cierta mane¡a su continuación), de allf que la ecuación del desa-
ambito del ego moderno. Europa (España) tenía evid,ente
ra' ¡rollo diacrónico de la Modernidad deberfa ser: Rénacimiento, Conquista de
rioridad sobie las culturas aztecas, mayas, incas' etc en esPe- Latinoaméli(a, Refolma, Ilustración" etc.
17. Es sabido que Max Horkheimer-Theodor Ad or o, Diqlektik der Aufkliinug (7944\,
Fis.h€r, F¡ankfort, 1971 (véase Jür8en Habermas, Der philosophische Dísku'§ der
de
13 Universalidad abstracta es lo que Pretende, Por ejeñPlo' Kant consu PrinciPio Mo¡r¿rñ¿. Suh¡kamp, Frankfort, 1988, pp.130ss,: «Die Verschlingi.¡ng von Mythos
De hecho, s¡n embargo, identificó la nmáxima" euroPea con la und Aufllárung"), deline uncierto nivel mftico de la Modernidad, que Habermas
la moralidad.
universalizable. no puede admitir. Nuestro s€ntido de «mito" se sitúa no en un nivel intra€uro-
turco_musulmanas' monSolas o peo (como en el caso de Horkheimer, Adorno o Habermas), sino en un nivel Cen-
14. No tenía superioridad con re§P€cto a lás
'ulturas ho-Periferia, Norte-Su(, es decir, en un nivel mu¡dial
ñogolas, chin¿, etc.

La coLoNlaLrDAo oEL sABEB: EURocENfBrsr\¡o y cr¡rucres socrqles . 69


68. Exnrour DussEt-
;
.
l r
I de- pueblos "at¡asados" (inmaduros)20, de las otras razas
1) La civilización moderna se autocomPrende como más
sin concien- esclavizables, del otro sexo por débil, etcétera.
sarrollada, suPerior (lo que significará sostener
cia una posición ideolóficamente eurocéntrica)' Por todo ello, si se pretende la superación de la "Modem!
2) La superioridad obliga a desarrollar a los más primitivos' dad" será necesario negar la negación del mito cle la Modernidad.
rudos, bá¡baros, como exigencia moral' Para ello, la "otra-cara" negada y victimada de la "Modernidad" '
debe primeramente descubrirse como "inocente": es la "víctima
3) El camino de dicho proceso educativo de desarrollo debe inocente" del sacrificio ritual, que al descubrirse como inocente
ser el seguido po. Ér.op" (es, de hecho, un desarrollo jtzga a la "Modernidad" como culpable de la violencia
unilineal-y a la áuropea, ló que determina, nuevamente sin sacrificadora, conquistadora originaria, constitutiva, esencial. Al
concienciá alguna, lá "falacia desarrollista")' negar la inocencia de la "Modernidad" y al afirmar la Alteridad
4) Como el bárbaro se oPone al proceso civilizador, la praxis de "el Otro", negado antes como víctima culpable, permite "des-
moderna debe eiercei en último caso la violencia si fuera cubrir" por primera vez la "otra-cara" oculta y esencial a la
necesario, para destruir los obstáculos de la tal modemiza- "Modemidad": el mundo periférico colonial, el indio sacrificado,
ción (la guerra justa colonial). el negro esclavizado, la mujer oprimida, el niño y la cultura po-
pular alienadas, etcétera (las "víctimas" de la "Modernidad")
s) Esta dominación produce víctimas (de muy variadas ma-
como víctimas de un acto ir¡acional (como contradicción del ideal
neras), violencia que es interpretada como un acto inevita-
racional de la misma Modemidad).
ble, yion el sentidio cuasiritual de sacrificio; el héroe civili-
zadór inviste a sus mismas víctimas del carácter de ser Sólo cuando se niega el mito ciuilimtorio y de la inocencia de
holocaustos de un sacrificio salvador (el indio colonizado' la violencia moderna, se reconoce Ia injusticia de la praxis
el esclavo africano, la mujer, la destrucción ecológica de la sacrificial fuera de Europa (y aún en Europa misma), y entonces
tierra, etcétera). se puede igualmente superar la limitación esencial de la " razón
6) Para el moderno, el bárbaro tiene una "culpa"l8 (el oponer- emancipadora". Se supera la razón emancipadora como "razón
se al proceso civilizadorre) que Permite a Ia "Modernidad" liberadora" cuando se descubre el "eurocentrismo" de la razón
oresentarse no sólo como inocente sino como ilustrada, cuando se define la "falacia desarrollista" del proceso
Lemancipadora, de esa ,,culPa' de sus propias víctimas' de modernización hegemónico. Esto es posible, aún para la razón
de la Ilustración, cuando éticamente se descubre ia dignidad del
7) Por último, y por el carácter "civilizatorio" de 1a "Moderni- Otro (de 1a otra cultura, del otro sexo y género, etcétera); cuando
dad", se inieipretan como inevitables los sufrimientos o se declara inocente a las víctimas desde la afirmación de su
sac¡ificios (tojcostos) de la "modemización" de los otros Alteridad como Identidad en la Exterioridad como personas que
han sido negadas por Ia Modernidad. De esta manera, la razón
moderna es trascendida (pero no como negación de la razón en
18 Kant, Op.cif., nos hábla de inmadut€z "culPable" (v¿t*huldettnl'
19 El misño Francisco de Vitoria, Prof6or de Salamanca, admite como
última razón
oara declarar Ia quer¡a, el que los indfgenas opongan imPedimentos a la
predicacion de h áoctrina crisiiana. Sólo para destruL eso§ obstáculos se Puede 20 . Para Kant ¡rrrr¡¡rali8: inmadu¡o, ¡udo, no-educado.
hacer la guerra.

LA coLoNtaLtoaD DEL sABER: €unocENTnrsMo y crercres socnles . 7 l


70. E¡nrou¿ Dusst

I
cuanto táI, sino de la razón violenta eurocéntrica/ desarrollista, se dan las condiciones históricas d e su origen eJectioo: el 1492 -su
. hegemónica). Se trata de una "Trans-Modemidad" como proyec- empírica mundialización, la organización de un mundo colonial,
to mundial de liberación donde 1a Alteridad, que era co-esencial y el usufructo de la vida de sus víctimas, en un nivel pragmático
de la Modemidad, se reaüce igualmente. La "realización" de la y económico. La Modernidad nace realfiente en el 1492: esa es
Modemidad no se efectúa en un pasaje de \a potencía de la Mo- nuestra tesis.-Su r¿al superación (como subsuntion (y no meramen-
dernidad a la actualidad de dichaModernidad europea. La "reali- te como Auftebung hegeliana) es subsrmción áe su carácter
zación" sería ahora el pasaie trascendente, donde la Modernidad emancipador racional europeo trascendido como proyecto mun-
' y su Alteridad negada (las víctimas), se co-realizarán por mutua dial de liberación de su Alteridad negada: la "TranJ-Módernidad.
fecundidad creadora. El proyecto trans-modemo es una co-reali- (como nuevo proyecto de liberación po¡it¡&€@rómico, ecológicq
zación de lo imposible para la sola Modernidad; es decir, es co- erótico, pedagógico, religioso, etcétera).
realización de solidaridad, que hemos llamado analéctica, del
Proponemos entonces dos paradigmas contradictorios: el
Centro/Periferia, Mujer/Varón, diversas razas, diversas etnias,
de la mera "Modernidad" eurocéntrica, y el de la Modernidad .
diversas clases, Humanidad/Tierra, Cultura occidental/Culturas
subsumicla desde un horizonte mundial, donde cumplió una fun-
del Mundo Periférico ex-colonial, etcétera; no por pura negación,
ción ambigua (por una parte, como emancipación; y, por otra,
. sino por incorporación2t desde la Alteridadz. como mítica cultura de la violencia). La realización del segundo
De manera que no se trata de un proyecto pre-moderno, paradigma es un proceso de "Trans-Modemidad". Sólo el segun-
como afirmación folklórica del pasado; ni un proyecto anti-¡no- do paradigma incluye a la "Mode¡nidad/Alteridad,, mundial. En
derno de grupos conservadores, de derecha, de grupos nazis o la obra de Tzetan Todorov, Nosofro s y los otros23, el unosotros» son
fascistas o populistas; ni un proyecto post-moderno como nega- los europeos, y "los otros» somos nosotros, los pueblos del mun-
ción de la Modernidad como crítica de toda razón, para caer en do periférico. La Modernidad se definió como ,,emancipación»
un irracionalismo nihilista. Debe ser un proyecto "trans-moder- con respecto al «nosotros», pero no advirtió su carácteimítico-
no" (y sería entonces una "Trans-Modernidad") por subsr.mción sacrificial con_respeto a «los otros». Montaigne lo vio de alguna
real del carácte¡ emancipador racional de la Modemidad y de su manera cuando escribió:
Alteridad negada ("el Otro" de la Modernidad), por negación de
su carácter mítico (que justifica la inocencia de la Modernidad so- _ Así, podemos llamarlos bárbaros con respecto a nuestras
reglas de la razón, pero no con respecto a nosotros, que los reba-
bre sus víctimas y porello se toma contradictoriamente irracional). samos en toda especie de barbarie2a.
En ciertas ciudades de la Europa medieval, en las renacentistas
del Quatrccento, creció forfiabflenf¿ la cultura que producirá la
Modernidad. Pero la Modernidad realmente pudo nacer cuando

21 Traducimos de está manera la palabra suúsunlion en Marx que, poasu etimologfa


latina, corresponde a la ,{¡¡l¡?rül¡g hegeliana.
22 yéase r i Philosophie der BeÍrciung, co respeclo al "momento analéctico" del mo- 23 . Seuil, Pa¡ir 1989.
vimiento dialéctico subsuntivo (5.3)(edición italiana en Queliniana, Brescia,1992). 24 . "Des Caruribales", e^Oeuurcs Conql¿tes,Callima¡d-pléiade, paris, 1962 p.20g

72. E¡¡nrque Duss¡r La coLor.¡reLro¡o oeu sAgER: EUnocENTFtsMo y cle¡lclls soclnl¡s . 73


r

b: Historia "moderno"-europee
K Hoy Futuro
1492 R
-a- ->-A-- {-[--¡-- l ----->.8 ------c----->-'c c: Praxis de realización de C

2 3 G d: Historias anteriores a laronquide europea (América La-


1
h- tina, Africa y Asia)
-d -->-0 -------t--1- -- t--' E ---- 0----->-F
e: Historia colonial y dependiente mercantilista

Esquema 5
f: Historia del mundo periférico al capitalismo industrial

Dos paradigmas de modemidad g: Praxis de realización de F (desarrollismo)

(Simplificación esquemática de algunos momentos que h: Praxis de libe¡ación o de ¡ealización de G


codetermirian la .o*prensión d" ambos paradigmas) i: Praxis de solidaridad del Centro con la Periferia
Léase diacrónicamente desde A hacia Q y de
a hacia !'
1,2,3,n: Tipos históricos de dominación (de A D, etc.)
->
I) Determinacionesmásrelevantes:

A: Europa en el momento del "descubrimiento" (1'492) III) Los dos paradigmas de Modernidad:
B: El presente euroPeo modemo
[ ]: Paradigma eurocéntrico de "Modernidad": [R->K->B
C: Proyecto de "realización" (habermasiana) de la "Moder- >cl
nidad"
{ ): Paradigma mundial de "Modernidad/Alteridad" (ha-
D: La "invasión" del continente (de Africa y Asia poste- cia una "Trans-modernidad"): {A/D->B/E->G}
riormente)
A los 500 años del comienzo de la Europa modema, leemos
E: EI presente "Periférico"
Unidas
en lnforme sobre el desarrollo humano 1 992'?s de las Naciones
F: Proyecto denho del "Nuevo Orden Mundial" d ependimte

G: Proyecto mundiai de liberación ("Trans-modernidad")


R: Mercantiüsmo hispánico (Renacimiento y Reforma) 25 United Nations Development Programme (UNDP), H¡¡rmr¡ D@eloprnent Repoñ
1992, Oxlord University Press, Nueva York, 1992, p.35. En 1930 lá diferencia entre
K: Capitalismo industrial (La "Aufklárung") 106 20
o/"
ñás ¡icos de la humanidad y los 20 % más pobres era de 1 a 30, en 1990 es
de 1 a 59 (casi el doble en sólo 30 años). Véase también en el teña, Th¿ lñüenlion of
lhe Antericas, Eclipse $ " the Olhet" afid the Myth of Modernify, Continuum Publishing,
Nueva Yo!k, 1995; Ti¿ U,úercide oÍ ModetfliLy. Rícoeur, Apel, Taylor ond the Philosophy
II) Relaciones con una cierta dirección o flechas: of Liberuliofl, Hrma iljes P¡ess, Nueva York,1996y Elica de la Libención en la Edad
y la E¡clusió,r, Editorial Trotta-UAM.l-UNAM, México, 1998.
Historia europea medieval (lo pre-modemo europeo)
d¿ la Globalizac¡ón
a:

LA coloNtaltDAD DEL sABEB: EURocENfnrsvo v cte¡¡ct¡s soct¡ues . 75


74. E¡¡ntoue Dusseu
r
-i
que el 20 % más rico de la humanidad (principalmente Europa Montaigne: «Dss (arLnibales», en Oer¿ ares Complétes, Gallimard_pléiade,
occidental, Estados Unidos y Japón) consume el 82 % de los bie- Pans,7967.
nes de la tiera, y el 60 % más pobre (la uperiferia» histó¡ica dei PfeíÍfel R:, History of Classical Scholarshp, Clarendon, O xford,1976.
«Sistema-mundial") consume el 5,8% de dichos bienes. ¡Una con- Taylor, Charles: Sources of the Self. Ttrc Making of the Modern ldentity,
centración jamás observada en la historia de la humanidad! ¡Una Harvard University press, Cambridge, úgí.
injusticia estrucfural nunca sospechada en la escala mundial! ¿No Todorov, Tzetan: Nosottos y los otros, Siglo XXI Editores, México, 199i.
es este acaso el fruto de la Modernidad o dei Sistema mundial
United Nations Development programme (UNDp); Hu man Deuelopment
que inició la Europa occidental?
Report 1992, Oxnord University pres, Nueva york, 1992.
Wallerstein, Immanuel The Modern Wortd-System, Academic press, San
Diego-Nueva York, tomo 1,797 4.
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-Tlrcde Guadalaj ara, Méx ico, 1,993).
Inuention of the Amerícas. Eclípse of «the Other» and the Myth of
Modernity, Continuum Publishing, Nueva York, 1995. (Edición en
español: 1492: EI encubrimiento del Otro. Hacia el origen del milo de
-Thela Modentídad, Nueva UtopÍa, Madrid,1992.)
de la liberacíón, Edícol, México 7977, Usta, Bogotá, 1980.

........."..."..-El humanismo semita,EUDEBA, Buenos Aires, 1969.


-Filosofía
Habermas, lürgen: Der philosophísche Dískurs der Moderne, Suhrlamp,
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tracíón, Editorial Trotta, Madrid, L997).

76. Ennroue Dussel LA coloNtaLtDAD DEL sABER: EUBocENIRtsN¡o y cle¡lclls socleL¡s . 77


LA COLONIALIDAD A LO LARGO
Y ALO ANCHO:
EL HEMISFERIO OCCIDENTAL EN EL HORIZONTE COLONIAL
DE LA MODERNIDAD

Walter D. Mignolol

Before the Cold War, the closest the United States had euer come to ¡
permanent foreign policy uas in our relatíonship with the natíons of the
rNestern Hemísphere. ln '182ithe Monrce Doctñne proclaimed out
determinalion to ínsulate the Western Hemísphere from the contesls
oaer the European balance of power, by force iJ necessary. And for nearly
a century afterward, the causes oJ America's warc were to be found in
the Western Hemisplrcre: in the wars against Mexico and Spain, and in
threats to trse lorce to end Napoleon lll's efort to install a European
dynasty ín Mexíco (Henry Kissinger,Yea rs of Renewal 7999:703).

I. Sobre el imaginario del mundo moderno/colonial


La tesis que propongo y defiendo aquÍ es que la emergen-
cia de la idea de "hemisferio occidental" dio lugar a un cambio
radical en el imaginario y en las estructuras de poder del mundo '
moderno/colonial (Quijano y Wallerstein 1992). Este cambio no
sólo produjo un enorme impacto en su re-estructuración sino que
tuvo y tiene importantes repercusiones para las relaciones sur-

1. Profesor de Literatu¡a y l¡nguas Romances y de Ant¡opologfa Cultural en la


Universidad de Duke.

LA coLoNrALtDAo oEL sAB€R: EURocENTRtsMo y ct¿Nct¡s socteles . 79


r
á
la "Latini- yeron, en los extremos, Asia y América, a construir el imaginario
norte, en las Américas, para la configuración actualde
del circuito comercial del Atlántico que, con varias reconversiones
á"d"'en los Estados Unidos; como también para la diversidad
históricas, llegó a conformar la imagen actual de civilización oc-
afro-americana en el norte, en el sur y en el Caribe'
cidental de hoy, sobre la que volveré en el apartado IV. No obs-
lo
Empleo el concepto de "imaginario" en el sentido "1.91re tante, el imaginario del que hablo no está sólo constituido en y
(1996)'
usa el intélectual y esciitor martiniqués, Edouard Glissant por el discurso colonial, incluidas sus diferencias intemas (e.g.,
me-
Para Glissant "eí imaginario" es la construcción simbólica Las Casas y Sepírlveda; o el discurso del Norte de Europa que a
imperial' sexuai'
ai""t" i" .r"f ,.a corñunidad (racial, nacional' partir del siglo XVII trazó la frontera Sur de Europa y estableció
ni 1a
ilr; á"ft"" a sí misma. En Glissant, el término no trnne 1a diferencia imperial), sino que está constituido también por las
ucepción común de una imagen mental, ni tamPoco el
sentido respuestas (o en ciertos momentos falta de ellas) de las comuni-
contemPoráneo' en dades (imperios, religiones, civilizaciones) que el imaginario oc-
mál técnico que tiene en el discurso analítico
con
ui."uf f-uginario forma una estructura de diferenciación cidental involucró en su propia autodescripción. Si bien este ras-
"t
iá ái-UOtl.o y"to Real Partiendo de G1issant, le doyal término un go es planetario, en este artículo me limitaré a examinar las res-
r""iiJá!"1-paltico y lo empleo en Ia fundación y formación del puestas desde las Amé¡icas al discurso y a la política integradora
i-rein;io ael sist"áu--rnáo modemo/colonial' La imagen que lar-
y a la vez diferenciadora de Europa primero, del hemisferio occi-
i".*"i.t trou a" la civilización occidental es, por un lado' undes- dentai iuego y del Atlántico No¡te, finalmente.
no ,io.uto á" .onstrucción del "interior" de ese imaginario'
Pero ¿qué entiendo por mundo moderno/colonial o siste-
E" iá1iunti.lo" del Mediterráneo, como centro' a Ia formación
ma mundo/moderno colonial? Tomo como punto de partida la
á"t .i.".rito comercial del Atlántico, como así también--de su metáfora sistema mundo-moderno propuesta por Wallerstein
áterioridad". Esto es, en Occidente la imagen "interior" cons- (1974). La metáfora tiene la ventaja de convocar un marco históri
de
truida por letrados y letradas, viajeros y viaieras' estadistas
cristianos' es- co y relacional de ¡eflexiones que escapa a la ideología nacional
todo tipo, funcionarios eclesiásticos y pensadores bajo la cual fue forjado el imaginario continental y subcontinental,
de
;;;; tj';p.; acompañada de un "eitárior interno"' es decir' tanto en Europa como en las Américas, en los últimos doscientos
,nu 'txt"iioridad" pero no de un "afuera"' La cristiandad euro- años. No estoy interesado en dete¡minar cuántos años tiene el
que
o"u. f,ist" tinut"t dei siglo XV, era una cristiandad marginada
sistema mundo, sí quinientos o cinco mil (Gunder Frank y Gills
I" ií"Uiu ia"nrifi.ado con Jafet y el Occidente, distinguiéndose de 1993). Menos me interesa saber la edad de la modernidad o del
de
Asla v de Af.ica. Ese Occidentá de Jafet era también la Europa
capitalismo (Arrighi 1994). Lo que si me interesa es Ia emergencia
ia míotogiu griega. A partir del siglo XVI, con la. concu¡rencia del circuito comercial del Atlántico, en el siglo XVI, que conside-
i.ipi.-á" i" ¿Ertiu a" Íus -o.o,, liexpulsión de los judÍos y 1a ro fundamental en la historia del capitalismo y de la modemi-
por el Atlántico, moros, iudíos y amerindios (y con el
"xi"nsión pasaron.a con- dadlcolonialidad. Támpoco me inte¡esa discutir si hubo o no co-
tie'mpo tambien Ios esclavos africanos), todos ellos
la diferen- mercio con anterioridad a la emergencia el circuito comercial del
;i;út*, en el imaginario occidental cristiano' como
del Atlántico, antes del siglo XVI, sino el impacto que este momento
.j? t"-*r"JJl en"el interior del imaginario' Hacia finales
tuvo en la formación del mundo modemo/colonial en el cual es-
sielo XVI, las misiones iesuitas en China agregaron una nueva
tamos viviendo y siendo testigo de sus transformaciones
dí¡ensión de "exterioridad", el afuera que está dentro porque planetarias. Si bien tomo la idea de sistema-mundo como punto
u fu definición de la mismidad' Los iesuitas contribu-
"*iiiUry"
LA coLoNiaLroao 0EL saBeR: EUBocENTRTsMo y ct¡¡¡cres soclales . 81
80. W¡trtn D, Mlcroro
I


I
'.1
de posiciones de poder. Esto es, la colonialidad del poder es el eje
de oartida, me desvío de ella al introducir el concepto
;..["i"riüJ;'."mo el otro lado (¿el lado oscuro?) de la moder- que organizó y organiza la diferencia colonial, la periferia como
sistema-mun- naturaleza.
nidad. Con ello no quiero decir que la metiáfora de
lbdo lo con-
do moclerno no haya considerado el colonialismo Bajo este panorama general, me interesa recordar un párra-
iiáÁ. r-" que sí aÍirmo es que la metáfora de sistema-mundo (Quiiano fo de Quijano y Wallerstein (1992) que ofrece un marco en el cual
*oá"rno aliu la oscuridaá la colonialidad del poder comprender la importancia de la idea de "hemisferio occidental"
".,
1997) y la diierencia colonial (Mi8nolo 1999,
2O00)' En consecuen-
en el imaginario del mundo moderno/colonial a partir de princi-
su ProPio lma-
cia, sólo concibe el sistema-mundo moderno desde pios del siglo XIX
surge con y
einario, pero no desde el imaginario conflictivo que
á"rá" t"'aif"."ncia colonial. Las rebeliones indígenas y la pro- The modem world-system was born in the long sixteenth
Jrr..iOn l.,t.t".tral amerindia, desde el siglo XVI en adelante así century. The Americas as a geo-social construct were born in the
como la Revolución Haitiana, a comienzos del siglo-XlX'
son long sixteenth century. The creation of this geo-social entity, the
momentos constitutivos del imaginario del mundo
moderno/co- Americas, was the constitutive act of the modern world-system.
lonial v no meras ocurrencias eñ un mundo construido desde el The Americas were not incorporated into an already existing
capitalism world-economy. There could nothavebeen a capitalism
ái*r.áo hrpanico (por ejemplo, el debate.Sepúlveda/Las Casas
sobre la "naiural d"iarnerindio, en el cual el amerindio no world-economy without the Americas (7992: 449).
tuvo su lugar para"ri' dar su opinión; o la Revolución Francesa/ con- Dejando de lado las connotaciones particularistas y
side¡ada Dor Wallerstein mornento fundacional de la geo-cul- kiunfalistas que el párrafo pueda invocar, y de discutir si hubiera
*." Jul tiiá^"-^undo modemo (Wallerstein 1991a' 1991b' 1995)' habido o no economía capitalista mundial sin las riquezas de Ias
E; ;;á;;tid", la contribución de Aníbal Quijano' e-n el artículo minas y de las plantaciones. el hecho es que la economía capita-
á-*..iio con i{allerstein (Quiiano y Wallerstein 1992)' es. giro la
lista cambió de rumbo y aceleró el proceso con la emergencia del
ieórico fundamental al esbozarias cóndiciones baio las cuales circuito comercial del Atlántico, la transformación de la concep-
estrate-
colonialidad del poder (Quiiano 1997;1998) fue y es una ción aristotélica de la esclavitud exigida tanto por las nuevas con-
niu áu f, "*o¿".ni¿u4," á"tau momento de la expansión de la diciones históricas como por el tipo humano (e.g., negro, africa-
"t
Iristiandad más allá del Mediterráneo (América, Asia)' que con- no) que se identificó a partir de ese momento con la esclavitud y
iribuvó a la autodefinición de Europa, y fue parte indisociable estableció nuevas relaciones entre raza y trabajo. A partir de este
del cánitalismo, desde el siglo XVI. Este momento en la construc- momento, del momento de emergencia y consolidación del cir-
y trans-
ción dll imaginario colonial que será más tarde retomado cuito comercial del Atlántico, ya no es posible concebir la moder-
formado poi Inelate¡ra y Fráncia en e1 proyecto de la "misión nidad sin la colonialidad, el lado silenciado por la imagen reflexi-
.i;;ii;;á;";, nü upr.".á en la historia áel capitalismo contada del
va que la mode¡nidad (e.g., los intelectuales, el discurso oficial
oor Arriqhi (1994). iin la reconstrucción de Arrighi, la historia del Estado) construyó de sí misma y que el discurso postmodemo
i^"ii"ii."r" t" Ia ve "dentro" (en Europa), o desde dentro hacia criticó desde la interioridad de la modernidad como autoimagen
colonialidad del poder. La postmodemidad, autoconcebida en la línea unilate-
iá"ta" f"ropa hacia las coloniasfy, por ello' la
"ii"."
del poier es invisib^le. Ia consecuencia es que el capitalismo'
como ral de la historia del mundo moderno continúa ocultando la
la modernidad, aParece como un fenómeno euroPeo y no colonialidad, y mantiene la lógica universal y monótopica -desde
pta.t"turio, en el'qu'e todo el mundo participó pero con distintas la izquierda y desde la derecha- desde Europa (o el Atlántico

LA coLoNrALtDAo oEL saBER: EUBocENTBTsMo y crr¡lcus socreres . 83


82. Wnuen D. MlGNoLo
I

Norte) hacia afuera. La diferencia colonial (imaginada en 1o pa- rt


gano, lo bárbaro, lo subdesarrollado) es un lugar pasivo en los
discursos postmodernos. Lo cual no quiere decir que en realidad
sea un lugar pasivo en la modernidad y en el capitalismo. La visi-
bilidad de la diferencia colonial, en el mundo moderno, comenzó o\
o\
a notarse con los movimientos de descolonización (o indepen-
dencia) desde finales del siglo XVIII hasta la segunda mitad del 'o
o
siglo XX. La emergencia de la idea de "hemisferio occidental" fue óo

uno de esos momentos. ¡.J


t
.!
Pero antes, recordemos que la emergencia del circuito co-
mercial del Atlántico tuvo la particularidad (y este aspecto es E üil
¿
importante para la idea de "hemisferio occidental") de conectar
g
los circuitos comerciales ya existentes en Asia, Africa y Europa
(red comercial en la cual Europa era el lugar más marginal del xB
centro de atracción, que era China y desde Europa "las lndias alo
Orientales") (Abud-Lughod 1989; Wolff 1982), con Anáhuac y
Tawantinsuyu, los dos grandes circuitos desconectados hasta en- oEl
tonces con los anteriores; separados tanto por el Pacífico como
por el Atlántico (Mignolo 2000).
9Y
El imaginario del mundo moderno colonial no es el mis- 0r6
mo cuando se lo mira desde la historia de las ideas en Europa que
cuando se lo mira desde la diferencia colonial: las historias foria-
das por la colonialidad de1 poder en las Américas, Asia o Africa.
Sean estas historias aquéllas de las cosmologías anteriores a los
contactos con Europa a partir del siglo XVI, como en la constitu-
ción del mundo moderno colonial, en el cual los Estados y las
sociedades deAfrica, Asia y las Américas tuvieron que responder
y respondieron de distintas maneras y en distintos momentos his- 'of
tóricos. Europa, desde España dio la espalda al norte de Africa y
el Islam en el siglo XVI; China y )apón nunca estuvieron bajo con-
trol imperial occidental, aunque no pudieron deiar de responder <E
a su fuerza expansiva, sobre todo a partir del siglo XIX, cuando el
Islam renovó su relación con Europa (Lewis 1997). El sur de Asia, .o!
India, y diversos países africanos al sur del Sahara fueron el obje- ,E .c
tivo de los colonialismos emergentes, Inglaterra, Francia, Bélgica

84. Wnlr¡a D. N,4rcNoLo Ln coLoNlLloao oeL sABER: EUBocENTfllsMo y cre¡clts socnles . g5


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La primera declaración desde la Selva Lacandona, en 1993,
cornienza diciendo "Somos el producto de 500 años de lucha."
Rigoberta Menchú, en una ponencia leída en la conferencia sobre
o\ democracia y Estado multi-étnico en Amédca Latina, organizada
Ol
t por el sociólogo Pablo González Casanova, también convocó el
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Itirii marco de 500 años de opresión:
JI,{. 3 o ...la historia del pueblo Guatemalteco puede interpretarse como
t) if ilI E I E
I
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o E una conc¡eción de la diversidad de América, de la lucha deciü-
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¿ cla, forjada desde las bases y que en muchas partes de América
{ todavía se mantiene en el olvido. Olvido no porque se quiera,
E
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lr J sino porque se ha vuelto una tradición en la culhrra de la opresión.
Olvido que obliga a r:na lucha y a una ¡esistencia de nuestros pue-
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I i. co blos que tiene una historia de 500 años (Menchú 1996: 125).
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I Pues bien, este marco de 500 años es el marco del mundo
II I r,
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I¡ il I t. moderno/colonial desde distintas perspectivas de su imagina-
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¡r ! I' o rio, el cual no se ¡educe a la confrontación entre españoles y
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§
I¡¡" EÍ amerindos sino que se extiende al criollo (blanco, negro y mesti-
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¿o zo), surgido de la importación de esclavos africanos como de la
población blanca europea transplantada por sus propios intere-

x
, ses, en la mayoría de los casos, a las Amé¡icas. Que la etno-
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l¡ i o racialidad sea el punto de articulación del imaginario construido


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:! ¡! ;II I ¿ en y a partir del circuito comercial del Atlántico, no excluye los
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!¡ ¡13 e ul I:I § o aspectos de clases, los cuales estaban dados de entrada en los
repartimientos y en la transformación que experimentó la escla-
l 9.
vitud, como se la conocía en el Mediterráneo, a partir de 7517,
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á¿ I cuando se transportaron 1os primeros quince mil esclavos desde


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tiitt * Africa. Y tampoco niega los aspectos de género sexual y de sexua-
T ¡! ¡
oÉ ¡liirru !¿ = I i lidad que analizó Tressler recientemente (Tressler 1995). Sólo que
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.¡ ¡ la etno-racialidad se convirtió en el engranaje de la diferencia co-
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ttt lü lfi lonial configurada a partir de la expulsión de los morcs y de ios
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.i¡ ¡ I U ¡ judíos, de los debates sobre el lugar de los amerindos en la econo-
t mía de la cristiandad, y, por último, por la explotación y
I
x illii silenciamiento de los esclavos africanos. Fue con y a partir del
ci¡cuito comercial del Atlántico cuando la esclavitud se convirtió
a en sinónimo de negritud.

Le coro¡¡¡uolo o¡r sABEBT EURocENTRtsMo y crtrcrns socnLEs . 89


88. Weren D. I\,4lcNoLo
l
I

El panorama que acabo de esbozar no es una descripción El principio de doble-conciencia es, en mi argumento, la
del coloriialismo du l" colonialidad, de la construcción de característica del imaginario del mundo moderno-colonial desde
"it
mundo moderno en el eiercicio de la colonialidad del poder' Pero' las márgenes de los imperios (desde las Américas, desde el Sures-
también, las respuestas'desde la diferencia colonial a la coerción te deAsia, desde Africa del Norte ydel Sur del Sahara). Pero tam-
oroeramada o eiercida, por la colonialidad del poder' El imagina- bién, como se comprueba hoy por las migraciones masivas a Eu-
iio á"1 mrttdo áodernó/colonial surgió de la compleja articula- ropa y a Estados Unidos, desde el interior de los países que fue-
ción de fuerzas, de voces oídas o apagadas, de memorias- com- ron o que son potencias imperiales: los "negros" (tanto africanos,
pactas o fracturadas, de historias contadas desde un solo lado que como pakistanos como indúes) en lnglaterra; los magrebinos en
iuprimieron otras memorias y de historias que se-contaron y cuen- Franciai los latinos/as en los Estados Unidos. La doble concim-
ta¡i desde 1a doble conciencia qre g".,er,1" diferencia colonial' cia, en suma, es una consecuencia de 1a colonialidad del poder y
En et siglo XVI, Sepúlveda y las Casls contribuyeron, de distinta ia manifestación de subjetividades forjadas en la diferencia colo-
maneriy un distit tas posióiones políticas a construir la diferen- nial. Las historias locales varían, porque la historia misma de
cia coloáial. Guaman ioma o IxtÍixochitl, Pensaron, escribieron Europa fue cambiando en el proceso de forjarse a sí misma en el
desde la diferencia colonial en la que fuáron ubicados por la movimiento expansivo de Occidente. En las divisiones continen-
colonialidad del poder. A principios del siglo,XX, el sociólogo e tales y sub-continentales establecidas por la cartog¡afÍa simbólica
intelectual negro, Wf .S. D" foü, introdu¡ó el concepto de "do- cristiana (e.g., la trilogía continental del mundo conocido hasta
ble conciencia;' que caPtura el dilema de subjetividades forma- entonces, Europa, Africa yAsia), el horizonte colonial de las Amé-
das en la diferenóia colánial, experiencias de quien vivió y vive la ricas es fundamental, sino fundacional, del imaginario del mun-
modernidad desde Ia colonialidad. Extraña sensación en esta do modemo. La emergencia del "hemisferb occidental", como
América, dice Du Bois (1904), para quien no tiene una-verdadera idea, fue un momento de transformación del imaginario surgido
auto-conciencia sino que esa conciencia tiene que tormarse y en y con el circuito comercial del Atlántico. La particularidad de
defini¡se con ¡elación all "otro mundo". Esto es, la conciencia vi- la imagen de "hemisferio occidental" fue la de marcar, de manera
vida desde la diferencia colonial es doble porque es subalterna' fuerte, la inserción de los criollos descendientes de europeos, en
La subaltemidad colonial genera Ia diversidad de conciencias do- ambas Américas, en el mr¡ndo modemo/colonial. Esta inserción fue,
bles, no sólo ia afro-ameriiana que es la experiencia de Du Bois,
al mismo tiempo, la de la consolidación de la doble conciencia crio
sino también la "conciencia quó le nació a Rigoberta Menchú"
lla que fue forjándose en el proceso mismo de colonización.
(1982) o la "conciencia de la nüeva mestiza" en Gloria Anzaldúa
(1987). Citemos a Du Bois:

It is a peculiar sensation, this double-consciousness, this sense of


always looking at one's self through the eyes of the others, of
meaáuring oné's soul by the tape of a wo¡ld that looks on in II. Doble conciencia criolla y hemisferio occidenta
amused óntempt and Pity. One ever feels his two-ness -An
American, a Negro; two-souls, two thouthts, tloa¡nreconciled La idea de "hemisferio occidental" (que sólo aparece men-
strivings; two wárring ideals in one dark body ["] The.history of cionada como tal en la cartografía a partir de finales del siglo
the Arñerican Negro is the history of this strife,- this longing to XV[I), establece ya una posición ambigua. América es la diferen-
attain self-conscióus manhood, to merge his double self into a cia, pero al mismo tiempo la mismidad. Es otro hemisferiq pero
better and truer self (PP. 8-9)

90 . Wlg¡a D. MGNor-o LA coLoNrauoAD oEL saSER: EURocENTBtsMo y cl¡Hcns soct¡l-¡s . 91


es occidental. Es distinto de Europa (que por cierto no es el Orien- Jefferson miraba con entusiasmo los movimientos de indepen-
te), pero está ligado a ella. Es distinto, sin embargo, a. Africa y dencia en el Sur, aunque con sospechas los caminos de su futuro
¡sii continentó y culturas que no forman parte de Ia definición político. En una carta al Barón Alexander von Humboldt, fecha-
del hemisferio occidental. Pero ¿quién define tal hemisferio? ¿Para da en diciembre de 1813, Jefferson le agradecía el envío de obser-
quién es importante y necesario áefinir un lugar de.Perten€ncia y vaciones astronómicas después delviaje que Humboldt había rea-
áe diferencia? ¿Para cluienes experimentaron la diferencia colo- lizado por América del Sur y enfatizaba la oportunidad del viaje
nial como crioiios de iescendencia hispánica (Bolívar) y anglo- en el momento en que "esos países" estaban en proceso de "ha-
cerse actores en su escenario" Y agregaba:
sajona (Jefferson)?
(aun- Tlnt they will
throzo off their Europenn dependence I haue no dotLbt; but
Lo que cada uno entendió por "hemisferio occidental"
in zuhat kind of goaemment their raolution wíll end I am not so ceiaín.
que la exiresión se origin8 .t él ioglét de las Américas) difiere' History, I belieae, furnishes no example of a priest-ridden people
á*o i" esperar. Y-difiere, tam6ién como es de esperar' de maintaining a free ciuil gooernmentl"] But in wlfiteoer governments
"t
manera no trivial. En la "Carta de Jamaica", que Bolívar escribió they end they wíll be " American" gotsernments, no longer to be inaoh¡ed
en 1815 y dirigió a Henry Cullen, "un caballero de esta isla"' e1 in the neoer-ceasing broils of Europe (1813: 22) .
enemigo era Éspana. Lai referencias de Bolívar a "Europa" (al
norte áe España) no eran referencias a un enemigo sino la expre- Por su parte, Bolívar expresaba con vehemencia:
sión de cieita sorPresa ante el hecho de que "Europa" (c1ue su-
Yo deseo más que otro alguno uer formarse en América la mds grunde
puestamente Bolívar en esa fecha localizaría en Francia, Inglate-
nación del mundo menos por su extensíón y riquezas que por su libertad
ira y Alemania) se mostrara indiferente a las luchas de indepen- y gloria. Aunque aspiro a la perfección del gobierno de mí patria, no
d".rti" qre est"ban ocurriendo, por esos años, en Ia América his- puedo persuadirme que el Nueao Muntlo sea por el momento regido por
pana. Teniendo en cuenta que, también en ese perÍodo, Inglaterra wn gran repúblíca (1815: 25).
L.u yu ,r., imperio en desairollo con varias décadas de coloniza-
cióríen la Ináia y enemigo de España, es posible que Mr' Cullen Mientras Bolívar hablaba del "hemisferio de Colón",
recibiera con intárés y taábién con placer ias diatribas de Bolívar Jefferson hablaba del hemisfe¡io que "América tiene para sí mis-
contra los españoles. La "leyenda negra" dejó su marca en el ima- ma". Eran, en realidad, dos Américas en Ias que pensaban Jefferson
ginario del mundo moderno/colonial. y Bolívar. Y lo eran también geográficamente. La América ibérica
se extendía hasta lo que es hoy California y Colorado, mientras
Por otra parte, el enemigo de lefferson era Inglaterra. aun- que la América sajona no iba más allá, hacia el oeste, que
que, contrario á Bolívar, JefferJon no reflexionó sobre el hecho de Pensilvania, Washington y Atlanta.
que Espana no se incensara en la independencia de los Estados
Ünidoi de Norte América Con esto quiero decir que las referen- Donde ambos se encont¡aban era en la manera en que se
cias cruzadas, de Jefferson hacia el Sur y de Bolívar hacia el Nor- referÍan a las respectivas metrópolis, España e Inglaterra. Al refe-
te, eran en realidad referencias cruzadas. Mientras que Bolívar rirse a la conquista, Bolívar subrayaba las "barbaridades de los
imaginaba, en la carta a Cullen, la posible organización política españoles" como "barbaridades que la presente edad ha rechaza-
de Ámérica (que en su imaginario era la América hispana) y es- do como fabulosas, porque parecen superiores a la perversidad
peculaba u puiti. d" las suglrencias de un dudoso esc¡itor fran- humana" (1815: 17). Jefferson se refería a los ingleses como
.ét d" d,rdoiu el A6e de Pradt (Bomholdt 19M:20'1"221),
"ttirpe,
LA coLoNlALtoao DEL sABER: EURocENfnlsf,lo y ctErucrns socrtes .93
92. Wrfien D. N4rcNoLo
I
¡
t
exterminadores de los americanos nativos (" extermination of this
q- race in OUR America" , énfasis agregado, IAtrM), como un capítulo
t"§ adicional "in the English history of the same colored man in Asia, and
of the brelhen of their own color in lreland, and whereaer else Anglo-
nercantile cupidity can t'ind a two-penny interest in dehrging the earth
with human blood" (1873:24). A pesar de que las referencias eran
utzadas, había esto en común entre Jefferson y Bolívar: la idea
del hemisferio occidental estaba ligada aI surgimiento de la con-
ciencia criolla, anglo e hispánica. La emergencia de la conciencia
criolla negra, en Haití e¡a diferente. Era una cuestión limitada al
colonialismo francés y a Ia herencia africana, y el colonialismo
francés, como el inglés, en el Caribe, no tuvo la fuerza de la in-

A;- migración inglesa que estuvo en la base de la formación de los


Estados Unidos, o de los legados del fuerte colonialismo hispán!
co. La conciencia criolla negra, contraria a la conciencia c¡iolla
blanca (sajona o ibérica), no era la conciencia heredera de los co.
lonizadores y emigrados, sino heredera de la esclavitud. Por eso
la idea de "hemisferio occidental" o, como luego lo dirá Martí, de
"nuestra América" no era común entre ellos. En suma, "hemisfe-
rio occidental" y "nuestra América" son figuras fundamentales
del imaginario criollo, sajón e ibérico, pero no del imaginario
PORTUGUESE
amerindio (en el norte y en el sur), o del imaginario afro-america-
EMPIRE
no (tanto enAmérica Latina, como en el Caribe, como en América
del Norte). Sabemos, por ejemplo, qué pensaba Jefferson de la
Revolución Haitiana y de "that race of men" (Jefferson 1984). La
conciencia criolla en su relación con Europa se forjó como con-
ciencia geo-política más que como conciencia racial. Y la concien-
cia criolla, como conciencia racial, se forjó internamente en la di-
ferencia con la población afro-americana y amerindia. La diferen-
cia colonial se transformó y reprodujo en el período nacional y es
esta transformación la que recibió el nombre de "colonialismo
interno." El colonialismo interno es, pues, la diferencia colonial
ejercida por los líderes de la construcción nacional. Este aspecto
de la formación de la conciencia criolla blanca es el que transfor-
mó el imaginario del mundo moderno/colonial y estableció las
Ilustración 4. Las posesiones hisPánica§ y Portuguesas, en las Américas, hasta bases del colonialismo intemo que atravesó todo el período de
pdncipios del sigto )0X segúr Eric Wolf (1982)

94 . Warrn D. Mterolo LA coloNtaLroaD DEL sasER: EUaocENTRtslt¡o v cre¡lcl¡s socnl¡s . 95


formación nacional, tanto en la América ibérica como en la Amé- en todo el impulso de la conciencia criolla blanca, se t¡ataba de
rica anglo-sajona (Nelson 1998). Las ideas de "América" y de "he- ser ame¡icanos sin dejar de ser europeos; de ser americanos pero
misferió occidental" (no ya las "Indias occidentales", designación distintos a los amerindios y a la población afro-americana. Si la
hispánica de la territoriilidad colonial) fueron imaginadas como conciencia criolla se definió con respecto a Europa en términos
el lugar de pertenencia y el derecho a la autodeterminación' Aun- geo-políticos, en términos raciales se definió su relación con la
que Éolívai pensaba en su nación de pertenenciay en €i resto de población criolla negra y con 1a indígena. La conciencia criolla,
Ámérica (hiipana), Jefferson pensaba en algo más indetermina- que se vivió (y todavía hoy se vive) como doble aunque no se
do, aunque ló pensába en cambio sobre la memoria de la territo- ¡econoció ni se reconoce como tal, se reconoció en cambio en la
rialidad tolonial saiona y sobre un territorio tue n9 h3!ía¡ido h()n'r()g(,rlcidad del imaginario nacional y, desde principios del
configurado por la idea áe "lndias Occidentales." "lndias Occi- siglo XX, en el mestizaje como contradictoria expresión de
dentaies" fue la marca distintiva del coloniaüsmo hispánico que homogeneidad. La celebración de la pureza mestiza de sangre,
debÍa diferenciar sus posesiones en América de aquéllas en Asia por así decirlo. La fo¡mación del Estado-nación requería la
(e.g., las islas Filipinas), identificadas como "I¡rdias Orientales'" h()mogoneidad más que la disolución y por lo tanto o bien había
Erila formación áe Nueva Inglaterra, en cambio, "lndias Occi- (luo ocultar o bien era impensable la celebración de la
dentales" era un concePto extraño. Cuando Ia expresión se intro- heterogeneidad. Si no hubicra sido así, si la conciencia criolla blan-
duio al inglés, "West Indies" se usó para designar fundamental- ca se hubiera reconocido como doble no tendríamos hoy ni en
ménte eI iaribe inglés. Lo que estaba claro para ambos, BolÍvar y Estados Unidos ni en la América hispana, ni en el Caribe, los pro-
una Euro- blemas de identidad, de multiculturalismo y de pluriculturalidad
Jefferson, era Ia sefaración geo-política con Europa, de
p" qr" ,.t su ientro en España y en el otro en lngla- qr-re tenemos hoy. Dice Jefferson:
"rl "uroienía
ierra. Puesto que Ias designaciones anteriores (lndias Occidenta-
Thc Erlropean nations constitute a separate tlivísion of the globe; their
Ies, América) fueron desi§naciones en la formación de la concien-
localitiesnmke tlrcm part of a distínct system; they hnte a set ofinterests
cia castellaná y europea, 'hemisferio occidental" fue la necesaria of their ozun in wlich it is our business net er to engage otLrselaes. America
marca distintiva del imaginario de la conciencia criolla (blanca), lus a lrcmisplere to itsell ('1813:22).
post-independencia. La conciencia criolla no era, por cierto, un
i,echo .,ráuo p,-testo que sin conciencia criolla no hubie¡a habido Jefferson negaba a Europa, no la Europeidad. Los revolu-
independencñ ni en é1 Norte ni en el Sur. Lo nuevo e imPortante cionarios haitianos, Toussaint l'Ouverture y Jean-Jacques
en J&erson y en Bolívar fue el momento de transformación de la Dessalines, en cambio, negaron Europa y la Europeidad (Dayan
conciencia cíiolla colonial en conciencia criolla postcolonial y na- 1998: 19-25). Directa o indirectamente fue la diáspora africana y
cional y la emergencia del colonialismo interno f¡ente a la pobla- no el hemisferio occidental lo que alimentó el imaginario de los
ción anierindia y afro-americana. revolucionarios haitianos. En cambio, la vehemencia con que se
planteaban en Jefferson y Bolívar la separación con Europa era, al
Desde la perspectiva de la conciencia criolla negra, tal como mismo tiempo, motivada por el saberse y sentirse, en última ins-
la describe Du bois, podemos decir que la conciencia c"rolla blan- tancia, europeos en las márgenes, europeos que no eran pero que
ca es una doble conciencia que no se reconoció como tal' La nega- en el fondo querían serlo. Esta doble conciencia criolla blanca, de
ción de Europa no fue, ni á la América hispana ni en la anglo- distinta intensidad en el período colonial y en el período nacio-
sajona, la nefación de "Europeidad" Puesto que ambos casos, y nal, fue la marca y el legado de la intelectualidad independentista

96. Wnren D. Mro.¡oro La coLoNrALlDAD DEL saBER: EURocENfRtsMo y cre¡¡cr,qs soclnles . 97


tu,i
t,i
rFl
,¡d
rt Si la idea de hemisferio occidental encontró su momento de
a la conciencia nacional durante el siglo XIX' Repito que la carac-
y emergencia en las independencias de los criollos, anglos y lat!
terística de esta doble conciencia no era racial sino geo-política
no se mani- nos, en ambas Américas, su momento de consolidación se lo en-
se definía con relación a Europa. La doble conciencia
cuentra casi un siglo más tarde, después de la guerra hispano
iestaba, por cierto, en relación al componente amerindio o
afro-
vista criollo, cómo ser criollo e in- americana y durante la presidencia de Theodor Roosevelt, en los
americano. Desde el punto de
que había que albores del siglo XX. Si las historias necesitan un cornienzo, la
dio o negro al mit-o tiu-po, .,o .ra un problema
historia de Ia ¡earticulación fuerte de la idea de hemisferio occi-
resolver. En este contexto -en relación con las comunidades dental en el siglo XX, tuvo su comienzo en Venezuela cuando las
de-
amerindias y afro-americanas- la conciencia c¡iolla blanca se fuerzas armadas de Alemania e Inglaterra iniciaron un bloqueo
finió como homogénea y distinta' Si los criollos blancos no se hi-
que uno de para presionar el cobro de la deuda extema. La guerra hispano-
cieron cargo de sridoble conciencia se debió, quizás, a
americana (1898) había sido una guerra por el control de los ma-
los rasgos'de la conceptualización del hemisferio occidental
fue
res y del canal de Panamá, frente a las amenazas de palses impe-
la intelración de América a Occidente. Lo cual no era posible' riales Iuertes, de Europa del Oeste, un peligro que se repetía con
para liconciencia criolla negra: Africa, a pesar de su localización el bloqueo de Venezuela. La intervención de Alemania e lnglate-
geo-político.occiden-
ieográfica, nunca fue parte-del imaginario rra fue un buen momento para reavivar el reclamo de autonomía
ial. Ño le estaba permitido a Du Bois, como tampoco. le- estuvo
del "hemisferio occidental" que habÍa perdido fuerza durante y
permitido a Guaman Poma de Ayala o a Garcilaso de la Vega en
en los años posteriores a la guerra civil en Estados Unidos. El
el siglo XVI, sentirse parte de Europa o de alguna forma euroPeos
hecho de que el bloqueo fuera a Venezuela, c¡eó las condiciones
en la"s márgenes. Varüdas formas áe doble conciencia, pero doble
para que la idea y la ideología de "hemisfe¡io occidental" se
concienciJal fin, fueron las consecuencias y son los legados del reavivara como una cuestión no sólo de incumbencia de Estados
mundo moderno/colonial. Unidos sino también de los países latinoamericanos. El diplomá-
tico argentino Luis María Drago, Ministro de Asuntos Exteriores,
dio el primer paso en esa dirección en diciembre de 1902 (Whitaker
i954: 87:100).

Whitaker propone, a grandes rasgos, una interpretación de


III. El hemisferio occidental y la geo-cultura del sistema- estos años de polÍtica internacional que ayuda a entender el cam-
mundo moderno/colonial bio radical en el imaginario del sistema-mundo moderno/colo-
Uno de los rasgos que distingue los procesos de descoloniza- nial que tuvo lugar a principios del siglo XIX con la
ción en 1as Américas-a finales del slglo XVIII y a principios del XIX reinterpretación roosveltiana de la idea del "hemisferio occiden-
es, como Io ha notado Klor de Alva (1992), el hecho de que
la tal." Según Whitaker, Ia propuesta de LuÍs MarÍa Drago, Ministro
descolonización estuviera en ma¡os de los "criollos" y no de los Argentino de Asuntos Exterio¡es. Para soluciona¡ el embargo a
Venezuela (propuesta que llego a conocerse como la "Doctrina
"nativos" como ocurrirá luego, en el siglo XX, en Africa y en Asia'
Drago"), fue en realidad, una suerte de "corolario" a la Dochina
Hay sin embargo, otro elemáto imPortante a tener en :uenla.:r] la
priiera oleadide dexolonización ácompañada de la idea del "he- Monroe desde una perspectiva multilateral que involucraba, por
cierto, a todos los Estados de las Américas. Whitaker sugiere que
misferio occidental" y la hansformación del imaginario del mu¡do
la posición de Drago no fue bien ¡ecibida en Washington, entre
modemo/colonial qúe se resumió en esta imagen geo-política'

La cotoNtALrDAD oEL sasER: y oetcus socr¡r¡s . 99


98 . WALTER D. MrGNoLo
EURocENTRTsMo
I

r
otras razones, porque en Estados Unidos se consideraba la Doc- de los derecJros de administración de la autonomía y democrac'ia
trina Monroe como una doctrina de política nacional e, indirecta- del hemisferio occidental (Whitaker 1954: 100). La Doctrina
mente, unilateral cuando ella se aplicaba a relaciones internacio- Monroe re-articulada con la idea de "hemisferio occidental,, in-
nales. Drago, en cambio, había interpretado la Doctrina Monroe trodujo un cambio fundamental en la configuración del mundo
desde Argentina como un princrpio multilateral váiido para todo moderno/colonial y en el imaginario de la modernidad/
el hemisferio occidental que se podía poner en ejecucióneny desde colonialidad. La conclusión de Whitaker a este capítulo del mun-
cualquier parte de las Américas. La segunda de las razones, se- do moderno/colonial es oportuna: "As a result -de \a
gún Whitake¡, fue una consecuencia de lo anterior. Esto es, si en implementación del "corolario Roosevelt" en vez del "corolario
verdad había necesidad de un "corolario" para extender la efecti- Drago" -the leaclos in Washington and those in Westent Europe came
vidad de la Doctri¡a Monroe a las relaciones internacionáles, este to understand each other better and better as time went on. The same
"corolario" debería surgir en y desde Washington y no en y des- dmelopmmt, howeuer, zoidened the already consid.erable gap betueen
de Argentina o de cuaiquier otra parte de América Latina. Este Anglo-Saxon America and l¡tin Anrerica." (Whitaker 7954:107\.
fue, según Withaker, el camino seguido por Washington cuando,
El momento que acabo de narrar, basado en Whitaker, sugi-
en diciembre de 1904, Roosevelt propuso su propio "corolario" a
la Doctrina Monroe. Aunque semejante al propuesto por Drago, riendo las conexiones de la política internacional con el imagina-
tenía importantes dife¡encias. Whitaker enumera las siguientes: rio dei mundo moderno/colonial, es conocido en la historia de la
a) ambos "corolarios" estaban dirigidos a resolver el mismo pro- literatura latinoamericana por la Oda a Rooseaelt delpoeta nicara-
güense y cosmopolita, Rubén Darío y del ensayo Ariel del intelec-
blema (la intervención europea en América) y estaban basados
sobre las mismas premisas (la Doctrina Monroe y la idea del he- tual uruguayo Enrique Rodó. Me interesa áquí volver sobre el
período que se extiende desde la guerra hispano-americana (1.898)
misferio occidental); b) ambos "corolarios" proponían resolver el
hasta el "triunfo" del corolario de Roosevelt, para reflexionar so-
problema mediante una excepción a la ley internacional en favor
del hemisferio occidental y c) ambos proponían alcanzar esta so- bre la geo-cultura y el imaginario del mundo moderno/colonial
lución mediante un " Amerícan policy pronouncement, not through a y el impacto de la idea de hemisferio occidental.
wiaersally agreed amendnrcnt to international la¿o" (Whitaker 1954: Respondiendo a las críticas dirigidas al fuerte perfil econó-
100). Las diferencias, sin embargo, fueron las que re-orientaron la mico del concepto de sistema-mundo moderno, Immanuel
configuración del nuevo orden mundial: el "ascenso" de un país Wallerstein int¡odujo el concepto de geo.culhrra (Wallerstein 1g1).
neo-colonial o post-colonial en el grupo de los Estados-naciones Walle¡stein construye el concepto, históricamente, desde la Re-
imperiales. Un cambio de no poca monta en el imaginario y en la volución Francesa hasta la crisis de 1968 en Francia y lógicamen-
estructura del mundo moderno/colonial. Las diferencias entte te como la estructura cultural que ata geoculh.rralmente el siste-
Roosevelt y Drago se encontraban, según Whitaker, en la manera ma-mundo. La 'geo-cultura' del sistema mundo-moderno debe-
de implementar la nueva política internacionai. Roosevelt pro- ría entenderse como la imagen ideológica (y hegemónica) susten-
puso hacerlo unilateralmente, desde Estados Unidos mientras que tada y expandida por la clase dominante, después de la Revolu-
Drago proponía una acción multilateral, democrática e inter-ame- ción Francesa. La imagen hegemónica no es por tanto equivalen-
ricana. Los resultados fueron muy diferentes a los que se podrían te a la estructuración social sino a la manera en que un grupo, el
imaginar si el "corolario" de Drago hubiera sido implementado. que impone la imagen, concibe la estructuración social. Por ,ima-
En cambio, Roosevelt reclamó para Estados Unidos el monopolio ginario del mundo moderno/colonial' debería entenderse a las

'100 . Wrurn D. MrGNoLo LacoloNALioAD oEL saBER: EURocENTBts[.4oycl¡tctns socrtrts . 101


variadas y conflictivas perspectivas económicas, políticas, socia-
les, religiosas etc. en las que se actualiza y transforma 1a
IJN¡¡ID
s¡atüt Latin America estruchrración social. Pero la incluye como el aspecto monotópico
1976 y hegemónico, localizado en la segunda modemidad, con el as-
censo de Francia, lnglater(a y Alemania a1 liderazgo del mundo
cüf.1 moderno/colonial (Wallerstein 1991,a;1991b y 1995). Sin duda que
t lo que I. Wallerstein llama la geo-culhrra es el componente del
7 o¡r ltllrl(¡c imaginario del mundo moderno/colonial que se universaliza, y
Iürffo rlco
¿tl.rrl. lo hace no sólo en nombre de la misión civilizadora al mundo no
l^d¡l¡c^ Oraa, europeo, sino que relega e1 siglo XVI al pasado y con ello el Sur
5.t de Europa. El imaginario que emerge con ei circuito cornercial
del Atlántico, que pone en relaciones conflictivas a peninsulares,
amerindios y esclavos africanos, no es para Wallerstein compo-
tÉ"r.
(btb¡att^ nente de la geo-cultura. Es decir, Wallerstein describe como geo-
!t cultura del sistema-mundo moderno el imaginario hegemónico y
deia de lado tanto las contribuciones desde la diferencia colonial
como desde la diferencia imperial: [a emergencia del hemisferio
ttlftL occidental en el horizonte colonial de la modernidad. La geo-cul-
l!¡u tura de Wallerstein es, pues, el imaginario hegemónico de la se-
gunda fase de la modernidad, y es eurocéntrico en el sentido
restricto del término, centrado en Francia, Inglaterra y Alemania,
desde la perspectiva de la historia (del imaginario nacional fran-
cés). La Revolución Francesa tuvo lugar, precisamente, en un
momento de "inter-imperium" en el cual se consolidó la Europa
de las naciones de espaldas a la cuestión colonial. La indepen-
Pt.tlir dencia de Estados Unidos (que no sólo anticipó sino que contri-
O(¡rt I buyó a que la Revolución F¡ancesa fuera posible) es ajena o mar-
ücEr'f§al
ginal al concepto de geo-cultura, de Wallerstein porque, es mi in-
terpretación, su concepto de sistema-mundo moderno es ciego a
la diferencia colonial, mientras que las independencias en las
Américas, los primeros movimientos antisistémicos, fueron mo-
vimientos desde la dife¡encia colonial. Estos movimientos fueron
generados por y en la diferencia colonial, aunque ésta se repro-
duiera de otra manera, en la formación nacional, como lo mencio-
né más arriba. Wallerstein destacó en e1 concepto de "geo-cult*
Ilustración 5. América Latina en 1976 según Henry Kissinger (1999) ra" el componente hegemónico del rnundo moderno que acom-

'I02 . Wlr-rEn D. MrcNoLo La coLoNraLrDAD DEL sABEs: EURocENTB sn¡o y cte¡tcl¡s socllles . 103
:

É
I
l'
pañó la revolución burguesa en la consolidación de la Europa de the world-system. Far from ensuring thelegitimacy of the capitalist
las naciones y que al mismo tiempo relegó a acontecimientos world-economy, they threatened to delegitimize it in the long run.
"periféricos" los primeros movimientos de descolonización de un It is in this sense that I have argued elsewhere that,,the F;ench
mundo modemo pero también colonial. Ta1 ceguera fue notable Revolution" represented the first of the anti-systemic revolution
en e1 caso de la Revolución Haitiana, como 1o mostró Trouillot of the capitalist world-economy-in a small part a success, in
(1995) explicando las razones por las cuales una revolttción de larger part a failure (Wallerstein 1995: 1166).
criollos negros con el apoyo de esclavos negros no tenía lugar en
La dificultad de Wallerstein para reconocer la constitución
discursos libertarios sobre los derechos del hombre y del ciuda-
del imaginario del mundo mode¡no sin la participación de Fran-
dano, que habÍan sido pensados en un mundo donde la "matriz
cia e Inglaterra, y por lo tanto, negar la contribución de tres siglos
invisible" era blanca, compuesta de ciudadanos blancos funda-
de dominio español y portugués, es sin duda una consecuencia
mentalmente y no de indios y negros. En este esquemí/ las dife-
rencias de género y de sexualidad fueron subsumidas por las cla- de.lo_que concibe como geo-cultura. El imaginario de la Europa
sificaciones raciales. No era ni es lo mismo ser mujer blanca quo del Norte, a partir de la Revolución Francesa, es el imaginaiio
quL' se construyó de forma paralela al triunfo de Inglaterra y Fran-
negra o de color. La colonialidad es constitutiva de la moderni-
dad. Las relaciones asimétricas de poder al mismo tiempo que la cia sobre España y Portugal como nuevas potencias impáriales.
participación activa desde la diferencia colonial en la expansión La emergencia del concepto de "hemisferio occidental,, no per-
del circuito comercial del Atlántico constituido a través de 1os si- mitía prevcer que marcaba, desde el comienzo, los lÍmites d! lo
glos como Occidente o civilización occidental, son las que iustifi- que Wallerstein llama gco-cultura. Y lo marca de dos maneras:
can y hacen necesario el concepto de del poder" una por rearticula¡ la diferencia colonial; la otra por ir absorbien-
"colonialidad do, a lo largo de su historia, el concepto de',misión civilizadora,,,
(Quijano 7997) y d,e "diferencia colonial" (Mignolo 2000) para
corregir las limitaciones histórico-geográficas a la vez que lógicas concepto central en la geo-cultura de Wallerstein, y traducción de
del concepto de geo-cultura en su formulación wallersteniana: la "misión c¡istianizadora" dominante de los siglcs XVI al XVi[
pero que Wailerstein no reconoce como geo-cultura.
In the case of the modem world-system, it seems to me that its
geo-culture emerged with the F¡ench Revolution and then began
to lose its widespread acceptance with the world revolution of
1968. The capitalist world-economy has been operating since the
Iong sixteenth century. It ftlnctíoned for three centuries, houeoer,
without any fitn y established geo-cultur¿. That is to say, from the IV. Del hemisferio occidental al Atlántico Norte
sixteenth to the eighteenth century, no one set of valucs and basic
rules prevailed within the capitalist world-economy, actively Samuel Huntington describió el nuevo orden mundial, des-
endorsed the maiority of the cadres and passively accepted by pués del final de la guerra fría, en nueve civilizaciones.
the majority of the ordinary people. The French Revoltrtion, Ialo
Las nueve civilizaciones son las siguientes: Occidente,Amé-
senso, changed that. It established two new principles: (1) the
normality ofpolitical change and (2) the sovereignty of people ['] rica Latina, Africa (más específicamente, Africa al sur del Sahara),
Islam, China, Hindú, Ortodoxa, Budista y laponesa. Dejando de
The key point to note about these two principles is that they were, lado el hecho de que la lógica clasificatoria de Huntington se pa-
in and of themselv€s, quite revolutionary in their implications for ¡ece a [a del famoso emperador chino mencionado porlorge Luis

104. Wlr¡e n D. Mrc¡¡oro La coloNtaltoAo oEL sAsEB: EURocENTBtsMo y crelcns soct¡tgs . 105
Borges y adoptado por Michel Foucault al comienzo de Las Pala-
bras y las Cosas (7967), aquí sólo me interesa ¡eflexionar sob¡e el
hecho de que América Latina es, para Huntington, una civiliza-
(, ción en sí misma y ya no parte del hemisfe¡io occidental.
'o América Latina, para Huntington, tiene una identidad que
la diferencia de Occidente:
!
Although an offspring of European civilization, Latin America has
o. evolved along a very different path from Europe and NorthAmerica.
d It has a corporatist, autho¡itarian culture, a whidr Europe has to a
much lesser degree and North America not at all" (1996: 46).

Aparentemente Huntington no percibe el facismo y el na-


,-ts zismo como autoritarios. Ni tampoco percibe el hecho de que el
autoritarismo de Estados Unidos, a partir de 1945, se proyectó en
el control de las relaciones internacionales en una nueva forma
de colonialismo, un colonialismo sin territorialidad. Pero hay más
rasgos invocados por Huntington para marcar la diferencia lati-
I noamericana:

Europe and North America both felt the effects of the Relormation
and have combined Catholic and Protestan cultures. Historically,
although this may be changing, Latin America has been only
Catholic. (1996: 46).
h
o c)
t
En esta parte del argumento, la diferencia invocada es la
§
t.¡
o diferencia imperial que iniciada por la Reforma, tomó cuerpo a
partir del siglo XVII en el desarrollo de la ciencia y de la filosofía,
Q en el concepto de Razón que dió coherencia al discurso de la se-
':' o gunda modemidad (ascenso de Inglaterra, Francia y Alemania
§a\
L F--{
sobre España y Portugal). Además, tercer elemento, un compo-
*§¿ G nente importante de América Latina es, para Huntington, "the
-i
*ñ §
indigenous cultures, which did not exist in Europe, were
¡E t¡ \o effectively wiped out in North America, and which vary in
Fr É o
ho
a
importance from Mexico, Central Amedca, Peru and Bolivia, on
the one hand, to Argentina and Chile, on the other (1996:46)."
a
Aquí, el argumento de Huntington pasa de la diferencia imperial

La coLoNlaLlDAD oEL sABER: EUFocENTRIsMo y cretctns socrnles . 107


106 . Wru¡n D. MLGNoLo
l

,,:
l den mundial, producto de la diferencia colonial originaria y su
aladiferenciacolonial,tantoensuformaoriginaria-enlossiglos
de cons-
el período re-articulación sobre la diferencia imperial que se gesta a partir
iü;ilvrtr, ..*o en su rearticulación durante
donde la diferencia entre del siglo XVII en la Europa del Norte y se restituye en la emer-
ir"".ü" que es ptecisamente
"1.""r, po, epmplo' se hace más
ü"rr". y,qii"",iÁa, evidente' cuando'el gencia de un país neo-colonial como los Estados Unidos.
de Europa sobre la
modelo nacional se impone deáde el norte ob-
Pero, ¿cuál es la importancia que pueden tener estas abs-
á.."á"".i" á"f imperio trispanico' Como conclusión a estas tracciones geo-políticas en la re-organización del orden mundial
servaciones, Huntington sostiene: en un orden ierárquico, civilizatorio como es el que propone
Huntington? Señalemos al menos dos. Por un lado las relaciones
I¡tín Ameica cotldbe consídqed either a subcíuíIiutionwitltin .Western
internacionales y el orden económico del futuro. Por otra, ios
lriiil{*- i,, separate ciuilízatíon closely at't'itiated- with..the.West'
political implícations of movimientos migratorios y las poüticas públicas de los países que
il"i" oi-tyt* plused on the internatioialLntin Amer-ic¡' on thc one
,ii¡lr"t¡iií, ¡iá"aing the retations between se ven "invadidos" por habitantes de "civilizaciones" no-occiden-
and Eutope' o-tt t.he othet' the lattet ts the
tales. En el primer caso, la cuestión es que mantener, en los térmi-
i*,i, n a Ñor t Atierica
(
mori appropriate and useful desigintion " ') nos de Huntington, una unidad como América Latina, significa
Arnerícaplus the-other European otorgarle un lugar en ias alianzas internacionales y en la concen-
The West, then, íttclutles Etrope ' N orth ' tración del poder económico. En el segundo, afecta directamente
and New Zealand(1996: 47)'
settler cotuntriies such as AtLstralia
la creciente immigración latino-americana hacia Estados Unidos,
Huntington cuando habla de "ofher ErLropeatt que tendrá hacia el 2000 unos 30 millones de "hispánicos." Vea-
¿En qué piensa
,rttler"iit itr¡is slrch as Aust;aüa and New Zenla'ñ"t' Otviamente la dife-
mos más en detalle, aunque en forma breve, estos dos aspectos.
en la colonización lngtesa, i" segunda modernidad'
-en
"tt in§lés que "superó" al colo¡ialis- El fin de la guerra fría, tal como la conocimos desde la déca-
;;;;;;;;;iriiel coionialismo da del 50, y la caída del mundo socialista, exigió nuevas teorías
difórencia colonial.(ciertas heren-
-"'iUe.iál .or,t"d, sobre laottidente' ciertas no)' En las.heren- que pronosticaran el orden mundial futuro, tanto en el orden eco-
:1"t:"loi;áü;"tt""u..n 'r el componente indG nómico como civilizatorio. La necesidad de Huntington de esta-
cias coloniales que pertenecen al Occidente'
f pu'u n""tingt"" r"::?-?:",:stán adqui blecer un orden mundial basado en civilizaciones respondió a su
;;"';ü;;;;á;,
riendo los movimientos lndígenas en Nueva
li Zelandia y en Aus- tesis fundamental, que las guerras del futtrro serán guerras entre
el panorama es civilizaciones más que guerras ideológicas (como la guerra fría) o
i;;it;;;; Parece serun prob-l"mu' No obstante' después del fin de la económicas (como la guerra del golfo). Immanuel Wallerstein
claro: el Occident" es Ia n'e"iáesignación'
guerra fría, del "primer mundo"; el lugar de eruntia-ciÓn^que Pro- pronosticó el nuevo orden económico entre 1990 y 2025 /2050
colonial' 1os (Wallerstein 1995: 32-35). En el escenario de Wailerstein, hay va-
E"iá t-á"." ü diferencia imieriaiy Ia diferencia del
il'Ji":'ñ;;k;-Ñ
" e"""ü p'odúcción v reproducción
si bi'en la emergLncia de la
jdea de
rias razones para una coalición entre Estados Unidos y fapón. En
ffi#;ñ;;á7i"'ro"lul
;iü'ti"t"tr. inscripción de Ia
tal caso, la Unión Europea sería un segundo grupo fuerte y dis-
tinto del primero. En este escenario quedan dos países, enormes
ofreció la promesa-de
"..ráental" la difereniia colonial misma' el "corola- en sus recursos humanos y naturales, en una posición incierta:
it¿;;;;"b"taldesde colonial desde
rio Roosevelt" en cambio restableció la diferencia Rusia y China. Wallerstein vaticinaba que China pasaría a formar
en la guerra his-
el norte v sobre la derrota definitiva de España parte de la coalición Estados Unidos-japón y Rusia se aliaría con

;#:"¿;i;. rir''".r,' q"" América Latina es hoy' en el or- la Unión Europea. La posibilidad de que este escenario se concre-
"t

LA coLoNtALroAD DEL sABEñ: EURocENTRtsr!4o y cltucns socr¡les . 109


108. Wartn D. fvlLct'tor-o
sobre la letras más pequeñas y foias, en la misma tapa, sugería una res-
tara, ofrecía interesantes posibilidades para reflexionar
iearticulación del imaginirio del mundo modemo/colonial'
esto puesta: "The 21"i Century was supposed to belong to Asia. Now
ur. tu ."u.ti""lacióñ de la colonialidad del poder y- del.nuevo the U.S. and Europe are steadily converging to form a new Atlantic
"tr ¿oUal. La posible alianza entre Estados Unidos
por economy, with vast impact on global growth and business." No
"á."i"fir*á
r.r., iudo v Ct ilu v Japón por el otro, hubiera significado un giro hay ninguna sorpresa en este escenario. La diferencia colonial se
á" tt"t.iÉ"t*."tántu'g.udot e.t los últimos seiscientos años:mien- redefine en las formas globales de colonialismo motivadas por
i;;r ;"; h emerqencia del circuito del Atlántico fue' en e1 siglo Ias finanzas y el mercado, más que por la cristianización, Ia mi-
ivf,'"n" áu r". Ionsecuencias de la fuerte atracción que ofrecía sión civilizadora, el destino manifiesto o el progreso y eI desarro-
<ifrin"-tá..tltt" de las márgenes comerciales de Europa)' Ai.final llo. Lo so¡prendente era el escenario de Wallerstein. Lo rlnico que
J" h econóáica, cultural e ideológica-del Atlánti- llama la atención es la pregunta "Will it be the Atlantic century?",
en una de
"o.,to1idución
co, se daría un reencuentro con la diferencia colonial' refiriéndose al siglo XXI. Llama la atención porque ¿no fueron
rís-"Ui.u.ion.t geo-histólicas (e'g', Ios jesuit," ul. tli"u' acaso los últimos cinco siglos los siglos del Atlántico? Pe¡o el én-
Soence:1999). La ieorganización y expansión del caPrtallsmo
-entrá fasis aquí no es en el Atlántico, sino en el Atlántico Norte, la nue-
p.áa*iría uñ encuentro la civilización china (en va designación geo-política en un imaginario que reemplaza las
"i""Ji"l,
t""tiá"'"rlpflo de Huntington, desde 1500 A'C' hastalas ac- diferencias entre Europa y el hemisferio occidental por la emer-
"i Korea y
t ul"t.o*r"iaudes y países-de1 sureste asiático'alcomo menos parte
gencia del Atlántico Norte. Por cierto que este escenario no se le
Vietnam, 1996,15) y iicivilización occidental, o escapó a Huntington cuando, al re-definir Occidente afirmaba:
¿" *rrláá4, uno de los intereses del escenario de "Historically, Western civilization is European civilization. In the
"iiá.'¡" era el de suponer que Ia civilización occidental se di-
lvallerstein mode¡n era, Western civilization is Euroamerican or North
,*r. de ella esiableceiía alianzas con la civilización chi-
Atlantic civilization. Europe, America (y quiere decir Norte Amé-
"iái.i"'
.r" ., iroá.,".u (o dos aspectos de una misma civilización) y la otra
rica) and the North Atlantic can be found on a mapi the West
ii; U;ió; rr.op"u), co'n uno de los márgenes de occidente' o 1o cannot." (1996: 47). Con la desaparición de Occidente, desapare-
Ir"-flrnti"*toil llama "la civilización ruia ortodoxa"' disti¡ta de ce también el hemisferio occidental que sólo queda, como se adi-
l"t p".i""t8t cercanos, Ia civilización bizantina y la occidental vina en el párrafo de Kissinger, citado al comienzo de este artícu-
,irggZ:
45\. Escenario fascinante, en verdad, puesto que hacía lo, como una cuestión "i¡terna" de América del Norte en la re-
i-rr.,rr"". áru el imasinario del mundo moderno/colonial que articulación de la diferencia colonial en el período de colonialis-
'r.o-ruñ3 v iustificó la historia del capitalismo, estaba a punto mo giobal.
en-
de transforiáciones radicales. Es decir, o bien ei capitalismo
en
i.á.iu .t ,n, fu.u en que el imaginario inicial se desintegraría La segunda consecuencia anunciada más arriba es el esta-
y'.en con-
otros imaginarios o biin el capitalismo Es e1 imaginario tuto de las migraciones, del sur al norte, que están produciendo
Huntington esta¡ían des-
rá.""n.iífut aitdntas civiliáciones de la "latinoamericanización" de Estados Unidos. Si el "corolario
iio"du, u .". prlverizadas por la marcha intransigente de la ex-
Roosevelt" fue un triunfo de la conciencia y del poder anglo-ame-
plotación delirabaio a nivel nacional y transnacional' ¡icano sobre la conciencia y el poder latino-americano, 1as migra-
se- ciones masivas de1 sur a1 no¡te están mostrando una nueva di-
Seis años después de los pronósticos de Wallerstein' e1 mensión, reforzada por los movimientos sociales. Las migracio-
manario Business Ñeek (febrero 8, 1999), preguntaba, en grandes
Y en nes del sur al norte no incluyen sólo blancosJatinos y mestizos,
titulares, "Will it be the Atlantic Century?", en letras negras

1 10 . Wnr¡rn D. Mle ruoro La coLoNtALDAD DEL sABER: EURocENfFtsvo v cre¡rcns socrtes . 111
(Varese 1990) que tie- del eminente intelectual y abogado indígena, de la comunidad
sino también numerosa población indígena
común con los indígenas nátivos en Estados Unidos Osage, Vine Deloria Jr. (Deloria 7972; 1993) muestra que ni las
.," *at
oue con "" los blancos o mestizos en América Latina Por otra
parte' comunidades indígenas en Estados Unidos fueron totalmente eli-
en el Caribe' en su mo- minadas, como lo afirma Huntington, ni que en Estados Unidos
áebido a la política de Estados Unidos
guerra mun- no persiste la diferencia colonial que emergió con el imaginario
mento de expansión con anterioridad a la segunda
com- del circuito comercial del Atlántico y que fue necesaria para la
dial, Ia inmigración afro-americana desde Haití y Jamaica'
relieve una di- fundación histó¡ica de la civilización occidental, de su fractura
oii." **i"tio al mismo tiempo que pone de
interna con la emergencia del hemisferio occidental. Hay mucho
"f
i',"*ioi tif"*i"da en las relaciónes norte-sur en manos de los
occi- más, en los argumentos de Deloria, que la simple diferencia entre
.iiollo, ¡tu.,.ot o mestizos, aferrados ¡ l¡ idea de hemisferio
la int't- el cristianismo protestante y católico que preocupa a Huntington.
Jer,iul. Pu., lus poblaciones indígenas y afro-am.ericanas'
Este Deloria recuerda, para quienes tienen mala rnemoria, la persis-
gen de hemisfeiio occidental no fue ni es significativa' es
tencia de formas de pensamiento que no sólo ofrecen religiones
ir,á d" Iot utp""tos al que se refería Htrntington al decir:
alternativas sino, más importante aún, alternativas al concepto
Subiectíaeht, Ldtin Americans tlsnsclt'cs ¡t'¿ tli" ttl m tluír stl' de religión que es fundamental en la arquitectura del imaginario
¡irit¡f¡*tií". Some say, "Yas, rue arc pdt l of thc Wasl',"-O,thus claht de la civilización occidental. La transformación del "hemisferio
"No,iehaae otr otun-tmíque ctrlttre" (Huntington 1996: 47)' occidental" en el "Atlántico Norte" asegura, por un lado, la
pervivencia de la civilización occidental. Por otro, margina defi-
Ambas posiciones pueden sostenerse desde la perspt'ctiva nitivamente a América Latina de la civilización occidental, y crea
más difícil
de ia áoble co'nciencia criolla en América Latina' Sería las condiciones para la emergencia de fuerzas que quedaron ocul-
evidencias de que estas opiniones tuvieran su origen
"n-n,.ut Ahora bien' esta tas en el imaginario criollo (latino y anglo) de "hemisferio occi-
en la doble conciencia indígena o afro-americana' dental", esto es, la rea¡ticulación de las fue¡zas amerindias y afro-
tólo válidá para América Latina' sino para Esta-
áitii""io" americanas alimentadas por las migraciones crecientes y por el
Jos Unidos
"t
"otambién. Huntington le atribuye a América Latina
tecnoglobalismo. El surgimiento Zapatista,la fterza del imagi-
,rn" ';.eulid"d" que es válida fara Estados Unidos' pero,que qui- nario indígena, y la diseminación planetaria de sus discursos nos
,á. .,o ut ,"t desde Hárvard, puesto que desde allí' y des-
"riiblede politólogos y cientÍficos sociales con Was- hacen pensar en futuros posibles más allá del hemisferio occiden-
á. üt tal y del Atlántico norte. Pero, al mismo tiempo, más allá de todo
hinston, "oir"*ioi-,"s
Ia mirada se áirige más hácia el oriente
(Londres' Berlín'
residuales' fundamentaiismo civilizatorio, ideológico o religioso/ cuyos per-
P;r?.), á". hacia el sudo-este y el Pacífico Espacios
files actuales son el producto histórico de la "exterioridad inte-
a" tu aiferencia colonial. Sin embargo, y aún estando en rior" a la que fueron relegados (e.g. subalternizados) por la
ñlrvard, el intelectual afro-americano W'E' B' Du Bois.podía mi-
"rruéioi
autodefinición de la civilización occidental y del hemisferio occi-
iui hu.iu ul t,r, y comprender que Para quienes están histórica y dental, el problema de la "occidentalización" del planeta es que
fígadoJ a la histoiia áe la eiclavitud' la cuestión de todo el planeta, sin excepción y en los últimos quinientos años,
"*"iit"*".t"
,ui o r,o o..ia"t áles no se plantea (Du Bois 1904)'-Y-si se
piantea'
Paul Gilroy (Gilroy tuvo que responder de alguna manera a la expansión de Occi
co*o e., et libto reciente dei caribeño-británico dente. Por lo tanto "más allá del hemisferio occidental y de1 At-
en la. que el
1993), el problema aParece en una argumentación lántico Norte" no quiere decir que exista algún "lugar ideal" exis-
"Atlático negro" emerge como la memoria olvidada y soterrada tente que es necesario defender, sino que implica "más alla de la
la lectura
en el "Atlántño norte" áe Huntington Por ot¡a parte'

. LA coLoNrALroAD DEL SABEñ: EUFoCENTR sMo y crercns socrelts . 1 13


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