Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
29
“Sin embargo, Dios nos declara justos gratuita y bondadosamente por medio de
Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados. Pues Dios ofreció a
Jesús como el sacrificio por el pecado” (Romanos 3:24–25 NTV).
El regalo más grande que alguna vez te hayan dado no fue comprado en una tienda. No
se intercambió dinero en efectivo. Ni siquiera estaba envuelto. Sin embargo, le costó
todo al Dador.
La Biblia dice que Dios envió a su Hijo a la tierra para darte el mejor regalo de todos. Él
vino a la Tierra para morir y para que pudieras estar en una relación correcta con Dios.
Romanos 3:24-25 dice: “Sin embargo, Dios nos declara justos gratuita y
bondadosamente por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros
pecados. Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado”. (NTV).
Entonces, ¿por qué Jesús tuvo que morir? Volvamos a lo básico.
Nadie es perfecto. Nunca he conocido a una sola persona que haya afirmado ser
perfecta. No estoy a la altura de mis propias expectativas, y mucho menos del
estándar perfecto de Dios. Tampoco tú. Todos hemos pecado. La Biblia dice: “Por
cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”. (Romanos 3:23
RVC).
Dios es justo. Dios quiere ser justo. Cuando alguien viola una ley, debe haber una
penalización por ello. Cuando rompes las leyes del hombre, pagas la pena del
hombre. Cuando rompes las leyes de Dios, pagas las penalidades de Dios. La
Biblia dice: “Porque la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23 RVC).
Jesús pagó el precio por nuestro pecado. La Biblia dice: “Dios hizo que Cristo,
quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros
pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo”. (2
Corintios 5:21 NTV). Jesús tomó mi pecado y tu pecado y todo el pecado que
alguna vez se haya cometido. Esas son las buenas nuevas, el Evangelio. Jesús pagó
el precio que nunca podrías pagar.
Acepta el obsequio de Dios. Dios nos dio un regalo gratuito de salvación cuando
Jesús tomó nuestro pecado sobre sí mismo. Es un regalo que debemos recibir. La
Biblia dice: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el
derecho de ser hijos de Dios”. (Juan 1:12 NVI).
¿Aceptarás el regalo gratuito de salvación de Dios? Una cosa es comprender los
conceptos básicos de cómo tener una relación con Jesús. Otra cosa es aceptar el regalo.
Si estás listo para comprometer tu vida con Jesucristo, entonces haz esta oración:
“Querido Jesús, has prometido que, si creo en ti, todo lo que he hecho mal será
perdonado, aprenderé el propósito de mi vida, y algún día me aceptarás en tu hogar
eterno en el cielo.
Confieso mi pecado y creo que eres Dios, mi Salvador. Te recibo en mi vida como mi
Señor. Hoy estoy poniendo cada parte de mi vida para que tú la dirijas. Tienes el
derecho de tomar las decisiones en mi vida.
Jesús, quiero recibir el gran regalo de tu amor. Gracias porque no tengo que ganarlo, ni
merecerlo, ni trabajar para él. Quiero usar el resto de mi vida para servirte en lugar de
servirme a mí mismo. Humildemente entrego mi vida a ti y te pido que me salves y me
aceptes en tu familia. En el Nombre de Jesús, oro. Amén.”\
Reproducir
Duration 0:00
Silenciar
¿Qué hace que un regalo sea especial para usted? De seguro, estos cuatro factores están
implicados: 1) quién hizo el regalo, 2) por qué lo hizo, 3) qué sacrificio implicó hacerlo y 4) si
ese regalo satisfizo una verdadera necesidad. Reflexionar en estos factores puede ayudarnos a
aumentar la gratitud que sentimos por el rescate, el mejor regalo que Dios nos ha hecho.
¿QUIÉN HIZO EL REGALO?
El trono de Jehová
Un regalo puede ser especial si nos lo ha dado una persona con autoridad o por la que
sentimos gran admiración. Otros regalos quizás los atesoremos porque nos los dio un familiar
querido o un buen amigo, aunque tengan poco valor monetario. Ese fue el caso del regalo que
Russell le hizo a Jordan y que mencionamos en el artículo anterior. Pero ¿qué tiene que ver
esto con el rescate?
En primer lugar, la Biblia dice que “Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que nosotros
consiguiéramos la vida mediante él” (1 Juan 4:9). Ese hecho hace que sea un regalo muy
valioso, ya que no hay nadie con mayor autoridad que Dios. Un salmista hebreo escribió: “Tú,
cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el Altísimo sobre toda la tierra” (Salmo 83:18). No
podríamos recibir un regalo de nadie más importante.
En segundo lugar, Dios es “nuestro Padre” (Isaías 63:16). ¿Por qué decimos eso? Porque nos
dio la vida. Además, nos cuida y se preocupa por nosotros como hace un buen padre con sus
hijos. Refiriéndose a una parte de su pueblo de la antigüedad a la que llamaba Efraín, Dios
preguntó: “¿Es Efraín para mí un hijo precioso, o un niño acariciado? [...] Con toda seguridad le
tendré piedad” (Jeremías 31:20). Hoy, Dios siente lo mismo por sus adoradores. No solo es
nuestro Creador todopoderoso, también es nuestro amoroso Padre y Amigo. Por ello,
cualquier regalo suyo es especialmente valioso.
Jesucristo
Algunos regalos son especiales porque se dieron por amor, no por compromiso. Quien es
realmente generoso no espera recibir nada a cambio de lo que da.
Dios entregó a su Hijo a favor nuestro porque nos ama. “Por esto el amor de Dios fue
manifestado en nuestro caso —dice la Biblia—, porque Dios envió a su Hijo unigénito al mundo
para que nosotros consiguiéramos la vida mediante él” (1 Juan 4:9). Dios no tenía ninguna
obligación de hacerlo. “El rescate pagado por Cristo Jesús” es una demostración de la “bondad
inmerecida” de Dios (Romanos 3:24).
¿Por qué es este regalo de Dios una muestra de su “bondad inmerecida”? La Biblia explica:
“Dios recomienda su propio amor a nosotros en que, mientras todavía éramos pecadores,
Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). Movido por su gran amor, Dios actuó a favor de la
humanidad débil y pecadora, que estaba desamparada. Nosotros no merecíamos ese amor y
tampoco se lo podremos pagar nunca. Su regalo es la mayor muestra de amor de la historia.
¿QUÉ SE SACRIFICÓ?
Algunos regalos son valiosos porque implicaron un gran sacrificio para la persona que los dio.
Cuando alguien está dispuesto a desprenderse de algo que aprecia muchísimo y nos lo da, ese
sacrificio hace que su regalo tenga un valor especial para nosotros.
Dios “dio a su Hijo unigénito” (Juan 3:16). No podría habernos dado a nadie a quien quisiera
más. Durante los miles de millones de años en los que Dios creó el universo, Jesús trabajó a su
lado y llegó a ser aquel “con quien él estuvo especialmente encariñado” (Proverbios 8:30).
Jesús es su Hijo amado, “la imagen del Dios invisible” (Colosenses 1:13-15). Nunca han existido
dos personas más unidas.
Y sin embargo, Jehová estuvo dispuesto a entregar a su propio Hijo (Romanos 8:32). En efecto,
nos dio lo mejor que tenía. Ningún otro regalo le ha costado tanto.
Algunos regalos son especiales porque cubren una verdadera necesidad, quizás una urgente.
Imagine, por ejemplo, que usted necesita un tratamiento médico que le puede salvar la vida
pero no se lo puede costear y que alguien se ofrece a pagarlo. Sin duda, le estaría
tremendamente agradecido, ¿no cree?
“Así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados” (1
Corintios 15:22). Los descendientes de Adán estamos “muriendo”, pues no podemos librarnos
de la enfermedad y la muerte; tampoco podemos reconciliarnos con Dios y estar sin culpa ante
él. Y al ser simples humanos, no podemos “vivificar” a ninguna persona. La Biblia señala que
nadie “puede de manera alguna redimir siquiera a un hermano, ni dar a Dios un rescate por
él”, ya que no está a nuestro alcance (Salmo 49:7, 8). Necesitamos ayuda con urgencia, pues
no podemos pagar el precio del rescate. Por nuestra cuenta no lograríamos nada.
Personas de diferentes razas y edades
Impulsado por su gran amor, Jehová pagó con gusto el “tratamiento” que necesitamos para
salvar nuestra vida y lo hizo mediante Jesús. ¿Cómo logra esto el rescate? “La sangre de Jesús
su Hijo nos limpia de todo pecado”. Es decir, tener fe en la sangre derramada de Jesucristo
permite que se nos perdonen los pecados y tengamos vida eterna (1 Juan 1:7; 5:13). El rescate
también beneficiará a nuestros seres queridos que han muerto, pues la Biblia dice: “Dado que
la muerte es mediante un hombre, la resurrección de los muertos también es mediante un
hombre [Jesús]” (1 Corintios 15:21). *
El sacrificio de Jesús es el mayor regalo de la historia pues nos lo dio el ser más importante del
universo motivado por un amor insuperable. Nadie ha sacrificado tanto por nosotros como
Jehová Dios. Y no hay otro regalo que satisfaga una necesidad tan urgente como la de librarnos
del pecado y la muerte. Sin lugar a dudas, el rescate es un regalo sin igual.
Esto es el regalo más grande que un ser humano puede recibir, la salvación eterna de su alma
Cierre:
Jesús no solo es el Salvador si no también Amigo de los
que le reciben como Salvador del pecado. Siendo Jesús el Gran
Regalo del Padre, producto de su Gran Amor por la humanidad,
es con El con quien podemos contar para todo. El no solo nos
salva, El se une a nosotros. El mora dentro de nosotros por el
Espíritu Santo. Con El podemos conversar. Pero conversar no
solo con alguien que me escucha sino con alguien que me
entiende como nadie puede en este mundo. Con alguien que es
compasivo como ninguna persona. Con El puedo contar para
todo problema, desición, temor, ansiedad, necesidad. Su gracia,
su amor, su fortaleza es conocida por todo creyente. Entonces,
ven a El. Conviértete de tus pecados a El. Renuncia a tu vida
antigua de pecado e incredulidad y cree en el evangelio. Solo
así tendrás perdón y vida eterna. El amor de Dios es tan grande
que no hay pecado tan grande que El no pueda perdonar. Pero
no hay perdón sin fe ni arrepentimiento. Ven a El y hallarás la
vida y vida eterna.