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LA MÚSICA EN LA ANTIGÜEDAD

Primeras manifestaciones musicales No se saben con exactitud cuándo


empezó la música, pero los relatos populares cuentan que la música tuvo
un origen divino y que su sonido representaba el mensaje de la naturaleza y
del hombre. El ser humano sintió la necesidad de expresarse y de
comunicarse. Buscaba cómo hacerlo: emitía ruidos, gritaba, gemía, imitaba,
en fi n, ansiaba un lenguaje, y ¡nació la música! Esto ocurrió hace
aproximadamente 40 mil años, cuando el primer hombre (Homo sapiens)
fue capaz de imitar los sonidos de la naturaleza, que eran diferentes a los
que hacía cuando estructuraba su lenguaje. A este hombre se le conoce
como Homo musicus. Así, la música fue el medio de expresión colectiva de
la vida diaria y estuvo presente en rituales funerarios, cacerías y
ceremonias vinculadas a la fertilidad de la tierra. Los primeros instrumentos
musicales se crearon hace más de dos millones y medio de años
(Paleolítico Inferior), cuando el hombre aprendió a crear utensilios de piedra
y hueso. Con ellos logró obtener sonoridades, ya fuera soplando,
entrechocando o, bien, frotando. El ser humano exploró sonidos utilizando
objetos, como hojas, sus labios o sus dientes. Así, por ejemplo: el rombo,
que consistía en una pieza plana de hueso o piedra con un agujero en uno
de sus extremos, en el que se ataba una cuerda. El instrumento producía un
zumbido al hacerlo girar con el brazo en alto y por encima de la cabeza. Fue
usado para rituales nocturnos que evocaban a los espíritus. En China, cada
grupo aborigen tenía sus propias danzas tradicionales. Por ejemplo, los
habitantes de la isla de Taiwán, influidos por su entorno, instituyeron una
danza ejecutada por varias personas formadas en hilera y cogidas de las
manos, como ritual de recolección.

LA MÚSICA DE MESOPOTAMIA
Infl uyó poderosamente en Egipto, Grecia y en otros territorios cercanos.
Vale decir, en la región que se desarrolló entre los ríos Tigris y Éufrates,
desde el año 3000 a.C. hasta los tiempos helenísticos, e incluyó Babilonia,
Asiria, Sumeria, entre otros pueblos. Bajorrelieves, textos y restos
arqueológicos muestran los instrumentos musicales que usó la gente de
aquella región. Asimismo, la religión cumplió un rol muy importante, pues
los textos sagrados hablan de un tipo de canto responsorial y del
acompañamiento instrumental. En las esculturas se observan cantantes e
instrumentistas. Los músicos sumerios y babilonios se dividían en dos
grupos: nar, los que cantaban las alabanzas de dioses o reyes, y gala, los
que cantaban lamentos. Los instrumentos musicales más importantes de
Sumeria fueron las arpas arqueadas y las grandes liras. Otros instrumentos
que aparecen en el arte mesopotámico son laúdes y tambores. Los textos,
además, informan sobre la afi nación de los instrumentos de cuerda.
1.1.4 La música en la antigua Grecia
A diferencia de lo sucedido en las antiguas civilizaciones de Mesopotamia y
Egipto, la música en Grecia –que data de los siglos VII al III a.C.– alcanzó
un significado artístico similar al actual. La palabra música deriva de
mousiké, que se aplicaba a toda expresión artística elevada. Así, la música
pasó a ser un elemento de perfección, un instrumento para mejorar la
conducta y el pensamiento de los seres humanos.

LA MÚSICA MEDIEVAL (450-1450 D.C.)


■ La primera escuela de cantores, donde entonaban los cantos gregorianos,
fue la Catedral de Notre Dame.
■ El sonido instrumental del Medioevo era agudo, claro, penetrante y no
daba importancia a los sonidos graves.
■ En esta época no solo se escribían cantos a una y dos voces, sino
también a tres y cuatro voces.
Durante el papado de Gregorio I, surgen los cantos llanos, cantus fi rmus o
cantos gregorianos, que fueron los primeros cantos escritos con símbolos
musicales llamados neumas, los cuales indicaban la línea melódica del
canto. Se caracterizan por tener una sola línea melódica y ritmo libre.
Muchas veces eran cantados en estilo antifonal. Son cantos religiosos
cantados por voces masculinas (los monjes), escritos para ser entonados
en las iglesias. Lo que da lugar a que surjan las llamadas escuelas de copia
(copistas de música) en diferentes tiempos y lugares. Del mismo modo, en
el siglo IX aparecen los cantos a dos voces u organum, siendo una de las
voces: el cantus fi rmus. Así se presenta la primera manifestación escrita de
polifonía. En el siglo XIII la palabra adquiere mayor importancia, dando lugar
a una nueva forma musical, los motetes (mots, en francés signifi ca
“palabras”). Es así, que sobre los organum a dos voces se agregaba una
tercera voz que cantaba diferentes palabras, y a veces hasta en diferentes
idiomas (francés, latín). Ocasionalmente se agregaba cierto
acompañamiento instrumental. Se tienen muchos motetes seculares para
ser tocados fuera de la iglesia. Las danzas y canciones, durante los siglos
XII y XIII fueron escritas por los trovadores y los troveros utilizando una
línea melódica. El término “trovador” está vinculado al término francés
trouver que signifi ca “buscar”, es decir, el trovador era un músico
aventurero que narraba historias de un lugar a otro. En esta época
encontramos algunas danzas como el estampie y el saltarello.

LA MUSICA DEL RENACIMIENTO


La música del Renacimiento o música renacentista es la música antigua
europea escrita durante el Renacimiento, entre los años 1300 y 1600,
aproximadamente. Las características estilísticas de la música renacentista son
su textura polifónica, que sigue las leyes del contrapunto, y está regida por
el sistema modal heredado del canto gregoriano.

Características generales
Estilo
La música renacentista se caracteriza por una suave sonoridad que deriva de
la aceptación de la tercera como intervalo armónico consonante (uniéndose en
esta categoría a quintas y octavas, ya admitidas en la Edad Media) y del
progresivo aumento del número de voces, todas de igual importancia y regidas
por las reglas del contrapunto: independencia de las voces, preparación y
resolución de las disonancias, uso de terceras y sextas paralelas, exclusión de
las quintas y octavas paralelas, etc.
El prototipo de obra musical renacentista es una pieza vocal
de textura polifónica, frecuentemente imitativa, escrita para entre tres y seis
voces de carácter cantabile; cada línea melódica o voz podía ser interpretada
indistintamente con voces reales o con instrumentos. Si bien el rango de cada
línea supera apenas la octava, la extensión general del conjunto rebasa
ampliamente las dos octavas, evitándose el cruce entre las voces (que forzaba
a que estas fueran heterogéneas y contrastantes en la polifonía medieval).
El sistema melódico utilizado siguió siendo el de los ocho modos gregorianos;
las características modales (opuestas a las tonales) de la música del
Renacimiento comenzaron a diluirse hacia el final del período con el uso
creciente de intervalos de quinta como movimiento entre fundamentales,
característica definitoria de la tonalidad.
Géneros y formas
Música religiosa

«Missa alma redemptoris» de Tomás Luis de Victoria, en Misas, magníficat, motetes, salmos y otras
varias composiciones, Madrid, tipografía regia, 1600.

Durante este período la música religiosa tuvo una creciente difusión, debida a
la exitosa novedad de la impresión musical, que permitió la expansión de un
estilo internacional común en toda Europa (e incluso en las colonias españolas
en América). Las formas religiosas más importantes durante el Renacimiento
fueron la misa y el motete.
La misa cubría el ciclo del ordinario (Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus-Benedictus y
Agnus Dei) y se le solía dotar de unidad al basarse en material preexistente.
Para ello se seguían dos procedimientos de composición principales:

 Misa de cantus firmus: el autor toma una melodía preexistente, bien


procedente del canto llano o bien de alguna canción profana, o incluso
popular, y la sitúa en una de las voces, habitualmente la llamada Tenor. Las
otras voces son creadas ex novo, completando una textura generalmente a
cuatro voces, y son llamadas Cantus o Superius, Contratenor Altus (luego
Altus) y Contratenor Bassus (luego Bassus). De estas denominaciones
proceden los nombres actuales de las voces según sus tesituras. La misa
de cantus firmus es típica del siglo XV; ejemplos de ella son las
innumerables basadas en la canción L'homme armé, tales como las
de Dufay, Busnois, Ockeghem, Guerrero, Morales, Palestrina...
Una variante de este tipo de misa es la de paráfrasis, en la que la melodía
preexistente es fragmentada y repartida entre las cuatro voces, como ocurre en
la Misa Pange Lingua de Josquin Desprez.

 Misa parodia o de imitación: el compositor toma un motete o una canción


polifónica anterior (propio o de otro autor), este ya de tipo polifónico, y
utiliza el material melódico y armónico: motivos de imitación, cadencias
típicas o a veces incluso fragmentos completos, pero reelaborando el
material, añadiendo motivos y a veces voces nuevas, y siempre,
naturalmente, cambiando el texto. Este es el procedimiento habitual en el
siglo XVI, como ejemplifican la Misa Malheur me bat de Josquin Desprez,
basada en una canción de Ockeghem, o la Misa Mille regretz de Cristóbal
de Morales, basada a su vez en una canción de Josquin.
El motete renacentista era una pieza polifónica de texto sacro y en latín.
Deudor en un principio del motete medieval, del cual procedía, pronto asumió
una continua textura imitativa de voces de igual importancia (en número cada
vez mayor: cuatro en el siglo XV, cinco o seis a finales del XVI), con frases
musicales imbricadas y nuevos motivos para cada frase textual. En el motete el
autor generalmente creaba material puramente original, sin tomar préstamos
ajenos como en la misa. En el siglo XVI se desarrollan amplios motetes
bipartitos y, en la escuela veneciana, los policorales, para ocho o incluso doce
voces. Ejemplos sobresalientes de motete renacentista son el Ave María de
Josquin o el Lamentabatur Jacob de Morales.
Géneros sagrados importantes, ya en lengua vernácula, fueron
el villancico religioso español, el madrigal espiritual, la lauda italiana y
el coral luterano.

LA MUSICA DEL ROMANTICISMO


"Romanticismo" es uno de los términos más profusamente utilizados en la historia
de la música, principalmente para referirse a la música de arte compuesta durante
el siglo XIX. La variedad de los contextos en los que aparece, usado
indiferentemente como categoría estética, historiográfica e incluso sociológica,
hace difícil su definición. Por eso, el primer objetivo de este tema será justamente
diferenciar esos usos, fundamentalmente en dos perspectivas: el de la estética,
entendiendo el romanticismo como un movimiento de especulación filosófica y el
de la relación entre cultura y composición musical, destacando algunos de los
temas románticos que tuvieron mayor fortuna a lo largo del siglo XIX.

A partir de la Escuela de Jena, considerado el núcleo generador del romanticismo,


las ideas románticas se extendieron por toda Europa, integrándose en las
realidades culturales concretas de cada país, así como en los debates
artísticos. La difusión de las ideas románticas tuvo como consecuencia un
cambio fundamental de paradigma que transformó el estatus de la música,
así como el de los músicos, con relación a épocas anteriores.

Grün - Música de cámara en el romanticismo

Principalmente la música instrumental pasó a ser pensada como arte


autónomo capaz de expresar lo inefable y el compositor comenzó a ser visto
como el genio intermediario entre la audiencia y el mundo espiritual al que
daba acceso cada obra musical. La emancipación de la música con respecto al
paradigma verbal de la retórica, fue posible gracias a la adopción de un nuevo
paradigma, que podemos calificar de organicista, cuya característica estética
principal es la valoración de los principios de unidad y coherencia en la obra
musical.

Además, el romanticismo, a partir de la Escuela de Jena, privilegió ciertos temas


de estudio que se transformaron en tópicos culturales adoptados por los artistas
del siglo XIX, escritores, pintores y músicos. Entre todos ellos, destacan, por su
popularidad, la historia, el folclorismo, el exotismo y el pintoresquismo, temas en
algunos casos relacionados entre sí que proporcionaron el asunto central para sus
obras a numerosos compositores. Aunque podemos encontrar las raíces de todos
ellos en el siglo XVIII, fue con el romanticismo que adquirieron una poderosa carga
simbólica como visiones idealizadas de los ‘otros’.
 

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