Sí, esto es lo que fue nuestra querida madre, abuela y bisabuela: una
monja adoratriz y una madre de familia al mismo tiempo: adoratriz en
espíritu, y madre de familia, de hecho. Ella hubiese deseado ser solamente
lo primero, en espíritu y en verdad, pero unas circunstancias familiares
extraordinarias se lo impidieron, y hubo de hacer compatible la monja con la
madre por un acto heroico de caridad.
2
llamó Carmen del Campo Corcuera. Y fue riojana, por más
señas. Nace el 11 de mayo de 1903 en Santo Domingo de la
Calzada, una localidad situada a orillas del Río Oja, y que en la
actualidad cuenta con 6.369 habitantes. Y cuenta también con
Con su madre Paz
una Iglesia románica del siglo XIII, que desde 1959 lleva el
título de Catedral.
4
Cuántas veces defendí
tu honra y gloria con tesón,
siempre fuiste mi blasón,
sólo viéndote gozaba.
Pues bien, para esta función fue elegida, entre otras, la Hermana
Carmen del Campo Corcuera, que llevaba ya dos años viviendo en la
fundación de Logroño, y había sintonizado admirablemente con el espíritu
de la Institución. La Superiora le comunica la nueva asignación, y Carmen
no se lo piensa dos veces. Es cierto que se aleja de los familiares y de tantas
buenas amistades, y de esta casa que tanto quería, pero el Esposo lo es todo
para ella. Ella irá donde el Esposo le mande. Sabe muy bien que donde quiera
que esté, allí estará el Esposo, el amor de su alma. Y Carmen se alistará entre
5
las tres o cuatro veteranas que van a dar nombre, rumbo, ponderación y buen
hacer a la Nueva Fundación de Guadalajara.
6
La historia, los que somos mayores, la
conocemos todos o casi todos en la familia.
Ezequiel José y Josefa
Una hermana suya, María Josefa, algo más
joven que ella, se había casado con
Ezequiel José, un joven apuesto y buen
mozo, de la localidad de Calahorra, la capital de la Rioja Baja. Todo
absolutamente normal. En el momento de la boda, Carmen ya llevaba unos
diez años de Adoratriz. Pero el primer parto viene complicado, y a la vuelta
de 40 días de haberse producido, María Josefa fallece, aunque los médicos
pudieron salvar la vida de la niña que venía en el parto, Maruja. Y aquí
tenemos a D. Ezequiel José, viudo, joven, Profesor multiocupado en el
Instituto de la ciudad de Calahorra, y con una hija recién nacida, sin madre
que la cuide y que le de todo el cariño que un bebé necesita recibir desde los
primeros días. Ni corto ni perezoso D. Ezequiel José se presenta en el
Convento de Adoratrices de Guadalajara y pide una entrevista con la M.
Priora y la que entonces era su cuñada, Carmen del Campo. Comentan la
desgracia acaecida en la familia, y dirigiéndose a Carmen, le dice con toda
solemnidad en presencia de la M. Priora: “Tu hermana se me ha aparecido
en sueños y me ha dicho que me case contigo para que Maruja tenga la
mejor madre que puede tener”. Las dos religiosas le creen sin ningún
resquicio de duda, y Carmen se ve en la obligación moral de abandonar la
Vida Religiosa, la delicia de sus días, para casarse con su cuñado y dar una
madre a su sobrina Maruja cuanto más pronto mejor.
7
entregó con la misma generosidad cristiana que se había entregado
antes a la familia de las Adoratrices. Con Maruja no hubo nunca
más diferencia que la de ser la mayor. Así lo quiso ella, nuestra
madre, desde el principio, y así lo aceptamos, de buen grado, los demás.
8
acudía ella a la Iglesia de San Francisco, bastante cercana a la casa, para oír
Misa. Y, según íbamos creciendo, se hacía acompañar de cada uno nosotros,
sus hijos.
9
Mantuvo siempre fuerte el ambiente cristiano dentro de la familia,
pero sin estridencias ni imposiciones. Los niños siempre gozamos en este
sentido de holgura y libertad, aunque a ella le hubiese gustado vernos a todos
monjas y frailes.
Estas palabras, dichas así, con respeto y amor materno, los “chicos” nunca
las hemos olvidado.
10
Y más tarde fundó la Escuela de Maestría
Industrial de Calahorra, de la que fue Director.
Y, esta excelente labor social, se vio coronada
con el nombramiento de Alcalde de la ciudad.
Tras una larga enfermedad, el abuelo murió en
los brazos amorosos de la abuela Carmen en
Ezequiel José, Alcalde de Calahorra
1981.
12
siempre se la veía asida a su Rosario o leyendo el Librito de pastas de hule,
cuyo contenido damos a conocer en las páginas que siguen.
13
MEDITACIONES, ORACIONES Y PENSAMIENTOS DE UNA
MADRE, ABUELA Y BISABUELA
Qué consuelo para nosotros, pobres y miserables, vernos así amados de Dios
y poder encontrar en nuestro interior cuanto necesitamos. “Yo soy la vid,
vosotros los sarmientos: quien está unido, pues, conmigo y yo con él, ese da
mucho fruto; porque sin mi nada podéis hacer”: rindamos de continuo
homenaje de adoración y amor al Padre que nos ha criado: llénese de
agradecimiento nuestro ser ante Jesucristo, que nos ha salvado prometiendo
seguirle y caminar en pos de Él con mucho amor. “Quien quiera venir en
pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”, y al Divino Espíritu
supliquémosle, de su luz sacrosanta, un puro rayo que penetre el pecho, para
con él conocer a Dios; concediéndonos el don del Divino Amor.
14
Vivamos siempre esa vida sobrenatural, de unión verdadera con Dios en
todos nuestros deberes, ocupaciones, actos, en todo, vida de fe y vida de
amor.
Que la pureza de intención vaya siempre delante haciéndonos buscar
a Dios en todo.
Debemos servir a Dios con alegría, siendo sus hijos verdaderos que
puedan decir con verdad que su yugo es suave y su carga ligera y esto se
consigue por el amor, por esa fidelidad amorosa que en todo y con todo sólo
busca hacer lo que más le agrada y del modo que a Dios le agrada. Se
comprende que para vivir esta vida hay que morir a esa vida exterior de
sentidos, humana.; ¡Cuánto afligiría a Jesús la religiosa que obra así!
Cumpliendo sólo por cumplir con sus deberes y ¡cuántas faltas llegará a
cometer de ese modo! Haciéndosele la vida muy seca y pesada. No
olvidemos que esas quejas tan impropias en una religiosa, por las que se
demuestra cansancio o cosas parecidas por encontrar pesado el yugo del
Señor, nacen de poca generosidad, pues en las almas generosas todo se
transforma por el amor que a Dios tienen, llegando ante ellas a desaparecer
el nombre de sacrificio en esas cosas ordinarias que se presentan, ya que
están deseosas de santificarse y abnegarse, pero sólo por agradar a Dios
escondiéndose a los ojos humanos.
Las religiosas deben ocuparse de lleno en amar mucho a Dios: nadie ha
sabido hacer esto mejor que nuestra Madre Purísima, y desea de verdad le
imitemos y ayudarnos; unámonos en todo a Ella. Todo con María y por
María, seamos sus amantes hijas que Ella es siempre nuestra Madre
amantísima.
Es necesario también que, olvidadas de nosotras, busquemos sólo los
intereses de Cristo, la gloria de Dios y las almas haciendo que todo se dirija
a esto…
*******************************************************************************
15
Al levantarme confesando con fervor y devoción (como Adoratriz) al
A L A B A D O, hacer un acto de amor: “Os amo Dios mío”, “heme aquí
para hacer vuestra santa Voluntad”, dadme para esto vuestra divina gracia;
después del Ángelus signarme y santificarme bien armándome con la Santa
Cruz: Jesús mío en unión con Vuestra preciosa Sangre y con cada
movimiento de mi ser etc. Oh, Jesús mío, etc. Padre nuestro, etc., Soy tuya
para siempre, etc. Tomad, Señor etc., Jesús Santo, etc. Dispuesto está mi
corazón etc., Jesús mío, yo quisiera consolaros, etc., Jesús mío, yo quisiera
haceros este día, etc., Corazón de mi amable, etc., Virgen y Madre, etc.
Madre mía Inmaculada, por tu Pura Concepción alcanzadme la
perseverancia, pureza y humildad de corazón (con tres Ave-Marías tres
veces). Bendita sea tu pureza etc., Madre mía Inmaculada, tenga yo la feliz
suerte de ser por ti visitada en la hora de mi muerte, de recibir a Jesús etc.,
de ser siempre Adoratriz etc. Madre mía, aquí tenéis a vuestra hija, etc., tres
veces. En vos, Madre mía, etc. Jesús, José y María, etc. Ángel de mi guarda,
etc. Ángeles, mis abogados, amad a Jesús por mí y protegedme. Un Padre
nuestro a San José y Madre Sacramento para que me conceda la santa
perseverancia, tu espíritu, vida interior, espíritu de oración, y una santa
muerte. Secuencia: ven Espíritu Santo etc., peticiones; ir haciendo las cosas
con pureza de intención conforme mandan las santas reglas; ser diligente,
vestirme con mucha modestia, besar el santo hábito al vestirme y darme
cuenta de cuánto me ponga, procurando me sobre un rato antes de las 5 para
decir la secuencia del Espíritu Santo y pensar en la meditación.
··························································································
La meditación bien hecha es el medio más seguro para llegar a la santidad:
combatiré con energía contra los obstáculos que se me presenten para hacerla
bien.
16
Asistiré al Santo Sacrificio con gran reverencia y recogimiento. Comulgaré
con mucha fe y amor, con preparación sólida permaneceré con Jesús con
todo el amor y atención que pide la real presencia y posesión del Dios de
Amor, y alcanzar las humanas flaquezas: renovaré los votos y entonaré el
Magníficat uniéndome a la Santísima Virgen.
·························································································
En el desayuno continuaré dando gracias; purificaré la intención, prevendré
las ocasiones que se me puedan ofrecer para proceder en todo como [a una]
religiosa conviene, imitando y agradando a Jesús.
De 8 a 9: el deber con pureza de intención, perfección y con espíritu de
caridad y sacrificio haciendo todo conforme me manda la regla: no perder
tiempo, ser de poco hablar y esto (es) necesario.
De 9 a 9’30 en lo del día: 10 a 11 pensar en la meditación. 11 a 11’30
ofrecer la preciosa Sangre: y acompañar a la Santísima Virgen hasta el
examen general y particular. Anotar faltas.
12 Comer con pureza de intención, atención a la lectura y espíritu de
mortificación.
Recreo: ser comunicativa, sin dominar; tener conversaciones
convenientes, provechosas, espirituales; no dejar de hablar por no tener
ganas.
Un deber como por la mañana: de 3 a 3’30 recordar la lectura. De 3’30 a
4’30 la Pasión de Jesús. 4’30 Trisagio en unión con la corte celestial: en las
veladas aprovechar el tiempo espiritual y materialmente: El rosario, rezar[lo]
con devoción, meditando los misterios: al De profundis una mirada a la
muerte ¿de este día qué me queda? Ya pasó, así pasará mi vida. Al acostarme:
consagrarme a la Santísima Virgen; hacer un acto de contrición; pensar en la
meditación si siente devoción, rezar el Te Deum en acción de gracias, pedir
a Jesús me encierre en la llaga de su costado en su Divino Corazón y dormir
y descansar en la protección de Dios.
17
Lunes: dedicado a contemplar la oración de Jesús en el huerto, petición por
la santificación de los sacerdotes y religiosos.
Martes: la flagelación: petición por la conversión de los pecadores en
especial por los impuros.
Miércoles: la coronación de espinas: petición por los pecadores
empedernidos y nuestras familias.
Jueves: la institución de la Sagrada Eucaristía: petición por el Instituto, su
propagación, santificación de sus miembros y por las intenciones de nuestra
Santísima Madre.
Viernes: la cruz a cuestas y crucifixión: petición, conversión de infieles y por
los misioneros.
Sábado: la soledad de mi Madre Santísima: petición por las colegialas y las
jóvenes. También por las almas del purgatorio.
Domingo la resurrección: petición por nuestra Santa Madre la Iglesia, por el
Santo Padre, sus intenciones y propagación de la fe.
Se puede cambiar si da más devoción o aprovecha el espíritu de este o
de otro modo.
Lunes: fin del hombre: martes la muerte. Miércoles: el juicio y la
eternidad. Jueves: la Encarnación o vida oculta. Viernes: Crucifixión.
Sábado: la soledad y dolores de mi Madre Santísima. Domingo:
Resurrección.
Si este horario estorba en lo más mínimo al deber o a la observancia
de las reglas no agradaría a Jesús que lo pusiera en práctica, pero si me valgo
de él como medio para cumplir mejor mi deber y reglas por la unión con
Dios, aprovecharé mejor el tiempo y obraré con más pureza de intención.
18
Oh Santísima Trinidad, en unión con Jesús María y José voy a hacer esto…
para hacer vuestra santa voluntad por Vos mi Dios y mi Todo.
***********************************************************
¡Oh, Dios mío! Quisiera convertir a tantos pecadores como arenas hay
en el mar, hojas en los árboles, plantas en los campos, átomos en los aires,
estrellas en el cielo, rayos tantos como criaturas hay en el mundo…
Ya no soy mío sino todo vuestro, Dios mío y mi único Tesoro. Os
ofrezco el sacrificio que acabo de consumar por medio de nuestro Señor
Jesucristo, mi Salvador, y de María, mi Madre, con el único fin de
entregarme enteramente a Vos. No me cansaré de dar gracias a la Virgen
Santísima a la cual reconozco deudora de mi vocación.
********************************************************
20
En la mesa tomaré los manjares que estén más cerca de mí, sin mirar
los demás.
En los momentos de emoción, tendré gran cuidado de no obrar contra razón.
Si alguno me reprendiere o acusare; dejaré evaporar el mal humor, para que
en el fondo quede la dulzura.
Mi gran resolución consiste en darme del todo a Dios, de suerte que
siempre tenga a la vista estas palabras: sorda, muda, ciega.
Quiero o no quiero, serán palabras que jamás pronunciarán mis labios.
Sólo una cosa quiero: Vuestra voluntad, Dios mío y no la mía.
De todo corazón procuraré no buscar mi propio interés.
Las horas de silencio las pasaré meditando la Pasión de Jesucristo y
los dolores de María.
Quiero que todas mis oraciones, comuniones y demás buenas obras
sean aplicadas por los pobres pecadores, en unión de la preciosa Sangre de
Jesucristo.
Al recibir la bendición de mi superior, consideraré que el mismo
Jesucristo es quien me la da.
Mi acción de gracias durará desde el momento de comulgar hasta
mediodía, y la preparación para el día siguiente desde mediodía hasta las seis
de la tarde.
La dulzura es hija de Dios, y trae consigo paz, tranquilidad, reposo del
alma.
Más se gana con la dulzura que con la aspereza, que este engendra
turbación, obscuridad, mil géneros de tentaciones y pereza espiritual.
Más moscas se cogerá[n] con una cucharita de miel que con cien
barriles de vinagre.
A todas debo dar lo mejor, reservándome lo peor para mí, con ánimo
de dar gusto a Dios.
21
La vida religiosa es: Cruz y Calvario, siempre jamás: hacimiento,
transformación y muerte: panal de miel de consuelos y dulzuras.
El Reino de Dios no consiste ni en pensamientos, ni en palabras, sino
en fidelidad, en la violencia continua a sus inclinaciones, en el desasimiento
de todas las criaturas, en la renuncia de sí mismo, y en el amor a las tres
compañías del Salvador: la pobreza, el desprecio y el dolor.
Ten para con Dios corazón de hijo, para el prójimo corazón de madre
y para contigo mismo, corazón de juez. Jesús mío, Tú eres mi centro y
felicidad, Tú eres mi Dios y mi todo.
************************************************
Mi alma de paz rebosa.
¡Qué venturosa soy con Dios!
Vivir por siempre en sus palacios.
Es lo que anhela mi corazón.
Alma mía, convéncete que no sirves nada más que para ser
despreciada y humillada siempre, hasta morir, dichosa y feliz serás
siempre…si sabes aprovecharte siempre.
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22
Mi respetable Señora: Por caridad me suplicaba V[d.]. en su agenda
de 1º de Julio, aliviase algún tanto sus penas escribiéndole; y mi caridad ha
sido tan menguada que hasta ahora no ha habido medio de hacerlo; bien que
remitía V[d.] por el correo una hojita impresa que tal vez haya hecho caer en
su trabajado corazón, alguna gotita de rocío celestial.
Sufre V[d.] mucho, es verdad; pues, Señora, sea muy enhorabuena, y
cuanto más sufre, tanto más enhorabuena, y cuanto menos alivio, habla de
quien más lo esperaba sea tanto más enhorabuena; que con esos golpes se
fabrica la corona que V[d.] busca, y gana el amor del Rey celestial de cuyo
divino Corazón ciertamente está V[d.] prendada. Ya sabe Vd.], Señora, que
Ihs: (Jesus hominum Salvator = Jesús Salvador de los hombres).
No hay amor sin dolor, y mucho más en el de Dios; porque es más
verdadero amor. El erial ha de probarse en trabajos como el oro en el fuego;
y si V[d.], se conserva en medio de ellos y les resiste, será oro fino, a quien
dirá Jesús: Tú eres la que permaneciste conmigo en mis tribulaciones. Si el
Señor no la amase a V[d.]. no la pondría en trabajos, mas si la pone en guerra,
señal es que le quiere dar la corona – si le dan a V[d.] la cruz, y confíe que
le darán al que está clavado en ella y tan cosido, con clavos que no se puede
separar, para que todos entiendan que quien a ella tiene, tiene a Él y quien a
Él quiere tener, ha de cargar con ella.
Consuélese pues V[d.] en sus trabajos y hágales rostro como sierva de
Cristo, que pues tiene la esposa, que es la cruz, no le negarán el Esposo que
es el crucificado; no queramos nosotros separar lo que Dios juntó, y pues
Jesús pasó a su Reino desde la Cruz, así hemos de pasar nosotros. Ihs.
Cuando vengan trabajos, cierre V[d.] los ojos, humille su frente al
yugo del Señor y sígale, sin preguntar a su propio juicio ¿por qué me sucede
esto? Mejor fuera por aquí o por allá, etc. Esas son preguntas de la serpiente
como lo hizo con Eva. “¿Por qué os mandó el Señor mortificaros no
comiendo de ese árbol?” A lo que debiera responder: yo no soy juez para
23
juzgar los designios de Dios, sino sierva para someterme sencillamente a su
Voluntad, como lo hizo la Virgen Santísima. “He aquí la esclava del Señor-
Hágase en mí”, etc.
En estas dos palabras, Señora, Heme aquí-Hágase consiste la santidad.
¿Se ofrece algo en que serviros, Dios mío? ¡Aquí estoy! - ¿Queréis, Señor,
que sufra esto y aquello? - ¡Hágase!
Ya [le] he dicho a V[d.] otras veces que el mayor favor que en este
mundo Dios hace a los suyos es que padezcan por su amor; mientras más
acíbar Dios le da, la hace más agradable a Él; mientras más martillada, saldrá
usted más resplandeciente, y mientras más abandonada ahora, será después
más abrazada.
Por ahí pasaron los mártires, sufriendo tanto de los sayones y tiranos;
y ahora que no hay esos tiranos permite Dios muchas veces que lo sean,
MM., Hnas. y amigos, que aunque por modos más suaves atormentan más
que los antiguos.
Atendido su carácter y la situación de V[d.] junto con el grado de amor
que a Jesús profesa, me parece que acaso le sirviera a V[d.] de algún alivio
leer a veces las cartas y la Vida de la Bta. Margarita Mª Alacoque escrita por
ella misma, obra publicada en francés por el Monasterio de Paray-le Moniale
que tal vez se haya traducido al español: bien que V[d.] gustará más del
original!
Pero, sobre todo, quien ha de ser su consuelo es el Sagrado Corazón
de Jesús que V[d.] tanto ama, entre V[d.] en él. Como en una navecilla que
boga feliz entre las tempestades sin que la invadan las amargas aguas, entre
V[d.] tantas veces como en una estancia solitaria y perfumada, como en una
celda retirada como en una escuela santa, como en una fortaleza
inexpugnable, como en un pabellón real, donde cobijada no temerá los
asaltos del enemigo, como en un relicario de Virtudes, como en una recámara
donde hallará toda clase de bálsamos para sus llagas. Y con recuerdos para
24
todos no añado nada más sino que el mismo Señor Crucificado sea Su único
Amor de V[d.] para siempre, su luz y esfuerzo.; su consuelo y alivio,
guardándola en su Divino Corazón rasgado por nuestro amor.
Siervo en Cristo. Jhs.
Juan Conde.
Oña 14 de Agosto 1884
¡Entra, Señor!
Entronización del Divino Corazón de Jesús en un hogar cristiano.
25
y homenajes y amor encontrarás.
Esperando en Dios
27
La lámpara encendida
siempre quiero tener
¡Oh Dios, de mis amores
tuya siempre seré.
Caridad fraterna,
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obediencia ciega
y pureza de intención.
Vida
Días de ayuno para los que tienen bula¿?
Vigilias
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Días de ayuno para los que no tienen Bulas ¿?
Días de Vigilia
Todos los viernes del año, el miércoles de ceniza, los miércoles, viernes y
sábados de las (frase sin acabar..) [¿cuatro témporas?]
Sepan, cuantos esta carta de esclavitud viereis, cómo yo, Hermana Carmen
del Corazón de Jesús, me vendo por esclava perpetua de la Virgen María,
Nuestra Señora con donación pura, libre y perpetua de mi persona y de todo
cuanto soy y puedo; para que disponga a su gusto como verdadera Señora
mía; y porque me hallo indigna de esta merced, ruego a mi Santo Ángel de
la Guarda, San José, Madre Sacramento, Santa Teresa, Beata teresita, San
Juan de la Cruz, San Luis Gonzaga, Arcángeles Gabriel, Miguel y Rafael,
San Ignacio, San Francisco Javier, San Juan y San Isidro Labrador sean mis
intercesores.
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1º Dulcísimo Jesús, dueño del alma, en busca de paz hoy vengo a ti, ¿qué
debo hacer para encontrar la calma?
- ¡Callar! ¡Sufrir por Mí!
6º Pues es doctrina tuya, Jesús Mío, y tu dulce bondad lo exige así, ¿sabes
Tú lo que haré por darte gusto?
- ¡Callar! ¡Sufrir por Ti!
Jaculatorias
Te buscaba en el mundo,
iba perdido,
te halló mi corazón
en sí escondido.
32
La Cruz, vuestro Tesoro,
me hace temer,
Señor. ¡Oh, nunca!,
todo lo abraza con amor mi ser..
Jesús mío, yo quisiera consolaros y amaros por todos los corazones que os
afligen y no os aman.
Jesús, mío, yo quisiera haceros en esta hora tantos actos de amor como Vos
recibís de ultrajes.
Corazón de Jesús,
puesto en agonía,
apiadaos de los que mueren
en este día.
34
Jesús María
Jesús mío, sed mi fortaleza y la paz, salud de mi alma.
Señas de mi Amado
Mas veamos cómo se deja encontrar el Señor de los que con verdad le
buscan sin perdonar penalidades y trabajos, significados por las heridas y
despojo de la Túnica.
“Mi Amado descendió a su jardín”, (a mi alma), se rindió a mi
humildad, y a mi desvelo en buscarle. “Le Tengo y no le dejaré”, ni me
expondré al riesgo de perderle de nuevo con dilaciones en abrirle, estando
siempre como virgen prudente con la lámpara encendida y provista de aceite,
39
no sólo para cuando me llame a comparecer ante su tribunal en el momento
de la muerte, sino también durante la vida vigilando y orando a ejemplo de
la Esposa que dice: “Yo duermo, pero mi corazón vela”.
¿Cómo es posible amar a un Dios crucificado sin amar la cruz, sin
vivir y morir sobre la cruz? El amor hace conformes entre sí a los amantes.
Amemos al Sagrado Corazón de Jesús y amémosle sobre la Cruz,
puesto que Él tiene sus delicias en encontrar un corazón lleno de amor,
sufrimiento y silencio. Quien dice amor puro, dice puro sufrimiento. Es
menester abandonarse al amor puro para ser sacrificada y ofrecida cual
víctima según el beneplácito divino.
Amor, oh fuego que abrasas, consume mi corazón. Penas, cruces y
alegrías únanse a los dos. Los dos uno, Jesús mío, los dos uno, mi Señor, los
dos uno, pues no quiero vivir más si no es con Vos.
40
Ofrenda de los méritos de nuestro Señor Jesucristo
Para Purificar el bien que he hecho hoy mal, y durante toda mi vida.
- Gloria Patri…
Para Sufrir el bien que he descuidado hacer hoy y durante toda mi vida.
- Gloria Patri…
Febrero.
El alma dulce consoladora del Sagrado Corazón. Compadeceos de Mí por lo
menos. Vosotros que sois mis amigos en la extremada desolación en que se
halla Jesús por la pérdida de las almas, los crímenes de los pecadores, la
magnitud de sus hijos se dirige a Vos pidiendo algún consuelo. Tened piedad
de Él…Es un Padre profundamente afligido, un Corazón cruelmente
desgarrado.
Durante este mes, sobre todo mientras la Guardia, [me he] constituido la
dulce consoladora del Corazón angustiado de Jesús…El amor os enseñará
cómo se consuela al amor.
·······················································
Del pecador:
42
el criminal desvío,
lloro por consolarte,
Jesús mío.
·············································································
¡Oh, Jesús, divino Esposo mío, haced que mi vestidura bautismal no
pierda ya más sus blancuras! Llamadme a Vos, antes de permitir que manche
mi alma en la tierra [con] la más ligera falta voluntaria. A Vos solo os busco
siempre, y a Vos solo os encuentre. Sean nada para mí las criaturas, y nada
sea yo para ellas. Que ninguna cosa de la tierra turbe jamás la paz de mi alma.
¡Oh Jesús, sólo os pido la paz!...La paz, y sobre todo el amor, un amor sin
límites, sin medida. Haced que muera mártir por Vos, dadme el martirio del
corazón o del cuerpo. ¡Ah, dadme mejor entrambos!
Haced que cumpla con toda perfección mis votos, que nadie se cuide de mí,
que sea pisoteada y olvidada como un granito de arena. Me ofrezco a Vos,
Amado mío, para que cumpláis perfectamente en mí vuestra voluntad, sin
que jamás las criaturas sean obstáculo para ello.
Yo quisiera aventajarme
en la ciencia del amor
que es la única asignatura
de que examina el Señor.
Artífice divino,
lúcete conmigo.
43
Ven, Espíritu Celestial,
y lúcete en este erial.
Me quiere de mi olvidada,
del mundo desconocida,
a su amor solo entregada,
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me quiere en su amor perdida
y a su amor sacrificada.
La Oración
Efecto maravilloso
de este don que es celestial,
que al espíritu medroso
le da esfuerzo generoso
en la lucha contra el mal.
48
Mas si al alma le es quitada
la oración, ¿podrá vencer?
No, porque está desarmada,
y las flores deshojadas
muy pronto se podrán ver.
Su corola preciosa
ha de ser mi morada permanente,
Él cuidará a su esposa
y hará continuamente
que con mi amor su gloria le acreciente.
A mi Madre Inmaculada
Oh Pastora divina,
tu grey entusiasmada
con sus validos dice:
Inmaculada.
El Espíritu Santo
su Esposa te llamará,
por ser la sola Virgen
Inmaculada.
Mirándote, María,
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me siento arrebatada,
por tu pureza virgen
Inmaculada.
En amores ardiendo
el pecho de tu esclava,
con gozo, Madre mía,
Inmaculada.
Y en el cielo y en la tierra
todo poder se te ha dado,
y en favor nuestro, Bien mío
ahora va a ser empleado.
Dios mío,
mi lámpara: tus méritos,
el aceite: tu sangre,
yo: el pabilo dichoso
que en tu preciosa Sangre
nunca se apagará,
porque la llama viva
será Tu Amor Eterno,
Amor que muchas aguas
jamás apagarán.
Mi dulcísima Madre,
le dice Jesús a María,
estas llamas y amantes palomas
hacen mis delicias.
A María en su Asunción
¿Quién es esta,
dice el Ángel
el Arcángel
el Querube
por la nube
le oye a coro
un sonoro
Canto así?
·····································
55
Su carroza la forman las alas
de una hermosa legión de querubes,
y entre sí caprichosas las nubes
hácenla primoroso dosel.
Siempre contigo
58
¿Por qué te ocultas amante
en ese Pan Euarístico,
y me das Tu Sangre Toda,
Sangre que parece Vino?
Yo Te he visto moribundo,
y en un madero Te he visto,
clavado de pies y manos,
con el corazón partido;
Jhs.
Sol prisionero de amor,
sal de esa cárcel dorada,
y ven a un alma apenada
que te llama en su dolor.
Ángeles adoradores,
que a mi Señor custodiáis,
y amantes le indemnizáis
de nuestros tibios ardores
Jhs.
Mis primeras flores
Alegres vamos ya
antes de que amanezca el nuevo día,
que el niño Dios nació
de la Santísima Virgen María.
Y aquí en el sacramento,
mi Jesús eres Pan,
¡Ah! Divino alimento
calma, calma nuestro afán
62
De Mª P.
De María D.
64
Dicen eres dichosa
y estás llena de contento,
sirviendo a Dios fervorosa
y a la Madre Sacramento
Ave María
No me digáis si la amo…
ni cuánto es lo que la quiero…
que en sus amores, me inflamo;
y por sus amores muero.
A oscuras, y segura,
por la secreta escala disfrazada,
¡Oh dichosa ventura!
a oscuras, y en celada,
estando ya mi casa sosegada.
En la noche dichosa
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía,
sino la que en el corazón ardía.
Aquesta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.
67
¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche amable más que la alborada:
oh noche que juntaste
Amado con Amada.
Amada en el Amado transformada!
En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.
El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.
Quédeme, y olvídeme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo, y déjeme,
dejando mi cuidado
Dentro del Corazón de mi Jesús Amado
entre las azucenas olvidado.
San Juan de la Cruz.
¿Adónde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste
habiéndome herido;
salí tras ti clamando y eras ido.
69
Mil gracias derramando
pasó por estos sotos con presura;
y, yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de su hermosura.
Esposa
Descubre tu presencia,
y máteme tu vista y hermosura;
mira que la dolencia
de amor, que no se cura
sino con la presencia y la figura.
Todo en tu Gloria
¡Oh Jesús Sacramento!
Los vasos más hermosos
se quiebren en tu honor,
Amado mío,
y aromas muy costosos,
perfumes olorosos,
tu cabeza cubierta de rocío,
reclinada en mi seno,
ya que por mí de espinas coronada
tuvístela, Dios bueno;
y en tu Pasión Sagrada
no pudo ser en parte reclinada.
Mansísimo Cordero,
que amante te inmolaste
en duro leño,
72
tu amor tan verdadero
mostrado has con empeño
para de nuestro amor hacerte dueño.
Y no bien satisfecho,
con la Pasión y muerte ignominiosa,
hiciste aún otro lecho,
otra estupenda cosa,
Maravillosa, divina y asombrosa
Y este enajenamiento
es en sí la mayor sabiduría,
divino Sacramento!
¡Sagrada Eucaristía!
¿Qué quieres que te diga el alma mía?
Entero, no a pedazos,
te nos das en suavísima Comida,
y con estrechos lazos
es a Ti el alma unida.
74
Mi Dios, mi dulce Hermano,
Mi Esposo, Mi pastor, y Mi Cordero,
¡cuánto y cuánto te amo,
cuánto y cuánto Te quiero!
No sé por qué de amores no muero.
De jazmines y rosas,
manojito precioso,
eres, mi Amado,
diría así la Esposa
del cántico sagrado,
Si te tuviera a Ti Sacramentado.
Aviva el pensamiento,
al Cielo Sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.
A Jesucristo sigue
con pecho grande,
por nada te acongojes,
nada te espante.
El Pastorcillo Divino,
que me hirió con su cayado,
y llevándome a su aprisco,
me alimentó enamorado,
hasta que el lobo envidioso
me arrancó de su rebaño.
78
Quiero ser telefonista
de Jesús sacramentado,
quiero volver a su aprisco,
al instituto Sagrado,
do viven las almas puras,
alegres con el Amado.
Recuerdos y esperanzas
Dios Eucaristía,
mi luz y guía,
dime donde sesteas
al mediodía
Y yo ansiosa buscándote
estaré noche y día,
hasta que Tú me lleves
al sol de mediodía.
En mi noche oscura
No sé si vivo o si muero,
si voy bien o si voy mal,
sólo sé que me has herido
y no me quieres sanar.
No sé si estás a mi lado
o si lejos de mi estás
ni si estás contento o triste
de mi manera de obrar
En tu Corazón Sagrado
fabrica, Jesús, mi nido,
donde se van demullidos
tus espinas y dolor,
forma alegre su morada
para cuna de su amor.
83
Hasta cuándo, Señor, querrás dejarme
en borrascosa mar,
expuesta a mil peligros,
y que el viento me azote sin cesar.
Esperar…
A María en su Asunción
84
¿Conque Te vas, Madre mía,
Reina de mi corazón,
hasta el Cielo donde vive
Tu Hijo amado y mi Señor?
Y me dejas solitaria
en el valle del dolor,
sin amparo y sin consuelo,
¡Sin apoyo y sin Amor!
Y a tu voluntad, Señora,
quiere estar tan entregada,
que ni una sola mirada
ansiosa querrá fijar.
87
Si al Sacramento se acerca,
si a la ocasión se encamina,
si la palabra divina
quiere leer o escuchar,
Y si un deber la molesta,
si el trabajo la fatiga,
si un importuno la obliga
la paciencia a ejercitar;
Ahí se ve contrariada,
oprimida de tristeza,
baja humilde la cabeza
para dejarte pintar.
María, mi estrella,
Mi reina, mi vida,
Mi madre querida,
Mi única ilusión.
La pureza mía,
la flor delicada
de mi corazón,
La belleza misma
que a Dios cautivara,
92
el huerto cerrado
al que descendió.
La sola bendita
y Madre de Dios.
María, la luna
que en la noche guías
a este pecador.
Llevándole al puerto
de eterna alegría,
do reinas gloriosa
Oh, Madre de amor
Tu nombre bendito,
¡Oh! Madre querida,
melodía suave
es el corazón.
María mi Madre,
Recíbemelo.
SJM
A Mi Madre María
Estrella de la mañana,
mi Reina y Madre querida.
Amanezca para mí
aquel venturoso día
en que unida con mi Dios,
para siempre, Madre mía,
pueda cantar, victoriosa,
tu triunfo, Madre querida.
Al Buen Pastor
Recibe ya en tu aprisco
a esta pobre oveja,
robola el lobo fiero,
ábreme ya la puerta.
A este corderillo
que de llamar no cesa.
un día, yo contenta,
te seguía, mi Dios.
Y Tú me alimentabas
con pastos de tu Amor,
95
pero el lobo envidioso,
de tu Gloria y Amor
me arrancó de tu aprisco
mi dulce Redentor.
Do yo vivía alegre
en tu Casa, Señor,
vísteme con la lana
de tu Esclava de amor
El Buen Pastor
En la interior bodega
de mi amado bebí,
y cuando salía
por toda aquesta vega,
ya cosa no sabía,
y el ganado perdí,
que antes seguía.
Mi alma se ha empleado,
y todo mi caudal en su servicio:
ya no guardo ganado,
ni ya tengo otro oficio,
Que ya sólo en amar es mi ejercicio.
A mi amadísima Madre T.
103
Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.
A la Santísima Virgen
Y alcánzame, Señora,
gozar de la ventura
que goza el alma pura
logrando tu querer!
104
Haz que en tu amor expire,
porque ¡ay dolor! ¿qué suerte
podrá caberme en muerte
si en vida te perdí?
Lenguaje de Mayo
No he pensado,
Señora del Cielo,
en nada del suelo
tus sienes ceñir,
pues de nada
orlar tu cabeza
mas luz y belleza
podrás recibir.
105
Sólo el vivo
fulgor de la llama
que expande y derrama
tu dulce mirar,
de la aurora
y del sol los destellos
más puros y bellos
los que superar.
Y es tu acento
más dulce al oído
que el suave gemido
del aura gentil,
y no existe, cual Tú,
pura y bella,
mi fúlgida estrella,
mi flor de pensil.
¿Dónde iré yo
a buscar hermosura
que a Ti, Virgen pura,
se pueda igualar?
106
¿Dónde iré yo
a buscar poesía
que en Ti, Mª mía,
no logre encontrar?
Y Te ofrezco,
celeste doncella,
tan solo una estrella,
tan solo una flor.
No de adorno,
graciosa María;
que no serviría
pues bella no es:
¿No perciben
quizá tus oídos
sus fuertes latidos
107
por dárselo hoy?
¿y no ves cómo anhela
en sus gozos
sin sombras ni embozos
decirte aquí estoy?
Cambios y añadidos
dame amor, vida mía,
diré a voces,
porque dándome amor
en él te goces.
A Madre T. de María
111
¡Qué feliz es la pastora
viviendo con el Pastor!
¡Qué bien cuida su rebaño!
¡Oh, qué alimento más sano!
La Carne de su Pastor,
Su palabra, su Doctrina,
Sus caricias y su Amor.
Ven a mí pronto,
Jesús de mi alma,
que desfallezco
de hambre y de sed.
Ven a llevarme
de amor y gracia,
y unirme siempre
a tu querer.
Tu gloria y no la mía
es lo que ansío
amarte más y más,
Buen Jesús mío.
Misa
Introito.
117
Introito significa entrada. Considera la de Jesucristo en Jerusalén.
Veamos el gozo con que se recibe de parte de los buenos que aclaman por
(libre) libertador, por parte de los (buenos) que malos que le apresan ya con
los ojos para saciar de antemano su sanguinario y cruelísimo. Decidió Cristo
Nuestro Señor, va aprisa, por el deseo que le apremia a dar su vida por
nuestra salvación; sin embargo la amargura aun con el gran sacrificio no
logra se amengüe y es tal que hace llorar a un Hombre –Dios con aquel triste
gemido “Jerusalén, Jerusalén”, y cuantas veces te atraje, como la gallina a
sus polluelos.
Kiries. Cristus
Epístolas.
118
Santifícalos con tu verdad, tu palabra es la verdad. La verdad es la
santidad, que sólo con el vencimiento propio, para que esta carne de pecado
no nos arrastre al pecado se consigue. Cristo en el Huerto donde se le puede
considerar, nos enseña cuan terrible es la batalla contra el padecer, sudando
sangre, agonizante después de avisarnos, que aunque el espíritu está pronto
la carne flaca, dale gracias por la sangre que vertiste por nuestros pecados y
para su consuelo que está triste hasta la muerte, en pie confiesa su Evangelio
y creyendo oír aquel poderoso ”Yo soy” que a la pregunta de los que venían
a prenderle, les hace caer en tierra Tú que eres por tus (pecados) Votos la
esencia más pura de este Evangelio que es Cristo le abandonas con
infidelidades adulterándole a tu capricho? Renueva los Voto y propón
valerosamente seguir muy de cerca al Divino Prisionero que de amor atado
llevan al suplicio, hasta el mismo Calvario.
Credo…
Ofertorio.
119
Y ve al Hombre Dios, Ecce Homo ¡que compasión hasta de sus
enemigos debía inspirar!, azotado, coronado de espinas desnudo y casi
moribundo, te dice que ores para que ese Sacrificio suyo, (por el sufrimiento
mío por ser la causa) y padecerlo por mí, sea agradable a Dios Todopoderoso
¿Estaremos indiferentes a este espectáculo? ¡No, levantemos el corazón que
el Señor es con nosotros y por nosotros padece! Démosle gracias que digno
y justo es y en unión de toda la Corte Celestial demos gracias al Señor Dios
Padre. Omnipotente, por habernos dado a su Unigénito Hijo, por quien le
alaban todas las jerarquías angélicas, a cuyas voces nos atrevemos a unir las
nuestras, proclamándoos con todas las jerarquías+fuerzas. Santo, Santo,
Santo Señor Dios de los Ejércitos, llenos están los Cielos y la Tierra de
vuestra Gloria!
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor a santificarnos a tal
costa, porque hay que corresponder al último fin para que fuimos criados y
por tanto te rogamos humildemente ¡Oh, Padre Clementísimo! Por Nuestro
Señor Jesucristo aceptes este sacrificio, que os ofrecemos en primer lugar
por vuestra Santa Iglesia Católica para que os dignéis darle paz, guardarla,
mantenerla con unión y gobernarla en toda la redondez de la tierra
juntamente con vuestro siervo el Papa…nuestro prelado diocesano…nuestro
rey…y todas las órdenes que profesan la fe católica apostólica. Acordaos,
Señor, de vuestros siervos y de vuestras siervas y de todos los circunstantes
cuyas fe y devoción os son tan conocidos. El momento del sacrificio se
aproxima, acércate, alma mía a la Santísima Virgen transida de amargura, a
los bienaventurados Apóstoles y primeros mártires, frutos eximios de este
árbol de la misericordia divina y contempla la obra de tu redención.
Elevación
120
“Este es mi Cuerpo”. Mírale bien, no tiene parte sana hasta los huesos
se me pueden contar. ¿Qué no he de sufrir por ti? Qué más pude hacer por
mi viña, por tu alma?...Y en lugar de uvas, vida sobrenatural me dio
agrazones, vinagre de ingratitudes. “Esta es mi Sangre” derramada hasta la
última gota en medio de sufrimientos dolorosísimos y tan sacrílegamente
pisoteado en su eficacia, no siendo de ello más pálido reflejo la que hollaron
la chusma y los caballos en el Calvario y empapado en ella.
Sangre tan amorosamente vertida y así profanada y despreciada al pie
de la Cruz; tálamo divino del más divino amado regado y húmedo aún con
la preciosa Sangre, promete no sólo aprovecharte y ser fiel a cualquier costa
a tan precioso riego sino emplear toda tu vida en fructificarle en los demás.
Escucha los últimos gemidos del divino y moribundo
Corazón…Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen, y yo muero de
amor por ellos y mi amor no los puede condenar, los disculpes, no saben lo
que hacen al apagar el Corazón que se abrasa de amor por ellos y por eso a
la señal de arrepentimiento, acuérdate de mí, responde presuroso “hoy
estarás (o serás) conmigo en el Paraíso”.
Qué fruto para tal sacrificio que aún le pido, mas Mi Madre te doy, Mi
Madre te acercará a Mí. Mujer, ya no te llamo Madre, que cedí mis derechos.
He ahí a tus hijos: que con el amor que me criaste, cuidaste y guardaste,
recíbelos a ellos que por hijos te doy, no me queda más y sin embargo la sed
de tus bienes me devora; está mi paladar y mi lengua como tiesto seco y
puesto al sol y no la pueden apagar sino con hiel y vinagre.
Dale, alma mía, agua de gracia en el vaso de tu corazón, que es cruz. Lo
contrario, Dios mío, Dios mío, ¿por qué me abandonas? Maldito es de Dios
quien muera en un madero. Porque Cristo afronta esta maldición para
trocarla en bendición; pero el momento antes del abrazo entre la misericordia
y la justicia fue de angustia suprema incalculable; pero ya pasó (todo está
consumado, acércate).
121
1- JHS. Jesús y María, mis dulcísimos amores, hacedme la gracia de ser
todo vuestro y nada mío.
122
CONTRAPORTADA LIBRO
123
El autor con su madre
124