Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
«Tomar su cruz»
San Inocencio de Alaska
Traducción del francés del Dr. Martín E. Peñalva
El traductor
Visto que los hombres no tienen todos las mismas virtudes ni los
mismos pecados, las cruces interiores no son las mismas para todos. Para
unos, son más pesadas, para otros, menos; para unos, más persistentes,
para otros, menos; para unos, sobrevienen de una manera, para otros, de
otra. Todo depende del estado del alma de cada uno, del mismo modo que
la duración y el método de tratamiento de una enfermedad dependen del
estado del enfermo. No es culpa del médico si debe utilizar medios
potentes y que exigen tiempo para curar una enfermedad grave y antigua;
el enfermo quizás ha agravado y reforzado él mismo su enfermedad. Aquel
que quiere estar en buen estado de salud está de acuerdo en soportar todo.
Las cruces interiores son para algunos tan pesadas que, a veces, no
encuentran consuelo en nada.
Todo esto puede sucederte a ti también, mas, sean cuales sean los
sufrimientos que tu alma experimenta, no desesperes ni pienses que el
Señor te ha abandonado. ¡No! Él está siempre contigo y te fortalece
invisiblemente, incluso cuando te parece que te encuentras al borde de la
ruina. ¡No! Él no permite que seas probado más de lo que es útil para ti. No
desesperes y no temas, sino aguanta y reza con sumisión y abandono total
a la voluntad divina.
Dios es
nuestro Padre. Es
un Padre lleno de
amor por sus hijos.
Si permite que el
hombre que se
abandona a Él
caiga en las
tentaciones, es
únicamente para
mostrarle de una
manera más
comprehensible y
clara su
impotencia, su
debilidad y su
nulidad, y para
enseñarle a nunca
confiarse en si
mismo. Nadie
puede hacer algo
bien sin Dios. Si el
Señor permite que el hombre sea introducido en el sufrimiento, si Él pone
la cruz sobre su espalda, es únicamente para curar, por este medio, su
alma, para volverlo semejante a Jesucristo y purificar perfectamente su
corazón, en el cual desea habitar Él mismo con su Hijo y su Santo Espíritu.
Extracto de L’indication du chemin qui conduit au Royaume des Cieux. Éditions du Désert, 2002.