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Dios en su infinita sabiduría seleccionó este grupo de hombres y mujeres para ser los proveedores de
sus bondades.
Al escogernos para ser los portadores de este fenómeno, Él no se dirigió al orgulloso, al poderoso, al
famoso o al encumbrado. Él fue directo al humilde, al enfermo, al infortunado. Él fue directo al
borrachín, llamado la vergüenza del mundo.
Frecuentemente se nos ha dicho: “entre tus débiles y temblorosas manos he confiado una virtud más
allá de la amistad. A ti ha sido dado lo que se le ha negado a los más cultos de los hombres. No a los
científicos o a los estadistas, no a las esposas o madres, ni aún a mis sacerdotes o ministros he dado
este don de curar a otros alcohólicos como te lo he confiado a ti.
Este don debe ser utilizado desinteresadamente. Trae consigo una grave responsabilidad.
Ni un solo día debe parecerte demasiado largo, no alegues que tu tiempo es demasiado urgente,
ningún caso debe parecerte demasiado lastimoso, ninguna tarea demasiado dura, ningún esfuerzo
demasiado grande.
Debe ser usado con tolerancia, porque no he limitado su aplicación a ninguna raza, credo o secta.
Puedes esperar la crítica personal, la cual será corriente por su falta de apreciación; ridiculizada será
tu suerte y tus motivos mal juzgados.
Debes estar preparados para la adversidad, porque lo que los hombres llaman adversidad es para ti la
escalera que debes usar para ascender los peldaños hacia la perfección espiritual.
Recuerda que en el ejercicio de este poder no te exigiré más allá de tus fuerzas.
No has sido seleccionado por tu talento excepcional, sé prudente siempre que el triunfo acompañe
tus esfuerzos, no lo atribuyas a tu superioridad, pues sólo has podido ascender a través de mi don. Si
yo hubiese querido que hombres cultos realizaran esta misión el poder hubiera sido confiado a físicos
y científicos.
Si yo hubiera querido hombres elocuentes, hubieran sido muchos los ansiosos de ser designados,
porque hablar es la forma más fácil de usar los talentos con que he dotado a la humanidad.
Si hubiere querido hombres eruditos, el mundo está lleno de ellos con mejores aptitudes que tú, que
serían más valiosos.
“Tú has sido escogido porque has sido desechados del mundo” y tu larga experiencia como
bebedor te ha hecho o debiera hacerte humilde, alerta a los gritos de angustia de alcohólicos como
tú, de todas partes.
Guarda siempre en tu mente la entrada que un día hiciste por primera vez en Alcohólicos
Anónimos, especialmente porque eres poderoso y ello solamente por tu buena voluntad de
cambiar de vida y bajo mi custodia, esa recompensa llegará a ti.
LA ARMADURA DE DIOS
Efesios 6
EL OREJA
Antes de iniciar el trabajo, se sugiere ponerse a disposición ante DIOS junto con el Padrino en la
oficina (sin dejar solo por mucho tiempo al escribiente) para dejar a un lado nuestros malestares,
defectos, pensamientos, cansancio, dolores, envidias, malestares adquiridos dentro y fuera de la
Hacienda, así como cualquier otro que te impida entregarte física, mental y espiritualmente a este
trabajo.
Dentro del trabajo del 5º Paso (Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano,
la naturaleza exacta de nuestros defectos), participa el Padrino y el Oreja, como conductos del acto
de confesión del escribiente. El Oreja, que será el futuro Padrino, cuyo desempeño que haga dentro
del trabajo, será indispensable e imponente como apoyo para el Escribiente, así como para el
Padrino.
El Oreja deberá estar preparado en sus juntas de Debilidades Humanas. Sabiendo elaborar un cerco
sicológico y con conocimientos de las debilidades y defectos de carácter, mismas que se dan en su
agrupación y tendrá el compromiso espiritual y personal para seguir preparándose por su propia
recuperación.
El Padrino indicará, en virtud de su experiencia, el momento en que sea necesaria la participación del
Oreja, siempre con disposición de dejarse guiar.
Es importante para la charla amena en el inicio del trabajo, la presentación del Padrino y del Oreja.
Mi nombre es …… y soy …… (condición). Manifestando confianza y si el Padrino te lo permite
compartiendo parte de tu llegada a tu experiencia.
También la disposición del Oreja para seguir la secuencia y línea de trabajo que el Padrino proponga,
sin caer en el prejuicio y recordando que sólo somos conductos de la gracia liberadora de Dios.
También es importante que recuerdes que estás para apoyar al Padrino, haciendo a un lado tus
deseos, malestares y defectos contigo mismo o con el Padrino sea quien sea, déjate guiar.
Así también es importante que, si tienes un parentesco con el ahijado o con el Padrino, como
familiar, amistad, pareja o de cualquier índole, seas HONESTO y te retires a tiempo manifestándoselo
al Padrino y al Coordinador de la Hacienda. No te autodetermines y decidas tú a quién vas a escuchar,
no dejes que te gane el morbo.
Y no se te olvide que tú estás para, humildemente, aprender más acerca del trabajo no para sugerir.
Lo que no se debe hacer en el apadrinamiento
1. No te adelantes a diagnosticar al escribiente, dando por hecho que va a ser un caso sencillo y
que es fácil o difícil y complicado. (Es una vida compañero).
2. No preguntes cuántas hojas escribió. (No tienes prisa).
3. Nunca dejes solo al escribiente o fuera de tu vista. (Trátalo mejor de lo que te trataron).
4. No interrumpas al escribiente cuando esté compartiendo, salvo cuando lo consideres muy
importante. (Aprende a escuchar).
5. Respeta el tiempo del escribiente. Es de principio a fin. (No alegues que tu tiempo es
demasiado urgente, tú tienes todo el tiempo para él).
6. No lo insultes, ni te rías de él, no le digas que está endemoniado, no eres brujo ni exorcista. (A
ti te ha sido dado lo que se le ha negado a los más cultos de los hombres, no a los científicos o
a los estadistas, no a las esposas o madres, ni aún a mis sacerdotes o ministros he dado este
don de curar a otros alcohólicos). ¡Es tu experiencia, es tu dolor lo que va a funcionar!
7. No le hables al escribiente que va a tener manifestaciones espirituales o de otra índole. (No lo
llenes de prejuicios).
8. No mezcles tus emociones con el historial del escribiente, recuerda: Ningún caso debe
parecerte demasiado lastimero.
9. No uses oraciones ni material que no esté en esta guía o dentro de la literatura de A.A., si
tienes una propuesta preséntala a la mesa de responsables de tu agrupación.
10. Si tienes dudas en las REPARACIONES DE DAÑOS o en la GUIA Y DIRECCION, no dejes que te
gane el orgullo, consulta al COORDINADOR DE LA HACIENDA para que te apoyen. (ECHALE A
LA HUMILDAD).
11. Si tienes dudas durante el apadrinamiento, dirígete al COORDINADOR DE LA HACIENDA, jamás
divulgues el historial del escribiente con otros compañeros por más confianza que les tengas.
12. No te retires de la Hacienda sin entregar en la oficina el historial o los historiales escuchados,
así como lo visto dentro del trabajo. (12ª tradición: El anonimato es la base espiritual de todas
nuestras tradiciones y de nuestra agrupación).
GUÍA DE SALMOS
Es importante que te apoyes en la oración y lectura de salmos cuando el padrino te lo indique y en
todo tiempo.
DEFECTOS DE CARÁCTER
ORGULLO
Arrogancia, vanidad, engreimiento, exceso de amor propio. Para un soberbio todas las bondades de
la vida como la salud, el dinero, la fuerza física y los logros provienen de él y no de Dios. Cuando no
reconocemos que todo lo bueno y que nuestras habilidades vienen de Dios y no de nosotros mismos,
cuando dejamos que el halago entre a nuestro espíritu. Muchas veces tenemos el orgullo disfrazado
de una humildad falsa. El orgullo es legítimo pero la soberbia es inaceptable.
Humildad
Virtud cristiana que consiste en el reconocimiento de nuestras bajezas y miseria de proceder de
acuerdo con nuestra propia verdad. Esto es, la aceptación de la verdad acerca de nosotros mismos
sin ninguna máscara o reserva.
Es reconocernos a nosotros mismo que estamos llenos de imperfecciones y defectos, reconocer que
lo bueno que tenemos viene de Dios y no de nuestros fabulosos cerebros y que sin la ayuda de Dios
somos incapaces de salir de los problemas.
Además, es reconocer sin envidia ni rencor lo bueno que hay en los demás, así como sus defectos y
sin criticarlos.
La mayoría de los pensadores han coincidido que los defectos de carácter como egoísmo y vanidad
casi son instintivos de todo ser humano (como si naciéramos con ello) y que los demás defectos son
resultado en su mayoría de instintos desviados.
AVARICIA
Afán inmoderado de atesorar riquezas, un avaro es ambicioso, miserable, mezquino, tacaño, ruin,
egoísta, usurero y codicioso.
Es un apego desordenado a los bienes terrenales. Este apego, que puede ser legítimo dentro del
ámbito de la honradez, del instinto material, pero cuando se vuelve enfermizo se convierte en
avaricia. Muchas veces nos creamos necesidades ficticias, queremos lujos, comodidades, excesos,
etc. y acaparamos todo lo que podemos. Nos convertimos en usureros cuando sacamos ventaja a
costa de la necesidad de otros.
Anteponemos el dinero al deber, a la salud y a la conciencia (la acallamos). La felicidad del avaro
descansa en los bienes terrenales y no en los espirituales, se vuelve esclavo del dinero, lo que mismo
que envilece y atormenta al hombre alejándolo de Dios.
Largueza
Generosidad, dadivosidad, altruismo, liberalidad, esplendidez. Es el arte de saber dar sin poner en
peligro el bienestar de la familia, es como en nuestros grupos; estos deben ser pobres, pero no
miserables, siempre es necesaria una reserva prudencial. Las riquezas no deben tomarse como un fin
en la vida, sino como un medio para ser felices, porque dando es como recibimos esa recompensa
espiritual, no debe confundirse con el derroche que es ese remanente de dinero, después de esa
reserva prudencial debemos considerar poner ese dinero al servicio de nuestros semejantes.
LUJURIA
Apego desordenado de los deleites carnales, los sinónimos más comunes del lujurioso son: sensual,
lúbrico, voluptuoso, libidinoso, impúdico, lascivo y practicante de las aberraciones conocidas como
perversiones humanas. Es un apego excesivo a los placeres de la carne, es un desequilibrio entre las
pasiones, los deseos y la razón, es una autocomplacencia de manera egoísta, es un placer por placer.
La lujuria destruye el cuerpo y la mente, así como lo envejece. Nuestro cuerpo es un cuerpo de Dios y
los profanamos con la lujuria.
Castidad
Virtud cristiana que consiste en el buen uso de nuestros instintos de los cuales Dios nos ha dotado.
Pureza, limpieza, honestidad, candor, virginidad, inocencia, pudor y recato. Se puede ser casto dentro
del matrimonio como en la soltería, la virtud consiste en terminar con las tentaciones, la castidad se
cultiva a base de la decisión, oración, vigilancia y meditación. La castidad es la humildad del cuerpo.
IRA
Pasión del alma que mueve a indignación, enojo, cólera, irritación y gran deseo de injusta venganza.
Pasión que hace que nos alteremos e injuriemos. El enojo puede ser legítimo dentro del instinto
emocional, pero cuando se vuelve injurioso con mentiras, ofensas, berrinches, golpes, neurosis,
resentimientos y venganzas, se convierte en ira. El iracundo es un ser infeliz, ya que sus deseos de
venganza los genera mentalmente y es cobarde para llevarlos a cabo, pues piensa en torturas
inimaginables en su mente, y cuando las logra y lleva a cabo, le viene el miedo y el remordimiento, así
como los sentimientos de persecución. La ira también genera una cadena de interminables venganzas
y desquites. El iracundo destruye la amistad, la armonía, el amor, el perdón y la familia.
Tolerancia
Obrar y actuar con discernimiento y paciencia sabiendo que no podemos cambiar lo que está a
nuestro alrededor, disimulando, soportando y considerando las opiniones y prácticas ajenas. La
tolerancia es un avance en el alma que consiste en aceptar la cosas que no podemos cambiar y se
desarrolla con la práctica a través del tiempo.
ENVIDIA
Codiciar bienes y/o personalidades ajenas. Es desear lo que no se tiene y que lo que tiene tu
semejante te llene de rabia y de malos deseos, así como el murmurar a sus espaldas, negando su
personalidad, así como la crítica que a veces creemos constructivas.
Caridad
Amor adulto a los demás: es alegrarse con el alegre, compartir nuestras tristezas. La caridad no es
envidiosa. Cuando nos desprendemos de algo material o espiritual para ayudar a nuestro prójimo de
una manera anónima sin exhibicionismo, pero cuando lo pregonamos a los cuatro vientos como
engreídos y sedientos de popularidad, no estamos siendo caritativos. Cuando somos caritativos con
nosotros mismos, con nuestro organismo, con nuestro espíritu, dejando de envenenar nuestra mente
con la envidia, somos caritativos con Dios, concientizando que Dios le dio a cada quien su inteligencia
y sus armas para luchar en la vida y que todo lo demás es pura pereza.
Cuando abrimos nuestro corazón a nuestros semejantes, con amor y sin esperar recompensa, al
servicio que exige responsabilidad, tiempo, energía, dinero y esfuerzo, es cuando nos damos cuenta
que dando es como recibimos y al final todo viene de Dios.
GULA
Falta de moderación en el uso de la comida y la bebida. Abuso en el placer que Dios nos ha conferido
de comer y beber sólo lo que necesitamos para nuestra subsistencia.
Apetito desordenado de los placeres alimenticios, el goloso hace de su vientre su Dios (No sólo de
pan vive el hombre), no debemos vivir para comer y beber, sólo son medios, pero no fines. La gula
provoca exigencias en familia, el pan nuestro de cada día es lo único que necesitamos hoy, no
debemos canalizarlo para comer y beber, pues es un arte que debemos moderar.
Templanza
Justo medio. Es prudencia, justicia, moderación y continencia.
Es medirse hasta donde el cuerpo necesita el alimento o la bebida. Esta virtud se cultiva a base de
sano juicio, del ayuno temporal, la oración y la meditación.
PEREZA
Enfermedad de la voluntad que nos hace descuidar nuestro deber. Si nunca intentamos nada, no
sabemos si tenemos éxito o fracaso. Nos aleja del esfuerzo, del trabajo, de las cosas que se deben
hacer. Somos negligentes y pocos cuidadosos.
Nos hace pusilánimes, opacos, cobardes y faltos de ánimo para emprender. También es producto de
la pérdida de ánimo y sentido por la vida como depresiones.
Es un decaimiento en el bien de obrar, tanto en el terreno material como en el espiritual. La pereza te
hace inconformista y genera mediocridad en tu vida, el perezoso se conforma con irla pasando, no
hace ningún esfuerzo, ni lucha por evitar la catástrofe, se convierte en un vago inestable y
dependiente de los demás.
Diligencia
Si nunca intentamos nada, no sabemos si tenemos éxito o fracaso, no debemos conformarnos con
sólo mirar a los que son activos porque estamos propensos a que se abra la puerta de la envidia,
debemos concientizar que el trabajo es un don de Dios y un medio para sentirnos útiles, además la
terapia ocupacional nos aleja de las tentaciones mundanas. El sano juicio y la cruz de la sobriedad nos
indicarán cuándo es suficiente trabajo.