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Parashá 45 VaEtjanán

Devarim/Dt. 3:23 – 7:11

Nota: El Shabat siguiente a Tisha BeAv es llamado Shabat Najamu (el Shabat de Consuelo). Toma
su nombre de la primera palabra de la Haftará de esta semana "Conforta, conforta a mi pueblo dice
tu Dios". El profeta le recuerda al pueblo que el tiempo del exilio de Jerusalem está terminando. El
Midrash nos cuenta que Dos le pide a Abraham que consuele a Jerusalem, sin tener éxito y es
seguido por Itzjak, Iaacov y Moshé' que tampoco tienen éxito. Finalmente, Dos Mismo viene y
consuela a la Ciudad Sagrada.

VaEtjanán = Significa “y supliqué”.

Y YO SUPLIQUE A ADONAI EN AQUEL TIEMPO, DICIENDO:

23 – Y YO SUPLIQUE A ADONAI. El Zóhar le atribuye a esta oración el modelo de


nuestras oraciones cotidianas y desarrolla la idea. Al basarse en esta afirmación,  Rabí
Natán Shapiro de Cracovia (el libro que Descubre las Profundidades) analiza las
reflexiones de Moshé poco antes de su muerte, tal como las ha establecido en esta
oración. Las detalla en doscientos cincuenta y dos puntos que corresponden a las
palabras {rav láj} ; “suficiente para ti”, por medio de las cuales el Eterno ha respondido,
aunque con negativa, a la súplica de Moshe. Así expone los puntos de vista de la Cábala
en la oración. Aquí nos bastará citar algunas partes.

Cuando Moshé rogó: “Déjame pasar, yo quisiera ver”, ¿qué veía él en el futuro que
llegara a desear con tanta vehemencia entrar en la Tierra Santa? El deseaba ver la guerra
contra Amalék, uno de los tres deberes que Israel debía cumplir a su llegada. Deseaba
ver en persona cómo el Nombre del Eterno iba a presentarse [manifestarse] en su estado
perfecto. Mas Dios le dijo: “¡Es suficiente para ti, la hora no ha sonado todavía!”
(Punto 140).

Moshé ha visto que se le ha llamado el Siervo de Dios (vers. 24) y no el hijo de Dios.
Sólo son llamados hijos de Dios aquellos que merecen esta designación y viven en
Tierra Santa. Él le ruega a Dios que lo llame Su hijo para tener así la ocasión de
contemplar los Tesoros Divinos. Pero Dios le ha respondido: “Es suficiente para ti que
hayas erigido el Santuario de Dios”. Y le mostró todos los secretos de Su Ley, como si
hubiera sido un hijo (Punto 234).

Moshé ya entreveía en el futuro las grandes discusiones entre Hillél y Shamái; el día en
que se iniciaron estas discusiones fue tan importante como el día en que fabricaron el
“becerro de oro”. Moshé quería entrar a Israel para ser la autoridad superior ante la cual
todos se sometieran. El quería ser en la tierra de Israel el maestro único y el único
pastor, lo que se deduce de la palabra (e ‘everáh} , “déjame pasar”, palabra que está
compuesta de (av}  y {ro ‘é} , maestro y pastor. Pero el Eterno le respondió: “Tú has
contribuido a que las discusiones en Israel se multipliquen a partir del incidente de {me
Meriváh} ; a este efecto se ha escrito (Núm. XX, 13): “{asher ravú Bené Yisraél} los
hijos de Israel contestaron al Eterno”; por lo tanto, tú no estás capacitado para apaciguar
las discusiones entre Hillél y Shamái” (Punto 74).

Además Moshé vio que la Toráh se dividía en la Ley Escrita y la Ley Oral. Ahora bien,
él quería invertir los términos y anteponer la Ley Oral a la Escrita; se ha dicho en
efecto: “A Mí me pertenece la plata, a Mí el oro, declara El Eterno”; en tal caso para El
Eterno predomina la Toráh Oral (ya que la plata corresponde a la Toráh Oral, que es
{ilidát ha-Rajamím…cualidad de Amor y Misericordia}, y después sólo se cita la Toráh
Escrita, que representa {Midát ha-Dín…la estricta justicia}, principio simbolizada por
el oro). Moshé pensaba que para los hombres la Toráh Oral tiene prioridad sobre la
Toráh Escrita. Dios le dice otra vez: “Es suficiente, deja de hablar sobre este asunto”
(Punto 168).

Se presenta una gran dificultad a propósito de la plegaria de Moshé. ¿Por qué no ha


orado en el momento de la muerte de su hermano Aharón para que éste pudiese entrar
en Tierra Santa? La respuesta es que él ha visto en su espíritu profético transmigrar el
alma de su hermano en la de Ezrá el escriba, que también era el Sumo Sacerdote a su
llegada a Tierra Santa; he aquí por qué no rogó en favor de su hermano Aharón.

Por último se indica la explicación de Rashí, según la cual Moshe ha rogado “en ese
momento”, ya que “después de haber conquistado las tierras de Sijón y de ‘Og he
imaginado que tal vez el deseo de Dios, que prohibía mi entrada en Tierra Santa, se
había anulado”. Ante la insistencia de Moshé, Dios replica: “¿Haría yo entonces de la
Toráh una enseñanza hipócrita? Está escrito que si un hombre calumnia el nombre de
una mujer y si el supiera que esta mala reputación no tiene fundamento, la tomará por
mujer suya y no podrá repudiarla en toda la vida XXII, 19). Así tú has dicho de los hijos
de Israel “este pueblo ha cometido un gran pecado” (Exo. XXXII, 31) cuando lo cierto
es que había sido la “turba numerosa” la que había adorado el “becerro de oro”. Es por
haber calumniado a la Comunidad de Israel que tú te quedarás con ella y serás enterrado
fuera de tu país” (Punto 199).

Otro detalle interesante respecto a este pasuk lo da el Rabi Najman de Breslov


cuando enseña al respecto:

3:23 “Y yo supliqué a Dios en aquel tiempo, diciendo”.

El Rebe Najmán enseña que el objetivo de la plegaria es lograr la devekut (una profunda unión
con Dios). Sin embargo, si la persona no puede orar con devekut, no debe decir, “No hay sentido
en que siga orando”. Más bien, debe poner en sus plegarias tanto esfuerzo y concentración como
pueda. Pues más tarde, cuando ore con devekut, todas sus plegarias ascenderán junto con la
plegaria que es dicha de la manera apropiada.

Y esto está aludido en el presente versículo. “Yo supliqué” - Moisés siempre suplicaba delante
de Dios. A veces oraba con una gran devekut y otras veces, cuando no podía alcanzar esa
devekut, oraba igualmente con todas sus fuerzas. “En aquel tiempo, diciendo” - cuando llegó el
momento en que mereció orar con devekut, ése fácil “diciendo” ascendió y elevó con él a todas
las otras plegarias, menos aceptables (Likutey Moharán I, 99).

Y yo supliqué a Dios en aquel tiempo

Específicamente, “en aquel tiempo”. Moisés sabía que cada tiempo es diferente. La manera en
que una persona se siente hoy es diferente a la manera en que se sintió ayer y en cómo se sentirá
mañana. Moisés siempre le suplicaba a Dios de acuerdo a cómo se sentía en ese momento
específico.

Y yo supliqué a Dios

VeetJaNaN (‫ ואתחנן‬, “Yo supliqué”) proviene de la raíz JaNaN (‫ חנן‬, graciable), significando un regalo no
merecido. Aunque los Tzadikim tienen muchos méritos, le suplican a Dios que les otorgue sus pedidos
como regalos inmerecidos (Rashi).
Cuando la persona quiera algo de Dios, deberá orar para recibirlo solamente como un regalo
inmerecido y no como pago en retribución a sus acciones. Más aún, no deberá insistir en que
Dios responda a su plegaria, sino que deberá aceptar graciosamente la respuesta de Dios, le
otorgue lo pedido o no (Likutey Moharán I, 20:5).

Bellezas de la gematría
La palabra VeetJaNaN (‫ ואתחנן‬, “Yo supliqué”) proviene de la raíz:

H2603
‫ָחנַן‬
Kjanán
raíz primaria [Compárese con H2583]; propiamente doblar o inclinarse en bondad
hacia un inferior; favorece, conceder; causativo implorar (i.e. mover a favor mediante
petición):-amigablemente, apiadar, -se, compadecer, -se, compasión, dar, favor, gemir,
hacer merced, misericordia, mostrar, orar, pedir, piedad, rogar, suplicar.

Y VeetJaNaN tiene un valor guematrico de 515 y de allí el Midrash deduce que


Moshé suplicó 515 veces al Eterno para que le dejara entrar en la Tierra.
Pero si a 515 yo le sumo el kolel tendríamos 516 que es el valor guemátrico de la
palabras:

Yoresh que quiere decir heredero sucesor y de la palabra horashah que quiere decir
herencia, heredad, patrimonio.

De modo que si unimos todas estas ideas, tenemos que Moshé clamo muchas veces por
la misericordia y la compasión del Eterno, para que le dejase gozar de la herencia y la
heredad de la tierra prometida desde hace tantos años a nuestros patriarcas, y sin
embargo el Eterno le dice que el no entrara a la tierra pues esa herencia está destinada a
su sucesor.

Un secreto de la relación entre los números 515 y 516:

La palabra Vaetjanan que significa "yo imploro", es la guematria (valor


numérico) de 515. El número de horas entre la puesta del sol de Rosh Hashana
y la salida del sol en Shemini Atzeret (la última oportunidad para cambiar el
decreto de Iom Kipur) es 516. En el último año de su vida, entre el comienzo
de Rosh Hashana' y el anochecer de Shemini Atzeret, Moshé rezo cada hora
para que Dios lo perdone y lo deje cruzar el Rio Jordán. Finalmente, Dos le
pidió a Moshe que no continúe rezando. Esto nos enseña el enorme poder del
rezo.
Dos le pidió a Moshé que pare, implicando que, si continuaba rezando, Él iba a
acceder a su petición.

Por otra parte si hacemos un tzeruf de la palabra ‫ ואתחנן‬VeetJaNaN vamos a ver que
podemos obtener 2 palabras dentro de ella:

1- Jen que significa gracia.


2- Ot que significa señal (alef, vav, tav) que también es una referencia la Mashiaj.

De aquí tenemos 2 enseñanzas:

1- Nuestras suplicas delante del Eterno reciben respuesta como señal de su gracia
sobre nosotros.
2- Nuestras suplicas delante del Eterno son recogidas y llevadas delante del trono
por el propio Yeshua Ha Mashiaj.

El Mashiaj y el musar en la parashá

Según hemos visto en la parashá Moshé clama persistentemente delante del Eterno 515
veces y de aquí aprendemos una virtud que debe tener todo yahudí y es la de ser
persistente en nuestros anhelos y peticiones delante del Santo Bendito, muchas veces
tenemos la mala costumbre de darnos por vencidos prácticamente instantáneamente,
cuando vemos que deseamos algo y Dios no lo contesta, de hecho Yeshua mismo nos
enseñó a ser persistentes e incluso inoportunos cuando clamemos al Eterno y para ello
nos dejo una bella enseñanza al respecto:

Yeshua y la oración

Aconteció que estaba Yeshua orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus
discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus
discípulos.
Luk 11:2 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así
también en la tierra.
Luk 11:3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Luk 11:4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a
todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal.
Luk 11:5 Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a
medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes,
Luk 11:6 porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante;
Luk 11:7 y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya
está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos?
Luk 11:8 Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo
por causa de su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.
Luk 11:9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Luk 11:10 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le
abrirá.

En hebreo la expresión por causa de su importunidad se dice:


Ba abur azut panav y esta frase tiene un valor guematrico de 909 y este es el valor
de la palabra hebrea gashum (lluvioso) y de la palabra had-ran que significa ¡Otra
vez¡, de aquí surge una bella enseñanza:

Cuando oramos al Eterno y lo hacemos con tanta insistencia que nos volvemos
inoportunos, es como si el Eterno dijera: pero ¡otra vez¡ y como consecuencia por
tanta insistencia hace llover la respuesta a la petición sobre nosotros.

Otro ejemplo de la importancia de la perseverancia lo podemos ver en un suceso


que ocurrió con un gran sabio de nuestro pueblo cuando aún era pastor, cuando este vió
una roca perforada en el lugar donde goteaba un fino hilo de agua. La roca es mucho
más dura y resistente que las gotas de agua. Pero la perseverancia del golpear de dichas
gotas, lograron perforar la piedra. Él se aferró a esta idea y llegó a ser el gran maestro y
líder del pueblo de Israel, Rabí Akiva.

Resumen de las enseñanzas de la parashá.

1- Moshe quería entrar a la tierra de Israel para ver como Israel lucharía contra
Amalek.

2- Moshe quería entrar a la tierra de Israel para poder ver la plenitud del nombre
del Eterno.

3- Los tesoros divinos están destinados solo para los hijos de Dios.

4- La Torah oral y la Torah escrita representan el equivalente a la plata y al oro de


HaShem por ese orden.

5- Cada respuesta a nuestras suplicas delante del Eterno son una expresión de la
gracia de HaShem manifiesta por medio de Yeshua Ha Mashiaj.

6- Debemos persistir y ser inoportunos delante del Santo Bendito para recibir la
lluvia del cielo (nuestras suplicas contestadas).

7- Delante del Eterno hay tiempo y tiempos para que nuestras plegarias lleguen
delante de Él.

Shalom.

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