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A.·.L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.
“Orígenes de la masonería”
Introducción
La Francmasonería es una Institución universal, iniciática, filosófica y ética, integrada por personas
de espíritu libre que trabajan por el bien de la Humanidad. Su estructura fundamental se basa en
un sistema educativo, tradicional y simbólico que se lleva a cabo a través de un proceso de
perfeccionamiento personal. Invita a abordar por sí mismo las interrogantes fundamentales de la
existencia, en armonía con la naturaleza y la sociedad de la cual cada masón es parte.
Respeta las concepciones religiosas y políticas particulares de cada uno de sus miembros, quienes
con absoluta libertad pueden abrazar las creencias que mejor aporten a su conciencia ilustrada.
Exalta la virtud de la tolerancia, por lo que aleja de sus templos las discusiones de política partidista
y de todo sectarismo religioso.
Los masones se organizan en comunidades fraternidades denominadas Logias, que a su vez se
organizan en una Gran Logia, órgano regulador institucional, autónomo en cada país, que gobierna
exclusivamente en el territorio en que se extiende la acción de sus Logias. Prescinde de
organizaciones internacionales que determinen obligaciones para cada potencia masónica, pero en
conjunto promueven valores superiores comunes en bien de toda la Humanidad
Desarrollo
El origen histórico demostrado y más aceptado sitúa el origen de la Masonería en el siglo XIII,
procediendo de los gremios de constructores medievales de catedrales. Su historia se divide en 3
grandes periodos:
Los ingleses llamaban free-stone-masón al albañil que se ocupaba de la piedra de adorno para
diferenciarlo del rough-masón que trabajaba la piedra bruta. Es la primera mención histórica que
derivaría en el término Francmasón (Freemason) y acabaría por designar a los seguidores de la
Masonería.
Los albañiles constructores de grandes catedrales llegaban al sitio de la obra, a menudo de
diferentes países y de diferentes lugares del país. Lo primero que edificaban era la Logia, taller
donde iban a vivir durante años, guardar las herramientas, formar a sus aprendices, transmitir sus
instrucciones y sus técnicas gremiales en un ambiente cerrado a las personas que no habían sido
admitidas tras pasar por una ceremonia de iniciación en la que debían jurar fidelidad para que esos
conocimientos no salieran del circulo de la construcción.
Logias eran escuelas profesionales y técnicas donde se enseñaba cálculo, geometría, física, a leer los
planos, etc., cuando la mayoría de la gente era analfabeta.
Ahí podían hablar libremente entre hermanos de cofradía gremial sin reparos, todos pertenecían al
gremio de los constructores. Las grandes obras arquitectónicas que se desarrollaban durante años
requerían una organización precisa y reglamentada que establecía una rígida jerarquía de
subordinaciones. Debido a ello los albañiles constituían un gremio perfectamente organizado y muy
exclusivo en el que la experiencia de cada uno determinaba los conocimientos a los que podía
aspirar.
Existía un maestro albañil que dirigía las logias. En cada logia trabajaba una docena de albañiles o
masones de diferentes categorías: maestros, compañeros y aprendices.
La admisión en el gremio exigía haber nacido libre y ser de buenas costumbres. En su rito de
iniciación, el aprendiz recibía un signo de honor con el que debía marcar todas sus obras: los signos
lapidarios. Esto duro hasta el siglo XVI.
Abarca el siglo XVII y principios del XVIII. Es un periodo de transición en el que las sociedades
masónicas fueron admitiendo miembros honoríficos, llamados accepted masons, cuyas profesiones
eran diferentes a las propias de la construcción. La exclusividad que suponía el control gremial fue
decreciendo con el tiempo por y la formación de nuevos albañiles fue trasladándose a otras
instituciones menos cerradas.
La pertenencia a este tipo de logias tuvo una gran aceptación por la necesidad de muchas personas
de disponer de un lugar de reflexión libre de dogmatismos y de restricciones.
Cada vez era mayor el número de esos asimilados mientras el elemento operativo fue
paulatinamente eliminado y poco a poco los aspectos meramente técnicos de la masonería
operativa se convirtieron en algo anacrónico.
Este documento es el eslabón simbólico entre la masonería operativa de los antiguos albañiles y
canteros y la masonería especulativa que ahora pasaría a ser talleres de arquitectura interior de las
personas. Es el documento más relevante de la Masonería, ya que ordena, organiza, estructura y
reglamenta la Masonería.
Las determinaciones tomadas por los Grandes Orientes de Francia y de Bélgica en 1854,
suprimiendo el artículo que obligaba a creer en el Gran Arquitecto del Universo y en la inmortalidad
del alma y de admitir a las mujeres ocasionaron en los medios anglosajones especialmente de
Inglaterra y de Estados Unidos un verdadero escándalo. La Gran Logia Unida de Inglaterra rompió
todos los lazos con estas obediencias continentales. Se formó entonces esas dos corrientes
masónicas aun en vigor hoy, la masonería anglosajona (llamada también regular), que solo admite
hombres que creen en Dios y en la inmortalidad del alma y la masonería latina (o liberal) que se
caracterizan por interpretar liberalmente las Constituciones de Anderson y permitir iniciar y afiliar
agnósticos y ateos y dar entrada a la mujer en los trabajos de logia. La masonería anglosajona es la
más tradicional y por tanto la que más apoyo y tolerancia, ha recibido por parte de los poderes
establecidos. En los países anglosajones y nórdicos la masonería convive sin problemas con las
religiones dominantes en cada zona que en principio no es la católica.
En 1862 las logias masónicas chilenas decidieron dejar de estar adscritas a grandes logias europeas
y organizaron para este efecto la Gran Logia de Chile, como un ente superior y centralizador con
sede en la ciudad de Valparaíso, su primer Serenísimo Gran Maestro fue el radical y
superintendente de bomberos Juan de Dios Arlegui.
Conclusión
Los masones se reconocían como hermanos y defendían la igualdad de todos los miembros. Por
medio de la tolerancia, la fraternidad y la libertad intentaban acotar los desmanes de su época,
protagonizados por los fanatismos y guerras de religión.
S.·.F.·.U.·.
Aprendiz de Masón
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