Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
TECM 1 Babx 97 1 PDF
TECM 1 Babx 97 1 PDF
¡Holitas! Esta historia forma parte de una trilogía, no hay un orden establecido
para leerla y no es necesario leer las tres obras para entender algo, las
obras fueron creadas para íntegramente de comienzo a fin por lo que fungen
como una novela cada una y a la vez, siendo leídas juntas se fusionan en una
trilogía conectada.
Sin embargo, si deseas leer la trilogía completa, se recomienda hacerlo por
orden cronológico:
Taehyung es el chico más rico y popular de la universidad, que odia a los
tontos.
Taehyung no pudo evitar que Jungkook floreciera, aunque quiso protegerlo y
ocultarlo de los demás, todos se habían dado cuenta de cuán hermoso se
había puesto.
Jungkook se convirtió en una hermosa flor y ya no necesitaba que su mejor
amigo, el cactus en su vida, le cubriera del sol y ocultara su belleza. ¡Ya no
necesitaba a Taehyung!
Introducción.
No sonríe, no, no hace muecas, no muestra ni la más mínima expresión,
nunca nadie le ha visto hacerlo y conserva su gran atractivo. Su perfil
pareciera haber sido esculpido por un ente divino y su piel, tan tersa y
perfecta a la vista, que sin duda, ha enamorado a varias y varios de sus
compañeros.
Es casi imposible creer que tiene amigos pues parece algo incómodo tener
una conversación con alguien que... no demuestra emociones y es más
imposible creer que ha tenido varias parejas, todas ellas en relaciones cortas
justificadas con el típico: "Taehyung no tiene no tiene sentimientos".
La gente dice que es un robot, otros dicen que es un ángel, otros que es un
engreído y demás, pero nadie se ha preguntado sobre la historia de fondo,
nadie conoce a Taehyung más allá de lo que se ha dicho y aunque la gente lo
ha intentado, él es como un muro inaccesible, un muro que nadie ha podido
tocar.
Y Luego está Jungkook, con las hormonas jugando con su razón y con el
enamoramiento prematuro que sintió al saber de Taehyung. Porque
Jungkook con sus 19 años de edad jura que nunca había sentido tanta
curiosidad y necesidad de hablar con alguien. Está dispuesto traspasar ese
muro porque quiere ver qué hay tras de él, quiere saber si hay una sonrisa
detrás de Taehyung, el chico muro.
1.
Bien, él está ahí con sus amigos, vierte una que otra palabra y no sonríe, de
nuevo con esa expresión neutral tan estúpida que le hace ver jodidamente
atractivo.
Mi corazón late con fuerza, pues todos sus amigos se han ido, seguramente
a sus clases y él se ha quedado ahí, tiene la mirada perdida y toma agua
desde la botella. Tomé el último suspiro, me aseguré de que mi chaqueta
estuviera muy bien puesta y me puse algunas gotas de colonia.
Avancé hacia él y no supe qué decir, sus ojos se posaron en mí y yo sólo
atiné a sentarme en su mesa.
Imploré a los cielos para que mis manos no temblaran pero así lo hicieron y
mis mejillas comenzaron a encenderse. Su mirada se posaba en mí, y tuve
miedo.
—Gracias.
Cualquiera hubiera preguntado la razón del por qué yo traje la libreta y no Jin,
siendo yo un estudiante de primer año y ellos de cuarto.
—¡E-espera!
—...
—Mi nombre es Jungkook y quería saber si, quería saber si podíamos salir
juntos mañana.
¿Eso es un sí?
—Adiós.
—Adiós...
Mierda, ¡sí!
2.
—Estás bromeando.
—Raro.
—¿Envidia? Prefiero salir con un robot, tendría más sentimientos que
Taehyung.
Yoongi se mataba de risa y yo tomaba aire. Estábamos esperando a que la
clase de Jin termine. Jin y Taehyung son compañeros y le pedí información
acerca de su última clase y aunque mi amigo me haya sugerido que eligiera a
otra persona, al final terminó apoyándome con esto de salir con Taehyung.
La puerta de salón se abrió y varios estudiantes comenzaron a salir, entre
ellos Jin. Él se despidió de mí y se fue rumbo a casa junto a Yoongi. Y divisé
a Taehyung, él salió a pasos tranquilos y posó sus ojos en mí y no dijo nada,
es como si... siempre esperara a que yo dijera las cosas primero.
—Hola...
—Hola.
Esa jodida expresión neutral me ponía nervioso, es que joder, no creía esos
rumores de que él nunca mostraba ninguna expresión, pero ahora que lo
admiro, es verdad.
—Claro.
Todo el camino fue silencioso, él no me miró, ni siquiera respondió a mis
pequeñas historias y entendí el porqué del rompimiento con sus demás
parejas. Aún así, mi corazón latía agitado y gritaba por probar sus labios.
Entonces me miró, atentamente, sin expresión. Agradecería al cielo que él
me mirara con molestia o desagrado para saber si le agrado o no, pero me es
imposible saberlo, porque él no tiene ni una jodida expresión.
—Bien.
Su voz es muy profunda y masculina, es una lástima que sólo escuché
menos de 10 palabras suyas.
—Lógica Deóntica.
Oh, ¿qué?
Me quedé quieto.
—...
—Ya veo.
—Ah.
Mierda.
¿Es una pregunta inocente o me lo está proponiendo? ¿Qué está diciendo?
¿Qué? ¿Por qué? ¿Le gusto? ¿Qué pregunta es esa?
¡Sí! ¿Qué?
—Sí, quiero.
—¿Quieres?
Él tomó un poco de su té y yo ya no podía respirar. Él no me lo había
propuesto, oh mierda.
—Sí, quiero.
¡Sí!
¿Sí?
3.
—¿QUÉ? HAHAHAHAHA.
—No te rías, te estoy diciendo la verdad.
—Hace un día me dijiste que te gustaba Taehyung, ayer me dijiste que ibas a
salir con él y hoy me dices que ya son novios, mañana me dirás que se
casaron y pasado mañana que tendrán hijos, seguro.
—Haha, suena raro Yoongi, pero las cosas se dieron así.
—A ver, ¿tú le dijiste que querías ser su novio?
—Algo así.
—¿Algo así?
Yoongi y yo nos encontrábamos en la cafetería de la universidad y vi a
Taehyung desde lo lejos, tomó asiento en una mesa y comenzó a leer un
libro. Mis mejillas se calentaron y me levanté, tenía que saludar a mi novio.
—Me voy.
—No te hagas ilusiones, es un robot.
Le saqué la lengua a Yoongi y me encaminé rumbo a su mesa. Mientras más
me acercaba, mi pulso se aceleraba.
—Taehyung.
Levantó su cabeza para verme, más bien, examinarme.
—Hola.
—¿C-cómo te va?
Tomé lugar a su lado y observé con curiosidad su libro, supe por Jin que
Taehyung realmente ama la filosofía.
—Bien.
—Se ve interesante.
—Supongo.
Los nervios me invadían. Me sentía algo tonto, pero ayer, con la revolución
de pensamientos que tuve me juré a mí mismo descubrir cada centímetro de
Taehyung, me juré hacer que él me ame y sólo puedo lograrlo dándole amor,
porque creo que lo que a él le falta, es un poco muy mucho de amor.
—Ayer pensé en ti...
Taehyung dejó de leer su libro y luego me observó. Segundos después
asintió y volvió a prestarle atención a su libro.
Y eso hizo que luciera mucho más atractivo de lo que ya es.
—Taehyung, ¿ayer pensaste en mí?
—¿Tendría alguna razón para haberlo hecho?
—Bueno sí... somos novios.
—Tal vez pasaste algunos segundos por mi mente, no recuerdo más.
—Uh, fui afortunado por algunos segundos.
Sonreí como un tonto, porque la verdad lo estaba siendo.
Mis manos sudaban así que decidí secarlas en mi pantalón y me percaté de
su mirada, su atención ahora se centraba en mí.
—...
—¿Dije algo malo?
—En lo absoluto.
—Tae...
—...
—Tengo que ir al baño y supongo que tú tienes que ir a clases así que debo
irme, pero no sin antes hacer algo que he querido hace tiempo...
Me levanté de mi lugar y me acerqué a él hasta que mis labios tocaron su
mejilla. Me hizo sentir infantil pero tan feliz.
—...
Y es que él no tenía expresión, él no demuestra nada.
—Te esperaré en la puerta de ingreso a las 15:30. Sería lindo que nos
fuéramos juntos, así que... a-adiós.
Me fui con velocidad hacia los baños, no sin antes prestarle una última
mirada. Notando que Taehyung se veía perdido, tan perdido como cuando
no entiende algo.
Taehyung, mi chico muro, ¿en qué estás pensando?
4.
—Y bueno, me gusta más el estilo indie aunque la música popular también
suena bien, Blackpink se ha puesto de moda y aprendí algunas partes de sus
coreografías. Amo con todas mis fuerzas a Stephen King y aunque la gente
piense que es algo cliché, creo que Misery es una obra maestra. ¡E
inteligencia artificial, la vi mas de 5 veces! ¿A ti?
—No, yo no.
El parque lucía un poco solitario y creo que está bien porque así él y yo
podíamos tener algo de privacidad.
—¿Tú no?
—Prefiero lo clásico y el metal.
—Tae... ¡es genial! También me gusta mucho, conozco muchas bandas de
ese estilo, así que podemos escuchar juntos algunos álbumes.
—Claro.
—Tae.
—¿Mh?
Tomé de su suéter color crema ñoño que en él lucía muy bien y me aproximé
a su rostro para alcanzar sus labios y por primera vez poder probarlos. Su
sabor a menta me encantó y la suavidad de su textura me impulsaba a
probar un poco más.
Sin embargo él no seguía mi ritmo, a penas y movía los labios y decidí abrir
los ojos para afrontarlo y me encontré con los suyos.
¿Los habrá tenido abiertos desde que inició?
Me sentí algo tonto y me alejé. El silencio reinó el lugar y me levanté, tenía
que escapar de ahí lo más pronto posible.
Pero él sujetó mi brazo, no de manera brusca pero muy firme.
—¿Quieres venir a mi departamento?
Su expresión no me decía nada pero sus palabras sí, vaya que sí.
Asentí con calma y él aflojó el agarre. Su departamento no quedaba lejos de
ahí y qué se supone que yo iba a hacer.
El hogar de Taehyung, el chico muro, lucía bien.
5.
—Entonces es Megadeth...
—Sí.
—Suena bien.
No iba a negar que es totalmente diferente de lo que escucho, pero
realmente me gustó.
—Vale, es eso.
Entonces me trajo para que escucháramos un álbum de música y ya. No
quise pensar que haríamos algo más, pero realmente esperaba a que algo
como eso sucediera.
—Realmente me gustó... creo que tienes muy buenos gustos.
Su departamento es como él, no tiene sentido y tiene un color blanco muy de
hospital.
—Sí.
—Creo que ya tengo que irme.
Él asintió y se fue hacia su habitación. ¿Qué significaba eso? ¿Qué debería
irme?
Esperé algunos segundos más y luego decidí marcharme. Me sentía muy...
extraño, ¿los días siguientes también serán así?
6.
Taehyung y yo llevamos más de dos semanas saliendo juntos, es decir,
siendo novios, sin embargo siento como si no fuéramos nada, ni amigos ni
novios ni nada...
—Puedes huir ahora. Todas sus parejas terminaron con él justo después de
dos semanas.
Yoongi y Jin me miraban con algo de preocupación.
—Pero yo no quiero terminar con él, me gusta demasiado...
—Jungkook no seas estúpido y...
Jin tapó la boca de Yoongi, mientras éste intentaba zafarse.
—Te entiendo cariño. ¿Y si intentar llegar a segundo nivel?
—¿Segundo... nivel?
—Dijiste que te llevó a su departamento.
—Sí...
—Tal vez podrían tener algo de intimidad, no llegar al límite, sólo iniciar
algo... ya sabes.
Oh sí.
Qué vergüenza.
—Pero él... él casi no responde a mis besos.
—Tal vez sus labios no, pero su cuerpo lo hará.
Yoongi se zafó de las manos de Jin y se quedó boquiabierto.
Igual que yo.
¿Es en serio?
Todos fuimos a nuestras respectivas clases en cuando ya fue hora. Y sólo
pensé en cómo podría llegar a segundo nivel con Taehyung si él ni siquiera
responde mis besos.
El tiempo pasó veloz y fui hacia la puerta de ingreso. Como habíamos
acordado hace días, sería nuestro lugar de encuentro para irnos juntos.
Él muy puntual estaba ahí, tan perfecto y sin expresión alguna, esperando
por mí. Una sonrisa tonta apareció en mí rostro cuando lo vi.
—Tae.
—Hola.
—¿Nos vamos?
Él asintió.
Tomé su mano y como siempre, él no hacia presión, ni siquiera enlazaba sus
dedos con los míos. Es como si solo yo sosteniera su mano y ya.
—Tae.
—Mh.
—¿Vamos a tu departamento?
Él me miró con demasiada atención y asintió.
Entonces me sonrojé a más no poder.
Ahí vamos.
7.
Estamos viendo una película, "the beauty and the beast" a insistencia mía y
que parece que no le causa ningún interés. Y qué digo, a mí me gusta, pero
no puedo prestarle nada de atención.
Segundo nivel.
¿Qué se supone que debo hacer?
—Tae.
—Mh.
—Está haciendo algo de calor...
—¿Vale?
—Y bueno...
—Yo no controlo el clima.
Oh claro.
—Yo creo que sí, porque me tienes muy caliente.
Mis mejillas comenzaron a arder y su mirada se posó sobre mí, su expresión
como siempre neutral y sin nada nuevo. ¿Qué estará pensando?
—Ah.
Él volvió a dirigir su "atención" a la película y yo iba a lanzar mi última carta.
Tomé un poco de aire y me levanté de aquel sofá de color negro de sonido
chillón para sentarme sobre su regazo, su cuerpo se tensó un poco, mas su
rostro seguía teniendo la misma estúpida expresión.
Tiene un pequeño lunar justo en la punta de la nariz y oh, lo hace tan
perfecto.
—Jungkook.
—Oh, te sabes mi nombre.
Una confianza evidentemente fingida hizo que una sonrisa apareciera en mi
rostro y que mis manos se posaran sobre su pecho. Él no se movió, sus
manos tampoco, sólo sus ojos, que se negaban a separarse de los míos.
—Sería tonto preguntarte qué haces porque lo sé perfectamente, por ello
preguntaré por qué lo haces.
Qué palabritas, eh.
—Porque eres mi novio.
Mis caderas comenzaron a moverse sin ritmo aparente, rozando su
entrepierna con total descaro, sintiendo al tacto la extensión y forma de su
pene que se colaba por mi trasero.
Él desvió la mirada y elevó su cabeza.
Vaya que su cuerpo sí estaba respondiendo, es decir, su entrepierna.
Comencé a soltar algunos gemidos en cuanto el calor fue incrementando con
él roce. Deseaba tanto que sus manos se posaran sobre mi cuerpo, pero
aquello nunca llegó.
Y un gemido salió de sus labios y juraba que iba a correrme tan sólo con eso.
Quería ver su rostro pero él no me lo permitía, entonces tomó mis hombros y
me detuvo.
—Vete.
—T-Tae...
—Vete por favor.
Aquel día me fui de su hogar con una sonrisa tonta en el rostro. ¡Taehyung no
es un jodido robot y se la paró... conmigo!
8.
Descubrí que a Taehyung le gustan mucho los parques de diversiones,
aunque sea algo extraño pues él no muestra ni la más mínima emoción, es
mas no muestra expresión alguna, pero hoy ha hablado un poco más y es
una gran bendición.
—Cuando era niño solía colarme en la fila y fingir ser hijo de alguna pareja
que estaba formada.
—¿En verdad?
No me imagino a Taehyung haciendo ese tipo de cosas.
—Sí, y me ponía al frente de ellos e ingresaba lo más rápido posible.
—¿Y no te decían nada los de seguridad?
—Claro, pero yo les aseguraba que mis padres estaban pagando las
entradas, así que yo simplemente subía y me divertía.
¿Taehyung divirtiéndose? ¿En serio?
—¿Y al salir nadie se daba cuenta?
—Lo hacían, pero yo corría muy rápido y nadie pudo alcanzarme.
Subimos a la montaña rusa y mientras la vida se me iba de las manos,
Taehyung al parecer no sentía nada.
Luego decidimos tomar un par de helados, mientras el atardecer mostraba
su esplendor.
—No sabía que mi chico era rebelde.
—Gajes del oficio.
Yo me mate de risa y bueno, él estaba siendo él con esa expresión neutral.
—Tae...
—Mh.
—Me gustas muchísimo y te quiero.
Él me miró con esos tan bonitos y de pronto desvió su mirada hacia los
juegos mecánicos. De ahí hasta que nos despedimos no dijo nada, creí que
había quitado un ladrillo de su estúpido muro, pero en realidad sólo me
choqué en contra de ese caparazón que se niega a dejar libre a Taehyung.
Y tomé valentía, le enviaría algunos mensajes. Jin había conseguido el
número de Taehyung gracias al grupo que habían formado para hacer un
trabajo.
Mis manos temblaban un poco.
Jungkook:
Hola Tae, soy Jungkook. Quiero agradecerte por esta tarde, la pasé muy bien
junto a ti y me divertí como nunca. Es muy valioso para mí saber algo más de
ti... así que no estaría mal que contáramos algo más acerca de nuestras
vidas, yo creo que de mí ya sabes mucho pues hablo de más, pero no sé
mucho acerca de ti, así que si quieres contarme algo, yo sería muy feliz.
Jungkook:
Y lo del "te quiero" es verdad, te quiero muchísimo, puedes pensar que es
algo apresurado pero lo que siento solo se puede describir de esa manera.
Tenias que saberlo, solo es eso. Descansa bien y no olvides contar bien las
ovejitas antes de dormir.
Taehyung había leído los mensajes, mas no respondió ninguno y de alguna
manera me dolió.
Mi Taehyung, el chico muro.
9.
—¿Entonces llegaron a segundo nivel?
—Sí y no.
—¿Sí y no?
—Sí porque tuvimos intimidad e incluso se le emocionó ya sabes... no
porque él no quería y al final me echó de su departamento.
—Entonces está molesto.
—No, es por eso que hoy me arreglé un poco para él.
Jin me despeinó los cabellos y se fue sin despedirse. Entonces sentí una
mano sobre mi hombro.
Era Jackson.
Ha intentado durante varios meses salir conmigo.
—Hola Kook.
—Hola...
—¿Tienes algo qué hacer hoy de la tarde?
Ya casi sería hora de que la última clase de Taehyung terminara y venga
hacia la puerta de ingreso para irnos juntos.
—Pues sí, lo lamento.
—¿Qué tal mañana? Vendré por ti.
—Mira, tampoco puedo.
—Jungkook, no te hagas el difícil, sabes que me gustas así que dame una
oportunidad.
Jackson tomó mi cintura y con fuerza me acercó hacia su cuerpo. Era
evidente que yo empecé a luchar en contra de su fuerza para qué me alejara.
—Jackson, tengo novio...
—¿Novio? ¿Quién?
Jackson lucía algo enfadado y entonces Taehyung apareció de pronto y nos
observó con atención. Necesitaba su ayuda para que Jackson alejara sus
manos.
—Es él, Taehyung.
Jackson se volteó a observar a Taehyung y entonces comenzó a carcajearse.
—Estar con Taehyung es como tener un muñeco inflable, lo sabes, ¿no?
Taehyung posó su mirada en mí y luego salió por la puerta de ingreso a
pasos tranquilos y entonces comencé a luchar en contra los brazos de
Jackson hasta que logré zafarme de ellos.
—Él es mucho más hombre que tú y yo lo quiero. No me molestes más.
Salí corriendo y fui en busca de mi novio, él estaba a una cuadra de la
institución, caminando con el mismo ritmo habitual de sus pasos.
—T-Tae...
Él me miró sin parar de caminar.
—Escucha él... él siempre me molesta, lo lamento yo...
—...
—Jackson quería salir conmigo y le dije que no, es un tonto, y-yo soy tu
novio...
—¿Cuál es tu punto?
—¿Mi punto?
—El punto para que me expliques esto.
—Bueno, soy tu novio... y creí que, creí que...
Creí que por lo menos le interesaba un poquito.
—¿Mh?
—Creí que te molestaría verme junto a otro chico.
—Bueno, todos creemos en cosas y no está mal equivocarse acerca de su
veracidad.
—Taehyung...
—...
—Taehyung, escucha.
Tomé de su mano y detuve su paso. Estaba algo herido, pero mi enojo podía
más.
—...
—Soy tu novio y quiero que sientas celos, quiero que te molestes conmigo
porque otro chico me invitó a salir y me tuvo cerca. Quiero que me defiendas
de ese tipo de chicos y les hagas saber que te pertenezco. Quiero que me
quieras... sólo quiero ser importante para ti, ¿es mucho?
Taehyung se quedó en silencio, más que siempre y no me miró.
Entonces yo besé sus labios, fue algo corto, pero necesitaba sentirlos.
—Jungkook.
Observé su rostro y él me miró, por fin.
—Dime.
—No soy un muñeco inflable, no existe comparación, ese chico es realmente
tonto.
¿Qué le podía decir? ¿Por qué mierda me habla de eso ahora?
—Bien...
—¿Te gustaría ir a mi departamento?
Claro que sí me gustaría, pero el nudo en mi garganta me hará flaquear en
cualquier momento y mis lagrimas inevitablemente van a caer.
—No.
—Vale.
Entonces él me dio la espalda y se fue caminando.
Yo también lo hice, fui rumbo a casa...
¿Es tan difícil hacer que él chico muro me quiera? ¿Por qué está siendo tan
duro? Maldita sea.
10.
Decidí tragarme las lágrimas y lucir una sonrisa. Por una parte, estar a su
lado me hace feliz, pero por otra parte estar a su lado es sentirse en soledad
todo el tiempo.
Había pasado dos días desde lo sucedido, las cosas siguen igual, Taehyung
es el mismo y creo que pondré en marcha el plan B.
—Tae, Tae.
—Mh.
Hoy lucía realmente guapo.
—Mi mamá no estará en casa y pensaba que podríamos pasar una tarde
juntos en casa después de las clases.
—Bien.
—Pues vale...
Dejé un pequeño beso sobre la punta de su nariz y todavía no sé qué es lo
que me quieren decir sus ojos.
—...
—Taehyung yo...
—No quiero tener una conversación ahora.
—¿Por... qué?
—Mh.
—Lo lamento...
—¿Te gusta Jackson?
—¿Qué? No, no, ¡no! Claro que no...
¿A qué venía eso de pronto?
—Pues debería, hacen una agradable pareja juntos.
—Tae...
—...
Taehyung se levantó de su lugar y se fue, seguramente a su segunda clase
del día.
¿Qué estupidez acaba de decir?
11.
El camino a mi casa fue muy silencioso, más que siempre, pues aunque
hablaba con Taehyung él simplemente no respondía, no sé si tomar eso
como enojo.
Tomé un suspiro y con las manos algo temblorosas abrí la puerta y dejé que
el ingresara. Mamá tiene el día de turno extra de este mes, así que llegará
muy tarde y Taehyung y yo estaremos solitos mucho tiempo.
Dios me ayude y no me castigue, uh.
Taehyung se sentó sobre los sofás de la sala y no se movió, ni siquiera
indagó por la casa. Yo tomé lugar a su lado y apoyé mi pecho sobre uno de
sus brazos, ¡empecemos!
—Tae...
—Mh.
—Lo siento...
—¿Por qué?
—Porque tal vez verme hablando con Jackson te molestó.
—En realidad...
Mi zurda de pego sobre su entrepierna con toques delicados y mis ojos no se
apartaban de los suyos, esa mirada continuaba neutral, pero su cuerpo
estaba respondiendo, vaya que sí.
—¿En realidad?
—Jungkook.
—Dime...
Mis dedos sentaron lugar sobre su miembro que poco a poco comenzaba a
endurecerse y a pedir más espacio entre la tela de ese pantalón jean que le
quedaba jodidamente sexy. Con pequeños apretones encontré el cierre de
ese pantalón y cuando me decidía a abrirlo, su mano se posó sobre la mía.
—No.
Empujé su mano y volví a mi trabajo. Esta vez fui un poco más rápido y
deslicé el cierre. Su boxer negro relució ante mi vista y afirmé que su
miembro había despertado... Taehyung no es un robot, y está muy bien
dotado.
Sus labios se movieron haciendo el ademán de hablar, mas yo lo interrumpí
con un beso algo torpe, pues aunque mis manos tengan toda la seguridad
del mundo al acariciar su pene, yo me siento muy nervioso, pero mi boca lo
está disfrutando porque Taehyung me está correspondiendo, con el mismo
ritmo en que yo lo hago, y es la primera vez que lo hace.
Tomé valor para separarme de sus labios y sentarme sobre su regazo, mis
huesos tiemblan pero no me detengo, el calor está subiendo poco a poco y
puedo escuchar con claridad la música del vecino a todo volumen.
Mi trasero se pegó a su entrepierna empezando un vaivén, lento al comienzo
pero rudo al final, algunos jadeos no se hacen esperar y es que no podría
contenerme, no cuando Taehyung ha tomado mi trasero y lo está estrujando
de manera despiadada, como si necesitara de ello más que otra cosa...
Mis movimientos no se detienen y puedo sentir con claridad la extensión de
pene gracias a la delgada tela del boxer que probablemente ahora está algo
húmeda, al igual que yo.
Mis ojos se posaron sobre su rostro y mi corazón empezó a latir cuando vi
una jodida expresión en su rostro... no es la gran cosa, pero sus cejas están
algo fruncidas y junto a sus ojos cerrados hacen que en cualquier momento
pueda llegar a correrme...
—Tae, c-cógeme ahora...
—Mh...
Mordí sus labios con delicadeza y gemí su nombre cuando su pelvis se elevó
y golpeó mi trasero con rudeza.
Taehyung es todo un hombre... joder.
—P-por favor...
—No, no...
—¡Tae, ah!
—Jungkook.
Taehyung apartó sus manos de mi cuerpo y me empujó un poco. Aquella
expresión neutral y estúpida había aparecido de nuevo.
—Tae...
—Vete.
—Pero esta es mi casa.
—Ah sí, bien, me iré yo.
Todo había terminado mal esa noche, pero Taehyung se fue de mi casa
besando mis labios. Me sonrojé a más no poder y me miró en silencio por 5
segundos... exactamente y contando, creo que vamos por buen camino.
12.
No suelo dejar cosas en mi casillero, porque realmente no tengo la
necesidad, lo único que he dejado es un libro de Kelsen y que creo que
ahora me es necesario. Vaya necesidad.
Mi casillero luce igual pero tiene algo dentro, algo que nunca había visto, es
una pequeña nota. La tomé y la revisé con calma.
"Eres magia, para la gente que ignora los trucos, eres rosa, para la gente que
ignora las espinas, eres milagro, para la gente que no ha perdido la fe, eres
perfección para todo el mundo. Sin embargo yo, soy escéptico, no creo en la
magia, las espinas no me permiten admirar a la rosa y he perdido la fe, pero
creo que existe la perfección, tal vez está en ti, pero no la merezco. Y somos
opuestos, mas nada nos atrae. No pierdas tu luz en el abismo que lleva mi
nombre... "
Taehyung.
¿Qué significa todo esto?
13.
Taehyung está de buen humor y no lo digo porque esté sonriendo o algo así,
imposible, lo digo porque está hablando un poco más, habló de cosas que
no entendí, pero me hace feliz verlo con un poco más de confianza.
Aunque su estúpida expresión neutral caga todo.
—Y aunque haya buscado con toda rapidez el lugar del libro donde estaba
escrito lo opuesto a mi pensamiento, no pudo encontrarlo y me dio la razón.
—¿En serio, Tae? Vaya...
¿Será posible que Taehyung quiere terminar conmigo? Hoy se te van bien y
cómodo conmigo... ¿debería preguntárselo?
—Sí. Creo que necesita prepararse, aunque no creo que se haya encontrado
un doctorado por ahí, supongo que él estudiaba.
—¿Tu profesor?
—Claro, él.
Mejor no. Tal vez fue algo erróneo, y si no lo fuera, da igual, él no ha tocado
el tema y yo no quiero hacerlo, no quiero terminar no él.
—Supongo...
—Mh.
—Taehyung... ¿te gustó que tuviéramos un poco de intimidad?
Él parecía pensarlo, su mirada se posaba sobre mí.
—Sinceramente... no.
—¿No?
—Pero es parte de una relación y puedo estar bien con ello.
No sé cómo tomarlo.
Lo tomaré de manera positiva.
—¿Qué tal si intentamos llegar un poco más allá?
—Jungkook...
—Vale.
—Escucha.
Una espina se había clavado en mí corazón, y se convertiría en una herida
constante, pero tenía que seguir sonriendo y siendo positivo para no perder a
Taehyung. Me prometí a mí mismo luchar por él.
—Pero que te conste, hay muchos que se mueren por estar en tu lugar ahora
mismo, así que valórame chico rudo. Te veré después, cariño, ¡besitos!
Me fui con pasos rápidos mientras podía sentir su mirada posaba sobre mi
espalda.
¿Taehyung, en qué piensas?
14.
—No hyung, me daría vergüenza.
—Jungkook, me dijiste que él reaccionó muy bien la vez anterior.
—Lo hizo, pero esto es diferente...
—Yo te lo aseguro, esto no puede fallar.
—Hyung...
—Ahí está Taehyung, ahora que se irán juntos, pídele que vayan a su
departamento y comienza el plan. Ve ahora.
Jin me empujó hacia la salida y caminé hacia Taehyung, no sé si voy a poder
llevar a cabo el plan, espero que sí.
—Tae.
—Hola.
—¿Nos vamos?
Él asintió.
El camino fue algo silencioso.
—Tae, ¿vamos a tu departamento?
Él volvió a asentir y después no agregó más hasta llegar a su departamento.
Inhala.
—Tae.
—Mh.
—Tengo ganas de preparar un poco de... pasta.
—Mh. Vale, creo que tengo los ingredientes.
—Quise decir, estofado, sí, eso.
—Pero no tengo los ingredientes.
—¿Sí? Pues ve a comprarlos por favor, yo buscaré todo lo demás aquí.
Él lucía poco convencido pero al final fue a buscar los ingredientes y en
cuanto escuché el sonido de la puerta cerrándose, corrí de inmediato hacia
su habitación. A diferencia de toda la casa, su habitación es más interesante,
empezando por sus pósters de hard rock y terminando por sus pantuflas con
rostro de mono.
Mis manos sudaban y tomé aire antes de revisar en su closet. Lo había
encontrado, tomé una camisa suya y la dejé reposando sobre su cama,
mientras comenzaba a desnudarme.
¿Realmente esto iba a funcionar? Jin hyung estaba seguro de que sí, pero en
realidad... lo dudo.
En cuanto me quedé sólo con el bóxer, bastante ajustado por cierto, me
puse la camisa de Taehyung y sonreí como un idiota porque olía a él.
Ordené mi ropa y la dejé en un pequeño rincón y corrí hacia la cocina para
preparar todo, Taehyung llegaría en cualquier momento.
La cerradura sonó.
No pensé que sería tan rápido.
Mi corazón comenzó a acelerarse.
—Jungkook...
Volteé para mirarlo y él estaba estático, admirando mis piernas y el resto.
—Amor.
—...
Él parecía esperar una respuesta, sin haber hecho una pregunta.
—Oh, sentí mucho calor y me puse algo más fresco, no te molesta que haya
usado tu camisa, ¿verdad?
Él no dijo nada, dejó las cosas sobre el comedor y dirigió sus pasos hacia la
sala, mas yo fui más rápido y le detuve.
—...
—¿Me ayudas a preparar la cena?
Él asintió.
Le puse a lavar los platos, mientras yo picaba las verduras para la sopa.
Pude sentir su intensa mirada, realmente no sabe cómo disimular.
—¿Te gusta lo que ves?
De inmediato él desvió su mirada y como si no me hubiera escuchado,
continuó lavando los platos. Es entonces que me acerqué hacia él y acaricié
sus brazos con mi dedo índice.
—...
—Tae, estás muy callado.
—No me di cuenta.
—Amor, quítate esos guantes.
Jalé con cuidado de los guantes plásticos que cubrían sus manos y él soltó
un suspiro, tal vez de frustración.
—Jungkook, creo que deberíamos terminar la cena pronto.
—No quiero.
Tomé su diestra y dejé que ésta se deslizara por mi cintura, pero como si de
fuego se tratara él la alejó de inmediato.
—Jungkook, espera.
—Tae... no estamos haciendo nada malo, sólo estamos conociéndonos un
poco más.
—...
Volví a tomar su mano y esta vez dejé que se posara sobre mis muslos. Él
desvió su vista sobre mí piel desnuda y creo que estaba batallando consigo
mismo.
—Amor.
—Jungkook...
Una sonrisa se dibujó en mis labios y apoyé mis codos sobre el lavaplatos,
haciendo a un lado los guantes que le había quitado un poco antes y dejando
que mi trasero se luciera ante él.
Por dentro gritaba miles de cosas y me moría de miedo, pero por fuera, una
increíble confianza florecia.
Mi diestra deslizó aquel estúpido bóxer ajustado y dejó que mi entrada fuera
expuesta ante su vista... Taehyung no se había movido ni un centímetro,
probablemente me está mirando con total atención.
—Tae, soy todo tuyo...
—...
Tomé su mano y la dirigí hacia la piel expuesta de mí trasero, forzageó al
comienzo pero al final cedió.
Poco después sus manos se habían posado sobre el lugar y dejaron algunos
pellizcos y apretones.
—Tae... hazme tuyo, fóllame.
—No.
—Tú también lo quieres...
—No, no, no...
Parecía decírselo a sí mismo.
—Tae... cariño, por favor.
El lugar quedó en silencio por varios segundos y estaba dispuesto a
encararlo cuando escuché el sonido del cierre de su pantalón siendo abierto;
mi corazón quería salirse de mi pecho.
Y pronto su glánde había rozado mi entrada y gemí de placer, sin vergüenza.
—Tae... mh.
El movimiento se repitió por varios minutos, y cada uno de ellos me
confirmaba lo duro que Taehyung se había puesto. Vaya que Jin tenía razón.
Sus manos tomaron mi cintura y lo oí jadear, con esa voz a profunda y sexy
se carga.
—Fóllame...
—Cierra las piernas.
—¿Qué?
—Hazlo.
No entendía su punto, pero había obedecido y sentí de inmediato la
intromisión de su pene entre mis muslos. Me sentí algo confundido, pero en
el momento en que comenzó a penetrar la zona con tanta firmeza, grité su
nombre.
Era una tortura porque la extensión de su pene rozaba mi entrada, mientras
embestia con fuerza la abertura entre mis muslos.
No lo iba a negar, era jodidamente excitante y mi miembro empezaba a soltar
gotitas de semen.
—Penétrame... T-Tae...
Él parecía no escuchar.
Estuvimos en la misma posición durante veinte minutos más, hasta que se
corrió... haciéndolo sobre mi entrada.
No quería mirarlo, me sentía muy avergonzado, pero triunfante.
—Lo siento...
—¿Qué? No... ambos lo disfrutamos.
—Jungkook, no debí.
—Sí debiste, soy tu novio y yo me moría por sentirte más cerca.
Él soltó un suspiro.
—Quédate a dormir esta noche...
—Lo haré mi amor, claro que lo haré.
Claro que sí.
15.
Verlo dormir es lo más hermoso del mundo. sus labios están entreabiertos y
su respiración es calmada, creo que es el único momento en donde se deja
ser... y no tiene esa expresión neutral que he empezado a odiar, aunque
luzca jodidamente guapo de esa manera.
Se está removiendo un poco mientras yo sonrío como un tonto al verlo así.
Su mano recorrió recorrió mi brazo, como intentando adivinar qué es lo que
está a su lado.
—Despierta dormilón.
—...
—¡Tae!
Él abrió sus ojos y me observó con atención. ¿Es que acaso no recuerda que
ayer me pidió que me quedara?
—Jungkook.
Su vista se posó sobre mis hombros desnudos. Ayer me quité su camisa
cuando él se quedó profundamente dormido y es divertido, porque lo siento
algo tímido.
—¿Descansaste bien?
—Deberías vestirte...
—No quiero.
Jalé un poco de las sabanas y cubrí mi cintura con ellas, para luego
levantarme.
—Jungkook, estás muy infantil.
—Jinkiik, istís miy infintil.
Yo moría de risa y él solo negaba con la cabeza.
—Deja de jugar.
—Diji di jigir.
Corrí hacia la cocina para preparar un poco de café. Sé a la perfección que a
él le encanta el café, sin azúcar y muy espeso.
Supuse que Taehyung estaría tomando un baño y me arrepentí mentalmente
porque debí haberlo hecho primero, así no estaría sufriendo como un tonto
sosteniendo a las sabanas sobre mi cintura e intentando que el café quede a
la perfección.
Pero todo era aceptable pues Day6 está sonando en la radio.
Me dispuse a ir en busca de Taehyung, pero lo encontré en la puerta de la
cocina, mirándome con atención.
—Taehyung...
—Deberías vestirte.
Taehyung desvió la mirada hacia el café y decidió probarlo sin agregar nada
más.
—Tae... ¿acaso vives solo?
—Es una pregunta muy obvia.
—Entonces lo haces...
—Antes vivía con mi padre, pero él consiguió novia y se fue con ella, desde
entonces no sé nada de él.
—¿Y tu mamá?
—Pues... a ella le va muy bien con su nueva familia, me envía dinero cada
que puede hacerlo, le debe ir bien porque el monto no es broma.
Me sentí tonto por haberlo preguntado, y yo quejándome por las cosas que
hace mi madre.
—Lo siento, en verdad.
—No eres tú quien tiene que sentirlo.
—Tae...
—¿Y tu madre sabe que estás aquí?
Le había dicho que me quedaría con Jin hyung para terminar de hacer un
trabajo, probablemente cuando llegue estaré castigado, pero todo valió la
pena.
—Claro, cariño, claro.
16.
Sus ojos se posan en mi cintura mientras toma sorbo a sorbo su café, lo sé
porque le he estado observando de reojo. Es tonto fingir que ordeno los
platos, pues con un solo brazo libre no se puede hacer nada. ¿Y si dejo que
mi diestra suelte las sabanas que cubren mi desnudez?
—¿Tae?
—Deberías ir a vestirte.
—¿En serio quieres eso?
—Sí.
Me acerqué hacia su lugar y él intentó no mirarme, pero le era imposible,
porque me había sentado sobre su regazo y dejé que las sabanas cayeran al
piso.
Me sentí algo confiado cuando él desvió su mirada hacia otro lugar menos
interesante, pero tomé de su mentón para dirigirlo hacia al frente. Sus ojos
hicieron conexión con los míos y entonces lo besé, se sintió igual que antes,
él no respondió, pero sus manos se posaron sobre mi cintura y las yemas de
sus dedos acariciaron mi piel.
Tomé las sabanas y decidí ir a vestirme. Ya era hora de irme a casa. Tengo el
corazón algo triste, pero todo necesita su tiempo.
Taehyung necesita su tiempo.
—Jungkook.
—¿Qué?
—¿Puedes irte a casa solo? Tengo clases y no puedo faltar.
Oh.
—Claro.
—Bueno, cierra bien antes de irte.
Él se fue y yo me quedé algunos minutos más.
Algo se ha roto, pero también algo ha mejorado.
Mañana cumplimos oficialmente 4 semanas juntos. Es lo máximo que alguien
llegó siendo pareja de Taehyung, ¿he roto un record?
17.
Taehyung está sentado junto a sus amigos. Sólo conozco a Namjoon porque
Jin hyung me digo que traen algo de onda, pero a los demás, realmente no
los conozco.
Entonces me acerco hacia su mesa, todos están comiendo hamburguesas y
Taehyung se ve algo algo más animado, aunque no tenga ni una jodida
expresión.
—Tae.
Creo que lo dije muy fuerte porque todos se quedaron callados y posaron su
mirada en mí.
Taehyung me observó con atención.
—Hola.
—¿Puedo... sentarme?
Él no dijo nada, pero un muchacho de sonrisa tierna me jaló de la mano y me
permitió que me sentara junto a ellos.
—Claro, siéntate. ¿Cuál es tu nombre?
Me sentí algo extraño porque... Taehyung y yo llevamos casi un mes juntos y
es casi tonto que sus amigos no sepan de mi existencia.
Namjoon observaba interrogante a mi novio.
—Soy... Jungkook.
El muchacho me miró con cara de: "?"
—Ah, yo soy Jimin.
—Mucho gusto.
—Yo te conozco, Jin no para de hablar de ti.
Namjoon se veía muy amable, supongo que por algo le gusta a Jin.
—Oh sí...
—¿Y qué buscas de nosotros? —Preguntó Jimin y me quedé estupefacto.
Namjoon tenía una expresión de face palm increíble.
—Jimin, Jungkook es el novio de Taehyung.
Taehyung estaba quieto, mirando a Jimin con atención, incluso parecía no
parpadear.
—¿En serio? Taehyung nunca nos ha hablado de ti.
Jimin esbozó una sonrisa y Namjoon dejó caer su cajita de papafritas sobre
la mesa.
Más tarde, me levanté de la mesa agregando que tenía una clase.
Tal vez Taehyung se avergüenza de mí y es por eso que no le ha contado a
sus amigos acerca de mi existencia.
18.
Hice una cita con Taehyung.
No hemos hablado mucho durante varios días, así que organicé una cita para
poder salir juntos, la verdad, y a pesar de todo, es que yo lo necesito en mi
vida.
Y bueno, estamos aquí. Taehyung luce muy guapo con una chaqueta de
cuero. Tomé su mano con cuidado, como siempre él no sujetó la mía.
—Entonces Jin hyung se compró unos audífonos de un sonido asombroso.
—Oh.
—Pero Namjoon le regaló el mismo día en que lo compró, los mismos
audífonos, la diferencia está en que los que le regaló Namjoon eran de color
rosa.
—Ajá.
—Y el que Jin quería era el rosa, y le dijeron en la tienda que poco antes una
persona ya se lo había y que solo los tenían en blanco, así que Jin hyung se
tuvo que comprarse esos, ¿y adivina qué?
—Namjoon le regaló los de color rosa, ya lo dijiste.
—Pues sí, pero no es eso. Jin adora el regalo de Namjoon así que decidió
darme los blancos a mí, qué suerte, ¿no?
—Ajá.
Después de eso nadie dijo más. Nos quedamos en silencio mientras
cruzábamos el parque que está cerca de su departamento.
Y vi problemas, porque para mí, un problema es el grupo de muchachos con
aire de delincuentes que posaron su vista sobre nosotros. Decidimos no
prestarles atención y continuar con nuestro recorrido, pero nos dimos cuenta
que uno de ellos nos estaba siguiendo. Se notada perfectamente que estaba
ebrio porque sus pasos no eran firmes.
—Oye, ricura, ¿acaso eres chica?
Le oí decir y yo me asusté un poco.
Era un estúpido total.
Taehyung miraba al frente sin siquiera voltear.
—Ese culo sí que lo cogería.
Y yo ya estaba molesto. ¿Es que acaso Taehyung no pensaba decir nada?
—Aléjate, estúpido.
—El estúpido es el monigote que traes al lado.
No, en definitiva, Taehyung no pensaba decir nada.
—Taehyung.
Él me miró y luego dirigió su mirada otra vez al frente.
Decidí no decir nada más y apresurar un poco el paso, entonces me di
cuenta que el ebrio se había ido del lado de Taehyung y empezó a
molestarlo.
—¿Y tú qué? ¿No hablas?
—...
No, Taehyung no habla.
—Mamón, me voy a coger a tu novio.
¿Cómo se atrevía ese idiota a decir eso y cómo se atrevía ese idiota de
Taehyung a no decir nada?
El asqueroso estúpido ebrio delincuente se vino hacia mi lado y en verdad,
quería encontrar a un policía. Esto ya me estaba asustando.
—Ricura.
El ebrio apretó mi trasero con una mano y yo solté un gritito nada masculino.
Estaba aterrado.
Quería aferrarme a Taehyung, mientras observaba la sonrisa de satisfacción
de ese infeliz. Entonces sólo pude ver a Taehyung acercándose al ebrio para
proporcionarle un puñetazo que... lo juro, sonó muy fuerte y que muy
probablemente le dejó bastante aturdido porque no se levantaba del piso.
Taehyung se acercó hacia mí, tomó mi mano y siguió el camino hacia su
departamento.
Y yo estaba asombrado, realmente asombrado.
No pude decir nada.
Está mal decirlo, pero Taehyung me defendió como todo un hombre al final,
¡qué emoción!
19.
—No me duele.
—Claro que sí amor, tus nudillos están muy rojos.
—No.
—Que sí.
Puse una bolsa de hielo sobre su diestra. Sus nudillos estaban bastante
rojos, yo creo que se está haciendo al valiente con esa actitud. Sé que le está
doliendo, aunque su cara no muestre ninguna expresión.
—...
—Tae, gracias...
—...
—Realmente estaba muy asustado cuando hizo eso.
—Querías que te defienda, ¿verdad?
—Tae. En un comienzo sí por las cosas tontas que dijo, pero si eso te pone
en riesgo ni pensarlo. Mira cómo está tu mano.
—Mi mano no tiene nada.
Quité el hielo de su mano, sus nudillos habían perdido el hinchazón que se
estaba mostrando y dejé un pequeño beso por la zona.
—Eres mi héroe.
Taehyung no dijo más nada después, sólo me miró.
Me pregunto qué tanto pasa por su cabeza.
Y había pasado media hora, decidimos poner la tele, no había nada
interesante, pero Bob esponja está bien.
—Tae.
¿Qué pasaría si...?
—Mh.
—Me excitó mucho que golpearas a ese tipo.
Taehyung me miró con atención.
—...
—Es decir, fue algo muy masculino y me encantó. Sabes que sólo tú puedes
tocarme...
—...
Me está molestando un poco que no diga nada en este tipo de situaciones.
—Tae... ¿hacemos cositas traviesas esta noche?
Jamás, nunca, me comportaría de la manera en la que lo hago con Taehyung
con otro novio, nunca lo he hecho, y creo que nunca más lo haré. Taehyung
es especial para mí... supongo que después de todo esto, me he enamorado.
—Tengo que estudiar para un examen, así que te rogaría que vuelvas a casa
a descansar.
Oh.
Rayos.
—Bien...
Me dirigí hacia la puerta y antes de salir eché una última vista a Taehyung.
Él parecía pensar en algo.
Está claro que yo no le gusto, pero creo que él necesita más tiempo.
Más tiempo...
Y me fui.
Estúpido día.
20.
Hoy es mi cumpleaños, oficialmente cumplo 19 y qué mejor manera de
celebrarlo que con Taehyung.
Es por eso que compré todos los ingredientes para hacer un pastel que
pudiéramos disfrutar los dos, y debido a que mi mamá saldrá de viaje tengo
prohibido utilizar el horno de la casa tendré que hacerlo en el departamento
de Taehyung, lo que no sabe es que Jin hyung me ha enseñado todo sobre
pasteles y que incluso me salen mejor que a ella.
—No sabía que era tu cumpleaños.
—Ahora ya lo sabes.
Dejé todos los ingredientes sobre su comedor y comencé a buscar los
utensilios necesarios.
—¿Tienes que preparar tu pastel aquí?
—Claro. Amor, tienes que ayudarme y sé que no tienes regalo, así no tienes
salida.
—No tengo esas cosas que sirven para hacer pasteles.
—Yo las traje.
—...
Taehyung no podía oponerse así que pusimos manos a la obra.
—Bien, quiero que dividas los huevos.
Taehyung se quedó estático, mirándome.
—...
—Los huevos de la gallina.
Yo estaba muriendo de risa y él comenzó a romper los huevos. Dios, él no
tiene idea de lo que está haciendo y ya echó a perder un huevo.
—Es imposible.
—No, solo partes la mitad no hasta el extremo de partir el huevo, luego...
Taehyung ya echó a perder otro huevo. Su piso lamenta su torpeza.
Al final yo dividí los huevos. Por alguna tonta razón nos llevó más tiempo de
lo esperado, pero fue una tarde divertida para mí, solo porque él estaba
conmigo, su compañía es el mejor regalo del mundo.
—Ahora bate los huevos.
—...
—¿Tienes una batidora?
—Sí, pero no sirve.
—¿Tienes una manual?
—Y... no.
—Creo que yo la traje.
Extrañamente tenía una conmigo así que se la extendí.
—...
—Sirven para batir, tienes que hacerlo en círculos.
—...
—Yo sé que entiendes, Tae.
Taehyung soltó un suspiro y comenzó a batir, pero realmente no servía para
eso.
—No pasa nada.
—Es que te tardaste mucho, y además creo que miraste la crema.
—¿Qué?
—Mi abuela decía que si mirabas a la crema, ella no crecería.
—Eso no tiene sentido, es tonto.
—¿Y por qué no veo la crema ahí?
Volvimos a empezar con el asunto de los huevos.
Su camisa se manchó con la clara.
—Tendré que taparte los ojos.
—Jungkook, no.
—Taehyung, sí.
Tapé sus ojos con una bufanda y él comenzó a batir. Estaba haciendo hasta
lo imposible para no reír, pero esto es lo más tonto que hemos echo,
después de conocernos.
Estuvo ahí como 15 minutos batiendo. Me dio muchísima ternura.
Y no aguanté más, reí a carcajadas.
—...
—El señor filósofo no le encuentra el sentido a los huevos.
—Me has mentido.
—Un poco.
Mi abuela sí decía que no había que observar a la crema directamente, pero
no decía que debíamos cubrirnos los ojos.
Decidí quitarle la bufanda de los ojos y observé el batido, extrañamente había
funcionado, la crema tenía picos firmes y estaba en su punto.
Estábamos asombrados.
—La crema levantó... ha de ser porque estás tan bueno que ni ella pudo
resistirse.
Todo el asunto era muy gracioso.
Hasta que escuché algo maravilloso, Taehyung había reído, creo que por dos
segundos, pero vaya dos magníficos segundos, alcancé a ver su rostro, sus
labios formaron una sonrisa preciosa, rectangular y brillante.
El corazón se me quería salir del pecho.
Taehyung avanzó hacia la preparación e integró la crema con lo demás
dando por finalizada la preparación.
No pude contenerme, ataqué sus labios con un beso salvaje. Amo a
Taehyung con todas mis fuerzas, hoy lo he confirmado.
Nos miramos sin decir nada. Pero sus ojos me dijeron algo, no entendí qué
pero lo hicieron y me dieron una esperanza.
Esa noche compartimos el pastel, nos había salido muy bien a pesar de todo.
—Jungkook.
—¿Cariño?
—Dentro de dos días tengo la presentación de una investigación realizada
con mis amigos, ¿gustas venir?
Y cuando pensaba que mi corazón no podía ir más rápido, él viene y me
pregunta eso.
—Tenlo por seguro.
Él asintió.
Es la mejor fiesta de cumpleaños de mi vida.
21.
Extraño a Taehyung y nos vimos a penas ayer.
Jeon Jungkook:
Los pasteles de chocolate son mis favoritos, el de ayer nos salió super
delicioso, tenemos que volver a hacerlo.
Jeon Jungkook:
Adoro pasar tiempo contigo, pero esta mañana solo te vi un ratito. Sé que
estás ocupado con todo eso de tu presentación, sin embargo quiero verte.
Jeon Jungkook:
Te extraño, me haces falta.
Taehyung se conectó y leyó los mensajes pero no los respondió. Realmente
debe estar ocupado.
Jeon Jungkook:
Taehyung, llevamos como cinco semanas juntos pero se siente como si fuera
toda la vida. Tal vez eras tú esa persona que he esperado toda la vida, es por
eso que hoy me atrevo a decir con toda la seguridad del mundo que... te
amo.
Mis mejillas se pintaron de rosa y él había leído ese mensaje, mas nunca
respondió, aunque esperé toda la tarde y él se conectaba a veces, nunca lo
hizo.
¿Fue adecuado decírselo así?
Jeon Jungkook:
No tienes que responder nada, cariño, es lo que siento y pensé que tenías
que saberlo. Debes estar muy ocupado preparando todo...
Mi corazón dolía, pero tenía que ser valiente.
Mi móvil vibró.
Tae:
La presentación de mañana se suspendió, lo siento.
Fue todo.
Y lloré el resto de la tarde, como un niño tonto, inocente e iluso.
22.
No vi a Taehyung en toda la mañana, me sentí muy mal porque realmente me
hace falta. Ya ha pasado más de media hora y él no aparece en el lugar
donde siempre nos encontramos para irnos juntos.
¿Confesarle mi amor fue tan malo?
Decidí irme, es probable que él quiera estar tranquilo hoy.
—Kookie.
Oh.
—Hyung.
—¿Ya te ibas?
—Sí, hyung.
—Quédate un poco, Namjoon tiene una presentación hoy, luego de que
termine podemos irnos juntos, ¿qué te parece?
La sonrisa en el rostro de Jin era inigualable, así que no pude negarme.
—Claro.
Nos encaminamos hacia la sala de conferencias. Ayer mi hyung me contó
que Namjoon le había propuesto que fuera su novio, él nunca se había
sentido tan feliz al aceptar la proposición. Me siento alegre por hyung, pero
yo... mi situación es totalmente diferente.
Tomamos lugar en el centro. Hablarían sobre temas de filosofía, y pensé en
Taehyung.
¿Qué estaría haciendo?
La proyección comenzó y todos los expositores comenzaron a salir, vi a
Namjoon y entre ellos a Taehyung... Mi corazón comenzó a latir agitado.
Así que ésta era su presentación, no se había suspendido. Entonces en
realidad él no quería verme...
Sus ojos se encontraron con los míos, esa estúpida expresión neutral
continuaba inundando su rostro. Entonces me levanté y decidí irme, Jin me
llamó e intentó detenerme, pero yo ya había salido.
Y comencé a correr...
¿Qué puedo hacer para el chico muro me quiera? ¿Qué?
23.
Ha pasado una semana desde que Taehyung y yo no hablamos, nos vimos
varias veces por algunos pasillos pero él simplemente no se detiene, ni
siquiera me mira...
Decidí varias veces enviarle un mensaje dando por terminada la relación,
pero al final del día he descartado la idea. Si le he dicho que le amo, es
porque lo hago, más que a nadie y por ese motivo voy a seguir intentando.
—Ahora que estás soltero, sal conmigo.
Solté un suspiro, no tenía ganas para discutir hoy.
—No estoy soltero...
—Es como si siempre lo hubieras estado.
—Tengo novio...
Jackson soltó un carcajada y observé desde lo lejos a Taehyung, junto a sus
amigos, estarían hablando de lo bien que se ve Taehyung sin mí, seguro.
—Sí, porque ahora lo seré yo.
—Cállate, Jack.
—Me dueles.
—Como sea.
—Bien, futuro novio, te veo después.
Jackson se fue, supongo que a alguna clase. Yo ya no tenía nada más qué
hacer y no pensaba quedarme ahí, en el mismo lugar que Taehyung, así que
decidí irme también sin embargo y para mi mala suerte me encontré con
Jimin.
—¡Jungmook!
Ni sabe mi nombre, oh.
—Hola...
—¿Qué haces ahí? Ven.
Quise negarme, pero Jimin ya me tenía del brazo y me había llevado junto a
sus amigos. Taehyung me observaba con atención, como siempre.
Tomé un poco de aire y saludé a todos.
Fue algo incomodo, pero después de algunos minutos, todos sus amigos
nos dejaron solos. Tal vez ya saben todo lo que pasó. Mi corazón late muy
fuerte y creo que estoy sudando.
—Hola...
Mi voz sonó extraña.
—Hola.
—Creo que...
—Lo siento.
Es todo lo que dijo y comenzó a caminar hacia la puerta principal. Yo lo
seguí.
Una sonrisa tonta se dibujó en mis labios, era todo lo que necesitaba para
sentirme mejor.
—Deberíamos ir a casa.
Él asintió.
Nuestros dedos se entrelazaron y nos fuimos caminando. He caído en ese
abismo, llamado Taehyung.
24.
—Comí un poquito.
—¿Qué?
—Un sándwich.
—Voy a pedir una pizza.
—Amor...
—Lo haré.
Taehyung tomó el teléfono y realizó el pedido, en tanto yo dejaba un caminito
de besos sobre su cuello.
Estábamos acurrucados en su sofá, mis brazos se negaban a soltar su torso.
Él luce algo incómodo, pero no ha dicho nada, tal vez porque ésta es su
manera de disculparse y su calorcito... me hace sentir como en casa.
—Sabes que no me gusta la piña...
—No la tendrá.
—Vale, gracias.
Taehyung está viendo un documental del sentido de las cosas y lo teóricos
no se ponen de acuerdo en nada.
Mordí la zona con algo de fuerza y se estremeció.
—¿No me vas a echar?
—¿Por qué tendría que hacerlo?
—Bueno... siempre que tengo algo más de intimidad contigo, me echas.
—...
—Quiero chupártela.
Taehyung de inmediato giró su cabeza en dirección mía, su rostro no tiene
expresión pero sé que está sorprendido.
—...
—Quiero probar tu sabor... papi.
Él no decía nada y no pestañaba. Comencé a reír y besé su nariz.
—Estoy jugando.
Taehyung dirigió su atención a la televisión y soltó un suspiro, creo que de
alivio.
La verdad es que realmente quiero hacérselo, pero aún es muy pronto,
bueno, tal vez no tanto.
25.
—¡Te juro que lo vi!
—Es imposible, esta casa es impecable.
—Sí, pero pudo entrar de cualquier lado, Taehyung.
—Pero yo no lo veo, estás confundido.
—¡No! Debe estar oculto.
Vi un ratón.
Es estúpido, lo sé, pero me dio mucho miedo, así que es por eso que estoy
sobre una silla, rogando por mi vida, junto a un Taehyung cansado, sujetando
una escoba y buscando inútilmente a un ratón que desapareció.
—Pues no está, ahora bájate de ahí.
—No quiero, sé que está esperando a que yo baje para comerme.
—Jungkook, bájate o tendré que bajarte.
Uy.
—Bájame.
Taehyung abrazó mis cintura y me bajó de la silla. Hasta ese momento ya
había olvidado totalmente a ese hermoso ratón que hizo que Taehyung me
tomara en brazos.
—Jungkook.
—Taehyung, te amo.
Lo dije sin pensar, creo que lo sentí. Él se alejó un poco y vi aquel muro otra
vez...
—Tengo que estudiar, vete por favor.
—Claro.
Claro...
26.
Hoy me puse el pantalón más apretado que encontré, seguramente dos tallas
menor a la usual y un combinado blanco, que dejaba expuestas mis
clavículas. Era claro que varios chicos comenzaron a molestarme, incluyendo
a Jackson, sin embargo todo esto es para Taehyung.
—Hola amor.
Taehyung levantó la vista para mirarme y me detalló de arriba para abajo, era
justo lo que quería conseguir, bueno, algo así.
—Hola.
—¿Qué lees?
—Pues... Misery.
—Veo que te animaste a hacerlo.
—Me animaste a hacerlo.
Él continuó leyendo su libro y su aclaré mi garganta.
—Tae, ¿me acompañas al baño?
Taehyung me miró.
Lo sé, sonaba extraño.
—¿No puedes ir solo?
—No es eso, es que quiero decirte algo muy privado.
Él parecía pensarlo y al final me acompañó.
Hoy usé más pasta dental de lo usual...
Llegamos al baño, me aseguré de que no hubiera nadie y cerré la puerta.
—Si fuera chica, debería estar gritando y pidiendo auxilio como loca.
Solté algunas risitas y abracé su cuello.
—No es para tanto.
Repartí besos en varios lugares de su rostro, esperando por una sonrisa,
pero jamás llegó.
—¿Qué querías decirme?
—Bueno que... mi mamá viajará una semana y estaré solito, duerme
conmigo.
—No.
—¿No quieres o no puedes?
—Ambos.
Taehyung se alejó de mí y empezó a abrir la cerradura.
—¿Sabes por lo menos qué fecha es hoy?
—...
—Hoy cumplimos 6 semanas juntos.
Aunque es como si nunca estuviéramos juntos.
—Te felicito.
Taehyung salió del lugar y yo comencé a llorar de rabia y tristeza.
¿Por qué maldita sea tuve que elegirlo a él? ¿Por qué?
27.
Lo odio, tengo unas ganas inmensas de jalarle los cabellos y alejarlo de
Taehyung.
—Si las miradas mataran...
—Yoongi, ¿ya viste cómo ese estúpido mira a Taehyung? Está muy cerca de
él.
—Estás celoso.
—Lo estoy.
Mis uñas se clavaron sobre la mesa.
Minwoo es un chico nuevo de intercambio, en poco tiempo se volvió uno de
los chicos más populares porque es bastante apuesto y además tiene dinero.
Sé que le gusta mucho Taehyung y que le gusta tenerlo todo... y eso no se lo
voy a permitir.
Las cosas entre mi novio y yo no están bien, pero tengo que continuar
luchando. Taehyung parece disfrutar de su compañía, lo sé porque se le ve
un poco más hablador y eso solo lo hace cuando algo le agrada.
—Ya deja de mirarlo, nos estás asustando Jungkook.
Yoongi estaba divertido con la situación mientras Jin se veía preocupado.
El estúpido de Minwoo acaba de levantarse y se despidió muy
cariñosamente de Tae y me sacó la lengua. Me quedé con la boca abierta,
¡ese estúpido me quería quitar a mi hombre!
—Pelea de gatas.
Yoongi estaba matándose de risa y Jin golpeó su frente.
Me levanté de golpe y me dirigí hacia la mesa de Taehyung.
—Así que ya estás buscando nueva pareja
—¿Qué?
—Ese estúpido niño quiere alejarte de mi lado, cuando él se despidió de ti se
burló de mí.
—¿Nos estabas espiando?
¿Es eso lo que le importa?
—Toda la universidad lo vio.
—Jungkook escucha, Minwoo es amigo mío por favor deja de ser tan
paranoico.
—Yo soy tu novio, y no soy paranoico. Tienes que creerme.
—No lo haré.
—Ah, ¿no? Entonces cuéntame de qué hablaban.
—Gayo.
—¿Acaso...
—Él es un chico muy culto, Jungkook.
¿Y los cultos son su tipo?
—Y yo soy el ignorante.
—Eres mi novio.
Really?
28.
Siempre es Jin quien me acompaña a comprar ropa, porque tiene buenos
gustos y me compra helado, pero tenia una cita con Namjoon así que no
pudo venir. Es por eso que tuve que venir con Taehyung que ha estado
callado todo el camino.
—¿Qué opinas de este pantalón?
El centro comercial lucía vacío.
—No lo sé.
Tomé un conjunto de pantalones que me parecieron lindos, un par de
camisetas y una que otra ropa interior, es que es Jin quien siempre la elige y
acerta a mi talla.
No me culpen.
Nos dirigimos hacia los vestidores.
—Espérame aquí por favor, no tardaré mucho.
Ingresé al vestidor y vaya que era pequeño, sólo cabía una persona. Decidí
no usar el seguro que se veía muy oxidado porque Taehyung me protegería
desde afuera.
Seguro.
Y comencé a desvestirme, el clima estaba agradable así que no tuve
problemas. Solo deseaba que Taehyung pudiera estar ahí, a mí lado.
Entonces escuché un chillido extraño y me perdí en cuanto observé a
Taehyung entrar al vestidor. Algunos ladridos se pudieron escuchar desde
afuera.
Taehyung cerró la puerta con el seguro y gritaba frases para que aquel perro
se fuera.
Mis mejillas comenzaron a arder. Taehyung y yo estábamos jodidamente
apretados en aquel lugar, yo totalmente desnudo y empotrado en la pared, él
clavando su entrepierna en mi trasero mientras inútilmente le gritaba al perro,
¿es que acaso no se daba cuenta de la situación?
—Jodida criatura.
—T-Tae...
El silencio se apoderó del lugar, y mi corazón latía alocado. Sus manos
tocaron mis nalgas, detallándolas con gentiles toques y sus labios se
posaron en mi cuello.
Yo estaba derritiendome, literal, porque mi pene comenzaba a gotear.
Sus dientes se internaron en mi piel, no fue nada doloroso, por lo contrario,
fue placentero, su diestra plantó una nalgada sobre mi piel mientras que la
contraria pellizcaba la zona.
—Mh.
—Sí, Tae...
Uno de sus dedos se deslizó hacia mi entrada y yo ya estaba jadeando. Rozó
la zona varias veces, tantas que sentí el bulto duro entre sus pantalones.
—Kookie.
—¡Ah, sí!
El perro volvió a ladrar. No se había ido.
Y Taehyung se alejó de pronto, escuché su respiración irregular y me di la
vuelta para mirarlo. Me moría de vergüenza.
—Vístete.
—Yo... necesito que salgas, amor.
—¿Qué? No.
No es posible que Taehyung le tenga miedo a un perro. Me dio la espalda y
se apegó a un rincón. Aún así continuabamos rozandonos debido al pequeño
espacio.
Yo disfrutaba hacerlo porque sé perfectamente que hay una erección entre
sus pantalones, que necesita atención.
Finalmente cuando me probé todo, decidí llevarme la mitad. Fui yo el que
salió primero, acaricié al pequeño cachorro que tanto había atemorizado a
Tae y realmente era lindo. Taehyung salió del vestidor y de inmediato el perro
comenzó a ladrar.
—Mejor ve a pagar, yo voy a detener a la bestia.
La situación era divertida. Taehyung fue a pagar y mis mejillas se volvieron a
encender recordando lo que había pasado hace algunos momentos entre
Taehyung y yo en el vestidor.
29.
—Este será su último día juntos.
¿Y ese estúpido qué se creía?
—No sé si estás loco o muy estúpido, pero Taehyung y yo nos amamos,
nunca nos vas a separar.
Quiero creer.
—Ah, ¿sí? ¿Y por qué no actúa como tú novio?
—Él actúa como mi novio, ya dejame en paz Minwoo.
—Lo dijiste bien, "actúa"
Minwoo se fue por el pasillo y mi corazón comenzó a romperse. ¿Por qué
tenía que ser así? Taehyung tampoco ayuda en nada.
Caminé despacio mientras los demás corrían a sus clases. No habían pasado
ni cinco minutos y me encontré a Taehyung junto a Minwoo. Ambos estaban
muy cerca y yo ya no soporte más.
—Minwoo.
El nombrado se giró a mirarme y esbozó una sonrisa fingida.
—Hola, querido.
—Ya hablamos de esto, aléjate de Taehyung.
Minwoo se hizo al ofendido.
—Jungkook ya detente.
Taehyung había salido a defenderlo.
—Bien, elige, ¿él o yo?
—Jungkook no estás actuando de...
—¿Él o yo?
Taehyung me miró, no tenía una expresión en la cara, pero sé que estaba
molesto. Se fue sin decir más y Minwoo corrió a su encuentro.
Vale, él había decidido.
30.
Ahí estaba Minwoo junto a uno de sus amigos, parecían reírse de algo
divertido y me acerqué con cautela. Ellos charlaban tranquilamente sobre las
graderías y yo me oculte debajo de ellas, el espacio era reducido pero podía
escuchar todo a la perfección.
—Es lo que le dije la primera vez y le encantó.
—Taehyung es un chico inteligente dudo que no se haya dado cuenta,
Minwoo.
¿De qué?
—Es que no le estaba mintiendo, es fácil, tomé un libro de generalidades
sobre filosofía, le lancé uno que otro tema y puse mi punto de vista según el
libro, y él pensó que soy culto.
Ya me lo imaginaba, alguien así no podía tener cerebro.
—¿Y leíste todo ese aburrido libro?
—Algunas partes, pero más hablamos de historia, no es tan difícil.
—¿Han tenido un avance?
—Sí, logré que me invitara a su departamento hoy.
—¿Irás al departamento del chico muro? No me digas que van a joder
porque ese chico no tiene sangre que le llegue al pene.
La rabia comenzaba a inundarme lentamente. ¿De qué estaban hablando?
—La tiene, Taehyung es ardiente y esta tarde vamos a follar.
—¿Te lo propuso? ¿No que tenía novio?
—Lo tiene, pero en realidad es como si no lo tuviera. Y pues... no me lo
propuso pero es un hombre y ninguno se ha resistido a mí.
Yo estaba comenzando a salir del escondite para darles una paliza pero ellos
se fueron antes, para su fortuna. Tenía muchas cosas en la cabeza que aún
estaba procesando.
Ese día busqué a Taehyung y no lo encontré. Le esperé por más de una hora
en el lugar habitual y nunca llegó. Fue Namjoon quien me dijo que lo vio irse
junto a Minwoo hace hora y media. Tomé mis cosas y me dirigí hacia su
departamento.
Si Minwoo cumpliría con lo que se propuso, les cortaría los huevos a ambos.
Esta tarde correrá sangre.
31.
Toqué el timbre varias veces y nadie abría. Estaba dispuesto a irme pero la
cerradura sonó.
Un Taehyung un totalmente despeinado, con la camisa abierta y húmeda me
recibió. Él no dijo nada cuando me vio, sino cuando observé el lugar y divisé
a Minwoo sobre el sofá, sin nada encima.
Mi corazón es agitó y comenzó a doler. Ellos lo estaban haciendo...
—No es lo que tú crees.
Yo no creo nada, lo estoy confirmando.
Ingresé a su departamento para encarar a esa zorra.
—Esto es lo que planeabas, cabrón. Yo siempre supe de tus planes, zorra.
Minwoo actuaba muy bien, su rostro mostraba confusión. Taehyung se
aproximó a nosotros. No puedo creer que sean tan cínicos. Y como siempre
mi "novio" salió en su defensa.
—Estás malinterpretando las cosas, él y yo no...
Minwoo me había sacado el dedo del medio mientras se reía a espaldas de
Taehyung.
—¡Maldita zorra!
Iba a golpear a Minwoo, pero Taehyung me sostuvo.
—No te atrevas a hacerlo.
—Y lo defiendes, Taehyung, él tenía planeado todo esto, ¿o qué? ¿Tú
querías cogertelo? Era eso...
—¡No!
Minwoo estaba divertido mirando la escena.
Una de mis manos se liberó del agarre y decidí atacar a Minwoo, ya estaba
muy enfadado como para soportarlo. Pero Taehyung tomó mi mano con más
fuerza, tanta que me lastimó realmente.
Perdí el equilibrió y caí de rodillas sobre el suelo, ambos me miraban en
silencio; nunca me había sentido tan humillado.
Me levanté como pude, y salí corriendo.
—¡Jungkook!
No quería escuchar nada más.
Sé que mamá no comprendería, así que iría a la casa de Jin.
Esto se terminó.
32.
—Muy bien, hoy le dirás que todo terminó.
Ha pasado una semana desde lo ocurrido. He faltado a las clases, no me
sentía preparado para afrontarlo.
No me llamó, no me buscó, no preguntó por mí, no me envió ningún
mensaje. Pero lo pensé, no iba a rendirme con él, no todavía.
—Jin hyung...
—Es mejor para ti, si quieres yo estaré contigo mientras se lo dices.
—No quiero terminar con él.
—Kookie...
—Por favor hyung, déjame luchar un poco más, no será mucho, por favor...
Jin despeinó mis cabellos.
—No tienes que pedirmelo, bebé. Pero Taehyung te está lastimando.
—No lo hará más.
Jin soltó un suspiro. Tanto él y como yo sabíamos que las cosas no iban a
cambiar, pero no dijimos nada, porque teníamos una esperanza.
—No puedo perder más clases.
Jin y yo nos hicimos compañía por la mañana, pero debido a que él tenía
algunas clases extracurriculares yo me quedé solo en la cafetería.
Y Taehyung apareció. Se sentó a cuatro metros de mi mesa, sus ojos se
posaron sobre los míos, y yo decidí enfocarme en mi teléfono. Pero lo sentía,
su mirada estaba posada sobre mí.
Entonces se levantó y se sentó en mí mesa. No dijo nada, seguro esperaba a
que yo dijera algo, pero no fue así...
Él sacó uno de sus libros y se puso a leer. Mis mejillas estaban rojas y
empecé a ponerme nervioso.
Sus dedos empujaron una hoja pequeña hacia mi lado. Tomé un poco de aire
y la leí.
"Tus ojos son muy bonitos, me recuerdan al atardecer. A mí me gusta
admirarlos, a él y a ti... tal vez tú no quieras hablarme, pero tus ojos me han
dicho que quieren admirar el atardecer hoy. No les niegues hacerlo, ¿vale?
-KTH"
Taehyung se había marchado y yo sonreí por primera vez en la semana. Hoy
Taehyung y yo tenemos una cita para ver el atardecer.
33.
Faltaba como media hora para el atardecer, aunque el cielo tenía algunos
tintes naranjas. Taehyung y yo estábamos acostados sobre el pasto del patio
trasero de una escuela abandonada, un árbol amable nos protegía de los
últimos rayos del sol.
El lugar se sentía tranquilo.
—Entonces lo hizo...
—Sí, tenías razón.
Minwoo siempre fue una zorra.
—Te lo dije.
—Debí escucharte, pero ya era muy tarde, él apareció desnudo sobre mi
cama.
—De cualquier manera no es nada nuevo entre ustedes...
—No, eso no. Nunca pasó nada entre nosotros.
—¿Y qué es lo que vi en tu departamento? ¿Estaban lavando la ropa? No
nací ayer.
Un tono rosa comenzó a unirse con los tintes naranjas del cielo. El atardecer
está cerca.
—Jungkook. Estábamos tomando café y él derramó la taza sobre su camisa,
intenté ayudarle pero él mojó mi chaqueta con el resto de la taza. No sabía
cuál era su intención. Él se quitó la ropa y yo tuve que quitarme la chaqueta y
bueno... por mi estúpida amabilidad puse su ropa en la lavadora. No es nada
que no pueda pasar de pronto...
Debí suponerlo, escuché a Minwoo ideando el plan para seducir a Taehyung.
—¿Él te gusta?
—Hazme una pregunta que tenga sentido.
—¿Yo te gusto?
—Pregunta algo que se pueda explicar.
¿Qué significa?
El atardecer apareció ante nuestro ojos y nos quedamos en silencio hasta
que el sol desapareció.
—Jungkook...
—¿Mh?
Taehyung luce muy guapo esta noche, como siempre pero hoy... sus ojos
brillan, él se siente diferente.
—¿Eres virgen?
Mi corazón se agitó. ¿Qué acaba de preguntar?
—Sí.
—¿Por qué quieres perderla conmigo?
—Porque te amo.
El silencio volvió a apoderarse del lugar, parecía que él pensaba mucho en
algo y yo sólo podía pensar en él.
Entonces se aproximó hacia mí y comenzó a besarme, fue un beso lento que
terminó siendo salvaje. Nunca me había sentido tan enamorado, tan... tonto
por alguien.
Nos separamos sólo para conectar nuestras miradas. Sus cabellos cubrían
su frente, nunca he tenido a Taehyung tan de cerca.
—Minwoo es tonto, siempre lo supe, nadie en su sano juicio podría creer que
Kant es un pianista.
Y sonrió, por algunos segundos, esa brillante y rectangular sonrisa había
vuelto a salir. Mi corazón gritó su nombre.
34.
—Mh sí, ¡Tae! ¡A-así!
Sus dedos rozaron mi entrada con cautela, y yo con pequeñas caricias ya me
sentía duro y húmedo.
—Calma.
La luna brillaba, el clima había descendido en aquel rincón del colegio, pero
para nosotros no.
—Tae...
—Te estoy faltando el respeto.
—No, claro que no.
Taehyung me había pedido tener un poco de intimidad. Me pidió muy tímida
y educadamente dejarle que me acariciara y no me negué.
Nadie podría vernos, o eso esperaba.
Sus manos se deslizaron por mis muslos, mientras sus labios se posaban
sobre mi cuello. Mi respiración se mostraba irregular al igual que la suya.
—Jungkook, nos pueden ver.
Qué importa.
—¿Deberíamos volver?
—Sí... tu madre debe estar preocupada.
Seguro.
—Vale, vamos.
Nos levantamos del lugar y salimos de ese colegio. Fue algo escalofriante
recorrer esos pasillos, pero Taehyung me daba seguridad, sabía que él me
protegería de todo.
¿Taehyung me quiere? ¿Siente algo por mí?
35.
Toqué su puerta. Mis botas sonaban con el menor movimiento y mi gran
sombrero no dejaba de chocarse contra todo lo que tuviera en frente.
Taehyung abrió, lucía algo dormido y en cuanto me vio se quedó en silencio.
—Son las diez de la mañana y no estás listo.
—¿Listo para qué?
—Hoy es domingo de visita al hogar de niños.
—¿Qué?
—Saca la ropa nueva que no usas. ¿La tienes?
—Pues sí, algunas.
—Perfecto, reúnelas, se nos hace tarde.
—Jungkook...
—Calla y reúnelas.
Taehyung se tardó como media hora en tener todo listo. Mis botas sonaban
exageradamente y mi novio cargó todas las bolsas que traíamos, no sé cómo
lo hizo, pero lo hizo.
La señora Cho nos recibió con una gran sonrisa en el rostro y cuando los
niños me vieron llegar corrieron a darme un abrazo. Se pusieron muy felices
cuando supieron que no sólo había traído ropa, sino también juguetes.
Taehyung y yo repartimos todo con calma. Él no dijo nada en toda la
mañana, como siempre.
Era la hora del almuerzo y todos los niños se fueron. Eso quiere decir que es
hora de que nos vayamos.
La pequeña Hyo se acercó a darme un abrazo y luego se acercó a Taehyung
y besó su mejilla. La señora Cho y yo nos quedamos impactados.
—Gracias por venir Jungkook.
—Déjeme volver al otro mes.
—No puedo, es demasiado para un chico de tu edad, pero estamos muy
agradecidos.
—Señora Cho...
—Los niños te adoran pero es demasiado para ti, reunir todo esto. Así que te
esperaremos en seis meses.
Me sentí un tanto triste, porque yo amaba a esos niños y ellos a mí. Aún así,
volvería, dentro de mucho tiempo, pero lo haría.
Taehyung y yo salimos del hogar para niños y caminamos en silencio rumbo
a casa.
—Taehyung, ¿qué le dijiste a Hyo?
—Nada.
—¿Y por qué te besó la mejilla?
—No lo sé, tal vez porque así son los niños.
—Hyo nunca se acerca a extraños, mucho menos tiene contacto con ellos,
pero contigo fue diferente.
—No lo sabía.
—No importa y ah... gracias por venir.
—No fue nada. En realidad fue algo interesante y muy noble de tu parte.
Mis mejillas se incendiaron.
—¿Tú lo crees?
—Sí. Jungkook, ¿tenias que traer esas botas?
Mis botas seguían sonando gracias a los cascabeles que se movían. Vaya día
divertido y vergonzoso.
36.
Es difícil comenzar el lunes con una sonrisa, porque todo es cansador y
aburrido.
Vi a Taehyung, estaba junto a Jimin, quise hablarles pero la expresión de
Jimin no mostraba algo bueno, parecía que estuviera realmente molesto con
algo y mi novio no se defendía, parecía como si aceptara la culpa de algo.
¿Qué?
Esperé paciente a que terminaran de "hablar". Jimin se fue gritando algunas
cosas que no pude entender ni escuchar con claridad. Taehyung soltó un
suspiro y se dirigió hacia mí, el tonto ni se había dado cuenta que yo estaba
ahí, esperando por él.
—¡Amor!
Taehyung levantó su cabeza para verme. Yo le di un abrazo y besé sus
labios.
—Taehyung yo...
—Vayámonos.
En el camino no dijimos nada, él estaba hundido en sus pensamientos como
siempre, pero se sentía... triste. Yo lo seguí hasta llegar a su departamento
Ingresamos con calma y él se tiró sobre el sofá.
—¿Pasa algo?
—No.
—A ti pasa algo y no quieres decirme.
—No.
Tomé de su brazo y jalé de él, hasta que Taehyung tomara asiento y me
mirara.
—¿No vas a decirme?
—No pasa nada.
Me senté sobre su regazo y besé sus labios. Tenía la impresión de no ser el
momento adecuado, pero yo no lo sé, ni lo entiendo.
Sus ojos me examinaban y mis manos no se detuvieron al recorrer su
camisa, solo cuando deshicieron la unión de sus botones. Siempre he
querido ver su cuerpo, siempre. Él no se opuso, por lo contrario, atrapó mi
cintura entre sus brazos y respondió a mi ansioso beso.
Terminé con su camisa y la arrojé lejos. Nuevos ojos se conectaron por
última vez, y mis labios se separaron de los suyos para poder recorrer su
bien formado torso, el espacio era reducido así que tuve que levantarme de
su regazo para posicionarme sobre mis rodillas el piso. Sus ojos continuaban
posamos en mí, y su silencio me animaba a continuar y lo hice. Mis dedos
deslizaron el cierre de su pantalón y tras de aquel boxer azul que terminé
bajando, hallé una prominente erección.
Mi lengua exploró la extensión con calma, mis manos temblaban al sostener
la base y algunos jadeos de su parte se hicieron audibles. Tomé una
bocanada de aire y metí su miembro en mi boca, la punta de su glande
golpeó mi garganta y mi lengua sentía el palpitar de su venas cada vez más
acelerado. Moví mi cabeza hacia atrás y adelante, dejando ingresar a aquel
extraño en ella y Taehyung tomó mis cabellos con algo de rudeza.
Su cintura de movió hacia adelante y comenzó a penetrar mi cavidad sin
compasión, me resultaba excitante dejar que él tuviera el control a pesar de
que me sentía ahogado. Chillé un par de veces antes de que él gimiera.
—Joder...
Mis uñas se clavaron en sus muslos y absorbí la punta cuando me dejó
tomar un respiro. Nuestros labios se encontraron de nuevo y sus dedos
volvieron a jalar mis cabellos.
—Tae.
—Vete. —Susurró y yo quise morir.
—Por favor no...
—¡Vete!
Me levanté con los pies temblorosos y salí corriendo de su departamento,
con las mejillas empapadas de lagrimas.
37.
Taehyung ha faltado una semana a clases, le he llamado pero él no da signos
de vida.
—¿Cuándo me lo pensabas decir?
—Cuando tuvieras tiempo...
—Soy tu madre, siempre voy a tener tiempo para ti.
—Lo siento...
—No importa. Mira, las parejas siempre tienen problemas, a veces terminan
o continúan, todo es parte de la vida.
Mamá me dejó el desayuno y se despidió de mí dejando un beso en mi
mejilla.
Solté un suspiro, ¿qué hice mal? ¿Qué estás mal conmigo?
Escuché el sonido del timbre. ¿Será posible que mamá se olvidó algo? Me
levanté con calma y abrí la puerta, me sorprendí al observar a Jimin justo ahí,
su mirada no mostraba felicidad.
—Tenemos que hablar.
—¿De qué?
—De Taehyung.
—¿Qué pasa con él?
—Tienes que dejarlo ir, mira, cuando supe que ustedes estaban juntos creí
que sería como sus demás relaciones de dos semanas, no quiero creer que
es algo serio pero la relación que tienen ustedes me está dando miedo...
Mi corazón se aceleró. ¿Qué acaba de decir?
—¿Miedo...?
—Termina con él.
—¡No!
Algunas lagrimas querían escapar.
—Jungkook, te lo digo por tu bien, Taehyung nunca podría llegar a amarte.
—Tú no eres nadie para venir a decirme esto, no te importa lo que tenemos,
yo sé que él... siente algo por mí.
—¿Eso crees? ¿No tienes suficiente con su desprecio?
Él había dado en el clavo.
—C-cállate...
—Jungkook, me agradas y Taehyung es como mi hermano, quiero lo mejor
para ambos es por eso que... es mejor que terminen ahora.
—No...
—Jungkook, tienes que escucharme.
Algunas lagrimas ya corrían por mis mejillas, me sentía humillado, herido.
—¿Qué? ¿Es que acaso tú estás enamorado de él?
—No, él es como mi hermano. ¿Quieres saber la verdad?
—...
—Taehyung sólo ha amado a una persona en su vida, después de esa
persona nadie nunca podrá ocupar su corazón. Él puede ser feliz ahora junto
a esa persona, volverá muy pronto a su lado... lo que te digo es para que lo
que él tenga que decirte no suene tan duro.
—M-mientes...
Su mirada estaba llena de lástima. No, Jimin no es malo, pero su sinceridad
terminó hiriéndome. ¿Taehyung ama a otra persona?
—Todos tenemos una historia, ellos la tienen, no los juzgues, tú obligaste a
Taehyung a estar a tu lado, ahora déjalo ser libre y encárgate de ser feliz.
Jimin me dio la espalda y se fue caminando hasta que desapareció de mi
vista.
¿Por qué, Taehyung? ¿Por qué?
38.
Cuando abrí los ojos, algunos rayos del sol cegaron mi vista. Mis ojos
estaban hinchados y mis labios muy resecos.
Solté un suspiro de tristeza pero esbocé una sonrisa, no importaba lo que
había sucedido ayer, yo continuaría luchando por Taehyung.
La puerta sonó. Mi madre parecía lo oír nada así que bajé y abrí la puerta.
—¿Es usted Jeon Jungkook?
—Sí, lo soy.
—Oh, al fin. Esto es para usted.
El señor me dejó aquel sobre extraño y se fue. Abrí el contenido con lentitud
y comencé a leer:
"Querido Jungkook.
Creo que has tenido mala suerte conmigo, he sido consiente de todos tus
intentos pero somos como dos piezas que no encajan, será porque encontré
mi otra parte y tú aún no.
Eres una gran persona y no mereces que te marchite de esta manera, así que
me permito ser sincero. Estoy enamorado de alguien, su nombre es Hoseok,
le he amado toda la vida, desde la primera vez que aprendí lo que era el
amor. Él se fue pero estoy esperando su regreso.
Espero que comprendas y sepas perdonar mi cobardía de enviarte una carta.
Por favor se feliz.
Att. Kim Taehyung"
Rompí la carta y salí corriendo en rumbo hacia el departamento de
Taehyung. Él no podía haber escrito eso, tal vez fue Jimin, no sé, o Minwoo,
pero él no.
Algunos coches frenaron cuando pasé corriendo por las calles, nada me
importaba. Mis pies estaban agotados pero aún así llegaron hasta su edificio.
No tomé el ascensor, subí corriendo las escaleras, su piso estaba cerca y me
detuve...
Mi corazón se detuvo.
Taehyung estaba en su puerta, besándose con un chico, ambos estaban
perdidos en su mundo y yo me quedé ahí como un tonto, mirándolos.
Seguramente él es Hoseok, la persona que tanto ama.
Ellos entraron al departamento sin separar aquel beso y olvidando cerrar la
puerta. Yo caí en cuenta del momento y bajé las escaleras muy lentamente...
minutos después ya estaba corriendo hacia la casa de mi hyung, con
lágrimas en los ojos y con el corazón totalmente partido.
39.
-Dame tu teléfono.
-H-hyung...
Las lágrimas no dejaban de brotar todavía.
-Esta vez sí se terminó.
Asentí.
-Se terminó...
Jin tomó mi teléfono, envió un mensaje a Taehyung diciendo que habíamos
terminado y luego sacó el chip y lo destruyó.
Namjoon me ofreció una taza de chocolate caliente y yo agradecí su
comprensión.
-Voy a partirle la cara a Taehyung.
-Hazlo, cariño, por favor.
No iba a permitir que Namjoon y Taehyung se pelearan, eran amigos.
-No, Nam. U-ustedes son amigos...
-Ese chico no es mi amigo, el Taehyung que yo conocí nunca haría algo
como eso.
-Nam...
-Voy a golpearlo.
-Por favor no...
-No lo haré, pero si cambias de opinión mi propuesta de darle su merecido
está en pie.
Me quedaría esa noche con mis hyungs, luego iría a descansar a casa.
Nunca nadie me había lastimado como él lo había hecho, nadie.
40.
Es difícil asistir a clases con esta depresión. El miedo de encontrarme a
Taehyung por los pasillos me abruma, Jin y Nam lo saben es por eso que no
me han dejado solo ni un sólo segundo.
—Jungkook de mi vida, ¿dónde estabas?
Jackson apareció de la nada y me interrogaba como madre preocupada.
Estábamos reunimos en el jardín.
—Descansando...
Jin le hizo una señal de "no le molestes o te golpearé" con la mirada.
—¿Por qué luces así? ¿Estás enfermo?
—No...
—¿Otra pelea con Taehyung?
Jin lo iba a matar.
—No... él y yo terminamos.
Jackson se veía totalmente sorprendido y se dio cuenta de la incómoda
situación.
—Las cosas salen como yo quiero, mañana serás mi novio y luego nos
casaremos, no lo niegues.
Jackson se fue corriendo y yo solté un suspiro.
Era hora de clases así que nos dirigimos hacia mi salón.
Y apareció la persona que menos quería ver en ese momento. Taehyung
estaba junto a Jimin y en cuanto nos vieron, nos prestaron atención, yo bajé
la mirada y me negué a mirarlo. Nam hizo lo mismo y continuamos con
nuestro camino.
Pero sentí su intensa mirada.
Amo a Taehyung, tanto que duele.
Ingresé al aula después de despedirme de mis hyungs y limpié las lágrimas
que se habían escapado.
¿Por qué sigo amando al chico muro? ¿Por qué a pesar de que ha destruido
mi vida?
41.
Ha pasado un mes desde lo sucedido.
Yo sigo sin superarlo. Taehyung se ve tranquilo, él no me ha vuelto a dirigir la
palabra desde aquel día y pienso que está bien, me hice a la idea que lo que
él y yo tuvimos, en realidad nunca fue nada, sólo un error mío.
Tres meses a su lado, no se pueden superar tan pronto.
Pero ya no sería una molestia para él.
Si supiera cuánto lo extraño, cuánto deseo poder estar junto a él aunque él
no quisiera tenerme cerca. Ruego por un día más, pero es imposible.
—Sigues siendo tan hermoso como la última vez que te vi.
Yugyeom fue mi primer novio. Lo quería muchísimo, incluso planeamos
nuestra boda, no era nada serio pero queríamos que lo fuera. Empero se le
presentó una beca para estudiar un par de años en Alemania, nadie se negó,
tanto él y yo sabíamos que sería lo mejor para su futuro.
No rompimos porque hiciera falta el amor, sino porque no podríamos
mantener una relación así. Yo tenía que prepararme para poder ingresar a la
universidad y él para mantener su beca. Estuve muy triste cuando se fue,
pero lo acepté. Había esperado por él... sin embargo mis sentimientos se
habían esfumado, y yo quería hallarlos de nuevo, realmente quería.
—Tú sigues siendo muy guapo, Yugyeom.
Él regresó hace pocos días y vino a casa con un gran ramo de rosas. Lo
primero que me dijo fueron las palabras que había mencionado al despedirse
hace dos años: "Cuando vuelva, estaremos juntos de nuevo y no voy a
dejarte ir, serás mi esposo".
Él me invitó a salir y Jin me obligó a aceptar. Arregló mi cabello y se encargó
de elegir mi ropa para la cita.
Él había madurado, pero seguía siendo tan dulce como siempre.
—¿Cómo te fue en estos años?
—Bien...
No quiero recordarlo.
—¿Cómo te fue a ti?
—Excelente, aprender alemán fue algo complicado, pero el inglés me salvó.
—Es genial. Me alegra saberlo.
—Kookie...
Sus manos se posaron sobre las mías, su mirada tenía un brillo especial.
Yugyeom me gustaba muchísimo, incluso me derretia al oír su voz.
Ahora solo... solo le guardo cariño. ¿Dónde se fueron mis sentimientos?
—Yugyeom.
—No hubo un día en el que no pensara en ti. Pensé en regresar antes, pero
decidí no dejar cuentas, para quedarme aquí para siempre.
—Yugyeom, también pensé en ti, estaba preocupado acerca de tu bienestar.
¿Por qué tuvo que irse? Si él no se hubiera ido nunca hubiera conocido a
Taehyung. Nunca debí dejarle ir...
—Fueron las ganas de verte que me mantuvieron con ganas de continuar.
—Gracias...
—Sal conmigo de nuevo.
No puedo. No quiero. Me niego. Lo siento. Pero lo necesito, tengo que
comenzar de nuevo... tengo que hacerlo.
—Sí.
—¿Sí?
—Sí...
Él esbozó una sonrisa y yo comencé a repetir "tengo que olvidar a Taehyung"
unas diez veces.
Mis sentimientos por Yugyeom no estaban muertos, no podía dejarlos morir.
42.
—Mira quién vino por ti.
Jin estaba totalmente emocionado. Yo me levanté de mi lugar y me dirigí
hacia la ventana, en la puerta principal se encontraba Yugyeom sobre su
motocicleta, esperando por mí.
Me sentí agobiado de pronto.
—Yugyeom...
—Sí, toma tus cosas y ve a su encuentro ahora.
Jin me empujó fuera del aula y yo comencé a caminar en rumbo a la salida.
Prefería estar en casa, descansado un poco.
El aire se me fue cuando vi a Taehyung parado en el lugar donde siempre
solíamos encontrarnos para ir a casa. Algo en mí comenzó a doler, quizás mi
corazón. Tomé con fuerza mi mochila y pasé por su lado, intentado no
mirarlo, pero él es como un imán que me mantiene corriendo a su alrededor.
Luché con todas mis fuerzas para no lanzarme a sus brazos.
Yugyeom esbozó una sonrisa al verme.
—Hola, bonito.
Yo quería irme de ahí lo más pronto posible. Él acarició mis mejillas con
delicadeza, ¿por qué antes eso me derretía y ahora simplemente no me
causa nada?
—Yugyeom...
—¿Cómo te fue?
—Bien... ¿nos vamos?
—Oh, claro, toma.
Él me entregó el casco y subí a su motocicleta. Me sujeté con fuerza de su
cintura y él arrancó.
Me di la vuelta para observar a Taehyung y él continuaba ahí. Nos mirada
con atención, con esa expresión neutral y vacía. Nuestros ojos se conectaron
por última vez antes de que yo los cerrara.
Iría a donde Yugyeom quisiera llevarme, con tal de que se encuentre lejos de
Taehyung, muy lejos.
43.
—Jin me dijo que ya no usabas tu número, pero me juró que hoy iba a darte
otro nuevo.
Este hyung.
—Es verdad, oh... Jin es muy considerado.
Tenía que intentarlo; recuperaría mis sentimientos por Yugyeom, ellos no
podían estar muertos.
—Traje algo para ti.
—¿En serio?
—Sí.
Yugyeom me entregó una pequeña caja de terciopelo rojo, la abrí con
cuidado y encontré una pulsera brillante. Era hermosa, en serio.
—¡Yugyeom! No debiste, es hermosa.
—¿Te gustó?
Él tomó la pulsera y la puso en mi muñeca. Me sentí extraño, porque... no
podía dejar de pensar en Taehyung, entonces me di cuenta, Taehyung se
sentía así cuando yo estaba con él, él pensaba en Hoseok, lo extrañaba.
—Me encantó...
Yugyeom se fue acercando lentamente y mi corazón se agitó. Él quería
besarme pero yo sentía miedo, él lo supo cuando retrocedí. Soltó un suspiro
y dirigió su mirada hacia el frente. Algunas personas paseaban con sus
mascotas y le silencio incómodo se instaló.
Taehyung se sentía así cuando yo intentaba tener intimidad con él. Lo
entendí perfectamente.
No podía hacerle daño a Yugyeom, no cuando él ha sido tan bueno conmigo,
siempre.
—Yugyeom.
—¿Mh?
Deposité un corto beso sobre sus labios y él volvió a sonreír. Imité su acción,
aunque me sentía algo triste.
—Debo irme...
—Te llevaré a casa.
—Vale, gracias.
Él tomó mi mano y nos dirigimos hacia su motocicleta.
Olvidaré a Taehyung, quiero creer y espero.
44.
Yugyeom me invitó a visitar el parque de diversiones que se instaló recién en
la ciudad. Jin estaba muy emocionado de ir, lo teníamos planeado, pero en
cuanto supo que Yugyeom me había invitado, se negó a ir.
—¿Te estás divirtiendo?
—Claro. Me fascina.
Yugyeom me compró algodón de azúcar con colores galácticos, no podía
estar más feliz.
—¿Me invitas?
—Claro.— Tomé un poco de algodón y se lo ofrecí, él soltó algunas risas.
—Yo quiero probar el algodón que está sobre tus labios.
¿Tenía algodón sobre los labios? Cubrí mis labios de inmediato, mis mejillas
se sonrojaron y Yugyeom se acercaba un poco más.
Espera, ¿qué había dicho?
—Oh, ¡Jungkook! ¿Qué haces aquí?
Aquella voz. Nos volteamos a observar quién me saludaba y era Jimin... junto
a Taehyung, Namjoon y seguramente Hoseok... con una gran sonrisa en la
cara.
Namjoon, traidor, voy a encargarme de que Jin le regañe.
—...
—Oh, vienes con alguien, no sabíamos, perdón.
—Está bien...
Taehyung se ve muy guapo, la armonía entre él y Hoseok se siente. Namjoon
está mirando alrededor, como intentando desaparecer lo más pronto posible.
He empezado a odiar a Jimin.
—Bueno, ¿no nos piensas presentar a tu acompañante?
Tragué duro. Quería hacerme polvo y desaparecer.
—Él es Yugyeom...
—Hola, mucho gusto.
Yugyeom estrechó su mano con todos con una amable sonrisa, incluyendo a
Taehyung.
—Y dinos Yugyeom, ¿qué estás...?
—Oh, lo siento, pero ya están disponibles las apuestas para la carrera y no
nos la podemos perder. Jungkook, ¿nos vamos?
—Oh sí.
Yugyeom tomó mi mano y me alejó del grupo. ¿Cuáles carrera? Bueno, no
importaba, no podía soportar ni un segundo más estar ahí.
—Lo lamento, pero es que tú lucías muy incomodo, ¿no son tus amigos?
Lo eran.
—No.
—Con razón. Aunque todos se veían algo agradables, excepto el serio... el
de cabellos claros.
¿Taehyung?
—Mh...
—Sentí que quería matarme con la mirada, ¿siempre es así?
—Sí, siempre.
Revisé las notificaciones de móvil y entre ella estaba un mensaje de Jin que
decía lo siguiente: "Cariño, Namjoon se reunió con los chicos para hacer las
pases, seguramente irán a parque de diversiones, intenta no encontrarlos,
¿no prefieren ir otro lugar?"
Era muy tarde hyung, demasiado tarde.
45.
Cada año la universidad tiene el tradicional viaje educativo para los de primer
año. Es por eso que traen guías del último año para qué puedan ayudar a los
demás. Rogaba con todas mis fuerzas que elegieran a Jin o Namjoon, ellos
eran buenos estudiantes y tendríamos una oportunidad.
Todos llegamos al lugar e intentamos mantener el orden, antes de subir a la
colina para visitar el lugar.
—Bueno, quiero presentarles a sus guías. Taehyung y Jimin. Ya conocen a
Taehyung, él siempre nos acompaña cada año. Así que obedezcan todo lo
que les digan, pueden partir, por favor tomen apuntes y regresen lo más
pronto posible para la cena.
Quería morir.
Más porque Yoongi se quedó dormido en el bus y no pude dejarle mis cosas.
Nos dividimos en dos grupos, Taehyung se fue con una mitad y Jimin con la
otra. Afortunadamente tuve que ir con Jimin.
Él quiso hablar conmigo, pero realmente yo no quería hacerlo, así que me
separé del grupo en cuanto pude.
El lugar se veía tranquilo, es un lugar magnífico. Y vi un conejito, él llevaba
consigo algunas hojas y lo seguí.
El rol comenzó a esconderse. Probablemente caería un poco de lluvia.
No dejó que lo atrapara, pero al final lo logré. No quería hacerle daño, solo
quería acariciarlo un poco. Las risas de mis compañeros fueron
desapareciendo así que decidí continuar, pero ellos no aparecieron.
Comencé a creer que iba en la dirección contraria, mas nunca llegué a la
cima ni al campamento. ¿Dónde estoy?
Corrí por miedo. Ellos tendrían que estar en algún lugar. La lluvia comenzaba
a caer.
Lloré como un niño. Estaba muy asustado, porque escuché algunos sonidos
extraños, como gruñidos.
No supe cuántas horas habían pasado. El sol se había ido, y la lluvia bajaba
con más fuerza. Un perro apareció entonces, me mostró sus dientes con una
gran rabia y molestia. La sangre se me congeló.
Ese perro iba a destrozarme.
46.
Sentí que la vida se me iba de las manos cuando el perro corrió hacia mí con
la intención de atacarme, pero alguien vino en mi rescate. Aquella persona se
abalanzó sobre el perro y le empujó hacia la izquierda, en el proceso de
aquello, el perro rasguñó su brazo. El impacto que tuvo al caer hizo que el
perro se fuera corriendo.
La lluvia no me permitía ver con claridad. Aún así corrí al encuentro de
aquella persona.
—¡¿Estás bien?! —Esa voz.
Me quedé quieto al saber de quién se trataba. Él tomó mi mano y comenzó a
correr. No sé a dónde, pero llegamos a algo parecido a una cueva. El lugar
se veía espeluznante, aunque nos ayudaría a cubrirnos de la lluvia, la misma
que cada vez iba creciendo más y más.
—¿Qué tienes en la mochila?
No sabía qué decirle, así que solo saqué el contenido de mi mochila.
—...
—Eso servirá.
Tomó el encendedor y reunió algunos trozos de las ramas secas de algunas
plantas para encenderlas. Mi corazón iba a salirse del pecho.
Su brazo estaba herido, pero tenía un mini botiquín dentro la mochila.
Agradecí la histeria de mi madre y Jin al mandarme cosas que ni siquiera
pensé que servirían.
El fuego apareció minutos después. Prefería estar afuera mojandome, que
adentro, con Taehyung y una cueva que me aterraba. Una enorme roca nos
cubría del frío, pero aún así, quería salir.
—La lluvia pasará, no es necesario el fuego.
—Eso es lluvia de tormenta, no pasará hasta mañana, así que... usaremos
tus sábanas.
Saqué mi material para dormir y lo expandí sobre el suelo. No traje muchas
sábanas, pues pensé que no era necesario. Justo ahora las necesito.
—Tu herida...
No quería mirarlo a los ojos.
—Estará bien. Pero tú no, debes secar tu ropa o vas a resfriarte.
No. Que me maten, no voy a desnudarme.
—No.
—Bien, pero vas a enfermarte.
Levanté los hombros y abracé mis piernas. Mi ropa mojada se enfrió y
empecé a temblar. Taehyung se quitó la camisa y yo volteé de inmediato. Él
dejó la prenda sobre una piedra, cerca del fuego.
Yo estaba muriendo de frío.
Me rendí.
—Q-quiero desvestirme... Voltéate por favor.
Taehyung lo hizo y yo admiré su espalda, brillaba junto a la luz de la fogata y
yo sentí muchas ganas de abrazarlo.
Me desvestí lentamente, podía admirar mi figura reflejada en los tabiques de
aquella cueva, sabía que Taehyung también la veía. Cuando terminé me
envolví entre las sábanas, dejando mi cabeza a la vista.
Amablemente Taehyung dejó mi ropa junto al fuego. Entonces me miró.
—¿Estabas asustado?
Sí, me moría de miedo.
—No...
—Es un alivio saber que estás bien.
—Gracias por ayudarme, creo que hubiera muerto si no hubieras aparecido.
El silencio inundó el lugar.
—Lo lamento.
—¿Por qué?
—Por todo. Escúchame, debo ser sincero, si no lo digo hoy, nunca voy a
poder hacerlo.
En sus ojos veo sinceridad. Escucharía todo lo que él tuviera qué decirme.
—Supe que la carta te llegó. Sí, la hice yo... pero la escribí el primer mes de
nuestra relación. Después de enviarla me arrepentí, pero en el correo me
dijeron que esa carta se extravió y nunca llegó a su destino. Estuve tranquilo
porque pensé que nunca la verías, sin embargo, mucho después te llegó.
—Pero esa carta decía toda la verdad, ¿cierto?
—Gran parte.
—Tú amas a alguien más, fui muy testarudo con nuestra relación, eso no fue
justo para ti así que quiero que seas feliz junto la persona que ames, con
Hoseok.
—Creí que amaba a Hoseok, pero...
—¿Pero?
—... cuando Hoseok regresó, intentamos algo, cuando nos besamos
después de tantos años no sentí nada. Tal vez el amor que creí tenerle no era
más que costumbre.
—...
—Él estuvo molesto algunos días, sin embargo terminamos siendo amigos,
como siempre. Lo que quiero decir es que... descubrí que en realidad a quien
amo es a ti.
Mi corazón iba a salirse, ahora sí.
—T-Tae...
—Estaba encerrado en mí mismo, tras ese muro que yo mismo había
construido y llegaste tú, derrumbandolo todo...
Él despeinó sus cabellos y su rostro mostró una expresión de preocupación.
Él tenía una expresión.
—Taehyung...
—Dame una oportunidad, solo una y voy a... mostrarte cuánto te amo.
Mis mejillas ardían, aun más cuando sus labios se rozaron con los míos.
—Sí... sí...
Nos besamos. Había extrañado todo de él, todo.
—¿Yugyeom es tu novio?
—No.
—Me alegra, joder. Iba a golpearlo si lo veía otra vez junto a ti.
Y esbozó una sonrisa que me derritió.
—Tae...
Él jaló las sábanas que cubrían mi cuerpo desnudo y volvió a atrapar mis
labios en un beso.
—Te amo.
—Te amo más.
47.
Las manos de Taehyung se perdieron entre mis muslos y yo le di espacio
entre mis piernas para que pudiera tomarme como quisiera. Sus labios
dejaron un recorrido de besos sobre la extensión de mi cuello y yo clavaba
mis uñas en sus brazos, es sus fuertes brazos.
—Me contuve por tanto tiempo.
—¿Lo hiciste?
No pude pensar con claridad, no cuando Taehyung ha llegado a mis pezones
y los está humedeciendo con su lengua. Un escalofrío recorre mi cuerpo y el
primer gemido no tarda en escapar.
—Sí, no hubo día en que no quisiera cogerte.
—¡Tae! —Mi miembro comenzaba a endurecerse y él lo sabe. Por eso sus
dedos han decidido tomarlo y comenzar a masturbarlo con ímpetu. Los
dedos de mis pies se retuercen y mis pezones se han endurecido a causa de
una sola mordida.
El calor del fuego hace que podamos continuar y puedo observar nuestro
reflejo en los tabiques gracias a él, es excitante vernos en esta situación. Yo
admiro la perfección de su cuerpo cuando se despoja de aquel jean húmedo
gracias a la lluvia y a la situación, qué sé yo.
—Chúpamela.
Su voz es profunda, al igual que su mirada y yo no me niego. Me he
levantado con cuidado, mis pies tiemblan y mi boca ha tomado su miembro
entre sus paredes. Mi lengua no se detiene de probar y es raspada cada vez
su pene penetra mi cavidad. No sé si mis rodillas podrán mantenerse firmes,
porque sus manos han encontrado una nueva diversión con mi trasero.
Algunas nalgadas no se hacen esperar y yo me contoneo de placer.
Levantó la mirada solo para encontrarme con sus ojos. Él está mordiendo
sus labios y luchando con los gemidos que yo me muero por escuchar. Su
diestra se ha separado de mí trasero y ha ascendido hacia mi cabeza para
tomar mi cabello.
Me empiezo a correr y siento que puede llegar a ser vergonzoso, porque a
pesar de todo es mi primera vez. Y él toma de mi cabello para jalarlo e
impulsarme a hacerlo más rápido.
El sonido de mi boca húmeda impactando con su miembro es sucio y él lo
está disfrutando. Entonces separo mis piernas solo para darle una mejor
vista de mi culo y penetra mi boca sin remordimientos. Me siento ahogado
como aquella vez, pero ahora me encanta.
Taehyung me separa de su entrepierna e hilos de saliva se escurren por mis
labios. Yo quería continuar chupandosela...
—Tae...
—Ponte boca abajo.
Obedecí. Él no protesta cuando tomo todo mi tiempo para acostarme sobre
las sábanas, porque sé perfectamente que lo está disfrutando.
—¿A-así está bien... papi?
Le escucho gruñir e inmediatamente sube sobre mi cuerpo. Sus manos han
vuelto a tomar mis nalgas y sus labios están recorriendo mi espalda entre
besos y mordidas.
Con él me siento seguro, solo con él.
—Jungkook, estás muy rico, mierda.
—¡Amor!
Su pene está rozando la partidura de mis nalgas con ayuda de sus manos y
sus gemidos me suenan a gloria.
—Me tienes como un perro con ganas de joderte.
—Mh T-Tae... p-por favor...
El Taehyung que conozco nunca diría una grosería, pero el Taehyung que
amo ha perdido la cuenta de cuántas ya ha dicho y me tiene a mil con esa
actitud.
Mis caderas se levantan para ser entregadas a él y el glánde ha rozado mi
entrada. Mi pecho asciende y desciende con velocidad y como perra en celo,
arrimó mi trasero en su entrepierna, rogando en silencio que él entrara de una
buena vez.
—Jungkook, te amo, estoy jodidamente enamorado de ti.
—Te amo, te amo...
Mis ideas no están en orden y mi corazón se ha dejado llevar. No importa
más nada, sólo él.
Las paredes de mi interior comienzan a expandirse cuando él ingresa. Gimo
su nombre y él pellizca mis muslos.
Taehyung es todo un hombre.
48.
Corrientes de dolor recorren mi espalda en cuanto su miembro se cuela por
las paredes de mi interior. Él sabe que algo anda mal cuando mis manos se
forman en puños sobre las sabanas, así que decide salir con cuidado.
—Lo lamento... no pude esperar, pero no voy a detenerme. Voy a cogerte
aunque no quieras...
Un jadeo se escapó de mis labios al sentirme vacío de nuevo.
—E-está bien... yo quiero... claro que lo quiero.
Sus manos se posaron sobre mi trasero y con ayuda de ligeros apretones
logró separar los mismos para poder contemplar mi entrada. Su lentitud me
está matando.
Es entonces que sus labios dejan algunos besos sobre la superficie
redondeada y su lengua con curiosidad ingresa en mi interior. Otro jadeo se
me escapa y mi pene está volviendo a levantarse.
Una de sus manos se desliza hasta tomar mis testículos y los amoldea a sus
palmas con suaves apretujones. Comienzo a temblar y no puedo
concentrarme en evitar correrme prematuramente, porque el sonido sucio y
erótico que tiene su saliva al impactar en contra de mi trasero me está
quitando la razón.
—T-tae no...
Su nariz roza la partidura de mi trasero y debido a las ligeras nalgadas que
chocan sobre mi piel, mis brazos flaquean y mi rostro cae sobre las sábanas.
Sus labios se alejan de la zona y con fuerza, él toma mis caderas y las
levanta.
Tengo el deseo de que me tome de una buena vez y su miembro roza mi
entrada ya bastante húmeda y llena de su saliva. Parece leer mis
pensamientos porque su glánde está ingresando con cuidado. Gimo su
nombre sin pensar en que estoy siendo demasiado ruidoso y mis pies se
separan para darle más espacio.
Mi interior lo recibe esta vez con más aceptación y poco a poco va
absorbiendo toda la extensión. Un gemido de su parte se hace audible y su
voz profunda está endureciendome.
—Estás tan estrecho, mierda, de lo que me perdí tanto tiempo.
Me siento totalmente lleno pero él continua entrando y mi diestra se desliza
hacia mis pezones para pellizcar la zona, hasta ese entonces el pudor se ha
ido a la mierda.
—Estoy lleno y caliente, papi.
Mis codos vuelven al juego y con más fuerza se apoyan sobre ellos para
poder sostenerme.
Taehyung gruñe o suelta un gemido, no estoy seguro, sin embargo él
comienza a moverse con fuerza. Sus uñas se clavan sobre mi piel y me
penetra con rudeza. Yo no quiero que se detenga así que le doy ánimos con
gemidos que gritan su nombre.
Se menea para poder alcanzar zonas más profundas y yo no puedo evitarlo,
mi diestra toma mi miembro y descargo mis sensaciones mientras bombeo
de él. Hasta entonces él había tomado de mis cabellos, jalando y
sosteniéndose de ellos para penetrarme con más ganas.
Nunca me sentí tan suyo con esa noche.
—Bebé... mh.
Él pierde el ritmo y sólo me embiste con brutal fuerza, tanta que mis brazos
vuelven a desplomarse y me corro al instante.
—¡Ah, a-ah más!
Me siento avergonzado, pero él ni lo ha notado. Entonces sale de mi interior
y me da la vuelta, mi cuerpo tiembla y yo dejo que él haga lo que quiera
conmigo. Mis piernas se abren para él y nuestros ojos se encuentran, mi
corazón late con más velocidad y me besa.
Chorros de saliva se escurren por mis mejillas y su miembro vuelve a
llenarme con embestidas poco amables, me toma, una y otra y varias veces.
Hasta que sale de mi interior y se corre en mis labios.
Yo tomo hasta la última gota de su esencia.
Lo amo, lo amo con toda mi alma.
49.
Cuando abrí los ojos lo primero que vi fue aquella fogata que hizo Taehyung,
hecha cenizas. Mi corazón late con fuerza al recordar lo que hicimos ayer y
mis mejillas arden cuando me doy cuenta de que estamos abrazados en una
posición de cucharita.
Él se remueve un poco y sus ojos se abren.
—Hola. —Susurra.
—Hola.
Nos unimos en un beso y caigo en cuenta de la situación. ¡Nos deben estar
buscando!
—¡Taehyung tenemos que irnos!
—No quiero.
Sus brazos rodean mi cintura y no deja que me mueva. Tampoco quiero
alejarme de su lado, pero estoy algo preocupado.
Más tarde recogimos todo. El dolor en mi espalda es evidente así que antes
de que Taehyung carge la mochila, me pidió disculpas.
Nuestras manos estaban entrelazadas mientras caminábamos colina abajo.
—¿Cómo me encontraste?
—Jimin me dijo que seguramente tomaste el otro camino y debido a que
conozco bien este lugar, logré encontrarte.
—Gracias.
Cuando llegamos al campamento, los maestros nos recibieron con mucha
preocupación. Taehyung quedó como un héroe y Yoongi ni se enteró que yo
estaba perdido.
No tuve otra opción que compartir tienda con él.
—Tengo que compartir tienda con los maestros, no es justo, Jimin tiene una
para él solo.
—Solo será esta noche, mañana nos iremos.
Cenamos y no separamos. Yo quería estar junto a él. He notado algo,
Taehyung se muestra más confiado cuando está conmigo, pero sigue
actuando igual con los demás.
Yoongi está dormido cuando ingreso a la tienda. No puedo creer que duerma
tanto.
Una sombra aparece tras la tienda y escucho la voz de Taehyung, de
inmediato le dejo pasar y comienza a besarme.
—Tae, Yoongi está aquí.
—Está como muerto, no nos va a escuchar.
—Pero Tae...
Él no se detiene y continúa profanando mi boca.
—Si quieren coger, vayan detrás de un árbol y no conmigo presente, iugh.
Empujo a Taehyung cuando escucho a Yoongi.
—¿Por qué no vas con Jimin?
¿Qué tiene que ver él en todo esto?
—¿Por qué debería ir con Jimin?
—Bueno, porque a él le gustas mucho.
—¿En serio le gusto?
—Sí, tanto que tiene sueños húmedos contigo.
Él parecía pensarlo. ¿En serio lo estaba pensando?
—Me voy, no por Jimin, solo porque no quiero verlos hacer sus cosas,
aunque no entienda por qué están juntos de nuevo.
Él salió de la tienda y nos quedamos juntos.
Esa noche descansamos abrazados, olvidándonos de los demás.
Jin va a matarme, Yugyeom también.
50.
—Vamos, solo un poquito.
—No, nos van a escuchar.
—Aún deben estar dormidos, solo un poquito.
—No Tae... nos van a escuchar.
—¿No quieres hacerlo?
—Sí quiero pero pueden oírnos...
—Bien, entonces no lo haremos.
—Uh, está bien, lo haremos.
—No, ya no quiero.
—Vamos cariño, quiero hacerlo.
—No Jungkook, nos van a oír.
Ambos cruzamos los brazos y nos quedamos en silencio. ¿Por qué se
comporta así?
—Tae.
—¿Mh?
—Te amo.
—Yo también, más que a mi vida.
Nos fuimos por la tarde. Taehyung y yo no nos alejamos para nada y aunque
Jackson me estaba molestando con preguntas acerca de este asunto, yo no
le tomé tanta importancia.
El problema comenzó cuando mi madre, Jin y Namjoon vinieron a recogerme
de la parada del bus.
Nunca había visto a Jin tan molesto, le tuve más miedo a él que a mi propia
madre. Uh, uh.
Fin de la primera perspectiva.
—¿Para qué aceptaste salir conmigo si luego te irías con otro?
La verdad es que Jin arregló nuestras citas y al final acepté salir con él
porque pensé que Taehyung no me amaba.
—Lo siento.
—Escucha Jungkook. Yo te lo puedo dar todo, todo lo que quieras.
—Yugyeom lo siento pero yo...
—¡Te amo! ¿Acaso no lo entiendes?
Me sentía muy mal con toda la situación, lo que menos quería en esta vida es
hacerle daño.
Él miraba por la ventana de su departamento intentando calmarse y yo tomé
un poco del café que me había preparado.
—Jungkook, cásate conmigo.
Yugyeom está loco.
—Por favor comprende mis sentimientos.
—Una vez dijiste que querías casarte conmigo.
Ha pasado mucho desde esa vez.
Mi cabeza comenzó a dar vueltas, no entendía por qué me sentía tan
mareado.
—Yugyeom...
—Yo sé que algo de amor por mí, queda en ti.
Todo comenzó a dar vueltas y a moverse, sentía que iba a desplomarme.
Sin embargo Yugyeom solo me miraba con atención.
—Uh...
—Tú eres mío Jungkook, solo mío.
Fue lo último que escuché antes de caer inconsciente.
1.
Jimin sigue haciendo sus bromas sin sentido y Namjoon se está riendo para
practicar, porque según escuché, Jin también hace ese tipo de bromas
pésimas.
Los chicos me dejan solo después de algunos minutos.
Suelto un suspiro y tomo un poco de agua para poder relajarme. No he
tenido una noche agradable, y siento la presencia de alguien más posado
frente a mí.
Levanto la cabeza para poder admirar unos ojos cafés demasiado brillantes.
Es un chico de blanca piel y labios muy rojos que toma asiento en mi mesa y
sin mi permiso.
—Jin me dijo que... t-te entregara esto.
Sus mejillas comenzaron a cobrar color y sus manos temblaron cuando me
entregó la libreta. Es probable que le guste.
—Gracias.
Tenía que irme lo más pronto posible de ahí o tendría que conversar con otro
que quiere salir conmigo.
—¡E-espera!
No me queda mas remedio que voltear.
—...
—Mi nombre es Jungkook y quería saber si, quería saber si podíamos salir
juntos mañana.
El pobre muchacho comenzó a temblar y algo en él hacia que sintiera ternura
o quizá compasión. Sus manos estaban hechas puño y esperaba ahí
valientemente a que respondiera.
Yo sólo asentí porque tampoco estaba tan seguro sobre eso, pero no quería
lastimar sus sentimientos.
—Adiós.
—Adiós...
No sé si eso es un sí, porque realmente no quiero salir con él pero he
aceptado.
Camino por los pasillos para alejarme de él y me pregunto cuánto durará su
enamoramiento, ¿una semana? ¿Dos? Yo voto por dos.
2.
—Estás bromeando.
—No, es en serio, él me invitó a salir.
—Eso no lo dudo, lo que no creo es que él realmente quiera salir contigo.
—Supongo que tuvo curiosidad.
—¿De qué? ¿Del chico muro?
—Ya cállate, Nam.
—Escucha, no quiero que le hagas daño, es el mejor amigo de Jin.
—Eso no depende de mí, al final del día él terminará conmigo.
—Eso espero, eh.
Tengo la última clase. Tras de la ventana aparecían unos cabellitos cafés,
muy familiares, supuse que era ese tal Jungkook esperando por mí. He salido
con muchas personas, sí, pero he llegado a aquel momento de mi vida en
donde ya no quiero seguir probando más besos que me recuerden cuán
desdichado soy. Ya no quiero.
Salí del aula y me dirigí con calma hacia él, mis pulmones estaban reteniendo
un suspiro, realmente no quiero salir con él... pero terminará pronto, lo sé.
Sus ojos brillantes se posaban en mí con admiración, sus mejillas se
sonrojaron al verme.
—Hola...
Su voz sonaba temblorosa. Creo que es demasiado bonito como para
desperdiciarse con alguien como yo.
—Hola.
Su lentitud me estaba desesperando un poco.
—Hay una cafetería muy cerca de aquí y...
—Claro. —Le interrumpí.
Todo el camino fue silencioso, él posaba su mirada sobre mí y yo solo quería
estar en casa descansando. Él me contó historias sin sentido y yo intenté
prestar atención, lo juro.
Se cansará, desistirá muy pronto.
Él pidió un té en una cafetería, bueno, ya daba igual.
Analicé sus rasgos, su piel aparenta suavidad y sus labios van en contraste a
ella. Me pregunto por qué está aquí y no haciendo del rogar a una bola de
estúpidos que querrían salir con él.
—¿Y cómo te fue hoy?
Hay sinceridad en sus ojos. Aún es muy inocente.
—Bien.
—¿Hay alguna materia que te guste?
—Lógica Deóntica.
—Oh, bueno, suena muy...
—¿Tienes alguna razón en especial por la cual me has traído aquí?
Bien, no podía seguir con este rollo. A él le gusto, si quiere decírmelo que lo
haga ahora para que así podamos irnos a casa.
—Sólo quiero conocerte...
—...
Vaya mentiroso.
—Tal vez tú... tal vez tú me gustes.
Bien, me gusta su sinceridad. Él se atoró con sus palabras y sus mejillas
cobraron un color carmesí muy intenso. Esto es muy difícil para él...
—Ya veo.
—N-no es como que quisiera casarme contigo...
Reacciona Jungkook, qué estás diciendo.
—Ah.
—Casarse es mucho, tal vez ser novios.
Vale, quiero irme a casa.
He escuchado muchas declaraciones, pero ninguna como esa.
—¿Entonces quieres ser mi novio?
Yo quería irme a casa y él estaba dando muchas vueltas.
—Sí, quiero.
Qué valiente.
—¿Quieres?
Tomé un poco del té que él había pedido y me entraron unas ganas tontas de
reírme, no para burlarme, si no porque realmente Jungkook es tierno.
—Sí, quiero.
Él estaba avergonzado, su cabeza se mantuvo gacha. Yo estaba preparado
para darle un rotundo "no" pero él fue muy valiente para llegar aquí, además
podría lastimarle. Dejaría que él fuera quien se diera cuenta de que no quiere
estar conmigo.
—Pues vale, seamos novios.
Salí del lugar no sin antes observar su carita de asombro.
¿Qué has hecho, Taehyung? ¿Qué mierda has hecho?
3.
—¿QUÉ? HAHAHAHAHA.
—No te rías, te estoy diciendo la verdad.
—Hace un día me dijiste que Jungkook se rendiría al final del día y ahora me
dices que ya son novio, mañana que dirás que se casaron.
—Ya cállate Nam, es lo que pasó.
—A ver, ¿cómo te lo propuso?
—Ya no lo molestes. —Intervino Jimin.
—Tienes clases, váyanse.
Jimin y Nam se fueron. Éste último me sacó la lengua y se fue feliz, a ese
paso Jin nunca se fijará en él.
Comencé a leer el libro que me habían dejado la tarea y yo estaba pensando
en Marx. Las cosas no salen como esperabamos. Si pensáramos como
Adam Smith no seguiríamos en la incertidumbre.
—Taehyung.
De pronto una voz me sacó de mis pensamientos. Levanté la cabeza y supe
que era Jungkook.
Hoy se veía muy bien, creo que todo le queda muy bien a pesar de todo.
—Hola.
—¿C-cómo te va?
Es parecía muy nervioso y tomó asiento a mi lado. Sus ojos se desviaron a mi
libro y los míos hacia sus piernas. ¿Hace cuánto que no folló? Quizás medio
año.
—Bien.
—Se ve interesante.
—Supongo.
Sus dedos temblaron y esperaba que ni silencio lo apartara, pero por lo
contrario, él seguía luchando. Con toda la valentía del mundo se quedó ahí
esperando, dándome una oportunidad de hablar.
—Ayer pensé en ti...
Su confesión me tomó de sorpresa, yo solo asentí. ¿Por qué tendría que
estar pensando en mí? Es decir, hay cosas más importantes que el estúpido
chico muro de Berlín, México, Pink Floyd, lo que sea.
Su mirada estaba centrada en mí, de alguna manera me incomodaba.
—Taehyung, ¿ayer pensaste en mí?
—¿Tendría alguna razón para haberlo hecho?
La pregunta es más para mí que para él.
—Bueno sí... somos novios.
Oh cierto, lo somos.
—Tal vez pasaste algunos segundos por mi mente, no recuerdo más.
Tal vez fueron una par de segundos más.
—Uh, fui afortunado por algunos segundos.
Me quedé observando a Jungkook como un tonto luego de su confesión. Él
sonreía y secaba sus palmas en su pantalón.
Quise despeinar sus cabellos. La ternura que provoca Jungkook no es de
este mundo.
—...
—¿Dije algo malo?
—En lo absoluto.
Quizás sí. ¿Quién es Jungkook realmente?
—Tae...
—...
—Tengo que ir al baño y supongo que tú tienes que ir a clases así que debo
irme, pero no sin antes hacer algo que he querido hace tiempo...
Sus labios rozaron mi mejilla y logré sentir su dulce aroma a vainilla. Algo se
descongeló en mí, tal vez mi helado.
—...
Wow Marx. ¿Qué opina el proletariado de esto?
—Te esperaré en la puerta de ingreso a las 15:30. Sería lindo que nos
fuéramos juntos, así que... a-adiós.
Hay algo diferente que tiene Jungkook. Tiene pureza, no sé si soy la persona
correcta para recibirla.
Bueno, al fin y al cabo no llegaría lejos, apuesto a que serán dos semanas.
4.
—Y bueno, me gusta más el estilo indie aunque la música popular también
suena bien, Blackpink se ha puesto de moda y aprendí algunas partes de sus
coreografías. Amo con todas mis fuerzas a Stephen King y aunque la gente
piense que es algo cliché, creo que Misery es una obra maestra. ¡E
inteligencia artificial, la vi mas de 5 veces! ¿A ti?
Jungkook habla mucho.
Me gusta su voz.
—No, yo no.
—¿Tú no?
—Prefiero lo clásico y el metal.
—Tae... ¡es genial! También me gusta mucho, conozco muchas bandas de
ese estilo, así que podemos escuchar juntos algunos álbumes.
—Claro.
—Tae.
—¿Mh?
Él tomó el cuello de mi suéter y se acercó hacia mí para besarme. Me sentí
muy avergonzado de la situación, más por él, porque mis labios no
respondían. No entendía por qué.
Él abrió los ojos y se encontró con los míos. Su carita mostró desilusión y
sentí ganas de besar sus labios.
De inmediato deseché la idea.
Él se levantó con la intención de irse, no podía lastimarlo, tampoco quería
que se fuera de esa manera.
Entonces sujeté su brazo. Él se volteó a verme con una expresión
asombrada.
—¿Quieres venir a mi departamento?
Asintió y yo me di cuenta de que sostenía su brazo, de inmediato lo solté.
Más tarde nos dirigimos hacia mi departamento. Nadie lo ha visitado, al
menos no mis parejas.
Recordé que en el reino animal, algunos machos llevaban a las hembras a
sus cuevas, para que los demás machos supieran que esa hembra iba a ser
marcada.
La situación era graciosa.
¿Qué es lo que Jungkook tiene en la cabeza?
5.
Cuando conocí a Hoseok, tenía 12 años, hasta ese entonces solo había
besado a una niña en primaria solo porque mis compañeros me obligaron a
hacerlo. Él se convirtió en mi mejor amigo, íbamos juntos a todo lugar,
hacíamos todo juntos y de alguna manera, él hizo de la vida un mejor lugar.
Jimin se unió a nosotros y crecimos creyendo que éramos hermanos aunque
todo comenzó con una linda amistad, pero el corazón quiere lo que quiere y
mis sentimientos por Hoseok ya no se pudieron definir por "amistad",
encontraron una definición correcta en "amor".
Fue la madrugada de un sábado, después de una pijamada y varios juegos
de mesa que no pudimos ocultarlo más y confesamos el amor que sentíamos
uno por el otro. Fue la primera vez que alguien me había besado con tanto
amor. Fue mi primer amor. Jimin estuvo encantado con nuestra relación.
Hoseok me dijo que si no hubiera sido por él, nunca se hubiera animado a
declararse.
Pero vamos, las cosas cambian, él tenía sus sueños y yo los míos, la
diferencia estaba en que en mis sueños siempre estaba él, él junto a mí,
viviendo una vida juntos. Al parecer en sus sueños, yo no estaba y se marchó
luego de tres meses, sin decirme adiós.
Desde entonces juré que no dejaría que el amor ingresara a mi corazón, no
otra vez. Hay gente estúpida y luego estoy yo, que salía con quien fuera solo
para pasar el tiempo. Las cosas coincidían. La mitad de mis parejas, dejaban
de hablarme después de la primera cita, y la otra mitad terminaba la relación
después de dos semanas, luego de una escena dramática llena de insultos.
Años de vacío.
Yo estoy seco, no puedo forzarme a dar algo que no tengo y ellos suelen
buscar amor.
Esas personas fueron las que me llamaron "Taehyung, el chico muro" porque
dijeron que era impenetrable, así como un muro. Vaya tontería.
—Entonces es Megadeth...
—Sí.
—Suena bien.
Y estoy aquí, con mi futura ex pareja, mostrándole algo de mi colección de
música.
—Vale, es eso.
Vi algo de desilusión en su rostro, ¿es que acaso no le gustaba el buen
thrash metal?
—Realmente me gustó... creo que tienes muy buenos gustos.
Él recorrió el departamento con la vista. Espero que no lo juzgue, así como lo
hace Jimin.
—Sí.
—Creo que ya tengo que irme.
Sí, realmente no estaba a gusto. Me sentí algo tonto, porque a Hoseok le
fascinaba todo lo que le mostraba y Jungkook simplemente... agh, es difícil
de comprender.
Asentí con la cabeza y me dirigí hacia mi habitación. Cerré la puerta con
calma, a pesar de que quería cerrarla con un portazo, entonces me recosté
sobre la cama pensando en qué estaba mal con mi música, ¿mi
departamento es el problema?
No, yo soy el problema.
Esa noche soñé con cabellos cafés y labios rojos, dulces y suaves labios
rojos.
6.
—A Jin le agradas, si le haces algo malo a Jungkook nos va a matar, aunque
yo no tenga nada qué ver.
—Nam, no me hables de eso.
Jungkook y yo llevamos dos semanas juntos, no puedo creer que a pesar de
que haya sido jodidamente indiferente, él todavía siga buscándome con una
gran sonrisa en los labios.
—Jungkook te gusta, ¿verdad?
—No.
—¿Y ese rosa para quién es?
Mierda, olvidé la rosa en mi mochila. ¿Cómo es que la vio?
—Para nadie, me la dieron.
—No, yo estuve contigo toda la mañana y nadie de la dio. Admítelo, te gusta.
¿Jungkook es el elegido?
—Nam, cállate.
—¿Qué tiene de especial? ¿Le gusta la filosofía?
—No me gusta.
—¿Entonces por qué estás tan elegante justo hoy que acordaron verse al
terminar las clases para irse juntos?
—Siempre me visto bien.
—Bueno, como sea, trátalo bien, de ti depende que Jin sea mi novio.
Nam es un jodido.
Las horas pasaron rápido y ya era hora de irme. Tomé mi mochila y me dirigí
hacia aquel lugar en donde Jungkook dijo que nos encontraríamos. A mí no
me gusta volver a casa acompañado, pero él insistió.
Llegué muy puntual pues él no aparecía.
Más tarde él llegó con pasos presurosos. Su sonrisa apareció al verme y yo
sentí algo de nervios. ¿Qué me pasa?
—Tae.
—Hola.
—¿Nos vamos?
Asentí.
Él tomó mi mano y yo creí que eso era demasiado. Su piel se sentía muy
suave y pensé que si presionaba un poco, le iba a hacer daño.
Comenzamos a caminar y él parecía pensar mucho en algo.
—Tae.
—Mh.
—¿Vamos a tu departamento?
Es muy sorpresivo, pero asentí, ¿por qué quería volver a mi departamento si
no le gustó?
Sus mejillas se sonrojaron y yo quería salir corriendo. Mierda, Taehyung, eres
un hombre, no una niña.
Presioné mi mochila con fuerza. La rosa podía esperar...
7.
Estamos viendo una película, "the beauty and the beast" a insistencia de
Jungkook y que parece que es lo más hermoso que ha visto en la vida. Sus
ojos brillan y quiero correr, no sé por qué, quiero correr hasta quitarme estás
ansias que siento cuando estoy con él.
¿Qué se supone que debo hacer?
—Tae.
—Mh.
—Está haciendo algo de calor...
Pues sí.
—¿Vale?
—Y bueno...
—Yo no controlo el clima.
Aunque me gustaría hacerlo.
—Yo creo que sí, porque me tienes muy caliente.
Mi corazón latió de una manera extraña. Su frase era muy sugerente y él es
demasiado inocente como para saberlo. Asumiré que él no escuchó sus
propias palabras.
No pienses nada depravado, no pienses nada depravado, no pienses nada
depravado.
—Ah.
Volví a dirigir mi mirada hacia la película, pero no pude concentrarme. Lo
admito, Jungkook está muy bueno, tienes unas piernas y nalgas
fenomenales, además de que es muy, muy lindo.
Ugh, mierda.
El sofá rechinó y no supe exactamente en qué momento había sucedido,
pero Jungkook ya estaba sentado sobre mi regazo. Mi cuerpo se tensó al
tenerlo tan cerca y su agradable aroma a vainilla se internó por mis fosas
nasales. Quiero tomarlo con calma, pero algo está mal.
Él me mira con atención y pude apreciar esos labios de cerca otra vez. Si él
hubiera querido, le hubiera bajado la luna solo por un beso.
Pero no, prometí no enamorarme nunca más. No, no, no. Tenía que
detenerlo.
—Jungkook.
—Oh, te sabes mi nombre.
Una sonrisa apareció en su rostro y no era una inocente, sus manos
recorrieron mi pecho y yo estaba perdiendo el control al reflejarme en sus
ojos. Quería cogermelo, pero hay algo en Jungkook que no me permite
actuar con libertad. Jungkook me da miedo porque... mi alma se lleva tan
bien con él.
¿Por qué conmigo si he sido tan indiferente con él?
—Sería tonto preguntarte qué haces porque lo sé perfectamente, por ello
preguntaré por qué lo haces.
—Porque eres mi novio.
Tenía razón.
Sus caderas comenzaron a moverse sobre mi entrepierna y mi pene
comenzó a levantarse en cuando esas suaves nalgas rebotaron sobre él. No
podía con tanto, se sentía jodidamente bien e imaginar penetrar ese buen
culo solo me desesperaba.
No podía mirarlo así que desvíe la mirada y elevé mi cabeza, sabía
exactamente lo quería hacer pero no podía.
El comenzó a dar pequeños saltos y algunos gemidos se le escaparon; oírle
gemir es el paraíso y mi deseo era oírle gemir mi nombre. Mis manos se
aferraron a mi bolsillo, aunque ellas deseaban tanto estrechar su cintura.
Un gemido se me escapó y estaba en mi límite.
No puedo, Jungkook no se merece a alguien tan estúpido como yo. No podía
darle nada y él quiere amor, cosa que ya no tengo.
Tomé sus hombros y lo detuve.
—Vete.
Cuánto me arrepentí, cuánto.
—T-Tae...
—Vete por favor.
No te vayas, joder.
Jungkook salió de mí departamento con las piernas temblorosas. Yo me
recosté sobre el sillón totalmente frustrado, su perfume se había quedado
impregnado en mi camisa y deslicé el cierre de mi pantalón.
Por primera vez me masturbaría pensando en alguien que no sería Hoseok.
Jungkook, ¿qué estás haciendo conmigo?
8.
Me gustan mucho los parques de diversiones, cuando era niño venía aquí
para divertirme, en ese entonces solo me preocupaba por no dejar que mis
padres me castigaran.
Jungkook sugirió venir de paseo al parque y yo acepté encantado. Aunque
las cosas están algo incómodas después de lo sucedido entre él y yo.
—Cuando era niño solía colarme en la fila y fingir ser hijo de alguna pareja
que estaba formada.
—¿En verdad?
Sí, debido a que era pequeño nadie se daba cuenta.
—Sí, y me ponía al frente de ellos e ingresaba lo más rápido posible.
—¿Y no te decían nada los de seguridad?
—Claro, pero yo les aseguraba que mis padres estaban pagando las
entradas, así que yo simplemente subía y me divertía.
Era divertida la sensación de peligro y adrenalina mezcladas, qué tiempos.
—¿Y al salir nadie se daba cuenta?
—Lo hacían, pero yo corría muy rápido y nadie pudo alcanzarme.
Subimos a la montaña rusa y mientras yo me sentía el rey del mundo con
aquella vista, Jungkook parecía entrar en pánico.
Luego decidimos tomar un par de helados, mientras el atardecer mostraba
su esplendor. Él observaba el paisaje y yo miraba de reojo su linda carita.
—No sabía que mi chico era rebelde.
—Gajes del oficio.
Él comenzó a reír y sentí muchas ganas de abrazarlo. ¿Qué me está
pasando? ¿Qué?
—Tae...
—Mh.
—Me gustas muchísimo y te quiero.
Mi corazón se alarmó y desvíe la mirada hacia los juegos mecánicos y debati
mentalmente sobre lo que sentía por Jungkook. ¿Jungkook me gusta?
¿Realmente me gusta?
Horas más tarde nos despedimos y yo regresé a casa. En el camino me
encontré con Jimin, su rostro no expresaba nada bueno así que le invité a
pasar. Tomé una ducha al llegar y más tarde ya estábamos comiendo una
pizza, mientras él jugaba con mi móvil.
—Taehyung.
—¿Mh?
—¿Estás enamorado de Hoseok?
—Sí, claro que sí.
Con él podía ser sincero.
—¿Entonces por qué sigues con Jungkook?
No lo sé.
—Todavía no ha terminado conmigo.
—Entonces tú termina con él.
—No puedo, le haría daño.
—Traidor, no amas a Hoseok.
—Lo amo, lo juro.
Lo amo en serio, yo no soy un traidor, lo... juro.
Jimin se quedó en silencio por algunos segundos, y luego comenzó a leer en
voz alta algo que encontró en mi móvil. Eran mensajes de Jungkook.
Jungkook:
Hola Tae, soy Jungkook. Quiero agradecerte por esta tarde, la pasé muy bien
junto a ti y me divertí como nunca. Es muy valioso para mí saber algo más de
ti... así que no estaría mal que contáramos algo más acerca de nuestras
vidas, yo creo que de mí ya sabes mucho pues hablo de más, pero no sé
mucho acerca de ti, así que si quieres contarme algo, yo sería muy feliz.
Jungkook:
Y lo del "te quiero" es verdad, te quiero muchísimo, puedes pensar que es
algo apresurado pero lo que siento solo se puede describir de esa manera.
Tenias que saberlo, solo es eso. Descansa bien y no olvides contar bien las
ovejitas antes de dormir.
Me sentía confundido con todo esto, porque sus palabras calentaban mi
corazón. No podía, simplemente no podía.
—Escríbele una nota ahora, diciéndole que no pueden seguir juntos y yo la
pondré en su casillero.
—Está bien...
Le escribiría una nota a Jungkook, dándole a entender que yo no soy para él
y lo diría de manera delicada, aunque Jimin no quisiera.
9.
—Entonces te hizo escribir la nota...
—Sí Nam, en realidad, también quería hacerlo.
—Tae, te daré un consejo. Jimin no debe elegir cuál será tu felicidad, es un
buen chico y se preocupa, pero tú decides a quién amar, tú decides por ti.
—Yo decidí...
—Bueno, espero que no te arrepientas.
Tomé mi mochila y caminé por el pasillo hacia la salida, no quería hablar con
Jimin y seguramente Jungkook me estaría esperando.
Pero cuando llegué lo encontré junto a Jackson, un tonto chico que era
amigo. Él sujetaba su cintura y parecían muy a gusto. Y yo dudando,
Jungkook es igual que todas las parejas que tuve. Solté un suspiro quise
pasar de largo, pero sus ojos de posaron en mí.
—Jackson, tengo novio... —Dijo. Estoy seguro de que fue solo porque yo
estaba cerca.
—¿Novio? ¿Quién?
—Es él, Taehyung.
Jackson se volteó a verme y entonces comenzó a carcajearse.
Es probable de que se riera de mí, por cornudo hijo de puta.
—Estar con Taehyung es como tener un muñeco inflable, lo sabes, ¿no?
¿Muñeco inflable? ¿Qué tipo de apodo era ese? Observé a Jungkook y luego
salí de ese lugar, ya no podía seguir soportando las estupideces de ese
chico.
Espero que Jimin haya enviado la estúpida nota.
Caminé con calma hasta cruzar la esquina, metí las manos dentro de mis
bolsillos y maldecí mil veces haber olvidado los audífonos en casa. Algunos
pasos se escucharon, supe de inmediato que era Jungkook.
—T-Tae...
Lo miré, estaba muy agitado.
—Escucha él... él siempre me molesta, lo lamento yo...
No me interesa.
—...
—Jackson quería salir conmigo y le dije que no, es un tonto, y-yo soy tu
novio...
Vale, creo que por fin lo recuerda.
—¿Cuál es tu punto?
—¿Mi punto?
—El punto para que me expliques esto.
—Bueno, soy tu novio... y creí que, creí que...
¿Creyó que soy un tonto?
—¿Mh?
—Creí que te molestaría verme junto a otro chico.
La verdad es que me molesta, me calienta las pelotas verlo junto a otros
hombre, no solo eso, me jode porque nunca me había sentido así y es
frustrante no tener el control de mis sentimientos. Pero no le daría el gusto de
hacérselo saber.
—Bueno, todos creemos en cosas y no está mal equivocarse acerca de su
veracidad.
—Taehyung...
—...
—Taehyung, escucha.
Tomó mi mano y sentí que algunos escalofríos recorrían mis hombros. Sus
ojos lucían tristes y entendí que estaba siendo sincero, ¿acaso Jackson solo
le estaba molestando?
—...
—Soy tu novio y quiero que sientas celos, quiero que te molestes conmigo
porque otro chico me invitó a salir y me tuvo cerca. Quiero que me defiendas
de ese tipo de chicos y les hagas saber que te pertenezco. Quiero que me
quieras... sólo quiero ser importante para ti, ¿es mucho?
¿Eso es lo que quería? Porque lo hago, maldita sea sí que lo hago, solo me
falta hacerles saber a todos que me pertenece... pero, ¿en realidad Jungkook
me pertenece?
Y me besó, sus labios se sentían tan suaves y los míos tan fríos, hermosa
combinación.
—Jungkook.
Espero que no le haya llegado esa nota, me arrepiento de haberla hecho.
—Dime.
—No soy un muñeco inflable, no existe comparación, ese chico es realmente
tonto.
Porque de verdad me había enfadado ese comentario.
—Bien...
—¿Te gustaría ir a mi departamento?
Quería llevarlo y quizá llegar a segundo nivel, qué sé yo, solo quería tenerlo
cerca, solo para mí. Pero aún seguía luciendo triste, ¿qué debería decirle si ni
sé qué sucede conmigo?
—No.
—Vale.
Le di la espalda y me fui caminando
Habían pasados dos minutos y voltee para verlo, él se había ido. No pude
contenerme así que le di una patada al buzón de uno de los vecinos. ¿Por
qué Jungkook es tan incomprensible? Mierda.
10.
No he dormido bien, pensé mucho en Hoseok, sobre qué hubiera sido de
nosotros si él no se hubiera ido. También pensé en Jungkook, sobre qué será
de nosotros si no detenemos esto.
También pensé en Jackson. Hablaría con él.
—Tae, Tae.
—Mh.
Jungkook está muy bonito, mucho más, hoy.
—Mi mamá no estará en casa y pensaba que podríamos pasar una tarde
juntos en casa después de las clases.
¿En su casa?
—Bien.
—Pues vale...
Dejó un pequeño beso sobre la punta de mi nariz y solté un suspiro. Me
sentía cansado.
—...
—Taehyung yo...
—No quiero tener una conversación ahora.
Estoy pensando sobre qué le voy a decir a Jackson cuando le tenga de
frente.
—¿Por... qué?
—Mh.
Espera un poco.
—Lo lamento...
—¿Te gusta Jackson?
—¿Qué? No, no, ¡no! Claro que no...
Bueno, pues ayer estaba de los más feliz entre sus brazos. Joder, yo no
siento celos, no son celos.
—Pues debería, hacen una agradable pareja juntos.
—Tae...
—...
Me levanté de la mesa y me fui hacia mis clases. Le pediría un consejo a
Nam, antes de hacer cualquier cosa.
11.
Jungkook hablaba sin parar y no podía concentrarme. Las palabras de
Namjoon seguían rondando por mi mente "más vale amigos falsos que
enemigos". No entendía o no quería entender, porque esa cosa de la
hipocresía no iba conmigo, aunque Nam me haya dicho que no era
hipocresía en lo absoluto.
Llegamos a su casa, es una casa mediana y muy agradable. Jungkook abrió
la puerta con las manos algo temblorosas y me invitó a pasar. Me senté
sobre el sofá y dejé la mochila a un costado.
—Tae...
—Mh.
—Lo siento...
—¿Por qué?
—Porque tal vez verme hablando con Jackson te molestó.
La verdad es que sí. Bueno, ya que pedía disculpas podíamos quizás, llegar
a un acuerdo.
—En realidad...
Su zurda de pegó sobre mi entrepierna con toques delicados y sus ojos no
se apartaban de los míos. Vaya que me encantaba que hiciera eso, y esa
carita inocente no hacia más que confundirme porque sus actos no eran
necesariamente inocentes.
—¿En realidad?
—Jungkook.
—Dime...
Sus dedos se deslizaban sobre mi entrepierna e inevitablemente mi pene
comenzaba a responder. Con ligeros apretones encontró el cierre del
pantalón y supe de su intención, no podía dejarlo continuar, así tomé su
mano.
—No.
Empujó mi mano y continuó tocando la zona. Con gran velocidad bajó el
cierre de mi pantalón, dejando que mi erección no se sintiera tan oprimida.
Quería decirle algo, no sé, que esto iba a terminar más, pero él calló todo
intento de dialogo cuando me besó, sus labios se movían torpemente sobre
los míos y entendí que estaba asustado. Así que me dejé llevar, bajé la
guardia por algunos minutos y disfruté de aquellos labios dulces y carnosos
que están volviendo loco.
Minutos después se sentó sobre mi regazo, su cuerpo está temblando y yo
tuve muchas ganas de decirle que estaba bien, que tomara su tiempo. Su
vecino subió el volumen y creí que era perfecto para que nadie nos
escuchara.
Su trasero se pegó a mi entrepierna y empezamos un vaivén de ritmo lento
que terminó en uno rudo. Comenzó a soltar gemidos y me sentí en el cielo,
no pude resistirme y tomé su trasero entre mis palmas, apreté su redondez
con fuerza, como desfogandome porque Jungkook es un calientapollas
fenomenal y la cosa más hermosa que he visto en mi vida.
Mi pene quiere salir y penetrar ese culo que está rebotando sobre él pero
Jungkook no está listo para esto, así que cuento los minutos que restan para
detenernos.
Estaba disfrutando de la fricción con los ojos cerrados, pero su aliento
caliente me impulsó a observarlo y lo descubrí mirándome. Entonces nos
miramos con atención, sus ojos mostraban amor y yo me sentí tan bien, tan
libre.
—Tae, c-cógeme ahora...
—Mh...
Oh cariño, claro que quiero cogerte.
Él mordió la comisura de mis labios y gimió mi nombre cuando mi
entrepierna se levantó para golpear su trasero con rudeza. Quería partirle ese
culito que ahora me está ofreciendo en bandeja de plata.
Jungkook es la tentación en persona.
—P-por favor...
Pero Hoseok apareció en mi mente y recordé la discusión que tuvimos Jimin
y yo. Recordé a Jackson y a Jungkook, las palabras que Namjoon.
Mierda.
—No, no...
—¡Tae, ah!
—Jungkook.
Aparté las manos de su cuerpo y empujé sus hombros con cuidado. Su
rostro mostraba desilusión.
—Tae...
No, joder, quiero pensar.
—Vete.
—Pero esta es mi casa.
Ah caray.
—Ah sí, bien, me iré yo.
La incomodidad se sentía en el aire y yo me insulté mentalmente por no ser
un hombre y continuar. Tomé su barbilla con cuidado y besé sus labios,
necesitaba de ellos. Después admiré su carita, no era tiempo, no era el
momento para esto, me gustaría que lo comprendiera.
Salí de su casa y me fui caminando hacia mi departamento, esperando que la
fría noche bajara mi erección. Cosa que nunca sucedió.
12.
—Vale, qué quieres cabrón.
Sí, en definitiva. Es un salvaje.
—Mira, vamos a hablar como gente civilizada.
—¿Y qué quiere el chico inflable?
Solté un suspiro y le pedí a Jackson que me acompañará hacia un bar
cercano. Cuando llegamos ahí pedimos un par de copas y nos pusimos a
conversar.
—No puedo creer que le gustes a Jungkook.
—¿Por qué no?
—Bueno, eres el chico muro y él es un amor de persona.
—Soy el chico muro de pink floyd.
Estallamos en risas y fuimos por la segunda copa.
—Jackson, ¿te gusta Jungkook?
—Bueno, me gusta un poco, más me gusta molestarle que otra cosa, es mi
amigo y no quiero verlo contigo.
—¿Por qué no?
—Porque le lastimas y ni siquiera te gusta, seamos sinceros.
—Me gusta, Jungkook me encanta por eso te traje aquí para platicar.
—Bien, dime.
—Si no te gusta tanto te pediría que por favor no andes... coqueteandole,
¿vale?
—¿Por qué? ¿Te pone celoso? Entonces te gusta...
—Jackson.
—Llámame Jack.
Fuimos por la tercera ronda.
—Jack, él es realmente importante para mí... me está volviendo loco.
Él se quedó en silencio. Parecía que estaba tomando en serio nuestra
conversación
—Cuando le lastimas soy yo quien tiene que ir a hacerle bromas para que se
ría.
—No pasará otra vez, voy a cuidarlo.
—Vale, entonces dejaré de molestarlo de esa manera, me comportaré como
un amigo con él... además, estoy enamorado de otra persona.
—¿Quién es el desafortunado?
—Mark, pasa contigo algunas materias. Y bueno, le gustas, cabrón hijo de
puta.
Jackson se terminó otras dos cosas de golpe y yo me puse a pensar. ¿Mark?
Ni siquiera me mira, cómo podría gustarle.
—No le gusto.
—Que sí, él me lo ha dicho.
—Vale, entonces tengamos un trato, quiero que cuides a Jungkook de los
demás idiotas que quieren acercarse a él y yo te ayudaré a conquistar a
Mark.
No tengo idea de cómo, pero lo haré.
—Hecho, Tae.
Estrechamos nuestras manos y salimos del bar más tranquilos. No somos
amigos y creo que ninguno quería serlo pero seríamos aliados, que suena
mejor.
Jack se fue a su casa y yo iba en rumbo a la mía, pero decidí pasar por la de
Jungkook primero.
Me quedé al frente de su casa por dos horas, solo esperando a que él
mostrara su carita por la ventana.
Espero que no haya leído la nota, él no suele usar tanto el casillero.
13.
Jungkook no ha mencionado nada sobre la nota, supongo que no le ha
llegado o tal vez Jimin nunca la envío. Me sentí muy tranquilo al saber
aquello.
—Y aunque haya buscado con toda rapidez el lugar del libro donde estaba
escrito lo opuesto a mi pensamiento, no pudo encontrarlo y me dio la razón.
—¿En serio, Tae? Vaya...
Jungkook está un tanto distraído, me pregunto qué es lo que le tiene tan
pensativo.
—Sí. Creo que necesita prepararse, aunque no creo que se haya encontrado
un doctorado por ahí, supongo que él estudiaba.
—¿Tu profesor?
—Claro, él.
No vi a Jackson por ningún lado y hoy descubrí a Mark mirándome.
—Supongo...
—Mh.
—Taehyung... ¿te gustó que tuviéramos un poco de intimidad?
Bien, eso había sido muy directo.
Pues sí...
—Sinceramente... no.
—¿No?
—Pero es parte de una relación y puedo estar bien con ello.
Podría estar muy bien con ello, realmente bien.
—¿Qué tal si intentamos llegar un poco más allá?
—Jungkook...
Creo que no es el momento, entiendo que Jungkook aún se siente algo
vulnerable, pero si me da un poco de tiempo, podría intentarlo... por él.
—Vale.
—Escucha...
Quería pedirle un poco de calma, necesito tiempo para empezar a borrar
heridas y todo eso. Sólo necesito tiempo.
—Pero que te conste, hay muchos que se mueren por estar en tu lugar ahora
mismo, así que valórame chico rudo. Te veré después, cariño, ¡besitos!
Jungkook se levantó con velocidad y se fue.
¿Por qué tiene que ser tan difícil?
14.
—Jimin está enfadado.
—Eso no es culpa tuya.
—Creo que a Jungkook le llegó la nota pero él no dijo nada.
—¿Y qué piensas acerca de ello?
—Me hace feliz, Nam.
—Tae, ya deja de hacerle caso a Jimin y que se joda. Con todo cariño, eh.
—No, Jimin es como mi hermano, lo único que hace es preocuparse.
—Vale, pero...
—Aún estoy enamorado de Hoseok.
—Bien, pero ahora él no está y tu novio es Jungkook.
Namjoon me empujó hacia la salida y caminé hacia Jungkook.
Hoy se ve muy bonito.
—Tae.
—Hola.
—¿Nos vamos?
Asentí.
¿Por qué le había dicho a Nam que estaba enamorado de Hoseok? Tal vez
porque mi corazón necesitaba decirlo.
—Tae, ¿vamos a tu departamento?
Daba igual, yo quería tenerlo en mi casa, aunque no dijéramos nada, yo
quería saber que Jungkook estaba a mi lado.
—Tae.
—Mh.
—Tengo ganas de preparar un poco de... pasta.
Siempre tengo la voluntad de comprar ingredientes para cocinar y así comer
algo decente, pero termino comprando comida instantánea, así que si
Jungkook quería cocinar algo estaría feliz.
—Mh. Vale, creo que tengo los ingredientes.
—Quise decir, estofado, sí, eso.
¿Estofado? Vale, no me importa. Con tal de que sea comestible. Aunque no
compro esas cosas...
—Pero no tengo los ingredientes.
—¿Sí? Pues ve a comprarlos por favor, yo buscaré todo lo demás aquí.
¿Irlos a comprar? Bueno, tenía hambre así que tomé las llaves y salí del
departamento en busca del dichoso estofado.
En el camino saludé a mi vecina, su nombre era Rosy y odiaba que le
llamaran señora, aunque ya tenía más de sesenta años. Ella adoraba que yo
fuera a su casa a leerle algunos poemas de Bukowski y yo con gusto lo
hacia, su manera de pensar se amoldaba tanto a mí, tanto que podría
arrojarle cualquier mierda con un título de poema y ella lo amaría. Rosy era
como la madre que nunca tuve.
Compré lo que creí que era indispensable para la cena y regresé a casa,
intenté apresurarme, no entendía por qué. Abrí la puerta y me dirigí hacia la
cocina en donde seguramente él estaría.
—Jungkook...
Jungkook estaba junto a la alacena. Usaba una de mis camisas y sus piernas
estaban al descubierto. Contuve el aire, ¿estaba alucinando?
—Amor.
—...
No supe qué hacer.
—Oh, sentí mucho calor y me puse algo más fresco, no te molesta que haya
usado tu camisa, ¿verdad?
Bien, no podía caer en la tentación. Pensé que sería bueno salir a tomar aire,
pero él me detuvo.
—...
—¿Me ayudas a preparar la cena?
Asentí. No podía negarle nada, no a él.
Me pidió que yo lavara los platos y temía que alguno de ellos se me resbalara
por andar admirando sus piernas. Lucen tan blancas y suaves que tengo la
necesidad de tocarlas.
—¿Te gusta lo que ves?
Desvié la mirada e intenté controlarme, mierda, me encanta lo que veo. Sentí
su presencia, sus dedos bailaron sobre mi brazo.
Si no se detenía ahora...
—...
—Tae, estás muy callado.
—No me di cuenta.
—Amor, quítate esos guantes.
Mi pene dolió cuando le escuché llamarme de esa manera. Él me quitó los
guantes plásticos y solté un suspiro, de cerca es tan... perfecto.
—Jungkook, creo que deberíamos terminar la cena pronto.
—No quiero.
Tomó mi diestra y la condujo hacia su cintura, si no se detenía iba a tomarlo
de manera poco amable, así que la aparte su mano de inmediato.
—Jungkook, espera.
—Tae... no estamos haciendo nada malo, sólo estamos conociéndonos un
poco más.
Su tono mostraba frustración, ¿qué debo hacer? Maldita sea
—...
Él volvió a tomar mi mano y esta vez la posó sobre sus muslos.
Efectivamente, su piel se siente muy suave y firme, sentí la necesidad de
morder y marcar esa piel con brutalidad.
—Amor.
—Jungkook...
Su sonrisa me hacia saber que él tenía el control. Apoyó sus codos sobre el
lavaplatos y con calma deslizó su boxer hacia abajo, observé a detalle cómo
la prenda rozaba aquella redondez y fue cayendo entre sus rodillas hasta
colisionar con el suelo.
Mierda, mi entrepierna se sentía oprimida y no pensé en nada más que no
fuera en ese culo y las maneras en las cuales podría jodercelo.
—Tae, soy todo tuyo...
—...
Leyó mis pensamiento y tomó mi mano para dirigirla sobre su trasero. Más
tarde que temprano, mis manos no se contuvieron y acariciaron la zona,
dejando algunos pellizcos y apretones. La manera en cómo sus nalgas se
amoldaban a ellas, me hacían creer que fueron creadas para estar pegadas
ahí.
—Tae... hazme tuyo, fóllame.
—No.
Pero seguía pensando en Hoseok, ¿y si regresaba por mí?
Quería dejar de pensar en ello, pero tengo admitir que soy un estúpido de
primera.
—Tú también lo quieres...
—No, no, no...
No, no lo creo.
—Tae... cariño, por favor.
A la mierda con Hoseok ese hijo de perra.
Deslicé el cierre de mi pantalón y mi pene agradeció salir de aquel apretado
lugar. Dirigí el glande hacia esa pequeña entrada y comencé a rozarme con
ella. mis zurda tomaba su cadera con fuerza y pensé que podría romperlo si
entro de una sola estocada.
Sus gemidos me impulsaron a continuar.
—Tae... mh.
¿Y si Jungkook no está seguro que de quiere hacerlo conmigo? Es decir, tal
vez solo quiere comprobarse a sí mismo que puede tener lo que quiera y más
adelante puede arrepentirse de haberlo hecho, solo por un reto.
—Fóllame...
—Cierra las piernas.
Pero no podía dejarme duro y solo, otra vez.
—¿Qué?
—Hazlo.
Sus muslos se juntaron y deslicé mi pene entre ellos para comenzar a
penetrar la zona con fuerza, como desfogándome por todo lo que ha hecho,
conmigo. Él gimió mi nombre y cerraba sus piernas apretándome más. En el
proceso rocé su entrada y caí rendido ante su cuerpo.
Seguramente tendría otras imágenes para masturbarme pesando en él.
—Penétrame... T-Tae...
No, hasta que me demuestre que esto es lo que desea.
Estuvimos en la misma posición durante veinte minutos más, hasta que me
corrí, haciéndolo sobre su pequeña y rosada entrada.
No quería mirarme, seguramente estaba muy avergonzado con la situación.
¡Lo sabía!
—Lo siento...
—¿Qué? No... ambos lo disfrutamos.
—Jungkook, no debí.
Tal vez sí.
—Sí debiste, soy tu novio y yo me moría por sentirte más cerca.
Solté un suspiro. Cómo contenerme cuando dice eso.
—Quédate a dormir esta noche...
—Lo haré mi amor, claro que lo haré.
Agradecí mentalmente, no podía dejarlo ir, al menos no esta noche.
15.
La luz golpeó mi rostro con fuerza. No sabía exactamente qué hora era, pero
sentí la presencia de alguien mas junto a mí. A tientas toqué un brazo, su piel
se sentía tibia, humana.
Recordé que Jungkook se había quedado a dormir conmigo. Vaya bendición.
—Despierta dormilón.
Su voz suena bien.
—...
—¡Tae!
Abrí los ojos al oírlo alzar la voz y los rayos del sol se colaban tras de sus
cabellos, como si fuera un ser de luz.
—Jungkook.
Sus hombros estaban desnudos y pude predecir que su cuerpo también lo
estaría. No sé si es saludable despertar con una erección.
—¿Descansaste bien?
—Deberías vestirte...
Por favor.
—No quiero.
Jungkook jaló las sábanas y cubrió con ellas su cintura. Era hora de
levantarse y tener a Jungkook conmigo, me quitaba todo el sueño.
—Jungkook, estás muy infantil.
—Jinkiik, istís miy infintil.
Negué con la cabeza mientras sentía unas ganas inmensas de matarme de
risa.
—Deja de jugar.
—Diji di jigir.
Él corrió a la cocina, sus pasos resonaron por el pasillo y lucía como un niño.
El mismo niño que ayer me volvió loco y me incitó a cogerlo.
Me levanté con pocas ganas y tomé un baño. La música desde la cocina me
era extraña, en casa comúnmente solo hay silencio.
Me dirigí hacia la cocina y lo encontré ahí, sosteniendo las sábanas en su
cintura con esfuerzo y tarareando aquella extraña canción. Su piel brillaba y
me hacia saber que disfrutaba de su juventud.
Creo que me estoy enamorando...
Un agradable olor de café recién hecho inundó mis fosas nasales y quise
apresar sus cintura entre mis brazos. Pero eso sería demasiado y podría
asustarse.
—Taehyung...
Él volteó a verme y dije lo primero que me pareció sensato.
—Deberías vestirte.
Desvíe la mirada hacia la taza de café y la probé. Café sin azúcar y muy
espeso, casi amargo, como mi alma. Jungkook me conocía tan bien.
—Tae... ¿acaso vives solo?
—Es una pregunta muy obvia.
—Entonces lo haces...
—Antes vivía con mi padre, pero él consiguió novia y se fue con ella, desde
entonces no sé nada de él.
Idiota infeliz.
—¿Y tu mamá?
—Pues... a ella le va muy bien con su nueva familia, me envía dinero cada
que puede hacerlo, le debe ir bien porque el monto no es broma.
Vaya zorra.
Mi madre solo es Rosy.
—Lo siento, en verdad.
—No eres tú quien tiene que sentirlo.
—Tae...
—¿Y tu madre sabe que estás aquí?
Bueno, el caso de mis madres era otra cosa y el de Jungkook otra. Supongo
que la suya sí estaría preocupado por él.
—Claro, cariño, claro.
Es un alivio.
16.
Su cintura es curvilínea. La manera en la que sus hombros combinan con su
cintura, tan asimétricos, me hacen saber que eso puede llegar a asemejarse
a la perfección. ¿Y si deja caer esas sábanas para saber si sus piernas
también combinan con lo demás? Seguro que sí.
—¿Tae?
—Deberías ir a vestirte.
—¿En serio quieres eso?
—Sí.
No.
Él se acercó, me sentí en peligro. Desvíe la mirada para no mirarlo y no ser
presa fácil cuando él montó mis piernas, pero cuando aquellas sábanas
cayeron, dejándome ver esas deliciosas y firmes piernas, fue casi imposible
luchar contra eso.
Él tomó mi mentón y me obligó a mirarlo. Sus labios rojos me gritaron que los
besara y sus ojos intentaron convencerme. Me besó, pero mi razón me decía
que no podía correspoderle.
A mis manos les valió una mierda y tomaron su cintura.
Nos miramos una vez más antes de que él tomara las sábanas y se cubriera.
Sus rostro mostraba nostalgia. Es mi culpa, lo sé.
Necesito tiempo.
—Jungkook.
—¿Qué?
—¿Puedes irte a casa solo? Tengo clases y no puedo faltar.
Si no se iba ahora, no iba a dejarlo ir o eso creía.
—Claro.
—Bueno, cierra bien antes de irte.
Me levanté y me encerré en el baño. Mojé mi rostro con agua helada.
Cumplimos cuatro semanas con hoy. No sé qué hacer.
17.
Hablar con los chicos es reconfortante, aún más con Nam, siento que sus
palabras siempre me traen alivio. Ciertas veces pensé que podría llamarlo
"padre" pero probablemente se reiría y me pediría que me tranquilice.
Jungkook y yo estamos algo distanciados, no he querido decírselo a nadie,
pero ellos lo han notado.
Las hamburguesas no saben tan bien y de pronto Jungkook apareció en
nuestra mesa. Quería correr de ahí y tener un poco de tranquilidad pero era
imposible.
Vaya disfunción.
—Tae.
Oh, joder. Creo que es tiempo de hablar.
—Hola.
—¿Puedo... sentarme?
No sé si debería. A Jimin no le agrada y seguramente se pondría incomodo.
Por ahora es mejor que se marche.
—Claro, siéntate. ¿Cuál es tu nombre?
Mierda. Jimin había hablado y había hecho una pregunta estúpida, si él más
que nadie sabe quién es Jungkook.
Namjoon me observaba interrogante, qué le podía decir si yo tampoco
entendía lo que estaba pasando.
—Soy... Jungkook.
¡Todos lo saben! Pero Jimin actúa como si no lo supiera.
—Ah, yo soy Jimin.
—Mucho gusto.
Le di una mirada a Nam. Viejo, ayúdame.
—Yo te conozco, Jin no para de hablar de ti.
Namjoon habló con amabilidad. Jungkook probablemente piensa que no les
dije nada sobre él a los chicos.
—Oh sí...
—¿Y qué buscas de nosotros? —Preguntó Jimin y me quedé estupefacto.
¿Qué.mierda.está.pasando?
Namjoon y yo estábamos en shock. Sin embargo él era más expresivo que
yo.
—Jimin, Jungkook es el novio de Taehyung.
Nam, te lo agradezco.
—¿En serio? Taehyung nunca nos ha hablado de ti.
Me quedé quieto. No podía ni parpadear. ¿Qué es lo que acaba de decir?
Jimin esbozó una sonrisa y Namjoon dejó caer su cajita de papafritas sobre
la mesa.
Más tarde, Jungkook se levantó agregando que tenía una clase y yo tuve la
intención de alcanzarlo, pero Jimin sostuvo mi mano.
—¿Por qué hiciste eso? —Pregunté con rabia.
—Porque él único novio que te conozco es Hoseok y nadie más.
Jimin se fue caminando con tranquilidad, como si no supiera de la gravedad
de lo que acababa de hacer.
—Nam...
—Vendré a tu departamento después de mi cita con Jin, ¿podrás esperar un
poco?
Él palmeó mi hombro y me sentí abrumado.
—Claro. Gracias.
Jungkook, por favor, no pienses cosas que no son.
18.
Jungkook me invitó a salir. Las cosas siguieron más incómodas entre
nosotros, casi ni nos dirigimos la palabra y creo que verlo después de todo,
me trae consuelo.
Él tomó mi mano y yo tuve mucho miedo de sujetar la suya, sabía que la iba
a romper.
—Entonces Jin hyung se compró unos audífonos de un sonido asombroso.
Ayer Namjoon y yo hablamos de muchas cosas, él me dijo que sería bueno
que yo comience a hacer una tregua con los sentimientos que tengo por
Hoseok y luego abandonarlos. Como si fuera tan fácil.
—Oh.
—Pero Namjoon le regaló el mismo día en que lo compró, los mismos
audífonos, la diferencia está en que los que le regaló Namjoon eran de color
rosa.
—Ajá.
No puedo concentrarme.
—Y el que Jin quería era el rosa, y le dijeron en la tienda que poco antes una
persona ya se lo había llevado y que solo los tenían en blanco, así que Jin
hyung tuvo que comprarse esos, ¿y adivina qué?
—Namjoon le regaló los de color rosa, ya lo dijiste.
—Pues sí, pero no es eso. Jin adora el regalo de Namjoon así que decidió
darme los blancos a mí, qué suerte, ¿no?
—Ajá.
Después de eso nadie dijo más. Nos quedamos en silencio mientras
cruzábamos el parque que estaba cerca de mi departamento.
—Oye, ricura, ¿acaso eres chica?
Uno de esos chicos ebrios se nos acercó y comenzó a molestar a Jungkook.
Es mejor no buscar problemas y continuar caminando.
—Ese culo sí que lo cogería.
Bueno yo también y soy el único que puede.
—Aléjate, estúpido.
—El estúpido es el monigote que traes al lado.
Vaya creí que él no tendría uso de razón ahora, de cualquier manera, hay que
dejarle con su mierda.
—Taehyung.
Observé a Jungkook y su rostro reflejaba molestia. ¿Acaso quiere que tenga
una pelea con ese chico?
No dijimos más y apresuramos el paso. Pero aquel ebrio no se detuvo y
caminó a mi lado. No importaba, con tal de que no estuviera cerca de mi
novio.
—¿Y tú qué? ¿No hablas?
No con ineptos como tú.
—...
—Mamón, me voy a coger a tu novio.
Ajá, seguro. Sigue soñando.
Él estúpido se fue algo lado de Jungkook y mi paciencia se estaba
acabando.
—Ricura.
El ebrio atacó a Jungkook y apretó su trasero, era obvio que gritó por miedo
y ese hijo de puta había terminado con mi paciencia.
Nadie toca lo que es mío.
Formé un puño con mi mano y le propiné un golpe tan fuerte en la mejilla que
tuvo sonido. Él cayó fatalmente sobre el suelo y no aparecían intenciones de
levantarse.
Me acerqué a Jungkook y tomé su mano para dirigirlo rumbo a mi
departamento. Aún estaba enfadado, conmigo también, por ser un idiota.
19.
—No me duele.
—Claro que sí amor, tus nudillos están muy rojos.
—No.
Que no.
—Que sí.
Puso una bolsa de hielo sobre mi diestra. Mis nudillos estaban rojos y así que
me opuse. Bueno, duele un poco, ese cabrón tenía piedras en lugar de
cerebro.
—...
—Tae, gracias...
—...
—Realmente estaba muy asustado cuando hizo eso.
—Querías que te defienda, ¿verdad?
—Tae. En un comienzo sí por las cosas tontas que dijo, pero si eso te pone
en riesgo ni pensarlo. Mira cómo está tu mano.
—Mi mano no tiene nada.
Él quitó los hielos de mi mano y quise protestar, pero dejó un beso sobre la
zona y mi pene sintió un pequeña punzada.
—Eres mi héroe.
Ay mamá. ¿Por qué tengo tener pensamientos impuros?
Decidí dejar de pensar en ello o por lo menos intentarlo. Había pasado media
hora y prendimos la tv, no había nada interesante, a excepción de bob
esponja. Tampoco estaba mal.
—Tae.
—Mh.
—Me excitó mucho que golpearas a ese tipo.
Oh no. Oh no. Oh no.
—...
—Es decir, fue algo muy masculino y me encantó. Sabes que sólo tú puedes
tocarme...
No puedo, mi erección es evidente y no quiero hacerle saber que él es el que
tiene el control y puede manejarme cuando guste.
—...
—Tae... ¿hacemos cositas traviesas esta noche?
Me encantaría, le llevaría a mi cama ahora y le haría el amor como tres veces,
hasta que quedemos sin fuerzas. Pero si lo hago y mañana decido que a
quien amo de verdad es a Hoseok, jamás me lo perdonaría. Quiero decidirlo
pero cada vez es más imposible.
—Tengo que estudiar para un examen, así que te rogaría que vuelvas a casa
a descansar.
Su carita mostraba desilusión.
—Bien...
Se dirigió hacia la puerta y se fue. Solté un suspiro y me hice bolita sobre el
sofá.
Joder, joder, joder.
20.
Hoy es el cumpleaños de Jungkook, realmente no lo sabía y me siento
culpable porque él ha traído los ingredientes para preparar su pastel de
cumpleaños.
—No sabía que era tu cumpleaños.
—Ahora ya lo sabes.
Dejó todos los ingredientes sobre la mesa. Preparar esas cosas en el horno
me da pánico, no quiero morir joven.
—¿Tienes que preparar tu pastel aquí?
—Claro. Amor, tienes que ayudarme y sé que no tienes regalo, así no tienes
salida.
Tiene razón. ¿Y si le regalo esta?
No, dios no, haha.
—No tengo esas cosas que sirven para hacer pasteles.
Ni las tendría.
—Yo las traje.
—...
Bueno, solo espero que no quememos nada.
—Bien, quiero que dividas los huevos.
¿Que divida qué?
—...
—Los huevos de la gallina.
Solté un suspiro de alivio. Jungkook comenzó a reírse y yo rompí un huevo,
no supe exactamente qué hacer con él y se estrelló en el piso.
—Es imposible.
—No, solo partes la mitad no hasta el extremo de partir el huevo, luego...
Otro huevo se me resbaló. Soy yo quien va a tener que limpiar todo después.
Al final él dividió los huevos, la manera en la que lo hacia era asombrosa. No
sé cómo lo hace.
—Ahora bate los huevos.
¿Qué?
—...
—¿Tienes una batidora?
—Sí, pero no sirve.
—¿Tienes una manual?
—Y... no.
—Creo que yo la traje.
Él la trajo y me la extendió, no sé cómo usarla.
—...
—Sirven para batir, tienes que hacerlo en círculos.
Vale.
—...
—Yo sé que entiendes, Tae.
Comencé a batir y no sucedía nada, bueno, se volvía espumoso pero nada
más.
—No pasa nada.
—Es que te tardaste mucho, y además creo que miraste la crema.
—¿Qué?
—Mi abuela decía que si mirabas a la crema, ella no crecería.
Es una locura.
—Eso no tiene sentido, es tonto.
—¿Y por qué no veo la crema ahí?
Continúe batiendo y mi camisa se manchó con algunas gotas. Estos huevos
ya me tienen hasta los huevos.
—Tendré que taparte los ojos.
—Jungkook, no.
—Taehyung, sí.
Él tapó mis ojos con una bufanda y seguí con mi trabajo. ¿Sería cierto eso de
que no hay que ver directamente a la crema? Bueno, eso no tiene lógica.
Estuve ahí como un tonto, batiendo. Y escuché a Jungkook carcajearse, ah,
y yo creyendo que podía llegar a tener razón.
—...
—El señor filósofo no le encuentra el sentido a los huevos.
—Me has mentido.
—Un poco.
Cuando él me quitó la bufanda, nos quedamos asombrados, la crema se
había levantado, fue asombroso.
—La crema levantó... ha de ser porque estás tan bueno que ni ella pudo
resistirse.
Me maté de risa, Jungkook decía tonterías a veces. Él se quedó estupefacto
al observarme, y dejé de reír porque creo que no es el momento adecuado.
Lo único que faltaba era integrar la crema con lo demás, así que lo hice con
cuidado. Pude sentir la intensidad de su mirada en mi espalda y segundos
después Jungkook atacó mi boca con un beso desesperado, que yo aprecié
tanto, tanto.
Esa noche compartimos el pastel, nos había salido muy bien a pesar de todo.
—Jungkook.
—¿Cariño?
—Dentro de dos días tengo la presentación de una investigación realizada
con mis amigos, ¿gustas venir?
No me gusta mostrar mi trabajo pero Jungkook era un caso diferente.
—Tenlo por seguro.
Asentí.
Vaya día.
21.
Jimin me invitó a pasear por ahí. Al final terminamos yendo a un bar, entre
risas y bromas nos terminamos algunas botellas de cerveza.
—Jimin, tengo una presentación mañana y Jungkook vendrá a verme...
—¿Vas a dejar a tu hermano tomando solo?
—No.
Olvidé la importancia que tenía esa presentación para mí así que seguimos
con algunos shots intensos. El lugar daba vueltas y las luces giraban.
—Tae... ¿te acuerdas de... día de la amistad cuando Hoseok nos compró
chocolates?
—Sí... terminamos con dolor estomacal.
Ambos nos reímos al recordar lo sucedido. Los chocolates sabían muy bien,
pero más sus labios.
—Tae... ¿Te acuerdas cuando Hoseok te trajo un gato blanco?
—Sí, su nombre era Min...
Aunque el gato se fue días después y me abandonó así como Hoseok lo hizo.
—Hoseok te compró un gran ramo de rosas para que dejaras de estar triste.
—Sí...
Tal vez era la combinación entre mi embriaguez y mi tristeza la que hizo que
algunas lágrimas se me escurrieran.
Continúe bebiendo y Jimin que quedó mirándome. Me veía patético.
—Si pudieras verlo otra vez...
—Daría mi vida por verlo otra vez.
—Haré todo para que lo veas.
—¿Me lo juras...?
Sentí náuseas. Él asintió.
—Termina con Jungkook.
Y esbocé una sonrisa. Recordé los bonitos labios de Jungkook...
—¿Jungkook?
—Sí, escríbele una carta...
—¿Kook?
No entendía mucho.
Jimin sacó un papel de su bolsillo y comenzó a escribir.
—Yo lo escribiré, se sincero porque recuerda que Hoseok puede volver...
Hoseok puede volver. Mi corazón se llenó, o tal vez mi estómago, con tanta
bebida.
Y le dicté a tientas y titubeos el contenido de carta, juraba que nada de lo
que decía tenía sentido pero Jimin no dejaba de escribir.
"Querido Jungkook.
Creo que has tenido mala suerte conmigo, he sido consiente de todos tus
intentos pero somos como dos piezas que no encajan, será porque encontré
mi otra parte y tú aún no.
Eres una gran persona y no mereces que te marchite de esta manera, así que
me permito ser sincero. Estoy enamorado de alguien, su nombre es Hoseok,
le he amado toda la vida..."
Toda una mierda que mandé o que Jimin mandó por correo.
Ambos estábamos abrazados y caminábamos. Bueno, yo me arrastraba.
—Ahora dejemos de m-mentir...
—Yo no miento, Taehyung.
—Mientes, Taehyung ese hijo de puta está enamorado de Jungkook.
—¿Qué dices?
—Sí, pero sht, nadie tiene que saberlo, menos Jimin...
Estaba tan ebrio que ni recordaba que estaba junto a Jimin. Solo estaba
siendo sincero.
—Taehyung...
—Cállate Nam.
Ebrio y estúpido.
Fue al día siguiente debido a que el timbre de mi departamento iba a explotar
junto a mi cabeza, que logré despertarme. No sabía cómo había llegado ahí y
en serio quería morir, pero ese sonido infernal no se detenía así que tuve que
abrir la puerta.
—¡TAEHYUNG! ¿QUÉ HORA CREES QUE ES?
—Hyung...
—¿Estás con jaqueca? Idiota, hoy es el día de la exposición.
Mierda.
Corrí como pude a tomar un baño y salir junto a Namjoon rumbo a la
presentación. ¿Por qué no me detuve? De esto vale mi carrera.
Las pastillas para el dolor de cabeza no bajaban y rogaba al señor para qué
no vomitara el desayuno.
Fue entonces que revisé mi móvil y vi algunos mensajes ya leídos y con
respuesta. Se me hizo extraño porque yo no recuerdo nada de ello.
Eran de Jungkook.
Jeon Jungkook:
Los pasteles de chocolate son mis favoritos, el de ayer nos salió super
delicioso, tenemos que volver a hacerlo.
Jeon Jungkook:
Adoro pasar tiempo contigo, pero esta mañana solo te vi un ratito. Sé que
estás ocupado con todo eso de tu presentación, sin embargo quiero verte.
Jeon Jungkook:
Te extraño, me haces falta.
Jeon Jungkook:
Taehyung, llevamos como cinco semanas juntos pero se siente como si fuera
toda la vida. Tal vez eras tú esa persona que he esperado toda la vida, es por
eso que hoy me atrevo a decir con toda la seguridad del mundo que... te
amo.
Mi corazón latió con locura.
Jeon Jungkook:
No tienes que responder nada, cariño, es lo que siento y pensé que tenías
que saberlo. Debes estar muy ocupado preparando todo…
Tae:
La presentación de mañana se suspendió, lo siento.
Mi cabeza sintió una punzada, juraba que Jimin había escrito aquello.
Era mi hermano, pero quería romperle la cara.
¿Qué más sucedió ayer?
22.
La presentación iba a comenzar, yo dominaba el tema pero no dominaba
todos mis sentidos, me sentía mareado.
—Ayer Jin aceptó ser mi novio.
—Me alegro por ti hyung...
—Escucha mocoso, de tanto jugar con los dos vasos vas a terminar
rompiéndolos.
—¿Qué?
—Tu cabeza se fundió.
—Nam, no te entiendo...
—Eso no importa, lo que importa ahora es que no digas ninguna
incoherencia o vas a seguir encerrado en esta universidad para toda la vida.
—Bien.
Ya estaba todo listo y yo era el que tenía que iniciar con la explicación. Los
maestros no tendrían piedad conmigo, como les he estado jodiendo con sus
errores, ellos seguro joderán con los míos.
Salimos con calma e hice todo lo posible para lucir sereno. Golpearía a Jimin,
eso sí.
La mitad de mis maestros eran excelentes así que sabrían apreciar el
proyecto, la otra mitad son el relleno y bueno la gente estaba ahí. Logré
localizar a Jin, seguramente Nam estará de lo más contento y al lado estaba
Jungkook, mi corazón se detuvo.
Es una larga historia de contar, pero si lo hago él sabrá que hice una carta
para él, la misma que pienso destruir en cuanto termine la exposición y le
parta la cara al administrador de correos.
Sus ojos se inundaron de lágrimas y salió corriendo, yo estaba dispuesto a
alcanzarlo pero Nam tomó mi brazo y recordé que de esto dependía mi
carrera. Tomé aire, más tarde buscaría la manera de remediarlo todo.
—Buenas días tengas ustedes, señores del jurado, la exposición a
presentarse llevó mucho tiempo de investigación y carece de...
23.
Es probable que la carta le haya llegado a Jungkook, él no me habla y esta
mañana quise golpear al administrador de correos, me dijo que las cartas ya
fueron entregadas, pero la que había enviado a mi nombre no había llegado a
su destino, aún así Jungkook está molesto y yo creo que le llegó de alguna
manera. Joder.
—Me dijiste que no le lastimarías.
—Es una larga historia, fue en parte mi culpa pero la otra parte...
—Oye, Taehyung, confío en ti, sé que si le hiciste daño no fue con intención,
pero si tan solo escucho que le hiciste daño adrede te golpearé.
—Entiendo.
—¿Y cómo va mi asunto con lo de Mark?
—No muy bien, Jackson.
—Te diré algo, hay un chico... su nombre es Minwoo, lo odio, como sea, él es
muy amigo de Mark y no entiendo por qué, porque ese desgraciado es de lo
peor y Mark es un amor...
—Al punto.
—Bueno, a Minwoo también le gustas, cabrón, y usando eso de nuestro lado
le puedes sacar información sobre Mark y así conquistarlo.
—Eso es muy dramático...
Jackson debe ver muchas novelas.
—Que no, los amigos se cuentan todo, ¿verdad?
—Sí pero...
—Entonces podrás tener información siendo su amigo, así que intenta.
No, por favor.
—Vale...
Jackson golpeó mi brazo y se fue rumbo a la cafetería, supongo que a
molestar a Jungkook que últimamente le está gustando mucho hacer y que si
no creyera en la palabra de hombre que me dio Jackson, me daría celos.
Fui tras de él y tomé lugar un poco lejos de ellos, de inmediato apareció
Namjoon y Jimin, iba a hablar seriamente con éste último. Pero Jungkook se
levantó con la intención de salir, y Jimin también lo hizo.
—¡Jungkook!
Mierda.
—Hola...
—¿Qué haces ahí? Ven.
Bien, Jimin era un jodido, le regañaría.
Jungkook nos saludó a todos, su cara mostraba incomodidad, pero yo... era
tan feliz de tenerlo cerca. Nam jaló a Jimin y se lo llevó lejos, como siempre,
mi hyung ayudándome.
—Hola...
Su voz sonaba nostaligica.
—Hola.
—Creo que...
Quería decirle todo, explicarle todo pero a la vez no sabía cómo empezar, así
que dije lo que mi corazón gritaba.
—Lo siento.
Salí con pasos lentos y esperé a que él me siguiera. Así lo hizo y de reojo
observé una sonrisa en sus labios.
No, no le llegó la carta.
—Deberíamos ir a casa.
Asentí.
Tomé su mano con cuidado y nos fuimos rumbo a casa.
24.
—Comí un poquito.
—¿Qué?
—Un sándwich.
—Voy a pedir una pizza.
—Amor...
—Lo haré.
Tomé el teléfono para hacer el pedido, pero no podía concentrarme cuando
esa boquita húmeda está dejando besos sobre mi cuello, un punto
seriamente débil.
Tenerlo entre mis brazos me trae paz, es algo extraño pero podría
acostumbrarme. Su brazo rodea mi torso y su aroma me está poniendo
inquieto, podría perder el control y llevarlo a la cama en cualquier momento.
—Sabes que no me gusta la piña...
—No la tendrá.
Su calorcito me gusta.
—Vale, gracias.
Están transmitiendo un documental acerca del sentido de las cosas y es tan
relajante ver a los teóricos tan confundidos y seguros de su posición. A mí no
me estresa, me encanta.
Sus dientes dejaron una mordida en mi cuello y sentí un escalofrío. Joder.
—¿No me vas a echar?
—¿Por qué tendría que hacerlo?
—Bueno... siempre que tengo algo más de intimidad contigo, me echas.
No lo había pensado.
—...
—Quiero chupártela.
Mi corazón se detuvo otra vez. ¿Qué dijo?
¿Cómo le digo amablemente que sí quiero que me la chupe sin que se
asuste?
—...
—Quiero probar tu sabor... papi.
Mi pene reaccionó más rápido que yo. Entonces Jungkook comenzó a reír y
besó mi nariz.
—Estoy jugando.
Solté un suspiro. ¿Por qué lo dice si no lo va a hacer?
Bueno, daba igual. Ya estaría buscando aquella carta para destruirla en mil
pedazos.
25.
No es que crea que miente, pero aquí no hay ratones. Él se subió sobre la
silla y me obligó a revisar, ni mi escoba ni yo encontramos nada, pero para
que Jungkook se sintiera seguro me aseguré de que no viera ningún ratón.
—No quiero, sé que está esperando a que yo baje para comerme.
—Bájame.
Tomé su cintura entre mis brazos y lo bajé de la silla. Tenía el riesgo de caer
de ahí y ahí sí buscaría a ese ratón para matarlo.
—Jungkook.
—Taehyung, te amo.
—Claro.
¿Qué debería hacer?
26.
Hoy Minwoo me habló y creo que es un alivio porque así podré ahorrarme el
show de ser yo quien haga el papelón. Su manera de hablar me inquieta, su
conversación es tan vacía que me puso de mal humor. Hablamos algo de
Mark, pero no lo suficiente y Jackson está impaciente.
Jimin se ha burlado de mí está mañana y mi cabeza quiere explotar, sin
agregar que tenía un examen en algunas horas. A este paso envejeceré más
rápido.
—Hola amor.
Jungkook apareció. Hoy se veía... increíble, ese pantalón hacia lucir muy bien
su trasero y esas piernas deliciosas. Y el estrés comenzó a comerme poco a
poco, porque le tengo ganas a Jungkook pero al final del día siempre termino
conteniendome.
—Hola.
—¿Qué lees?
—Pues... Misery.
Quería estar tranquilo un momento, olvidarme de todo y perderme en la
lectura, pero Jungkook no me deja. Él fue quien inició todo el conflicto en mi
mente y en mi corazón desde que lo conocí.
No ahora, cariño.
¿Algo muy privado? ¿Acaso quiere terminar conmigo? A este paso la
migraña entraría en mi vida.
—Si fuera chica, debería estar gritando y pidiendo auxilio como loca.
Esta que me revienta la cabeza con tantas cosas.
—Bueno que... mi mamá viajará una semana y estaré solito, duerme
conmigo.
No puedo.
—No.
—Ambos.
Ni debo.
—¿Sabes por lo menos saber qué fecha es hoy?
—…
¿Tanto?
—Te felicito.
27.
Me estaba coqueteando.
—Oh genial.
Minwoo se carcajeó y mis dedos chocaron con la mesa, esperando a que
dejara de salpicar su bebida. Tengo que admitirlo, Minwoo es guapo pero
realmente no es mi tipo.
—¿Muebles?
—¿Qué?
—Ese estúpido niño quiere alejarte de mi lado, cuando él se despidió de ti se
burló de mí.
—Jungkook escucha, Minwoo es amigo mío por favor deja de ser tan
paranoico.
—No lo haré.
—Gayo.
—¿Acaso…
—Él es un chico muy culto, Jungkook.
Su rostro se deformó en una mueca molesta. Jungkook estando celoso es
realmente una maravilla tierna.
—Y yo soy el ignorante.
—Eres mi novio.
28.
Jackson me dijo que le compraría una ramo de rosas blancas a Mark y
Namjoon me dijo que tendría una cita con Jin. Y bueno, yo les dije que
pasaría la tarde con Jungkook... en el centro comercial, ah.
—No lo sé.
Nos dirigimos hacia los vestidores, no sé cómo pudo cargar todo, pero lo
hizo.
Él ingresó al vestidor y yo me quedé en la puerta. Rosy me había dicho que
es muy común que hombres anden de fisgones por los vestidores y que
incluso algunos abren las puertas por "error" y mi deber es cuidar a
Jungkook de esos idiotas.
Entonces escuché un gruñido desde lo lejos, había un cachorro acercándose
a mí, se veía muy tierno pero me mostró los colmillos y corría con la intención
de morderme. Iba a morir.
—Jodida criatura.
—T-Tae...
Caí en la situación, Jungkook estaba totalmente desnudo y su pecho se
encontraba pegado a la pared, estábamos tan cerca que mi entrepierna
rozaba su trasero.
Ese redondo y firme trasero que comencé a tocar con calma, ignoré el
llamado de mi razón y aspiré el delicioso aroma de su cabello. Mis labios se
apoderaron de su cuello con besos y una erección se formó entre mis
piernas.
Los besos se convirtieron en mordidas y los toques en nalgadas rudas que
resonaban. Sus nalgas vibraban con mis palmas y se sacudían con cada
pellizco que dejaba por la zona.
—Mh.
—Sí, Tae...
No pude contenerme y mi dedo del medio se deslizó hacia su entrada para
rozar la zona con velocidad. Quería penetrar ese culo y correrme en él tantas
veces como fuera posible.
—Kookie.
¿Y si me lo tiro aquí?
—¡Ah, sí!
El perro volvió a ladrar y activó mi razón. No, no, no. Qué estoy haciendo.
Me alejé un poco de él y él se volteó, yo no sabía para dónde mirar.
Jungkook es como un pequeño dios griego sonrojado y mirándome con
vergüenza.
—Vístete.
—¿Qué? No.
No. ¿Acaso quiere que me muera? El cachorro es pequeño pero no significa
que no muerda.
Cuando terminó, salió primero y quería volverme loco porque ese animal
podía hacerle daño. Sin embargo el cachorro ni siquiera le ladró e incluso se
dejó acariciar.
Solté un suspiro y me fui resignado a pagar todo. ¿Qué tenían esos dos en
contra de mí? Uno quería morderme y el otro quería que lo follara. Parece
que se hubieran puesto de acuerdo.
29.
—Tae.
—Hola...
—En mi departamento.
Hehehe.
—Minwoo.
—Hola, querido.
¿Hablaron de eso? Oh no, si llega a haber problemas todo se irá por la
borda. Tengo unas inmensas ganas de decirle a Jungkook toda la verdad,
pero Jackson me mataría y Jungkook también.
—Jungkook ya detente.
—Bien, elige, ¿él o yo?
—¿Él o yo?
Joder. Jungkook es demasiado, sabe que detesto las escenas dramáticas.
Esperaría a que todo se calme, empezando por su actitud. Salí sin decir nada
y más tarde Minwoo me dio alcance.
Cállate Minwoo.
30.
Todo el camino Minwoo habló y habló, yo hice todo lo posible por no
mandarlo a la mierda. Sé que está molestando a Jungkook y me jode con tan
sólo imaginarlo.
Le mencioné que chopin no me está ayudando a dormir y él comentó que a
él sí. Bueno, solo por para probarlo le pregunté si había escuchado a Kant y
él me dijo que sí, ¡que sí! que creía que era una gran pianista... vaya, y él
intentando parecer buen estudiante. Está en la luna.
Serenidad.
Serenidad. Serenidad.
—No lo sé...
—Un poco, a los dos nos gustan los chicos inteligentes y atractivos, pero él
va por chicos más divertidos y caballerosos.
Lo tengo apuntado.
Llegamos al departamento preparé algo de café, me ayudaría a lidiar con el
estrés.
Su mirada me mostraba que estaba al límite con eso de Mark, pero yo había
hecho una pregunta y él no podía negarme la respuesta.
—Sí, a él le gusta que lo sorprendan y a mí no, a él le gusta que sean
demasiado cursis y a mí no.
—Vaya.
Nos quedamos en silencio algunos minutos. Si con eso Jackson no
conquistaba a Mark, iba a empujarlo de un puente.
—¡Oh dios!
Minwoo derramó el café sobre su camisa, se vio intencional, pero el café está
caliente. De inmediato se la quitó y derramó café sobre mi chaqueta.
—Mierda.
—Mh.
—Yo te la lavo.
Tomé la camisa y la puse en la lavadora. En tanto, limpié algunas gotas que
habían resbalado por mi cuello y cabello.
Esa camisa tiene que secar. No voy a prestarle mi ropa ni voy a dejar que se
quede, Jungkook terminaría conmigo y peor, Jin me haría picadillo.
El timbre sonó y sonó, creí que Minwoo abriría, pero sólo me llamó para
avisarme que teníamos visitas. Por favor que sea Nam hyung, por favor.
Minwoo estaba de lo más feliz en la sala, la verdad, es que tan bueno no
está.
Lo juro.
31.
Minwoo se mostraba confundido y yo creo que sabe perfectamente todo lo
que está pasando. Pero eso sí, Jungkook estaba furioso por una cosa sin
sentido y si me diera un poco de tiempo, podría explicarle lo que realmente
sucedió.
—¡Maldita zorra!
Jungkook quería golpear a Minwoo y yo no podía permitirlo. Jungkook está
enfadado, pero sé que después lamentará haberlo hecho, además Minwoo
podría lastimarle.
—Y lo defiendes, Taehyung, él tenía planeado todo esto, ¿o qué? ¿Tú
querías cogertelo? Era eso...
—¡No!
Dios mío, claro que no, si ese chico ni me agrada. ¿Cómo puede pensar eso
de mí?
Jungkook se liberó del agarre atacó a Minwoo, antes de que eso terminara
mal, tomé de su mano para detenerlo. Entonces perdió el equilibrio y se
cayó, me quedé en shock... había lastimado a Jungkook, le había lastimado...
Él se levantó y salió corriendo, pude escuchar sus sollozos antes de que
desapareciera por el pasillo. Reaccioné y comencé a correr detrás de él, no
sabía hacia dónde había ido... no había rastros de él.
—¡Jungkook!
32.
No he podido dormir, pensé y pensé sobre qué podía hacer para pedirle
disculpas a Jungkook. Explicarle lo sucedido no serviría, primero debíamos
tener una reconciliación, no podía simplemente besarlo y esperar que las
cosas se solucionen. No, este tipo de peleas se resuelven con cautela, hasta
que ambos bajemos las manos y nos rindamos.
Decidí escribir una pequeña nota e invitarlo a salir por ahí. Esperaba que
funcionara porque no tenía más ideas.
Y lo encontré, me senté a cuatro metros de su mesa, hoy se veía hermoso,
como siempre, pero su expresión me hace saber que tampoco ha tenido una
buena noche. Agh, es su culpa, sus manos son tan delicadas que... no pude
medir mi fuerza y le hice daño, bueno no.
Tomé un poco de aire y me senté junto a él en aquella mesa pequeña. Él
desvió su mirada hacia su teléfono, sí, definitivamente estaba enfadado, lo
sabía, esto se toma con cautela. Como a los gatitos, si quieres que se ganen
tu confianza, dale pequeñas migajas de comida y aléjate lo suficiente hasta
que ellos decidan venir a ti.
La situación era incomoda, así que saque un libro y me dispuse a leer. El
libro estaba del revés y yo lucía como un tonto. Era ahora o nunca.
Deslicé aquella hoja en la que había escrito algunas lineas hacia su lado:
"Tus ojos son muy bonitos, me recuerdan al atardecer. A mí me gusta
admirarlos, a él y a ti... tal vez tú no quieras hablarme, pero tus ojos me han
dicho que quieren admirar el atardecer hoy. No les niegues hacerlo, ¿vale?
-KTH"
Me levanté y me fui por el pasillo. De inmediato me oculté en un costado de
la puerta, para que no me viera y lo contemplé.
El plan ha funcionado.
33.
Faltaba como media hora para el atardecer, aunque el cielo tenía algunos
tintes naranjas. Jungkook y yo estábamos acostados sobre el pasto del patio
trasero de una escuela abandonada, un árbol amable nos protegía de los
últimos rayos del sol.
—Entonces lo hizo...
—Te lo dije.
—Debí escucharte, pero ya era muy tarde, él apareció desnudo sobre mi
cama.
Su rostro se mostró sorprendido. Minwoo nunca llegó hasta ese extremo,
pero quería verlo celoso. Lo sé, es tonto.
—¿Y qué es lo que vi en tu departamento? ¿Estaban lavando la ropa? No
nací ayer.
—¿Él te gusta?
—¿Yo te gusto?
Ah, y sí...
No sé si me gusta, es decir, no creo que sea un simple gusto, creo que es
algo más fuerte que poco a poco me está tomando preso.
El atardecer apareció ante nuestro ojos y nos quedamos en silencio hasta
que el sol desapareció.
—Jungkook...
—¿Mh?
Hay algo que también ha estado en mi cabeza desde hace mucho tiempo.
Jungkook me está ofreciendo algo que considero muy valioso en él.
—¿Eres virgen?
—Sí.
—Porque te amo.
Mi corazón latió y esta vez no me sentí tenso. Esa sensación de libertad me
inundó y no temo admitir que me encanta sentirla. ¿Será posible que también
lo ame? Creo que... no estoy seguro de ello.
Nam me dijo que me decidiera por lo que me hace feliz, Jungkook me hace
feliz.
Nos separamos sólo para conectar nuestras miradas. Sus labios estaban
húmedos y sus ojos brillaban más bajo la luz de la luna.
Con tan solo recordarlo me causó gracia. Esbocé una sonrisa, después de
tanto tiempo de tristeza... estas semanas que he estado con Jungkook, me
han hecho sonreír a seguido.
34.
Las cosas se pusieron algo intensas después de aquel beso. Él no se opuso
cuando mis dedos se internaron en su pantalón y rozaron su entrada con
cuidado. Jungkook confía en mí, lo sé cuando sus dedos se aferran a mis
brazos y me permite continuar.
—Calma.
La luna brillaba, el clima había descendido en aquel rincón del colegio, pero
no para nosotros.
—Tae...
Sí, porque vamos, le traje a un lugar inmundo y en un rincón del jardín le
hago toques indebidos.
Aunque se lo pedí le manera educada, creo que esta no es la manera ni el
momento.
Aún así, mis manos se deslizaron por sus muslos y mis labios no se
separaron de su cuello, no podía negarme aquello. Esto se nos podía ir de las
manos muy pronto...
—¿Deberíamos volver?
—Vale, vamos.
Nos levantamos del lugar y salimos de ese colegio. Él se veía algo asustado
cuando recorrimos los pasillos oscuros, por ello nunca solté su mano.
35.
Fue el sonido molesto del timbre quien me levantó un domingo por la
mañana, mi único día preciado para descansar. Tuve que abrir o de otra
manera no se iba a detener. Creí que sería Jimin y ya tenía planeado cómo
iba a cerrarle la puerta en la cara, sin embargo no era él, sino Jungkook, con
un enorme sombrero que su cabeza apenas podía sostener y con unas botas
que sonaban con cada paso.
—¿Qué?
No entendía nada...
—Jungkook...
—Calla y reúnelas.
Me rendí. Hice lo que pidió y reuní algunas ropas que no eran de mi talla y
que por lo tanto estaban nuevas. Fui yo quien tuvo que cargar todo,
incluyendo las bolsas que él había traído, era demasiado pero... daba igual,
Jungkook podía ordenarme cualquier estupidez y yo la estaría cumpliendo,
así de tonto estaba por él.
Fuimos a un centro infantil, una señora de edad avanzada nos recibió, ella
saludó con gran alegría a Jungkook y nos dejó pasar. En cuanto ingresamos
varios niños se abalanzaron hacia mi novio para darle un abrazo.
Repartimos todo con calma. Jungkook no paraba de sonreír y comprendí
porqué Jungkook es diferente de los demás. Él es inocente y bondadoso, su
alma es tan pura que le hace único. Él era un niño más entre la multitud...
tuvo tanta paciencia y amor conmigo que creí que no lo merecía. No lo
merezco, simplemente, por las cosas que he hecho, la vida no puede
premiarme con alguien tan maravilloso como él.
Era la hora del almuerzo y todos los niños se fueron, creo que es hora de
irnos.
Una pequeña niña se acercó, abrazó a Jungkook y luego a mí. Ella besó mi
mejilla y se me hizo demasiado tierno.
—No puedo, es demasiado para un chico de tu edad, pero estamos muy
agradecidos.
—Señora Cho…
Jungkook y yo salimos del hogar para niños y caminamos en silencio rumbo
a casa.
—Nada.
—Hyo nunca se acerca a extraños, mucho menos tiene contacto con ellos,
pero contigo fue diferente.
—No lo sabía.
—No fue nada. En realidad fue algo interesante y muy noble de tu parte.
Sus mejillas se sonrojaron. Dios mío, que deje de ser tan adorable, gracias.
—¿Tú lo crees?
36.
—...
—Jimin...
—Te lo prometí.
—...
Hoseok siempre tuvo el sueño de ser bailarín, él bailaba genial pero para él
no era suficiente. Entonces se fue a Japón para estudiar danza.
—Jimin.
Jimin gritó aquello y se fue. Yo me quedé ahí, procesando todo, recordando
todo, intentando ordenar todos mis pensamientos, pero todos ellos estaban
dispersos. Siempre creí que jamás volvería a ver a Hoseok y ya sabía cómo
vivir con ello, sin embargo ahora que sé que puedo verlo otra vez... me siento
mareado, confuso.
—¡Amor!
—Taehyung yo...
—Vayámonos.
¿Qué haré cuando tenga de frente a Hoseok? Es evidente que mis
sentimientos por él siguen ahí y no cambiaron en nada, siguen intactos,
protegidos por ese muro que yo mismo había construido a base de sus
recuerdos.
—¿Pasa algo?
—No.
—No.
Él jaló mi brazo y me obligó a tomar asiento. Me sentía muy mal en ese
momento, prefería estar solo.
Él se sentó sobre mi regazo y comenzó a besarme, no sabe que lo está
haciendo más difícil.
Jungkook se ha convertido en mi todo estos meses. Examiné su rostro, sus
ojos solo me miraban a mí y no me opuse cuando me despojó de la camisa,
mis manos se movieron hacia su cintura y volvimos a unirnos en un beso
ansioso.
Nuestros ojos se conectaron por última vez antes de que dejara una fila de
besos húmedos sobre mi torso. Tuvo que levantarse y dejar las rodillas sobre
el suelo para poder lograr su cometido. Sus dedos deslizaron el cierre de mi
pantalón y bajó el resto con cuidado, hasta toparse con aquella erección, la
misma que se formaba cada vez que lo veía dejando la inocencia de lado.
Su lengua comenzó a explorar la extensión de mi pene con calma, sus
nervios salieron a flote, aún más cuando sujetó la base con algo de fuerza, se
sentía jodidamente bien y no pude evitar jadear ante aquel acto. Metió toda
la extensión en su boca y agradecí mentalmente, su boca ardía y la humedad
de su saliva solo hacia que mi paciencia se doblegara, entonces tomé sus
cabellos y los jalé un poco, lo suficiente como para no dejar que Jungkook se
alejara.
Fue un impulso y mis caderas se movieron hacia adelante para penetrar
aquella gloriosa cavidad. Algunos chillidos salieron de su boca y supe que
había perdido el control, no podía hacerle eso a Jungkook, no cuando estoy
esperando el regreso de Hoseok.
—Joder...
Sus uñas se clavaron en mis muslos, dándome a entender que necesitaba un
respiro. Cuando le dejé libre, nuestras bocas colisionaron la una con la otra
otra vez en un beso, no podía, jalé sus cabellos y lo aparté.
—Tae.
—¡Vete!
Él se levantó, sus pies estaban temblorosos y aún así salió corriendo, dando
un portazo al cerrar la puerta. Él estaba llorando y yo lo hice después de que
el departamento quedó en un completo silencio arrollador.
¿Por qué?
37.
No asistí a clases estos últimos días. He estado postrado en esa cama
viendo cómo las cortinas se iluminaban y oscurecían, pensando en qué hacer
de mi vida. Buscando una felicidad subjetiva, dependiente y absurda.
Decidí tomar un poco de aire, y salí en busca de repuestas a la calle y fue lo
más tonto, porque la respuesta está en mí, tal vez no la entiendo.
Estuve vagando por ahí hasta que la noche cubrió el cielo. No había
conseguido respuestas, pero sí un resfriado.
—He regresado.
Su sonrisa volvió a aparecer, siempre tan sincera y brillante. Pensé muchas
veces en cómo reaccionaria ante este momento, podría reclamarle su
partida, la sacaría el dedo y me iría o le partiría la boca con un beso, le diría
que le perdonaba y que podíamos volver a empezar.
—Hoseok...
—Ven.
Él jaló aquellas enormes maletas y las dejó en la recepción del hotel en el que
seguramente se alojaría. Vino a Seoul cuando su madre está en Busan.
Asentí.
En el recorrido nadie dijo nada. Mi corazón no dejaba de sonar y yo estaba
algo mareado, inundado de los sentimientos por él y recuerdos que siempre
he guardado.
Él pidió dos cafés con leche y con azúcar. Cosa que detesto, pero no pude
decir nada. Cuando encontramos una mesa, él tomó lugar en frente de mí.
Mirarlo a los ojos me vuelve cobarde.
—Tú también.
El mesero llegó con nuestros pedidos, y él no dejaba de mirarme. No me
tomaría ese café aunque me constara la vida...
—Taehyung.
—No lo puedes negar, nuestros sentimientos siguen ahí, nuestra historia no
se ha terminado, sé que no debí irme de esa manera pero confiaba en que
nuestro amor podía soportarlo todo, incluso eso.
Lo sentí, claro que sí, pero no fue lo que yo esperaba, fue algo confuso...
—Lo sentí.
Me fui veinte minutos después, quedamos en salir mañana y ponernos al día
en todo.
Hay algo extraño en eso porque pensé que me sentiría libre cuando él
estuviera a mi lado. Ahora solo me siento tan estresado...
38.
—Entonces me lastimé y perdí la oportunidad de pertenecer a esa empresa,
pero meses después la empresa se vio involucrada en un caso de estafa y
quebró al perder. Si no hubiera sido gracias a esa lesión probablemente sería
un fracaso.
—No lo serías, eres muy bueno, aún así hubieras llegado lejos.
—¿Lo crees?
—Claro.
Las calles están vacías. Hoseok me pidió que le llevara a conocer lugares
interesantes, pero a esta hora aún no hay nada qué ver, así que decidimos
pasar por mi departamento para pasar el tiempo.
—Taehyung.
—Dime.
—Comprendo más ahora, sé que tus sueños no podían estropearse.
El silencio que se instaló era incómodo, tal vez porque ambos queríamos
reclamar cosas pero queríamos lucir maduros ante la situación.
—Oh.
—Taehyung...
Él asintió.
Cuando llegamos al departamento, me tomé el tiempo de buscar las llaves y
abrir la puerta con calma. Hoy me siento vacío, es como si estuviera en un
punto neutral, sin dudas, sin pensamientos, sin sentimientos, sin nada.
—No lo sé.
—Yo no...
Hoseok no me dejó continuar y besó mis labios. Había pasado mucho tiempo
desde ello y sabía perfectamente que era lo que necesitaba para obtener mi
respuesta. Sus labios se movieron al compás de los míos, nada sucedió, no
surgió la chispa que antes revoloteaba entre nosotros.
Ingresamos al departamento con pasos torpes y nos deslizamos por el
pasillo. Usamos la pared para sostenernos y continuamos con aquel beso
que me sabía a nada.
Nos sentamos sobre el suelo, estuvimos una hora en silencio, él mirando el
techo y yo mirando el suelo. Pensamos en todo... yo en Jungkook.
—...
Aclaró su garganta y continuó. Su voz sonaba melancólica pero con un tinte
dulce y sincero.
—Lo es.
Hoseok despeinó mis cabellos y esbozó una gran sonrisa. Se levantó del
suelo y se dirigió hacia la puerta que hasta ese momento, había olvidado que
estaba abierta.
39.
Me acosté sobre el suelo, la noche había llegado y yo no encendí las luces.
Pensé en todo lo que había ocurrido.
¿Cómo le diría a Jungkook que me di cuenta que lo amo besando a otra
persona? Daba igual, tal vez él comprendería.
Mi móvil sonó, esperé algunos minutos antes de abrir la notificación. Era un
mensaje de Jungkook, de inmediato me levanté. El mensaje mostraba un
seco y frío "Esto se terminó, no me busques más" que no pude creer.
Aunque venía de su número.
¿Me vio con Hoseok? Imposible, nos besamos en el departamento, nadie
más entró. Tal vez... debido a mi ausencia entendió que no quería nada más
con él.
Tomé las llaves y salí corriendo en dirección a su casa. Mis piernas
temblaban pero poco importó cuando comencé a tocar la puerta como un
loco.
Nadie abría y yo estuve ahí veinte minutos más, tocando sin parar. Lo sé,
Jungkook está ahí pero no quiere verme...
40.
Pienso hablar seriamente con Jungkook, tal vez tuve la culpa en todo y es
por eso que decidió tomar ese camino, pero no hay nada que no se pueda
cambiar intentando una vez más.
¿Él se lo dijo?
—Yo...
Jackson se fue y en el camino empujó a varias personas, entre ellas a Jimin
quien se acercaba a mí.
—Qué torpe.
Iba a decirle que se lo merecía, pero en realidad, quien se merecía todo lo
malo era yo por ser un indeciso hijo de puta.
—Oh sí, además tienes que contarme todo lo que sucedió con Hoseok.
Y no pude responderle porque apareció la persona que necesitaba ver en
ese momento. Jungkook estaba junto a Namjoon y Jin, lucían muy serios.
Esperé... sólo esperé a que Jungkook me mirara, pero no fue así, ellos
siguieron de largo. Incluyendo Nam...
Me dolió como nunca había dolido, porque sabía que tenía la culpa.
Jungkook nunca fue feliz a mi lado, y Nam siempre me dijo que luchara por lo
que me hacía feliz, que luchara por lo que teníamos. Si es que ahora he
perdido el amor de Jungkook y la lealtad de Nam es por mi estupidez.
Jungkook no se merecía a alguien tan frío y malo como yo.
41.
Antes estaba bien estando solo, teniendo ligues de una noche y
descansando todo un domingo después de una par de tragos, pero las cosas
han cambiado desde que lo conocí. Ya no me entusiasma salir por ahí, ya no
disfruto tanto de los viernes de leer poesía con los vagos de la cafetería, ya
no me animan los tragos. Solo pienso en él y cómo sería de mi vida con él en
ella.
—¿Mh?
—Taehyung.
Me incorporé.
—¿Hyung?
—E-estoy bien.
Había extrañado tanto a Nam, necesitaba de sus consejos. Jimin está
molesto porque las cosas entre Hoseok y yo no resultaron bien, aún así viene
a casa a hacerme compañía, pero nunca es lo mismo.
—Oh...
—¿Tú?
—Estoy bien.
—Estaba muy molesto contigo por lo que le hiciste a Jungkook, Jin quería
matarte.
—¿Infidelidad?
—Sí.
—Oh hyung... oh dios, hyung, eso es verdad pero, pero... tiene una
explicación.
¡Mierda!
Esa noche le había contado a Nam todo lo que había ocurrido y a diferencia
de otras personas, él me entendió y como siempre, me dio un gran consejo.
"Lucha por él, lucha hasta tenerlo de vuelta contigo".
42.
Le haría caso a Nam y lucharía por el amor de Jungkook, así como él luchó
por mí. Sé que a Jin nunca le agradé, pero no necesito agradarle a él... sino a
ese mocoso de labios rojos y cabellos castaños que me tiene loco.
Había comprado un pequeño chocolate que guardé en mi bolsillo, sabía que
le encantaba de esa marca y tamaño.
Tomé un suspiro y me dirigí hacia la puerta de ingreso, en donde solía ser
nuestro lugar de encuentro. Sé de memoria que él saldrá a esa hora y vendrá
hasta ahí para volver a casa.
No pasó más de diez minutos y él apareció. No sabía qué decir, creí que
sería bueno mencionar su nombre, pero pasó de largo, con tanta rapidez que
no alcancé ni a abrir la boca. Salí detrás de él pero me detuve al observar a
dónde se dirigía.
Después él le entregó el casco y Jungkook no dudó en subirse a su
motocicleta. Nuestros ojos se encontraron antes de que partiera a toda
velocidad, alejándolo de mi vida.
Me quedé como un estúpido ahí pasado. Tomé el chocolate y lo tiré al
basurero, el mismo que comencé a patear con toda mi fuerza.
¿Quién era ese pendejo de mierda? ¿Cómo se atrevía a quitarme lo que es
mío?
43.
—¡Hyung!
Me quedé en silencio.
Mi hyung entró al departamento y en cuanto cerramos la puerta
comenzamos a saltar de felicidad, como dos niños a los cuales su madres
les permitieron jugar juntos.
Ambos reímos, era bueno contar con un amigo en estos momentos.
—Cambiando de tema...
—Su nombre es Yugyeom, era el primer novio de Jungkook pero se fue a
estudiar al extranjero y terminaron la relación, ahora que volvió piensa
reconquistarlo. Jin ha estado tratando de juntarlos de nuevo, pero sé que
Jungkook está incomodo.
—Se sincero con él, dile lo que sientes y pídele disculpas por todo lo malo
que hiciste.
—¿Si no acepta?
44.
Cuando partimos esa mañana, Jimin y Hoseok se nos unieron al paseo.
Hicimos bromas todo el camino y por algunas horas olvidé todos los
problemas que se me estaban amontonando en mi cabeza.
Las cosas entre Hoseok y yo están regularmente bien, él no tiene mucho
tiempo para visitarme porque tiene mucho trabajo y yo no puedo visitarlo
debido a los exámenes. Aún así, no somos los de antes, pero creo que
podríamos llegar a ser buenos amigos... tal vez no, pero podríamos llevarnos
bien.
Llegamos y el lugar estaba repleto de gente, algunas personas nos
empujaban pero daba igual.
Nos dirigíamos hacia la zona de juegos, pero Jimin se distrajo con algo.
—...
—Está bien...
Jungkook observaba a Namjoon con interés y yo buscaba la manera de
controlarme y no cagar a Yugyeom a trompadas, con esa sonrisa en la cara.
—Él es Yugyeom...
—Hola, mucho gusto.
Yugyeom estrechó la manos de todos y finalizó con la mía. La oprimí con
fuerza, porque no pude contenerme. Hay algo que siempre he odiado desde
que era un niño... que me quiten lo que es mío.
—Oh, lo siento, pero ya están disponibles las apuestas para la carrera y no
nos la podemos perder. Jungkook, ¿nos vamos?
—Oh sí.
El estúpido se atrevió a tomar su mano y llevárselo. Entonces decidí darles
alcance, pero Namjoon y Jimin me contuvieron.
—No te atrevas.
—¡Taehyung, cálmate! ¡No es la manera! Vas a hacer que Jungkook solo te
odie más. —Namjoon tenía razón.
Hoseok se veía sorprendido y Jimin golpeó mi frente con su dedo.
Ellos no debían enterarse del plan, pero creo que Jimin se ha dado cuenta.
45.
Amaba el lugar, era un lugar tranquilo, iba ahí incluso cuando no era
necesario para las clases. Conozco este lugar como la palma de mi mano.
Nos dividimos en dos grupos, me fui con una mitad y Jimin con la otra.
Desafortunadamente no me tocó llevar a Jungkook. Pensé todo el camino en
cómo podría decirle que lo siento sin que me insulte primero.
Los chicos venían muy entretenidos, pero las chicas tomaban un descanso
cada 10 minutos.
La tarde transcurrió con velocidad, además comenzaban a caer gotitas del
cielo. Esas gotas son de tormenta si la sabré yo. Por eso bajamos con calma
hasta llegar al campamento, todos comenzaron a tomar un lugar y armar su
tienda.
El grupo de Jimin llegó y yo comencé a sentirme nervioso, busqué entre la
multitud a Jungkook y no apareció.
—Jimin.
—¿Sí?
—¿QUÉ?
—Jimin... sabes que los maestros no conocen este lugar, no como tú y yo.
—Voy a matarte.
—Se fue por el cruce, cerca del río, seguramente se perdió y está cerca de...
Solté a Jimin y salí corriendo en busca de Jungkook y aunque Jimin gritó
para que me detuviera, eso ya no me importaba ahora.
46.
La lluvia caía y me impedía ver con claridad, había llegado a lugar en donde
creí que estaría Jungkook pero estaba vacío.
El perro saltó y la adrenalina comenzó a correr en mi sangre, me abalancé
sobre el perro, sus garras se clavaron sobre mis brazos. Caímos sobre el
suelo y el perro se fue corriendo, estaba aterrado de que pudiera haberle
hecho daño a Jungkook.
—¡¿Estás bien?!
—...
—Eso servirá.
Nos quedamos en silencio mientras yo intentaba encender el fuego. Sentí
algo de nervios, tomando en cuenta que ya había pasado el peligro y
nosotros estábamos solos.
Logré encender el fuego cerca de una piedra enorme que impedía que el
viento lo apagara y que seguramente nos permitiría dormir tranquilos.
—Eso es lluvia de tormenta, no pasará hasta mañana, así que... usaremos
tus sábanas.
Jungkook sacó algunas sábanas y las expandió sobre el suelo. Me pregunto
cómo pudo cargar todo eso durante el día.
—Tu herida...
—No.
Vale.
Mi camisa estaba mojada y era incómodo sostenerla, así que me la quité
para dejar que ésta se secara en el transcurso de la noche.
Su voz sonaba nerviosa, así que me di la vuelta tal y como me lo había
pedido. Su silueta se mostraba en el tabique de la cueva, gracias al fuego,
observé a detalle cómo esas prendas fueron desvaneciéndose de su cuerpo.
Cuando él terminó, se envolvió en las sabanas y yo dejé su ropa cerca del
fuego, junto a la mía.
—¿Estabas asustado?
—No...
—Lo lamento.
—¿Por qué?
—Por todo. Escúchame, debo ser sincero, si no lo digo hoy, nunca voy a
poder hacerlo.
Así lo hizo.
—Supe que la carta te llegó. Sí, la hice yo... pero la escribí el primer mes de
nuestra relación. Después de enviarla me arrepentí, pero en el correo me
dijeron que esa carta se extravió y nunca llegó a su destino. Estuve tranquilo
porque pensé que nunca la verías, sin embargo, mucho después te llegó.
—Gran parte.
—¿Pero?
—... cuando Hoseok regresó, intentamos algo, cuando nos besamos
después de tantos años no sentí nada. Tal vez el amor que creí tenerle no era
más que costumbre.
—...
—Él estuvo molesto algunos días, sin embargo terminamos siendo amigos,
como siempre. Lo que quiero decir es que... descubrí que en realidad a quien
amo es a ti.
Él lucía sorprendido.
—T-Tae...
—Estaba encerrado en mí mismo, tras ese muro que yo mismo había
construido y llegaste tú, derrumbandolo todo...
Despeiné mis cabellos, me negaba a dejar ir a Jungkook. No imagino una
vida sin él, no.
—Taehyung...
—Dame una oportunidad, solo una y voy a... mostrarte cuánto te amo.
Tomé valor e invadí su espacio. Nuestros labios se rozaron por algunos
segundos.
—Sí... sí...
—¿Yugyeom es tu novio?
—No.
—Me alegra, joder. Iba a golpearlo si lo veía otra vez junto a ti.
Esbocé una sonrisa al observar su carita. Esos hermosos ojos brillaban solo
cuando yo me reflejaba en ellos y esos labios que me llamaban a invadirlos
de todas las maneras posibles.
—Tae...
Jalé las sábanas que cubrían su cuerpo y volví a besarlo. Lo haría mío así
como todas las noches en las que soñé hacerlo.
—Te amo.
47. (Jimin)
Taehyung se está tardando, los maestros decidieron no seguir buscando
porque confían profundamente en él.
Ellos volverán a estar juntos, yo lo sé, lo vi en los ojos de ese tonto,
seguramente le va a decir todo lo que siente y volverán... eso no es bueno
para nadie, tampoco es algo justo.
—¿Hola?
—Yugyeom.
—Alguien que te dirá algo importante. Escucha, Taehyung quiere volver con
Jungkook, justo ahora deben estar juntos.
—No... ¿qué?
—¿Cuál?
—Yo...
—Sólo hazlo.
—Bien, lo haré.
Un chico extraño estaba mirándome con atención, no sabía desde hace
cuánto estaba ahí parado. Lucía muy pálido y tenía un loco tinte celeste en el
pelo, era bastante guapo, pero no lo quise admitir.
—Deja de molestar.
—Deja de molestar...
—¿Cuál es tu nombre?
—No te importa.
Yoongi soltó un suspiro y se fue caminando. Antes de que desapareciera
respondí.
48.
Un calorcito agradable me despertó. Sé perfectamente que es Jungkook
quien está entre mis brazos, la persona que amo toda el alma y que siempre
me tiene a mil con ese esculpido y perfecto cuerpo.
—Hola. —Susurré.
—Hola.
—No quiero.
Mis brazos rodearon su cintura y detuve cualquier movimiento. Su piel se
sentía tibia y suave, quería hacérselo de nuevo. Sin embargo, tenía que
llevarlo al campamento.
Más tarde recogimos todo. Jungkook sentía un poco de dolor así que decidí
sostener la mochila. Le pedí disculpas, pero yo no estaba arrepentido en lo
absoluto.
—¿Cómo me encontraste?
—Jimin me dijo que seguramente tomaste el otro camino y debido a que
conozco bien este lugar, logré encontrarte.
—Gracias.
Cuando llegamos al campamento, los maestros nos recibieron con mucha
preocupación. Todos ya se habían establecido y a mí me tocó dormir con los
maestros. ¡No es justo!
—Tengo que compartir tienda con los maestros, no es justo, Jimin tiene una
para él solo.
He notado algo, hay algo diferente en Jungkook en la manera en la que me
mira, es como si aún no creyera en mis palabras... yo le demostraré que mi
amor es verdadero.
Los maestros se quedaron dormidos muy pronto, así que sacaría a Yoongi
de la tienda de Jungkook, para quedarme a dormir a su lado.
Caminé a pasos lentos y llamé a Jungkook desde fuera. De inmediato él
abrió y yo ingresé para atacar sus labios en un beso necesitado.
—Pero Tae...
Bueno, porque sé que él ha estado mirando a Jimin de manera indecente y
enamorada estas semanas.
Él parecía pensarlo.
—Me voy, no por Jimin, solo porque no quiero verlos hacer sus cosas,
aunque no entienda por qué están juntos de nuevo.
49.
Esa mañana nos despertamos más de lo usual. Yo quería tener un poco de
intimidad con Jungkook, solo un poquito, pero él no se sentía seguro.
—No, ya no quiero.
—Vamos cariño, quiero hacerlo.
—Tae.
—¿Mh?
—Te amo.
Probablemente Jungkook ahora está con su madre, tendría que esperar un
poco estos días antes de tomar aquella decisión que ha estado rondando por
mi cabeza.
50.
Han pasado tres días desde que no sé nada de Jungkook, quise visitar su
casa pero creí que todavía no era el momento. La verdad es que me hace
jodida falta... ¿cómo es que me he vuelto tan dependiente de él?
La puerta comenzó a sonar con desesperación, antes vivía una vida
tranquila, pero últimamente todos se empeñan en venir y destruir mi puerta.
Caminé con calma hacia la puerta y en cuanto la abrí, un Jin preocupado
ingresó. Comenzó a gritar y a buscar por todo lugar.
¿Por qué buscaba a Jungkook? Namjoon y Yoongi me miraron con pena,
mientras Jin se internaba por mi habitación y buscaba.
—La madre de Jungkook llamó esta mañana explicando que no había
regresado hace tres días, Jin le dijo que estaba junto a él haciendo un
proyecto. Ella intentó hablar con su hijo pero Jin le dijo que estaba dormido...
creímos que estaba aquí, contigo.
Él asintió y yo me quedé pasmado. ¿No era una broma de mal gusto?
—¡¿DÓNDE ESTÁ?!
—¿Dónde está?
—No lo sé.
—Taehyung, sé que Jimin es tu amigo, pero hace días en el campamento lo
escuché hablar... habló de Jungkook y un plan, no entendí, pero creo que tal
vez él...
Quería morir.
—¡¿Dónde está?!
—T-tae...
—N-no...
—Tú lo sabes, ya sé que tú hiciste planes para que Jungkook desapareciera.
Jimin se quedó sorprendido. Le di una pequeña sacudida y él reaccionó
soltando un pequeño chillido.
Nunca en la vida habría pensado en lastimar a Jimin, mi hermano, pero la
persona que tengo en frente no es quien solía ser, ahora es un desconocido.
—Taehyung...
—¡¿DÓNDE?!
—Yugyeom se lo llevó.
—¿A dónde...?
—¡Estoy arrepentido! Nunca quise hacer eso, pero ya había sucedido,
Yugyeom no me dijo dónde se lo llevó, tampoco quise saberlo. Si lo supiera
te lo diría, créeme.
—¿Por qué?
—...
—¿POR QUÉ?
—¡PORQUE TE AMO!
Sus ojos estaban empañados en lagrimas y yo estaba ahí, con la boca
abierta sin poder creer lo que acababa de decir.
—Te he amado desde siempre... toda la vida, pero tú nunca te fijaste en mí.
—Jimin...
—No sabes lo doloroso que fue llevar esto conmigo, viéndote junto a otras
personas. Te odio.
—Jungkook...
—¿Si me amabas por qué te empeñaste en que estuviera junto a Hoseok
sabiendo que estábamos enamorados?
No entendía nada. Jimin había hecho muchas cosas, cosas para amarrarme
a otra persona y no a él.
—No, eso...
—No te entiendo.
En parte, tenía razón, él me lo había repetido tantas veces que creí que era
verdad.
No dije más. Solté a Jimin y retrocedí algunos pasos. Este no es Jimin, el
alguien que no conozco.
—...
Salí corriendo del departamento de Jimin, Jin y Nam me siguieron. Sin
embargo Yoongi se quedó, escuché desde lo lejos que empezaron a discutir,
pero no me importó en lo absoluto.
Jin conocía el lugar en donde se estaba quedando Yugyeom así que
tomamos un taxi. Todo el camino pensé y pensé... ¿cómo es que nunca me
había dado cuenta de los sentimientos de Jimin?
Cuando llegamos, ingresamos al lugar. El dueño del hotel nos impidió el
paso, Nam como siempre, explicó que si se negaba a ayudar en el caso de
desaparición podría interponer una demanda en su contra. El señor con algo
de miedo nos dejó pasar y abrió la puerta en donde Yugyeom se encontraba
alojado.
Revisamos todo, pero no había rastro de nadie. Tampoco estaban sus cosas,
no había nada.
Jin comenzó a llorar y se culpaba de haber incentivado a que Jungkook
saliera con ese loco. Namjoon le consolaba y le decía palabras de aliento.
Me sentí perdido...
Tomé una de las mesas de su sala y la rompí a patadas, el dueño se asustó
pero no dijo nada, seguramente porque en ese momento yo causaba terror.
—¡¿Qué?!
51.
Jackson nos envió la dirección de una cafetería cerca del centro, nunca
había visitado ese lugar en mi vida, pero Nam sí, así que no tuvo problemas
en llevarnos hasta ahí. Estaba ansioso, no entendía nada, ¿cómo es que
Jungkook estaba con Jackson? ¿Entonces Jimin mintió y en realidad nunca
estuvo con Yugyeom? ¿Será que Jackson rescató a mi novio? Estaba
realmente confundido pero eso no importaba ahora, muy pronto él estaría a
mi lado.
Llegamos y yo fui corriendo para ingresar al lugar. Entré de manera tan
brusca que todos voltearon a mirarme, entonces lo encontré, Jungkook se
levantó en cuanto me vio y yo corrí a abrazarlo. Su carita no se separó de mi
pecho y mis brazos no dejaron de sostenerlo. Jackson se levantó a
saludarme, Mark estaba junto a él.
—Bueno, Mark y yo teníamos planes de salir de la ciudad para pasear,
cuando llegamos... divisé a Jungkook, creí que él estaba de paso pero se
veía perdido y algo asustado, así que lo encontré. Regresamos acá en el
instante en que me comentó que no sabía dónde estaba, después no quiso
irse a ningún lado, no hasta que tú llegaras.
—Gracias.
Jin ingresó histérico al lugar y Jungkook sujetó su mano. En ningún momento
se separó de mí.
Aparté con delicadeza a Jin y a los chicos, y sin importar lo que los demás
dijeran, salimos abrazados del lugar. El taxi que nos había traído seguía ahí,
así que sin dudarlo nos internamos en él.
Él asintió y cerró la puerta. El transcurso fue veloz, Jungkook estaba
acurrucado en mi pecho, su cabecita caía de pronto dejándose vencer por el
sueño.
Cuando llegamos, permití que el chófer se quedara con el cambio, había
hecho un buen trabajo. Jungkook no soltó mi mano ni un segundo, aún
cuando luché con la cerradura algunos minutos.
—Sí.
—Báñate conmigo.
Nos desnudamos con calma, mientras repartía besos sobre sus labios y la
extensión de su cuello. Sus toques se resbalaron por mis brazos y nos
internamos en el agua tibia de la bañera. Su espalda sobre mi pecho y mis
labios sobre su cuello, tal y como debería ser siempre.
—Yugyeom me dio un sedante y cuando desperté estaba en un lugar
desconocido.
—Jungkook...
—Sí, pero...
—Tae. Yugyeom no fue malo, sintió celos cuando supo de lo nuestro, pero
no estaba en todos sus sentidos cuando me llevó con él. Admito que tuve
miedo, él me dijo que no me haría daño que estaba seguro a su lado, pero...
no pude confiar, así que esos dos días no comí nada de lo que trajo por
miedo a que pueda sedarme de nuevo y no dormí nada, aún cuando me
encerraba en la habitación.
—No, en realidad, me dijo que podía llevarme a casa mucho antes pero me
negué. Él día en que su vuelo salía, se puso de rodillas y me pidió perdón,
entonces se fue, esperé hasta estar completamente solo y salí corriendo, no
conocía ninguna de las calles, creí que iba a morir, pero Jackson apareció y
me trajo de vuelta hasta ti.
Nuestros labios volvieron a unirse. Hay una extraña conexión entre nosotros
cuando nos besamos y nos miramos directamente a los ojos. El amor se
siente de esa manera...
—No, amor. Él me pidió perdón y me cuidó, es un buen chico, solo se dejó
llevar por el momento. Ya tiene la cabeza fría después de esto.
—Pero...
—Pero nada, lo importante es que ahora estamos juntos y nada nos va a
separar.
Tomamos las toallas y comenzamos a vestirnos. No fue mala idea prestarle
una camiseta large a Jungkook, pues la tela resbalaba por sus hombros,
dejando a la vista su apetecible piel.
Su pancita comenzó a sonar en medio de nuestras caricias sobre la cama.
—Necesitas comer.
Pensaba pedir pizza, pero un Jin en modo madre apareció con un Nam
cargando una gran bolsa de comida recién preparada.
La noche transcurrió tranquila, hasta que la pareja se fue y nos dejó solos.
Antes de ello, Jin me pidió disculpas por todo... él no tenía que disculparse
conmigo.
—Amor.
—¿Sí, bebé?
Jungkook se quedó en silencio. Terminé de ordenar las almohadas para
dormir más cómodos y me volteé a mirarlo, sus ojitos contenían lágrimas.
—Jungkook.
—¿Mh?
—¿Por qué?
Después de apagar las luces sus ojos se encendieron con un brillo especial.
—Hagamos el amor.
—...
Se había dormido, esbocé una sonrisa y mis brazos rodearon su cintura.
Jungkook estaría seguro conmigo, para toda la vida.
52.
Mis piernas temblaban sobre el suelo y mis manos no dejaban de sudar. No
sé dónde quedó mi valor.
La madre de Jungkook es una mujer hermosa, sus cabellos y ojos son
idénticos a los de Jungkook, pero su mirada fría y retadora me pone
nervioso.
En realidad, estoy en mi último año de filosofía, amo mi carrera pero no
podría encontrar un buen trabajo. Aunque no era del todo una mentira,
pensaba estudiar economía para darle una mejor vida a mi novio.
—¿Vives solo?
—¿Amas a mi hijo?
Solté un suspiro.
—Lo amo con todo mi corazón. Antes de conocerlo mi vida no tenía ningún
sentido, ahora él es la razón por la que me supero día tras día.
Oh.
Pues sí.
—De ninguna manera, es sólo que él y yo queremos establecernos y formar
una familia, es evidente que usted forma parte de ella.
Ella se levantó y yo fui tras de ella. ¿Qué iba a hacer si se negaba a dejarme
vivir con su hijo?
Nos sentamos en la mesa, ella me dijo que disfrutara de la comida. Era sopa
de algas, y le di una probada, ¡era magnífica!
—¿Lo crees?
—Sí. Este sabor... Debido a que no crecí junto a una madre, hay alguien a
quien considero como una, su nombre es Rosy y es mi vecina, cuando estoy
enfermo ella me prepara sopa de algas y para mí es lo más delicioso de este
mundo. Hoy volví a probar ese sabor, me hace feliz.
Terminamos de comer. Sostuve la mano de Jungkook, viviríamos juntos, no
importaba cuánto tendría que esperar.
—Señora Jeon.
—Oh sí, bueno ha sido un placer platicar con usted, volveré otro día.
—Vuelve mañana.
—¿Mañana?
—Sí, Jungkook no va a poder cargar sus cosas solo hasta tu departamento,
¿no crees?
Jungkook y yo nos quedamos en shock. Ella relajó su expresión y nos mostró
una sonrisa.
Yo hice una gran reverencia y Jungkook fue a abrazar a su madre, mientras
daba pequeños brincos de alegría.
—Llámame madre.
—Gracias... madre.
—Bueno, vete rápido y descansa bien que tienes que regresar mañana
temprano.
Por respeto a su madre, Jungkook y yo nos despedimos con un abrazo.
53.
—Quiero jugar.
—No, aún tengo mucho qué ordenar, las maletas no se ordenarán solas.
—Está bien...
Tomé la mano de Jungkook y lo llevé hacia la puerta. Las escaleras se
mostraron ante nosotros.
—Apostemos.
—Tae.
—Vale.
—Mh, quiero que por un día entero hagas todo lo que te pida, entre esas
cosas acompañarme a ir de compras.
—Jungkook...
—Una de diez.
—Pues consiste en que te pongas solo una minifaldita y continúes haciendo
todo lo que haces en el día.
—¿Minifalda?
—Sí, y además que me permitas cogerte en el momento y lugar que quiera.
—¡NO!
—Sí, pero...
Jungkook me mostró su rostro y se quedó pensando un buen rato, mientras
yo besaba su nariz.
—Está bien.
—¿Sí?
—Sí.
—Vale, él juego consiste en lanzar una piedra, si la piedra rebota deberás
iniciar de nuevo, de lo contrario si no rebota continúas desde el lugar a
donde llegaste. Ganas si llegas al final de las escaleras.
—Comencemos.
Comencé a tirar, fallé una par de veces para qué él no sospeche. Jungkook
no paraba de fallar y yo ya estaba cerca del final.
Él se veía desesperado.
Al final gané.
—¿Cómo...?
—Solo fue suerte, bebé.
—No, no...
—Sí y sí, mañana serás totalmente mío con una hermosa minifalda.
54.
Eran las 8:30 cuando llegué casa. La sonrisa en mi rostro no se borraba por
nada del mundo y comencé a cerrar todas las cortinas de la casa,
asegurándome de que ningún vecino pudiera alcanzar a ver nada de lo que
sucediera dentro. Tapé con una tela la pequeña ventana de la cocina y con
ello, todo estaba preparado.
Me fui con pequeños saltos hacia la habitación y abrí la puerta con cuidado.
Jungkook aún estaba profundamente dormido.
—Cariño.
—¿Mh?
Jalé las sábanas de su cuerpo y jalé su brazo.
—¡Ya es tarde!
—Tae...
Salí de la habitación y traje aquella bolsa con lo más importante dentro.
Luego regresé y se la entregué. ¡Estaba emocionado!
—Amor...
—¿Sí?
Seguramente mi enorme sonrisa le impidió negarse, y eso es lo que quería
conseguir, porque sabía perfectamente que él podía echar de cabeza la
apuesta y no, eso jamás.
—Claro.
La puerta sonó.
Un Jungkook sonrojado salió con calma. La minifalda rosa que le había
comprado le quedó a la perfección, se ajustaba muy bien a su cintura y no
tenía ni la menor intención de cubrir su trasero. Al igual que esa "tanga de
hilo dental" que la señora de la tienda me dijo que estaba de moda y que a
mi "novia" le encantaría. El pedazo de hilo se perdía entre sus nalgas y su
miembro era inútilmente sostenido por la corta tela delantera. Ya me sentía
duro.
Estaba embobado y él tuvo la intención de salir, sin embargo tomé su
cintura.
—T-tae...
—Lo entiendo mi amor. Ten presente también que todo lo que hago por ti,
por nosotros es por amor. Confió en ti y sé que no me harías daño, siempre
me lo has demostrado... te amo.
—T-tae.
—¿Qué?
Él empezó a preparar el desayuno, sus dedos temblaron al cortar la fruta. Mis
manos se posaron sobre su cadera y comencé a rozar mi entrepierna con su
apetecible culito.
—No...
Su cuerpo comenzó a temblar un poco y yo decidí alejarme para seguir
observádo su rostro.
—Taehyung...
—Dímelo.
—Todas las cosas que he considerado hermosas han quedado desplazadas
cuando te vi.
—Aw, basta.
Cuando el desayuno estuvo listo, me senté en una de las sillas del comedor.
Jungkook quiso hacer lo mismo, pero le llamé.
—¿Qué?
—Ven aquí.
Señalé mi regazo y él entendió de inmediato. Sin decir nada él tomó lugar
sobre mí, besé su boquita y mis manos recorrieron sus muslos, la suavidad
de su piel hizo contraste con mis manos calientes, y llegaron hasta su
entrepierna, él vibró ante el primer toque. Mis dedos tomaron preso su
miembro, mas la tela impidió que lo disfrutara directamente, aún así continúe
acariciando la zona, dejando uno que otro apretón que generó un jadeo de
sus labios.
Moví mi entrepierna hacia adelante con un movimiento brusco y esas nalgas
rebotaron sobre mi regazo. No sé si podría follármelo tan temprano.
Nos separamos para tomar algo de aire y nos miramos por algunos
segundos, nos miramos con amor.
—Cariño.
—Probemos lo que preparaste, bebé.
—Me encanta.
Jungkook reía un poco nervioso. Tenía que admitirlo, la posición era
incómoda, pero yo estaba sumamente feliz de tenerlo sobre mi regazo.
Probé el café y tenía azúcar. ¡Aun así me pareció delicioso! ¿Qué me pasa?
—Tiene azúcar...
—Oh, ¿en serio? Lo lamento, no sé en qué momento lo puse. Puedo
prepararte otro.
—¡Taehyung!
Él cubrió sus mejillas con sus palmas.
Más tarde terminamos el desayuno y él se dirigió hacia el cuarto de lavado,
había una gran pila de ropa qué lavar, mi deber era ayudarle en eso, pero hoy
dejaría que él hiciera todo.
Admiré el bulto formado entre sus piernas y mi pene ya no soportaba estar
en cautiverio. Él continuaba ordenando y lavando la ropa, separándola por
colores y material.
Deslicé el cierre de mi pantalón y por fin logré sentirme libre, mi mano tomó
la base de mi pene y se deslizó hasta la punta, el movimiento se repitió varias
veces hasta que comencé a jadear. No podía dejar de mirar a Jungkook y
recorrerlo de pies a cabeza, él siempre me ha puesto a mil.
Él se volteó a verme y de inmediato desvió la vista. Sus mejillas tomaron un
color rojizo muy vivo.
Él hacia lo posible por no mirarme y continuar con su labor, no obstante su
erección me decía que quería algo de acción.
Le apresé entre mis brazos, él se sorprendió al sentirme.
Tomé una de sus piernas y la levanté, dejé que su rodilla reposara sobre la
lavadora, mientras ésta se movía al lavar.
Él solo asintió y dirigí el glánde hacia su entrada, no sin antes apartar aquel
hilo que en ese momento estorbaba. Entonces ingresé con cuidado, sus
dedos se aferraron a la máquina y los míos a sus nalgas.
Una de mis manos recorrió su entrepierna y la humedad se filtraba por la tela,
no supe en qué momento se había venido, pero seguí acariciando la zona.
Arremeti contra sus caderas, impulsádome hacia adelante y dejando que su
estómago colisionara sobre la superficie de la lavadora. Disfruté de ver cómo
mi pene salía e ingresaba de su interior, mostrándome sin penas como esa
entrada se abría y me recibía, y cómo me apretaba cuando clavaba muy
dentro.
—Bebé...
—Tae.
—Ay... uh.
55.
—¡Sí, ah!
No fue una mala idea usar aquella pequeña tanga para atar sus manos tras
su espalda, evitando que se moviera de más. Él no se negó en ningún
momento.
—¿Te gusta?
—Mh sí...
Mis dedos se internaban por su interior, jugando con el borde y luego
introduciéndose hasta el fondo. Cuando terminamos de almorzar, decidí
subir a Jungkook sobre el comedor, no podía esperar a llevarlo a la cama.
Él intentaba mantener el equilibrio sobre la mesa, mientras una de sus
piernas se posaba sobre mis hombros y mi mano libre sostenía su cintura
con fuerza. Aquellas mejillas sonrojadas solo me hacían saber que lo estaba
disfrutando tanto como yo.
—T-tae.
—Sácala.
—Dios... n-no...
No tuvo otra opción que sacarla de nuevo y continué en el trabajo de
saborearla con calma. Después de algunos minutos terminamos en un beso
hambriento que permitió que su saliva resbalara por su cuello, hasta llegar a
sus pezones, los mismos que después comencé a morder. Mis dedos
aumentaron el ritmo al internarse en su ano y él ronroneó como un gatito.
Sus desesperación se hizo notoria al mover sus brazos intentando liberarse,
pero no le dejaría, no hasta que yo lo ordene.
Empujé sus hombros con cuidado para que su espalda chocara con el resto
de la superficie y tomé sus piernas para abrirlas y sostenerlas en mi cintura.
—A-amor...
—¿Sí?
Sus piernas se abrazaron a mi cintura sin la intención de soltarse e intentó
arrimarme más a él para que de una vez se la metiera, pero vamos, yo quería
escuchar de esos labios rojos e hinchados que él desea que lo haga. Muero
por oírlo.
—Amor...
—¿Qué quieres?
—Y-ya sabes.
—No lo sé.
Se desesperó al oír mi respuesta y se quedó en silencio. ¿No lo pensaba
decir?
—¡Uh!
Tomé sus brazos y le di la vuelta, entonces empujé su espalda y su pecho
tocó la mesa. Sus piernas temblaban, sosteniéndose a duras penas sobre el
suelo; mis manos apretaban su trasero y la vez sostenía su peso, pues creía
que en cualquier momento se iba a resbalar.
—Dímelo, bebé.
Recorrí sus muslos sin dejar un espacio de piel sin tocar y le di una nalgada
que resonó con gran volumen, su trasero vibró al instante y él gimió. Otra
nalgada se estrelló en la zona haciéndome disfrutar de la hermosa vista de
esa entrada que me pedía que ingresara pronto. Sus dedos luchaban para
liberarse, pero le era imposible.
Yo estaba más que feliz al oírlo. Solo cuando tomé la base de mi pene para
dirigirla a su interior me di cuenta de que mi pantalón estaba mojado,
seguramente por los residuos de saliva y semen de la aventura de este gran
día, era mi pantalón de la suerte, ahora lo sería más. Dejé algunos besos
sobre sus codos y espalda antes de ingresar en aquel agujero húmedo y
caliente.
Él me recibió muy bien, sentí cómo su interior se iba expandiendo según iba
entrando, y aún así me apretaba de manera deliciosa, como luchando para
cerrarse al tener a un intruso dentro. Sin embargo llegué hasta el final y él se
deshizo en jadeos que posteriormente pasaron a gritos, pues decidí
moverme hacia adelante y luego hacia atrás con estocadas poco amables
que hacían temblar a la mesa y a sus nalgas. Manteniendo el ritmo varios
minutos más.
Salí de pronto y esa entrada formada un círculo algo rojo y brilloso, era una
delicia. Volví a entrar esta vez con más fuerza, tomando su cadera y clavando
mis uñas en su delicada piel. Sin detenerme ni un momento, no cuando el
sucio sonido de mi pene colisionando en su interior resobaba en mis oídos.
Palmeando sus muslos mi diestra llegó hasta su entrepierna y con suavidad
tomó su pene para comenzar a masturbarlo con el mismo ritmo de las
embestidas, que nos permitieron sin críticas dejarnos liberarnos con gemidos
de placer.
—T-tae...
Su cuerpo estaba temblando y mi pecho descansó sobre su espalda, sus
dedos jalaron mi camisa. Él no me iba a soltar, lo sabía.
Bastaron algunas embestidas más, éstas más lentas, para que me corriera
otra vez en su interior. Jungkook terminó segundos después sobre mi mano
y su preciado y reluciente piso.
Su cabeza cayó sin poder sostenerse más. Yo estaba muerto, tal vez por la
edad. Idea tonta.
—Estuvo rico y todo, pero tengo que irme, mi novio me está esperando.
—¡Taehyung!
—¿Qué? Volveré mañana.
—Uh...
—Sí.
—Desátame.
—Lo haré.
—¡Ahora!
—Quiero dormir.
—¡Vale!
56.
—¿De qué sirve que haya ganado la apuesta si de igual manera me ibas a
traer de compras?
—No te quejes.
—¡Quiero quejarme!
Jungkook compró un par de pantalones y no iba a detenerse hasta tener
todo lo que quería.
—¿Qué?
Jungkook señaló la propaganda de unos audífonos que funcionaban 24
horas sin detenerse y que podían usarse bajo el agua. Estaba de moda,
según oí.
—Esos audífonos.
—¿Los quieres? Te los compro...
Yo ingresé a la tienda por curiosidad. Habían muchos móviles realmente
interesantes, tal vez podría comprarle uno a mi suegra.
La propaganda de los audífonos relucía sobre su estante vacío. Pero noté
algo diferente, ahí, casi oculto había una unidad, me dirigí hacia los audífonos
con la intención de tomarlos y así lo hice, sin embargo otra mano también
tomó la caja.
—No, es mío.
Nuestros ojos se cruzaron y de inmediato surgió la rabia.
—Niña, suéltalo.
—Sí, niña.
—Hijo de puta.
Jalé la caja para intentar arrebatársela, pero él me empujó y al observar su
sonrisa cuando por fin tuvo los audífonos, la ira nació dentro de mí. Me
levanté y golpeé su mejilla con el puño. Él no se detuvo y saltó hacia mí
como un animal salvaje, con patadas intenté que se levantara.
Le di una patada en la rodilla y por fin se levantó. La caja estaba ahí, me
arrastré para tomarla, sin embargo sentí cómo su mano sujetaba mi tobillo
impidiendome avanzar. Mi pierna libre golpeó su hombro y regresó a mí con
rabia, su mano se estrelló sobre mis labios y la mía sobre su cara.
Seguridad llegó y nos sujetaron. El dueño de la tienda gritaba que no
podríamos volver nunca en la vida, el chico salió arrastrado no sin antes
mirarme con una cara de molestia. Iban a hacer lo mismo conmigo pero yo
me resistí.
Él dueño me los vendió y casi me arrojó la caja en la cara. Tenía prohibido el
ingreso durante cinco años o lo que me reste de vida, el señor no fue claro.
Salí de la tienda, mi labio estaba sangrando, pero al menos no tenía la cara
como un globo como ese muchacho. Jungkook me regañaría al verme en
ese estado, así que no diría nada...
—Bebé.
Se cubrió la boca con una mano al verme, y la otra recorrió mi rostro con
preocupación.
—Jungkook...
—¡¿Qué te paso?!
—Nada.
Él abrió el contenido con una confusión enorme y al ver los audífonos abrió la
boca sin poder creérselo.
—Tae...
—¡¿Cómo conseguiste esto?!
—Bueno, yo...
—¡¿Cómo?!
—¿QUÉ?
—Sí.
—¿Te gustó?
—Ya no quiero nada, sólo quiero curarte esa herida y preparar café. Tonto...
Me siento feliz.
57.
Ahí estábamos después de un mes juntos, donde no hacia otra cosa más
que llegar temprano a casa o ir a recoger a Jungkook.
Estaba estudiando para el examen de admisión a Economía, mis maestros
estaban totalmente impactados al enterarse, aún así me mostraron su apoyo.
—Bien, la azul.
—Usaré la blanca.
¿Otra vez?
La señora Jeon es agradable y nos llevamos de maravilla, pero se queda
mucho tiempo y yo quiero tener tiempo a solas con mi novio.
—Genial.
—¿Estás feliz?
—Ajá.
—Genial.
—Ajá.
Ambos nos miramos y estallamos en risas. Él cerró mi libro para empezar a
besarme con calma.
Jungkook es lo más preciado que tengo, por el lo doy todo, por él es que
quiero superarme y ser el mejor. Todos dicen que eso no está bien, que mi
vida solo gira en torno a él, pero es lo que necesito y es lo que tengo, no
puedo cambiarlo ni quiero hacerlo.
—¿Un auto?
—Sí, así podré llevarte a cualquier lugar y ya no tendré que correr para no
llegar tarde.
—¿Y si mejor compras una nueva lavadora? La nuestra mueve el planeta
cuando se enciende.
—No lo harás. Eres demasiado importante para mí como para ganarte una
angustia y momento incómodo con ellos.
Jungkook se levantó y me ofreció una bandeja con manzanas recién picadas.
Sabe que me gustan sin cáscara y sin corazón.
—Jungkook.
—¿Mh?
—Te amo.
—Jungkook...
—Bien, me casaré contigo cuando seas el gran Kim Taehyung director de la
mejor empresa de toda Corea. ¿Mejor?
Al igual que esos cinco años más en donde nos convertimos en uno. Él y yo,
solo los dos.