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"Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras.

Y aconteció que
cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí.
Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el
ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. Y dijeron: Vamos, edifiquemos
una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si
fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra" (Génesis 11:1-4).

Los constructores de esta torre fueron los habitantes de la tierra de Sinar, o sea, de Babel.
Nimrod fue el fundador de esta ciudad (Génesis 10:8-10).

Estos constructores tenían dos objetivos en mente. El primero, construir una torre que
llegara al cielo o cuya cima estuviese en el cielo. Lucifer tuvo la misma ambición. Él
deseaba subir al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios y allí establecer su trono
(Isaías 14:12-14). ¿Coincidencia?

El segundo objetivo de los constructores de la torre de Babel era hacerse un nombre, o sea,
tener reputación, fama o gloria. 

Dios le dijo a Adán y Eva que se multiplicaran y llenaran la tierra (Génesis 1:28). Los
habitantes de Babel, tenían otros planes; hacerse un nombre y quedarse allí. Y si fuesen
esparcidos por la tierra, tendrían un nombre. Los habitantes de Babel construyeron esa torre
en abierto desafío a Dios.

La torre de Babel representa los esfuerzos del hombre de alcanzar el cielo por sus propios
esfuerzos. Lo mismo trató de hacer Lucifer en el cielo y se convirtió en el adversario de
Dios.
Las generaciones de los hijos de Noé tuvieron la oportunidad de un nuevo comienzo. Era la
oportunidad para hacer las cosas como Dios había mandado, es decir, multiplicarse y llenar
la tierra (Génesis 1:28; 9:1,7 (refs3)). Algunos lo hicieron, y comenzaron a poblar regiones
antes inexploradas. Pero otros se rebelaron, y en lugar de expandir sus horizontes,
comenzaron a reunirse, estableciendo ciudades amuralladas, para defender lo que ellos
estaban construyendo.

Génesis 11:1 – “Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas
palabras”
La única lengua que todos los hombres hablaban fue la lengua original, con la cual el
Eterno había creado el mundo.

La frase “una sola lengua y de iguales palabras”, dice, palabras o (cosas únicas), por lo que
se entiende en el sentido de tener un único propósito o un pensamiento en común, de
manera que todos hablaban el mismo idioma o lengua.

Génesis 11:2-4 – “(2) Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura
en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. (3) Y se dijeron unos a otros: Vamos,
hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el
asfalto en lugar de mezcla. (4) Y dijeron: Vamos, edifiquemos una ciudad y una torre,
cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos
sobre la faz de toda la tierra”

El relato inicia con el fin de una peregrinación: “Y fue en su salir de oriente… hallaron
llanura… se quedaron allí”. El uso de la palabra “oriente” o el lugar donde nace el sol, se
encuentra en lugares clave de Gn 2.8; 3.24; 10.30; 11.2(refs4). Las dos primeras citas
tienen que ver con la plantación del jardín y la guarda del jardín una vez puesto fuera el ser
humano. El oriente significaba estar cerca a Dios a sus pies, ellos buscaron alejarce de
Dios.

Gn 10.30 señala el lugar en donde se ubicaron los hijos de Sem. El desplazamiento


geográfico tiene como objetivo mostrar el camino que siguieron los seres humanos
descendientes de Sem luego del diluvio y la consecuente dispersión. Así Gn 11.1-2 retoma
lo anterior de un modo cualitativo: “y fue toda la tierra (con) una lengua única y palabras
únicas”.

La tierra de Shinar es Babilonia. Allí nació el ocultismo y la astrología. Babilonia es la


madre de las rameras de la tierra. Las rameras son las religiones apóstatas. En Babilonia
no hay piedras naturales, (utilizaron ladrillos porque en Babilonia no hay piedras.
Babilonia es un valle, y las piedras se encuentran en terrenos montañosos) dejaron la
roca provista por Dios para utilizar ladrillos hechos por el hombre, ¡la roca permanece, el
ladrillo es temporal!

Se propusieron ponerse de acuerdo para la desobediencia, y se agruparon en un mismo


lugar y construyeron ‘’La torre de babel “.

“…Y se dijeron unos a otros…” 

En la rebeldía que se había levantado bajo Nimrod, que estaba tomando el control sobre
todos los hombres del mundo, intentaron hacer una ciudad y una torre para desafiar al
Eterno. Los motivos detrás de sus ideas eran rebeldes. Los hombres ya no querían estar
sometidos al Creador, sino inventaron su propio sistema de culto. Romanos 1:21-32 explica
todo este proceso de apostasía.

Los hombres de esa época según los sabios vinieron con una misma idea en mente y
dijeron:

“Dios no tiene derecho a reservarse para sí las regiones celestiales; subamos al firmamento
y hagámosle la guerra”. Según otra explicación, esta frase significa que ellos hablaron
contra el Ser único del mundo.

La construcción de una torre en sí no tiene nada de malo. El problema era la intención por
la cual se hizo. Hoy en día se construyen altos edificios en las ciudades, dado que ya no hay
más espacio hacia dónde expandirse. Es por necesidad. Pero… ¿Qué necesidad tenían de
construir una torre en medio de la llanura del Sinar?
La Biblia explica la razón por la que hicieron la Torre de Babel: “los hombres buscaban
hacerse un nombre famoso”. Querían exaltarse a sí mismos; querían “llegar hasta los
cielos”, y ser como Dios. Ellos no querían ser dispersados y llenar la Tierra, como Dios les
había ordenado.

Más bien, querían permanecer juntos y hacer maravillosas obras para hacerse grandes y
famosos. Esa generación se unió con el propósito de glorificar el poder del hombre y
exaltar sus propios nombres. Era una sociedad antropocéntrica (es decir, tenían al hombre
en el centro), en lugar de teocéntrica (teniendo a Dios como el centro de sus vidas).

Génesis 11:5-7 – “Y el Señor descendió para ver la ciudad y la torre que habían
edificado los hijos de los hombres. Y dijo el Señor: He aquí, son un solo pueblo y todos
ellos tienen la misma lengua. Y esto es lo que han comenzado a hacer, y ahora nada de
lo que se propongan hacer les será imposible. Vamos, bajemos y allí confundamos su
lengua, para que nadie entienda el lenguaje del otro”

¿Pero acaso Dios necesita descender para ver? Más bien, se trata de una enseñanza: Antes
de emitir juicio desciende bien hasta el fondo de la cuestión, logra un conocimiento cabal
del caso.

Ahora tomemos nota de que no se nos dice que Dios confundió sus lenguas, en plural, más
bien dice su lenguaje en singular. De manera que ellos hablaban una sola lengua.

¿Cómo puede uno convivir, y mucho menos trabajar, con alguien con quien uno no se
puede comunicar? Es prácticamente imposible.

La forma de frenar los planes del hombre fue confundirlos. Eso es exactamente lo que
significa la palabra “Babel”, literalmente “confusión”

El resultado fue que cada uno tomó su camino, y así comenzaron a dispersarse. De esta
forma, Dios hizo que se cumpliera Su voluntad.

“…y la torre que habían edificado los hijos de los hombres…” En realidad, esta frase
debe ser entendida en el sentido de “los descendientes de Adam “el primer hombre,
quien renegó de lo bueno que Dios le había dado y dijo: “La mujer que me disté para
estar conmigo, ella me dio del árbol, y comí” De igual modo, también estos
descendientes de Adam renegaron del bien recibido al rebelarse contra Aquel que los
había beneficiado y los había salvado del diluvio.

Génesis 11:8-9 – “Así los dispersó el SEÑOR desde allí sobre la faz de toda la tierra, y
dejaron de edificar la ciudad. (9) Por eso fue llamada Babel, porque allí confundió el
SEÑOR la lengua de toda la tierra; y de allí los dispersó el SEÑOR sobre la faz de
toda la tierra”

Esto quiere decir que los dispersó en este mundo. Lo mismo que ellos habían dicho al
construir la Torre: “No sea que seamos dispersados”, se cumplió en ellos, como dijo el
rey Salomón: “Lo que el malvado teme se cumplirá “.
Babel – Babilonia - significa “confusión”. Sin embargo, en la tradición babilónica, el
nombre Babel significaba «Puerta hacia Dios» denominación que alude a la creencia
de ellos de que la Torre de Babel era la puerta para acceder a Él (a Dios) y
enfrentarlo.
La razón de la confusión:

Como ya mencionamos, en el principio todos los hombres hablaban el mismo idioma


(Gen. 11:1). El propósito original de Dios es que todos nos entendiéramos. 

Esto no sólo implica hablar el mismo idioma, sino entenderse mutuamente. 

¿Podrían imaginar un mundo donde no existan los malos entendidos?

La confusión de lengua vino cuando el hombre quiso hacer su propia voluntad aparte
de Dios, sobre Dios, en lugar de Dios. El problema de Babel no radica sólo en la
diferencia de idiomas sino en la variedad de pensamientos, mentalidades, intenciones,
motivaciones. Cuando cada hombre busca la gloria propia, no podemos entendernos.
Cuando cada uno lucha su propio interés, hay disensión.

Si queremos que la humanidad alcance unidad, debemos dejar de construir nuestros


propios imperios y realizar planes individuales. Debemos conectarnos con el Plan
divino, con la Cabeza, y cumpliendo cada uno el propósito por el cual fuimos creados.
Si queremos volver a entendernos entre nosotros, debemos poner a Dios antes que
nuestros propios egos.

En Génesis 28:12, Varios capítulos más adelante, se nos relata como Jacob vio en
visión "una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y
he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella" (Génesis 28:12). Jacob vio a
Jehová que estaba en lo alto de la escalera.

Esta escalera no era de hechura humana, como la torre de Babel. La escalera fue
construida por Dios. Esta escalera llegaba al cielo, mientras que la torre de Babel se
quedó corta, como se quedan cortos los esfuerzos humanos de tratar de justificarse
por su obrar delante de Dios. 

Mientras que la torre de Babel representa los esfuerzos humanos para llegar al cielo,
la escalera que vio Jacob representa el único vínculo provisto por Dios para que los
seres caídos puedan llegar al cielo. Jacob vio una puerta en el cielo hasta la cual
llegaba la escalera que vio en visión. Cuando Jacob despertó del sueño, "...tuvo miedo,
y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que la casa de Dios, y la puerta del
cielo" (Génesis 28:17).

El único vínculo de unión provisto por Dios para llegar a nosotros es Jesucristo. Por
tal razón él dijo: "...Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
por mí" (Juan 14:6).
La puerta que Jacob vio al final de la escalera representa a Cristo. Por tal razón él
dijo: "Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y
hallará pastos" (Juan 10:9).

El apóstol Pedro afirma lo siguiente al respecto: "Y en ningún otro hay salvación;
porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser
salvos" (Hechos 4:12).
Mientras que la religión de Babel se centraliza en el obrar humano, la religión
verdadera descansa en la obra perfecta provista por Dios en Jesucristo.

EGW

"Los ángeles de Dios ascendían y descendían por la mística escalera y cuando [Jacob]
despertó, dijo: “Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía”. Lo mismo
ocurre con nosotros. Si nuestros ojos fueran abiertos, veríamos a los ángeles de Dios
en derredor nuestro, y a los ángeles malvados que también están aquí, tratando de
destruirnos; pero los ángeles buenos los mantienen a raya. Jacob pensó obtener la
primogenitura y sus beneficios mediante el engaño, pero se chasqueó. Pensó que había
perdido todo, su relación con Dios, su hogar, y todo lo demás, y allí estaba como un
fugitivo frustrado. ¿Pero qué hizo Dios? Lo contempló en su condición desesperada,
vio su desengaño, y vio que había en él elementos que redundaría para gloria de Dios.
Tan pronto Dios vio su condición, le presentó la escalera mística que representa a
Jesucristo. He aquí el hombre que había perdido toda relación con Dios, y el Soberano
del cielo lo contempla y consiente en que Cristo salve el abismo abierto por el
pecado. Podríamos haber mirado y dicho: Anhelo el cielo, pero, ¿cómo puedo
alcanzarlo? No veo ningún camino. Eso es lo que pensó Jacob, y por eso Dios le
mostró la visión de la escalera, que conecta la tierra con el cielo, a través de Jesucristo.
Una persona puede subir por ella, pues la base descansa sobre la tierra y el peldaño
superior llega hasta el cielo. Entonces el alma asciende de sus costumbres, prácticas y
hábitos terrenales a los celestiales. El resplandor y la gloria de Dios están en cada
escalón de esta mística escalera y los hombres y las mujeres ascienden, ¿sobre quién?
Jesucristo. ¿De quién se aferran? De Jesucristo. ¿A quién están unidos? A
Jesucristo. Ahora descubrimos que es posible alcanzar la cima y que Dios está en la
parte superior de la escalera y espera con los brazos abiertos a todo aquel que ha de
entrar en su reino eterno. ¡Alabad su precioso nombre! Vosotros, habitantes de la
tierra, ¡alabad a Dios! ¿Y por qué? Porque mediante Jesucristo, cuyo largo brazo
humano rodea a la humanidad, mientras con su brazo divino se aferra del trono del
Infinito, el abismo es salvado con su propio cuerpo, y este mundo, pequeño como un
átomo, que estuvo separado del continente del cielo por el pecado y se convirtió en una
isla, otra vez es rehabilitado porque Cristo salvó el abismo. Si hay un alma en peligro,
Dios está dispuesto a asistirla. Todos los ángeles del cielo serán enviados para
prodigarle su atención."—Manuscrito 5, 1891. CT 88

¿Qué quieres, hacer una Torre o elegir la Escalera al Cielo provista por Dios?

El mensaje de la Biblia es claro.


Dios los Bendiga
Jair Ochoa

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