Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Isaías 52:1 Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sion; vístete con tu ropa
hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso ni
inmundo.
52:2 Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las ataduras de tu
cuello, cautiva hija de Sion.
Isaías 28:22 Ahora, pues, no os burléis, para que no se aprieten más vuestras
ataduras. Y eso es lo que el enemigo quiere lograr, que no tomemos en serio esto,
para que las ataduras se aprieten más. Entonces, el cristiano está ocupado en otras
cosas y no en aquello que lo hace libre. A Satanás no le interesa que tú seas
libre, él quiere tenerte atado, envuelto en temas sin sentido. Hay cristianos que
incluso juegan con esto y se burlan de debilidades que se están convirtiendo en
anclas para no poder servir a Dios.
Ejemplo: un joven que ama a Dios y le quiere servir con todo su corazón está atado
al espíritu de la pornografía. Este joven puede venir a la iglesia y aún servir en
el altar y ser de bendición para muchos, pero siempre va a estar limitado. Es como
una cuerda que tiene amarrada a su cintura; la cuerda tiene cierta distancia, puede
tener centímetros de distancia o metros, y el radio de acción de ese joven va a ser
la distancia de esa cuerda. Desde ese punto, no puede ir más allá; hay un límite.
¿Quién tiene la cuerda? Satanás, y él, cuando quiere, la encoge, lo limita más, y a
veces la tensa para decirle: "No puedes hacer esto o aquello". Aunque este joven
ama a Dios y es salvo, no podrá ir más allá de lo que la cuerda le permita ir.
Entiende esto: "Las ataduras nunca cambian lo que tú eres, solo cambian lo que
haces". ¿Cuál es el problema? Que no queremos admitir ataduras porque pensamos que
reconocerlas es admitir que estamos quizás endemoniados, y eso es una mentira.
Mientras insistamos en que no tenemos ataduras, no podemos ser desatados. Hay que
tener conciencia en esas áreas de la vida donde Dios te mostró que debes cambiar y
no lo has podido hacer.
Jueces 15:12 Ellos entonces le dijeron: "Hemos venido para prenderte y entregarte
en mano de los filisteos." Y Sansón les respondió: "Juradme que ustedes no me
matarán." 15:13 Y ellos le respondieron, diciendo: "No; solamente te prenderemos, y
te entregaremos en sus manos; mas no te mataremos." Entonces le ataron con dos
cuerdas nuevas, y le hicieron venir de la peña. Sansón era un juez llamado por Dios
en plena asignación, y Sansón negoció su rendición por su vida. Y como todos los
que estamos aquí, nadie quiere morir, y sabes qué pasa con un cristiano cuando
muere: se va para el cielo a una vida mejor con el Señor. Pero Sansón quería estar
todavía un ratito más en el mundo, así que negoció su rendición; a cambio, los
filisteos lo ataron de manos. Qué paralelismo tan igual hay hoy en día: Satanás
negocia tu rendición y te dice, "No te voy a matar, no voy a hacerte nada, pero eso
sí, te voy a atar para detenerte". Para Satanás, un cristiano atado es un trofeo
para mostrarle a otros cristianos que él tiene poder, para asustar al pueblo de
Dios y tenerlos amordazados
Pero Jesús le dice a Pedro en Mateo 16:19: "Y a ti te daré las llaves del reino de
los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo
que desatares en la tierra será desatado en los cielos". Jesús le quitó a Satanás
la autoridad de las llaves y se la dio a la iglesia, para atar y desatar.
Mateo 12:29 dice: "Porque ¿cómo puede alguien entrar en la casa del hombre fuerte,
y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa". Y
esta es una verdad trascendental: nadie puede hacer algo si tiene una oposición que
te frena. ¿Y cuál sería entonces la solución? Atar esa oposición para tener
libertad de movimiento. De la misma manera, Satanás sabe que si tú estás suelto, él
no va a poder actuar libremente, y es por eso que busca incesantemente atarte a
algo.
Hay algo que se debe entender, y es en lo que se basa el reino de Dios: ¿quién está
atando y desatando, Satanás o nosotros?
Decisión:
Jeremías 2:20 Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste:
"No serviré". Y hay que tomar una decisión de hoy en adelante de no servir al
pecado. Tiene que haber voluntad y tiene que haber confesión.
Oposición:
Isaías 52:2 Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las
ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion. La palabra "levantar" denota una
acción de parar eso que te está deteniendo. O sea, si no podías perdonar, no te
sientes, párate, levántate y ve a perdonar. Si no puedes orar, levántate y ve a
orar. Si tienes problemas con el dar, mete la mano en el bolsillo y siembra.
Oponerse a estar amarrado es el principio para ser desatado. Hay que tomar una
decisión en dirección a donde Dios te ha llamado. En la psicología, la manera de
sacar el temor es enfrentarlo.
Reconciliación:
Lamentaciones 1:14 El yugo de mis rebeliones ha sido atado por su mano; ataduras
han sido echadas sobre mi cerviz; ha debilitado mis fuerzas; Me ha entregado el
Señor en manos contra las cuales no podré levantarme. Cualquier área en tu vida que
tengas rebelión puede ser un área que tengas ataduras, y las ataduras se fortalecen
con la rebelión. Jonás, en su desobediencia, quedó atado dentro de la ballena.
Sansón, por su rebelión, molía trigo a los egipcios, y el hijo pródigo, esa misma
rebelión, llevó a su papá a comer con los cerdos. Y para reconciliar un área, se
debe sacar la rebelión de la vida. ¿Sabes qué es la rebelión? Según 1 Samuel 15:23
"Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la
obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha
desechado para que no seas rey." La Biblia compara la rebelión con la hechicería.
La única manera de entender esto es que la hechicería, que es una mentira, disfraza
una verdad escusando una desobediencia a Dios. O sea, que cuando alguien no quiere
salir de su pecado ha entrado en rebelión y la manera que el afectado busca
comprensión es con la excusa. En ese momento opera la hechicería, y esa hechicería
se disfraza de algo espiritual de Dios para terminar de confundir. Pero no importa
cuánta rebelión haya en su vida, usted tiene la potestad de venir a los pies de
Jesús y rendirse a él. Todo se apaga en la vida pero menos la lámpara del espíritu,
o sea, siempre va a ver luz en ti para que tomes una decisión de soltarte y vivir
para Dios.
Ministración:
Jueces 15:14 Y así que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su
encuentro; pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en
sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de
sus manos. Todas las ataduras se rompen en el nombre de Jesús. Hay que aprender a
ser ministrado por el Espíritu Santo de Dios. Los discípulos fueron los que
desataron a Lázaro, ellos fueron enviados a eso y Dios estuvo con ellos. De la
misma forma, Dios usa canales para liberar a los cautivos, los unge y los capacita
para esa tarea. El asunto es que tienes que estar preparado para ser ministrado por
ese espíritu. Una sola gota de unción puede destruir años y años de ataduras, puede
quitar toda maldición.
habia una mujer que dice la biblia en lucas 13:16 que estaba encorbada y nadie
habia podido hacer nada ante esta limitacion, habian ido fariseos, levitas y ella
seguia atada de esta enfermedad, y volvemos a ver la constante, esta mujer estaba
en el templo y Jesus dijo ella es una hija de Abrahan, osea ella tambien tenia
pacto, pero nada de eso le habia servido para ser libre, hasta que llego Jesus al
templo y la hizo libre, lo mismo Dios quiere hacer en este tiempo, que cada
servicio halla liberacion, sanidad y que todos seamos libres.
Hay una analogía muy interesante respecto a los elefantes de circo. Escúchame,
cuando los elefantes que llevan a un circo son pequeños, los amarran en una pata
con una cadena gruesa en una estaca de hierro fijada con concreto armado. El
elefantito pequeñito comienza a tirar y a tirar para tratar de safar porque no está
acostumbrado al cautiverio, y tira por meses hasta que hay que sanarle la pata
porque literalmente la patita se corta de tanto halar. Nunca puede zafarse. A
medida que van pasando los años, le van quitando la cadena y le ponen una soga, y
luego una soga más frágil porque la atadura ya no se convierte en algo físico, sino
en algo mental. De repente, el elefantito que pasó años tratando de zafarse sabe
que ya no puede, o por lo menos lo cree. Es por eso que si vas a un circo y tienes
la oportunidad, te darás cuenta de que estos gigantescos elefantes están amarrados
por una súbita pequeñita soga. Y los elefantes ya nunca la halan. Eso es
exactamente lo que hace el enemigo con muchos cristianos. Él te ha amarrado por
tanto tiempo que estás convencido de que no te puede safar. Pero quiero decirte las
mismas palabras de Jesús: "Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres". Tú no
tienes por qué vivir atado en ningún área de tu vida. Fuiste llamado a caminar en
libertad, en gloria. Dios te ha llamado a caminar libre, a caminar gozoso, a
caminar próspero, a caminar sano, a caminar bendecido.
Había una mujer que, según la Biblia en Lucas 13:16, estaba encorvada y nadie había
podido hacer nada ante esta limitación. Habían ido fariseos, levitas, y ella seguía
atada a esta enfermedad. Volvemos a ver la constante: esta mujer estaba en el
templo, y Jesús dijo que ella era una hija de Abraham. O sea, ella también tenía
pacto, pero nada de eso le había servido para ser libre. Hasta que llegó Jesús al
templo y la hizo libre. Lo mismo Dios quiere hacer en este tiempo: que cada
servicio haya liberación, sanidad y que todos seamos libres.
Hay una analogía muy interesante respecto a los elefantes de circo. Escúchame,
cuando los elefantes que llevan a un circo son pequeños, los amarran en una pata
con una cadena gruesa en una estaca de hierro fijada con concreto armado. El
elefantito pequeñito comienza a tirar y tirar para tratar de zafar porque no está
acostumbrado al cautiverio. Tira por meses hasta que hay que sanarle la pata porque
literalmente la patita se corta de tanto halar. Nunca puede zafarse. A medida que
van pasando los años, le van quitando la cadena y le ponen una soga, y luego una
soga más frágil porque la atadura ya no se convierte en algo físico, sino en algo
mental. De repente, el elefantito que pasó años tratando de zafarse sabe que ya no
puede, o por lo menos lo cree. Es por eso que si vas a un circo y tienes la
oportunidad, te darás cuenta de que estos gigantescos elefantes están amarrados por
una súbita pequeñita soga. Y los elefantes ya nunca la halan. Eso es exactamente lo
que hace el enemigo con muchos cristianos. Él te ha amarrado por tanto tiempo que
estás convencido de que no te puede soltar. Pero quiero decirte las mismas palabras
de Jesús: "Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres". Tú no tienes por qué
vivir atado en ningún área de tu vida. Fuiste llamado a caminar en libertad, en
gloria. Dios te ha llamado a caminar libre, a caminar gozoso, a caminar próspero, a
caminar sano, a caminar bendecido.