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Trilogía.

   

¡Holitas! Esta historia forma parte de una trilogía, no hay un orden establecido 
para  leerla  y  ​no  es  necesario  leer  las  tres  obras  para  entender  algo,  las 
obras  fueron  creadas  para  íntegramente  de  comienzo  a fin por lo que fungen 
como  una  novela cada una y a la vez, siendo leídas juntas se fusionan en una 
trilogía conectada.   

Sin  embargo,  si  deseas  leer  la  trilogía  completa,  se  recomienda  hacerlo  por 
orden cronológico: 

1.TAEHYUNG, EL CHICO MURO.​ [Te encuentras aquí]. 

Taehyung  es  frío  e  inaccesible  como  un  muro,  nunca nadie le ha visto sonreír 


ni  le  ha  visto  molestarse, nunca nadie jamás ha visto o ha provocado una sola 
expresión  en  su  rostro.  Los  rumores  dicen  que  sus  relaciones  solo  duran 
semanas  porque  aseguran  que  él  no  tiene  sentimientos,  solo  un  atractivo 
rostro y una expresión neutral. 

Y a Jungkook le gusta el reto que significa Taehyung, el chico muro 

2.JUNGKOOK, EL CHICO TONTO. 

Jungkook es un chico tonto que vive enamorado de Taehyung. 

Taehyung  es  el  chico  más  rico  y  popular  de  la  universidad,  que  odia  a  los 
tontos. 

—Escucha  Jungsook  o  como  te  llames,  jamás  vas  a  llegar  a  gustarme, 


¡piérdete! 

3.JUNGKOOK, EL CHICO FLOR.  

Taehyung  no  pudo  evitar  que  Jungkook  floreciera,  aunque  quiso  protegerlo y 
ocultarlo  de  los  demás,  todos  se  habían  dado  cuenta  de  cuán  hermoso  se 
había puesto. 
Jungkook  se  convirtió  en  una  hermosa  flor  y  ya  no  necesitaba  que  su  mejor 
amigo,  el  cactus  en  su  vida,  le  cubriera  del  sol  y  ocultara  su  belleza.  ¡Ya  no 
necesitaba a Taehyung! 

 
 
 
 
 
 
 
 
   
Introducción. 

Taehyung  es  amable,  jodidamente  elegante,  no  acostumbra  correr  y  sus 


pasos siguen el ritmo perfecto de todos sus movimientos. 

No  sonríe,  no,  no  hace  muecas,  no  muestra  ni  la  más  mínima  expresión, 
nunca  nadie  le  ha  visto  hacerlo  y  conserva  su  gran  atractivo.  Su  perfil 
pareciera  haber  sido  esculpido  por  un  ente  divino  y  su  piel,  tan  tersa  y 
perfecta  a  la  vista,  que  sin  duda,  ha  enamorado  a  varias  y  varios  de  sus 
compañeros. 

Es  casi  imposible  creer  que  tiene  amigos  pues  parece  algo  incómodo  tener 
una  conversación  con  alguien  que...  no  demuestra  emociones  y  es  más 
imposible  creer  que  ha  tenido  varias  parejas, todas ellas en relaciones cortas 
justificadas con el típico: "Taehyung no tiene no tiene sentimientos". 

La  gente  dice  que  es  un  robot,  otros  dicen  que  es  un  ángel,  otros  que  es un 
engreído  y  demás,  pero  nadie  se  ha  preguntado  sobre  la  historia  de  fondo, 
nadie  conoce a Taehyung más allá de lo que se ha dicho y aunque la gente lo 
ha  intentado,  él  es  como  un  muro  inaccesible,  un  muro  que  nadie  ha podido 
tocar. 

Y  Luego  está  Jungkook,  con  las  hormonas  jugando  con  su  razón  y  con  el 
enamoramiento  prematuro  que  sintió  al  saber  de  Taehyung.  Porque 
Jungkook  con  sus  19  años  de  edad  jura  que  nunca  había  sentido  tanta 
curiosidad  y  necesidad  de  hablar  con  alguien.  Está  dispuesto  traspasar  ese 
muro  porque  quiere  ver  qué  hay  tras  de  él,  quiere  saber  si  hay  una  sonrisa 
detrás de Taehyung, el chico muro. 

   
1. 

Bien,  él  está  ahí  con  sus  amigos,  vierte  una  que  otra  palabra  y  no  sonríe,  de 
nuevo  con  esa  expresión  neutral  tan  estúpida  que  le  hace  ver  jodidamente 
atractivo. 

Mi  corazón  late  con  fuerza,  pues  todos  sus  amigos  se  han  ido, seguramente 
a  sus  clases  y  él  se  ha  quedado  ahí,  tiene  la  mirada  perdida  y  toma  agua 
desde  la  botella.  Tomé  el  último  suspiro,  me  aseguré  de  que  mi  chaqueta 
estuviera muy bien puesta y me puse algunas gotas de colonia. 

Avancé  hacia  él  y  no  supe  qué  decir,  sus  ojos  se  posaron  en  mí  y  yo  sólo 
atiné a sentarme en su mesa. 

—Jin me dijo que... t-te entregara esto. 

Imploré  a  los  cielos  para  que  mis  manos  no  temblaran  pero  así  lo  hicieron  y 
mis  mejillas  comenzaron  a  encenderse.  Su  mirada  se  posaba  en  mí,  y  tuve 
miedo. 

—Gracias. 

Él tomó el libro y se levantó. 

Cualquiera hubiera preguntado la razón del por qué yo traje la libreta y no Jin, 
siendo yo un estudiante de primer año y ellos de cuarto. 

—¡E-espera! 

Él volteó a verme y mi corazón se paró. 

—... 

—Mi  nombre  es  Jungkook  y  quería  saber  si,  quería  saber  si  podíamos  salir 
juntos mañana. 

Estaba  sudando  y  solté  un suspiro, lo había dicho, él podía rechazarme, pero 


lo había dicho por fin y después de mucho tiempo. 
Observé su rostro y vi que asintió. 

¿Eso es un sí? 

—Adiós. 

—Adiós... 

¿Eso era un sí? 

Taehyung había desaparecido por el pasillo y yo me dejé caer sobre la silla. 

Mañana esperaría todo el día, para salir con él. 

Mierda, ¡sí! 

   
2. 

—Estás bromeando. 

—No, es en serio, él aceptó salir conmigo. 

—Eso no lo dudo, lo que no creo es que tú quieras salir con él. 

—¿Qué tiene? Taehyung es... 

—Raro. 

—No, es atractivo y muy lindo. 

—Es como si salieras con un muñeco inflable. 

—Lo que pasa es que tienes envidia, Yoongi. 

—¿Envidia?  Prefiero  salir  con  un  robot,  tendría  más  sentimientos  que 
Taehyung. 

Yoongi  se  mataba  de  risa  y  yo  tomaba  aire.  Estábamos  esperando  a  que  la 
clase  de  Jin  termine.  Jin  y  Taehyung  son  compañeros  y  le  pedí  información 
acerca  de  su última clase y aunque mi amigo me haya sugerido que eligiera a 
otra persona, al final terminó apoyándome con esto de salir con Taehyung. 

La  puerta  de  salón  se  abrió  y  varios  estudiantes  comenzaron  a  salir,  entre 
ellos  Jin.  Él  se  despidió  de  mí  y  se  fue  rumbo a casa junto a Yoongi. Y divisé 
a  Taehyung,  él  salió  a  pasos  tranquilos  y  posó  sus ojos en mí y no dijo nada, 
es como si... siempre esperara a que yo dijera las cosas primero. 

—Hola... 

Aquella chaqueta de cuero le quedaba jodidamente bien. 

—Hola. 
Esa  jodida  expresión  neutral  me  ponía  nervioso,  es  que  joder,  no  creía  esos 
rumores  de  que  él  nunca  mostraba  ninguna  expresión,  pero  ahora  que  lo 
admiro, es verdad. 

—Hay una cafetería muy cerca de aquí y... 

—Claro. 

Todo  el  camino  fue  silencioso,  él  no  me  miró,  ni  siquiera  respondió  a  mis 
pequeñas  historias  y  entendí  el  porqué  del  rompimiento  con  sus  demás 
parejas. Aún así, mi corazón latía agitado y gritaba por probar sus labios. 

Tonto, tonto, tonto. 

Pedí un poco té en una cafetería, pero daba igual. 

Entonces  me  miró,  atentamente,  sin  expresión.  Agradecería  al  cielo  que  él 
me mirara con molestia o desagrado para saber si le agrado o no, pero me es 
imposible saberlo, porque él no tiene ni una jodida expresión.  

—¿Y cómo te fue hoy? 

—Bien. 

Su  voz  es  muy  profunda  y  masculina,  es  una  lástima  que  sólo  escuché 
menos de 10 palabras suyas. 

—¿Hay alguna materia que te guste? 

—Lógica Deóntica. 

Oh, ¿qué? 

—Oh, bueno, suena muy... 

—¿Tienes alguna razón en especial por la cual me has traído aquí? 

Me quedé quieto.  

—Sólo quiero conocerte... 

—... 

Amaría que deje de mirarme de esa manera, joder. 


 

—Tal vez tú... tal vez tú me gustes. 

Comencé  a  toser  luego  de haber dicho esa estupidez. ¿Por qué lo dije? Él no 


dijo nada y mis mejillas se incendiaban. 

—Ya veo. 

—N-no es como que quisiera casarme contigo... 

Reacciona, qué estoy diciendo. 

—Ah. 

—Casarse es mucho, tal vez ser novios. 

Mierda. 

Cualquier  persona  normal  se  hubiera  asustado o hubiera mostrado asombro, 


pero él nada, ni se inmutaba, ¿por qué? 

—¿Entonces quieres ser mi novio? 

¿Es  una  pregunta  inocente  o  me  lo  está  proponiendo?  ¿Qué  está  diciendo? 
¿Qué? ¿Por qué? ¿Le gusto? ¿Qué pregunta es esa? 

¡Sí! ¿Qué? 

—Sí, quiero. 

—¿Quieres? 

Él  tomó  un  poco  de  su  té  y  yo  ya  no  podía  respirar.  Él  no  me  lo  había 
propuesto, oh mierda. 

—Sí, quiero. 

Bajé  la  cabeza,  realmente  estaba  muy  avergonzado, realmente avergonzado, 


quería salir corriendo, pero mis pies no respondían. 

—Pues vale, seamos novios. 

Él se levantó y salio del lugar sin decir nada más. 


 

Y yo me quedé ahí, procesándolo todo. 

Esta noche no podría dormir. 

Soy novio de Taehyung, el chico muro.  

¡Sí!  

¿Sí? 

   
3. 
—¿QUÉ? HAHAHAHAHA. 
 
—No te rías, te estoy diciendo la verdad. 
 
—Hace  un  día  me  dijiste que te gustaba Taehyung, ayer me dijiste que ibas a 
salir  con  él  y  hoy  me  dices  que  ya  son  novios,  mañana  me  dirás  que  se 
casaron y pasado mañana que tendrán hijos, seguro. 
 
—Haha, suena raro Yoongi, pero las cosas se dieron así. 
 
—A ver, ¿tú le dijiste que querías ser su novio? 
 
—Algo así. 
 
—¿Algo así? 
 
Yoongi  y  yo  nos  encontrábamos  en  la  cafetería  de  la  universidad  y  vi  a 
Taehyung  desde  lo  lejos,  tomó  asiento  en  una  mesa  y  comenzó  a  leer  un 
libro. Mis mejillas se calentaron y me levanté, tenía que saludar a mi novio. 
 
—Me voy. 
 
—No te hagas ilusiones, es un robot. 
 
Le  saqué  la  lengua  a  Yoongi  y  me encaminé rumbo a su mesa. Mientras más 
me acercaba, mi pulso se aceleraba. 
 
—Taehyung. 
 
Levantó su cabeza para verme, más bien, examinarme. 
 
—Hola. 
 
—¿C-cómo te va? 
 
Tomé  lugar  a  su  lado  y  observé  con  curiosidad  su  libro,  supe  por  Jin  que 
Taehyung realmente ama la filosofía. 
 
—Bien. 
 
—Se ve interesante. 
 
—Supongo. 
 
Los  nervios  me  invadían.  Me  sentía  algo  tonto,  pero  ayer,  con  la  revolución 
de  pensamientos  que  tuve  me  juré  a  mí mismo descubrir cada centímetro de 
Taehyung,  me  juré  hacer  que  él  me ame y sólo puedo lograrlo dándole amor, 
porque creo que lo que a él le falta, es un poco muy mucho de amor. 
 
—Ayer pensé en ti... 
 
Taehyung  dejó  de  leer  su  libro  y  luego  me  observó.  Segundos  después 
asintió y volvió a prestarle atención a su libro. 
 
Y eso hizo que luciera mucho más atractivo de lo que ya es. 
 
—Taehyung, ¿ayer pensaste en mí? 
 
—¿Tendría alguna razón para haberlo hecho? 
 
—Bueno sí... somos novios. 
 
—Tal vez pasaste algunos segundos por mi mente, no recuerdo más. 
 
—Uh, fui afortunado por algunos segundos. 
 
Sonreí como un tonto, porque la verdad lo estaba siendo. 
 
Mis  manos  sudaban  así  que  decidí  secarlas  en  mi  pantalón  y  me  percaté  de 
su mirada, su atención ahora se centraba en mí. 
 
—... 
 
—¿Dije algo malo? 
 
—En lo absoluto. 
 
—Tae... 
 
—... 
 
—Tengo  que  ir  al  baño  y  supongo  que  tú  tienes  que  ir  a clases así que debo 
irme, pero no sin antes hacer algo que he querido hace tiempo... 
 
Me  levanté  de  mi  lugar  y  me  acerqué  a  él  hasta  que  mis  labios  tocaron  su 
mejilla. Me hizo sentir infantil pero tan feliz. 
 
—... 
 
Y es que él no tenía expresión, él no demuestra nada. 
 
—Te  esperaré  en  la  puerta  de  ingreso  a  las  15:30.  Sería  lindo  que  nos 
fuéramos juntos, así que... a-adiós. 
 
Me  fui  con  velocidad  hacia  los  baños,  no  sin  antes  prestarle  una  última 
mirada.  Notando  que  Taehyung  se  veía  perdido,  tan  perdido  como  cuando 
no entiende algo. 
 
Taehyung, mi chico muro, ¿en qué estás pensando? 
 
   
4. 
—Y  bueno,  me  gusta  más  el  estilo  indie  aunque  la  música  popular  también 
suena  bien,  Blackpink se ha puesto de moda y aprendí algunas partes de sus 
coreografías.  Amo  con  todas  mis  fuerzas  a  Stephen  King  y  aunque  la  gente 
piense  que  es  algo  cliché,  creo  que  Misery  es  una  obra  maestra.  ¡E 
inteligencia artificial, la vi mas de 5 veces! ¿A ti? 
 
—No, yo no. 
 
El  parque  lucía  un  poco  solitario  y  creo  que  está  bien  porque  así  él  y  yo 
podíamos tener algo de privacidad. 
 
—¿Tú no? 
 
—Prefiero lo clásico y el metal. 
 
—Tae...  ¡es  genial!  También  me  gusta  mucho,  conozco  muchas  bandas  de 
ese estilo, así que podemos escuchar juntos algunos álbumes. 
 
—Claro. 
 
—Tae. 
 
—¿Mh? 
 
Tomé  de  su  suéter  color crema ñoño que en él lucía muy bien y me aproximé 
a  su  rostro  para  alcanzar  sus  labios  y  por  primera  vez  poder  probarlos.  Su 
sabor  a  menta  me  encantó  y  la  suavidad  de  su  textura  me  impulsaba  a 
probar un poco más. 
 
Sin  embargo  él  no  seguía  mi  ritmo,  a  penas  y  movía  los  labios  y  decidí  abrir 
los ojos para afrontarlo y me encontré con los suyos. 
 
¿Los habrá tenido abiertos desde que inició? 
 
Me  sentí  algo  tonto  y  me  alejé.  El  silencio  reinó  el  lugar  y  me  levanté,  tenía 
que escapar de ahí lo más pronto posible. 
 
Pero él sujetó mi brazo, no de manera brusca pero muy firme. 
 
—¿Quieres venir a mi departamento? 
 
Su expresión no me decía nada pero sus palabras sí, vaya que sí. 
 
Asentí  con  calma  y  él  aflojó  el  agarre.  Su  departamento  no  quedaba lejos de 
ahí y qué se supone que yo iba a hacer. 
 
El hogar de Taehyung, el chico muro, lucía bien. 
 
   
5. 
—Entonces es Megadeth... 
 
—Sí. 
 
—Suena bien. 
 
No  iba  a  negar  que  es  totalmente  diferente  de  lo  que  escucho,  pero 
realmente me gustó. 
 
—Vale, es eso. 
 
Entonces  me  trajo  para  que  escucháramos  un  álbum  de  música  y  ya.  No 
quise  pensar  que  haríamos  algo  más,  pero  realmente  esperaba  a  que  algo 
como eso sucediera. 
 
—Realmente me gustó... creo que tienes muy buenos gustos.   
 
Su  departamento es como él, no tiene sentido y tiene un color blanco muy de 
hospital. 
 
—Sí. 
 
—Creo que ya tengo que irme. 
 
Él  asintió  y  se  fue  hacia  su  habitación.  ¿Qué  significaba  eso?  ¿Qué  debería 
irme? 
 
Esperé  algunos  segundos  más  y  luego  decidí  marcharme.  Me  sentía  muy... 
extraño, ¿los días siguientes también serán así? 
 
   
6. 
Taehyung  y  yo  llevamos  más  de  dos  semanas  saliendo  juntos,  es  decir, 
siendo  novios,  sin  embargo  siento  como  si  no  fuéramos  nada,  ni  amigos  ni 
novios ni nada... 
 
—Puedes  huir  ahora.  Todas  sus  parejas  terminaron  con  él  justo  después  de 
dos semanas. 
 
Yoongi y Jin me miraban con algo de preocupación. 
 
—Pero yo no quiero terminar con él, me gusta demasiado... 
 
—Jungkook no seas estúpido y... 
 
Jin tapó la boca de Yoongi, mientras éste intentaba zafarse. 
 
—Te entiendo cariño. ¿Y si intentar llegar a segundo nivel? 
 
—¿Segundo... nivel? 
 
—Dijiste que te llevó a su departamento. 
 
—Sí... 
 
—Tal  vez  podrían  tener  algo  de  intimidad,  no  llegar  al  límite,  sólo  iniciar 
algo... ya sabes. 
 
Oh sí. 
 
Qué vergüenza. 
 
—Pero él... él casi no responde a mis besos. 
 
—Tal vez sus labios no, pero su cuerpo lo hará. 
 
Yoongi se zafó de las manos de Jin y se quedó boquiabierto. 
 
Igual que yo. 
 
¿Es en serio? 
 
Todos  fuimos  a  nuestras  respectivas  clases  en  cuando  ya  fue  hora.  Y  sólo 
pensé  en  cómo  podría  llegar  a  segundo  nivel  con  Taehyung  si  él  ni  siquiera 
responde mis besos. 
 
El  tiempo  pasó  veloz  y  fui  hacia  la  puerta  de  ingreso.  Como  habíamos 
acordado hace días, sería nuestro lugar de encuentro para irnos juntos. 
 
Él  muy  puntual  estaba  ahí,  tan  perfecto  y  sin  expresión  alguna,  esperando 
por mí. Una sonrisa tonta apareció en mí rostro cuando lo vi. 
 
—Tae. 
 
—Hola. 
 
—¿Nos vamos? 
 
Él asintió. 
 
Tomé  su  mano  y  como  siempre,  él  no hacia presión, ni siquiera enlazaba sus 
dedos con los míos. Es como si solo yo sosteniera su mano y ya. 
 
—Tae. 
 
—Mh. 
 
—¿Vamos a tu departamento? 
 
Él me miró con demasiada atención y asintió. 
 
Entonces me sonrojé a más no poder. 
 
Ahí vamos. 
7. 
 
Estamos  viendo  una  película,  ​"the  beauty  and  the  beast"  ​a  insistencia  mía  y 
que  parece  que  no  le  causa  ningún  interés.  Y  qué  digo,  a  mí  me  gusta,  pero 
no puedo prestarle nada de atención. 
 
Segundo nivel. 
 
¿Qué se supone que debo hacer? 
 
—Tae. 
 
—Mh. 
 
—Está haciendo algo de calor... 
 
—¿Vale? 
 
—Y bueno... 
 
—Yo no controlo el clima. 
 
Oh claro. 
 
—Yo creo que sí, porque me tienes muy caliente. 
 
Mis  mejillas  comenzaron  a  arder  y  su  mirada  se  posó  sobre mí, su expresión 
como siempre neutral y sin nada nuevo. ¿Qué estará pensando?  
 
—Ah. 
 
Él volvió a dirigir su​ "atención"​ a la película y yo iba a lanzar mi última carta. 
 
Tomé  un  poco  de  aire  y  me  levanté  de  aquel  sofá  de  color  negro  de  sonido 
chillón  para  sentarme  sobre  su  regazo,  su  cuerpo  se  tensó  un  poco,  mas  su 
rostro seguía teniendo la misma estúpida expresión. 
 
Tiene  un  pequeño  lunar  justo  en  la  punta  de  la  nariz  y  oh,  lo  hace  tan 
perfecto. 
 
—Jungkook. 
 
—Oh, te sabes mi nombre. 
 
Una  confianza  evidentemente  fingida  hizo  que  una  sonrisa  apareciera  en  mi 
rostro  y  que  mis  manos  se  posaran  sobre  su  pecho.  Él  no  se  movió,  sus 
manos tampoco, sólo sus ojos, que se negaban a separarse de los míos. 
 
—Sería  tonto  preguntarte  qué  haces  porque  lo  sé  perfectamente,  por  ello 
preguntaré por qué lo haces. 
 
Qué palabritas, eh. 
 
—Porque eres mi novio. 
 
Mis  caderas  comenzaron  a  moverse  sin  ritmo  aparente,  rozando  su 
entrepierna  con  total  descaro,  sintiendo  al  tacto  la  extensión  y  forma  de  su 
pene que se colaba por mi trasero. 
 
Él desvió la mirada y elevó su cabeza. 
 
Vaya que su cuerpo sí estaba respondiendo, es decir, su entrepierna. 
 
Comencé  a soltar algunos gemidos en cuanto el calor fue incrementando con 
él  roce.  Deseaba  tanto  que  sus  manos  se  posaran  sobre  mi  cuerpo,  pero 
aquello nunca llegó. 
 
Y un gemido salió de sus labios y juraba que iba a correrme tan sólo con eso. 
 
Quería  ver  su  rostro  pero  él  no me lo permitía, entonces tomó mis hombros y 
me detuvo. 
 
—Vete. 
 
—T-Tae... 
 
—Vete por favor. 
 
Aquel  día me fui de su hogar con una sonrisa tonta en el rostro. ¡Taehyung no 
es un jodido robot y se la paró... conmigo!  
 
   
8. 
Descubrí  que  a  Taehyung  le  gustan  mucho  los  parques  de  diversiones, 
aunque  sea  algo  extraño  pues  él  no  muestra  ni  la  más  mínima  emoción,  es 
mas  no  muestra  expresión  alguna,  pero  hoy  ha  hablado  un  poco  más  y  es 
una gran bendición. 
 
—Cuando  era  niño  solía  colarme  en  la  fila  y  fingir  ser  hijo  de  alguna  pareja 
que estaba formada. 
 
—¿En verdad? 
 
No me imagino a Taehyung haciendo ese tipo de cosas. 
 
—Sí, y me ponía al frente de ellos e ingresaba lo más rápido posible. 
 
—¿Y no te decían nada los de seguridad? 
 
—Claro,  pero  yo  les  aseguraba  que  mis  padres  estaban  pagando  las 
entradas, así que yo simplemente subía y me divertía. 
 
¿Taehyung divirtiéndose? ¿En serio? 
 
—¿Y al salir nadie se daba cuenta? 
 
—Lo hacían, pero yo corría muy rápido y nadie pudo alcanzarme. 
 
Subimos  a  la  montaña  rusa  y  mientras  la  vida  se  me  iba  de  las  manos, 
Taehyung al parecer no sentía nada.  
 
Luego  decidimos  tomar  un  par  de  helados,  mientras  el  atardecer  mostraba 
su esplendor. 
 
—No sabía que mi chico era rebelde. 
 
—Gajes del oficio. 
 
Yo me mate de risa y bueno, él estaba siendo él con esa expresión neutral. 
 
—Tae...  
 
—Mh. 
 
—Me gustas muchísimo y te quiero. 
 
Él  me  miró  con  esos  tan  bonitos  y  de  pronto  desvió  su  mirada  hacia  los 
juegos  mecánicos.  De  ahí  hasta  que  nos  despedimos  no  dijo  nada,  creí  que 
había  quitado  un  ladrillo  de  su  estúpido  muro,  pero  en  realidad  sólo  me 
choqué en contra de ese caparazón que se niega a dejar libre a Taehyung. 
 
Y  tomé  valentía,  le  enviaría  algunos  mensajes.  Jin  había  conseguido  el 
número  de  Taehyung  gracias  al  grupo  que  habían  formado  para  hacer  un 
trabajo. 
 
Mis manos temblaban un poco. 
 
Jungkook: 
Hola  Tae, soy Jungkook. Quiero agradecerte por esta tarde, la pasé muy bien 
junto  a  ti  y me divertí como nunca. Es muy valioso para mí saber algo más de 
ti...  así  que  no  estaría  mal  que  contáramos  algo  más  acerca  de  nuestras 
vidas,  yo  creo  que  de  mí  ya  sabes  mucho  pues  hablo  de  más,  pero  no  sé 
mucho acerca de ti, así que si quieres contarme algo, yo sería muy feliz. 
 
Jungkook: 
Y  lo  del  ​"te  quiero"  es  verdad,  te  quiero  muchísimo,  puedes  pensar  que  es 
algo  apresurado  pero  lo  que  siento  solo  se  puede  describir  de  esa  manera. 
Tenias  que  saberlo,  solo  es  eso.  Descansa  bien  y  no  olvides  contar  bien  las 
ovejitas antes de dormir. 
 
 
Taehyung  había  leído  los  mensajes,  mas  no  respondió  ninguno  y  de  alguna 
manera me dolió. 
 
Mi Taehyung, el chico muro. 
9. 
—¿Entonces llegaron a segundo nivel? 
 
—Sí y no. 
 
—¿Sí y no? 
 
—Sí  porque  tuvimos  intimidad  e  incluso  se  le  emocionó  ya  sabes...  no 
porque él no quería y al final me echó de su departamento. 
 
—Entonces está molesto. 
 
—No, es por eso que hoy me arreglé un poco para él. 
 
Jin  me  despeinó  los  cabellos  y  se  fue  sin  despedirse.  Entonces  sentí  una 
mano sobre mi hombro. 
 
Era Jackson. 
 
Ha intentado durante varios meses salir conmigo. 
 
—Hola Kook. 
 
—Hola... 
 
—¿Tienes algo qué hacer hoy de la tarde? 
 
Ya  casi  sería  hora  de  que  la  última  clase  de  Taehyung  terminara  y  venga 
hacia la puerta de ingreso para irnos juntos. 
 
—Pues sí, lo lamento. 
 
—¿Qué tal mañana? Vendré por ti. 
 
—Mira, tampoco puedo. 
 
—Jungkook,  no  te  hagas  el  difícil,  sabes  que  me  gustas  así  que  dame  una 
oportunidad. 
 
Jackson  tomó  mi  cintura  y  con  fuerza  me  acercó  hacia  su  cuerpo.  Era 
evidente que yo empecé a luchar en contra de su fuerza para qué me alejara. 
 
—Jackson, tengo novio...  
 
—¿Novio? ¿Quién? 
 
Jackson  lucía  algo  enfadado  y  entonces  Taehyung  apareció  de  pronto  y  nos 
observó  con  atención.  Necesitaba  su  ayuda  para  que  Jackson  alejara  sus 
manos. 
 
—Es él, Taehyung. 
 
Jackson se volteó a observar a Taehyung y entonces comenzó a carcajearse. 
 
—Estar con Taehyung es como tener un muñeco inflable, lo sabes, ¿no? 
 
Taehyung  posó  su  mirada  en  mí  y  luego  salió  por  la  puerta  de  ingreso  a 
pasos  tranquilos  y  entonces  comencé  a  luchar  en  contra  los  brazos  de 
Jackson hasta que logré zafarme de ellos. 
 
—Él es mucho más hombre que tú y yo lo quiero. No me molestes más. 
 
Salí  corriendo  y  fui  en  busca  de  mi  novio,  él  estaba  a  una  cuadra  de  la 
institución, caminando con el mismo ritmo habitual de sus pasos. 
 
—T-Tae... 
 
Él me miró sin parar de caminar. 
 
—Escucha él... él siempre me molesta, lo lamento yo... 
 
—... 
 
—Jackson  quería  salir  conmigo  y  le  dije  que  no,  es  un  tonto,  y-yo  soy  tu 
novio... 
 
—¿Cuál es tu punto? 
 
—¿Mi punto? 
 
—El punto para que me expliques esto. 
 
—Bueno, soy tu novio... y creí que, creí que... 
 
Creí que por lo menos le interesaba un poquito. 
 
—¿Mh? 
 
—Creí que te molestaría verme junto a otro chico. 
 
—Bueno,  todos  creemos  en  cosas  y  no  está  mal  equivocarse  acerca  de  su 
veracidad. 
 
—Taehyung... 
 
—... 
 
—Taehyung, escucha. 
 
Tomé  de  su  mano  y  detuve su paso. Estaba algo herido, pero mi enojo podía 
más. 
 
—... 
 
—Soy  tu  novio  y  quiero  que  sientas  celos,  quiero  que  te  molestes  conmigo 
porque  otro  chico  me  invitó a salir y me tuvo cerca. Quiero que me defiendas 
de  ese  tipo  de  chicos  y  les  hagas  saber  que  te  pertenezco.  Quiero  que  me 
quieras... sólo quiero ser importante para ti, ¿es mucho? 
 
Taehyung se quedó en silencio, más que siempre y no me miró. 
 
Entonces yo besé sus labios, fue algo corto, pero necesitaba sentirlos. 
 
—Jungkook. 
 
Observé su rostro y él me miró, por fin. 
 
—Dime. 
 
—No  soy  un  muñeco  inflable, no existe comparación, ese chico es realmente 
tonto. 
 
¿Qué le podía decir? ¿Por qué mierda me habla de eso ahora? 
 
—Bien... 
 
—¿Te gustaría ir a mi departamento? 
 
Claro  que  sí  me  gustaría,  pero  el  nudo  en  mi  garganta  me  hará  flaquear  en 
cualquier momento y mis lagrimas inevitablemente van a caer. 
 
—No. 
 
—Vale. 
 
Entonces él me dio la espalda y se fue caminando. 
 
Yo también lo hice, fui rumbo a casa...  
¿Es  tan  difícil  hacer  que  él  chico  muro  me  quiera?  ¿Por  qué  está  siendo  tan 
duro? Maldita sea. 
 
 
 
 
 
 
 
 
10. 
Decidí  tragarme  las  lágrimas  y  lucir  una  sonrisa.  Por  una  parte,  estar  a  su 
lado  me  hace  feliz,  pero  por  otra  parte  estar a su lado es sentirse en soledad 
todo el tiempo. 
 
Había  pasado  dos  días  desde  lo  sucedido,  las  cosas  siguen  igual,  Taehyung 
es el mismo y creo que pondré en marcha el plan B. 
 
—Tae, Tae. 
 
—Mh. 
 
Hoy lucía realmente guapo. 
 
—Mi  mamá  no  estará  en  casa  y  pensaba  que  podríamos  pasar  una  tarde 
juntos en casa después de las clases. 
 
—Bien. 
 
—Pues vale... 
 
Dejé  un  pequeño  beso  sobre  la  punta  de  su  nariz  y  todavía  no  sé  qué  es  lo 
que me quieren decir sus ojos. 
 
—... 
 
—Taehyung yo... 
 
—No quiero tener una conversación ahora. 
 
—¿Por... qué? 
 
—Mh. 
 
—Lo lamento... 
 
—¿Te gusta Jackson? 
 
—¿Qué? No, no, ¡no! Claro que no... 
 
¿A qué venía eso de pronto? 
 
—Pues debería, hacen una agradable pareja juntos. 
 
—Tae... 
 
—... 
 
Taehyung  se  levantó  de  su  lugar  y  se  fue,  seguramente  a  su  segunda  clase 
del día. 
 
¿Qué estupidez acaba de decir? 
 
   
11. 
El  camino  a  mi  casa  fue  muy  silencioso,  más  que  siempre,  pues  aunque 
hablaba  con  Taehyung  él  simplemente  no  respondía,  no  sé  si  tomar  eso 
como enojo. 
 
Tomé  un  suspiro  y  con  las  manos  algo  temblorosas  abrí  la  puerta y dejé que 
el  ingresara.  Mamá  tiene  el  día  de  turno  extra  de  este  mes,  así  que  llegará 
muy tarde y Taehyung y yo estaremos solitos mucho tiempo. 
 
Dios me ayude y no me castigue, uh.  
 
Taehyung  se  sentó  sobre  los  sofás  de  la  sala  y  no  se  movió,  ni  siquiera 
indagó  por  la  casa.  Yo  tomé  lugar  a  su  lado  y  apoyé  mi  pecho  sobre  uno de 
sus brazos, ¡empecemos! 
 
—Tae... 
 
—Mh. 
 
—Lo siento... 
 
—¿Por qué? 
 
—Porque tal vez verme hablando con Jackson te molestó. 
 
—En realidad... 
 
Mi zurda de pego sobre su entrepierna con toques delicados y mis ojos no se 
apartaban  de  los  suyos,  esa  mirada  continuaba  neutral,  pero  su  cuerpo 
estaba respondiendo, vaya que sí. 
 
—¿En realidad? 
 
—Jungkook. 
 
—Dime... 
 
Mis  dedos  sentaron  lugar  sobre  su  miembro  que  poco  a  poco  comenzaba  a 
endurecerse  y  a  pedir  más  espacio  entre  la  tela  de  ese  pantalón  jean  que  le 
quedaba  jodidamente  sexy.  Con  pequeños  apretones  encontré  el  cierre  de 
ese pantalón y cuando me decidía a abrirlo, su mano se posó sobre la mía. 
 
—No. 
 
Empujé  su  mano  y  volví  a  mi  trabajo.  Esta  vez  fui  un  poco  más  rápido  y 
deslicé  el  cierre.  Su  boxer  negro  relució  ante  mi  vista  y  afirmé  que  su 
miembro  había  despertado...  Taehyung  no  es  un  robot,  y  está  muy  bien 
dotado.  
 
Sus  labios  se  movieron  haciendo  el  ademán  de  hablar,  mas  yo  lo  interrumpí 
con  un  beso  algo  torpe,  pues  aunque  mis  manos  tengan  toda  la  seguridad 
del  mundo  al  acariciar  su  pene,  yo  me  siento  muy  nervioso,  pero  mi  boca  lo 
está  disfrutando  porque  Taehyung  me  está  correspondiendo,  con  el  mismo 
ritmo en que yo lo hago, y es la primera vez que lo hace.  
 
Tomé  valor  para  separarme  de  sus  labios  y  sentarme  sobre  su  regazo,  mis 
huesos  tiemblan  pero  no  me  detengo,  el  calor  está  subiendo  poco  a  poco  y 
puedo escuchar con claridad la música del vecino a todo volumen. 
 
Mi  trasero  se  pegó  a  su  entrepierna  empezando un vaivén, lento al comienzo 
pero  rudo  al  final,  algunos  jadeos  no  se  hacen  esperar  y  es  que  no  podría 
contenerme,  no  cuando  Taehyung  ha  tomado  mi  trasero  y  lo está estrujando 
de manera despiadada, como si necesitara de ello más que otra cosa...  
 
Mis  movimientos  no  se  detienen  y  puedo  sentir  con  claridad  la  extensión  de 
pene  gracias  a  la  delgada  tela  del  boxer  que  probablemente  ahora  está  algo 
húmeda, al igual que yo.  
 
Mis  ojos  se  posaron  sobre  su  rostro  y  mi  corazón  empezó  a  latir  cuando  vi 
una  jodida  expresión  en  su  rostro...  no  es  la  gran  cosa,  pero  sus  cejas están 
algo  fruncidas  y  junto  a  sus  ojos  cerrados  hacen  que  en  cualquier  momento 
pueda llegar a correrme... 
 
—Tae, c-cógeme ahora... 
 
—Mh... 
 
Mordí  sus  labios  con  delicadeza y gemí su nombre cuando su pelvis se elevó 
y golpeó mi trasero con rudeza. 
 
Taehyung es todo un hombre... joder. 
 
—P-por favor... 
 
—No, no... 
 
—¡Tae, ah! 
 
—Jungkook. 
 
Taehyung  apartó  sus  manos  de  mi  cuerpo  y  me  empujó  un  poco.  Aquella 
expresión neutral y estúpida había aparecido de nuevo. 
 
—Tae... 
 
—Vete. 
 
—Pero esta es mi casa. 
 
—Ah sí, bien, me iré yo. 
 
Todo  había  terminado  mal  esa  noche,  pero  Taehyung  se  fue  de  mi  casa 
besando  mis  labios.  Me  sonrojé  a  más  no  poder  y  me  miró  en  silencio  por  5 
segundos... exactamente y contando, creo que vamos por buen camino. 
   
12. 
No  suelo  dejar  cosas  en  mi  casillero,  porque  realmente  no  tengo  la 
necesidad,  lo  único  que  he  dejado  es  un  libro  de  Kelsen  y  que  creo  que 
ahora me es necesario. Vaya necesidad. 
 
Mi  casillero  luce  igual  pero  tiene  algo  dentro,  algo  que  nunca  había  visto,  es 
una pequeña nota. La tomé y la revisé con calma. 
 
"Eres magia, para la gente que ignora los trucos, eres rosa, para la gente que 
ignora las espinas, eres milagro, para la gente que no ha perdido la fe, eres 
perfección para todo el mundo. Sin embargo yo, soy escéptico, no creo en la 
magia, las espinas no me permiten admirar a la rosa y he perdido la fe, pero 
creo que existe la perfección, tal vez está en ti, pero no la merezco. Y somos 
opuestos, mas nada nos atrae. No pierdas tu luz en el abismo que lleva mi 
nombre... " 
 
Taehyung. 
 
¿Qué significa todo esto? 
 
 
   
13. 
Taehyung  está  de  buen  humor  y  no lo digo porque esté sonriendo o algo así, 
imposible,  lo  digo  porque  está  hablando  un  poco  más,  habló  de  cosas  que 
no entendí, pero me hace feliz verlo con un poco más de confianza. 
 
Aunque su estúpida expresión neutral caga todo. 
 
—Y  aunque  haya  buscado  con  toda  rapidez  el  lugar  del  libro  donde  estaba 
escrito lo opuesto a mi pensamiento, no pudo encontrarlo y me dio la razón. 
 
—¿En serio, Tae? Vaya... 
 
¿Será  posible  que  Taehyung  quiere  terminar  conmigo?  Hoy  se  te  van  bien  y 
cómodo conmigo... ¿debería preguntárselo? 
 
—Sí.  Creo  que  necesita  prepararse,  aunque  no  creo que se haya encontrado 
un doctorado por ahí, supongo que él estudiaba. 
 
—¿Tu profesor? 
 
—Claro, él. 
 
Mejor  no.  Tal  vez  fue  algo  erróneo,  y  si  no  lo  fuera,  da  igual,  él  no ha tocado 
el tema y yo no quiero hacerlo, no quiero terminar no él. 
 
—Supongo... 
 
—Mh.  
 
—Taehyung... ¿te gustó que tuviéramos un poco de intimidad? 
 
Él parecía pensarlo, su mirada se posaba sobre mí. 
 
—Sinceramente... no. 
 
—¿No? 
 
—Pero es parte de una relación y puedo estar bien con ello. 
 
No sé cómo tomarlo. 
 
Lo tomaré de manera positiva. 
 
—¿Qué tal si intentamos llegar un poco más allá? 
 
—Jungkook... 
 
—Vale. 
 
—Escucha. 
 
Una  espina  se  había  clavado  en  mí  corazón,  y  se  convertiría  en  una  herida 
constante,  pero tenía que seguir sonriendo y siendo positivo para no perder a 
Taehyung. Me prometí a mí mismo luchar por él. 
 
—Pero  que  te  conste, hay muchos que se mueren por estar en tu lugar ahora 
mismo, así que valórame chico rudo. Te veré después, cariño, ¡besitos! 
 
Me  fui  con  pasos  rápidos  mientras  podía  sentir  su  mirada  posaba  sobre  mi 
espalda. 
 
¿Taehyung, en qué piensas? 
 
   
14. 
—No hyung, me daría vergüenza. 
 
—Jungkook, me dijiste que él reaccionó muy bien la vez anterior. 
 
—Lo hizo, pero esto es diferente... 
 
—Yo te lo aseguro, esto no puede fallar. 
 
—Hyung... 
 
—Ahí  está  Taehyung,  ahora  que  se  irán  juntos,  pídele  que  vayan  a  su 
departamento y comienza el plan. Ve ahora. 
 
Jin  me  empujó  hacia  la  salida  y caminé hacia Taehyung, no sé si voy a poder 
llevar a cabo el plan, espero que sí. 
 
—Tae. 
 
—Hola. 
 
—¿Nos vamos? 
 
Él asintió. 
 
El camino fue algo silencioso. 
 
—Tae, ¿vamos a tu departamento? 
 
Él volvió a asentir y después no agregó más hasta llegar a su departamento.  
 
Inhala. 
 
—Tae. 
 
—Mh. 
 
—Tengo ganas de preparar un poco de... pasta. 
 
—Mh. Vale, creo que tengo los ingredientes. 
 
—Quise decir, estofado, sí, eso. 
 
—Pero no tengo los ingredientes. 
 
—¿Sí? Pues ve a comprarlos por favor, yo buscaré todo lo demás aquí. 
 
Él  lucía  poco  convencido  pero  al  final  fue  a  buscar  los  ingredientes  y  en 
cuanto  escuché  el  sonido  de  la  puerta  cerrándose,  corrí  de  inmediato  hacia 
su  habitación.  A  diferencia  de toda la casa, su habitación es más interesante, 
empezando  por  sus  pósters de hard rock y terminando por sus pantuflas con 
rostro de mono. 
 
Mis  manos  sudaban  y  tomé  aire  antes  de  revisar  en  su  closet.  Lo  había 
encontrado,  tomé  una  camisa  suya  y  la  dejé  reposando  sobre  su  cama, 
mientras comenzaba a desnudarme. 
 
¿Realmente  esto  iba  a funcionar? Jin hyung estaba seguro de que sí, pero en 
realidad... lo dudo. 
 
En  cuanto  me  quedé  sólo  con  el  bóxer,  bastante  ajustado  por  cierto,  me 
puse la camisa de Taehyung y sonreí como un idiota porque olía a él. 
 
Ordené  mi  ropa  y  la  dejé  en  un  pequeño  rincón  y  corrí  hacia  la  cocina  para 
preparar todo, Taehyung llegaría en cualquier momento. 
 
La cerradura sonó. 
 
No pensé que sería tan rápido. 
 
Mi corazón comenzó a acelerarse. 
 
—Jungkook... 
 
Volteé para mirarlo y él estaba estático, admirando mis piernas y el resto. 
 
—Amor. 
 
—... 
 
Él parecía esperar una respuesta, sin haber hecho una pregunta. 
 
—Oh,  sentí  mucho  calor  y  me  puse  algo  más  fresco,  no te molesta que haya 
usado tu camisa, ¿verdad? 
 
Él  no  dijo  nada,  dejó  las  cosas  sobre  el  comedor  y  dirigió  sus pasos hacia la 
sala, mas yo fui más rápido y le detuve. 
 
—... 
 
—¿Me ayudas a preparar la cena? 
 
Él asintió. 
 
Le puse a lavar los platos, mientras yo picaba las verduras para la sopa. 
 
Pude sentir su intensa mirada, realmente no sabe cómo disimular. 
 
—¿Te gusta lo que ves? 
 
De  inmediato  él  desvió  su  mirada  y  como  si  no  me  hubiera  escuchado, 
continuó  lavando  los  platos.  Es  entonces  que  me  acerqué  hacia  él  y acaricié 
sus brazos con mi dedo índice. 
 
—... 
 
—Tae, estás muy callado. 
 
—No me di cuenta. 
 
—Amor, quítate esos guantes. 
 
Jalé  con  cuidado  de  los  guantes  plásticos  que  cubrían  sus  manos  y  él  soltó 
un suspiro, tal vez de frustración. 
 
—Jungkook, creo que deberíamos terminar la cena pronto. 
 
—No quiero.  
 
Tomé  su  diestra  y  dejé  que  ésta  se  deslizara  por  mi  cintura, pero como si de 
fuego se tratara él la alejó de inmediato. 
 
—Jungkook, espera. 
 
—Tae...  no  estamos  haciendo  nada  malo,  sólo  estamos  conociéndonos  un 
poco más. 
 
—... 
 
Volví  a  tomar  su  mano  y  esta  vez  dejé  que  se  posara  sobre  mis  muslos.  Él 
desvió  su  vista  sobre  mí  piel  desnuda  y  creo  que  estaba  batallando  consigo 
mismo. 
 
—Amor. 
 
—Jungkook... 
 
Una  sonrisa  se  dibujó  en  mis  labios  y  apoyé  mis  codos  sobre  el  lavaplatos, 
haciendo  a un lado los guantes que le había quitado un poco antes y dejando 
que mi trasero se luciera ante él. 
 
Por  dentro  gritaba  miles  de  cosas  y  me  moría  de  miedo,  pero  por  fuera,  una 
increíble confianza florecia. 
 
Mi  diestra  deslizó  aquel  estúpido  bóxer  ajustado  y  dejó  que mi entrada fuera 
expuesta  ante  su  vista...  Taehyung  no  se  había  movido  ni  un  centímetro, 
probablemente me está mirando con total atención. 
 
—Tae, soy todo tuyo... 
 
—... 
 
Tomé  su  mano  y  la  dirigí  hacia  la  piel  expuesta  de  mí  trasero,  forzageó  al 
comienzo pero al final cedió. 
 
Poco  después  sus  manos  se  habían  posado sobre el lugar y dejaron algunos 
pellizcos y apretones. 
 
—Tae... hazme tuyo, fóllame. 
 
—No. 
 
—Tú también lo quieres... 
 
—No, no, no... 
 
Parecía decírselo a sí mismo. 
 
—Tae... cariño, por favor. 
 
El  lugar  quedó  en  silencio  por  varios  segundos  y  estaba  dispuesto  a 
encararlo  cuando  escuché  el  sonido  del cierre de su pantalón siendo abierto; 
mi corazón quería salirse de mi pecho. 
 
Y pronto su glánde había rozado mi entrada y gemí de placer, sin vergüenza. 
 
—Tae... mh. 
 
El  movimiento  se  repitió  por  varios  minutos,  y  cada  uno  de  ellos  me 
confirmaba lo duro que Taehyung se había puesto. Vaya que Jin tenía razón. 
 
Sus  manos  tomaron  mi  cintura  y  lo  oí  jadear,  con  esa  voz  a  profunda  y  sexy 
se carga. 
 
—Fóllame... 
 
—Cierra las piernas. 
 
—¿Qué? 
 
—Hazlo. 
 
No  entendía  su  punto,  pero  había  obedecido  y  sentí  de  inmediato  la 
intromisión  de  su  pene  entre  mis  muslos.  Me  sentí  algo  confundido,  pero  en 
el  momento  en  que  comenzó  a  penetrar  la  zona  con  tanta  firmeza,  grité  su 
nombre. 
 
Era  una  tortura  porque  la  extensión  de  su  pene  rozaba  mi  entrada,  mientras 
embestia con fuerza la abertura entre mis muslos. 
 
No  lo iba a negar, era jodidamente excitante y mi miembro empezaba a soltar 
gotitas de semen. 
 
—Penétrame... T-Tae... 
 
Él parecía no escuchar. 
 
Estuvimos  en  la  misma  posición  durante  veinte  minutos  más,  hasta  que  se 
corrió... haciéndolo sobre mi entrada. 
 
No quería mirarlo, me sentía muy avergonzado, pero triunfante. 
 
—Lo siento... 
 
—¿Qué? No... ambos lo disfrutamos. 
 
—Jungkook, no debí. 
 
—Sí debiste, soy tu novio y yo me moría por sentirte más cerca. 
 
Él soltó un suspiro. 
 
—Quédate a dormir esta noche... 
 
—Lo haré mi amor, claro que lo haré. 
 
Claro que sí. 
 
   
15. 
Verlo  dormir  es  lo  más  hermoso  del  mundo.  sus  labios  están  entreabiertos  y 
su  respiración  es  calmada,  creo  que  es  el  único  momento  en  donde  se  deja 
ser...  y  no  tiene  esa  expresión  neutral  que  he  empezado  a  odiar,  aunque 
luzca jodidamente guapo de esa manera. 
 
Se  está  removiendo  un  poco  mientras  yo  sonrío  como  un  tonto  al  verlo  así. 
Su  mano  recorrió  recorrió  mi  brazo,  como  intentando  adivinar  qué  es  lo  que 
está a su lado. 
 
—Despierta dormilón. 
 
—... 
 
—¡Tae! 
 
Él  abrió  sus  ojos  y me observó con atención. ¿Es que acaso no recuerda que 
ayer me pidió que me quedara? 
 
—Jungkook. 
 
Su  vista  se  posó  sobre  mis  hombros  desnudos.  Ayer  me  quité  su  camisa 
cuando  él  se  quedó  profundamente  dormido  y  es  divertido,  porque  lo  siento 
algo tímido. 
 
—¿Descansaste bien? 
 
—Deberías vestirte... 
 
—No quiero. 
 
Jalé  un  poco  de  las  sabanas  y  cubrí  mi  cintura  con  ellas,  para  luego 
levantarme. 
 
—Jungkook, estás muy infantil. 
 
—Jinkiik, istís miy infintil.  
 
Yo moría de risa y él solo negaba con la cabeza. 
 
—Deja de jugar. 
 
—Diji di jigir. 
 
Corrí  hacia  la  cocina  para  preparar  un poco de café. Sé a la perfección que a 
él le encanta el café, sin azúcar y muy espeso.  
 
Supuse  que  Taehyung  estaría  tomando  un  baño  y  me arrepentí mentalmente 
porque  debí  haberlo  hecho  primero,  así  no  estaría  sufriendo  como  un  tonto 
sosteniendo  a  las  sabanas  sobre  mi  cintura  e intentando que el café quede a 
la perfección. 
 
Pero todo era aceptable pues Day6 está sonando en la radio.  
 
Me  dispuse  a  ir  en  busca  de  Taehyung,  pero  lo  encontré  en  la  puerta  de  la 
cocina, mirándome con atención. 
 
—Taehyung... 
 
—Deberías vestirte. 
 
Taehyung  desvió  la  mirada  hacia  el  café  y  decidió  probarlo  sin  agregar  nada 
más. 
 
—Tae... ¿acaso vives solo? 
 
—Es una pregunta muy obvia.  
 
—Entonces lo haces... 
 
—Antes  vivía  con  mi  padre,  pero  él  consiguió  novia  y  se  fue  con  ella,  desde 
entonces no sé nada de él. 
 
—¿Y tu mamá? 
 
—Pues...  a  ella  le  va  muy  bien  con  su  nueva  familia,  me  envía  dinero  cada 
que puede hacerlo, le debe ir bien porque el monto no es broma. 
 
Me  sentí  tonto  por  haberlo  preguntado,  y  yo  quejándome  por  las  cosas  que 
hace mi madre. 
 
—Lo siento, en verdad. 
 
—No eres tú quien tiene que sentirlo. 
 
—Tae... 
 
—¿Y tu madre sabe que estás aquí? 
 
Le  había  dicho  que  me  quedaría  con  Jin  hyung  para  terminar  de  hacer  un 
trabajo,  probablemente  cuando  llegue  estaré  castigado,  pero  todo  valió  la 
pena. 
 
—Claro, cariño, claro. 
 
 
 
   
16. 
Sus  ojos  se  posan  en  mi  cintura  mientras  toma  sorbo  a  sorbo  su  café,  lo  sé 
porque  le  he  estado  observando  de  reojo.  Es  tonto  fingir  que  ordeno  los 
platos,  pues  con  un  solo  brazo  libre  no  se  puede  hacer  nada.  ¿Y  si dejo que 
mi diestra suelte las sabanas que cubren mi desnudez?  
 
—¿Tae? 
 
—Deberías ir a vestirte. 
 
—¿En serio quieres eso? 
 
—Sí. 
 
Me  acerqué  hacia  su  lugar  y  él  intentó  no  mirarme,  pero  le  era  imposible, 
porque  me  había  sentado  sobre  su  regazo  y  dejé que las sabanas cayeran al 
piso. 
 
Me  sentí  algo  confiado  cuando  él  desvió  su  mirada  hacia  otro  lugar  menos 
interesante,  pero  tomé  de  su  mentón  para  dirigirlo  hacia  al  frente.  Sus  ojos 
hicieron  conexión  con  los  míos  y  entonces  lo  besé,  se  sintió igual que antes, 
él  no  respondió,  pero  sus  manos  se posaron sobre mi cintura y las yemas de 
sus dedos acariciaron mi piel. 
 
Tomé  las  sabanas  y decidí ir a vestirme. Ya era hora de irme a casa. Tengo el 
corazón algo triste, pero todo necesita su tiempo. 
 
Taehyung necesita su tiempo. 
 
—Jungkook. 
 
—¿Qué? 
 
—¿Puedes irte a casa solo? Tengo clases y no puedo faltar. 
 
Oh. 
 
—Claro. 
 
—Bueno, cierra bien antes de irte. 
 
Él se fue y yo me quedé algunos minutos más. 
 
Algo se ha roto, pero también algo ha mejorado. 
 
Mañana  cumplimos oficialmente 4 semanas juntos. Es lo máximo que alguien 
llegó siendo pareja de Taehyung, ¿he roto un record?  
 
   
17. 
Taehyung  está  sentado  junto  a  sus amigos. Sólo conozco a Namjoon porque 
Jin  hyung  me  digo  que  traen  algo  de  onda,  pero  a  los  demás,  realmente  no 
los conozco. 
 
Entonces  me  acerco  hacia  su  mesa,  todos  están  comiendo  hamburguesas  y 
Taehyung  se  ve  algo  algo  más  animado,  aunque  no  tenga  ni  una  jodida 
expresión. 
 
—Tae. 
 
Creo  que  lo  dije  muy  fuerte  porque  todos se quedaron callados y posaron su 
mirada en mí.  
 
Taehyung me observó con atención. 
 
—Hola. 
 
—¿Puedo... sentarme? 
 
Él  no  dijo  nada,  pero un muchacho de sonrisa tierna me jaló de la mano y me 
permitió que me sentara junto a ellos. 
 
—Claro, siéntate. ¿Cuál es tu nombre? 
 
Me  sentí  algo  extraño  porque...  Taehyung  y yo llevamos casi un mes juntos y 
es casi tonto que sus amigos no sepan de mi existencia. 
 
Namjoon observaba interrogante a mi novio. 
 
—Soy... Jungkook. 
 
El muchacho me miró con cara de: "?"  
 
—Ah, yo soy Jimin. 
 
—Mucho gusto. 
 
—Yo te conozco, Jin no para de hablar de ti. 
 
Namjoon se veía muy amable, supongo que por algo le gusta a Jin. 
 
—Oh sí... 
 
—¿Y qué buscas de nosotros? —Preguntó Jimin y me quedé estupefacto. 
 
Namjoon tenía una expresión de face palm increíble.  
 
—Jimin, Jungkook es el novio de Taehyung. 
 
Taehyung  estaba  quieto,  mirando  a  Jimin  con  atención,  incluso  parecía  no 
parpadear.  
 
—¿En serio? Taehyung nunca nos ha hablado de ti.  
 
Jimin  esbozó  una  sonrisa  y  Namjoon  dejó  caer  su  cajita  de  papafritas  sobre 
la mesa.  
 
Más tarde, me levanté de la mesa agregando que tenía una clase. 
 
Tal  vez  Taehyung  se  avergüenza  de  mí  y  es  por  eso  que  no  le  ha  contado  a 
sus amigos acerca de mi existencia. 
 
 
 
   
18. 
Hice una cita con Taehyung. 
 
No  hemos hablado mucho durante varios días, así que organicé una cita para 
poder  salir  juntos,  la  verdad,  y  a  pesar  de  todo,  es  que  yo  lo  necesito  en  mi 
vida. 
 
Y  bueno,  estamos  aquí.  Taehyung  luce  muy  guapo  con  una  chaqueta  de 
cuero. Tomé su mano con cuidado, como siempre él no sujetó la mía. 
 
—Entonces Jin hyung se compró unos audífonos de un sonido asombroso. 
 
—Oh.  
 
—Pero  Namjoon  le  regaló  el  mismo  día  en  que  lo  compró,  los  mismos 
audífonos,  la  diferencia  está  en  que  los  que  le  regaló  Namjoon  eran  de  color 
rosa. 
 
—Ajá. 
 
—Y  el  que  Jin  quería  era  el  rosa,  y le dijeron en la tienda que poco antes una 
persona  ya  se  lo  había  y  que  solo  los  tenían  en  blanco,  así  que  Jin hyung se 
tuvo que comprarse esos, ¿y adivina qué? 
 
—Namjoon le regaló los de color rosa, ya lo dijiste. 
 
—Pues  sí,  pero  no  es  eso.  Jin  adora  el  regalo  de  Namjoon  así  que  decidió 
darme los blancos a mí, qué suerte, ¿no? 
 
—Ajá.  
 
Después  de  eso  nadie  dijo  más.  Nos  quedamos  en  silencio  mientras 
cruzábamos el parque que está cerca de su departamento. 
 
Y  vi  problemas,  porque  para  mí,  un  problema es el grupo de muchachos con 
aire  de  delincuentes  que  posaron  su  vista  sobre  nosotros.  Decidimos  no 
prestarles  atención  y  continuar  con nuestro recorrido, pero nos dimos cuenta 
que  uno  de  ellos  nos  estaba  siguiendo. Se notada perfectamente que estaba 
ebrio porque sus pasos no eran firmes.  
 
—Oye, ricura, ¿acaso eres chica? 
 
Le oí decir y yo me asusté un poco. 
 
Era un estúpido total. 
 
Taehyung miraba al frente sin siquiera voltear. 
 
—Ese culo sí que lo cogería. 
 
Y yo ya estaba molesto. ¿Es que acaso Taehyung no pensaba decir nada? 
 
—Aléjate, estúpido.   
 
—El estúpido es el monigote que traes al lado.  
 
No, en definitiva, Taehyung no pensaba decir nada.  
 
—Taehyung. 
 
Él me miró y luego dirigió su mirada otra vez al frente. 
 
Decidí  no  decir  nada  más  y  apresurar  un  poco  el  paso,  entonces  me  di 
cuenta  que  el  ebrio  se  había  ido  del  lado  de  Taehyung  y  empezó  a 
molestarlo. 
 
—¿Y tú qué? ¿No hablas? 
 
—... 
 
No, Taehyung no habla.  
 
—Mamón, me voy a coger a tu novio.  
 
¿Cómo  se  atrevía  ese  idiota  a  decir  eso  y  cómo  se  atrevía  ese  idiota  de 
Taehyung a no decir nada? 
 
El  asqueroso  estúpido  ebrio  delincuente  se  vino  hacia  mi  lado  y  en  verdad, 
quería encontrar a un policía. Esto ya me estaba asustando. 
 
—Ricura. 
 
El  ebrio  apretó  mi  trasero  con  una mano y yo solté un gritito nada masculino. 
Estaba aterrado. 
 
Quería  aferrarme  a  Taehyung,  mientras  observaba  la  sonrisa  de  satisfacción 
de  ese  infeliz.  Entonces  sólo  pude  ver  a Taehyung acercándose al ebrio para 
proporcionarle  un  puñetazo  que...  lo  juro,  sonó  muy  fuerte  y  que  muy 
probablemente le dejó bastante aturdido porque no se levantaba del piso. 
 
Taehyung  se  acercó  hacia  mí,  tomó  mi  mano  y  siguió  el  camino  hacia  su 
departamento. 
 
Y yo estaba asombrado, realmente asombrado. 
 
No pude decir nada. 
 
Está  mal  decirlo,  pero  Taehyung  me  defendió  como  todo  un  hombre  al  final, 
¡qué emoción!  
 
   
19. 
—No me duele. 
 
—Claro que sí amor, tus nudillos están muy rojos. 
 
—No. 
 
—Que sí. 
 
Puse  una  bolsa  de  hielo  sobre  su  diestra.  Sus  nudillos  estaban  bastante 
rojos, yo creo que se está haciendo al valiente con esa actitud. Sé que le está 
doliendo, aunque su cara no muestre ninguna expresión. 
 
—... 
 
—Tae, gracias... 
 
—... 
 
—Realmente estaba muy asustado cuando hizo eso. 
 
—Querías que te defienda, ¿verdad? 
 
—Tae.  En  un  comienzo  sí  por  las  cosas  tontas  que  dijo,  pero  si  eso  te  pone 
en riesgo ni pensarlo. Mira cómo está tu mano. 
 
—Mi mano no tiene nada. 
 
Quité  el  hielo  de  su  mano,  sus  nudillos  habían  perdido  el  hinchazón  que  se 
estaba mostrando y dejé un pequeño beso por la zona. 
 
—Eres mi héroe. 
 
Taehyung no dijo más nada después, sólo me miró. 
 
Me pregunto qué tanto pasa por su cabeza. 
 
Y  había  pasado  media  hora,  decidimos  poner  la  tele,  no  había  nada 
interesante, pero Bob esponja está bien. 
 
—Tae. 
 
¿Qué pasaría si...? 
 
—Mh. 
 
—Me excitó mucho que golpearas a ese tipo. 
 
Taehyung me miró con atención. 
 
—... 
 
—Es  decir,  fue  algo  muy  masculino  y  me encantó. Sabes que sólo tú puedes 
tocarme... 
 
—... 
 
Me está molestando un poco que no diga nada en este tipo de situaciones. 
 
—Tae... ¿hacemos cositas traviesas esta noche? 
 
Jamás,  nunca,  me  comportaría de la manera en la que lo hago con Taehyung 
con  otro  novio,  nunca  lo  he  hecho,  y  creo  que  nunca  más  lo  haré. Taehyung 
es especial para mí... supongo que después de todo esto, me he enamorado. 
 
—Tengo  que  estudiar  para  un  examen,  así  que  te rogaría que vuelvas a casa 
a descansar. 
 
Oh. 
 
Rayos. 
 
—Bien... 
 
Me dirigí hacia la puerta y antes de salir eché una última vista a Taehyung. 
 
Él parecía pensar en algo.  
 
Está claro que yo no le gusto, pero creo que él necesita más tiempo. 
 
Más tiempo... 
 
Y me fui.  
 
Estúpido día. 
 
   
20. 
Hoy  es  mi  cumpleaños,  oficialmente  cumplo  19  y  qué  mejor  manera  de 
celebrarlo que con Taehyung.  
 
Es  por  eso  que  compré  todos  los  ingredientes  para  hacer  un  pastel  que 
pudiéramos  disfrutar  los  dos,  y  debido  a  que  mi  mamá  saldrá  de  viaje  tengo 
prohibido  utilizar  el  horno  de  la  casa  tendré  que  hacerlo  en  el  departamento 
de  Taehyung,  lo  que  no  sabe  es  que  Jin  hyung  me  ha  enseñado  todo  sobre 
pasteles y que incluso me salen mejor que a ella. 
 
—No sabía que era tu cumpleaños. 
 
—Ahora ya lo sabes. 
 
Dejé  todos  los  ingredientes  sobre  su  comedor  y  comencé  a  buscar  los 
utensilios necesarios. 
 
—¿Tienes que preparar tu pastel aquí? 
 
—Claro.  Amor,  tienes  que  ayudarme  y  sé  que  no  tienes  regalo,  así  no  tienes 
salida. 
 
—No tengo esas cosas que sirven para hacer pasteles. 
 
—Yo las traje. 
 
—... 
 
Taehyung no podía oponerse así que pusimos manos a la obra. 
 
—Bien, quiero que dividas los huevos. 
 
Taehyung se quedó estático, mirándome. 
 
—... 
 
—Los huevos de la gallina. 
 
Yo  estaba  muriendo  de  risa  y  él  comenzó  a  romper  los  huevos.  Dios,  él  no 
tiene idea de lo que está haciendo y ya echó a perder un huevo. 
 
—Es imposible. 
 
—No, solo partes la mitad no hasta el extremo de partir el huevo, luego... 
 
Taehyung ya echó a perder otro huevo. Su piso lamenta su torpeza. 
 
Al  final  yo  dividí  los  huevos.  Por  alguna  tonta  razón  nos  llevó  más  tiempo de 
lo  esperado,  pero  fue  una  tarde  divertida  para  mí,  solo  porque  él  estaba 
conmigo, su compañía es el mejor regalo del mundo. 
 
—Ahora bate los huevos. 
 
—... 
 
—¿Tienes una batidora? 
 
—Sí, pero no sirve. 
 
—¿Tienes una manual? 
 
—Y... no. 
 
—Creo que yo la traje. 
 
Extrañamente tenía una conmigo así que se la extendí. 
 
—... 
 
—Sirven para batir, tienes que hacerlo en círculos. 
 
—... 
 
—Yo sé que entiendes, Tae. 
 
Taehyung  soltó  un  suspiro  y  comenzó  a  batir,  pero  realmente  no  servía  para 
eso. 
 
—No pasa nada. 
 
—Es que te tardaste mucho, y además creo que miraste la crema. 
 
—¿Qué? 
 
—Mi abuela decía que si mirabas a la crema, ella no crecería. 
 
—Eso no tiene sentido, es tonto. 
 
—¿Y por qué no veo la crema ahí? 
 
Volvimos a empezar con el asunto de los huevos.  
 
Su camisa se manchó con la clara. 
 
—Tendré que taparte los ojos. 
 
—Jungkook, no. 
 
—Taehyung, sí. 
 
Tapé  sus  ojos  con  una  bufanda  y  él  comenzó  a  batir.  Estaba haciendo hasta 
lo  imposible  para  no  reír,  pero  esto  es  lo  más  tonto  que  hemos  echo, 
después de conocernos. 
 
Estuvo ahí como 15 minutos batiendo. Me dio muchísima ternura. 
 
Y no aguanté más, reí a carcajadas. 
 
—... 
 
—El señor filósofo no le encuentra el sentido a los huevos. 
 
—Me has mentido. 
 
—Un poco. 
 
Mi  abuela  sí  decía  que  no  había  que  observar  a  la  crema  directamente,  pero 
no decía que debíamos cubrirnos los ojos. 
 
Decidí quitarle la bufanda de los ojos y observé el batido, extrañamente había 
funcionado, la crema tenía picos firmes y estaba en su punto. 
 
Estábamos asombrados. 
 
—La  crema  levantó...  ha  de  ser  porque  estás  tan  bueno  que  ni  ella  pudo 
resistirse. 
 
Todo el asunto era muy gracioso. 
 
Hasta  que  escuché algo maravilloso, Taehyung había reído, creo que por dos 
segundos,  pero  vaya  dos  magníficos  segundos,  alcancé  a  ver  su  rostro,  sus 
labios formaron una sonrisa preciosa, rectangular y brillante.  
 
El corazón se me quería salir del pecho. 
 
Taehyung  avanzó  hacia  la  preparación  e  integró  la  crema  con  lo  demás 
dando por finalizada la preparación. 
 
No  pude  contenerme,  ataqué  sus  labios  con  un  beso  salvaje.  Amo  a 
Taehyung con todas mis fuerzas, hoy lo he confirmado. 
 
Nos  miramos  sin  decir  nada.  Pero  sus  ojos  me  dijeron  algo,  no  entendí  qué 
pero lo hicieron y me dieron una esperanza. 
 
Esa noche compartimos el pastel, nos había salido muy bien a pesar de todo.  
 
—Jungkook. 
 
—¿Cariño? 
 
—Dentro  de  dos  días  tengo  la  presentación  de  una  investigación  realizada 
con mis amigos, ¿gustas venir? 
 
Y  cuando  pensaba  que  mi  corazón  no  podía  ir  más  rápido,  él  viene  y  me 
pregunta eso. 
 
—Tenlo por seguro. 
 
Él asintió. 
 
Es la mejor fiesta de cumpleaños de mi vida. 
 
   
21. 
Extraño a Taehyung y nos vimos a penas ayer. 
 
Jeon Jungkook: 
Los pasteles de chocolate son mis favoritos, el de ayer nos salió super 
delicioso, tenemos que volver a hacerlo. 
 
Jeon Jungkook: 
Adoro pasar tiempo contigo, pero esta mañana solo te vi un ratito. Sé que 
estás ocupado con todo eso de tu presentación, sin embargo quiero verte. 
 
Jeon Jungkook: 
Te extraño, me haces falta. 
 
Taehyung  se  conectó  y  leyó  los  mensajes  pero  no  los  respondió.  Realmente 
debe estar ocupado. 
 
Jeon Jungkook: 
Taehyung, llevamos como cinco semanas juntos pero se siente como si fuera 
toda la vida. Tal vez eras tú esa persona que he esperado toda la vida, es por 
eso que hoy me atrevo a decir con toda la seguridad del mundo que... te 
amo. 
 
Mis  mejillas  se  pintaron  de  rosa  y  él  había  leído  ese  mensaje,  mas  nunca 
respondió,  aunque  esperé  toda  la  tarde  y  él  se  conectaba  a  veces,  nunca  lo 
hizo. 
 
¿Fue adecuado decírselo así? 
 
Jeon Jungkook: 
No tienes que responder nada, cariño, es lo que siento y pensé que tenías 
que saberlo. Debes estar muy ocupado preparando todo... 
 
Mi corazón dolía, pero tenía que ser valiente. 
 
Mi móvil vibró. 
 
Tae: 
La presentación de mañana se suspendió, lo siento. 
 
Fue todo. 
 
Y lloré el resto de la tarde, como un niño tonto, inocente e iluso. 
 
 
   
22. 
No  vi  a Taehyung en toda la mañana, me sentí muy mal porque realmente me 
hace  falta.  Ya  ha  pasado  más  de  media  hora  y  él  no  aparece  en  el  lugar 
donde siempre nos encontramos para irnos juntos. 
 
¿Confesarle mi amor fue tan malo? 
 
Decidí irme, es probable que él quiera estar tranquilo hoy. 
 
—Kookie. 
 
Oh. 
 
—Hyung. 
 
—¿Ya te ibas? 
 
—Sí, hyung. 
 
—Quédate  un  poco,  Namjoon  tiene  una  presentación  hoy,  luego  de  que 
termine podemos irnos juntos, ¿qué te parece? 
 
La sonrisa en el rostro de Jin era inigualable, así que no pude negarme.  
 
—Claro. 
 
Nos  encaminamos  hacia  la  sala  de  conferencias.  Ayer  mi  hyung  me  contó 
que  Namjoon  le  había  propuesto  que  fuera  su  novio,  él  nunca  se  había 
sentido  tan  feliz  al  aceptar  la  proposición.  Me  siento  alegre  por  hyung,  pero 
yo... mi situación es totalmente diferente. 
 
Tomamos  lugar  en  el  centro.  Hablarían  sobre  temas  de  filosofía,  y  pensé  en 
Taehyung. 
 
¿Qué estaría haciendo? 
 
La  proyección  comenzó  y  todos  los  expositores  comenzaron  a  salir,  vi  a 
Namjoon y entre ellos a Taehyung... Mi corazón comenzó a latir agitado. 
 
Así  que  ésta  era  su  presentación,  no  se  había  suspendido.  Entonces  en 
realidad él no quería verme... 
 
Sus  ojos  se  encontraron  con  los  míos,  esa  estúpida  expresión  neutral 
continuaba  inundando  su  rostro.  Entonces  me  levanté  y  decidí  irme,  Jin  me 
llamó e intentó detenerme, pero yo ya había salido. 
 
Y comencé a correr...  
 
¿Qué puedo hacer para el chico muro me quiera? ¿Qué? 
 
   
23. 
Ha  pasado  una  semana  desde  que  Taehyung  y  yo  no  hablamos,  nos  vimos 
varias  veces  por  algunos  pasillos  pero  él  simplemente  no  se  detiene,  ni 
siquiera me mira... 
 
Decidí  varias  veces  enviarle  un  mensaje  dando  por  terminada  la  relación, 
pero  al  final  del  día  he  descartado  la  idea.  Si  le  he  dicho  que  le  amo,  es 
porque lo hago, más que a nadie y por ese motivo voy a seguir intentando. 
 
—Ahora que estás soltero, sal conmigo. 
 
Solté un suspiro, no tenía ganas para discutir hoy. 
 
—No estoy soltero... 
 
—Es como si siempre lo hubieras estado. 
 
—Tengo novio... 
 
Jackson  soltó  un  carcajada  y  observé  desde  lo  lejos a Taehyung, junto a sus 
amigos, estarían hablando de lo bien que se ve Taehyung sin mí, seguro. 
 
—Sí, porque ahora lo seré yo. 
 
—Cállate, Jack. 
 
—Me dueles. 
 
—Como sea. 
 
—Bien, futuro novio, te veo después. 
 
Jackson  se  fue,  supongo  que  a  alguna  clase.  Yo  ya  no  tenía  nada  más  qué 
hacer  y  no  pensaba  quedarme  ahí,  en  el  mismo  lugar  que  Taehyung, así que 
decidí  irme  también  sin  embargo  y  para  mi  mala  suerte  me  encontré  con 
Jimin. 
 
—¡Jungmook!   
 
Ni sabe mi nombre, oh. 
 
—Hola... 
 
—¿Qué haces ahí? Ven. 
 
Quise  negarme,  pero  Jimin  ya  me  tenía  del  brazo  y  me  había  llevado  junto  a 
sus amigos. Taehyung me observaba con atención, como siempre. 
 
Tomé un poco de aire y saludé a todos. 
 
Fue  algo  incomodo,  pero  después  de  algunos  minutos,  todos  sus  amigos 
nos  dejaron  solos.  Tal  vez  ya  saben  todo  lo  que  pasó.  Mi  corazón  late  muy 
fuerte y creo que estoy sudando. 
 
—Hola... 
 
Mi voz sonó extraña. 
 
—Hola. 
 
—Creo que... 
 
—Lo siento. 
 
Es  todo  lo  que  dijo  y  comenzó  a  caminar  hacia  la  puerta  principal.  Yo  lo 
seguí. 
 
Una  sonrisa  tonta  se  dibujó  en  mis  labios,  era  todo  lo  que  necesitaba  para 
sentirme mejor.  
 
—Deberíamos ir a casa. 
 
Él asintió. 
 
Nuestros  dedos  se  entrelazaron  y  nos  fuimos  caminando.  He  caído  en  ese 
abismo, llamado Taehyung.  
 
 
 
   
24. 
—Comí un poquito. 
 
—¿Qué? 
 
—Un sándwich. 
 
—Voy a pedir una pizza. 
 
—Amor... 
 
—Lo haré. 
 
Taehyung  tomó el teléfono y realizó el pedido, en tanto yo dejaba un caminito 
de besos sobre su cuello. 
 
Estábamos  acurrucados  en  su  sofá,  mis brazos se negaban a soltar su torso. 
Él  luce  algo  incómodo,  pero  no  ha  dicho  nada,  tal  vez  porque  ésta  es  su 
manera de disculparse y su calorcito... me hace sentir como en casa. 
 
—Sabes que no me gusta la piña... 
 
—No la tendrá. 
 
—Vale, gracias. 
 
Taehyung  está  viendo  un  documental  del  sentido  de  las  cosas  y  lo  teóricos 
no se ponen de acuerdo en nada. 
 
Mordí la zona con algo de fuerza y se estremeció. 
 
—¿No me vas a echar? 
 
—¿Por qué tendría que hacerlo? 
 
—Bueno... siempre que tengo algo más de intimidad contigo, me echas. 
 
—... 
 
—Quiero chupártela. 
 
Taehyung  de  inmediato  giró  su  cabeza  en  dirección  mía,  su  rostro  no  tiene 
expresión pero sé que está sorprendido. 
 
—... 
 
—Quiero probar tu sabor... papi. 
 
Él no decía nada y no pestañaba. Comencé a reír y besé su nariz. 
 
—Estoy jugando. 
 
Taehyung  dirigió  su  atención  a  la  televisión  y  soltó  un  suspiro,  creo  que  de 
alivio. 
 
La  verdad  es  que  realmente  quiero  hacérselo,  pero  aún  es  muy  pronto, 
bueno, tal vez no tanto. 
 
   
25. 
—¡Te juro que lo vi! 
 
—Es imposible, esta casa es impecable. 
 
—Sí, pero pudo entrar de cualquier lado, Taehyung. 
 
—Pero yo no lo veo, estás confundido. 
 
—¡No! Debe estar oculto. 
 
Vi un ratón. 
 
Es  estúpido,  lo  sé,  pero  me  dio  mucho  miedo,  así  que  es  por  eso  que  estoy 
sobre una silla, rogando por mi vida, junto a un Taehyung cansado, sujetando 
una escoba y buscando inútilmente a un ratón que desapareció. 
 
—Pues no está, ahora bájate de ahí. 
 
—No quiero, sé que está esperando a que yo baje para comerme. 
 
—Jungkook, bájate o tendré que bajarte. 
 
Uy. 
 
—Bájame. 
 
Taehyung  abrazó  mis  cintura  y  me  bajó  de  la  silla.  Hasta  ese  momento  ya 
había  olvidado  totalmente  a  ese  hermoso  ratón  que  hizo  que  Taehyung  me 
tomara en brazos. 
 
—Jungkook. 
 
—Taehyung, te amo. 
 
Lo  dije  sin  pensar,  creo  que  lo  sentí.  Él  se  alejó  un  poco y vi aquel muro otra 
vez... 
 
—Tengo que estudiar, vete por favor. 
 
—Claro. 
 
Claro... 
 
   
26. 
Hoy me puse el pantalón más apretado que encontré, seguramente dos tallas 
menor  a  la  usual  y  un  combinado  blanco,  que  dejaba  expuestas  mis 
clavículas.  Era  claro que varios chicos comenzaron a molestarme, incluyendo 
a Jackson, sin embargo todo esto es para Taehyung.  
 
—Hola amor. 
 
Taehyung  levantó  la  vista  para mirarme y me detalló de arriba para abajo, era 
justo lo que quería conseguir, bueno, algo así. 
 
—Hola. 
 
—¿Qué lees? 
 
—Pues... Misery. 
 
—Veo que te animaste a hacerlo. 
 
—Me animaste a hacerlo. 
 
Él continuó leyendo su libro y su aclaré mi garganta. 
 
—Tae, ¿me acompañas al baño? 
 
Taehyung me miró. 
 
Lo sé, sonaba extraño. 
 
—¿No puedes ir solo? 
 
—No es eso, es que quiero decirte algo muy privado. 
 
Él parecía pensarlo y al final me acompañó. 
 
Hoy usé más pasta dental de lo usual... 
 
Llegamos al baño, me aseguré de que no hubiera nadie y cerré la puerta. 
 
—Si fuera chica, debería estar gritando y pidiendo auxilio como loca. 
 
Solté algunas risitas y abracé su cuello. 
 
—No es para tanto. 
 
Repartí  besos  en  varios  lugares  de  su  rostro,  esperando  por  una  sonrisa, 
pero jamás llegó. 
 
—¿Qué querías decirme? 
 
—Bueno  que...  mi  mamá  viajará  una  semana  y  estaré  solito,  duerme 
conmigo. 
 
—No. 
 
—¿No quieres o no puedes? 
 
—Ambos. 
 
Taehyung se alejó de mí y empezó a abrir la cerradura. 
 
—¿Sabes por lo menos qué fecha es hoy? 
 
—... 
 
—Hoy cumplimos 6 semanas juntos. 
 
Aunque es como si nunca estuviéramos juntos. 
 
—Te felicito. 
 
Taehyung salió del lugar y yo comencé a llorar de rabia y tristeza. 
 
¿Por qué maldita sea tuve que elegirlo a él? ¿Por qué? 
 
   
27. 
 
Lo  odio,  tengo  unas  ganas  inmensas  de  jalarle  los  cabellos  y  alejarlo  de 
Taehyung. 
 
—Si las miradas mataran... 
 
—Yoongi,  ¿ya  viste  cómo  ese  estúpido  mira a Taehyung? Está muy cerca de 
él. 
 
—Estás celoso. 
 
—Lo estoy. 
 
Mis uñas se clavaron sobre la mesa. 
 
Minwoo  es  un  chico  nuevo  de  intercambio,  en  poco  tiempo  se  volvió uno de 
los  chicos más populares porque es bastante apuesto y además tiene dinero. 
Sé  que  le  gusta  mucho Taehyung y que le gusta tenerlo todo... y eso no se lo 
voy a permitir. 
 
Las  cosas  entre  mi  novio  y  yo  no  están  bien,  pero  tengo  que  continuar 
luchando.  Taehyung  parece  disfrutar  de  su  compañía,  lo  sé  porque  se  le  ve 
un poco más hablador y eso solo lo hace cuando algo le agrada. 
 
—Ya deja de mirarlo, nos estás asustando Jungkook. 
 
Yoongi estaba divertido con la situación mientras Jin se veía preocupado. 
 
El  estúpido  de  Minwoo  acaba  de  levantarse  y  se  despidió  muy 
cariñosamente  de  Tae  y  me  sacó  la  lengua.  Me  quedé  con  la  boca  abierta, 
¡ese estúpido me quería quitar a mi hombre! 
 
—Pelea de gatas. 
 
Yoongi estaba matándose de risa y Jin golpeó su frente. 
 
Me levanté de golpe y me dirigí hacia la mesa de Taehyung.  
 
—Así que ya estás buscando nueva pareja 
 
—¿Qué? 
 
—Ese  estúpido  niño  quiere  alejarte  de mi lado, cuando él se despidió de ti se 
burló de mí. 
 
—¿Nos estabas espiando? 
 
¿Es eso lo que le importa? 
 
—Toda la universidad lo vio. 
 
—Jungkook  escucha,  Minwoo  es  amigo  mío  por  favor  deja  de  ser  tan 
paranoico. 
 
—Yo soy tu novio, y no soy paranoico. Tienes que creerme. 
 
—No lo haré. 
 
—Ah, ¿no? Entonces cuéntame de qué hablaban. 
 
—Gayo. 
 
—¿Acaso... 
 
—Él es un chico muy culto, Jungkook. 
 
¿Y los cultos son su tipo? 
 
—Y yo soy el ignorante. 
 
—Eres mi novio. 
 
Really? 
 

28. 
 
Siempre  es  Jin  quien  me  acompaña  a  comprar  ropa,  porque  tiene  buenos 
gustos  y  me  compra  helado,  pero  tenia  una  cita  con  Namjoon  así  que  no 
pudo  venir.  Es  por  eso  que  tuve  que  venir  con  Taehyung  que  ha  estado 
callado todo el camino. 
 
—¿Qué opinas de este pantalón? 
 
El centro comercial lucía vacío. 
 
—No lo sé. 
 
Tomé  un  conjunto  de  pantalones  que  me  parecieron  lindos,  un  par  de 
camisetas  y  una  que  otra  ropa  interior,  es  que  es  Jin quien siempre la elige y 
acerta a mi talla. 
 
No me culpen. 
 
Nos dirigimos hacia los vestidores. 
 
—Espérame aquí por favor, no tardaré mucho. 
 
Ingresé  al  vestidor  y  vaya  que  era  pequeño,  sólo  cabía  una  persona.  Decidí 
no  usar  el  seguro  que  se  veía  muy  oxidado  porque  Taehyung  me  protegería 
desde afuera. 
 
Seguro. 
 
Y  comencé  a  desvestirme,  el  clima  estaba  agradable  así  que  no  tuve 
problemas. Solo deseaba que Taehyung pudiera estar ahí, a mí lado. 
 
Entonces  escuché  un  chillido  extraño  y  me  perdí  en  cuanto  observé  a 
Taehyung  entrar  al  vestidor.  Algunos  ladridos  se  pudieron  escuchar  desde 
afuera. 
 
Taehyung  cerró  la  puerta  con  el  seguro  y  gritaba frases para que aquel perro 
se fuera. 
 
Mis  mejillas  comenzaron  a  arder.  Taehyung  y  yo  estábamos  jodidamente 
apretados  en  aquel  lugar, yo totalmente desnudo y empotrado en la pared, él 
clavando  su  entrepierna  en mi trasero mientras inútilmente le gritaba al perro, 
¿es que acaso no se daba cuenta de la situación? 
 
—Jodida criatura. 
 
—T-Tae... 
 
El  silencio  se  apoderó  del  lugar,  y  mi  corazón  latía  alocado.  Sus  manos 
tocaron  mis  nalgas,  detallándolas  con  gentiles  toques  y  sus  labios  se 
posaron en mi cuello. 
 
Yo estaba derritiendome, literal, porque mi pene comenzaba a gotear. 
 
Sus  dientes  se  internaron  en  mi  piel,  no  fue  nada  doloroso,  por  lo  contrario, 
fue  placentero,  su  diestra  plantó  una  nalgada  sobre  mi  piel  mientras  que  la 
contraria pellizcaba la zona. 
 
—Mh. 
 
—Sí, Tae... 
 
Uno  de sus dedos se deslizó hacia mi entrada y yo ya estaba jadeando. Rozó 
la zona varias veces, tantas que sentí el bulto duro entre sus pantalones.  
 
—Kookie. 
 
—¡Ah, sí!  
 
El perro volvió a ladrar. No se había ido. 
 
Y  Taehyung  se  alejó  de  pronto,  escuché  su  respiración  irregular  y  me  di  la 
vuelta para mirarlo. Me moría de vergüenza. 
 
—Vístete. 
 
—Yo... necesito que salgas, amor. 
 
—¿Qué? No. 
 
No  es  posible  que  Taehyung  le  tenga  miedo  a  un  perro.  Me  dio  la  espalda  y 
se  apegó a un rincón. Aún así continuabamos rozandonos debido al pequeño 
espacio. 
 
Yo  disfrutaba  hacerlo  porque  sé  perfectamente  que  hay  una  erección  entre 
sus pantalones, que necesita atención. 
 
Finalmente  cuando  me  probé  todo,  decidí  llevarme  la  mitad.  Fui  yo  el  que 
salió  primero,  acaricié  al  pequeño  cachorro  que  tanto  había  atemorizado  a 
Tae  y  realmente era lindo. Taehyung salió del vestidor y de inmediato el perro 
comenzó a ladrar. 
 
—Mejor ve a pagar, yo voy a detener a la bestia. 
 
La  situación  era  divertida.  Taehyung  fue  a  pagar  y  mis  mejillas se volvieron a 
encender  recordando  lo  que  había  pasado  hace  algunos  momentos  entre 
Taehyung y yo en el vestidor. 
 
   
29. 
 
—Este será su último día juntos. 
 
¿Y ese estúpido qué se creía? 
 
—No  sé  si  estás  loco  o  muy  estúpido,  pero  Taehyung  y  yo  nos  amamos, 
nunca nos vas a separar. 
 
Quiero creer. 
 
—Ah, ¿sí? ¿Y por qué no actúa como tú novio? 
 
—Él actúa como mi novio, ya dejame en paz Minwoo. 
 
—Lo dijiste bien, "actúa" 
 
Minwoo  se  fue  por  el  pasillo  y  mi  corazón  comenzó  a  romperse.  ¿Por  qué 
tenía que ser así? Taehyung tampoco ayuda en nada. 
 
Caminé  despacio mientras los demás corrían a sus clases. No habían pasado 
ni  cinco  minutos  y  me  encontré  a  Taehyung  junto  a Minwoo. Ambos estaban 
muy cerca y yo ya no soporte más. 
 
—Minwoo. 
 
El nombrado se giró a mirarme y esbozó una sonrisa fingida. 
 
—Hola, querido. 
 
—Ya hablamos de esto, aléjate de Taehyung. 
 
Minwoo se hizo al ofendido. 
 
—Jungkook ya detente. 
 
Taehyung había salido a defenderlo. 
 
—Bien, elige, ¿él o yo? 
 
—Jungkook no estás actuando de... 
 
—¿Él o yo? 
 
Taehyung  me  miró,  no  tenía  una  expresión  en  la  cara,  pero  sé  que  estaba 
molesto. Se fue sin decir más y Minwoo corrió a su encuentro. 
 
Vale, él había decidido. 
   
30. 
 
Ahí  estaba  Minwoo  junto  a  uno  de  sus  amigos,  parecían  reírse  de  algo 
divertido  y  me  acerqué  con  cautela.  Ellos charlaban tranquilamente sobre las 
graderías  y  yo  me  oculte  debajo  de  ellas,  el  espacio  era reducido pero podía 
escuchar todo a la perfección. 
 
—Es lo que le dije la primera vez y le encantó. 
 
—Taehyung  es  un  chico  inteligente  dudo  que  no  se  haya  dado  cuenta, 
Minwoo. 
 
¿De qué? 
 
—Es  que  no  le  estaba  mintiendo,  es  fácil,  tomé  un  libro  de  generalidades 
sobre  filosofía,  le  lancé  uno  que  otro  tema  y  puse  mi  punto  de vista según el 
libro, y él pensó que soy culto. 
 
Ya me lo imaginaba, alguien así no podía tener cerebro. 
 
—¿Y leíste todo ese aburrido libro? 
 
—Algunas partes, pero más hablamos de historia, no es tan difícil. 
 
—¿Han tenido un avance? 
 
—Sí, logré que me invitara a su departamento hoy. 
 
—¿Irás  al  departamento  del  chico  muro?  No  me  digas  que  van  a  joder 
porque ese chico no tiene sangre que le llegue al pene. 
 
La rabia comenzaba a inundarme lentamente. ¿De qué estaban hablando? 
 
—La tiene, Taehyung es ardiente y esta tarde vamos a follar. 
 
—¿Te lo propuso? ¿No que tenía novio? 
 
—Lo  tiene,  pero  en  realidad  es  como  si  no  lo  tuviera.  Y  pues...  no  me  lo 
propuso pero es un hombre y ninguno se ha resistido a mí. 
 
Yo  estaba  comenzando  a  salir del escondite para darles una paliza pero ellos 
se  fueron  antes,  para  su  fortuna.  Tenía  muchas  cosas  en  la  cabeza  que  aún 
estaba procesando. 
 
Ese  día  busqué  a  Taehyung  y  no lo encontré. Le esperé por más de una hora 
en  el  lugar  habitual  y  nunca  llegó.  Fue  Namjoon  quien  me  dijo  que  lo vio irse 
junto  a  Minwoo  hace  hora  y  media.  Tomé  mis  cosas  y  me  dirigí  hacia  su 
departamento. 
 
Si Minwoo cumpliría con lo que se propuso, les cortaría los huevos a ambos. 
 
Esta tarde correrá sangre. 
 
   
31. 
 
Toqué  el  timbre  varias  veces  y  nadie  abría.  Estaba  dispuesto  a  irme  pero  la 
cerradura sonó. 
 
Un  Taehyung  un  totalmente  despeinado,  con  la  camisa abierta y húmeda me 
recibió.  Él  no  dijo  nada  cuando  me  vio,  sino  cuando  observé el lugar y divisé 
a Minwoo sobre el sofá, sin nada encima. 
 
Mi corazón es agitó y comenzó a doler. Ellos lo estaban haciendo... 
 
—No es lo que tú crees. 
 
Yo no creo nada, lo estoy confirmando. 
 
Ingresé a su departamento para encarar a esa zorra. 
 
—Esto es lo que planeabas, cabrón. Yo siempre supe de tus planes, zorra. 
 
Minwoo  actuaba  muy  bien,  su  rostro  mostraba  confusión.  Taehyung  se 
aproximó  a  nosotros.  No  puedo  creer  que  sean  tan  cínicos.  Y como siempre 
mi "novio" salió en su defensa. 
 
—Estás malinterpretando las cosas, él y yo no... 
 
Minwoo  me  había  sacado  el  dedo  del  medio  mientras  se  reía  a  espaldas  de 
Taehyung. 
 
—¡Maldita zorra! 
 
Iba a golpear a Minwoo, pero Taehyung me sostuvo. 
 
—No te atrevas a hacerlo. 
 
—Y  lo  defiendes,  Taehyung,  él  tenía  planeado  todo  esto,  ¿o  qué?  ¿Tú 
querías cogertelo? Era eso... 
 
—¡No! 
 
Minwoo estaba divertido mirando la escena. 
 
Una  de  mis  manos  se  liberó  del  agarre  y  decidí  atacar  a  Minwoo,  ya  estaba 
muy  enfadado  como  para soportarlo. Pero Taehyung tomó mi mano con más 
fuerza, tanta que me lastimó realmente. 
 
Perdí  el  equilibrió  y  caí  de  rodillas  sobre  el  suelo,  ambos  me  miraban  en 
silencio; nunca me había sentido tan humillado. 
 
Me levanté como pude, y salí corriendo. 
 
—¡Jungkook! 
 
No quería escuchar nada más.  
 
Sé que mamá no comprendería, así que iría a la casa de Jin. 
 
Esto se terminó. 
 
   
32. 
 
—Muy bien, hoy le dirás que todo terminó. 
 
Ha  pasado  una  semana  desde  lo  ocurrido.  He  faltado  a  las  clases,  no  me 
sentía preparado para afrontarlo. 
 
No  me  llamó,  no  me  buscó,  no  preguntó  por  mí,  no  me  envió  ningún 
mensaje. Pero lo pensé, no iba a rendirme con él, no todavía. 
 
—Jin hyung... 
 
—Es mejor para ti, si quieres yo estaré contigo mientras se lo dices. 
 
—No quiero terminar con él. 
 
—Kookie... 
 
—Por favor hyung, déjame luchar un poco más, no será mucho, por favor... 
 
Jin despeinó mis cabellos. 
 
—No tienes que pedirmelo, bebé. Pero Taehyung te está lastimando. 
 
—No lo hará más. 
 
Jin  soltó  un  suspiro.  Tanto  él  y  como  yo  sabíamos  que  las  cosas  no  iban  a 
cambiar, pero no dijimos nada, porque teníamos una esperanza. 
 
—No puedo perder más clases. 
 
Jin  y  yo  nos  hicimos  compañía  por  la  mañana,  pero  debido  a  que  él  tenía 
algunas clases extracurriculares yo me quedé solo en la cafetería. 
 
Y  Taehyung  apareció.  Se  sentó  a  cuatro  metros  de  mi  mesa,  sus  ojos  se 
posaron  sobre  los  míos,  y yo decidí enfocarme en mi teléfono. Pero lo sentía, 
su mirada estaba posada sobre mí. 
 
Entonces  se  levantó  y  se  sentó en mí mesa. No dijo nada, seguro esperaba a 
que yo dijera algo, pero no fue así... 
 
Él  sacó  uno  de  sus  libros  y  se  puso  a  leer.  Mis  mejillas  estaban  rojas  y 
empecé a ponerme nervioso.  
 
Sus  dedos empujaron una hoja pequeña hacia mi lado. Tomé un poco de aire 
y la leí. 
 
"Tus ojos son muy bonitos, me recuerdan al atardecer. A mí me gusta 
admirarlos, a él y a ti... tal vez tú no quieras hablarme, pero tus ojos me han 
dicho que quieren admirar el atardecer hoy. No les niegues hacerlo, ¿vale? 
 
-KTH" 
 
Taehyung  se  había  marchado  y  yo  sonreí  por  primera  vez en la semana. Hoy 
Taehyung y yo tenemos una cita para ver el atardecer. 
 
   
33. 
 
Faltaba  como  media  hora  para  el  atardecer,  aunque  el  cielo  tenía  algunos 
tintes  naranjas.  Taehyung  y yo estábamos acostados sobre el pasto del patio 
trasero  de  una  escuela  abandonada,  un  árbol  amable  nos  protegía  de  los 
últimos rayos del sol.  
 
El lugar se sentía tranquilo. 
 
—Entonces lo hizo... 
 
—Sí, tenías razón. 
 
Minwoo siempre fue una zorra. 
 
—Te lo dije. 
 
—Debí  escucharte,  pero  ya  era  muy  tarde,  él  apareció  desnudo  sobre  mi 
cama. 
 
—De cualquier manera no es nada nuevo entre ustedes... 
 
—No, eso no. Nunca pasó nada entre nosotros. 
 
—¿Y  qué  es  lo  que  vi  en  tu  departamento?  ¿Estaban  lavando  la  ropa?  No 
nací ayer. 
 
Un  tono  rosa  comenzó  a  unirse  con  los  tintes  naranjas del cielo. El atardecer 
está cerca. 
 
—Jungkook.  Estábamos  tomando  café  y  él  derramó la taza sobre su camisa, 
intenté  ayudarle  pero  él  mojó  mi  chaqueta  con  el  resto  de  la  taza.  No  sabía 
cuál  era  su intención. Él se quitó la ropa y yo tuve que quitarme la chaqueta y 
bueno...  por  mi  estúpida  amabilidad  puse su ropa en la lavadora. No es nada 
que no pueda pasar de pronto... 
 
Debí suponerlo, escuché a Minwoo ideando el plan para seducir a Taehyung. 
 
—¿Él te gusta? 
 
—Hazme una pregunta que tenga sentido. 
 
—¿Yo te gusto? 
 
—Pregunta algo que se pueda explicar. 
 
¿Qué significa? 
 
El  atardecer  apareció  ante  nuestro  ojos  y  nos  quedamos  en  silencio  hasta 
que el sol desapareció.  
 
—Jungkook... 
 
—¿Mh? 
 
Taehyung  luce  muy  guapo  esta  noche,  como  siempre  pero  hoy...  sus  ojos 
brillan, él se siente diferente.  
 
—¿Eres virgen? 
 
Mi corazón se agitó. ¿Qué acaba de preguntar? 
 
—Sí. 
 
—¿Por qué quieres perderla conmigo? 
 
—Porque te amo.   
 
El  silencio  volvió  a  apoderarse  del  lugar,  parecía  que  él  pensaba  mucho  en 
algo y yo sólo podía pensar en él. 
 
Entonces  se  aproximó  hacia  mí  y comenzó a besarme, fue un beso lento que 
terminó  siendo  salvaje.  Nunca  me  había  sentido  tan  enamorado,  tan...  tonto 
por alguien.  
 
Nos  separamos  sólo  para  conectar  nuestras  miradas.  Sus  cabellos  cubrían 
su frente, nunca he tenido a Taehyung tan de cerca. 
 
—Minwoo  es  tonto,  siempre lo supe, nadie en su sano juicio podría creer que 
Kant es un pianista.  
 
Y  sonrió,  por  algunos  segundos,  esa  brillante  y  rectangular  sonrisa  había 
vuelto a salir. Mi corazón gritó su nombre.  
 
   
34. 
 
—Mh sí, ¡Tae! ¡A-así! 
 
Sus  dedos rozaron mi entrada con cautela, y yo con pequeñas caricias ya me 
sentía duro y húmedo. 
 
—Calma. 
 
La  luna  brillaba,  el  clima  había  descendido  en  aquel  rincón  del  colegio,  pero 
para nosotros no.  
 
—Tae... 
 
—Te estoy faltando el respeto. 
 
—No, claro que no. 
 
Taehyung  me  había  pedido  tener  un  poco  de  intimidad.  Me  pidió muy tímida 
y educadamente dejarle que me acariciara y no me negué. 
 
Nadie podría vernos, o eso esperaba. 
 
Sus  manos  se  deslizaron  por  mis  muslos,  mientras  sus  labios  se  posaban 
sobre mi cuello. Mi respiración se mostraba irregular al igual que la suya. 
 
—Jungkook, nos pueden ver. 
 
Qué importa. 
 
—¿Deberíamos volver? 
 
—Sí... tu madre debe estar preocupada. 
 
Seguro. 
 
—Vale, vamos. 
 
Nos  levantamos  del  lugar  y  salimos  de  ese  colegio.  Fue  algo  escalofriante 
recorrer  esos  pasillos,  pero  Taehyung  me  daba  seguridad,  sabía  que  él  me 
protegería de todo. 
 
¿Taehyung me quiere? ¿Siente algo por mí? 
 
 
 
   
35. 
 
Toqué  su  puerta.  Mis  botas  sonaban  con  el  menor  movimiento  y  mi  gran 
sombrero  no  dejaba  de  chocarse  contra  todo  lo  que  tuviera  en  frente. 
Taehyung abrió, lucía algo dormido y en cuanto me vio se quedó en silencio. 
 
—Son las diez de la mañana y no estás listo. 
 
—¿Listo para qué? 
 
—Hoy es domingo de visita al hogar de niños. 
 
—¿Qué? 
 
—Saca la ropa nueva que no usas. ¿La tienes? 
 
—Pues sí, algunas. 
 
—Perfecto, reúnelas, se nos hace tarde. 
 
—Jungkook... 
 
—Calla y reúnelas. 
 
Taehyung  se  tardó  como  media  hora  en  tener  todo  listo.  Mis  botas  sonaban 
exageradamente  y mi novio cargó todas las bolsas que traíamos, no sé cómo 
lo hizo, pero lo hizo. 
 
La  señora  Cho  nos  recibió  con  una  gran  sonrisa  en  el  rostro  y  cuando  los 
niños  me  vieron  llegar  corrieron  a  darme  un  abrazo.  Se  pusieron  muy  felices 
cuando supieron que no sólo había traído ropa, sino también juguetes. 
 
Taehyung  y  yo  repartimos  todo  con  calma.  Él  no  dijo  nada  en  toda  la 
mañana, como siempre. 
 
Era  la  hora  del  almuerzo  y  todos  los  niños  se fueron. Eso quiere decir que es 
hora de que nos vayamos. 
 
La  pequeña  Hyo  se  acercó  a  darme  un abrazo y luego se acercó a Taehyung 
y besó su mejilla. La señora Cho y yo nos quedamos impactados.  
 
—Gracias por venir Jungkook. 
 
—Déjeme volver al otro mes. 
 
—No  puedo,  es  demasiado  para  un  chico  de  tu  edad,  pero  estamos  muy 
agradecidos. 
 
—Señora Cho... 
 
—Los  niños  te  adoran  pero  es demasiado para ti, reunir todo esto. Así que te 
esperaremos en seis meses. 
 
Me  sentí  un  tanto  triste,  porque  yo  amaba  a  esos  niños  y  ellos a mí. Aún así, 
volvería, dentro de mucho tiempo, pero lo haría. 
 
Taehyung  y  yo  salimos  del  hogar  para  niños  y  caminamos  en  silencio rumbo 
a casa. 
 
—Taehyung, ¿qué le dijiste a Hyo? 
 
—Nada.  
 
—¿Y por qué te besó la mejilla? 
 
—No lo sé, tal vez porque así son los niños. 
 
—Hyo  nunca  se  acerca  a  extraños,  mucho  menos  tiene  contacto  con  ellos, 
pero contigo fue diferente. 
 
—No lo sabía. 
 
—No importa y ah... gracias por venir. 
 
—No fue nada. En realidad fue algo interesante y muy noble de tu parte. 
 
Mis mejillas se incendiaron. 
 
—¿Tú lo crees? 
 
—Sí. Jungkook, ¿tenias que traer esas botas? 
 
Mis botas seguían sonando gracias a los cascabeles que se movían. Vaya día 
divertido y vergonzoso. 
 
   
36. 
 
Es  difícil  comenzar  el  lunes  con  una  sonrisa,  porque  todo  es  cansador  y 
aburrido.  
 
Vi  a  Taehyung,  estaba  junto  a  Jimin,  quise  hablarles  pero  la  expresión  de 
Jimin  no  mostraba  algo  bueno,  parecía  que  estuviera  realmente  molesto con 
algo y mi novio no se defendía, parecía como si aceptara la culpa de algo. 
 
¿Qué? 
 
Esperé  paciente  a  que  terminaran  de  "hablar".​   Jimin  se  fue  gritando  algunas 
cosas  que  no  pude  entender  ni  escuchar  con  claridad.  Taehyung  soltó  un 
suspiro  y  se  dirigió  hacia  mí,  el  tonto  ni  se  había  dado  cuenta  que yo estaba 
ahí, esperando por él. 
 
—¡Amor! 
 
Taehyung  levantó  su  cabeza  para  verme.  Yo  le  di  un  abrazo  y  besé  sus 
labios.  
 
—Taehyung yo... 
 
—Vayámonos. 
 
En  el  camino  no  dijimos  nada,  él  estaba  hundido en sus pensamientos como 
siempre, pero se sentía... triste. Yo lo seguí hasta llegar a su departamento 
 
Ingresamos con calma y él se tiró sobre el sofá. 
 
—¿Pasa algo? 
 
—No. 
 
—A ti pasa algo y no quieres decirme. 
 
—No. 
 
Tomé  de  su  brazo  y  jalé  de  él,  hasta  que  Taehyung  tomara  asiento  y  me 
mirara.  
 
—¿No vas a decirme? 
 
—No pasa nada. 
 
Me  senté  sobre  su  regazo  y  besé  sus  labios.  Tenía  la  impresión  de  no  ser  el 
momento adecuado, pero yo no lo sé, ni lo entiendo.  
 
Sus  ojos  me  examinaban  y  mis  manos  no  se  detuvieron  al  recorrer  su 
camisa,  solo  cuando  deshicieron  la  unión  de  sus  botones.  Siempre  he 
querido  ver  su  cuerpo,  siempre.  Él  no  se  opuso,  por  lo  contrario,  atrapó  mi 
cintura entre sus brazos y respondió a mi ansioso beso. 
 
Terminé  con  su  camisa  y  la  arrojé  lejos.  Nuevos  ojos  se  conectaron  por 
última  vez,  y  mis  labios  se  separaron  de  los  suyos  para  poder  recorrer  su 
bien  formado  torso,  el  espacio  era  reducido  así  que  tuve  que  levantarme  de 
su  regazo  para  posicionarme sobre mis rodillas el piso. Sus ojos continuaban 
posamos  en  mí,  y  su  silencio  me  animaba  a  continuar  y  lo  hice.  Mis  dedos 
deslizaron  el  cierre  de  su  pantalón  y  tras  de  aquel  boxer  azul  que  terminé 
bajando, hallé una prominente erección. 
 
Mi  lengua  exploró  la  extensión  con  calma,  mis  manos  temblaban  al sostener 
la  base  y  algunos  jadeos  de  su  parte  se  hicieron  audibles.  Tomé  una 
bocanada  de  aire  y  metí  su  miembro  en  mi  boca,  la  punta  de  su  glande 
golpeó  mi  garganta  y  mi  lengua  sentía  el  palpitar  de  su  venas  cada  vez  más 
acelerado.  Moví  mi  cabeza  hacia  atrás  y  adelante,  dejando  ingresar  a  aquel 
extraño en ella y Taehyung tomó mis cabellos con algo de rudeza. 
 
Su  cintura  de  movió  hacia  adelante  y  comenzó  a  penetrar  mi  cavidad  sin 
compasión,  me  resultaba  excitante  dejar  que  él  tuviera  el  control  a  pesar  de 
que me sentía ahogado. Chillé un par de veces antes de que él gimiera. 
 
—Joder... 
 
Mis  uñas  se  clavaron  en  sus  muslos  y  absorbí  la  punta  cuando  me  dejó 
tomar  un  respiro.  Nuestros  labios  se  encontraron  de  nuevo  y  sus  dedos 
volvieron a jalar mis cabellos. 
 
—Tae. 
 
—Vete. —Susurró y yo quise morir.   
 
—Por favor no... 
 
—¡Vete!  
 
Me  levanté  con  los  pies  temblorosos  y  salí  corriendo  de  su  departamento, 
con las mejillas empapadas de lagrimas. 
 
   
37. 
 
Taehyung  ha faltado una semana a clases, le he llamado pero él no da signos 
de vida.  
 
—¿Cuándo me lo pensabas decir? 
 
—Cuando tuvieras tiempo... 
 
—Soy tu madre, siempre voy a tener tiempo para ti. 
 
—Lo siento... 
 
—No  importa.  Mira,  las  parejas  siempre  tienen  problemas,  a  veces  terminan 
o continúan, todo es parte de la vida.  
 
Mamá  me  dejó  el  desayuno  y  se  despidió  de  mí  dejando  un  beso  en  mi 
mejilla. 
 
Solté un suspiro, ¿qué hice mal? ¿Qué estás mal conmigo?  
 
Escuché  el  sonido  del  timbre.  ¿Será  posible  que  mamá  se  olvidó  algo?  Me 
levanté  con  calma  y  abrí la puerta, me sorprendí al observar a Jimin justo ahí, 
su mirada no mostraba felicidad. 
 
—Tenemos que hablar. 
 
—¿De qué? 
 
—De Taehyung. 
 
—¿Qué pasa con él?  
 
—Tienes  que  dejarlo  ir,  mira,  cuando  supe  que  ustedes  estaban  juntos  creí 
que  sería  como  sus  demás  relaciones  de  dos  semanas,  no  quiero  creer  que 
es algo serio pero la relación que tienen ustedes me está dando miedo... 
 
Mi corazón se aceleró. ¿Qué acaba de decir? 
 
—¿Miedo...? 
 
—Termina con él. 
 
—¡No! 
 
Algunas lagrimas querían escapar. 
 
—Jungkook, te lo digo por tu bien, Taehyung nunca podría llegar a amarte. 
 
—Tú  no  eres  nadie  para  venir  a  decirme  esto,  no  te  importa  lo que tenemos, 
yo sé que él... siente algo por mí.  
 
—¿Eso crees? ¿No tienes suficiente con su desprecio? 
 
Él había dado en el clavo. 
 
—C-cállate... 
 
—Jungkook,  me  agradas  y  Taehyung  es  como  mi  hermano,  quiero  lo  mejor 
para ambos es por eso que... es mejor que terminen ahora. 
 
—No... 
 
—Jungkook, tienes que escucharme. 
 
Algunas lagrimas ya corrían por mis mejillas, me sentía humillado, herido. 
 
—¿Qué? ¿Es que acaso tú estás enamorado de él? 
 
—No, él es como mi hermano. ¿Quieres saber la verdad? 
 
—... 
 
—Taehyung  sólo  ha  amado  a  una  persona  en  su  vida,  después  de  esa 
persona  nadie  nunca  podrá  ocupar  su  corazón. Él puede ser feliz ahora junto 
a  esa  persona,  volverá  muy  pronto  a  su  lado...  lo  que  te  digo  es  para  que  lo 
que él tenga que decirte no suene tan duro. 
 
—M-mientes... 
 
Su  mirada  estaba  llena  de  lástima.  No,  Jimin  no  es  malo,  pero  su  sinceridad 
terminó hiriéndome. ¿Taehyung ama a otra persona? 
 
—Todos  tenemos  una  historia,  ellos  la  tienen,  no  los  juzgues,  tú  obligaste  a 
Taehyung a estar a tu lado, ahora déjalo ser libre y encárgate de ser feliz. 
 
Jimin  me  dio  la  espalda  y  se  fue  caminando  hasta  que  desapareció  de  mi 
vista. 
 
¿Por qué, Taehyung? ¿Por qué?  
 
 
 
   
38. 
 
Cuando  abrí  los  ojos,  algunos  rayos  del  sol  cegaron  mi  vista.  Mis  ojos 
estaban hinchados y mis labios muy resecos.  
 
Solté  un  suspiro  de  tristeza  pero  esbocé  una  sonrisa,  no  importaba  lo  que 
había sucedido ayer, yo continuaría luchando por Taehyung. 
 
La puerta sonó. Mi madre parecía lo oír nada así que bajé y abrí la puerta. 
 
—¿Es usted Jeon Jungkook? 
 
—Sí, lo soy. 
 
—Oh, al fin. Esto es para usted. 
 
El  señor  me  dejó  aquel  sobre  extraño  y  se  fue.  Abrí  el contenido con lentitud 
y comencé a leer: 
 
"Querido Jungkook. 
 
Creo  que  has  tenido  mala  suerte  conmigo,  he  sido  consiente  de  todos  tus 
intentos  pero  somos  como  dos  piezas  que  no  encajan,  será  porque encontré 
mi otra parte y tú aún no. 
 
Eres  una  gran  persona  y  no  mereces que te marchite de esta manera, así que 
me  permito  ser  sincero.  Estoy  enamorado  de  alguien,  su  nombre  es  Hoseok, 
le  he  amado  toda  la  vida,  desde  la  primera  vez  que  aprendí  lo  que  era  el 
amor. Él se fue pero estoy esperando su regreso. 
 
Espero  que  comprendas  y  sepas  perdonar  mi  cobardía de enviarte una carta. 
Por favor se feliz. 
 
Att. Kim Taehyung" 
 
Rompí  la  carta  y  salí  corriendo  en  rumbo  hacia  el  departamento  de 
Taehyung.  Él  no  podía  haber  escrito  eso,  tal  vez  fue  Jimin,  no  sé,  o Minwoo, 
pero él no. 
 
Algunos  coches  frenaron  cuando  pasé  corriendo  por  las  calles,  nada  me 
importaba.  Mis  pies estaban agotados pero aún así llegaron hasta su edificio. 
No  tomé  el  ascensor, subí corriendo las escaleras, su piso estaba cerca y me 
detuve... 
 
Mi corazón se detuvo. 
 
Taehyung  estaba  en  su  puerta,  besándose  con  un  chico,  ambos  estaban 
perdidos en su mundo y yo me quedé ahí como un tonto, mirándolos. 
 
Seguramente él es Hoseok, la persona que tanto ama.  
 
Ellos  entraron  al  departamento  sin  separar  aquel  beso  y  olvidando  cerrar  la 
puerta.  Yo  caí  en  cuenta  del  momento y bajé las escaleras muy lentamente... 
minutos  después  ya  estaba  corriendo  hacia  la  casa  de  mi  hyung,  con 
lágrimas en los ojos y con el corazón totalmente partido. 
 
   
39. 
 
-Dame tu teléfono. 
 
-H-hyung... 
 
Las lágrimas no dejaban de brotar todavía. 
 
-Esta vez sí se terminó. 
 
Asentí. 
 
-Se terminó... 
 
Jin  tomó  mi  teléfono,  envió  un  mensaje  a  Taehyung  diciendo  que  habíamos 
terminado y luego sacó el chip y lo destruyó. 
 
Namjoon  me  ofreció  una  taza  de  chocolate  caliente  y  yo  agradecí  su 
comprensión. 
 
-Voy a partirle la cara a Taehyung. 
 
-Hazlo, cariño, por favor. 
 
No iba a permitir que Namjoon y Taehyung se pelearan, eran amigos. 
 
-No, Nam. U-ustedes son amigos... 
 
-Ese  chico  no  es  mi  amigo,  el  Taehyung  que  yo  conocí  nunca  haría  algo 
como eso. 
 
-Nam... 
 
-Voy a golpearlo. 
 
-Por favor no... 
 
-No  lo  haré,  pero  si  cambias  de  opinión  mi  propuesta  de  darle  su  merecido 
está en pie. 
 
Me quedaría esa noche con mis hyungs, luego iría a descansar a casa. 
 
Nunca nadie me había lastimado como él lo había hecho, nadie. 
 
   
40. 
 
Es  difícil  asistir  a  clases  con  esta  depresión.  El  miedo  de  encontrarme  a 
Taehyung  por  los  pasillos  me  abruma,  Jin  y  Nam  lo saben es por eso que no 
me han dejado solo ni un sólo segundo. 
 
—Jungkook de mi vida, ¿dónde estabas? 
 
Jackson  apareció  de  la  nada  y  me  interrogaba  como  madre  preocupada. 
Estábamos reunimos en el jardín.  
 
—Descansando... 
 
Jin le hizo una señal de ​"no le molestes o te golpearé"​ con la mirada. 
 
—¿Por qué luces así? ¿Estás enfermo? 
 
—No... 
 
—¿Otra pelea con Taehyung? 
 
Jin lo iba a matar. 
 
—No... él y yo terminamos. 
 
Jackson  se  veía  totalmente  sorprendido  y  se  dio  cuenta  de  la  incómoda 
situación. 
 
—Las  cosas  salen  como  yo  quiero,  mañana  serás  mi  novio  y  luego  nos 
casaremos, no lo niegues. 
 
Jackson se fue corriendo y yo solté un suspiro. 
 
Era hora de clases así que nos dirigimos hacia mi salón. 
 
Y  apareció  la  persona  que  menos  quería  ver  en  ese  momento.  Taehyung 
estaba  junto  a  Jimin  y  en  cuanto  nos  vieron,  nos  prestaron  atención, yo bajé 
la  mirada  y  me  negué  a  mirarlo.  Nam  hizo  lo  mismo  y  continuamos  con 
nuestro camino. 
 
Pero sentí su intensa mirada. 
 
Amo a Taehyung, tanto que duele.  
 
Ingresé  al  aula  después  de  despedirme  de  mis  hyungs  y  limpié  las  lágrimas 
que se habían escapado. 
 
¿Por  qué  sigo  amando  al  chico  muro?  ¿Por  qué a pesar de que ha destruido 
mi vida? 
 
   
41. 
 
Ha pasado un mes desde lo sucedido. 
 
Yo  sigo  sin  superarlo. Taehyung se ve tranquilo, él no me ha vuelto a dirigir la 
palabra  desde  aquel  día  y  pienso  que  está  bien,  me hice a la idea que lo que 
él y yo tuvimos, en realidad nunca fue nada, sólo un error mío.  
 
Tres meses a su lado, no se pueden superar tan pronto. 
 
Pero ya no sería una molestia para él.  
 
Si  supiera  cuánto  lo  extraño,  cuánto  deseo  poder  estar  junto  a  él  aunque  él 
no quisiera tenerme cerca. Ruego por un día más, pero es imposible.  
 
—Sigues siendo tan hermoso como la última vez que te vi. 
 
Yugyeom  fue  mi  primer  novio.  Lo  quería  muchísimo,  incluso  planeamos 
nuestra  boda,  no  era  nada  serio  pero  queríamos  que  lo  fuera.  Empero  se  le 
presentó  una  beca  para  estudiar  un  par de años en Alemania, nadie se negó, 
tanto él y yo sabíamos que sería lo mejor para su futuro. 
 
No  rompimos  porque  hiciera  falta  el  amor,  sino  porque  no  podríamos 
mantener  una  relación  así.  Yo  tenía  que  prepararme  para  poder  ingresar  a  la 
universidad  y  él  para  mantener  su  beca.  Estuve  muy  triste  cuando  se  fue, 
pero  lo  acepté.  Había  esperado  por  él...  sin  embargo  mis  sentimientos  se 
habían esfumado, y yo quería hallarlos de nuevo, realmente quería. 
 
—Tú sigues siendo muy guapo, Yugyeom. 
 
Él  regresó  hace  pocos  días  y  vino  a  casa  con  un  gran  ramo  de  rosas.  Lo 
primero  que  me  dijo fueron las palabras que había mencionado al despedirse 
hace  dos  años:  ​"Cuando  vuelva,  estaremos  juntos  de  nuevo  y  no  voy  a 
dejarte ir, serás mi esposo". 
 
Él  me  invitó  a  salir  y  Jin  me  obligó a aceptar. Arregló mi cabello y se encargó 
de elegir mi ropa para la cita. 
 
Él había madurado, pero seguía siendo tan dulce como siempre. 
 
—¿Cómo te fue en estos años? 
 
—Bien... 
 
No quiero recordarlo. 
 
—¿Cómo te fue a ti? 
 
—Excelente, aprender alemán fue algo complicado, pero el inglés me salvó. 
 
—Es genial. Me alegra saberlo. 
 
—Kookie... 
 
Sus  manos  se  posaron  sobre  las  mías,  su  mirada  tenía  un  brillo  especial. 
Yugyeom me gustaba muchísimo, incluso me derretia al oír su voz. 
 
Ahora solo... solo le guardo cariño. ¿Dónde se fueron mis sentimientos? 
 
—Yugyeom. 
 
—No  hubo  un  día  en  el  que  no  pensara  en  ti.  Pensé  en  regresar  antes,  pero 
decidí no dejar cuentas, para quedarme aquí para siempre. 
 
—Yugyeom, también pensé en ti, estaba preocupado acerca de tu bienestar. 
 
¿Por  qué  tuvo  que  irse?  Si  él  no  se  hubiera  ido  nunca  hubiera  conocido  a 
Taehyung. Nunca debí dejarle ir... 
 
—Fueron las ganas de verte que me mantuvieron con ganas de continuar. 
 
—Gracias... 
 
—Sal conmigo de nuevo. 
 
No  puedo.  No  quiero.  Me  niego.  Lo  siento.  Pero  lo  necesito,  tengo  que 
comenzar de nuevo... tengo que hacerlo. 
 
—Sí. 
 
—¿Sí? 
 
—Sí... 
 
Él  esbozó  una sonrisa y yo comencé a repetir ​"tengo que olvidar a Taehyung" 
unas diez veces. 
 
Mis sentimientos por Yugyeom no estaban muertos, no podía dejarlos morir.  
   
42. 
 
—Mira quién vino por ti. 
 
Jin  estaba  totalmente  emocionado.  Yo  me  levanté  de  mi  lugar  y  me  dirigí 
hacia  la  ventana,  en  la  puerta  principal  se  encontraba  Yugyeom  sobre  su 
motocicleta, esperando por mí.  
 
Me sentí agobiado de pronto. 
 
—Yugyeom... 
 
—Sí, toma tus cosas y ve a su encuentro ahora. 
 
Jin  me  empujó  fuera  del  aula  y  yo  comencé  a  caminar  en  rumbo  a  la  salida. 
Prefería estar en casa, descansado un poco.  
 
El  aire  se  me  fue  cuando  vi  a  Taehyung  parado  en  el  lugar  donde  siempre 
solíamos  encontrarnos  para  ir  a  casa.  Algo  en mí comenzó a doler, quizás mi 
corazón.  Tomé  con  fuerza  mi  mochila  y  pasé  por  su  lado,  intentado  no 
mirarlo,  pero  él  es  como  un  imán  que  me  mantiene corriendo a su alrededor. 
Luché con todas mis fuerzas para no lanzarme a sus brazos. 
 
Yugyeom esbozó una sonrisa al verme. 
 
—Hola, bonito. 
 
Yo  quería  irme  de  ahí  lo  más  pronto  posible.  Él  acarició  mis  mejillas  con 
delicadeza,  ¿por  qué  antes  eso  me  derretía  y  ahora  simplemente  no  me 
causa nada? 
 
—Yugyeom... 
 
—¿Cómo te fue? 
 
—Bien... ¿nos vamos? 
 
—Oh, claro, toma. 
 
Él  me  entregó  el  casco  y  subí  a  su  motocicleta.  Me  sujeté  con  fuerza  de  su 
cintura y él arrancó. 
 
Me  di  la  vuelta  para  observar  a  Taehyung  y  él  continuaba  ahí.  Nos  mirada 
con  atención,  con esa expresión neutral y vacía. Nuestros ojos se conectaron 
por última vez antes de que yo los cerrara. 
 
Iría  a  donde  Yugyeom  quisiera  llevarme,  con tal de que se encuentre lejos de 
Taehyung, muy lejos.  
 
   
43. 
 
—Jin  me  dijo  que  ya  no  usabas  tu  número,  pero  me  juró  que hoy iba a darte 
otro nuevo. 
 
Este hyung. 
 
—Es verdad, oh... Jin es muy considerado. 
 
Tenía  que  intentarlo;  recuperaría  mis  sentimientos  por  Yugyeom,  ellos  no 
podían estar muertos.  
 
—Traje algo para ti. 
 
—¿En serio? 
 
—Sí. 
 
Yugyeom  me  entregó  una  pequeña  caja  de  terciopelo  rojo,  la  abrí  con 
cuidado y encontré una pulsera brillante. Era hermosa, en serio. 
 
—¡Yugyeom! No debiste, es hermosa. 
 
—¿Te gustó? 
 
Él  tomó  la  pulsera  y  la  puso  en  mi  muñeca.  Me  sentí  extraño,  porque...  no 
podía  dejar  de  pensar  en  Taehyung,  entonces  me  di  cuenta,  Taehyung  se 
sentía así cuando yo estaba con él, él pensaba en Hoseok, lo extrañaba. 
 
—Me encantó... 
 
Yugyeom  se  fue  acercando  lentamente  y  mi  corazón  se  agitó.  Él  quería 
besarme  pero  yo  sentía  miedo,  él  lo  supo  cuando  retrocedí. Soltó un suspiro 
y  dirigió  su  mirada  hacia  el  frente.  Algunas  personas  paseaban  con  sus 
mascotas y le silencio incómodo se instaló. 
 
Taehyung  se  sentía  así  cuando  yo  intentaba  tener  intimidad  con  él.  Lo 
entendí perfectamente. 
 
No  podía  hacerle daño a Yugyeom, no cuando él ha sido tan bueno conmigo, 
siempre. 
 
—Yugyeom. 
 
—¿Mh? 
 
Deposité  un  corto  beso  sobre sus labios y él volvió a sonreír. Imité su acción, 
aunque me sentía algo triste. 
 
—Debo irme... 
 
—Te llevaré a casa. 
 
—Vale, gracias. 
 
Él tomó mi mano y nos dirigimos hacia su motocicleta. 
 
Olvidaré a Taehyung, quiero creer y espero. 
 
   
44. 
 
Yugyeom  me  invitó  a  visitar  el  parque de diversiones que se instaló recién en 
la  ciudad.  Jin  estaba  muy  emocionado  de  ir,  lo  teníamos  planeado,  pero  en 
cuanto supo que Yugyeom me había invitado, se negó a ir.  
 
—¿Te estás divirtiendo? 
 
—Claro. Me fascina. 
 
Yugyeom  me  compró  algodón  de  azúcar  con  colores  galácticos,  no  podía 
estar más feliz.  
 
—¿Me invitas? 
 
—Claro.— Tomé un poco de algodón y se lo ofrecí, él soltó algunas risas. 
 
—Yo quiero probar el algodón que está sobre tus labios. 
 
¿Tenía  algodón  sobre  los  labios?  Cubrí  mis  labios  de  inmediato,  mis  mejillas 
se sonrojaron y Yugyeom se acercaba un poco más. 
 
Espera, ¿qué había dicho? 
 
—Oh, ¡Jungkook! ¿Qué haces aquí? 
 
Aquella  voz.  Nos volteamos a observar quién me saludaba y era Jimin... junto 
a  Taehyung,  Namjoon  y  seguramente  Hoseok...  con  una  gran  sonrisa  en  la 
cara. 
 
Namjoon, traidor, voy a encargarme de que Jin le regañe. 
 
—... 
 
—Oh, vienes con alguien, no sabíamos, perdón. 
 
—Está bien... 
 
Taehyung  se  ve  muy  guapo, la armonía entre él y Hoseok se siente. Namjoon 
está mirando alrededor, como intentando desaparecer lo más pronto posible. 
 
He empezado a odiar a Jimin. 
 
—Bueno, ¿no nos piensas presentar a tu acompañante? 
 
Tragué duro. Quería hacerme polvo y desaparecer. 
 
—Él es Yugyeom... 
 
—Hola, mucho gusto. 
 
Yugyeom  estrechó  su  mano  con todos con una amable sonrisa, incluyendo a 
Taehyung. 
 
—Y dinos Yugyeom, ¿qué estás...? 
 
—Oh,  lo  siento,  pero  ya  están  disponibles  las  apuestas  para  la  carrera  y  no 
nos la podemos perder. Jungkook, ¿nos vamos?  
 
—Oh sí. 
 
Yugyeom  tomó  mi  mano  y  me  alejó  del  grupo.  ¿Cuáles  carrera?  Bueno,  no 
importaba, no podía soportar ni un segundo más estar ahí. 
 
—Lo lamento, pero es que tú lucías muy incomodo, ¿no son tus amigos? 
 
Lo eran. 
 
—No. 
 
—Con  razón.  Aunque  todos  se  veían  algo  agradables,  excepto  el  serio...  el 
de cabellos claros. 
 
¿Taehyung? 
 
—Mh... 
 
—Sentí que quería matarme con la mirada, ¿siempre es así? 
 
—Sí, siempre. 
 
Revisé  las  notificaciones  de  móvil  y  entre  ella  estaba  un  mensaje  de  Jin  que 
decía  lo  siguiente:  ​"Cariño,  Namjoon  se  reunió  con  los  chicos  para  hacer  las 
pases,  seguramente  irán  a  parque  de  diversiones,  intenta  no  encontrarlos, 
¿no prefieren ir otro lugar?"  
 
Era muy tarde hyung, demasiado tarde. 
   
45. 
 
Cada  año  la  universidad tiene el tradicional viaje educativo para los de primer 
año.  Es  por  eso  que  traen guías del último año para qué puedan ayudar a los 
demás.  Rogaba  con  todas  mis  fuerzas  que  elegieran  a  Jin  o  Namjoon,  ellos 
eran buenos estudiantes y tendríamos una oportunidad. 
 
Todos  llegamos  al  lugar  e  intentamos  mantener  el  orden,  antes  de  subir  a  la 
colina para visitar el lugar.  
 
—Bueno,  quiero  presentarles  a  sus  guías.  Taehyung  y  Jimin.  Ya  conocen  a 
Taehyung,  él  siempre  nos  acompaña  cada  año.  Así  que  obedezcan  todo  lo 
que  les  digan,  pueden  partir,  por  favor  tomen  apuntes  y  regresen  lo  más 
pronto posible para la cena. 
 
Quería morir. 
 
Más porque Yoongi se quedó dormido en el bus y no pude dejarle mis cosas. 
 
Nos  dividimos  en  dos  grupos,  Taehyung  se  fue  con  una  mitad  y Jimin con la 
otra. Afortunadamente tuve que ir con Jimin. 
Él  quiso  hablar  conmigo,  pero  realmente  yo  no  quería  hacerlo,  así  que  me 
separé del grupo en cuanto pude.  
 
El  lugar  se  veía  tranquilo,  es  un  lugar  magnífico.  Y  vi  un  conejito,  él  llevaba 
consigo algunas hojas y lo seguí. 
 
El rol comenzó a esconderse. Probablemente caería un poco de lluvia. 
 
No  dejó  que  lo  atrapara,  pero  al  final  lo  logré.  No  quería  hacerle  daño,  solo 
quería  acariciarlo  un  poco.  Las  risas  de  mis  compañeros  fueron 
desapareciendo  así  que  decidí  continuar,  pero  ellos  no  aparecieron. 
Comencé  a  creer  que  iba  en  la  dirección  contraria,  mas  nunca  llegué  a  la 
cima ni al campamento. ¿Dónde estoy? 
 
Corrí  por  miedo.  Ellos  tendrían  que  estar en algún lugar. La lluvia comenzaba 
a caer. 
 
Lloré  como  un  niño.  Estaba  muy  asustado,  porque  escuché  algunos sonidos 
extraños, como gruñidos. 
 
No  supe  cuántas  horas  habían  pasado.  El  sol  se  había  ido,  y  la  lluvia  bajaba 
con  más  fuerza.  Un  perro apareció entonces, me mostró sus dientes con una 
gran rabia y molestia. La sangre se me congeló.  
 
Ese perro iba a destrozarme. 
 
   
46. 
 
Sentí  que  la  vida  se  me iba de las manos cuando el perro corrió hacia mí con 
la  intención  de atacarme, pero alguien vino en mi rescate. Aquella persona se 
abalanzó  sobre  el  perro  y  le  empujó  hacia  la  izquierda,  en  el  proceso  de 
aquello,  el  perro  rasguñó  su  brazo.  El  impacto  que  tuvo  al  caer  hizo  que  el 
perro se fuera corriendo. 
 
La  lluvia  no  me  permitía  ver  con  claridad.  Aún  así  corrí  al  encuentro  de 
aquella persona. 
 
—¡¿Estás bien?! —Esa voz.  
 
Me  quedé  quieto  al  saber  de quién se trataba. Él tomó mi mano y comenzó a 
correr.  No  sé  a  dónde,  pero  llegamos  a  algo  parecido  a  una  cueva.  El  lugar 
se  veía  espeluznante,  aunque  nos  ayudaría  a  cubrirnos  de  la  lluvia,  la  misma 
que cada vez iba creciendo más y más. 
 
—¿Qué tienes en la mochila? 
 
No sabía qué decirle, así que solo saqué el contenido de mi mochila. 
 
—... 
 
—Eso servirá. 
 
Tomó  el  encendedor  y  reunió  algunos  trozos  de  las  ramas  secas  de  algunas 
plantas para encenderlas. Mi corazón iba a salirse del pecho. 
 
Su  brazo  estaba  herido,  pero  tenía  un  mini  botiquín  dentro  la  mochila. 
Agradecí  la  histeria  de  mi  madre  y  Jin  al  mandarme  cosas  que  ni  siquiera 
pensé que servirían.  
 
El  fuego  apareció  minutos  después.  Prefería  estar  afuera  mojandome,  que 
adentro,  con  Taehyung  y  una  cueva  que  me  aterraba.  Una  enorme  roca  nos 
cubría del frío, pero aún así, quería salir. 
 
—La lluvia pasará, no es necesario el fuego. 
 
—Eso  es  lluvia  de  tormenta,  no  pasará  hasta  mañana,  así  que...  usaremos 
tus sábanas. 
 
Saqué  mi  material  para  dormir  y  lo  expandí  sobre  el  suelo.  No  traje  muchas 
sábanas, pues pensé que no era necesario. Justo ahora las necesito. 
 
—Tu herida... 
 
No quería mirarlo a los ojos. 
 
—Estará bien. Pero tú no, debes secar tu ropa o vas a resfriarte. 
 
No. Que me maten, no voy a desnudarme. 
 
—No. 
 
—Bien, pero vas a enfermarte. 
 
Levanté  los  hombros  y  abracé  mis  piernas.  Mi  ropa  mojada  se  enfrió  y 
empecé  a  temblar.  Taehyung  se  quitó  la  camisa  y  yo  volteé  de  inmediato.  Él 
dejó la prenda sobre una piedra, cerca del fuego. 
 
Yo estaba muriendo de frío. 
 
Me rendí. 
 
—Q-quiero desvestirme... Voltéate por favor. 
 
Taehyung  lo  hizo  y  yo  admiré  su  espalda,  brillaba junto a la luz de la fogata y 
yo sentí muchas ganas de abrazarlo.  
 
Me  desvestí  lentamente,  podía  admirar  mi  figura  reflejada  en  los  tabiques de 
aquella  cueva,  sabía  que  Taehyung  también  la  veía.  Cuando  terminé  me 
envolví entre las sábanas, dejando mi cabeza a la vista. 
 
Amablemente Taehyung dejó mi ropa junto al fuego. Entonces me miró. 
 
—¿Estabas asustado? 
 
Sí, me moría de miedo. 
 
—No...  
 
—Es un alivio saber que estás bien. 
 
—Gracias por ayudarme, creo que hubiera muerto si no hubieras aparecido. 
 
El silencio inundó el lugar. 
 
—Lo lamento. 
 
—¿Por qué? 
 
—Por  todo.  Escúchame,  debo  ser  sincero,  si  no  lo  digo  hoy,  nunca  voy  a 
poder hacerlo. 
 
En sus ojos veo sinceridad. Escucharía todo lo que él tuviera qué decirme. 
 
—Supe  que  la  carta  te  llegó.  Sí,  la  hice  yo...  pero  la  escribí  el  primer  mes  de 
nuestra  relación.  Después  de  enviarla  me  arrepentí,  pero  en  el  correo  me 
dijeron  que  esa  carta  se  extravió  y  nunca  llegó  a su destino. Estuve tranquilo 
porque pensé que nunca la verías, sin embargo, mucho después te llegó. 
 
—Pero esa carta decía toda la verdad, ¿cierto? 
 
—Gran parte. 
 
—Tú  amas  a  alguien  más,  fui  muy  testarudo  con nuestra relación, eso no fue 
justo  para  ti  así  que  quiero  que  seas  feliz  junto  la  persona  que  ames,  con 
Hoseok. 
 
—Creí que amaba a Hoseok, pero... 
 
—¿Pero? 
 
—...  cuando  Hoseok  regresó,  intentamos  algo,  cuando  nos  besamos 
después  de tantos años no sentí nada. Tal vez el amor que creí tenerle no era 
más que costumbre. 
 
—... 
 
—Él  estuvo  molesto  algunos  días,  sin  embargo  terminamos  siendo  amigos, 
como  siempre. Lo que quiero decir es que... descubrí que en realidad a quien 
amo es a ti. 
 
Mi corazón iba a salirse, ahora sí. 
 
—T-Tae... 
 
—Estaba  encerrado  en  mí  mismo,  tras  ese  muro  que  yo  mismo  había 
construido y llegaste tú, derrumbandolo todo... 
 
Él despeinó sus cabellos y su rostro mostró una expresión de preocupación. 
 
Él tenía una expresión. 
 
—Taehyung... 
 
—Dame una oportunidad, solo una y voy a... mostrarte cuánto te amo. 
 
Mis mejillas ardían, aun más cuando sus labios se rozaron con los míos.  
 
—Sí... sí... 
 
Nos besamos. Había extrañado todo de él, todo. 
 
—¿Yugyeom es tu novio? 
 
—No. 
 
—Me alegra, joder. Iba a golpearlo si lo veía otra vez junto a ti. 
 
Y esbozó una sonrisa que me derritió. 
 
—Tae... 
 
Él  jaló  las  sábanas  que  cubrían  mi  cuerpo  desnudo  y  volvió  a  atrapar  mis 
labios en un beso. 
 
—Te amo. 
 
—Te amo más. 
 
   
47. 
 
Las  manos  de  Taehyung  se  perdieron  entre  mis  muslos  y  yo  le  di  espacio 
entre  mis  piernas  para  que  pudiera  tomarme  como  quisiera.  Sus  labios 
dejaron  un  recorrido  de  besos  sobre  la  extensión  de  mi  cuello  y  yo  clavaba 
mis uñas en sus brazos, es sus fuertes brazos. 
 
—Me contuve por tanto tiempo. 
 
—¿Lo hiciste? 
 
No  pude  pensar con claridad, no cuando Taehyung ha llegado a mis pezones 
y  los  está  humedeciendo  con  su  lengua.  Un  escalofrío  recorre mi cuerpo y el 
primer gemido no tarda en escapar. 
 
—Sí, no hubo día en que no quisiera cogerte. 
 
—¡Tae!  —Mi  miembro  comenzaba  a  endurecerse  y  él  lo  sabe.  Por  eso  sus 
dedos  han  decidido  tomarlo  y  comenzar  a  masturbarlo  con  ímpetu.  Los 
dedos  de  mis  pies  se  retuercen y mis pezones se han endurecido a causa de 
una sola mordida. 
 
El  calor  del  fuego  hace  que  podamos  continuar  y  puedo  observar  nuestro 
reflejo  en  los  tabiques  gracias  a  él,  es  excitante  vernos  en  esta  situación. Yo 
admiro  la  perfección  de  su  cuerpo  cuando  se despoja de aquel jean húmedo 
gracias a la lluvia y a la situación, qué sé yo. 
 
—Chúpamela.  
 
Su  voz  es  profunda,  al  igual  que  su  mirada  y  yo  no  me  niego.  Me  he 
levantado  con  cuidado,  mis  pies  tiemblan  y  mi  boca  ha  tomado  su  miembro 
entre  sus  paredes.  Mi  lengua  no  se  detiene  de  probar  y es raspada cada vez 
su  pene  penetra  mi  cavidad.  No  sé  si  mis  rodillas podrán mantenerse firmes, 
porque  sus  manos  han  encontrado  una  nueva  diversión  con  mi  trasero. 
Algunas nalgadas no se hacen esperar y yo me contoneo de placer. 
 
Levantó  la  mirada  solo  para  encontrarme  con  sus  ojos.  Él  está  mordiendo 
sus  labios  y  luchando  con  los  gemidos  que  yo  me  muero  por  escuchar.  Su 
diestra  se  ha  separado  de  mí  trasero  y  ha  ascendido  hacia  mi  cabeza  para 
tomar mi cabello. 
 
Me  empiezo  a  correr  y  siento  que  puede  llegar  a  ser  vergonzoso,  porque  a 
pesar  de  todo  es  mi  primera  vez.  Y  él  toma  de  mi  cabello  para  jalarlo  e 
impulsarme a hacerlo más rápido. 
 
El  sonido  de  mi  boca  húmeda  impactando  con  su  miembro  es  sucio  y  él  lo 
está  disfrutando.  Entonces  separo  mis  piernas  solo  para  darle  una  mejor 
vista  de  mi  culo  y  penetra  mi  boca  sin  remordimientos.  Me  siento  ahogado 
como aquella vez, pero ahora me encanta. 
 
Taehyung  me  separa  de  su  entrepierna  e  hilos  de  saliva  se  escurren  por  mis 
labios. Yo quería continuar chupandosela... 
 
—Tae... 
 
—Ponte boca abajo. 
 
Obedecí.  Él  no  protesta  cuando  tomo  todo  mi  tiempo  para  acostarme  sobre 
las sábanas, porque sé perfectamente que lo está disfrutando. 
 
—¿A-así está bien... papi? 
 
Le  escucho  gruñir  e  inmediatamente  sube  sobre  mi  cuerpo.  Sus  manos  han 
vuelto  a  tomar  mis  nalgas  y  sus  labios  están  recorriendo  mi  espalda  entre 
besos y mordidas. 
 
Con él me siento seguro, solo con él. 
 
—Jungkook, estás muy rico, mierda. 
 
—¡Amor! 
 
Su  pene  está  rozando  la  partidura  de  mis  nalgas  con  ayuda  de  sus  manos  y 
sus gemidos me suenan a gloria. 
 
—Me tienes como un perro con ganas de joderte. 
 
—Mh T-Tae... p-por favor... 
 
El  Taehyung  que  conozco  nunca  diría  una  grosería,  pero  el  Taehyung  que 
amo  ha  perdido  la  cuenta  de  cuántas  ya  ha  dicho  y  me  tiene  a  mil  con  esa 
actitud. 
 
Mis  caderas  se  levantan  para  ser  entregadas  a  él  y  el  glánde  ha  rozado  mi 
entrada.  Mi pecho asciende y desciende con velocidad y como perra en celo, 
arrimó mi trasero en su entrepierna, rogando en silencio que él entrara de una 
buena vez. 
 
—Jungkook, te amo, estoy jodidamente enamorado de ti. 
 
—Te amo, te amo... 
 
Mis  ideas  no  están  en  orden  y  mi  corazón  se  ha  dejado  llevar.  No  importa 
más nada, sólo él. 
 
Las  paredes  de  mi  interior  comienzan  a  expandirse  cuando  él  ingresa.  Gimo 
su nombre y él pellizca mis muslos. 
 
Taehyung es todo un hombre. 
 
   
48. 
 
Corrientes  de  dolor  recorren  mi  espalda  en  cuanto  su  miembro  se  cuela  por 
las  paredes  de  mi  interior.  Él  sabe  que  algo  anda  mal  cuando  mis  manos  se 
forman en puños sobre las sabanas, así que decide salir con cuidado. 
 
—Lo  lamento...  no  pude  esperar,  pero  no  voy  a  detenerme.  Voy  a  cogerte 
aunque no quieras... 
 
Un jadeo se escapó de mis labios al sentirme vacío de nuevo.  
 
—E-está bien... yo quiero... claro que lo quiero. 
 
Sus  manos  se  posaron  sobre  mi  trasero  y  con  ayuda  de  ligeros  apretones 
logró  separar  los  mismos  para  poder  contemplar  mi  entrada.  Su  lentitud  me 
está matando. 
 
Es  entonces  que  sus  labios  dejan  algunos  besos  sobre  la  superficie 
redondeada  y  su  lengua  con  curiosidad  ingresa  en  mi  interior.  Otro  jadeo  se 
me escapa y mi pene está volviendo a levantarse. 
 
Una  de  sus  manos  se  desliza  hasta  tomar  mis  testículos y los amoldea a sus 
palmas  con  suaves  apretujones.  Comienzo  a  temblar  y  no  puedo 
concentrarme  en  evitar  correrme  prematuramente,  porque  el  sonido  sucio  y 
erótico  que  tiene  su  saliva  al  impactar  en  contra  de  mi  trasero  me  está 
quitando la razón. 
 
—T-tae no... 
 
Su  nariz  roza  la  partidura  de  mi  trasero  y  debido  a  las  ligeras  nalgadas  que 
chocan  sobre  mi  piel,  mis  brazos flaquean y mi rostro cae sobre las sábanas. 
Sus  labios  se  alejan  de  la  zona  y  con  fuerza,  él  toma  mis  caderas  y  las 
levanta.  
 
Tengo  el  deseo  de  que  me  tome  de  una  buena  vez  y  su  miembro  roza  mi 
entrada  ya  bastante  húmeda  y  llena  de  su  saliva.  Parece  leer  mis 
pensamientos  porque  su  glánde  está  ingresando  con  cuidado.  Gimo  su 
nombre  sin  pensar  en  que  estoy  siendo  demasiado  ruidoso  y  mis  pies  se 
separan para darle más espacio. 
 
Mi  interior  lo  recibe  esta  vez  con  más  aceptación  y  poco  a  poco  va 
absorbiendo  toda  la  extensión.  Un  gemido  de  su  parte  se  hace  audible  y  su 
voz profunda está endureciendome.  
 
—Estás tan estrecho, mierda, de lo que me perdí tanto tiempo. 
 
Me  siento  totalmente  lleno  pero  él  continua  entrando  y  mi  diestra  se  desliza 
hacia  mis  pezones  para  pellizcar  la  zona,  hasta  ese  entonces  el  pudor  se  ha 
ido a la mierda. 
 
—Estoy lleno y caliente, papi. 
 
Mis  codos  vuelven  al  juego  y  con  más  fuerza  se  apoyan  sobre  ellos  para 
poder sostenerme. 
 
Taehyung  gruñe  o  suelta  un  gemido,  no  estoy  seguro,  sin  embargo  él 
comienza  a  moverse  con  fuerza.  Sus  uñas  se  clavan  sobre  mi  piel  y  me 
penetra  con  rudeza.  Yo  no  quiero  que  se  detenga  así  que  le doy ánimos con 
gemidos que gritan su nombre.  
 
Se  menea  para  poder  alcanzar  zonas  más  profundas  y  yo  no  puedo evitarlo, 
mi  diestra  toma  mi  miembro  y  descargo  mis  sensaciones  mientras  bombeo 
de  él.  Hasta  entonces  él  había  tomado  de  mis  cabellos,  jalando  y 
sosteniéndose de ellos para penetrarme con más ganas. 
 
Nunca me sentí tan suyo con esa noche. 
 
—Bebé... mh. 
 
Él  pierde  el  ritmo  y  sólo  me  embiste  con  brutal  fuerza,  tanta  que  mis  brazos 
vuelven a desplomarse y me corro al instante. 
 
—¡Ah, a-ah más! 
 
Me  siento  avergonzado,  pero  él  ni  lo  ha  notado.  Entonces  sale  de  mi  interior 
y  me  da  la  vuelta,  mi  cuerpo  tiembla  y  yo  dejo  que  él  haga  lo  que  quiera 
conmigo.  Mis  piernas  se  abren  para  él  y  nuestros  ojos  se  encuentran,  mi 
corazón late con más velocidad y me besa.  
 
Chorros  de  saliva  se  escurren  por  mis  mejillas  y  su  miembro  vuelve  a 
llenarme  con  embestidas  poco  amables,  me  toma,  una  y  otra y varias veces. 
Hasta que sale de mi interior y se corre en mis labios. 
 
Yo tomo hasta la última gota de su esencia. 
 
Lo amo, lo amo con toda mi alma. 
 
   
49. 
 
Cuando  abrí  los  ojos  lo  primero  que  vi  fue aquella fogata que hizo Taehyung, 
hecha  cenizas.  Mi  corazón  late  con  fuerza  al  recordar  lo  que  hicimos  ayer  y 
mis  mejillas  arden  cuando  me  doy  cuenta  de que estamos abrazados en una 
posición de cucharita.  
 
Él se remueve un poco y sus ojos se abren. 
 
—Hola. —Susurra. 
 
—Hola. 
 
Nos  unimos  en  un  beso  y  caigo  en  cuenta  de  la  situación.  ¡Nos  deben  estar 
buscando! 
 
—¡Taehyung tenemos que irnos!  
 
—No quiero. 
 
Sus  brazos  rodean  mi  cintura  y  no  deja  que  me  mueva.  Tampoco  quiero 
alejarme de su lado, pero estoy algo preocupado. 
 
Más  tarde  recogimos  todo.  El  dolor  en  mi  espalda  es  evidente  así  que  antes 
de que Taehyung carge la mochila, me pidió disculpas. 
 
Nuestras manos estaban entrelazadas mientras caminábamos colina abajo. 
 
—¿Cómo me encontraste? 
 
—Jimin  me  dijo  que  seguramente  tomaste  el  otro  camino  y  debido  a  que 
conozco bien este lugar, logré encontrarte. 
 
—Gracias. 
 
Cuando  llegamos  al  campamento,  los  maestros  nos  recibieron  con  mucha 
preocupación.  Taehyung  quedó  como  un  héroe  y  Yoongi  ni se enteró que yo 
estaba perdido. 
 
No tuve otra opción que compartir tienda con él.  
 
—Tengo  que  compartir  tienda  con  los  maestros,  no  es  justo,  Jimin  tiene una 
para él solo. 
 
—Solo será esta noche, mañana nos iremos. 
 
Cenamos  y  no  separamos.  Yo  quería  estar  junto  a  él.  He  notado  algo, 
Taehyung  se  muestra  más  confiado  cuando  está  conmigo,  pero  sigue 
actuando igual con los demás. 
 
Yoongi  está  dormido cuando ingreso a la tienda. No puedo creer que duerma 
tanto. 
 
Una  sombra  aparece  tras  la  tienda  y  escucho  la  voz  de  Taehyung,  de 
inmediato le dejo pasar y comienza a besarme. 
 
—Tae, Yoongi está aquí. 
 
—Está como muerto, no nos va a escuchar. 
 
—Pero Tae... 
 
Él no se detiene y continúa profanando mi boca. 
 
—Si quieren coger, vayan detrás de un árbol y no conmigo presente, iugh. 
 
Empujo a Taehyung cuando escucho a Yoongi. 
 
—¿Por qué no vas con Jimin? 
 
¿Qué tiene que ver él en todo esto? 
 
—¿Por qué debería ir con Jimin? 
 
—Bueno, porque a él le gustas mucho. 
 
—¿En serio le gusto? 
 
—Sí, tanto que tiene sueños húmedos contigo. 
 
Él parecía pensarlo. ¿En serio lo estaba pensando? 
 
—Me  voy,  no  por  Jimin,  solo  porque  no  quiero  verlos  hacer  sus  cosas, 
aunque no entienda por qué están juntos de nuevo. 
 
Él salió de la tienda y nos quedamos juntos. 
 
Esa noche descansamos abrazados, olvidándonos de los demás.  
 
Jin va a matarme, Yugyeom también. 
 
   
50. 
 
—Vamos, solo un poquito. 
 
—No, nos van a escuchar. 
 
—Aún deben estar dormidos, solo un poquito. 
 
—No Tae... nos van a escuchar. 
 
—¿No quieres hacerlo? 
 
—Sí quiero pero pueden oírnos... 
 
—Bien, entonces no lo haremos. 
 
—Uh, está bien, lo haremos. 
 
—No, ya no quiero.  
 
—Vamos cariño, quiero hacerlo. 
 
—No Jungkook, nos van a oír. 
 
Ambos  cruzamos  los  brazos  y  nos  quedamos  en  silencio.  ¿Por  qué  se 
comporta así? 
 
—Tae. 
 
—¿Mh? 
 
—Te amo. 
 
—Yo también, más que a mi vida.  
 
Nos  fuimos  por  la  tarde.  Taehyung  y  yo no nos alejamos para nada y aunque 
Jackson  me  estaba  molestando  con  preguntas  acerca  de  este  asunto, yo no 
le tomé tanta importancia. 
 
El  problema  comenzó  cuando  mi madre, Jin y Namjoon vinieron a recogerme 
de la parada del bus.  
 
Nunca  había  visto  a  Jin  tan  molesto,  le  tuve  más  miedo  a  él  que  a  mi  propia 
madre. Uh, uh.  
 
   
Fin de la primera perspectiva. 
 
 
—¿Para qué aceptaste salir conmigo si luego te irías con otro? 
 
La  verdad  es  que  Jin  arregló  nuestras  citas  y  al  final  acepté  salir  con  él 
porque pensé que Taehyung no me amaba. 
 
—Lo siento. 
 
—Escucha Jungkook. Yo te lo puedo dar todo, todo lo que quieras. 
 
—Yugyeom lo siento pero yo... 
 
—¡Te amo! ¿Acaso no lo entiendes? 
 
Me  sentía muy mal con toda la situación, lo que menos quería en esta vida es 
hacerle daño. 
 
Él  miraba  por  la  ventana  de  su  departamento  intentando  calmarse y yo tomé 
un poco del café que me había preparado. 
 
—Jungkook, cásate conmigo. 
 
Yugyeom está loco. 
 
—Por favor comprende mis sentimientos. 
 
—Una vez dijiste que querías casarte conmigo. 
 
Ha pasado mucho desde esa vez. 
 
Mi  cabeza  comenzó  a  dar  vueltas,  no  entendía  por  qué  me  sentía  tan 
mareado. 
 
—Yugyeom... 
 
—Yo sé que algo de amor por mí, queda en ti. 
 
Todo comenzó a dar vueltas y a moverse, sentía que iba a desplomarme. 
 
Sin embargo Yugyeom solo me miraba con atención. 
 
—Uh... 
 
—Tú eres mío Jungkook, solo mío. 
 
Fue lo último que escuché antes de caer inconsciente. 
 
   
1. 
 
Jimin  sigue  haciendo  sus  bromas  sin  sentido  y  Namjoon  se  está  riendo  para 
practicar,  porque  según  escuché,  Jin  también  hace  ese  tipo  de  bromas 
pésimas. 
 
Los chicos me dejan solo después de algunos minutos.  
 
Suelto  un  suspiro  y  tomo  un  poco  de  agua  para  poder  relajarme.  No  he 
tenido  una  noche  agradable,  y  siento  la  presencia  de  alguien  más  posado 
frente a mí. 
 
Levanto  la  cabeza  para  poder  admirar  unos  ojos  cafés  demasiado  brillantes. 
Es  un  chico  de  blanca  piel  y labios muy rojos que toma asiento en mi mesa y 
sin mi permiso. 
 
—Jin me dijo que... t-te entregara esto. 
 
Sus  mejillas  comenzaron  a  cobrar  color  y  sus  manos  temblaron  cuando  me 
entregó la libreta. Es probable que le guste. 
 
—Gracias. 
 
Tenía  que  irme  lo  más pronto posible de ahí o tendría que conversar con otro 
que quiere salir conmigo. 
 
—¡E-espera! 
 
No me queda mas remedio que voltear. 
 
—... 
 
—Mi  nombre  es  Jungkook  y  quería  saber  si,  quería  saber  si  podíamos  salir 
juntos mañana. 
 
El  pobre  muchacho  comenzó a temblar y algo en él hacia que sintiera ternura 
o  quizá  compasión.  Sus  manos  estaban  hechas  puño  y  esperaba  ahí 
valientemente a que respondiera. 
 
Yo  sólo  asentí  porque  tampoco  estaba  tan  seguro  sobre  eso,  pero no quería 
lastimar sus sentimientos. 
 
—Adiós. 
 
—Adiós... 
 
No  sé  si  eso  es  un  sí,  porque  realmente  no  quiero  salir  con  él  pero  he 
aceptado. 
 
Camino  por  los  pasillos  para  alejarme  de  él  y  me  pregunto  cuánto  durará  su 
enamoramiento, ¿una semana? ¿Dos? Yo voto por dos. 
 
   
2. 
 
—Estás bromeando. 
 
—No, es en serio, él me invitó a salir. 
 
—Eso no lo dudo, lo que no creo es que él realmente quiera salir contigo. 
 
—Supongo que tuvo curiosidad.  
 
—¿De qué? ¿Del chico muro? 
 
—Ya cállate, Nam. 
 
—Escucha, no quiero que le hagas daño, es el mejor amigo de Jin. 
 
—Eso no depende de mí, al final del día él terminará conmigo. 
 
—Eso espero, eh.  
 
Tengo  la  última  clase.  Tras  de  la  ventana  aparecían  unos  cabellitos  cafés, 
muy  familiares, supuse que era ese tal Jungkook esperando por mí. He salido 
con  muchas  personas,  sí,  pero  he  llegado  a  aquel  momento  de  mi  vida  en 
donde  ya  no  quiero  seguir  probando  más  besos  que  me  recuerden  cuán 
desdichado soy. Ya no quiero.  
 
Salí  del  aula y me dirigí con calma hacia él, mis pulmones estaban reteniendo 
un  suspiro,  realmente  no  quiero  salir  con  él...  pero  terminará  pronto,  lo  sé. 
Sus  ojos  brillantes  se  posaban  en  mí  con  admiración,  sus  mejillas  se 
sonrojaron al verme. 
 
—Hola... 
 
Su  voz  sonaba  temblorosa.  Creo  que  es  demasiado  bonito  como  para 
desperdiciarse con alguien como yo.  
 
—Hola. 
 
Su lentitud me estaba desesperando un poco. 
 
—Hay una cafetería muy cerca de aquí y... 
 
—Claro. —Le interrumpí. 
 
Todo  el  camino  fue  silencioso,  él posaba su mirada sobre mí y yo solo quería 
estar  en  casa  descansando.  Él  me  contó  historias  sin  sentido  y  yo  intenté 
prestar atención, lo juro.  
 
Se cansará, desistirá muy pronto. 
 
Él pidió un té en una cafetería, bueno, ya daba igual. 
 
Analicé  sus  rasgos,  su  piel aparenta suavidad y sus labios van en contraste a 
ella.  Me  pregunto  por  qué  está  aquí  y  no  haciendo  del  rogar  a  una  bola  de 
estúpidos que querrían salir con él. 
 
—¿Y cómo te fue hoy? 
 
Hay sinceridad en sus ojos. Aún es muy inocente.  
 
—Bien. 
 
—¿Hay alguna materia que te guste? 
 
—Lógica Deóntica. 
 
—Oh, bueno, suena muy... 
 
—¿Tienes alguna razón en especial por la cual me has traído aquí? 
 
Bien,  no  podía  seguir  con  este  rollo.  A  él  le  gusto,  si  quiere  decírmelo que lo 
haga ahora para que así podamos irnos a casa. 
 
—Sólo quiero conocerte... 
 
—... 
 
Vaya mentiroso. 
 
—Tal vez tú... tal vez tú me gustes. 
 
Bien,  me  gusta  su  sinceridad.  Él  se  atoró  con  sus  palabras  y  sus  mejillas 
cobraron un color carmesí muy intenso. Esto es muy difícil para él... 
 
—Ya veo. 
 
—N-no es como que quisiera casarme contigo... 
 
Reacciona Jungkook, qué estás diciendo. 
 
—Ah. 
 
—Casarse es mucho, tal vez ser novios. 
 
Vale, quiero irme a casa.  
 
He escuchado muchas declaraciones, pero ninguna como esa.  
 
—¿Entonces quieres ser mi novio? 
 
Yo quería irme a casa y él estaba dando muchas vueltas. 
 
—Sí, quiero. 
 
Qué valiente. 
 
—¿Quieres? 
 
Tomé un poco del té que él había pedido y me entraron unas ganas tontas de 
reírme, no para burlarme, si no porque realmente Jungkook es tierno.  
 
—Sí, quiero. 
 
Él  estaba  avergonzado,  su  cabeza  se  mantuvo  gacha.  Yo  estaba  preparado 
para  darle  un  rotundo  ​"no"  pero  él  fue  muy  valiente  para llegar aquí, además 
podría  lastimarle.  Dejaría  que  él  fuera  quien  se diera cuenta de que no quiere 
estar conmigo.  
 
—Pues vale, seamos novios. 
 
Salí del lugar no sin antes observar su carita de asombro. 
 
¿Qué has hecho, Taehyung? ¿Qué mierda has hecho?  
   
3. 
 
—¿QUÉ? HAHAHAHAHA. 
 
—No te rías, te estoy diciendo la verdad. 
 
—Hace  un  día  me  dijiste  que  Jungkook  se  rendiría  al  final del día y ahora me 
dices que ya son novio, mañana que dirás que se casaron. 
 
—Ya cállate Nam, es lo que pasó. 
 
—A ver, ¿cómo te lo propuso? 
 
—Ya no lo molestes. —Intervino Jimin. 
 
—Tienes clases, váyanse. 
 
Jimin  y  Nam  se  fueron.  Éste  último  me  sacó  la  lengua  y  se  fue  feliz,  a  ese 
paso Jin nunca se fijará en él. 
 
Comencé  a  leer  el  libro  que  me  habían  dejado la tarea y yo estaba pensando 
en  Marx.  Las  cosas  no  salen  como  esperabamos.  Si  pensáramos  como 
Adam Smith no seguiríamos en la incertidumbre. 
 
—Taehyung. 
 
De  pronto  una  voz  me  sacó  de  mis  pensamientos.  Levanté  la  cabeza  y supe 
que era Jungkook. 
 
Hoy se veía muy bien, creo que todo le queda muy bien a pesar de todo. 
 
—Hola. 
 
—¿C-cómo te va? 
 
Es parecía muy nervioso y tomó asiento a mi lado. Sus ojos se desviaron a mi 
libro  y  los  míos  hacia  sus  piernas.  ¿Hace  cuánto  que  no  folló? Quizás medio 
año. 
 
—Bien. 
 
—Se ve interesante. 
 
—Supongo. 
 
Sus  dedos  temblaron  y  esperaba  que  ni  silencio  lo  apartara,  pero  por  lo 
contrario,  él  seguía  luchando.  Con  toda  la  valentía  del  mundo  se  quedó  ahí 
esperando, dándome una oportunidad de hablar. 
 
—Ayer pensé en ti... 
 
Su  confesión  me  tomó  de  sorpresa,  yo  solo  asentí.  ¿Por  qué  tendría  que 
estar  pensando  en  mí?  Es  decir,  hay  cosas  más  importantes  que el estúpido 
chico muro de Berlín, México, Pink Floyd, lo que sea. 
 
Su mirada estaba centrada en mí, de alguna manera me incomodaba. 
 
—Taehyung, ¿ayer pensaste en mí? 
 
—¿Tendría alguna razón para haberlo hecho? 
 
La pregunta es más para mí que para él. 
 
—Bueno sí... somos novios. 
 
Oh cierto, lo somos. 
 
—Tal vez pasaste algunos segundos por mi mente, no recuerdo más. 
 
Tal vez fueron una par de segundos más. 
 
—Uh, fui afortunado por algunos segundos. 
 
Me  quedé  observando  a  Jungkook  como  un  tonto  luego  de  su  confesión.  Él 
sonreía y secaba sus palmas en su pantalón. 
 
Quise  despeinar  sus  cabellos.  La  ternura  que  provoca  Jungkook  no  es  de 
este mundo. 
 
—... 
 
—¿Dije algo malo? 
 
—En lo absoluto. 
 
Quizás sí. ¿Quién es Jungkook realmente? 
 
—Tae... 
 
—... 
 
—Tengo  que  ir  al  baño  y  supongo  que  tú  tienes  que  ir  a clases así que debo 
irme, pero no sin antes hacer algo que he querido hace tiempo... 
 
Sus  labios  rozaron  mi  mejilla  y  logré  sentir  su  dulce  aroma  a  vainilla.  Algo se 
descongeló en mí, tal vez mi helado. 
 
—... 
 
Wow Marx. ¿Qué opina el proletariado de esto? 
 
—Te  esperaré  en  la  puerta  de  ingreso  a  las  15:30.  Sería  lindo  que  nos 
fuéramos juntos, así que... a-adiós. 
 
Hay  algo  diferente  que  tiene  Jungkook.  Tiene  pureza, no sé si soy la persona 
correcta para recibirla.  
 
Bueno, al fin y al cabo no llegaría lejos, apuesto a que serán dos semanas. 
 
 
 
4. 
 
—Y  bueno,  me  gusta  más  el  estilo  indie  aunque  la  música  popular  también 
suena  bien,  Blackpink se ha puesto de moda y aprendí algunas partes de sus 
coreografías.  Amo  con  todas  mis  fuerzas  a  Stephen  King  y  aunque  la  gente 
piense  que  es  algo  cliché,  creo  que  Misery  es  una  obra  maestra.  ¡E 
inteligencia artificial, la vi mas de 5 veces! ¿A ti? 
 
Jungkook habla mucho. 
 
Me gusta su voz. 
 
—No, yo no. 
 
—¿Tú no? 
 
—Prefiero lo clásico y el metal. 
 
—Tae...  ¡es  genial!  También  me  gusta  mucho,  conozco  muchas  bandas  de 
ese estilo, así que podemos escuchar juntos algunos álbumes. 
 
—Claro. 
 
—Tae. 
 
—¿Mh? 
 
Él  tomó  el  cuello  de  mi  suéter  y  se  acercó  hacia  mí  para  besarme.  Me  sentí 
muy  avergonzado  de  la  situación,  más  por  él,  porque  mis  labios  no 
respondían. No entendía por qué. 
 
Él  abrió  los  ojos  y  se  encontró  con  los  míos.  Su  carita  mostró  desilusión  y 
sentí ganas de besar sus labios. 
 
De inmediato deseché la idea. 
 
Él  se  levantó  con  la  intención  de  irse,  no  podía  lastimarlo,  tampoco  quería 
que se fuera de esa manera.  
 
Entonces  sujeté  su  brazo.  Él  se  volteó  a  verme  con  una  expresión 
asombrada. 
 
—¿Quieres venir a mi departamento? 
 
Asintió  y  yo  me  di  cuenta  de  que  sostenía  su  brazo,  de  inmediato  lo  solté. 
Más  tarde  nos  dirigimos  hacia  mi  departamento.  Nadie  lo  ha  visitado,  al 
menos no mis parejas. 
 
Recordé  que  en  el  reino  animal,  algunos  machos  llevaban  a  las  hembras  a 
sus  cuevas,  para  que  los  demás  machos  supieran  que  esa  hembra  iba  a  ser 
marcada. 
 
La situación era graciosa. 
 
¿Qué es lo que Jungkook tiene en la cabeza? 
 
   
5.   

 
Cuando  conocí  a  Hoseok,  tenía  12  años,  hasta  ese  entonces  solo  había 
besado  a  una  niña  en  primaria  solo  porque  mis  compañeros  me  obligaron  a 
hacerlo.  Él  se  convirtió  en  mi  mejor  amigo,  íbamos  juntos  a  todo  lugar, 
hacíamos todo juntos y de alguna manera, él hizo de la vida un mejor lugar. 
 
Jimin  se  unió  a  nosotros  y crecimos creyendo que éramos hermanos aunque 
todo  comenzó  con  una  linda  amistad,  pero  el  corazón  quiere  lo  que  quiere  y 
mis  sentimientos  por  Hoseok  ya  no  se  pudieron  definir  por  ​"amistad", 
encontraron una definición correcta en ​"amor". 
 
Fue  la  madrugada  de  un  sábado,  después  de  una  pijamada  y  varios  juegos 
de  mesa que no pudimos ocultarlo más y confesamos el amor que sentíamos 
uno  por  el  otro.  Fue  la  primera  vez  que  alguien  me  había  besado  con  tanto 
amor.  Fue  mi  primer  amor.  Jimin  estuvo  encantado  con  nuestra  relación. 
Hoseok  me  dijo  que  si  no  hubiera  sido  por  él,  nunca  se  hubiera  animado  a 
declararse. 
 
Pero  vamos,  las  cosas  cambian,  él  tenía  sus  sueños  y  yo  los  míos,  la 
diferencia  estaba  en  que  en  mis  sueños  siempre  estaba  él,  él  junto  a  mí, 
viviendo  una vida juntos. Al parecer en sus sueños, yo no estaba y se marchó 
luego de tres meses, sin decirme adiós. 
 
Desde  entonces  juré  que  no  dejaría  que  el  amor  ingresara  a  mi  corazón,  no 
otra  vez.  Hay  gente  estúpida  y  luego  estoy yo, que salía con quien fuera solo 
para  pasar  el  tiempo.  Las cosas coincidían. La mitad de mis parejas, dejaban 
de  hablarme  después  de  la  primera  cita,  y  la  otra mitad terminaba la relación 
después  de  dos  semanas,  luego  de  una  escena  dramática  llena  de  insultos. 
Años de vacío. 
 
Yo  estoy  seco,  no  puedo  forzarme  a  dar  algo  que  no  tengo  y  ellos  suelen 
buscar amor.  
 
Esas  personas  fueron  las que me llamaron "Taehyung, el chico muro" porque 
dijeron que era impenetrable, así como un muro. Vaya tontería. 
 
—Entonces es Megadeth... 
 
—Sí. 
 
—Suena bien. 
 
Y  estoy  aquí,  con  mi  futura  ex  pareja,  mostrándole  algo  de  mi  colección  de 
música. 
 
—Vale, es eso. 
 
Vi  algo  de  desilusión  en  su  rostro,  ¿es  que  acaso  no  le  gustaba  el  buen 
thrash metal?  
 
—Realmente me gustó... creo que tienes muy buenos gustos.  
 
Él  recorrió  el  departamento con la vista. Espero que no lo juzgue, así como lo 
hace Jimin. 
 
—Sí. 
 
—Creo que ya tengo que irme. 
 
Sí,  realmente  no  estaba  a  gusto.  Me  sentí  algo  tonto,  porque  a  Hoseok  le 
fascinaba  todo  lo  que  le  mostraba  y  Jungkook  simplemente...  agh,  es  difícil 
de comprender. 
 
Asentí  con  la  cabeza  y  me  dirigí  hacia  mi  habitación.  Cerré  la  puerta  con 
calma,  a  pesar  de  que  quería  cerrarla  con  un  portazo,  entonces  me  recosté 
sobre  la  cama  pensando  en  qué  estaba  mal  con  mi  música,  ¿mi 
departamento es el problema? 
 
No, yo soy el problema. 
 
Esa  noche  soñé  con  cabellos  cafés  y  labios  rojos,  dulces  y  suaves  labios 
rojos.  
 
6. 
 
   
 
—A  Jin  le  agradas,  si  le  haces  algo malo a Jungkook nos va a matar, aunque 
yo no tenga nada qué ver. 
 
—Nam, no me hables de eso. 
 
Jungkook  y  yo  llevamos  dos  semanas  juntos,  no puedo creer que a pesar de 
que  haya  sido  jodidamente  indiferente,  él  todavía  siga  buscándome  con  una 
gran sonrisa en los labios. 
 
—Jungkook te gusta, ¿verdad? 
 
—No. 
 
—¿Y ese rosa para quién es? 
 
Mierda, olvidé la rosa en mi mochila. ¿Cómo es que la vio? 
 
—Para nadie, me la dieron. 
 
—No,  yo  estuve  contigo toda la mañana y nadie de la dio. Admítelo, te gusta. 
¿Jungkook es el elegido? 
 
—Nam, cállate. 
 
—¿Qué tiene de especial? ¿Le gusta la filosofía? 
 
—No me gusta. 
 
—¿Entonces  por  qué  estás  tan  elegante  justo  hoy  que  acordaron  verse  al 
terminar las clases para irse juntos? 
 
—Siempre me visto bien.  
 
—Bueno, como sea, trátalo bien, de ti depende que Jin sea mi novio. 
 
Nam es un jodido. 
 
Las  horas  pasaron  rápido  y  ya  era  hora  de  irme. Tomé mi mochila y me dirigí 
hacia  aquel  lugar  en  donde  Jungkook  dijo  que  nos  encontraríamos.  A  mí  no 
me gusta volver a casa acompañado, pero él insistió.  
 
Llegué muy puntual pues él no aparecía. 
 
Más  tarde  él  llegó  con  pasos  presurosos.  Su  sonrisa  apareció  al  verme  y  yo 
sentí algo de nervios. ¿Qué me pasa? 
 
—Tae. 
 
—Hola. 
 
—¿Nos vamos? 
 
Asentí. 
 
Él  tomó  mi  mano  y  yo  creí  que  eso  era  demasiado.  Su  piel  se  sentía  muy 
suave y pensé que si presionaba un poco, le iba a hacer daño.  
 
Comenzamos a caminar y él parecía pensar mucho en algo. 
 
—Tae. 
 
—Mh. 
 
—¿Vamos a tu departamento? 
 
Es  muy  sorpresivo,  pero  asentí,  ¿por  qué  quería  volver  a  mi  departamento si 
no le gustó? 
 
Sus  mejillas  se  sonrojaron y yo quería salir corriendo. Mierda, Taehyung, eres 
un hombre, no una niña. 
 
Presioné mi mochila con fuerza. La rosa podía esperar... 
 
   
7. 
Estamos  viendo  una  película,  "the  beauty  and  the  beast"  a ​   insistencia  de 
Jungkook  y  que  parece  que  es  lo  más  hermoso  que  ha  visto  en  la  vida.  Sus 
ojos  brillan  y  quiero  correr,  no  sé  por qué, quiero correr hasta quitarme estás 
ansias que siento cuando estoy con él. 
 
¿Qué se supone que debo hacer? 
 
—Tae. 
 
—Mh. 
 
—Está haciendo algo de calor... 
 
Pues sí. 
 
—¿Vale? 
 
—Y bueno... 
 
—Yo no controlo el clima. 
 
Aunque me gustaría hacerlo. 
 
—Yo creo que sí, porque me tienes muy caliente. 
 
Mi  corazón  latió  de  una  manera  extraña.  Su  frase  era  muy  sugerente  y  él  es 
demasiado  inocente  como  para  saberlo.  Asumiré  que  él  no  escuchó  sus 
propias palabras. 
 
No  pienses  nada  depravado,  no  pienses  nada  depravado,  no  pienses  nada 
depravado. 
 
—Ah. 
 
Volví  a  dirigir  mi  mirada  hacia  la  película,  pero  no  pude  concentrarme.  Lo 
admito,  Jungkook  está  muy  bueno,  tienes  unas  piernas  y  nalgas 
fenomenales, además de que es muy, muy lindo. 
 
Ugh, mierda. 
 
El  sofá  rechinó  y  no  supe  exactamente  en  qué  momento  había  sucedido, 
pero  Jungkook  ya  estaba  sentado  sobre  mi  regazo.  Mi  cuerpo  se  tensó  al 
tenerlo  tan  cerca  y  su  agradable  aroma  a  vainilla  se  internó  por  mis  fosas 
nasales. Quiero tomarlo con calma, pero algo está mal. 
 
Él  me  mira  con  atención  y  pude  apreciar  esos  labios  de  cerca  otra  vez.  Si  él 
hubiera querido, le hubiera bajado la luna solo por un beso. 
 
Pero  no,  prometí  no  enamorarme  nunca  más.  No,  no,  no.  Tenía  que 
detenerlo. 
 
—Jungkook. 
 
—Oh, te sabes mi nombre. 
 
Una  sonrisa  apareció  en  su  rostro  y  no  era  una  inocente,  sus  manos 
recorrieron  mi  pecho  y  yo  estaba  perdiendo  el  control  al  reflejarme  en  sus 
ojos.  Quería  cogermelo,  pero  hay  algo  en  Jungkook  que  no  me  permite 
actuar  con  libertad.  Jungkook  me  da  miedo  porque...  mi  alma  se  lleva  tan 
bien con él. 
 
¿Por qué conmigo si he sido tan indiferente con él? 
 
—Sería  tonto  preguntarte  qué  haces  porque  lo  sé  perfectamente,  por  ello 
preguntaré por qué lo haces. 
 
—Porque eres mi novio. 
 
Tenía razón. 
 
Sus  caderas  comenzaron  a  moverse  sobre  mi  entrepierna  y  mi  pene 
comenzó  a  levantarse  en  cuando  esas  suaves  nalgas  rebotaron  sobre  él.  No 
podía  con  tanto,  se  sentía  jodidamente  bien  e  imaginar  penetrar  ese  buen 
culo solo me desesperaba. 
 
No  podía  mirarlo  así  que  desvíe  la  mirada  y  elevé  mi  cabeza,  sabía 
exactamente lo quería hacer pero no podía. 
 
El  comenzó  a  dar  pequeños  saltos  y  algunos  gemidos  se  le  escaparon;  oírle 
gemir  es  el  paraíso  y  mi  deseo  era  oírle  gemir  mi  nombre.  Mis  manos  se 
aferraron a mi bolsillo, aunque ellas deseaban tanto estrechar su cintura. 
 
Un gemido se me escapó y estaba en mi límite. 
 
No  puedo, Jungkook no se merece a alguien tan estúpido como yo. No podía 
darle nada y él quiere amor, cosa que ya no tengo. 
 
Tomé sus hombros y lo detuve. 
 
—Vete. 
 
Cuánto me arrepentí, cuánto. 
 
—T-Tae... 
 
—Vete por favor. 
 
No te vayas, joder. 
 
Jungkook  salió  de  mí  departamento  con  las  piernas  temblorosas.  Yo  me 
recosté  sobre  el  sillón  totalmente  frustrado,  su  perfume  se  había  quedado 
impregnado en mi camisa y deslicé el cierre de mi pantalón. 
 
Por primera vez me masturbaría pensando en alguien que no sería Hoseok. 
 
Jungkook, ¿qué estás haciendo conmigo? 
 
 
   
8. 
 
Me  gustan  mucho  los  parques  de  diversiones,  cuando  era  niño  venía  aquí 
para  divertirme,  en  ese  entonces  solo  me  preocupaba  por  no  dejar  que  mis 
padres me castigaran. 
 
Jungkook  sugirió  venir  de  paseo  al  parque  y  yo  acepté  encantado.  Aunque 
las cosas están algo incómodas después de lo sucedido entre él y yo. 
 
—Cuando  era  niño  solía  colarme  en  la  fila  y  fingir  ser  hijo  de  alguna  pareja 
que estaba formada. 
 
—¿En verdad? 
 
Sí, debido a que era pequeño nadie se daba cuenta. 
 
—Sí, y me ponía al frente de ellos e ingresaba lo más rápido posible. 
 
—¿Y no te decían nada los de seguridad? 
 
—Claro,  pero  yo  les  aseguraba  que  mis  padres  estaban  pagando  las 
entradas, así que yo simplemente subía y me divertía. 
 
Era divertida la sensación de peligro y adrenalina mezcladas, qué tiempos. 
 
—¿Y al salir nadie se daba cuenta? 
 
—Lo hacían, pero yo corría muy rápido y nadie pudo alcanzarme. 
 
Subimos  a  la  montaña  rusa  y  mientras  yo  me  sentía  el  rey  del  mundo  con 
aquella vista, Jungkook parecía entrar en pánico. 
 
Luego  decidimos  tomar  un  par  de  helados,  mientras  el  atardecer  mostraba 
su esplendor. Él observaba el paisaje y yo miraba de reojo su linda carita.  
 
—No sabía que mi chico era rebelde. 
 
—Gajes del oficio. 
 
Él  comenzó  a  reír  y  sentí  muchas  ganas  de  abrazarlo.  ¿Qué  me  está 
pasando? ¿Qué? 
 
—Tae... 
 
—Mh. 
 
—Me gustas muchísimo y te quiero. 
 
Mi  corazón  se  alarmó  y  desvíe la mirada hacia los juegos mecánicos y debati 
mentalmente  sobre  lo  que  sentía  por  Jungkook.  ¿Jungkook  me  gusta? 
¿Realmente me gusta? 
 
Horas  más  tarde  nos  despedimos  y  yo  regresé  a  casa.  En  el  camino  me 
encontré  con  Jimin,  su  rostro  no  expresaba  nada  bueno  así  que  le  invité  a 
pasar.  Tomé  una  ducha  al  llegar  y  más  tarde  ya  estábamos  comiendo  una 
pizza, mientras él jugaba con mi móvil. 
 
—Taehyung. 
 
—¿Mh? 
 
—¿Estás enamorado de Hoseok?  
 
—Sí, claro que sí.  
 
Con él podía ser sincero.  
 
—¿Entonces por qué sigues con Jungkook?  
 
No lo sé. 
 
—Todavía no ha terminado conmigo.  
 
—Entonces tú termina con él. 
 
—No puedo, le haría daño.  
 
—Traidor, no amas a Hoseok.  
 
—Lo amo, lo juro. 
 
Lo amo en serio, yo no soy un traidor, lo... juro. 
 
Jimin  se  quedó  en  silencio  por  algunos segundos, y luego comenzó a leer en 
voz alta algo que encontró en mi móvil. Eran mensajes de Jungkook.  
 
Jungkook: 
 
Hola Tae, soy Jungkook. Quiero agradecerte por esta tarde, la pasé muy bien 
junto a ti y me divertí como nunca. Es muy valioso para mí saber algo más de 
ti... así que no estaría mal que contáramos algo más acerca de nuestras 
vidas, yo creo que de mí ya sabes mucho pues hablo de más, pero no sé 
mucho acerca de ti, así que si quieres contarme algo, yo sería muy feliz. 
 
Jungkook: 
 
Y lo del ​"te quiero"​ es verdad, te quiero muchísimo, puedes pensar que es 
algo apresurado pero lo que siento solo se puede describir de esa manera. 
Tenias que saberlo, solo es eso. Descansa bien y no olvides contar bien las 
ovejitas antes de dormir. 
 
Me  sentía  confundido  con  todo  esto,  porque  sus  palabras  calentaban  mi 
corazón. No podía, simplemente no podía. 
 
—Escríbele  una  nota  ahora,  diciéndole  que  no  pueden  seguir  juntos  y  yo  la 
pondré en su casillero.  
 
—Está bien... 
 
Le  escribiría  una  nota  a  Jungkook,  dándole  a  entender  que yo no soy para él 
y lo diría de manera delicada, aunque Jimin no quisiera. 
 
9. 
 
—Entonces te hizo escribir la nota... 
 
—Sí Nam, en realidad, también quería hacerlo. 
 
—Tae,  te  daré  un  consejo.  Jimin  no  debe  elegir  cuál  será  tu  felicidad,  es  un 
buen chico y se preocupa, pero tú decides a quién amar, tú decides por ti.  
 
—Yo decidí... 
 
—Bueno, espero que no te arrepientas.  
 
Tomé  mi  mochila  y  caminé  por  el  pasillo  hacia la salida, no quería hablar con 
Jimin y seguramente Jungkook me estaría esperando. 
 
Pero  cuando  llegué  lo  encontré  junto  a  Jackson,  un  tonto  chico  que  era 
amigo.  Él  sujetaba  su  cintura  y  parecían  muy  a  gusto.  Y  yo  dudando, 
Jungkook  es  igual  que  todas  las  parejas  que  tuve.  Solté  un  suspiro  quise 
pasar de largo, pero sus ojos de posaron en mí.  
 
—Jackson,  tengo  novio...  —Dijo.  Estoy  seguro  de  que  fue  solo  porque  yo 
estaba cerca. 
 
—¿Novio? ¿Quién? 
 
—Es él, Taehyung. 
 
Jackson se volteó a verme y entonces comenzó a carcajearse.  
 
Es probable de que se riera de mí, por cornudo hijo de puta.  
 
—Estar con Taehyung es como tener un muñeco inflable, lo sabes, ¿no? 
 
¿Muñeco  inflable?  ¿Qué tipo de apodo era ese? Observé a Jungkook y luego 
salí  de  ese  lugar,  ya  no  podía  seguir  soportando  las  estupideces  de  ese 
chico. 
 
Espero que Jimin haya enviado la estúpida nota. 
 
Caminé  con  calma  hasta  cruzar  la  esquina,  metí  las  manos  dentro  de  mis 
bolsillos  y  maldecí  mil  veces  haber  olvidado  los  audífonos  en  casa.  Algunos 
pasos se escucharon, supe de inmediato que era Jungkook. 
 
—T-Tae... 
 
Lo miré, estaba muy agitado.  
 
—Escucha él... él siempre me molesta, lo lamento yo... 
 
No me interesa. 
 
—... 
 
—Jackson  quería  salir  conmigo  y  le  dije  que  no,  es  un  tonto,  y-yo  soy  tu 
novio... 
 
Vale, creo que por fin lo recuerda.  
 
—¿Cuál es tu punto? 
 
—¿Mi punto? 
 
—El punto para que me expliques esto. 
 
—Bueno, soy tu novio... y creí que, creí que... 
 
¿Creyó que soy un tonto? 
 
—¿Mh? 
 
—Creí que te molestaría verme junto a otro chico. 
 
La  verdad  es  que  me  molesta,  me  calienta  las  pelotas  verlo  junto  a  otros 
hombre,  no  solo  eso,  me  jode  porque  nunca  me  había  sentido  así  y  es 
frustrante no tener el control de mis sentimientos. Pero no le daría el gusto de 
hacérselo saber.  
 
—Bueno,  todos  creemos  en  cosas  y  no  está  mal  equivocarse  acerca  de  su 
veracidad. 
 
—Taehyung... 
 
—... 
 
—Taehyung, escucha. 
 
Tomó  mi  mano  y  sentí  que  algunos  escalofríos  recorrían  mis  hombros.  Sus 
ojos  lucían  tristes  y  entendí  que  estaba  siendo  sincero,  ¿acaso Jackson solo 
le estaba molestando? 
 
—... 
 
—Soy  tu  novio  y  quiero  que  sientas  celos,  quiero  que  te  molestes  conmigo 
porque  otro  chico  me  invitó a salir y me tuvo cerca. Quiero que me defiendas 
de  ese  tipo  de  chicos  y  les  hagas  saber  que  te  pertenezco.  Quiero  que  me 
quieras... sólo quiero ser importante para ti, ¿es mucho? 
 
¿Eso  es  lo  que  quería?  Porque  lo  hago,  maldita  sea  sí  que  lo  hago,  solo  me 
falta  hacerles saber a todos que me pertenece... pero, ¿en realidad Jungkook 
me pertenece?  
 
Y  me  besó,  sus  labios  se  sentían  tan  suaves  y  los  míos  tan  fríos,  hermosa 
combinación.  
 
—Jungkook. 
 
Espero que no le haya llegado esa nota, me arrepiento de haberla hecho. 
 
—Dime. 
 
—No  soy  un  muñeco  inflable, no existe comparación, ese chico es realmente 
tonto. 
 
Porque de verdad me había enfadado ese comentario.  
 
—Bien... 
 
—¿Te gustaría ir a mi departamento? 
 
Quería  llevarlo  y  quizá  llegar  a  segundo  nivel,  qué  sé  yo,  solo  quería  tenerlo 
cerca,  solo para mí. Pero aún seguía luciendo triste, ¿qué debería decirle si ni 
sé qué sucede conmigo? 
 
—No. 
 
—Vale. 
 
Le di la espalda y me fui caminando 
 
Habían  pasados  dos  minutos  y  voltee  para  verlo,  él  se  había  ido.  No  pude 
contenerme  así  que  le  di  una  patada  al  buzón  de  uno  de  los  vecinos.  ¿Por 
qué Jungkook es tan incomprensible? Mierda.  
 
   
10. 
 
No  he  dormido  bien,  pensé  mucho  en  Hoseok,  sobre  qué  hubiera  sido  de 
nosotros  si él no se hubiera ido. También pensé en Jungkook, sobre qué será 
de nosotros si no detenemos esto. 
 
 
También pensé en Jackson. Hablaría con él.  
 
—Tae, Tae. 
 
—Mh. 
 
Jungkook está muy bonito, mucho más, hoy.  
 
—Mi  mamá  no  estará  en  casa  y  pensaba  que  podríamos  pasar  una  tarde 
juntos en casa después de las clases. 
 
¿En su casa? 
 
—Bien. 
 
—Pues vale... 
 
Dejó  un  pequeño  beso  sobre  la  punta  de  mi  nariz  y  solté  un  suspiro.  Me 
sentía cansado.  
 
—... 
 
—Taehyung yo... 
 
—No quiero tener una conversación ahora. 
 
Estoy  pensando  sobre  qué  le  voy  a  decir  a  Jackson  cuando  le  tenga  de 
frente.  
 
—¿Por... qué? 
 
—Mh. 
 
Espera un poco.  
 
—Lo lamento... 
 
—¿Te gusta Jackson? 
 
—¿Qué? No, no, ¡no! Claro que no... 
 
Bueno,  pues  ayer  estaba  de  los  más  feliz  entre  sus  brazos.  Joder,  yo  no 
siento celos, no son celos.  
 
—Pues debería, hacen una agradable pareja juntos. 
 
—Tae... 
 
—... 
 
Me  levanté  de  la  mesa  y  me  fui  hacia  mis  clases.  Le  pediría  un  consejo  a 
Nam, antes de hacer cualquier cosa.  
 
   
11. 
 
Jungkook  hablaba  sin  parar  y  no  podía  concentrarme.  Las  palabras  de 
Namjoon  seguían  rondando  por  mi  mente  "más  vale  amigos  falsos  que 
enemigos".  No  entendía  o  no  quería  entender,  porque  esa  cosa  de  la 
hipocresía  no  iba  conmigo,  aunque  Nam  me  haya  dicho  que  no  era 
hipocresía en lo absoluto.  
 
Llegamos  a  su  casa,  es  una  casa  mediana  y  muy  agradable.  Jungkook abrió 
la  puerta  con  las  manos  algo  temblorosas  y  me  invitó  a  pasar.  Me  senté 
sobre el sofá y dejé la mochila a un costado.  
 
—Tae... 
 
—Mh. 
 
—Lo siento... 
 
—¿Por qué? 
 
—Porque tal vez verme hablando con Jackson te molestó. 
 
La  verdad  es  que  sí.  Bueno,  ya  que  pedía  disculpas  podíamos  quizás,  llegar 
a un acuerdo. 
 
—En realidad... 
 
Su  zurda  de  pegó  sobre  mi  entrepierna  con  toques  delicados  y  sus  ojos  no 
se  apartaban  de  los  míos.  Vaya  que  me  encantaba  que  hiciera  eso,  y  esa 
carita  inocente  no  hacia  más  que  confundirme  porque  sus  actos  no  eran 
necesariamente inocentes.  
 
—¿En realidad? 
 
—Jungkook. 
 
—Dime... 
 
Sus  dedos  se  deslizaban  sobre  mi  entrepierna  e  inevitablemente  mi  pene 
comenzaba  a  responder.  Con  ligeros  apretones  encontró  el  cierre  del 
pantalón  y  supe  de  su  intención,  no  podía  dejarlo  continuar,  así  tomé  su 
mano.  
 
—No. 
 
Empujó  mi  mano  y  continuó  tocando  la  zona.  Con  gran  velocidad  bajó  el 
cierre de mi pantalón, dejando que mi erección no se sintiera tan oprimida.  
 
Quería  decirle  algo,  no  sé,  que  esto  iba  a  terminar  más,  pero  él  calló  todo 
intento  de  dialogo  cuando  me  besó,  sus  labios  se  movían  torpemente  sobre 
los  míos  y  entendí  que  estaba  asustado.  Así  que  me  dejé  llevar,  bajé  la 
guardia  por  algunos  minutos  y  disfruté  de  aquellos  labios  dulces  y  carnosos 
que están volviendo loco.  
 
Minutos  después  se  sentó  sobre  mi  regazo,  su  cuerpo  está  temblando  y  yo 
tuve  muchas  ganas  de  decirle  que  estaba  bien,  que  tomara  su  tiempo.  Su 
vecino  subió  el  volumen  y  creí  que  era  perfecto  para  que  nadie  nos 
escuchara. 
 
Su  trasero  se  pegó  a  mi  entrepierna  y  empezamos  un  vaivén  de  ritmo  lento 
que  terminó  en  uno  rudo.  Comenzó  a  soltar  gemidos  y  me  sentí  en  el  cielo, 
no  pude  resistirme  y  tomé  su  trasero  entre  mis  palmas,  apreté  su  redondez 
con  fuerza,  como  desfogandome  porque  Jungkook  es  un  calientapollas 
fenomenal y la cosa más hermosa que he visto en mi vida.   
 
Mi  pene  quiere  salir  y  penetrar  ese  culo  que  está  rebotando  sobre  él  pero 
Jungkook  no  está  listo  para  esto, así que cuento los minutos que restan para 
detenernos.  
 
Estaba  disfrutando  de  la  fricción  con  los  ojos  cerrados,  pero  su  aliento 
caliente  me  impulsó  a  observarlo  y  lo  descubrí  mirándome.  Entonces  nos 
miramos  con  atención,  sus  ojos  mostraban  amor  y  yo  me  sentí  tan  bien,  tan 
libre.  
 
—Tae, c-cógeme ahora... 
 
—Mh... 
 
Oh cariño, claro que quiero cogerte.  
 
Él  mordió  la  comisura  de  mis  labios  y  gimió  mi  nombre  cuando  mi 
entrepierna  se  levantó  para golpear su trasero con rudeza. Quería partirle ese 
culito que ahora me está ofreciendo en bandeja de plata.  
 
Jungkook es la tentación en persona.  
 
—P-por favor... 
 
Pero  Hoseok  apareció  en  mi  mente  y  recordé  la discusión que tuvimos Jimin 
y yo. Recordé a Jackson y a Jungkook, las palabras que Namjoon.  
 
Mierda. 
 
—No, no... 
 
—¡Tae, ah! 
 
—Jungkook. 
 
Aparté  las  manos  de  su  cuerpo  y  empujé  sus  hombros  con  cuidado.  Su 
rostro mostraba desilusión. 
 
—Tae... 
 
No, joder, quiero pensar.  
 
—Vete. 
 
—Pero esta es mi casa. 
 
Ah caray.  
 
—Ah sí, bien, me iré yo. 
 
La  incomodidad  se  sentía  en  el  aire  y  yo  me  insulté  mentalmente  por  no  ser 
un  hombre  y  continuar.  Tomé  su  barbilla  con  cuidado  y  besé  sus  labios, 
necesitaba  de  ellos.  Después  admiré  su  carita,  no  era  tiempo,  no  era  el 
momento para esto, me gustaría que lo comprendiera. 
 
Salí de su casa y me fui caminando hacia mi departamento, esperando que la 
fría noche bajara mi erección. Cosa que nunca sucedió.  
 
   
12. 
 
—Vale, qué quieres cabrón. 
 
Sí, en definitiva. Es un salvaje. 
 
—Mira, vamos a hablar como gente civilizada. 
 
—¿Y qué quiere el chico inflable? 
 
Solté  un  suspiro  y  le  pedí  a  Jackson  que  me  acompañará  hacia  un  bar 
cercano.  Cuando  llegamos  ahí  pedimos  un  par  de  copas  y  nos  pusimos  a 
conversar. 
 
—No puedo creer que le gustes a Jungkook. 
 
—¿Por qué no? 
 
—Bueno, eres el chico muro y él es un amor de persona. 
 
—Soy el chico muro de pink floyd. 
 
Estallamos en risas y fuimos por la segunda copa. 
 
—Jackson, ¿te gusta Jungkook? 
 
—Bueno,  me  gusta  un  poco,  más  me  gusta  molestarle  que  otra  cosa,  es  mi 
amigo y no quiero verlo contigo. 
 
—¿Por qué no? 
 
—Porque le lastimas y ni siquiera te gusta, seamos sinceros. 
 
—Me gusta, Jungkook me encanta por eso te traje aquí para platicar. 
 
—Bien, dime. 
 
—Si  no  te  gusta  tanto  te  pediría  que  por  favor  no  andes...  coqueteandole, 
¿vale? 
 
—¿Por qué? ¿Te pone celoso? Entonces te gusta... 
 
—Jackson. 
 
—Llámame Jack. 
 
Fuimos por la tercera ronda. 
 
—Jack, él es realmente importante para mí... me está volviendo loco. 
 
Él  se  quedó  en  silencio.  Parecía  que  estaba  tomando  en  serio  nuestra 
conversación 
 
—Cuando  le  lastimas  soy  yo  quien  tiene  que ir a hacerle bromas para que se 
ría. 
 
—No pasará otra vez, voy a cuidarlo. 
 
—Vale,  entonces  dejaré  de  molestarlo  de  esa  manera,  me  comportaré  como 
un amigo con él... además, estoy enamorado de otra persona. 
 
—¿Quién es el desafortunado? 
 
—Mark,  pasa  contigo  algunas  materias.  Y  bueno,  le  gustas,  cabrón  hijo  de 
puta. 
 
Jackson  se terminó otras dos cosas de golpe y yo me puse a pensar. ¿Mark? 
Ni siquiera me mira, cómo podría gustarle. 
 
—No le gusto. 
 
—Que sí, él me lo ha dicho. 
 
—Vale,  entonces  tengamos  un  trato,  quiero  que  cuides  a  Jungkook  de  los 
demás  idiotas  que  quieren  acercarse  a  él  y  yo  te  ayudaré  a  conquistar  a 
Mark. 
 
No tengo idea de cómo, pero lo haré. 
 
—Hecho, Tae. 
 
Estrechamos  nuestras  manos  y  salimos  del  bar  más  tranquilos.  No  somos 
amigos  y  creo  que  ninguno  quería  serlo  pero  seríamos  aliados,  que  suena 
mejor. 
 
Jack  se  fue  a  su  casa  y  yo  iba en rumbo a la mía, pero decidí pasar por la de 
Jungkook primero. 
 
Me  quedé  al  frente  de  su  casa  por  dos  horas,  solo  esperando  a  que  él 
mostrara su carita por la ventana.  
 
Espero que no haya leído la nota, él no suele usar tanto el casillero. 
 
   
13. 
 
Jungkook  no  ha  mencionado  nada  sobre  la  nota,  supongo  que  no  le  ha 
llegado  o  tal  vez  Jimin  nunca  la  envío.  Me  sentí  muy  tranquilo  al  saber 
aquello. 
 
—Y  aunque  haya  buscado  con  toda  rapidez  el  lugar  del  libro  donde  estaba 
escrito lo opuesto a mi pensamiento, no pudo encontrarlo y me dio la razón. 
 
—¿En serio, Tae? Vaya... 
 
Jungkook  está  un  tanto  distraído,  me  pregunto  qué  es  lo  que  le  tiene  tan 
pensativo. 
 
—Sí.  Creo  que  necesita  prepararse,  aunque  no  creo que se haya encontrado 
un doctorado por ahí, supongo que él estudiaba. 
 
—¿Tu profesor? 
 
—Claro, él. 
 
No vi a Jackson por ningún lado y hoy descubrí a Mark mirándome. 
 
—Supongo... 
 
—Mh. 
 
—Taehyung... ¿te gustó que tuviéramos un poco de intimidad? 
 
Bien, eso había sido muy directo. 
 
Pues sí...  
 
—Sinceramente... no. 
 
—¿No? 
 
—Pero es parte de una relación y puedo estar bien con ello. 
 
Podría estar muy bien con ello, realmente bien. 
 
—¿Qué tal si intentamos llegar un poco más allá? 
 
—Jungkook... 
 
Creo  que  no  es  el  momento,  entiendo  que  Jungkook  aún  se  siente  algo 
vulnerable, pero si me da un poco de tiempo, podría intentarlo... por él. 
 
—Vale. 
 
—Escucha... 
 
Quería  pedirle  un  poco  de  calma,  necesito  tiempo  para  empezar  a  borrar 
heridas y todo eso. Sólo necesito tiempo.  
 
—Pero  que  te  conste, hay muchos que se mueren por estar en tu lugar ahora 
mismo, así que valórame chico rudo. Te veré después, cariño, ¡besitos! 
 
Jungkook se levantó con velocidad y se fue. 
 
¿Por qué tiene que ser tan difícil?  
 
   
14. 
 
—Jimin está enfadado. 
 
—Eso no es culpa tuya. 
 
—Creo que a Jungkook le llegó la nota pero él no dijo nada. 
 
—¿Y qué piensas acerca de ello? 
 
—Me hace feliz, Nam.  
 
—Tae, ya deja de hacerle caso a Jimin y que se joda. Con todo cariño, eh. 
 
—No, Jimin es como mi hermano, lo único que hace es preocuparse. 
 
—Vale, pero... 
 
—Aún estoy enamorado de Hoseok. 
 
—Bien, pero ahora él no está y tu novio es Jungkook. 
 
Namjoon me empujó hacia la salida y caminé hacia Jungkook.  
 
Hoy se ve muy bonito. 
 
—Tae. 
 
—Hola. 
 
—¿Nos vamos? 
 
Asentí.  
 
¿Por  qué  le  había  dicho  a  Nam  que  estaba  enamorado  de  Hoseok?  Tal  vez 
porque mi corazón necesitaba decirlo. 
 
—Tae, ¿vamos a tu departamento? 
 
Daba  igual,  yo  quería  tenerlo  en  mi  casa,  aunque  no  dijéramos  nada,  yo 
quería saber que Jungkook estaba a mi lado. 
 
—Tae. 
 
—Mh. 
 
—Tengo ganas de preparar un poco de... pasta. 
 
Siempre  tengo  la  voluntad  de  comprar  ingredientes  para  cocinar  y así comer 
algo  decente,  pero  termino  comprando  comida  instantánea,  así  que  si 
Jungkook quería cocinar algo estaría feliz.  
 
—Mh. Vale, creo que tengo los ingredientes. 
 
—Quise decir, estofado, sí, eso. 
 
¿Estofado?  Vale,  no  me  importa.  Con  tal  de  que  sea  comestible.  Aunque  no 
compro esas cosas... 
 
—Pero no tengo los ingredientes. 
 
—¿Sí? Pues ve a comprarlos por favor, yo buscaré todo lo demás aquí. 
 
¿Irlos  a  comprar?  Bueno,  tenía  hambre  así  que  tomé  las  llaves  y  salí  del 
departamento en busca del dichoso estofado.  
 
En  el  camino  saludé  a  mi  vecina,  su  nombre  era  Rosy  y  odiaba  que  le 
llamaran  señora,  aunque  ya  tenía  más  de  sesenta  años.  Ella  adoraba  que  yo 
fuera  a  su  casa  a  leerle  algunos  poemas  de  Bukowski  y  yo  con  gusto  lo 
hacia,  su  manera  de  pensar  se  amoldaba  tanto  a  mí,  tanto  que  podría 
arrojarle  cualquier  mierda  con  un  título  de  poema  y  ella  lo  amaría.  Rosy  era 
como la madre que nunca tuve. 
 
Compré  lo  que  creí  que  era  indispensable  para  la  cena  y  regresé  a  casa, 
intenté  apresurarme,  no  entendía  por  qué.  Abrí  la  puerta  y  me  dirigí  hacia  la 
cocina en donde seguramente él estaría.  
 
—Jungkook... 
 
Jungkook  estaba  junto  a la alacena. Usaba una de mis camisas y sus piernas 
estaban al descubierto. Contuve el aire, ¿estaba alucinando?  
 
—Amor. 
 
—... 
 
No supe qué hacer. 
 
—Oh,  sentí  mucho  calor  y  me  puse  algo  más  fresco,  no te molesta que haya 
usado tu camisa, ¿verdad? 
 
Bien,  no  podía  caer  en  la  tentación.  Pensé que sería bueno salir a tomar aire, 
pero él me detuvo. 
 
—... 
 
—¿Me ayudas a preparar la cena? 
 
Asentí. No podía negarle nada, no a él.  
 
Me  pidió que yo lavara los platos y temía que alguno de ellos se me resbalara 
por  andar  admirando  sus  piernas.  Lucen  tan  blancas  y  suaves  que  tengo  la 
necesidad de tocarlas. 
 
—¿Te gusta lo que ves? 
 
Desvié  la  mirada  e  intenté  controlarme,  mierda, me encanta lo que veo. Sentí 
su presencia, sus dedos bailaron sobre mi brazo.  
 
Si no se detenía ahora... 
 
—... 
 
—Tae, estás muy callado. 
 
—No me di cuenta. 
 
—Amor, quítate esos guantes. 
 
Mi  pene  dolió  cuando  le  escuché  llamarme  de  esa  manera.  Él  me  quitó  los 
guantes plásticos y solté un suspiro, de cerca es tan... perfecto. 
 
—Jungkook, creo que deberíamos terminar la cena pronto. 
 
—No quiero. 
 
Tomó  mi  diestra  y  la  condujo  hacia  su  cintura,  si  no  se  detenía iba a tomarlo 
de manera poco amable, así que la aparte su mano de inmediato. 
 
—Jungkook, espera. 
 
—Tae...  no  estamos  haciendo  nada  malo,  sólo  estamos  conociéndonos  un 
poco más. 
 
Su tono mostraba frustración, ¿qué debo hacer? Maldita sea 
 
—... 
 
Él  volvió  a  tomar  mi  mano  y  esta  vez  la  posó  sobre  sus  muslos. 
Efectivamente,  su  piel  se  siente  muy  suave  y  firme,  sentí  la  necesidad  de 
morder y marcar esa piel con brutalidad.  
 
—Amor. 
 
—Jungkook... 
 
Su  sonrisa  me  hacia  saber  que  él  tenía  el  control.  Apoyó  sus  codos  sobre  el 
lavaplatos  y  con  calma  deslizó  su  boxer  hacia  abajo,  observé a detalle cómo 
la  prenda  rozaba  aquella  redondez  y  fue  cayendo  entre  sus  rodillas  hasta 
colisionar con el suelo.  
 
Mierda,  mi  entrepierna  se  sentía  oprimida  y  no  pensé  en  nada  más  que  no 
fuera en ese culo y las maneras en las cuales podría jodercelo.  
 
—Tae, soy todo tuyo... 
 
—... 
 
Leyó  mis  pensamiento  y  tomó  mi  mano  para  dirigirla  sobre  su  trasero.  Más 
tarde  que  temprano,  mis  manos  no  se  contuvieron  y  acariciaron  la  zona, 
dejando  algunos  pellizcos  y  apretones.  La  manera  en  cómo  sus  nalgas  se 
amoldaban  a  ellas,  me  hacían  creer  que  fueron  creadas  para  estar  pegadas 
ahí.  
 
—Tae... hazme tuyo, fóllame. 
 
—No. 
 
Pero seguía pensando en Hoseok, ¿y si regresaba por mí?  
 
Quería  dejar  de  pensar  en  ello,  pero  tengo  admitir  que  soy  un  estúpido  de 
primera.  
 
—Tú también lo quieres... 
 
—No, no, no... 
 
No, no lo creo. 
 
—Tae... cariño, por favor. 
 
A la mierda con Hoseok ese hijo de perra.  
 
Deslicé  el  cierre  de  mi  pantalón  y  mi  pene  agradeció  salir  de  aquel  apretado 
lugar.  Dirigí  el  glande  hacia  esa  pequeña  entrada  y  comencé  a  rozarme  con 
ella.  mis  zurda  tomaba  su  cadera  con  fuerza  y  pensé  que  podría  romperlo  si 
entro de una sola estocada.  
 
Sus gemidos me impulsaron a continuar. 
 
—Tae... mh. 
 
¿Y  si  Jungkook  no  está  seguro  que  de  quiere  hacerlo  conmigo?  Es  decir, tal 
vez solo quiere comprobarse a sí mismo que puede tener lo que quiera y más 
adelante puede arrepentirse de haberlo hecho, solo por un reto.  
 
—Fóllame... 
 
—Cierra las piernas. 
 
Pero no podía dejarme duro y solo, otra vez. 
 
—¿Qué? 
 
—Hazlo. 
 
Sus  muslos  se  juntaron  y  deslicé  mi  pene  entre  ellos  para  comenzar  a 
penetrar  la  zona  con  fuerza,  como  desfogándome  por  todo  lo  que  ha hecho, 
conmigo.  Él  gimió  mi  nombre  y  cerraba  sus  piernas  apretándome  más.  En el 
proceso rocé su entrada y caí rendido ante su cuerpo. 
 
Seguramente tendría otras imágenes para masturbarme pesando en él.  
 
—Penétrame... T-Tae... 
 
No, hasta que me demuestre que esto es lo que desea. 
 
Estuvimos  en  la  misma  posición  durante  veinte  minutos  más,  hasta  que  me 
corrí, haciéndolo sobre su pequeña y rosada entrada. 
 
No  quería  mirarme,  seguramente  estaba  muy  avergonzado  con  la  situación. 
¡Lo sabía! 
 
—Lo siento... 
 
—¿Qué? No... ambos lo disfrutamos. 
 
—Jungkook, no debí. 
 
Tal vez sí. 
 
—Sí debiste, soy tu novio y yo me moría por sentirte más cerca. 
 
Solté un suspiro. Cómo contenerme cuando dice eso. 
 
—Quédate a dormir esta noche... 
 
—Lo haré mi amor, claro que lo haré. 
 
Agradecí mentalmente, no podía dejarlo ir, al menos no esta noche. 
 
   
15. 
La  luz  golpeó  mi  rostro  con  fuerza.  No sabía exactamente qué hora era, pero 
sentí  la  presencia  de  alguien mas junto a mí. A tientas toqué un brazo, su piel 
se sentía tibia, humana. 
 
Recordé que Jungkook se había quedado a dormir conmigo. Vaya bendición. 
 
—Despierta dormilón. 
 
Su voz suena bien. 
 
—... 
 
—¡Tae! 
 
Abrí  los  ojos  al  oírlo  alzar  la  voz  y  los  rayos  del  sol  se  colaban  tras  de  sus 
cabellos, como si fuera un ser de luz. 
 
—Jungkook. 
 
Sus  hombros  estaban  desnudos  y  pude  predecir  que  su  cuerpo  también  lo 
estaría. No sé si es saludable despertar con una erección. 
 
—¿Descansaste bien? 
 
—Deberías vestirte... 
 
Por favor. 
 
—No quiero. 
 
Jungkook  jaló  las  sábanas  y  cubrió  con  ellas  su  cintura.  Era  hora  de 
levantarse y tener a Jungkook conmigo, me quitaba todo el sueño. 
 
—Jungkook, estás muy infantil. 
 
—Jinkiik, istís miy infintil.  
 
Negué  con  la  cabeza  mientras  sentía  unas  ganas  inmensas  de  matarme  de 
risa. 
 
—Deja de jugar. 
 
—Diji di jigir. 
 
Él  corrió  a  la  cocina,  sus pasos resonaron por el pasillo y lucía como un niño. 
El mismo niño que ayer me volvió loco y me incitó a cogerlo. 
 
Me  levanté  con  pocas  ganas  y  tomé  un  baño.  La música desde la cocina me 
era extraña, en casa comúnmente solo hay silencio. 
 
Me  dirigí  hacia  la  cocina  y  lo  encontré  ahí,  sosteniendo  las  sábanas  en  su 
cintura  con  esfuerzo  y  tarareando  aquella  extraña  canción.  Su  piel  brillaba  y 
me hacia saber que disfrutaba de su juventud.  
 
Creo que me estoy enamorando... 
 
Un  agradable  olor  de  café  recién  hecho  inundó  mis  fosas  nasales  y  quise 
apresar  sus  cintura  entre  mis  brazos.  Pero  eso  sería  demasiado  y  podría 
asustarse. 
 
—Taehyung... 
 
Él volteó a verme y dije lo primero que me pareció sensato. 
 
—Deberías vestirte. 
 
Desvíe  la  mirada  hacia  la  taza  de  café  y  la  probé.  Café  sin  azúcar  y  muy 
espeso, casi amargo, como mi alma. Jungkook me conocía tan bien. 
 
—Tae... ¿acaso vives solo? 
 
—Es una pregunta muy obvia.  
 
—Entonces lo haces... 
 
—Antes  vivía  con  mi  padre,  pero  él  consiguió  novia  y  se  fue  con  ella,  desde 
entonces no sé nada de él. 
 
Idiota infeliz. 
 
—¿Y tu mamá? 
 
—Pues...  a  ella  le  va  muy  bien  con  su  nueva  familia,  me  envía  dinero  cada 
que puede hacerlo, le debe ir bien porque el monto no es broma. 
 
Vaya zorra.  
 
Mi madre solo es Rosy. 
 
—Lo siento, en verdad. 
 
—No eres tú quien tiene que sentirlo. 
 
—Tae... 
 
—¿Y tu madre sabe que estás aquí? 
 
Bueno,  el  caso  de  mis  madres  era  otra  cosa y el de Jungkook otra. Supongo 
que la suya sí estaría preocupado por él. 
 
—Claro, cariño, claro. 
 
Es un alivio. 
 
   
16. 
 
Su  cintura  es  curvilínea.  La  manera  en  la  que  sus  hombros  combinan con su 
cintura,  tan  asimétricos,  me  hacen  saber  que  eso  puede  llegar  a  asemejarse 
a  la  perfección.  ¿Y  si  deja  caer  esas  sábanas  para  saber  si  sus  piernas 
también combinan con lo demás? Seguro que sí. 
 
—¿Tae? 
 
—Deberías ir a vestirte. 
 
—¿En serio quieres eso? 
 
—Sí. 
 
No. 
 
Él  se  acercó,  me  sentí  en  peligro.  Desvíe  la  mirada  para  no  mirarlo  y  no  ser 
presa  fácil  cuando  él  montó  mis  piernas,  pero  cuando  aquellas  sábanas 
cayeron,  dejándome  ver  esas  deliciosas  y  firmes  piernas,  fue  casi  imposible 
luchar contra eso. 
 
Él tomó mi mentón y me obligó a mirarlo. Sus labios rojos me gritaron que los 
besara  y  sus  ojos  intentaron  convencerme. Me besó, pero mi razón me decía 
que no podía correspoderle. 
 
A mis manos les valió una mierda y tomaron su cintura. 
 
Nos  miramos  una  vez  más  antes  de  que  él tomara las sábanas y se cubriera. 
Sus rostro mostraba nostalgia. Es mi culpa, lo sé. 
 
Necesito tiempo. 
 
—Jungkook. 
 
—¿Qué? 
 
—¿Puedes irte a casa solo? Tengo clases y no puedo faltar. 
 
Si no se iba ahora, no iba a dejarlo ir o eso creía. 
 
—Claro. 
 
—Bueno, cierra bien antes de irte. 
 
Me levanté y me encerré en el baño. Mojé mi rostro con agua helada. 
 
Cumplimos cuatro semanas con hoy. No sé qué hacer. 
   
17. 
 
Hablar  con  los  chicos  es  reconfortante,  aún  más  con  Nam,  siento  que  sus 
palabras  siempre  me  traen  alivio.  Ciertas  veces  pensé  que  podría  llamarlo 
"padre" pero probablemente se reiría y me pediría que me tranquilice. 
 
Jungkook  y  yo  estamos  algo  distanciados,  no  he  querido  decírselo  a  nadie, 
pero ellos lo han notado. 
 
Las  hamburguesas  no  saben  tan  bien  y  de  pronto  Jungkook  apareció  en 
nuestra  mesa.  Quería  correr  de  ahí  y  tener  un  poco  de  tranquilidad  pero  era 
imposible. 
 
Vaya disfunción. 
 
—Tae. 
 
Oh, joder. Creo que es tiempo de hablar. 
 
—Hola. 
 
—¿Puedo... sentarme? 
 
No  sé  si  debería.  A  Jimin  no  le  agrada  y  seguramente  se  pondría  incomodo. 
Por ahora es mejor que se marche. 
 
—Claro, siéntate. ¿Cuál es tu nombre? 
 
Mierda.  Jimin  había  hablado  y  había  hecho  una  pregunta  estúpida,  si  él  más 
que nadie sabe quién es Jungkook. 
 
Namjoon  me  observaba  interrogante,  qué  le  podía  decir  si  yo  tampoco 
entendía lo que estaba pasando. 
 
—Soy... Jungkook. 
 
¡Todos lo saben! Pero Jimin actúa como si no lo supiera. 
 
—Ah, yo soy Jimin. 
 
—Mucho gusto. 
 
Le di una mirada a Nam. Viejo, ayúdame. 
 
—Yo te conozco, Jin no para de hablar de ti. 
 
Namjoon  habló  con  amabilidad.  Jungkook  probablemente  piensa  que  no  les 
dije nada sobre él a los chicos. 
 
—Oh sí... 
 
—¿Y  qué  buscas  de  nosotros?  —Preguntó  Jimin  y  me  quedé  estupefacto. 
¿Qué.mierda.está.pasando? 
 
Namjoon  y  yo  estábamos  en  shock.  Sin  embargo  él  era  más  expresivo  que 
yo. 
 
—Jimin, Jungkook es el novio de Taehyung. 
 
Nam, te lo agradezco.  
 
—¿En serio? Taehyung nunca nos ha hablado de ti.  
 
Me quedé quieto. No podía ni parpadear. ¿Qué es lo que acaba de decir? 
 
Jimin  esbozó  una  sonrisa  y  Namjoon  dejó  caer  su  cajita  de  papafritas  sobre 
la mesa.  
 
Más  tarde,  Jungkook  se  levantó  agregando  que  tenía  una  clase  y  yo  tuve  la 
intención de alcanzarlo, pero Jimin sostuvo mi mano. 
 
—¿Por qué hiciste eso? —Pregunté con rabia. 
 
—Porque él único novio que te conozco es Hoseok y nadie más. 
 
Jimin  se  fue  caminando  con  tranquilidad,  como  si  no  supiera  de  la gravedad 
de lo que acababa de hacer. 
 
—Nam... 
 
—Vendré  a  tu  departamento  después  de  mi  cita  con Jin, ¿podrás esperar un 
poco? 
 
Él palmeó mi hombro y me sentí abrumado. 
 
—Claro. Gracias. 
 
Jungkook, por favor, no pienses cosas que no son. 
 
   
18. 
 
Jungkook  me  invitó  a  salir.  Las  cosas  siguieron  más  incómodas  entre 
nosotros,  casi  ni  nos  dirigimos  la  palabra  y  creo  que  verlo  después  de  todo, 
me trae consuelo. 
 
Él  tomó  mi  mano  y  yo  tuve  mucho  miedo  de  sujetar  la  suya,  sabía que la iba 
a romper. 
 
—Entonces Jin hyung se compró unos audífonos de un sonido asombroso. 
 
Ayer  Namjoon  y  yo  hablamos  de  muchas  cosas,  él  me  dijo  que  sería  bueno 
que  yo  comience  a  hacer  una  tregua  con  los  sentimientos  que  tengo  por 
Hoseok y luego abandonarlos. Como si fuera tan fácil. 
 
—Oh.  
 
—Pero  Namjoon  le  regaló  el  mismo  día  en  que  lo  compró,  los  mismos 
audífonos,  la  diferencia  está  en  que  los  que  le  regaló  Namjoon  eran  de  color 
rosa. 
 
—Ajá. 
 
No puedo concentrarme. 
 
—Y  el  que  Jin  quería  era  el  rosa,  y le dijeron en la tienda que poco antes una 
persona  ya  se  lo  había  llevado  y  que  solo  los  tenían  en  blanco,  así  que  Jin 
hyung tuvo que comprarse esos, ¿y adivina qué? 
 
—Namjoon le regaló los de color rosa, ya lo dijiste. 
 
—Pues  sí,  pero  no  es  eso.  Jin  adora  el  regalo  de  Namjoon  así  que  decidió 
darme los blancos a mí, qué suerte, ¿no? 
 
—Ajá.  
 
Después  de  eso  nadie  dijo  más.  Nos  quedamos  en  silencio  mientras 
cruzábamos el parque que estaba cerca de mi departamento. 
 
—Oye, ricura, ¿acaso eres chica? 
 
Uno  de  esos  chicos  ebrios  se  nos acercó y comenzó a molestar a Jungkook. 
Es mejor no buscar problemas y continuar caminando. 
 
—Ese culo sí que lo cogería. 
 
Bueno yo también y soy el único que puede. 
 
—Aléjate, estúpido.   
 
—El estúpido es el monigote que traes al lado.  
 
Vaya  creí  que  él no tendría uso de razón ahora, de cualquier manera, hay que 
dejarle con su mierda. 
 
—Taehyung. 
 
Observé  a  Jungkook  y  su  rostro  reflejaba  molestia.  ¿Acaso  quiere  que tenga 
una pelea con ese chico? 
 
No  dijimos  más  y  apresuramos  el  paso.  Pero  aquel  ebrio  no  se  detuvo  y 
caminó  a  mi  lado.  No  importaba,  con  tal  de  que  no  estuviera  cerca  de  mi 
novio. 
 
—¿Y tú qué? ¿No hablas? 
 
No con ineptos como tú. 
 
—... 
 
—Mamón, me voy a coger a tu novio.  
 
Ajá, seguro. Sigue soñando. 
 
Él  estúpido  se  fue  algo  lado  de  Jungkook  y  mi  paciencia  se  estaba 
acabando. 
 
—Ricura. 
 
El  ebrio  atacó  a  Jungkook  y  apretó  su  trasero,  era  obvio que gritó por miedo 
y ese hijo de puta había terminado con mi paciencia. 
 
Nadie toca lo que es mío. 
 
Formé  un  puño con mi mano y le propiné un golpe tan fuerte en la mejilla que 
tuvo  sonido.  Él  cayó  fatalmente  sobre  el  suelo  y  no aparecían intenciones de 
levantarse. 
 
Me  acerqué  a  Jungkook  y  tomé  su  mano  para  dirigirlo  rumbo  a  mi 
departamento. Aún estaba enfadado, conmigo también, por ser un idiota. 
 
   
19. 
 
 
—No me duele. 
 
—Claro que sí amor, tus nudillos están muy rojos. 
 
—No. 
 
Que no. 
 
—Que sí. 
 
Puso  una bolsa de hielo sobre mi diestra. Mis nudillos estaban rojos y así que 
me  opuse.  Bueno,  duele  un  poco,  ese  cabrón  tenía  piedras  en  lugar  de 
cerebro.  
 
—... 
 
—Tae, gracias... 
 
—... 
 
—Realmente estaba muy asustado cuando hizo eso. 
 
—Querías que te defienda, ¿verdad? 
 
—Tae.  En  un  comienzo  sí  por  las  cosas  tontas  que  dijo,  pero  si  eso  te  pone 
en riesgo ni pensarlo. Mira cómo está tu mano. 
 
—Mi mano no tiene nada. 
 
Él  quitó  los  hielos  de  mi  mano  y  quise  protestar,  pero  dejó  un  beso  sobre  la 
zona y mi pene sintió un pequeña punzada. 
 
—Eres mi héroe. 
 
Ay mamá. ¿Por qué tengo tener pensamientos impuros? 
 
Decidí  dejar  de  pensar  en ello o por lo menos intentarlo. Había pasado media 
hora  y  prendimos  la  tv,  no  había  nada  interesante,  a  excepción  de  bob 
esponja. Tampoco estaba mal. 
 
—Tae. 
 
—Mh. 
 
—Me excitó mucho que golpearas a ese tipo. 
 
Oh no. Oh no. Oh no. 
 
—... 
 
—Es  decir,  fue  algo  muy  masculino  y  me encantó. Sabes que sólo tú puedes 
tocarme... 
 
No  puedo,  mi  erección  es evidente y no quiero hacerle saber que él es el que 
tiene el control y puede manejarme cuando guste. 
 
—... 
 
—Tae... ¿hacemos cositas traviesas esta noche? 
 
Me  encantaría,  le llevaría a mi cama ahora y le haría el amor como tres veces, 
hasta  que  quedemos  sin  fuerzas.  Pero  si  lo  hago  y  mañana  decido  que  a 
quien  amo  de  verdad  es  a  Hoseok,  jamás  me  lo  perdonaría.  Quiero  decidirlo 
pero cada vez es más imposible. 
 
—Tengo  que  estudiar  para  un  examen,  así  que  te rogaría que vuelvas a casa 
a descansar. 
 
Su carita mostraba desilusión. 
 
—Bien... 
 
Se  dirigió  hacia  la  puerta  y  se  fue.  Solté  un  suspiro  y  me  hice  bolita  sobre  el 
sofá. 
 
Joder, joder, joder. 
 
   
20. 
 
Hoy  es  el  cumpleaños  de  Jungkook,  realmente  no  lo  sabía  y  me  siento 
culpable  porque  él  ha  traído  los  ingredientes  para  preparar  su  pastel  de 
cumpleaños. 
 
—No sabía que era tu cumpleaños. 
 
—Ahora ya lo sabes. 
 
Dejó  todos  los  ingredientes  sobre  la  mesa.  Preparar  esas  cosas  en  el  horno 
me da pánico, no quiero morir joven. 
 
—¿Tienes que preparar tu pastel aquí? 
 
—Claro.  Amor,  tienes  que  ayudarme  y  sé  que  no  tienes  regalo,  así  no  tienes 
salida. 
 
Tiene razón. ¿Y si le regalo esta? 
No, dios no, haha. 
 
—No tengo esas cosas que sirven para hacer pasteles. 
 
Ni las tendría.  
 
—Yo las traje. 
 
—... 
 
Bueno, solo espero que no quememos nada. 
 
—Bien, quiero que dividas los huevos. 
 
¿Que divida qué? 
 
—... 
 
—Los huevos de la gallina. 
 
Solté  un  suspiro  de  alivio.  Jungkook  comenzó  a  reírse  y  yo  rompí  un  huevo, 
no supe exactamente qué hacer con él y se estrelló en el piso. 
 
—Es imposible. 
 
—No, solo partes la mitad no hasta el extremo de partir el huevo, luego... 
 
Otro huevo se me resbaló. Soy yo quien va a tener que limpiar todo después. 
 
Al  final  él  dividió  los  huevos,  la  manera  en  la que lo hacia era asombrosa. No 
sé cómo lo hace. 
 
—Ahora bate los huevos. 
 
¿Qué? 
 
—... 
 
—¿Tienes una batidora? 
 
—Sí, pero no sirve. 
 
—¿Tienes una manual? 
 
—Y... no. 
 
—Creo que yo la traje. 
 
Él la trajo y me la extendió, no sé cómo usarla. 
 
—... 
 
—Sirven para batir, tienes que hacerlo en círculos. 
 
Vale. 
 
—... 
 
—Yo sé que entiendes, Tae. 
 
Comencé  a  batir  y  no  sucedía  nada,  bueno,  se  volvía  espumoso  pero  nada 
más. 
 
—No pasa nada. 
 
—Es que te tardaste mucho, y además creo que miraste la crema. 
 
—¿Qué? 
 
—Mi abuela decía que si mirabas a la crema, ella no crecería. 
 
Es una locura. 
 
—Eso no tiene sentido, es tonto. 
 
—¿Y por qué no veo la crema ahí? 
 
Continúe  batiendo  y  mi  camisa  se  manchó  con  algunas  gotas.  Estos  huevos 
ya me tienen hasta los huevos. 
 
—Tendré que taparte los ojos. 
 
—Jungkook, no. 
 
—Taehyung, sí. 
 
Él  tapó  mis  ojos con una bufanda y seguí con mi trabajo. ¿Sería cierto eso de 
que no hay que ver directamente a la crema? Bueno, eso no tiene lógica. 
 
Estuve  ahí  como  un  tonto,  batiendo.  Y  escuché  a  Jungkook  carcajearse,  ah, 
y yo creyendo que podía llegar a tener razón. 
 
—... 
 
—El señor filósofo no le encuentra el sentido a los huevos. 
 
—Me has mentido. 
 
—Un poco. 
 
Cuando  él  me  quitó  la  bufanda,  nos  quedamos  asombrados,  la  crema  se 
había levantado, fue asombroso. 
 
—La  crema  levantó...  ha  de  ser  porque  estás  tan  bueno  que  ni  ella  pudo 
resistirse. 
 
Me  maté  de  risa,  Jungkook  decía  tonterías  a  veces.  Él  se quedó estupefacto 
al observarme, y dejé de reír porque creo que no es el momento adecuado. 
 
Lo  único  que  faltaba  era  integrar  la  crema  con  lo  demás,  así  que  lo  hice  con 
cuidado.  Pude  sentir  la  intensidad  de  su  mirada  en  mi  espalda  y  segundos 
después  Jungkook  atacó  mi  boca  con  un  beso  desesperado, que yo aprecié 
tanto, tanto. 
 
Esa noche compartimos el pastel, nos había salido muy bien a pesar de todo.  
 
—Jungkook. 
 
—¿Cariño? 
 
—Dentro  de  dos  días  tengo  la  presentación  de  una  investigación  realizada 
con mis amigos, ¿gustas venir? 
 
No me gusta mostrar mi trabajo pero Jungkook era un caso diferente. 
 
—Tenlo por seguro. 
 
Asentí. 
 
Vaya día. 
 
21. 
 
Jimin  me  invitó  a  pasear  por  ahí.  Al  final  terminamos  yendo  a  un  bar,  entre 
risas y bromas nos terminamos algunas botellas de cerveza. 
 
—Jimin, tengo una presentación mañana y Jungkook vendrá a verme... 
 
—¿Vas a dejar a tu hermano tomando solo? 
 
—No. 
 
Olvidé  la  importancia  que  tenía  esa  presentación  para  mí  así  que  seguimos 
con algunos shots intensos. El lugar daba vueltas y las luces giraban. 
 
—Tae...  ¿te  acuerdas  de...  día  de  la  amistad  cuando  Hoseok  nos  compró 
chocolates? 
 
—Sí... terminamos con dolor estomacal. 
 
Ambos  nos  reímos  al  recordar  lo  sucedido.  Los  chocolates  sabían  muy bien, 
pero más sus labios. 
 
—Tae... ¿Te acuerdas cuando Hoseok te trajo un gato blanco? 
 
—Sí, su nombre era Min... 
 
Aunque el gato se fue días después y me abandonó así como Hoseok lo hizo. 
 
—Hoseok te compró un gran ramo de rosas para que dejaras de estar triste. 
 
—Sí... 
 
Tal  vez  era  la  combinación  entre  mi  embriaguez  y  mi  tristeza  la  que hizo que 
algunas lágrimas se me escurrieran. 
 
Continúe bebiendo y Jimin que quedó mirándome. Me veía patético. 
 
—Si pudieras verlo otra vez... 
 
—Daría mi vida por verlo otra vez. 
 
—Haré todo para que lo veas. 
 
—¿Me lo juras...? 
 
Sentí náuseas. Él asintió. 
 
—Termina con Jungkook. 
 
Y esbocé una sonrisa. Recordé los bonitos labios de Jungkook... 
 
—¿Jungkook? 
 
—Sí, escríbele una carta... 
 
—¿Kook? 
 
No entendía mucho. 
 
Jimin sacó un papel de su bolsillo y comenzó a escribir. 
 
—Yo lo escribiré, se sincero porque recuerda que Hoseok puede volver... 
 
Hoseok  puede  volver.  Mi  corazón  se  llenó,  o  tal  vez  mi  estómago,  con  tanta 
bebida. 
 
Y  le  dicté  a  tientas  y  titubeos  el  contenido  de  carta,  juraba  que  nada  de  lo 
que decía tenía sentido pero Jimin no dejaba de escribir. 
 
 
 
 
 
"Querido Jungkook. 
 
Creo  que  has  tenido  mala  suerte  conmigo,  he  sido  consiente  de  todos  tus 
intentos  pero  somos  como  dos  piezas  que  no  encajan,  será  porque encontré 
mi otra parte y tú aún no. 
 
Eres  una  gran  persona  y  no  mereces que te marchite de esta manera, así que 
me  permito  ser  sincero.  Estoy  enamorado  de  alguien,  su  nombre  es  Hoseok, 
le he amado toda la vida..." 
 
Toda una mierda que mandé o que Jimin mandó por correo. 
 
Ambos estábamos abrazados y caminábamos. Bueno, yo me arrastraba. 
 
—Ahora dejemos de m-mentir... 
 
—Yo no miento, Taehyung. 
 
—Mientes, Taehyung ese hijo de puta está enamorado de Jungkook. 
 
—¿Qué dices? 
 
—Sí, pero sht, nadie tiene que saberlo, menos Jimin... 
 
Estaba  tan  ebrio  que  ni  recordaba  que  estaba  junto  a  Jimin.  Solo  estaba 
siendo sincero. 
 
—Taehyung... 
 
—Cállate Nam. 
 
Ebrio y estúpido. 
 
Fue  al día siguiente debido a que el timbre de mi departamento iba a explotar 
junto  a  mi  cabeza, que logré despertarme. No sabía cómo había llegado ahí y 
en  serio  quería  morir,  pero  ese sonido infernal no se detenía así que tuve que 
abrir la puerta. 
 
—¡TAEHYUNG! ¿QUÉ HORA CREES QUE ES? 
 
—Hyung... 
 
—¿Estás con jaqueca? Idiota, hoy es el día de la exposición. 
 
Mierda. 
 
Corrí  como  pude  a  tomar  un  baño  y  salir  junto  a  Namjoon  rumbo  a  la 
presentación. ¿Por qué no me detuve? De esto vale mi carrera. 
 
Las  pastillas  para  el  dolor  de  cabeza  no  bajaban  y  rogaba  al  señor  para  qué 
no vomitara el desayuno. 
 
Fue  entonces  que  revisé  mi  móvil  y  vi  algunos  mensajes  ya  leídos  y  con 
respuesta. Se me hizo extraño porque yo no recuerdo nada de ello. 
 
Eran de Jungkook. 
 
Jeon Jungkook: 
Los  pasteles  de  chocolate  son  mis  favoritos,  el  de  ayer  nos  salió  super 
delicioso, tenemos que volver a hacerlo. 
 
Jeon Jungkook: 
Adoro  pasar  tiempo  contigo,  pero  esta  mañana  solo  te  vi  un  ratito.  Sé  que 
estás ocupado con todo eso de tu presentación, sin embargo quiero verte. 
 
Jeon Jungkook: 
Te extraño, me haces falta. 
 
Jeon Jungkook: 
Taehyung,  llevamos como cinco semanas juntos pero se siente como si fuera 
toda  la  vida. Tal vez eras tú esa persona que he esperado toda la vida, es por 
eso  que  hoy  me  atrevo  a  decir  con  toda  la  seguridad  del  mundo  que...  te 
amo. 
 
Mi corazón latió con locura. 
 
Jeon Jungkook: 
No  tienes  que  responder  nada,  cariño,  es  lo  que  siento  y  pensé  que  tenías 
que saberlo. Debes estar muy ocupado preparando todo… 
 
 
Tae: 
La presentación de mañana se suspendió, lo siento. 
 
 
Mi cabeza sintió una punzada, juraba que Jimin había escrito aquello.  
Era mi hermano, pero quería romperle la cara. 
 
¿Qué más sucedió ayer? 
 
 
 
   
22. 
 
La  presentación  iba  a  comenzar,  yo  dominaba  el  tema  pero  no  dominaba 
todos mis sentidos, me sentía mareado. 
 
—Ayer Jin aceptó ser mi novio. 
 
—Me alegro por ti hyung... 
 
—Escucha  mocoso,  de  tanto  jugar  con  los  dos  vasos  vas  a  terminar 
rompiéndolos. 
 
—¿Qué? 
 
—Tu cabeza se fundió. 
 
—Nam, no te entiendo... 
 
—Eso  no  importa,  lo  que  importa  ahora  es  que  no  digas  ninguna 
incoherencia o vas a seguir encerrado en esta universidad para toda la vida. 
 
—Bien. 
 
Ya  estaba  todo  listo  y  yo  era  el  que  tenía  que  iniciar  con  la  explicación.  Los 
maestros  no  tendrían  piedad  conmigo,  como  les  he  estado jodiendo con sus 
errores, ellos seguro joderán con los míos. 
 
Salimos con calma e hice todo lo posible para lucir sereno. Golpearía a Jimin, 
eso sí. 
 
La  mitad  de  mis  maestros  eran  excelentes  así  que  sabrían  apreciar  el 
proyecto,  la  otra  mitad  son  el  relleno  y  bueno  la  gente  estaba  ahí.  Logré 
localizar  a  Jin,  seguramente  Nam  estará  de  lo  más  contento  y  al lado estaba 
Jungkook, mi corazón se detuvo.  
 
Es  una  larga  historia  de  contar,  pero  si  lo  hago  él  sabrá  que  hice  una  carta 
para  él,  la  misma  que  pienso  destruir  en  cuanto  termine  la  exposición  y  le 
parta la cara al administrador de correos.  
 
Sus  ojos  se  inundaron  de  lágrimas  y  salió  corriendo,  yo  estaba  dispuesto  a 
alcanzarlo  pero  Nam  tomó  mi  brazo  y  recordé  que  de  esto  dependía  mi 
carrera. Tomé aire, más tarde buscaría la manera de remediarlo todo. 
 
—Buenas  días  tengas  ustedes,  señores  del  jurado,  la  exposición  a 
presentarse llevó mucho tiempo de investigación y carece de... 
 
   
23. 
 
Es  probable  que  la  carta  le  haya  llegado  a  Jungkook,  él  no  me  habla  y  esta 
mañana  quise  golpear  al  administrador  de  correos,  me  dijo  que  las cartas ya 
fueron  entregadas, pero la que había enviado a mi nombre no había llegado a 
su  destino,  aún  así  Jungkook  está  molesto  y  yo  creo  que  le  llegó  de  alguna 
manera. Joder. 
 
—Me dijiste que no le lastimarías. 
 
—Es una larga historia, fue en parte mi culpa pero la otra parte... 
 
—Oye,  Taehyung,  confío  en  ti,  sé  que  si  le  hiciste daño no fue con intención, 
pero si tan solo escucho que le hiciste daño adrede te golpearé. 
 
—Entiendo. 
 
—¿Y cómo va mi asunto con lo de Mark?  
 
—No muy bien, Jackson. 
 
—Te diré algo, hay un chico... su nombre es Minwoo, lo odio, como sea, él es 
muy  amigo  de  Mark  y  no  entiendo  por  qué,  porque ese desgraciado es de lo 
peor y Mark es un amor... 
 
—Al punto. 
 
—Bueno,  a  Minwoo  también  le gustas, cabrón, y usando eso de nuestro lado 
le puedes sacar información sobre Mark y así conquistarlo. 
 
—Eso es muy dramático... 
 
Jackson debe ver muchas novelas. 
 
—Que no, los amigos se cuentan todo, ¿verdad? 
 
—Sí pero... 
 
—Entonces podrás tener información siendo su amigo, así que intenta. 
 
No, por favor. 
 
—Vale... 
 
Jackson  golpeó  mi  brazo  y  se  fue  rumbo  a  la  cafetería,  supongo  que  a 
molestar  a Jungkook que últimamente le está gustando mucho hacer y que si 
no creyera en la palabra de hombre que me dio Jackson, me daría celos.  
 
Fui  tras  de  él  y  tomé  lugar  un  poco  lejos  de  ellos,  de  inmediato  apareció 
Namjoon  y  Jimin,  iba  a  hablar  seriamente  con  éste  último. Pero Jungkook se 
levantó con la intención de salir, y Jimin también lo hizo. 
 
—¡Jungkook!   
 
Mierda. 
 
—Hola... 
 
—¿Qué haces ahí? Ven. 
 
Bien, Jimin era un jodido, le regañaría. 
 
Jungkook  nos  saludó  a  todos,  su  cara  mostraba  incomodidad,  pero  yo... era 
tan  feliz  de  tenerlo  cerca.  Nam  jaló  a  Jimin  y  se  lo  llevó  lejos, como siempre, 
mi hyung ayudándome. 
 
—Hola... 
 
Su voz sonaba nostaligica. 
 
—Hola. 
 
—Creo que... 
 
Quería  decirle  todo,  explicarle  todo pero a la vez no sabía cómo empezar, así 
que dije lo que mi corazón gritaba. 
 
—Lo siento. 
 
Salí  con  pasos  lentos  y  esperé  a  que  él  me  siguiera.  Así  lo  hizo  y  de  reojo 
observé una sonrisa en sus labios. 
 
No, no le llegó la carta. 
 
—Deberíamos ir a casa. 
 
Asentí. 
 
Tomé su mano con cuidado y nos fuimos rumbo a casa.  
   
24. 
 
 
—Comí un poquito. 
 
—¿Qué? 
 
—Un sándwich. 
 
—Voy a pedir una pizza. 
 
—Amor... 
 
—Lo haré. 
 
Tomé  el  teléfono  para  hacer  el  pedido,  pero  no  podía  concentrarme  cuando 
esa  boquita  húmeda  está  dejando  besos  sobre  mi  cuello,  un  punto 
seriamente débil. 
 
Tenerlo  entre  mis  brazos  me  trae  paz,  es  algo  extraño  pero  podría 
acostumbrarme.  Su  brazo  rodea  mi  torso  y  su  aroma  me  está  poniendo 
inquieto, podría perder el control y llevarlo a la cama en cualquier momento. 
 
—Sabes que no me gusta la piña... 
 
—No la tendrá. 
 
Su calorcito me gusta. 
 
—Vale, gracias. 
 
Están  transmitiendo  un  documental  acerca  del  sentido  de  las  cosas  y  es  tan 
relajante  ver  a los teóricos tan confundidos y seguros de su posición. A mí no 
me estresa, me encanta. 
 
Sus dientes dejaron una mordida en mi cuello y sentí un escalofrío. Joder. 
 
—¿No me vas a echar? 
 
—¿Por qué tendría que hacerlo? 
 
—Bueno... siempre que tengo algo más de intimidad contigo, me echas. 
 
No lo había pensado. 
 
—... 
 
—Quiero chupártela. 
 
Mi corazón se detuvo otra vez. ¿Qué dijo? 
¿Cómo  le  digo  amablemente  que  sí  quiero  que  me  la  chupe  sin  que  se 
asuste? 
 
—... 
 
—Quiero probar tu sabor... papi. 
 
Mi  pene  reaccionó  más  rápido  que  yo.  Entonces  Jungkook  comenzó  a  reír  y 
besó mi nariz. 
 
—Estoy jugando. 
 
Solté un suspiro. ¿Por qué lo dice si no lo va a hacer? 
 
Bueno,  daba  igual.  Ya  estaría  buscando  aquella  carta  para  destruirla  en  mil 
pedazos. 
 
   
25. 
 
 

—¡Te juro que lo vi! 

—Es imposible, esta casa es impecable. 

En mi casa no hay ratones, es un lugar impecable. 

—Sí, pero pudo entrar de cualquier lado, Taehyung. 

—Pero yo no lo veo, estás confundido. 

—¡No! Debe estar oculto. 

Jungkook vio un ratón. 

No  es  que  crea  que  miente,  pero  aquí  no  hay  ratones.  Él  se  subió  sobre  la 
silla  y  me  obligó  a  revisar,  ni  mi  escoba  ni  yo  encontramos  nada,  pero  para 
que Jungkook se sintiera seguro me aseguré de que no viera ningún ratón. 

—Pues no está, ahora bájate de ahí. 

 
—No quiero, sé que está esperando a que yo baje para comerme. 

Quise reír, pero él se veía serio. Vamos, solo es un ratóncito. 

—Jungkook, bájate o tendré que bajarte. 

—Bájame. 

A este niño le gusta desafiarme. 

Tomé  su  cintura  entre  mis  brazos  y  lo  bajé  de  la  silla.  Tenía el riesgo de caer 
de ahí y ahí sí buscaría a ese ratón para matarlo. 

—Jungkook. 

—Taehyung, te amo. 

No  supe  qué  decir,  eso  es  demasiado.  Jungkook me gusta, muchísimo, pero 


amarlo… 

—Tengo que estudiar, vete por favor. 

—Claro. 

 
¿Qué debería hacer? 

   
26. 

Hoy  Minwoo  me  habló  y  creo  que  es  un  alivio  porque así podré ahorrarme el 
show  de  ser  yo  quien  haga  el  papelón.  Su  manera  de  hablar  me  inquieta,  su 
conversación  es  tan  vacía  que  me  puso  de  mal  humor.  Hablamos  algo  de 
Mark, pero no lo suficiente y Jackson está impaciente. 

Jimin  se  ha  burlado  de  mí  está  mañana  y  mi  cabeza  quiere  explotar,  sin 
agregar  que  tenía  un  examen  en  algunas  horas.  A  este  paso  envejeceré más 
rápido. 

—Hola amor. 

Jungkook  apareció. Hoy se veía... increíble, ese pantalón hacia lucir muy bien 
su  trasero  y  esas  piernas  deliciosas.  Y  el  estrés  comenzó a comerme poco a 
poco,  porque  le tengo ganas a Jungkook pero al final del día siempre termino 
conteniendome. 

—Hola. 

—¿Qué lees? 

—Pues... Misery. 

—Veo que te animaste a hacerlo. 


—Me animaste a hacerlo. 

Quería  estar  tranquilo  un  momento,  olvidarme  de  todo  y  perderme  en  la 
lectura,  pero  Jungkook  no  me  deja.  Él  fue  quien  inició  todo el conflicto en mi 
mente y en mi corazón desde que lo conocí. 

—Tae, ¿me acompañas al baño? 

No ahora, cariño. 

—¿No puedes ir solo? 

—No es eso, es que quiero decirte algo muy privado. 

¿Algo  muy  privado?  ¿Acaso  quiere  terminar  conmigo?  A  este  paso  la 
migraña entraría en mi vida. 

Cuando  llegamos  él  se  aseguró de que no hubiera nadie y cerró la puerta. Ya 


sabía  por  dónde  iba  esto,  mejillas  sonrojadas,  pantalones  ajustados  y 
bálsamo labial. Jungkook quería coger. 

—Si fuera chica, debería estar gritando y pidiendo auxilio como loca. 

Él sonrió y abrazó mi cuello. 

 
Esta que me revienta la cabeza con tantas cosas. 

—No es para tanto. 

Él repartió algunos besos en mi rostro y yo quería descansar pronto. 

—¿Qué querías decirme? 

—Bueno  que...  mi  mamá  viajará  una  semana  y  estaré  solito,  duerme 
conmigo. 

No puedo. 

—No. 

—¿No quieres o no puedes? 

—Ambos. 

Ni debo. 

Antes de que me arrepientiera de mis palabras, decidí salir del lugar. 

 
—¿Sabes por lo menos saber qué fecha es hoy? 

—… 

—Hoy cumplimos 6 semanas juntos. 

¿Tanto? 

Mi cabeza tuvo una punzada, era mi límite.  

—Te felicito. 

Lo dije sin pensar, maldita sea. 

   
27. 
 

Sus rodillas chocaron con las mías, me ponía incomodo. 

—Y bueno, él y yo somos amigos hace algunos años. 

—¿Qué cosas le gustan? 

—Emh, Taehyung, ¿vamos a hablar de Mark? 

—Claro que no, es solo que... me gusta escucharte. 

Ah, las estupideces que digo. 

Minwoo esbozó una gran sonrisa al oírme y continuó hablando. 

Me estaba coqueteando. 

—Bueno, a Mark le gustan las rosas blancas y los bizcochos de naranja. 

Bien, lo tendré apuntado. 

 
—Oh genial. 

—¿Qué hiciste en clases? 

—Mh, bueno hablamos de Gayo. 

Minwoo  se  carcajeó  y  mis  dedos  chocaron  con  la  mesa,  esperando  a  que 
dejara  de  salpicar  su  bebida.  Tengo  que  admitirlo,  Minwoo  es  guapo  pero 
realmente no es mi tipo. 

—Gayo, qué gracioso. 

—Sí, ya sabes, cosas, personas y… 

—¿Muebles? 

Quise  reírme,  pero  no  podía.  La  situación se puso algo tensa ante mi silencio 


y  él  agregó  que  tenía  clases.  Se  fue  de  inmediato  no  sin  antes  acariciar  mi 
rostro  y  cuando  tenía  la  intención  de  llamar  a  Jackson,  apareció  Jungkook  y 
lucía realmente molesto. 

—Así que ya estás buscando nueva pareja 

—¿Qué? 

 
—Ese  estúpido  niño  quiere  alejarte  de mi lado, cuando él se despidió de ti se 
burló de mí. 

¿Jungkook vio todo lo que pasó? Ah, joder. 

—¿Nos estabas espiando? 

—Toda la universidad lo vio. 

—Jungkook  escucha,  Minwoo  es  amigo  mío  por  favor  deja  de  ser  tan 
paranoico. 

—Yo soy tu novio, y no soy paranoico. Tienes que creerme. 

—No lo haré. 

Te creo, pero necesito sacarle información a Minwoo. 

—Ah, ¿no? Entonces cuéntame de qué hablaban. 

—Gayo. 

—¿Acaso… 

 
—Él es un chico muy culto, Jungkook. 

Su  rostro  se  deformó  en  una  mueca  molesta.  Jungkook  estando  celoso  es 
realmente una maravilla tierna. 

Decir que Minwoo es culto es como decir que Jungkook no es lindo. 

—Y yo soy el ignorante. 

—Eres mi novio. 

El novio más bonito del mundo. 

   
28. 
 

Jackson  me  dijo  que  le  compraría  una  ramo  de  rosas  blancas  a  Mark  y 
Namjoon  me  dijo  que  tendría  una  cita  con  Jin.  Y  bueno,  yo  les  dije  que 
pasaría la tarde con Jungkook... en el centro comercial, ah. 

—¿Qué opinas de este pantalón? 

El centro comercial lucía vacío. 

—No lo sé. 

Él  tomó  muchos  conjuntos,  de  diferentes colores y diseños. Quiere ver cómo 


le quedan y yo creo que todo le queda fantástico. 

Nos  dirigimos  hacia  los  vestidores,  no  sé  cómo  pudo  cargar  todo,  pero  lo 
hizo. 

-Espérame aquí por favor, no tardaré mucho. 

Él  ingresó  al  vestidor  y  yo  me  quedé  en  la  puerta.  Rosy  me  había  dicho  que 
es  muy  común  que  hombres  anden  de  fisgones  por  los  vestidores  y  que 
incluso  algunos  abren  las  puertas  por  ​"error"  y  mi  deber  es  cuidar  a 
Jungkook de esos idiotas. 

 
Entonces  escuché  un  gruñido  desde lo lejos, había un cachorro acercándose 
a  mí, se veía muy tierno pero me mostró los colmillos y corría con la intención 
de morderme. Iba a morir. 

Mi  corazón  se  aceleró  y  lo único que pensé en ese momento fue en salvar mi 


vida  así  que  entré  en  aquel  vestidor  que  Jungkook  había  elegido  y  cerré  la 
puerta  con  el  seguro.  Le  grité  muchas  cosas  para  que  se  fuera,  pero  sólo 
ladraba. 

El lugar era muy angosto y yo me sentía ahogado. 

—Jodida criatura. 

—T-Tae... 

Caí  en  la  situación,  Jungkook  estaba  totalmente  desnudo  y  su  pecho  se 
encontraba  pegado  a  la  pared,  estábamos  tan  cerca  que  mi  entrepierna 
rozaba su trasero. 

Ese  redondo  y  firme  trasero  que  comencé  a  tocar  con  calma,  ignoré  el 
llamado  de  mi  razón  y  aspiré  el  delicioso  aroma  de  su  cabello.  Mis  labios  se 
apoderaron  de  su  cuello  con  besos  y  una  erección  se  formó  entre  mis 
piernas. 

Jungkook  me  ponía  a  mil  y recordar las pajas que he tenido por su culpa, me 


impulsaba a castigarlo un poco. 

 
Los  besos  se  convirtieron  en  mordidas  y  los  toques  en  nalgadas  rudas  que 
resonaban.  Sus  nalgas  vibraban  con  mis  palmas  y  se  sacudían  con  cada 
pellizco que dejaba por la zona. 

—Mh. 

Jungkook está bueno, muy bueno. 

—Sí, Tae... 

No  pude  contenerme  y  mi  dedo  del  medio  se  deslizó  hacia  su  entrada  para 
rozar  la  zona  con  velocidad.  Quería  penetrar ese culo y correrme en él tantas 
veces como fuera posible. 

—Kookie. 

¿Y si me lo tiro aquí? 

—¡Ah, sí!  

El perro volvió a ladrar y activó mi razón. No, no, no. Qué estoy haciendo. 

Me  alejé  un  poco  de  él  y  él  se  volteó,  yo  no  sabía  para  dónde  mirar. 
Jungkook  es  como  un  pequeño  dios  griego  sonrojado  y  mirándome  con 
vergüenza. 
 

—Vístete. 

—Yo... necesito que salgas, amor. 

—¿Qué? No. 

No.  ¿Acaso  quiere  que  me  muera?  El  cachorro  es  pequeño  pero no significa 
que no muerda.  

Tomé  un  suspiro  y  me di la vuelta, hice un gran esfuerzo para pegarme en un 


rincón  y  no  molestarle.  Pero  el  lugar  es  tan  jodidamente  pequeño  que  aún 
continuabamos rozandonos y mi pene era el que sufría las punzadas. Mierda. 

Cuando  terminó,  salió  primero  y  quería  volverme  loco  porque  ese  animal 
podía  hacerle  daño.  Sin  embargo  el  cachorro  ni  siquiera  le  ladró e incluso se 
dejó acariciar. 

En  cuanto  me  vio  comenzó  a  ladrar  y yo estaba sosteniendo toda la ropa, no 


podría defenderme. 

—Mejor ve a pagar, yo voy a detener a la bestia. 

 
Solté  un  suspiro  y  me  fui  resignado  a  pagar  todo.  ¿Qué  tenían  esos  dos  en 
contra  de  mí?  Uno  quería  morderme  y  el  otro  quería  que  lo  follara.  Parece 
que se hubieran puesto de acuerdo. 

Qué vergüenza quedar así ante Jungkook. 

   
29. 
 

Jackson  me  dijo que Mark estuvo muy feliz con los presentes que le dio y me 


dijo  que  a  ese  paso  lograría  conquistarlo  más  rápido.  No  podía  dejar  el  plan 
ahora, justo cuando habíamos avanzado, estúpidamente, pero algo es algo. 

Minwoo apareció por el pasillo, su sonrisa era enorme.  

—Tae. 

—Hola... 

—¿Podríamos vernos hoy? 

—Claro, ¿en dónde? 

—En mi departamento. 

No, no, no. Primero muerto. 

—Que sea en el mío. 

Lo lamentaré, pero si muero que sea en el mío. 


 

—Perfecto, chico guapo 

Hehehe. 

Entonces  Jungkook  se  acercó  a  nosotros.  Su  cabecita  café  era 


inconfundible. 

—Minwoo. 

El nombrado se giró a mirarlo y esbozó una sonrisa. 

—Hola, querido. 

—Ya hablamos de esto, aléjate de Taehyung. 

¿Hablaron  de  eso?  Oh  no,  si  llega  a  haber  problemas  todo  se  irá  por  la 
borda.  Tengo  unas  inmensas  ganas  de  decirle  a  Jungkook  toda  la  verdad, 
pero Jackson me mataría y Jungkook también. 

—Jungkook ya detente. 

Tuve que defenderlo. 

 
—Bien, elige, ¿él o yo? 

¿Qué pregunta es esa? 

—Jungkook no estás actuando de... 

—¿Él o yo? 

Joder.  Jungkook  es  demasiado,  sabe  que  detesto  las  escenas  dramáticas. 
Esperaría  a  que todo se calme, empezando por su actitud. Salí sin decir nada 
y más tarde Minwoo me dio alcance. 

—Jungkook no te merece como novio. 

Cállate Minwoo. 

   
30. 
 

Hoy  no  podría  irme  junto  a  Jungkook.  Espero  que Jin no nos mate a hyung y 


a mí. 

Todo  el  camino  Minwoo  habló  y  habló,  yo  hice  todo  lo  posible  por  no 
mandarlo  a  la mierda. Sé que está molestando a Jungkook y me jode con tan 
sólo imaginarlo.  

Le  mencioné  que  chopin  no  me  está  ayudando  a  dormir  y  él  comentó  que  a 
él  sí.  Bueno,  solo  por  para  probarlo  le  pregunté  si  había  escuchado  a  Kant y 
él  me  dijo  que  sí,  ¡que  sí!  que  creía  que  era  una  gran  pianista...  vaya,  y  él 
intentando parecer buen estudiante. Está en la luna. 

—¿Y qué tipo de personas te gustan? 

Serenidad. 

—Así como tú. 

Serenidad. Serenidad. 

—¿Y a tus amigos? 

 
—No lo sé... 

—¿Qué tipo le gusta a Mark? Creí que tenían gustos similares. 

—Un  poco,  a  los  dos  nos  gustan  los  chicos  inteligentes  y  atractivos,  pero  él 
va por chicos más divertidos y caballerosos. 

Lo tengo apuntado. 

Llegamos  al  departamento  preparé  algo  de  café,  me  ayudaría  a  lidiar  con  el 
estrés. 

—¿Cómo debería un chico, conquistarte? 

—Deben ser tú y ya está. 

Él se carcajeo y yo tomé un poco de café. 

—Deben gustarte más chicos... 

—Pues sí, pero... 

—¿Mark y tú piensan diferente en ese aspecto? 

 
Su  mirada  me  mostraba  que  estaba  al  límite  con  eso  de Mark, pero yo había 
hecho una pregunta y él no podía negarme la respuesta. 

—Sí,  a  él  le  gusta  que  lo  sorprendan  y  a  mí  no,  a  él  le  gusta  que  sean 
demasiado cursis y a mí no. 

—Vaya. 

Nos  quedamos  en  silencio  algunos  minutos.  Si  con  eso  Jackson  no 
conquistaba a Mark, iba a empujarlo de un puente. 

—¡Oh dios! 

Minwoo derramó el café sobre su camisa, se vio intencional, pero el café está 
caliente. De inmediato se la quitó y derramó café sobre mi chaqueta. 

No voy a matarlo. No voy a matarlo. No voy a... 

—Mierda. 

El café quemaba y tuve que quitarme la chaqueta. Era mi favorita. 

—Oh, lo lamento tanto Tae, soy muy torpe. 

 
—Mh. 

—No puedo salir semidesnudo a la calle, tendré que pasar la noc... 

—Yo te la lavo. 

Tomé  la  camisa  y  la  puse  en  la  lavadora.  En  tanto,  limpié  algunas  gotas  que 
habían resbalado por mi cuello y cabello.  

Esa  camisa  tiene  que  secar.  No  voy  a  prestarle  mi  ropa ni voy a dejar que se 
quede, Jungkook terminaría conmigo y peor, Jin me haría picadillo. 

El  timbre  sonó  y  sonó,  creí  que  Minwoo  abriría,  pero  sólo  me  llamó  para 
avisarme que teníamos visitas. Por favor que sea Nam hyung, por favor. 

Minwoo  estaba  de  lo  más  feliz  en  la  sala,  la  verdad,  es  que  tan  bueno  no 
está. 

Abrí  la  puerta  y  me encontré con esos ojitos lindos que se carga mi novio. Su 


expresión pasó de molesta a sorprendida. Oh no. 

—No es lo que tú crees. 

Lo juro. 

 
31. 
 

Jungkook ingresó al departamento con furia y se dirigió hacia Minwoo. 

—Esto es lo que planeabas, cabrón. Yo siempre supe de tus planes, zorra. 

Minwoo  se  mostraba  confundido  y  yo  creo  que  sabe  perfectamente  todo  lo 
que  está  pasando.  Pero  eso  sí,  Jungkook  estaba  furioso  por  una  cosa  sin 
sentido  y  si  me  diera  un  poco  de  tiempo,  podría  explicarle  lo  que  realmente 
sucedió. 

—Estás malinterpretando las cosas, él y yo no... 

—¡Maldita zorra! 

Jungkook  quería  golpear  a  Minwoo  y  yo  no  podía  permitirlo.  Jungkook  está 
enfadado,  pero  sé  que  después  lamentará  haberlo  hecho,  además  Minwoo 
podría lastimarle.  

—No te atrevas a hacerlo. 

—Y  lo  defiendes,  Taehyung,  él  tenía  planeado  todo  esto,  ¿o  qué?  ¿Tú 
querías cogertelo? Era eso... 

 
—¡No! 

Dios  mío,  claro  que  no,  si  ese  chico  ni  me  agrada. ¿Cómo puede pensar eso 
de mí? 

Jungkook  se  liberó  del  agarre  atacó  a  Minwoo,  antes  de  que  eso  terminara 
mal,  tomé  de  su  mano  para  detenerlo.  Entonces  perdió  el  equilibrio  y  se 
cayó, me quedé en shock... había lastimado a Jungkook, le había lastimado... 

Él  se  levantó  y  salió  corriendo,  pude  escuchar  sus  sollozos  antes  de  que 
desapareciera  por  el  pasillo.  Reaccioné  y  comencé  a  correr  detrás  de  él,  no 
sabía hacia dónde había ido... no había rastros de él. 

—¡Jungkook! 

¿Qué he hecho? Joder.  

   
32. 
 

Esta  mañana  le  dije  a Jackson que desistiría con el plan, que con todo lo que 


le  dije  esperaba  que  se  cogiera  a  Mark y me dejara en paz. Estaba molesto y 
él lo sabía, así que solo me lo agradeció y se fue feliz. 

No  he  podido  dormir,  pensé  y  pensé  sobre  qué  podía  hacer  para  pedirle 
disculpas  a  Jungkook.  Explicarle  lo  sucedido  no  serviría,  primero  debíamos 
tener  una  reconciliación,  no  podía  simplemente  besarlo  y  esperar  que  las 
cosas  se  solucionen.  No,  este  tipo  de  peleas se resuelven con cautela, hasta 
que ambos bajemos las manos y nos rindamos.  

Decidí  escribir  una  pequeña  nota  e  invitarlo  a  salir  por  ahí.  Esperaba  que 
funcionara porque no tenía más ideas. 

Y  lo  encontré,  me  senté  a  cuatro  metros  de  su  mesa,  hoy  se  veía  hermoso, 
como  siempre,  pero  su  expresión me hace saber que tampoco ha tenido una 
buena  noche.  Agh,  es  su  culpa,  sus  manos  son  tan  delicadas que... no pude 
medir mi fuerza y le hice daño, bueno no. 

Tomé  un  poco  de  aire  y  me  senté  junto  a  él  en  aquella  mesa  pequeña.  Él 
desvió  su  mirada  hacia  su  teléfono,  sí,  definitivamente  estaba  enfadado,  lo 
sabía,  esto  se  toma  con  cautela.  Como a los gatitos, si quieres que se ganen 
tu  confianza,  dale  pequeñas  migajas  de  comida  y  aléjate  lo  suficiente  hasta 
que ellos decidan venir a ti.  

La  situación  era  incomoda,  así  que  saque  un  libro  y  me  dispuse  a  leer.  El 
libro estaba del revés y yo lucía como un tonto. Era ahora o nunca. 
 

Deslicé aquella hoja en la que había escrito algunas lineas hacia su lado: 

"Tus  ojos  son  muy  bonitos,  me  recuerdan  al  atardecer.  A  mí  me  gusta 
admirarlos,  a  él  y  a  ti...  tal  vez  tú  no  quieras  hablarme,  pero  tus  ojos  me  han 
dicho que quieren admirar el atardecer hoy. No les niegues hacerlo, ¿vale? 

-KTH" 

Me  levanté  y  me  fui  por  el  pasillo.  De  inmediato  me  oculté  en  un  costado de 
la puerta, para que no me viera y lo contemplé.  

Cuando él terminó de leer el contenido, esbozó una sonrisa. Me felicité. 

¡Bien hecho cabrón!  

El plan ha funcionado. 

   
33. 
 

Faltaba  como  media  hora  para  el  atardecer,  aunque  el  cielo  tenía  algunos 
tintes  naranjas.  Jungkook  y yo estábamos acostados sobre el pasto del patio 
trasero  de  una  escuela  abandonada,  un  árbol  amable  nos  protegía  de  los 
últimos rayos del sol.  

No entiendo por qué aceptó ir ahí conmigo, pero lo hizo.  

El lugar se sentía tranquilo. 

—Entonces lo hizo... 

—Sí, tenías razón. 

—Te lo dije. 

Sí, me lo dijo, pero también lo esperaba. 

—Debí  escucharte,  pero  ya  era  muy  tarde,  él  apareció  desnudo  sobre  mi 
cama. 

Su  rostro  se  mostró  sorprendido.  Minwoo  nunca  llegó  hasta  ese  extremo, 
pero quería verlo celoso. Lo sé, es tonto. 
 

—De cualquier manera no es nada nuevo entre ustedes... 

—No, eso no. Nunca pasó nada entre nosotros. 

—¿Y  qué  es  lo  que  vi  en  tu  departamento?  ¿Estaban  lavando  la  ropa?  No 
nací ayer. 

La verdad es que sí estábamos lavando ropa... 

—Jungkook.  Estábamos  tomando  café  y  él  derramó la taza sobre su camisa, 


intenté  ayudarle  pero  él  mojó  mi  chaqueta  con  el  resto  de  la  taza.  No  sabía 
cuál  era  su intención. Él se quitó la ropa y yo tuve que quitarme la chaqueta y 
bueno...  por  mi  estúpida  amabilidad  puse su ropa en la lavadora. No es nada 
que no pueda pasar de pronto... 

Ese día la pasé muy mal, en verdad, detesto los malentendidos.  

—¿Él te gusta? 

—Hazme una pregunta que tenga sentido. 

—¿Yo te gusto? 

Ah, y sí... 
 

—Pregunta algo que se pueda explicar. 

No  sé  si  me  gusta,  es  decir,  no  creo  que  sea  un  simple  gusto,  creo  que  es 
algo más fuerte que poco a poco me está tomando preso. 

El  atardecer  apareció  ante  nuestro  ojos  y  nos  quedamos  en  silencio  hasta 
que el sol desapareció.  

—Jungkook... 

—¿Mh? 

Hay  algo  que  también  ha  estado  en  mi  cabeza  desde  hace  mucho  tiempo. 
Jungkook me está ofreciendo algo que considero muy valioso en él. 

—¿Eres virgen? 

—Sí. 

—¿Por qué quieres perderla conmigo? 

—Porque te amo.   

 
Mi  corazón  latió  y  esta  vez  no  me  sentí  tenso.  Esa  sensación  de  libertad  me 
inundó  y no temo admitir que me encanta sentirla. ¿Será posible que también 
lo ame? Creo que... no estoy seguro de ello. 

Nam  me  dijo  que  me  decidiera  por  lo  que  me  hace  feliz,  Jungkook  me  hace 
feliz. 

Tomé  su  rostro con cuidado y lo besé, todo comenzó con un ritmo lento pero 


acabó  en  uno  salvaje.  Tal  vez  estoy  enamorado,  mis  sospechas  eran 
acertadas. 

Nos  separamos  sólo  para  conectar  nuestras  miradas.  Sus  labios  estaban 
húmedos y sus ojos brillaban más bajo la luz de la luna. 

—Minwoo  es  tonto,  siempre lo supe, nadie en su sano juicio podría creer que 


Kant es un pianista.  

Con  tan  solo  recordarlo  me  causó  gracia.  Esbocé  una  sonrisa,  después  de 
tanto  tiempo  de  tristeza...  estas  semanas  que  he  estado  con  Jungkook,  me 
han hecho sonreír a seguido.  

   
34. 
 

—Mh sí, ¡Tae! ¡A-así! 

Las  cosas  se  pusieron  algo  intensas  después  de  aquel  beso.  Él  no se opuso 
cuando  mis  dedos  se  internaron  en  su  pantalón  y  rozaron  su  entrada  con 
cuidado.  Jungkook  confía  en  mí,  lo  sé  cuando  sus  dedos  se  aferran  a  mis 
brazos y me permite continuar. 

—Calma. 

La  luna  brillaba,  el  clima  había  descendido  en  aquel  rincón  del  colegio,  pero 
no para nosotros. 

—Tae... 

—Te estoy faltando el respeto. 

Sí,  porque  vamos,  le  traje  a  un  lugar  inmundo  y  en  un  rincón  del  jardín  le 
hago toques indebidos.  

—No, claro que no. 

 
Aunque  se  lo  pedí  le  manera  educada,  creo  que  esta  no  es  la  manera  ni  el 
momento. 

Aún  así,  mis  manos  se  deslizaron  por  sus  muslos  y  mis  labios  no  se 
separaron de su cuello, no podía negarme aquello. Esto se nos podía ir de las 
manos muy pronto... 

—Jungkook, nos pueden ver. 

Y yo no quiero que nadie le vea así, solo yo. 

—¿Deberíamos volver? 

—Sí... tu madre debe estar preocupada. 

—Vale, vamos. 

Nos  levantamos  del  lugar  y  salimos  de  ese  colegio.  Él  se  veía  algo  asustado 
cuando recorrimos los pasillos oscuros, por ello nunca solté su mano. 

¿Jungkook va a amarme por siempre?  

   
35. 
 

Fue  el  sonido  molesto  del  timbre  quien  me  levantó  un  domingo  por  la 
mañana,  mi  único  día  preciado  para  descansar.  Tuve  que  abrir  o  de  otra 
manera  no  se  iba  a  detener.  Creí  que  sería  Jimin  y  ya  tenía  planeado  cómo 
iba  a  cerrarle  la  puerta  en  la  cara,  sin  embargo no era él, sino Jungkook, con 
un  enorme  sombrero  que su cabeza apenas podía sostener y con unas botas 
que sonaban con cada paso. 

—Son las diez de la mañana y no estás listo. 

—¿Listo para qué? 

¿Qué hice ahora? 

—Hoy es domingo de visita al hogar de niños. 

—¿Qué? 

—Saca la ropa nueva que no usas. ¿La tienes? 

—Pues sí, algunas. 

No entendía nada... 
 

—Perfecto, reúnelas, se nos hace tarde. 

—Jungkook... 

—Calla y reúnelas. 

Me  rendí.  Hice  lo  que  pidió  y  reuní  algunas  ropas  que  no  eran  de  mi  talla  y 
que  por  lo  tanto  estaban  nuevas.  Fui  yo  quien  tuvo  que  cargar  todo, 
incluyendo  las  bolsas  que  él  había  traído,  era  demasiado  pero...  daba  igual, 
Jungkook  podía  ordenarme  cualquier  estupidez  y  yo  la  estaría  cumpliendo, 
así de tonto estaba por él.  

Fuimos  a  un  centro  infantil,  una  señora  de  edad  avanzada  nos  recibió,  ella 
saludó  con  gran  alegría  a  Jungkook  y  nos  dejó  pasar.  En cuanto ingresamos 
varios niños se abalanzaron hacia mi novio para darle un abrazo. 

Repartimos  todo  con  calma.  Jungkook  no  paraba  de  sonreír  y  comprendí 
porqué  Jungkook  es  diferente  de  los  demás.  Él  es inocente y bondadoso, su 
alma  es  tan  pura  que  le  hace  único.  Él  era  un  niño  más  entre  la  multitud... 
tuvo  tanta  paciencia  y  amor  conmigo  que  creí  que  no  lo  merecía.  No  lo 
merezco,  simplemente,  por  las  cosas  que  he  hecho,  la  vida  no  puede 
premiarme con alguien tan maravilloso como él. 

Sigue conmigo aunque le haya lastimado tantas veces.  

Era  la  hora  del  almuerzo  y  todos  los  niños  se  fueron,  creo  que  es  hora  de 
irnos. 
 

Una  pequeña  niña  se  acercó,  abrazó  a  Jungkook  y  luego  a  mí.  Ella  besó  mi 
mejilla y se me hizo demasiado tierno. 

—Gracias por venir Jungkook. 

—Déjeme volver al otro mes. 

—No  puedo,  es  demasiado  para  un  chico  de  tu  edad,  pero  estamos  muy 
agradecidos. 

—Señora Cho… 

—Los  niños  te  adoran  pero  es demasiado para ti, reunir todo esto. Así que te 


esperaremos en seis meses. 

¿Seis  meses?  Vamos,  Jungkook  amaba  a  esos niños, no podía volver dentro 


de tanto tiempo. 

Jungkook  y  yo  salimos  del  hogar  para  niños  y  caminamos  en  silencio rumbo 
a casa. 

—Taehyung, ¿qué le dijiste a Hyo? 

—Nada. 
 

—¿Y por qué te besó la mejilla? 

—No lo sé, tal vez porque así son los niños. 

—Hyo  nunca  se  acerca  a  extraños,  mucho  menos  tiene  contacto  con  ellos, 
pero contigo fue diferente. 

Oh. Supongo que algo en común tenemos. 

—No lo sabía. 

—No importa y ah... gracias por venir. 

—No fue nada. En realidad fue algo interesante y muy noble de tu parte. 

Sus mejillas se sonrojaron. Dios mío, que deje de ser tan adorable, gracias. 

—¿Tú lo crees? 

—Sí. Jungkook, ¿tenías que traer esas botas? 

Sus  botas  sonaban con cada paso que daba. Quería morder sus mejillas y su 


nariz. Cosita tierna.  
 

36. 
 

—Tenemos que hablar. 

—Pues bien, dímelo ahora Jimin, estoy algo ocupado. 

—¡Soy como tu hermano y me tratas así! 

Jimin estaba muy molesto. 

—... 

Bien, en eso tenía razón. 

—Escúchame bien, recibí una llamada desde Japón. 

Me quedé quieto, eso solo significaba una cosa. 

—Jimin... 

—Te lo prometí. 
 

—... 

Hoseok  siempre  tuvo  el  sueño  de  ser  bailarín,  él  bailaba  genial  pero  para  él 
no era suficiente. Entonces se fue a Japón para estudiar danza. 

—Hoseok va a regresar y lo hará por ti. 

—Jimin. 

—¡Es lo que has querido toda la vida, idiota! 

Jimin  gritó  aquello  y  se  fue.  Yo  me  quedé  ahí,  procesando  todo,  recordando 
todo,  intentando  ordenar  todos  mis  pensamientos,  pero  todos  ellos  estaban 
dispersos.  Siempre  creí  que  jamás  volvería  a  ver  a  Hoseok  y  ya  sabía  cómo 
vivir  con  ello, sin embargo ahora que sé que puedo verlo otra vez... me siento 
mareado, confuso. 

—¡Amor! 

Levanté  la  cabeza para observar a Jungkook. Él me dio un abrazo y besó mis 


labios.  Lo  necesitaba,  pero  sabía  que  por  ahora  no  podía  tenerlo  cerca,  no 
hasta que sepa exactamente lo que siento. 

—Taehyung yo... 

 
—Vayámonos. 

¿Qué  haré  cuando  tenga  de  frente  a  Hoseok?  Es  evidente  que  mis 
sentimientos  por  él  siguen  ahí  y  no  cambiaron  en  nada,  siguen  intactos, 
protegidos  por  ese  muro  que  yo  mismo  había  construido  a  base  de  sus 
recuerdos.  

Llegamos a mi departamento y me tiré sobre el sofá.  

—¿Pasa algo? 

—No. 

—A ti pasa algo y no quieres decirme. 

—No. 

Él  jaló  mi  brazo  y  me  obligó  a  tomar  asiento.  Me  sentía  muy  mal  en  ese 
momento, prefería estar solo. 

—¿No vas a decirme? 

—No pasa nada. 

 
Él  se  sentó  sobre  mi  regazo  y  comenzó  a  besarme,  no  sabe  que  lo  está 
haciendo más difícil.  

Jungkook  se  ha  convertido  en  mi  todo  estos  meses.  Examiné  su  rostro,  sus 
ojos  solo  me  miraban  a  mí  y  no  me  opuse  cuando  me  despojó de la camisa, 
mis  manos  se  movieron  hacia  su  cintura  y  volvimos  a  unirnos  en  un  beso 
ansioso.  

Nuestros  ojos  se  conectaron  por  última  vez  antes  de  que  dejara  una  fila  de 
besos  húmedos  sobre mi torso. Tuvo que levantarse y dejar las rodillas sobre 
el  suelo  para  poder  lograr  su  cometido.  Sus  dedos  deslizaron  el  cierre  de mi 
pantalón  y  bajó  el  resto  con  cuidado,  hasta  toparse  con  aquella  erección,  la 
misma que se formaba cada vez que lo veía dejando la inocencia de lado. 

Su  lengua  comenzó  a  explorar  la  extensión  de  mi  pene  con  calma,  sus 
nervios  salieron a flote, aún más cuando sujetó la base con algo de fuerza, se 
sentía  jodidamente  bien  y  no  pude  evitar  jadear  ante  aquel  acto.  Metió  toda 
la  extensión  en  su boca y agradecí mentalmente, su boca ardía y la humedad 
de  su  saliva  solo  hacia  que  mi  paciencia  se  doblegara,  entonces  tomé  sus 
cabellos  y los jalé un poco, lo suficiente como para no dejar que Jungkook se 
alejara. 

Fue  un  impulso  y  mis  caderas  se  movieron  hacia  adelante  para  penetrar 
aquella  gloriosa  cavidad.  Algunos  chillidos  salieron  de  su  boca  y  supe  que 
había  perdido  el  control,  no  podía  hacerle  eso  a  Jungkook,  no  cuando  estoy 
esperando el regreso de Hoseok. 

—Joder... 

 
Sus  uñas  se clavaron en mis muslos, dándome a entender que necesitaba un 
respiro.  Cuando  le  dejé  libre,  nuestras  bocas  colisionaron  la  una  con  la  otra 
otra vez en un beso, no podía, jalé sus cabellos y lo aparté.  

—Tae. 

—Vete. —Susurré. Es lo mejor para los dos. 

—Por favor no... 

—¡Vete!  

Él  se  levantó,  sus  pies  estaban  temblorosos  y  aún  así  salió corriendo, dando 
un  portazo  al  cerrar  la  puerta.  Él  estaba llorando y yo lo hice después de que 
el departamento quedó en un completo silencio arrollador.  

¿Por qué?  

   
37. 
 

No  asistí  a  clases  estos  últimos  días.  He  estado  postrado  en  esa  cama 
viendo cómo las cortinas se iluminaban y oscurecían, pensando en qué hacer 
de mi vida. Buscando una felicidad subjetiva, dependiente y absurda. 

Decidí  tomar  un  poco  de  aire,  y  salí  en  busca  de  repuestas  a  la calle y fue lo 
más tonto, porque la respuesta está en mí, tal vez no la entiendo. 

Estuve  vagando  por  ahí  hasta  que  la  noche  cubrió  el  cielo.  No  había 
conseguido respuestas, pero sí un resfriado.  

Caminé  de  vuelta  y  observé  desde  lo  lejos  a  un taxi que descargaba algunas 


maletas,  y  salió  de  él  un  joven,  pensaba pasar sin prestarle más importancia, 
pero  él  se  volteó  y  me  quedé  sin  movimiento.  Sus  ojos  se  encontraron  con 
los míos, era inconfundible... 

La  sonrisa  que  mostraba  su rostro desaparecio. Tomó su tiempo para decirle 


algunas  cosas  al  taxista  y  luego  se  acercó  a  mí.  Temblé,  porque  había 
soñado tanto por este momento. 

—He regresado. 

Su  sonrisa  volvió  a  aparecer,  siempre  tan  sincera  y  brillante.  Pensé  muchas 
veces  en  cómo  reaccionaria  ante  este  momento,  podría  reclamarle  su 
partida,  la  sacaría  el  dedo  y  me  iría  o  le  partiría  la  boca  con  un  beso,  le  diría 
que le perdonaba y que podíamos volver a empezar. 
 

Pero ya no soy el mismo. Él también ha cambiado. 

—¿Y en cuánto te vas? 

—No voy a irme, Taehyung. 

—Hoseok... 

—Tomemos un café, puedo deshacerme de estas maletas. 

—No es necesario, yo... 

—Ven. 

Él jaló aquellas enormes maletas y las dejó en la recepción del hotel en el que 
seguramente se alojaría. Vino a Seoul cuando su madre está en Busan. 

Él  lucía  brillante...  es  como  si todo le hubiera salido a la perfección. Está muy 


atractivo,  sin  duda  los  años  le  han  sentado bien. Supe por Jimin que Hoseok 
logró  ingresar  a  una  de  las  empresas  más  importantes  de  entretenimiento  y 
pidió su traslado a Corea, porque tiene un futuro grandioso. 

Me siento feliz por él 


 

—El hotel tiene una cafetería, podemos platicar ahí. —Agregó. 

Asentí. 

En  el  recorrido  nadie  dijo  nada.  Mi  corazón  no  dejaba  de  sonar  y  yo  estaba 
algo  mareado,  inundado  de  los  sentimientos  por  él  y  recuerdos  que  siempre 
he guardado. 

Él  pidió  dos  cafés  con  leche  y  con  azúcar.  Cosa  que  detesto,  pero  no  pude 
decir  nada.  Cuando  encontramos  una  mesa,  él  tomó  lugar  en  frente  de  mí. 
Mirarlo a los ojos me vuelve cobarde. 

Él debería ser el avergonzado. 

—Taehyung, realmente te has puesto muy guapo, no puedo negarlo. 

Mis manos sudaron. ¿Qué me pasa? 

—Tú también. 

El silencio era incomodo. Él lucía nervioso. 

—Gracias.  No  supe cómo llamarte, hablé con Jimin y me dijo que... ya sabias 


sobre mi regreso. 
 

—Oh sí, Jimin me lo dijo. 

—Regresé por ti. 

El  mesero  llegó  con  nuestros  pedidos,  y  él  no  dejaba  de  mirarme.  No  me 
tomaría ese café aunque me constara la vida... 

—Taehyung. 

—Creo que ya es tarde y tengo que... 

—No  lo  puedes  negar,  nuestros  sentimientos  siguen  ahí,  nuestra  historia  no 
se  ha  terminado,  sé  que  no  debí  irme  de  esa  manera  pero  confiaba  en  que 
nuestro amor podía soportarlo todo, incluso eso. 

—Éramos muy jóvenes... 

—Lo  sé,  pero  me vas a decir que no sentiste lo mismo al verme. ¿No sentiste 


nada? 

Lo sentí, claro que sí, pero no fue lo que yo esperaba, fue algo confuso... 

—Lo sentí. 
 

—Entonces, en nombre de nuestros sentimientos, intentemos algo. 

No supe qué responder, pero él lo entendió a su favor. 

Me  fui  veinte  minutos  después,  quedamos  en  salir  mañana  y ponernos al día 
en todo. 

Hay  algo  extraño  en  eso  porque  pensé  que  me  sentiría  libre  cuando  él 
estuviera a mi lado. Ahora solo me siento tan estresado...  

Jungkook, ¿qué estás haciendo ahora? 

   
38. 
 

—Entonces  me  lastimé  y  perdí  la  oportunidad  de  pertenecer  a  esa  empresa, 
pero  meses  después  la  empresa  se  vio  involucrada  en  un  caso  de  estafa  y 
quebró  al  perder. Si no hubiera sido gracias a esa lesión probablemente sería 
un fracaso. 

—No lo serías, eres muy bueno, aún así hubieras llegado lejos. 

—¿Lo crees? 

—Claro. 

Las  calles  están  vacías.  Hoseok  me  pidió  que  le  llevara  a  conocer  lugares 
interesantes,  pero  a  esta  hora  aún  no  hay  nada  qué  ver,  así  que  decidimos 
pasar por mi departamento para pasar el tiempo.  

—Taehyung. 

—Dime. 

—Todo  este  tiempo...  umh,  no hubo día en el que no pensara en regresar, no 


podría mentirte con algo así. 

 
—Comprendo más ahora, sé que tus sueños no podían estropearse. 

El  silencio  que  se  instaló  era  incómodo,  tal  vez  porque  ambos  queríamos 
reclamar cosas pero queríamos lucir maduros ante la situación. 

—¿Ha habido alguien mientras yo... 

—Han habido muchos. 

—Oh. 

—Pero nada fue serio. 

—Taehyung... 

—Sin embargo, ahora tengo novio. 

Él asintió.  

Cuando  llegamos  al  departamento,  me  tomé  el  tiempo  de  buscar las llaves y 
abrir  la  puerta  con  calma.  Hoy  me  siento  vacío,  es  como  si  estuviera  en  un 
punto neutral, sin dudas, sin pensamientos, sin sentimientos, sin nada. 

—¿Y lo que sientes por tu novio es amor? 


 

—No lo sé. 

—Si lo dudas es porque tal vez no es amor. 

Eso me dejó... confundido. 

—Yo no... 

—Y hace años me juraste que lo que sentías por mí era amor. 

Hoseok no me dejó continuar y besó mis labios. Había pasado mucho tiempo 
desde  ello  y  sabía  perfectamente  que  era  lo  que  necesitaba  para  obtener  mi 
respuesta.  Sus  labios  se  movieron  al  compás  de  los  míos,  nada  sucedió,  no 
surgió la chispa que antes revoloteaba entre nosotros. 

Ingresamos  al  departamento  con  pasos  torpes  y  nos  deslizamos  por  el 
pasillo.  Usamos  la  pared  para  sostenernos  y  continuamos  con  aquel  beso 
que me sabía a nada. 

Una de sus manos se deslizó por debajo de mi camiseta y me separé de él. 

Lo había entendido perfectamente. 

—Hoseok, amo a mi novio. 


 

Él se quedó estupefacto y yo bajé la cabeza, me sentía apenado por él.  

Nos  sentamos  sobre  el  suelo,  estuvimos  una  hora  en  silencio,  él  mirando  el 
techo y yo mirando el suelo. Pensamos en todo... yo en Jungkook. 

—Él... —Su voz me sobresaltó. 

—... 

Aclaró  su  garganta  y  continuó.  Su  voz  sonaba  melancólica  pero  con  un  tinte 
dulce y sincero. 

—Él debe ser realmente especial... 

—Lo es. 

Hoseok  despeinó  mis  cabellos  y  esbozó  una  gran  sonrisa.  Se  levantó  del 
suelo  y  se  dirigió  hacia la puerta que hasta ese momento, había olvidado que 
estaba abierta. 

—Entonces no lo dejes ir nunca. 

Después de decir aquello, se fue.  


 

Se siente tan bien la libertad, se siente tan bien amar.  

   
39. 
 

Me  acosté  sobre  el  suelo,  la  noche  había  llegado  y  yo  no  encendí  las  luces. 
Pensé en todo lo que había ocurrido. 

¿Cómo  le  diría  a  Jungkook  que  me  di  cuenta  que  lo  amo  besando  a  otra 
persona? Daba igual, tal vez él comprendería. 

Mi  móvil  sonó,  esperé  algunos  minutos  antes  de  abrir  la  notificación.  Era  un 
mensaje  de  Jungkook,  de  inmediato  me  levanté.  El  mensaje  mostraba  un 
seco  y  frío  ​"Esto  se  terminó,  no  me  busques  más"  que  no  pude  creer. 
Aunque venía de su número. 

¿Me  vio  con  Hoseok?  Imposible,  nos  besamos  en  el  departamento,  nadie 
más  entró.  Tal  vez...  debido  a  mi  ausencia  entendió  que  no  quería nada más 
con él. 

Tomé  las  llaves  y  salí  corriendo  en  dirección  a  su  casa.  Mis  piernas 
temblaban  pero  poco  importó  cuando  comencé  a  tocar  la  puerta  como  un 
loco. 

Nadie  abría  y  yo  estuve  ahí  veinte  minutos  más,  tocando  sin  parar.  Lo  sé, 
Jungkook está ahí pero no quiere verme... 

¿Esto realmente terminó? 

 
40. 
 

Pienso  hablar  seriamente  con  Jungkook,  tal  vez  tuve  la  culpa  en  todo  y  es 
por  eso  que  decidió  tomar  ese  camino,  pero  no  hay  nada  que  no  se  pueda 
cambiar intentando una vez más. 

—¡Ahí estás, cabrón! 

—¿Qué quieres Jackson? 

—Jungkook está muy triste y me dijo que ustedes terminaron. 

¿Él se lo dijo? 

—Yo... 

—Te dije que no lo lastimaras, idiota. ¿Qué dices en tu defensa? 

—La verdad no... yo no... 

—Si te veo dirigiéndole la palabra te golpearé. 

 
Jackson  se  fue  y  en  el  camino  empujó  a  varias  personas,  entre  ellas  a  Jimin 
quien se acercaba a mí. 

—Qué torpe. 

Iba  a  decirle  que  se  lo  merecía,  pero  en  realidad,  quien  se  merecía  todo  lo 
malo era yo por ser un indeciso hijo de puta.  

—Tenemos clases, Jim. 

—Oh sí, además tienes que contarme todo lo que sucedió con Hoseok. 

Y  no  pude  responderle  porque  apareció  la  persona  que  necesitaba  ver  en 
ese  momento.  Jungkook  estaba  junto  a  Namjoon  y  Jin,  lucían  muy  serios. 
Esperé...  sólo  esperé  a  que  Jungkook  me  mirara,  pero  no  fue  así,  ellos 
siguieron de largo. Incluyendo Nam...  

Me  dolió  como  nunca  había  dolido,  porque  sabía  que  tenía  la  culpa. 
Jungkook nunca fue feliz a mi lado, y Nam siempre me dijo que luchara por lo 
que  me  hacía  feliz,  que  luchara  por  lo  que  teníamos.  Si  es  que  ahora  he 
perdido  el  amor  de  Jungkook  y  la  lealtad  de  Nam  es  por  mi  estupidez. 
Jungkook no se merecía a alguien tan frío y malo como yo. 

¿Voy a dejarlo ir así de fácil?  

 
41. 
 

Ha pasado un mes desde lo sucedido, un mes desde que dejé ir a Jungkook. 

Yo  sigo  sin  superarlo. Jungkook se ve tranquilo, él no me ha vuelto a dirigir la 


palabra  desde  aquel  día  y  pienso  que  está  bien,  él merece ser feliz, creo que 
lo está siendo porque no veo que yo le haga falta, al menos no como a mí. 

Antes  estaba  bien  estando  solo,  teniendo  ligues  de  una  noche  y 
descansando todo un domingo después de una par de tragos, pero las cosas 
han  cambiado  desde  que  lo  conocí. Ya no me entusiasma salir por ahí, ya no 
disfruto  tanto  de  los  viernes  de  leer  poesía  con  los  vagos  de  la  cafetería,  ya 
no  me  animan  los tragos. Solo pienso en él y cómo sería de mi vida con él en 
ella. 

Es  domingo  por la mañana y mi móvil suena, no me interesa saber quién está 


tras  la  línea  pero  el  sonido  es  desagradable  y  parece  que  no  piensa  parar 
hasta que conteste. 

—¿Mh? 

—Taehyung. 

Me incorporé. 

 
—¿Hyung? 

—Sí... quería saber cómo estabas. 

—E-estoy bien. 

Había  extrañado  tanto  a  Nam,  necesitaba  de  sus  consejos.  Jimin  está 
molesto  porque  las cosas entre Hoseok y yo no resultaron bien, aún así viene 
a casa a hacerme compañía, pero nunca es lo mismo. 

—Oh... 

—¿Tú? 

—Bien. Te he visto algo demacrado y me preocupé. 

¿Era tan obvio? 

—Estoy bien. 

—Estaba  muy  molesto  contigo  por  lo  que  le  hiciste  a  Jungkook,  Jin  quería 
matarte. 

—Bueno... son cosas que pasan en una relación. 


 

—Taehyung, no siempre se termina una relación por infidelidad. 

—¿Infidelidad? 

—Sí. 

—¿Qué? Explícate hyung. 

—Jungkook te vio besándote con otro chico, me lo vas a negar. 

—Oh  hyung...  oh  dios,  hyung,  eso  es  verdad  pero,  pero...  tiene  una 
explicación. 

—La quiero escuchar. 

—¿Puedes venir a mi departamento o quieres que yo vaya al tuyo? 

—Yo  iré  al tuyo, Jin me prohibió hablar contigo pero eres mi hermano así que 


guardaremos el secreto, ¿vale? 

—Claro. Yo, te espero. 

Cuando la llamada finalizó, me volví a tumbar sobre la cama.  


 

Entonces... ¿Jungkook nos vio? 

¡Mierda! 

Esa  noche  le  había  contado  a  Nam  todo  lo  que  había  ocurrido  y  a diferencia 
de  otras  personas,  él  me  entendió  y  como  siempre,  me  dio  un  gran consejo. 
"Lucha por él, lucha hasta tenerlo de vuelta contigo". 

Y así lo haría, traería a Jungkook de vuelta a mi lado. 

   
42. 
 

Le  haría  caso  a  Nam  y  lucharía  por  el  amor  de  Jungkook,  así  como  él  luchó 
por  mí.  Sé  que a Jin nunca le agradé, pero no necesito agradarle a él... sino a 
ese mocoso de labios rojos y cabellos castaños que me tiene loco. 

Había  comprado  un  pequeño  chocolate  que  guardé  en  mi  bolsillo, sabía que 
le encantaba de esa marca y tamaño. 

Tomé  un  suspiro  y  me  dirigí  hacia  la  puerta  de  ingreso,  en  donde  solía  ser 
nuestro  lugar  de  encuentro.  Sé de memoria que él saldrá a esa hora y vendrá 
hasta ahí para volver a casa. 

No  pasó  más  de  diez  minutos  y  él  apareció.  No  sabía  qué  decir,  creí  que 
sería  bueno  mencionar  su nombre, pero pasó de largo, con tanta rapidez que 
no  alcancé  ni  a  abrir  la  boca.  Salí  detrás  de  él  pero  me  detuve  al  observar  a 
dónde se dirigía. 

Un  chico  esperaba  con  él,  nunca  lo  había  visto en mi vida. El tipo acarició su 


carita y parecían platicar...  

Después  él  le  entregó  el  casco  y  Jungkook  no  dudó  en  subirse  a  su 
motocicleta.  Nuestros  ojos  se  encontraron  antes  de  que  partiera  a  toda 
velocidad, alejándolo de mi vida. 

Me  quedé  como  un  estúpido  ahí  pasado.  Tomé  el  chocolate  y  lo  tiré  al 
basurero, el mismo que comencé a patear con toda mi fuerza. 
 

¿Quién  era  ese  pendejo  de  mierda?  ¿Cómo  se  atrevía  a  quitarme  lo  que  es 
mío? 

   
43. 
 

Mi puerta sonaba sin detenerse, salí corriendo a abrir. 

—¡Hyung! 

Jin apareció en mi puerta y detrás de él estaba un Namjoon bastante callado. 

—Sé  lo  que  le hiciste a Jungkook, pero Namjoon insiste en hablar contigo así 


que...  yo  no  soy  nadie  para  ustedes  dejen  de  hablar, eso sí, no permitiré que 
estés cerca de Jungkook, ¿entendido? 

Me quedé en silencio.  

Jin le dio un beso a Namjoon y se fue.  

Mi  hyung  entró  al  departamento  y  en  cuanto  cerramos  la  puerta 
comenzamos  a  saltar  de  felicidad,  como  dos  niños  a  los  cuales  su  madres 
les permitieron jugar juntos. 

—Hyung... Jin te trata como una esposa mandona. 

—Es porque es una esposa mandona. 

 
Ambos reímos, era bueno contar con un amigo en estos momentos. 

—Cambiando de tema... 

—Su  nombre  es  Yugyeom,  era  el  primer  novio  de  Jungkook  pero  se  fue  a 
estudiar  al  extranjero  y  terminaron  la  relación,  ahora  que  volvió  piensa 
reconquistarlo.  Jin  ha  estado  tratando  de  juntarlos  de  nuevo,  pero  sé  que 
Jungkook está incomodo.  

—¿Qué debería hacer para que él vuelva conmigo? 

—Se  sincero  con  él,  dile  lo  que  sientes  y  pídele  disculpas  por  todo  lo  malo 
que hiciste. 

—¿Si no acepta? 

—Pues iniciaremos un plan para conquistarlo de nuevo. 

Estaba  realmente  agradecido  con  mi  hyung, es por ello que decidimos visitar 


un  parque  de  diversiones  mañana.  Creo  que  ambos  necesitábamos  un 
descanso,  al  menos  yo  lo  necesitaba,  antes  de  iniciar  el  plan  para  traer  a 
Jungkook de vuelta.  

   
44. 
 

Cuando  partimos  esa  mañana,  Jimin  y  Hoseok  se  nos  unieron  al  paseo. 
Hicimos  bromas  todo  el  camino  y  por  algunas  horas  olvidé  todos  los 
problemas que se me estaban amontonando en mi cabeza. 

Las  cosas  entre  Hoseok  y  yo  están  regularmente  bien,  él  no  tiene  mucho 
tiempo  para  visitarme  porque  tiene  mucho  trabajo  y  yo  no  puedo  visitarlo 
debido  a  los  exámenes.  Aún  así,  no  somos  los  de  antes,  pero  creo  que 
podríamos  llegar  a  ser  buenos  amigos...  tal vez no, pero podríamos llevarnos 
bien. 

Llegamos  y  el  lugar  estaba  repleto  de  gente,  algunas  personas  nos 
empujaban pero daba igual. 

—Yo sugiero la montaña rusa. 

—No Taehyung, moriremos. 

Como siempre, Hoseok muy histérico.  

—¿Y si vamos a los autos chocadores? 

—¡Sí, sí, sí! 

 
Nos dirigíamos hacia la zona de juegos, pero Jimin se distrajo con algo.  

—Oh, ¡Jungkook! ¿Qué haces aquí? 

Jungkook estaba junto a ese tipo, Yugyeom.  

Como  siempre  lucía  muy  hermoso...  creo  que  estar  sin mí le ha sentado muy 


bien y me lastima.  

—... 

—Oh, vienes con alguien, no sabíamos, perdón. 

—Está bien... 

Jungkook  observaba  a  Namjoon  con  interés  y  yo  buscaba  la  manera  de 
controlarme y no cagar a Yugyeom a trompadas, con esa sonrisa en la cara.  

—Bueno, ¿no nos piensas presentar a tu acompañante? 

Inhala. Exhala. Inhala. Exhala.  

—Él es Yugyeom... 

 
—Hola, mucho gusto. 

Yugyeom  estrechó  la  manos  de  todos  y  finalizó  con  la  mía.  La  oprimí  con 
fuerza,  porque  no  pude  contenerme.  Hay  algo  que  siempre  he  odiado desde 
que era un niño... que me quiten lo que es mío. 

—Y dinos Yugyeom, ¿qué estás...? 

Mejor cállate Jimin, no quiero gritarte.  

—Oh,  lo  siento,  pero  ya  están  disponibles  las  apuestas  para  la  carrera  y  no 
nos la podemos perder. Jungkook, ¿nos vamos?  

—Oh sí. 

El  estúpido  se  atrevió  a  tomar  su  mano  y  llevárselo.  Entonces  decidí  darles 
alcance, pero Namjoon y Jimin me contuvieron. 

—No te atrevas. 

—Tiene cara de marica, estoy seguro de que no va a vencerme. 

—¡Taehyung,  cálmate!  ¡No  es  la  manera!  Vas  a  hacer  que  Jungkook  solo  te 
odie más. —Namjoon tenía razón. 

 
Hoseok se veía sorprendido y Jimin golpeó mi frente con su dedo. 

Ellos no debían enterarse del plan, pero creo que Jimin se ha dado cuenta. 

Bueno, a la mierda Jimin. Jungkook me pertenece.  

   
45. 
 

Cada  año  la  universidad tiene el tradicional viaje educativo para los de primer 


año.  Es  por  eso  que  traen guías del último año para que puedan ayudar a los 
demás.  Los  maestros  siempre  me  elegían  porque  yo  era  uno  de  los  mejores 
estudiantes  y  bueno,  yo  traía  a  Jimin  porque  no  quería  estar  solo  junto  a 
tantos  mocosos.  Pero  este  año  es  algo  diferente,  es  la  primera  vez  que 
Jungkook  asiste  y  bueno,  esta  seria  mi  gran  oportunidad  para  arreglar  las 
cosas.  

Amaba  el  lugar,  era  un  lugar  tranquilo,  iba  ahí  incluso  cuando  no  era 
necesario para las clases. Conozco este lugar como la palma de mi mano. 

Todos  llegamos  e  intentamos  mantener  el  orden, antes de subir a la colina y 


hacer el recorrido. 

—Bueno,  quiero  presentarles  a  sus  guías.  Taehyung  y  Jimin.  Ya  conocen  a 


Taehyung,  él  siempre  nos  acompaña  cada  año.  Así  que  obedezcan  todo  lo 
que  les  digan,  pueden  partir,  por  favor  tomen  apuntes  y  regresen  lo  más 
pronto posible para la cena. 

Nos  dividimos  en  dos  grupos,  me  fui  con  una  mitad  y  Jimin  con  la  otra. 
Desafortunadamente  no  me  tocó  llevar a Jungkook. Pensé todo el camino en 
cómo podría decirle que lo siento sin que me insulte primero. 

Los  chicos  venían  muy  entretenidos,  pero  las  chicas  tomaban  un  descanso 
cada 10 minutos. 
 

—Y bueno, es todo, aquí yace la sangre de los próceres de nuestra historia. 

La  tarde  transcurrió  con  velocidad,  además  comenzaban  a  caer  gotitas  del 
cielo.  Esas  gotas  son  de  tormenta  si la sabré yo. Por eso bajamos con calma 
hasta  llegar  al  campamento,  todos  comenzaron  a  tomar  un  lugar  y  armar  su 
tienda. 

El  grupo  de  Jimin  llegó  y  yo  comencé  a  sentirme  nervioso,  busqué  entre  la 
multitud a Jungkook y no apareció. 

—Jimin. 

—¿Sí? 

—¿Dónde está Jungkook? 

—Oh, desapareció, ya le informé a los maestros. 

—¿QUÉ? 

—Lo que oíste. 

—Jimin... sabes que los maestros no conocen este lugar, no como tú y yo. 
 

—Pero sabrán qué hacer. 

Tomé a Jimin del brazo. 

—¡¿Dónde lo viste por última vez?! 

—Taehyung... no es asunto tuyo, ¿entiendes? 

—Voy a matarte. 

—No serías capaz. 

—Jungkook  es  el amor de mi vida, lo más importante que tengo en esta vida, 


mataría a quien sea por él. 

Jimin se quedó perplejo.  

—¿Lo amas en... verdad? 

—Dios mío, sí. 

—Se fue por el cruce, cerca del río, seguramente se perdió y está cerca de...  
 

¡Ya sé dónde está! 

Solté  a  Jimin  y  salí  corriendo  en  busca  de  Jungkook  y  aunque  Jimin  gritó 
para que me detuviera, eso ya no me importaba ahora.  

   
46. 
La  lluvia  caía  y  me  impedía  ver  con  claridad,  había  llegado  a  lugar  en  donde 
creí que estaría Jungkook pero estaba vacío.  

Comencé  a  buscar  a  los  alrededores  y  reconocí  su  cabecita  castaña.  Sin 


embargo  noté  algo  extraño,  en  cuanto  me  fui  acercando  pude  verlo  con 
claridad.  Un  enorme  perro  se  le  acercaba  con  la  intención  de  saltar,  la  fiera 
gruñía,  no  es  un  animal  peligroso,  pero  es  muy  territorial  y  no  permite  que 
nadie ocupe su lugar.  

El  perro  saltó  y  la  adrenalina  comenzó  a  correr  en  mi  sangre,  me  abalancé 
sobre  el  perro,  sus  garras  se  clavaron  sobre  mis  brazos.  Caímos  sobre  el 
suelo  y  el  perro  se  fue  corriendo,  estaba  aterrado  de  que  pudiera  haberle 
hecho daño a Jungkook. 

—¡¿Estás bien?!  

Él  estaba  sorprendido,  pero  totalmente  a  salvo.  La lluvia caía con intensidad, 


así  que  sujeté  su  mano  y  comencé  a  correr  rumbo  al  desvío,  cerca  de  ahí 
había  una  cueva,  no  estaba  marcada  por  ningún  animal  puesto  que  estaba 
muy  cerca  del  camino  y  no  sería  seguro  para  sus  crías.  Ingresamos  al  lugar, 
Jungkook sujetaba su mochila con fuerza.  

—¿Qué tienes en la mochila? 

Todo servía ahora. Él no dijo nada y comenzó a sacar sus cosas. 

 
—... 

—Eso servirá. 

Encontré  un  encendedor  entre  sus  cosas.  Algunas  ramas  secas salían de los 


costados, así que podríamos tener una fogata. 

Nos  quedamos  en  silencio  mientras  yo  intentaba  encender  el  fuego.  Sentí 
algo  de  nervios,  tomando  en  cuenta  que  ya  había  pasado  el  peligro  y 
nosotros estábamos solos. 

Logré  encender  el  fuego  cerca  de  una  piedra  enorme  que  impedía  que  el 
viento lo apagara y que seguramente nos permitiría dormir tranquilos.  

Dormir, sí, porque este tipo de clima no pasará hasta mañana. 

—La lluvia pasará, no es necesario el fuego. 

—Eso  es  lluvia  de  tormenta,  no  pasará  hasta  mañana,  así  que...  usaremos 
tus sábanas. 

Jungkook  sacó  algunas  sábanas  y  las  expandió  sobre  el  suelo.  Me pregunto 
cómo pudo cargar todo eso durante el día. 

—Tu herida... 
 

No me miró a los ojos, pero aún así se preocupó por mí. 

—Estará bien. Pero tú no, debes secar tu ropa o vas a resfriarte. 

—No. 

Vale. 

—Bien, pero vas a enfermarte. 

Mi  camisa  estaba  mojada  y  era  incómodo  sostenerla,  así  que  me  la  quité 
para dejar que ésta se secara en el transcurso de la noche. 

Jungkook estaba en silencio. Niño berrinchudo. 

—Q-quiero desvestirme... Voltéate por favor. 

Su  voz  sonaba  nerviosa,  así  que  me  di  la  vuelta  tal  y  como  me  lo  había 
pedido.  Su  silueta  se  mostraba  en  el  tabique  de  la  cueva,  gracias  al  fuego, 
observé a detalle cómo esas prendas fueron desvaneciéndose de su cuerpo. 

Cuando  él  terminó,  se  envolvió  en  las  sabanas  y  yo  dejé  su  ropa  cerca  del 
fuego, junto a la mía. 
 

Le observé. Hay algo de miedo en sus ojos... 

—¿Estabas asustado? 

—No... 

Yo sí. Asustado de perderlo. 

—Es un alivio saber que estás bien. 

—Gracias por ayudarme, creo que hubiera muerto si no hubieras aparecido. 

El silencio inundó el lugar. 

—Lo lamento. 

Vamos, es ahora, es el momento. 

—¿Por qué? 

—Por  todo.  Escúchame,  debo  ser  sincero,  si  no  lo  digo  hoy,  nunca  voy  a 
poder hacerlo. 
 

Rogaba para que él me permitiera continuar.  

Así lo hizo. 

—Supe  que  la  carta  te  llegó.  Sí,  la  hice  yo...  pero  la  escribí  el  primer  mes  de 
nuestra  relación.  Después  de  enviarla  me  arrepentí,  pero  en  el  correo  me 
dijeron  que  esa  carta  se  extravió  y  nunca  llegó  a su destino. Estuve tranquilo 
porque pensé que nunca la verías, sin embargo, mucho después te llegó. 

—Pero esa carta decía toda la verdad, ¿cierto? 

—Gran parte. 

Vamos, estaba borracho y herido, no todo era cierto. 

—Tú  amas  a  alguien  más,  fui  muy  testarudo  con nuestra relación, eso no fue 


justo  para  ti  así  que  quiero  que  seas  feliz  junto  la  persona  que  ames,  con 
Hoseok. 

—Creí que amaba a Hoseok, pero... 

—¿Pero? 

 
—...  cuando  Hoseok  regresó,  intentamos  algo,  cuando  nos  besamos 
después  de tantos años no sentí nada. Tal vez el amor que creí tenerle no era 
más que costumbre. 

—... 

—Él  estuvo  molesto  algunos  días,  sin  embargo  terminamos  siendo  amigos, 
como  siempre. Lo que quiero decir es que... descubrí que en realidad a quien 
amo es a ti. 

Él lucía sorprendido. 

—T-Tae... 

—Estaba  encerrado  en  mí  mismo,  tras  ese  muro  que  yo  mismo  había 
construido y llegaste tú, derrumbandolo todo... 

Despeiné  mis  cabellos,  me  negaba  a  dejar  ir  a  Jungkook.  No  imagino  una 
vida sin él, no. 

—Taehyung... 

—Dame una oportunidad, solo una y voy a... mostrarte cuánto te amo. 

Tomé  valor  e  invadí  su  espacio.  Nuestros  labios  se  rozaron  por  algunos 
segundos. 
 

—Sí... sí... 

Era todo lo que necesitaba escuchar y lo que le devolvió la vida a mi alma.  

Nos besamos. Había extrañado todo de él, todo. 

—¿Yugyeom es tu novio? 

—No. 

—Me alegra, joder. Iba a golpearlo si lo veía otra vez junto a ti. 

Esbocé  una  sonrisa  al  observar  su  carita.  Esos  hermosos  ojos  brillaban  solo 
cuando  yo  me  reflejaba  en  ellos  y  esos  labios  que  me  llamaban  a  invadirlos 
de todas las maneras posibles. 

Jungkook es la mejor parte mi vida, si la pierdo, no seré nadie. 

—Tae... 

Jalé  las  sábanas  que  cubrían  su  cuerpo  y  volví  a  besarlo.  Lo  haría  mío  así 
como todas las noches en las que soñé hacerlo. 

 
—Te amo. 

—Te amo más. 

   

   
47. (Jimin) 
 

Taehyung  se  está  tardando,  los  maestros  decidieron  no  seguir  buscando 
porque confían profundamente en él. 

Ellos  volverán  a  estar  juntos,  yo  lo  sé,  lo  vi  en  los  ojos  de  ese  tonto, 
seguramente  le  va  a  decir  todo  lo  que  siente  y  volverán...  eso  no  es  bueno 
para nadie, tampoco es algo justo. 

Busqué  entre  mis  contactos  aquel  número que había conseguido hace poco. 


La línea sonó y con rapidez alguien respondió del otro lado. 

—¿Hola? 

—Yugyeom. 

—Sí, soy yo, ¿quién habla? 

—Alguien  que  te  dirá  algo  importante.  Escucha,  Taehyung  quiere  volver  con 
Jungkook, justo ahora deben estar juntos.  

—No... ¿qué? 

—Taehyung era el ex de Jungkook, justo ahora volverán a estar juntos. 


 

—No puede ser... 

—Aún  podemos  detenerlo.  Necesito  que  alejes  a  Jungkook  de  Taehyung, 


ellos volverán dentro de dos días, tenemos que iniciar un plan... 

—¿Cuál? 

—Te llevarás a Jungkook lejos, hasta que Taehyung decida olvidarlo... 

—Yo... 

—Sólo hazlo. 

—Bien, lo haré. 

—Si no lo haces, te vas a arrepentir toda la vida. 

Colgué. Me sentí algo nervioso, yo... no sé cómo pude decir eso. 

—Si sigues tan nervioso te puede dar un ataque. 

 
Un  chico  extraño  estaba  mirándome  con  atención,  no  sabía  desde  hace 
cuánto  estaba  ahí  parado.  Lucía muy pálido y tenía un loco tinte celeste en el 
pelo, era bastante guapo, pero no lo quise admitir. 

—Deja de molestar. 

—Un niño tan bonito como tú no puede ser tan gruñón. 

—Deja de molestar... 

—Yoongi, mi nombre es Min Yoongi. 

—Bien, como sea que te llames, no molestes. 

Él soltó una risa. 

—¿Cuál es tu nombre? 

—No te importa. 

Yoongi  soltó  un  suspiro  y  se  fue  caminando.  Antes  de  que  desapareciera 
respondí. 

—Mi nombre es Jimin, Park Jimin. 


 

—Sal conmigo cuando dejes de estar tan enfadado, bonito. 

Él levantó su mano en manera de despedida y se fue.  

Me sentí tan... extraño y nervioso. 

   
48. 

Un  calorcito  agradable  me  despertó.  Sé  perfectamente  que  es  Jungkook 
quien  está  entre  mis  brazos,  la  persona  que  amo  toda  el alma y que siempre 
me tiene a mil con ese esculpido y perfecto cuerpo. 

Sus ojos son los primeros que encuentro. 

—Hola. —Susurré. 

—Hola. 

Nos  unimos  en  un  beso. No quería moverme de ahí, quería quedarme todo el 


día así. 

—¡Taehyung tenemos que irnos! 

—No quiero. 

Mis  brazos  rodearon  su  cintura  y  detuve  cualquier  movimiento.  Su  piel  se 
sentía  tibia  y  suave,  quería  hacérselo  de  nuevo.  Sin  embargo,  tenía  que 
llevarlo al campamento. 

 
Más  tarde  recogimos  todo.  Jungkook  sentía  un  poco  de  dolor  así que decidí 
sostener  la  mochila.  Le  pedí  disculpas,  pero  yo  no  estaba  arrepentido  en  lo 
absoluto. 

Nuestras manos estaban entrelazadas mientras caminábamos colina abajo. 

—¿Cómo me encontraste? 

—Jimin  me  dijo  que  seguramente  tomaste  el  otro  camino  y  debido  a  que 
conozco bien este lugar, logré encontrarte. 

—Gracias. 

Cuando  llegamos  al  campamento,  los  maestros  nos  recibieron  con  mucha 
preocupación.  Todos  ya  se  habían establecido y a mí me tocó dormir con los 
maestros. ¡No es justo! 

—Tengo  que  compartir  tienda  con  los  maestros,  no  es  justo,  Jimin  tiene una 
para él solo. 

—Solo será esta noche, mañana nos iremos.  

Yo quería dormir con Jungkook. 

Cenamos y no separamos. Yo quería estar junto a él.  


 

He  notado  algo,  hay  algo  diferente  en  Jungkook  en  la  manera  en  la  que  me 
mira,  es  como  si  aún  no  creyera  en  mis  palabras...  yo  le  demostraré  que  mi 
amor es verdadero. 

Los  maestros  se  quedaron  dormidos  muy  pronto,  así  que  sacaría  a  Yoongi 
de la tienda de Jungkook, para quedarme a dormir a su lado. 

Caminé  a  pasos  lentos  y  llamé  a  Jungkook  desde  fuera.  De  inmediato  él 
abrió y yo ingresé para atacar sus labios en un beso necesitado. 

—Tae, Yoongi está aquí. 

—Está como muerto, no nos va a escuchar. 

—Pero Tae... 

Continué besándolo. Yoongi de verdad parecía muerto. 

—Si quieren coger, vayan detrás de un árbol y no conmigo presente, iugh. 

Jungkook me empujó cuando Yoongi se levantó. 

—¿Por qué no vas con Jimin? 


 

—¿Por qué debería ir con Jimin? 

Bueno,  porque  sé  que  él  ha  estado  mirando  a  Jimin  de  manera  indecente  y 
enamorada estas semanas. 

—Bueno, porque a él le gustas mucho. 

—¿En serio le gusto? 

—Sí, tanto que tiene sueños húmedos contigo. 

Él parecía pensarlo.  

—Me  voy,  no  por  Jimin,  solo  porque  no  quiero  verlos  hacer  sus  cosas, 
aunque no entienda por qué están juntos de nuevo. 

Él salió de la tienda y nos quedamos juntos. 

Esa noche descansamos abrazados, olvidándonos de los demás. 

Namjoon va a felicitarme, espero que Hoseok también. 

 
49. 
Esa  mañana  nos  despertamos  más  de  lo  usual.  Yo  quería  tener  un  poco  de 
intimidad con Jungkook, solo un poquito, pero él no se sentía seguro. 

—Vamos, solo un poquito. 

—No, nos van a escuchar. 

—Aún deben estar dormidos, solo un poquito. 

—No Tae... nos van a escuchar. 

—¿No quieres hacerlo? 

—Sí quiero pero pueden oírnos... 

—Bien, entonces no lo haremos. 

—Uh, está bien, lo haremos. 

—No, ya no quiero. 

 
—Vamos cariño, quiero hacerlo. 

—No Jungkook, nos van a oír. 

Ambos cruzamos los brazos y nos quedamos en silencio.  

—Tae. 

—¿Mh? 

—Te amo. 

—Yo también, más que a mi vida. 

Nos  fuimos  por  la  tarde.  Él  y yo tuvimos que separarnos, Jackson me miraba 


confundido. Más tarde le explicaría todo lo que pasó. 

Encontré a Namjoon por el camino. Él me felicitó cuando supo la noticia. 

Probablemente  Jungkook  ahora  está  con  su  madre,  tendría  que  esperar  un 
poco  estos días antes de tomar aquella decisión que ha estado rondando por 
mi cabeza. 

   
50. 
Han  pasado  tres  días  desde  que  no  sé  nada  de  Jungkook,  quise  visitar  su 
casa  pero  creí  que  todavía  no  era  el  momento.  La  verdad  es  que  me  hace 
jodida falta... ¿cómo es que me he vuelto tan dependiente de él? 

La  puerta  comenzó  a  sonar  con  desesperación,  antes  vivía  una  vida 
tranquila,  pero  últimamente  todos  se  empeñan  en  venir  y  destruir  mi  puerta. 
Caminé  con  calma  hacia  la  puerta  y  en  cuanto  la  abrí,  un  Jin  preocupado 
ingresó. Comenzó a gritar y a buscar por todo lugar. 

—¡¿Dónde está Jungkook?! ¡¿Dónde lo tienes?! 

¿Por  qué  buscaba  a  Jungkook?  Namjoon  y  Yoongi  me  miraron  con  pena, 
mientras Jin se internaba por mi habitación y buscaba. 

—Hyung, ¿qué pasa? 

—La  madre  de  Jungkook  llamó  esta  mañana  explicando  que  no  había 
regresado  hace  tres  días,  Jin  le  dijo  que  estaba  junto  a  él  haciendo  un 
proyecto.  Ella  intentó hablar con su hijo pero Jin le dijo que estaba dormido... 
creímos que estaba aquí, contigo. 

Negué con la cabeza. 

—¿Me estás diciendo que Jungkook desapareció hace... tres días? 

 
Él asintió y yo me quedé pasmado. ¿No era una broma de mal gusto? 

Jin salió de la habitación histérico. 

—¡¿DÓNDE ESTÁ?! 

No sabía qué decirle, mi mente estaba en blanco. 

—Cariño, Taehyung no sabía nada... 

—¡¿Cómo que no?! DÍMELO AHORA. 

—Jin, te juro que no lo sé... 

Yoongi tomó mi brazo, su mirada lucía seria. 

—¿Dónde está? 

—No lo sé. 

Nos miramos por algunos segundos. Y finalmente Yoongi expresó. 

 
—Taehyung,  sé  que  Jimin  es  tu  amigo,  pero  hace  días  en  el  campamento  lo 
escuché  hablar...  habló  de  Jungkook  y  un  plan, no entendí, pero creo que tal 
vez él... 

No  le  permití  continuar  y  salí  corriendo  rumbo  a la casa de Jimin. Sabía, muy 


dentro  sabía  que  ese  día  sus  ojos no fueron sinceros. Él siempre ha odiado a 
Jungkook,  no  hizo  aquellas  cosas  solo  por  lealtad  a  Hoseok,  él  realmente  lo 
odiaba,  pero  no  entendía  la  razón.  Algo  en  mi  pecho  comenzó  a doler, había 
razonado.  Justo  en  este  momento,  lo  más  importante  que  tengo  en  mi  vida 
está peligro y yo no estoy ahí para defenderlo. 

Quería morir.  

Llegué  a  su  hogar. Subí las gradas con rapidez, tropecé justo al llegar al final, 


pero  nada  me  detuvo.  Toqué  tan  fuerte  que  seguramente  podía  tumbar  la 
puerta.  Un  adormilado  Jimin  me  recibió,  tomé  de  su  cuello  con  brutalidad, 
estaba  desesperado  y  no  pensaba  en  otra  cosa  que  no  fuera  encontrar  a 
Jungkook. 

—¡¿Dónde está?! 

—T-tae... 

—Dónde mierda está. 

—N-no... 

 
—Tú lo sabes, ya sé que tú hiciste planes para que Jungkook desapareciera. 

Jimin  se  quedó  sorprendido.  Le  di  una  pequeña  sacudida  y  él  reaccionó 
soltando un pequeño chillido.  

Nunca  en  la  vida  habría  pensado  en  lastimar  a  Jimin,  mi  hermano,  pero  la 
persona que tengo en frente no es quien solía ser, ahora es un desconocido. 

—Taehyung... 

—¡¿DÓNDE?! 

—No lo sé. No, no... 

—¡¿Cómo que no lo sabes?! 

—Yugyeom se lo llevó. 

—¿A dónde...? 

—No lo sé, nunca me lo dijo. 

—Si no me dices dónde está, voy a mat... 

 
—¡Estoy  arrepentido!  Nunca  quise  hacer  eso,  pero  ya  había  sucedido, 
Yugyeom  no  me  dijo  dónde  se  lo  llevó,  tampoco  quise  saberlo.  Si  lo  supiera 
te lo diría, créeme.  

—¿Por qué? 

Jimin bajó la mirada y yo sacudí sus hombros. 

Comenzó a llorar, me dolía, pero... no, me ha traicionado. 

—... 

—¿POR QUÉ? 

—¡PORQUE TE AMO! 

Sus  ojos  estaban  empañados  en  lagrimas  y  yo  estaba  ahí,  con  la  boca 
abierta sin poder creer lo que acababa de decir.  

—Te he amado desde siempre... toda la vida, pero tú nunca te fijaste en mí.  

—Jimin... 

 
—No  sabes  lo  doloroso  que  fue  llevar  esto  conmigo,  viéndote  junto  a  otras 
personas. Te odio. 

Tomé algunos minutos antes de responder. 

—¿Por  qué  decidiste  dañar a Jungkook? ¿Qué te hizo él? Debiste desfogarte 


conmigo, no con él... 

—Jungkook... 

—¿Si  me  amabas  por  qué  te  empeñaste  en  que  estuviera  junto  a  Hoseok 
sabiendo que estábamos enamorados? 

No  entendía  nada.  Jimin  había  hecho  muchas  cosas,  cosas  para  amarrarme 
a otra persona y no a él. 

Entonces soltó una risa amarga.  

—¿Enamorados? Tú nunca amaste a Hoseok en realidad. 

—No, eso... 

—Fui  yo  quien  te  hizo creer eso, te lo repetí tantas veces que tú lo creíste. Te 


conozco,  sé  perfectamente  cuando  tu  amas  y  odias.  Lo  que  sentías  por 
Hoseok no era más que un amor pasajero... 
 

—No te entiendo. 

En  parte,  tenía  razón,  él  me  lo  había  repetido  tantas  veces  que  creí  que  era 
verdad. 

—¿Por  qué  me  empeñé  en  unirte a él? ¿Por qué odio a Jungkook? Bueno, te 


diré,  tú  nunca  amaste  a  Hoseok  y  te  mantuviste  bien  todos  esos  años,  sin 
enamorarte.  Hasta  que  llegó  él,  llegó  Jungkook  y  tú  volviste  a  ser...  el  de 
antes,  tuve  miedo,  creí  que  lo  dejarías  en  cualquier  momento,  pero  no  pasó. 
Tú  amabas  a  Jungkook  y  nunca  lo  supiste.  Taehyung,  sabía  que  nunca 
podríamos  ser  algo  más,  así  que  pensé  que...  si  yo  no  era  feliz  contigo,  tú 
tampoco lo serías. Lo siento... 

No  dije  más.  Solté  a  Jimin  y  retrocedí  algunos  pasos.  Este  no  es  Jimin,  el 
alguien que no conozco. 

—... 

—Perdóname por favor. 

Jin,  Namjoon  y  Yoongi  aparecieron,  estaban  muy  agitados.  Todos  se 


quedaron  en  silencio  al  ver  la  escena,  todo  apuntaba  que  Jimin  había 
formado parte del plan. 

—Está con Yugyeom. 

 
Salí  corriendo  del  departamento  de  Jimin,  Jin  y  Nam  me  siguieron.  Sin 
embargo  Yoongi  se  quedó, escuché desde lo lejos que empezaron a discutir, 
pero no me importó en lo absoluto. 

Jin  conocía  el  lugar  en  donde  se  estaba  quedando  Yugyeom  así  que 
tomamos  un  taxi.  Todo  el  camino  pensé  y  pensé...  ¿cómo  es  que  nunca  me 
había dado cuenta de los sentimientos de Jimin? 

Cuando  llegamos,  ingresamos  al  lugar.  El  dueño  del  hotel  nos  impidió  el 
paso,  Nam  como  siempre,  explicó  que  si  se  negaba  a  ayudar  en  el  caso  de 
desaparición  podría  interponer  una  demanda  en  su  contra.  El señor con algo 
de  miedo  nos  dejó  pasar  y  abrió  la  puerta en donde Yugyeom se encontraba 
alojado. 

Revisamos  todo, pero no había rastro de nadie. Tampoco estaban sus cosas, 
no había nada. 

—El señor Yugyeom se fue hace tres días. 

Nos quedamos como tontos parados ahí.  

Jin  comenzó  a  llorar  y  se  culpaba  de  haber  incentivado  a  que  Jungkook 
saliera con ese loco. Namjoon le consolaba y le decía palabras de aliento.  

Me sentí perdido... 

Podría morir mañana y no me importaría, por lo contrario, sería favorable. 


 

Tomé  una  de  las  mesas  de  su  sala  y  la  rompí  a  patadas,  el  dueño  se  asustó 
pero no dijo nada, seguramente porque en ese momento yo causaba terror. 

Entonces mi móvil sonó. Era Jackson. 

—¡¿Qué?! 

—Jungkook está conmigo, ven ahora.  

   
51. 
Jackson  nos  envió  la  dirección  de  una  cafetería  cerca  del  centro,  nunca 
había  visitado  ese  lugar  en  mi  vida,  pero  Nam  sí,  así  que  no  tuvo  problemas 
en  llevarnos  hasta  ahí.  Estaba  ansioso,  no  entendía  nada,  ¿cómo  es  que 
Jungkook  estaba  con  Jackson?  ¿Entonces  Jimin  mintió  y  en  realidad  nunca 
estuvo  con  Yugyeom?  ¿Será  que  Jackson  rescató  a  mi  novio?  Estaba 
realmente  confundido  pero  eso  no  importaba  ahora,  muy  pronto  él  estaría  a 
mi lado. 

Llegamos  y  yo  fui  corriendo  para  ingresar  al  lugar.  Entré  de  manera  tan 
brusca  que  todos  voltearon  a  mirarme,  entonces  lo  encontré,  Jungkook  se 
levantó  en  cuanto  me  vio  y  yo  corrí  a  abrazarlo. Su carita no se separó de mi 
pecho  y  mis  brazos  no  dejaron  de  sostenerlo.  Jackson  se  levantó  a 
saludarme, Mark estaba junto a él. 

—Jack. ¿Cómo lo encontraste? 

—Bueno,  Mark  y  yo  teníamos  planes  de  salir  de  la  ciudad  para  pasear, 
cuando  llegamos...  divisé  a  Jungkook,  creí  que  él  estaba  de  paso  pero  se 
veía  perdido  y  algo  asustado,  así  que  lo  encontré.  Regresamos  acá  en  el 
instante  en  que  me  comentó  que  no  sabía  dónde  estaba,  después  no  quiso 
irse a ningún lado, no hasta que tú llegaras.  

Estaba  asustado.  ¿Ese  tipo  se había atrevido a hacerle daño a Jungkook? La 


ira comenzó a crecer dentro de mí, lo mataría, claro que lo haría.  

—Gracias. 

 
Jin  ingresó  histérico al lugar y Jungkook sujetó su mano. En ningún momento 
se separó de mí.  

Aparté  con  delicadeza  a  Jin  y  a  los  chicos,  y  sin  importar  lo  que  los  demás 
dijeran,  salimos  abrazados  del  lugar.  El  taxi  que  nos  había  traído  seguía  ahí, 
así que sin dudarlo nos internamos en él.  

—Nam, ¿pueden venir más tarde? Jungkook va a querer verlos. 

Él  asintió  y  cerró  la  puerta.  El  transcurso  fue  veloz,  Jungkook  estaba 
acurrucado  en  mi  pecho,  su  cabecita  caía de pronto dejándose vencer por el 
sueño.  

Cuando  llegamos,  permití  que  el  chófer  se  quedara  con  el  cambio,  había 
hecho  un  buen  trabajo.  Jungkook  no  soltó  mi  mano  ni  un  segundo,  aún 
cuando luché con la cerradura algunos minutos.  

—¿Quieres tomar un baño? 

Jungkook lucía más tranquilo. 

—Sí. 

—Vale, ve, voy a seleccionar un poco de ropa para ti. 

—Báñate conmigo.  
 

Asentí.  Nuestras  manos  continuaron  juntas,  hasta que tuve que abrir el cierre 


de  su  chaqueta.  Él  me  miraba  con  una  sonrisa  en  los  labios,  yo  estaba 
muriéndome  de  la  preocupación,  pero  él  todavía  no  quería  platicar  de  lo 
sucedido. 

Nos  desnudamos  con  calma,  mientras  repartía  besos  sobre  sus  labios  y  la 
extensión  de  su  cuello.  Sus  toques  se  resbalaron  por  mis  brazos  y  nos 
internamos  en  el  agua  tibia  de  la  bañera.  Su  espalda  sobre  mi  pecho  y  mis 
labios sobre su cuello, tal y como debería ser siempre. 

—¿Él te hizo algo? 

Negó con la cabeza. 

—¿Cómo sabias que yo...? 

—Lo  averiguamos  mientras  estábamos  como  locos  buscándote.  Por  favor 


cuéntame lo que sucedió, por favor... 

Jungkook soltó un suspiro. 

—Yugyeom  me  dio  un  sedante  y  cuando  desperté  estaba  en  un  lugar 
desconocido. 

Mis manos estaban hechas puño.  


 

—Jungkook... 

—Él  apareció  después.  El  lugar  era  un  motel clandestino, lo supe al observar 


por  la  ventana.  Hablamos  acerca  de  todo  lo  que  pasó...  me  dijo  que  estaba 
dolido  y  arrepentido.  Traía  muchas  maletas  con  él,  me  dijo  que  volvería  a 
retomar su trabajo en el extranjero y que no volvería jamás. 

—¿Me estás diciendo que él ahora está en otro país? 

—Sí, pero... 

—No importa, voy a buscarlo hasta encontrarlo y pienso... 

—Tae.  Yugyeom  no  fue  malo,  sintió  celos  cuando  supo  de  lo  nuestro,  pero 
no  estaba  en  todos  sus  sentidos  cuando  me  llevó  con  él.  Admito  que  tuve 
miedo,  él  me  dijo  que  no  me  haría  daño  que  estaba  seguro a su lado, pero... 
no  pude  confiar,  así  que  esos  dos  días  no  comí  nada  de  lo  que  trajo  por 
miedo  a  que  pueda  sedarme  de  nuevo  y  no  dormí  nada,  aún  cuando  me 
encerraba en la habitación. 

Cuánto tuvo que sufrir mi pequeño, cuánto. 

—Entonces lograste escapar. 

—No,  en  realidad,  me  dijo  que  podía  llevarme  a  casa  mucho  antes  pero  me 
negué.  Él  día  en  que  su  vuelo  salía,  se  puso  de  rodillas  y  me  pidió  perdón, 
entonces  se  fue,  esperé  hasta  estar  completamente  solo  y  salí  corriendo,  no 
conocía  ninguna  de  las  calles,  creí  que  iba  a  morir,  pero  Jackson  apareció  y 
me trajo de vuelta hasta ti. 

—Es un alivio saberlo, si te pasaba algo no sé qué hubiera sido de mí. 

—Esos días solo pensé en ti... quería tenerte conmigo. 

Nuestros  labios  volvieron  a  unirse.  Hay  una  extraña  conexión  entre  nosotros 
cuando  nos  besamos  y  nos  miramos  directamente  a  los  ojos.  El  amor  se 
siente de esa manera... 

—Voy a demandar a Yugyeom. 

—No,  amor.  Él  me  pidió  perdón  y  me  cuidó,  es  un  buen  chico,  solo  se  dejó 
llevar por el momento. Ya tiene la cabeza fría después de esto. 

—Pero... 

—Pero  nada,  lo  importante  es  que  ahora  estamos  juntos  y  nada  nos  va  a 
separar. 

Tomamos  las  toallas  y  comenzamos  a  vestirnos.  No  fue  mala  idea  prestarle 
una  camiseta  large  a  Jungkook,  pues  la  tela  resbalaba  por  sus  hombros, 
dejando a la vista su apetecible piel. 

 
Su pancita comenzó a sonar en medio de nuestras caricias sobre la cama. 

—Necesitas comer. 

—Sí, en serio tengo hambre... 

Un puchero se instaló en su rostro y no me resistí, aplasté sus mejillas. 

Pensaba  pedir  pizza,  pero  un  Jin  en  modo  madre  apareció  con  un  Nam 
cargando una gran bolsa de comida recién preparada. 

El  encuentro  fue  emotivo,  Jin y Jungkook lloraron, pero de felicidad. Mi novio 


contó  a  detalle  todo  lo  que  sucedió  mientras  devoraba  todo  su  plato.  Jin  le 
daba  un  poco  más  de  arroz,  mientras  expresaba  su  alivio  al  saber  que 
Jungkook no sufrió ningún daño. 

La  noche  transcurrió  tranquila,  hasta  que  la  pareja  se  fue  y  nos  dejó  solos. 
Antes  de  ello,  Jin  me  pidió  disculpas  por  todo...  él  no  tenía  que  disculparse 
conmigo. 

—Amor. 

—¿Sí, bebé? 

Jungkook  se  quedó  en  silencio.  Terminé  de  ordenar  las  almohadas  para 
dormir más cómodos y me volteé a mirarlo, sus ojitos contenían lágrimas. 
 

—¿Por qué lloras? No, no llores. 

—Me llamaste bebé... 

Tal vez le ofendí. 

—Oh, lo siento, yo no lo repetiré. 

—No, es que me encantó. 

Despeimé  sus  cabellos  y  nos acostamos en la cama. Jungkook no durmió en 


tres días, era importante que descansara bien. 

—Jungkook. 

—¿Mh? 

—Eres lo más importante de mi vida. Por favor, disculpame. 

—¿Por qué? 

—Porque no te protegi cuando más lo necesitabas. 


 

—Hiciste eso y mucho más, créeme. Te amo, gracias. 

—Te amo, gracias a ti. 

Después de apagar las luces sus ojos se encendieron con un brillo especial. 

—Hagamos el amor. 

—Bebé, quiero hacerlo pero creo que estás muy cansado. 

—... 

—Podemos hacerlo, yo quiero. ¿No estás cansado? 

Jungkook estaba en silencio.  

Se  había  dormido,  esbocé  una  sonrisa  y  mis  brazos  rodearon  su  cintura. 
Jungkook estaría seguro conmigo, para toda la vida. 

—Dulces sueños, ángel. 

   
52. 
 

Mis  piernas  temblaban  sobre  el  suelo  y  mis  manos  no  dejaban  de  sudar.  No 
sé dónde quedó mi valor. 

La  madre  de  Jungkook  es  una  mujer  hermosa,  sus  cabellos  y  ojos  son 
idénticos  a  los  de  Jungkook,  pero  su  mirada  fría  y  retadora  me  pone 
nervioso. 

—¿Entonces qué estudias, Taehyung? 

Jungkook me miraba con preocupación. 

—Estoy en mi último año de Economía. 

En  realidad,  estoy  en  mi  último  año  de  filosofía,  amo  mi  carrera  pero  no 
podría  encontrar  un  buen  trabajo.  Aunque  no  era  del  todo  una  mentira, 
pensaba estudiar economía para darle una mejor vida a mi novio. 

—Excelente, ¿y cómo te mantienes o vives con tus padres? 

—Trabajo de medio tiempo en una oficina del gobierno. 

Mentira, soy un mantenido. Mis padres desligan su culpa enviándome dinero. 


 

—¿Vives solo? 

—Sí, mantengo un departamento. 

—¿Amas a mi hijo? 

Solté un suspiro. 

—Lo  amo  con  todo  mi  corazón.  Antes  de  conocerlo  mi  vida  no  tenía  ningún 
sentido, ahora él es la razón por la que me supero día tras día. 

—Mamá, yo lo amo. Tú sabes cuánto lo hago... —Intervino Jungkook. 

Ella desvió su mirada hacia Jungkook. 

—Ve a preparar la mesa. 

Mi novio no se negó y se fue rumbo a la cocina. 

Es  probable  que no le agrade a su madre. Rosy me dijo que para ganar a una 


suegra,  primero  se  debe  ser  educado  y mostrar seguridad, segundo tener un 
buen  futuro  y  demostrarle  que  su  hijo  está  en  buenas  manos,  tercero  y  más 
importante, halagar solo cuando sea necesario y no demasiado. 
 

—Taehyung. Mi hijo sufrió mucho cuando ustedes terminaron. 

Oh. 

—Tuvimos algunos problemas, pero supimos superarlos juntos. 

—Jungkook es mi único hijo, ¿piensas arrebatarmelo? 

Pues sí. 

—De  ninguna  manera,  es  sólo  que  él  y  yo  queremos  establecernos  y  formar 
una familia, es evidente que usted forma parte de ella. 

Jungkook sacó su cabecita y anunció que la comida ya estaba lista. 

Ella  se  levantó  y  yo  fui  tras  de  ella.  ¿Qué  iba  a  hacer  si  se negaba a dejarme 
vivir con su hijo? 

Nos  sentamos  en  la  mesa,  ella  me  dijo  que  disfrutara de la comida. Era sopa 
de algas, y le di una probada, ¡era magnífica! 

—Oh. Es realmente delicioso... 

 
—¿Lo crees? 

—Sí.  Este  sabor...  Debido  a  que  no  crecí  junto  a  una  madre,  hay  alguien  a 
quien  considero  como  una,  su  nombre  es  Rosy y es mi vecina, cuando estoy 
enfermo  ella  me  prepara  sopa  de  algas  y  para mí es lo más delicioso de este 
mundo. Hoy volví a probar ese sabor, me hace feliz. 

La señora Jeon me observó en silencio. 

—Gracias, eres un buen chico. 

Terminamos  de  comer.  Sostuve  la  mano  de  Jungkook,  viviríamos  juntos,  no 
importaba cuánto tendría que esperar. 

Ya era tarde, era hora de irme. Mi novio estaba algo triste. 

—Señora Jeon. 

—Taehyung, creo que ya es tarde. 

—Oh sí, bueno ha sido un placer platicar con usted, volveré otro día. 

—Vuelve mañana. 

 
—¿Mañana? 

—Sí,  Jungkook  no  va  a  poder  cargar  sus  cosas  solo  hasta  tu  departamento, 
¿no crees? 

Jungkook y yo nos quedamos en shock. Ella relajó su expresión y nos mostró 
una sonrisa. 

Yo  hice  una  gran  reverencia  y  Jungkook  fue  a  abrazar  a  su  madre,  mientras 
daba pequeños brincos de alegría.  

Y mi interior estaba revolucionando de alegría también. 

—Muchas gracias señora Jeon. 

—Llámame madre. 

Ay dios, qué emoción. 

—Gracias... madre. 

—Bueno,  vete  rápido  y  descansa  bien  que  tienes  que  regresar  mañana 
temprano. 

 
Por respeto a su madre, Jungkook y yo nos despedimos con un abrazo.  

Me  fui  caminando con tranquilidad y cuando escuché que su puerta se cerró, 


comencé  a  saltar  y  a  gritar  frases  como  "maldito  afortunado"  e  ​"idiota,  lo 
lograste". 

   
53. 

—Quiero jugar. 

—No, aún tengo mucho qué ordenar, las maletas no se ordenarán solas. 

—Por favoor, bebé. 

—Está bien... 

Tomé  la  mano  de  Jungkook  y  lo  llevé  hacia  la  puerta.  Las  escaleras  se 
mostraron ante nosotros. 

—Apostemos. 

—Tae. 

—Vamos, será divertido. 

—Vale. 

—¿Qué quieres que haga si pierdo? 

 
—Mh,  quiero  que  por  un  día  entero  hagas  todo  lo  que  te  pida,  entre  esas 
cosas acompañarme a ir de compras. 

—Jungkook... 

—Es lo que quiero. 

—Vale, entonces si tú pierdes cumplirás una de mis fantasías sexuales. 

Mi novio me miró con sorpresa. 

—Primero dime cuántas posibilidades hay de ganar el juego. 

—Una de diez. 

Para él, porque yo sabía perfectamente cómo jugar. 

—Bien, ¿de qué trata tu fantasía? 

—Pues  consiste  en  que  te  pongas  solo  una  minifaldita  y  continúes  haciendo 
todo lo que haces en el día. 

—¿Minifalda? 

 
—Sí, y además que me permitas cogerte en el momento y lugar que quiera. 

Jungkook tapó su rostro con ambas manos. 

—¡NO! 

Yo tomé su cintura entre mis brazos y besé sus dedos. 

—Vamos, bebé, di que sí. 

—No... qué vergüenza. 

—¿Acaso no te gusta que lo hagamos? 

—Sí, pero... 

—Además puedes terminar ganando. 

Jungkook  me  mostró  su  rostro  y  se  quedó  pensando  un  buen  rato,  mientras 
yo besaba su nariz. 

—Está bien. 

 
—¿Sí? 

—Sí. 

—Vale,  él  juego  consiste  en  lanzar  una  piedra,  si  la  piedra  rebota  deberás 
iniciar  de  nuevo,  de  lo  contrario  si  no  rebota  continúas  desde  el  lugar  a 
donde llegaste. Ganas si llegas al final de las escaleras. 

Le  ofrecí  una  piedra. Sin forma y casi redonda. La mía era plana y segura, iba 


a ganar sin remedio. 

—Comencemos. 

Comencé  a  tirar,  fallé  una  par  de  veces  para  qué  él  no  sospeche.  Jungkook 
no paraba de fallar y yo ya estaba cerca del final. 

Él se veía desesperado. 

Le compraría una minifalda rosada. 

Al final gané. 

—¿Cómo...? 

 
—Solo fue suerte, bebé. 

—No, no... 

—Sí y sí, mañana serás totalmente mío con una hermosa minifalda. 

—¿Solo una minifalda? 

—Solo una minifalda. 

   
54. 

Me  levanté  muy  temprano.  Era  el primero en la fila esperando a que el centro 


comercial  abriera,  tomé  mi tiempo para elegir qué prenda utilizaría Jungkook. 
Luego de ello corrí hacia el supermercado a comprar cosas para la semana. 

Eran  las  8:30  cuando  llegué  casa.  La  sonrisa  en  mi  rostro  no  se  borraba  por 
nada  del  mundo  y  comencé  a  cerrar  todas  las  cortinas  de  la  casa, 
asegurándome  de  que  ningún  vecino  pudiera  alcanzar  a  ver  nada  de  lo  que 
sucediera  dentro.  Tapé  con  una  tela  la  pequeña  ventana  de  la  cocina  y  con 
ello, todo estaba preparado. 

Me  fui  con  pequeños  saltos  hacia  la  habitación  y  abrí  la  puerta  con cuidado. 
Jungkook aún estaba profundamente dormido. 

—Cariño. 

Moví su brazo con cuidado, mientras dejaba un pequeño beso en su frente. 

—¿Mh? 

—Es hora de despertarse. 

—No... es muy temprano... 

 
Jalé las sábanas de su cuerpo y jalé su brazo. 

—¡Ya es tarde! 

Jungkook se sentó sobre el borde de la cama, mientras tallaba sus ojitos. 

—Tae... 

—Tengo un regalo para ti. 

Él me miró con atención y luego mostró una expresión de sorpresa. 

Salí  de  la  habitación  y  traje  aquella  bolsa  con  lo  más  importante  dentro. 
Luego regresé y se la entregué. ¡Estaba emocionado! 

—Amor... 

—¿Sí? 

Seguramente  mi  enorme  sonrisa  le  impidió  negarse,  y  eso  es  lo  que  quería 
conseguir,  porque  sabía  perfectamente  que  él  podía  echar  de  cabeza  la 
apuesta y no, eso jamás.  

—Tomaré un baño, ¿podrás esperar un poco? 


 

—Claro. 

Él  ingreso  al baño y yo me quedé sentado en la cama. Tal vez tardó algo más 


de  media  hora,  pero  yo  no  me  moví  de  ahí  ni  un  momento. Era ridículo, pero 
realmente estaba ansioso de ver cómo transcurrían las cosas. 

La puerta sonó.  

Un  Jungkook  sonrojado  salió  con  calma.  La  minifalda  rosa  que  le  había 
comprado  le  quedó  a  la  perfección,  se  ajustaba  muy  bien  a  su  cintura  y  no 
tenía  ni  la  menor  intención  de  cubrir  su  trasero.  Al  igual  que  esa  ​"tanga  de 
hilo  dental"  que  la  señora  de  la  tienda  me  dijo  que  estaba  de  moda  y  que  a 
mi  "novia"  ​le  encantaría.  El  pedazo  de  hilo  se  perdía  entre  sus  nalgas  y  su 
miembro  era  inútilmente  sostenido  por  la  corta  tela  delantera.  Ya  me  sentía 
duro. 

Estaba  embobado  y  él  tuvo  la  intención  de  salir,  sin  embargo  tomé  su 
cintura. 

—Te ves hermoso. 

—T-tae... 

—Antes  de  que  esto inicie quiero decirte que... esto de alguna manera puede 


ser  ofensivo.  Voy  a  mostrarte  qué  tan  guarro  puedo  llegar  a  ser  y  no sé si es 
algo  bueno,  sin embargo ten presente cada segundo que te amo, jamás en la 
vida haría algo para herirte, todo lo que hago es por y con amor. ¿Entendido? 
 

Él me regaló un hermosa sonrisa. 

—Lo  entiendo  mi  amor.  Ten  presente  también  que  todo  lo  que  hago  por  ti, 
por  nosotros  es  por  amor.  Confió  en  ti  y  sé  que  no  me  harías  daño,  siempre 
me lo has demostrado... te amo. 

Unimos nuestros labios en el primer beso del día. 

—Te amo, joder. 

Jungkook  salió  de  la habitación con rumbo hacia la cocina. Yo caminé detrás 


de  él,  admirando  como  ese  culito  se  meneaba  con  cada  paso.  Él  intentó 
bajar  la  minifalda, pero la idea no resultaba, era tan corta que no cubría nada, 
en realidad sólo adornaba su cintura. 

—T-tae. 

—¿Qué? 

—Me pones nervioso, qué vergüenza. 

—Déjame, es mi fantasía y hago lo quiero. 

 
Él  empezó a preparar el desayuno, sus dedos temblaron al cortar la fruta. Mis 
manos  se  posaron  sobre  su  cadera  y  comencé a rozar mi entrepierna con su 
apetecible culito.  

—No... 

—No te cortes, continúa preparando el desayuno. 

Su  aroma  se  internó  por  mis sentidos. Sonreí al pensar en la enferma idea de 


interpretar  a  Jungkook  como  una  hembra  en  celo  que  huele  de  maravilla  y  a 
mí como un perro que anda restregándole la pija en cualquier lugar. 

Su  cuerpo  comenzó  a  temblar  un  poco  y  yo  decidí  alejarme  para  seguir 
observádo su rostro. 

—¿Por qué eres tan perfecto? 

—Taehyung... 

—Dímelo. 

—No soy perfecto. 

—Todas  las  cosas  que  he  considerado  hermosas  han  quedado  desplazadas 
cuando te vi. 
 

—Aw, basta. 

Cuando  el  desayuno  estuvo  listo,  me  senté  en  una  de  las sillas del comedor. 
Jungkook quiso hacer lo mismo, pero le llamé. 

—¿Qué? 

—Ven aquí. 

Señalé  mi  regazo  y  él  entendió  de  inmediato.  Sin  decir  nada  él  tomó  lugar 
sobre  mí,  besé  su  boquita  y  mis  manos  recorrieron  sus  muslos,  la  suavidad 
de  su  piel  hizo  contraste  con  mis  manos  calientes,  y  llegaron  hasta  su 
entrepierna,  él  vibró  ante  el  primer  toque.  Mis  dedos  tomaron  preso  su 
miembro,  mas  la  tela  impidió que lo disfrutara directamente, aún así continúe 
acariciando  la  zona,  dejando  uno  que  otro  apretón  que  generó  un  jadeo  de 
sus labios.  

Moví  mi  entrepierna  hacia  adelante  con  un  movimiento  brusco  y  esas nalgas 
rebotaron sobre mi regazo. No sé si podría follármelo tan temprano. 

Nos  separamos  para  tomar  algo  de  aire  y  nos  miramos  por  algunos 
segundos, nos miramos con amor. 

—Cariño. 

 
—Probemos lo que preparaste, bebé. 

—Café espeso sin azúcar 

—Me encanta. 

Jungkook  reía  un  poco  nervioso.  Tenía  que  admitirlo,  la  posición  era 
incómoda, pero yo estaba sumamente feliz de tenerlo sobre mi regazo. 

Probé el café y tenía azúcar. ¡Aun así me pareció delicioso! ¿Qué me pasa? 

—Tiene azúcar... 

—Oh,  ¿en  serio?  Lo  lamento,  no  sé  en  qué  momento  lo  puse.  Puedo 
prepararte otro. 

—No, me parece delicioso. 

—Pero nunca te gustó. 

—A mí me gusta todo lo que haces. 

—¡Taehyung! 

 
Él cubrió sus mejillas con sus palmas. 

Hoy estaba más embobado por él como ningún otro día. 

Más  tarde  terminamos  el  desayuno  y  él  se  dirigió  hacia  el  cuarto  de  lavado, 
había  una gran pila de ropa qué lavar, mi deber era ayudarle en eso, pero hoy 
dejaría que él hiciera todo. 

Admiré  el  bulto  formado  entre  sus  piernas  y  mi  pene  ya  no  soportaba  estar 
en  cautiverio.  Él  continuaba  ordenando  y  lavando  la  ropa,  separándola  por 
colores y material.  

Deslicé  el  cierre  de  mi  pantalón  y  por  fin  logré  sentirme  libre,  mi  mano  tomó 
la  base de mi pene y se deslizó hasta la punta, el movimiento se repitió varias 
veces  hasta  que  comencé  a  jadear.  No  podía  dejar  de  mirar  a  Jungkook  y 
recorrerlo de pies a cabeza, él siempre me ha puesto a mil. 

Él  se  volteó  a  verme  y  de  inmediato  desvió  la  vista.  Sus  mejillas  tomaron  un 
color rojizo muy vivo. 

—¿Q-qué haces? Dios... 

—¿No lo ves? Es tu culpa. 

Él  hacia  lo  posible  por  no  mirarme  y  continuar  con  su  labor,  no  obstante  su 
erección me decía que quería algo de acción. 

 
Le apresé entre mis brazos, él se sorprendió al sentirme. 

Tomé  una  de  sus  piernas  y  la  levanté,  dejé  que  su  rodilla  reposara  sobre  la 
lavadora, mientras ésta se movía al lavar. 

—Esto va a doler un poco... 

Él  solo  asintió  y  dirigí  el  glánde  hacia  su  entrada,  no  sin  antes  apartar  aquel 
hilo  que  en  ese  momento  estorbaba.  Entonces  ingresé  con  cuidado,  sus 
dedos se aferraron a la máquina y los míos a sus nalgas.  

No  me  detuve  hasta  llenarlo por completo, su cuerpo tiritaba y su respiración 


se  mostraba  irregular.  Sin embargo yo no podía esperar, su interior ardía y mi 
pene  latía  al  contraste  del  mismo,  así  que  inicié  con  embestidas  lentas  que 
después cambiaron a salvajes y torpes. 

Una de mis manos recorrió su entrepierna y la humedad se filtraba por la tela, 
no supe en qué momento se había venido, pero seguí acariciando la zona. 

Arremeti  contra  sus  caderas,  impulsádome  hacia  adelante  y  dejando  que  su 
estómago  colisionara  sobre  la  superficie de la lavadora. Disfruté de ver cómo 
mi  pene  salía  e  ingresaba  de  su  interior,  mostrándome  sin  penas  como  esa 
entrada  se  abría  y  me  recibía,  y  cómo  me  apretaba  cuando  clavaba  muy 
dentro. 

Solo bastaron algunas embestidas más para que me corriera en su interior. 

 
—Bebé... 

Él dejó caer su cabeza sobre mi hombro. 

—Tae. 

Salí de su interior con cuidado y mi semen corrió por sus piernas. 

—Mi esencia luce bien sobre tu piel. 

—Ay... uh. 

—No puedes limpiarlo. 

   
55. 
 

   

—¡Sí, ah! 

No  fue  una  mala  idea  usar  aquella  pequeña  tanga  para  atar  sus  manos  tras 
su  espalda,  evitando  que  se  moviera  de  más.  Él  no  se  negó  en  ningún 
momento.  

—¿Te gusta? 

—Mh sí...  

Mis  dedos  se  internaban  por  su  interior,  jugando  con  el  borde  y  luego 
introduciéndose  hasta  el  fondo.  Cuando  terminamos  de  almorzar,  decidí 
subir a Jungkook sobre el comedor, no podía esperar a llevarlo a la cama. 

Él  intentaba  mantener  el  equilibrio  sobre  la  mesa,  mientras  una  de  sus 
piernas  se  posaba  sobre  mis  hombros  y  mi  mano  libre  sostenía  su  cintura 
con  fuerza.  Aquellas  mejillas  sonrojadas  solo  me  hacían  saber  que  lo  estaba 
disfrutando tanto como yo. 

—Saca la lengua, bebé... 

 
—T-tae. 

—Sácala. 

Abrió  los  ojos  al  escuchar  mi  orden  y  sacó la lengua, más tarde la mía fue en 


su  encuentro  y  comenzó  a chuparla, algunas gotas de saliva se escurrían por 
su mentón y él tomó distancia. 

—Dios... n-no... 

—Te di una orden. 

No  tuvo  otra  opción  que  sacarla  de  nuevo  y  continué  en  el  trabajo  de 
saborearla  con  calma.  Después  de  algunos  minutos  terminamos  en  un  beso 
hambriento  que  permitió  que  su  saliva  resbalara  por  su  cuello,  hasta  llegar  a 
sus  pezones,  los  mismos  que  después  comencé  a  morder.  Mis  dedos 
aumentaron el ritmo al internarse en su ano y él ronroneó como un gatito. 

Sus  desesperación  se  hizo  notoria  al  mover  sus  brazos  intentando  liberarse, 
pero no le dejaría, no hasta que yo lo ordene. 

Empujé  sus  hombros  con  cuidado  para  que  su  espalda  chocara  con  el resto 
de la superficie y tomé sus piernas para abrirlas y sostenerlas en mi cintura. 

—A-amor... 

 
—¿Sí? 

Mi  glande  rozó  su entrada un par de veces, mientras resbalaba con restos de 


mi  semen  que  yacían  ahí  hace  algunas  horas.  Su  pene  se  pegaba  sobre  su 
estómago,  estaba  bastante  duro  y  el  ápice  derramaba  un  poco  de  esencia 
sobre la faldita, aumenté los roces al observarlo a detalle. 

Sus  piernas  se  abrazaron  a  mi  cintura  sin  la  intención  de  soltarse  e  intentó 
arrimarme  más  a  él  para  que de una vez se la metiera, pero vamos, yo quería 
escuchar  de  esos  labios  rojos  e  hinchados  que  él  desea  que  lo  haga.  Muero 
por oírlo. 

—Amor... 

—¿Qué quieres? 

—Y-ya sabes. 

—No lo sé. 

Se  desesperó  al  oír  mi  respuesta  y  se  quedó  en  silencio.  ¿No  lo  pensaba 
decir? 

Jalé sus piernas y con torpeza bajé su cuerpo de la mesa. 

—¡Uh! 
 

Tomé  sus  brazos  y  le  di  la  vuelta,  entonces  empujé  su  espalda  y  su  pecho 
tocó  la  mesa.  Sus  piernas  temblaban,  sosteniéndose  a  duras  penas  sobre  el 
suelo;  mis  manos  apretaban  su  trasero  y  la  vez  sostenía  su  peso,  pues creía 
que en cualquier momento se iba a resbalar.  

—Dímelo, bebé. 

Recorrí  sus  muslos  sin  dejar  un  espacio  de  piel  sin  tocar  y  le  di  una  nalgada 
que  resonó  con  gran  volumen,  su  trasero  vibró  al  instante  y  él  gimió.  Otra 
nalgada  se  estrelló  en  la  zona  haciéndome  disfrutar  de  la  hermosa  vista  de 
esa  entrada  que  me  pedía  que  ingresara  pronto.  Sus  dedos  luchaban  para 
liberarse, pero le era imposible. 

—Métemela... t-te lo pido... 

Yo  estaba  más  que  feliz  al  oírlo.  Solo  cuando  tomé  la  base  de  mi  pene  para 
dirigirla  a  su  interior  me  di  cuenta  de  que  mi  pantalón  estaba  mojado, 
seguramente  por  los  residuos  de  saliva  y  semen  de  la  aventura  de  este  gran 
día,  era  mi  pantalón  de  la  suerte,  ahora  lo  sería  más.  Dejé  algunos  besos 
sobre  sus  codos  y  espalda  antes  de  ingresar  en  aquel  agujero  húmedo  y 
caliente. 

Él  me  recibió  muy  bien,  sentí  cómo  su  interior  se  iba  expandiendo  según iba 
entrando,  y  aún  así  me  apretaba  de  manera  deliciosa,  como  luchando  para 
cerrarse  al  tener  a  un  intruso  dentro.  Sin  embargo  llegué  hasta el final y él se 
deshizo  en  jadeos  que  posteriormente  pasaron  a  gritos,  pues  decidí 
moverme  hacia  adelante  y  luego  hacia  atrás  con  estocadas  poco  amables 
que  hacían  temblar  a  la  mesa  y  a  sus  nalgas.  Manteniendo  el  ritmo  varios 
minutos más. 
 

Salí  de  pronto  y  esa  entrada  formada  un  círculo  algo  rojo  y  brilloso,  era  una 
delicia. Volví a entrar esta vez con más fuerza, tomando su cadera y clavando 
mis  uñas  en  su  delicada  piel.  Sin  detenerme  ni  un  momento,  no  cuando  el 
sucio sonido de mi pene colisionando en su interior resobaba en mis oídos.   

Palmeando  sus  muslos  mi  diestra  llegó  hasta  su  entrepierna  y  con  suavidad 
tomó  su  pene  para  comenzar  a  masturbarlo  con  el  mismo  ritmo  de  las 
embestidas,  que  nos permitieron sin críticas dejarnos liberarnos con gemidos 
de placer. 

—T-tae... 

Su  cuerpo  estaba  temblando  y  mi  pecho  descansó  sobre  su  espalda,  sus 
dedos jalaron mi camisa. Él no me iba a soltar, lo sabía. 

Bastaron  algunas  embestidas  más,  éstas  más  lentas,  para  que  me  corriera 
otra  vez  en  su  interior.  Jungkook  terminó  segundos  después  sobre  mi  mano 
y su preciado y reluciente piso.  

Su  cabeza  cayó  sin  poder  sostenerse  más.  Yo  estaba  muerto,  tal  vez  por  la 
edad. Idea tonta. 

—Estuvo rico y todo, pero tengo que irme, mi novio me está esperando. 

—¡Taehyung! 

 
—¿Qué? Volveré mañana. 

Solté algunas risitas, ese tipo de bromas no le gustan a Jungkook. 

—Uh... 

—¿Estás celoso de mi novio? 

—Sí. 

—Es hermoso, precioso y... 

—¿Y yo qué soy? 

—Pues también eres hermoso, precioso y perfecto. 

Él esbozó una sonrisa y luego soltó un suspiro. 

—Desátame. 

—Lo haré. 

—¡Ahora! 
 

—Quiero dormir. 

—Pero son las cuatro de la tarde... 

—Igual, quiero dormir. 

—Bien, pero desátame. 

—¡Vale! 

Sin duda, hoy es un excelente día. 

   
56. 

—¿De  qué  sirve  que  haya  ganado  la  apuesta  si  de  igual  manera  me  ibas  a 
traer de compras? 

—No te quejes. 

—¡Quiero quejarme! 

—No tardaremos mucho. 

Jungkook  compró  un  par  de  pantalones  y  no  iba  a  detenerse  hasta  tener 
todo lo que quería. 

—Oh, amor, ¡mira! 

—¿Qué? 

Jungkook  señaló  la  propaganda  de  unos  audífonos  que  funcionaban  24 
horas  sin  detenerse  y  que  podían  usarse  bajo  el  agua.  Estaba  de  moda, 
según oí. 

—Esos audífonos. 

 
—¿Los quieres? Te los compro... 

—Uh amor, son edición limitada y ya no hay existencias. 

Su carita mostró desilusión y comenzó a observar otras cosas alrededor. 

Yo  ingresé  a  la  tienda  por  curiosidad.  Habían  muchos  móviles  realmente 
interesantes, tal vez podría comprarle uno a mi suegra. 

La  propaganda  de  los  audífonos  relucía  sobre  su  estante  vacío.  Pero  noté 
algo diferente, ahí, casi oculto había una unidad, me dirigí hacia los audífonos 
con  la  intención  de  tomarlos  y  así  lo  hice,  sin  embargo  otra  mano  también 
tomó la caja. 

—Disculpa, esto es mío. 

—No, es mío. 

Un grandulón me miraba con desprecio mientras apretaba la caja. 

—Es mío, yo lo tomé primero. 

—No, yo lo tomé primero. 

 
Nuestros ojos se cruzaron y de inmediato surgió la rabia. 

—Esto es mío, mejor vete a hacer algo de provecho. 

—Niña, suéltalo. 

—¿Me llamaste niña? 

—Sí, niña. 

—Hijo de puta. 

Jalé  la  caja  para  intentar  arrebatársela,  pero  él  me  empujó  y  al  observar  su 
sonrisa  cuando  por  fin  tuvo  los  audífonos,  la  ira  nació  dentro  de  mí.  Me 
levanté  y  golpeé  su  mejilla  con  el  puño.  Él  no  se  detuvo  y  saltó  hacia  mí 
como un animal salvaje, con patadas intenté que se levantara. 

El dueño de la tienda gritaba para que paremos, pero no quisimos oír. 

Le  di  una  patada  en  la  rodilla  y  por  fin  se  levantó.  La  caja  estaba  ahí,  me 
arrastré  para  tomarla,  sin  embargo  sentí  cómo  su  mano  sujetaba  mi  tobillo 
impidiendome  avanzar.  Mi  pierna  libre  golpeó  su  hombro  y  regresó  a  mí  con 
rabia, su mano se estrelló sobre mis labios y la mía sobre su cara. 

Él quedaría peor que yo. 


 

Seguridad  llegó  y  nos  sujetaron.  El  dueño  de  la  tienda  gritaba  que  no 
podríamos  volver  nunca  en  la  vida,  el  chico  salió  arrastrado  no  sin  antes 
mirarme  con  una  cara  de  molestia.  Iban  a  hacer  lo  mismo  conmigo  pero  yo 
me resistí. 

—¡Quiero los audífonos! 

—Joven... usted está loco... 

—Sí, pero los quiero. 

Él  dueño  me  los  vendió  y  casi  me  arrojó  la  caja en la cara. Tenía prohibido el 
ingreso durante cinco años o lo que me reste de vida, el señor no fue claro. 

Salí  de  la  tienda,  mi  labio  estaba  sangrando,  pero  al  menos  no  tenía  la  cara 
como  un  globo  como  ese  muchacho.  Jungkook  me  regañaría  al  verme  en 
ese estado, así que no diría nada... 

Encontré a Jungkook, estaba bastante distraído. 

—Bebé. 

—Tae, ¿dónde estáb... 

 
Se  cubrió  la  boca  con  una  mano  al  verme,  y  la  otra  recorrió  mi  rostro  con 
preocupación. 

—Jungkook... 

—¡¿Qué te paso?! 

—Nada. 

—¿Cómo que nada? ¡Mira tu labio! Dios mío, ¿qué pasó? 

—No pasó nada, de hecho traigo buenas noticias. 

Le extendí la caja para que la tomara. 

Él  abrió el contenido con una confusión enorme y al ver los audífonos abrió la 
boca sin poder creérselo. 

—Tae...  

—Era el último de la tienda, qué suerte, ¿no? 

Su expresión de sorpresa cambió a una de enojo. 

 
—¡¿Cómo conseguiste esto?! 

—Bueno, yo... 

—¡¿Cómo?! 

Me sentí algo nervioso, sentí que me iba regañar en cualquier momento.  

—Tuve una pelea con un chico... 

—¿QUÉ? 

—Tú querías esos audífonos. 

—¿Te peleaste para comprarme estos audífonos? 

—Sí. 

Jungkook comenzó a llorar y yo entré en pánico, ¿qué hice? 

—¿Cómo te atreves? Mírate...  

—Él quedó peor. No llores, bebé. 


 

Jungkook comenzó a golpear mi pecho y yo le abracé. 

—Es  que  te  amo  tanto  y  tú  me preocupas y a la vez eres muy lindo y a la vez 


tan tonto y... 

—Y nada, tú querías esos audífonos. 

—Sí, pero no a cambio de que tengas una pelea. 

Callé sus labios con un pequeño beso. 

—¿Te gustó? 

—Claro... umh, vámonos a casa. 

—Pero tenías ganas de comprarte otras cosas. 

Sequé sus lágrimas con la manga de mi chaqueta. 

—Ya no quiero nada, sólo quiero curarte esa herida y preparar café. Tonto... 

Sonaba perfecto y no me negué. 


 

Me siento feliz.  

   
57. 
 

Ahí  estábamos  después  de  un  mes  juntos,  donde  no  hacia  otra  cosa  más 
que llegar temprano a casa o ir a recoger a Jungkook. 

—¿Uso la azul o la blanca? 

—Las dos te quedan geniales, bebé. 

Estaba  estudiando  para  el  examen  de  admisión  a  Economía,  mis  maestros 
estaban totalmente impactados al enterarse, aún así me mostraron su apoyo. 

—No, quiero que me digas cuál me queda mejor. 

—Bien, la azul. 

—Usaré la blanca. 

—De cualquier manera siempre usas la blanca. 

Jungkook empezó a jugar con mi cabello. Lo hace siempre para molestarme. 

—Cariño, mamá vendrá de visita. 


 

¿Otra vez? 

La  señora  Jeon  es  agradable  y  nos  llevamos  de  maravilla,  pero  se  queda 
mucho tiempo y yo quiero tener tiempo a solas con mi novio. 

—Genial. 

—¿Estás feliz? 

—Ajá. 

Jungkook me miró con atención y yo desvié el tema. 

—Hoseok me dijo que vendría a visitarnos también. 

—Genial. 

—¿Jungkook, estás feliz? 

—Ajá. 

Ambos  nos  miramos  y  estallamos  en  risas.  Él  cerró  mi  libro  para  empezar  a 
besarme con calma. 
 

Jungkook  es  lo  más  preciado  que  tengo,  por  el  lo  doy  todo,  por  él  es  que 
quiero  superarme  y  ser  el  mejor.  Todos  dicen  que  eso  no  está  bien,  que  mi 
vida  solo  gira  en  torno  a  él,  pero  es  lo  que  necesito  y  es  lo  que  tengo,  no 
puedo cambiarlo ni quiero hacerlo. 

—Lo  primero  que compraré cuando sea dueño de una gran empresa, será un 


auto. 

—¿Un auto? 

—Sí,  así  podré  llevarte  a  cualquier  lugar  y  ya  no  tendré  que  correr  para  no 
llegar tarde. 

—¿Y  si  mejor  compras  una  nueva  lavadora?  La  nuestra  mueve  el  planeta 
cuando se enciende. 

—Haha. La compraremos cuando mis viejos me depositen. 

—Nunca he conocido a tus... 

—No  lo  harás.  Eres  demasiado  importante  para  mí  como  para  ganarte  una 
angustia y momento incómodo con ellos. 

Jungkook  se levantó y me ofreció una bandeja con manzanas recién picadas. 
Sabe que me gustan sin cáscara y sin corazón. 
 

—Jungkook. 

—¿Mh? 

—Te amo. 

—Te mucho, mucho, mucho más. 

—Cásate conmigo cuando pueda darte una vida buena... 

—Me casaría contigo aún cuando viviéramos bajo de un puente. 

—Jungkook... 

—Bien,  me  casaré  contigo  cuando  seas  el  gran  Kim  Taehyung  director  de  la 
mejor empresa de toda Corea. ¿Mejor? 

—Mejor. Eso me anima a seguir estudiando. 

El  metió  algunas  manzanas  en  mi  boca  y  yo besé su labios, aún con algunos 


restos de fruta en las comisuras. Me siento la persona más feliz del mundo. 

 
Al  igual  que  esos  cinco  años  más  en  donde nos convertimos en uno. Él y yo, 
solo los dos. 

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